HISTORIA UF! REINADO DEL ULTIMO BORBON DE ES PANA. I " ...
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HISTORIA
UF!


REINADO DEL ULTIMO BORBON DE ES PANA.




I


"








SALVADOR MANEHO, EDITOH.


HISTORIA


~[N~~~ ~tl ~l TIM~ ~~R~~N
DE ESPAÑA.


DE LOS CRí M EN ES,
,\POSTASiAS. OPRESION, CORRUPCION, INMORALIDAD,
DESPII.F,~RROS. HIPOCRESíA, CRUELDAD Y fANATISMO DE LOS GOBIERNOS QUE HAN REGIDO A


ESPAÑA OUR~.NTE EL REINADO DE ISABEL
DE BaRBaN.


FERNANDO GARRIDO.


EDICION DE LUJO
ill.l:.¡trada con. lálllinas su.eltas,


TOMO 1.


BARCELONA,


ADMINISTRACION.
Honda tle! :\01'[(', númcro US, ¡ii


LIBRERíA.
l'laZ<l del Tcatro, número "i,


1868.




ES PROPIEDAD DE SALVADOR MANEIW.




DEDICATORIA
Á


ISABEL DE BORBON.
La ])c>monacia l'."lwiíola scrJa ll1gl'ata con ¡,alwl de norhoIl, ,j llO fl'cllllocirra (llIf


Ú ella debe en gran parte ('[ triuIlfo dt~ su." principio" rruc ,in ou auxilio Jl0 tendria
hoy la gran sati,faceioIl de \ el' proclamado:, y practicado" la lihertad Ul' culto~, ni el
-lltí'a¡:;io IHliIC'f:,al, lIi la, otra~ libertade,;, que forman el dogma dt' la Dl'IllOCracia m:i-
,en'al.


Lo, apú"tole" lit! la Democracia han inculcado en el pucblo "u~ princ ipio" fecundo,
de libertad y de jm;ticia; pero ha :,ido balll'1 de BOrlJllrl quicn kllall7ado l'll las tila,
de b De[l]ocr,lcia :í lo, allti¡:uo, partid()~ (·oIl."l'natlo["(',,; ella es (púen les ha Itedo
alzar"p t'Ol!iril l'l tmIlo, y IJll,car l'll 10, principios PO¡IllLl!'CS la sahaciOll y hl l'egl'nC'-
ri]cion dI' la p<ltria.


Ellpciiúnt!o;;c l'll no ,el' nada libl'l'al, I~abcl ba oldi!.(ado á lo:; meno,; iihcrale,; ü pro-
clamar to¡{a,; la, IiIJer[adl~, ah,olllia,;, cllalltlo ,;{' 1IIIlJil'J'¡¡U d(~ ÜUl'Ilil bana COlltell-
I,¡do eon la, lilll'rtadl's re,;tringidas, que;i ella 1(' pluguipcc l!arnos. El que todo lo
lIi('ga, Iodo lo COllCt'tle, yeso le Ita sucedido á h ex-reina de E,'paiia, cuya Ili,toria \¡¡-
mos á ofrecer al público, y que dedicamo,; á nueotro ]Jl'otago11i,;la: dedicatoria ([l{(' dl'
d('rpellO II~ p('rleIJet'c', puesto que ú ella, ú su politiea, deLpl1lo,; la lihprtatlque hoy di,-
["rutamos para puhlicar ~'ll historia.


I'crmítasclloS ,;obre csto una ligera 1"planaciOll.
Si 1:11 1 S¡¡í Isallclll, romprcndicndo que ¡o] puchlo queria in,;tiLucionrs Jihcralc,',


hubiese aceptado tle bucna re al(ucUa situacioll y,;anciouado la '('hllmla hase, en la
(¡IJe solo ,e CtlllSih"llaba LJlIl' no Sl' perst'guiria ;[nadil' por su,; opinioJles religiosas;
¿,tclll(riamm; hoy la líherlad de culto,; l'rodamada por !odo (·1 m1llldo, ~ill que ni un
~()Io [ler,;ollajn rell'l'lgrallo alce;;u \OZ contra I'lIa, ~ill <¡ut' tClIgamoo' 1'11 contra mallirl',-
!aciones de ningull gt'llPro'! Bien plll'lll' afirmar-c qUl' no la tPlldriaIlJO';. ¿Y por qué la
tcnclllO~ hoy'! ¿Por la propaganda anti-catulica y racionali,!a bccba de,~de Pll!onct','!
~o, porque la prl'Il"a no Ita sido liJJrl\ y en época alguna se ha podido (wccr mello~ pro-
paganda; tan apretada teniamos la mordaza. Solo lo~ lleo~ !tan t('nitlo libpr!ad, dUl'anlp
ese ominoso período, para propagar toda clase de lloctrillas anli-lilJi'ralco'; el ,,,'ilab,1
Ita r~'gido en E,pafia, hajo [;¡ t'sida Ilc I"~lhel, y ('~!a política rl'lrt"gralb y ('x temporá-
nea, índignalldo á todo c!nllllldo, Ita pro,lllcido la rC\OlllCion Ú que (Idlemo,; toda, (a~
lilwrtadc,; qlW di,,('rutarno,.


¡Graeia, pues á ti, [,';ll)('llle Borho11:
Hecihe como mnes!ra de gratitud esta dedicatoria, y la seguridad 11e ([1](', al ('''ni-


hil' tu hi,toria, IIll'; ate1ll1r!'lllos á la ma,' (',!rieta cl(uidad y ';010 la \cnlatl !:i:.:!órica bro-
tarú de Ill\l'stra pluma.


Barcelona 15 de oc!ubre' de 1 Slíli.
FERNANDO GARRIDO.


To~~o ,.






1.


Muchos tronos se han hundido eo lluestro siglo; muchos reyEs,
~qué decimos reyes? familias, razas euteras de príncipes, de las que
se suponian de derecho divino, andau proscritas y yacen arrincona~
das por esos mundos.


En AlellJ(lnia, ltalj¡i, Francia, Portugal y Grecia, del Norte al Sur,
las revoluciones han derribado tronos nuevús y viejos, y las faml-'
iias o!'guliosas que los ocupaLau, han ido á ocultar su despecho y su
impotencia lejos de los pueblos que oprimieron; pero Dingun tiranG
ha caid!) mas impeu~[tda y rápidamente, y con aplauso mas genend,
que Isabel H de España.


Hecho Jigno de notarse; en las bolsas extranjeras el 3 por 100
tlspañol subió mas de 4 por 100 en un solo dia, al saberse que Isa-
hel de llorooa habia perdido la corona y refugiáJose en Francia.


Este fenómeno basta por sí solo para comprender basta qué pun-
to ha sido absurda la política de Isabel, y su conducta. insensata.


Si se tiene en cuenta qua jamás el pueblo español hizo otro tan-
to con ningun rey; que si derribó uno fué en nombre de otro, y DO,
como ahora, en nombre de la Soberanía de la Nacíon, se compren-
derá hasta qué punto han debido cambiar las ideas y sentimientos
de los españoles respecto al principio monárquico, y cuán grande
lla debido llegar á ser el odio y el desprecio que les inspiraba la cai·
da dinastía.




8 l:IISTORIA DEL REINA.DO


n.


Hasta la saciedad se ha repetido que, cuando una institucion de-
be desaparecer de la esfera de los hechos, se vuelve contra ella cuan-
to so hace por salvarla. Esta doctrina podrá muy bien no ser una
t:orÍa general, aplicable á todi.ls los casos, pero indudahlemente vie-
ne de molde al reinado de! último Borbnn de España.


Las reacciones y las revoluciones, la libertad y la compresion, la
ct'ueldad como la clemencia, todo le ha sido funesto, todo ha con-
trihuido á precipitarla del trono y á arrojada de la patria, á donde
::lO volverá jamás, aunque su política reaccionaria haya sido la ca u-
81 determinante de su catástrofe final.


«Por hacer cODcesic.nes, cayó mi primo de Nápoles, es fama que
J8C;a Isabel; pues bien, yo no las haré.»)


Hoy está en la conciencia de todo el mundo, y acaso en la suya
propia, que ha caido p.:)}' no haber hecho concesiones á tiem po.


Felicitómi)DOS de la ceguedad de esa pebre muj('r; P(;fO un sen··
~i:nie!lto de equid:.:d nos obliga á añadir que, Eiendo su ceguedail
hija de las influencias clericales que la rodeabB.n, de su sumision {¡
ks prescripciones y consejos de los agEntes del Pa;m, debemos tam-·
liie:: estar reconocidos á los jesuitas imperantes en Roma, de h
marcha política do la Gx-reina, á que deberDüs la revolucion, que,
derribando el trono y expulsando á los Barbor,es, ha quebrantado,
tFlsta en sus cii11Íent0s, la tiranía de la teocracia en España, de la
ellal era Isabel dócil instrumento.


Grande y glorioso es para el puebb español haberse librado del
tirano político, p~ro lo es mas todavía, porque el trono ha arras·-
trado en su caída al tirano teocráiico, que pesaba sobre su con···
ciencia y su inteligencia como la losa de un sepulcro.


El predominio exclusivo del neo-catolicismo, la católico-manía
dd poder, nos ha conducido á la libertad de cultos, á romperla ca-
de:1a del concordato rumano, á la expulsion de los jesuitas, á la su·-
prcsion de mas de quinientos conventos, y, lo que vale mas qUf:
todo esto, á la omnimoda libertad de manifestar nuestro pensa-
miento, proclamando todas las vercades políticas. filosóficas, socia-
les y r2ligiosas, que la tiranía de la teocracia nos impedía mani-
festar.




DEL nTmo BonBO~ DE ESPAÑA.
Jamás se vió prueba mas contundente de que la intolerancia pro-


duce siempre efectos contrarios á Jos que sus autores se proponen.
Podria decirse que una venda cubre los ojos de Jos tiranos para


bien de los pueblos, impidiéndoles ver y apreciar las cosas tales co-
mo son, gracias á lo cual, toman por amigos á los adversarios, y por
inquebrantables los mas deleznables cimientos. Así es como su ruina
es la obra de sus propias manos, ó por mejor decir, del fatalismo
que lleva consigo la tiranía. Cuanto mas fuera se coloca el poder de
las entrarías de la sociedad, cuanto mas inmóvil quiere permanecer,
en medio de un mundo que tiene por ley de vida el movimiento,
menos ve y mas rudos son los golpes que recibe, basta caer y verse
arrastrado por las aguas que quiso detener, sirviéndoles de dique, y
cuyo empuje y desbordamiento no son mas que el resultado de la
oposicion que encontraron en su marcba natural.


El desencanto de Isabel de Barbon debe ser terrible. Todos Jos
objetos habrán cambiado para cIJa de forma y de colcr; lo que an-
tes creia blanco, debe abora parecerle negro; Jos sucesos no pueden
meLlos de haber cambiado para ella de significacion; los consejos,
que tomó por cuerdos, deben parecerle locuras; los que l'cch&zó por
insensatos, la exprcsion de la humana cordura. las oLr(as genero-
sas que rechazó como insidiosas amenazas, le parecerán ahora mues-
tras de sublime auhesion, y traiciones inicuas, las bajas adulaciones
Je interesados farsantes, que la hicieron creer en la solidez del
edificio poiítico, levantado por sus consejos, cuando en reaiidad no
tenia cimientos.


Repasando C:l su memoria los sucesos de su vida, la ex-reina d0
España, debe creer que solo abora puede verlos Lajo su ver-
dudero punto de vista. La apreciacian que lJará ahora de hOll1bres y
de cosas será tan opuesta al concepto que de unos y otras tuvo hasta
el dia en que pasó los Pirineos, que solo teniendo un cerebro dema-
siado grande ó demasiado pequeño podrá librarse de la locura.


¡Cuán pequeños deben parecerle ya los que tuvo por grandes
homhres! ¡cuán grandes, los que despreció por pequefíos~ Jamús pró-
digo derrochador se encontró mas ingratamente abandonado en la
desgracia por los que le ayudaron á devorar su fortuna, que esa rei-
na, que ba dado Jo suyo y lo a.ieno. sacando de la nada á miles de
ambiciosos, para encumbrarlos á las mas altas esferas sociales, y que
engrandeció corporaciones religiosas, dando á Jos prelados una au-
toridad é influencia que habiao perdido, para verlos despues pasán-




10 llISTOnIA DEL REINADO
dose á sus enemigos sin tener ni una palabra con que protestar en
defensa de su bienhechora.


El abandono de la ex-reina, por Jos que todo se lo deben, es la
demostracion mas concluyente de la ruina, de la degradacion y de
la bajeza, de la descomposicion de los elementos monárquicos en este
pais, donde á la monarquía}' á la religion no le han quedado mas
que lartufos, mojigatócratas, explotadores del altar y del trono, mien-
tras han recibido de ellos, y que se burlan de los que aclama-
ban dioses y reyes, cuando los ven caidos, cuando en iugar de
tener nada que ofrecerles, piden á su agradecimiento sacrificios.


Cuando el trono y el altar llegan á no tener mas que tales servi-
dores, Jo mejor que pueden hacer t¡¡ose,~ y reyes, es coger el petate
y marcharse con la música á otra parte.


Por lo que preeede se comprenderá que no caben la saña ni el
odio en nuestro relato, y (!ue vamos á escribir con la imparcialidad
de la mas severa filosofía la historia del vencido tirano, que en la
expatriacion llora hoy los errores de su política.


Acaso la eb;gracla. devuelva el sentido ruoral, y haga abrir jos ojos
á la luz de la verdad, á esa mujer, que no podia ver por estar co-
locuLk tan pui' encimll. de la sQciedaJ, ni senl.ir arder en el alma el
fuego sagrado de la conciencia, por creerse irresponsable, y de unu
casta di:itiu[a y superior á la de los demás hombres. De algo le
habrá servido en tal caso su carda, j y quién sabe si habrá ya com-
prendido, ¿. si llegará á comprender, que en realidad ha ganado con
perder la /..:orrm(i y u~a auturidad, que solo servian para apartarla de
la hu !l;(l[1 ¡ehd, para extra viur su in teligcncia y depra var su corazon,
labrando en definitiva su desgracia y la de todo UD pueLlo!


De tudos 11Eodos la Jeccion ba sido merecida y el castigo bien apli-
cado; pero si al vencido tirano no aprovecha, nos daremos por sa-
tisfechos CJil que el pueblo espaüol saque de ella los frulos á que
tiene derecbo.


Desgraciadamente es de temer que en 18G8 el pueblo español
vuelva á C3.'Jr en los errores que en 185:1.; y que, creyendo que sus
libertades puedan ser garantizadas por un rey liberal, levante el
trono para alWln nuevo ídolo, que nos ofrezca maravillas de liber-
tad y prosperidad, para concluir por darnos opresion y miseria,
degraducion y deshonra, corno la vencida Isubel, que comenzó
tambien bajo los mas brillantes auspicios, levantada en hombros del
pueblo, para concluir como acabamos de ver.




DEL LLTnlO BOIIUON DE ESPA~A. 11
¡Ojalá que la lectura de la historia del reinado del último Borbon,


que el recuerdo de los trámites por que esta abominable familia nos
ha conducido, de degradacion en degradacion, hasta el abismo, con-
tribuya á impedir que el pueblo se deje seducir por las halagadoras
sirenas, de voz melíflua y de intencion dañada, que des pues de haber
derribado el trono, porque la reina no queria darles el poder, tratan
ahora de levantarlo de ntIeYO, esperando monopolizarIo en beneficio
de su ambicion, presentándolo á los ilusos como la institucion mas
adecuada para garantizar á los pueblos sus derechos y libertades!


1Il.


La historia del reinado de Isabel II va á demostrarnos como DO
es solo la dinastía borbónica quien ha agonizado y muerto durante
los últimos 35 años, sino que el verdadero cadáver ente:-rado por p,l
pueblo español, en la segunda mitad de setiembre de este año, es la
monarquía constitucional, ese sistema misto, engendro híbrido de
dos soberanías, de dos principios absolutos, en realidad irreconcilia·
bIes, como son el derecho divino de los reyes y la soberanía na-
cional.


Las monarquías constitucionales no son mas que la expresion de
la flaqueza del poder real que se ve obligado: á pesar suyo, á tran-
sigir con los derechos del pueblo y de la ignorancia de este, que,
1íberal, mas por instinto y sentimiento que por'conviccion, no tiene
conciencia de :;u derecho v de su fuerza .


..


Los reyes no han admitido nunca los derechos populares, ni en
España ni fuera de ella, sino cuando no han podido pasar por otro
punto; si al principio de sus reinados han dado muestras de libera-
lismo, ha sido solo para captarse las simpatías del pueblo, para en-
gañarle mas fácilmente, y asegurando su dominacion, conservar los
abusos, y cercenar poco á poco ¡as Iíbertades públicas, anulando de
hecho las instituciones populares.


Si en algunas Da~iones no lo han hecho ó no lo hacen así, DO es
por falta de voluntad, sin!) porque el progreso intelectual y moral de
los pueblos obra contra sus tendencias liberticidas, obligándoles á
transigir con las exigencias de la opinian pública, por no perderlo
todo de una vez.


Los políticos 'níopes, que s~)lo ven la superficie de las cosas, to-




lllSTOIUA DH REl:'lADO


man es~os resultados com:> consecuencia natural y legítima del sis-
tema monárquico-constitucional, no viendo mas que el bien que en
algunos casos produce, y no el que deja de producirse por la existencia
de este sistema bastardo, en el que, ó es una ficcion ridícula y san-
grienta el principio de la soberanía nacional, ó la monarquía, el tro-
no y el rey no son mas que una farsa, que seria ridícula si no costase
tan cara. En ambos casos la monarquía constitucional es una insti-
lucion sin principios fijos, de carácter puramente transitorio; sin que
valga decir que en Inglaterra, úoico pais en que ha echado raices
ese sistema, haya dado buenos resultados, porque en realidad no es
cierto que los ha}'a dado.


Con la monarquía consti tucional, y en épocas bien recien tes, los
ingleses han sido víctimas de la tiranía y de los vicios de sus reyes.
Díganlo, si no, los reinados de los cuatro Jorges, durante los cuales
bubo largos perlodos en los que no Se respetó ningunl libertad,
viendo el pueblo hollados todos sus derechos, y los parlamentos con-
vertidos en cómplices de la opresion, en instrumentos de reyes, no
menos despreciables que la reina de que los españoles acaban de li-
brarse. y dignos de sufrir el mismo castigo que boy pesa wbrc
esta.


No hace aun muchos años, las grandes masas del pueblo inglés
vivían embrl1l~cidas, basta el punto de ser completamente nomina-
les para ellas las libertades políticas, que en realidad eran mono-
polizadas por las clases gobernantes: y no es ciertamente en la In-
glaterra monárquica donde los hombres que han iniciado nuestra
revolucion, han podido ir á buscar los principios que han proclarna-
do, como el sufragio universal, por ejemplo, á que los ingleses no
llegarán mienlras conserven la monarquía, ó del que se servirán, si
lo adquirieran, para derribarla, porque en realidad el sufragio uni·
versal y las libertades absolutas son incompatibles con la existen-
cia del trono.


Esa mOD1:-quía constitucional, que nos presenta como modelo el
gran monárquico español, don Salustiano de Olózuga, eslá en ma-
teria electoral mas atrasada, que lo estaba la monarquía de los Bor-
bones españoles, hasta el punto de que, á pesar de la última refor-
ma, que se cOIlsidera como un gran paso en las vias del progreso.
la ley electoral inglesa sea mucho menos liberal que la qne la revo-
lucion acaba de anular en Espafla. Baste decir que aun despues de
la reforma hay pueblos, que DO pasando de diez mil habilantes




DEL lumo BORBÓN DE ESPAÑA. 13
nombran un diputado, mientras otros que pasan de cien mil no han
podido obtener que se les autorice á nombrar dos.


En esa monarquía modelo, segun el señor Olózaga, hay una Cá-
mara hereditaria de lores, en la que, jóvcne:i imbéciles, ó viejos de·
crépitos, sin mas mérito que el ser hijos de sus padres, yel de llevar
un HtuJo aristocrático, tieuen el def(;cho de dar leyes á su pais. Ins-
tituciones, en fin, con las cuales es posible que suceda lo que vemos
en Inglaterra, la concentracion de la propiedad territorial en las
manos de treinta mil de los siete millones de familias de que cons-
ta la nacion, están juzgadas. Y no se diga que el mal es acciden-
tal, y que en la CGl1stitucion misma está ekemedio; porque la cons-
titucion existe bace siglos, y el número de propietarios disminuye
cada Jia 211 lugar de aumentar.


En esa monarquía modelo hay una Iglesia sostenida por el Esta-·
do, es decir, por todos los ciudauilr:os, con prupiedades, prívi¡cgio~
y reota¡;, que IIcgari f¡, r:iillones pata mucDc,§ prelados y prebendados,
viéndose, los qiJ,~ profesan otros cultos, obligados á sostener el suyo
y 21 oficial. Y en cuanto á libertad é igualdad de creencias, baste
.1' l' l' 1, ,. , 1 1 l d' aec¡r que íOS JU(¡WS no llan ¡JOUiQO entrar en e par amen,Q como 1-
plltados, por causa de religion. aunque fuesen elegidos por el pueblo.


Se dirá que al fin lo han alca:lzaGo: es verdad, pero despues de
siglas dn monarquía constitucional, y de vida parlamentaria, por-
qUf2 era nada menos que Rostchild el millom.do, quien llamaba con
aldabün de oro á las puertas del parlamento.


¿Y rIné diremos del pauperismo tradicional, y que DO tiene trazas
de d,2SlliHi'ecer, de esa monarquía constitJcional íllOdclo? ¿De qué
sil'vcn institucioll133, que no basbn al cabo de siglos de existencia á
sacar de la miseria mas d3gradante y aflictiva á ¡as masas popula-
res, mientras que naciones tan pobres como la Suiza, pero gob8lr-
nada~ republicanamenle, no conocen el pauperismo, que degrada á
la orgullosa monarquía inglesa? Consiste en que son las institucio-
nes políticas de Inglaterra, su organízacion monál'quico-constituciJ-
nal, la causa de la degradacion y miseria del pueblo, mientras que
la Suiza debe, justamente á sus i:1stituciones r2publicanas, el bien-
estar que tanto ie honra. Un cuerpo electoral, compuesto de pfi..-
vilegiados, que venden sus votos á la oligarquía monopolizado-
ra de la propiedad, oligarquía que dispone además de la cámara
alta, es la base de las instituciones representativas de Inglaterra.
¿Y cuál es el resultado de esta organizacion opresiva y corruptora


TOllO l.




14 HISTORIA DEL RElNADO
de los poderes públicos? que despues de muchos siglos de monar-
quía constituciona!, lejos de haberse modificado las leyes que se
oponen á la rerarticion de la propiedad entre el mayor número po-
sible de ciudadanos, no hay trazas de que los abusos cesen, '! la
propiedad tiende á acumu!í3rse cada dia en menor número de m:mns,


IV.


La pri'l1era condicion"de la libertad es la rf0pirdad, El hombre
no es libre de hecho, sinn prop:irci;,)Dalm(li~te á }(15 l'wnir:s con (!'le
cuenta pr.ra satisfacer sus necesidades, v S(\bi~0 es Gllf~ ln J)fo])icdJ,d


d . A


figura como el primero y mas rüral, (L~ los medios que f's"gl.1,nn la
independencia del homb¡-e. Una naden es tanto maq lih:,c, Cll:li,h)
mayor es el rúme:,() Jo :0'1 cil1rlAdfl,~0S q112 ~0~;;f'n bif'n~s r:liec-s,
porque ;a t¡er~G es el d~ r:~HS ';::t!or (~r:!~~~ fc~{!0~ 10~i h~S~r\1J)1('nt~s 'lel
trabfajc. Cakt'úsc, pucs, cllál.:crá, la ir.delifl::dc"eia "e'",l d!.' f!w,l~h
inglés, pcrsando que este rrreio:-o instrumento, que fHli'n;il~ ~, h
naturaleza, es propidncl exclnslva d:~ lreir.·a mil familhs I CUB.",h
el número de estas p1sa de siete millones. En Es:\aña hay un lI:í-
l~on y quÍnii ntos 1l1il pri)~d('tarios, en tre tr"s milh,nes y rr:edir; de
f '1' . JI' , 1 ' ,
.amI !a:~, y Si 1a revo,uclO:} venceC0fa cmr'p,e S;} mrS!f)n, y 5,C re~


" 't'~' f \..]' el ' gu;ar:za con ms UIClünCS y OrIT'RS repUlJdeanas, ap(lnns que·, ara
familia que De ;"u,Oda ser propietaria de unn. part~ del surlo esrañd ..


Ya se ve, pU83, com~J no es en Ingl::lfr::Til, ni e/) ~:'r.' irsfi I1:"io"f'!3
mo¡¡árqnico--cr:nsti!uci0Dale~, dnmk !os E¡¡'TH'e:, e'!~:Dñoh; !1( h"n
b 1 d J ',' 1" , , uscar C. mo .e.'1) para su reconst


'
\ucwn prutlC'il y SOC13,. ,


Fe1'lz'''f\D Jf~ 00·' lO" }>""l'An,," {'f\"l ro flP':'(\~ (!'jrh0. nDt(l~ ~r 1>"11 ~ .1-'11:.; EL .... , '-o .í.:" • ,,, .lt) ltl.)b,-:.:1} _",r., \} l '- Ji!,} .. ) r <, \..) I~ _~ '- "'1 '-' _ ._.~.u.,~
hund¡'r1o h" ;p<;tl'~ll{'l'on(l" ~";;bv"h" '~n rá('l'!("~ (10 f,derar ~p 1., .. U ~(,o~ .... .: j, .1-.. 1,\ ....... 1 ~,;,,~, L,~.~ .... ,.J: l,t, • .:J) .. ~". ... :. ,1,., r L .. "l •• \~ :t,." ( ~ lJ ..... ·n .. ,~;
monarquías cODstitrJcionales El cn;;:ayo ha sirl,y rlemnsbdo larg.') y
costoso, para q'JS DOS quede gana de repetirlo.


El pueblo esp3ñol es además, si no por ins1rucc:oo. r0i' St"~iti­
miento, essncialmcnte democrático. Toda ofl"an1zccion ":,'i::(':1,, ¡r-


J l.} r·, -
r' '~r \' 1 ,,' 1 rarqUlca v a:'lSLocra l'.'a, como él. monaml1Ia C0nst!tuCü n n, ,ql(' .'(ir


." , .:L • 1 t


mucho que se liberalice tiene siemp"e por cabeza un rf'y, \1 na ,,,,-
te, una ari~to('rH('ia civil, milihr y religiom, ccmo elemr:ntos fnn,-
damentale5, no puede echar raices en nuestro pueble igualétíl. !~j'),
al que repugna tanto el principio jerárquico, y la sumision y c:;e-
diencia que son~u consecuencia natura', q'J~ ni aun rn el f'jé~~('i!o




DEL ULTDJO BORBON DE ESPAÑA. 15
han podido consülidarse, como lo prueban las infinitas tentativas re-
volucionarias de todas las clases en general, y especialmente de las
de tropa.


Siempre se !la dicho que el pueblo español era el mas á propó-
sit;} paro. una RepúLiica, por su carácter naLle é independiente, por
esa dignidad innata, que se revela !lasta en las clases mas ínfimas y
quc~ tanto nos diferencia de lo~ otros pueblos. Y cuando los parti-
dus nJOllárquicos y cODseivadores han tenido que renunciar á sus
princ¡pi!Js y proclamar los de la democracia, derribando el trono,
la dinastía y las instituciones monárquico-constitucionales, para que
la nacíon se rccünstruya de D uevo sobre las bases del sufragio uni-
versal y de todii.s las libertades individuales, ¿será sensato volver á
levHntar el derrumbado edifici·) de la monarquía, causa de todas
nuestras desgracias? Dígannos sinceramente los que esto pretenden,
¿qué meuios legales ofrece la monarquía constituci;)nal, para impe-
dir que ocupe el trono un rey absolutista, que emplee toda su au-
!Ol'!J¡\J é ifin uencia en falsear y an ular las garan tías de libertad que
pretenden encontrar en una cOl1stitucion liberal sometida á la auto-
rídúd de un rey? Les desafiamos á que fuel'a de las instituciones de
una Hepública democrática, puedan encontrar garantías efi¡;aces con-
tra las aviesas in [enciones, y la accion liberticida de las personas
que ocupen el poder ejecutivo.


Sin duda la monarquía constitucional es un paso hácia adelante,
un puente entre el despotismo y la República democrática, y la COlli-
paracion no puede ser en efecto mas exacta, porque los puentes,
como las monarquías constitucionales, se han hecho para pasar por
ellos lo mas rápidamente posible.


Desde los primeros años de nuestro siglo intentaron los españo-
les pasar este peligroso puente, y hasta ahora siempre tuvieron que
retroceder á la orilla del despotismo: soio en esta última tentativa
han pasado á la orilla opuesta, y han tenido la prudencia de demo-
ler el puente, derribando el trono, el rey, la constitucion monár-
quica y sus hijuelas civiles y eclesiásticas, para no correr el peli-
gro de que les obligaran á retroceder.


j Lástima nos inspiran los que sobre las ruinas que arrastra la
corriente revolucionaria, quieren reconstruir el monárquico puente
derribado!


Si lo reconstruyeran, ¿no podria suceder que los Borbones se lan-
zaran de nuevo sobre él, puesto que la revolucion retrocedia á bus-
carlos, á la opuesta orilla?




16 IIlSTORIA DEL RElNA DO
Para librarnos de esta calamidad, no hay mas que un camino,


que es el mas fácil: seguir adelante, en lugar de retroceder. Puesto
que hemos derribado el trono j no volvamos á levantarlo; y ya que
nos encontramos tan bien sin reyes, sigamos como estamos, y no
nos andemos quebrando la cabeza para buscar un príncipe extran-
jero, que no podrá mellOS de ser una tea de discordia. 1..0 que hoy
existe es la República, de hecho y de derecho; solo falta darle formas
regulares, para convertirla en un hecho normal.


v.


Desde qUJ los Borbones han caído, en República vi\'imos, y á fe
que no nos va mal con ella. ¿A. qué cambiar, euandü tan malos re-
cuerdos nos ha dejado la monarquía constitucional, que hemos det~
ribado?


Los que pretenden que las Repúblicas no ofrecen tanliiS gar2.u-
tías de órden y de paz inferior como las mem:rql,.ías, !F) tienen mas
que volver la vista atrás, y decimos el órden y poi: int::rior de íluC
hemos disfrutado, durante el predominio de la monarquía constitu-
cional, desde hace treio la y cinco años.


La guerra ciyit empezó con la mon;::.rquÍa constitucional, y D(, ha
concluido ma§ que con ella; hasta el punto de que en la relacíon
histórica, asunto Je esta obra, encontramos mas batallas que legis-
laturas; mas luchas en las calles que parlament;;rías; ini:') períodos
de estados de sitio, de despotismo y de SUSp8;l~:¡on d~; ga",!tlíÍas Ct)l1S-
titucionales, que de imperio de iD. ley Ji de iD. Jib~rhd. Los gobier:os
formados antiparJamenta!'1amente slm muellhiclO::J feas que: los sa-
lidos de las m~yorías parlamer,!arias; y podría apliu::lrse, por el des-
órden, h anarquía y la arbitrariedad, á la constituci,Jnai mom:.¡-
quía caida, ia calificacion que el vulgo ignorante aplicaha en olros
tiempos, para expresar la idea de una saciedad dcsor(ji1iJ izGda: « ¡ Pa-
rece una República~»


No una República verdadera, sino la idea que de hs Repúblicas
daban los enemigos de esta forma de gobierno, es lo que la monar-
quía constitucional ha realizado en Espal1a, y lo q uc volVt:ría á traer
si la reconstruyésemos, porque las mismas causas producirían los
rnisnlos efectos.


y no se diga que nuestros males fueron obra exclusiva de la des-




DEL DLTmO BORBO)¡ DE ESPA~A. 17
tronada Isabel, porque por grande que fué su culpa, es pequeña si
se la compara con la facilidad que las instituciones monárquicas le
dieron para cometerla.


Cítenme una monarquía constitucional en la que la responsabi-
lidad ministerial sea otra cosa que una ficcioD; en la que el veto y
]a facultad de nombrat' ministros, de dar empleos y títulos, de po-
der declarar la paz y la guerra, y disponer de la fuerza armada, DO
dén al rey mas au~oridad é influencia que la necesaria para corrom-
per á los diputados, falsear las leyes, anular 103 efectos de las que
no pueden suprimir descaradamente, hasta convertir en dócil instru-
mento de sus miras personales esas instituciones en las que antes
cifraban los pueblo!) las garantías dr su libertad,


¿Acaso no es un hecho .1Otorio, que todos los reyes de Europa,
menos el de Ro;na, han adoptado el sistema constitucional, quean·
t 1 b 1 , '1 , '1 .., es es asusta a, por ver que es es a ellOS tan utu par.Si. exp,;;ti;¡f a
los pueblos, cmno inútil f¡ e:~¡os para garantizarse sus derechos y
¡'h j:> -, . , 1 • , I'f ! erh( es? ¿Lue.:tlln ;:: JOiJ pUCDlOS menos caros lOS l't:yes COlJS.hU-·
donales de hoy, que los absolutos do ayer? No, sino :-Has caros.


Su sistema c:; ma:3 evrnp¡¡~ado, mas inseguro en tOllo, porque en
lugar de fundarse en una afirmacioll racional, como la Repúb;ica
democrática, tiene pGI' bus~; un sofisma, la irresponsnbililltd drl so-
berano, ó el cij!ú¡¡bri:; de los poderes públicos, que nunCiln 512 equi-
libran, sino qUe se anulan sucesivamente. En la dinastía reinante
en Inglaterra se hém visto reyes obligar á no hRblar cüntrc, el go-
bierno ú lus dipl!!ados, umenazándoles con la depcdacioD. Entre
nosotros, hemos visto deportados y mandados á presidio y ahorca-
dos los diputado3 pür los votos que habian dado en el pt~r¡2.men:o,
y necesitarse para restablecer ese decantado equilibrio de los pode-
res públicos, sar;grientas revoluciones, que en lugar ue equiliLrar-
los han hecho caer la balanza delladD del poder legislativo, anulz,u-
da por algun Uempo el poder real.


¿Qué ti2~te pues de extraño que tal sistema en manos de personas
como Isabel Ir, sitvan para arrastrar por el Iodo, para arruinar y
desquiciar á naciones, tan sensatas y moderadas en sus aspiracio-
Des como la española?


¿Cómo hubier<:.\ sido posible que eD una República democrática y
federal pasEra lo que con la monarquía constitucional hemos visto
en España, 11urank tantos años, ni que si hubiera tal desórdell co-
menzado se necesitase una sangrienta revolucion, que dura hace ya




18 IIISTORlA DEL HEINA DO
mas de cuatro años, para ponerle remedio? Un presidente hubiera
sido depuesto, y otro hubiera ocupado su puesto Í:lmediJ.tamcnte.
Esto en el caso de que hubiese un presidente como en los Estados-
Luid·)s Je AméíÍca, y no un Consejo federal, compu~sto de tantos
mkmbros como callto:lOs, como sucede en Suiza, donde ias ambi-
cione3 y torpezas se ah8gJ.D en la colectividad.


U T 1 1 '1 C'\ ,. 1 R . 'b' na .iSil¡)21 1, una L.atallna oc USla, no sor:; pOSI ¡es en una
R '1 l' f d 1 d ' . . 0pUDHí~a e eral y emocratlca.


VI.


El error de los monárquicos es de doble naturaleza, y consiste,
primero, en pensar que pueden ser eficaces las garantías constitu-
cio:mlcs cOlitm el a!'m,.;o del poder, y segundo, en contar con las
vdudes y DuelLl fe de los reyes para aceptar p:1~ien[cmcnte las tra-
bas con que tratan de sujeta!' y modera, su autoridad, y mas aun
que de sujetarla y moderarla, de lmmillarla.


Un ;'ey con voluntad é ideas propias, se creerá humillado, envi-
lecido con las cortapisas que el sistema constitucional le impone, y
tratat'á de falsearlas cuando no pueda destruirlas. Sus vicios per-
sonales se convertirán en vicios de su gobierno, y bajo toda clase
de apariencias, mas ó menos engañadoras, no será mas que un ene-
migo de las libertades públicas, un parásito, un zángano de la na-
cion. Eso han sido Cristina é IsabellI, yeso serán los que las re-
emplacen, si prevalecieran las ideas de los monárquicos liberales,
que estamos seguros se arrepentirian, aunque tarde, de su incalifi-
cable error.


Para arrepentirse de haber hecho tantos sacrificios por los Bor-
bones, y de no haberlos derrocado en las épocas revolucionarias en
que pudieron hacerlo, ban necesitado los progresistas mas de trein-
ta años, durante los cuales España'ha sido víctima, por causa de ellos,
de la tiranía y corrupcion de la caida dinastía. Los Borbones se lo
debian todo; ellos los salvaron de las iras de ]a reaecion carlista y
teocrática, y de las revoluciones radicales, y recibieron en cambio
persecuciones, martirios y desprecio; pero cada vez que la revolu-
cion los levantaba mas altos que el trono, en lugar de comprender
la incompatibilidad de este con su mando, y de acabar de derribarlo
ó de DO volverlo á levantar, le devolvian las prerogativas y privile-




DEL l:tTnIO BOBIlON DE ESPA5íA. 19
gios qUe la revolucion le arrebatara, para que los empleara inme-
diatamente contra los insensatos que, en lugar de aplastarlo, como
se hace con un mpo asqueroso, se entretenian en rodearlo de la au-
reola rcyoiucionaria y popular.


Esto hicieron en 1836, cuando á la infioral Cristina debieron
quitarle la regencia, por tener la impudencia de presentarse á abrir
las Cortes embarazada de siete meses, Ella les pagó aquella indigna
cond.'scen~e[leia quitándoles el poder ignominiosamente, para entre-
ga.rlo á les rearc;cnarios. Esto les sucedió en 1840, cuando despa-
charon á la madre y se qucda:"on con la hija, como si esta no de-
biera ~entir cual cosa propia la humiliacion de aquella y ccnsr,irar
contra ks cpe de Sil méldre la separaban, Esto les ;;ucedió en 18 !Ji,
cuando se contentaron con volver á expulsar á la madre y volvieren
, 1 1 \" 1 1 " 1 'fi . h' , a que:: ::1r:~e C')D .a LllFi) que ,es agrac celO 0.3 saCL lClOS quc .1Cleran
'J las injusticias quP cometieron por salvar 19 yicEi de sn madre y su
tront), umctr:1Jlhnlh'o§ dos años de,q.DucS. V cksbacier:(io?p CUC1,..to


, .


DU'10 ~a ohnl benéf:~;! de la revclucioo, EiJ.tonr~es el =nÜ0l' de c~ta ,
f1hr~· r .. r\ ('~Jl"h·-:í:nt" r)( rS'''~'llido flor e,l!n" 1)(1" '1u l, liC:>l' :í nr'0nó,~itn de ~. ~ ti" Át.l\.. V. \. "1,,~,-'''.~ 'l.,' i' A .. ~-O 4. ¡) j¡,..1...., t _" ." L-¡.'..J. \.",~) ... ; !;. "j-" ,)
j r.:- P,-~hO'1-'" las QI',r n i'11'!OCO D~,71'naf;! qu" (lx',rr¡"ta>r."" de di''' f,~l!(\_
'"," ,,-)",1~) ·u. r,,!; tJ 01..!-:.t, •. J .. ' ....... ., :: ('o 1.,.' :..~ oJ~ ,~{;"L -'r"'!"n".' ~ ,'-...: ,--'.~J~~.'


tos (1 l'
... \ 1-


« Í'lln',¡:~jbJe narcce. aUlJGue lo I:s!amos viendo. mIC á un Pu;>blo,
i 1. '.1 ; •


qnr ;Jrnba de cow,uiHar la Libertad con la 'junta de sus h').-
; 1


yonetas y á costa. de su suogre, se le hable, siquiera sea hipotética-
mente, LId res~ablecimiento del despotismo con sus frailes y jesui!as,
pf.'l's'-n:n,~a(lo en ~Iont0il101io, ni de los hijos de Fernando vn, cuyos
car;v:tér.:~~ y cualidades no tengo necesidad de cul:ficc.J', por ~er ~e
folies conr;c¡dos.


»D!'sde e! ':(l!amitnso r,-'in,l'!o del padre de Ferrandc V!i h2.sta
:Hw-t'()S 'hlS. ~~S~:; fl:n('~~l! ~::,~,li2. viene siendo el borran, la ruÍc;a y
el cnvik~¡mierjto de h patria,


))E! d0f111nio (18 Ios d(;SC2"dic:ltes de Rugo Capeto ha concluidc en
España, y ya era hora.


))Drbi6 dCS[1p;¡"CCer el} UW~, ;·n que vendieron la rracion al ex-
tmnjrro como se vecdc un nlL!'ío de ovejas.


»Debió dcsapluecer en 181.1, cuando el ingrato Fernando, en quien
la nf\eirm hahia dcpositG,do ciegamente la confianza, restableció la
Tnquis:c¡on y el rlr.'potismo, ubulió la Constitucion, que la nacian,
ab;:¡¡::1rwada á sí misma, se dió en uso de su derecho, y mandó á los


,i. H.<parlcro y la rero1ucioll. follctú publicado CIJ jladrid en a¡';.Jsto de 185 L




20 lIISTORIA DEL REINADO
presidios de Africa á los ilustres patricios que en sus robustos bra-
zos le levantaron un trono.


»Debió desaparecer el 7 de julio de 1822, cuando Fernando VII,
instigando á la guardia real, quiso ahogar la Constitucion, que ha-
bia jurado, en la sangre de los heróicos milicianos de Madrid.


»Debió desaparecer en 1823, cuando el mismo rey perjuro, para
restablecer el despotismo, llamó en su ayuda á cien mil hijos de san
Luis.


»En 184.0 debió Cristina COilliJ¡uccer ante los tribunales para dar
cuenta de lm inmoral y traidora conducta. Si entonces nos hubiéra.-
mos librado de una vez para siempre de la descendencia del verdugo
de España, nos hubiéramos ahorrado catorce años de luchas, de
sangre, de lágrimas y de opresion.


»)Afortunadamentc ha sonado la hora de la justicia para esa raza
de ingratos y ;raidores, para esa !'aza cruel que, á trueque de con-
servar tm sus torpes manos el cetro que c:¡viliJcc, ha visto impasible
correr á torrentes la sangre española. La conciencia se rebela contra
la cínica frialdad de esos corazones á quienes no conmueven las lá-
grimas de ios huérfanos, los ayos de los heridos, ni el espectáculo de
las víctimas.


»Quien por conservar un vano título, permite que cientos y mi-
les de criaturas humanas perezcan mutiladas por el hierro y el fuego,
es mas culpable que los ladrones y aSGsinos á quienes la sociedad
arroja de su seno.


»)Todos los tronos del mundo reunidos pesan menos en la balanza
de la raZGil que la yida de un solo hombre.


»Afortunudumente, repetimos, ha sonado la hora de la justicia; y
el último golpe, que el pueblo ha dejado de dar con las armas á
sus opresores, se lo darán COD la ley las Cortes constituyentes.


»)Dejar á la familia de Borban dominando en España, seria obli-
gar al Pueblo á estar siempre en guardia para defender las liberta-
des que acaba de conquistar, porque los Ilnrboncs han sido siem-
pre, y en todas parles, los enemigos jurados de la libertad é inde-
pendencia de las naciones.
»(~) Cada inslítucion tiene condiciones esenciales de vida que le


son propias, sin las que no se concibe su existeDcia; no puede haber
señores feudales sin siervos, Di Inquisicion sin fanáticos, ni reyes


(2) El pueblo '!J el trono, folleto im preso en Madrid tambien en ~ R1l6,




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA.
sin pueblo~ estúpidos y miserables, sin aristocracia ni soldados.


»Ctlando la opinion pública, cuando las necesidades del país con-
denan, rechazan, destruyen las condiciones indispensables á la exis-
tencia de una Ínstitucion, es claro que esa iostitucion está muerta.


»Ahf)ra bien, la conlinuacio·n de la monarquía en España supon-
dria la n~gacion, la muerte de la soberanía nacional, con la que es
incompatible; la supresion de todas las libertades, que, mas ó menos
violenta y directamp,ole, no se consagrarán, mientras ella exista, sino
en atacarla y destruirla; supone la existencia de un numerosÍsirrw
ejército, siempre en la brecho. yen guardia para defenderla; una bu-
rocracia no menos numerosa; y para sostener uno y otra, quintas y
enormes contribuciones. Y como la nacíon no quiere abdicar su su-
beranía, ni los españoles, individual ni colectivamente considerados,
sus derechos ni libertades; como el país rechaz~ las quinfas, y con
ellas la existencia, á bajo prcciú, de ejé:,cito5 ilur;crosos; y ni quiere
ni puede nc.a:ar bo':'rrndes i¡;:¡p¡¡estcs. ES evidenl8 \J1ue Iro nacion des~


• J:. L ,,-


tn.lye In mnnarquh; qued Pueblo español In. rechna; ji por lo tanto,
que cuan L:J3 a!¡'.rdes de fuerza, cuarJtas in trigas se p()Ilgan en juego


1 ' , '] ¡" f t" 1 para sostenerla, SEran esten es )' prOClIJClfl1!l electos con ranos i1 !Os
que sus autores se propongan.


l)S¡ los csp:~ñf)les estuv:eran prontos á J~l!' espcntánea y alegrc-
, , 1" 1 l' 1 1 . ~ 1 mente sus VICIas, sus ¡jo~rta(,es y laClÜ:Jt ¡l,S por a conserVatlOI.'; uCc


trono, entonces sí que el ttono seria unD. institucion c~m vida prD-
pia; ¡pe"o cuán lsjr¡:) c:stán de eso! [d, corred las dudades y los cam-
pos sÍ!¡ ,~0¡dados, sin :\menuzas de prisiGnes, sio esbirros ni verdu-
gos~ y pedid á las rúadrcs que 05 dé~ sus hijns (~nra ~ervir de 501---
dados á los reyes, y que el óbolo, qne su trabajo les produce, lr.
saerifif1ucn uno v otrí) di:::"~ UrJO v otro año nara :303tcner una fami-" .... ...
lia real, p:':'(1 pag;)!' cmplc~~dos, gl:nerales, magrmtcJ y C3tadGs ma~
)'o1'e:-:; y si los pueb!üs satisfacen VU83trG. der.rw.ndu, ¡EC dechlraré
vencido, y diré, mal que me pese: «Es una aberracíon histól'Íe~,
pero lu mcnarqu[a está hoy viva como en sus mejores tiempos.),


))No lo barci~) no lo hubeis hed.lc nunca, porque estais, C(jn;o
nosotros, persuadidos de que los pu.eblos os recibirian á silbidos y
os despedir¡an á pulos si es que os dejaban salir. Por eso os preseD~
tais siempre escndando vuestro capricho con el nombre de la ley, y
seguidos de vuestro>; negros ejércitos de alguaciles, escribanos, sol-
dados y verdugos.


})Rcspondcreis ~ue el reconocimiento de los derechos del Puehlo,
TO\IO 1,




HISTORIA DEL REINADO


que la aplic::¡cin!l de torlas las mejoras q11e la sociedad reclama, que
la extincion de los males que sufre el pais son compatibles con la
monarquía. Pero esto es un sareasrno, un insulto y un sofisma. Si
S0D compatibles con el trono, ¿por qué ha negado siempre la liber-
tad, por qué se ha resistido á la aplicacion de las mejoras y á la
exh1cion del ]03 ahusos? .. Cuando se ha visto vencido, humillado
ante revoluciones indomables, entrmces, solo entonces, se ha acor-
da:io de clamar Libertad y reformas. ¿Y por qué no antes~ porque
C0mpl"endia que la extincion de los abusos, la práctica de la Liber-
'.ac1, !:J. aplicacion rle las reformas, eran su muerte. y, com() es natu-
·,al, no qlH'ria suicidarse.


» Pf'fO lc:s que se empeñan en sostenerlo á todo trance, como llna
¡'¡!tima esppmnza de reaccion, pretenden engañar á los drfensores de
h .~')b2ran¡a eH Puehlo, diciendo que le rodearán (le tales institucio-
nes, qur~ lp ;~ 1" ;,~n las n1flnoS de lal rn0dn, f{ue lo reducirán á la im-
p0tencia. Como si esto no eqnivaliera á confesar que el trono, ro·
dca~fl !k las instituciones tradicionales, en bs que su existencia 0stá
encarnada, ha muerlo. ¿Pero es est.o posihle? ~o. La 'monarquía y
la ,::hr:'raní!t ~13cional se rechazan como la fuerza y el derecho, como
la violencia y la r3Zon. Un rey que recibe del Pueblo su investidu-
!'a, c¡ue no tiene mas medios, mas facnUades ni derechos á la exis-
tencia que Jos que quiere c0ucederJe el Pueblo, que se reserva la fa-
cultad de negárselos cuando hien le plazca, será cualquier cosa, pero
de seguro no es un rey.


l)Si el rey no es mas que un funcionario, un criado, que el Pue-
blo pueue recihir hoy y despedir mañana, no e5 rey, porque los
reyes, para. merecer este título, deben manllar y no obedecer; de-
peml~r de la suya y no de la ajena voluntad; no servir sino ser ser-
vidos.


)No hay un solo ejemplo de flue los reyes hayan aceptado estas
~umiJlaDtes condiciones, que no fuera bajo reserva, y con la espe-
ranza de vengarse á la primera ocasion; y sus venganzas han sido
siempre terribles y sangrientas.


»Aunque nunca bemos sido monárquicos, no se crea por eso que
aborrecemos la monarquía, ni que desconl)cemos los grandes ser-
vicios que, en otros tiempos, prestó á la civiJizacion y al pro-
greso.


l}Todas las instituciones tienen su razon de ser: como las ideas
iJ~ quienes son hijas, nacen las unas de las otras, y se eslabonan




DEL CLTIMO BOHIlON DE ESPAÑA.
en el espacio y en el tiempo. Tan ridículo es que la ülleva idta
condene ó desprecie á la que ia ba precedido, como que esta in-
tente una resistencia siempre inútil contra la que debe sucederIa,
La historia enseña que, en un período mas ó menos largo, ia nue-
va idea ha alcanzado siempre la victoria, y lItie el tiem r'o" apa-
gando las pasione:s, excitadas por la resistencia, ha concluido por
,iustiticar á la vieja idea vencida.


»Las monarquías fueron en su origen un elemento de progreso',
sacaron á la sociedad de en medio de la horrible anarquía, dei ar-
bitrario fraccionamento del feudalismo, poniendo fin al período que
la historia califica de Edad media.


»Constituir la gran unidad nacional, acumular grandes ele-
mentos de fuerza y llevar la civilizacion por la conquista á lejanos
paises, tal ha sido la mision provídencial de la monarquía; pero ia
unidad interior y las conquistas exteriores no pudo verificarla~ sino
á costa de la propia y de la ajena libertad; y desde entonces la
monarquía cayó herida de muerte, pues la lítenad es una condi-
cion inherente á la humana naturaleza, y las instituciones que la
atacan ó la niegan no pueden subsistir sino transitoria y condicio-
nalmente.


oCon la época en que las conquistas eran los medios mas efica-,
ces de que se servian la civilizacion y el progreso, murió la mo-
narquía.


)La civilizacion tiene hoy por agentes propagadores á las artes,
las ciencias, el comercio, y sobre todo, las ideas de fraternidad, de
fusion de todos los pueblos y de todas las razas en una gran fanü-'
lia, que constituyen el dogma de la democracia moderna.


»La derrota de Napoleon 1 ha probado en última instancia, que
la reunion de las naciones bajo el dominio de un solo hombre, es
una utopia. Los mas grandes genios prácticos de que nos habla la
historia, no han podido reunir, sino momentáneamente, bajo su ce-
tro, las naciones que la homogeneidad de intereses, de necesidades
y de ideas unirá espontáneamente el presente siglo en una federa-
cion democrática.


»Las guerras nacionales, promovidas por los bastardos intereses
de las monarquías, caducaron como los intereses que las produje-
ron. Las grandes unidades nacionales en que Europa está dividida,
aspiran hoy á fundirse en una gran unidad federativa, preludio de
la unidad de la especie, que tendrá lugar en una época mas lejana 9
y que es el destino manifiesto de la humanidad.




HISTORIA DEL REINADO


)Hé aquí por qué las monarquías, que realizaron un progreso re-
lativo al absorber el fraccionamiento feudal de la Edad media, son
un obstáculo á ese mismo progreso, que no puede dar, sin destruir-
las, este nuevo y gigantesco paso, cuyo retardo es la causa esencial
de las convulsiones, de las Hagas sociales que desgarran las entra-
ñas de los pueblos modernos.


;)Si las c0!1sideracionc5 que preceden no !lastaran para demostrar
la imposibilidad de que la monarquía contirnlc: ¿cómo dudar de su
cadu_cidad, de la convemiencia. de re(m\.~)\uza\'la \:()U 'I.\n'i\ \us\\\'UC\\líi
jóven, vigorosa, que saque á la nacían del marasmo en que el trono
la ha sumergido, al veda descender del dominio de dos nl'undos á la
pérdida del suelo sagrado de la patria; de la posesion de la duda-
dela de Amberes, de San Juan de UHua y el castillo de Nifloles d la
pérdida vergonzosa de Gibraltar? ¿Cómo dudar de su muerte; al verla
d " 1" ''T' fl el"'" "f ] 9 eC:!'Jar (tC u~pan!o a i,I"aío,gar, t,e ta.ylJ. al fo::aüero.


r' ']. '1 ... ":! 1 e ", ~ '1' l ))¿,~O[GO ijG \/C~~" ia ,Jj-~ )O.:'~».·;fjHlaCt ,~-;e SU ;\?gi;f)eraC10a )lena·'jl~ (leS~
:,en.1,-," ,1" Y"abel1a' {'r.;.'!¡'",,; J., (",h,1 'l'¡"¡'l'--'" ",,", '".' I:'''-'''''!',r~(' ~·'-'U\.,I...l ~J'ij .. ~ 1 l...dUtVl .... t .... O _~~ÜJJt;l ! , "Jt.l b u.d \..u.rJlU(~ '_.II'v'-'.IL;;,du .. 1-,
-" 't 'n' j b 1 1 ti i' .,. , '. . 1 COfilO la 3. '--,un o a (:t ge;tl8ra.; de ~-,orles a L;:;ngm(,s; ¡\(;'1 :;,~'(;¡lna,
f'l" ;; "1"" "'Ir "l ,".e, 'J ,',A f.' l., ""'t' ,,1''''&'1 t,. T" "C':" " ~C" :).'"" '-';'.1"";!" :1" ,10" ·,J.,u.~l· .. ¡"'..A 1JC.,~"-,,......tlu:i.v, ,!e;,", ~ .. \G Vl~ ... ..;u,.U0,A lt.o.'.i.~.lvi.l~''''>~ '\.1' II
Juan Jo::. Austria allnfantc don Enriqlw'!


))Sl' 1" ;;:,,}u"C;"D ';1' lA """('P<''';¡)''U'; " 1,,- (1,l"},;,, Al} lo, ;-,.'!";,. /1 ,-n~', ~_ d .. -l l.Ju, 'u, .tJ 1, w ~v...¡Jj.t'''-';r,t;.J.j a f .;.I(s ;j/L' .la l/c..... la l/a lt!.J, JVIJLL.-
diera:1 de ¡'eyes, Gapitan(;s, cu;'as y príncipes, ¿qucl'cis decirrw; qué
reg¿iler;)(;ion, qué ¡Ji\tsperidad., qué r::¡uretcs podríamos ~sperar ue
"~le~ . t ¡¡ n , 1 , t' ¡, . " ' ,. CG!. " gen eS!rtm¡ !;;S ,,¡l la POS¡'¡';lCidll ú.e ¡as Jnstl.,UClGne¡; :11ünarqUl-
cas; es ya el trGLlO tan incompaltbic C\ii! la ,:;Íriliziiciou Ji el ¡.rogreso,
que aflilqUG, pUl' un ¡nHagro, se trasfot!lJünlu 8,stúS p¡g¡¡:;..;u:.; ,';1!OS
mas gran:Ie.s genios q:if'. JGll,'nrvn la :lio:larquía. no por 8S0 le Ja-
rian una vida. que no :ierw. !s,lDCI ¡a CaiúJ¡cli, CSpui'tana, que Gé¡sia.
sus t'ajes y las camisas de su mariJo, que vendia sus alLajas para
dar á Colon üna carabela en que atravesar el O¡;éauü, hubiera aban~·
dODado un edro carcoatido é impotente; y diciEndo al Pueblo: c,Go-
biémate por tí mismo, es tu d¡~rccho, es tambien tu deber,» hubiera
pl'ocurado oscurecerse, confuildirse entre el vulgo de los ciudadanos,
si es que la. virtud y el gcrlio pueden oscurecerse nunca, En lugar
de un trono tan inseguro como odioso, CI agradecin¡ieuto y la admi-
racion le hubieran levantado uno imperecedero en el eúrazon de 2üda
español.


» Yo, que no odio al trono, que reconozco los servicios que prestó
en un tiempo á la civilizacion y al progreso, me duelo sinceramente




DEL LLTDIO BORBON DE ESPAÑA.
dé SU humillacion y su deshonra. y quisiera que desapareciese,
puesto que á ello está condenado, en cuanto sea posible, lo mas de-
corosamente que se pueda.


))Por eso, si mi voz pudiera llegar basta ella, acom:ejuria á Isabel
de BorLon que, comprendiendo la gravedad d(~ la situ<lcion que alra~
V:2samos, bajara espontáneamente de un trono en ruina, eL.asi des-
plomado, y de donde indudablemente, si se empeña en 8osh~nerse,
descenderá cubierta d3 oprobio y de ignominia. ¿,Y qué puede pro-
meterse de seguir empuñando un cetro sin autGiidad ij presU-
frl'o~ e·· ..


»)¿.A.caso el poner sobre sus sÍ(;nes una corona 3i~j gloria; el cubrir
sus hombros con una púrpura en jirones y man::;hada de sangre,
merece:! las angw,tias, las aflicciones, los terrores:1 humillaciones
pOi' que ha pai'¡ldo, pasa y pasará? Un día son SI;S ¡~ür¡l~ntes. les
t · .' . 1 1 1" , . 106, íOS pnmÚ3 lermanos lOS tIlle ,8 tllSpllL,:n . ;·nllj;;',i que a.un


f'¡ '(\¡; Ij" ;,r,¡,'¡'jlJ"e" .""'~'¡~'{ll)S ,ó0.r"O[l-l,'¡'dt\·" C'Q( .1,;;1.;" ¡,' ",\.: "i" 11,,_ ji ,f_,'~ '-' U'_<d~, :'J u Q -- .'l.\ ,vv 1 I) Jd j ... ) t~qd ..... ·\.,~, "Jil L ~'-' ,¡d.M.
~tL'HJ á sr illis¡Jj(~S uloderados, que tier!'~:en Iazo~~; á S~l virtuJ., COlll-
Pl" .,nc(pr, su 11(""'1 11' ,fi"an ~'n su nOl',·lyl' '.' "U 1: ai:. 'i la l¡re-t·,!U~-J '.,h I I J~i.l1, ',aL '.~, lo.. U 1111..-1;.'.~! '.J 1
c;¡,iLHl 80 1J~j;J; ter.d)('osa noche de miserja~, Il': "r, s j' e ¡menes,
el; na satánico sueño que necesitaba á EsproLccda n:\r: aJ\if, y
.1.,1 q'},~ d spicl'!a, despa.vorida, avergonzada y L:Elb1 , á la iuz
~ ) ~:1' l¡~ 'í',·'-tr·,·t~. i 'j,! r 1110 ,.;Jo. la' bal' do'· ¡l',". .yr /l ,.,: \..''1 ('1"'--'n ~ "')b'''''~U'' ) i U,Q ,.le! ~ aS.L .I1,d.}. 61 "",¡,:,,", .. \"J(j"L-
i ,-, !-::\ ;''').1'),-''' /'\f),irin i!l r'o")na 0"111 "·'·c' d< 1,~,·-.~· (\'1~";{'(' -J.\" ,:.~ Y";"'-'~do la" 'J d" ~td U::', "'u,ud 1(>· '" ¡ ¡ U( , «,}JI ,,; ¡ü~, ,Jedl ""!¡·".tl, ,1,). "",l,J ) i:l
rodillas de Espartero, del hombre del Pueblo, á quiel': \~U) ¡legra in-
.'q1itod TlgO' nO J":'I1'i'1: "n-os da nIHI·d· O ';¡ d·~.·t!·"r¡'" ;~111··J:c, ..•. J'. debia c'· t.1 - t ~ ..... ,.. ~ú.~ e i} ... , u. v v " J ~,0 lo' " • .J ...... .l ... '1,.\, "-j' \./ ~
á su j'spada, irnplúrando perd:ln, con lágrii}l,:s am(,¡I'g;.~~;, ;}:;.;,,: q¡ ma-
dr(~, acu;'¡:Hia de ladt'íma, maldecida, escarnecida, ü!tru.j,tda. y <1me-
na"ad" 1],' 'TI U"~'C ')01' r'1 Dueblo de qUl" ni) aun ,~fl !le ... , .', ,."j 'la " da -... {.. (.: ... ·v ~ 1....:1 l . ~ l. L-.l. '" ~-' l ~')\.' ~ llL.í.~u 11.n I 'J .......
hi'~'!ldo á ese mismo homhre la vida y la libertad de Cri;;,t¡uG., que es
su mas impla,table enemiga, no podemos menos de n;c!al!¡ar: Isa-
hel, ¿no tiemblas delante del porvenir? Al despertar, no preguntas
al negro arcano del destino, ¿,qué puñal me ameoazará hoy? ¿(jllé
nueva revolucion estallará á las puertas de mi palacio? ¿ante qué
nuevo héroe triunfante tendré que humillar mi frente de reina? ¿de
qué nueV0 Puchcia recibiré una amenaza ó imploraré perdon? ¿á




HiSTOlUA DEL REINADO


qué nuevo R(:!uoudJ tendré que agradecer la con:5crvacion del trono
y de la vida?


»)¿Confbs acaso eu tus nuevos defensores? Entre todos ellos, no
tienes un solo amigo leal.


» Ya ves á tlÓfJl1e te han conducido tus antiguos defensores; ¿te
inspiran acaso mas confianza los nuevos?


» Todos los días vienen á estrechar nuestras manos y á decirnos
por lo bajo (son muy prudentes): «Tambien yo soy demócrata;d dia
dei triunfo me hallareis á vuestro lado.»


»)Recuerda que tu padre confió su salvacion á los juramentos de
lealtad de un O'Donnell, conde de La Bisbal, á quíen entregó sus
tesoros y sus soldados para que fuera á exterminar á Hiego, y que
al llegar á Ocaña se sublevó y proclamó la Constitucion.


»Recházalos, porque ellos son tus mas temibles enemigos. Cuan-
do te Laillal.l de su alIlor ul trono, traduce su amor á vivir á ex-
pensas dd Vais, á mandar, á esquilmür á la nacioIJ en tu nombre,
á devorar los restos de tus riquézils, los productos del patrimonio
real.


»Si mañana, á consecuencia de una intriga ó de otra revolucion,
te reemplazare en el trono un primo cualquiera, de los que viven
esperando venir á ocupar tu envidiable puesto, ¿cuántos de los que
hoy se llaman amigos y defensores de la reina, lo serian de Isabel,
pobre y destronada? No cuentes con ninguno; todos, á trueque di
conservar sus fortunas, sus posieiones, sus cruces y calvarios, te
volverían la espalda y volanan á inclinarse ante tu enemigo vence-
dor, á ofrecer sus espadas y su ciencia al nuevo rey.


»Cuando recuerdas tus sinsabores pasados, tus humillaciones de
todos los di as ; cuando te estremeces con la idea de un mañana.
siempre amenazador, ¿ no se oprime tu corazon pensando en el
porvenir de tu hija? Si tu vida de reina no ha secado en tu alma,
como en las de tantas otras, Jos sentimientos maternales, no sueñes
para ella en una corona imposible, y que si no lo fuera, estaria
rodeada de tormentos y de peligros tales, que comparados con
ellos, los que tú has pasado podrian calificarse de goces y satis-
facciones.


» Tus deberes de criatura humana, dotada de un criterio, de una
razon propia y responsable; de reina que se respeta y que debe
honrar á sus ascendientes; de hija que se avergiienza de los crí-
menes imputados á su madre; de madre que ama á sus hijos, y de




DEL ULTrMOllORRON DE ESPAÑA.
cristiana que terne á Dios y ama al prójimo, te mandan salir sin
tardanza, de la manera mas honrosa posible, de entre las ruinas
del trono.


»Tu razon debe hacerte comprender que tu derecho histórico y de
raza caducó, que los pueblos s.:~ pertenecen á sí mismos, que tu
soberanía, hastarrla y muerta, es incompatible con la suya, legíti-
ma y llena de vida.


»La sangre que corre por tus venas, el respeto que dehes á tu
nombre y al Pueblo, de quien has sido reina, te mandan descender
del trono de lfl. manera mas digna, y DO empeñarte en f.cguir en él
como una amenaza, siempre levantada contra la Lihertad, expo-
niéndote y exponiendo la institucion á una catástrofe espantosa,
cuya responsabilidad pesaría eternamente sobre tu memoria.


» Tus deheres de hija te mandan desaparecer, á fin de que no te·
niéndote rresent.'l los pueblos, olviden los crímenps ~c tu madre y
dejen de ma1decirJa.


»Tus s('ntimiellfOS de madre te imponen el deber de no t:xponer
tus hiJos, á trueque de necias y mundaras vanidades, á temibles
peligros y á la p~rdida de su inocencia, á 1<1 depravacíon de su al-
ma; y retirándote á la vida privada, procurarles uoa honra y una
felicidad que no nuedes esperar para ellos bajo el solio.


»Tus sentimientos de cristiana no deben permitir que Vc:iS impa-
sible la miseria, la ignorancia y la preciosa sangre que fu trono
cuesta á la nacion. Tu corazon debe sufrir crueles remordimientos
al pcns(\r cuántas lágrimas, cuántas vidas cuesta y costará tu rei-
nado; y pensando que á Jos ojos de Dios es pecador el que p~¡ede
impedir el pecado y no Jo hace, no dar pretexto, con tu continua-
cion en el trono, á que la sangre de hermanos, nacidos para amar-
se, corra mas á expensas de tu conciencia.


»Da ejemplo, retirándote espontáneamente, á los césares de Eu-
ropa, que esperan con una estupidez, con una ceguedad incalifica-
bles, á que los puñales de los nuevos Brutos hagan justicia de sus
crímenes.


»El Pueblo es generoso, y una noble accion le hace olvidar mil
bajezas.


»Si así lo haces, todavía puedes esperar salir rodeada de bendi-
ciones.


»Si no, ¿quién será capaz de prever cómo la historia escribirá el
fin de tu reinado~




HISTORIA DEL REINADO


»Representaotes del Pueblo, ¿ seríais capaces de pedir la saneion
de vuestra ley fuudamental á la misma que sancionó el desarme
del Pueblo, los decretos draconianos de Gonzalez nrabo y de Nar-
vaez, y la Constitucion de 1845 '? Y no se pretenda escudarla tras
de su irresponsabilidad constitucional. A pesar del eclecticismo po-
lítico y parlamentario, los reyes han sido y serán responsables ante
el Pueblo y ante la historia.


»Aun cuando viera que abdicabais vuestra soberanía, mendigando
una sancion ridícula de quien no puede darla, me costaría trabajo
creerlo.


»Quien ha sido representante de la tiranía;
»Quien ha firmado durante once años decretos de proscripcion,


de exterminio y de saqueo;
))Quien condecoró la inmoralidad y enalteció al crímen, ¿cómo po-


drá ser el f':' p'esen lun te de la Libertad, del patriotismo y de la virtud?
»L11, re\o!uci:n hU'Jfantc, la soberanía nacional, no pueden ser


digmwwote repre.iEfltadas, sino por el soldarlo de la Libertad; por
el hombre de: Pueblo, por el ciudadano que escribe en su hao(kra,
cuando el Pueblo armado le ofrece la dictadura: ClJ.MPL\SE LA
VOLUNTAD NACIONAL.


»)ó Espartero es el jefe de un poder ejecutivo I responsable y re·
presentante dd Pueblo v·:;ncedor y armado, de la soberanía nacio-
nal en aecion, ó no es nada.


»)No hay término medio posible.
)¿Cómn ~ompre11de[' á Espartt'ro, ministro sujeto á una voluntad.


á UIF\ f'clF'!anía que no sea la del Pueblo'?
.> y ¡Ji nuestra ¡¡¡zon rechaza esto, como una hipótesis inconcebi-


ble, ¿cómo ~odríamos acepí.ar la de que esta voluntad, esta sohe-
ranía, ó. qtl\' debiera sujetarse, fueran las de Isabel n, las de la
bija de Cristina y de Fernando VII el traidor? ¿La misma voluntad
y la misma soberanía que durante once eternos años hicieron alian-
za y causa comun con los enemigos de la Libertad, con los asesi-
nos de Zl!rbano~ de Dominguez, de Clavija y tantos otros, cuya
memoria arrancará ete"namente lágrimas de dolor á los lmenos :i-
berales ? esto es de todo puu to imposible.


))1.0 repetimos, ó Espartero, representante de la soberanía nacio-
nal, gobierna sin obedecer otro poder que esa misma soberanía, Ó
Espartero y la revolucion y la Libertad se hunden en nuevo abismo
de calamidades y desgracias.




DEL OLTnlO BORBON DE ESPAÑA. 29
))No _ hay transaccion decente ni posible.
»Cumpla cada uno COIl su deber; en nombre de la patria se Jo


pedimos, se lo exigimos.
»Bajc Isabel espontáneamente de un trono deshonrado, Ó sufra su


suerte resignada, inclinando la cabeza ante el veredicto del tribu-
ilal del pueblo.»


Catorce años necesitaron los hombres á quienes dirigíamos las
páginas qUt~ preceden, para cé,mprender que estábamos en lo cierto
y arrojal' á íos Borbones por la ventana, ya que ellos no habian
qIL:'fiJCt saiir por la puerta, eometicndo en 1854, con su eonducta,
una iüjustieia y una torpeza,


lA ¡"j t!3ti¡;ia fué malldarnes á los calabozos del Salad.ero, confun-
didas con iuaihecnores, por ,1ecir verdades tan palmarias, por darles
consejos tan saludables. La torpeza consistió dl dejai á Isabel II en
su tronu, panl. que la historia pueda cón razon acusarlos de todas
las desgracias y cala,ilidades poJiticas y sociales que la han asolado
duranle los ÚltiíllOs catorce añes, V que preveíamos y anunciamos
entonces tan c1aramen te.


Vil.


Las revoluciones vivifican y las feaccion::s matan; por eso es ma-
yor la responsabIlidad de ¡os que, con su tibieza ó con sus medidas
á medias, :'adi[nn á 103 vencidos reJ.t~cionarios la vuelta aí poder


< ., • l')U l .'. Á' " La t l " {ÚGWl1 áu ('¡;)·l anlO nuevo CítrnpO He Uí'c!on a ;11 aet:,-
\(¡'a';.;,] ]",1(·,).·;'1'1'-'¡ 'llfl!O"ICtl v !YIfJnd (lf' lo'> ü"'i':r-ll'!r'¡;;' d(\'··l'¡·'~rj(¡n ~ u,j l.. ... l ......... v ... LV., l _UiI • ..;1 ~ ~ .J4' ... { ... _ l~/ \ .... t..,J.Jr., l . • J, "L.. • ... i )U:" .• \.,.,.
dbu5US, acabuudd de cL:rrumb:.1l' las vüjas inslitueieEes que SC:;'Víhfi
de dique á la eorrientc del prf¡greso, este empezó á manife¡.;I~:rse en
todas ¡[ls~"fe'ras (k la actividad ll3do(;:¡.I, : ero como I.Íl:'jaron ea pié,
c:m sus pr(;fogativas, el alt;U' y el ¡rUlO, est'\3 sil'viero:l de bandera
y de punto de tlPUYO á la recrganizdcion de las fuel'zas reaccionarias


1" • ! d 1 d I d' .. , que VOlVIeron a enst:í1orea r sp ((el ¡nan 0, exp (ltan o la .!VIswn oe
los palridils vencedores.


¡Cuán ~Ijenos esta:'al¡ Ü'donell y sus hombres de la union liberal,
;:uando ~luletm¡Jahan las Cortes cunstituYéLlcs y desarmaban á la
Milicia nacienal, de que trabujában por cuenta yen provecho tie los
neo-católicos, que no debian tardar en venir á recoger la herencia
de Jos unionistas, continuando su obra de reaccion con ia supre-


TOMO l.




30 HISTORIA DEL REINADO
sion del Acta adicional, la suspension de la venta de los hirmes na-
cionales, las nuevas leyes de imprenta y de ayuntamiento y la re-
forma constitucional nocedalina!


¿Y qué diremos de la reaccion, que desde 1866 volvió á entroni-
zarse por las mismas causas, gracias á las medidas á medias de la
union liberal, qJe qusria tener á un tiempo un pié en !a plaza pú-
blica y otro en el convento de San Pascual; dar una mano á la de-
mocracia. y otra á Sor Patrocinio, y que, como en 1856 cayó por
haber servido de instrumento á la reaccion neo-católica, siendo en
realidad responsable de todas las calamidades que desde entonces
han afligido á España?


Horror causa pensar en los estragos producidos por la reaccion
Inonárquico"-reJigiosa en los últimos tres años, no solo en la esfera
política, sino en todas las esferas de la vida social. Ei clero levantó
la c:l!wza, altal:ero, intolerante y opresor como nUllca se habia visb
en España desde los calamitosos tiernpos de Fernando vn. No se
hablaba mas que de procesiones, de colectas para [nano,u dinero á
Roma, de reconstruir palacios de oLispos, de levantar nuevos con-
ventos y de aumeütar :08 privilegios y la interveneifJll del clero en
todas las ra:nüs de la Ínstruccion. España pareciu infeudada al papa,
una sucursal de. Roma, una dependencia del cardenal Antonell¡, yen
la misma prQPufcicn en que el clero medraba é imperaba, enseñü·-
reándo",e de la ~lac¡on, se veia el comercio languidecer, paralizarse
la industria, arruinarse la agricultura, estancarse en fin todas las
fuentes de la riqueza pública y privada, disminuyendo rápidamente
el precio d2i jomal del obrero, la renta del propi(;lario y el l;enefi-
cío del indUStrial, hasta el punto de entreve,'se la dislo:::acíon com-
pleta y la ruina de la sociedad, si tal estado de cosas hubiera con-
tinuado. Esta raba y esta dis!ocacion fueron siempre en España, y
en todas las naciones, la consecuencia del dominio de la teocracia,
que fue además, por doquiera, acompañado del triunfo de la inmorali·
dad, del escándalo y de la corrupcion en los palacios reales. Pero
la imparcialidad DDS obliga á no poder condenar á Isabel de Bor-
bon su conducía de reina, sin acusar de todos sus crímenes á sus
sostenedores, á los que, durante tantos años, han perseguido en-
carnizadamente á cuan tos alzaban la voz ó el brazo contra una di·-
nasUa impura, de esas que ni se arrepienten ni se enmiendan, y que,
juzgada por sus actos, no era humacamel1te defendible.


¿Cómo, sin el apoyo materia; y liotal de los hombres de la union




DEL ULTmo BORBON DE ESPA~A. 31
liberal y del progresismo, hubiera podido Isabei JI prolongar su rei-
uado desde 1854 á 1868? Baste decir que no se ha necesitado mas
que la alianza de esos hombres con una fraccion de la democracia,
con el propósito de derribarla, para aislarla en el vacío y arrojarla
de Esp¡¡ÍJ,;, como un mueble inútil, el dia en que se lo han pre-
puesto.


Con cuúnta l'UZ()fl. no p;)dria decir la ex-reina á los unionistas, que
hoy proclamar] la liberta] de cultvs, expulsaD á les jesuitas y der~
riban h\s co[n-eulos:


(,¿XO s¡:is VOS,)trds, falsGs amigos, quienes hicísteis ese cGl:corda·
to, que finnó Rios Rosas, y que aprobaron los O'donells y Vega dE
Armijo? ¡,¡~'¡-Ij dlentabais vosotros mi fanatismo, llevando cirios en las
p¡'[)CeSiul:cS de san PHscuai, y autorizándome~ como gobierno, áfun-
dar COlH di los en las posesiones de la corona y fuera de ellas? Y (}
al menos he ~ido lógica hasta el fin; vosotros mentínis entonces ó
ahora, o ahora y entonces. ()s arrnstrabitis á IGS piés de la n¡.:;nja y
de su p¡,¡}tcctüra, un dia de luando, corno ahora adulais á la de-
:11 oeru,Úl, satisraciLüdo sus aspiraciones u:J.íicaló¡icas, por satisfacer
JUt'c,l¡'J. awbicion de j)í)lkr. Tal COfna soy, y aun como me pintan,
hay Cil m¡ coudclcta política ::lJS hOill'adez qae en la vu:~st~a. Vos-
otros lit; me ar;"j)ia8t;~is de España, sino cuando os convencisteis de
que yo 1),) os Uam:;,ria nunca para dans el mando. Os conozco tan
á fom]o, que estoy segura de que me vengareis de la fevolucion
que me ha. arrebatado la curooa de España, á cuyo frente os en-
contrais, porque no podreis menos de conduciros con ella tan def-
1 1 . lea mente como conIBlgo.»


Esto y mas podria con razon decir la ex-reina á los hombres de
la union liberal, cuya responsabilidad ante la conciencia pública, no
puede olvidarse ni aun por los últimos actos de su vida política.


Sin duda la responsabilidad de esas gentes no mengua la de Isa-
bel; pero la de esta no disminuye tampoco la suya en lo mas mí-
nimo.


Dejando aparte la responsabilidad de todos, es lo cierto que sin la
institueion mouárquica, y el por elll falseado sistema parlamenta-
rio, ni Isabel tuviera los medios de corromper y abusar de su au-
toridad, ni sus cortesanos, de todos los partidos medios, ocasion de
exponer su frágil conciencia al con tacto tentador del poder, adquiri-
do en intrigas de alcoba y de sacristía.


Cuando el poder no emana de los comicios, y las ambiciones no




HISTORIA DEL REINADO


se ven obligadas á mostrarse á la luz del dia, y á pasar por el crisol
de la discusion, para llegar al pretorio, las mas Dobles ambiciones
se envilecen, y no reparan en los medios para trepar á la cumbre
del poder, si creen que la oscuridad de la in triga palaciega puede
asegurarles la impunidad,


VIII.


Los hombres crean las instituciones, pero estas, á su vez, son un
molde que dll formas á la sociedad, y que modifica los caractéres,
imprimiéndoles el sello que lo distingue. Por eso el molde monár-
quico-constitucional imprime á la sociedad el sello de la corrupcion,
del cinismo y de la inmoralidad. Y este fenómeno esencial del mo-
narquismo constitucional se explica fácilmente, porque no existiendo
este sistema político mas que como una transaccion inmoral entre
dos derechos absolutos, que se niegan recíprocamente, el rey no PU?-
de menos de mentir al hablar en nombre de la soberanía nacional,
como los representantes de esta, al ioclinarse ante la autoridad reai.
Su concordia y armonía no son mas que una careta que oculta el
desprecio de unos y el rencor de otros. Todos tienen la conciencia de
iU inhabilidad, y solo piensan en sacar partido, en beneficio de sus
ambiciones personales, procurando poner á salvo sus intereses cuan-
do llega la hora terrible, en que, ó el golpe de estado restablece
el poder absoluto, de derecho divino, ó la revolucion democrática
concl u ye con la farsa il usaria de una represen faciol] nacional, so-
metida á un rey irresponsable, cuya bondad suprema consiste, como
la de la reina de Inglaterra, por ejemplo, en comer, beber, engor-
dar, dormir y no estorbar. Así solo se explica claramente la facilidad
con que las monarquías cODsti tucionales se hunden, sin tener quien
las defienda y sin dejar quien las llore.


y no se nos diga que no es una monarquía constitucional, sino
un despotismo bien descarado lo que con Isabel 11 se ha hundido,
porque el despotismo de Isabel se ha visto sancionado con todas las
garantías constitucionales. Las Cortes de la union liberal sanciona-
ron en 1866 las leyes draconhnas, que la misma unión liberal ha
derribado á tiros en 1868, y las Cortes de 1867 y 68 han iJanciona-
do todos los actos de la política de Narvaez y de Gonzalcz Drabo. ¿A
qué ministerio faltó jamás, en España ni fuera de ella, en las monar-




DEL ULTIMO BORBON DE ESPANA. 33
quías constitucionales, una primera, ó una segunda mayoría, hija
de la influencia moral, que aprobara sus actos?


Quien dispone de la mina del presupuesto, de ejércitos, de escua-
dras, de la policía, de la diplomacia, de miles ue millones, del cor-
reo, de los telégrafos, de las colonias y de tantas otras cosas como
dependen del poder ejecutivo en las monarquias constitucionales.
puede, en la mayoría de los casos, obrar como amo poderoso impi-
diendo que la representacion nacional, convocada ante él, pueda en
realidad representar digna y eficazmente los públicos derechos é in-
tereses. Las Cortes se transforman en una rueda de la máquina ad-
ministrativa, mas Ó meDOS engorrosa y fácil de manejar, no con-
servando de poder político mas que algunas frases huecas y fór-
mulas vanas.


¡Desgraciados los pueblos que confian en los parlamentos que UD
rey convoca, porque no son en realidad mas que engañabobos, Ó
servidores estériles, que si enojan al amo son disueltos! ¿ Qué me-
jor ejemplo podríamos citar que el que este mismo año nos ha ofre.-
cido el decantado parlamento inglés? Ese parlamento no se ha atrevi
do á dar un voto de censura á un mInisterio, que está siempre en
minoría, por miedo á una disolucion, que privaría á los diputados
de la mayoría, llamada ¡ibera! por añadidura, del gusto de sen-
tarse en los escaños de la cámara algunos meses mas.


Hé aquí al pueblo inglés, gobernado durante mas de un año por
un ministerio, que no tiene mayoría, ni en la Cámara ni en los co-
micios; que gobierna contra el gusto del pais, imponiéndose á este
}Jorque la Constitucion le da el derecho de disolver la cámara de
los comunes; que no puede disolver al ministerio, y porque este
uerecho pertenece á una buena mujer que en lugar de inspirarse en
las aspiraciones y tendencias del espfritu público, pasa su tiempo en
eonversacion con el espíritu de su difunto marido, por el conducto
de una trípode, de un medium cualquiera, y á fe que no es esto lo
mas malo que puede hacer.


Si dependiese de la voluntad de las Cortes el cambiar de minis-
terio, como sucede en las repúblicas democráticas, ¡ cuán distinta
seria ía condueta política de la mayoría que hoy se somete á UD
hombre que desprecia, pero á quien teme! ¡Cuán otro seria el go-
bierno de rnglaterra y cuán grandes las reformas que baria en
lugar de las mezquinas que hoy realiza, y de que se vanagloria
como de conquistas inmensas en las vías del progreso!




34 HISTORIA DEL REINADO.
Diganncs ingennamf1ute los que parecen enamorados del sistema


monárqni:,o-constitucional; ¿ creen que ninguna de las mayorías
:)arl:1mentarias, eon su organizacion y su política, que hemos visto
,)O España, jurant~ el reinado de Isabel de Borbon, hubiese existido
si en lugar de depender su disolucion de la volnntad de la corona
hubiera dependido de ellas la existencia del ministerio? La res-
plll:~sta no es dudosa. Una cámara cuya existencia no depend.e de
su voluntad, no es independiente, oi libre, ni tiene dignidad ni au-
toridad moral. Y yo pregunto: ¿dónde irán nuestros monárquicos á
buscar en las mnDatquías constitucionales uoa cámara popular, que
no pueda ser disuelta por el ministerio y que pueda legalmente re-
nnÍn;::: sin Sil consentimiento? En ninguna parte: porque las cúm¡:t-
tas indisolubles, que se rcu~en de su propio derecho y que no ¡me--
den Si3r disueltas, solo existen en ¡as repúblicas democráticas,
y- u;:: 2fl lét,~ rn'narquías, por mas constituciona.les que perezcan.


Hasta C'~'l'(t~2 e,.\!L:Uuyentes soberanas hemos visto disolver
:'1) España) y fuera ds ella en las monarquías, por simples (lccretos,
y á cafioDazos, cuando los decretos no baG bastado. E1 get1en:~1 Se;'-
rano, que es rr;aestro en esta. claE8 de procedimientos, porque aSl
;lisolvió las Constituyentes en 1856, podcia decimos hasta dónde lle-
ga el poder real. f'.tw.ndD uuas Cortes no SGn bastante acomodaticias.


(( i Venganza, venganza,» es fama que gritaba Isa.bel, repartiendo
cigarros y dincm, en la plaza de Palacio, entre los unionistas que
ametrallaban a! pueblo y á las Cortes constituyentes, ei 15 de julio
de1856.


¿Y habrá quien piense en alzar otro trono y Otra dinastía, que
uno ú <)!r'J dia imitarian los ejemplos que lmn legado las dinastías
extranjeras, que durante tres siglos han oprimido al pueblo es-
pañol?


IX.


¿Quién al ver, hace treinta y tantos años aclamada con tanto
entusiasmo á la inocente Isabel, y al pueblo liberal haciendo por ella
lan costosos sacrificios, hubiera podido prever que aquella inocente
niña, símbolo de la libertad, seria el mas implacable verdugo de la
libertad y de los liberales, y que ella acabaria de exterminar á los pa-
triotas que respetaron las balas carlistas? Pero se dice ahora que




DFL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 35
la mO:\iarquÍa será democrMica. ¿Mas á quién ec.gañarán con esto
los falsos ó ilusos d2mócratas que tal propalan, y que po!' tal monar-
quía conspiran, ó arrojan la careta republicana con que hasla abora
se cubrieron?


Por lo pronto, lo que !lO es dudoso, es que ellos trabajan por el
restablecimiento de la derribada monarquía, en unian y provecho dt~
todos los otr')s mOüárquicos, que no son demócratas, ni querrán
que la monarquía se democratice; y que una vez que la monar-
quía rsté levantada y que los nuevos LafayeUes hayan presentado al
pueblo el nuevo rey, como la mejor de las repúblicas posibles.
la democracia monárquica será, entre ia gran masa de monár-
quicos, una minoría insignificante, que por mas que:;rit3 no será
escuclnda. Entonces oirá de boca de los realistas, lo que ahora
tienen buen caidado en callar, y es que la monarquía democratic::
es una utopia; que en una sítuacion normal ;:0 ¿s posible un re;
sostenido pel' io"tituciones democráUcas, y PO d~finitiva, que en
cuanh 13 !JUI:va djnastín sr crea un peco s¿~'gura, arrnjará la es-
calera c!f)il1ocrútica con que trepó al trono. Mas ni siq:liera espera:l
á que tal C:3.S0 llegue. Ya el general SerraDo, en una CU¡-tJ. que pn -
bli0un los periódicos franceses, dice que quiere una mor!arqub., no
democrática, sino (:0\1 las libertades qlie son compatibles con el trono.


Para no ver esto, es npces~rio no quererlo ver, porque la his/o--
ria, como el mas simple buen sentido, 11) muestran claramente a! mas
obtuso r,ntendimiento.


Si dependiera de esos renegados de la causa republicana, que fuesen
democráticas las instituciones de la monarquía, que quieren recons-
truir. y si tuvieran debajo de la capa un rey demócrata, pr~parado ex-
profeso para esta solemne ocasion, podria creerse en su sinceridad:
pero cuando no silben quién será el rey de la democracia monát'quica;
ó cuando saben que de todo tendrá menos de demócrata, y cuand:,
están rodeados de UDa masa de monárquicos, que detesta cordia ¡mer·
te cuanto trasciende á democracia, entre la que forman una mino-
ría insignificante; ¿cómo no ven que lo que hacen es contribuir á le-
vantar un trono y una dinastía; representantes de los intereses con-
servador-~s vencirlos? Su responsabilidad es tanto mayor, cml.nto que
sin su decidido apoyo la monarquía no tendría probabilidades de re,
construirse.


Haciendo por la República todo lo que hacen por la monarquía.
esta no renacería. Que los principios democráticos no están seguros




36 HISTORIA DEL REINADO
ni mucho menos á la sombra de un trono, no pueden dudarlo; y que
estarían asegurados con la Repúblíca democrática, tampoco pueden
negarlo. Luego dejan lo cierto por lo dudoso; ¿qué decimos dudoso?
dejan lo cierto por lo falso, la verdad por el sofisma. Su monarquis-
mo no es mas que una defeccion. ¿Cómo los que en 1856 votaron
la abolicion del trono, hoy que está caido qUIeren levantarlo? ,Dón-
de está la lógica?


En 1858, muchos de los hombres de mas nota, que hoy se dec/a-
ran inopinadamente por la monarquía, firmaron y circularon con
profusion UD programa democrático, en el que declaraban que la Re-
pública es la única forma de gohierno compatible COI] los principios
democráticos; ¿y hoy hay entre ellos quienes proclaman la monar-
quía, declafílndola compatible con los principios democráticos, no
solo teórieamente, sino en las circunstancias actuales de España?


¡pasemüs á otra cosa, porque no hay paciencia para oir esto!


x.


Lo que decimos en uno de los últimos párrafos pasó á los liberales
franceses con Luis Felipe, y á los españoles con Cristina; unos v otros
fueron u n andamio sobre el que se le van taruH el trono y el puder
de ambos reyes.


Cristina bo¡dó banderas para la MiliCia nacional, mientras le lle-
gaba la hora de desarmarla y diezmarla. Pero Jos progresistas oe
f"nt~¡DC:'S tr:nian UDa disculpa, y es que Cristina remalla siu ellos;
({tle era ella quien llamaba á les líberales, y no los liberales quienes
la sa;~aball d'~ la nada para elevarla al trono. Pudieron y debieron
derribaria, y al fin, Eumque tarde, lo hicieron. Pero tos que quieren
'evan!al' un trono sin saber para quién, so pretexto de qUE:: ellos
quieren qüe ese trono sea demucrático, son infinitamente mas cul-
pab!c's que fueron :os progresistas españoles, durar;te la guena ci-·
vil, sosteniendo lit! '-rono que se liberalizaba.


(:ristina é Isabel, criaúas en medio ele las revoluciones, rodeadas
de patl'i:)tas, ac!a,núuas por eUos y debieodo su troBO á lús sacri-
fici,lS dJ ¡luchlo liOf:!"a!, los odiaban mas cuantos mas sacnficiOs ha-
,:¡a:¡ '!"! ;,.S. LI)") snfriaD COfiO UGa calaml¡lad inevitable, y Sólo
pensaban e;) lns medios de deshacerSe de eUos, Ó en sobornarlos para
que aparentando servir la causa de la revolucion, la perdieran.




DEL ULTI~lO BOUBON DE ESPA"'A. 37
AsUué como se creó el partido moderado, durante la guerra civil,


compuesto de tránsfugas del partido liberal; así fué como reforma-
ron en 18361a democrática ConstilucioD de 18112, refundiéndola en
la moderada de 1837, devolviendo al rey el veto absoluto, supri-
mi':!n:lo la comision permanente, que tenia la facultad de convocar
las Cortes sin con tar con el gobierno; así fué, en fin, Cf1mo an uJaron
el sufragio universal indirecto, para establ(~cer el festrin¡;ído, des-
truyendo todas ias garan tías que ofrecía á la libertad aquel célebre
códígi), para entronizar al partido moderado. dándole una constitu-
CiOD que, su mas autoriZé;do jefe, Marlinez de la Rosa, declaró que
estaba heeha con sus principios.


Los oatriotas sinceros babían esperado que la reforma constitu-
cional ~c haria en sentido mas liheral, no para convertir en mode-
rada ia Constituciun d~¡ 1 iQ, sino para democratizarla mas. No habían
contado con don Salnstiano de Olózaga, gracias á cuya funesta in-
flnencia sr, agr,ngó fl );l cúmara única un Senado, se restablecie-
ron el veto ah::(duto y !':das las pr:2l'ogativas reales, que la reina
Cristi,lU ensayó, disolvibldo las Cortes y reemplazando en el minis-
terio á 1(15 progresistas con moderados.


Entonces fué cuando, cOi1vencid:ls de la facilidad para los reyes de
sobornar á unos, engañar á otros y de abusar del poder que f'jercen.
se deelararoD por la Repúbilca. siendo los primeros apóstoles de es-
ta doctrina en España, Calvo de Rosas, el Conde de lasi\avas. don Pa-
tricio Olavarría .. don J~)sé María Orense, non Lorenzo Calvo y Mateo
y 'nucbo~ otros ilustres y honrados patricios, que comprendiendo la
incornpatiblidad del trono y de la democracia. se manifestaron abier-
talllen:e rcpublicilllOS, y comenzaron en la prensa la propagnda de
qWJ resultó la organizacion de este partido, que, á pesar de tftntas
traiciones y aposta3Ías, ha llegado á ser el mas popular de España.
Cada revolllcion ab:Jrlada ha producido en sus filas notables claros
por las defeccir¡oes de las mezquinas ambiciones, de los sedientos de
mando y de gOCf'S, pero tambi~n le ha trc.ido nuevos y entusiastas
adeptos, que haQ reemplazado con ventaja á los tránsfugas trai-
dores.


El tpno, crm su influencia corruptora. ha creado siempre los
partidos, lh.rnados retrógrados, descomponiendo Jos liberales, frac-
cionándolos de tfll modo, que de su disolucion ba nacido el predomi-
nio absolu'o del poder rea:. Pero por las mismas causas. como aca-
bamos de ver en Jos precedentes párrafos. han nacido los partidos


TOMO l. 6




38 IlISTORIA DEL REINADO
ao.timonárquicos, y la Hepública ha ganado en la públicG opiolon,
todo lo que ia monarquía ha perdido.


XI.


La desgracia de España ha estado en que se crea, por muelles
bGnrados patricios, que la ~non3.rquía eor.¡stituclonal cra un siste,n;a
adaptable á la Índole de! ;lt~et'J (;si:afíuJ, Cc!1lG á la del inglés, por
ejemplo, cuando su constHucion ecoeómica, su earáder y eusiUf;l-
bres son tan distliltas. El pueblo 2sp;.lüol es CS2flcialmenle iguali-
tarjo y democrático, las jera:quLs sociales rc'pugnaG á su fieL' in-
dependencia, y mientras el ciu.dadano ing:¿s, \Í8ulÍU á un duque Ó
un Da.r del r,úuCl acercarse, se: :l..lclina\ .eC;Üíl(¡ce eH él un 3d' JUDe-


i '.1 ~


)1',,,· ,¡j l'Ui' "'Q ''',!1''~e ¡: :"'l:,f,'pd' "'l' ;'-'l""!'-""'e 'd1111'''''' TJ'·'bre "~"~'-no1
.. \./1, u~ 0j .--,.u iJ'\.. ... vL1. V.l i-· .. ...., ......... l ..... J. 1{'")1.AVt- Ul..:3 ',"- h.1.u 1 ~, "-'''j.-u¡" ~~


• , I l¡ r r "1 1 ' ¡~ ¡'1' d'! , Vlenuo a un senaUOf o (l U::( ¡l,úll) oc LaS,lda, Ira C<jJ que se me
da á mil») é irá á pedirle el ciga:T,} p~ra encender' el sU.y(¡, con el
mismo aire grave y LancG á la vez, con que se lo pidiera á un
compañero de Íaller. Para el pueblo español no hay jerarquías, y
para el inglés DO ha y mas que jerarquías .


.La consecuencia de esteo carácter del pueblo es que en Espa-
ña las alta:;; c;ases sociales, entendiendo por altas, aqu,~Jlas á
quienes se califica vulgarmente de tales, son gencralnlcate: mas
democráticas en sus costumbres que las clases merias de otros
paises. Con tales eiementos sociales las ficciones IllOnárquic("-
constitucionales son ridículas, no pueden crcurSJ COlil¡) C(¡Sil sé-
ria, porque las categorías que la monarquía establecl con su
senado, su renta para ser diputado y su censo pum ser elec-
tor, no llevan consigo llinguna autoádad moral. La autoridad
moral es entre nosotros puramente personal; td.l hombre sil) fortu-
na y modesto será el árbitro de los destinos de una provincia, en la
que abundarán los ¡;ersonajes titulados y millonajos, qUe á pesur de
sus títulos y millones no ejercerán en su pais la menor inflGcncia, y
hasta serán despreciados por el pueblo.¿ Y en un pais como este se
ha querido implantar la monarquía constitucional, cuando está re-
clamando la República, como la forma de.'gobiernomas adecuada á
su carácter y temperamento? ¿Qué tiene, pues, de extraño que con
los mejores deseos no hayan producido mas que abortos, pür querer
estrujar al pueblo español dentro de un molde demasiado estrecho




DEL UTmO RORBON DE ESPA~A. 39
y mezquino para su noble arrogancia? Por eso la Coostitucion de
1812, que consagraba el principio de la igualdad, y la ley de 3
:10 febrero, qlle ponia Cil práctica el sufragio universal, fueron las
ú,:icas instituciones políticas populares, queridas y restauradas COD
aclamaciones de júbilo, y restablecidas varias veces por el pueblo.
q1le vi6 siempre con la mayor indiferencia todas las otras constitu-
ciones, sin excluir la Gonnata de 1856.


Xl:.


Si todos los '::sfuerzos que los liberales han hecho en lo que va
de siglo pnr establecer y consolidar la monarquía constitucionaI.. sin
haberlo conseguido, los hubieran dedicado al triunfo de la Repúbli-
ca, ¿cuánto tiempo buce q:w España se veria libre de reyes, rica y
feliz?


.\lJüra mismo; si :(j.) hombres del gobierno provisional, en lugar
, ! " . J' , 1 R ' Je (CGll' que qUlefcn ,(1 monarqma, pero que respetaran a epu-
b;tca ~i sale de hl;, uroas, díjeran que quieren la República, pero
4l!J~ róp::;larán la lllol.larquia si la mayoría la proclama, ¿no podría
dceirse con seguridad que la Hepública salclria triunfante de las
urnas en las próximas elecciones?


D8sde el momento en que siendo poder, declaran los coligados
que quieren la monarquía, su influencía como gobierno pesa en fa-
vor l!rJ esta institucion en la conciencia pública; todos sus agen-
!¡;S, el mundo burocrático, militar, judicial y cuanto del gobierno
dependé, directa ó indirectamente, se inclinará á la vía que les mar-
queulas tendencias de ¡os hombres que ejercen el mando supremo;
y á su sombra, el partido teocrático, vencido, qne es el único mo-
nárquico sincero que hay en España, se reforma y se reorganiza
para votar la monarquía al lado de los hombres del poder revolu-
cionario, que los derrocó con Ja'dinastífl, borbónica, contra los repu-
blicauos; aunque teniendo buen cuidado de no decir que votan can-
didatos liberales, que les traigan la monarquía, con la esperanza de
que ellos sabrán convertirla despues en conservadora y aun en re-
trógrada y teocrática. Lo importante para ellos es que el gobierno
sea monárquico; que no sea en nombre del pueblo como se gobierne;
que el pueblo no se gobierne á sí mismo; que sobre él se alce una
te3ta coronada, que alimente, si es posible, entre las masas, ]a fu-




40 HISTORIA DEL HEI"lADO
nesta idea de su inferioridad, de su incapacidad para goberna.se, de
la necesidad de tener un rey, á quien obedecer, á quien pedir; por
lo demás, poco les importa que ese rey les venga de Portugal ó de
la China, que lo traigan los unionistas, progresistas y demócratas,
á título de monote, de rey de bastos, qUé maüde y no gobierne;
ya ellos le harán comprender despues que no tiene lllas apoyo sólido
que el sable y la sotana, y Jo rodearán, lo marcarán, y lo que no
puedan alcanzar de él lo obtendrán de la Ii víündad de su mujer ó de
la devocion de su manceba, y poco á púcú, eautelosarncnte, sin rui-
do, como la silenciosá culebra, la reacciuQ se cnrGsr:ar:l á la mo-
narquia liberal, abortada por la rcw;Íucion, hasta convedirJa en
dócil instrumento suyo. EntonCes llJs incauh)s ¡iberal~s, q\lf~ creen
las libertadc; absolutas indivi~Jales, que hoy dLofrutamos, compad-
bIes /;011 el trono, rcconoc{~ián, aunque tarde, su error, '! pedirán au-
xilio á jos vencidos republicanos contra. Id reacdon, á la que l\brie-
ron la puerta levantando el liono, para s!Jsten fl ¡' su ¡Íus,;riQ libera-
lismo, y de este modo oscilarán la libertad y ía r,.'acc¡nI1 t~¡¡ un l~il(\S,
en una confusion turnble, s¡n que ttng,Hn"s nada :c:;ó'ido !Ji estable,
cuando el establecimiento de la R2públicG. de:(l(.icrática federal a'i:~gu­
rada para siempre todas las libertades, ei~na¡;do la puerta á :as
reacciones, y abriendo las de una era d~' ;li1Z, de trabnjo, de prc·s-
peridad, de desarrollo intelectual v momi, tales CülDO nunca se
conocieron en España.


lnsístiremos todavía mas sobre el mismo tema.


XBI.


La monarquía cODstitucionnlliberal, en que sueñan los hombres
del gobierno provisional, no puede establecerse sino por su influen-
cia personal, por su poder, por su acciono Primero dirán á todos
los monárquicos: c( Votad por la rnonarquil contra la República:») des-
pues á los republicanos vencidos: «Puesto que no teneís la Repú-
blica, ayudadnos á sostener las instituciones liberales contra los
monárquicos retrógados;») y de este modo se crearán mayorías ficti-
cias con sus mismos adversarios, inclinándose primero á derecha y
despues á izquierda,


Si todos los monárquicos que no quieren la monarquía como
Prim y Serrano, ni al rey que nos presenten, votasen candidatu-




DEL ULTDIO BORBON DE ESPAÑA.
ras republicanas, la República saldria de las urnas; y si rey por
rey todos los republicanos votaran al de los carlistas, los monár-
quicos liberales del gobir.rno se quedarían sin monarquía, y siIl rey
los liberales.


¿ y cómo una monarquía constitucional salida de esta faba mayo-
ría, de este escamoteo de la mayoría de las opiniones en beneficio
de una sola, puede ser sólida, ni servir de base para fundar nada
menos que una nueva dinastía? Cuando cada uno tire rle la manta
por su lado. el nuevo rey coronado podría muy bien encontra:-se des-
nudo y en medio de tUI campo de Agramante, cuando se creyera
con derecho á con fiar en cuan lo le rodeaba.


Las nuevas dinastías no se fundan asÍ. Necesitan, DO solo qUE; el
pueblo en general las conozca, las aprecie y que ellas nagan sacri-
ficios para merecer la corona 1 sino que lleven consigo una fuerza
real, que haga caer de su lado el platillo de la balanza. inclinando
los ánimos en su favor. Nada de esto sucede en E,;paña. Len, uto-
pistas de la monarquía, despues de haber derribado Ja. que real y
verdaderamente existia, 4uiercn que el pueblo levante un trono, y
que des pues husq tH', ilame á concurso á los pretendien tes que quie-
ran oC~lparlo, tratandíJ con ellos como de potencia á potencm ¡.ara ver
cuál ofrec,; al pueblo mas ventajas ..


y preguntamos á esos monárquicos mal ac,)[)sejudos: ¿No se aver-
güenzan de querer que el pueblo, ia nacion espafíúla, pase por tal
humillacion? ¿Cómo un pueblo libre, soberano y señor de sí mis-
mo, en el pleno uso de sus libertades, que,.se encuentra tan bien
en su estado actual, que solu se acuerda de que hay reyes para
maldecidos. que no conoce Dinglln príncipe á quien ame. ni por el
que tenga la menor simpatía, iría á tierras extrañíl:s á pedir un
príncipe de los que están de sobra, Ó en vacaciones. para hacerlo
su señor, su soberano, levantarle un trono, ceñirle una corona; pa-
garle tres ó mas docenas de millonfls, que bastarian para alimentar
una provincia entera, y luego dejarse gobernar por él, por sus cor-
tesanos extranjeros ó nacionales, por sus cortesanas, por sus laca-
yos y por los lacayos de sus lacayos?


Desde Juego puede asegurarse que no vendrá el rey que nos re-
galen por aclamacionj que llegará sin prestigio, sin autoridad mo-
ral, á quitar y no á dar fuerza moral ni material á los monárqui-
cos que le regalen la corona. Para el pueblo será un extranjero,
un intruso. Y aun será probable, que, como no busquen algun Maxi-




mSTORL\. DEL REII\ADO


miliano ridículo, entrampado, que solo acepte la corona por llenar
el bolsil!o, no encuentren una persona decente que quiera venir á
Espaua, siendo la oposicion de parte considerable del pueblo. Hay
mas: los monárquieos podrán llevar á votar como rebaños de cor··
deros á los campesiaos, es declr, á las ciases por desgracia mas
atrasadas, como mas sometidas á las influcneias teocráticas, que
componen la mayoría de la poblacicn; clases que ~I}larian la Repú-
blica si el poder se lo aconsejase, como les aconseja que voten la
monarquía; pero no sucederá. lo mismo con los hahitantes de las
ciud::;.des, donde la instruccion es mayor, y des~lc aliara esperamos
que para contmbalancear los votos repubiicanos de liluchDS de ellas,
tendrán que acamular los d!~ las tropas y harán que los votos mo-
Ildrquicos de los soldados ahoguen los de los republicanos.


XIV.


Esa idf:a de reslanrar el tron'J, que acarician los que lo han der-
ribado, no es ;nenos retrógrada que la que ba manifestado ya don
SalustÍ3.no de 010zilga, respecto á la libertad religiosa, que despues
q ne la tenemos com pleta nos la quiere arrebatar para darDOS CD cam-
bio, ¿qué? la tolerancúz. Palabra humillante como la limosna y que
touo liberal digno de esto nomhre debe rechazar indignado. i La tole-
rancia! ¿qué diritl el señor Olózaga si á él le dijesen que para mani-
festar sas ideas católicas, le tolera darnos alguna libertad?


Por lo miJnos ya sabemos que esa preciosa J¡~)ertaJ que hemos
c@quistado la perderemos si prevalecen las monárquicas ideas del
humbre de i Dios salve al pais~ j Dios salve á la reina! y ¿son esos
los directores de la rcvolucioD, las lumbreras del partido pro-
gresista, que han de regetKrarnos, arrebatándonos las libertades
c0Dquistadas y falseando por completo su programa?


De todos modos preferimos la franqueza del señor Olózaga á la
dañina cautela de otros diestros, que se callan cuando ticnen el de-
ber de hablar, y que siguen contribuyendo á menguar la revoiucion
aplaudiendo al ministerio, compuesto de monárquicos, y cubriéndolo
bajo el manlo de su popularidad. Esos personajes, lo mismo que los
monárquicos declarados, han venido haciendo esfuerzos inauditos
antes y des pues de la revolucion, para que los republicanos, am-
pliamente representado en muchas juntas de las !11as importantes,




DEL lLTHtIO BORno" DE ESPAÑA. 43
no manifpstarán sus opiniones republicanas, y ahom, 1(1s homLres
de! gühie"1t0 ]'fovisioDal, encucntrnn en el Si:ElJcio de las juntas
respecto á la forma de gíJbierf;ü, una prueba de que querian la mo-
narqula, cuando ese s¡l(~ncio fué el ,resultado de un convenio, al que
contribuy(\ron esos mismos hombres,


¿Y S~~ pretenderá todavía, d~spucs de esto, que los republicanos
no levanten su bandera y vayan con ella despkguda á las urnas
electondc;;;, l1F\ donde si no sale triuufante la HepúbEca, se alza:,ú la
mOl.H,L'ípJL\ C(ln l.ock'l h,s i!lc'JnveLÍen teE' de la que acabamos de der·
¡,cear v co:~ <:,t',;s I.:tlevo.~ (lue Duden va fL'C\.'t:rsc? ~ 1...., l


¡Ojalá !j',k ('¡ pncblo CS;'3ñO! comprenda qu'; se u ltraj 8. su digni-
dad. j' qUl~ 5.: trata de escamotear fU s0beranÍa para que el mismo
vaya á c' lri'gürse n::o.niatado, ahdicando su ¡nd,~pendencia en manos
de lL! hc~m¡Yl', 'J.1Je legelrá ~n su kst,1!uento ~a nacion española á SI:S
hijGs, COW(' S('(,'ga un cf)rnJ Ó un rebaño de ovejas!


Si Isabel 11, cuya historia va¡;105 á referir, no ha sido el úftiml
soberar)(J de Esoafi:,. si sOCre los SatH!riNlt':lS v sucias ruinas de su


i ' L!,J


¡rono, el yuebk español deja que S~; levante otra dinastíCl, Ó que
vueiV<:i. la mísrua, á seJtarse, no se queje luego á nadie de su (lpre-
sion y de su miseria.


r\o s:1L)emos quié1J Sl~ rebajaría mas, si el pueblo consintiendo que
vulvic[un lus IhrlJc.' rE:S, Ó algulI.o de 2Stf)S vitliendo á recoger el fru s
lo de lu. revolucioa que ha destronado, vilipendiado y expulsado ig-


, . 1" -" b d'; '1" :HH¡lli1¡,iSamc::L GC r..spana a la ca eza _ e la !aml la.
Verd:.d es qu e eíi las familias r,~ales ni la moral, 'ni los afectos


de [ilmiht, D¡ el decor:j y la dignidad existen como entre las fami-
;¡as d,; siUl.pl:'s ci'.dadaEos. L:Js miembros dI:; las familias reales se
lbgriL'¡¡n p,!f'~ sí (;nmo jas hienas para c()rnCrE~ unos á otros; por
eso ;~o ex l"¡¡(1:.t Íll miS que la segunda hija de Fernando VII ó alguno
J; ,ms ¡:fi íFi;-j :e~'og¡8:',m del lodo, si los dt)ja,ran) la rota corona que
:iñ0 !:'Uh0~, : s',::cl::';'bla con una mezcla de derecho divino y de
liorr:l'3.'1í::t ¡¡:l:~io:BL la c~:locaran en fiU b~rbóniea. cabeza; pero nos
averg:Jnz,~i'í;:;~!QS de pertenecer á esta naeion y de ser hijos de este
pueblo, Sl dt~:i~)U2S de haher mostrado que tenia bastante honra y
valor para. J'rribur el !f(JilO y expulsar á los Borbones, volvíamos á
verlo, d ¡bJ¡da la r"odilla, Ú los piés de esos mismos Borbones des-
tronados, ;Ildiéndoles humildemente que volvieran á tomar la co-
rona que ks arrebató, suplicfJ.ndoles que se dignaran gobernarlo un
poco mas uumana y d'3centemente que hasta ahora.




HISTORIA DEI, REINADO


Esta seria para el pueblo español la última de las bajezas, la de-
gradacion de las degradaciones; esto lo baria indigno de la libertad
y pi escarnio y la befa del mundo civilizado.


Que UD puebio sufra al rey de que no pu~de deshacerse se com-
prende; pero que, siendo libre, por haber derrocado una raza de ti-
ranos, vaya á buscar amo entre los miembros de esa misma raza,
es un absurdo inconcebible, que deshonraria para siempre al pueblo
que lo cometiera; porque seria lo mismo que volverse á poner bajo
la tutela de un mal tutor, reconociendo su incapacidad para gober-
narse á sí mismo, despues de haberse declarado á sí propio mayor
de edad.


¿Qué podria esperarse de un pueblo que el primer acto que hi-
ciera de su reconquistada libertad, fuera volver á buscar un amo
á quien sQmeterse? qne la costumbre de la esclavitud lo había he·,
cho incapaz de las prácticas de la libertad, y que asustado de su
misma independencia, volvia á recomponer la rota cadena y á poner
en manos del derribado señor, el látigo, símbolo de su humillacíon
)' srrvidumbre.


1...0 repetimos, seria tan grande ia magnitud de esta bajeza, tan
indigna de la noble nacion española, de ese pueblo varonil, que sí
el dia del triunfo no ha tenido bastante iostruccion para proclamar
la República, ha tenido, al menos, el buen sentido de derribar de
todas partes las coronas, símbolo de la monarquía, que no podemos
reconciliarnos con la idea de que se deje engañar por las sirenas
que Jo quieren arrastrar al abismo, presentándole el monstruo de la
ffinuarquía, cubierto bajo las formas risueñas y atractivas de la li-
bertad.


Vamos á concluir esta introduccíon diciendo á los progresistas
con la franqueza que siempre guió nuestra pluma, lo falso de la
posieion en que se colocan, y los inconvenientes que su actitud de
hoy podrá traer para el porvenir del pais y para ellos mismos S1
á tiempo no cambian de direccion, y lo vamos á hacer, aunque á
primera vi~ta parezca ajeno de este lugar, porque en realidad no
10 es, puesto que en la Ristoria del ret"nado del último Borbon de




DEL ULTnro BORTWN DE ESPAÑA. 45
ESpaila rcp¡'escntan un papel tan importante, y porque hoy están
jugando el primero en la nueva vida oficial y del pais.


Ellos bun contribuido poderosamente á derribar los Borbones,
todos los Barbones, á dejar á España sin príncipenacional, español,
sobre cuyas sienes poner la dCI';u[::1b(da ·:;\"'rooa real. Ellos han acla-
mado les pri;¡c¡pios dcmocráticJs, que hoy nos rigen y que quieren
conservar, cm pezaDdo por el sufragio universal y la liberl.ad reli-
giosa. Ellos, en fiu, 500, en gran parte, los faut",c de esta situacioI1,
enlÍlJentcmente demücráLica, en que la nacion española se en-
cuentra, ¿y despues de todo ésto 52 pondrán al lado de los corifeos
de Carlos VII y de Isúbel d;:; Borben para votar la monarquía, con-
tra los republicanos, que ven bastante claro que la monarquía seria
hoy la rcaccion?


Dígannos sincemmenle los progresistas, ¿con qué aljgdos afianza-
rán mas fácillllente las públicas libertades que acabamos de con-
quistar, con los m0núrquic;Js, mOlbl'ad0S, reaccionarios yabsolutis-
tas, que están tras eHos ocultos, dispuestos á ayudarles á levantar
el trono, ó con los republicanos, que les tienden las fraternales ma-
nos, invitándoles á tomar una parte principalisima en la consolida-
cion de la soberanía nacional, bajo la forma republicana?


Solos, teniendo detrás la reaccion monárquico-religiosa y en-
frente á la democracia republicana, no pueden los progresistas as-
pirar á levan lar un trouo deshonrado, y á sentar y colocar en él una
dinastía nueva, desconocida, sin raíces y extmnjera, dispuesta á
gobernar con el criterio p;ogresista: es necesario , pues, que
se alien con los repuLlicullos para asegurar la libertad, Ó con los
reaccionarios para salvar el principio monárquico. De este dilema
no pueden salir. O la libertad y el poder con la República, ó la reac-
cion, y mas ó menos tarde la proscripcion con el trono.


Tul es el verdadero estado de la cuestiou de forma de gobierno,
en los momentos en que escribimos; tal es la situacíon de los pro-
gresistas, despues de haber derribado la dinastía, para fundar la li-
bertad.


Creemos que hoy andan á caza de un príncipe extranjero para
el trono que se proponen levantar, si pueden; pero en verdad no
concebimos que puedan llevar su monarquismo hasta el punto de
humillar la dignidad de ·un gran pueblo, yendo á buscar un prín-
cipe en tierras extrañas, que desconocerá forzosamente nuestras
costumbres, nuestro carácter, que no podrá obrar con acierto, á


TOMO l. 7




HISTORIA DFL Ull.INADO


menos que se contente con no hacer nada, pero que en el torbellino
de los contrapuestos partidos perderá la brújula y tendrá en defi-
nitiva menos criterio para guiarse y guiarnos que el mas mediocre
polí tico español.


¿Podrá tal rey, si lo encuentran, lo que es dudoso, ser un rey
nacional, español? No: será un rey de partido, un jefe de progre-
sistas ó de moderados, pero de seguro no será un rey dé la nacíon,
y caerá en el primer pronunciamiento, como antes caiun los minis-
te~'ios impopulares. Sabido es que los progresistas no fueron nunca
fuertes para sostenerse en el poder: purque despues de lodo, aun-
que bagan malos gobernantes, no fueron nunca buenos cortesanos:
bagámosles esta justicia; y de segur\) que trabajarán para otros le-
vantando el trono y coiocando en él un rey que no baya naciílo en
Españt!.


XVI.


Bajo el punto de vista de sus iuter¿ti~s pel's:Jc'aies !o lI¡¡sm,) que
bajo el de la libert'td. los progresistas tiellí.:ll que gaúarlo todo
uniéndose á la democracia.


Esta es un partido mas militante que de gobierno, care~e del es-
tado mayo; necesario para la administracion del pais. Completando
pOi' decirlo así á la democracia, con su estado mayor d(~ houbres
prácticos y de gobiernJ, los ¡Jfogresista;:; Se aSéguran, duranto m~­
chos años, el mando y la dircc':ioil de Jos negocios públicos, ha}!)
la forma republicana.


Por el contrario, uniéndose á 103 partidos cúoservadures y reac-
cionarios, se condenan á un papel seculldui'iu, porque e~tos par-
tidos, á los que todo les falta, ;es sobra es!ad·J mayor, por ser los
que durante los últimos treinf't años han ·)cupado el poder mas
largo tiempo.


Todo debe inducir á los ;irogrL'si::;ta~ hO[¡iadoi; á aliarse, á fun-
dirse con la democracia, ó por m(~.i:.;r decir, á abslJr~er á estas adop-
tando la forma de:; gobierno republicana.


La falta de un candidato español, piJpular, conocido y amado
del pueblo para ocupar el trono; el pdlgro de atra:::f ::obre España
toda clase de complicaciones extt'riures, buscando un rey é'xtranje-




DEL DLTBIO IlOR130N DE ESPA~A. 47
ro; el no menor de provocar una guerra civil desastro~a. obligan-
do á lanzarse ~I la pel'?a á los carlistas y á }11S republicanos; la in-
segwidarj de afianzar la Ji¡;ertad, poniéndola eD maDOS de un rey
descooocido. que ?üdria. salir una plaga c:,mo ]a de que nos hemos
librado: lo caro qU) cuestan las rnonarquía:~ constitucionales, y la
oec('sidad que Espail(:. tieue de un gobierno barato, que solo cabe
bajo la fO;'illa r,c:publieaoa. todo esto debe pesar en el ánimo de lns
Drogr('s;,~hl': '-'r>,"" i""cí¡"'u"J'os lla' (';r; 'a Rupl'I~JI'ca
.,' ~"l',·.",~ j,~",t\, .. ,c ~ ttC ¡ ...... ¡(..,. l (- l , .


P:'fO todu\íil i:ay d;'a razcm 1iiJperiIJf, y es que si no lo hacen
así, L. ITj:l~í¡(f,,:.s¡aJa ¡¡ht;;íud corre un pelig"i) mas serio del que
~lNI:an.


D!!r,,¡.h 1,~ vil f¡,l Givil de los s¡í::te años los elementos democrá ..
ticos, q(lL Cfall gmild,'8, SÚS:,U vierc,u el trono y las instituciones
¡{'¡Ir :-;ütl>'Ü\;~, COIi[ra ¡os fraccionarios, ~ no cOJtrihuyeroI' poco al
trL¡¡lfo de :iJ. ,-JSil libe;' .. ,: } dGl tr'HlO ¡le Isabel, que la reprcsentílba;
¡lerG Hlueh ;;.'li¡¡;.,-~JCiii. L~ p(O¿re~ii¡as si pi:.;nsaG que hoy harían
Jos rq),dd 1:0:; ¡ ; ¡Jj~',Ol ;,tlC ifiéi!l ¡ or s:stener UD trono por libe·-
r;Ji (fU' ¡'eleS., ·1 ji", ,;j '1l1:. d carlistlJO !crantase la cabeza, que sí
'¿ .:'v, . .,l.;Üi, < ;.J.jUiHJ Ui.; re) t:xlranjero.


y id) ::,~ l~g- q,le en :ci.¡ Jaso no serian fuertes Ls carlistas, por·,
'i u:,; ~¡nU;¡il¡ t:Il s., apJJv el od;ü del ;JUe}l!o á UD rey extranjero, el
lL:J.:¡lv,;to Jc c~;L. ,ieY, ;:ombatidu p01' la dClllocracia republicana,


1 t" j ' 1 I b:l " .. y;a U:'·lO" te lUl\S ¡l):5 útil os monarqmCI)S reaCCIOnarIOs, que se
ilcug·"::uü á la btHH!<:ra :10 Carlos va, pudiendo asegurarse que lam-
bir;n trndriar e:J su fav:)!' las simpatías napoleónicas y las del clero
'ahiic,/¡ I.l· ':"1' l' ÍJ ':'xl:"a'-JJ"'~o
" ~t;1. " \.. ... 'j-'Ul , J \,,-, L. í 01 •


El rey exL'(1llj¡;,O de los progresistas seria combatido, como in-
truso ~. ,j\o!;;,jo;r',;io, pOl' los rl~aec¡onari05; como rey, por Jos
repuhlieaú 1;';; : su único s(,sten ~eriaD. los hom tres dé'¡ partido pro-
gresisL" ¿r.w'm[o til'mpu Ci'Cnl estos que pcdrian conservarle la
eoruna?


XVII.


Dividida E:-l,aña en tres bandos, como por desgracia lo está, no
puede haber gí¡bitrnu mas que [:or la union de dos de ellos contra
el otro. Los progresistas están en el centro, y pueden inclinarse á




48 HiSTORIA DEL REl!'lADO
derecha ó á izquierda: de ellos depende hoy el rumbo que segUIra
la nave de la revolucion. Si continúan inclinándose hácia la dere-
cha, insistiendo en levantar el trono, no podrán menos de aliarse
i;on la reaccion monárquico-clerical, y darán al mundo, atónito, el
triste espectáculo de su un ion con los jesuitas y sus agentes, á
quienes servirán de instrumento. Esto los conducirá irremediable-
mente á comprimir y reprimir las manifestaciones de la vida polí-
tica en las principales ciudades de España, que son esencialmente
democráticas, y que, si dejan el sufragio universal, nombrarán
sus Ayuntamientos compuestos en su gran mayoría 1"iO de nionár-
quicos sino de republicanos que estarán forZ0S3mente e)1 pugna
con el poder centra!. ¿Y á quién aprovechará 13sta reaccÍoi1 mas que
á los reaccionarios?


Si abandonando su monomanía monárquica los progresistas quie-
ren asegurar la libertad, se unirán~on los republicanos, 'i forma-
rán juntos el poder, la situaciol1 mas !iberal y mas ",{'lida que jamás
se vió en España, porque será la alianza de las claSeS medias libe-
rales y gubernamentales con las masas democráticas. Y téngase
presente que si esta union ha sido necesaria para ',~crrocar la reac-
cion borbónica, ¿cómo podrá no serlo para conservar el poder y
consolidar la revolucion? •


Si así lo hicieran los progresistas, el júbilo, la satisfacciuD, el en-
tusiasmo que esta política, verdaderamente liberal, patriótica y pru-
dente, produciria en todas las poblaciones de España, seria inmen-
so; tanto al menos como el terror del bando retrógrado.


La union liberal seguiría indudablemente el impulso del partido
progresista; y dentro de la legalidad, del criterio de la República
democrática, se moverían holgadamente las tres grandl's fracciones
del partido liberal, mucho mas regularmente que pudieran hacerlo
bajo un rey cualquiera, de los que puedan traer á España. Este se-
ria además el único medio eficaz de reducir á la impotencia al negro
bando romano absolutista y neo-católico, que no puede respirar y
vivir en la atmósfera de la libertad sino cuando los liberales se
desunen y combaten entre sí.


La democracia, á trueque de ver consagrado su dogma bajo la
trma republicana, única compatible con la soberanía nacional,
baria de buena gana todas las concesiones posibles á los partidos
medios.


¿A.caso el espíritu, los intereses conservadores de esos partidos




DEL ULTIMO BORBON DE ESPA:\A. 49
no son compatibles con la forma de gobierno republicana? Acaso y
sin acaso la forma democrática y republicana garantizará mucho
mejor esos intereses que la monarquía usada y desprestigiada, y cuyo
restablecimiento tropieza hoy con todos los obstáculos que hemos
mencionado.


¿No proclaman además los progresistas que quieren una monar-
quía democrática? Pues si lo esencial es para ellos la libertad, ¿qué
les importa que esta se llame República ó Monarquía? ¿La cuestion
de forma ha de tener para los progresistas tanta importancia que se
Jo sacrifiq nen todo, honra nacional, paz interior, y hasta la liber-
tad que con el trono estaría comprometida?


No conocemos un progresista honrado á quien no hayamos oido
repetir: <q A.h! ¡si la República fuera posiblel ¡yo seria el primer
republícanob> Pues bien, hé aquí que ahora solo la República es
fácil de establecer; todas las dificultades son para la Monarquía
constitucional.


Esta es la hora en que los progresistas deben abrazar á los re-
publicanos diciéndoles: «Puesto 'que hemos dado el primer paso
derribando tronos y reyes, demos tambien el segundo, el definitivo:
proclamemos unidos la República democrática.»


XVIII.


Llegamos á la cuestion de la dictadura.
Sabemos que muchos progresistas vacilan temerosos de que la


República nos condujera á la dictadura; pero la dictadura no puede
producirse mas que por una de dos callsas, Ó porque fuera una mi-
noría democrática quien impusiera la República á todos los otros
partidos, en cuyo caso la dictadura nacería de la dificultad de de-
fenderse poco!' contra muchos, ó bien del triunfo de la reaccion con-
tra los partidos radicales. Pero la dictadura no tendría razon de ser
desde el momento en que los partidos medios y los radicales adop-
tasen la forma de gobierno republicana, porque su union constitui·
ria un poder tan fuerte y sólido, que podría conceder toda la liber-
tad imaginable sin necesidad de recurrir á la fuerza para defenderse
de sus enemigos.


La dictadura no puede engendrarse ni bajo la forma republicana




30 ;HSTGHU U:L REIN.\.DO
ni bajo la m:Joárquica sino por la desunion, por la lucha de Jos pa:'-
tidos que han tumado parte en la revolucion bajo la bandera de los
princi pios democráticos.


Pero la dictadura será inevitable restableciendo la monarquía,
porque solo con ella podrá el nuevo rey hacerse obedecer y domi-
nar las grandes poblaciones, donde con mas calor se agita el espi-
ritu democrático, tales como Madrid, Sevilla, Zaragoza, Barcelolltl,
Reus, Valencia, Málaga, Jerez, Cartagena, Figuera~, Antequer'l"
Héjar, Alcoy, Alicante y muchísimas otras que ;Jodríamos nombrar.


El peligro de la. dictadura seria inevitablt> con el ;esta~!cc¡lllie'1(()
de la monarquía, porque esta ba perdido ya todi! .~ll encanto para
grau parte de las cbses medias y ¡Jara. la-, grandes mat;a" demo-
;;ráticas de las ciudad0s que la rechazan resuelta y enérgicamente,
por mas que se l.a presenten cubierta, cual estatua de barr:') , con
una cascarilla de oropel. Y no duden 1:;5 prngrC"sistas que ellos CO~
1110 los demócratas serian las prim~ras vÍctimEI,5 df~ la (~icladura, por
mas que sean ellos quienes las estahlf'zcan, poqu·~ nunca ¡'llpune-
J)'mte faltó á 10s liberales la confianza el] Id libertad.


Uniéndose á la democracia para fLUJliar la República, los progn~·
:~istas harán iillPDsible la dieiad:¡l'a ql1e:.emi'D, pnr'Iue nuestra
union constituirá una mayoría formidable, será la lInion de todas
las fuerzas vivas del país, de todos los ci\'mentos de mejora social,
de progreso, de trabajo, de CieD!~iG. y de porvenir qU'~ encierra Es-
paña.


XIX


Todavía abrigan otro temor los progresistas sinceros y mas dis-
puestos á abrazar la causa republícana. Este temor es el de las
complicaciones exteriores que el €3tablecimien to de la República po-
dria traernos; pero este temor es infunclado. La República española
seria mas respetada por todas las naciones extranjeras que un rey
cualquiera, con el cual no podríamos dar gusto á todas, no sola-
mente porque la República formada por la union de demócratas y
progresistas seria un poder mas sólido,! fuerte que ninguno de los
que han existido hasta ahora en España, contra el cual ni las ase-
chanzas ni la fuerza bruta! de cualquiera nacíon extranjera serían




DEL ULTmO BORI.lüN DE ESPA~A. 51
bastante á conmoverlu, sino porque el establecimiento de la Repú,·
blica en nuestra patría, de una Repúbliea sensata, tan prudente co-
mo fuerL~, bastaria pa:'a derribar á los tiranos que aun oprimen á
algunos pueblos de Europa, y á trasformar en Repúblicas algunas
monarquías constitucionales como las de Italia, Bélgica, Hoianda,
Hungría y otras.


El restablecimiento de la monarquía, por el contrario, afirmaria
los huy vacilantes tronos de los déspotas, y rebajando á España,
reduciéndola á un papel de nacion secundaria y de segundo órrleD,
le arrebataria la brillante auréola de cabeza del movimiento libe-
ral y democrático de la Europa moderna que hoy ciñe su frente, y
que conservaria fundando una gran República ibérica y federal.


La España de hoy, unida con el lazo de las instituciones demo-
crátICas, representa una fUerza tres veces mayor que la España de
1808, y aquella, sin embargo, bastó para resistir á Napoleon el
Grande, cuando estaba en el apogeo de su poder y con la Europa
entera jlosirada á sus piés, ¿Qué pi.!dria Napoleon el Pequeño, vie-
ju, gastado, sin prestigio, rodeado de enemigos extraojeros é inte·-
riO/'es, sosteniéndnse mal y apenas sobre un pueblo en fermenta-
cíon, contra la España republicana, gobernada y dirigida por J¡~
unlOu progresista-democrática, qu,~ tendría aJc~uás de su fuerza
prGpia, la simpatía de todos los pueblos civilizados de Europa y
América?


No teman, pues, los progresistas que la República democrática
española encuentre en Europa advt~rsarios temibles. Sus enemigos
serian impotentes, y doscientos millones de hombres desde el Tíber
al Volga, ia saludarian corno la aurora de la libertad dt' Europa,
corno el primer paso para el establecimiento de la federacion en too
das las naciones, el desarme de ejércitos y escuadras y la ¡¡UZ uDi-
ver~al.


Mediten bien esto progresistas y unionistas, y vean lo que es mas
conveniente para ellos y para la patria: la union sincera con las
grandes !DaSaS democráticas para consolidar la libertad hajo la for-
ma dB gobierno republicana, ó la lucha con estas y su union con los
monárquicos reacciGoarios para restaurar el trono en fa.vtif dt~ un
rey extranjero.




HiSTORIA DEL REINADO


xx.


Comencemos ahora el relato imparcial y exacto de la historia del
reinado del último Borbon de España, empresa que acometemos
convencidos de que si todos los españoles pudiesen conocer los hechos
de tal reinado antes de que se decidiese eUelos comicios la suerte de
España, no volvenan á levantar un trono,[aunque fuese para un án-
gel bajado del.~cielo; hasta tal punto resultará cierto de la historia
de Isabel de Borbon, que el trono embrutece á los inteligentes, cor-
rompe á los honrados, atrofia en el alma el sentido moral y con-
vierte, en fin, los ángeles en demonios.




HISTORIA
DEL


REINADO DEL ULTIMO BORBON DE ES PANA.


LIBRO PRIMERO.
---


CAPíTULO PRIMERO.


SUMARIO.
.,. .::; .•.


Principa! mira dd nlllor al p:;erihir p~ln hi"loria.-Cuatro pabIJr:¡" "ohrc FCl'nanl!o VI[
an!(', di' I:a."ar":i' ('(In Cri..:lina.-.\lIl:cllola curiosa.-l.lIcha terrible en r~laci(l entrc
lo" partidario,; tle don Carlos y Crii'tim.-l'raglllútica aboliendo la Ipy ,..úlir<!.-Iu-
Iriga,: tld liando carli,ta.-Firma c'l rey llloriJ¡Ill11lo la re\OCaCiOll lle la pragm:iti-
,.·a.-Enle!"!'/a \arOllil di' 110iia Carlilia.-Conralei'cllcia di' Fe!"lI~11l10, y ~II" [(']]-
(l('lIcia, :i lil,eraliz;lI"lc.-\mlli,tia.-:;:l'I'yili,;mo ,', llipocrc'Iía lk los reali,la'.-Con-
,'il'lIl'ia dC' 11011 Carlo".


1.


Ardua tarea a~ometemos escribiendo la historia de un reinado en
que tanto abundan los hechos, crueles unos, vergonzosos otros, tor-
pes y sucios los mas, de una reina que ni en la vida pública, ni en
la privada, supo respetar su dignidad de reina de un gran pueblo á
quien tantos respetos y consideraciones debía, ni el decoro de bija,
esp0sa y madre. Preferiríamos consagrar nuestras tareas á asunto


TOllO r. 8




54 IIlSTOHL\. DEL IUHNADO
mas decente, y solo nos resuel ve á abordado la prcluilda convic-
cion en que estamos de que c:m ello prestauos ¡\ la plttria un gran
servicio.


Nuestra misioD, al escribir la hisíoric. del reInado tic;! último l3ur-
l'cn~! p~"'('¡ii~, enrn~~'::~~"t:''':~c; \~ )R :1e~_ ;;;.-Df2~,Of' q~ .. :ü ~=~ '_:1 ,-~Lrt~·~~.ti~J (L~Le
r lrf: ~ ;1;: ra !a ~ ~ 5(,5:-¡ f! Z1 ,~: ~ '1 ~ tI 'l~ I~· -~ ~~ ~}. ~ ,f.~_ ~\ Lt ~ , í-'"\=¿ i~ -;_! ~:~ CL~, :.: Ú rcr le
~~ D a ~) ,~H;~ n ~ 2~ ;1~ U :' "'; r. '.:' :";, .~~: 11:' .~" (: ~~ \:. ~,\.~¡.~ ::~ .. : .~.'(~; l arl.,
~<:5 y :},(rlr t: ·'e~ "'~ '.?~ :~-,:'_-~-~::1~G<~ ',;, ~~ i',:t,-, J;~. ~~~ ... ~"~.~¡,~:~;, l\;;~.'.j~-.l·_~:_.~. y rc~ü""
~j::~;:} ~:. ~_~~J, ~,~~~~~~_.:.,r,:} ~';-·'::~~~"2;_~ :';"1 ~J. ,.~.~,_.~.,~~,::~::_:._ .~. \A._~ . .; .. : ~ .. ,;>~:~;
'.'(li'¿0:" Z:)S'0S.
PC~': .. ~ '-,(t C3 D0S:b!; ahDrrar la !Jistoria del reinado d.e Isahel n,


• ::.!~;, C"';~;Of~I\~,r 2.r.tC~~ ~~.h:ru~:,~.s lf!"tcas á FernaDd!.~ ,Trr y ti I\I;~f'i~; Cr'is-
~ v ~


-t:n~ h rtP;·~·n'):· l.'i~ ."l.c<n;<)ñ-·1r\C! ha·) rl¡:'.l;~,.)/) 1" dl"r. 1na da V(.lt'r-e Tl"'nd"
"!.iU, (, ','" '"'.' ,,,,.,.) '"",y'Hl.;,,:i) ti 11 • ",.'Lü, ",:,0 , ',,' '-' 'A~ 1 HA (~-
,bs r":' e1'a


Tri'-: V'("'~ ,,;:' l,,.~\j;, :""<:,,,,1() !;""l'é':1""ln VI! y d· () rll'nerU!'a dí' StlS
"" l . ./v, -,.~ L ...... H .'" _,,, ,-,,'J. i' ..1- \.-1-" .~l4.-"~~'J" .'-., V & U .\ .......


('-¿"n",";' !"~'" j"" ,·{p':f'",;> f¡_!:,! 1',;,.,~~F;;;:¡;ln{.,in V "'1 'riude? :lL'nt'lron
_ .. ,J¡; ••..• {J,~ "":.. ~_ ... ~~.,,-"-_ .... _J ... , · ... ."c_,..), .... >.!'._ ,;."''- .... (1 J d\. .. \'; Lo l.. .. -1 \..


l, ... "f" '·,1 """n~0 Ic.~ nR,l."rH'lZ·\" ·lpl "'·'''lid" c<>rl¡'¡;'" '¡UC ¡",d," ¡'Illonl':" ~¡'Lfl,' \.(1 .. , •..•.. ' ,.iLt,>j .. ¡J .... '~;.I,,;'UJ.~/l.. ... ~"n t .. _d.. i-.)u~ ..... "".·_f Ji.Á.i! .... 'h.l.; t~l "'_.U·":'~'.", l'V .. '(}
(;Gt' !31,~ b('rf:l~::,-::O ckr; Cfl.:-los b heredasG en ,\'ü!;¡, Ferniljdo í:d,onccs
S~ vr':;~so c;;~;usC' ;}Dr cuartJ vez, y ya puede supor:crse el disgus-
t j qw: ht' des'!) ca..isaria á su hsrm;~!)o don Carlos y á tlldos los
co:-if::;os dd bando apostólico, que en realidad eran dueños del po-
der, p~,¡o:'st'} que ocupaban los principales empleos, mandos y car-
gos púhlicos.


Apenas se huro fijado la cleccion del rey en su prima Cristina,
princt's1\ napolitana, cuando los carlistas se dieron á averiguar y
escudriñ3; las "Iid~,';; y milagros de la princesa que podia, dando
hijos á Fernando, arrel::atar la ccrona de España á don Carlos.


El resultado de sus averiguaciones parece que los satisfizo ex-
traordinariamente, y ya dieron por seguro que el casamiento del
rey con la princesa napolitana no llegaría á efectuarse.


Un día pres~ntóse á Fernando VII, con aire compungido, su con-
fesor, el famoso canónigo Ostolaza (a), que era uno de los corifeos
mas aut()'!'¡zados y ardientes del bando apostólico, y le dijo:


(al El canóni¡ro Ostolaza fué uno de los personajes mas célebres del haollo ab-
solutista, en el que figuró en primera línea desde la guerra de la Independencia.
Eu181!) á CU,Jsccllencia de los escándalos que produjo con su conducta en un con-
vento ,le mOllj3s q'¡C babia convertido en serrallo suyo, tuvieron para aplacar los
ánimos que darle una apariencia de castigo desterrilndolo (¡ otra provincia. Des(le
el p,;llúipio ,;" ía ¡;U2l'la civil de los siete años tomó parte en favor de don Carlos.
En 183 ~ fui: C')Jltlucido preso ú Cartagella, y tal fué la insolencia de su actitud y




DEL ULTmo BORBO:\" DE ESPA~c\. 55
('~':-\l'\~'n ",r,:-:"'l" ",t' """~",1",,, 'll-' ,."C\!~.C' r ,.".,,;;:, 'J'¡ S:.:¡')' nI', u,-~pl}e';" ,-,i~ .... ~,-.. , 0vÁ..l.V , .0L..L lJv ... " .. ,¡.I.."v ... \. . i.&.lLt.lt..:.J ... J.úc .. a.oJ, _""... u.. ~ iD


de eOl:~ie:J0ia lS Gt:paz de oL;ib~,'~l~D á l::0(11' ¿:go de:sogi'adabl9
á V. ~L


1) , ., 1 • ' --)) lles ¿que ocurrm' le pi.'CgUiHO Fefilando VIi 1 • al;:'fmauu
talv~ p::dilL;'h.:J.
;.,.~,"¡.' 'h ~~ ·_·.,,:,~{"l·,""r ''--'"''l'O (~",. '"", ,;- '~'f ,-,-,.'.- ~ \-' ..... ,-¡~ 'LC'l r\T,di U_ ~"nk..'...t i .. h.'j J~ {-).Lj .. JV'-'~(.~ i..,dJL":' \.{\..L.CH " ","'~o 'tt_dl ... ·L \..:~~];J.J.~t.;, ...... 'loA¡


,;r ... l., .;: ,. i; .~, ;. '":' I ~ ~ .:" ,-..-.,~ .. ~ " _ ,- /" J_~; ... ,~1,·) ... ·.'~1~ ~·'C
U\,/i""" u.l. l:hJ.Ld.\1 \.... ... 'íJU,llV ... , t1~ i .. 'H'ÁV :..ilUi.ll v7 \,1l, .• J.t0 Uu. iHJV, J ut, -.1t.i !..4J ta~


e", fU" " . e"·\'" t.~ 1. ~,Jl:.t, ~JjU~ü.


l' >: ,', •
t .. L. 11 í.i¡ u';~[;'L. ~L ~,,~0i2i i~J~'


l!lH:gíJe3c cuál seria la estupefaccion del car:omgo, cuandu vi6
iluminarse el si3¡nbiailts de Fernando Vi! CI}Q los rayes dé! fúL5 sir.-·
cero é inmenso júb:lo, Ji que cogiéndo!e éU1l.!)aS :l..2.:':'% :' s,,,.2t¡Ji{r: '
doselas con fuerza, exclamaba:


G · . . " 1 • 1 " Ah " <q raeUlS, armgo mIO, graclas. ¿C:JJq;,.¡€ Da parlllOt i! 'ora ya Sf
t¡ue ~:~i ~j:J t:'~~~6;j t:j;~:.~ ~J.J 0_l,á j:Jor c~I¡jit ~~:\., iL.i GiljC:S3w .• (0/' \'


1\"",., ~-:" ',' ~:: >,,1 .•. ¡~" "'U"~~I'I, ~-~'~'~'~r' '.'~"~~-, "r 'l' "I~(}'" (.·\1 .... ,-" ~,u Cl_,¡(, ... ·~~ ;,.; .. ~ ::...,,, l)h¡~ \lL d "(;o" ¿ lli.:J .. 0!.iJ. ~.,l',...;~~bu.J. ~ L u.Lo. it.ub\.;~:
~ \~c:d.:~J·Gro.:, :03 UllLJJ qUé e: vaJ0ilI6'~; O~it~llit.;~ presentó á Fernan ~
dC' YIl ¡'csp,,;dlJ ¿ L:; é.:JllUticta JE:; Ctisiiila ,¡ütes de su casJ.Iljcnto.
Estei:) tcres:lba ¡,ias ti F C~il<1Ld0 YII ij r;c á nosotros, 'Y ya LU1;ú'€,
vislG de la munera con q llJ él recibió la noticia.


n.


De tal padre y de tal madre naIJió la mujer que ha dominado á
palahras para con ei geueral don jewnin1ü YalJés, (Iue era gobernador de la pla ..
za, \lile á pesar de la humanidad di' su carúeter tu\ o que encerrarlo en nn cala ..
bozo del presidio, desde el que fué trasladado al de Yalencia, en cuya ciudad lo
fusilaron los nacionales en 1836 cuando las juntas de represalias. La muerte fué
bel'úica y digna de mejor causa. El grito de ,-iya Carlos Y se lo medio ahogaron en
la garganta las halas de los nacionales.


(a) En una obra publicada en español en Nueva York, poco antes de la muerte
de Fernando, por mister Yung, hemos encontrado la narracion de esta anécdota de
la yida de ¡'l'rnanr!o, eserita casi con las mismas palabras con que la bemos
oido repetir infinitas yeces al yulf,o; pero por respeto al lector y á nosotros mis-
mos hemos suprimido todas las palabras groseras y tabernarias que la opinion )'
la historia atribuyen al tirano de España en tan solemne ocasiono




56 HISTORIA DEL REINADO
España durante tantos años, y que ha probado con su conducta que
era hija digna de tales padres.


De todos modos la anécdota que acabamos de referir, y que tuvo
una publicidad notoria en aquella época, revela bien gráficamente
las costumbres de la corte de Fernando VII y el odio profundo que
separaba á los absolutistas, cuyo jefe era don Carlos, de Fernan-
do VII y de su nueva familia, cuando á tales medios recurrian pa-
ra impedir que la formara.


Los liberales saludaron á la nueva reina, llenos de júbilo y hen-
chidos de esperanza, viendo en el casamiento del rey la derrota del
partido clerical, que imperaba con su férreo yugo en la pobre Es-
pafia desde 1823.


Desde la llegada de Cristina comenzó en Palacio una guerra ter-
rible entre los partidarios de don Carlos y la nueva esposa de Fer-
nando.


El famoso Calomarde, que los carlistas habian colocado al lado
del rey como ministro, y que representaba un doble juego entre los
dos hermanos, se habia hecho odioso á los partidarios de don Car-
los, desde que en 181!7 en lugar de emplear su influencia con Fer-
nando para aplacar sus iras contra los sublevados carlistas de Ca-
taluña, los exterminó de la manera mas bárbara en nombre del rey.
Calomarde fué, pues, instigador de Fernando para su cuarto casa-
miento, y des pues apoyo de la reina Cristina, dentro y fuera del
palacio, conlra las tramas y asechanzas de su cuñado don Carlos y
de sus adeptos.


lIJ.


Por el auto acordado de Felipe V se habia introducido en España
la ley sálica france::u, segun la cual las hembras estaban excluidas
del trono; pero desde Felipe V hasta Isabel n no hubo nunca oca~
sion de poner en práctica la ley francesa. En 1789 habia Carlos IV
revocado el acuerdo de Felipe V; pero no se habia publi-cado nunca
su pragmática, y Calomarde, temeroso de que la reina Cristina pa-
riera una niña con lo cual la corona seria para don Carlos, su ene-
migo, indujo al rey á publicarla, lo que tuvo efecto el 29 de marzo
de 1830, siete meses antes del nacimiento de Isabel, que ocurrió el
10 de octubre de 1830.




DEL ULTDIO BORBON DE ESPA:\A. 51
La satisfaccion que esta medida produjo en el espíri tu público


fué tan grande, que ni don Carlos, á quien arrebataba sus dere-
chos á la corona, ni sus adeptos, se atrevieron á protestar, guar-
dando el mas absoluto silencio, corno si nada les importara la pu-
blicacion de tal pragmática. Pero posado el primer susto, in trigaroD
á diestro y siniestro, aunque tenebrosa y jesuíticamente. Moribun-
do el rey en el otoño de 183:2, don Carlos y los de su bando cre-
yeron llegado el momento de jugar el todo por el todo para arran-
carle en la agonía la revocacion del acta del 129 de marzo de 1830.
El plan y los medios que emplearon, eran dignos de los héroes del
bando oscurantista.


IV.


Varios individuos del cuerpo diplomático, reunidos en la Granja,
donde el rey agonizaba, se coligaron con don Carlos y su pandi-
lla, paru. arrebatar la corona á la hija de Cristina.


Un tal Anionini, agente de policía, enviado desde Nápoles á Ma-
drid, fué el encargado de aquella trama palaciega. La nlision de
este diestro napolitano era la de asustar á la reina, haciéndola creer
que ella, sus hijas, él y todos los napolitanos que habia en palacio,
serian asesinados por los secuaces de don Carlos en cuanto el rey
muriera, si antes no renunciaba en nombre de su hija á la corona,
inclinando el ánimo del rey al restablecimiento de la ley sálica.


A fuerza de asustarla anunciándole con simulado espanto la mas
inminente catástrofe, el astuto Antonini concluyó por obtener de
Cristina la palabra de la renuncia, y corrió á entenderse con el con-
de de la Alcudia, ministro de Estado, para extender el acta de reVOCR-
cion. El conde se prestó, pero puso muchos reparos y dió largas,
concluyendo por negarse á extenderla, diciéndole que correspondía
al ministerio de Gracia y Justicia, desempeñado entonces por Calo-
marde. Antonini trató de seducir á este para que deshiciese su pro-
pia obra, demostrándole que era ei medio mas eficaz para que los
carlistas olvidaran el exterminio de sus correligionarios, llevado á
cabo por él en Cataluña en 18~1. Comprcndiólo así el ministro, y
convino en devolver á don Carlos sus derechos á la corona en cam-
bio del olvido de lo pasado.




58 HlSTOIUA DEL ItEINAlJO
(~~~U:.· jlaY-Ji ~,:-~da~~6 el acta, y e~ ccnde de la }\1cndia se en ...
C;Fg(~ :01: ;J"c;~:;~;t:.rlc. al rey, qUÍi;] !,1 firmó CJrl gJ.rab3)~;::: hinteJi-·
gibles.


11 1" ··.-,',f ,~f·,··,CJ t i'':¡'''''' "c'f'U' [,1 ¡:l'''.'''c;r. !"1C' rduv ' /., r,l,,·fr ll,-, d"'" á
__ Ji ·c. 1-'-" ... 'vL',' .1 .. C ~,;, l' \..'_ ~.."J.V' ....... ·,-,· ~.i"'d~/ ,.I0\. ,~J« ~.I\.L.:o._>. C" ~.,j


don t,:~Elos la carona de España, (~l diplomático cOüdo de Carnavon,
'" ~" !'.~~"') f;lnl."h Pf'~'t'{!Jal l' Gql¡'C¡'f!' ~'.~ . ..- ..... _ ..... " " . ...-_, •. ·U Uf l' ":J l/ ... !' t(t.


,', D .. l:', L." r. e' "p.r' ."I""¡,.1,, "j'n 1'i'''L'ICim¡'''lj'to V "'l p¡;re"W' a,r'::¡ni-
.l.. _.J, • ~ .... ·1.iJ ..;:,.." 1 L <.... ~ \1 ~ t~. lA _~ ;) t..' V ,_~ t.J .~' .t lil. v oJ ti - ..... \. -' j b


zaudo, J:1stu el punto de haberle cou;~iderado difunto y habérselo
"J,"',,,;.,,,!,, •. 1 (""~';:lfl{v';' '~f' !7r~I1-''';'l C':Ur,(¡'o P"'l" '\' G:lnZ'll",rF 51'S ,_~._ ' .... ", ,~.' o.,, ._, '<J'Al .:. 1...~~ . .lI.. t." ... ~l!il¡', ,t .. .I. ........ v!U,., -.-l1..~ll~(.., .. I.,L.I~ !.A.
!;~~,r:~<"q~) ?r: :i']~ L11eTO~J haste. Be ;i~[~:::Ja~ y CtPl\;"'/cch:- su
,~ .. ;,;~):_.1'j1,~ ~': r~~"r¡r:,)Qi ~c a~~l{2(¡~;L2~'On tC~r._ Y0cr~, y af~('·r··nr-l'~ .. ~' fntL~j.Goe,
l7 VCuh'lill" <'l?>{"S "O" el ca~tl'(yo <;;¡H"'!j,iti'1','l() "'l' nltl rl·'~',~{·~·l,,~ ,: ,1c,('.',.Ir¡ J > v _ ... 1J. ~~ \ .... L.'. ~ ........ 1.. ti' L.'V~""""i ~ -_"" .~...., ¡ 11.. ..~ > .b. , J ..Jv .... ~·_···>· - ".-,"- ..... '~
"11(1 !!:)·',,~:hn 0;;:' hi;" nI Iron" Cr:,'t i "'1 n~.f·,j..,!:,. [,,,a;;:.""t;,, , l~. "1an-oL~""" -." ."j.,., >. \ I":J(~ (,\,,- ~ ... _~ J ... ,,(,_u .... ~ -..w~-,~_, ¡~j{ ........ t_.: , .... ~ :f &", Ii.
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q:,:r' c~t:: ':;8 :1,; l.lf?'Cho e:} !a pGerta, en tró, á una seña del coofe~or,
con el docretJ preparado. La firma real, tal como podía extenderse
en un trance como en el que el rey se hailaba, se obtuvo, lo mismo
que la de la llorosa madre; y aquella acta, rl~bosando ln injusticia
personal, ba sido el manantial de las calamidades n::w¡onales de Es~
paña.»


Al saber lo que pasaba en Madrid, y el aprieto en qUe se halla-
ba su hermana Cristina, la infanta doña Carlota volvió en posta con
su marido don Francisco, desde Andalucía, donde se encontraba;
corrió al palacio, afeó su debilidad á Cristina por haber firmado la
anulacion de la pragmática de las Cortes de 1789, y rompiendo la
anulacion original en presencia del rey, de su esposa y de don Car-
los, arrojó á este á bofetones de la alcoba.


El relato que precede es en su conjunto verídico y el general-
mente aceptado como expresion de la verdad de los hechos. El nos
muestra una vez mas de lo que depende la suerte de los pueblos
sometidos á los reyes, y de qué manera adquieren sus titulos los
que se suponen representantes de Dios en la tierra.




LA INFANTA DaÑA CARLon ECHANDO Á BOFETADAS Á SU CUÑADO DúN CARLOS 0[1


CUARTO DE FERNANDO VII, QUE ESlABA MORIBUNDO.






59


v,


j2St¡t{)~:,~ r;':~¡IC:3 é ¡Dq~üs~dJrl,s, c.c')U[~;'~~'s ¿~:,,:,dc ~~ 820, :lU~~.~::.~", ¡L.>'
p~~n_id t}. "E ~::S l)~}.ñ], L.'" ~i -~lb ~,1 r ¿'[lt.iü ¿ c. re ir~ aJ~.J :}.: ~l Ü D. ~ G S J ~.:' ; J ~ .. ;j ~~ ~


<" ,-' ~ , : ): f' "¡, , ",1 ,"-" r r.~" '= '" -, ,,, ~ I 1,! -,'- 1; 1 ... ',,, n ' ~. " 11'.", - ~"\ -, 1 r l ~ ~: i tI ~ "'~ r q~t, ~li.' .. iej;d ti 6d..Jv} 10. l,ü¡~jtJ Ul; 1~.~ lt~J·'::}.d~;';~,. f'v""'·) l"v~LlüluJ '( ~ ~~U
yG~~~O .~j~'.)!·I / " ~C;'"~ViJ.L~0;;.~, S~I ~~'~3 trdClJ::l3 L\~b~~~il~i.lS~:. i~L'(~ ~~c ";lU ... ,
j\-~'r y S;J.S iÚ,~~3~ Y' dcsplltiJ Ú CUu.L;~~,~S :ji')L.~os :~·~l,~~r\.·i,li·~¡·é..(L ~L ~~lJ~J~
inclinánJose en sus miras y política en serÁtid~j (,pu:'\:ot:: ;;.llu'~ Lt.iLia
seguido desde 182:3. El d'~sp{)tism(\ ya no se liamó t;,;oc¡áli::o, sino
que rne r()n~l;" r.d ti"ul,' Ae ;l1ICt ,6.pad,-1 f (' .... "'in,... fpe: ,)[~(~fI;l""; ,.,.~;. ;~\<,!'1, fi-;' , j,_l.' ~'G. ,'t, u ".'"., :;.Uel .t"iú, ~; c.\l i""""""') 1;.11' 'Á'--'-'
c¡'a C" "O "'¡j"ele'''''' D·)11'!;(~'" (',1) rlJ 'ln~n1Il .. fíl~ ". ,~r ~ "'>',:,'" !:'".<, , 'ul", l/J ~, ,¡ 141. i l ¡ U_''', e. 0 ••• ,,,,, .J Uu L'j' ,>J.' ,-,.,u""c,' d-"v'"
rO ') rl't> (" '. ¡ 'lZ"'1 1"." l' [' I (lS .-. ~ rU'il';: ",¡ j, ¡: ro, H;O: """" :'''''' ,:,"':" ,t l':'- ;:1-, t...l --,v,'_1/;( ~c.. J,_ .. .., _,._l JO,", vt!- (j'- o.J ~J'- ¡))ívL',,-, .Ld . .:J j¡¡",}'v_ ti"L] éL! ._~
bres menos ¡acba.J:r~ de fa:::a¡islllO IJ iut,}!,Jaucí¡1 ~ y por útLJ.0, l1UU


• , 1 . 1 \.... • I .. 1'" ,
amlllstla ger1i::!ra:, caSI cumpLeta, ll!.:l'W la:;, pt;.t2r~éL:; ('0 ¡~( p~nD. [t
muchos miles de iiberaies, que dt'~dc 1823 llUtictn hliJo q~le DllS-
cal' en el extranjero la salvacion de su vida.


Zea BerIlllldez fué el mioishJ encargado de aquella tm::::sicion,
gracias á la cual el partido carlista no solo perdia!a legalidad, sino
que era eo parte desarmado y reducido á la impotencia de apode-
rarse por la fnerza del mando que le arrebataba el derecbo.


Todavía huLiera podido don Carlos reconciliarse con su hermano
y su cuñada, sometiéndose de buena fe á la voluntad del rey, re-
conociendo que estaba tan en su derecho proclamaúdo la abolicion
de la ley sálica, decretada ya por Carlos IV, como Labia estado Fe-
lipe V en importarla de alleoíle los Pirineos; rodeando el trono de
su hermano moribu:1do y asegurándoselo á su sobrina, sirviéndole
de sosten, don Carlos hubiera librado á su cuñilda de la necesidad
de arrojarse en brazos de los liberales, para liL',jr~c: de las ase-
chanzas de don Carlos y de los suyos. De esta manera el despotis-
mo, que habia pasado de bárbaro á üustrado, no llubiera muerto á
manos de los liberales, á los que Cristina tuvo que dar salisfaccioD
á medida que la actitud del carlismo era mas amenazadora, sobre
todo desde que, como vamtJs á ver, se lanzaron ~ la gnerra civil,
en cuanto murió su lJlarido,




60 HlSTORfA DEL REINADO


VI.


Una de las cosas que mas indignaron á Fernando al vol ver á reco-
brar, no diremos la salud, porque ya nunca la tuvo, sino algunos
alientos vitales, y poder ocuparse de lo ocurrido durante su enfer-
medad, fué que en su mismo palacio, él y su esposa se vieron aban-
donados en cuanto lo creyeron próximo á morir, y que todos los rea-
listas que le juraban fidelidad y adhesion corrieron á las habitacio-
nes de Palacio en que vivía don Carlos con su familia, á quienes da-
ban en medio de la mayor alegría, los títulos de rey y de majestad.


« i El rey ha muerto: viva el rey!) eran las voces que resonaban
en un ángulo de! Palacio real, mientras en otro en una sombría al-
coba yacia sumido en un profulldo letargo el rey que suponían
muerto, y una mujer extranjera, jóven y bella, con dos criaturas,
la mayor de las cuales apenas contaba dos años, solitarias, lloro-
sas 5 inquietas y te merosas, ignorando lo que les reservaba el
porvenir en presencia de la agonía de su único protector. Pero como
por encanto, aquellos dos cuadros cambiaron de aspecto: la radiante
y rosada luz de la esperanza que iluminaba las habitaciones del in-
fante don Carlos, se oscureció enrojeciéndose y ennegreciéndose, y
el negro sudario que cubria la alcoba del moribundo lirano, fué le-
vantándose y dejando ver bajo mas risueños colores la escena con
la vuelta á la vida del que se creic.:, frio cadáver.


VIL


Era don Carlos hombrJ de conciencia. ({Yo no conspimfé contra
mi hermano mientras viva; pfl!O no ahanflcnaré mis derechos á su
muerte 1 porque creo qUe Dios me les ha dado, y que seria faltar á
mis deberes abandonarlos: ni mi confesor ni Dios me lo perdona-
rian. )


Aquel pdlrc hombre creía realmente que su Dios babia institui-
do las monarquías y lcgado los tronos á los príncipes varones, y
no á las hemhras. ;\ est.a creencia debió justamente la pérdida de la




DEL CLTDIO HORBON DE ESPAl\A. 61
corona. Si en el acto en que el moribundo Fernando firmó la re-
tractacion derolviéndole los derechos, fundándose en el desespera-
do eStado incapaz de gobernar en que su hermano se encontraba,
y obrando enérgicamente, él bubiera sido el lugarteniente del rei-
no, ~uaí1c1o el ;cy estllV~l mejDr, aunque no en t;stado de gobernar
la nacioo, funciones que delegó luego en su espolia, esta y sus
parciales hubies~~fl quedado reducidos á la impotencia. Si los fJrín-
";nc¡; 111](l , .... , C7''1<"\n I~·~,~"r~ do'" 0,,¡-;lCS ~e"cs d'\ ·-1 Ci"'-Jr. 1,) d;"U~nf! no di '0' 'l,'~;:lL ,I,.id-', '~L'ÜJ'] • iJ ;,.,u,,' ,1 .) '-~ U _,-,vU! 'yi 1 , U
3 O-'"'lJ'" ," "n"~'''l'~ "u.ln('j'"'' "'''ca ""'uc=enc;" "ara ,·'''tl·s fr. ,,1'- "" am b:' t:b"-·; ,""el t: <:-, él Uc .. , (; J p,J tA··j '" lj • ~t\ ,00C ... " .".1 •
bicion, de poeo l:~s sirve su supuesto derecho.


TOllO J. !)




CAPITULO n·


SUMARIO.


Efecto, del nwntirlo régimen constitncional bajo el reinado de IsaJH'l.-[)obh .1,.
Cristina al llamar á los liberales.-Alzamiento dl~ los carlistas ú la muerte .11' Fe/'-
nanclo.-Carácter y \'ieio~ de este tirano.-f:arla de CarIo, IY {¡ \'apol(,oll ;il'II-
sanelo de parricidio á ~u hijo Fernando.-Cómo aduló este ;í r\apolc'OlI.-Cúnw ,,,.
I'll¡:raiíaroll los liheraJe" respecto de fernando.-Dic]¡ara('ho~ y ;I\arieia del radl'('
de Isahel.


1.


Quizás hin sido útiles para la nacion española, como severa en-
señanza y escuela de amargos desengaríos, los treinta y cinco años
de régimen constitucional que hemos sufrido bajo el mando de Isa-
bel y de su madre; quizás como educacion y preparacion para lle-
gar á formar la opinion democrática que hoy prevalece, haciendo
perder á todos los liberales sensatos y de buena fe sus antiguas
ilusiones en el constitucionalismo monárquico; pero no podemos me-
nos de deplorar que el progreso necesite pasar por tales período~
de decepciones.


A.quella sirena engañosa y aquella tierna niña, contra quienes se
alzaban como furias del averno las negras y sucias bandas de frai-
!es y de voluntarios realistas del taciturno don Carlos, hicieron ol-
vidar á los liberales españoles su odio á los Borbones, y el es¡:tíritu




DEL ILTiMO BORBON DE ESPAÑA. 63
~'epublica!lo de que se habian impregnado en el extranjero, se des-
vaneció ante el dorado trono de la hija de su verdugo, amenazado
por su tio y sus feroces satélites.


COIllO si el trono pudiese dar otra cosa mas que opresion, y como
,~i los Borbones y la libertad pudiesen nunca identificarse, todos los
liherales se convirtieron en sosten del trono y de los Borbones, vil'-
tleodo por ellos á torrentes su generosa sangre. Mas antes de pa8ar
adelante en nuestro relato, bueno será recordar que Cristina mostra-
ha biea claramente que los llamaba como á la desesperada, y que no
daba un paso adelante en la vía del progreso, sin retroceder arre-
pentida ó temerosa de su obra.


n.


!>~ristina llamaba á los libe!.'ales, abria las universidades cerradas
;<Jf su marido, fundador de escuelas taurolliáquicas, y fundaba un
Conservatorio de música y declamacioD; pero al mismo tiempo pu-
~)lieaba manifiestos como el de 4 de octubre de 1833 en el que de-
cía 2ntre otras eC5~S: (TeDgo la mas íntima satisfaccion de que sea
dl,í deber pan, mí conservar intacto el depósito de la autoridad real
q'Je i~e me ha cUlfiado. YG mantendré religiosamente la forma y las
leyes ft1udamentllles de la mc.narquia, sin admitir innovaciones pe-
i.igrosRs, aunque halagüeñas en su principio, probadas ya sobrada·
mente por nuestra desgracia. UIl poder estable y compacto, fundado
en las leyes antiguas, respetado por la costumbre, consagrado por
los siglos, es el instrumento mas poderoso para obrar el bien de los
pueblos, que no se consigue debilitando la autoridad, combatiendo
las ideas, las habitudes y las instituciones establecidas, contrarian-
do los intereses y las esperanzas actuales, para crear nuevas am-
biciones y exigencias, concitando las pasiones del pueblo ... Yo tras-
ladaré el cetro de las Españas á manos de la reina, á quien se le ha
dado la ley, ílltegro l sin menoscabo ni detrimento, como la ley mis-
ma se le ha dado.»


Este manifiesto absol utista conc! tiia con esta frase, llena de es-
peranzas que no se realizaron:


«Si los españoles unidos concurren al logro de mis propósitos,
y el cielo bendice nuestros esflolerzos, Yo entregaré un dia esta gran




64 IIISTOIlIA DEL flEI:\"ADO
nacion, recobrada de sus dolencias, á mi augusta hija, para que
complete la obra de su felicidad, y extienda y perpetúe el aura dp
gloria y de amor que circunda, en los fastos de España, el ilustre
nombre de IsabeL»


Esto decía la reina gobernadora, y su ministro Zea llermudez lo
recalcaba mas en una circular dirigida á los capitanes generales:
(tDerechos de la soberanía en su inmemoría! plenitud, par::!, qne el
poder real tenga toda la fuerza necesaria para hacer el bien. Dere-
chos de sucflsion, asegurados á la dc~ccnde!1cia legítima y directa
del rey nuestro señor: á dereJI18 é izqllierdp. dr I'stCl Hnea, no hay
mas que ahismos, y en los que derrumben en elh:: te !o~' cspafíi)!e<;
no se debe ver sino enemigos de la patria.»)


m.


De esta manen,. inauguraba su gobictnD 'a reina gGh,';,!~:rl(lrd
inspirada por Zea Bermudez, proponiéndose, sin duda, COlíservar á
los absolutistas á su lado, haciéndoles comprender que ella '10 Sf'r;a
menos déspota y teocrática que lo que podian espera:" de ini C~'ña­
do don Carlos; por eso añadía en el manifiesto ante,.: eil.adc algnnas
frases referentes á la religion, de las que entreilaeamOS la siguiente:
«La religion y la monarquía, primeros elementos de vida para Es-
paña, serán respetadas, protegidas, mantenidas por Mí en todo su
vigor y pureza. El pueblo español tiene en su innato celo por la fe
y el culto de sus padres la mas completa seguridad de que nadie
osará mandarle sin respetar los objetos sacrosantos de la creencia y
adoracion: mi corazon se complace en cooperar, en presidir á este
celo de una nacion eminentemente católica; en asegurarla que la
religion inmaculada que profesamos, su doctrina, sus templos y sus
ministros, serán el primero y mas grato cuidado de mi go-
bierno. »


Si la reina Cristina se propuso con estos y otros alardes qui-
tar partidarios á don Carlos, en verdad que no lo consiguió. El trono
y el altar, sin su representante genuino, histórico, no era para los
ultramontanos y realistas espai10les mas que un engaño, y todos
corrieron á las armas á pesar de los: manifiestos y protestas católi-
cas y absolutas de Cristina. Prueba evidente de que para los de-




DEL tUIMO IlORIlON DE ESPAÑA. 65
fensores de la teocracia no es la religion mas que una pantalla que
"mplean para cubrir sus mundanos intereses.


A.I ver las defecciones de los carlistas, ¿qué otro remedio le que-
daba á Cristina mas que echarse en brazos de! partido liberal?


IV.


El 2U de ~et¡embre de 1833 mUflO Fernando 'lB á los 49
anos dl edad y 21. de reinado, y el ~ de octubm estalló en 11Uchas
provincias simultáneamente la rebelinn que, en nombre de don Car~
100 y de la religion, debia sumergir á España, durante siete años,
en loE' horrores de la guerra civil. .Mas antes de continuar nuestro
relato, no podemos menos de consagrar algunas líneas al penúltimo
rey de España, al monstruo de ingratitud, de hajeza y do bellaque-
ría, á quien I¡I historia llama Fernando VII.


Su muedE fué deseada pr.;" tOd05: nadie 1J Haró; real¡:s(ns y li-
berales io detestaban, y todos tenían por qué.


JI uchos tiranos dejaron recuerdos de algo bueno, y 8D.ncdio de
sas crueldades y de sus vicios, tuvieron algunas virtudes públieas ó
privadas, ó cualidades personales, genio y elevacion de miras, que
disminuyeron en parte lo odioso de su tiranía, lo bárbaro de jos me-
dios á que recurrieron para satisfacer su ambicion; pero Fernan-
do va no pertc!1ecia á esta categoría de tiranos: era cobarde, cínico,
hipócrita, vengativo, cruel, ignorante, lujurioso hasta la bestialidad,
desagradecido, trivial y vulgar en obras y palabras, instintivamente
enemigo de Jos hombres de genio superior, grosero y chabacano en
sus maneras y costumbres, malicioso, desconfiado, avaro, burlon,
no tenia el menor gusto artistico ni literario, y su espectáculo pre-
ferido eran las corridas de toros; no se encontraba como en su cen-
tro sino en la sociedad de palafreneros y lacayos, de chulos, pros-
titutas é histriones.


En cualquier clase de la sociedad que Fernando VII hubiera na-
cido, puede asegurarse que por su propio peso hubiera descendido
en lugar de elevarse en la éscala social. Su intemperancia y sus vi·
cios lo mataron á los 49 años de su edad, á pesar de su robusta
constitucion.


Empezó su carrera politica sublevándose contra su padre y obli-




66 HISTORIA DEL REINADO
gándole á abdicar por fuerza la corona en Aranjuez en marzo de
1808, y c,:!ando vió su plan abortado y que el rey recobraba su
perdida autoridad, procuró salvarse delatando miserablemente á to-
dos sus cómplices y entregándolos al furor de su irritado padre,
humillándose públicamente ante sus enemigo;..; de la manera mas
baja y despreciable.


D¿ los papeles suyos que cayoron en poder de su padre resultó
que Fernando no solo se habia propuesto destronar y matar á su
padre, sino asesinar á su misma madre. Tan grande debió ser la
prueba de aliuel frustrado parricidio, que el mismo Fernando se de-
claró culpable de él en cartas dirigidas á sus padres.


v.


El 29 de octubre de 1807 escribia Carlos IV á NJpoleon dicién-
dole entre otras cosas:


(jMi corazon llora sangre al relatar tan espantoso atentado~ ¡Mi
hijo mayor, el presunto heredero de mi trono, habia formado el hor~
riblü ¡)wyecto de destronar~ne: y se ha dejado Hevar hasta el exceso
de atentar contra la vida de su madre! Tan horroroso atentado debe
castigarse con el rigor mas ejemplar ... )


Fernando escribia á su padre el 5 de noviembre:
«Señor padre:
»Soy culpable. Faltando á V. M. he faltado á mi padre y á mi


rey. Pero me arrepiento y prometo la mas humilde obediencia. He
denuLlciado á los culpables, y ruego á V. M. me perdone ... »)


iRé aquí el hombre representante de Dios en la tierra, que de-
bia ccmo señor absolutú regir los destinos de España durante la ter-
cera parte de un siglo! Este es el hombre por quien los españoles
hicieron tantos sacrificios y vertieron rios de sangre en una lucha
titánica cúntra Napoleon 1.


Mientras los españoles morían á miles por él, Fernando adulaba a
Napoleon felicitándolo pOI' sus victorias sobre los españoles y pidién-
dole «una sobrina cualquiera en casamiento.»


«Felicito sinceramente á S. M. 1. por la gran sati5f8ccion que ha
tenido con el establecimiento de su querido hermano en el trono de
Espaí'ía ... »




DEL ULTnlO BORBON DE ESPA~A. 67
Esto lo escribia el padre de Isabel JI á Napoleon el 3 de mayo


de 1810.
«Permitidme, señor, añadia en la misma carta, depositar en vues-


tro seno los sentimientos de un eorazoo, que, no dudo en afirmarlo,
es digno de perteneceros por los lazos de la adopcion.


»Si V. M. I. Y R. tuviese á bien unir mis destinos á los de una
princesa francesa de su eleccioD, lIenaria mís mas ardientes voto~.
Por esta un ion además de mi felicidad yo adquiriria la dulce satis-
faecion de que así se convenceria toda Europa de mi inalterable
adhesion á las voluntades de V. M. I. Y R.


»Me atreveria á añadir, señor, que esta union y la publicacíon
de mi felicidad podría ejercer saludable influencia en los destinos
de las Españas, y quitaría á un pueblo ciego y furioso el pretexto
para continuar cubriendo de sangre su patria en r:ombre de un prín-
cipe, el mayor de su antigua dinastía, que ha llegado á ser, por un
tratado solemne, por su propia eJeccion, príncipe francés ... »


VI.


A este hombre le llamaron los españoles Fernando el Amado y el
Deseado, muriendo por él y pronunciando su nombre en el último
trance como el de un dios ...


¿Qué podia esperarse rte un tirano que así comenzaba su carrera,
ni qué podia prometerse el pueblo imbécil de su idolatría por se-
mejante rnonstruo? Podia prometerse lo que hizo; que cuando á
fuerza de heroismo lograron sacarlo del cautiverio, él los cautivó
mandando á los patriotas que no ahorcó á los presidios de Afriea
cargados de cadenas. Y como lloviese el dia en que í:1alió la cuerda
en que iha don Agustin Argiielles, decia riendo á carcajadas: C<j Qué
fresco irá Argiíelles. el divino, camino de Ceuta!»


,-,


Sus cínicos dicharachos se hicieron populares. Comparando los
l'obntarios realistas con los milicianos nacionales. decia que eran
los mism0S perros con distintos collares.


Para hacer comprender lo proverbial que llegó á ser la falsedad
del tirano, nÜ'8 c0ntentaremos con citar la escena siguiente. ocurrida
jlO 1 S! 9.


«E! general Castaños. que se vió un dirt muy agasajado por el
iCy, !r dijo al recibir de él dos puros ha.banos:




68 HISTORIA DEL ftEINADO
-»Señor, ¿adónde voy?
-))¿Qué significa esa pregunta? le respondió Fernando.
-»Es por el regalo de los cigarros, que es de mal agüero, replicó


Castaños. »)
Otro igual anunció á Echavarry, pocos momentos antes de reci-


birla\ la órden de su destierro ...
Su avaricia era tan proverbial que todo el mundo estaba conven-


cido de que IJS ministros, que vendian empleos ú otros favores gu~·
bern8.men!ales, tenian que partir con él el producto de su tráfico
inmoral. ¿Qué tiene de extraño que á su muerte dejase en el llanC:i
de Inglaterra veinte y cinco millones de duros, mientras no pagaba
á nadie, y soldados y marinos iban llenos de remiendos?




CAPíTULO nI.


SUMARIO.


\\Iel.qllinda,1 y cini,l1lO de fernundo YH.-Allécuota.-AyariC'1<l é hipocresía da Cris-
lina.-Cómo all'~glÍ IIna fortuna illtl1ell~a.- Peripecias de la llueva aurora consti-
tucional.-Martillez de la Uosa.-Milicia urbana.-Estatuto Real.-Tratado de la
éuá,lrupl(~ alianza .-CollsoliJacion ,lel trono de doña Maria de la Gloria en Portu-
gal.-Entrada dc Carlos en r;uipúzcoa.-'\"ulldac[ de su car<Íclcr.-Los ojufa tCi'OS.
-Incrcmento ¡J,~ la raecion carlista, y sus causas.


1.


Hemos hablado en €I capítulo anterior de la avaricia de Fernan-
Jo VII, pero todo lo que dijéramos seria poco para e~presar su ba-
jeza y mezquindad y el cinismo farisaico Je codicia que le aquejaba.


Una anécdota bastará para que el lector forme idea aproximada
de cómo gobernaba el padre de Isabel.


Cuenta la crónica q tiC Calomarde le dijo nn día:
«Señor: traigo una buena noticia á V. M. Se ha descubierto el


medio de arruinar á Gibraltar.
-»Magnífico, dijo Fernando; ¿y cuál es ese medio?
-»)I..os comerciantes de Cádiz han mandado una comision para


que declaremos á Cádiz puerto franco. Con esto el comercio de Gi-
braltar pasaria al nuevo puerto franco, y la yerba crecerá en las
calles de la plaza inglesa.


-')¿ y cuánto te dan porque hagamos á Cádiz puerto franco?
-»Señor, 1(' resp0ndió el ministro, tres mil onzas de oro ...


TOMO J. 10




70 HISTI)RIA DEI, REINAM
-»Pues que te dén otras tres mil para mi y arruinaremos á los


ingleses de Gibraltar ... »
El decreto que declaraba á Cádiz puerto franco solo hacia la


concesiOll por tres años.
Al cabo de ellos Fernando no 1:1 renovó, y la crónica lo atribuyó


á quejos ingleses de Gibraltar pagaron mas porque no se renovara
que por ta rcnovacion los españoles de Cádiz.


Fernando era católico, visitaba las iglesias, asistia á las proce-
siones y tenia francachelas con los frailes, pero su devocion no le
llevaba á gastar un cuarto so pretexto de religion, antes bien saca-
ba al clero y á los frailes el dinero que podia, para lo que nunca
le faltaba pretexto.


Tomaba cuanto le daban y lo pagaba dando las gracias cuando
le gustaba, y ni eso, si no era de su gusto lo que recibía, diciendo
que ya honraba al dador con dignarse aceptar su regalo. En cam-
bio, concedia á sus aduladores á expensas de la nacion, breves y
privilegios estupendos.


n.


Su esposa Cristina se mostró desde el primer dia mas avara to-
davía que Fernando. Apenas murió el rey, Cristina despidió á todo
el personal del servicio de cocina y repostería y trató con un coci-
nero francés para que por dos mil duroi-i al año diese dp, comer á
ella y sus hijas, La servidumbre debia desde entonces comer por su
cuenta,


Con Fernando Vil acabaron las dos mesas diarias de su palacio,
la de estado y la de los guardias: á la primera asistían ó tenían de-
recho de asistir los grandes, las autoridades, los infantes y otros
personajes; á la ~egunda los oficiales y jefes de los escuadrones de
guardias de Corps, y los que entraban de guardia en palacio.


Como buena reina constitucional, Cristina ocultó su avaricia bajo
la forma modesta de economía y de dar buen ejemplo á las disipa-
rlas clases aristocráticas. Ella hacia calceta, y no era cosa extrafía
encontrarla cosiéndose los zapatos.


Cuando vió que todo el herraje de las puertas y ventanas del pa-
Jacio era de plata maciza, lo reemplazó con bisutería francesa,




llhi... U.LTDJO nORBON DE hSl'AÑA. '¡ 1
guardándose las pesadas cerraduras de piata mejicana, cuyo mal
gusto era notorio.


Un dia "ió el pueblo de Madrid vender en pública almoneda á
Ia.s puertas del palacio, los muebles, ropas y muchos otros objetos
que habian pertenecido al rey.


1Il.


Cristina sacaba partido de tod,) y de todo hacia dinero.
A la muerte del rey, no fué posible hacer el inventario de las al-


hajas de la corona, porque los estuches estaban vacíos, y aunque
la historia ha consignado, como hemos dicho en el capítulo ante-
rior, que Fernando VII tenia veinte y cinco millones de duros de-
positados en el Banco de 1nglaterra, esta enorme suma no apareció
en su testamento, ni figuró despues en las particiones de los bienes
de Feroando futre sus hijas y su esposa. Sabido es que cuando se
casaron, ilevaron un meZ4uil10 dote, comparado con la inmensa for-
tuna de su padre, pues entre ambas no pasó de tres il1il!ones y me-
diu de duros. Cristina, que se mostró siempre tan bien aprovecha-
da, tuvo á su disposicion todos los valoreS muebles do Fernando VII,
á Htulo de reina gobernadof i i 1 durante el último año de la vida de
su esposu. Desde 18~9 á fines de 1831>., éisistia á la escuf'la de
Fernando VII, Y debió presenciar ó con')cer m ochos casos como el
de la concesion del puerto franco de Cádiz, que hemos citado mas
arriba; y ya puede suponerse que para la diestra napolitana no se-
rian perdidas tales lecciones.


Desde fines de 183:2 basta el okñu de 18i O, Cristina dispuso,
com0 reina regente y tutora de sus hijas, de ia fortuna de estas y
de la pública, siendo el resultado que despues de haber llegado de
Nápoles con lo puesto, Gomo se dice vulgarmente, se encontró al
cabo de once años con una oe la~ fort.unas mas cual;tinsas que se
han conocido en los tiempos moderrws.


España fué para ella una mina inagotable, y sometió su conducta
de tutora y de regento á sus miras é intereses personales, aun en las
circunstancias mas críticas que atrasesó la nacion.




72 HISTORIA DEL REINADO


IV.


Ya la hemos visto dando manifiestos absolutistas mientras entfi'-
gaba los mandos mas importantes á los liberales y perseguia. h los
carlistas que por doquiera se sublevaban.


Ya hemos visto al morir el rey proclamar 21 despotismo ilustmdo
por boca de Zea Bermudez; algunos meses hasta"on para ga~tar
aquel recurso efímero á que acudieron para'eiener á los carJi~'tas
bajo el cetro de la reina. Los mismos capitanes generales de las
provincias que habian sido absolutistas hasta entonces, come L1an-
der en Ca:aluña, Quesada Ul Castilla, Casl..ñon en SantantL/ y
Sardfield en las provincias Vascongftdas" sin esperar órdenr:s de ~h,­
drid tuvieron para contrarestar la subh:vacion carlista que arm,:l" á
los liberales. 2' que repr(1scntar aI gohif'rn::¡ contr:1. el despotismo ilus-
trado ó sin ilustrar y en favo~' di; las irL;:f¡~!1cinrF's rcrre~enta!i'!:ls.
El despotisme no püdin salvar al trOD) rJe Isi' b('~, Soh la !1b!"rütd
su enemiga, ¡¡odia salvado de la flli!1a que le anH'oazaba, y sus
mismos partidarios absolutistas lo conocieron así.


Entonces se vió á los perseguidores lla:nal' á los pr,rst:>gnid:ls:
halagar á Jos liberales los m1smos qu'~ antes 1{'~.; despreciari1n, y Cris-
tina tuvo sus mas amables sonrisas y tiernas miradas para 105 que
habian sido durante tantos años víctimas de la tiranía de su ma-
rido.


E! mas aco!TIodati0Ío de todos los liberales vueltos de la emigra-
cion, pareció á Cristina Martinel de la. Rosa, que hahia emi{;rado,
no en 1823 de la reaccÍon, sino de la revcl ucion en 182 ~, y al em pe-
zar el año de 183í, el célebre poeta granadinn subió al ministerio
encargado de restablecer el sistema constitucional; pero tan homeo-
páticamente que la dosis no pudiese indigestarse al enfermo que de-
bia tomarla.


V.


Aquella aurora de la nueva era constitucional fué brillante. El
júbilo, el entusiasmo, la esperanza inundaban todos los COfaZOJ~}S
y rebosaban en manifestaciones populares y ardientes.






LOS REALISTAS DE MADRID SALEN DESARM
ADOS DEL CUARTEL.




DEL LLTlMO nORBON DE ESPA~A. 73
Los voluntarios realistas cuya fuerza no bajaba de doscientos ba-


tallones) fueron desarmados donde no habían aun tomado las armas
por don Carlos: pero solo en Madrid resistieron reuniéndose en su
cuartel de la plaza de la Leña en el que se defendieron contra el pue-
blo armado y la tropa. .


Organizóse como por encanto la milicia urbana: Martinez de la
Rosa temía llamarla milicia nacional.


El pueblo aceptó el ridículo B~tatuto Real que el ministro poeta
le improvisó en lugar de una Constitucion francamente liberal; no
porque Je satisfúciese, sino porque lo que quería era empezar.


No nos detendremos mucho sobre aquel engendro, que nació
muerto y que apenas vivió~un año; pero recordaremos sus caracté-
fes mas notables.


El número de electores segun el Estatuto Real, en una nacion de
catorce millones de habitantes, era ipásmese ellcctor! de 980. Y
los diputados nombrados por este cuerpo electoral, debi::m disfndar
12,000 reales de renta, producto de sus fincas.


Martinez de la Rosa reservó á la corona la inicialiva Icgislutiva.:
y aunque concedió á los procuradores el derecho de peticion, fué
á eondicion de ir autorizadas con doce firmas y de que el gútierno
solo respondiese cuando quisiera.


Sobre esta cámara muda habia otra aristocrática, COillPU(~std de
próceres hereditarios y de próceres vitalicios, que no tenia mas atri-
buciones que las que tenia la de los procuradores del reino, que así
se llamaba la otra.


No habia en el Estatuto Real la mas pequeña decJaracion de pr¡n~
cipios ni una palabra respecto á las libertades públicas: todo se re-
ducía á la organizacion de las dos cámaras, como una especie de
fantasma representativo colocado entre el pueblo y el trono, que solo
á este debía servir.


Apenas llegó á funcionar, todos los liberales se llamaron á eu=
gai'ío y solo pensaron en derribarlo.


VI.


El ministerio entre tanto había llevado á cabo el tratado de la
cuádruple alianza entre Francia, Inglaterra, Portugal y España,
porque las partes contratantes se comprometian á arrojar de la pe-




74 HISTORIA DEL REINADO
nÍnsula á don Miguel que aun estaba en Portugal y á don Carlos
que no debia tardar en aparecer en las provincias Vascollgadas.


Aunque no todos cumplieron fielmente aquel tratado, dió al trollO
de Isabel y al parlido revolucionario una gran fuerza moral, y en
verdad que real tambien, pues entre portugueses, franceses é ingle~
ses, vinieron á la penín~ula mas de veinte y cinco mil hombres.


Los españoles empezaron por entrar en Portugal y arrojar tt don
Miguel y don Carlos de aquel país consolidando ¡lefinitivamente el
tro:1O de doña María de la Gloria.


Don Carlos se refugió en Inglaterra, desde donde pasó á Guipúz-
üoa, atravesando disfrazado toda la Francía.


tos cadistas creyeron su causa ganada cuando lo vier,.rn llegar.
Los liberales dijeron: {( Don Carlos no es otra c")sa que un carlis-


!a mas.»
Los hechos probaron que don Carlos era algo mas grave que un


carhsta mas, aunque por sus cualidades personales era en realidad
menos que otro carlista cualquiera. Para las operaciones militares
fué un estorbo, una rémora: muchas acciones que acaso ganaran,
si las dieran, dejaron de darse por consideracion al pretendiente. Su
mujer tenia mas valor que él. Cabrera siempre dijo: «Sin don Car-
los hubiéramos entrado en Madrid.») De manera que aquellos faná-
tic,JS pelearon á sabiendas en favor de un hombre nulo, que servia
de estorbo al triunfo de su misma causa.


VIL


¡Hast.a qué punto llegaba el fanatismo de lus absolutistas, que se
sacrificaban por aquel ídolo estúpido, que debian llevar, corriendo
mil peligros, como un fardo inerte en sus carreras militares ó de
merodeo!


Mientras RUS parciales combatian, don Carlos rezaba y no de-
jaba el rosario de la mano: en medio de un campamento estaba ro-
deado de una corte de frailes y obispos, cuya presencia irritaba á
los campeones mas entusiastas de su causa.


Llamaban en el campo carlista á aquellas gentes parásitas oia1a-
teros; porque su expresion favorita cuando se trataba de las proba-
bilidades del triunfo de su causa, no era otra que: «¡Ojalá!»)


Los frailes y los oJalaleros en el concepto de todos los milítares




DEL ULTDJO BOlUlO.'''¡ DE ESPAÑA. lB
entraron por mucho en la ruina de la causa. carlista, pero aunqu,,:
con los frailes ó sin ellos don Carlos hubiera siempn: perdido, no
por eso es menos cierto que él y sus frailes eran los obstá-
culos mas graves clIn que sus bravos defensores tenian qu:'
luchar.


El mismo Cabfi:n lUV0 que arrojar de su campamento;i Jos frai-
les mas ue una vez"
PI' " ; I 1\1 t ~ C' - ,'J 'f' Ml as prod:h:ias (:~ .,or e, en t'1ragotl, ata;ll1a y 'a ruc'a .ue


dunde la focci i ll1 carlista tomó mas incremen to, y donde la Grue!dad
sistemáliei:'\ de ambos bandos causó mas víctimas y enconó mas k,s
ánin;os y exasperó la saña entre los combatientes. Por eso los ras-
gns de heroismo fueron por ambos lados verdaderamente sublimes,


vn.


A pesar de (tez años de mando, de su otganizacion civil, reli~
giosa y militar, y de teI~er en sus manos la educac:on del pueblo,
el bando teocrático absolutista, que tomó en sus manos las preten-
siones de don Carlos á la corona, mostró una gran flaqneza y debi-
lidad de fuerz:ls al sublevarse á fines de 183a.


Si se descartan las provincias Vascas y Navarra, que como se
vió des!iues, mas que por don Carlos, se alzaron por sus fueros, que
creyeron amenazados con las nuevas instituciones, el carlismo, pro
piamente dicho, no produjo nada verdaderamente importante, ni
hubiera sido difícil vencerle en pocos mese2. Fué la eonfusion de
las cuestiones foral y dinástica, quien~s produjeron la sublev"acion
de las provincias del Norte, alimentando la guerra hasta que se
convencieron de que no necesitaban á don Carlos para conservar
sus fueros" Desde entonces don Carlos tuvo que huir á Francia, y
seis meses bastaron para pacificar á España.


Si al empezar el año de 1834, época en que todavía lü guerra
civil no habia tomado en las provincias del Norte el caráct.e:, gene~
ral y terrible que adquirió despues, Martinez de la Rosa les hubie-
ra dado UD manifiesto en que solemnemente se comprometiera en
nombre de la reina á respetar sus fueros, cualesquiera que fueren
las instituciones que la nacion se diera, es mas que probahle que
la causa de don Carlos no encontrara C;1 aquellas provincias secua-




76 HISTORIA DEL REINADO
ces que la sostuvieran. Fué la manía centralizadora y unitaria de
los liberales lo que comprometió tan gravemente su causa, por em-
peñarse en uniformar y someter á las mismas instituciones todas las
provincias de Espaiía, cuyas tradiciones, caractéres y costumbres
eran y son tan diferentes.




CA PiTilLO IV +


SUMARIO,


I'art(' flue la~ di It'I'Cll[t" l'/;l:'\" [omarO); eH la :iuble\ aeiOl; carli"ta u(' IiU;L-Prinwr(l~.
pa,;os d(' la ['(,j,('lioll y homhrrs llolablcs f[\I(' en ('Ha dc,;collarol1,-Zlllllalacár-
['('hlli ,-JJ(·s/rlll'cion di' los ('011\ en/os ('11 Jlatlrill.-nr-pol1,ahilidad del ~ohicrl1o.
-Elllrild,¡ dc don Carlo,: en Espaiía,-Su corte.-l;eneralc,; que usaron Sil rt'¡ill-
laeion eTl el ejncito del \orle.


1.


En las provincias Vascongadas, sobre todo en Alava y Vizcaya,
la rebelion carlista tuvo un carácter imponente desde el principio,
porque la iniciaron las autoridades forales, unidas á algunos perso-
najes aristocráticos, como el marqués de Valdespina, que arrastra-
ron por su influencia personal á los sencillos montañeses; pero en
las demás provincia8 fueron el clero y los frailes quienes sacaron á
campaña á las masas groseras é ignorantes de los campos.


Casi en su totalidad las clases acomodadas y aristocráticas, la
antigua nobleza castellana, aragonesa y valenciana, se decidieron
por la causa liberal, declarándose, desde el priíner dia, decididas
sostenedoras del trono de Isabel n.


Haciéndolo así, las 01ases aristocráticas, unidas á las medias, ob-
tuvieron dos resultados: asegurar sus intereses, por la adquisicion,
con propiedad libre, de los bienes de que solo eran usufructuarias,
y detener con su influencia la revolucion, dentro de los límites de
una monarquía constitucional conservadora.
To~1O lo 11




78 HISTORIA DEL REINADO
La rebelion comenzó en las provincias del Norte de España, con


una especie de unanimidad y concierto, que revelaba la pren:ed¡ta-
cion.


El ~ de octubre se sublevó proclalIlan do á don Carlos, Gonzalez
en Talavera de la Reina, de donde era administrador de correos.
En Bilbao se alzaron el marqués de Valdespina y el brigadier Zabala:
el mariscal de campo don Santos Ladron, en la Rioja; Ibarrola en
Orduña, y Verásagui en Vizcaya. Ba!mascda, Eraso, el canónigo
Merino y otros en Burgos. Tambien hubo chispazos en Galicia, Astu"'
rías y Cataluña, donde alzó el pendon carlista Tristany, pero en
todas partes la represion fué tan rápida como el movimien to. El
ejército se mostró decididamente en favor de Isabel y desbarató. á lo~
carlistas doquiera se presentaron. El 14 de octubre murió fusi!adü
en Pamplona don Santos Ladron, que babia sid<J hecho prisionero
en los Arcos por el general Lorenzo.


Gonzalez con varios de sus secuaces, fué fusilado en Talavera:
Valdespina y Zabala se vieron dispersades en Alllpnero; y dcspucs de
avanzar hasta el Escorial, con much,)s batallones rea1isias, tuvu
Merino que retroceder fugitivo y abandonado por sus mal allegada~
huestes.


No fueron mas afortunaifos los cabecillas que iniciaron la guerrn
en las provincias. Cerca de Mayorga desharató el general Quesada
las fuerzas de Cuevillas. Ba!maseda rué derrotado en la provincia de
Guada1ajara En Calanda dispersó el general Linares al baron di'
Herves y á Camicer, que se habian sublevado eLI Mon~l1a y reuni-
do un cuerpo considerahle de realistas; y Magrañer, que se les babia
reunido, cayó prisionero y fué fusilado, Carnicer sufrió la misma
suerte.


En la Llavera alcanzaron las tropas de la reina al coronel Plan-
dolit, que tuvo que recurrir á la fuga, abandonado de todos los
suyos.


No escapó con la vida el canónigo de la Catedral de Burgos,
Echevarría, que dejando el coro por !os campos de batalla, fué co-
g:d'J :' fusilado pDr el gr:·b~rnador de Santander.


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DEL ULTI)lO BormON DE ESPAÑA. 79
muerte de Fernr.ndo VII, dió con fecha dell. o de octubre un mani-
fiesto, revindicando sus derechos á la corona.


Desde Santaren publicó decretos confirmando leyes, dando man-
dos é in;poniend'1 penas á los que le desobedecian.


Su fácil victoria sobre los primeros cabecillas carlistas, y el no
menos fácil desarme de la mayoría de Jos vo:untarios realistas en
t.Qda la nacinn, adormecieron al gobierno, que persistió en su idea
de atraerse á les carlistas, deteniepdo el curso del progreso, no
dando sati:fa;~ci(m á las aspi;"ac:one~; y esjgencia~; del gran partido
liberal,


A pesar de sus derrotas, d~l fusilamiento de muchos de sus
jefes, las faccjqnes aumentaron rápídamente, capitaneadas por nue·
vos cabecillas.


Los conventos de frailes se convirtieron en focos de la rebc-
\ion carli~ta, 'J no fueron pocos 1,').'; frailes que salieron á campaña,
llevando el Cri~,to en u;¡a mano yel trabuco en la otra. Los dé Sa-
'amaneé1 saliere'n en masa á la calle, gritando: ¡Vi-.;¡a el rey Carlos
Quinto!


La sublevacion de las provincias Vascongadas al nombre de rey,
fueros y re1 iginn, se hizo tan general, quP se necesitó la reunion de
las fuerzas de los generales Sarsfield, Lorenzo y Benedicto para
pasa- el Ebro y atacar á Vitoria" que estaba ee poder de los carlistas
y en la que entraron el 121 de noviembre. El ~5 llegaron á Bilbao
de dr:nde hllyÓ la junta del Señorío con los batallones de realistas
que la seguian.


No fué menns feliz don Jerónimo Valdés en Navarra, que Sarsfield
en AJavn y Vizcaya; pero cuando todo parecia perdido para la re-
belion cr\:-!ista, se presentó en Navarra el genio de aquella guerra,
que :!:Jimó y i'eorganizó á los fugifivos y les condujo á la victoria,
inmorta!izando su nombre con las cualidade:: de gran guerrero que
desplegó.


Ya habrá adivinado el lector que hablamos de don Tomás Zuma-
lacárregui.


Por primera vez Zumalacárregui, con seis mil hombres regular-
mente organizados, sostuvo intrépidamente la bandera de don Car-
los en las fuertes posiciones de Nazar y Asarta, disputando la vic-
toria á Lorenzo, Ezpeleta y Oráa, que no sin grandes dificultades
la obtuvieron, teniendo que dejar á íos carlistas retirarse tranquila-
mente á la Amézcoa.




80 HISTORIA DEL REIN ADO


III.


El desarrollo de la guerra civil dió orígen á la cuádi'uple alianza
y con ella á la invasioo de Portugal por los españoles para expul-
sar á don Carlos, y á la venida á España de fuerzas extranjeras para
ayudar á Isabel n en la lucha contra su tio.


El incremr,nto de los carlistas, y las contemplaciones del gobier-
no para con ellos, al mismo tiempo que la parsimonia de sus medi-
das para reducir á la impotencia el bando absolutista, exasperaban
á los patriotas ardientes é irritaban los ánimos: todo el mundo veía
que en aquella deshecha borrasca debia estar el timon de la nave del
Estado en manos mas vigorosas. En las ciudades importantes, sobre
todo en las del litoral, el disgusto era tan grande, que fodo hacia
prever un cafaclismo.


La mezcla de los dos elementos realista isabelino y liberal en el
ejército, producia embarazos graves para las operaciones militares"
Los realistas que habian servido á Fernando VII, en Jos últimos once
años, y los liberales jóvenes y los viejos emigrados, estaban como
perros y gatos. Aquellos despreciaban á estos, yeomo suele decir-
se, los miraban de malojo; y estos desconfiaban de aquellos, y du-
daban de su fidelidad á la causa que defendian. El gobierno prefe-
ría á aquellos, la tropa á estos, y el resultado era un desconcierto
que solo á los carlistas aprovechaba.


De todo esto resultó la insubordinacion del ejército, y que muchos
generales fueran sucesivamente víctimas de la desconfianza y odio
de los soldados, que los asesinaron bárbaramente, y de que el pueblo
ie precipitara sobre los conventos, los saqueara, y asesinara á los
frailes á los gritos de j Viva la libertad!


IV.


¡Fenómeno extraordinari~! El17 de julio de 18ilí el pueblo de
Madrid, que un año antes parecía reverenciar á l(ls frailes y consi-
derar las instituciones monárquicas como parte esencial é indispen-
sable de la sociedad cristiana, se precipitó sobre los conventos y
exterminó á sus moradores.








DEL TILTDIO BORBON DE ESPA~A. 81
El primero de los conven.tos atacados fué el de los padres jesuitas,


Imperial de San Isidro. Muchos cadáveres fueron sacados á la calle y
mutilados, y saqueados el convento y la iglesia. La sangre corrió
en abundancia en los conventos de Santo Tomás, de Atocha y de la
Mereed; pero en donde mas se ensañaron las turbas fué en San
Francisco el Grande, donde pasaron de cuarenta las víctimas inmo-
ladas, á la vista de un batallan de soldados, acuartelado en los bajos
del convento.


i\.quellos crímenes cometidos á la luz del dia por las masas des-
bordadas, tuvieron el carácter de una gran conmocion popular. El
gobierno, sin embargo, dejó hacer, y solo al cabo de algunos meses
se determinó á condenar á un jóven músico, en cuyo poder se ha-
llaron algunos de los objetos robados en los oonventos, como si esto
pudiera satisfacer ]a vindicta pública. Pero el verdadero responsa-
ble era e] gfJbierno, que hasta entonces no se habia atrevido á su-
primir las órdenes monásticas, focos de la rebelion carlista y del
oscurantismo, ni á proteger á Jos frailes en sus conveotos, como
pudo, contra el desbordamiento de las masas.


En situaciones revolucionarias, los poderes públicos no pueden
impunemente gobernar de la misma manera que en los tiempos nor-
males. Cuando la revolucion se detiene arriba, marcha abajo, dando
el carácter de atropellos y violencias á lo que debieran ser medidas
reparadoras.


Como veremos despues, los hombres del poder central no pensa-
ron en suprimir las órdenes monásticas, sino cuando el pueblo ha-
bia exterminado á los frailes y saqueado los conventos. Pero siem-
pre fué achaque de todo gobierno el ser mucho menos revoluciona-
rio que la revolucian que representó.


v.


Hemos dicho antes que los liberales dijeron al entrar don Carlos
en las provincias, por los Pirineos, que solo era un carlista mas; pero
su presencia bastó para aumentar considerablemente sus filas, ins-
pirando mayor confianza á sus partidarios mas tímidos.


Habíase refugiado en Londres don Carlos, cuando fué expulsado
de Portugal, y desde allí atravesó la Francia disfrazado. Entró en
España por Urdaz, y fué presentado sucesivamente á los voluntarios




82 HISTORIA DEL REINADO
navarros y vascongados, organizados por el infatigable Zumalacár-
regui, en treinta y cuatro batallones y cinco escuadrones con una
docena de piezas de artillería.


Fué la entrada de don Carlos en el territorio español causa de jú-
bilo para Jos carlistas; pero como servia mas para fraile que para
general, Zumalacárregui lo dejó en puerto seguro, escoltado por
ErasG, lejos de Jos campos de batalla, y él continuó sus activas y
enérgicas operacinnes contra :os liberales. En aquellas ásperas mon-
tañas estableció el pretendiente su corte, y era cosa de ver corrien-
do montes y selvas, huyendo del enemigo, frailes, laca}os galonea-
dos, chambelanes y obispos.


Desde el comienzo devoró la rebeJioD carlista las reputaciones de
cuan tos gen erales mandó el gobierno de Madrid al ejército del Nor-
te: Sarsfield, Quesada, RodiL el conde Armildez de Toledo, Mina,
Valdés, Mcndez Vigo, La Hera y Córdoba, todos tuvieron que aban-
rItmar la partida: todosperdieronterreno. Solo Espartero que reem-
ulazó á Córdoba, y que fué el último y vencedor caudillo, sostuvo
gloriosamente el prestigio del ejército en aquel1at; provincias.


El levantamiento del sitio de Bilbao en la famosa lJuebe del H
oc diciembre de 1836, la victoria del puente de Luchana, fué el pun-
to de partida de la decadencia de la rebelion en las provincias del
Norte. Pero mas que la fortuna de Espartero, la pérdida de Zuma-
lacárregui, algunos meSefj antes, herido delank de B:lbao, fué el
golpe que acabó con las probabilirbd¡-;s de triunfo del bando carlis-
ta; este necesitaba hombres de genio extraordinqrlo para vencer,
mientras que sus contrarios solo con medianías tf~Dian segura la vic-
tori a.


Aquella lucha era la de la barbarie, la del pasado, representado
por las pohlaciones atrasadas y fanáticas del campo y del centro de
España, contra la cirilizacíon, el progreso y las ideas de regenera-
cion social, representadas por las ciudadeS, por la juventud y por la
fuerza irresistible de las circuostancias, auxiliada además por la
vecindad de aliados poderosos, mientras que estaban muy lejos los
que pudieran serlo de la causa carlista.




CAPITULO y.


SUMARIO.


PrO\illl'ia, ('JI (/\1(' (',!mo (~I principal foco de la I'p]lt'li(llI carli,ta._Ei jOll'n guerri-
111'1'0 I\amoll CaLreJ'a.-Su~ dl'''l'aJabros, SlL t'crocidad y proezas.-Fusilamiento Jt!
"11 llEHII'P.-TI'ITihll'S I'('!"'(',alia,; COIl 'lllt: la \ CllDÓ Cabrcra.-Horrol't''- qU(' "lIlri,m
lo" pri"iomól'O" liberales 1~1I CalltaYieja.-Viti,¡tUlle~ UP la gl1l~ITa.-E'.:l'cdi,'ioll de
(iomcz.


1.


Aunque el foco principal y el mas terrible de la rebelion carlista
estaba en las provincias del Norte, adquirió tambien grande inten-
sidad en las de Cataluña, Aragon y Valencia. En estas dos últimas
provincias fué Cabrera, lo que en las del Norte era el navarro Zu-
malacárregui.


No era el valenciano, como el caudillo navarro, jefe militar de
graduacion, sino UD jóven imberbe, que hizo sus primeras armas en
la accion de Calanda, en la que fueron derrotados Carnicer y el ba-
ron de Herves.


Aquel jóven oscuro, que debia ser el terror de los liberales, el
gran organizador de la rebelion carlista en Valencia y Aragon, fué
repr,:::tid.ido en aquella accion ror su cobardía, y es fama que COD-
testn:


«He teDj~o miedo, lo confieso, porque nunca habia oído silbar
las b¡~: '1S; pell) ;nilS adelante se verá quién es Cabrera el tortosino.»


En d.:.:'cto Ju ¡a~-dó I~il verse.




84 HISTORIA DEL REINADO
A principios de 1834 mandaba ya Cabrera una partida con el ti-


tulo de capitan, pero despues se puso á las órdenes de Carnicer, que
tenia mayor graduacion, y juntos engrosaron sus huestes, basta que
pasando á Cataluña por Mora de Ebro, con 1,200 infantes y un cen-
tenar de caballos, se encontraron, ell O de abril, con el general Car-
ratalá y el brigadier Breton, que los derrotaron completamente, ma-
tándoles 300 hombres y cogiéndolos 700 prisioneros.


Aquel desastre no desanimó al jóven Cabrera, que sufrió muchos
otros descalabros, sin perder brioso Su constancia era tan grande
como su ferocidad, y su genioo organizador tan extraordinario como
su valor personal. De todo sacaba partido. Ya lo creian los libera-
les perdido para siempre, despues de las derrotas del 10 Y del ~5
,le abril y la del ~9 de julio, cuando en setiembre apareció como
por encanto, seguido de gran golpe de gente, y acompañado de Car-
nicer y de Llangostera, delante de lleceite, donde derrotó á las tro-
pas de la reina. Mas este triunfo fué pasajero, porque cargaron los
liberales sobre él con fuerzas considerables, procedentes de diferen-
tes puntos, y despues de muchos encuentros, mas ó menos desgra-
ciados, se resolvió á pasar á Navarra disfrazado á fin de pedir auxi-
lios al pretendiente.


En marzo de 1835 regresó Cabrera de su viaje á Navarra, con
órden de tomar el mando de las (uerzasearlistas de Valencia y Ara-
gon. Su presencia y sus disposiciones cambiaron el aspecto de las
cosas. Reunió y sometió á sus órdenes á los cabecillas rivales, y re-
comenzó sus operaciones con una columna de 2iO infantes y 30 ca-
ballos,


En la acciün de Alloza, presentó ya 300 infantes y /10 caballos.
Algunas semanas despues se mostraba en Mosqueruela, con 900
hombres y caia sobre Caspe el 23 de mayo; y con mas de 1,500
entraba en Segorbe el 18 de agosto, no tardando muchas semanas
en apoderarse del fuerte de las Roquetas, á las puertas mismas de
Tortosa.


Nombrado por don Carlos comandante general interino del bajo
Aragon, Cabrera organizó sus huestes de una manera regular y
uniformólas en parte: fundó un llO~'p¡tal; y con mas de 3,400 in-
fantes y de 200 jinetes entró en Castilla, destrozando de paso cerca
de Calatayud una columna de tropas de !a reina qU2 llegaria ape-
nas en número á la tercera parte de la suya; pero alcanzado por
don Juan PaJarea en Molina, y despues en Aldamuz y Prat de Comp-




DEL ULTIMO llORBON DE ESPAÑA. 85
te, sufrió tales descalabros que la mitad de su gente se presentó á
indulto, dando lugar á que creyeran sus enemigos que lo habian ex-
terminado para siempre.


ll.


A estas fáciles victorias, que adorml;cierun á los liberales, y al ri-
gor dd in vierno debió Cabrera el tener tiem po suficien te para reor-
ganizar sus huestes. Así vemos que ea enero del año siguiente ca-
pitaneando mas de 1,000 infantes y algunos caballos, sorprendia y
arrollaba una columna, en el puente del Alcance, cerca de Tortosa,
y otra en T dlTecilla: y como esta úl ti ma operacion no le saliera tan
bien come él esperaba, porqul.: el alcalde de Valdealgorfa sorpren-
dió una comunicacion que él mandaba á Alcañiz, fusiló á este po-
bre alcalde é hiz'.o luego Jo mismo con e! de Torrecilla, por haber
obedecido á las órdenes de las autoridades de la lt.ina. Los alcaldes
é individuos d:: los Ayuntarnientüs de }üs pueblos abiertos se refu-
giarun eu :üs forLfitados, y entonces fué cuando el brigadier No-
gueras, no menos bárbaro que Cabn:ra, escribió al gobernador de
Túrtosa una carta en que le dGcia: (En su consecuencia rueg'J
á V. S. por el bien que ha de re:iu!tar al servieio de la reina Dues·
tra seEora, que mande fusilar á la madre del rebelde Cabrera dándole
publieidad en t-:,do el distrito, prtmdieado además á sus hermanos y
herm,Hla:s ;Jara que suf¡'an igual suerte si él sigue asesinando ino-
cente.., ...


),Lo yUe comíJnieo á V. S. para que ]0 haga saoer PlJI" vereda á
todos lus plii~blos del corregimiento, debiendo V. S. mandar fusilar
á las Hiujeres, padies ó madi'es de los cabecillas de Aragon que co-
metan iguales atentados que el feroz Cabrera.»


Esta l;arta lleva la fecha del 8 de febrero de 1836, Y en verdad
que las crueldades y asesinatos atroces cometidos por Cab;'era por
condenahl\:;i qUe sean no disculpan las bá¡'baras medidas que como
represalias mandaba ejecutar el general Nogueras.


y i:I. esiu,ba presa la madre de Cabrera por espía, y entonces lo
fuerj)Q ~n~ tres h¿rlllaoas, que tesidian en Tortosa.


El diez y seis de febr8ro de 1836 fué conducida al patíbulo la
madre dt~[ famoso cabecilla, María Griñó, y su ejecucion indignó no
meuu;· :.;. ~,):; lib::)rale:5 que á los car¡¡s~as, alúndose en el parlamento


TO'IO J. 1?!




86 HlSTORrA DEL REINADO
voces terribles, que no pudieron ser acalladas por las explicaciones
del gobierno, que en realidad nada supo de aquel suceso hasta des-
pues de acaecido.


111.


La ferocidad de Cabrera aumentó al ver muerta á su madre. Su
primer acto de venganza fué mandar fusilar á doña María Roqui,
esposa del coronel Fontiveros, y á otras tres señoras parien tas de
otros liberales. Anunció además que cada víctima carlista seria ven-
gada irremisiblemente con la muerte de veinte personas, pertene-
cien tes á las familias de Jos verdugos. Cabrera anunciaba esto dcs-
pues de saber que el brigadier Nogueras, al dar parte del fusila-
miento de su madre, decia que sus hermanas sufrirían la misma
suerte, si él seguia cometiendo sus acostumbradas atrocidades; y
añadia:


(( y lo mismo haré con todas las mujeres, con lodos los pa-
dres y las madres de los cabecillas, que tienen la desgracia de estar
á sus órdenes, que tengo presos y que seguiré prendiendo para
mandar fusilar cinco por cada uno que él asesine.»


Cuando se piensa que tanta barbarie, ejecuciones tan terribles
entre conciudadanos y entre parientes, tenian por objeto el triunfo
de dos Borbones, el que Isabel n ó Carlos V fueran dueños de Es-
paña, no podemos menos de mirar con horror el principio monár-
quico, que extravia á los pueblos basta el punto de bacerks creer
que no se pertenecen á sí mismos y quP, deben dar sus hacirndas y
sus vidas por los que se llaman sus señores.


El escándalo producido en España y fuera de elJa por la bárbara
crueldad de los jefes citados, fué tal, que el gobierno relevó á No-
gueras del mando de la provincia de Teruei é impidió que fusilase
á muchos individuos de las familias de los cabecillas, que tenia
presos.


Don Carlos, lejos de deponer á Cabrera del mando, lo nombró
brigadier, y en mayo del mismo año saqueó los puebios que pue-
blan la orilla del Guadalaviar, cayó sobre Liria, de donde 8e llevó
muchísimos prisioneros que fusiló; pero alcanzado por Palarea en
Chiva! fué completamente derrotado. Pero en Rubiélos de Mora se
le entregaron 115 soldados, bajo palabra de conservarles la vida, y




DEL ULTmO BORBON DE E::íPA.~A. 87
cuando estuvieron desarmados, los hizo fusilar á todos en su pre-
sencia.


Otros tantos pertenecientes al regimiento de Extremadura hizo
despues fusilar don José Llorente, cura párroco de Alarva, que
capita::Jeaba una banda de facciosos á las órdenes de Cabrera; pero
la salida de este del reino de Valencia, en compañía de Gomez, fa-
cilitó á los generales San Miguel y Dorso di Carminati la toma de
Cantavieja, donue Cabrera tenia sus repuestos de víveres y muni-
ciones y los prísiuneros, y la destruccion de ¡os fuertes de Beceite
y Valdeírob¡e~.


IV.


Los horrores que sufrian los prisioneros liberales en Cantavieja
son indecibles; muchos preferian la muerte. MatábaDJos á palos,
dejábanlos desnudos en el rigor dei invierno, y llegó el caso de que
se comieran unos á otros, amaneciendo mutilados y destrozados,
por sus mismos cOlllpañeros. Jos cadáveres de los que morían por la
noche, sucediendo muchas veces, que, los que salian cargados con
los muertos, y para abrir ia fosa en que debian enterrarlos, caian
muertos en ella de debilidad, antes de depositar los cadáveres que
llevaban,


Cuando San Miguel y Dorso di Carminati se apoderaron de Can-
tavieja, mas parecian sombras que hombres los ochocientos ó no-
vecientos prisioneros á que dieron libertad, entre los que hubo mu-
ellOS cuya vida no pudo salvarse, á pesar de los cuidados que se
les prodígaron.


El terrible héroe tortosino seguia entretanto las aventuras de
la famosa expedicion de Gornez. Derrotados por Alaix en VilIar-
robledo, continuaron su camino á través de la Mancha. Antes que
el general de la reina pudiera deshacerse de mas de mil prisioneros
que les habia cogido, penetraron en Andalucía, se apoderaron de
las principales ciudades del reino de Córdoba, inclusa la misma ca-
pital, y cargados de botin con muchos prisioneros y aumento de
gente, volvieron á Castilla, se apoderaron de Almaden, penetraron
en Extremadura y iJcuparon á Cáceres; pero allí riñeron Gomez y
Cabrera, y este tuvo que marcharse sin mas fuerzas que una escolta
de eabalIcría.




88 HISTORIA DEL REINADO
En lugar de tomar la vuelta de Aragoo, como le había p\'eveni-


do Gomez, Cabrera tomó la de la Mancha, donde sorprendiendo
destacamentos, incorporándose bandas de carlistas maneb,'gns, y
armando gellte nueva, reunió rápidamente novecientos homhres á
caballo; pudo acercarse á Madrid, lIegand,-¡ hasta Taraneon, y su-
biendo por la provincia de Teruel, buscó las orillas dt'l Ebro, para
pasar al campo de don Carlos. No estaba vadeabl(' el rio, y el gene-
ral Irribaren, que mandaha la division de la Ribpra, le s0fprecdi6
y cargó su gente con tanta vehemencia, qne cflsi tuda quedó mueda
ó prisionera, debiendo Cabrera su salvaeioo á la lig('rexa d(~ su ca-
ballo, aunque este y su jinet(~ salkron cubiert0s de heridas, que
obligaron al cabecilla á ocultarse.


Gomez, comprendiendo que no podia pasar el Tajo, retrocedió rá-
pidamente de Extremadura á Andalucía, pasand H por entre las co--
lumnas que lo persegnian, á las qUE' Ikvaba ya mucba di'1an tera,
cuanuo contramarcb3ron sob'-c él. Sio tropiezo llegó h'\Sll'. Rl\nda,
despues de abandonarla Ordeñ(lz, qU(' IlHl.ndaba mas de mil iufantes
y cien caballos, bajanrlo tras ellos hasta AJgt'cira~', San Roque y
hasta las puertas de Gibraltar.


Lo audaz de esta exnedicion v el fenómeno extraordinario de que
I "


muchos generaies que perseguian á Gornez, cada uno con fuerzas
superiores á las del cabecilla carlista, sin alcanzarlo nunca, indig-
naron de tal manera la opinion púhHca, que el gobieroíí d.'stituyó
á Radil y Alaix, dando el mando de sus riivisinnrs al general don
Felipe Rivero y al brtgadi~r ~arvaez. Mipntras estos se encargaban
de sus respectivas cGluillnas, Gomez, atravesando parte de la pro-
vincia de Cádiz, tomó la vuelta de Bailen; pero cllandG creia hHber
ya flanque,ldo las columnas enemigas, fué sorprendido y derrotado
en Majaceite por la de Narvaf~z, 'In e aban~)lland¡) á este jefe habia
vuelto á ponerse espontáneamente á las órdel1es de Alaix, y corrido
con él, para jn~tifil?ar su indisciplina, de tan buena gana, que Go-
mez no pudo escapar de sus manos. Desde entonces hasta el paso
del Ebro por el cabecilla carlista, la vanguardia de Alaix no dejó
un solo dia de tirotearse con la retaguardia de Gomez y de cogerle
prisioneros.




GAP1TULO Vt


SUMARIO,


Princirale~ H1C('oO, de la gllerra ciyil en Cataluiia.-Iliralidatlcs entre lo~; jcrcs carlis-
ta, cat,¡[alle,) pl'illll'r:t callsa de ,us l'fillwros pr(l¡;rrsus.-D(·bilidad rf'lati\a de lao
l'acci')lJ('- c~I"lella];as.-Call:,as del i!len'lIlellto qut' (limó la gwcrra cilil.-Sulde\a-
ciofIC's dl'l l'Vrcito y de ti milicia naciollal contra el gobienw por Sil, ('(lllternl'ori-
zaciolles con los carli,tas,-Brill;llltcs acciolles dl~ ¡;llt')'I'a y defensa heroica de \a-
rias pohlaciolles por la milicia,


1.


Aunque la guerra civil se extendiese rápidamente á todas las pro-
vincias catalanas, y fuese en ellas donde se disparó el último tiro,
necesitándose la presenció.. de Espartero con todo el ejército de! Nor-
te para terminarla, no produjo ningun hombre de genio extraordi-
nario, niDgun Zumalacárregui, ni ningull Cabrera. Su intensidad
fué el resultado del carácter enérgico y de la constancia que distin-
guea á los catalanes.


A principios de 183·1 eran nuwerosas las partidas carlistas que
recorrian las provincias del Principado, capitaneadas por el Ros de
Erales, el canónigo Tristany, Vallés, Vilella, el Llarch de Copons,
Saperas y otros muchos, á pesar de que pocos meses antes derro-
tado Plandolit habia tenido que refugiarse en Francia, y de que el
cabecilla Paré y otros compañeros suyos habían sido fusilados en
las inmediaciones de Centellas, y de que Vallés vió su gente disper-
jada y exterminada por el general Antonio Azpiroz, en Vall de Na-
valdó.




90 H1STORIA bEL REIl'"ADO
El rey de Cerdeña, decidido pro~ector de la causa carlista, dió


recursos á Romagosa, que llegó en un buque sardo con el nombra-
miento de general de los carlistas de Cataluña, á las playas de San
Salvador; pero á los pocos dias cayó en poder de las tropas de la
reina, y fué fusilado en Igualada, dejando en poder de L1auder que
mandaba en Cataluña, documentos que probaban la existencia de
una vasta conspiracion carlista que dGbia estallar próximamente en
todo el Principado.


La derrota que sufrieron en Mayals frustró el plan de la subleva-
cion, y la actividad y energía de los jefes del ejército liberal tu vieron
constantemente en jaque á las partidas carlistas. Para organizar y
generalizar la lucha formáronse en Cataluña juntas secretas com-
puestas en su mayor parte de curas, frailes y otros personajes ecle-
siásticos, que en nombre de la religion sobrexcitaban los ánimos de
los ignorantes campesinos, que salian á campaña al grito de i Viva la
Religíün y Carlos V! Las derrotas de los cabecillas no impedian el
aumento de sus huestes, gracias á los manejos del clero.


ll.


Sin la insubordinacion y rivalidades de los guerrilleros, que no
querian someterse unos á las órdenes de los otros, la guerra civil
hubiera tomado en Cataluña el mismo aspecto imponente que en las
provincias del Norte; pero el carlismo se componia en Cataiuña de
una infinidad de capitanes con sus compañías, que, obrando cada
uno por su cuenta y riesgo, y desconfiando unos de otros, impedían
la unidad de plan, condicion esencial del triunfo.


Don Carlos mandó desde Navarra una columna expedicionaria á
las órdenes de Guergué, con instruccion de tomar provisionalmente
el mando de todas las fuerzas catalanas y de proteger la entrada del
conde de España, que debia mandarlas definitivamente. Pero Guer·
gué recorrió la Cataluña con varia fortuna, el conde de España no
entró, los navarros fatigados de la expedicion, y no muy simpática-
mente recibidos por los catalanes, se empeñaron en volver á su pais,
y obligaron á sus jefes á reconducirlos á Navarra.


En aquella ocasion las fuerzas carlistas en el Principado no ba-
jaban de veintitres mil infantes y trescientos caballos, que con su-
bordinacion, y bien dirigidos, hubieran podido obligar á reducírse á




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 91
; la defensiva á las tropas de la reina, y al gobierno de esta á reunir


en Cataluña sesenta ó setenta mil hombres.
La entrada de los progresistas en el poder llevó á Mina de capi-


tan general h Ca taJuña, y este caudillo popular, á pesar de la es-
casez de Gledios, dominó la situacion, reduciendo á los carlistas á la
defensiva, y derrotándnlos en repetidos encuentros, concluyendo por
apoderarsr: del santuario de Nuestra Señora del Hort, posicion casi
inexpugnable y que era el centro de las operaciones militares de Jos
carlistas.


Don Carlos mandó á Cataluña al general Marolo, para que tomase
el mando en jefe; pero al cabo de algunas semanas tuvo que dejar
la partida y refugiarse en Francia; En algunos meses quedaron re-
ducidas á la mitad las fuerzas carlistas de Cataluña, mas la muerte
del general Mina reanimó á la faceion, que tomó nuevos brios du-
rante la interinidad en el mando del general don Francisco Serrano.


Reemplazarlo este por el baron de Meer, recomenzaron las ope-
raciones, aunque con éxito drsastroso. La columna del general Niubó
fué destruida en las cercanías de Biosca, quedando el jefe muerto
en el campo de hatalla. La columna de Azpiroz tUYO que retirarse,
por lo cual el general en jefe con su division tuvo que operar solo,
con muchos peligros y pérdidas, el levantamiento del sitio de Solso-
na, que desmanleló, no pudiendo conservarla, retirándose con la
guarnicion.


Alentados los carlistas con estas ventajas, se propusieron formar
una línea de fuertes que les sirvieran de bases de operaciones, y al
efecto acometieron á Tremp y Villanueva de Moyá, y bloquearon á
Ripol! y llerga.


Pero dejpmos aquí los progresos de los carlistas en Cataluna para
dirigir una mirada á las provincias castellanas.


111.


El viejo cura Merino, á quien don Carlos dió el título de coman-
dante general de Castilla la Vieja, entró de Portugal con un escua-
dron de ochen ti\, lanceros, y unido á Cllevillas, Balmaseda y útros
cabecillas) se instaló en la Sierra de Burgos, que no abandonó á pe~
sar de las frecuentes derrotas que le hicieron sufrir las tropas de la
reina, hasta que vencido en Alcozar, el '2~ de junio de 1834, se




HISTORIA DEL REINADO


refugió en Aragon, de donde volvió á los Pinares de Soria, con mas
de mil hombres; pero nunca pudo salir de los montes, y aun allí,
se vió con frecuencia obligado á dividir su gente en pequeños gru-
pos, para escapar á la persecucion que sufria.


Esta debilidad relativa de la faccion castellana servia sin embargo
para di~traer grandes fuerzas liberales, viéndose empleados simul-
tanea ó sucesivamente en su persecucion jefes tan notahles como
Narvaez, Peon, Mir, Hoyos, Sanabria y otros varios con fuertes co-
lumnas.


Cuando Merino veia que sus fuerzas eran demasiado considera-
bles para poderlas alimentar y equipar, las mandaba á las provin-
cias Vasr,oDgadas, quedándose el con las indispensables para soste-
ner la lucha.


Herido al fin gravemente en la accion de Torregalindo, donde
murió el general Hoyos, Merino se ocultó en Lerma: y al cabo de
algunos meses se retiró á las provincias Vascongadas, dejando en
paz las de Castilla la Vieja.


En Castilla ;a Nueva, especialmente en la Mancha, tuvo mas ca-
rácter de merodeo y de bandolerismo que de guerra de partido. Sus
focos principales estuvieron en los montes de Toledo y en los llanos
de la ~fancha, donde el tuerto Jara, titulado mariscal de campo,
donde Palillos, Lobito, el Locho y otros bandidos eran el terror de
los pueblos con sus inauditas atrocidades.


Mir, mandado con el título de brigadier por don Carlos para dis-
ciplinar aquellas bandas castellanas, logró que se pusieran algunas
á sus órdenes, pero á Jos pocos días murió en una escaramuza, con-
tinuando desde entonces la lucha con las mismas condiciones irre-
gularrs que antes. Aquellas hordas feroees, tan diííciles de encon-
trar para 10S jefes que las perseguian, tan pronto se mostraban en
Despeñaperros como en Aranjuez.


Al fin fué necesario que el gobierno de la reina organizase contra
ellos ¡:n ejército en regla, sin que esta medida lograra pacificar
aquelJ<:I.s provincias.


IV.


El incremento que tomó la guerra civil desde 1834 á 1836, des-
pues de baber sid() tan fácilmente reprimidos los primeros conHtos




DEL ULTIMO llORllON DE ESPA~A. 93
en los últimos meses de 1833, fué tan grande, que las fuerzas car-
listas regularmente úrganizadas y dueñas de poblaciones y fortale-
zas importantísimas llegaron á pasar de noventa mil hombres en las
provincia:; Vascongadas Navarra, Cataluña, Aragon, Valencia y am-
bas Castillas.


En las provincias Asturias, Galicia y Extremadura las bandas car-
listas .no pasaron de cuadrillas insignificantes y en Andalucía nunca
pudieron, ni aun así, organizarse de una manera séria.


Entre las causas que contribuyeron á que los carlistas pudieran
organizar tanta gente y sostener tan porfiada lucha, durante tanto
tiempo, deben contarse en primera línea la mala voluntad que la
reina gobernadora tenia á los liberales, y su deseo varias veces ma-
nifestado, de preferir una transaccion con don Carlos, á conce¡fer al
pueblo español las libertades y derechos que reclamaba, á realizar
las reformas tan imperiosamente exigidas por el estado de atraso en
que se encontraba el pais.


Cristina quería que los liberales salvaran el trollo de su hija sin
concederles la libertad, y esta contradiccion producía entre otros
funestos efectos favorables á los carlistas, la division del partido li-
beral, y por lo tanto la aoulacion de sus fuerzas para vencer en la
empeñada lucha. De aquí el que los carlistas repitieran aquelkl. frase
'-Iue se hizo proverbial: «(Si nosotros vencemos, seremos los amos;
si gana Cristina, serelLos hermanos.»


v.


Para Jos que, inspirados por el mas puro patriotismo, tomaban
las armas en defensa de Isabel JI, )a conducta de los gobiernos de
esta, que contemporizaban con los facciosos, y miraban con indife-
rencia las desgracias de la nacioo y los padecimientos de los libe-
rales, [lO po\iia menos de ser sospechosa, de exasperarlos, condu-
ciéndolos mas de una vez á la insubordinacion y á atentar á las
vidas de sus jefes; viéndose el fenómeno extraordinario de sublevar-
se los sül:~ados porqu~ no los llevaban al enemigo; deponer á los
jefes, nombrar oiros é ir con ellos á orrecer la batalla á los contra-
rios y vencerlos.


I...o mismo suüedia con la Milicia nacional. En esta historia la ve-
remos muchas veces sublevada contra el gobierno en pueblos y


TOMO [. lS




94 IIlSTORlA DEL REINADO
ciudades; pero siempre enérgica y resuelta contra los carlistas~ dig-
na, por su heroismo, en muchas ocasiones, de ser comparada con
la de los gr:mdes pueblos de la antigüedad. Así veremos, en el si-
guiente capítulo, por no citar mas que alg!!nos ejemplos de los mas
memorables, un resúmen de las glorias de la Milicia nacional, du-
rante la guerra de los siete años.




CAPíTULO VtL


SUMARIO.


Sigue una rápida ojeada sohre las mas notables hazañas de la Milicia nacional durante
la guerra civil.-Cuadros df\ las fuerza;; del ejército desde 18:1:1 á ISa!!, y del
~.il;rcilo r Milicia nacional en 18a7.-Fuerzas con que contaban los carlj~tas.


1.


No es posible hablar de la Milicia nacional y de sus hazarías, sin
comenzar por los treinta milicianos de Cenicero, en la provincia de
Logrorlo, que en 1834 se vieron precisados á encerrarse en una
iglesia, en la que se parapetaron fuertemente, por haberles sitiado
Zumalacárregui, con cuatro mil carlistas. No sin serios esfuerzos
lograron estos derribar las puertas de la iglesia, y disputar des-
pues el terreno palmo á palmo á los sitiados, que se defendían con .
desesperacion, retirándose hasta el corJ, y despues á las bóvedas
superiores, cortando la escalera. Apoderados los milicianos de este
último punto de resistencia, dirigieron un nutrido fuego á los sitia-
dores, que no pudiendo hacer otra cosa, incendiaron la iglesia.


Retiráronse entonces los bravos milicianos de Cenicero al cam-
panario, donde se resistieron hasta quemar el último cartucho, y
resolvieron morir de hambre antes que rendirse. En tanto se apode-
raron los carlistas de las mujeres é hijos de los sitiados, detrás de
los cuales se parapetaron para hacer fuego contra los milicianos;




96 HISTORIA DEL REINADO
pero las tropas de la reina, que llegaron en tan apurado trance, les
libraron de su crítica situacion.


Un año desp1es, en Mercadillo, aldea del valle de Mena, noven-
ta voluntarios liberales resistieron, desde una casa, fortificada pre-
cipitadamente, á todas las partidas carlistas de Castor. Este los
tuvo sitiados algunos di as y al fin quiso incendiar el edificio. Trece
de entre los sitiados, sostenidos por el fuego de sus compañeros,
salieron á incendiar los carros de leña que había mandado acercar
el jefe carlista, y volvieron á entrarse en el fuerte.


El mismo año sostuvieron veinte y cuatro milicianos de Villafran-
ca, en el campanario de su iglesia, un sitio contra fuerzas nume-
rosas, mandadas por don Carlos en persona. Este Illaüdó incendiar
fa iglesia, C~lyO fuego se comunicó al campana! ~o, donde los liue-
raIes, reducidos á doce, se resistieron hasta el último cartucho. Don
Carlos los nlandó fusilar en su presencia.


La mas notable quizá de estas desesperadas defensas, fué la del
alcalde mayor de Albocacer, pueblo de Valencia Con doce hombres
de su mando, se encerró el alcaldG en la iólesiu, al tener noticia de
la entrada de Ca.brera con sus huestes. Los carlistas Péóuron fuego
á la iglesia: el ,licalde perdió diez hombres, y con los dos que le
quedaban, se re~lJgió eH el cam pan ario . Viéndose perdidos sus dos
compañeros, resolvieron sacrificarlo para salvar su vida, y uno de
ellos le tiró un pistoletazo que no lo tocó: mató el alcalde de una
puñalada al asesino, precipitó á su compañero de lo alto del cam-
panario, y quedóse solo á defenderse. Los carlistas de:-ribaron el
campanario, pero por fortuna C¡¡yó el alcalde sano y salvo entre las
ruinas, y oculto bajo una campana, no pudo ser descubierto por
sus enemigos, que cansados de buscarlo, se retiraron. El bravo al-
calde que babia conservado su trabuco, lanzóse entonces fuera de
los escombros, y gritó con toda la fuerza de sus pulmones: (d~t al-
calde mayor de Albocacer respira aun: j viva la libertad!}) Disparó
al punto su arma contra los enemigos, logrando escaparse, gracias
al estupor que su inesperada aparieion produjo.


n.


Las potencias del Norte, como se sabe, esperaban la caida de
Bilbao, bajo las huestes de don Carlos, para reconocerlo como rey




DEL ULTl~1O BORBON DE ESPAÑA. 9i
de España. De ahí el empeño de los carlistas en apoderarse de
aquella capital. Los nacionales empero se resistieron, contribuyen-
do eficazmente á la salvacicD de la libertad en España, en cien
combates y en sitios heróicos, sostenidos contra los ejércitos carlis-
tas. Entre otras posiciones, la del cementerio, que la tropa de línea
habia perdido, fué recobrada á la bayoneta por Jos nacionales de
aquella ciudad.


La milicia nacional de todos los pueblos por que pasó el Preten-
diente, al emprender la campaña sobre Madrid, Se distinguió por
su resistencia á los carlistas. Todo el ejército de don Carlos atacó á.
San Pedor, en Cataluña, y su heroica resisteneia dió tiempo á que
las tropas liberales pudiesen libertarlo.


En la accion de Chiva, donde Oráa batió á los carlistas, la mili-
cia se portó beroicamen te, haciénrlose merecedoru de los elogios del
general, que la premió con seis cruces de San Fernando.


En 10 de octubre del mismo año, los nacionales de Toledo ba-
tieron é hicj('f¡,n prisionuu la partida de Toro.


La milicia de Béjar derrotó, en un ion con las tropas del general
Pardiñas, la faccion de Basilio, el dia 3 de mayo de 1838; y la de
Albacete destruyó, el dia 19 de junio, en la Osa de .Montiel, á los
faccios:,s, mandados por Archidona, cayendo prisionero este ca-
becilla.


Los nacionales de la Gineta, la Roda y Fuensanta, acometieron
diferentes veces á la faccion de Tallada, cO!llpuesta de dos mil qui-
nientos hombres, y tanto la acosaron y disminuyeron, que al fin
fué dispersa. Los de Barraix prendieron, poco despues, al mismo
Tallada.


En ViIlarcayo, habiendo sabido la milicia que una columna ene-
miga pasaba á cierta distancia del pueblo, salió á su encuentro, la
batió, é hizo prisioneros á uo jefe, cuatro oficiales y setenta y siete
soldados.


En Pons, Cataluña, sostuvieron los nacionales, el 11 de marzo,
un combate tenaz y sangriento contra los carlistas.


Segorbe, Castellon, Vil/aranés y Lucena, pueblos situados en el
círculo de las excursiones de Cabrera, combatieron sin cesar du-
rante seis años; y sus intrépidos defensores merecieron que las
Cortes declarasen que habian merecido bien de la patria.


El 5 de marzo de 1838, Cabañero, con cuatro mil carlistas, sor-
prendió á Zaragoza: introducidos de noche, por traicion, hasta el




98 HISTORIA DEL REINADO
centro de la ciudad, ocuparon las posiciones mas estratégicas. Al
amanecer se apercibieron los habitantes de que estaban en poder de
los enemigos, y sin temor y sin consultarse, cada miliciano tomó su
fusil y salió á la calle. Sin jefes, ni órdenes de nadie, atacaron los
nacionales á los carlistas, en diversos puntos á la vez, matándoles
doscientos noventa y un individuos, hiriendo cincuenta y haciendo
ochocientos prisioneros; los restantes pudieron escapa~se de la ciu-
dad.


Esta sorpresa audaz se efectuó en un momento en que Zaragoza
ca recia de guarnicion, y en que dos batallones y toda la caballeria
de la milicia nacional habian salido al socorro de Gandesa, que des-
de un ario venia defendiéndose contra Cabrera.


La milicia de Caspe, en Aragon, se defendió durante once dias,
contra varias divisiones del tigre del Maestrazgo.


Los milicianos de Valcavado, en Castilla, aun cuando eran nue-
ve tan solo, hicieron frente á Balmaseda el 23 de marzo de 1838,
sucumbiendo glorinsamente despues de una tenaz y desesperada
resistencia.


Ninguna defensa puede compararse á Ja de la milicia de Gande-
sa, que estuvo sitIada durante dos años por Cabrera. Careciendo de
víveres y municiones, vióse muchas veces á punto de sucumbir,
debiendo al fin su salvacion á la llegada de las tropas liberales,
hasta que el general San Miguel hizo levantar el sitio, conduciendo
á los habitantes que quedaron vivos á Mequinenza.


Los nacionales de Montalban quisieron imitar á íos de Gandesa,
y despues de resistir á los rudos esfuerzos de Cabrera, determina-
ron abandonar su pueblo, porque no tenian medios de subsistir en
él, y despues de dar el último adios á sus hogares, atravesaron las
filas de los carlistas, llegando á Zaragoza fugitivos, el U de junio
de 1839.


111.


Muchos volúmenes se necesitarían para referir todas las hazañas,
todos los esfuerzos y sacrificios de la Milicia nacional durante la
guerra civil. Lo mismo vertieron su sangre en la defensa de sus ho-
gares que en los c3.mpos de batalla, siendo siempre los nacionales




DEL ULInIO nORBON DE ESPAÑA ... 99
las víctimas preferidas inmoladas con mayor encono por el bando
carlista.


Sin la Milicia nacional se hubiera hundido apenas levantado el
trono de Isabel Il. Gracias á esta institucion popular, todo el ejér-
cito pu~o salir á campaña, y aun muchas veces no bf.s!o, teniendo
que unírsele los nacionales para vencer al terrible enemigo en cam~
po raso.


Men,jjzabal transformó en Milicia nacional, en 1835, laque Mar-
tincz de la Rosa llamaba urbana; y en 1831 pasaban de 350 mil
hombres los nacionales armados, contándose entre ellos mas de 15
mil de caballería.


Las necesidades de la guerra hicieron tambien aumentar el ejér-
cito en proporciones considerables, como nos lo mliestra el siguiente
cuadro que extractamos de los documentos oficiales publicados por
el gobierno.


Cuadro de la fuerza del ejército desde 1833 á 1839.


Años.


1833
1834
1835
1836
1837
1838
1839


Aumento en :-if'is años.


Kúmero
de indiyiduos.


78,4.02
118,754
124,803
153,4.73
237,4.98
231,331
287,764


- ------- .. ~-~-


209,362


Esta fucrza, unida á la Milicia, elcvaba á mas de 600 mil hom-
hres armaifos los deft~nsores del trono de Isabel H y de las institu-
ClOnes liherales, como nos lo muestra el siglliente cuadro estadís-
tico:




100 HISTORIA DEL REINADO


CuadrfJ de las fuerzas del ejército y lJilicia nacional de Espai'ia
en 1837.


Cuerpos.


Guardia real de todas armas.
Infanterla de línea.
Caballería.
Artillería. . .
Ingenieros.
Milicias provinciales ..
Infantería de marina.
Carabineros. .
Cuel'pos fl'acos ..
Legiones extranjeras.
Total de fuerzas del ejército ..


Fuerza efectiva.
25,283


116,1>78
12,662
10,739


2,539
61,076
2,100
8,500


36,047
22,574


298,098


Milicia nacional de infantería. 282,000,
Idem de caballería. 10,000\,306,000
Idem de artillería.. 14,000


----


Total generaL. 604,098


Los carlistas tenían en 1a misma época mas de 90 mil hombres
armados, lo que eleva á 700,000 los combatientes, dando á los li-
berales toda la ventaja, sí no para la lucha, para el triunfo defini-
tivo. Decimos que la ventaja de la lucha era para Jos carlistas, por-
que ellos no necesitaban guarniciones. Y, campesinos en la mayor
parte, podian sufrir mejor que los liberales Jas penalidades de una
guerra de montañas. .




CAPÍTULO VIU.


SUMARIO.


Estado econi'lllico y ,;ocial de [:-:paiía ú la Dll!('rtp dI.' Femando \"iL-Ojf'ada r('tro~­
pc'cti\a.-Hcntas y t:"~lIIba" del de'!'o ~('cu¡ar y r¡'g'lllar en ('1 :1['o;:eo del reinado
dcl padre dp babd.-Di"lllilllll'ioll que ya renian o-ufril'lldo las cla,cc, ¡Iri,,(onati-
ca,; y pd(',;iú"tica" dc . ;de principio" del ,iolo actllal.-Ab"ll1"lla ,Jil i"ion de' la pro-
picdall y ,u;, cfeclo,;.-Dq'¡orabl(' c.;lado do todo,; los ramos d(' riqueza y allminis-
lracion pública al concluir ,,1 ah,;ulllli,mo en E:,paiía.-Pll."ilanimid;¡d de Martiner
ti" la Rusa.


1.


Retrocedamos a Lora al comienzo del reinado de Isabel, y dirija-
mos una rápida ojeada al estado económico y sodal en que el des-
potisnlO entregó España al régimen constitucional, á poco de muerto
Fernando VII. De esta manera podremos apreciar mejor las trans-
formaciones que la fPvolucion ha. operado en nuestro pais, desde el
establecimiento del régimen constitucional, á pesar de la resistencia
de la reina Cristina y de su hija Isabel.


Habia hecho Fernando VII cuanto estaba en su mano para em-
brutecer al pueblo español, alentando cuanto pudo el desarrollo de
las instituciones religiosas. Así fué como en los diez últimos años de
su reinado aumentó considerablemente el número de frailes. En cam-
bio concluyó por cerrar las universidades, y abrir en Sevilla una es-
cuela de tauromaquia. Pero aquella reaccion teocrática procedia de


TOMO 1. H




102 HISTORIA DEL REINADO
poder y DO de las tendencias del espíritu público, que se dirigían
por rumbo muy diferente. Por eso fué realmente falso el desarrollo
de fuerzas del bando apostólico, porque solo representaba un ele-
mento material, al que faltaba el espiritu que vivifica.


Así vemos que, ni las predicaciones, ni la proteccion del poder,
ni Id mordaza puesta á sus adversarios, ni la proscripcion de estos,
impidieron la decadencia progresiva de las instituciones religiosas
durante el reinado del despótico Fernando.


Hé aquí algunas cifras que justifican nuestro aserto.
Cuadro que muestra la disminucion de conventos y de frailes y monjas


desde 1803 á 1833.


Años.


1803
1826
1833


Disminuciún en 30 años.


Número
de conventos.


3,126
»


2,743
483


Número de frailes
r de monjas.


108,C\l3
92,727
55,279
52,814


Cerca del 50 por 100 de disminucion en el clero regular y en
las monjas, es un descenso notabilísimo para aquella época; pero lo
es mayor, si se tiene en cuenta que en el mismo período de tiempo
aumen tó la poblacion en mas de un ~ 5 por 100.


n.


Aunque no tan grande, no fué menos notable la disminucion del
clero secular, que en 1803 se componia de 95,~05 individuos, y
solo de 57,89~ en 1826, lo que hace una disminucion de 37,313,
Ó sea mas de la tercera parte en ~3 ~ños.


Las rentas del clero disminuyeron en la misma proporcion Y aun
mayor que el personal. Durante los 33 años primeros del siglo au-
mentó con la poblaeion la produecion agrícola muy considerable-
mente, y sin embargo, los diezmos:producian menos de año en añoo
Para que el lector forme una idea de las riquezas Ínm:msas que
el clero poseia t y absorbia cada año, vamos á resumir en breves ci-
fras los datos que nos han dejado hombres tan competente;; como Ca-
barrús, Garay, Miñano y otros.




un ULTIMO BORBO~ DE ESPAÑA. 103


Cuadro de las fetttas eclesiásticas y de otras obvenciones de ambos
cleros, en el apogeo del reúwdo de Fernando VII.


Hentas territoriales y urbanas.
Diezmos.


Casual, derecho de estola y pié de altar.
Misas.. . . 43.800,000 l·
Sermones.. ... 8.200,000
Rosarios, votos y CXOl'CÍIlIDOS. 2.000,000 I
Derechos de eslola. . . . . . 30.000,000,
Cuestaciones, imágenes y ALFORJA. 34.000,000.


Total. • .


Reales.


600.000,000
324.000,000


118.000,000


1,042.000,000


Al ver la ultima línea de este cuadro, no puede menos de llamar
nuestra aíerJcio!1 la gráfica amalgama de imágenes y de alforjas,
que producía;; 31 millones de reales al clero.


La alforja era en efecto imágen viva de la panza frailuna, era
el fin y cabo d[~ todas aquellas misas,sermones, rosarios, exorcis-
mos, cuest.aciones é irr,Íigcnes, que daban de sí 118 millones anua-
les para el clero, arrancados á la ignorancia y al fanatismo ,de las
masas populares.


Repartidos Jos 1, on millones entre todos los individuos perte-
necientes ti la Iglesia, correspondian por término medio á cada uno
5,100 reales al año ó sea cerca de seis veces mas de lo que hubie-
ra corresponcJidc á cada español, si toda la riqueza producida se re·
partiera en partes iguales á cada uno.


Mas De se crea que gracias á .la proteccion real y al exclusivo
predominio de la Iglesia católica en España, se reducian á estas las
gangas de la gent~ de iglesia. Hay que agregar otras importanti-
simas, como las de no pagar casa, estar exentos de quintas y ma-
trículas de mar, de gastos de justicia, y de otras gabelas, que solo
pesaban sobre los seglares, entre las que figuraban los derechos de
puertas y consumos, de que los conventos y otras corparaciones re-
ligiosas estaban exentos.


De los documentos oficiales publicados hace ya tiempo, resulta
que en 1826, el consumo medio de carne era en España de veinte
y dos libras al año por persona, mientras que el de cada eclesiástico
ascendía á 184.




104
El 83~'F:;~r.a C;loa, reürién·¿Gse á épocas anteriores, dice que en


la ciudad de Sevilla consumían los frailes 5~0,524librasde carne,
á razon de cinco mil libras al año para cada uno de Jos ochenta y
cuatro conventos, veinte y cuatro hospitales y treinta parroquias de
aquella ciudad, mientras que los oehenta mil habitantes de Sevilla
solo consumian 570,480 libras, lo que da apenas seis libras al año
por individuo. Verdad es que lo que comía de menos en su casa,
pedia comerlo de mas yendo á buscar la sopa de los conventos, Ó
cuando la miseria le quitaba la salud que iba á buscar al hospital.


En tiempo de Fernando VII, produCla un millon de reales el de-
recho de puertas impuesto á la. carne en la ciudad de Valencia; pero
mas de la mitad de esta suma se devolvia á las corporaciones reli-
giosas, que probaban la habían entrado para su consumo.


¿Cómo la gente de iglesia DO habia de ser partidaria del despo-
tismo político, que de tal manera la cebaba?


111.


Las clases aristocráticas, sosten y ornamento del despotismo po-
lítico, habian disminuido mas rápidamente todavía que las eclesiás-
ticas y por las mismas causas. El últímo censo de pobJacion en que
vemos figurar como clase social á la nobleza, es el de 1826.


Desde mediados del pasado siglo á dicha fecha, el número de no-
bles dism:nuyó desde 7~~, 794, ó sea uno por cada doce habitan-
tes, á 403,382, ó sea uno por cada treinta y cuatro.


De la estadística resulta un dato precioso y es que las provincias
que tenian mas nobles eran las mas atrasadas, mas pobres y menos
industriosas, en tanto que las que tenian menos eran las mas po-
bladas, industriosas y activas.


Contentémonos con dar como prueba las cifras pertenecientes á
cinco provincias:




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 1 r ,. {;.J
Cuadro de la relacwn de la nobtezlt con la jJrJblaclOl! 6;1 d:·dJO pr()t~':;­


cias de Espaiia.


Provincias.
_.


Castilla la Vieja.
Navarra.
Leon. .
Valencia.
Cataluña.


Personas pertenecientes
á la nobleza.


438,188
3(),162
91,602
8,218
3,798


IV.


Número de habitantes
por cada noble.


3
1)
7


240
300


Entre la nobleza titulada y el clero poseian ~4.800, 000 hectá-
reas de bienes raices, mientras que el resto de los habitantes de Es-
paña poseia 1:2.-100,000. Esto hacia un término medio de 160 hec-
táreas para cada noble titulado ó miembro de su familia y para cada
eclesiástico, y poco mas de 7 hectáreas para cada uno de los demás
españoles.


El resultado de esta absurda division de la propiedad, á que nos
bBbian conducido el altar y el trono, era que hubiera en España mas
de 140,000 vagabundos, 36,000 pobres de solemnidad, 100,000
con traban distas, 1,000 bandidos, muchos miles de presidarios, y
para guardar y perseguir á todos estos desgraciados, mas de cua-
renta mil hombres de toda clase de policía, resguardos, escopeteros
y otros fl1ncionarios, encargados de reprim~r á las clases deshere-
dadas.


Gracias á las ideas modernas que empezaron á cundir en Espa-
ña desde el alzamiento de 1808 y al desprecio cada dia mayor que
fueron inspirando los pergaminos aristocráticos y las farsas de los
explotadores de la religion, fueron, como hemos visto, disminuyendo
nobles y eclesiásticos, y aumentando en la misma pro porcion los
hombres dedicados á la produccion de la riqueza.


Así vemos que en 1 S03 la poblacion industrial era de 1.350,934
individuos y de ~.318.~56 en 18~6, y el total de la poblacion im-
productiva, que en la primera época era de 3.616,187 individuos,
vió reducirse en la segunda á 3.021,716.


El resultado de estos cambios fué tal, que las tierras cultivadas
de cereales aumentaron desde 1803 á 1833 de !.900,OOO hectá-
reas á 5.137,000, lo que es muy cerca del doble.




106 mSTORlA DEL REINADO
Como precisa consecuencia los ganados y animales" domésticos


aumentaron en la misma proporcion pasando de 17 á cerca de ~6
millones.


Puesto que hablamos de carne, tenemos que volver á hablar del
clero. Este poseia en tre ganado vacuno, lanar y de cerda en 18~6,
~t~86,836 cabezas de ganado, lo que daba un término medio de
mas de quince reses por persona, comprendiendo las monjas y los
frailes mendicantes, mientras que á la poblacion seglar, compuesta
de mas de doce millones de almas, correspondía á menos de dos
reses po(persona.


El] la misma época poseia el clero 55,651 caballos y mulas y
568,490 el resto de los españoles. Esto hacia poco mas de una ca-
balgadura para cada tres personas eclesiásticas y apenas una para
veinte y cuatro seglares.


La prodtlccifln territorial de España habia aumentado desde 1803
á 1833 de 5, 07~ millones á 6,988, lo que da un aumento de 1,916,
mientras el producto líquido pasó de 1,9:25 millones á 2,7J!6 ósea
un aumento de ochocientos millones.


Divididas estas cifras, dan por resultado que el producto bruto de
cada hectárea pasó de 136 á 200 reales, y el producto líquido de
51! á 70.


v.


A pesar de tales adelantos, hijos del espíritu del siglo, y que en
realidad eran insignificantes,'comparados con las necesidades del
país, el estado de España no podia ser mas deplorable á la muerte
de Fernando V[J, sobre todo can relacion á las otras naciones de Eu-
ropa.


Ni caminos, ni canales, ni puertos, ni faros, ni escuelas in-
dustriales, ni nada en fin de Jo que constituye la buena organiza-
cion económica del pais, ni de lo que contribuye al desarrollo de su
prosperidad é inteligencia existia en Espafia. La marina de guerra
como la mercante estaban reducidas á la nulidad. La yerba crecia
en los desiertos arsenales: los oficiales de marina pedían limosna y
morian de hambre. Afio hubo en que la marina no recibió mas que
la paga de un mes. El estancamiento, la imprevision y el abandono
fueron los rasgos distintivos del último período del absolutismo, Las
aduanas producian apenas una cincuentena de millones. El contra-




DEL GLTIMO BORllON DE ESPAÑA. 107
bando se hacia á mano armada por los buques que llegaban á la
costa, donde los recíbian centenares de contrabandistas á pié Y á
caballo, que real-izaban á viva fuerza el desembarco.


Los Ayuntamientos de nombramiento real, compuestos de regi-
dores perpétuos y de corregidores y alcaldes mayores de la misma
procedencia, esquilmaban á los pueblos con sus socaliñas y no se
cuidaban de ninguna mejora local, de tal manera, que la mayor par-
te de las ciudades de España estaban, al empezar la guerra civil,
tan atrasadas como en la Edad media.


El desbarajuste mas completo existia en el sistema de pesos y
medidas y en el monetario, pu~iendo decirse que el sistema consis-
tia en no tener ninguno.


El desórden en la administracion pública DO era menor. El nú-
mero de impuestos generales y parciales era infinito. No se pagaban
los intereses de la deuda. Y cuando España estaba arruinada, pro-
duciendo las rentas públicas escasamente 600 millones de reales,
Fernando VII tomaba de ellos 100 para los gastos de su persona y
de su casa, y atesoraba, como ya hemos visto, la enorme suma de
500 millones de reales. Sus empréstitos fueron onerosísimos, y nulo
el fruto que de ellos sacó la nacion.


Como buen rey absoluto, Fernando VII se imaginaba que él era
en realidad señor de vidas y haciendas, que la nacion era su pa-
trimonio, y que hacia una gracia á todos los españoles no tomándo-
les toda su hacienda y dejándoles la vida.


El abatimiento del comercio era tan grande, al empezar la época
constitucional, que en un cuadro comparativo del comercio de las
principaies naciones de Europa y de América, en aquella época, ha-
llamos que el de España era el penúltimo, correspondiendo sola-
mente la despreciable suma de cincuenta reales de vellon, por tér-
mino medio, á cada español, entre importacion y exportacion reuni-
das, mientras que el término medio era para cada inglés de 360,
de 240 para cada norte-americano, de 236 para cada holandés, de
1220 para cada wurtemburgués y de mas de 100 para cada francés,
portugués y dinamarqués. Y sin embargo á pesar de esta inferiori-
dad babia aumentado desde los primeros años del siglo. Júzguese
á Jo que habria estado reducido antes.


En resúmen el estado de España era tan deplorabie, que en el ex-
tranjero Jos mas grandes estadistas la creían tan muerta COliO ~Iar­
ruecas é iD capaz de regenerarse.




108 HISTORIA DEL REINADO


VI.


Tal fué la herencia que dejó el despotismo á la revolucíon, cuya
obra debia ser enérgica, rápida y radicalí:;ima si queria quitar los
estorbos que obstruian el paso á la sociedad española, para marchar
en las vias del progreso; pero el espíritu pu.silánime de Martinez de
la Rosa, que queria restaurar instituciones del pasado, que ya no te-
nian razan de ser, por haber desaparecido las clases sociales y las
circunstancias que les dieron vida, no era el mas á propósito para
dar direccion al movimiento, acometiendo de fren te y con resoiu-
cion la extirpacion de los abusos, de los monopolios y privilegios
odiosos que nos legara el despotismo.


Verdad es que M3rtinez de la Hasa estaba supeditado por la co-
rona, y que su deseo era conciliar esta con las nuevas instituciones.
tos hechos probaron plenamente !a incompatibilidad del poder real
coa el progreso social y político, porque todas las reformas dignas
de este nombre que se han realizado en España, fueron impuEstas,
á la r2in1 gnb2rnadora primero, como á su hija des pues. por revo-
luciones vencedoras.


Además de lOS inconvenientes del poder personal, que hace á una
nacíon eatera, instrumento de los intereses y ambicio n ó estupidez del
rey, la situacion de la nadan española al comenzar el ano de 1834
era todavía mas grave, que lo hubiera sido con otro rey cualquiera,
porqtle la persona que ocupaba el trono era extranjera, hacia poco
tiempo que estaba en España, y no podia conocer ni apreciar en todo
su val!)r las cosas ni los hombres que la rodeaban, la fuerza res-
pectiva de" los partidos, ni su historia. Su único criterio era el del
instinto conservadflr, dominado por una sórdida avaricia, y la anti-
patía natural de los reyes, y en especial de los Borbones, hácia toda
idea de libertad y de instituciones liberales.




CAPiTULO IX.


SUMARIO.


11](·{)n\l'ni(~lIll'.~ del ju,,[ü mrdio 1'11 t:poc~,: tilO lueha.-~r('('sirlad dc rcform~" I'adiea-
I¡·".-EI E,,[alulo !'t'al jllzg:lllo por Lnrnl.-:.Il'tlidas del mini~lcrio tle 'fartinez de
la Hlba.-\pertura del primer parlamento en Madrid uc"puc;; de Ollce aoo, tle
dcspotimlO.-Espíritu lilleral dt~ los cllerpos coh'gislatlores.-l\IrZfJuinas reror-
mas, impopulrrritlad y aelos políticos ma,; importantes de dicho ministerio.-EI
cOfiLle de Torello y ,;u cl1lpréstilo.-Cómo lo juzgó EspronceJa.


1.


En realidad todos los ministerios que nombró Cristina de entre
los mas moderados del bando liberal fueron efímeros: para la reac-
cion carlista eran revolucionarios; para los liberales, reaccionarios
y pasteleros.


Queriendo mantener el justo medio entre dos partidos irreconci-
Hables, que se combatian desesperadamente, solo recogia el des-
precio y el odio de ambos.


Cristina hubiera neces¡tado rodearse no de moderados, sino de
avanzados, de los hombres mas radicales, que hubieran inspirado
confianza al pueblo liberal y realizado reformas eficaces para crear
grandes intereses en favor de la dinastía, como el medio mas ade-
cuado para acabar con la rebeJion carlista. Pero queriendo soste-
nerse sin oponer unos á otros, y disgustando á uno y otro bando,
jugabll. con fuego, y al fin se quemó mas de una vez.


TOMO l. 1" a




110 íHSTORIA DEL REINAn{}
El primer ministerio liberal fué el de Martiuez de la Rosa, cons-


tituido el 15 de enero de 1834.
Mas de diez años habia que el partido liberal, proscríto, fugitivo


y despreciado~ habia suf¡'ido todo género de persecuciones, pOl' su
constancia en difundir los principios liberales contra ios Borbones,
y justamente los BOl'bones lo llamaban de la emigracion y lo sacahan
de los calabozos para darle el poder, convencidos de que no podian
seguir gobernando con las formas impopulares del gobierno abso-
luto. No los llamaba, pues, Cristina, por servir á la causa de la liber-
tad, sino porque la sirvieran á ella, y solo en la medida que la con-
venia, queria que dieran al pueblo la libertad.


Martinez de la Rosa era el menos liberal de los liberales; no per-
tenecia á los que emigraron en 1823, perseguidos por Fernando;
sino que ya, en 18 ~ 2, habia buscado en Franci(\; su refugio contra
la saña del partido liberal, que lo acusaba de traidor,


Ya hemos visto como aquel célebre poeta fabricó el Estatuto real,
que fué friamente recibido, porque era menos que lo que se espe-
raba.


n.


Larra calificó muy bien aquella efímera institucion, diciendo que
al niño recien nacido le habian hecho un vestido de cODseje¡'o, y que
viendo que era tan grande, que no le podian poner el bordado
uniforme, acusaron al niño de imbécil y guardJ.ron el uniforme. El
niño era el pueblo español, y el uniforme la COflstitucion de 18L2.
Pero al cabo de trBinla años se ocurrió á la familia, que puesto que
al niño no le habia ido bien el unlfol'me en 1812, debían ponerle
pañales en 183 i, Y Martinez de la Rosa se los cortó dándoie el Es~
tatuto real. Y como le vinieran estrechos, y no pudieran envolverlo
con ellos, se enfadaban contra el niiín de treinta años de edad, que
pedia á gritos su uniforme de consejero.


La mejor prueba de la estrechez del Estatuto, está en que á pe-
sar de los novecien tos electores que eligieron á los procuradores, la
mayoría de estos era ffiRS liberal, que la ley que los habia convo-
cado y reunido. La parsimonia de la concesion Heal~ los ánimos y
las asonadas pidiendo reformas, comenzaron en las ciudades máS
importantes de España.




DEL ULTI'IW !lORDON DE ESPAÑA. 111


lH.


Las reformas del min.isterio de Martinez de la Rosa se redujeron
á suprimir la censura para las obras puramente literarias y artísti-
cas, pero dejándola para las políticas y religiosas. A nombrar una
comision eusargada de redactar el código civil, que aun existe;
á am p!iar la amnistía á los que habian sido excI uidos en la de 1832.
Maüdar devolver á los ex-diputados los bienes que Fernando VII
les habia secuestrado en 1823, Y armar la milicia urbana en los
pueblos mayores de 300 vecinos y á razon de un miliciano por cada
100 almas. Un consejo Real de España é Indias reemplazó á los
autiguos, y los delegados de Fomento fueron en realidad autorida-
des civiles que luego se convirtieron en jefes políticos. España ba-
bia sido ya dividida en 49 provincias, que son las mismas que aun
existen; regularizándos8 mas, pero centralizándose la adminislra-
cion y aumentando tan considerablemente la burocracia, que ba
llegado á ser la verdadera plaga de España y uno de Jos mas ne-
gros borrones del sistema constitucional,


El Ministerio perdió parte de su carácter con la salida de don Ja-
vier de Burgos, y ia ganó en otro sentido con la entrada en Hacien-
da del conde de Toreno,


IV.


En t~al grave situaeion, con las plagas del cólera y de la guerra
CiVil; con un Ministerio impopular; con un puehlo desc~mfiado y con
uníA Y'ein¡¡, g!bernadora viuda, enamorada de un oficial buen mozo
(k la G nardia real, con quien no podia casarse sin perder la corona
y lq regencia de sus hijas, se abrieron las Cortes ó Estamentos el
~H de julio en el palacio del Buen Retiro.


Como se acostumbra en tales casos la reina habló de su deseo de
armonizar ¡os derechos de la corona y del pueblo, de las excelen-
cias del Estatuto real que habia generosa y espontáneamente otor-
gado á la nacion. El porvenir como el presen te se presen taba para
la reina Cristina rodeado de las mas lisonjeras esperanzas, todo
se presentaba color de rosa en aquella peroracion real tan falsa co-




t 1 ~ HISTORIA, DEL REINADO
IDO todas las de su género. La armonía, la paz estaba en los labios,
la guerra rugía en los corazones, como en las asperezas de las mon-
tañas.


El (lbispo de Sigüellza, patriarca de las Indias, recibió de la rei-
na. al pié del trono el juramento de guaroar y hacer guardar aquella
institucion que no guardada nadie y que uació muerta.


v.


En los actos políticos importantes del ministerio de Martinez de
la Rosa deben contarse los artículos adicionales al tratado de la cuá-
druple alianza, firrIlados en Londres en 18 de agosto, por los cua-
les se obligaba Luis Pclipe á cerrar las fronteras, de tal modo, que
los facciosos no pudieran ser auxiliados por ellas con armas, per-
trechos, ni gente: y el gobierno inglés, á auxiliar al gobierno de la
regenta, con las municiones, pertrechos y armas que necesitara y
hasta con sus buques de guerra en caso necesario. Por su parte el
gobierno portugués se comprometia á prestar al gobierno español
el apoyo que pudiera. Aunque estos convenios no fuesen bastautes
para asegurar al gobierno-de la reina una rápida pacificacion de
España, eran no obstante de una utilidad incontestable, y sobre
lodo daban una fuerza moral muy grande al nuevo órden de cosas
fuera y dentro de España.


Los ingleses por su parte cumplieron lo ofrecido, puesto que du-
rante la guerra el gobierno español percibió del inglés de pertre-
chos y armas por valor de 60.460,000 reales (A), entre los que sr:
contaban cerca de 400 mil fusiles y 145 cañones, que no han sido
pagados hasta 1860.


VI.


Hemos dicho que Martinez de la Rosa llamó al conde de Toreno,
dándole el ministerio de Hacienda, y aquí nos vemos obligados á
consagrar algunas líneas al célebre hombre de estado que comenzó
su vida política con la revolucion de 1808, tomando una parte bri-
llantísima en las Cortes Constituyentes que hicieron la Constitucion
de 181~, y que acahó de una manera ridícula en 18~5, retroce-
diendo basta patrocinar bajo el manto de su popularídad y de su




DEL ULTnIO BORBÓN DE ESPAÑA. 113
gran talento al ministerio de Martinez de la Rosa y á su Estatuto
real, para caer con ellos de una manera vergonzosa y estrepitosa.


Pocos hombres han mostrado mas ingenio, agudeza y talento par-
lamentario que el conde de Toreno; pero despues de haber adqui-
rido gran prestigio en las cámaras combatiendo al ministerio, creyú
que podria conservarlo y aun aumentarlo, tomando parte en éL y
todo lo perdió por no querer comprender que su popnlaridgd y
prestigio no dependian, de su talento! sino del uso que de él babia
hecho, consagrándolo á criticar la conducta poco liberal del go-
bierno.


En cuanto se vió en d ministerio de Hacienda, Toreno 8010 pen-
só en realizar un empréstito de 400 millones, lo que logró aunque
con condiciones onerosísimas; pero como dejó en pié el monstruoso
sistema económico que el despotismo de tres siglos nos legara, con
todo su incoherencia y sus abusos, Jos millones efectivos que pudo
realizar no produjeron mas efecto en la Hacienda ni en el crédito
que una gota de agua en el Océano, y de público se dijo entonces
que mas que útil á la nacion fué el empréstito provechoso á Cristi~
na y al ministro contratante. Cflrgado de impopularidad y de oro,
Toreno se volvió al extranjero donde habia pasado once años emi-
grado á deslumbrar con su fausto á los que antes vieren su pobre-
za, y entonces fué cuando Espronceda le consagró en el Diablo
mundo los célebres versos que reproducimos á continuacion:


No e~ dado á todos alcanzar la gloria
De alzar un monumento suntuoso.
Que eternice {¡ los siglos la memoria
De algun hecho pasado, grandioso;
Quéflele tanto al que escribió la historia
De nuestro pueblo, al e~critOl' lujoso,
Al conde que, del público tesoro.
Sr alzlÍ ~ sí mi-mo un monumeJJto de oro.


Al que supo, erigiendo un monumento,
(Ol1r tal le llama en su modestia suma) ,- . /
Premio (181' á su gran merecimiento,
y en pluma de oro converlir .. u pluma;
Al ilusf.rp astllriano; al gran talento.
Flor de la hisioria y de. la hacienda e~puma;
Al lleeio audaz de corazon de cieno
1\, quien llaman el CONDE DE TORENCL




114 HISTORIA DEL REINADO
Para realizar el empréstito de los 400 millones propuso y obtu-


vo el ministro de Haciendo la conversion en deuda del Esiado de
todas las oblígaciones, y su conversion por mitad, sin distíncion de
título, en deuda activa y deuda pasiva, la creacion de un fondo
nuevo al 5 por ciento que representara la deuda activa, en el
que habia de entrar la parte de los antiguos empréstitos extranje-
ros comprendida en ella; la aplicacion de un fondo de amortizacion
á esta deuda, la compra de una parte de ella para anularla y ad-
mitir á la suerte un equivalente de la deuda pasiva en la activa,
que entraria por este medio á cobrar intereses y á participar de la
amortizacion.




CAPíTULO X.


SUMARIO,


La opininn pl'dJlic~ pronullciada contra el Estatuto real, y m:1nifestncion eJe los procu-
";ltl(ln~~ ('11 igual :,(mtido.-Tabla de df'redJO,;.-l'royrcto poco liberal de Cri,tina,
quc hizo fraca,ar ulla "llhJc\acion militar en l\Iadrid.-Capitula el (;ohit'rno con el
jefe (](' la ,uhl("<lcioll el teniente (Jon Cayctallo CaniPrO.-;\[otinps y rnallifestacio-
11(', i'n ,arios sentidos en algunas capitales.-Especie de anarquía, prollucto de la
política moderada.


1.


Tal era la composicion Je las instituciones representativas del Es-
tatuto reaL que todo ministerio podria estar seguro de tener ma-
yoría, y en realidad podria pasarse sin ella, porque los procurado-
res del reino no tenian derecho á tratar de otras materias que las
puestas á discusion por el gobierno; pero esta calculada imperfec-
eion no impidió el que los diputados líberales, COlllO el conde de las
Navas, Cosio, Lopez, Caballero, Argüelles y otros, tuvieran oca-
sion de hablar y de agitar la opinlon pública en contra de aquel
ministerio incoloro y del Estatuto real, que no era en realidad mas
fF18 una traba pomposam0nle bautizada. Cuanto menos bacia el
gobierno en pro de la libertad, tanto pam atajar la guerra civil
corno para satisfacer las exigencias de la opinion pública con ú liles
reformas é instituciones liberales, mas vuelo tomaban estas ideas y
mas el partido liberal creia necesario tomar en sus propias manos
la salvacion de la causa que tan en peligro ponian los gobernantes.




116 HiSTORIA lH~L í:{lU~Allu
Ya los procuradores en la respuesta al discurso de la corona ha-


bian comenzado demostrando la insuficiencia del Estatuto. con la
peticion de la libertad de imprenta, de la igualdad de derechos ante
la ley, de la libertad civil, de la seguridad :individual, de la invio-
labilidad del domicilio, de la independencia del poder judicial, de la
responsabilidad ministerial y del jurado. o:Reducidas todas estas
máximas á un cuerdo elemental, decian, que forme la tabla de los
derechos y obligaciones políticas y el nudo de íntima union entre el
trono y los súbditos, á cuyo sosten sean llamados los hombres mas
idóneos y decididos.»


Tal era el resúmen de aquella primera manifestacion de los pro-
curadores en la cual habian dicho además que, «el noble objeto á
que consagraran sus afanes será á regenerar esta patria desgracia-
da; poner en accion todos los resortes de su engrandecimiento; pro-
curar que se dén toda la latitud y las garantías necesarias á los de-
rechos sociales, y decretar sobre estas bases el augusto monumento
de alianza y uDion entre el pueblo y el trono.»


JI.


Las aspiraciones liberales del estamento de procuradores, que
correspondían á las de la opinion pública, no podian convertirse en
leyes por carecer de iniciativa legislativa aquella corporacion. Pero
esto exasperaba mas Jos ánimos, pudiendo con razon decirse que
los trastornos y revueltas populares que precipitaron del poder á
Marlinez de la Rosa y á sus compalleros, fueron obra de su falta de
iniciativa para proponer al parlamento las mejoras y reformas re-
clamadas por los liberales, mas aun que del acrecentamiento de los
facciosos, á pesar de que este se achacaba á la lenidad del go-
bierno.


El 31 de agosto declararon los estamentos la abolicíon del voto
de Santiago, y conociendo el gobierno la necesidad de hacer algunas
concesiones, por mas mezquinas que fueran. pasó por la aproba-
eion de las siguientes declaraciones, que fueron no obstante ligera-
mente modificadas con el carácter de Tabla de derechos:


1.0 Las leyes protegen y aseguran la llbertad individual.
i2. o Todos los españoles pueden publicar sus pensamientos por


la imprenta, sin previa censura, pero con sujecion á las leyes que
reprimen los abusos.




IHit llL'lHIO BOJ\BON DE ESPAN\. 117
:-:." NiogUIl español puede ser preso, perseguido ni :-;eparado de


su domicilio sino en los casos previstos por la ley y en la forma
que ella prescribe.


k.O Laley no licue efecto retroactivo, yni!lgun españolserájuz-
gaJo por eorn isiDnes fino por los tribunales establecidos por ella
antes de la perpetracion del delito. Lo mismo se entenderá de los
negocios civiles.


5. L' No puede ser allanada la casa de ningun español sino en Jos
easog y forma que ordene ú ordenare la ley.


ti." Todos los españoles son iguales an te la ley,
7. o Todos los españoles son Igualmente admisibles á todos los


Plllpleos del Estado, y todos deben prestarse con igualdad á las car-
gas del servicio público.


8.° Todos los españoles tienen obligacion de pagar las contribu-
ciones votadas por las Cortes.


9.° La propiedad es inviolable; pero está sin embargo sujeta:
1. o á la obligacion de ser cedida al Estado por causa de utilidad pú-
blica, previa indemnizacion equitativa á juicio de hombres buenos;
;;:. o á las penas legalmente impuestas y á las condenaciones hechas
por sentencia legítimamente ejecutoriada. La confiscacion de bienes
queda abolida.


10. o La autoridad ó el funcionario público que atacare la liber-
tad individual, la seguridad personal ó la propiedad, es responsable
ton arreglo á las leyes.


11. () Los secrctúrios del despacho son responsables por la infrac-
don de las leyes fundamentales y por los delitos de traicion y con-
CUSlOn.


12. o Habrá una iostitucion de guardia nacional para la con ser-
vacion del ól'den público y para la defensa de las leyes. Su organi-
zacion será objeto d;; una ley.


IlI.


En cambio de estas concesiones nominales, pues únicamente así
podian considerarse, ya que en el planteamiento de las leyes que
necesitaban hacerse para llevarlas á cabo podian tener un criterio
mas ó menos expansivo, porque su práctica dependia de leyes que


T0110 lo 16




118 lllSTORIA DEL HlHNAOO
no estaban hechas, y para lo cual se necesitarla mucho tiempo para
que lo estuvieran, y que p0r lo mismo podrian ser tales que anu-
laran los principios fundam dales que debian servirles de base, en
cambio decimos de estas, para el gobierno grandes concesiones, el
ministerio de Martinez de la Rosa se negaba á reconocer los em-
pleos dados durante el régim"ll constitucional de 18~O á 18'E3, fun-
dándose en que los habia aulado Fernando Vil, y si cedió en su
propósito fué solo ante las amenazas de revuelta que por doquiera
10 rodeaban. La misma resistencia opuso á la dcvolucion de las
cantidades que habia satisfecho á los compradores de los hienes na-
cionales, cuyas ventas anuló Fernando VI[ en 1823; y por último
para que no quedara duda alguna de su poca aficion al partido li-
beral, hasta el 25 de octubre 'de ,.1834 no se decretó la exclusion
del infante don Carlos y de toda su descendencia á la corona de Es-
pafia con prohibicion de volver á ninguno de sus dominios, lo que
debia haber hecho desde el momento de la aparicion de la primera
partida carlista en España.


IV.


Mientras la política del gabinete exasperaba á los liberales, y la
faccion carlista alentada con la lentitud con que procedia el gobier-
no, tomaba el incremento que hemos visto en los anteriores capítIl-
~OS, la reina Cristina, que no perdonaba medio de imopuir que la.
libertad avanzase en España de la manera que el país la deseaba,
se puso de acuerdo con L1auder, ministro de la Guerra, pam dar á
este la presidencia del Consejo de mínisiros, siendo, como era, hom··
bre mas enérgico para detener al pais en la senda de la revolucion
que Martinez de la Hosa; pero una sublevacion miiitar, iniciada en
Madrid, cambió la faz de las cosas, obligando á Cristina y á Llau-
der á retroceder en sus propósitos, y á este no solo á renunciar á
la esperanza de ser presidente del Consejo, sino á abandonar el mi-
nisterio de la Guerra y prepararse para volver á la Capitanía gene-
ral de Cataluña.


Don Cayetano Cardero, teniente en un batallon del regimiento de
L;;lln, ~. u de ligeros, que estaba de guamiciones de Madrid se pre-
Sf:otó en la Puerta del Sol con seteeientC3 hombres á sus órdenes y






MUERTE DEL GENEqAL CANTERAC.




DEL nTmo nORBON DE ESPAÑA. 119
á las del subteniente Rueda. Sorprendió la guardia del Principal y
de la casa de Correos, en la que arrestó, á medida que se presen-
taron, á Jos agentes de policía y á los jefes militares. Desde allí sa-
lierún tocando generala los tambores de la milicia nacional cuyos
batallones se reunieron apresuradamente.


llabíansc propuesto los conjurados arresta.r á los ministros; pero
no mdizarol1 su propósito.


Mien tras un gru po de paisanos armados se dirigia á casa del ca-
p¡tal) general don José Canterac) este, acompañado de su ayudante,
se: dirigia á la I'uel'la del Sol, confiado en que bastada su presencia
para rcstable¡;,er el árden. Presentóse en efecto á la puerta de la ca-
sa de Correos; reconvino al teniente Cardero, y hasta dicen que lo
a.bofeteó 10 mismo que al teniente coronel del regimiento que se en·
contraba allí. Quisieron arrestarlo, pero Canterac desarmó al oficial,
y con golpes y amenazas intimidó á los soldados que habian ya
preparado sus armas contra él; acaso hubiera concluido aquí el
movimiento sin la c!esgraciada idea que se le ocurrió de querer que
los soldados gritaran viva el Estatuto real; todos los soldados con-
testaron con unánimes vivas á la libertad, y entonces Cantnrac per-
dió la paciencia por completo, y gritó por dos veces (¡Viva el rey,»
recibiendo por respuesta algunas balas que lo dejaron cadáver.


V.


f;'l ~ \·,'"rí ~ .-;" r1o¡ er . it'l" . n ~l '0 d .. á Ll dI' ".o .. ~., .. vO ltL, ',~u .K,P, .~,Jl gC¡Lr", lJ. esammo ( . ,au er, q.lIen
;lltintó á caballn, y CO;J sold:1d05 y ~aciooa!es m'~,!"chó contra los su-
J)I~v;di)s nar;}n~tad0S en la ca,se, de Ceeos; mas la tropa y la mi-


.=. J¡ ¡¡ ..


!i~~a ¡:;;.: "Je;::;Q ~il~:S dispucst2.S á hacer ct\\'. -[1 COruUIl con Cardero y los ,
S\iyos, (;ue á extrmJinarlos. Por todas ~3rtes resonaban los gritos
GQ «(Viv;~ lit libertad,») y mientras el b':lJeral organizaba sus fllcr-
'-!'.~~ ""1" ;":'(:'~'.'jl"('¡ 1;0 )1 'lJ·) 11 ' (-'1f)' 1),1 )l)l.-(nd' 11 ,~ .... 1 E t
!".,' J t1, .. _;""ül.u. L cocug"e, VAIUUO í",.~'" ,o "na eX¡)OSlCIOn a . s a-
mento de procuradores, protestando I su fidelidad á la reina go-
, 1 d ., I 1 ,. j" I ~ 1 . nerllaUOii."i, y e que, cnmo j:Jterpretee, espmtu .meral uf paIS,
í'oIü p2dir. l'el'rmnt1s eficaces paro. [~cabar con la guerra civil y labrar
la felicidad dG la naciorl. Discutióse acaloradamente si se deberia
b3f Ó no la demanda de Cardero, que habian colocado en la me-
sa de la presidencia; pero don Agustin Argiiellcs derramó sobre




no HISTORIA. DEL REE~ADO
ella. casualmente ó á propósito un tintero con lo cual se salió del
paso.


El ataque habia empezado entre tanto en la casa de Correos con
fuego de fusilería y de artillería, aunque :sin resultado sensible, y
despues de varias treguas y de repetir infructuosamente el ataque,
el gobierno concluyó por tratar como de potencia á potencia con el
teniente Cardero, firmando al fin una capitnlacion el ministro do
la Guerra y el teniente, en la que se convino en que se correria un
velo sobre los acontecimientos del dia, que no se pendria la menor
nota en las hojas de servicio de los sublevados, ni se les dirigiritl,
cargo alguno por aquella sublevacion, y que Cardero salrlria al fren-
te de sus soldados tv.mbor batícnte y bayoneta armada ptl.ra. ¡!icor-
porarse al ejército del Norte; y en efeclo, tocando la música el him-
no de Riego, es como salió de la casa de Corren s y atravesó la ca-
pital de España en medio de las mas entusiastas aclamaciones del
pueblo,


VI.


El gobierno se vió obligado á ceder porque sabia-que otros cuer-
pos de la guarnicion estaban dispuestos á hacer causa comun con
los sublevados, y como la milicia nacional mostró bien claramente
su simpatía hácia ellos, temió que tomara vuelo la sublevaríon y COD-
tara en pocas horas algunos miles de hombres armados,


En realidad Cardero y sus soldados fueron la expresion del sen~,
timiento público, y su sublevacion y el término qtle tuvo rlíeron al
ministerio el golpe de gracia. Llander abandonó el departamento de
la Guerra, que ocupó don Jerónimo Valdés; pero la opinjon pública
no se dió por satisfecha con esta modificacion y mue}}!) mas con las
medidas tomadas por el nuevo ministro para SOfOCltf la rebelioíl
carlista; así es que las asonadas ~e reprodujeron ('o muchas pobla-
ciones importantes yendo en aumento hasta la cuida dellnitiya de!
ministerio.


E\ Estatuto real era mirado no sin razon como una :r<1ha y no
como una garantía de Iihertad por los liherales, que querian la Cons-
titucion de 1812, y ya se comprende cuán natural era esta simpatía
por aquel inmortal código que habia regido en las dos prirnera~
épocas constituyentes,




DEL [LTDIO [HllHiON VE ESPANA, tU


VII,


El22 d:~ ma:'zn d~ 183:1 se s'Jhh~r6Málilga á lnsgri!osde «Vi,'~c
la Cons!HucÍoD,» ob1igaudr á abandonar la ciudad al comandanle


, d N' j' 1" genera! ,CH) ¡co,as Sjljf(\.
El ;J de ahril oeurrió otro tant0 en ZarHgoza, aunque no contm la


autoridad militar, sino contra el arzobi~;P(J y o!;os cck:sjásticos, cuya:"
, t' h'" 1 l' " ¡l l ' Simpa ¡as ){lela lf;F; CHi'JistílS y conmVénCHiS con r .OS erEn üe noLO-


riedad pública El arz01,i5PO haLia. llevad!) su imr¡udeocia, bast~, n>-
H¡ur las licencias á los cl2rigOS que pasaban por libera!0s.


m arzobispo fué protegido en palaeio por el capitan general eo
persona y por la guarniciün, á Jo que acaso debió escapar con vida
de las iras populares,


El 3 de abril se amotinó en Zaragoza el pueblo contra el clero, y
cilpecialmente contra el arzobispo, porque conspiraban descarada-
mente en favor de los carlistas. El arzobispo llevaba su desfacbatez
basta privar de ¡¡cendas á íes sacerdotes que manifestaban ideas ¡¡
brrales, es decjr, que ya obraba como si m::udara don Cf,rlüs en fs c
rafla, El capitan general, situándose ron trepa y milicia en la plaze,.
uc la Seo, impidió que el pueblo asesinara al cardenaL y para sa~
carlo del peligro, y en parte satisfacer la opinion pública, lo mandó
deslcl'f3do fuera de AragolJj pero las turtlfl,S sfltisfacieron su saña en
el e,,1)ó~igo Ni:1fCÓ, herma!E' de! arzobispo, y, cosa extraña, capi-
hneildas por un fraile, asaltaron E~l convento de la Victoria, donde
mataron á los [raú~s [Jue DD.dierc,)D haber á las manm;,


¡ f


l' l' 1'.~' L' 1 (' 1 1," .• J • gm Olr,n CD ir.1 mcm liUl)i) e. \J U~ 3¡JJ"H ot!" rHl¡l'ES~aClOD púpu ..
lH cmlra ~l 0hisrn. aenndo de carli~;!a, y í)¡m~:; pertmnas de la mii"~
rn~ nn::0ion, n(lr(j\u~ ~~.ngreida;.; f/Hl el 3r,ree;~n~arnient{) de Ja faCC1'JD"
~ ,) --'


ilFu]tahPJ] á los Jjhcraip;s y c!lDS'pirahn1 dt'scí'.radamenle. ta sa:lgrc
. , J' . l' 1 '1' J carno, y e í'f)iSPC y c. mte[H.l.ente escaparon ti ,as Iras popu,arc~;


fngá1dose de la ciudad.
E,'ite estad.: de anarquía, en el cud los partidarios de la libert:.H1
• J f ) . '¡ .J' , , frnwn c;nc ue.e¡Hj¡~;.se y feGUTnr a ,es nerHOS mas ViOlentos par3


con:primir ]¡;s manifest8.ciones y con3pirae;o:nes carlistas basta en las
ciudadl)s ma~; importantes de Esp?lña, era el triste resultado de la
política del moderado Martinez de la Rosa, que no queria compren-




I1ISnnUA DEL REINAD')


der que el medio mas eficaz de dominar la rebelion carlista era crear
rápidamente grandes intereses que sirvieran de sosten á la eausa de
la libertad.


A Martinez de la Rosa, como ministro, y á María Cristina, como
gobernadora del reino, debe pedirse cuenta de la sangro derramada
en aquellas terribles jornadas; DO disculpamos de ningun modo á
]os que consintieron tales asesinatos, pues nadie" tiene el derecho de
hacerse la justicia por sus mancs; mas lo ciertQ C~ que si Crístina
yel gobierno hubieran atendido cual era justo las exi;;encias de b
"'p'n¡'on p' h~; "na ,..,.~'. ~':¡;rl l;h~ ~ Ja " naY' ['.r. ¡"!\l' ,.l .. ¡len"
'.1 ! A • ,IlJJ!1ca, (fUe. qVt,la ffit,'c",'lJOS !".,triih.,' f' ,(~ L.l<,h, u~, , ,,~,
en la senda del progreso, y sin contemplaciones con los carlistas que
habia en el campo y Jos que conspiraban en su favor en las ciuda-
des y en los conventos, no hubiera llegado el triste caso de que la
multitud cometiera los desmanes y atropeilos que cometió en dife-
rentes ciudades de España.




GAPÍTULO XL


SUMARIO.


Marlilll'z de la llosa solicita la interycncioll arll1:Hla tI(' la Francia.-Rremphizalc en
el ll1ini~terio el Conde de Torcna, y reitera dichas súpliea:.:.-Hciiultadu,


l.


Al yer dc;'to!adl) en las .!\.ín0zcú3s d ejército del Norte, llis.ndado
por el general Valdes, no se le ocurrió á Martincí: de la Rosa mas
recurso {iue solicitar la inlervenclon armada de Francia. y de Ingla-
terra para acabar con los facciosos vencedon's.


En rcaiidad, segun el tratado de la cuádruple alianza, J(I_ Ínter-
vencion anDada era obligatoria para Francia, Inglaterra y Por-
tugal.


En despachos del 19 y ~O de mayo, Martinez de la Rosa decia
al duque de Frias, embajador en Paris, que reclamase de Mr. Tbiers,
el la ::ilzon ministro de Luis Felipe, la intervencion armada; pero es-
tos despachos se cruzaron en el camino con otro del duque, en el
q!le le deüia que .Mr. Thiers le habia ofrecido fuerzas navales, or-
ganizaci0ll de una legioa extranjera, el alistamiento de alf,'unos mi-
les de polacos armados y equipados por la Francia, y hasta dinero;




124 H1STOR~A nRL RflPIADO
pel\) qU0 se hahia ;legado á la ir.knenei(;11 del t'jército francés. Esto,
no Db3tar:í.e, el duque de Frias er.dri~g() al duquc; de Broglie el ~8 do:~
tuayo Uti ITlemorandum por el que s0lic:¡tab(~ la ¡:ntrnda en España
de (20,000 francf:seso


A pesar de estas negativ.Js, Martínez de la Ros¡-, y TU(e[iO pF;S-
titulan la bOlJra de Espafta á los pié:; de Jo:; gohi¡;r'B\)~; de }i'ruDcia é
bglah;rra, mendigi:i.udo su illtervencioo comu único medio de ven-
eor al bando carlista.


Nuestro ilustrado auto!' Mar!ja.nÍ se ha oeupado largamente de
este asunto tan importante para la honra naciOfw!, y de sus curio-
sos datos extractamos Jo que á él se refiere.


«El 30 de mayo, dice Marlíani, volvió el duque de Frias á enviar
lmevas instrucciones á 3U gobierno, en vista de la frialdad del (ic
-Francia, frialdad que pasó despues á una explícita negativa de eoo-
peraeion, de la cual dió cuenta el duque de Frias á su corte en des-
pacho de 6 de j uniQ, En otro del. día 8 participéle cierta conferen-
cia con el presidente del Consejo, que le habia leido las contestacio-
nes dadas por el gabinete inglés á las tres cuestiones propuestas por
el ministerio de Francia.


l.· »¿Cree la Inglaterra llegado el momento de una cooperacion
armada pedida por la España? Respuesta.-No: no ha llegado to-
davía.


t2. u » El casutJ foederis, como consecuencia del tratado de la cuá-
druple alianza, ¿es aplicable á las actuales CirCUD¡;taucias? La rn-
glatel'ra, ¿querdl. CO(¡P::fa¡? Hespuesta.-Cemo r:¡) ha llegado é'l caso
dc tener que cooperar f;ece~ariameDte, no puede la Jnglalerra to-
mar parte en la cooperacion.


3: »En caso de realizarse la intervencion, ¿quedará la Ingla-
terra responsable in salidum COD la Francia, de t(,das las consecuen-
cias que aquella pueda traer consigo? Respuesta.-Como no ha lle-
gado el caso de tener que cooperar necesaríamente, y en conse-
cuencia el de eaS~t8 foederis, tampoco no hay para qué se explique
la Inglaterra. Sin embargo, si la Francia juzga eonvenicnte el lle-
nar los votos del gobierno español, la lnglaterra no opondrá á ello
ohstáculo ninguno.»


Claro es que semejantes respuestas deberian corroborar las re-
pugnancias de la Francia háela :a intervencion, y en ellas encontró
el gobierno francés excusa mas que sufieiente para negarse resuel-
tamente á intervenir.




DEL uLTIMO BOHBO.'1 DE ESPAÑA.. 125
Toreno habia reemplazado entre tanto á Martinez de la Rosa en


el ministerio, y desentendiéndose de las humillantes repulsas que
habia sufrido su antecesor, reiteró sus súplicas de intervencion.


Mas digno y mejor enterado el duque de Frias, no dió curso á los
despachos del conde de Toreno, é instado por él se negó rotunda-
mente.


Desde Paris veia el señor Frias mejor lo que pasaba en España
que el gobierno de Madrid, y le aconsejaba no solo que no contase
con la jntervencion, sino que recurriera á los esfuerzos del gran
partido iiberal, haciéndole las concesiones que reclamaba con tan-
to ahinco. Pero el gobierno fiel á la conducta que ha seguido siem-
pre el partido moderado, de apelar á todos los medios que ha teni-
do á mano para prolongar su estancia en el poder, se negaba á sa-
tisfacer el espíritu público dando al pueblo las libertades que desea-
ba, no titubeando en cambio en arrastrarse por las cortes extran-
jeras humillando á España y mendigando á tierras extrañas una
prJteccion, en realidad innecesaria para la nacian, que contaba con
muchos mas recursos de los que veían los hombres escépticos de
tan funesto partido.


No íeniaJ en cuenta los moderados al humillar la dignidad nacio-
nal á los piés del,gobierno francés mas que el mezquino interés per-
sonal de conservar el mando que de derecho en aquellas circunslan-
cías pertenecia al partido liberal, á quien los moderados daban el tí-
tulo de exaltado y que era el único que podia, no solo satisfacer el
deseo genera! de la nacíon, sino concluir en un breve plazo con los
carlistas, por ser el partido que estaba mas en contra de sus ideas
y tenia mas interés en conservar las libertades públicas; pero el
partido moderado preferia la ruina y el envilecimiento de la patria,
y hasta el triunfo del carlismo, á que adelantase un solo paso Es-
paña en el camino del progreso y de la civilizacion.


n.


El resultado de la política rastrera de los moderados fué la su-
blevaciuil de la mayor parte de las provincias de España, y la es-
tn~pitüsa caida ue Mal'tinez d0la Rosa; pero Toreno que siguió toda-
vía di su jJuc"i<J, agravó la b(¡j,;za de su cOí.lducta, solicitando de


TOMO l. 17




U6 HISTORIA DEL llEI:'!AllO
nuevo y C0U mayor ahinco la inferver1cion f:-aDcesa, no sol" ya con-
tra 10S elr!istas sino contra los lihcrales. como lo p~ucba el si/;¡úmte
documentl) f{~chado el 30 de agoste de 1835.


« Ministerio de Estado.


» Excelencia:
»Hc recibido p"If extraordinario la c0rrr'spc¡ndencia que V. L me


dirige con fecha '22 de! c:);rirnttJ, y cont,:slaré á ella mas de:,pacio.
Entre tunto aprovecho!~ salida d:') un extraordinario qne envia á LOD-
dres el embajador de Inglaterra, para manifestar á V. E. euánto han
llamado la atencion de su majestad los despachos de V. E. de nú-
meros 569 y 571.


»SU majestad ha visto en ellos la disposicion de su majestad el
rey de los franceses, relativameJte tí la cooperacion que solicita-
mos, y espera que V. E. sabrá sacar partido de la perplejidad y
dudas que ha hecho en el ánimo del gabinete francés la noticia
alarmante de los acontecimientos de la Península, y que V. E. re-
doblará sus instancias, fundándolas en el riesgo que por todas par-
tes amenaza á la autoridad real en España.


»Las pasiones populares se han desencadenado á vi,ta de !a au-
dacia de la faccian carlista, cuyo fanatismo y sistema de destruc-
cion aterrorizan los ánimos. El partido :l.narquista se aprovecha
de tales circunstancias, y por medio de artificiosas seducciones des-
carria las ideas del pueblo y fomenta la insubordinacion, persua-
diendo á todos los inexpertos de que la marcha del gübiernG es la
causa de los males que están padeciendo. Se le acusa á estf de apa-
tía y falta de rigor contra los enemigos de S. M.


)En medio de tantas complicaciones el gobierno de S. M. contra-
resta los embates de ambos partidos, ora con la fuerza por des-
gracia sobradamente reducida, ora contemporizando, y r~tá fir-
memente resuelto á contener la rcvolucion y á sostener las anti-
guas leyes de la manarquía, modificadas y adaptadas ti las necesi-
dades del tiempo en que vivimos, sin cejar janlás nn pilnte ante la
invasion de los principios democráticos, esponláccamente adopta-
dos por todos los anarquistas de Eu ropa. La conservacioQ de este
sistema ofrece garantías á todos los tronos, y el gobierno lucba en
España contra las mismas pasiones que agitan y trabajan .!a sor,ie-
dad en Francia. Sin embargo, nuestra pusido!) es mueho mas des-




DEL LLTDIO BORlION DE ESPAÑA 1~7
ventajosa, purstfJ que las fuerzas militares se hallan reunidas en
las provincias d,~l Norte, donde sirve la guerra de pretexto para
agitar á los pueblos.


»llien que basta ahora no hayan conseguido todavía los ¡Jertur-
badores interesar las masas en su favor, sin embargo van adelan-
tanao terreno; y paralizada la accioll del gobierno por tantos ubs-
tácuks, pudiera llegar á debilitarse de un mudo ll1uy peligroso.


»PCira prennir las C;JIlSC011encias de semejante estado de cosas,
acud,' iluevauwnLB S. M. al poderoso apoyo dt Ulla nacion vecina,
cuyo ,;2'tad:) pc.litico presenla síniomas del todo análogos á los que
!:D I::S¡;aña :,e >;ja;lifibtan, á fin de que nos conceda la ayuda que
le suplicai"f¡!)s J C:.HlCU;Ta e.jD el gobierno de S. M. á destruir la
eausa de nuestro engorro, ¡.;ues una vez vencida la fac{¡i0Il de Na-
varra, lo sf;fá igualmente la anarquía. Así se cunsolidaria en Espa-
ña la auturidad real, moderada por la partidpaciun d,; ia propieuad
y de la a:-i~l(Jcracia en la [orinucion de las leyes, al modo que lo es-
tablece el Estatuto real.


) En pnJl' ba de lo que acabv de decir, citaré los l'ecicn tes aCCle-
clmientl¡s de Málaga y Granada. Ln puñado de s¡~diciosos, aprove-
chándose de la amencia de! ejército, La proclamado ]a 1/wl!wdada
C'1nc;HI,cion de 1812. sin que los habita:1lc S2nsatus llapu tumado
1:'1. n1Pr.0 1' p~)'t;' en c,;a loca ClI~¡Jresa. Pero t:J crÍfllen perm~nece im-
pune, y tan pernicioso ejern plo puede extenderse y arrancará á la
COfü¡¡a ciertas concesiones de lalnaturaleza, que alarmen a los tro-
noS de Europa.


)Para L:Vit,1\' t¡~maña desgracia, S. M. pone toda su confianza en
d ¡¡'~f)Jú de w üugu~ta aliada, y qUÍ(~r(; que Y. S. persuada al ga-
l,jüek franc(~s de cuán critica y grave es nuestra situaciClIJ, y que
insista en lR solicitud de una coüpecacion eficaz y pronta, tal como
la tenemos ya pedida.


»Dios guarde á V. S, muchos años.
»San lidefonso, 30 de agosto de 1835


»El conde de Tureno.»


El dl)cumcr,to que precede retrata fielmente el espíritu y el ca-
rácter del ;'artido monárquico de quien eran jefes Tureno y Marti-
nez dt' la R0sa. Sin raices en la opinion, sin codianza ff.i el espi-
rim liberal, y desconociendo com pletamen te el sel1limieil lo de la




128 mSTORIA DEL REINADO
dignidad de la nacion, innato 'y profundo en nuestro pueblo, Jos
moderados prostituian la dignidad nacional, sacrificándola á sus mi-
ras particulares, sin darse cuenta de la enormidad de su conducta,
ni que en definitiva redundaria en perjuicio propio.


JlJal/wdada llamaba Toreno á la Constitucion de 1812 que los
pueblos aclamaban, á pesar de haber sido uno dt los hombres que
con su elocuente palabra y con sus votos habia contribuido á crear·
la. Pero esta inconsecuencia se ha hecho tan general, que casi no
podemos hacer un cargo al conde de Taren o ~e creer excesiva la
libertad garantizada por aquella Con.stitucion para los españoles de
1830, despues de haberla. creido necesaria en 181:2. En la prime-
ra época, sin embargo, era ei poder quien la daba al pueblo, y en
la segunda 'ran las masas quLJCS la aclamahal.;, sublevándüse C .. "l"
tra el gobierno, que habia creido satisfacerlas, dándoks el Estatuto
real.


III.


Todos los paso::; de los gobiernos moderados para. obtener la in-
tervencion extranjera, no dieron como hemos visto resultado algu-
no, y fué necesaria la entrada de Mendizábal en el ministerio para
que cumplieran las promesas no de intervencion, sino de auxilios de
diferent,~s géneros que los moderados les habían arrancado durante
su efímera domioacion. El baron Das Autas con cinco mil portngue
ses, el general franeés Conrad con una legion extranjera de otros
cinco mil, y el inglés Lacy Evans con diez mil ingleses, vinieron á
tomar parte activa contra Jos carlistas en los campos de Navarra y
Provincias Vascongadas.


Ellengllaje d!3 ~Iendizába.l con la diplomacia extraojera fué tao
patriótico y digno, como antípatriótico y rastrero el de los modera·
dos, sus predecesores en el ministerio,


La primera comunicacion de ~iendizábal al duque de Fr¡as fecha-,
da. en '22 de setiembre de 1835, tenia por" objeto desaprobar las
peticioneS de intervencioll directa, dándose por satisfecho con que
Jos gobiernos contratantes de la cuádruple alianza cumplieran sus
respeclivos I)ompromisos en la forma y la manera en que ellos en-
tendian deber hacerlo, «No exijo yo, decia, que vengan los extranje-




DEL ULTIMO IjORRON DE ESPAÑA.. 129
ros á tomar parte en una cuestion del todo española, pero sí recla~
mo á nombre de la justicia, de la buena fé, del interés general y de
la santidad de los tratados que el del 22 de abril sea religiosamen-
te observado por la Francia, y que esta potencia cierre la fron-
tera" »)


Pero ni esto que con tanta justicia pedia Mcndizábal, queria rea-
lizar el gobierno francés, que protestaba no tener medios de impe-
dir el contrabando que los carlistas hadan por la frontera, con ob-
jeto de favorecer los intereses comerciales de las provincias meri-
dionales de la Francia que realizaban grandes negocios á expensas
de la causa liberal española, proveyendo á los carlistas de cuanto
necesitaban. Mendizábal, entonces, pidió al gobierno francés que
a".,lnzase sus tropa~\ hasta el valle Jet Baztan y los A.lduides con
objeto de impedir el paso de la frontera á los proveedores de los
carlista~, colocándose dentro de la frontera española; pero nada con-
siguió. •


IV.


Pocos hombres producidos por 13. revolacion española han tenido
mas admiradores ni mas detracf.ores que l\Iendizábal. Su populari-
dad fué inmensa, y sin duda pudo hacer mucho mas de lo que hizo
para consolidar la revolucion con grandes reformas; pero ni puede
negársele el rIesen de realizarlas, ni la gloria de baber iniciado mu-
chas de ellas. -'Iendizábal tenia mas de economist.a, de banquero,
que de lwmbrc de Estado; en todo y por todo era la antítesis del
conde de TOf;'~n{). Es~e era un homhre presuntuoso, capaz de gastar
en la ostentacion de su persona y en la satisfaccion de sus vanida-
des los tesoros de una nacion ; y Mendizábal era un hombre senci-
llo y modesto, d;.') tan pocas íJecesidades y pretensiones, que sin el
menor sacrificio pudo vivir y morir pobre, habiendo manejado in-
mensos caudales, sin un título ni un cintajo que decorara su pecho.
Patriota de buena fe, Mendizábal no tuvo un pensamiento que DO
fuera inspirado por el bien de su patria, que Toreno !:1ubordinaba á


·los goces de su ambicio n ; ~ero en cambio este era elocuente ora-
dor y escritor erwiitf) y castizo: brillante personificacion del parti-
do moderado, del que rué uno de los fundadores, y que parece ha




130 HISTORIA DEL !tEINADO
heredado de él los vicios y las cualidades, así como el partido pro-
gresista con sus virtudes y sus defectos puede perfectamente sim-
bol izarse en Meudizábal, que contribuyó eficacÍsimamente á la crea-:
cion y consúlidacion de los dos tronos constitucionales de. España
y Portugal recibiendo en cambio ingratitudes y desprecios.


Con sus defectos y sus grandes cualidades. Mcndizábal fué el
primer ministro que tomó como cosa séria la regcneracion del pais.
Su paso por e! poder marcó un progreso real: habló y obró eomo
buen patriota, y si no se atrevió á abolir la censura qw~ servia á la
prensa de mordaza, al menos fué el único ministro de Esp:lña que
la dejó en completa libertad para decir de él cuanto quisD, y á fe
que usó y abusó de la tolerancia del gran patriota para calumniarlo
de la manera mas indigna. Sometió los actos de su administracion
al libre exámen de la opioian pública, y tuvo bastante grandeza de
alma para no separar de sus funciones á ninguno lb lo~ ewpleados
que lo combatian en las Cortes co~no diputadl's; y declaró en la
tribuna que se cortaria la mano antes que fi:iilar h de3tilucion de
don Antonio Alcalá Galiano, que, collll¿do por él de bl'n¡'fieio~, era
el jefe de la oposicion al Ministerio en las Cortes.


El mérito de esta nobleza y elevacioll de alma de ~lc[id¡z~hal es
tanto mayur, cuanto que ni tuvo ejemplos que imitar, ni ha eneon-
trado despu':s discípulos que lo imiten.


v.


Mcndizáhal cayó por un golpf' de Estado, para ser reemplazado
por el trán~fuga Istmiz, y desde en ton ces el gobierno francés re-
trocedió mas cada dia; pero felizmente la sublevacion de todas las
provincias de España en favor de la Constitucion de 1812 puso tér-
mino á todas las veleidades reaccionarias y á las solicitudes cerca
de los gobiernos extranjeros para obtener una intervencion armada
en favor d:JI gobierno de Madrid.


Como si ellos tuvieran á su disposicion la intervencion francesa
y Mendizábal tuviera la culpa de que el gobierno francés se negase
á conecderla, los moderados ecbaban la culpa al gran ministro libe-
ral de las desgracias que llevaba consigo ]a guerra civil; pero el
desencanto del público fué bien grandé cuando vió que dueños del




DH ULTIMO 1:l0RlION DE ESPAÑA. 131
poder, los reaccionarios no podian obtener la intervencion que an-
helaban y en la que fundaban sus esperanzas, no solo de dominar
á la faccioo carlista, sino, lo que les interesaba mas, sostenerse ellos
en el mando contra las manifiestas tendencias de la opioion pública
que reclamaba reformas radicales.


Pero no anticipemos los sucesos y dirijamos una ojeada al movi-
miento político y revolucionario de las provincias españolas desde
fines de 1834 hasta la proclamacian de laCoDstitucionde 1812, en
1836, y expecialmente al movimiento anti-religioso que produjo la
supresion de los conventos y la extincion de las órdenes monásticas,




CAPíTULO XII.


SUMARIO.


j'(I:¡li,a poco radical del conde de TorellO tocante oí la .<uJíre,;ioll (je Ja~ IIrdt!llL'." 1110-
ná,tleas.-J)cgücllo dc frailes y dl'Etruecion dt~ COlly('nto,; ¡m \:trio:, pllnto,;.-lk-
creta ~Icllllizáballa cxtíncion tle las comunidades religios:K-Hplle,iom'".-Cua-
dro de las úrdenes religíoi':lS y número de comentos que habia en Espaua en 1 S:¡¡j.
-Co]]"cnacion de muchas comunidades religiosas de mujeres.-TrullSfortuaciollcs
de la propiedad I[Ue era de manos lllucrtas.-Pensiones de los exclaustrados.


I.


En otro capítulo hemos visto las sublevaciones y asonadas de
Madrid, Málaga, Zaragoza y otras poblaciones á los gritos de j Viva
la Constitucion de 181:2! y de ¡Abajo el mÍnisterio! Tambien pedian
los liberales la supresion de los conventos, á lo cual se negaba el
conde de Toreno, y cuando al fin tuvo que ceder, solo tomó medi-
das á medias que contribuyeron á exasperar los ánimos de los pa-
triotas y á irritar mas que domeñar,al bando carlista y frailuno.
Verdad es que en 4, de julio extinguió en todos los dominios espa-
ñoles la Compañía de Jesús y que el 25 del mismo mes suprimió los
monasterios y conventos que no tuviesen doce individuos profesos,
medida que en lugar de suprimir los frailes no hacia mas que reu-
nirlos en masas mas compactas y por lo tanto mas influyentes. No·
vecientos conventos quedaban vacíos; pero eran cerca de dos mil
los que quedaban rellenos.




DEL ILTUlO nOImON DE ESPAÑA. 133
e 1 d ' , " A' l' ,. '1 uanc o to G el :nunuo esperaba la ulSO UClúD ae ;as on.1l'nes mo-


násticas y que se terrarUlJ tantos miles de mádrigueféls, focos de la
ignorancia, de la pereza, del fanatismo y de la rebelíon carlista, se vió
con asombro que la reforma llevada á cabo por el gobierno, tenía
mas el carácter de proteccion que de otra cosa, y 103 liberales in-
dignados llevaron á cabo violentamente la deslruccion que el go-
bierno no quería efectuar por medio de la ley. En Zaragozil, pueblo,
ejército y milicia nacional á los gritos de viva la Consli lucion de 181 ~
se prccií¡itaron sobre los conventos de San Agustiu y Santo Domin-
go; degollaron á varios frailes, jacendiarún y saquearon los edificios.
Esto succdia el 6 de julia, y en lugar de darles á estos desórde-
nes la importancia que merecian, Toreno separó á las autoridades
civiles y militares de Aragon, mandó expulsar de la milicia á los que
habian tomado parle en aquellos atentados, y mandó establecer co-
misiones ruilitares para castigar sUillBrianwnte ti. los perturbadores
del órden público.


n.


El resultado de tales medidas fué con trario á lo que el gobierno
se habia propuesto. El:24 de julio llegó á Reus la noticia de que
una compañía de urbanos de la ciudad habia sido sorprendida ca-
mino de Gandesa por una banda de carlistas, capitaneada por un
fraile, y lleno de furor corrió tl los conventos de franciscanos y
carmelitas, únicos que habia en la ciudad, degolló á cuantos frai-
les pudo haber á las manos, y despues los convirtió en un monton
de escombros y de cenizas.


Al saberse la noticia en Barcelona al día siguiente. el pueblo,
que estaba reunido en la plaza de Toros, sacó arrastrando uno de
estos eúr1 grandes aclamaciones y gritería, y se dirigió en grupos á
los conventos de San Francisco, Agustinos descalzos, Carmelitas
calzados y descalzos y otros varios que incendiaron despues de ase-
sinar á los frailes que no iu vieron tiempo de huir.


A medida que la noticia de lo sucedido en Reus y en Barcelona
fué cundiendo, se repitieron las mismas escenas de deslruccion en
todos los pueblos en que habia conventos. Antes de que concluyera
julio, Mataró, San Culgat, Sabadell y muchos olres pueblos de Ca-
taluña} habian destruido los conventos.


TOMO l. IS




134 HISTORIA DEL REIMDO
El dia 31 del mismo mes tocó el turno á Murcia que vió arder


Jos conventos de San Francisco, la Merced, la Trinidad y Santo
Domingo.


Los monasterios apartados de las ciudades corrieron la misma
suerte que los antes citados: el de Poblet y el de Santas Creus, el
de San Pedro de Cárdenas, el de San Juan de la Peiia, el de Gua-
dalupe, el del Paular, y muchos otros que seria prolijo enumerar,
se hundieron á impulsos del humean revolucionario, hasta que en
11 de octubre decretó Mendizáballa extincion de todas las comu-
nidades religiosas.


IlI.


De la manera que acabamos de decir, desapareció la plaga, que
tal nombre merece, de las comunidade~ religiosas, que engendró el
fanatismo en las edades de barbarie, que comenzó con la caida del
imperio romano, se desarrolló con el poder temporal de los papas,
prosperÓ bajo la proteccion de la tiranía de los reyes, hasta llegar
al apogeo de su vida justamente cuando la sociedad llegó á un es-
tado de miseria y de ruina, de postracion y de envilecimiento tales
como no se habian conocido nunca en España.


Despues de haber conducido la sociedad española, como, en ge-
neral, á todas las naciones católicas, á una ruina completa, las co~
munidades religiosas, y en general todas las corporaciones religio-
ses, sirvieron de :,émora á la regeneracion social á que los pueblos
tendian, impulsados por ideas mas racionales y humanas.


Deploramos los estragos que acompañaron la supresion de las
órdenes monásticas en España, y hubiéramos preferido mucho mas
que no costara su destruccion una gota de sangre; pero dejando
aparte estos accidentes dolorosos, hijos de la guerra civil provocada
y alimentada por los frailes, todo buen español d€be regocijarse de
que desaparecieran aquella multitud de corporaciones de hombres
inútiles, ó por mejor decir, perjudiciales á la sociedad, que so pre-
texto de ocuparse de las cosas del cielo, se habían apoderado de Jos
bienes de la tierra.


Dejemos en huen hora á los mojigatos del arte deplorar ridícu-
lamente la deslr:]ec;on d~ algunns monnmpntos1rquitectónicos SI)




DEL UTIMO BORBON DE ESPAÑA. 135
pretexto de que puedan hacer falta para la historia del arte, cuya
pérdida sentimos, pero que no merece la pena de citarse en pre-
sencia de los bienes que debia producir á la sociedad la revolucion
que demolia algunos edificios inútiles, para levantar sobre sus rui~
nas muchos otros utilísimos, y no pocos de ellos mas dignos de ad-
miracion como monumentos del arte que los que hicieron desapa-
recer la tea y el haeha revolucionaria.


IV.


Para que los jóvenes de la nueva generacion que ha tenido .Ia
d"icha de no conocerlas, puedan formarse idea aproximada de lo que
debian ser las órdenes monásticas en 1835, vamos á reproducir
aquí el cuadro de las treinta y siete órdenes religiosas y del número
de sus conventos existentes en España al suprimirse en dicho ano,




186 HISTORIA DEL REiNADO


CUADRO DE LAS ÓRDENES RELIGIOSAS QUE HABIA EN ESPAÑA AL SUPRIMIR
LOS FllAILES El.\ 1835, y NÚMERO DE COl\VENTOS DE CADA (NA.


Ordenes.
Agonizan tes. .
Agustinos calzados.
Recoletos ..
Basilios. .
Benedietinos ..
Bernal'dos.
Canónigos regulares: Agustinos.


» » Premostratenses.
» » del Santo Sepulcro.
» » del Espíritu Santo.
» » de San Antonio Abad.
» » de San Lorenzo Justiniano.


Carmelitas calzados ..
» descalzos.


Cartujos. ,
Clérigos seculares.


» menores.


Jesuitas. .
Congregacion del Oratorio.
Congregacionistas de San Vicente de Paul.
Dominicos.
Escolapios.
Franciscos Observantes ..


» Terceros ..
Franciscos Menores descalzos.


» Capuchinos.
JerÓnimos.
De San Juan de Dios.
Mercenarios descalzos.


» calzados.
Mínimos ..
Siervos de María.
Teatinos ..
Trinitarios calzados.


» descalzos ..
Compañía de María. ,
Brígida8.


37


Conventos.
6


196
73
17
91


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23
In


2
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16
!}


13
10
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31H
24


850
22


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77
58
97
41
91
12


Q
85
28


5
5


3,037




DEL ULTIMO BonBON DE ESPA~A. 137
tas propiedades rústicas y urbanas que poseian las comunidades


religiosas comprendidas en el cuadro anterior, incluyendo los con-
ventos, jardines ji huertas á ellas anexas, valiau mas de 5,000
millones rle ff~ales y representaban la cuarta parte del valor total
de la propiedad rústica y urbana de España.


El nú;ncro de relig¡)~os y relig¡o~as que poseian tan inmensas
riquezas, en d:J ;)5,000, lo que hacia un término medio de 100,000
rea!ns próxi¡mmente de capital para cada uno. Pero como las ór-
denes mend:3antes eran tan numerosas como las otras y aun mas
en per.:;onaJ, resulta qUé el clpital Gledio correspondiente á cada re-
ligiüso Ó rí~ligiosa de los que poseian bienes, andaba muy cerca de
200,000 reales.


En lugar de disolver las comunidades religiosas de ID ujere:; como
habían hecho con las de los hombres, cometieron la torpeza de de-
jarlas en pié, si bien cemmdo los conventos en que no habia doce
religiosas profesas.


Aboliendo la propi2dad de :~Danos muertas, pasando esta rápida-
n:en[e y en v'quéfías porciones á poder de particulares, se transfor-
mó de tl.! manera, que por todas partes la piqueta derribó conven-
tos para GOl) vertidos en magníficas casas, plazas, mercados, escue-
las, tcr¡!ros, y otro:" edificiDs de utilidad pública y privada. tas ca-
sas que en número de muchísimos miles poseian las corporaCi'¡DeS
religiosas, y que estaban generalmente mal conservarlas, fueron re-
edificadas por los nuevos propietarios y tambien la mayor parte de
las tierras fueron mejor explotadas, siendo el resultado de la vuelta
á la vida de esta parle tan considerable :de la propiedad, durante
tantos siglos muerta, que aumentase de valor hasta el punto de no
poJerse apreciar el aumento alcanzado en Jos últimos treinta años
en memos del 400 por 100.


v.


Curiosa seria la estadística de las transformaciones que han su-
frido los suprimidos conventos, no solo por el aumento de valnr de
los edificios transformados, sino por el mayor que ha alcanzado la
propiedad que los rodeaba, y por la benéfica influencia de las indus-
trias é instituciones públicas y privadas á que ban sido consagrad os




138 HISTORIA DEL REINADO
graú número de ellos. No siéndonos hoy posible hacer esta impor-
tantísima estadística, nos contentaremns con citar la metamórfosis
sufrida por los conventos de Madrid.


En Madrid habia al suprimirse los conventos en 1835, 3í con-
ventos de frailes y de monjas conteniendo 1,000 profesos y novi-
cios: 18 fueron comprados por particulares y demolidos para cons-
truir casas en su lugar; 2 se devolvieron á particulares á quienes
de derecho pertenecian y tambien fueron demolidos y reemplazados
por casas; 1 se convirtió, parte en casas y parte en el teatro de
Lope de Vega en que hoy construye una nnnzana de casas la Tute-
lar; 1 en casa y parque de artillería; 1 eL! escuela y biblioteca pú-
blica; 2 en cuarteles; 2 en oficinas del Estado y 1 en oficinas y en
museü de pinfuras; 1 en plaza y mercado; 1 en fundicion de hierro~
1 en pulado de la administracion provincial; 1 en presidio modelo;
2 en mercados; 1 recibió en 1838 la primera escuela normal; y
por último los dos palacios de los cuerpos colegisladores, símbolos
de la revolucioll política, ocupan cada uno el lugar de un antiguo
convento.


VI.


Esta transformacion de parte de la propifdad nacional debe figu-
rar entre los grandes bienes debidos á la g:an revolucion material
y moral operada en España. Desgracia~amente el gobierno no tuvo
la prevision de indemnizar á las perscnas expuls;ulas ¡le los COfl-
ven!os con pal'te de la propiedad de que basta entonces habían sido
usufructuarias, y concedió pensiones á los exclaustrados, que se
les han pagado religiosamente, y que desde aqti'~lla fecha hasta hoy
han costado al erario público miles de millones. No se el'ea que exa-
geramos, Véanse aqul las cifras que demuestran lo oneroso que ha
sido para la nacion el conceder pensiones á los exclaustrados en lu-
gar de haber repartido entre ellos parte de la:;; propiedades de que
se incautó el Estado.


En 1837 pagó el Estado á 23,935 exclaustrados 37.911,455
reales.


Desde 1838 á 1853 ambos inclusive el término medio de ex-
c.laustrados que anualmente cobraron la peusion fué de t6, 138, Y




DEL ULTmO BORBOl'i DE ESPAÑA. 139
de ~6.534,8'15 reales la suma anual que percibieron.


En 1854, eran los exclaustrados 8,3U, y sus haberes subieron
á 15.158,296 reales.


Desde 1855 á 1857 ambos inclusive el término medio de ex-
claustrados fué de 6,812, y el de sus haberes de 13.812,9'18 rea-
les.


Desde 1858 á 1865 el término medio ha sido de 6,000 exclaus-
trados, y sus haberes han alternado,entre once y doce millones y
medio, y jcosa extraña! en vez de disminuir como en las épocas
anteriores los viejos exclaustrados de 1835, han aumentado pasan-
do de 6,323 que eran en 1859 á 6,560 que cobraron en 1864.
Este fenómeno no puede explicarse mas que por la corrupcion de la
Union liberal imperante en aquel período, que fué reemplazando
los que !llorian y agregando otros nuevos que nunca estuvieron en
los suprimidos conventos.


Desde 183'1 á 1864 los exclaustrados han recibido del erario
598.513,988 reales, y si á esta cifra se agrega lo que desde la
misma [echa hasta hoy han costado las monjas enclaustradas y ex-
claustradas, cuyo número ha pasado de trece mil á veinte y un mil,
resultarán mas de 1,~OO millones de reales pagados á gent8 ociosa
é improductiva por el pobre pueblo.


VII.


Mendizábal hubiera h~cho muy bien al desamortizar los hienes
de frailes y de monjas, en hacerlo mas por completo, suprimiendo
Jos 900 conventos de religiosas, que dejó en pié, y dándoles al cer-
rar los conventos como propiedad personal, para que vivieran de
la renta, la necesaria para obtener los cinco reates diarios que se
les han dado y que se les están dando aun de pension, con lo cual
el pais hubiera economizado ma'1 de 1, ~oo millones gastados hasta
ahora y los que tendrá qu~ gastar con el mismo objeto en adelante,
y hubiera ganado la conversion en propietarios contribuyentes de
mas de cincuenta mil personas que hoy viven del presupuesto,


De todos modos Mendizábal hizo dar un gran paso á la libertad
y á la regeneracion de España con la supresion de los C1)DV0ntos
religiosos y la desamortizacion de sus cuantios'ls hic'')('s. Desdr.




140 HlSTORlA DEL REI~ADO
aquella fecha que coincide con el establecimiento definitivo de los
Ayuntamientos populares, data la regeneracion de la mayor parte
de nuestras ciudades en lo que respecta á la policía urbana y alor-
nato público, porque miles de callejuelas estrechas y oscuras, for-
madas por las negras tapias de los viejos conventos que llenaban
lo principal de las poblaciones, han dejado el punto á anchas calles
y hermosas plazas, á grandes casas y otros edificios que han em-
bellecido las ciudades de España, aumentando al mismo tiempo la
riqueza imponible.








CAPíTULO XIIt


SUMARIO


:"';Hhhl\:lí'i~-·,n,'..: !¡'H'ri1¡¡'~,.-f";Jg'I~·;1 11)I!/')"I(' di' B¡-t';~:! l\~! B;t(( .lic.;;a,_rJí~:i!'i!:ll ~1r .hH'd~!~:
-'111'1,%.1' i'n ,aria, .-illd;ldL'-,-!\,·\o!uriol1 ,'n l\T;¡drid,-T!'J¡bl;re .,,1 i"ib;";'!IO v "u-
j¡" :I¡"¡nli"ibai ;d pod\'r.-Car'lcter dI' 1',[1; i-Ji'all l'üJílil'ü,-.\la'i¡¡j,l\l'lj~;J") JI; en'"
: ,<,;,"''''l:lrcll,[ liberal y i'<,j'ornwt!ol'<¡ IkJ n'lini<"i'iÜ "l<'ndi/::'d:;;j


1
"


El pueble, ansiof'o de libertad, inqnieb al ycr CÓlliO ~fJgrosabaG
las facciones carlistas Ji la enormidad de sus fechorías, y !'esu2Ho á
reslar',Jee ~L' la Cons!l t lleion d,~ 18192, única. instituciul} en la que


. fi ' l' ' b1 ' • veJa e lünccs garantlas para su .lücrtaa, se su '¡evo en íllgunas
ciudad(~s importantes, á poco del IlloviJJiciJLO militar de ~ladrid,
iniciado por dGn Cayelanü Cardero) como hilillOS referido.


A.l saber el movimiento de Barcelona, el general L1auder entregó
en Vich el mando militar de Cataluña, al general don Pedro Nolas-
eo Bassa, y tomó la vuelta de Francia en busca de refugio. El des-
graciado Rassa llegó á Barcelona en 5 de agosto, dispueEto á sofo-
car la revolucion; pero sus tropas fraternizaron (jon la milicia en la
plaza de Palacio, invadieron el edtflcio, mataro~ á pistoletazos á su
general y arrojaron su cadáver por el ba!coD á Ji]. caBe, donde fué
~"ra¡;:t;",d"l v qpcmadn pu una ll",(1'I]"f':' ~n(,l"ldid', "00 los naDp1C'! ".~ '_" .~ J .t. .... '.1 'V il .>.4."0 Lo' (¡/' \..-J; .•• :..-".- u".. .. Í.I t .... 1r.. """
n Ol'tcD -"-':''>~l.P¡;; a' '", .')nl l·cia '''';nnt''·,''I''' l\f""'~ ,0'\"",) -1c.' ":il'l"l/,T(. !lI:lCi" H;~{t'\ 1J<" .... tUL.,c,." :~, jJ",'1 1 • l"(,,d In;:' "dÜYUL"\.' Ud t",\, .. ",' ,(1 .C< ~~,V!
'Jtra derriL.:ba la estatua d ~ G:'ClltC Dl; Ferna:"do YlI, gucüEd-.;a los


TOldO [,




lB HISTORrA DEL REINADO
procesos del tribuDíll de renias, las barcas del gremio de marean~·:s,
que estaban en la plaYl, y las casillas de consumos que estaban "n
las puertas de la ciudad.


Gente malévola, aprovechándose de la confusion, incendió la pri-
mera fábrica de vapor establecirla eo Cataluña desde 18:27.


El Ayuntamiento encargó d mando al general Pastors, quien sin
necesidad rle recurrir á medidas violentas, estahleció el órdefl públic!)}
ayudado por una junta de autoridad;~5'" Esta jUGta devó á la reiní'
gobernadora una peticioJ 1'E:chma¡:;c!o Ulía autorid~ld popal:1:- iden-
tificada con los principios libenlle~ p'Jfa ponerse a! frf'n¡~ de Cah-
luña, que se llevasE'n á cabo las reformas pe!esif.\slic¡"!.s :; civil,,!' qUE'
los liberales pedian coo tanta G.nsia, el establecimiento de Diputa-
ciones orovinciales v la traslacion á Barcelona de la Univer:-idad dr,


, "


Cervera,
Se babiao imaginadü las autoridades aplacar con esto los ánimos,


pero tal pelieíon estaba muy lejos de satisfacer las exigencias de la
.. " l' . 1" ¡. r. . 1 1 I OpWlOll pUDllca, y p:-CCISO t:.:e que /;\ juda OllCUl aco[[.nra t onm·-


bramicnto de otra con los IÍt¡¡!rjS de cOl1sllltira y d-, flIIxihar eleg1r1a
por el pueblo y h milicia. y C~-~JpuE's!n de (kce "iucbd:]0S.


La eleccion recu,-ó en liberaks decidi1os, y ¡<;)';~qS ~:r]:;r¡tuidos
. . ,


en junta lOilluron me~ídas efi,~aces para Q~lHnizar !a ¡¡¡i!ida duda-
dana, crea; puertos francos, y convocar las Diputaciones :k la", otras
provincias catalanas,


No contenta con esto!a ~aW3.junta popula;'., (lió á la ;e:na Gf)·
bernadora la convocacion de Cortes cQnstituycr;ti's,


i.." l' d Ud' ,1 '1" ~ di" 'f' ¡ "
I..JI gomer LO e ,na flu resWJn'_JO flan, {) a 'J ,J1.:';! JI n":jHtar:13


genrralliel principado, y ded:~,::aDdo !?0D f2C 1;:¡ df'l't. (}, i'e!ir~f:1~r:~
ilegales las junta,s é intimánd:)les la inn:edi:lta disnlucion,


Llegar la D0ticia á Tbrcdona y con5tituir~e por ('.c\ledCi popular
lajunta consultiva en ju':fa. suprema ds gobiemr.i , fué cosa ~e PfJ-
cas horas.


La primera medido. de la j;¡nla suprema filé invitar á 10s rf:Í-
nos de Araa:oD y Valencia á 'I)rmar una con feder;1cio~' (1!]f' nse!:!'U-


v .. . 'O


rara el triunfo de ~a lib8rtad d:' España, tomando nI mismo tiem-
po otras resl)luciooes enérgica.s con objeto de poner término á la
guena civil.




DEL ULTIMO nOIUlON DE ESPA~A. 143


11.


De Cataluña Se extendió la fevoJucioü á lodas las iJrovincias con
gran rapidez, y el 15 de agosto comenzó en Madrid el movimiento
iniciado por la milicia urbana, que se reunió en la plaza ~fayor á
los gritos de abajo el gobierno y viva la reina gobernadora. Como
si el gobierno no fuera hechura de la reina, los liberaies revolucio-
narío5 quedan establecer una diferencia en tre !a reina q uc lo nom-
braba y el ministerio. Abrieron zanjas; levantaron barricadas; pero
el ministerio, que no tenia medios para atacar á los sublevados,
parlamentó con ellos, los entretuvo durante cerca de ,dos días, has-
ta que cansados y faltos de la iniciativa necesaria se fueron retiran-
do á sus casas, dejando en la historia con el carácter de estéril aso-
nada la que debió ser radical revoluciono


Durante aquellas largas horas de ansiedad, el gobierno habia
pensado retirarse á Burgos, si no podia vencer Ja sublevacion; pero
al ver que Ellos mismos se diseminaban abandonaudo la partida,
Toreno y sus compañeros cobra.ron ánimos, y eon gran beneplácito
de la reina Cristina, tomaron medidas de rigor conbi los inexper-
tos patriotas. Madrid fué declaradú tll estado de sitio. Estableció:;~
una comision militar; decretóse la disolucíon de varios batallones de
la milIcia, y el Eco del comert:io que era el órgano del partido ra-
dical, fué suprimido. Muchos patriotas liberales fueron presos, yel
!2 de setiembre de 1835 la reina Cristina publicó un raanifiesto (B),
en el que decia que sostendria el Estatuto real que babia regalado
al pueblo español y con el que debia darse por contento.


Como complemento de :estas medidas Alava, Alvarcz Guerra y
Ahumada fueron reemplazados en sus respectivos ministerios por
el duque de Castro Terreño, Riva Herrera:y Sartorio. Pero est0s
alardes de fuerza eran las últimas agonías de aquel poder que que-
ria gobernar sin dar satisfaccion ni al espíritu público liberal ni al
retrógrado, y que buscaba en medio de una desesperada lucha un
equilibrio imposible.


Ya hemos dicho que Ifl revolucion se habia extendido da Catalu-
na á todas las provincias: las de Andalucía habian pracIamado la
Constitucion de 18a. La junta de CMiz declaró reo de alta traicivn
al conde de Toreno, y una columna de liberales subievados contra




144 HISTORIA DhL REINADO
Cgt~,; r;:;a.r 'á D23pei1dpcrlOS, don,\:; se ie incurporó, L;:'\;;tnóo UtU-
sa comun con ella la division que a las órdenes del general Latre
habia rnar:dadr) el gobierno para sofocar la revo]ucion andaluza.


¡\ pesar de este desaguisado, el gobierno moderado continuaba
mereciendo la confianza de la reina Cristina, y la (/aceta anunciaba
todos los dias el próximo exterminio de los revolucionarios que eran
sin embargo dueños de casi toda España.


Ya hemos visto que pCtra dominar la revolucion, mas aun que
para concluir con la guerra civil, mendigaba el conde de Toreno la
ietervencion extranjera; es decir que Cristina y sus~cómp¡ices los
moderados fiaban en t'xtranjeras bayoDi'tas para imponer á la na-
cion instituciones detestables y conservarse en el mando contra ;a
manifiesta voluntad del pueblo.


m.


La negada á Madrid de don Juan Ah'arez Mel1dizábai prúcedente
de Lo(¡des y de París, con la noticia de la imposibilidad de que el
conde de Toreno obtuviera la intervencion que solicitaba, desmo-
ralizó completamente á los cómplices de Toreno y de Cristina; y
viéndose esta sin medios para domeñar la revolucion triunfante en
todas las provincias del reino, comprend¡ó que soio transigiendo con
ella podría conservar la regencia; y al efecto, aunque con harta pe-
na suya, reemplazó á Toreno con Mendizábal doce días despues de
haber dado el manifiesto en que anatematizaba la revoluciono


El advenimiento de Mendizabal al poder fué saludado con una
inmensa ac!amacion do júbilo y de entusiasmo por todos los amigos
de la libertad de uno á otro extremo de España. Mendizábal era un
antiguo patriota gaditano de una familia de comerciantes. Ya en
1820 habia tomado parte en la revolucion de la isla gaditana yacom-
pañado á Riego en su expedicion como intendente de ejército. Emi-
grado en 1823, Mendizábal puso su extraordinaria in teligencía de
hacendista, ó por mejor decir de financiero, al servicio de la nacion
portuguesa, que capitaneada por don Pedro 1 emperador del Brasii,
debia derribar al intruso y tiránico don Miguel del trono de Portu-
gal: y sus servicios fueron tales, que todo el mundo, incluso don
Pedro, reconoció en Mendizábal uno de los principales elemenios á los
que, doña María de la Gloria, hija del emperador, debió la corona de




TIEL llLTnW [!OllBON DE ESPAÑA.


Portugal. Precedido ae Uila gran reputacion de hombre ;ntfligent0,
activo, fecuJdo en recursos y de un liberalismo h toda. prueba, su-
bió Mendizábal al poder en 1835, justamente cuan10 la nacio!:. atra-
vesaba una de las crisis mas violentas y peligrosas que nos recuerda
la historia. Exhausto el tesoro, la reina gobernadora manifiesta-
:.nente hostil al partido liberal, que con tanta vehemencia se mos-
traba, y tratando secretamente de avenencias y transacciones cop.
don Carlos; entregada, por otra parte, con vebemente pasinn, á 1Jn
oficial ~e su guardia con escándalo dd país y de Europa; lu faccic:n
carlista en el apogeo de su fuerza; desorganizada completamente la
Hacienda; sublevadas y en la anarquía gran número de p~;blaciones;
indisciplinado el ejército; desacreditados la mayor parte Jc los ge-
nerales que 10 mandaban: tal era en resúmen el estado de España
en los momentos en que Mendizábal fué llamado por la reina Cris-
tina, para que la salvara del abismo á que la babia conducido su
pertinacia en no querer transigir con las legítimas pretensiones riel
partido liheral, que por ella y por sus hijas habia hecho y estaba
haciendo tan costosos sacrificios.


IV.


Difícil era el problema que Mendízábal debía resolver; pero no
puede negársele la gloria de haber abordado de fren le la sol ucion.


Mendizábal no fué conocido del puebio como hombre político,
hasta que s!Jbió á ministro, por mas que sus cualidades fuesen apre-
ciadas entre 103 hombres de Estado, así españoles como extranjero::;;
por grande que fuese su genio y su actividad, todo lo neci?sitaba el
Estado para hacer frente á las dificultades que tenia que vencer;
no eran las mas fáciles de salvar la lucha con los carlistas, y la
falta de recursos que tenia el Erario; al sistema antiguo que debía
reemplazar con otro nuevo; se agregaba el odio de la reina Cristina
que no ocultaba su antipatía hácia los liberales y sus reformas.


Uno de los mas desapasionados historiadores de MendízábaI, pin-
ta de este modo su carácter en las circuntancias en que subió al
poder.


(Como se ve, entró en la gobel'Dacion del Estado Mendizábal,
inaugurando su carrera política con el mando supremo.


»Sa nombre y sus servicios, cualesquiera que fuesen, por la cau-




146 HISTORlA DEL REINADO
sa de la libertad, eran conocidos de muy pocos: su nombradía pro--
cedia de los servicios prestados á don Pedro corno hacendista de su
expedicion á Portugal. Fué Mendizábal el alma de aquella empresa
por su actividad desusada, por su fantasía vividora y denuedo
tenaz é incontrastable. Solia en los consejos de don Pedro arrollar
la timidez de los jefes militares con su teson y su confianza; y si el
éxito ha de entrar en cuenta para la vida de los hombres, y fué tan
cabal el de la expedicion de don Pedro, no puede menos de redun-
dar en honra de .Mendizábal.


»Ilallábase Mendizábal en L~ndres al nombrarle ministro de Ha-
cienda Toreuo, por lo que no cabe acusarlo de ambieioso: su nom-
bramiento le sobrecogió tanto como á todo el _ mundo; pero aceptó
el cargo.


»Cuando llegó á Madrid, el ministerio en que debía entrar habia
caido derribado por la revolucion.»


v.


Como el que se agarra á un hierro ardiendo, se asió Cristina á
Mendizábal, y las aclamaciones de júbilo con que su nombramiento
fué recibido, debieron hacerle comprender que eran los liberales
para ella mejor garantía que los moderados.


Mendizábal para constituir su ministerio, tuvo que acumular en
su per80na las carteras de Estado, Hacienda, Marina, y la presi-
dencia dei consejo. Además de la dificultad de atender á tantas cosas
á un tiempo, esta acumulacion de cargos debilitaba al nuevo ga-
binete en los Estamentos. Esta debilidad era tanto mayor cuanto
que ninguno de los ministros incluso Mendizábal era orador: todos
los oradores notables estaban enfrente del ministerio, y lo atacaban
liliOS por demasiado revolucionario, otros por poco. La actividad de
Mendizábal bastó para todo, siquiera fuese imperfectamente: sin
duda pensó que mas valia solo que mal acompañado.


MenJizába! halló no pocos obstáculos en la formacion del minis-
terio, no hallaba personas competentes que le ayudasen en esta ta-
rea, lo cual prueba mas que otra cosa la oposicion á sus ideas aun
por hombres que él podia creer a!tamente liberales. ¿Qué mas? la
misma Cristina que le habia llamado para que formando un ministe-
rio liberal la salvase Jel atolladero en que sus tendencias reaccio-




DEL LUDIO BORnON DE ESPAÑA. 147
narias la habian metido, y que necesitaba de su poplJlaridad para
salvar la corona de su bija, la misma Cristina, repetimos, oponia
una tenaz resistencia á aprobar los planes que le proponj¡; Mendizá-
bal, cedieodo sedo por el miedo que tuvo de perderiu todo si no
concedía algo al espíritu de libertad que animaba al pueblo,


El mismo día de su advenimiento al poder puso en !llanos de la
reina gobprnadora UD manifiesto en el que se'veian firmes esperan-
zas para f'i triunfo del partido libe:-al y reformas para mejorar el
mal estado de !a Hacienda. Transcribiremos algunas de las palabras
que contpnia" á fin de que nuestros lectores vean la marcha que se
proponía. seguir el jlustri~ Mendizábal.


(Constituido :.In ministerio completo, fuerte, homogéneo, y so-
bre todo responsable, que se robustezca con la(simpatías y el apo~
yo de la reprcsentacion nacional, el gobierno de V. M, habrá de
dedicar simultánea é incansablemente sus conatos y tareas á po-
ner luego gl(lrioso fin, sin otros recursos que los nacionales, á
esta guerra frn!ricida, llcrgürDza y oprnhii\ del siglo en que vivi-
mos v mengua di; la voluntad de la nncinn: á fiiar de una vez v sin


..1 \,j .....


vilipendio la suerte fulnra de esas corporaciones relig¡o.~as, cuya
reforma reclaman dias mismas de acuerdo con la conveniencia pú-
blica; á consignar en leyes sabias todos')os derechos de que emana y
son, por decirlo así, el ÚQico y sólir!o sosten del régimen represen-
tativo; á reanimar, vigorizar, ó por mejor decir, á crear y fundar
el crédito público, cuya fuerza asombrosa y cuyo poder mágico de-
be estudiarse en la opulenta y libre~\nglaterra, y en pocas pala-
bras, á procurar y afianzar con las prerogativas del trono los dere-
chos y los ddy:,res del pueblo, porque sin este equilibrio (\8 ilusoria
toda esperanza de pública felicidad. Estas leyes levantarán y darán
por concluido, segun lo ha prevenido V. M., el majestuoso edificio
de nuestra lihertad legal, y llevarán la nacion á aquel grado de
gloria~ de grandeza y de poder que la Gmn Bretaña debe á !C\s prin-
cipios consignados en su carta magna y en su celebrade bill de de-
rechos. })


VI.


Lo primero que se prepuso el gabinete fué la sumisioD de las
juntas for.m~d(l~ en las provincias por los acor.tp~imjentos d.el mi-




148 HIsrOHlA HEL REINADO
nisterio an :erior, y al efecto se valió de todos los medios prad entes
de cODciliacion atendiendo las leyes y principios que proclamaba en
su manifiesto, y anunció en una circular á las autoridades provin-
ciales que las exposiciones que de diferentes puntos se dirigiesen al
trono serian tomadas en consideracion y examinadas por los res-
pectivos ministerios_


La nueva senda de libertad que inauguraba Mendizábal en eÍ po-
der, tranquilizó los ánimos de la nucíon y lienó de entusiasmo el
pecho de los patriotas liberales que veían en el recleúte ministerio
el regenerador del pais. Así es que todas las juntas de provincia se
apresuraron á manifestar su adhesion y respeto al nue\'o gabinete.
prestándole un apoyo y una fuerza moral que no habia tenido nin-
guno de los anteriores.


Mendizábal para mayor garantía de su conducla en~el ministerio,
ll') quiso que las juntas provinciales quedasen disueltas, antes Lien
propuso que fueSen consideradas como aliadas del gobierno ce~ltral
dejáLdoJ.as de este modo en la facultad de obrar confo:'me les pare-
ciese s;"'gua 1.(1 fl'utlad ó deslealtad del gobiemo: ji asociándolas á
~es pl.3 n rs hjo el nombre de Comisiones de armamento y defellsa.
autorizó su existcneia hasta la consütucion de las DipuíacüiíJcs pro··
vinciales.


Solamente de este modo, con esta política tan abierta, franca J
liberal, podía Mendizábal restablecer el órden y conjurar el grave.
al gravísimc peligro que habia corrido la unidad nacional, no conso-
lidada b~s!a algunos meses despues de la ma:'cha progresiva del
gobif:'r'f)J pr;r el campo de las reformas necesarias, y déspues de la~
muchGs y tiay 3!inadas resúluciones para mejorar la Hacienda es-


- ¡ pano,3.


VII.


Has!,: h reina Cristina que siempre habia sido recibida con frio y
amena/adur silencio por el puebio de Madrid, durante el ministerio
de Totrnv, fué D.~!amada por el pueblo con gran entusiasmo en
0U!lDtCl 1'\Jalllizábal reemplazó á Torello. Tanta era su popularidad.


Feicri': COl! ella, Mendizábal decretó una quinta de 100,000
homl)J\'" < n:;c'] ta:' para ello con el voto de ¡as Cortes: su medida
'-'fa ikgal, J no obstante, aunque no tenia fuerza moral, la lIe-




'uEt l:LTDIO BORRO,\¡ DE ESPA~L 149
1 á 1- ' • J d . . h " 'd' Vo caIJo con ura regu,aLJa . y F¿C,S,8:'\ que ubWúUJ euVl la-


do ILs 6obii~rn()S mas fllertes, en el sentido que vulgarmer;te
se dé á esta palabra. El Estamento aprobó la quinta cuando ya e:;;-
taba en vías de cjecucion.


AqueHa qninta, la mas numerosa que en España se hizo, no d!'-
bia sin emba:'go prcJucir por compléto Iús resultados qUe el mini s-
tfO rcvolLió:JIlario se ptoponia, porque carecia df~ los recursos n:¿ ..
tesa tÍo:.: para sacar partido de fuerza tan considerable. Produjo la
qUÍlJta (l[]O~ sesenta mil llOmbl'es efectivos, mus de vebte se rcmi-
díerui, con d¡nl;fQ y los dem12 :k:~'Jrtarofl. Desde entoLices ja supe-
rioridad numérica del pjércH~! lit¡eral sDbre el carlista fué bastaLte
consideral;Ie, para que el éxito de la lucha no fuera dudoso.


VII!.


Cada ¡jiu Jlel:dizibal ptGpü[¡ia y IJI'oc!dillaba uoa iJue',:a me-
dida qnE, llenaba de contlanza f1 la nadan. Hoy apareciu en la Ga-
ceta un pfcgrama resolviendo precarias dificultades en alguu ramo;
al otro día coni'eria dignos empieos á hombres populares y par tiJa-
rl'os r'l't~rri:·l"o~ d:o la ';~)·':~tad hl",! ":' 0'0 (¡)"J'~o;~a P"l"f,·ox MI' roa u,_" •. Ll.)..':;,...... H1 CA. ,Uli-\.ov L" •• d . .u, \¿U i C!} u.Ulv,.l. u: ,
Infante, Lopez Baños, y otrüs; mas tarde reorgonizaba la r;:.ú-
lía urbana cO[jvirtiéndola en la Guardia nacionaL Tambien dispuso
que se reunieran las Cortes el 16 de noviemDre con objeto de revi-
sar el Estatuto real, y asegurar de una manera estable el entero
cumplimiento de las antig;'.:as leyes fundamentales de la monarquía,
descIlvolvicndo los principios de gobierno contenidos en la exposi-
cion de 14 de setiembre y constituyendo definitivamente la gran so-
ciedad española. Suprimió la superintendencia general de policía;
previno á los gobernadores civiles que diesen á la libertad de im-
prenta la mayor latitud que las leyes concediesen; rebajó á ia udlad
el precio del porte de periódicos; aumentó con muchos miles las tro-
pas liberales; creó un establecimiento de inválidos y un colegio para
la educacion de las huérfanas de los que muriesen en la lucha con
los carlistas.


Seria prolijo enumerar todas las reformas y mejoras que el gran
patriota Mendizábal se proponia llevar á cabo, y de las :cuales vió
realizadas gran parte. Expidió un reglamento provisional para la
legislacion relativa á la real Hacienda; suprimió las onerosas y ni-


TOllO l. !O




150 HISTORIA DEL REINADO
mi3.s cartas de seguridad que se exigian rara salir á corta distancia
del punto de residencia; creó una comision para la enseñanza yar-
reglo de la medicina entonces tan rutinaria en general; estableció
;:n colegio científico preparatorio para las carreras de ingenier~s
geógrafos de caminos, de canales, de minas, de montes y plantíos:
hizo desarrollar la instruccion elemental; abolió del todo las prue-
has de nobleza que aun eran exigidas para ingresar en varios co-
legios, y mandó que los estudiantes de las universidades dejasen el
antiguo traje de sotana y manteo.


No se crea que en sus refoJrmas se olvidase del clero, apoyo, fo--
mento y sosl.en de la reaccion en España en aquella como en
otras épocas. El clero habia sido el primero en alzarse para de·-
fender al estúpido don Carlos; y era en aquel entonc.es el mas per-
tiílaz ddensor del oscurantismo y de la opresion despótica de la mo-
n~rqu¡a absoluta. As¡ es como Mendizábal en sus altas miras de
acabar con todo cuanto se oponia al engrandecimiento ó regenera-
do!! d'2 nuestrn patria, y queriendo satisfacer el espíritu. nacional
;.; d" rec:amaba CO;} ü:si:3teneia la d0<:trn.cci(lfl dI' fnda '·é!p(,r<l. de!
q'ogreso, declaró extingnidas lodas las órd(~pc" r¡F)n{~stir;;L; t,mtc de
h;Jmbres como de mujeres, si bien desgraciadamente exceptuó al-
gimas, y suprimió la mayor parte de los conventos.


Dispuso que los obispos se abstuviesen de dar dimisorias y con-
ferir órdenes mayores bajo ninguo títlllo ni por Dingun motivo ni


dtd > fi" ". p;etexti, CO~) ma:3 a o e no prOVlj!:f Den:, ctOs SJ!1(l en cF~ngo.s
que hubiesen acreditad\) su buena c·:;;;dni:b.: su adhpsi,¡, al le-


. .


,,-¡timo .-rol)i'"tL ,\fe:.¡diz!l.bct ) c¡;m1C> ¡,r-:,'-"!)' u-1¡r'ho (lQ~anJ¡r¡,'~tjl6 ¡'o;:. e t:> JI- V .... ¡.... .... (.'.',. _ .J .' ..... _ ..... 10...: .)" ,J._.~. lJ ... · j • _
c·I:lr.~iDS·)>: bi~·Üi'.S ,~(. f"aibs F ,~(\ "v·:;;"q .-:(,,·,~hi)()".)tldo '-n ",,-,.,. 1,-,


o o.....i. '- , ....... • v -' '-"'. I ~ , "" ; '--i vaL. ,,).J: J t..."c..'., ',( '.'>' ~"" o.. lj ~A. ~J; ~. ~-,' ..... c.


Hacienda pública. en sit.uaci;/ll lliUy precarit en aquel ,,:nt,y,c,'S; ;Q2';
nj pr;r él,,;, p'ld;1 r"s'-'-;n'-¡"'" ti t.-.r1l'lS 1"" "x;rrr-n"'a- q'uP ]"'I'I¡!lr: 1ub" !', .~ '. v ... ·lJ t " u ... e-o- .. \ ..d ~·Jau. ... .íu.v ;...JJ tb· ..... t!lt~ ~ .. ' .. ~ • ./ uLU U. re:.,
baClOD.


El ministerio l\Iendizál.n:. fué d pri¡;;erü liberol y f¡anel'.¡;le¡;~e
el)llsU;,¡clonal que hubo e~l el reinad::- de :s"tbd de IhrDOQ; pi:ro Dé-·
tese que fué impuesto á la reine. Ci'lsti:m p:!r).a r(jY')h~eicn '¡Trne_do .
ra, que las sonrisas halagüeñas COl:: qu;: b recibidO] emn falsas, "
que para librarse de él no dejó de GJ:Jspír¿c' ~esd¡:: ;:~r ¡:'l':m~í di¿.
Hast3. el entusiasmo que desperló en el puetio la er:tn:df'. i.L ~Lr:··
d:7á1nl. dI> los lib.,,·,,1.-.\: ... " ''1'¡ ",c,rlar art;';:";¡/'a1-a >'.' ,.,0)'" - e-.


", .. .u ;.I.,.l..,~,;¡ v.L ... ¡;. ,,1\\1 ... 'u ~..IU v P -J."-..', C ...... .l;V¡ ....... i... 1;... •• r\.t ... ' ,-"L •. '"-, .: ,.J,~
'Hiio Vas ,1"j;')';'05 fr:Ü1.'·'(!l h Y)d," 1"~\'-0 c·o1-",,, !"-"¡'¡'a ¡l .. ! ".'"


, ... .i ~,~_ ~ L.I./. f \., ,-, (..\." ~ ....... U 1 : ""~ K. ~ u. ;::¡ 1.) ~ '-' • U. .( lJ;. ( .. , ~.i ~,\."" '* '-~ ~ i .~
nistro 11 i"1'''1'-1;:l1 '¡;'tOI,-¡','J,," "".rt·-,,,·-- ..,(.- ,- ..... '. . 1


, t..¡1 ...... tU;,.'-"-C) JL':'Y ... 1...11. ."1,. ..... .fU '\..-l.l..i.,.).~ l!U,-.' U'~J ,,\.....: . _~ •. ~,;; .....




DEL ULTnW BORBON DE ESPÁ"A. 151
«(No CUIYJ eil su ministerio, al sistema de Hacienda de España,


ni á la administraeion en general, mejora alguna fundamental y du-
:':jdera; pues todo siguió antes y des pues con el laberinto arremo-
!inado de troriezns y arbitrios donde SJ estrelló la voluntad de Me:\-
dizábal; fué girando en derredor de las dificultades, en vez de asa.l-
tarlas ti hs clans C0n aquella pujanza arrolladora que lo allanaba
todo. No tuvo el arrojo de ir descargando hachaz0s reformadore~ á
diestro y siuiestr!) sobre esta hidra de desconciertos que se apellida
minist~\:<¡o de Hacii:nda; DO se entonó al subido temple que se re-
quiere para terraplenar un carril cenagoso por donde se va mas y
"}as at3s-::all'fo la B:spafía pnr tantos siglos. ni mucho menos al-
'lanzó á romper con ímpetus sublimes para sentar los cimientos de
una administracioIl atinada, expedita y briosa. Comprendió Mendi-
zábal, en mi concepto, cuanto habia de ejecutar; pero le faltaron el
iiempo, el atrevimiento y la inteligencia suma que se requerían.


)MoslíÓ indudablemente Mendizábal cualidades de que carecie-
ron sus predecesores; á saber: la fe viva en el porvenir del pais;
un desprendimiento sin límites por la causa de la libertad, un amor
acendrado á la dignidad de la nacion y un ímpetu entrañable en
pos del rumbo progresivo y aun revolucionario, á trueque de alcan-
7,ar las rí'fDfmas que estaba pidiendo la situacion de Espai'ía; como
igualmente suma tolerancia é hidalga generosidad con sus contra-
rios, y en fin, un desinterés personal que en todo tiempo y lugar le
ha hecho sacrificar sus propios intereses á los de su patria; lleván-
dolo hasta el pnnto de no sacar de sus varios ministerios ni siquie-
ra una condecoracion.)


Entre muchos hechos que podríamos citar en apoyo de lo que
Reabamos de c0piar, nos contentaremos con el siguiente. La Gace-
ta del 5 de diciembre de 1835 dice aSÍ:


(Señora:


)Acabo de saber que, como superintendente general de Hacien-
da, me corresponde la cuarta parte de los comisos en las aduanas
de Ultramar. Pocas son mis necesidades, y muchísimas las del era-
rio, y así suplico á V. M. que se sirva aplicar á las urgencias de la
guerra cuanto me pueda pertenecer en razon de los derechos refe-
ridos.


J. A. Mendizábal.»




15! HISTORIA DEL REINADO
Todo impulso natural y voluntario era en Mendizábal gallardo


y patriótico, y su ardiente fantasía le permitía adelantarse con te-
son, haciendo heroiCidades. Su instinto le encaminaban siempre al
acierto, y si DO lo realizaba, consistia en que causas exteriores, in-
flujos alevosos, ó yerros de su imaginacioD le extraviaban.




CAPiTULO XIV,


SUMARIO


Obsla~ulo~ '1')(' ,p IJPW;)l'l'u¡,¡ ;'1 ];¡ mart'lla de :\h'ndizúha! n¡-:Il'; mira, di' f('1"'IJI''';1I '1,
patria.-Manitics¡o dI' la r('ina¡:olH'rnadora.-OJ¡¡:(·nc· :\lelldizrihalik la~ Corles u


'
,


"o10 de cOllfianza,-Oposicioll J,'l partido !IIoderado á la polilica de i\Telldizúhal.-
Rar!¡<Jridat!es (,olllt:li,la, Jlor lo.; f¡¡ecio,os rn Calallliia, y l'I'IJI'C'sali;¡,; I'n la cilld:1!I(·j;,
de Barcelona.-Casli¡w Milia los dl'''manesde ¡',;la "inda,!.


1.


En el capítulo anterior hemos dicho que MendizábaJ habia hecho
dar un gran paso á la libertad en España, y debemos afiadir que
con sus regeneradoras reformas y disposiciones, la arrancó del
marasmo á que la habian sumergíao Cristina y sus agentes reaccio-
narios, defensores obcecados del despotismo y de la ignorancia, á
cuya sombra querian dominar y ser los únicos que pudiesen satis-
facer sus caprichos y pasiones, sacrificando al pobre pueblo entre-
gado á la miseria y á la degradacion.


¿Por qué la Hegel] te no quiso comprender que sus verdaderos in-
tereses y los de su hija, así como los de la nacion, estaban mejor
en las manos del partido liberal representado por Mendizábal, que
en las de los enemigos de la libertad y del pueblo? ¿Por qué no se
Líen tificó con el partido progresista que era el partido nacional, la
gran fuerza del pais legalmente constituido, y con el cual hubiera
acabado sin duda con la lucha fratricida provocada por el poder ne-
gro y algunos fanáticos y criminales, dando á Espafia días de feli-




154 HISTORIA DEL REINADO
cidad y ventura en vez de ruina y miseria? Tenacidad fatal que sc¡"
5e explica p'jr el empeño en sostener la tiránica opresion contra e:
pueblo y explotarlo como si fuese de su propiedad particular'.


Mendizábal entre tanto, á pesar de lo espinoso de su tarea, iha
IJrillandn los obstáculos que se oponían á su maícha en la regcn r,-
mcion y en~! progreso de su patria. En 16 de noviembre dispu",;
que se abries2 la segunda legislatura de las Cortes convocadas e 11
sujecüm al Estatuto real. La reina gobernadora dijG á los Estame
tos reunidos: (Tres proyectos de los mas importantes se presenta--
rán á vuestra deliberacion: el de cleccioues, base de! gobierno j,;-,
presentativo; el de libertad de imprenta, que es su alma, y el de !a
t'esponsabilidJ.d ministerial, que es su complemento, asegurando y
al mismo tiempo haciendo compatibles la inviolabilidad del monarr.a
y los derechos de la nacion;) y además de otras proposiciones
muy satisfactorias para él partido liberal que debian someterse á la
discusion y ddibcracion de las Cortes, concluía el manifiesto Cki
estas importailtes palabras: «El gubierno representativo es el que
mas S011viCDl; á )a civilizacion actual: mi intencion es que esta Q,,-
cion, tan digna de ser libre y feliz, goce de las libertades que enla-
Jan de aq lL:: I régimeu, unidas al órden público, condiciol1 necesa-
ria de toda sociedad humana.)


Fácil es de comprender que Cristina no daba este manifiesto ó
discurso de abertura que le valió el hermoso dictado de madre del
pueblo, por Dropia voluntad, sino precisada por las circunstancias
y para evitar los peligros que en aquellos momentos corriera
,}brandr¡ de otro modo. Si antes ó después hubiese dictado en fav;!f
,le 11 l:berta.:l alguna disposicion que estuviese oc acuerno con su
00nducta en aquellas circunstancias, diríamos que ohró lealmente
,~n aquel acto; pero como no fué así, debemos dudar de la sincerídüd
de sus palabras, con tanto mas motivo, cuanto que siempre prc-
curó hacer lo contrario de lo que le propuso Mendizábal. Sin en:-
bargo el manifiesto abundaba en tales promesas de libertad, que
todos los liberales abrigaron esperanzas de triunfo y gloria pa"a
l3:spaña.


Tan acertadas fueron las medidas que desde su entrada en el po-
d~r habia dictado Mendizábal, que todos las aplaudian, lo mismo
'lue su talento y lealtad, hasta el punto de tener el pueblo la esp;-
ranza de que él levantaria España de su ruina, concluyendo la
guerra provocada por los carlistas.




DEL Lumo HORBON DE ESP A~A. 155
Cuando á fines de diciembre solicitó Mendizábal el voto de con-


fianza, se apresuraron los dos Estamectos ti aprobarlo por una gran
¡rayaría de votos, conociendo sin duda las altas miras dd ministre:.
(~Ile lo solicitaba, y el apoyo que dicho voto podria prestar al
hombre que siemFe habia avanzado firme, leal y resuelto por la
sp,nda de la libertad y del progreso. En prueba de lo que acaba--
FIOS de decir transcribimos algunas frases de este bill de indemni-
dad: «Se JutDriza al gobierno de S. M. para que pueda continua"
recaudando en el año próximo de 1836 las rentas, contribuciones
y tributos señalados en la ley de 26 de mayo último, y rara que
Fi,i allerar los tipos esenciales de ellos, pueda hacer por via de en-
s~:yo las variaciones que estime C'JDvEuientes en el sistema de ad--
ministrados y exigirlos, con el objeto de aumentar sus valores y
(;isminuir en lo posible las trabas y perjuicios q~le causan á lo~
c:ntribuyentes y al tráfico, aplicando sus productOt: ~ los gastos de~
Estado que podrán se!' disminuidos, pero no aume;~tados,--Se au-
turiza igualmente al gobierno de S. M. para qur pw:da pl';poreio .
h;rsc cuau tos recursos y medios sean necesarios á la mas C(\ll)
pletrl asistencia de la fuerza armuuí.i y al log;'o fLl ,:lto ohjet~ d:'
iJcner un breve término á la guerra interior, per~; :·:iü ;)oder busca r
ni tomar estos medios en nuevos empréstitos ni en la distraccion d('
>3 bienes del Estado, que estén destinados ó rn adehwte se desti--
IH:il á la consolidacion y amortizacion de la deuda pública; ante\;
hi:3n procurará asegurar y mejorar la suerte de todos los acreedores
de la naeion.))


Si bien esta aulorizacio!1 no podia por su eSencia dar ¡;fánJes ~.
:j.;]ísim0s resultados, prueba DO obstante el agrado con que el par-
ti~o liberal aceptaba las proposiciones de Mend¡zába', al que crei
capaz de dar solucinn á las cuestiones mas difíciles que en tan aza,
TGSa época podian pressntarse. Este voto daba al gobierno una
fU'3rza moral que necesariamente habia de influir ('o los ánimos d
amigos y enemigos de la libertad y progreso de los españoles.


n.


Eu los primero~ dias del año 1836 presentó MenJizábal á :,~S Co:'
tes el dictámen que sobre ley electoral meditaba. d.;sdc ;uud:o tieL.
po, con el objeto de conciliar las opiniones encüotracias qUe ~e blh




la6 HISTORIA DEL REINADO
biun (:mWdc; en diferent.es ocasiones por los pl"Ohombres de ambos
pa,.tidos; piro Martinez de la Rosa, Toreno y Perpiñá, que eran de!
partido moderado, se opusieron tenazmente al dictámcn, proillo-
viendo el desórden y el escándalo en aquella discusion y produciendo
recelos, odios, descontento y enemistaues entre los dos partidos,
destruyrnGo con esto los planes patrióticos y conciliadores de Men-
dizábaL Los principales jefes del partido liberal aconsejaron á este
ipie diso:vi<~~(lil und5 Cortes en las que se manifestaba tal espírItu
de c()ntad¡(~c¡on encaminado solo á perturbar los negocios é in-
'errulllpir la noble carrera que habia emprendido. Mcndizábal,
midiendo á ios demás por su talla, no quería acceder á esta peti-
CiOD, creyendo que todo el escándalo producido era efecto de
mera discusion promovida con sanas intenciones, no considerán-
dolo como plan para derribar el gabinete; mas tanto in~istie­
ron sus amigos en demostrarle la inconveniencia de continuar le-
gislando unas Cortes en que cundía tal espíritu de perturbacion y
animosidad eDCU hiertas, que al fin se determinó á presentar la pe-
dida rlisnlueion. publicando al mismo tiempo la convocatoria de
otras pam el próximo 2~ de marzo. La conducta del ministerio
fué aplaudida vivamente por el pueblo, exceptuando á Jos enemigos
de la Jibrrtad que sufrieron con despecho tal determinacion que les
impedía sembrar la zizaña en el campo político.


Los reaccionarios, en aquella ocasíon como en otras mil, dieron
pruebas patentes de que para ellos, antes que la salvacion de la
patria está el interés personal, antes que la tranquilidad pública
d logro de su ambicion, y antes que todo ellos y solo eUos.


A pesar de que en la volcánica imaginacion de Mendizábal se
babia forjado la destruccion del bando absolutista para antes de seis
meses, no dejó la guerra civil de continuar con la misma bravura.
Era difícil, fin y difícil destruir el espíritu reaccionario de los que
con la bandera de «morir por el altar y el trono» cometian infinidad
de crímenes sin con tar con el de continuar la lucha fratricida que
ellos habian provocado. Con todo, el ejército del Norte habia logrado
por este tiempo grandes victorias contra las facciones de D. Carlos.
Pero en los demás focos carlistas iban entrando nuevos fanáticos á
medida que en las provincias del Norte el general Córdoba batía y
derrotaba las huestes reaccionarias.




DEL "CLIma 1lO1UWN DE ESPA~ L 157


III.


tos carlistas babian escogido en Cataiuña el templo de Nuestra
"I.[¡ül'li d:::l HiJrt, situado en una montaña escabrosa, para hospital
: depósito de prisioneros, porque la aspereza de aquella montaña,
:~ :;vúnuc;sc entre otras no menos inac:cesibles que ella, les ponia al
(L.,rlgO de touo ataque. Pero don Francisco Espoz y Mina, capitan
,;tneral de Cataluña, logró colocar frente de aquella religiosa forti-
~l~aeiu[j, uespues de vencidos mil obstáculos, varias piezas en ba-
teja. Al verse los facciosos atacados de aquelia manera tan resuelta,
4tiÍsiCt'\JU aterrorizar á las fuerzas liberaies, fusilando á treinta y tres
prisioneros con todos los oficiales que tenian encerrados en el tem-
, "t el 1 d' d . , , d VO, prcclJ)¡ anuo luego sus ca averes, que ro ailCiu y o.estrolau ose


1:!.)rrorosamenk por las hreñas fuera;! á jJMar á lo:s piés de los si-
li'idore.s; p,lfO como en di' espr-rar r;onsig¡¡;erüü lü úüulcario: irritar


. /'.~,¡r-· 'ID'.< ;p~;.-: H í.") 1','\;;" ~l;~.'(_¡ .,. 1:.". !,-.,: {' '"~o .)~ 1 ,;'··~·l v e'·1 Jo~
'L,,,.,' : '~.'~'.eu ".' .v. ,.,¡ .. \lt:.. :.''';lc:','~'"~'"U Ce. ,~l jiu·.i.: ti J L :i
~. :<;aL" t¡liL L¡;jJU,JU sú.bido al prvj.),o ti¡:lliPO que dos cumpañías
J:l ejército y nacionaI::s habian sid;; sorprendidas y asesinadas por
.' f' '1' . e . 11 ' . .' • E 1
,d.: :(1.1r0"' Lll;ClOS,)S ... ns!uny yaba erm jUniO a. 1sparraguera, so O
. :¡.)l!\llvU venganza.


r:.J ~'-~.; .2;·ll'C;J;.::~ ~1t~ 13. ~,~ j"::lJ'2~d .~,_ ~;Ji.\;.;-~rtJ~.l.J. hdbHi a]gullos pri-·
",) ~!}~~, .. ,t~t:~~:(., ) (~.·j()rQ:·.cidv ,~l pueL~o }JVJ: la noticia de jos ase-
."H· .~ ,¡: ",~ ,;i 1c';; fü.~~0::; H1 Nlie3~ra SefíJra dei Hort y


.' ,..... , . 'lo· 'o' IDU


.>j_' ('(~ ,:. ~ ';'J:~, .J.i¡;':; 'ftie a;i! '~'CJJgao¿a; B.:iCu J s -
) -'~ .~.~ tj'¡~:;J.ú ;_:;.\ti~~.-,~\·~i¡JD, ;;(~1tó J',_:ú~,tü J;] ~a ¡;L).¿~~ y rf~i1é,Lico,asc­
:,:.j :1 ~V<'. :.;~;.;:;.'.\.1' r.L .;:,:,1]'.1 csl.ab;.;u prisio¡¡¡.;¡\'S; ]0 1lJ¡S1li0 verifi-
:; :l; \ ,'L,X.~,-,,~, ·X\· th}J~;lllJ:; ;jeja¡' de i'é¡Jl U;JÚ( esivs actl)S y mu-
.::1.; ..• H.,,,) .. : :: :i~ ~Li1':~d Jl'~C;¡L.::·Jatla d. 1fr<iilCar ue lus camas lA
~0~ cnfei'ülü3 carlistas que habia en el hospital para asesinarlos, por-


nollcia de
TOMO 1.




158 HISTORIA DEL REINADO
tal perturbacion y tales desmanes; castigó de una manera enérgica
y ejemplar á los que eran considerados corno cabezas de los asesi-
natos, siendo tarnbien condenado el batallon llamado de la blusa á
salir á campaña por haber recaido sobre él gran parte de la culpa
de los sucesos ocurridos en la capital del principado.


IV.


El gobierno no merece ningun cargo por semejantes aconteci-
mientos, como parece quieren hacérselos algunos de sus contrarios;
primero. porque toda su atencion en aquellos momentos la tenia fija
en la ley electoral, en vista de que él Estamento al discutirla manifes-
taba' cierlas ideas retrógradas, queriendo conferir tan solo á la aris-
tocracia el derecho de votacion y postergando el talento, la. clase
media y el pueblo, y poniéndose abiertamente en contradiccion con
las promesas que el gobierno habia hecho á la nacioo, de fOfmar
una ley electoral, mas popular que la que regia á la sazon; y segun-
do, porque el gabinete tenia suma confianza en la autoridad de Ca-
taluña, y estaba en la conviccion de que no quedarian impunes se-
mejantes atentados, como en efect") no quedaron.




CAPITULO XV.


SUMARIO.


Elil,'U-CZ dc rrcnr,o, tlrl mini,l¡'rio ,rpndiz,íbal.-Dr,;nIllOrliz¡]eioll ecll'siústíea.-Su-
prc,..;joll illCOlllplela é incoll\ eui"ll!e lle la,,; comunidades rcligio,;as.-.\umcnlan las
hWl,jolll" carli"la"-(;rall(Je,, bClIclicios de lo" compraJore" de }Jicnc:,; llacionaks.
-Di,id"III'i;).; ('U[I'I' ,r,'ntliz,'lkd /; l,;[¡'¡riz,-~llll\: ""k Ji ¡,o¡]l'r.-Ol'lg:,'lI ,le la ')f-
¡:;<llli¡<l('ioll del p:ll'lido modrrado.-.\p0:,tasía de ¡-Ull'iz, y dcscllgaiíos que r,·,'i-
hiá.-Cómo fabeaba Cristina el :;i,tcma purlamelltario.


1.


MendizábaI pUSO á disposicion de los Ayuntamientos durante un
período de veinte años los conventos suprimidos para que les dieran
un uso útil á la poblacion, y respecto á sus bienes restableció la ley
de desamortizaciou de la época constituciünul precedente, por la que
debían venderse á pagar en veinte años. Tan cuantiosos eran Jos
bienes de los con V,3n tas, que á pesar de haberse vendido la mayor
parte muy baratos en aquella época en que la desconfian:::a retraía
á íos compradores, ha producido cerca de tres mil millones de reales.


Habia tambien Mendizábíll hecho una llamada al patriotismo de
Jos liberales pidiéndole donativos volnn tarios que se elevaron á una
treintena de millones de reales.


A pesar de las reformas de Mendizábal, y de los donativos vo-
luntarios, los recursos escaseaban basta el punto de no poder sa-
tisfacer las apremiantes necesidades del ejército, y de las naciones
extranjeras.




160 HISTORIA bEL REINADO
El 5 de marzo, se declararon en estado de redencion todos 11)5


censos, imposiciones y cargas de cualquiera e¡;:pecie y naturaleza
pertenecientes á las comunidades religiosas de varones ó de hem-
bras, y tres dias despues se publicó el decreto suprimiendo defini-
tivamente dichas corporaciones.


La medida no era, sin embargo, absoluta como debió ser, puesto
que se exceptuaban los colegios llamados de misiones para las provin-
cias de Asia, los conventos de los hospitalarios de San Juan de Dios
y las casas de clérigos de las Escuelas pías, además de los conven-
tos de monjas que tuvieran mas de veinte religiosas profesas.


n.


Caido despues Mendizábal, los moderados dejaron sin cumpli-·
miento la ley en lo que se referia á las religiosas, de manera que
no solo no se cerraron los C0nventos en que hubiera menos de
veinte, sino que se aumentaron en algunas partes.


Estas medidas por una parte no satisfacían completamente la üpi~
nion pública liberal, y por otra echaban leña á la brgnera de la
rebelioD carlista.


Los frailes habian hecho de sus conventos focos de rebelion; pero
expulsados de los conventos y sin recursos la mayor partf', fueron
mas faccioses que cuando ti~nian algo que conservar.


No somos nosotros Jos primeros que hemos cODdf'nado la mane-
ra con que se llevó á cabo la !'upresion de las comtlDidades religio-
sas, y ya en otra obra tuvimos ocasion de decir lo qi.:e á nuestro
juicio, lo mismo que al de estadistas respetabilísimos, pudo hacerse
en asunto tan grave.


Ya hemos visto en dro capítulo los miles de millones que han
costado á la nacion las pensiones de los religiosos y de las religio-
sas enclaustradas y exclaustradas desde 1836; pues bien, todo esto
se hubiera economizado si se repartiera entre los frailes y monjas
profesos, que poblaban los conventos, la parte de sus bienes nece-
saria para asegurarles una renta aunque fuese doble que la que co--
mo pension les está pagando la nacion toda vía. Haciéndolo así, no
solo la nacion hubiera economizado los miles de millones que ha
costado, cuesta y costará el sostenimiento de los religiosos y reli-
giosas enclaustrados y exclaustrados, SiDO que convertidos en pro-




DEL úLTIMO ROlUION DE ESl'A ÑA. 161
pietarios de bienes que antes solo usufructuaban, hubieran mirado
con mucha mas indiferencia la causa de don Carlos, y coa menos
antipatía la de la revolucion liberaL El Erario ganada además in-'
mediatamente una gran masa de propiedad Imponible.


No solo de esta manera se creaban intereses nuevos favCJrables á
la causa de la libertad, sino que en la misma proporcion se amen-
guaba el número de los interesados en el triunfo de las huestes de
don Carlos.


Por otra parte, la desamortizacion tal como se llevó á cabo, solo
producía á medias los efectos que de ella se esperaLan. En medio de
la zozobra é incertidumbre de !a guerra civil, retraidos los capil!',-
les, no habiendo concurrencia para las licitaciones, cuadrillas de
a.caparadores insolentes dominaban las subastas, y compraban por
un pedazo de pan) en perjuicio del Estado, bienes inmensos casi dé
balde y hasta por nada, pues hubo muchísimos que paga,ron C~H1
la décima parte de las rentas que les producian Ja5 propiedades tap,
malamente adquiridas.


IIL


Con la mayor parte de estos compradores de bienes r:acic\nabs se
creó una nueva aristocracia que debiendo su fortuna á la rsvo!ucioll
renegó de ella, pasando de liberal exaltada á moderada, y retroce'
diendo luego hasta el neo-catolicismo.


Bajo el punto de vista material puede decirse que el restableci-
miento del régimen constitucional, y la guerra civil proíLovida por
Jos carlistas, aprovechó mas que á nadie, á los compradores de
bienes nacionales, quienes despues de adquirir casi de balde la
propiedad, pagadera en veinte años, han visto aumentar cada dia
su valor, hasta el punto de producir hoy de renta anual, diez (: doce
veces mas que el desembolso que hicieron para adquirirla.


Difícilmente podrá el lector formarse idea del valor real de los
bienes poseidos por las corporaciones religiosas al quedar supri-
midas al principio de 1836; basta decir que el valor de lo Vf~ndi­
do hasta 18i9, á pesar de lo bajo de las tasaciones, ascendía á
~14.1(j6,8'19 reales, que con 35,000 mHlones de censos y foros
redimidos, hacen ~un total de mas de 3,600 millones. Esto no
impedía que aun quedasen por vender, al emprender de nuevo




162 HISTORiA DEL REINADO
la desamortizacion en 1855, procedentes del clero regular, 1 ~, 711
fincas rústicas y urbanas y 71,600 censos y foros, de Jos que se
vendieron, hasta la suspension de las ventas de bienes nac,ionales
en 1856,3,1'23 fincas, redimiéndose 15,4.68 censos y foros, que-
dando en dicha fecha por vender 9,588 fincas, y 62, 1i32 censos y
foros por redimir.


Las cifras precedentes revelan la gran revolucion económica y
social operada en España por la desamürtizacion de los bienes de
manos muertas, que habiendo empezi)do por la venta de los bienes
de las corporaciones religiosas, ha continuado, como veremos mas
adelante, poniendo en cireulacion muchos miles de millones perte-
necientes á la Iglesia, al Estado, á las corporaciones civiles y á los
propios y comunes.


IV.


~l nuevo Estamento reunido por Mendilábal se componia d¿ libe·
rales avanzados; menos uno, ninguno de los que h'lbian votado con-
tra la ley eíectora! fué reelegido: en cambio volvier'.H1 al parlamen·
to todos los que lo votaron. Todo el mundo al ver el resultado de
hs elecciones esperaba ver un parlamento unánime, y no obstante
la discordia no ta¡"dó en introducirse en sus filas. Contra todo lo que
podia preverse, Istúriz, antiguo amigo de Mendiz/bal, conspirador
radical d':sd:..: principios del siglo, que se habia hecho notable por
su:.; '/ot.)S en las COfteS de 1822, emigrado en 1823, ambos de la
Lwta de ILyona en 1830, opuesto á la política rnod:..:rada del conde
TJ:eno en el pi'il~ler Estamento, y presidente de la mesa pl'IJVisional
del última, Istúriz habia sido siempre amigo de Mendizábal, y
sin embargo, repentinamente se revolvió contra él, á pesar de que le
habia ofrecido enca,ecidamente la cartera de Estado.


Ni en tonces ni despues se ha sabido la causa que desacreditó á
Islúriz entre sus compañ~ros en los días que mediaron entre el 17
y 22de marzo, pero lo cierto es que en la primera de estas fechas
fué elegido por unanimidad presidente interino, y en la seg:lnda Jo
excluyeron quedand.o el quinto en el número de votos. Posible es
que se d;:scubrieran algunos secretos de Istúriz con la reaccion; de
t,)dos mo\lo;;, lstúriz desde aquel momento se colocó al frente de la
oposicion.




DEL ULTDlO BORBON DE 1SPAÑA. 163
Al ver Meo:iizábal la cúnducta ele su antiguo amig0 y corrr'Ji-


gionarir) Pi¡lítico, lo apostrofó desde la tribuna como se m~l'ccia< {s-
túriz le re'pondió con I1critud, y el resulu\do fué un Llesaría h pistG-
la, (le! que ambos contendientes salieron ilesos aunque con bona,


Desde aquel dia se deslindaron perfectamente los dos CUTIpOS, li.~
befal y reaccionario, dentro de las filas del gran partido monárqui-
co constitucional, sin que hasta ahora se hayan reconciliado.


La mano de la reina Cristina no pudo menos de andar en aquella
tramoya que apoyó eficazmente Luis Felipe, el rey ciudadano, y
que, rlr~vandl1 ti [stúriz al poder, fué el orígen de la organizac1(\11
del que se llamó entonces partido monerado.


v.


Jllzg~ndD la conducta de Tslúriz cnlliO tránsfuga del partido Fh:>
ral, dice d hisloriB0or c\')nfemporánen antes citado:


«No cabe explicar COl] el discurso la conducta de ístúriz en aque~
l/a ocasioD.


»Ansiaha ser el primer ministro.»
No drsdecia de su talento tamaña ambiciono ¿Pero por qué no to-


maba parte en el gabinete con sus amigos políticos? Mendizábal,
que e~taba abrumado, y que solo lo presidia interinamente, hubiera
dejado á !stúriz el puesto de buena gana. Así lo manifestó en pre-
sencia de TsllÍriz sin que este lo desmintiera.


¿No qneria tomar parte en un ministerio, en su concepto poco só-
lido y menos radical? Plles con combatirlo en este concepto, ponién-
dose al frer;te de la izquierda conseguia su objeto, siendo además
lógico con sus antecedentes.


En lng1.r de h::tber una oposicion parlamentaria y liberal, Istúriz
volvió la espalda al ministerio de Mendizábal, para derribarlo al
frente de los retrógrados.


¿Cuál debió ser el influjo fatal que determinó á Istúriz á renegar
de la conducta de toda su vida? ¿Fué á buscar ese influjo, ó este le
salió al encuentro? No cabe deslindarlo.


Los hechos probaron el Íntimo acuerdo de la reina gobernadora
y del :lpóstata, que, cuando menos se esperaba' de él, se constituyó
en cam peoo ~e ohjetos y de individuos, que babia combatido siem-
pre á todo trance.




164 HlSTORlA DEL REINADO


VL


A Istúriz le sucedió, en 1836, lo que á casi todos los apóstatas.
Los que 10 compraroD al verlo tan influyente en el bando liberal,
creyeron que arrastraria tras sí á una parte considerable de sus
correligionarios políticos á la política reaccionaria, y él se hizo la
ilusion de que la influencia que ejercía era tan personal, que sus
amigos le seguirian á doquiera que él fuese. El desengaño no se
hizo es~erar. La opinion pública le volvió la espalda y ahandonó á
Istúriz, que solo fué entre sus nuevos correligionarios un moderado
mas.


«Al sentar Istúriz el pié en el ca'llpo enemigo, dice Marliani.
quedó rematado. No podian menos de estrellarlo sus mismos ante-
cedentes arrebatándolo á un sinnúmero de sugestiones violentas,
á impulso oe otra oposicion igualmente recia, fundadamente en-
conada 00ntra una desercion imperdonable. Aquella exisl.encia efí-
mera y al arrimo de cimientos falsos, debía tener por paradero una
catástrofe,


»Cualesquiera que fuesen las relaciones entabladas entre Islúriz
y el partido moderado, las Cortes al negarle la presidencia, mani-
festaron que babia merecido su desconfianza. Aquel desaire decidió
del porvenir de Jstúrii, y lo que quizás no fue mas que una tramo-
ya paró en realidad. Lastimado con esta exclusion y al verse ya
rnflJquisto se puso en manos de los que lo habían comprometido.
Hahiil ~()rciliadl) al partido avanzado y presidido á las Cortes, y des-
merer,íó i'ntre ambos predicamentos para ponerse al frente de una
opo~icii\l') retrógrada de doce ó catorce votos.»)


De esta manera se formó contra Mendizáballa oposicion moderada,
mientras que en sentido contrario se organizaba otra poderosa ca-
pitaneada por el conde de las Navas y don Joaquin María topez,
que perlian reformas radicales y la separacion de generales y em-
pleado~. cuya fidelidad á la eausa de la libertad les parecia du-
dosa.


:tlabia Mendizábal completado el gabinete dando el ministerio de
la Gu~rra á Rodil, el de Estado al conde de Almodóvar, y á don Jo-
sé Chac0ll el de Marina; quiso el ministerio satisfacer la opinion Ji-
hf'ral, rA~rt:'~pntada por una formidable minoría en las Cortes, se-




DEL GLTUIO BORJlON DE ESPAÑA. 165
j)(~r(ir,'!() de m3n,1(\~ ;mrortanfes i!Jgnnos generales de orígeD fealis-,
'l, entre Jos fjne s:: cardaha,; Q'icsada ('apilan gE'ncrüI de Madrid,
al r'nn·,h (~P Fzw,lrt'·' in<:!)n."fr", (YAf\O"',! (1", ;'lrar.lerl'~ V el r.nr:ln -li>
.- ,-'.,,-',.~! .!.", •• i"!;~I'-_' '·A, H '-, e '-.r.,'u , OC :\..lÜ;¡ '-- 11" Ulj a~ J ,~tAJDOt', Uu


San HOmf\D in<peelor de milicias [Jrovinciales¡ y propuso ¿ la reina
!l,obf1rnad0nl sn reemplazo.
Cri~tina, que estaba de acuerdo con Istúriz y comparsa, se negó á


las insinuaciones que Rodil le bizo en el Pardo el1 O de mayo, y no
~3f: ilJQstró mas propicia á las demandas posteriores de Mendizábal,
ni Él las de Alrnodóvar. El dia 12 Mendizábdl y Heroes ministro de
h. n"hi' r n:1ci r;n, volviernn ,d Fnrdo sin [w'jcr resul!.ado, y el13 Men-
riizáhJ.L Ri\di! y Alrnodóvar su presentarnQ á la reina gobernado~
fa dándole ~. escoger entre firmar el reemplazo de los generales Ó
sus dimisiours. Cristina tes dijo, despues de una conferencia de dos
horas. que no firmaría ni uno ni otras, y cuando el dla 15 volvió
el conde de Alrnodóvar al Pardo con ánimo de cchar el resto, co-
n1G suele drcirsp, ny0 rl~l la b¡ns de 1<:1 rfina la" siguientes palabras:


(( Ya es tarde; está elegido vuestro sucesor que espera su nom-
hrami,:,nto. »)


Preguntándole Almodóvar quién era el nuevo ministro, la reina
le (lijo que Isfúriz. El conde de Almodóvar sin replicar refrendó los
decr~t0s de los nombramientos, que eran Istúriz, para presidente y
ministro de Estado; el duque de Rivas para GobernacioDj Aguirre
Solarle que no aceptó y lo reemplazó Blanco para Hacienda; el ge-
neral Seoane, que DO acepló, para Guerra; Alcalá Galiano para
Marina, y Jaime Ayuso pa.ra Gracia y Justicia.


11.


El duque de Ribas habia sido hasta entonces entusiasta partida-
rio de Mendizábal, y recibió de él la gran cruz de Carlos 111, y la
presidencia del Estamento de próceres. A Galiano lo babia colocado
en el Consejo real, dando además á su hijo un empleo en el consejo
de Hacienda.


La reina Cristina empezaba falseando el sistema parlamentario,
al retirar su confianza á Mendizábal, apoyado por la mayoría de la
Cámara popular, y mostraba esta desconfianza justamente tratándose
de generales conocidos por sus opiniones absolutistas. Desde aquel
momen to Cristina dejó de ser reina de la nacion para capitanear un
solo partido.


TOlfO l.




CAPiTULO XliI.


SUMp.RIO.


(¡¡tima oji'ada ~olm' Menrliz;íhal y 8U~ prÍll('ipal('s enellligos.--,Ah~lIrda y ra-ln;!',l I'ií
lítica de lstúriz.-Su impopulal'idad.-Hc\olllciol1l':; en sentido líberal.-l'rodJ--
maciOll de la Constilur:ioll .. le un !'U ';'1'10" jlu;;to" y basta 1"'1' h :r0l':¡ ,1" h
(;ranja.-;;;u pl'oela¡uacioll pnr 1'1 ,1,oloj'·i'!H\.--O'''I'!'\':li'iplll''


1.


Ya hemos visto de qué manera los Estamentos habian manifes-
tando su oposicion al gobierno. Hasta entonces los enemigos de
Mendizábal no habian osado arrebatarle la gloria de regenerador di'
la España; pero á medida que los elementos rc(\ccionar!f)S se repu"
sieroll del golpe que habian reeibido, fraguaron mil maqt!inaeione~
é intrigas para desbaratar sus planes. Cristina estaba tambien de
acuerdo con los enemigos de este gran hombre, y así es que de aili
en adelante no pudo tao decididamente seguir el rumbo que se pro-
pusiera.


Por otra parte, no contentos los moderados con menguar el pres>
tigio de Mendizábal por todos Jos medios imaginables, continuaron
cada dia mas firmes en ]a oposicion, dando así pábulo á Jos absolu-
tistas que conociendo la debilidad de un ministerio tan combatido,
fomentaban ardientemente la guerra que iba tomando cada día un
aspecto mas formidable; y los facciosos empezaban á atreverse á co·
sas que hasta ent0nces no habían osado intentar. ta guerra, Trpr.··-
timos. iba tomando un aspecto formidable á prsa!' riel fkcidido apoyo








DEL m,TUlO 1l0RkON DE ESPAÑA. 167
tjue Francia é Inglaterra prestaron á la causa isabelina, apoyo que
l11 influencia de Mendizábal habia encontrado.


ll.


Llegada la eleccion de diputados á cortes triunfó en ellas el par-
tido liberal. Mendizábai fué elegido por siete diferentes provincias,
en tanw qu:; apeuas huLo un representante del partido moderado en
aquella legi~:'¡atura. Sin embargo, entre los mismos liberales se levan-
tó una fuerte oposiciüIl al ministerio, y los diputados Islúriz y Alcalá
Galiano, renegando de sus principios, cosa que no nos sorprende vien-
do á tantos otros resellarse por fines bastardos, y pasándose al bando
moderado que habla sido vencido completamente en aqueJIas elec-
ciones, se manifestaron abiertamente enemigos de MendizábaL Es-
tos dos hombres que tanto se babian distinguido en las filas del
partido liberal, sirvieron perfectamente á los moderados, y con in-
trigas y maquinaciones indignas lograron derribar del pedestal de
su gloria al ilustre Mendizábal; pero no pudieron lograr que cayese
ígnominiosamente como hubieran querido, antes bien salió Mendi-
zábal del poder rodeado de una auréola de popularidad que hasta
sus enemigcs envidiarían.


Ocho meses de mando necesitó el ilustre patricio para plantear
las bases de las reformas mas radicaies que hasta entonces se ha-
bían planteado en nuestra patria, si bien DO pudo salirse del estre-
cho círculo en que le tenia encerrado el Estatuto real. Todos los
hombres im parciales aseguran que Mendizábal habria reformado le-
galmente este Estatuto, subiendo desde él á la Conslitucion mas li-
beral.


Nos hemos detenido en el ministerio de Mendizábal para demos-
trar que Cristina apoyada lealmente en este hombre hubiera sin du-
da reformado el mal estadG de nuestra administracion y Hacieilda,
acabando con la lucha fratricida que cada dia iba tomando mayores
proporciones, con lo que no habriamos sufrido tanto tiempo los de-
plorables efectos de los ministerios que siguieron, y de tantos desas-
tres como han afligido á la península.




168 mSTOlUA DEl, nEI~ADO


111.


El ministerio lstúriz, representante del partido moderado, pro-
púsose consolida¡' y hacer estables las trascendentales refon;las ini-
ciadas por el anterior ministerio, y para ello se valió de los medios
contrarIOS, de la represion y del rigor para el restablecimiento del
órden y sosiego públicos, queriendo al mismo tiempo resucitar las
antiguas leyes de la monarquía. Transcribiremos algunas palabras
de su programa dado en forma de circular:


«No descuidarán los ministros aconsejar á S. M. que se empren-
dan, prosigan y lleven á cabo grandes reformas: pero cuantas em-
prendieren j siguieren ó terminaren, todas deben buscarse por el
camino de las leyes ... Como no es otra cosa la libertad que el ór-
den legal, y como vaivenes violentos, en vez de favorecer el verda-
dero progreso, lo ,detienen y embarazan, reprimir atentados con la
prevision ó escarmiento es el principal interés público y ei deber
de los encargados del gobierno, deber que los ministro3 de S . .id"
están resueltos á cumplir en su plenitud, sin omisioo ni disimulo,
ni aun los mas leves.


»En concurrencia con los cuerpos colegisladores tratará la coro-
na de asegurar de un modo estable y permanente el eotero cumpli-
miento de las antiguas leyes fundamentales de la monarquía, por
medio de la mejor distribucion y equilibrio de los poderes públicos,
de las prerogativas del trono y de los derechos de la nacion, zan-
jando así todas las cuestiones políticas y dando á nuestro edificio
social la planta y formas convenientes en nuestras circunstancias. l'


Asoma la sonrisa en nuestros labios al leer los absurdos políticos
que encierran los dos párrafos anteriores, y principalmente al ver
el modo que tenia aquel ministerio de comprender y definir la li-
bertad y el órden.


IV.


lstúriz pasó su período ministerial arrastrándose miserablemente
sin plantear ninguna de las reformas que se propusiera, ni meDDS
cansolidar y hacer estables las que se habían proyectado en los




DFI. lLTmO BORBO,," DE ESPA~Á. 169
gobierno5 anteriores. Desde su escalamiento al poder se vió aban-
donado, sin fuerza moral prop:a ni prestada. para presentar planes
mas ó menos aceptables, ni autoridad en que sostenerse. Le falta-
ba el priGcipal apoyo que todo hombre de gobierno necesita, la opi-
nion pública en su favor.


El Estamento de procuradores le declaró cruda guerra desde UD
priocipio, y el dia ~2 de mayo sesenta y siet.e miembros de aquella
corporaciorJ ie pre"entaron una protesta comprendiendo Jos siguien-
tes ar(Íc'llos que fueron discutidos. y aprobados por setenta y ocho
votos contra veinte y nueve.


l. o Que ¡as facuitarles extraordinarias concedidas al gobierno
en la interior legislatura por el voto de confianza babian cf:'sado des-
de la apertura de las segundas Cortes.
~. o Que si se disuelven ó cierran las Cortes actuales sin haber


votado las contribuciones, no pueda exigirse ninguna desde rl dia
que se disuelvan ó cierren.


:3. 0 Que son Dulos todos los emprésf.itos ó anticipaciones de cual·
ql]j('ra pt'ppcie 'lIle se conl,rafcn sin autorizacion dl~ las Certes.
Pt~rl) prescindiendo de otras muchas prueba5 diremos tan solo


que !J¡'gó á tal punto la impopularidad de este minislerio, que al sa-
lir de las tribunas, el público se burlaba estrepitosamente de los mi-
nistres, y la gran mayoría de las Cortes declaró, por fin, de UDa ma-
nera terminante. que los individuos que componían el gabinete no
merecian la confianza de la nacíon. Pero tal fué tambien la desver-
güenza del gabinete. que no solo DO presentó ]a dimision del cargo
que tan ímpopularmente pesaha sohre él, sino que se atrevió á pre-
sentar una expasicion á Cristina diciendo que creia 1!egado el mo-
men lo de cerrar las Cortes y con vocar otras nuevas en las que po-
der p~eseIJta)' ia revision de las leyes políticas.


Cristina accedió fácilmente á la petieian, á pesar de que era la
gran masa popular y liberal la que rechazaba y bacia burla del
ministerio Ist.llriz. En nombre de su hija disolvió en 22 de mayo las
Cortes, convocando las nuevas para el próximo 124. de agosto, ele-
gidas conforme el proyecto de ley electoral que no habia todavía pa-
sado por los trámites legales.


v.


Istúriz era el digno ministro de Cristina. Nada le importaba á esta




170 H18TO.R1A DEL REINADO


la ViJlu¡d j l d,': pueblo, (;üf1 tal que ella pudje~e satisfacer su~ ca-
prichos 'i Slh pasiones; lstúriz arrostraba. la püpular¡diHi del mismo
pueblo qu~ queria gobernar, condcoándoEe á representar un pape[
sumalllente ridículo.


Empero el pueblo de toda España recibió con iodignacion la !11e-
dida arbitraria y despótica de lslúri;: y Cristiua, e inmediatameote
Má!aga. se !(,ii1'1Ui en masa proclamalldo b Conslitllciull (ji; 1 S l:L
El le'/:~I !ar;;:t',:!o de Málaga encontró peu en varias capliaies, y Grií,-
nada., C"rt¡l¡:l~n;¡, Cádiz, Si~v¡lla, Cordoba y Jaí:'ll se decla:üfillJ ;;1.
pidar:¡cntr' :':; r-ebeliun t~ontru él gobierno.


El p~¡m(To de agosto el capital) genera! uc Aragua, San ~i¡¡!u"1
secundó el :jjí)l,'imiento en lanto que cundía igualmente en Ex.tre-·
madura, Valew'ia, Castilla y Murcia. Pl~ro el gabinet(> no apare!!-
taba dar . .;(' ¡~i)r c:¡¡lendidl), y arrostraba su impopularidad, ere)'pudo
!Jüdcr,' ,:.' r! !i)'¡i~;¡ la CU} la prfJll'cdo[j que n:pna!m de alle .
de:o-, ~lí! ,: pes,\r eLl di.',,;:íl~afi0 ,¡W p'jdi;m ilnl;¿ dL ::¡W';(1'iü
,. J ! ' '~,., '(' ' ¡ . 'L' , ¡a re~í!;:;":;!:: 'l·; Juque de ,!"HíS, ¡nVl an;; d t[,üi.d' e,¡n ('1 gaumhe
francf:' d. !;¿ i!,tpfvcncion Ó cooperacioIl.


({T·,d' 1t 1igl'[]ci,:" había escrito d de Fria3, que st' praciiquI' ¡L'rd
obte'.::,sr ",::1;1 coovraciorJ, dará por resultado una formal ne,'}ativ:t
cua!<¡nii~ru. que sea el ministerio que gobierne en España, puesto
que el si"ten;a político de Francia no depende en UlaDt~ra alguna de
las prrSJlld,,¡ como en Madrid se figuran.»


El ¡r":,,,·,,] ,AI~\".l "'s("rit)ic', i'01 íe' .. rr'l·r'0.~ ¡'''l'·.!!'''' o' f)"'"ei'iuf''' al p,,.,,,, t:" ,~u, 11. u. u \... ; ~ _ ~,u _ ,i 1..11 ¡\}. L;' HA \_'''' t dJ .. v '.'~) ~
dirlE' i¡,Ollycra por la interveuclOíJ dE': Inglaterra.


\'i.


No se (;/JGteutó e! gabinete d,: Madrid con las J('eid¡da~ y terlli\--
!UIW", t("'puestas de! general "lava y del duque de Frias, :-:mo <¡le
en ',m d;,~p l.ellll á su embajador en Paris, le manci;" rdiriC!ld(:i;~
i su LLa~Jtra ¡os aCÚl\tecimientils que t2nian lugar eU E\paña,
~oner sin fi:;)!)Zü á la vista de S. M. el rey d0 ¡os franct~:ses la ir'l-
pos¡bilíd,d de eonserval' por mas tiempo inmune la régia autoric1hd
de Isabe! 11, sin un auxilio pronto y efL:az de las tropas fral1ce~as,
El despacho, entre otras cosas, decia:


«Cuál deba ser este auxilio, hasta qué número deba extenderse,
bajo qué condiciones particulares se hubiese de suministrar, no to-




[¡EL CT:rmn ¡¡O[lBO~ DE E.sP>\~!, 171
ca al gobierno de S. M. dctrrminarlo, solo si insistir en que s€ ve-
rifique sin dilacion y en una f'scala efectiva, para que permita á
S. ~L sacar sin riesgo parte de las fuerla!'! nacionales que militan en
f'l Norfe contra el Pretendiente. para castigar y reprimir las rebe-
!iOD!;S le nfril dase que han estallado en el Mediodia, drlDue t.ienen
«ti foco. S. ;\L está eierla de qUf:: no será costoso ni difícil cxtingui,
uo ¡Ilc~nd¡l) que atizad;} por pOC0S. y aun esos no de limpia fama,
i'~ D¡i:'adl) ton Jisguqo pO:' la mayoría (Je los pspect.adores, quienes
ayudarán gusfosns á la flbra de su salvacion, así que bayonetas fii"-
('S disipen sus V~m()r('s ai puñal dí' los nnarquístas,»
I~n despacho análogo :;:e remitió al gabir,ete de Londre¡;, pero ni


uno ni otro dieron mas resullados qu" un deseugafio mas al go-
bierno de España y á Crist.ina que seguía obstinada en no rodearse
y llamar al pod(~r á ios hombres popuiares por su líJY:ra¡i~nlo, qlW
fofa d í'spírifll dorn¡rmntc' en la naeioií. (~D nz de suph'a r v"~'wm,-­
lO~(lnH~of,P UH,'i ¡~1{r'.:¡'\::'n~::lüj1 YU r . ~l,~' ·~c :e cf}n(cdiu~ J'nr~~ :,ufocar L1
gu(:'ra ~-f (Ji- ~,¡ 1.'\';'1(, ;:.1 L~L ,,"!:id~.l I,'~id ,'YH·;,S lJ,)len


:Jil .·!l~<f.~.~:~~:.')n ·!¡;!'e fa::tú progresc.Ln rá¡jid,Jt11;'r:fr:, ~/; ·~tF! 11. de.
;t~;;,~~·;·~ ~,~ :!CI}\.~r;1,'; 1]¡r~a~ Vi('fldo ~a 3Ctit~ld de C?taluG;~.o "!Irnt~{':'~ :L¡Ó ;"!


(-' "


la reina gobt'inadora I'n llf)¡Ol] con las autorídadps y alguiJas COl"
m!;if)ii::', .pi ,lieurJi¡,!\!li, id voto ¡meloDa1 :,rpara:~~ di' t'l1l lado á
~us ill¡níslJos y cü¡;sc'ír:rns y :-t~ fiji'iXa por las Cortes rCn¡}i¡Ji¡s ¡.;ólid,'1


1('" ! .... :.'·.~:11').'.',' " ;,', 1 f'll:lr"c, Q.\:"J.t<!'c- .. -1.\ 1.,.. ~)aCl'í\l'") . ri ''"'':~', r.:n.-, ,1·,\ ,ir
;.JLl,,1 ~~}I:í_,',;'¡J).~.~:¡, :" ,l ~f_¡¡h, •. .tt.:':~ ¡l.: Ut., .110 t t/.U. [,{~ __ ~ ~~, ~ ;, :rIIH1! Lt"


'. , " , 'j '1 1 ;A:l:.a:L.f!,\~ \~n Hl ~XpOS1CIOn, UnlCDi O sn~: 'VOtd~; ;'1 ",e JÍa~;
J;':UL<:; ¡'~~'! ~":!"<"\ ", r¡~·)~·tt~ f·ün la fflzon notoria que Ji:: a~~i:~!:-' "'1' C\Hl~


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17'2 tHSTORIA DEL REINADO
Cristina á persuadiría Je que jutase :3 CúDstituc:iof1 gaditana. La
regente e:ccuchó ;,ohresaltada la proP0sicioa y tuvo, no la. Grmeza,
sinú el dc'scaro de oponerse á elb; pero el jefe Je la comision re-
plicó á Crjs~iüa sin cortedad (pe si Jurar la Constitucion era un mal,
el no ;'urarla era un mal todavía peor.


En Cataluña por su. parte se sublevaron, entre los días 1'2 Y 1 H,
comenz(j,údo la agitaeion en Tarragona, y siguiendo Barcelona,


Al ver la insistencia y terquedad de Cristina en querer sostener
al minist.erio Istúriz, (au lmpopuiar y etlémigo de la libertad COlllO
lo cor¡trario hubia sido el ministerio Mendizábal, á qUil'B hizo di-
mitir, sin causa que la obligase á ello, mas que su dc,~e(J de
tiranizar al pueblo, á lo que se prestaria Islúriz, pero no el ilustre
caudillo; al ver, decimos, que para arrancar del poder al actual
ministro se levantaba la gran masa de la nacíon con las armas en
la mano, pidiendo lo que podia muy bien tomarse sin pedirlo, nos
quedanlos admirados y hasta cierto punto confusos, porque no com-
prendemos la obcecacion llevada á tal gradó. No podemos explIcar-
nos este raro fenómeno sino por el despotismo y cápncbo de una
mujer educada en una escuela muy difereote de la en que debía ser-
lo para gobernar con prindpios constitucionales que son Jos prin-
cipios de justicia y dignidad.


Tampoco pedemos comprende!' cómo Cristina al presentár~elc la
citada comision y despues c.e las diferentes representaciones y ma-
nifestaciones que en toda la Península se habian verificado para re-
clamar un gobierno justo y popular, tampoco podemos comprender
decimos, que tuviese la avilantez de apostrofar á la comision que pe-
dia la libertad, con la Constituci:¡" de! 12, con las siguientes pala-
bras: « j Es decir, que sois vosa ,,'os los qne quereis traer á don Car-
los al trono! ¡Pues por esa ConslItu.'ion no puedo yo ser regente ni
tutora de mis hijas, yeso por vosotros, que tantas pruebas de ad-
hesion me habeis dado!)


VII.


La comision fué al palacio de Cristina el dia 11, Y esta anduvü.
tan remisa en proclamar la Constitucion de Cádiz, que su tar-
danza fué causa de que hubiese infinidad de víctimas, puesto que 12i
tropa y el paisanaje luchaban encarnizadamente, basta que por fin




I'EL ELTI1IO BORBO!'i DE ESPAÑA, 173
el día 15 se publicó el sig!;iente decre~ü fechado el 13' ,~(Cnmoreina
gobernadora de España, ordeno r mando que se publiqup la Cons-
titucion política del año 181:2; en el ínterin que ff)llni~a la nacíon
en cortes, manifieste expresamente su 7oluntad, Ó dé otra Consti-
tucion eonCarme á las necesidades de la misma,-En San lhiefonso
á 13 de agosto de 183tL-Yo la Reina gobernadora.-A don San-
tiago Mendez Vigo,»)




CAPíTULO XVU.


SUMARIO .


.Hescontento público \ iendo :<ubit, al poder al clrmclllo model'~do.-RoehorJ1o :: '(11)
tI" desconfiullZa que tUYO 'lile sufrir el ministerio l~lúriz en las CiÍmaras,-l're;ull-
bulo dd decreto de disolucioll de 1<b Co!'les.-:llallilil':ilo lIt' Cr¡,;till'l.


I.


La noticia de la caida del popular mini sterio de Mendizábal ,caü'
só general indignacion entre los ,liberales á la sazon armados, y
dueños del poder en Id. mayor parte de las ciudades, tan to por tener
mayoria en sus municipios, como por ser jefes de la Milicia nacio~·
na), que á la sazon contaba cerca de trescientos mil bombres.


Mendizábal no habia cumplido todas sus promesas; pero apenas
habia mandado durante ocho meses, yen ellos realizó reformas im-
portantes, echando los cimientos de otras mayores.


Aquel ministerio se habia propuesto revisar el Estatuto en sen-
~tido liberal, lo que fuera la realizacion de un progreso pacífico; mas
~Sl ~o era justamente lo que no querían Cristina y los moderados, y
esta. fué la verdadera causa de la ca ida antiparlamentaria dd mi·
nistcril. "\ reformador.


No PUl ~de n8?arse que la reina gobernado.ra, y ~us paniJg,u~dlL;
ObrarGil illl 1y diestramente colocando en el mlDlster:Q con L1 lii'iZ j
Galiano, perb 'ODas conocidas hasta entOT!(~CS por sus c,;;i¡:;i,JLC3 fa,




llEL ULTIMO BORllON DE ESPAÑA. 1"15
dicales, para engañar con mas facilidad á la OpWlOll pública;
pero su astuta destreza no prodcjo el objeto que se habian
propuesto. Desde el primer dia los nuevos gobernantes fueron acu-
sados de tránsfugas, de traidof:Js, de manera que donde habian pen-
sado encontrar fuerza moral para sus pianes reaccionarios, Cristina
y su camarilla solo hallaron dehilidad y descrédito.


A este propósito, dice un historiador moderno:
«El estadista descuella únicamente en los principios que se rea-


lizaron ante la opinion pública, siquit:ra el tiempo y los desengaños
doble~uen poco á poco sus brios, la energía de sus propósitos y
su fJ. Esta templanza y IDGderacioD no es contraria al progreso, y
puede ser provechosa para el pais; pero cuando al subir al poder
se cambia repentinamente de la línea de conducta, en la que, du-
rante mucho tiempo, se peleó con firmeza y arrogancia, no hay
prestigio que resista á la desconfianza pú blica, yel hombre que co-
mete tal falta, se suicida políticamente.¿Qué tiene pues de extraño que
Jstúriz, elegido pocos meses antes por unanimidad presidente de la
cámara POpuhtf, recibiese en la sesion del U de marzo el terrible
boCelan de un voto de desconfianza concebido en estos términos:


«Las Cortes declaran que el ministerio no merece su confianza?>:;


11.


Como muestra del golpe que el poder real llevó á consecuencia
de la conducta de la persona que lo ejercia, referiremos el incidente
que ocurrió en el Estamento el día en que los ministros nuevos se
presentaron á dar parte de su nombramiento.


Presentáronse los primeros Galiano y el duque de Rivas, y se
sentaron en el banco de los ministros; pero como faltaba Istúriz que
debia leer el decreto, el diputado Pizarro pidió á la Cámara, y
esta aprobó en el acto, que los dos intrusos que se habían sentado
en el banco ministerial lo desocuparan. La Cámara aprobó la fpro-
posicion, y el duque de Rivas que no era diputado, tuvo que salir
del salon, y Galiano que volverse á su;asiento.


Desengaño mortal debió ser para los individuos de aquel gabine-
te tal bochorno, que hubiera debido hacer hervir en sus pechos
aquellos impulsos de patriotismo de que hasta en tonces habian dado
tantas pruebas, é infundióles el pensamiento de retirarse para evi-
tar una refriega aciaga, pero su amor propio lastimado Jes hizo




176 mSTOBlA DEL REINADO
conceptuar como reto la oposicion naturalísima de las Cortes. Jstú-
ril, recogiÓ el guante y se ape¡'cibió á la lucha.


Las sesiones de los días 17 y 18 se pasaron en iuterpelaciones
y el1 reconvenciones vivas y amargas,


El día 19 se entabló la discusion segun Ja órden del dia, sobre el
restahlecimiento de las leyes hechas en la época constitucional de
18~O, para la supresion de mayorazgos, diezmos y derechos domi-
nicales.


Las Cortes aprobaron el informe de las comisíones, por mayoría
d6 86 votvs contra 4, y abslencioD de 12 que no volaron.


IlI.


Los nuevos ministros no se dieron, como hemos indicado, por ba-
tidos, á pesar de tan insigne derrota, yel día ~ 1 se presen taron en
las Cortes para oír y ver votar el voto de desconfianza de que antes
hemos habla~o por 78 VULOS contra ~9, dejandij 13 de volar.


Al día siguiente !~ de marzo las Cortes fueron disueltas.
Dé aquí el texto del decreto de di~olucioD, documento impor-


tantísimo de nuestra historia moderna, y que basta por sí solo para
probar la insuficiencia del sistema monárquico representativo como
garantia de libertad, y de la eficacia de la representaciÚll nacional.


«Exposicioll de los ministros secretarios de Estado de S. M. la
Reinagobernadora.


»)Señora.
»Cuando los mioistros actuales, acudiendo al llamamiento que


V. M. se ha servido hacerles, en virtud de su prerogativa real.
aceptaron el árduo desempeño de los negocios del reino en la situa-
cion presente, no dejaron de hacerse:cargo de los tropiezos que por
donde quiera se le(habian de atravesar. Mas les constaba tambien
que el interés inseparable del solio y de la nacion requeria de ellos
este sacrificio para establecer las reformas precisas, contribuir así
al cumplimiento de vuestras promesas reales, y conservar el órden
públíco, sin perder jamás de vista la guerra civil, cuya terminacion
pronta y venturosa es la urgencia primera y capital del Estado.
Tampoco ignoraban los ministros actuales que el testamento popu-




DEL ULTIMO 110RllON ~E .K~PA~.~. 1'7'7
lar. formado en virtud de una ley con la cual el rl¡~r!ld1r¡ ,l,' plrg'"
Jos procuradores se ceñ¡a á un cierto número de ~!rctf)re~, :' que
habiéndose verificado la última eJeccion en circur;st~n('ifl;;r muy
particulare!'. resultó ]a mayoría del cuerpo legislativo comprometi-
da con empeños d~ que tal vez no podría querer de;;:entl;'lOerf:r, por
mas que les fuese Dor otra parte imDosihl~ ~,¡ el'pcufar!o:, :.:in i!rnví-


¡. " <-


simo di1ño del Estado.
»Nada de esto aleaozó á detener á Jos mjoístl'oS actuales. nobns-


tecidos con el l.es!,imüoio de sus conciencias y conociend·) h~ justOf..
motivos COIl que V. M. se ha granjeado lJ. cOnfiiW7f1 di' In:, r;~pa­
ñoles, se adeJanf.aron al desempeño del gobierno C('O ánimo de coad-
yuvar á la ejec.ucion de lar-: benéficas in lenciones de V. M. en tode
conformes á I'JS pensamientos anteriores de vuestros CODSf)jeros res-
ponsables.


»)No han correspondido, Señl)ra, las resultas á A~pf'ran7?'" hm lj_
sonj:Tas. Por desgracia t?l Estamento popular, á imr)1)l"o" eneubier-
fas para nOE'i;!ros, ha ven ¡Jo Él declararse crmlr(! los rninisti'f)s oc v . .M.
~¡j té,miüos ,¡!Ji' ;: udierafl f:(JJCe(,tuarSfl de ningunn mnnl:l. ~i f'r:r'seD


. I .


1 .. 1" . -1 rl
,os fl)Hllstrns os un¡cos agTilvlauos, pero que son .,2 sumB lr'1,~~pn<
dencia flo], el linaje de esta oposicion y por los arbitrios 0" fFe pstá
echando mano. P:,oposiciones ajenas de las ley(ls, pero tal 1'fZ au-
torizadas con ejemplares que, como contrario,': á Jllslflyf'S, carecen
de valor, y autorizadas únicamentfl en circuflstanciaR qlle i;O han
acarreado, cuyo resultado fuese trascendental; peticiones que lleva-
ban por objet.o /;J sustituir al rumbo legal, ajustado pnr3 legislar,
otros medios de diverso jaez. mediando luego dflmasía~ de parle de
los cOf1cur,ToL:s: tildo (sto ha presentado un conjunto escandaloso
y arriesgado. Lo mismo que ei EstamGnto electivo no pudiera prac-
ticar sin desacato á la ley, ha venido á votarlo: ]0 ha hecho igual-
mente ya porqUE' su .situación le precisasf' n utilizar el tiempo, ya
pür atenerse á ciegas á sugesti¡mes que. arrebatándola {~ q1lehran-
tar la ley, pudieran ir a.vezando á la mayoria á escarriarsp r!r! rum-
bo legal y á entrar en una senda rodeada de nrecipidos, y por la
cual no es dado alcanzar la dicha de la patria.


)}En tan arduo trance, los ministros de V. ~J, viflodo peli~rar el
solio y Ja libertad inseparable del buen órden, y con talAS objetos la
nacion entera, no pueden aconsejar á V. M. que ceda á pretensio-
nes de suyo injustas, y mas injustas todavía por el mndo d8 enta-
blarlas; eslabonadas además infaliblemente con otras venideras, que




178 llíSTORIA DEL REINADO
nos engolfarian en contiendas interiores y encarnizadas, mientras la
guerra civil está abrasando gran parte de la Monarquía.


»Si V. M. en circunstancias menos críticas, cuando su ministerio
no estaba acorde con la mayoria del Estamento electivo, quiso hacer
á la nacion árbitra entre uno y otro, con el medio legal de la diso-
lucion y de las :iuevas elecciones, los ministros actuales desde luego
se alientan á exponer á V.M. que conceptúan llegado el caso de
providenciar lo que no suele convenir que se repzla, pero que les pa-
rece provechoso, y aun inprescilldible en los actuales circunstancias.
Tienen, pues, ]a honra de exponer á V. M. que convendria convo-


car, no Cortes, como las últt'mas, sino las apetecidas con ansia, para
revisar nuestras leyes políticas, y cuya eleccion tendrá que verifi-
carse segun el método que mas adecuadamente 1Jenga á representar
el verdadero znterés y las opiniones verdaderas de la nacíon, y bajo
la forma que pareciese mas á propósito para el úllz'mo Estamento de
procurad'Yres, al cual este requisito dió suma autoridad.


»Fundados, pues, en los principios que acaban de manifestar,
los ministros firmante3 sujetan atentamente el actual decreto á vues-
tra real aprobacion.


»Madrid ~~ de mayo de 1836.
»Siguen las firmas de todos los ministros.»
A este decreto acompanaba el siguiente manifiesto de la Reina go-


bernadora dirigido á la nacion, y como quiera, que tiene tanta ana-
logía con el que dió en circunstancias análogas Carlos X, el último
rey Borbon de Francia, lo reproducimos paralelamente. para que
se cotejen.


«Carlos por la gracia
de Dios rey de Francia
y de Navarra, etc.


»A cuantos las pre-
sentes vieren, salud:
Franceses.


»La cámara ultima de
los diputados se ha des-
entendido de mis inten-
tos, pues me incumbla
contar con su arrimo, y
me lo ha negado, impoM


Manifiesto de S. M. la Reina goberna-
dora á los súbditos de su augusta hija.


{( Españoles:
»Desde que por fallecimiento de mi


amado esposo, vine á quedar encargada
del gobierno de estos reinos durante la
minoría de mi muy amada y augusta hija
la reina dolía Isabel 11, siempre me he es-
tado esmerando en los medios asequibles
para acarrear vuestra felicidad. En terada
de que la consistencia del solio se cifra
en el arrimo de la verdadera opinion pú-




DEL ULTIMO BORBON DE ESPA:';A. 179
sibilitáüdome así los bie-
nes que tenia premedi-
tados. Mi corazon pa-
terna: se ha condolido,
y mi autoridad real se
ha !astimado; y así dis-
puse la disolucion de di-
cha cámara. Franceses,
en vuestra prosperidad
se cifra mi gloria, y
vuestra dicha es la mia,
Al abrirse todos los co-
legios electorales por los
ámbitos de mi reino, da-
reis oidos il la voz de
vueslro rey.


»Conscrvar la Carta
constitucional y las ins-
tituciones fUIl(hdas en
ella, fué y sérá sieiú pre
el b:anco de todus mis
conatos.


))Mas para e110gro de
aquel intento, tengo qllC
ejercer Jesahogadamen-
te y hacer respetar los
derechos sagrados que
son el atribulo de la co-
rona.


»En eilos se cifra el
afianzamiento del sosie-
go púbiico y de vuestras
libertades. Se alteraria
la esencia del gobierno,
si embates criminales
destroncasr,n mis t,rero-
gati ras I y LleránJ Jl05,
quebraD ;aría lllis ju¡a-
n-:enlos.


bEca, ilustrada é independiente, mi ahin·-
co principal, así en la eleccion de minis-
tros como en la adopcion de cuantas pro·
videncias me proporcionan los sugetos
en quienes tenia depositada mi confianza,
fué el de imponerme puntualmen te en las
necesidades, en Jos anhelos justos y en
el in terés discreto de la nacion. cu yo go-
bierno me habia cabido, para satisfacer
á los primeros, acceder con debido tiento
á los segundos, y por este medio disponer
y afianzar el tercero. Al con vocal' las
Cortes conforme al Estatuto real del 10 de
abril de 1834., conformándome con el dic-
támen de los que á la sazon componian
el mini~terio, quise dar á la luz leyes
fuudamentales de la monarquía, y en cuan-
to á los cuerpos comparlÍcipes de la po-
testad legislativa, una planta y arrcglfí
á semejanza de los que rigen hoy entre
naciones florecientes, y segun concepto
muy fundado, muy oportunos para el es-
tado deEspaña. Cumplacióse el público
por algun tiempo, recompensando así mis
desveios por vuestra felicidad. Juntas las
Cortes, mi go bierno se fué conforTIloodo
con su índole y su sistema, pues así lo
conceptuaba y apetecia yo como mas con-
veniente al estado. Mas de repente, aira-
dos los ánimos con les aconlécimientos
de la guerra civil, y engendrando aque-
lla irritacion sumos receJos, estallaron
arre'batos y trastornos, y Juego disensio-
nes acaloradas y progresivas. Desvelada
siempre por el bien público y sin ceñir-
me rigurosamente á la forma legal, al ver
á la nacion ansiosa de ciertas reformas
en su legislacion política, me esmeré en
seguir el parecer de aquello:::!) que, sin




180 illSTúItIA DEL REINADO
))Li.i. FraUCHi., iil úrfÍ-


iliu Ju b le gobierno,
VíVll Ll,h~ y floreciente,
,jelJieu.Jule su~ iranquí-
Cial:t, su. aeditu y su in-
dustria. Nada tiene tIue
enVidiar á ¡os dóuás es-
tados; no debe as~¡irar
illas que á la conserva-
cion de lo~ bienes qUe
está gozando.


»Descuidad pues, en
cuanto á vuestros dere-
chos que vo los aunaré


, "


con los mios y los escu-
charé cva igual ahinco.


»No vayais á descar-
riaros con el lenguaje
femen lido de los enemi-
gos de nuestro sosiego.
Orillad allá recelos illi-
propi()~ y zozobras in-
fundadas, que disloca-
rian la confianza públi-
ca y pudieran acarrear
SUUlfJS trastornos.


»Se frustrarán Jos in-
t.ent\iS de cuantos están
fomentando esos telllo~
feS, sean los que fue-
ren, contra mi leSOD in-
vencible. Tan afianzados
quedarán vuestla segu-
ridad y vuestros intere-
~es como vuestras liber-
tades; pues soy el cela-
dor de uno y de otro.


») Electores, acudid
nresurúsos á vuestros


quebraul0 de;a preri)gati\a real, me pro-,
pusieron hermana:- í,piniones encontra-
das 1 fundar sobre f.~uevos ci[pi~ntos la
paz y léI. esperanZii d¿: vuestra lealtad ve-
nidera. Auhe!and(j anU' todo CODservar
unos bienes lograrlc's á tanta costa, al
recelar [,uevas conmociones en el estado,
he vcnid(} á ese,~\gcr, di.súlviendo las Cor-
tes, á la nacion por árbitra de la diver-
gencia de opinion sobrevenida entre Jos
consejeros respon=::ables y los diputados de
la nacioo.


»Cuanto acabo de manifestar, españo-
les, he venido á hacerlo por vuestra di-
cha, y la de mi augusta hija que es lo
mismo; y por el interés del solio y de la
nacion, que es indivisible, 10 tengo hecho
con entrañable cGíllplac:encia, y lo repe-
tiré, .si se Lace iLeci~() A 1m pUIHJS de
este anhelo, cuanLÍí) ya muchas de mis
esperanzas habrán qUt:dado hurladas, y
no pudiendo avenirme á propuestas aje-
nas, en mi concepto, de justicia y de con·
veniencia pública, compañeras insepa-
rables, tUVi'; que aceplM la dirnisioo de
cuantos componían a ¡j, sazon P.l minis-
terio, y t';!lcogi, para suceclerIes, sugetos
cuya vida política .se hahia granjeado los
votos de los i:l.ill¿lJ te::.; mas ardorosos de la
libertad.


»)Mas , lueg(J presencié con asombro
que, contra el uso que estaba yo hacien-
do de mi preroga tiva real, se susci tó una
oposicion violenta y COlDO ciegac:¡ente
enfurecida, conceptuando las intenciones
de los ministros por meras suposiciones;
oposicion que con evidencia DO dimanaba
de amor á la justicia, sino de avcrsion á
las personas y del ímpetu de las pasio-




DEt ULTIMO BOllBON DE ESPAÑA. 181
culegios; no los defrau-
deis de vuestra presen-
cia, respirad un mismo
aliento y seguid una
idéntica bandera.


) Vuestro reyes quien
os lo pide, y un padre
ps el que os está lla-
mando.


)Cumplid con vuestra
}h!igacion, que yo me
esmeraré en acudir á la
mia.


)Recho en el palacio
de las TuBerías. lunes
1 í de junio de 1830,-
El rey Carlos.


) El presiden te del
J:ascjo de ministros.-
Príncipe de Polignac.»


]"Ú¡Ú,


nes, y DO de afan por el buen órden que
deLe constituir el sosiego y la felicidad
de un Estado.


»Se presentaron y aprobaron propo-
siciones por el Estamento de procurado-
res, sin que el reglamento ni el Estatuto
real concedan la iniciativa á los cuerpos
colegisladores; se hicieron proposiciones
al arrimo de antecedentes de ningun va-
lor, puesto que se oponen al texto formal y
terminante de la ley, y otras refiriéndose
á antecedentes que no habian acarreado
acuerdos de entidad. Se leyeron, ven tila-
ron y votaron dichas proposiciones con
un atropellamiento indecible; se entabla-
ron peticiones para orillar el sistema~,alido
de legislar COil olro de l1lJcva invencion;
sonar(¡f} reconveneio~Jes de Índole muy
extraña. y su jaez y su repeticíon demos-
traban el empeño de e::torpccer al go-
bierno; el sustituir el medio ilegal de una
proposieion al medio legal de uua pe!icion,
en caso en que la última, además de ser
confortne á la ley, era mu y 5ufieien te como
sí S¡~ quisic';: hol:ar arbitraríamente cuan-
to !'f:qu?l'ian h: reflcxion y miramiento, y
arrojas" á la ilegalidad por eleccion y
pa'í), aV('Zari'C CGíI p,IJa; en fin, gestiones
tun t,'~sc\;lld':üt!}h,i cJ~'c:,ltadas con alboro-
tos y desaca!o~ Ú la coc0lmencia en las
scsiolle~;; esto es, españoles, el cuadro de
1.:. f;u,~ed¡¡]o ú!tim0.mente en el Estamento
respLiab1c d: los procuradores. Una de-
cla,JciQli c:-mtra mis consej8ros, asunto de
suyu gravísimo, se agravó aun mas, por
contraponerse al reglamE:nto y al Estatu-


llj'liH d llJ;i c".,jo Vil'lJ.l, y. Bl1l!án-
~ ,"ji, <I~~ Ja ~~h.Lj::i,-,L 3.ill :.;"gu d:~· tener que




le fU.lUH tras de aquella uwla.raclOD ir
" ¡., J - l" -creta, lle CÚfh:ep,tléúO t 11.;] ii.J¡gdC1C::,


r,:ara acudir á un S¡üiJÍlllICF lb übjtü.z
p,'eGili~0S y l¡f(;ddcctús, CUJi) fiS¡;tUt rde~'
d r l'" I t eH::,Ll~a el> án a Hn CálgO, el no acep (~r:
en esta ¡litel nativa vi(;lel¡lii~ el Péirtido ¡~x·
tremo de alejar de los negocios á snjetf;~
sobre qui8nes no recae reconvencion fun"
dada, till los ct~i.des habia puesto, en vir-
tud de la prefogativa real q lit' esto'y eja-·
ciendo, mi cotlÍlanza, y~, ql;;r'lws las c¡r-
cunstancias constituían defensr.res del in-
te¡és comun del voto y del pueblo. Re-
novando, pues, muy ámi pesar, el acuer-
do tomado en el consejo antecedente de
ministros, he accedido á :a prüpuesta de
los CODSfj:l'OS actuales do !::¡, C(¡l'ODa" y h".
disuelto las Cortes.


»En ':sta CirCU¡í,:!ül'Jeia, e:-;rHi'íc!es, hE'
acudido á una prF:!'ogativa, ins~it~¡¡da n.o
solo por el interés del solio, sino mas pzr-,
ticularweu te por el de la naeíon. Vuestra
suerte descansa de nUéVO en vuestras ilHt-
nos, y estoy confiada de que, en el mo--
mento de ia decision, acreditareis la :.~a-·
durez y cordula que distlt:'G'J' \'uestra Ín·,
dole.


)No está apabada toda:\ia 13. guern:
civil, Españoles, amagandünos aun con
mayores desdichas, si nú c(jrremos á ter-
mil;arla. Delito sumo fuera el distraer de
este pensamierJto la ate!'lcion ¡.ública y la
del gobierno, y fuera de\aGeo el entablar
reformas an tes de domar y avasallar al eUf-
migo que no se aviene á reformas, ni aun
á la misma paz. Sin renovar amargos
recuerdos, sin anctar3e ac~'imiIlando sobre
lo pasado, concl'ptua;:nos que, para 10 ve-
nidero, no pued;; la naciüll divi:!irse sin




183
, l' " 1 t .. gra')i>iC '; ;w 19r!'~, o sm Jl cer eza caSI me-o


vi:il.ble de precipitarse en su ruina.
»)Pero mi anbelo y mis intentos son,


RS¡laño!es, el continuar juntos las refor-
mas l('g~!ll's, y terminar la guerra, cuyo
éxito v;\n!1ifOSO es el medio único de afir-
ma" tale::: rrf()n:r;3~. Para el logro de la
paz e'lento con el ejército, dechado de
11''' h."(1 A" "'l'k~' ,-ir patr¡'otismo \' dfl dl'S-
.! '_ (, • ! L, \.~,' t; t> l " 'J ~ , {3...... (...,~ J.j ~
cLlina, V en¡;ni.o con la guardia nacional,
. ' "


cuyos servicios son tan eminentes, y con
la cooperacion de las tres naciones, cuyas
tropas compiten en heroismo peleando por
nuestra propia causa.
»)~e "lnnp1i"f,~ los pmpeños cDDtraidos
~clr!,,':u'l:'i('rtE', como !() requieren el bien


'} l' • l' .;¡ d .' J' . )11J ,'IJ ;l]i Íi ;füJuiL J rrHS me maClOnes;
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no, ,'ía S"j' justo ni r~dunda1" en prove-·
;;h"I; f':[; :>u-;',plirán pfJf entero mis prorne~
sas. v Sé; fFiccderá á la revision de las


,,.; j


leye:-: fU¡;¡J;'Ifrnt·les oe la monarquía en
los términos que expresa mi decreto del
28 de setiembre último.


»Pdra lograr aquel intento me preci-
san las circunstancias á valerme de me-
dios extraofílinarios, pues con el fin de no
entorpecemos ni entorpecer á mi gobier-
no por un cínmlo vicioso, por el cual gi-
ran(1!) mas y mas, nunca conseguiríamos
la revi¡.:ion apefecida~ como en la época
ya cilada de setiembre, decretaré inte-
rinamente, con el dictámen de mis conse-
jeros responsahles, providencias para
que los nuevos elegidos de la nacion se
nomhren por el método mas seguro para
representar la opioion y los intereses de]
país, y con los medios propuestos en el
prJyecto de ley de Jos procuradores en
las últimas Cortes.




184 HISTORIA DEL ltEl~ADO
»Dedicaré todo mi desvelo al crédito


público y sus mejoras, hasta que se reu-
nan las próximas Cortes. Entre tanto los
intereses creados con los decretos pre-
sentados á la revision de las Corte..; en la
última legislatura embargarán mi aten-
cion, esmerándome en hermanar las opi-
niones, sin faltar en lo mas mínimo al
aprecio y á la fe debida á Jos acreedores
del Estado.


»OS he manifestado mis a'lhelos y mis
intentos, vinculados todos en el afan de
vuestra felicidad, poniéndome en vues-
tros brazos con suma confianza. Espa-
ñoles, al proponeros que useis de nuevo
de vuestros derechos de eleccion, bajo la
planta que vuestros últimos representan-
tes concéptuaron mas acertada, al dar á
la eleccion popular un plazo bastante di-
latado segun lo permiten las circunstan-
cias en que nos hallamos, al par de las
naciones florecientes, nuestras vecinas y
aliadas, me complazco en repetiros que
no temo me falteis, bajo el concepto,
como sabeis, de que tampoco os he de
faltar.


»Españoles,el enemigo comun se man-
tiene temible, aunque por nuestra dicha
no alcanza á infundirnos zozobras fun-
dadas de que su fuerza se robustezca en
términos de vencernos. El interés de la
augusta reina mi hija, el mio y el vues-
tro, se cifran en triunfar de la rebeldía
y de su móvil con el principio contrario
de -la libertad. Convenceos de verdad tan


1


patente, rechazad todo recelo y concep-
tuad á cuantos se empeñan en infundiros
desconfianza por enemigos astutos, pues
acuden á la desunion para lograr lo que




DEL ULTIMO nORBON DE ESPAÑA. 185
8e les hace inasequible con sus propias
fuerzas, contrarestando de consuno sus
intentos. Por este medio saldremos á
salvamento de la tormenta que está tro-
nando sobre nuestras cervices, y alcan-
zaremos el fin á donde nos encaminan
nuestros anhelos y nuestra conveniencia.
Esto es lo que aguardo de vosotros, esto
es lo que estoy esperanzada de lograr,
si el alto concepto que tengo formado de
vuestra lealtad para con mi hija, vuestra
reina, no me engaña, como tampoco mi
confianza cifrada en vuestro patriotismo,
vuestra sensatez y las prendas que se
os alzan.


»En el Pardo, el ~~ de mayo de
1836.-Yo la Reina.


)Refrendado por el presidente interino
del Consejo de ministros. - Javier 18-
túriz. )


Nunca los moderados murieron de empacho de legalidad, y en su
orígen, este partido ya dijo lo que podia esperarse de él. La ley
electoral existente debia dar mayoría á los liberales: es decir, volver
al parlamento los mismos diputados que habian despedido; pues
bien, Jstúriz y sus compañeros cOll\'irtieron en ley un proyecto que
se estaba discutiendo precisamente cuando disolvieron las Cortes.
Esto era legislar por decretos, sin que nadie los hubiese autori-
zado. Y sin embargo, aquellos eran los hombres que se llamaban
conservadores y que invocaban el órden á cada paso.




CAPíTULO XVHt


SllMARIO


·':;i:¡:lC\._~CI(~l) gt'n¡lr:.:~ ~k ;a:--. pro\ ineja~ producida por Ull ::;i;1:1:>' . ';:,!'!j: .c~·j,\r,·-
'IUllciamenio Uf' ~'aurid. ~. ll;llPrle di'1 s:'pn~'1';11 ,:" •. ,,),::,


J.


Saberse en las provincias el inesperado cambio ministerial, es de-,
eir lrt caída de Mendizábal y subida de Jst.úriz, y comenzar una su-
hIevacion general, fué cosa instantánea.


La primera pobJacioll pronunciada contra el ministerio fI"accio-·
nario fué Málaga. El general San Just, gobernador militar, mandó
que no se focasen los tambores despues de cierta hora, y fué des-
obrdl'cido. Empeñóse en sostener su órden sin tener en cuenta el
aer1nramienlo de los á:1Ímús. y cayó acribillado á balazos.


El conde de Donadío, gobernador civil, que quiso vengar su
muerte, fué tambien asesinado.


La muerte del conde fué seguida del estahlecimiento de una junta
revrducionaria que proclamó la Constitucion de 181 ~, el día 26 del
mismo mes.
(~uando al año anterior se sublevaron las provincias contra To-


renn o el conde Donadío habia sido presidente dp, IR Jur,ta cenfral de
Andalucía, haciéndose notable por su entusiasmo :evolncionario;




187
pero haJJ!!~nd\J sidu eLiSldo diputado por Málaga para ei Estamento
de lS;;Ü, Lmn6 ¡Jart(; de la minoda capitaneada por lstúriz, quien
lo w;\"iJdó áll&i¡¡g,t de gobe:'oador, E:l 'laDO sus amíg(\i) intentaron
lllsuuddro SL; teillcnJad de ai.:eptar el mando ciYiI de la prc 'lincia
ell que hd)!(\ ciit.L., t(\H popular pUl' la. exaltaeion de sus opínioncs.


Ind¡spús",,;t: ':Oi' sus antiguos y ton sus nuevos aliados con mo-
tiHl d·' [x: ,;kC~¡\lllt;S, teniendo la audacia de presentarse con ia es-·
pa(!a, "i \'[[.i t (~a el colegio electoral.


A los grlhb unánimes de todos los electores tuvo que abandonar
el LG .. d, fk'-O í.li; Pl!d llega:' d su casa, porque cayó sin vida en
'!H:di,.; d; tUllJ.U!(f:, de la misma manera que el gobernador militar.


u.


Cil.diL .~ ~"d)k,\~·; 'Jiil, :¿9; Sevilla y Granada el 30, y Córdoba
el 3~. T:¡d¡ "\¡¡:¡¡¡J¡¡,eÍi:~ se pronunció e{¡utra el gobierno, proclamó
la C,q ;;utfc: l\~U y estahleció en las princípales ciudadesjun-
tas reV(dUGLnarHl.s.


El ¡, Q tir: uge.sto íoeó el tUfi!O á Zaragoza, y todo Arv.gon secun-
dó t¡lpi,l,~inent.e á su capital.
Bh!h~jÍlz se sublevó el día 3, y toda Extremadura siguió su ejemplo.
Valencia 5C sublevé el día 8; el 11 Cartagena, Alicante, Murcia


y Castd)('j) de la Plana; el 13 se extendió el movimiento basta Bar-
ceJori(;) ~. (~ 11J(~dicl:~ que fué llegando la noticia á los pueblos de Ca-
talll{}¡l.::lIOS ÍloitaWll á su capital.


En ~lhdrid mismn se manifestaron los ¡/rimeros conatos del pro-
nune;;l:ni:>uto .SI 3 de agusto En la tarde de este dia varíos tambo-
res j';'edrriel'on las calles tocando generala, y fueron arrestados sin
qu~~ ~" Si; pjf~rJ. quien les babia mandade) salir; esto sirvió de pre-
ti'X fr. ;¡ 1 3p ¡H:ral Quesada para declarar la provincia en estado de si-
tio, 2: ¡,d ',J,lt desarmar á la Milicia nacional. Estas medidas no pa-
rCCle,";. ,~¡(f¡c¡entes, y la misma autoridad suspendió todos los pe-
rj{¡;h> .~ di' 'l!,ü;:;icion y nombró una comision militar para que cas-
tigara á !"~ contraventores.


W; ¡:ljllÍ el bando que costó la vida á un hombre que babia to-
mado pul,: tau (;'¡ctiva en los acontecimientos políticos de España.
dC.:iJ,: d;, ~<ab¡:?;"¡:iüent() del despotismo por Fernando VIL




188 HISTORIA DEL REINADO
Orden del capitan:':general Quesada publicada el 4 de agosto


de 1836.
«Hago saber al público las siguientes disposiciones:
» l.· Las guardias y patrullas, rondas de policía y dependien-


tes de la justicia prenderán y pondrán en manos de la comision mi-
litar á cuantos encuentren por los calles con armas de cualquiera
especie que sean, no teniendo facultad para usarlas.


»:2: Las guardias y patrullas prenderán inmediatamente á las
cuadrillas ó corros que dén la menor sospecha de motin ó rebeldía,
y al que in tentase resistirse ó ponerse en salvo se le hará fuego y se
le acuchillará.


»3. 8 En caso de motin se conceptuarán culpados cuantos se ha-
Harán en el paraje del alboroto.


»4.' Serán tambien reos de pena capital cuantos se prendieren
en el mc;tir" y principalmente Jos que hiCIeren tocar ó tocaren ge-
nerala, los que llevaren armas vedadas, los que las usaren de cual-
quiera clase sin facultad, los que dieren gritos sediciosos, y los que
impriman. fijen ó repartan escritos del mismo jaez.


»5: Prohibo todo grito de viva ó muera bajo cualquier pretexto
que fuere, y los que resultaren reos serán castigados de muerte.


»6.. En caso de asonada, de rebeldía ó de alarma, se juntará la
comision militar, y estará permanente en el saloD de sus sesiones.
Sentenciará sumaria y ejecutivamente á los reos, conformándose con
las disposiciones del decreto presente. Madrid .{ de agosto de 1836.


»Firmadú, el marqués de Moncayo.
»EI general Quesada.»


Nada al parecer justificaba la severidad de las medidas tomadas
en Madrid por los agentes de Istúriz. La capital estaba tranquila á
pesar de haberse generalizado el pronunciamiento que proclamaba
la Constitucion de 18U en todas las provincias.


111.


Istúriz y sus nuevos amigos, lo mismo que la reina Cristina, ha-
bian sembrado vientos y recogian tempestades. No habian querido
]a,:2yoh:cion pacífica, el progreso gradual emanado del poder, y se
VW1{;tJ ;lellados por la revolucion vencedora, que les impuso la
ConsWll,~,jC:~ de 18U.




DEL ULTDlO BORIlGN DE ESPAÑA. 189
Nada C"n0r.em,'s ma~ ~?n¡gr;;!1tc y bnjo que las calumnias á que


recprrian:-':1ra 0bteuer la inti'fvencion extranjera que les facilitara
impone)" {j. la naci'\G un gobierno ó ;nstltucioD.es detestabl~s. Este
recurso ~ !w.: hay:mftas ex!ranj:'ra:, para conservar el mando á pe-
sar de )[l, oxpHci!a Y0luntad de~ país! bastaba para desacreditarlos,
arrebaln.(I1n.!rs torlo prestigie y autoridad ante el pueblo español.


Ni siquiera el reclutamiento de los batallones de la nacion ex-
tranjera, (lile se reunian en Pau, segun convenios con el ministerio
Mendizábal, consintió Luis Felipe, que dió á Cristina y á su minis-
tm un bochorno mas.


En (al apuro, nc tU''I'O Cristina la ~orctura necesaria para ceder Ó.
las ecérgicas y unánimes manifestaciones de la opinion pública, y
corrió h voz bastante autorizada j así en la Granja, donde tenia la
corte, corLO en ~adrid, de que el ejército del Norte se retiraría de
las prcvincias Vascongadas y Navarra, para someter á las provin-
cias subk'YJ.das e~ D\:,[:,brc de la Constitucion de 1Sa, y que tra-
taba d: nr: arreglo St':CfI'tü con don Carlos, segun el cual su hijo ma-
<'01' "( c,·cc· .. 'a ~O··l '5ah "l lJ tO' n all(l·· el t!¡,·l,c. d'" re" J t".: .... L_~ül! L, L 1 .0\ ... 1 ,,,!JI t} ,.i, hl'lV ..:..: J .,


Los historiadores carlistas y algunos otros han sostenido la ver-
dad :k ,:,,,tos l'umores, pero fuesen falsos ó verdaderos, los sucesos
injpi;licrnn su realizacion.
Vam:J~~ ahora á referir C:Jn algun detenimiento uno de los aeonte-


cimientos mas extracrJinarios de nuestra revolucion, tanto pOi' las
persünas que en él tomaron parte, cuanto por las consecuencias
qU8 tavo para nuestra patria.


4 L,! r. "}1" r!e 1" tOj'"tn";" a' (·¡nll h,,!pr,s ]1('0"'10," "','1.?f': rOY;lin.;:'r'.·'~i~"",á [1 .~" ".V ,.A, l , lÜ ti t.} V.iIU 1,..1L H' .... .'i!.\'J •.. j'~b('--;'J.. __ ~ &. ~ • "'"
que hlh1i:1l:0~; do h~ aco!ltte¡illicn~['s que ¡;l~ la G"~T'j(, tuvie,''',l} !u-
gar el 17 de agosto de 18~G, de la suble;'acLm de lr_ divi::ion de
la Guardia real que guarnsc1a el sitio c!.ul'Urfe la permanencia de la
ta'll;'i~ "('a l I';>'ll'tr"~:e"d" nOl' ",launo': "'1. ;r"to~ pp~o ilsle ai'or;!e-J JI r.J. ,,\.. ... ") ',-, .. It }J (~ .. u. l(I¡ r \" o 1..-- V 1.'loo • J . 1.. v • ,. ~ ."., . ~ _ ~ 1 '" ....
cimiento es digno de un capítulo separado,


TO\fO ¡,




CAPÍTULO XIX.


SUMARIO.


'j{f'~e¡Ül de la ~111Jle\acioll de la (juanlía real PIl la Grilllja 1)11 tR:ni.-!Tllll comi"ioll de
,arj:'nto, ohliga ú f:ri,lill:l:í prodamar la COll.,lilucioll¡!I- IxI2.-\ul!lla id poder
1('1 partido ¡ilwr;¡!.-Forlll:lciOll Ilcllllilli,(criu i:~dalnn('


1.


¿Quién habia de pensar que seria la Guardia real, cuerpo de sUyu
realbta, capitaneado por los sarjentos, quien obiigaria á la reitH:.
Cristina á prestar juramento á la COllstitucion de 181'2?


Inspirados por el sentimiento del mas puro patriotismo y de alllOi
á la libertad, varios sarjentos, entre los que la historia recuerda lo::.
nombres de Gomez, Dep~et y García, alarmados por las noticias de
flision dinástica, por la política reaccionaria del ministerio ~slúril;,
y alentados por la sublevacion de las provincias que protlamatan !~
Constitucion de 1812, resolvieren sublevar la guarnicion Ue la Gral.l-
ja para obligar á ]a reina Cristina á proclamar dicha Consti lucion,
Los que no comprenden la nobleza yaltiVéz natul'al de lluest:a raZH]
creyeron que, pobres y oscuros sarjenlos, no podiuü S¿i' h'ltl,L '.:i.o
de talla bastante elevada para concebir y¡ llevar ú c(~Lú, C~dlJíJ lu Li
cieron, el proyecto de obligar á una reina á fir,Uiú' UiHl ~~}il~;;l¡ .. ·-
cion, y los supusieron instrumentos de los jefes J düectOfc!:i Jd ila,-






1·,5 r~j~Jj ¡liS, fl~ !,A GK~NJA LtIG!ENDO A Cn!S1INA l.A FHOMUli;I\:~i'-;:'i 0[: ! ¡'l. l'()~~:-;T:
'.in!: flél ¡'¡i(i l' 812:




DEL DUBIO BORBON DE ESPAÑA. 191
!ido exaltado. Los hechos han demostrado lo contrario. La suble-
vacion de la Guardia real en la Granja fué obra espontánea del
espíritu liberal que animaba á los sarjentos, ]a mayor parte de los
cuales eran veteranos probados en los combates contra los car-
listas.


n.


Representábase la noche del 1 ~ de agosto en el teatro del real si-
tio, un drama titulado Una revolucion en Pans, justamente mien-
tras la r~v:)ltlcion trinnfaba en las provincias y amenazaba ]a capi-
tal de España; y mientms los oficiales de la guarnicion aplaudían la
revolncion de Paris, sus soldados se sublevaban en los cuarteles,
cercaban el teatro y les hacian prisioneros, al mismo tiempo que
los del regimiento de la guardia proviBcial y los del 1: de la Guar-
dia sallan de los cuarteles por ctlactros y s(~ éncaminaban al Palacio,
dando vivas á la Consfi!ucion. Habíase retirado del teatro apresura-
damente la reipa Cristina, y cuando se presentaron ante Palacio los
regimientos, la guardia fraternizó con ellos y dejó subir á la comi-
sion compuesta de un sarjento de cada arma, recibiólos en una an-
tesala el duque de Alagon, y cuando le dijeron que querian ver á la
reina gobernadora, mostró su extrañeza de visita tan intempestiva y
á. tal hora, y les dijo que le dijeran lo que querían, que él lo pondría
en conocimiento de S. 1\1. Ellos le respondieron que lo que querian
em que la reina proclamara la Constitueion de 18U, que para esto
tedas las horas pran buenas, y que se babian comprometido con tres
mil compllñeros qm' en la plaza vitoreaban la Constitucion, á no
bajar sin el decreto.
~o pudiendo negarse á instancias, que aunque comedidas en la


forma, estaban apoyadas por tres mil bayonetas, el duque les dijo,
que iba á pasar recado, y á poco salieron el conde de San Roman,
y otros personajes, con la pretension de disuadirlos de su temeraria
empresa, pero ellos insistieron, y al cabo fué preciso que la reina
los recibiera. En esto eran ya las dos de la madrugada. Cristina se
adelantó hacia ellos llevando una de sus hijas en brazo y otra de la
mano; con entereza militar pero con comedimiento, expusieron los
sarjentos á la reina gobernadora el objeto de su visita, que puede
resumirse en estas palabras. «Toda España ha aclamado ia Constitu-
cion de 1 S 12; al ministerio no le queda mas ciudad que le obe<lezca




19~ HISTORIA DEL RfnNADO
qus Madrid, pero la lucha es allí inrnine~ite, y parJ e\itur el iuútil
Jerra!ilarnieuio de sangre española, es necesuriv que lío re:C;1 firme
un decreto proclamando la Constitucion tan querida de; ¡lUcLlo.


La reina y los que Id rodeaban irataLaL de COllVl:Dce:ll5 de la
ilegalidad de aqt,J ado, (:mar~ado de la rei~a Lajú la JjJ;;~:-,¡on de
uua s'~dicE)il militar, diciéndoles qce para qUe iil p¡0da;nai.,;iu¡~ fuera
, "d j l' 1, I 1 1 '" , ' . \all a, (CDl[). lJiiC¡;l'SE: eü (',¡ seli0 Le .iJS t.;JrtCS, y q\:,<2 la fCLa se


comprometia á hacerlo así, pacstü que lo queria Ji). üacioü, YiCiJdu que
todo era in útil, CristiHa pr DC uró ei; iern2cerlo3 J.:.lag[wd(¿.:; vertió
lágrimas, puso en brazos de lc:s 3u;'ji:'nw.:l á Id. i'C;~J1 y :, le. ,C;¡wta,
y ellos en efecto se conmovieron jurando que así ~0l;,J :j,.~,u. erilOn·-
ces habían vertido su sangre en los carüpos Ue !Jatalla, CO¡ltia l·;;,; car-
listas, irian de nuevo á. s~stener el trono de IS(lll(J q¿,. en ;U~ ~alllpos
de Navarra, tan pronto como la reina gchurn~d(¡ra jura::;(; la C%~ti­
tudOLl de 1812.


Cristina entouces se yió obligada á promulg&.r]~.


nI.


Satisfechos con la dc;c!aradon de la reirw, á ]á~ altÍ4~~ ~. LiS J,~ la
madrugada dd d;a 13, S0 rdiral'ou lvs guard~as á su~ euultelcs.


Ilusion funesta pura la libedad fué siempre la de b:s \JIl.::bio;:-;, que
tomaron como cosa séria las promesas y juramentos d¿ ¡os rey..;s.


Los sal'jentos de la Guardia real i:nponiendú la puLL(v(¡(;WD det
decreto citado á Cristina, nos pareceD hijos mal criad:js qUe aHiena-
zan á su madre )Jara q;:¡o les dé un juguete que eiia le:; ;CLlUSH, re·
sistiéndose cuanto puede á sus alharacas, pero que al ili~ se: lo da,
segura de que ~n cuanto ~e duerman se lo esconderá donde no rueI-
van á verlo mas.


l.a resistencia de la c:ina Cristina á satisfacer las exigencias de
las pruvincias s'Jblevadas, y su re,solucion de luchar en MaJr id t:on-
tra los liberales, debía convencer á la Guardia real sublevada en la
Granja, de que el primer paso que debian dar para H.:sü.dJie0Cr y
consolidarla Constitucioll dd U, era 13 separacion de CrístÍiJu de la
tuto!'Ía de sus hijas, y de la regencia y gobemacion dél Eslado; p0r-
que las instituciones que los reyes aceptan á la fuerza. e3tán vendidas
en sus maGOs.


Pero en fin, los bravos sarjentos tenían en su podt:r li.. fir¡lJa de
la reina Cristina, al pié de la proclamacion de la COLlsL [Uz.:;UL Jel 1~,




DEL ULTB·IO BORBON DE ESPAÑA. 193
y se fueron á dormir tan satisfechos y tranquilos victoreando á la
reina regente, como si aquella firma fuese la redenc¡on de su pa-·
tria.


Al siguiente dia, creyeron completar su obra regeneradora COlO--
cando la lápida de ]a Constitucion en ]a casa del Ayunfamiento, y
desfilando por delante en columna de honor victüi'2ándola.


Cristina y sus bijas presenciaron el desfile desde un haleGo


IV.


El dia 14 de agosto se supieron en Madrid los sucesos ocurridos
en la Granja la noche anterior. Conmovióse el pueblo, pero la guar-
nicion salió á la calle, ocupó á Madrid militarmente, y despues de
algunos tiros y varias desgracias por ambas par"'s la sublevacion
fué reprimida. Los mínislros acordaron la vuelta inmediata á Madrid
de la reina gobernadora y de sus hijas, y para llevarlo 3. cabo, corriÓ
á la Granja el general Mendez Vigo.


Habian contada los ministros con que la presencia y las palabras
de Mendez Vigo reducirían á la obediencia á la sublevada Gnardia,
pero lejos de ser a~í, su presencia exasperó mas los ánimos, y di6
por resultado el que los sarjentos puestos ya en relacjon~s COD los
jefes del partido liberal de Madrid, exigieran de la reina varias me-
didas políticas, aunque en son de súplica.


«Súplicas, decian, que hacen los batallones exisfemfes en este real
sitio, á S. M. ]a reina gobernadora.


» 1 .' Deposicion de sus destinos de los señores conde de San Ro-
man y marqués de Moncayo.


»1.>.: Real decreto para que se devuelvan las armas á los nacio-
nales de Madrid, ó al menos á las dos terceras partes dr los desar-
mados.


»3: Decreto circular á las provincias y ejércitos para que las
autoridades municipales de unas y otros juren é instalen la Consti-
tucion del año 1:2, conforme la tiene jurada S. M. en la mañana
del1?l.


»)4: Nombramiento de nuevo ministerio, á excepcion de los se-
ñores Mendez Vigo y Barrio Ayuso, por no merecer la confianza de
la nacion los que dejan de nombrarse.




194 HISTORIA DEL REINADO
»5: S. M. dispondrá que toda esta tarde hasta las once de la


noche se expidan los decretos y órdenes que se solicitan.
)La bondad de S. M. que tantas pruebas ha dado á los españoles


en proporcionarles la felicidad que les usurpó el despotismo, mirará
con eficacia que sus súbditos dén el mas pronto cumplimiento á
cuanto arriba se menciona; y verificado que sea cuanto se deja in-
dicado, tendrá la gloria esta guarnicion de acompañar á SS. MM. á
la villa de Madrid.) Nos parece que la reina Cristina debió, el 12,
13 Y 14 de agosto en que se vió sometida á obedecer las volunta-
des de los sarjentos de la Guardia, pensar que mas cuenta le hu-
biera tenido seguir gobernando con Mendizábal y sus amigos, aun
á trueque de separar de sus mandos á tres ó cuatro generales abso-
lutistas, que no entronizar ni constitucionalmente á los tránsfugas
del partido liberal, para impedir la realizacion de las reformas libe-
rales reclamadas por la opinion pública. Por lo demás la súplica de
los batallones no dejaba duda sobre quién gobernaba en realidad ia
monarquía. La humillaciCln no podia ser mas grande para la reina
gober!ladora.


v.


Hé aquí cómo un historiador moderno refiere lo ocurrido en el
palacio real de la Granja, desde la llegada del ::;eneral Mendez Vigo.


(Mendez Vigo habia participado á la rei[Ja que no confiaba vencer
la pertinacia de los sublevados; entonces fué convocado en la real
cámara un consejo al que asistieron los dos ministros, el represen-
tante de Francia, muy mal visto por los pronunciados por suponerle
contrario á sus miras, el embajador de Inglaterra, de quien se sos-
pechaba saber mucho de Ja insurreccion, y otros personajes. Am-
bos em bajadores considerando la situacion en alto grado crítica y
casi desesperada, opinaron por que la reina se resignase á todas las
consecuencias de la proclamacion del código gaditano, y así acorda-
do, Mendez Vigo, Barrio Ayuso y San Roman dimitieron sus em·
pleos. Llegaron en esto las nuevas demandas de los alzados. y al
momento reuniendo á todos los oficiales y escribientes de los minis-
terios que estaban en el sitio, se extendieron los decretos exigidos,
cediendo, en todo, el gobierno á aquel embate revolucionario, por
falta de fuerza material en que apoyar el imperio de su autoridad.»




DEL ULTllUO BORBON DE ESPA1Ü. 195


VI.


Los sarjentos mandaban, y la reina obedecia. Por un golpe de Es-
tado de Cristina, el partido liberal salió del poder, y por una revolu-
cion que lo imponia á ]a corona, volvia á ocuparlo algunas sema-
nas despues, teniendo Cristina que recibir con halagüeñas sonrisas
las órdenes de los sarjentos, despues de haberse negado altanera-
mente á firmar las destituciones de los generales, que Mendizábal
le habia propuesto.


D. José M. Calatrava fué nombrado ministro de Estado y presi-
dente del CGnsejo, D. Joaquin Ferrer de Hacienda, y D. Ramon Gil
de la Cuadra de la Gobernacion. Calatrava se comprometió á com-
pletar rápidamente el gabinete, Quesada fué reemplazado en la ca-
pitanía general de Castilla la Nueva por D. Antonio Seoane, y San
Roman, por Bodjl! en la Inspeccion de Milicias provinciales. Cual-
quiera creería que las humillaciones de Cristina habían concluido.
y que su firma puso fin á la desconfianza de los sublevados. 'i siD
embargo no fué así.


Aunque una comision de sarjentos, cabos y soldados presenció
la redaccion de los decretos antes citados, la firma de la reina y la
estampacion del sello real no la autorizaron para volver á Madrid,
y Mendez Vigo recibió la mision dt llevar Jos decretos acompañado
de Uila comision de los sarjentos sublevados.


La desconfianza de los sublevados era tan grande, que no se die-
ron pUf contentos con que una comision presenciara la redaccion y
firma de los decretos por la reina Cristina, sino que quisieron oirlos
Ieee en pr,~sencia de la misma r¿ina, en ]a madrugada del día 15,
con lo üual el ex -ministro Mendez Vigo no pudo llegar á Madrid
hasta bien entrado el dia.




CAPITULO XX,


SUMARIO,


!tl';)fl"-;Oll dI' la slIbli'\ a,:ion ['11 :\Jadrid, y dr'allt'~ llel a~esillato lId general Quesa-
da,-lIel;ítall'(, lo, dl'n1<is~lIc('80' d!' agootu di: Unti.


I.


La sangre habia corrido en Madrid, y el general Quesada,
capitan genera! de Castilla la Nueva, aunque solo disponia de una
guarnicioll de 3, O O O hombres, se empeñó en prolongar su domina-
cion en Madrid, aun aesput's de la sublevacion de la Granja.


Ocupó la pohlacion militarmente,paseó una numerosa artillería por
calles y plazas, 11 ¡vKhe del 1 i al 15; pero júzguese de la sorpre-
sa de los madrileños, que se habian dormido al ruido siniestro de
las tropas de todas armas, que recorrían las calles, y se desperta-
ron al repicar de las campanas, que anunciaban Jajura de la Cons-
titucion por la reina y el nombramiento del general Scoane, en
reemplazo de Quesada, para la capitanía general de Castilla la
Nueva.


«Sumo era el júbilo, dice Marliani, quizás no tanto por el entu-
siasmo inspirado por el restablecimiento de la Constitucion, como
por salir de una crisis que habia durado once dias.»




DEL ULTmo BORBON DE ESPAÑA. 197
(·~Cubriéronse de colgaduras balcones y ventanas; todo el mundo
salió á ]a calle, y el suceso tenia las apariencias de una fiesta popu-
lar, y no de una victoria en la que hay vencedores y vencidos. Sin
embargo, un asesinato manchó aquella alegría; el general Quesa-
da, marqué(de Moncayo, que hasta el último momento sostuvo con
su energía al ministerio IstúrÍz, fué asesinado en Hortaleza, de la
manera que vamos á referir, copiándolo de un testigo ocular, digno
de fe:


(En la madrugada del 1 B acudieron varios amigos del marqués
de Moncayo á su casa, y le instaron para que se fuese de huésped
con alguno derellos, pues en todo trance crítico, se embota la ra-
cionalidad e(la muchedumbre, y enmudecen las leyes. Negóse el
general á toda fineza de aquella especie, y de improviso le sohre-
vino el Ímpetu de salir con un solo criado marchándose de Madrid,
en medio del dia, al pueblecillo de Hortaleza, á una legua de la corte.
¿A.. dónde quiere ir? ¿Cual será el intento de Sil salida desatinada?
Nadie h puede alcanzar. Tenia Quesada una cicatriz en el rostro,
q!JP lo ~)HIPDtjZ(l ba prr donde quiera que fuese; conociérunlo en el
camino, y la noticia de su ida se anticipó á su llegada. Los conce-
jales ]0 arrestaron, con ánimo de resguardarlo, pues el acaloramien-
to de la capital babia trascendido al vecindario del pueblecillo, que
viene á ser un arrabal de Madrid, y enviaron aviso al gobierno de
haber preso á Quesada.


»)Para presentarse á la autoridad militar establecida en la casa de
postas, ,,¡¡nada en la Puerta del Sol, tuvo el mensajuo que atra-
vesar las 1~1nes de Hortaleza. Red de San Luis y de la !~lontera,
todas clJ(ljada~ de ge:Jte. Creyó el torpe que para franquearse
el paso. ¡ti mejor seria manifestar la noticia de la prision del
marqués de Moncayo, con lo cual el populacho Jo supo antes que el
general Sc(;ane. Habia entre la muchedumhre viles asrsinos, que al
oirlo, se propusieron cometer un atentado horroroso. Apoderáronse
de los calesines, que suelen 0star de plantor. en la calle de Alcalá, y
galoparon hasta Horta!en, donde COID0tieroo un ase'.'inato infame,
con un preso indefenso.


» Yo estaha al lado del general Seoane cuando recibió la noticia
del arreslo de Quesada, y mandó inmediatamente al coronel Monta-
fío, ayudante rl01 duqtl0 di' Zaragoza, para que con un escuadron de
coraceros de la Guardia corrit'se á esegpe á Hortalezn., salvara. á to-
do trance al g/'I1"raL y lo condujese á Toledo. Cumplir, '\1on t 3ño la
T0~1O l. !6




198 IllSTORIA DEL REI~ADO
órden rápiJaaleLlte, pero ilegó tanJe, pues el de:,venturaJo marqLés
de Moneayo yaciá difunto en su mismo cUürt(¡ eDil dos pistoietazos.
¡Estrella aciaga y extraña! Babia .,'Íid~; QiH:sada unu de ¡os primens
que esgrimieron la espada. el; 1823 i.'O:.Jti\.l la Const.itucion, €chó el
resto para derribada, y á L~; 13 añcls, el dia mismo del rcslubleci-
to de la COilbtÍtUGÍClD, illurió á mauvoS de asesinos.


H.


})Era e! general Queill'lda militar v(liiente, plH]f~()"Orosü y }:,i-
zarro. Contrihuyó á restablpeer ¡ll i1bsr'¡ll~iS¡1J(; en 1S2~J, pc::oo
escudó á Ir::; liher::des, eoo. tri,) lr'flexible, contra las tropeiías del
partido apostólico, y siendo eapitan grneral d\~ AndalucÍJ, apad6-
nó amistosait1cntn á todos los;~ersegoid( s I cnnt':'aponiendo i'U índo-·
le cabal:eresc:J. á las !"ci\cciol1eg dr nífuelb. époea. COrtlfl ::dd;¡dn, se
desentendia de tO'1n :": ¡~amip0tn de c:~rdnra, sin p¡¡rar.::C' j;¡;nás á
deslindar las cirC"flst¡Vlc,ias: n::tda ,sahi? mas une mandar \ 'Jbe-


, 1"


decer.
»,',. pesar de esta ic!1exih;!id':d 'f' hnhia ',!virladn d.' qu: UD. rnili-


tar j1dl"<l ser hombre pOJítiCil, pidiendo la. separacíon de! ministerio
de Cea llermndez, y t'! restable:~ilTI¡e!lti) de 'as libertades de1l}ais.


»La Índo!e inCo'1trastable dí' QI]I~sada, adnsto en el mando, y des-
templado en las expresioces, cncrndecia 311 autoridad, pero pres-·
cindiendo de estc's Iuo.arfs, su hidalgo pUGdouor lo hizo siempre
apreciable para sus contrarios ;-,olítiCr.S mas señalaf1nf'. En ¡¡¡I'db (ie
su disC0fdllOCi1 ~l.e Opi\lio!JPs p¡di'l 1.'1 grn¡'''¡d Q;;c,~c:!b :.'orL,r el)n
amigos ent"añ).bll~s en tndo~~ 1,,;:,: :Jartidos, y no ':s(nV0 1'[1 su mano
el salvarle en la. j0rnadt~ del 15, p~lf'S ya r.e ha rlido el afan C~'j
que fueron á ofrecerle asilo COOhl d e:lfureeirnient, de :,'.;¡sesinos ;1


III.


Vamos á concluir la relacion de los sucesos de agosto de 183fl,
recordaDrlo a'giH¡as coincidencias extraordinarias, de que los acon-
tecimientos (lne 1'1I flupstros días tan rápidamente se suceden, ofre-
cen pocos cj~'rnplo5. El 15 de agosto de 1835 Si" puso á ~Iadrid en
estado de sitio, y el conde de Toreao, ministro á la saZOrl, mandó




199
prender á Istúriz, qnien se ocultó para lihr~r~t' d,'l enei"rro que le
amagaba. Un año despuf'[-i, aia por dia, se declaró df' nu"vo á Ma-
drid en estado dt~ sitiíJ, por órdeo de Islúriz /'fe del g"lljprnrl , para
sostener el sistpma m~d~';ado, que ur año art~'s cctmhath, por lo que
habian dado C!)f}fra él la órrhn df: arresto. Q!ll~sada, ca!·it:1r¡ gi~;;eral
de Ma,lriJ, rlHFió vk:tima j~:'" 11[1 i1:vsinato. é lslú'iz fuvo que ocul-
tarse de Huevo y lmil' á pais extranjero. It,túriz eYlc1ntró asilo en
casa del groera] Seoane, y pI emhajador de un;, nncioD :,miga lo
hizo conducir sano y SRlv[) á Portugal.


De esta manera el apósta!a que !nhia becho t~a¡cion á. lns prin-
cipios que habia d'JfencliJo toda su vida, y comhatid!! á sus antiguos
amigos, an,ciosCl de satisfacpt' por mal camine su arnhjc'if'n de man-
do, debió 3U libertad y la sl\.lvaci0n de su vida á los mismos hom-
bres áquien(:'s babia vendido y ultrajado.


IV.


Calatrava organizó su ministerh el mismo dia 15, yel 1'7 la ¡-tina
". . 1 l" l' , l' .
, flstl":' \T <;1


'
'" ( (le, '1IJ')';: nI: """J 0 '-' " ('111;: !,.c: ;-',"'<; ,,; er'!) '1"" n(¡ '0 gran


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acompilfíamicnto rlr pueblo llicieroD ,,,!]>n!:'a~a~:iUllral en ~Iadrid,
en medicí do los viva" v a"lam~ci('r,¡)1: dl1 la '!ilir';;} ,.;!.,l·¡dar'u v dl'


, \...t ....,,.¡ ".1. ...... .';.1 ~...... ¿: ~ -. ' _ " , ... l .. f __ 4'.' J J '


la militar. jExtrañn contraste! re)'E's y pleh~; vencidos y veilcedo-
res; sarjenlos y geuprales r;, hizfl.rra confusion y mezcla llegaban á
Madrid formando en apariencia tln todo compa r+;: pf"rn en realidad
su union y su ~~njusiasrno te"jan en el fondo la falsedad y algo de
profundamente triste. Era aqu~J!a cabalgata la ruina del trono, el
efJvilecirnit'nto de la :11aje.,t:td l"ral, el triunfo del pueblo sobre el
trono, de la revolucion sobre la reaccion, de la libertad sobre el des-
potismo: pero el pueblo y la revolucion vr.ncedores most.raban su
atrase, lo prematuro tic su triunfo, su incanHcilhd [lara establecer
la libertad; puesto que. en luga~ de destruir la dinastía la hurnil!ahun,
en lugar de suprimir el troDI) agravflban la antipatía d" la dinastía
que lo ocupaba, y cuyo odio 1 la libertad no pndia ¡1';en l '5 de aumen-
tar pnporcionalmente á la bajeza de la bumillacion que le imponian
y á la cohardb. con que la snfria.


Gonza!ilz Brabo entró en Madrid en una carretela descubierta,
entre los sarjenlos de la Gratlja, para participa!' sin du(h de Jos ví-
tores, del aplauso y de la gloria que rODeaba á ios que habían sal-




200 HISTORIA DEL REINADO
vado al pueblo de Madrid de una catástrofe que el carácter de Que-
sada y la crueldad natural de Cristina hacian inevitable.


v.


Los ministros nuevos ocuparon ya sus puestos, y entraron en fun-
ciones el 16. Calatrava en Estado y presidencia; Rodil en el minis-
terio de la Guerra; Landero ell Gracia y Justicia; Gil de ia Cuadra
en Gobernacion, y Ejea, por no aceptar Ferre!', en Hacienda.


Cualquiera creeria que los ministros y consejeros de la reina Cris-
tina serian encausados 6 perseguidos por el partido vencedor; pues
nada de eso sucedió. Si la reaccion triunfara, ~in duda alguna que los
destierros, persecuciones y fusilamientos hubieran agravado el horror
y los males de su triunfoj pero los liberales solo pensaron en dar V1-
vas á la libertad, tocar el himno de Riego, y arrastrados por la cor-
riente de los sucesos olvidaron los males pasados. Pero qué mas, ¿no
victoreaban á la reina CristIna, como si ella eSfil.intánea y libremente
]es hubiera dado la Constitucion? IstúrÍz, Galiano y el duque de Ri-
vas huyeron aunque nadie los proscribió: los otros permanecieron
en Madrid, y á las pocas :semanas de su caida se paseaban por todas
partes, y á algunos de ellos, como Mendez Vigo, los empleaba el
nuevo gobierno. lstúriz no tardaba en vol ver, y al cabo de 15 me-
ses era legislador y presidente del Congreso.


De todos modos puede decir:se, que nunca golpe de Estado abortÓ
tan rápida y completamente como el de agosto de lk3ü, y sí el cas-
tigo de sus autores y los resultados beneficiosos para el ~u(:blo iJO
fueron los que debieron ser, al menos elleon popular mostró sus
fuerzas y la reacc~on fué castigada por donde lllas babia pecado; por
el militarismo. Los sarjentos de la Guardia real dieron á los gene-
rales realistas una ruda leccion.




CAPITULO XX!.


SUMARIO.


Biografía dI' Calatra\a.-rici,ilu[le,; por (¡ue pa;;ó ha"ta el aiío Ul:n.-~n llUella ré
hu riada cuando "ubiú al poder enI8:!fi.-Estarfo tle la guerre l'1\ il ['[1 dicha I;PO-
ca.-Com oracíoll de Cortes y Il\lC\O manifie;;to de Cristina.


I.


Calatrava fué el héroe del segundo ministerio !iberal que tuvimos
durante la regencia y merece que consagremos algunas líneas á bos-
quejar su biografía.


Nació Calatrava en Mérida, provincia de Extremadnra, en 1781,
Y ejercia ya la abogacía en Badajoz en 1808, cuando ocurrió la in-
vasion francesa. Al saberse las matanzas del. dos de mayo, llevadas
á cabo en Madrid por Murat, se sublevó Extremadura, y Calatrava
contribuyó á dar carácter y direccion al alzamiento.


En 1810 fué á las Cortes constituyentes de Cádiz, nombrado di-
putado por su provincia, y descolló como orador y por su actividad
é inteligencia en las comisiones. Cerradas las Cortes constituyentes
en setiembre de 1813, se volvió á Badajoz, y dejando allí á su fa-
milia se fué á Madrid para ejercer la abogacía. Al volver el rey de
su cautiverio de Valencey, uno de sus amigos, el conde de Monti-
jo, le aconsejó que se pusiera en salvo, pero Calatrava se desenten-
dió del aviso, en mal hora para él, porque ellO de mayo de 1814,




HISTOIl.IA DEL R1~lNADO


á laR tres d·' la madrugada, soldados y alguaciles cerCGrÜn la ('asa
de Calatrava, enl.raron basta su alcoba, Jo sacaron drsnudo de la
cama y ;0 entraron en una pieza inmediata donde se encontró con
uno de sus antiguos compañrros de diputacioD. don Ignacio Marti-
Dez de VilleJa, quien lo prendió en nombre del rey, SI" apoderó de
tGdos sus papeles, y agravando el atropello con cf insulto, le dijo:


( Esto sí que es \·iolar de cuajo la Conslil.ucion; pero mas vale
caer revueltos en torli!!a, que como huevos estrellados.»)


Despues de esta chanza de gusto y estilo frai]¡mo, condujo el fa-
moso persa á Calatrava á la cárcel, y al entregarlo al carcelero le
dijo:


(05 lo recomiendo como uno de mis antiguos colegas de las Cor-
tes: metrd!o en un calabozo incomunicado.»


No eücon!ró, pues, en Madrid Fernando VII quiénes condenaran
á los ex-diputados por sus discursos y notas, dichos y dadas en el
seno de las Corles, y los condenó el mismo rey por un real decreto.
Calatrava fué de este modo mandado al presidio de Melilla en com-
pañía de n:uchos otros tan culpables cflmo él.


La revolncion de 1820 lo sacó lié! pre-.:idio afri.'a;"l(l drspul:'s de
. - ~ .. , 'ó ' L' - á I (' ~e~s~.nos ne canl!veno, y VOIVI a dpana y . as ,orles con mas


}Fio, si rabe, que el que habia mostrado en 1810. Cuando el régi-
DV'rl constifllcic'nal se encontraba ya en el último trance, Calatrava
f'lé ministro, :' quiso sepultarse en Cádiz abrazado á ~u bandera,
pero DO puno conseguirlo y tuvo que emigrar. En 18H pudo vol-
"el' á España, y ocup{¡ Sil asiento en el Supremo trihunal de justi-
~¡a, para el que habia sido nombrado en 1822.


H.


La revolucioD de la Granja elevó al acrisolado patriota á la pre-
sidl'Dcia del consrjo de ministros, y nomo tantos otros patriotas, vÍc-
ti Das de la familia d(~ norbrm, consagró sus esfuerzos, ¿á qué? ¿á Ji-
bnr al pueblo de aquella raza ingrata y traidora? no: á restaurar,
á [,)rtalecer el poder real quebrantado por la revoludon ¡¡encedora,
y gracia~ á cuyo quebrantamiento él bahia subido al poder. Sin
pensarlo ac!',so, el bueno de Calatrava hacia traicion á la causa li-
beral ql]l~ dcfen~ia, consagrándose, no á reducir el poder real á la
impotencia, sino á levantarlo y á curarle las heridas que la revo-




DKL !Jj,TIMO 110lthON DE ESHÑ A.. ~03
lucion le hiciera. Esto fué como curar al Jobo herido al asaltar el
redil, y darle luego la libertad, como pronto veremo;:;, Pere esta
torpeza no fué exeIusiva de Calatrava; todos los gobfrIJi:wles del
bando libera! que en hombros del pueblo sublevado, desde eetences
hasta hoy han subido al poder, ban seguido sistt\má~ic:;uH;Dte la m;s-
ma conducta con la familia real, á pE'sar de que siell:pre han obtc"
nido los mismos funestos resultados.


111.


El afan de Calatrava, desde el primer día que ocupó el poder,
fué el de restaurar el prestigio de la autoridad real, y awige§ y ene-
migos convienen en que durante su administracion prestó al t¡ O~lO
señalados servicios; pues bien, á poco de salir del m¡úislGrü" V<.l.Có
la presidencia del Supremo tribu[¡a! de justicia, del que ':¡'¡;' (;' C'-
cano de los tugados al entrar en la presidencia del COLS':jO de wi-
nistros, ti Hj de agosto de 1836, y al ¿JJtiguo decano, al ');rLtJ"je
de 18HJ y 1820, al presideI1te del consejo, al sabio jurisconsulto,
al mártir de la libertad, se antepuso un palacieg0, un homLr..: k-
go, servidor antiguo del despotismo fD su periodo ~as ¡LidgU.


No sahemos si el señor Calatrava se quejó de tamaña ¡cgf(~litud
é ¡[¡justicia, pero si así fué, proharia que á pesar d¡; su iaI",~·t(; y 1::1';',-
periencia no era mas que un pobre hombre, que al cubo dc Sl)S añ0;'
DO habiil llegado á comprender Di lo que púdia dar de sí la famiiia
de Borboll, ni la incumpaliLilidad que habia entre la c(jfjSJ!idi~ciüIl
de la liD", tud y los atributos del poder real, que rerÚrILaLdo L. S.k::··
tituciun de l8U, él y ~us amigos d6vo!virn:m á la corona,


GravÍsill1élS eran ¡as circunstancias en qUé los libéi ale~, V(i~\¡cr,jn
al po(kr tn 18:)6. La guerra civil estaba ,leséilcadennda ~. es "u
apq.;eo. En Jadraque, casi á las puertas de Madrid, el cabecilla Go-
mez derrotó é hizo prisionero al general Lopez. La insubordinacion
Sé habia enseñoreauú de los ejércitos liberales, especialmente del
del Nurte, el erario estaba exhausto, y los moderados vencidos abu-
sando de la libertad de la prensa, alarmando á todo el mnndo con
sus presagios de anarquía y de violacion social, y dp a~ro¡'el!ClS y
desmanes tIlle no se realizaron, aumentaban la coufusi; n :.' ¡'.Ial ,11
dia siguiente de una revolucion vencedora. Pero la ¡;¡uh,ridi\d moral
del nuevo ministerio bastó para dominar situacioI1 tan l,j(~caria, y




204 HISTORIA DEL REINADO
el pueblo con su sensatez probó una vez mas que el órden, lejos de
ser incompatible con ]a libertad, solo con ella puede tener bases só-
lidas y seguras.


A los pocos dias de nombrado se reformó y completó el ministe-
rio de Calatrava, entrando en el de Hacienda Mendizábal, Lopez en
el de la Gobernacion, y Gil de la Cuadra en el de Marina.


IV.


La primera medida del gobierno fué confirmar á doña María Cris-
tina de Borbon en la regencia del reino, tutoría de sus hijas, fun-
ciones que le negaba la Constitucion de 1812, á pesar de la le-
gitima desconfianza que á los liberales debia inspirar aquella mujer
por su reciente conducta.


El ~ 1 de agosto se publicó ei decreto convocando las Cortes para
el 24 de octubre, y la reina gobernadora, con fecha 22, publicó un
manifiesto que era la negacion del del ~H~ de mayo, que reprüduci-
mos, para que pueda cotejarse y apreciarse el valor de las palabras
de los reyes.


Manifiesto de la reina Cristina á la Nadon.


«Españoles: El aspecto y carácter que al principio presentaban los
últimos sucesos, pudieron persuadirme que solo eran movimientos
aislados, nacidos de intereses y pasiones particulares, ó producidos
por efervescencias efímeras y fictieias. Mientras esta persuasion du-
ró, mi deber era manlener el órden establecido, y seguir observan-
do para el üumplimienio de nuestras reformas políticas el plan que
propuse de conformidad á lo que creia ser la opinion general entre
V080tr;)8. Así lo he hecho hasta ahora; y así hubiera continuado, si
una ruuDifestacion mas expresa y general de vuestra parte no me
hiciese al fin patente todo el lleno de v.uestros deseos.


»Declaradas á favor de la Constitucion promulgada en Cádiz, las
provincias de Andalucía; declaradas tambien las de Aragon; comu-
nicándose este gran movimiento con la velocidad del rayo á Extre-
madura y Castilla; contenido á duras penas en la capital; manifes-
tál)d();i+~ 2l: rdedor de mí la violencia que se hacia n los bravos mi-
litares dé: cJ¿~'ciio en haber de reprimir con la fuerza un anhelo del




PEt l:LTHfO BORHD:\ l/E ESPA)¡A. ~05
,tll' h1 0 con p] (r.,;," rn0c~ tC~~i'}'I""íI S;'C'¡n,"II'zallan' ni" he convenl.,l\lO


"' . ~J, \, , u ~ i ... 1_. • '! .... '. '.' ' .... J",- v." ! tJ...., j el ~;;.. , 'V .1
:Jor último, de cuál (l~ la l'oluntad nacional: y liú qu.eríeüJo, ni He-
t1¡'~ndo dar ocasior; 1 u!LVnS disturbios y desastres, yo he jmado
• h'! "',' ,'l' 1 e . .
,gm ,len, y man(,o P',H);¡Ca,' y ]tEa:' en tO(]O eR reFf), ,a onstltw ... lé,n
,ie 1812. '


))N::; ibr;OfG, Esrañolcs, ~as ohjet;ones que acetro y fuera de Es-
paña SI' han hecho á este código famoso. Pues lejos de ostent~i¡-se
130llJG p(';f¡~ct0, é! miSn1 r: lleva consigo la supo~¡c¡(;n ~. el madc de
'U l"!'fclm:a: V:fO no hay horljrrc prudente, aun de aqud!üs qu·; en
mas esfima le tienen, que no esté persuadido de que la neeesita; y
las mis:nils ¡-,rovincias que Si; lmn decidido piJr ~l, le adaman suje-
\0 á las enrni{'udas que n] él hagan las Cortes, que con este objeto
se reunan. De esperar es que la prudencia y sabiduría de las que
en este momanto convoco para tan noble fin, completarán esta rec-
Uficaci'lD tan indis:pensab!e como deseada. Y no cierf.amente, Espa-
ñoles, para aumeDtal' ll\j,¡S werogativas y dar consistencia á privi-
leg~r:s odh,',,; 3Íl~ ~~-é 're':i'~ja :le! órden, de la utilidad comUD,
ate¡i~¡I~c;d(¡ d!'bi'l3,:)le:::U' f.t ID,S exigencias dd pais, Ji g;'ordando ar-
'DnnÍa ron I(;s pri:::eipi,s geü,~m1es en que se furlihm ]¡;¿;; Eberlades
puropeas.


» \:::í v;l31v{; á se:' l~y fu llb i.lleO tal del Estado la l¡twen otru til'm~
:Vl l() filé. ¿Q:ún puede dada:' ab':f;J., ni quién tampúc.} extrañar,
¡pe haya sido g;empre el obj;'l,to d~; VUE':-:tra r)r,'rlil;',~:dpn y vnestro
anhe;:o? La Constitucion política de 18U es ;;{;;j '{'iso!ros, Españo-
les, un mOnU¡rlP,nto ue digilidad nacional y de iGdfpendencia. Vosntros
la hic';,;t,is, vosotros 18 .inmsteis; bajll sus au~p1cios ven('.i~lei~; y
'~uar¡d;: las 3guilil,'; dt' ~~;)(.lref;n huyerOD desp" \"rir!¡¡s (18 "stl:' S3-
;;rado territorio, dejaron esla Constitucion envidi6,rl:¡ pf'l'sidiendo á los
destinos de la ~f'or:21rquía. Ni el tiempo; ni la rnfl1ignidad, ni la po-
lítica, podrán am;batar!a estR gloria, y la" 0scilaeif)i1es crueles que
habeis sufrido desde (~ntOtl:"J~ DU han podido bonar es!,:: recuerdo
magnífico, e~critn en vuestroB pet:hos con caractére¡;; de fuego. ta
,)bra que parecia aniquilada y deshecha, se levanta de entre sus
ruinas; y á los ojos dpl mundo maravillado la CODstituciol1 revive,


» Viva, pues, Españr:,les, y viva para ser un estandarte de victoria
.;n el conflicto presente, Gomo ya lo fué su naelmient0 en aquella
época feliz. Manifestad á la Europa que á pesar de VUestros odiclsos
detractores, arnais vuestra Constitucion, y la sabei~ defender. El
éxito ciertamente no es dudoso: /?,1!a dará una energía, no) conoeida


TOMO 1




:206 HlSTORIA DEL REINADO
antes, á vuestros esfuerzos, j ,,5 h3r{1, cúnHeVilr con júbilo los sa-
crificios que vuestra nueva situacion os prescribe. En vano nuestros
enemigos se habrán lisonjeado, como ya lo ban becbo otra vez, de
que tal acontecimiento iha á ser un elemento de disolucion y de
discordia; el ímpetu redoblado con que ahora cargais sohre ellos, les
hará ver, con daño suyo, que estos movimientos generosos no tienen,
ni pueden tener otro fin que su exterminio.


)AsÍ lo espero Yo de ia magnánima Nacioa que gobierno; ni e:-
posible mayor cliDfiauza que lt\ qUt~ ;'üe inspiran su juic:(, y sus
virtudes. No: el trono de mi augusta Hija, jejos de perder por esta
gran novedad un punto de su estabilidad y firmeza, ganará sin duda
en solidez lo que gane en vuestro amor, cuando se baile apoyadn
en 2sa COtistitUCiOIl, que así como fué un arrojo ardiente y juvenil
hácia jo. ¡ibertad, l(¡ fué tamhien sin duda de lealtad acendrada y
sublime hácia 81 Rey, cliserablem8nte á la saZGn cautivo.


» ¡Oh ESphñG:e5~ Que esta iey política, que todu!' jurarDns abora
~pa d;' hO" "" a,l"la,,1 (,,'¡'~,. ,,"r'e; "'p" "1""' n~",...rl" rI""":rH' \' .li> ¡,,::'-' v U J l .. n..J: ...... v~ d~,. "· .. J..1,, P_~iJ,,--,C_! ..... )~ u.lL", 1.,1'.-" A'. "r ' ~ ,,".1


; • 1 fi ' . , . . • COUeol'Ok", lél ,.".l.S 1; ¡lle, ¡a m'.b sagrada: t'ü ;ü UíiiOiJ ,'i;:;;'·.'.Y:~,~'~
ftprz., .í U¡ \ ní.:~,il ¡t r;:,rz;~;;()]j¡.;i:;t. la !",; _l~n Pillc.'.:w a '2'2 d
Ag;Jstu de 18:30 ,·-llla;'ia CfistÍ1¿([,»


Decia Crí~tL,a (jue en CUimto se cGúvencÍó de que el pueblo que-
ria la ConstitucioiJ de 1812, se apresuró á jurarla. Ingrata fué por
demás con los sarjentos de la Gnardia real que la convencieron f"
la ;-¡'},3hc; del ~ de agosto, ni) diciendo al públieo que á ellos debh
su convencimiento.




CAPÍTULO XXU.


SUMARIO


Mi''! ida· I i¡'''I'~ 1,,-. ,1,,1 !'!in i~:('I'!(' (;;lill!·~\;:. -Ineon\ PI! ielll"": d,' lo, mnynl';¡zgo~ r "TI
,.1lpl'('-ioll.-Clladm ti" lo,.: inJi\ilhlo,; de la nobleza dp E,,:pJi'ía en l)\OJ.


1.


Hasla la reuníon de las COl'tes, el ministerio por medio de dc-
cretos !UiJ..lÓ Ulla ¡JdI'lJÍon de medidas sal vadoras exigidas por la gra-
vedad de las circuuslancias. ~Ia.ndó confiscar los bienes de los que
tstabar., en la faerion, cecretó Ulla quinta de 50,000 homhres que
uebia es[¡tr terminaua el 1"· de diciembre, y la lliovilizacion de los
nacionales solteros y viudos sin hijos, desde la edad df :os 18 á la
de lO años, para entrar en caw.paña durante seis meses. Impuso á
;a nacion Uil empréstito forzoso y reintegrable de 200 millones de
reales; y para allegar recursos mandó el aproveehamiento de cuan-
tos pudieran obtenerse de los monasterios y conventos supri-
illidos, debiendú ingresar en el teson, las sumas que se obtuvie-
ran de las ventas de los edificios, de las campanas, alhajas, mue-
bles y enseres en ellos contenidos.


Con este motivo el fanatismo religioso llevó en España vn cho--
que terribb. Retablos, altares, imágenes y cuadros d.e samas, to-
dos los objetos ante los cuales la idolatría católica se babia postrado




HISTORIA DEL RKiNADO


en miles de templns, llena de veneracion durante muches siglos.
fU(li'on vendidos en pública almoneda. Angeles, serafines ~ diablos,
espíritus saotDs y de tinieblas, lámparas, misales, candelabros, san-
tas viR'genes y reliquias, campanas) cuan tus objetos necesarios al
culto y que adornaban las iglesias de los suprimidos conventos, tod(;
cayó en manos de baratilleros, viéndose quemar en medio de las
p1¡-j zas Jos objete: de made¡ a para separar de ellos el oro y la plata
ql1e los cub;ia, Sef\'ir para envolver especies los Illisales) para los
u~~)s domé~llcos mas vulgares los vasos y enseres consagrados an-
!PS al culto de Dios y de los santos.


Impuso el gobierno una contribucion ó rebaja proporcionada so-
bre los sueldos ó haberes pagados por el Tesoro, y para reanimar
en los pueblos el espíritu decaido contra la faccion carlista, lomó
las severísimas providencias exigidas por las circunstancias. Segun
las resoluciones del gobierno, Jos vecinos pudientes debian de aban
donar los ruehlos en que f'staban domiciliados al acercarse la fac-
cioa, bajo pena d~ ser procesades como desleales; las personas á
quienes !os earllsta3 eximiesen del pago de tributos ó exaccione¡.;
de cualquier género, al entra!' en los pueblos, debian indemnizar á
las que se hubieran vislo forzadas á pagarlos, debiendo adclJJ[¡s re
sarci;- á los vecinos y á los Ayuiltamientlis de los daños y pE'rjuíciús
causados por los carlistas. Las familias de los liberales asesinados
pflf los facciosos debían ser mantenidas por las que tuvieran alguno
de sus miembros en la faccion, y los padres fueron declarados res-
ponsables de la conducta de sus hijos.


n.


Una de las medidas mas reparadoras y liberales del ministerio
Calatrava fué el restablecimiento del decreto de las Cortes de 18~O,
que suprimia las vinculaciones de toda especie, declarando á los
usufructuariús propietarios libres de los bienes que las constituían.


Por otro decreto mandó el nuevo gobierno liberal devolver á los
compradores de bienes nacionales los adquiridos de 18~O á 18~3,
que aunque decretado por las Cortes, aun no habia sido sancionado
por la corona.


La ley de desvinculaciones d~cretada por las Cortes de 1821,
debe fiiuraf entre las mas justas y útiles hechas en aquella época




DEL ULTiMO BOIlllON DE ESPA~A.. 209
revolucionaria. Segun ella los poseedores de los vÍllCu1cs quedaban
convertidos desde luego en propietarios libres de la mitad de los
bienes que usufructuaban; la otra mitad debia pasar íntegra al he-
redero del vínculo, pero no ya á título de mayorazgo, sino como
propiedad libre. De esta manera los mayorazgos han désapareeidú
en el período de dos generaciones.


La manía de fundar mayorazgos que dominó á los españoles en
los siglos XVII y XVlII, habia contribuido poderosamente, con ]a
amortizacion eclesiástica y la expulsioD de los llioriscot: ) jm:íos, ¿
la ruina de la agricultura española, y con ella á la d:3 los Vl'opieta-
ríos.


lll.


La ilusion de los fundadores de mayorazgos consistia eD creer
qUt' perpelualJau eB su familia la propiedad vinculada, con 10 cual
aseguraban la conservacion de la familia, librándola de la L¡~eria y
con eIJa de la desltut:cion. Pero eSte cálculo era completar.wenle er-
rÓDi,Q, porque desde el momento en que de libre, pa::;aba la propie-


- dad á ser amortizada, es decir, á no poderse vender por el que la
poseia, este no era propietario en realidad mas que de la renta, l'
no se cuidaba de la mejora ni aun de la conservacion de la propie-
dau, ni encontraba aunque quisiera recursos para ello, porque co-
mo su hacienda 00 podia venderse para pago de acreedores, que
este era uno de los principales privilegios del mayorazgo, nadie le
bacía anticipos sobre elJa. Agréguese á esto que corno al cabo de
algunas generaciones las familias se extinguían por falta de suce-
sion directa, los mayorazgos debian pasar á otras familias, los po-
seedores no tenían interés en la conservacion de la propiedad, y de-
dan: Detras de mí el diluvio. La consecuencia de todo esto era, que
las haciendas, generalmente poco administradas y menos producti-
vas, y las casas mas desmanteladas eran las de los mayorazgos,
personas que solian tener tanta vanidad como miseria, y que for-
maban una clase desgraciada por no poder disponer libremente de
Jos bienes que habian heredado.




210 HISTORIA DEL REINADO


IV.


La revolucion española prestó UD importantísimo servicio á esta
numerosa clase de poseedores de la propiedad inmueble. pero en
nuestro concepto fué con eila mas generosa de lo que debiera, re-
galándoles por UI} sim pIe decreto prdpiedades que 00 les pertene-
cían, de las que solo tenían el usufructo, y de las que debió recibir
la nacion un tanto por ciento mayor dé su valor, cuanto mllO; con-
siderable fuera la propiedad desamortizada al convertirse en propie-
dad libre, Pero de todos modos la nacion l'eport6 grandes beneficios
con esta reforma, y mas que la nacion en general, centenares de
miles de familias, que disponiendo de una parte de los bienes cuyo
USUfíUcto tenían, han podido mejorar la otra, y que ban visto do--
blar y basta cuadruplicar sus rentas, á pesar de baber disminuido
sus bienes eo cantidad, hastando hoy para vivir holgadamente á to-
dos los n:ipmbms de una familia lo que bastaba apenas antes de la
suprí.'sion de los mayorazgos á eubrir las api1.rieocias de bienestar
del que llevaba el título.


Si los reformadores se propusieron atraerse á una numerosa clase
que temian ver unida al bando realista, á título de privilegiada, no
puede negarse que lo consiguieron, porque en general todas las ca-
tegorías d(~ ruayorazgos, desde los hidalguillos de gotera hasta los
gi'au}es de Españ3, hicieron causa comun con la fevolucion, con las
ideó.s liberales.


El íro"o Je Isabel H tuvo á su lado la rnay,;r parle de la noble-
za, habiAndo entre los hombres considerados entre ellos CL'mo mas
ilustres, muchos que en los parlamentos, en la prensa yen los cam-
pos de batalla lucharon valerosamente en favo!' de las instituciones
modernas, Díganlo SiDO el conde de Campo Alange, muerto en las
provLcias Vascongadas en el ejército liberal; e! duque de Osuna,
que mandó su hermano, heredero de sus títul;;s y rentas, el actual
íluque de Osuna, al ejército del Norte, como oficial de Estado ma-
yor, con el general Córdoba; el marqués de la Corona, don José
Paz, que luchó los siete años en las filas del ejército liberal, y mil
otros que podríamos nombrar; y en otro terreno nos contentaremos
con citar los nombres que se han hecho célebres, del marqués de
Miraflores y el de Alhaida, y el del duque de Rivas, que sufrieron




DEL ULTDW lHlIUWN DE ESPAÑA. 211
toda clase de persecncic:n:'s en lB.s épocíls del desr~otjs~'.~e por su amo;'
á las institucior,ps rrprcst'ntativas


v.


Todas las reíjeciones políticas que desde 1837 se han ens0ñoreado
de España, r8sp;~ttf.ron la ley de desvinculaciones y cuando el ple-
bey;} No·~'·dHd, desde 1807 ha querido restablecer los tlla:'orazgos.
en henefieio dE' los g;'"udi:'s de España, pretendiend0 que era el me~
dio de ,)f¡janizar Uila clase aristocrática, privilegiada. que cüntra-
balanct'ara \~l e:;;pll'itll (hm"cra tie') y el :.<en timieo to ¡gua la ta do dr
nues!¡<;) época y de nuesL'(l raza, las clases aristocrMicas rn cuyc
Domb:,~ se quel'ian fPslablecer los mayorazgos, se han opuesto,
riéndose en las barbas del sandio politiquin qtH' prnsah} hacrrle,
un fayqr, con 10 (Jl](~ en realidad era un vejámeo, LOE: ;¡¡'illl"rns qlv
ban c{);npru:dirlo ';1 vflotaja de la ley y que la han apreciado en todo
SI! vqlo;', han ~ifl:; los misrl.1')s Dobles heneficiarlc~:, y ,'sÍ'! ~r['; natura!


A ur:qllf~ n,'> haya 1:1',' estadística detallada moder.ol'l de la canlid,\i
ni ¡jfl valor de ~as haciPtHlas de los mayorazgos, al ;íu h1icflrSf' 1Ft lf'y
de vinculaciones en 1836, puede formarse idea de EU importanrü'
por los datos cstadísficoE: feferen les á 1797, cnne! nido y pu blicarln
en 1803, Estos mayorazgos se baIlaban repartidos en In;;: difercrfe"
ffinos y provin::ias dr, la siguiente manfTa.




21! HISTORIA DEL IlEINADO


Cuadro de l08t'ndividuos de ambos sexos pertenecientes á la nobleza
en cada reino y provincia de España en 1803.


Vizcaya. .
Asturias ...
Castilla la Vieja ..
Navarra.
Leon. ,
Aragon.
Murcia.
Castilla la Nueva.
Extremadura.. •
Galicia.
Sevilla. .
Jaen, .
Córdoba ..
Granada ..
La Mancha.
ValellLja. ,
Cataluña ..


Total.


35,739
34.800
43,818
39,162
94,620
21,4:12
14,112
38,0940
11,172
U,3U
18,186


2,622
2, 9~)7
5,937
1,809
3,218
3,7!J8


418,859


Morean de Jones ha reunido datos muy curiosos sobre el apogeo
y decadencia de esta clase social de España, justamente pocos arios
antes de su desaparicion, á consecuencia de la ley de mayorazgos
en 1836, Y como muy poco conocidos á pesar de su importancia
para couücer la transformacion social operada en España pOI' las
revoluciones de nuestro siglo, vamos á reproducirlos consagrándoles
un capítulo especial.




CAPÍTULO XXIt!.


SUMARIO.


Lj ! '~jl'i~I,',i .~ \:1' ';ld,·ltl<,i dJ' l~l iJ0;,je,~a ,~. -¡n:Jl(~ndn('¡¡, \1,· L.I ley ti¡'
;" :lí:, " ":. --fl,'I,'i! t'¡;k r ¡,r·1" ,::u ~\~y~ ~d ~~(:l)j'.'l'll() 1;1\{11':11 y frt11lp '!"


¡"I",I !! ---llllll1ill:¡i,jll¡i "ifl" an/l' !;¡ Cnri,1 rO:llan,¡ hieil'l'Ill1 ."ul'l'ir ú E';jlalli¡ 1",
~''¡!:I'I'!'')'' lílud!'radu-,-[,¡auu uc la l¡..:le,;w ¡',;p:liíoL "11 aque["lIiOlli'PS.-Co,,·
,j' ";i'lidl'Iit'I;l dc CaL!lLl\."


1.


La Doblez.: I3spanola, decia Moreau de Jones en 183~, se halla
dividida en diferentes grados CUy0 rnéritr:, es muy dive;so: babia
antes bijosdalgos, ricos-hombres. iufanzrmes, escuderos, mesDade-·
ros, caballeros, generosos, etc. En Hi75 contaba lleIlesforest 1!O
duques con 50 á 60,000 ducados de renta, ~o marqueses, 60 con-
des, delO á ?:!O,OOO ymucbos hasta 50,000. Hallándose enla pro-
porcioo de uno á cinco la diferencia entre el valor nominal del di-
nero, en (;ste tie:npo tan lejano, y su valor intrínseco en nUl')stros días;
ascendia esta renta á 300 millones de reales; y respecto al precio
de las cosas equivalia á ma.s de 900. En tiempo de Carlos V, decia
Mariano Sículü, que solo ios nobles titulados poseian juntos una
rcnta de l.i8!2,OOO ducados; y Jos Comunes de Castilla decían en
una memoria presentada á este príncipe, que en una extension de 100
leguas entre Valladolid y Santiago de Compostela, excepto tres pue-
hlos que eran del rey, pertenecía todo el país á la nobleza. Por el


Ttl)1ü 1. 28




hISTORIA DEL HEI~ADO


testimonb de una. multitud de U::!Ofes que ci(a R;bRdi1la, ;-esu1fa
que esas inmensas posesione~; hubian sido rloníd;!~ á los nobh's nn!,
los re)es de Castilla en recuilpe1J:~¡; di: lOS s"rviej;':: qll\' hahian he-
ch) tU la guerra cont¡'u moros; hii;:H'¿; ;¡ue no sdria n¡ngl~Ga carga
pública. Posc¡a además la nobleza una gran parte de los edificios de
as pllblacioQcs, lo que ponia t" lo:; habitnntes bajo su \unediata d'~­
pCl.ldeilcia.


La rjilueza de le. Hobleza ~~!lafi;;la fué ,~tun:',nt;,da lJor íft de :')S
'1 1 - . . l


hieDes I)··r',~r.le ieijle" a' Ir!"; jr",r~ lí,"¡ '¡'){'S i\' {·'lh·:!1 M ,[,: 111]11 !I' f'lflr'¡'1 lo.; lo,.... L' ..... j 1,_,-,. '_"- ,J..~ ' .... J\..'- I vll', •. _,,·,t~ 1 . ./ ' .\..j '.-
devueltus,


La órden de Calairi1l!á. posei~ 3i dj,:;.)mie:,da;;, J' R ; ri ':':lhs, v:·-
¡nados en 0.760,000 Tf.. vn. La d;~ Alcántara 3~ enc{)'niPUihs y 't
prioratos, que yalian 3.840,000 :-S,


En suma, para 162 cahallos éxistj¡t \lila l"'nt>: di 22.'70tflflO
reales vd!on; valuacion ¡PIt' S': sil¡)onia ¡"UY haiél, 3" ,..::cgl1n la q"~
~'esultabaG á cadf\ calH'ler ~ H),noo rs. \'11.


r a P¡'l'11'1"Y'.'" ,·l;-t,;Ó" rlp ' ... O(;\·¡I,""fI Y\::""I'",( inrl')"":,'l;:' :',"/, ' el '1 A,,,: f,\t,_ ~4 ,~ ... .l,¡ \.I¡ .... -Io,'-',.J '. .... \... ,<.,.. ,} .. ,v ... ~i.I!\.;, ' .• \.. ... (.~¡ ,~ ••••. ~.".' J" _,,'1., I. f .
ritÜ:ia!cs. íILH:':S que l(j, CÁdl d ":Jf'di:\;l"í~i¡, ;\lh;;., l¡J'I;,/d: yll?"-
Has OhlS tieneli J:,a "xt(:1'iG¡ : '2 :\ 1;) 1 'ji;;}'; :"i';1'5 T 1'1
tierras del duqu.e de llerwick pro,;:ician en 1787 una r(Job general
de i,S{;S,760 rs. Vd,; quedando UlW ¡iqaida lk l,!iH,(1I\O. Le's
bieDes dd Juque de Alba produci,1[) anualmente 8.000, oon I,\< f(,t,·
les vellon, los de Osuna 5,01.0.000, los del m(lrqlH~' ,1" P'f'¡r¡fl ,1
4,800,000, etc. :i! dUqlli' de :\rc(.s 'D,'wtenif\ fin \L\drir; :3(' ¡:H~I\~[)"
y criados; finaimeote, !::lE> fa!llitia~, :L ,\lb:;, O;;¡lü¡i ~" ~:L(li:"~10Lli pn-
sei:U tuda vía h mayor parte de la ;\:;C\tlllCía.


í '1 not¡l(\Z'l ;;r'ul"da ",. "'¡¡'\' "li tH: <>;¡"l"ro,11 11':: "¡'~Í'"",~i;, h l, ~ ... \. a ,~... \'. \.. ... '-'lo ;¡............ ,> ... .,: t·'"'" .". ~~" '.' './ ~ . ,J t' ,
(ll'pZ (1' n-"'j'''' IJ,,"l 'IU' tu'"",'" '::1'1'> 1 3">? rl!I,,'fl¡e~ ',"!'j!";','(1';"';: ,-','ri'ls,,-,o \ h:)-, '-, >:J , • 1.. L \... y .... '--' J "'4 ~... "-'" -i .. ) ;; _~ . \ '. J. '} ' •• '. "', \ '~; • ,}, .)..: ' .-
rones, ó uno súbre 10,000 babi!,utes; enl j, Qon co:;la bs, s'Ih·
mento D. VaisscHe en Es['afia ~H :<uorL.>s, á saber: :n dUl':ldos, ':'.:l
\narquesad05 y:U coudados ; así, f;S :11 ir.l)]aci un. 'r: ¡: !)]f:[U: ha s':-
frido de las instituciones f3ueblea y del. <:af<,1ct,'r ·lll.l~ lHh:;\ :'cclhi ~f}
de la aristocracia. Hay otm exeep,:ion igu;,.Lnc'lV; iV,1)i' ',s;; ¡;;,ra !;¡
noblezJ española, y es el haber :'¡·:u sus j¡¡di\'i¡J¡;".~ '-,ji\'; ¡¡drL
pidos defensores de la independencia üaciunai 'J ,le !;1'~ ¡;! ,~l:·;, p"I~
blicas, y haber salido de Sll 82'10 un crecido núw,";' 1:,1'.11,;<'"
iiuiltres y esclarecidos eiuJ'tdm;os.


La multitud de nobles sin mas título que el c!\' hi¡J,d¿,\, ~Ir¡¡a 'as
d('más clases dt ;a sociedad, entra h~:sta en liiS últi;u: . f',sj,,;¡n,




DEL ULTDW BORBON DE E5pA.\,\. i215
j" vive con su trabajo, lenie;Jd!) pf¡f úr,ica ventaja la s::itisfaecion dI'
su orígen, que llega á las veces á los priml'ro~ sucrSOfes de Pe-
layo.


Ya que la ('seudo. de este siglo baya disipado las ilusiones de esta
ventaja estér¡l, ya que la guerra civil y extranjl'ra haya destruido
un gran número de familias nobles, Ó las haya privado de los títu-
1m 'le su nebleza, est!!. clase sufre una disminucion mucho mas rá-
p::la que la de la~ demns naciones de Europa. Desde 1 j~3 basta
176S, duranl': un reriodo de i5 años, se aumentó eomo la pobla-
cían ia noblezt\ española, y continuó formando 111 ~; pero en
1788 segun el censo babia ya perJido 2.1í,000 individuos, y la
Gaceta de ~fad.rid del li de noviembre de 1789 Jice por consecuen-
cia, que la poblacion productiva se aumentó de otro tanto número.
Supónese que este resultado era únicamente un error del censo, y
sin embargo, vemos en 18~6 que babia continuado muy rápidamen-
te la disminucion de esta c13~e; pues en esta éprca solo existian
~03,OOO en luga¡' de los 478,000, yen el espacio de 35 años ha-
biaa rcsujo dí' existir 75.000. En 1788 formaba ya solameo-
te ;ít nobleza 1;21 de la poblad,n, es decir, casi mitad menos que
¡;n 1708, y en 1~~26 formaba apenas 1¡3,i, lo que proporcional-
mente ~l IJúmcro d.; habitantes la reduce casi á 1 ¡~ de lo que era
á mediados del siglo último.


Esta disminucion seria mucho mas excesiva, si se da fe á los cál-
culos de Iterftmés que asegura que en 1808 solo habia en España
~H, 000 nobles.


Prescindiendo de esta cifra sospechosa, vemos por lo que prece-
de que en 1723 habia en España 1 noble sobre 1 ~ habitantes, como
en Prusia en 1817, en Polonia en 18~2 yen Turquía, compren-
diendo bajo esta denominacion los Emires, Royardos, Zaíms y Ti-
mar¡otes.


En 1788 existia 1 sobre 21 habitantes, como antes en Milan v
" Venecía.


En 1826 solo se con taba 1 sobre 34, proporcion muyaproxima-
da á la de !a nobleza italiana.


n.


La re3tauncioll de la ley de desvinculaciones rué recibida por la




~16 RlSTORIA DEL REINADO
nobleza de todas categorías con gran satisfac,jion y contribuyó á que
sostuvieran el régimen constitucional. Además aquella ley venia (¡,
reparar una injusticia: á suprimir el derecho de primogenitura Jan
contrario á la moral y á la fraternidad é igualdad que deben ser los
rasgos distintivos de la legislacion respecto á la familia, y no sahe-
mos de ninguna familia de mayorazgos que se haya qU('jado de la
supresion de aquel derecho ó privilegio odioso.


Por los datos que hemos citado, ruede calcularse apr0 ximad'l-
mente el valor eDorme de los bii'oes amortizados que la ley de df'S-·
vínculaciones puso en circulacion, y 10 que esta libertad ha Cilntrj-
buido al aumento del valor de la propiedad en toda Espai'ia.


No habia querido el papa Gregorio XVl reconocer á Isabel ir 1 P¡;¡;·
perando, decia, á que la suerte de las armas deüidiera quién era el
vencedor para saber quién tenia mejor derecho, como si esto no
fuera dec.lararse por don Carios y hacer de todos modos depende" r!
derecho llamado divino, del derecho de la fuerza bruta, Pero la Cu-
ria romana no fué nunca mas conocedora del verdadero derecho IIue
Gregol'io XVI y eIl aquella !)casinn. y siewpre, hizo como ,~,t.::; Pa¡<t
Aunque no recolJocia á Isahe! Ir, tenia en Madrid un D'H1CI') fjUt' d
gobierno liberal mantenía, y no lo retiró hasta que el acrecentamie~­
to de la faceioa carlista le hizo esperar que ganaria la causa del
pretendiente. El pretexto para la retirada fueron las reformas lleva-
das á cabo por el gobierno respecto á la Iglesia y sus bienes.


Habia el gobierno en 1834 establecido nu8. JUD ta ec!p~i8stica, r! ')1::
habia (omado las medida~ que habian hecho de indispcnsablr' ni'f~f 'i-
dad la rebeliml de parte del clero, y el pase á la f:1cci0[1 dI" varios nri la-
dos y muchos sacerdotes y religios0s; y el Papa JI cabo d(~ m a') nr ,Tío
y medio que la Junta desempeñaha su comptido, drcla~fÍ nU!f) cuant~
habia hecho, esperando sin duda f!ue con esta hostilidad ,'gravw-ia
la posieion crítica en que consideraba al gobierno de Madrid; pr'r0
Calatrava respondió mao dando suspender la provision df' tdas h~
piezas eclesiásticas, incluso las capellanías de sangre, y qlH: SI' apli·
casen sus rentas al Estado, deduciendo las cargas d~ justicia, ocu,-
pando las temporalidades á los prelados que habian abandonado ~;l]S
diócesis para luchar contra el gobierno, ora animando la facciiln
con su presencia y exhortacjone~, ora retirándose á Francia por no
reconocer á,Isabel JI, y mandó además formar u na J UD ta que le P"o·
pusiera las reformas que debian introducirse en el sistema de contri-
buciones tan repugnan tes y onerosas como los diezmos y pri ro icias.




D&L UI.TDlO BORBON DE. ESPAÑA. 217
Estas medidas á medias exasperaban á los realista:: 'j ultramon-


tanos, pero no satisfacian á los liberales,


m.


La Curia romana, reconociendo á Isabel a, y uniéndose á su Gn-
bierno para llevar á cabo de comun acuerdo la reforma, no de! dog·-
ma, pU0s nunca ílcnsó en esto el gobierno español, siGÚ de la L-
ganizacirn y dotaClOl1 de! personal, de su distribueion y ue h re-
ferente á las rentas de todos los géneros que disfrutaba, hubiera
sacado muehísimo partido en favor de la conservacioD de la ma~ or
parte de lo existente.


Si Gregorio XVi hubiese querido hacer con los progresistas de
1835 l;n cí¡ncordato como el que Pio IX bizo en 1851 con Jos m\;-
defados. es mas que seguro que Jos liberales se hubieseil dude!
pow nJuy -.;¡t!sfer.hos, lo que prueba la creciente decadeeda de 'a
Iglesia cntó1icp y de su influjo sobre pueblos y gobiernos: e11 18:.5
parecí;] 'i:l'" cDormid¡\d, una proposicion diabólica, dietada por el
mismo Vo!taire, al papa Gregorio XVi, lo que á Pio lX y á Isa-
be! Il les parrc:a el t8~1, L'll el momento de una reaecíon triullfan~
te, lo mas satisfactorio posible para la causa del catolicisfl1o.


Los poderrs nbsolutos son ciegos, intransigentes, y entre todos
no hay n;nguno comparable con el de Roma, que sin embarg:\. á
pesar su}'') se,lo hal'iendo concesiones ba ido prolongando su ex;~­
tencia,


«( Yerro sumo, dice un historiador católico, en el papa meterse á
interventor materia! en uoa contienda política, I:'nzizañando así la
Iglesia (:0;; ~pshan'l's t;::,rpísimos, blasonando de su aciaga parcialid':!,d
con mezclarse en intereses temporalrs y revueltos. ¿A qué conduce
ese entrornetimiE'oto desafNado en negocios mundanos?


))Orillanrlo toda cuestion de derecho divino, fuese Ó DO p.roblemá-
tico, debia bastar á la corte romana que hubiese de hecbo En Es~a­
í'ía una potestad dominándola completamente para no retraerse de
la investidura canónica de Jos prelados nombrados para las sillas
vacantes. Este desvío en que aferradamente ha perseverado la Santa
Sede ba sido pl:'rjudicialísimo á la religion; pues el terna religim;o,
por desgracia en marañado con el político, ha enconado mas y mas
los ánimos y acarreado atrocidades irreparables. Evitáralos Roma si




218 HISTOIHA DEL REt'lADO
se atuviera y se atempc!ara al sistema de mansedumbre que impone
el cristianismo y que requiere la humanidad.»)


IV.


Rubor causa pensar en la humillacion por que los gobiernos mo-
derados, empezando por Martinez de la Rosa, hicieron pasar á la
nacian española sometiéndose á reconocer al papa y á aceptar sus
bulas, y seguir con él en relaciones tan fructuosas pü:-éi. la corte pon-
tificia' sin que esta reconociese á Isabel II como reina legítima de
España.


Solo á la c1erigaIla romana pudiera ocurrírsele la pretension de
no reconocer el derecho de un gobierno para existir como tal, dan-
do por nulos todos sus actos, y ex.igir de él, al mismo tiempo, que
reconociendo ia autoridad pontificia la acatara en todo y le pagara
lo que solo á título de gobierno legítimo podria ttl,ner obligacion de
pagar. Pero tampoco podia ocurrírsele el someterse á sel!lejantes
condiciones mas que á Martinez de la Rosa y su bando moderado.
El Papa mandaba bulas y disposiciones que ei gobierno español
obedecía, pero este negaba las bulas que debian sancionar el nom-
bramiento de los obispos propuestos por el gobierno español, por
no reconocer su legitimidad.


Hé aquí cómo la reina Cristina y sus gobernantes f3voritos ha-
bian cometido esle verdadero delito de lesa nacioo. Poco anles del
fallecimiento de Fernando VII, monseñor Amal de San Felipe vino á
Madrid en reemplazo del nuncio ,cardenal Tiveri, y el breve que
traia, pasó, segun las leyes del país, al Consejo de Castilla para su
refrendacion. Envió el Consejo su dictámen casualmente en el mo-
mento de morir Fernando VII, y sabida es la prúctica de que al
morir un soberano todo agente diplomático recibe de su gobierno
nuevas credenciales, con lo cual se dilató la dimision del nuncio,
hasta la presentacion de nuevos breves del papa. Aulorizóse sin
embargo al arzobispo de Nicea para desempeñar interinamente sus
funciones, lo que hizo desde Juego.


El Santo Padre en vez de renovar el breve del nuncio, mandó
volver á Roma al cardenal Tiberi, quien dejó para hacer sus veces
con el gobierno á un vice-gerente de la nunciatura, y entonces el
arzobispo de ~icea pidió encarecidamente que se le franquease el




DEL ULTBIO BonuO'! HE ESPA~A. 219
ejercicio de sus funciones espirituales prescindiendl' oc' trr!a repre-
~entacion polítiea y diplomática.


A trueque de venir á deslindar ramos)e"'suyo tan diverso~ 3c~erlió
el ge,bicrno de Madrid á pretension tan contrariH á rlereeho y nllnra
vista, y cifló únicafuente la admision ddinitiva de! nuncio en el re-
sultado de la'~ n"ff t\ciacione8 que s,, enlabIaron con Roma. El fin de


u


aquellas negociaciones fué la abdicacion del gobierno español de toda
rligrli,hd y vef',;ü~'nza. Imposible parece) r¡ne ~fartinez ne )n Rosa
y 811; compañeros se sometieran á semejalite abdicacion, MR51 digno
el conde de Toreüo al ver que ei papa uo se daba por satisfecho, y
IJpc!r1ia nuevas lruuquillas y dificultades, habia dado al nuncio sus
pasaportes,


v.


En 1 SBS eseribia un rmtnr conservador, refiriénd(lsc á la cnnd¡¡c-
lB. 'H papa, lo ;;:igu;t',:[r: (Despues 3C~, en nada ba ¡;niado lrt S(1' la
Sede s:¡ politi(·u, aferrándose siempl'l: en desenti'ndrri'c de tna., in-
vestid:lfil canónica, y ciñéndose voluntariamente a! tema polítiro:
pero aqllella e:speeic de eiJtrcdidlO episüopal se animaria en R~Olnae·
do el producto cuantioso de dispensas matrimoniales Ú olras p?fa
la e¡;ncillcría ['omana, atendiendo (osí únicamt~nte l~ Santa Sede á su
interés pecuniario y desamparando dCj f0mate á la Iglesia ne Es-
pflña_


nMnf;fcfL y 'nue:'en pastor~s eclasiasticos, y desde 1.8~ 'i ~(' qH-
(!n.o ~,¡:' "t;l~[)lfl'[¡W, y así la España está ya contando po:' falleC'i-,


. " , ¡ "1 '1 t'} 1':'1(':;r,', ~la~,1¡¡ V,'¡!J¡!' :J cuu.ro Sil as eplscopa es vacan es, G Sfucr:
tres ¡~rz\lllispad'\s, Toicdo, Granada y Valencia, para los ctlale~ el
goticrr:1\ dt jl¡,,!Jrid hnbia presentado los ohispos rte Mallc)Tca, Cór-
doria y Cnrtagr:!la; veinte y un obispados, qtl~ eran de Sigiienza, Se~
go\';" ~' Osn;a, ¡>¡ Dhispo priurato de Leon, los de Málaga, Zamor :\"
)\fO¡\f!of¡("l,.J, l.tigo, C:,udad-Rodrigo, Oviedo, Almería, Tarazona,
T(~f\lllL A.lharruein, Segorbe, Tortosa, Gerona, Vich, SolsolH1, y Nue-
l;¡~ Segovia o;:; las Islas Filip~nas.»


:\demás (!í; estas veinte y cuatro sillas vacantes por fallecimiento,
egtaban Ul el mísmo caso muchas otras por desamparo voluntario
de S!JS rrclados, y clras por providenúias de los tribunales. ó del
gobiern~; qw ,.; i¡:,bia visto obligado á proceder judicial ó guberna-




DEL ULTIMO BORBO~ DE ESPAS"A.
tivamente contra los obispos facciosos. Descollauat) entre estos lf);,
primeros el padre Cirilo arzobispo de CUbel yel padre AbarCa, obispo


Lean, que eran ministros de don Carlos en la corte de Oñate; el
arzubispo de Zaragoza y los obispos de Barbastro, de Lérida y de
[rgel, que habian reconocidu por rey á don Carlos, y esperaban
en Francia su triunfo; el arzobispo de Tarragona que lo esperaba
e:i Italia, y el obispo de Orihu81a que estaba con Cabrclu.


Había tambien otros prelados carlistas á qU¡~rJes lil~ autoddades
l.!;ibian podido echar mano cOllfinándolu~ guLei·;:;iili;I¡;!~;.n!e, ó que
hlibian sidü sentenciados por los t.ribunale:1, COI1W su\;~·dia a: olJispo
de Palencia, desterrado á Ibiza por sentencia dd Supru¡~u Ti iLu-
Dal de Justicia. El arzobispo de Sevilla habia sido eonüliad0 á A1-
kcctc, y el de Sanllagü á. Mahon: al obispo úe MalLrcü k hhLian
~do Cádiz por r~sidencja, y los de Placencia J (alalLrra hatían
si:;o destinados á otros puntus dt la Península.


De esta B1b.nera de los diez afzobisp;~.dos de ES}Jaí'1a :r Sl.S colo-·
;,;.1.:;, se h'"llaba:' ccb~ Vc.C¡;flleS, y trel¡¡:a de ;GS lidJeLiu obi'JJaudi.


0lcU:U1do este CamlGd prünic.se tubiera: í.ludlallJ" ü:Íi pastores
las Lvejas católicas españ"!a-: por culFj· (L]liap" 'ji,t l;,ón·a"Uv ,(;
político con lo re!:gioso, segun la pr.lítica trad¡¡;L)ilu.i ,ic ,1):' paj.J<:b,
se empeñaba en no reconocer á Isabel il C0¡1l(¡ l'bIJa íeg;tin¡ü Je
ESliaña, no queriendo como consecuencia legitiwo UttíC¡U[Jur los
lltlmb¡'amieütos de prelados que ha¡;ia su gobien.i\). ¿Qllri hc..(Jtau de
hacer los prelados cU3l1do el papa les Jaba tal ejempioy Si th;sde el
primer clia ti pupa recolJi.;ciera la legit¡mirla.d de Isabel JJ, yaeonse-
j<l:'a;11 cko q\;¿ le prestara obediencia, ni tanto.:- prelados ni sacer-
d V;S sigui;;f2il la causa de d',ln Carli..is, ni la guerra civil íJIllara las
p'opofciQlJé5 ir que la vimos llegar; ¿pero qué le importaba á la
cldigalla romana la sangr;~ que corria en España, ni que las ovejas
catóLcas careciesen de pastores? Como rey absoluto de RÍJma, el
papa simpatizaba con el partido absolutista que tenia á don Carlos
p';~' j(:fe, y DO queria que los españoles fuesen lihres, porque su ejem-
p' ) pod:ia un dia ser imitado por sus vasallos italianos, y ponia al
sl'l'Vicio de la causa de! despotismo político español su auioridad y
at'ibucions.s d(: Sumo Pontíficf~ de la Iglesia católica.


VI.


Si C¡¡IOl..n;éS l(~ hubieran dicho que algunos años mas tarde la cor-




DEL (LTmo BOIWON DE ESPAÑA. 221
te pontificia) no solo rtJCJilOC6;:-Üi á Isabel n, sino que daria por bien
hechas l(ls reformas realizadas en la Iglesia española por les gobier-
nos que cal¡ficab;:; df~ revoluciona.!'ios y anatematizaba, es bien se-
guro que hubiern procedido de otra manera. Pero así es como el
progreso se ft'alizaba; obligando á los que lo niegan á reconocer
sus obras, aceptándolas como condiciones de conservacion, para lle-
gar á la "t'illizacion de nuevos adelantos, que al fin se llevan á cabo
como los precedentes.


Entre las bulas de investidura que negó el papa, se contabaolas
del comisario de cruzada, y las del patriarca de las Indias.


Calatrava, en lugar de dejar sin prelados las diócesis, qUe era lo
que dehió hacer para prohar que ninguna falta hacian, puesto que
en efecto nadie los echaba de menos ni reclamaba su presencia,
mandó que los obispos nombrados se encargasen de la administra-
cion de sus diócesis, sin esperar las bulas del papa; y aceptó algu-
nos canónigos Gel cabildlJ ds OVieGD, .:p~~ al fin c~fraro:' en tazo!},
se sometieron. v r~conocil'rO\1 1:1 autoridad de lflS ::uevo~ nre-


, .. r


lados.


TOllO j,




CAPÍTULO XXIV.


SUMARIO.


Cuadro upseon,olatlor que orrecia la E~paiía en 1 S!lH.-Corte, (;o1l.',tituyenLeso-Erro-
rr~ de l()~ li)¡prale~.-Prillcipale, reforma, que se aprobaron.


1.


El cuadro que de la nacion presentó la reina Cristina en el dis-
curso de la corona á las Cortes constituyentes, abiertas el l2i de oc-
tubre, no podia ser mas desconsolador. La faccion carlista recorria
todas las provincias de España, las arcas del tesoro estaban vacías,
no se habían podido pagar los mtereses de la deuda, y por consi-
guiente, no habia crédito. Los portugueses retiraban su legion de
5,000 hor:c.bres, por necesitarla en su propia casa; el gobierno fran-
cés no cumplia sus compromisos; solo Inglaterra ayudaba eficaz-
mente al gobierno constitucional de España.


Podria decirse que nunca gobierno revolucionario habia llegado
en circunstancias mas críticas y desfavorables al poder; en condi-
ciones peores para plantear nuevas instituciones y acreditar nuevos
sistemas.


Las Cortes constituyentes eran el áncora de salvacion del nuevo
órden de cosas, como representantes de la nacion, como expresion
de su soberanía, y á ellas se dirigia el ministerio, poniendo en boca
de Cristina estas palabras:


«Vuestras decisiones serán conformes sin duda á la urgencia y




DEL {;LTIMO BORBON DE ESPAÑA.
gravedad de las circunstancias, y en los medios que proporcíoneis
al góbierno, y en las medidas fuertes y enérgicas que tomeis, está
cifrada la confianza de terminar esta lastimosa guerra civil, primer
anhelo y necesidad primera del pueblo español, que todo lo espera
de vosotros ...


»Al mismo tiempo procedereis á la reforma de la Constitucion, y
con mano tan diestra como firme establecereis las bases de la nueva.
organizacion social. A esta empresa noble y majestuosa sois princi-
palmente llamados. Yo, por tanto, nada propongo ní aconsejo como
reina, nada pido como madre. No es posible imaginar en la gene-
rosidad española que sufra menoscabo ninguno la pcerogativa de!
trono constitucional por la orfandad y niñez de la reina inocente que
está llamada á ocupar!e ... Subidos á la altura de vuestra mision su-
blime sin duda os sobrepondreis á todos los intereses parciales y pe-
queños, á todcs los sistemas exclusi vos. La Daeion y el mundo ci-
vilizado esperan de vosotros una ley fundamental el) que la potestad
legislativa delibere y resuelva sin precipitacioQ y sin pasiones, en
que el güt::nnc' t."nga para su accion todo el desahogo y la fuerza
que nccrsita, sin dar nnnca recelos de que oprima, yen que la ad-
ministracl0n de justicia apoyada en una independencia absoluta, no
dé inquietudes á la inocencia, ni impunidad á los delitos. Tales son
sin duda. las miras con que vais á emprender esta grande obra, dig-
na de vuestra sabiduría y de vuestra prudencia; revisada así por
ellas y reformada la Constitucion española se granjeará mas respeto
y simpatía entre los extraños; mas amor, si es posible, y mas es-
tabilidad f!J trr nosotros.)


11.


Bastan estas frases para comprender el espíritu que animaba á.
los revolucionarios encaramados al poder de la manera que he-
mos visto en los Pieceden tes capítulos. Para salir de apuros, para
restaurar el ciédito, y para acabar con la faccion no tenian idea
propia; pero para reformar la Constitucion, aumentando las atribu-
ciones de! trono y dejar la regencia á Cristina, tenian iniciativa.


En lugar de representar la revolucion se convirtieron en defenso-
res de los intereses del trono, y de la mujer, que á titulo de regen-
te, lo ocupaba, á pesar de que solo por fuerza los habia admitido
como consejeros de la corona.




HISTORIA DIL REINADO


Cosa extraordinaria é indigna; al proponerse en las Cortes la cues-
tion de regencia y de tutela de la reina y de su hermana la infanta
Luisa, solo el conde de las Navas y el sefíor Blanco votaron contra
la conservacion de estas funciones en manos de la reína Cristina.


Aquel dia puede decirse que abdicaron los liberales, entregando
1a revolucion triunfante en manos de sus enemigos.


La restablecida Constitucion de lSI~ era textualmente incompa-
tible con la regencia de la reina Cristina, y obrando con prudencia,
]0 menos que pudieron hacer, para no dejar la suerte del pais aban-
donada en tan malas manos, fué convertir la regencia en tiranía, Ó
formar un consejo de regencia, sin el cual Cristina no pudiera hacer
nada. Pero á aquella mujer que sufria por fuerza el contacto de Jos
liberales, y solo buscaba ocasion de vengarse de las humillaciones
que sufrió en la Granja, no solo le dejaron el mando supremo de la
nacion, sino que, como veremos mas adelante, quitaron á su poder
las trabas que le oponia la Constitucion de Isa,


In.


Inmensa era la tarea que debian desempefíar las Cortes constitu-
yentes, y grande por lo tanto en responsabilidad, porque, no solo
debian reformar la Constitucion de 181 ~, sino atender con acuerdos
y leyes á satisfacer las necesidades urgentes y apremiuntísimas de
aquella época azarosa.


A pesar de varios artículos de la. Constitucion de Cádíz, las Cortes
autorizaron al gobierno para reconocer la independencia de las pro-
vincias ultramarinas, emancipadas durante el reinado de Fernan-
do VII, medida urgentísima, equitativa y prudeúte, que no debió
baberse retardado tanto. Desde aquel decreto de las Cortes, data la
separacion definitiva y reconocida de la nueva y de la vieja Espa-
fía, que fué reconociendo sucesivamente las repúblicas en que sus
colonias se habían convertido, y haciendo CO[¡ ellas tratados que si
no han sido todo lo ventajoso que debieran para España, ha depen-
dido mas de lo absurdo de nuestras leyes fiscales, que de la voluD-
tad de nuestros hermanos de América.


Otra de las medidas adoptadas por las Cortes constituyentes, fué
la exelusion de los derechos á la corona, de los infaDtes uon Carlos,
don Sebastian, don Miguel, y dofía María Teresa de Braganza.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA.


IV.


Abordando las cuestiones eclesiásticas, las Cortes prohibieron de
nuevo la provision de piezas eclesiásticas, para facilitar el cumpli-
miento de Jo que mas adelante se dispusiera respecto al arreglo ge-
neral del clero.


Tambien declararon abolidos los diezmos y primicias y todas las
prestaciones de la misma clase, que fueron reempI2.¡;adas por una
contribucion llamada de culto y clero, á cuyo pag0 se asignaban
todas las propiedades del clero secular declarados bienes nacionales,
menos las pertenecientes á prebendas, capellanías, beneficios y otras
fundaciones de patronato pasivo de sangre.


La supresion de los diezmos y primicias debe figurar entre las
grandes mejoras que la nacion española ha debido á las revolucio-
nes de nuestro siglo.


Todavía en 1837 la agricultura y la ganadería pagaban al clero
por diezmos y primicias UDa renta anual de 3~H millones de reales.


Entrando de lleno en la discusion para la reforma del clero, las
Cortes aprobaron el proyecto de la comision por gran mayoría de
votos, y debemos decir, que entre los miembros de la minoría que
se opusieron á la reforma, figuraba en primera línea don Salustiano
de Olózaga; segun el proyecto aprobado, se suprimían doce obis-
pados, diez y ocho iglesias catedrales, y el Estado se encargaba del
pago del alto clero.


La discusion fué muy acalorada, como siempre que se trata de
reformar el viejo edificio explotado por la teocracia romana. Esta,
que dispone de tantos recursos y medios de accion, sabe encontrar
defensores tenaces y hábiles. La reforma se votó, pero no fué san-
cionada ni se llevó á cabo por creerla demasiado revolucionaria, y
sin embargo algunos años despues los personajes católicos) las au-
toridades que debian suponerse intransigentes con la revo)ucion, co-
mo el papa, y la reina católica de España, llevaron á cabo una re-
forma análoga á la que anatematizaron por anticatólica en 1837.


En aquella célebre discusion la causa del progreso tuvo defenso-
res valientes, que sentaron los principios verdaderos de la revolu-
cion, respecto á la cuestion religiosa. «Si todos fueran como yo, de-
tia don Vicente Sancho, no se necesitaba esta ley. El que quisiera




!26 HISTORIA DEL REI~ADO
re1igion que]a pagase; el que quisiera misa que la pagase, pero no
lodos son como yo.»


El señor García Blanco, sacerdote, y hoy rector de la Universi-
dad central, decia, como autor del proyecto:


«España es un edificio viejo que se ha caído; y para levantar so-
bre sus ruinas otro mas hermoso, es necesario derribarlo por com-
pleto. Solo entoncéS tendré la satisfaccion de renunciar al principio
disolvente, para dejar á las Cortes venideras el principio conserva-
dor. Ahora es preciso derribar.»


Pero no babia llegado aun ni debia llegar en muchos afios, pues
en realidad aunque parece abocada, no puede decirse que ha lle-
gado todavía el momento en que separando )a Iglesia del Estado,
se desembarace este de) pesado fardo teocrático, que hace tantos si-
glos lo vienp. abrumando. Cada revolucion ha demolido una piedra,
ha socavado algo los cimientos del vetusto edificio del fanatismo;
pero de temer es que al desplomarsp. no cause daños de considera-
cion arrastrando en su ruina y sepultando bajo sus escombros á mu-
chas víctimas inocentes.




CAPíTULO xxv.


SUMARIO.


La Constitucion de 1 S31 fué una reforma de la de 18B, eH SU mayor parle en Hen-
tido reacciollario.-Ley electoral de los progresistas.-Sofhnnas de Olózaga.


1.


La obra magna dei las Cortes constituyentes de 1836 fué la re-
forma de la Constitucion de 1812. Espectáculo extraño ofrecieron al
mundo los radicales españoles, dueños del poder, con mayoria en
las Cortes, con los Ayuntamienfos y las Diputaciones provinciales de
su parte, y sostenidos por mas de 300,000 milicianos nacionales,
perdiendo su tiempo en hacer una reforma constitucional modera-
da como pudiran hacerla Toreno ó Istúriz. ¿Valía la pena de haber
hecho una revolucion, y de que los sarjentos de la guardia real obli-
garan á Cristina en la Granja ájurar la Constitucion, para que los
exaltados, los Olózaga y Calatrava la redujesen con sus aditamen-
tos á las proporciones mezquinas de una Constitucion moderada, de
la que pudo decir Martinez de la Rosa, un hombre de su partido,
que estaba hecha con sus principios?


Al leer el preámbulo de la Constitucion de 1837 no podémos
menos de lastimarnos de la confusion de ideas y de principios que
en él campea. Segun dicho documento Isabel 11 era reina por la
gracia de Dios, y la nacion soberana al mismo tiempo.


La Constitucion era aceptada por la reina, lo que prueba que en




2'!8 HISTOlUA DEL REINADO
concepté del gobiernú la reina podía no haberla aceptado. jTrao ~
saccicl1 iJi'lOLd y tonta entre dos soberanías, que rabiaban de ver-
se juntas, y de cuya liga nefanda brotaba una Constitucion en la
que la s0b::rania real quedaba para el rey y la nacional para el
pueblo!


La ConstituciOil de 1812 solo concedia al rey un veto suspensivo:
la tercera vez qte );; presentasen una ley para sancionarla, des pues
de votada tercera vez por las Cortes se entendia que quedaba san-
cionada; f;c:o, justamente en la época en que tomaban los liberales
exaltados el títulü de progre,lÍstas, retrogradaban, pues suprimian el
veto suspen3ivo para. establecer el absoluto.


11.


No [lL l'i.n\ :.Qái.;¡)rogl'esistas los liberales, exaltados, en la refor···
ma elec;é¡.ti;, plie~ suprimieron el sufragIO universal indirecto, para
establecer el CélJSO, el privilegio de una clase.


Segun la ley hecha por las Constituyentes de 1836, para ser
elector se necesif.aba tener veinte y cinco años de edad en lugar de
veinte y uno que requeria la ley de 3 de febrero. Si no pagaban los
doscientos reales de contribucion directa debian acreditar una renta
líquida de mas de mil qninientos reales, pagar tres mil reales de
alquiler de casa al año en Madrid y de dos mil quinientos, dos mil.
mil ó e 'Hürocien tos, segun fuese mas pequeño el pueblo doaue re-
sidieSe d elector. Pero de este mínimum de cuatrocientos reales al)
podia bajars\~, por pequeño que fuese el pueblo. Seguu la wisma ley
jos senadores eran elegidos por la corona entre ternas de candidato~
que debian t:;Ollf al menos treinta años, y treinta mil reales de
renta ó de sueldo.


Las DiputacioL2:s pinviocialeli eran las enca¡'gadas de formar las
listas electorales v Je oír las reclamaciones de los interesados en ia


"' inclusio¡¡ fÍ exrlusioü de ellas. Las elecciones se hacian á mayoría
absoluta de votos. Se nombraba un Jiputado para cada cincuenta
mil aL:;:5, y s, ~ :\)~:mian tres candidatos para el senado para cada
ochenta mil.


11.. e',((¡ l!amaLa don Salustiano OIózaga una ley progresista, cuan-
do en lca.lidad erd ¡lQ gran retroceso comparada con la ley an-
tigua.




DEL ULTIlIO BORBON DE ESPAÑA. '!9!9
La comísíon nombrada para redactar el proyecto de reforma cons-


titucional, se componia de don Salustiano Olózaga, don Vicente
Sancho, don Agustín ArgiielIes, don Joaquín María Jener, Gonza-
Iez Laborda Jersens, Acebedo y Acuña.


Tan impopulares fueron las bases de la reforma, que de público
se dijo haber influido en su redaccion gobiernos extranjeros.


1II.


Como segun la tercera base, que trataba de las prerogatívas rea-
les, quedaba explícitamente anulado el principio de la soberania
nacional, don Salustiano Olózaga calificó de absurdo este principio,
diciendo entre otras cosas:


«La soberanía nacional como principio de gobierno, es un ab-
surdo antisocial, é importa que se conozca así, para destruir todos
los sofismas que quieran deducirse de él. La soberanía nacional es
un principio que ban tenido que reclamar ios pueblos, contra otro
que quiso traer diverso orígen, que aunque elevado y sublime, no
es menos absurdo. Todo el mundo sabe que el principio de la so-
beranía, es la oposicion solemne, necesaria, indispensable de un
pueblo en nombre de jos que habían usurpado su derecho.»


El señor Olózaga, verdadero sofista doctrinario, en lugar de negar
el derecho divino usurpacion del popular, ó este como incompati-
ble con el derecho divino, dejaba los dos en pié, queriendo amalga-
marlos en un monstruoso ayuntamiento, declarando al rey sobera-
no por la gracia de Dios, es decir, del derecho divino, y por la gra-
cia de la Constitucion, ó el de la soberanía nacional. Lo bueno del
caso es, que al cabo de treinta y dos años en los cuales no ha
podido mandar ltlas que durante algunos días, yeso gracias á la
soberanía nacional que condenaba por absUida como principio de
gobierno, que le dió revolucionariamente el poder; el señor Olóza-
ga. todavía persiste en su sofisma de 1836, Y trabaja para restaurar
el trono y la soberanía de un rey, que asuma en su persona los
vincipal~s atributos de la soberanía auu á trueque de que el nue-
y:; rey haga uso de esta" prerogativas para tenerlo constantemente
alejado del j!'JJer, COlílO hicieron la reina Cristina y su hija Isabel,
con las que él contribuyó á darles tan eficazmente.


El :21 d:~ .d)ril de 183"1 quedó definitivamente aprobada en las
TOMO r. 80




~30 HISTORIA DEL REINADO
Cortes la Constitucion reformada. De la discusion resultó que se l'P-·
conociese en ella el principio de la soheranía nacionaL pero negah~
este principio dando al rey botas atrihuciones, 'lue en fPaliñarl p·'lr
poca maña que se !liera rodia qnbernar á su antojo, convirticnrlo
en dócil instrumento la rppresrntacion nacional, disolviendf) las
Cortes tantas veces como le conviniera, sin incurrir por ello. fl!'l lo
mas mínimo, cont!'[\ ning'ln prece~to constitllcion al.


IV.


Aunque mínimo y puramentn negativo. y ~¡n ninguna conseeul'n-·
cia real é inmediata, la Conslitucion de 1837 contenill. una forma
mas liberal y progresiva, respecto á la religion, 'lile la de 181 t2.
Decia esta que la religirm católica, apostólica, rnmana era la ~f" lo~
español:'s ccn exclusion de cualr¡m'er otra, y la ~¡, 1 R~7 Si>, conten-
taba con decir que la religior. católica. era la de Jos españf,lps. y ryl1~
el Estado tenia la obligacion de mantener el cultu y sus ministros.


Vuelta al revés esta fórmula padia interpretarse de esla manpra:
o.Puesto que los españoles son católicos, el Estado mantendrá el
culto y sus ministros;» en tanto que la fórmula de 181 ~ no solo
decia que la religion católica, apostólica, romana era la de los es-
paiíoles, sino que no podían profesar ninguna otra.


La Constitucion de 1837 se contentaba con ci1ar el hechG de ser
los espai'1oles católicos, sin imponerles la obligacion absoluta y ex-
plícita envuelta en la fórm ula de la Constitucion de 1 R 12,


A pesar de que en realidad había \ln progreso, COnJO yH hem(l~
dicho, no era mas que no:ninal, y solo sirvió para engañar á los que
se pagan de frases huecas, Por lo demás la fórmula constitucional
de 1837 no era lógica, ni racional siquiera: solo con haber decla-
rado que puesto que la religion católica era la que profesaban 10S
espaiíoles, estos pagarían al culto y sus ministros, hubieran resuel tn
las Constituyentes de 1836 el problema que han dejado á sus l¡ij(l'!
por resolver.




CAPÍTULO XXV!.


SUMARIO.


imnistta d8 1 R:n .-Prc'lIplle,to de ga;;to,; l'JI dicho aiio.-Mpndizábal fU(; un geniQ
eUil't"{'lIdt>dor, ¡¡no poco nJonni,ta y radical.-Sistema tributario ljue legó el des-
/JOti,,¡uo al n"gilllw constitucional.


l.


Votada y sancionada la Constitucion de 1837, el gobierno dió
una amnistía muy amplia para los perseguidos por Jelitos políticos
que se babian ido al extranjero, aplicable á Jos carlistas. Por la
misma disposicion se levantaban los embargos ejecutados en virtud
de un decreto del añú an terior. Estas medidas de generosidad con
los enemigos encarnizados que luchaban sin tregua en los campos
de batalla, las tomaban los liberales justamente cuando el tesoro
'Jstaba vaé~ío, cuando eran mayores las necesidades, cuando la guer-
ra civil ardia con mayor encarnizamiento y consumia cada día su-
mas enormes.


El presupuesto de gastos presentado por Mendizábal á las Cor-
tes en 1837 ascendia á 1,570 millones de reales, ~'los ingresos pa-
saban apenas de 871> lo que dejaba un déficit de 697 millones de
reales.


SüJo los gastos de la guerra ascendian próximamente á 774 mi-
llones. Cuenta que e8tos gastos solo se referían á los del ministerio
ue la Guerra; á esta suma era necesario agregar Dlas de ü4 millo-
nes del ministerio de Marina, otros tantos del resguardo marítimo




HISTORIA DEL ftEINADO


y terrestre, con lo que los gastos de la fuerza pública se elevaban
á la enorme suma de 880 millones. ¿Qué tiene pues de extraño que
los intereses de la deuda nacional y extranjera subieran á ~83
millones de reales, ni que el gobierno se hallara en apuros coti-
dianos?


n.


Examinando el presupuesto de gastos de aquella época revolu-
cionaria, pero con prptensiones de órde'1 y de conservac! -n, enCOL-
tramos que además de los gastos indispensables de la fuerza públi-
ca, hijos de las necesidades de la guerra civil, habia otros que, eu
presencia de un déficit tan grande, deberia escatimar, no diremos
un gobierno revolucionario, sino conservador.


Si revolucionarios elevados al poder Cijntra la manifiesta vulun-
tad de la corona, daban á la fdmilia real cerca de 46 millones de
reales, cuando los soldados que defendia.u ,quella familia carecian
de lo ;nas necesario y morían de frio y de falta de asistencia, ¿con
qué derecho podrian quejarse de que los conservadores hicieran otro
tanto? Estos han llegado despues á dar 51 millones á la familia
real; pero los 51 millones de estos últimos años j por el cambio ma-
yor de la moneda hijo del cambio del valor de todas las cosas, eran,
en efecto, mucho menos que los 46 millones de 1837.


Ya que de la misma familia real no salia, los ministros revolu-
cionarios hubieran debido suprimir la dotacion de la casa real, y
administrando como pudiera hacerlo un particular su inmenso pa-
trimonio, obligarla á vivir con sus rentas ó á venderlo y colocar su
producto en valores fiduciarios . ¿Y qué decimos de las pensiones de
gracia y recompensas de las de los regulares y exclaustrados y de
las cesantías que subian juntas á 04 millones de reales?


Mendizábal tuvo ciertamente el genio emprendedor, pero mas pa-
ra allegar recursos y encontrar arbitrios, que para reformar la Ha-
cienda.


Al empezar el régimen constitucional á la muerte de Fernando VII
habia en España ciento y una conlribucion, sin contar las perte-
necientes al ministerio de la Gobernacion, y la mayor parte de ellas
costaban mas de cobrar que lo que producian. Así por ejemplo las
aduanas producian 76 millones, y entre su administracion, resguar-




DEL ULTBlO BORBON DE ESPAÑA. 2:l3
dos terrestres y marítimos, tribunales de Hacienda destinados á juz-
gar á los contrabandistas, y conservacíon de estos en cárceles y
presidios, se gastaban mas de 120 millones.


Agréguese á esto que tantos gastos para proteger ó explotar el
comercio legal, reducian este· en 1836 á 361 millones de reales de
importacion y á Illenos de otr o tanto de exportacion, mientras que
el contrabando, que se hacia en grande escala á mano armada y á
viva fuerza, pasaba de ~oo millones.


No mejor administrados ni mas productivos eran los otros im-
puestos.


1lI.


Mendizábal se encontró no con un sistema que reformar, sino
con un caos rentístico que necesitaba, no mejoras, sioo su reempla-
zo por un sistema digno de este nombre.


Dé aquÍ un resúmen del sistema tributario, que legó el dtSp~".¡3-
mo al régimen constitucional, y algunas indicaciones sobre su
orígen.


RENTAS PROVINCIALES.


Alcabala, cientos y millones.


La alcabala fué concedida por Jos reinos á Alfonso Xl en 13 J'2,
para subvenir á Jos gastos que ocasionaba el sitio puesto á los mo-
ros de Algeciras, y consistía en una contribucion de cinco por cien-
to sobre cuanto se vendiese y permutase. Este cincu por ciento se
aumentó hasta el diez justamente despues de haber conquistado AI-
geciras, y las Cortes de Burgos lo perpetuaron en 1369.


Los cientos consistian en cuatro unos por ciento de cuanto se Yi2:l'
diese y pSiffiutase, y fueron concedidos por las Cortes sucesivarnen-·
te en 1639, 16U, 1600 y 1660.


Por derecho de miUones se entendian aquellos servicias que el
reino prestó á los reyes en diversas épocas para atender á las obli-
gaciones del Estado, y para su satisfaccion se señalaron cantidades
determinadas sobre varios artículos de consumo. Tuvieron princi-
pio estas concesiones en 1590 reinando Felipe II, y aunque de proo-




234 HISTORiA DEL REINADO
to fueron temporales, sin embargo, el rey Felipe IV, so pretexto de
regularizar aqael impuesto, consiguió que se hiciera pt"rpetuo y que
se ensanchara hasta ~4 millones de reales. En ~5 de febrero de
1650 se autorizó indefinidamente otro impuesto de la suma necesa-
ria para ma.ntener y equipar 8,000 soldados, y en ~7 de junio de
1657 se decretó tambien un nuevo aumento de .4 millones de reales
como continuacion ó parte de la contribucion conocida con el nom-
bre de millones.


El conj unto de todos estos impuestos se calculaba de esta manera:
un octavo y 64 maravedises en arroba de vino; un octavo y 31!
maravedises en arroba de vinagre; un octavo y 50 maravedises en
arroba de aceite; ocho maravedises en libra de carne; ocho reales
en cada cabeza de ganado; cuatro maravedises en libra de jabon, y
cyatro maravedises en libra de velas. ¡A.h! se nos olvidaban 3 mi-
llones de reales repartidos sobre la nieve y hielos que fueron impues-
tos en 1850.


El fiel medidor data de 164~: su primitiva imposicion consistia
en cuatro maravedises en arroba de vino, vinagre y aceite que fue-
se vendido por mayor en los pueblos donde se cosechase.


La direccion de rentas provinciales nota en cuenta al tesoro 10 por
ciento sobre los géneros extranjeros de lícito comercio, y un rédito
eventual sobre el establecimiento de ferias y fabricacion de jabono


De todas estas contribuciones resultaron en beneficio de la Ha-
cienda pública en 1834, último año de que se han p0dido recoger
datos exactos, los siguientes productos.


Alc:Jbalas.
Cientos ..
Millones.. .
Fiel medidor.
G(inel'Os extranjeros.
Ferias y mercados ..
Jabon.


21.051,411
17.078'488~' 39.620,178


1. 1 75, :2 8 7 83 . 71 O : 41 6 1'8. VD.
1.914,117
1.099,436
1.772,499,


A esta serie de gabelas ooerosas sobre toda clase de objetos de
consumos, seguian otras tres, no menos onerosas, tituladas,


Catastro equivalente y talla.


En el quinquenio desde 1830 á 1834 produjeron estas Irescon-
tribuciones por término medio 38 millones y un tercio de reales.




DEL lit TiMO BORUO~ DE ESPAÑA. ~35
El año de su estahlecimiento, que fué el de 171R, pn;d~¡jeron y:1.


33 millones.
Bajo estas denominaciones son conocidas 12 especiJ~s ¡]e contri-,


buciones peculiares de Jos reinos de Andalucía, Granada y Castilla,
y pasamos por alto su orígen y pormenores por no ser prolijos.


Uega, ahora el turno á los aguard¡"entes y licores. de los que per··
cibia el tesoro 1.t reales por arroba de aguardiente f1e ~1 grados:
1.8 por la de 2S y 22 por el que tuviera mas grados; y 22 reales
por arroha de licor comun, y 26 si era fino.


Tras el aguardiente y licores llegaban los frutos civiles, impues~
tos decretados en 17S5 y 1794 únicamen te para las provincias de
Castilla, porque Cataluña, Aragon y Valencia se negaron constan-
temente á satisfacerlos. Estas contribuciones pesaban sobre las ren-
tas de los bienes raices, y en el quinquenio de 1830 á lS3.i produ-
jeron t 3 millones y medio.


Llegamos ahora al subsidio industrial fijad0 en 18B en 1 (\ mÍ-
lIones de rrales, elevado á 14 millones en 1830 y á ~o en 183'"


Luego hallamos los derechos de hipotecas, traspaSD~ y donaciorle<;
entre ¿,ivos, impuestos que en 1835 producían poco mas de un mi~
1I0D de realfls.


IV.


Venían luego las rentas decimales que se componian de los valo-
res que percibía el fisco con los nombres de noveno excusado y ter~
cíos, cuyo rr(¡~ucto anual por término medio era de 29 millones y
medio. Pero como forman estas gabelas una sene, vamos á. orde-
narlas en un cuadro.


Producto de las rentas decimalell en 1835.


Excusado noveno y tm'cios,
Diezmos, exactos y novales,
Anualidades y vacantes.
Encomiendas.
Maestrazgo. "


Total.


27.1lt6,992
1.806,84.3
2.320,64.0
1.607,84.0
1.321,603


34.373,918




i36 HISTORIA DEL REINADO
El clero pagaba un subsidio, en lugar de cúotribucion, por sus


inmensas propiedades, que ascendia á ~8 millones.
Tras del su bsidio del clero hallamos ]a paja y utensilios.
Esta conlribucion se estableció por Felipe V en 1719 para atender


al consumo de cama, luz, aceite, lefia, vinagre y sal que hiciese las
tropas; pero en 1736 el impuesto se hizo extensivo á la paja que
consumiese la caballería. En 1824 la paja y utensilios se fijaron en
!O millones; pero en 18~9 subieron á ~8, Y despues se elevaron
sucesivamente á 48 Y 52. Esta contribucion pesaba directamente
sobre la renta de la propiedad urbana, rústica y pecuaria.


Vamos ahora á. las puertas; es decir en los derechos de puertas,
que en 1835 produjeron 56 millones de reales.


Segun un cuadro que tenemos á la vista, el derecho de puertas
costaba al año, por término medio, á cada habitante de Cartagena
11 reales y 137 á cada uno de Burgos, siendo el término medio de
toda España de 48 reales por habitante.


Tras las puertas llegaba la manda pia {ortosa.
Esta contribucion fué decretada por las Cortes de Cádiz en 1811,


y consistia en 12 reales por cada testamento que se otorgase en la
península, y tres pesos por cada uno de los otorgados en Ultramar
que debían pagarse durante la guerra de la Independencia, y diez
años despues, para socorrer con sus productos á los prisioneros es-
pañoles y á sus familias; pero segun costumbre, en 1831 Fernan-
do VlI declaró que era un impuesto permanente y siguió cobrándo-
se. Su producto no pasaba de :25,000 duros.


V.


Habia otra contribucion que se llamaba de los Cuarteles de Ma-
drid y que pagaban esta capital y otros cincuenta pueblos, cuyo
producto era de poco mas de un millon de reales. Pero con el título
de Regalia de aposento, aun queda otra contribucion que pagan en
Madrid desde Felipe II.


Hé aquí e! orígen de esta contribucion:
SolicÍtaroi1 los madrileños de Felipe Il, que llevase su corte á


Madrid; y él accedió; pero so pretexto de la comodidad de su ser-
vidumbre y palaciegos les impuso la obligacion de cederle siempre
que resid¡·~f!} e~·; Madrid. la mitad de las casas que tuvieran mas de




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. !37
un piso, y una contribucion de la tercera parte de la renta á las
construidas á la balicía, es decir, que solo tuvieran un piso.


Esta absurda carga, digna de los tiempos feudales, .sufrió varias
modificaciones, y llegaron hasta el tiempo,de MendizábaI 3,185 ca-
ssa sujetas á tal gravámen.


No crea el lector que con esto~.ha concluido el relato de las con-
tribuciones é impuestos que nos legó el antiguo régimen, ante la
renta de poblacion, que en el reino de Granada pagaban los cris-
tianas viejos que ocupaban las tierras de los expulsados moros y
mo~i3coS, que un decreto de 1798 convirtió en censos perpetuos, y
que er: 1835 produjeron al erario 315, O 00 reales.


Pasemos ahora á las rentas estanca.das, y empecemos por la .saL
que en 1836 producia al gobierno 50 millones de reales.


Sigue despues el tabaco que produjo 70 millones y luego el pa-
pel sellado que ascendía á 18 millones; y vienen luego los sah/res,
p6lvora, azufre, almagra y bolsa de t¡al}Jes, que daban de sí ~ mi-
Hones ochocientos mil r;:ales, y aun H0S quedará los arbitrios desti-
nados á la caja de desamortizacion que COill,;i1Zaron en 1 '19 4 Y cu-
j'O ;lúme:o ascendía á 47 en lS;l7, {j[} cuyo uño produjeroh 13 mi-
llones cuatrocientos mil reales. Pero aun nos quedan las loterías
que produjeron eL 1835 10._50,000 reales.


VI.


Además de todas las contribuciones que preceden, y que cobraba
el ~!lin.is¡crio de HJcienda, habia otras que recaudaba el de la üo-
bcmacion,. y que se dividian en tres categorías, á saber:


Productos generales. .
Beneticeocia. . . . .
1rbit r iJs provinciales ..


57.701.419 t
4.'738,404 í)~1~3.031l,On 6


60.5!:12,16!J .


Tambien la marina imponia y cobraba contribucion con el título
de arbitrios de marina, destinados al sostenimiento de las juntas y
tribunales de comercio, y su producto ascendía poco mas ó menos
á un millon setecientos mil reale3.


Por lo que precede puede formarse idea del cúmulo de impuestos,
gabelas y socalií'ías que pesaban sobre la nacion, por el desórden
rentístico que consagrando,impuestos espedales á determinadas obli-


101010 J. 31




i38 HISTORIA JJKL REINADO
gaciones hacia que unos servicios públicos no pudieran ser aten dl-
nos por falta de recursos, mientras sobraban estos en las deposi-·
ladas de otros.


Mendizábal tenia sin duda el talento y la ciencia necesarios para
abordar el problema en verdad árduo, de la organizacion de la Ha-
cienda, pero esta gloria quedó, por un conjunto de circunstancias, á
los hombres del partido moderado, que lo resol vieron, siquiera fue-
se en el centro de sus ideas centralizadoras y burocráticas,




CAPíTULO XXVH


SUMARiO


ji ¡p~d "I~·· d",-..:d!j('I-¡)/,,'1: tPr, ~f'.-'~:J""¡i\· ¡ --Ci\¡l<l~ 't'" ¡"~O ;-~ '1',' ,-:.rn¡~ ~-.... _r~·~!·._-
,!r " "-., ,;'t,i ;I;¡ .. ,¡" ,¡¡~, '-'1 :~;,!,:'q\ ,"''¡,r,,¡¡ ','I~:' '·!!·:~-~Ci't\l!;l. ; !', _, ':'.~,'


1.


Para extinguir la deuda y crear intereses en favor de las institu-
"iones lilJérak:-;) se pusieroa en venta á pagar en vúinte años los
bieo'Cs de b::: corporaGÍ'J1H'S rdigiosa~, pagaderos tI! su mayor par-
te CIJO pa¡:¡;; dr,l E3!ad f ¡; perü ú pesar de lh facilidad de pago que
ofrecían las condieifllle~; I} la venta, esta no prudujo Jo que debia
esperarse, por uu eonjuntG de circunstancias que vamos á expli-
car. En primer Jugar, la guerra civil retraia á categorías enteras
de ciudadanos que hubieran comprado de buena gana, pero a.
quienes el miedo del triunfo posible, si no probable de los carlistas 9
retraía de las subasta~;. Ctros muchos que hubieran comrrado no
se atreviao, porque viviendo en pUeblos expuestos á las invasiones
de Jos carlistas, temian la venganza de estos. TaIllbien habia mu-
chos á quienes retraían los atropellos, de los que, á titulo de pa-
triotas y liberales, invadían los locales donde las subastas tenian
lugar. y con amenazas y hasta por vias de heche :ltropel!aban yex-
pulsaban fa los compradores de buena fe.




HISTORIA DEL BEI~ADO


Durante los años de la guerra civil, las subastas de las ventas de
bienes nacionales tuvieron mas de reparto de los bienes de los ven-
cidos entre los vencedores, que de contratos libres hechos en prove-
cho del Estado. Pagábanse los bienes de los conventos, como ya
hemos dicho, en veinte plazos, y solo una mínima parte en metálico
Ó en papel del Estado al precio corriente; el resto se pagaba en pa-
pel de diferentes categorías. El resultado fué, que muchos compra·
ron por ejeflJlplo olivares que convirtieron en leí'ía ó en carbon, sa-
cando de su venta diez ó doce veces mas dinero del que babian
pagado para tomar posesion de la finca, con 10 que se creaban un
capital cuyos intereses bastaron para pagar los plazos sucesivos.
De este modo, no solo la propiedad no les costó nada, sino que les
produjo dos capitales, uno, en tierras de cuyas rentas disfrutaron
desde luego, y otro en metálico, con cuyos intereses fueron pagan-
:di) basta diez y nueve plazos restantes, quedándoles despucs libres
capital é in tereses.


De esta manera comenzaron fortunas escandalosas de hombres
que nada habian hecho para merecerlas, que alborotaron muchü
mientras las adquirieron, pero, una vez que las vieron aseguradas,
volvieron la espalda á la inexpe: ta revolueion que les babia hecho
tan inmerecido regalo, convirtiéndose en beatos, en mojigatócratas,
hicieron alardes de religiosidad y clamaron contra la revolucion ti
la que debian su fortuna.


n.


Durante la guerra civil apenas llegó á 1,000 millones el capital
de la deuda amortizada, á consecuencia de la venta de Jos bienes
nacionales; pero no quiere decir eso, que aunque creada y fundada en
principios erróneos la de~amortizacion eclesiástica no produjera bue·
nos resultados, contribuyendo sobre todo á dar mayor valor á la
propiedad, por el mero hecho de convertirla de amortizada en libre.
La mayor parte de los nuevos propietarios procuró además sacar
partido de algunas, mejorándola de tal modo, que gracias á un con-o
junto de circunstancias favorables, puede asegurarse que el valor
de los bienes de manos muertas vendidos durante la guerra civil ha
decuplado en los últimos 30 aí'íos. Tal propiedad so compró por
100,000 cs. en 1836, que vale hoy un millon, y sin embargo el




DEL ULTIMO BORBON DE ESPA~.\.
comprador no desembolsó mas que 5,000 rs. para adquirirla.


Estas ventajas han disminuido progresivamente para los compra-
dores, porque el valor de las fincas puestas en venta ha aumenta-
do, DO solo por el aumento general del valor de la propiedad, sino
porque las facilídades ofrecidas para el pago y el ejemplo de lo que
ganaron los anteriores compradores han aumentado considerable···
mente el número de concurrentes á las subastas, con lo cual han su
bido las pujas á mas del doble de las tasaciones judiciales que han
servido de tipo para la venta.


Uno de los argumentos de los enemigos de la desamortizacion
:fué siempre el suponer que el poner en venta propiedades por va-
lor de miles de millones, á pagar en muchos plazos, no solo dismi-
nuiria el valor real de las fincas vendibles, sino que influirla en el
mismo sentido en el valor de toda la propiedad.


Los hechos han probado lo falso de esta suposiciou.


lB.


Como desamortizador de miles de millones de propiedades se tra-
taba á Mendizabal por los reaccionarios, pero ellos han explotado
despues perfectamente los principios desamortizadores de aquel gran
patricio, poniendo en venta sucesivamente bienes nacionales de mu-
ehas olras procedencias, y en cantidades mucho mayores .


. El error de Mcndizábal y de sus amigos consistió, no en des-
amortizar los bienes de manos muertas, sino en hacerlo de manera
que solo á las clases medias y acomodadas alcanzasen los beneficios
directos de la desamortizacion, por cierto inmerecidos.


Si esta gran reforma económica y social se hubiera llevado á cabo
de manera que las clases prcletarias del campo recibieran en pro-
piedad parte considerable de las tierras que se desamortizaban, no
solo la nacian en genc.i'al bubiera ganado mucho mas con la des-
amortizacion, sino que hubiera convertido en sosten efi~az y ar-
diente de las nuevas instituciones á las clases proletarias del cam-
po, que fueron y siguen siendo en gran parte el apoyo de las reac-
ciones políticas, mas que por sus ideas, por su apatía é indiferencia,
hijas de su ignorancia y de su miseria.




inSTORL\ DEL REINADO


IV.


Identificando con el esoíritu revolucionario las clases trahaiado-
. .


¡as del campo por el reparto de tierras, los progresistas de 1 S37
hicieron poco menos que imposibles las reacciones, que no tardaron
en arrojarlos del poder. Pero aquella revolucion, lo mismo que las
que la precedieron y las que la siguieron, es tu vieron animadas por
un espíritu conservador representante de los intereses y privilegios
de las clases acomodadas y medias. El soplo vivificar.:te del eSpíritu
democrático que se reveló en la Constitucion de 18 U, fué com ple-
tamente apagado y extinguido en la de 1831, Y regular era que
en las .leyes de desamortizacion y en todas las referentes á la eco-o
Domía social se reprodujesen .las mismas tendencias egoistas, de
privilegio y monopolio, favorables á determinadas clasef., escamo-
teadoras y ar.aparadoras de los beneficios soeia!es, económicos y
f·olíticos de! nuevo órden de cosas producido por ia rpvo!ucion
de 18;Hi.


En el delito llevaron los progresistas la penitencia, porque Ja~
masas populares de las ciudades y de los campos no los sostuvie-
ron; y los moderados, identificados con Cristina, y en cuyo benefi-
cio habian hecho la reforma constí tucional, fuerún los herederos ua-
turales de un poder en el que los progresistas no tenian raZOll de
permanecer desde el momento en que su política dejaba de ser la
verdar!c'rar'wr:¡l.e popular y dem0crática que pudiera darles el apoyo
de 1:u:; rnasas de campos y ciudades, para convertirse el: la de una
clase conse rvadora y mon opolizadora.


v.


Aunque no puede negarse que la desamortlzacíoD tal corno se ha
llevado á caho hasta nuestros días, ha sido un gran bien para Es-
paña, sobro todo si se compara el valor y el estado de propiedad
productora, anterior á la desamortizacion, con el que de esta ha re-
~ultadQ; la gran obra de la desamortizacion democrática de la
reparticion do las tierras, que no sean propiedad individual, entre
las clases proletarias, con condiciones tan favorables que pueda.n




DEL ULTiMO BORl:;ON DE KSl'A~A.
G!1ltiYarla~ y explotarías útil meo te las fam ¡lías mas ¡JoLrcs, será la
obra de la democracia española el dia en que cOllstítuYt;ndusf: la re-
pública y consGlidánJúse el sufraglo universal, las instituciones eco-
nómicas, saciuleE y políticas seurr la cxpresioD de los interesc~ ) de--
rechas de las clases mas numerosas de la sociedad,


Es un h,'cho histórico, no solo español sino comun á todas las
socíedadt:s ilumanas, que la propiedil.d ba estado siempre eil manos
de las clases gobernantes, o por decirlo con mas exaditud, que las
clases propietarias fueron siempre las gobernantes. Si á consecuen·
uia de revoluciones económicas y sociales la propiedad pasó de una
á otra clase, el poder pasó á las mismas manos, y las instituciones
políticas se modificaron lo necesario para realizar la transformacioIl
de la propiedad; y si las revoluciones fueron políticas, las clases
gobernantes vencidas perdieron con el poder ia propiedad, y si no
la perdieron les sirvi{¡ de punto de apoyo para reconquistar el mando
destruyendo á sus efímeros ven~edores, porque es inevitable y ló-
gico qn:: donde ¡'sil; el poder, esté la propiedad. Por eso en España
llemos \listo rl poo:;; repartido entre la aristocracia, el clero y el
estado llano, Ó clase industrial en la Edad media, y hasta principios
del siglo XVI, cuando la propiedad estaba repartida entre estas tres
clases; y á partir de la victoria de Villalar, ganada por Carlos V
contra el estado llano, y parte de la aristocracia, ir parando la pro-
pIedad y el poder á manos del clero durante los siglos XVI y XVII,
hasta llegar ti ser la teocracia dueña absoluta de todo, propiedad y
poder, 'n j;} segunda mitad del siglo XVII.
~ partir ¡Jp b. r:xtincion de la dinastía austríaca hasta nuestros


días, l:l clero ha ¡do perdiendo progresivamente, pI poder primero,
y la propiedad di'spues 1 y esta y el poder, al princi pio por la política
dc los prirnefu; rí~yes de la dinastía de Borhon, y de~pues por las re-
voluciones políticas y económicas que han ido progresivamente pasan-
do de la,:: clases aristocráticas á las clases medias, que el despotismo
y la teocracia habían casi hecho desaparecer, y que las revoluciones
:Je nuestro siglo han ida formando á expensas de las propiedades de
la Iglesia, con cuyos despojos se han creado, en 50 años, medio
milJon de familias de propietarios libres.




HISTORiA DEL REINADO


VI.


Si la reorganizacion de las instituciones políticas de Españ.a ha
de ser democrática, como lo anuncia el establecimiento del sufragio
universal, preciso será que las clases proletarias adquieran con el
boletin eleetoral el título de propiedad, signo verdadero de la liber-
tad rIe! hombre. Felizmente la nacion española es bastante rica en
tierras y propiedades del Estado, que no reclaman mas que brazos
quP las hagan productivas. La república podrá hacer propietarios
á todos los trabajadores que hoy no lo son, desamortizando y repar-
tiet1do entre ellos mas de 5,000 millones de reales de bienes riel
Estado, de las provincias y de los municipios, unos puestos en venta
sin qne hasta ahora tuvieran compradores, otros olvidados y explo-·
tados Dor abuso en provecho de alguno.


La desamortizacion puede levantar en poeos años nuestra rique-
~il: rnede y (¿che ill1 uir en el prr¡gresn general) p,n el desenvolvi-
miento de la agricultura y de las industrias tr¡das llegando á ser
para Europa una garantía de que no han de reproducirse esas ca-
restías y escaseces periódicas que ponen temor en el ánimo 'j llevan
la perturbacion y la miseria, el hambre y todo .su funesto cortejo
de plagas á las comarcas todas del eontinente.


y el prioc.ipio de la desamortizacion tal como le compren(lieron,
tal ~("\''10 le rertlizaron l(),~ hombres de la revolucion, es gérmen Vf'f-
¡h,rler0 y fw:nte natural de la ventura de España, toda vez que ~os
w'oblrmas el~')n{)micos de mas trascendencia hallan sol ucion fácil y
lógica.


No es hoy nuestro propósito hacer del principio todas las ded'lc-
riones: pero 110 podemos menos de hacer esta decJaracion honrosa
á favor de quien tuvo la audacia bastante y la firme conviccion de
su ri0ber revolucionario para romper con todos aquellos que ceden
á mezquinos escrúpulos y se doblegan ante las conveniencias, Ú obe-
decen á cálculos é intereses bastardos.


y como hayamos de volver mas adelante á tratar esta cuestion,
concluiremos por ahora lamentando que se haya practicado mal tan
feeundo principio y que se hayan esterilizado tantos esfuerzos ge-
nerosos.




CAPITULO XXVIlI.


SUMARIO


-·~-l·, \llt'd!,';ull di' tJl!UH\I.~ '\ ¡\;dIJ~'ltt¡1 J¡{'r:--~'~uld(J :¡j jtrt'll'illlP pOI l>~pdrf· fil, --\ ,,'~
,,,1 "!,, .,j, ,1:,'1111 "\ll('d¡ciull,-\"'did;l' ,,\II":lli", 'Pil' tom.', HiHiI:, ¡iin' "", \ 1;)
",,'1,1 --1:: ,o.!I'¡)I'j',ri ""di,¡,; \iILII'I,d 11'\,llll;¡ pJ ,i¡j,:. di B!lb, ..


1.


Hebeuns, para no olvidar nada de cuanto contribuye á dar inte-
rés al cuadro qUt bosquejamos en ese período de la dominacion
borbónica, suspender la realizacioll de los sucesos puramente polí··
t;cos y las consideraciones que sumariamente nos sugieren, para
reanudar la noticia de los Lechos de la guerra que por la legitimí-
~ad sostenían los partidaríos del tio de Isabel, y algunos obcecados
6 ciegos ignorantes que con él habian hecho causa cornun, formando
nefando consorcio los fueris(as y los sectarios del clero, de la Inqui-
slcion y del brutal despotismo de los reyes


Este dualismo influía acaso ya por esa época en las decisiones
11',1 carlismo, cuyos cortesanos comprendian la conveniencia y la
!jrgente necesidad de extender su base de operaciones, llevando la
guerra á todas las provincias, y fijando, á ser posible, en las provin-
cias castellanas fuertes columnas que levantasen el espíritu realista
y amenazasen al gobierno de Madrid.


y á esos cálculos respondía indudablemente la aspiracion de los
TOllO ¡ 3!




HISTORIA DEL REINADO


caudillo's qtk prüpc)iJían al pretendierde nuevas expediciones des-,
pues que la de Guergué hácia Cataluña hubiera debido bl4cerleE
rtecconfiar de la utilidad verdadera qUé reportarles podian.


1I.


En25 de enero de 13a6 salió de Zumarraga la f'xpdicio[: ;!f,
Batanero que, mandando unos tresei9ntos infantes y unos (';(JO ('a~,
ballos, se dirigió con rapide¡; hácia \!adrid; llegando á dos jorna-
das y retrocediendo lU5go sin obstáculo, has!3 q!j'~' fué com:':didc; ''1:
Trillo y otros puntos, repasando en marzo el Ebro, hacijl~H.b CO/lstM
las penalidades que habia sufrido.


Por entonces se encarg6 del mand:j er: jefe Ile los earlistas (j·¡n
Bruo\} Villarea!, (Iue era muy partidario del "isi(,ffia, de las I~\ pdi-
cioncll\ y por lo Gua: á p,-,sar del ne"ealahro leeicnte, .. ,rg;:wl?0 ,:'1::.
mayor pscala las bup;;tes., saliu,:J.cLJ GQi1~ez al ~na[]do dI' ,:,inco L.;td,-
l¡onu" 'lo' O""IJ<:lrlrn',u" .. (1.-." "I'i>~"'" ,j., ''''''''.t'"¡r-;'' "."n "1 '¡rUI
.: ,-"l~\ ... " .. " '. ::'! ' ..•. '\..t.t ' .1,,\ .. ,--- ",v '~" 1 1 ,_.I,.,.J.,.~ \_.1! ,,_l·,q·~, ~\.~ \.'\) , \_, 1"


de organj;,a~ e~ Galir·jp ~. ',. ;tí! p:r;¡'; 'e qnbi.l.c ,~
ran tes.


Los carlistas cut'afon ell Oviedo el ;.; dé julio, ptfSt~guidos !liJf
Espartero, que no pudo darles alcance, y despues dc tres dias ae
estancia prosiguieron á Grado, sin poder penetrar en Lugo, y se
dirigieron á Saatiago. El general Espartero, que habia tenido que
dar descans(1 á las tropas en Oviedo, llevaba ya nueve mi' infante:.:


'


r fluini('utos í"'ba·lli)s 'i c:'ril;~'al'" ,l;¡;r,,'·'·fr. .~(;. 'l'¡f'i,ra ('UF' ¡os car-
.. ."... .)/ .. " • .¡ 1 •. '- '- J . .! JU, I!J. L it)" l' .. ~ í j . f J. 11', fl j ." 1 , 1~' ~.""


listas no pudieron detenerse en la ~'¡udad de! '-\¡:¿)!oL \;':11]:;:'f: a'¡U
molestados y perdiendo alguna gente el 19 dé julio) cuando aban-
donaban la poblacion.


Pero tal trastorno habia oca:;ionado el jefe carlista alentando a
los ilusos y fanáticoll, que era preciso reparar los desastres oca:sio-
nados y dar vigor al abatido espíritu, por lo cual vióse dete-
nido Espartero otros tres días durante los cuales los carlistas tu-'
vieron tempo de llegar á Cangas de Tineo y descansar, preparán-
dose para entrar en la provincia de Leon.




DEI, lLTlMO 1l0RHOI\ DE E!5-l'AÑA. !47


1II.


No habia logrado Gomez el objeto de la expedicion y se exponia
á grandes peligros si permanecía mas tiempo por allí, y por tal mo-
tivo viéndose eOI1 tres jornadas de ventaja se resolvió á penetrar
en [(lo!") donde permaneció tres dias, alistando gente, recogiendo
armas y pertrechos, preparándose para dar un combale, para ]0
i:ual lomó posiciones en Farna.


FuI' desalojadfJ por Espartero, y tres dias despues, el 11 de agosto,
:l't!unidas en Can gas sus casi dispersas huestes se encaminó á Casti-
lla. llegando á Prádanos, donde reunió consejo de oficiales, el cual
decidió pasar al interior.


El ~o de agosto entró en Palencia abandonada por Rivero, mien-
tras que Alaix, dejando á Espartero enfermo en Lerma, se encargó
del mando de la columna perst1guidoia.


Era ,:1 intento de Gomez amenaza" á Segovia; pero reforzada su
guarnicioD, hubo de retirarse negando á Jadraque casi al propio
tiempo que Alaix; que dando antes un ataque á la divísion de Par-
diñas á quien arrolló completamente, co giendo muchos prisioneros
d~ los batallones de la Guardia.


IV.


focomprensihle fué para todo el mundo aquel desgraciado hechú
de armas, y mas que á imperícia, pudo achacarse á otras causas, ya.
que la division tenia fama, por haber sido JO:5 batallones que poco
antes habian prociamado la Constitucion en la Granja, Jos que pa-
decieron casi á la vista de Alaix,:que salió de terma el ~7 y llegó á
oír los disparos de la batalla.


El general Rodil hubo de tomar medidas extremas para calmar
la grneral ansiedad é irritacion que produjo la incalificable derrota
de Matilla, y la no menos oscura y dudosa conduela de los generales
que perseguian á los sectarios del pretendiente.


Por esto mismo el minlsiro de la Guerra, despues de dar seguri-
dades, publicando el 31 de agosto un suplemento á La (':aceta, se
veia obligado á salir á campaña formando diversas columnas, que
protegiesen la capital.




HISTORIA DEL REI:\','\DO


Decíase que la destruccion de Gomez era segura; pero este caudi-
llo atravesó, siempre perseguido por Alaix, la carretera de Ara-
gon, dispuesto á unirse con don Basilio GarcÍa, que mandando otra
expedicion carlista, merodeaba por Castilla,


Al recibir noticias de que el citado faccioso babia vuelto tt la~·
provincias Vascongadas, Homez se propuso pasar á Cantavieja. para
dejar allí los prisioneros y gran parte del botin alcanzado ro ,,1;
afortunada correría.


Llegó á lTtiel el 7 de setiembre, y descansando algunos dias SlD
que nadie le molestase, pues Alaix se detuvo en Cue!}(~a para nJ-
zar las tropas, á con¡;pcuencia de com"'1icaciones suyw' los huta·
HODes de Quilez y ~1iralles con fuerza de unos tres mil infantes ma~
úchocien tos caballos vinieron á unirse al jefe carlista.


Al mismo sitio acudió Cabrera con sus ayudantes y una escolla., y
confiando los prisioneros á ArévaJo para flue con un batallor
custodiase hasta Cantavieja, se dirigieron el 1 il á Requena.


Y.


Los milicianos de la villa se resistieron denodada y heroicamen!p.;.
y desechadas sus intimaciones, rechazados sus ataques, los carlis-
tas se dirigieron á Albacete que, abandonada por sus autor!dades, q~
bizo resistencia alguna.


Hácia .Madrid pensaban enraminanc !rs cxpcdicicnarin;;:. y ('i :~i'
ban el l!) en V¡llaroblr~cto, cuando filtro!) alcanz.'ldns por' Alaix, :\l¡
penetró en la p:iblacion ;,1n habel' hallad 'lUD solo c(~nt¡ncla, y, ae;;"
flue resistieron vítÍÍentes araaonesrs r vafl'ocianos. el escuadran
'1 u ~ ,


húsares mandado pOl' el bizarro Le>,n dió una brillante carga qíle
decidió la vietoria, y el enemigo fué dr,salojado del puehlo dejando
nlÍI prisioneros y muchos muertos en el campo de batalla.


Rodil emprendió su eampaña salie[;(lo de Madríd el ~ 1 de setiem,-
bre, y DO pudo dar alcance á la dispersa uueste que rec;):rió lcd;:¡ Lt
t\ndalucía entrando en poblaciones importantes, apodcrándosf;~
Almaden cuando aquel aseguraba que no podian escapar S'Wados ;'0,
las cr,lurnnas r¡lle él habia comhinado.


El mismo éxito obtuvo en Extremadura el famoso plan del ri-
nistro 08 la Guerra, y Gomez, vadeando el Guadalqu¡vir' el día t!}
de noviembre, ocupó á Ronda, y solo en Majaceite la divísion jr:-




DEI. DLmrO r¡ORHON DE ESl'A~A.
surreccionada que mandaba Alaix logró dispersar sus ufanadaf
huestes.


Gomez ya no pensó mas que en volver á las Provincias, reco;,-
riendo precipitadamente el largo camino siempre perseguido ha~ta
llegar á ü;dU/la, donde ya descansaba tiempo hacia don Basilio que
babia recorridc; parte de Aragon con huena fortuna.


VI.


Re!~vado Hodil del mando del ejércitr) de operaciones del Norte,
y hallándo:,,) por causa de su enfermedad próA.;rno ni cuartel geueral
don Haidomero Espartero, recibió este dicho cargo en setiembre.


Desde Vitoria tomó algunas disposiciones para la organizacíon
del ejército, pues el ministro le recomendaba que no se empeñase
en operaciones decisivas hasta que terminara la f'xrf'dieion de ílo--
mezo


En fas lineas di' ~avarrfl. los cornbates eran casi diarios; y, frus-
trada la e"!lcr!ieju!l lluC la legion inglesa habia dirigdo ccn!.ra Este-
Ha, lo mas importante Ha el sitio de Bilbao, acordado en junta de
generales.


Hennieron los carlistas muchas tropas é inmenso material de "i-
tia, Y la presencia del ex-infante don Sebast.ian y otros muchos je-
fes en el campamento venia á mostrar que habia decisioll y empe-
río, pues los trabaios se hicieron con órden, bien dirigidos yer bre-
ve plazo tan tr) qur. el 25 de octuhre rom pieron el fuego las baterí¡¡~
centra la plaza.


Di)n Santos San Miguel que mandaba en la plaza f"citO el entu-
siasmo de los patriotas; tenia á su dísposir-ion unos cuatro mil
hombres con mas de setenta piezas.


Despues de un asalto que valerosamente fué rechazado, Vil1arf'al
creyendo peligrosos los rnovimiéntos de Espartero. que habia mar~
chado hácia VilIarcayo, levantó el sitío, llevándose la artillería v
alojando sus tropas en las inmediaciones de aquella villa, esperan-
dI) una oportunidad para continuar el cerco.




CAPíTULO XXIX.


SUMARIO>


Jl('11\'.'II'I';¡' d,'1 ,¡lI'} d,,' HiIJ¡ilO,-.\jJlj)'(l' Y lrl'/'ui'lll<l de Jo' -íti,uJil<.-A!"'IU<' J 1",-
¡ i,.¡ ,¡,.¡ l'IIl'lIte ,le Lll"¡lilll;I.-~d"a b'l':lrli:ru Ú Jlilb:\(J.-Hr-,;;die1Ilo tn la ':!lr~.'
'" ,i c, ",.I''''''-['I:ld,,! ,ici,iluu," ,1(' 1;\ '-'U/.'ffa ci\il eIJ Ja~ ¡klJli¡- ¡ll'InilJl:i,I'>
_~F~. 'i' ,.1 ,11' C;:ri¡l" ;'1 ril!;¡JUlliJ.-:~Il" p,"rl';.l1!t'(';;,~~illlltcjon itJ~o Jlllj;llltt\ ~
l;l-" j¡I¡~"_'It)n!~'" Cdli.llalltJ . .;,-BdLdL.! de 4;1',1


1.


No fué aceptable en los consejos del campo carlista la determina-
cion del general, y don Carlos encargó al conde de Casa-Egl'ia que
rindiese la plaza, poniendo á sus órdenes doce batallones con la cor-
l'espo!ldiente artillería é ingenieros.


El S df~ noviembre aparecieron nuevamente los carlistas prepa--
rando f.;US baterías y rompiendo el fuego contra el fuerte de Bande-
ras, cuyos defensores se rindieron, como igualmente los puestos de
Capuchinos, San Mames, Burceña y Luchana.


El convento de San Agustin fué desde entonces objeto de los ata-
qu.es, y despues de tres infruotuosos asaltos, el ?l7 lograron pose-
sior,ars;: los realistas del recinto, sin que la guarnicion de Bilbao
lograse recuperarlo, por lo cual se decidieron á prender fuego al
::onvento y edificios inmediatos .


.\1 :.iiguiente dia se intimó la rendicion á la plaza, rechazando los
:siti::dGS toda proposicion, y abiertn brecha recibió rudo castigo el
batallo n que se decidió á ir al asalto. Por lo demás no era satisfac·








251
toría la situacion de los cercados, cuyos bo¡;pitajr~ {l",';', lLnDs
heridos, escaseando los víveres en medio de los rigoreD y cr~;;1f:ls
de la. estacion, llegando á proponer algunos, atendidas la;;: ,~t u'
des que hallaba Espartero para acudir á su socorro, que se rom-
piese la línea enemiga, abandonando la plaza y buscando :lledio~'
para liegar á VJtoria.


Los :-:it¡adore~, que habian suplído la falta de tren con el valt)r,
preclpitaüdo y repitiendo los asaltos, no se hallaban CIl ~ü,,~ L,¡C:íJi.k
situaelO!1 tampoco, y con ocasion de la llegada de E::pcHlt, , lfUt
tj¡!Í'¡lcia ft;suelto á. dar auxilio á los sitiados, bu!,¡"ron j,,': J.t~¿
¡¡;:¿uDas piezas del sitio para defender la línea que :,"pi(j¡,~: ~~p";
r<!eiones dc aquel.


n.


El gf~ner(ll i'rJ ¡de df:! \ork habia. recibido órdcLc.s tL'. ',iHúhlu.,,"
, ¡ , , . /' j 1 1 . 1 ' , , le tlCíli Ir re W. ui: (~nsa ! e la 1crOlca paza, y pasarwo Íj. " j e" G"J;~
:,i"" a¡¡runa.~ marchas sin poderse decidir á nada pe! CdC\;Ci:C Jt; lv
,'ti tldSC de reeursos, Solicitaba de Lacy-Evans que waud¡~~e lrüpa~
" bUfHiE'S á Porluaalete, y se puso 0n movirnil;nto. n(';2,;4'J,L ,1 ;=Ú0
,1 ~-'.,¡ , \J


li"{J [rúia]es el ;¿O de; noviembre c:jn catorce batí.\Uone.s } L .. é
wdas las fuerzas en Portugalete.


Desde allí, despues de diversos ataques, comuuicaba Espa¡L;J:a
;:;00 los sitiados, que se reanir.1uron, haciendo diyersé¡s ~,(J¡j.:..:, y
a.I.nHllíllldo ci ~1 de dieif~mbre una mina, con feliz i:: .. ;~ 'o '- .. D., •. , ,
LUUy apurados Jli)/, la escasez y malestar.


Por tin, ei la ele diciembre pasó el ejéreitr: ,~, G;¡ll¡lJ) ¡;'.j~" ~:;,
puente de pontones en medio del fuego horrible IdS !)i:dt:WI.5, y
se determinó el ataque de! puente de LucharlU, que ,-Ü[~ll:c;~6 ·í ',',.,
Y secundo el baron de Meer, que á las 1 dt: la tíll,L del ~ i, , .. _.
blecido un puente de barcas acometieron dt;oodrdc..dld¡!.t: el '.;luli~f:
de San Pablo.


El horrible temporal de nieve casi hacia caer de :il:, :, ,;¡¡;~;., ', .. .:
armas á los combatientes, y el general en jefe qlie j0.c:u, ,;(;D;:.; :.u ..
Jergon en el desierto, hubo de levantarse poco despUf,,:~ :ji: ;¡¡i'd¡a
noche para vigorizar el ánimo del soldado, que, con irHF ;C'L;t¡¡·,
ble denuedo, en medio de las tinieblas, arrancaba In l. . ,[¡él ver·,
tiendo arroyos de sangre.




HISTOlllA llEL REf'lAilÜ


AquElllt memorabl~ jornada que decidió, pUHk decirse, la i'ue~'h'
de !:" t;uerra, terminó al amanecer, y el héroe de Luchana halió ('11
e! agradecimiento de los bilbainos y del pais, justa ;-I\compensa á S,(j
g,~neroso esfuerzo y á la pericia que demostró en aquella corta cam-
paña,


Las Cortes declararon que el ejército y su jefe, Jo mismo que los
defensores de Bilbao, habian merecido bien de la patria, yel rspi-·
ritu público se restableció confiandu en nuevos triunfos que debían
poner fin á la fratricida lucha, asegurando las conquistas dp la re-
volucioD.


lll.


En el campo de don Carlos todo era desaliento y confusion, y hu-·
bo de ser nombrado general en jefe el famoso dOD SeLa~tian tiabriel
ql1e entró con todos los castellanos Ú ojalateros á dominar la situa-
'i,;iOL, dando por generaiísima al ejército la Vírgen de los Dolores.


El brillante y sangriento triuufo de Luchauu fué infecundo rorque
10s carlistas pudieron rehacerse y rebabilitarse, t;mei,¡;., {~ ;ill;¡JC,~¡I;,
en que permanecieron las tropas en medio de una es(aciou muy (;rulÍa,
sin recursos ni medios de trasporte.


Hasta ellO de marzo no pudo abandonar Espartero la villa be-
.roica, y aun cuando lo hizo en ese dia, combinadas sus huestes COL
las que salieron de San Sebastian y Pamplona, para caer sobre la
corte ¿ cuartel general de Jos absolutistas, desbarató sus planes el
tempor.l1 por gran manera, viéndose precisado, de.spues de sostenei
reñido,;; combates, á volver á Bilbao sin perdt:r [jada del in:1lens ..
convoy que custodiaba,


Los generales Sarsfield y Lacy-Evans fueron talllbien rechazado:::
pGl' las columnas de Jos carlistas, quienes, previendo el nublddo
qUé ;;:: les venia encima, habian levantado el país enganchando á
tooos los hombres de 18 á 40 años, y fortificando muchos pun¡o~
para impedir la proyectada combinaciov,


IV.


Seguia lVJf lo demás en las otras provincias el mismo vaiven de
~a gUt'rra, :' h ,) Y una victoria, mañana una derrota, venian á frus-




[lEl. t:LTIMO IlOllBON 0& ESPAÑA. 253
:Iar esperanzas ó á dar ánimo al país, presentauGú ma:.\ cercano \i
mas en lontananza el éxito de la lucha que proseguía por lo demá6
tenaz y porfiada en el seno mismo de los bandos.


Los nacionales de Ctiel se defendieron heroicUilltmtc, daml(¡ por
contestacion á las intimaciones que se les hicieron, que prcfeflaL.
morir con gloria á entregar las armas con bajeza,


El caudillo tortosino no habia logrado nada desde su sepamcioIl
de Gomez, y Cüntavieja habia caidú eL poder de los liLtrales, ha··
llando casi cadáveres en sus depósitos los prisiollu06 ailí acumu-
lados~


En Cataluña ji Aragon, sin embargo, distraídas las fuerzas con
muchas guarniciones, y merced al sistema de las expediciones, se
fomentaba no poco el acrecentamiento de las bandas realistas, exas~
perando á los partidarios de la revolucion, á los que se decian hom-
bres sensatos, á los mismos isabelinos que no pelcaL:u. FO;' Fiüci·
nios sino por nersflnas Y era .tIP' todl~~ vpim! Uf'L:\'·;· cat~.s;';'ofó. ~ ¡ .k ' LI "
I~PI'WP:ln¡',<:, ~l'l' r""nln llll(, , "'1:'''';);.\.0':: "J lJ' '_".'.<-.• ~,¡.:'(i"ia, Üúdp
• ...... 0 .",0., .. ~ ; ........ t\'UR'_'," .~'-' J lt.tl ~"'-, 1.' ..... ,(,4 l·~ .. ~


, .1 1 ~ " ~' [ ~ ~ 1 t. _. 11 ~\)jC' dh;UraCJd :u~, agrUtlS éiS {jUto, iJU.:)cti,iJd,L, t:li id, lJíÜ4'JLb~~L L: ¡{.'
la guerra, rico tilon qun explotar por rne:io dé ¡ Ui¡kS¡I;y (;ü~Ü,,,,,J.é ~
empréstitos <)l)cfUSOS, á que forzosamente liabriau de w.;udir.


v.


\,:. l'.: "j 't· j:'¡',l,,". "lt1¡:""'''il' 'e n ;,-, "'f"" """ud· el.., d· andG
... ", ljL.c ". ;,1,,1. ... ] ¡ .. " ... u J \";1 v..,..,V, u.v v u ... 0'\.0 "


lUUt!;5[ra,; de! 6;:.;1('("1 Je.~l:úlleit:du la CJJ las iUtiutTi;;Cciones Jl:: cjér-,
,.. , • ~ . : . • f • .. ~ .] . o ¡~lt0~ J;j <.~!~ ju~; ¡~ eGt,;';iJ L~;) tidJ\jtl!tU~:1 J L\ ti! ld~ \'(h:.lH<~...,~vil\~j tlt: 1(t illlS-


Hiú Cuí k \1 !d;j (JlúJl'il;;:¡,:,: ~ lit. ;';' (h:,0i¡;.~;~jübu.[¡ J eH lv:> ¡.;adidüci di-
versos que eutre carlistas y libérales se habíaú tú,llJaJo.
=~i (~JütL ,h LUCLal.¡¡t aDhu;JOl}Ó lullllÚ;h¡[lJ~:ilk \:.; piaü de: opera ...


cionns que Cvíl5;~¡í!1 ;,'a ataGJi Lum;';iLdd.i.", lJk jj;J¡ Jivef;,vs puütÜ:3;
y se uecidió ~~ rcuui¡ muerui,s trepas i¡¡!"o¡~~ndda:.:' de improviso ó
, t' t ¡ dlgun ¡)un u Wipor afile.


L '1' J " " • • , f os i..IUXidÚS que ¡Os. carusl(.~ f\:C,Dlh.L i"Gl :nJIHera taHCesa
daban graG inlerés ú eSte ¡JurllíJ, y ESpV.I!;';' 'v' ,i~su¡vié privarles dl'.
'.:SLl ¡,,;;Jio Cu¡p,'2¡ídieJJü par ... dL d dlilque J~ 16. ¡;uea. Ju !l...:nja¡ú I
, • , 1 d' íH) L . -, 'n "". • ,
a 0UyO utJJet~J ~raSll G: iü ·d~J.iJ'JiH.5-' í~~ ;~aü Je1)a~tiai~, i llLlilu\l6 ~J~
jefe cariistü rec,JllceÍltraba [ú(;rzé.í.~ di el puní0 UIL.Gl1í.lLado, Di,.:, Aú'"
tus Ud,lldDC: .:le.. atew.::üíi por la ¡¡tlne ,lc A.lab¡,UL




254 HlSTOIllA DEL REINADO
tas tropas llegaron á las alturas dC) Oremendi, paS:lfOn á \rrieart'


Laci",Evans e:Jtró en Hernani, despues en Jrun, apoderándose tílr~;~
bien de la plaza de Fuenterabia, donde babia un gran arsenal ~.
1bundafJtes almacenes,


VI


Durante esle tiempo los carlistas hahho pr{~par{\do una nueva ex
pedicion q .e debia :Jlurchar al centro de E~paña para reani/liar ~
los partidarios y dar unidad al movifllie nto carlista en :r:d¡! la PiJ..
nínsula,


Esa expedicion habia sido dispuesta despues de grandes consejD,;
:en la corts, y se decia que don Carlos estaba decioio'\ á llegar {;
:Madrid, porque ::oüsiguiendo aúercarse con fnerza:~ ;'2s¡'dabks J
i1e""'u'c'" d· e "n "')asc'" '"""'l'!¡"arw" la" prC";"CI'as b'lllar;;¡ ·tl··{~;"",l" y. 0.tJ ~ u .• t .... ,).H.lr ' t Ji.,'" ''tIL. ~, ~{.~, ,( .. _'._!Iv ___ '" ¡~
poner térmillo á la lucha, transigiendo con Cristina qw' ra!'r'cia rli~
puc:sta á rünunciar sus derfch0s antes que á ceder á las pretensiü-
DeS ue la revolucione


El agentr de Nápoles segun algunos habia sido '1le(hld(Jr en C'Sí:'Li
intrigas, y se creía que asustada por la revolucion de la Granja es-
cribió Cristina á su cuñado qu~ se echaria en sus brazos, solo con Ja
condicion de que 21 primogénito del pretendiente ~e casara con su
hija, :. ;uc:i'an ¡,erdoD2das las personas quP por olla S~ hahian com-
nrO·lli',,,,;d.; "}'P"j lrl "'''11 ..l')ri., la li",fa rs""- \,.. ••. ~ J, .t U"t_ ~ Lt..h. .. ~ Ut,. ~u, -j .. Jt ..


1\-T i ) l,·.ll,l~·-.··' nhda' ('u' 11) l"e ,,,,.·Ji,,!,,;;: ;>" "11 ",,"Al~;\"l'tn, ·~l "bandr)"'iC ~.,. L~¡.l v" ',' .... ~.~1'''' .j !~ 1,-"0) "-]~I-¡' •• , I {Ji!., '-JL: .. t.~ i..~l~JI"··_\..1 11." J.. "A .. J d:~,
la:; nrci~'¡r_~.. '/:!3eofl:7,adas~ v ln~l~n~ras h18 frnn(l~, ¡l¡~ J?(~~~f-!.r!('i"0 p~~~eiJ


.1 ~..¡ ~.._


ban 2r BC;'u;::;i, don Carlos, su tio don SI'hastian r Jo,~ (lcnCi"i!;:;.;
• u


mas acreridt.~:.l fr;O[!t" aí' ue "jrrc¡f~) ,~o a. nl)() ¡r;f~n:.·:~ y!, I)()P
cabalhi, f,asGro~ :.;¡q trop;P7C' la·· 1ín¡oas !lega'1do ;11 ~t'¡T¡lori¡; d,
HuescCl el '2: di: fl1a)") c1n 1 S~'!
~;':'" ,'"U ,¡'3[SenC iO" :'"Hl:~,,, ~¡':h:1.rrer~ Oráa ,,' d baron de Mt~ef


, .


llegando el prinH'ro de i'stos ¿encrales á dar pista al enemigo en hl
maficTI~,l :]¡,1:1 i(i~ ';;th.; cn Huesca, Al observar que Jos ca)'·,
~istns ~{ blln"TG d0 sp-{T'.;id,.,s ::~:,:;idiósE' á atacarlos; pero hahiemL
¡r¡:¡r'" ,.- 1", >:'i;'r,< \. ~(;: :') bilgadier don Diego Leon y ha .
1 ' 1 1 '1 ! ", f " t !' l' DHJj .j :¡e;~ ,t:'!', ,'; ¡,T'i ',':3,¡¡:.;~~ te ,lellGG) ,a VIctOrIa, qUe lU !lera ;lO~.l·'
e1,.-,' .. ;;.1 ..•.. " .. ".,10'- ",,¡n,·l/. ~"'~"L'I'-:l dflJ'élnlrlo a' los car'¡I',tas A(" "r,~I·'·~I;r.···
• "-'jJ _ d l ,_!t,., . ..-o.' ~Lltl_" • ..' '.:.J.", l._u U11!'_ ... "-' '. '..--1 1;." .. J-.", ,.J.I


~ ': lL r.:·t, .::c TF' -':ji] ;;J.llJ ,,¡ "5 terribles bajas y en tr9 ¿¡las In u"
I . " ' ~.IOS jC:.?3 S;':'V"'i¡Hí;S.




DEL LLTíMO BORRO:\ llE ESl'A~A.
~f¡;TenG rué entonces de opinion que los exped¡eíouarios debían


perseguir á la 0ú!uillna de Iribarrcn , buscando despues &. los que
dirigia Oráa; pero se adoptó el plan de dirigirst~ á Cataluña, lo cuat
hizo exclamar ai famoso cabecilla: Cualquiera 4ue abra eú Europa
UDa carta ge¡,gráfica y vea la. marcha que proyeCtamos ti Barbastro,
preguntará ü::;úlilbrodo si al frente de esta expedicioG va un general
1; un cabu de escuadra.


y efccti \Üfllnnle despues de lres días dé é~tane¡a en Hm;sca Jiri-,
giósc á l1quf:] punlü sosleúiendo un encuentro coo Oráa, á quien
ocasionó ¡Iérdidas cousíd.::rables, y pasando por fin el Cinca cuyas
barcas !Jü habían sido destruidas,


va.


En Cataluña ¡GS carlistas seguíéln ¿¡H'alentonados desdE la mU0rL
de Mina y cansaban á las tropas cOD,coutinuadas correrías.


Tristal1y ~c di,;lirrguiü por su audacia J logró poner ¡Ir¡ g"av'~
:¡puro h ¡¡~ ~;úi.:rn¡(;iJ!(¡ de ~,(j]SO(]ll. Al p¡eleLder stJc(¡:rerlé< la colu,u.'-
¡id Je ~jl.!J:,) (uÉ destruida (;ú ias cercanías de Biosca con muertE de,
su cUüllIllo pOl la Lraicion de los jefes, Ji Aspiroz hubn de cambiar
la direccioll, a.rrlJstrando el Barün de Meer grandes dificultades para.
llegar á Solsnna, donde no pudieron hacer otra. cosa, que recoger á
105 valientes ddensores estrechados en el convento, retirándose des-
¡mes Je destruir la plaza.


Se habl,j, iDSU,dauiJ una J un la superior, y el comandante general
¡:arlísta procu1'ók. organizar ~ disciplínar á los ge1l8rales ca-
¡alaDé'; JGJStlUil orad os á Lutírsé y operar á su capricho. Se habia.
Jecidido á fonaclr Ulla línea de fue des como puntos estratégicos
para las operaciones, y por esto embistieron á Trewp, á VilIanueva
de Mo)á, .). Ih:rga y á Ripoll.


VIII .


.No debieron lisonjear mucho á los cortesanos del rey errante las
primeras im presiones que; debieron experimentar en el Principado j
porque el estaJo del ejército liberal y los pueblos fortificados que
ucupaba, revelaban bien á las claras ser falsas las Lioticias que en




~56 HISTOlUA DEL REINADO
las Provincias habian tenido respecto á la fidelidad y amor de jos
catalanes á la causa del despotismo.


Por otra parte como la expedicíon iba acompañada de multitud
de empleados eclesiásticos y basta de mujeres, cuando tropezaron
'Don la dificultad de abastecimientos, porque la Junta no lJabia hecho
preparativos de ninguna clase, los soldados se entregaron á excesos
y tropelías, y quedaron desvanecidas las esperanzas que se funda-
ban en la famosa expedicion.


En Jos campos de Grá cerca de Guisana se dió una batalla que
valió al baroD de Meer el título de conde de Grá, y ~ostó á los car-
listas mas de ~,OOO hombres entre muerto~, heridos y prisionero!'".


Don Carlos y su corte pudieron llegar á Solsona, donde algun tan-
to repuestos recibieron á la Junta, autoridades y corporaciones que
:'Se presentaron á felicitarle.




CAPiTULO XXX,


SUMARiOc


C')UJO ¡],;¡ fl'lwld¡,:alld" '1 "'11"";111 ¡","\n!,:,"inn:;r:n -en,;li1;,] ~ 1." L'I"'IIJ.i.I:"lIll'- d,'
18:!: .--Ht'j"/ltHj:'llrj¡:'llill jll" 1.1" {i'llllldH';l" :¡nWrl,·;ll!il"._~~f)n í,\\·luid" .... dl,j df'r¡·\·i}~j


L: ,'¡.j"I!,1 )(1' ¡¡!,lrl!"" dqll Cr:lrJI):",-. i¡lITI .s~\iJ;¡ .. t¡;lll : ... 11:-- dl':-'i:{'lldlelltl\~


l.


tas cábalas é intrigas de los que pretendían explotar la situacion
a título de Jibera~es, sosteniendo la familia funesta de los Borbones,
y haciéndola compatible con lo que se decia la Soberanía Nacional,
y era solo un poder oligárquico, una alianza de bastardos intereses,
hacían necesarios continuos y repetidos vaivenes á que daban pre-
texto las derrotas, la escasez, las arbitrariedades y los vejáruenEs
que bajo todos aspectos agobiaban á la multitud.


El espíritu revolucionario, esa necesidad por todos sentida de re·
formas radicales, que consignandu el derecho de cada cual viniesen
á hacer mas próspero el estado de los ciudadanos, daudú ... ida vropia
á la industria y al arte, y matando la holganza, Jos errores y las
supersticiones que con auxilio de privilegios injustos venían á ser
para España desde luengos años fuente perenne de desgracias, ese
espíritu revolucionario, decimos, fructificaba por cierta manera y se
hacia sentir en todas las capas sociales animando á la juventud que
preparaba su desarrollo.


Por estas razones, las Cortes que iban á resolver respecto al pro-




58 HISTORIA DEL REINADO
bIcma capital de la organizacion política, no podian ver en el dis-'
eurso de apertura aquella gravedad, aquel tino, aquella iutencioD.
profunda, y corno además iniluia en el animo de los representantes
del pueblo el temor excesivo á una mal definida potencia de la tra-
diciún monárquica, buscábase con ahinco una fórmula que diese sa-
tisfaceion superficial á Jos que guiados por los buenos principios se
lanzaban impávidos á la lucha, sin considerar en Jo fervoroso ue su
entusiasmo que solo iban á añadir ficciones é ilusorias esperanzas
no actos de viril energía y dt' fructuosas consecuencias.


tI.


Hé aljuÍ algunos párrafos del mismo diseurso á que ya hemo~ he-
cho referencia, y en el que se dirigia el representante del poder a
:08 ¡¡t,C baLian sido investidos por el pueblo para dictar el códigú


l' . pOd[¡eo:
( ... Soís lbl1ados, señores, á uno de los actos mas solemnes y


lllü:-' gí'{wdt·s á que puede ser convocado un cODgreSiJ nacional.
Veni6 á revisar la COllstitucioD que la nacion española 58 ajó á sr
misma, cuando hacia tres siglos que no tenia ninguna; cuando
sostenia por su independencia una lucha de muerte contra el po-
der mas colosal del mundo. A tanto mérito correspondió igual glo-
ria, y este albor de vuestra libertad fué visto en muchas pades con
envidia, saludado en otras con aplauso, recibido en todas con be-
nevolencia.
)}~'i menos lauro os espera á vosotros, que vais á perfeccionar la


obra (;ntoflces comenzada; porque si aquella guerra de agresion era
tan espantosa por la fuerza militar y la sin igual capacidad del
caudillo que os la hacía, no es menos terrible en sus efectos, y es
mucbo mas amarga en su orígen esta guerra civil que tan cruda-
mente nos destroza. Pasiones irritadas que apaciguar, opiniones
opuestas que reunir" intereses contrarios que conciliar, enemigos
interiores que vencer, intrigas (lxtrañas que desbaratar ... ¡ Oh,
cuán to elemento de dificultad y desórden ~ ¡ Cuántos obstáculos al
grandioso fin que aquí os reune, insuperables á cualquiera otros
pechos que no fuesen españoles: Pero todo es de esperar, señores
iliputados, de vuestra constancia y sabiduría; y sin duda Jos ge-
ncrosos eEfaen:03 de los que van á triunfar en ésta segunda prue-




DEL I.:LTl)1O BOUl,ON nG E3PA~A.


ba, serán seguidos en la posteridad del mismo aplauso y reOGm-·
bre que han seguido y seguirán á los que triunfaron en la pri-
mera.


»No bien ;r,r, rODvencí de que era verdadera voluntad r,aciorJ3'i
restablecer la COllstitucion de la monarquía, proclamada ell Cádiz,
cuando m~ apresuré tl jurarla y á mandar que fuese jurada y ob-
servada en todo e! reino como ley fundamental. Y siendo tambien
voluntad nacional que esta ley sea revisada y arreglada para que
responda mt'j0f á los fiaes á que se ordenó, convoqué in medinfa-
meD!.e la'; Cortes que habían de deliberar sobre tan snludHhlt~ re-
forma .\1 mismo fiempo llamé cerca de mi persona, y compuse mi
gobierno de sugctos de mi entera confianza, que ya hastantemente
conocido~, creí qtW podían inspirarla tambien á la nacion. Yo es-
pero que la conducta gubernativa que han seguido no desmerez-
ca esta confianza; y si en algunos de sus actos se ban visto pre~
cisados á salir algnn tanto de la esfera de sus facuHadrs, no dudo
que at('odida la irresistible necesidad de salvar por 01]I'S al Estado.
hallen su justj[¡eacinn en la equidad y benevolencia i1r' las Corles,}'


IlI.


Cristina, que representaba á su hija, que tenia la ;1~i'l('ic¡ h,.s-
tante para halagar á la multitud, y sobrados element,ls de sdue-
,,;ion pata :ll.';\ersc á Lis unos, haciendo que les otros con;c¡y,pori-
?arau y 1!i:Js¡¡1:dt'il'Í':fj~¡; ¡,[opósitoy su mandate; Cri~!i,;c;., i;ue tuve
',:\JC[,; COlJUCiUl¡(~J:!U Je :a situacíon :i de las pe;scna~ {; c¡<iicLi'S se
dingia, a~pirabú á hurrar de la Carta dé lSH túdu a.¡udb q!lf; los
1egisJadilre:, Iwl:jar: consignado corno amenam Ó prec::'l;cion cootn:
'~ , ... I . d 1 J 'l. ¡as uCIt:asms, wllnJII.aClOnes yexcesos e. POilf'i, y príli'uco p,r¡Dar
su buena fe para arrancar de cuajo el principh d¡1 ;;¡l¡::gf'ri:<"i ,n
tre d pt¡.J)]o y el trono,


ta:s Con~tii\i.Ulte,:; del Wi, sujetas á la inl1uenc¡: 1 :;;!ad,'8
1, . f d' el ~. l' po ItIcas ,llnf'stas, onJwau(js por la prC:'J0D qU(' ,31, ").,,:; ;. ':J' íc:a,


la ail¿u:"iti(}:~;i ; \';~pt'cti\'a del hambri'.ju,; la ¿'le < ; u;-.:! :c,
lfaü.sig>i'(),¡ j:;) ¡ituhear y formaron al dictado d2 c .. ;ob,jda'\,~ fJ
~i -., .-~ ,1,- ; ',.i.,···· ~r·", r~ lc.. ,-/-1 ... , la .... ',.l-)"-J,~~_lr,r., ¡...1,:\l ~-\i 1,1,-ne:i¡a:::, ',Hl ¡;¡,Cllj Jb, ... )'¡I¡¡ll<l~O, ünu ub"t ro(,l t 1~.L" ,', ,U'. "'.";


, l 1 1 1 ! ¡,. .. J .¡. 1; . . ilestrozliLlCfJ .,.:, ;Jeree lOS, concu canUo Hl. jU::;tWw., LaSI: :,C ;"~ é>_;,-
trato, t;ímic¡J!o JL las sJciedades humanas,




!60 HISTORIA DEL REINADO
y la mfloarquía, pretexto de la guerra, y el trono, que era ¡,'1


motivo ¡1p la discordia, supo sobreponerse é imponerse á lo!' partí·.
dos liberales, llevando á iey fundamental los propósitos, los deseos.
las teorías de la funesta escuela doctrinal, in1plantando un gérmpn
de discordias nuevas.


Si con todo eso se pretendia por algunos dpscarfar les dificulta-
des del momento y hacer que las clases conservadoras, esa masa de
indifrrentes, nf~cios ó malvados, aCéptascD una sitllacion y abando-
naran la enusa de 10 pasado. fIlé sin duda no gravísimo error de
que han po~ido convencerles los acaecimientos postl'riores.


IV.


El pmh!n t''O ('terno. el derecho es ¡mperf¡'e:l~rn: las nv¡r,arqnías
ias r, li:::3 "qlI!2(), las familias reinantes, las f01igiorJés, son fum'as pa-
,;aipr;:¡s' r ('il pI siglo X1X, los legisladores de E¡;;pafia, ¡enier do
1hirrtl) !Fl {'/·:iige (jUI;, como p1 dé' lS11L rnn~¡gnaha p,}líeitanien,
t", las fner tn " 111'1 dl't't'cho, s(\ d"bier i ,,: ma¡¡c liar sus p{¡p¡na~, ;¡l~t',
rando p0f completo su sentido, faltando á la tradicion } ci'd¡(~di) {¡
las sugestiones de una mujer que defendia pajma á palmo el terre-
no; ya que habia prometido, al encargarse como tutora y madre de
Isabel, entregada el poder sin IDr,rmas ni cortapisas, ein lazos dP
ningun género, solo si con la extension, con la indepenoeocia, fSO
!a lihf'rtad oe accion, que lo ejercieran en rpocas ominosas loi' F~,­
linf' TI v otro.;; ~éspotas.


Pntrr" I(\Q :Ir¡:¡yPS cuestiones que provocaha la rr'orgarr¡lHi'ínf¡ po-
Htir-fl. pr'onómica y administrativa del pais) despllcs de la gue: rr¡
que era el punto preferente que debia tratars8, ya que todos sent.ian
!()~ p.;;lragM, 'lile (\'?asionaba, no era menl)s importante la que á los
''.fd<lnn~ RlYlNicanc'1 Sp refería.


Y.


~(\ r~:j ~ ):;:if..¡lf ;~!f:manecer mas tiempo en la situaeion ambigua
p'-' q'lf' ¡;fl" ha]l\l,pmns nolocados ante el mundo, l1amár.donos due-
j'j(\~ ~I' ~1T) ~pl'rH01'i(} que no poseíamos, y por sensible que fuera,
;¡rl:p"'flder;;,. df' (lna parte tan lrllportante lie los dominios. La V¡>f-




DEI, llLTlMO .BOHBOl'i DE ESPAÑA. ~61
JaJ es que podia llegar á hacerse ridicula la pretension de someter
á aquellos desccndicnles de los antiguos conquistadores que se ins-
píraban en su propio poder para rechazar una tutela que realmente
les deprimia.


Algunos años antes la expedicion destinada á reducir por la fuer-
za á los que habian gritado independencia y libertad, con el intento
de sacudir el yugo pesado, por cierto, que la Jnquisicion y los ad-
winistradores rapaces) los aventureros de sable habian hecho in-
soportable y odioso, habia servido de medio para levantar Dueva-
i1J1;nte la bandera de libertad en la Península. Consecuencia de eso
fue la paz de Ayacucho, y al aceptar ahora los hechos consumados
cra Jar muestra de prudelicia y de fortaleza antes que de temor.


Vuedó, pues, reconocida la independencia de aquellas Repúbli-
cas, que desde entonces subsisten fuertes, aunque no hayan acer-
tado á resolver la cuestion que debiera darles unidad, formando un
gran crntro de [tetívidad política que podría l'jercer no escasa ¡n-
nUcllcm soLrt: el Vifji) Continente.


\'1.


tas Corles decretaron la excluslOn de todo derecho á la corona
,tspe.::,to de los infantes don Carlos, don Sebastian y descendientes.
wiel)tr¡~~ 'lUi! á peticiJü del gobierno se dictaron medidas extraor-
J;¡,G,'¡as pa,'ti pOliU (crmino á la gUerra, porque, como decia don
jih~l¡J¡i; ~:,:C::i:l ¡,,,¡;t;é, L ql,e ~(; necdltaba era terror, terror) siem,
pIe ~el ;'0(,


A j; ;'i:¡(';¡ piOe oe: riñu huLu iN¡i, .f:cacionu; del ¡illDI6lcrio, ! M en-
j¡Lábill proc;u, ub{¡ m,,~jiJfaf la síluacíon de la Hácil;nda, mientras que
Calatrava veía icd][jlildas por el gobierno frarícés las gestiones fjue
lJ¿:)I¿ pCUii¡()' iJv i.lÜ¡'(¡ .,bteüer auxilios dicaces.




CAPITULO XXXI.


SUMARIO,


,\;l):'I~J):": dp rj'llf'II\H~ 1'n \,¡nl!"" (·i\ll!;[dl'.~ ¡l1q)(,rLlllt(\~.-~-\L¡ill!irj\\·!I:--'¡II!: \:f' ( ... :1, -~
¡~,.lLd¡!'tl~ 1'11\1 illit ,tl'~~~li~ p,,¡,~ LtI:-..: " :j(l' h (:'I;j ... ~íl;1\·i0H (11'! ':'~ _._~
l, '\ ,,:11\11' \1!i H" .,¡¡,>, Il:- 1: ':'~"r'I'" -+'!li,:r;11;!,il! 1.'111)!11'·'


1.


En Málaga, Valencia, Murcia y Zaragoza hubo amagos de que p';
órden iba á alterarse, yen Barcelona gran parte de la "Iilicia:;;(' de-
l' 'j' h'l . 1'" ..1 Claro en rene IOn, l ac¡e¡}(Jo necpsal',o que PI f'Jerclto üper;\sc, e,';"


armáDdüla; y por fin el í de :-nn.yr, fiJé fusi1::¡do Xalldiír(Í, y d[l~t!'t'"
""'(1"" 1, 'f'l]!,v'''a ¡Y,'lctlfl" D,'I'I:",'1'''; (l h" I.i·.,n 1"[<:"'1" L :',r ('~. !U (,,"' ,~, < (.~V\!, .¡., ~ J C'J í .•. 1 ~.f,._ \~, ,t~, ~ '1 "," (j" / _


, . t l' 'rl • l' f) I ' mevumen.o ¡'evo,ucJ(maflo "f' ;1ip~" (da, ~i;i" llilre":(Hiíi. 1';'L'i,L:,¡ ,
siempre CHmo infausto.


Así marchaban it la par. i'n el Cnn,.:reso, las ('ont0 iJinni>s ti\; ¡f¡~
que bahian creirln en 1 S30 ~1!W eran ¡1]r:ornpatible.~ ,.; ~.; -tema ,':i;,-
tilncloDal v Ff~rnaodo VU, r,),,~;lh¡]+: de eda cfopncin segm: r,nn
J' 'J


Joaquín FíailCisco P:whc r (); q¡¡.:, c¡nitflsen en dicha épaea las flores
de lis del escndo español qne 1i'~l~arl n las comunicai3i"!)F:'i revobl'"
clonarias. Algunos de ellos, ,lñadf;, pensahan ya ~n rerúblic!l,: :1J
gunos se habian dirigid;} ta rn h;i'n á dnn pl1drn: d:' P.!'tllgd j :,~d '~!i
abi0rto trat:}s ofreciéndole pl trr¡uo es¡nñr)l; <l.~¡ m:',rc~;alhc ;¡:-":.
mos los actos de los li;1cralrs an:,p:.'ntidf\S y los (le; Ce; ':in¡¡ l~P·,'·'
sentante de! Rnrbonismo, qu~ ~hr!.irciaba Ci1/1U \i'i,;,::-:'¡ ;ii1~;)10




DEL tLTlMO BUHHO:; JR ESPAÑA.


leí t¡OIlO cODquistúiJdose las antipatías de los qUe defienden el de-
recuo J!viuv, y excitando el espíritu de venganza entre los que
3.l1lunles de la libertad solo pur geIlen)~G (;owportamiento levantaban
val a. su bija un trollÚ cÍilleutadG eL 1lilIJgre.


lb aq';í las palabra~ con que Cr¡slüúi. aGugia el nuevo paclo de
que no,~ IlClli,JS ocupadu, ~ qul.! juZguulOS conveniente poner á la
vista dd kctúr.


<durada está pur mí y jurada tambien por vosotros la nueva ley
[cilJllfilt:Dlal que dais á la mOlldr4uia. Cun tan SOlelllrle acto ~e ve
:c! ¡ninada del todú la (;Lra de que IlJ.Li:::¡~ sitiíJ encargados por la con-
';~Ujla nat:iúl1al; y los eSjJaflules .Jalen de la inquieta y dudosa po-
Slcio¡¡ en que toda nacióIl se cuwentra cuaudo pasa de un estado á
í)tI\J difL:rente.


»Este tráLsito, sienlpre peligroso y arduo, lo era mucho mas en-
tre nosotros. Ya nuestros enemigos COB1une~, creyendo que no al-
canzaríamos á superar estas dificultades, en su opinioo invencibles,
cantalH\D au fieipit.1lilllt'{de el Iriunfu y nos presagiaban una vergon-
zo:,a Ji,-oiuc!Ofl (~n 'a mas delihecha Huarquíu; locas eSpt~ranzas des-
vUlJecida: C{;[iJU el burLO {¡uf ]a DUllca d(smentida sensatez Jd pue-
blü espai'iol, y por el acierto de vuestra prUdtnlt: conducta, StÍlores
diputadus.


»)Al proceder á. la reforma de la ley política de Cádiz, ni habeis
:~cuch(\u¡_; las sugestiones presuntuosas del espíritu de p::-ivilegio,
ni atend ¡Oi) á las mal seguras ilusiones de una popularidad perni-
(;jo~a. Por lllanera qUe naturalmente y sin violencia ha recibido
iiql¡l) t'ód;~/; las forma;,) condiciones que le faltaban en parte,
iwpi,,;; ~odo gobierno Tllolláj'(juico repn:sentativ0. En la san-
:;cIÚ Lit ;;!s ll'Jt;S y en la facultad de convocar y disoher las Cortes
hJ.beis dad" á la prerogaliva real cuanta fue¡'za necesita para n¡an-
[ell :r el órot'(¡; y dejando en lo demás expedita y desel11barazada la
aceta n tjr'cutiva cel gobierno, conteneis el abuso que pudiera ba-
cer3e l/e aquella facultad imponiendo ia übligacioD de convocar las
C(¡rte~ caJa un añü. Con baber dividido en d0s seccioiJes el cuer-
po leg¡slativú, haceis qUG sea mayor la dignidad y circuíJspeccion
de sus deliLcrat,;iones, y mas probable el acierto en sus resultados.
Por úl¡in;o, en la base electural dais á la opioion pública todo el
¡enujo posihle en la eleccion de los legisladores, y se abre mas
ancbo campo á la expresion de los intereses y necesidades nacio-
Hales en la tribuna parlamentaria. A la firmeza y tino con que es-




HISTORIA DF.I. RKI:'\ADO


tán sentad0S estos primeros principios, corresponden dignamentl>
en su tendencia y economía las demás displ)sici0nes, Ya os dije,
señores, al abrir estas Cortes, lJue nada os proponía ni aconsejaba
como reina, nada os pedía como madre; porque eonfiada pn vues-
tra generosidad y sahiduría, todo lo esperaba de vosotros: VUP:-itra
sabiduría y generosidad han ido mas allá de mis mas halagüpñas
esperanzas, y han colmado todos mis deseos.


)FieJ á este principio que me propuse entonces, mi primer cui-
dado ha sido que la reforma de la Constitucion lleve el sello f'xclu-
sivo de la volulltad nacional. Así es que mi gobierno se hH abste-
nido, cuanto le ha sido posible, de tomar parte PD vuesfros dd)atr~,
sea cuando se trató de los trabajos preparatorios de la reforma, sea
en las deliberaciones posteriores. Ocasionalmente solo, y para ilus-
trar algun punto, es cuando se ha oido su voz; pero la derisír)Q
siempre Oll ha quedado libre y ba sido completamente vneslra.


»Hecreirio, sin embarl!0' manifestaros algnna vel.la cnnformiclad
que en mí hallaban las ~i"p!)siciones que ibais aCl)rdandi1; y esta
manif(lstacioD hecha antrs ror medio de mis ministros, 1ft he repe-
tirlr) v la rcoito ahora por mí misma I'on la Pl'For ;··nm"!llf'pnci('l.
"¡'. <.'


Aquí entre vosotros, á la fal. del cielo y de lél. tierra, .ipelí-\rn de nue-
vo mi espontánea adhesion y aceptacion libre y entera de las insti-
tuciones políticas que acabo de jurar á nombre y en presencia de
mi augusta hija, que teneis delan te, y cuyos sen ti nlien ll)s e~rPr()
que no sean jamás diversos de 10S mios


»)La reina de las Españas, aunque en edad tan corta, uebi8. asj~ ..
tir á este solemne acto, Ya los alhores de la razoo comienzan á ra-
yar en ella, y un espectáculo tan noble y t:ln grandlO~o SI' ;P1rri-
ll1irá con mas viveza pn su tierna fantasía, al paso qUt~ Sil inorpn--
cia y sus gracir1s añadirár1 interés y darán, si es pOE'ihle, ma;:or
fuerza á Durstros recíprocos juramentos. Colocada eo merli'l de leI.
representacion nacional, amparada y defendida por la lealtad es-
pañola, es como si estuviera en presencia de todo su pueblo, como
si alzada fuera y proclamada en el antiguo escudo de los reyes SI)S
antepasados. Acostúmbrese desde ahora á vivir en trI' VIlS0!rClS. ~
oír vuestros consejos, á penetrarse de vuestro bien, á procura r !0
con todas las potencias de su alma.


») Ella es la berertera que el cielo concedió á los votos ~lp II)~ ü~_
pañoles; pila es la alumna de la libertad, educada ~ la sombra d<:
sus leyes protectoras; q ne su prirr er sen ti m i(~'1 to f:f>'l vrnerarlas ';;11




DEL eLTl~1O HaRBaN DE ESPANA. :265
principal deber cumplirlas, su incesante anhelo defenderlas. Esta-
hlecida así con el mas perfecto acuerdo entre la nacion y el trono
la ley rundamental de la monarquía, ningun motivó queda ya á. la
incertidumbre, ningun pretexto á la desunion. Bandera de paz y de:
concordia, sirva esta ley desde hoy en adelante á todos los españo~
les de insignia que les guie al bienestar á que aspiran y que tan
justamente merecen; y viéndola tremolar sobre el solio de la rein:l
que defiend{~n con tanto heroísmo, consideren este solio como el
mejor cimiento de su libertad é independent:ia, como pilar mas fir-·
me de su gloria y de su prosperidad.


»Finalmp.nte, señores dipntados, vuestra lealtad y sabiduría nG
solo han lucido en las disposiciones relativas á constituir el Estado,
sino en todas las demás que para bien y conservacion suya os he
consultado Yo, Ó me habeis propuesto vosotros. Reconocida al sa-
ludahle apoyo que prestais incesantemente á mi gobierno, no pue-
do dejar de expresaros aquí mi mas viva gratitud, esperando que
ceotinueis dando las mismas pruebas de celo y de prudencia en los
trahajns legi:-/ativos ordinarios que os han de ocupar todavía. niff--
ciles son sio dud:l las circnDstancias que nos rodean; pero ¡nj~ntras
subsista inalkrable este concierto feliz entre las Cortes y la coronal
oi la a¡útacion de las pasiones, ni la alevosía de la intriga, ni la
contraposicion de opiniones y de intereses, ni las vicisitudes mis:u;¡s
de la fortuna prevalecerán contra nosotros; y con la ayuda del Oru
nipotente, la legitimirlad triunfa y la España libre se salva.)


A estp discurso cont.estó Argüelles, como presidente de la Asam-
blea populai', lo siguiente:


«(Señora, este grande acto, tan regio y tan augusto como Daciu--
nal. que V. M. solemniza hoy en las Cortes, vuelve á dar principio
á la era mem0fahle por que tantos años há suspiran los bUenos es-
pañoles. En él se renueva el pacto y estrecha alianza entre la na-
cion y el trono de sus reyes, rescatado en 1 S];2 del poder de un
sob(~rbio eonquistador.


»)EI título glorioso con que reina vuestra excelsa hija, procJa[lJa-
do ent()DC¡;~ á de~pec ho de la deslealtad y de la usurpacioo, reDaCe
triunfante en este dia, con toda la legitimidad, toda la valide: qUe




~66 BISTúlUA DEL REINADO
JSÓ disputarle un príncipe rebelde en quien debió ballar su mas
firme apuyo y defensa á ejemplo del esclarecido infante don Fernan-
d1..1 en la memoria de don J uaa 1I de Castilia.


:oLa aceptacion libre y espontánea de la Constítucion que V. M.
se dignó hacer en nombre de vuestra augusta hija, el sagrado ju-
ramento que en preseacia suya lo confirma y corrobora, la recípro-
ca promesa con que las Cortes y V. M. se comprometen y \.igan
mutuamente hoy ante la nacion; tantas y tan sir.gulares eircunstan-
cías reun:rlas, acaban para siempre con todo pretexto y todo efugio
l que pudieran apelar todavía la ambician y otras pasiones desapo-
tleradas y aleves.


»En esta solemnidad la nacion ve nuevamente proclamar su li-
bertad y sancionados sus derechos, y la corona las facultades y pre-
rogativas que necesita para Inantener el órden públieo y asegurar
firmemente la independencia, el poder y la dignidad de la monar-
quía.


)) Esta uninn indisoluble, fundada en la concordia de interés y
de~E'(ls, disipa le!da:., las dudas, calcula todos los recelo~, tranquili-
za el ánimo y llena el0ora¿üü de júbilo y alegría, comu lo publiean,
Señora, las aclamaciones de un pueblo generoso y reconocido, y las
demostraciones de lealtad y amor queV. M. recibe 110 Y en eslesan-
tuario de las leyes.


oTan majestuoso espectáculo no pudrá menos de cau:;ar impre·
sion viva y profunda en el alma angelical de vuestra exc+:l"a hija.
Pi} su asistencia á esta augusta ceremonia, las Cortes rec',nocen la
ternura y maternal solicitud eoi.1 que V M. seeslll,::~a en cultivaren
.su inocenle Cilraz:m ¡as grandeS virtudes que hicierun lal1 "sehlre--
cidr1 á la ínGlit¿t rcina doña Isabel la Católica, no menos cumIJa/ida
pe,r los ambiciosos de su tienlpo cun todo lina}~ de contraíiedades
y p~rsecucioíJ['s. t\ la alta pcuelracion y consumada prml,'ncia de
V, 'L lB podia ocultarlie ciertamente que la adversidad t~S tambien
ese'lela en que se aprende el arte de gobernar y hacer fl'lices las
naGiones¡ porque si es cierto que los conspiradores y ambiCIOSOS
triunfan sat¡sfaci~ndo sus pasiones, no lo es menos el que al fin su-
cu¡·j!:eu ji el tiempo les olvida.


;)Solo !05 rl~yes justos y benéficos poseen el corazan de sus súb-·
Jitas, y viven eternamente el) la memoria de sus pueblos. Y. M. pre
scnla ya á la contemplaeion de los que os obedecen) admiran un
ejemplo ilustre de esta verdad consoladora.




t.n uumo MRBON VE ESPAÑA, 'z67
"LiS Cr,l'!es al ¡,ir ('OL el mas vivo interes y pura gratitud las
Julec,~ y aft'clu\j.~as prdahras de V. M., reciben una prcnda (pe ips
aseguril q m: sf'fán en m r lidaIlJen te sa tisfecbos su s ardj('[1 tes vülns,
DígriBse V. ". (!rlmi¡ir con benevolencia el sincero homenaje de
amor, de lpallad y respeto que las Cortes os ofrecen en DOID bre de
la nlH'io{i ,¡:, reir'eseotan; Y quiera el cielo coronar el triunfo de
:3, SL:¡":¡:!. ,'i:dSc, que con V. M. defienden; conservando dilatados
lIños !;t ,id,! r,u:;nsa de vuestra excelsa hija, y con ella un reilJP)o
de g]r¡r;~'. ,]:; prm;pt~ridad y de ventura.


1) y ;,,¡. fin, señora, empiece ya en este dia á ser feliz presagio
para todo", de que se llenarán tan halagüeñas esperanzas y dE-seos,
la esclar!~cda victoria que acaban de conseguir las armas naciona-
les, fieles fl. la libertad y al trono de vuestra excelsa hija, en Jos
campos de (ira (lU Cataluña.)


E;¡ L:::;;¡: '~I'n!¡do se hallaba concebido el Ilue la cornísion rlf' L:¡~
" '1


cb13'"{;'; dir;¡,!i¡) ;¡ ]:; Gobernadora.
--:: e: ,~ ,}h1 !~noca memorahit> y ruando Es~")aña az!.tad¡: v


':: ¡íi el f:,trecho r¡,~jnt(¡ 0t' f:ádiz prth;ima á St)~ v(p-
linw" d,· ;11 pdH' ,~::losal, hasta f;otonces invencible, los represe:]-
taot;s ,L· r· 1;: ¡~ac>Y] ;llagnáoima ofrecieron al mundo PI grandioso
"Sptd:l~idl! d,· C:lu::>!ít!J.ir al Estado bajo las formas que tan crítica
sitna('¡;:.-, ¡h';:ilili;t pat'i~ asegurar la Independencia y la prosperidad
de \'sl,~ lla:" "¡)c:vilp;¡iu1io. impávidos v con resolucÍo[1 00nstante v


,CJ.,I ,


Hrnw á 1,\ lar r¡\¡C~ prudente, los diputados en las Cortes exlraorrli-
r,;,ri~) .. ~ i :::," .~f\;"f)nnaJ'i;n de la salvacio!1 ~e la natria: v Ir! nattia


,.! • ¡... r
fué salvu '; libre df~ la dOlllinacion extraniera.


".< J


,JI: '" ¡e!a ,:" ;,pnri'ldas taLlbien y muy difírilr" h~H' ,~.1'?'1f\?f!r10
'1 . P' . t . '1' 1 il. ,(i t~¡í"';; ;}"'~~\nk. ¡iO pnDClpe au mgrato c~mo /lP'i[)'\";n1,ll?,': 0
;só c¡lz;v ~,¡ i'.;,:!andartn dA la. rebelion) y arrojanrl 0 rntre los espa-
ñ(¡le" ir' 1",: ;~'c~:l;liaria de la discMdia, conritó todas las pasjnnrs.
creó irnplar:ables \:dios, armó á los padres r-ontra ln~ hii(\~ :, 11)~
bernw,rlo;; y ú los amigos contra los objeto.~ mas calOs (h sn t,HTn·
ra y predilcccion. La espantosa guerra civil se pre.santé C0f: tda
su deformidad) con todos sus horrore.s, y espilrro.ió 1'0;' todas partrs
la clesolacion, la muerte, la ruina.


,1, ¡~ d0 pa?: para España y estrella d0 \"0ntura, V, '1. ~Hllln,~ió
'laPo n'F'V'l,';ra, llena de esperanzas y ahundante en g'o1"ia~ y fP"
~l]ff!hs !1:l':!íl'l'ln á los hijos proscriptos, y o!vidRílrlO gene:" <t~
j:;i;(:lf' :::~ "'":!i'1v[';" dI' pasados tiempos, reunió al trnr!C' de IR :\ll~




~68 HISTORIA DEL HEINADO
gusta huérfana las simpatías y Jos corazones de Jüs huenos espafíüle~:
V. M, concilíando constantemente los anilllos. perdonando con ff(~­
('·uencia á los ilusos y procurando siempre poner térnlino á la guerrit
cívil que nos aflige, ha dad:) a la nacion las mas altas pruebas (h~
sus maternales desvelos por la felicidad pública. Guiada V. M. por
los impulsos de su noble corazon, y firme en el propósito de satis-
facer el voto nacional, apresuró la época feliz y deseada.


))A la poderosa voz de V. M. la nacian levanta su cuello COIl dig·-
nidad y orgullo; elige sus diputados y les somete ia noble y hon--
:05<1 1llisioll de reformar la ley fundamental, de estd.b!ec(~r la mas
sólida y estreeba alianza entre el trono y el pueblo. ISéLbel ¡¡ y L·
hertad, son las bases de esta alianza sagrada; porque lsabl~l 11 J
lih"r!ad son la suma de los ardientes votos y de los vivos d~seos de
torl.'JS los buenos españoles.


\ En medin del embale de las pasiones, de los partidos eDcarni-
7Pílos 8r pretensiones ambiciosas é ínteresadas, de connicto y de
sastres, la representacion nacional se dedicó COD ()alma al desclnpe-
ño de ),u eievadc ¡¡Ja[]dato. Con una opinioIl cierta, sincera del tér
míuv feliz de esta maltl'alaJora contiellda, y sin desatl'Ildl'f Ja~: c¡ra~
necesidades públicas, se abrió una discusioo franca, exl':I1sa, lcaL
noble y dirigida siempre por el patriotismo mas acendrado y por el
reJo mas puro. La Constitucion de 183'7 es el fruto de estas tareas.
\)Orr~cida á la consideracion de V. M" ni hubo ni podia haber ('.1


menor reüeJo en cuanto á su aceptacion. V. M., c()r:stanr.~ni,'nk
::,uidqf!nl;[; v biloéfica, se a[lreSUró á anullcur1a, v á ¡¡iJa aurnrc.


. "


h·)~·" ':~" y hr;llante siguió el 1 S de junio, dia para :;idllpr: t:é':;br,
0)1 ::l::, fa~(i\S di' ia historia española. La inocencia, ;~ \irtijl! y ('.h:,
,. J j' 1 .. . I I l' nI; ;racit:ls urn,WHl e Simo; e piJ.tilotIsmo y la ;I~a lit!! !¡) . ·jld.,~:!:
1,loJ'an d,· "CJ"I'a, y ¡nil y mil gritos de aclamacÍ(j;] y al11illlsíl eran
un testimonio hien r'l)sitivo del asentimiento de! gran pll"blo pspa-
rJI~¡], ~Uíl(;a sr; vió un trono circundado dé mayor amor y rrspi-'to;
lluuca uu aeto mas grave y majestuoso; nunca un ¡dlblicfl rilns ru-
iúsias;'l<hlo por su reina y su libertad, ni p.íse;do de tan'a :.d:grí::i,
.le uJ j:llilio lan síncero.
»D,~spues ue la augusta ceremonia de juranwntn, 1:.1'" h l¡i,:;~


\ . .\L dirigir SflS dulces ¡Jalabras á las Cortf~s,:~ :':L.~ < ,\l':);-, le
:ii:1 ,;c \'. ~1. que !wbirm excedido sus mas Ita la j'ié'i;' .(,Il!.-
zas .'1 r¡UD !,:1bia¡¡ colmad,) todos sus desem'. Hé ~.:p¡, ~;,;-;J, 1'::"--
oras ¡rte l'0S0nanu.¡ Siewpre en los üüios de hs di¡'í¡td P,¡':IU·~




~j '''Jlu;-';''ilH.fvLi le< o.v.· .... Le ' . .:i;0.Llecer .:oolidamente los fundamentos
del Ú¡JlL, ik :ü gr;,¡;;,;rzu J ,k la prosperidad de su patria, el rero-
~"';'''',!.; . :",,¡>,,!. ,,',t',,·,l''',d'' 'a"a{1oeficacespar"Q"e udt lL¡Jh ... U\\) J .(tI b."1,.l~\.n .. ..: \..J í).i.'" ~.~'i,.~LdUi.:)~ tlU ~j 1 ()~ ;.
-, 1 . " 1 ", ' • f' 1 b d d d Jí:Ji.lSefl lte u.;¡.l~ü¡ Ü Ji.;. ":0 uUi.üjlC btltiS aCCWD que.a, or; ,a e
'/. jI. l¿-~~l L~.J. tj'\Jt),!d_:i~JULd0~


17 .. , .¡ ',' ¡'" ' v ., ¡ ~ ~-, e, ("~"'-l'.¡i~ af , ... , f"z -le) nl·{A~'(- ~. ¡i'
') LB L, :':,I.U '" ..... ¡ ' .. i ', • . ,Ll ,~',.",,,1. Le ,JUl. ... " .0. Ü l1'¡ L '-"v :: "t,


la tl¡,'r~;j, \. }d. ·hl.~·J d~ A~\.~L\'L- ~L. ."SLOL.;táL·¿~;, adb¡~siúL ".; áC:~'~,-
1 tJ ;,


tacil)L~ ;~;ji'~ !' \~i-,~l:iJ. ~G :~V ::.;._, .. ~tuLiuúes qtL acaba de jura'; á DOIL-
;.:~rc y c.~: ilr._:~Cl.i'_;~ ~~~¿ ~liJbvl(¡¡J. hijlL i,Ql~;éf~ pude ü!{ siu tf¡~(lCj0u
, " ",' :,,',',,". j';: !.;[j',']:ca' !~:;!:Llll (j¡'''',']l' ")'-~ :'. i,j· ... :(l \. .... 1\.V ..... U .. j,.I .. ,· ,, __ ...... • .. n .... j Vi c ..... · t • ,o....:uL\... , " o ;¡ vi


Ji. íl) ,,'- ,uíJ:all'ú f'" u ~'J::' L~íJ"Ü!;:c:S, ll¿t¡;iestó su cGmplacencia;
'~~:'J. :H.d{<> .. ~~ ~~ ... H_d.L .. d't:~\(., é .i!i0;":~.:J1tc [~SÚWÓ á sus lahios_ las Cortt!: á
su vez ta:nbien ratiflcarün á nombre de la comision, y de una ma-
J; .. ;'~Í; ~L~~~4 .. t:1¡,-,ca, :QS ;:':(~d~i¡.w.i'~utvE; Jt; !cétltal! á su
:lt.. pl\.füuJd. ~CiJtj\.\ci"-.l~ :!. ~)'- ¿~~olL~lc;. UJadle.


, .
. ,. c·\~--'- ~~ ' .. :_' L:.';' 'Ji:,-·'/\.~ lLJ LÚtL}, .. 0lU id
," .;¡.v "":~,j,, le cUill uéLe tCIlU ¡Hllle·


í ~";/,, :,;{;.C¡ .lcfio, la lJClien:üila ná·


J ;ik¿, E~, ~ara q tle nI.) ~l~ p Ll~,:d
,0.,;;:;[u, ';~o[¡jero, nacional. Las


• .i',J\;,-i,.,.' 'ith~ l;~;bJu:tu \.~~ ~ü .. · f,{ .. ,~·L~·:...ia~ i~~~ica[¡ lü Illisruo. 1.o1u VJ~-­
L·); ,u. lO" GLU1;8;~0.~j i:. -:;",(L,~,~' .::U~ ¡ayv.:! re~tJ¡andeGientc8 sub¡'e nues-
tras ballíirras, y á coronar los esfuerzos y los costosos sacrificios de
nuestrf)S valien les.


)jLas r:'irt('S, ::dlOr;:: r:~~¡td[:' á V. -'f, Y se cO[Jgraíu!ail con wu·
,; oc 1, (' ",!,. ":I'¡-' .,.. " t' ", " L - \' H l,\; Id" ¡",tU,,¡. l, J tjd\ i:d~lIJ!' Ulizara ei, iJOW'It lIe ,in., UU\:t:-
!~~ l1 í esta glo"ia por otros mil títulos, Dígnese V. jI. JI'eptdr
,~"" ., ,., ;~ ¡J' 'oc .~" :, , '1" ~:.Jl~ y ft'6[JetiJ Je las Cortes, que caJa
Llj,;", ;,,,,,j ";'~J .• ~ .. ' -': ,;;.c Jc, qUe l.Jaeió destinada por el de-
::: l,":"" .l.l.: .... - '1'" ',. d,.L:U'i OSj/(l,ü,.lü se eleve al grado tic ¡:S'
pL:...J'J'. tí: v.:",Lz¡t J' p()d:~r que ha de vctljJar entre los pueblus de


m.


f" 'v.'· ü ."".,.,,\.,~. '1~h- hem:Js trascrito, la ingrati-
"" ,. ,,,' 'v ,,_ .... ..;. . ...:iigúHi.l perseverau(jia. ;I3ien es




~10 mSTI)RIA DEL REINADO
::ier!o q1l3 las reyes DO dieron jamás, ni po¡Jian, porque 13 ;n.'}:t~l'~
clon es invasora y avasalladora, grandes fl11l(~lra;-; de gt'[)"rosilLj f


Los desengaños han sido crueles, y comu FerrúlJJd,), su n,ujr'r
Cristina y 3U hija Isabel han mr;,nifestado que pertenecían 1 lah
ruilia de Borhan por la perfidia ruando conslúaban, Y la bajeza en;;
que soltaban promesas cuando :a revolueioc, 1í·S ceJueia .:1 la DUo
lidad.


y la revolucion confusa en inedio de dquella borrasca nn sr; mos-
traba. exigente, queriendo proba/' s;:¡ ¡jC[l::'fJ;,;}ad ]dtcia ;}qlJ('llc:~ ~t::n
ante su majestad y poderío se inelínahao. p¡~;\!'rd nutaJi'ii;>,winr
fruto de las apostasías y debiiida.Jesde )os'1 <l t ';.t' :~a [;~, k: ::, .. v:'
lucionarios, formar una aiianza con d ',m(~m¡sülilü dch;;l~( .Vr'
rilar y p,spiaha en ?fecto la ocasiol1 ¡1c romi,er lss \r:lLas 'itW .:>:r j.,
pnnialJ .
Por;~SQ tambiep al suprimir el dieZú% m.!hl~·!¡¡ ~nn ':'?r ~"'."


- -' L! ~


ti) '11 ['l"ro {'llva dOlni,,,,c:nn llal'l'" p,o···f'll·\··"l·. ~l ",,:, ],,:,·h"{'j"~·'
., - 1 'Jl~,I '_ ~ ..." .,1 • íJl <'..JL" I J U. t' ...... 1" ¡ _.Jo ..... \..4 ".' t¡\, .. ~ ;,.L!." ,. ' .. '


le de supersEcioncs. tos [i.:yon"cldos, la gran famiJi3. <tórlcola, :3t' h;~,
-::;"10 desd~ '0f\ÜHlf'·PS IH:01;i,:;·h


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\·\·'IH' l,'~,: ~,,,.;.,lr!Fln.; ."" .. "
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ro/' ~,.;J .-
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i:~ft ~~:: -:L'r~'-lc!r'"'
'-,,~ -~,: ~),'1




CAPÍTULO XXXH.


SUMARIO.


L. X!"''¡'' inll di' ,lon Llrill- ~ (:,!l'r\'I'" haciailadríd.--(ÍI'rfllla Llt' Ciú \¡[.--[k· i:i¡e' y [""-
dvtll.'!:! 1¡~1t' !~~rl ... jrlr '1;!I'fid.~-r:q,():-;i;:iolJ I.h' /;'1 P'jlula,'ion tk ~iai,l-rl.('i:-~ ~~ la rt'ín~J"
f!-<lI'''I·I¡,¡dlll·:I.-()¡:'Ti<';''¡:'·' l' ífifi[]"l1.:ia. (], E'Pilfil'!'f).-·\lal ,'xiii) ,\Ilf tu\U 1: :'"


:'!i"':, -._- !~r·.,:I;('i!l, :- ,!:\ i'-.ídll!" 1_'11 ¡·I (·;!I·!;~t!"I>--.~\!'li\íd;)d dp (>diCf"~"~l
~ !',- 1', !,. r~~.;~~·¡,,~·., ·_-:-':;:ik dr,1 h'¡rll/l di' ·\j('e{'


1.


El Pretendiente despues de reponerse en Catalutía de los descala·"
bros y con trariedades pudo pasar el Ebro penetrando en la provin-·
ClIt de Yall;uciü, {;i.;rc~ di la cual habia preparado Cabrera fie~tas
'¡"':'tiLh0 di; ULa lur;..;;;. CJmpaiía sostenida con buena fo~tuna por


\., general túdosillo.
ELl líiS primcfl);s tEaS (le €llero ab,wdonó la cama para invadir


la huerta de Valencia, de acode sacó gran botín, sufriendo una he-·
rida en la pt;¡-fiaJa "ceion de Torre-Blanca, donde dispersó á sus V0
Juntarios mientras se curaba.


Llangostera y Forcadell batieron una columna cuyo jefe. el corQ,
nel Creguet, lliurió fusilado el 17 de febrero; mientras Cahrera ya
¡\;pucslo recorria.!as fcraces comarcas del Júcar, acercándo2e á Re·-
íl UCDa para volv2f á Liria y preparar ei horroroso fusilamiento qU8
al¡;ti [Jos llaman la orgía de Burjasot.
~:i ti oÚlllbrarnlenL) del gCL.eral Oráa para reorganizar ei ejérci.,


lo del centro, ni el valor indudable con que la milicia y el ejército
habían perseguido ó rechazado á las facciones, podian á la [(;Ch01




HISTORIA DEL UETNADO


sostener el espíritu público á 1 a altn ra con '!cni"r ir, y( fine mil r;:¡ l!-
sas veni'lo á influir para dar á las operaehnp~;, á la ci1mp'lña un
!j~te sombrío.


El ~5 de abril habian silrrrenild() de nU':Y0 ~ :T;lf't:1~,ieií\ Caha-·
ñt'''o y .~znar, en tanto \F:e el fu:rtr, [tI' San 'hl('1} . s¡ti~~f) p'lr Ca-
hr(~ra y Forcadell hubo de rerdirse','}trs qllr Orf1~1 :,urliera Ik¡:mr
en su socorro.


Don Carlos se hallah'l pues con uo ejército numeroso y florecirQ-
te que venia á unir sus huiFdl~Jnes á Jos que él habia sacado de las
provincias Vascongadas, pero Cabrera, el activo táetic(l, eomprendió
al presentarse en la corte que no realiza¡'ia:1 Jos propósitos ti qUí' ~e
encaminaban por la mucha gente ociosa p i~{J Ii' de qnf' se ;"O:!t'3 be.
don Carlos.


No bas~a correr, deC'Ía Cabrera, pn ra llrga r {l 'f;Fl rid: p~ p"rciso
'f'llar. el que no pueda sE'gllir la marcha rl' la Il\r"dic¡~\n qurdrs!~
en CH l.l ¡a'¡ie 'la; es nreciso nresen tarsr en la pwr!a de A Ir;'f' ha al


• l ' ~


2i~rr(' tíernpo que sepan allí que bemos ,,~lid() '11' l'hrr/;1.


II.


Las dilaciones dieron ocasion á que Oráa pudiese reunir 1 (),500
infantes y algunos caballos y se dirigiesen al enCIlrDtr0 rkl rnemÍ-
ge, cuyas fuerzas ascendian á l7,OOO, La rlcrr(ltn de Cbiq¡ n~()s­
tró á don Carlos que Cabrera tenia razoo, y el pretendiente [iaSÓ á
Cantavi~lja, de allí á Horcajo, y habiendo conseguido batir el U.
di agosto á Huereos, entró eu Castilla la Nueva con direccion Á.
Madrid.


Al mismo titJmpo que esto sucedia, una columna carlista invadió
la !)rovincia de Burgos, y Zariátegui se abrió paso hácia Castilla,
!ligando hasta Peñafiel y pasando á sitiar á Segovia, donde entró
ptr asalto sometiéndola á todos los rigores de la guerra.


Zariátegui avanzó hasta San Ildefonso, amenazando á Marlrid,
mirotras que don Carlos se presentaba á su visti) por el lado opues-
to, parecieudo como si fueran combinados movimientos para apodl'}-
Ta i'se de la plaza.


Las tropas parecian detenidas por ]a falta de recursos, y las
quejas se multiplicaban por todas partes! sin que el gobierno de
Mad~jd aCértase con los medios de conjurar tan deshecha borrasca.




DEL ULTnJO llORRO:'í DE ESPA~ \ , ~'73
Espartero llabia dejado el Jesiumbrado ejército :id N)rte á Ce-


baIlos Escalera, corriéndose desde Pamplona á Logl'oi1!i, y lkgó h~
eia A;agon, llegando á la Granja cuando las tropas de Zariategui
retrocedian.


Madrid mostró en aquellos dias energía y prudencia suma; foco
de la rovolneioo y comprendiendo que la guerra se prolongaba por-
que lj;lb!a un in:erés sumo en gastar y activar el elemento revolu-
ciimario ,Madrid supo, sin embargo, conservar, d u!'an le aquella cri-
sis suprema, la calma y la dignidad que aconsejaba el patriotismo,


111.


Cristina á quien se acusa de haber prnvo0ado los movimientos del·
pretendiente, pascó por entre las filas de los milir:ióDns qu r> (¡c¡die-
ron á los débiles Uluros de la pob;acioD para f,pnar ;·O!l SilS ¡wchos
vedadpros parapetos de la libertad, si Jos solrl;1(ios de don Carlos
qu,: ¡~ran los E~'c!arioi' dd oscurantismo se hubieran atrevido á for-
'ali/;J1' Ull ataque.


La situacion era grave, el ministerio ro correspondía á la grave-
da! dela.s cireuustaneias, y la Diputacion de Valencía, entre otras
muchas, dirigió su voz al poder, y despues de Jamf·::!arsr d!~ Jos
.le~ae¡crtos gubernativos, del descuido Gil haber f:'prim¡do y sAoeado
la fd~cion en su orígen, pasaba á hacer una pintura triste y paté-
¡¡('aJ¡~ la síiuacion, y añadía estas notables palab;3s:


¡di ,jt'j!.lndu á un lado la extraña manera de hacer la guerra .
. li'sconucida. hasta. ahora eu el mundo, y cUF t;1('tie;l no f'stA cseri-
ta, tenJcmü~ la vista sobre el país domicado por la faceion, no ve-
~nos ,nas que í:scombros, poblaciones desiertas, campos siil cultivo,
l!na lllisCJia espantosa, una paralizacion general, y no oímos mas
q~le lamentos ue ancianos, de viudas y buérfanos que lloran sin f'C-
m~ i'l pérdida dé su apoyo. Es imposible qee V. ~!, tenga una idea
la mas :ernola Jl~1 t'stado lastimoso del pais; si la tuvina, es la Di-
putacion está hien persuadida, que las lágrirnas el'" pueblo serian
pnniamcntc t'njugadas, y un remedio eficaz y d~~cisivo ¡ústantánea-
:k';l]:e aplicado á sus profundas heridas.


»1..08 pueblos, señora, á pesar de tantos y tan f:>petidos dcsen o·.
gaños, están haciendo esfuerzos extraordinarir¡s para la tuminacion
de esta guerra devastadora, y están prontos á emplearlos siempre




274 IIIST,)RIA DEL R&INADO
que prod uzean los resultados que tienen derecho á exigir. Las c()n~
tribuciones ordinarias del año 38 y el 39 están satisff'chas 00 la
mayor parte de ellos; las extraordinarias Il'levcn sin crsar, y se re-
caudan y se consumen, y los males van en aurnent·); los rebeldes
prosperan~ siendo los menos, y los leales siendo tres veces mas
fuertes en número y valor, en resignacion y sufrimiento, ó perma-
necen en inaccion, ó se aniquilan en fatigantes marchas y cor:tra-
marchas. Y ¡,qué resulta de todo esto? Que el pueblo en masa man-
tiene vuestro ejército, Illantiene las hordas rebeldes. es saqueado por
ellas, desaparecen los capitales que animaban la industria .. querlan
desiertos los campos, el hambre va á ser general; Jos productos del
sudor y las ofrelldas del patrimonio del pueblo español son compen-
sados con lágrimas de amargura que hace derramar vuestro gobier-
no, cuyo sistema funesto de contemplacion y lenidad, seguido hasta
aquí, aleja carla día mas de nuestro suelo toda esperanza de ven-
tura y prosperidad.


Xl Esta Di pu tacto n , señora, ve un misterio tenebroso en la s u erte
de Es¡.mlia; no hay necesidad de correr el velo que le cubre como
han pedido aigunos diputados; Io.:~ efecto!} nos coodfl['¡~n n' conocí ..
miento de las causas; la guerra no se hace al pretendiente ni á sus
hordas; la guerra se hace al pueblo entero, y la destruccion y Rni-
quilamicnto de este pueblo, es la prueba mas evidente de que rQD-
tra él se opera, y lo peor de todo es, que é! mismo es el instru-
mento de su propia ruina, él mismo ¡lrepara la hoguera en qu.' ha
de ser arrojado como víctima de su docilidad (. de las intrigas de Jos
pott'I] lados.


»)Ei rigor no se templa sino con el rigor: á la ferocidad se 0rOD/'
solo la ff.'focida.d. ElJhorabucnét que para hacer ver al mundo ru-
tero la enorme distancia que separa á los defensores de la IihJrtad
y de nuesf.ra adorada reina de los inmundos y asquerosos satélites
del despotismo, se haya ensayado con ellos la lenidad, la rnoderac¡on,
la temp!¡wza y la condescendencia; pero estas virtudes ejerci 1as sin
fruto por f'spacio de cuatro años, ya no son virtudes; son, sÍ, debili-
dad, cobardía, y no queremos decir mala intencion. Miles de vícti-
mas ínoc,'ntes p indefensas son sacrificadas en los pueblos al furor
de los bandidos del sanguinario don Carlos: ¿por qué, pues, no re-
currü el gobierno de V. M. á una ley de represalias que ya se ha he-
cho tan jll~ta eomo necesaria y absolutamente indispensable? ¿,O hay
fuerzaf él no ('n la nacíon para hacer uso de ellas? Si no las hay, de




DEL ULTIMO BORBON IlE ESPA5"L 275
¡úd05 modos seremos víctimas de la barbarie del cnclJjjgo; .:íÍ las bay,
aprovechémoslas por momentos.


»)El sistema que vuestro gobierno ba seguido bi..ls!a aquí, 6 c . ;
bueno ó es maio. Nadie que tcnga uso de razon y pal¡ iotismo po··
drá decir 10 primero, porque las consecuencias están tan lejos de
aquel príncipio como distan de nuestro globo las estrellas. Apelamos
á los hechos y al estado actual de España. Pues si los h(~chCiS y el
estado actual d~ E5paña proclaman por errado el s¡st'c'wa que ha se-
guido vlle~lr() gobierno, fuerza es que Y. 1\1. slTIalc una marciJa
iIlas franca f{ lcs negocios públicos, obrando con tDcrgía COf¡lra loda
clase de obsláeulos que se opongan al bienestar gL:ueral, adminis-
trando reeta J severa justicia á todos los Españoles, cualquiera que
sea la categoría á que pertenezcan, siendo tan inexorable en el ca s-
t;go Ci/mo hhcral en el premio, salvando esa ConstituC¡¡':1 ,pe V. ~L
y todos hemos .imada defer,der de lv:s ernba1t>s dt, ,~,s ',."j;J:J'C;LCl :,,-
dignfJs, que nmi(jur r:~cus en !J(lmer,j, son fuertes 0.; ¡L(j(Jj~úS y en


l' . 1 . ¡' •.• 1 .,. il!3iJgna ¡ni,¡/!:.I)i:;rL : ;,ando, con pn'¡"renClil á I\Jl1\1, un jnlplJl~W a
k. ~,J;;)'I éí, ,::'i1pUX de restituirnos la pez por la qlh~ :.,) u tu ,,;)¡,d¡¡,ú)~,
;\iltes que las n;cves de enero vengan á ser un motivo de enlcrpe-
cl:l1ieIllo de las operaciones militares. Estos Eon, s,; flOra, Jús votos
de la Diputaeion provincial de Valencia. ¡Ay de V. M" yay de nos-
otros si no se 'lcn cumplidosb)


Espartero llegó el 1." de setiembre á Daroca, y tomó la direccion
C¡¡('llea I~un i)~ijGlla opor/unidad, como si huhiese adivinado la


SÜ;¡!ran¡;Fdw. :1.' ;üs é:arlis!as que p¡~rnoctaroD en Argallda el 12,
:caJudiUJdu (;OíJ jid)i)\) J. la codiciada villa, cayas torreti d¡visaban.


El 1;~ dd propio mes, forzando las marchas, ¡¡Pgó Espartero á
:lTadrid, uQfide:;()¡nenzaba á adquirir grande inl1uencia, tanto en la~
!.'uesljullt'S ,Ir: r~¡!Crra CiJmG en las disensiones de los partiJlls y en
las intrigas di.' b camarilla palaciega, siemprr atrevida y prepon-
d¡ran!e, g3Btl;-:a "le po:ier, ávida dt~ riquezas, deseosa de prolongar
Li guerr¡~ para ,~strujar á tirios y troyanos. Desde que Alaix pudo
penetrar ~n las íl'g¡onf's oficiales, la infíncncia de Espartero Estuvo
:lsC'hurada, y (:11 ':1 alc!jzar régio, en los conscj0s de Cristina se de,
:.:idíiJ,IJ las úperaciones pesando y midiendo ventajas é iocouvc"-
'i!t'il k;'i.




!76 (,¡SlORiA DEL REI:'iADO


IV.


Desde que Cristina fe habia visto humillada en la flranja, y oblí,
garla á ac('rtar la fonstitucion, combinando con don Carlos una
ven~aeza. v una ¡nerOdl;:;,. basta que ese funesto rer!resent(\nt{~ de la


1.....-.. '


intolerat1cb, el flHJt::j~mc y las supersticiones, se babia acer~
cado h h villa, capibl de España, los planes hahían rarnhiarlo, y
así hnhi¡ It0 ctdf.'tldcr!o el Pretendien1c al llegar &. las ('Pl'('!1nííl,s de la
capit¡¡1.


Inútil filé q!l(' <:U~: parciales anunciasen, remitif'ndo profusamente
prOCI~l.'11fI~. (pe r,,:> bf!7ra iha á penetrar dentro de los muro>; ~e la
vii!a si!,,;; I'H' h'o; Cé'. que todo estaba definitivamente (ll'frgla-
do por í!¡pdiaelon de las potencias del Norte; que hahian d¡spl!e~to
eJ:!lr' t" 1h")d ' rdnci pt dr Asturias, empuñara pI crtrf\ qUf su n:1-
dr~ 1~1 r,'!'h~,~('p~~n''iar;d~i el. gobierno, Srgun este proyecto, debia
",',\'Ji'r,,' j'!',', :': 1:;;,' ,l" ['"'I"J"'D(l(l t:J'/'ndos," {'r'lstirla "r' 't'\j¡'a


' ! ¡" ... ~, . ' .. .1 \ 1- . 1. u,. J"J .! !J.. '"- ~ ...J '. I [ L • ~ ~ {~ ,
(Unq ba',lpn!o añadia el jOl'umcnio, tirn(' E'Pilfí;¡: rev. :",'Ii,


gion y ["ttrip .. y hoj:; ella pueden acogerse todos los !wn' hri's armw-
tes de la prosp0ridarl nacional. El rey convocará las antiguas Cortes
de España, y las nl;cesida~es políticas de la época serán satisfechas
con el tino y la circunspeccion que requieren las reformas socia\eíl,
Los ti"mpr:s oc la Tnqnisicion y del despotismo pasaron ya, y no km
peleado por entronizar al uno ni al otro los invictos n;lViuro:-: y
va S~:¡Jl ;!il. ,L" ,e i lOe! heroicos catalanes y aragoo'2sr;;;, N n:, 11 nos y
ot~n~ cf\mrn¡(~r: ¡wr las leyes, por la justicia, por su felicidad; (!Da
inmensa ma; "ría del partido cristino pelea por la misma cau:,a:
discl)~dhhamos en lG~; ¡nedíos; pero ya nos entendemos, :'1 cesarun
nuestras sangrienta:; disecrdias) y de hoy mas seremos todos djg~
no~ de! fH)'!lbre e:;pafínl ultrajado por unos pocos que no escaparán
de la jus;a. venganza de las leyes.»


Tales esperanzas S2 frustraron, y los partidarios del Pretendi\~n­
te redujéronse á unos cuantos, y na hubo en ~adrid fJuien levan~
tase grito alguno.


v.


\hirirl "O!1:0 hr>!'¡os dicho, estaba sobre las armas, ;0" ni;\cíona--




DEL lLTllliO BO.lwON llE E:-PA;I(\. '!77
les ocupaban las tapias, y ú la aproximacioD de Zariátcgui reinaba
;::) mayor entusiasmo. La maJre de Isabel revistó las lropas y ya no
pensaba dividir el poder con el que se lo di3putaba, porljUe. ere-
:'endo contar con ej jefe militar, Espartero, suponia qUt irr:ponJria ti.
los revolucionarios y sujetaría á su caprkLo al país.


El moderantismo iba. ya explotando la situacion; los hombres de
intriga se aliaban con palacio para esquilmar á la multitud, yentro-
nizar:;l sistema corruptor de la monufl}uía de Julio, qUt Labia reunir
10 rn torno suyo en Francia UD<1 porcion de advenedizos, siervos del
pr('~:lj;ucstQ y ,it:: las contratas, L:daoge indigna:!L mercenarios dis-
;iU,;.'<tos fl :odo, por lograr la codiciada pn'sa, íliUGteniendo al pue-
1':U0f) la ignorancia, víctima Jf la oligarquía upresora.


Qoil'oga 2sfaha de capitan general, y babia hallado en la pobla~
cion el apoyo necesario, por manera que los carlistas si llegaron á
\'.¡,l!ecas \iroteándmw con las avauzadf1s. DO se atl ,~Vierí)Jl á adelan~
1:1"8e, á intentar d ataque, ni L ;;);,Ji, Si)~ CVlJ k ";ullílllUd
,--1 . Esp'L'h'ro.


!:¿d,f ~ ¡ d \ .1.)- <~u ~ :;_ '~1 ,.;; L:.l:':i,5~ :)Ü rapi¡;á~ l~:;j 01J; .. JL 'J;(j'~_n~ gus-~
J, l. ;'1,"11::: '"' ¡." í } ,,'" 'o jf ir. 'prit" , , ','


. >u'dI;i~ijL;, J ":,1 .lJd'i(i j l; .eliU J iJlili.5UneS
'Jispcrsándose fácilment~ en Aranzueque, hasta el puntO de yue los
q""- al frente de Madrid ascendían á 1:2,000 llOw1res, pudi!1ron ape-
úas presentar en Brihuega 1,000 desalentados y tarjo!' ue pelea, en
pi dia 20 de setiembre.


Afortunadamente pudieron incorporarse el '25 con Zariálegui que
había saitdo de Va!!adolid por evitar UD encuentro con la division de
Cnrandnj¡.'I, an 1,:- ;':,;, ¡)¡hda por Escalera, (jUIJ acababa de Sér ase--
,.ir,adr).


VI.


Las éxp~die¡:)n(s lorndf\};) pO! ¡jn á las provil)cJas despues de ha-
bf'i sostenido con pérdida~; graúdes, combates que hicieron muy
lr'iste la situacion de ¡J,-o Carlos y de sus generales, llegando Zariá-
tegui el 20 de octubre, y el ex-infante el::!6 ,1 Anmzueque, desilu-
sionados, tríls ciento sesenta dias de marctr., y Jurante los nÚ¡!c.
recorrieron gran pa.rte de España.


Despues de tuks contratiempos don Carlos ¡lió una procídma
T(J\ll' "




~78 HISTORIA HRL REINADO
pomposa en que confirmaba los f¡lCe10S de SIlS voluntarios, rlejando
entr'ver en ella, que lo de perfidias y trairi()f)(l~ no rran !an pxa-
gerados, y con este motivo dr(~ia que sr ¡Jonia al frrrte d81 "jército
para evitar nuevos tratos y verg()r;zos;:¡s t;ans~cc¡rl1(ls dr los que ('s-
faban 'If'ndidos al mas0nismo famhiil,,(; el miDi~terio carlista; quedÓ
separado ~()rJ ~ehastian rIel mando fué Vi]lflrea! drstcrrarh á fh:i'r-
nica, Simon de la Torre á Vil1arn Zariátegui fué preso como EHo,
Cabanas y tnitntos jefes h'nian ri'la~ir:n"s con drm Sehastian,


No era f.'10 m1ly ve'1tajo;;r: p:l.rfl pI '"'ar]i;;mo rpH' sr. rlcsprdalaha
en baedos arnhiciosm;. v de Doro hnbirr,.'r: dr> sprvide le" t!"il)(fr,g


. .


parciales conseguidos en algll!1"~ run~l)'! dp N(lvar r ;¡ mi("lh~,' 011P
los f'xp>'dicinnarins y 5'IlS pi"rsf"gn ;rln:e~ r¡>r.orrian A raóoD y C'l~-­
tilla.


Por Sil :\u1'le V~rarter(\ qu P h1pia ap'ldrinrdo y sostenido á i(l~
setenta y ~(I" ¡.flrj;:l1es ¡!1surrpc('¡0r~d(',s en Pnzu~l(j, IllPgO IFfl re~
greso á rJS prnvincias C3.sti~ó S(l\'er;F1~-'nte en \li!'anda 11l Eh"" r"
los asesinos de Escalera, fn~illlnrln tilrY\l;jp[l ?r Par~~rlona al rr)f':nf'!
lriarte, al f'fimn¡}fhmtp dqo Pabl(\ R.).;,)'i('~rf y 11 Oh'OS flch0 sargrnt\s
en pxpinr'i 11' di' la rn W'r!0 dI' ~!"t";;;fip'rl Dnr;:nw,,, dI' "~f[' 0. 1;mk h.. ,,_.
rible dp v,I;;!lnfwi;;fa, r! ger¡e r ,\!. rp:f' y;:¡ h".h? "\rn"~tG ;tI rrehief
no cuán bstir>')(\sr. cuadro i)frecia sin paga ni recursos d eiúcito Sf'
limitó á CflDcfntrur fuerzas y for!ifir.ar líneas. recbazao(k los p'ane~
que se le p.rononian para adontar el de '~ó"boha ó sea sistema ,'~-


'" ~ " I


pectante.


Vfl


Larau~: i?FI:li"lp I:'n (':tfa,l)~a 'b!~1';r ·)Z1Jn3.~ ver;tajas, y 11'::-.71L
Gir{\nellt1 y \ n'pr:lh rayer'l!1 ~'\n 'l'lR:;:ll<1rnicinnes en porle r de T!r-
hizlondo (l1H: h;~.hía qllad¡d(~ 'ir j·"e,. ~' t'/lntra el cual los '~i\ll~ilh~
del pais levantaron muy 1~;f~g0 '1'l(t crnzflda,


El ha'l)[1 dp. ~fe('r) 1hsollJtist:t vergnllzante, pero isabelino, tflnía
mas temor á In revolucion que á los sicarios del despotismo, y sin
negar Sil c, ... ,"i(h~ y sus servicios militares, puede afirmarse que
sus crueJd;~rlr~ y ;'(l"'~hlidad han fnmentado en Cataluña los progre-
sos del republicanismo.


Cabrera. qne se habia ~Cr'3.rn.~0 !Jrl n~"!""'~:f)ntc I'D A Y'Jnzurque,
rué batido en Arcos de la C::¡n!"";l,; :' HA:! L ro. frr;riojc, f\ ·írtirnn:- ~!'




.D1L UTlMü jjOlt.llO~ JE KSPAÑA •
.:ittierulJJe, saliendo luego en auxilio de lIaIJgo3téIa, ) llegando á
poner silio á Amposia y JesjJues á CaslJe, á Esca~ruri y á Lucena
el 1 & de noviembre, sin resultado satisfactorio. hró Jisput'sto el
caudillo tonosino á fUl.ii¿ar la ve gaújzúcio[¡ de sus hlle~te6, suplia con
actividad incansable wdo, } al terminar el ailo 1837 tenia Hlas de
catorce milllOmbres con ~t piezas, estrechando el bloqueo de Mo-
reUa, y preparándose para en adelante.


VlIl.


Espariero, que llegó a tüDJur llledidas enérgicalí amenazando al
gobierno en sus comunicaciones, con que iba á hacer patente en las
Cortes la desnudez del soldado y la falta de recursos, habla ocasio-
nado nuevo call1bio de ministerio, siu que por dIo se í.l1l'jorase la
situación desgraciada del pais, Di cesaHH, 10.6 ¡/j trigü;:, :1 las ambi-
ClOnes, Dí se llegase á satísfaCéf la teDdencia de refufllio..s que por do-
quier se scn¡ia,


Por AJO! decidiése el ministerio á buscar apo)o eú una nueva
asamblea, y los partidos lucharon para as¡Jirar al triunfo, dando
ocasion en algunas partes á disturbios, y pereciendo en Barcelona
el señor ,Behes, con lo cual el barun de Ml.'t'r hallo medíos de em-
plear úuevawente su saña, desarmando 10.& fuerzas populares, ver-
dadero sosten y garan ~¡a úmea de las li bertades públicas,




CAPÍTULO XXXHL


SUMARIO.


,',," ";1(""1 d,,) ;.::!l¡;\H·tr- ,lit I:t ;1¡H'J'iq;'¡( ~I{;, Ir) .. lIIH'\d:-- Lj,!'t;·~ df':-;lHl('''' ¡I,. Ll ¡lr'H)IIl!~:!-
\k !ti (.~ )jf-.,I.J I UI iVU d·< 1":; ~ .... ~l'uL í 11'::_ ill¡¡¡!I'l'ddr] d,' ;i!! :d,j/,¡ ¡I(I "!. -P'-;"~l r


";¡r dt' \lar! ¡ iP'/ d.' ¡,I Bt)"'d,


1.


Al reunirse el nuevo cuerpo legislativo despues de lo 'r1e con po·
ca propiedad-e Ilamaha reforma constitilcimnl, ya que el Código
de 1831 no era ni con rnucho la sombra del que dictaron los I{'gi~­
ladores de Cácliz, dceia el gabinete en su diseurso de prcsenlacil![],


«Experimento siempre la mas viva satisfaccion al verme ro(l¡a-
da en este recintC' rle los [r;preS8tltantes de la nacion, á quienes'!i-
ro como el mas firme apoyo del trono y de las .leyes que afianzan
la lihertad del pueblo español.


uPor segunda vez be en-ido :!portuno que asista mi tierna bija,
la reina doña Isabel n, á este acto solemne, á fin de que se impri-
ma en su ánimo el amor á las instituciones que han de llacei Lllz
su reinado y la nacian que ha de regir.


»Continóo recibiendo de las potr.nc¡as extranjeras que Jan rrC(¡-
nacido á 1(1 reina, testimonios de amistad y buena r,orrespoDlk ~ia.




DEL UL TnlO BOR.BO), HE ESPA;\.\o. 281
»Los gabinetes con quienes no estamos en iguales relaciones no


por esü se muestran hostiles hácia España, siendo de esperar que
mejor informados de los recientes sucesos favorables á nuestras
armas, y de la dccision unánime de los españoles á sostener en todo
trance el trono de su reina, haya en su ~política alguna variaciotl,
espccialmeu [e cuando i1egue á su noticia la conducta atroz del Pre-
tendiente en su incursion al célltro de la monarquía.


»Sieoto que la negatíva del de Turin á conceder el regium ea:e-
"Jatuf á algunos agentes consulares de España baya ~ocasionado la
íderrupciofJ de nuestro t!'áfi~o mercantil con aquel país; pero pron-
ta á restablecerle bajo el pié que ha estado siempre, no desechare la
primera ocasion que á ello me convide,.dejando empero á salvo el
decoro del trono y la dignidad de la nacíon.


»Mi gobierno ha procurado y procura remediar los daños ca'.l-·
sados por las devastadoras correrías del prirlclpe rebelde, en que los
pueblos hall dadu tan insiglJes rjemp!os de \alor y lealtad. A la ffi .. ·
c,:;ja con ijUf atiende á este objeto se debe el que ¡;e soster.ga la :L-
;1ilsiria y lILU; d cOluercio uo esté enleramen~c puralizado, La agrí-
üuitura, las artes, los caminos, los canales, son atendidos con un
esmero p¡'oporcionado á las contrariedades que sufren; la be::lefi-
;~~!J.eia y la ilustracion pública reciben los auxilios que el gobier-
no aleaoza á. darles; y todos los ramos de la administracion se maD-
tienen el) un es lado menos 1batido del que pudiera creerse si ~c
considera Iji ¿tctu::d situaeion de España.


uEn las provincias de Ultramar se disfruta dei ruaj'Of ::;{j~;l'6"
liA .é.ltlil'DSa mayoría dt) su pacifica pobJacion mir3 C:)!1Jí) uu bj,,"~ itL
JeciSl,)i} de 'lile sean gobernadas por leyes especiales que: asegL:l G
su prGsp~ridad y engrandecimiento . .Mi gobierno protege aqueí.(í.~
importantes posesiunes pcr medio de los cruceros indispc[jsabk~ (:0
la.s islas de Cuba y Puerto Rico y en el seno rnrjicano. Nuestra ¡;
rina mdilar d;.'~plega allí aquel esmero y constancia que taulo ;;,
han di::;tillguido en todos tiempls, y tambicn cubre del modo ~¡¡;s
satisfactorio el servicio necesario en las costas del N arte de la. p.>
nin::uia yell las de Cataluña. El ministro de este ramo os p¡,('seu!:i'
rá un proyecto de ley para dd!' mayor perfcecion al gobic,'no di!\ c-
Uva de la armada, y asimismo el de un nuevo código de comerci, J'


Hablaba adc!lJás de la reforma de la !egislacioD, de lo::: !¡;,,:::-;
causados por las facciones, en su venida á Castilla, del heroico CO;ll-




mSTOl11A DEL R&I:\ADO


portamiento de Madrid al aspecto de las fuerzas carlistas, y conll-
nuaba C'n estos términos:


«El ejército y la armada á 1as órdenes de ¡os esclarecidos jefes
'lUí) las mandan, han adquirido nuevos tÍlulos á mi gratitud y á la
de la nacion por el ardor y sufrimiento que han manifestado en esta
:;;¡:'ta pero penosa campaña.


»Debo hacer igualmente honrosa mencion de la cooJjcracion efi-·
caz que las fuerzas navales de S. M. B. har: prestado cou la intre·-
pidez y decision que las caracteriza.


))Si por un momento se La relajado en algunos cuerpos la disci-
plina militar y se ban cometido crímenes deplorables, bien pronto
%:-: principalps autores han sido casti¡;ados severamente, y mi go-
birrno cuidará de que n~1 vuelvan á repetirse tan sensibles sucesos.


'; P0: i~fecto de las graves dificultades á que da I11árt;l;u Ulla lu
e!Jíl f~Jljpeñada, GUla duraGion aflige mi ánimo acerbamente, la ha--
('¡nneJa pr'lblíca DO puede presentar touavia el estaJo jjs;oujcro que
tantc es de esperar. Las Cortes anteriores olorgarOfi Él H!i gobierno
¡:lflr]ios ':¡U8 permitió la siluaciGD del ¡.m;s para lJ(i.cd frUltp á lai'
ohligaciuDes del servicio, yen especial para cuwpletar el Jéíkit que
~e calculó pala fin del año corriente; pero aunque el gouierno pro-
é!;:-U y procurará con eficacia que estos recursos se vayün realií'
¡h, importa tener presente que la misma naturaleza de dios se opo··
nc~. por desgracia, á que se hagan efectivos tan pronto y cumpli-
Jamenie como Iv reclaman las perenti)rias atcnciODes del Erario.
»~li gJbierno seguirá ocupándose asiduamente en lllcjorar la ad-·


mtnistracion de todos los impuestos eXlstenks, en aumentar .sus
rendimientos, en regularizar la dístribucion de los caudales públi-
cos y en introducir en todos los ramos de aquella, economías que
sean co;npatibles con el mejor servicio. Por últim~, DO perderé de
vista á proporcion que mejoren las circunstancias, la n:comendable
ateDcion de la deuda nacional y extranjera, cuyús inlere~es por la
urgencia y gravedad de las necesidades del ksoro están desde el año
pasado tan dolorosamente desatendidas.


»Tal es en suma, señores, el estado de la nacÍon: si no es tan
próspero como mi corazon ardientemente io desea, f1lerza es atri·
butrlo á los males que lleva consigo el azote cruel dé la guerra ci-
viL Pero yo os aseguro que la pronta terminacion de esta será
siempre el objeto preferente de mis afanes, y tiquel á que mi go-'
bierno aplicará mayor celo y actividad.»




/lEL CLTIMO P,ORBON DE ESPAfíI,\. i83


11,


Como ¡:~; ha visto, ~I documento '2~a pá~¡d() y mos[r~.bu sobr(~;;,~
:rresoluC'¡(¡n, } pel" lo que toca á la guerra 1:0 se arri(sg:¡ban gl';J.L:
des ~rorrl!'~,\~;" ni se dejaba esperar el prvotü término qUE tanto LIV
~~:Fitahal¡ h pmsperidad material y moral del pais.


OC'Sdf lu!'go, como hemos dicho, la oposicion puno ,j;'l1li¡.:-lrlif ¡u~
:nC!Jflsectli'Dl'ias y los errores de la situacion, y las disidEncias de
Jos ministros pusieron en claro la impotencia del gabinete.


El Prc::;irlulte del Consejo habia sido ministro en tiempo de Fer-
nando YI!, y con esto es claro que presentaba un punto de ataque,
cuando las ideas iban variando tanto; así que una órt!cD, C0rLlíd}ica
da á lts comandantes de Castilla y Extremnrlura, p;.i;. 'i'''~
lasen á los c'lrlislas, halló ccnSllrRS ama:'gi:'í' a¡ el ,iCLG ,le ;, .. :-
Corles.


El g¡¡Frld:;:n Miguel en una de las :"."siones dijo ,¡UC iTd ll;"
C¡~O la t;Uerrii á mu~rte, porque, sobre tan (¡PU:.Skb ¡;j :ilí.:¡piU~ ;'!
cabía trao.~accíon, y era preciso queel par!¡do vel;c;lk ll,.¡¡.düi'ii eX'-
terminado: J \'l conJe de Toreno se atreVl(), Sil1'iULJ.'ev, b. ft.:'C:;¡j,-
mar una t.r<wsaceion, provocando una tempestad en 1«. InDUCiU jiú-,
blica con sus imprudentes palabras, Pero ni las Cortt's ni el goLie, ¡Id
se hallabull á la al tu ra de la situacion; dt:crdóse una tI uin la de
euarrnta uil hombres en ~O de febrero, mal)dáudose vender en
Cuba pc r euarenla millooe::: de pil~nes nariofifl.!t'S, irnp00iéndse
además una contribucÍoIl dI::' sesenta millones á la mislrw isla \, !a


" de Puerto-Rico, autorizando al gobierno para conlr,llaf nn emprés"
tito de quinientos millones. Se acordó la cobranza de lus sciscienlv:::
cua.tro millones de la cobranza de la guerra, y se prufI,g6 lior u~;
afio la cohranza del diezltlo, cuyos i[]gresu~', dcbi&ll repartirse ;11>
el tesoro, el clero y la beneficencia.


Este ministerio renovó laf. negociaciones con Francia, jJcil <Á ikbc'i
á. la deseada in [nvl'ilcinn, que era el ilusorio empeño d~ ](¡:j moJt\fc.-
dos; obtener de Francia la ocupacion de Navarra, la d( ;, t'; unlJCw.s
Vascongadas, y la formacion de UD cuerpo de tropa" ;:,'í;.\,~\I' ur
servicio de Espaiíaj prevenciones que p:odujeron e; L¡J¡,,:;;¡' h d~
de M. Molé, y el completo desprestigio de aquel miniskr!v ) l;'. L.
política qtH' rrpr"sentaua.




284 DISTORIA DEL mO:J~ADO
1q!lelJfl po/ítiea resaltabu perfectamente y se refleja muy hieIl ~n


el discurso dc Martinez de la Rosa, esprcie de prograCJ3 condensa-"
rl-' dr moderantismo, cuyas huestes se estrecharon y robustecieron
31'~l]n tanto á la sombra de tan pomposa prOffif'Sa, y al arrullo dE'
Ir!'; artificíosas frases con que se encubrían tamaños desvaríos y sus
anlhiciones é in trigas.


Hé aquí el tenor' literal del discurso:
« El Congreso [whJria ayer cuán comedida anduvo la comision y á


psto dió motivo el ser tan cortas en núroero .las impugnaciones, j'
pI h:1be r sirJo estas hechas con tanta urbanidad y con tai espíritu oe
¡"rj¡dgeoria. Tambir:n puso su cuidado en no entrar (kqk IUI'¡?o en
pJ ~ebatr, con el deseo de que este fuese sumamente amplio y de
qJle pudie"an aprovecharse de esta ocasion, tanto los ministros como
!(I~ diputados, para p:;cscntar á la nacion en el vcrdad{~ro estado ~n
TF' ."P lp!h; p0f'1tlP eo este sistema representativo, nunca sr pre-
~I"d.'l ,('::,,,ifJD m:1::' sf:fí"-llada d¡~ bacerlo que la que nos prrsPflta esta
di~eusjon. En el trans::urso de las siguientes explan~n;_n~f~ debate¡;
q,1¡~,~ vari(\~ :1!lT!t"~·, pero la ocasiDO de establecer deslle el prinei-
r;·\ J? !l~('f'saria anní);lia ,'nlre los Dodct'es del ~~~f(l:~O, PllOCil 1'" LUl


. .


\;nll"~mf' '~0E:n en este caso, y ahora '-'s cllandn se ;nLnin 1:' s!Jl;lj-·
'('" ?'rtificin dB la monarquía constitucional. en que por una part~ d
t· 01'') vnehr(~ una prenda de orden y por otra las Cortes, presentan-
do las necesidades de los pueblos, nan una prenda (h Jibl'rtart; es-
~w~han el di~curso qUt~ al salir d~ Jos Jabías oc utJa rrinrt ya mere-
,..n ar;\fan';'",;fo, pllro (jve f~;l el mismo iflsraJte, comft n>-¡ra de UP(JS
rylÍnid"r,s -'5po[]~ahies, haja al terrenc¡ de la discnsion. En pila es
dnnde h" ministros de la corona han i~f: ma71if: I 5'!ar ,'! sisll'ma qur
pillDsan seguir, porque si no, se procedf~ria eon 1r'SaelJ P rdo y sin
aquella unían qLc ¡la de c·,)t1seguir la sa]vaci'}fl de la patria,


)Así se ve que est~; di,:,curso es una lli3pecie de revelacion. que da
lugar á las observacionlls que los diputados crpl'rJ kl<:':r ft 10s mi-
nislro3, y que el encargo de la comision tii;De otra ínrJnle muy di-


, 't' . f '1 vel'Sil., y (lW' es por S1 gr:±ve. llJlpOr ,antl:mno, sumalllen,e' arelWJ.
porGue ni! ~n trata, como rJ¡J'o muy bien ayer, con i'l tion q;l(c aC0S-


, . .


lnm hr~ 1If! s"ñ:,r de la comision; DO se trata de eXpflll('r en e~ta con
Inz,t:W!'1n la o')[nir)Q particular de cada miO, ni ;:nw la di? la comi-
;:;nr: (>~ 111 :>.5 '~(r::iVP !oc!avÍ<l: tiene que adiviuar (y esta fué la pxpresion
que usó S. S.) la opiuion de un congreso, y de un congreso o:Jevo.
f~"f(\ d~ 'lna Jpy nl(~dnr;ll nueva. que entra por primeril vez en la




_~Ueri1 <.af)iertd. lk tia ,";¡,:i¿"!U,, LilH.'VO. SI, ;i la Cuflmi¡UI, :');; i¡(l ;.;¡ch'J,
~()ma su V0l, fC,slJuuJt; ti. iJOWbf0 l!t~, C0I,grt:S(¡. Vic5ií btu, ~eño·.,
,e~, Vd Id reclamar la lUduigeúcm du i>.,il!Sr{;;,(¡ resptclv <ti IJj(,yo! o
liJenor acierto t.;on que la cOHJision puede haber cun:plido.


») La~ opiniones de! Congreso no ¡'uedeo ser conocidas ~!or la co·
mísiürl; ¡~CÓlllO, pues, podrá preverlas" ¿.Cómo? de UIía maL;cra lmy
sencilla,


»)la voz de ios diputados de la.nacion represer.dd la YÚ1uot;:ld de jJ
¡.de,'}!;, plW;' pW<:t;JieuJu ¡;Ür ULi Clídeu tüv~rsv, ..,fC() lillE: ¡di:) dij.lü-
i.hL6 li ¡¡¡erea lu q lit, í.j uléf\5 Id. u:iciuij. : •. ,ti': v;S el id,.;ÍOC¡ÜIV 't lit ho.ú ue-
'1 h" ¡ l·'· . ., . "', L .,0 JI)S que uUJ U:]üluí) iii ü(¡il¡ d ut:: eucdrgd.í"C uc: ,c~.¡(j, Cc·lH2"ldGíOIL


y lille; ,~i'é,-'¡J puf UiJ. SeÚl¡i~lieó.l:J 1.1l1~U¡liie '-fue Id. Ul101üé, ql¡¡cre tres
(;0"a~. PA/: U¡¡OE:.i y h~JlC!A, y ;subre esh¡s tre~ pUDios ca¡diuales
.;.~,~(,(¡U:"d bU ubra. 1'\0 se ha el1!remétldo la c0wi3ÍOU {-'ú el¡í;~;;/rll?S
,F: eApli0üciú!l práctica. de Ltütia:s de b()Lj.;:¡"i, 1',,: 'Ji' '~,:i ;
:"ldú uua espeeic de d(cSaC.'.l.,.ü, ,;i ·,:" .. ":1:,,.: ". ,;1..\« C¡:!."!\.!.~". ,'¡::¡~ 81-
~a voz oe,~ COi..! tJr~~S{¡~ 1)(:1'0 1io "_l;:";~_~U \. '-;,- r,q~~ ~l!-\"jU ~ (;¡;[r~~_d;í~ ~¡11/.. ~~!r, ... ·


; .: • .' ,1 ' ',. _. _ _ _ , ~. : : "'~~IUaUli0 iü¡Lio. uC pai:, V¿; Cü elH.llü i j ,'Ql1t.:;; (~l .. lL~!...· .. t .. , .... (~ JL kt!&' .e'J,:.I""
iJ)(,S, y ilO C::l IJl:ccsüriti entrar eH la tXpJiAI,;ion ,1«:.; bti1ilLÍ(' gt:DulllO
'-¡(~ \.:~ia, pit;aIHt<j la cünJisivu, C\iWIJ ,,-,...,;:;; .:;\::tlU;I:.~ J.!fJULadüS,
't üie['(:lI lHm Vuz ledl ) houfcsa, la paz que Se C011l pra (;iJlJi d ~¡'iun­
;'0, y J\~s~)ues ;Sé wüuiliesta genero::,a J liltL..,Uloa ~(I¡I;i.1;'SOSj' 2ues
qué, seüu¡es, <,[¡O:) llí.Ü¡¡';¡lii1ÚS tk ¿Wpf;[¡cu pd.¡a e¡JJJ,ailM ti ju;,l!d il6
HUl;~,.rJ.,) :)u~~l.lc:~ (j,~::' :1U~ ,J(';;J.i.'c\-j, ill1 ',;(iUiUS ¿. U6&.f a~1! lit- id victüfitt,


~Üi)jJ~4.~Oi~i· .La. iJdZ il~ tle ""vi. ÜUilH:U .. hl. l' bC'lJC~\¡;:jtJ¡:, J pUl t:,~u
¡US .JUi(.i;0;; i1iJ ÍJVJJceJ~ai1 !0b J.Wl,0í'e:, .. ie. ~nllU;·\. Q. lV'" <!,.le ldllU{¡.-·
~}Uh c~l1 ~(l~ tSUC.(l ¡)¡~ eivile~. EStl~ tieuLii..uicu ~1) hu UUldkaUU II l(l. GUll!l"
,,¡viL! pul' bli lli.~ jtli:¡5dUU qllt. ,:io.tlÜJü tu le.. I¡¡LiUll uc;'", lAjllcUIUIJ
el d.l\J~t¡d¡' iu~ U1CJtü6 de; CÜÜ~~-:'btdr.ta., Jc.. dl.tl .. UH~jjuu u. lú L~~t.,j!J.ü.ü


\ ')" • ~ ""1,
j "U:j:-,i,:C',"! e!, l()S eJen'hos, "ya p:'uC,HCtU!l0 Ülo,Ul(;[H::{ :~u U¡~LlillljJd,
ya poniendo á la vista háuia aquelli)~ 1l0COrrOb qUé UOS p!VpíJf(;W-
JaU nuestros aliados, ya manifestando la CÚulliilll.i.t qUe' ,jeiltÍl t.:1l
'fue: S. l~L procUia el mas cabal cumplirl!ieíiíú de; büLltlJU dE; ;tll,Ua~
c:fl.l~di~ alianza; de manera, que cuúndu uú.bl¡. del tjtil.:;ilV e~ pUf id
¡"Ji; (,.·l.Ji.t,tí.k de la guerm pJ: la ¡.la.!., euu;¡0.(; lit: Id. ;iul.lit.llU,A J ue luto
ó.líddiJs, Ú, la pÍLL Jirigt wJü~ sus ~lti.l"ülu;t;l:.LuS.


ilúa. ¡Je.lo.:; t";·¡¡¡~\.ú .. ~ J..¡¡;(.GhUüU'\;~ ",'_ '''" _',·;_l·~tidU
~-
, !




'286 dlSTOlUA DEL Rl::.ll'iAOü
liU(j se l..L.tC':: d3utir taato desplh::; (Ji' ¡as CODv,d~¡(;Í1t;" política:>, q\.
S8 llega J. dóéM hasta el descanso del despotismo; y por eso para
'i:':llv,u r 1" tj'"D' e:-,;'t'Sd '¡'~"e'-'e' ";:"'-;'. d,',~('r";'l","j"''')'';' l,;'';: L"'(-' "~o '~l'¡"'a' vl l t i .. UI... ~ ,\";I..l U \.: uu, ... .i.'_ \. . .d.J .!:11. (~.J,.'o.! (..\.1 o. lvj,J j ü ) • .1'\-/ V J tJl 1.1


1'" - o. I ' l' 1 • J.D su aULa~Z patú cuganar a ,Oí;, ~JlleLU}:ó ~mücíldS¿~ü:::;; OleL,
!' , e " 1 ., ¡ . , l' l" d Utt:i1) , uam¡:j a C(, illbi01l na proc:all.law,j t;, i);Ji,;¡), ,o na Je~f:a íl
(J todos k!s i'aulO¡; do la udmiui6L adJD, y plhO CS~i flt: f8CCdí,,',dad"
al gobierno la necesidad de una ley uouVe¡j''::lltt, !jun~ qu'\ las au--
iúI'~Jd.d~~ ~.\-~tiiiJia~! Co;J S~, 0ÜCd.tg\.~ SUl d.~~;trüit :,~l t~i1i:i(,f~ qlÁC (-¡,lHtJh:'
~ 1,'-'.' .~. l!,,·, , '-¡'" :- <-¡ ·*v '~~c"'~-'~O-' ,. ~".~11·" ¿i~ ~~D. el Uit"d..tlv t·6L"J.t.: .. ,U Ut:.~ t¡\Jihj'~ 'ij;~ttt",~ .'J::J UJd.!i~Li ~J '0.)' heLla
'. l' ; , • • ~ ,: " . " .' ~ ". ' ... üa§ta Cí Ultl:;l~! ml,tÚlU;'tliC" ,:;~t' a,i,"( ,ti (¡;'Üt:i; ;',; , l,edll' i¡U'~ S"
df~m¡neu las cuentas, que haya método en la Uac,ieDda, porque l'OD
¡.: desórdeu ad,flinistrativo no es posible que haya órden,
))Cl~ando la cQmision ha tocado el punto de la justicia, ni) ba he-


\.: ,i, :'1ltl.S (jue oil' el ciarnor de los pueblos; quieren ?az y ÓrOf:D, pef i :
rü; ¿:nvuclta \.:H (p~>~:~ ;:1 jU2·;t:::..:¡a, ~.JÜ~_'< P,~sÍciUeJ J ~I, S iJ~··,I tiJ~)~~· ~lU ~u,
LtJ.th.t~~ . .:~ ~~.¡ r1 ...... ,.,_., :_,;..1 :·.~.~l\"~d(lL~
Id J:..2.i.islC;li :...'~- ~-.i ~~.: >~';. .,,'.;


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JILc;;Sllr a ' :


aS·,:~·"d
~ .:,Jt:, ~~~.-'~~.-<~~. l)c ~,;(t:!':~::'


. .


':jJ.~ ,:,~j~ .~.n; .. ~~ "~~Ll ~~~J' lJi'~':,\~Sdj,.l"":' 'J.' ... {G.~ .. , JI
T'',.'''~I") ~"~i,r'-,t'l ,'. ~.-, ;:'~'¡;'11,~ t" l'l ~·~¡;"H. ~~"~"\ .' e) l;. ,.,. JUi" 0h,ti..<:.j-'''~'; l1\.l t'...LHd.· (t ~ .. b~~t.!t~, ':;J.~'" I!' .. ;'A~."Jt,,;d'
par., órden y justieia. Habié,Hbse .:r.werr-ado iu cOlJisioll eu este re-
cinto, claro es que era surnamcíite difLil (jue ius \liputí:l.(lf;s pudi::>
:an impugnar su proyecto. CUf'.ndo se dcscicmh L ¡ruL!' :le 'itfe
puntos cabe la diversidad él¡ ;)pini;;ü'¿~;; )Jl'ü t! Jc; C¡;LJf
«1' los "ll"I)!t¡Q, ; rpdrá La" ¡'ll'" ,l:":e~'i"";':';"~) ." <,: ,l" i(1"" ¡--'¡'\il!r~ ; ,,'; 1, 'tJ .. ,-~i.~,..J"-~ c~ '" JJv,;. \Al, , ... O'-· ... lt.!~(5.. ~.~"-.~ _ .... ':3 A .. _J1~l.", ....... J_.,
~U.t:.C.dClv~-t,-:j .~,,' fiel! .~J~~clio lH1rJ !jid¡) :,~·,)b{L; ;iU.d!~J~~ ·:.1! ... ' l"'L'Ctl iln '~l
'-::..t~ y Üj~V; k ... ·~L~ ~1 :::-ido ~~.:,~\'l.:r~cL~:l~.~:: \]UC ·:l~Lj;iJcih_\,'~<:jL,--):'i,


E' - ' i/ ,-" , " , :1) l.;cu(t;. ~""~'~J~""';":' yU0 d.le t..i t'¡¡·,¡u.tl. ... ·t.; ;..i:.....:,~,t_dl~Jl~ ~:J.1J.Dr(·;~ LJ),,:',1!)
-:; hfici0ii u L,;" UUtL ¡JS íJi:i[M;:;:;; ¡Jero [odé.! la parte de su discUTo


. .,. l ' , . .
'l, ,!U0 ''vU¡;'O ;:JJi.;;, J lil:;bnü '.t.:;(j gUUío, ¡¡¡¡lB ten¡¡t qu,.: Vf':!
~ --.. ' .'


~~." ,-,L:,,-~";~[JU L· :"J;¡:Üjj ¡t.iHiJ ,: ... ;¡j ,~Jl"¡l[', : J o e~L~~' 1-~:,i'l ~0 ¡i.:tt,; :,'jos "1 '
, b ~ ~ lo..·, ~~ 1 •


u':sapro arE) cuando ueú 4uU e: ;u,Jt1,/ DJt:JUl (1,: ¡;YkL' -Jt::~ac":: V,:"
- ~') '~eIlft\: .. " ?f~' ~nl"··, " t,~,. "T. ".~ ,',. ," ., .", '" . f~~ ¡", ¡.


c:, \.,¡t ~ al .HJ> .tu..t.HO~ ~ ~ti L>.!"d~t"~!-!~.dJ,, "-~:" .~.x.t;oL.H.;ltL· t,_ r~tuJ(¡u:j ~:"-


tado de los llueblús p .. Hil que ;u. J<i:j'_n; L :iC:p<L :'; id'\:; L;,-
s¡,fialar varias 0'ZUs<iS de la guerra: i.' L:: ::iÜUu::';'¡:. e ;}!¡;¿"
::: S o desG:'ibió ~~¡ pais y manifestó ¡as grandes veL tajas ql.H olreee,
y esto es tan eierU qU{~ s'.;; lHmvisto la~ u':t\",'lJtu,Ft ."jo .J'd Il(~
{ud.tado el .




~87
"T"' !]''\ r;"',iPl1li¡, (,1 f>ipmnlr" n" llr". gilPrr::; (10 1", V"rdr' 'r, (',,1,",", tAn,t'rl. ~, l) •• ,." 'J ~"'-'i ." ~; ,. ,- '\,+' 1\,., l-l!' ,\ t}., r." _ .....
:.'_1r('r~ :'3iCnlp1·~ 'jHP nhnnrlonaron ~~ll propiu r.f:,r,,~,,'l~":r'. Segunda
'~rPI~a: ]ns fU1~rf)'~ rJr~ .rar ;,,'.r{~"¡!nci~.s t:'~-f·. rSlyL--i":-1 r~t'! fP"lYi,;-i;-~(t-¡~'';f.p')n ~ lJ;. ~Jl..'" __ ~ 1~ o,," iI~ ,~_ ~_JJ"_ l', ¡. ')'~'1-;i.l- d ~¡


¡amente una anomalía mayor que la que se presenta en aquJ::h~
nrnvipl';;'" ¡"o ,¡"q!r"rHl""~ !, ,'11~ flj":"{'(~" "',·,:,·~",,1f' ~l ,le"";;f;",,,tf)'
-_' --.,'~ t~,- ,í,(""U o., i.~ .. l,I.. {" •. J~;,:: f"'-'~';"f."}''-_'-';'" • "'l---\,.l.,v


l'::-,f T~'F'rn~rñ~v'i;';, iJ11i' f'ab::dc1P,nt·· :~\) di-¡(,¡1ti' l:~:{'gHimidlJd clr
n:1f\str" !tF,,~ i~n N(l.V¡¡;t·'L c!nnde ['o,., ';"!::~ 5(" ha r':'f'1!10cidCl
,'i'''~r'p~:' f" ,l"'l'",..l.lí '11' 1"" h"'n,ly""" v "11 ¡,,~ "';;;r,·é''1 ¡"l''''';ncia;;:


'.': .', ",' " .' ¡ ;' ..... ' ,. '-J " ," \,l" < -,', ~." ~J. . ' " ~: '.." . I ;,.,. ",1 .1.... ! \ , . .' •• ' 1 . , \_, 1; t . l.J


:'lr¡rL' '¡h' f'nr,"('(l¡-' rc;t,'¡v'l~n" Indo;;; !'v. lírnitr" t!l' la lib'rt:y¡J ;ln; ')p,
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,;' ',,:," 1" ".;j(\ '''-' h ¡'/V1fj'V'!:1 rl,-'¡ (J'f)l-.je.'T"· ,.", ,:". 1"",1" ;:)r,' él :'!f ha
- ,,~ .. , ., "r._ ".".} .• ,~, '-~ .'. t c.,.l:'\.l .,:i: ~{.f. '·,f, \~ .. ,' ~,ll'.'-J i.


'r¡;,l;d:¡ d,: ()p;:flrj':1f~ li1 br~~zr¡ de hií"'TO de lir; ,i8:~;'ota: v ta.l llt~Z,
.. ~ ,.,¡


"\i1~ír~~, de e€[\, rnrzela ¡~(' cpini::)nf:5 contraria'; ha de salir la des-
",n¡C'(1 '~",'(en!' ,,;: ~ill;~;",':;;hl(l "!'W ,:i,'pp 'j'lntn-: ,~l OD'lT)"ti"'7!(\ '.¡ r.l ~ ~~'l\"'~ .,-,.~ ~~p •• ,.,·.~ ' •• , ., •• J(."' ..... ~ '"'\"r'~":""'~"
¡m!'e Ú ¡P. \ibi'rtad,


n-:O?1 ':"(~U~;} LO t,IJ'~

ct·-'S(~;}I.J)e(~~ '1 :t~.:
':~~ n('~ l,H.l, :.I,~¡') P, r,',(',~""iO y ':'"~f; ~,~q\,",~."",r(ó) ,11' -l::'f¡~r: ;.;qX-iiif: O-"l~,Y'.


, ~ n. f'¡f_ " " ~ l [~ .' .... (~.'"' ': " ..... ~ .a,J '-.... ."


i¡;,,!','f al "'''')'>:'''''1'1''"1(' 'nnh!',,~,) ;,:u,'llmb" l'do mI'l Vlc'l';(";'; """,,r, ,,¡I! con "':;;.'1"
'<.., -.¡ 1 \., ,_b.·", b" u.~ ~,it. o..J '1,J" 1 l. "'']o 19.-('\.t e l: ¡.l.~ ",', .'


TJ\nt"~~ ;; va,l!r:s rpi dc:¡.;cdbió S S. s,'~ hace- la gnüi:ra á Uil pd:\,
Oh':') :¡;!'(/ q,: ' .'j' t ¡\.' EHr CUInO :~,¿ G;scmtió el dci ca


;,; (J!·Fp;;;.n - ,'~r'-r~ "r~ ~·st· IJ, P'-" ~(\ ~rin \~!at ~o., ;-!tr tt~~g:) fl!
'pl'i",!'!C'j \.f C¡-¡7n ,";.'1'" '\,f'n'~" "':11,'>';" ,,~ """i4" .. "i,c,-.t", ;JI' l,~" OPW"c'(nog (":' _' l',.' ",,'~~ "'4 .. ' :."_"~:~'':/ j~.>.I.t.1" t,l., 'i0.,-,.~;b.~,,-, ':i. 'li~,.fLf;.,\.,,-·:<,.I,... L .... ' ',1'/1...).,\" ,\ •• i, •. "-


'l,il¡'tarc." V",,,,,,, '1',-' 1"",,, m ",nff" r',:"",,(' l, ("f,' l';r,-.f ,:"" " ,-"j -,-1(. d:r?
: .1.1, ~t., ¡-.I ;I".~;i ·,_,:.'JA J't.;,L¡~t . .'~!;! o.' (~J' .. ,Jd d -'¡(1, ¡J~~-'. "l.'}'.!; ~ ';":.'JI. ~::'.l~.' ,- "


lUt' nl'" '1.i".'r""I·~;·' (¡'ne r's~ ;,;". :liCT¡:j r-'f' \,1 ;""0,1::1 f"'n".'\·c,:;O nOl.'i":':'> t " j~. ~../~,"". ~ '" .. ,¡j .• • '10.. ~J', \..-" .. -'0''''' '.J ~ ,1 ~.l .. ,-~~ -._." '\' t;t <l., ; 1 ~ .i:'
'1 ('o",rr,"'," ,\,~ 'J" n!-,'; 1,,(~," ""me, ~" .• "'rlí,j,',> " '''''.'>',"' se "",1rro .L, _~ '~~-' ' .. :')" úd 1. ." J'! jL\.!~!,Jv t,,}.Cd.U nJ .... ' l'o. .l.\.,',> e ~\ t_':....."-~ '. ~¡(.'J ... "-'i-. ... ~.
1 ~¡' 1 '1" \1"' ,-l "¡' (l '\" ',') r" "q ",f, .',,»' lO', '" l',' ,',-, t ¡,; TI nf'1 ·v' r"'jft!'] n 1'" "1'
..... l.. ¡ Gol '!'r:::'.!L.lr .. : i~G ~~ l..;l." f.h'''''\...-.!. í.jl..t ,;'5.: tlt_~ .. '1\.. ,0 H.t..L';U .. '.'.\] 1)'- . lf'~"-' ,~.d.; ~ J
¡UieF', y ne· f;¡; IXi:'cibc dnlG ,o, he; i};di.:~:-! ("1:-:;' que ilP Gl1:Üste"i:,'


j' ~" , , f " ',' f 1 t t I un ~/.~~·~lij §l.l0SIStIf '1H} tr¡ur; ar." r-rnU'i,ClO n:: ~'r:UH ,~; las. ,s, 1t: ~G
'(.g'¡ ID, e:'dulidad dí; h¡:-; :íu()b¡os~ Los pu,~b10s, 0uanrtu H0 plwd~~1
.\~llr!ÚG; las nansas de S(1 desgraDia las atribHYc[;' {~a)crosÍas, ;,c'c
~;\1tá,¡·,L~(' (In 1t1, l~ongresG se ':ometf:n á su t~xhm'~lJ. 1\'0 C": dl 'l:
1[¡(;nmbr::~¡,:~" La})];)":' i~fl :11(iJ'Ü" Ó menor a0Ícrt'.\ .Jn ~~1\':":;' yrjí~' r: ~~




HISTOlUA DEL REJ"i ,\ DO


5010 me p:~rr))¡tirfi"l sf'ñor Lnjan ql]~ diga lo 'lIJe deho como quir:n
mereció 1'[:11'1<1 ve'!. )a c0nnanza ~e S.'1. para SAr ministrn, que á
n3rlip n"d i .:) entl!]reS ~l gobierno en el celo con que atpndí() al Es",
tado. cuando tenia un enemigo en Portugal. qlle dió todo", los 1lIf'-
rl;o~ quí' rudo p~rfl JI! g~JI~rra, qlW j'll11ás ha (>sta~o el rjércilo tan
hi(ln pag3do; poso un ejército dr soldados, recursos, Jos llwjores
P:(lf!flffll,'s. "arsfldd", Vl'Idés. 0Uf'~:flda, E~fJüz y Mina, y nunca in-
On;,/j '~n lo.;; rhnes miiitqr"s, )1111'" hnhi,~ra. sido hasta ridíc~l,l).
"H"(~h} "l"'xárnefl de rsrn,.c ('ua!rD r311:"3SVfJY á contestar á lr;;~
rr,,¡jr':~ ;;']"'''1;:0 ~. S. al 0;nvf\efl) de í'on¡í~sl(!:'?inn, El f,.:rinH'l'\! t J • ~
'IJP :P'" f',) la ::'l.'r'~" !"n él r'i)oy e\.plíeitn cs:o hiln)pnajl' d,;:r::d¡!til~
q!JfI :n;r~ )n f'I)'11 iSion it los :)liarlns !}nr los 1 11xilios fl'cit¡do,;. j.Prrü
~),:rh'¡Fí r"'i~r de r,::,cO!1oeer los servicios or ,~Sé1. Jrgioll dr A fl-\e1 qu!'
"·w,,r¡(' ""ntA ?1 ;)ié "r r"pañi1 qlvó un? pl?'?:3 importan!!' y rpw
t:~r.lr\ lp :-y·"l,f!¡irl) '~'''S¡l!f):{ l'1) varios pnntm;9 ~() no~rá fjlvi~a"
tF,r. :','.;; lC].lr,r(\n~;a 1(' lil·.:~~);;¡t3;; pe:r 10~ ;rg!('"e8 y olros Rll\;!ins
'1.'lÍ "'11n, I;¡ 1,,,~.~;:y f1or!n.~¡¡PS'l '}11P s¡pmnr.~ ~nnsrrvó ~;! 'l!eno!' di'


• j \ J ,


:';~~ ,(,>.".", '. 1.) ,1,\ 0:)IJT'!n Rrrpoit:1dl1 ;'P f'l1 Prflugal. y f'sr- resio di'
la Poinnia quo' f:S!~ :~llhlicand() un crimen di! la Europa t'otpf3..


·,.,H"::¡\ó'C!:,l ¡rJ qUf' ff>parÓ S. S. sobre el cnmplilllif1{)1t) d la id
d~uplt~ alianza, la cornision ha pesado las expresiones, no ha que-·
rido traspasar !a línea de su deber, no ha podido ni debido hacer
mas; ¿,,~ cumple I'ste tratarlo? Sí; pues ¿qué SP pUfloe pedir mas sin('¡
que se exij~ t'n adehnfp su puntual cumplimipnto? El punIr) PS J.
);'1yi) m'JY ~r}lVfl v sr ha ':liSClItic0 rle varios rWHlos en las r{:¡-
m:F'i'" ,,\Ira')¡~!'>ts_ v rligno de 0ue se (r[llp P['I las r,Qrt ú ;o1 p"Daño-


,. ¡ e' '- ;


la'= Yn l\é> "ur~i'~n >:\111~rgas -p('onvPtlc~i')rps. V me prnrnrwo tr,lI'f'"
p; la (}~(]Si01 r;nortuna la historia de este tralado. ,


))El se!1or P'lJ"ri·,l f'li~ :,1 ~f;2:q~dr¡ J!.II~ lFlb l rí veste' señor mn.:;; híen ,.. "
impugnó <:! '!¡:;;~U:S:l 1']" la "'Jn!':>'I,t::¡cion Nn es lie la comj~ion la ifl-
eUmbe!F'!i'l nfl ~O;;;fl~tar f! GU', rargos f:hunó por la administracjnn:
1[; D0",;i;,;i0:1 no ha qUP;ldo altlcinar á )0S pnehlos, ha 1~()¡10rid\) la
misrna <l"r;esidad que el seó'l!' Rurrje1, p{'ro la misioo de (>sti1~ C:irtp~,
no es 1(1 ~(' ,;')n~titui~se en g(!h¡~C)r1f). sino h rlf hacer qlH' lo hn:'3


..,E! señor Olózaga ha sido el ú¡timo que ha impugnado el dictá-
men de h ~Qmision. S. S. ha manifestado que estaba 01" acnrnjl'
no solo f:')n el proyecto sino aun con lo sustancial, de donde S" diw'
qUf~ debrn nam~!' la atencion del gobierno las Diputaciones provin-
eialr". '. ~. diio uue la comisioD debirrll hélhef ;'mrwzadr a!!ldif'ndl'


. , ,




[)j':L U:mlO l\ORBON DE ESP.\\A. ~89
í ;3 llueva (;ü(j:,tituc¡QO ti!;! Estado. Dijo S. S. qUt:~ h ;'n querido
q:¡jOl la comision fuera mas explícita, no entrando ,~i' llC¡¡"'clPlOS,
sino deootando que debía ¡:~sta constitucion ser el scpuk,; di: Jo"
pa.rtidos.


S 1 l (' .. 'l ,.. 1 1 XI eIl ore;, , cuanuo él ,-,OmISlOl1 trate Gt' entrC'~'l;r ¡u Opi;JW;) Lt';
Llogrcsü, vió que habia un circulo lraz(\do por la le), y el, t::~tc
cabJaIl [(.Idos los diputados. cual €ra la imporí8.neia dlJ dq¡rdc. El
;wgusi,o trono de Isabel JI y la ley política eGn~n'jl'L)¡L' r'j,:;-~,r: L¡~
dr:s primeros Of¡j!1.tos que se pn>.sentarún á la vista, y qv
t'l:lpieza y '.;oncluye el proyecto de contesfaeion:j,) ; Ti!;';') ~. :¡.
!Jedad. ,) Y ~qué testimonio mas franco, ~niJS eXplki¡u. ¡JI" .~;l:­
la cornisioo reeien publicada esta ley~ na seDiado los ;!'.h pri:'j:~i­
pi os como símbolo de union ent:-e los españoles 'i pr,;íidas de tan--
la:, esperanzas. Todos los españoles leales acogi:Tl2sta rduí'íÜ;), hs
qai' no son rebpldes. Este símbolo de union y ,L: ;·"p"':l'i .. , ,. ",~
establecido reune á tod0S los partidos legitinH'8,H~ d '.! S ;~, ;i'-"t'
qH¡E-it.~rl1 ~:¡: lwoil'ui diclw q\W era sepu:cí0 :'le ::;:lu~ '",; r!¡i:us


. '1' , ' • , 1 d j-' y (.qo!' :~I¡.rf)Ue{j, Si'f p! SlInlJOlO ( e to O~, )o~.,:;s;)::¡';:,:
cielI; y rej¡l'ohnc;Pf1 de pilo.'':;,


»é[oa ley k)lítíca acatada por loooó se Cúrlll!riiilJ. ~ij.; ¡¡¡HLiJ0~; le
t!'aies'¡ No, no puedt~ SPf. D<;bo decir que convit;:¡:: ylie §(;dplique
esta idea; señores. es preciso que conozcamos qUe luy ,J,¡s espe-
cies de partidos; legítimos, que son lo~ que eúmbaL:u ~;'~'lt: J ¡H
drculo de la ley, que usan ~e la fama de la misma j(\); ¡;se ullllino
fiauc0, leal, p')hl n n;..,fh abierto en lodos los gohiernos j¡,pr('scnta-
tivn:-: )e·; ¡n!,I!,l"" "j';mi:;?.l!}:, son los que están llE;'a de 'él ley, lo~
~qe hllsean ar~na_~; v¡'lddda,;) Jos q~le- i.j(}r.!:}b;11b~j ,,! I~ i, ~tu .. ~ j.;~


::';íJbiri'f!o pnr nwrlin¡;: ¡l('galos, estos no caben dl d ;¡¡:¡j,j !l,' La
bel 11 ni en la Constitucion de 18Wi. A lo que debeG:o:-; a:=p¡rar, ,'s
:1 que solo ql1rdefl 10:--: Jlí:l.rti'ios que puedan manifestar frn[:c;~meJlt
"n profrsion ·11' fe política, que digan con llOnmdtz, es!;,',; ser: ¡ni;;.
principios, y tonos los que conspiren contra '2cie trono y'f!,:Lk I~sa
Constitucior¡ j~l:,ada, faltan á sus debef'¡~s y son crirninal"s ;~S()S no
pertenecen á parti~o ninguno, es una faccion. Aplausc'. it'fH.lidos.:
ypan~e, por ejemplo. las naciones amaestradas en la caí'i'era poJí~ica
de la Jihertan: ¡.no pxisten partidos políticos en ellas? Pues !;xisten y
tienen su hano!>'fa. reconocida y sus jefes, tienen divergcGciat' en el
parlamento y PI1 los hancos ministeriales; pero no ~on enemigos
',nos dé' otro:, 1')0 son como los niños que rompPD el jug~[t+; para




290 HISTORIA DEL REI:'U [lO
-1iJoderarii0 d..: éL En Francia, durante la larga époea de la revoilJ-
;';00 h,:,;-;;')~ ,rist:· en ciertos tíemposcomba.tir los partidos, i:Pero d~
Tl~ r'E\:;era? No C')U razon~s sino peleando, no convenciendo Sifl{)


\"andú. Pue3 esa alisma Francia. por el estado en flue se on,·
eon!raba, tuvo que ponerse á los piés de un hombre, y cnand::J ~r.
, ,.¡I;{:L~t¡ó Jn :jnbi¡;fno rep!'esentativo se consiguió el ónl¡,~n. la P,lZ


{ • .• r''1I'' • l' I l ' ' ,
:: ,,::t jUstICl;). '.'.sE:ke piirtnos lega es (',on maxJn1fI,S 'llflS n !11f' 0S
;\dh!'ieb" Él l~l::: ,·::.gJ.ÜVáS, ¡Jero son partidos <¡ue I1catRll al P: ¡-
na!'ca y resp:'!c1,~ (ti ¡':J funda!llental.


l;Enl tírcu;\l q!L l:,m:üüs trazado no caben de nio[.!uD modo,,:,
fl'¡:J· 'I"l~<}"'"" 1 .• j'''tI',·,.,:) "rwvla ;, la le".' ',re' 11" ",,·dl·dr. ¡ji" ~\íc.n'¡rll)~ l' ' .. .J r" ;!',,J~ :.. ... ¿ .. ..1., ... ~Lc'~ v, ...... ;.A U s' q.t.. 1_; ~ 'l'1~ j, ,. -,1' '.
p:xtranjllj'os á iJ1UPJsitu, para manifestar que es necesario que h,l'J
parHdos baje esh (¡OD testacion, pero partidos que ,¡nieran in rl ir;:¡ r


, 1 . 1 1 ' ('ni,líe, íOl';!' Sin ¡as mas veutaJosas.
nFl ;;;('11;', O:ó:mgt1 bosquejó nuestras discusionrs dOI);ésticp,s ¡lp.jp


la rOllstituclon de Cádiz ,el último baluarte de la. i odelwodencia, Seria,
. ,


.;.(:filT:::, H":,~: fo:¡jJ el entrar á reconocer est.e círeulrt, Ec InUc',!'JS
rm¡[os estaré de ;,cGerdo con S, S., en otros no. <\quí cahf\j:lif':l\~
11'.'y:-' 1':' " ~;::~n t'SOF' i:ientimicnhr; (~OP1" iO>:t;íp I'n mi ('(¡íl-
lOlj, lar ('/~ ¡-i;¡:G:'.~!1:" los años, r;ero este (;¡¡rgr per¡!~np(,!, ;, In It;·;-
tO;'ia, '1m' jlltta !:s partidos como las pasiiJnes. Es menester dejar
(In}' el :i~"iilPO flas:\ que es el que todo lo concilia, el que todo lo
verifica; Lasta, la lava de los volcanes se llega á co~er con la mano
.'~in 14th: pueda perjndicar. ¿Cuáles son los sucesos qne no" Jnrl
traido es!'." e:;; [;td (, , cuántos males le hubieran eostadu ~ la mwipf)
"ig;¡ Jo Ara senda'? ¿Se han conseguido vert::;j;~s¡; "No se ha vnelto
'll i(~,~;i 0 p:.:fi[,_' ¡lf: Jonde se partió?


,)S S. llii Í:¡,Uca.,10 como primer elernentl) h unicn ('otrf' lo,,;; p,:¡r--
U.d,)s !egak~l; C~L8 ;h'f,,3re;l~ias del parti.do liberal todas deben ae'l'
gE'í:H' :í la CüuStltUCiOD jurada, Para que se vea cuán sincero soy: liyO¡
l¡¡lId .id)i:il unirse pu.¡'a decir con orgullo ({esta es n Ilest,a 0 bra:)} y
los 'Fk no han tenidü parte deben celebrar tambien con orgulk y
'tee;;-: "V",otro:.; la. habels hecho con nuestra doctrina (aplausos :'f1
t'1das las gil'erÍ;,ls ) Queríamos la eJeecioo directa, pues esta es IH
\1U:~ rige; esius C:Jdes, puede decirse que son la expresion de '0S
,'lectQr:::~, QlF:ríamo3 que el CtH~I'pO legislativo estuviese dividid,') "o
L3 btazJs y un que l'stuviese todo consignado en uno, para quc.;¡
la P:¡':,:rogativa real se viese amenazada, hubiese un cuerpo m(jd,~­
!'adu :1\10 a.1 c:nw tiempo sirviese de escollo á los ímpetus popnla-




DEL l:LTDlO IlORBO~ DE ESPAÑA, 9291
jí'';, fHl('S ya hmemos dos cuerpos colegisladon.::s, QUI;dan~s 'lUí' lfi,
corona tuviese una s3lJci,,:; absoluta para no yrfSC en estaon humi
¡ ¡tUl te, creo que la ten l~i..:.'10S. La faeultad de COílvocar, disn! ver la~
Cortes la corona, va la tenemos. Todo está, señores en la nueva


,. "


Constitución: así j)U f3S todos deben estar satisfechos. Miraré cc\r~\r
c;'I.!Jinal otra rcvoiuciO!1 Ó contra, contra no quie:c o2cir m!}~ l1Ui'
i'U sen t¡do con trario,


lJBasta ya de agitaciones: la España ya se t.l\cuentra harTO can
;:jada de ellas, démosla sosiego. Estas Cortr" tiellen un titulo ¡;hriG
'(l. el clla! llO deben jarnás desmentirle ni dar luga~ á quP se ;];ga
que fUf'roD revolucionarias sino reparadoras. (Bien, hien.) Por eso,.
sefiores, la comision ha sentado los principios que se bailan con·-
signados en el proyecto. Empezó diciendo: Trono de lsabell! y
Cn;]stitucion del año 183'1, Y concluyó lo mismo, porque bahiendo
[Ii; di i;.i po! diGa [l[lsta para respetarla,


l\ljuL ::;t'ilOr".~ ':G ca¡jUJ mas que opinio!1r1', rmida5,. -oíf!;)';,"·,
. , . ; j ~ J 1 ."


'.1' un fOil') a <.'~1,1 ':nscña, a esla )anoera ' e r¡;Z S ti" f¿e:'ip('ltU:¡'
¡j!'li~ hdbfá difef\l!}cias entre ~~\)nstituc.ion é I.'~atl¡,'~ I~. rJ í',,:l,:··L--


¡ " l' E" 'l' " g,:¡.lf;t¡ l' ·.:IX ,.n:;·¡a: o: '1 que qUIera teüer paz. orlif'l Ji JU 'r .. ; ~;,
"gd CiJ!Jsiliuci(\1!, el qne quif'ra otra Cf\sa qlle 1\(\ 'i(.q (,l',~ ">'; r¡r¡
')\' rJ uro.)


lit.


i • f~ .'-. 1" ' .. ' :~','r'!r"'r f-u'j,- -'lD r,H.:)S'f'n. f\lltri·, 1>' "r' ~r<\""'f l.l.¡,."i.~!.~nl\}~ ~ .. :': :.,:,,:{ ~J d, "_JJ"jJlaL~t{t.~) L UU:\.\. ~ ... :;:1 M,¡(j ,,-~~."~' '"ir ~ •. ,',:.
1 . .¡ ¡ . 1 'l ~ I UDia ¡¡Ji uF erl addií,!li', p'~rturnal}u() OS p(¡r¡lit"~ y ';v;~n!,,(: ~,
.~'lLI ,J(~ lajLueJtud d v'J:Jeno del esceplicis/J1o y de ~:) do¡:fn, t'l pr~,


" 1 " f 1 d ' { .
"upú<2Sb t;¡d 'Ji Ce!),) 'i ,;b t!OCttJnas ,a aees ¡[:! ~Y'","!'(l~(·.'-"';\'1 ;'M


. <' '.' ¡ : '1 1 ... (¡.I~' ¡~dn (;:Jl~'l./;la\1,j ;.GUdHJf, aU:\lIlarc;>; y i,E',(,,:}:,r'f,": ¡(" •. ~¡'\', .,'
!a0ij(:'d ;~aD~l de lt,(,,:; ~tÜ co~'rece~(;J¡ q~:'~ ~':1.Y:: ~ny~~(1L~'-'~ ~.,:. ~'.:"
1 ~"" ., ,1, \,.; 'au'c ,,'0' :."; •• ,~:..; ¡fIn·,! ; ~ C' , .h¡. L.1.1 'Ul t 1 t LL, ,- t: '" '"




:,:,APITULO XXXfV,


SUiViARIO,


I.


~:! afío ~S ci,'!!wnzabi:'. \;on tales y tao extrar.I)~'"';J¡:t,:,~irr::·2;j!·~
:¡tlt ,,;-1) difícil. presagiar cuándo tendria t.érmino b'1.uella Ill~l)il.
t il )." hl;: <Ir: el sr.nú de! carlismo tanto como er:tre los nartidario:, de


. ' ,


le? 1\;;'<i ;;hpral :-!e agitaban las pasiones, y l(!~; nmbicio;)!}s pr~;k[l­
diarj iI;' ,,\",.' h:u trJr!a ro yUl1 tura para imponerse la guerra~ ard lit
;mr,,-,,:.,hl, :'ft /(li!c':, "'::; ámbitos, Cabrera lJevübh jid,'!¡¡rd l la ;j;,gC1-
f1:7.¡)r;i,~, dI' SU" hue:.;V~si y HllHnar.aba los PUliV)~ f .. ,~'tif¡c(¡ctos i',~'~
':,': lr;¡¡Y la,;' ,:nr:~:Ú',i()!)0S de los SUyOS, que rh'bir.w·.'·'· ~'l1t'Ilf' Ir,"-
~ ~


lliPilk pi1:-'(i lH~ eOnliH'::;i~ de .hagon y Valencía ~ ¡,a;',,, l,¡,. t:!i)"d i'
destinHdoi! á su perseeucion.


Uegr,1[( :,wJacia, despues de (omar á llt'ilic'lriú :; 'it' 'r,!<L d , ,~. ,jf'
!\fr\l'plh. ~¡!¡{ln,-j() -1 G~[¡desa, hasta el punto de aC(lmt~l[;' ~ ~';lr),g\j7;L
"!~ el nk'WOf3.h1c: J de marzo; esforzados COírlO s~,o.¡,,¡,.'I, ~,~,~ ~:¡jr:,',I:
;:"w¡:,JI;) ;,,,hl~('i,"r lihpral; rechazaron, aunque S(Ji'p(·,¡didn:;; j r.h-
l¡21ñfl~O rrie ;mdi} 3penas salir de la poblaciofi, an!t>., '1').' ,,1,dlJ¿,
;1]1 Tl'~(':1' '.'7'r'c ,"',71\"'[, flJgH h voz pública aCD~{ .Ji" é'uinplieíóad




DEL lLTIMO ¡¡OnDO:,\¡ VE ESPA3.,L 293
:11 gt>npral Esteller. y por ello fué fusilado debajo de la lápida de la
Lonstitucion,


Forcadel1 hloqueaba á Lucena, y con auxilio de Cabrera se fOi-
walizó el sitió á pesar de los esfllerZI)S de las divisiones de Sorso de
Carminati y de don Sartllomé Amor: pero Oráa pudo forzar las lí-
nens y prnelrdr en la plaza el 1) de abril, obligando á Cabrera á
rf'tirarsf' a J\hrella; d8 este punto sali,~, para atacar :'1 Calanda en
Jonde entró el 1 S de abril así como elJ Alcorisa, Alcañiz fué tam-
!,j"l) objeto d(' sus alaquEs. y cuando ya sus soldados habían pene-
~~;do en alguna calle, la llegada de Oráa les obligó á replegarse,


H,


Habian ocurrido en Málaga arbitrariedades inauditas: el general
Palarea hahia preso i ,1os ~-!~c:nús ¡J. C¡)mares, uno de los cuaies
:!;;Jrió. 1'!J ji} ciJrce! 6 ;03 ,11 db.s d: e:,f:~;' finnúda la sentencia abso-
i]!!',ri",:, : ,:1';-;: ,e! 1~:)1 ," !'a ~¡d. pUt':'~\J en litkrtad. Las via-
L", Vb¡di de: !a coos:Jf'"cioD (k ud 1', autorizaron lloa acusacion


; nl~a el ge;:er\!!. y flstt: ,UY:>f1!eciL1iFuto fué f)Ol muchos (lías moti-
\' á las :),n!Qci i1 Ilef \.'0\1t;1 !el frae.:::on úurui!Jante.
~Iuñ(j¡.rorri. lJfl cscrit\iUlO de l'\(l\[i~f'a, representarJuo I!' verdade-
~\) partido provinciano cansado de las .,::xaceiones, baja:;; intrigas y
p"f)}f\ctos dd rarli~mo. dllSi>ngafíllch di' que los fueros eran ¡ncom-


'! ' . 1 ' ,r '1 1 ¡ ,', Wlt! )]1';'; :;1i11 I"! ',c'poL:;;;!!J. :n~ ir:->]le~, ,a ::qmslClOo, mas aun que
J'; la l;nii~:¡d ;~ fWT',~'" b ',\f,L:n de fueros que Sé proclama-
b;, ~_'n ~.: campo '¡¡¡'faL I<lO J lL. '1) de abrij el grito dc pazy
fUf~ros que df~bia mas ad.-;lailL~ ser r'itl' :odo..; cscuchaou, pi'eparan-
,~" el abrüzo de V:~rgara.


El ID',mertc cr:i Jportuílo, pílrque él} el campo del Pretendiente
lominhrrrn In,; fan(itico~\ y como deja;; ... ~ dicho, los generales mas
;:'1 'llpátic('s estabar] preSO:-: Ó destorTi,d,~, y M uíiagorri, que con taba
eDil alglJoos ¡ln''CÍl¡JI'~; :- COi; el CRn~ai:ei'! pam llevar adelante su
plan, babié'ldose puesto de acuer,h L':,n el gobierno que ya á la sa-
;:";1 gestir,nah:l por m':di, de A vilrueta, cunspirador célebre que su-
¡w in!r0ducii' en Jo~ batalh)~\cs ('arli~t;)s la divi~ion y el espíritu re-
bf'ide.


171 ¡~f'll,ld (1 ,,, ler';"I"';'; H', ',' C'I" ,"flm;::'l :o;;,'I'I'''roü- dn l'7 spafia y [JO fal-.. .J" ... ~~ ~ ,t .~, ~¡ . .>.',-".,..).:,j J " \ ·.AIo!.-.W¡I~.L ... · ... a I-,~ v..... l t
J.~ '1 t· o r ~'~;) ~~i~ ~-'·!~ .. ~-lii{t'7'!·l'l, f~f; r<ot;(j.'ll"¡ ~nlti;-"t'!n'r,,;: (.nt¡-.. la~ ~. qn!'_n :'!,; :~t '1 l. ~ ,~~. j e • ......... Ud. ... ,\.'. '_o', .). 1 Jb '-' ..... ~"-l0¡.~llt .... l.) ..... 1..1 \.¡ i::J




:294 IlISTORIA OEL REINADO
dos hermanas Cíistina y (;<lrlota >;(' habian renovado á ¡?nnst'(';ILJ[j'¡¡l
de los proyectos matrimonialps que patrocio(lba L1)i~' Fdire, y ,¡~­
Jlian á desbaratar el que hí\biar! va concertado las ~Wrn'¡HlaS ent~r
Id' T b J E ' ;05 os prImos .sa e, y nnque>


m.


En 6 de setietllbre el minis!eY'in i'unJhió l~r:trando ",1 duque ,k
Frias en Estado, don DCirningo Ruiz de la Vega ¡'r n"'jíC'a y li!~ti­
cia, Monteví¡gen en Hacien1ia, Valg'if[!('f;I f'r> r;nh,H'o",';(,n \ldfl-
na en Guerra y Ibrzoa en ~!arioa, y !'I 9 de i!r!q!jre r,l";l "se
de acuerdo C0il el genera! en jde, se confió la car!¡'fa de la f'vn(!,ra
al general A:aix, Los triuDfus :le! l~ar1ismo y la aralia dí' los ~WJ'­
rale:-: dieron Llgar á nuevas ":~Cen8.S "n difl'req!r:- pnh1?¡I¡nl\p:; n~u­
ríeIhlO en VidenLÍa ~leDd(''l Vigo, á quic'l) S!!stitll~') diln ~a :'(';:;:0 lfl'
pez, que nUtlH.fó fusilar trr'ce !fici:i!('S carli~f;,s: r"";ld''''jj\L, iJ,\{,:, :
t 1 " I ' , r " ' , a \jC reprt'sana~ qu~ f',~l ,tlrllO ~'H!evOS ~n~i:il:n!(\r~to[~ v ~?'a,..(jf~~ i'\ne·-
eiúüe~ a jd~~ pe~'3\~rtÜ5!< ~ (l('rn l :L:U"t .;;:: ~-~;,(.,! 1";~;' ot,


Fn Madrid lit' dió 1![1 dc¡,,..,,lr, lWH:n,l'lil " ",,/;, rí" lit ",,,,:ín' "'!;',. 4 '~I '_...L '../~.,.,~"""\. ~·~, __ ·," ... 1,.' l""í'" .. ~,t
bIos situadc,s CJ el radió di' Od10 lf'guns, á Jaf: r'nlQ;51'" ¡In Iw: ií'
estuviesen en las filas de don Carlos.


Un suce~o que 110 se hB explicado hastante, alarrnó p la eapil('ll
pudiendo haber (lca~io[1ad() lr,[r!el'tahl('~; ~n¡',njf'to" El J '''1?' '\T;'.~,
vaez, despu8s de dominada la 'hncbrt w:, c"ueles ei"c',r'¡",p:- \.' ,~,


J •


'l-l 1 f ¡;. • -l '/ " 1 ,.., '1' • r" rlthCS Le~Inanes, ... n n0;.nnr1tJ~ (~~~irl¡arj g/~nf9~r~~ \,U~ ~ ( ... ~; dr· :': ',.~:
t 1. ..",. 1 .,. • • . I [~. y sus sopas se :1e,~;caroI1 el H{lCfl(! Sin rn'\:-I(~l':"¡") ',', . '1,


que des pues reunid,!. la, mi!il,,'i;i C'J (orlO" d" (!,I'/Y:; ¡ l~'" ,:,'; •
dimision. CristiL:,t f¡',,;st6 la.~ t;' ,le ~;p'\'¡}el y ¡, '(.j ¡}'alyc; ;jl::: :
na cosa, pfíO llt.! ~e atrevió h !!eVJr 'ldc,I?1J te sns f':a t"'; y:xi(r, ~,
'\'1'1'\"":'-" ],', fl,'Olis¡'(,'r, :,,;'1t!!l" tv\nc,:'I'v,é',r"h",Je. f'f! "l¡",:l:, 'e, ¡l,,) ,,':
........ Uf ... ~ f ........ "" ..... ,"' 1-~ .,.;':",-,- ~f\_~,·~ ... ... ~.,-l L~ .. ;-",_ '. -"J


IV.


Las tentativas hrchas por 1:);; carli;~I", para ,,~n~;: 1,
territorio v¡lscongado, dando vigor G hs pi,r!idi1\ ¡'L :h:~,:,J;jlll
Por las otr"s 11"OV¡'nCI'as 'ie rJrr)~¡g!;l'íl"~I~t' c,'ll;(,r ,1,.·, ,i " , u ["'l 1 .. ~ ;..; '- \." >A '.,.t\ .. " ,-,i ... tl'_'~·A, '"




D~L 1;;~Tl'10 llOHEON DI'; ESPAÑA. ~95
~¡;l <.:0ü dUe(;tlOn á Aragon, al frente de unos cuatro mil hombres,
qtl8 [ccCJrrietJJu las provincia:-; de la ~laDcha y de Cuenca, fueron al-
"u.:1I.\1do,s p0f la, diyisio[¡ de Olivarri, dejando bastantes prisione-
ros ei 12 J(; enero eo Alcaraz; dl'spucs de haber derrotado á Minui-
!Ji: Sé h~ ,¡[¡ió 1; coronel carlistd Tallada con bastantes fuerzas, y los
,-,h-J,:c¡jj,,::, ,~llGLJGb)gos, Palillos, hra J otros, llegando á Ut¡eda los
:;iI'ii.L'U~ ; iJ.:wehegos, lllilHltrus Tallada se dirigía á Baeza, vién-
,:~:;j~ ~li:k(;J,jd l\;íyeiü¡ndwelll(; y sufriendo terrible derrota y disper-
~lIL, y r,:~:r)~edibHj(j Mcia Castril (lo-;d·c sufrió nuevos desastres,
"Llill(¡ tl"J' últitnu sorprendido en 13acrax y fusilado en Cbiochilla el
",' ¡/; ",j¡j.I!.d, Gc\f'cía recorrió ia pn'Y¡ilcia de Jaco, entró en el Viso,
(L ~<l C<..:zada, de Calatrava y 211 P:lertoliano, arrasándolo todo, y se
t::!1Camiu0 iJ, Ciudad R\~al llegando á Valdepeñas con direccioD á
ú¡>lludcH, pero 1't¡¿ derrotado perdiendo muehos ofieiales, y hubo de
:,,¡.j'1:tj";'~,e logrando sin embargo peuet;'ar en aquella poblacion, el
¡;l, de !lld'I.U En Dc':ja.r fUi::J'o[¡ jurprc.iuidos por Pardiñas, disper-
,":,1 ,.~:,c;i' c:;;li/,>LdUd¡ :r hUY::JtL G;'d'CÍ-¡ Ud) UCllOCie¡¡tus Lombres


\.


El coudc lÍe Luchana pn)CUrab,l cubrir 61 Ebro atento á los IDO-
1'l!1l1Entús de: (:,ul~mi3it, que fortificaba sus líneas entre Vilia-
liU.'\d j \,l!mlls!;{¡,t cortando lod"s los caminos y puentes, y
i't<u;.:j"l":' ú ,'purada si¡IJacion á lo" defensores de la {¡ltima villa;
CliJ Li<: u 'i<"i,i \\) dt.:eiJiÓ Ei:iparkro iJU evacuaci,)fj que se ycrificó el
J ':l' [cb¡ ero,
L~~ t'l pl[,i! die ;\a y,}l'fa e:\pi,lrimentaba m ucha escasez de subsis-
~lHJ(':;(¡S, ) ,,1 gl)[}i)ral Le:;)\) que deb~J., sosterler Uf¡ combate cada vez
qUe custod ¡Iba con voyes, se decidló lt apod:>rarse de RdascoalD,
jJuúÍ!J ;11;¡IQriarite y hien f'Htificddo, El virey de NaV31'l'a AI!1ix no
a}lrúb0d plan, pero Leo!1 lJ hiz0, tOlDaudo!a responsabllidad de
¡1:; ataque qu~ cosló a;óu¡]a~ lloras de fuegü, y rasgos inanditns de
va¡o¡, .


VI.




~96 HI~TORIA DEL REJl'\ADO
ta de Narvaez, que debia reunir !.Hl cucrpG de reserva de cuare: [Jo
mi! hombres, y teuia facultades exlraOfdi¡arias para organizarlo.


Espartero temió al rival poderoso que se levantaba, y f(¡¡muló
una exposicion en Logroño" cuyos pr¡ncípa.lcs párrafus vamos á. ex~
tractar:


«He visto con asombro, dt:cia, la real óruell fccba la de e:-.te
mes por la que se determina la fürmacion de un ejército de reserva.
de cuarenta mil hombres. pJJ' unos LJedios y bü.jo de Ull picHi que
seguramente han de producir el aUíllento de nllestr0~1 wales ... Le
plan, señora, envuelve mins que tienden á la ruina de la causa, y
daria por resnltado ~, triunfo al princi;'¡o ;'tbeide; es ! í,.dlÍct:ic
por donde se conducen las intrigas de un partido contro.rl i \ á. V. ~~I.
y enf1 mig.o de nuestras instituciones, aUllque sus autor.::s estén v;-
seidos de la rnejnf jntencion; ("S la concepcj{Jil mas pcrjuJicíal á lu:,
ejércitns dr operaciones; es, en fin, el foco de )30 disco,uia que en ,,1
dia menos qnr [unca debi~;;. atenuar el esfuerzo de los buenos ¡·s-
pañoles ... V. '1 . ('omprometida por el nwquiave!isl!io, caree': de
aqurlla [\('Ci(!D, 1DP en ¡ltr,'1S ¡il"llpOS derramaba los be¡l,fiei¡¡s á qlle
pr(\¡)"'r¡' 0;;" r"'/"f"o \·,'<·i··,d '. , ... ".: (' .. ,': "Irl· .• ,., '.' \l ,',,' .. , tJ. t. >.1.: Ji.~I'~ {J.~ L'·'¡J'._U.~'·, c~ .. ¡,;\._-Gl.-'\} tJ:J"- ¡,i ~H;..¡t0 \jdf.... ,~;. .• ',ú,
sosten ida pa fa q \! e ! i1m;' G,~n fe ~iUeda S2g~~¡;' lí}S i:i1 p u !:;CS lk S U el)-
razoa, y por ello es r;8cesari.:, que el público Instruido Looceda d
tácito apoyo que r~cJama nuestra critica siluacion, conjuranJo la
tempestad para salvarnos del naufragio.


»)Este artículo, srñofn,bastar l ::¡ pura ¡.;robar la falta de prcvisi¡,¡:,
la ligereza y el dh~unh en '1IH' se ha iucurrido. Para i;jve~tir á in
gpner<l! con f21'\lltadps t;:1O latas, es preóio teOGf stguriud de ;;'11
tino, de sn ,'irc!1!1 c peccion, de .'.iU prudcLcia y de (jUe j;1Ínú~ ;¡ht!~i~'
'd II l' . 1 ,. 1 1.1 " ra e e os. ;"Ifir! neCl:'sarll.'s IO~i tltUiOS f('C{:;-UCíJl¡,Ü) t;S qu~ le SUDl'f',--


pongan C0n jusliei" fl los dt'lll:í~ que :na:-:daB lo" l'jércítos. Es il1-
dispensabl r qne no cIíOqU('il '::00 el interés general ni conspir,;Q á la
disQ!ucÍon de la fuerza urma¡J(j, Fosten d(; la Constitucioll, del tri ;:0
y la regencia de V. M. CllanJo yo observo, sdlora, lan Illarca¡] iS
extravíos de razon y conw[]iencia púhlica, kr!ín, y crl'O telller C·dO
fundamento, se procura hallar UD tJorllb;<~~ (FC Jüs inf.clig"ilcias atrai-
gan á sus miras y le bagan s!]s:jept¡bl~s de :ls;.irar á h1 dicladua.
La falta de eXperii'DCia, el amor pr"rio halagado, las pa~~ione.s f:,-
mentadas y mi! resortes puestoE en mov:~¡)ient:), pueden, sl':L'.·:},
alucinar de suerte con las rnejort'$ intenciones J' hacer que se rles;¡-·
ce la persona elegida ó determinada. Yo se las concedo 1:11 Een('rai




DEL LLTIMO BORBO,,- DE E:'l'A\¡A. :297
"arvaez, y no dudo de su amor á la libertad legal plH' ¡i}. que ha
combatido adquiriéndose reputacion como jefe; por su caráelt'r dü--
minante no adillite superior. Como brigadier, rehusó dqH.:udúl' de
generales, trahajó por mandar en jefe, y obtu \ o facllltaues para q Uf
su dictámen prevaleciese en concurrencia. Como brigadier, huyó de
servir á mis órdenes, Estando de cuartel, quise probarle illis se[,--
timientos pidíl'¡¡doic con el fin de darle el mandu de una divisit,lL
tambiell hallr) medio de excusarlo. Sin saber pUl' qué, rué pruilioviJo
á general y obtuvo UD mando independiente.


))Los suces"s de la guerra reclamaron la vellida de tropas suLre
Burgos: ia ¡esoJvió V M.: f)' puso con este ¡'\jeto en Illúreba;tcIV
en vez de seguirlo, sabe V. ~1. sus exigencias. lIabiendo proLaJú
este carácter, nada mas fácil, si se viese á la cabeza de Uf¡ ejércitu
de cuarenta mil hombres, creado con la ruina de las úpcl"acion ,.¡,
y cuando el (lnemigo por consecuencia hubiese alcanzado [(~ SU¡ '.>
rioridad, qUt~ adlllilir los sufragios y la investidura que ah',ra PI t'
dispone un partido o pandiíJaje ... ¿Mi fllJloridad come capilan g\.-
Dfl'-al dt: ,los t'Jt;rdo~ y eon el. carácter dI' mando de !Of, fí',¡ni'.!ld::',
Se tia de ve; dejJriwida por un rasgo de pluma GO meditado, (j [..:;6
bícn por condescender con la pretensiOfl añeja Lld general ;\af-
vaez?»)


Al concluir decia: «Desaparezcan los seres tímidos que suscribeu
por debilidad á las miras de pandillas: proscríbase todo lo qU(~ iW
sea. Constilucion del año 37,lsabelll y regencia de V. jI. S¡gUiéihiu
soio los illJ illdsos de su corazon, no es posible que V. M. deje de ha-
lla; tl.ltft; JiJee millones de ImbiJantes, SE'is c"nsejeros puro;;, ,;a!lll:;,
fuertes y justos, que conduzcan la nave del Eslot1o, qUt: Jild'e!Jt [,j-
do espíritu de partido hagan conocer que aquella e:;, lti. llOIca y h-
elusiva ba:1dera tutelar que debe seguir CUli fidelidad todo el ljU(
no quiera sufrir la execracion pública y el castigo que las leyes ,)0~
ñalan á los perj uros de la causa com un.»)




CAPíTULO XXXV .•


SUMARIO.


,'. 1'1.';¡!i,. 'r1 ¡.,f[¡!L~·:tl!: I .1,· O"l)unul'lI "~-~!':\p!ldi\';(qlt''''; t_drl¡",td~ _.~P, :",' 11';'! ... '\ ¡ ,.\;
ill ,1" L, .1"1 ""1111,· ,1" 'i"~Ti,--I)p"I";lí'iOlJ'" ti" E'l'arl"I'lI--'I"il'l""T ,1", lll,'I"I'"'' .1,.
~llr,¡[IIJt¡·" .... ¡)Id (.~ pL!ll di' \)UJld:":III'I'¡.---!llknitl i 11':::l rl""~lllll!¡~i·¡r \l(Il'¡·lid ._-~ lr_
tk'ltt! ,L¡-.., ')"';1111,\'-." ¡fll(' !1)( l'ua rt',~'II;l/,I(LI."': ,:¡'!li:'I¡d(1 'j';! r,·!, ~'II"'" .;1 -¡, "fe' :!I,I'"
¡,' ,[,: i':i:dlll,¡-,-'lu\illill'lliu illllilllllli"I,'riitl "U ~LIIIr,,1 ,-Jil-,,'II:,
l,j ... (Ilr!.I.~ ¡,lI! Ud), it'mlq'l' dl' 1 ~~lS.--,Sl':"iqIH'''' 11()IT:¡"'/.',-,,,,¡h.


1.


Hemos VIsto como comenzaba la rivalidad entet Jos perso.uajes
cuyos actos posteriores habian de ¡oiluir tanto en la suerte de la pa-
trm y en el progreso de las ideas; en las osciJaciollcs de Jos partidos,
y en la intriga y determinaciones de la fUnE:sta. familia de Bar-
bono


Tambieu entonces se hacia ya notable el mariscal de campo don
.Leofloído O'DonnelJ, que debia mas tarde despUéS de muchas peri-
p,~cÍds venir á ser árbitro de ia suerte del pueblo, )' a rivalizar con
Nal'vaez y Espartero, arrancáIJdoles sus amig\Js )' fOtIllüojú una
bUüderÍa que sujuzgase á unos y á otros.


Encargado entoncee de la provincia de Guipúzcoa, habia al prin-
cipio del año emprendido algunas operaciones apoderándose de La-
sarte y Zulueta. Obligando á Jos carlistas á replegarse á Andoain en
4 de abril, se apoderó del fuerte de Vera, que era tan útil á Jos ca:'-
i¡sta~ para m un tener sus COlll unicaciones con el terr¡¡uríu francés.




íl.


Otras expéJ'G;I)C'':S ,-::,:tf~istas habian intentado pasar el Ebro á
priD(\ipins de afío, lílEmdada la una por Tarragual fué batida en Lar-
\ as h. principios de flíarlO, y lueg::J en Angues volviendo á Navar-
ra con gran convoy di' armas y efectos.
~:Lwdabu otra ('\pedicion el conde de ~egri, y se comp0niu rl.


m!l've batallones, trc3 escur¡dtNJ(lS y algtHHl piPlR coe rnllchos
of!r+dt:S pilfa !:USUl.t y organiza:' gcnti' en {~l interior,


Spsuia ]r,5 [l¡ov¡¡ujpntos lIf: los expedicionarios el general Latre.
y al pt'!:etrar en los valles de la Llevana les di6 alcance, batiénr.()sf>
desesperadamente en mellío de un recio temporal de nieve, Negri sr
eDC1minó á tamcdo, pero Espartero babia llegado á l,f'f)'" v hnh0
de; re!roeedcf inlentandG apoderarse di' E/cara':, l' 1 1: a: !{1 1 r".
"',í. ':; (t'ili ;. ',' _, ,¡.,,;:¡ v ~~ :';(::':'~l\<i[\ 1·1 fi, El} e:'tr rmntr ali"taron


.. ... \." ~


ViJluld,,¡¡ )(1.'1, ,¡i.-:lr:::" cabaHoéi:; se' í:lpoderaron de los camlalrs pú-
hllC í¡S, dlflg!l'fi'JuSS á Valladoj¡rl donde los alcanz6 la fFvisinn ,ir
¡riarle cuya cah<dl>:rín !ef: [;Cf!SiDnÓ grandes pérdidas.


Poco." dias .JI:SpW';;: tropezó ron la columna de Esp8rh.\;o rp.H' ~p
apoderó de la:s municiones, artillería, caballos, equipajes, y !!rar
número de prisioneros, entre ellos treseientoE veinte y cuatrp jefp~
'i nflc¡al{p,; ,"sca;lanJo ~1 candi' de Negri casi solo.


!Ti.


\1 :,'¿:·,,,~,r fi !::1.~ hizo Espartero rl~pasa" el r .. ll rga <1
\0:-; cr'rl;"l~ ¡': :l;;:li¡::,lb:.r: lo::; '-'alles de la izr¡nierrla f'nh? Pam-
p;:¡~j,:; ~ T J¡]!;: (~" ~ ¡k junio :;ostu\'o fj>fJr, la ucriol1 de V::vrum
v G'l'\~,rfl/":,i'J ',,;1 2i;n(~ra! en ¡(,fe Dasó Dr!'dn,,;h'~'''lrD'f:'
oJ ,'. 1._' {.J ... - (') . '- '-" ,¡ ( ~ 'l.


el Larga.
h;t(~!.llab2'¡ r· ;.zd'·ro apnJr:r¿l,'se de Pefiacerrada, y saD(;dores los
.:arlista~ ¡le 11 c;:nccQ:rac;on de fuerzas, se leunieron en el punto
::~lli.·!1(!.lh\lr,; CmpeZ3"l.r!o el cañoneo el 20 de junio 9 rindiéndose el
fUerte {;ur la noche y continuando el ataque al amanecer riel ~~
Gontra la plaza que opuso gran resistencia, dando lugar? qn e flJ
¡;l1ochecu s:" ,,!ies,' un asalto general) ante el que hnypror 11"\>; c!efI'D'




300 HiSTORIA DEL nEI~ADO
SOTes y habitantes de la plaza que fué ocupada por las tropas.


El l"¡ se habían emprendido operaciones cünlra Ramales, y des-
plH'S de rasar la Sierra de G;.¡ardamino hubo nrcesidad de retirarse
pnr el gran número de carlistas que acudieron á la defeosa.


El desastre de Peñacerrada aClbó con la reputacíon del jefe car-
lIsta que fué sustituido por Maroto, á quien odiaba Arias Tejeiro,
ITlinistro lÍe don Carlos, y en Estella, Oñate, y otros puntos, los ba-
tallones carlistas Sp habían insurreccionado al grito de mueran los
n.ialat~ros, abajo los castellanos, coincirliendo eDn la sublevacian
nf:)Vocada por Muñagorri de que ya hemos hablado,


IV.


LfJ. r1ivisi:)o p;'ofunda qUe se notaba eatre los carlistas era ]1ro-
v;'cada y sosic!}id3 p:lr Muñagürri, y una junta estahl'(~ida e[) Ba-·,
vona :¡ue se había puesto en relacioI1 cr)fi las aut)rídades de Ma-
~Hd v con !I-") HPIJeraJfB; interviDiendo tambien el emhajador en
PCl.ris I!)(\rqués de Mi r3l1on's. en cuyo~ trabajo~ tOI:¡Ó par/l~ muy RC-
tl\la Avilaneta, apreslEanao el choqUe catre las div-nfS,lS frilccinnes
{fU?, se d!sputabJD el mando en la cortE del Pretendiente.


Por eso Muñagorri reprodujo sus tentativas aprovechando las
eantidades que se habian puesto á su disposicion, y se presentó en
~a.varra, en junio, con unos mi! trescientos hombres protegido pore!
upneral Jáuregui, pero sin conseguir nada.


«{,a fuerza de la bandera de Muñagorri. decia el :l1arqués de Mi-
raDores erl u[]a de sus comunicaciones \('! fi de dicitmbre y des-
nl)e~ de fraeasar otra tentativa hecha en Gllipuz,~oa)< consistt~ en-
teramentE en el objeto para mí vital, as separar la curs!inn de don
t:l1 r lns, Ó sea la de sU::;i'sion de la de Lleros, dividiendo los partidos
d~ una y otra, sin perdl'r de vista que aunque las fuerza:; de la rei-
rla pllP,\~).n UD día llegar a larlzar de sus Elontañas al ex-infante,
no serian jamás suficientes á arrancar al pais sus usos, sus fueros y
su Iibertad_ .. Debía el gobierno solicitar ú obtener de las Cortes al~
gqna declaracion legislativa de la no incompatibilidad, si no de Jos
fueros. al menos de la administracion interior de bs provincias con
la fonstituciO:1 del Estado. Esta decIaraciorr hecha, era el apoyo
verdadero de Muñagorri, á quien padia secundar el gobierno con
dhero y CIlO tOl~a '~\specíe de auxilios, sin aparecer nunca, y siempre




rar
:;,:, Lu· ..


1, , , l!i('I .• ¡O ;,U¡)HI1!l V~J[\ J)"U!J'\¡' G\1¡'
';,(1 n!lre °1. l)


v,


r I 1 • I , •• I ., ~Jno (('; ¡üs r1ll\S ln1por~;~nfcs (~~eO!1t~:~~:,tnJ~cn<n~~uc; iü ~~¡~'.~'!'Ja, ~ Orí!!lt~
t'·'ndla á privar á le·s f.t(~c.ior05 di) ¡\.rn~!(¡n d~} s:!~ h:i.~·,~~3 d!~ oper-(~{:¡O~-


) • í ' ,. 1: j _ . e • {.
fl1 ~.:; ~:,r:·~. L1 r{~CnDqU!, ... ta !J¡~~ ¡finr{~,I!D~ pldZa qUt~ P(;l" SU rnSJC~On y ~or",
~inca(io(1"'S ~ff\'I~~ de I)~~guro nsi!G {\ los reJJc~d;~s, y ()rftn. j(·f{~ ~'x
:-l;~.~ '\r,f;~d~,~ qUf~ C.f)r;lprí~:!d¡a n~uy L~fln j(1 iLOpOI'lanC,;a y Ú.l
! l l , '-~ (~n r'\ f' tp l'l~ r 1)! f P l' ·l"'. ("(-" c·~ r~) l' P ;:. F(} tI q fp V rJ' tiC'. Ff\ t.: . .l11 .• ¡ 0'1',· :~, fu' ~JJ 0,e. l .. ' :.; "._ ~_.' '!",., __ ~ ..(~~ 'JI ',3 , .• l~~~· ._,'~\." "_ "~"'" ,_ " \J"_' _ \.,_,
,'~I ¡o~e~::, y ·t;) pi(:z:\~~ ({p bati~', 11gCi(~~;~~;:S" l~e,~, ;,q)::dJ~:''. POl'j,.::L.;~::~ hq-..
h~l;,.:,' \~ rX!~¡(:r¡nj!~;~')ttd;1S~ r:~ :iO dü jU!!G 1 S:tK n~gó el gru::~"~~ dp


iS tIOp:.1~;; frent!l tle jlnr,~;ii1, ('n enyas in[liedi;:;f:ii)lll'~: ::3 kdi}ÍJnn
":;tid~lS ~l~S cnltlt;:Jl!a~~ {1~~ fÜJO!f~JG;.~U y d:.: '~-,Iani!;\::')~!¿!~~" :J~¡"nGU y ?tJCI! ~



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1 ins; e! ~~ SL1 ~>ri: .; 'feH' 1::') C>Jf~.CS~ v "~n 01 íl¡~,~\,:!»,f-! j{~ {l ~ i\:r:~_ ~~l
/ciarl le'" ~,i\::) .!.>. ;',J,.,


t:--~ncir" :lel ejér~lt{} y su lHF~uD. d-;sci¡d¡fl8 L(~;~ ('iJnducÍ¡úu de n\,'cvc ,\
la victoria. E~p('t'o qUiJ Hproharr·is la qniDh de 10:3 cU:·l'\'!lla mil !J,:n·


1 . ., ~ 1" ·1 l! ' I t' .' bies Ji a rer¡UIS!C10U ÜC eaua¡¡o:; lie~:.re.aL;lS 111 Hm)mf';W~ y ~]d \'1)(';.:.
1 ' ' d ! 1 1 •• 1" 1 tco aCl1.eruo por la urgencn e a ('s ueterlnlnaCIOOe;,) raza¡'(l l,C'S-


pues la línea de reformas que debían seguir las c[;¡l111raS, y dcci(~:
(,Pendientes de la an!crior legislatlira existen Vúrias leyes impor.


1 l' '~' 1 J' . . '1 tflnfes que lwnra nCeei:ltlan ce cene lJll' para poner en arlliC¡¡¡:¡ e
" ' , 1 1 ¡' 1 (1 . l' t' ¡ 1 ", • 1 r~~gullen ¡duJO: {¡C'l CS,;jt)(l UHl :(1 ',JiUSd,nelO:l i1Cd,1<'.I. iíl!eS :,;(11\ ;'.S


1 ·1 l' ',' • 1 ,. • !'.~ ui~~dnl¡!\'n Ue l<l,~: L1~ unlnll1!:!n~


1 •
(~ :.; ! .."


prenia.
y,S¡ eq\1 (':;;.; nu~. IL'r:;::


en !t}~ d!2 p'nerrn e,ivd: y :' t·;,;;:. ~!r,,·-~c; ;':';;:_ rn:~~'n pt; (1!':~l.[lf~!r~1 e: fi~.:¡.-
dl1rÍl ~·x¡\mel1 <.1(; la 10y (jUi.; se 1,; 'H""; ¡
materia.


))La benemprita njilieia !1a.cir:nll! euhre en 1· lil, prtes e;m f'\;1;:~­
titnd v disein!ina (~~ c:r'rll¡~lcL~ 01.'"(;ir;81'~O de su ir:~·,ti~ut~.L v ,t;l~,udr :.;.de-
mb; con la mayor ,\;í):¡;nl.L) y (¡(Tul:rl.~ Ú l:, pr'l'secuciotl de jo:'. fac-
ciosos. Conviene, siu embargo, p,:rfi'cci/war su organir,acioD; y á
"ste lIn se os propondrá un pr(¡y:-:cto de ley.)'




H3.blab~ ('!l seguidJ. ció' :¡l:) di i;i[¡,') ;¡dupL\¡;as ¡:un, mejorar la
1'1" r;!J" el e") jil" ' ,'''"
.' u, ,,!~;.1,:~ \. ¡ \; 1;, l ' .


, . ( ,


¡ ¡j:~ b;.; 1.1 ~:) íJ~: i .~i t\ H:' 11 i ~:~ s a ~ ti ~~ J ~ U c\ e Ion


) '. '; i i" 'oc' • ,.' ~:..,"


, ", ' rn d Ji; I \; {r" ¡ ~ ~. , . i q, ~ f¿ r ti 1\: ¿, l! (~ Ü I~ P r G ~ ..
,::1 !\,: ' . ,~~. \¡d't\'·::) r·.~ ":: t.~d¡:-·:Ui:t·'. 'J -'JlH'sttc :l;~~:~~\_'~-


. ' '¡¡~HjU: ~n, t,(ll~ ~~ ~'~'J;


¡;¡~l,,(;i-{~:j qlH~ C:'~:1!i ;:'![ \ ~~a'~~\s ~:¡ (1 rHH;f; ~~::~'e.u~d. d!ri~::;~ \ ;~,Cr:!Cl'a al
;~~C tU los tr~:t!.i!ih~s ~)(~ddj.,,~L : y bi~'r~ f(u:' L) ü(~!trraleza de Ci~tos
'; bit ;\Hio p,;~ibi(~ lLdi\Vla co uil'l(!~~~ ¿-S~(~f~ Sitl ernl)~jJ~gü ne~'~fdRd~'lS
:~'J. l>_~D lP\iduru (.OL~<.;jn tHlnelias ilH::\did(l~ {-,uü eon l:H~S llrg{:u~-~ia 1\".-
(jaíl~í1 el c;i,!uIlo ¡,le ks l);,{IGC':J~ en el lr¿'Jl:::it;¡ de DI} ~¡SkrYlH :,'~,¡sh­
¡¡yO a otro. Mí gobierno cuidará de prÜP"¡¡,';, q' 1'],1;;>''1('' 'j LIS


¡ ' ' '~J; ramo o,: 'ltW ¡;;jn p> .:i!:Vu,l!lCi": 38 uniji,l.
))Las rtrda::i pública,;, .,i)li cadli tlia !lle[\(;S ziuficíéH!i.,;S P''¡[''. cubrir


¡odas jas fJt'.I!iCíonAS, y los recur~05 extraonlln::.rliji) qUt~ Ul b ;m!t'-
lWl' legislalLlI'{l co);cl,dÍ<:'(;[¡ W:llerosF:Ull(ln~C á mí goLil'í'l1" p:!l'it lld-


, ','1' , '. , j" • '. I L~<l "1 re it'd, '¡U(: !\;J,il!i1., ¡JO !tan PÜUW(¡ üllti rp,!:ii;:'f~(¡: a iw (,0 su-
¡¡i~:q~f las ddi:,,:~dtaJ\.~~ fiG1.: á cdu 38 Üpi)n~q.~~ iLi. :,y.,--_;i:,;;n·~) f.' l~-;Hja ~:]n
di ~"L(F.It~ .. (·).))


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.. j', -.<


1 1; .. ~ i ; ,. i 'j t. í it-.~ ~ ,


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L:.l;, ,~I';i()ih':) ~':¡)I) ;:i\l', :~(:r¡':i~:."'::J'\ ¡'!ii: ;"Qu1trh:lú !s[údz p1'('-
>.~ ¡c\nt~ d~ll Cun.:~;'¡.~7('. ; ;:;¡¡:,~~¡,;i,"i!. "'.¡ ',;); hi : __ !~.tj,~"u{\ (1~hyúf.ia3C ilahia
t~¡odiii{~·()do pn"d:.i~~'¡JYi'j t-d~';, /t~¡ , jí , i~ ,t:¡ra ;0.) de:;:,ln:: dr 'ia)gur-
;;C'fa, fue djlEd);lUa poe u'w'¡;"i,la:i ..:i ~;¿ (1,:. Ih)v¡emhte U01 profJOsí-


, • , •. 'f
clon pura que se flGDíÍi¡d,';': ,,¡¡;-\ l;CUl¡~l(1r; di' ('Xcil\ít:n y iCVI:'lon oe ¡as
Clh'nta", üonlralos, y 0[;'1)3 GC(Os de: j,I,,; ¡IJiQis[erlOS ('í.! tres úiti-
mos ¡:Ü108.


Aprobada la ¡oLd¡d,~d del prüy~cto de cüntcs:nCÍún al nlUlsdJe, y
disGllliéndoio pr\j' párrafos j Ú propucsti\ de Secarlll y OlózagJ¡ hi.,' ex-




· ~ :' . (P,J.U ~ !a ~< ;-L H.-.~ ¡j ~'J ( .;r¡
(-i~t CtL.¿;(\.~:)0 \~¡,~<~ ~!"~ Hl'.\.~y.Ji.' iní·'Te.s u;Fniú\slar J. \1. )1. su (;O~! ....


vlcciüd. H1~UUit t1l; ilde \;(.J~l !'.~ :n~~"~~(·, S.-<:;¡¡.::_:~t h(.l~t:~t el ~J\:j 11:; es l!JO-
1 ~ ~


nuv¡C¡Übr0 f¡lÓ , .. :', .,'.' .,i ' .. ",'" ;'1"',',':", ,'j '1' '¡" ,'" .; I,)~ ¡; Ul~l1L~ ~dlu.'l,.;~, 1" {J.l .ld\¡J~ t l~.'tÍ \\í,""';\$; ~l('"
fJ :,i J.,;":,," u",,:',· ' '"n'! 'J \)jl)"1';;1 f1d'Jlilli'-1 , .L. , , '. ~ '" , i " > <.J.; , -~. .:::) ..... J. ~ ,l • "J..


fiJl1 gt\1'/c:-:un03 C .. d {.),¡~ c;j~dca 10,) gti rlj\-'·~5 ~i por Hu ~c al;I'r,lJó,
afiaditHitlo hl ILdil ¡ji'ü admiJti8tratio(~ lh:sj! ¡);~.:J de íJwrcha




SUMARiO


:'li\.'(·:-o·Ü~ {!í- :'.Il\~¡i,l ,1 ¡¡¡tt,·· :¡I' 1\;::-",-_·--",1; ,L",¡W!"j\J !;iW l'j'f-... ~t·ll¡d~iit Ll ,"'ll11dl"ilJI: p,:LfÍ¡-
;'-:.'--.\"¡iI' !:f"" d(' ~ !,'.II/l·;·\ ',11111i:l\ jJ .. j!J{) dl ' ¡(I-. ill~.d,\t¡-\{tÚ~.--¡l~(';d¡¡j('{ddtl


E¡¡in~ la¡¡jo Sé trl\;;;lOfl,ó e: óLtm (;11 ;,ev¡lla; Sl: fUflilM¡Ht ('.0;1 illo;;,
~<¡ ili;':llÍC¡ qn\'. iln ¡,; ,';(;~' ,jé,:<¡,n;¡aL1a la Il:,¡l¡cia, y réulJido d, Ayun··
hu,¡r!;lU i~un '¡;él!¡""', iur¡"idú ~lí'¡¡' \:x}llisidJil á la reina muuÍ-
1"".":,,:, ""'¡'I :,,' '" 1,',:,., ;,f, " ' •. ",' . L, 1" 1¡1'1"1" "., ú{¡' '¡:c,,· (·tl 'Ji"¡,, ,',<>. },~, .. " ',." !',jIJ ~d, 'k,\) ,,-, .Jlc,!t,,,¡,, ¡'" ",) (,Uf." i" U, ,;.l, lo. ,,,'.l.
,¡'i"' ,:',,~,I,:-~ ,'l¡:\l¡t~ ;,~!f! , ..... ; i¡¡~)~'i' ~,1 ';'-"'l1j' f;~'I¡:I() S?í,'.;t~,'-¡'[·l':-.;¡i,'¡:, :\',,1,:\,','';;:(10',11,0'


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. '


t¡, ,'l' U¡; iO¡':;¡l: ,pd ui,t,:" ;:S ;iY ;j eonvclli0lJtcs á Íll. jFovifl-


¡ , ' " .' '1 f 't l'uf Uila ::.xi¡;.i,Ú,¡ e lt~::\P,;(¡díle \l[]['[IJtlim, ti reDie 00 ¡;~,i (, H!ú''!i-'
llÜi.:;llO, que projJonh gra'jiiü en:rgiJ c{\nlm los carlisl;)q l'CltJt·;t la
l:Ol'te oc ¡:oma y ks abu.sv;; que en Ll glifl'iíJ.. se cometinn, se !tusit'rün
tlús ~;rnerak.:: c(ii)(leid¿:l1lent(~ üdu..:lús i:d ¡ilodel'UutÍt~,mü: l:ó¡'üuL~L que




- .,¡,


~ ',' ;,;.-,." ',~, t' ,j,',: ,-¡ .••. " )' ;l~r , ,,; ,¡;- :;1"-' l.¡.':~.-i_' ·!tt.i:';~1:~·Ja. :~ :\.:',' El ., i:¡,;:t~:: ~:.I \~'. j~\J, ···~Ü~ ~':¡, ,'7 ',/:\,,1.;'.', ,j!,' '\)1.';;


jC~u,~ .. tO:IC· á loS g'(:n~ .. ~t~,"¡es CÓl'do;Ja y ~.~tir',r(\f'Z d,~ h{~~;:·. !_~.:!'L·l)!l; 'el
:\üZ ¡ji; ,\i}U0lias prov¡nda~, ,iJn meno¡.;pr~cio de:.\ sus debere;:; '::·JillO
jlJiiltüres, y de SílS jura!liün\.'.J§ como diputados, y exhortando á los
HilJnluc<'s á dé'sC\i:' prOn)8,Fl~ i'I1camin&.oas á e.:;tabiecrr la dictadura,


Sanjuáneua¡ que íiegó cun dncuenta hombn's, tomó e! mando de
las tropas que gllarneeian la ciudad, y disolvió la junta, de~l\rmando
la milicia, emiguwdo Córdoba y Narvaez al extranjero.


JI.


Nadie supo cxpiicarse las condiciones de aquella sublevacion que
(Illió, tenia por Pl'i)fir}~i\o atajar las amb¡~i()nps q\l{~ ;·:e creian en el


1 1 1 1 ' ' " ,> ' , ., " f~,Dn~<-c (tf; t.11:: la1H"!, '\~L~pue~,to ~_t Jjguc[~r ~:OTüu J(;1 1,: fJ{\! partIrlO {~van-
~:Hd;j; ~;'i \t~l'daJ es q~l' ;~s~c eH al iL; dtc.iernLl·u fOfpUJlú ¡Hit¡ VX')G-
";'i' i;'.;-! ¡t 1;1 l.l:¡ "f, ,ri.<::tie¡:iI:J t::il 1a ~~.;\.~ .,¡,t'l1c.J~ <¡; ~:11 ~. artldu ;:ue
ll~"i(~{?¡:¡};'"" ('í)·"¡.;,.i,I¡¡'¡ ,~~ nf~!'.~lll:;.t_{,·i< t',tj~] I ", \;.,! '- 1 'J~:l ... " ; .. ,-' . j ~ "..,. \ ~ • ~
~'.~¡;J n '~l' ~;;; in) ~~ül:.i¡!dad (!r ,,0\' (: ¡ ¡a r:o;~ .. ~ a.Ü\l i'~'~ \ ~ !Hl}¡io


carges terríblc:~ cc:)~;;". ~;j:~ 9~cücr¿d(~; C6r:~üLa y r~t~rvapz, cuyo ea:;-=-
ilg() tI q¡ YlO df: lit L:,l y ,it; 1ft di;eiplina lid rjórtito,


" " 'f" 1 ". '" J:"j ('s¡r; Husmo ,,\('¿, ílHDO a!larnléntos P,O JOS preS¡dL~j oe /\1 til.lee-
mas y ScvHla h favor de don Car!lls" para cuya rcprcsion deLio acu-
dir¡;e á !(1 rr'arína. extranjera.


Las rdeoilas de la :)f)iD~';¡;J. la:) ambiciones de los (11):):i, el cimsiJ,ncl¡,
. ' ,


que se dejaba sentir f:Il la multitud ÍlHJiferei,¡!.e, Ia~; jiclipccüs de la
lucba, los \'a¡vcnu¡ y ()sGilaciollCí' á que daba lugar la miseria en


'1 ¡ ". . 1 ,. . r~e(Wi'JI ¡,,¡S (,csgnlC¡i1.S 510 uuc~ntO que ocaSlOH,h,ilíl 1(\'; C1CCepGWnes
del partHo revolue!lJuariG venian á formar un c¡)íljunío dc~agrada­
üll\ y daban á toda sitnucion un carúcter de ¡nte!inÍ,iad.




/'" '1 f ¡ ..l - 1 1 '1' , 1
,,,flStlP.::1 [l:;,.p¡r:ClJG. a lf\!:3rso \lucna Qf.; 1[\ ,~I,¡1!\ClOn. y p:;>,',aPfJqfj,¡¡e
l)~¡'(' f"l pr),t'nr.;!' I';)I'¡ll,''¡';\ F1 !"¡¡~nli'" tr, "(',1',;, "',"\,1('/" '1,¡"n",¡í:"'I1'j"j" in:'J01', ~l' ~.,(~}, ... \I'L • .l.t_~"" ~ .t .. ~ .. ,_~o ..... '· L." \_~. _~_¡,_,,~i.J,.' . ...- . .; ... ~'.'_' .-"..-1
0e H}dí·~'i¡dualidr:Ji~j::-:. \'u!'e¡_~ir:[i\J(¡ tl ~(:sins. é ill~jl ¡¡"dlll)O ¡'o las


¡.";i.)!n.,'ic.n y el \:~:':l}if!rH~,1"'1 ";7 l'}('f [\u\i!iLr
nrnJ'i,dn.
~.lGfl":pL·~ u,'o:' ¡:.;I!;'~j vi!, il"qpP'ia \...u ,.!\;_. I-! ,'_ J _ .. ~ • .!. \ ,: ," \,)j ~" _ J .,


(,')ll;7'\ 1,\,<; !)"",~l'l"ll"" Co')"'l'lll" ~. 1\T"1'''<1''7 }.,.].;,,'1 ',;(jn >,~ i,:d'l'"
"-. ! ,!.. '.f ... ~\. I' __ '_.! t'v'_' '\ U (L :; l~flj, Y("I" di"" .'I.~ kl ti .. u ... "'l '."'. '.


rner¡tf}S del c.o¡nldot r~:ac(~ion~~}'iü~ Yr\ on;~ ro F~' tí~;n~,!rah;1 d ;~ ~~1
l. ,.: ;


ti].S ~;es¡ones dd ¡arlamcoto 8JTn bormsr,osas y poniun [:.\ gohíerno
en conlJic(os cada dia,


En lí~ se;;¡,')[) del ~i de noviembro cuando de iodo;: lauii.'l de la.
, l' ~ I l' , 1 .' , rumara so c\':,mt!1lJH'1 YO ces ¡:o.ra c:ml,l'fW" ai gUrWlc:tt;, e nJJíibt;'(, (le


Grnein, V J¡¡::h,~i:1. Huiz de la VCi!d. 1)I"}.QUt}ejo un aiSCUfS,) e1} (lile
~' ',j , ( ~


cambiaha el ~istema gllh~'rn3.tivo, ncp;pn(~n la v,tlidez (h~ ];s !,:el,s
r1' r 1 l' , 1 r ' '1 'f' " ,l del penüüo rC\ü:llClOD[;l'!O, ""c a~Ul '~gI.H1(¡S parr;\ ,)5 ¡¡O(afil','S úe ;'e
d::-:eurso i!:e:\j¡j)l'ab!(l t~: boa dt~ u: ::!;"i:;tf':~' c')I1StiluciOD.Jl:


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,,¡(,in ,'"¡I¡,,,¡1 (j!]r PO rd~ /''1 l,,~ n">'cf,nl~ "¡'lA ":1


1. 1 . .1 ..... 1(3.A,·~d.:. 1 .'. ~.'.'\(,~ ~,"! . .l',E": ;",.l.' .).!.<.~'<-.~ '~'¡J '..' l.,!.!.


quó. en CiDCI) af¡ns que la nacioD rsij eorri,~odo


l' 'l"


~. nue bo ~~. ~Itln
]0..:: r,r.8US. (:Pu:'~~
esta dificilísima




30~ HISTOH!A DEL HE;NAD(¡
carrera de rc:vol(;~ion, no so han nrohncto r;¡~i tOllos lns hombres


1 . ., ; 1 • '1 (1',:> se (eno!mnnl1 fXa!!,í'JO', n!í)()"!'a:,I:~, n!'(¡:1:rr,,¡,I¡·.s, :(d¡'ognwos,
y CiJ'1 t¡¡¡iJ, esa var¡eda(l do nOilF'fíCh.!nu"s? ¿,Y es posible I]ue en
un número tan inrrll)nSO de pcr"onRs no haya habidq una c:lpa-
eidad? Eso prueba quo el vicio esU\ en la" tusas y nn en lns per-
sonas, La !lli"m;~ rerlr(:~er~\dcinn nar¡rwal en mi juicio ,~,tú. dando
1m c:cmnln de Hue 110'(\ fi;lr¡;Snnfan lní1()~ jo~ i!lVT,';'~C:, rlri 11ai,~.
,,~" ~


Si trJdos !0fl interc:~;e,s !\U!l sidü (kf,;¡-uid\'1 ó :;;;('IHk¡w; vi!);l'nt'~-


• ~,.. '1 1 l' . ¿que s,:; reprf:~enüt gC[lH llilnJUnnO {'rm el V'!'if (}Il(; eXl'::O L!j(·'~¡l;!
situaeion eríUea y Iremenda sino b feí'(\h'lllacion mis¡~H de I,Fi
r'- ,iA",,"·) (\l'lr'~' u1io" ) j~lin,)", ... ~ 1:, ,c"·-,!·no"" (1') lO -,u· n \'0<1 a' d PI'I'
,JiU'";},, .. u; ,,1 di, ')', \J!.dHt."cl"";~}'¡¡ 1J,1 \'l 1, ,-,' J el"
pero hr. estado drliberundo largo tiempo y hB creido qne debia ar-
rojarmo á ello, porque temo que ha de Iiegar día en que ya no sea
tiempo. En pste estado de cosas, en esta aoe;nstia en que el goiJirrno
Di tiene tiemp;¡ para consultar ni persona que lt¡ aconseje, en donde
lo,~ ltlomculos son tan urgentes y en r¡Ul' )¡\ razon que aCOnSi'jil UBa
medida para el instante A ha variado ya pao;). el il1stanln B, ni est·,
ni otro go~iel'rlo puerle h-.ccr nada. El g()bir~!'í1o ni PUC(/.] C0D;;d)j¡'
un plan ni tiene tiempo para madurarle y S;l(~ar de él la::; cons:~­
cuencias q1le deberia.n esperMSej constantemente acusado, recrimi-
nado, á nada pudo deeidlrse. Hcn}!):~ pr.'il1do ya por varías fa~es y
revueltls, hemos probado tola cb.~e de h:)mÍJc.'s y toddS las rcpu-·
ladones han jdo á estrellarse en estos hancos.


)) Yo, s¡3fíori.~s, nada ter~'1O. H:J entrado en esta C1rreru siguiendo
mi estrella, me be 2lnlll;ñado en todas las fases de b J'(:;,olucio!) , v


" ' ,;


ni temo á los pUihll':;; ní al cadal~o; Si el ¡iempo m0 ¡leva :lf]"as-
irdndo á C5')S horroi\\S qll'~ yo ¡m;v,'O, s fr~ré mi suertr; pero
1~:ll'C;"O nr;1~"Vi>" ~, 1,' j):1.'i o' n V d '~(1~1 ~,flf)¡"'\ ,lj"o (JIU' si no se '¡'O[IA '1'! , ," v,-,ik vi •. f. 'to ,L.';~I d, ,J \:1(.,,,- v ,J.. '. I , •• ~-, , _ ~,~ 1.. J "-~V
remr,dio con la sllspe:::sl)!1 de fo~:n'1:3, nCl~e pucilo c0ntinuar.»


IV.


Encargado el duque de Fria" de reorganizar el ministerio que
habia prest~niado su difnis¡on despues de tantos y tan n~petidos


\
1 ' . ., ' f corn )f\tes, no pllfiO ucertar una CO:rlDlnaCiOn a p';sar de sus con e-


rencias con L;!.I'lrlZ, Mariinel dI:; 1:1 Hosq, Calatrdv<1, Mendizúbal y




DEL ULTHro BORBO~ DE' ESN1\A. 309
Ufalia, y resignó su encargo formándose el ministerio con Perez de
Castro para Estadv, ArrazoJa para Gracia y Justicia, Hompanera de
Cot para Gobernacion, Pita Pizarro para Hacienda, el general Alaix
para Guarra y Chacon para Marina; por aqueilo5 dias negociaban
Zea y Marliani en el Norte para obtener el reconocimiento de lsabel,
y se habia conseguido que Inglaterra apoyase el enlace de Isabel
con un príncipe austriaco, ofreciéndose al archiduque Carlos la co-
regencia de la monarquía.


El parlamento empleó las últimas sesiones del año en discutir la
ley de Ayuntamientos que introducia la intervencion del Gobierno
en la eJeccion de las municipalidades, reservando la facultad de sus-
penderlas y separarlas, dejando para mas adelante el fijar sus atri-
buciones; segun esta ley solo podian reunirse una vez al mes dívi-
diendo la admiuistracion pública en activa y consultiva, dejando la
primera á los alcaldes por nombramiento real y las segundas á los
regidores de eleccion popular: mandaba que no publicasen pro-·
clamas y que no mantuviesen entre sí correspondencias.


v.


En las Cortes tambien se debatió la ley de estados de sitio, y
largas discusiones mostraron que el gabinete no hallaba simpatías,
porque de todas las parcialidades era censurado, y en todos los cír~
culos hallaba su conducta ambigua, sus vacilaciones y su inconse-
cuencia anatema y castigo.


Representant'l de una política de conciliacioD ciJ;;sel'vadora en la
mayor parte del personal, aquel ga binete recibia inspiraciones del
general en jefe del ejército que tenia en él á su representante
Alaix, y como hemos dicho, en el último dia del año presentó su ca-
pítulo de quejas, exigiendo una marcha franca y decíd¡da sin tan-
tos ambajes y que fuese fundada en el respeto á la Constitucion y
á las leyes que el pais se babia dado,


No podia, sin embargo, asegurarse que el general Espartero es-
tuviese exento de las dudas y vacilaciones; DO habia hasta entonces
soltado prenda alguna, y parecia querer conservar una imparciali-
dad severa sin dar á ninguno de los partidos preponderancia y si IJ
decidirse por ninguna de las parcialidades que se d: ;putaban el fa-
vor de ia opinioo.


iv




310 HISTORIA DEL REINADO
Por eso Alaix contestó, cuando Cristina sondeaba las intenciones


de Espartero para formacion del nuevo gabinete, que el conde df:
tnchana no quería entmr en cuestioMs de persnoas, cool.entándo-
:;;í~ con que las de~iglladas fuesen intachahíes. Lo eual no impedia
que como ministro de la Guerra hubiese reunido en lH'a las
eomandancias generales de ias tres armaE, confjrieod0 el mando á
Espartero, que no lo aceptó, y disolviendo la jnnia de Guerra.
eompuesta de Zarco del Valle, llich y Montes.




CAPITULO XXXVH.


SUMAHIO.


CJlt;~I" di' 1;1 d'llllolOil dl'llJ1ll1i:,kno l'errz di' Cactrn.-Oi"olncion ;Ir' la- Corte" r,1'
jllnio de 1 k:l!1 y I'ollyoci!('ioll rara o'ra~ 1l1!1'Ia,,-HdJPlioll rn Y~ll~lIcia.--!1l
11 \II'IlCi:1 di' 1':"I':lrll'l'f),.-Ell'arlido m;lroli,la y la camarilla de' don r:arlo~,-lnl"r­
""!'t",p \111;1 importanl!' I'arla dI' C,,!Jrcra.-l'olltll-e I'll I'l'ü\l'i()IJI'~E,parlt'r(1 : '\1;]
rolo.-·lll',II';t!(;¡¡[ d!' I',t" con ,\1 1'1'.\, ~. Ilt~jla:njl'lllo, 1[\11' ortlellil.-!Jchilid;ll! ':l
,Ion Carlu-.-Opc'raciOlll'" t1lililarc''':.·-Inaccion de ~hll·oto. f'll "iluacipll critiC'o
\ ~Il l'I~~olll('ion


1.


Al cümenzar el año 1839 seguia el ministerio presidido por Pe~·
rel. de Castro. Objeto de los ataques de moderados y progresistas,
y en la discusion de la ley de estados de sitio, vióse COmJ.1¡i~ta­
mente derrotado, porque es difícil que las arbitrariedades y U():;afL¡(:~"
}'o!:) hallen apoyo en una asamblea, y no hay partido que se Ul,mva
á sancionar los abusos y las crueldades como ley. Por eso Palareü,
capitan general de Granada, y Cleonard de Cádiz, contra quienes ;Sl
levantaba la opinion pública, fueron destituidos, hallando igual
suerte el baron de Meer (8) que mandaba en Cataluña; tambien se
retiró la ley de Ayuntamientos, pero aun así no pudo el gohierno
evilar la oposicion, yen Vt:Z de abandonar su puesto, suspendió las
cámaras el 8 de febrero antes de que hubiesen votado los presu-
puestos.


Semejante determinacion, cuando la penuria del erario hacia in-
dispensable la exaccion de nuevos impuestos, le colocaba, f1. no du-
darlo, iejos del magisterio de la ley fundamental, le deóignaba como




su HISTORIA DEL REINADO
su inmediato y necesario transgresor, le convertía en reo de una
opinion á quien pudo combatir como robusto atleta, desviar su
fallo ó atraerle en su favor. Amargos frutos recogió de tan impo-
lítica medida, y el poco oportuno decreto de 1839 comprometió en
~ran manera su zozobrosa existencia.
0-


IJ.


El ministerio no pudo resistir muchos días los apuros rentís-
ticos en que se encontraba, y las sublevaciones de Valencia de 30
de marzo y la actitud de la Milicia de Madrid, dieron por resultado
el que presentara su dimisíon, siendo reemplazados Pita, Chacon y
Hompanera por Jimenez, Primo de Rivero y Carramolino. Conoci-
dos todos por sus opiniones moderadas pudieron hacerse la ilusion
por un momento de que constituidos en el gabinete hallarían apoyo
en la mayoría moderada que dominaba en las Cortes, pero la ver-
dad es que aquella mayoría era por sí bastante débil, y no alcan-
zaba á dar fuerza al poder, teniendo enfrente una minoría qut'
aunque no muy numerosa contaba algunos miembros enérgicos.


En el primer consejo de ministros, Alaix leyó una comunicacion
del conde de Luchana, en la cual pedia la disolueion de unas Cortes
que con inútiles enmiendas y enojosas interpelaciones entorpecian
la promulgacion de las leyes necesarias y urgentes, contribuyendo
á su juicio al descrédito del gobierno representativo: añadia, ade-
más, que elegidas bajo la influ~ncia de los estados de sitio, no re-
presentaban la voluntad del pais. Al recibir los ministros tan enér-"
gica peticioll, hubieron de dedicarse atentamente á su exámen, y se
oponian á ella decididamente, llegando Arrazola á presentar su di-
nusíon que no le fué admitida.


Nuevamente ~e levantó la opinion contra aquel gabinete, y el)
Valenl.'l& se reunieron algunas fuerzas de la milicia, formando barn·
cadas y sosteniendo un tiroteo el 18 de mayo con las tropas que
mandaba el general don Facundo Infante; al grito de «viva Isabel n
y la libertad» dado por UD oficial, se suspendio el fuego, y por me-
diacion de las autoridades y personas influyentes, se restableció la
tranquilidad, sin que hallase eco en otras partes igual movimiento.


El gobierno, accediendo á los deseos de Espartero, disolvió las
Cortes el 1.' de junío, convocando otras para ei 1.° de setiembre, y




DEL m,TIMO 1l0RBON DE ESPAÑA. 313
preparando así una campaña electoral en la que no esperaba gran-
des triunfos.


Jlf.


La guerra parecía en tanto como abandonada, y Espartero y Ma-
roto permanecian inactivos: en Estella el último; en la Rioja el ejér·
eito del primero. A semejanza de lo que en Madrid pasaba, el general
en jefe del ejército carli~ta habia llegado á constituirse en árbitro
supremo de los destinos de la corte fugitiva, á su alrededor habia
agrupado gran número de personas, y comprendiendo las intrigas
de sus enemigos y la guerra que se le hacia, no dudó en marchar
por la vía de la deslealtad arrogándose el derecho de tratar él solo de
la suerte de tantos hombres y de los principios que proclamaban.


El partido maro lista se componia, como el de sus eontrarios, de
castellanos y provinciales, y habia declarado guerra á muerte á los
ministros y consejeros de don Carlos, á quienes se acusaba de com-
prometer la causa con sus extremadas pretensiones políticas, con su
manía de desmembrar el ejército, llevándole á desastrosas expe-
diciones, y por su afan de mantener viva la guerra: entre los que
les sostenian con mas empeño figuraba el celoso fraile Cirilo de Ala-
meda. que siendo arzobispo de Cuba habia procurado levantar en
la isla la bandera de la rebeJion, habiéndose visto precisado por esta
causa á huir y á presentarse en el campamento.


El obispo de Leon, Arias Tejeíro, el general Masarrasa, Urango,
Garda, el padre Lárraga, Guergué, Lamas Pardo, Lavandero y
otros, constituían la camarilla que hacia ruda oposicíon á Maroto y
los suyos, tratándoles con saña y profundo odio.


Esos generales de carta y compás, decian á don Carlos, no buscan
pi triunfo de la religion ni de V. M., y desean solo quitar á Cabrera
é inutilizar á Balmaseda y á don Basilio, porque obran de buena
fe, y son los únicos que aman á V. M. con lealtad acrisolada: los
brutos, añadían, aludiendo á la calificadon con que sus contrarios
les señalaban, llevaremos á V. M. á Madrid.


Todo eran rivalidades, repetimos, en aquel ejéiCito que se des-
organizaba; así es que cuando el ministerio, asustado por una carta
de Cabrera que fué interceptada, en la que participaba f1. don Carlos
su plan de caer sobre Madrid á principios de verano, con veiotidos




31' HISTORIA Dl!.L REINADO
mil hombres para lo cual solicitaba armas, se dirigíó al conde de<
Luchana previniéndole que empezase su campaiía por el Maestrazgo,
el general, casi convencido de la eficaeia del plan que se habia tra~
zado para terminar la guerra, no accedió á sacrificar gente, exigien~
do solo que no se desatendiera al soldado y que él respondia de 10
demás: de resultas de la interceptacion de esa carta fueron sorpren~
didos los fusiles que debia recibir de Inglaterra el general torlo-·
sino.


IV.


A mediados de euero se puso en relaciones el conde de Lucbana.
con Maroto, á pretexto de cUilje de prisioneros, por medio del ayu-
dante don Miguel PdDiagua, que pasó á Villareal de Alava, Al salir fk
la conferencia, Marola dijo (,\1 auditor Arizaga, quien le preguntaba
qué cümision habia traido el ayudan~e rekrido, esta):; palabras: «Dé-·
• f " 'b ,¡" . . ¡ Jeme US,CQ a HilO' ra:', qUf soa Cilsas fnuy adl\~a(iaS, y tenga U:5leC
ei,klldido que todo se arreglará; la guerrd ,~e enndllira, :r Ja . .;aertc
de los hombres variará hÜ1H'O,,¡;, y V e!1lajO:io.men te, ~ii! ván.](j,;e 10$
principios y teniendo lugar el mismo dun Ca.rlos y su híjo; pcro el
sigilo de eslo es tan interesante como comprometida podria ser la
mas leve sospecha que infundiese este paso, que será cúhonestado
bajo el pretexto de arreglar canjes~ y mañana se restituirá al cuar-
lel genoral el parlamentario.»)


Conspiraban miOS y otros por extermínarsc. Mamto mstaba al
Infante para que ~epamra inmediatamente á los minisij'Lls que le
perdian, cil1iUgaudo á sus enemig(¡s, y rüdeánd;):.¡e de jefes quo se-
üundarun sus planes, á Gayo Hn s!jlicito que se le uniera el conde de
Negri y que se concedieran bnpieos á Villareaí y Laton'e; quejá-
base el general de qu~ el ministro de Hacienda perjudicaba al ejér,
cito, haciendo contratos escaútÍa!osos, y que se publicaban artículos
en los periódicos extranjeros contra, él.


La fm¡;cion exaltada Gontestaba fÜrm9,ildo plane;:; de yenganz¡\ qur
se creian muy p¡'óximús, señaláuJose las víctimas, mediando insu¡~
¡antes comunicaciones por una y olra parle, mientras don Carlos
alentaba con su debilidad é inercia á todos.


Los marolistas Hégaron á decir públicamente: ¿Cuándo viene el
genera! CIJÜ Gil pa¡ d.e hatallones para cortar la cabeza á jos píca-




DllL TJL TIMO nQRRON nE ESPA~A. 315
ros q1JA aquí ten(~mos? Con tal propósito les f'xcitaban sus amigos,
nnnderando lfls peligros que cormw EHo y ZaiiáteguL Latorre, Vi-
. ¡ L' - S '1 " " 'i' . .. t UueaL (~gu¡a. l ves (re y 0(-':;'; C;jJ(Í.JiJ':~; y tlwrotJ, con ~ml.les ros
df;signios, se dispuso á mar~;ba.r du Guipúzcoa a Navarra con el in-
tento ~r, íusilar á 1". ca!l1a'il'iJ., pGllle¡.f!o á ¡jisposicion de Jos ingle-
~'ns á Ilon Cari(l~" qUPdándosc su primogenito eO.mo handera.


Ei Pn'(f:;Ddleote conl.eslaba á j~s ob~ervacitmes del padre Cirilo:
'<Todas son H1tr:g-as !k la i'evolucion, no hagais caso de chismes y


- ~


:-:'A aeaharlÍu ¡as desavenencia5\ .. ';
~:¡ ejércit.o realista. marchó á ToJosa, dL~pofliendo Marota la prí~


:-;jon dd aeneral Sanz y del oficial de secretaría. lhañez, dando ór-
d(~~l al jol.r.odfmte Dril para que Je siglllese, y llamando al brigadier
Carmmla, agent.e de sus enemigos, le mandó encaminarse á EsteBa
para notificar ft Garda y demás compañeros que al ilmaneeer ",e
presentada en la ciudad y que ellos dispusieran las fuerzas que es-
taban snhicvando, escogiendo el terreno como prácticos, pero que
se ptepunwm á morir porque COl! sus nJisnms tropas iba á fusilar-
¡~¡s, f:lec l¡v;3m('¡ÜE, e~ 17 de febrero entrÓ Maroto f.Jil Estella, arres~
lando al genera¡ Garda cuando se escapaba disfrazado de cura; Car~
mona. se presen i.ó á una órden de Maroto; Guergué fué tambien preso.)
y despues de un consejo de oficiales, en el que Negri y Silvestre fue-
mn 1(\:3 ún¡eú~j opositores, fueron condenados á muerte y ejecutados
el 18 sin que valieran las protestas de inocencia, ni los recuerdos
de comunes giorias que procuraron despertar entre las tropas.


Aterrada quedó la corte de don Carlos al llegar ]a noticia de los
terribles acol.ltecül1ienhls. Y como en la comunicacion de Maroto se
manifes!aba que existian alIado del Pretendiente otras personas dig-
nas de igual suerte, huyeron algunos mientras aquel rey de los bos-'
ques dictaba contra Marofo un manifiesto enérgico que tres días des-
pues anulaba, huyendo los ministros y algunos generales, saliendo
otros desterrados, y con escolta, para la frontera,


v.


Habia Ilegad() la oC:lsion de f~mprender operaciones militares,
:,i.¡)¡'wl3chando las disensiones que debilitaban á los carlistas, y
la vuelta de la primavera tras un crudo y riguroso invierno,


!\. cnosefmencia. Jo comunicacioops de Madrid, rncargó Espadero




:116 lUSl'ORlA OEI. REINADO
al jefe p.olítico de Logroño, don Joaquín Berrueta, que buscase una
persona hábil para tantear las intenciones de Maroto, quedando en~
cargado 1m c()Hlerciante, que pasó á Este!!«, cerl;iorándose de que
el general carlista se hallaba dispuesto á entrar en negocíaeiones
y concluir la guerra. Al volver el encargado, Espartero le dijo:
«( Diga usted á don Rafaei Maroto, á mi buen (¡!Higo y com pañero.
que yo guardaré la reserva que el asunto requip,re ... que no con~
lando con don Carlos y su familia entraremos en negociaciones, dán-
dole yo todas las seguridades que puedan convenirle á él Y á :;u
ejérci lo. »


A esta segunda invitacion, Maroto, que se disponia á reunirse con
,~! ejército, oponiéndose á las fuerzas que se encaminaban á Ralua.-
les, contestó: Dígale usted á Espartero que nos entenderemos.


La püsícion de Ramales, qUt' a]gun tiempo antes hahia sido ob-
jeto de ataqur~s importantes, era por entonces el punto designado
para abrir la campaña, y Espartero salió de VilJarcayo á la cabeza
de cuatro divisiones, que no baIlaron formal resistencia, mas que
en las Peñas del Moro y del Mazo, posicion formidable que enfila-
ba el camino real. Los siete batallones que la defendían, al mando
de Latorre y Andechaga, hubieron de retirarse, flanqueada su de-
recha por don Leopoldo O'Donnell, y 5U izquierda por la columna
de cazadores que dirigia Espartero.


Maroto DO acudió en auxilio de estas fuerzas, ni empeñó la batalla
general, acampando las tropas de Espartero en las posiciones con-
quistadas, y construyéndose en la eminencia de Val un reducto qul"
podia contener un batalloD, mientras seguían los trabajos de los in-
genieros para habilitar el camino. El 30 combatieron algunos car-
jistas con la brigada de Aleson; por fin, en las primeras horas de la
tarde del 8 de mayo se díó el asalto despues de un vivísimo fuego,
y Ramales, abandonado por sus defensores, fué entregado á las lla-
mas, siguiéndose encarnizados combates basta el 11, en que hubie-
ron los enemigos de abandonar todas sus posiciones, quedando cir-
cunvalado el fuerte de Guardamino, que se rindió dos dias despueso


El punto de Belascoain babia vuelto á poder de los carlistas, y don
Diego Leon se dirigió nuevamente al ataque. rompiendo sus bate-
rías el fuego el primero de mayo. La brigada de Aspiroz pasó el
río, y despues de grandes actos dA heroismo entre los cuales figura
d de Leon, que entró á caballo por una tronera, los reductos, la
cabeza del puente las casas fortificadas, y fuerte de Ciriza, queda-




DEL ULID10 liORBON DE ES!'A~A. 317
1'ull en poder de los liberales, pocos dias despues sufrierou los car-
li5tas olra derrota siendo ya Lean conde do BelasGoain, mientras
Zurbano ocupaba el 14 del mismo mes las fortificaciones de Ga-
marra, pueblo próximo á \'itaria.


VI.


En un consejo de generalo~; earlístas que IHll¡o el 29 do mayo en
HOrD3Z3, se decidió no presen lar hntallas, !imit.ándose á hostilizar
las tropas cuando hubiera ocasion, interceptando comunicaciones y
convoyes. Tarlhien se resolvió abandonar la plaza de Blllmaseda,
y ei ejército del Norte pudo entrar en Onluña, Amurris, Axiniega y
Baimaseda, mientras que Marolo reconcentraba sus fuerzas en Areta,
donde fueron revistadas por don Carlos, y cuando ya circulaban
entre ellas numerosas proclamas de Espartero, prometiéndoles 01-
vido, rcc(Jllcilíacion, y de los carlistas perseguidos que presentaban
á Marolo como un traidor infame, que vendia al ejército legitimista,
al pueblo y sus venerandos fueros, segur, los llamahan.
~![lroto ciertamente se hallaba en una ~;ituacioIl muy crítica, por-


que el padr!. Cirilo y aigunos de los que él ereia amigiJs suyos, se
hallaban en el poder y en relaciones con los antiguos ministros y ge-
nerales de k camarilla fanática, y conociendo al Pretendiente le sa-
tisraci;:¡ poco aunque lo viera dóeil á sus consejos, persiguiendo á
Arias T(:,jeiro y aigunos otros que se cre;a nabí:li; pas8.do Él Catalu~,
ña y Arag!J1l para preparar su ruina.


En 28 de juoio (D), tuvo uno dc los ayudantes de Moroto una
!arg~ entrevista ~Gn el marisc:1Í Soult, y en 2.7 dt; julio con el pre-
texto de poner término á las devastaciones de Leon en Navarra,
Maroto mismo celebró una 150nfereilcia con lord Joho Hay, t.endIen-
do todos esbs esfuerzos á evilar la efusion d8 íiangre, y la irrútil
prohngaeion de ona guerra que sedo desgraéias, empobrecimiento,
corrupcion, y degradante esclavitud presentaba en su termino para
los defensores de lo que decian monarquía legítima y tradicional.


Maroto y muchos de los jefes carlislas habían creido defender una
bandera y una personalidad dignas; la bandera venia á simbolizar-
se en la lnquisicion con sus horrores, y la persor.alidad quedaba
reducida á una segunda cdicion del famoso Carlos H, que tanto es-


\1




318 llI~TORIA DEL REINADO
carnio y befa tanta, habia traído sobre España. Natural era, pues,
que ante este desengaño retrocedieran los que, guiados por el pa-
triotismo, habían abrazado aquella causa, an les de arrojarnos en
profunda ruina, antes eL: (l,~;oi{.r JlDr completo los recursos, antes de
mutilar por completo ¡as genenciones ya agostada",




CAPíTULO XXXVHt


SUMARIO.


:·,!",Jida." rif!'llro-a, di' E:'llal"lero.--JlarOIO insilllla "u plan á Lloll Carlo,;.-Los carlis-
ta, lI<t\aIT(h l"I'l"Ilcn Ini"<3llo.--L,I'IlI,¡ dI' la gUI'rrOl ~Jl Calaluiia} Ar:l~()]I.-.be­
"íllaltl d('1 CUltllc de E'l'aila.-l:oil,l;¡ill·m ,1" (,;lhli't'''.-:'¡oüerados y l'ru~n'''I"la:,.
-Programa dI' I',lo:,,-L:b lI1it:\:b (urt<.:"--11)(rC'\I,,I'1 de Esparlero y ~\rarolo.­
Prepal'aliyos uel ~ollye)l¡o de Vergal'<l.


L


Espa!'tr,ro , qw vt'ia de.~mnr{)na r3e los batallon es carlistas, habia
fOffilado Sil plan de brdaíla, nielanuo en toda la línea rigurosas me-
didas para qlE se aJ'lilS;a'~Ul los püeblos, desterrando de los puntos
fortiikados las fa:nílias di.llüs cp:s estaban en la f(¡ccion.


Eih y Z:lriátegui tuvÍC1'úü fL"G"idad do liaCér grandes esfuerzos
para impedir qn'; esrahiecl!::l'U su lincu. des/le'; Pamplona á Valcarlos
.;;::gun se hdhi:l prc'¡-IU"S[O L('01} , y alin se vÍ>:ron gravemente com-
prometidos con la subíl;YéH',¡)[j l1; ;i'n¡!lOS iqfallones navarros, que
á los gritos de "iVd, el l'~y, A,meta J\'LJ.(oto y lo., traidores, se alzaron
dl Etul,;jos, ponién;)¡;s' a lw~ Órd3!\I:s dt:.' Eehevarda y de don Ba-
silio G,trcía que se haliaban en VCL\-;.


Don Carlos a. instancias d.c Müroto so dirigió al sitio que ocupa-
ban los sublevados y conferenció con Echevarria, dándose por ter-
minada la insurreccioD cuand.o precísamente empezi;\ba á observarse




320 HISTORIA DEL REINADO
desórdenell en las ba!allnnes gnirúzcnanos de la línea de Andoain.


No muchos días dcspues (k e:,;tos SIICeS'I§ se dirigió ~laroto con
algunos batallones á reprimir y hacer entrar en órden á los subleva-
dos de Vera, pero don Carlos ie d.ió 6rden rte aCfJmpañarle. Apro-
vechó esta ocasion para insinuar al Pretendiente Ji!. idea de las ne-
gociaciones que tenian por {.hjdo ia paz, pero recdoso al Obsi'J'var
ciertog illol{imi,~:lV)S de la esc:Ji!a se alejó seguido de su a) Ullanli:,
presentándose despul's á don Carlos y hcwiendo rlillJision dd man-
do cuando le negó el permiso de perseguir á Jos suhlt'vados.


Don Carlos no quiso admitii' la rli!:.ision que ~lre2ent;1ba. ~,Iaroto,
y le reconvino porque manifestaba deseos de abandonado ,cuando
tenil en él gran eofianza.


Espartero 1mbia ¡¡t'gado á Yitoria con sus fuerzas el .~ de agosto,
replegándose los batallones earlistas, que se colocaron en las lílJeas
atrincheradas de VilIarl'al y Arlaban el l,i: despue~; de un combatt\
fueron ocupadas las primeras, y el conde de Negri evacuó el fuer-
te de San Antonio Urquiola, y avanzando Espartero hasta Duran-
go, el conde de Belascoain 136 dirigió á Cixaugi y Estella sin resul-
tados.


11.


Entretanto la guerra tomaba en Cataluña y Aragon una activi-
dad que debia dificultar no poco los proyectos de paz, haciendo vÍc-
timas inútiles y perpetuando los odios. Un grueso cuerpo de car-
listas despues de penetrar en Poos se dirigió h Manileu, derrotando
á la columna de Carbó que venia en su auxilio en primero de [Ha-
yo, mientras que el buron de Meer emprendió el cerco de la villa
fuerte de Ager, dt'spues de la loma de Solsona. En Lérida se des-
cubrió una conspiracbn, y liegó á formarse el pensamiento de que
el hijo de don Carlos pasase á Cataluña para ponerse á la cabeza
del ejército; mas no se conformó el conde de España con este plan,
porque temió las intrigas de los cortesanos que deberian acoi11pañar
á su llamado príncipe.


Encargado del mando de Cataluña Valdés en primeros de junio
con motivo (i{l la gepHl'acion del haroo de Meer, salió á campaña
ccm llilClS 8,000 hombres, dirigiéndose á apoyar los eonvoyes que
debían proveer á Sol:;;ona.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 3~1
El conde de España, temíendo que se dirigiera á sitiar á Berga,


hizo elltregH.r á las llumas á (lIban, GironelIa y otros caser!os, dan-
do ocasíon á que muchos se opubieran, que estaban de acuerdo en
el plan de Vergal'3 pal a terminar la guerra, y con tal motivo la
Junta cataiana, que comprendia que por su posidon no se hallaba
eH el caso de hf\ec¡' la guerra de montaña, trató de destituirle.


Valdés empruldió la campaña con actividad, mientras en Barce-
lona se a~lopttlban medidas fuedes con~m los desafectos; pero no
pudo impedir qne los carlistas se envalentonasen aun despues del
disgusto que en ellos produjo la noticia de Vergara, y que los
pueblos de Camprodon, Moyá, Castelltersol y olros, fueran incen--
diados.


La Junta catalana habia pedido la destitucion del conde de Es-
paña, y desde Paris se envi6 una real órden firmada el 18 de oc-
tubre, en que se accedia á la peticion nombrando sucesor suyo á
Sagarra, y con este motivo se ciló á junta, que se reunió en la
casa parroquia! de Abi\ dond0 se baIlaba todo preparado, yaleja-
das las !ropas en que el gcncrB.l tenia confianza.
D\:'''IJlI(:~: de haber dadó cuenta del acuerdo en que se le manda·


ba dejar el mando y salir de la provincia, se le intimó que arluella
misma noche se pusiera en camino, como lo hizo á pesar de sus
protestas, bajo la custodia de don Narciso Ferrer; se le obligó á
cambiar su uniforme por un traje de paisano, y en la noche del
primero de noviembre en el camino r~al que va á dar en Jos tres
puentes de: río Segrc, yendo solo montarlo en la mula con el que
Ilevaha del diestro, aparecieron dos hombres que despues de mal-
tratarle, le atu0n codo con codo, ahorcándole, y con una gran pie-
dra al cuello lo arrojaron al Segre. Así terminó aquel hombre que
habia infundido tantas veces terror en Cataluña, y que en la suble·
vacion de lS~1, cuando los fanáticos apostólicos se sublevaron con·
tra Fernando, lIlotejándole por liberal, jugó un papel incalificable.
La traicion suele ser arma de dos filos que DO todos saben mane-
jar, y que suele recaer á menudo en perjuicio de los mismos trai-
dores.


m.


Durante el afio que wnimos reseñando parecia haberse conjura-




11lSTORJA DEL IUíINAlJO


d0 todo en perjuicio del carj¡::;!llo, y hasta en Valencía, donde la
actividad lÍA Ci1hrera se dejaba ¿eutÍr, parecía. ddJilltadü ei car]¡s-
mo, como si previera LiS futH3:'iWS desenlaces que fíe pieparaban,


El a óe cuero habia plleSlO Cabrera :sitio á Ví¡iuli3.3Jés, quü 11,11)0
de llwan t.ar di ¡íg ¡énÚO::i8 e()[¡ Arnau y ForcadeU á !¡:¡ h llt:l'liJ. tíe ~ a·
jc;;ciu, Van-It),jen se uirigiú de Tenw! hácm l\ldlltln, ,;011 'JI¡,Ido (le
iwoderal'st.: df; este ;\ml~O i:inamlo la ofensiva, peru tuvo que Cf)ti-
trawurchur á Se¡!.orbt~ elii de [;m~l'(), custodiando un COllVOy ti
prirwl~,ios de! sigúwüle im'E; ¡Jara UlJGtStl:!Cef LUt;um ,;:,ufnci;do en
esta operacwil hastaníe:3 pérdidas.


El cübeeilla Arnau futi batiJo en Utiel por UQH Mari.m Inal'l.e,
y despues de las acúi.}nes de Muniesa y Yesa, estipularon un CUH-
Y811io Vun-Halen y Cabrera, pura f2gulal'izar la guerr3, Intentó el
general Va[!~Ha¡en pone!' sitio á Segura, y Jcspues de gnwdCti pre-
;)arativlls, alK'l1aS li(~gó del(¡,ote de !~~ plaza rdrúecúio dando brios
ú Califera y ¡;U3 ;}eGlJaCt:s, que en sus productivas e'\GUfSlüueii hasta
¡a ¡Jr()'yincía dd Guadal¿jarR, !legaron á apuderarse del úh:rk, de
ilji~olí'{t dul FUlt~f~


Vu¡¡-lLllUl jm:H.:ntó su UHli¡sioIí, dejamlv CiH':Uq!,'Hlil ii Amor del
wando, mienl!'a.:i se presentaba Nogueras, y t~aiJl\:rQ. pasó á la
l~'lo!1cha para organizar aquellas fueí'zas. Desde Ulediauiis de mu)o
resistierou los nacionales de Montalvan el empuje de las facciones,
hasta el 10 de juoio, en qüe fueron sucorridos por Ayerhe En 23
,k jill!iO se CDCéíi'riÓ uel l1lundü en ;::SldS pro,íueia., tlun Leopuido
U'UOlLCJi, CUyO ¡H'¡il10l> ¡Ju¡dut1ü rué ,sOCOlT¿¡' á Luce¡¡a, duntÍtl 68
¡,ctu,u,a l;;Jc(~n\tdu t:t bI i¡!>idler AZPJl, y despu;'j • .10 un ODS¡j¡j(tUO


- " 1" ' '. '. '. ' ~.·',~.hn~¡Üle, ~j '1 i ri; J¡i¡~0 PUCllJ H.lL-tdCÍUCti' un ~l.l¡tVV) {~d Luceoa 1
J"r.~onitiji~l)do t~ Cb¡yh id. Ú\.:i p!iíi:': L~~1 prJtüOfO de ÜJ,lJ~¡U tdt~lJ~~ cJ LüS""
uJlo di.) Tdi~;:;, Skl'.'J )d kiJl;'¡lte !",(:Hl'I..1 J üvlllb: \L: LU.';dJa" y 1Ja-
;lfndú eOil hHl div¡;~IUllC3 ,:e ;~UiJii,OZ V HWjo::; á C~dH('.¡J ea 1 i de
(.gusto ~


En la provineia. (il~ (;ueLlca tué casI dest!ullio (Ji)¡- íüS eariistas el
:11 de agosto, y pOCíJ;J momentos des pues recibia Cabrera la noticia
del convenio de Ve¡'gal'ü. COl! ial il1útivo despues de reunir á los je-
fes y reyistar las tt'Opas en Morella, Cabrera escribió á don Carlos
que el ejército de Aragoll, Valencia y Murcia, se bailaba dispue.sto
á continuar la lucha.




DEL ULTIMO BOBliON DE ESPA~A,


Vi " , f I f '. • '" 1 l' r:¡ nmwrer,n rn .. n:·,·;;o!J o, !m:raranijO;~e vua JiB e:eerwnr:8, Ja )la
reemrdnzado á Quiro!xa eon el IIl&risea! de cnmno don FraneisCJ
l\'arVLií'Z, n¡¡o h3))i3 fh'{·ho la g'n::;lTil i'!J A n~ér¡ca. t~l'cre¡¡;,ndt) un


. I ~. •


3ntir.¡¡,o. pelrl el ¡;;ns!enimientn del culto y ¡~k,'o, i?quiviio!t~nte á la
jl • , •


mitad di; h l!iH~ 1'e hubiNa pag<>do (1"'< dirzrro \' primiria. Taw~"
rilen í'! !::(\bírl,~i0 t!. rraz'::a. ('n ;;:1) p?llri1o dn :¡r rdjj;:¡,y:;'/~ (:omo s¡oelü-
1'10 !1i:í n1OIipr"l1¡i~,[llo f" df~:id¡ó, apr:'\l'rb:ndo eJ interregno pni'l!i'-
mental'io, á enlmr rn la Viii. dr: !1l,)l'0i'i0l1 rünt'(l, la urensa v su,-


, "


nrirniendo, ('ntrfl otras medidas abU'~iva\:. la pablicacíon del (/U1'á~
qay (E),


Los p:wtido;;; se ügHaban aspjrando al triunfo en las d i 'rc1nnes,
v la c(\mision central del D:1rtido rr0/:rf1"isla íl1Jblieó UD nrO¡.!]'8ma
~ "'. ~, , ' ¿


en que rensnraha amii.rga1Jli~flt"l ei pro'C!lel' dr les llwdcmdo,"i, d!:-
- , , !-' I ¡ , ]iWil(} ef:ll'e'.0r que ünmp¡ .• Zill1an a romper ,p.q ,té' D2S \' r.nmp:onll-
ws que ligaba¡~ á al¡.::unos 11omlm:'.s ron la Íunes(a d¡üa~tm. que solo
aspimba al ~j0L~ic¡o rlf'i po'jef y P:1 a iahrar la veL tura ~k ics nUl~­
hIN;, va íJiJ.Ü (~"I{l~ se nrflstabfm á ;~ervir HlnUni'.'nes wJirlwo la SUfr-


,';. ~


lt~ de la nrdria h. 11 de sus c.;nberanos" C)~l vez de hn~C11' f'/J las h~vcs
, . "


y PD el rl¡~re('\¡o la emancipaeion cOlrL',Ha. Lr¡s rárn~Jos ma~, impor-
janlt'S dd ~nrl/l!1ii'sto i~ qw~ vamos f"tij';éndonc·s (F) !'t:vd¡dnn el (j¡-
vorüw \¡'ltJ~íl (:,,:)1f;p~mha ti jílz;;nr;;:;3 neeesario, ann flor ;¡I!tW!i"S
(1 "t(', ¡'I') '11'",\,11-' in .. ,,, ":1: 'l·l:,vj'lli:'flfn ;'f'\¡'ilj" íl('j't"¡l:\ I,jp '1 "¡:]" ",.-.j,. !l"!)'l:~ \. ~ ,' ___ .. ,_ ~ .. _ • ~.~." ... ," l 1· ., .. "'. , ........ '~I ~ _, ~ ~~ '~. t, (do' t" ........ ,_' ~
nm, hala;:a[~do en fj,'aSiOlF" á la i'lHi'h';duFlnru. H t:ervjrs\.i ;le :~u
ip('I'la i"ir" !'lllnO"ICi'>lP PI'l les 'I;,h(:i(\:~ V <rnz' ~1' 'lsi dI·' 'Yt':;',;n";¡l¡;; v I i • .E._ ,J( ~~ ",,' - •. _~" _ J! .11( .... ,,1 ).) ~ .. :1.._.>. (~-~ •• ' 1 ~ .... \ , .. ,!~"",~ .;
riquezas.


El )iwüc!'antis;'lO, audaz "¡e,llprr, l'eduta!J1w en sus tilas lo:; flie-
mellt()~, conservadof(~~\ y dehi·'pdil apaf{~cer (In la époea n t¡IW ros
rdenmo;; como !dl'ral. Iw,i1a!)íI ¡~ll 1()'i"LH~!~:l(ls) en ¡¡'Ir'; rh:re~i¡jades
UU\~ se rli"sperlal·(l:,', eo Jos U:a~,tos iDL,H';lSOi: ¡¡¡te ¡", t'!;'rnt \'t;ni,{ a
oeíh¡OiHl.r, en ia~ preteO':;¡o;je~ de Sl!tl aiiHüos D;U'il';\ll;;;, 1,1 kl.li:-;!ü-
efaf~ia, y cierta pade del clerCl, (:ü 10:'; deseos de Crbliüa un impo-
SI n!t1 q Wl rp;¡llzaf. Mié' D tra., el ejél'cit() ,',e iu.:ialu tr:lín brirn :,0, d('s-
eaizo y desnude, se llacian gastos i[Htt¡li~¡; y'lUpédluns: mier1!í'(!¡s ato
gunos de los que acaudillaban las ITHtsas hablar!, ü,l BIHnbre de ('s-
tas. aceptado un acta Ó pi\cto como la Conslitueiun dei a7, 4ue hacia




HISTORIA DEL RE!NADO


ilusorios los derechos y negaba por completo la soberanía del pue G
blo, el partido mcderado tenia que mostrarse invasor, rompienao
aquella misma acta, rasgando las páginas de la Constitucien, au-
mentando los sacrificios impuestos, haciéndose sospechoso por 8US
arbitrariedades y dilapidaciones, levantando una tiranía oligárquica
funesta y represiva para el pais; cuando debia crear, segun sus prQ-
mesas, el órden, asegurando con la paz la ventura de todos.


v.


Las elecciones fueron reñidas, y una ínmu)sa mayoría villo á dar
la victoria á los exaltados, sio quo por eso el gobierno abandonara
el puesto presentándose todos á las Cories exceptlJ el ministro de
Hacienda, á quien reemplazó interinamente don José Ferraz. ALrié-
ronse las Cortes en primero d~ setiembre, y CristiJU leyó un dis-
curso bastante difuso, en cuyo final habia el siguient0 párrafo:


«Señores senadores y diputados: la nacíon tiene fija en vosotros
las esperanzas. Yo tambien lo espero touo de vuestra sensatez y pa-
triotismo. Por lo que á mí toca nada he rehusado de cuanto he Cfél-
do que podría contribuir al bien de los españoles: á nada me re-
husaré en adelante. Mi gloria se cifra en que mi nombre vaya in-
separablemente unido á la felicidad de este pueblo heroico y gene-
roso.»


La importancia de la discusion de las actas fué mucho menor, y
quedó interrumpida c;\si ante los graves acontecimientos que en
el Norte llamaban la atencion de todos. En 14 de julio tuvo Maroto
noticia de haber llegado á Dilbao lord Joho-Hay, y el 27 de di-
cho mes tuvioron entrevista (G). Cuanuo Espartero avanzaba. y se
hallaba ya en Durango, Mí1roto y el que entonces ya era duque de
la Victoria se reunieron por primera vez cn la ermita de San Mo-
lin Abadiano, en presencia del brigad\ier Linaje y del coronel inglés
Guillermo Wylde. El ~3 de agosto, en las comunicaciones que ha-
bian mediado apenas se habia concretado !a cuestion, fijándose todos
en ia necesidad de poner término á la lucha, pero sin expresar de-
terminadas condiciones; por eso Espartcro, que se hallaba enton-
ces en posicion muy favorable, insistia en no a(imitir propurs-
ta alguna que no estuviese basada en el explícito reconocimiento
del gobierno constitucional, sin limitacion de ninguna especie, 'i en




cuanto á la cuestioil de fueros, solo se comprometia á recomendar-
los con interés á las Codeso


Espartero esl.aba iiut')i1í:dJ" P,hÚ deeídir ia cuestion, gastando
25 millones si eca 1l!\:ciso cn les 1):\' Ji miuares. ¡ ,


Separúronse los dos ,id'es siu f!2S0l"t\(' nada; y Ma.ro[o que hal1ia
e~crito aquella mañana [tIHUlGiando al Pretendiente b Ct}iÜerencia
que iba ú deeldit' de su sucrte, lranSlJl1lió entoIlces las últimas pro-
posiciones de Espartero PH hs tér.i llÍjJ¡S que expresa la ¡;.iguiente cü-
ílJunicacion:


«E. M. G. En la !10c!H; del dia di~ ayer se me preseutó un par-
¡aBlenteu'io del ejército euclilígo, ha0iÓndorne las proposiciones si-
guientes de palte del gobierno de Madrid:


»Ueconocimien to del señor don Carlos Isidro María de Bor bon,
como infante de España mi rey y señor.


»ReCOllOcimien to de 103 fueros provinciales en (oda ,'m extenslon.
»)Reconocimiento de todos 1,·:: q¡.-¡pleGs y condeC'Jra.cioncs en el


íjército, t;ejando a mi arbitrio el ascenso Ó prclllio de alguno que le
cJ)sidrY'¡' ::Cftcdor á ello,


)1,0 Jigo ti V. E, ildfd qlle p"oiéndoio e.u COi!OülUllenio de S. M.
52 me prevl;ugd lo que debo contestar, y como dl las pn'.·;('nt¡'s
circnnslaoeiaslH: hr propr:f'Sln patentizar mi comj1ortamicn1.0 ba~:­
ta en los asunt.os mas reservados, ruego ¡jO me p,;rmita dar al pú-
blico esta mi comunicacion. Advirtiendo á V. S. que en la tarde de
I!st(~ tlia lIle lw propuesto tener ULla conferencia particular con el
jef.: superior euernigo para pedirle mas aclaracio1l0s sobre el partí-


I D' 1 ' \' 'i ' - -, • 1 1 1 ~'. eu ar, lOS gLwrr (; ~ '.;:;. i.lUctus anos. Cuarte genera ú.e 1',1-
¿ueta, '!W dé agosto de i ji$9. Hafacl :'Íarúio.-Señoi' brigadier eGo
eargado de la secretaría u..:; Es!ado y del desfJacho d'21a Guerra.»)


VI.


Era con efecto :ti'ly [mporiante y nOÍi¡hle jo ¡¡ue por eni.i.H1t~eS su-
~~('d¡a y debia influir muc1w di bs J:::itirlU~ de la patria, declarando
para ~ienlpi'e vdlcidaL.: caUS:l dr; 10:-> usuqndures y preparanuo la
c:d·la (lL~ a'.jnella familia, que ¡¡¡greda y devastadora, ha hcchu ai
prog(t'so en España cruda guerra, emiJObI~dénuonos Y debi;¡tt'w-
J;\J1os.


V's parciales dc-l trono, ~;queHos que creeD necesario ei pilliC¡'=




3~6 HISTORiA DEL REINADO
pio de autoridad; pero que fundan la autorídad invocando el res-
peto á las personas en el supuesto de que la jerarquía contribuye
á mantener el órden, pudieron ver en contacto COD aquel rey, que la
institucion monárquica, sobre ser farsa y ficcion, pues á la sombra
del rey medran y gobiernan las camarillas, constituia el mas la-
mentable desórden y daba oeasion á injusticias y borrores, á la mas
inm.oral de las anarquías, al despotlsIllO brutal de la cler(qalla.


Así puede explicarse COlüO aqueíl¡;s gensralés y soldados, que
mostraban tal entusiasmo pur el rey dé.- ¡as selvas, cambiaron en
pocas horas y abandonaron á su suerte ;,1\ tlO de la que pr\.dallla-
ban los liberales, engallados tUldbiell y á,ididOfj el! exlc;¡;¡ú,


Por tal manera puede creerse muy bien SHlc:::ras ¡as manifcsla--
ciones de Maroio, que hizo entoncES gra[ld(~s servicios, dando prue-
bas de hallarse coa ahufégacÍun y patrIOtismo, hast.a el plinto de al'-
rostl'ar las iras desencurki1údilS de JOS fanáticos, I::Xponiendo::;u hí)[\-
ra á la venenosa hiel de ¡os cahunnjadOl'es.


Con acuerdu de una gran parte de los _jefes y oJicialcs de baLl-
llon, dispuso las cosas de modo tal, que ~alvado el honor de id
bandera, ahorrase muchas víctimas y,si; consit:-'uiese ilegar á la paz,
constante anhelo de todos,


Vil.


Don Carlos fomentaba entre sus parcÍilles las animosidades, confe-
renciando con los navarr\iS que se habían il1surn;cciooado conlra
Maroto, á quien llamaÍii.lil tmido/'; ~~cro caSi nadie le obedecía, y
cuando don Sebastian intentó c¡¡kcarse ai f¡entf~ de los guipuzcua-
nos, que defendían la ;inea de Audoain y Areta, pudo CODVt'DCerse
de las simpatías qUf la, faUJllja (k"peflnba en ci coraznll de los pro-
vincianos, Atento ú su t:~mb,ci()r: r;,'ni"í,¡ ¡;(- v('¡;¡ h) qw.' en torno
suyo pasaba, y eseudlaDa á !ü~; ;;:,Q.(r¡;lCU:, quu habü:u ¡do á reu-


o ., b l' 1 ., " ; D1rse con ca rera, el cual oaew, (H\SL~Sr',;i'~,(jO'; 8síUdZüS para OCUl-
t · . ~ - ,- - ! ,. ! r~" .. ):;)' ar á sus pUlclUles Jos suceSr;s j\or(,:, y ;}Cd~Hi!ü a :U:.lell i ) Y hai-
maseda represerJtando contra el fU! (H Norte) (11)_


Pero las gesti(lrH~" (le h.'J que U\1,l¡i;;'; d(~ .;idon In lucha, se




327
por temor á sus amigos, fuerl.cs ~a y dominantes en su campo. Por
esto so proyect6 asesinaTle en varja~ ocasiones.


Nos detenemos ro ddallíls D\í'luciosos, y lo repetimos, inserta-
mos muchos aocumenl.os, porqu:: el (;o!1w'nío ue Vérgara, obra de
todos y para todos de interés, ll1crece ser eitado como una gran
obra, digna de ser conocida en :;us varios incidentes.




SUMARIO.


l.


Vüml)s á dejar quo hable el protag¡J'1ísta de e80S preparativos,
, t' } . J '1 ' , ' l ' , VJC una en,.onCeS ue acusa,cror.c,s JajO ,onos punt'JS ue vIsta, tmes a


f ' '1 '" lH ' ,
.ÚQOS eouve!uf.l. ccsprestlglaf a ¡HMOlO, qUI) se expresv, aSl:
(~Ya se ha visto que ~)n la confercneül d:~ Ahadiano, á que tam-


hiC'Q asistieron el cornncI ing:(\,s Wlld\~ y el brigadier tinage, ha-
bi¡Vi qljí'dado rotas las Dcgoej:¡cjnnes por la cueslion foral \ y en esta


, , ¡ , , 'l . l' ..l' 1 Cll'01m·:tanCla me reSOlVI a reC1)C[';r a las arrn:!<i, para o cual ul as
, • .' t _., ¡ , 1 l' ..l OiUCI!("§ i;QnslgUlE'neS; Sf:l}{\laid¡c, iO!5 purJ!os que Hl. mm uC oeupar


, , ' 1 ;..., 1 'b' ct 1 H1'; tuerzas que aun contm!lMan o~;eCli"cte[¡(¡Ome, y escn wn.o a
mismo tiempo á don Carlos la carta que obra en el núrnert' 3!) del
H!)l>ndlCe.
,,'~I) era mi ánimo continu~r al servicio de] príncipe¡ ppro sí el de


ft',.mír y con¡:iliar todas las fuerzas que lo habiun sostenido para que
sig;m.'seo su defensa. Yo hubieru dejado gustosísim~ el mando, y




Ite ll\dHera S\~ ¡ 'n(!\') ron' e pede haC(irie; prro riCle Curlüs poco cuer ~
! . , " 1 ,,' 1 'j' . LO, Y COIH(t ;~]f:r~r;,(; ~;·;.n' fu>r~:.)",; ~l:~)~ gf:f~!}tO C~·l .~n CfLICa OCaSl0n
u~~a fH5reba :¡y ~,':c:n~ !-:~~ {. '~, ,-'. d \~ f~'" nao {} de exasj".!e=
rarrn8 ~y~a~' y ,u;tr;~l~'n ~{::/, n'-~J¡~ ':i' f t~~ps nnnst:jero., y por


-." "1 ~,~nfc ~~ur·e5("~~ (r.>.' dehic
~;. Hn 1;1' Pi vez !Vl', 10 f:0!1tralÍn,


¡' n \';,i ;1;
" ¡ I ti) P;


'1 ! " , , ' , ' • f • ti n ta~ fner~r!¡~rs gaq·v ~.~1":-_ v~~\ prLr~U~ rnpn qi)C t.a; cordes!ael0~?-
1:)' fa :'jgf!,r~ no c~_~~iahun t~~~~,: !:}3 agent::-:::. del C1Ji\rtcJ rea! r~arg
su b ;(~ \o'H. ¡' 1o~~ q(:r~': ':;~ q '.? :'" :.n '~l >;'."')~'1 y:? }, ;n 5 h8.<:Íend J '< vp~cd~! r· Ú 1..'[";,
1(03 .inft\'l i~n "\,;
JJPS ia !)g¡~aCi(f1 ;;
aprii'to,


ci'abao rO(' i:lí 0\:


¡:~ "~$'
. ,~ .


damnr¡ de-


») T,il ~,¡¡u'don ir', !'T\-; ; n \i:i::H; :~'Xl~!a ;n,; .!t uc;nn ch-
e:,::;;, ' '·ont¡~,. "'--' rn.a(ld/~ ~~~ 1:'~. '''f q'lÜ te :~:n.: .. ~t~ . ;">~lrjOn pa,·'c..
:ll!"\ {.,"l~' "1 1 'JI ~r¡ J) rJ ")1!) ~; O"tl~ ¡l-. ,', }i~ {.. f!E.f~.í ?".t:1,S d p, \'['''1 P. 1.J~ f!'.& },~.; [, ...... ',)¡,L~¡~v:'~",'Ic-~D l.,,_~i'l!\_,a =' __ q._ ~v..V\I¡";",l."""J(,,::
C~)!! 1) encajq~1,~.\d:~~' !'~nti'e {)n.·~t;:·~ y Ve. ',~z(!. ~,á : "-f /)ha; - ",'2 ('u!]tt~~"t6 (l.
Tor'p (lIJe ni, i¡t'¡;¡i:"j l'1' ÓrJ,,·~ o. ;' el ¡~,,¡ !.1llsü en (He


í'fl"fi"'r;1 ~ O:' f'i (-¡.' \ ..• ".-- .' .~,
, '


~z. P:"i ~r-·




h!~hr"-G!' podid,:) ~~,st·~·j{'r,,;e {:C~: \r:_1H:3~~t tI<_ : ::-: ¡li{:f¡;a~~ ':(: !HS
'-"l:"¡!I":'¡ V".P('\~!'!j'.(';-:LJ ~)n¡'I:r'':;{:';-~ ~,;~L,lt .. c" {;. {'(:l.'. ~¡(.,' (-, i.', .•. ·:,,-·'.:~ '.'~; (,',,;~','. ~::i,) 1,'0.-~_!'~",J." !)} /, ~~, .. /)r\._1 !!" ',-a..' . _ . < w "


l i ¡.; ~ 0' j (~ d:- t ;~: ~
L,·,·;(L·,·,


n.


ttí¡¡'l'l"; ¡~urr(·¡'I~" '~;'l '('nBl'n¡(. con ln~ fw'rzfls (íH(,' 1'!"f"¡"S{' r¡,·¡'e~~ri;i;, 1. ! ~) , ~, , !J .' ,- -~. ~ ,,'. '.. .\. t _ _ '.' -" _' . .. _ ~ .. ,._ ',' .... ! I '",i ~ • .' , .\. .- -'. • ~ ,>
!l .. na GW\ me acofl\('aüa~en. v qua se lile distinguir!:', at le!l1th con ¡l!:
-;, - J';. 'j


títUlo de Cast¡:¡a. Era ya tarde para r~hs v(Ti'dleS marJ!Í:':,t¡i/:Ír¡-
nes, y antes de someterme á la menor grlJcia hubiera ~rderido jn
muerte,


))tos b~Ülllm:,~~s vizealD.n:~: huUerau ol:ed/:ciriú 1;). menor de líllS m·
dicael(HW;';, !djrqtlí' lorir¡;,: 'l'1[,.Jaü 0(:1); ',!'~':r H!le ni) se li~' ;':.-;"'!:!:u-
raba la Cf,n¡;¡;n'3r:hn de los fUi;f'ls. ¡nl~.!\::; ::;e'J~rd¡ Uí, Tor .. Cf"r
),j" "¡"'ll l-i"~"ij v trv,' [¡'l'!(l '\rp:, ",",' rjll', d,í!("; •• I'llj,,, rl'~.1r,1 ('(I[¡(1'\¡",;" .q, .~" tJ:l 1., ..... -1'.:) ~'I -~" -.". v .,~.n .. _l. ,,1 t .~u.-\, ,'.. ~,J ~ t .'1. c.!. l-.i"
eh:l:i últ'J'zas ni eOt!rpn¡ü, y tomo ~:¡I:rnpr? ie habia \0 mirac!o con


•• , ~1:~" ~" ~ t"
apCI'C\fJ, 1:: qHl~!lt';) m lI"!'P ('{'JilY él,' [SI':; Cü¡¡',flcnc;; ~; P W. resc:!u-


ciou(',~': qtl(~ t·)V·il'1'(H"¡ jn:~';~r
::,: ES rOI' I 'iL',lOpei': ?J r,¡",c;r!j: di! i;l : el!:;?, !nr' )'(\j/ugnalJan y la~ des-
eclH~; pf~r;n ,O:j tiernás jcf~_~; pte~~~nh',~ á [;D iectu.~~1~ fü>i'on du part~-­
,~er (eH nna junta a que COllClil'lóCl\i!,), (h, (¡n,) ~e Dumbrasr' una co-


• ; . _ _ í' , ~ • ~ , !i~lS~~JH l:e su HnS~)10 se;',o paru qUí~ J'!je~a.~ ~~. ,JHH~'lHa} con ~~lspcrtetfj
y ,wmhf lodos los extremos. tos jt;'t:s llC ¡hS \iivis\rmes dr: Vizca-
va v GuipÚZ;;;'i me h;)J)i~n autorizadn nara tr'i'PJUJar la guerra,
eOOb consta en los ()r,cumentos "Ú¡, ero B6 y :n, sobre los que lla-
mo ¡HOY part\(~Ij¡Í:\ríl1e!1t~ jil rdenciotl; porque ellos mas que Dada




331


(Pi{; T<:,:n.:;f¡¡l~ ;:L ;' ':~ ¡ ~", c. ~',)::; J';.;"¡ ".>~"
»)t.a ~-~·,rr·' ~j(}J:Z': ¡i,', ,n~ '. !¡::';··::l¡i·~;·.:n (L f,t~n~f~ d,~ !a CÜ:.'!; ¡dH~


~ iq \-'~{ineifJaJ \iH<: .. ',.':' ~,~-:.: (;':Uid!.' ,,'U ; ~:~~¡;\~::::' tt Hd(,.~.d)'r ~ep&ra{SÜ
fle ('lln, ,,; i'~iít ia (;O'L.,,'r'¡h·.~\~; tle ¡;:, icH,;'.


MiH ;i;;ii j, flwl¡;,iV;;. ;,j <, •. í t<., ;'¡l::udr¡Í1f¡', camhiú tambip.D ¡le pilfP'
Ci'¡' ('i) leos üi¡i¡nus l(!(\Wcnt'iS. !:]B qn,~ S~\ sospecbase otro W(;tl'vo qlJl~
1:18 I)jeri.l1.s del obíspo de LC!.íiJ y cid tno.l'4ués de Valde-espúw: pues
:,u'mIo uariellte ¡: ílltirn;1mente relacionado con Iturriaga, pudo ba··
>'l'k !J::ehc í!¡'s:stir ~l! r111 ¡w~r empeño. In Irodújose la desnniun
,'~, unH";·'.', !'V¡;;;U, (';,¡~.; il+'s v ofi/:iaks. que casi tndr;s varia-


I ti.)


";n ~!'.,f :ii~~t)!;!,:L,,; q' ~ :~. ,-J !·'·d{<l:'~"; ~i ~""·n~:í'hr~. "-/ ~perü[1 c¡!~¡;:,:a


fa~l 11.~L:t'~ C; :1';: .. t;\j '~:d\ H:,~il .. i~~JlUP .. i: \~~:ir~,e t:iJn S!jS cfHrq)afii5rOs,
.' n {:3tH ;~rU~l~).~d¡ ~~L_'i¿1-,j.u L~:~ ir~;VLs [hj ":a .. fl~íOi1 ~~na saiiria desd(~
San ,;,dJa~t.i¡b ':(l;¡·r·.' ,;liH:;¡ ;h~ Aí,dfl,\ll;, y ~;jt'ndo vígll(osallleule


. '¡' ',' '¡J'" , ,'.:('¡ '.,' .• , .• ,.... ;. ·.·.I~: '!:la~'t' a lo" ..' 1'1/' ti' 1_'1 (j'S -.CT, '1') ,"," rech3Z(H .. {l.~~ ~!c: "'ti! t{~; Od ;'r¿ . A"~ ~ ';.; '-- ~ :"l { ~ t B._,
cri¡íeo~; lllí,ill:1j>:!h ¡j¡': ¡ (1 (~)¡í :;" t~:i!p.hn¡c,iaa pelear lo que ¡¡'s f)S-
timulaba á Ci)!¡i,"


))0'1 pl'sar Ue b CünfUl'ii;,d,¡d qUe Ldo:; lo:, cuerpos que weaCOnl-
~ - 1 ~" . ' _.., ¡ ~ r ~~ < pañ:d);¡!j . Jaman p'('~[a!¡f)!, vilivenw, lí1H'll(S (it~ lOS ]t11PS y ()j¡(:Ia~


lcru;"i ~ t': ~ ;ti'F~U:Jtlq Ú, fi,' ¿¡ '·'<';"'1 f !:.' ;~"> :id_~ ... :j1sÍi.dlcia eOiJ. djrct',t>nn á
'f010~H,


))En lo~ ¡Hit,linones alav¡~¡.:rs y naVal'r¡)~ quP f"s!aoan co,' di,;; Car-




lf¡~, se eireuló ht \'OZ 1pL~ i.í:C 'l!n~)¡(: : ::··~1;,~n á !.{~" ;;o¡¡as libej'ak~~
COI! sola la d¡vi~;¡!m ciísleh¡nu, :~,Lrifk('¡i(h; ~;, in' ·¡¡S. fiue ha-
b:un Sill0 aeud-:ljibdas IH l" (',,:;uli'; ji, d '
VUSU supOSjl'jOD~ Pi¡ j,.:~; n~OL ~'nh)2'¡ ': p ~¡:~
¡runion de t()(;O d :'jér,;it:¡ ~',ar;\ la ,~(·kj¡Plt '.~ e';


~,'j,' .. j.,·(·,~i',r l,(I~~ ~ .. i)',',.;~." .,' :"!~! ¡l~,' \¡"~;">:I:'j," {il)·lf~f.- •.. ·. ',,;; f"l;-'-" ,t.; I'i'~rl'¡'t ij~i .. ) ¡\'.i'~ ~ ~ .::" ~_'~_ .1' Lu "'~,, ~ .. ;1." í~t" \"".l ... ,,-\~C'..t,~j .... , ~\', "'.,,¡,, ~'l ,\.. .• '(.'I~U .. t(..,U
cts, t:on la r:Ui'¡ ,.:> h:u-i( ~I:-~' 'Dt~ .~.!;) j¡nc ~:e lL\",-, ul~h.t!s cl(: la frnü ....
te}';.;. se ~jub·icó :\ .:~t car~.(~. q,
rey eh, los f: ;;!H>'.::t.:S,Jú'¡:;' ,ir: ti
. "1' " "'.' . , . tar, Ha~{a qU(~ d(ig~.f'5L Il ~ ~; t~lí~J n01V!;; n~; :~c :~d,\ L I.)l'?¡,:¡ [¡eso;
¡ ., 1 i ' , '1 \" t "


"" S,('[VIGW (i.'! ;,rmclj'(\ FLla que cun h 0'; Vü,V~;~i¡: ü en ,al' Hi ¡~d-
J,üña; ~ red} ~:J~~~:. Lt'¡.cS, ~G;~;q~l";!U ü>d·";Uvd' ías tr,)pa~:~ rC)il.to, ~.~i otro
~adu del j·P~,i·.~lH_·;';.


)) Fi, íúhctt,t


':; eS¡j(~t!)


~;r: tos !nj.I\~·l'~~~.')


I i.' el d¡SSU,~LU lr.{;.~ ü.,:"] ¡ ~p ''-i,''!<l t\"' .:~ \..';:¡¡::~.(~íd _~~¡¡)J~!) f'¡HS l'f:~I!i,l;~;--co>
• ~ o f 1" ~ - 1 "


; nl~') 5111 eül.i)¡l1'¡',j ias miE n"s para q U r: en illjJlleran !,I q UO Hil; ¡tUl
'.1 • ' ~'1,' " , J ". " . ¡ k 'J,jdluO por meGlI) (,el u:'lgbUIí'í' Ui¡ll , o-e ,<urtmc:t, qUH'd (¡;'se<'


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; ¡ ,. fiÓ ¡:-.§ te (Jn C(-ll~~Y(~ ;~n q ~ :i 1 n ','. {; r ? ¡ n (', ~,( ,'~ H\..~HC ¡ ~~ f !.r'~,'· ¡ ¡ r.l fh ~ U o TI ~l-
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., :.. o. . <', , 1


i;1(L :¡¡CI,¿¡ . l l,a; c< 1¡,·';V~1ilecer la ;:),!)!esw!J hJüC~Hl t<1nsaua pUl' as
palabras de at¡ue! b01Hbl'o, rdLible(~er ú1 (¡¡diju, vulvtI:udu Ú poner
en marcha sus fuerzas y en precipitada fuga á Hurriaga. la nueva




'{ e:¡¡~':~ ,;", :~L¡; ¡ < I'i t , a.'.det., Üli¡!i::'Or1Hüte del 1." ,-ir, Go~­
dÚl,C1~(t. dHt: fué (·oi~·)i~i~.:nhdd á !:-~ Jiu i ':1. ~!e JiDdvain U(ira hac('r eu-
,! i .


, -. " ' "~ •. ! '1 ". i ~'\nt1; .. r á !(].S iUt'!'Z:;S qu~ Hla ~)(lrrla f.l 'ver(la(!~lro onJeífi (jue Ine J:-t-
. , • '1 ,. -" , J -,' ,. '¡


Ulí':;, ;~H~P.~:\4). y P)~"f1 c(;nU~~Jia,l' .as ~';i,";p~¡~ICjOnt~~ nf-l LH'lgaoiPf ~,nr ...


l¡l;}I:tu St; !;q~~,;J i(:. irup~l :~ !;! l,! • ."~lH ~!~ir:,§ eO'''\t:.~}(rb·~ El Ct)J)Vffl!:,; ~'~n
Yrn::~ ¡;; n ,~. ~¡. i.rd¡:':1 ~L :~~!~~_'1!'(¡ un:i, :_~uLdl:'\·().("i())~ ~ po¡"qtu-; :.ii(':'~o


;;r¡r¡,,fit'l'le..; e'j"j su l;r;neza y k¡.rr;u' fáci!lJiente Clillie¡wrlüs. El nw,-
l'j~:c.nl :je (;~H! ;-4o:';jizab~~¡, qU.f~ ·-·f; U[~lÓ Ú FernRrd~,z ;·n )O~ n)a~ f'~'í-
~ . ~ " !~:uf;~'r: n:~as éllr{~,z a ~~'1S


.ii_~f~:~ t): ~ J,.! "_!!d enn~¡d(~raci:H) dt:'i g-i¡L1¡'~'rrii~ de ~F! rrina~ habi(:~ iDa""
r;i(e~~t>~do :"!J¡lC;1'iurn18i;te SU c\~L~fl.)¡:'{;l~!.i¡id G~1:i :-rd.t.'; !:~ -,Jln~~:,júH(,S eH ros
er¡tico~: SUC(',sus de ;I:lgueti:l j y ta justUícó con el último paso que he-
mos refu'ido.»




Cf\PtTULO XL.


SUMARiO.


I.


Dejemos la palabra al mismo Maroto que rela!a detal!ailarnpnte lo
acr)lltecido en la revista que pasó don Carlos á sus tropas í'ii Elg¡,da.


La situacloa del carlismu se pinta i~Ll las giSll¡eIl1í:s líneas ~leTfee­
tamente:


«Ueg/; don Carlns á prescncia de los lalall',(ws ea-t\'lla}lO§ y ¡!ui-
nuzcoanos. compañ¡;~s di~ cad des y~r¡J'gdlt':i~:, y los l\sl~l1adr¡;:G:'
1.0 de CastiJ!a V .i:dp.Nilva!'m. :)ur~ OC!! :J:1D á de:'ri'/u é ¡xl):i'')'·.


'" . t


da la cuesta que desde ElgnHa ¡¡aja á Eli'{'t¡Ü; lOi; di'mils hal'¡!:Ol';'s
naval'l'os, Guías y el 7." est,i(}Tí¡; sl¡bre un eostal1'l de El;:ueta á ¡as
órdenes del brigadiet' dCl"1 José Mar!i[wz, hoy jefe políticu de la Ci¡-
ruña, cuyo señor se yÍ(j en los foayort'§ 1~(Jmpflilll¡sns flor la drr-·
veseE'Dcil) !jU" PI} los j"ff'S :;nhalt ,'n!:s habiar! producidd lns ilg10ntes
ml'ne¡{)na:i,;~; ¡kr. l t'mp!{'ando í'lj,:;,z'''f'';r¡l Sil g-rar,de eníH!.d¡i. P¡¡·ó
. . I! l' .. " el ~oj tJe qUI~ afnaga,1ü tao (e te 'ea., t,,;¡ ,,"-)rV,lr¡( ~I ¡(~S ~.);~j{~{ín~ á pl3"


sai' d'. tan::;.~ ¡naqll¡¡¡aC!qí)i'~; llis rnuyoí'Cs simr,atfa~ y el mas df('i-
'~i(L Ié'nju~iiisfj,O en ¡¡,! L!\!!\L


)H¡¡blau twcho estudia!' al príncipe sus co:!sejeros mla arenga,
reducida únic¡:üüeute á decir á la. tropa que si lo rt:C(illOeian por 80-




, >" 1 . 1 ~ . ¡ . " " 1 I bi'¡ ::li]lI, qU'J S¡ !O ¡Íf'leJJf¡t'¡HlJ1 C,HtL )ja~!a ('n .onclii ln wliJnul IW(; 10,
y que si dr:!a¡derúm ti a(quila otra persona que á la suya, Los dos


, " ]' • ' • 1" , ~!rl!ll¡'¡'{"; p,qa,I·,Df:S ('H':'1 I[;1,.:15 V¡ctO¡'PéHOIl al pnnClpe, J eStü qúe
[ti p'llcCer Di! debía fl~¡¡er jijt}itH'(hilCia alguDa, porque nada mas nu-
tu!'nl qUí: v¡C¡Uri~M á i:uicn come, rnnarca obedecían, me puso en
.' • 1 o ") (' • i h'


una s¡!ni!í';\i'i "1 MOH:la, I~!W¡ 1;1.,(:(1,' pn'SUUHíse SI (¡nn ,ariOS llUJJ!Cnt
. J ' "1 'l d te: I /(!() i;[: (¡¡,(HIO" lIi¡;¡;,('¡¡1íJo~ la r,'Si!lUC1¡)!1 ~,(' ¡O[i,nl a)' que se pro~
¡c'\(~ (;1):, .J"í1 lUÍ, ,~i riu! no S,d,jR ¡)lUl (; iJ¡Ht~Cer de Ja~ dccaás fuer~


" 1 ' o, lO ¡ d 1 zas, (~í);lI ]0 (r,:¡¡t¡;:i1¡\l; (í!l Ul Jft!'! cnllc0 ¡¡wee, i,[qW¡HtO e as COffi-
i'fíí:l~'; de t<i.\í t~(\!itn:; [¡¡gUII¡E V¡)C;~~ d,~ i Vn({ el general Naroto! que


V;¡],~i:: Pi, ra :'{'pri:p:¡' ¡¡JI' ¡ntf'¡li:ioue~ llflbt¡:,:¡~ '1ue en mi contra iban
á í(·rliiZéU'E.D., :v ¡'ji cuya ej"íl¡cioü h\ib¡,~ru ¡!Jdud¡¡blementt~ corrido
ah\lDdar:te Fan;::;re; y ni dí/n Carlos ni sus consejeros Se babrian
qlli?:~ s¡~\vactü, l.ürqup huhírra ,~ido horrible r! desbordado furor de
1 ., 1 f' 't' 1 "a~ ¡nasas, m¡fllll:-:.amiS ror ¡;(¡C(}[¡OS r f(\"Cruml!':n liS, R mas ce que
flan nilu:1:ns lo,' ,;i:mpj'(l!l:~'¡ídu;.; 'n tni Cíil!Sí\ h q¡¡¡ene~; interesaba


.• f '" .,. .., I d I a !a,~ ,u··tzas nr. unnne íiB.í¡1il(1 t~()!Hl0 ¡fl:~ voe:.·s~ prt1gtuitan)(I es,. que
• o , , 1'" > r l' '1 1 ¡ I I '
n r¡!llí~fo S"P'IO.[), y a eJHfHl(!~!, ri'.' ,,!l ;, f'nte, OlCIl'lH,O,es po; u !¡¡UI) ,


• ." t'" o t 1 P f' qne ¡:Ol)(i(: e! '::!,ítl);l. él naO!·" nl~" íll: ViC 1,1'«; m. ,',n L::;,e mstantt' en~
, ¡ I ; 1 ,.,.., t t'


'!S,r:HOD ,a~} í':"paUi'lS ,os !2.U~ir:ilas (\1'1 prWClpC pam f)Jn¡)e:;; Irmf' por
la !lSpct1tlíl, cuando confiado y ~¡n r,'('pbrrfip' di" tan villano compor-
!~rn¡;'nl(), 1/'::; rll:¡;i('~'a ~;íd() fhcj; ;1~,~ina"[Jl? tan cobarOf;lOente, pero
no p~tSÓ tal ;\cri(!i: df-t U~: a ';1nj-~(:) Flf',ipndoi;¡p r1(. J(~c(jf)n par«l con-
.
iq ¡','!l' :.;r\'f~l.);d¡· :iij':'~'¡C¡ 'I'~' '>"')j''';!'' ~'T)r"I'f'li':l ,+'''¡~{ d'l'sf<>I1Cl'a


_ .". : _ _ _ _ ' ,.' ". , . '_.' f' ¡ ;. I _ {, j ~'" 1 f.... (_ \.. _ \ , "'" ,'-~ ;


!in la (''o tira !iO!' ni\uI' ll': l< W' :ofli(inr v crd)(:rdf de (Juienes no
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.; ""," I ¡. , ~:' ~\~.rr\~Jtn (;. ~l(n'v::c~rj~-: de ~:. !U<', ~'i!n;~:;t02 rp:;~Lf::~uo~ prpvela yo
d: 19 n·v¡¡;[Z> ¡JI' Ejgu'-'~~) ./1'0 r:·d"k r(:;ueltn á Il,'¡ri:' matando,


d.n:-; l;¡d;lilo:'!:~¡ c-isHlíl::ns, U'~dld(ldp~~ ¡;(Ir dün .ksé FlI!gosio y
1 \.t' '" 1" ' '1 . ~ el (li'n .na:Jlll'l. ¡¡¡S'TI'\. ;CVt'OI1 ("fí'I;DSfi:'(:¡O,: en .,:] pn:SPDcm l.f: (Fin
" 1 1 " - !' . '1 1Air!(~S, p~)r¡'} a ,!e~~Hr r)~~0 ~~f.npf ~-:,rdp ;o~: gtnpUZCna110S~ reC!t1lo su
últÍm i \ r1.¡;;(r·;;\lño, Ef..!uv,; ",'dUcr.dn .ia a~o,'nga po" ];ugo tiempo sin
tj'!" nadi:' ¡., r"Sp(lD,]ii)sr ni una 'fila, ¡:alnbra, ~ pesar QP sus insffln-
',1;; .' r"pr:if~t:s: lItios mios. pwda me decís? ¿no me !Iflbel:~ enten-
did(,? y (:; sii':nr;j0 1';:,¡dini'1b[1, fWsl¡, qUf~ dije ti. don Carlos que tal


el: 1)" '. kt'r!élJl corn¡;rp"¡¡ido, en eu]'\} iotelige¡: jn prr,vllJO al bri-
~adie;' [¡p'be que lo eXplír(lSf' en yaseue¡we, y flunque así Ir} !¡izo.




336 rHSTOIUA DEL REI)lADO


.1 • f •• <. f • iOnCí~:- 13e refH'G pfE'elp:i¡1(líHl!eIlI~j :''íl que,'{'l' l'ft's"ldurse a nwgnn
u1ro ctH~r¡;o. 'Ldes (Xi;, !z\'ll(\'!i" f:; 1"'n L,::; i¡l¡pufln¡:!c's hrdJOs di~ la


thr~;'l á todas h~s ·I·n¡,>,int,tn\~¡ou~.·\ di.\ ~,{)~: f~t'l"t"í~J"I'¡r~\" Y-¡(l¡,.:,n!,~·t'~; dfl~;;;(, o' l(, _ ..i- " ~ ',. ~ t ,"' ~ o.'". --'" \. . '- ,_ • ~
tíO coosideraba dl,jií.j;t'1;()!lti' j,,~; :,!i,~ 2;,~¡;:1~. y ¡Wf>llr¡d{j'; con::HjO,:í do
tins vf.tdadf<ff)3 } ! [:8 ~~,:.y\; i ~;c j ;~ L,' ~ ti ~.'¡-, d<;,d 1 q q e ; ¡urCC{4I n
i·'·~ n'rt)~~r{f. l'_C""(~';-'"('l'> ~.' .. ~-. ~'í' '~f~- ,~" j,> ,<", ',-,,' ."'/'"'~.' '<"<1· t ~.l,d uh~~" .. ~ a \1l·.~r~,n_."(t. ·,~:_·t .' '-',"' !~'dl_" Cu t,' .. -J En .. d~..r\,(~,,;~.~,
):;11{l~~10§ cual ~ti;:í que ~e~~jr~ , !\!::,ür ~:'J] ~j ~ ljhq¡(~ cütJj:>·,b)" ~f htdlan


C(Hl bJr~d. d:t~:=',i1jff:d ,',n ~~',:-> ·:J;~~~>1:;1;;.',,~ J¡~-UJú,¡ f7-,f; hg ~}j~:::. (;"ti<C !üs !ilis·--o


i¡jjp~df cnrrhariando sus ~n¡~¡da.: (~rdci1e,; IC!i: n~rUl,r~~, ;'~ff!UÚ'¡(~ á la
, 'j.:1';'" (1", Df,c{';;!"~r"" " 'pi" 'i";:) :1"", "e"""'" !'.' ,'¡"(':Irír.,, (,', ,in-, ~~L\.;"q:..~ ~.~_, ,~~_'" t"'a~ (\,'; ~r_~ .. t: ~~;\_;CC '_,I~;~"C ~i-,~,_:"~. _ ,
:-¡ig.::a(;~ :fl e.; ~!n¡: t~Hd:;_ :>'_~;;g;';._l :~i
!·,Y:.h(~ :":h R'J ~Jreh;: ?:f~{;,~:;¡ .¡¡¡:.:uto~-. i ;¡'
')j',,,,,,. i, {l( lIP,'. t'[ 'tli';" :'''''\'' f,j~, ,,".',1 ~ i(i14h (~ .... i tiu.' , '~\.'r,\'? ~,l!"_.l.:'· _


,~ . ': ;. t ' , ,


HC's;;St,eneueías glif; ;i',\ le h:',,:¡ V¡~:¡. l'!'~ i,; d V!(:I'; dr: ;i,\ ;n~J~d¡¡':l¡
prtf(!. COd ~.jUS I1H!S l~f}.i(l~ d :~';'(~~.,:('; 5.,? ¡,() el:(did:¡d!l:~ gd{JrfjHb{1.r~ ~\ (t


1, , • ¡' , ',' ) , '
hi real pff~!cn(jlelhe ,le la ',',\jI';" ~¡,:!.;:, :::,01) ({t,P::' :i,n kC{,UI'ídt~~,
ÍlUDierc, [íUf~rido ver en mi r10.,~iek::! al (¡nr "!'!, ,nas odi' ti!'" ius1i ~
~ , , : ,;


cia, me apellid;:t trclillor, A iq (;fi[!r:\, ¡j,l ja'~;!I.uet1!n e!\ qt\f~ ;'.le hf;-
l!a~),I, t!sí cOtJ,'(j al ínuj;¡e;ltr. y i,~í'(ili::!i, ncli¡.::ro (lU,' ¡n'lt:;:ftí':,d)[! !'!i


de !ti. ti opa y los puehlu!;, que CIJmpi't,nctü"o rnuy bien mi f.ituudon
y la suyu.




337


". lit h l':,.n.' il!anuiüiH'¡n-,
t:. in~ í"i¡j';j)),;:lrl::s ("íF'!n;eYOS ~ ,., .,' •• ',.~ '.~ _-& • .. - ~. • {~ o. ~


{.j;p u~a.b~~ d í :1'1 ':~: ,.'<. t)¡'í\'~{~~H;'O E~t~ :"! ~n á t;iD lor[.\:3 il.dfigas~ y
• < ,; - .. ~,';:~L<!f.\;':~,~;'¡:f ~_:.O; ('1 ;.-,:" ";(; .. <\:;~'t ni: /-·,~,t ~1<c(~iO y fr, COi}J.T(~ He su ser,""


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io en c,uep la
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lk ks (";td:úlWb cuüL'Jo" que me c('rc~'\ktn par'u no ser víelima de
L;, ~k:-,('.kHi7,n' de !ui:-; H¡"nlÍ;.;:os, lo>; udendia y ellstodi~ba lallllelltr~
di! ('.:¡; r e.\ r,);;f;ó'j:; de l;:t, tri!¡í;.t:\ cil::;Li,uci';f¡a!cs.


) :':,,' " !'l~ , (':;l';'i':(",n"~"';:':i:l"',"': ,('t, ;"'c'i"""'!n 'IW sl1i.;ci"\ban ot);;;-
_ q, .:,.( ..• '}""_h_;~'~_,, ~).,j'.' ::.J~~, ... ~j\ ..... > j ~ ~.).,,-!~(,~l.~ .. l ~ I ~. "'. ti,., 1..


'1-" "". "1-:: '''''''1' . r f'" r levo y ; 'L' . d ... ,; .L ' I e r H l· V J .. ,] d , v
l;,;ü:1¡;n1¡}h¡[', c'f'¡ 11r.: ::i'.' ,vr~:'~\i¡¡fl, ¡.:Ó::hi (,1'<i, PU(~S, posIble
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ria en süstenr:j' mis disposici,m':J. Mú~ ,L::\lie'> y :¡:1 c~: ;aj;··


\~raf;.;,!nj!r; U~ ,;,F \' íé "OH :i f,.' t i\' ")¡; ~ d ; :.; (~:-¡YJ
:\~r¡a¡Uef.V~ hl ;}!'H¡(;;P;~ 1 ·s \¡~¡.i:-,e¡:,<: ?:~ ;,'


ha[)ja ün.t.e~ rH\j:-,:~uta(~(j }L;(;j t!~-U~(~ríf;C í:r-:,~~'L! .. ·!·; 'j:~\-~Y~ '-'; l: ~."S ~L ,j-~,~'.S
tratan :jn des p ucs de St'fU;HJ os ,1 ¡) tan k', 1 (1'; " (;; j'¡ ¡' {tll tu,) "!~; \' ¡',-


, ] . JI" ' " ,., , " " , ra a a presenCia ¡ I~, e'¡8n;¡¡J; IV!'O tiO :e a1reVlO ¡t, p.\:;¡¡r t1"1 r1e lJe
J ' 1 t' '" "1' 1 ji' ~' 1 a cuesta que SUDe laSi Oiella pl);¡laC\O~I, v u1ti>raCO [L,l. uc; aca,n-
ra.!Diento d{~ las I.rl)pa~ {1ílt~ ¡(le éiCI)U!paflab;¡n, retrocdi¡', á Verg'll'3.,


¡') , I i '_! l '~t 1 -: ? }) I:;¡JUS'~ C~l a'rW!i~ Hl'SI1ta. W.nle que F,;>; ;n ,j1!'Jr,[';, y eSC!.:ltl\ro-
,le, de l\avana llMíC¡li~~';¡ á ,m prov:oc:ii\. ll,:¡quu ;utenla;i:¡ (¡ne
cad:! unf1 lL~ por sí con 'Ui,: i~¡n:¡ !V¡i;:.l"'~ ~i ,j{ll~F)lid:l!Jti1S gell i j';lk::; á
la ea.b:'za se ¡)f'OllUllela:)':,} i;,l i,:) me])l' !es e¡,nvirü('s:?, p!:';\ '''le
nunca pudieran decir e/la fundiJ.!íj.~l1to illle yo les lliihia C'Yjll:JlV¡\:C"-
tido ó engaiíadü,




'"L'ddcs q1t(' C[Jn¡i>t~<! ;,
í";p~fat' ¡"liS Vh~ltS L(~ ::


gUi .~,bJ ~ ¡' ,
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341
con ai,wnas furrz~.s d(~ sus bat¿llones y un de5'tacamento de ca-
b:lllel'iu, warelwscn ülmed:aíi:il1le[lte á Elgueta y procurasen la
prision de! conde de l\'egri y Silvestre, que tuvo efecto con el ma-
yor tino y circUDspeccion respecto al conde, ya que Silvestre se ha-
l;ia fl1gaóo, N(l habla yo descnntiado de Negri hasta el extremo de
':)i~ni'(\r q w ; ,(¡crd ¡c:~ eO:J tra mí, por lo que fuertemente le recon-
vinp a! lene!'!;\ en mi nrescneia: ma~ Negri procuró justificarse con
L\s ')f:lí':ltS tit'] r¡(nelpi', y llJanifesló al iuismo tiempo que tenia el
"¡it,V'H' :nr('¡l;~ po :'\1 ('(''18a, Pl'bele en lihertad en obsequio á la
aflíl..::,d q'Jr,: ':; pr:!:','s;¡ha, 2,unque aconsejándole no perdiese un mo-
¡t;('il[l) ;'f¡ lnuladar':ie á Frctn¡;ia, añadiéüclnle en esta eotrevista que
noticianL á (jO!) C,1!los no tOLdase ya con mis s'_'l'vicios, á cuyo pro-
l.~e=]..¡ me lm'¡;a d'1eidido su compprtamiento y las int;'igas y maqui-
?1a(;lo[ws de ~llS \,,:t!'lS c¡GseJ'el'ü§ Que habían va conseruido oerder


... '"' l.. 1


su Call~;l., como i:-:nlas veCr;!', je }:l'oI1Dsticara.: querlábanic tudavía
al gu n '-,e; reen ¡Srl>'; ;" ]'a ~(,S [>, :'lf~¡¡a, le rJ ije, si reu niendo todas las
t'l¡ i"~~'; 'Ji!.¡ l!iii'!I'J','n seguirlc" ¡r¡(enlaba por pi Alto Ar(lgon unir¡;e
eO') C,:hrcra, pa¡"A lo Cl/;\l 110 debia neru¡·r un solo instante, pues de
lo e011IftU'¡o dehi('~a :::a!vnl'se t'n Francia y excusar el último 6 irú-
td d,l'i'amam:ento de saugre c~pañllja, Envié iurgo un fecadrl á Elio
y \'¡]!¡¡feal, l't'convinlrn·l(j á este pnr h:lh~r faltu(10 á sus úfertas, )
aunque fuI' su contt'stacion que se habia bailado en un compromIso
particular con el infante don Sebastian, advirtiéndole que allí donde
se e:¡c.)¡¡lraba me hacia el mayor servicio, nunca pude saber des-
pues cnai fuese este; y las promesas de ponerse al frente de los ala-
veses, igualmente que las quejas que tambien he mencionado, res-
p(~CI n de l1l i len ti tud e!l lievar á cabo la paci ficacioD, terrn loaron con
;,:·io ln'-: ex.citaciones Que Vi!larral hahia hecho como uno de los mas ,.
HCél,lorüdos p3fc inles di' la tl'?u:-accion, Elío se desentendió de mis
nvi~u:" v llamado por don Ca]"!\ls á Iturmendi, punieron ser tales las


, ,. , 1 1" , rl 'd 'd ¡;erSil!\SIOlH'~ illH~ el jlfl[)\'lj)t' ,(3 !\wt":.;e, ql1i~ Si~ nego ueC! 1 amente
á CH!'eIJltir al c!H1\'f'nio, Lo:;; ll;!tal!ones 1. o y Guias de Navarra yel
,1. u 1:"(; !¡ fHl ron dí' hneel'l)", tarllbii'n fueron exhortados por don Car-
los y so:..: CO)JSPjf:rO;; para quP DI) a0alldnna~f'n la causa que hasta
entnnc('.,; habífln cte!'e¡¡dido; r'ern nlil.ni;'ASlai'{;n en Lecllmberri no que,
rer ~,i\'!,U¡: con f'¡ euurk! r~~aL y f(J¿ preciso relevarlos eon el 7,0 y
10 lid llibnlo reino y el G, o dt: Castilla, cuyo jefe no babia tenido
resolucion bastante r!iua ineorporarse desde Navarra á donde se
lJalJtlba destinado. En f'~te mismo punto el general Goñi l de quien




342 1I1S'1'u1\L\ l)BL R~INAD'}
DO podia dudar por las spgnritiadps que fin palabra v por escrito me
tenia dadas, hacia cuanto pidia ;)<\1;, co!'('un;1' ;t rnis nluGl:s; pero
hallfmdose don Carlos eH Lt'l~umbf:rfl. !JHwtlú Ello un (1if~¡al á Goni,
lIam~[Jdole de parte del prinülpe al nundd real: trato de cumplir di-
eho mandato, pero halJient!0 :,ahido en SI] In(,\'Tha, quP seria fusila-
do tan luego comn se Pl"PSPD !;l~e ji'!' ;,el' tú:'; ¡;(~(' dI; ¡," nroyec!n,
retrocedió, y h¡¡l!ándose en C,¡au·!c\ (,;JD el . i'li!pr bHt;,dnn de ~a­
varra, manifestó á sus je!t's y !dicla!"s CUufJl'¡ (Ii~urr¡a, .'1 í'stado po-
sitivo de las c(lsas y el cornprO¡¡¡j~ff que eOiilill;~" tenia, á lo que VJ-
dos le contestaron que spguirian lfi n;¡~n!a :,Ht'i 1(',


»Puesto en efecto en marcha lJél.l'a las lUillP;jlaciolles de E~[el)¡i;
acantonó las tropas que pudo reunir, que fm~ron los Guias y bata-
llones 1. J, 3: y 9. 0 de Navarra, algllna fuerza de caballería, las
compañías de zapadores y varios pelotones de los demás cuerpos
del ejército. »




CAPÍTUL o XLI.


SlJMARIO,


Firmeza y tino di' E.-;parlt'l'o llllrar]l(; la, negociaciones para el cOll\cnio de Yrrgara.-
'1'('\10 d!~ ('.;1,' eOll\cnÍo.-E,:pcclúCll!O grandio,o y lierno del abrazo de Ycrgara.
- \lOClIl'!OlH'';


La guerra civil bw.aha ti. su término, y nor tÍAse&perados que fue~
sen Jos p~fn('rzns d.) ¡!'s qU( !1'[lÍiw interés direeto en prolongarla,
DO era filCt( VCí)i'('l' ¡,IS I;:)ui(t¡lr::; ~ic paz qw; se hacif\n cada mo-
1J]enlil ¡r¡;¡,> ín!~¡';t¡:,n :,,;pr:ci¡t! p~;u\ba hecho: ¡os ¡efes realis-
lc1S ¡l(~enhd,¡l!! eULilf· ';¡':~P;¡ le v li('!'p[lio('ia la neu'i'idad de la naz: el
~ • ~ r


pais no se hallaba. d;SiílU'S[í¡ ;t s¡H'rificios e;-,fériles, y anlJe!aba go-
za!' 1:\ IralJqnil i \ pOH':~i¡}n de SU~; :;O;::td'f;, harte) tiempo conmovidos.


Espartt'flJ, ¿,ill:" qlO h'[i1I); U'~ dr'rirh.? se /ilus!ró durante todo
el prfÍ(!do di' I'~¡'S Pl'i'c,,'inl'¡',u";, \ Irie,~lamcnte inspirado, profun-,
danwllte cnl~q~íeli,l·ud¡-;.nt(;, . ilexib!e. hhbil, táctico, ooor·-
tuno: con Eagacj(hd y cantt·:.\',r:l:) toda asechanza, Sostuvo COD
Lll'nlP;"a lit i"t('~"i(j ¡]t-' la COlisllfneior, y quiso nntrs granjearse
pnderosas er:,errlisladf's que traLlsigil' con exigencias de unos, ni per-
mitir extrañas intrusiones PI) los ¡hr03.


Obra do patriotismo y con,?i I iacioD, lazo en tre la tradicion y la
revolucion, tf1slimouio febacil~nte de la ;soberanía popular por todos
reconocida, el convenio de Vergara, sencillo como es, ha reunido




Sí! lilSTOl\I.A DEL lU:BADD
todas las condiciones de un acío político importantísimo, y alran-
zará en la bistOiiu dI'! movimif'!1Ío de ('~ta L"';Qca un iUrl:L' ~\Oí!!"US0.


1 ' ¡ 1 ,. , . que a canzara a .OS que a su In. :La(:!Oil ,:;¡;¡fílí,t<:>¡OiL
Los goLienws eXírauj¿;;)1l iJU lWll n:dw.dz¡, n. ¡HIO ~1j'JI[l[h adi-


j " . . , '. '1 ¡ va parte eL! nuestros l i:studHOS; ;,8¡'C Hau coulnijUHlO en 1(' ,,¡ue es-,
taba en su mano á prolongar esa. lucha, arnwndo {l l.WUS y: -)rc·s.
Hubieran tenido á gala que: unos y otros IKs:riilLs iw~djiU~" .-,;)J u;~·
manda de su avuda é int(~rVdh'iQn: ~; si ht¡t10 f¡ll\Cn i;t] :,j:u.', [Ji


" . .


COÚ la voluntal( de España, a(;[\s(" ¡:J. SfrVL' n;¡;;Cl',l sint!::"i;¡;
de pandilla, para robustecr~r ei careo p:(Lstai d,,'; (I";;,i! ¡':".,
mal acocrÍ(las su>;! on>fpll.;;iG[les "Fsn,\i1" p"le r ', h"¡") (',. ,'¡I/,' ('¡ b'" "- a.} f ..,'"''"' '-' ~.I, ~~ ..... ~'~ ¡:. ~ _'':'¡. ¡l'~ _.tt /, t,_" .... 1. -'\Al.\.
que prOYlna.'on el célebre jamás.


H.


El convenio tal como fué acnrdado dceill así, firn~B(k ¡;¡¡¡:;W2!l
como va:


«Artíeulo 1.0 El capítan gcn'lml (~on B"ddo:i1efu ¿Sfi'írli':" ,','-
comenijará con inierés al gob¡:,fii(¡ el C~Hll;';!;]:.';¡!i\ di' i'i; ,L', '¡','


t l' f r ".-. .' cúmprome erse ¡ormalmcl1Í,; !l pcopone¡, a lus t2.,j,,\- :;. (")flCC,)~;);, '
rnodificlicion dt) lüs fueros.
~ ~


~ g f'.t·.d':(; .~; '.){) d d (~;: !,' ~ '"=
> : : ; ~ ~,


IJ' "e~,>i) ~ '. ,<, ¡, ",_,le" r'l:" '11";: "¡"J'\ 1"" 'J ,',oC:: ','" "" ',' ,'"',, ,-',' .,',' .,:, "" ',' :'í ',',' ¡ ... },",'ll\'~\.I..(}" ~c,,~_~ '''~ ...,\; .,.:' ~\..J ,j).( ;/"] '''''1...,.,'' . _~ . _ _ :'~"" __ ~
IleCeO, qtwda¡;do en ílbcu<c,u (U cC;;':nu,;.l' ~'L¡"l(;" ':>'(/[ ii 1,',
CODstitucioD 08 ! i.l37, el tr();Jü de bdJ'_~ i •. , d ,L:-;-,;;.r;j(" d~ .... u ,l';,"


d " " , . gusta llla re, o iHeG de rcd;·a.r;~e g b"ii: Ci,;;'O,0 .0' 'fUJ lLJ qaH:!';;\\} 6e~
guir con las ar mas en la !1;<,HO.


»Art. 3. o Los que adü¡¡ten el pf¡rnt'¡' cas,) .' .. Gtdli¡ZHlat 61i'l.;rh:~~-
do, terlilrán colocacion el: los cuerp:;;; d~; I'jór,:;;Li, J'u de efu:tlv.);;,
ya de supernumerarios, segun e1 0HÍl:1l tille ('(a.pen eH ia t:t.cula tÍ,)
las inspecdones á cuya arma c\JrrespoüdmL


»)ÁrL 4. 0 Los que prefieran retirarse á sus ca~asl siendo gene-
rales ó brigadieres, obtendrán su cuartel para don:!n lo pidan, CUí!
el sueldo que por reglamento les corresponda: los jefes y diciairs
obtendrán licencia ilimitada ó su retiro :segun su l'l:.:gi¡tllt('li(¡). Si al-
guno de esía clase quisiese liceutia lo¡!'! pOl'dl, la s:);ícÜara por él




34tí
Cii!1clUr. tO del ms eeln)' d:, su arnm resppc¡iV8, y le S:3ra concedida,
~.í ! \(;i~)\tU(U '~.' ; i ,\ 11;~m (,1 ~'xt['c,o,:cro; y en este r:aso hl:cha


¡ii1cte:l'fI, ,:~¡e .': duril el!¡;:-,(¡,f(ü COfr.3sp,¡üdiente ai lm1i!llG tl~'lJlpO
ey,-' dé etiÍ',".") ~t id" i")i:~·i '¡'li'S r~~coi¡}endandu ia aprcibacicn de 3. M.


})ArL :; () :/·~í IlÍ() j)i:),'n itGcneÍa ierrporal para ei eXiran¡ero,


-;>,_.~. ~.'l C~!i'ii{;'n tr:?~~i!¡a:. {1:}i! j)il!dor:~(ro ESi)artero le~) :b.(jli~ac~
<. '~' .~ ~ .- '" ~ ", ::0-') ,~. " t" ~'.".;. {! " ", 1<.:; C::·'.\ti' ~:~.¡'::),.:~ ¡"t ;~;~L . u; ;¡;:.', (~f~~q! lltH~ L_, t;;~~dj COÚtt_~l~,¡ü;:),


l"r:'dY: ;i~ ~'';:;' iiftiC:¡iO t;(j las ch,~ei3 desde gdlU';d h¡\,:i!\l
s: q;,:::' ~(:,[dd ine¡ü~iv~;~
~~"f. (j," Los ,uíÍculns precec1"ntes comprenden á tGc:;os los em-


¡ ;'~a(h,s dé': ('j(:reili)1 haciéndose extensivo á los empieados civiles
(Pll' :;'¡~ pr(.:;t.~nten J,IOS U días de ratificado e3te convenio,


',"


¡


:~;~~TL 7.° ~~, l~ls di\!sjnnes navar(~ y aia'/~sa S:,-'; ~)r(su:~~:(~ri en la


,,··r n á


-. 1. ", . '.>;< , !.


, ;; "


, ;,


de h~~,
la diyi·~


¡ero hi:!.rá


fL5tHeioa e u,,': ~)~ üJü~'(;i,,8:i lns VI.UU..iS V ú!!érfaL~.~t~ J',j los €J.li,j hiP-~
:-J.i;-~~~rlo ~:D. !.~ pri,,·s:.~ütd gil2rc:\ .. , :"or,~¡:;~!~\ ~,-;ct~~;; ¿ los cU~~:j~ 's á


hn' d,,) la nrinh'ra brig"da ea:5tt~J:¡lna de mi niando. jJario Alonso
CJevil:<ls -1\-; la ~egund;.~ f'righfh mi !l,,;¡ndiJ, F,anuisco' Fnlgo-
s:ü,-Dd L;d~¡jj,,;) de m¡ nid,ii!iO, tutttl,!) de Crl;;üiltt, Junn Caaüc-


.\ ' '1'" 'l' ¡ . l' H . D I fO.-!,.:i lerc·~¡' n:\!,l Ion fl;~ Ui'itl"Ü, ¡U;f,¡ídO )¡ez lHOProVi'.jfL- e
se~und.l' bataliuH de Castilla, Manuel Lassaía,-De! nri.:ncr batallon




lllS'I'OlUA DEL !lEl"AlJü


do Lasl.¡lht j José Fuigosio.--Las compunías de C~lde¡e:, y surgen-·
tos, E~ cnrone! prin~er jefe, Leandro de Eglli!~,-La fnerz(), lit) ín-
t\,-'nieros qtD se hailan pre:-;e;'lt'l>, Hugo ,'ir¡;,Uss,-Í;; fuerza de i,1f-
k[llería, Francisco Paula S('ii!afi,~-E:ieUHl~¡,ul ¡jiO ¡¡,i ',.',l!'['fO. Guinúz" l ,. ..1; !
coa, ~lrmuel de Sago.sta,-Prilücr l';sf;Uildro!1 LW¡:t!r(:-i tk úsilUlt,
Pan tnleon Lúpcz Ay llün, -Con VEn go por ;u Bi"íga:íd\l q líe antecede.
El Bi'igadier, Fei'nai1lh Cub", ' ¡di:: ,))


Púr ot¡,i}, 1 ~¡AC¡(;íi de h)s gcucrülrs y jcft~ que e,)i]cuiTlUi'11 Ell
tratado de Vergara, resulta ,.;e lJi..v';l!O;' er¡ él. ei lnarj~ctd de CMnpo
.1 -" l" T " , " ',' ,'p., j uon Sllnon te dl orre.-d de 3gtH: !;I,\S(l ilUf¡ ::,ntnIJlO u,n,ztorLHL


".. l' d \. ' ¡ " . i , , , '. J "
-Lt lmgül ler Oil i Jü";1¡:' t'E WE!;(;,-,', ,':;:fOik¿ ¡;Üi: f¡a1luei «(0
Tokdo.-El de igual cíiise don HO(lIH: Ll¡idf,·',. V ¡I)~; cnmi.,il)oad(l~


l '! ,.j


de Vizcaya y Guipúzeoa, y qUí; n¡maron todos los jefes de estas
dos provincias y division easteliana.


¡; ~ i
lIl.


Llegó nor fin el rneDiOi';¡bk di:,_ n de ¡1'Yústo ('e ¡ 8:3!L l:snartc-
',~ 1 ' .' ~


ro se hallaba en Vergara y habm aVh:1Zítdo [¡;¡:;ih Ofjat:~, porque las
tropas que don Carlos había c0ns~gllldo mantener engafladas y se-


, '1 I '\ t" ¡,. J ' [:Ulan a ,os Cl)rü~sanos, hlan recunCCQfanllQS0 naCIa (1 ¡tontera,
ahandonanrl0 los pnl\lc~: q{ll,~ c,cu¡í,tban "in ÓCc!f'D, ;;;in P/,1.D. :~i[j Ci)J1-
eierh, sin prdtndt,i' s\n ~é,'ar á t'c"agro, 'll)iilC' h:lj¡it'~eLi por
lr.¡ :;>ln!;~""1 ~,n,~,íf!n~d~'~ j~¿ 1Q},n¡;i"I',i:


o
¡!t!::¡I~i.:ldf¡ ~.t. j;~dn dr Cabrera.


rI\du~~~;. n~~;';¡_C':, L·-.;;L'-j' ¡ :.¡;~p~: .;; :)\;¡.~ ;·.;)~~\;:Li¡d:i:~ 1·.).sjl~f.~;S~ dispue,~",
tO.1 ín.~ si!i;k';¡:i~; ¡{:,/nv¡1))L', \' ¡~cas :< il();W;' ¡h ;¡J (/llilleto, era
in, ,Q"lt'!0 ,'lL: \iar'[ii:I.',"C,;¡ji"';l; y¡;!,;d,líll'< dI' una tlU11~lrJlj¡j, ,


i 'l . 1~.l~~!.-o~ en lfU!~ :"f}i1('S f~e .IUin~)res que
. .


V¡.~~·<(l;! no~; i ¡ ~ :.10::'< <{ a(~f~i'C.ub~1i1 ;;in odio ni
fcn;or, dl";,,:u~, a da~'se ;'¡'aLi.:í'un! ;tbraz;>, (L'iI,'~;ntdn q(le el esrec-
táeu;o Lj(~ silhl· ,',.


'\" '" . . . , l "\1 f }' • , 1~" ird),'t )',';I¡;;i¡¡OS T! ve,lef'( nre~: I.~l! Cl'i:Hra:!l(¡.1<1 )la fi'mlnlS-
tenl,"] '!!~O': ),:riuie¡n;; I>.:\\¡;'.¡tlh.;; ¡ir,(]¡n mir..dn entonces otro pro~
pósito que el e poner lénn ¡no ó. lus horrores y á ia devastacion.




841


IJlofadul\ls ap¡ ,¡V('C!)ii!: '- .~
, ,


otro privdl:g:O lr¡!iU:"; : ,u'
.


sadu el mOlfJ('íl!O \1) ¡Ud'!'!' dd :,",ttb¡"pnu, ('§[, ''c'
f , ' van a garl<.lr ~in (~\~rd, t;:-~ !'I~p(1i~¡,·,.¡ un;;, S(:l'JH


Ó l' ra n,j ¡l/,il >; 7'" "t¡; ., '\" /, r, rí \''' o' i,- "- '~.~'~ ... 'f:._ J ". " ",


" ¡" ., ., t " ~" • ¡ , tr1tl¡'-¡P a 11' fjpfpfJí..;? ~; ~!f'if'(p·.<:qi o;;;p-¡ ;¡f·';:('(j·'''\':~·· n3~Fi L'l jl:.l ~l'(jppr(tPo
'. ')'.,.~! 4. ,~ ~.,. l~e.·'.1 .! ~". l·",1 _ J. ,~.~ •• , '.1' t"'. t


la !¡herhd y pl (!fdpr¡ vi"dndcl'f;, lí'; i~;¡ (ll den y C~(; Ulertad q!le
han Hngido por '-unjas siglos los expliJtadores (;!l todas la§ ffll'l1l3S.


IV.


En f>í ",¡fin donr1r)r. f:UI'GS:,~\lPlTfi, lwl!ó tl'.nnillO, d cielo pa!'ecia
]~go~~ija¡,se I1lflsfran;Ío el sü i ,'lD:' ri:l.),~': e:;plendentcs; b (mimaci()t}
dp J~s gueu()ros, las aehlmr\eiOt1eF~ {('pendas de la multi!nd que vela
el porvenir con menos zozübra ... Todo, todo conlribuyó en ese dia á
hacer solemne el acto tan unánimemente ansiado, y que por mucho
tiempo han bendecido las madres, recelosas de que el plomo arran-
case á sus hijos el vigor y la fortaleza que para la produccion les
era tan esencial y neeesario.


Millares de hombres allí reunidos, al escuchar la voz df\ los ge-
Il0p.lei', que :f'~: J'f'cord;dJan los dehrres que cun la patri¡¡, lip.hn á
]ni' Ílermano(; divididos en defl'flSi'l. de inkreses (lU'" no ('('[In 1o!' ,';;¡.:'"
VIlS ,\1 (¡h~r:I'\J·'r <'1 '11\". ''J' 'lhr;¡"i1'U'Jr¡ ¡,lV¡'¡l"Dllt\ ;¡J'fp'"f.!Jri~,~ vi'r'l,['i-;,. ,. 1 ~'J'_l(~ <.'-' <~t, 1.._: '>,. ,. ( .. 1: ..... U.' l.' . '. ~.\t-> ~. '~~'~~'" ~.",¡'~' .. d~¡~ ~'.l
]hs de nJueho..; (¡fiN:, [:,(dtaron él E:rm&, íca:rkic1a \ eorríeroD UDOS á
OhlS estrechándose con efusiün, :rt:ll(.\¡j,qL~ ¡-qnistaoPf\, r'nlablnr~do
lluevClS lazos de {~(lmpañ('r¡smo, y danGO nna mH~VH muestra de lE:'
roismo al aeep!ar la paz que ddlia contribuir al pJ'ügresü, al bien-
estar, á la riqm'za dd pais, á la COnSI'(;UcÍon del gran fin que ha de
realizar la familia huuwna,


Ya h(,U10~¡ dado á conoce!' la,\; basfs sf11FC (l!;!' E'.fl asentó la nal:
, .


1 j' i" l' . 'j . 1. P liemos exp.ll;(i,1 'i las ('.(lnnll'10WS C,-l} qne :-e unIeron anuos fJe;>·
citos si n hu 1)1 i 1l::¡¡'lOn ni l¡, ¡f-'l<i D~U 3 n¡¡r!k~, ¡::ín nu;; nadie aDO~ ¡atara


" . ~ ~


ni hiciese tr:.¡icinn, ;-,;in qll" ep<Í!f's:' ~11 :r:pnf)!'r~hil d'3 rm:!I;~uno:, l}lI(l~tíJ
~ ~ , ~


que Sí¡]O los r(lde~;(n!(IS tlr. (Ion Carl.n'l, V {'st~, misnlr¡ (ji;!] sus a,'S-




i1!STÚíliA \JEL HE\N;\DO


aGk~'lO'i lJ:J hin prndncid,! d di"<'rl
n1\:'¡¡z(\~Ja á f(',e(¡n(}c·~r [u ven:aj.


v.


Al !legar Ú
Haron á ~Iaroq; ~>;r j~! t~t\fe :)~ ~vs t(f.i"n:l.~l Of' i p, ;'; jPF, Sij ¿:~ ~l. y de-
mús lH:'rS'ill'l (;t~\d;j, ;¡lit', ;'1 ('ni!;;,!i/,¡i:¡:flj ¡!, l1lÚ 11!r: i¡;','r i :1, iÍ¡;:!l
á pre~,(peL~r y St-j.~ (lí·:t)U'.'~' "-~n !? :n: ",(1J'L; n \1 y p·i-(t;·,.ii"··~~. C,~("Cji·~;t
la mas Siil(;il'a rt'C!,' ¡¡¡r,. \,; ¡,l, ¡'[it!'" ( :;¡:',i,',:, ;'¡H):~ c;\,¡ ¡::I1'


1 l' \,',c, '\ ' , • "l (:.:1 L,LUtf1f!O pcrí"n:· (;{~ .. ~~:~~~ nn~.i:q :3:-; }HlfH~ti~ rí:cqj;', . .jl~;'¡ 1~~;f~f.~\. DftuCO tOD
el V¡¡!or '/ ia nob"'í':'l f'e(~uhtri'3 de los e~¡mfíu:('·,,;. F~)rn!ar!\¡¡ die,!ws


"


;.:~.tf~O·;Y·IS pntrc do:\.; divis'!ü :.f'S j L!s trop;1.s cü~~~,~,:¡:~c;" ;~~u:' ',I<!, > ?;'I~H~'"
{'á:1do:es ,);:¡rt('~'0 ¡f):~ ¡lió á c!(';lil' pqí ri ; ¡'¡In:"· :0 a: 8\':V'(';0 de
1::\ l',,"'a i' tri)IF"r,-" [, .,;,1<:'; ,-"L;'h!" "IP1'1) nr'nft'¡-;pf,"'" ;;\¡1:,,, "{"'lJ rPf¡'('li, •
• - \., .1.. '. Á, 1 . '- .. ,_, I t" ,-' ~_. ,~ ;..... ~ 1./ • ....... l~ .. ,:. ~ _' 1 ~ .. 1. ,. 11' , ' ' o ,o,. • -' ,. _ ~ _' ~ ._" 1
dos vivas el lJr¡¡r¡er partir,;, JJiarch¡j'ul1 la ;:!],'; ,;¡ l.:''(~,J á C!.!zcur-,
; Chi, aC(jm"fd'jr:dc:~ ptll' un;" !,:¡i!fad" de ~d ,,1:,;", H:¡1i> á que ya
pel'li:D:'CÜUL é,U;'; viz';'úlPS, gtli(iJjlC,)a¡)i)~: y lJ)'l": ::opas t¡ II e' rl,,';-
;'¡'i.l~ de ha!."" ,;pr\r;(lo ;; ¡;r\f.' i""fln> ';e" 'lrlh i !'¡¡;",' a i ('f'¡','íl"llI'¡l 11p,. {' .... ~ \. ,,1 ",. V < ..... J" .... ~ .AI .. ~ v.,. vu. ,'~...., \. ... ~ ~ . •.. } ~ I : v, 1..,. _ J, " ,
,\:anm noco deS¡HleS de los castellanos á V(~r;!al'i1, v UHubicn r'~\;olt·
'- ~. ..... .J


iheron I;OD decidido entusiasmo á la arenga que leS dirigió el duque
de la Victoria: pusieron luego sus armas en pabelloll:3s, se mezcla-
ron libre y alegremente las tronas, y quedó sellada la paz con el
mayor eon~r.nt,; y armonía, siendo despues dirigidos los vizcaino:· ft
1':'1):"'(0, v (l" guipnzcnanos á Mondragon.
'~::ol(b;¡)s ,1Ió'W:' hll¡r,i'II,'lllr,1' "1: 'i'I'¡l''',d{\'~ í 1Pi¡1' ,;f,'í'P <','1', f'jy,¡:¡,'¡N' '\1 ~ ... ~ ... V .. _ <1 ... ~,",1.,,\~ _.t. _~~ .... ",,~J U ' .• \-,0 ."0, ~ .~'~. '", t., _' t k ~". ~ .~. '1\.)


(if!!l(¡S untr hs (i.n\~í dl~ b :1'1u: e'lal ;~¡':Jt! ,> \Yi;; ülvi,l?fOíl ~:ns
renWrf'[" v el abrazo de
tan b'p;;ñoI proceder:


As¡ dió fin aquel aelo suLd¡:ll'~ q!](~ )'eCOlH'¡:¡0' t~fltQr.; (,:;(~iili(!oj y
nuso ÜI¡ nq",;:ll'a p~~t~;:,· 1"", ('I·Tl·il'f'·IJ~, (l., ~", '1l!;,\Jn ", F("¡·il'!'O~!' (,)'r-1.- l. \,..- J:...it.~t'".:t :~, 1hA .V'-~ .' ~ X._.,.\l "J ....... ~~l,· '¡,,~'.,_.U ~) > -,l~d ), .1
den de eosas, abriendo las vi as de (JI) r:amino de f!:lícída(¡ por el que
DO Si: ha querido m¡achar dcspucs. La~ síguipnks a1ncuci0l1e::,j ron
las cuaies se puso el selio de etCl'D a rnc: n te IilPmorabit: dI 31 de nr~;I;;~~,)
de 1839, lÍalJ. uno. muestra dd estado de lüs ánimos en iU]!" , ;"f"'-
rncn to grandioso.




DEL LLTI~fO nOnllO;\i DE &~PÜ".


Cuartel general de Villare(l! Zunwrra,aa, BO de aflosto de 48SfJ.


(! Voluntarios y pueblos vascongados .-Nfldie mas f'j1h!s¡p.'~i;1 qlle
vo para sostener los derer,hos al tronG G,' ias Esoafí;¡fl'T {aver del
" ,


sf;ñor dOD Carlos .María ]sidm de B07bon eUfl.l1do me prol1 n wjié: ,'('ro
ninguno mas convencido por la experiencia de rnllllí¡pd ;;C,T::¡:~
cimientos, de qlle jamás pndda. este prínci rB.Ui \;, f":¡i/' ;'P;
n,i patria, único estimulo para fr¡ eCré1Z0n; y ¡' 1i, b, 1 p¡':Ü d
seutimiento de los ¡efeE: mi¡it:Hr~ de ViZCW"d, GE~f'lÍl(:(;!'. i(¡.~


,r ,j. I I


Jjns v de algunos otros, he cGuvcnídc 1l[i,"a l;Ou{:~' íénnir:'J .:! ll¡!a J L- í ,
guerra desoladora, que se baga ia paz, la paz tan deseada por t(¡-
dos, segun pública y reservadamente se me ha hecho conocer la
falta de recursos para sostener la guerfil despues de tantos añr,j, y
la demostracion pública de odio'lidad á la marcha oc los minisíTos,
que me han comprometido al úlf.imí) paso. Yo mar-ifesté 3; rey mis
pensamientos y pl'oposleif;ues con la DoblE: fr3nq~¡eZa qtH~ me ¡~¡¡rac­
teriza, y cuando debí prom~'lerme una acogida fligDa de un pdnci-
pe, desde luego se me marcó con ía reso!ucion de sac;:-iI!C:'fl'líiC. En
tan erítica posicion, ini espíritu se elJardeüjo, y los trúbajos para
conséguir el térn:dno de nuestras desgracias se tlluliiplicaroD; pOi' {¡l·
tímo , he convenido con el geoeral Espai'ier,,i, autorizi1do PIl debida
forma por todos los jefes referidos, que en estas provincias Be con-
cluya la guerra para siempre, y que todos nos consideremos recí-
procamente como bermanos y españoles~ euyab bases se puhiíca-
riln, y si las fuerzas de las demás provlnciaE qukrPG seguir )lF'S-
tro cJ'emplo, ev¡t':,ndo la ruina í.Ü; sw: nadfe:s. he¡::,[¡.tlOS v Dar¡ei:¡'~s .


• ~, t' .i\ }


serán c'Jnsíderado.5 y admitidos; pero para dIo es inlliE.peDsE.bk que
desde luego se maniÚeslcu abandonando á los qu~~ les aeoDsejen la
continuacion de una guerra que ni eODY¡enc~ ni puede sost8Dort'e.


))Los hombres ni son de bronce ni C'imo los carm;,;etJIWS para que
puedan subsistir con el viento. La. mlsería toca su extremo en todo
el ejército despues de tantos meses sin socorro: los jefes y oficiales
tratados como de peor condicion que el soldado, pues á este se le
da su vestuario, y á aquel tan solo una corta racion, mirándolos de
consiguiente marchar descalzos, sin camisa y en todos conceptos
sufriendo las privaciones y fatigas de U Dí). guerra tan penosa, Si al-
gunos fondos han entrado del extranjero, ios habeis v¡~¡¡; disipar
entre los que los recibian ó manejaban, El pais abrulLuúo en fuer-


To)[O 1,




350 HISTOIUA DEL REINADO
za de los excesivos gravámenes, ya nada tiene con que atenoer a
sus necesidades, y el militar que antes contaba con el auxiíio df' su
casa, en el dia siente las angusties de sus padres que lloran la ge-
nerosidad de un nrnnuneiamiení.o que sf~,lo l.a. muerte y la desola-
don les promete,-¡ Prnvincianos! sea eterna en nues(rns corazones
:0. sensacion de paz y noion entre los eS~lañoles, y df'1<terremos pa-
ra siempre los encon.os ó resentimienl.os pcr:-wnalesj eSfO os aconse·
ja vuestro compañero y genera: ·-Rafad lfhroto, ')


-cdn capitan W'Lcral a(ln B~11rl()mero Fspar!,ero á los pueblos
vascongados y navm."Og-(:U3r~('; l..(('oer31 de Vrrf!ara 1. () de ~~e­
hembre de Hi3H,


»)Seis años de guerra que jamás debió encfuderse en estas hermo-
sas y t1ol'ecieütes provincias, las han reducido allamenlable estado
mi que hoy sr miran. La llnr de su juventud ha sido víctima en los
combates. El comercio ha sufrido quiebras y menoscabos. La pro-
niedad siempre invadida ha reducido á la miseria á sus dueños y
colonos. Las artes y oficios han participado de la paralizacion que
constituye la ruina de infinitas familias. Todo, en fin, ha experi-
mentado el desconcierto y la amargura, haciendo cruel y precaria la
existencia.


nContemplad. vascongados y navarros, vuestra presente situa-
cion. Comparadla con la felicidad que disfrutabais en otros tiempos,
y no podreis menos de confesar que el azote de tan sangrienta lu-
cha cambió el hien por el mal, el sosiego por la zozobra, las cos-
tumbre? pacifil;as de vuestros mayores por un deseo de exterminios,
la ventura f,or todas las desgracias. Y ¿contra quién y por quién se
ha heeho ia guerra? CO!1tra españoles por españoles; contra herma-
nos por hermanos.


» Vosotros fuisteis sorprendidos, Se us hizo creer en un principio
que ló·s defensores de Isabel Ji atentaban contra la relígion de nues-
tros padres; y los ministros del Altísimo que deberian haber cum-
plido la ley del evangelio, y su misio!} de proclamar la paz, cui-
dando de curar las c['Deiencias, fueron los primeros que trabajaron
por enCf~nder esa guerra intestina f¡Ue ha desmoralizado los pueblos
donde las virtudes tenian su asiento.


) Vosotros luego fuisteis (mgañados por un príncipe ambicioso
que pretende usurpo.!' la eorona de España á la sucesora de Fer-
nando VII, á su lfgitima hija la inocente Isabel. ¿Y cuáles son sus
derechos? ¿C;lál rl justo motivo de baberos Brmado en fW0:' de don




DEL ULTDIO BÍlHIl0'l DE FSPAÑA, 351
Carlos? ¿,Qué ventajas positivas os Labia de rejJ(lrtar un soñado
triunfo? Persuadiros, navarros y vascongados, del error, de la in-
justicia de la causa que se os ha hecho defender, y de que jamás
hubierais alcanzado otro galardon que consumar vuestra ruina.


» Yo sé que los pueblos están desengañados; que en su corazon
sienten estas verdades, y que aman y desean la paz á todo trance,
La paz ha sido proclamada por mí en Alava, Vizeaya y Gu¡púzcoa,
y esta palabra dulce y encantadora ha sido acogida con entusiasme
y victoreada con enardecimien f{l.


»Ei ten~~ra¡ dan Rafael Jl¡1arnto y las divísiones Vízcaina, Gui~
puzeoaüa y Casteílal1a, que SOtO han ru:;ibido desalres y tristes des-
engaños del pretendido rey 1 han escuchado ya la voz de paz y Sé
han unido al ejército de mi mando para terminar la guerra. tos
ca.ro pos de Vergara acaban de ser el teatro de la fraternal union.
Aquí se han reconciliado los espanoles y mutuamente han cedido de
sus diferencias, sacrificándolas por el bien general de nuestra des-
venturada patria. AquÍ el úsculo de paz y la iocorporacion de las
contrarias fuerzas, formando una sola masa y Uli solo sentimie:Jtü,
ha sido el principio que ha de asegurar para siempre la union de
todos los españoles bajo la bandera de lsabei H, de la Constitucion
de la monarquía, y de la Regencia de la Madre del pueblo, la in-
mortal Cristina. Aquí se ha ratificado un convenio que abraza los
int'~reses de todos, y que aleja el rencor, la animosidad y el vértigo
de veng: . HlZa pOi' anteriores extravíos. Todo Jioe él debe olvidarse,
todo, todo por (:1 dd't] ceder generosamente ante las uras de la pa-
tria. Y si [as fUCrl.dS Ahve.¿:;J,s y NavD,rra.s, que ~.'\'.z pI' no tener
lw!icia ilO S0 han aprc:illraco 11 üisfrular lit'. :W~; bt~¡leficjOS, qui5icsen
oL¡ieuM!o5, dispuesto estoy á admitirlos y & emplear iodo mi esfuer-
zo con el gobicm;) de S. M. la rh~¡na, pun', qU!; Elmestl'e á tudos su
rcconocimienhJ.


») Vascongados y na'tiarros~ que no nie VUl d, el OUIO y sensible
. l'j 1 .. . " ,.. l' ,1 cuso ce mover lostunel.lk Ci nun¡¡;rUi:10, hg1tdT100 y O!ticq;llnauo


ejércitü que haLcis visto. Que h2 (;~í!¡kl)~; Lit; paz resuenen dundo
quÍura que me dirija.. Que se ecuso!iül' pUl' siem¡m; la unÍ01l, obje-
to "le mis cordiales y sinceros volos, y toLlos encoctruI'cis un padre
y protector en-El Duque de la Victoria,))




IHSTOftIA DEL REINADO


VL


ta guerra quedaba extinguida en su principal foco, y en balde
hubiera sido que el Pretendiente al frente de sus catorce hatallones
y arJoyado por las guarniciones de EsteBa y otros puntos hubiese
Querido opcner.se á ~l.l dcsr~racia, Pero, camo deiamos dicho, sus
..: \- .;.


Ílue¡;,tes habrian podido I'8.Si1;' r! ¡f:'forzar las de los caudillos que con
buen éxito y ternerario ~[P!)e.ño ;wstenian la lucha.


No por generosidad, por cobardía dejó don Carlos abandonada la
defensa de su causa, y desde que llegó á su noticia que 8e habia
consumado el convenio" aterrado y pusilánime solo pensó en po-
ner~e á. salvo, temiendo ser entregado al enemigo y tal vez aseslna"
flü. A 11.\ verdad., los bataHones carlistas se hallaban en completo es-
;;iClo de desmornlizacloo" v comnletamente insubordinados fueron


'.' ...


{h~orraláudose en lll. frontera, donde Espartero llegó sin hos!.ilizarJes
, L


,¡penas.
E! 14 de setiembre á la vista dI' las tropas entraron en trdox,


disfrazándose don Carlos para penetrar allí.
El 20 se rindieron la guarnicioD de Estella y ocho hatallones que


habia en las inmediaciones, sometiéndose los soldados que queda-
ron en sus casas, y pasando á Francia los cuadros de oficiales, co-
mo igualmente Jos insurrectos de Vera á quienes batió Jáuregui
()[;'3cdoj{mdolos de sus posiciones. En medio de aquel tumultuoso
t'í'::útdi'fl y E~lajJ.dos todos los víncuios fueron robados y asesinados
111u(jh(¡~ C¡)i';,t"'·anos j y MOf'f:no, el verdngo de .MáJa~a, el feroz ase-
l'lmo de Torrijr¡s l!é'.lló justo castigo á sus crímenes, pereciendo a ma~
fji)S de sus handidos, de aquellos á quienes habria acaso avezado al
vi1Ddalismo,


En conjunto, segun Jos datos se asegura que se refugiaron en
l~'rancia unos cinco mil seiscientos soldados y dos mil cien oficiales,
v constando el ejército carlista de ~O, 000 hombres, se ve cIara-
~ente que la mayoría inmensa aceptó la terminacion de la lucha,
prellriendo la tranquilidad del hogar á la vida aventurera de la cam-
paña,


Tales datos justifican completamente á los que intervinieron en
los prellminarcs del Convem'o dando sancion á ese acto.




CAPITULO XLH.


SUMARIO,


l'i'('!I(lIl1!toranri;, 1\.-1 n,ilil:lri'll]() d""jllll'" d,'! 1'llIl\Cnin dI' \"1'I'f'ara.-Como prorur8ha
Crj,Ii1!~ ~II':ll'J',i' :1 !':"p:I!'II'I'II--l'n"iciOIl (''1l1i\I)CD tI!'1 ~~bjJl('IJ'.-(;rall opo,;Ícioll
\ 1111''':1 l'I"I'Ioral 1'1111'(' lo.; parlidll'; llIoderado y l,r0f!'l'p"i .. ;I:L-I;';lll\1'1I y ,\Io..;arro-
11" dI' la idl';! 1'('jluj¡lil'.llla COi! la (lJut!1I\;la dd JJaroll t!l: )lecr y de olros oeÍllt, dd
ii1ol\l;r;llllj~I1l().


1.


La guerra emprendida para sostener lo que se denominaba la legi-
timidad, recibia un tremendo golpe, y el abrazo de Vergara, que no
era otra cosa que el reconocimiento de un error, el divorcio de ele-
wentos antagónicos que se hallaban confundidos en sociedad ne-
fanda, venia á fortificar la causa de la revoluciono Como siempre, el
militarismo babia tomado parte activa en el desenlace, y daba mues-
tras de su preponderancia, acrecentando por una parte el prestigio
mientras cedia su actividad actual, y los partidos se reanimaban
buscanJo atraerse la fuerza para imponer sus planes.


El moderantismo, organizado por Cristina, fiel servidor de los
abusos, compuesto de advenedizos y apóstatas, entrañaba, á título
de conservar la monarquía tradicional, todos los vicios de esos ti-
pos híbridos, enfermizos y débiles por lo general, y formando un
manojo de ambiciones, se doblegaba y atendia á toda exigencia, siem-
pre que hallase medro, recompensa, oro, honores, -goces, privile-
gios; siempre que hallase dominacioD y poJer.




354 HISTORIA nRL REINADO
Gran parte del clero y de la aristocracia, transigiendo en las


formas, amoldándose á las circunstancias, habia preparado una
evolucion necesaria, se prestaba á las combinaciones, y robustecía
con su apoyo é influencia al partido de aventureros, que apoyado
por la regente, sagaz, astuto, intrigante, osado, explotaba en pro-
vecho propio el temor de los unos, las vaciiaciones, debilidades,
torpezas y candidez de los hombres de la revoluciono


y por vergonzosos pactos, condescendencias ridículas, ascensos
y contratas, la corte y los cortesanos ejercitaban su influencia, vi-
ciaban y corrompian el sistema representativo, multiplicaban las
ficciones á que se presta, y burlaban la voluntad pública, cum-
pliendo lo que en sus misteriosos ciubs iba uecretando el jovcllu-
nismo.


n.


Espartero, cuya buena estrella le babia levantado, era á la sazon
necesario elemento en las cuestiones políticas; imposible era á los
partidos eludir su influjo; adverso, les colocaba en la impotencía:
propicio, sin emitir su propio juicio, variaba la faz de los sucesos y
el rumbo de la política, y la Gobernadora hubo de hacer grandes
sacrificios de amor propio para atraérsele, no sin probar, como hemos
visto, levantar paralelamente á los que con su conducta revelaban
ambiciGces y mostraban resentimiento y audacia suficiente para ser
en su dia auxiliares pouerosos.


El ejército, que desde la vuelta de Fernanuo tÜflJab.l parte prin--
cipal en todos los actos, que habia restaurado el poder aLsoluto, des-
preciado y pisoteado el código ue CáJíz, defendido con. arrojo he-
roico contra los invasores por las turbas desarmadas; que habia
comprendido su error y su crímen secundando los esfuerzos de niego
y de Quiroga en 1820; que habia ayudado despues á jefes venales
que hicieron traicion á la patria no re~istiendo á los franceses man-
dados por Angulema; el ejército, decimos, venia pesando sobre los
destinos de la patria, y con el gran suceso, su prestigio aumentaba,
y la camarilla y el congreso recelaban y adquirían confianza en sU
próximo triunfo, midiendo y pesando las frases del pacificador~ ar-
bitro supremo ya.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA, 355


111.


En la goberllacion del Estado, des pues de la salida de Calatrava,
eoo oca~ion de la suLkvacion de Aravaca, figuraban los modera-
dos: pelO las ndabilidades políticas, no ias eminencias del parla-
¡'lcnto, siro cuatro indignas vulgaridades á la sombra de Perez de
i :astro, ya anf'inno y gastado; y tal era la contradiccion, tal el des-
nrdcn, que aqud gahinete no tuvo jamás amigos, y halló oposicion
en sus parciales misn)Os cuando eran mayoriai oposicion en la ma-
yoría exaltada que vino á formar en las Cortes qu~ se reunieron,
¡~o¡ncidiendo con el abrazo de Vergara; y cuando se decia partida-
rio del órden, paz y justic"a, manifestóse arbitrario, opresor, tirá-
nico en alto grado, semejando mucho al bando apostólico y moji-
gato.


Por esto la¡; sesiones Je actas fueron como hemos dicho borras-
tosas, y se pronunciaron vehementes y apasionados discursos, aun
cuando uebamos consignar que en puntos á elecciones, el gobierno
anduvo tan desatentado que la oposicion, antes que dejarse como
vencida y humillada, hizo esfuerzos supremos, y los colegios elec-
torales no presentaron el aspecto tranquilo que convenia; fueron
palenques de combate rudo donde la fuerza brutal sustituía al de-
recho y á la razoD; y el ¡~ úmero de los electores se hizo en mas de
un caso potestativo para los que presidian las secciones.


IV .


. <\quel galJinete, que como dejamos sentado en su tiempo. se ha-
I)ia visto obligado á condenar la conducta de sus proeóllsules, ohe-
deciendo al plan que se le trazaba en palacio, aun cuando interrum-
pido ~t menudo eu su marcha, unas veces por las exigencias de la
opioiou, otras por léls exposiciones razonadas del general en jefe,
arrastraba ya UlJa vida precaria, y débii en su principio, ni cediendo,
~ji resi.stiendo, babia logrado tregua en las fracciones diversas que
le combatian. Cargado con inmensa responsabilidad, sin vigor ni
energía, entraba en la campaña teniendo á su frente una oposicion
activa que engrosaba con sus desaciertos.




356 HI.5TORIA DEL REI~ADO
Ya las frecuentes interpelaciones le habian precisado á cerrar el


parlamento en primeros de afio, y despues de prorogarle se resol-
vió á disolverle, aun rodeado por mayoría complaciente. Porque á
la verdad difícil era excusar los desafueroE de las autoridades, que
sustituian su capricho y voluntad á la ley, convirtiendo las provin-
cias de una monarquía constitucional en bajalatos, donde la persona
y los bienes del ciudadano se hailaban á merced del gohernador y
del capitan general.


ta conducta del baron de Meer en Cataluña era la de un señor
feudal de la Edad media, y los industriosos y liberales hijos del Prin-
cipado acaso lamentaron mas de una vez que no sustituyese el fe-
roz conde de España al insigne baron que legislaba sin trámites ni
forma alguno, poniendo su velo á las leyes, reformándolas ó supri-
miéndolas, deportando á los patricios, y marcando perfectamente
cuánto era farsa la monarquía constitucional.


El baron de Meer, Palarea y Cleonard, dieron vida al gérmen
del partido republicano, mostrando con su conducta indigna y sus
horribles persecuciones, que ]a dictadura ó el terror blanco es uno
de los caractéres ó fases de las monarquías constitucionales como
de toda clase de monarquías; y las deportaciones, la incesante alar-
ma en las familias, la proscripcion de muchos, hizo avanzar y to-
mar forma á la idea que los hombres de la revolucion presentaban
velada, casi oculta.


v.


El ministerio Ofalia primero, y Perez de Castro despues, soste-
niendo al monstruo de Catalut'ia y á los desenvueltos seides del mo-
derantismo en Andalucía, hicieron mas larga la guerra, pero evi-
denciaron los planes de la camarilla que la prensa denunciaba va-
lerosamente, por cuyo motivo se quiso poner mordaza á los escri-
tores, ya que á pesar de las trabas la libertad del pensamiento pre-
sentaba con claridad los actos de los ministros, y tras las denuncias
y de los tribunales. se adoptó como expedita la via gubernativa, y
el consejo de ministros encarceló escritores y dictó decretos de su-
presion, hallando en el jefe del ejército aprobacion y apoyo, in-
menso crímen que debía poner aquellas conciencias en tortura, por-
que atacar la libertad de imprenta, poner al pensami\lüto vallas,




DEL ULTI~W HORHO:'1 VE ESl'AÑ.1\. 357
~;;r ()sados á romper el paeto "ecif'ntemelltE' estableeido, borrar dE'
.~us artículoti el lwieo q¡ll~ podi:l, ser freno de íos ~)OderfS y garantía
d~ los derechas, t~ra n/:nper de sub¡ü¡ eün ln fe vo:!lcinl1, Jesdeñar--
:a, desafjarla, arrojar id rostro del P¡,:bto, únko tiObt;I'i.HlÜ, la befa
y el Bscarnio, !~l .haidnn y el '':¡llpei;c!lO


Hé aq u I dHJiO juzgaron t3te suceso, otrus f¡J;5toI'Ü,íl0ftS que úi),;
han pf(~ce! J ¡dI}


«C0L\ lodn~ al tuev fruLo G,~, v,~t~):~ (a.lJstd~ ;·¡euLÜ2eUH]entos, se opo--
'J ia la pOiiíLic. n t'q FHUc;] de I j,;l;('[c t:, ifl p ¡l(;stí ¡ psre de mif'IT! hro,;.
¡ , , , .' ¡ . ¡' 1 !d.~ la nlé¡yor!~i pH(¡(.¡rnentafli( J:.;j,ü. atráv',;;,)(y! Ü:la ('pora (i~ azares
y COJl¡jji.d(~, :::u:-.t"!;íC.f¡do d: [reD!? la aniLliOS!,lad de ía fraeeion pro->
gresist~, graIJjt~ánJose J('~put~S ha~ta la pfl!vel)(',icn de sus antiguos
~.orre¡¡g¡onaríos, y 110 vando donde quiera. IHl :;:ello de reprobacion 1
que desvirtuab<.t "us mejores empresas, y sembraba obstáculos po-
,lerí;SO,S á su lli[¡rC~a yexpedic;[on. Ese ntputis,lll) político que sn
,nconn hw hord¡¡nJe!1W rlJ !ü~ t)ürI100!'i y ,tlle ks J¡~a t:Gn vínculos


J " ! (
'il!1 Sólido3 it Sll~ ¡lrimillVó!S ji~fes, [1: 1mb¡a, {I eu pxl.remo dafíos(L
\fd! ;dJliúiÍl; u. nr,a 1,¡.tf:C~eria j ,'ií:¡ tJa~(¡¡nh'


:'(1. IJ,; iJ,quelia euall!!) mi!;,; i1[, p :i(¡ .. ,vu;ntn 1[.\ ,¡;cJ'lilJaba la r¡¡lCf's:rJad
le rt~S'st:r, dt' rt;chi~l,ar c··u \e¡¡l".i't lo; jL.FPk-; d~ id,,) ma!il. art,·
\fe-r~artO nato ~> e.ae~.)i,~O dt<~~l~ttbi:;rtti. Poe:} (\~¡:p;.tnadn eH las (~golf~«~
:as r~íhimas de narlido dejóEP sedHdr puf iW;l j(Jeé: muy halagüefia
: .. in duda. nel'O euva fealizd,';¡i)r¡ e~l~a{IT')sa y Jjfícil DO estaba á 3m;


, ~ ,,; .'


a:can(:t~~ ,
¡»'eyó ,{"


da/fes ':/ (~fif~Vn(_" !·j;,;·r~).~· ~_·~·i;¡,.!;~L- la :'V"::.sc·.::;:Cié:_ de ~,(H.if)S:, y sacar
:1.1 trono (k ¡Jo rknL;,'. t'l' ¡¡ti;: l,; ívlora,'i, ]U, v:c!(,j'Ü¡ eleetorai, El
proyeeiO er',: j'l;!L;¡l,:t~. ;;i fUt':-''-' (\"e:¡u "e l"i;'ClICinu materia!


. , , ' .


,j;) ~ttYli.~~ \l,_ ~i;¡,I~tf~-';,-~, DI t,;'Ü ennct¡)ltSf~


¡"t~Z de prenda.; :.k [u;j Cij!l~tí,j,(),; enl;jilV',,", ¡iara eOD,sU!i1ilI' Híi
piar,; tau vastu: } lllal) q Ub (¡¡du !o t'sttecba rel¡l!;101l que f~s¡ablec¡¿~
.,1 íl1i;~1110 códi:~o iUn,;a¡l¡,~nLd ;~ntre ia LlFlvoria pai'ldmentaria y Jo,
jongevidati dt; un ~ab¡:W[i; (;ualquiera, Deutro dt' la esfera ¡le !d
posibilidad esta el contcT:l' \'Js ,'Xt;e:ii)(i di: banderías encorHtdas j \;j
qud)fantM Sil potencia e:J Uf! dueto habitmel1te preparado, mas para
conseguirlo se uecesitan ftH)lIr"OS (h alta categoría. teson y la iu·




358 HISTORIA DEL REINADO
tervendOll de una mano vigorosa, enérgica y decidida que i;ea baJ-
tante á excogitar y rt'unir todos Jos elementos de triunfo, que sepa
aunarles y em pleftfleS con aci'3rto en la obtencion del objeto preme-
ditado. Por lo dem~s, una ~outl~mporizadon frívo;a, un de..,arraigo
Íuoporluno cuando faltan las fUCíZdS materiales y morales, soío ser-
virá para concitar el Gdío d,; IOIí amigos desairadlls, para alentar v
vivificar la esperanza dE' Jos é~:wrlligos abiertos, Esto punlualmente
sucedió al gabinete Caslro ArrdZ()ia; despues de ludiar en ulla po-
sicion desfavorable contra lüs ~irnll!tá[ieas exig,~ncias de las dos ¡;ran-
des fracciones, le hemos visto pmjer lti unidad de su esencia, y
quedar roto, abandonado y enflclquécido, casi á merced de los llrus
que de todas partes disparaban. No eran estos por desgracia arbi-
trarios y mal fundados; la hacienda en una desorganízacion espan-
tosa, revelaba el poco tino del ministerio, las numerosas cIases de
empleados completamente desatendidos, los cesantes defraudados eh
la mitad de sus legítimas esperanzas, el ejército sumido en una pe-
nuria ejemplar, hambriento, descalzo y desnudo, veía compensadas
sus penalidades y benemérito comportamiento con la miseria y un
abandono punible; el estado entPro de la nacion señaíaba en dondf!
quiera pruebas irrecusables de la ineptitud del gobierno, del per-
nicioso fruto de sus malhadados ensayos. imprudente) hasta CrI-
minal es aventurar reformas y muy especialmente financieras en
una situacion de análisis y desquiciamiento, cuando el edificio polí-
tico se desmorona y amenaza dividirse en pequeños fragmentos, co-
mo imprudente seria sembrar en un terreno poco conocido y sem-
brado de malezas, una semilla extraña cuya naturaleza y desarrollo
no se han penetrado bien. La rnision del gobierno, en época de os-
cilaciones y vaivenes, consiste en reedificar, en reparar las partes
disueltas Ó quebradizas, no en intentar n IHWO género de arquitec-
tura, con riesgo de arranca/'Ios cimientos mas sólidos y primitivos.))




CAPITULO LXH!.


SUMARIO.


H,'!ie\\OlIl" ,;ohl'l,la poltli,"¡ d" p:ll'lido "11 ¡:,p,¡ií¡l ¡J¡"'Jllll.', ¡Jell'(I¡:Yi'lIio dI' Yí'I'f!:ara,
-~:'I'I'''li~i" di' L-I'"I'I"I'I'.-.I.II;':';I p!lll'" 1,1 ".'Ili¡'¡¡" llHJllenlO y el anti¡:tlO.-Rl'gO-


¡'¡)O !!"("1wl':J1 "Olí ;;! '11'1''-111'('';\:1 dI' UH.t pnJ: III'o\imn


J


Antes de reanudar por completo el hilo de la narraeion, hemos
qlH'rido bosqueJar en brf:ve& frases la vida de aquel ministerio, que
se presl.'ntal,a á las Cortes ,?n primeros de ~etiembre de 1839, el
íll¡smo dia en que el CDm'(~lIío Gr' Vergara debla iDundar de gozo Ú
J06 ptlí'ldos, ¡JfJrqtli: d,~eli!laha la giH\¡;(\ y p(llii,,¡J llegar á untender-
~;(~ lOS (!ljl~ por aiUClndt:ion siendo rll:r¡lHinOS, privados de todo de-
recbu, vÍeLma5 del monopolio y del privilegio, blandieran el arnJ;\
nlortl(era y se sacrificara¡¡ sin preknsiones; aqnel ministerio, deei-
mos que, subordinado á UD plan, iulplílaba hprevechar aquella oca-
S¡{JO acaso para ilcvark .. (j término, sUIil:Ítando á sus adversarios dí·
tleultad!.':;, prcE;!·nl.ándolos i'.flllO l.ertufhath:res y anarquistas, COl1l0
inii'an~lgentE's y basta cual endui;loS de la paz y de la prospe-
riJad


Explo!aodo hilbilmente aquella venturosa situacian que ellos no
habian creado y en la üual casi para nada habían inlervenido, iban
á introducir la discordia, formando antagonisnl . entre Espartero y
aqueila '.!Ja yilfía. que los comicios habian enviado pala su castigo;




illSTOftl,\ nRL REf"A!ln


;mes la revo!ucíon j Síempff' c(l.lumni~Hl;:¡" solo por el genr,rnso ms-..
tinto dü algunos de sus hnmhres y por la~ rraicione!:' de ot.ros }In
,irlü burlada la ESPhñ¡¡. 0(; por su rH¡l¡idarl. ni' pnrqtlP las masa:.;
¡laTaD .ialná~ faltado d, \':i s:¡('rnl1e~, ;"oí;¡()ní(~:" Y el país iegnl en,
~one(ls privilegiado ¡:Ol f¡ ('cmo y d (lJ{'J¡i(1 1~¡Ht()i<ll 1"!SPllfl0ió á


, ' , , '1 ' d ¡ . " '", " ,
.¡.¡ O{'n0.f al E:t UF¡ ',i:' (as r;~'c:~::¡adfS que ,i(' wlnHe.;l;¡Dan ¡mp"I'l()-
<ir'S "\! ¡ki ~¡": tírq¡i"IL, (41·1 A,,-r¡'('bp (Te ('ro "l
"- ~~ "" " ..... ,.<. ..,~ \:- " ..... ~ 1.,1.,1, .,' .-", .1 >, -'-' ~-'


limo de su ::er de.'pertaba ,~(¡ j"s cí\1c!üdano~,
tu pOlítica es para IV; farS<l'Jtf'~ ¡~x;;¡,:lgr1r)r:',:) un medio de mé-


drar, ei maquia ve!i!'mo, Jaío r.ri gil \ '-(01)(1 ¡{;l" (¡P;J de 1;\ !vdl:\ v iodos
los medios buenos cuando se logri.\ et hn: y ¡JO,' f'Sll ll."fHi tl)da~ la~:
tretas, apelan á la:i: arterias, convierten en COill('TCio, en merr~ado
de concieucias el ejercicio de los o21'cdlOS: creen inneccsari0 el co-
!¡i)cinJicn(o de las ley!';;; para no morir dp pm¡;(!,cho dt~ legalidad, y
hablan d(~ fH\'sidlC ;ucl!o Cl);Hldo ::u perv\'rsidad t'C ha infiH¡'(ido f~n
al¡!unas (':),p:1::; de la i'ociedad. merced á sus práel.ieas COJTnptoras,
fl sus leceiones \' f'!cm¡¡los de escer:tieismo,


. ~ , . " ~


n.


las guerras tienen por lo general un resultado funesto, la pre-
ponduancia del militarismo, y se reqlliercf) grandes háhitos,virtndE's
muy excelsas ('ll los pueblo,,," un COTl'leirnienlo exacto riei (j¡-l'l'cho
(m los ci ud,·danCís, práctif'a larga y c(in~hnte (l!; la ¡¡hflrlact para
impedir que los tJ(H1!hrcs avezí:\(iOs á la victoria, aco~t!lmbrarlos f-!
la matnnzR v á las {'t'cenas de c\fcrrnir:io, ;,,'naij rlominrtr ~u HIPbi--


-, ¡ .


clono ;-iob;,eOO[H~rSp á !ns in,,,¡¡Dtl)~ d['Str'Uí.:~I(1f(~-) v hacers~ sir'rvos di'
, , ,


la ley. respetand" l;;s fw'fo~ del pnehl 0 , la justicia y las eOIlvenien-
¡¡;as,


Hrm0s vi:;to cúmo en E.;:naDa hu bieran l1i1eridn aigullM ~enera­
¡os n¡Joners~ al ir "'n10 v pren'Jn6('f8.¡-!J~i(l, del jp¡'p de los í'¡éI'C[to~'


'" ." >J.. t ,. .;


Cfli:\O ~5te ~(, llabia re.;:erdldo nrfJ0'1!"pndo lanza: sobre Córdoba v j , -,
Narvaflz la ocios¡da~ de todos; cómo se babia buscado ('u el minis-
terio nD puest.o, manteniendo lurgll al generai Alaix y haciendo a~¡
Sl'll){'!" sus deseos, que por 10 respectivo á recursos, :;habere:-, ves-,
luarios, abastecimiento del ejéreito, no fueron sati~fechos eierta-
me¡ltü, ese' era á la. verdad entronizamienlo del militarismo, dicta-
dur,). ,lla;; Ó menl)S di:;;frazada que así aplaudia arhitraria.s sllpresio-




lH:t.· HnMO TlORBON OE ESPAÑ:\. 361
t1l:S de periódicos violando la ley fundamental, corno reclamaba la
d¡:-;o!ucion dfl] Congresü moderado.


El fUflPi'to ciulel'( qtW ya tlmBos señalado antes se extenderá mas.
y p(lf eso 00 qUilrnuos omitir aigunas rrtlexiones que nos sugieren
11):;' sncr);,rJS. ¡,,¡.sl.a que ma.s just¡fj'Jado pOfJamos emitir nuestro juicil}
."e\¡~:·o :JCf'ir"r\ d¡~ ese; personaje que iba, arrastrado por la fortuna,
il :Viq(J¡;if' 1?! w11ujG Sflbff lus d8stinos de la patria, que ha de
1!¡;i!íH ;lil\r' 1,1 :l¡~f;)r¡a lDlllensa responsabilidad.


uNo ~e [latía aplacado con ia guerra. dice tratándose de esta
elH~.c,ti('n un auttll' que 1.\11 será so~pechoso á los reaccionarios, la re·
vi)iue/ol"l, ant.es hien parecía qUf' se elevaba cimentándose sobre las
rll¡oa~ de aquella. Los partidos, recobrando sus hábitos exclusivis-
fas y fatale¡;" preparándose á. un combate decisivo, pretendieron bus~
!.~ar 1'11 todas partes defensores y alianzas. La del general en jefe,
hombre ~ub¡erto de gloria y de prestigio, debía ser buscada con
afan por ti nns y olros.


)l1abía1a, oh!i:nido preventivamente la fraccion progresísta y ía
conservó por larWI ÍI(llllpO. No Sí' crea qUi~ semejilnte pacto existente
21)Í1'1' los exalt.ados y el groera!, era el resultado de una diestra com-
hínacion política, no; era solo una concordia de la época, un efecto
puro y natural de las circunstancias militantes. Espartero, soldado
de fortuna, debia ser ambicioso, y por consiguiente pertenecia á la
revolucion .. Y aun considerándole destituido de esa misma ambi-
ei011 , Esparh~I'o habia casi forzosamente de tenderse en los brazos
;ir' UD partido violento, que le ensalzase mas y mas pronto, con si-
derfHHlole como ll!J[l nersonWeacion grande, robusta, imponente de
:;¡¡S urtncilJio\;. DIviuizado á los oiGS de .sus afectDs .. formidable á sus


, < ,<


·,nemigo7i, con su inmensa copia de prec(~de!Jtes, el conde-duque DO
p:Juia ya. ct'ja r ni retroeeder en su carrera; se haLlaba colocado á la
milad del áspr,ro v escabroso sendero del poder, ) un movimiento
retrógrado le habria hecho probablemente perder el equilibrio y pre-
e¡pitarse ro 1'1 abismo de la nulidad y de la desgracia; mas si lo-
graba rf'alOntarse hasta la cumbre, érale ya mas fácil afianzarse, tic
¡urse sólidamente en ella. Espartero para elevarse no necesitaba
genio ni resoíucion, bastábale arrojarse al torrente de los aconteci-
mientos que te conduciría al término deseado; por el contrario, para
mantenerse Ileut!'~l, modeslo é indiferente á las sugestiones revolu~
cionarias, babia dé estar dotado de un carácter firme, estoico, pro~
fundo, df\ una resiguacion á toda desventura. Militar leal y plindo~




362 HISTORIA OU REINADO
noroso como pretendían alp;unos, despnes de arrojar la espada de
Jos combates habría sido el primer mártir, o cuando menos el pri-
mer proscripto de los partid,)s,


))Con el prestigio de qUll ya gozaba; eon el que habia de obtener
en lo sucesivo, no podía sin grave nesgo prrmanecer en una fJosi-
cion subordinada y subalterna; la somhra de los hombres de su cla-
se, especialmente en períodos de convulsion, amedrenta y daña por
sí sola. COllsultando, pues, su seguridad, debió guarecerse al amparo
de un partido, al del progresista qlW le ofrecía mas garantías, y
aceptar la revolucion que se le presentaba al parecer franco y ge-
neroso. No dudábamos que al hacerlo siguló las ínspiracioncs de su
orgullo y su deseo de dominar, mas pudo acatar tambien esa ley de
eonvenieucia individual y absoluta, cuyos preceptos reverenciamos
siempre, aunque casi nunca les examil1amos á fondo. Si p,i gobierno
per0íbió distinto el eúmulo de mtenciones y la posicion dpl general,
observó una conducta desatioudaé impotente, si [JO, lDcurrió f~n un
error (te largas y {ata/es consecuencias. Halagaí' candoI'Osarnente al
,~oQ(le-duquf', preverJi, sus menores descoso era conculcar d propio
porvenir, suieidarsi'; era dar nuevos brio'" aumentar la sl~d fÍe do··
minacion que experimentaba el altivo ge(!era!; combatirle súbito y
frente á frente hubiera sido mu} peligroso, porque siempre io es el
llegar con ánimo hostil basta el ídolo que en ciertos momentos erige
y sostiene la opinjon públiea; d combatirle CfiD sagacidad yestu-
dio} el crea" 11 su lado un l}iHicr !'iv,o,!. el ciH1utlÍcarle fobuskz ''1


, -


cuerpo cubriéndole ron !lO manto ll1pid,1 hasb 1j1lP, S(~ desernbara-
ZaStl él mismo fuerte é ucü:d.iastaldf'. era (;UfJI'Ol'!llf; á i¡)s eO¡¡~Pji'i;
de la jlmdencia, á ¡os de una rk1Z0¡1 c.luia " fW v!som Cr,O (nao.
preciso es confesarh, ei millisicl'io :;e ha¡Jabil geilC¡ ,d¡j](~Ilt.e c\)rf.'Hi¡¡
dJ ia mitad lÍe sus plant's contra el gener¡d pOi' ia misma Hcgentp;
i~sta ilu);tre señora raseinada por las falaces i)ro[pstas de Espartero,
creia que un hombre á ijHien habia colmado de bt'oelicio5 n(, trata-
] ía jamás de salir de su e~ftra con merquí:c. dt~ su dewrú, y ní) adver--
tia que la ambicion, esa pa.si;m que iÍcticueiía sobre ¡¡,das las dt'-
más, que domina y ulb'aj() hft~tfi ¡iiS m a.,,; sagl ados scntílnicntos ¡la ..
tundes, no podía reeo[JoCf~r el f['("oo de la geatllud, de un deber
moral, tan vilipendiado CUIDO rl.~spdab!eo OL~Hjlábase¡a tambien (lL:C
el honor en ' trío,hs de estremecimiento, no le forma ni cons¡i1uye
la conciencia propia an'egiada á la de los sugelos rectos y ajusta-
dos, sino atemperada al sentir de la mayoría, aíucillada, 11slúpidaé




DEL DLTIMO IlORllON DE ESPAÑA, 363
iwwnsala, a.1 egoísmo y al interés privado de personas mas ilustra-
rlas. Esta. buena fe costó á Cristina la regencía.)


IIL


La SilllaCÍOil de los partious en el mnmento que las provincias
Vasc(j¡Jgada:; rompían con el Pretendiente dlvoreiándose el carlismo
de Í'J;:, fuerisla,s, era SU!lHlill~nte crítica, y la madre de Isabel, qUB
eon astuta nJ!l.i1a Imbia proJongadnlas hüstilidadés para ganar tiem-
pu, COfJíj¡Hldo fin poder restaurar la monar'luía tradicional yentre-
gar á su hija ei cetro esplendente, absoluto con todos los caractéres
y atributos del despotismo, veía desvanecerse sus ilusiones y frus-
trada su esperallza, presintiendo que los hijos de su segundo espo~
so no llegarían á morir en los t.ronos, que acaso ya creyó levanta-
dos en it~jilJjas tierras como premio de su constante s(,licitud.


r,j balagos, ni f!mliiE'::HiS, nl dádivas, tod(;s los mediüs de cor-
iUpciolJ ensayados pudieron im,;r.dir tI incremento de la potencia
revolueirmaria; y si ¡as aposta~)ias, las escisiones, las riva.lidades
mezquinas, el exe1usivisUlO DO hubiesen illinada el calupo progre ..
::lIsta; si (,1 ardo, de la juwntud no hubiese hallado en los santones,
restos y nJiHllias de las pdsadas epúcas, oposicion y obstáculos, mas
enérgica y viva, mas rápida tamLien hubiese caminado la idea, yel
progreso ID teleetual moral y material habria transformado á Iberia,
que deÍlm HdJui!' pOdtlfdSamentc como relacionada con el continen-
ir: amerkann, J a la,; ¡Juertas del Africa colucada, para ser inicia-
dora y contribuir al desarro¡¡" del movinlÍento vivificador de las
razas.


La ~ !.lCha entre el espí i'itu innovador y las rancias preocupacio-
nes ¡k una uJi'itjdad que habia gemido durante largos siglos bajo el
Ileso de las superslicinnes, Y' reducida al marasmo por los fanáticos
n intransigentes sectarios, qU i3 en nornbre de un Dios sabio mataban
la inteligencia, en nombre de una rcligi:Jf1 de mansedumbre y paz
(~ncendian hogueras donde eran arrastrados los que se permitian
1.ijar su vista en los horizontes de lo porvenir y señalar al exámen
las maravillas de la creacion, utilizando las fuerzas que la natura-
leza proporciona en dar nuevos elementos de produccion, medio~
de riqueza y de ventura para ia humanidad; esa lucha, decimos,
incesantemente reproducida, habia adquirido proporciones titánicas,




364 HISTORIA DEL HEINADO
Yel oscurantísrno, cediendo siempre, 'había llegado a revestir hi-


pócritas formas, se presentaba con careta liheral. pretendía seduci I
y engañar, fingia hasta entusiasmo, pero pretendw que era conve-
niente transigir, ser prudentes para dar solidez al edificio que Sf'
levantaba, y con semejante pretexto soca baba los r,imienlo'l, debi-
litando y dividiendo las fuerzas. Egoista como siempre, servil y ras,
trero tanto cor~o soberbio é inmundo, el núcleo de esa fraccion neo··
católica, eco verdadero de! moderantismo por mas que aDaff~zea (';[1
disidencia, ya tenia en aqup! gabinete su representacion aun cuando
no se debía arriesgar á hacer conocidos lo:;; secretos víncuios que le
ligaban COD Jos palaciegos.


IV.


Siempre atentos los enemigos de los derpcho:s p;)puiare~ 1l ¡)U~¡"
car tranquíllas y obstáculos, viéronse reducidos á tan e~en~;¡l. nu-
lloría en el parlamento, que d(leídieron dIvidir á todo mlDCí~ ti '·U:;'
adversarios, alejándoles dp, aqt:eJ que pndw. ú la ¡,<lZOil (j,:elrSt' ,:r·
bitro supremo, y re$recl(¡ á t~:-;tc (;fuyectú hace el autor, dI(' \,,\ !)I~ ..
mos citado otras veces, las sigiJielltes ft't1\:XHlIIeS en la~ que rLveia.
yeso que, corno se desprende de su lenguaje, es ardiente vutida-
rio de la entonces gobernadora del reino, el verdadero fondo M
aquellos planes.


)Preciso es renunciar á pIntar por entero i:'! júhíJo qUí' proJujo en
los ánimos la noticia de los últImos ~llCe:30S, La Dal, en vos bu)(~ti-


. . .


cíos no se conocen bien ha~ta q1li:: se pierd(;Il, la paz de 1m yajor
imponderable para Io~ espÍritu.s ,'ectos, la paz codieiaiJ:) con ta~!t(\
ahinco y con tal vehemencia, (~rd acogida eoo avidez, con un :jok·
siasmo creciente por ¡os hombres probos de tCd;}5; ios miltl<::es, por-<
que el hombre honrado aunque cediendo al fuerte inllujl) de ),a lÍu-
slOn haga el sacrificio de su tranquilidad en un nH)(nt~nto vU¡co,
conoce pronto y le pesa .su error, se haBa en una siwacion exct;a-
trica, verdaderamente violeuta ; es un cuerpo vivo arrojado en uno,
atmósfera corrompida que lucha contra la ínfeecíon que le eerCl! y
le embriaga, y hace inauditos esfuerzos para respirar un airo P!!/'i'
y consolador. Fué entonces tan íntimo el alborozo, que hasta s('
olvidó la existencia de veinte mil hombres capitaneados por Caj)r~­
ra, y la de las numerosas bandas que acaudíllauas por el feroz COIl-




nEL ULTmo MUllO¡\! DE ESPA.ÑA. 365
dp dr, España afli~ian la fahril Cataluña. D. Carlos babia salido de
la Penínsuh y la paz estaba, sólidamente anaülRdd" Tal er1\ el dic~
fámen de la opinion.


»)Las cilldadf~s: los pnehlos de algllna cOü~ideracion rivalizaron en
preparar festejos, y las Corlps nuevamente reunidas llevaron hasta
las gradas del trono sus respetuosas felicil.aciones: otorgando ade-
más un voto de gracias al victorioso ejército y á su afortunado cau-
dillo. Dominaha en aquellas decididamente el color progresista, lo
cual era una. c01seclleocia pl'cci.~[l. de la marcha misma de los suce-
sos. Hahí:wsc desacreditado Jos conservadores durante su domina-
cinc en los dos últimof.: años, y como el pueblo en revolucion y con
partidos al frente se parece á esos enfermos que atormentados por
una afeccion crónica, creen hallar en la diversidad de medios alivio
á sus padecimientos y solo encuentran realmente diferencia de me-
dios empleados en exacerbarlos, el pueblo, pues, negó su confianza
á los moderados y,la depositó casi completa en los progresistas, tan
completa que apeDas contaba la fmccioo templada diez de sus miem-
bros en el congreso. Sin embargo esta cirCDDstancia embarazaba
mas y mas la crÍt:ca posicion del gabinete, y ya en el discurso de la
corona se traslucían todos sus temores.


»)Tales recuerdllS y promesas, como no sancionadas por la opinion
universal, no podian produrir ni produjeron el resultado apetecido.
lJna cuestion espiüosa y difícil iba á hacer patente el desacuerdo
entre los dos alto3 poderes. Esta eueslion era la de fueros; llave de
la guerra y prueba de la consolidacíon de! órden si se ateudia á las
exigencias de la época; fundamento de crudas y futuras escenas, si
se sujetaba absolutamente al erradfl curso de las irIeas revoluciona-
rias, exígia en su resol ucion, luces, tino y cord u ra.


»Suscitáronse con este motivo fuertes y acalorados debates, el mi-
nist.erio buscó en su auxilio las razones de conveniencia pública y
la alianza de la opioion; prro la oposicion, audaz é indiscreta, g;m-
reeida denlro del recinto del. código constitucional, rechazaba con
obstinacion cualquier proyecto que pudiera dañar la unidad política
estahlecida por aquel. Rabia vicio en la doctrina oe aquella, ó cuan-
do menos en la generalidad que se la queria atribuir; verdad es que
la ley fllndamental, obra la mas acabada de la ff'volucion, habia
sanciooado terminantemente la uniformidad de fueros; pero la re-
volucino aceptó entonces los hechos existentes, consumados, cier-
tos; vió la sedicion en su mayor auw; comprendió tal vez que una


TOMOI!




IllSTOHL\ DEL lIEl~ADO


cvnduclu c'!:;¡def.ccnd¡¡;ntc y Jébilla desacreditaria sin proporcionar
,la cornpeilsacion, y lanzó un justo anatema contra las provincias
insurgeDtcs, cerranuI)· al parecer toda::. las puertas de la reconcilia-
cíon; tal condueta era ooblt', heroica en aquellas circunstancias; en
f!(rJS o:mestas hahría carecido de valor, de mérito. Por otra parte
uo todos los de las constituciones son artículos de fe; cabalmente
casi toda;; las moderoas se han formadn bajo el imperio de la efer-
VeS00Ilcia, y han llevado impreso el sello de las pasiones, y si bien
en la nuettra hriiIa1.'.ul la sensatez y cordura, adolecia sin embargo
de unu. prematurez d¡; ideas bastante perjudicial, ha~ia dominado en
su reda,ccion un ;spir1f.u deillocrático muy desenvuelto: el de consi-
deral' á los hombres y los puebíos de iguales proporciones en la ta-
bla legaL Este principio era extemporáneo, inoportuno, pedia refor··
rua, y debieron otorgársela aunque se hiriese un poco el tenor li-


de LA Cunstitncion. La primera ley fundamental es, cuando
¡UliS, h nheza del cuerpo político; á ella como al cráneo del indi-
V;i!IlO es indispl'!1:mble llegar paia salvar su existencia; sin embar-
1.;0 Ci\ uno v en :Hro caso se necesitan necesidad absoluta, un tino
,-", ..


raro 'y' una habilidad a('redit~da.
" .


»Imbuidos sin dlldu de análogas verdades, los representantes si-
guieron con mas calma el resto de la discusion, y el '1 de octubre
de 188n se leyó y [iprobó unánimemente, en medio ue los aplausos
del público, el siguiente proyecto de ley:


«A!,ticu!oI, () Se confinnan los fueros de las provincias Vascon-
gJ.Ja;; y ,;ü i'ÜW,H'fa sin perjuicio de la unidad constitucional de la
l\lí;:mrtjtlJa.


»ArL .~.o El. gobierüo tan pronto como la oportunidad lo per-
~nil"" e,,:( .,'.v; 'l'" !í. ¡:1s ')"ov¡n~ias Va-:congau'ls v /l la NaV111T' ~." 1 ;¡(~ .: • .!. I j ... 1 L. 1· .• ;.1 { ü~ 1:.i.. ..J l Io",.l ~ ~ (, O) l (j,
propondrá á lit:; C~}i'te3 la modificasion indispensable qne en los
¡üf:!lcior,ados fucl"'~ u~cbme el interés de las mismas, cDncíliado con
el g(~¡;eral de ¡P. nac.iün y la Constitncion de la monarquía, resol-
vieiHio enlreL\nto ;Jfo¡isiollailllcnl.G, y en la forma y sentido expre-
sadn, las dudas v diCiI.:uHa:!.cs que D:ledan ofrecerse, dando de ello


. " .


))Cl'::yóse ;nas fa.~¡sla In. seshn del 7 por intervenir un incidente
gratD y llsonjc¡·o Sii1 dnda. Los diputados de todos los matices y los
(~Otlscj('f,)S de la CW(J[j(l proebmaron CAsi simult~,ncamente paz y
f!'B.!,emidld y S8 ab,\íZaf0U con la mayor efusion. Paf(:)cia haberse
fundido los OG.ltíc!OS y espirado sus rivalidades, Mas semejante fu-




DEI. BLTIMO BORRON [lE E¡;PA"IL


SiOll era obra uel entusiasmo del momento, pOt~{'~ V;i1edero, como se
ve, para iuchar victoriosamento yen IIn p2fÍudo díla!i¡ck (;onha l'pu·
cias prevenciones, intereses crt~(j(.f.;~ y LrmiJab'('s, ~ ': .;'.;üues
nacientes. La amalgama de los pirLc10s jal11:1s e5 hija de ;;1 ('¡; OD-
taneidad, esJo sí de ia necesidad, de su ¡ m poten('ia pr0d urjO;;. ro!'
esfuerzos viclentos y desgraciadc\s.


»AsÍ que en nuestro país los diputados olvidaron h:{~n P({)1)(o la
concordia del 7, Y revistiéndose de nuevo con todo el poder de opo-
sicion, atacaron vigorosamente al ministerio, y proveüaroo el mas
triste conflicto.»




CAPITULO XLIV,


SUMARIO.


Descalahros que sllfrie]'Ull los carlislas en CasCl-lbailcz yen njulhe.-Prilll'ipall'O he-
chos dp armas (']) Cul,¡]uua en dicha c;poca.-Hi11l1l' Espartero a Sl'S'lll'U y Ca~t!'lIo­
te.-lIeroica derrIba de (',;le último IIlLlito.-Lm; facciUllcS de Aragon ~Oll uestrlli-
das.-Guerra ell detall en las pl"O\incia:; de Cuenca y Guadala,jara.


I.


«Antes de continuar !a narracion de los sucesos políticos vamos á
dar cuenta de algunos hechos de armas~ que tuvieron lugar en el lea-
tro de la guerra. Sabedor el coronel Guimbarda, jefe de una pequeña
columna, de que la villa de Casa-Ibañez se hallaba en peligro, voló
á su socorro, y con efecto al anochecer del dia de su llegada, se
presentó ante las puertas de aqueiia poblacion el grueso de IRs fuer-
zas rebeldes, consistente en mil quinientos infantes y trescientos ca-
ballos, conducido por el cabecilla Mal'tínez; Casa-Ibañez guarecida
al amparo de una doble cerca muy débil é insubsisteute, apenas
ofrece apoyo á una resistencia fMmal; una batería bien colocada y
jugada con destreza, puede abrir fácilmente una brecha. ancha y
profunda en una muralla de tierra, y las puertas que defienden las
entradas carecen de resistencia y solidez. A una de ellas dirigió
Martinez sus principales conatos. La guarnicion sobrecogida por la
superioridad nuniérica del enemig') se retiró sin medir las armas al
interior de la pluza, pero aquí se defendió con vigor. Heduhlábanse
en el entretanto Jos ataques contra la puerta, una pieza de batir




D&L "GLTDIO llORHON DE í\SPAÑA. 3{}9
de los sitiadores, bituadasolm: una em¡1crlcia hada frecuEntes dis-
paros. Los cadistas augunclmH irJt¡)edia!ü su triunfo, pero los cál-


1 d 1 o. ." " . ¡ ~, . , eu os e a presuncwn Cí!I)C;l ante lGil elcé.;,.)!; del ln'llUCüO; ¡O;; ~¡¡W.-
uos se defeudiull con ODS tinacioll; dos troneras abiertas sobre la
puerta combatida, empezaron á vornita¡' un fuego vivo y no inter-
rumpido que molestó mucho ú los si/iadores, quiene:; yariando de
táctica, rápida, simultáneamente :c.ornetieron todos los puntos dé-
biles de la cerca logrando penefM Cll el pueblo. Acudió entonces la
guarnicion al sítio del ma.:'ü r· peli¡.\ro, y cargó cou tal denuedo al
enemigo, que no solo lié: ¡¡izo desistir de su primer empeño, sino tam-
biea abandonar tOII. aquel territorio.


»EI descalabrf\ sufrido por los carlistas en Casa-Ibañez fué pre-
cursor del que c~perime[}taron en Ejulbe. Eran á la sazon dueños
de este punto; las columnas de Ale80n y ZurbaDo se dirigieron á él
con propó~ito de dosalojarles. No rué arriesgada ni difícil ia ejecu-
cion de semejante plan; los rebelch'l por una combinacion estraté-
gica abandonaron el pueblo, y ias huestes leales se dispusieron á
ocuparle. En el momento de verilLarlo notarol.l que algunas masas
armadas descendian velozmente de una montaña inmediata; eran
tres batallones facciosos acaudillaLi¡s por Llangostefo.. El ataque fué
rápido é impetuoso j la resisten.}la denodada y digna. El regi-
miento de Borboil ostentando un vaLer Írio y sereno sostuvo solo
por algun tiempo la pujanza y a1'do"osa intrepidez del enemigo;
este confiado en el éxito de la ~orpesa reputaba su triunfo muy
probable. Por fortuna los restantes cuerpys, desprev,'uidos ai prin·
cipio, cürrierún oportunamente al sitio eH peligro, gerwralizóse la
accioD, los carlistas principiaron á e;¡flaq¡,'cer, y nJgutlus C{¡)'gas
daJas con inteligencia y arrojo decidisfon d CüHlbatc. Llangostera
retiró sus filas rotas y disminuidas; y los aa; liJes de la huena causa
se posesionaron tranquilamente y p,' segulll1n. V'z de Eju1be.


»POI' este tiempn el brigadier 02fO al fr.:;n;,6 de dos batallones é
igual número dt~ eSCUad!'iHJi;S ene .llró ti la fuedon d\'. Bosque en
las inll1p.diacioaes de la Cafíaduj la acometió con bizarríJ y logró
pOllr.rla en fuga.


n.


»Mas señllado, sin disputa eran los triunfos obtcnid.is en Calalua




370 HlSTORIA IlEL REINA DO
ña. Los carlistas, destituidos de nervio y de vida moral, sentian
todo e! valor de esta máxi¡!ia sancionada pOi' ]a experiencia: La es-
pera~lza del !riunfo CO;jdtH;C Ú. la victoria; la. verdadera tlesesperú-
eion guia á la muerte. Sin emhargo no poeas veces en este último
caso se ~l.(lorn1 la turnb:\ de un pUi;blo ó de un jn[·ti(lo con un lau-
rel muy honroso, aunquc es nree¡,~o confesar que tal conceniraó;n


-de sentimientos en tono su ri,;.;orisrno v pure:m jam~s la ha cono-
cido á fondo una masa entera de individuos: hase conferido este
t . t .". . I 1 J' • d ,1 ti' rIS e prIVIlegIo al ilOmtlfe SOlO, Jll!S8l'O, aDan on::.~o a s propIO;
el hombre en efecto poseirlo de un rapto frenético se cree general-
mente el único ser del universoj ser omnipotente, porque, confun-
diendo sus atribuciones, le parece poder disponer hasta de su exis-
tencia; esclavo, porque se conceptúa sujeto á una ley fatal ciega é
inexorahle. Los pueblos y las masas cuando siguen su curso, cor-
riente norlllal y tranquilo, identifican sus procederes con los del in-
dividuo; cuando unos y otros 2e dejan arrastra¡' por el torlJcliino de
las pasiones ó se i;lueven po¡' ei empuje violento de una dominan-
te, no puede apreciarse ni establecerse bien la escala de las com-
paraciones.


») Defendíanse pues los últimos secuaces do don Carlos mas por
com promiso, por sistema ó por espíritu de brigandaje, que por
a:ecto al príncipe emigrado, y así es que sus derrotas se eslabona-
ban rápida y sucesivamente. Una. y notable padecieron en la rec-
türía de Soteljar. Babia el general Carbó, siguiendo un movimiento
veioz y bien dispuesto, atajado los plane.s del rebelde Burjó que con
mil y bnlos de los suyas pensaba invadir el Ampurrlao, y obligado
á pa8al' (~l Ter se situó el jeft~ carlista en una posicion respetable é
imp0ueote llamad'l el CoH de Safonc. Las cohortes liberales condu-
cidas por el genera! Hoyos se propusieron atacar aquella eminencia
gigank Dada la señhl del combate, las tropas leales treparon con
singulilI audacia por riscos y pequeñas colinas, estribos de la gran
montaría, luchando con una atmósfera llcbulíJsa y adversaria y ca-
minando en medio de un fuego vivo y certero mantenido con cons-
tancia y empeño. Tan larga corno penosa fué la subida; tres boras
se invirtieron en ella; pero en otra se terminó la acciono El enemi-
go, inferior en fuerzas, confió demasiado en el terreno que ocupab3,
y vencido esto auxilia¡' poderoso debia pensar en la retirada, Veri-
ficóla en efecto, aunque despues de ensayar una resistencia corta é
infrecluosa en la cúpula dr, SoJbrjar.




I1I.


»Digno de especial menc;o:J, es tambieE el choque habido entre
Huercos y el gran cuerpo de las fa.cciones catalG.nas, El dia 13 de
febrero de 181.0 partió Buerens de Biosca seguido de fuer?;'::; res-·
netables y escoltando un convoy eon dircr,cioD á Soisona. E! cnmino
.. .


que guia á lliosca a Solsona se halla protegirlo ¡nr cDcumhradas
montañas, entre las cnales descuella rr.¡-w) s,;/)(;rr~n3. Id erninPDcia
de Peracamps, posicioi1 formidable oncde parece que la nalnraleza
h;~ querido atese~al' dificultades y obst2culos indóciles siempre y
n;fmctar¡o~ muchas veces á la nivelador~ mano del hombre. Pera-
cr¡mps, pues, monstruosa pirámide de tierra, coronada de riscos.
estaba ocupado po;:, los carlistas rn el momr:nto de aproximarse las
huestes le3!es. Avan, de s;~"grJ y QC:'¡ tiempo D'J quiso Buerens de-
safiar de freüt(~ ú un enemigo ir)ilcc('~~ible i'll cierto r;¡odc; por su au-
dacia y por elloeal donde se enCtmirilba; hizo pnt's df~cI¡nar la ruta


1 , • , • f ., - 'l 1 1 • . UO¡ convoy, y envIO sus ml'Jorcs .r('pas ¡)(ljJ las orf.l'lJCS (e, llrt-
gadicr Aspiroz á llanquear ID,; e:);·;i:lrloB d() la ::;;'on masa. Descu-
b'er~a~ a' 11) ~cn~o lJ~rr·l)le ~ ~.')rb'~">,")!.,- .!,~ n )~ 1·'-'-0 S f ..... ; ... ~¡ 1 _. ... '>0.,1 (1 \. IL J !l.lc\¡ll~."c Uf.¡ "ne¡}].:), ,Uil(:;on
aquellas por largo rato Ul1 fuego nutrido y hOl'ríH\iSO, y hubierDil
experimentado pérdidas muy considerahies á no caer los carlistas
por Ui} movimir:nto brusco y ~~recipitado sobra la retaguardia de
las columnas. IHíün!ras h I'r,laguMdia sostenida por la brigada Cas-
tillon se batía con intr;~pi.del y denuedo, las ccnnrtes de Alvarez y
de Aspiro?: couquistabao palmo á pal!~!o f:¿ t~rreno, csca]ooaodose


. di' - .." 1 • " en el cuerpo;~ m mnntana JI prcclli't\nrlU UJ,\{'j' al eneullgo a un
.. d 1 l' .. , , '1" ( '1 f' SltlO urwe pnülese manl'IDl'ar if\ c'W[l::erlrl. ,.ograrGn,o en e ~c[O,


y una carga dt~ esta afum (crríble dada por el conmd Martine?' in-
lrodujo la confu~ion en las filas de lo~ rebeldes. ap¡~gó por enton-


1 ~~ •• , "'1 ~ ~ • h' ces sus esperanza;.~, y ¡es Or)11;::O a su~v"nGel' sus Hl\Í~nClOnt'S os([-
les .. Ambas partes taviC:l'on ¡in Cl'eCiúO número de muedos y hf~r¡-
, . b . ~ (' 1·' 1 J 1 ¡¡OS; sm em i\rgo jUS10 es snl;ll.'Silf en ')D~;t'qlllO a iR v{: n i!K , que
los faccio~os padecieron ~Hla púdilh mny :nferior, y que las trOt'US
compraroi1 tan ligero triunfo con f'1 ~r"cii) de algunos eent~nares de
\¡cl.imas. Aunque fn,)ra :11 \1::; ,t:,;,;:,C,) (ii: I;)i) carliSt<\" , toda'¡ía ex-
perimentaron crueles vejaci!)ne,~ 'h ;",).['to de oteos enemigos tan su-
ñudos como pujantes,




372 IllSTORIA DEL tHNADO
»EI rigor de una es!acion ósper¿t y glacial, las violentas ráfagas


de viento que azotaban á les infe:."c:es sDldados, la crecida extraor-
dinaria de Jos rios y arroy'~íS, cups vertientes rápidas haciao vaci~
11lr a!2un[ts vCCPS á los h!l,~ai"s d 'bHitados. el fango de los caminos
r¡ue bollado con violencia vülvia de nuevo á niveiarse, adquiriendo
su natural tersitud, v SOLf:; todo los lastimerns aves de los heridos


. .


cuyos dolores aumentaban. en intensidad en el mismo grado que el
frio, todo coü!ríbuia á re::altar mas los contornos sombríos de aquel
cuadro desconsolactoi' y haeer mas terriblernfnt0 célebre una expe-
dicion tan ugitada. Pasada esta angustiosa situacion llegaron las
tropas de Huerens ti. Solsona. Un dia permanecieron en este punto,
y al inmediato emprendieron su regreso siguiendo la direccion an-
terior.


IV.


») El !rmp0ral era fur;o~o y deshecho; la atmósfera encapotada y
densa del 11, de febreri) de 1 S'iO d~sprendi[l, alternativamente un
aguacero fino y penetran fe, y grandes copos de nieve que fascina-
ban á la tropa y le ocultala dgunas veces el preciso derrotero. Re-
celando nuevos ataques de los rebeldes habia el jefe adoptado al-
gunas prerauclOrws, y cnid¡l!lo sobre todo de desembarazarse de
aquellos objeÍl)s que padienn <;ervir de r¡hsti\roulo á ltna. resistencia
denodada y tenaz ó malograr r!tMdflndoln cualquier operacion mi-
l" A' • i 1 "¡ • 1 b' d litar. ¡',SI es q'JO 81 Cfl'iVOy y;,!.g nerl: os illllpf\radO:-i por a nga a
Castillor:, marebuoan ;;,','cdii";¡r/O 3: grue;::o de la divi-inn. La ex-
periew:!:l vino á nnf1c:u¡)~' la ,\~¡(\rtUJúdad de estas Pledidas, algn-
nas masas Jp'."ya¡hs en las ;d~!1ras del Hostal d,~l floix se eslabo-
nab~n con las qil:~ dnr'.linabnn hs cú~:p¡dcs (h~ P¡'raramps por medio
d " \" 'l " . , 1 f 1 e U:!1 nn:!\l leOll, }ktD eOiwnua, 1\.1 lnlerrnm¡Hl.a, y úrmanco
tnda'; unr\ '1~G. formidn'k ci",rnfada en puntos culminantes, se pro·
pún¡;¡n lavíl!' su rnsill;U ultl'8je Ó vender raro ú sus adversarios el
laurel d·'1 la victoria.


dl;)mpiósi.l en efecfo el fuego con vigor por una y otra parIr; la
('ol~itDnFt Azpiroz viv?met!b i1.t:.icnda sostuvo una retirada honrosa
h~)sta la casa deuominflda d~j los Cuadros; cncrudecióse aquí el cha-
(lile, y se generniizó la a0don; los rcalislas se baten con un teson y
b'izarrla cr;'cienti,~:~; he- fl:l!.s líLl('~a¡cs apenas pueden sostenerse: el




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 313
brigadier Durana, el coronel Prirn y otros jefes de distincion que-
dan heridos; el enemigo conociendo todas las ventajas de su situa-
cion redobla sus esfuerzos; pero en este momento crítico los hom-
bres fieles buscan en el tesoro de su constancia nuevos elementos
de resistencia, acometen á su vez con impetuosidad y ardor, y re-
chazan á alguna distancia á los confiados carlistas. Sin embargo
estJS no desisten, y llevan su empeño hasta las inmediaciones de
San Pedro de Padullers, desde donde convencidos sin duda de la
inutilidad de tan reiteradas tentativas retrocedieron sobre sus pa-
sos.


»A este señalado hecho de armus sucedió una ligera escaramuza
en las in meJ iaciones de Lucena.


»Una faccion fuerte de 1,000 hombres pretendió sorprender á un
pequeño cuerpo de tropas que se hallaba en aquella plaza, célebre
por su denaedo, pero la oportuna llegada de la guarnicion del caso
tillo de Villamalefa le impidió llevar á cabo su plan.


v.


»Las tropas que á las órdenes del general en jefe se baIlaban acan·
tonadas en Mas de las Matas y Muniesa empezaron por este tiempo
á dar señales claras de vida y de vigor. El 23 de febrero salió Es-
partero de 1\1 uniesa, y el '26 se bailaba ya á la vista de Segura, pe·
queño pueblo, situado en Aragon y dominado por un castillo del
mismo nombre, punto principal del ataque. Las fuerzas que condu-
cía el duque de la Victoria eran muy respetables; las que guarne-
cian el castillo, escasas y además divididas. Al grito de «mueran
los traidores» habían estas sacrificado bárbaramente el 18 del mis-
mo mes al gobernador Macipe, á Ull capitan de la compañía de
Guías y á otro oficial de la misma, aprovechando el instan te en que
regresaban á la fortaleza, logrando retener como prisionera á la
enunciada compañía tan afecta á sus jefes como amante de la dis-
ciplina.


» Tan tos elementos de discordia eran presagio infalible del tri unfo
de los llO'llbres leales; obtuviéroule en efecto completo é inmediato;
el 27 preparadas ya las baterías se aprestaban á jugar contra el
fuerte, cuando apareció un parlamentario carlista ofreciendo la ca-
pitu!acion. Vel'ificóse sin dificultad, y en el mismo dia ondeó sobre


TOMO J.




374 HISTORIA DEL REINADO
la mohosa almena del castillo el pendon victorioso de la libertad.


)Dueiío Espartero de Segura marchó contra Castellote. Algunas
dificultades preveia el duque en el sitio de este último punto, pero
no las reputaba tan graves como eran en realidad; treinla y dos ba-
tallones con un formidable tren de batir iban á luchar con algunos
centenares de carlistas; la victoria, pues, no podia ser dudosa; el nú-
mero abrumaria el valor, y sucedió así, pero los adalides de don
Carlos demostraron en esta ocasion una intrepidez y un comporta-
miento de héroes. CierlameD.te si el vicio que roia Ja causa del re-
belde príncipe hubiera podido purgarse con algun hecho elevado,
ninguno mas esclarecido que la defensa de Castellüte, ninguno mas
eficaz ni de mas prontos resultados. El ~2 de marzo acamparon las
tropas de la reina frente de Castellote, y el mismo dia enarbolaron
los sitiados bandera negra, dando á entender que estaban decididos
á sepultarse bajo los escombros de los envejecidos torreones que de-
fendian. Deseando colocar convenientemente sus formidables bate-
rías, las huestes leales atacaron el 2iJ al pueblo y á una ermita for-
tificada, puntos ambos que pueden considerarse como sólidos esca-
lones de la eminencia que corona el castillo. Tres regimientos, el de
la Princesa, Luchana y uno de la Guardia fueron Jos primeros en
acometer esta empresa, bajo un fuego vivo y certero, que marcaba
una sangrienta huella en cada paso que daban los sitiadores. Con-
quistadas difícilmente estas posiciones se estableció en ellas una ba-
tería el 24, y desde este momento los disparos se sucedieron rápi-
dos, enormes y nutridos, contestados por el enemigo con singular
inteligencia, pero siempre destructores y terribles. Manlúvose fuego
tan horroroso durante los días 24. y 25; Jos ingenieros avanzaban
en el entretanto en sus trabajos, y las principales micas estaban á·.
punto de estallar; sin embargo los sitiados no cedían; seguian de-
fendiéndose con valerosa constancia.


»AqueIlos hombres comprendian mucho sus deberes, Ó se habian
familiarizado demasiado con la idea de la muerte. Queriendo los si-
tiadores dar cima al asedio, resolvieron hacer el 26 un vigoroso es-
fuerzo; las numerosas baterías reforzadas de antemano lanzaron una
lluvia de balas y proyectiles tal, que durante algun liemro una nube
espesa de humo y polvo ocultó los muros del castillo; y despejada
al fin la atmósfera dejó ver un lienzo blanco; era la señal de capi-
tular.


)Triste é imponente espectáculo aguardaba al vencedor de Caste-




DEL ULn~lO ROBIlO;'; DE ESPAÑA. 370
1I0te; un gran monton de ruinas humeantes aun, miembros disper-
sos, cuerpos mutilados, algunos hombres heridos y estropeados, con
el pesar del vencimiento retratado sobre su frente, eran casi las úni-
cas reliquias que restaban tie la famosa fortaleza y de sus defenso-
res, deplorables trofeos que atestiguaban la lucha del valor ardo-
roso y tenaz, contra el valor tra!lquilo protegido por el número. El
algibe estah3. cegado, los sacos de alimentos y provisiones sirvieron
para construir parapetos en la noche del ~5. Todo probaba que la
bizarra guarnicion buscaba una muerte segura, pero huia la hu-
millacion del vencimiento. Aquellos soldados habian inmortalizado
el triunfo de los adversarios.


VI.


»Obtenian estos simultáneamente algunos triunfos de importancia.
El coronel ZurbaHo, jefe de una lucida columna, encontró en las in-
mediaciones de Pitarque á los batallones rebeldes sexto y séptimo
de Aragon, cuerpos distinguidos, los mejores quizás que sostenian
en aquella provincia la maltratada enseña de don Carlos. Cargados
de pronto y con impetuosidad, cejaron un moo¡ento los carlistas, y
la confusion empezó á esparcirse entre sus filas, pero rehechas muy
luego opusieron una resistencia esforzada y pertinaz. Fluctuaba en-
tre tanto el éxito de la accion, mas una casualidad vino á asegu-
rarle en el lado de las tropas de Zurbano. Ignorando este jefe al
principio la exacta posicion del enemigo, dividió sus fuerzas dejan-
do la mitad en los alrededores de una ermita, punto respetable, que
ofrecía grandes ventajas topográficas. Cuando el choque estaba mas
empeñado é indeciso llegaron estas tropas de refresco, y su inter-
vencion determinó la retirada del enemigo. Abrumado por la supe-
rioridad de los leales, comenzó á internarse entre las largas hileras
de pinos que protegian ~u espalda. Perseguíale con ardor. aunque
con dificultad, la caballería de la reina; algunos cuerpos de infan-
tería iban tambien en su seguimiento, de macera que, acosado, lleno
de azoramiento y zozobra, vino á precipitarse eo el sitio denomi-
nedo la fuente de Pitarque, barranco f)rofundo, bordeado por enor-
mes peñascos y desigualdades, y de una salida rocellosa y en ex-
tremo difícil. Estas modernas horcas caudinas fueron coronadas por
los soldados de Zurbano, quienes lanzaban al fondo de aquel abis-




376 H1STORIA. DEL REINADO
mo, pi~dras, balas y cuantos objetos mortíferos hallaban á su dis-
posiciono


»En tan desesperada situacion todavía se defendian los carlistas,
hasta que con vertidos unos en cadáveres por el certero plomo de su
enemigo, y anegados otros en los pantanos que forman las aguas
de un abundante surtidero, se vieron los restantes en la dura pre-
cision de rendirse.


»La victoria de Pitarque facilitó la conquista de Aliaga. Empren-
dióla el general O'DoDDell á la cabeza de numerosa hueste, el dia 13
de febrero. Aquel pequeño pueblo situado cerca de la confluencia
de los rios Miravel y Laval, ocupa la falda de una majestuosa pi-
rámide natural, s()bre cuya meseta superior se alzan orgullosas las
robustas torres del castillo. Conocian ya los defensores de este la
desgraciada suerte de sus compañeros, pero lejos de intimidarse
enarbolaron bandera negra con ánimo arrojado. Los trámites y el
éxito de este sitio fueron los mismos que los del de Castellote, y la
guarnicion se entregó el dia 15 cuando ya no habia términos hábi-
les de defensa.


»Apodéranse por este tiempo los generales Leon y Ayerve de los
puntos fortificados de VIIlarlueDgo y Peñarroya; de manera, que la
campaña de Aragon arrojó un gran resultado, y la formidable cor-
dillera de puntos fortificados, establecida con esmerado cálculo y
defendida con un valor que podía pasar por temeridad, quedó casi
comptetamente destruida.


»Mostrábase en igual época la guerra en detall pero muy incle-
mente en las provincias de Cuenca y de Guadlllajara. Los rebeldes
Balmaseda y Pimentero eran los jefes, el alma de bandas numero-
sas, que rara vez formaban un cuerpo respetable, sino que se di-
vidian en pequeñas partidas confiadas á subalternJs determinados y
resueltos, lo cual tenia el triple objeto de generalizar su sistema
exactor y terrible, dotar á sus operaciones de mayor movilidad y
de-streza, y ocultar sus frecuentes marchas y contramarchas á la in-
quisicion de las autoridl:J.des legítimas. Reuníanse solo cuando el in-
terés ó la comun necesidad lo exigía, ya fuese por organizar una
sorpresa, ya tambien para combatir un ataque súbito, inopinado y
destructor presentado á alguna de las fracciones dispersas.)




CAPÍTULO XL.V,


SUMARIO,


C()l\sillel'aci()ne~ política,; -nhn' tlilt'J'('¡¡II" ¡orilla;; dI' gobierno, c"Jil'cialmente sübrr (,1
,,¡,telila rt'pn"I'lIt:l !i\ ti, d"IIII"I!'dll,l" 1;1 í Ilt'(illl/,:I i Ibi !i,hlll de la 11100larqllia COIl lo~
¡J"!'",.I",, d"//iill,L/¡I.-E,!"H·r;", : ,'"h,:!", ,il'! 1l .. ,¡J'·r:llíll,llIf) pm ('(JlI,(,[,\¡1r I'J 1""-
d,L--)Lludi('-{{I tI .. 1 .\Ia, d,· 1<1_ JLtI:l-.--rirllll'za l[" ¡:"[I¡¡r{t'ro.


L


El año 18,10 comenzó con grandes esperanzas para todos. La
corte creia poder afirmarse des pues de terminada la guerra, lison-
jeándose con que hallaria apoyo en el general en jefe para sus pla-
Des de renecion. El partido moderado que aspiraba á explotar la
llueva situacion, creando una oligarquía á la sombra de la Gober-
nadora, que necesitaba auxiliares y los pagaba con títulos. empleos
y distinciones, apoyándose en los c1Cllwutos conservadores y en la
masa inerte que deja marcuar los acontecimientos, aparecia robus-
to y fuerte, mientras ponía de reiíeve los errores de sus adversa-
rios, que no teniendo la fe revolucionaria, no inspirándose en el
principio de justicia, contemporizaudo y transigiendo con los pode-
res para captarse su benevolencia, dejaban muchos puntos vulnera-
bIes, caian en contradicciones y se debilitaban, apareciendo como
una fraccion desautorizada. porque el pueblo no habia de seguirles
cuando sus intereses no estaban en juego.


Tambien los progresistas, partido exaltado entonces, cifraban sus
esperanzas en el general Espartero.




I!I~TORL\ HEL flF.INAD1


n.


El sistema representativo tiene no pocas dificultades que vencer,
para ser acepta~o en las sooiedades donde por mucho tiempo han
vivirlo la monarquia y la Iglesia en alianza funesta para el desen-
volvimiento de la inteligencia, y es un axioma sancionado por la
opiojon universal que t(ldas las formas de gobierno, aun las lllas in-
completas, encierran cierto gérmen bienhechor bastante por sí solo
á cimentar la felicidad de un pais cualquiera, siempre que se les
establezca en buena hora, que se les tribute una obediencia respe~
tuosa y se profese un odio justo á su profanacion. El peor de todos
los gobiernos es el mas e¡;puexto á abusos, porque estos, criados en
la cuna de los resentimientos mas bajos, hijos bastardos de la am-
hicion, tienden cual corrosiva ponzoña á destruir los dos grandes
lazos que afianzan la dicha y gloriü. de un estado; la cadellcia rigo-
rosa é inalterable d8 los poderes públicos, y la conspiracion de to-
das las voluntades hácia un fin general. El abuse) como exencior, ó
desviamiento de la leyes un privilrgio, pero el privilegio mas odio-
so que puede concebir la i.maginacion humana.


El gobierno popular, la Hepúbl¡ca es la forma adecuada al de-
recho, y sol v e~te puede resistir contra las preten'5iones del despo-
tismo; solo en la ausencia de atributos para el poder, limitando el
tiempo y haciéndole responsable, pueden hallarse garantías contra
el abusoo


El sistema representativo, eso que llaman la justa balanza de los
derechos de los gobernantes y gobernados, lleva encarnado en su
natllraleza aquel vicio de muerte, precisamente porque le es sin pa-
ralelo nocivo, y trata de combatirle con vigor: un método funda.-
mental, encuentra el primero el escollo capital; la monarquía de-
genera generalmente en el despotismo qu~ es su verdadero antípo-
da. y así todos los demás. Este fenómeno, al parecer tan extraño,
se explica sin embargo de una manera bien sencilla; una voluntad
desasosegada é inquieta, atormentada en el órden normal huye de él,
y procura buscar el punto mas ventajoso para atacarle, destruirle,
proscribir basta su recuerdo, Ó ci.'barse en su existencia conservan-
do sus formas, su esqueleto y su apariencia. El primer acto lo es
de la fuerza material dirigida por un pensamiento fijo; el segundQ




DEL ULTDW BORBO:'i" DE ESPAÑA. 379
de la debilidad auxiliada ete la conslancia; aquel medio como tre-
mendo puede percibirse y conjurarse alguna vez; este lento y en-
cubierto ni se ve, ni pueden precaverse sus estragos; cuando un
rio variando de álveo, amenaza invadir 1:1s alquerías y pueblos co-
marcanos, los habitantes huyen con sus mas preciosos enseres;
cuando encierra sus cGrrientes en las entrañas de la tierra y brota
por cien bocas con el transcurso de algunos años, nada puede sal-
varse, porque nada de cierto ha podido preverse.


Inoculado en nuestra patria el principio del gobierno misto con
el numeroso séquit0 de oscilaciones y vaivenes que presiden al es-
tablecimiento de un gobierno cuaiqui,~ra, sufriera bien pronto un
adulterio repr{~!ls¡ble en su parte mas preciosa, en la libertad de
expresar el pensamiento. Esta cODcesion, no derecho real y positi-
vo segun las eseuelas doclrinarins, que debía, siguiendo las mas
comunes reglas del cálculo, dar solidez y fianza al gobierno que se
alzara bajo la égida salvadora del voto nacional, minaba por el
contrario su existencia destruyendo la acciol1 de sus primeros re-
sortes y la poteneia de Jos principales insfrumentos. Convertida en
arma de un partido se habia jugaJo con fortuna y tino por los in-
teresados en llevar la imprenta al descrédito en diferentes ocasio-
nes, y en la época que describimos, puesta en manos de la fraccion
vencida vino á robar la compactibilidad del ministerio, á lanzar le-
jos de la encumbrada region del poder b uno de sus miembros, á
desvirtuar al gabinete entero, á colocarle, roto su mas natural apo-
yo, el prestigio, en un terreno inseguro y resbaladizo, de donde el
menor ll10vimien lo mal COill bino.do podia precipitarle en el sin uoso
abismo de la nulidad.


lIt.


Todos sin embargo, el trooo COlllO los partIdos debian recibir UD
solemne desengaño, y la forma constitucional debía de recorrer muy
p:-onto todas sus fases presentando la incompatibilidad material
qtW existe entre esos dos aspirantes perpetuos á la soberanía, el
troDO y el pueblo. Ya la Francia desde 1830 venia ensayando esa
teoría seductora que parecía poner en armonía los ell~mentos cons-
titutivos del poder, cuando en realidad fiO hace otra cosa que es-
tablecer el antagonismo y la ardiente lucha armando al pueLlo, de-




380 HiSTORIA DEI. REINADO
jando al jefe del Estado el veto, el mando del ejército y mucbas
atribt:ciones que hacen imposible el progreso, ordenado como ellos
en su fantasía han llegado á suponer.


Monarquía constitucional, rnonnrquía democrática, eso creyeron
posible los hombres de la r~volucion qne en 1830 colocaron a Luis
Felipe en el trono de Francia levantado p!)r Napoleon y mantenido
por la Santa Alianza dt~ jos déspotas del NlJrte despues que hubie-
ron mistificado la rcvoluciün del S!l.


Monarquia coostitueional, monarquía democrática creyeron aca-
so poder establecer, colocando en el trono donde se hahian sen-
tado Felipe Il y el perjuro Fernando VII, á la inocen(r Isabel.


Luis Felipe salió huyendo de la Francia que habia corrompido y
envilecido. [sabel debia bailar el mismo castigo, porque las institu-
ciones falsamente llamados representativas debl'n dar siempre idén-
ticos resultados, ya que no son ni pueden dar el juego equilibrado
de los poderes, puesto que la monarquía no puede resignarse á la
ficcion del Rey rúna y no gobierna.


IV.


Disueltas las Cortes, los partidos hubieron de luchar con tenaci-
dad y empeño, y los exaltados usando de todos los medíos quisie-
ron hacer prevalecer el acuerdo de las Cortes, que fundado en el
artículo 73 de la Constitueioo declaraba que el gobierno no podrá
cobrar impuei\tos ni exigir contribuciones. Las elecciones fueron
muy disputadas, el moderantismo que soln fiaba ordinariamente su
tritlofo al apoyo de! mundo oficial, luchó en esta ocasion desespera-
damente, porque juzgaba poder así contrabalancear á sus rivales y
fascinar á Espartero mostrándole que era dueño del pais.


Con efecto, ernpezaban á obiener una mayorh respetable, y se-
mejante triuofo debido en gran parte á los esfuerzos del gabinete,
dulcificó las amarguras de este y le hizo mas sDporlaLle su po-
sicion falsa é insostenible, manchada con el ridículo y el escarnio.


El p>.!osa'oiento de su degradJcion le atormentaba en todos los mo-
mentos de su agitada existencia; contemplálHlse débil, impotente,
casi á merced de un militar iurbulento y estrechado por todos la-
dos, magnetizado pOi' su propw'podcr. luchaba f'stremecido contra
tan contrarias circu;lstancias, y gastaba SU3 fuerzas sin ventaja co-




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, l' ( 1 i'" fi 1 '. " ., f Lt nO¡)ema'iUI'U ( e) la", p:;f i, as ;n~u¡i'lF'¡b íl, ; i:.e:::Pl'íi! tI} ]0 e, y es-
¡t,iar cl1idados~rnf)gte la primera fL'asioH de derrotar á Esoartf'ro v


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prívar!c: do un !ll(l,ado cH qne qtL'r!;J, ahu,'~Q,r en :lt'r,i¡;,eir.l 00 r;lhs.
l\j',"() era 5111 duda SelIH',!'arlte ;!li\;: l!;lil ,"¡;¡{:f' ;.¡'i;i'!:'.ifÍad'l' t"'li r ,
.l." _ ...... , ":j . _ b, ,,~,~ . .1.0 ..
upa p:\rli; irrid!ilrllllt' {;, tóJ';;;;!;i;
níd:!, Ei í;\J~¡:.·i ~ d:; !}tUt;,~::h Li {~¡ .~ ;,l


~~i ;1t?5.:.ar dl~ sus r:.¿:fpr~r7n~, i~. prsrr del ~nxUií. qU0]0 rrr~;~h:1 e' gn~
_.~ ~··i ,,'-': n d~~ ~~~u ~rOdf:~ c~(¡ljr, l\)~' A_yün~D,-
rnieLtos~ e~p('c~n:,l)f¡'lfc (ir: L'\~~ ; =! 1 ~ ~: ;~p:~:1f"' >-~ ¡iL)~ae.jon poHtica
nn !mbia J!e;mdn ,inri, ¡,,' ¡"ldv::'\;; ;~,;¡\;-..; "1 rn"~f~radoE: que sns
cfiaccir'nes hnl¡0~;!\;l r;¡';¡n;i(\ !,p,<:,iíH: '¡ ",\ ;]i;s' lUI~ar h tnL~ll)rnn~
en r,'álag:~.: A.!U-l r;:.~, qP, r;~;.fd ,~, ()tr~~f~ tnnchos pUTltOSt t.


y c.omo el gnhicf!:!l :Il!rf, In" d:""r'c' :nslj¡()s i que apel{¡, Jm-
l' t' 1 ' , -1' ~ 1 ; J~H~~e pue:-~ /; en jíJf'g;~ e¡ ~~I~:lL'ir, ~;~ -:;l{ :'. OC ~,)-'Cl!HnG, para t!:,cer
triunfar sus cnui!Jl!lHf.'..;, l'[ :,:!:l1!:í:;¡'!; :"[1. j', m~;.i(H: dicho, EH se-


, 1 • 1 1 ' r ' ' . el' , " creta!!!. Le campaña, ,: lJfl!:?~! (j.¡l, .1'ndle¡:;(~U Lmage, uIrlgl(J Uf!
, d '1 J ¡ " • d eOlllunlcrl (j H ,o~; (¡l'gano:; Il:~¡ p'\l il,'!~ prog¡esJt:ta, eorleslano en


nomhrr tit'! duqul' á otro quP. pllbJieara el Eco del comfrúo que le
había resenlir!n ha~!ante (.1).


El generall~spartcro combatía al partido fUQdt'rado, tf'nsnraba




'.¡., ", 0;'1.1";< "n d¡~gnsto por la disolucioil
;.: ,i'!" \pll'I¡'.\!Deote lai;, violencias y


'.' ¡ . ti' iW ,i('iC,j¡)O para triunfar en las elec-
," \, ¡.,' ,,,1:"; 'j'" "lLi\'(;") de las frases de Linage se veía
,"'k',' j. J;l,r·, ';~'rai ;~c¡nb[¡ ei \)('SO de su espada en la ba-


;2" le' C!)l'it~ su U!)!}Y¡j. El moderanlislllO cún :sus cá-
la kd:·¡ i¡t,) " .¡ ,JtnH[í()~ separando de su lado al general,


p,. '. '··;'i¡~H:~(·. ". ,\,;':dl,t', \ i¡;s habilidades dieron su resultado


" ¡;,,' r"'~'-';¡·{",',.;fl\1"iC,lr;tc 1'(··,·¡\(Jucfa' alnante;;.! (le la
. ' .• ' ~.,: -"t ,_,.,_ .'". ll·_,.;_~ '~.1 ~j. t t O" 0 ~


., ;. f~·,'nr!",:,i·¡··' .• ; el) lr;¡Ls jqS ell,¡i';.,iarn" d derpcho de rrnitÍr
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., <l .• ¡!¡Pl ¡n,s; 1" ,'é',:r]¡;¡a\ E~partero que
i' l~\S,O!qt1as Ja5 su)as, no debía


. :¡e o, ',' ,';;¡ l.':'.'".. para presentarse en hosti-


~ {" > .-0_


,Uí: . iiPí' ¡U¡¡UClo, slgun hemos visto ya, ha.-
" .,¡' ·,"';fIl ',u juíeío acerca dc la disolu-
ii~tf1(l ¡¡\ll' al1l(\t1l0S la libertad, no po-


'1; :.:" q:,' !a anonc-;da y destruye, in-


VI.


., .:,,: ¡h!P~¡ la piedradeesctln·
,,' ,L'!Nil!f:ro,~, palaeieglls


;,:";,i¡¡lt; ,.;:¡::)\). Lus !da-
,~ ",,]:,;(\.1' 1<1 ((\\'oluc;l)¡¡,


f.,:, '111[; p';e tauto tiempo
" _ d ;'umbre sohre quien 11u-
,:.~:l:,\i.':'" ~ó.~·tt~¡-;:~,,':~ \ dtnlo~\ wao-


.' ','l.' ''',", »e:'lJ/¡;;it()" -le re;;-I:.U._, ¡A'); ,"" ."'J \. t...;
(] ,'¡ij,';,:- i;¡ (,'!:~on'¡ila\ los tHunicipios y


'.; (" :¡ q:,,:a.,; .dlt\ ¡]ah¡¡~ rayado lIurante la
.0 ;',' d'>.'if al campo de los exal-
¡/,~ir(.(r ;,d(((;ia y energía, ya que au-




reli' (" Jarg r.\~ d >. G.
hia atr~:vid\¡ :~ ~l. /lr.:;, ('L


1\,. - , Clon. ]'I.í qr;I.I) ~.lst;1 a~' í:;¡~' ,_'l·::',~~iH!~. ¡¡;¡~s p;·Ult~~¡~~C b i lt:ilíar H! ~¡
d(1 t¡.~h,li!ia('.lü;¡, :¡ t',~~'~':!l1U al ¡';i.'i1~Jr:~: ú-:_·u .,:j'"·J[~Ii.i\)j,~, {~u¡~ :::,t~piif~t~~{; a
su ~t:\crtt{~tl'}.


¡(lU ia,
El gabinde [\:-! Je~cor](.:eptuad() y fairo JI: illltoridad moral, dt'-


hii:ndo uüLh,t;MSe ti lu", exigelltias del jefe de la fUf'ru, iutt';;ta
ofrecer en maso. la dim¡~,í()n 1 ¡leí!! ju;~g(l jJfh Ittm
inmolarse al buen f;xito y triuufo dí: ~u parttdo en
ra1 (jUI> t 1 td011C":; (ra mht: 'lile lJUlh:·;! ácti\',l,


lo. lUcLa decto-




CAPITULO XLVI.


SUMARiD


~,\:-:!I1! i,,'1 !d""_'!'~! 'o!, L¡-.. i !'I i:'~ :!']li-":,r1 ,11' ¡ '" í i! ---.. Prf¡~¡j!í~;j!":IPtll'''' d(' tnf)d('r;:¡dp~ \'
J!!·d:":Ti'~:'"'L~_ ... ·· ~FI! r':' -"~l r:I'! :'f; 1"' i)'¡j¡!jt¡ h \ :qlliH!¡¡:, ... I'n 1,.1 !~.d/.:.-- \L!nl.'" ¡J,
JU!JJI'ilbut \ lh_' !Ut.'l!.~l.-.'l\ldd!l.·d.¡~!11J1 d!.l '1!Jt~·~t'_·1'1(f


L


El 18 de febrero de 18 i (1 se reunieron las Cortes que eran esen-
uialnH'ulf' Iliode;auas, y dt'~dt' los primeros momp!1tos pudo com-
pn)ndffS~ !jU' ¡'l gubif\rW) aspiraba á aprovecharse de la 'victoria
haciendo v;¡lár :d~ >:)f';; ijUf' Veni,\n ¡uluneíándose desde tanto tit'tll
P(¡, En el \11'('1)['0 ,k la : (}rO'Ja ier¡¡¡illaba uno de los párrafos con
e~ta.s ¡)fltilJlle:; pa]¡¡hrn<; "lIailf:ndusc ((jO adt~lan!ada la grande obm
»)de J.t pacif¡c):<ion, PS inrli"nl!l;<~b'{~ hacpr ~entir á los pueblos las
J,)vcntajas de! r,:gilflt:n CCD':\itllcíuLal por medio de leyes, que es-
»tando en la debida coosouaof:;tt con ia(;oD:";tltucion del Estado, dén
»)fuerza y vigor al gQtlierno, prendas y seguriJad,~s á la CODserva-
.oeion del órdel1 y de la pública tranquilidad.» Eran las leyes or-
¡..júDinv, tan lmpnrtantes, que por medio de ellas se modificaba com-
p1ehm."nt¡' r] t'i;pírita dr la Constitur,ion, anulando ó ensauchando
la estt:fa de' los derechos pclíticos, segun que predominase in su
f'cÚl1feccioD un\) ú u!rr! di:' ln:, ch:'lllentos que se llamaban liberales,




scg,m que ~e dil;:-.: di "!;'¡¡'¡j', P~~~;(,,¡:i:!a()a :nOd(~¡¡idoja lotlllcn-
cia para dictar d 1i':\!O


y porque babia eompn.'ndido f>[ gobif~rnu lit importancia de tales
leyes, j, \ coja en Uila y otra 'J1 RCl!yando una súlucioíl fa\l}-·
rabh' al si~t;'ma !Ilk' trat;;bo1 'íwnniZ<J.r1 E~.¡¡Il;!C de la revolucwli
devoraLa á cuantos sr: Rlrrvian Opor¡;'T ,5;1 manG en la "()fd sin cow-
prender bien todas las ;jíl¡cuitaüp~;


¿Y (,(;1:';(! pr1dia ;Ji n;L~'li ¡¡"ni,:" f!,;i;l";'~ il. ja .ie\'olucir:n, rláudc,
le un carúlkr d;: kg;tl:uiddlÍ \ "obiJsi'~l;t::llJ\; ia ~Ai¡¡\tura dei M·,
rnazor. politícü, i) bien fa
UiJa obra gi¡.Jud.esl.:i1, wal P()íj¡¡¡, un p¡g~lJ{; ldl)¡:ürse a!rij\'jda á aco-
meterla, por Iv Lila; el m¡['¡sh~[i(¡, íuiatuauo Ó 1110Vidu acaso por sus
deseos, Uf) se detuvo á examinar las condiciones de la em¡'rrsa, ni
vi!) I¡tl!' eslaba expuesto a pf'il'eer hai;; ,) lw::;n ('lilJrme !le h re;i-


. " )
~ 1 - 1 • 1 " ponsanwdau que f~C¡la ¡,! "oh¡o" SU~: nOlllfiU);,,,


íl


El diseurso rf~~HI, 'llll" ílP;,UHlillC, 1){¡( :i;,::Cl\'ifla" sol¡¡ pí'0dujo PL
el campo progr","'lsta UL',! Imprr::;¡" ,j¡f'''¡,¡en!!¡, y i:lU1¡(jU" ",~,
casos en núnlfío los ,!iputados ~c re:-;":"'1,:1'0(, :¡ I;nsljji¡:ar ai gahwdc
ya desaulnrizrldo, de la: mojo qlle r;ncnntró eh la tribuna púLHc?
lrenw!idoi¿ i:l('liS;doiP';


~!-) htd;j(i P!)t~·,'.dn ~'n du(L~ 1a \~al¡d d~' l(í':: f~(1 ,~ ;i¡-", ~l:-;llrPn,;:. f
(\:!\taeátHt~e la k\\~),::d¡j') di ;-v< ,1 :~~iJrd~! ;.' i¡r~r_l!~in t"J!úD."-


d I '1 J' . . , lO par.': t'n a ill;;¡"l'-ii, '; 'JHflll'; ,,¡r,':; ~.:2 '¡';¡ hlgunos muy
illlstres y (:ü";¡tti:~ U\SPP¡i¡hj·. d,' ;l",l.r) ! ~ " y el públlco do


al pa::0 !.jl!!' a::0t!¡·, ron ~¡¡; .;¡>,q
las palabras Saij!l.a:"i (:" d . :: !i'
tumo al diputado Armf'udar:;: ípl!';:;1n entrar en 1'1 fondo dt la
cuesti'.'Q y clrclwscribif;!do;·,' á r;'f:¡nlar !W~." aJ!J~!íOn de partido de-
eLl ¡'nlre otras cosas: a~ín (lmLari',·'. no pue,f,) menos di' hacerme
cargo de una \~xpre~lOl) qUE ha ;.;;díldo S S, !Argiítlb,· con la nw-
J'or Íntenciu!l. Ih babia:iu d,' '¡:¡¡,"as di' ciertos ¡,artido,:..; VI} me !r:r;,· , "
go por moderado, pnteílÍ'¿c,; a: i"'::';[) á 'loe ba a]¡;di.j,; S, S Y




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",', ¡ I'··l~:!·:: ~ ~ ,,;¡~'«(qf}~ \¡' no j; ~aLJr: (d




¡S7


e:~h'~ lh!cho e~carld(¡Jf,~,t.l ~Ut:nr¿!lri1 ~_1ara. Id j;&tiur. !:, ... '¡- L;.·:·L~J
que ha recaido f:D ,k:,.:" dipuL1.0os, Ue- !'¡!.;líl'~kr qU(' lit C,'jií
severamente; rs [jt'(;('~ürin qtlf: ;,; pong<, un coto á ('Sros ¡m,u::, '
porque ~in(), S¡;fjl;J'es, en h1tÍt' D,d't:1ll0':; k,Jií~ sí han de ;.i('[ llJiíií.-
d~l" e'··o II<'~'I("('I'(, ...,.,,'] ,u 11 -'~-l - \... / ).


»)Conocemos muy bien á los pui'turbadores y aras!) á los que l\)~;
rnandan. De Ulla vez, sr:ñ:)i.' prl'~ic¡el1te, i;ól'lí~nS0 t'.st% lliJ.il'S OUt;


. ,


pw'durJ producir ft'sldrado:l ;rluH:iJta\,le,l¡: lJÜ2{t~f: irj:i;¡:aCJOB por i¡j,
autondrd para castigaí ú kiU!p;)i;' .. tyc el .. ¡;,~rpu ;t'ji[¡'sí_"ntll.·-
tiyo de diput:.HL,':> lenea h~ JdJiLÍa ;>P~ Lindad fiara discutir y Jar le-
yes á la nae;llll. ~í: si.:ñores, que teül:;a t'Júa la ¡,egur¡dad po~¡t;je
para no str vÍctirr¡;\ <k pill!)s.)}


lIt


{(l~o e~ta í.1~~~tcn;pi;)!J..t :i,'l 'h~'~. dll\~' lH1 lúslnriadol' de L:f~t:>·,
tina. Se l\:c(¡rdalmn dt,rh,,,) ¡Hl..;J.i!~(i..:~,;,\,·k' .. y ;;t~ lf;¡>illChll vr·
nbles sospechas, :jOSpeChil~; 'lile (jar(~ u·U·A~: . i.d:·<t,] c.'" j'" dt~
úerlÍdumbre de que los prugr,~sjs las eran ¡ us Lw tOrt's ': !'O [t, ¡ji¡'.'.,' s
de aquellas escenas de bald@ y oprobio sem!,iterno:~; Mov ';'1 !O
Lid'lia dicho di.' un mcd(J ¡,rh;is,¡ y kLlllrmnte. f'l:!'!} \tI fulmina,' su
ju~t,(~ enco~)o C(jUn\~ jq.:~ r ·'-~~üL.!)~)(.,':~ d!~;_ :2: ~ (L·j~,¡ C~JCd;":j . (~\pre,;';¡!ÍJne~


I}ICraIJ desCO[lc<~l~~,) en \~!¡a i ::i,ir':! l>.~ ;~f ~¡'¡í i:!;'d1 ~~<\aH~ut:f. ~1i~ t:r::.-
üHrgo~ UeD{; {~rt~~r"';l~ {~ue ftH~ p~·~IYl¡(~;ld,,,. :nrt\J~.ut'ó:~a ,;r n¡~¡ntenid~~
por EJ'ü ti's en enligas iÍl' t,11j, Z i;(iler,ie, "l. i'i-~ ~ ú h' Ir (¡S toril os,
p0rqUl~ en ellos :;uetjl'[lIf:ll, jJutk!,'s, <1,'I'¡,'n u~ ,'ir V;A~.:' Ú de nut,-ir-
~(~ DiJ'I",.HHLnte {t c(;>¡,a Ge .l,:j,~. (1eínÚS ciase~i t'r,¡,~ueiéti)i,:~ nc 1(1 sne~t[L,"1()~


. ..


gentes que sin religlún PO]¡tiC,i lija y cuu\}e;da~ se cifl~G sid!Jpr<-' en
.la alterm;.¡iy¡t al partido mas violento; gentes, en tJl1, cuya aiíaú.l:J. en
I~!ertas oCI.4SiOnC6 líe paga cou usura; que ~e Htcel,ilan en la r,:.yolu·




388 llISTOHIA DEL REI;~Ull0
eion, y á quiDn !r1 misma revillucion quisiera l!nrrar despurs dd
mapa de sus J.ü'iados, Elllpf;ÚO inútil norquc la illCmoria de los
h() ;!1br~'s conserva í n tegrü f5¡ reclletdo de 1,15 Ill~cllOS que constítu-
jc;O los períodos de su vid;~, y en su enraZOll se gr.! han fuprtcmente
las impresiones que guardan severa analogía con su euucacion, SUR
hábitos y sus inclInaciopes.


»Seguia entre tanto el e¡ifrnendo; la l1'ultitud lanzada de las tri-
bunas se había precipit::;do en la plazurla de las Cortes, acrecen-
tándose, y prorump¡¡Jü en grik's dt·scompucstos, en voef'S alarm(u1-
tes. Ueinaba al es':;u¡;lnrlas '::D el sahn df~ las M;;';:ones un general
desasosiego; los dipu¡¡vhs S0 mirabau üu% ;\ OliO" ton cons!eft1H.-
cioD y asornbro CII:!h i.)tt~X'rogánd')se aeuca d,j su se;;uri.~tad perso-
na!; ilega en este mO!¡len!o el mi:listro de G;acia y Justicia, y el
Conde dí' T0r ':'!iO ie Axi,~' AX>')!;";'f';C);¡í"~' 1""'"'I"1\: '!'pi"!;\'am"nte 1:. los ,_ .. ...., ~"-!.I~ (J'" l. 1. >J'""'~.! '."'. : . ..1 : \.A. !,/\ .v, ./ ,}I, d." v ""
garantías (Iue nudiera prometerse la ¡'enreie 1\',bjj'lll nacional; el CO!1-


'l.: _~ .


sejero señala uno por uno !os mod¡~)~ ¡Hhptados para restabiecer lí
contener al menos las deLllasÍas d(~ htlj lurDas.


»Levantóse entonces el dqmhLlr] O,ir:;lga é inculpó gravemente al
gobierno por haber fijalL i~1 lo, ail'i),khti'S del Congrewalgunos
cuerpos de línea, precílucioH qu:~ 8fl su ,;;cnllr ajaba la buena repu-
tacion de las cohortes ciudadanas á quieJ2S estaba encomendada la
guardia del local y que provocaba quizás nn couflict1j funesto, La
revelacion de tal peligro h:)cba Wl L~;lgLJ~\je duro y cáusticü, era un
golpe solapadamente dirigido al gf)hi:3J"[¡r.;; apercíbióse esle de él y
pudo conarle. destriJ)'ndo la (TI :f), C\lP que se eneubria.


»)No Se aislaron, s:n i'f1)h~l' ~ C;';:,,, d,~,l y, 1 Ul el interior
y cercanías !H S¡;JOil el' di;)l(l ,d' ',! ,', ,'(in'" in.; ¡.jrupDS por las
principales c(t¡¡¡>,~; enj:!l1t;'¡~rÜ'~ 1:[, In e;'r:;!'i1. (h San Jerónimo ül
goberna(lor de Id ;¡h!~(l, lid <t. il~j; P,:U ',,~':O ¡!lt lsa !.;ritería; y él
mandó sin mil::; cei't¡l]ijjlll a! nlq'l ,t.,' ,j' í' h'1h~rL~ (jIJe h acompu:"
ñaba, que carglfll y CIJ hvi '~ •• vi.,!,,! :;j¡n"".t-' la;; ,',~:~¡as üleadas de
la muchedumbrn que ~" ,w:Ü.l!la (;':1' rr;;'\i'!l',)


11 ' . 1 ' '1 1 f ' asta aqut ri ·llS'Ol'!:\CO'-, fí'!", '~\Ln ¡ ':.'¡) I1ws!ros ,f\c,ores, a pe-
sar de su parcialidad ni rI1J~.;de pr,'~;e¡ndir y desc,lllre la verdad.
Aquello fué una prollocacion horrible, y pudo costar arroyos de san-
gre si el pueblo no fuese canto y prudente,




l)l!:L ¡jLTl~IO BORBON D.E ESPANA. :189


IV.


En aquel momento la poblacion presentaba un aspecto amenaza-
dor; la multitud que cercaba las avenidas del Congreso y recibía por
momentos delalle~ de ji¡ (jue pasaba en el interior, se hallaba so-
brexcilada púe lOS i;lSU!tOS que aquella mayoría audaz se permitia
con~ra los nobles Lijos de Madrid.


La escolta del gO!Jcmador cargó al pueblo, yel teniente de la Mi-
licia, Palacios, qucdJ inerte crrea de los Italianos, en la carrera de
san Jerónimo. OcupÍiroDse militarmente lo~ principales puntos de
Madrid, se declaró en estado de sitio, llamando tropas á cuyo frente
entró naIboa, y destituidas las autoridades militar y política, termi-
nó aquel conflicto, desapareciendo por entonces todo temor.


Increible pareceria al que nn lo hubiese presenciado, que hombres
como los que figuraban en aquel parlamento, y se llamaban de ór-
den, se atreviesen á usar las palabras inconvenientes que en aque-
lla sesion célebre dijeron. Alguno exclamaba:-(Todavía no oigo los
cañonazos. »)-(Han de ser cargas de caballería,» contestaba una
de las autoridades.


El gabinete y el partido moderado jugaban en aquellas escenas
su porvenir y su reputacion. La Historia imparcial y severa ana-
lizará los actos de esa pandi!la que ba desmoralizado, vejado y opri-
mido al pais, levantando fortunas colosales y nulidades sin título á
los mas honoríficos puestos.


Aquella sesioll borrascosa terminó por Gn, y los diputados fue ~
ron sl\liendo poco menos que de incógnito y escoltados, supendicn-
do durante cinco días las sesiones, porque en su conciencia recono-
cian que habian faltado á sus deberes.


v.


La oposicion anatematizó con vigoroso empuje las medidas adop-
tadas por el gobierno, y los escandalosos desafueros de las autori-
dades que habian llevado la alarma y el Juto á la poblacion, acu-
chillando sin piedad á los grupos inermes que venían curiosos á sa-
ber lo que trataban los que se decian representantes del pais, ha-
TO~lO r. 50




390
ciéndoles con esto mucho ma$ honor del iJue se merecian.


Las actas tambien, especialrne!)te las del conde de Toreno, dieron
ocasion á animadísimos debates, y pudo Dotarse que los hombres
mas eminentes del partido moderado, Toreno, lstúriz, Mon, Pida],
PQcheco, Galiano y (;(ro::; se mostraron poco dilig4'ntes en la defensa
del ministerio. que era blanco incesante de los ataques enérgicos
de la oposicion. Es qne no tenül.I1 gran fe en aquellos adocenados
servidores de Cristina, hombres que cai'echn de talento y que ser-
vian sek pura ejecuiar lo que se les i .. nandaba.


CODslituyóse P'}!' fin el congreso, y fué apl'!·bado, despues de un
1 d r 1 ., ,. l' b' prolonga o (1ISCUrso, e proyeüto oc respuesta al. menS<lJc. am IPn


se trató nuevamente la cuesti1m dn fueros, combatiendu rudamente
Jos progresistas bajo el punto de vista de la unidad en la ley funda-
mental, aquel prIvilegio que se otorgaba á unas provincias con per-
juicio de las otras.


VI.


Débil como se hallaba constituido, crdiil. aquel gabinetf~ á las me-
noref:: evoluciones de la política, y la mas sl'ncilla circunstancia in-
troducia una gran modificacion, como hemos tenido ocasion de ob-
servar ya en diferen tes ocasior:es.


El duque d0 la Vicloria elevó la prOptWstl1 para preroios y as-
CBiJSOS á muchos jr:fe5 y 0fi'·.¡ales, incluyendo pnr¡:¡, el eHinlef¡ de ma-
ri~!~al de ea~nl)f) Ú 8n s~.;e;·et!·l,in d-:~ t,arnuaña t1n(-~ge. de euvo (~O-


• ~', - I '"


. , í ' • 1 ' , " ¡ 1 n1n1nCfHl(~ !leni~)-, U~~n 0Jl(~ üllOt'~n·Hinlerdi~. t~r,l un ~}uevn ff>f,') a
gabineh), y cornil el',l ;~f)n;¡p'¡¡kn¡e (l'j:¡ f(: ín.mhi,.n ('1 :C;í;!l~·ra!. ;P¡p
cuando algunos !\\!f]lC;;(rOS creyuaD indeci>\'()S(; asentir á los flc';f(\s
que manifestaba,
Cr¡~tina conservaba ilusiones, y no queda exponerse á un rom-


pirniento, y muchos moderados juzgaban que se dehia contempo-
n;~ar.


Linage reeihi¿ la f!'.la. y el mi rllsinfÍo se d('~organizó por eom-
pIetc', quedando solos Perc? de Castro y ArT~~zola dispneslr,,;; á ar·'
rostral' los prligros y difieultades, y abandonando S\l~' puesto!=; )íon-
te::: de Oca, Caldrrcn C'lHanles v Narvaez, El mínistro de Hác;;'nda


.,


MilJan, que hahia salido poco Hempo antes, fué sustit.uido rol' San-
tillan, y en reemplazo de los ya citados entraron dlln Agustin Ar-




mendariz en Gobernaclon, ti ,n Juan dc Dio~ ;'r.tel . i'L l\Jari;ia, y2D
Guerra interinamente Norzagaray, y P{1CO t¡f':iJ~)n rip:-::'1je:~ el eonne
de Cleonard. Semejante mlnistt'rio, tille nI) f;¡lfl\Sent;dm po~it¡Ya­
mente lo que se llamaba partido moderado. Cllre'~¡1\ t<1mhien de filor-
za y prestigio entre sus parciales qUf apoyaban sin f)illbargo 511 po·
lítica, h,lbiendo di5cutido el Senado ['n mayn tr0~1 lpyes ímp'\rlan-
tes, la electoral, la de imprent¿\ y la el:; cre'iClO,! dl' un ronst'jo de
Estado, mientras se debalj(J. con callOr ét1 el C·Dgrí.'~i' la ley r!e
Ayuntamientos, que hubo de suspenderse r,ard oenpa! se durante al-
gunos dias en la creacilln de títulos del 5 por 100 por valor di; 600
millones.




CAPITULO XLVn.


SUMARIO,


Marcha por demás reaccionaria dpl golJjE'rno eH la primera mitad del aiío 181.0,-De-
termina Cristina hacer Uf! \ i;l.il~ l'Oll :,us hija" a BarceJolla.-.\ flJló,j(>l'a J'I>roju-
cionaría que le crearon lo~ progresi5tas y E,.;partero.


1.


Las contiendas y discusiones ardientes que se provocaban en el
Congreso y en el Senado, solo tenian por objeto demostrar al pais
cuánto era perniciJsa la marcha que se iba siguiendo, y de qué im-
portancia para lo porvenir las Jeyes y proyectos que el gobierno
llevaba á paso de carga, prestando motivo á Fray Gerundio con las
cuestiones de actas para decir que se las tragaban como ruedas de
molino, y á calificar de polt'pato ó cien piés á la famosa ley de Ayun-
tamientos que contenia mas de cien artículos.


Ua incidente muy importante se provocó en a'lup.lIas Cortes. Co-
menzóse á publicar en 1.0 de mayo un periódico titulado La Revo-
lucion, que dirigia el enérgico republicano Patricio Olavarría.


El gabinete ya acostumbrado á saltar por encima de la ley, á pero
seguir á los escritores y ~ dar el espectáculo de la arbitrariedad so-
breponiéndose á la razon y á la justic.ia, creyó hallar una nueva
ocasion para demostrar al trono que le era complefamente adieto, y




3H3
no titubfÓ en perseguir á ios periodistas, suprimiendo por una real
órden el periódico. El director acudió en queja á las Cortes, aun-
que convencido de que no hallarian eco sus palabras. Ciertamente,
los diputados se hicieron cómplices de la violacion del articulo se-
gundo de la ley fundamental, convencidos sin duda de que el solo
título que habia adoptado el periódico era ya peligroso para situa-
ciones que caminaban descaradamente h falsear y suprimir los ar-
tículos de la Constitucion por medio de las leyes orgánicas.


11.


nejaremos hablar á un historiador que diferentes veces hemos ci-
tado, y que pOI' diferir completamente de nuestro punto de vista es
digno comentador de la obra reaccionaria de aquel gobierno, que
tenia la habilidad de disgustar á amigos y adversarios.


«No abrigaba ya el gobierno recelos ni temores, dice, por el éxito
de ¡a lucha diná~tíca, pero irJfundíaseles graves y alarmantes la
march~ rápida y precipitada de la revIJ!uciOD. Ataviada de diverso
modo y con diferentes trajes se presentaba en algunos puntos, mas
ostentábase recelosa, corno desconfiando de los elementos que po-
seia, al propio tiempo que utilizaba y reclamaba en derecho propio
el tesoro de prevenciones que descubria y acrecen laba el ministerio
con su sistema calificado de retrógrado y liberticida. Esta inculpa-
cion nació de un error grosero; un gobierno moderado, débil como
el nuestro, Dunca puede ahogai' la libertad en su esencia; puede,
cuando mas, despojarla de alguna de sus formas; aquella~ con todo
el vigor de su natuialeza, con la energía de su constitucion, solo
espira bajo una mano de hierro que lo quebranta todo, ó bajo una
mano de fuego que lo consume todo; bajo el despotismo, ó en UDa
exaltacion exagerada de principios, es decir, cuando se proclaman
todos y no se profesa ninguno; por usurpacion ó exceso de sí mis-
ma. Ni padecian menor equivocacion los que suponian que los mo-
derados trataban de estancar la libertad y los demás derechos na-
turales del hombre y contenerlos dentro de precisos límites; los par·
tidos conservadores cuando intentan llenar su mision, corren siem-
pre tras un vago fantasma, tras un inútil empeño, al revés de los
progresislas, que teniendo un fin real y positivo, hacen grandes ro-
deos y se t'xtravian con frecuencia antes de llegar á él. Los parti-




J,s;n ""'~. ~Jí¡, '.' .. ".dil· ¡, ík i!¡¡;, i ¡ acei:,q It'nta; cuando se
.,Ien; u ;1:1; ¡II.; ¡di' ~an jo;,; ¡nsUw'ioues v fe::;()i'tun sus formas; son
li¡tÍl:n~:' . uaLd, s¡)¡,,:·¡n;ra;, :;P"iUi ¡) Íuep!os, rl'~petan el fondo
d,' :J'jWl!;1S. v sr c('ha:: t'; la alH',1cioll do fst",S, son sinceros aun-
(gw :;npol¡ ni,';. ¡;¡, '¡~'¡:,,¡a~ de ia ct!t~ridad revolucionaria; los des-
:"i¡;,df¡:~ (;';":";"j,,:,;;, fL~ iu:, ;'licuras preücUpaCIO[H'S con los princi-


»),\i!1 l íjpe {::,ia.·; ; n''\, (H.~~ li¡ld'('cr!) :lIl\ias y triviales, son des-
C01:r'C l 'ia' (Ir i,' '¡¡¡Ji: ¡1(J" j,:> í,,;pírJt!iS revoltu~;os que ansian solo
una üC;JS;OD o n dl,'xl;) mua delian'Jllar sus trastornadores intentos', \ ,
que er~allaodose eOutra las personas y sus nombres, se olvidan de
los ¡lfilJeipío§ que s';s\ieuen. Algunos de estos hombres turbulentos
prOfllOV!flron un amagú de iosurreccion en Millaga. Ya desde ei do-
mingo ~n de marzo se notaban muchos y misteriosos gruros dise-
¡:">ld\>; el'; !a;~ eahps pnneipales, pero no cautivaron la atencion de
!Ó~: ;;!' LJ ídd,ies ba:::l,l ei dia siguienie :lO. en que el intendente, jefe
(;OltOe(" a iH ;;:'tZ\l.:. re,;ib¡ó un anórJimo, aconsejándole no saliese de
tiU ca,,;;, porque UHfla fleS¡;O :iU vida, Creyendo este aviso un acto
tIA dici·,;-,ir1ad Ó de f,tL!~aí; ..:álcuJú para eVItar el que corriese á re-
! .. ril1;fria d} caso (PL\ estallase con fuerza la conmocioll inaugurada,
no se le participó á nadie, yendo el mismo dia, acompañado de va-
nos miembros de la municipalidad, á visitar el presiuio. Verificólo
sin dificult.ad, pero al dirigilse al hospital notó que tres parejas de
¡'mbozados expiaüan sus luovímíent'Js y le seguian con leson. Jus-
t:Hn('\I~e :~¡¡:~ H¡::dO ::nto:li'('~, v cre,'enrl(l éxacta la especie emitida en
Pi. (lnú1!inw, St~ vni\ló bacia, IlJs dos hO:Jlbres que se hallaban mas
IflHlí."ií:l!i!::;, V .!I':: pre~lmtó con tono fuerte y a/llenazador qué que-
fi,\D,


)Surfm;üdi'!o,.;¡ 11)3 asesinos so !ienaron de confusion y dejaron es-
cap;~r un tiro; acudlo á su detonacion la comitiva del intendente,
apAeró5e sin dificultad de los erimi ",G;', pero no fué posible ha-
r-río con ¡gua! I'adii.lad c;n sus cómplices, y al intentarlo se au-
me,!ú algurws grados la irritacíoQ popular: dos o tres días duró aun
el sobr,:;s)tu y z')zoora, pero la energía de la autoridad consiguió
restaiJlceer plenamente la tranquilidad.


,)Ex;w['Lilt'atú,;e l>;etáneamente en Granada una convulsion, de
giro y L"'!id,'¡:;C¡¡lS unálG;,zas y con idéntico result~ldo.


",',;i'!, ¡it:~IU3 !ueilc¡i'ioll('5 no eran ~il1o prehdios del gran (erre-
o~!O ti!; , ,¡ it ! j' '/ •




39!)


IJProsé~njaíl sÍn ¡¡e~nL ia~~ cámaras la discusioll de la ley muni-
, 1 l' 1 . " .:l' • , • • ,. d . elpa!. A~ g¡r;j 'lllf; i,;¡¡:,-Ui,jJJ Jos !!nliJ.tes, du. de la:::: Ideas omman-


tes, 'Cli)din. i:¡(r!riltJ; fái.'ilt¡h'nt¡.: el color político de aquella, Era la en-
!J'r'~iJS ,-",jor,!' ,,' ,ti r'.j,! (¡¡ L:al,t¡¡'(} de iE fevolucioD; una creacion
J¡;~'S[¡l, ll' ';"L'j.:i[;:" ! !Jf1u 12. Su Cfilártei' y tE'nd;~ncías choca-
b,~u CO~.~ /~ .~: !"jt:: 1.,'::":T ;l': ~·~:}!~-i{~;· d}' J¡'~ l"{'!~:'i·;(";-'-'lr.~ 1')0[1::: ~{l'{lnl'arl'a j. • _ ; l.: _" ~. J.- .n,~ U. }( ;, o,}.1 v. r .... t j. \ w l,... "" ,
qUé' ::;,+;;'.,)dU'c{Jr~;'·,i7ar Ld,l el liJÓ' poiitíCú ibE quizá mas
nlH'. de hs ji:Jlh.'S ;"'H c"critMOi}l' :a raz,)ü v la cxneriencia. Nues-
~ Ji ... J.


{ros íqi:<a s t:(,~,:on!)ci('r¡jn o :,Jectaron descriDocer, que la anli-
. " , " 1 t' a j" [ i:!Uil :ey oe i\ yiJi\m¡'iJi"I.HOS er ;; .:1 garan w. m s re.lglOsamen e con,-
:'t~l'vada (¡,~ ¡fi~ d';!'::',:Í\"s ti,,: p¡;ci)[o, y que á este halaga y fascina
)W,~~ un n;;¡n\ng,' de 1] ¡ad, '\í\o y muy perceptible, que todas
'% FlO[l(~~:tG.S ::'orías, aun cuando se apoyen en la ciencia y en la
l'2.zcJn; si por (¡1m ¡lH,de se prescntan destituidas de una exterioridad
"\1 1 ' 1 , • t J d' . hn lante . ..lOS ¡¡nCDiOS í't (¡(Jan. tlfrilS ¡,al' 1J0r as gran es ImpresIO-
ne,!:, y ei':;,¡- i!'} h,,,; ;'l ¡¡c(' i:~eo.l'jalni('r¡[e la rUlon. Las conquistas
rí:' la. i'alGO requierCll f.ambien oportunidad. De cualquier modo la
);\V ":i~ i''¡~'ll¡abn pubLicar, despojaba ó. las masas de un presti-
7¡oír:rm~rJHI" t.h:, "mI i'erog;ltiva. respetada por el tiempo y las cir-
cHnst;~nei:l~, di' WIH ir:si¡!w:i'Jr; que cf¡n!aba bastantes años de vida,


" l" '1 "", t ' 1 . 'd ' fJ1E Ü),:, ¡¡(lqUlr'l{'t!O(: ,a i:uaiiüaü (Jlo un lü::Hto quen 0, y a que no
':'f'D'lllciarÍan :;i[10 irnuuls,·,das por la fuerza y despues de promover
vinl¡\!! la e: e,¡, rnoc.inr; ,:~,
:,)lh!'áb:,,,~u ,;¡ !:,:~ úni¡;i l ;;: ;\llllZl.1.ntes é irritados,' entre los diou-


, .


¡'H"'<:; I"."·.,n,::;.,;':-,, < ('.,;';" "l.()"PH'';¡ "n" 'r,!"'~b''''l ('on l)re"Crlcl'oD "1 !t",,,!' 1,. )'.'" '" ~(l t ._ •• ~ - ¡~~,. " .... "~_,_,._,,_.,. \j''''~~ !..'-" ~~ UoI\ _' 1 l' o.
~'!h¡:lf'¡r~. \ior(t¡!'~ J.: ereiun 2Y. tlnjd y puco precavido. La prueba
'\l'l,C, t'\:::I" ¡i:: (":.: \;ll;;rentiLi 1i ,,:::¡ ¡";'c''''ptelll(''l''¡n 'lfl'l':'lrSora de un .,~í... , .. \..' . ," J'.'" ',....L ... ~_' .. ,.""'.''-~ •• ".< t~\_, I ,Ll 'J l. ~ _.'-' ... "- l
r:::i;;)¡;¡'¡~;nío dcf¡"¡¡i.'i.'O, ~,e \'ió (:U la se~ion del 30 de ahril. La ex-
\lrilSinn derrct(t l'1)1<l.!iva á 13. que padeció el general Seoaoe en las
A rni'Zel1flS, y;)!'¡ifi.\¡ ida al descuido pnr el conde de Türeno, bastó á
t;:;!:\hh~cer enlrr c;;tc señor y el min;slro de Gracia y Justicia un de-
hHt¡; auio v duro, en el '1U~~ tornRfon su acostumbrada Darte las tri~


c. ' ~ ¡:


;\'ill'l'i n¡h,llfli0: el" <' nlUnnl;r?ndo, sepm que las ideas emitidas por
¡O:~ n",'(hre:~ s:: hahbcln p:\ (¡"ilHlüig ó diverg%cia con las que ellas
n':¡sn;n~ profesaban. En vano se esforzó el presidente Is[úriz en
nrl'l:,\I:v' el dc~:ó¡¡l~)n: ins dipT1ic)dos desde sus bancos le provocaban
ó !e forjen (ahan tam hien; de !11",;,era que acrecentándose por segun-
dos se adoptó como último y único eficaz recurso el de cerrar la se-




396 HISTORIA DEL llEINADO
sion. Esta última ventaja devolvia filos exaltados el influjo perdido
en la del ~ 1 de marzo.»


IlI.


Fuésé adelar:tando la es!acÍon, y aprovc'ch(1ndo Cristina las fa-
vorahies circunstancias de la guerra, quiso l.lmar por preiexto la
necesidad de bañarse SUb biJ'ilS Dara twcer una excufsion por las


. .


provincias, ya que durante tantus Bñns se había visto obligada á
permanecer en el recinto de la cal'ilal casi !~ercarí3 por lús facciones.


Figuráhase la gobfrnadora que aun conservaba el cariñoso título
de Madre de los españoles, como muchos aduladores la bardan ape~
llidado, y juzgaba que con su prestigio, presenfándose en las po-
blaciones y en medio de las tropas, conseguiría imponer su regia
yoluntad sobre Jos deseos y la voluntad de los pueblos. No podi.a
concebir que estos hubiesen llegado á conocer que solo su interés
la habia inducido á ceder en determinadas circunstancias, no la coo-
viccion de que fuesen en beneficio de los pueblos las reformas que
la revolueioll habia logrado introducir.


y á la verdad que solo podía caber en corazones pequeños, la
idea de que una reina extrarljera hubiera de preferir el bien de la
generalidad, siempre que se necesitara hacer el mas ligero sacrifi-
cio de la vanidad. ¿Qué interés podia tener Cristina en que aquellos
que la habian recibido con serviles demostrar:iones de afecto, gana·
sen en dignidad y obtuviesen derechos, l11ientras elia perdia prero-


'gativas y se despojaba de lo que se ha dado en llamar atributos
esenciales de la monarquía? Mujer edueada eo¡¡,¡~ los dé~rotas na-
politanos, asociada en matrimonio al tirano y perjuro ~'ernando,
llevando por doble apellido BorboD de Borbon, no debia t.ransigir con
la revolucion que odiaba sin duda p')r instinto y por conveniencia.


Bastante habia manifestado por oira parte que carecía de esas
alías dotes, de esos elevados sentimientos que impulsan muchas ve-
ces á las acciones heróicas, y casi se necesitaba heroismo para re-
nunciar á las dulzuras del mando, cuando veía levantarse en torno
suyo una fraccion de consejeros y agentes que la pintaban fácil
cosa restablecer los pretendidos derecllos cercenados en el gobier-
no constitucional.


Esa señora que debia su posicion y el reinado de su hija á su




DEL nrmo BORBON DE ESPAÑA,


hermana; que no babia tenido valor para disputar á don Carlos en
la cámara de Fernando la herencia del trono, babia llegado á séibo-
rear los goces que proporciona, y se disponia á la lucha á todo
trance para mantener ilesas sus facultades,


IV.


La conducta de Espartero parecía un tanto oscura, y Cristina se
hacia la ilusion de que los pueblos se apresurariao á recibirla al-
borozados, dándoles tales llluestras de adhesion y respeto que incli-
nasen á su lado la balanza, si es que el duque de la Victoria habia
hecho pactos con la revolucioni así que desde que se decidió á salir
de Madrid, contaba con las ovaciones que el gra~ partido modera-
do debia preparar para la fascinacion completa del general en cu-
)as manos estaban sus destinos.


El viaje debia ser á Barcelona donde tomaria Jos baños de mar,
que los médicos babían aconsejado como favorables al desarrollo de
las niñas.


Los progresistas por su parte DO habian perdido el tiempo, y el
pueblo que babia visto una tras otra las repetidas farsas, sufrir,n-
do terribles desengañOS, inmensos perjuicios, exacci()Des ~¡n cuen-
to en hombres y dinero, toda clase de vejámenes, consecuencia de
una guerra desastrosa que se pretendía inutilizar retrotrayendo las
cosas al ser y cstauo que tenian cuando comenzara, se ballaba poco
dispuesto á los vítores y á las fiestas, que eran tan necesarios á
Cristina si babia de lograr su intento.


Por tal manera vienen ]dS circunstancias á destn~ir los planes
mejor combinados, des\'anecicmlo quiméricas esperanzas. Y cuentit
que aquí los mis mus qu,~ necesitaban el júbilo J alborozo, babian
contríbuido no poco á crear IJna situaeioll de luto, un estado deplo-
rable que se pretendia cambiar en breves lloras, cuando era pro-
ducto de seis años de maquillaciones.


v.


En tanto que Cristina desoyendo los consejos del moderantismo,
que recelaba sin duda y con fundamento que debia serIe muy per-,


'fOlIO 1.




hJSTORlA DEL IUSl:'UVO


judicial acrc» viaje, se disponia á martbar jugando el albor de qw~
Espartero apoyase Ó nI) SUi; pretensiones liberticidas, :tS pr()¡.!re~i::­
tas, COGlO hemos dicho, después de luchar osbtin:'<.L\ruenle en el
Congreso contra una mayoría facciosa que violaba impudentem(1n-
te y con poco criterio ia Constitucion, somc:iendo las corporacio-
nes populares y la fuerza ciudadana al capricho y á la voiunlad
del monarca, los progre~istas habian creado una atmósfera revolu-
cionaria, y el general Espartero no podia librarse de su inl1ujo so
pena de declararse en traicion contra el dogma de la soberanía na-
cional, contra. la voluntad del pueblo español que quería salir de
la tutela odiosa de los reyes y dd fanatismo míiS repugnante aun.


Linage, que habia sido eensuradü por sus recientes manifestado-
nes, hubo de publicar un nuevo remitido en el que dirigía amar-
gas y rudas reconvenciones al partido moderado y al gohierno.


Por tal eircunstancia muehos pueLlos y corporaciones felicitaron
al general; llJientras que Espartero era obJeto de muchas y apa-
sionadas demostracíones por los recientts bechos de armas, re-
cibiaCristioa casi diariamente expo~¡cio¡¡es en (~ue se ecnsuraba sin
re~JOzo la marcha d!' íus w,!krer. !egisiaUvo y cj¡'C!l[i\'0


Nosotros, ya lo hemos dicho, líO p,¡df'!ll";; ;:q:lhudlI' fjllt) d mili-
tarismo recibiese en cierto idieillo y illO(Íú plflcemes y en liorabuc-
nas; pero la verdad es, que ell aquella circunstancia y cuando el
poder real prelendia entronizarse y sobreponen,e á toda, Butes que
consentir la mengua y el vi'i.peUd!O de verse sUpí:'d;Hldos it los ca-
prichos de un dé5p1ita, pr~.'c;~o era prdcstar COIl cllcrgía para lla-
mar al órdcH á los que se eonvertian t:n facciosos, sustituyendo á las
venc~das huestes del Pretendiente.




CAPÍTULO XLVHL


SUMARIO,


\11i,iOI]('" di' Cri'IÍlIil dl'-YilJlI:cida'; I·n ,,11 \ial!' a B;IlI'('lolla,-:"I1l ~llí!'('\¡,;ta r'n T,(;rida
cOI\ ;.,;',lríl'J'O"·-:"l,!¡':íli !,I.hih'!' I']! ""',',,,j,,;¡:, ":1 dicha "¡luI',\,-i:lItrada triunfal
1:' ',:P,II'!,'I'I) "j; ",,(:; ¡;¡llll¡¡ti,--'ill, dl,;d':iWiw, ('mi í:r¡,lllIn,~H\IlJliÍla('iol! ¡\t- 1,1
LlIi1di le di' 1:':1111'1,


í.


Por algun tiempo estuvieron titubeando acerca del camino que
convenía adl)ptar, decidiéndose por último que (;n vez ~e dirigirse
á Valencia par!). paUl.f emrJilrcaaos á Ba¡'cAlona, se hacia el viaje
por Zaragoza; y efectivamente e! 11 d~ junio salió Cri~lJna de Ma-
drid, para no volver á verie hasta cuatro años mas tarde. En los
pueblos del tránsito se mezclaban los escasos vivas y muestras de
afecto de que eran objeto las viajeras, con otras demostraciones y
repetidísimos vivas al duque de la Victoria y á la libertad que se
supouia amenazada; y despues de una detencion en Medinaceli para
dar lugar á que CODcha, encargado de proteger la marcha, pudie-
;-.;e baíir á Palacios, que con cuatro mil homhres bahia venido á in-
terpr;ncrse, llagaron el 18 ti Zaragoza, donde los sentimientos po-
pujares pudiernn expr~~H!'(; con tnl enerpia, que la (jobernadora
t.emblaria acas!) por su fn"YN¡n, filieS [~e hicieron peliriones para
que lH~gilse la sa!\cion á In ley de Ayuntdrtllt'ntos, volada y 8¡)f\}ba-
ctrl ~:{~ 'l,n las ;>,~r~:"s ~h~l~ \:¡r~. ílj;.~:f~L:fi '~~l ... ~\'\·~j-ino




400 UlSTORIA DEL REINADO
hiera podido desear, por el temor que en ella infundiria el desenca-
denamiento que debia ver contra el gobierno que sostenia, yanhe-
lante pür llegar en breve á una entrevista con el general, única
ancora de salvacíon, siguieron á Lérida donde se ballaba el conde
de Luchana.


Aquí sí que debió comenzar el desengaño cruel, porque Esparte-
ro que no siem pro ha hecho clara profcsion de sus convicciones,
manifestó á aqlLella señora que no drbia sancionar la ley de Ayun-
tamientos, por ser contraria en su espíritu á la letra y espíritu de
la ley fundamental. Tambiea indicó á la Regeote que el Ministerio
y las Cortes se hallaban desautorizados ante el pais despues de tan
violrnta y flagrante traicion á los juramentos que prestaron.


n.


Barcelona, gracias á la dominacion sultánica del baron de Meer,
era en aquella época una poblacíon donde dominaban los elemen-
tos moderarlos, porque las persecuciones, los amaños, las intrigas
de todo género y mas que todas estas cosas el sistema electoral del
censo, quitaban á los partidos populares los medios de influencia.
La milicia babia sido diferentes veces desarmada y reorganizada
segun el capricho de los mandarines, por tai manera, que en ella
solo habia personas de arraigó y responsabilidad al decir de los
moderados, y la Diputacion provincial pertenecía tambien áese par-
tido que se llama de órden.


Pero Barcelona, donde bay numerosas masas de obreros que sa-
ben lo que es el trabajo y comprenden tambien lo que es el dere-
cho, Barcelona rinde culto á la idea de libertad, y encerraba ya en-
tonces una gran suma de elementos democráticos, y mientras la
Diputacion y demas corporaciones querian hacer ver á Cristina que
el moderantismo imperaba en la cuIta é industriosa ciudad condal,
las influencias democráticas predominaron haciendo comprender á
Cristina que no habia raíces de monarquismo; que no se habian
borrado aun las sangrientas huellas de la larga guerra que sostu-
vieron los catalanes contra la corona de Castilla. Aun recordaban
allí la sangrienta ferocidad con que se les persiguió por su espiritu
independiente.


Cristina oyó á su entrada los mismos vivas que en Zaragoza y




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 401
en los puntos principales, al lado de Jos arcos de triunfo que el
Ayuntamiento preparaba como muestra de afectuoso respeto, se
vgian tarjetones inmensos y significativos trasparentes que recor-
daban á la madre de Isabel, su solemne juramento y los articulo s
de la ley fundamental que se infringian aprobando y sancionando
la ley de los municipios.


nI.


Se hallaba allí df~ capítan general el conde de Peracamps, cuyos
antecedentes eran una garantía para los amigos de la libertad, yel
partido progresIsta comprendiendo que habia llegado la hora de
poner término á las vacilaciones, apoyado del Ayuntamiento que
pertenecia como es natura! al partido mas numeroso, intentaba ale-
jar á Cristina de sus consejeros para entrar de lleno en la vida
constitucional y no servil' de ludibrio á los ojos de Europa civili-
zada.


No era fácil tarea hacer retroceder á la gobernadora en sus pro-
pósitos, como hemos dicho cifraba en el éxito de sus planes su ven-
tura, y mal podia en el momento de la crisis desistir porque hubie-
ra creído mancillada su dignidad siendo seguro su desprestigio una
vez evidenciado el tenaz empeño que de erigirse en verdadera so-
berana tenia.


No pretendemos hacer ]a apología de nadie ni adular á los unos
ni vituperar á los otros, porque arraigado en el corazon el senti-
miento de la libertad, conociendo á fondo los derechos imprescrip-
tibles que se hallan grabados en la naturaleza misma del ser, solo
rendimos culto á la justicia, y en estas mezquinas luchas de los par-
tidos medíos no hallamos jamás la revolucíon, no tocamos nunca la
grandeza de un pensamiento, y solo cábalas, intrigas y cavildcos
forman la base y los preliminares y el tejido de eso que se llama
despues una revolucion, anunciáudola con tono solemne y anfiLoió-
gico como la sa~vacion de las Instituciones y de los derechos del
pueblo.




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))!1e6;s" '. di; :¡r;;rd" >. j'+;, k¡\~,\'.~gef;vhs e¡.)mandas, ('e:'lI
¡~'Jn()e¡endj) Íél iumev§¿l 1{1\i'/t:oad de l"s ein:unstanClas se avinlJ á
renrgémizar lil i5;:lbinetf:'; y aun llegó á 0frer'er {¡ Espartero la pre-
sidencia de aquel. Sin embargo esta concesír;n de parte de la go-
bernadora no bastó á establecer la buena inteligencia entre ella yel
,sJ'f,¡;('ral: );l'dendiu ef:te !.lue los consfJ'eros del trono fuesen elea:idf\s
" ' i . '--'


ctitre los miembros mas lirdieDtes del partido exaltado, á Jo cual se
oponia ahier!amente Crisiina, fundándose en que tal delerrninacion
era contraria á las prácticas constitucionales, segun las cuales el
ministerio debla salir del seno de la mayoría parlamentaria. Dis-
cordes en punto tan importante, lo estuvieron en todos los demás;
sllcediéronse sin fruto las conferencias hasta que el duque partió
dr, Esparraguera para dar el último y mortal gol pe la lucha di-
nástica.


))Ul'garon las reinas á la populosa Barcelona donde habia haci-
Dil.d"" t:lfltn;; e:ementos de discordia. El p:enfral Van-Halen, hechu-
q y afecto lIt' Espartero, (,btenia ent!lnees la primera dip"nid('l.~ mi··
!it;\(· ,lel "":padJ, y nlegando el quebrantado estado de su salurt,
:.>t1¡:¡ de H ,rcf:Í(loa para los baños de Caldas. SUPÚS(IS8 qlH~ viaje
ian rz"pe¡,(¡r:o le habia motivado UDa carta de Linage f: Véifl-Halen,
ivvi!{wdole á une pasase ¡d cua.rtel general, donne debla constituir




jiltriC d,~ la c'!L.Jarilla de! duque; pero /'s mas r¡: ot);.. ni,' L¡ ,¡r nq :¡pl
ji le., c;;;lorado en una pc;,¡ci·;j) ('¡¡¡(';uuzo:.<l, b (J"ir, p f'\H:;!:¡ iu-
m..::Ji;..to el uesbrJrJ,lIIJie¡¡iü de los ánimos y tiC jUZgáillÍii:.í\' L'i,VÍf~
ba~tante auturizado paía acaudiilar ostensiblemente un motio que cu-
mo militar y autoridad debia reprimir por tvdas las vías imaginables,
adoptó su partida como una determiuacion puramente evasiva. De
cualquier modo, pues, la ida de Van-Halen era de funesto agüero
para la regente, quien debia combatir además la, aUi1que Uleu~
bierta, fuerte hostilidad del Ayuntamiento barcelonés. Este cup.rpo
popular, de confvilllilcion moru! exagerada como todos los do su
c¡a~ie, era d repIE,SenLallte mas autorin\lo de las jc;¡'us revolucio-
nilrías~ y por lo taut:) eS!Jechú aliado de [sparteroj t¡;nií1. ú su dc-
,¡cr;iop esas graudm: lE'{~¡Gt¡l:D dG gentes llenas de actividu,:' y de ¡H~r,,~


. "'!' • 1 1 VIO Que (:,1 el egoLsn:: ',' ~,ü (,{;sgri:'.cHi. upe;Hi~; áuu:;.n el q\J.l :'11
:jcion se üiCjorc r;;):' hú n do la 1 f~T tE:" ú (¡ uieu;§ f.ie¡n: ;'C FC' le :.< ~ h


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" H.


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HiSTORiA DEL REINADO


quistado en Jos campos de una sangrienta campaña, era creciente,
progresivo; únase esta impresion tan viva, tan poderosa, tan inten-
sa, iortificada por el carácter provincial y exclusivo de los catala-
nes, que les hace amar á un poder con igual extremo y por la
opuesta razon con que aborrecen á otro, síntoma fijo de la altivez
de un pueblo que en el uelirio por su propia independencia busca en
la movilidad alivio á su opresion, reconoeimiento dc sus mas natu-
rales fueros; combínense pues estos dos influjos, y se concebirá
aproximadamente la extension del triunfo del duque de la Victoria!
general victorioso y corifeo revolueionarío.


»Aprovechóse Espartero de esta benevolencia de la opioian pú-
blica' y la volvió en arma terrible contra el gobierno. Apoyado en
ella, llevó su au.dacia á límites mas prohibidos; y firme en su pro-
pósito de arruinar con el gabinete al partido moderado, rechazó
COlllO futie~ta toda medida anO-revolucionaria, desecbando cualquier
pensamiento de avenen cía.


)lEn tal Salon llegó á Barcelona la ley de Ayuntamientos, verda-
dem manzana de la disG'!rdia. HeciLiéronla los ministros con deci-
dida intencion de SOllwtrrla á la sanci!m de la reina. })reveian al-
gunos este paso muy arriesgado y condenaban su poca Ó ninguna
oportunidad. Cuentan que prf~guntur:Jo al consejero Perez de Cas-
tro su opinjon acerca de lo qUl~ d:'bia hacerse con la. ley municipal,
respondió: «(Presentarla sin pt~n¡¡da ,1e tiempo á la sitllcion de S. M.
-¿No descubre usted en ('5a dt>wnllivaeion graves ¡uconvenientes?
-:\inguno.-¿Se Jecidirá S. 1\i. á s~u)ci~)narla hailánoose Espartero
en Barcelona?-S, ~L está mas re:;üelta que yo mislllo.-¿Y nose·
ría preferible aguardar á qUé Espartero salirse de Barcdona, man-
teniendo en el entretanto cuidadosamente oculta la llegada de la le~?
-De ningun ruodo; este es un mal trance del que es necesario sa-
lir lo mas pronto posible.»


»)No pretendía Cristina rehusar su sancion á la nueva ley, pero
queria que á este acto trascendental precediesen sensatez, aplomo
y una razan madura, clara y demostrada. Queria tambien partici-
par semejante resolucion á Espartero, corriendo mejor las probabi-
lidades de un desaire, que no la certeza de una ofensa hecha al Ím-
perioso milital'. Presentóse este al anochecer del 1 ti de julio en la
real cámara, para tomar la órden de costumbre; y la regente, ex-
1J!Qtando esta ocasion, le manifestó que habia recibido la nueva ley,
no creyendo ocultarle tampoco su invariable resfllucioIl de sancio-




DEL 1'LTUlO BORBÜN DE ESPAÑA. 405
narla, por tener la conciencia de que así lo exigía el bienestar de la
nacíon. El general repuso bruscamen te: «Señora I he venido para re-
cibir la órden y no para hablar de política con V. M.» Apenas pro-
feridas estas palablas. salió de la habitacion.


»Aunque justamente ofendida, no titubeó ]a reina en la pro~eeu­
cian de su intento; al contrario, afirmóse mas en él,haeiendo ya ea so
de honor y de energía lo que antes era solo resultado de una convic-
cion fuerte y profunda. A las diez de la misma noche asistió al con-
sejo de ministros. Dos puntos capItales se sometieron en este á exá-
men: 1.0 Si era conveniente sancionar la ley, ]0 cual se resolvió
ucánime y afirmativamente. !2.0 Si era oportuno hacerlo en aquel
momento. Los consejeros Perez de (;astro y conde de Cleonard opi-
naban en este sentido, pero Sotelo, ministro de Marina, creyó que
debia diferirse la sancion hasta la concurrencia de circunstancias
mas favorables.


y¡Ceñido el debate á este último término, se prolongó por espacio
de mas de cuatro horas, y solo cuando Sotelo confesó la fuerza y
mayor poder de las razones alegadas por sus colegas, tOlllÓ la go-
bernadora la pluma y firmó la sancion.


»La sancion de la ley municipal puso el colmo á la animosidad de
los progresistas. Pensaron estos , pues, en una ruptura manifiesta y
violenta, y el general en jefe se encargó de tomar la iniciativa. Fin-
giéndose enfermo el 16 envió á la gobernadora con uno de sus ayu·
dantes la dimision de sus cargos, títulos y condecoraciones; lleván-
dose al darla la posible publicidad, el doble objeto de exacerbar mas
V mas la condicion turbulenta de sus adeptos y de interesar al ejér-
~ito por un sentimiento de gratitud y despecho en el manteni-
miento de las próximas conmociones y el sosten de sus consIguientes
planes.


»Mllcho embarazo la posicion de la reina, grave y dificultosa de
suyo, este paso del general. Corríanse en aceptar ó no la dimision
largos azares y peligros. Escoger el primer extremo, era elevar á
un grado indefinible la exaltacion de los ánimos; elegir el segundo,
era sancionar la conducta del jefe de la fuerza armada á quien el
trono conferia de nuevo su can fianza; era aumentar sus bríos, au-
torizando al parecer sus desmanes. Preocupados con la perspee.tiva
de tantos obstáculos, la regente y sus consejeros permanecieron al-
gun tiempo sin fijarse en el partido que debian adoptar; pero C.ris-
tina, bien qne temiese añadir nuevo pábulo á la combustion inci~


TOMO l.




406 HISTOItlA DEL REINADO.
piente, bien que cediese á un sentimiento de honor y de delica-
deza, lo cierto, que acabó por no admitir la renuncia que hacia Es-
partero.


» Para balagar á este y conciliar en lo posible sus in tereses exi-
gencias con el decoro y majestad de la corona, opinaron los mi-
nistros por que se le contestase que como general en jefe no babia
desmerecido en el concepto de la reina, y que por consiguiente que-
daba destruido todo motivo razonable de dimision (K).»




CAPiTULO XLflt


SUMARIO,


Ultimos hechos d.C' armas que tuvieron lugar prineipalmente en la. provinciaR de Ara-
gon, Valencia y Cataluña, y término de la guerra civil C011 la entrada de la~
hlleste~ carlista~ en Francia.


I.


Volvamos á la guerra que caminaba á su término, y resellemos
los hechos de armas para quedar ya completamente desembaraza-
dos, y así dedicaremos mejor nuestra atencion á las peripecias y
extraños fenómenos de la vida política, por cierto variados, duran-
te el año 18{0.


«Seguían cubriéndose las tropas en Aragon de continuos laure-
les. Al dirigirse á Gandesa avistó el generall..eon á seis batallones
realistas, apoyados en Jos estribos de una corpulenta montaña. Sin
resp~tar sus fuertes posiciones les atacó LeOD con bizarría, distin-
guiéndose en el choque los regimientos de Logrono, Rioja y Lucha-
na. Breve y escasa fué la resistencia del enemigo, replegándose
continuamente y desde el principio, ba;;ta que se pronunció en ma-
nifiesta retirada. Al siguiente dia cayó el fuerte de Gandesa en po-
der del vencedor Leoo. Mas vigorosamente defendido rué el de Al-
calá de la Selva; sitióle el ~ de mayo el general O'Donnell, y sus
baterías colocadas convenientemente vomitaron un fuego tan infer-
nal y destructor, que bien pronto quedó apagado el del castillo,




403 HISTORIA DEL REINADO
deshechos sus gigantes torreones y desamparada la guarnicion.


»Sin embargo, esta se defendia con intrepidez. El gobernador
daha ejemr!o de una osadía y serenidad dignas de elogio; sus sol-
dados Iv imitaban con valeroso aCan; y unos y otros completamente
descubiertos á un fuego voraz é incesante lanzaban á los sítiadores,
piedras, granadas y otros instrumentos de muerte. Pero lucha tan
desigual no podia prolongarse mucho; los rebeldes horriblemente
diezmados, amenazados por la inmediata explosion de una mina,
embestidos por fuerzas duplicadas, hubieron al fin de ceder, y el ge-
neral O' Donnell les otorgó una capitulacion que salvaba sus vidas.


»Con la tl)ma del fuerte de Alcalá y con la de el de Alpuente ve·
rificada por el general Azpiroz, quedaron reducidos los carlistas á
sus últimos atrincheramientos, teatros un día de sus glorias y aho-
ra sepulcro de sus yertos carláveres; tumba tambien de sus espe-
ranzas,


»1.a tenacidad que mostraban aquellos en los últimos dias de su
vida política, su ardimiento y constancia en defender palmo á pal-
mo el terreno que ocupaban, era una acusacion muda pero solem-
ne é irrecusable contra el príncipe emigrado. Si esos hombres á
quienes no sonreía ya la idea del triunfo, para quiene~ estaban cer-
radas las puertas de mejor suerte, se batian con ciega intrepidez,
con el criterio de su ruina, ¿qué hubieran hecho si su titulado mo-
narca en vez de volver la cara á los primeros aunque violentos gol-
pes de la fortuna, hubiese mostrado energía, resuelta voluntad, y
el de!'ieo invariable de asir con su mano el soberano cetro ó aban-
donarla fria al lado de su espada en el campo de los combates y la
gloria? Ciertamente que si en el litigio de la raZOD ha quedado re-
conocida la ilegitimidad de don Carlos, en el de la experiencia se
ha demostrado su nulidad, ha obtenido aquella su última y mas
precisa sancion, porque los pretendidos derechos de los príncipes
tan tú mas que por la razon se defienden por la opinion, que per-
doua los extravíos del entendimiento, pero jamás la pobreza del co-
razono


»Flojos y desalentados se mostraron en ocasiones los rebeldes de
Aragon y Cataluña, pero debido era á esa influencia que hemos se-
ñalado mas de una vez; al ningun porvenir que obtenian sus es-
fuerzos.


»Por lo demás ese flujo de intrepidez que inundó sus ánimos en
las brillantes defensas de Castellote, Aliaga y Alcalá de la Selva, si




DKL ULTIMO J30RBO~ LlE ESPAÑA. 409
no bastó á dilatar una guerra de suyo insostenible, basta á gran-
jearles un recuerdo honorífico de parte de la posteridad que al fa-
llar sobre los grandes hechos es siempre imparcial y justificadora ..
o. »Siguiendo en su rápido curso de decliJacion, experimentaban
todos los días los carlistas calamidades y reveses.


»Parapetadas las facciones catalanas en las gigantes alturas de
Peracamps, aguardaban con el presentimiento de la victoria al ge-
neral Van-Halen que debía regresar de Solsona. Verificólo este en
efecto, y al avistarle el enemigo cayó sobre su flanco derecho con
tal arrojo é impetuosidad, que la division que le componia, conside-
rablemente desmembrada, se sostuvo con dificultad. Esta primera
ventaja alentó á los cariistas, quienes presentando el gru.eso de sus
masas atacaron simultáneamente todas las largas columnas de las
tropas leales. Encrudecióse entoncfS el ataque, disputóse con éxito
y con valor su resultado; atribuíansele ya los rebeldes; cerca de se-
tecientos sumaba el número de los muertos en la banda de los lea-
les; estábanJo los generales Van-Halen, Azpiroz y otros jefes rle
bastante ral'go; alguna parte de nuestras tropas vacilaba ya; el
enemigo iba á recoger el feliz fruto de aquella jornada, cuando un
movimiento vigoroso, rápido y terrible de las huestes cristinas,
acabó por envolverle, llenarle de confusion y precipitarle en una
retirada vergonzosa. Tanto mas sensible fué á los rebeldes este de-
sastre cuanto que menos le esperaban, y porque se confederaba con
los acaecidos en los demás puntos dF; la Península.


»Eran multiplicados por esta época en el Aragon y Valencia.
Muchas r~azas de estas provin0ias tales como Mora de Ebro, Flix,
Benicarló, Alcanar j U1ldecona., Cant.avieja, San Mateo, cayeron en
poder de los liberales, y el fuerte de Begis, despues de un fuego de
treinta horas, abrió sus puertas al general Azpiroz.


»En el entretanto el cuerpo principal de las tropag á las órdenes
del general Espartero marchaba á humillar los bríos de la arNgan·
te Morella. l.a consideraCÍon de esta faD1o~a plaza conquistada en
dos sitios afortunad(}§, lejos de decaer babia subido al!:~uJ)os grados
mas. Reputábasela como el último refugio de los carlista~, en su
nombre clescansaha el título de conde que ostenhba Cabrera, y es·
te se habia propuesto defenderla con te80n y empeño. No juzgó, sin
embargo, acertado el caudi~lo rebelde encerrarse dentro de los mu-
ros de una pobJacion que iba á ser atacada por tropas numerosas
y aguerridas, sino que poniéndose al frente de algunos batallones




ilO BrSTORIA lJEL rlEINA DO
y algunos cabaIJos se corrió bácia Cenia, donde viniendo á las ma-
nos con el general O' Donnell sufrió un descalabro terrible. Lívi-
do, atado mas bien que cabalgando sobre una mula, el caudillo
carlista que apenas podia mantenerse en pié, debilltado por las fie-
bres, abatido por la gravísima y prolongada enfermedad que du-
rante" algunos meses le babia mantenido inactivo, consiguió solo
reanimar á sus voluntarios que un mes antes le creían muerto,
porque nadie sabia los lugares donde se retiraba cuando era heri-
do ó caia enfermo, y babia reunido sus fU6fzas agregando los res~
tos de las guarniciones de los puntos abandona:1os Ó que habían
caido ell poder de las tropas.


»No era muy próspera la situacion para Cabrera, pues desde que
salió, como hemos dicho, de Mora de EiJro el 26 de abril, dos días
antes de la entrada de las tropas, apenas habia tenido un momento
dé descanso, dedicado á reorganizar las dispersas buesll's que se ba~
bian desbandado. especialmente despues de la toma de Cas!eJlote
que habia sabido muy tarde, y por cuyo becho había ma di.\OÜ fo(,·
mar causa á L1aogostera. Así que habiendo visitaJü á J\!1¡reilu, que-
ria distraer algunas fuerzas y ver si eonseg-uia Hila víct1nia hrillan-
te que compensara la pérdida de la plaza que COlwcptuaba segura.
Con el propio objeto habia mandado á Baimaseda cou la mayor par-
te de la caballería que no le era útil en el escabroso terreno en que
se encontraba, á las provincias de Cuenca y Guadalajara, p:;.f ver
si así se reanirnabau los defensores de io.:; fUerks ih: Bdd,~ ~ Caildil.


Todas estas circun",tancias hiJCIHn mns gcave a'luel cOlllbate dun-
de los carlistas resistieron con teo ar~hi,ilt y br iiV ur.i I a~, l' "ílws ricias
del ejército que mandaba o'nonnell. En lo 1:1i1S e~ll¡){'ñado de la
pelea, qutdó sin sf'ntido Cahrera, y hubo necesidad de rc!irarlo eu
una camilla del campo de batalla en que se bailaba, cubierto de ca-
dáveres de uno y otro bando, Con esto terminó desastrosamente
para la raecion aquel encuentro.


'lPero si Morella no tenia en su seno al célebre guerrero cuyo ta-
lenlo y audacia la habian salvado en oca~iolJes de sumo riesgo, en-
cerraba otros osados tambien. hábiles y tenaces; abundaban fU Hl
recinto las provisiones y vituallas, y el mismo Cabrera habia t'xÍ-
gido á la guaroicion el juramento de mantenerse por don Carlos.
mientras conservase alientos y recursos .


• El ejército cristino, grande, poderoso, envanecido por una larga
serie de triunfos y prosperidades, acaudillado por un general de




DEL ULTI'rtO BORBON DE ESPAÑA. 4.11
buen nombrr. y vasto prestigio, perfectamente pertrechado, con for-
midables batNÍas, rehosando, en fin, en elementos de victoria se
preselJtó á la vi~!a de Morella el dia 18 de mayo de 1840. Dos in-
virtierGn en estahlpcer las línras y organizar las baterías, y el 120 se
rompió el fllí'~W por UDa y otra parte, aunque sin fruto ni visible
resul tado Corn pr?ndió desde 1 liego Espartero que la expugnacion de la
plaza seria m;IY árdwl, si no imposihle, mientras permaneciese am-
parada por aigur~as fortIficaciones exteriores, cuyos disparos gene-
ralmente certeros causaban estragos en el C3!llPO sitiador; y deter-
minando apoderarse parcialmente de ellas, atacó el ~6 la de San
Pedro Mártir, robusta eminencia coronada por un pequeño castillo,
á tiro de cañon de la plaza, auxiliada por un fortín y descansando
en uo macizo reducto denominado de ]a Querola. La fortificacion
principal lo mismo que sus dos adherencias cayeron en poder de
las huestes sitiadoras, quienes colocando en estas nuevas balerías,
acrecentando el fuego lento y sostenido, hASta convertirle en hor-
roroso é insaciabte, dlrigíanle simultáneamente á la poblecion y al
castillo. Abrígáballse en el recinto de aquella millares de personas
inermes que temblaban con azoramiento al escuchar el incesante
estampido del cañon ó el ronco silbar de las bombas y granadas, y


. que espiaban una ocasion oportuna de salvar tan angustiosa situa-
cion. Creyeron encontrarla buena en la noche del ~9: la guarnicion
reputando imposible llevar mas adelante ]a defensa de la plaza y
queriendo economizar su sangre y hacer menos fastuoso el triunfo
del Duque. pensó entregarse á la fuga, dirigiéndose, amparada por
la oscuridad de la noche y en número de cinco ó seis batallones, á
una de las puertas mas secretas, y oculta alojo escrutador de su
enemigo. Seguíala una multitud de infelices que hastiados de las
calamidades del sitio y aterrorizados por su imponente aspecto bus-
caban bajo otro cielo, calmado y seguro asilo. Marchaban con el
mayor silencio, pero los sitiadores recelosos y prevenidos destaca-
ron algunas fuerzas para observarle, y con la conciencia entera de
haberse verificado avanzaron sus tropas con rapidez y en buen ór-
den, cargaron de súbito á las masas facciosas, parte armadas y
parte inermes, las atacaron con desusada intrepidez. las arrollaron,
las envolvieron por todas partes, cebáronse en borrible carnicería,
y sin drja. las un momento de respiro las obligaron á regresar en
precipitada fuga al recinto de la ciudad, dejando en poder de los
sitiadores mas de quinientos prisioneros, compltllando UD número




IllSTORfA DEL REINADO


mucho mas considerable el de sus muertos y heridos. Este último y
desgraciado golpe esparció la cODsternacioD y el asombro entre los
sitiados, trjdos lamentaban la pérdida de aigun pariente ó amigo, y
suponian fundadamente que el enemigo fiero y arrogante con su
triunfo redoblaría sus esfuerzos.


»No salieron fallidos sus cálculos: el duque de la Vicloria que-
riendo terminar el asedio con asalto, crdenó hacer frecuentes dis-
paros contra la muralla á fin de que Jbierta una ancha y practica-
ble brecha pudiese aquel verificarse con facilidad. Temerosos los
sitiados de semejante propósito y reputándose impotentes para re-
sistir su ejecucion, propusieron la capitulacion con honrosas condi-
ciones; pero el general de la reina las desechó constantemente ter-
minando su negativa con e~tas imponentes palabras: «O perecer en
los escombros, ó entregarse á discrecion.» Constituidos los carlistas
en el mas angustioso trance, teniendo á la vista una ciudad arrui-
r:ada y contemplando derruidas tambien las principales fortificacio-
nes del castillo, abrazaron el último partido, deponiendo las armas
el dia 30 en número de dos mil hombres. De este modo brilló al-
tiva la enseña de la libertad sobre el mas temible y casi postrimer
bastion de los rebeldes.


»Confirióse pues al general vencedor el toison de oro, y á su ti-
tulo de duque de la Victoria añadióse el de Morella. No se circuns-
cribió la gloria de este periodo á la que resultó de la torna de Mo-
rella ni á la que arrojaron de sí los diferentes hechos militares re-
latados anteriormp,nte; prodújola tambien y no pequeña la accion
titulada de Olmedillas. Habíanse dividido en dos grandes grupos las
facciones de Aragon y Valencia, uno que á las órdenes de Cabrera
cayó sobre Cataluña, y otro que consistente en tres ó cuatro mil
hombres invadió la provincia de Cuenca, Este último era perse-
guido con actividad por el gener~l Concha quien des pues de reite-
radas marchas y contramarchas logró alcanzarle en las inmediacio-
nes de Olmedillas, donde se trabó un choque menos largo que san-
griento. Acometieron las tropas de Concha con esforzado brio y
ardor, el enemigo se defendió bien al principio, pero resintiéndose
al cabo de su condicion fugitiva apeló á la retirada dejando el cam-
po cubierto de cadáveres, y mil quinientos prisioneros en poder de
los leales, Eslabonáronse con este triunfo la conquista de Cañete y
Reteta verificadas por el general Aspiroz.


» Pero al lado de aeon lecimiontos tan satisfactorios desarrollábase




DEI. tlLTlMO 1I0RllflN i)E ESPAÑA 41 J
el panorama de otros calamitosos y funestos. Dos son los grandes
períodos de crudeza y barbarie en las guenas civiles: el de su
apertura ó nacimiento, y el de su hundimiento ó defl1DCioD cuando
las pasiones ardientes y volcanizadas sofocan todo sentímiento hu-
manitario, ó cuando estas mismas pasiones degeneradas,rabiosas y
desabridas hu yen de rozarse con afecciones mas nobles; cuando el
hombre, en fin, se convierte en un loco furioso, Ó cuando se asemeja
al tigre acosado en el estrecho recinto de su caverna por numerosos
cazadores. Ambos extremos son temibles, y nuestra patria palpó
tambien sus funestas consecuencias. Cabrera dió el ejemplo en !lo-
sell; allí perpetró un acto de ferocidad fria y calculada inmolando
cuantos nacionales tenia prisioneros, alanceándoles y acuchillándo-
les sus soldados; pues bien; Balmaseda, digno émulo suyo en esta
parte, recorrió la provincia de Guadalajara senalando su ruta los
cadáveres de numerosas víctimas; víctimas inocentes, de las cuales
unas habian cometido el solo crímen de poseer bienes de fortuna,
capaces de excitar la torpe codicia de los fugitivos rebeldes, y otras
el de desempeñar algun cargo, por oscuro é infimo que fuese, en la.
administracion pública; arrojóse des pues el jefe carlista al litoral
del Duero, y mientras Roa y Nava de Roa servian de pábulo á
las llamas, él y sus soldados se abandonaban á la crápula, al des-
enfreno, á todo linaje de maldades. La vida de los hombres y el
honor de las mujeres eran medidos con un mismo rasero. Si algo
pudiese ennegrecer mas los colores de este cuadro, de suyo espanto-
so, añadiríamos que hallándose alojados Jos rebeldes en Nava de
Roa recibieron órden de prender fuego á las easas, y que un
coronel faccioso tuvo la salvaj9 impasibilidad de intiroársela á su
madre casi decrépita, arrojándola de un hogar santiflcado en cierto
modo por la permanencia de muchos años, y aplicando él mismo á
la parte mas combustible del edificio la hacba encendida que debia
devorar en pocos minutos el patrimonio de aquella anciana y de su
numerosa familia. Si la victoria en vez de reprimir ha de fomentar
estos ultrajes á ¡as sagradas leyes de la naturaleza, mas valiera
renunciar á la victoria.; porque al fin la primera de las oblig-aciones
sociales es el respeto debido á la humanidad indefensa y desvalida.
Escaso fué en esta ocasion el celo de los jefes liberales, quienes dis-
poniendo de numerosas divisiones permitieron que el caudillo car-
lísta se manchase con tantos crímenes, y que seguido de los suyos
penetrase casi ileso en el territorio francés,


TOMO '.




mSTOHIA DEL REINADO


»EI fuerte eslabon que une á la guerra política con la dinástica,
nos obliga á desviarnos algo de una para concurrir inmediata-
mente á la otra. Reconcentradas las fuerzas de Cabrera en Catalu-
ña, investido el audaz caudillo con el carácter de jefe primero del
principado, penetró en Berga, dirigió fI. la junta carlista, alma re-
guladora de las operaciones en aquella provincia, los mas severos
cargos por la violenta muerte dada á don Cados de España, persiguió
con ardor á los asesinos del conde, y bien fuese el temor de que se
descuuriese su connivencia eOil estos, hieo el despecho que engen-
dra el haber de sujetarse por primera vez á un jefe altivo y sober-
bio aun en la desgrada, ó bien el hallarse anteriormente en tratos
de paz y concordia, lo cierto es que Segarra, corifeo carlista de las
tropas catalanas, se dirigió al campo leal acompañado de cuatro sol-
dados y poniendo á grave riesgo su existencia. Libre y exento de
rivales, asistido por su ordinaria energía y actividad, Cabrera pensó
defender con valor su último refugio peninsular, y agrupó fuerzas
rebeldes en número de ocho ó nueve batallones sobre la gigante
montaña denominada de Noé que ampara y protege á Berga. Aquel
era por consiguiente el del ataque, el que ofrecia dificultades rea-
les, aglomeradas, nebidas unas, las mas, á la imponente topografía
del terreno, procedentes otras de la desesperacion que en aquel
momento supremo debia devorar á los carlistas. A. vencerlas mar-
chó el general Leon conde de Belascoain, seguido de una division
brillante, y lo hizo con tanto arrojo y con una bizarría tal, que los
soldados de Cabrera, viendo á aquellos hombres desafiar con frente
imperturbable y á la bayoneta calada todas las asperezas del terreno
y un fuego aniquilador y mortífero, empezaron á titubear; una
carga dada con oportunidad, órden é intrepidez, desarrolló mas y
mas aquella primera accion del temor, de manera que los rebeldes,
confusos y reputándose perdidos) recurrieron á la fuga dejando la
plaza á disposicion del vencedor. Pocas horas despues la ocupaba
el duque de la Victoria. El dia 4 de julio tuvo lugar este aconteci-
miento. y el 6 Cabrera acosado por el general Carbó, imposibili-
tado de sostenerse por mas tiempo, penetró en el territorio francés
seguido de cinco mil de los suyos.


»No tardaron tampoco los sublevados de la provincia de Toledo
en llevar su merecido escarmiento, de modo que la hora de la paci.
ficacion general sonó al fin para nuestro agitado pais. Habfala ob-
tenido á costa de inmensos sacrificios; sin embargo, olvidándolos
los vencedores iban á hacerle pronto teatro de graves sucesos,)~




CAPÍTULO Lt


SUMARIO.


Diversas tendencias de los partidos moderado y progresista en 18 íO, pacificada ya la
nacion.-Sllcesos de Barcelona.-Sintomas de insurreecion en Andalllcia.-Sc-
sion del 2:; úe julio.-Situaeion critica de Cristina.-Refleeiones polltieas.


1.


La ruptura esll.l,ba hecha, la guerra civil terminada, Cabrera en
Francia, Cristina como jefe del partido moderado, cuyos hombres
babia cülmado de distinciones y favores, levantándoles de la oscu-
ridad y atracándolos á esa atmósfera, mefítica sí, pero que como el
opio fascina y produce voluptuosos goces; Cristina, pues se hallaba
frente á frente de la revolucion.


Acaso el partido progresista en sus relaciones con el jefe de la
fuerza armada, comprendia que era posible dominar ei mar tumul·
tuoso, abriendo cauces á las olas para que en sus oscilaciones no aro
rastraran lo que llaman los partidos medios las bases constitutivas
de la sociedad.


Pero si la revolucion podia srf cúntenida, si el general descon-
tento debía limitar sus a~piraciones á una simple variaeion de mi-
nistros, ó cuando mas á un eambio personal en la regencia, si de-
bían mantenerse en pié los grandes privilegios y las odiosas ma·




416 Hl~TI)\UA DKI. R~lNADO
nife::;taciones; si la Hacienda debia continuar quebrantada, y España
coa nn déficit eni)rme, mientras se pagaba un gran presupuesto á
la casa real por sostener el lujo de una monarquía inútil, ya que
no peligrosa: mientras el clero poseia cuantiosos bienes, y cobraba
grandes cantidades la corte romana; si se perpetuaban aun los
grandes abusos que eiegan las fuentes de la riqueza pública, impo-
sibilitando el rlesarroJio de la industria, acaso iba el pueblo espa-
ñol á dar "In gi'an paso acostumbrándose á ver cómo se. desmorona
una dina~tía, y la revolucioo d,~ setiembre de 18tO iba á ser el an-
teceden te lógico de la revol UCiOD de setiembre de 1 S ti 8.


Los hombres que representaban entonces la idea popular conta-
ban aun como compañeros á algunos de los ilustres legisladores de
Cádiz; ¡ pero cuántos habían perdido ya el brio de la juventud!
¡cuántos bab;an apostata.do ante el terror blanco de114a120, ydel
23 al 33! ¡cuántos servian solo Je obstáculo á la marcha de la re-
volucion, y cuántos otrol'l se disponian á aprovechar la coyuntara
favorable para medrar si ra reaccion llegaba á equilibrar las fuer-
zas, si los déspotas se atrevían á presentar la batalla, la última ba-
talla, porque no es posible detener el progreso por mas que lo') egoís-
tas puedan prolongar la agonfa y dar apariencias de triunfo acep-
tando formas nuevas para la tiranía y halagando á ciertas clases con
mentidas promesas!


11.


T....a agitacion producida en todas partes por el tenaz empelio de la
corte, la decadencia del carlismo, que armado hubiese sido como
hasta entonces un obstáculo para el desenvolvimiento del espiritu
público que podia hallar expansion en esta época, aunque quizá se
torcieran mas y se debilitasen las verdaderas tendencias revolucio-
narias, presagiaba ya una gran conmocion, y en todas las provin-
cias respondia como eco poderoso el instinto de la libertad á las
manifestaciones de Barcelona.


A las muestras de regocijo por el triunfo, mejor dicho, por la
paz, se unia en unas y otras poblaciones la manifestacion del deseo
de llevar á término las reformas que tan tímidamente venian plan-
teando ~ohiernos que se llamaban liberales, y que á. su vez des-
virtuaban con fl!nr~ño las autoridades, Jos gobiernos y el mismo




j}EL ULTIMO BOII.BON DE ESPAÑA. 417
poder legislativo cuando dominaban lo que se decian elementos con-
servadores. Era en suma toda aquella situacion un conjunto de ten-
dencias perturbadoras y divergentes, y como dejamos dicho, el
ajército, elemento neutral hasta entonces, que servia, como la disci-
plina ordena, ya á un plan del moderantismo, ya al deseo de los
gobernantes exaltados, parecía inclinarse y formar alianza con los
amigos de la libertad.


Pero las aiianzas cuando no bay completa identificacion de mí-
ras, son en muchas ocasiones pe rj udíciales, y siem pre llevan con-
sigo la vacillacion y el temor y la desconfianza, lo que impide que
sean rápidos sus movimientos, perjudicando así al buen éxito.


La tormenta arreciaba y los sucesos se amontonaban en todas
partes, habiendo el 18 de junio, pocos días despues de la salida de
Cristina, presenciado Madrid con asombro unos sucesos que Pi)
acertaba nadie á calificar toda vez que se perseguían indislintamt ... 8
las galgas, los pendientes de coral, los pañuelos encarnados y las
boinas: fué un dia de verdadera alarma para la poblacion, y cier-
tamente inexplicable el móvil de :os que comenzaron el motín.


111.


Espartero llegó á Barcelona el 13, Y recibió, como pacificador del
país, una ovacion de que acaso no haya ejemplo: el caballo y el
afortunado general podian apenas hallar tierra donde pi~ar, y la in-
mensa multitud que delirante y embriagada por el júbilo, se apiñaba
á su paso, llevaba en andas á Espartero. Conferenció aquel mismo
dia con Cristina, ex¡')oniendo la imperiosa necesidad de variar radi-
calmente de política, no dando consecuencia alguna á los actos de
unas Cortes, que desoyendo los ciamores del país, habían con tal
atrevimiento restringido y coartado los derechos del pueblo. Recla-
maba por lo tanto, como en Lérida, el cambio ministerial y la no
sancion de fas leyes últimamente elaboradas.


Cristina resuelta ya á todas las eventualidades, juzgando acaso
que el bando moderado con su influencia y su dinero podria tal vez
organizar bien la resistencia, con la esperanza de que e! caudillo
victorioso no lIevaria tan adelan te su resolucion, sancionó el 14 de
julio aquella famosa ley municipal, y el conde de Luchana presentó
entonces su dimision, renunciando á todos los grados, honores y con·




418 U/STCRIA DEL RKINADO
decoraciones con que se habian premiado sus servicios; alegando que
necesitaba retirarse á de:cansar de las fatigas de la guerra. La go-
bernadora no admitió aquella renuncia, y las cosas continuaron en
el mismo s~r y estado en que se encontraban.


El dia 18 de julio se formaron grupos delante de la casa de Ayun-
tamiento, y á los gritos de viva la Constitucion, viva el duque de
la Victoria, abajo la ley de Ayuntamientos y el ministerio, se diri-
gió la multitud al alojamiento de Espartero, levantando algunas bar-
ricadas, y deteniendo en algunos)untos varias patrullas que no tra-
taban de hostilizar al pueblo, dando á conocer así que era difícil
contar con las tropas para reprimir la sublevacioD. Espartero se
asomó al balcon, arengó á la multitud, prometiendo que mil'lntras
él viviera no se atentaria á la integridad de la Constitucion; pero
tales palabras, por autorizadas que fuesen, no bastaron á calmar la
ansiedad, y el general tuvo que marchar á palacio despues de con-
ferenciar con el Ayuntamiento, que se declaró impotente para dis-
persar la multitud, mientras no hubiese garantias formales de que
sus deseos serian cumplidos.


Poco tiempo permaneció el conde de Luchana en presencia de
Cristina, y al salir á pié acompañado de Van-Halen y un numeroso
estado mayor, se dirigió á las Casas consistoriales donde manifestó
que el ministerio presentaba su dimision, y que él no saldria de
Barcelo.na hasta hacer que se r~petase el voto público; dispersán-
doseentonces los grupos que fraternizaban con los soldados.


IV.


El ministerio Castro se habia disuelto, sin lograr {ltra cosa, des-
pues de repetidas intentonas para anular la ley fundamental, que·
perder todo prestir;io y autoridad, comprometiendo á Cristina ya des-
prestigiada tambien y humillada despues de haber hecho evidentes
Jos deseos que abrigaba.


Formaban el nuevo ministerio, don Antonio Gonzalez,para Gra-
cia y Justicia y presidencia; don Mariano Carlos de Onis, para Es-
tado; don Vicente Sancho, para GobernacioD; don José y don Va-
lentin Ferraz, para Hacienda y Guerra; y don Francisco Arruero,
para ~Iarina.


Los antiguos consejeros que acompafiabau á Cristina, se habían




DEL ULTUIO BORBON D& ESPAÑA. 4.19
refugiado á los primeros síntomas de la demostracion popular en un
buque de guerra extranjero, y el partido moderado de Barcelona
que era, en aq uellos tiempos, de armas tomar, rmostraba bastante
energía, no pudo avenirse con aquelJa derrota resolviendo tornar la
revancha. Entonces fué resuelto por los clubs, que se hiciera una
protesta formal, y en la tarde del 1:!1 de julio al salir á paseo
Cristina y sus hijas, algunos grupos prorumpieron en vivas é in-
sultos hácia el nuevo ministerio. Los exaltados, que estaban tam-
bien prevenidos, opusieron los silbidos y otras demostraciones, y las
calles de Barcelona se ensangrentaron, pereciendo en tro otros un
abogado célebre que defendió su casa con desesperado ei3fuerzo y
valor heróico digno de causa mas noble. Algunos desmanes se co-
metieron por la muchedumbre allanándose la imprenta de un perió-
dico moderado y proclamándose, en fin, la ley marcial.


En Cádiz, Málaga y otros puntos de Andalucia, hubo tambien
sin tomas de insurreccion, pero en Madrid ]a prensa y la milicia ciu-
dadana advertian uno tras otro los peligros que corria la libertad, y
se preparaban á sostenerla contra todos los que hipócrita ó desca-
radamente quisieran combatirla.


Habíase recibido en Madrid por extraordinario la noticia de la
sancion de la ley de Ayuntamientos, y los ministros arrostrándolo
todo, los clamores de la prensa, y la actitud de la corpoidcion mu-
nicipal, se disponian á promulgarla cuando llegó la nueva de las
ocurrencias de Barce lona en la noche del1 S.


Al abrIrse la sesion del 25 de julio las tribunas llenas de espec-
tadores dejaron oir vítores y voces, y despues de sosegado algun
tanto el espíritu que reinaba, se leyeron los decretos del cambio
ministerial suspendiendo las sesiones basta que pudiera asistir á
ellas alguno de los nuevos ministros.


Madrid quedó tambien enlonces sin Mtoridaaes civiles, yel capi-
tan general decidió mantener la tropa en los cuarteles como pre-
eaucton para evitar desórdenes.


v.


Los nuevos ministros no se reunieron para presentarse á la Go-
bernadora basta el 6 de agosto, y en la primera audiencia al leer
don Antonio Gonzalez el programa del gobierno acordado por sus




HISTORIA DEL REINADO


compañeros, que consistía en disolver las Cortes, anular la ley de
Ayuntamientos, y reformar la auminislracion pública destituyendo
un gran número de empleados, la regente se negó á aceptar tales
condiciones. Gonzalez y Sancho que emn el alma de aquella nueva
situacion, no pudieron aceptar un puesto de tanta responsabilidad
en aquellas circunstancias, y se retiraron antes de prestar juramen-
to, nombrándose para Gobernacion á don Francisco Cabello, y para
Gracia y Justicia á don Agustín Sí/vela, constituyéndose presiden-
te don Valentin Ferraz.


Momentos graves y trances supremos hubo durante esa larga y
laboriosa crisis en la que Cristina,abandonada caEi por sus amigos,
luchaba uno y otro dia, suplicaba, mandaba, tanteaba, evocaba re-
cuerdos, alhagaba, intimidaba ó procuraba seducir á los que se
acercaban á ella. La administracion pública, la Hacienda, eso que
enfática y pomposamente se llama gobierno, estaba completamente
abandonado.


¡Cuántas reflexiones pueden hacerse al presenciar escenas de es-
te género que son muy frecuentes en esos gobiernos mistos en que
la lucha latente y legal perl.1 constante entre el partido que quiere
progresar y el que se propone conservar no lo existente, sino los abu-
sos y las tradiciones; en que la lucha, decimos, se recrudece y pasa
del campo de los principios y teorías de la prensa yel parlamento á
las calles y á los cuartdes! Y los rlüctrinarios, cuando haolan de la
ciencía de gobernar, nus recuerdan la necesidad de la ponderacion y el
equilibrio de los poderes, ¡La ciencia de gobernar! y generalmente
los expedientes se pierden en las oficinas donde una tramitacion
enojosa mata las ilusiones y agota los recursos del que se propone
establecer una industria, hacer una via férrea, fertilizar una comar-
ca ó colonizar alguna localidad désierta. ¡ La ciencia de gobernar I y
el individuo hoy como ayer ve allanada su casa, observa en ¡as
calles una numerosa policía que debiera manlener el órden públi-
co, y sirve en todas ocasiones para fusilar á los ciudadanos inermes
hasta dentro de sus hogares! ¡ La ciencia dé gobernar, yen perío-
dos mas ó menos largos el descrédito, la falta del trabajo, la inse-
gurid3d, el malestar de todos arroja á la multitud á la plaza públi-
ca, para conquistar con la violencia lo que se niega á la razoa y á
la justicial j La ciencia de gobernar I y á menudo hemos presenciado
largas épocas de interinidad durante las cuales nada se resuelve,
todo se paraliza menos las gastos del presupuesto que aumentan el




DEL ULTIMO MRBON DE ESPAÑA.
déficit, y vienen á acrecentar la inmensa deuda preparando la ban-
c.arrota! Pero dejemos estas reflexiones, aceptemos los hechos con-
sumados, y ya que vivimos al dia, ya que debeinos adoptar el len-
guaje de las pasiones para hacernos entender, prosigamos la narra-
cion de los sucesos.




CAPITULO Ll,


SUMARIO


'"U(C;;(¡~ d,' ,'alenria rluran!t' la p"tatlcia d(~, 1,1 (,01'!I' !'!! ,Iíelti} rÍlHlad f'tl PIIII,-fl,'\,.,
l'lcillu \ ic~urio"~ ','11 ~l;¡drid ,-E \r,()~jcillli rk 1,\ .Illll[[1 dI' \!;¡,[rid <! 1;, 11'111<', ,-'(,h,'/'
lIadorH


lo


Los acontecimientos habian tomado tal gravedad. la situaclOll
era tan iUl1Iiuentemente revolucionaria, que la preosa discutia ya
tilJ rebozo y se hablaba públicamente de la conveniencia de ues-
cargar á Cristina del grave peso de la g(¡bernacion del Estado, eo~
loeando cerca de ella y á su altura personas dignas que COal par-
litsen la responsabilidad que siempre tiene ante la historia esa fuu-
don del poder. Espartero era necesariameute el indicado para diU
significacion, vida y movimiento á la mi}quiaa gubernamental.


La gobernadora por su parte hacia esfuerzCJs sobrehumanos para
frustrar los planes que al partido exaltado atribuía, transigiendo ó
mostrándose altiva; cediendo al parecer hoy para ganar tiempo. se
negaba mañana á aceptar las condiciones necesarias, para que SI-!
realizase un cambio completo si no radical en la marcba de Jos Ge·~
goClos.


Llegó por fin el término de la jornada, y el :t~ de agosto se em-




ORI. nLTIMO n(¡RBO~ DE ~SPAÑA.
l¡areó la cort~ para Valencia acompañada del embajador francés que
~ostrn¡a acaso con estériles muestras de afecto Al valor de Cristina,
hatiendo el duelo h la causa que protefZ'ia.


En Vaieneia !Jubipfon de reproducirse las ~s,~enas que presp,nció
Rarr,r1ona cuando la pntrana de la corte, dando ]a coincidencia de
que aqnel Currpo municipal perteopcia tambien al partido progre-
slsta; pero Cristina acaso se creia mas segura en esta poblacion
porqlli; l'D !'lla SI' halla ha de cap:tan genüral don Leopoldo O'Donnell
con e! rjércit.o rl0] Centro.


El Ayuntamiento hahia hecho una demostracion hastante signi-
ficativa, dejando de solemnizar Ja entrada de la corte con los acos-
tumbrados festejos y pompa, recibiéndola por el contrario con cierta
ealculada frialdad.


Al siguiente ciia confiando el partido moderado en el celo y pro-
teccion de O'Donnell, intentó, aunque no con el yalor y la audacia
que el partido moderade. barcelonés. desagraviar á la orendida se-
fiora, dando una serenata á Cristina y sus hijas. Con esto se dió
fícasinn ;Í !]!Jf' el puehlo acudiera á Jos alrededores de la morada
regia, trat"lse de incendiar el tablado y opusiera á Jos gritos de or- .
denanza entre los grupos moderado-s, vivas á Espartero y á la 1i~
bertad.


O'Donnell supo prevenir el caso, y al observar el aspecto bata-
llador de las gentes, tomó sus precauciones, y los ministros, mas
prndpntes aun, queriendo apartar todo pretexto á una perturhacion,
prohibieron la serenata, ::lOO lo cual las gentes reunidas viendo que
por debilidad se contemporizaba, prodigaron aun mas Jos vivas á
la libertad y á las instituciones.


JI.


La situacion cada día era mas critíca y cOlPplicadaj en vano
unos y otros aparentaban querer la conciliacion; en vano Cristina
hus~aba con astllcía, en los recónditos pliegues de su inteligencia,
un medio para salir airosa de la fatal cuestion que ponia en com-
promiso inminente su posicion y que debía producir necesariamente
su caida.


En 28 de agosto hizo dimisíon el ministerio; p;j~OS dias antes en-
contrándose Cabello en Valencia tuvo una entrevista con Cristina, y




HISTORIA DEL REINADO


habiéndola manifestado que DO podia estar de acuerdo con las con-
diciones que habia aceptado el ministerio, por los compromisos que
le ligaban con el Ayuntamiento de Zaragoza, pOI' lo que creia incom-
patIble la aceptacion de una cartera. Dou José Ferraz habia quedado
enfermo en Barcelona, y 00i8 Y don Valentin comprendiendo perfecta-
mente que era necesario hallar una solucion definitiva y no andarse
con paños calientes ni vaguedades, presentaron tambien su dimisiún.


No era posible ya desconocer el estado de la cuestion; agitábase
en revuelto torbellino la multitud aquí y allá, y á pesar de qUE domi-
naban la situacion los moderados; á pesar de que las autoridades
velaban sin descanso, sin detenerse en barras, porque ya era cono-
cida en aquel tiempo la famosa teoría de no morir de empacho de
legalidad; á pesar de que en defensa propia, es decir, en defensa de
su destino se esforzaban pur acallar toda muestra de descontento,
lo ciertú es que en diversas provil1c¡a~ estaba ya demostrado qlle
no se podía contener la marcha de los acontecimientos, y que uo
habria grande resistencia por parte de las tropas, en I~I momento
en que se formalizara ellevantarnient.n que todos veian ya en lon-
tananza.


Podia dilatarse este acontecimiento acaso como venia sucediendo
en los dos últimos ¡,"eses; pero la caída de Cristina seria necesaria-
mente el desenlace de aquel vasto drama que tenla la España por tea-
tro. Así lo veian todos, así lo creia sill duda Cristina cuando se de-
cidió á formar un nuevo ministerio que creeria muy constitucional
y parlamentario porque sus individuos Pf~rtenecian á la mayoría dI'
las cámaras.


Don Modesto Con taza fué encargado de la presidencia y del mi-
nisterio de Gracia y Justicia; doo Juan Antoine y Zayas, de Esta-
do; Arteta, de Gobernacion; Aspiroz, de Guerra, y aun cuando sus
antecedentes y sus votos eran bien conocidos, queriendo prolongar
algunas horas la indecisioll\ se supuso que se hallaban decididos a
renuneiar al dereC'll) que por la nueva ley de Ayuntamientos 5e
concedía á la corona para nombrar Jos alcalde::;,


lll.


Apenas llegó á Madrid la noticia del nombramiento de un nuevo
ministerio; apenas lueron conocidos los nombres de los nuevos mi·
nistros, el pueblo se presento en las calles, y grupos numerosos




DEL ULTI~lO íURHON lJii FSPA~A,
fu('roll acercándose al Ayuntamiento que celebraha sesion extraor-
dirLtrt;J .. Des¡JlI/;s d,,- la '¡¡'.'CUSlOfl de uip:una~ G1J~stiOnp.8 pilCO irn;lo1-
tíl.n !r.f:: , uno dn los a~;¡sL;nte.., que habia escuchado eOIl impaciencia,
al '\"er qnü s~: gastab¡l el tit¡,il\\U en ftivolidade,:; uli{'ühlS la reaecion
prvli'ncliu ¡mpOil:'Úi'." r¡~Ch¡ilÓ qlH~ St: lplscase el apoyo de la fuerza
ciudadana, y llHWl1í!s voces acudieron eü auxilio de aquella que se
levan!ana para tL, ia voz de alerta,


;';1 ¿¡nc1nigo eslaba cieri¡}.!llC-;ilíe ¡HOVOCíidor, y los ciudadanos que
impHísaron (ji AVU!1!amiento para que tomase UDa determínacion
ddin:liva, C~llllp¡ic(()u con su deber, En vano el presidente del
Ayunfarnh'rdo y algunos otros individuos intentaron apaciguar á la
multItud qu~\ lllas y mae compacta mas y mas resuelta se apiñaba
en lo;;; puntos ma:, imoortantes, presentándose ya algunos naciona-
1(';:1, ¡>¡n armas. Despues de varios discursos ea que se enumeraban
/a'; ;L·';\iiraril-'(!ddps~in eu~nt(i, y las infracciones repetida;,; de los
artící, los í'n /1 \11' ia L,; v fu n Ll.ilen la 1 cO"¡,agl\! ha algunos derechos
do lus ¡~¡udildJ.nos, el Ayuntatllle(¡1,j ~':; decidl() á ponerse al freute
dfli nwvífllil~nt() dedarando que no se obedecerla á uiDgnll gobier-
no, fí¡jeufras 110 se lhmw garantías dr, que se iba á c.onsagrar la h-
Lertad,


Aeof(lÓse j)f¡ ¡;eguida í lamar á la illilillia nacional á las armas, y
St: üombró una Junta Pl'OvIsÍo!Jal de gobif~J'no, COI/Jpucsta de los se-
ñore·; Labortia, Llanos, Beraqui, ~()rradL Baranda y Portilla, pre-
~¡d¡éndo¡a don Joaquín María Ferrer.


Dílíeil si'ria pintar el enlusi:lsmo y agitacion que reino en Madrid
durante las prim{'ras horas de la tarde Al toque de generala acu-
dieron apresnradarn~~ntc á ~us pUfsto;;; los milicianos nacionalet;,


La segunda de cazadores mandac1a por don Juan Miguel tie la
Guardia, se bullaba dando la guardia al Ayuntamiento que conti-
nua.ba discutiendo y adoptando disposiciones para asegurar el triun-
fo de la I'cvoincion,


f\. las tres de la tarde el jefe político señor Buerens, recientemen-
te nombrado, se presentó en ia plaza de la villa y entró en el local
donde estaba constituida la Municipalidad, pretendiendo que se di-
solviese la Junta y se desarmase la milicia nacicllal. Por evitar
desgracias mas que por temor á las rídículas provocaciones de
aquella autoridad que hasta tal punto desconocía su posicion, hubo
de arrestarse á qui:jn defendía con tanto empeño lo~ intereses de un
gobiemo ya caido,




HISTORTA OrL HEINADO


Poco tiempo despnes el general Aldam.~. el mismo que hahia
mar dado algunos meses antes una carga contra las masas indefen-
sas, se prrsentó con fuerzas respetables pretendiendo peDetrar en el
Aynnfan:iento á viva f!1l~r7.a. t6~ nadonalf5 dieron el .dto á las
fllerza~ que en ademar. hostil se pfeseDt~ban, y bahif~nlh)s(~ roto el
fUf'go por ambas f~artes. desmonf.arJo ~l !::¡~neral Ald:lma por la
muerfe de su cah?lio hubo de n~!r()ceder pa:'aDdo dc~¡jp alli á ins-
fajarse en el Rptiro, donde procuró reunir Jos baíallones que forma-
ban la g1Jarnícion de ;\laJrid, que ro su ITHlyoría fueron á fraternI-
zar á las pocas horas con la mJlícJa eiudadarHL


JV.


Facil fué la victoria, no mlJcba~las victimfls p()r fortuna: el Pl]f'
hIn de Madrid domínaba sin ob~t;le\Jl()s. v corno en todas I)casjone~\


, .'


dió evidentes muestras de í'U sensatez v cordura.
Trasladósf> la Junta may .ilH:'?[() á la casa pal1aderia sit.a en la


plaza de la CI)DiilituciorJ. y eomfJ era !:OIJ1J(~n¡entl' arendl:'l' ;i qUf' los
servícios marchasen con J'I'.gu¡¡lrldad, ftlé Boci ¡¡ nombrado c.loitan
general de .Madrid, y jefe político don Juan Lasaña.


Decreló tambien la Junta que todos jos empleados y funcionarios
públicos debían reconocer y obedecer las órdenes rle la J uAla Ó f!L.
nunciar en el término d~ ~u horas. sopet1(f. de que f'\1 desohedien-
cia ~eria considerada como rebeld ¡a y como tal castigada.


Tambien publicó la Junta una maoifesiacion en que explicaba las
causas que habian motivado fl alzamif'uto (L), y la exposicioo que á
continuacion trascribimos, dice así:-
Exposicion dirigida á la reina gobernadora por la Junta provisional


de gobierno de la pro1Jlllcia de JJfadrid.
«Señl}ra: Cuando la nacion españoJajllr01a Cons}itucion d" 1 SR7


formada. por las CorfN~ eous!it.llven!es y aceptada lihre y esponth-
neamente pl)r V. M., fué con la decidida V(,[fJoÍlld Qf' aeatar, CUIn"
plir y defender contra. todo linaje de enemigos. DO UD vano simula·
ero. sino la garantía de sus derechos y el fundanH'oto de su futura
gloria y prosperidad. Tan pnemiga del despotismo como de la li-
cencia, la inmensa mayoría del pueblo espaljo! ¡.;iempre cumplio con
respeto las provídencias cons:itucionales de la corona, y no ha ¡.;jdo,
por eierto, pscasa en sellar con torrentes de sangrl" su lealtad y




nEL ULTIMÚ BORnON DE E8PANA, U7
il.dheSlOlI al trono de Isabel H, cimentado en la soberanía nacional,
y II la augusbl persona de V. M.


j)grupero en un pueillo liure la obediencia tirmt! sus límites llar""
cadl)s por las leyes; y nada eX;JOue taa lo la Jignidad de la corona,
uadd desvirtúa lanto Slt fuerza, su prestigio, su existencia misma,
como la legítima pretension d8 llal:erse superior á la ley, única y
verdadera expresíon de la voluntad general. Los pérfidos consejeros
JI' V, M. 01 vidando estos prinuipios cu ya estricta observancia afir-
ma y robustece el pouer, no han vacilado en interpretar alevosa-
mento Jos clamores de la opinion pública, y abusando de nuestra
oaciencia v sufrimientü inclinar el áuinw de V. M. á un sisteIlla de
, "


reaccion imposible de reaHzarseya en España, siD desquiciár la má·
'fuina del Estadu y sumergir la patria en un abismo de horrores.


»¿.Por ventura los proyectos de ley sobre libertad de imprenta,
t'.obre derecho e!ectora.~ v sobre adrninistiacion, ramificaciones todas
de uú plan subvers¡v(;, ¡lO patentizHD los diniestros fines de esa fac-
eion que uDellidáfld!Jse cDnservadora, i)culta su ma!i .. ia bajo la capa
dfl una mentida CUOdcf(lcion? Sm cODciencia, sin [e pO!ltiCa. solo k::;
/]jueVe fA I,/s IHWE; f'i di.~.~(~O de enrir¡!H~eNSe á costa de la sangre de
estu desventurada Espafiu por medio de negoeiaciones tenebrosas,
;wcdvi:1lldo el crédito públicu eün la f~xaccion escandalosa de cuan-
tiosa.s hipotecas; á los otros el ansia de conservar los prí vilegios
abusivos que adquiriPNu en la infancia y orfandad de la monar-·
(Juía.; á otros, por ultimo, Ju sed jíl~¡wla,ble de dotn¡nacion y mando.


J)Sill norte., síu iospiracwne,~ propias, dominado por influencias
I:J (rill!j\~fii::!, d hu ra If lit Ja Ilacioa restituida d~ la gUI~rra d vi l. ca mi-
E,llJ{.t ¡) ;,U fU!l1ru ecgrao,.icc!!liíc'O!tJ, se propon¡an disolver el deu(J~
iJ:..IU<" cJéreilo que taui.os días de g!;¡ria. ha dado á la patria. COD ob-
j..:¡O de cuoper'lf á ¡a des;nembracion de la monarquía tramada hace
iurgu tic~mpo p'.U>!. ar'l~bat(.\rie el alto lugar l¡Ue le cupo en mejores
í¡¡U:; y de dert~e!lO fa eorresponde hoy eu la baianza política de Eu-
ropa.


)N'o COílti.~!.ltos 00n haber desmoralizado el pais !3mpleandü toda
c1dse de medios, la violencia, el SObCiDO, el terror para reunir en
14s Cortes Ulla mayoría bastarda, se atrevieron it presentar ese fu-
nesto proyecto de Ayuntamientos cuyo espíritu y letra barrenan la
ley fuudamental (Iue todos á eje!lIplo de V. M. hemos jurado.


,j Los ,\ yuntamientos, ;'leñora, Uf) se componen únicamente de in-
uivíduos; lo que constituyen su organizacion son IQS cargos de al-




HISTORIA DEL REINADü


caldes, regiJores, y procuradores síndicos, El pueblo por la. ley
fundamental tiene el derecho incontestable de onmbrar sus COIJee···
jales, designándoles las respectivas funciones que conceptúa mas
adecuadas á su temple de akna, aptítud y poslcion sociaL La nue-
va ley, por consiguiente, dando á la corona la pren1gativa de nomo
brar los alcaldes, sobre ser perjudicial á los intereses de los pueblos
y no menos opuesta á su¡.; fueros y costu mbres, es abiertamente
contraria á la Constitueíon y atentatoria á la libf'rtao,


»Las Cortes no podian, sin ser perjuras, aceptar tan odi(lso pro-
yecto, y desde el momento en que lo hicieran. ,se despojaron de su
caracter é invíolahilidad. Sabído es, señora, que en todo ¡mis don-
de rige un sistema representativo, cuando los eongresos sin podenJ~;
especiales del pueblo infringen la ConslilUciou del Estado, en virtud
de la cual se hallan revestidos de la potestad legislativa, sucede una
de dos cosas; ó mucre la C!!Dstitueiún, y desde aquel momento no
impera ma~ ley que una eonstitncion tiránica, cDmpucsta de tantos
deceoviros como individuos, ó mur!'? el conlHrso~ y deJdDdn ¡JI1 w~·
'le!' fd carácter de tal, sus dis¡:osiciDDes ni de!H~n SanCl(,OarSe pnr la
COt'O!;ét. ni aunque se sapcionen oblignn á .la obedi:'i¡cia y cuw;.'/¡-·
miell It>,


)Lü primero no pudia sueeder méreed al rt'!'!petu y amor de to-
dos los buenos españoles al tronf] COI1&titucionaL Ha SIdo neCt'sano,
pues, que el pueblo por medio de un patríótieo pronur;cialiJi¡:nto,
evidencie Sil (irme voluntad de mantener íntegras, ilesas, la Cons-
titucion y las leyes.


»)AsÍ lo ha hecho esta capital; desOldos los votos del ejército, re-~
chaza~as 13s exposiciones de los Ayuntamientos principale~ de la
Península, ahogados los clamores de b opiníon, y cerrada, por ú~··
limo, la puertl\ á toda esperanza, el ;)uebln y la milicia nacional
han tomado las armas, y secundados ieaimente por la bizarra gnar-
nicíon han jurado de consuno no soltadas, hasta tanto qUfl V. M.,
penetrada. del voto de la inmensa mayoría de ios españoles, se digo<
oe suspender la promulgaciol.l de pse ominoso proyecto de ley mu-
nicipal, disolver las actuales Cortes que en manera alguna repre-
sentan la nacioo, Alombrar un ministerio compuesto de hombres
decididos, cuyos inmaculados antecedentes inspin~n confianza y
tranquilicen los ánimos agitados, y sea exigida la responsabilidad á
los miaistros que tan pérfidamente han abusado del poder.


,>La Junta creada por la Diputacion provincial y el AyuntamIento




DEL LLTIMO BORBON DE ESPAÑA. 429
Coa ei carácter de provisional de la provincia de Madrid, intérprete
do :,us sentimientos, W' ¡rata, señora, como propalan ios traiuores
uw rOuttlll á V. ;:;L, de déstrrir ti Odh; y t?ntronizar la anarquía.
:'.,I.i. umeú erdh'¡ e" d:5t·,:iU.L do lit,. J,;I"Ú' , "tdúle ei C.Oi.lO, in COllS-
tiiUChil) de ¡ 8;;7 y ;;~ j,i.úelwwv:jL;J;; Jd;h;,'";;i,, C;¡tiquiSf¡ldas {;. üusta
de t.anla sanfú'iO y ¡JI:] L;.u e!JSWSib ¡ouen;ltlOs. tes Íul!tvid,ws que
eOfr: ¡¡(;iJ(!i kIJ ¡i~, a \Pl;a.d\l~' ~7 ::;. Hsülija, ruegan á V. M.
«·1' UI';W' dj')I\"!1'"'~"l"" ( ...... ;'0(iH'W'¡" "['Vl"'" ~í i (ifí) b;¡.¡ (lo ','1 k'a¡-l.: _ . ~") A L' ~,'-'''''">,.. ~_, '.._ ,'.,' V' (j V\j ..... ~ '" _' ). Vi " ~. ~... . ' • '. l
hd; púrque uo es })e!miV,:. l¡¡filtif a Jos I.e\:~ !' :.',i ' ,;.1,( y


La exposi:)oa fué ¡j:ri;y¡da á lit go!y_cJ'\Jadora. a! pmpio t¡0l:1p~
qüu un~ GOíIltmie¡:l,;,:i¡IH á Ksp:ti'tt3r\, el. ¡¡ti!..; ~c Ji-. lli:l,l;ia ... i.ber los pro-
pósitos dv )a .ln:lla H}licitaud¡; 'jU upr,¡lJ"ci.,H.;, é ill,Ü\;iiildo que el
Laude: an tieon§Üt¡,r¡i(Hj¡~; 1 '; '6 A(~n.1os (:IlHsp¡radores cont¡'¡:;, las li-·
h3ri<ldes núhliq;::, k' ¡~lf';i"¡;,;~;·r¡(i\.:¡¡Jd¡;s del pueblo señalaban


:¡¡,; .. \. ,~;)Jj/.; .. L, ,~: ',,;~, tL ''tJ::i ilaturuíes
n:;(' i~)l:i.¡¡.'.¡;llüL¡ .. ,,; hit. dthl" de amor al pro-


;.l!:'¡'l';'!('l·"'n'p ""1' rjil'j',r:l;O 001' non!· ~~ .... ~, , _,\ ~_ \ ",t Y.\}._'" ._'_l1!. "-
bri' ;,(~vül~l' ;,ln.;;·'(;S v í'; '''~'!;vw~Hn ~',i;n jI' :., 'le~Jl'a!lt(l,ble hubiese
iitH'rt:ld'_J ;'~, ~),,~t:· .\~t~, ~~" ~ .. ,~, -~~'~~~~!",_ -"cL ;~>~~;~f.~ H~ tYk~stornns y t;On~-
VuL~;:Jf:t\~ un ,~d.l lÜ,"'·U,"5 ~d' ~ ~~~,f, ,;;~~, ~~i~~' L\:~,n n, '.rlo "jledrar Ú
'''\''n:'~\a :~c '¡l' ," ,:,,:.r ';-, ;-: '.. ,·~.:'8.':¡r'í"t~ j turbulencias,


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t\ f;.! fftH:trf'a qd~" t;:ri¡ij~naiE.:


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¡ ¡,~.' ;:[1;1(1 a gspaña el ern-


'.1




430 HISTORIA DEL REINADO
y el puesto que ocupaba, no al pretendido derecho divino, sino á
la voluntad del pueblo, única fuente de la soberanía, fraguaba con
teson nuevas cadenas para aquellos mismos que la habían defendi-
do, porque con esta conducta mantenía las tradiciones monárquicas
y las tradiciones de familia.




CAPITULO tU.


SUMARIO.


Resultado~ iflmediato~ dr] pronunciamiento de ~etiembre de 1840.-~ombramiellto d~
un mini"terio progresi;:;ta presidido por Espartero.-E¡¡:oi~mo del gohierno.-Es-
píritu de la pren,a liberal en dicha época.-Yiaje , elltrada liberal del duque ot'
la Victoria en Madrid.-Abdicacion de Cristina.


L


Es una desgracia que persigue constantemente al pueblo espa-
floJ, la de no hallar entre Jos hombres que elige para representarle.
condensar y dar formas á sus aspiraciones, quiénes sepan interpre-
tar ó quieran poner en práctica los principios que proclama, satis-
faciendo las necesidades que siente.


El pronunciamiento de setiembre que debia dar por resultado la
expatriacion de la Gobernadora, pudo ser una revolucion fpcunda
en resultados provechosos, si entre los homhres que lomaron la
direccion de los sucesos hubiese habido la decision y la energía,
como sobraba entusiasmo entre la multitud que los levantaba en
sus hombros.


Cual chispa eléctrica se exte'ldió por todo¡.: los ámbitos de Espa-
fía el movimiento insurrecciona!, y Málaga. Granada, Segovia, Va-
lladolid, Santiago, Pontevedra y otras muchas poblaciones levanta-
ron desde luego el grito de insurreccion, creando juntas y organi-
zando elementos por si Jle¡;¡;aba )a hora del combate.




daríos,


Apenas llegaron ti \:1\'1) ,1,,". :n~,7;H el:: 1rt (f'vnllJcion, com-
prendiendo la Gobernarl: .• j¡\ t.oda ;a gr:l",'d;¡d de ia~¡ll)ilc!O~j, ~e dI-
rigió resueltamente (!:1 c:lr'a nutógraf:, d ~!C(!(';'(,l Egparleru eon fe-
cha [) de setiemhre. A ('~;;; ,,:1,;'\:1 i'.lintp.;:fó 0! omdHln vic.torioso dt'sde
Barceloüii con lEja e}:p0-:if;lon l';:¡zonHda í¡U!: dab;:l, á conocer PP-f-
fectamerJe cuál era la ¡¡p¡ni:y· dominantp en 1'1 Pjércii i}, y qne no po-
dia prestarse ~ :.la instrumento de la flobernadfll"H; pues d('~de que
;'le hizo público el documento (M.), !qS a1ltoridades militan~s V las
tropas que guarnecían los diferentes dIstritos, fUi.Ton adhiriéndose
á la revoJucion, p')!1jéndo:-e i¡ ¡~F. ordenes de las juntas qne lIrgaron
á formarse hasta on !:lS ina.w(!¡adones de Valeneia, resistiéndose á
obedecer al gobierito de ia reina, que en tan apurada situacion se
resdvió á formar uu mini:;tl'íw comp!"lameute progresista, com-
\' lHStO de don Vicente Saneha. di' i,;,'lo con la presideneia; don


AlVaro Gomez 800erra, de Gracia y Jil'.,ticia; don Facundo {ofante,
de Guerra; don nomingo Jimenez, de Hacienda; Cabello, rl" Go-
berracion, y Cwaz, de Marina: pero los nombrados no qu!~i"r()n
aceplé,:' ,Hlr!l¡¡;~ la Junta de Madrid r~solvió no :)oltar las ilrmas has-
la que SP d!c;rn 'üw'¡tía5! efiDace:;¡ rte q110 ge haria imposIhle para
. ' .


SIC, ~ IJf(, !;l. r(:lCI~ldn.
r.rbtilla, que habla;:~'iiitlo en In nosib1e !ev:mt'lr mag la rH~rso­


nalidad del duque de la \~icl(da, tnvn qUf' firma;' el 16 de setiem-
bre un deereto nombmwh al dllípW de Jft Victoria pres¡~f'!lte del
consejo sin agregar á est l ) (',,";::::0 r,l ci'srrupc-ño de nin 'lllll ministerio,
y con facultad (t~ elegir la,; pel's(;rq~ que hubiesrll ,k c~)mnn!1ly!"ií',
así como para adoptar todas ¡aro; medidas que exigieran la concordia
y la felicidad de lo~ españoles, para lo cual depositaba en éi toda
su confianza. Aquel decreto era, como se V~, una especie de abdi-
cacion.


Aceptó Espartero el encargo que se le conferia, y pasó á Madrid




rHH'i\ !'.0l1fi1 i'1'l""ifll' f"Hl h¡ p"':';":;" qdi~ hahun dr COni¡iOní\¡ d ga.~
hinck, ¡nSfjJfáníl(),~:< ;'ll " ~\;,rthdt~ro :-:;'ntil" ¡le iH¡Uú1 alzamiento,
y estudiando Ja~ rY':"~ill¡llj¡ i- fipi rR.i~


La Junta de j:ladrid babia seguido adoptando medidas rf'volneio-
<lnrias, y entre ella<:, acordó la prís¡on de los !llinii'troíl Arrazola,
Perez d~ Castro y Solelo comn cOflsejeros l'0sponsables que bnhian
tenido no pequeña parte en ia I'edaccion. discusiofJ y sancion de la
ley que tanta ot\iosidad habla concitad," por ser una flagrante víola-
cion de la ley fundamental por todos jurada. Se reservaba la sus-
tanciacion y falio de la caUSí! á las Cortes que debian reunirse, di-
sueltas las existentes.


Por lo demás, el espíritu público se hallaba excitado constante-
mente ror la prRilsa, á pesar de qiJe hahia ocu;"r:~o un incirll'nte en
ios primeroi'i momento¡;; que manifestaba y pi/nía "Tl eVi(je!lela la
nulidad revolucionaria de los hombres qu(~ tig:!H";J.ban P(1 primcfil
línea. El Ruracan, que habi,t ~nstituid(l Ú La llel}olucion. arbitra-
riamente suprimida pn' ,,1 '.i'hienHl e(l!1 a!)robaclOn de las enrtes,
publicó un artículo f~¡; ¡ !~. ;.¡' ieto hre, en l;':¡c bacia gala sin rebozo
alguno de sus opinion l ''; ";t\!WiiC::Ulm;, Los timo:<atos, los débiles,
los homhres sin c(lflciene':t. 1;¡s flu r viven á la sombra dd I1rivilegio,
Ci'0Vert;,¡ ,¡tHl j" socü'Qad se desqu¡Claba, ó flor lo menc;s aparellta-
bar: crel~rlo. que á talss cosas eünduec el rgoisn:lO. Y C'ln esa fa-
!"r1')~a táctica de: ('so e8 muy bueno, pero !lO e" tiernpo; eso es ir-
realizable por ahora, eonviene no asustar: lograron levantar una
cruzada en el seno mismo de la mdicia ciudadana, que se decia sal·
vaguardia y garantía de los dct'cchos, y el articulo ~ .• de la CODS-
titucion fué imprudentemente borradn. y rl que se atrevió á escribir
lo que en su conciencia srT:t\¡:, se V¡Ó prrseguído por la f¡¡erza ar-
mada que dirigió una exposicion á la JUDta. El peri!)¡jl':'G fué prll-
cesado, y cuando se perseguía ú Jos ministros infractores de la
Constitucion, se preparaban ya ntU'vos ataques á la Cfwsa de la li-
bartad




HrSTOhlA DEL REINADO.


IV.


Ya habia perdido su prestigio por completo la Gobernadora; ya
comenzaban las acusa~iones; ya se hablaba sin rebozo de la con-
ducta de Cristina, y los periódicos y los folletos referian pormeno-
res respecto de los antecedentes del matrimonio clandestino de la
viuda de Fernando con don Fernando Muñoz. Entonces publicó el
Eco del Comercio varios artículos, uno de Jos cuales del 25 de se-
tiembre concluyó con estas notables palabras: (Siguiendo la Regen-
te, seguirán sus afecciones, sus adictos privados, sus influencias
ilegales, su camarilla y los males de Espai'ía; seguirá )a instabili-
dad de las cosas, cediendo un dia á la fuerza y reconquistando al
ofro el camino para la reaccion, crecerá, en fin, el sentimiento de
absolutismo y de rencor á Jos liberales, porque las humillaciones
de su actual derrota jamás se olvidarán ni pArdonarán. Sea por de-
bilirlad femenil. sea por compromisos imprescindibles, sea por su
natural1'epugnancia al régimen constitucional, sea por hallarse en-
tregada á una camarilla abyecta y enemiga, Cristina DO puede ha-
cer ya el bien del pais. No solo á este sino á su propia hija, nuestra
reina, es perjudicialísima la continuacion de su regencia. Descono-
cer esto es negar la evidencia, por eso el pueblo ha caido instinti-
vamen te en lo que necesita.»


v.


Espartero salió de Barcelona, y recibió en su tránsito por todos
los pueblos las mayores muestras de deferencia, pudiendo compren-
der perfectamente que el pais deseaba la libertad, que queria huir
paril siempre de aquel fatal sistema de abusos que bacia muchos
siglos venia pesa,ndo sobre todas las clases de la sociedad? en be-
neficio solo de unos cuantos privilegia.dos, porque España, aun cuan-
do muchos hayan pr~tendido desconocerlo, se halla penetrada del
sentimiento democrático y del espíritu de independencia, que per-
mitió su reconstitucion despues de la perfidia de don Rodrigo y de
la invasion de los árabes.




DEL (;LTUW 1l0RBON DE ESPA1Ü . 435


Entre los muchos incidentes que pudiéramos referir relativos al
viaje del general Espartero, que como acabarnos de iüdica¡' fué una
continuada ovacíon, señalaremos lo ocurrido en Guadalajara, punto
señalado por la J un ta de Madrid para que le recibiesen las comisio-
nes y la especial que de su seno iba á felicitar al héroe pacificador.


Advertiremos que en dicho punto se hallaba tí. Id sazoo de jefe
político don Patricio de la Escosura. Este señor, fiel y obeaiente al
gobierno establecido, amante sincero, sin duda, de la monarquía
constitucional con todos sus atributos que los moderados trataban
de arraigar, consecuente con las doctrinas de paz, órden y justicia
que babia proclamado Martinez de la Rosa recientemente, y que re-
presentaba y reflejaba el ministerio presidido por Perez de Castro;
agente y representante de los intereses de doña María Cristina de
Borbon, se babia negado tenazmente á contemporizar con la revo-
lucion encerrándose con las autoridades militares y la fuerza arma-
da en el cuartel academia de ingenieros"


Llegó á este punto don Baldomero Espartero, duque de la Victo-
ria, aclamado por la mayor parte de las ciudades de España y
nombrado por doña María Cristina ár·.bitro supremu, y quizá esta úl-
tima circunstancia influyera en el ánimo del jefe político, quit.ando
todo escrúpulo de conciencia. Lo cierto es, que, como los co-
misionados de la Junta, el jefe político don Patricio Escosura se
presentó al ilustre viajero, no sabemos con qué carácter ni pre-
texto.


Cada cual expresó los sentimientos de que se hallaba poseído; los
comisionados de la Junta y las corpn;'aciones que de Madrid y de la
misma poblacíon de Guadalajara representaban el &entimiento pú-
blico, hicieron presente al conde de Luchana los deseos del país y
las necesidades del pueblo.


Con asombro universal, casi diremos, con estupefaccion de don
Patricio de la Escosura, el general Espart.ero pronunció con solem-
nidad algunas fra.ses, y entre ellas la de que los que se Ilablan pro-
nunciado y los que habran permaneczdo fieles habían obrado bien.
Casi no tenemos que aiíadir que tales palabras disgustaron á los
que se hallaban allí presentes; pero este rasgo es altamente signifi-
cativo, y revela el carácter, alcance y tendencias de la revoluciún
de setiembre.


ta Junta de Madrid babia dispuesto entretanto, luego que tUYO
noticia del nombramiento de Espartero como árbitro, y como adicioD.




~.36 HISTORIA DEL REINADO
al programa en Q'J0 8r> r,()l)densaba la nueva marcha política, las si-
guíen tes bases:


! .. Que S . .M. dé un manifiesto á la llacion mprobando los eon-
3ej(¡~ di l:re; traillores que han eompronletido el trono y la tranqui-
\jilad núbltciJ,


'2, a Que ~e separe para siempre de! lario de S. M. á todos los
ftmeionarioFi de paiacio y persünas notables que han concurrido á
e ¡"'ar-¡¡:,u,I,~ iíIC:i¡·¡:\,d"j"·l ~: (.'¡"'"1·1''' ('¡" I"("'C(·ioD ;;eg'11'dl', 11 a I.l.ta aq'ul' ¡¡ 1", a· l.G,; :L ~ qt. {"L~'" .~j ~':.o (. ••• ~vt\., J!(IO t,<-l ,{!¡¡ '~L .. _ ",. J'-t. . 1,J ~


:1· QJe gf~ ai;uJe el omioüso prnye(:ÍH de lt:y dt~ AyuntamjentGs.
í · Qlle ~e djsu~lvB.fl )('ts arjlq;·\l,'s COfUS y se convoquen otras


Cull poderes espceioles para asegt: (aí' t!l":;!l [(¡CUi) uiubJe cut' toda::;
::Ji.d (;"Ilf.-NjlJev:)Íaf la cODsoiít1dcion del fJI\,UUileünuiuiw ],fl.unnai.


;)" t~¡¡t DO Sl~ ~;¡l:tí.ri¡(l ):b arrllas hasl(¡, qne se vean.:'\pleta,-
IlJI:;l1k fel.diz¡:da,.; ('!-:ita:" eíiw¡:cione".


:\ ¡a. l¡pgadd, \.~~j i;>;il~.trWr) (>,rri,dl ¡ H:' lli corte proclama.,;;
é ilújJresüs E't' q\!e se aC(i[¡&;Jjatid la ¡ ,~,c, ¡:.1f1 mo<1ificar la Cous-
titucion supl'inüendo el Senadv; y H; i;ÚiC\Wa tambítn aLerca de ía
reunÍOil de m!&' .Iunta cedrai i5ompuest31 de cümiswnados nombra-
tÍt,:; por cada ;'f:\i¡pcia.,


Tambien S0 disC:,~1la ja.~ VCé;,;tHí;"", oUt, jwdria traer asociar á Crís-
" ,


tina otras pt~rsOIlo& para la regenem,


\ ,, 0_


E;;partero hizo en Madrid ulla t¡!trada q He ¡Jod rerHÜS llamar d)~
ttíunfador. VH arcos, las cnlgadt!!a.s, los üatlSparcll!e¡" toda·, I("S
Illunifcstacione" qt;e puedefl ha!l:i¡w.r í&. \'Üitú; ja forrnacion de la Mi-·
l!eict nacional, los repiques de Ui.lJllpaUaS, las salvas y soL)re todo
esto v como esp0n¡á¡,¡~li !;¡an¡fpsiiH~IOn del fntq~;¡{tSf;,ü y del regoci-
jo, lo's vitores y las aejam¡Jeioroe~ -.H' la :-I\ul'itiÍi.i. hmeIJ.sa que salió
a !(jr-g¡l ctil>i;ll,1ca á !'cc;bir (11 ,XH'1i;¡' lÍe ¡,.i.wha'ja, h(~ aqHÍ en peque-
ño b¡~S(h(li'¡ .lo !loe ~HJ(1{) im¡¡,,¡,,;¡,,,:u,itI !~(~nen;,l. haeléndole emw-·


, '"....¡ t e -'. • ~ _ '


Cf~!' nGf~ en". \'i~ri,u,íü"o ár!)\¡r;¡ OJ: hi):¡eJlp, o'll,Uo.ci¡)l1. Los banquetes
e"~ que ti\¡; ~-.;rt'fjüi.~C¡fli'iaf¡ hr!,nd:§ y dj3~~~)r~ü~, ~:~'aT,~: ,~_\:í')(~¡;_~r una por
"'l' ','" . "i .. v ·""" "!.,, "c'" ,oÍ " .... ' ... ¡,',.' ""y ,'1> í.", \i'~r''\'" LOas rc"ep-
•• ,1.;1. h:~S j C.IVi "H,t~'~ j J <I.~ ' .. -l1\ ,-,~ ~ ... do·CH¡t~-, ~~J,.J, t.) f~,,'-' ~ ... H ~tJ ...... ~ \J.


Y ,;;líli'ere:wlUS, hé o.qui medios de acuordo y simpatía para
(jOllstit.uir h, '~~HIVWC.;ij/¡ jJwfumj;.\ y la iJ.flJ10UM ¡¡¡:,ce:sarw ('!\lre el




ESPA RIERO.






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qliP ",e> ;\ ';.~lh'~[I 'i"";Ú¡" "" i" '~"'(,IPd',(i , ~ • ,', .Ji¡ , "..; '~ • ' • , • , ~ ,,< t 1\-.1 ~, " ~
FIF'rnl' ,Ol,,,,;,h, ":1'"[1 fO""'Ir,¡' ,,¡ é')':~hinetp dor. ln(HHm María Frr~ ~ ,\j. \. '"\,''' o, .:.~ " ..... '.' ".' "','" 'j,.' '. L',O e,., "",'_" ..... ,<


l'i)1', nn~Sld¡",¡!; d' InhnlD de 'L1,Li0. p('lra Estad"; don Alvaro Gn-
1l1'~ 11:N')'1":1, ;,"!:;' G¡¡:~"l :/ l;;:ti,i,'l¡ cj,)J'í P!'~dro Ch'H'qn. para Guerra;
don Manud ¡;',l',r¡;a j !ld;'I, fi!;:'l(\j'(¡;wínn: Q!,r;\~;¡hti(¡ Ffias, para
Marina; y don A~u~t!i! Fernandez de, Ga.dwa) par;;, Hacienda. Y
poeüs dias despues partieron JHU'rt Valencb donic se hallaba única-
mente como repl'esenta,nte del gübierno que ceB'lba el gew~ral Azpi·
roz, habiendo sido rremplazados ya el general O'Doonel! y el jefe
poli tico o


¡\11;::u",1iilS:t (:r;\ hl '5ilnacion dr: Cristina, pues !i' .Junta constituirla
en ,:\ lClra rri¡ o¡.,prl('(~id:~ r!l V;Jl"H'ia, fJU(~ rpclbiú cnD ('nt\lsi!l~mn ir;,.
de,~e¡ iptiblr, al ¡J¡!(lUf' dI-; :p, Yc!{'ria, qUien, eon ;ns Di!flV;'~: 1l1,!:~hiS,
J'\'ro' "1 d'" 8 (](' ','('!Il')r." ';'} f','I!".-rq pr, "~;'l¡\'-" ¡!r !,., ;",:Uf .. ;"j"";,, í¡í,,,,]',lr. " "i.' ll\o , ~ "_" l_,., "0 ".1_.;_ ,"' •. >"' o"," ""- ..• _ ,'J(.~, IJ, '''''~
ea segí)¡d;~l pe tH~ip¡o ;) h e\pu~i('ior' ir P¡·:'\"'()·;\(\, y fp"if'ndo dife-
rent,)s e(lnft'r!/I~~i;):; ,tI' ¡¡e/2cl~ ¡¡ ¡h('fWSe tOn LiS plF'!O~ ('(jjlitalps El
11 fL,' Odllbl'~~ ~n 'x¡:idló el decr"!') de rli¡.;oluc¡ot\ dI" la§ corte!',


El dia 12. n")¡)¡d(l:~ f()da~; la~ n.nt!\r¡di~d(:s civ¡::;:'i; militares y
ech:si1,~!i(:i)S. r:riSI!nit {'¡¡¡['í'gó (1, E:parte; 0, P;\fi\ qtF e, .. tc lo dirigiera
á Ir}" CO"!I\S, el ":g.:jcn(e d(i;~'nll¡)nt(; QC :lhdi ;:¡cion:


«'El actual f:stano de l:~ naeiou, y (\¡ di'.ikadCi C~¡; qlle rn; salud se
encp,'Dtrfl, Pil' !l'F' b:~,~hc (h:cid¡r á rennn(~iar la regfíF,'ia del reino
(jW d'U'ij~¡k j;~ ))11,(:" ::hd rÍ;' \' i !~X"I'!~n hija doña Isahel H f1Je fué
CO(\l'f.'''I'·I., l1u-'Y' ¡'ll; ("Ir¡p.;: í'(I,,'" I¡: '~,'" ¡: ;:¡ei ',n r.-. . ¡ri,,"" I'D 1:\,3 1,':, ,._tU(~ . .' .... ! .. "_.~',o¡'!~'1·".C¿,,I, . l. _
á W'~-~d' el.' qU(' mi~; '~:m",e,jt:tOS i;(ln in b'itlf;d"z y p:drí¡,o ¡,pIe les
d¡st~¡'!tZ!l:> me h·y r"~;1'1. c;;('¡:~"i'í,¡:t;"nfi' Ci."il,p¡;irj f'f\ fkL euando
¡W'fV)S ln.;!(! b ri::¡. ;'!1) d~ l,,< p'{Xi'il~," e"rjp:.: P,,¡'(, Oí; pudíendo
acr'/~rl;\r á il:gll'ia~ di' ];,(" C'X' fl Ir\>;; VFh1r ,¡; que lnis conse-
jeros mic.:i;1('<; ('l"rn (:,\h o :· ,,(~!' f r,n;;:ni:I],ln, p;v';¡ r"d¡¡:u' ¡ns ánimos y
tt~r!·I,¡ina.( L~ :~:'tH?~ ,~i1;1:·~I~,¡;>~1 ~"r n::, ~~h~: ';¡n<jJinrn~; irnpn~iblr, conti..,.,.
DUHf d¡";¡\',l¡H'i,r;:;o!',; ',¡ ('.'P,,', ,,1,,';}", ,"(,'ill ,'\i;n~ d Lterés de la


-' c· ,


naero') ,ff'utlfJi,,:a id,;, á eijg Fsrwrn que 12.:-: r;orfe" nombrarán personas
'1i!""1 fiP' '\1¡r, ., {,i ",\,;,¡-i " ,oli"" {(,n,!,' r,.r:'dril,.)ll',';a." á har"cr feliz, e,.sf,a t'"'·' L .1 ' """ ) "","" ""r; '1 ' • . .-
nacinD ¡,nrlr. n1el'('el~ pnr sn:' virturks, A I~ misma deje> enrümeD-
da(la," !r:is al1¡.msias bij;1S, y in;;; ministro:,: q:Je dehoD) conformr al


", d 1 1'" " . ¡ t espmw e 111 "iln:;.H,ilCl0 IL g!it¡¡~rm~J' e1 ri'ln())a~ H. qne se reUDf\D
las cortes, me tienen dadas súhiadas prnebas de leallad para no




438 HISTORIA DEL aEINADO
confiarles con el mayor gusto depósito tan sagrado. Para que pro-
duzca pues los efectos correspondientes, firmo este documento autó-
grafo de la renuncia que en presencía de las autoridades y corpo-
raciones de esta ciudad entrego al presídente de mi consejo para
que le presente á su tiempo á las eortes.-Firmado, CnrSTlNA.-Va-
lencia U octubre de 18 i O .»




CAPíTULO Lttl.


SUMARIO.


\hmiíicslo f[ne desde ~rat'sella dirigió Crj,;;tina á los espaiíoles.-Regresa de Ya leuda á
jladritl elministrl'io, acompañando á la niña babel y su hermuna.-Pl'imeros ac-
to> del gahinele.-Ojcada retrospectiva soLre la. dinastia borbónica.


1.


Cristina no creyó prudente, ni propio de su decoro, permanecer
mas tiempo en un pais donde habia entrado en medio de las acla-
maciones universales, lisonjeada por todos, y donde á la sazon ha-
llaba por doquiera el desprecio, la descor.dlanza hasta la traicion, la
ingratitud y el engaño, porque ciertamente aquellas personas que
con sus adulaciones habií.'n llegado á hacerle creer fácil la consecu-
cion de su objeto, la habian dejado abandonada en el trance su-
premo.


Compre;¡demosque debió súfrir mucHo durante aquellos tres meses
de lucha sin tregua. ClJmprendemos, como dejamos consignado ya,
que la mujer y la reina debieron sentirse humilladas; pero el castigo
era proporcionado al delito. La ingratitud hácia un pueblo que ha-
bia sostenido un trono vacilante era el mas terrible de los crímenes;
y si el ejemplo de Fernandl) el perjuro que escapó á la justicia pudo
alentarla fiando en la impunidad, tanto mayor debía ser su remordi-
miento eh aquellas horas supremas,




41u


PidiÓ e] SlgU 1 f. ;.Üi.~C~:1]~<,:;::
« Españoles: al au:-,cDld,[f]h diJ nlltdr ';3!larinl en ')!, di;, f)ina wÍ


de luto y de amal'glFU. [[,j." ('.i:j~, dr as~di~: dt !á;:,r:[¡u,~ :;t, ;:J¡¡. varon
en el ciclo para pliÍlr 'Ii Ui,);-. ,> \.1:) fn!:-t',ie;·r;¡j:ls'iue d·ff¡J¡';!C(!
sobre vosotros y ii"hr'f' ::¡" ¡n:;:;:I~,L¡'i !tijas i1F~rnldf's y ;)erjd!t~innes,


»L1cgada á una ;i¡~j;"; ,'\ "r<Jj"fa ¡ti ¡!lt:"ii ;,d~(:~¡d(J,d de ;;il al-
ma, el pr¡¡¡wr @i\ililie¡¡to ;1(: ;Di .;(PilZ(l'J 11:-1 si'b '¡Izar de:-de ;'H~II¡
mi voz "miga, t'Sil voz q. Uf" (Ve [: i~i",(f'¡i·(. ":;"1"/''''(' ('(¡rl "'l"'or l'nel",,-


'...1\ el"; - A, 'r.'·' ). "" ' ¡ ,'\.. ~ {A ~~ . l'"
ble, así en la nrú;;:',ii'ia í~'mf) í'n h ;!ttVil';, fU'!1iilá i:iChl, d?saIiJpa~


. , .


rada, aquejada del maí': r,dundo d,,¡(¡¡', lid úni(;o eonsul'lü í'n ¡~sle
gran infortunio eS d"s(l,hogat~'¡t; COI1 Dius y eoa vosotros, t~i)n mi
padre y con mis hijos.


))No temais que me abandoné á q¡¡eja~ y rccríminaciooe~ estérl'-
les, y que para tiouer en elaro mi eOilduefa COIlP) GiJhí.'madora dei
n:ino excite vup~lras pasione~. Yo he ¡,¡c,(;urndo caimarlus y !}l1i-
SiHli ver];l!' ¡~xti!!gnjdas, Kl11~ngllajn de la íf'lupla:\za, Ni el único
que eonv¡í~¡W a mi ,dliccinli, á ¡pj ;!¡¡:w;dnd y Ü UJi !roma,


»Cuando me alejé de mi p<l1na paro prw;ur(U'i'iíE :ilca en los co·~
razones es::mñoles. la fama habiá líevario hasla mi la noticia de


. '


vuestros grandes bechos y de vuestras grandes virtudes. Yo :-abia
que en t()(ios tirmpos es hahi:üs 1"¡-/,;;j*10 á ,!id, eri!l ím(1í~tu hidalgo
y generoso, para sostener el troDO de vaesir· 1s pri¡¡cipes; que le ha·,
biais sostenido á costa de vuestra sangre, y que habíais u¡ctccido
bien en épocas de glorbsa record¡ujnrl, de vue:~ttí1 patria y de la
Europa. Yo juré elltoncl-'S eüm.agrur-me á la felici::h;d de una nadon
que se habia desangrado ptira l'f;í'eatar del cautíverío á ijUS reyes.
El Todopoderoso oyó mí juramento; vuestro júhilo dió hien á en~·
tender que le habiais presagiado; yo sé que le he cumplido.


»CnanGo Vlwstro rey en el hord(~ ¡lf:! si'pukrr¡ aband()[J,~ (;ün una
mano de:;:fallecida las rh~rHias dr! g{lhierno pant ponerlas en mis ¡na-
nos, mis ojos se dirigieron aiter1l1tivameníp hácía mi esposo, h;'wia
la cuna de mi bija y hácia la UJc!o:} española. c\!;¡fundlendo así 2n
uno los tres objcto¡:: de mi amor, Pata eneomcndriflos en \lIla mÍi:ma
plegaria á la. proteccion del eielú, Los angu:-:tioSOf. a~af'es de madre
y dA esposa cuando pdhuaban la vida dí) tui fS,¡Oi;(¡ y el frOilO de
mi hija, no basíaron !)ura distraerme de mis deheres eulllO reíua, A
mi voz se abrieron las universidades, á mi voz d~:s .. ;!:,a¡·ecicron in-




Hl


- ~ ~ ~,. i ~ tri} g\l7:¡SO en'!;; \¡~'::< ,.; :;';,:i,~'f:,~ ~J:,'U'V~ de JU::"']t.l(l v í,(' c!e-
n~--.~!i··!;j. ;'l">~ 1;: ·¡·de t~~Hn!}nrat~~~{'" ~>al :[t. ~¡~f~~n~:dad {1 t1.· ~ni rl{)J{)r-~ {~cn la
;';¡';i:id,·;~ak ,\1",,:1;; i'i,i"l.'; YO'h:!~t\,ah'l 'U,"(\iill tndas ¡a~~ td,te-


J) ~¡:J:- ",i:, ' .. í! " : 11·,:,,1 D"í:' fue. ";,;,'¡.I,, le Ilaui;ir f~f:rCa de sí á
'tI¡ ;'~: ~~U::. 'fl >~ ',,~ \: ,'ll" ¡Ile ,V(, "W":!!l'" io,dr¿ !a gohernacion de
[¡¡la Id. ili1)lt'if'j(lj:j, ;,(,Ii':U! l; "¡'i!il' \,; HSH\dn eomo reina justiciera y
;~¡t~(tkfltt~. :':¡¡ ,; Cdf'O fiFí(¡ i,['(~ns(mrridn desd(~ mi a;;.:ceosioL1 al po-
der has(ü I¡;, ¡:I,r¡V('(¡Hl;lOIl fJ¡; las pri i1!"ras cortes, mi potestad fué
ú¡¡¡':a. \)e.!\\ no df'~póiica; "b,willtn, pero nCl arhitraria: porque mi vo-
1uidad la PUS\! ¡¡r!l¡tl~:-i ; :;¡n"ln nprll:'ilns r~on~:!¡tu¡~a!'< ArJ 6.Ha digni-
dad y el (·O!i't'.i() (ji: ¡.<,Jhil" \,1) :, lj¡¡i;:[J ~<('gun la úhirm. voluntad de
lúi ~lUgustn ':::S;1::S0 rli'bia \0 cnBsull.ar fin casos graves, me hicieron
prr·t'[iÍ:' ¡p'!;;;' O¡¡!llj'Q' ¡¡ú::li;:[I f'xi{!ia otras Eegurirlarir's de mí co-


, .' , , l· . l' d ' l'h f' iJi,' I/t',1JI;,¡f¡" (ji. lit;' ! :·f.·; ". 'r·,':·", J:¡i; fíL \' 'p mi .Lre y es pon a-
Jl!~a vdw'rad IP!iVoqile Ú lo~ prÓetfP8 de la nacion y álos procura-
diire~ (j¡,! n~¡ni¡,


l) Yo di el EQ'l1uÍi¡ r·'al y nu k 111:' quehr<:lil!ado; si otros le holla-
ron e,l: SIIS piÓfl. so yij sArá la responsabilid:Hi ante Dios que h:l he-
Cll ' .-""' .. ,, la" i( lie~ ~~ .. ~o..i"'~_1 :-, 1, J · ...... e


\):\{;ppl,t(Í¡,\ y jUlrFi: :,Oi' mi la !:ons!itucinn de 1831, he heellO por
no !l'tdmwiarj(} e: ú:¡;mo d IIlaw)!" de tndos los esfuerzos; he de-
,., ¡ i .... 1 •
.1(111(1 Pl ci,d.ro v M ;PSijill¡,a¡¡¡,d,: a ',GIS lliJas.


})Al referir !ns hedws 'flLl han traidü snh'!é jJ.í L.iü gra.nde~ trihu-
laei\,¡,cs, üs habioré cümu á. mí düeoro cu'r,ple, con sohriedad y con
¡;;I:.-:ura


))SW'vir!a mi"i;rr()",~,';;;pnn";th¡ .~ qiW t~nian el annyo de las
r,()]"f~\S, a¡~e;:!6 SI' din!!siolJ (~\igqh. líO ¡ir\SallH~íHe nor un tllotin en
BA,:::lnoH.. Dc~di1 (,nrO!l(;f,'t; I;on!f'\\zó ¡U~¡ (TiSis que GO ha Ikgado á
l,ií !é!'!l1;nO :Ó¡lj "(Jn m: r"¡¡lt{li.~;' ÍÍnna,la en Valencia, Durante este
aílíctivo ;,c"Índn ~c hu iú);!adn \;{¡~,lr;: mi ,llJt,idad el Ayunta-
m:"ili(, rk MaiJ"l(i, ,¡~;ilH'(;'\; ,~ií l~j""P¡ Oi,OS de i'iudades prf;ulo-


,. 'j r , J d t ii;\;;¡: I()S ln'titgt'nte:-;I'x\;zun (,,, ,y,! que eOlHlenara a con ue a
ti." \lW¡::-: mi:¡:stns. q¡w ill" [¡,\ni¡tll servídú lealmúilt(lj que r\'(~ono­
:~i¡,se eDil)' ! 'gí ¡¡roa Jrt J[jc:; Ul' ¡"C(:IOli; q LE! (l1\ nIara ó eu ;J.ndo menos
susp~lld¡era h:. ley de Ay un iamico to~) sll.llC:ionada po!' lllÍ despues de




HISTORIA OEL REINADO


haher sido v0taua por las cortes; que pasieraen tela de juicio la
ur.idad de ia regencia .


• )"Yo no podía aceptar la primera de estar; condiciones, sin degra-
darme á mis propios ojos: no podia acceder á la segunda sin reco-
nocer el derecho de la fue~za, derecho que n~ reconocen ni las leyes
divinas, ni las Ieym: humanas~ y cuya existencia es incompatible con
la Cnnstifucion y es incompatihle con todas las constituciones; no po-
dia aceptar la tercera sin quebrantar la Constilucion, que llama ley á
lo que votan las cortes y s(\nc¡on~ el jefe supremo del Estado, y que
pone fuera del dominIO de líl autoridad real una ley ya sancionada;
no podía. aceptar la cuarta sin aceptar su ignominia, sin condenar-
me á mí propia y sin debiiitar el poder que me habia legado el rey,
que confirmaron las cortes constituyentes y que conservaba yo co-
mo un sagrado depósito que habia jurado no entregar en manos de
los facciosos.
)~fi constancia en resistir lo que no me permitían aceptar, ni mis


deberes ni mis i ura m en los ni los mas caros in tereses de la monarquía,
ha traido sobre ('sta flaca mujer que hoyos dirige su voz, un tesoro de
tribulaciDnes tal que no pueden apreciarlo los v0cablos de ninguna len-
gua hllmana. Bien lo recordareis, españoles: yo he llevado el infor-
tunio de ciudad en ciudad, recogiendo la bera y el baldon por el
camino, porqlw Dios por uno de sus decretos que son para los hO'11-
bres un arcano, babIa permitido que la iniquidad y la ¡flgratitud rre-
valecieran. POi esto sin duda S~ habían alentado los püeos qu~ me
abow:cian hasta el punto de escarnrcerme; y Si) hahi:tn acobardado
los muchos que me amaban, basta el punto de no oireccrme en tes-
timonio de su amor, sino un compasivo silencio. Algunos hubo que
me ofrecieron su espada, pero no acepté su oferta, preCriendo yo
ser sola mártir á verme condenada UD día á leer un largo mar-
tirologio de la libertad española. Pude encender la guerra civE¡
pero no debia encenderla la que acababa de daro::; una paz cerno
la apetecia su coraZOD, paz cimentada en el olvido de lo pasa!J; por
eso se apartaron dr, pensaf:'.iento tan horrible mis cjos maL males,
diciéndome á mí propia que cuando los hij~)s son ingratos d ~be una
madre padecer hasta morir; pero no debe encender la gUt!' ta entre
sus hijos.


)) Pasando dias en tan hom~nda situJ,cion llegué á ndrar mi cetro
converllrto en una caña inútil y mi diadema en una corOlla da espi-
nas. Hasta qUfl no pude mas, y me desprendi de eS2 cetro, y me




desnoJ'é de I~sa corona nU"(l fPsniral' ~l aire libre, GP§l'pnlnr;ula sí 1 ~... .
pero con una frente serel~a, con una coneieneia tranquila,:! sin Uil
remordimiento en el alm:l,


»Españuh's: esta ha sido mi. cOlHh,cla, Exponiélldola ant.~ vos-
otros para que la 0alurnnia no la manche, lw cumplido con el últwlO
de mis deberes, Ya nada os pide la que ha sido vuestra reina ::iuo
que ameís á sus hiJas y que respeteis su memoria,»


IL


Como se deja (lonuee!' bien, en el docuwento que acabamos de ci-
tar la ex-regente revelaba bien á las claras el despecho de que se
hallaba poseida, y dejaba casi entrever que tenia confhnt~a en ven-
gar algun día lo que llamaba sus agra;; iüs y sus ofelJsas,


El ministerio que provisionalmente habia aceptado la regenúia¡
resolvió regresar á Madrid, yel ~8 de octubre salió de Valencia acom··
pafiando á la niñ~ Isabel.


Aquí quedaba terminado el primer acto de aquel gran dran1(~
político cuyo desarrollo habíase ido elaborando len ia men!tj é ir. Iru-
ducido en la faz de la política española grand8s rnod¡ficaeíot:es, Uf:"
na de escenas de interés no babia costado aquella tranSfOntUlCio)1
muchas víctima& ni hondas perturbaciones, si bien es cierto que nil:.«
guna medida radical se habia adoptado, y que era muy posihie qlJü
los políticos miopes dejasen .'iubsistcntes la~ c(¡.usas oca~iQnales á
semejantes alleraciones.


111 .


Los pnmero8 aetos del gabine~e fueroll suspenderla ley de A] un-
tamientos, disponer la rerwvacilJ!1 de las Di!lutac!nües provj"lc;ale;::
que por los amaños del gebierno y las arbiliarieJades í\lwetida.s en
las elecciones estaban CO!llpuestas de elementos reaccionarios, di,-
solver las juntas revolucionarias dejtmdo bs de las capitdie,", tOP. d
carácter de consultivas, y señalar la reuuion de ]a~, Huev • .:,\; corte¡;¡
para el 19 de marzo del año de 184 L Plazo larguí:'lÍwo p'!l'q ni: d::~
jaba enfriar el entusiasmo, v daba á los veneidos prob.i.hili1jadc,-;


. "


para luchar.




«(Con,,¡¡ (ution rjg~; rO,,:l 'l :"Jte
la k" , ,lil);\ L,,;; p"inei¡d,s óni:;;\'o " "X(j'"i'i'¡': ',Í(> '!.!¡",'rnn ndH{il;
con f·:Ii,~:; 1.","';:,"J'!.,l',l", "[e,,¡la, .. ,"_ ""'l'""",!"I" ,,, "¡'í!" "" ·L,'·L··" ~.r.) , I t ."A ,~" '" .,,'1, ' •. ,l l.,',) '1", ,. ".,.~ ,;1Z('"
nal:L~L,. TBr)~m,í;J'¡:; 1'1';1;[,- Cjl/' ;~i d('j:{l;l!f~,)l; .;;,,' Ú 'llwl:!i' Ir",
í'OD'"tit¡lC,JO'¡', V(H'i~rf':'l("" (, q.) 1'''\''1' ;11:""'1'" ;""J",!I'e' ¡al pe, ."i""'J \.A ~_ .... ~ _dJ o', '':;'',.'. '~1... t.·· .• ·., ~.l....i."r.'.!,J.t,' "'i' 'J. C\~· • ..,j. ... ".t:;L,
el reiiultado de eStas oseiJa¡:iOllfS, 1;


IV


La r,'¡,;eIW¡l, de Crl:-;W1;1 hf.tbi~ ~e¡·'ninadfj:~J h,)lrk hubi'\l'rt sido
p¡,dend,~r ;~:iC(lntrar lils eaUilas deíerm¡ihi,!l~S ,j,~ f;,,, 1 ,:d,'!~;f',r', f,l!~ ..
ra de íos IH'!;hns mtlure~ki'. Í!.lf'ra de :,l Jo:;!;,,; irH~ l::f3 ,'pc;)'kn!t v
deSpl.'En~lÜ n\Hl d~l. üt.ro* ~_~:r,~tl;a iJa:':!~.t ij'.!F ~jl": (; ~~"(;'!;;~nl;-L ¡'r\!ndo ¡a
dinastía d~~ l.hrbon deslih"S di,\ bUiujilar Él hi: híli).;': el: !h:¡i;),~ ¡'-
mentando la esl,úoida su DAt&iÍcioll v la J.gnor:'lh;,t!, e'; d,'c,:', rdl,'-
~ { ~ .


.landa al eX!.':.i,'íOi \')«0:' IJ;¡' :11:,; ; "j1f ",1';, ÍJ·hj-
coneluido pOi.' Jc:g:;ldar~:: ti. si ¡l.',;,');!' ríe' .'~ .:I¡', "', t ('1 d ;1'
el o .. 11" Il'- 'lfl: '-'{:l,~iC!l·¡t~;':<:J. ,.1 d(1r~¡'¡~ a' .;,~ ... ~ '~l' '1-' ~"l.\..' ,- ... ~ t~'o 1 11 q G tJ v Vv' LI.,:,"c"", :o~ ',,'~ , <>l u",,! C,,¡ .) '.1',' .,:,.;¡·,ttH, u:\J e
sólío é imponer á los puc:b1os su v"iuütad,


COroi¡¡:L
Lü~ VaheJltf'~ lnjDs de H('S!Jf:nn,


altivüs ¡Juebltts que l.lli ~dría;} (a Jo


Ir}s r,' ¡> ':-"';' h,!J',~
P"Zil di' r'!:,',"·:a,· Un I i) ;¡l';
w ,'" t \ D 'r '·}C' i,., .. ", '.'\ lú~~{\~\, l",.:.;.!-t(t :')'} ~1;'U-:'


hi~~j~ rlt:ctJ ~ tS o
L.t l(-~~e~tHj qn;';dJ"


apnyel..,h
'
} la cl,iiw'r;


:"',~c iL'<~tdidni.' pnr ji¡~
,<L:~:' ':jiJ; vi¡ r'.·,bañ~"




DEL IILTl'iO B(IRBüN DE FilPANA.


mejante á la vibora paga el benéfico calor que se le presta con la
mortal y venenosa herida,


Suscítanse en el seno de esa familia~ en el recinto de la morada
regia, ambiciones inmundas; y Cristina aparece entonces á presen-
ciar casi Jos desórdenes provocados por el oro y las intrigas dA don
Carlos.


La discordia no dejaba reposo en ia familia, é impaciente el ber-
lDalW por sustituir y heredar al herrilarJo. eomo este se babia O1os-
t!'ado impaciente y habia querido abreviar los días de su padre,
uebia mirar con odio á la que iha acaso á frustrar sus esperanzas,
dando al trono nuevos herederos,


Cristina era el natural enemigo de la cohorte de alnbiciosos que
adulaban ya al fuluro rey de las Españas. Marcharon los dias, y
Cristina dió esperanzas al rey de que tendría sucesor.


Mas ia naturaieza no está sometida al capricLJ de los mortales,
y nació ísabel dejando este pretexto, esta argucia á íos casuistas
que pn~teudían que la corona es un vínculo, que el pueblo forma
el patrimOLdo del señ!)/'; y Cristina comenzó á ttlme;:- que su cuñado
babia de disputarle los derechos.


Lo que entonces pasó seria largo de narrar; la mayor parte de los
actores ó testigos de ias cábalas, íntrigr.s, rnaquiu3ciones, disgustos
que menudeaban en la familia de 8orhon han desaparecido; solo
Cristina podría ilustrarnos para que la hisloria pudiera consignar,
si es cierto., que estando moribundo hubo quien guiase la mano de
Fernando para poner fuera de la sucesion á don Carios su herma-
no. Soh'í ella podría revelarno:, si fué C\wlota la fue tuvo el ánimo
sereuo mientras todos temblaban creyendo ya ver entrocÍzados á los
consejeros inquisitoriales del que mas adelante dehia ser un pre-
tendiente á la corona de España.


v.


Mas adelante Cristina se encontró sola y sin apoyo. rodeada de
rnemigos, y los íiberales acudieron á sostenerla en su abatimiento,
porque creian que la revolucion no tenia aun raices en el puehlo
español, y porque veian alzarse de nuevo el sat~nico imperio ,Id
poder negro cobijado entre los pliegues de la púrpura que el hel'-
n/ano rlr Frrnaud() agpimbiJ. á cetíirse




lllSTORIA DEL REINADO


Si Cristina hubiese consultado su egoísmo, si se hubiese hallado
dotada de sentimientos, babria podido sospechar que solo la revolu-
cion podia mantenerla en el puesto que codiciaba, y que era su de-,
ber como era tambien su interés entrar en alianza franca y decidi-
da, no comb:ltir, no cercenar, no regatear los grados de liberalismo.
Pero aqueilos á quienes Dios quiere perder se ven antes enloqueci-
dos, y la débil señora DO ha podido excusar ni oponerse a este de-
creto, que es sin duda alguna. el medi_ para hacer expiar los errores
y las faltas, No en pocas ocasiones habia tenido ocasion de meditar
acerca de esias situaciones, la que provocó tan sangrientos conl1ic-
tos, Y el castigo que la cOi.h.:ieilCia impone, habrá sido para ella
roedor tormento en medio de las fiestas y de hlE; placeres.


Sí examináramos atentamente la conducta que de algun tiempo
acá ha observado) pudiéramos rleducir que habia aprendido algo
r'n las horas de calw'\ y reflexiov; ',:L '35 muy difícil pala nosotros,
alejados siempre de esas regiones donde se respira solo ios perfu-
mes de la adulacÍüu, dO!lde la falsía y el engaño tienen su asiento,
juzgar los hechos, y mucho menos penetrar en lo recóndito de las
intenciones.


VI.


Cada vez que recorremos la historia ó que buscamos las huellas
de los sucesos en nuestra mente, hallamos menos justificado el dic-
tado de nwgnánima con que se pretendía significar á la madre de
Isabel. No CODOCelL.iJS rasgo alguno por el cual se hubiese hecho
acreeddfa á que el pueblo españül le contemplara cual cariñosa ma-
dre, y hallamos muchos que justificarian otros epítetos si el apelli·
do Borbon 110 fuere bastante significativo para expresar los críme-
nes y los atentados mas escandalosos.


Periodos ha habirio, tanto siendo regente como en su condiciot!
de particular, durante los cu,Jes ¡a \OZ púbiica, que no S0 equivo~
ca á menudo, ha señalado actos gravísimos, atribuyéndolos á do--
temlÍnadas per~ünas.


Relacionada con infinitas personas que espiaban las ocasiones de
hacer méritos, hubiera necesitado gran virtud para resistirse ó ad-
mitir dádivas y reg" 'os que los aduladores complacientes le hacian,
y IHw-:tn qUA la oracion t.ml su pfürímouio, segun la lógica admiti-




da entrA los cortesanos de palacio, posible habría sido que alhajas
perdidas en los establecimientos públictls, hubieran podido llegar á
formar parte del mobiliario de unas ú otras personas de la familia
de Borbon.


Entre los banqueros que con grande est.répito han cambiado el
palacio opulento por el húmedo ealabozo y la cadena de! presidaríl),
ha habidollllO á quien hemos conocido que acaso debia su desgra-
cia á maquinaciones y malversaciones de altas y elevadas pCI·sonas.


y antA estos recuerdos que bnllen en la conciencia de todos. era
muy natural y muy lógico que desaoareciesen como ráfagas pasa-
jeras aquclíos actos, aquellos beneficios que en sus mallifiestos y en
sus protestas presentaba Cristina como títulos al aprecio y cODsi-
rleracion de los españoles.


VIL


Hemos visto qUA j05 Borboni>s habian caido de~d(l la abdicacion
;!I' Fer03.üdoc La abdicacÍon de Cristina en Valencia.. signifieaba la
fuga de Isabel desde San Sebastían algunos años despuesj pero pa-
ra que no h:lbiese motivo á sospechar. que como dice la Biblia, los
hijos bayan de pagar las fa1tag de sus padres hasta la quinta geDe~
racion S1:1 tomarse en cuenta sus actos. ya veremos en el curso dí'
la historia que vamos t.razando la serie de lamentables equivoca-
,~it)nes en que la niña cnlooc'es ha ido incurriendo, desde que por
¡as intrigas fraguadas en Malmaison, con auxilio de Luis Felipe,
que recibió con cariño~as demostraciones á la ilustre desterrada, se
la declaró antrs de tiempo mayor de edad, y fué instalada en el
trono de los Recaredos,




CAPITULO LtV,


SUMARIO


Drhilidall y elwi~tllo del partido que ,:c llamaha cxaltado,-FlIlJe"to- f'f~cto, df' la ('--
tuela ecléctica ti doctrinari-mo-Falla dI' redieali,mo 1"1 lo:, l!ombn', qUI' :-illd¡fI-
¡izaban la rc\'o!uciolllle ~elietllhr(' de 1 N1 o.-Manifie,to del ¡::obierllo prOy¡"iollal
COll [l',lalldo ,i la pl'otl',;la di' Cri,¡ ¡lIa.


l.


La revolucíon, por un instante dueña del terreno, habia sido anu-
lada desde que el jefe del ejército á la cabeza de un partido que se
llamaba exaltado, solo aspiraba á mantener el equilibrio de los
poderes, no á realizar esos progresos que se dejan sentir en todas
partes. llevando vigoroso empuje al taller y á l.a fábrica, á la pr0-
duccion auxilio poderoso; la revolucion, repetimos, desde que salió
de su estado latente para traducirse en hechos, habia tambien ab-
dicado como la Gobernadora eo el jefe de las fuerzas, y ya no ha-
llaba medio de tomar nuevamente el vuelo que necesitaba para
corregir la serie de abusos que venian multiplicándose en perjuicio
y daño de todos.


Lo propio que' en 1833, el partido liberal se manifestaba débil, y
vociferando mucho, proclamando en todos los tonos la necesidad
de enérgicas resoluciones, de radicales reformas, limitábase en la
práctica á corregir y preparar proyectos sin consumar acto ninguno.
~i á la muerte de Fernando pudo creer que la gratitud ligaba á




DEL ULTIMO OrRRO~ nF RSP'~A


muchos de SIlS hombreg con lf\ que hahia abierto los calabozos y
las puertas de la patria á algunos centenares de patriotas persegui-
dos; si a~errado y disper. .. ·') por la policía y lfl.s bárbaras medirlas de
Fernando no tenia sf.'guri(lad en sus fuerzas, y generoso por ins-
tinto, creia que al levantar sobre ei trono una débil niña, baLria de
alcanzar los beneficios de los pueblos libres. el noble pueblo de
España manteniendo el ;lOmbre y simplemente el ¡lUmbre de la
monarquía, los repetidos actos en que Cristina demostró su desvÍI\
rodeándose de apóstata!'l '1 perjuros, de realis!as foribundos, de clé~·
rigos fanáticos, y atendiendo á las monjas milagreras que eonspira-
ban en el régio alcazar eon tfa las insli ttlc¡oni~s patrias, pudo coo-
vClIcerle muy luego de q;¡e no alcanzaria nada apoyanl~o a la nifia
contra las pretensiones infundadas de su tio.


IL


y cuando se otorgó aquella raquítir,a carta, a que dieron por
nombre Esfatulo; cuando íns presidarios en tiempo del padre IDOS"
tramo que habían aprendido otras cosas en las pel'spcucionE's qur-
la constancia y la consecuencia; cnando tuvieron necesidad de las
conspiraciones y de la violencia para arrancar concesiones escati-
madas siempre, los liberales. los hombres de la revolucion como sn
llamaban los exaltados, debieron adquirir la evidencia de que era
preciso acabar la evolucion y no delenerse en esa forma condenada
por la experiencia que se llama monarquía constitucional; é hicie-
ron, por transigir nuevamente, un perjuicio incalculable á la causa
de la eivilizacioo y del progreso, prolongando en obsequio de una
níña que segun los antecedentes de familia y con la misma cirúuDs-
tancia de la humillacion que su madre habia hecho necesaria, de-o
biaen algun tiempo mostrarse desagradecida con el pueblo españOl
si habia de escuchar los quejidos de Sil madre y las apasionadas su-
gestiones de 10~ que se muestran solícitos en la lisonja para me-
drar.


La íógica mas severa condena los hechos históricos, y un leve
error que parece de poca monta puede dar ocasion á resultados di"
suma trascendencia. Por eso no es tan fácíl tarea la del hombre po~
lítiCO que pueda indiferentemente aj~optar una ú otra aptitud ~D las
díversa~ fases de ¡as diversas cuestiones que van sucesivamente pre-
sentándose,




La ley histórica es inmutable v los hombres que pretenden guiar
á la humanidad á la ccnquistd de la verdad, deben lJalíar~e dotados
de perseverancia, fe y energía si,l que el !pligro les intimide, lJi ías
persecuciones les arrruren ni las af1H'nazas ni Jos rupgos les hagan
ceder un ápice ni torcer sus r,~so!ueiones por nÜ1gu.n eoncepto.


111.


La escuela ecléctica que ha nacido easí cuando SE' equilibraban
las fuerzas de la revolucion qUé empuja y de la reaccinn que resis-
te; la escuela ecléctica que ha venido á declarar el hecho de 'o. de-
bilidad ralativa de ~mbos partidos, el de lo porvenir y el de 10 pa-
sado que quieren vivir en acomodamiento transigiendo; la escuela
ecléctica que ha nacido de las CGnven¡enC~BS que pretende razonar
y que en rea¡iáa~ solo se ocupa en sofismas y vanas querellas: la
escuela ecl¿c1ica ha sido illncsta á la Dlarcba de las sociedades por--
que los homtJres de progr{':so han desmaY;:ldo hast.'! cierto punto,
C'onvencidos de que :'lPfldo srguro ti j¡resistib!r, el inogres(); no fW-
e~lsita.ban bacer grandes €.:,fttt'rzos :,¡ <:osi'\;;OS sacríticini; por abre-
viar un plazo que fatalmente ddJia cumplirse y Gada cual ha escui-
do pI bulto, ha eludido ja responsahilidad, na admitido transaccio-
nes, se ha sujetado á conveniencias y fórmulas, v faltando la espon-
taneidad, la sinceridad de la creencia se han aduHc:rado los prin-
cipios. se hrin t'alsea1u ias bases sobre que descansabao, y h ener-
gía moral, ::1 escepticismo han sido las Gonsf:c:llen;~ias ineludlbles -ir
h duda que ban hedw nacer las ine.linaciones y los f;;gah:os de Jos
hombres políticos.


Muchos discípulos del rloC'trinarismo veman á corromper lalu-
ventad hislJana en los orimeros dias del tercer período revúlucio~,


. ,


nario, y la generacion que despertó á la vida política durante el pe-
riodo que acabamos de la guerra eivíL no halló ejemplos de noble
teSOll Di dtJ virtudes CÍvicas que imItar; tw hatló hombres de eleva-
da talle, de perspicacia y energía cuyos eonsejos debiera seguír y
!)bedecer; no halló otro dios que el dios éxito, ni fe, ni consecuen-,
eia, ui abnegacion.




lHiL lil.TI\íu HvIW\)" lJ" ii:SPA¡~A. !i5!


IV.


El período revolucionario que comienza en 1883. no habia le-
vantado una tJgura siquiera, hasta el punto de que Mendizábal, Pi3
rODsiderado como de primera talla por su actividaf!; el general Es-
partero w'r su honracez píobada, y d')jJ Si},lusljaoü Oló7.aga p0r al-
gUDOS ra~gi}s de h:lbilidad y audacia.


No fa!tabaD notabilidades parlamentarias, y algunos hombres.
puros restos de las primitivas cortes de Cádiz. como don Agustin
Argüclles. Entre Jos or~i(lores d(ln Joaquín María Lopez hahia sus-
tituido al cél\~bf'e orador de la Fontana de Oro. que como hemos
ví~~to hizo una rápida couvel'sion y figuraba. con su compañero 18-
túril., entre los m3~ importantes hombres de! bando lIlf)derado.


y como Jra revolucion de s~tiemhre habia id:) desenvolviéndose
calculadamente f;iiJ dar oeasiou á ¡UdI;} ni. pretexto á expansiones,
como 1'e habia ahng¡ldo di'sde ei vrime)' instuot!) la vqZ del radira-


e •


lisllW, no babia prod;]cido U!) solo hombre que pudiese vigüri7,lU y
rejuvenecer aquella generaCtOD gaslada ya en las luchas y descon-
certada por las aposta:.:ías y lo~ desengaños.


La revol ucioo nece~itaba hom bres de fe, activos, desprendidos, y
la educacion que hl:\bian recibido los jóvenes ('1) el período de los
diez año;; de despotisf!lo no era seguramente la mas á propósito para
dar vigor y lozanía al cuadl0 que iba dfsrnvolviéodose en el pe-
ríodo que narramos. No es que nosotros Didamos saI1gre v 11orro-


)o ,'L .,¡


res; no es que proclamemos el terror: !JO es que hubiéramos desea-
do ver reocJVadas las escenas y sangrientos episodíos que han dado
3 la revolucion del 93 cierto aspecto sombrío y amenazador, cuan p
do en nnestra opiniün lleyan casi todos los actos de aquel sacudi-
miento el carácter de severa justicia. No es qu~ hubiéramos deseado
ver alzarse el patíbulo para la reina y sus cortesanos. Los crímenes
de qUfI les creemos autores ó responsables porque los autorizaron son
seguramente dignos de ejemplar castigo: pero creemos bastant.e cas~
ligada su temeridad con el d~sprec¡o significal.ivo que el pueblo em-
pleó al alejarse Crlstina de las playas vaJeneianas, y el que algunos
años mas tarde empleó la poblacion de Paris cuando despedia á la
familia de Odeanf:<




HISTORIA !¡r.L HEI'iAid)


v


Al manifiesto ó prott'st~ de Crístina qv' dfljamos inserto, conles-,
tú la Tl'genela pr¡lvisif;n¡d con el que t,rc.s:adamos á eontiouaciofL
{d.~:ip3ñü'es: la J'f'fT,;mcia provisional del reino 110 ha vacilado III


un s/)Io instante OH publicar el waoifil'ste ql;f' S. M. la, reina madf/,
doña Maria Críslina de Borboll ha dirigidu á su prpsident~~ eon este
ohjeto. Cada día Jllas deciriida á que fH1S actos puedan ser juzgados
por la nacíon y la EUFopa !~n¡era, llInguno de cJJns q!ll~darA en~
vuelto en el misterio, y ni el país ni los f~xl,ranierns cfiteCí'rán de
euantos datos Duedan ser ,H~c,~'sarios ¡mm ¡(!rmars(~ de ellos la idea
justa y convrniente : tal es la cOflduda que á su juicio deh(~ ~~t'guir
t.odo gobierno, que franca y lealmente S!' proponga el hien de los
pueblos, y jamás perdl'ri de V1SÜl este priuelpin de cuya utilidad
está convencido antt'r¡orn}f;nt¡~,


))Pem á la vez 'íU3 so cumple con c.~te debt~r de su po~icio[l, y
que reS¡.Kta la exig';uc¡¡~ de ;;, M la l't'ina rnadre c')'no merece por
su alta dignidad, no puedc menos Je dato á ~onoeer algunos bechos
que, presentados eon inexaütitud ó reticencias, pudieran dar lugar
á siniestras ú.terpretaciOll€s: rn que s('an conocidos cuáles fueron,
está interesado el bienestar ;le España, v el t~eeOfO y buen nombre


." -


de las perJonatJ :Jn~arl~ada~) hoy del gnbiemo prüvIsioual.
»Los que componen la regencia han sido el órgano por donde se


conJtluicaron á S. ;1, la~ exigencias de Jos pueblos aizados en de-
fensa. de sus derechos que cfeyei'OD hollados y i~sca!'necid(Js; la prll~
dencia y cireunspeccion mas extremada pr.:sidierofi á todos sus
pasos en las críticas y comprometidas circunstancias en que fueron
nombrados ministros de la corona, Jamás se exigió á S. M. que
condenara la conducl.a oe los ministros antetiores; propúsosela ~i
en el programa que original deberá conservar en su poder, «que
diese un manifiesto á la naciolJ, l'l.i d Gual baciendo recaer, como
era justo, la responsabilidad de lo pasado sobr(' sus consrjeros, y
anunciando que podria hacerse efectiva pOi' los medios legales,
ofreciese que la Ceo¡:.tttuciol1 seria respetada y cumplida fielmente.))
Esta idea, que dista mucho de pn~juzgar si habia ó no respousabi-
lidad, se expresó en el proye~~to de manifiesto que por Sil encargo
se la preser.dó, diciendo: «(1lHJ errores de jos qur en la últinlil épo-




lIEL ULTDlO ilORRON Di' KSPANA.


ca habian estado encargados de aconsejarla en la direccion de los
negocios públicos, habian creado y dado vida y existencia á la cri-
tica y delicada poslcion en que el pais se encontraba, y que níngtiI1
e,l;lp:.Lñol honrado podia ver sin el lllas Íntimo dolor.» Los que mas
de una vez tu vieron la honra de decir á S. M. de palabra y por es·
crito que Jos animaba el deseo de consultar su dignidad y decoro,
en elija couservacion tenian el mayor interés, no podian proponer·
la que condenase la conducta de unos hombres con los cuales habia
marcuado de acuerdo, y á los que no ya en su elevada poslcion,
sino en la mas comun, nadie podria permitirse honradamente hacer
traicion; pero no era condenar su conducta anunciar que deberian
};jet' responsables de sus actos, III asegurar que errores suyos, de-
masiado conocidos entonces, y los cuales podnan hasta ser indis-
cuipables, habian traido las cosas públicas al triste estado en que
"e encor.traban,


»)Tampoco, españoles, se exigió de S. M. que reconociese conw
legitima la illsurr~ccioíl; sio entrar los ministros en esta cueslion,
inútil er. aquellos momentos, súio inllicaron: «(que pasar por los ac-
tos de las j UIl tas en cuan to [] (] lo resistieran a biertamen te los prin-
eipios de la jtlstieia, era otra neee~¡ddd de la época;» dando por ra-
zon de elJo, (que respeta!' los ht'chos consumados por una revolu-
cion que no había podido ser contrarestada, era un principio de
gobierno cuyo olvido habia sido mas de una vez funesto; verdad de
que teníamos varias pruebas en nuestra historia.» El pais y el
mun,Jo entero ,juzgaráu si esto era ó no ya una necesidad. cuando
la accion del gobierno estaba reducida al recin!'J de Valencia, y
basla en C3pltulacioncs habia entrado con la Junta de aquella pro-
vincia c.Joslituida en Alcira, y si ei alterar ó desechar lo que fuese.
contrario á los principios de justíeía era ó no el triunfo á que se
podia a~pirar en a1luellas circunstancias: obrando de esta ma-
nera, si bien quedaban victoriosos los pueblos como era indis-
pensable, Dose confe~aba por S. M. la legitimiJad del levanta-
miento, ni se prejuzgaba por su parte esta cuestion de modo nin-
guno.


»Tam bien se creyó inexcusable ofrecer solemnemen te que la ley
de Ayuntamient')s no seria ejecutiva. basta que se sometiese al exá-
men de las nuevas Cortes con las modiílcacíones que el gobierno
propusiese para ponerla en armonía con la Constitucion, con los
principios políticos en ella consignados. No solo se fundó la necesi·


: ~..J,)~. _'




HISTORIA DEL RlINADO


dad de esta medida eo el justo é irresistible clamor de los pueblos)
que en vano se habia intentado sofocar siendo tan unánime y com-
pacto, sino en que sin la ley de Diputaciones no podrian tener efec-
to muchas de sus disposiciones. Pagaba así el justo tributo de res-
peto y deferencia á la ley fundamenta! del Estado, y se conCiliaban,
como la situacion lo permitia, necesidades tan opuestas y dignas de
consideracion.


» Verdad es, por último, que se putiia en tela de juicio la unidad
de ia regencia; pero justo es que se sepa que para el caso en
que S. M. no accediese á lo que sobre este punto la propusieron
sus ministros, terminantemente manifestaron que aplazándose la
resolucion de esta grave cuestion para las próximas Cortes, creían
acaIlada la exigencia hasta el punto de poder gobernar, y acaso en
el período, añadieron, que hasta entonces transcurre la opinion que
hoy aparece muy K tendida y fuertú~ Su modifique Ó se varie si se
dan garantías á los pueblos que equivalgan á las que por este me-
dio se proponen obtener. Júzguese si en aquella situacion era posi-
ble otra cosa, y si pudo tratarse con mayor circunspeccion asunto
tan difícil y delicado.


»El pueblo español, cuerdo siempre y sensato, sabrá apreciar los
sucesos que tan rápiJamente han pai!1ado, y juzgarlos cuando bien
conocidos, con impa.rcialidad y templanza; lamentará la suerte de
una princesa ilustre á quien debe grandes beneficios sin duda, y de
quien se los prometía aun mayores, si hubiese tenido la fortuna de
conservarse en una altura superior á la de los partidos; pero al
mismo tiempo hará justicia á los que sin esperarlo ni quererlo, se
han visto en la necesidad de arrostrar todos los compromisos de una
situacion la mas difícil, y de tomar sobre sí la responsabilidad de
sucesos extraordinarios. Su objeto en aquellos críticos instantes fué
salvar el trono, conservar en toda su integridad las instituciones; si
á esto fué preciso sacrífirar la regencia, no fué suya esta resolucioll,
y todos los esfuerzo:) no bastaron á contrastarl(L Pero ya que suee-
dió, ya que conforme á la ley fundamenta! el poder ha venido á sus
manos, españoles, estad trao(IuiiQs; nada temais; la Consiitucion
será religiosamente acatada por todos; el órden público no se alte-
rará; y si alguno lo intentase, 200,000 veteranos, 500,000 nacio-
nales, la nacían entera, están dispuestos á escarmentarle. Tomalias
están cuantas precauciones puedan desearse, y vivid seguros de que
el poder que la Constitucion ha confiado á la regencia provisional,




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 455
y que estrictamente arreglada á ella habrá de ejercer, pasará á la
que las Cortes Dombren sin mengua, y des pues de haber hecho su-
cumbir, si preciso fuere, á cuantos intenten oponérsele.-Madrid
15 de noviembre de 1840.»




CAPíTULO LV,


SUMARIO


Ln ft',olliclOn de 5etJemhre dI' 18-1.0 flar~l!7.nda ('n su- tendpnClil;, 1fl(l:!a!p, por ¡J ['P-
,[w'ikz (I\": mira, d,' la m~yori;¡ [irog;rp~¡~lrt v por ¡'i c;\rú<;ter irj'p~ojlí!o y ra,i\(, (,C
E"p:u'¡':ro


1.


Entre Jos hombres de la regencia provisional se hallaban perso-
nalidades muy dignas y respetables,


El ministro de la GobernacÍan don Manuel Cortina era una nota-
bilidad del foro sevillano que habia veOldo á las cortes dando bri-
llantes muestras de habilidad en la oratoria. Sus becb0s políticos no
le hacian á propósito para figurar en una situadon revolucionaria,
si tal carácter hubiera sido condicion precisa para entrar en un mi-
nisterio que sustituia y representaba el poder ejecutivo.


Bien es cierto que suc¡:dia 10 propio con los demás individuos del
gobierno provisional, que con la mayor audacia venian fl. contener
en su desenvolv:mientu la revolucion de setiembre.


Algunos años mas tarde, CQn ocasion de un brindis fin el célebrn
banquete de los Campos Eliseos, el que entonces, en 1840, era solo
eoronel don Juan Prim, ha dicho UDa gran verdad reunida en una
frase: ( Encerrad la tropa en los cuarteles, y sabreis si goza:,; Je
popularidad. y si el pueblo apoya y acepta vuestras leyes y dísposi-
ciOi.lcs. 112




!lE! lJLTf'iO W'RBON DE ERPANA.


~~OsGlrOs juzgamos qun esas palabras encierran foJa la filosofla.
de la época.


H.


La idea revolucionaria que parecia destinada á. vivificar el espí-
ritu patrio, á renúvar la vida dando expansion y permitiendo circu-
lar la fecunda sabia del progreso en todas las esferos de la sociedad;
la idea revolucionaria parecía perder su profundidad á medida qu,-'
ganaba en superficie, Por eso influía menos que en anteriores épo-
cas; por eso parecía sentirse debilitada su accion y embotados sus
filos. Los partidos que en eila habían nacido, no representa'ban su
verdadero esp!ritu, y solo algunas individualidades habian venido
sosteniendo la pureza y la intransigencia de los principios, el radi-
calismo, úoico fundamento de verdad.


El partido progresista que se veia siempre alejado del poder, que
fuerte y poderoso, por acercarse mas á las soluciones que buscar la
verdad, aunque envuelta en algunas nubes; el partido progresista
que se veía diezmado por las apostasías, no bailaba. ya reclutas y en
;;11 seno mi.3illO crecia y se organizaba el partido republicano.


Espartero no baIlaba en el partido progresista la cobesion nece-
saria, y por eso titubeó mucho tiempo, por eso le fué muy fácillle-
gar á entenderse con algullns de Sus prohombres.


El bombre irresoluto Que carecía de ínicialiva, y á quien hemos
vist.o apegado á la ordenanza, seguir sin murmurar á los vaivenes
de la politica con esa pasibilidad que la ordenanza marca, ese hom-
bre que fué elevándose por escalones, y se encontró por casualidad
al frente de la fuerza armada en toJas partes, ha sido elemento de
gobierno y como dicen los conservadores elemento de órden, cuando
realmente no eS otra cosa que elemento de destrucciol1, elemento
perturbador, elemetl.ode disolucion; ese hombre que rudo compren-
der entonces que la sociedad españüla estaba á su discrecion, á fier,
ced de sus caprichos, ulla vez que supiese arraigar en el corazoll del
soldado las máximas infernales de la obediencia inerte y sin exámeD,
una Vf'Z que hallase en los otros jefes el compañerismo que forma
el espíritu corporativo; ese hombre pudo muy bien creerse en dís-
posicion de dIctar leyes, porque si él [JO tenia ambicio n podia servir
muy bien de instrumento, diestramente maoejado~ en manos de M~
biles,"de astutos personajes.


f, _ '"




HISTORIA DEL BEf"lADO


Merced á estas consideraciones se comprende que el general en
jefe, casi desconocido, ¡'lcoloro, adquiriese de repenh3 una importan-
cia tal, pasando á la vida activa del hombre iniciador cuando siem-
pre habia sido obediente como el cadaver en manos de los superio-
res, segun las constituciones de los jesuitas,


1lI,


Espartero debió verse, desde luego que descolló en la jerarquía
militar, objeto de ¡as adulaciones y de los halagos de todos, porque
la corte que necesitaba apoyarse en el ejército para contrarestar al
carlismo, su hermano gemelo, y la revolucion que formaba la única
base del poder, vió la nt:cesidad de atraerse para llevar adelante sus
planes, pero sin cODdiciolles y sumiso, á aqupl que podia inciinar la
balanza, Y el primer paso de la insurreccion de Aravaca fué el dee-
quite de la insurreccion de la Granja; que está escrito que cuando
se hallan las cosas fuera de su '1erriader) órbita, cuando se agitan
los partidos lejos de las condieinnes norm&les. ha y fugar, por ha-
Lerse salido de la esferJ. lógica ctt! sucesioti, á trastornos y vaívenes
inesperados.


Sí, en el ejército de reserva, sin las preteusiones de Navarra y de
Córdoba, la corte hubiera podido tal vez hallar en Espartern un auxi·
liar poderoso pard sus p¡an~ls, Pero aquella llmeS¡ra de desconfianza
auglMta, aquella duda nacida entre los lfloderados, hirió al jefe de
las armas y le hizo comprender cuán10 es veleidosa la voluntad de
los príncipes, Atento ya á sostenerse ~n el rango a que se le habia
elevado, E:';[Jfutero tuvo necesidad de penetrar en los consejos de la
corona, y unas veces AJaíx, otras él mísillo, vinieron al frente del
departamento de la guerra que ciertamente no estaba bien admi~
nistrado.


Las condiciones especiale'l de la guerra, las perípecias del bando
carlista mas que los plnDes de campaña, pusieron en manos del ge-
llera! la victoriosa oliva, y mientras Aragon y Cataluña se vejan de-
vastados por las hordas de la reaceion, Maroto concluia el tratado
de paz elevando la autoridad del conde de Luchana sobre todas las
otras capacidades militares que en política eran agentes de! mode-
rantismo y de la gobernadora.




IV.


Resulta, para el que quiere penetrar en los arcanos de aquella
situaclon y explicarse las evoluciones diJtintas de ios partidos, que
Espartero sin tomar niugun acuerdo, sin tratos ni transacciones for-
males, vino á quedar en setiembre de 1840 corno la figura inde-
pcndieote, que dejándose mecer por las olas encontradas de aquel
mar embravecido. se halló por ellas levantado, imponiendo condí-
cione'i sin tener voluntad propia por la misma debilidad é incerti-
durnbre, por la falta de fe revolucionaria en los t.ombres que apa-
reeian al frente del partido progresista en aquel instante.


Que Espartero ca recia de iniciativa y de voluntad, que no era
homhre de partido, que no sabia las necesidades del pueblo, que
no comprelJdia la revolucion, podrán demostrarlo los sucesos pos-
teriofi~s, como lo indicaba ya ia actitud en que S\l eolocó.
QIH~ el partido progresista se encontraba en la incertidumbre y


no tenia la cunciencia d3 su t'ue!'z¡¡, incontrastabie, lo revela perfec-
tamente ese afan de someterse á un hombre que claramente demos-
traba su nulidad política desde el instante en qUE: teniendo en su
poder la clave de los sucesos, con tal facilidad renunciaba á todo.


El bando conservador y Cristina con mas tacto y mas experien-
cia tu vieron cierta con fianza en el éxito de sus planes, porque ob-
servaban desapasionadamente á unos y á otros.




CAPíTULO LVI,


SUMARIO


e .ul!l(, d ';'.~Illilllienlo I"l'\ IIloeiún:mo fIne ¡antro ~e ha desanollado eH llue,lro, liJa"
,e 1¡;'!laha ya pro"uJlLÍ:IIJlPlllr: arrai:,:;\dll (~1I E,;paíi,¡ dt·,de 'li~ly ;¡1I1'gnll,-D'~]I¡liJaJ
del ¡urlido I·\;dl".!'I, i,tirau-'gl'llci:, di'] IlllJdl'i",,¡JO y jlrudCllClil de Cri~lill:j, dI
J ~ill. -HeIlO.íu'.';;' 'u Ítrz' i.,." t'i'ugn'",ta,


L


El elemento democrático, ei sentimii;nto popular se hallan pro-
fundamente arraigados y desenvueltos en España. El despotismo ha
venido con la" monarquías extranjeras, y no consiguió nunca impo-
ners¿, porque era planta exótica, hasta que los instintos religiosos
de sus monarcas buscaron en la alianza con la corte de Roma)
sus seides un poder que no tenia. Por algunos años la Inquisicion
apareció dominadora y sujetó con el fupgo y con el hierro la ener~
gia dr, las municipalidades, debilitando con el superstieioso fanatis-
mo el noble sentimiento de dignidad que había en Jos pueblos.


Así cuando despertó en nuestra patria la idea revolucionaria,
cuando adquirió expaosion el sentimiento revolucionario, no fué una
novedad, fllé un renacimiento, y regenerándose poco á poco en cada
explosion del volcan, veíanse mas fuertes las erupciones que ani-
maban y daban calor á la idea de libertad, regenerando á la multi-
tud casi instantáneamente, porque en el fondo no habia perdido por
completo el recuerdo de sus antiguas tradiciones.




DEI, OLTHlO BO!!Bíl.ii 1'1& E~P,iÑA, 461
Si la ambicion y los privilegios pudieron aun buscar auxiliares


creando bar;¡tardfls ficciones que halagaban á algunos; si con hábil
estrategia puJJ Jíl nli)]arquía y e! cle(o soQerF'1' su. preprlDderancia
cOlrompiendo á unos y iJÍJ'r.nj,ndú k otrl)E; anle la perspectiva de
lo desconociJ0; si Al W\t'!!(l:¡ rr03rh~ü.ta ó exaitado, cedieüdo ante
la:; preo~llnae¡()ne¡; pudo mostrarse débil perjuJicando así Jos illte~
reses de! pUi~hl{) á quien decía scrvirl no faliaban ya en la época
que vamo;;; n;),rrando f?inde.;; r!cmentos revol.ucionarios, y la juven-
tud y lns trahajadore:l rt'spomlian al grito que Jos pensadores lan-
zabélü ::r¡ medio de ~¡rrle!ia algú,r,dJia de pasiones que chocaban des-
concertadamente p,\fa detener al paeh!o en su evolucioD.


n.


La palabra república, como hemos dicho, era ya pronunciada sin
escándalo, por mas que en los primeros instantes hubieran conse-
guHo los sanlonr;:~ del progresiSLno imponer silencio á El Huraean Ó
mcjcoi ,licuo pon el' en su boca lJllil mordaza. P2fiJ la monarquía he-
rida d .. m~lP(te vivia de prestada por la inSAnsata 000peracion, por
la tOipé~ eODr!uel>, de lo;; qne. diciéndose liberales, buscab:1 1J las aote-
cá:raras del pala,jo y lds libre:ls de la servidlimh;e, para darse el
lonu d,,: ::díoles, SiCDJO !'üt¡){':;j l'sc1avos y aluJadores,


Cri, i:c' habia poditlo comprender en Barceluna p;imero, y en
Valen!" ,li;spl]c~;, la [;lUld de su pú~;('ir¡D, la siJJi,kz de ia dinastía .
.. ¡ ¡¡"", "< 'ro f·';!' '!·¡1IL ,;: '., ;". \ '>')VI "., .... ', (1/, hj! á í' "l' el¡' j'] ,> pO"q\le no 1~ ... !~,.)· .• · ( •• J ~.J'¡"." "~o .§~'j ~/'·",):~ .. 1~, '. \._'11. llJ .. '"""')~~ " • .,\, •. :Jt lt., J L ~ "
t( ~'7"\ "¡ ~'I··II"·-·:¡~:1f.: r¡-'(\"{r~'~ 1,'-··>1l! ,L~; '"¡j'lr :l ~~"' . ..,- .... <")-",f.,¡.,<) {'·r:'1·:p-!l~S roue J~" j" ~,!, v,.~,,,t .. :' V ".,.1 ¡"¡,I' v' .'.,'" '" L,"P",[i.t-)\. 1.,o,t'oLIIj '1 '
huhi·: ';¡ sic!:; m!ly :¡di;;!: P(:t' tI" {tejí' il1lposi¡¡le j d'\t gusto á los
mo(ki'r.d{)s inlmnsigcll ¡iD,que el general victoriü,~o gozaba del
ami' pop\:lar, ni; ;:;t a:., q:!e C~';sí.:r¡2; se hvbi3. d,'::conceplU(~do por
COf1.\plf:~().


'1)'1·;" l',·¡,,·"·,¡V1 n' .• :;,. h ';i' .. ;.; . " ,,') ' .... :~ ~\'" ':''l1{1 N ff.rado.:! y é u"," :1." _ ~'dl f~"_, ,l~~·. r" ,")'~;,,J.,J~, '1~~\'> ,'- :, .!r .. !ll<t~ .;:;, f':'!.I- \ .:1
,. 'r:." , L h "B' C0n:je00raCl}Ü8:3, presento (;13 Jare"i'J .. ;j el C()~,(u úe uc anal aJo


el punbJ de vista de la mocal huhiera siJJ un acto incalificable, una
muestra insigne de iogratitu'~j un crimen que la historia hubiera
añ~dido en la larga serh de los que ya consigna; pero bajo el pun-
to dA vista. polit¡cQ era ridiculez insensata é imperdonabie torpeza.


Hubiera s:do UD reto aBanero al pais, ulla desdeñosa muestra de
soberbia que sentaba muy mal en la que Oece.5itaba congraciarse
con el pueblo eS¡H1ÍÍ0L


T01HI l.




IIlS1(ilUA VE! HE!'; \110


¿Nü era nDttirai que Cristina 1mbiese estudiado las condiciones
dei pueblo, y no pudo observar en el tráosito hasta la industriosa
Baredoua, y eu este n;Í::;/Ho pUlJtt·~ euúl era lit V~lldeneja de todos?
¿No ~rJ. tambien natur~¡ y lógié,ij que Cri,t!ua !lubi¡,':.:e ho~;dt'adu el
espiritu de las tl'opas y la situacion del país: atd(~ci de udt;i'LfdllariiC'
á tornar ~H1a rcsolueiün tdlJ trasceodenlf\i?


La revÜ!uciOil, pür otra parte, se habia mostrado amenaziiduia,
los sUbido3 del humean ensürdec)¡-,n y c,ugnraban desllh;lw"borrasca.
¿Habria logrado ~~rist¡!.la detener el eurso de lO:" sucesos y ;¡maUiar
la revolucion?


La separaüiol1 de Espartero en aquf'llo5 mOll!(:!1 tGS hubiera hecbo
imposible iod:¡ avenencia, y desbordadcs las pasiovcs, 1\1;) qU2 pre,"
tendían neutralizar ei e~pírHu de la rev,:¡Jnc:o!1, ios Que anlbieiosns
y egoistr.i.lí, antes qUé por los intere~cs del pueblo, mirahan p(;r su
elevacion y enCUmbr¡¡E1ieuto~ Jos que aspira})[l!J á 1;.. reg,'neia, y
quizá t:oio por esla perspectiva, e~Dpuj¡¡¡'on {¡ las nH¡Sl1S hácia la
revoI ucion, hllbit~ran sufrido lamen tabl(~ des8D gaño, y tras la eues-
tion de regf'ucia se hubiera ¡¡Gest.o á la orden del diu, y sobre el ta.·
pete, la cuestión de dinastía, la cuestion ll1On'lrquica,


lll.


No influyó Espartero seguramente en la revolucion de setiembre,
y los que han supuesto que fué el iuspimd:H' de aqud movimiento~
no sabe!} segumme.r!tf} lo que aC0nieciaj Ú obran P~)i' espíritu do
partido, ó juzgan pcr apariencias. Aquel movimiento fué obra de los
progresistas, indignados de que f'C le~ tratase COll tal desIKgo por
el poder ejecutivo, y si ellos DO ataca,:·!) '..!i!E:damente á la dinastía,
fué CODsíd':;l'anlÍo qu;~ ocupllba el trono LI¡¡a I!iñil t),.iraña á las me-
didas del gobierno.


Mas si. Cristina imprernedítadarnente huhilra seguirlo desacertados
consejos, adoptando imprudentes In¡odidas de represion, la dinastía
hubiera venido á tierra, y la revolueínn plttl~ntc, libr¿; dú e¡;e com-
promiso, no hallando delante de sí ese obstáculo, quizás hubiera lo-
grado Jo que las cortes podiafl sin esfuerzo haber hp,cho, como mas
arriba dejamos indicado,


Cristina, pues, no pudo evitar el conflicto separando al general
que hnllü,. í)n,~!en¡dn ,;1 frOllil 'ía(~iJan¡!~, v ;.\(':j,bi\ha dc' pF~sfntarsr




,i .,


,~ ;J .::


despues de haber arrojad0 del ferrítr¡rio e;)pafio! al liltim0 Jo los
sectarios del pretendiente.


Leon que ofreció á Crístina su eSpadil. j O¡ Donnell que apenas te-
nia flJPfzas á su {hlPOsicion, Aldama que se hallaba en Tarancon,
¿podian habel' opuesto alguna resistencia? Imposíbíe; y cuando Cris-
tina hablaba en su:, maniíiestos de que no habia querido encender
la guerra civii, caia en espantoso ridículo; pues solo en un momen-
to de demencia hubiera p,-,Jido aire verse á cometer tal desacierto.


IV.


Desde los primeros 1l1Omentüs en que se instalaron las Juntas de
;Hov¡ncia, se aceptó la idea en todas partes de nombrar delegados
que constituyeran en Madrid la Junta central. Llegaron á reunirse
hasta el número de ~3 re¡li'esentautes, entre los cuales recordamos
á don Patricio Olavarría y á Noceda!, que respectivamente lo fueron
p'}}" ias provincias de la Coruña y Toiedo,


No fué posible, por mucho que fuera la bueníl voluntad y celo
de algunos de esos representantes, hallar medio de reunirse, por-
que ni el gobierno, ni la Junta de Madrid, ni las autoridades que
este babia nombrado, permitieron que se constituyesen en sesion.


L03 progresistas, duetios de la situacion, han sido siempre muy
amigos de pr!'sl'nlar gr'andes mejoras en apariencia, pero sin tocar
al fondo de la" cosas, sin tomarlnterés por la cmancipacion del
cuarto estado, creando al instante que lograron vencer á su adver-
sario, trabas y obstáculos, con el propósito, dicen) de que no haya
desórdenes ni desbordamien tos.


El trabajador, el obrero, el produc{(¡r, el hombre inteligente, si
no tiene taller ó fábrica ó comercio ó pretenciosos títulos universi-
tarios, no alcanza por su cualidad de hombre, de ser racional, dere-
cho alguno.


Preciso es que los que han inventado el censo, los que han acor·
dado que un puñado de duros j una finca ó un almacen, cosas todas
exteriores al individuo, que no aumentaD ni disminuyen su instruc-
CiOll y su criterio. sean la comprobacion de aptitud y dignidad pa-
ra tener voto, hayan estado delirantes para otorgar el derecho mas
precioso, que es el de contribuir á la formacion de las leyes, á la
cosa y no á la indiyiduaHuad,




v.


Tal injustic.ia. (ltaf1ue tm violento t\ la naturaleza, ha convertido
por mucho tíempo en ¡lotas, y t'n [Erias ~: 1:1 mUl::IL·J, y P,}(',clS lle-
nahan l~ls condiciones que se han requerido nOf hs distinia¡-; leyes
elecLJ!'uies.


y ¡cosa ext::nüa! los qw: coniríbnyen á la fOnrWelOB dc In rique-
za, los que con el sudor de su frenT,(! (, eou ::iU paciNJto laboriosidad
empleando su fuerza y su ¡ntelíg{'D~¡a, llenan las piweras, levantan
los palacios, trjen las ricas telas que Tf~sguard(}n nUPStfOS miem-
bros de las ior;lernencias atmosféricas; los qUe ~lJjeta[) el '?apor y
la electricidad y el calórico sometiendo las fuerzas de la '1 lIraleza
á ser instrumentos de prcduccion, esos no tienen el derecho de au-
mentar ni dismi:iUir Jos aranceles, de ¡r.fluir en tille el presupuesto
esté mas ó menos cargado; y no se les consulta jamás si la guerra
que se va Ú ern~lrcn.jer es inicWl Ó justa, perjudicial ó conv'·;iente.


El pueblo, la mayoría, la inm'::ílsa multitud que puebla 1" cam-
pos, que cuida las carreteras, que acorta ias distancias establecien-
do el rails y los postes y alambres telegráficos¡ y á quien condena
la suerte á no participar de las ventajas de la civilizacion; esa ple-
be, que en su orgullo satánico, han apellidado los felices del mun-
do, los dominadores, la plebe asquerosa; el pueblo~ decimos, queda
fuera de todas las ilustraciones, de todos los progresos.


En los sesenta años de revol ucion, si los que se llaman liberales
en ~as épocas de mando hubiesen favorecido la instruccion, hubie-
ran llevado á la remota aldea la luz, si hubieran extendido por me·
dio de la desamortizacion la riqueza hasta las clases laboriosas, no
habria ya en la fecunda Iberia seres abyectos y miserables, y la ig-
mlrancia desterrada para siempre no seria obstáculo al progreso, ni
ocasion á las redes que el fanatismo tiende y los déspotas fabrican
con empeño para presentarnos como un pueblo de vándalos, como
horda salvaje é indigna de la libertad.


VI.




¡,EL ULTD10 Hi)P.1l0\ DE ESPA-;A. 165
tados llevamos en el camino de la civiHzacion desde que las águilas
francesas vinieron á I.urbar el sueño del poderoso Ieon.


La gigantesca lueha que viene sosteniendo la idea nueva para
hac(~rse un lu~ar aquí d'Jndc r,inaba tenebrosa noche, ha encontra-
do aun rt':; de e;:;píritu liLn.l y democrático que predominaba en-
tre nues~!os nrdrptFa¡lM, y la tr:ndeDcia á c,ear las antiguas auto-
nomiJ.s r'w;:,nal:::~ ha vir¡nCildo desde hace algunos años al pueblo
'1110 dJrruHa;m ('n la üJGuiidumbre de lo porvenir oscuro y descono-
cido.


Mas los partidos que nacieron en esa revuelta agitacion no han
sido bashiolr: pdnCl'050S para salvar los inconvcnicIl tes que se orre-
cian, y sus !J0mbres han titubeado siempre dejándose arrastrar por
la eorrlr'ute antes que precaver, antes que dirigir.


La Hacienda, como hemos dicho, se hallaba en lamentable estado,
y no habia una lumbrera que guiase á los hacendistas por el tor-
tU()SCl sendero; así es que, como los moderados lo hacian notar, el
gobierno a(; la rovolur.ioíJ tenia que exigir la cobranza de ciento
ochent3 milloiJ(~s vo{("\dos por ,miBS cortes sin prestigio, en vez de
levantar re0ursos revolucionariamente, adoptando un plan liberal y
sin consideraciones de llingun género, cuando se trata de nivelar
gastos ydisminuir cargos; porque como hemos visto, pesaban gran-
dementl\ sobre la produccion las infinitas gabelas que la guerra ha-
bia traido como inevitable consecuencia.




CAPíTULO LVtt


SUMARIO,


:ilaniticslo (le la RegeJlcia pl'ori,ional á lo,; e'fiaiío!e~ C'Jl JR'lO,-Carla ([111' lo [1 e Olll-·
paiíalICl.-·-[>l,¡ril\l 1~()lI"('i'\ altor di' dicho:·; docunl('¡¡lo,;.-·-i.,j \ agucd,l(t qm' SI: l'1I-
tl'l'\cia ell la Illal\:kl .id 2:ol¡[nllo alelJló ü lo,.; re,lccionarios,


1.


Los periódico~ impulsahan almwvo millislerio á adúptar una mar-
cha franCamellrJ f!:\fürma.dora , pero este que nu se ha.llaba dispues-
to á los grandes sacrificio;!i qUe ('xige una situaeion difícil, se Labia
ya aClistumbrado á entret.::nerse en el expediente renunciando á las
glorias por no incurrir en la responsabilidad.


Hé aquí en qué términos se expresaba el ministerio regencia al
llegar á Madrid.


A LOS ESPA;\OLES.


La Regencia provisíonaldel reino.


Restituida á la capital nuestra augusta reina doí'ía Isabel H, y
constituido el gobierno actual, los individuos que lo componen no
pueden menos de dirigirse á sus conciudadanos al tiempo Jc enJpe-


f 1 ~.. 1 1! f. ~ .• ., n • .,..·
zar a LcsernpC'nai' el encargo qi!!l iil ,;Oi'SlÜ00!Oil tes con· ,), l'lo Cler·




DEL ULTDlü ¡¡(!RllüN DE ESPAN.\.


tamente para presentar planes de mejoras, esperanzas de prosperi-
dad que solo se realiz(\[) á fuerza di; tiempo, de tranquilidad y de
sosiego, sino para nwniff's(nr con la franqueza que corresponde á su
carácter. y con L~ entereza DrOnJ:\ dr: flU p,osicinD. el vensamiento


I • Ji ' I JI


que los aaima y el pri(l'~¡p¡i) du :~r)ndut,¡a que en la corta duradon
de su autoridad se han propueatú seguir, y están resueltos á de-
fender,


«A nadio pareeia ya l'h,siLle que la naciün se sfdvase de la reJ en
que la tcnian envuelta ¡os 'ne ' ji íf,iJ5 tic ~us dereeh'.is: nl.:.uparh}s I,C'~
Dian todos ¡liS resortes y mBdios de guhiemo: dumiüalttlü exdusi-
vamente en los euerpc¡s kgislntiVDS por ü!cdio (L'; .uHLymÍ;.:u, fieticias
artificins¡HnCnte combír(in3t>: eídrl'gJd')'5 lUi u,ir;islerjos á eiegrs cs·
clavos suyos; y lo qw:; em aun F'[\S tr¡~,t(;, sLdur.idc y encon;:\do á
fuerza de sugest\()OCS insidiosas d poder supremo lid Estado. Ya los
españoles vtian venir el momento de repetirse el escándalo del año 14;
y por descanso de siete años de laUgas y de combates, y porrecom-
pensa fl su constancia, á sn fidelidad y servicios, contnnp!ábanse
atados otra vez al yug'J de la servidumbre CnD los ]aws formados
por su misma ledtad.


«Pero al ver amenazada de rnuerte la Ccnstitucion en que la E¡;~
pafia tenia cifrada la estabilidad de su fortuna, el pueblo de Madrid
exclamó denodadamente: Eso no, y se arrojó á la arena para defen-
der ileso el depósito d~ su libertad: Eso no, repitieron las provin-
cias y el ejército! respondiendo bizarramente á aquel noble llama-
miento, y á una vozlo~~ españoles todos que aman la paz, el decoro
y el hien de su rai3 dijeron resnel !;:mwn te : Eso no. Puestos así de
una parto la ley fUüdamental cnn la nacion rnlem al rEdedor, y de
la otra el gobierno con sus consejos y proyecl¡)s infelices, el go~
bierno se es!ruueció de vcr,~(' H.I!C, y aLaodonando el campo que ya
no podía mantener, dejó á la nacion libre y Él la Constilucion ven-
cedora.


«Yen esta accion solemne nadie puede decir que hizo mas, nadie
que hizo menos; todos han eontribuido á formar psta unanimidad
irresistible y majestuosa que nos ha dado el triunfo, y todos han
concurrido con iguai mérito que gluria á salvar el pacto social que
Ulle entre sí á los españoles.


«Prodtlclo inmediato ~! Becesnrio dc esta ma.nifeslacíon ve¡dadcra-
mente nacional es el gubierno píesente, creado en virtud de la Cons·
titacion y con ja~ formas que ella preseribe para easos semejantes




1168 HI8TI)ftIA DEL REINADO
Los principios que guian á los individuos que le componen son bien
conocidos, y por lo mismo no hay necesidad de manifestarlos aquí.
Ellos saben la grave responsabilidad en que se hallan constituidos
y las obligaciones delicadas y difíciles á que tienen que atender.
Pero segnros de la pureza de sus intenciones, resueltos á no obrar
sino por la conviccion de su conciencia, animados tanlbicn por la
confianza que se lisonjean merecer de sus conciudadanos, arrostra-
rán las dificultades que se les presenten en el corto tiempo que ha
de durar la autoridad que ahora ejercen, y la depondrán satisfechos
y gustosos á los piés de la representacion nacional.
»)CU~SliODes se han movido y ciertamente importantes sobre Ja for-


ma que ha debido darse á la convocacion de las Cortes futuras, y
entre ellas la de si el Senado debía ó no preliminarmente ser di-
suelto en su totalidad, y sobre la manera con que los individuos de
él deben ser nombrados. En el ánimo de la Regt'oeia no ha entrado
ni podia entrar ninguna medida de esta clase como base indispen-
sable de sus disposiciones. Ella se ha atenido y se atendrá r,gofo-
samente á lo que la ConstitucloIl previene en este y cnlos demás
puntos controvertidos. La Hegencia nI) lieue facultad rar}j alb¡;X en
lo mas mínimo la ley fundamen tal del Estado; y seriél por ciprto bien
extraéo, ó mas bien absurdo y contradictorio, fiue un gobierno
creado por la Constitucion, formado segun el la é instituido para ella,
hubiese de comenzar por infringirla.


C .. , h" 1" I onstltuClíJD, pues, ngr.\J'osameilte h,scrvaaa, rl'spe!r. }'J.:;.¡¡;tnsn a
la ley, son !o~ principios {¡niens y exr!w:,i\'(¡'; (k l r~obii':!'n ?(:t:.ia!;


l1 . '"-, r' t{l: t~,·ll""';:' t-;:< ", r.',,,, ,,,,.' c· f ~ .\"~ j 1 con e o:; re~Jl'¡' Ut. (l¡'"d., ·a.~ ·;:X¡~~e'H ),o", í'l. !.I,··, ;"~~ (l(\'<"" r,~?ífDa·
bIes. Ellos sen sin duda el elemento mas nfi;t'.<tdO de H¡,¡'¡;d U!¡.ri~


! 1 ' " 'l" 1 ' (' Jos 85:paño,es: F) son tanHFi' ¡J, ue tran (!m,¡¡j:jc, (k paz y e;' '. l' ~~ 'lZil,
, . I i' , . t (.. ,..., y por JO ml:3IllO C.i


'
[\(,,;:;l)\nmkJ,U y V;O< :'~'.\ ,)t.,·, 1)" j\H Ué1, v re'''


presion para C'ü!lkDél';; el:;;',: [os hlk;¡ki. ha!;l,!, )118\';-"'.f'" Sil "olun
tad priv:.tda subre h w¡",~t~i w'nda:, Le, SIL, en ri,j, LJ''fza. y
robustez, y pOi' consig¡¡[c,mte d{~ st?!wi(!;,j (; ;;)(,. '~l{',!;" Lt, u>
CiON'S todas re3pelau á un pll<'lllO t¡ " . j i n. bu ¡" ,': eL;;, mw.
ley fundlmentRI, sabe s%tenc~:tl C": L', .,::: ()~cii:'.' ,':~ {\ iúílu:r:tn-
des drj dentn, y está resneltB á rep;:;;.;; '.I::: y ut;Ii,L,. ';] LHl.-:;.1, lG~
amagos y las a¡'Pe!Jaza8 de fuera.


»Jefe es del gabinete actual el que lo es tambien de los ejércitos
nacionales: el que en cien combates que ha da(lo á los encarnizados
enemigos del trono de Isabel II y de los dereehos del pais, no as-




DEL LLTiMO líQnDON DE ESPAÑA 469
piraba á otra gloria ni á otro premIO que b. dejar sentada la pros-
ppridad de su patria sobre la bi!se de una Constitucion liberal, y á
cuya sombra pudiese despues él mismo deponer ia espada y des-,
cansar de sus fatigas. Esta Constitucion esta hecha, jurada, puesta
en ejercicio y reconocida por la. Europa. Deher es, pues, del .iefe de
las armas mantener intacto lo que él y sus compañeros, á la par
que el pueblo todo, han jurado y respeta~o, y acaban de defender
en el conflicto presente. ¿Dónde iríamos los espafioles á buscar una
posicion mas favorable, un mas grato porvenir? No será por cierto
en la mudanza continua de las leyes fundamentales, y en remover
los cimientos de ia sociedad á cada paso, al arbitrio del interés par-
ticular, de la veleidad ó del caprícho. Tengamos presente que si de-
jamos alterar ó mudar la Constitucion j vendremos á no tener nin-
guna, porque tal es siempre el triste resultado de estas oscilacio-
nes. Ejemplos no nos faltan ni de cerca ni de !(Js en que poder es-
carmentar; y no vengamos de prueba en prueba, de discordia en
discordia, de mudanza en mudanza, á dar en el extremo fatal de
que no siendo respetada la lev, se le sobreponga la fUi'fZa, que con-
duzca otra vez ai despotismo esta nacion que tantos sacrificios ha
hecho por adquirir y afianzar su libertad.


»Trcinta y tres años há que en estos mismos ,:ias f:e dió la seíial
á. las agitaciones que nos combaten, con el desór~en y pasiones que
hervia!l en la familiá real, antes ocultas en lares domésticos, y es-
t;'lIlando entonces de pronto y manifestándose al púbiico con una
violencia y un escándalo nunca vistos en tre nosolros, El heredero
del trono acusado de parricida por su padre, el monarca destrona-
do cinco meses despues por su hijo, U:1 ejéreiiíl extmnjero ocupan"
do casi todos los ámbitos de la península, nuestros príncipes lleva-
dos por el engaño y la violeneia á otros paises: la nacion de~ampa·
rada sin fUPfzas, sin gobierno, sin Rhados: tal l-S el punto de donde
los españoles partieron para llegar á la posícion en que hoy se ha·
llan, y hien sera recordarselíl en esta eSlJeeie e' aniversario, para.
que sepan aprecíarlo en Jo que vale. El JOstiílto de independencia y
libertad que entonces se despertó en nuestros pechos, nos ha soste-
nido contra las alternativas crueles que durante este periodo azaroso
nos han llevado de la guerra á la paz, de la paz á le guerra, de la li-
bertad al 'abso¡':tismo, del absolutismo á la libertad. ¡Qué de fatígas
entre tanto, cuánta incertidumbre, cuántas muenes, cuántos estra·
gos ! Pero aquel noble y vigoroso instinto ha prevalecido sobre todo,




470 HISTOlllA ilEL REINADO
y por medio de tantos tormentos, podemos decir que no hemos lle-
gado al puerto ó estamos muy cerca de él. La bandera constitucio-
nal ondea en todas partes, un ejército victorioso nos defiende, y los
obstáculos á los bienes que de nuestras lluevas instituciones pode-
mos recibir, están del todo allanados y removidos,


»No necesitan los españoles para completar estas esperanzas mas
que de entereza, de seso y gravedad. Estas virtudes les son carac-
terísticas y de ellas tienen dados admirables ejemplos en toda la su-
cesion de los grandes acon tecimientos que por ellos han pasado en
estos 33 años. Nunca les serán mas necesarios que en el dia, si han
de aprovechar las ventajas de la c,casion que les ha presentado la
fortuna. Y pues que la Constitucion es el áncora fortísima en que
pueden asegurarse sin zozobra y sin vaivenes los destinos del Es-
tado, su observancia rigorosa será el principal cuidado de la Re-
gencia, su COllserV8',<on el único ohjeto de sus miras y de sus deseos.
Si la verdadera opio ion del pais exigiese en algun tiempo que se
baga en ella variacion, medios legales habrá de intentarlo: las Cor-
tes y solas hs Cortes podrán ejecutarlo: la Regencia atentaria con~
tra este poder del Estado, si otra fuese su conducta que la que se ha
propuesto, y de la cual jamás se separará.


»)Madrid ~ de no\ :Jmbre de 1840 -El duque de la Victoria.-Joa·
quin María Ferrer. - A.lvaro Gomez Becerra. - Pedro Chacon.-
Agustin Fernandez Gamboa.-Manuel Cortina.-Ioaquin de Frias.»


Al remitirse á las luo las auxiliares de gobierno el manifiesto de
la Regencia provisional iba acompañado de la siguiente carta:


«Madrid 12 de noviembre de 1840.
»)Al remitir á Vds. el manifiesto que con esta fecha dirige á los


españoles ia Regencia pnJVisional del reino, y en el cual consigna
las bases que se propone respetar durante su corto y pasajero man-
do, creo de mi deber decirle que mi cDnducta ~nterior y hechos so-
bradamente públicos deben haberle persuadido, como á todo el país
y á la Europa entf!'l de que mi divisa constante ha sido y será
la COllstitucion de 1837; y de que no solo jamás la infringiré, sino
que tampoco permitiré sea por nadie infringida. Así he vencido en
cien combates; así he tenido el placer de acabar la guerra que afli-
gia á mi patria; así he logrado salvarla del precipicio á que la con-
ducian hombres mal intencionados, y así conseguiremos verla libre
y feliz como mereco pl'lf la constancia, honradez y demás virtudes
de sus hijos.




DEL ULTIMO BORRON DE ES')AÑA. 4'71
»Imposible era por tanto que yo conviniese con la disolucion del


Senado, cuya medida sobre ser absolutamente innecesaria ataca la
CODstitucion en su esencia, y seria precursora de otras que nos Ile-
varian á un caos de que es menester alejarla á toda costa. Verdad
es que me ha sido propuesta alguna vez por las corporaciones ó
personas particuiares que me han hablado de las cosas pú bJieasi
pero lambien lo es que siempre la he rechazado, por mas que otra
cosa se diga, por equivocacion ó mala fe, y jamás he consentido en
que se diera semejante ataque á la ley fundamental del Estado, en
cuya defensa tanto hemos hecho el pueblo español y yo al frente
de sus soldados.


»Siéndome conocidos el patriotismo de V. S. y de los individuos
de la Junta auxiliar de esa provincia, no dudo que cuando el que
manda las armas tiene este religioso respeto á la CODstitucion,
á que se conserve en toda su in legridad, seguro de que con-
ella venceremos, y (13 que otro modo sucumbiríamos con ignorancia
despues de haberse representado entre nosotros escenas de que pai-
ses no lejanos han sido testigos, y en cuya historia justo es apren-
damos algo,


»Tengo el honor de ser con la mas distinguida consideracion su
S. S. Q. B. S. M.


»EI Duque de la Victoria,
»)Señor presidente de la Junta auxiliar de gobierno de la provin-


cia de ... »


11.


Este paso trascendental hasta cierto punto, porque parecia cerrar
el período activo de la revolucion y decir á esta, de aquí no pasa-
Ta~, e,l)~(\\~"ll\l)nb ~1n üuüa a \\)í:) 'Pal\lIl'i\"ÚI)~ ue \a reaccl\)u) IlaU-
do á los hombres que habían trabajado en defensa de los derechos
y de las leyes, motivos para desconfiar del triunfo de la revolucion.


Los que temen al pueblo procuran extraviarle cuando llega la
hora de esos sacudimientos en que agotada ia paciencia y los recur-
sos legales se muestran armadas las masas para dictar á los gober-
nantes las condiciones del pacto olvidadas ya.


En aquel gran movimiento de 1840, á pesar de los odios ateso-
rados durante los alios en que la resistencia era el sistema de go-




i7! HISTORIA DEL REINADO
bierno, la deportacion y los fusilamientos los medios de hacer que
se sujetasen los ciudadanos al capricho de aventureros ó brutales
soldados. apenas hubo que lamen!ar desgracias, y solo en Cádiz
pnede decirse que re.<:istió tenaz la reacclon oponiéndose á los deseos
de la Municipalidad el representante del gobierno.


Al comenzar el segundo período revolucionario¡ constituido nue-
vamente el gobierno eCütral, sln hab~r dado cima al grandioso ob-
jeto que dilbia proponerse el pueblo ?spañol, pudo comprenderse que
continuarían los ubuws de todos géneros, porque a la oligarquía cle-
rical, milítar y burocrática que n~l!¡a á la sombra dli ia Gubernado-
ra, sustituia otra oligarquía mi!¡¡ur y quedaban á un lado los inte-
reses de la juventud, las necesidades del Jlueblo ttabaj~Hior, la misma
Constitueion con sus vidos, los mismos hombres con sus errores y
ambiciones.


IU.


l'or fortuna, el W~l)era! Mortunado qn~ acababa de apoderarse de
la dictadura, no tenia grandes condiciones para ser tirano, y los
quepodian aconsejarle eran medianías vulgares.


La organizacion especial del partido progresista y sus grupos di-
versos que estudiaremos en breve, hn.cia tambien imposible toda po-
lítica activa y vigorosa.


Algunos hombres nuevos que la revoiucion habia puesto en evi-
dencia, 'y que entraban como elemento regenerador en el seno de
aquella pareialidad que se daba el título de partido nacional, hu=
hieran podido hacer cambiar Ifts condiciones del progresismo, que
tuvo en sus maDOS la suerte del mundo, y que con muy ligero es~
fuerzo hubiese cambiado por completo la faz de Europa. Pero 016-
zaga, considerado como Ulla de las primeras capacidades, alma, di·
gámoslo así, de la fmecíon mas activa del partido progresista, supo
obrar tan acertadamente, que despues de inutilizar los sacrificios del
pueblo, fué poniendo en lucha á los hombres que constituian el par-
tido progresista, desautorizándolos uno tras de otro.


y la situacion era, como hemos dicho, muy propicia para que
España saliendo de la postracion en que se encontraba, hubiese lan-
zado ti. los tiranos un reto formal, declarando que era llegada la
hora dlJ reconstituirse las razas y nacionalidades con arreglo á su




DEL ULTIMO BORRON DB ESPAÑA. 4,73
deseo, á las afinidades de orígen y lenguaje, no al caprichoso inte-
rés de los militares, que habian formado las fronteras sin atender
~ l~s leyes de la naturaleza, ni á las conveniencias, ni á la justicia,
UnIca base del órden inmutlbJe.


IV.


Si en vez de hombres pusilánimes que se asustaban de su propia
obra y atendian mas á los intereses tradicionales, hubiesen figurado
al frente del movimiento de setiembre ciudadanos lihres, hombres
de genio, que hubiesen ; Jodido su mirada por el mapa del mundo
y estudiado las necesidades y tendencias de la revolucion iniciada á
nombre de la emancipacion de la conciencia, y continuada en Fran-
cia á nombre de la fraternidad de los pueblos y de las razas, aquel
glorioso pronunciamiento hubiera asegurado el triunfo definitivo de
la libertad, é imperaría en Europa la liga fraternal de las naciones,
el dogma santo de la solidaridad, base robusta del principio de jus-
ticia que la filosofía del siglo XIX ha proclamado.


Acababa una lucha que habia dado á los españoles hábitos guer~
!~t()¡;, '3 si. el \)a.t\\d.() ?t()g!CS\s\a. que ven.\a. !c\r()cedien.dQ de~­
de 18112., hubiera dado en aquel instante muestras de querer lo me-
jor, lo mas justo, lo mas favorable al pueblo, hubiera seguido el
impulso de algunos jóvenes y robustos atletas de la nueva idea, é
inspirádose en las necesidades que Europa venia sintiendo desde
que la revolucion habia conmovido sus entragas, trastornando el
ficticio equilibrio de las monarquías despóticas para introducir la
paz duradera que se funda en la igualdad de derechos, de las razas
y de las nacionalidades.


Grandes esfuerzos hicieron algunos para llevar á ese terreno las
cosas, pero el mismo Mendizábai., único revolucionario que habia
producido la época, retrocedía "asustado ante la idea de encontrar
obstáculos ::.n las tradiciones religiosas y monárquicas, sin tomar en
cuenta que la fórmula del juramento que prestaban los reyes de
Aragon, solo esa fórmula, si otros mil datos y hechos innumerables
no lo atestiguaran, venia á deponer contra la institucion monárqui-
ca, planta exótica que habia venido á retrasar en la península la
unificacion de los habitantes dentro de la patria comun,




474 HISTORIA DEL REI~ADO


v.


Si el general Espartero, conociendo su nulidad como político. hu-
biera tenido un arranque de nueva ambicion de gloria; si, ávido de
laureles, amante del campamento y del soldado, hubiese visto que
Europa gemia casi esclava á las plantas del cosaquismo; si hubiera
escuchado los votos de algunos revolucionarios que señalaban á Es-
pafia como iniciadora del gran movimiento renovador que ha de fi-
jar para siempre triunfante el pendon de la reforma sobre las rui-
nas sangrientas del despotismo, el afio de 1840 hubiera servido de
punto de partida en esa evolucion que viene á redimir por completo
á todo lo que yace esclavizado.


En Polonia como en Italia, en Alemania como en la vecina Fran-
cia, se ensefioreaba por entonces la reaccíon triunfante, y pedían los
pueblos un apoyo para comenzar la cruzada contra esa alianza que
los poderes nuevos y las potestades caducas habian firmado, cre-
yendo asegurar su dominacion por algun tiempo, sujetando 10 que
llaman la hidra revolucionaria.


y á fe que ciertamente merece tal nombre si se considera que re-
nace y se renueva siempre dispuesta á la lucha hasta vencer al es-
píritu de lo malo; á Satanás, que viene gobernando en estos perío-
dos de subversioD; ¡aciagas épocas en que la humanidad va forman
do sus órganos para constituirse y entrar de lleno en la vida!


VI.


Habia en Espafia, á la sazon, doscientos mil hombres aguerridos
sobre las armas, otros doscientos cincuenta mil acostumbrados á las
fatigas del campamento y á la vida militar, todos valientes, todos
vigorosos, todos dispuestos al entusiasmo, todos capaces de respon-
der al llamamiento de la patria, y mas aun al llamamiento de la li-
bertad.


En Francia comenzaba ya desde los primeros instantes á dibu-
jarse siniestra la conspiracion borbónica, la conspiracion realista, la
conspiracion permanente contra los derechos populares que desde el
palacio de las Tullerías dirigia hábilmente el jefe de la familia de
Orleans.




DEL ULTI~lO BORBON DE ESPAÑA.
En Francia residia desde un año antes don Carlos con su corte de


fanáticos, 'Y algunos generales de los que habian hecho la campaña
sosteniendo sus derechos. Residia en Marsella Cristina, y se agru-
paban en torno de ella muchos emigrados que voluntariamente ha-
bían dejado la patria. Voluntariamente decimos, porque aquel mo-
vimiento, detenido en su desarrollo, no amenazaba á nadie. Con esa
candidez propia del partido progresista; con esa generosidad instin-
tiva de las masas, nadie habia tenido que llorar el triunfo de una
bandera que llevando por lema soberania del pueblo, habia con mo-
vido los cimien tos de la institucion secular, arrojando á la Gober-
nadora de su puesto, y deteniéndose ante las infantiles gracias de
una niña.


Debia, pues, ser la frontera vecina permanente peligro para la
situacion que se inauguraba, ya que en Francia iban á fraguarse
siniestras maquinaciones; ya que los seides de Luis Felipe lograban
corromper y sujetar á los amigos de la nueva idea, que en ocasio-
nes diversas habian significado en las calles, en el parlamento yen
la prensa siempre el descontento que ganaba todas las comarcas,
los ánimos de todos.




CA P1TULO LvnI.


SUMARIO,


Ojeada sohre el estado polílíeo !le Europa ('11 181il,-,r¡,'¡0I1 de la Espaiía líhrral el'
aqur! l'lltonel':;,-Nulidad política dc E~paJ'h)l'o,- .. A quir:nrs debl~ elljp,II'~e de (1'11'
ell~alJara la revolucioll espaiio!a.


L


La política europea basaba entonces en los tratados de 1815, 1
el rey ciudadano era protesta viva porque repre~entaba la voluntad
de los pueblos, negada audazmente por los déspotas en aquella fa-
mosa coalicion en que pretendieron imponér al mundo el equilibrio
de las nacionalidades. Y fll equilibrio consistía en la preponderancia
de los soberanos del Norte, que debian resolver todas las cuestiones
segun su capricho, no segun los intereses de la civilizacion y del
progreso.


El Norte, compuesto de 1a Alemania, á quien se habia unido el
Czar, con sus tendencias absorbentes habia detenido á la república
primero y al imperio despues en sus manifestaciones de fuerza; re~
cientemente habia concluido por dominar á Polonia, sublevada con~
tra la usurpacion y el vandalismo de los cosacos, y su influencia se
habia sentido en España, donde habia pisoteado la Constitucion
en 1823, y protegia la causa de don Carlos, negando su reconoci-
miento al gobierno liberal.


Portugal, esa provincia hermana, que al calor vivifican te de la




:¡ÍJenad vendra á fílrnmr parli~ de ia pÚl.lÍll:,ul&. ¡¡¡¿¡ira ¡ú; dnllde ¡a
arrancaron las ambicioDfS del despot ísU10, se hallaba en ellllismo
caso, y el gobierno de doña Máría de la Gloria era corno el de Isa-
bel, á los ojos de los enemigos de la libertad, un gobierno intruso
que no querían reconocer.


n.


Estas condiciunes especiales haciao fácil el proyecto a que hemos
aludido, que pudo concehirse y ponerse en práctica, si en vez ele
ahoaar v comprimir el :-;f,;¡timicnto revolucionarl'l, rn Y'-'~ [le te:ner


u •


á la anarquía ::;1' huhíel'i\ fijado la vísta el] Jos peligros r(lal!~s y Pl-
sitivos de una feaccion, de una reslauracion ~añuda.


Espartero, con su prestigio en el ejército, con su valor pefso::w.I,
con el brillante Estado mayor que le rodeaba, al frente de DI' .'.',
millon de hayonetas, dejando las Cortes constituyentes, en VP~ 11\
respetar el restringido pacto del 37, €Jue org!}[}jzara el rai~ ,
toda la latitud necesaria á ies ~erechos populare~j Esparte~'o, tleCl-
mos, pudo aé11' á nuestros hermanos portugueses un abrazo frater-
nal; pedir á Luis Felipe explicaciones acerca de su ambigufi y tor .
tuosa política; romper con Roma, dando á Italia la señal para que
despertase y se reconstituyese, y provocar á las potencias del Norte
á una revision de los tratados funestos que para mengua y baldon
de los pueblos habian formulado en Viena.


y España, esa potencia cuya '107, no se ha oido dl'.lsde hace me-
rlín siglo en los consejos drl mundo. á quien se creía envilecida y
degradada, á quien se ha despreciado torpemente, iba de repente,
abordando con franqueza y resolucion el problema, á engrandecer-
se, tomando bajo su amparo la causa de las naciones oprirnjdas, y
arrojando ai rostro de los tiranos la verglienza y el baldoD que se
habia pretendido hacer caer sonre ella.


y Espartero, á quien sus triunfos le habian adquirido gloriosos
ti!llbres, y á quien las circunstancias c(,locaban como el paeificador
y el defensor de la libertad; Espartero podia empuñar la bandera
emancipadora que debia pasear triunfante por Europa, volviendo Íl
los polacos su patria, desp"es de arrojar al Asia las desordenada8
legiones de la barbarie, d~spues de haber constituido la gran fede-
racion europea, el gran concierto sobre las razas y las nacionalida-
des libres y regeneradas.


TOMO l. 61




111.


Por desgracia, Espartero se ¡imitó á aceptar el oapel que se le
confillba, y los santoDf:'S del progresismo, que titubean y desfalle-
cen en las grandes crisis, por mas que vociferen en los momentos
de calma, por mas que se digan amigos del pueblo y de las liber-
tades, sostuvieron aquella organizacion raquítica, aquel endeble
edificio que tanta sangre y t.antas víctimas hahia costado sÍn em-
bargo.


La revolucion, pues, entraba en el período de calma, y el sue"fio
dl~ los que anteponen las ideas á h.ls hombres, los eterr:os principios
d,~ justicia á las iniquidades y privilegios, quedaba s,in realizar. La
utopía seguia siendo utopía. Los liberales, los patriotas, Jos que
habian con movido la sociedad española con la pl'ctension de fundar
algo estt~ble, iban á continuar simplemente la imposible tarea de
(;hDCiiiar !(;~ intereses de una Iglesia intolerante, estú!Jida, sllpers-


. .


ticio~a. y de una monarquía tradicíonalmente despótica y abusiva
con los. intereses del pueblo que se ilustra, se moraliza, trabaja,
t-1aga y sufre siempre sin conseguir que la libertad, la igualdad y la
lustima reinen allí donde han imperado los monopolios y los privi-
legios.


Esa trausaccion imposible, como hemos dicho y repetiremos mil
veces, que quieren fundar los doctrinarios para evitar las contin-
geocias de los cambios bruscos, es realmente una utopía, una qui-
mera,.lltI sueño que viene á ser funeota pesadilla, y del cual nos
despiertan á menudo los ayes de las víctimas y el @3tampido del ca-
ñon. j Fatídico sueño, horrible pesadilla!


IV.


La coalicíon de los déspotas pocHa prepararse á tejer esa red que
envuelve con sus hilos invisibles á los pueblos) y que Jos sujeta y
domina al carro de la diplomacia, cuando las ideas dé! siglo XlX pi-
den luz y expansion y atmósfera despejada, no los miasmas mefíti-
cos que í:'l despotismo levanta.


En Alf-lmauia se continuaba la propaganda activa de la llueva fi-




iHU, ULTIMO llORItON llE RSI'Ar'u,


losofía: en Francia trabajaba la~ masa~ la misma idea; rn Italia des-
pertaba Mazzini el alllOr áia libertad y el amor á la patria; y el
fuego, reconcentrado durante tantos años, solo esperaba hallar un
cráter por donde evadirse y hacer explosion,


El terreno estaba así bien preparado, pero faltó en la revolucion
española la iniciativa, y como siempre, aquel gran sacudimiento iba
á perderse sin consecuencias en la muert.e y en el olvido.


¿Qué idea podriamos formar de los hombres que dirigieron aque-
lla insurreccion sorprendidos por los acontecimientos, por ellos do-
minados siempre, sin un plan ievantado que poner en ejecucion?
Bien lo revelaba su anterior actitud, bien lo prf'sagiaba la conducta
de aquellas Cortes que casi unánimes y cuando debian llamar á la
barra de los acusados á Jos agentes responsables del poder, se so-
metieron al capricho de Jos mandarines disolviéndose sin protestar
enérgicamente, obedeciendo á una legalidall que se transforlilaha. en
golpe de Estado, abmando torpemeotp y víolentardo el e"píritu y
letra dí-) los artículos rlc la ConstitucioD_


Vamos O¡lJY pronto á ver cómo se dp~¡("rH~ el ft'Tvn 1' ft'voluí'lO iH-
rio, cómo se agitan impot:ntes las fracciones en que :sE' divide el
Dan Jo venCedor, cómo aquel que á nada aspira, qUf~ á Dingull pri~­
cío aspiraba, que solo prdeodia salvar la integrida.d de la Ccn:-:títu-
clon, 1'1 trono y la regencia dé erístina, que ¡~xeoto de ambiüiones
buscaba en el retiro del ho~ar la satisfaccion de haber cumplih
con sus deberes, eonwlrtid" en instrurl!eüto dM mU0rtl:' para 1';1 i;L~­
illO partido progresista qUé le p,ievó, que le ií1ciensa y le rÜ.idt'
culto.


v,


Veremos á un hombre funesto capitailear las huestes mas avan-
zadas para llevarlas á pactos con ios partidarios de la reaccion,
ahondar las divisiones, ha.lagar los antagonismos, provocar UD dí(l
Y otro conflictos terribles en descrédito v mengua del partido que
se honra con el glorioso título de liberal.


Veremos á la juventud, á los obreros, dejarse arrastrar por la in-
fluencia de los ídolos, siendo víctima de los amaños, ardides y ¡H-
tedas de los unos y de los otros, y al recordar todos estos héehos,
al volver con la imaginacion á presenciar esos sucesos ~n que jóve-




m!JTOiUA DEL hE¡NAOO


ne" aun y Henos de llusion y Henos de fe, nos mecíamos en gratas
esp"ranzutl, no poJemos menos de reeDrda¡' las célebres palabras de
«tillu! i'i'voluclonario que con profunda cunviccion, con la conciencia
exacta de io que valían I exclamaba: Audacia, audacia y siempre
audacia. Eso es 10 que falta en los momentos solemnes, eso es lo
que se necesita en las grandes crisis.


Veremos cómo faltahan á sus compromisos unos y otros, cómo
se empequeñecian y resellaban aquellos que por su actitud pare-
cian sostenedores firmes de la causa de la libertad,


Habia pasado el momento, lo que parecía la señal de la emanei-
pacioo de un pueblo significaba un cambio en el personal, y las
credenciales sirvieron para apaciguar la exaltacion de muehos pa-
triotas que en los primeros dias veian desmoronarse el edificio W~­
Hticü, y que hoy eran firmes sostenedores de la situacion creada.


Vi.


El b~1.ndo moderado voivia Ile nuevo á la pelea, y con-;;:, tenia mo
;¡ .,"~ · '~Fa, ridiculizar aquella farsa, como ballaba asiJero para com-


, '" pudo crear atmósfera y evitar su completé\ disolucion, su uu.-
1;~, d Y desbandamiento.


El Correo nacional, uno de los órganos mas antiguos que defen~
dian lü \J(l.1Hil del joveUanismo, citaba con énf.lsis las persecuciones
qll' ha~):: :,'.!frido, el martirio de sus !Jnm ke3, y todo estaba re~
" • I l" " 1 l' C'II"(¡C' j e'j ,a c Jflm'~ms nnr;¡s que blglJierOn a a revo UClOn
~ , LL'~¡;, \lsto invadida su Írllrrent<l por una turba que podia muy
hi0n haber sido maodada por OfiCiOSOS amigos tanto como de ad-
versarios im pruden tes.


Estos sefiores habian reclamado del administrarlor, ó dueña de
la imprenta, que no se volviera á publicar el número, pero El Cor-
reo, que conocia bien el terreno y habia tenido noticias de lo que
pasaba con el Humean, publIcó su número el dia () dando quejas
lastimeras contra los excesos que secometian.


Mas adelante ya, la Junta de Madrid habia desterrado á alguno
de sus redactores, y pudo dar apariencias de persecucinn á Jo que
no era mas que prevenciones de la Junta torpes y ridículas, cuando
podía haber adopt!:ldo severas medi~as en nombre de la seguridad
del pueblo y del órden público, razones que tan á menudo sabia n




4~1
alegar los moderados cuando las autoridades y los gobiernos pros-
cribian millares de ciudades, los deportaban á Pinos, ó tenian el
bárbaro placer de fusilarlos.


YII.


El Correo 1wcúJnal pudo á poca costa pasar pOI' héroe y gigante
en una lucha en que la Junta revolucion;ifia de Madri.d, h (}j;S¡;Ji
que las de provincIas daban muestras de íal debiiidau é iD~.'reia, y
llegó á tener motivos para censurar !llS separaciones en masa, los
nombramientos en persouas incompetentes que suelen ser en casos
tales el verdadero eje sohre que gira la política juntera.


Hay en los partidos una gran masa de gentes sin fe y sin prin-
cipios que buscan en las revueltas un medio de proporcionarse co-
locacíon viviendo á costa del presupuesto. Esta masa fluctuante iue··
go que ha pasado el peligro acude á las antesalas, se exbihe ante los
gmpos, pone en aceioa &u audacia qne no es escasa, y logra las
mas veces su propósito, que es asaltar los destinos públicos.


No la capacidad ni los servicios, las influencias, ei conocimienío
de fuiauo y de mengano son Jos mérito:} que se alegan y se premian
en ese azaroso vaiven, y las re&.cciones vienen inmediatanwnte como
consecuencia natural de eSf'l embolismo, de esa falta de prioCl pios,
de esa inmoral y corruptora costumhre,


Todo eslo es perturbador, todo el id eond\lee al dl'screimieuto, al
esceptICismo, y la fHUJtitud sufn~ dfsefi~ünoS crueles que un dia ú
otro COnUI1CL'n á cataclismes siniestros


Los que por tal manera se hurlan dA la credulidad de los pue-
bJos~ los que tienen el valor de jugar con io mas sagrado para sa-
tisfacer caprichos y ambiciones ruines, merecen \~jemp¡ar castigo y
la execracion de Id posteridad,




CAPÍTULO tIl.


SUMARIO,


Si~tema político hipócrita y m,lIluia\élico del partido modl'J'ado.-l'o/{;mJ(·'b de la
pl'cn,a ,obre Cri"tina.-La Junta de ~ladrid y ll)' dl'legados de la, de pro\Íllci,;,-
Planes liberti('ida~ {le los moderados,


I.


El partido, moderado careciendo de principios, sin otro deseo que
mandar á toda costa, ha introóucido pn España un sistema especial
de gobierno, que consiste en llamar al presupuesto una infinidad de
gentes, haciendo la verdadera ley de pobres que en Inglaterra sirve
desde antiguo para hacer mas llevadera la suerte de las clases des-
heredadas.


En España, donde la agricultura debia ser floreciente, donde á
la snmbra de la gran riqueza que podía desenvolverse en el suelo
fértil, merced á un clima benéfico, tantas industrias podian haber
h:dlado asiento, ha llegado á la. mayor postracíon la clase produc-
tora, y el hambre ha hecho estragos en algul.l\ls comarcas, porque
se han perdido los hábitos del trabajo en la larga noche de tiníellias
'! oscurantismo de los frailes y procedimientos inquisitoriales de los
despóticos abusos de la monarquía.


Hubiérase en breve transformado la faz de este pais si los que
comenzaron su regeneracion hubiesen roto con el pasado sangrien-
to, y sí las apostasías y alternativas del período rl'vu¡u{~i()l1ario no.




DEL ULTr~1O llúlU:ON l)¡'; ESPANA 4S3
hubiesen traido á la escena esa pandilla de descreídos volterianos,
que cubriéndose con el hipócrita manto del moderantismo ha asal-
tado los destinos públicos, repartiéndose el botin y mulli plicándolo,
siendo onemsa carga para la producción, en vez de acrecentar la
riqueza pública para que fuesen menos pesadas las contribuciones
y sintiesen los pueblos alivio, reconociendo las mejoras que el p,ro-
greso proporciona.


n.


El partido moderado que pretendia representar la faz del órden
en el movimitnto inDovador, que acusaba á los exaltados por el
despilfarro y las exageraciones de sus principios, que combatia la
desamortizacian como peligrosa é injusta, ha tenído la habilidad
siempre de entrar ft gozar de los productos de esa desamortizacioD,
que ha acaparado hábilmente en manos de algunos de sus adictos,
creando el país legal compuesto de empleados cesantes yenriqueci-
dos á poca costa por el sistema mismo que con tal encarnizamiento
COD(1enaba.


A8Í ha podido elevarse y sostenerse, ejercer influencia sobre el
trono y sobre pueblo deslumbrando con su fausto y su opulencia á
todos; y viviendo en las esferas gubernamentales en relacion cons-
tante con los opresores falseando las instituciones representativas.


y sin embargo, los órganos de ese partido se expres~ban 'cuando
suponían que dominaba el tprror revolucionario de esta manera:


«Esa reina con quien han dado un ejemplar de ingrat:lud de que
DO hay memoria en los anales de nuestra naeion, les persigue y
aterra donde quiera que se halle; porque en todas partes es su pre-
senda, su sola presencia el padron de la iniquidad inaudita, ue la
mdeleble vergüenza de su partido. Bien quisieran borrarlo, hun-
dirle donde quiera que le alce, porque por mucho que disimularlo
procuren, su importancia política (bien lo sabr,n) así para ellús como
para nosotros, igual es en Paris, en Nápoles ~ en HOll:a. Para nos-
otros, para lo~ españoles leales y buenos, sie:n pre será reina; ten-
drá la misma importancia para nuestro corazon en las orillas del
Sena que en las del Arao, ora el suelo de Italia la posea por mu-
cho tiempo, orel como índica la cOJtestacilln de la regencia al in-
faate dou Francisco, su ausencia no sea perpetua 11 pueda aun, en




484 HISTORIA DEL REINADU
mas tranquilos y afortunados dias, velar por el trono de su augusta
hija en medio de su pueblo adoptivo.»


Como se ve, El Correo Nacional negaba por compteto la sobera-
nía del pueblo y consideraba el movimiento de setiembre como pa-
dron de iniquidad. Se quejaba de no ser libre, y esto es lo mas las-
timoso si no fuera ridículo. '


y como El Correo Nacional hubiese dirigido á Cristina un artí-
culo encomiástico, una jeremíada ridícula con ocasion de los cum-
pleaños de Isabel, llamándola excelsa Vzuda y magnánima Viu,da,
el Eco del comercio le contestó en estos términos:


«Porque hemos hablado de los inmensos millones que la nacion
suministrara á CdstinR y de Jos que por varios títulos acumular
supiera, se nos dice que ia libertad de los pUAblos no se paga con
muneda. Pues oro y sangre cuesta el conquistada; y todo est!~ cau-
dal y todas las víctimas han sido (le súbdItos españoles que por sus
puños It:s han ganado. No y mi! veces no diremos á los que adula-
dores y mentirosos supongan que á Cristina debemos las institucio-
nes que hoy teDcmos. Empeñada l~n 4 de octuhré de 1833 én 808-
tf:uel' el abs\)jutismo de su marido, soio ced:ó á la necesidad daldo
el Estatuto: y lo dió porque no revi vil~ra la cOllstituClOil de 1 S 11J!,
que despnes arloptó á la fuerza y por quedar en franquía de restrío-
gir Ó variar lo acordado ... Si Espartero hubiera ejecutado las órde-
nes que le dió en Valencia. ¿qué libertades tendríamos hoy?


(Que es impostura y ealumnia lo que se díce de sus segundas
bodas ... Testigos á docenas ha citado ia imprenta del casamiento,
de la eJl1c~cio[lj crianza y conducl3ion d(~ niños á Francia. ¿Quién
ha desmt~n!ído las citas prolijas ¡fue no pueden nacer sino de pala-
cio mismo? PU(~-'i qué, ¿\fadríd no ha presenciado señaics incquívfi-
(~as, i¡ech08 dh }ns que no engañan, qlle prueban relaciones estre-
chas entre Cristina y MuñoZ? Supóngase que no hubo. ¿Por qué
desde el momento que la opinion luurmuró no se ha cuidado de
darle un mentís con ia separacion de personas?»


Como se ve, las defensas de El Con'eo fueron perjudiciales.


IlI.


Los individuos delegados de las Juntas revolucionarias habian,
como hemos dicho, pretendido reunirse, y des pues de haberlo he-




cho en casa;; par·liculares. Se oropus¡erCl[l vL:'!fkar con i'ole;"nidad
]a constitueion de la junta obtenJendo por inidaliva del JelE'gadn de
Madrid un ioeal en el Ayuutamientoj pGi'O hpeQaS lo'supo d('ll Ma-
nuel Lasaña, jefe político por la revo!ucion, pasó un oficio para que
no se abriese el local amenazando en caso contrario.


Los delegados que se consideraban cada uno tan soberallü ¡~omo
la Junta de Madrid, y todos juntos treinta y dos veces mas, deci-
dieron enviar dos comisionados á ver y conferenciar con el general
Espartero.


Ocurrió COIl este motivo un incidente extl'afio. Tenia los billetes
de la silla correo el ministro de Hacienda. tos comisionados que
debian partir se enteraron de que el ministro no podia marchar por
hallarse enfermo, y para no perder un instante aprovecharon esta
circunstancia, dando pretexto á que el jefe politico Lasaña oficiase
á la Junta, manifestando que dos personas desconocidas habian to-
mado el nombre del ministro y que era preciso descubrir y castigar
á los autores de esta superchería.


La J unta de .Madrid hizo insertar en la Gaceta la noticia de 10
ocurrido, dándole un carácter misterioso que puso en alarma á to-
do el mundo.


En el Eco del Comercio pudo leerse el siguiente artículo, que éX-
plica perfectamente lo que sucedió:


«No habíamos pensado hablar de lo ocurrido á los comisíonadvs
representan tes de las provincias con el jefe político de ~[adrid, por
dos razones principales: una que era para nosotros asunto desagra-
dable, y otra que creíamos posible que fuera motivo de disgustos y
complicaciones el entrar en esta polémica. Mas habiendo leido en
un periódico de la tarde una relacion inexactíslllla de los hechos, y
viendo en el comunicado que hoy insertamos del sei'íor Lasaña, que
se niega lo que erradamente supuso el Di,racan, eludiendo la ma-
nifestacion de lo que realmente sucedió, nos creemos en el caso de
decir lo que tenemos por cierto, y lo que sobre ello nos ocurro. Los
fueros de la verdad son los mas atendibles, y los que menos daño
pueden causar en el público sensato.


»Todo Madrid sabe que en su recinto se hallan ya treinta y dos
comisionados por las provincias de Avila, Leon, Valladolid, Soria,
Alicante, Badajoz, Jaen, Ciudad-Real, Santander, Zamora, Toledo,
Oviedo, Guadalajara, Lérida, Granada, Lugo, Mur0ia, Burgos, AI-
bacete, Valencia, Vigo, Huelva, Sf;villa, Málaga, Gerona, Cuenca,


" )
"-




486 HISTORIA DEL REINADO
Córdoba, Zaragoza, Salamanca, Palencia y Navarra. Estos apode-
rados, enviados unos de propio motu por sus juntas, y otros á ex-.
citacion ultimamente hecha por la de Madrid, se reunían confiden-
cialmente antes de la lle;ó<lda del general Espartero, y acorllaron
presentarle el progr¡i':Jli que ya conocen nuestros lectores.


»Despues c0ntinQ;, ,,/] ¡f)¡liendo ,euniones privadas hasta la no-
che del 6, en qtlt' 'Ji' :;; l(,¡';'.li"·!,L el número y evitar molestias
en casas partH~i:iJ:".', :í, ,:1;- .:;:"i):' otro local mas ámplio é in-
dependiente. L '.1 ilJ'U.·,:; .il'Ü. de l\lddrid íranqueó sin
el menor reparú mw, ~aL\ 0·.', ·c.'.'; h :[. villa, :y eU virtud de esta
generosa cesio n esl.aban ei.lados c,.; rt',:¡';,~e¡¡ia[¡tes dt) las provincias
á la sala de columnas para L., n:j¡¡he del 8, en virtud de billetes
personales.


»Pero en aquel mismo día parece que fué llamado por el señor
jefe político el representante por Oviedo don Evaristo San Miguel,
que hacia como de cabeza ó moderante de la amigable re~nioD. Dí-
josele, segun estamos informados, que la autoridad nada habia
opuesto á las reuniones anteriores, aunque las sabia, por ser en ca-
sa particular; pero que no podia consentir la de aquella noche en la
casa de la villa por oponerse á un bando de ]a Junta provisional de
la provincia de Madrid. El señor San Miguel, que no podia tomar
la voz de sus compañeros sin consultarlos, ni se hallaba con carác-
ter público reconocido para obrar en este asunto, ni tenia conoci-
miento del bando, se prestó á que no se verificase ]a reunion en el
lugar citado, y convocó para una casa particular á sus colegas,
donde se supo por todos lo ocurrido.


»No está á nuestro alcance el pormenor de lo que allí se trató y
conferenció: natural es que se resintiesen los representantes de tan-
tas provincias de que se les embarazase su reunion, tan privada
como las demás, y de que se invocase el bando del ~ de setiembre
que se refiere á reunióoes sospechosas y clandestinas. Tenemos en:-
tendido que reconoeieron no ser el paso del señor Lasaña dado de
propia autoridad, y que despues de algunos debates acordaron no
dirigirse Di al jefe político ni á la Junta provincial de Madrid, por-
que cada uno de los representantes se consideraba tanto, y todos
juntos treinta veces mas autorizados que una provincia sola. El
resultado de las cnnferencias de los apodprados parece que ha sido
el enviar ayer á los señores Montañés y Ceballos para Valencia, á
hacer presente la posicion y crítico compromiso de los representan-




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 408'1
tes de las provinoias á fin de salir del estado anómalo en que se les
ha constituido, y poder responder á los comitentes de su mandato.


»Estos son los hechos cual hemos podido rectificarlos; lo que te-
nemos por verdad y no otra cosa. Así que, ni fué exacta la relacion
del lluracatl, ni el artículo del señor tasaría, que desmiente con
verdad su presentacion, refiere lo que en la materia hizo ó dijo.


:oDe aquí nacen consideraciones que no queremos omitir por mas
tiempo, á fin de evitar cavilosidad es y tergiversaciones. Como nos-
otros opinamos desde primeros de setiembre que era conveniente
el establecimiento de una Junta central, que uniformase la marcha,
y quitase á nuestros enemigos el pretexto de atenerse á diseordan-
cías y diferencias; otros pensaron y piensan lo contrario.


»La lunta de Madrid fué de este último parecer, y lo ha sosteni-
do con empfilfío, porque sin duda está en su conviccion, como la
nuestra era otra.


»No censuramos el que haya quien crea que pudiera perjudicar la
formacion de la central, porque el opinar es libre; sentimos, si, no
haber visto razones en contra de las que hemos expuesto, para que
controvertida por la imprenta la cuestion, se hubiera ilustrado el
público, y la opinion habría sido mas decidida y enérgica en pro ó
en contra. Por falta de razones contra ]a central, y sobra de espe-
cies sordas mal comprendidas, la opinion ha vacilado en Madrid y
en las provincias, y este es el día en que aun no han venido mas
que los apt'lderados de treinta y una Juntas.
»Tra~~m(¡'~ á G0!;:wiof'! fS!¡¡' j'p,!,.,rrn::irl. ¿ 13 central, no para descu-


brir la historia ~e e~h' 1~~n:;;i)" ';¡.; v:,:,rir& :'tl 'lll\<;:'~ pres~nte
con toda exteli!'iiwi y 8~q P.;!',;!" ./i.' '¡n{~ ,\:lX¡1 f'XL,]V~;:lr ep cierto
modo el paso deljd" pCd¡l¡eoi: ".' ;¡'; ; :':,!1 !l¡~,~nipiU' tan bien
ante su.s provincias á los I~;hl;> . '¡Ll'.' ,,' ,;:,r,~':il inaetivos.


» El haberse invitado á b: J Ti ';,-1 q t, 1l0.¡'l'ilSrn personas en
la capital, fué la víspera de la !Ieg:¡.<;;l, ,j"" ,;i';;Í E~partero, y con
su acuerdo. Despues se h~ Visto que e~tn I~,) lenia lhiY objeto la
cODstitucion de la centraL sin) el que se hallasPH reunidos los miem-
bros, por lo que pudiera oCilrrir. Es decir, que se ha querido hacer
de los centrales un medicamento hp,róico á disposicioD del facultati-
vo, para disponer de él ó dejarle arrine(~nado, segun estime el mé-
dico. Ni las provincias invitadas, ni los por ellas enviados, creerian
hacer tan pobre papel; pero el temor á mayores males obliga á ve-
ces á ser humilde en demasía.




IIlSTORIA DEL REINADO
'~ "; , .l!" l 1 ' -l


,,\:.;;!" ',) ;:¡.)'-:f1!) p:lm rornprcD·!;lra pOS1ClOn ce .OS C[¡VlauOS,
v (.' ;;;¡ 1" r) d;'; di;\ S ('(lI) r~! ]'i'fe nolítico j 3.utnrid~Hl nombrada v de,
o.! • ..


pendíente de la Junta de esta provincia, Conocemos á una y otra
autorida.~; y aca:o penetramos bien á fondo los sentimientos y los
fi[¡'.'Ei de su proceder en la materia; p0ro séanos permitido decir que
bF.l';a ffiw::hos medios mas decorosos, mas racionales y mas ami-
gables de entenderse, sin hacer alarde de un poder que es muy in-
ferior al que representan treinta y una provincias, iguales en dere-
chos y en interés, por. el buen éxito del pronunciamiento.


»Respecto del señor Lasaña, á quien por otros títulos aprecia-
mos, diremos solamente que habría añadido un nuevo timbre á sus
hechos patrióticos, si antes de ceder al paso en cuestion con los re·
presentan tes del pais, hubiera dejado el baston que interinamente
empuña. Hay hechos que solo puede justificarlos un gran motivo,
y ciertamente que no le habia para hacer lo que con cierto escán-
da10 se ha hecho.»


A consp,cuencia de un escándalo, ]a Junta de Albacete ofició á la
de Alcira y fueron detenidos los delrgados de las Juntas de Zara-
goza y Lean. hasta que en Va¡t~ncja Sé' llegó á deshacer esa madeja
mal hilvanada. La luutR de Zaragoza exigió aoa reparacion, porque
con la torpe conducta de los que pretendían poner trabas á la reu-
Dio n de la central, pudieron originarse conflictos de trascendencia.


lV.


La actitud de las Juntas habia llAgado á no inspirar temores desde
que !lrep,.aron el papel suuaiterno que Si') les señaló limitando sus
atribu\~iolles y llegando á desconoeer y desvirtuar sus anteriores
acucrdos.


La mayor parte de ellas habian manif~~stado que era conveniente
diso: ver el Senado, porque como el Congreso, estaba en su mayoría
compuesto de enemigos rtl'l la ConstituciOD y aquello era restablecer
las condiciones naturale5 por un medio revolucionario.


1/,8 órganos absoluti~tas ó moderados hacian un silogismo extra-
fío, Si aceptais,escribieron, que la revolucion se ha hecho para cas-
tigar lllos infractores del pacto fundamental. y vosotros vais á con-
travfll,¡r á. ese mismo pacto que previene la renovacion del Senado
por terceras partes, ¿ sabeis acaso deducir lógicamente lo que debe
sucederos?




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 489
Tan in~en~atag argumfm!acioned pmhaban' la candidez y debili-


dad de los que sucumhieron á exigendas de este género
Mas con talos armaq, la lucha di"bia quedar á favor ete los mas


osados, de los cínicos apóstoles del moderantismo, que se permitian
bacer una oposícion facciosa conspirando en el exterior y denuncian-
do como revolucionarios á los que muy bien podian disputarles el
papel de moderados.


v.


En los primeros días de octubre apareció una boja en la cual se
den unciaban los planes de los jovellanistas, sociedad secreta que
desde antiguo, ya en el año ~O, venia conspirando contra las liber-
tades públicas, favoreciendo y adulando á la Gobernadora y hacién-
dola persistir en su proyecto de mantener íntegro el poder real.


Los nombres de gran número de personas figuraban al pié de
aquel documento como individuos interrsados en sostener la socie-
dad y llevar adelante las liberticidas miras que se la suponian.


Entre esos nombres figuraban los ministros caidos, los Istúriz,
Alcalá Galiano, Muñoz, Maldonado, D. Manuel Gonzalez Bravo,
D. Luis Gonzalez Bravo y otros muchos.


Muchos protestaron contra su inclusion en las listas de la fati-
dica Sociedad, muchos quisieron borrar la impresion que el anun-
cio debia producir en '" público. No sahemos si realmente se halla-
ban afiliados, pero entre los qtW hicieron formal protesta figuraban
D. Manuel y D. Luis Gonzalez Bravo.




iAPTULO LX·


SUMARIO.


Manifiesto del Infante D. Francisco reclamando la tntorÍa dp, su~ sobrina~.-Cómo se
expre;;ó (rEl Huracan» sobre el manifiesto que cos(enlando á aquel publicó la Re-
gencia.


1.


El infante D. Franciso que Sl~ hallaha desterrado, porque no
podia Cristina tolerar la influencia que r.j~rcia su hermana en el seno
del partirlo liberal, se creyó tamhien autorizado por aquellos dias
para dar un manifiesto que decia así:


«Españoles: Desde que S, M. la reina doña María Cristina~ T,
muy amada hermana, depositando en el consejo de ministros la re-
gencia, y encomendando sus augustas hijas, mis sohrinas, á la leal-
tad española, dejó el doble encargo que la eonstitncion le confería,
]os vínculos de la sangre y el interés de la patria me han impuesto
un deber que no puedo desatender, 'i cuyo dr.sempeño no cumple á
mi carácter diferir.


»No me mueve á reconocer esta sagrada ohligacion codicia de mez-
clarme en el gobierno del estado, ni temor por la suerte de las rea-
les huérfanas que la nacíon ama y venera como el arca santa de su
paz y de su ventura; impéleme la voz de la naturaleza, decÍdenme
las leyes, y en fin, me arrastra la . .conveniencia pública. Nadie re-




EL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 491
nunciaria con tanta confianza el encargo que ahora reclamo, como
yo, que desde mi infancia he recibido tan nobles pruebas del amor
y fidelidad de mis compatriutas, si para llenar las miras de esa ins-
titucion, bastase la tutela de un pueblo generoso. La naturaleza em-
pero no exime á los hijos de los reyes de ]a ley comun: la necesidad
que la misma constitucion asienta por principio de nombrarles tutor
cuando el padre no lo hubiere nombrado, señala de una manera in-
contestable la de que no queden sin él; porque seria negar á los prín-
cipeS, por solo serIo, el amparo y consuelo que no se negaria sin in-
justicia á los hijos de cualquiera ciudadano. La tutela nacional es
una expresion afectuosa de lealtad, y no el ejercicio de tamaño en-
cargo: los deberes de la. tutoría son y deben ser efectivos, y los de-
rechos que delega, llevan por salvaguardia la responsabilidad indi-
vidual.


»No es menos claro que el deber que tengo de reclamar la tutela
de mis augustas sobrinas, la reina dolía Isabel II, y la infanta dolía
María Luisa, el derecho, en que rara pedirla me fundo. Los autores
de la constitucion de 1837, que con tan laudable solicitud procuraron
anudar los cabos de nuestro sistema político, no creyeron tal vez po-
sible el caso, sin embargo habria debido parecerles inminente: así
determinaron las modificaciones de la autoridad suprema segun las
diferentes vicisitudes de las personas investidas de ella; pero ni in-
dicaron en quién recaería la tutela de los hijos del rey difunto, fal-
tando quien la ejerciera, durante el intervalo que ha de haber entre
la cesacion de las funciones tutoriales y el nombramiento hecho por
las cortes, de los que de ellas se hubieran de encargar.


»Mas, si en la constitucion se echa de menos esa prevision,nues-
tras antiguas y venerables leyes suplen ]a (alta y se deben conside-
rar como complemento necesario de nuestro código político. Por ellas
me compete el derecho de tutor lp.gltimo, y conforme á ellas debo
desempeñar las funciones de tal, hasta que las cortes, usando de sus
facultades, las confien definitivamente á quien las deba ejercer. La
ley segúnda, titulo 16, partida séptima, «otorga que sea guardador
del huérfano el que es mas cercano pariente,» y lo llama «guardador
que es dado por ley é derecho.» El texto de la ley tercera del mis-
mo título es todavía mas explícito. «Mandamos, se lee en ella, que
los parientes mas cercanos sean guardadores dellos y de sus bienes.»
En fin, la ley undécima, revela de un modo claro y expresivo todo
el espiritu de nuestra legislacion tutoríal, cuando dice: «Si los guar-




492 HISTORIA DEL REINADO
dadores de los huérfanos fueren muchos, y se levantare desacuerdo
entre el'os, de manera que DO se puedan todos ayuntar á fazer aque-
llas cosas, que son tenidos de fazer en guarda dellos é de sus bie-
Des: decimos que en/once el uno dellos puede dezir al juez, que el
quiere dar recabdo e obligarse á complir lo que avian todos de com-
plir.


»Seria menester algo mas que una no merecida animosidad contra
mi persona, para rehusarme lo que me dan la naturaleza y las le-
yes. El consejo de ministros, que ahora ejerce las funciones de la
tuloría de S. M. la reina doña Isabel 11, y de la infanta doña María
Luisa, no puede reunir, porque la constitucion Jo prohibe, las par-
tes de tutor y de regente, y DO estando la tutoría legalmente con-
fiada á persona alguna, fuera el privarme de ella unajnjuria tira-
Dica que ni aun las calumnias mas atroces podrian disculpar. Mi
exclusion resonaria por toda Europa, como la prueba de la impos-
tura y el engaño con ql:e han querido mancillar mi Dom bre, yen ella
se podria, con raZOD, suponer alguna tacha fea, de que hasta el día
la Providencia me ha conservado exenlo.


»)Confieso que, si algun estímulo personal nj8 induce á dar este
paso, es el deseo de hallar en una manifestacion nacional victoriosa
respuesta contra mis detractores. Tal vez me abstendría, á pesar de
mi amor á mi familia, de dar publicidad á mi conducta, sin la es-
peranza de lograrlo, y sin el temor de autorizar con mi silencio in-
terpretaciones equivocadas. Protesto desde ahora contra cualquiera
sospe<;ha de ambicion ó intento de mandar. Mi objeto es el de cum-
plir con un deber, mi deseo el de llenarL con celo y patriotismo. Si
vislumbre se pudiera traslucir de tendencia política en mi recla-
macion, si al hacerla no me cerrara yo mismo la puerta del poder,
que la cJDstitucion pone fuera de los alcances dei tutor de la reina,
quizás procuraria divertir mi conciencia con raciocinios é ilusiones.


»Para cubrir de amor y de solicitud á mis muy ama~as sobrinas,
para llenar, si es posible, el lugar de un padre, para contribuir á
estrechar mas los lazos que me unen con mi patria, y que un ma-
ligno influjo ha intentado aflojar, para eso, y nada mas, deseo me-
reoer la confianza de la nacioo. Mi pensamiento es puro; los cálculos
de una pasion mezquina no encuentran cabida en mi corazon, ni se
pueden hermanar con los principios de justicia y libertad, que han
sido y serán siempre la pauta de mi vida.


»Por último, espaiíoles, reclamo la tutoría dd mis augustas sobri-




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA, 493
nas, porque es un deber que la naturaleza me impone, y un dere-
cho que me conceden las leyes; la reclamo, par:) desempeñar sus
funciones, dirigiendo tod0s mis esfuerzos al bien de mi reina y al
servicio de rGÍ patriaj la reclamo, porq ue mi t'\ i:/usion seria una
ofensa en mengua de mi decoro: la reclamo, porque mi conciencia
me asegura que, como español y como príncipe, he procurado siem~
pre hacerme acreedor al afecto y confianza de los pueblos. REducído
por una totalidad cruel á la inaccion, he visto para mí cerrado el
campo, en que yo tambien hubiera partIcipado lle los peligros y de
las glorias de mis compatriotas, asi como he llevado con ellos mi
parte en sus (lfanes. y como la llevaré mientras viva en sus votos y
deseos. La nueva era que para todos se abre, tambien comienza pa-
ra mí: al entrar en ella, mi resolucion es un sacrificio, y ese sacri-
ficio la mejor prueba de la pureza ds mis intenciones.


»Paris 25 de octubre de 1840.-Francisco de Paula Antonio.»


n.


A este manifiesto contestó tam bien la Regencia provisional, y El
H:lracan se expresaba así rpspecto al documento de la Regencia:


((Desahogando, dice, el primer escandl'cimiento de la ira, repri~
mida la awarga ironía á que nos arrebatan sus frases estudiadas!
vamos á analiZarle párrafo por parrafo, y á exteuder acerca de cada
una de ellas las f,O·:xioocs que nos sugitre el rigor inflexible de
nuestros principie:.: ""


»Empíeza LJ ,ji·;eusiutL continúa. manifestando que el minÍsiel'io no
dirige su voz al ¡!ueblt') por presentar plallL's de mejoras ni esperan-
zas di; prosperíd¡ul, que solo se rea!í?,an á fuerza de tiempo, de tran-
quilidad y lit! sú-.i¡'¡.!c. s¡ao pfl r a sl'ñ:1!;:¡r la CCiLldllcta qu r I:e propo~
nen r:;eguir y eSl",;j ll;s:)Ue~to;; á du(,¡:rtr.r en jo, cor!;} duracion de su
autoridad. P"r ¡:í" p;-'lnto ) 11 lt'opmúS que se :cs figura tarto tiempo
para ejercer su hutoíidad lllterina y Jr.6m:i!rj., d de cincn meses y
días cuando la IO'lstlLucion solo se la cunceae por un !!!es coo corla
diferencia. ¡Q\lé uwlestm, qué empeño y anhelo en p:'oiongar su
penoso sacrificio y desviviflliento por el bipo del pueblo! El gobier-
no ccnflesa paladiname[¡te que DO tirne planes del mejoras ni espe~
raozas de prosperidad que presen tar. Pues en lonces, ¿por qué subió
al poder, con qué títulos le ocupa, á qué ha de permanecer en éL




IlIST(\j(IA DEL HI'.l .... \ 00


qué piensa hacer en este intérvalo que á su candidez parece tan cor-
to, y Q'J8 á nosotros se nos figura sobradamente largo y expuesto
á pmlongarse indefinidamente? ¿Ignora el ministerio que solo las
rrejoras y la prosperidad de los pueblos legitiman y hacen estable y
duradero un gobi~rno., ...


»Ese lenguaje es el tradicional de todos los ministerios: todos hu-
bieran hecho grandes cosas si el tiempo y la tranquilidad y el sosiego
les hubiesen alcanzado. Y el tiempo les sobra, y la tranquilidad y el
sosiego ya les sofocan y fastidian; y no quieren decirnos que Jo único
que les falta es el talento y la voluntad. ¿A qué soo ministros si no
saben combatir con el tiempo, y prescindir de la tranquilidad y el
sosiego aun cuando contrarios les fuesen? ¿Cada mejora que reali-
cen no les afianzará un grado mas de tranquilidad y sosiego, puesto
que el pueblo aquello es lo que desea sobre todo.»


lIt


La ambicio n ciega á los hr¡mbres, y sin saber lo que baren caen
en descrédito y se evidencian. Las aeusaciones llovieron sobre el in-
fante, á quien se suponia ambicioso hasta el extremo, dispuesto á
apoderarse de la tutoría, educar á sus sobrinas predisponiéndolas á
un enlace con sus hijos, suplantando de esta manera á la rama rei-
nante con la de que él era jefe. Así andan las cosas en los palacios,
tales son sin duda las ambiciones egoístas que exageradas por el
orgullo de esos seres que se creen casta privilegiada llevan en oca-
siones hasta el crímen para verse satisfechas, y relajan los vínculos
todos; y el hombre se convierte en fiera dañina y no cuenta los per-
juicios; no se detiene ante consideraciones de ninguna clase.


Ciertamente que era extraí1a la situacion excepcional de aquella
familia. Alejados de la corte durante muchos años vivían como des-
terrados los que entonces eran infantes de España.


Aprovecharon aquella primera ocas ion en que el partido progre-
sista, con cuyos principales homures mantenian relaciones se bailaba
libre de todo compromiso y podia organizar por completo el pais. La
Regencia, aun cuando Cristina no se hubiese decidido á la renuncia,
:'.' h'"b::T~), ¡::(!d¡fl:::.~do n2ce~ariamcl;te, y los periódicos babiao pro-
l'<;: ¡ :l:~ti[\b:; eo¡¡mbinacio!1es. en muchas de las cuales figuraba
'/1''' !:I "l:(,;;:r,u \~J~;l~1-~U:/L,.C ,




Al presentarse abora como candidato bailaba cierta atmósfera en
la opioion, y algunos órganos de la prensa, con especialidad el Eco
de la Milicia naáonal. apoyaban ardientemente al tio de Isabel.


IV.


Poco tiempo antes, ercélebre avenlurero Luis Napoleon Bonaparte
habia penetrado en Francia para levantar un imperio sobre el trono
que ocupaba el hijo de Felipe Igualdad.


La suerte no le fué propicia, las tropas no vieron en el AguiJa
domesticada, que como bandera traía, la potencia enérgica y la viva-
cidad que caracterizan é. la reina de la region de las tempestades, y
recibieron con excesiva frialdad al descendiente de los Bonapartes.


Fué preso y conducido ante el tribunal supremo del pais que le
juze6 como á sus cómplices, condenándole á encierro perpetuo, por-
que no se diese el escándalo de ensalzar por una parte la memoria
del imperio, trayendo á Francía con gran solemnidad los restos del
prisionero de Santa Elena, mientras por delito de alta traicion se de-
bia castigar á un Bonaparte con el último suplicio. ¡Extrañas coin-
cidencias que habrán despertado recuerdos muchas veces en los dis-
tintos actores!


Cristina llegaba á Francia mientras se veía la causa de aquel pre-
tendiente desventurado que acababa de sufrir una derrota sin con-
moverse. tuis Felipe prodigaba sus favores, ó marcaba con su dis-
gusto á unos ó á otros. rodi::ado del esplendor y del prestigio de la
monarquía y de los príncipes de su numerosa familia.


E! pretendiente no pertenecia á la familia de Jos Borbones; Orleans
habia querido apostatar una vez, renegaudo su nombre y ensenando
así é. sus hijos para que algun dia se hallaran preparados á negar
tambien su orígen.


V.


Las complicaciones europeas habian hecho necesaria la caida del
ministerio Thiers y habia entrado á reemplazarle lUr. Guizot. Tbiers
representaba en aquel momento el partido de la guerra; la cuestioD
de 0riente se hallaba en uno de esos periodos d8 crisis que vienen
de cuando en cuando á turbar la paz del mundo,




496 HISTORIA DEL REINADO
Aí ahrín:e las cámaras, el nupvo gabinete hizo la exposicion de


sus prbcipi\S políticos y el resúmel1 de la sitnaf~ioil sl'gun como se
despre;lde dPl siguiente discurso:


(Señores fiar~s, scñore~ dq)¡darJos: He crt'Ích lli>ccsario reuniros
á mi alrededor antes ele la época el! qoe se aef;slur!,~ra. convocar las
cámaras. Las rr.edidas que el emperador de A llslri'l, la reina de la
Gran Bretaña, el rey de Prusia y f'J 8mpLrador de HIl:,¡a han tomado
de eoroun aCtlf'rdo, para arreglar las relaciones entre ('1 sultan y el
bajá de Egipto, me han irnpui'sto tU3VPs deberes. Soy tan celo\¡o de
la dignidad de nuestra patria co;no de su reposo y s(·guridad. Per-
severando en esa política moderada y conciliadora, cuyos frutos es-
tamos recogiendo hace diez años, he puesto á la Francia en dispo-
sicion de hacer frente á las eventualidades que el curso de los acon-
tecimientos en Oriente pueda originar. Los créditos extraordinarios
que con este objeto c:e haiJ abierto, os serán presentados a la mayor
brevedad: vosotros sabreis apreciar los motivos en que se han {un-
dado.


»Cootinúo esperando que la paz general no se aHerará. El interés
comun de la Europa, la felicidad de los pueblos y los progresos de
la civilizacion tienen igual necesidad de ella. Cuento con vosotros
para que me ayudeis á conservarla, asi como contaria tambien con
vosotros si el honor de la Francia y el rango que ocupa entre las
naciones reclamasen de nosotros nuevos esfuerzos.


nLa paz se hab,a restableádo en el Norte de España, y celebrábamos
este resultado feliz. Con dolor veriamos que los males de la anarqu{a
reemplazasen las desgracias de la ,querra civil. La Efpaña me inspira
el mas sincero interés. i Oja!r1 que la estabzlidad del trono de la reina
babel J J Y de I~H instituciones que deben sostenerle, preserven á aque-
lla nacion gellerosa de los (argus y dolorosos ensayos de las revolu-
cionesf


»No habiéndose conseguido la satisfaccIon que hemos reclamado
á la República Argentina, he dispuesto que se añadiesen nuevas
fuerzas á la escuadra encargada de asegurar en aquellas regio-
nes el respeto á nuestros derechos y la proteccion de nuestros inte-
reses.


»En Africa, un éxito feliz ha coronado varias expediciones impor ...
tantes, en las cuales se ha distinguido el valor de nuestros soldados.
Dos de mis hijos han participado de sus peligros. TodavÍl se nece-
sitan esfuerzos para afianzar en el territorio de ArgelIa seguridad y




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 497
la prosperidad de nuestros establecimientos: mi gobierno sabrá lle-
var á cabo lo que hemos emprendido.


»La ciuddd de Boulogntl ha si'lo !.eatro de una insensata tentativa,
que solo ha servido para poner nuevamente de manifiesto la li-1eli-
dad de la guardia nacional, del ejército y del pueblo. Todas las am-
biciones se eslrelIarán contra una monarquía fundada y defendida
por la omnipotencia de la voJuo!ad nacional.


»La ley de presupuestos no tardará en seros presentada para su
exámen. He prescrito la mas severa. economía en los gastos ordina-
rios. Los acontecimientos nos hao impuesto carga~ inesperadas; pero
confio en que la. prosperidad rública, restituida á todo su impulso,
nos permitirá sobrellevarlos, sin alterar el estado de nuestra Ha-
cienda.


»Se os presentarán otras disposiciones sobre obras de utilidad pú-
blica que interesan á las letras y sobre la libertad de enseñanza.


»Señores, nunca he reclamado con mas empeño y confianza que
ahora vuestra leal cooperacíon. La impoter'cia no ba oel'an!rnhdu á
las pasiones anárquicas. Bajo cualquiera forma que estas se presen-
ten, mi gobierno encontrará en las leyes existentes y en el firme
sosten de las libertades públicas, las armas necesarias para repri-
mirlas. En cuanto á mi, en las pruebas á que me somete la Provi-
dencia, no quiero mas que darle gracias por la protecrion con que
incesantemente me ampara á mí y á mi familia, y demostrar á la
Francia, por medio de mi desvelo cada dia cas vivo por sus inte-
reses y por su felicidad, la gratitud que me inspiran los testimonios
de afecto con que me rodea en estos ('rueles momentos.»


Como se ve, en ese discurso se refleja el despecho de la derrota y
la ira por la deslruccioo de los planes que la corte de las Tullerías
y la de España habian fraguado.


Pocos días despues UD diputado absolutista descubria mas clara-
mente esas tendencias al discutirse en la cámara el mensaje.




CAPtTULO LXI.


SUMARIO.


:\lanifiesto de la Junta de Madrid, habiendo concluido el anterior capítulo con una
ojeada BoLI'(, la Fnmcia.


,
.
. .


Vamos á dar aquí el manifiesto de la Junta de Madrid, que por su
grande importancia por ser uno de los actos trascendentales de esa
corporacion, bien merece entrar en el cuerpo de esta obra destinada
á reflejar la vida de la sociedad española en estos últimos tiempos.


«Inútiles serian los heróicos esfuerzos de la inmensa mayoría del
pueblo español ea favor de sus derechos, é ilusorias sus esperanzas,
si concretando nuestras miras á un triunfo momentáneo, no aspirá-
semos con firme propósito á constituir de un modo estable nuestra
regeneracion política, poniendo en consonancia las diferentes ruedas
que componen la máquina del Estado.


»Si ha de producir los beneficios que apetecemos el glorioso pro~
nunciamiento nacional; si el ejemplo de generosidad, ilustracion y
heroismo que acaba de dar este pueblo, juguete harto tiempo de
intrigas y calumnias, no ha de ser una mera proclamacion de prin-
cipios sin consistencia ni estabilidad, urge cortar de raiz para siempre
los abusos envejecidos, y establecer leyes orgánicas que fijen de una


.




liKL ULTI\W BORIlO.'í !JI<: ESPAÑA. 499
manera irrevocable el órden de acciones bajo el cual el poder eje-
cutivo deba administrar cumplidamente los intereses de la so-
ciedad.


» El partido reaccionario, cuyo sistema patentizan los principios
proclamados hast~ hoy por sus priocipales defensores, bajo el falso
título de constitucionales, desde el punto en que obligado por las
circunstancias aceptó bipócfitamente la constitucion de 1837, pro-
ducto de un acto nacional, se propuso minar por su cimiento el edi-
ficio que no habia construido, con leyes contrarias á su verdadero
espíri tu.


»Para mejor conseguir su intento nuestros falaces contrarios, fra-
guaron un plan de desmoralizacion y alevosía, cuya realizacion hu-
biera entronizado el despotismo. No se presentaban franca y leal-
mente á sostener sus opiniones, antes bien convencidos ellos mismos
de su impureza, las propagaban por medios indirectos, disfrazando
su malicia bajo la máscara del patriotismo. De este modo el veneno
con que iban envueltas circulaba lentamente corrompiendo poco á
poco todos los sentimientos generosos mas capaces de mantener el
espíritu público.


»Apóstoles de un sistema utilitari{) mal entendido y de los goces
llamados positivos, ridiculizaban el entusiasmo, móvil de cuanto
grande existe, y se mofaban del desprendimiento. No erigian alta-
res á la virtud, sino al interés. Habíanse apoderado de la educacion
y procuraban viciarla con falsas doctrinas y máximas desorganiza-
doras. Lejos de estimular la juventud á iniciarse en los Degocios
públicos brindándola con los laureles de la gloria, la seducían con
el aliciente de mercenarios tráficos y aln criminales retribuciones.
Todo lo hacian entre sombras y misterios, recelosos de una clari-
dad que descubriese sus ilícitas operaciones, para ocultar las cuales
con mejor éxito, procuraban distraer y embaucar al pueblo entre
promesas pomposas, Ó espectáculos pueriles propios para afeminar
las costumbres y enervar las facultades intelectuales, al mismo
tiempo qUd paralizan el ejercicio de sus derechos políticos, so color
de no apartarle de sus ocupaciones ni perjudicarle en sus intere-
S8S. Y bien puede creerse que cuando pagaban por revestir la co-
rona de todos los poderes del Estado, lo hacia n menos en obsequio
de la monarquía absoluta, y por ser ellos los ministros y ejecuto-
res de un poder omnímodo. La obediencia ciega á la autoridad,
fuese ó no arbitraria, era su dogma; la centralizacion en una mano




500 HISTORIA DIL BilNADO
de todas las riendas del gobierno, sus medios; su fin el despotismo
disfrazado con los atavíos de la libertad.


»DÍganlo, si no, los proyectos de ley presentados á las pasadas
cortes: vivos reflejos de tan pernicioso sistema. Examínense con
buena ie é imparcialiJaJ, analícense con el libro de 108 sanos prin-
cipios en la mano; en todos elios se descubrirá un fondo de inmora·
lidad, una intencion túrcida, un cona1o al absolutismo altamente
criminal.


»¿Acaso el proyecto sobre libertad de imprenta aprobado por el
Senado, no barrenaba en su esencia el pacto constitucional, creando
obstáculo~, interponiendo procedimientos contrarios á la Índole del
jurado, y estableciendo trabas opresivas para encadenar el pensa-
mientu? Ni era otro tampoco el espíritu del nuevo sistema de elec-
ciones proyectado. En la intervencion abusiva de la autoridad po-
lítica, establecida en el mismo, en las operaciones restrictivas para
la emision de los sufragios, en todos y cada uno de sus artículos,
en fin, se descubre el designio de coartar el voto de los electores,
para que las cortes fuesen un instrumento de la corona, no el ór-
gano de la voluntad nacional.


»Y si volvemos los ojos á esa llamada ley de Ayuntamientos tan
abiertamente cor.traria a la Constituciou; á esa ley trasunto imper-
fecto de las municipaiidades francesas, ¿no vemos sancionada en
ella una coacciou inmoral respecto á la volacion de los concejales,
dados que todos sus i:l.cuerdl)s habian de ser visados por el jefe po-
lític,). q Il ien flod ia fui minar persecuC'lOoes con tra aq ud que votase
en un sentido eontrario á las miras del rohierno?


»)PúngJse ahura en panwf;on nuestra c:.)o(jucla con tan ominosos
procedr:res, y será bien fácil conocer cuán diferentes son nuestras
doctrinas, cuán diverso el alto objeto á que constantemente hemos
aspirado con la pureza. de huwbres libres, con la lealtad de buenos
españoles.


»La soberanía nacional ha siJí) y es nuestro principio de gobier-
no; y este principiEl no lo hemot'l abrazarlo ni á. ciegas, ni á impul-
sos de un vértigo revolucionario, sino á ~{lnsecuencia del Íntimo
convencimiento de que rs el verdadero dogma que debe servir de
tipo á toda Constitucion política. Basta fijar la vista en el rumbo
l1e las socIedades existen tes para con vencerse de esta verdad. Los
prinCIpales pueblos de Europa, iluminados ya por tan fecundo prin-
cipio, caminan con pasos mas ó menos rapidos a su regeneracion,




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 501
y hasta la indolente y pertinaz Constantinopla, despertada de su le-
targo, acaba de pagar un tributo á la opinion en favor de Jos de-
rechos y de la dignidad del h')mbre .


.oPoseida de estos sentimientos la nacion espal'iola, representada
por las cortes constituyentes, formó el código de 1837, que aceptó
S. M. libre y espontáneamente. Entonces pudimos por un acto de
nuestra voluntad establecer un gobierno altamente democrático;
entonces pudimos cercenar las prerogativas de la corona, y limitar
su acoion en favor de los derechos del pueblo; pero llevamos hasta
tal punto la prudencia y el desprendimiento, que mas bien nos afa-
namos por robustecer la monarquía con todo el prestigio de que era
susceptible, dando á DOÑA MARÍA CRISTINA DE BORBON una regencia
sin participacion: tan lejos estábamos de que esa regencia mater-
nal babia de servir de arma funesta 6Il manos de traidores é intri-
gantes nacionales y extranjeros, para que nuestra lealtad, nuestros
sacrificios, nuestros homenajes caballerosos consiguieron por pre-
mio calumnias, vilipendios y tentativas criminales contra nuestra
libertad é independencia.


» Empero los que habian batallado en fratricida guerra tantos ailos
por la causa constitucional no eran tan cobardes, no estaban tan
degradados para consentir que las cadenas de la servidumbre vi-
nieran á amarrar sus brazos en el dia del triunfo y de la paz. Es-
paña toda se levantó como un solo hombre, y con voz irresistible
acaba de promulgar su decidida voluntad. Llegó en fin el memento
de fijar de una vez nuestra suerte, si no ha de ser estéril el heróico
pro[]uflciamiento de l. e de setiembre. Para conseguirlo es preciso
cODvertir en verdades prácticas ¡as hala;üeñas teorías tantas veces
proclamadas hasta aquí sin fruto, moralizar la nacion, restituirla
su crédito, llenar la medida de sus necesidades, y satisfac9r la vin-
dicta pública con actos de justicia distributiva, con leyes reparado-
ras y benéficas.


»Harto conocida es la influencia que la educacion ejerce sobre
nuestras costumbres y opiniones, para que no reclamemos en favor
suyo la mas predilecta proteccion. Confiada la juventud á manos
no todas dIgnas de ejercer laa sagrado ministerio, con dolor la he-
mos visto indócil y extraviada bebiendo en la fuente de perniciosas
doctrinas, entregarse á un egoismo impropio de la edad juvenil,
siempre entusiasta y generosa. En la necesidad por consiguiente de
refundir la educaeion de una manera capaz de formar hombres Ii-




50~ HISTORIA DEL REINADO
bres y buenos ciudadanos, conviene elegir profesores de reconoci-
das virtudes, y darles si posible fuese toda aquella estimacion que
tuvieran en los buenos tiempos de las antiguas repúblicas, empe-
zando desde luego por la persona que ha d~ ejercer el alto mini~te·
ri') de ilustrar el cot~ndimiento y formar el corazon de nuestra ado-
rada reina doña Isabel 11, rodeada basta aquí, por desgracia, de
pernidosas infiu'?!lcias, á fin de inspirarla desde temprano ideas de
magnanimidad, respeto á las leyes, amor y gratitud al pueblo es-
pañol, á cuyos innumerables sacrificios debe la corona que ciñe sus
augustas si~nes.


» La deuda del Estado, en cuya garantfa cifran su subsistencia y
bienestar no solo millares de familias, que en ocasiones apura-
das ban acudido con sus caudales á socorrer las necesidades públi-
cas, sino tarnbien los extranjeros que fiados en la buena fe caste-
llana hicieron en diversas épocas empréstitos de consideracioD, es
una deuda :s:¡grada garantida por los gobiernos que ha habido en
España desdtl su creacion. Esta deuda, que si bien por un lado es
una carga pública, por otro bien ciGlentada equiva.le á una riqueza
efectiva capaz de hac~r la prosperidad dd pais, ha sido desaten-
dida Ó d8snaturalizada, con perjuiciJ y descrédito nuestro, por los
gobernantes; ya defiaudaodo el cumplimiento de sus obligaciones,
ya arrebatand() inicuamente sus bipotecas especiales, ya dando dis-
tiota aplicacion a los productos de contribuciones y arbitrios desti-
nados al pago de sus intereses y amortizacion, habiendo además
por colmo de mala fe puesto en circulacion cantidades ingentes de
papd del Esiado de un modo c!andestino bajo el pretexto de que
sdo delllatl servir p~'a garantizar' la~ anticipaciones de dinero he-
d.HI.,s al min:...,torio cuyos desaúiertos y contratos oneroso:; han com-
rrJillelluO nUt~stro crédito y dejado exhausto el erario. Hice se pues
indispensable, como ei remedio mas pronto y eficaz, que las próxi-
mas cortes fijeu un plazo dentro del cual quede c(lUcluida la liqui-
<ladon de la deuda públIca, suprimiéndose las oficinas de este ne-
gocia.do, que además de ser una fábnca permanente de papel mo-
neda, cuestan al Estado anualmente sobre mitioo y mediO de rs.


» Igual predileccion reclama la ven ta de bLmes na '~ionales, incIu·
sos los cuantiosos del clero secular, no solo por su importancia é
influencia sobro el crédito, sino como garantía del régimen consti-
tn~;i¡)Lal; mucho mas; cuando los abusos y d;Japidaciones, conse-
cuenda-- prec¡sa~ dd si~tema de inmoralidad se~uid(l las mas veces




en tan importantes enajenaciones, han desnaturalizado en parte la
ley de :J de febrero de 18:1(j, cuyo objetJ erniQenteme!lí~ sncial se
dirigia á generalizar y distribuir la propiedad entre las clases la-
boriosas y emprendedoras, como el llledio mas segur/) de extetJ.~r
el círculo de los derechos políticos, ademas de in,pn's::l y de COI.!l-
prometer el mayor número posible de ciudadanos en la causa pú-
blica.


»Reconocida la necesidad de enajen.ar los bienes del clero secu-
lar y de abolir toda prestacion que lleve la ociosdad del dif'zmo y
primjcia, cuyo orígen se opone á la Índole del sistema '"eprt'seotati-
vo, es indi~pensahle proveer el mantenimiento del culto de UD modo
capaz de conser~'ar á sus venerables miuistros tudo aquel p:-esti¡.:io
conveniente para que la religioD de nuestros maywcs, seguida y
respetada, p'leda ejercer su benéfica influencia sobre la sociedad, y
santificar nuestro dogma polílico con el cual tanta analúgía tienen
sus máximas evangélicas de igualdad, tolerancia y desprendimien-
to, siendo el mejor medio para conseguir tan importante objeto,
que las Juntas, de acuerdo con los Ayuntamientos y autoridad ecle-
siástica de sus respectivas provincias, suministren los feeursos ne-
cesarios basta tanto que las próximas cortes, con prese[]cia rl:' lo
dispuesto por las constituyentes sobre c.::.ta materiii, Lij..:n de una
vez la suerte del clero.


»\nútlles serán no ob~ta[}te cuantas medidas van indicadas, si
continuasen por mas tiempo el embrollo y misterio en las cuentas y
presupuestos. Tiempo es ya de qUA cesen esos votos de confianza
contrarios á la Constitucion respecto á contribuciones y presupues-
tos, y de que se proceda á su exámen con toda escrupulosidad para
determinar los gastos de la administracion con arreElo á las rentas
ó productos, y cubrir á prorata, como la justicia lo exige, las
obligaciones del Estado. El pueblo, oprimi~o bajo el peso de con-
tinuas exacciones, y lleno de desconfianza al ver de~aparecer como
el humo enormes tesoros, anhela la mayor publicidad en la inver-
sioo y distribucioD de los caudales, con el objeto de que el fruto de
sus sudores y sacrificios no se distraiga Je las arcas públicas para
fomentar la insultante opulencia de sus mismos opresores.


»La confusion y el des6rden en que se halla la admlDistraCÍou re·
claman igualmente una reforma general. Su monstruosa orila ¡¡Íla-
cion perjudica y entorpece el comercio, la industria y la agrit u:tu-
fa, sin proporcionar al tesoro ¡agresos capaces de subsaüar tama-




50' HISTORIA DEL RBINADO
nOS perjuicios, toda vez que en su mayor parte se invierten en gas-
tos de recaudacion y de una multitud de oficinas de todas categorias.
Mientras no se equilibren las contribuciones y regulen los impGes-
tos conforme al censo de la poblacion y verdadero riqueza del pais;
mientras los hombres colocados al frente de los negocios públicos
no reunan la probidad y suma de luces necesaria para reparar la
dislocacioD en que se bailan las ruedas administrativas de la Ha-
cienda pública, vanas serán todas nuestras tentativas de mpjoras y
excusados todos nuestros afanes. Entre tanto y sin perjuicio de que
las próximas Cortes con la copia de datos indispensables y de acuer-
do con el gobierno, decretan la organizacion de tan importante ra-
mo, mucho puede conseguirse regulariza¡;do el sistema de Aduanas
del modo mas conve[]iente al femento de nuestra industria, con pre~
sencia de los nuevos aranceles presentados al gobierno por la Junta
fncargada de revision.


»Como hasta aquí ha predominado un empeño tenaz de tener des~
organizada la sociedad y confundidos los privilegios abusivos de
tiempos caducos con las instituciones constitucionales; como nunca
se ha querido en trar de lleno en las reformas radicales que la opi-
DiJn reclama, subsisten todavía intactos y sin deslindar los bienes
indebidamen te apropiados al patrimonio real, con perj uicio de los
intereses públicos y contra lo expresamente prevenido por decreto de
las Cortes constituyentes de Cádiz y de las de t8~O. Esta posesion
no interrumpida en que ha estado la corona desde los tiempos del
absolutismo en qUI3 todo, hasta la vida de los súbditos. era de la
jurisdiccioD del rey, ha servido de pretexto para atribuir al real pa-
trimonio una propiedad que pertenece legítimamente á la nacion, á
quieo estaba mandado restituirse por el decreto de abril de 1820,
que libre y espontáneamente dió el rey don Fernando VII en Ma-
drid, y confirmaron las cortes del mismo año, sin perjuicio de la
correspondiente liquidacion de los enormes productos devengados
hasta el dia.


»No importa menos tambien el arreglar de una manera que no ad-
mita interpretaciones, los incidentes á que ha dado márgen el decreto
de las cortes de 18!O, sobre mayorazgos, abolido poco despues con
el gobierno constitucional por 100 I 000 bayonetas extranjeras, ma-
yormente á pesar de haberse restablecido en el año de 1836, se ha
puesto en duda su validez por la faccioo reaccionaria, cuyo propó-
sito se dirigia á perpetuar en las familias este gérmen de discordia,




DEL ULTIMO BORBON DE ISPAÑA. 505
este abuso tiránico, por el cual sin mas titulos ni derechos que la
casualidad de haber nacido primero, abs1rbia UD hijo solo el patri-
mODio paterno, con exclusioo de sus demás hermanos iguales á él
por las leyes de la naturaleza.


»Por otra parte nada descubre mejor la tendencia de nuestros con~
trarios, que su repugrancia á realizar el decreto de ]as cortes
de 18:37, sohre recompensas militares. Convencidos de que los sol-
dados ciudadi1flos que con taoto denuedo ban esgrimido las armas
de la patría contra un déspota ohcecado, nunca serIan ni los mer-
cenarios saté!ites de un partIdo, ni los verdugos de la liberlad, tra-
faron dr bacl'r ilus,)rio el premio debido á sus servicios sacrificando
á mezquioos reOCOíes el pensamiento social ce convertir tan bene-
méritos militares, llegada la hora de la pacillcacion, en propietarios
laboriosos, en padres de familia, en ciudadanos útiles al Estado. A
las próximas cortes toca cumplir esta sagrada promesa, cuya rea-
lizacion hade contribuir considerablemente al fomento de la riqueza,
á la prosperidad de este pais desventurado.


»Ni son menos acreedores al agradecimiento de la patria aquellos
ciudadanos que han sufrido en todo su rigor el azote de la guerra.
La pérdida de su familia, el naufragio de su fortuna, la ruina de sus
heredades entradas á saco por los rebeldes, ó entregadas á las ]Ja-
mas, piden una indemnizacion, si no suficiente para reparar tama-
ñas calamidades, lo bastante al menos para suministrar algun con-
suelo á los que no vacilaron en aventurarlo todo por fa mejor de
las causas. Este acto de justicia y de gratitud servirá de estimulo
para lo futuro, y abrirá á nuestros hijos la senda del honor y de la
gloria.


»Tambien es de desear la reforma de las principales leyes admi-
nistrativas que rigen, y señaladamente la de Ayuntamiento, tanto
para ronerlas en consonancia con la ConstitucioD, como evitar el
conflicto de jurisdicciones y competencias que á cada paso ocurren
por no hallarse bien deslindadas las facultades de las corporaciones
administrativas en la ley de 3 de febrero de 18!3, ni tirada la li-
nea divisoria que separa lo contencioso de lo gubernativo. Y de
paso diremos que nunca ha sido nuestro ánimo, como lo han su-
puesto maligGamente nuestros enemigos, el que cada Ayuntamiento
sea un roco revolucionario, siempre dispuesto á combatir el"go-
bierno establecido; solo pugnamos porque se conserven sus atribu·
ciones propias, adecuadas á nuestros usos, costumbres y tradicio-




506 HISTORIA DEL REINADO
nes, sin desconocer por eso que el poder ejecutivo debe velar so··
bre la admini;.;tracion de los intereses locales, para que estos no se
sobrepongan Di lastimen el principio social representado por el go-
bierno; pero queremo:, que su accion sea indirecta é invisible.


»Los pueblos son unos etl tes morales personificadús en sus Ayun-
tamientos, que á la manera de los demas Índividuos de la sociedad,
si bien deben estar subordinados y sujetos por un vínculo comun á
la autoridad del gobierno, tienen derecho, sin embargo, para ad-
ministrar independientemente como aquellos sus particulares inte-
reses. En su virtud, y para flue los Ayuntamientos tCr'gan por una
parte la debida independencia, y por la otra la limitaclon conve-
niellte, en el concepto de esta. Junta, los acuerdos tOlnados por los
mismos en uso de sus atribuciones podrian ser confirmados 6 rc-
probat!os, dado caso de queja, primero por el tribt!nal inmediata-
menle superior en la escala de las jerarquías administrativas, esto
es, la Diputacion provincial; y en el supuesto de no conformarse
el interesado con el fallo de esta, en último recurso por un tribu-
nal contencioso administrativo compuesto de jueces inamovibles,
único competent~ para fallar sin apelacion sobrE los actos de Jos
Ayuntamientos y Diputaciones provinciales, sin perjUIcio de la pru-
dento intervencion de la autoridad política en los casos oportunos,
bajo la forma que las leyes determinen.


»Mayor confusioD, y abusos aun mas trascendentales que Jos que
acabamos de indicar, afectan tambien el órdeD civil y los procedi-
mientos judiciales. Un caos compuesto de elementos hetero¡réneos
presenta el conjunto de nuestras leyes y prácticas rstablecidas, ~in
que á pesar de tan intrincado laberinto se bayan todavía conc[uido
Jos Códigos civil, criminal y de comercio, encomendados años bace
á comisiones especiales y personas versadas en la maleria. Y no
solo interesa su pronta terminacion, sino tambien el que las cortes
fijen de una vez la inamovilidad de la magistratura, como lo dis-
pone la ley fundamental, para que la adrninislracion de justicia
tenga toda la dignidad é independencia que de suyo requirre.


»Pero ni estas mejoras podrían realizarse, ni aunque se rfa!izasen
regiria el gobierno representativo en toda su intq!ndad y conse-
cuencias, si tan pronto como las circunstaneias lo permitan, las
cortes no forman una ley de respnnsabilidad ministerial sobre
fundamentos tau sólidos, que sea impo~ible eludir Sil saludable
aplicacion. A buen seguro que si la conducta liberticida de los pa-




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 501
sados consejeros de la corona, arbitrariedades y notorias infraccio-
nes de la Constitucion, hubíeli\en sido castiga~as ejemplarmente con
arreglo á una Ipy establecida, el pueblo español no se vipra en la
peligrosa necesidad de acudir á la revolucíon armada para derender
sus dueehos. Urge, pues, que las próximas cnrles pongan coto á
las demaslils de los gohernantes; porque solo así no volvefilD á ver-
se en la cumbre del poder personas desconDcidas elevadas por el
viento de h intriga á una altura muy superior á sus t'scasas fuer-
zas y reducidas luces, á hombres desacreditados, cuyos años se
cu~nten por los desaciertos de una vida pública reprobada; á mise-
rables instrumentos de un partido sin mas méritos ni servicios que
los de una ciega sumision á aquellos que los eligieran para que sir-
viesen de andamio al edificio de sus funestos rHOJ'ectos.


»Tales son en suma las brevísimas indicaciones sobre los abusos
que en torpecco nuestra regeneracion, y reformas que pudieran
adoptarse, que esta Junta ha creido debia circular á sus dignas
émulas de gloria y de peligros, no para que las adopten como su-
yas, pues no llega á tanto su prrsuncioo, sino á fin de abrir el
canlino á otras muchas mas importantes tal vez, y cuyo conjunto
patentizará á los que hoy están llamados á regir los destinos de la
patria, las necesidades de esta nacion magnánima, para que reco-
brada de sus recientes desastres, vuelva á ocupar libre, feliz y
respetada en el Congreso de las potencias de Europa, el alto lugar
qUJ de justicia le corresponde, á desprcho de sus 'imfJotentes ene-
migos. Madrid 12 de octubre de 1SiO.-Pedro Beroqui.-Pio
Laborda.-Fernando Corradi.-Jusé PO:'lilla.-Pedro Saillz de Ba-
rand;l.-Valenlin Llanos.-Excma. Junta provisional de gobierno
de la provincia de ... »
Esh~ documento explica perfectamente á dónde se encaminaban


los esfuerzos de las Juntas en el momento, en el dia mismo en que
Cristina abdicaba en Valencia un poder que no podia utilizar como
deseaba.


Haremos mas adelante algunas observaciones ligando este suceso
con el de disolucion de las misCl8s Juntas.




CAPiTULO LXII.


SUMARIO.


Lo que provocó la l'evolucion de ~etiembre.-folleto5 sobre la familia real.-Consid",-
racione~ políticas.-Espartero y Cristina.


1.


Lo que habia provocado la revolucion de setiembro era la rebeJion
constante del poder ejecutivo, de ese poder irresponsable que fiján-
dose en su orígen ha llegado, en su soberhia, á creer que todo le era
lícito, sin prestar atenC10n á las mudanzas que el progreso bahia ido
introGuciendo, sin tomaren cuenta las transacciones que l:abia hecho
para poder sostenerse.


El poder real, invencion satánica del orgullo humano, qUA en vez
de ser proteccion, amparo y paternal enseñanza para la mullitud, se
ha convertido siempre en odiosa explotacion de los que trabajan, su
esclavitud preparada por la astucia y por la fuerza de los menos,
imponiéndose á la indolencia de todos, no podia subsistir desde el
momento en que una protesta apareciera negando lo que formaba
su prestigio, el derecho divino, y afirmando que el hombre es igual
al hombre, sin que la desigualdad de sus facultades conceda otro
dereeho que el de emplearlas en beneficio de los otros, porque no




DEL ULTIMO B'JIlBU!\' DE ESr'AÑA. 509
put'de rehusarse el sér á ejercitar !~S dotes que ba recibido de la
naturaleza.


Bicn sabemos que existe unu prof)orcion necesaria entre las fuer-
zas y ¡as üecesidades que en el individuo se manifiestan para sos-
tenerlas, y lit/e es por consecuúncia n~cesari(j que aquel que mas
produce halle eü rdhCÍon goces mayores; pero esto no implica que
hayan de subordinarse á su capricho millares de criaturas, porque
sancionaría un principio de iniquídad que IJO existe en la naturaleza,
donde á pesar de ser todo infinito se haila todo sujeto al peso, á la
medida, al número, á la justicia, en una paiabra.


H.


La revoluGion de setiembre era para los iniciadores el vaiven os-
cilatorio que venia á poner en equilibrio la balauza fuertemente in-
clinada hácia las reales prerogati vas que se llevaban de corrida los
derechos populares.


Era ei deseo de órden y moralidad, o!.iÜoi¿ndose á qUe personajes
oscuros vendidos al cctpricbo de las llltlue¡;das distintas que se for-
Illílll en torno de ¡os poderb, sirviesen de testaferros y pantallas, y
llegasen á vecet, á ser ÍrlSUItO á la dignidad de! país como eran obs-
¡áculo á la marüha eonstitucional y !;'gal, cUül siempre ha de serlo
en ese sistema que provoca la formaduil de las call1ariilas y las in-
trigas cortesanas


Era el ürguJlo IIp.I'ido de algunos, lli aUibieion no satisfecha er.r
otros, pero para el Piwbln era una reviJhwi!Jl1, una reparacio!), la
conquista de su soberanía, la reeiamaeÍo!J de ¡; .. derecho y de su au-
tonomía, la rcintegracion del ~éf en la plenitud de su existencia.


Difícil era que !legasen á entenderse los que debatian; caso impo-
sible.


Ahora vallOS á entrar üIJ detalles que hemos dejado sin una alu-
sion siquiera, porciue ellos vieúhl á indicar tas propurciones que se
daban á la revvlucíon de setiembre


Entre los follcvi:J que eü íos primeros instantes de la revoiucion
cireuJaron profusamente, y fueron leidos coo avidez. figuraban los
referen tes á la familia palaciega.


t\.llí se referían con todos sus pormenores ¡as escenas Íntimas del
alcázar, narrando los amoríos de Cristina con ¡:!1 guardia de corps


TOMO j. ,'f' u.)




510 HISTORIA DEL R1UNADO
llamado Muñozj allí se describían los apuros para criar y educar los
bijos habidos en esas relaciones; se citaban nombres de personajes
iDiluyentes, mezclábanse entre ellos ¡os de los ministros que babían
debido observar visibles síntomas de embarazo en muchas oc.¿siones,
y de todo ello se deducia que era ignominia para Espara ser por
mas tiempo tolerante, y cerrar los ojos y]os oidos para no llegar á
comprender la conducta reprensible de aquella señora que daba á
sus hijas malos ejemplos, y nada honestos espactá.mlos.


IIl.


Desde mucho tíempo era señalaJa con el nombre de jaula de Fer-
nando l\Iuñoz, un mirador de persianas que se habia establecido en
una de las fachadas de palacio.


Estos hablaban de concubinatos, de escándalos, de df'gradacion,
de injustificados premios á la farni!ü¡ de Muñoz, de la Estanquera, y
de otras muchas menudencias,


Otros pretendiall que babia matrimonio de conciencia, que los hi~
jos eran educados con esmero.


Aquellos querían su poner que en los negocios de Estado influia
la familia de Muñf'z, Gaviria y otras notabilidades por el mismo
órden.


Los de mas allá tomaban la cosa por interés á las hijas del último
monarca, y pretendían aclarar todos los misterios para persuadirnos
de que DO podia ser tutora ni cuidar á sus hijas la que tenia una
nueva familia é intereses nuevos que defender.


En suma, lo qu-.: positivamente se buscaba era imposibilitar la
regencia de Cristina, y el alzamiento de setiembre iba encaminado
á levantar nuevas personalidades,


úistina habia dado á sus enemigos armas terribles.
Cristina habia olvidado que las precauciones mas exquisitas sir-


ven de poco, y se hallaba en el momento de la lucha, en las peores
condiciones posibles.


Personalmente podía verse deshonrada por el descubrimiento de
lo que ocultaba con tanta reserva.


Políticamente la tortuosa marcha que habia emprendido le habia
enajenado las simpatías del partido liberal.




DEL ULTmO BORBON DI ISPA.ÑA. 511


IV.


Los moderados habian sido cómplices generosos y complacientes
de todos los extravíos, de todas las debilidades, de los errores y de
los crímenes de aquella mujer á quien la desgracia acababa de
herir.


Obedientes á la consign:¡, premiados con munificencia, habían
aceptado todas las condiciones, y el pacto era solemne.


Ellos debian seguir gozando del poder y de sus delicias á trueque
de concesiones y de indulgencia, á cambio de amabilidad y de mostrar-
SI-) elbsticos y flexibles.


El partido progresista debía permanecer siempre en la opofijcion,
si ya no es que esa oposicion debía enmudecer tambien y extinguirse
con la anulacion de las leyes fundamentales, con la restauracion de
los atributos de la monarquía.


y los progresistas se hubieran visto pn la cruel alternativa de so-
meterse y abdicar ó huir al extranjero para lihrarse de las venganzas
y de los odios reconcentrados: si el general que terminó en Vergara
la campaña contra don CarIo3 no hubiese tenido el acierto de la elec-
cion, reconociendo que la soberania popular es la única base firme y
estable de los poderes, y que en el siglo XIX solo por aberracion
podia aspirarse á reconstituir ]a monarquía de los Felipes y los Fer~
nandos.


Porque los progresistas hablan cometido la torpeza de dar á sus
contrariJs prendas, faltando al pueblo en cuyo nombre luchaban y
cuyos intereses decían defender.


No faltan nunca pretendientes ni aspirantes cuando se trata de la
constitucion de los poderes. y en el partido progresista babia quien
!'lolicitase el puesto primero, la alta jerarquía en que se hallaba ~o-,
locada la gobernadora. Las altas capacidades del partido, aquellos
á quienes la casualidad babia levantado, se mostraban dispuestos al
sacrificio, si la voluntad de sus amigos y correligionarios los desig-
naba para el cargo penoso y comprometido,




51! i!!STUfUA DEL REINAD'!
Oianse los nombres de Olózaga y Argüelles, de Mendizabal, yal·


gunos gener31es confiahan tambien en su popularidad l mientras que
como bemos visto el infante ~f)n Francisco se recomendaba á la aten-
cion de! público.


Las juntas habían levantado la bandera dA eonstiturioD, progre-
so, independencia nacionaL y los vivas se dirigían al ejército Jiher-
tador y á su jefe.


En ninguna parte se alzó la voz para recordar á la gobernadora.
En ninguna parle se proclamó la caida de la regencia.
Nadie babia tenido la franqueza bastante ni r.l valor de sus eon-


vicciones, porque la caida de Cristina era inevitable.
Espartero, el hombre que siempre babia carecido de iniciativa, que


Lasta que fué nombrado gen'\íal en jefe del ejércíto de operaciones
oel Norte podía ser e.ousideradn eomo el modelo de los ordenancistas,
que despueg á tHulu de restablecer la disciplina habia sido inexo!'a-
bIt' y cruel fu~jla[]do generales, jefes, oficiales y sargentos por el de-
\ ilo de ins:<i bordinacion, rué en aquellos instantes el mas claro, el Olas
explícito. .


Si no hubiera Wldido taehárseJe por la maledicencia de trah?jar
pro domo 8ua; si no hubiera sido general represenlante de un ejér-
c\ito victorioso, fácilmente se demostraria que habia sido el mas enér-
gico, el mas decidido defensor de los derechos populares, el que con
mas rudeza habia abordado la cueslion, el que lo habia llevado á su
desenlace por una serie constante de hechos significativos.


VI.


La renuncia que pres80tÓ á la gnhp,rnadora despnes de repetidas
eonferfmcias y de (,xptlsiciones distintas, nodia hacNse pasnr como
uno de esos actos impropios al parecer de! caránter sumiso, obe-
diPD te y resyetuoso de u n súbdito que vil'nno marchar ~ la perdi-
cion á las personas encargadas de! poder, hace un esfuerzo y se vio-
lenta para apartarlas del camino peligrolio que recorren.


Perlt mediaron circunstancias talr~, que lo volvemos á rl'prtir, sí
'iquella serie de U0tos hubiera podido apareeN como emanacion riel
profundo convencimiento de una v(~rdad) como la prosecucion de un
plan en defensa de los in tereses del pueblo, sin mezcla. alguna de
ambicion y egoismo, Espartero hubiera podido pasar como tipo in-




DEL ULTIMO BORBnN DE ESPAÑA. 513
quebrantable de severidad espartana, como el mas importante, el
mas digno de los hombres que habian tomado parte en aquella re-
volucion abortada.


Porque en último término, vinieron á quedar frente á frente Es-
partero y ~ristifla, rotos los vínculos y relaciones entre los poderes
y el pueblo,


Cristina, desautorizada, sola, fugitiva ya, viendo alzarse por do-
quiera en contra s!lya la soberania del pueblo y en su conciencia el
espectro aterrador de Jos remordimientos.


SoJo así podemos llegar á darnos cuenta de las ocurrencias que
debieron tener lugar en el palacio cuando Cristina hubo de abando-
nar las riendas del gobierno.


Las juntas habian roto toda clase de relaciones con el poder, ha-
bían manifestado desvío bácia la regente, habían tolerado los artícu-
los de los periódicos viendo pasar indiferentes los cargos mas seve-
ros contra la madre de Isabel, pero en su profundo respeto al tro-
no, en su torpeza y falta de fe revolucionaria babian decidido ser
hipócritas accediendo con muestras de deferencia y sentimiento en
todas la8 comunicaciones oficiales.




CAPíTULO LXIH.


SUMARIO"


~Ias considerarione;; poltticas Robre la fl'\o!ucioll tlt' ~('Iipmhrü tI(~ 18'lO.-EI partido
Illodl'rado y C,'j,lin3, vell('i(!o:; :- 11(lmillatlo".-O'el1ridad (Iut' rnilia ~ohrl' los mn-
\'i!e, del proceder tle r:ri,tina,-Co)lducI3 :JlllhiflW dI' lo, !lI'ogl'<"i,In"


1.


Oifícilmente podria uno explicarse lo que pasó en Valencia á la lle-
gada del ministerio que presidia Espartero; difícilmente se llegaría á
comprender el resultado misterioso, el desenlace de aquellas entre-
vistas, atendido á los antecedentes públicos.


En Madrid! la Junta revolucionaria, secundada por la milicia, ha-
hia perseguido al Huraean porque se atrevió á pronunciar la pala-
bra república: se denunció el Zurriagazo, hoja que firmaron Vil1er-
gas, Gutierrez Solana y García Ural, tarnbien republicanos.


En muchas provincias se violentó .la opinion para hacer compati-
ble la revolucion y el trono.


La opioion se hallaba bastante exaltada, el pueble: buscaba una
revolucion donde los conspiradores que venian preparando el movi-
miento querian buscar un cambio de ministerio, un cambio de situa-
cion tllo sumo.


Diferentes provincias mandaron representantes para la Junta cen-




DEL UL'rIMO nORBON DE ESPAÑA. 515
tral, pero temerosos los directorefoi ,ir, M'Hlrid del resultado, proru-
l'rifOn impedir, como hemos visto ya, la reunioo de esa Junta.


Todas estas eran pn~ndas y garantías que se daban á Crisbna;
araso eran exigencias del cuartel geiJeral) no sabemos sí por defe-
rencia á la p¡;rsooa que representaba la aut{lridad.


JI.


Sea como quiera, el pueblo, que creia haber roto las cadenas,
que aspiraba á la libertad, veíase detenido otra vez con palabras
huecas y altisonantes, con promesas se le mantenía sumiso y acep-
t.aba ~as órdenes de la corte, cuando esta elegi~ al general Espartero
arbitro de los destines del pais.


Puede decirse que hahia terminado ahí el gran drama revolucio-
nario, puede suponerse que quedaban satisfechos los que babían
lanzado en ave n turas á la m u! ti tud, sin mas propósito que mostrar
Sil fuerza é imponerse en las aitas regiones,


El partido ElOderado debia reCO;Jocer su debilidad, Cristina su
pequeñez ante la majestuosa declaracion de los ciudadanos, que sin
derramar una gota de sangre triunfaban en todas partes; en Mur-
eia contra los Forondas y Casellas, en Cádiz y Sevilla contra las
autoridades m\litares, que declaraban el estado de sitio creyen-
rlo que los cañones podían aun servir á la causa de la reaccionj en
Valladolirl, donde el genera! Latre, despues de permitir la reuninn
de los patriotas desarmados, iba con aparato militar á proferir ame-
mIzas y á insultar á los que indeÍensos emitian sus opiniones y se
adherían á la causa nacional.


El partido moderado y Cristina habian sido vencidos y humillados,
pero esa ~eñl}ra babia tenido la debilidad de ensayar diversos me-
dios de transaccion y parecia dispuesta á no retroceder, á no cejar j
á pasar por todo.


¿Qué causas podia haber para que firmase la disolucÍon de cor-
íes el 11 de octubre despues de haber aceptado los nombramientos
de ministros que Espartero ha~ia hecho, y pretendiese renunciar á
la regencia en el siguiente día? ¿Hubo fuerza mayor, coacciones y
violencias? ¿Hubo insultos dírectos? ¿Hubo amenazas, Ó es que com-"
prendió aquella señora que la situacion le aconsejaba un cambio de
conducta incompatible con la dignidad?




516 HISTORIA DEL REINADO


IIJ.


Lo hemos dicho, en la opinion del pais, en la atmósfera que se
respiraba, en las manifestaciones populares, en el sentimiento re-
pulieano que despertaba, deben buscarse las causas de aquel movi-
miento insurrecclOnai hábilmente explotado por algunos.


Cristina no debia comprender bien su alcance y se bailaba dis-
puesta á transigir. Los sucesos fueron muy adelante, y hemos visto
ya que abandonó la regencia, cómo y por qué.


Se explica perfectamente que debió haber en las conferencias con
el ministerio que presidia el duque de la Victoria alguna manires-
tacion importante, para que repentinamente variase la escena y Cris-
tina se diese por resentida, renunciando á la regencia despues de
romper ella Illisma el último esJabon de la ca~eDa que la ligaba a!
país, disolviendo las cortes.


Es un fenómeno hísíórico que no ha recihido toda la luz necesa-
ria. O las Juntas tenían 1:'; propósito d:: arrojar á Crj,.;tina del pucsf,{J
que oe', ;Iaba. y en (~sto huhierao sido intérprdes lides de j¡¡ ~'o!un·
tad del pueblo. qUe re¡¡¡lIiciaba generosamente á Sér gllbernudu por
luooarquías opresoras, Ó no.


Si pretendlao las personas que se hallaban al frente del movi-
miento obrar con decision y éolereza, no debieron poner diques,
cortapisas ni estorbos a la iibre ernision del pensamiento, debieron
hacer respetar pi derecbo Ue: pensador que está muy por encima di.~
las pasiones ciegas de JOS que íuanejan las bayonetas. Debieron
obrar con lealtatt y ser francos pidieudo la acusacitJD y ei castigo
de los poderés que babiaiJ faltodo á la Constitucíou.


y si contra la regente resuÍíaball cargos de malversacion, si fal-
tando á las leyes dd país habia ilegalmente ejercido la goberna-
dora atribuciones que DO la competian, natural era que pública-
m,:;nt(~ se formulasen las acusaciones y se pidiese el castigo.


IV.


No se hacia así: en público se procuraba mantener el respeto há-
cia la instttucion y bácia la persona que la representaba; secreta-




DEL ULTIMO BORBON DK ESPAAA. 51'1
mente en los conciábulos, en las conferencias se comentaba la con-
ducta de la gobernadora, se reconocia que en el patrimonio faltaban
alhajas, se hablaba de sustracciones indebidas, buscaban antece-
dentes respecto al matrimonio que se decia contraido por Cristina
con el guardia Mufíoz, y con ocasion de este enlace se formulaban
cargos á la que habia conservado la regencia y tutoría cuando ya
las leyes le negaban la competencia para ello.


Quizá se hizo entender todo esto á Cristina; quizá se exigió qne
separase de su lado á don Fernando Mufloz; quizá se propusieron
medidas extremas; pero lo cierto es, que ni los periódicos, ni las
juntas, ni el ministerio-regencia en sus contestaciones. ni la misma
gobernadora en sus manifiestos, han dado una razon plausible que
explique suficientemente el por qué aquella senora renunció con tal
precipitacion á sus planes, á la regencia, y hasta al carifio yal cui-
dado de sus hijas.


Nadie comprende, nadie explica, nadie sabe lo que pudo dar orÍA
gen á esas escenas de que ni la revolucion, ni el partido progresista
debian aprovecharse.


Cristina hubiera debido descorrer el velo, hubiera hecho un bien
á su causa poniendo en evidencia á sus contrarios si ellos no te-
nian razon; si las especies que corrian de boca en boca eran una
calumnia.


Los progresistas para hacer ver su sinceridad debieron dar fran-
cas explicaciones, por manera que las reticencias de Cristina y los
articulos intencionados que en la prensa publicaban sus defensores,
no hubiesen zaherido su reputacion.


El interés de todos estaba en que se hiciese la luz, y sin embar-
go, reinaron las tinieblas, y nadie acertó á hallar la clave de aquel
misterio, y Cristina huyó la luz tanto como sus acusadores.


v.


No hay duda, sin embargo, la conferencia de los ministros debió
ser importante. Ellos quisieron descorrer el velo, explicar al pais
que doña María Cristina babia contraido un nuevo enlace, que se
bailaba legalmente sin condiciones par a permanecer en el puesto
que ocupaba.


Ellos querrían buscar en las Cortes la sancion de los represen ...




518 HISTORIA DEL REINADO
tan tes del pueblo, la absolucion por ese pecado de engafio al pueblo
espatlol; ellos querrian lavar en el Jordan de la magnanimidad del
pueblo las manchas que deslucian la púrpura.


Pero ellos, sin duda, contaban tambien con que Cristina debia
pertenecer al gremio de los que no se arrepienten ni se enmiendan.


Cierto y evidente es, que Cristina no aceptó mas humillaciones;
cierto y evidente es, que hizo entonces grandes esfuerzos para im-
pedir que el movimiento revolucionario se sobrepusiera á los que
intentaban contenerle.


Habia podido provocar la guerra civil que hubiera sido corla
pero sangrienta.


Habia podido llevarse sus hijas á extranas tierras segun afirman
sus partidarios, esos adoradores de la monarquia que la creen tra-
dicional recuerdo, arraigada en el sentimiento de los espanolesj y
no lo hizo porque comprendió muy bien que nadie hubiera ido á
buscarlas, y que las cosechas se hubieran sucedido sin interrupcion
y el sol hubiera alumbrado y vivificado las plantas con su calor
como en los tiempos en que ella gobernaba, sin mas diferencia que
del producto de esas cosechas no se hubiera destinado una can-
tidad respetable para mantener los vicios, los goces y la holganza
de las familias que viven en medio del lujo de la corte y de los pa-
lacios.


VI.


Los partidos medios no aciertan jamás á ser justos; viven en in-
certidumbre continua, halagan y adulan alternativamente al poder
y á la multitud sin satisfacer á nadie.


Arrastrados pOi' las circunstancias su marcha es vacilante, sus
hombres se a.costumbran á ser ílexibles y ambiguos en sus pala-
bras y en sus actos; y como se envuelven en el sofisma, como han
de acudir á subterfugios empeñándose en un laberinto tortuoso para
que no pueda conocerse la verdad, como necesitan disfrazar sus
pensamientos y sus actos, dan armas á los contrarios para que les
venzan con facilidad des pues de destruirles y deshonrarles.


Si en la revolucion de setiembre de 1840, hubiese el partido exal-
tado eomprendido bien que era llegado el momento de echar por
tierra el edifieio de las usurpaciones;.si hubiese pensado en que el




DEL ULTIMO BORBOr¡ DR ESPAÑA. ñ19
trono seria siempre obstáculo tradicional, y que la libertad no podía
hallar amparo ni defensa en los descarados conspiradores que vi-
viendo á expensas de ella, habiendo medrado por ella se hacian ser-
viles instrumen~os del trono, segurameD~e que la revolucion hubie-
ra sido completa.


Entonces hubieran empujado los hombres del progresismo al
conde-duque á marchar por la via gloriosa de la revolucion, y Es-
pana, como hemos indicado ya, habria contribuido eficazmente á la
emancipacion de las naciones adquiriendo un puesto glorioso en la
Historia.




CAPÍTULO LXlV·


SUMARIO.


Ojeada retrospectiva: don Rafael del Riego.-AJocucion de Espartero con motivo de
una fiesta cívica en honor de aquel mártir de la libertad.-Reflexiones.


l.


Entre los her0es de la revolucion espafiola, por haber levantado
su voz en defensa de las libertades de la patria, figuraba don Rafael
del Riego que con arrojo y decision dió el grito en las Cabezas de
San Juan en 1820 al frente de algunos batalIones.


Como no entra en nuestro propósito hacer una historia detallada
de :n que pudo influir este general en la revolucion, y sí solo fijar
aigunos hechos, recordaremos que habiendo adquirido gran presti-
gio y popularidad se vió elevado en breves momentos hasta el pun-
to de que su opinion decidia en las ocasiones solemnes y servia su
nombre de bandera siempre que se trataba de arrancar alguna COD-
cesio n 6 reforma; asi como tambien cuando se pretendia aplacar á
la multitud y hacerla contemporizar.


Débil, cuanto que carecia de genio y de instruceion; hombre
de probidad, Riego que tenia á su cargG la defensa de las Jiberta-
des, no supo en la mayor parte de los casos a.provechar la coyun-
tura con que le brindaban los mismos sucesos, y fué objeto de los




i:rEL ULTI~JO 80RBON I1EESPAÑA. 521
ataques sangrientos y reiterados de los costaD tes enemigos de) pro-
greso.


Ellos no titubean en hacer uso de la calumnia cuando á sus fines
puede convenir; y Riego como otros muchos, fué blanco de las ma-
quinaciones y asechanzas de la corte, perseguido siempre por el
odio de Fernando que le abrazaba con las muestras de mayor cari-
no, en las crisis supremas, en los trances desesperados.


n.


Irresoluto por carácter hubo de eonvencerse que los revolucio-
narios espailoles no estaban á la altura conveniente, y no dudamos
que mas de una vez habria llegado á prever el funesto desenlace
que debia mas adelante poner término á la situacion por él creada,
y quizá llegó á sospechar el premio que le reservaba Fernando si
sus planes de conspirador se realizaban.


Durante los tres ailos de sistema constitucional, Riego no descan-
só un momento, alternativamente ocupado en combatir las maqui-
naciones de los realistas y los proyectos de los amigos de la liber-
tad que pretendian ya buscar una solucion definitiva para impe-
dir la reaccíon que se presentaba amenazadora.


Los clubs y sociedades patrióticas, los diputados muchas veces.
los oficiales de la milicia despues de la insurreccion de los Guar-
lHas el 7 de julio de 1822, anunciaron que Fernando era el primer
trastornador, el hombre funesto, el que pagaba á los conspiradores,
y Riego que tenia las pruebas en la mano, se afanaba por' debili-
tar el alcance de aquellas acusaciones y procuraba presentar al rey
como impecable.


No era Riego revolucionario. La casualidad le habia hecho prin-
cipal agente de la sublevacion militar dándole un puesto de primer
órden, pero carecia de las cualidades esenciales; y sin embargo, el
rey que le debia la vida y la corona; el rey que estuvo, segun de-
cia, cautivo en Sevilla y en Cádiz y que debió á la intervencion de
Riego, de Quiroga y de otros patriotas su sal vacion; el rey en cuan-
to pudo manifestar sin rebozo los odios que en su corazon abrigaba,
sentenció á muerte á Rafael del Riego, y Madrid vió alzarse el pa-
tíbulo afrentoso para aquel mismo á quien pocos ailos antes babia
visto entrar en medio de los vitores y aclamaciones de la multit'ud
en tusiasmada.




HISTORIA DEL BEINADO


IlJ.


En EspaDa olvida pronto el pueblo las hazaDas de sus héroes y
los agravios que recibe de Jos tiranos. Por eso los cubileteros poUti-
cos, los apóstatas se muestran bastante audaces cuando se trata de
ganar algo en esa contradanza que llaman modificacion de las opi-
niones.


Pero en aquel momento, en octubre de 1840, se hallaba exci-
tado el entusiasmo de la generalidad y se acordó levantar un monu-
mento que perpetuase los grandes hechos, y que recordase los nom-
bres de los amigos del pueblo que habian vertido su sangre en de-
fensa del progreso de la humanidad.


Como se aeercaba el aniversario de ]a ejecucion de Riego, mu~
chos veteranos y otros jóvenes entusiastas y decididos se dirigieron
al Ayuntamiento y á ~a Regencia solicitando que se conmemorase
dignamente aquel triste suceso rindiendo un tributo de admiracion
y justicia al desgraciado general Riego.


A consecuencia de esto el Ayuntamiento y la milicia designaron
representantes para organizar una fiesta exhumando los restos del
general y trasladándolos con pompa, abriendo en la plaza de la Ce-
bada. en el sitio que ocupó el cadalso, una zanja donde se enterraron
diferentes documentos y entre otros la alocucion que el general Es-
partero ,debia dirigir al pueblo.


IV.


En 28 de noviembre~ las corporaciones populares, la milicia ye)
pueblo de Madrid rindiendo á Riego un tributo de respeto, mos-
traron que el cadalso no envilece, que es en ocasiones una gloria,
y que lo que se llama justicia humana llega á convertirse á veces
en infamia para los que sin conciencia abusan del poder para sa-
tisfacer sus ambiciones.


Hé aquí la alocucion que en ese dia dirigió el presidente de la
Regencia provisional al pueblo de Madrid:


«Los monumentos que se erigen á]a memoria de los hombres
ilustres sacrificados por la libertad é independencia de su patria, si




DEL ULTmo BORBON DE ESPAÑA. 523
ofrecen un digno ejemplo que seguir á las generaciones presentes y
futuras, son tambien el tributo mas glorioso para ros héroes cuyas
virtudes cívicas los colocan en el templo de la inmortalidad.


»No es la España la que menos ostentacion puede hacer de hi-
jos predileetos desde la mas remota antigüedad, y en nuestra época
tenemos vivos recuerdos de los innumerables mártires que prefirie-
ron el honrcso patíbulo á ser esclavos. Ellos regaron con su sangre
el árbol de la libertad, haciendo que sus conciudadanos, imitando
sus virtudes, lo afirmasen robusto, y que frondoso cobijase bajo su
sombra, á la noble y honrada progenie de Pelayo.


»Hoy, señores, nos toca honrar las cenizas del inmortal Riego,
del héroe que en las Cabezas de San Juan hizo resonar el grito eléc-
trico de libertad, pero aherrojada de nuevo nuestra ,atria por acon-
tecimientos y causas de todos conocidas, el caudillo fué presa del
voraz encono de los contrarios, y en este sitio, y en día que hoyes
aniversario, sufrió el terrible sacrificio con otros mártires de la li-
bertad.


»Elevemos nuestros votos al cielo porque la tierra que ha cu-
bierto sus restos mortales les haya sido leve, y porque allí en la
morada de Jos justos tengan el lugar predestinado á la virtud.


»Eie calafalco que encerrará aquellos restos, es el principio del
grande monumento que la patria agradecida tiene acordado para
perpetuar la memoria del invicto general Riego y demás esclareci-
dos espaíloles sacrificados por la perfidia. Doblemos nuestras rodi-
llas en señal de respetuoso acatamiento, y hagamos ante el ara de
tan beneméritos patricios, un juramento firme de imitar su glorioso
ejemplo, prefiriendo la muerte á la esclavitud.»


El Huraean al dar cuenta de la fiesta cívica, preguntaba: «¿Se
parecen los hombres y los sucesos de hoy á los de aquella época?
"Será igual ó parecido el paradero?»


v.


Espartero habia rendido á la memoria de Riego esa muestra de
deferencia, y sus frases podian tener alta significacion, si él mismo
que las habia pronunciado, se penetraba. bien de la profunda leccion
que encerraba aquel suceso, y adquiria la certidumbre de que en
estas épocas de transicion, en estos períodos subversivos la in-




HISTORIA DEL RIINADO


gratitud es por lo ordinario una cualidad, un atributo esencial de
los poderosos.


Otra enset'íanza había en el cuadro anterior. Riego al llegar á
Madrid en los prímeros dias de la revolucion, habia sido recibido
con frenético entusiasmo, y la multitud ávida de emociones acudió
á prosternarse ante el vencedor dándole en muchas ocasiones prue-
bas de adhesion y cariño.


Llegaron los malos tiempos. El rey pérfido quebrantó sus jura-
mentos, prefirió verse al abrigo de las bayonetas extranjeras, entre
las cuales se llamaba libre; ordenó la proscripcion en masa del par-
tido liberal, y preso Riego por unos paisanos mientras otros gene-
rales tenian el triste valor del suicidio, vióse llevado por las turbas
en medio de los insultos, y tras la fórmula mentirosa de un proceso
inicuo fué condenado á la infamante pena de horca.


Madrid presenció en ese dia una escena indigna de un pueblo
culto; pero que como enseñanza podia servir de recuerdo al gene-
ral que se habia atrevido á oponerse á los planes de una reina am-
biciosa, y habia h~rido en lo mas vivo la honra y la dignidad, tal
cual la comprenden las gentes en ese mundo artificial de preocupa-
CIones que ha formado el orgullo y la soberbia de las castas privi-
legiadas.


Acaso en las diversas visicitude3 posteriores, el duque de la Vic-
toria ha recordado el dia ~8 de noviembre de 18tO, como uno de
los momentos mas solemnes de su agitada existencia.


VI.


Si el hombre se fijase en los hechos de la vida, si en el ,tumulto
de las convulsiones políticas no se borraran los recuerdos! fácil se-
ria á los que no se hallan conmovidos por la sed devoradora de
mando, ajustar sus acciones á las leyes de la lógica marchando por
el estrecho sendero de la verdad, guiados por la razon desapasio-
nada. Entonces los Riegos y los Esparteros serian Washington y Cin-
cinato: entonces se inspirarian en el amor de la libertad, y en esos
momentos supremos en que su palabra circula como chispa eléc-
trica conmoviendo la muchedumbre,romperian por completo las ca-
denas opresoras, y crearían fuerte y poderosa la opinion para impe-
dir el retroceso.




&L ULTIMO BOHBON DE EfH'AÑA. 525
Por desgracia la educacion, hn costumbres no son á propósito


para levantar los caractéres, y al contacto de la impureza de la at-
mósfera viciada que nos rodea, las mejores in teJigencias, los mas
enérgicos, rudos y tenaces varones se pervierten y prostituyen, Si'
debilitan, pierden la fe, y si no caen en el fango y en el escepticib
mo, no se sienten capaces para Juchar contra los errores y Jos vi-
cios que constituyen la trabazon de esa sociedad injusta en que vi-o
vimos.


TOMO l.




CAPíTULO LXV


SUMARia


Como ~e hizo general el alzamiento de ~f'(¡emhrr, y como en ,ez ti" ,PI' 11lla \'('yolu-
don, no rué mas que un prouunciamieu(o.-Deerelo dI' la !l<'gl'ncia pro\ ¡,jolla!
disolviendo. las juntas provillciale;;.~.rllicio de la jll'Cllsa ~o"re 1',ln iH'chú :llItjrp·
volucionario,


1.


La revolucion estaba vencida. El sentimiünto republicano fede·~
ralisfa que habia despertado al fragor de las primeras descarga~
como eco de la paL~mt libertad, se hallaba casi extinguido bajo el
peso de las preocupacionK~, y como era el único demento vivifica-
dor quedaba la revolucion reducida á las proporciones que le ha-
bian señalado los autores del movimiento.


En las grandes agitaciones el entusiasmo de! primer arranqur
necesita hallar pábulo p, incitativo para mantener la actividad revo-
lucionaria. Si por aiguna circunstancia vienen contratiempos y de-
sengaños á producir cansancio en lós ptieblos, la turba de ambicio-
sos que se arremolina formando el cortejo del poder que se levanta
y á la cual S\3 mezcla un gran número de tránsfugas del partido qUf'
cayó, llega á dominar por completo y cambia en pocas horas la faz
de la situacfon




DEL ULTIMO BORnON DE iSPA.ÑA.
El alzamiento de setil:'mbre cundió con rapidez; las poblaciones


se levantaban en masa, el ejérciio se adheria instantáneamente al
movimiento. Madrid reunió en pocos dias treinta mil individuos ar-
mados.


Muchas personas notables que habian figurado en el bando con-
bervador vin,eron á rendir culto público al nuevo sol que apare-
cía. En pocas partes hubo resistencia, y como se presentaba el
triunfo fácil y sin lucha, la actividad revolucionaria se gastó en
destruirse unos á otros Jos elementos que constituian el gobierno
nU6\0.


u.


Cuando se constituyó la Regencia y ordenó la disolucion de las
juntas, dejand3 á las de las cclf>itales con el carácter de auxiliares,
unas y otras ya habian perdido su influencia, y se limitaban á cam-
bios personales en los destinos.


En u.n solo punto habian conseguido los principios liberales cier-
ta satistaccion. Algunas juntas tomando en cuenta la influencia del
clero, su carácter de agente de un poder extranjero que tiene el
empeño de oponerse á la marcha de las ideas y de las ciencias, que
es el auxiliar y el guia de todos los opresores, que en nombre de
Oios dominando la crllciencia arroja en la balanza el peso de su in-
flujo, des~er~aron á algunos obispos, y la de Madrid suspendió á los
asesores del tri~JUnal Supremo de la Rota. Contra estos actos pro-o
testó el nuncio apostólico Ramirez de Arellano; y la Regencia pro-
visional tomó el prudente acuerdo de hacerle conducir á la fronte-
ra, declarando ocupadas sus temporalidades y mandando cerrar el
tribunal de la Nunciatura el 29 d.e diciembre de 1840.


A. esto, á la reorganizacion de la milicia, y ti algun ensanche en 1a
~sfera de la Ímprenta, se podia decir limitada ia accion del movi-
miento de setiembre: no era pues, correspondiente el resultado ob-
tenído al esfuerzo que se empleó.


Poner en armas á un pueblo; conmover á la multitud; paralizar
los negocios; presentar en perspectiva grandes mejoras, reformas
radicales; trastornar la administracion; aumentar la deuda; dismi-
nuir la produccion; Hevar elluto á las familias; y por todo objeto




5!8 HISTORIA DEL REINAD(I
proponerse un cambio de personas, la satisfaccion egoü¡ta de unas
cuantas individualidades, no la conquista de los derecbos para to-
dos, no el castigo de los grandes criminales que huyeron avergon-
zados de Sil obra, eso es muy pequefío, y merece bien el nombre
de pronunciamiento con que se conoce el bosquejo revolucionario de
setiembre.


111.


Las juntas prosiguieron aconsejando á la Regencia, pero debilita-
das ya y sin fuerza ni prestigio, salvo alguna ligera excepcion,
no sirvieron mas que para preparar un tanto la opinion para la
próxima campaña electoral; yeso en obsequio del partido exaltado,
no en pro de los verdaderos defensores del pueblo que quedaban
postergados y en el olvido.


La instruccion pública, base firmísima y esencial de los pueblos
libres, se habia abandonado por completo en los calamitosos tiem-
pos del moderantismo, y en vez de bailar por la iniciativa de las
juntas auxílio y apoyo Bficaz, bubo necesidad de que la iniciativa
individual tomara empeño para establecer asociaciones que colma-
sen este vacíe.


No fué muy amplio, sin embargo, el derecho otorgada, porque á
unos cuantos jóvenes que quisieron formar un casino popular don-
de se debatiesen las cuestiones ¡m portan tes para el prrgreso mo-
ral, intelectual y material de la clase obrera del pueblo tra.bajador,
de los industrioRos productores, les fué prohibida la reunion, y el
jefe político Lasaña intervino para impedir que esa asociacion se
constituyera, y á semejanza de Jo que lSucedió con la Junta central,
quedó en proyecto la tertulia patriótica, dando ocasioo á un co-
municado de Salas y Quiroga, en que se manifestaba que dicha
Junta ó sociedad se bailaba calcada sobre las bases mismas de
la que habian aconsejado formar los individuos de la minoría
exaltada.




DEL ULTIMO ROllDON DE ~"~'" ,,/,\. 529


IV.


Con asomhro de todos, como lujo de arbitrariedad, mas bíen
que como necesario, puesto que las juntas no ponian obstáculo ai-
guno á la Regencia pr;wisional, esta se decidió á dar el siguiente
decreto:


«La Regencia provisional del reino, en nombre de la reina doría
fsabel P, se ha servido decretar lo siguiente:


)Arliculo 1 . () Las .inrtas de las capitales de provincia que por
el artículo 1. o del decreto del 14 de octubre, se mandó continua-
sen como auxiliares del gobierno, cesarán desde que reciban el pre-
sente.


»Arlículo ~.o Las aetas y papeles de las mismas juctas, y losde
las que c,:;saron á virtud de lo dispuesto en el citado decreto,se de-
positarán (In el an;hivo de Jos gohler,lo;; políticos; quedandc. los j€"
fes respectivos encargados de la ejecucion en todas sus part~~ do
laí' anteriores disposiciones, Tendreislo entendido y dispondreis Jo
nC~l'sario para su cumpiimiento.-El duque de la Victoria, pre::i-
dente.-En palacio á ~5 de noviembre de 1840.-A don Manuel
Cortin3. »


Toda la prensa juzgó ar¡ueJ suceso que cerraba por completo el
períod(j revolucionario, .~in mas que haber sustituido la personalidad
de los ministros á 1<:" Dcrmnalidad de dr)ña María Cristina; v la rer·
~ .... 1


sonalidd de muchos y flamantes empleados que se decirw hombres
de libertad, á otras personalidades que Cristina tenia por agentes


Pero quedaba en pié aquella CODstituci(\[¡ que podia. llamarse in··
vio!able, pero que en rf.:aíídad era una eonstitucio[l á cuya somrra
se hacian leyes como la de Ayuntamientos, recientemente anul¡;,da.
y se degian diputados y senadores que sin empacho ni turhacion
votaban esas mismas leyes


v.


Lo c!.erto es que las ,iunta~ por no tem\f actividad y ceJo revl)!u-·
!;lunario habían caido en descrédito; Jo cierto es que el gobwrno al




iHS'C01H.& fiEL R~i;'iAílü


disolverlas nu UlJlh.tM obstaeuio ji;xuno, \( cr2. E;pllvacto po~' ¡"~ t'f"
gallos ir'. reacei"!;.


El Correu rwciouat ~(~ ",':d¡;ti'li\ f:~


'. t ~. , " .,.. . l.a.ni. lIe que lJO 'W íluDIHien ¡PL:L) C!'.' ,'s ¡I\),:.:t¡·\~ ~¡,. n r,'
aiglloos miramipntos,


Solamente e! Humean y el P'U;{;/(1 goóprcuw h!ele'con !U;UO;;;t:-i ,+ ..
Sf~~'"Vfleione~, djrjgtenrit: ur;})~ :,p: HL:t ;·<~,ro:,,:;:'[·n VH ~~ h~)~·it~ud;) i1(!a !¡JS~·
peCln de análisis d,~ af¡lu;!i., .. ,! 'nr;]f!;' ','\ ,'¡"r, 'lÜ";;,¡a


El prinwro de estos {lHr¡ódk~(¡s qun S')S{1J 1':O ('f!n ilCiH,. la ¡ a,n~H~"
ja revol ucíonaria; se expresaba íJi,:l:


«Al estudiar los med!Ofi con qUE' ~f' k¡n '1I}!prn'Írl ~~tI)S rp"t;t!tH~O:"
,alude h JI'. disolllewp ,jo jHsiu,d{i:< "((!I"~'" di' .. i"lO' [WC'stP, fn:n·
tí' pür la ranJ~1. de, D,}A;;t('i;~ patri[.', ", :::¡ "" 1[>',,\ 1;('9:mi)~ C\ :lt':"'''-
peral' del p¡)rv~nir f:j ~~t~di;!ni.~);, ~ i,i~: ') .,~:.',.;;\,,; '::,l¡'{\\; .:_>,t .~1
ría Üt; TIuestr~J espirjtn. ~ ;'n .. ~!t,;_~~J) i"~<~h- :.1. ~rj ~~~,'}l j<-!~ l~; ,:~:~~ü·)rn().


m,;\;: ¡'.rltl'u'.\l",'r.,t,o"s ",,' deo "'C""'l' ,.[,> ' , ; ;¡""i"""r <.' " "" ')Pf.n •• ~>J __ !'_' ___ ~ ~_ jJ.~ .... ; ;U~th),t' ~j~u\ ;~j!O, 3~",UlJ'¡':~~'L~, 1,Q u ~ " ~ . ./ . ~
distas, de! mismo :OPdli, P'WliCSh ¡ácÍl:¡ ,1e dp:'!\.irls 1;\1; el ,lIleiO i¡ h~
carta del gé[je!i1.j1';s~)(¡.:'¡'rü ;~ le;,;
L''"pao-'-'' "11"> (.,n. '''1 -¡'I'" ;.r. -, '.l" ,\" [j IV fJ.J y ~ ~ U .e.J.... t ':':! Ut ji! ;l \. ),1 j l_~ ~ ~~ el:
nos eon teslarOD decl~t fa)j ¡lnSt) h L ""JI1:-',
carta que t~~ gf:nerJI ES~'"fiNr (, ',Oí" : '<,"i ¡.,. ,,;'¡', . ll! dFfI('
cinJachmo, i1i¿~l)nlO I'HJí'l",;1, 'ji ':" ':t) ;; .•.• ' :"'.' ,:;.: 'r;~'f:(i.:';I
t/:'{'úa otra sit!,rpfhH:iow pi¡e,; ..¡;' fíí;i;~ítl'-" hun í'l1 nl general l's"
partero, t!';,'er que ;~l' vrj:qnUHi, ;-;q N,wínn, v 'i';": [t"lahns [¡las \1
(ílenos falíw's p'JI] qu~ Ó'E' !Fibi'l. {~Xpf~~a.jf:, i:~f:lih fa ,u,t'!'pro M '
tacíno que JI; acomodase, ·"¡nt:fi;:F¡ c;:i,ÍObi,,~' ii ,,:··,lil ¡¡l.' \"d HG un ',,,)Uf:'-
010 sobem¡;o.


»)/\ repar~írse los drspllj'/s VOíMOC n¡],'!¡;ali.H]lt'nti~ ~l I;;'l I;nrtf in'
Ifldividnos de lfi.6 juntas~ po.fa no Ik¡.n, tank á i¡;, '1¡slntmcwn iJe !¡¡


, ,~ -".presa. ~u!neron, ¡mes. slleúClOS(J;j el (]<;spup u¡~ l!nd automlaJ., 0U\ü
(~xtension fEí concetú,Hl, y de la ellaj ro ";;Will.í\ ~'1 IH' \¡o,1,:eL :~ODO~¡¡·
fndm ahOEt la [,Ola! ::l!;tt'llSlOfI y 1:1 üueVe! i]e::iPOj(j 0(' 1:1 l'j(lWmE 1;,1
auíond¡td (jIFJ le:. Qu~d;1ha))




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¡ iA;nt},~ {1i pl~Jf'.'<


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;~~ ü~ de.~atá vacíj))l~'
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.• ;' .• U,,;'; ; •. ,t¡ f,i, que til'í'l e cn~adas j


;k.r· '.iUi: ,~¡J Jlti : ¡ti 0abü ya ha dado


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'\'" 11;- n'!571';{1 {~on sus maneyls y St1S halag(l-".


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,


:./ ~obre sus f;~-


:f r:,lC s:: preStr>
;.~antürt~~ d;,? 1~~.


y f'epresenlándole, ~c




HISTORIA DEL REINADO


La opinion pública en la plaza. NI las c:~lles, á su presentacion,
babia desbaratado los planes secretar~"Cc,l(; e!ahorados en la cámara
real ó del club joveilanista.


Tal era el verdadero punto de vista, por maH que en el momento
apareciesen u'ocados los papeles.


El trono, la encina secular, hahia sdo tronchada por d rayo re-
vo!ucionario.




,s(·,; ilq u::Ha ~ltt;He!(¡n ¡aTide, w!ae!as !(Js (U!;~,L,¡jl's toda;;:, eli pi
,;;>; IÍI¡icllILICk:., y vH:j,''nlÍf¡ Sit'fUpre (¡~ lIm curno erÓ. cu¡(igua 0usíuru-
bre. lh,rOfZ¡¡dl por n¡¡evo~ (elemenlo:, que íngrcsaban en sus Íila:'.,
\1 ' ". !' " , l'
"',: va!1:1 ¡ a 1


'
'', ad ura r':; vo :"eíOllan¡~, y ';'.' lía u [¡ l,í !)an con e. nw 010


nombre Ulóz¡wa v JndlJ!.llG María L'J1J"Z Espartero r Corllna; Cha-
I " ¡.. rt


, • 1" , ' '1 i.,' ')' •
;'I)D e :tI anl l ', '"\j7.11J ltlg1 y~t i;'~LV¡ i\l!(tS/:¡¡ 1 rHJi'lprl,


¡ ,) ;:ttr!ldfl fl;\Cle¡¡k aunque roll.l~to por el Dúrnero, Índomabie
-,I¡ ¡'lli'rgía, pi!le;!\' pUl' la ¡Jf'a qUt' representaba, Labia. lornado


diaL'} ;"1 í'l pa:t'[)qu(~ y f,t' (j¡sciltla yLl SI la repúbliL~a espaílola ddJi::~
'!el ;:;I~r ¡t'da,tl u ¡¡¡¡llú\ia si podria UDlfSt' Portugal á Espalja b¡jll'




ri:ll


.i¡If'\<:: Qt"'aÍllj,1; ~, ele'·!~¡:¡" i'lil"'r. "',' pi iP.I~'¡·p;-•. n ! "'.1 1'[' 11'('1, lo' ;¡:jl.ll ".;:r .. t.' ,L" ~ "~,,, ,~."..1. ,. ,!. ,~ 1... \.-".1'-' - - , ' \, '" - J . .
¡¡'i'~üt(~ De' ¡¡¡jede d('l~¡r.s!1 esierii el mnV\'li¡rnto de sew'lubre


,'<leí íaÍ\ab,HJ algullO~: "n el rdi:,p¡¡ me á'qu;cI.' ljil' 1[\.1)11:;rtll de-
~PHd\í d¡t¡' tl a4ue1 alzarlíiélltv uH :;<:'s;.:-!) ¡;Spt;:'Ed. a \in W' i "UOlr d~
:illií ~o la di nastía 1\ls [nidi/o', '¡;:l't. J It¡si tan~; _ ¡Ie;o I'é ,.:1.: ¡,\.:)i¡l idad
d!c' ios que fijaban su d,tUH'lOB ti.: ~St0 ¡mnto y COill¡d'\\udlüil :;; ¡J{'--
,>:~¡Jdd de que Espalla fuese grande y p~)dtrus:\', 'ijiiip¡'''lJ;utándDS¡'


¡ , l" . 1 1 . . ¡ ~ y ,Ofillanaü la pe\.Wl~.!ijd'O¡¡J íH IUJtlar cnl1)O 'lJc~ '1"" !lO WJ(¡IH ,H'nr
SllseeptlbilJd,id j'gU¡:H. qUt'~'¡!n :l'njtf'n';cU~ n!:I!)~;r'1Ul!n~; (!Uf':
:;0(\ d(' ,'Si:?',"") l.¡;.va ,.p ;;'J";~.,·l ' ...... ' , ¡ .. :;.",; ..... ''','; ''11' ¡wpblf\ ;¡.. • l;- .•. ' .. U:~!,'Lf,',.~t:~"'.1~. __ :_ y~
::". H ¡lli; :P1J"h!li'a'¡>io tl'rlp" .. :,¡


.-.'. ~ - J \-. .,!,'" ~V i_~..ft.: ~ .i~. __ ~ u;


,: ~ i ¡ . ': J' '; t '! .' fl"':' j ¡; .
_1 i u e ~ !,; '." ~. ti


'-Í"pinH ai triunfo,


Ii.


\:¡ retíalílHeUh) L,a. tamblGtl útil ¡Jam el b3ndo modc:radu. Dejaba
. 'c·k we(jio ¡¡,'re rallipo á !I)S !'í~;s~'nlimielJtos q1i\:: entrp lo:; pf\'-
Jj>~~i-"ia.": ~c :illJ:i.DtlP ; ... pqfi;' ef ):\ nr'(~··;{(lP ~;'-'l a{¡t,~,Ia;lo t)'l'-';-;)P¡,:"~~: ,.~ f_" ~ ,-" • '-- ._. "-" . .:J <_ "-+ t e _. ~ ~ \ ......... ' ""'~ .' _ ". ¡' _ .. ,_ .... '-


; f ; : :.~ i; ) .~_~ ;:;, i j Ü ...
:1 Lf!t;~~_:, t)" ~n!.~su~ p¡Ar~i.. d.~a;-, dt:l t¡-~:lDf;_~


La H(~gl)UL~~\' 'su CUU~~i~ttt,,'¡':Jf' a ¡t~ ;;jhnZJjl¡~ de la (L;-~~,u~·dttl ian~
.';¡jiil (¡¡¡bdme1i¡, chic. e:;(¡uda (lVaEZiidli .. L:\pk~~


f.':~e v1.J¡jVon~ I':S~~ elasth<d~d qUE Ct\l'acte! .. Jza n ios }li.U'UU··f:: n!:·'d!U~~.
, , ' < ~ : '1 ~ , ' ,¡'l:~ cual a~pm.t a JU ~erpl'U¡M IllC.l0r la ¡el'llmla \' ~¡Ii\'i' ;11: ¡iHllt(:


j'I,¡;,," II) aparo ce U l:Jinicioues distintas,




I;Jl:"- ;:"<':!l~~;,' "'¡:~ j~.~;;)j; '\''-'1,\


,~." ;


r~lrur!, r".\(' i' :~' f,::;:Hpdl;:·r¡~í' q;i é1
'~;t~ d{~¡~i~'(ln~:~ ¡¡;~¡r:;,T:: da,; á 19 ;,eh:-


qí) dC'l'1
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;) r r~ n 1 (; í ! t r: n e ~ n


',f\iH1PW ;~I ,logr:t;i, ,he i~i i,nlH';"hnm:lcclOildL á p-sta lllumsi:;,!euc!
:L"'I' ,' •• n ;J"I'P'7;lt h ll,:¡!I¡ canibJa!fj~ a (lUlünes la vaCtlt: i l.' .(j. ~. \ ro'," ;"',,~. ","' t . ". 1
","i'Ti1í;\ :1l'1\",l~¡!!a'\h '.'!! ¡:,~¡gLi,\Q¡;{¡ UUI'i


:(l¡k :-;lr: ,,¡'o;.:rllM. li: ¡wudo!lns !li di.,tintivos. 'me nn '¡Hiede íeC,;¡¡:"I'.J ,
:'1.) aml¡i,U¡ 'k "S¡H;f' ~!,¡~v~ar al ad versHriq




fiISTO.RIA DEL RR!NADO


\~;¡ se lho e! e,;pedáLuio adm!rabk de tlnd m¿yofhk \.:ii:--l UO&LH[1'
i U(1 'lar],_: ~:Q e! e~pac¡o ih: alp:rEJU~ nH~Sf~8 po~ (C;q tfJn¡anü¡·
, !stiuta fa;<1' en caja ,,:'" ¡;:',\ '1


~t~\l ~ .. ,~\ f1i ~¡Stenla ~Of!6t!~U('U)nfl¡,
~i'l, durante las aJminislfl.lcinnes
rueda e~encialisi!lla lid i¡;I.'euu¡smo, )laguiGco J!lego:1é\'j(¡J[HH1r(
~orpre!lder:hl '


Loa nif'irl de dltz no(¡s rt~l!};} r~~<!r;siltUJ~!:.¡n"ti" qnp cobraba Ut' .~~a~>¡,


la de vestir muñ!~cas: un minis(erio-fe!!,et'e¡.(ií ,; '::l;·;"q,¡ba~!
posicioo, que no tenía pian aig1l0f; qUl' fI·ali/ar, fll utro (¡hielO l\i;l>


I 'i ' I l' . . , -mantener u ()!'l en P1Jl)III.'O. al!~¡r:n qUf' (lf:Sf'mpellan n:lr lflllv pn:'u


!'ll~ '-~~l¡~·'l-:;"·j \~ j,.¡';¡;'F!¡í~ ,t] ''1'''1'-''-'1' í,... '-¡" ., !:I.¡'.~ .,~" 1''') .. r}IU..r.,;:.,->...- n!,:--.',·-· .it .. t.u tjUC'
e!'o con:'i[ip]la d DDdfr ?iU'c¡¡;'"


Ei poder legislativo lo eOlíM\W¡,¡ ~i senado y el cong-rÜ::io. 'i r
;,;i'fiaUO que habia sufrillo dos inn(J\-ac:onés en menos de Uf! afiO. I n
1'(HJgrcso que debia aun wr (,je;;;:ido,


IYl Hegencia habia ;lGelaraJo ,';¡u
solo ,l;;piraba {¡ ser mur: ;.;!urdador
pllrPl,L


wmovílidHd habw (1I.::!w 'llj'
la r:onsU¡I¡~.·ion ('(1 ('¡eh ~.


Así ;::ürW3QZO b batalifl. El paciF!0 pr\)py,';;¡C,T:¡ aó_o;u, ""
ill!c!r\s, en ülgll11C> ptinto~ "fe produjo e:~'il excítacíun arCl!rrdr '1" .
provocau las euestlOnes personales. En otro, .. hubo ÍJastantt\ ¡lesan!-
macion.


En !a !iHlta generaj
dnd. cümü ro otra~
~Hr{3,~ta./'·10D0~ d~ la ~niht~¡~t y Li pri,lrl~á: ·~e (l!bujahzi_~! ~~~j. L);·i{!.;~
ínente la~ ;Jiv¡sino,:'i !lIle iban;\ ul';.[ir ;u.!&(o rpw f'" ertr¿,¡" á ¡ji',
"un!" fimndment(' la i1plic:1í~íon de .lO'! p;', ucipio~,


',;5 ¡U(Jt:.l~. imp/';,:Lr {!Ü f id. ¡¡hl rt)VO¡Ul~íoua¡';a ':¡; ;",(, p,
("\'{j ,ir !a~ n!l¡¡F'niSa~ ';\POf,¡'~¡Of1h' \;,\r" "
'l, v"rdanH(:l1t,,:'*, la~ \~orpi}rac¡Qnf.'8 armadas \' ;;C' !,.c",;'




·:¡l.:y rwtabh~~ hab¡.an ;lftrtid(l y que hablan siJ(! po.b!¡cada~ '~Ol\ pro-
i USI()[J .


rnuy ;;d,lLudt~ ~jJ:'~ ('\;~~:ncja~~ aUljt~ur á ia ~a7on cr\1. vn fr}lac;.~ 'iJ dp-·
. '.


í~H1f.danj{~n tc; !JI ¡ n:~ ti~ rt';~ ¡ ~
Indos parf'CIJT> ace~-~ta~~ fa. u;)irÜt~U O(!¡Ti~n~\~}~,e ·~_~n ~·l tt-~1.ü;,:~t.eriú-i~>


Entre t\oto Crisúr,' !la~(~ab~ ',us Netensiones por ei t'xtnir,jcfp.
1,' 'ti, !f de :-;\iS ~)¡\!'e¡uíe~:. con hUHl1 éxito. En !(JS úJtjrno~ i!¡:Ji-'
1\:'\':I.:r';[I[" :".:tn yl.lrdad(lra a;arnHl. fltl !n.., ánimos su;¡or:¡,;¡;d(,:q' t'-
'Jr,~:,tHr:1. \T Cari/-)~: habiari nelano il bueca u.)te:j~\~nc!a~ y quJ.


blos haciendo entender qur la fracciol1 domwante íba á anular l0"
¡"iCrO".


·H!' aml;:'u~
Luí:-; Fe¡¡¡w (labia ¡'t'CÜHtÍ¡, con ~rande:; rr'Ue:~\rai'l de carÍnü á 1"
:·1~stf~rrada. r L~ ~~sU~ fnZ(~ pre .. si Ul1( (~U~ ~(~ trataha de dar i~n
¡~e de n1i1!lIl 'il'ña:~nd(j~c s(ib't~\'ados Ó pró:x¡rno~ .,
Vnnar lHH!("tct¡v;j PI' id ;!;'¡~lr;,\ (, q.'f' ~~(' ¡H'nvoca.ba,
1~\t flpinj{H1 ·~e dlstr,'.~f~ :1~i nor nr ~'ncnlf-lrlto dr las otras cr~(~f;i¡f,·'-


< í ) lo -¡ _ -~
rlP";: !,t prpn~i:'. ,UV(I pa~t\:' PM¡¡, :,th ari¡cu:c" ¡Iurante algu;;ú': \ili.\S
" l~¡ ~ob¡(',nn ,;p corw'itecio p!l¡'que f'¡ comnn pelíKro trajo en d,'r:,'
du, ~l,;¡) la;;; l,tlsidencia,;>.




, ;:~.\


VIL


Fi ~.:'}b¡~i~nn Sf\QHia dt~~l;a:'~)ani Id of,-jinartO >.In eliid;lf.~~· de r·,-.
'-..' . !


solvpr i~adll dd]nit¡"'a¡¡:cnt,~, y u"rfcía ¡'dite¡\d: dt· (';.,nú¡,pjo~
"1' d'l;II"~I't Ir, ;,>o,!"i;, ',:¡:l' "0'1','0' f''l ir,.., ¡¡ji""'!)'.; ,ci'i.¡-; '{"'Ij;;; ,01 ,\.é!('ito L d ..... '~ ... ""J' __ ",,,,, .~~ ..... I.". ~.J_.~'. ,II-t·, •.. ·j· .-t"'" ... • ',1 .


¡¡esandü sobre e\;)lY~lJDU ';.;10 y arLlt:¡u:-. [lO U'liIl o,¡"lanli's u l:U'
( ~.,;


hl'; r l¡')" "XC'" ;'1 \'·'S 0','" tr,,;
.... " t, ,:J"1 )\., '\ . lJ,,-, -r:- ,-1.~. ~ "- •


') , l' , " • '. ' t ero eH ,'sta CUCS(¡(¡u, la ia ,la{'¡{;prí n, il;ty ulla O!t¡TrnCw.


sab8 or~~![¡iZilr, pt~ro algo mas i't'vo!ueinnario, hus([~ '¡ e'c<1 ,n~llr­
S:!:-' pI S"~!lOdo ~c(~pta lo;; her:hn~ con:-:umdns, aprov';cha. todos !r,s
r(;en~~os cU{t'1quiera que ~ea (~i or~g¡Jn ~ eOn~qlrH~, a~i\ta, t~.~~[1¡:.i;~ ~t¡
(»nt.rltJu~en~e, inventa ~(1.t}f~:d,~ nnsro~~a~, ~i[lftl ru;:.;~,~n;-.; c(!n;'r;d!~':J ~~i
prl\l.r(:sl:tus '! salva ¡as apari¡~ncH~: !iflSh;d1) el ófd¡'!l uí!e¡f!('S('(¡


En e,ite dob;: juego la riq'¡f~Z;:l. j:úbi¡e;:. qll¡~ .se deSi'I1Vl'PlV(\ C:!l
eH:ítoc: lnnlliHltos sr ve a¡¿o!adií. D:f'f) prnnto por el presupuestu
.,lernpre d.lJ;~orbf:[]te~ v ,~: Fsit:ldü '-<~ \"O:"l!~:r~f e:~ {l,drnj~f~~.1.rad. :'C~·
versal d~ Uldas las r)ld1~ n;~l;,~hai¡dn Ú, 'Iébv" ;j,!i;!.;i;;':L,dos f\CI,l J,'


, \) 1,


sírna dolorr'sa de la bancarn¡t~
El pobre pueblu que s;Jda. v~~ CfJíl1¡; geza;.t sus opresores, como


se dflspi¡farran los feCUr3nS qtE' 1'[\'(\, Y j,,,. mOllMr¡ui:\ Sf: :,os!i~r!l:
~ngaiiaDJo con su fansto. y e ciero ex;-llnta la .situacinn.


E!S;t$ son las ventf\jas que ilaflD CO(j~:iSo los gnhienlO>; lulsto';.
far!'u ndicu!a que ios aventuruoi-, y Wd¡~ic(¡,¡; dI' pacotil!a e\plotMl
eügañandlJ la. eredulidad y la bueoa ft, ¡as gentes '-:(~¡JCi;i~1~




cArtTuLO LXVH.


SUMARIO


",'" . 1" , ¡ i ',:.,' 1:


! .


t'! gqhierUn queria ¡;reparar 1a5 piei:cililles en una forma que
I.!par~n~{_\ :a nja~~ rto.:uta su."r(~cb\l cte', coa(:e~ü~.
D:~,p:!I:J" ,t [J'! t':l"ar pOi' la !¡liLt eh" r;',t"'izd, qlH'riendfJ qlH' D" se
i;~ f:t_;;~";¡ ~fi1S ('¡tire >:.i~ v(~!;Cidu:~ Gi t'.,trf: ,;j~¡ \-ltnl·~,~f~·.'¡"'·:.j. tJx~~~·~(_r.
'. e, l' '1 '1')"···... ~ .. '!l( ;, ,,-,,' ~'~t-r!·¡ n ~t:~-~-Ja¡~ ,~~.~.,.. t- 'a'--' ·I.¡D~P -. he, (.,1;,( ,j:' el l'j!", Uc::-. a',:,,:. l,;,;,; !I,d ,1 a(".l"li.l d ld"u." ( ~\ ,t, ,<1:- ,,-'
¡,Uil ¡¡eL'h.), H'púni;t bs C')~aS 2n ei 3t:f y e:;tado :~~J qne Cristina las
, I ¡ " .
nraua ¡t}~ í~,d~iHl;jtüs para una, t~Uev-a t~poca t;:a~:Clü!larla,


B.fl:ebdUÜ) ,<~;'Ll d(~ ia~ t(~fidtnci(ts f;~~l¡o¡n['~onaria~~ abdienndn
') , ., ~ . i '. .~, I {i " ~ ~·t ~~)di !J;cs th-~'; pa!nCIO di n¡ISlon ~1¡.d-~ e~ }Hli:'Olii :e \>'¡Duar:t~ Sh-';ilpre
\~¡ J.i~-\.rtr;~',~ :!i)~.\; al 1 qüP c:C nJ.¡;};-~,h:\ r('pr·~~~.entaute, f~e¡~uirn d(' 'os
!nt¡:r<';'~~_~ PC~p:l~;¡,Ccs. hab;a ~'H~rdid\i las tje~{:.~id~ ___ es d~\ t:Jtrar en la sen-
d'1 i'i'Sf"ll hl:\Y'Z'H¡a. i11Ul" ::l ,;pl'íl;~'j v .\ \~, :"Sl¡"':a l'{f"¡"ur'r !_ ,. ~ '- t - ,,-, r \ ."" ,.\. ~ •. J \. U l '" il "\ ..... ~~ ' .. "-. \,... .' . l '-~ '-, l.


Pul' .ieLTP,nC~ll ,pUf a¡mc\(c~\~t:' ~, relacioll:S, faltü de la sev::ridad
(lljf~ dan lij~ prtncipiCls abso~utos, transigia con UD OS y con otros.
!,bede¡;ia a las sim!)atias personales, se despojaba de todas las ar-




)' "'r" 1;"' ¡;.~,. ~~ "" í ¡", i: +,,,,1 ~-' n.~n::tf~ ? ~a >,
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f¡;"¡rnero ti': 1~IH'rn proximo. P!"lc,'derán i[]nwdiatamf'ntf~ á la di\'i-
sion d¡, las Drov¡nr:i;i~ ('!: d¡~l~it()'" a¡pnd!('ndf: ínra pilo \InJ"l \ ":\


br(~ :0."': ;,
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d~'¡L1Ut(: 10~ ¡ que :1('uat;: í:l :~~r!;c>c ,',
ri~du'; ,:r. el 1 ¡¡.


rn,. y :-:c c\-i)UUnicaf~[j j ") l ~;f;-lD1~~'nh}~ i:; cn.b~.'za~ de dLstri ..
to~ dj'~ ~noJf} qlH~ tfí,n~>ti~ ;'Ct;~O' ¡~;i';dn t;ó' Ji.t;:t rHt·t~l~an,,~·Jd!· Cl dta ~}f.


articulo 1 S d{~ Jil lpy~ Y (h~ ql!f ~~: pi ¡¡\r~r(~sadu d!il ;tn Ó !li ,~,Jr"UH.~I!·­
tp. p,l{n la~ jl~ta~ i ee,hnC~hdas t:n 1ús .:pfrrldo.'~; :\ yunUH!HPí:~(jS


ü ~,: Ca,~ eJfi((.JOjH~S p;jneiphlftn e: dia prrfuero de fi\'!Jíer{) ln·,
,.r)lato debiendo or~:í:~!varse ('1ierilpul;l~ameni(' If: dflf;j'!'l:'i¡:1I10 n:
k'v' ;i'1":iflSi2 ~i si¡;ruierdes ¡J' la ley ~Iec!ora!.




DEL l]LTl~1O 80RIlON DE ESPAÑA. 5il
»tl. Para que el nombramientu ele los que hayan de componer


las mesas plll'da haci'fse sin la confusion que algilD8s veces ha ha-
bido en esos actoi'. se recibir~D Jos votos de los cledores que á las
diez fl.e la mañana estu vieren dentro del loca! destinado para la elec-
cíon, aun euaodo "ea necesario emplear en ello mas de la hora se-
nalada en la ley, cuidando los presidentes de tomar las precaucio-
nes oportunas á fin de que no voten los que llegaren despues.


;o¡í¡,' El escrutinio general sr verificar~ en la capital de la pro-
vincia el dia i! de febrero,


1) i.' Los comisionados que deban concurrir al referido escrutinio
lltvarán, adémhs de la copia certificada del acta,lista de los electo-
rt:s que hubif~spn tomado parte en la elcccion.


)) S.' La. referida co pía certificada deberá llevar las firmas del
presid"lJte y f'~cfuladores.


)) n.' Debienoo r~novarse la tercera parte de los senadores con
arrz~g\o ti. lo prev,:nido en el artículo 1 n de la cODstitucioD de la
monarqlJÍa, y habiendo tocado la :merte para la actual renovacion
de 11)"; ríe :'SIl provin.:i'l f¡, '. en pi i30rtt,o celebrado en I.~¡ sen:l.do con
arri'ph ;11 ar¡;cr~h ;J' 1'1 ley f'l,:doral. se formará !a propuesta
cf;rres.p;)fJdienlc para que la negeneia. eD nombre de S. M. !a reina
duña batí!:! l!, pueda hacer la oportuna elrccion.


dO., En los casos expresacios en el artículo 4.0 y siguientes de
la citada ley, se pr0cederá á segunda eleccion, cuyas operaciones
han di-' qlleda r c,n!Jcl¡¡idMi preci~ame[)te el dia ~ de marzo siguiente.


)) 1 1. i;n:T".";¡;!líl:;:t:ndü á ";,a provincia la renovacioD de ... se-
nador'" v la 1(;:' dc". diputados, deb0rá nombrar tambien".
supl'fJ[<;'i ,L: '~5:i):i !iiti!IlOS conforme al arlÍe,.do i "de la wisma ley.


') 12, Irllill;diatamente que terminen las operaciones electorales,
y sin pérdida. dt' momento, remitirá V. S. á este ministerio las ac-
tas de que hahla d artículo :Hl de la ley.


\)l)f' órrlpfi de la Hl'geneia lo cumunico á V, S, para su inteligen-
Cia y exaeto cumplimiento ... --Dios guarde á V. S. muchos anos.-
Madrid:21 de diciembre de 18HI.-Manuel Cortina.-Serior jefe
polí tico de .. ,:o


111.


En los últlmos días de diciembre se hícieron prevenciones reser-




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,J:,.:!' ;,." hE cCD5eCu"Dc¡l}íi di' ~.stt,


"r' ,; de ,des íos electores,


'C ~ ! ¡"~O:, aíi?Tlar el orden
, , ' "1 b' L'" ¡ n':':J.Nmno~ llel go \lef-


¡ , 1., Yl;';r·w ',L q1H~ abu,·
';;1 ,'nprjtJdl;i la lHwr~


!t, ji! i1:J,'i' 01l favor di'
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~ra tuudJwn la ¡:;!¡\tq' i, :0:0
nu,'-stras ins:i¡¡" !í!:


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¡!iovmcíaL quu rí.,'¡¡' {;
'UE!itucion('~; !a~!l.:1
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pt'riíjdo de ias t:lt;C('.iO:L,~
1" q tW U.J 1 ,.;e c,OHií' h:';"';


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·j.:'darando vúl:du ,,1 ¡ :>i ,,;
;'J;ce;)o~ que tlH'Jí'rcn ¡I,~: ,,] ",
electoral fU/S circundada (1-' ;E'nt' ;üJil,,\Ír',
oh1i~;\dO por h [('fT! i¡ u i, i'¡


"\\. :


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5H. BI8TORIA bll!. HIW'Al.>O
anular las elecciones verificadas bajo tales auspicios. Ni hasta allora
resulta que lo bayan sido las de Salvatierra de los Barros, dunde
todavía rué mayor, si cabe, el escándalo, encerrando en prision a
muchos vecinos para privarles del derecho de votar, constando por
otra parte que han sido desatendidas reclarnaewnes fundadas contra
la eleccivn del diputado don Pedrv BurDO, consumada NI rnt'dw de
violec'.8s amenazas, que retrajeron i.i, 1\H~ eteetúres de bacer uso de
su derecho.


:oLa Regencia provisional del relDO no puedf eonsi'nUr qllf de tal
manera se ultrajen y atropellpD ¡,tí; " disoue.;¡a á rf~prímír y
á hacer castigar con energía á cualquH1r'i q(le ;'iHma ¡'!la.:, atente,
sin consideracion de mnguna clase, ha tenid (j a bwn ft'Síi! rer , u.~an"
do de la facultad que en el gobierno reconoce el artíeulozH1:\ de!a
de 3 de febrero de t8!3, que queden SU~pfl[l~nii- en d eierel,~i0 de
sus atribuciones lo~ diputados provinciales don Juan AJís. don Pe-
dro Bueno, dOil Joaquín Mui10z Buello y don JOSf: Cai'iizares, cuya
disposicíon, as! como Jos motivos qm' han dauo iugar á ella, SI-' pon-
drlm á su tiempo en conocimiento de ¡as úorti's, quedando COllstl-
tuida la Diputacion con Jo:; dieZ Jiplliado'l r.jsta¡¡'t·.~ : \. S :- t:j in·
tendente, que hacen parte de !a misma eonfornH' 11 la ley de 13 de
setiembre de 1837. Al mismo tiempo ha tenido á bien mandar la
Regencia, que V. S. proceda con la mayor actividad y sin perdonar
gestioD de nÍnguna especie, de las que estiln en el circulo de ~us fa-
cultades, para que sean castigados coo arrt'glo i1 las It"yes, cuantos
hubieren tenido parte en los atentados que ~e han cometido" De ór~
den de la Regencia lo comuníco ~ V S, para su Hltelígencia y exacto
cumplimiento, Dios guarde 11 V. S. muchos anos. Madrid 19 de
enero de 184 t .-Manuel CQrtina,~S¡;il()r jefe poHtíco de llalhloz. >


La comunicacion de ql.h' dejamos hecho merito revela blNl claro
lo! manejos, las maquinaciones que ponia en juego el bando caido
en setiembre para desconceptuar á la situacion credda.


Enos se retiraban del palenque, otros buliian en las diferentf's
vicísitudes que la vida política trae consigo, proeu Tan do sicm pH' que
apareciese el gobíerno á sus delegados como coneulcador di' leyes
para buscar á mansalva cómplicí1s en la tarea quP. pilos tlahian ya
realizado




lJEl UTlHO BOf\BO~ [lE fSPA~A,
Si el gobierno que Na tan tolerante, tan benigno con Jos reac-


clOlla!'iGs, StJ permitía acusar fl ¡os miembros de la Diputacion pro-
vincíai de BadaJoz .. eOrDiJ p'~flurhadores y rebelues, puede deducirse
que el escándalo era mayúscuio sin duda.


Onli¡irnos toJo COtnl'ntario, porque los documentos que hemos
presentado en este capItulo son ya bastante elocuentes, y reflejan
que uqueffa sítuacíon, menos que revolucionaría, merecía cualquier
otro cahtícativo.


.--'----




t .... ¡.,"' .~ ,",,",
¡ ~. .-. 't'" .... 'i


fh-' -... /"


SUMARIO


I.


Los c-onspir;ukres d~ Pau y Je Bayona, alentados con el recibi-
miento qu(~ había tenido ('n el pal~clO de las Tullerías María Cristi-
na. St; !a" ¡ .. r(¡mellan tnuy reliet':: y t'Í illarqué~ de Miral1orf's que,
i.D hond la verdad, ha sido ::.le¡¡¡prp el mas denodado defensor
de la mona¡'quía de Isahel, y el inas digno entre los partidarios lÍe
la hija de Fernando: el marqués de ~iranores, decimos, era uno de
los que con mas ¡H:J'sf:verancia quedan reconstituir el bando mode-
r;Hlü, (ur¡¡wilo ¡¡me ¡le. 10s a 'olWS '>(rvidores de la legitJmi~
dad q1w S(' habían '-) la rnqíPla y (le la impotencia de
iíÚUc! famo¡;;o don Cal'loiL C')vq tcrqn.'dad habia costado tantos ar-


ji, "" :;


royos de sangre rspaño]¡L
Se trabaja.ba en todos sentidos~ muchos senadores habían hecho


d¡OllSioll de ~;us eíF'gos pitfa no manchar:;e a¡ contacto de ¡os que
!wevamente habían dú ser eitlgídus por la Hegeucw, Otros no se pre~
seuiMian di ¡iempü OpÜf\UflO. Algunos asistirian á ias sesiones para
prou.l¡'ül' !:,lllÍlícki', hacer protp:;;tas ji spñalar ll)f¡ errort'S del go-




1l!efllU. r aSI repartidos los papeles, cada eua; fontn :t en la fnr"


resultado el flc;,;nrt:,¡¡~' ;; o>,,:;
~ , ,


" H·.: :, ~


d¡vision d(~ ¡us "leHii'!)!!i; >
l~Ui.~, F{~Ji


rama española


Otros sucesos gra'r'es y de trascendencíL~,uma ~ahililH~pk
parados para impedir ciertas contingencias llamaban la al,'neioil
del f..;0bíefno espaí'ioL formando un nUPy!j ohstáculo a. las ideas [(""
volucionarias, cuando pOdWi. hail!~r :.:erv¡do de prelext¡) á aquel qu,'
por mofa, sin duda, llamaron ~l.l'\\ dl 10i l'!ódw(::~ p]oderad\)s


dofia María de la biurÍí! y el e~paiíí!: ~'¡l ílil\-'( pah! d D'l'
ro, con 1;) que hubieran b.lllaoo fácii saiilh mucho:) de nUf"trt':i pr(¡
ductus agrícolas que se estalJan pudriendc en lus grant'ro~ y alliJa-
cenes ó habian de venderse con bastanlf- pérdíd}\'


La falta de COmtHllC1l.e¡nne.: que 3(1 dejaba sentir c[ la prn;nsl¡l(¡
la,~ vie.i:-:l tu .jc,~~ ~' en n tratl" nqh),>o. d;: ! ;"~ t!n i c,,-a ~~¡jCiR n ?;y fa Vt\l lr;a~


s!: opuso. re:l!} :} (In:':.; ~;), ,r,
creando un ('/)[1 <¡(: qn> '".!:; U .;'¡
üÍon del gobil'!'lF; qu", re:':,', ',,'1\,," le


Cuando la l'¡,;;(diJe::;i: >;<1;1!(\


1 Ci". '1: )l{\f1do a in pOSí"'
:,;:;:, ::I¡':0dn


,.:p-..•• ;
; '. t \. tL frafnilldad:


cuando sn prOpói;lto eLl ('[;S¡.d ih 1,', i' ca ;];' aciivldad í}(nl'Je el
¡;indadano giraba par,'. qiH' pULÍ,':'':'!; J;U!ll(.i'5;: venladeramenh.: taL
c::uit;r íUS juieios, expri'sa i Slis;weÜc;¡¡l¿(!:~;l y desee:,s; cuando flor
, , ' 1 " '1 .;¡" .J ' la P~)(jlH~(liiij ¡~~~111¡rn\) d,,~ 8<wn.}\, ;~n \\'l 0.; J.uopta¡ medW8S saí-
vadula;; se llfúiL,ba el a !ca. iJ Ct: dd eSEt T¡O,,'¡¡Givp, L1) (;·(,tH1¡üte, v.:'
ma á spr' poderoso aroy') para los rca~c¡(;na:'¡c¡~, pr,rqlh d¿~tcr;¡¡¡ el
eUlllplim¡r:nto th las 3~l'irae¡onl:s ~e 10;:, ~)atri!lt:;,~ h¡$¡"¡Hl'-~ y lusda-




548 flísrORIA DEL REI~ADO
nos que creian posible realizar la unÍerD ibérica, fundiendo en llna
federacion los intereses de Jos que un dia no lejano se llamaban con
el mísmo nombre.


lIt


En Portugal la situacíon polítiCa seguía casi las fllí~mas fasrs que
la de España, y las condiciones de aquella monarqu ia eran ca3l
idénticas á las en que se erJcontraba ,'ti Espatía. ..


El partido legitunista habia sucumbIdo, d ¡¡he,'a; .;;e dividía lo
mismo que el de Espai'la en dos grandes fra~·ciones, pero don Pc-
dro V, mas prndente,reOexivo y liberal que lo ... monarcas españoles,
habia acertado á dlr preponderancia á la fraccion avanzada,


El conflicto llegó pues, y al ocuparse de éi I'TI las cortps con m0~
tivo de la apertura pronunció la reina el sigu ¡en te discurso:


1:Señores.-En el corto intervalo transcurrid0 orsde que se cer-
raron las últimas corles extraordinari¡:¡s. v el present¡\ dia en qu P
sois llamado;, á reuoiros por la kj fu 1l,l,t¡l'n; dI' h m(,r';lí~llja,
una ocurrencia prlítica inesperada y sumamente grave ha I¡bligado
á mi gobierno á apresurar mas que nunca la renDion de los repre-
sentantes de la nacíon, en cuya ilustracion y patriotismo, tanto ella
como yo, confiamos plenamente.


»Triste me es anunciaros que el frobierno de S. M. C., á corL"e-
cuencia de la cuestion de! nuero) ha presentado una exigrncia injus-
ta, á la que me era imposible acredeL y qUf' ha producirlo serios
recelos de que se intentan romper ja alianza v arrJiqad '1ue cxisiiil.
entre ambas naciones con mutua yeotajd de !Jna y otra.
»)~le he visto por lo !ilnto en la prec!5inn de tomar las pfovideneías


que las circuD~tuncias rxigiau para. I'D to,lo ca~o man!pnl'!' ¡¡{'sa la
Constilucion del Esta~o y r.f;n~rrvar 11 ¡hn1ll.larJ de la corona y de ia
independencia naciona!. con la Asperanza :Jt~ qu' eonseguirrmos re-
mover desconfianzas injusl,as, ~' pa;}i'f ~érl1llDO á las dt~avef)encia~
que tan sin fUl!damento se hao su:oeitada,


"No era po~¡ble que en vista de tal oc!~rrencia dt'jas~ mi gobíenv'
de comunicar como lo bizo efectivamente al de S. ". Británica el
estado dt' este negocio á fin de reclamar. cuando necesario fuese, la
ejpi;ucíno de los tratado~ de alianzfl, entre las dos coronas, Y para
dar una prueba de la llaneza de nuestro pror.eJer. declaró post/?,-






).;.


" , 'S;


',l._


":,.


l,l




lllS'fORIA u&L llE1NADO


El gobierno de Madrid habia pasado una nota decisiva, y á ella
se refería sin duda el discurso que hemos insertado anteriorrneute.


La Gaceta de Madrid contestó á ese discurso lo que sígue:
«Injurioso al gobierno de S. M. el discurso pronunciado en


las cámaras portuguesas el :l del corriente por S. .M. lidellsima.
nos hallamos autorizados para impugnar las calificaciones de pre-
c'pitada é irllusta exigencia con que señala allí la última rec1arnaclOD
que se hizo á aquel gabinete sobre la famosa cuestion del Duero.


»Despues de cinco años de inútiles gestiones y extremadas conues·
cendencias para que consintiese el gobierno portugués que se lIe-·
vase á efecto el convenio concluido y ratlfieo.do por alllbas cortes en
al de agosto de 1835: des pues de consentir una, ÚOS y tres YiJces
en que se revisase el reglamento consiguiente al convenio: despues
de haber instado, visto el empeño de demorar este negodo) en qUt'
se le despujase de toda disposicion jeg¡slativa~ para que quedúwlu
en. una esfera mera.mente reglamentaria no sufriese los retardos
~onsiguientes al exámen de los cuerpos colegisladores; y des pues
de haber aguardado, en fin, que se cumpliese la palabra positiva da-
da por dicho gdbineíe de Li.:iboa. de que el tal reglamento SI' dLSCU-
tiria en la anterior legislatura: viendo ei gobierno ~e :;. M. que se
mtercalaban cuestiones y negocios de menor momento, pasó una
nota al gabinete de Lisboa en 19 de octubre, y otras dos en ~o y
1:3 de noviembre, reunidas dun las eawaras, haeiendo ver el grave
cou!líctú que iba á nacer eDiTe ¡os dos paises si ,se suspendlan lali
3esionés sta Wi'lllmar eSte negoeiu. Fu~ron vanas estas amisto:.,us
tt~conVe!1CiOlie~ y sir. f(¡>CJ,¡ la exposicwn de los males que acarrea-o
;1" 1 '·~\!:¿L¡;LilW'.lit(· ¡(iS ),~j¿i,bnk~; dadas por tí ;wbierrw


- ......'


.,e,,e· ¡t, ~:i)ticIllytrOÍi, ¡;ü¡ que apenas se hubieran ocupado
~,:-: ,1lt.1:;\,; ,;. ~;~" d,H.l;i!li mas que ¡Jara veutílar unÓ. euestion
~ .. :.,hl • P";' :" 'Vi','!" ~;: iyira í.,{ ~oo' ,rp 'a "a11d"'<' ¡-le] f'1)OVen¡'o' e';
... ' :>!r._ _ I! !l;.~, .'\. ...... ~_~ b-~ .. )[~. ~ ~! ... , \,.1#_- U «-....., ti ~ ~


de,}l! i .,(J;'L\- 'T_ .1, • "' .. ; I ,'Jj~ .. ;. :Jv¡,-;~-~Llf y _~Jdrf.~:i~ta. (~(::jt ",_'_~2·
14(j.,..'t~br> '-"~~' -~ .... "-' ;~"".~~ ... ,-,",: ··'Ct)'· ~ ¡'.- l)(.l(r-"l··"':"~' '~íJ'uar]'arl'> ,,".~.'.t '-'»l,';:OLu.",tHC.jÚ,",t , • .(<. . rli.~ GlI'be_H,;¡'¡ (""'o 1 ti


u.:va. r~)'mion Je las cámar;j,~t r,Y quién la garaJJtiza~¡¡¡ de que ('n
ellas se mit3.fÜ ¡~0n lilas mter,;s e .. neno~ ~esden que !~k los anterio-
..... ;:: ,,.. ~",,' "10" ¡. ~ .. ¡ d . ~ ,- '\-~ ":,~ (1 ",," - - T:)r~'í.Y ,-,', : ... ~'" ¡'~," ;., uJe: i.1.\aai'u,f;¡.l.O . e PÚJhi'-,ú, \..!.0vViG lL ,-'V U \ '-li".~",ht ,,1, <1;'-, , "
;0l01,:iria ,,,¡ deber de dlíaltli' t's(e nUevo plazo mdefirudo a Jos cinco
, .


8,Ú'> ~U(l h~~lJ¡¡m transcurrido. máxime r-nando reunidas ias mismas
"




?í !l1


Hegencia no ha obra(lo, pues, con prf'cípHacinn nI r,,,,c,~pn!~'r ,1.1 nl-
ti matu m de diciem bre, y oja!h torios !os gobípmos r~,i~;;;en tan pru-
dentes y mirado!: ti: requerir e: cl.i.mphm¡i~nto de esta clase d'-, i)bli.
g,lC ion('s, com~) lo ha sido el de España al recJamflr qti!:.'le l>-:;:;.;,e
!i cabo una f\wpg-acíon que sin ma¡~s de ninguna esper'-' fil'NIlJ(:l.
rá b te n ns sin (, nrn trt il lr;~ do:;: plF' bf('," ,1 p la fl¡lll 1" >" L:¡


rJne lo dicho puede inferjr~e con qué raZuD :,D eallllca en el dj:,etF·~
so de la corona de e:ctqerw(l ItIJfJsm la última recíamarion dei gn·-
bierno dI' S, M, Ni cuadra el dictarlo de e:1JI!¡encia al resultado de
gestiones y condescendencía amIstosas de cínco años 1 m menos el
de Injusta iJ. una reclamaciol1 que se dirigp á obtener el cumplimíeu-
to de una oblígaclOn perfecta, y útil á ambos reinos, De deSfsr
fuera que nunca, y menos en tan solemnes ocasiones, se pusIesen
l:'fI los augustos labios de S, M. Fidelísima expresiones que no mues-
tran franqueza y buena fe en el ministerio portu@:u~s; y senhrrmes
que una nueva provocacion. o UD SUC0S0 alie sin df'¡;e~trlo se acer-
ca tal vez, nos ponga en el taSI; de prOU(i.l con ,,):< píezas originales
la cüUdW:¡i~ 1iú o,;eguido e; p:at¡¡neie di' Lishoa en ~sta larga ne-
gOCJaClOfl, X>


v.


No flfa Portll{la! soh) ¡:¡J qUi: se hallaba iliteresado en el negoclo
qn2 se yema dt'fJat¡endlí, c.:umn dejamos indic-ado, desde cínco ariol;
atr4s. y que ;]1)r la apatía, ind(¡leoctit, mala fe y dfsórden que en
lodos los ramos babían dejado arraigan;e las ad[m!l¡slracio¡)~s mo-
df'radas, pooia en grave compromi-:;o al .<.;a blr: el n , SI habia de sal~
Vhr las aparieneías de honra nacional sin salir de los eaminos tri-
llados.


lnglalrrra, unida por grandes íntereses y ligada por los tratados
con Portugal, fijaba tarnhirn <:;1) vhla en la clJestion, y la prensa
extranJera examinaha qui\ln podía tf'ner la justicia ~e su parte.


No negaremos que las exigencias íntempestivas de los portugue-
ses y las incalificables concesiones de los gobIernos durante el lar-
~o rrr!odo del debate ó n egoe; acion, y so bre todo los a plaza m ien tos
largo,,; y las excusas y las dilatorias qu\.' úitimamenle ~e notaban \.'n
el gabinete portugués, daban prete'Xto ~ la rupfura y cierta apMente
razan ó fundamento á las anrernianks notas (le! i,;(abínHe espaíhl,




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;;.. \\ í'.h (' IIJ '1 U if.:'tos p(mjl.h
'


TjO
, ;,.,,( ."" j:. T'1'Dt ü 'j(li,1a
• :L~ 1'1 u e .... "' )," j Y U;.l u" ti \. ·."~.,1 ~ ~~,.


que dier& por rr:~u¡-




5rl,í HISTORIA DRL RRI"'l,uHI


vociferaciones de la multitud, las protestas de los diputados indp-
pendientes y las quejas de todos los municipios y concejos que ('n
tonos distintos habían acudido para contener á los agresores.


Evidente y homogénea se manifestaba la opínion contra la ten-
dencia absorbente de la corona.


Los aduladores; los interesados en el pian de la fpaccíon, necf'-
sítaban justificar su voto ha!lando una disculpa á su cnnducta y
pretBnsiones; hallando una callejuela, una salida para escapar al jui-
cio severo é imparcial de las personas sensatas que d0bian condenar
tanta obcecacioíl, ceguedad tanta.


11.


Lo que no podia lograr recionalmente; lo que era imposíble, pues-
to qne las sentidas qUef\:'! di> tildos se hallaban fundadas_ lo esperabfL
sin ti lil t< rvrtirio moderado de los desaciertos y errores !rascc;'-


Cüoh; -.B de in<~ptitud. con la. debilidad, con jos
extravíos, t'é.,i.; ú:¡,j~a de idea revolucionarla, con la pusilani-
midad de los hombres: fiaba en los desenganos, en el cansancio del
pueblo, en la poca reflexion y fijeza de esa masa de indiferentes que
constituye en los paises avezados al despotísmo ia mayoría :sobr~
que descansan los gobiernos de hecho.
~ ciertamentE"; las injusticias, las violencias; el abandono de 105


princIpios, la abdicacion de las juntas, la protecciOD dada á los rea-
listas venia n en apoyo de la trama que el partido moderado ideó
para acabar el descrédito de su aniagonista.


Si la Regencia daba carta blanca á Jos conspiradores de la cort6
para que pudieran pasearse libremente; si se reponia en sus pues-
tos á los funcionarios que habían sido pteroos perseguidores de los
liberales; si se contemporizaba con los agentes de Cristina, sí se
declaraba que los senadores facciosos y perjuros podían permane-·
cer en sus puestos; si se perseguia á. los amigos del pueblo que pro--
ponian reformas; si se invadia las imprentas y se indultaba á !o~
redactores de los periódicos republicanos por una chusma militar
que á. título de Quijotes desfacedores d¿ agravios proclamaba la in-
violabilidad de los generales, ¿en qué podia conocerse el triunfo dI-'
pueblo" ¿No era eso servir al moderantismo9




DEL ULTfMO BORBON DE ESPAÑA. 555
Tres meses habian transcurrido y la situacioD t SI no era Cristin ,


se hallaba bajo las inlluencias que dominaban en los tiempos en que
esa señora gobernaba el país,


m,


Los nombres no afectan á las e08ag,
El disgusto era general, el entusiasmo habia ido poco á poco


apagándose, el oro reaccionario repartido catre hábiles agent(1s que
traidoramento esparcen ia oescollüanza en las fila~ de los patriota¿;;, y
que a su vez se ungen amigos del pueblo para arrastrarle a desvn-
nos, mientras que en las reglOnes oliciales so pregona el órden~ so
habla de la anarquía, se acude á los eañol1es, se organizan las
turbas de polizontes asalariados, se b¡h~:'f¡ i'líminaciooes j' Ilstas de
sospechosos y se reconstituye en una ' té l' ,; X de-
bía quedar definí ti vamen te destruido,


E;;ta era la. situacion en primeros de díc.. . . ~.IÜ
ías iullueoeías corruptoras ibi\ll á ()JnSf~lJir lo qü, ,L .. ,,,.' ',~
lucha abierta sin la cooperacion de Jos g01Jv¡;:.IH~t:b, StH esa tI aldOl1
inicua y rastrera hubiera sido imposible.


El bco det Comercio en el dia t) excitaba á los habitantes de Ma-
drid á. que acudiesen á. las urnas dando solemnidad al acto gran-
dioso Je la eleccion del municipio símbolo de las libertadei patrias,
institncion protectora de los derechos riel ciudadano que tantos ser-
vicios ha prestado á la uniáad fraternal de las distintas provincias
en épocas calamitosas.


Era lógico que cuando acababa de lic.cerse una revolucíon to-
mando por pretexto la ley de Ayuntamientos, se hiciese una de-
mostracion enérgica agrupándose el pueblo en grandes masas en
torno de aquellcs cilJdadanos que merecieran su confianza para ad-
miJi¡~~trar I(l" inkre~t't- del COIlr ejn, y lo~ presentaran así rodeados
de prestígio como úmca aulOfluad dJ¡1:oa y J.lür ellos reconocida.


As! lo comprendia, sin ,duda, el Eco, cllando aconsejaba á sus
uillIgos.




11,,,:,,,, lO' nI" p', '!'.JvlHH, ~ ~ '-1''':''¡ i" ... \.t
~~~i~,OD~}ian ~u ve


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DEL ULTnlO B01l.BO=" Dl: ES.P·,~A. 557


v.


El &0, á :)i~~~.U' ,le las rtdaeiODf'S íntiMas que le Jígó han con los
hombres dt:l podt'r, no pr¡dla desconocer que era el0C'uente y signi-
ficativa la leceion caja pOi' el pueblo de:Hadrid á los que se hah¡an
erigido en árbitros de los destinos del pals.


Se ¡imnó á sostener que em innecesaria la lucha cuanJo no habia
enemigos á qu¡enes combatir, l' que enmo ~¡empj'e cuesta trabajo,
como se pierde tiempo para acudir á dar el voto, los electores libe-
rales contemplando lo inne~esario por que se habian retirado de la
palestra sus enemigos, se abstuvieron de hac·:r ese sacrificio.


Confesion lastimosa, y que pudiera muy bien servir de arma con-
tra las instituciones representativas, si no fuera un sofisma, un ar-
gumento rebuscado para dar una explicacion á lo que ciertamente
era inexplicable.


El termómetro de la revolucion se hallaba en el períod~ de baja;
tal era la verJadera signiticacion de la ausencia de los electores.


Por aquellos dias tambien el Eco del Comercio se mostraba que-
joso porque los Arrazolas, Sotelos y Forondas se viesen completa-
mente libres para calumniar al pueblo, mientras los verdaderos pa-
triotas sufrian en silencio y resignados las torpezas con los errores
de la administracion.


Siempre ocurrió lo mismo, y es muy natural toda vez que las
juntas y los gobiernos limitan su accion en los primeros momentos
{¡ dar expansion al ánimo, á celebrar el triunfo, y des pues Íl enco-
miar y encarecer el órden con tal empeño, que llega ~ producirse
ero racho y plétora de legalidad, ó lo que es lo mismo, despotismo
irracional é inconsciente por parte de los unos, por parte de los otros
esclavitud y servilismo.


VI.


l.as elecciones, por 10 demás, dieron ínmensa mayoría al partido
popular. En muchas partes llegó á entrar ya el elemento republ¡-
cano. Las de diputados ~rovinciales que se verificaron pocos dias


Tlnro 'o




558 mSTORIA DEL REI:'fADO
despues, revplaron ffl.m;jer: que ~jercia grande influencia el partido
progresis ta. t1n '1'1 u l' i . as í~! r~1J1JE taIlcias.


\sí Dodití aS('f!ur,:'¡.;e. que obra¡¡r!o con cautela y prudencia res-
pee!¡,' '1 ;';lli' m l"nemígos, anojiHidose siü vacilaciones por la
v;; .¡,.; Dro~ref)O, UUt: e;} lG (¡'Ui: ,JrlJelama.ba. v favoreciendo la ios-


I U.i < ' 001


trtlU"JG,;ba en breve á completarse la regenf~racion moral de Es-
orn.!., 'JU8 podria figurar con honra al ¡ado de los demás pueblos
cir:lirHhls.


En ~;t1(H)h, á 13S rrfnrma~ üC.oDóro¡cas, verdadera clave de las mo-


;"le~;ifO~ }HhH..1!}s D0l:
'
icos, ,lll:: los mas av'111zar)ps. temian tocar á


''la Gl'rit ,,(1;1(1. la ¡egi~',w¡OD seeulal'. que en E:;paña, torno eo toda
;<:tITona, o;:'; lii1!i('i)o. i!~,¡,¡ el iDiluía de lM ¡ff.isiadores que se iospí-
nlt¡¡:u .. 'B :"'(\(;'S ni)' de Homa, en las ideas feudales de
la spn,:durr1,'c, ql;'~ ,io l!Jíuurcl1 por t(i,ntos sjglos,


tI, :gnno que n.', e(lllfllderado como peligroso innovador, osaba
IJé\i:lar de 1r"UlOS muertas, de terrenos baldíos, y floridablanca y
,:arapomanes y Jovellaoos podian ser tipos muy adelantados, te-
niendo en (menta el comUD sí:ntir de la generacion que entonces se
presi;ntaba en Id vida públicB,


VII.


España, por fortuna, gracias á la feracidad de su suelo, no sen-
tia ;:lIJf1, ::O(J ese imperio que olTas regiones y comarcas, la plaga
V',\L'.:':~(l~a, rl cáncer roeóor, esa acusadon permanente contra lo
r," '~·'¡;i,[jja cíviiízacion, que ha recibido el ~igoificativo y aterra~
lor i\(Hnbre d(~ Dínmerisf1HJ,


, .


Cor>trjb1,lve DíJ ;;)(~Ü a ese bienestar relativo de las clases nume~
fO~HS en lJüe~;¡ra pt\trja. y en eSto pup,dez.: cifrar su gloria los har-
haros sectarios del fHlatlSL(iU, la despoH:H'tOn que PI santo tribunal
y íus p//¡r10SIJS co~turdw:,& ];)':i Hl(,nar(as hall ocasionado.
I'Gl'qU(~ :;j la agrícuHur:~ y )¡;i ílLJu;::lria, y en general la riqueza,
to U:H110 lai¡ustrntion, lns C~é·Del&S y la'! artes, recibieron tre-


lIJE'údo golpe CI)H la ''-patl'iac;on 01.' los moriscos, y las diferentes
pro~er ipcion:':$ que ban suÍrído el mallOmebsmo y Judaismo por parte
de los reyes y de los iQl~lv¡dables inquisidores; uo es menos cierto
que disminuida la poblacion, diseminada y agotando la feracidad de




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA, 559
los terrenos, ha podido vivir indolente: í'n medio de la incuria y del
despilfarro sin necesidades que el fI:'Du(lbJienf.o trafl consigo, mejor
que otros pueblos cuya robhcion desproporciolHvla aper,iiS halla
alimento, aprovechando cuaoto haya utilizaD!f: e!l el seno de 11\ tierra,


Ni la cuestion de Hacienda era entonces preferellie ob!"lp de
los partidos, que vivian al día sin esperanzas ni confiauz<: t~;~ :0
porvenir.




CAPíTULO LXi(.


SUMARIO


COllIC:'td<:iOll ..1" 1" J\ ''f'f'lJ<: i;1 ;Ji '1Idl]lli"'[1I .1,'11111:1111,· d",! 11':111['1'['" --'ldll!l[··.!.I[ i(,!,
,1,. ]., JIPlla ti" l'flli[('\I·r!ra 1,'[I!lI":,laIHI" DI illélllili",ln 1.1,' Lri-IIJI¡I


L


l..a Regencia perdia mucho tiempo en unas y otiaS aventuras~ y
las secretarias hallaban no poco trabajo en contestar á las protes-
tas, á las comnnicacionrs, á las consultas que se les dirigian,


A. las reclamacionef de drn Francisco hub:; dA contAstar deteni-
damentt'; come verán nne~tros lectores,


Comnnir:l.c;on hecha por la RegmH.'ia provisional Jel reírlO á S. A.
el infante d011 Francisco de Paula Antonio, en cont~sta.cion á su dI'-
claracion y manifiesto de -::'5 del mes l'dhJl0.
(~SereDísilT:o ~r:í)or iDr~!~'If' de E:;:paña ¡íOl} F;ancisl.?o de Paula At¡-
. L 1) . . 1 ..l 1" "b"' 1 '1 " 1 tODil): [1 ,¡lg'~nCla pr0\'!c'lOrll: L":, n q :1(; H'('l '1(\ 5 w'e,araclOIJ. tlt:


V. A. fecb6 tP París á :J!:5 dl~ octubre próximo, y el manifiesto que la
acompafaba, relativo tudo á la tutela de S. M. la reina doña lsa~·
bel lI, y de la señora infanta doña María tuisa su augusta herma~
na, y tuvo el honor de anunciar por conducto de su presidente qUG.
deseando el acierto, eoasullaba al Tribuna! supremo de Justioia, y
0:11": á su tiempo se poudria en con Dei illien to de V. A. el resultado.
Ya se está. en el caso de cumplir este deber.
,~Se di.~o al Tribunal supremo, que con presencia de los documen-




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 561
tos remitidos por V. A. Y de las cláusulas del testamento del serior
don Fernando VII, en qU¡\ S(~ babIa ~e la tuL:;la de sus excelsas hijas,
consultase su parei>'f' i~l)brf ioJa::: !t~S m:estíones que se ofreciesen á
su acreditada ¡lustraclo!} y celo. y señaladamente sobre aigunas que
se le propusieron i;OillO especiales y en términos pre(;isos. El tribunal
ha desem peñado est~ encargo como debia esperarse de la lealtad ..
dei patriotÍsll¡ü y i¡e la instruccioD. que tanto distinguen á los indi-
viduos que lo cornpOl1eH,


»1.3. Hcgencia provisional in ha lJwdil.ado atentamente, y ha resuel-
lo lo qne ha ¡:feido justo sesun su conc¡encia~ y lo que le ha pare-,
cijo m¡B conforme á la conveniencia pública, y mas á propósito
para. salvar su responsabilidad, grave y delicada de un negocio de
tanta trascendencia.


Fué la primera cuest!on que se presento natural y sencillamente:
«(Si debe considerarse vacante la tutela, por ausencia temporal df
S. M. la Reina madre á pflises extranjer03,)) Si la duda se hubiera
de decidir por laF reglas del derecho ciyil eümtHl, fácil seria señalar
1 ' . l L' " , r, fIne pr..-:.su:(),;, 'Fií' í:!lA.D(ln ni IUfor ,1UOle~F ac Ir en rümem:, no
Oiro tu!w SJüí} HU simf;¡f; curador f~: 1'1 í¡Ut; fíe debe dar al hu,~l'fano
pero aquellas reglas I ní 8n estf. ni en otro¡;; punt0s tienen exacta
apl¡cacioil, porque fueron esttiblecídas pan¡, los indjviduo~ particu~
lares y para sus negocios,


,)En otra egfem especial y muy elevada son considerados en Es-
paña nuestros reyes y princ¡pes: y todo lo relativo á su tutela y
guard? sr' dchl: H'S\lI\'f'f (;,nlu¡;;ivamente por las disposiciones de la
í' . , '1 ., r i j' "h' !,I:,~t'llJc;rll, )f d l(!nr,arrp!a, ya ¡aita ti:: F' lUS, por 1', ,~('rec o pu-
l.;¡:'o d.lser.'a¡)o fintes en el ft"iuo, La;; augustas personas que ocu-
}Jau ;j están llamados á ocupar el trol'e: pertenecen á la nadon, son
y dehen Sel oL¡d'] dp la fllilj'nr ~,{j[Jortaneia para ella, y la COD[~er~
·,aeion y cnidaJ(· de sus personas v de CUÓ.¡¡to ks corrcsponGe ~8
lIT' l'rllr¡·As ¡""'.io"'" ''J!'' nn 1;1. :v·(~'n(,(t· /1 'lllS ÍÍ"l:IPS (1.-.1"'> lo,"':'; '"1'-,-,d J c~. }u,l~.u(}Jl '1 ," __ " ..... '\J u.; I_ .• h (",. ~ •• _U !~-' ~v u,~ "-'."l<. "_.1
,·!'lf'~ ')()f'('¡U(, "'1'" 1" I:~(:'l" 11:'; ""I'!",¡ .,,,¡re)' (: l'''l¡'t¡'c'''' 1\1' "¡' pOII'-
'1 I,-,~.t~ ~, lo. ~ ,~J,_.t.. )~t "~'-,' ~ ;.~ 1""" lCL ...... il .. .' .0.,.1 .'v ' ti,..... l'


tWflS ni fUlld:m~:.~nínb :llitdcn ,:enrsu las leves de un código suple-
~ ti \~,


torio como p\ de las Siete Partidas.
'La úr;icu lel~;;.,laeion die;];; y verdadera !Jura el caso está en la
C(lu~titi!r,¡on que actualmente [Jos rige: y lo que hay en ella s0bre
eata materia, está señalado como correspondiente á las cortes, ~¡n
que se designe ningunas facultades ni atribuciones al poder eje--
cutivo. Toca, pues, á las cortes aplicar al caso que ocurra, lo esla-




56~ llJSTORIA DEL REINADO
blecido en la Constitucíon, como les toca, sin duda, suplir lo que no
esté expreso, y apreciar el valor de las resoluciones prácticas que
forman nuestro derecho público, y que se hallan consignadas en las
actas de nuestras antiguas cortes y en la historia de España.


)Atentado grave á la par que funesto cometería el gobierno si ~e
entrometiera ni directa ni indirectameute á decidir dudas de tal na·
turaleza é importancia.


»Por eso la Regencia provisional del reino ha aconlado qU\: quedp
íntegra á la resolucion de las cortes la cuestiún pr\: ~¡w'sla, así en
cuanto á la tutela de S. M. la reina doña Isabel II: como en cuanto
á la de su augusta hermana la señora infanta doña María Luisa,
que en la calidad de llamada al trono como inmediata ~ucesora OCE-
pa en todos conceptos un lugar muy próximo al de la alta princesa
reinante.


»)Al dar á V. A. el debido conocimiento de este acuerdo, la Ikgt-;!)«
cia estima conveniente poner en su noticia que S, M. la Reina ma-
dre no dejó, como se dice en el manifiesto, el doble encargo que la
Constitucion le conferia, si esto se refipre á su voluntad. Libre y
espontánea fué su renuncia de la regencia y g0!Jie\Do del reino des-
pues de haberlo meditado con reJlexion y rle baber oido la.>: filuch¡\;s
observaciones que le presentaron sus ministros, pero solo se trató
del encargo de regente gobernadora, no de otro, para que se pueda
hablar en este sentido, de encargo doble. Lejos de ser tal la inten-
cion de S. M. con respecto á la tutela, manifestó exp!ícítlmente 10
contrario~ y los ministros que lo oyeron deben hacflf esta declara-
cían como hombres honrados, fmneos y li~a!e~


.oLa s~gunda cuest¡on propuesta al Tribuna! n¡:rfn¡f. t'ü.'¡leni;,
S· 1 el 1 (' . " . «( I en e caso ue ;eso versE' 0l1rmat¡VamerJl(' la primera, C(lfrr~-


ponde á V. A. la t()t.ela,» Juega ~[1 esto ~I prineipio ya enunciado,
que no permito reCll~'fjr ti las leyi's comunes regul~\doras de los de-
rechos y los intereses de los parti<wlares, Per 10 mismo 1'5 inútil
invocarlas, y perdido el tiempo que ~e invierf8 en diseutir si debe!:
entenderse de OilO Ó de olro ill0dc, La tutela de los oarip!)lr'" aur PI'


i ;,.


el derecho se llama legítim?'~ no 'le reconoce por la CODstiL:cion :' in i '
en el padre ó la madre de! rey. En defecto de tut0r tes!af~'eptariJ
yen defecto de estos dos únicos tutores legítimos, nomLmn las cor-
te:;. Tal es la dísposicioa fiel artículo ()tI,


»Superíluo es decir que la Regencia no puede separarse dtJ ella;
y la penetracion de V. A. conocerá fácilmente que no decldída la pn-




DEL ULTfMO BORBON DE EgPAÑA, 563
¡JJcra cUestion sobre la vacante de la tutele;, no se puede pasar ade-
iante sin dar iugar á la cuestíoil segtH}(j;i, :\11 aun intennamente
puede admit¡J'.'w la reeiamaclon de V, rL, porque haciéndolo, se da-
na por suput:::;;l,} 10 que ¡jO se puede suponer Lasta que las cortes
io dt;cidan. LUlil Seria d conilict l), §j. d{:~pues de haberse dado un
paso índiscrt:lc¡ Dj e.slimaban ¡a~ cones que l:wbia vacado ia tutela!


,)Entre tan!l) 1:0 la ejerce ni la ejercerá la Hegel1cia provisional.
Sabe billt} (le':' WI ~;1tede t'jerceria; pero sabe igualmente que como
gobicfOO hu;" (jtro:! deberes fine -.:uwpjir para con su reina, para
con la pl'Í¡¡¡;esa su ínl1icdlala 5w>;~ora, y para con la Dacivu espa-
¡lola. Al cumplimientü de eStOS deberes se limitará su acciono


'¡)La Hegencla bace justicia ii ia rectitud d~ V, A. Y á la sinceridad
de sus il1tt~lJr.lOnes, y siente un verdadero disgusto al expresar que
no conviene en su pensamiento.


"TuJavla será major su pesar si V. A. cree, como ha indicado el
ífíaniflesto, que por esta divergencia se mengua en lo mas mínimo
d decoro de su augusta persona, (¡ ;,s le inílere una injuria) ó se le
pone Ulla maneta que empañe el brilio de sas altas y distinguidas
cualidades. Pam (lJéjar esta idea pormitirá V. A. la observaeion de
tIne negar o poner en duda la existencia de un derecho no significa
que el que lo reclama no sea muy merecedor de gozarlo y de ejer-
terla. La Uegencia respeta como debe la dignidad de V. A., Y ad-
míra sus virtudes; pero estos sentimientos personales de los indivi-
dUi)S que la componen no JOB eximen de atender á otros re8petos y
á otras consideraciones como Jo exige la posicion en que se los ha
¿:oloeado,


·'íueSí,<J '~úor gua;de la importante Vida de V. A. muchos anos.
'faill'Íii ~.j ~le [j'hierJjllce de 18iO. c-Serecísimo seí1or-,~El duque
de la \ irtoria, presidente.-Joaquin María de Ferrer.-Agustin
Fernandez de Gamboa.-,Petlro Chacon,=Alvaro Gomez.-Manuel
Cortina.-Ji}aquln de Frias.»


H.


Las juntas babian asumido los poderes todos y se consideraban
en el deber, Ó mejor explicado, tenían el derecho de intervenir ac-
tivamente en todas las cuústíones.


La de Pontevedra contestó con la manifestacion que insertamos.
o: La Junta ausiliar del gobierno en ia provincia de Pon levedra á




56! íIIST'HUA DEL REI'.'iAD0
la señora doña María Cristina de Borbo!lj ex~tl:übernadora de .s"
pafia.


:oSeñora: Cuando el coraZ0U de 'lna 'r [jE'; ;)1 :;¡,~() víctima de
a l11:1rlZ(~)" pa~ ,der","I,:¡w¡ros J'¡'''tG~ ,"~ ¡' .~;,; "', ;';'tl"íH.)" "\,' '1',:, libre l ,v. u~ .. } ~ ..... \.tl.-jt',~ - , t ... u , ,-, .. ' .i: .. ~).¡~ ~.<',' >', ".,'} \.. U


cacion de esas peGas. si CG el
, .


una acusacioü injusta CCil~tra:a ¡;~.",i.y \E) mas shfT io
que cumplir para CUlO tos sieu tan latir eri ::J ' Wi ccrazcLí ve;:,·
daderamente leal. Edre una mujer aOigida y Ulla putna \'[dL:~nn¡!l­
da, la cleccion no puede ser dudosa para ninguD ciudadano; porque
el silencio en tal caso Eeria un crÍmcn y la eontenlf,laeirJn una lH;.jfza.


)VOS, señora, sois mujer. y como lal sois aC'eedora al respeto ,.le
los españoles; fuisteis reína; y por e~~¡e iÍtelo mereccis tambien tIra
(~special consideracion: pero vos, sefiorJ., nabeis ~lad(J á luz un ma~
nil1esto que á estas horas debió cundí" por toda la ~~;Jropa; en él
1 . , l' ! . ¡ , ". '1 1 h' 1 lat)ClS acusaco a ¡os esp~\r1(; es, ¡es tW.OfiS atri.I¡¡¡;.O 1 '::.jcza:,:. e fjne
son incapaces, y aparentaüdo peI\loílar agravios que LJÚ habds re-
cibido, pusisteis en duda la honradez y Goble lealtad que en todos
tiempos formaron el carácter pecuiiar de esta nacion generosa: no os
debeis, pues, extrañar si al vindicarse de la acusacion con que ha~
beis querido deprimirIes, hacen tal vez recaer sobre vos una eco··
sura de que quisieran veros exenta; porgue vuestros derel::h0S como
mujer y como reina no pueden ser silpcriores ~ .Ios que á cada UllO
eil .;in ¡;[lpa "~Ofi"lc.n l" f"'Z'u'y' ¡¡ la ¡'iH,~I"';'"


, ~J:.J.. L! ..! ,-' lJ~, d U U U. o ti J'" ,'.A. .... '" '., 1 u,


))La Regencia del reino ha contestado ya vuestro muni¡¡c3[ú,
pero lo hizo acaso con demasiada concísion; ha pasado en silen--
cio ciertas cosas que no deben quedlf ocultas; y sin duda lo bizo
así, porque, acordándose sus individuos que por una revolucion
i61oriosa habian sido llamados á oGupar el elevado p'lesto que vos
~alllais renunciado, creyl'l'oa 'pe dt:biaü ~acri!icar algo á la de¡¡~
cudeza de su posicion persomü; Uf¡ sE: dijeSe, ¡al vez, 'iUt á título
de conservarla. daban a los hecho§ liQa t:ollsileracil)[I (ti:-;!inta de ia
que en realidad merecen: pero hoy, senora, otros espat10les que
eX!:'Dtos de ese compromiso y ajenos talllbien de todo temer que
pudiera arredrarles de la e!I!pres&, dirán sin rebozo la verdad, ha~
rán ver la injusticia con que se trata á su patria, y desp::2s espe'




,"Dj~¡ln :"'e~'~<~:nado~~ (~' t""' L ;<"1
G;;lU\::J~¡" j")l"!~);~C~~,


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ríl1" ~H:guramente otr~ ('(isa , porque vnestm gloria mi gohE'rll1t¡ h
hHn ~;; "" ¡ihrp~, DO lirani7ar á ímbri:ilp¡.; y dpi!radado!HSelavos po:
1'~" f'; ¡tnrblo N} uso rle !'lUS ;<;::WT[,no;;\ ¡i i'1¡rr",e¡ndihlp~ n ,¡ rN'ne, s h¡¡¡


, -j' j , " "1 I '1 I pr~!.~r?r'L !i~n (~P ps!~ ¡Py D[-(r'}t, nf{r~;e :f(\ f;!éi~' ~;.n(\<J)gP .. g SU ,'.·ar,1(\,pr \ :~.
;.;¡ ';; ¡"'r:e!'¡dao(,s v f¡ ~¡¡ d¡,>¡h·'teton. r;1 oneh1(\ IV) hi2 1) mas (fUI-' sn dÍ'-
"i" 'I! vo~ cflniil!!Hl.stcis ;;;lr~ndo pi Fjnl/! ¡J,~ los el;nat:(dp~.
,;Jnr.Hst!li~ia 1};nsl/tuci01} de ! ~;(:" v pstablecíst('is pn rJombrr> dr'


"',"'$(l"i! ilugus!a hija 'ln rade :'.0 1N¡lIH' eon nosfítro!" ,nodp¡", sp¡¡()·
r, ,'" VI'f'iin,f1 v ;'0 lllst¡e/.l dr;cir Q'W ID Han,mn<: 1WI~hr;1.\1tadr,'1


! > ~ ~


¡i-, ':,';: ':,¡;¡!1 [)iH"':~ t,::.!nh "0 n,1da la opmion de 1(;,io un nilf'-
t~:,~ .~ ;~"':!' ;:; nG,~ ;~" 1 ~\ 1;\ "'(1~ 'nLJ"~ OP ~~Pl~ Hphrel~(\~ n¡s:ro'~~,


!f",~ sacrificar in. lt'íil'!dH¡ ¡\p los lea:es que eo!} torrrnlt:s de su pn'-
closa saDgrt' nahian :unusado los eimipotos del trono de vuestra hija
(lesprf'ciasteis al niii.'íw) y olvidastels el pacfo : .:r¡ué debía entoncf'~
118(;1'1' pI puph!:,;; (:Ca· !,3ri{1 el,a! !p('ido esc!avo 11111' "ufn=> :-:ir qur--
jarsr ei caslíg" q¡¡t' a,!)¡trarnnt('n[:o le j'npooe Sll señor (. \)aí'Ía:·\ij
por ~l)lltf'nto ',~OD pflrd.·r una, nante d,· :~tl ¡iprtad a tr:JPque dp qu",


:1.!¡.;un tiNnpo ma;; le f¡n~p l~on:>¡~r~'o)10 el r,:sio;'i}j¡: no, '~Pfm­
ramentt' ni). pj pue~)!o espafiol ¡'~ illas l)oble, es mas or¡.;uJJoso "~
mas digno; arrojó con mdignacion I.as cadenas con que intentarR
?:thPrt'o¡ársele, iaDi':o un :zrito de oprohio á sus tiranos y proclamo
alJ¡lustalnente su Ilhertad v su WdeD2!ldencia, !'lo fuE' un motin. 88-


. -' ~


fiora, !O de Barcelona, nn itH\ tlDa inSIH'r~ceii)n la de Madrid: fué -:¡
una revolueio[], pero una n:,'!oj IiCli;ll !lhrinq, que honrará para
swmpre íos fastos lL la bi~tüna f~spa.rJGla. En ella no se derramó mas
5i,wgre que la de un dIgno patriLlta, asesinado il. la. vuz de un tirano
en la agonía de su impotente mando; y el primer acto de autoridad
de los que entonces ejereieroll el poder supremo, rué asegurar la
\la;, v la tranquilidad de aqueilos mismos que tanto motivo les ha·
hian dado nara nna p:ncarnizada ven¡.tanfll. Tal fnl'> ,seMi>! ,'! Wt.l-




'dtnlt'f.lW q\lí~ vos vituperais, movimiento qU¡: unanlílib y m;porHii~
neameule siguieron lodo:;; tos puebles de la naClon, porque U03J!Wl¡;
i"¡'I)I-)I"U y P"!lo"t:".,,,,, "'r;c> ¡¡;:' Ce'
.,t-<! . Jll L v .. ~ ., .. ,,! ~¡:'ilv\ ... \,_ c,>-!\t .... ' ... '1 ,~;.;


por tanto ttempo ¡,~S h;) n ~;¡dG 'lsurparlos.


~l";" ll'··'jo,,:.!,) :rf""'''' ",''','''' '11> .,1~!,';: _. ~1. Vld'-"\ :-, u ~ L.- t.._ J, JJ; ~,,>
Jiwte t(:,!llan 1:.1.5 peticiones {jl1(; ~!~ (uer,>; b" ., os s(¡be!:, lUti>
i¡:en une lu (lU(~ nrinC!¡HI.!m2illr hÜJ¡a. ing,t!' ;;; u reVOiuCHlll


, '1) . .
q¡era Íé.t ~antH)n r!1:) j1! lq r\ Lil;::t;;¡¡')'" I' el fHldllo os pedIr.
¡¡Hit i,,i fiDulanw;, 1) c\:;~nd[¡ mCDfJ,', 8t"';¡J(~[l0¡t;fa.;;'; su promulga.,;!)i,;


i'¡PTj'. "e;<;o~l" Y'· 'qtlf> ni¡ 1,) l)l'('I'f'C'~I'", ¡,¡., . .::d"J"¡'H' ¡ .• Iln ~,,,,,~,¡; l',,, ... ;:'! u u) ~ ... ~ "-.,i _\.1 1\ ~- "'" ,.~\.~., r;J'. q~!, .. " .... ,>.v· ',~ ~,¡¡, _,_o' , ........


i:S la lt~y euuntlci üG eda se P:;"fH.'i.a;,;1 t¡~~\;<~ ::;!~J~~iit~tetÍj!H.\l .• ':!'~
:1'é .~er¡p '.¡¡la vel. fjll!~ 1':1;1:' i.e..,Jü Sí- «¡¡er,; iJ ~t' ['(0·';1:!I·''> ;,1 Di! -
tH:j,,~~ ~~~: ;j¡~, ;lt¡t :,<.-.~ '¡ '.;' r~"~c~_! f t.: ~DCd~h~~l~o. t';~l(l doct~'~!1 .. i 1: ~


-leí pi.li:Lio v ;lOD.í: ¡Ei,', !)afr;'L,
, .. ,


:'] tndo ~:SL(¡


H Y SIj poniendo q l!;~ 00 ll: sup¡e5el~ 1::; Ci.El.BtJ gener,)~;:,.¡¡,'¡¡ >
l'i)dt~ií¡OS suponer en fa'lüf dt· 'mesttCl ,c,eXo, ¿por 4l.1I3 üO esCu,,' ,-
telS }j, tiempo el clamor de VliJ~:m!)S JllJV~ y os rodeasteis de cOú,je··
I"ro~ mas tieks, que muct.lOs ¡.ludria!:; ebcOger t;!} el partIdo ¡iberal. tan
entusiasta y tan decido (Wf VOg l y anora I~onvenclda, eomo ddwi"
quedado, que de una n otra maDera lo habeis errado, fiua eünc(;-"
iJieor!(j ;~!Ue fae:;c sin mdlIcio. de porte de vuestro cúfüzon. ):;;
ttrevere¡:; i), doc\!' que habl<.~ ¡uengua y degradacw!1 ;of~ fondeQ¿u' b




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~¡¡, ~c¡~\, ¡!) que son lo') españoles, invitóseQs á que os queda~els
"u¡r,: li1bO,!'OS, con\;d(!:-;t~ns á qUE' rúntínuas('is en la regcllcia; (ti-


·U)B. ~;¡~pa,d?~ .~~'; ¡":,:. ~¡ ,¡ J~ij¡tti:: ~:t.':'--',-':~ !l~,¡Uja~ \'o~ e;llperí.) todo
- ,
~ \ :!. :!i' ¡;)¡jo (le.; hJlJei-. Jesentendi(lü; n~DlJnGiaste!s la


, .ilj,'U":'('¡; tamoíen n cariño, y cansada, sin uu .
da. ,jl" ;:¡;,\L\:Cf; en.! su"lo i'S;l;:\UO í , dt'lenninústei§ partir h un
~:·a\s t.:.\trl>.Ü.¡,-rt:


nI", i,.,:{UaS bijas ,,!steis COffi;r una ¡agrima
por i;JS ¡r;\'j:¡:a:-, dd ]1;;<;': qc;, babia arro~!r(i(lo la muerte en cíen
{~Oln :'¡'~:" ("~n lág r im,~ pre(:¡O;';h, (,orrio en nOfilbre de la patria, fUi'
;,U ;;lll':I(¡ iH:il,l:". 'oU ú¡tíme kstímonlO de gratitud, .. Partisteis en
1;n L~ipañ¡¡ vio a(cju·.se de sus playas el buque que os conducia~
;,\) os ; el. vie!'.'i !;ttÜO j j1cro tampoco os ha escaplccido ; perm¡:HlPcÍ0
''1 ~';!':W; ;d()ndi~ está pues el baldün? I~.donde la befa que habeis


'¡"i;~ :,1 q,H~ toca H vne ... tp'.éi aU!.'Ui'tas him;, viyid tranquila, seflo-
,~¡ ;¡Ji; (1 !nej(;r IJuiualte ce SD deúnsa son Jos pi)c!ws dp
·c~,j~; !il~,mUS;\ quienes con barta ligen'za habeis acusado: en España
h~ ;,l):'::U;;; reVt;;'; nl1 net'.p;,;lím rodfarsc de bayonetas para presen"
taf'.":~ fifí nledl() d(\ ~~n ',!{d~~'r


:.), L (i11"\; p:!!' i(,:\ '\' ¡nnli¡:' de Esualiii; P\'1'0 sí así 110 sW:f:diese, los
'1U' Sil:-:('il!¡U¡ ia;qa~ ;)l' Ulrr'Dt'ni¡r'ún de !Jabu cumplido un deLe!"
r¡ll"~\! tiJ.r;ict"r :~,¡,incn¡dad '1 Sil patriotIsmo les im p,men,


))PÜnip'IPUnl ¿'l ik r.ovíeLubre dBI ~dO ,,-Haman Garcia Flore?;.
.,. 'l ' I l' 1 . T ~ 1\,1' r preslllcn !;". "->~ !wq U e A flla"'i. -. nse gn:.J..:¡O 1 i'icar. - h anuel t;a r·


hallo ~"'.Iosé !"lartinez --Ji}¡;r: Maria Santos,·-José María MontíJto
-F f'~HH:]S·~O Garda Barba J' F¡gueroa.-~Pedro Iglesias San Gil,


Qoc;1.1 t'ecrl~lar¡o."
,¡ir):; dO(;U!H'ntos pudiéramos insertar (N). pues conviene fijar


vit'i1 erí!H, d sentimiento núblieo nre,:eia todas las complicaciones.
,. .


']IJe de/Han i;unúr, y á que se prestaha el inconsiderado proceder rle
¡tíS qun Í¡al..)I~n bastardeado la revoluciono




n.~l!,ld;¡ ~jif"jfl'! ,;,¡,hn¡ I'¡ ~'",I.~do p,,![r¡1 '1 ijl-' Lli1iql,¡:: fq'!¡¡!·'lq~)'·: ll! 1>"';1 ~'¡;'11)'I .. l '; 1,
j,i,! ), IId:fl~j ¡,.:!!~, { !"i ... t'~Jd ".~¡ f!"1~"'I) ,!I"1 .... I .... ("II,~ I!~) r)~!I 'lj'¡tHd I \: ¡


,I,¡- 11 ':I~¡~' .. tjnll !l/.¡ IllH'j'¡¡ _.""" 'l':d!,( ~'Il id"': l·I,': ,;.;¡",.,


L


E! estado de Europa. no ('arecta de gravedad en lo,s rnornen!\l~ a
que !lOS vamo", refiriendo,


Ese conflicto siempre amenazador; la invasiou d8 las ilcrdas qHe
parten del Asia para arrojarse sobre los pueblos cul!os deterliéndo-
los en el camino lÍe la el vilizacion, se hallaba en uno de Jos peno·
rlos de crisis que tan frecuentes van haciéndose.


La cuestion de Oriente, el combate entre el jefe de fa Igiesía gríe
ga y el conquistador de los Santos Lugares '~ntraba en una fa.se
nueva, y Beyruth se hallaba sitiado y nomimrdeado prll' las escua-
dras inglesa y austro-prusiana.


Por eso, como hemos indieado eH 0trú sitio. era de importancm
suma el desenvolvimiento de la idea del progreso, que despcrtalldD
en los pueblos el sentimiento de la dignidad humana, venia a tliíi-·
cuitar é impedir que se (mmpliese el deseo tradicional ya de los (tu·
\ócratas que aspiran á pasear sobre la media luna derrocada lit,;;
herraduras de los cosacos




dejaDa de mteresar'í ¡,~ ~'l'a"(';8. la ,:::'~Jf::,t¡(jH q¡W ~t' debaHa, )
ld rada de 'rL¡~~j' ~ ~~'1 b:da á {~t)(H'i'; nJ!l'US \'lGt~ ~'n ¡a~ ~)~">~


, J ,." ,.,. ~d '_{iU.~;t ¡le ~a ~ trfqfn~ •. !
~¡f).l-,l:r tf~,~ df'\~ {~zar dp laR


!,n !¡¡ "reacwn íodn ,:slü SUIE'W tlflclaownu' a ir,VPf; lÍJilS v la vPr-
dnd ¡'~ ia ;I,¡~:¡na "1: ¡(,da:; parte',:;, en la,;;; apHcacioM», í'D la
"";;("\"'1 Sl'f'J'1' in¡1r: 01J\/'¡'j i c'·"'"'r·"'I":;; "¡l"!,; Ó r(""I' OS !i""l'c,~rla" ,.,.~ Il c ..... ~, "" -'\'. J \.'u .1. ~..t~_,.)Li_J i l(\'. J t ... .l_U •. 11'&' .. '0.,..1< ~_"


¡tn PS ¡¡, que puede lIamarsf' h¡ e(;udicionalidad a f¡ne están su
!dps aCC!(Hlt~S v h 'chos.


l'or es.:; aparf'een, en c!erta m,wera, contradictorias f!. vecps en
¡:¡ tll~!()ria, leyes que son fijas é inalterables, como qUe se deslizan
lJaturaj¡nentr:, y ,;;irvt')¡) pa:d la conrdinacion de liJS imeesos en las
~0rje:~ df~ lah edadf1:;,


:;¡,j nUliJi'i!) 'i la medida y el pe;.;:,() fúl1ntienen el equjllbno ij¡,
IU>; muudos ('n el espumo; leyes análogas han dI: tmcr á la armonía


li! VI'isas parles de lit hu manidad, que l10y parreen f('peJerse y
¡!íf'3il ¡'O df'sordefl por no haberse trazado la órbita que les sefiala
"\1 Ploilla ilutonomía.


Porque como en el órden fL;;ico los volGane¡:; y las erupciones sir"
'ien ,~n pI p!anela para ¡Ji{'l~lar y combinar, para levanfar 6 deprí-
[¡"r ""J'~ '¡";"il,'J;H'j'/c>r J"s r.aden"'" dí. rnr.nt"l'\as' " "~l' C0010 "]1 o¡ .I.~" ~ ~'I.~ ~l .. ~' >.J UI ._U~ u .... v ." u'~ '-' Vi .. O,U '"-' ~ ; U.',,,,,,, c. ...... ~,
lildiV¡(]l:CJ se necesitan para su desenvolvinlien!o crisis que determinan
;} elnnmaclOo de ciertos virus, así en las naciones durante esta
épOCtl ,je tral1sli:ion (' infancia, la lucba e~ muchas veces perjudi-
cia i y parece contradecir el nrogreso, sin que deje de faltarse á la
lev hi~t{¡ricil"


Hay q d""svíactones, hay retardo, hay tortuosas marchas, perQ
¡a fuerza c(~ntrípeta y la fuerza centrifuga actúan siempre, y Jos se-
1'0& obedecen á las leyes de su constitucioD,


lit


sd ¡iaCiOlJ t''( !enor en~ como decímos graV': y Francia cümo




Ingla!nra, Austria como PrU,;;li\, ¡J)'eseclíaL Jit los f:rao¡jes ~'!ttl!tií'
micllÍ'is que aebian "iaIÍil!' ;:B breve la dt:: ¡dS ,~\;P:~tH}',PS W;],Li
porq1H: \lO trahajo suhl8rr!tt¡¡;(: ¡'i¡iUha ',:,: pí'; compiUu !n ;,\;q,';j.
{'ia de !a3 f:oeicdadfs vieja;.: ('í\'; ru-" ;',: ¡< día!':' ud, ,·(.,¡ió
JU¡1:.' HthS r curne, [¡¡si,; }¡;l 'H
19ual t'¡ ilidividuf¡ al ¡ji;;¡ 1
nidad


r(~cbo proc!arnadn por !r~ ;".j.'\" ~L'í:' ~ )
persor,¡;lidad, ünmo invwL, ¡l k::i .. ¡
los r'whlo~:; por l.nd::IS ;la,d(':,
bJt~~"iesc la i US:icj;l


.'


de hs J(c-"pC'!ln¡;
Podían ptc:;ent;H:3p ,"[ J


Ú otras sj)ljjei{}r~~'~ eu r~:\te /~
" . ~ I ' !


nefl de lo justo () d" lo injlJ;;lJ ;i ¡:flí:fm:dit;:;e ,'ii Fi ¡¡;j: ,Ií!' :,,:,
. ¡ 'd" l ' ,. ¡Jrl()S, mlf:n,,l'aS que en el. f' jO~ otros Se ¡)(lCia ma:7. e ara v n¡:;:ljd.'~


la vl'rdad. no era. va t'o,iblr; !a li:i::;i;f¡c:H'icrl. \' er'::!;'; ",,¡j'1;!C ;'[1
.,¡ ~ • ., - ,


ca¡lil etapa, la revlJ!uciorJ q'Jf 11at)lH ¡"iS¡H!O d('<de JU::i' 1;"li' ;,;,¡:
co á linea V sJlDertieie, ib;1 á f..) \,1'1Íi:;,;:'; rn id!) l'r.,r;;l¡


El centro de toda~ bs ma'IuínaciofH'E;, Bonw ¡'ce r) fIi'rrnan('n:~
uonrle aClld'm á conc\.'rí'\r~c é in.;pir:tt.:¡, t',das h: :ir¡',fllib i¡, :h
illDtUentn-: (1,. ap,rnsf:1.. o"~ '., :,í:' ¡"nuv,;i':1U:! I.Ji .ti: .':.';' .;


-' _.... ,~... f t'" >,. 1... , • ("


Roma, que ee!chra In;,; H¡¡fiju.' J '"('! :,\~, l·) rn;:· j',',
opresores habla vist¡J llegar unos tra.s de ntro:; ú !);
monarcas ó á los pretendienks dl;s¡nD.ciadn.:;. v Cr!~ti!i;t;'
Francia á. Italia; ella manchada de impiedad al cl:nfaclp del ¡¡;)¡;ra-
lismo que ia habia sostenido con su~ hijas eon1.r<'l, e! r:,;:¡'~;n!;\nt!
d~l f¡soman tisTOI} fanf\tico




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El ¡J.üblt'f!lO :h~ LUl:' Fe l !!!,:',,'" ji ;¡:, <li'<! (,;;; "\,,,,:i\¡¡I:I,la,j¡·~
extrarla~, y entre otros IDJ~{íio<; f1>: tl3CH d,: ", ¡ ,11,.';"" t.¡q¡ ¡'i!c,nn li~
t¡¡·,c, nca y poderos;; r,on;:!
'll,j


mientras q1le (lO Italia,;" ('·,'a
ra f:n los primero,·, días d,' ,la


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Lrts diferencias en!u: la. 'h;(P!!:l .... 1"


d{~ tjrienL~_~~ JOS Htarlf:jo~ d(~ ;(\ t,i~1
pnen á Pfl;~(\ ¡n¡-;), la;l;:;¡r :'1;:; hn;'ih,,;


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(-n H'l~ch~~~ pr(~v; n!~ia.~~ pud (~ l,! b~:,> 1 V;:{T~;~-' e! ',q." iU" L, ~:!)
h)\~Clqn p;,ra tH,,~ qn~" dc;~,~J)t;~H:ep lu,~~ v{~!"düder(::5 ji"
dI" el ,,1 ')'l(.J¡lo' 1'111)<; 1)'. ¡-np'[¡rnflllf'n ['P" a,'lI¡'¡
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¡. ,,¡Ji;" i"¡,. !,;';' :')" ",¡[i!h';cujJ'ic1ws dr:'lll oligárquica
íi',¡i"'·!liD 'jU" k opnUiFL


¡ji' ¡': I:¡ e s U(:I'SíJS ~!: c(; m nlican iácilmen íe, cuando falta la lógica;
\ t,.l !t::t~'!I'¡a pr·rV¡,¡O!)fl.!. aceptando el poder de Cristina, venia á
;;'!t,,··.Ü'Hi;~·jí ~ ;;'.'g¡~;, j" E'VO¡tl~:·!¡Jn qUf: r:¡a, ~!!l cmbar3Q ~ausa
JraSll)IH.1.l éj,: ;m ('1f;Yá.\:.lf.j




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; '1'; ~ ;'n tela /k
,,1. "1 ¡,'''pana i'nmn


, (··r" ;·'Pl.t;¡ii,,(;i')f) tlf'! gobierno ante ..
¡ , "w;:¡,',r:'t no \a cerrar aque!


C;' ';'i', ahrió las
;:' . .l. i;l) bp[nH.cinn


'v así:
:'i !VI, ia f"ma


¡ .,


¡e, ,:; :,r¡;, ,r.,¡/;}(¡' (,k ia Rt~gene¡a y ¡~¡ri¡gi·
, \i ;:, i' \t, rí,· í'~:'~,;", i,> -;""~si,j(;nte de! Consejo de n1!'


;"i,', '; ,,' : .• .' ;d;;,!¡a l,n·"; ;, <"o el ,,¡¡!Illt (le seSIOnes del C0!J,2;reSO
,';¡nG,¡' i¡,;· ;\ .. ·,,:)t\¡¡¡I;,¡-(p,~;j,S pa¡ahr~\s dccl;trando abiertas 1<1')
~~orte:)




I-Pcro cuál no ~.ena pJ a~'.:H¡br(i d~ ;1;" :'.,: ;J Inn··d¡j· ... , ( .. ¡n~h~dau{!>·~ nue
, )


lograron penetrar el pfH1ler d'" I'n j" i¡';:' !i,wabü fC':íwtun~a·
mente el Santuarit) de la;.; leyes, aJ vu q!1(' :? ;,;~ti¡¡l('¡iin Uf;)' la


, 1 t b' '1' I ." ' Husma, que en mH a la Ha vanac 1) fe, asp:~et(¡ cr~i wei1,i, qUi~ contí-'
nuaha la tribuna pública y las dt;¡;¡!''<, ¡educidns [: Lu: prnpn;ei::fd"
mezquinas qtW hahian adopuvh c¡q" ':: ';"i':!'j'i';¡'" "1)'
SU V(lZ fup"e e,;;','w'br.,.la, ,ji' '1U' :,:
ff'netrase en ~¡;;: :,t(¡l<'; Ó !;;i(}~:i'J(,U"~


h'} d . ('n~!~:'~l~:.~rs·~ ('! c\ i¡-;l(¡


h!q d!.' Madrid, cuyo pldr~;,¡:sn~o n;¡T t ~:.' k de:"::n¡tl,lo, '.,'!!" n ¡!l'~"
ij,me¡(~ \' fil~n5a! 'z j,w¡'¡:; ~: ;'i ':
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I \' 1 -, 1 ' '1 ~ " ;, ¡u.¡ '1U~ ('¡ ;,;';lJIU'fjO ,h\tJla iJi:dHL ::Oln'UIC!( n W' que t{~u,,;~ ¡Pi\.: ll,¡~"
b~;rsel;ts eOll t, ';C¡i¡;'¡ " !i:cm'!I Íl:dd¡¡ eOll d,;){'nfattij y
;)rt::~e(du ;::.,t) l i.' :,(Í:\ ~':,Jr qq(' .'; ;énjt;:~e


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',' sílO;' 'ícW


::'t'1J¡j·'
n': ¡¡'lU!,1 í:lÍ:¡¡¡¡:ír ahilf,:, :,í que nrri.'¡!:aba las di~ctlSlOlJflSi


:,í,t ir'!r, /. di,:'wn :; me;;,c;:: :m1et; la fm::d::une':!nl del


El ~d';':-:i,;¡'ni~' ItL':') ¡,'al!a; al sefivr Ca.rrp,seo v lel'min6 por (;1 IllO··
;n:~'·~:;o ;'l C.~}; !1¡{·~ f,


d" !!a:I.'¡jI¡'L íiau;h,iil j¡;tlIU !'';lamp<:lÓo. \ eran- (( E!! cuau[o t!/(~ sen
pm1J1llldf) hacerüt wnsútuciO¡¿:llmenle,.) Y como se b3bia prüvisto la
yac,,¡¡[.'. ,i :;l'ihr\,drra:sc" rleduc!<, qUf' alguna duda babia debido




mamfesto alh~íll:lS, quP !3.;~ l.'u¡,~,'·; "Ci::
lado la H¡)¡';f'flG!a, qUe' t'1"'U jit ¡-!
!."([t\::I.,, que \<:'. I.'r:',(nl;'; ;, ;


,\ q uel (\¡scur:-o VI'):!'l~ (', en i j:; ¡. :',;, !i- : [l
nalÍor y trmplado, Vi'flla ~\ ::Ci'" ía IOi" \"" ("j r, l;~
(1<' la revoluei'HL d\' los C()o::.;p,rgd(" !~' ¡¡,ro';.;' ~~;"¡~t :,[1
',"i' (-~Cl tl""hn n'-' ,', :', ,.{.,.,.""!,, ..... ~: 1J H ,,¿ ~ .. ,


dí~i.· qUt' feuhió dr~ 'le; ¡; 1:. i.: '
(¡,~ las !p\,,'s inr¡,i!ul,,":;' ;L,
!i\S eories \':'!J:·til'¡',f, (",,: (1. :<'
snhrp fl~ eHHlp~iL:~f.~;t<-; fí
'i~C: ~!'DaLlo~"" ;::" ¡f"~


• 1 f,


1-


'0. 0


!lon ManUE'! C()rnna [Ih'~" ,'iiC¡l!¡.!ill!(¡ dt' !':¡nh-s(ar al habd v nsado
orador dpl moderant¡sfnl),


Con f(·ticencias no lii':':}!)!;; báb,lfS ";in a"¡n¡flH"¡(Oi;( l)flstanle O~­
euros quiso ehi\l¡[' t: n¡:~¡¡-;t:,;) ,;¡~ l,t ~; bf:;'r¡ : l't ¡;te.: ~ravl':-; I;ll\".¡-


. ' ~


¡::-onzosas CU¡ül,¡ü t;thL('r¡~fj ,)(,; :'í'¡;, ;!
lados in¡¡,J!fis, apr,\'ar:do,~¡ ,,(\ ';i '.'~I!" \ ir; i


'\0 entró !)Ol' ti\'fl'"
la lógica, ni i:\pO~,.
mento rL- la voluntad


m


(':-ir Pf; j;~,s eOQv{'níenc¡J~;. "o.:
ilJlri¡Ultt'~ ¡;:r;\(~{'j()m~s .!t-i e


aup na;-d í,,~ (t~!:;t,ntf~~ Pl!t'~-'~;'~ ';í',
,


tlnS("flt~ de hl ;lll\',¡-ldd \- iOt-i i!d~:--(':'~ !l,. L:


; i 1",']'('111' de
'\ ',,1;';(1 {Iil,';;) ,-


En la sesion tlt'! :25, !": ¡n:dl!:..:aL>: :<i, <1' r ',;¡! r;\'·,efl 'j!!f' otro




¡J,! las Juntas, la f:,ituaci(in del nais y I.tras eirellnstallcia;; F;''-In mo·-
t¡V()~ sufieil'ntes ~Iara pl'uuar la. terrible (;f);\CCi()~J ÍlaJo eU\í¡ i.dluJ'lse
habian hecho las últillJas eleccior:es, a:ejaúdo a un partido de ias
urnas, cuando ese partido tenia mayoría en el pais.


Siempre era el mismo propósito, siempre era la idea dominante
del senador separar la causa de la revolucioo, de la causa del ga-
bineic, pOildr á la Reg¡~ncia provisional en contradiccion manifiesla
con las decisiones de las Juntas, deduciendo todavía que la Regencia,
gobierno constituido, era mas crimina! que Ja~ .Juntas populares de
cuya,;; decisiones se neupaba coo el lOayur di>spfiCio, halagando en
algulH'5 casos al ministro con esas fiases estudiadas que recuerdan
invohntariamente la: caricias del gato.


AqUf'l. fue¡w hábil, aquella táctica iban á un propósito. El go-
bierno quedaba moralmente derrotddo, se descoílceplu,:.La ante ~¡¡S
correligionulios y se desprestigiaba por completo, sin dt:ja;' de ad-
fjulrirst' la odi:!sídad y rl enconü de sus enemigos políticos.




:ll!,·¡.ilt_· • ! I 1, i. ¡ i 11' ,:; f I . I ¡ I ¡ t ' : ,~ t·· <


.:.!: '


L


La situacíou se habia complícado, p()r~ue el ministerIO vacilo al
aceptar su cargo; porque ~.;e mostró inconsecuente y olvidó el ver--
dlldero origen de su poder, A:-;Í qUY. ei¡lliO '2n PI -,en;!{;o. ,In ei eOI1-
¡ueso talllbien, la fraccjo!.l r<:acCÍooan("\ =,f': nre:;entaba llosl11 y hnc:--
caba tretas para ridiculízar y poner Ü~) apuro á los desgraci~idos -:'1>
regente,:; que no aceriainü, ni ~{.' dabnn barro á mano para reeba-
zar Jos cargos que se les dirigian. Con OCaSiD!l (101 nOi!lbramií:'oto de
diputado que babia lkn¡rh el ~f'ñor Gambn3. :x-winistro jp Ha-
cienda, los realistas que en!.!} enlODC0S muy constitucionales y t.'S-
Ctllpulosos guardadores de ¡(),~ practicas parlamentarias Yl!1!('fon a
iifovocar una discUiÜOD respec10 di ucti.t¡ y huhu necesidad. tambi:íJ
de acudir á [as sutilezas y á los distingos.


Entonces se habló y divagó mucht: para. ~aber :,i In:: m¡emhros el"
aquel !"(¡biE·nw aehiao dümi:i.l'Se !lj¡nb!l'~ eíjrq~e, l:o,. {} CIH'i'<-;"[l'
t,~" flIinililros. Sí el ser provi:;ionales quitaba ó no fi;~r;:a ;1 la MgU-
rnentacíoo dt, los qur i.:i¡ab,m artículos de la CDo:-;titilC¡,)¡¡ ¡'('il~renies




" ~-' '.) d ,'~ ,1


J 'lF' los cu('r!~n;; c,L"¡·d:- ¡'tí;;; ';,) Pi\¡j¡cl!.l df"¡¡··rt'i·' ,,?, ~J\'i~encia
-' , ... ~ ~ ,', ¡; - JI, ~ .. .J \ ••• (.. ' ..... A'" r ¡ <....~. •


it-¡ Ci~y; ~i l1f'bia. hnk'r~,' llamado (~!)n mas propiedad gobierno ó Re~
;!dH:ia provisional. y otra~ \' ')':"1> !ill!j¡:l.(i,S que dieron lugar á una
vnael()f¡ !'n que ::1; \lo!".'< u.'!ilCon Cn!irhja franca al ex-ministro v
n-rt'l:(~nt('. r:J1Pnlr,¡'; hullo 1 ~ qlll' encontraron incompatibles am--
h .. ,;-; car~~o~


;~L la t;(·"inn IH t¡, sWU¡PUlf' Ú la ~ln que se negahn. por alguno~
'li":1(j1' r}HdH\;~ ;lr¡!;tu,l \'Ta~;\r dirnli:1.rl·,. ~fl hizo la misma ohjc-
:;' 'e a¡ s flor C<:r!iLi\ e'lid;) por ~f:vi\la, con la diferencia importante
,i, ,,:¡,' ,.;ti' Úi¡ll\:{¡ rtlo!iíluat:a ¡;¡¡ndr~ fllinistt'i, c')-regen.t. Los (ji-
¡lutados linnza!p7. Brahu v (Jarcia lnd nidirfon Que S~ anlazara d
o '-" ~,.


(l·~t,ate hasta !a constítnei01'] de] ron~r('S(l, provocilndo una iargui-
<¡na di"r,lI~i(;n eD I;~ nu!' ¡Otliruou parIr' los §('ñorrs lñigo, Ferro


~·:-n~('ugí !11 rn:~1i(":!_!";l {.¡p ~~rn~~;n " ;:i~~!;cin v ~·tr::~ n~u('.hos, con lo
~; ;{: t'),;l:; ~'r;,¡¡:;';;; ¡iri)~:'i'(:iiirl!'~, ;!\1S()1. (¡ny (;¡~ !>~('Lhó la proposi-
(¡un por -;S vr,tos enntra t;¡. acorrlán:jüSf\ inmediatamente á pro-
¡'i]f',:ía d: la nw"a. fllH' ~f' admii.i(¡ eO;110 dinutaoo á don Manuel Cor-
~ t


\k~ ;;1 ('i),'.í:I,;) ';¡";1 ;¡r; ¡,j'I'f~n!ÍíH¡'L ~ue rsU' ultimo he-
f'\¡!' ¡"l.'t· i;; ;''':;i;, ;li'!ii ;, :':¡n,:¡:n1i l :l!1., \lvan'?' "tronlia. rrpnhli-


(:Le 1 ,:-j~~ ti"¡ /l,'~~·,/~.':.'i;., ~·l~-l,~ \; c:!~¡ ".-1 t)it;ZH~~H que se
;':Ir.!i1 enme!i,i¡, Ul1;~ r~qUiVO(\ICWn y qtH' pra preciso f'Dmrndarla,
¡-i:;-:'::(O flur "in:rln¡" r n1il\' A la ¡¡:zeTa fu p admitido el sefior Cor-
tina: habient!(ll;¡¡"Il tuvif'fa pr·¡Jl(la ;a pH.iabn sobre el asunto prin-,


, -! ; l' ," l' ,
;'lfHL ~lIr D,) i'(' Barlía ¡'\1i'~¡n a di'W:¡;;Wf¡.


El seDo;, S.í;.;;asl¡ ;hlt dI' w ¡,¡¡¡abra pMa defender la entrada.
1Hi~;ntras q¡¡('.\¡vara~L1;(í¡:¡;!. dc~l' r'rane¡sco í~onza!ez y algun otro
I;;nf)aticrün sin resnilarlc, la adnnsion


, ¡




fU el tf'rreno de los principios, y que a lo sumo probaban que DO
se tenian rn mucho, no significaban otra cosa que los preliminares
pa.ra una campai'la ruda, en la cual iban á herirse mGcims suscep~>
tíbilidad0s, ;.rastúnor¡se mudla!Y rerutae¡ocl~s.


Hemvb ljEeridli condensar a~í Jos primeros trahajos del COD¡H,'SO
y dei spnado mua que !:'e vea la situ(tc!oll política. (jU(' no prefen-
taha bueu aSlwcto Y ~!.' enmarañaba Illas y mas por cau:,a de la falta
primort!úl! que ya /¡{,HJOS ¡pdi(·;,do.


El ~S de marzo H' Cll l1stÍlu) Ó 110r lin 1,1 COn¡m'Fo. ohteniendo I J 8
votos para pre:,id;-,[]t~ ¡j,m Agustín Afl~üp'lps: 111. 10t. !I!) Y 9()
respectivamente para vire-presidentes, lo~ ;S(lf¡(;res Muiía, San I\!i-
guei, dOD Jfoaquio MMía Lo!wz y don Fermin Caballpro.
~¡ eor:grcso estab'" compuesto. como se ve po!' PI restlltf\do, de


h(\mhres n:;ni'f\eejcflte~ al nartido eXP.!lado. y en la alta cámar;:, ;:1
"' . ' ..


, . • ¡ ti' l.'·· l' ' mi (!:mi!:',i,lil. por eOi"u¡);') o J reaeCH.Hl. porque ¡¡iS ('lí~CCIO;,I:~ i¡HlHUI
\;¡riarL la fhZ de aq¡;(~iia mayoria, qlle pll00, siendo mas enér~i('a .
. WPf\Íq' In (oflstitneion de !as sesiorH's, bahia con Indo UD ~ran ele-
:!wnto ¡j" j!'I(Ilr!'ílCi,c qn í ; I.'O"'l!irm['.br.: o~ra vez':¡;tS la [}('ce~id(ld
lh¡pe¡iosa de \'char aiJajo aquella nli'(!a iPlliíl eh la n:áqUll'i.i gil!);)'
nameniai.


Congrrsf} :' Senado :: Hegcocill pl'ovi:-luDül formabar. á la saZOD
1 1 d . 1 ." l' 1 d' para os mout'ra os 11::: cO!1junto ( eSrrCeWJllO (e llGmDl:~S ¡el PÜ(.,~


h:o que usurpabím las prerogiJ,tivas de laS clases privilepiadas. hl.:m-
!:>P',: dcscf¡'¡,jo~, cremi¡.'"s r.e la fp!i/Xion, ¡oomp],'tr.') nlllida0es. ell~,a
f!f"ania e~'a r:.11\q insünortah!e, dl~r\j(~_n. f~H0 !~~ n~l~ t;rano !n~~~ v!!)~'¡nt¡)


. ~ . . .


,.".,,, .. 1.(, h',:,,;n,'U ¡"ti,lo d(, r¡;·,;'> ",¡il''''''
, ·,'::~l·: _ ~t' '1 .. ¡ l I(~~' ~ < ~ • "_,-.)0 " • ~t'_


100í);, los doeuruf'n tü:-! y ,;f)Cj'e!"i~ i 111 portan tes 0"1.ped idós d umnt('
f'I ic tt3rregoo parlaml"ntllri ¡. fueron. como es cr'!lsiguieiJte) presf:'lJ-
1adr)~ á la.,>: cortes, y al kerse el de renuncia. de Cristina, un dipu-
t:;.uo, el S2uor CoJiaotes, manifestó drS00S de saber si la nacion con-
tiouaba ¡lanndo á aquella señora le que le babian sAña lado las COf-
f's, recitl'f'wlo por respu~\;ta del mioi~tro intcriuo d~ HaeicIlfla, qur
no ' .. hin. r¡'t8a reS;\l2cto ::11 rarticular, ) f'n la misma ses ¡O!) se prr-
St'nt\J una :ll'(~;!osie¡i):J que firmaban muchos dipntadns, :: der¡(l ¡¡~í:




una comullicacion á fin de que remita con la brevedad posible los
presupuestó·¡;; del corriente año. manifcslándüEele que bien peur'lra-
do el congreso de la imperiosa necc,:;idad que los pueblos tienen de
( Ilie Si' Il",,"ln lr'l'('h'l" ('C'I)I1'(ll1]';"'- v f ,!., '1'~'(' ~.l '1'\"0"[1;((' l"."~' ;Ij"on,¡'t\j'd ~ J~ _' (II'r-"t.~-< .. .1J. l,-' '~ .. Ll,~ !U;.; .. ( '-""'- \ ... ,' .... '!t'>~.,~>( ... - 'J.,~~ ~
un gohírrfJ, b:uato sí he. de aliviarse l<t (;c:~~rar:¡¡ll-¡:: HH'ri: qUf' har-:la
¡¡l,ora !';'S ha cd!:;:do, antepondrá f,O ex{:rl;;'!' y u;; !tp:.Jlnm cr,rrec-,
cíon i\ todo lAr;) proyecto de ley quP á ;-;u ,-:e, ¡¡"(¡j' i,¡u s~: :.;Gi.neta,))
i~¡ diputado !\!uíioz BHi',lq, LOlllr;, qlwn L !,¡;:.,i~('!:i~tlll) al¡.!u-


, 1 " ' , p:'(!rf't,:,:-~UG ro (I!\,i(~r~~as o('(}s¡one~:" H\e (.; ';'o'~_' ;., \" f !'~) ~~r\'po~¡c:qn.
~, ~H'trp \,irJi.:"; rnzop:~.'.;.: ~1~.::_:ia: ((Si.t~t a{) ,'~: : a~"tI : U(I ,..'t~' u;'rió I,I} ~an­
l;¡¡'UI': ,k las ir:yes por uua ¡<,ina Que n~a; B,:": ~,::1(i¡: \ cúntlada fa
~:ilw,:,tí;~s ¡'xtr,'1Dje-as guí'o t'::hu\I' la revuluciün a tpilcn ddlja Sil
f'-~ .-C''')·I'¡!'CI I'",jn\, ':; " ..;p Dod,>!" V ,<,1 '¡IU,'J.!(l ~í"" !;'1 rr"cnl·'póo i[..;, ','''n-
" ,', i...., , ) . , I ~ , ,;; .... .t. r . .., 'too _,1. , ~ w '" • '" o"" t" .,.' ,su ~ ,_.J'" I


t~jaS qU(~ n(dnnnSanl~~nte S~; le ofre~ia[}~ l\';~:v!trJ)o ti,,~:~csto, :",,~_'rC¡\iC
! J • l •


fl1 [Ii'~ 1" ,,;>.,/, :' 'j' ti; ,) e 'u" r,' i1 ,', ;0" '(1'J" h!p'~ ~ ',' 't' 1''' ¡:"t' {'(l ['/1)',.:("("',,<1' A"
". ,._)~. t.o.' ... '~. ,~I(..,.¡ ~ ... ¡. "- •• 1 .\\'.";U~" .. _P.~,'i.'" ,,;._ ,_ \ ... ~.-'!....\..-~ I..~'.,


La:~ rrd;un;J.~ a' jpr(ln e~irepi~t).~aE';cnf:(, y in prf~idf!cti:·~ DH?-
"",rt'~tt; 'lnp '''~I}I~)'l (';"'\'"1'"'-:\::1 (l' h~(.,,~, f{IJ'J"d"I' ;':1 r{-,y\"r)O~¡"ri\ (ipi}j'¡l.," ¡ I 1 ¡ , ~' 1" " '. - ,1\.'; ".\ ..I! I ; t \, ~_ .' L! \ ~ -" l'"": t~ (.... j.~ • ~ j.",. .'" t" +. (.. , ...... ;),. _ u ~
v el ~:,ill;' :\;l1l!riZ Bn;,'fjf) prosig¡¡¡ó su d¡:;(~:]r~:ü h,snuej;;ndo el!!' C('-
¡ iY-:. S'; ",""'; l)"ro ("\,,,.ie.¡¡ i 't Slli,rt" a'ol 1'[,r .. ;,!''1 J'(¡¡"!-:,:'3fO V Ip\;
.. ~.#,_ ',_ ,. 1., .. V,V\ J._ ~ .l "- ...... ~; "-''- ji .... l! "-.' \..>, t",,", ~" ..• ~,


;j, ·':rl"(,; .. ·!¡¡,~ ',' ,;.,.;.)i!1'" ;'i(i d"l Tr':'-'fO :,'~ fOI !tl¡'''l~ 1'''"¡t,l'nV'I',~~¡,1a'' ¡'JI'"
.! l '."": \; _.: •• ~., '..: '_.{ ,.!.'." ,/.u;~ lo. ~jU,-, "J_ fJ' '-' • ~_,~Vi "./ , • .t,


¡-"(""í. ,1." ;" ;"> !>!¡'ja, ' t', ¡n~ IriS "l";'Ü': di' ""'¡';' ad"I",'I? h "ociedcltj,
._, " d • . • i ..... ,_1.. I I ' ;'" l, ' , • J. ~ ,j J,. '. \ '",-' V _' ; 1, v, ll¡, ........ ..... .. \ ~


\,


y io;: Sf'!Hl(hr('~" flu r usahnn ~l dej'e(~ho qn!' ,,~, ]e-s reconocí¡, y
aseguraba, t'l derecho al ¡¡criurio, el deu;cho el!" ¡¡[fingir la léV fur.-


-- ... \... .J


(lélif)e~ta;, nroseguian p;'es~;n¡ando~p ':07(10 le'roe,,? ?J como d(qnos, y
I~¡ c~,nde dn Puñr¡nrostro, comenU\ndo el t"¡jO;ficstf\ de la RpW'lDcja,
cL\ya~ fnF"s ~r('¡a calumniosas, fI)n'1!H'ia!;a~u Cargo, (in iUltc que
1'[ r!w¡ur,;; ¡!e Valladares pedia que S? rct[gctaS:~ la iltjuri;1., y que
si DO. él DO il"ist!ri3. á l,.¡s ~ef;iu~es.


';'c"reil. dl~ l!l 0(lf!lunicaeiCO/l de ('sI-; ú:i;;-\in f:eñür, l'eso!v!ó el St'-
n;¡¡:n :> ¡. ':;;¡ i',' ,¡iiCion. y di'::-pw';c, rÍ] tU] ddHU: 01 que Jc~




senadores Carrasco y Someruelos confundieron al mjniskrio, , ('"ji}
que nu usaron el verdadero argumento, el argum'.':!~d J!'f(~rlit,l[¡k, i';
argumento sólido.


Ellos podian decir al gohiernü:
<diabeis llamado mayorías ¡/ct1c!as a.rl1/'(;!r,sa l/1f'ntp iAll1mw ~/'.~ a


las de los Cllcrí)(IS co:e¡'rlslf\c!ores: ;l(,/.!:~l boí .. , IItIf'S, pUt.'~tm k~,!d¡(l:l:1.
'. '.-'


nuestra i'.~gítimictad_ Aquí ~!stam()s í:e!!aif¡1é[lt~', ,)
Podian haber aoadtd(l
(( Habeis aCllsado ti e,-¡i:' UiiJ.,~'fln(~.-; f'.(¡Dh' 'tI/ti/e/O!'(J'.: 111:' ía lt~V fun-


dafilenm!, \' enn:\fl baelend¡; esto r\'nu¡w¡,~b:\" ,\ ¡, ,1\,,',ln!,¡ildad i]\!t'
radica en ese ¡niswo CÓ(ilf!;) que d('~tn¡ia¡¡, \ 0),,'1'(, ,:,'ll"r',':, Id';'·-
S00'Plr á. lo~ f~lC{';(',\i~ ('-~;2 ntltj:1fqJ;"'\;d ..... r<)l'f' . ..::'t'lf:.q·d .. ¡ ... ~ rld: l'r¡I'¡l'!r)


'(' . ._,,,, '- '," '. '- - } ,l ., .. - ,_ ~~, . i '? .' . ' ... ; \., ",' ~.', i ' '._ '. '1 •


'. d I ,\ 1 . 1'" \ n!s~~n ." ~~ .~:~ 'J\~¡"2r[l;}Clnn LqO rCI~~ ?"i !,,'~~l\nl aplorn(~: «~T::~. ql~,:' ,~~!)~~~.
eI! :,ié dirt', qll' ',;;; ,',efi()tPs~"Ui\i\¡;¡"'S (:tu' i,;diVldli:l i ¡7rll: 1\


n"" ;,;'
\r,LH~:.:«¡~1; (~u::~ halc~(\~ ~'~rüv(;~)ldn . il _~¡,~{! I " ~:!l .~t\i~(,\··O i'\,>/I' \.,1~'. :"!-~i~'
tesí¿ ctImphdan!i'nk)\


El ~,,>,fíor Cor~in(l, ¡,¡\vf:laba ,i;U W.-)':f'IIC1', 1/,'11 !e)if¡~d{';; OIH't¡r:Jr10
(]emo:-trar ane sus :;c!VPí.:;r,riil.''; [''lhi:iD i';'":í¡"nlC:-ld:: !;. ir".'"", c;:a;,,:,;
lO" h'ni'l enfrente C11'I10 a!i\íl¡;Fi~S ¡!~"';l /,(H,i'0!~i',;nr¡ dí' n~f:1~ nl)í\'l~:.


';"~. hab1nhrr di' la ¡~l(Fori::1. v de ]~1
lus s,'¡;alhr,s n'-I ¡)odian ,!!!i';t','l:¡I'",l ¡ ,




;'1 l):~11!.;(:a f'~·~r",),r!¡;~.


:):-i' ,


; n(;,\ \,i !cah¡l'. Cnn fa les
~'ar!-lcr ff~n0~n)~';n(t,¡ en


I-,')~ !·H<:\:.',tli\V;~:· d 1;\""'I ~~;~:;.¡:~!'J')('<~, t'~rHJrHh(lrOD á las s~:n\~e:~ ~n~:l~ua-


Gl1(~va ¡-~rnte>.;;:r~" ~~C!i\'ft de ~!:nadores quc~ J5i:jJJ¡U'¡
1, ¡"eI'118,Zf1;'8f\ ;'011:',; ¡n iuriosu.: ¡fl') ca;ifi;:¡I,r;F)¡¡i\~ de!


~e fr¡ lan ¡'\'1,~neett\Va!1 !~1.r r("
tJ!·~ Hi(i'H~;~ ;n:'- ;,;.:e j~\c~~n~'«~ ;-~u ~nneés d~~~ Qne ,ha.


n;\ !~n h!'\ ;[1:! TrIS ~n(}np.-~ntl·:,~-.. ~ \<'¡;'~ ~H\b¡ttn ¡ltH'r;,,~n Tt (sa ~.ltO'"


'-., , ,¡ ~ t ! . ¡ : : -, ,jo, i\¡( ).~< -; ~~ 11r~ i..;¡n dí~feH,.~a lEUf
-: '1 1


¡u-, n;~~d¡\l:i Jul.urales que podian pro~


VIL


~~,'~ ,¡ ~ ~ f n ~-, r;~ n ~: ~~ r; ~ ~~ , ~ ~. ,1 C; Tj. \' ~n! e D (~r rn ~ ...
~, '


l'
j¡,nhs d(~;¡tl,,'iTi 'f , ":,' u;)a 1.;;;jiqiJl:' á ~:;j )";,lVO t.iJ~'r¡iO íos l:rá-
¡J)Jjes regla¡;!i'!')l.arro" {Ji!': rnyan (~0nv€'Dído, para d?r cump1imirnto
al ,ti L ;¡"; ·ir' h Cn!1-:l!tu('l nn "n el momroto ÍjUf:' el gobierno dis-
p:lnp,l ia !'i:UDJOn dr: In.;; ,los 01wrpÚs cf}¡egistadl1rp~, ¡,:oof0rm 0 ;11 ;H~
!if~iJl() 2.' il(~ la hy de 1" ,lp julio d~ 183'7.»


\,)IJ(ldaha romo f'n suspenso la díficultad provoc3da por los sena-
<l/m':, de lit antigllil mi1yoria, á (Iuienes convenia mantenl'f abierta
,'l ',1' ., '1 1 1 r p flrU: ni,¡ ¡;~);t PO;V'f ('ntrar i:!; non 1m uo sm naeer Cllsn f e .1\ f'2it;¡-
iJc¡d ,",i;¡ppl!~ ¡ill?> l1fl 1'I'{'n¡¡r)f'lflP
" .j. ~, • • }o ~,., ,1 ,',. "'., • ~


En ,>1 ';I(!!lIf'r;;," día Si' dH) Irc1¡¡ra de difp,rpnrei' dOCUlIii.~ntns. wJcr




I < • r ; , . -. ..., < " - 1 -
Utl ,'¡l':S re,:'[,'n(,'-'; a !il I¡¡tona qUA <1'fña trant:ts~ii :::_'u:ar2{;!~,Ui;,\~L,
y l,1)Ij (;SC ll¡ut¡V:j el ~,,;l'¡;;~;ÍJ: i:M'liSCO, S\E:llIpre ¡i)f¡:dlgÚj,k, redallu
la tutoría por Cristina, ~l el illlui:it r o de la Gobernacinn hizo una rt)~
~eña de lo ocurrido en e:ite incidente con las cClJsultas del Supremo
TiÍbuual,


En el otro cueroo cojegislador, don Pedro Méndí:';~ Vig() prC'scLtú
en UDa de las se;3inoes una proposicion respecto á i~ falla de dis-
curso de la corona,


El presidente quería ('\Jitar discuEiofli''; Ó npiazar pUf io ¡¡¡;¡nÜ5 la
cuesllOD, y preguntó al diputado :'ií prop(ln¡;~ Ó in [e:'oe:abc1 al ,;!G-
bierno.


El se!mdo~, sin eXfll!(;Ur sn intenclfll1 ft:SPfC;(¡ á la fo:nm, I;,;a d.·,
re,~ho fll objeto, y íll'f~guntaha:


(¡JJué seria hoy de los q¡,l¡,: ¡¡~iS enCtlDtnHPO:, ;:;'\jl!! i'f'tFldi¡S ~~ e"~
patnntismo d,~ 10::' espatí :p~ no ,:.;:~ hubíer;i Oilm~t,ti' j ir;:;; u:¡! :~
~ , .'


:'i" P ;'f' Il\ed 1 tu 11,1 ,l ')))
Fl (!i[Jld(~dJ' \~:


:ql'(~ I y¡~.t,¡,'~l.;, ~.~~. < "~n ~E~;,{:¡,tnh, rl:¡¡¡ ,,';.!du >;:!~,~:"",": :' ;.~~, -,-11\ .--
Hl(jS do, la Stl"l:sa púhhcJ "fH';2 ~a a~lOT._~ qu. ¡~~ ,1., O'r : .X,;,l.l·-
"ara tnd0.s "'''' ~Ul',,,,el;; ílp"rl", h S,)'j','(la ¡}¡, i'ri,,¡¡u,:, v·~ f1!'ü fal"l!i;~ pi t.J ,-.l~ u-_ '"' ... \ ... ,-~'-." ..... \~\", ,01 • (, ,~"'.I .)~:._!.~\, .~ n '1\..4.\, , ,t1. f •. ;)
discurse, de la corona,


Consido'aha M 'r1¡i¡'l Yiqo 'os hrcho.;; de 1, < dI' >'·tii·mhrr. C":!!I'
una victoi':.:1. ('ií<,
dores. P(ll"( tL',:":,'


, ' [Uf!V tq'~~ d.~, v\-·nl'·~-·.-
) ~t qt!.~., ao ;~I~ o~~riÚ;¡--""~:r, :C'~~,t(r{l !fl~ ~:,\~:.·~t~:~~:';~~ ~.\_\:,'\


"
,j'""" ,',' ',i'\,,' '1 ''''"', ";,,L11'1'" \" ;:,dí,"'(,',,;:, \


_ ·.f >! ~ H,'U .. ~''',.\''.i!_, • '" . ~ ,


sigui~,~lldü lf¡j;'¡ ¡-";. ji::.:". \{~';Jt~:'1:J d. ,'.'(Jy en ~)artldür¡t~~~ ~!~~ ;;\ (aUSH >(~i..,
pUJar, Du jo. ¡;,,':,'~< .. ;.;, 'i) t1{\;:.'í;(\ Si.', I;';::lrd" i_~onducid.




"':"~:It"l~ !Ii'- ti;II!;II!)~ '-:"1'1 d.' ¡ ,. 1, ¡!';\'. '1;' j,,~ I 11[:1' l!~ \'(lll[!·Pq,j.Jt·i/;Jt'¡(t11f' .... :- \,j-
.',],' !I;,·,~j,i .!lr,~_;:· L:~


I


¡';n jos gni-ipp liS f'fprN;~lL!at;VO'; ¡,rganíz:::df'S en !a f{)rrna de mo-
¡;~Hlpil(; , PJJ:d:¡UUlllií¡ ¡H,¡éL,>.' j ¡:l..';;.' íJu'\ jI('i'. y los partidos too


:;,: ;¡;,ihn'{j e; Loder, F¡:;¡o l:; P;;f\'iJ:, Pi( ¡:('Sl!:lí. 11a hecho ll:as; ha
SI,!,iu Ít\le; e.~a:: llOi; ¡'Ol'l.ll'l;j di t¡)üdud¡¡ ei: t·j jiJder y Pl! la oposi-
CH¡(J


¡;adida¡'iu ;:l:!OS!) JI; la Jjl;(;rtad, la llíi ~:roLhm[¡do con vale ;lÍía.
{,¡~g¡:.,du :id) t:lI~ba: i<U ío;, d"recL¡ s (¡til~ ;~t' Íi.Jtmw de practicar.


Í.!U:l\:ldn sielll pre po, la:i ;:cer;ulílÍh'" ,,[1 ~;(jJhdlJ el presupuesto
';01 ia :;dsma cmuúrle.: que iH.).~tr,i¡jH. ¡.¡ia!olJi/;aillfnte para alLar la
lIbirlad.


y t':-' que '.'jl eí Sf'lJO del ¡arfidu prngl f'sísta ha t-xislidu siempre
la verdadera Jevadu:-o., el gérflJen del principio republicano,


y eu aquelía época, en 1 Sil, el cOligreso, que podía di'cirse for-
mado eail¡ ,:n Sil tolaHdad por los eie!:nentos PI Jgresistas, podia:;


1'0·\10 , ,.,




IIISTORlA DEL lltlN AnO


notarSf\ diversas fraccione8 con caracteres que, a medida que Y'oyar.
dibujándose, ptOctlJarem03 anaiíJ.t\r.


EH UDa oc las Sé:SF'iH:::; ::le pl't,s::;umron dos proyectos de ley rela ..
!ivos. ¡J unu á eüiar flli(; Jos CIJoI11IH,'S geIlerales '1 ,¡tras uutonda-i 1 t..~ ..
de.;; nudieran e¡en.:a 1';(iuiD''';iit ~:f¡ MCVtd,l0 ¡lruo¡o i;{j la ¡;lw:,tlm¡.
~, ~ ~ ~


t>iect(¡raL
PÚj' la {)tra se dlsponla que los st'nacíores y dipu¡a(l¡;~ no li!~Ún'·


tarian e¡ sueldo eorn:spond!ente ¡¡;n f'lJl;litO invnti'.:u ;;SniYI(~~.'~n "."
parado~ (h, ~us de':>Lll,·üé'


Í',!,lá Ú!húH prO¡lGs.,uon \i¡,';i":íi"¡ ,WL¡ wda é'ljü taí ernp¡¡{j(,
{jur' piOlO alglilw dl' 10::' t!ipu!adr~, l/Uf' {:on::'¡¡d~'¡: ¡\;lb!; •. ,¡;jo flpro!);1(1t1
por unanimidad.


El señor Posada flerr,~ra, i-i iF;" r ':i.dlOCrmOS perÍeetanwr.te en \,


C,ufYlkr1i0 rk :i l.:didJfi:,
E,.;lli pn pO::-iíewiJ, qü,~ hilj\1 r¡t~rw UU(CJ de vísta ~m ellllnelttt:-
ment,~ rf'vüiü.(;ulJi.H;r~, Hunqur: muy pl~!!grO~'d, Oí.i ¡'oSÓ R. .Ia:; ~iX;';I)-'
nes, y resulto apr(¡badr' pllt IO~ ¡:Hl dlJmtados ¡.HP:'ieüle:i,


H.


;';arjcbez ~¡Iya i'Darn;esto dr-':;:f'('S d¡\..¡ab~r ;-¡iVli ;¡C¡'f"~i : ([\SIi
. (" i'" llueotu de ;m;llfJa, ,ilj';q:" ,0, LriLI,,;tlt,!CIU(¡ ;):neD¡;¡ ~¡¡ ,-'¡ ,;, ~ •.


que solo pe 1 111dfli>¡olenrk¡ vín¡b.'l pil(~rh[¡ "I,'r tut()fU~ io:; pHirt,~.
El sf'ñn¡< CünHíd. illanw'¡;ic. quf' l'i Ltí,fllPl'Lt' Il,Hía sahla ofie1al-


iÜl'li{e respe~to Uf'l ¡mu:t:" f!liU!¡; v "Uf' l(~ l~'.if,'¡"ll{;(' (lt :,ul(tn~t~¡
hahia dejado ¡¡¡iaeta IH ¡'¡""'!!;}. "\{':¡I~;,\',,!!Hd;(: lL ia,;Ui!'IJ~'¡ ':':k
df~ ia~~ eorti~"~:,. ~i ~do..; ~_~lHt~i·~ r; -q¡ f,~,J,,!:~ lU:", ai¡ü·t(\.lenti~~,


mandaba tod;:wn "n
pleo.: ::' 'íe 1(> r!acif1n P¡U¡Hít',,¡a:;¡ ri'~¡H'r.lu i1 lo,; J,'! ti;:I! p¡.¡:ri:,¡;¡fj!()
;, d,'spues dE algunas {li'cguntas ¡j~ ¡JI¡H Aulotll" Co,¡ar:k~ .'1 nl./-
niS[['ij de la Gobcrnacio[j manifesló que la. B~gC:IH;ia 11', ¡'i)¡;~cnt:f¡a
que n&riie sino ella ":ercie:3e acto alguno de ¡4obíerno,




, ; ~ , " .'. I ¡ .; :.: ' ..... ~ .


;r"r ~\n;;;;!,:}n¡;<,;';:f


: :' :;~.' I;~:.: ),;, ::~~.O c~~'


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r,í :~< \!, j;} r~~'rtH nla~-,
;l, 'ú,' :ilri?, d dia !-:!..


(! !:¡¡\J.Hl t lt!J~ [1Lli:')i:~rÓr-~ dt\ lh r~~nun ..
4'1¡~',); r. ,. 'l: ., ;,'<i¡"",t:",'" . ' ,>< '1 ~ .;" Al'''I!' ¡') 'n


.' " ," y í:' ,.:.(~, .'::: ,'" 1: ".,(;. 1. ,;,
la CO!1stitucior,


ri '.-. ~' .¡


,,:,b, >;'(';elh, iíln k)l¡;\;,~n¡'; p'op'i1i l"',' "pr;dllni!,'; éd congreso se
~" ." \ , l'


,lf(;('f'(,,\:; nond¡n,r un;' I,;:)li L Ion j'i (~Ucl! prnpar¡, y prr~pme Slll le-
,;á"wn ,,(. fea df' 1;);-; tl'áL'l['S (!IJ,' dd;:'[¡dl~(·fV¡U':~i' PD el hrL ;'i7 di'
:,) ¡;\Jr:~ti[ilC¡Gji !;¡'I"é\ l¡¡U;idn ;:(;';.".(' ,::fid,lh;;;Bk que d senado haya
'dJHln !lÜ¡- ;tit;u!u ia leIIUnC!i1 qm' bi;w ne l¡: rt~geflda doña Maria
úísliua, );




mus, entrañaban la Decnsichd dI' poner !(irJlllO;1 ;1 UIla "iIU(lr'j!J[l
tran"iítoría oara ¡líder Villvi'i' a la VId;) j'ort1l'li: ! ,


,',;":


.A! t1poyc\f la d:'i)pr}~l~ ;"lr· i~j .. :¡. ~'l\i~' i:·l.f;r\·~;.' .,," "'( '!; !t.<: L;~ 1!
zalt;z H a \-(j f!.t ~)sl:'~,"~ i~'; ¡~~",H ' ,~~:


qu P a! d!i1, !'i~!li ¡ir ';; ¡;"\;l ,,~ ¡'ir ¡ ii!''''li('i ,l¡ \;,~, r: t ,';
ur~ fatalídMI, ij,r:illll.·(' in ;1 1,:, ,:,.,;1; ;, ',;,' :L, !¡\: ,j ":li",


í '(


. ¡ ~ (",


,~f' ba nprov~-f~ha(~o d:.~ ,-.~!:~ f:·,.:\~ di/:¡ ¡:[~~;¡,?\ ~t' :':1 n~ ¡!~};;d' :; .-;
f¡ !l i r p s t1. (a r el [U 1 í: a c~, ~ i ~:. ,; 1:; P' ;: .'; 1 2~ ~ ¡ :..:; ~ e ¡ ~ (~~ ¡~) i {: I..~. : ... ~ .1, ~ ~ t \ ~ ¡ ,<~; :;."
lla ilpIHl::ra:!ti lit: lliJ!>tr;¡~ '1dilí~\f"'!':, J',! ,.¡ (;¡:i(':~) d" ,1;SV; t:'l.!'
fllH'sl'o VHlo:' Iqlt~;""Lt "~:!.el~~·!? d:-·~u(rf-' lili:if ~ainbil'~} hes i~.~~'f1·"


r)1'OS dE! ~:ah!p(~tr·. {¡ii,:' ~f'~Ht'/;¡"!i,~ ,'i'l ~ qUt" ~~i~ f~~ •. : "f':?¡jr: s*-· h:\r,t
r(;Sllt"lto '~ob]'e la v\Í!(je! (L 1,1 f"f)l!Hria .,' ,'Vr lJ~anl d, la 'f,l,
f!Ii:l.tlva quP le está eonccdida ¡¡(Ir hs leyes: yn prqT,unto: ¡,tenrmns
loS oinutados Rqui reunüln.: nWIlO¡.c iokiak¡(I PWc ti t?ohirnFí de Su
Maju;tad~) hDdlptllOS !1.;J,ur,! dar qne el bH'rno tl0" :;:nrrp¡" p: ,:;¡;.
!,,;¡ioo ruando mas bH:;:f\ pap'ce ¡lH' h ¡;;~ i~' )('f' 11" (;s(& e,)D~edidi'.
la iniciativa en t'~te particular,;p{I,llD iü it'rn¡ !;.l, jl"{l


;) Yo creo que esta dentro
queDo AS C(!D,tW ]('5 usns f¡a{¡~nlC¡:¡anús i¡twe !J(p',1yr e l!~(l el:,m;,
sion qil,' tenga preparado un d¡¡;IR'li,'n ;':n;¡f',1)':!;nJ;¡ "(~;~!n"nte (!li:~'
í lH n,r, ~,"'t,',.'ll'tflr."e·, 1,'j'O ~,"",: N"""lr" ,,! "lij',":"r" r,,' ti! ,,,,,e, i,; t r ,.;, 1")"'1 (,"í' ~ t ~- ..... ,) - ';.,...~,~¡¡<,,{' '_0 ~,.".,r<.lJC ... ! "-, .~l.", "" ....... '." ~J(.".,I(~, ~,~.
antes nor t:l contrario, 8,; f'n ')¡'nv::cnt; di': li! vida Pilf),Hw'nldfia, p"';,,-


• ' ~ ,


l/Uf, de¡rllw:~t¡a que la :;ar !"f""rid 'lU!' ;·,¡"ve "(l d,teni'f
digámoslo así. ia resolucilJfl de in" t'ues1if)!i's. ¡,·tra~ \e~es i'n e:.;:t;l
¡O:e dirige á activarlas, sin perjuicif' de Jo qUf\ las leyes eXigí;n.


,> Yo r¡>r;ou,i('n!ln mucbo a la eonsidt~rar.¡on lh:i nODp::e~() l:¡s n·/i:'-
,\!lilit:'S que tlp 'Jqui SI' drdneFIL hl I"ougn's" d~,· ¡j¡OíJladn,' d,' ¡ ,'1,11 .
.. aglhW1a!:¡ ;~ llUP ~¡ go[ni;'rno H !1!lP la ReW'l1c1o :t1H¡¡~;!'n' /) ~k




DBL iJLTnIO BuRRON DE ESPAÑA.


11 l::;lefIfI-l{egencia , dentro del cual hay personas que casi claramerte
a:'[iiran al car!!!; dI' fl'¡.'TD le:>:. que casi c!orrm/e1,'tl! aspmm, ;(1 repito.
1 ¡ t ·" 1 ~) f\' . 1 ti cargo (e rc(¡etl,CS., tlf f;i,' la :C!i'laiIV¡j en t'f,e asunlo i,,-J::1'ua el


~ep\'tl'('nlanl!' ;í;': ¡i(ll--. m3~ /!rHlldt~, mas eif'vadl: qu~' la RrguJcia.
'. que' 1':',; W''-Siíno qw psth dentro de el~i\, que p! gobierno p1a.ntef'
psta cueslill;lY


)d~':-r:riio i':s!.á :,r, 111 ,1!'t'nSil pl'r¡rídli'il, flue las difer('ntes frac('lo-·
':P;"·, b¡\i1(!o" partIdo", ;-1 rnm n \luieran ii¡Ulia;se. f'n Que p:,tá \!iv'·


. , ';


rlidn i'i r;nou:r,'<;o v,;ondo iP';PE'i'.{O á la clle"tiCll) de Rpg¡'nei:t. rif'-
lnrandn'>:l :<1 H ,';e"'~fl,'ta¡: " SP trmr;l1. v qHe SI:" ha r: ad:)ptado
~d~1f';:.H~,"':: (a~i ",~' i,¡' "';;-¡': (i[ira ;)rfipR 11J ?\ns fílPlza~: " entrar (1í1


I;;;,¡ \' Uli!'(: p"r di :'l!pei3 entre ic'; sefk!i1do c. ~onte[ldit'r;k:- [:ny
~ J: ~> i ~: a: q i : ~ 1 /L :~ D in 1'i ¡; ¡ , n ~1 (,0 :'~ r~';' ~ u P: 11 !lj o tn n f:11 ~ 11 ~ ~ ~~ ~ n (l!') h~
htH~~ilrld !h!nf~i gra¡J .'(!{.'J"i;q ~o ?:l~)1n.s C;¡p~;li)n{ s ~i-~ tli1 iU~!Hr;3 ~Jn:~


~'i;"" ~iif;t;.'; d, f!lJllzi:l!';Z BraVIL, íW torn i, ;'1] (~o::sllit)¡ani)D la
:;n!Víe~¡¡:L


í.Ji'gO .. IJ !lln1() rO" ¡in Pi' i l ! ''':enar!n A if\ ,~U(l~tino ti!' ¡a~ pro;JO-,
'!Cii;í;~S pfe~pnl¿,tiil~: flfl!' ¡n~: mirmh'0s \~uPjosos ne lJ:! antigua lIla ..
'"ori3. q!li' ri~r·'.;:':,a¡'J:: :3 M! ¡fa 1,.:;; ,H!.l:i b'a!' de! rnanitle.slo df' la Hf:-
',2(l¡,ci¡;, y d :-¡"rlíi' L(, Llera f!iC r;l primp,-o que ~:Dlró en el debatp
rrd,;¡zanl.h ia~ aCrlS~l(jonef, dirigidas á aquellas cortes por las in-
'nll'cior¡"" el" ~'0nstitlleil}[).


",iI:(¡!1J1l h:J dF'íad'¡ d gobiprnr,--f>xriarnaba el sen!l.dor-en ma-
.':'I~ ,le lo:) mismos senadores, á qUIenes i!lsulta~ e! poder admitir (¡
no r. lUlll;),-.¡or;a actualt,)


Es!" ¡~iir¡.ro nlVf~aba 10 que ripiamos expuesto. El gobierno ~lacid,,)
de la :YYlJliWion había transigido. habia abdicado, y se hallaha iJ
'o. ')J~'''; ,lo. i~ "1" ".: 'a rC'''CI'!',)nar,'", f _ ,,!; _ -~ ~, \ '.-<1 • ~ u J "1. , . " •. ;¡¡ \.J ,_ ()JI




P('rdido~; "11 las ('~hlhs de :wro;;(wá1idid¡,:,~ t{'S!)f·!If1:, i1 pan,,; ¡',' ¡
Í:)S eon~,tt~~H:f'~~e~ ?rd ~ q¡tI~ h prn\"!aH:.\f !f,> d-'f',)[' : :~j~~~ Pl~!~~;~ f'~


!!Ofuh:'(l~~ de~ ~!rO:¡i!IH Hi/;¡t),1j '. ",U"f:( i :'; ijr~' 'i:;~ '·:¡~i.'¡, ,1.On :l:)('rnn'L
nacLt ppr') !] i, i" '1 :;i


I:on.:-:íoprado bm;ta"L !)ünl ¡';,'jf;!;j;}j ;:'L H~";('nGk, h'
l' f!~' t i .~·.I ~t


";.
't,~ I 'i.·~, ,~ '.;;';. ',;-


j~ i nll¡"listro 0,-, ~,~), (.l!-.:be.rü1Lio¡n rPtJii(8L~5_C A unn~ ~~;; í ;L¡! ~.~~.HO·,
,HMal jf;seh!'nw l ¡prof¡\n~,cinn y :~ar('aSTq(\ s:,l!.!I'::;¡,~lllo {;íi(~ \'n: in


mas p,xplwita eomknacil'!i (]i'¡ Sl"tr:,;ia ,',:'Ii)IlWí,I[HU¡


dlO ~;lJ actérÍores !i'¡zi;,;IRfuni.s: !} 81')1(10:0 ?lio(i¡,i ft',- '/J,"'¡/ill
Y IlH-1gt1~ eonlD P\nHS{~ :'l (i) trp:t}PIld!! de i;-. Hit,q;,,·,H1idfl {\Jn~n ~eI':'·


trvü it .:a dHr'e~a del h.H)~!t I~ {~OfJ ...:nr:t3 d,iÍ '0;"~':' n ~;~:éJUO ;: P l<'} df¡~".lJ"­
mento dtí gobierno, aii,lctia" i r>\(. ,:n i~(,S 11" !i,) !:i'~(¡( (1,,;' hH)l',
qlL~ la minoríH d~ uqni es~(¡[¡u !,'n Ullliüel¡¡ ,'url ja 1,1(' P]¿.'¡Ii('¡i¡:-:l;


, . t' ~ $; ., ¡ t , ., -~')nr Wtl se c:(pre.salJá !lleflllan,1ú (;j i'.;rWllar ,;li;UP;¡¡i¡II.,JIJ(i· C(ln :,.
¡Ir otros d(Jc!]mentn~; y 'qcipnch "i,n ,,¡¡¡n,' tT,NlCt'in d;-'.;;er'Í;i(,inr'"


, 'l!, ". ;;.¡(l:.; nI' 0utlUi; t~ros y ,;;aiL'Fl;anquls, ¡PiJ)), qtll'
para :pJH~ni.>~' 1ri pú:!lHG3. ~~uct!pr~1 -Si:!.f ~o~ ~~hp~~r(;




puehío:;:


t. ,~:'(.t;:~tH:'}:'~, tt· ·,-.:-~.;~1 ,:1. ~~ 1 ..'!.JJ ;}rgunu !a -.~.é11-el;J,:
'_. "::1 t'q.'S,;~'l}iH~rÚ(:O dt'!;:e.~Ja.Ut;.O](i {Odr:L \: l)odJa d¡.:tH (~~


. ,J ...


',' \ ,¡ l" ¡di:'-.' , tU' ¡¡li' V(·{¡ ¡llWr, }'t) Urla e~pecw de .!Uf! w' yo. pf;r~
qUt:' u\!¡q'dl''';;t ~~, \'1 r\ ~ídn d!,v~ ~-d ~..;eüur Bdüj~~tro~ ~t podrüt h~;uw


";!}¡!(i",id t!;¡ ~·.ill~:j¡ \: U Üilt4. \~:>!Dn ':·;:(ít~n1~~f. di(;if~rid,·~;. f/,u:e haLIltí UiO .... ·
'1(:; /¡liFU. ,fIU. ",I'le 1; j¡W,~ 1/1,1) I:,H; ',.,í;',.il¡UliJii sin ti Licia que t'raúJos


~ , , '


:J' UI'U~~ 1",)\¡)\iff:dd1 f;~h; '~,l~' L! ~e[jI}t \~(ji dn;~, .!sr~ th~ UD partldü
POPU;d;, ;'(P (;,dHCi.;;l':. ileJ puebit¡, ltHcmh,o d,io¡¡ces deí f!ctHCnJ(¡


,;'!


,'r' 'J_,:' ~\ '.': ','


i·,~it~r,j,¡:~ ~.~¡1 jü~~ ~i ¡~\;.ii~{\¡,·:·. (¡ ,'"': ;~H,r' ~1 ~·UU.j baLra lJedill~, ina~;. de una
·/~·i~ ; , dá:<, nJ!(' ¡ .~;,~ .. ~t·~:-~ p;~t¡{t~~ .~:~' p ... r.-tn:.:0 {.)utfd rhtla·j(·~ ~ue ile
t-¡:ri.:, ".; t(\} (1i il¡~:·~, ,~~¡(: t:¡ tjdt~)! i~\ '~-~ ;~\ ,Ü!~j(~r fl ~Ut:J b:.l(;~"j y cUi.:;i.H1Ü
~; : f <lt;l.ní~ \i· ,¡\! ¡n:'i,ji~l~~,~l ~~f' !!:) ~FI;!(('ii.'< de ag(~nt{~C'l de ia a{d11i~


_"¡\'Cil~'1 Cl.l{ ... q¡U(~ ~d Uilt·'Ll't::~OLiE ,~~¡~~ :U~ ut-j1tDcuenies y su posicj{;ft 1.'.a,--
\:m llJélf. 'erg,Jni!.l¡~O, jj;J.~ Indigno. mas ¡niulIIe y eje eOl1seCuent'Íf.k




fHsn)J{lA DEL !\EI"iA!\n


muy trascendentales ¿liS aeto;;: r'nt1:nepS ¡>I ~·,dJor \~ortina. <¡uc mm;:
hOlllhre de partido tenia ~agrildos deberes, y (~OlJlí! mmistrc' y I'o[n'
diputado tenía prestados 'plramenio::-, í¡IW como hflf!IIHP di' lP~! ni
podía alegar IgnOi"aIlCía. lÍt;¡:¡a l'U~! ,;, i:J}UI frtSeU¡:1 ,Pi,' no ¡Jodía
aCU:i"í, nn,. e'! J'a" ;'v '1'" h"ttl"


..J '. A ~ '1,.l\J • (11(\>-", ,) 1.( i .,J,


Así d¡ü O¡>sÍül1 al senador Ca[¡(,l&. p«rn. Jacifirse (Í/' ~f'r tan!!rt'w
y sost¡~nér qu.e püli¡JÜ votarse las dJ:;;p»~:¡'\)De~ un.!" ahsurda:- s¡f¡
weil rrír::,n nil¡gl! n ... tiü:c;t ,It, respuL/sctbi!idc: d


Todo esto reve!Q,ba Uuh t''sOH:;'' fi!~ ¡¡¡td: CH:r!d CÜ!j(";i'(jiu n (~()¡j
1 -


cilíaciuJ de iuteres. O!h: eH Ü:¡;'; -¡,,-
, "


f-


just!Cla i ,jet derecho, J para Íl)('n~mi :J( ';; - t'~iÍ¡:t~í'!!i l')¡iHlrt ('¡,tr-
Ias fracelones que tie denomJOaban ¡\.IOC; rqmeo (J)}lc;n¡U("@(lr ( tlpl
prugrtso h·i!a].


L;], !.t'V (~(.~ .\ylu-;la[Jllt~!¡;\~ vo~ad(.t J~(~r Íd:; i..'OftC6 df¡~erHlrc:~ r~:d'¡ln




trJf";";,~i,~ V~I.;
, ,,' t- ~


JM ARiO


¡o ln: !JflvHegio de la H~.,
.. ,~


(,~:'¡¡-l :.¡ ~i<'{:a~1t <::'; '. U í' lL de allí '1 í;üsto del bando
e


'::,(t; ¡ ¡ ~¡ ~ U
L,;, ió", ,:emás prOíli¡l',a" (jhtuv(~ ;?:I g')fill;ifiO gran mayoría; Pl'iG
d~)l¡l'i:i,l {'ji ja dllilaih ,;¡,,;¡:¡¡r un fft·UP,:: lmpnrlante de progresistaE
indepi"i¡ k, i;U:';'\J'-I"ib:lf, UD it!('i'd i;i!S acabado, y no podiau


: \ll'




fllSTORlA DIlL fUUi\lADIJ


nocí.dü tomu fe! mas háhH


r'~'rll'hlll'P¡H,~ ~\"t):¡:." - " tU .. ~ ~ '" .t, , .' _. "_"..!¡;. ~ , . .., u
i\jl"iF:;


¡!.u,¡; dopo, porqué' tU 111 pÚLi(··1'ó. ,el. irJ: ;,;.:;'!,>


,,:.


tc,~ dÜ¡;~I áJh,:; ~~'i UDü ~lHH(:i'iú :J.íJ:: d(~:~cu.d{\ ~ i",t,. i~~:t;ro~
tiH¿ nH\ Lq-; rc;, ¿¡i)bit ~ (:f(~tf.¡'OS({. y üIÜJ,ÜI0.. !u~:gG qH~_¡, 1.


'~"A haLÚt U ~c h\~; ~:.~ par Ijdu fHüdurade:.
::-n}~~,::~ t(¡t~O¿; ~.,tE:· r~~tUr:~O~1 .:~íJphtltHje (:{)11


l&JJÚ d nombrttw!t:fiiü ,ie Hegt,;(:kL
".sÍ. coüJ(; llabiu :do lae!! la c.üldh de la Gobernhdofo. porque In.'


naHaha eh la opimü¡¡ l!poyu, Ja qUi· PO[' su t;(H¡lluela c:oloe&ndose <1:


~ a:; e fj ,_:1 ~j(ii' ti! ¡ Ü t.·: U P U h~J.'
Se baf)iU '..::2.;f:ablú()f¡ k,t~' 'OJ.LG1~o í¡empG iban despertándose
j)l~~í:Cloíle::;- V Ci úadido ¡evolucionarío. 10& hümbrc~·. de acciono


e '" ! '


~~0éri5i.CUS, los que hUjCdban soluciones rudiealt\'l, únicas posiblE'E
circuüstancias dadas. babian sido desaicílÚ¡do~ .. \' veiau cor d¡s-


f , d


"¡HUir i;:f\ 1)l'e¡)3"flt·),·· "n" '-"~l\"'-' f¡í>;;,;; '"'¡G"~'u'l\ el aLO"l" rir, '\l!uella l '-, >...lV}.1. [ A',_..A. Ui.H111\..~l..I-\.~ ._' _vH;~ f 'l1..j '-' 1},.1 v uCt-'i I
;'PVc:tUCiOIl traeria ffk:O.\'íi.tmtétlte le 'i:cesi\iad \:k la restauraeirm, b
{iaíd? de! edificio consLlLilCional par" dar paso á los hombres del mo
derantismü,




DbL úLTIMO H0880N VE BSPA~~


~"ntarn'i :}Oa ~)r!)n()si('¡on dé Jc\' ecn úhji'YO dr haci'r dectiva ]:1 rr,\~~'
'i'''h;:b:l;da:! :1\¡n¡:,¡Ni~L dt que c¡ arthlk i~. rl(' !?, ~'nf1:ti!w'¡n;:,
~~~;h¡a. ~r~_\r·d:ien los serior~ls rrinl, i\rlll~nlt::r. (i[Jv~J~ Cañer0 ~7::~\~
j r y j , • . l' j . t '¡ :"'. y :) ro:.; rrop!lw.~r0;¡ !lon (;rgl1L1Z¡¡C'~;¡l f {:! ,!'i,)i.\:n
,¡n:' imposih¡Uar:; loE' illlDs:~:,: ri~!1' ;;f~ cr:::;f":¡n (


Mead.izabal, non\! heniOS J!CDr; "'n su pO Clportilno. h:;thll~
. l ¡ " . , i' , . l '
;¡eCü(1 pür ,,1, reYOJU\"lOP PO loü~ i0 qnp pCfiAHi llaCUSp, IH ena N,;
rna qne drbia, pero ~! lo único e.stable, 10 únil?o digno de mPl"iI'.¡íí·-
{lar. Dílrr¡l'f' s1¡¡a de los ;;~min{\" trillados v huscgha recursos \,' pll'-'
~ t .._


;'uentos alll donde em posihle Alwontrarlos íO\
., Otra proposicion ¡m¡Jortaníp ~ra h~ presentada por algunog (hpu.


tauu.':: referente h velar sobre la Ü.1Vf~rs¡()n dA los fondos del Estado,
y Gon objeto do poner en claro las operacionc¡.; del gobierno y r!f1
van~s personas qUe ma.nejaron fondos públícos, se p~clí.inmb;),


'a prpsenlaeion tk varios expedíentes




j (1 ':!, 1. ;.1!: 1 d i f,-" Vd!' J) ~j ~ H ; ¡ r~
t~utí)f,d{\d st'ü~}'a' H -.2


lue~~o eunl)la t i ..1l1 ;~) q~~j(~ ::1}
F! Sl'Íl'!f (Hl'l"". U'\O (:t:


{UUUÚ:;(l;l:;< "11 que '~ra


IV


,.
, ."


«!.'1 n!'"·q)¡¡,,;)· df1¡:..i(,:, rp!'n') t.I.:.,~(.) t .... ! '.~-~".·~~I:;(.', ~ .• t., ~,.t._,; .. :;., > •• c~ "J., , . _
ddariol1r:s [lajO el
'!.rüs<t. e:}bard¡?,'
han dado lJ.0t,:S h()~ n,-, '.¡


, ¡


f'¡ . ;. : ':r, .-,


eomfw,;sto (J,,' bM!.Ibres f, quwn~': íji\:¡JT"l!f:'», I'lii pt)iigfOS. '~omo !(,
han demostrado, »


El señor Quinto ew 'nlil,-;r :~ ¡'." ji
~abia f)ficikl!:l!¡:~ntí: la


'!'¡)Un:r a a A:ns cu"'rpos
ctor; eOH ~d¡l'['¡ní)~ -{te h~s ~~.r


i-:t diputado Col
porqU(l ;labid prf;Darado n¡;H ~r,·tl~;Z{';< ':*l(, su; ¡·a('.;!'¡:>lf'¡)f'iL~ ¡'jI
ifl;:ío¡¡ relEtiva ~ ~10 ,t·' ,:'\i:" 1".", .'~('p·¡(sin 1';
:~F,t1ado:. ~!af'~~~ja pir:Ji;{ UiJf:,td qlU:: f:(U!'"
lii.!n:h.;;(' pr0Sí'ntc" a!;~l.lll¡j~ 'd"'O T)~,
gn ,~ompl!;tarse con exan.
va formado


!)n~ {H'l¡~lJ'iG.'~.(",'¡()r{l~' d{i-¡íQ!1¡..: .¡','~!~ f!'¡'1 ~\t:. nl\.~,,'.:::~j:'~{~ :~":f ;.'·.T,¡¡.Í;-j·.',:
'J,' _,l '--'~b:'l (\ , ... ~, ~.,.' " ~. , ".J<. "~\.' ""' '. ,_ '-;..0,,'. ", .. 11> ~


~os dos c.'lrr¡,O~ e{)ie~isl~dt~rf!f':' a: PH(~: ;',¿~ -'~ fr\ d_qd~tttLH< :;j, l~ "




ambac
f'8ínwras reumuas en


, .] t 1° !. ( ,.1 T; ~ ,o, r Exp:"u "l.'." fI(; pt,~jt'ü:il(!
• _t;.·';< ~ij_ 1,:~ d;l¡"er.:iiíS ~-~;d.1e .. ,-·


nombrar la en·
nl' l,i:,\ dt' hacerse
l",~ql( ud!) la ilf')p05ieloH"w
~v i;\ ~;<1 ":¡nv¡~Dc¡dl) rpll' i'l ~(l


:Hll,i, .:~.(!t\ ;i';"l'~'~: ('."Tn ;nsijpntado;i: en res()lv!~r la eucstlo!'
de;,


~¡; (\i:,I~¡n~' lie \\fj~;\~ ;¡;\!HiHol< t! señor Mudol c:reyo qUI~ c¡'a de·
QU ';j' ,>,~(l' '. O() V'i'li1UO %!~(\hroso




l1lSTORiA. DEL REI"lÁllO
türeg veman a c(\mprohar ¡¡eguo el diputado catalan, qUf: em
C1SO aeudir a.l medio 111dicado en la prOpUf~8ta "reunir una COIflISIOL
de arnb¡)~ ,~:JerDO'l que dw~¡dienHL


(,J)'H'S que, ¡¡eñorf.>! "rlaco;7 _ "}j}~f' Sil!;" (P~ "f¡ el
"ongreso y en el senado hay di~tintas üf\inim:Fs n'Spt'rtp t1! nume-
:'0 Jp ¡os rf'gentes':; ¿Qué sucedt:>ria en el easn di; flur habla ('1 señor


. ,


Qumlo "'1 la minoría del conireso y()tara po!' tr,';;; y la del :,euado
DCJf HIJO')


})EI gobierno debe tambíen couvoear mI d :¡ct:~ in" ellF'rpn¡; :'-
gisladores; para convocarlos se ha pr\'sen lado esta propo~je¡l)n. (fUi'
no considero como un voto de censura porque seria cohardía y poca
generosidad, si Él. un ministerio que se confiesa agúnizante se tratara
de hostil izarle CO!! mano fJoderosa. Si muere, (lá. qur matarle') Val l "
mas tributarle todos los honorps debidos á la amistarL"


Gonzalez Bravo hubo de pedir la palabra para retira" su propo-
siciou pt;¡r no crear embarazos; pero como se habia dado s()!<rf> ella
dictámen no pudo lograr su úbjpto, v el señor Olózar::1 vino ~! dp--
bate con esa prudencia y ese tacto qUt dan á Sll~~ .iisc!lr)(j~ rl /,",-
'l'ácter de hábiles y profundos; il su conducta la celchrict"d funesta
que todos conocen, hoy ya.




t.:APiTULO LXXVl,


SUMAHiO


1'",11111'''11'''1'1'1,,( d;,1 ;':'Olil,'rnli ILlI'l'j¡, d,' 1,: jI'\f¡]Ij;'I,¡ll d,' 'f'ti,'ml.l'I' ! qU1i'IJi'': 1II11,j'
('I'jl!! I"t~ "1!,,.---~t)lf"rl: . .';¡ \ \:·:~\H,lll' ..... ---lhlli¡lid{(d!\~, j' il,i'f!Il'-'!'!'\!í'lll'¡:¡--- ----IJi,~~q,lt,


Los aeonlp,(:imientos se precipitan y corren, y las distintas p()rso~
n,dl'lalÍt's qlW :,'1.: !~¡¡o" t0man park IlO pW't1l'D á veces seguir eon la
vt:loeirbd :;pc{;;;ana niif~ntn;) TIC' (ilrUS ajsDos ¡teaso á su di:seDYG\~
vjllllé'll di ~c VOl ,v rasiradus por ellos y :le 3.¡!itrJll en vanu pan~ tJl:l-
\lir su accion resistlendo al influjo que les dümína.


La clipstion de regeucm que deb;a divlJir hOlldalllente á los hom-
¡JfeS dd prO;nt:8o, creanu:) el) tre ellos fivalidades, era para la re-,
volucion esprd'iob un suceso do importancia, pues venia á provocar
l~rHlseeuencias radleales y á seu tal' prt~cuden tes úLiles al pueblo e5-
pall t)/.


La revolucion, \ encida CiJll10 estaba, ulejada de su camiuo por
lOS que no eomprend~~n esas explosiones del sentimiento general si·
llO para explotarlas en propio provecho; la revolucion triunfaba con
todo esto, y al derrocar de su pedestal á Cristina, al conmover Ja
ol'ganizacioD ya establecida, natural era~que proclamase sus prinri-·
pios como lo hizo con valor y constancia El Huraean que sefialaba




¡.(enI31~S ;J
:;US


ti: 1 mHitllrlSmo
genNal F:sor.!t¡'!,.'


,',J" l.h':c,k¡;:'
trae: d ~n}n ,i!¡¡:ian


~II;': r,>; ""'!<l ;c ,,,,(L:., i ::
", .... 4,.., ,:~oJt I/l .. , ~_.¡;~ tn~.$,,- ,_·~O~ ~¡I


La \; r".; dad 2~ r~~ par tfr,.~.


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3UC:;SOS b. que DOS rd:>¡ ¡¡jj()~" HO ba:ial'u L t'e ¡S,I"\ ,f¡' ¿ di dii!;i::;',!
), (irt'il¡O que St;' h-:: ;1)'1 L';"'I ; .. ~~ ~:~~. :~;' ~~;,~ }, {j\>L~ ~',/,:·o)


Las revo~ ncione.", arrH~< tr'[H~ y ~. di t !ujdD ;-:8 p~i!'te~ o ¡~(r fue f.o! r~! ~ ~ ¡ ~
sentan!:!, no fUi:: ¡ pt:i',':lnifkae:oii dPl flHiv¡mil\,!; ít<' "l'llí'niÍ)f¡,
fué su verdader¡t ví¡:í¡::}J, U¡1íl ';'. p¡¡d:¡j!: g q:::¡':: ;í'íU.I:\UJr.!'ü G(}Ú
- , ..


a que nos, ,,;.'WlliJS: ' ,
pe;'turbadon:§ siemor::, b~:'<;H\i[;
(Plt~ !,o" ;pvan~'·F·: v h'I\'" ~(.·i\ ¡¡¡o:
"!' '. i"-' ''-' t~._Vj.r ll', ·~.'·w .. r' ..... .:: lo ."


Oiúzaga, que por i~¡rCU!lSLa.ne¡dt: '.\H)I'C ,,: ;¡(\; ~:ln¡~
á muchos y teJía po!' 6DiODC!~S fH' p"qul'Da Wn!! [¡el,). i,\:tÍD ser :li(,
de los que mas fesp¡',nsab,;idad conlrul<.':'oD '1, ."\ Wn\.l'}~(¡


aquellos suceso~




l)i{,,~a{!8 ¡'O 1';1 ~'¡do ¡amús pOfHdar: h:;l ¡\r:súeñ!vb casi ",iümpre 10'1
,ty'¡¡:';I~ lid vn1gc; lW[;¡ ;.rn 13, iáct¡en íi


'
:}i;niav0!ica, agente de su
(l!:~¡¡¡q 1;' di' ;-;i.J \ ''.fi!ij,l,i .-dUiP!(d, í:t.,i' '~(a~Jlies ff'cursos oratorios ka
l.Uíltribuidil. IUij¡Uhlil ¡Lj¡' Íln ,::u ;J¡l,Si;;'f:di!o, á gastar las r~pU¡aclü'­
:l(:'; d,' 10-.; 11 u,~ d:~;Ll;,VJil ~u~ amigos: que ,:,n las batallas parlam0n-
tar¡a~ f~ra IlUI;110 y drtastritba á 111s emboscadas y al veligro á los
q¡;i; J!; seguian, CfiJyent!o marchar & la vjctoría.


E¡ gr¡¡ro progr;3sista habíase desnlrmbrado como dej(lmos indi-
I':\du, y ::;t' haliaba fD Ul) estado de eomplefa descomposicion,


!ho Ague'Un A¡'¡::,ü,'lIes, ,,¡ no la fe y la 8IJt i;¡'I;za que no le aba¡j-
:j'n:q'l);; ;!;l';I!l lr; tUlllbí:i, hahia pl~rdidü la ~~Derg¡n y ia actividad, y
W'l' '~}¡<6¡;'::U¡\.:';' la inlh,'jEla, HUi'), con talrs (;arHetére",. con~¡ituy(\ ( '" t ' ~
,\: ¡ dI> d,' pando f""¡!' d ¡ r -.,!} si .I.lJl'ion d~ dr, minar la" eircn Df,tan-
:'::1·, .., ;0';; P'·:l·:r";<;\",;':n in:.; n¡":V'~iil. ílea,r, tnnia í'!.l~n, no de jos
i}¡ :i¡¡r:~'··' dLt~:f~l'Ó,q"\-\'; ;~? ;u: ~;·~··;~i <,t(:a :ll~;:p'~~('nc]a afhb:JÍJd de rn(~­
l!i:,~I;\:".,;jilO d" 10i! f'llu))i,'::{.I~ eI¡clú!!er(r¡" qi;G ~eni{lo consciente ó


,.' . . t ""¡ I '} l' ¡1](';',:;':1':ri1 ¡j¡:í'!1,,' d la reaeCHH1¡ il<'s •• e1'í:Qitd[Hl0 ;,~ la reVO!UGIOH y
;1, ; O~ r\~ "~i () i I! cl0 u ai"l (IS,


'in :, ,b,a. P![t'S, q'lii'd l\:a];oerdn pudiese dar dirccclúll aCGriada
,t~! , .. l'~,:; ~ ¡;~¡;;t¡,~ ¡,~:(l ~':.d¡ur<e¡. 1; t.\íiGiO f·n L'! ~¿0of:rtd nadie hahia 5t:\U'"


- . ~.


i'¡)! '¡) P¡li n ~ _ :!;:: ~l'~n~-:!~t ~:;") d .~~~. "t ~t~,~ Ur v ~ldd t; ;,e aírevia t! Cf.:n··
í:""'·!:tl';;\, /", ,'e! i!(~fII·'~ vi:·;i¡; ti. ('11 ¡:,~ d·:'H,~¡nn'~;, Nowbraba em-


~;,',!~ ;¡{·¡;'·f\',·j,·,), .. "'.· i,í>¡i:tp>i!'j~l; ;-~ r.-)úf¡¡!.I~~: j" ~'!r~" i(~ (t'IP JJ!lm(..lb') d~ • .:-
, _ ' ~, _. '.. l. ,,-e ,,~ ~ •• ' ~~ t~" (.c, ','~'-


r ,iq v ít i hitrarll;:idC; t' !1"'I;'nd'J ;p'UC1!líf-: f!'hgeíentrs Jos m¡niHiro(; ;¡.. '.' ..
lJi''' 1L'¡'viiUi á ,d1<1iar iiiq;¡ier:J, la:; díIHpi~,iciones v robos que e¡1
t~! rid r¡ 1'1 p¡¡ i·; ;,;(. bah¡;1 h~eh n,


F¡ ¡¡níri'iv in ':,:\fi el !lli~l)'dj:! :\lufJol, qtH:' podia DO ser un hr,cho
í l\ 11 ("f' f! j'~ pp n;)!l Ij¡~(:, ':Hl. rl<lli,idr, !'ado CO!llfl u na de las causas de-
">r'u:i¡:;l[it~. ,j,l.k,r':rd¡lf\ i/llPr¡or y di' :a~ smtraecionp~ que se no·,
\\;'i\', I ,1 :;<¡¡'!i'! ,;0 '¡!i!l'r¡~~(, \.'U i.od, In aun ~(' atrevió á deti-




, , ! ¡ \ '1' . 1 1,' , ;;);nlif a !I}~J r¡~;:: dltu,¡du¡\ .w n n'Hil: \1lH J, por mas qUiJ se uICWi'[l
público qil~; '.'n ¡\l~ ('abalk'¡z,t:-' de IHi;:wio lllantenian los caballos de
Mnñoz,


v,


Tal sistema de deÍJ¡Ih'iades é inconsecuencias era genera!.
"l' ,.. '1 1" l ' 1· d \', gO¡Hefnil SI~U!(} Ul 1O.';;;"i''!lí:j!;" pUOdCOS ~t rUInoso memo e


las contratas, i.h,lld,,· ;\ lo, .. m'hk!ad,iS la ri1l0H p)lri-t poder defen-
der!r,


., " . . ¡. " I .,1' ¡ I ] 1 tu HBtrllJ\~¡'in pU!í'WA n:·t'!a se !llt8ifln(:l .. Ja, y un üecreto Ui; a
H,~g';i!l~¡a. f>,o;:ur(\cL) f'rH el Reo ;Ir:! CO!fU'l cia, titÓ pretexto f\ que fue"
rau Ínvadidu.; ,C;;;" afiw;i!·;'; \;!,( ;1).'; es:tudw,ilte.3 (lU(l ciertilrnente no


, I


t~O;Hetic;'nl-~ JI 'lo·¡t;i ~~ ~.: ~'. ·di ';~:,::";~ CC'·Ili:,-' \~ habLUi l!¡~c.lu) antps 1,')~ t',n:i-
g00 Ü1JC' .<d¡~:td¡·,~- J;~' L.'s :("~$~ ~\~-t-;) tr,'.( rCY~¡~'ii:an eüáu en poen se
lc:nia el d~~~\:<:¡hl)t ;<~úruo .~r:~; (tiJ;'i t~f~ ,~·~S fast.'s:a hbt.=rtad. dan-
Üi) ," ;ji;',', {¡, iO", í?O;Jtl'U¡,h tjlll. se f!;~,f);jiÍal;al1, haciendo ndar f'~\t'
fe n Oi',,:,!" (j'."


, " .'i, ; '" .. ,,¡,. 1,' "'''''l'lul''\ 'l'" 1 . .:, .;,c",<,:~,:.:,!.,<;~ ~.\!.I- tu. ul<\"J... '''' lli
COde6 y ;'lL¡H n';',!;,:,: é'llt'J') t1:-; ,\..(;It1 ¡i~\'~.\ lubi'4 1l [lrodueido.
A!!!ijll'.i,~ ')i:"q:¡."!e, d "ji]l: ,",p l!i:;bi¡i,(\ i'''i~n!Ji1('bdi) ealnwso.; dis-


e>d,,~ dad;}~ p,j~ 1:']:-, '):.'l,' ,;: .~(" P¡~,¡¡,Cr;:l !l·~ .. '<:,~in0ia 4\10 e¡:n~ habian nO!ll-
l ' r·" , . . • l' , '! 1 )fliil;, .\1\,(I;};1;';U'" l'o l¡';~' "~'(" C',',S no Enown f-Xl';:i 1) ,;¡ OpiJrtUl)O
jl¡)"rI,!íiP!'jo


Por tal ;llOrlO S':JU a,~!í2>'s dl': Órdl'll y ft'''pelaü 13. legalidad los
rnouer'-.do;:; 1\1,; con ia ,UUjf;;' dt'stCllsplclliz:\ eombateu y buscan to-
d.)S¡f'~: medio::; de venct.;[ a.l éhil!'[S;l,l'L, importáuLl,des poco que se
hurl\Í<', :,,-de: con tú'! rh: St;J:i~faecr su a uHliGion. Elios dicen como
LUL~ XIV: E;' {'uado , y r/r!Cms de luí el dtluv;u. ~o son revo-
lUvi'Jüa, HJS, SuD w:rturD¡Hl0res




¡JHtIOt:!JS (Ji! unr,; q,;',. ;,'.';:1',t,
(lj~;ill<)n I¡iiCl(¡¡;~)


31ciS ltj ;.·j~_'i ~L ~~: lf ~.'
tau ¡ll',!lvdrlF~[j\lj tdld,::, y U,,;:!.:' el:'
<';;;f,nr·i', l fl(, le> II1"C"¡'¡f:>l f'l¡'Ílt"n''',~;;va ~_. ,l) •. ~Ud, )., ArA l., J{'! ~.~.¡, ~\. _, "lo 1~ ""t.l _ ,


f: \ ,} (
e,


· ra rlesvlr~
dpstínos


~ \ r.<:.~ !! 1; 1 '':;~'' q ij i ! a r i)i~¡ 1a, H11-1~i
él i't:.df(. "o "!Pl,l lheJi'nda


\'iDO á quedar paralizada con la salida lid :';~¡i'" Gamb%.
La dimlsion del ministro de Hacienda que, ü(H!10 va berno~ Visto,


jió ocasio¡; & discusiones, be a!.rihu \(J I/Of alil'i¡¡os a la subasta de
,. ,


JOS uerc;c [¡os ue plwrla;~. es" ;,¿d, be le;, !' ¡!'ini} ti [¡i' ha V\~;I idti pesa ndo
sobre las clases produei.üras, es deelf, ~obri' lo" cODsumidores w¡-
bres, ya fjdC los (\,rtkulos mas neees:l1'Ío& fOt'riln~wn,pi'c jos mas
recargados.


VI!


Como siempre. en esta (lcasiol! los pueblos reclamaron contra ei
inicuo tributo: como síemp!'~, ",r ¡ntflntl~ alguna reform? para aea-


Ingrad(! que se JIl pprrnih'í;i: ;¡;,,+c,¡; f:'¡¡' "i'¡f\f¡;~, Y :-dl"¡rlS 2:\
los derech~ls de algu IJOS gt'Gcrús, y quP WH'dha pOI :Hl cuen la el ar-
riendo, nlgllrJas órdenes y proYidrmciuf: ,',i;'f:~(;h,::;j.~ :tüli~¡iÍ';)[l el




Jeuerdo de la H,?gencia v lM b!.l(~n()<: d,'SN\~ dt'¡ ¡\ v\lidamJen!.o ,l·' 1:11·
. ~, -'


~iz) en provecÍlo de algurli:§ ugll¡!isia;;. ¡¡Uf, c'·,n pcirar eH el}"
cu,'nci.ts, iDan á ~u ¡k~ut:W,


:\:¡,die pudo acusar Si; l;jin;~¡, t. cuya j¡;ir;(JO k le Ud j\lCOIlne¡da,
y si pudo ii!'r por i~eguPl1ad, 'lhl.macwn ú alHlsil de ager;:I'~ Í'iec~\ilj_·
u:-Lio5 il1tí;resado.~ i~;¡ el luc¡'ütIvo ·'-p,dl', :0 ~:!prlO (';4 tp!P q\lt'¡lran-
te. !¡~ Líuidad de la H,'genem. ~ .ti mllli:-lfiJ rj¡, Hu,:·¡t'./ida dt ~(q'ilP:(:ió
eh l~ua[jto Iv consi'nht la eO::.';(¡wei(iU,
!:~ú la prensa St: n¡',jerOll gnwdc.'; e, uH:,nu:ni')7< \ ¡lwiO ¡(l. :t:1inin/í


'if' Cl:ortes estaba. inmediata_ qlkdó ::;iu pl'>}vf~~r la pn:'henda. aun
cuandlJ para aquellas g~l1tes que dt~ todo bal:iall t'~cn'If)!J¡o IlldlH:,,,e
~ido difícil la solucion del dsunto.




SiJM~RIO


ti,


LIOH¡(OH d .. la n:':!P!Jt~la Na la nnica impl,rtante que habia que
,'.(H., i. e;. ")',1: h, h.!!l) hl't>:; ¡j" ,,,,ti;: ni bri' habían descartado las de


p,/:,'j'il,,' ik',' l't"jikT"'¡ !I,¡¡n il r]ji'!,í)~ camblO~ de nombres,que aun
!'¡:üJ:lo iídlV 1ii,¿O lÍ¡r:a'l v;;:' , no Pllden jamás llegar á ia importancia
(jlJe :as í¡j{~a~ ÍI!'ilen.


Al (,astr'l¡ww, pl~rlOdieo lllUV sosoechoso que venia haciendo evo-
¡netones fi¡st!nía~. fué Uljf) de 10'-; que primero trataron esa cuestion,
v m!\'ntra:-; }) Hurocan proclamaha la necesidad de estudiat'la cons-
ilfW~[(in de Jn~ E~tadüs, F:ldns rara aplicar á la Iberia los principios
un' p);tahl('(',t


'
('·nn su pa;:t'.l f(-(k!'al tll Feo del Comercio hubo por fin


'Í' ¡¡¡piar ODa aett!ud. v,; {i de marzo decía:
,H ',H' 1ft"> diB.;': qw' "ndwn'j nUf':-.tra opinion creyendo que con


';¡ i't'.!':n)j!,j(l'\ :le la ap('ritWi ::.1: fi¡sn¡ioman los inconvenientes, DO
,)iJí'danrl'. ra tantn tiernpn ph i l1 sn..,citrlr d!vi il)nes y subdivisiones;
\ no h!eu ha salido de nlJestra pluma la indicaciou de que la dill-
¡:ni¡ad ,':~lú en ~,(thtf el('{lir I:on tUl ' las persúnas uue deben ayudar


. .




t. I íI
a lleV'1j' 1" "~a¡"¡Y:< ,I[ r,índ",L¡.;;" '!' ",~'Il'¡:";,¡"'l""lltp l·!'t''''''~ p]rnp;J~~\


.J 1,., (Á 'L ~t..t!" ... /,< ... ~,\l,.b,':"' •. :. !!_\, ~', ~~, __ ' ~}~~l._~ • "


mayoría de \ 0108, CllandO rlp'jl eradn;:; n:>·'iH .. ~ jldhbras nu;"s!rn<¡
auversarios St' han rH)!'t':,\'.lfíl i '" ;.¡ t!PCtí ". i" lW¡:Ü ¡¡U" por ,,!las Sé
ipfiNf' es que Erf\'(· Pg mj"Pt'(· ;\,¡, "1'. dr'l (]fino'(l1 Es-
¡){¡ i'ffifO .


l; Ya SI" '.FOiÍll'0
. .. _ í. EJ , .• _~ t. ,


sabia bíelL con


¡1.


Altamente si"nifira¡¡vo (lraío Hl!r::aj,' ,ini ,f}Yi, 'mnflrt;ln!\~~ ~ilS
d!'cíarací()nt~s. ~TilV¡',:;.,;:'t\ !2'L:1 f" :,\:, .l:d: :;¡:- {jil' '1' !!l"J('iHn (¡(¡n,.Ar.


El P¡én.llf.U \jn, haLa <:¡,' . ," ", ,,' ji:" ;jU\', i'IJ 1 ;;¡:¡f;,
'.' üLHtndo ":lf lh"p;-V:f ní' ;. '~",:~;,:'!J ¡;"~ ~2~~larr t¡;da;'í á d,~po~


.>:"


terlllzado COB ius que ji ¡ "': ' ,,'.:: 'l : ~.'j!i:; ;'; ;lL'lJlii S(:l 30S-
neehoso y much() ültJl,,:: Ui::;:'¡HJdi ¡Jél ,dí,Ü:iH'llid ¡JI" ~etíembre: pero
no poclia el Dut.:blo español SL~:steneI' lujo senwjant(~ en gente arma-
da, y por tOdas partes se feCíaff'ahan eC0lwmías.


La R03gtHiCia. [Dal aUln~Aji-\.lí( ;';'lir'T;{ ~;r) dnda al cOl!sejo dr ge-
n0ralci: á qUe ¡jf¡ h:;f','~' ) ';.+" id<, , ",'1 SI' "j'I}:,nflitl( Ú la ~iülllbra de
nl1(OV{) ¡i:)I!er (',,-,qu:I;IL'l' ,01 .,':;::';ii} \' vir;r wili'i¡ril)¡;¡[t en una Ú olra
fOfnJa ;~f,~gUi! ;a~ ~-¡rc.¡H¡;.:~'~~·~ 'd" ;.;f ~"¡V;f:-~'t~~" L·, B~"!~el!ei¿; 110 supo re-
slstlr., v ¡J{O,i,;Cl\' . " .:i" ¡ .': ,lt '~~,\lJsprva(:lOtl del gran


... 1 r '--


rjéreito en pié do gUt'rra CHanrto todo nos acoDsejaba reducirle y
mas que las ¡':1Z0íJ i 'F' P,'fip,)miea:: las fvdilkas, I,¡na pvitar catfl!'tro-
fl'S cúmü las dp ntj('sli';j'~ "f;t¡i.:na~ pn~f'~iofi!:~ de Amrricu, qliP ge-
mian en el (ir.-::ordpl¡ ;" ,';"n,; d,.' l3<' ~"('IO[ll~S soldadescas.


Las n valid~1des sr d"'pp¡-t¡:¡ !,;.¡n :1/.[,; h ~: h¡('.i';~:ns kd ¡jan: !¡;s si m-,
r alÍas y antipatías sr bacian ya notar: los (Jomez Becerra y Mado-
ze!o1 y r,ortillfií' dw:j¡tl'aban ~u:' fntnras eV(JltJel(!n~s, ,;n¡n,: illÓ7'aga




6U
y ¡¡~nl lis la. A lüns¡, ',' 1, :ord ero. y :¡: n Gel;lzal ez
Vll1ar qíW no POd¡¡¡¡l ()i'¡">!S!i;';'


llrüvü. deiaban adi~
,1


!' le toda..: las evell-
t,; ~i! 1 dade~ se t L~g :'; .~ <"; -":;_". . ~ \ t; f~,rse
¿¡!tauero y lFi 0;:<10!t


l.,c- rJ('~~itivo t~'-:= qllP t~i p.~j're~t(; n)) ,;'t' !_~,~",:,. \:!d. '¡ t~td)t) qtnefl pr~t~,
(enfila flUI' psw era una. o.nH'O<ií.¡¡, la ; ¡'pi';:':. ¡, Bi',~;:,) ·lpaleCiB, pe-
sanuo !~n j(1 ba.i¡lnZa disuuf,;;ta f'i)IJ1; ..,¡i 1'1 ;; {n;tf¡!' f! nudo de las
'Íifieul lades,


COP"¡í1 1!I).l)i~t ¡ni) ~(dil;Hh)'. t:,·". i ¡'j, "':;: pLu ;;1; f2U¡Üe-
rO'1 i'n Madrid y' opiO .. C:li'ír"i"', m·j;' ,'.li,.L j il, dU'¡}L pL,~S-
t' 'l" ¡ ¡ , ~O que ya L)¡} aq~lUn .hnH·) ~_:! . l ,¡tU
en que hL~ eor!y:, ,¡d"::u!'n¡¡f¡¡r~" ,<
y cuarenta cañone~ di6¡:iJ;,"¡i~ ¡' h,:
.,h" prnvü:nDenV:.


~t~:i;jj :"': \. ~L at·.'rea.ba la epnlu
Ij,u,t/I'nta mi! hombrt,s


,': G 'n::: al' CJdos toma .. ,


Lf)~ ~r.!¡d<~r"ádf;' ~(\!nhi':d;(\u !a d!:~.;:~¡f:;:;~". ('\1: ~;~, ;:., .. ~
nuneiando :.~. ~<'.:~\, r ~~-'\i: (::ji:\'-: :~q~L!(· t¡~: a~,)PJL~n él la rcget:cia
"I'l'r'~ YI::1rf' 11'V',' ':'~'. d' . . ;',,', ¡1¡,01~'¡c··}lr ,i;ir'. ? ¡P . , t',:','" n~.'.~ UJ _.,ll::¡ f' ,~\ '" (,1... A_.'._ - • ,'o '0'" lt ."-' 1 '"' u
piratJílU l\ sr¡' CUllp!l,lj' r'· d,
J~:Sphft{:r:"} y ::q~ ;;:. !\ -, ¡. l'


diLio en n:) ac-.:\¡?tür Itl~l:-:' ~;~da i~:'~~; l~l
liad es (lue á esto l.enÜl:'¡i su~; traJ¡¡.i·,S.


d


1\ ,


J!ll,(ff. ,( -~-.,


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'¡c,ü {l¡)H.>; pilf'S n: Vf;r-


y (I)f':,d¡:\ Ir;., ;,('¡Ii' ';, :1" ",'" 1I Il,léuj in~!·(lí'id V p\lí'blos
ir.mf,dia!Ls 'luc'.(ii:¡;;¡;· " -'.: ;f;¡,¡¡,';;. V ¡¡.~'-;2 ('abal!os,cGn
1'1 propn"Ílp '1, '1", t'.L" :fe V'íl :'-':H" f'(lll\~; )¡Ulnii'nte lo que St;--
cedía, b't Corre!' ¡!liCio ~( , o:!t"j. qf¡,\ ~¡ t, mando por terna
las palah:il~ di: J~i r.. i ,:(¡ i. (, . ,:;::('f, Sl'li,; rCp'[itt~ úrico,
pero dr:spu: ~.' rl f'::ij':.:,·;. ,F', ;;:;: Ii:::' r', i;lrc1uf]¡'\ mucho
PIi '/CfS(: arr',jAo d' /.:';';:' 1 {} U' )!¡cntd p',¡:ular conw
el dI' prin¡f[1 de ~1211:'lj:¡


t,rande y \;F!ll'.Dda fl :!:;:';~-;',¡ii; ',:;,~!i¡~ á la Hegencia IJor todos
t'f'l0S hecho.; t¡tlt~ ¡ndia haL·'c evlla{jil \ H f!!nZ de OCUp¡1l' su tiem-
po disolviendo las S0l5í~2Ihll!"S pa.tr¡óllc:\~ ú pretexto de que no se
h¡dlaba.u aH!¡)!'iz(lda'~ por I?' k\ Ildliit'~,i' ¡k:--('IlVlI'Jto le, vida poUfi·




ca en todas !:t;; r-f,'ra:, 11(' ji' r, dr. 1; i ili
Pt'fO si ri~..;tfin;:ria D1íf ',1 'á. ¡;;1"~-' \


"i 1;


amasos de fuerza, L,lud',d'¡f'!:H'[ji(' h,
de v(~rdad á la, d",il.';¿¡Cl()/lC';


v,


I,,~ ,i¡'llíltaíjf\<I nI]'" ]I'1/r"h~,-, ~, \~,,,L,,,¡ "',H,',:"" ,e,','l,!'- :~',;' ~ 1,',,1, ,'e' ' ]!~, .... t. t> .. ;;. ,¡ ... J '1 '" ..... i'--?~\'~ vi ... '. ~·~l' " .,r \
riiu dominante €u provinda~' qne q,i'¡¡¡' ;;;,<". ; 1;;,,,,,,, ,.
tadum nombrando mú!t1ple la regri},'iH, H(: ;':!l';:, '¡; . "¡,r,,,:'
El Eco rlfl 1 í de marzo:


«Nosotros creemDS hact'l' UD SCrV¡Cln ln:::iFllF aí f'(wnd F.~:!;:rl:,·,
previni¿ndok de los peligrüs qll" ,¡Ji¡ {; u'!';\l,¡> ¡~)]!'- 1":'0.'" ;:",
ma\'ores baJ'o el a¡:ncr,!,; dr la ¡;rn::' y \1,,1;. i'\;.!,,:,.j,: ,!i,;,,: .;


J ~ .J


I h ' - , ' , ¡ 1 os que flf!H'nazal)'i¡l su fXI"t,·un ,'n 1;' 1""1;;';, i:' ,',;;' . ',,;'h:1
»No durlamos que habrFt ind; ~'''-~ lh';!¡;; Y 7¡¡;1 ::,' 'o' C';


kgislativos qnc dr bne¡;a j,>;,>
b á ' j' sa elllfL', ( un queoanll:" '¡U!J:l,


blc" contrari'Js á hs ¡¡~st¡t!JI::i,r,("; \ ni :)'(,'[';1 ili/' :'" k ' ,,¡,.);:
, - ~ . .


los cuaies, en la itnposidl;dad (L; lr¡\: r'l r ',\ i~,lí:\,l, " :~, ~:~ :l,' er"
se impongan en su lugar prL~f;í:as rJi'! ;,('\,!¡do :;rr""il relrógTadn "
decidirán por la opiniüi\ de I¡\l(, ~nl, n,lI,' ú,:!," ,- ¡,,'i i' " ítli':
están haciendo la rna~: er'Jh ;:;IJI"''(1, di ;,'::dl",~ '1'.;';- ¡¡ ""!';
y cuyo pc:dcr descan ve; aniquilado pa ,i 1'" ¡':


.


" ~'. 1" ¡:¡:¡ \'


(1,. 'u 'U('~I ~'~:I{ln~ ;Yrt ;n::" nl1,fY¡',); .:' r:'lfl~-~¡ ,-., .. ' , '1 ,~,,'l r,,"',!,"',,),',",","'," lC"',,:\,, I l J .. '-' 1)U,d, > l.~' - _' .1\ ~~ . " j ".1 \ •. ,">-; "'. ~ 1 ~ ~.
al;¡'untos del (1\;(1Ilf' de ig VI,'toril1, :1 ::!ll[';:lilr:;(~i'ql di' in« n'1 :d".


, - '


. 'bl' t t l' "1 '¡' Wfvlta _ ('S U;'E;,'u r ; !;nn~~. jl0 i ,"J vae! ¡l; J':"eh' f',' .;,'i"" ''1'' 11)(\ r .
barse. ó se Dodrá rrurtrfir (, f1iar~¡' \:r; rp lln,· (\ yp f:n ¡ \rn, ',' ~.¡ ,


. : 1 ·1


este mndo hace meno,'i d!lf;r~ ',' ('1 (.",1'\ ' :ln 1", f'I'i,U'l'f'ia '1!';' In ¡n'
yo!' dificultad que hay r,n pl"i's"n\ar ("''1'0 <¡,¡dn,(h~ ¡, "'liiO iilll.,'· ;
les á tres hombres que a Ul)'f, Y ;!I¡"nfnj~: dps ik rlh· ú ,!~~(, rp
serven la ,)¡)jniwl, f'li ~11()s 1; en él íl¡;l .,1 ¡¡!le"'!) ~q ,';c'pi'l'inlZa v f'l' -
~. : .f _ •


tre tanto ccnHu en lE :('W'D:'ia,
»Pero sif~Ddo uno soleo ~ ¡~¡ ';t' atr:hl','r. 'h~() ¡., [l!c,ln, !¡l)' +,(.


-' . . ~


malo ha. de habez'; dI' él :-1'" ql1rjLifl !r¡'O ,h''f~n!d:\;!l(l'' :, /1 -".",:,." :
ni'C',~liir .. ·)('I''',; !lll ,;1 ~,',ln ",l",i.'!!'r¡I'; '(j"l,,,,-, :¡).;: Yl<'1 ;ni;"" ¡." ':' "';'
'... _" \ \ .\. j'" , ,_ • ,. l. <11· ... -" ~ ~ ...., ,., • ,\ t :'




"


!.iL.l \ lJ'.l~!i¡ H\<)H;W, Uh !-;~!'j!'Ü


:t' y COliJO io tensurabk se diCt' ::;iempre con mas vigor. con mas
'lj1'rwa, (:01\ llHl:, cOlll:Duada nefs¡::;tellc¡~; que lo bueno; sin tardar-


, <


SI:' ¡¡¡ucllO~ nll~;if~S'i¡: haL!\t ¡~,;f(jr;{a,jú taclü pi partido antl-constitu-
clonal y ant¡ .. etpanfr¡;)(á d!':~!uc¡r a 1:!U adversario, á la PCf-
;sonifkae¡on ¡mH1Ui1Cr&Wi.('ni,c fÍe sdiembre, que 00 dejaran de
haber adekullaJo a!guu terreno para acabar con la popularidad del
tlOm br2 de Barcelona y Mas de la.s Matas; y que no pueda dejar
dt alimentar la esperanzi.l. de v~rh; jesquiciado enteramente del po-


, del rdecto del pueblu por cuyo j[;!~Jio se descubriría camino
paca ¡ür el gOlpe ti todo el partido prügresi--tlJ., y acaso ai mismo
ti€mpli á ¡as instítut::;oí1es¡ siguiendo los planes propuestos por Car-
ramúliihJ y di~:íH¡';!ljlÍ (olliuüc:: y..:u el Yllljt' de Barcelona en mal
¡-wra íma~inado,


'-' r na dn las primefds c(¡sa~ q ne harían los enemigos si el general
Espaí'teru Se viese nOillbrado único regente, seri ... recordar lo que
tantas veCt:~; han díche ~ . ;oble su ambicioIl desmesurada, sobre su
dolwlo dé oeupar !(¡ dic;twju!'c Exclusiva y suprema, de subir al
d::.icllW que í)tupG I,t que k Ü.l.D¡üc' houm¡; y tan devaJas c3.te-,
~Ufla.'i y l1ÜS(:l d sllsu¡¡dr \;'L; el ¡¡\HH; d h¡ hija al Fnna~¡d()


)A}ue recuerde el genera! io que no hace mucho se dijo de sus am-
biclOrw,:" atritHJ.yéndole las aoecdoticas palabras de que habria tres
regentes, el eündü de Luco.ana, el duque de Morella y el duque de
¡:¡ Victoria, v que para dafvida. v realidad á éste arnbicioso pensa-
IU;'T\.d lf:fJia blOf! la provit]eia y peuba,Ja :sitiar los salones


Vi


I~I artículo del t'GO, ai que uernos tomado éstos párrafos, en vez
dt~ t:ulmar la ¡WSled:Hi d,.~bia d~~sp('rtnr!a !!las y mas, en vez de ser
;:alíHtivo pqdlCi coo v\,rtirSt "11 arma d! ;;;uer:á, purque consejos da-
do-= ell ,vlue! t,)no ~f'r¡a!i prcswniadlj~ d.1 general como censuras y
311J(.nnza::; eOfliO q\ii'jt.i:, ",everas


El Icco n'pre~;eIllJ,ba) como VtretIiDS ma::; alielante, lina gran ma
SJ del p¡trtido pr(lgr'l~Slsta., tL \i¡,~ ma¡.; cd;jdídos é üwcentes en ver-
:Í;):L prr(: ll.; ¡'í:; ({,ti: lJt!scabFi.n COG :~¡¡:j.I(::ñO la f\w"'1a constitucíonal,
i~¡ parld.¡Ilent¡mSmo, la ulopia pOI' una parte, y la mas ab«urda n,.'~
g-¡iCIC;ú del pnneípif) de la soberanía del puehlr),




CAPtTULO LXXVnf,


SUMARIO


""III!I'¡ ¡nl;1 1"'l'd di' I;¡ ,'111'11' d,· 1111111<1. \ ',h'II:¡II' ;¡I'IO, ,1¡'!Ji/I'lm!l' ~ "-1 1!lld,dl"'" ''',
! ...... ,\'1<; j,¡ "I;i¡W!:d,l, PI,j ['¡ Ir'~', ""'I"':<I,d.--lf¡ii·~I!r"¡dH \.¡fjll- d:jll:J,I:J¡'" .í! _:u
!~I;'r!UJ ,>-,¡dll¡' d¡t'!¡(j ;¡··IlHU~


L


La eortn dA Rntln ~e nlnstraba, comu hemos dicho, e! centro de
la., (~qo~pinc¡olles hrhór¡ieas, el foe:) donde se nrdian rnaquinacio·
DflS !)';ra conmover la ElJ!'opa; que 1I0 agradaba muehn á 11)5 n~­
pfí~sf;utaHt~\S d,~¡ derecho ¡jíVIflO esa formula eO(lstitu(~inna' \~w! Illf'-
lesta ma~ por ¡ti que significa en ab~tracto. que por su fuerza para
contener las arbitrariedades.


Pero los déspotas no qUHlren sufrir frP,Do alguno. rehuyen la
acr.pileioil de todo lllell:) que pueda mermar In que llaman dert~­
cho divino.


y con tal ocasian aludiendo á la situél.cinn de España, Grpgo-
rio XVI que había mosLrado bien á las claras ~u aotipatÍli, reiativa-
mente á las instituciones qUfJ regia n en ESliaña, se d\~cidió á hablar
en el consistorio dI' 1: de marzo en términos poco favorables á
aquellas, olvidándose que hablaba de un país constltuido legal y
libreillenk




Eq !~j f~nii!trf?~'~{; bnb:t d~pn tpd:)."; que !eV;lntf1f'Ob su 'VO:':_ 'V {~¡ ~:e"..·
flor l;il V S'!flí' d('(:13 (lEn íd. C'irt8 de Ihma ~e h¡w anuladí' dírer··
sas 1<:,\1''';" \ :H uan b()c~w !!l'avi:'~ een:--u!(!s d·~ otra:;;: dada~j por !:'!
;.;o!)iemo i'spa ~'~~ r':qV:~ h:·,b'3 3: él poct, r()~2d,lierde Cler-


para tr:1.tar de f"'~(:C'üd~"~r!as :it Gt>~V{i. Se f' ~~~',~req -'Vii(jJ!S he!~IH~s
r.i;.(UI¡U:' ('cJesi,t':t que talitü '.:'1 !,\ pri.:dicttt'wu «)!J¡'l !':'. ' ¡rue: au-
tos aun I)¡,b ::,úgmuos, ;.'k uan ,¡¡:)siraJo ,,¡¡ OPOSiCIUH liireeta Cul.I el
gobierno, Ih~~ieQte esta un hecho del cabildo de Toledo que por eVI-
tar pérdida de tiempo no ne!,~rs!!í; repetir,n


U nnu¡slro de Gracia y .lust¡ei,~ cont,:staba: dA~aso se dÍ!: una
geHal t'! dia f¡ dp ~narzo y el resultad¡, e~ quP ha \('OiUd ecu esa se~
ñaL Yo puello asegurar quo el gobicrll!l f~sl6 al alcaúce de tocro lo
'lne ¡Jasa en PSléi malcria: eree mlf' no se ie oeuita Ot\t\¡L j)Uf f l 1Je ~ , i
I>u(' 'l'!tl(~¡i.i de unra f('lwiofl O'l .. ' bubo (,1 1 ~ de marzo p~; WJH 1.~í:lfH­
tal dl~ llls jloluH:¡a;" !Á"(trdnjt'fa~; !:f;!_;e rlotiCHi [le la;;; Lwi'S:)¡¡¡:b \lijé'
tu,:Cllffli'fOil á esa renniO\l, ':' ¡¡ui'::o exeit::; qmlj\le Si~ ~ekbras2, así
(;UDlÜ lalliiJii~n de 10 que St; trato en ella y de la resoluciun que se
tomó.


v,Anunció qtH' la señal dada COi) intencion ó sin ella habia tenido
.'Co, el eabítdo de Tokd.; dírii/.i(, Utia (;xposicion á la Regencia del
fi;¡¡¡O, ¡~\p;sleirJi¡ ,~umlsa (Jefe qDt descubría teudeucias que flfU ne-
tesan·, ¡Halar. Ha hahido UIl sr:rmon en Sevlíla. otro eu Mala~a
otro \jll Sq~lleuza: un t:iUce:,(¡ t~n Vil1auastio: ¡ud;) está bajo ¡a mano
¡icl gobiemu que toma sus disposicione,.; vigilando con celo y l1C.\U-
Yllluu. )


i\lguHos dmf; despues ti se1i.or d!Jn ,Iouljuín María Lopez lnter-
peio D uevaruen I.e dcerea de tos abusos de Roma, y del plan en Vlf-
tml ¡le! que :;e IIltentaba reproducir la guerra, alarmando las CO[l-
¡}\E:uetUS, uegaudo íOS sacral11ento¡, y la sepuitura á los comprado,
;e~ (le [¡¡uoes HaelOtltUeli,




íiISTOItU DEL ilLINADO


El. mmistro no se limitó a contestar Ci;n el laeomsnlO qUf.!q 'l,,"
b¡a hecho en el. primer cargo, y se declúlO a explicar lo que baÍJm
sucedido eon rl cabiido de Hurg(¡s, el di' Tcle10, el de Soria, y ,d ..
gun otro, así como de los individuos del dc:'o que ~,e preslarofl a
obedecer las inf1uPl1cía:, ,j{; nomo.,


Al referir lo OGUlTido en St:vdla donde se habia. preso it. un pre·
dicador, por permitirse é\presiones poco con ven ice ti'!; éli 1'1 te III pío \
decia el ministro: (E' juez de :.,rimera ¡nsianela detl~rminú rerO[iO-
cer los papeles, encontrando mucnos que !¡:'nen rclacion (~on la ~o·
cíedad de la propagacion lit· la fe ESÍ(¡ f.S una Sociedad !h;tabh)c!d<~
en Lyon de Francia, dondf~ se halla. III .1 ur.¡ (;1 djj'f~{:(i\'a, ~ (';ua¡q\lk~rd.
podrá juzgar si son huenos espafw!es !us qUe tra1<W .ic traalh/S ¡;,;;O
de Francia, para qUé se l!PVE d dinero, porque tlasta ahora Pí\ 1,>,
paña esa Sociedad no ha producido ütro deCti) qllf' t'l ('xpr'ndt:í ~il?,¡
nos papeles y escritos y :-eeaudar dus ruarlos por sr,iil,Hm d;:' . ,\,;,
afiliado para enviarlos a 11(' ¡1onde ,~;tiJrán mISlO!Il~S par,;, CLti;¡l.
y otras partes del mundo,~·


Oe paso creyó el minístr(\ convenirnte hablar de la. formacion dI:
una sociedad relip;iosa que sin esperar la aulorizacion del gobierno
se habia constituido y tenia su t":tandarto, quesqnH, una fra3n grft·
fica. se hallaba con el sello y démás efectos prrtf5necit:ntes ;t la se,
ciedarl religiosa de España, en el mmísterin de Gracia v ,lu~t¡c¡a,
esperando la resolucinn oportuna.


Prosiguio hablando de otros escándalos, } se lilO ('O lo oc.u~r¡d;~
en Vi!lacastin, donde el cura habia pasado a casa de una seihm.i
cuyo primer marido babia comprado una Hnca dI' bienes nacío
nales, solicitando que yolviesp dicha noca a la igleSia" La señora
que era solo usufructuaria. y que uo podill p:J1 con:,lg-ulentt~ di"po,
ner de bienes que dehian pasar d (}tras personas, lo mamfestó a d¡·-
cho cura El entonces la amenazo C¡)[i priv¡vla de la enmqn~Oll \
cuando hubo (fe presentarse en la ¡g/Cilla; aquel hombre fumpiló 1;,
nalabra prorluciemío un ¡;.rran escandalo, y el juzgado ínten:iIJo i'n
~I asunto,


Oe otro!'> stJce~·os S(l ocupó e! iiHilIstro, y dO!! i\>fÍro M(~tl(!e:~
tomo t~nton0~!l la pa!anra




t1~P eow:reto) decia 1'1 diputado, ('1 scr)r'i min;!';;,! v
JustiCia fJ. decir qur' ;Hlf(';>¡ que hUr.:i' 'ilí"¡; la atocI1CHin Hn--
¡¡la. ya se habian tomado nwdida" ;'Of1 ':1 Qr,[Wí'[jador d·!! <íb!:;p'I'.L


nl0S visto otr\;:.~ ~.~}lH(~~onG$ c(tn'~~~d.!h~ionaL:-'~: !':i: ~nle~t.ro~~ d~~1S, ¡"!-', ~;{~~
ti generales i1i;~¡Jbw;fJf; ;::·:¡lHl tnrp1l7(' y vakj(·" b ía~ l'd'j¡¡§ ".
Pedro, SUpí¡fÚnnO COnWiH1<u:, fRitas en ;~llS ¡{trihu y llillYi'
1(\ 'IP h¡"'ra ~jdn i;,¡y\¡,j,.~¡ '11]0 .. ::(, ¡rrl!·';'n~;·,lrq' f,' r'!1 i', h~. < ';C' 'A'~ '. ,"_,J.. -.\lt",-I_~ ..• !...'.' '/. ;~.,_~.jc •• i,"l')', ,,~ .,., ,/,.


;njpnnid;~d, á ("t~a {\Ud(H~ia {\l qUf f;Jlu~
da:-Ir, a P.lIl1P!Of\::L dOf:de ('sra'á t~lp:f¡f uUP 1(\


• .1 ~ ,


'." f<nergia niOI!UfHl ha (('nido el ll{)birrn'1 Jlr¡nc¡palnH'f:.t~; fH '.'V
llf';2:nciü En el m(írneDl{~ que Si,'; ha vist0 f'Sfl. alocncion, hubiera
di"¡Vlt'"trl fuera qnemnda por Flano del y¡~rdug(L "
ptf~Sllitl[¡tf' interrumpió al orador nara recordarlr el estilo P;\f'·


lameotarl.o


OHSP'h;i, d~
1 ' .~ P(~ a¡!~onas pal<..\,)lf\s


f1l:o-


,
.


q:'t'


¡iíOVll1pncias en mi cDncepto, nn SGn 1a,..: suíiei('oles para que estos
rtbll:"o,; dejen de prOdUctrEif;, y yo cren por esto que no dehl'H 10··
rn~\'se estas sino olra;;; ma~ encace~_ Por ejt:mpln, ese papel írUf r;;e
ha de flscribir al Papa., como ha di{'Íw (,1 s¡~i'íor m¡ní~;tro yo nn fli:;~
taria d tiempo ea ello, ;,rlie~ qUf' !;arPr' de¡~r al papa qUe esté t.:n
Homa, nosotros f!quL v estaba eorH';iuido.
(ICr~o que todo ir, que no -:fh e(l~tigar eiémplarmN11,' ¿ es(-;',\·


[;,i,;il rk Tolerlo nada. nabrpm:
'
;; h'~ch(l' tampor¡· 1mbfi' l1Hl" };(1
!~;-j,d¡l, n,n todo ln que !1f\ sea ll~war al raIn ú pse cura dt' \' tila·
eaS{i!l "


Fl pu:sl,le¡¡!(, interrumpió rfl(~flmmldando rd
;;¡ tlf},


leoD'ui.qr nrn¡w i"i . , _




i) • .' 1<" • ".. 1 .
r nm eO!"¡IlI]¡;o, '\ ¡,n "nmer iU~al' na mcnn t'l ¡nmls,ro qiH~ ,~¡ .. O ~'d.·


bian (Irdenadn hombres qm' nn í'ab!HÜ rll el lalin. y ,(\ á esú en-o
cuentro un relurdio !IIUV S!"fw¡¡ln Hhgas!' un !'mbilfU!lf' d~ (O(Jos


'.' , .' ~


e¡;o~ hO!lJÍJres, y mandárselos al papa para que sirvan sus aliares y


VI


Otro dI' l(j~: lj¡p,¡fNh~ qu!' tO';):l)'nf) la pala!lf¡t:'!l 1:1 dchatc, fue
el ¡;<eñor Posada Herrera, q(j~' d"'~¡i" «La primera obiigaCiOf! nL'P~~
tra, la mas íiagrada á la que telleinos ilu:' dar y.;trr'rha cw'ota, i.:f':
si por las ex¡\res!ones que aquí se profieren, sp !lt'gan i: ,'xcil.ar Bli',S
y mas la" pasiol1rs púb!if~as, y si por ellas se hallará mas el call1í'
DO para una nueva gUPí'fa ~!\'!L, .


l)~fmtiró que se nos mire como enemigos del clero, sentir;; que los
periodieos que sostieuen ciertas doctrinas puedan decir al p:is: bé
ahí la religion que profesan les diputados de la nacion.'"


Este orador, á ,¡uien FI Lcn habia saludado cnn entusiasmu r,n
su pf!wer elJsayCl, venia ahwfI ji quitar lnd,;3 h1S ih¡"ior es J SI; IH(Y~­
traba tan partidario del órden CÜn.tO debía sedo algun dia de la lí
bertad, enando proclamase en pleno parlamento que todo iba á re-
solverse por el criterir) de la libertad, y llevase á los cadalsos y al
ostracismo á los que reclí:lillaban su ~lf~recho.




CAPITULO LXXiX


SLJM~RIO,


:,['i'; \ ,.~ ¡Ir"j!.( ,"'l_~H 1.¡ ,'i~ 1''',11' ',' ji Ir.: -- L.! ¡d'\'I~";t tl\'1 ¡qILI',; \ 1"-"'1\;11 ~I'
PI!! :q:I··:)i¡! iI¡iJI,!!I\) lH,r LI)I,:: .. :p.--J.¡I": ¡tl:[ ¡;.¡lll;td(), !1:(J ~rl' .... !~1.:"


L


lo'! :'11IPH'í','l nn ',1' :"'II'!i:li r .;t h" lDll' rk;:prjarl::l: tocto ¡I"a dudas é
lor"p.:r',!'¡j,,,,(,, br,~\:;¡iii(' ~'l¡¡q ;1 ¡'lJl' "fpn""'f V de i}I'(:1' ",,'it,', h"m r¡,\
-" ,<- , ,,"'''. f' .-''''''' , .. " ,,~ ~ "" - , 1 . . t ' . , •. '. '. ~.


alÍe: !¡do ai.;';i¡ml:-. :it'si{'rH'S é int"n.'(J.ia.do ulras nolíuas was atra-
.;atlm;, porrjlH' vaya il:¡ t'; kc!or fOfjllandn mas acertarlo JlJlClO 'i!)~
bTt: lo~ :;lIei'SOS


La situací'~n (\n Ins ú!rimos djas de a¡rosto era elara.
Fxistia e.¡npHn divor;~i() entie esos do~ :,obn3fl(¡s ¡FH' la con::;--
ll~Uci()n del afio l wn querla ma¡¡ÍI:f,,', !:D pe:b:to aCHf'rdo,


El trono nrev·r¡dia ill;p"fH:rse, v!idahH ¡mprudentem"ntr'la ley y
eerc:~oah{\ 10:- dl'l'i'.,:iw!' ¡v: pn liH!'i! , fa!:,:andü y vioknta,do ia:~ cnn-
e¡t)c l 1.:¡as, ereáfJrio.,,, :-;,'¡,v¡dor,'s ct (If':;" de Hi',


E! ,'uebi(J:," hallaba di;-;,;üt:>.tr) a no (i,'jaí'se ,,;!)gañar lJí pisotear
y 5W bn.w(¡;). á la e; arma:;
I~Cabía trM¡:;act:ion? CreeílJl}s que no.
ji:aíüilce3 su¡,~dó una nueva. dificultad. Ante la revolueion como




anfl' el trollu 1'e habla levantado una mflu~!lcía, el mllitannno,:,pH'
l'f.!HeSeIHdd ü flor ESljartern vmlÍa á¡v:ner condiciones,


t y t ~


El l)ue!)!G f1ec'~5itaba iHle I~l ¡rono se ü,"smoronase. cra 1m \:i!l.l;;l1li
r. ~ •


H.


Hemos pn~gui1tadu an~es, cou:u ;je preguntó 61i el senado, por qui\
cayo Cristina.


Cdstlna siendo gobel'üadora se habla casado faltando á las leyes
qUí; no pt'f;qitian al rey, y sm duda tanlpOC(' á qtW)lJ íe te¡J¡'üsen'"
tase', q lit' (',onírajl>!;t' ¡il¡urifllúIÚO, ;,¡¡ n previo 01)usen tlmi6nto dl~ 1(1::-:
eones.


Cnstina habia formado Jet patrimonio de la enrona, fjue er:l pro,
piedad del pueblo, un pa1rimonio eXc1usivarneute suyo, del eua!
)j¡~¡;onia sin tasa, habiü1ll10 íle¡.rado á decir los periódicos, que tu HU
bod·: :,1 hubía, nrvi,'uadn (a Diña lsabei con ¡I)\RS falsas'¡;)or.:¡ue


1 " '1 ,,-'


¡di' aíbaJih d,,\ la ;,{'romí hablan desapaft'c¡do
Pues bie;:, estos carg1j§ que los ministros negaban, llabiafi Slll


embargo ~en'ido para hacer que Cristina abandonase un punto que
estaba ya sin duda solicitado y ofrecido, que era el premio del. ven"
cedoL


y í~l vencedor fué el ~meLlo~ y la revoluclon fué separúda de su
C!illU:;,:; d militarIsmo recogió interinamente el poder..


'.:' COSíS, Si~ pít~se:¡l(Ü)a la Clh~5t¡01.l; lo qUi~ es provisional y
tr(j1¡3w.rlO, 1:.1, Hnposidc.[¡ de! mi]¡w,ri¡.;mo.; la supremacía de un f!i'-
nef(i.l soure Jos e!f'lrH~lltGb 1'tVOlucionilriui:l ¡.,LÍebli1 llegar a. SPf un
Ííecllo en adeJ"H; (t'Y


Las f-!,;(;('j(¡lJéS lkbian ton testar á esa preguntcL
lAS ¡jipllt;hlos ad.lí;w hH:r de sus comitentes iWjtrucClOues do'u¡-


esp'1Í101Y ,,",:labia renunciado a su decore
V (ji~¡;l(lad~


FJ dl"C1a UüO y ütro día; ia mayoría de los d!putildo:':, qlle-




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ni' on>-' "u ¡h:sefl
"f' ,,! 'j,'jIY(if' "U"-
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e !(!odr, la patria
y ¡(un hi(~IlJ qUf


J~ "Ó'íd·t,\ de pusonas
'¡f'i'O P" :':. 1!;:l¡¡U la ¡¡artE:
:o(~ ,;:'¡í~;'!nli:~~n no fne,;;:e
.~ :i 'e (~iO e~~ ;'¡~>~~(~~,ll'l{j rara
.~\ V' , ~Tc.'~: I,:r') ,'¡t.e} ~_~,(L~(J trndrá




desvelos, f'stahlf:cidn d órdro qUf' ha. dr, haeer feliz á esta. IHWlUfJ
magnauima, y aseguradR por siempre su liherlad r üldelwnden~
-ll'iadríd ~27 de marlO de l;U j .-FrM)C¡sr:O Lina¡!f: },


IV.


~'<.<::~ '~-ir;!·:;.:~ exn~:f:ariqn~~' e
(!í ;i'Jh:.r que nl. Sf'it l~onl.;U~st<i


uete. s~;(¡rs :iu ~dHeiH:D{~r'k' ¡ ~.;(l:·_': r~:~~~ar la ff~~(;Q:);:~J.bi:}dd{:~ :1 ;;~:;j
(:.oo~'·'¡rn:~ tt ~a th~ r:~¡~~~f'f,' c; }:~~~~"itl(~{)f!·~;"; \' CU(\ l'I,¡'~n~;,¡n ~~S~(l~~


t'f¡ (1fldria hallaf
tmbas en su CÍrculo. > ;i,(lrift para ;:sto ímljj'"Hli(' el nll!!H~if) dI' rl(~; ..
sona~ ds que Sé 120m p¡¡sies'" ;¡), ; f'gew;i~,.


»No cabn de"conHaoza ~}n qUli'Jl ¡'stá dP:i'."clrluWn(e ni' ¡Wi)rrf!r:
con la flrmc "esn!UCHHi del p;-t;s. df' S0sV,;lwr ¡;;ll~ p'::dnc:'-)l:P~ v r,f]!;
la" l'¡ír,("s ,1(, ¡;'C".'¡;'""j tan '!j.,:",;,I'·')pn',; ... ;or, ¡f:'i'.!." .• rl.·.a",,': ¡,"., ¡';'n¡ .. )l,'¡)~ • ~.' ..... _,t., . .t,,! ','" ~'~' ",~,¡., • t' í' ,\, .'-1:'1 ." ". (.-¡ll.J "
qtltl algunos nUl\l.ll en d ílÚDJtrO tti':.':. ';;; n ,;f; :¡¡. fli!olcUíl¡·cn; ~F)i':
que lE:. ft'sottlt.HHi ¡Ii';í'sonai dei i'l'g:JDte Ú ¡I'w'n:rs t\' linfa c,:¡;¡,S ,E-
!iuos: ¡as COSt,:; mer¡(·,'CS .~ las rued¡d;;~ eJe(Tj¡ i):; :Con dI" :;'!fii~;!;·
rio.


XlD,> todos modoscr<cmnl)~~ q~¡(' :,.:=, 'f'nr!j:,i:¡,i;1:1i~s 1 pUf)nk"'s¡h~
MI í'il eSi'(' Of';l"!'()" "rítl(,:> v "(li",,,,,!, 'l'lp,;,I.,ran l''-I'''¡f) ddlji"\) anr,,.,


. ...... "'" V-. ~. Ú -.1 JU.; .J'Jl,-,."J·_J· .. ~ .~ -' ~1':'/, . L~ .,.J., 'L' ,-l' '" ." "."


de dar su faBoj y que una vez ad'Jpla,;o I que les aCilnsi'jr ia (:'.\~
elusiva, consideracipll del bien de la patria. i;! w'ueral Esparkru
r}ensará tambjen con i"t:sneet,) á ia '¡J?',te oue le tonne. lo Que la fe-r , '1 ,
j~cidaJ. de esa misma patria y ~¡ wterés de 0'51 ::fOíHú y SU~; 1ll1SITlC:-
patrióticos S¡~n¡¡'Li¡'¡,¡Os :8 prüscribau




j~ ":.' .'} !!I,¡('h,::~; ¡¡Oí la:, 1'1,
f!)¡E"~Y ql~t~


~~;,:,H.L.¡ ~H\(l
~!,<}f Sl)~)t::~har qUI; r~Sp[U~¿erÜ UO


t!J a~-di(.'í(~ :/ fOlfl-
eft~hba;j !...:H1!;L~jt-


tll.'fD ¡li! iVl'li(,r'lli "yj:;:' ¡ ", ~ , '''' '- .'
qu~_~. ;,."! e !i(~e "duqu~ ~t.: an:. ~:;!az.ü'ét UL:~~:5\:,. ,\il t~i~'}t\:~lita ::t~'():a r;~(~,i~,~,
H" • ti hp 1"11 [~~ t q \lP :'1 <1 {; (J' .. ' >.'j' ~.¡~~ ;_1!.' r<J .. :"d.f .. : ~.l', !_! " _" • ..."' '.c~; t ~., .. J " ': li ,',. " __


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d'~V;JIV~LDdt~.
habiau utürgaoo¡ h:: i~lH,'.~
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trar la::; iras del pue


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¡.QUf: s\;tc:iflc¡\tw lax, n['rrlQfi.n ti' ·1,
[\~l'a¡ retando a la n,,:¡(i(I.l'; ro;' i¡U ,H]I
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CI"stma llT! trOno ,,,,e '1'; hnnd r I{l, nj" p'polar hubj('"p
~t.~\{an;qdn ni ~!J\P("·~:-é.! nc:Y' (,in~,~t di, !rt,;~: rO¡~ia~, d,·) 19 111nnarqllÍa.,


(oflstiuIV(I"!' nflY' ln ;Yl!lÍrlll'if" 1'1' Si) n;:,,!aejf\: Rce~tó el [1ornbm-
:f';p'ltn \le Cr:stl'n: in h¡:~"r¡'l"II1"F:lPr !a J\lnt~ rt'V(llllCion~r¡,adfJ
\( n: i '1/ (~,\n "~f,'\\':" ei!\':¡(' dr><.;pi¡J¡t, á la, f!flhern(\dora porflUP;
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al dti¡rW; pero euandll las ('ont:¡e¡oD8~; de la individualidad no Si¡l;
correspoudienks, cuando se si¡le esta de su esfera, y pretenLie i1ll-
pusibic:" roed. c(¡ lo ¡'~dículi: y se desvanece y evapora su pl't'stiglO,




J';;>;;;.i~~f0i\t \(t~id Cú ~J~f;;Ci :"'~J ~.·~(~f:.;.~;natui,!t:{\~. \'~'~'l:n~ f'd!zag~'j que
dO;Ullluba las ASatljjJi t\.s por su ~¡oGuene¡a, y :¡ll¡~ 'Ó¡lO.U ü tingiao
lt'l1pr 'in pensall.ier:\ü que ¡,(c'uma.r, ;,~~md;,íj',1 (\;Il l¿¡¡ I,i¡¡do ;~:¡H,der.


Hdllilbil mOlles!ú" \ V¡ni>" Ú~ . v'· ;j\k '(!'llI':i.~(~~¡);~!L~ v


ho\bmo, ::ieilúü en
gi_~f¡ef¡~L


r('v+'ld,io ,',,¡rCli'rIO ;--""""1',''''"1'(\',,,; J')' "''''''_';',,' ;'i;; ;, '-'¡";¡h::,kiji:-<-~ ~ ~. L{ ~ 1"' ~-.J!, ü·u.~ ' ...... '"-.-' lo¡l'\",:y~ ~ • - '"
puesto á et~hf).r s(~nre sus b :¡:jDi'{J~~ la iJnH~li'\a. ~"~l'~·~'~.d~~~~.bl~it!;u: !-i íj (':
!~eva ~J. gt)her~lac}oÚ de un


PIl nombrar al iD :," ,'()P Fl""ll';!';'('¡' l'I',1tH 'l,"
'O" '0' ¡;. o U ' . ..-'.' \.' ·-r.o.J"
¡:olltábast~ con la~, ¡ti:: ,j¡~:JCH1:, rk t!ni'!;¡ i':; I¡'\;i


ner t' n "en tal) li berat ! ;1::-- L l: (": ,LC" ';! i y;, i;' i 'el< 1,
eonw íj'dera ¡,Lk fUt':'.e, ,l; 1f.>'I!' ji,' ::.¡.,,


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gt~lH\l;:\?


~~ ~·l tt~nl'o·.'~ ,',e ~f)', t)~·'-)~"·--' '1\" ·¡'¡····~i" ',ll : ,,"¡ ¡,'t' ;~.~ :·~¡,,~(,',(',nt,",\,I,I'Jq,r_~ ..... { ;,I¡l",
.. ~ . u t! ~., } ) : ti 1,. ,; ~;) 1 '1 ~ (..... '" ~ ~ •• -' 4


su!:' l~0il1pa¡)0f03 plH!¡¡1. ,¡l;¡¡gtU á E¡"Plil'k: ü el ú)(n~lic",¡ar en :\1: t,,¡r;ü
su llesú¡)ünauza e.1 Iu püi'VeDif, e:;to 1l1lS;Uv enSí:liHÜ)¡i ,1: ;)"~¡j¡O qUl~




,iO debla levantar a \(1, ¡Hll!!efii núll.!,Lstr n~ (11 {¡nI' :'1' .. \~nst(\ba por
iantRsmas y IíCCíOoet.


puedl~tl Jlscld!,;;í,,;!~ ·'r(i)!t'~· }Wr hsiuClc \ la ÍiabilIdad y las aSt'-
thaon.s d~'


Sí E.!>parh'lfíJ can;t!a de las condiciones para rep'ute, debía re-·-
¡] ¡inClar á f~~ja h')!Jf!;t y limitar:;", 1.'1 pa~wl qUE; anunciaba LiDage Ni
" ",; é.:mD u fl i U.í.O o


eH'Omr:CHlill.'D han VI'üH)(:. á demn§~ra; qu~ la
i'E'pada ¡}r> LuctJaflU íi0 "'¿ ha pU2S!O al servicio de ~a l'Cacc¡oD, pero
1¡Uf' lampol:l': "f' h¡¡ {ú::;"ovaínalÍo pMli í>alv¡:¡t la libertad, la digni-
di1.d y la inde{H'ndf>!lcia dtd puehlo español que se ha visto amena-
~ado mil Vfces por los ~(]ides d!' la monarquia.




SUMARIO


An((\s dr r~aDudar las i't'Sioni'S, daremo¡;; noficia dí' un meidrllt ..
que alínqu~ no tu" grandes propofcíOn(IS, revplaba rl r"p¡r;~u nu-
cient¡:. y la potencia de la idea revolucionaria


Rn Jerez. el l!l de marzo, aniversario de la promulgacioD df' :¡l
cOtJstitucion dA Cádlz. se cl'lebro una fipsta como en Málaga y otras
ci!ldarie~, En e~e puehlo. ya modelo dí' lo~ pueblos librrs, una por-
('¡nn de oficiales dI' !amilj('ia manifestaroD ~ns deseo!' dí' quP ~n
proclamaSe la repúiJiwa.


En v~no pretendió el esp.rltu 11el nartJdf¡ rlOíYllOantp rt.!lfJgar la:>:
manife~tac¡ones qllA sr repetian incr,sanh.lmentp.


En una y otra forma, aparecia f'omo protesta la nu~va idea. do-,
minando á aquelia situacion que carecia de fuerza propia. pues no
tenia ideal que real;·~ar.


En los grandes movimientos que conmueven las naciones, rOl
mucha. qUf~ ~ea la lHihi!idad de los que síempf(~ andan f'5\;a:llnalldo




!1U(-; \:tCUgf: g{~nerf~sa Ia~ drli~{r~n,l,~
Cil¡; Ll frialdad qtl\' lo,: vp'
I"~p:~m' In ¡ilosofia, y nú ve


[rg[»:eUffl' el día, c(¡mo
,~t~ lif.~",ti) l;¡f: Í!ilr<;:" s'n ¡,";'ni~~ ~>i'. Of,tt',,¡ca lo qul.' en otros m(~n}(-'ntú8


, ,


,;e !HtL!il prnuaml:l,ill¡ eomo .il1d)50Pt~!)sable v ü¡~eesario.
. .


En id :i,¡;IU!\ t ') ;JI; abri¡ ~¡:: pres¡;ntó el dictamen por la co-,
<llS!O!l lb sena,iore;~ encargada de formular las reglas que habian
k regir á los cuerpos co!egi~lador~§ para el nombramiento de la
Hi'!.'Hlcia


i!i'cia así; " Lo, co¡ms!on encargad& de dar su d¡ctárnen sobre la
{ .. '


firoposicion admitida fm la sesíon púhlica dt este tiia, relativa á
propt.ner al senado los medios de llevar á efecto lo prevenido en el


• ' .,.. 1 ." '! 1 -.l d! d '
.·¡rlw¡¡Jo :1 i I,e l,l ij;:lstltllCil}n (espues (le 1111 e ,en! o examen, sr,


u 1"(.\ po!' ! l~ ,¡ ii.t ¡kl ea:;:'.' á §0:nrter á la delib(~racitm del
:->enado las dis posiolles siguien te::,;'


,) Las Cortes se reunirán para la eleccion df" la Regencia f;[)
.. \ dla, hora y lugar que upsigne el Gohierno, conforme al artículo
~ 'ne la ley (le 19 de julio de 1837,


':. ,)Cada cuerpo pod ofl!iberar separadamente, pero sin pro-
·~(;d¡;¡ fi vrdarinr; ;i;;('¡-O;) dd oúmero r\f' personas de que se ha de
·"{~T."l'()l~.'~')r' í:, ¡~,': ¡''''n{'~'' ;.~\Y'J}; ". \',) ~~; ~~'. Y""<t,.l}·i/~U.


,.¡untn< ¡j'S¡F!e,;; en .,¡ iugar y tlfJfllpO que el ÍJ.OhH'rllO lk
'.,'p'Uwe, jl)S dqm!adoll y st'nar:lore~ por ¡.jI ¡)rd¡,u en que estuvieren
:;f.utados darán :.,Ui, \olos. prÍlnero s()bre fo! mimero de individuos
que han de componrl' la H:'genciu, segundo sobre las personas que
nombre cada ntlu para ciJa.


"Efl ¡a~; dos vc;[íicÍí.il)i'f'; f-(ran ¡;;~crp,tos y por cédulas que se
~;aán en alta VOl al t;fmp0 dé haeuse (;! f5crutinio.


1 "Para ¡¡l" p ri¡neras {~scnhírá cada diputado y senador en su
cf:t!ula resp,"lctlv3, i? paía,bril. uno, I,res, Ó cinco.


¡¡ )<,~¡ dn la volaeion de esta manera ejecutada, resultase ma-
'. Orla ahsfJ)n!q de votos á favor de cualquiera de los números ex-
I~f.,sados, fpH'da.rá rpsuella por 13l1a la euestíon tlP cuánlljs hao di"
;f1' ¡os individHOS que hayaD di' componer la H!3~enc¡a. P,,"nl ,;J !lO




:'""1 '" J' 1 .
!., J' Ml egSO e.e erll p~ ¡r-'


y ,sl el resaltado ft!esf' S!:-'fll


¡ . i' ••
0Uihro mo.¡Vl(IUOS q,i': t ,} , ¡ ~ -} °1 . 'l~ ,') '- 1"1."" <lo, .1 •· .... l ,"". ,h"
el mísmo en el órdeo. eoo. q:k V':l'd.!í;¡ti;·;~ L·i\.!!r~ (.1 pruup!


, .'


número que salga.
9: )Para la cit'üülOll de regente ¡) regi:'r;¡t'~" <JiW ,"; d·.;Hl;¡d,¡


cuestiono se ohs~~¡vanl d m¡,,(]ji) métúdo arnba 1,'stab!eCldíl, til!l:J


votacion 1HW flor 1m!), d


vo de éuestiunt::s dí.' :J['¡l,:ii
vSin embargo el Senado I't':,olvera 1(; t!tlt' e.rea ll¡ilt; cOO\'lmiplw,


-' Palacio del Senado i 4 de ahril de l S 41. ---Oionlsío Capaz, pF~"
sidente.--Hipólito de Hoyos. ,,-J(\aqum Maria SUMe? ~biHH' í~l;
Orduña.-Miguf'J Clmcün v ilul'an. ~""rn(l"'HI }


Este dlr!ám",l',::'fWl COi¡;.) ~:/ i.'(' :H";)íu¡,~ar i.Hl1\ ew:stwn q¡¡l' ;~
h'v (undanlf'nt~l¡ h~i¡í'l.;,'!afl;} v ¡:¡¡H'tr¡ t ','¡w~hn~ ¡¡w'rprl'


cíandolas de cnerpc,::; reOlé';l,
A trillsf1 ,l¡S(~USi()fI, \'


tendia Su~~p(lndt:~r (j df~bate. ;~: ~-! lr"' r!; ;.tDced¡ó fa~ rnavnria
Nadi" tuvr. 11tH' hacer nhjt'e.o",'." ;1 pnn1f'PS ~. pi'fn ;"j-


1 1 l' , " . '. , ¡,a a qtlt" '~A 1'1' ·'ni\ !l. ';1 ~'f)tH.Clnn ~c'('i-'~íí\. ij;",.;¡r":: " , : , paLltn:t 1>,;
',eft(l;'e~ Duran, (Í¡lÍ dI-' la Cuadra. Uer0;: " ,:;i¡;,P, io,WillJilndo':"




,¡men., ílHlieaelO11 ü prupO:'lClOD se resolviese por llJJ.)'ona ahsoiulU.
Ea trt' doscientos veio te o dosclen to~: ¡n'in la lndivi,.iuos, ~!l(l habrá la
rmtad mas uno que t~ntlt;ndi:J.E ¡a c()n~lltuc:i01l couw deh' enttüdersl'
en .su letra y eS¡rlfltU?' :"i, ;~t"íl0re:;; pero se nos quiere atar las ma.~·
:1005, y ]0 quP t::~ P,;OL .~(' quiN;; atarlas á tU representaeion na.elOrmL
\,'~(J creo qtW artH;ule va mas lejo! d~ jo quo exige tll decoró)


Ih' los cuerpos eOI€~isiadores de la naClOn: ilÓD1') se ba. dt~ lmpedlr
que se dlscuta y s\~ mani~ie"!lc In que sea conveniente, cuando se
pmponga un a:;unto qUí' sea propio de :a (llSGUSlOu de IH~ cortes., y
en que no pueJe recaer la sanC¡OD rea'!"! Es!.O á. mis Gjos es depre~
iHVO. '"


!V,


lin general mur famoso por sus ¡~\ceHtr¡eidade,;;, se pl'.rlmtió dl-
traf~n el ddJak v ll! í.mpormnh: df' su diseur"lo, y puesto q\h'
ha dI' H¡'(fE fna'" adelante un rn,nd dr: í"i;POlJ5í:tf)!!idadinmensa 1'11


,. , , I <


los sucesos, h1 trasladamos ínltgro pam que Re lome en cuenta sus
apreciaciones,:: sp comprenda si podia ser ei general Seoane acu"
~ador,


Decía as!: ({Cuando una ley escrita y jurada habla, el no atenersE'
,'~ su letr<i y sf,ntidn genuino e .. barrenada; y es abrir una brecua


:-'~~~lIl.zaf:1.fL qUt id. ConstHUt:l{)l.~ eUCO:l ""0. defensüfe.s~ que la sa"'",
:arf.lU á salvo d(~ todn ho(!\\~efL


»EI artic\tln ·tara;' cuatrn de !a Constltucíon, que todos hemüi<'
jurado, dl(;.c


'J Los cu¡~rp(),~ eolc~lslador ,'5 no p1J.ede;¡ del) bel'ar jU!l tos, nI en pn:;,.
sencia de! ;i'y, La lÚ\' (':(!f; Z",\Udi(l, sabü!uri3, qUfI tma1 •.
quiera díscusioD. por t~~~J} ,~? ' itH~antt que fuera eutl~e los do~
't)erpo;J" ahrid;:, lW r)rL~c:::dtOU "'. ',:na luc1n fntre la independenma
rr;:ipee¡iv:i (i(~ cada \:uf;rpp La ¡,,~' lwprt)vísto que lo~ hombres ge-
'1emlmer!Í(' se pnseen dE' HU '3fl~m¡tn de cUi~rpo, qn(' el que por ejem-
plo ayer era diputado, y tenia todas las afecciones de! congf(~so d,'
\iipntad.,l!:¡, ~i¡ día siguientA que !:'s ya senalior. ya.~e pOfíeyo l1t~ las




'l.
prr:';!~t 'Jt~ t¿! .~
HE~"f n::~:~:'!t;d.


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~~u·' ti.;;- ~,\: la ah~'(t la ;n-j,S ~n!~ü~;.~~ ~-~~T'(~h:' \" r~)f ~ .. ;. qlh: á rn~ \1.~í~i1.
f:)jeotf';l8 r·~~~.lplr.n~ s0~ü~ ;cv~>-~~lnpanr,di). Ü fn~',fz:.~ 1) ':~H) rda. dt~SrlU-
daré ~a t;spada v e.xr~(?f¡J r'j" ~v\':'h'-' :~ ¡ '~~,''''. '; i~:>. "o ~:'; ~H


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;.




8IS101UA liEL REINADO


que con razones se entienden los hombres: el senor 8eoane io que
baria seria dominarnos, ponernos eu di¡;posicion de que no pudié-
ramos decir la verdad: ¿Qué seria d3 la sociedad si cada uno sacase
la espada para decir: Asi entiendo la ley, y deben entemJerla tOd08?)


El dictámen fué aprobado por fin, y pasó al congreso.




L


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'? i ,,·,'~('¡k fse a ,2. ard !Ca-'
' .. t,. ".'\:iP:itJado d .. ttlJída-


, "


\.;¡,iJ. ':: t.}!{fj de la present0 elec-
.,', '.",' r; ','¡lrJ,fr'€f1{1 PIJf1rlP ",psolv'e r lo "j-'- _ ..,,'--;..;t,o" - > • _v "" :t _,~ l 'J'- -""




638 m~TOIta I1Bt REINADO
bulo del dictámen del congreso, BO cornprende bien que habia [lota~
ble divergencia entre ambijS euerpos cGleglslad,-¡res.


Las palabras Clel] otras circunstancÍas debieran disentir,» y Ja1l
Ilsolo para el caso de la presen te elecciou,») indicaban que entendía
la eOI!!lsion del congreso de otra manera distinta que el senado las
palabras del artículo de la constituclon.


y cuando sobre el dogma fundamental se hallar; en plenn dtJf;-
acuerdo Jos poderes públicos; CU1l odoias leyes se hacen vicio~(lmen·
te, y están sujetas á interpretaciones diversas, forzoso t~S quejas
condiciones del sistema poIftico bailen gravísimos obstáculos en Sll
marcha; pudiendo desde llJego asegurarso que la Constitucion M
fija l1erdades incontrovertibles, no garantiza derechos indispufa, ..
bIes, porque es una transaccion vergonzosa eG que las palabr;t§
redundantes ahogan el sentido genuíno de las ideas que se quiere[¡
embrollar.


No cabía ciertamente establecer tan distinta jurisprudencia si el
texto constitucional hubiera sido claro y explícito.


No cabía divergencia tanta si los principios que profesaban di-
putados y senadores se huhiesen fundado en el mismo rlogmaj claro
y evidente parecia la Soberanía nacional se interpretaba. y. ia So-
beranfa nacional no puede tener mas que mI significado.


n.


La Soberanía nacional no significa otra cosa que el resultado. la
expresion manifestada claramente de los deseos y aspiraciones de la
generalidad de los cíudadanos.


Enhorabuena que baya divergencia acerca de la manera con que
se han de considerar las coediciones que el ciudadano ha de r~unir I
porque el hombre, Ó el sér mejor dicho, ha de reunir ciertas con-
diciones para tratar los asuntos socü.les, cuando se trata de las le-
yes y bases de la sociedad.


Pero no por esto puede negarse jamás al sér su derecho, y se ie
ha de reconocer intervencncion en el gnbierno, siempre que se halle
en el pleno goce de sus facultades convenientemente desenvueltas
por la instruecion que forma la segunda naturaleza, la naturaleza
social.




DEL ULTIMO llORBO~ DE ESPAÑA. 639
Creer que ]a riqueza, la acumulacion de productos en la casa de


un ciudadano puede darle sufieiencia si en el órden moral é intelec-
tual se halla privado de conocimientos y sentimientos, es un absurdo
á que se han dPjado arrastrar todOR los doctrinarius que buscan el
órden ficticio, IJOI que no conocen las verdaderas condiciones de ór-
den natural.


No ha pedido la naturaleza á los astros, eso,;; seres yiyos que ca~
minan por el espacio libres siempre, y siempre dentro de su órbita,
otra garantía que la de su lihertad, la de marchar por las leyes de
alraccion sm preguntarles las riquezas que encerraban en su seno,
el mobiliario en humanidad ni en vegetales ó minerales, y el sol co-
mo la tíerra, como las plantas ó satélites de órden inferior, obedecien-
do á las leyes de atraccioll y repulsion giran sin chocarse, y cumplen
sus destinos sin que la armonia se turbe, sin que se limiten jamás
en su carrera Jos derechos de cada uno.


falso es! pUéS, el sistema que han establecido los autores de las
constituciones doctrinarias.


BuscJnuo la estabilidad; pretendiendo aSf;gurar el órden alejaban
de su rmesto. privaba;; de su iJeru:ll(' 1; mUe:) dt' ciudadanos. v otor-
~ , .


gaban ese lJlISnW dereello a aJgullos que !lO le conOCHm [ji saiJmn
apreciar su Ílllportaueia.


m.


Lo~ ürticulo;..¡; ¡-¡ y ti dikrihU eompletamente. puet<tn que d con ..
b'l('S,; (j'.:'le!'!l1!nah q\lf~ .la Vut;:l.Clüll sobre el número de regentes fuese
nub¡ica v nominal, , .


Pero 'ademas, en el (('Indo, babía una. amarga censura cuntra el
seLado, porque (I::'deüdia quitar á la disr-osion toda su gravedad,
lJ!wal~dú á ias eones reunidas. f~sto es. alcoolr,reso v al senado en
L " . 1.'


üucrpo, 0(,'1 derecho que cada UDI) de l(¡~, componentes tenia.
La Constitucion JGcü'mant1, deí :li qu¡>ria establecer cierta inde-


peilllenei;¡ entre ¡as diferentes n~GJas ne Jo. máquina gubernamen-
tal; pero al hacerse neecsarin la. (,Jsion ~u un cuerpo del elemento
legislativo, cuando esa parte de la mccÍimca llamada rey, ó poder
ejecutivo no existia~ ciaro está que las cortes adquirian un carácter
propio muy distinto del que ordinariamente tienen,




64.0 IHSTORIA DEL REINADO
Ni el talento de Olózaga, ni sus hábíiE'~ (hstiO~'.\I¡';, n; l0" "Üb!i),l.:~


de los doctores de la escuela mOdl'rMa rOO,a;) CIj.!,,;, aL;:" ¡J),'{t'
esto es, al senado y al ccngreso n'UflH.10, d !;; ,:;H~,'r f:,' ¡\i, f,i\\~q¡,
constituyente qOf' est::.ba por r,i¡':!-l (;, hú, i,: ",ni,':- 'i '!.; hl
diendo establecer, debía, [¡a;tF'al~iJr;'nv, V'!J<" , ru(:~~¡r",~ \ ',i':"'i';í¡;
para discutir, deliberar y pod¡~r fS('(¡~':,':' (~r:n re", '>1,' .;,:,. '1. ¡ '¡i,;"


¡Cosa extraña: 10::- (a(jilllraC\Ores del P¡'lf'i;,,!',Wfd>;;L ;" ¡,.,J !,.:,' ,1;'
claman la omnipotfDcía de Jos euerpos cnjicg¡..;i;:¡:)(,i'i~: r; Lb¡.' r~¡. ~¡,
de su obra, rceordaban 3caso j;l. ft-V{;lUU"C f;(jr:(¡-~¡'¡.'+ ;¡t;t¡Sl¡U,L
ante la idea de que pudiese COn\utírse {;fi CCn· \1<".I(;j, 1 t;¡¡.~;, !l,l r'!l
nuevo al movimiento revolucionario.


¡ Pobres gentes que todo lo quieren llevar eón alTegi t.; a Su llj'(~G'"
tica, y no distinguen épocas de épucasl


{v.


Habia tambien un voto particular que deCla osi"
«Me adhiero al dictámen de la (QrL!islo[¡, fundado en las r&ZÜliG,'


indicadas en el mismo. Me separo de Gl r'jJ lo q Il(~ c.:;,labiece sobIt·
que la votacion del numero de regeütes sea púbik;,


»Mi voto en este particular eS que las cortes reunidas á prol'ilU>
ta de su presidente! acuerden si la vo!adoll firl'i. jlllUkiJ. o iii>
creta. ))


Este dictámen traia otra nUeva diliGulfad
El senado tenia ya el aCU/:'dli) ¡je qUí, !~; 'o\atitli! !l;,l',t :,i;f:'I't:í.
La comision del congrec,t¡ !H'Jl,üihí, que d, C\!dlllO al ilÚOH.'fU 1;1


regentes fuese pública la votllclOrL
El señor Diaz qutria que el congreso y el scnadu reunidos deter,


minaran acerca de esa votaclOlJ,
En la sesioli inmediata s!~ pIIHllOVio el deb,lí,' habluil!o (~¡ H~il~,r


Sanchez de la Fuente, que lJI] lijó SCburt¡!ttt;t{:; la t'!'t'¿diuL, "~id!
cuando pronunciú un la,c'LJ'uÍ.siuliJ dl~í5Ur8i..L Lü¡;ltuüV ~,de~¡,¡Jb \- lúak o , ,..1 ..
do hipótesis que nada resolvian o


El último párrafo deeia aSÍ:
«Estoy pues conforme eon el dictó,men de e,iHW;!i):l en ¡~ll,1ilhi


a que no haya discusion en el euerpn que tiebe ek:)ll !:, d
que yo llamaré eortes: COI! vent<o en el principio de Q uo ~;J¡JJ lJUlj~-"




DEL ULTmO BORBON DE ESPAÑA. 641
tW(J que sea JJPCBsario resolver para !legar al término de la Re-
e~rcia ha de :-<:;f resuelta por aquel cuerpo, no por otro, pues no
CUnOlC¡) nin¡:(llno competente mas que aquel: por últímo, daré con
ltlllCha salis{dcclon rDl3. f:! VOto al dIctAmen de la comision, sí se pone
uü &ft¡CUIf; t'iJ fFiC S(~ cÍlga que d primer paso, reunidos los cuerpos
C(i¡}Ci¡ur. •. dfS, La Üt; í'éf que se vote el reg!arnento ó dísposj¡~iones que
St: r¡'[St'nlen f¡ qüe f':'ítt~mos convenidos.»


S:'[¡Of j"füiHHiez Busto habló en seguida, y tambien se hallaLa
sü¡¡~rf:'cliO fCl uH:u'tÚ!rn: qOt: segun éi podia sacar del conflicto ac~­
l.'raw!¡; la Clli3 :j(IOD 1<11) ansiada y deseada, y «porque, decia, dis-
culit;vdr¡ aqoí ) (hcutiendo allí, y votando aquí Ó allí, pero todos
¡urdo;:;, t'S romo saldnllo que se llama ma~'oría, y resultará 10 que
ddw fesui:ú!',),


1:.sti:1s }lüiabras produjeron risas, pero el señor Busto continuó im·
ptrtt:rrito, dickndo:


((Si, sefiore,"" , resultará lo único que debe resultar; porque los dos
cuerpos colegisladores Re componen de hombres; si 250 quieren una
(¡hi¡, 10:<> ;;0 QUI~ qU:Ür3f1 otra quedarán vencidos; que así como no
(;((.\1 i;ilf' i¡;ly'~ ;;[;<)':.010 que ¡nnga en la urna UD papel blanco, creo
I)ue !I)(:-:¡;; (j!¡~.n ilt!,';¡Ut Sil asit"lJ!o uno; tres ó cinco.»


.ti ;;.dlOf Sanc!Jez Ih: !a Fuente rectificó, diciendo fIlie para con-
~;\.:¡';lh· h uniOf; y resolver todas las cuestiones deseaba llevarlas to-
das ~ úqne.l enerpo, las cortes, donde no puede haber separacion ni
;,(jIi11idu ni deH un Lsultado opuesto á la verdad.


tí :,¡(li¡f Ht,!; d"j Arbc;[ quería tambien oponerse, y decía: que
!W !·',i,k ;llif.: f;j hrticuJo 34 de la constitucion terminantemente
¡',' fj:. i¿ ¡Pk Jüt- dos cuerpos colegisladores no pueden deliberar
.d~ ~¡;;, el t'H:ia es¡;~b(:ilJ autorizados para discutir juntos sobre el nú·
)c~n) (je pe{~Ui¡as qu¡:; habian de cnmponer la Hegencia.


Pedía l;;. \¡otaei(¡[j seGretn: } en ollsequio á la conciliacíon y al bien
¡tulJiicu ¡j¡-f,dlbit que se ab(iÍda~;e euanto antes la cuestion en que tan
ilitl'U..:Sd(ji~. t'stul.ia i;.;. libertad, el trmlO J' la prosperidad del pais.


¡:OlT¡'S!lUí)\Jín. ¡;Htullce~ üele!Jder el dictámen de la comision al se-
'lOf Lu l'CZ ~ lí ti!; con hU halHtual elocuencia manifestó los caract~i'es




642 HISTORIA DEL REINADO
que distinguen á los gobiernos representativos, y entre eslos balla~
ba que la pUf)¡icidad es esencial, yel principio sobre que se fUtida!:
los gobiernos constitucionales.


Se ha. dicho que en las ¿lecciones esta prevenido el secreto; pero,
¿qué relacion hay elítfe 10 UiJú y io oirú? el eJecto~ vota. en virtud
de derecho propio, y á nadie tieue quP dar Cllcntas de la manera en
que lo lmt~a; nosotros VOUlmu~ en virtuu del derecho delegado que
nos han transmitido nuestros comitentes: á ellos dehemos reSpÜOUé!
y es necesario que sepan lo que hemos resuelto.


ItectHicuron los señores Sanc1lez de la Fueljte v Huíz del Afho!.
.¡ ,


y por cesion del señor SHgP.Stí lomo la palabra d ~ef¡or Sancho que
opinaha que la ley de 1 H de junio de 1Sg'1 era apitcabl0 en iodas
sus partes, y que no podia moditicar6e por haherse Jadil en curtes
precisamente para casos semejantes.


Con tal motivo entró á hacer la historia de la cODstitucion á cuya
comision babia pertenecido.


Largo fué el discurso del señor Sancho, y bien necesitaha LabIal'
largamente para defender las ideas que se propuso ~ostener.


Era un verdadtw par1anwntariü que no l)ueria tener consiríaa-
cion alguna con la opíol0n liública ;Jd p;:¡í",


Contestóse á este .IargubJimo diseurso y á las inCOll'lenielltes pa"
labras del señor Sancho con el 8íguiente párrafo:


«Ha empezado el señor Sancho reparando en que en el proemio
dd dictán:H~n se decia {lue la com>ünl no deSeUflf}('¡¡¡ bs diílcultaues
dd H1!Dsaje df~¡ sClir\dn que la üL!Íikran h('í~¡!O oisfJ\l!r en otras eir·-
ellns:¡:¡ncias, ,,- ';(¡ la O'll'te en qu,: sr' bil ¡ie¡,;cHrt;¡rJ¡ '.'i¡ (~; nl'tienlo


..• ' ¡ que su. crf~n~rot;H5¿1Ji. :3erlf¿ tan .Uf~-~' npn~'~"I¡at)a<, y ({~(~ Ü!~:~r\H\~ de !H!~"
tQS sac:íí1cirs cnmn La Uecill) P¡'\N~ ~SíHlHlJ' ja lLÚ'" cüncilia,d(lra) :oc,
¡e hd:ia dü tSeajÍillM la úniea Con(Pll~t3 á qOi: r,::;,¡,'a, se hubiera
• , . f ¡ ,.. ¡. 1 .' I 1 •
,]uganü m IO(lÜ pOi' el H'I1/}. (:s ut1l10 Gomo mU)lrfil UU:UO e!; prm·~
c;pío y el! razon fu.;mn d,\SPllí~S las qUl: fue.;-:!;[: lar- eÜ;jsecuencias,
Pero la comisiol1 hit sf:;mllj:) d¡siíDfO !:rmmo, ¡)ürquc ha cerrado SUEi


L' . f ,


oidos á otra VOl, qur, la del intN¿ pÚOJico, y fijado :~ns ojos soi(;
en e! bien de su patria, j\¡Q está arrepentlda de su resolucioD.


;)Ha dicho el seño~' SanelAO que la &;gnillcacion que yo he dado á
la palabra deliberar ~ falsea el artículo constitucional en que está es-
crita.


,) ,\ hora bien. señores. si esta palabra tieüe una sig;nificacion tio-
'... l.>,"




DEL ULTIMO TIOREOS DE E~PA~A.
blrl, ambigua, varia, y pOi decirlo a~í) elástica, y si e~ una máxima
que conocen los que frecuentan por ucon días las eSCUha~ de jurü,-
prndencia, qlle las ¡eyes, y ¡¡liéiS las jiílldlllllentales, íÍpÍJen escribirse
con las palabras mas propias; ¡lJas exaClaS; y mellOS susceptibles oc
duda ó ioíerpri'(;wiofl, ¿.no será UL becho innegable que en el ar!i-
culo constHuCl:nw: (iue da rüilrgel1 á estas clksuone!L se usó l1e Ja,
VOl menos p, y menos adee:.w.da? ¿.~o sera un hecho qu~ esta
falt~ GilB Se C(I¡::·tij entonces, eS ht que mOQuee ahora toda nnestr::t


, I


inqUJe(ut1 y (1;!1;i n;l(lsfra ,luda:' Y no ;-j{; lile diga que ["l dehemos ¡-a~
ClOcma.t sohr,~ 1, ij'ue e~lá eScrito en la lev fundamt'OIal. Se!;arad'~'"


" '


¡neme de nUf!srra \'o!uniad, dreidida á acatarla ji ülwdecerla, es,á
nuestra ,'aZ:0D, tl~(á nuestro entelldímjento~ y la constitucíon no es
i:1 Coran de los H,anomctanos 1 cuya creencia ciega se defiende con
;lj alfange, sin que se permita sohre su letra ni duda ni disCUSlOl1,
Estas son razones, y razones indestructibles á que nadie podrá me-
nos de ct~der, siD que nos detenga pI que el señor Sancho las califi-
que de absurdas 6 meiafísÍcas ineomprensibJes l ó el que nos diga
como nos ha dicho, que cuando él no comprende la fuerza de lJs
argumentos eS serial posHíva de que DO ia tienen, porqu{~ ias pro-
posiciones no deben aumentar para nosotros nada de su fuerza por-
que se anuncíen con tono decisivo, con pretensiones de magisterio,
ni con aire dogmático.


»Ha afiadido el se1'l.or Sancho, que tos derechos poJfticos no son
propios, sino que íos da la ley. ¡, y quién hace las leyes y para
quién se-hacen, pregunlüré yo á mi vez, sino el pueblo y para el
pueblo? ¿Qué otra eosa es la ley que la exprl~~ion de la voluntad y
del interés general? Sí señores, esta es la teoría de la forrnacion de
la ley en Jos g(}bi~rnos represeuHitivos; lo demás sera ,la teoría de
lüs sistemas df:spóticos, La ley en su formacion parte del derecho de
soberanía. derecho que descuella sobré todos, que es eterno~ inmu-
table, indestructible, y como ha dicho Hirmioiet, es la traduccion
humana de la omnipotenCIa divína. Añade el señor Sancho que la
ley no dice que la votacioo del número de regente haya de ser pú-
blica. En el acto de prevenir solo que Bea ~ecreta la de pel'~
suuas, declara paladinamente Ifue la otra ha de ser plÍblica. pOf H
que si otra cosa hubiese querido tambien Jo hubiera expresado; y
yo no concedo á nadie, sea quien fuere, el poder de sustituirse en
lugar de las leyes, y de anunciarme disposiciones que ellas omi-
tieron.




644 HISTOltlA DEL REINADO
»Se ha dicho despues que ya se ha presentado una idea por el


senado y que seria peligroso contradecirla. Esto quiere solo decÍf
que si basta que uno de los cuerpos eolegisladores indique una eosa
para que el otro ceda y se someta, el triunfo seria siempre del que
previniese y que el otro seria enteramente inútil.»




r:AT)n~u'i .(1 1 XXVI!'
" r.. j.~) ~ .. J i\. 1 L


:iUMARIO


1.


Hespu(;s de ese discurso qnp liemos insertado en sus párrafob
mai' exprcsivn.;.; se dii'GiJÍIÓ ¡Ior arHrido.<: d dictárnen y pI señor dOl,
A ntonio Ci)llant(~s. se exnre-:ó ('ft 1'1>13 fO'·tna á t:: . uJm¡!la¡;iOlL


. ,


e Yo no nÍ('¡¡S'¡ sepJnil'llJ(~ ni un áp¡r:e de la c'oDs\¡luci@; pero si
~~t; qUf': á las íeyes orgánicas ~nrrl.:sponde dcs¡~tlvolvpr lOf, prinr.;ipios
('o)Jl.;igoadGs en In cnnstltllc;on. Esta ()~ un código :~revP:J dondn hO--
lamente está lo mas escncial que debe c0l1signars0, para no dar
lugar á jnt(>l'pre¡aci(;n~s y arbitrariedades. Pero no hast& que se
c~n~ignen los prio0ipios, e~ i¡rejSfJ desellvülve¡ ¡üi;: y ll1uehos ar-
tkulos hay d(l la constituclO!J que hl\sta ahora puede decirse, y
ctesgróciadamente por cierto que han sido aéreos, porqul: no se han
desenvuelto en leyes orgán¡~8.s.


)Tal e~, por ejemplo, el de la rer;oonsabilidad mÍtlislerial, que
hasta ahora P,S una quimera; y acaso por esto la nacioo ha tenido
que acudir tres veces en el espacio de un corto nÚmero (11\ af.os á
salvar::;r. á sí misma. Esto ha nacido éI1 mi COllCe;}to dI' no halwr¡;e




acordado lai' !eyes ;:lrgánica~ 'lile faltl'l.:mn na"j\ dn5CnVf)lv~r ¡(¡.~
prit:ei P!O~ de la e{lrl~tit(jcinn,


» y ,¡ fjllWf') \1ue ~f1'F¡li.'S m(u~ p~t'vís!):,!'!'.: (p: ínn di' arltt' man,' St:
§opl;: :1 :?J~ ,:í!:~5t~Ont;~ qU? pne(L-·;·~ (~C--¡!' ir P';:" I -.~·;~1:1 f~,'~ ~Ii~-p{;,~je,in-·
1:'(':'1 t:!'(,\,(¡~ ifUí:'i'i'i _¡'H' <;r N,n~iCT!Wn !'q¡ii"" I:ir' b;; :·nc~h.: ni ][! Ilier.


• • ~ '~ J •• _ • ..' '."', -. •• >0' C" ~ '., .: 1 - . ~_. •• ." , -... .• _-. '. ~,\...,


t:¡':üd "; el d,' la ppr,;:'(;!'\!a ·jon n",'··nn(1i !,l';'T'n entr>'gar
on p,,¡jPf taB f:':Dsid l1nrde !';'f!lO 1"1 di.~ i" H"~"n('¡,:, \¡¡r', {'nSil," uan


eas ¡~on['(itueiün.l,¡ps: eH tO;1dS 3f: pr~)nja n ."!'~ 11;1"':\,;-:: ?!f1. I.odas se
:;eñaló fl1 tíf!'np:) df~ !m nuraciflT1' ,...n C!'da:.; :-;i i¡"d;l~(l 5; C'!'<:lD Ó 110
rf:!SI,OJ!':ll.hJ¡'''.iI demás R~spw:t:.! á esto, ;'.¡in ,:,unnd:¡ lI'!l-'f;-
,tOll~ph!c¡:, nndh SUSd:1CSC ;l.(1. duda de :.1Í.!-Jo;: 'S(jll;n~ ,ir !:-¡ Re!:.en-
eia 1:::an~a~i'uda~ é iovjoJabh'í:L


) fl artindn eQn.~;ltlll~¡'ma! ,ji!';, HIlf' ¡it p'rS1'il'J. d:l ft y i:;:; sa~ra:
Ja é ¡nvi,¡!ahle; y dEs;n.lf'S tmy ':üo. cúIna. y se a'(wfL , y no está Sil-


, b .,,~ d f' , ~. " d '. d' ¡Na a respOioa ¡{¡(la, .M' d~t" artWn!0 ,,;:~pnp0 01' !'.:r;{l;'¡ muy ,1-
ffTerÜ?"l y ;tnn;i,~da~; 1m3 ClU~'. 1(\ pf'rSi)Da~S sa,~radfj, é : n violable
porq ',~C nü pU~l)h~ (!it'GO~', d(~ ~~0!~fp !.~.fHj nrr~'~f¡f~ á l[L~ docfrÍ1j<t,s con~ ...
¡;~u!!ona¡e.'¡"


»Me opongo lambíen á. el en el off/) A.xtremú qne cor')prenrle el
,¡He <:i:J,r!;:¡ CV:'lrpo discuta se na1"adaml"nle, H!leS a lJi! ju'eio 1\1 discu-
sÍítn dt~.bf~ ~~-)¡. en (l!j solo 0~j~<'rpo~ (-,ornn hi"i U;i!~1ir~·~.;t~(l ¡ ntuy h:f-~n pi
~.t·¡ir ¡~,anehnz de la FU8nÍf: f;nómto 11" in¡:u~;j1LHi(¡ t" ¡1i,:iiJll'l:n de
i¡~, ¡~il¡ni"ion; UtrJq(' ~1! arp'u:!Jcntn se rea¡¡eid [; 'rdn.r Ti" ji; vo-
llleinl tíene qUé ser t'fl un ciolo eUer(3í'), iÓ¡'¡Íl:A.1t,r'Cj; r,(, pru!:h:-t que
¡¡j. dis(v';;¡¡J¡¡ qUf' d¡~¡k p,eeed!;,r al ado de:·(\;ar i.ÍtIJe scr ;¡li.d:H'[¡
fU un soh CHef


,)La ra¡,o¡) rl¡;:-;de JUi~gO lo ü)8inúa as); pPl'O CC~¡U\ i'e hh a\:f'udo el
. ., ~" j' • t que ¡;!) qUlt',;(¡ DI P '(lO sep',\":..'·mc ;,,' su ;f'~r;, J'iI ce :'1) ,'S:':{l ti,


l,P;Jf.!:i1 qUl' !¡,v'pl";Je t:arg'¡ dí:' P"ir. ar;:n¡Ín !¡Ür~, iil¡p¡¡~na;' e i d,· que
se trat:j ahwu. [si ~rticuto 81 ~¡n dudH lu .. '.,;; de' L~, ;1,. i'ill.!'!·f] de la::::
ji;yr-';;, v ¡'H t'::;r, die' que ks ¡'Vr:;PDS cü1 i::¡~,:{lti(;¡e;: ,H) pi)(lr~í.; de-
litJ¡;rar .i,l!¡L"l.Y3 d sefl',f L()p;~z tia [;Xpii¡hr.k ce:¡! ;,; IW!'c 1fi¡¡ tille
1,' t'J prO¡.I'(l. qnn la uaio.br,;. deliberar e¡.\H.tFf¡nde la Id':a. de di~cutir
y tambien la d(; resolver; y dil()C(t digo yo: ~l de'ibe;iH es dítii.mtÍr
y '('dí' I V ;l'. \ p;),Ia !a l'f',s¡iucion exprosarrF.Hjh~ :W dice ;Uí:' ,je hayan




f; 17


de ,Juntar lus dos eurr:)os:, taynoi"r: .. e habdtn di-) JUHi¡t i ' !Jaru dí:;;i~!l'
ltr: porq'v' ~í !lú fueia "i'!:)j\lfi,c i;¡ I¡>¡;';,f,H p¡:¡;-a (li/';::tlliL larnpoeo
J ~ ..' i tI. l' (, "erIa;/ala re:,,~o;\¡. ptl·,~;. que' .. 1 ,,¿¡tiDra (eW(;f¡l!' l:OI.~pr';;lH,t'
amhas M'pelOneS.


»Efeei¡vaq,ellte ! razon dt~ JJ¡ÜlI:f iW¡:wdido qU\' de!¡l¡[:'f;il !dtlk¡:,
¡OS iÚJS !~/jerr, ,~, i:S jeeh, ~nlt d;~I(;u¡a: V I'!>sudvan ¡as t:uc~tiunes t' . . ,,¡
e~ muy (,bvía; todos l'sta(flU::-: !;(,nIOrUleS, el senor Sancho jo ha ex~
plieat10 la¡JJb!l~n; el -"eñúf OJo7.a~a d otro dih; tan¡hien e! sei:ur lA!
uez. \'0, • euant0s ban hahl1l(1 !tu'r>.::?!:: es!(;. Se ua 'luéndo que


. ,


,¡t díscu.:'lOn fuese lt~tlta" q:,r' k.,ie',és ; .. , ,-,Uthoras:n i~l!n ¡.¡da!a
iliedltacií'j' ilue fS ll¡eDef'h~r liMa a~¡;¡"!¡íar ('l ;:w)erlü; PIl UO '" iluí",


• • t') ,


.;it'f{:f] evitar j;}S ¡nconv,Jíif¡deS que 'él, ¡;H)("'pln íl: Jos íegi::.1auol't,§
del año :n L~ní(,\ 1') est<!t,i,'ClíLJ'n!o de l\ü :<,:.,10 0tlerp', t"ll.'gblador.
¡. r esto~ HlC{,nYf¡)irTk.~ '¡X;.;!,J" ;'.ua,;do ;-;( tmt3 d~·ver.ti!(lr fa !,'ll/~l'~
;,jUll dei Homb;'í'l.ll;if<1(O '!i~ la. He!.! m;¡ v to¡i .:0 ks,j¡ ,d\: imin:illl,;¡"


- ,!


a~ eODexiouatl(!s (OH ella? S':'ñ':!"¡~~, lo he dicho, y lo rcp.itv, yo ereJ
¡ode lo c¡¡nlrarie, Aqi!i la breF'dad. la COiJvemenCÜL todo t'stá in-


,\1 he tli.7~·: u(':~u 1~~,E-- l·~.i- ·~·ti,nje:' :¡!,~:,-js(;i\ r'· ~!¡'fHlf' ~l ~~'O.~J~.hn)~:jji¿(·to
de [¡, n¡.:'f,tm(:.ú~ ~!;jlara\íi.imint\' an 3mÍifJS (ti< !f:'jS? ~ohl'e ,o;í no
¡:s!;\!! il(,(/iI.\ ~, (.'.;Or\'U ~j;' d' ¡j,( átl!! miuo.:) InJ)loblhle. ~,l no SI'


(lII1!)"S c'.;Íe 1"pns reut1~dn~' Se:: ~i!. '~';:" ü.H~~ar en 1.t)t5,~·,"!jt, ~:1.tl\;·n
!j . . ¡~' , ' , 1 ))1 Grl¡I", Id) ,"< l¡lit,j H./¡ U: lit', ';~:yt¡;y ídd(:tH¡(\O<~:-; d,¡'; dlwaféi.ce;.( la


1 e~(~~ufi!i~';' d·~~ nt ~~.~i ! 'H! (i'.! ,~¡:.~f)O·f\:'H: :.') ~rata .s\._~jH¡Hf:nte
(k f;Ua{¡Ü,: ,'lilC\i l\u·¡¡;;n~': ¡¡jliIS!Hl¡)S:;h¡f~ ," .Í re lB ... q: f .bn;.;iri que
t'stemlts ¡!e ¡jí~l;erdo y qUA hi ml;~ !r;)Smil ü¡;,t'latúl pueda\! ~j;(,Htirsl'
y Vl}lar:-:¡~. Est(i tiüw· !;,. v,·;;t;.llíi, dt' ;¡Uf. ¡amn" ;f~:' i;ojueFH t',,;
olficii, p"rque <1, ·"Hi\d)]" q!lSiJ!pta di voto.>: i-i¡' (¡f'~lde sí [ir' tn!iian f)
no eH e·\í.Ii'iÓf ;-aüI'¡( !M; ¡Hi!; Se DreStwl('\>; v",j 'é'e t:HHan iJD/'(\harJa:i' 1;1 . .,' .
Ó deSal)rohhl'm~; W;f{) d¡~ otr:., lll¡1Dfríl J(jué 'i:an:¡¡s Íl uu(';,'r? S'lHJorj-f ,0 C> p ,
gamos, conJ,' !.~i.i ¡:r,U) DOgib¡" suceda. qu~' en tI!! l?uerj"¡V f< ;,l)f;Clli\
una i:ue5ii"l1 ql!e Uf' ;;e suscita en el OflY, ¿con)!: vOi~i un clleqJi! SII-
hre una cuestwD que liO ha díscut.ido~ La votaeiün de IG.~ d"s ener·,·
DI)'i f"lhidos supone IIfJc,.',saríp.m'lüe la dj;M~lhW; pn~v\a. HHJJbien




!U8TORIA D~L aiiINAnO


por los mismos cuerpos. ÁQué es votar sino escoger entre dos ó ma"
ideas la llléjor? ¿,Y cómo se viene á votar sobre una cosa acerca de
la qu.e rw 5ü han oidolas raZ{lUCS alegadas (:(i pro nÍ en contra?


'{¡Me r:.pongo. pues,. b. qw, jas discusIones sean por separadoi por·,
(!ue es pasible que IDs dos cuerpos ¡JO se cúlHmeiJen; es posible que
ad.wHan resoluciones opuestas, y en ¡al caso llfj sé yo cómo seria
la salida.
~Otro convencimiento de que el artículo 34 de la constitucion 110


habla mas que para la fOfmucioo de las leyes, y no para el dCtQ
de elegir Regencia, viene de lo que actualmente e:~tá pasando.


»Si las discusiones han de ser separadas, se eneontrarla en la ley
de 19 de julio de lS3i un artículo expreso por el cual se prohibe
que mientras eH un cuerpo SE; discuta un diClámen, un pueda dis~
cutirse á un mismo tiemp0 en d otro cuerpo. Pues bit'n, si la dis-
c,lsion es plr separadr¡, ¿cómo se salva este arlículu'f 1::810 me está
ímllc;ino que ;~jernprn qUe se trata de dei:bemcion ~(;t separado es
con ¡espeGló á los proyecws Oe ley, no con respec,tn á los actos d0
d::;ft~ Heg~;(!t¡ii; y digo ti tos acl();~" porque esta palabra 611 piuraí
Slgljjlica. que ilay vati~)s,


)} El ddieu!o '2, (, de !a j~y lie ¡ ~I de.l alío do 1 ~;r¡ ~~Hl DH:za pmt¡¡· ..
b¡endo qUe ;os cuerpos cúlegís¡adil(es se rcunan sÍno pam los actos
de rebihlf jurMrjeuh~ y demás que da enumerando; pe:'o i1ótes~ bien
que JOS d!VefciOS casos que euumera están separados C(lll puntos y
comas, peqlF~llez que parece :sp,rio á primera vis/a, pero que no lo
es, porql.ie cxgminado bIen el artiCUlO 1: se deduce que hasta gra-
man'~allllente se previw) en él qGB la reunion pndiera haeerse para
utas (le un acto de fos fp.lativos á la Rejenc¡a.


»No se me diga que estos actos son relativos al juramento, á h
eleccíon, etc., porque bien pudiera entonces baber dicho el artículo:
«~e prohibe la f(~union de ambos cuerpos co¡egisladon~s, excepto
para el acto de recibir jurarnento al rey, para el de elegir Regen-,
da;») etc.; pero ha usado en plutal la palabra ac:os, ]0 cual indica
que á cada uno de ellos es aolicable, es dedf que en la eleccion de
Regencia debe haber actOil, porque uno es el aeto de la elecc¡on de
personas, y otro es el de fijar el número relativo de esias.


J)Por JI) mismo concluyo oponiéndome al artícuio ~," en cuanto
pl'evicoc la dis;Josicion por separodu, y en cuanto limite la cuestiofJ
al nú'flero que debe componer ia Hegcrwia, •






l'TT~ uumo IWRnON DE ESl'A~A.


JI.


Gonz:\Jez Bra"'o se encargó de la defensa, que hizo tibia y con-
fesando cuánto eran roderosos los argumentos de! diputado á quien.


l' t rep.lCa la,
ComeI1zó haciendo notar que en elprcemio de la comi8ion se ma-


nife:;;taba evide::ltemep:e, (PH' pflr abnegacion pura sacnficaba sus
erm'ncias mas k~:lras en {,bseqmo á la brevedad, y para no provocar
cor¡tli(;tos j atendido le grave d"l las circunstancias.


f)tlSUUflS dijo: «Pero uo todo lo que ha dicho el señor r:oilantes
es important'J para la cuestion pre8enle, pues el señor Collantes
dice q\l¡~ no puede votar ese artículo porque es necesario que cada
euerpo ~,!!egisjador, ó íos dos j1HJtOg ditieutan otras cuestiünes que
las que <1qtli iiP señalan que deben discukse, por ejemplo, la res~
ponsabí:¡dau, ia inviolat)!Í¡daü, el tratél.mieot(l, sueldo etc" dí:' los
iod;"idw',s i, del ÍndividwJ qiUj !!a.~an dn cOlnpüner la H"genr.ia.
i,ºl)iI~~Jj pnv¡J. ro!' ve:ltura al spüor Colhntr:s, SI estima qn~! fJsto
es [J¡~Ct's::1r¡,\ ~k han':í un pn)yecir; de ley y sometede: á este clH'rpo
enlegbladfJf i'ara que de6pues ras:: a! otro, y luego definitivamente
se SanciÜ!ie cuando degUf, el caso, y sirva de precedente y regla
para ahora y para lo futuro? ¿Puede el señor CüllaDtes. que invoca
,:l r';;¡!WJ {l, h t:iH:St¡t!l{~l:l(1 .. d(~eir qnl': e~a :n,üería es de discusioll
pH.ra I!.I~ dí.L~~ g:Uí-:f'l!ü::; {~1je{~~¡:~!cdo!"f"~ j~Jnto,~ Ú ~€a por las cürttS~ se--
g:in f~J ¡¡lOdo de entt~[lder¡(¡ S, S" cuar::do tiene qll8 s('r objdo de una
le y, y ¡\¡Ira formar la:~ leyes es preciso qUe estén los ':merpr!s sepa-
ra(j¡B"' El asunh de que S. S. qnisiera qUE' se ocupasen una vez
remúlÍos. 1\0 ptwJe ser ohjeto de deliberacioo. d~ los cuerpos: pue-
de :ier objeto de ulla ley, y esta uebe diseutirsc y seguir los trámi-
tes qUe para las leyes mart;;~n el regiu;nento y la Constitucion, nada
was. »


Coneluyó el señor Gonzalez Bnwo eNl estas paiabras:
((En suma, las razones del sdlor CoUantes fuera de aquí podrán


convencer nuestn::. opiUlon cienWlea; muehas dé ellas nada tienen
que ve!' COG la cUestiono El fundamento de la comisiJD para presen-
tar este proyecto es solo la C01.1IICnieocia. Hay muchas cosas que es
preciso que se debar; callar en obsequio de! hien público; y creo que
llna VI'Z admitid<, por el I~ongreso, el espíritu .. la totdliJad de (jSt<




dictá :uen, d('h~ adu. ¡ tirsl' 1-1 artfrH L< la" oh;' rvaciorf's dI' 1 s,j'\nr /:0-
Hautes D,) pueden tener lu,::[!r :' ¡or ':i)n~::':'u¡~ne¡,l r;¡ íJE(rien inY<i-'
lidar e! artÍcu10 ¡¿IH: pi'>",~'¡;!a: :.omisioil;)


D.;spueE elE: ,:stí' iilSC!H~'n ,'i'[\il l (¡ fr, ~" '"v,::' frasts ('¡ seTI(!¡" eo, ..
ll:tntes, y tenni~}ó aq\1i~J:a ¡;h~í(j; !iil p.)rtantíslma


HL


El señor Mendez Vi~n :.l~Ó de );1aI30:-;1 en la s¡:~¡ ':, tT!n,(1diata,
y decia:
:~ Yo respeto y ¡ne hé;;F> cnrso dI' las n'l1ex;;)nl:~ ucchns por!il,~


individuos de ':c comiswn, tardo rÍ!a~ eu;:t,ü;o qu~' f..l\HO"mrl¡l) kd",,,
hecho ei sacrifici·;) del amor pr'Hli[J V tlt' los FIncipi'),;: f,ero ;,\](·1 ,n
á rereHr quP- ní! estoy di' aCJFrdc U1fc ~u dic!{q'·".'D, j!(,rqllf- t r:):o
por prillci pío político mas sa¿l'adn; il'W 'Iehf;, {;on'Ju,'flll'se }(I/n!!s
circunstancia,,?" sino nUistras rl:.he:"¡?8: qUi: S:'11 c;osteni'r la Lous!lIiI ~
eion y la dignidad dt'i Co¡¡p~rel'(}, y el C%f::re;,o s' '1<'J. eondll~id', dt'
una manera frm;ea \ (ldr:",' ,'í¡"'T"Hnr/C; Jó, í:OIlsti ;uc;, ,JI.
y tratando tlt' },;atjsfa,r~u la a:;i'lf'rl;-\rI plih' ,.\~):" '11H !(i!nlí In lid
ciativa en este asunto. excitandlJ a! gobiprrJO par-¡¡ qn~ ,\f' ?i¡rvjl':'c,
reunir Jos cw'rnos coled~lad,Fr-s, '\ ('! ¡l)]nj~11 ro d, Gr{tf~¡a' jns i ¡-, J . ~ J - - . J
cía CIHllf'stó: que se (lpreSW'llrt'a ri lwarlo f>n dll!frrilf'}i';¡ '11;;:' rl SP"
nado decfara,~f. flNida Ifl renu;;cla Mí:':F ',IliH',b ,é ¡idIJnh,i I~S,',d';P¡­
do el cuwp!l!I!ieuto di' ¡IUl ¡';;'.lahr, sagn.da, ',:~~ ;,nr'p!;H'íln:;{);, (díi
UDa dekrmÍulCÍull del S\'n;'dlo. eLl:!"\1¡,','nl" UI)f'~¡;', ii. la ,p;il'ch",
que el COLi'Íl't'~:(1 se proponia set~uir, qué tenIH ¡¡¡,,id;: iü :!";"': ..
dad y el acíp:rtü
~ta breved,;;j, ¡V:ft'l'tr; :uuidns j.~, ~í'i¡;; ,:u,·,·,w~, '1!)i<á u\ ii,~ ¡,,-,


ru" t'st¡,t"¡'" "(I[I('!'-"''';''' ,·',¡;.¡pn;¡ ¡¡¡,:;.v'¡rle. :::1 I"i"I:IH¡¡', !¡ 1",; ,In" ('l¡pr¡¡;¡'~ ~ r:'! l. l,A)¡ ' •. '" t,. ~.' ~ tl'.', ·_,·.I::"'~.l" '~'.~'. qi. :'l$, _. t· ",_ ",.~ I ~. ¡.I ~ ". '.\ "',J.~~.!, ,
separados no pUrdü ¡~:eo.iJ1.lU q ¡)~ knitÍ!J;J p'ld I'á ¡'!IN,


»En obst:Gu!o del l(.!~-:r~(· ();'r{jb~ ~a ~jl~!~t';"HJ',¡Of1 :1¡.lrj~} ~na\'cr ;pu,
SI •


dlOS sel'iores sHwdores y ill¡hl~,f'!dGs ncc.e'~;!¡!lJin: l¡nstra;·nn~~. y J"
iog;uríailliJs áeliherandll ;C8 1'1i.-r¡}i.)i' ;,:,¡¡mdos, qtK rlaríao ",C"
puramente una demoslraeio!l <le 'ill,'stra ci.r!norú;:¡ v tl'atl'fni,J;i,1
Porque ¡li'f'U ;¡ne s' ha 'ltwritlO ponl', ,1iHt~iHjra¡],~ ,Iv \)ITf¡(',t' Vi;"'
tre dos eUenl,)~ (die :il'llrn ¡~I~ mHJ,OS dplwfes ;¡ ¡,,~; IUlsnlilS ohll-, ,
~ario!les 01\.1 res~!re\o á los p,ldJ;ns "


la '~Om!::,LU \'"lvlO a Cul¡i,uH(l.r I:ún :;~ nli'ima ''úlgl;¡ ,1;~(j I.k~-




F\IjC<':: ¡j,> n~ennOCt"'r que SI:' halbha en ma: t'~(tlmc y que opinaba dt11
:úL',nw modo (pe sus eootmJICLofflS, liBela (~l c\clh¡r (Jil ~~anz:


e,Yo ttlt;WI p"r' i,jji\I(;¡d:' iflUy Un',t', qu('s!'tnc v,do~los¡lJteres{ls
,\íe:'.!os y ('PW!<,;b ;j~ ~¡i :'1 "aiv,1t:i()¡i de la j)¡i('rlatÍ y ia ':;,llud del
pUl" ,El /1(;;.;;'[1' Ilu;,ndo satritka tilló. W:pu;'j,j(iad pfí:nera, si
cree (.¡uf: í'!, :ddl lk :a p;¡lr,a ;se wterei'it NI q,;,f: ta¡n 1'1 sacrificio
miJ\l)f-',,¡áni"ü tÍ(: su 1\:PiHL'lí),: P1¡b 'HWlJ:.lC por HI i!.lsb\.le l'ecai-


t . o: \<' ~ , f .¡ • 'L.- • - • ~Ü.lÍP h ¡q hiHü {¡V";'lf::, contrae lli2 ¡'(f'G'L snuJ ti rm'venlf,
( Si ,(; ,)~lin d' 1, ;.i-1>3\ "L'.', ilhfá ;;a¡~;r ¡ll,:ticiH á los lwm-
bii'~ tÍ;: hie;', á ¡('S que d,Ü.'dl"' la ;Ihu~ad. á l'JS qllf~ purden presen·
lar;!! C,i;I!W¡: tri:nqtph. y Ebn' :~i(~m~,re Sil '!.'oulJtarl


.)b CO~iiti.!('j()ti rw ha preveíHlh~' el caso eh que neIs hallamos.
~,egnn el sHi(;l' MrulÍcl Vigo Soy ík su opinicD: cahalmente es en
in '{!le -:;e 0rCIW ¡a ;::üm)~¡c; ¡:uandi.' ha P1F)SlO ;I},", aniculos:2-'y 3. e,.
y ,~u (,:,;t(j ha heeho ClJueeswn á la e.ünvenieneia publica. y it los de-
~eús al'! {)1.í'(' "UCIpO.);


El sf'ñor 1','!arjic lIS'} de la palabra, y decia: «Ei altículo 84 de la
COL,..¡¡ill/(;ioü diee: Lo" GtH:T¡;',;S G0legís!adore5 no pueden ddibeiar
Ji " in, >;~ "1 ',' ""P,: ;'. ,ir'! re'; .Hl' ,,' ,', ,," t.,/:';''{·L. ". ,',' .\}.


,)Yn !'3tO\! orado ,1 oL,dl'(:er ,la ConstituclOn, y he jurado obser-
varla, :,,' L:H:erb ~,b.·:CTa¡, ¡un en ~sta misma COtlstÍl.l!cinn, tengo
UfLi, ;j((> U :líii:~u¡ü !¡~ q'.¡;> ei; d pHif:mio dE' las h~(',ulIadl\s de las
n ji" > " d" i . I t' . . ;,ones, n~;)e: ;)\ em3i' lle i(! pml!i-iia iegls':uva que e.l!~;c"n las eor·
: ,;, !('!' ' : rey. ;e¡.¡ jW]'(i)vr-C,;D las filtu Hadps ~igu¡eD t's; hla es mi
'h,!;, ,\ li,. '1' 1, ,W/Ul':; ~" ha didp: himÜ eucmns
(;o:}~"_}¡~_",h~d{,:.,rf,~~~, .-;')~~·l~H~ :_.i~,~ ;1 ~~; i,l·~i., ",'d~~~ ~',"";llJ!'ld diJ h;\'·~~r J~1";: li}, .. 'i~~
"'" "-'Cl -. , -.' 'H -~ t\..-' . f" '.,t.., U .. 0.", ~,,'. J\'IV~


no q,-"jP!': 'h"I~',I.·""· Ool·''',!,· !,!p! "e· ¡,'ir!"; :'0" '1 ¡'{""'" ,r'l (,;" ,'tras '.J ~. ~ l \J '-- '-. .... • '." J <,J , ,~. ,o). 1.1 ), ...... : . ..- .: "; . .' ._ .~ ,.., .." ~-" r ,.' >, 1.1_,,1,- . , ~¡,.
,;aé~U I;;dt",~-, Ll. ¡; 1" ma ¡ :OiíS¡ j h::nn lo eX \:, f'~:fl. díc-i"lido: (J(k' lfJiíS de
e~w~ f~('ultadl'§ k'neis '!hlS, écpúlLs S;¡Ü? t';:! el , '1' brarli¡entc de
Regrl~cia. S,dk, es. qui(·r¡ ójU!eH' p: fin ¿DO h:l dI' quern leE llidlios?
¿l',ldriall ilí\ qUI¡-ef esln Los sabi'ís !,!;is;ad,:'Yl'c" que l'ü!llj)o¡.;:e)':l) la
l~iimisio¡¡ de .,·;ijfucj¡.¡l. rd el miSero (~"1 CO,,~¡ituyc;,le? ¿rH,-
Jr:an de(~:r 1l("Y:;'Í",(j lt::;,:,'¡:r:¡n, I'('ro ; {:(¡i':eílF:'l~ PfJ el r,lji;lerO de
p('r;iri:!Ii~ ',i '-(: u:tl!;ri p;,: UJ>1."i qlli' Y'1 :!:"¡cDsalo ¡'') l:stc por ver
si :)(:d'fi r~nnVencerHh:: < die ha :.:·id;; i~L:~;o~d!!~~~


_ , ; ~ , " f -, ~ .,


"tu. e'H\I"";W",c¡a mwJ¡e:, ¿),:ti'ú I~ytar sobre :a f~~)Servanela mI/'-
'na í.h' la le~d ¡,y habrá mal/o; COIlH:1J1Uwia que el que se reunan Jos
i.~ü.s cw'.!rpos, qUe elltoi,ees Si ,n IJIlO, sün ¡as curtes, pues así lo dice
¡. 11 . t' • . •. - : - ~ •• 1 f ia ' .. AJÍl:;:ltuCWH ¡¡IU' ~IS¡ü(;'¡\t'e (he Cllvrp0b {.i¡pgisaH ores para or-




mar las leyes, y otro compuesto de ros dos reunidos, que S!í!J ius
eorte¡;: para ejercer ías demas facuilarll's:;'l¡ presadas1


¿No se ve en la mísma. iey que 5e l'cconccn f) Si") (~onsí¡¡nan fa·
Gultades distio las á las eortr,:~. que á .íos cuerpos eolegi:;;ladoresi


¿,Qué es la eJeccíon () Do:mbra mÍeutíJ de re¡.>:encia? ~Es !J.eas'1, Sf'-
nores, una ley de ias efJiliUneS, ti que sean aplic~h!es las di:3pOS1-
dones que la ley establece para la formaci:-m de estas'! No: este eS
un acto de soceranía que no requiPf~ SanCiGD; un acto sobre el que
no reconocen las cortos superior r,jngnnu, y por Jo tanto, de aque···
1108 en que es preciso se reunan las cortes para decirlo ó para re-
solver.


»Por esto creo yo que la reunion es indispensable, y (.amblen que
haya facultad de resolver en eila todas las dudas que pueden ocur·
rir. »


IV.


La eucstíon de l\egcneía venía á demostrar que los articulos de la
COl1stitncion. sobre ser va basados en !1cciones d"clrinarias e .. ta-


, "


ban escritos para dificu!tar la accion de ios poderes, mas hien (JU!.'
para servir de reguladores en la marcha de la sociedarl española.


Parecia que se habian propuest.o escO¡f,er t1alabras de doble Si3n-
tido, hacer logogrifos los autores de aquel código rer.1ench.dü y pro"
ducir escrúpulos en ciertos hombres.


Cerró la discusion acerca del articulo ~ .• el generai San ,Miguel,
que resumíó corno argumento en est~, parrafo:


({SeiJores: yo defiendo el artículo 2: rlf'1 didámpi1, IlCl pOfljllUma
mail Ó menos constitucional el discutir junIos Ó separados, sino por-
que veo mas conveniencia, mas necesidad, mas fa~¡lidad en el ne-
gocio grande que nos oGupa, y cuya decision la nac¡ou aguarda im-
paciente, el que se apruehe lo que la comision propone de qu~ los
dos cuerpos discutan separadamente este neg'lcio.»)


A.probóse el artículo :2,", y el 3. ,) lo fué sin díscusio¡L




CAPiTULO LXXXIX,
,


l.


l J O"!¡',,,,' "" h ;J;;:;'I'~ir'l1 a(,"¡ r'l"b,'Cll10 h ' "f' levcrwl r,j"Ol'O par-a· . > I jI., .; "' 1, , ¿~ '. '. _, ~, • '. .' ~'. v' '\. .,) ;¡.J 3 4 , h,;' - J _,1 j \. l
tículnr dd señor Diaz, y ur.a pnmienda del señor l)'!yan, que de-
'~¡a, « Pirln al c0P.gr('!'1l que la ~'ílfF!ci()f) del número d,) regentes sea
~pcrf'1i', y por papf'lrt:1~ qUf' sr lpprán en público.»)


f¡.:Ia cnmipnrJ? no era o!r? eO'Hl, gní" la reprodnccioCi del artículo
p,prr,l',ndn 1'8 el St'n;Hlo, qu r la c0mision no babia querido aceptar.


1)' - ". ~ • !., ,. , d b 1 " 1'.1 S('1)0; LUJan, como Jtt.W t:tctlCO, nor ea a a cueSHon, yen un
, 'j' t '1 1" ., ] ]amm,~¡¡'(l \ :s(~urso DU.fWi:' (r> Sf,q.:;mas VInO a enmarañar a cues-


tiC::;. Pe,ra f11)i(~r tl)do e~cnípnk, á Jos que hablaban de convenieD-
ciaE, rrrr, ro ('poian pi)r completo á la voluntad del cónclavi~. don-
dE' se JJ?hial1 decid~dr) los destinos de la patria; despucs de demos-
trar qiH ' ~I.}S que estahan decididos á sacrificar hasta cierto punto su
pOP'11é!l'irl~,cl, rlr'hian P~gar hasta el fil1. decia, convencido sin duda
de qUf' f'nn((ll'i(!, ~M~ h influencia moral de 1GB gobernantes:


«( y aJ.1fl ~unnn¡~nrh que pu~ieran los ele0to!'!'~ tomar nota de los
TOMO /. ~!




HISTORIA DEI. n},;I~ADI)


diputados qae acepten la votacion secreta, y deseen mañaDa un voto
contrario á ellos en las urnas ekct<Jrales, ¿qué :;i3niflca E'~ta consi-
d"racioD pobrísima, cuando se comp2.ra con otros rualc;~ mucho mas
trascendentnJes p3r!l. el Dais?


_ 1


»)¿Y es tal ia pobrez:l di; este en hombre~ públjco~, qnf~ nos crea-
mos nos~tros abs!)!utam~¡¡te necesarios? ¿Tan f'f.'casas e"tán las filas
d!:l ccngreso, que ~c quiere vincuiar en p::fs'_'Das dctcrmirJadas la
re presen lacion nacional?


») Haciendo ~lna comparacicti Crin rO q~Je sucede ~D. un con) bate, sr
sabe que siempre cuando hay una ha!.'}!)::;, a'é la il':porlnT1ciadc la di'
ahor<1 eH Esta línea, se sacrifican mueLos bGmhí(':~: 2('~S(l rcn~l3cD
n'o ,,1:'" lr·s ¡"~" 'l",ji ll '1 I"S los -... ,,~ """(\'" r·.::l~" 1j ·, 0'0'" r, "f'f "PI11IJ'a1üg
,f.·L ~-:-} !\.l .. u.. U;L..J d .. ~dCiJ, !,(., , .. ' LA':;':' 01-" l ... ,·.:.'I l<:~.l Ü <'- t.,"..d U. ",,'- r: ~ " r\."
'rl 1" ' l . fi . lDS <,.8 n:as (¡!SpOSWlcn para ,<1 gU2!Tñ; !'rr0 ,;slo rs un sacn lelO en
arilS de 1:1 p:dria, y sacrificio es el que ilflsotüS debemos bacel'
~In~ 1'\,"'. C"1l}~O rli()u!ado~ {>u~Hldr> ,. ... od;"n ;¡""fCSH; n"''1V('\: " t"'i1""rn-~. \.1.;. t.,; , '.f l .t. .... J ¡.,., \.J ____ ~ ;...f J. J '-.. • ~ .~....... .1 ,.t', ' .. ,_ ~~ ()! ¡.~ ~ _ o. ~ " , '- t,..,.'
¡jnr.',)!(_'L~ ,~N'l! p]iSil'O lIna. ,'r~'?' ¡,'·e ~e"";!1 -Pi A l1-ro il "(j"'r:i;f\nr 1,..., n('il)U-U., "du, """ D t¡c_l ., ,. ¡ L, "" 'L' U td" t> l.e \~" " ; ,¡;,~·,t, l., \' .. ¡,
laridad, porque la verdad es una que al fin ,"e ú:n' raso y se hnce
<'¡i,' Pl !prrn,,'" dr> la "0!I¡j"i0f1 r·.;: l'l)?S Dí ,'nhr' ti.,] """'1' "1) ddl:,'nrJ" ,~. '~l i. 1" A '. j¡'~' ... ..: _, • -"~' !..'~ <i L'J l.J._~~c... ,,)'~' \..~,~~,~. O_j ~~~ .i' . '_ ,.f.",,' ;~
per::; ~;S~{) ~G r.'j(~ arredra: estoy :2n les n~L~!-rl(¡S p~'~:~f'ir~n~ d~~ ~O~: se-
ñores de la co;nision: la verd'ld es mEl. v ;.oc alm' nH~~r;; y:tl fin, ![!f-,- í ..
d': ó temprano, se hará justicia á todo el mundo y C:illlO lo me-
rezea.


n.


Fxb'año e~ D'· .. · ,1·1!Y\:'~ lo' .~ .1 ..... .t: tJ: '- v u( ... u
además.


El grupo que se babia afiliado, para Gar á ledo frane:' d triU!lfo
á la regencia única; ,¡quellas que buscaban todo L',~flCro de argucias
pn.ra torcer el sentido de las leyes; esos miSCl]OS, 'FiC [:rfnDrcs re-,
preser. taba n despues de toUe. ]!} menos fe\'" ~ l'('iOí,,~.rio, u'a n pr rte-
necien tes á las falanges mas a valJZB.dl1.':, y h;u: la ! leg Gf á f:~~ t:t cir~
"'IIIl~ta""CI'" "e hub¡'e ro p()n¡'d A ;'lzn'",. (1"11' c:"'f,,,··¡l,,;c'n ";"n1 f )re In v~~ .~...J Ll. (4 10,..' ....... .l' _.. <) J~ Jt;( ... .t .~t_~_· ._,:.,~~._. '.~: H.1 I ~!~" j .
justo,


El discurso de] señor tUI'un, (lue ,:a Ds,sl.lba ('om J kmLn' ¡JI) ci;;[l-'
• # ~ í


cia, lW!lJhre qne cOilocia las leyes de la rr:,;' i;'~:', ::¡:~:'rn¡'ar·-
gO, ~e cxpre1'a.ba e2 tales térmitwE:, :-evc1~\ bin: c1;'rrJ ,:"il (1',' el l~spi~
"'itu (18 (l'lG '~I' hllab~n l)oseidr'"
., .. ~ -.1 1,. .... -' -,,,. • ..... 1" .l. U' .... ,




DEL ULTnlO BOIUlON DE ESPAÑA. 655
Ese aran por arrancar á la generosidad 002 los hombres que amar;


el bien públic(), concesiO[Jt"S y transacciones; ese prurito por hacer--
les despreciar la opinion, C;)ll tal de servir los intereSES conservu-'
dores, no pu¡;dc ¡¡¡enos de traer los Lopez, instrumentos de la rea,,-
cion, y lús Gonzalez Br,wo, aliados de los Posada Herreras, 'i úe
los Arrazo]as, para nliltar la libertad, deportar, perseguir y expairhr
ti los homl)f(;s dt! t1bra y explotar el pais, haciéndole esclavo.


Proseguía en estos términcs el señor Lujan:
«¿Qué es mas, las altas considerac;oncs de po1itina, las simpatías


que han dicho los dr'más de la comision que teoian resp·:cto de las
ideas emi!id<i.s ele los SE'ñorcs Coliantes y iHendcz Vigo, ó la votaClOL.
secreta~) ¿Es de mas interés rara el bit;!) público el que una YOtaCjOIl
.seR secrela, Ó lo son estas consideraciones tan imp~)rtílntes que el
señor G0nzalcz Rravn nos enc0mió ayer con tanta justicia, que el
seí10r LO;Jez tambien recordó en sus argumentos, y que el E:eñQr Gi]
Saoz nos ha repetido hoy diciendo que este era el per.samiento que
habia dornioado en la c("mision sobre todos los dpmás? ¿No son de
m;iS pe:;,) y mas valía c'stas con:;.ideraciones que el que una miser;~-
¡J.' , "t .' ,'r< 1 .'. ' 1 ' ¡
,1 (; VO!aC¡;'¡j, SON. sccretn o nU,lIlcaY ~eñ(¡res, fl.{ eilj(lS (le laj¡ar~s
prevenido en la !f~y, como debe hacerse, no se alega mas raZOD parÍ/.
na llaeer]o oue el que los ouehlns deben enterarse de cómo vütamo~ , .. ~
en este pun lo,


»Si los señores de la COíilis~on han sido tan generosos, y en este,
han tomarlo el verd::¡der::l espíritu del congreso, que han cedido en
]0 mas, ¡,pnr qué no hun hecho el sacrificio completo? Se dirá á este
que entonces, para qué snn los cuerpos colegislado:es; que si lo que
se resuelve en uno se ha de aprobar en el o:ro, excusados son lo~:
dos ctwrpos; que no hay necesidad de la doble discusion, y que pa--
:ra nada servia uno de ellos, Necesaria es la doble discusion, porquE
él hombre está siempre ~ujeto á errar; pues el equivocarse es un
fatal dOD de la humanidad; pero aunque ahora se aprobara lo qUE:
el senado ha propuesto, no seria el primer ejemplar, pues alguna
vez ha pasado sin discusiou en el' senado lo acordado por el con-
greso.
~Si la comision ha tenido en cuenta para ceder en la mayor parte


la gravedad del asunto; si tambien se ha podido hacer cargo de
las consecuencias que esto puede traer; si ba tenido la dificultad de
vencer un confLclo entre lo:; dos cuerpos, ¿por qué no cede en 11[
punto l18 la votacion?




65G HISTO RtA DEL R~INAjjO
»SeñoI".~'" yo no bago un argUtlH.'nto (id ~crríil(;¡n: Cúllll} dil'Ul3rl \


de la nv.cion española tengo derech,) á n:cir i;) tiue sicnlo, y éüW(;
preVf ') 'nales de pODer CIl coLOiclo á ,h" t~Lrpcs cO;fgis~ud(,res, iJo;-
e.:iO 10 manifiesto de un modo claro y i;x./k, tOí y (!:[SO (lu(~ no haf,:l
argami:'ntos ad terrorem, D()r,JU~ :~e h~n ea:if¡:¡~dCJ ¡';I)f b. COJJl::~¡01


-- '.1 j


!¡'IO¡ <)l'fl"''''''j''¡r>~ lllll1 ".\ h'~n o·r"'~I'···I.¡I) ll., · .. ·t·, n!""" ) ~~!...., 'J<..:.t'·-i,U.¡\ ... u¡,v", '; ~\ .... ;:¡JÚ !¡~~'-.,· ... ";I.I.~,f.'U, t.. .. ~_;:;·.v; \Ji~_~~I,-,.)


HL


El "eñor ! ¡)Ilez l]t'e ~" nl "lh L" ·11'''1'-; t::.:o·"'fd;, ,l:l·l'd(~ .,,. 1>,; , ~-J. t'" el 10..1 V U _~~;.A: ~A 1.'L .~,,>~,._<' el ... Q.1.'r , " .. J i.
: epli~Ó c:¡ un vehemente disCUiS0, del 'íD." {';"'~ J.:¿;ít,
rafo:;:


t¡ jJ_'~L
i".J 1"


<di;. empt:zií<!.) el ~eíior .tnjÜQ Lh'vrcd' ~.d.; ;'.\;:ch·; á ;,.\ e ~,,',j }:'
. f ¡ ! ' ' . . J l' , 1 Y ~nanJd:St()DCO que no se cre1a ¡J;guo ül .. ~_~~n \H::; ;:~,~:" ~:i.! e.""'! ;jl~, :"!; ~


h . ~ . . 1 • " • ac~eO~tO l~.n e~iea¡eCH11ient:·" f;~xagi-ra!_lO Cu.;rC~n~'·::.;ti, }.ur "{) ~~Ui; .~¡ lL~
toca. dt' .!as pf6cticás l:urlamenL::rivs qu': S'J!l')[);;:l ¡:¡ el ~i'G.r
'" b L Z í].' : ,1 F'·;H,! t' " ''.1\ ,! ¡ ~.' I "0 i ¡; f)" r '. i '" ' '!' ,-1 ¡; 1 . () ,":., : ¡ 1(' o", ,,¡ "
'U ... ~ .,' ó -. :A-'I!.·.;', J ~1l ! .•• t • .l..o-'. ,_· ..... 11·~ 1. J.,.' 'Ji.!:" ~'.~'-.' ~v~~;\,.. d_A.~i ..... ,'~, ' .... c",.~
aventB.j fldil 1 ~J siernpr~: Ie Dt; C~\:::~L~ (1;¿""'~ ~. :" ~~1'~~\,~:¡ :~; .; i; ;i-<.',\
pulo pnr sns apre0iab;e~ ~[)c:/ch:n~;~ _~:.·::1~ JI:' ~.~':J ~;cst(.¡ <"¡ I:):r 'jÍ ~"'Cl
ia exu"litud de SPS J'·uic:o..; "U ::ié'na '1"Y;"'l v 61' atin"'h "ril,pi" ,1111'


. - v ~ ) ~ ~. ~ ~ Al ... ,..;] ~ ~ ,,' o ~ '. \.- .1 ,.( ., ..... .1 ~ ~....... '.' ~ ,,) " " ,--'
lo habia adquirido en la lectura Jo los lib:o~; oue In"!!!f ~:H¡nr; el en·


t • v


tendinliento humano, de los Condí:]c;c. de 1 :; Trar.'.s ;; (L otros ~;;12'-
J .. .1


veros razoDadores. Hoy, á pesarr):c j al ~<r ,;1.;.:5 ing fl j;¡'J;:,;;5 :.utik"
za" e~t:,y ;nclinado á creer que be: La ; '] ¡¡S;eilja~ (;: ¿';;ec·
lasticiE.Q1o Je Escoto. Ha dicha su ;:;eñ:,lria 'llic yi) cor;fIJi,d¡ en
dir.:cursD la d¡s(u~,iun cun la vulacÍin, SI(:!l,h t'.J¡,l\:5 !1l\ly .F:~;r;ta::
Pues qué. ¿ignora aea~o que m.i t oría qt.iedar:a ¡D~Ali pk!a J ',d,'1( ;¡;~1


• l" '! d' .;¡ v . 1 \,." • 1 1 1 I ..1 SI se il!latara a a.lSCí)::liJil: 10 qUk¡O la pU!':C}¡,3r, (Le ,0 qUi~ UlUí',
cual hace, y esto .!JO se consigue ciln sdl) :.i¡5~ utir; pn; (j 11F u; SCoUfO
que solo una pequeña parte de les ~eñ"r::s d¡rr:~adrs h,n;;:n vute
en la discushn, y si el 'Voto despucs fac.se scc:' lo, ;l1'p sib!l~ de todo
pUiJto era saber cómo hab:an opinado. Yo he ser:tado como princi-
pio que la publicidad en tudo es el a¡rú[~ yel fundan; nt,~ de :'}S g(l-
biernfjs r~~presen tativos; que nosotros (C;}(!llOf, un deber de d;;.r CUfIl
ta á nuestroseomitentes del modo en que U:.G.m:s U}: saCD1 fi,',¡~?a, y
que aquellos tienen á la vez un derecho para. ~::alw:, lo qUil ilq!tÍ<:
trata Ir¡ ¡1111> '~q"l' "e "csue've u "o'mo v 1)"1" '''¡;C~[' "" ~"S"<c.l •. ,,, 01"" t\ .~ ... t. 1 ..... ' u.~,~ i::J 1, .t 'J \,¡ 111 1..,0'11. -'j't~1 ·1:..',,,, ¡' .. ~d'...¡,~ .... ....1. 1.;
me diga (,1 señr>f Lujan si estos 0bj·;tQS se :og; JD ¡Jill ~J.:i~;::us¡cu








DEL ULTIMO .sORBO N DE ESPAÑA. ti57
publica, t~l si, por el contrario, quedan defraudados cuando la vota·-
ci-JD es secreta.


))Ha úfíadldo su seriorla que se desconfía del re~uil(.dv llUt~ PUt··
·jan dür [as votflciooe.:; secretas; preciso seria lilll1bic1l J%'.. UUtidl' de
los que pertenecemos á la mesa, porque hemos sJao Lt'gll.lOS por
éSte métudu. m señor Lujan COnfUl.Hie ia situacion ~;oiJr0 ILfs¿,u(;,:.i
'.;on la Vl)¡a~jon sobr e cosas. La primera es y debe ser ~ecre!a; la
segunda DO.


»No ta jdo exaclo el "eñor l.ujan al asegurar que yo "'tÍopté las
'joctri!.l':l.s dd señor Saüthez de la Fuente. El señor Saocbez de la
FueLle no lo seutó corr:o doctrina. propia, sino tOUl() dUdrif.¡u de
Bentlmníj y tao leios estuve yo de admitirla, que al contr.l: io, Ci.Hil-
batí !r:do el raciocinio de aquel señor diputado.


,)lla aiíadido el señor Lujan, en defenSa de la vo¡acÍO:l ,st;creta,
¡lue de e6tns nlismos baocos se ha reclamado algUlw. VLZ, Mm en
la e;¡ofr:Gcion de las leyes, porque ha querido cJrlar~e i\1. tn:a.'\i()J..¡ de
;luC el gobierno se vengase de Jos diputados que VOt3~,!?1J centra su
qlfsignitl, sf'paráodolos de los destinos que Jesl:llJp,'üar<i!j. Pi;drá ,ser
i':;-'T'lr, ,\¡_~f" hcC'~¡l(" ",(c. l·¡¡ "''''f ,,,>n1t'u'ra "e f):>rD""ll "Ji,,,, .!." (. ";',1"«--",~",,-t_ .'''-'. 'o, __ ' )~ !"""l ..... , (:Ji;'" t"U /o.,: t"'-1¡,."' ..... I .... "OV .. _" ............ ·.~v"""UIoJ
[aneía" á chIudlas? ¿TienL:íJ entre las épocas y los hcmLt\:1 del po~
del' JI auu Ül mas ri~lllutd. alindad ó sewejanza? ¿QlltéiJ e,~ l¡'JY él
mínistrü, '.¡uién es la persona á cuya veúganza fuera du temer !Jo;
d resultado de la votacíon?


)Alu¡l¡rurlo el señor Lujan á que yo dijeqlle la. najon deLe saher
cÓmo ubraban sus r(~prese(jtantt~S para coutinuaries ó rei¡rai'ies su
cOLfi¿Ulll e:.l las elecciunes vetiideras, y equi'l üeando bill d udu el ob~
jf:tOy íin de a.quella üb.~ervacion mía, exclarmc ¡Qué: ¡,betún:; ue pro·
CUfM il1únnpolizar el nombraUJiento de diputados en Dlle~tr,.lS ptfo"
son as? ¿Se ba de satisfacer así á los eleetores para tencrlc,s propi-
~io;:¡l ¿~ü habrá otros mas digllOS que nosotros para ocupar tstos
bancos? No tlije yo lo que se supone para que en Ulla LipClcsis arbi-
traria se cimenten y bagan descansar tantas declamacicne:~. Lo que
yo dije y repito, es que la nacion debe saber cómo respotH1en á sus
deseos los ¡üputados que tia norubrado, para con este prévio cono-
cimiento d(,ierilli~af en 10 sucesivo su voluntad en {¡wür Ó DO de las
miSluas ¡Jersonas, segun que su conducta merezca su repruhacion o
su (¡()lauso.


I


))L0 (Jue dije, y repito, que nosotros no estaríamos ¡:¡quí :.;culauos
á no ser f·or la voluotad de esos eiudadanos, cuya vigilaIlC!d sobrú




658 HISTORIA DEL REINADO
nuestros act:;s debe ser siempre eficaz é incesante; lo que dije, y
repito, es que la nacÍon ha de juzgar nuestros actos, y que para
juzgarlos es necesario que los conozca: no signifiqué, ni pude sig-
nificar jamás la idea, de que fuera el interés de los diputados quien
aconsejara esta diferencia; la presenté como un deber sagrado, co-
mo un principio innegable, encaminado al hien de la nacion, al
acierto de las operaeiones electorales en yen taja del pais, y DO diri"
gido por mutivos menos justificables y plausibles. Si la nacion ne-
cesita CO;.Hle~r las doctrinas, porque es la ilustracion, tambien ne-
cesita convocar á los hombres á quien ba de confiar la direccioD de
sus desUn(';s; este es el único termómetro, la única brújuia para go-
bernarse, en acto tan importante y trascendental, que no debe fiarse
nunca al acaso ó á las contingencias de la suerte.


l) La comiF·ion ha cedido en lo que ha podido ceder; en lo que no.,
ni h~ cedirL) ni cederá. Se despojan fácilmente sus individuos de ledo
sentimiento (];l amo>" propio, de apego á. sus opinioDes; pero no pue-
den r::DunC~Jr á IOt: intereses que les es!án confiados para compro-
met;rk; la: vez COjj una conducta, que en fal case" ma;.; j¡ipn (flW
condt:3(;('udirn


'


e pdria llamarse débil é inconsiderada; yn, de Jo que
es mio dispongo como me parece; de lo que es del país, y me ha
fiado para que se lo conserve y defienda, no dispongo jamás. Soy
fiel en la custodia que me encomendó, y procuro poder acreditade
que no se engañó al hacer recae:, en mí una el(~ccion que impone
deberrs !.an S~~Véros é imprescindibles. (.Y por qUll no so dicr en ceD···
trarío senti(h? Ya que el congreso ba cedido tl1 li) r:ws, ¿por fJué ne
cede el f.cnado rm lo meros? Esto fu::rD. la legítima co;:,~2c¡;cneia:
~stll la (~xig'.~ncia Tnonable; este el consejo de b igu2.ldüd, del (ks·
prendimiento y del patriotismo; lo demás es lenguaje de la impru·-
denda y do la incoGsideraeion. Mas cualquiera q UD sea el éxito y
el desenlace, dos objetos se presentarán á la vista del pueblo, em-
hlemas de dos idcas, de dos pretensiones en con tradas (jUC le serán
"bien fáciles de calificar: un senado que se ha Gbstinado en drcidir la
cuestion mas vital en el secreto, en la oscuridad y en el misteri0;
y un congreso qne ha reclamado con energía para ella la luz y la
;~ub1icidarl mus completas. El juicio no puede ser dudoso.


»Dice éIl seguida el señor Lujan que de nuestra oposic!on pueden
:r8sultar CO¡¡f]ictos y compromisos; "qué ha de hacer para cvitarlos1
~Ceder en. todo por mas iGjuslas é infundadas qUé ~can las aspira··




DEL ULTIMO BORBON DE E&PAÑA. 659
ciones? De d¡ez artículos se ha cedido acaso sin deber en nueve.
¿quién deberá ceder en el único que se resiste? La sola. prr~guDta es
una ofensa á la razono Y si el señor Lujan quiere en su fácil y ex-
pedita te,}ría que por no dar lugar á conflictos á nada nos oponga-
mos, cntr);Jces diga que basta que un cuerpo desee una co~a para
que el otro condescienda: dígase que la discusíon y el 0xámen que
dificultan siu deter:mcia son perjudiciales y dañosos; dígase por úl-
timo que uno de los dos cuerpos es inútil. Ha concluido el señor
Lujan con que no le señalaremos UD artículo que J:ga que la vota·
CiOD del número deo:: SOi pública. Lo dicen todos los que no dicen
que sea secreta, porque es máxima muy sabida, que par' principio se
permite en la ley todo lo que en ella no está expresamente prohi-
bido. Mi argumento, pues, ora volver al señor Lujan la misma pre·
gUilla en diversa direcciono Que nos diga S. S. cuál es el articulo
que prev¡cI¡c que esta votaciOll sea secreta; y si no le hay claro y
cxplíciVJ, permitido está que sea pública porque no se prohibe, y
to~1<) lo 4U2 no se prohiLc está permitida.


»He ¡¡;ocurado satisfuc;!f a! señor Lujan, y como ü:) luY~ Giro ;¡h
¡eto ')1 t··p,ul' 1:· nala1'f" la d"J:o par" q'lP n,,,,rhn "''''''1\''1' . .-.1):.\"),, n',. j u 1 __ ....... ~ 1 jJ U,! ',j ~ 1. I J' L~\.IL.;I.)\ (11-"'" \, .,.,1. ~ ___ , l •. '" ~-,L
pro de la comisioo los senores que se han prestado á faVO?eC~T¡n
con su estimado apoyo.»


D::spues de este discurso se votó la enmienda del set'íor Lujan,
que tuvo 1 '23 votos en contra y 50 en pro.




CAPITULO XC.


SUMARIO,


~;~III' L!·di"'j·I! .... !IIf~ pOrlll'tl!·U!n .... dt'; dic¡;l1l1i'11 d" Id-corlli .. ¡¡·n .. nLn' pI lí(J)¡"'!)!':¡rl: t, d,\
la He¡.:elJcia,


J.


El vr¡t{l particular del sefior Diez enlró en turno y arprca d~ é'
dijo el señor Gorncz Acebo:


«lnenlpémonos, pues, á nosotros mismos si ha bahidn esa lenti"
tud, l'sa incertidumbre en este negocio; inculpemos nuestra propia
00nducfa, no la de nadie.


»PGrque yo no diré, ..:eñores, que haya habido designios particu-
lares; pero os diré, respecto de la indicacion que hizo ayer el sel'íor
topf:'Z acerca de que S. S. era hombre de principios, no de comhi-
naciones, que debe tener entendido S. S., y siento que [lO se halle
presente, que los que ha.blamos en distinto sentido tampoco somo~
hombres de combinaciones. como tal vez pudiera inferirse de SIlS
expresiones.


» Yo, que en esta ocasion soy adversario de S. S., me glorío dé se'
bom bre de principios, me glorio de DO ser hombre de combinacio·
nes: y en la cuestion presente saben mis compafíeros qUA puedo




DEL ULTDlO 1l00WON DE ESl'A:'iÁ. 661
eon,:;iJeratme con tanta lliUS independencia, {;uündo ni aun. siquiera
L.e con0ulTido á ninguna de las reuniones particulares que 83 han
celebrado para tratar de ella.


l) Yü na cntro, señores, en combinaciones Di aun de aqueilas que
son peiluitidas (¡ 105 parlidús; y ti rr;is cüwilenies 1..10 quiereD de esta
manera, ya lo saLcu. Yo no tellgu mas combi:Jacioncs aLsúluta-
illl:nte que los estímulos de mi cGDciencia,


)) y así es que la misma conducla que he observado en las ante-
ri01'(;S legisldlu,as oLservaré en iü presente; el resultado quizás será
(1 uc ~sí como en olrus legi::iluturas be tellido 0l)inioll de exagerado
en t.:l (;üiH"epto (It.: algllik',s, ahol a l:)(; lile califica de pasleler:J Ó mo-
Jerado. Esb U<J proLará, GefiOleS, olio. cosa que el que esa que se
Ilailhl aura púpulai' varia, y que wÍs principios ~¡ mis reglas no
Hí.na;:.
})~\i '::;lj CfvG t¡:¡l11puCO, Scfh.lreS, que cli2udo }o LabIo s0stenieJdo
qUf~ eL llli üpilüüu liO debe a}Jrolmfse él voto particular, y sí debe
aprobarse el acuerdo tIUe hi..i popL.esto el 6CLí.¡do, tewa la publici-
Jed. Yo iJ(¡ tlJuW Di puedo tt;Wd ia vublidd .. :¡d. Mi opinioll en esta


• ¡. ' . . . .. I " " ." _ 1 I "!'.' 1 -1 ~ nld~el'!.(t uU d(~ ;:'Cl." UJuJ' é~p;!t,.;d.¿, })uftjUt ~1(;~üe CH-1U1 í::' Le ~At~ UeCl[
sin ningua 1eüiur, Sí!l t;SJ que Se li<..illi !lli¡:do, ,'jiu COlliÚderacion; ar-
gUll1ento qUé se hu;;e á cada insi.i:lLltr::, y qUe yo co:usidero como
arma de dos filos.


»Lo mismo puede intimidarse coa lapubliciJad que conel.secre-
to tratándose de ciertas votaciones; y si b0 trata d~ designios par-
ticulares, también yo podria J{~cir ¡¡u:: 105 que quieren que triunfe
la Hegel.lcia bojo cierto caiác;kr, mejur pOllria:.; cOGseguirlo pcr me-
,~¡:" J" !" ".!'II'¡· .,' ',',>r.·.,·,i, 'll'" .'j" , ;1';)';;'" ~~')D' ¡,OC"(\S c,l·\~() "e-u v v ~(' l' V ,,"\AV vil ~vvlC\U.~ \. le ~)l.!. la. .1 U¡)",¡I...U, , A..J...... '~ • .t.-_ J.... ;.a~ ) ¡,J
llures; esta es la verdad: ¿para qué h8lliJS de a:il]tL' COIl otrús co-
lor.'" ,. '0'''''''u1 ,,¡~," ". '. 'C"¡<>"~'l ,,,,1,, , .. l·. ",.{l"el ""[" \' la re'111'-
.1 'V0,1 J " WuLi. 1..,.,. vt..tUI.J illiA.u o"l.U,l..i1o ,-,0i1;"'~ "v..:!l J.<r\ " \...L .... H" i i.rl. u. J.li v.o.
dau, J' yo ~UpULlSO, GOlliv llJ pu..:Je i::.1CÜ,);:, d~ sLiJUner, que los de-


, -} J ' , . 1:' ! í :1 óSeol:; \le ,,\)("';) sun iJU10S e ¡¡.HCol'ü¿. ¿ ['(;;'0 CO"iS L..~ UJ creer que
. ,. 1 • l. 1 n~c,¡Jg" UlJ "[j¡j,k~Jl",, cvlllr<l, ~v~ ljú''; :jP¡~:(;;l q,-,,; >u vú;í:.ClOll ua (e
. Ll" , . f 1 t ' ~é.;:i }JU ,j[;ll o ¡,eC¡ClJ, .J 10.J~FL .lJ.::";'¡: c.':J;i1i.~V qu!,; sea UDO, res o


, ~" l" ,'t t í.J~eo: uaUdl~¡!Se D. eLtcD.ú...;! Lliil ~0t;) ljU0 iiU'~'~llOS Cúi1i:len es nos
dictn: Miren ustedes qUe ;;e cxpUDen á l,l censura pública, á no
'''01v~r ~ J 1¡ J¡l;~lti.id;j~~ e Y qJIJL S¡~Li~ i1. (1~,0 ~~_;.=~:) se ~:xp(';ncn t~s­
lcJü.:; &~ ud 1, üi~J. UU G;.;:~~t ,~ J;.; ;~ 0L~ dL·,lj.~;~J.? ti;..: iLO\3c q:,,:e en mi
en h .. cl,,·· ".';., ". ',,¡'. , ,', .,,1,;·¡ ,.,:.)., ,. ",,,,,". ~ " ,1:"11r- flr,. ;'vJ..,u\~l L,:)~v r.JV '::'Vt...:i Lu<..-~, ... li \ ..... .,J l.: .: ...... i;.¡lUU<.i.l· .... "" ............. ) J L,J,,-_-,-V .. j ...... ...lt~\..,'. j .u.~J,
e6, a¡'wJ,s d·) d'J,s fl~oJ. Y ;.iJ p~;Jo ml.;HJc l.L .. "~;\;~,J.(h,¡" ;iliO:b


TOllO L




662 HISTORIA D:n REINADO
cualquiera rnanL:ra que voten los diputados, sea su opiojon por une
Ó por tres regentes; no por eso hemos de dejar de continuar aquí
con calma, o:mpándonos de; los intereses generales del país. ¡Pues
nos faltp.ba nn~: ¡C~)[1 que quiere decir en ese caso que todo depen-
de de 1.1 Regencia; y que la libertad ha perecido y que las institu-
ciones han perecido tambien, si se vota la Regencia. de este modo Ó
del otro: No señores, no nos espantemos, ni demos á ias cosas ITlas
impilrlancia que la que ellas tienen en si. Yo creo que est') asunto
es do mucha imilortiH1C:a', ocre f,e; es cosa de llevarla hr.s!(l. un , ,
punto inop:JrtuHo que pueda servir sobmeule para halagar las pa
siones, de ninguL'u manera.


)Sea pues, seño"€s, como debe ser la votacion secreta y c(\mn lo
es el: otra étse de r;cgocios, ,~o es secreta la votacion en la deci-
sio¡:;cs de los juralbs? ¿y los se50res magistrados no votan secre!a-
mente tratád ;5:,:) de: Hsuntos (le menos interés. aun cuando se tril-
te de l;~ ad]udicaeion de una cautidad de 1,000 reales? Pues si p"ra
estas matLria2 ts el voto secreto, ¿por qué no ha de serlo en e:.'te
",<:'o? ~J(\ '('\,(Y'-' 'o 1" ,,\~,'\l,)(/¡,., ll"l ,;nr·-"to SI'" c""harg·- ¡i" 0"(> nr· (l~_
" ... Uo.J ~ ... " .. l"t:- J,; ~u. llj"" "'0 ,;. " .. ·1 ,'( .. i...: 1. "}" iJ. .1....;'.:. ( D')· 'C i ".1 .. · ~~\) ".
toy lejns de ;:;reer qU8 haya inC,l[lVenic,ntes tanto er, uno COlllG i~n
otro s;:;tcn,;,; PC!I\UC si se me dlce que él secr.:'to podria llél.l~C:' que
ciertas pers\ínas se retr::.igan de ciertas cosas, de aquí se infiere que
ese temor al pueblo puedo acobardarles, y que tambicn puede im-
íJoileI' miedo al pueLlo sin que seamos todos héroes, á pesar rle
que yo desde este lugar, sosteniendo ciertas doc;trious yeont\)stando
t. I,",!.', ' ..... 1l(\ ... '" l"\'~"''''''''t''¡'-'~''''''''''' u-~"-·]\ .-.y,-"r-li.- ·11.' ··co·, d¡';··· (l't;!"-· ¡"'~';"'/"'l lt ltL' \1' u :"- J,d,,[t,I .•• Uau ~:jlL, 'ú1 ,,-C¡,U:) ud;! :-', "J'~ .•... .' ¡,,:-,i~.'
en UGa OGasiUL en qu'~ Se qu¿ri(~ íj1J8 ia v~bc¡on Lera púb'ic¡L
{' 1 , ,. 1 ',' " ,.
¡ ..... Ua.ílúO se e":;!,<'1na :~C .. ,~:tl~l.·:lr:n(ic qUl it.l vutaCtOn itL'T2. pUD;~Cf\~ pOi'q:lt":


, J" l' I ' 1 er& nece.~a.r~o que ,.os d~:· .. ~;.!¡:~t~OS CUrüli111 Gun Tt-2Lor y COH inOt5{:fI.:n-
dencia~ sc.dia tnul',hns YLC~S (,>:. ti~., en ciecto ü.trc\/~a:it·~l1tG pGHt;<20,
JUL suele thi i.('lv'r ,::<1' :Ibid,; ~:) iu l0rés Dúb¡¡ciJ : tambicn hay Cjf;-' A ~ 0#0 1 ..
tas opiniones po: í ti:::a~; que q uierenmcdrilf COl: ese pri D el pio de
"o!'ulari.L),-l (fU" I~r. ,) ... (or-ili <"'1 .... · ..... ~F' ,'~ 1~1 ..,..··1(··'·'.11 "f¡! r·-r c·¡_·!.,.¡~~ ,.',-"',, j":~<. l' ) r,,'Aa'_"'1 ~ ,.! t:; ti ,,,j \)1\; ,:) ,¡l,t; U,'lhit, J JiCkJ ,_",;, .;::I¡,,_,-,',,;
de osa ,H .. fP n ~l'e'l-" r ., })"'.'''' 2", ,'" "')~'.:f';.-,'f\ r' ,~~" •. ,-"t "q"¡' r"~~ j!r-1""'-'" . dH" '1J.~ t 1 (; ¡J{), i ,,¡¡,u .. :;. 0.u'lJl,,".-"-' rJ~l"l'llU¡ y l.,_i :'j" l(\dl<',
no obstante, valor, Ya lo.s que somo;) viejos Gil este oficio conoce--
mos estas: cosas: á mi ID me gusta ser hipócrita polilíco; á Ini mí:'
gusta decir la verdad en este sen!.ida, qüe es el Siju~ido eL_' b razon,
el q"F' I'n'~el'í:~ la. eXfll'rir''''''i" ,1 h¡'J'" I"¡H! qua ba d'ch;) (,1 ""Ül)~ L"l-,~ v .... w ,_ . .;.l' -'_ t ' ... 1 ~j V i:o, J (' iI n ...... Q 'v .... , '. ' ... ;. ~ l .\
pez, yo In pn_·do convenir, porque ciertüs düctrirLs son de ia~o Gir ..
cuns ta llci,¡ s' esto lo llamo en ;:;asteliano inco.lslJcaeBcias




DEL ULTUlO BOnllON DE ESPAÑA • 663
., 11 ' t' . I ~.


,; c.n aque ¡aS CltClInS rmcws m8 CGl::vema SUS!:;fl.ar m,}s (¡('clrmas,
y en e~ta.5 :::'l~C!H}st;tnc¡::s DW c01vieúe sostener otn1S. ',) repito que
""'.00" l.' "/< .''''n l ;,,,'" Y'}'li' 1(". rrl" ",t·'.h""lI'" "'l) é:."t '<, h"l,no, ~ode-i..ill\¡ v\~) ",'~' ,~,v¡ t,,,-,,-,,,\: {_,e, l. j I,~ ~lj...:.t..¡ ~;é,-C,;,L·al!.J.'.i¡"; '-' e,_ ft;, _~:'" ,it,..· ~: ~ >J\¡
nlendo la qw:. crdaLUns doctrina Co;}¿.;tituc¡0~al, y ,:sr¡ se ~osluvo
'¡U" ,1·,1',;·, ~c". 1'1 v,)[ 0A l'r)(1 ,,(,.~,..¡.,tn ,v no,' '"l"e' "1)(.,,,) hpq'(;" .]" S')O'U'j'
"( \... u:"" ~,~.~ ~_ .. , ~t.;, • -.{.lO,\.". _ 1 ;....,"''.~ .. '. t_ l 61 flJ .Jl 'jI..J .t,t .)J"~ _r ... \,j ." I-A_o' ,,-cb L.
;l,·,.".;'-i ri l" (lIS;;"'¡'H9 '!)(J'¡" ':'lé h~'nn.;:, de decir' qtl P Ir' ljhortad c"tá (In ¡j\ .. f!.";'Illj! ~~, \ ~ ~ .i...l.¡O_Vo t:J '1~"" .;, _.;.J ,_\ ... .1 Ii. ., .... iL ... J.il.. • .. Í- \.. -' ___ ." v
h;. publicidad y entO!1ces estaba en el secreto? Yo no h explico mas
qu.e de una manera, como he dicho antes, porqG(; ni mis rt'glas va-
rian, Di mis pr¡nL~iQif)s varian: y Dor eso me he llam:lc!o; 3,rJes hom-·


,1 ..,.


bre de principios,
. 1 - 1 ' , 1 1 1 b ;;1\ u, senores, ü" nos ,1l'j';)f):;Of:, Si yo pUU1C Uf'ar ne "sta pa ara,
M¡~d)()tar: Il'j DGS aluciDuno3 ('on ~anta heiiidad, y !Ji) n0S en vol-
vamo~ In e~a coufus:on general de tinieblas SdJfC luces, y luces 80-
¡¡-re UnibLE qne Sl~ In í.dado; proccd::iUlOS como hombres de razon,
ccmo !¿~b¡sbJore~ ck alta prUd;21icia, como individuos llamados en
t':5(il5 cil'cunst¡\[)cias crH:cJs á resolver un prnbli'mf.\ difícil y anó-
¡' 1 " '~ ,. , , Elaio, SlIi eontemrja~J()n ,i CO;]í'li,,,erG.ClOn nmguna, y yo qUIsIera que


. l ' 1'" 1 l] 1 ;-,las c;::·~;;;,:~a(,Wtle;; i:'; tS,tt','ll'rD.n :¡g;ia,ls C;';D. 0~~(l q¡:e J,ama e
..::.t.:Ilür L,~ x t:)¡tILi~~:-J~L~.~\c~~~ ~ i (·:I¡ Ll:je!0 de su~~·~.L':·~er es:) que se
;~)r~t~"\ np;;·'·,;/~n {\{!~J'!;("a f:;n ?-,¡n(~;·)h (~r-;- ::~:f-,qo ,"0r(: ~tr ~)P~¡o'{j!C() Iln


:"4 ... ;,, •• ~i·'l, '-'~. K' le';' "'c~·(_ •. ~; . 1 ._ .... ~A. .... ,- ~ .-.'1.-'--" f ():... - ti j"'~. ~ t V v


jr::rtas Cii·G~)l>.!~,;;~jlS, Ó ;J'ra pC'EUlJJS de ¡;oca exp~'riencia, pero
• , • 1 ! ' '\.I d ~ara íOS ¡,g¡S;¡J(¡Orb en este 'l.lgar, ¿'.'';, POSlli¡C qUe argumentos e


esta m1.luwl'~za, que razones de esta clase, y, si pued·, explicarme
;;;,,; ¡¡ní' ¡lr"·].,l']f>r.io'\··" C" "st·, 11 <;p' '>('1'" nu,,·lan ti"" ')' ;llfi";O ¡:;obre
' ..... '-,', ,' .. t ...... }. _t,.u,.~ {.." .... ~ t~\J,. l .. , . ...-' u. '<"~ l",V ,) t' \..-Ce '.o_(}· 1 ~J 1.,)


:lUestrl~.\ án~~no, ni SC!);~8 el ;,esrd~ado de nuestras drJib:"f<.:ciones?
,)Il',;· .. :""'¡ y~: Y·I\·H'¡!lf:·i·¡'T~'-' ~"¡';"'\1'''';' ("'10 (n,,' hr ]'!¡l>:',radc) a' mI'


...... ~ •• "J.~.1~'"" Ju ;l_'U;.""U ¿I .. .. ':'t.I...-, I.)\.¡;.},'-'.'-' ...... \..J~ .. "ií'- ~ ,_o ... ....,


1l1~,d)er¿0~ r;::~ i~ue6ticn. 11~~,1 vez no habré lr}r~sc~1tBdí1 n~ilL~tH~a idea nue~
u


,.:;¡ ~)""'" """"~1'0 }", .1,"f)~J'·,do 1~~ {,ro '" ~·o~ ,,1 7 ,1'" no~o' .... re'., que be ~; .... , t (¡i '.; t .. I,-,) 1j,~ -' ~.~v tlC,o.Jt f u luZ, ..Juu.:.e ~ tdb~-"d 1 I L·. ,v ti
, 1 . J ' .1 • l' J d' d ;lsCllO inL¡iea~;li¡ncs que cQDullC!r3n v'luc a gnrws ~'oñores, ¡puta os
ss coloqt:er. en a;¡ueila iJosici0il firme, independientt2 qlle y() tengo,
y que ¡l(J lt>lJgar; r.',3S dependencia. qUe le de su r8Z0D, á fin de tlue
podamos r\'s01ver lo que de nosol;os Gxige el bien del pais en este
asunto,


»Y !lO teníamos, señores, DO tenÍarcos respectú de esos votos la
desaprohacion de ,-!uestros comitentes.


))Del resultado de estas observaciones se ~lJfit¡re por lo dicho que
Jegaimente, j('galmente, sellores, y no hay que harersc ilusiones,
con arrrgJo á la ley esto 03 innecesario, j' yo convengo en que hasta
pi mensaje d~l Senado es innecesario, que cada euerpe d'3be discutir




664 HISTIJRIA DEL REINADO
por separado, de si lli Regencia d('be ('omponeiil~ !le uno, !n~" ó cin-
co, y despIes de discutido rennirse para votar si ha <ir ser uno,
uno, tres, cinco ó siete; y todo 10 que seac;;alir <10 este, lIopa ha ~i­
do en mi concepto fuera de propósito: pero entre tanto la lf']" "stl!
explícita, babIa de votaciones secretas, y M hay que asustar~e lit-
e~to de votaciones secretas sobre el número de hs nf':-sonas de II'JS ,
regentes; no hay pues mas que seguirlo, 51n hacer caso ni fenf:'l' t'T\
cuenta la censura que otr~s YOCeS ban sufrido 108 cuerpos co!rgisla-
dores; censnra que (de paso se~1 dicho,) nadi:~ ha tenidr) el derecho
de hacer en ciertos términ'\!'l, porq1lc rpJiero vindic'if las actos que
correspGnden á los diputados rle EPOCAS A,TEmORF:S, 'r Qí'lRRO 'Ir1\'-
DICMt LA OPI:"IIO~ de todriS, todos mis compatí€'ro!';, invio]:¡hles i'nf
sus opiniores y sus votos.


»Que esto, srñores, e~ lo r¡ne di~ponAJa ley, y qlle solo por me-
dio de ia interpretarion puede hacrrse otra cosa para lo ('n:d'~rd1
no tenernos an!orida(L Que es lo ql1e Gfrece meno>: i:¡cnnvenier;!c,
que es lo quc nos pucoe ~alvar de cierh, eri.~is; y !l'l se dif!ft, va~
liéndose dr! lengllHje vnlgaf, hnc!eoch de valiertes: rada itnpo;ta.
porque usando el misr:w lenguflje diré yo que m?fíar:<l. rJlldir,:·r,<;a-
lirnos á cala: entre t;lnt~; :,1 piiis JI) p[!~a, larllh¡¡;r¡ nne~(r·1 r,:>,i;r¡inl1;
pero en este caso lo qüG meno:; importaría ::eri:t nup"tro irJt~,>~, Pi'f--
son;),1; quien Jo pflga es la patria, esta desgraciada patria tnÜ'ai~d!\
hasta ahora por las persQ:cl1.s de to¡los los parhlos r.;:in (bdi¡;e;!;!~ ')




CAPiTULO CXL


SUMARIO.


f{)1'\(/¡/\,fl 1;'1 di~"I1(.;¡nn [',(;1' 1;'t;l uln .. d('1. ¡!l\'hll11erl ~Irl la ¡'()lli~inn ~c"lrr 1·1 nr \J) lhr '¡lI\'
fi~' ¡,fI ~l; ~f'r!:'!(1 -·tJI~ Pl'{):"':T(\:--i~!;'I'" ~ ('1 nljlilari~ru(1


L


Df'sptlPS dA eS0 rliSCllr::o ólJ autor rlel voto particular entró h (h~-,
fendfrle y enl;IJ otras cosas dijo:


nSip.nto ten?" qtW ampliar mis ohservacione'l sohre este particu-
lar, norqllc voy por un tt'rreno vj~ri()s() y reshalarlizo; p{'ro me ha.
ré firm~ lo ma;; quP. pueda. OiCA S. S., ? tiene razon, que la nacinn
10 padl'c~ria, ¿pPTO quién r-eria la Cil'JSa de que 10 padeciese? ¿fJ"ién
sBria el respol)~ahle? 1':1. congresl) ba irlo ya hasta donde no porlia
ir mas allá a~m¡¡¡endo mi voto; puesto que todavía era posihle lo
mismo que los señores s~oarlores desf'ahan, y de una manera mas
directa, ma~ invariable. ¿Y quién, cuando no se ce~iera, se pomiriR
en ppor posicioll? ¿.Quién· ~o seria ror cierto el congreso de rli-
putados.


»F.I se!'íor AC0ho, abunñando en los hueno~ sentimientns que lB
honran y (h;¡tll1iSuen, dil'A: que no teme la pllblicidad, y dice
tambien que 01) e,'l la cuestion oe tanta importancia como mnchos




666 HISTORIA DEL REINADO
la dan. PdO perdóneme S. S.: en esto !JO va de ~cuerdo c%migo.
¿Nom~¡rnr una Ri'gcncia 00 es importante? En Domllrarla va lo po-
sibl~~ 'J lo irnposible, el porvenir de los pueblos, las l;)~jcras, los
iiJtrre~i_';) eL: los c}i.smos, al entrar ó no entrar ,in,más t


'
l1 la carrera de
~as i'h~jnl',1',S, la. lilkrtad Ó esclavitud de la I1acion, el t;'iu~fo de la
nar,j'íl ':"lbr;~ los jHrlid.!)s, y el que se [,rmr) (, no i,::HJ naciollill mas
fuerte ~Ut; todos, y al cual paeden unírse los hOe}' 1:;.it;:; de bien de
todos ladüs, para el servicio públlco, pues hasta. aqLÍ ¡lO todos los


1 '1' 1 'h '-i h 1 l ' . que nan ,SC,'Vlf.G a ,a tlilClOD iln SIUO omores (te mr;n.
»Dicc el señor G,Jmez ACeDG que si tralara de h i~entra¡¡zacio!1 de


f,' ·'tr-l o \.;, t~r-tr;-tJ~llS ·),'·~r~·~~e"l·¡~ ''11 oqh¡;cidarl {'eño':'4"'-'" .\,~:,) ,:..~~ tIr'l m'~~
",J,(!,-"I ,d,""",-, lAJ', • .' '" :.' 1u. jUL'" lL ~ .,e:" ( .. ~" ," ,dl' u
J;da n';¡;e~;¡r¡a, fácil cuando hay voluntad deei;J:d~:. ;1r, llevarla á
('fi3e{o; pC"quc todo cedl~ antf3 la voJunhd d;;cidida cuaudo torna por
a~¡cnfo: r:)[' base la buena fe; cuando no h;;y, f'irvi(;ndome de 1'l
""'Ol'i", "">'\r"\~;f\'l rJi' ~ S Ch!Ct11¡Ü>: v cí¡,y,bloQ;,\(';r¡'Dí'S wHwi·.,ita" 41Ue' ~. 1)' b.o <\.~' '_ !V'~ - ..1 (J. " " Ü.' iI. '.' J '.)".011. ~i..Il\ .. ..1,_ ,..,.1,,\'j ¡.,-, cJ ,~


, " " 1 -1 l' r: :;O!¡1n!¡'n ,~' lOS pr(~:;;¡eos en e arte puelJen call1lCJ.r y conocer, y :;a.,
h"r '~11 ''':\'-'r~"n'';:1 R¡lt""'CiJ.S 7"'j(l'-' })I1P~1 () ,,'¡Jo l',l"fl l),"f ;"1"'<;, que se
...... ~ t - U. . 1 f~ 11" t"...4> 1';', t. ',~" .!~. '.' l .. " ... , ~j (,. U .I'.~ ... ,J J ! v .t ,'~ V\" ,_ -' , .... u"" _ ~


7'·r'),(";r~·'!J:'· ... l\~l{)nn[. I"o,,'¡a" i'\""'i"''l .till.,dO . .; ,C lo,",
,,11', 'liehrj pI .snfji}f Gi)meZ Acebo que se 'i<l lJi.l"ji;n10 vj('jo en
"~~"¡«00' ("j" 1,,\ ,,;,,!() di;"U~'ld(l "1 \.' rl""'" "t""í'(; -. ,1)"" ;¡ (UerZ!J. ~'·(1.H.5~ i ..... 'J J'~L ,-·tu .... -"1) Ll ,.,.~ .;._.'j(j,,-' ''''\_'''', J j.ll .. (J,..4J1 10 >..i


tL (le'tndiar á los hombres ha llegado á conc,cer que hay que des--
confié\r de ellos, porque no son tan buenos como debian ser y como
hatiD. pensado S. S.


))Si ha')tJ. abor¡; no hu llegado S. S. á conocer esta vt~rdad, me pa-
ru~e qt¡~ ba pe:odido todü el vivir. Los hombres s',n predicadores de
"f,11<Y";W,S doetrinas, teoristas, optimisfas; pero cuando se llega a
b :lr;u;tica nuedn,n mncho los latidos del corazon, y 1, s cálculos del
Ji' 011


p;rvcn¡r. Eses son los hombres; así han sido siemp¡e; así tiGD hoy
"s' lo serún en lo sucesivo. El primer hombre nos u'hó á todos á
p~'rd8t, ¿Q:¡6 buenos seremos nosotros que co~tan)cs tanto ti'3mpo
lJ'~pUCS que ~I?»


El señor Posadl Herrera entró tambien en este debate y pronun o •
cÍó un discurso de grandes proporciones; merecen llamar la aten-
c:on algunos párrafos.


(Por una especie de instinto la mayor parte de los diputados que
estDmos aquí reunidos hemos tenido conferencia.s particulares, lo cual
es rúb!ico, para resolver las dudas que por instinto tambien C()no~
cernos todos que debian ocurrir en la votacíon de la Hegencia; y en
~f.:la erínicn hemos convenido no solo los diputados, sino una gran




DEL uLTI~lO BOllnON DE ESPAÑA. 66i
parte de senadores. Esta opinion DO ha nacido dentro del uingreso;
ha nacido fuera, es justamente nacionaL Digo mas: es!u opinian era
la opinion del ministerio, DO de; actual, sino del anterior. En las
cortes de 1840 presentó el gobierno un proyecto de ley acbratürio
de ese pensamiento, y esto demuestra cuán antiguos ~O[¡ ;as dudas
que hay sobre la perfeccion de esa ley, sobre su sufidci1c:a y sobre
si comprenden todas las circunstancias y artículos qm: Súll nC·JfSa-
ríos rara poder votar en la cuestion de Regencia. ~OSG bemos
cedido cuanto se puede ceder; p,~ro cuando se qutria que cediéramDs
con perjuicio de nuestra reputacion, cuando Se exigia que nos pre-
sentásemus al público como hombres tímidos qUe n:) 32 atreven á
emitir su parecer sobre uoa cuestion tan grave; cuaud') se quería
que depositáramos nuestros votos en el secreto de una. urna, de modo
que nuestros comitentes no supiesen cuáles eran nue~tra§ opiniones,
entonces nosatros no hemos podido cule!"; pues Sel (!,(ac:dJ(l á lo mus
sagrado quo tielle el hombre, á su honor . ¿Y qué es lo q tú; se pido,
señores? ¿Se pide que la votacion sea secreta por el senado? Yo res-
peto las decisiones de un euerpo !an respetable; pero no pudo menos.
de bacer mm pregunta s(¡o¡'e este punto.


n¿Tienen los s8ñores diputado; que cs¡áu sC¡¡lauc's aqüi u\;un rno-
tivo para temer al dar su voto al pueblo? ¿Si {; ll0? ¿~o iD tienen'?
¿Pues entonces ~ qué viene ese secreto?


»)¿No es mas grande, mas noble, mas grandioso, votiH' en públi-
co y manifestar cada uno su opil1ion con independencia, COil liber-
lau, con le'llLld, .¡tiC no secretamente y á hurtadiilas C::J. UDa l!rna
donde no hay res;)Qtlsabilidad de ninguna espcc.it?


dhy (¡¡rJ. éJS(;" El l'e3lamcilto que tenemos en este cULlgresú,
, ,. 1· , 1 f 'd ~ de . ., eoncec!c a S;C·te; (,:puL\QOS ¡[J. UCl;lta oe pe ¡r VObC-iGll Cü[:llu;.il; J


yo digo: ¿quién tiene facultad, quién ¡i¿De den;cho de prh'ur h. siete
personas de 'iue pidan Gon arreglo al ;cglamcuL), que es su ley,
que la votaCiJll ~ea pública"?


»¿El reglr"ill;!J!O dd ccugreilo no es ley pa:u. nosotro'·? ¿::',; es[a~
mos obligad,}:; J. respetarla;) ¿Pude nadie privarnos dd derecho que
ella nos eOilcclk? Pues yo no r~CGnozco en nadie el derecho de pri-
varme de Uflil racultad que mG c()Dc~de el n'gíamento; ley en virtud
de la cual discuto y delibero en estos escai'ios.


»Se ba¡:¡ ponderado mucho los perjuicios que pudil'l'fm seguirse
á la cansa del pais de encontrarse en mateda tao gra,e h~s dOG opi-
uiones del congreso y del senado. p()¡'G yo hagG m;l~~ ji.lsHcia á los




668 HISTORiA DEL REINADO
:seftore:3 st~niJ.dütes; yo estoy Lien persuadido de que viendo la lon·-
géuúwidaJ. con que los diputados han prGcedido en esta cuestion;
viendo lo mucho que nosotros hemos cedido, pues hemos cedido
todo lo qUd contribuia á nuestro poder, cederán ellos tambien en
aquello que no nos mü IJOsible ceder á nosotros, porque se trataba
de nuestro decoro, de nuestrá dignidad.


») y si no cediese el senado, se ha dicho, ¿qué sucederia? Sucede-
ria que vcndríam'ls aquí los senadores y diputadosj los senadores
vo!arian coa í.trreglo a su reglamento y nosotros votaríamos con
:d.!Ttg!o al nuestro: si el sellado quiere el secreto votará ~ecretaillen­
L:; lIotíolrüs queremos la publicidad y públicamente votaremos.


)) Yo no eUCucIltro en esto inconveniente lIingullo. Podrá parecer
Uila cusa ellucanle que unos voten de un modo, y otros votemos de
otro; pero esto nada influye en el resultado, porque despues de he-
eL::::> ¡us vot:iciuncs, In Uíla pública y la otra secreta, se sumarian
!voS re;~u!!ados de am!)Os y se veria que no obtenia la mayoíÍa, que
era })ff.:j::;ameüte 10 que deseábamos. Por consiguiente el argumento
tI u~: S(~ ha. propuesto no tielle fuerza, porque en último resultado
Lit:1c élüil s,di,:i,l llana, natuml, que está eH el mismo reglamento del
5EUJ'j y dd congreso,»


Despues dt:l túdd5 C.jtdS razúnes ya se deslindaba perfectamente
que existia la mas profunda divergencia entre los que se llamaban
pdrtidarios del dogma de la soberanía nacioual, y solo procuraban
el ;'fl tronizurnien tú de una oligarq nía en que ellos figurando al frente
COi1lo) ¡~lem0:ltos dirigierall la o!Jinion y se impusieran al pueblo.


Las cúbala,:;, las intrigas se sucedían, yen los conciliiibulos se bus-
vó.;,:¡ 'td'lui,ir pur trau6accioue", una mayoría para la causa del milí-
tari3Itli qUe haLia entrado CO!IlO accidente en la revolucion y venia
tyOf fiu L hac:;f6t3 dUeño y señor del terreno.
TI~:::i del se[¡úc Ferral1dcz l)i:ieza qt:.e apoyó el voto particular de-o


lllc< haLlár d SeUv!' Madoz; pero lo hizo el serior Muñoz Bueno, á
"¡;':ltil ~ig~,¡j d wi~¡¡:5¡r'J de :,.~ (J0bemacíon, que pronunciÓ estas bre-
~r",· ,'!, b l·, ";¡,, •
• ,,;:, y ... ,t ... )) ... ".


,:.111 creiJo él gobiemv que habiendo un artículo en la Constitu-
"jIOJ dd E'3tau0 en el cual se declara que cada uno de los cuerpos
.. U:. i) {;:j JeDe hacer su reglamentó, y debiendo considerarse
,.',. L.'>:':> ~':: ¡.;~;.;to Ji.; 'as cuales el senado tomó la iniciativa como un


, .
í. '


.;.;, '. _ .. 1~ .. :~ \HI"2.l0S CU,:,!JOS reunidos, no t~nia el gobierno para
:¡. !'::"J,":. J..¡¡ taardfestar upiniones de n¡nguna especie, como




• 1 >. el J ,",. .'r ' , qUiera que M naDJa ue t<.'ner pardC¡fRClOfl ílmguU& CfH1ij¡j'.UClnnal
en la confeccion de eqas bases.


»)Habia C:.Hllra esto un precedente qi'€ no ha perdido de vista,
como era la Ly de 19 de julio de 1837, que sin embargü de haber
~;dú hecho :))f las c"rtes constituyentes ft1(~ SULciüf:::'\1::\ ¡re la eDrn'


l' .' t ' '1 't ' .' , na; pero ti; f\:lsmo w:mpo que ",~nIa a a VhJl. f'sa c¡r~nr:~:."nn) .:;'e¡a
tarrbir;:1 :iili; lo que' qucria que r;proJ:.aran UitOS CUf"V'¡:: '.< el prc~


t I" • 1 ", rl ¡ , seD e H:~."~.~·'Jl no ten~? :nf?{~eSF:~~n oc f0nC~~)n, y que ..ir ):í~ por P~1;~·t1r
ah~v_'u~:r6e. \..~~: lODJar p¿~rte en ~¡tl d:~CUS~(d] y v{Jiacinn"
))~Ü n1t~ r~a'>il{lp dr~l cqso ('n~rj-n" e(~ p"\rr1enn;-=p¡;;; .,r,)'"i:;!lP !f>'-: .-,íl'lC-


.1.. - r .~",- ..... ,"", -. '~-~~-- "..; .. < '\. • .L~ .... " l' '·t-'- j.-,,:. _,~1;


res dipUV¡IQS cf¡nocerún á 1') que hago f\!u;:;jon, ji tE'nclrá:, r:\;;;:"~nte
lo cU!Jvet:¡erlÍf; flue es mw [lel' el medio mas exnfdito CCL 3;';;:;' ':'Dsi-1 1 r l ~ t
hIe se l!cg¡l\; a! término que todo,:; df'S2aalÜs y el 3~hícrrw rUF que
IHdie. »


[/1 ~ l,,,~,,.·.z 1\íi l"""d" ":,,,·,¡c~ ,,1 Ir'ir:,,!¡'" '1.' lo:'¡ 1'" I;,! .\¡,tU .•. ·, t!,.< '.,U .(1. diS t ·, , ... 1 »".,!, .. '.1 to.' !P.' V
«S('fíorcs, yo no creo, COPIO se ha indkadr: dif¡::,j',;r. ii:·.' vece .. ei!


¡'2f1erHlda~;; lá1;idas en Si; b,!!,5r: ](;8 ;:¡r ,< fes d(; ¡!:i;r¡¡,c:~; de
la libertud no deberfamos orupan:('s de en!.':'! (1\:; de> ;¿~ L,l¡':idLd
di) ¡'oó;! ,·¡"ph l¡,.". pp"n llto \:'u'corle fH ;¡' V ~l' ni)' ~f'el(J' ti lt"S (',';.' ,~, " .•.. ~:>.,,·r'-· ',"" . 'ol jo ',,",-,J., '.-,-" ,.t'J .1.... "-'''-t ~-1.~~, J ~ ... u, '''1''.1 _~ ' ........ , 1
·.;~ri~r;r,!"l~ "l! P"'r,~ n'~ri;i")n~~""n"l;~~"\t{~ ~l {1~t;rn0 ¡q,(: j¡"'~¡n ~~nr, ,.' . , r.' d;~,iie!lto


'. -•. \' " .. '. "'"~ ~L\(.l,,-.' ~ -l' ... l ... q)i.·~n ., ... '" ~ '"'>,.' ° ~~ ,;.\., í ' ... \.~.' ...... \, ,\ j: \,. ·1 ~,"--
ro~ :'(,.f cOl11r~.ri(} ~ 1[:. f~~Ji,ciJ::~~ d(:, lns r1i~c1do~~


.'- ~


1 di(~(!.f(~ lo ql¿¿: f;~:, qüi;~~r~} pcr¡" (;5(15 ~";\::~'ü;J~:'-"
i!·.\ D1 !ne 1:-~)!~;.~:i1·;L ~ <)1.' ,:~l~ 1'~( r ~l~ ~ eo


:::' ~L'_ q:,¡r~ ;'~: ~.~F/~""\ {;',s",: '~l~:,y lGt\'ig __ :.~< 1!'"', :-)(:¡~·~d:1. '-: ;°101 qur:
; "" ~:"lj, ']i;n ~:~'j:? ~~p,:~ 1i,>~L,. Ó uO tita (:~t.L:' 1~;t.' n~:~; [Y.'fe:


1', 0. ":,1 1._L~y ~,~~~. ~L!:t,,::~ ~r qUL~ 58 ~'iui:~rf; q~h_; L~ °vot¡-ici;)r ~:>,-'a ~í~G;-e
f.. .-- "., .. ·.I(l''> ~ "".,,~ el" t'n pr"~l' L·¡··t·} (¡'c, ti" Gal'; "h ¡''''f,,'·{. :),"¡'cl¡":' ~"'''o{,\ i\\ ¡,,'t:,h ,-h,' ,. J '. ~ (At.: 1 (. l'J u b">';'-''':; ,).;,,1,,'


('1 ". '" ,.l·, lOe.' ""-,.,,l·l(l' "P ,.,.,.",.:¡f,,-.,O' ·"""··"il"n;',·,; ,¡-.le, V· "'¡¡'~"'-
r,1 -1 ',U. e ~, :' PI,;:;.]! :,". ~ ,_O ¡J:.. ¡ a.d !. . ~ ".,. l'V.l' _~! (.. ... ~}" U \. _' (~_, '-< d '<, \,~ - ;.~. ·Y ... ~ ,'j':'. ,


br:' )' el ¡le, tr;ltn d,~ d'.'st"nirlt' CE: [lJ perjuro; ei voto eL 11., pu.::!:lu:.;
~,~ ';~ .~, L'rmin;Qltu.n·"I}t cuar dijeron querian aJjun!0~ Cí¡jJ


1: r,' '. ;,';"." C(, vO" r.. .-l('ciCi¡'n,. ,,;:!(lrnos en ese caso pero ¡¡le)
, ~ ','~, 1,1" J d. ~1.,,~., lt~, ......... Lü,'-... ~o , l..


d.1 '" ; "1' ,I~t:l ();:estirH1 ds lE mg.ncra mas eonforme b. aquel voL·,
, :: <')Í') 'liput.uhs ;lcbcn c'llitir púhlk;;';.ilcnto SE \u~".


r ,.,i) I




n¡STOllfA DEL nm:-iADC


t!ara que 105 pueblf}s vean si han correspor:ñidc f{ 511 co¡;tlrnz::
»E! voto de los señores diputl},dos debe quednr p(¡b~¡camenji~ er,L-'


"'1'O'naÑo v "'~"O crue todos lO I.lUI·{ll'i'll' "'~lf. b "rflf,~"i"n ~ecrele ""' ;;'r:- l~ '., l¡Jt:; A' . J. ti \ ... "LlJ o ..... " ,(,.J a,{., ~~~,I\~)~.;' le Lt,
eonduce de ninguna manera fl ¡~sfO; y r:OUdllZCR ó pr:, DO quiero
absolutamente de ninguna mareta que ~;n voh ,¡ucrk ~i!l ;')ubiicar.
tengo en esta rarte la firmeuJ de corazon h¡)s~ar;f¡~ y siempre la ten-
dr~. sicmrrr, .. Subo á decir una eXprrSl1E. ,n::,1::; TI!(l impo}'tR e~n
que ustedes dicen ni que se irriten, Di qu':' el rnvi(;rnil' me ~¡ga {PW
uso del estilo nariamcn tario, lJOfcrue es!,",' '>F'::~' r1' h? ctn 1(1. ":«¡P(;,~ {{


., ~ ~ "


de muchas 'Jxpresiones de algunos ,.;díOl·,a;~ h" ""'.pintado ,llnff'~
"e ')hnr~ l~ n11'[J'" de ¡;;U" nr';Ul'",'1<": 'J "'n ,,1 ,j;,'; i¡l{l(r{l ('fl}(' S'<1 li~JJ
".A' U ",/ ... L, .~. ~L ~" . ~ h.. v "Al ~:L\ ..... " ,} '-,.,., r", '~,l·.'. >~~-b"''1 -' ..... Lu.


<colocado en donde deseaban han c3JDhi¡:JI0' ';shy ";",~f:(k~ 1,. nir 'O
Al 1!ég(l!' á este punto el presi.d€!~tt' in1erl';HLp:f¡ ';d dir}l~t},dn, :'
ieSpl~{~3 \0S ~jJurmulJ(}s le l}icieron eailn~


Ha:, i~ie::n pr~ en los: cUf;rpos delibl'r::: !J~C3 S0~' '[l~ i)0 "l1."kkr
sufrir las verdades en toda su desnud~l, :' ~.l ,'st'):eh:! 1;::", frn"CS nf i
díplltí'!,do 1'i'pnbJicano, sJ mínistrf) de E~!(,f~i) y:l~efj;:l" S1l')('hrz ~ih'f:.
(fUI> ero ministerial de rmra sangre, B8 ,iinr'~'n n();-f)filr,dído:~ f"lir'()"


, Jt l...... ~


pil
'
"dr; que r;l decor'j del ei)ngres;~' tamr;~;p 1,~ nd2 "',:1
El r-;f?·ñor Diez tarnbif!rl se ü:-eyó of~~rJd~<~"~ ~f t~:-.t-¡t. ~/. b \ ~Y~~'~i? .. ~fr~,"


mnda diciéndole «que él rra muy lih'~"(11 y :j,n'H"í~ dE: F:U !I~itr¡a y
vic,:'presidente de !a Tertulia patriótica d~ Val,!::",dolid )~




(~\\'~,.d:' !'1·¡~I)";~\t·l:ti·'l' -.,rd,rr :1' .... ;n'f\~l'('>':()': (PHI 1;1 idl';J ¡'('\p[Ui.;¡nnar¡;' h;l1,t'~l¡dtl ·~a, l··J1~
d~.) "li I:'''r'::~::! d!,,,d,! ¡:.: ¡ 2,-¡,n~ ¡·('iU,'¡_·¡í}ll~lrio...;. pI mi!iíal'i:-:mo y 1()~ l~r~.)~~:¡,,,,,~ ... í 1"
¡"lL dl!,-¡'w, :11'" ,!\¡l' ti:; i!'C'lif.lz;utn el: .. I! "Hrni,lt_I.-E! dO~·lrin:Jr: .. n.:¡ '\


-, , . -. . I 'j ¡.
!.J.j,,..),, "jUS c,:q)I\\H ~;b CGUSlltUCHiml. , y vS Ulversos ora-
u(jiCS ¡udlA'..~s;arOL ~.'::~ L'vj¡~.3 mas &hsurdas de la doctrina Que tc-




lliu t,Ui u¡;ó::lUlt:;:i á JO;-; Guiz.:t, 'fhlers,y la famosa éscuela que tU
Fwucú; ~'i:'il;C; ¡11 v;, :.;~ .jrd6D. y cHsfrazando la monal quía cons.,
~;tU!:.i.Li¡d, i:';.~ Ul"¿.',,,flFÚ qUe JO tiene vida pr0pia CúIl los útrlbu-


, l" I - IJ ' 1
,\/;:; ae. t;éé'í~;;iLiLIJ(i, ';;:1. IL;)"ürquía que qUlsre evar sus rayas a a
,.1", " ... 1.; (' :" ," 1, '. ".' '"' ~ 1 r' 'dad \·,~¡t:Ju ,!L: ,,) ¡rllWltcl iJU'"ít.:lh.,ti ::oc, Odgcü eil la ulvml •


bu 1(,", ¡ú·'2f.lSd Se y-,i¡tilulh ¡ambleo la CUGstiOD política; pero su--
jeta á ¡ij(~::;OS trabas la v\::,luf!tad de! escritor, aunque embozada. pu-
Jla. L~CJ. .. ;,_:(,u aIDuDo:; FLH:tOiJ y flroclamar ciertas verdacles.


La lt'\-\¡íÜe1Ut:\, CGw(¡ hC[HOS dicho, quedó sujeta al tapricho del
iiliil(nji:-,íwJ que St.l haLia hecho su aliado; y nadie podia prever á
dónde nos conduciria la. oligarquía fiue S~ entronizaba tomando eú-,




672
¡on(;,~S V;,]' jn~!rumentr- y principal agente al €/'[;(;",1 Espurf,,)\1.


Este a!e(!;)zó ei título de pacificador, y por su eO[lduct;! duante
lr¡s {¡ltil:"t(,S :-\ños (le la gUC:Tl¡ lw.bi:=:. pas:ldü de se,vid,,' fid de /!;,.,
2'f'bif"iW:: d(' h, ¡~eJ]o f':OlJ ,~,t,", rcbrrj(i f-. fJ'~~'lf"j:"\"'la (It' CI'r¡Q"('r¡ .• 1",i"'¡lÍ(' c·J I _ '--. .... ,.! a _ . .ivj: .• ~.",,,,,, t, -,-'.1.'- _,¡.~ ~ . ,_~o,A ... ,
?¡g-'~ ,. ~i; ~ J : .1 ~ ;', t (;:: -i~~u~' . 1 <~T! ~:.: ~


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,¡.)lern ';j que ü,:,erecc, SI no es!u apOYUl'l) en ese pniJClpiG, l;i nm )re
di' W3 J¡"aí'l'on j ~ •• f' ~..J •


S,; [¡¡,.Hcho y repetido que los puebl¡Js tienen siempre tI gobi~r-
.t;~J qUe L~':;f~::Ci..:n, é~ 1\, ~UL C¿ :._. ¡~~,,-:ruu, liu(: CUL~:;I!,.~ lC.i;; iJ::'~:: ~ '~(:~',
'0",rIavl.;~:~ '~;:~ ~:vr'1he (,;:_~ ~a ll!¿¡'y, .. ,~':;:'" l!'~' 2, .... ) t .!:~chl' ~.~ JAU ~. !;~ " .l'
;';('nc,;'~ rJi-' :>:ti ''''-\r';';i'T'Ull',J",t1' El}. 1'1':"·: n.-,:" ;~(,.¡ .. , ",~ ~(-'~
"-,0"'- !ih .-,,,, ... pu "-'.~u .. ~lll. Á....; .. "' ......... ...., !.~ •• ,v, ~~.,lJ.'>'-.
d, ,'"",1,'" ;'1" L" ".,,~!;¡ ..• '1' ,"l, "~c. " e:, ", , 1 ,~t. ~tr, .. ~i" '" H": >J,c.lü..;' .. l.,UJ CJU. Uj/I....J lJ.~d~" ~ .. ..,:.~~,-:.. I
af1titlll!:~: ). hO,ilDfe qU\.; rC~;Cúi)C''';¡l ;+0


"' . ' f ~~ ;J:-' ~ "


:u~s filis.:"ú::f.S dó que él ~e ~';a:I~~ ~:;';~~~:~:-';1 Lb ~0u2(gUld~-; c:·,\:.l·:~~(~:l:
que. exi J la lbGtddaJ, y Dú f; ¿1¡~in,-,i.;;:~c á ~¿j, ~.~I\1,1 ~:~!1;:~~, qUt


I .., 1'" o.ro qUl~¡a L:lpoher1e: :es un ser dure,
POlO :~i:j I'J"S j"iti.;:] de"I"'< {'("l;" :¡ ,ct, • ,'iJr-escni~;


JI. ,,;;.. "," >Ovo ..)¡-u; ... v 1--Oj ·,-,,-~,J"L ~i -.<11., J '.1
l,cIig:'D~ que eran los iLSt¡UúlC~:. ;~: agt;nh.~ j[; In.s fUf~"" :':<~ v;v;~ .. ' rL.:




Dl\!.. GLTlUO BORBON D"b UWAÑA. '373


lIL


(';'H2:3j~;;~~ó ;'~nI¡ SGh::" ,~:1fe á la (>~ltEL'~d h·t'~J t;~~ : ~~~;.¡
c~ ~;r:t·:.!¿:;:~~·;>:Z} ei'(~:;G que se :JespürtnLa hócL;. :.-:~ .-: j,;:".I: ~~ t' 1,·


;\ '\"'l . (;'-;'. r~::.r1idE~~",~, ':n~f ¡ .~- nró f:l }) ,- 'j .~~ {, (", Y\'f


t;a '·:~\'e1~~:..)¡:·~!~ ::egui3. su c~]r:~~.:; el Genfin~Ícr;~{) ,~ .. _ :;!!.,.;~ ... _r.y:. k
HflUando hs: ¡"j"I'!lrer."I'a¡; v,..l ~e·-·r.v!'"·",, 1,> ,- .. ,.):, ,1," f','" Ir¡ 5 {~>.r .tU .. "", LI L.,..; t...J, ... ' '<.A>l 1 H':,} ;> • .,:., ¡.j',.,' ~¡,;.. ~ ;~J "~o .3'.", ~
<r 1~:'~ :~~~c' t-:ioi', i\J ~r()n~)J lOS D'i,~.nt:.:r;pd~r·,:'s d{_~ ~':.! f " :; dr :> t ~ r~ '~~
!t( !':~~:~ ~;l r<~;-';·.: ?'~~gr:]j~?, ¡\~:'rr h}~: (.!~ ::~H ~"r ~ , 1 ."~


. '1' I " 1 l' 1 • ¡ , , . 1 1 ! PlntU He (fJll.ell¡pOfizaCHJ[: que úe!i!!.F,üH y :H1J';r(~l>(11'11 ¡, n¡-¡,U
smSí110,


Dd)ióse á esto sin duda la prolnngaclon 00 aq,li-lla gUU'f8. da"
f:.tnte la cual pelearon por el derecho divínü aquelk\s que nw,;?, inle"
resados estabél,!} en el triunfo de la revol ncioD; aqncl!os en e. '.
t1ud"rps v ;' ,,:~,,; ;'l'n"c~ '~,~ h:-- !Jpbf¡ n ,''!''')! [lrl á "'1';0j1'¡:; r,o", Lo f 71,1 (¡.li' ·tJ ~" - "J,,~ >l • '·~· •• V •• -u "J ~ .. ¡ ... u .. u." _ ~lf.~..J' 'I.·T~~_'_·'_ ';..'< ',,- •. ' " l~ ~_,.,
movimiento reformador.


y bé aquí que aun cuando sea eierto el prioci¡ ck il'" ; ,1 ¡-.(I
hios están siempre sometidos al gobierlHi qlJ;~ mereU:ii, p¡Í\~~,fJ qt'
fi~spetan á quien los manda, hállase, sin embug¡\' UiEl ';¡'nlm,L:ci:)i¡.
cuando se observa que los indomabks hijos de li:lf~ prrJVin:";L: V;:;\,:-
cas, cuya cODstitucion es en el foudo dem8crática) por !N,~; qur: apa·
rezcan en fjUS fueros ciertos hábitDS pcrlnrbdore::: qUE f:{ab1¡ C'l1
jerarquías y razas allí donde solf) debe habpr cju(hda!F'~ l1hms.
llar; sido durante siete años instrumento del fa[:át~co dun C:H!;..'
p1m mantener en sus débiles ¡nauos el ver;:~oDZüSG cetr:;J ] \.Ls¡;o
tismo.




614 mSTORIA DEL SEINADO


IV.


Lo.~ lJ(¡mbres del liberalismo al tropezar con ciertos incoEver:ien-·
tes 0reyeron que transigiendo y dtbilítllndo el pr!i'cipio de la Sí-
:,'!~ranb naclonaL limitando en eíerlas dases Jos de¡ echos, y otor-
(:ó.ndoles á otras el ejercicio del gobierno se evifarian los escoltos, y
aceptaron por esto las carlas (¡tc,rga~as Ó sra el Est;~tuto, y la C{)n~-·
titucion del 37; lambien hubo una wrgonzl\sa concfsÍor. con.. lr~
principios doctrinaríCos, una alJilicHcior! de !a I;:,h;;-unía nR(~ional que
debía dar !1or resultado los r.busos de! m~)(knllltismo. el alclBlr!i¿,¡ú¡


J , .,


Jel poder de los homhrcs libres y el despotisfÚQ disfrazado con ,:,1
nombr\' ciJnstitucLmal.


Al notar- [;::;rrwjantes transgr::~"k,!}c~: del (lacio, los que se dijeron
deb!~r:r~" ¡fr,l derecho dchirron L¡imlW; á la rcvo1pciGn p<1rn. dl'ja'
tr¡"V',(cl"¡p PI) 0]-'"Qh;tn la ¡.lec¡ l.' na.;;!¡",>¡- ~{,'¡';';'nl"rlll' {\ lns (me ,,:


• ,-·'-1·(·,~", ',l. L •. "' .•• '." J _.~, l., J ..... 'ü,J", ~_ ,~'t,...,~ ¡'t t. '" 1.. '1 ,."
- .' - .. l' ~ I ," ) 1 -l l'
:;:>"'1(1,1> ;¡l'u:·Ui";to e:'\p,(¡ln r al pue¡)!O, rri,~n!n~ ('l'¡(i'¡,8 y !.,c'grar. 3.n--
~1(,¡1(~,.


Prrc\ f!c[rnir:ns nor la (]¡rr'¡f{llJ.ía illilil;,¡ el [¡í'l'O r;urr!1í rn ni,'_ "
j o 1 J " ~. h


fo1't"ar(},~ "::n terno do la nifiQ, (H¡e lo (;cuLah:~ el vadn, dci¡ando i:i!
.. .


¡M los nhnSi:S t':Ic!OS, y aquella Constitnclon cnS('S defeCIf\5 se reyo·
¡aban al diseutirse la Regencia: CnrtiO ller(\n~;, visto ya y varnos \¡ wr
,'r; ](\ \11"-\ f"IL\ aun. prorilllC' ([¡¡('1"onv,;;:; (L:j-\l.;· Cfl:'~i~::ngcto !'¡ne ln~;
~ '. ~ lo. • .......


¡1{Jri:I)~CS fllH' se Ih.maban apostoles Gel j-nogr'·:'ü, UC:0S por ¡(¡fpez:; ..
_,¡"nl:. lv,r ,-·;nrhll'?: v 11'(w·pu·"j'hrf alO'uT'r¡·;; c~ ~r chli~pio d,-~ro rlr ;Yif'--


." -'." •• : '_ ,l{'_ "~"""""~ - o rC. ;,\ ..... \, ,~, <-- <.-
" • , - . ,. l' 1 1 f 1 t ' J I r~r~~!: !(:{l7(pnna.~ :.~rnnle~nDe~ 'z r!va'~~laLesi n" {li'C'(~ ~j. f;U;~~ (J~npre;~.
n[;l;garnn ;'1 ,'uehín á relll1!icinr á Sil ílert'cho, y ecasionaroG pe!·
. ••• ¡ 'j'\ I 1 1 á' .
. 11l!CWS Innle0SO~ '1 ¡íi ]{)or[;u, preparanlO el terreno la rcaCClon y
,'hr]rnrl(l:a nurrta á las }1pos!asías qne han manclw.do en estu; úl.-
'ln';(1S liemn08 tantas reputaciones.


v.


Pr('trrdUnJ que El pueblo 8s[ab ftt.rasR~o para "n!rnr en :il. virla
n(díti(ln: q'l(' lo," homhres se hallahan en tal es!aJo de cnrrupc-ioD.,
111(\ DI) ('ra ;:Tudente anliear r.quí todos los principios: de libnfac¡
COf,cfl'Hend0 rlm'pchos á la masa que no .":\bria eierrf,rl:.~, Y lo,;:: VI'')·




DEL uLTnro nOlUlON DK ESPAÑA. 6'7Q
, 'd c' \' , llena por un peJazo .(; pan. 0:1 semejante excusa C¡l.JrHHi ws reac-


cionarios el senti!llieuto absolutista, el carácter despÓtico de que se
hallaha:} dominados, y los progresistas contribuiun á mantener yjva
semejante idea y alejado el pais, el veídadero país, de la vida polí-
tica; para vincular en ciertas ciases el derecho eleclüral porque pa-
gaban mas Ó nh~nos cantidad al fi:::;L:o,


LlatúáLase dogma érróneo el principio de la súbennía ilimlt;¡da
de la~ masas, por SUpUilCl que falial¡(l en el obren) la iw;;trucciolJ
suncienl,_~ para decidir ULereu (le sus intereses.


y se iltorgdLa si deredlO de elegir repl'i~sentanl:;s al que ro~eia
ü¡J ó cual cadidad en Li~nes muebles ó ínmueLles, que pudian def~
"pareCt'r en el momeüt0 mismo que: ejercitaba su derecho, dejándole
redueido al papul de p,:¡ria una tel.};pestad, un incendio, una epizoo
lia que le ~l'lcbalase el UilllO Ó el c~rdo en que se fundaba sI título
de su derecho; soberbia manera de discurrir. Por lo demás, al que
pagaba no se le exigia garantía de capacidad.


Si soll) á la inteligencia hubieran otorgadú el derecho, lndriau
hallar ulgUlla diEculpa á sus errores; pero preteuder que el C[~i;i~
" ,., ,).,0 o o J ., 1 ' • t lcil !1l.:J¡::l, IHiCe! UlS tlDgUir UKJor as neCeSHi<\OCS, y que :8 ( s,¡ge J¡


ü;j0C'adü hoy en (;ondiciGíles Je trabajo sin mf~¡J¡l'S d~; \'i yir 1 p,;cb
maí1ana, simplemente; pOHluC hubiese h~redauo Ó la lGlc¡i8. 10 hu-
bie"c favorecido, hallars~ en conJicieues Jo e!cgir y ser elegido, de
ioJillaf parle ;:;0 los debates constituciúnales, era ciertamente el ab·"
~urdo mas completo y la úbcrracion mas extraña que pudiera con-
tebil'se.


Los hombrl~s que han pretendido aplicar en España el doctriDa~·
rismo, sostenían qUe la !liMa, la generalidad, no portia tomar parte
al el gobierno porque ¡as sociedades no son otra cosa que agrupa~
Gíones que forruull Ull todo en el cual existe la parte ilustrada qU0
turma la i0übeB y deLe legir, y el resto forma el trOD(;O y las ex~·
iremidades que deben (·bedecer á la inteligencia.


Tau i:.iDsunla teoría 110. dado márgcH á ese monopolio injusto qUl~
qui:.:re c!ernizarse, cOCÜ si ~.W protestaran evidentemente contra ét
;v5 mil ejt3:!lplos que un dia y otro vh~nen á echar por tierra la ab-o
SUit!d ¿ inicua vanid¡¡d dE: ciertas gentes,




HISTORIA DEi.. nEI~ADO


Vi.


n~lbbi: d·:; clase;, G[': juarquÍas, como seh&blaba en otros tiem-
VJ~ 1.1:: 1 he diyiuG vinculado en una familia de las razas em-
o ¡ " l • ' 't 1 1 1 "1 . 1 U:'U,('Ciü;:,; qUE.: uCüil:J: sorne erse io\ yugo (e ,as razas pnv! egl8( as.


En vano han ohselTdo qn¡~ la f'dl!eacion se ('xfiendr por tedas
f ~" ' . d l' , 1 '1' par.es, que SOL .sus~ep¡!Gl(,¡3 lo' i.iS .OS s;;res (le !'.Yantar su. mte.lgcn-


cl[l ¿, 1:1 "ü1npfCDsion de la verdad.
V¡i:W la cienet¡:. ha venido CrllJ10 antorcha Ium;nosa á disípar
j~;:;<,; .;";'.';';';;' e"; eq"" iYl\rn· i., 11" ,'!jU"¡'I'I'lud .... "'., t .. " .• ~, ...... ~,(¡v ,_. ¡:...t\.' 0\';. lll:.e,¡ (; ~1... •


T:)(lp'yío. cxis(;:n ci'g,¡s mas ciegns aun que aquellos á quienc5 Sf.
llama lúhe ign()"(,nte y u¡;;queroso j qU0 se ofusca enh: los rayos


_l¡iL::,} verdad y 3e u¡eg~1n á la evidencia y recJ¡az~n
, ,.. , f d ..1
,as '. Y·()'(·I(';¡¡'~:, i,l.V;:,arIܧ, para ormr.f un ver anero ser, p,,;ro ¡JU
r,·'.',,' ... ;( ..•. ,.,,1'( r"H.";"-<-' (1.,.r-"'lr 1t ) V llenn de ";tal¡'da rJ lcl p 1" ;',-C: l.~: 'l.i'·>·~~[',/-:".; l~'~,,- P~l.:V.1LLh.::L:lt al\.g.~iJ l' t :ALl~ J J u .. J .e..1 {'1 \J ~t·~ ... n.


; < ;,;i~ ,: .:>·t:.·¡.(~, ~!o:"~~1:',~ ;~¡Ul? SP (~!:en;3¡1~;aC eD. todos JCIS jfj~
J' • JI' U!. Vlf.. Uf" 'i ~u,: i~X ((,nO tí tu yen,


Hau preteuditL; fli¡nCar In que Baruan igualdad ante la ley, púr-
utopistas si0~lpro, los doctrinarios acceden siempre en 10 que
;'::n:¡~;S difíeíl de Rf'lieaci(tn, La igualdad ante la ley no ha dejado de
'~";r :a C:';;3B.graeinn de la hjusticia, pnrqne la riqueza, la inteligeH-
d:~ ... cin--/( iJnL; lels t.~'¡ "1C>I,, d,. !,,·(,·u,-ln t~~()t".~.to" 11 r'! "nIT;' ,¡


-. ~~.1..;1 ' ..... \_ .. "' .. ): ,_l·~" 1"'.1. \............ .L, J -,,' l 'v .. ..} 1, ~ "
. ' l I "d' . '1 D'''' 1 t iLl'~l:r'! f~l .. '.tr: f').~ f"¡ir,~C'l¡(S;! ' ..... ¡'l' qtl{~' l\[':,' h!:'lnr~ r:.sfllCl¡-~ _)0) \"l~;(laL ~~l'll"l~f~
'bL '_ v ~~'. l.~ \J' ~ , ... , " ~ ' .......... v, \..- V U-.: ~~,'Jl""'.' ..... 1. .t_~ u(j ....... Vl.'7 ,- ~ '.


, . ¡ ,p '1 .. ,- , 'l' .'
,t; i!": ... ¡ ';!C-t"~ (p' l ('ir ¡" f' il' 'id¡fl" v "av' ni '''{f)e! le" ¡,'" "na o,': r


•• , •• " ", -'- \.",. J .J:"",'. 't .r... 'J.J ;t v v~ t-'t t .. 1,-,.1 "'-, .. ~


,¡¡DS nu'.) b ral;, 'e é:·;¡~ia. aUi: cChndo el dCI\::ch0 le favorezca.
J .


Nr¡ p¡\·,;"nfk,;.~. l¡Ür esto manchar h~ tog[~ ni acusar á la Dlagis-
(¡'¡:inr,·; .~in ]{:s '¡CiOf; de esta y slilo por las ambiguedadiOs lélli:;-
':rosas de la ley, que está hecha sin la parUcipackn de todos :;,8 in-
¡'3:'t'~if:;~ scir\!es, porque se priva del derecho ti los seres para dar a
:a dirfccioo social el i c1DuIso con ven ¡en (o, solo por esta circan;ó.tan-
cia podría suceder, y su;ede á men udo, q Ut quedase !ndefcu:~o ·:·l dE:~'
¡~eh() y ía jusl:cia hollada, .


Vil.


El, f~i:'mp¡o admirable de esa sociedad que se ha lev¿EitBd:, z¡




DEL HTnlO BOnnO:\ DE ESPA~.L 677
,j~c; :nrh (~.: !os maces, conquistando en bri'vl's años su iüdep.,;nden-
ci;¡ y la lilicr-!¡;.d pam IGdos SU:i hij)s indistintamente , no La bastado
par~. ba:;er ca\;r la v:::nda d' lo:; ojos, ni ha d2mostradü á los que
h:nFn int"'h: (In ·J;¡li3f la verdad que ;:;,)l;Ó id hO:J de su derrota
) que D() ¡¡'!'cJ [t;{'J¡i)S l!Jpr01ongar por mucho tiempo su iDl1ucncia
p", 103 d:sií~10:J d·~ la:; naciones.


B:lsc:.tin e~l bald¿ diL:l\:!1chs, llltenl:l!'ilO aeudir á los siJfisrnas
I 'll 1 ,. • d . . pua L<¡~:~.[)3t:',~r que DC) es P:jsw¡;J iU apllcacwn ' e uu rmsmo slste-


, j' t" . .• .• j' ma en (L3 ( 1:: ,::-;,.33 Pd;;':;', }!V ql~e e:-:o Sella Ho'gar ia Ulllda( huwa-
'L ,. 1 l. . • , '. , , ;;:~, y C;¡.:s 'an plC:eU(!l1) IldCCT UD W(¡~a8 UillLrLue al CUll se su-


j";;"!'U' ." I ,j ~' ¡1"._. (',~¡r') '\j"'ar'I"-¡lj>'1; _l.ll ti ~ _IU:~ .. '; U"-" t;¡'-b'!).lI L \,' t. ~ v_.o
Ellos tF': Íld;; Jegis::dü p~teDJli2,"d) süjdur á lioa cienci:J,la ra-


l.n, S¡');i,:_:({:r á l'(\glam;'nt;;s á mmor,t~" J~ i;¡;Jiviuuos creando arbi-
i,rariam2¡,k y ¡)o1' el hecho del nacimiento, jerarquí¡l.s, c¡a~es y
C¿tS(M, CUil.:Jdl á i~;jd<l i:lüill:':.tú 3ilrgi('t 13 ¡.¡'oLst.l viva que Be levan-


¡ 1 " i' l' ~ . f' • ,. , t;1,a • C; ¡el" tC¡ ,¡ses que e:lOS ¡.HUa ¡I{j(; llJlefl:)l'e~, e' geiJlO p~jllerOSO
que DO l'uieüdo aL¡~ rlo el t;amiuo inirol1uci:l la perturbdcion y traía
b gUíJ'ra, y se JescGliJpJni-:ic el üquiLbrio r "e alter¡\b2 el óruen falo
,;. ,,¡, k" .! 'A'" '':' i'¡ '-"'('''1 ¡~\ ~,'> il la>; éiOI'iechd'"¡;-
... L ~ j \-'_ ',U_ ' .. nL.l •. ~ \}. í.t L ......... -' '~cA ",u.


La ilil?,'"iü. S:Ü '~i}lb;.l.¡g\¡, L {(:rolucio' .. iokiuüa por Lutero para
unancif!i~" t'l I':Ct intimo, la cODc1eneia, la l'{'voll1cíon francesn. COlli-
p¡~tal1J:) id ref ¡\"ma han hech\) imposible (,S'~ :i¡stema en que el sobe·
rano se hacia respetar aunque fuese un mentecato cumo Carlos 11, un
illalvado como Felipe Ji, ó un ~er débil como Luis XVI ó Carlos IV.


Tampoc·) SO!] posihles 19s oligarquías, el dominio de las masas
P'}f unos tuant:y priv¡legi;lli.js, p"rque én el siglo XIX ha llegado la
luz ~ todas palks, y la elec¡ricidad y pi vupor Leo.!} v['r:ido á allegar
~A:}s los imposibles que tf-:Dian L,rjado:l Jos explo!adcres para con-
tinuar c" Sil tarea 0'3 embaucar y haCer Si!)fVOS á lo<.; puebLs.


E! ej"mpl:,'\ de 105 E~tadiJs-rnidos e: 1t::tllu, plrs, puro IJjjS ar~u-
cia<; que se i ;iVen teo, con tradi~~(:~nn formal; [l.' I .úfd ¡ I d· ¡ robar
que bs ciu:ladanos de aqusi ten;t: fU!:l~,::; "'~lS (, ¡:;:.~ :; HJ~-
i.ruidos, du distinta ('(l!l(h:iün, ;:dl.",de¿\¡ 1\: ~'-. q ." :u~ d_
la~ nt"a" p"rt'~ (l"ll'-l'lll",~,,\ Y h-'i":'.r .. .o ,,',1- 1;,,:, )':; L',;:,::-'.::.l¡·;d{' ,>1¡ J :-; ti i '-- o, '<IJ ~ ....... .L.-t Ij •. t:.".,¡ -'ot ... L: .'. ,1 _;. d. J_,-,," ~"Y v<~ ...
m~Jio tIc la guerra, y ha 1'0S1]-:'[\, pT fi: l"li.\~ 10, l'i ,!. Pl.l;; l~:"
slrrol!á!lthse ~¡a+\ abo~¡r:'l ir/,in' ',',' '_l '1" _'-, :;:¡ ri¡'gra
.~" hacia.




CAPÍTULO X CUt


sur~lARJO.


D ,-,ll¡lid~\d Jt' iD 11~t1:\n,'l'¡ ¡~j(\srj.'~'¡:--!;l p .. ll'l: ~'Ol;~:~irf.'~·l;ll !'1 ,~ ",~l~;~ l . ." .'r.~-· HiT-l"
f~r¡ta f¡'wtica dt·lu .... IlHHI('rndu..:, ;. pt'qUpní~'< ~} ]Jtt!,~Ii"I_'''; :;{~ud~!,(l~ jli ::1",(~~. -.\hn-
-o, c]nir¡!i¡"


Los hombms qUe iban apareciendo ';[1 la ¡~Eiei;¡j¡ .. p)H~ir:~;, los CJ.':'
habían en trado en las cortes, no S2; hall(¡,biti d0 :~((h;? (L~ cartwrcr
enérgic,: :!,¡e pOJÍi1 IJaDe!' cüutran:stadú lG5 pl:m~:: d ;'. ~~l;g"r¡¡
militar que Gt outronizaha.
HE"nr,~' ";S~,) co' ''':. <!¡> PI'",lYlj"rj' c' ;;{m'l~!' e/'" ,', ~('; ',:,,;,cc ,-,~ Y,."), ",-,1.1,-".J \fj d tu., .. Ü"" ... 't.u ~ ·1 L..i ... l.H~;'~.v', VLJ1\_" '-'o. !.._\·L.'E!~~l.1 ~!.'~l.


nramie:;\;s par~ [OIí.ijar wayorb eul /!OC, J ;;[;::. ¡',ij' ::d¡j~ S"~,:;,,
q"c l', \."1, \'1--;", "~;",:",;.,, ro, h'F""~'c". "",.,;;:('.,1"", "'"'1''' r''l:t'''' :"; ~: ",c l>_, ~_w ... !.h.~.¡>..! ivu'.slv\. .. n .. ;} ~\.. lJu,jv._~1JL\.!.-,i; f .. \LU ... ",-:-.~ t . ,..".) .i,·I,':, <l , ... .,1 ¡¡1 ,_t
~r¡unb (L 1.:;5 T~(' lL,.:,,;, v ;~\¡'iom;:;tida ~.U [i<df\L'.ét :' ::n Y'2ft! ¡¡',le
lo" ,-l't' '<;i'~ '_' \~.::. ~ í ' ...... ;:) ~
Il"\'~' ~--:. 1" R·.) ~" .'~ - " .... , ·1 ,,''1';'' ~\enl, ;.¿l·-'lr·~ (~r.· .,~e. __ ,p )1'=(1" (")'~'


- (lP'~\U,"L ik v6~:-·Ld...J¡{J, l:iJl a~ .... t.(j¡_.illb .L..lU e'vIt. t ':.: .J.,~ ... :j~.'¡ j! ,!( ;:} H:..'., .....
t' , , ' . ~ .- , I 1[' 1 lelas, y no se mUlli'UUü l;C' ama,!li!r una mllyO[l(,\ que vOlase {OC!,~
menL: la Hq~JtLC¡ú li.lka y (;;,n1O fegente á Espari,cro,


Hubo por cntonees, cn:\¡fi h('Wíj$ indicad:), quien cee Vr\hr bi;~_
tan te ,wL'LsfMü 'i\:~ E:ii:t:k;,¡ LU ddJia, ni pülli¡;, ser lldnbrado
regn,'l'i¡' .'.~"_':' ,i,',''''; j~.,:,,',,',., ,: ,,' ,;,' n,~liJ'·~.h:\ d"' ':!'''''''''J'O'''( 't','-"l"hn v v _. _ ~_ u .... __.. t' .1' .i, ; '.)'J ",1" ... ~ ;,AoSJ'VI \,' ~','}I·~~t.~-'_J 'J: 1\ .... 0-<.'-<
ID!:;,,., l¡la;;·:,', l",::!:' i',-, ! ',' j,', , ., .,; :1, 1'11« "u'''''"c .r!,\ 1--, '",~- 'J \1/\ H~__ ~ ____ v '-'_ .... I.J ¡ '--'_,~: 'iJ'., v p el lth.~ 1..·n~ ,,\l,. ~ •. í ¡,.:




DEL GLTDlO BORIlON DE ESPA~ ~. 679


. ,


"ef..~:; ~",;.; ... ~Í.u:.:,1L "-1':,~~~~~
o' ,


JLsti;j::~ .i(~ t~t~jtL, ?,!< r'irJ ~_."{}!),. c.r~lic~('.i;Js, hubiese


~,' l..,; ,


m.


ti ". >; ir ;y\r.·hr;í)-l~l, ' q lIó bUED terreno y propicia la opinion de
":~;nfi:"":, ;¡' \ -'n°C'~ ."""" "~'!{'" ;:1 ·irpnl1.r~'~,,(l 1'1 :'¡lZt"fLI'nr.1to y 1 . "<-." -~) ,l.l l-~ i~''''' I:J".' ".~.- - ,", J ... U \..,1.1 ,


"n l(;~ 1;;"",(::;" .. :( ",<; ,,1 1 ,[ir-:n~;,n·,i¡,; ',"J" hrjl;i~)anJ "·l"I!'tdi¡~ has-,~ ~ \.,. •• , T 4' , _.~ ". j '. ",- \~"' J.-, '-"-". t ..... : : ...... , ,,) , • - {J .", J,. • .~, 1" ,~ .-"':"" .<.~
; nI,' .. ~ "n !i.é': n,j ~01.\i .. _,,¡-;:,,: '\~'''' ,."li!i"'ó'l" p1 f.!or;','ld', al "rl'


",:" e' •. _ •• _ ., _ ._. __ _ i {t".~ ~:t .•. ,:_ ... ,' .... ! , .... i.VI!...i. ~ \_, e v -
"-'J"[ ;');,:"I¡',-0 ,k ! ,.;! r'I¡lrc,\,;"lp~':'n b 1,,1' Í:!!,",':jl,,.'nf!l,!
., .. 1·" -',,' .... ,. -")'j .. \> 'A ~~\~/....-l ¡':t.._ J ...l, •• ~.1\~.~ ' .... 1· ",l·


E::<:l:'!i r: (1" la G,)bS.<D'l~ic;J llaUa. clurlirJa hábilmente la/Jues-
"r,ll ;,:.t;·",.,:'·r~(l;, ""',,. 1'1;; en,--.;), ']-,;"'': (,Il" -;;,; :-lf)('i:,¡') (·;'Illl}']'II';:(l"" por la
•.. ~ ........ ~ ': .. ~ 'o,,, '".' \ ..... ::J"...,11- ,.,..1 /1 ' ........ ' .'-] ...... \; LJ'.., '.-!._'v' .. ·.· .-..)I,J, , •. J; •. -1.1, .... ,,"1
n¡):"y('.nc·') .·;1·("pi ... i~1~"nl
'-L·-,t; .... ·u I~", ~.!\y~.,,· ....... f~t,'!4


1; 1 :' d;:;:~ ,,¡-¡ "r, '.' ,.1" ",,,¡l;!· 1 '1 ~ f'" ~ c, ,".';1 ('Ir""" i d p 1 ('S (l¡'la ni d 'llll)"es de
..• J,,~ ... '_U'~'j '._ ~'.~, ".'._ !JJ"'1)J .... ((, .~,_'\.j., •• ~".,.,~;. ;'.' l.UUJ "'''-'' , ...... ~.... TI I (J. .• 1


l.-,c: 1; "n'-;' ,~, l""'n~CI'I',,,rlo-,i;' ",~{. )::; 1(", lA e'l"l ~ptl""df'¡¡ r'n JlI
.. -' tI UH" • .J¡ ',_'\'. j')''; .~' .... :J. .. ~:.I,.¡.j.,l ,lt",l ..... :L ~'" 1~'J, '.; _1"... H, n .lU'~ _~ ... 't,} '<..1
,L¡":ch:. ;,'!;.';j J la conwnicr,ch i[:>l, p,tÍS, di~J p~¡rtido que repre-
~elllD.bt\o, ¡l'~ );,l."cyr,!acicrr'2íl eUy0 :1omhre pC'dian cong['('g;lrse Ó
legisliu" Id:, dipn:;!.dr)s que ucabahan de contraer so!emnés eompro-
nliso:; en ;OS e~d('gios electorales oían frases c,omo las que hemos co-
piado, y se atrevian á pronunciar di~cursos en les cuales hablaban




680 mSTOHlA. DF.L Rl~INADO
del respetCl á las ¡eJe,; y hacian la apología de los illoJtraJos, supo~
nierhlo en paridad rle circunstancias el c()ngre~o de 1811 nombra-
do despu.:s de una. revolucior: gIorio.J:.i yen mengua ae las lej-es, sí
lpyes podían ll'1marsc la:3 que:)xl;tian antes dell.' de setiembre for-
madas p:tra servir tos i[1lercses de Ulla pandilla, no para funda-
mentar el derecho.


No h::loiR ya cllndi;!f'l, ni hipocre3ía, ni ambicbn, rii torpeza qUe
pudiera si'rvir de excma á tau incalificables actos,


IV.


~ Entr,; la~lif!)t'¡'}te~ c:nmhinac;ones que surgían para dar !cccir.::u
Sí:'v!'ril {l lo>: rp'q!i51;l~ :)h~ecild(}s, q\.:t!: lla:Lác.dose homlm:s ds progE-
so trJ.lan al país :.d bor¡:e ti .. ' un ~Ibism(} y se gozalil.'.n e~ Vel' lus
l ioTI,s npc ':1' f\'¡"~:lf'1h;~n ,~ ¡,ndhn rO'1dnc;r h¡ 11'" car[.~!túfe' entr'f t" .-'- <i t ','; ;"w'~' , .. J..-,"~~ J ~.",,-"\,~", ... 5.. " ..... .l " ...... uU.J .u·o_" , ~-.
1 t'" r fe,'" J ; l' ¡OS pro:;':!' u 2 í.:lC·(';'S>", "t eJ, re l¡!:' lO;; l'3\U:\:C¡(J¡!liL\J:'i pi'>
spn:/!1.-~;i (i~r'o f~rg)1Lf;.)hJp,~. PO q~;0f',·:.nu-·;, tdv:dnt ni. dplaleOl'"'¿; t'J! :~.¡~
L;.nr-~n t~¡ d:.: d;.i1::H1(~] ~-~~;~.~ 31~ !! ~i{~~e(,Jn á tnf!'¡¡J(, ~:~ iidci.:tti~!'j ronién--
d:J ~~n j;~Jlth~\ ia (!~~~,j>ia;rl~-'" l~'ln:~ unj:;j,ri;-,s~ y Pft¡" .. t.l{únd n üuevü~,
;:nl,,";n'1'''_ h .. ,nnbrl-;;;! ;""".70' "",t" 1,' ;;olll"I'fI[l UL<;"HClt'·d'·' \J lu-~ ""~~


."\" Vlvvl", ,,-,",- ... , , _ .,.-'.~).... t..,J --.J.V~...,J 9 ,,; UL .... U' ¡,J v _ _ l..-hi'.",,,,,· u..\.,.1o. J >J OUU


tac:o" nü])!hres r¡ue tr".taban de Ei:lCar triunfwtts los umigGs de ~j
pundi\la (lel general.


te~~ qu P l\ilrir'ff>n dr t!){~;l\'In;¡.; ;";~),r{) f.nrcl~:r hl v('dtu,·t~~(~ ::1!.:,'J~r.~7
i'i"O';:\¡,nD á hs rq¡p"t.l' d·l ;:;'nd,t'lr:(-, do' 1.,.; 1,':1;."<': '''in !,~ .'tlV:",';· 1\..0''':--' ., (, ~ ¡-"'~ _.",' " 1._·ll oC ',~. ,., ~"'"'r "'\., vl..< .... 'l.;) l. A ,~ ... _i
de su deber y h conei,'tlch dd d""t'dw 'pe rtaLan.


Bastaria que re('nd6,f(1rn'1~ alpl 1:; r:nr;d'Jcfrr que lwn Yl'ni~o tra
zé.ndo~e nllH'hus de los '1Jir 1nbl'ns e!0 1quella !.nQ.ynr~:', b de alguf1r::;;
minist.ros ne la Hegt'ilci::L" ~~;'(\,~i:1lr'lf1n!e la de D, Mi.·nnel Cortir:a,
ministrn l'otnnreS d\' b Gnl~,0rrPlri!,,', Al h'1013r de mnyoría nos re~
ferimo3 á la mllynría qne f<'jn,uf6 r¡omhrMH!o r('b(~f]te ;::1 nuqm: 'le
la Vicloria.


Ah¡ hay que [l1l.:ear lo, elavE', 1[1 inici:),cjnn de aliaDZ3.:e y cOúlpro·
mísos ~'H' e:1 años ~)(l5t,(~riof(~;; hUDieron de dnr funeshs resultad!)'
traycnrln cordlietos grav."" snhre la patria,




DEL DLTDlO BORBON DE ESPAÑA, 681


v.


Eran :úuy pequeños nu.estros hombres políticos pard a.b,.ucM Culi
su mirada el espacio inmenso que se orrecia á la ievo!uciürí, y en
vez ,j", aspirar á ejercer la soberanía en provecho del wayu:' nún:.e-
ro, txtendietHh la idlue;:¡cia y el f;odl:'r de la multitud, el! vez QS
hacer aprovechar (]:j los beneficios de la Ínstruccion á toJas las cta-
;5f;S IIuedan limitar hasta la publicidad de los aelos de que debía.n pe-
dirles enoata algun día sus comitentes y la posteridad.


Si fuésem~)5 tí. JCiiruenuzUi' los difrren(es discursos que proflun-,
darIJU en aquel fkrÍ0dG ek la Iegislaciúo, ios llOwbres que Gtsúe Il.U"
Ch03 años vcnian dirigiendo la OIliuiou, LO ha¡¡¿uL~¡L(¡S 11! LjdG,~ dio3


t..'l." .,


una. ~ola id.ea aceptable.
,.., •. j J •• d d 1 bl '
.. Ül 50 lDSIJlfi,hi(Hl en Jas UeceSlúa es e PU(~ ,0, [)(¡ ~~ ;;(,u¡d)ú:~


iiveriguar cüil.lc3 cf.U! HIS dCjeo:.-;, arrogándusoJ tHlli ::i0ot'num. y¡k
, t b I ¡ . t' 1 ¡ no 1i~:5 t) lHga J. .ey a.guna,lH aun em:w va Lf pu:a SO:: [1'; !j f'[ :::¡i~ t(\i)-


)" •• l' I '< •


1,ilS e~~nVenlef.itH\S UeneH rcspetar::iU Cíl!úO Ueti,(}.:'i JiI,:L.v l;l vU~:~
Gcó.síÜll.\:'5, p8f:'> ruando se trataba ue orgauiZdI' el l!ttÍs y d:; dar t.na
iD(,"i¡,o " lu'j'" 11P'~ lü"ilo;'¡"l \'c"'l'(io tl~l'"rp)¡)(i") ""1 n""":'"'' ,': ,C ""''- 'f,l",


..... ..,'1.,. .... 1 .! ~ .... J.v l1. .... H!!,l L!. IoJu'J r ....., " ti U1.HlJ¡l. ... i.JV\ ''''\.n\~\.',-!< . ..I'


." -l'. --1f".· .. jt"_1 '~'l ;'I,,<,f, )f"! J1'1· J;' '¡"U'" ;'1 ""ll.} ';.¡.-,! " .~ . ".~.: .. ? ", ;~ ;: ... " '.,.uU t.,-,·", .. ·",c,L,,;,!...! Lé:C uilI,:"" CH"t\.f!\."li) ,~¡ IA",,-,,, ,,,.' d·
:'H'"' -ir!" ,lj'··u ' ,;,L., . ~ ;, . '!'t"1ill' 'IJ' -,:.." -, .1:" ,", ,.' ".','
':\ ~.,,~, ,',' ',. 1" ['''-'J.J, ;Ji ;,J. "U _' .:;. e Lid }_'U'.!iB UliJlL';JJ"


" • 1 .' , ?fi1 ¡::\ d ':'clU.sctde.Urn-O¡UCiGü,G\)rc·:tLelJ ;; 6 U:; ,d\0¡ .. ·~;'" ,,:(
..tei:~Jf.I/UliJ(!d.


YL


Hemos hab~ado en las anteriores líneail ltl un proyeclJ lUllZiLv
por algunos pam impedir el triunfo de la-; pandillas (¡.o~G.i.:fei.litdd¡ts.


Entre los abusos que necesarÍawcn t~ dt'b¡au corregirse, atendida
la índoh) y carácter de la revolucion, figuraban sin duda. k6 lIUt~ ,j
clero se hab¡,~ permitido establecer fundando un es(ado aparle, Jt:-
recÍ1!) que no 16 negaríamos si no viniera á intrincarse é Ü¡fJJj~cuir6t
':2 ¡0S l!.d03 del ciudadano) en los escritos que publica, en las o~nío-




imTCilUA DEL mUNADO


fji'S que (·mite, y si para esto no reclarnara auxilio de la potest~J
!'!Vil.


y l',n¡-;-¡o ~wmos vistc~, el papa, la corte romana sirvitmdo á las dí-o
" • 1" • á 1 d h b' ~,:;'¡';¡::' y ti ¡os ptctenolcnt«s, ap0yanuo os ro erosos, ,a lan


;', ~!, ~ ;-¡"'1"'"'''' '" trr.~!ec' rV;l''t)J'a~ " .. ""')O~'''''' '-'Ul'~L,l' Cl'l· .... nr-:" f-nf;::,s'~· }t l )
. ,,') '.' vL.f ,.:3, i ,1.,,-:,3, ..w ~', "j J.ll U"i:)' f,P,':> \. c, 1'" \"::o,~,,,,U, e",,,,,,
" '1 • t ,l • 'r 1


"" ;l "UétS ocaSIOnes y en GuOS ¡crrenos pa.m impeUll' q;,lO él s")--
,!' :o; • t' ¡ l ' , i,d,iIOIa se caes l.uyese como ,(~ CODVll1ie\3.
,\~, ',:,"'; i"'t'e'lf}h¡"r." ílp1t "¡"N) 'F Il"h',~ ,::¡ll'ns y)",lc ,o, ¡'Ir.: ,'it'1j' ,~ ir)" nu,,' Ji.I,= 1/..1 .. ),> ,--U. ,/~"" .( ;J <' ~ ..., 'i..,~v, ..... :; J · .... 1--1 .. .1.·"' ".1 ',_ •• } ~~".~>, •. .:...! •••• >''- .~. = .. 1- 0,~ ,~


, " ,.," "<eh "j"6"'; dé 1 'wn 'Ir di' \'¡"h '·¡'l'·ln~1a\')i'D In ;1n r')í i l1ad ~ .... ~ .~ ... ~'-\o 1-' _ ¡...-~~, ... V ~ ... VJ>~ • .,' ,.1\. • ...., .... , !.,~ _ ~:¡ '-... · ... l_ Ji' ,_
': . '1 ,'~¡;rtl "e¡"l! flU1 '¡'lf ':jI gOhl' "¡'nn '"'v"n 'l"u,;'j,-)'" ~11"I;n P,'1I'{) !(J's 'C".-· .J'l·.4-,~..,..."_'..I~ •. l ."4_ ....... \..1 ",1.J1V ',}'Ul.v~ ... "~ '!'.A:
;", ,-,,¡id'-"'q[l 'l"Cntar!es en¡'l'l'O ;p.fcl: v .. 1 poi,¡o'"'''' ¡-;::í·r{'i'{~¡'6 ~~'I' 1.1\ ¡I .• L· ... ~ 'fA,_. ~ .JA ' ....... J.~~ u, J 't-J DI... ~"'.jtld "",'d.IJ'I...' .. ,-~


:, :: ;L:H'DJZflS d:j ;a reacciono
E! obispo electo de Málaga, don Valentin Ortigosu 1 fué otl í) n.e


.1;\ ()
, .., r • • "


l;~ '1 ~¡e 5~: afJ1J,c¡gnasen 10:; canomgos, que no qhls'eroe escu·
'- ... ,;




CAPÍTULO XCiV,


SUMARIO.


L", I¡¡';(~:;'I I.J1dd:\,;'ld? ~lli Y¡de/v'¡;: prnpnnir'lHln 1111;\ 1);l.t¡d¡d:ltQr,'! P¿H,' !}:l"! H,',,:', "rl, i
hn;1,


I.


llé, e"'11' 'I'¡I'I'I b'>iJ'a "UA .:!(l ¡)';},I¡"Ó Iln ,Tnl¡""l"jc, ¡"ir aJrr'l'1~'.,~ ";'1:-1,.,. \. ("'1 ~ . ~.'~ l.... '-j .'1. .. J1..- }_'of~)",,(.J lB lo. ..... l.vd,); ), ...... 10U~-... , '.", '-,l ...
~i.\tlOS íud!·,p~rld¡c[¡fes pr'Jp(ini(~ud<) una candidatura El H1it!7i.':'U¡ li)
!HSCrU y ¡;;as columnas :a hemo$ tomado:


d'ar(;ce ;¡-cguu corre por acá que la Dncva Rcglnci::; (le;! ":';f'~
ddJe constar de tres personas, Esto supuesto; SUp:iC0 á T>il",i ;,'
5írva Ín:¡ertar en su apreeiable periódico mi voto de qtV' tr!, 0(');' r
biS tre:3 ;1J.tricios mas honrados, mas esclarecdcs 'j rLas á prü; :'r.
;1 e: cuaDtl)~ eCil1OZCO, á saber: llmo, señor don '!nlbatin rk ,~<
pkcto obispo de Málaga y s(J[;ador;


7)Spíjnt' don .1ouqub Francisco CamplJzano, seoador ta.' l':v y
embajador que ha sido,


A> y el seflOf don losé María, del Busto, fis~al de! suprrf¡ ') ,,,,;~,­
IJal de Cruzada, antiguo y dignísimo regente de esta 1u~¡,"r.:"·> 'ni
ritorial Suplico á. usted mas, y es que se sirva reCO¡¡¡en1;jl" ,¡ , ,
bli~,,"\ ::í "1~' !-¡n", .. os p?trl'l'io~ (fUACf"O "O Ir\.>: !¡:¡i¡ "¡cio'P,' ,,~ ."~ ''!> -'l.... \_".Á,.,.~J. fA .; ... ,J~ 1 \... ht 1.i. ,~..; U._, __ .... -.j ~ ,," ~




nlSTOHfA D"EL nEI~ADO


rl pjrn rliril)nal de que tanto hemos menri"ter. DIJetor dorl [i;(z.¡¡
Fra~If""'~(';(I [¡¡¡ana, gobernador eclesiáshco.


:oSpÍlnrcs rerlactures del Iluracan,
))Sr, DO;' va ('1 tiempo que no volverá mas, sei'íor director, yest:
~o IR :-:itllar:iQn en que él nos deja, es lo que mns sentimos. Dosde
1 Rü9 ni"á, en que se ha habllldo y escrito bastante s0bre regencia
dr 1;: f,{WPln, rlespueH di' mediananV:'í1te y bien as~ntadn este punto
en Cádz aun nos hallamos al ¡wÍocipioi las r,ircuílstar¡cias rresen-
tps ):01' mncho mas fwnrahles que las d,'. cntoncrs. ¿Qné recio, pUf'\:
pon€' rliqnr Á la ansiedad, á la luz y al ,lDhn]o del pueh1o? El estfl
cansado: ya s 0: verá cuán gallard:Jes cuando Si' levante y se d¡rija,
'()¿~QlIién rs e! hárb~ro que en circunstancias tan 3puraJa~, está


Vr .Ir. ff'genria en unn persona? Es sorz y de muy por,o hrin quier:
lo qui~re y esppra me¡!'c~r sin nadar en sangr0. Estn tamLien pu¡;:a
0; nr vc,jrprá mas; pnrqu?' quieras". ó no S~ quiera, fl prineip¡"; ~


• , , ;¡ 1 '1 ;¡ • , D' no .', tér;')l110 \10 JO!' raelOna e:::, rs u" ¡;:emfpr,z:: a 105, que ~s un~
~ ... f.rínn nrr!oml, y raremo~ de contar porque por est~ mistf'rio da-
rí¡1mf.5 mil vidas que tuviéramos, pues es d" fe Y él DO puede fal-
tar; diga y hnga el señor E$p2rtl'f!l Jo qm guste, ,{No H l]UP .si St
Regpr:~¡r< fuera dI', PDa wla persona y se tributaran ;í ¿~1 mi.:'fl:o las
nbras ,j(~l poder, á quién S~ a!ribuirian f'nfODCe5 las obrí'.s de ¡mbi-,
d!uÍa qUf' no tiene, y hs de amor qu,: á un militar adusto y seven
R~ientan mal? Sio esta sabiduría, fin este am0f á la humanit1ad y
~ la m,'s SP\!rra justicia, no hay pas')s nacionRlrs, r:o b:.¡y prngres'!;
no se comina á la ¡wrfeccion. Con que quedamos por la trinidad de
fegf'!1C1uo aunque tila flles::.' platór;ica.


II y ¿oq¡¡é ?SlJaño'es, srfíor directDr, pnrlrán ocuparla dignr.meri!e y
r,OD fDnyür frutn nacional? ¿JIa discurrido usted ya sf'lm~ esta im
¡nrtant" maf¡)rja~) Nosotras n~, pcnsamDs en otra, p!)fque es la :rr]n,
{',ipn: (1,.: /lní> : (',cl~' r.uc~!ro tien'2star, el de nnef-:tros Lijüs y tanbien
el (j( ¡odn.;; !I)~;' '1:üít;jí~:::'. Seamos una vez ingle~rs, sefíor dirpctor,
:'"Ia \,r.'! ",dilO';' 'mI' dc<hrmo;: entrar el) el r,álcuh sobre v~ntajas,
fin ipii.';!;';::;',f" !~'I ";:S E=:,gnrísimas, que puede y debe reportar;';,
l¡~, r'" " !,.,le,'i¡onid1tc d' e.~t,)s tres muy ilustres V muv esch..o
j' ¡,ir! .! r>. 'l" ., 1r:1 fi:;:(rn les d"l reino, señor Valen tin Ortigosu


. ~ ~.


;~:;,('j, 1 . ~.¡'~;,I!ia y senador, don Joaquín Francisc8 Campu-
;:a,¡:i\. :-/': . ': ,; ,:;',.i'é! Y t'mbajador que ha sido en la corte de París
y t'l ti:,;., !"I!: ' ; :~.jnr'! ;;O¡stante elogiado sefi0r den José Maria d'>~
Ih:: ";' ': 1 '.'T({HlO ¡dbunal d;;> CruZada, antigi.lo y iF!Zflí~:Ei:;




DEL ULTIMO BOROON DI ESPAÑA. 685
regente que fué de esta Audiencia territorial. ¿~QU¡éD mas digno en
su clase que el lImo, señor Ortigosa, á quien declara la guerra mas
cruel el principal de los enemigos del estado, el monarca de Roma?
Hablamos solo de cosas temporales; de las t'::pirituales y de fe no
decimos mas que las respetamos y reverencialI<¡.~, y bajo de esta sen·
cilla salvedad, inseguimos que nadie esperaba que el serior Ortigosa
pudiera merecer tanto elogio, como le tributa odiándole el causador
y sostenedor de nuestra ruina nacional, el cruel monarca que ha
hecho verter tanta sangre nuestra, de nuestros hermanos los espa-
ftl)Ies~ y que clama á Dios, pues ha sido la ruina tambien del im-
bécil preteudiente, y causado esos males que han entristecido la Igle-
sia y emprobecído á sus ministros. Ortigosa es, pues, apto, es digno,
es el único que en su clase puede y debe sostener el decoro nacional;
y no se busque á olro de ella, porque este es bueno y á propósito.


»1, y del dignísimo sellor Joaquin Francisco Campuzano qué podre-
mos decir:) Sus obras lo publican, lo preconizan, doquiera es c000 9
cida la verdad dirigida á las cortes y cuanto ella contiene, á saber:
(entre otras mucha,~) que el dia f.m que se consol¡de el régimen cons-
títllciona I en Españk1" la Italia no podrá resistir á la ten tacion, qUé
la autoridad del Austria se acaba entonces en aquel pais, y que para
evitarlo perpetuaba esta nuestra guerra civil: que nosotros enviá-
bamos por !m lado dinero á Roma, y que por otro 10 enviaba el
simio padre á don Carlos. Eu fin, en este y sus otros papeles que
ha publici:,do como los protocolos, nos ha dicho siempre la verdad
,h,,!J !ida, )' como político 110 hallamos otro mas honrado para ocu-


»)¿ y lj Ui'~~L i'cñoI'cdírector: hablará digllLltilCll t~ de la bonrJdcl sm
if)'FA] ";,"r: fl) ,;q¡~~"f:do en pI impodar¡tísi n lO ran"o dr la lliíll!lS" ilo·..l>,k ~ l' _' ,'.' '_.~ ~ ';..<.1 ~...--' .~..i' ~', t.! ", ... ,.~ l {...i~'
~.r~!t.uta~ ~r '~l{~l ~:_,1e,'~~;J profundo y sólido ;~ahe!'~ J 1 \~asta y difff:il cie::·
.-.j,., ,1·.' r,~I, [lt, '-"1' l~ '·">"le (,l c~,.,Ir:.!l·¡¡{l"~;n,\r ,,,,1\;,'," ri rn J, .• ,' ~·f"rl'a d,'¡ ~ .. n: ~ '. .. It, ~.j;¡.,-~Ll 1, rJ ,,,-'~ as.~ }ll/".H." .Ji. 'ul,i: ........ ;..n .. l;,u .... {) ;'!~.,H',~ ',1';U Jt...h:", .... i.i,A v.
Bm:lo?
')¿Q\l~;:¡¡lí;'),S hü;ir~:d,J y S:::V i3¡O liara ens,tig;¡r ::,1 crímcn, para fijar


! "(:.,. ,l( "(·'1,:,1,,(,> ,',h¡¡(.n ,. ,""1" '''·~a''c''· J, 'l vI'r'ud"s dI' llueslros u .... t~J~.:~ \1.' :<:¡: bU L.~ ii. j}H1.Jili ... ,:t. ~ 'ljt .... e llC!...!. l.4 al: ~tt.... l e v
,.,i .-1,- ,~>C, '!' ~;,'!i-.., ... !" 1"':'''' '¡:t ~ ~'\ ""'~; l ..... ~) N "anc.amo i:L)).i':""; .:a, '" d;lL ¡()::; ,h m~~:s U H J' aDleuu ~a.)el' O no .. c. ~ s,
" ~;'¡·¡.'I{'", ,1> h~d:lar (11' nc;.;{'.l'I"Dl'r dr. ;'a~;"~I'nfl'l' il1il V('f'cs del
"' .. ~J • . _-JV'VLj ..... ~'- ___ ,~ ........ ..;¡.... "J .. "" .. ~JV '., )... , .. v
¡ll·;'·~. i ¡Li<'ll¡;.:i¡n¡~ (icl señor Jesé Maria dJ JLJto, incomparable
._J '-j'.~._ .. ~~.: ¡j,-,"j ",{ :sf{J j' V::illC;S ':'n 1'85 d2Inás hO~i~b~'\;5: aquí lo hCI~:O~
,,-~,~, J -',":' ,t"-, ·,,~_.!.r'n·2>''''' i"'!;"Y1llO "'d;{\J:':"".1 n c;.. r.O"~ 1t~1. i.:;¡h' lo ¡;.j .. ...-,


l, ...... i.i.h ... >J '.\,J "P--D'-tl,r;"v .J ~.l \·lo.UJ.V~ ~ ..... \.},U l,;,u tv,:O~:"¿·v_-t t. U II(J1 .... ,. 1"' \ ..... ,.;.. ,(
; ,., " , 1, [';' .• 1 ,.! .·'·"j"'U<' ;;,¡t" .. n.· .. 1 l·, f'rl"",la ·~,..~if'l"I·'· ~;' U....,L~i..+. 1:.--: ,.0. ._'1- ...... !J_~'-u '.l~~.!. ,:sU}J_1[,;,1 \J '{.oI.lfJ\.U .... _(~)t ~.I .... ""j.L!..~"')j f.il...J.co"tv,;;.<


TOMO L S1




686 lllSTO RlA DEL REINADO
si usted, señor di:-ecior, le mira con alguna meditudntl y :" ~ cNnnnj"a
con él tratándole, aunque sea mrdiao(lffieolr, prento ('r'~'!)ccrá %Vd
que posee la principal de h.ls virtudes, de la r¡ue racl'n y se dcri"
van todas, el amor público.


)ElJa es el verdad;)fO apoyo de ks estado~, r0fqur {'llq SOl¡¡ rue-
de d:i.r á la acriaD (:C SU¡;;;, wl:-mhrns Uf!il eontiDtHl y <:'i's1ar;L; b;~,
df3Qcia hácia la C0mua felicidad.


»Por el íl!110f púb'ic!J son perfpctamente mantenidas (üdas las re-'
l ~cl'on'~s nl"eSfl1'''a' do" t"d'\s lo" 't a rJl (·11 f1 S d, p<::r'n,¡,\{,ój··(,l¡ .. ,.,,: ¡. i~{)," ¡,'" u 1", l' ~ -.;.; "- . ..... \.1 -' lo..! ~ >.,J ,_ \. ~-". _ ' •• ~, .... 'J . i /' l, (., .. ' _ { '"o !:! .:. ,3
deberes, y ak3Dzados todos hs firJ.:'s ctr' la (',',:¡qilnri(¡í ;~()ci:lL Acc[--
nwdo á los (lIJe mandrm v á los 111.'0 ohed"cf'r, ~¡ ~':: r) [;U~ !'r-::t ~ '1 . j
blece ln. unidad civil, y dirige uniformc:'\ente h, fl;"r>i' r .!í ;/:I;¡ , ,l~
término qiJe cnnvÍi>ne á Rque!los fines. Po~ él cp}n i r ,cEv¡(]1;. 8r'>
cía la clase á que perten{~C0, y cada {·lase h; (L:8:{"~ j hn,.:-


1 ., 'd D '1 1 ' I f' . , • que (' son lltr;DUl 03. ,t; el naCí:) f~ respeto a t::. \.JODst!uelfl[i, 'a
obedienci(i á las 1eres~ !a snri1i~iQn á ~~S :),ln.Drid'~d···:. ({;P:,~!t:!:!.::j~,. \;'


el • . ..


el an'or al órden y á b tr,wquilidad, rn fin, (Si c'; el Ii!: :,I):;;'f;,; ,1t'I
interés particular todos los sacrificios que dl'umnda el iolerés co-


h '1' '!Arl tI , 1" mun, yúF:C i¡m~ e; lPCfl '! proSfH\n':::; tiC' ,(.(jl:" ('n.re ~':) \,; ¡ ~í;el:y (
[a Hicid:HJ de cHda cindadano. Esta 1:"5 l(l "ir1u;! :·:inC;i;", Te f~. t:
1 d' ,. - d' n l ' 1 . , 1 0. Igll!5HnO SUlOf el nusto, qUé' por ,0 ITllSIi'O s:' d¡¡r:c i:f:-; :nl}) ,G


demás el mas apto y á prorósito rara ocurar lugar en la Rf'gencia
del reino. Se;o recvmrndamos á usted, sfñor director, á fin de que
se si~va por anEa de! ardiente é infatigable celo nacional reeo-
mendarlo al f,úbl¡co, conforme debfil y pUi:'de eOil igual votü el de
cada uno de sus afectos amigos j' servidores, -Valencia:!! O de al;¡jj
de 184.1.


»En nombre de una crecidísima, respetable y ]uga reunine de pa,
triotas, firman los comisionados nombrados por la misma -Agus-
tin lbañcz.-Juan Oiaz.-Alejo P-::.rti.-Ptdro McnelJufz,-Jlauucl
Zamora.-T¡!ma~ Oro -Rufo GOidó.-Tomús Ramon y Hodriguez,
-Franci.zcc0 Diaz.-Jaime Ample y Fuster.»


Esta manifGstacion y otras vari[¡s que por en lODces se Liciaoll
venían á demostrar cuán trabajado estaba el país, y las diversas
tendencias que !uch",bau para hacerse puesto.


Don Valenl¡n Orlignsa á quien proponian aquellos patriotas va-
leneiar:¡os, significaba ciertamente una protesta c:mtra la corte de
ROrDa, un reto á los cabildos carlistas, puesto que {'Hos á !:-u 'llZ
habían rechazado al señor Ortigosa.




DEL ULTiMO BORDON DE ESPAÑA, 687
rra la cu~'stio¡: del sentimiento religiosu que pediB la indepen-


ler.Gia de la. Iglesia española respecto á la corte de Roma, pero que
m:.lntenia lJfJir!íl.s aun las potestades eclesiástica y civil, incrustando
sr. las alí:iB esferas de la gohernacioD del Estado un obispo á quien
se ::,grupaba¡~ dos personalidades políticas que seguramente no hu-
biewn lirgaJu oí eDlendcíse.
f~on 10:1) t~~,t(}, valía mas y era mas digna solucion del conflicto


jJ;-:;voca(]u li0f les imprudentes amigos dd general Esparte ro, esa
sO!lleion tiUt' se le designaba eliminando á los car,dida(os que algu-
jlO~ prüprn¡Üi) pa:a 3CGmpüüarle si se votaba la Regencia trina.


fhn ,JJaqu¡l~ Francisco Campuzano era ya entonces muy conocido,
y :-¡:mque [¡~} ll,arcadail;cute aíiliado en los bandcs polftico~, se le
~{)[)siJeraba comrj iul,ichable bajo el pUtllo de vista de probidad.


ILlllure de ciencia, q1le babia viajado desempeñando altos pues-
to:; diplomátk0s, conocía bastan le bien el espiritu de la época j las
nc,c('sidades d( los pueblos, y la marcha de las ideas que en Europa
se desenvolvia~i, abriendo horizontc:s nuevos al espíritu humano, !'
w"paran¡Jo el mundo mÍJrai para verdades que hasta entonces ba-
h;;, : qued;HI; desconocidas.


Con !ale::; au teCCGt.lll (es hu biE:r,~ acaso eO!1 tribt:ido el exce lente can"
didato á bailar para la situacion económica reformas importantes,


El SCfívf Bustú, otro de los candidatos, parecía ser mas conside-
rado por lo:,: valencianos, en atencion á las relaciones que allí debía
mantener, pue~lo que en el pais no era muy conocido ni merecia
h}3 sufragios dé otras provincias.


Rajo este aspecto, la peticion Ó propuesta de los valencianos que
se dirigiera al lfuracan no tomaria sin duda arraigo en la opinion,
y ~l resultado de las elecciones demostró q.ue babia traído escasas
simpatías á aquel grito de conciencias libres sin duda, pero que no
t0maban en cueDI.u las circunstancias especiales del pueblo espafloJ.


Su derecho era indisputable, pudieroo y debieron ejercerle, pero
si su propósito era contrariar y hacer imposibles los planes de Jos
qU0 alentaban y pretendiall imponer de regente único al conde de
l .. urhana, DO estudiaron bien las condiciones de sus candidatos, ni
f.mnalizaron ese pro¡::ósito buscando en la combinacion con otras
provincias una garantía para luchar con éxito y resolver al rropio
~iempo accrladamellte las difíciles y trascendentales cuestiones que
podia provocar ulla escision entre los elementos liberales.


Hemos citad:) este proyecto dando cabida al documento en que se




688 HISTOiIA DEL RlINADO
presentaba al público, para que se vea que había entonces personas
previsoras que protestando contra el torrente invasor de los adu-
ladores seí'íalaban los vicies en que podia caerse, y daban con in-
dependencia soluciones que gentes mas autorizadas no se atrevian á
presentar ni acaso pensaban en ellas.




CAPITULO XCV~


SUMARIO.


-hah>iJl>~ d~¡ .arllHlILl y lIe los rnoderauo~ V3ra I'nlorpe~er la marcha dl'l GULltfliO.-
Prosclito, ,!~¡e ¡!Jau tj~ti~lJd(l la~ idp:¡,~ rppllh¡i~óUl8i,


1.


En la prensa continuaba la discusion respecto á la situacion ge-
neral del pais y los desaciertos de Cortina, que empefíado en levan-
lar á. Espartero sobre las ruinas de la revolucion, no acertaba á des-
envolverse, y buscaba á todo trance la oscuridad, el secreto, el mis-
terio y el silencio.


Reanudadas ya las relaciones con Portugal, rué nombrado em-
bajador el señor Aguilar, y en los últimos días de marzo tomó po-
sesion de su cargo, llegando á Lisboa en ócasioD en que se reno-
vaba un tratado de comercio en Inglaterra. Sin duda que era ceno-
cedor del terreno y debía impedir los desastrosos efectos que el
almacenaje en grande escala de les géneros da algodon podia traer
para la industria catalana.


El Cat61ico aventuraba las noticias mas estupendas, suponiendo
que tirios y troyanos habian convenido en nombrar regente á don
Francisco, y que se firmaba una proposicion para llamar á la barra
al general Espartero para que diese explicaciones respecto al co-




69 {) IlISTOftIA DEL REINADO
m :iD;cado que firmó Linage, y para que se hiciesen retirar la:5 tnj-<
pa~ ti un raJí!) mayor de 14 leguas.


n.


El ca~)Íld() de Toiedo, como hemos visto ya por las diwusiones,
.5,: hatia declarauo en rebeJioo abierta, suponiendo que existian es-
trúpulos dé concieDcia en los clérigos ordenadús por prelados' Ó gQ-
heroü.dores nombrados por el gobiernu constitucioLal.


Pl oseguia así el carlismo y la reaccion su fatal sistéma, oponién ..
duso á la marcha normal de los- acontecimientos, y preparaba una.
.[:,uzada que conduciria en último término á muy opuesto resultado
TjJ el que ambicionaba.


y mientras tanto, dejándose arrastrar por la sana, entonces como
en todas ffocas los periodistas de la reaccion calumniaban al pue-
bh¡, y ellos ql1t) sabian cómo se forman las grandes é improvisadas
lvduz.¡as, hablaban de tendencias de arrebatar á gran número de
pr'jpietarios las facultades inseparables del dominio, porque un di-
P l.iüdo ptr Salamanca habia presen tado un.:} proposicion rara res·-
L~LleCe[ el derecho de posesion y tasa de las tierras á favor de los
ÚdllllúS.


!XC) defenderemos la forma de esa proposicion, pero de modo al-
bUllO pCldemos creer que fuese cierta la alarma de El Correo Na-
cional, que temia la guerra entre el propietario y el proletario, y
,~0Ilcluia con el siguien te párrafo:


aA nosotros por nuestra parte, y á la nacioD, le importa é in-
cUii.lbe mas que á nosotros mirar y contemplar á este congreso de
jiO:' mitad dividido en la cuestion de la existencia de la propiedad.
A poco que el congre8o adelante por ese camino; á poco que ad-
!.luíera la cODciencia de sus fuerzas y de su poder, y madure sus
propósitos, ¿qué será del Estado y qué de la sociedad?»
&~o era escandaloso el escándalo del Correor


111.


El Eco le contestó; pero débil y falto de razones, sin conciencia
ba¡;ta.ule de lo que significa y entrafía la palabra progreso, en vez




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 691
de mostrar al Correo Nacional dónde se bailaban los verdadercs 1,,··
drones, los que profesa!:lan el culto de la holganza y se rendian aste
el becerro de oro obedeciendo como ley á los goces desordenados,
se limitó á defender al partido progresista, y replicó;


(cAlgunos diputados, por compromisos de provincia, y desean~o
evitar los males que en la suya está sufriendo una clase nU¡l'l?r~:;a
se han visto arrastrados á apoyar una pefieion en qlle cent.enares·le
sus paisanos, dignos de toda consideracíon, e~reraban ballar su
bienrsfar; y creyeron que el remedio de esta situacion pxigia la mI)-
rlificacion !OCg! del princirlio económico que se ~:uponiu caus¡n1o;
pero la gran [r!aycría de 103 diputados, mirando la cncst¡on po!' clro
prisma mas claro, desecbó un remedio que no lo seria sino en apa-
riencia.


»)~O es en 1841, ni por virtud de la reyolucion de srtipmke
cuando' las ideas de la proposicion que afe~ta el Correo hüberlt: C:3~'
canda!izndo se han preseotado por primera vez en el cocgreeo, Cn
la anterior legislatura se presentó una petieioD semejanL por , ...
¡lOS de un :'uf'b:o 01.' Andalucía, discnlrables, pr.rque asp iral1[l' Ú
libertarse de la dura lr,y que les imponían sus dueño:;, J f'n~'¡rK',;,_
no progresis!<ls, obligados por el deseo do aliviar á los que !es brl
dado sus yot0';, sino !1:oderados, libres de semrjante eO:llprom . y
en la fria dclibrracion de su retiro, acordaron en comis~on reco-
mendarla al congr0so. ¡ Esto sE que causa e3cáiJ(lalo~ j Esto si qu: es
fltroz é inaudito!»


IV.


Los mod.:;]'a}y, sacan partido de todas las cosas.
Los hornbr,'s lh: la reacciDD que han creado t;¡ntr,s privilegios ('ll


la s ciedad, y (!s!(~b¡.:1eido tantas desigualdades; temen á c;1da mü--
mento VI;\" qtF' s,~ dé.Hliorona el edificio ruido p'"Jr la p:::dredumbre. y
se asustan de q:wse levante una voz, uoa rec!amacion, porque Hi::JS-
tumbrados á hogar las quejas con la sangre de sus víctimas, no
pueden toh:rar que en uso del derecho haya quien se atreva á poner
en evidenria sus dolores por si fuese posible encontrar UD remrdio.


En los tiemp:ls antiguos, la mordaza hacia imposible tü~a ma¡!i-
festacion, y f~1 verdugo daba cuent(de los que con actos s::, a!revian
ti. rech""zar las agresiones y las injusticias.:




692 HISTORIA DEI, 1E1NADO
Pero cuando la imprenta delmncia los abusos, cuando una ley im-


perfecta sin duda pero algo mas expansiva reconoce el derecho en
el peticionario para expresar sus sentimientos, la raza de los dOIDI-
nadoreG busca la calumnia y grita desaforada contra los que opri-
midos sufrieron en los siglos de oscurantismo infamias que no tie-
nen nombre, servidumbres que parecerían imposibles si no se hubie-
ran consignado en los códigos para baldon y mengua de los tiranos.


v.


En varios puntos de la Península se organizaba el carlismo pre-
parando sus huestes para las contingencias que pudieran sobrevenir,
porque amaestrados por la experiencia muchos de los hombres qu~
habian luchado en fa.vor de la persona, comprendian que era prudentf:
esperar de Cristina auxilios poderosos, y que decidida á vengar,sus
agravios, que agravios contra ella eran los actos de justicia que el
pueblo pedia al reclamar su derecho, no babia de tardar en lanzarse
á la reconquista del poder que le habia arrebatado la revolucion.
y mediailao inteligencias entre los partidarios de la ex-regenta y loo;
que habian defendido á don Carlos.


y Ltlis Felipe que habia renunciado á su título de Borbon para
hallar accesible el trono. recibió _cariñosamen te á los generales O'Don-
nell, Narvaez y otros, mientras invadian las provincias Vascongadas
los ej~rcitos df; dérigos ordenados en Roma, residencia de María i~f¡S'"
tina.


Esta señora conspiraba entonces ciertamente, y las círcunstanelt\s
y los miSlliíJ3 hombrEs que gobernaban en España contribuían á f&-
vr'j'Pc;flf lo.:; c!esignios que la reaccion abrigaba para impedir el pro-
:J'~,:) 'i dd;;f1cr el enrilO d(~ la revolucion en Europa .
. ," ~


VI.


Lo] p:pu h!icanos mientras tanto aunque desorganizados; ysín un,"
dt:..~ h¡ciiin haslantes prosélitos, y en Galicia como en 8atalui'ía 'ji
,'t" h~udi: Si? vi'ia con gusto la propagacion de las rioctriD!'i.S fed¡>rií.-
';>:i, ':¡t,(: El !lu}'(lcan habia proclamado y que iban h3.ciendn [;11--




DEI. tll.TnIO BORBON Di ESPAÑA. 693
Este periódico ucsenvolvia las teorías revolucionarias presentan-


do como pllrfedo modelo ei ejemplo de los Estados-Unidos, y recor-
dando los antiguos fueros municipales, señalaba las provincias Vas-
congadas, donde el desestanco, la falta de quintas, la economía ad-
ministrativa permitían cierto grado de bienestar que se extenderia á
poca cos!:l ampiiandü el espifitu democrútico de las il1slituciones fo-
rales, y corrigiendo algunos abusos que en ellas habia introducido
la cosiumbl'e.


Por lo detnás, y qllCremos cÜL1sigüarlo, porque puede seguirse
bien ei dc:::arrolld d,; fas ideas en España, las provincias que hemos
indicado reciLian con entlJ~¡asrn(¡ las predicaciones republicanas.


En V;llt'tlcía (am~,ien como hemos visto se habían afiliado muchos
jóvenes á la bandera nueva, y en Baños de Béjar un eclesiástico vir-
tuoso so habia convertido en ferviente apóstol de las dociritas rcge-
nerat!rjfaS.


ProseguifCitJOS ;1I1Ora la rcl:léÍon de los sucesos qU0 ocurrían en
el parIamen lo, rore¡ ue co :JIO Ile li 103 dicho son en alto grauo im pe r""
tanlcs.
L~t disCIl~¡(Hl, si no muy ¡iralite bajo el punio de vísÜ!. át310s prll1"


c¡pios, t'Lt notable (!dj0 fül~CUÜS CUIwcptos, y sCivird para formar
conceplo r(,~pécto á los hutübrea que towaban ea la rc",olucion es-
pañola Loa parte activa.




CAPíTULO XCVI,


SU!V1ARIO,


'l"cm"'l d!'l ;'::"lIl'rHi';;'llJ ~li':;1!f,I, v n"j,ii"il ,j¡, ,j,1I! F"rIl1111 ¡.<ihall,'l''' ",l\>'(' 1,1 .Hi!C'J(,1
,:I1;1r1n .1 .. 1 di,:I:IJIiI')I';¡¡}.ri" (,1 '1Imr!,r¡llllll'II!U (k H";"l\<'I;'.


1.


El general San MigUt::l fué d pri;n(;ro que ~lSÓ do la palabra cd
~a.brirse la discusion sobre :::! ~r¡¡cu!0 4: ,~cl dictámen:


a: Yo, seí'iores, seguir6 un pútO la hi."t:);'ia de este asunto" Luego
1 1 • ., 1 ~' • ,. II 1 que os G.üs cuerpos cOlegL::!~.Uü ('S C.i-':.;UH?rC I1 11"[; !!¡WHl uegaco el


caso de nombrar Hegeneia, PU(~S que (;[;tCsfH \3Cante, claro ('s/á (1'11
debían pensar en los H1Cdicb :~{ ',.'( ,í >~~-)IJ ~a dC'ter~~;1HacioD'
porque [JO bastaba que los dos ~~ i.'}.'LL1: \. Heg('lJc¡f~ está yr,-
cante, sin excogitar cd Jj,istIlo tícmp,j :08 rncdios ;!íl poner en ejecn-
cion é'ste ¡;ensarúÍcl1to. El fí~,¡~~¡¡k, ,:¡ :";:'i ' .. : > ¿;J;) ':;:1+; f:1( dios
se ocup6 d.:: ellos, now.l)flJ llh., 'J :: ;' j;: ,;i! di6 sa d;dámt;O'
i~estabs ó ij:) el Senl4dD en ;jtj '~'L;}? ~\~) ",;DG;'-~"i ;-:} L~2il¿~.do .~0. (lD,""


~ ~r~ (' Hl Ó ~ 1,
: ',"t',; ,},; 'i'" ' , che,




Dli.L ULTIMO noRnoN DE ESPAÑA. 695
llPudo pensar siquiera en pasarlo como una especie de imposicion)
y decir: Allá va lo que yo pienso aCerca de esto para que te confor-
l1leS con ello?
~NI.l, señore3, ese modu es sencillo, es simple. El senado dice~


Yo en virtud de mis prerogativas, de mis derechos, excogité los me·
dios de poner en ejecucion el nombramiento de Regencia; ahí tiene
el congreso mi modo de pensar para que vea si le gusta ó no le
gusta, si se conforma con él ó no se conforma. AflUi no hay impo-
sicion; esto no es darnos la ley de ninguna manera: es únicamente
decir: «Así pienso yo: sabedlo, para que podais decir cómo pensais
vosotros.»


:oAhora bien, señores: la comision dei congreso tuvo sin duda
presente esta comision tan justa cuando se conforma en todo con lo
propuesto por el senado, y solo disiente en un punto que para al-
gunos es importante, y para mí no lo es de ninguna manera. El
senado dice: aLa votaclOn sobre el número de regentii!s será secre-
ta;) la eomision dice: «La votacion sobre el número de regentes será
pública y DominaL» Voy á examinar cuáles son los motivos que
puede baber tao grandes j tan terribles y tan fuertes para en este
easo discrepar del senado.


uSeñores, los reglamentos de ambos cuerpos, aunque varian en
algunas cosas, en el fondo convienen en que hay ciertos casos en
que la votacion debe ser secreta, porque las votaciones secretas tie-
lleo por objeto poner á cubierto la conciencia de los votantes contra
¡as sugestiones del poder, con tra los tiros del poderoso y los emba-
tes de la maledicencia pública.


»Hay casos en que la ley da al diputado ese santuario en que
encerrado dentro de los límites de su voluntad. la manifiesta como
quiere. Nosotros, por nuestro reglamento tenemos casos en que la
votacion debe ser secreta y casos en que la volacion debe ser pú-
bUca; mas el senado tiene otro reglamento. El senado en la ~mision
de su voto se ha conformado con su reglamento, y en ello está en
su derecho y muy en su derecho. Señores, si en esta cuestion, aun-
que no es enteramente personal, los senadores han visto ciertos mo-
tivos para desear que su votacion sea s€'creta, ¿por qué hemos de
querer nosotros forzar su conciencia? 6No es claro y visible que se-
gun esta cuestion se ha presen tado en los periódicos y en todas par-
tes, se le ha dado cierta tintura política favoreciendo mas á un par-
tido que al otro? 6No se ha dicho si la unidad era mas Ó menos




696 HISTORIA DEL REINADO
monárquica, y si la trinidad era mas liberal, ó mas ó menos con-
traria al pronunciamiento del 1. 0 de setiembre? ¿No se le ha dado un
v~rdadcro colorido político? Yo quiero 'lue cath uno ponga la mano
~n ,~u conciencia, y diga si tiene ó no pardo él este colürído.


uEI hecho es que el sen1dl) en su mayoría, que debemos calcular
compuesta siquiera de 60 personas muy re~petables, ha visto qUe
esta cuestion tiene un carácter de reserva personal y de circuns-
pecrion, y ha dicho: (Por no exponerme á la cen.:mra de la maledi-
cencia quiero encerrarmn en e.~ta valla del secreto) y ejerc'2r mi li-
bertad de! modo mas amplio.») ¿Pues, Górn!), señores. eDil senfimien·-
tos liberales y de hombres delicad0s diremos nosotros: Te obligo f~
votar en público cuando tu conciencia te acnnsej;} votar en secrct(¡9
¿El que vota en secreto no tiene en él medios df.~ manifestar lo que
ha votado? ¿No tiene la discusion, los papeles públicos, !2,S r,ODver-
"adones y otros mnehas? Mas al que cree que debe votar en se-
creto ¿por qué se le ha de obligar á que vote en pú blico?


»¿Quién puede poner á otro esa traba, esos grillos, y decir: te be
de amarrar á mi voluntad, y porque y('\ quip.ro que la vot<!cion sea
pública, ha de ser pública para tí? Eso, señores) encierra Il'} fondo
de tiranía de que no deben usarlos hombre~ parque ,,~-. v(,an en
mayor número.


)Se ha dicho, señores, que nuestros comitentes tienen derecho á
saber cómo votamos en toda!'i ocasiones. Yo dígo que no f'xist~ tal
docecho, porque en el supuesto de que hay algunas votaciones que
deben ser secretas, nuestros comitentes no tienen derecho alguno á
saber cómo votamos en ellas.


tlAdemás, señores, ¿por qué hablar de derechos de los comiten-
lentes cuando existe la debida armonía entre Ia3 provincias y sus
diputados? ¿Hay provincia qne no sepa cómo piensan, cómo votan
sus diputados, y que no esté en comunicacion continua con ellos? Yo
he estado constantemente en la mas perfecta armonfa con mi pro-
vincia.


:uQué, señores, ¿necesitan nuestros derechos ejercerse de una
manera tan pública? ¿Es obligacioo nuestra decir cómo votamos1
¡,Tienen Jos pueblos necesidad de saber esto?


:oNo, señores: esto es opuesto á la libertad de los diputados: es
opuesto á la manera omnimoda, omnímoda digo. con que un dipu-
tado puede ejercer su cargo en este sitio, solamente atenido al grito
'lle su conciencia. En aqueM.os tiempos en que l(ls diputadl)s de cor-




DEL ULTiMO BORBON DE ESPAÑA. 697
tes eran procuradores, y llevaban su mensaje, enctirgo Ó lista en que
se les decia: «Esto queremos que digais, que pretendais, que coosi·
gais en las cortes, o entonces los prücuradores de cortes venian ti
ser cumo unos encargados, ó como unos apoderados que tenían
obligacion de dar CU'3nta del desempeño de su mision, y de decir sí
se quiere hasta cómo habian votado. Pero nosotros diputados de la
nacÍ(lil cnte:-a, nosotros q.ue en nuestras opiniones somos absoluta-o
:lleote libres, ¿tendremos obligaeion de Jecír á [.uestros cowitenks
cómo pensamos en los negocios que ocurran, có;no votÍ).m0~? No.
señores: ni la naeion tiene interés ninguno en saher cómo votamos}
ni en que las votaciones sean públicas ó secretas. El interés, el dere-
cho que tiene la nacíon es el de que votemos bien, y que decidamos
las cuestiooes en el sentido mas favorable á su bienestar y felici-
dad. Si nosotros votamos mal, inútil consuelo pard la misma. saber
(Jómo votamos: si votamos bien, no necesita, para el complemento
de su dicha, saber si fulano ó zutano votaron en este sentidu ó en
el otro.


'oAdemás, senores, teni~ndo el diputado tantos méd¡os y recursos
para hacer público cÓmo vota, ¿,á qué nos estamos rompiendo la
cabeza sobre si ha de ser pública ó secreta la yotaciOíl de que se
trata? Si hay 60 senadores que dicen: nuestra conciencia, nuestro
deber, nuestros sentimientos, nuestra cabeza, las circunstancias pú·
blicas nos obligan á querer circunscribir nuestros votos en el san-
tuario del secreto, ¿queremos nosotros, cuando sabemos somos mas,
obligarlos á que voten en público?»


H.


El senor don Fermin Caballero replicó al señor San Miguel, cuya
fe entibiada le habia hecho caer en herejías constitucionales, y mU:3
que todo en palabras peligrosas, en a.berraciones eontra la sobera-
nía del pueblo.


Decia asi el señor Caballero:
aPero el senor San Miguel, que nos estaba al mismo tiempo


elogiando que los senadores hubieran propuesto la votacion secreti
conforme á su reglamento. propone hagamos las votaciones secretas.
Pero yo vuelvo al señor San Miguel el argumento: si los senadores
ban obrado bien inclinándose á la. tendencia, aunque no sea tan la,




698 IIISTOlUA DEL REINADO
de su reglamento á las votaciones secretas, como diputados cree
que debemos nosotros favorecer la publicidad á que nuestra legis-
lacio n peculiar nos convida. Pero dice el se fíor San Miguel: «¿Qué
tmporta que la votacion sea pública ni secreta? ¿A. la nacion qué le
interesa que la hagamos de una manera ó de otra? Si la hacemos
bien, eso deseará y necesita erect~vamentej pero si la erramos, no le
importará saber si se ha votado as! ó asá: lo que sentirá es el peso
de nuestro error.) Pero el señor San Miguel no ha tenido presente
que si ese argumeGto vali~sc, valdría tambien para la publicidad
con que estamos ahora discutiendo: á la nacion en ese caso lo que
le importaría sab.~r era si las eortes habian hecho ulJa ley muy bue-
na que produjese be!leficios, y no se cuidaria ni siquiera de su dis-
(~usion, ni merlOS de su votacion.


))La nacian no solo necesita saber el resultado, setíores, necesI-
to saber los pasos que han conducido á ese error ó ese acierto
para en lo sucesivo ser cauta', y que los hombres que no están
aquí aprendan con nuestros errores y nuestros aciertos" De modo
que interesa que se sepa todo, que se sepan nuestros votos, porque
la nacían es claro que si lo erramos no lo podrá enmendar abora,
pero tend rá presen te si lo que hayamos hecho es errado, y tendrá
derecho á saber quién ha errado y quién ha acertado, y este cono-
cimiento le servirá mucho para su ulterior progreso, porque las na-


ciones son eternas y necesitan aprovechar la experiencia y los he-
chos que han pasado.


»Ha dicho masiel señor San Miguel, olvidándose de lo que es esta
especie de gobierno representativo, de lo que son estos cuerpos nu-
merosos, y de lo que á SS. SS. mi:;mos he oido manifestar aquí
frecuentemente, que es inútil que nos empetíemos algunas veces
en hacer las cosas con una celeridad que el corazon desea, pero
que no es posible á no atropellar todos los trámites, todas las for-
mus establecidas para este género de gobierno: se ha quejado de
dilaciones; se ha quejado de que la nacion está impaciente por que
concJuyawos de hacer esto; pero esa ansiedad pública debemos cal-
marla en vez de aumentarla; debemos decir que la culpa no es de
Juan ó de Pedro; que es uno de los males inherentes á esta clase de
gobiernos. Si en \"ez de las cortes hubiera un rey absoluto á quien
se hubiese encomendado, no hubiese habido quien pidiera la pa-
labra .


.oEI mismo señor San Miguel que quiere tanta brevedad ba pedido




DEL ULTrnO BORBON DE ESPAÑA. 699
la palabra, y ha dicho que es para fundar su voto; pues si _todos
los diputados hacen lo mismo y han de fundar su voto, ya ve el
señor San Miguel que se aumentará la dilacion, y que no puede
irse tan apíisa como se quiere.


»Señores, rf:pito ID que dije al princiI:io. Yo deseaba hablar
mucho mas rn esta cucstion y tratar de otros puntos que se han to-
tado: pero por lo mismo que estoy desvaneciendo, digámoslo así, ó
corrigiando á mi ver una equivocacion que ha ~adecido en su dis-
curso el señor San Miguel, de querer brevedad, y estar in voluo taria-·
mente invirtiendo el tiempo que pudiera ocuparse en llegar al fin,
me voy á reducir á lo que he manifestado en conlestacion á lo qv,
el señor San Miguel ha expuesto.


))Basta saber la desconfianza en que estamos tantos; basta saher
la discusion que hace días nos ocupa para demostrar que por io
menos la ley no está clara á pesar de la oploioQ del señor Sancho,
porque por muy respetable que esta sea, es menos que la de eua! .
quier otro; hasta que S. S. haya sido a'lItor de_ella para que tenga,
como todos ti~nen~ afieion á su obra. La ley no está clara, por ¡'í
menos no diec nada expresamente; y esta es la ocasion de i)ntrar :l
examinar su espíritu.


» Por regla general las votaciones de todos los gohiernos represen -
tativos, e,lm!) lo es la disGusion, deben ser públicas, porque es mas
vrmtajoso; lo SOl) las diseusiones, y de la misma manera las yotacic
;;-:'8; :,r)l'qnc rnuclws no pueden tomar parte en aquclll3.s, y es nec'/-
~)rh d:'\r Ilüa <.:ati[;farcio:J ::¡J pais de cón1ü se tumple I~on la misi' ~
que dí' él hemos recibido,


1, J.,' 1" ", , 1 \' , »,~q;lmo3 .;aJo I? regID1Nl (101 !::~'onwíOO rCprI3SeIl,ftil\O, frH' qlJlP'"
{hcir f{tU; rcpj'(:~f'll!amos la v(ilnntad nacional. 1:':-1 decir. que la v'
hmt:lIi ml.f:io!');!l rnl.n 3qU! por muchr~: nost)tros !le somo:: ~nns qr;
d'leg'Hhs, y no podenFls apartarnos un ápice dc la ql)r es volw:
tad naciomd casi expresamente manifesia/(l" ¿No está al1ui bir!: r:x-
presa la '\!olnntad naciDnal? ;~No jo está de::;dc '31 proruD1ia¡'rnto ,)~
,'l'3liembre? Digo qU8 si; porque 'Yo en tODees por t;oca de k~ mi:;m{~~
que ocupan hl)y la Regencia provisicnal, y por la crm!0~t3don [JI'
1" 1 - f"" 'I ' . -lj " 'n . 1 ü!O [ ona \jr!stlllf1 ¡:¡ ,¡}¡-; 0Xlgr>DClns :¡J' mmlstc':lO .nrgf'rCH~ _ ~(\ <:~:i>


¡;¡¡ál '~!.'1 h. opinion nnel0n(ll _ cuál la del c.lü)is!2~¡:):'!:: (11' dof'!r:.
.,. . "6' l' !~.:',~~stina, que nn ~nlSi1 ('i J1f) ("r'~y C0nVerJI .ntc c~.1mrd7" f~0n r5· r '2
p,jgcncias. P!J0~ ~¡ h [¡Pi_r,if\!' t.i"!p: de rtntemano mai!;:(l;.:f::vla~n ';,'1'-
!untad, ¿será lícito qU8 !}()so!.r!)s ll0S apartemos de i111!)? C:wmdo re,




700 IlISTORIA DEL REINADO
lo sea, ¿no será conveniente que digamos: por e~tas ó las otras ra-o
200es SI) aparla ó funda nuestro voto contrario á lo que de ante-
'llano tenia resuelto la nacion? ¿ Y se puede en cier:a manera dar
'!na. sat1sfaccioo al pais sin que la votacion ~ea pública?


»)Aquí no es un derecho precimmente de los diputados que la vo-
!H,'infl ~;la pública, sino de la nacioo; porque si es secreta, se priva~ ~Í1 ::tI p?i'l para lo sucesivo de uno de los derechos (LaS resDctabks
qm! tiene, á saber: que pueda, ó b;en ree:egir, bien negar su V')tf' ~n Dlr::\.'l dr'crioncs al ~ipu¡ado que crea nü h" cumplido con su Jeber. ~() {',,\ curslir'fl de arnnr prr!piü de Jos diputados, porque no importíi
rp';' v::-:ngan Uf{f!í unos ú tros; pero es meo(;iikr saLa quién La CurL-
pndo C,H1 1i'!. yoluntad nac;onal cuando ya c.;;!ah\ cxprua, () qui,\n h~ de.i~;rh de cumplirla: adrmás, que muchas provincias formularon
un p;'f¡¡:~a~""~ll,; nnPlitido y aceptado, de cuál era ~u opinion en este
punlo; y aunque yo rerOilf;zca la faculLtd que tenemos de Se¡iUriir--
::l0S rl" él, no se puede negar á la naciol.l el d;~recl¡tj que reDe pan;
~abf'r (1~déf1 ha cnmp1ido con él ó quién le La d:::;precia,,!o.


»EI E'eñor Lnjan, e¡;forzando sus OpiU:OH\S en fll\or de la votaci(,u
"'f·r~t:l, ¡'f'~IÓ -tI i\rL ~jO de la !I)Y de 1!) de juno de 18:n, (;n lR
ena 1 "" lh~t. r¡¡jt' «( !;ara nord;rar Beaen L:: ó IL~','e[¡c¡a dd reina, \' 1 '.-' ~


..


r:lr r 'r (1('1 f~0y meonr, so requiere la presec¡cia de la mitad mas unG
de 103 individues que componen cada uno dij lús cuerpos colegishi-
dores;» y como en el 6" se diga: «que estas votaciones se harán á plura.:idA.d lbsoJuta de votos s(~crelam:'nte,») infirió de aquí que de
DI) srr sfcrefa la votrtcÍoo, así en la designacion de personas, como
en el acto (le fijar el número, se venia á iocurrir en un contraprin-
cipio, hac;éf:dose la designacíon de personas por un método de vo-
tucion y por Gtro !a del número. A este argumento, que DO ha ~ido
sdicie:-ttemente ccntrsl'ldo, es al qu'J voy á cnutestar yo áhora. D0
ahí, señores, n () se ir ficre con tr;\d ice!,,!]; ;:,orque si bien es ciprio
que por ese artículo la designaeion del número debe ser á pluni.¡¡-
dad absoluta de votos, farnbien lo será la pluralidad absoluta pam
fijar el rúmero en virtud del arL 58 de la Cüusti(uc.-iaQ, en el cUll
se dire: «que las resoluciones en caria uno de los cuerpos coleg:s-
ladnr::s se toman á p!uralida.:i alisoJuta de votos; pero para votar
las leyes se requic:e la presencia de la mitad mas uno del ilúmé-
ro total de k,s individuas que lo compom~Q;)) es decir, que no se si-
gue, lógicamenh~ hablando, del artículo eitado por el señJr Lujan que
la designacion de número esté envuelta ni aluda á lo qu~ ~G prü-
yiene en rl art. 6.· que exige la votacion secreta.




DEL ULTDlO BORBON DE bSPAÑA. 701
l)Es clE'stion de principios: el gobierno absoluto es gobierno de


uno, democrático es de todos, y entre esos dos está el representativo,
j~S decir, el gohierno de unos pocos que representan la voluntad de
muchos. Pues bien: ~!a cuestion dE' número no será cuestion de prin-
cipios? Sí, seí'íorcs; y para ello basta traer á la memoria cómo se
pensaba no há mucho. Mientras principios mas democráticos que
los que hoy rigen gobernaron á España, hablo de los años del ~o al
"23, no E:C pensó jamás en una persona suia para regentar el reino;
entonces ~;(~ pidieron tres, cinco ó siete. Mas adelante, cuando á fa-
'/er de 1<1:-: novedades acaecidas en la nadon se trató de reformar
aquella ley avanzaron mas las opiniones, y se crej'ó que debia limi-
tarse en c¡erla manem el poder democrático: entonces se introdu-
jeron otras novedades en la Constitucion de 1812, Y se dijo que la
Bfgencia pudiera ser de uno, tres ó cinco. Es decir, que se dió un
paso de retroceso, y llamo de retroceso tu el sentido democrático,
prrque sr: estableció que una persona pudiera ser Regente.


»No diré que no sea igualmento constitucional el que la Regencia
sca de UIW á que lo sea de tres ó de cinco; pero sí diré, que el
d,'[cnuir,ar tI nÚl1J.CrO es cucstion muy importante, cuestion de prin-
cipios, y 'lUí:; la vobcion sobre ella sea pública. ¿ y qué ¡[¡conveniente
bay en que so adopte el diciámen de la comision? Ninguno; así tie-
ne la vl:n~aja ue d¿¡r ia solucion á este gran negocio. El senado ha
senladr¡ varias bases, y la comision en ubsequio de la armonía,
C0sa (jI]!' yo arrueb0, ha dicho: «En hora buena: todas las bases
p~OpJCS!;:.(: jl)r el senado se adoptan, lleDOS esta que determina que
la votaci0D seu secreta. »). Se nombrará una comision mixta, y yJ


)' , 1 , ~ i • 1 1 ., crca 111;:) al11 50 ¡looran C0ncuar tUl as las {)¡;HllOnCs; pero supon-
gamos que cada cuerpo quisiera sostener las suyas; a.un en ton-
f:es hay UJ flwdio i:~ conciliaci:m, ó por mejor decir hay muchos.
f;rmcluyo reg,\,1iClo r.l CGrgr~so se sirva tomar en cf:nsideracion las
o\}servacÍ0lJtJ3 qlW llevo hecha3 y las que han expuesto los que me
l. "eI ' •• ., "
uaIl pr t1 1;l"lkO en el !i31) ':1,J la raJalifJ, apro:)aJ]Qi) en su consecuen-
cin el dicUl.men de la. com.ision.·o


TO:llo r.




CAPíTULO XCVIt.


SUMARIOo


Di~cur"o 11(' llon Jo;tquin Jlaría l.oJlcz (':1 d"fl't!:<: de la ]!\,hlicitlad 1'1' L:- \n[,l,:i,,~H:<
-Interpela :\1 Gohil'l"no el ,C'iiof (Jarcia rz:¡] "oh°C' Ull l¡('ello 1":'c:l1Hhln,o -CCll-
tc,tal'iOll tld ministro de la Gucrra y dd de lla¡Oienda, illlenillit:lIlÍo LOjlel I'n ,,1
(kOt!ll'.


l.


A Coliantús le replicaron el señor Sanchez de la Fuente y el St~­
fior Lujaü, á quien DO concedió la palabra el señor presidente, Y
despues haLló don Laquin María Lopez, que terminó su discurso
con los siguientes párrafos:


«Añ,vlió el señor Acebo que tambien hay miras de D.rohií'i'd (~r:
eso de pub¡¡ddau, y que S. S, era demasiad0 viejo C!:i est(>s hctnens
para nu conocer ciertas cosas, y que no le gusta ser hipócrita po-
l't' t' - ' 1 ' 1 1 ¡,jU: es aúte GGO, senofC''s, una IUea muy perfgrma q:.Jcrer0.pl-
car el epíteto de hipócrita á los que quieren la publicidad, que es
la que d~senmascara las hipucresÍ;i.s. y pretender al mismo tiempo
calificar de francos y resueltos á los que ilbogan por el secret\)o Pero
prescindiendo de esto, la comision está bien segura de que no se
le podrá jamás dirigir esa especie de acusacion con justieiiL Si por
lo que [¡ üd me toca Le tenido la desgracia de senlarm,;~ en la silla
m¡nisterial, el hombre que en siete meses de minH¡"C' hizo cuatro
renuncias como puede verlas cuando guste el señor U\)j;i.t~/ Acebo




DEL ULTDIO BORBON DE ESPAÑA. 703
y cualquiera otro, está bien á cubierto de la imputa~ion de miras
ambiciosas.


»S. S. me conoce bien, y yo estoy bien seguro que no ban podi-
do dirigirse á mí sus alusiones. Aunque quisiera dirigirlas, y aun
cuando estamos tan cerca el uno del otro en este momen {o, el dardo
que hubiera salido de su boca bubiera caido á sus piés antes de lle-
gar á mi cuerpo. Si hoy sirvo una plaza en el tribunal supremo de
la. magistratura, bien á pesar mio se me confirió, y con harta repug-
nancia la sirvo; DO porque rebaje mi independencia, pues esta ja-
más se menoscaba, sino porque entre otros motivos me es absolu-
tamente imposible continuar de este modo, porque como sube el
senor Acebo, compailero mio en el foro, yo vivía en mí profesion
de abogado con comodidad y holgura, y boy atendidos los apuros
del Estado, se deja bien conocer qlje no podré cubrir las precisas
atenciones de una larga familia. Si S. S. me hace el obsequio de in-
terponer en mi favor el peso de su influjo con el gobierno para que
me admita la renuncia de ese destino, yo se lo agradeceré como la
prueba mas positiva de su amistad.


»Pero vol viendo á la cuestion. Queremos ia publicidad, si, seño-
res; la queremos y la defenderemos con valor, porque aquí se ba
dicho y no necesitamos que se dijera para saberlo. Fuera del con-
greso, Cuera del senado, fuera de la intencioll de personas respeta-
bles y beneméritas que DO pueden abrigar ningun designio q1le no
sea decoroso y noble, hay combinaciones, bay estratagemas, pulu-
lan las iIltrjgas~ y ni nosotros ni la nacion á quien representamos te-
nemos otra arma contra esas intrigas que la publicidad. Ese es nues-
tro secreto .


.. Al':íadió el señor Gomez Acebo que siempre estamos envueltos en
esto qu@ se llama crisis ó compromisos. Es un becho positivo por
desgracia que yo deploro tanto como S. S. El COTazan se me parte
al pensar que cuando bemos terminado una guerra de siete años qUe
ba cubierto de sangre, de lulo y de desolacíon á nuestra. patria des~
graciada; cuando parecia abrírsele un porvenir Heno de esperanzas,
de prosperidad y de ventura, en ese mismo momento parece que se
ba desencadenado el genio del mal para comprometer de nuevo nues-
tros destinos.


»1 Triste suerte de un pais que no da un paso al bien sin que le
abran una insondable sima las intrigas y las maquinaciones! ¿Pero
quién tiene de esto la culpa? A.lgunos pocos elementos abortados por




70í HlSTOlUA DEL REiNAD:)
la fatalidad para desvúr:ecer y frustrar todos los slevadns peD5a:}ljen~
tos y todas las dulces y justas esperanzas,


»E! señor Baeza ha dicho que no debían pc'n2fEC: c!"Jst&culos á la
terminacion de este negocio; mas por una rara inconsecuencia, mu-
chos de las que se prescn tan aguijoneando con tin U3:..nen te lW.ccn mas
complicada y embarazosa la résolucion, desviando las mJ.tcrias del
único camino que pudier-a llevarlos á pronto tér~nj'Jo.


»Ha añadido S, S., defendiendG con calor la nlaci.;ú secf€llt
que es necesario pa:;;ar el Rubicon. Sí la es, y V:dos lo qnuem:\s;
pero S. S., segun indica, qu;ere pasRrl0 por mediu dd see;'cln á r¡(~
enjuto como los israelitas pasaron el n:ar R(~jo,


» El señor Sanchez d(Ia Fuente ha supuesto que no S0n iguales
las facultadeil en cuanto á eleccion de Regencia cn ambo;~ ¡,Uerp0~';
pero que se ha de resolver por el número d6 cada uno, y con la l'e'


. d '.1 . , ~, ' paraclOD po na suceu~r que no yeUClCSe La veruauera mayona.
»Estas han sido tnmbien las opiniúDes de la comisiono ¿PeiO qué


podia hacer? ¿na recibido por ventUl'?í, el negocio íntegro lJnra diri·
girlo desde el primHf paso como lo pareciera mas conv(:d:~nt(;,(! se Íl:\.
encontrado nna sHuacir)O cread;::. que no podía r:c~!a.r ni dC:5cono:.::i'


. "? 11 b' 1 J ' . " • • 1 SIn graves peligros. ¿ El ¡a (I~ laGAr propuest: que [(JC;'I j., UCl:ü()
hasta ahora era nulo é ilegal j y que S8 debía retri.~ced¡;¡ t,anl vol \''::1'
al principio? Véase la ir.conser:uencia de las opiniones qüe nos com-
baten. De una parte se desea la celeridad, y de otra se requiere liüc
perdamos el camino que ten~mos andado, entrando eu otro lleno d(;
precipicios, y lo que es peor sin fin.


»Las dificultades, sei10res, han disminuido consid?rabkilicnte. El
~ , h . . d',.l' ,
I .. ongreso esta ~ ora en una poslclon expc La y L'C~;C¡;;D;.j'azaIJa.
El Senado ha dicho que la vo!acion de TI úmero sea escrita; si el e(;;;·
greso resuelve que sea púhlica, abierto está el camino á la coml-
sion mixta, y esta, entre otros muchos medios eh! ct,neiliacion de
que puede disponer, tiene el voto particular del señor Diez que po-
dria adoptarse como punto de conformidad para ambos cuerpos, y
que si yo he contribuido á que muriera cuando babia necido en un
momento poco oportuno, ha sido con la esperanza de verle acaso
resucitar despues para servir de sello y resolucion á este gran pro-
blema. Esta es mi idea, y este es en mi concepto el verchdero es-
tado de las cosas."




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAfü, 705


n.


Aprobado el artículo 4.&é igualmente, el 5.°, comcnZG lu. discu--
sioa del 6. o que fué retirado en virtud de una indícacioü CÓLGG e~
7 .. Y 8: con quienes se relacionaba.


El 9.° fué aprobado con ligera discusion, y despucs de a~üp;ar
dIO, la comision retiró el 11 Y 12.


No fué muy larga la discusiün acerca del articulo 13 que fué
aprob;:.ua tambien.


En eSe mismo diil. ocurrió un i!lciden te notable en la sesiOil.
El señor García Uzal pidió la palabra para interpelar al gubicr-


no acerca de un hecho escandaloso que habia ocurrido.
lIé aquí cómo explicó el diputado los hechos á que nos roferir..l(;;i.
~ Es el caso, seiíores, que el dia 17 del actual amanecieron la mn-
yor parte de los oficiales del regiLliento de Mallorca, uno de le.; q::c
compolH;u f'sta plaza, sin tener un bocado de pan que ll(;'iar á la
boca, y requeridos para mayor conflicto, por sus patrüi!cs lF'; :'rt
e1 misme tiia ]ej dijeron que abandonaran inmediatamenle la . ; h.1-
hitaciones que ocupaban si no les satisfacían los alquileres qw: híi-
bian devengado. En tal extremo, en tal estado de ansiedad, en
tal estado, estos oficiales pasaron á verse con sus eomal.ldan tes y
les hicieron presente el estado á que se hallaban reduddos. To-
mándolo en cúüsideracion sus jefes, 10 pusieron en conoc;mieiJto
del coronel del cuerpo. Reunidos todos los fondos, absolulam:;ntiJ
Iodo3 bs fondos de que el coronel podia disponer, alcanzaron GDa
cantidad de 66 pesns fuertes, que se distribuyeron pOI' lJatallones á
raZQIl de ~2 pesos por batallon á fin de que los respectivos eOfi.laE
dantes los repartiesen entrfl los oficiales.


)E! congreso podrá conocer qué es lo que podia hacerse con can-
tidad tan mezquina. ¿Qué SOD, señores, 2'?l pesos para repartirlos
entro los oficiales de un batallon en el estado de agonía en que 53
encontraba? PerJ su virtud, la virtud de esos oficiales que se l.m
calificado de puco decorosa, encontró un camino y dijo: «Estos:22
pesos duros para repartirlos entre nosotros, no pueden sacarnos de
la necesidad, es una cantidad muy pequeña, extraordinariamente
pequeña la que nos corresponde. Nos sometemos, pues, gustosos á




706 lllSTORIA DEL REINADO
que lIno de nosotros se haga cargo de ellos y DOS compre un ran-
cho; un rm:ltho podrá comprarse cuatro ó cinco días, yesos cuatro
ó cinco dias comeremos.» ¿ Se quiere mas virtud? ¿ Se quiere mas
d(;.~preLldinliento , mas abnegacioD, mas patriotismo? Esos coman-
danfcs }Jabian recibido del coronel el dinero para entregarlo á los
oficiales: era nueva la solicitud do estos; por consiguiente, los eo-
i.j]afirlantes dijeron que por sí no podian disponer, que lo consul-
tarian eo;] el coronel. Se consultó efectivamente; pero la resolucion
era del momento, y por desgracia esta resolucion no era propicia.


»En (;}I cúnflicto, guiados por el hambre y solo por el hambre,
dGce oficiales de ese cuerpo, doce oficiales que el que menos ha sido
herido dos veces en esta campana, y entre los ctmles hay uno que
está iüútil, manco, se dirigieron á casa de un particular; pregun-
taron por é:; se les contestó que estaba comiendo. j Que estaba co·
miendo se dijo, seí'íores, á unos hambrientos! La ocasion DO pO-
dia ser mas oportuna. Este particular es ministro. y tes contestó
que en el ministerio podrian verlo á las diez de la noelJI::; pero los
oficiales rlijeron: no buscamos al ministro, no queremos su audien-
cia; nada t(:ücmos que t.ratar con él, buscamos al hombre particu-
lar, no al hombre ministro.» Y hay una grande diferencia entre el
hon:bre ministro y el hombre particular; una diferencia grande, y
acaso lo haré ver mas adelante. Pues seiíores, no puede hablársele.
PidierrJl1 una luz, y en la antesala pusieron un papel. Una nota de
la interpelar.ion se me ha quedado en casa y no sé si seré exacto en
10 que voy á d~cir, pero confio en mi memoria. El papel estaba con-
cebido en estos términos. «Varios oficiales del regimiento de Ma-
llorca, que el que menos, el que menos hac.e ~4 horas que no ha
comido, solicitan de la generosidad del sel'íor Ferrer que los admita
en su mesa.»


»El seÜ1ir Ferrer no tuvo por conveniente admitirlos. Efectiva-
mente, se leS despidió con maneras bruscas, y se retiraron; peio
al despedidos, y cuenta que esto es importante, señores, al despe-
didos ~e les trató de sediciosos. Esta calificr:cion es lo que voy á
rebatir.


»Sedicion, set'ínres, vale tanto como tumulto, y como tumulto
popuL1r cDotra la autoridad del rey, contra elrey y su autoridad. ¡,Y
á unos eficiaJes que se levantaron con tanta mpsuru: con tanto co-
medimiento podia calificárseles de sediciosos? ¿Iban por ventura á
asaltar la casa del particular de quien he hablado, ó iban á pedirle




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 707
pan? Pero, que si hubieran acudido á la casa de cualquiera de los
señores diputados que me escuchan, les hubieran dado el que tu-
vieran, no me queda duda, porque yo Jo hubiera hecho y todos son
mas que yo. jSedicion, señores! He dicho lo que es sedicioD, por
consiguieLlte no la ha habido. Es necefario que esto se !eDga pre-
sente aquí, y fuera de aquí, porque acaso por sediciosos querrá
juzgárselús porque están: presos. Yo no los calificaré por cierto;
mi objdo no es mas que destruir la idea de que son sediciosos: no
calificaré su procr:der. Tampoco calificaré el de! particular á quien
se dírigieIOt1j p0ro sí diré que no fué magnífico; diíé mas, que no
fué generoso.»)


III.


El señor Uzal pnJsiguió su reJacion manifesl::¡,ndo que se decia
:2[';tre hs süidal.!os qUe las cortes no habian resuelto [Jz¡da accrta dd
cobro de eofltrionciooes, y que por eso no babia dinero. Pedía
QlW 83 clesvaoecie5f:!1 taJes rumores, pues precisamente se habrlo,
suspendid(~ la cobranza cuanJü cra natural que las cortes Jariao su
consentimiento.


DespUéS añadió:
«En la maílO tengo una not,l qne se me acaba de entregar ha:.:e


paces n1iiLLJ;). Dico (Ásí: «( Don J trUQ Sane hez (es un ce f'Jcrr'iuG tr:,
un du~ño de un almacen de víveres, como quiera llatlHtr3{l) ha. con ,.
tratado (uD lns GO:lland3.nt'2s dd regimiento de ~hl!(;fCa y sus
abandemllo3 (J'~¡ dic~ h. nota d0 cuya exactitud [espo:1do) los Vt-
Y0reS para ,;.505 batal¡onC5 con la precisa, la indiEpensabie cOf;dicioD
dt) que se 10 !labia UU ~;;itisfac:3r cad(l. 10 dias el impiírte de lo qaü
¡~ntregase; pero bao pasado los 10 dias, ban pasacto 1! I}, bar. pns:1.
do 30, y no Si.) L..l ua sltisfeClu nada.» Cuando el cor,nel efe Ma-
llorca uo ha satisfecho ó tratado de satisfacer esa cantidad al cen-
tiatistu (1UO pro'h'i¡\ de víveres al regimient'.l, es porque no tiene
dinero; á CiC,Eié\ cierta puede decirse que no lo tiene, pues no sol,'}
el coronel, si::o cuantos COIi!pOnen el ejército español ríld mereeeD
el concepto m;:s ebvado. De consiguiente, si no ha Piígado ':['. [or·-
que no tiene dinero: razon sencilla y clara para no hall~; pagrrct ').


)) El contratig!a en vista de esto ha dicho que no puede i:C,)~l¡:- lbs 00




708 mSTORIA DEL AEINADO
do Ví\"Ci!:5, porque no alcanza su capital á cubrir estos gasto!l; pero
;.;e le dijo: «Siga usted cuatro ó seis días para no morirnos de ham-
br¡>: es un sacrificio grande, inmenso, patriótico como otro cual-
(Juiera; nos morimos de hambre y se procurará pagar á usted lo
mas pinnto posible.» Ha llegado el caso, seriores, de que c~te dig-
no cO!D9rciante no puede continuar así: hoy son 51 ,3~6 rs. los que
;iene a::l.dos en arroz, habichuelas etc., y no está en el caso de se-
guir liBodo mas, porque acaso su capital no lo pueda suplir, ó por·
que h;¡hiendo dado esa cantidad DO querria dar mas, aunque lo ten-
ga, porque necesita ese dinüro para surtir su tienda: bast,mte es
haber suplido el gasto de tantos días, Ú ruego de los comandantes
de esos batallones. Se dijo en el decreto de 4 noviembre, que todos
1rS fond:Js que se recaudasen se inverlirian en pagar con preferen-
(~¡1 al ejército, despues á los empleados públicos, viudas, cesante~.
juhiJad's, fraiI~s, monjas y toda esa cáfila de hambrientos, porque
lo están; frIe el remanente que quedase despues de haber satisfe-
rho nI ejército, se repartiria á prornta entre los demás interesados,
y que lOS pagos se harian con igualdad. Pues ni el ejército comc,
pr"qlJP, acabo de demostrar que no come, y lo acaho de demostrar
CO:I10 se demuestra que tres y dos son cinco, ni comen la.s demás
clases lampoco.


)) Yn que he tocado este punto, diré dos palabras, contestando á
otras dl)s que ayer dijo el señor ministro de Hacienda. Me parece
que contestaba al serior Miranda cuando dijo que los diputados te-
nia!'! líhi:'r!ad porque el gobierto se la habia dado: esl3S fueron sus
na,lah~(is. yi) contesto al señor ministro que si él y sus dignos corn-
rafíerns están en sus bancos es porque la nacion les ha puesto ah!;
~e3 hit d~,·l;} esa. libertad el 1.° de setiembre. Por consiguiente COl1-
"lUy0, pnrqne como dije al principie.r, me ho propuestl) ser breve.
?,li interpelacíon tiene por objeto primero desvanecer esas vocrs
~)().rb} dinhólicas. Las cortes deben desmentir esos rumores; las cor-
ks d::lrfm ¡~J ejército lo que sea necesario. El ejército es numerosa,
no puede sostenerse, porque no puede la nacíon sobrellevar est?,
carga.


»:rL) lirlrece, pues, que al gobierno corresponde decir: ((S,3 está
e\) el C;\~<) de licenciar el ejército,») aquella parte que debe lic8!Jciar-
s:: pe:';) el ejército puede estar confiado el) que las cortes ~,3br¡b
prfl::~í~¡f ¡~n¡:;¡ Servicios eminentes. Esos rumores qCÍerD yo n¡]emás
de3uH':;!¡f par;}, que las cortes queden en su lugar; y c.i rr:i"nEI ¡!i~J'"




DEL ULTIMO BORDON DE ESPAÑA. 709
po quiero pan para esos s3Idados que acabo de decir al Congreso
no le tienen: pan para esos valíen tes que tan tos servicios han pres-
tado á la patria, porque parece que no serán esos los únicos que
se hallen en esta triste situacion, porque podrá haber algunos con-
tratistas como ese don Juan Sanchez que quieran continuar sumi-
nistrando víveres si no se les paga lo que ,tienen adelantado. Pido
pan, pan que no tienen porque no han dilapidado los bienes nacio-
nales; pan que no tienen porque no han defraudado los fondos pú-
bíicos; y pan pido para esos cuyo delito consiste en habernos dado
la paz y con ella la libertad.»


IV.


El ministro de la Guerra contestó que le parecía algo poética la
relacion del diputado García Uzal, y que si bien era cierto que los
ol1ciales de Mallorca como todas las ciases se hallaban en desgracia
[ji) era conveniente presentar tan á Iv vivo su lastimoso cuadro.


El ministro de Hacienda contestó tambien sin negar la exactitud
de los hechos, pero procurando atenuarlos.


El último párrafo de su discurso era el.importante.
Decia aSÍ:
(Ha dicho el señor Uzal que ha visto impresos que corren por ahí


con aii'{} (L; mí.wha irnportauciu, en que las necesidades que se expe-
rÍmen!an se atribuyen ai gobierno, porque habiendo presentado un
proyecto de ley el gobierno pflra continuar cobrando las contribu-
ciones, no habiéntbs8 aprobado, pesa esta especie de responsabili-
dad moral sobre pI congreso. Si es así, yo contestaré; si no, me he
equivocado, S. S, ha hecho una seña! negatIva, y yo deseada que
S. S. rectificase esta idea; pero si estúy equivocado, no hablar mas
sobre ello,»


El señOl' García Uzal replicó que habia dicho que circulaban esas
YOC~S, no hacia cargo al gobierno sino para quitar la máscara á las
gentes malignas que pudieran sospecharlas.


El señor Lopez intervino en el debate siendo notables en su dis-
Ci.:rso los siguientes párrafos:


«El seuor Uzal ha dicho que hay un interés en difundir er. el
ejército par mil l'at8ros é indignos medios prevenciones contr~uias


TOMO l.




710 HISTORIA DEL REINADO
Congreso, y que con este torcido designio se hace circular que la e5,
casez en que se encuentran las trnpas es efecto de no haberse dado
por las cortl3s &1 Gobiern/) la autorizardon para cobrar lar; conlribu··
ciQnes. Pero bay mas {Odavín, señores, yo dir8 todo lo que sé.
porque este es el sitio desde donde debA vindicarse la Vf'foad y c~m­
fundirse la impostura" A mí me importa peco que los tiros ~algan
de una ú otra. parte: lo cierto es que se n0S dirigen, que la nstucia
y la malicia en combinacion apuran sus recursos para introducir Ir
desconfianza entre nosotros y el ejército; que f\e quiere romper es!'
lazo indisoluble que une á iodos los hümbrcs que trabaj~n para d
bien d(~ la patria; y si es indudahle, como para mí lo es, que esas
¡cae las empoDzofladas están siempre en dire!?cion t:ODtra nuestros pe-
chos, nadé\ me interesa averiguar por lo pronto de dónde salen:
10 que me importa es cuhrir á la repres¡;nlacion nacional con un
escudo que la defienda. Este escudo es la verdad y la publicidad;
nuestm sltuacI0n se parece á la del guerrero de Homero, que sojo
pedia la luz para pelear aun contra Jos misn;f;s dioses: cstem(l!'
nosotros unidos; publiquemos nuestros sentimientos recIos, justos y
geJ)erosos, 'Y desafiemos á Ja 031uD1Dia, cuyo dicr,fe CUDea pel1ctr.'l
en una intendon recta y en unA éler!;ditprb r¡rGhi'~~:l. Porn (Iii;~ ql1l~
hay m:;.s de lo qu') el señor Uzal ha dicho, y voy á expiicarlo. SE
escrihe incesantemente, se dice con pérfido designio, se hace cun-
dir por todos los CÍrculos que las cortes pipl1s.m licenciar la mayor
parte dd ejéreifo, }Jugar con una indigna i¡;grat;¡n::1 sus servif:.iüs
y enviar á 10s oficiales, con la eS;<1da hajn dd b;-~lzo, y al soldado
\;'jfJD su lir:encia, á relegarlos á la míscrif! y;tl :"barGonC' , ¿Y (}"tlI'
prueban todas estas propaJaeiones? Qu~~ r:l G:nio de la intrifil vC'!a
mcesanÍ(:menle en nu';stro daño; qUé"'; DO se pb'dr:[l. mr:dio dc con:
prometer los drstilJGs d~~ la rat:in, fhdG~" cn Ir.; 'm¡un de todo<;; S!¡~
111";('\":" {""la ",1 D1a"'11;tyr.r"j'I·"¡~f" an p",~l:. .. ...-,L •. l}l!,!"'t. "...,'" n"~"'1 ~.:l-r,.·'¡(fUO IT!"" J ,;j, "tU'.> ',:1 Lj. lid': ,) .\1(,', el, Ú:;.~, t),dnl in, \,.'" L ,':;é) {.\,,"I,(' , Hj:o.
astuto y mas insidio:iO que M~l(p¡avc!o. E:l ('",fc~· ~c trabajJ, sefio"


vista.
})¡' In:'d'l,,<;: ""f'\lpf",r.;;; r,';" ¿¡"n'~ v ,',c,f~,! ,1>; 'H'1,'·¡' """'!1l'f'f¡7!1'j'¡I¡I,' "["',"'. ~"","-,~"-\",,,._L.l ...,'-' ' ...... "'~'.,~' .. ~l~~ "\' .' ): it.,_- '."" 'JI..'. ~ <'--·"l'\"'"". #-~'. ~ ,~ ) l .. ,I\ .. ' ,
sf)la(hra~ El ejé:cito) ¡i~S y 1;1 DQe30fl ;:;on U:'.<1 ¡;d:~n1 (;OS[I,


,


, y (




DEI. ljf:mW IlORBON DE ESPAÑA, 711
lemne y sagrada por e! mes de setiembre que unió todas las volun~
tades para condenar la tiranía. Desde entonces mas que nunca uno
8010 es el pensamiento, WJO solo es el deseo del ejército y de la
uacion.


»Podrán acaso bs perezo.:Sos que se gozan en atizar el fuego de la
discordia, tkspuutar desconfianzas é iIlspirar inquietudes. No logra-
rán nunca su objdo. Los que piensan del mismo modo no recelan
entre sí, y fácilmente se entiCiJaeD. Sucederia, por mas que se en-
cüntrase incduta creduliJad, lo que sucede á dos amigos Gue .sin co~
ílocerse y en medio de las tinieblas pelean inducidos por un insti-
g:ldJl' ¡:érfiud. Aparece la luz, arrojan las armas y se abrazan como


_ herrcanos.
»L3.S cortes nG pueden abrigar jamás ninguna idea que no sea


honrosa y favorabla á lvs valientes que nos ban asegurado la paz y
la líLerlad. Por lo que á mí toca, Ían procto como se con~luya la
cuestion de Regencia, que absorbe todas las intenciones y n~funde
todos los intereses, presentaré un proyecto de ley encaminado á ase~
gurar la subsistcnci~ de los que llUDiendo derramado su sangre por
la p;.:Jria ¡Í(:nen un derd:ho á que la patria HU dia recompense sus
sacriticios y su valur. Mi pensamiento es, y lo anticiparé desde aho-
ra, que una parte ce !us bienes nacivoales de prepios y baldíos que
hay en los puebles sirva á formar á cada militar que vuelva á sus
hogares, segun las r~spectivas clases (), que corresponda, una parte
de fortuna bastante á asegurarles el resto de su vida contra los riese
gas de la eSCU3ez y de la miseria. Seria un baldo n para la nacion
que sus defensores á quienes ha respetado la muerte en los comba-
tes, vinieiün á consumir sus dias en la afliccion y en ]a angustia de
la pobreza. Yo formularé mi idea, DO creo que pudiera tener nunca
impugnadores; mas si por otra causa llegara 6. tenerla, yo lo anun-
cío desde luego, defendería mi proyecto palmo á palmo, dedo á dedo
y linea á línea.


»Tambieo dedeo que otra parte de bienes nacionales y de las cla~
ses expresadas sirva para el pueblo, para ese pueblo desgraciado
que tanto ha padecido, y que Lasta ahora no conoee ninguna de ras
ventajas que el cambio del sistema político le debiera reportar. Ya
estamos en tiempo de pasar del campo de las esperanzas al campo
de las realidade::. Justicia y gratitud; hé aqui dos sentimientos dig-
nos de nosotros. que nos obliga á volver los ojos hácia un ejército
y un pueblo que merecen la libertad porque han sabido conquistarla




71! HISTORIA DEL REINADO
Y conservarla, y la felicidad porque ninguna nacion puede tener á
ella mas respetables y brillantes títulos. Tales son mis principios.
tales creo son igualmente los del congreso; y contra esta union com-
pacta, contra los hechos que produzca, se estrellarán siempre las
tentativas de los malvados que intentan desunirnos antes para ven~
cernos despues.»




CAPÍTULO XCVHi.


SUMARIO.


Trabaj05 de los r!Hlmi&,os de la revolution para de~~ereJitarla.-Discusioll aecrta do
l~~ I'c,alllía" miIli:ileri:de~, 'f mas extensamente sobra la conveniencia de la uni-
düd de fuero,;.


1.


La cuestion provocada por el señor Gareía Uzal era en efecto
gravísima.


La re\'ohicion tenia enemigos formidables que se habian pro-
puesto destruir por todos los medios que tenian á su alcance la si-
tuacion creada en setiembre.


Todos los medios se consideraban buenos, y ante ninguna difi-
cultad retrocedian los enemigos de la libertad.


Divorciar al ejército del pueblo era uno de los caminos mas se-
guros para llegar al fin de aquella jornada. El congreso era des-
autorizado en la prensa: y las voces que con maquiavelismo se ba-
cian circular iban á introducir profunda division entre los mismos
representantes de] pueblo.


Sublevando al ejército, haciéndole ver la ingratitud con que se le
trataba por parte de aquellos mismos que le debian sus bonores, sus
posiciones, su influjo, se preparaba para en adelante el descontento,
las animosidades contra los aóuerdos de aquella Asamblea.




71 i HISTORIA DEL REINADO
Jugaban así lus reaccionarios con una espada de dos filos, por->


que aparecía como responsable de estos mísmos ardides el gobierno
provisiouaJ, que perdia prestigio y autoridad en todos conceptos.


No era aquella la primera ocas ion ni deiia ser la última en que
semejan tes habilidades consiguieran poner en las filas del congreso
fa fiivision y su descontento.


Por lo demás, la interpelacion del señor Uzal, los artículos de!
Humean, los remitiJos de los oficiales de Mallerca y de Soria, es-
erítús ciertamente en un lenguaje impropio (P), venian á hacer para
todos comprensible que existía un plan vasto para perturbar com-
pletamente al partidu dominante.


En la misma sesion fueron aprobados los artículos que la comi-
sioa retiro respecto [} los trámites que debia seguir el asunto de la
Regencia.


1i.


D!s0utió.se tambien con mucho empcuo acerca de las cesantías
minisle r ía!e.3, y en esa cliscusion tomaron parte Posada, Memllzábal,
Lüpez (don Joaquín), Sancho, Madoz, don Mariano de la Paz, Gur-
da, y otrrs que adujuon muchas razones en pro y en contra de las
cesantías ministeriales.


Se aprobó el artículo ~.' que pasó á ser l. o, no sio que prece-
diera u na discusion.


Presentóse una proposicion que decía así:
« Estado en con tradiccion con el artículo 4.: de la Couslitucion


el qne haya tribunales privilegiados, y deseando que cese este abu~
S'.», propongo á la consUeracion del congreso el siguiente proyecto
de ley.


»AI'tículo 1.· Todos los juicios civiles y criminales se su!!tan-
ciarán y fallarán en los tribunales ordinarios de justicia, pasándose
á los mismos cuantos estén pendientes en todos ios tribunales pri-
vilegiauos.


»Art. ~.. Se exceptúan de la disposicion an terior los delitos pu-
ramente militares, en los que 1m procederá con arreglo á las orde-
nanzas del ejército y armada.


»Art. 3. 0 Quedan derogadas las leyes, ordenanzas, reglamen-
tos y privilegios que se opongan á la present~ ley. Palacio del con~
greso 1'7 de abril de 1841.»




DEL Ul.TH<IQ BGl\BON DE ESi'AÑA. 715
En apoyo de esa proposicion habló don Agustin Severiano Fer-


nandez, y dijo:
«En el título 1.0 de la ley fundamental se establecieron los dere~


ellos y delJerE:s de los ciudadanos espafíoles; y como uno de los de-
rechos mas inapreciables se fijó muy sabia y oportunamente, como
'Ya se habia hecho tambien en la CODstHucion del año U, fIlie t/)dos
los ciudadanos espafíoles sean regidos por unos mismos códigos, y
que se agiten los litigios civiles y criminales ante unos mismos tri·,
bunales, y por consiguiente que desaparezcan los tribunales qm'
fueron privilegiados, que por un abuso inveterado han estado yes··
Hm todavía rigiendo la nacioD. Entre los principales derechos con-o
cedidos en la Jt.)y fundamental de 1837 á los ciudadanos españoles,
está el de libertad de imprenta, el de peticion, y el de que tOGOS Jcs
españoles tengan opcion á los empleos y cargos públicos segun SUs
méritos y capacidad.


»Ahora bien: cuando con respectl) al poder ejeculivo y legisla-
tivo se han concedido todos esos derecboíl á Jos ciudadanos, claro (:5
que la razon dicta que se conceda la misma igualdad á los esparlr¡·
leS respeclo del poder .iudi'ial. Es un2. anomi~lh, GCf\iT'c, y 1;::; .;
mas extrai1as que puedan o:;urrir en un pais regido por instiluei':-
nes liberales, el que para negocios puramenll~ civiles se hayan de
sujetar los individuos á diversos tribunales. Así es que vemos sub-
si~tcn aun entre nosotros y reclamarse en las causas y pleitos el juz-
garlo y fuero de casa Real, el militar, el de marina, el de artillería
:;- en fin, señores, otra porcion tan considerahle, que si fuera á ha~
cer de ellos una felacjoD prolija, molestaría demasia~o la atencio!:l
riel congreso.
~) Ya me parece C3 llBgado el caso de que cesen Indos estos privi·


kgios; privilegios que haslu cierto punto, si bien el orgullo los mo·
~jvó en un principio, despues las circunsturJCias particuláres los han
justificado en algunas épocas.


»En efecto, señores, es preciso tener piesente que muches till'"
(ladanos trataban de üJ:jarsG de Jos tribunales ordirnrios porq'!e en
~lIos muchos jueces se convertian en tiranos) y p0rqne el rspírHu
Jo rapacidad de algucos curiales ahUgaba á a~ejIlr¡:~ de dlo~. Po;
esto muchas personas proC¡¡n~h¡ill Gcogerse h Jo¿, juzgados privile··
giados, donde creíail te:lcr mayor amparo; perG en i1 día; f0i'íorAf,
_m que por medio de la P¡'(;lJs::¡, pueden dcnlmci~H:::-' k:: ahn~OSJ y
deDe todo ciudadano f:X!'frli!r. r.! c,'lfl1i!'1ti dI' pxi",ir Le ;·;.;n):-"io¡-P;i~¡:¡d


. "1 .... "" _. ,'" .... , '- ~ '"e'" "'l" ".. ",




716 BISTORIA DEL REINADO
al que abuse de su cargo público; en el dia, en que S8 ha prQcla~
mado y establecido la igualdad, este derecho debe hacerse efectivo,
haciendo que desapartzca todo fuero privilegiado, y que todos los
Cspl3.ñoles sean regidos por unos mismos códigos y estén sujetos á
unos mismos tribunales.


»Han llegado, señores, á echar tun hondas raices entíO nosotros
los abusos, las preocupaciones y Jos hábitos adquiridos en tiempos
calamitosos, que hasta entre los mismos bOll,bres que guiados del
amor á la pltria ha.u estado combatiendo por la libertad, y porque
cesaran toda clase de abusos y privilegios, ha habido algunos que
han tenido la debilidad de invocar esos mismos abus'Js y privilegios,
llegando al extremo de abogar por ellos individuos de una clase de
la que menos debia separarse.


»Aun cuando en la ley fundamental no se hace distincion ningu-
na, y Stl dice claramente que unos mismos códigos regirán en toda
la monarquía, y en ellos no se establecerá mas que un solo fuero
para todos los espafioles ea los juicios comunes, riviles y crimina-o
!es, me hu parecido de absolu.ta nccesidtid poner el arto <2.0 de mi
proyecto d!~ ley q~¡e dice (lo le; ó). S(:ñore3,. esto es de absoluta I.lc·~'
cEJsldad, la subordinncion militar 10 oxige, el bien de la patria :0
reclama, y así es que en los pueblos mas aventajados en la carrera
de la civilizacion } de la libertad se ha establecido esta linea divi-
soria, y se ha creído que en los negocios puramcn te militares debe
hacerse que estén sujeos los militares á las ordenanzas y á los lri-"
bunnles especiales creados par las mismas ordenanz3s del ejéreitc y
u' mad~ nacional.


) En los Estados -Unidos, pueblo regido por las instituciones ill(l.S
libres que eo el día se eoúocen, se ha establecido esa diferencia,
pues consigna su ley fundamental en un artícu!ü como en el 4.. 0 de
la. Const¡hcÍon de 1837, que todos los ciudadanos gocen de t:no~
mismos derechos ante la ley y Eeall juzgados por Jos mismos trihu-,
nales: pero al mismo tiempo previene que las tropas del ejército y
de la armada y la milicia nacional cuando esté con las armas en Ia
mano, con motivo de guerra ó de conmocion popular, estarán suje-·
tas á las comisiones y á las ordenanzas militares. Además en In-
glaterra, donde se ha establecido el mismo artículo constituci';oal de
que todos los ciudadanos s"an regidos por unas mismas leyes, y es-
tén sujetos á unos mismos tribunales, se ha hecho tambien muy
partieu!e.r (J;sti!1cion respecto á los tribunales; y así es que todos lo.'"




Di.L ULTUlI) BORBüf\ D~ KSPAÑ!. 117
años acostumbra á publicarse una ordenanza, por la cual se pre-
viene que 11)s militares sean juzgados en los asuntos concernientes
al servicio militar por sus ordenanzas militares, y por los consejos
de guerra que las mismas autorizan.


»De consiguiente se está en el caso de que se haga esta debida
distincÍon respecto á los militares. Y no se creu que en querer yo
que todas las clases, y particularmente la militar, queden sujetas á
la au toridad civil, trato de ajar en lo mas mínimo á Jos que con tanta
gloria defiondéD nuestra p¡lfria; al cuntrario, tengo muy presf'ute
un caso que ocurrió en una nacion vecina, en la cual preflentándose
por el gobiert¡() un proyecto de he) en que se cOllcedian ciertas pr ~e­
mínencias á los milltul'cs, dt'rtlí. jurisdiücion privilegiada, con la idea
de separarlos de la cOllluoion de los demás ciudadanos, hubo un
voto de desaprobacion unánime por tt)dús los diputados liberales, y
se rechazó aquel proyecto de ley dicieudo que los militares DO lo
consentirían, pues hasta cierto punto con tal distincion se les causa-
ba un ultraje. Acordóse, pues, respetando el principio de la igual-
dad ante la ley, que aebian quedar sujetns á las mismas leyes y á
¡os mismos tribunales qUf~ los demás ciudadanos. puesto que Jos
militares lo eran ¡ambien como hijos del pais, y que df'bian f.il:,frn-
tal' de los mismos dere:::hos en los asuntos civiles y crimiGales no
correspondientes al servicio militar.


»De consiguiente, para no molestar mas al cOllgreso, estando tan
claro y explícito el artículo 4. o de la CODstitucion, le suplico tenga
;i bien admitir el proyecto de ley que he tenido la honra de someter
á. su sabia deliberacion.»


Era importante esta ley que tendia á uniformar y dar fuerza y
cohesion á las ideas revolu~ionarias, favoreciendo el sentimiento de
la igualdad que DO puede separarse nunca del de libertad.


En la misma sesion de] congreso se leyeron diferentes otros dic-
támenes y proyectos de ley de que hablaremos oportunamente por-
que no carecian de ímportancia.


IV.


En el cnngres'o se presentó el dictámen de ]a comision mixta re-
ferente á los trámites que debían observarse para el nombramiento
de la Regelicia, discutiéndose el ~7 de abril y aprobándose suce8i-


"'lit [ 91




'11&
vamel1 te desue el 1. '\d 1. o lo:! [ifticulo,.; en q i:e LaLia;, ciJuvmúdeo; pau
habieudo al propio tien::do Íl:.'Ch.i el sen ·.du L:C t!c j;~ :,cu!t:.:.d dt: tlis-
cutir, f'uspenderemos ia rciacil)¡} de Jo ¡PS en el cüngrcsG acontecia
para dar noticia de 10 que en la cámara alta venia sucediendo.


En ambos cuerpos se dista tia: en el eongresn y C"1 el senado ha·
bia prisa para llegar á la pplea, el ill(¡¡fleIJi;) S'l acercaba J' era pre-
ciso hacer notar bien todoq los incidentes.


Intercalóse en la diseusÍoü r;~sp,ciCi d~; la Hfl&:fmcia.. una. no meoos
importante de que jl1cideola¡inrnle se IriÍ,i;\ b:dll¡vl:i tn ei (;Ú;1f·~;('S()
y que en el senado se (Grma:¡zó pOf ha~)er presentado el gf;Dieif,(; una
comuDicacion pidiendo indemnidad por no habel' ,;;)'l V:lcado las cor-
tes oportunamente.


La comision reconocia que el goh\C,!le hl~bia ¡¡¡)rado segt.lH el im-
pulso de las cÍrcuustancia" y lo t:xcusaii;-\: pero el señor C:nnpvz(¡no
DO quiso dejar- sin pwtesta. ia dilacioTl ~e1 timnpo trasJ.:Ul"f!;}il
desde la disolucion á las elecciorH's.


Cortina tuvo que esfl)rzan~e LZlucho para fjT'Jbar que la ehmns-
tancia de qUi.~ las dipu!al~if)ne8 no estahan organizada¡.: y los textos
de las leyes le habian obli~':adí).


Hé ahí UD revoJucionariJ ¡!!tl: :'t~ OiSCtll;;u{lü CIjO lt ley.
. , "


Por fin el senal~O se fIió por satisfecho y pJSÓ á la di5üUsio!l dei
dictámen referente á los pre¡¡miDare~ de Rr.geo(!ia que la eqmision
mixta habia elaborado y deria (¡sí texiUi,lrn:;':l'"


«Al scnado.-La 130il,ision li;lXí:¡ , u:(;~)r;id;t pM<i LH'iíilar la ave-
nencia entre lo dispue§lo por el cong¡'.[:;sl¡ de d¡¡;utadr!~ y por los se-
ñores senadores respeclivJs al mojo tun j~u:~ debe procetLrse para
poner en práctica el art. 57 de la ConstitllcioD, ha conferenciado
detenidamenie sobre ello. Cifrábasl~ la principal diferencia en que la
determinacion de! número de regentes debia baeerse segun el sena-
do en votacioD secreta, y en pública y nominal pnr el contrario se-
gun los acuerdos del congreso, Difícil hubiera sido una conciliacion
entre tan opuestos extremos, si por fortuna no fuesen superiores á
todos los obstáculos el deseo de armODia ji jé] fratErnidad que enia-
zan á los dos cuerpos cüJegisladores. La comision tiene por tauio el
honor de presentar al senado y al congreso el sigu\ente proyecto, en
el qu~ ha procurado reunir todas las reglas que deben servi!' de go-
bienl!) en ei acto del nombramiento de Regencia.


»Articuío l. <J Los ctl~r¡Jos coL'gisladof'_'b St~ reunirán ¡Hlfa ia c;lec-
elon de Re,'!.encia en pi dia. bora y logar quP d;1~'¡~;¡¡1,(1 el ;l':lierno




719
0onforme al artíenlo, ~.o de la ley de 1~ de julio de 1837.


n4.rt. ~," Cada cuerpo podrá discutir separadamente pero sin
proceder á votacioll, acerca del número de personas de que se ha
de componer la Regencia.


»ArL 3," Juntos después en el lugar y tiempo que el gobierno
determine, los senadore~ y diputados por el órden en que estuvieren
sentados darán sus votos: 1. 0 acerca de si la votacion sobre el nú-
me!"o de regentes ha de se!' pública y nominal ó secreta: 1.2. 0 sobre
el número de regentes: i}." sobre ias personas que hayan de serlo.


n:\rt.'i. La primera de esta>; tres volacione,s se verificará por el
método acosíumJm~do ¡k lev¡~ntalíl\; y quedar sentados\ para 10 cual


1 . ¡ . , ! ' " ¡ r •• el sei'ior preSH enk lÍ!fi1 !\Slai: pa iioras; (,(¡:je prGceüe a votar 81 sera
,. le e 1 ," ,) ,. .'l ~, d pul.lwa y nUn¡l¡;al ¡, (~(\,rel~t la Vllli.lülüD u:..;crca oe! numero e re=


) . . -J ~', ,., ~ 1 ñ t gentil; el :-;:',1"" ;,,::, ;<Ui ;" "/;-I.i \';JI Hi Uí'lrk ne ws se ores presen es,
eonforme ,l) il,rL lS de! ;'t:giao1c!!t;; apr;ibado páH!. este caso por el
senado y el congreso. '[) I.eiJala ¡¡sta, el s\'ñür presidente dirá: «Los
sf·ñores que ~e levan!en opinan que la votacion acerca del número
de personas que h:m de eH~npi)lle( 1<). RegclJc,ía sea pública y nomi-
nal: .le:; sct1ore:'; qllü iie;mil1JCCen sentados \!:1tan que sei! secreta.))


¡;ArL ;:;, L05i sciíorcs senadores y diputadGs permanecerán en
pie (1 sentados hasta que por tres individuos de i.:ada opinion que
designará el seTIor presidente, se haya hecho 1(1. numeracion de vo-
tos en la forma acostumbrada, y se publique por la mesa el resul·
tado.
)i>.~\r!.. ¡).' q¡ aprv~~df!r') algllDH duda 8D la enumeracio!} de votos,


se rcpcdrú el eSN'1!imü h~s\a que se 0b~enga el verdadero resul-


nArt J. \cto c(!ntinl1~1 de hac!~w; esta pubiwfiCioD, los seilo-
res ,,'3¡lí:Hlores y diputaúmí que gusten podrán pedir ~ue su voio, sea
atirmaLÍvo ú nf'gatlvo. tODste en el acta, lo que así se verificará.


»)Art. 8," Si se acordaro que ia v!¡taeion sobre el número de re-
gllnte;; sea públiCí4. y nominal, cada senadJr Ó díputado pronunciará
desde su asiento su nombre, añadleudo la palabra. uno, tres ó cinco.


»Art. !:l." Si de la votaciOíl ejecutada de este modo resultase ma-
yoría absoluta tie vutos á favo\' de alguno de los tres números ex-
presados, quedará resuelta por ella ¡a cueslion de cuántos han de
Si'f los individuos que halan de componer la Regencia; pero si no
hubiese ma)'oria absuluta de votos se repetirá la votacion pública y
nominal del mismo modo cntr) los dos números que hayan reunido




msr:'RU iJEL Rf.I~AD')


mas votos en el primer escrutinio. En el caso de que dos números
reunan cantidad igual de votos menos que la conseguida por el pri-
mero, se estará entre estos dos últimos qll~~ hayan reunido cantidad
igual, y el número qu~ salga elegido Jerv¡rá con el primero de base
y objeto á otra votacio!l.


»Art. 10. Si de esta resultase empate, Se;:,epetil'á la votaeion
hasta tercera vez, y si el resultado fuese siempre el mismo decidirá
la suerte.


»Art. 11. Si se hubiese de sortear se colocarán en la urna cua-
tro bola3 de igual color y tamafi~¡, introduciendo en ellas otras tan-
tas papeletas, las dos en blanco y las otras dos con el número res-
pectivo, las que serán extraioas sucesivamente una á uta por cada
uno de los cuatro indlviduos que IlomLrará al efecto el presiderk,
y leidas por el mismo en el órden c¡Jn que vayan sallCnuo decidirá
la suerte.


»Ad. U. En el caso de que Sfl r('so¡vit:~e que la votaciün sobre
f ¡ fl Ú ;nero (jI'. regen fc;.¡ sea sr'cre la, sr veri fkará así por medio de
paíH:!\"las, y tendrá;] lugar loa su ca~,) ; ,~ '¡;.sp'skhncs de lJS aní w,


... • J' r ' ¡' \ eIiIQ:~ [;rcc¡(J:,jí¡tes, 1'IU o¡as (¡I¡¡fCCr. 1;i qu,- !él Gl' que las voiaClOnC'5
que sea preciso rcpélit ~e ha:l de ¡¡¡:te"f ¡un] J¡i ,~[} secrcl" III "11 te.


»Art. 13. La eleccion de la persc'ila Ó Pt'['idnaS que hall de C0n1 9
poner la Regencia se verificará en secreto y pnr papeletas conforme
á)o prevenido en el art. 6." de la. ley de 19 de julio de \83'1. los
Senadores y diputados d!;po~¡lanm ~llS vot(¡s en ia urna por el ór-
den prescrito en el art 1, ,) de la misrna ley.


)lArt. 14:. Si habiese que eleg:r tr::'5 Ó c;nco n'bt'Dh's será vo-
tado cada uno con separacioil, y el priUlef nombrado será el prf)=
sidente.


»Art. 15. Si en el primer escruti:Jio no resultase m<'yoríaab··
soluta de los individuos presentes, se hqrá segunda votacion entre
las dos personas que hayan obtp,nido mayor número de votOR deci-
diendo la suerte cuáles han de eilttar en la nuevo. votacion.


»Art. 16. En caso de empate se repetirá la votacion por el mis-
mo métado hasta tercera vez, y si el resultado fuere siempre igual
decidirá la suerte en la f'-¡rma establecida en el art. 8. o para la vo-
tacion sobre el número de regentes¡ con la circunstancia de que
siempre se pondrán en la urna tantas bolas cuantos sean los nom-
bres y otras tantas mas papeletas en blanco.


lOA.rt. 17. Serán Dulas las papeletas que contengan mas Ó menos
nombres que el preciso cl)n arreglf\ al art. 13




DI\I. ULTIMO 1I001BON DE ESPAÑ~" 7:21
»Art. 18. Al empezarse carla votacion se leerá. lú iisla de Jos


spñores senadorHs y diputados, y mientras la votacion se hal!e pen-
diente, DO podrá l'ingullo i\usentarse de 1], sala dE' sf'~dones sin co-
nocimiento dCl la mesa, que ar;ntará el nombre del que se E),usente.
Del mismo mooo mientra~ dUt"e esta sesioQ, ningll!1 senador oi di-
putado POdl á ausentarse sin pedir la venía al señor presidente, que
no la concederá sino en el caso de que queden cornv1f:tas las mayo-
rías absolutas de los dos c!.lerpos.


»Art. 19. En los cuerpos coiegisladores reunidos no habrá dis-
cusíon ni aun para cuestiones de órden.


»Árt. ~o, tos señores secretarios extenderán dos actas iguales
d¿ esta sesioD. A¡ liia siguiente á primer hora el senad .. prúccderá
á aprobar Jo qae se le remita, y comunicará al coog:eso su resüiu-
don, á fin de que este proceda entonces :', aprobar la suya. Con~p.­
guida la aprobacion de ambos cucrpOt:, el señor pret'idchle remitirá
ul Gobierno una coria de las dos actas en la forma que hubiesen si·
do aprobadas, y mandará archivar los originales en los archivos
del senado y del congreso.»


Este dictamen fué aprobado casi sin díscusion COl) ligera oposi-
cion por parte de los señores Seoanc, Infante y Lalldero.




ProposiciOlJ ';(lh!'C' j;¡, dISPClSif'iml"" '1"(, d('''iCl~;!d('i'!,l!'(' par,l p! rO df'l 1III,II,"'I:!"
\. lOllla de Pfl"f'"ioll dl' la H!'!!.'l'Il'·I,,-e,,!,h'¡I: l·! ,¡j'f'""ion !'lIr ;¡rlll'ul,,~ -oLr:
.:;t'(illll('1l ,k la comiO'loll ,"1'1",' d ;;c'llfLr,' .¡ .. r,] lk J'f', : !!I,·.


L


Al siguiente dia se presentó una proposlclOU coneehída en 58t(;;-
términos: «Deseoso de que para e! <leí;) S()jl~mne del juramente j
posesion de! regente ó regentes de! reino se halle provi¡;to y ésta-
b!ecido lo necesario, y que :,fl evite todo motivo de eünfusion y me-o
u'1scabo de la dignidad y decoro de las cortes, propongo al senadí'
[Jlw se adopten las disposiciones e¡llltenidas en los artículos si.,
guientes:


»ArlÍeulo 1. e ftellnidas las cortes en el local designado al inten~
to para el Gobierno, dispondrá el presidente que uno de los secre-
tarios lea el acuerdo que hubiesen hecho acerca del nombramiento
de regente ó regentes.


))Art. ~.' Acto continuo una diputacion de ocho senadores y ocho
diputados nombrados de antemano en cada cuerpo colegislador con·
forme á su reglamento saldrán fuera del salon 11 recibir al regeo-
¡~ ú regentfls.


:nl\.rt. 3.(' Al entrar la comitiva en I:halon se pondrán eo pié lo~




A~!lddore3 y diputados y todos ¡(j~ conüUí'l'en tes; pero el presiden te


»A.rt. 4.\' hi regerJ(e .j H':6t!Jtes se arroJHmfdIt al jado oerecho
del presIdentA de las cortes, que téndrá abierto el libro de los Evan-
gelios: \.:00 de Jos seci'c:ariüs kerá en YOZ alla la fórmula de jura-
mento que sigue: «¿Jurais guardar y hacer guardar la Cons\i¡ucion
de la IT!uoarqllia es¡wooia y las leyes dd reino, y ser !lel ó t1eles á
la reina de las ~."ni\:j'~: dr:tí'1 !:,abe! lit El r"p:~ntr~ ó regPllteS. pues-
ta ¡a iJj,:n:; s(¡lHe J;¡S (:va!Jg~Lios, re,'ponderá'J en voz alta: «~:;;í, ju-
lO:·' Y d r;rc~idellte dlfil.: (Si a~i In lticierei.5 D¡o, os lo premie, y
si DO, o~ lo dewande iJ


))Art. 5.'J Eu seguida el regente ó rege!itfls ocuparán las sillas
colocadas aeiarote del trono en la ~egllada grada. Los senadores y
diputados tomarán asiento; y el presidente de las cortes desde el
suyo dingira al regente ó regentfs estas palabras: ( Las cortes han
presenciado el j urameuto que el regente ó regeo tes acaban de pres-
tar á la CODstitucion de la monarquía española y á las leyes del reí-
llO y de fidelidad Ji la reina.)


Art ti. n El [t'gt'lIte ó regentes se r~tirarán en seguida con el
lnÍsmo cerwtünial y acompaña.!Ilie1Jto con que fueron recibidos. Pa-
lacio del Senado 28 de abril de 18!ii.-Gaspar de Ondovilla..)


Para no envolver I;uestlort's y anles de decir le que pasó con la
proposicion del señor Ondevilla, volvamos al congreso donde se dis-
tU ¡mD los prelíminares.


n.


Hemos dejado en suspenso la discusion en el séptimo articulo,
acerca del cual pidió la palabra el señor Huelves para pregun~ar si
era ya cosa teoida En autoridad de juzgada el que no se pidiese la
palabra en ia sesioLi e¡; que ban de hallarse reunidos ambos cuer-
pos colegisladores, que se dijera: acto continuo de hacerse esta pu-
blicacj(j[l, los sf'{íl)ces senadores y diputados que gusten podrán pe-
dir por esctitu que ·,1 vr¡(I), etc.


Temía tI señor hl!eiV('~ GOf' ';"h'iria confusion el que pudie-
ran pC:Jir !a p.'I' :,ra o!'bulla t; :'.t~r¡(;\ Ji¡)utados á un tiempo para
hacer cónSUl! '.~. 'Jtos ti.! el o.cU.


Gonzalez Brüvú replicó; y aprobado d aitÍcuio, se leY¡jroD sÍn




1U lUSTOhlA. HEL REINADO
objecion alguna hasta el 11. o que mereció algunas palabras del se-
fior Sancho.


Igüal suerte cupo á Jos siguientes hasta el1 ti, sobre el cual bubo
algunas dificultades por un error de cita.


El 17 mereció tambiel1 alguna discusíon.
Los restanks hasla el 20 pasaron SiD objeciones.
Contra este pidió la palabra Fuente Andrés y manifestó que que-


ria explicaciones.
«Se dice en el artículo, exclamaba, que el congreso no aprohará


el Bcta en la parte que le toca sin que haya precedido noticia de la
aprobacion del senado, y esto me parece á mí que no es regular,
pues los dos cuerpos debian aprobar el acta al mismo tiempo, por-
que tienen la miSt11a parte en ella y son iguaJes en facultades.»


IIJ.


Gonzalez Bravo coe testó, como verán los lectores: «Las anterio-
res comisiones no pensaron en esta acta de las cortes reunidas, y la
comisioll ffilxta t'l vo presen te esto á virtud de una observacion del
sefior Alonso, que nos preguntó: ¿y cómo se entiende y se aprueba
el acta de eleccion de Regencia? ¿Quién la aprueba?


»DividiéroDse las opiniones; UllO dijo: «(Las cortes reunidas, sus-
pendiéndose la sesíon, retirándose los señores secretarios, extendién-
dola y votandola des pues antes de disolverse la reunion.» Mas otro
ob~ervó que esto podria dar Jugar á discusiones y á invalidar el ar-
tículo que prohibe se tome la palabra en las cortes reunidas ni aun
para cuestiones de órden.


»Pero el ffias fuerte argumento fué el de que quedaria siempre
pendiente una parte del acta, pues podria resolverse de las dos ter-
ceras partes primeras de lo ocurrido en el acto, pero no de la úl-
tima; lo que haria quedase incompleta el acta Ó el doC\;mento de
validez escrito. En tal caso se enuu';¡ó la opinion de que seria muy
conveniente que los cuerpos coleglsladores al dia siguiente, ya se-
parados, examinasen y aprobasen el acta.


»¿ y cÓmo se hará esto? nos preguntamos unos á otros. Encon-
tramos que si por cualquier incidente se discutiese al mismo tiempo
en ambos cUf'rpos. y ur. diputado bacia, por ejemplo, una observa-
elon, y un senador la misma ó análoga, cada uno en su cuerpo, y




'-a 5
la resnlucion era contraria, esta divergencia podria producir que
quizá quedase i!Jválida el acta mas importante de que pueden ocu-
parse las cortes: se abrlría camino tal vez á que álguien dijese que
no se h!lbian hecho las cosas tal corno el acta las referia, y tenía-
mos que el documento mas importante, el título mas respetable,
quedaba expuesto á. ser tachado de nulidad.


»En virtud de esto se consultó lo que decia la ley para casos aná·
logos, y se vió que al hablar esta de las comisiones mixtas, decia
que se pasasen sus dictámenes al senado y al congreso, poniendo
simplemente esto sin atíadir primero al senado; de suerte que no ar-
guye ni superioridad ni pr~emiuencia ninguna, y entonces por ana-
logía la comision resolvió copiar esto mismo.


»Téngase, pues, presente, que el DO discutirse ó aprobarse el
acta al mismo tiempo en ambos cuerpos es por el inconveniente ci-
tado, y que por alguD t:uerpo se habia de principiar no pudiendo ser
en ambos á un tiempo; y la comision hallando eso dispuesto para
casos análogos, LO hizo, repito, mas que trasladarlo al dictámen para
que aprobada el acta por el senado y luego por el congreso, se pase
á sacar las copias. J)


Con esto quedó aprobado el artículo 120, último del dictámen.
Algunas dificultades ocurrieron al presidente una vez aprobado


el proyecto.


IV.


En la sesion siguiente se leyó una proposicion del seftor Otero,
que decía así:


« Pido al congreso, con arreglo al articulo 12. 0 de las bases acor-
dadas por los dos cuerpos colegísladores para el nombramiento de
R.egencia, se entre desde luego en la discusion sobre el número de
l'crsonas de que se ha de componer aquella segun el artículo ~7 de
la constitucion.»


Apoyada por su autor fué tomada en consideracion, suspendién-
dose el debate; ó mejor dicho, alargándose con la cuestion prelimi-
Dar de si debía ó no debia esperarse á que hubiese mayor número
de diputados.


A probada por fin, S:l en Iró en la cuestion de la manera que de-
bian pedir la palabra los que quisieran nsarIa en uno ú otro sen-
tido.




Li3yÓ¡;e talublf)¡¡ Ufd proposicloo Jt'¡ k"ÜOf \)!lwtn para qlH' no se
C,U~llÍt'Pl a c;:rrado d d~·IMt, hasta qve bub¡~:tal] !J:1hl¡.¡do en uro y
olro sentid!) tfl\~ vl'ce~ tila ',1m' oúm~~ro de dip!Jtanl)~; que el mÍllimnm
estabiecido por el H'glameuto,


Fué tomada en c,'nsideracÍon ¡)'I1' 90 votos COil'ra 67,
El señor Mendízábal se opu-o. y usaron en seguida de la naia-


ura los señores San Miguel, Caballero, Gomez Acebo, Gonzalez Bra-
VO, Olózaga y Lopez (don Joaquín).


v.


Este últImo ~eñ()!' rf'sumiu, por decirlo aSÍ, la importancü~ rda-
tiva de la discusioll que se provocaba, por lo cual daremos casi ín-
tegro su dis(;urso. Decia aSÍ:


(lN'O sé qué espeeie de fatalidad me persigne. que cuando procuro
con s\¡mo cuirlado no I;ntrar nunca por mi parte en las cue:,..tiones
desa5lradables. y acaso peJigr03!lS, me encuen Iro sin quererlo (:on
rro\,( aeione,:; que Du ¡:u,·'do dt'jar ~iIl cnnteslaeÍolJ. Ya hahia ¡nwr-
dado silf~ncjo le'O tiJdas las olfereotfs fasps pOf que ha COiTido ya e¿-,ta
discusion: prfO he oído evn el aprecio que merecen, sí no una res-
¡mÜ.stH amplia por ahora, al menos la rnues\ra de la que podrá darse
l1HiS ~,delante si pelr desgraeia. se nos lleva á ('se terreno.


»)No ~e crea qu,~ voy á oponernw á !tI propüsieion. La votaré por-
que dese,. que la Voh1Ciou ~eíi. amplísima l~D ma,2ría tan impurtante
y trasl'eodeutal: y si no fuera por la dDsit:dad, por d int('ré~~ ílúblico
y ¡ior la urgonc:a ell cO¡Jc!ulrla, desparia que durdr& no solo al!!U-
nos días, sino un rnes ¡~nter(l á ser posible.


)EI se!ior Olóz¡lga ha creido que (jp esta purte habia la idea de
abreViar la dis,)usion. Su señoría se ha equivocado, y puede tran-
qUIlizarse Contamos ello la razon, y tl:nemos deseo de demostrarla.
Ha ~;ñadidG su señr,ria que sí fuera l..ieet~sario recíuluaria con el ma-
yor esfuerzo que el debate fuera el mas extenso y lato posible. Tu-
dos concurrimos en ese pensamieoto: no tendrá, pUl'S, su sl'lioría
que reclamar cosa alguna, y sí con est~ objeto lo necesitas, :J,!guna
",0Z, su e¡'lcuent,~! V'JZ pued" el/Btuf s¡em¡:;L~ eoo mi débil apoyo.


l) El :~;\ñn:· Got1zalez Bravo d1j) ;¡ue la clie~tiOl1 de He¡:f-l1cia eíitaba
jil ¡¡;¡sLl. :.¡'~",'j Jlu¡do d¡:,;;:utídu. El b~üor O!ózaga, apel1tiúr:du':;l~ (h:
q:¡;'¡¡:1 eX¡irl,:6:í..i'l. (',:ok;':((\ r¡U,l nt~ ft;l.:vihCia ur.!s d¡scus:on (¡Uf' la




de ('stf' sitio y la dd 01ro currpo coh>gisiadfir; y ('."'\1: es pr l'f'!S3,nl!,nic
el ov)tivo qn l ' me lid movido á ["mar' la palabra par:}. rl!'c¡, que la
c~e",tl')[) de a"!o(l:ocia no est~ touavÍa di~cutida, está sí pnr Jo menos
muy t1abajiiiJa, y trabajada hasta el punto, no foIl) tÍ0 haberse for-
mado la opioÍon, sino tambien de haber cambiado de una. manera
notable y sorprendente. Este es un hecho que significa mucho~ y
que no dudo podrá negar. En el movimiento de setiem bre estaba
escrita una opir¡jon clara, decidida, compacta, sobre Regencia. Así
se ha sostenido hasta cierta época que todos cOtlocemos: r, n,mtina-
mente parectJ qlw ba cambiado COID(} por t'DSail;:o, como por magia:
y yo prf'guDto: ¿qué motivo ostensibkmcde lr1-\al ba podicJo h'JIl!:'f
por producir esta madurez? Yo bien lo sé y todos lo satü~;;()S; pei()
me contento ahora. con hacer um1 indicacion. pOl'quP no quit:rü qnE'
se crea que deseo romr,er Jos dirlUf'S de !a prllfh!cia con una fíro-
vocaciolJ directa é in!>xcusab!e. Si fuese opcpsarin entrarü; en e!'i'
arena, porque la n!tcion me ha I/uesto aquí para decir en tr,rln eóSl1
la verdad, sin contemplacion á ningun motivo ni circunstancia. Bas-
te. plles, con f'sta adwrtencia, y dejo con ~I¡a la paiRbra que prn-.
metí u~ar con el pU;;:lble ],:C(;i ümn.).)


VI.


El ';I'ft!)!' Gnll!t'i, Ac !Jo eon!e:,tó al señor Lonez, didelld,;:
) Yo qm"¡¿'ra quP eu'ndo :,e !rMO\,t: de l.'S'J>; ;;IJI~"!¡"rlf' ¡,ablbl'a. la


razon, llO :as na:-wnes: 'lO me eX¡l1lca,¿ El S'1;i'r ¡n¡lI~Z, y por
~ ,. .


cien:' qu r: 08 U(¡\.' d,' mi; maY"n~::: dnigrh. y lHh' d(; lo;:.: que mas
aprec:o, h;¡ tI;,,'ü á I'Dteo:ler (jU" PO t's!a f'Ut>iiOt\ hurll) al principio
Ulla opmiOt¡ unlfurm!" y qlle dfSrlH~~ ha h"h¡Ú¡ un cambio pnr efecto
dé 11Ianiobras srglln Si' exp!leó sn sd'í'iri¡: Sr j'¡O fr'r! , fS IH'C{IS;HÍo ser
ex¡dieito a¡uL Yn, que sostengo una opi:lio,: d!stiútu dé la de su St-
fioria, no h~· t'ntradü, COillO b:upocü nabía et:trado su señl<ria, tU
comhiuaciones de ninguna eS;O;t'cie. Yo obro por mi profundo COQ-
veoCÍmip!lto: su SflñOrÍ.l dirá, purs. sus raZ:ines, y nosotros diremos
las nuestras; pero quisiera q"f se fllejase de aquí ese espíritu de
fI~celo que. si su senor;a.oo lo quiere para sÍ, s<'gurawente no lo
!1¡'1IE' tampoco ni es flpllcable á n\rl~!Jn diflUtaO'J. Aquí t.odos obran
por c!J{)viction propia, Ó pOi 10 lJléfli).'; dehe ";;;'" !](T~e a:-;í, hi{'ll se:;-
lí"II!,g In Hq;('nclü. únicu; ó hieu la trüld. Etlo de la opiníou tieIH~




7!8 HISTORIA DEL REINADO
mucho que estudiar, y si no, yo recordaré á .gu señorla que el l. "dc'
setiembre se dijo q!W habia la opinion de que el senado se disolviese
porque si no pereceria e! Estado. Y despues cambió ia opinion y el
senado no se disolvió, y hemos vista que el Estado, lejos de haber
perecido por esto, yo creo que se ha salvado ... »


El serIor Gonzalez (don Antonio) se creyó tambien ohligado á de-
cir algunas palabras, y tuvo la fortuna d<; terminar aquel incidente
que habia tomado grandes proporciones, dilatando la discusion del
asunto principal, cuando todos pretendían llegar cuanto !iD tes á re-
solver la magna cuestion política que al par les interesaba.




CAPITUtO e,


SUMARIOo


Di ":!lf'() ,I!: .';al) ~f¡;;II\" "ll fal!'! de la Tkr:PiHi,¡ l¡llI":',-í:nnfl.',t;¡I'¡OIt di" -díllll1nr-
rid--iic-l'i¡;¡ d, b I¡t,~,!,l ('ti t'oJ1mc!1Wra ... ioli ,1" la..: ví<:tima,: dclJ de mayo,


L


Pidieron la palabra, segun las lisIas rectificadas que se leyeron,
en favor ¡}; la Regencia ún ica~ ios señores 5¡;n ~~igu>'): J Sanchez Si!-
Vi,l, Gr;u~n. Acrb',;, fbúzaIez (don Antoniu), Diez, Luzuriaga, Quin-
te, Sa~,ch{J, Lujan, DlJmen~~üh, Montafiés, OI'Jzaga, Sanchez de la
F!J,:;'ile, Rr:drib'uez (dO(1 Faustillo), Ferro l\{,'nl;,¡,§, Si/n, Adan!l,
Cabello; Benedito, ~erra[lo, Roda, Torrente, Ruiz del AriJol) Inigo,
Clavijo, La(aste, Varona. I~isac, Fernandez Baeza y Perez Cantala-
piedra.


y (m fav\¡f de la Hegencía tnna los sefiores Prim, Munoz Bueno,
Gil Sanz, Alvarcz Miranda, García Gzal, Mendez Vigo (don Pedro),
Posao<s (don Juan Bautista), Collantes (don Vicente), Gonzalez Bravo,
Sagasta, Aylli1n, Otero (don Hipólito), Polo, Lopez (don Joaquin),
Burriel, Mendizábal, Fernandez de: los Rios, Areon, Degcllada,
Ametller, Cahaliero, Nocedal, Aimonaci, CoU:lntes (don Antonio),
A.lvUf'Z (dun Gn'gorio), Castaños, Moya y Aug:ler, Trueba. Cosio,




'73ü
Paz tI,ueía, Jaunnr, Oniz de VelaZC'I, (J:ucia Ji:VC, Cfi'S¡liJ, Fol'--
tuna. ~Lechf'z Garrido, iHcndez Via;ü (1G:¡ Fmnci:,;co) J Galvrz Ca--
ñenJ, O["fO (dún Manu.:;!), f:ueDC{l., l\brliil. Ftl(!n!e Andrés, Fari-
ñas, Peña, Pdachs, Trias, l):,C{l y Ovejero,


11.


El señor San Migne! fué el primero que tomó la palabra en el ter-
reno de los defef1~orcs de la Hegfflcia única, diciendo:


«Yo diré que del rllodíJ como compremio t:sta cuestion; ¡>i lWO
es el número que elijo, y que es Al que me parece mas am'glado á
la razon y á la justicia.


»Señores, ¿qué es Hegeueia? La R~gencia es 11:1, slist¡tu~ioD de la
perso::¡a del rey con ütra ú otras qlH: van á lIeuar sus atríbueioIJes,
La Regencia representa al rey; ejerce las faGllltades del POt1 1'f del
rey; es un rey Ínterin d ; ~wfiürt's, a~í lo dice h Co;;slituciofl en',) en
el ariÍculo 59.
~) L~l Rt"-..,' entia 'l!lSl ¡t l¡ ve al I'i,Y:, h;:¡¡}- las fun!.:; ,·Des IJi' f'H'; dC'lf ,y: nr -(. "".. .'


na !c¡s deberes de rey. Sí el r,;y fS mvüJÍable, :a Rl'gNlCÚJ es inviola-
ble; sí ei reyes impecable, fu Regeneia es impecable; si el reyes
irresponsable, la Regencia es irresponsable; ninguna facultad tiene
el rey, que no tenga la Regeneia; y el dia, señores, que esa respon-
sabilidad que tienen !Ó:l ministros, y no el rey, la queramos pasar
á la Rf'geneill, Ó ei día que qUlsiéramo;s '1m' e,'a r~~fFmsabi¡¡dad se
dividIera en!;e los minisirON v la Regúüia. sena el di~~ qut' trlii't'lr~·
narl/:¡¡nos el sistema COlJstllueÍGDai tal cú:u.o nos()tro~~ le ¡metieaú.!.os
y entendemos,


"1 . 1 1" . JI í ' »1:' .. rey es InVlOin llf:, el rí!:y es u-resronsa ),e , e. rey l'S Impeca-
ble; la Ri'gC!lcja es invi.cla1.dc", la R:W'¡¡Cl;:i rs irrespoD"ab1t>, la R~)·­
genda es í::lpi'üat,t0; sor los minist.ros, :;cn¡res, l!is qtH~ S!jQ res-
ponsables dt: il)>; actüs d>"i ¡¡n.],,;' de lH.l l'!:y y di' uua Rq!f::.e.ia.


))¿Por qu.í s- dice, ~eÍÍi-rí'5. que ¡jI! los sÍ::lUW1S constitucionales lüs
reyes re!fJae y no gübierhiL,? Segun, esto señ0res, qué, ¿los reye~
son Jo estuco? ¿,Qué, no liClléH pensamiento? ¿~Nú deben tenéf idea
propia~ ¿Deheu ser máqllinas para formar lo~ decretos? Nn, señl)-
lt'S, porqtlP ,-o t:;t8. ~¡Jor\a, está demostrada eompltJtamenlr Sil fé1l-
sedi:l<Í pnr Jos hechos. Reinan y gobiernau ¡os reyes de taleNto y ca"
pacidad; no hacen mas que reinar los hombn's que no le tiewm,




";31
ReInaron y gobernaron fl¡¡lrr: 11¡¡S()!ro~ Carl0s V y Ff"h'lP 11. prín-
cipes de aptit1Jf1 y capai'idad (H1P COI1;'(jpfí:r¡ ~ ](1' hnnltll'í'¡". No bi-
(;iefOn ma~: fIlIe rrinar sw, SUCl'sore,o: Porqi¡P m¡ (\;.tah\l1 óJdornados
de lag rrJlsma~ /·jrcuns(aocias: sin f'nlhargo, el gübierno era el mis-
mo. No quiwe decir la rnflxin:a de qne los reyfs n'inan y no go-
biernan que 101' rey('s p~tán p.jn piif;'O¡~e:;;, siD deseo~, sin HjPítS, sin
pensarnif'ntos. !iO si'ñor: lo qUí' EI!!t,iül'il d; que cua!qnirfa que sea
el orígi'n de donde dimana el p:T",am12r;!o de! gobierno, son k,s mi-
nititros, los nlinistros son los n :<¡ymsables de todos los adns. sean
11crretos, sean gracias, sean órdenes Ó tíombramientosj de te,dos los
8.ctos del rey ~OB responsr\h e~i Jos ministros.


'IlLa Constituciün, seuor<:s, ha restablecido e§(' pdnripio de sal-
vaeion, de órder¡. de estabilidad, sin el ['¡¡al los tronos f'stadan su-
jt'to,s á rníl embates, y no pocos maies re:mlhn,an de aquÍ al Es-
tado.


»)Si en ti, pais dOllde hay rey se contentan las leyes ó la (t)n~ti­
t~lI~ion con que sea solamente una la persona impecable, una la
pnsnna lfl'psp,.nsabL" una la W~jsona inviolahle, ¿qué razon, qué
iuud:JlLlenro, St'j}uJ't's, habrá pan:;, que nuandü sea una Rf'geDt'ia haya
tres persor,as invíolables, tres personas imprcables, tres persunas
irresp.,[¡sablcs.?


»Señores, hago de esto una salvedad, á saber: que en estas ma-
terias solo digo lo que me dicta la razon, porque tan constitucional
es lo uno como 10 otro; yo solo doy aqui las razones que tengo
para inclinarme COlJ preferencia á uno mas bien que á tres.


»Digo, señ'¡res, que si hay nec~sidad de que haya una ficcion
moral, porque fiecion i'§ que una persona no sea responsable de sus
actos, parece hasta absurdo am pliar este número de irresponsables
hasta tres.


»Yo no eOlJcibo cómo siguiendo la responsabilidad ministerial en
todo vigor; siendo Jos llimistros que vengan á ocupar t'SOS bancos
los solos que puedan ser acusables) responsables y condenables en
su caso, haya de haber sobre ellos tres personas irresponsables;
señores, esto á mi entenuer seria basta absurdo; seria un inconve-
niente que se reduciria á cero si ia, hes persona" que la ley hace
irre:-;ponsables fuesen tan noas, tan eiliJll,arta'S, tal' homogéneag. tan
unidas en i1fjn\~jpíot·, en sentimieütús. Ln (OstumLres, y hasta en
carácter, que los tres fuesen uno 501.-,: ~í fuesen, scñures, lale" que
pudiese suceder en poiílica lo que se [¡OS tr.seña reSpt;ctü de olro




HISTORIA ¡¡EL RRIN \ í¡(¡


asunto de un;:¡, region mas elevada, que fn('fr\L\ un!! .'D la eseli':!a y
triIJÜ eu las p-:-'rs.u~,~~;,.;j, qUt~ fue,st;D J~i.l !~: t::'l"¡l¡',¡i'~ d¡~H ~riuida\i pU;;L¡~~
ca. Si fue.seu tres br¡mbrf't; ígllalt~, tIi • (~,;,¡, 1;o¡;\.:,S IJ!~jtuf)jl:r,:~.
Mbilus y carácter, en éste taso, srJíol'!::S. s: Si ilH~ dkhe ]r:aLzada
esta hipóte.,is, no tendria yo jllconven:ellt¡~ t'D decir qlH~ la H,q:en-
cía fuee'e triple: ¿por qué? Purque s~ria uno solo, serian tr,'~; ;'er-
sonas, y mm soja.


nPero eS un übsurdo JlJG!'al. v ¡~,l)¡¡ü de ¡ni:; wniJk; :if¡1!rni¡;:<os
. ... ¡ f


Y no de bs que préscata la l!~y ;¡:¡}, :;.:"!o, '¡U" tp y.~ !¡r:¡~ j';" s¡;;~as
. .. ~ l' . 1 • ¡ ¡ lIlVlOlalJ es, nreSpODsat;jl··s, ,1J!j.(·f;¡:l:'JeS, C!.FiiHI. t;él"ld UU3. P;i,'(t !.'s-
tablecer la ficcion moral de que parte este pnilcipi,), y ss ,'vilaría el
¡"f'onveniente qUe yo noto en mi el1h~nder si ft~'},~!~n los m~~ rcg.'n-
tes tan homogéneos como he ';xpli'~ado. Peru ~eñ(~rl:'s. ¿JIU" es lo
rnas na.tura!? ¿Qué es lo mas prohable? ¿Qué es lo mas posible? ¡.I)ne
haya esos tres regentes con esa unidad en todo, ó que haya tres re-
gentes que difieran en principios, en ideas y en epinioncs? Yaten-
diendo á esto, ¿compondremos un eonsejo de Regencia del qUe vayan
dns por un lado y uno por otro, para que v(~nga esta misma division
al eonsejo de ministros y se divida igualmente?


» Yo creo que esto no es conver:iente. Si'fíores, es lHJil condicioD
de esta clase de gobierno que haya un espíritu de unidad en sus
actos, y que la responsabilidad de estos sea solo de los ministros,
y no del que ejerce el poder supremo. Por esto cuando un minis-
tro responsable nó conviene con las opiniones de sus compaí'íeros,
se retira: cuando un diputado ó senador no conviene con sus como
paneros salva su voto; pero el día que nombrados tres regentes,
uno discorde de íos demás en algno punto, ¿qué se hace? ¿Conven-
drá ~e forme una minería en el seno mismo de la Rew~ncia? ¿Se con-
cibe el disgusto, la zozobra que esto causaría entre los mismos in-
dividuos? ¿Hay algun medio legal de evitar esta discordia? ¿llay
alguD medio para que deje de seguir sus inspiraciones y pueda
decir: S1y de ustedes, Ó dejo de ser regente?


»Hoy quiero mas qU¡; nunca la Regencia única, porque hoy mas
que Dunca considero necesario a la libtrlad y felicidad de los pue-
blos que no se nombren tres regentes rara que no se entiendan en-
tre sí, para que se separe cada uno por su lado, para que se forme
al rededor de cada uno de dlos UD foco de intríp:as, ulla camarilla
de aduladores, y se abra la puerta á un sinnúmero de ambici()sos
que por ella pudieran entrar, Quiero la Regencia de uno, porque




DEL ULTIMO BOn1l0:-l DE ESPAÑA. '733
:l';).tán;;J;;e ¡1c personl's, cada una de las qne se designen las consi-
ehr!) bqr;;¡ilS para el efecto, les daria sin titubear mi vote· ra,a re-
g8nte3, pero no á Ift's juntos; cnda uno de por sí puede en mi opi··
. 1'" 1 ' d 1 I~ d . [;lOl1 l mglr a mor10.rqUl(1 el ¡!,sta o; pero DO q!.uero tres, porque


imdic;:'an d:vidirse, separ:usc y formar, ~omo hp dichü, un foe\' de
L:tr:g;ls, una CUlTli..',ri1la, una pacrta abierta á todas las amblciones,
YiI, si'rkrc~" he puesto la rucstion en un terreno natural, ~encillo;
en un tern:!10 fácil cual es r1 de la rflZGnj en un terreno, señores,
donde no he podido herir la s:lsLe!lUbilidad de nadie, ni excitar las
ID5ioncs f.¡ nadi:; rorq::c digan lo que quieran, el lenguaje de las
pil'Jic:nc3 y do 1D.s imnginaciones exaltadas no es propio de estos si-
tios dCílf!O se debs otrar con prudencia, con calma, y hablar á la
conciencia de los diputados. La elocuencia que á veces se emplea
en o:;tos flWOS es digna de atenderse, porque aunque yo no ~oy
cruGar CJ:l~ZCO su mérito; llero en IDos ocasiones críticas y sokmnes
como c:,1a, d~bJ d,:f'apr.n~cer la voz de ks pasiones en todo Ji) po-
sible, y r.p'~larse s;:1o á la fria razon, á la prudencia consumada, á
h qUi' rxigc e1 Uen público yel interés de la nacion.
~ífiGL'S, eo se tra~n de rlcscClDfL~nzns. ni de ver mas, ni de ver


r;;cnos; se trata do one hrn;a hGmogeueidad, de que ha va á la ca-o
,¡ .. oo'


L:za (le! gobiorno una persona justa, hO:Huda y de saber que satis-
faba lllF'3tra ansiedad en este punto. ¿Por qué buscamos esa garan-
tia? Qué, ¿no tenemos esa garantía en los cinco 6 seis ministros CODS-
tituciona!e"? ¿No son ellDs á quienes se pregunta, á quienes se in-
terroga y á quienes l'e h~ccn cargos? ¿No son ellos á quienes se en-
trega al iribunal, y puc(kr ser conducidos hasta el suplicio si han
,:.;.::::1;:10 falhs para dIo? Pues si en estos hombres responsables por
I''l hy no so l30cuentran garantías, ¿las hil.l1aremos en los tres regen-,
L'~ CF" :lun dC'i:er iovü¡lablcs? Si cinco hombres que son vioJanIes.
pce;\h1;::;, rcsponsab!cs y acusables bacen ilusoria y Dula la fespon-
sllbilitla:;, ¿la lJlvcarcmos en los tres regen tes? Buscaremos]a res-
p')[ls¡::h;'j,Ll! 'Jondo existe la inviülabilidad, ¿y no la buscaremos don-
do existe de hecho v por lev?


. " (Sc1í;j" ':; en la Dacion donde los ministros no son responsables,
donde Irr; ']i¡.mtados á c::lftcs y los senadores no son representantes
de la :~:.,'~;)r;, t'il m~a nacien corrompida así, DO busquemos la
gal'Jn:ír, ee h que no €J respGnsablc. Donde no hay virtudes; don-
de no 1I-\j resp:)ilsabilidad ministerial, y donde los representantes
D:J ve,.¡:;~')S m(l} qUG Ú h:icer ¡miJstr;) negocio, por mag que nos fOD1-'


To&1O 1 93




734 nIS'fOliA Dl.L J!.tUNADO
pamos la cabeza, esa garantía que se quiere establecer en la Regencia
no sirve para nada. Señores, todas las precauciones en ese caso son
inútiles, ilusorias, lo mismo que lo son cuando una nacion tiene
virtudes, cuando los cuerpos colegisladores emanan del pueblo,
cuand~) los ministros responsables están penetrados de sus obligacio-
nes. Cuando uoa nacion no tiene nada de todo esto, nada sirve, na-
na vale, nada absolutamente.


IH.


A este discurso qU::l parecía nutrido de patiiótico entusiasmo y
que era sin embargo una aberracion en boca del célebre ministro
de las notas de 18!3, debia contestar el entonces coronel donjuan
Prim, que defendia la Regencia trina, pero cedió la palabra al señor
Burriel, reservándose el derecho de ocupar el lugar que dehia llenar
el representante de Aragon.


Decia el di putado:
«Señores. desde que los pueblos se hallan reunidos en sociedad,


han sostenido siempre una lucha terribl3 con el poder, porque siempre
este ha murpado algunos de los derechos que les correspondieran, y
siempre han tenido aquellos la firme intencion de ver cÓmo podian
repOllp.rse en su estad·) primitivo. Bajo este concepto y con estas
miras vemos en todas épocas, y la historia nos lo acredita, los gran-
des esfuerzos que los pueblos han hechu pura sa:ir y libertarse de
la esclavitud y ver cómo no volvían á sucumbir ú ella. Desgracia·-
damente en muchos siglos no pudieron llegar á ese feliz t~stad(j;
pero llegaron á inventar despues, con el fia de conseguirlo, un me-
canísmo por el cual Jos pueblos han crcidü que, dando ciertas re-
gIas quo sirvan de UvHna á Jos gobernant;;s, se aseguraban sus de-
rechos y quedaba salva su libertad. En est~ conc:'.pto se han esta·
blecido los gobiernos representativos, que no son mas que una ga-
rard.ía para los pueblos, á fin de (íUe r:o puedan Si:!' aherrojauv.s, y
no S~30, por di~cirlo aSÍ, como un rebaño de ov¡;ja!; que 68 CClllJUC:::
á düJd8 se quicru.


})Dc.:ide el afif) ; 8i}l\} hemos vertido los E;spa,ñ0Ies LlUCh:1 J:lflgí'e,
y heroo3 h'2ChJ in m ::¡sus s",:2rificÍos para Hegar ;;.1 t;;j :ad.:; en q ,Áe ho y
4'"I¡·zme ... ·fn ,. '),~ ["'le""""""" ,. F:;·;~+,"."'·" el ",,,,,) . '['ill' .l"t,.,,", f' ,'-1,--" ~lu 1;\:.,; ; ... .,¿...., ,~ • .J. ~Jü<A."..,~_r_¿'~,~, .J<A: ... i"-':::~·vL1.1a, i.Uc\"¡~LI..J J ut.. .. ~-Jt.C u ....
})i2rn.,j r>l:;d:~ r,>,rl~t:::( ~' ~,;~\~Li:~1~.:J,:,~~\.~ á ;:'st~J p¡'~n~~ipi0: :u1r'-' ~ ~1c.d)




DEL ULTBlO BORBO:i DE :ESPAÑA. 785
la ley, y el supremo jefe del Estado sea irresponsable. Fundado en
este principio todo sistema de gobierno represen tativo, es bien cla-
ro que habiendo un jefe que no puede traspasar nunca su autori-
dad de 10 que le marcan las leyes, no podrá aniquilar ó destruir
las libertades patrias. En este concepto han trabajado siempre los
pueblos y particularmente el español. El pueblo español ba sido el
primero que ha trabajadfl para qnE esto fe verificase. Nosotros he-
mos sido los primeros que hemos tenido la gloria de ser sostenedo-
res de este si';trlrua, y el país de dG[jd,~ soy natural dió la norma de
los gobiernos libr'_'s á la Europa, segun dice un célebre escritor. Los
ingleses bmaron por modelo de su Constitucion actual ó de sus
prinwros ulLores de libertad la Constitucion aragonesa, que DO
tenia otro prit'cipio que el que ha tenido la Constitucion ingle!a,
que no está reducida á un código; Id. Constitucion inglesa, que no po-
demos leer Cijmo leemos las modernas Constituciones. La Constitu-
cion aragonesa, CO!i;O ia inglesa, sin reducirse á un urdido, disper-
sa en distintos fU8ros, v conservada en las tradiciones, ccnst.ituia


..


con las cortes un gohierno libre, y hacia que sus reyes no solo no
se excediesen de su autoridad, sino que pudiesen ser llevados á un
tribuual, donde D() tenían mas preeminencia que el súbdito mas hu-
milde de la sociedad. Es bien conocido do todos que los pueblos
han tenic10 siempre el deseo de volver á su estado de libertad; por-
que si los pueblos se componen de hombres, y si estos tienen siem-
pre 5!US potencias libres, no pueden ser obligados sino por una
coaccio!1 violenta, siendo el resullado que siempre hao debido
mirar por su conservacion y por sus derechos. Pero como por con-
St~rvarlos habia necesidad de que perdierati ur,a parte de ellos, so
les ha visto siempre ceder una parte por conservar los que les que-
daban, y ver de recuperar los que se les habia usurpado.


»Esta es la índole de nuestras constituciones p:uticularmente la
del afio a, y últimamente la del alío 37. Consagrar la inviolabili-
dad del supremo jefe del Estado. y hacer responsables los ministros
de todos lo", actos que emanasen de su poder. En este concepto han
sido siempre nuestros jefes, es decir. nuestros reyes, inviolables,
en cuanto hicieran sus ministros, porque se ha creido que, ponieo"
Jo una línea de distancia entre log dos poderes, á saber, entre el
poder ejecutivo y Jos que ejecutaban en su nombre, no se pudiera
atentar nunca contra quien se creia el origen de las disposiciones si
por desgracia alguna vez eran torcidas. Con estos precedentes. que




7313 HISTORIA DEL RII~A DO
aseguran y persuaden á ios señores Jiputadüs de que mis ideas acer···
ca del gubiemo representativo son 0xJ.daE1::n!e idénticas eco Ié'.~
cons3.gnHhs en la Constituci0n de 1812, Y Ú ltimament" en la C0!1S-
titucio::: de ISa7; con esta salvedad, y sin que 80 pueda creei qUi;
trato de llevar mis principios mas allá, pero sohre tod'J C0n la sal-
vedad d3 'lue no quiero nunca que se queden mas atrás, voy á 30-
trar en la cuestion que nos ocu pa hoy, y á manifestar las razones
que tengo para oponerme á la opiolon que sostuvo ayer el señor
San Miguel en apoyo de la con \'eDiencL~ d2 Heg~rlcia ÚUiCl.


»Sefíores, rnra mí haCtl mucho tielJ.) no C~lO ~ael)DV2iiiencia de la
Ji .1... ~
Re {l'~~~ "l~ t"I"Vla r!"'S')Ut1S de lO' u'lt¡"!"nos ar··{"oY\f(l;';");~1Ilt('C p:,11!¡';(loO~ ,~c. ~":" 00v'¡!]" ... " '.Iv ¡ ,. 1 S ¡ .J~' ,",-,,,.,,,,.>1 ". "'00' ¡"" 1"" .') t,;;... ,',
K:;palía era, por decirlo así, un axiona, eru una C'\~~1 dekrmictldfl:
y tanto, qnc hablando 'con franquezi.l!.lo me pudo júwás ocurrir
que se pudisra haber resucitdo esta cuu;tion. Yo estr¡y firmcll:crJ{(
persuadida, y io puedo s')bro todJ aSl'guf¿lr en concicnci3, qv'
;'PC,'di' o;r. votó Al arl'.'l' iul l.J' ~7 !l;, la. COI}ditucio'l <",u:,n¡lo ce ,'nu\;j·r-v ... • .. ' -"- J •. \... ~ v v' V ..... v '.. • , ... ~ , .le., l.! ~ ... 4.. ... , . .) \./ ... '0' o
nó en la do 31 el número de que St) POdf!tl. C~¡E1V¡¡¡Cr la Ht:;:;ct1cia.
i;il tench~ron los diputad ()S de las C;):1S titu \'01 bs V YO Irtrlkt: J¿flller;-


'" v.. t
f .,., In'" .. 1 1 }O' d~ enh:;:Ll, que la n.cgel1Cll limen. sena sw¡;:;pre para (;¡g¡l]( ü tlZ\deS r;
da recaélf efi un inJividu'J de la ruuihi l\:in:wte d,:; la Jin:¡stfa aG"
tila!; f::~;-t) qlii~ cuando h!tase esta persona, S:~ habria dü C(¡!1lpOner
la Regenda de otras, itUe pudieran ser tres ó cinco; y este COilvcn-
cimiento, que yo creo fué el de otros muchos señores diputados de
las cortes couslituyentes, si no de tGdos, so fundaba en la raZOí1 que
"Voy á dar.


»RDJencia única, selwres, Regenda de ulla persona. Yu erei s¡em~
pre y creo actualmente, que cuando la persona que sobtevi ve,
por deeirlo así, al padre del rey niño, es su madre, ó viceversa su
padre cuando ha muerto su madre, COilli) que ¡tiene interés de fa-
milia, interés de patrimonio particular, intorés !lmbien ligado r,on }",
sociedad, debia ser una sola la persona qG.G se en\:argJse de la re-
gencia: ¿y por qué? Porque se supone que nadie mira con mas interés
que el padre Ó la madre por sus hijos, y nadie hará mayores es-
fuerzos que coStas personas; no solo por conservar ileso su patrimo-
nio y todos sus derechos, sino tambien par aumentarkis, nH'jorar··
los, y trasmitirlos á las generaciones futuras. ¿Y quién babia de
disputar al padre ó á la madre el derecho d0 dirigir y manejar los
intereses de sus hijos? ¿Permitiríamos nosotros en nuestras r,:spec-
Hvas familias que se prefiriese un tercaro de ft!era entrara á admi-




DEL ULTlllO llORBON DE ESPAÑA. '137
nistrar los bienes de nuestros hijos? ¿Podria este mirar mejor por el
bienestar de los mismos? t,Mereceria tanta confianza?


»)Esta es, pues, señores, la razon po<!erosa porque lO voté el ar-
ticulo de la Constitucion, artículo que no tavo discusivo, bi no llit:
engaño, porque todos creimos que estaba en el órden tIe las cosas,
,~ncargar el cuidado de los intereses de los hijos á los padres que
sobreviven.
~)Pero, señores, si en el órden regular de las familias sucede estíJ,


cuando se trata de intereses t&.D pingu ;;8; cuando se trata Dada me-
nos q!le de un rcillo, de un imperio uni versa], porq uc tal puede lla·
marse el imperio de ia nacion española, que por su situacion gen-o
gráfica en el globo parecia destinada á él por la naturaleza, ¿podria
disputarse esto? ¿Habría algu!l diputado que se levantase aquí Gn
c~ntrario sentido, ó á decir que fueran tres ó crnco los regentes vi··
viendo los padres del rey ó reina niños? Yo creo que no; y creo auü
mas: opino que si circunstancias particulares pudieran aconsejar lo
contrario, ne miraria con una especie de amargura, y antes de Ir>
solvcrse á arrostrar por ello se mirarian muchos los señores dip~·'
ia'los, y nunca 11) harian sino despues de lamenlar E,c;Ji('janh~ des·,
ventura.


:uPues bien, senores: cuando no hay esa persona, eU:llldo 110 hay
ningun motivo ni razon para nombrar esa Regencia única, ¿qué ,'a-
mos á buscar? El interés del congreso, el interés de la nacion está
(In asegurar el esplendor, el lustre, la estabilidad de ésa misllia di·
aas!Ía, pero unidos siempre al bienestar de los pueblos, y al man-
tlJnimiento de sus libertades y de su independencia. Y como para
asegurar todos estos derechos sea, en concepto mio, mas convenienle
que tres personas de autoridad, de celo conocido, de prestigio en la
nacion, de cualidades relevantes se unaD, he opinado CODstante-
meu te que la Regencia de tres era la que mas con venia en el esta~
do actual de la nacion. Ni las cinmnstancias actuales, que por mas
qUQ se las quiera pintar espinosas no lo son en comparacion de l()~
tiempos pasados, ni la. felicidaf! pública ni mil otras consideraciones
mas, que no es de este momento Di lugar enumerarlas, pueden ha-
cerme cambiar jamás de esta opinion.


)Pero si este es mi conrencimiento; si yo :opino así en mi con··
ciencia; si yo estoy persuadido hasta la evidencia de que esto mis-
mo reclama la conveniencia pública, que lo exige el hi~!lc:itar de la
nacion, tengo ah6ra muchas mas razones para asegurarme en mi




738 IIlSTOnLl DEL REINA;>Q
idea despues de haberlo oido al señor Sin Miguel. S. S ... jtelgo
un sentimiento en decirlo! ha euoda.do sus raciocinios en algunos
principios que yo me hago uu deber de rebatir; tengo un deber de
demostrar que S. S. ha padecido uoa dis~raccion, y que hay nece-
sidad en mi concepto que así io explique ante el congreso. Dijo co-
sas, señores, que yo he sentido haber oido de su boca: si hubieran
saliuv de mis labios en cualquiera otra época nada importaría, por·
ti ue las palabras reciben grande autoridad; reciben, por decirlo asi,
todo su peso s0gun la persona que las profiere, y come, el señor
San Miguel tiene una autoridad tal que sus palabras, todos sus dis~
cursos son unos preceptos para muchos que los oimos con sumo
gusto, yo quísiera, repito, no haberlos oido de boca de S. S. Me
haré cargo de algunos.


»Dijo el sellor San Miguel que la Regencia de tres era un absur-
dú; que no se podía concebir como podian gobernar tres personas;
que era necesario haber abnegacion de ese priucipio, y que no podii
de ninguna manera ser conveniente en niogun tiempQ que la UI-
gencia se ccmpusie~e de tres individuos. Hazan que alegó: el que DO
podrían estar homogéneos; que habria diferencia en sus discusio-
nes; que ha*1ria entorpecimiento en la decision, y en fin otra púr-
don de racioeinios, qle tedos se reducen á lo mismo. Pero yo pre-
guntaré al señor Sao Miguel: ¿está consignado en la Conslitucion .i
principio de que pueden ser nombrados tres? Luego eso no es abiur-
uo: y si lo es, es absurda la Conslitucionj y ~n el momento que
con vengarnos en que una parte de la Constitucion, por pcquirla que
sea, es un ab:mrdo y debe descartarse, tengo yo derecho para decir
que hay en tila otros absurdos; y t¿niendo igual derecho que yo
todos los demás seriares, vendremos á parar en que cada uno des-
cartará la parte que mire cl)mo absurda de la Constitucioo.


»Esa rellexion hubiera sido del caso al tiempo de redaclar, de
discutir y de aprobar el artículo constitucional¡ pl~ro hoyes ya aque-
lla nuestra ley fundamental; y si admitimos el principio de ir su-
primiendo en ella lo que creamos absurdo, ¡Dios sabe si nos que-
daría una sola palabra! Para mi con tal que quedase el proemio,
me importaba poco todo lo demás. ¡A.bsurda, señores, una Regene¡a
diJ tres persenas! Yo creo todo lo contrario; esta es mi persuasion:
yo creo que en el caso actual eon la distinciofl que he hecho, no
siendo el padre ó madre del rey nirio, es absolutamente indispensa-
ble el nombramiento de tres personas para componer la Re,encia.




DEL ULTlWJ BORBON DE ESPAÑA i39
Así lo dicta la raZOD, así lo exige la eon veniencia pública; y si la
Regencia, scfiores, DO se constituye de esta manera, corremos todos
los peligros que Jos sefíores de opioion fontraria creen que corre-
mos si no se aprueba su 0pioion.


»lo haré Gna pregunta: en el estado actual de la administracÍan
pública, tal cual hoy se encuentra, en ese caos, que no se puede
mirar sin horror, á cuya vista se lle::¡a de espanto el mas atrevido,
i.una-;ola persona podrá cargar con la responsabilidad del gobier-
DO~ ¿No podrán resolver mejor esas grandes cue.tiones, que por
fuerza hay necesidad de abordar, tres personas que una sola? ¿No
será mejor qtle el consejo interino de la Regencia esté dentro de su
persona, dentro de este ente mora: que la constituye, que no tecer
que ir á pregun tar á otros extraríos, de los cuales cada uno podrá
tener sus intenciones? Creo que sí; y digo que en mi concepto no
puede bacerse sino de este modo. ¿Qué sucede cuando UD jefe de
cualquiera ramo tiene que valerse de otras personas para que le
aionsejcn lo que ha de bacer? Lo que naturalmente sucede es que
pierde todo el prestigio con sus subordinados. Los seríares dipu-
tados que me escuchan tienen sobrada ilustracion para que yú r('~
calque m(lS esta idea.


») Pues si una persona por mas eminente que sea su saber, por
mas virtudei de que le haya podido dotar la naturaleza, ticne que
llegarse á otros á preguntar, b1'30 perderá ese prestigio qua necesila
el jefe del estado? Y si hay Dccc¡idad de que no suceda aSÍ, ~no será
mejor poner al lad() de ese jefe personas que lo auxilien, que ten-
gan Jos mismos intereses que él, y que constituyan ese cu€rpo roo·
ral de que ha de ser cabeza? Es, pues, visto que el señor San Mi-·
guci paJeció liúa distracc:on cuando aseguró que constituirse la
R;genGia. de tres personas era un absurdo; y yo deho rebatir tnl
idea, porque no debe dejarse correr sin con testacio(l, pues bastan-
tei d8lractOles tenemos fuera, y bastante nos motejln, sin fjue va-
yamos aquí á dar lugar á que se tome acta de las palabras dichas
en el calor de la imprúvisacion, para que sirvan, por dE'cirla asL
de pábulo á la llama que se está encendiendo ... »


La inHuencia del militarismo, halagando la fatua presuneion dr'
su primer jefe, pudo mas que las sólidas razones y que la conve-
niencia gCíJc;ral. Y sucedió esta vez lo que por dcsgmcia "emes está
sucediendo tOllaS los dias y en todas partes: las mas nobles y justas
aspin::ci:Jncs del pueblo, dignamente representado por una rninor'a




740 I1ISTORIA DEL REINADO
por demás franca é independiente, y fiel á sus compromisos y de--
beres, quedan generalmente defraudadas por Jos votos de una ma-
yoría, dócil casi siempre á las menores insinuaciones de los que
empuiían las riendas del gobierno; camarilla y satélites del poder,
cuya gran parte suele vivir tIcl presupuesto, ó espera ~acar algun
medro de sus adhesiones.




CAPITULO el.


Oi'illlOlI lÍt: la i'I'I';!,;¡ ~ondr:n,all:l por el peri(ídico Elll/l)'ocon sobré aqudla situacioil
política, con motivo de la fiesta conmemorativa del 2 de Mayo.


1.


Abundaodo en las mismas ideas E/lluraean insertaba los si-,
guientes párrafos con ocasion de la solemnidad nacional del ~ de
mayo:


«La trist~ é imponente solemnidad que celebró en el dia de ayer
la villa de Madrid, la conmemoracion de las víctimas del ~ de ma-
yo, a! paso que inspira en nuestra mente recuerdos; de dolor, sus~
cita tumbien lo~ sentimientos mas elevados por la inmarcesible glo-
ria que entonces ganaron Jos heroicos hijos de la capital de las Es-
!)añas.


»Pero la comparacion que no podemos menús de establecer en~
tre el heioismo de entonces, y la pacif'ncia ahyect.a y el sufrimiento
drgradantc del rli~, cutristl?cf1 nuestro ánimo con la duda desconso-
ladora de i'Í degeneram en tan pocos años el patriotismo ardiente
y denodado de los españoles, y si Jos largos sufrimientos por los
cuajes t1í:~ p,\sad~" los c:nlargos y repetidos des:ngaGos recibidos
fueran haslal"~es [¡ h(';ar S11 nnliguo t'ntl1síasmo, sustituyéndole con
la indifl'rcncí;é. ':Stúp:d1, eo!} 1: vil toleraneia de la infamia.


'JE! 2 d' ':H:':'() do 1. 3!)8~ Jn E":paña cGnstituida en el último cs-
TOMO f. q~




tauo de postracían y Uhaíi[¡)i!~r:to, haliáDase ol'lipada rr¡r un rjéní!ÍJ
inmenso é ¡¡¡vencible hasta er;toDcCs, íntrüdueido fU PI coraZí¡O dc; la
pcnfosula ji, r ei dolo y la traicion: nVCS:f(lS L'cdiflS (h ddenSíl ani·
quilados, dc'stnllu03 Ó -.euuidos al enemigo; ],1 capital oprimida ppr
4.0,000 hJillbns, y la inmensa sep;rioridud real yla f:¡'froa aun mas
exagfrada de Narú1eon, comparada C'jll la l[l('zljl¡ina imhu'i1idad de


. ,. 1 b' ] l' 1 , 1 f toJos nucstrcs prHJClpeS, lU ¡eran üceno Ut:;cs¡wrar (,e la (1(' cma
y de la res!3kDcia á tedos le::: que liu fu.:su.l espauoles. Sin embar-
go, ni un UF;meiJto vacilaro;} ec[ür¡~cs los heroicos m:.ldrilpÍlOf> t'n
la~¡za;'se ó. la a;eGD. cOIltra tod:'s bs r,rlitd:¡irl;¡df'~ de ~Hl(~n éxito, y
aquello miSmi} que pudo }usar elltoncc.:; pDr urJa b1wridlld irracio-
nal y por uüa Jl'iUU1CiaiL5ubsanaLl0, 8. fUl rza d.: (on,~talJc:a indo ..
mab]e y de ~acrifL'i(;s lo ecüsigniffc!11 llcY~\r á cabo. t:l. iQl!0¡;en-
dencia de la naden y con cila. la d8 ia EO,iopa se realizó, y l:~ !~;ioa
del colúso que había dicbo, con ap:JneJCt:¡ de t(¡z¡¡n, rleo 5U poder
!":o teDh otr"s limites que 1;, Div¡nidi.;\:, tu ','0 811 inrne¡l:ato priuc:ipin
cn el :2 d~ lI1i'$)'O dtJ lSOS. l)or ta 1 i[~:r!c:j:~{j rC~~{JliD,fJD, para qH:~­
bar par.:i. Si2;;¡pre en Europa (: ¡ ¡ji;¡]e¡ de L! espada. y ík~nGsrrar
deünibv<!meote la. imposibil;dad dd e~¡abJQcim¡ento ¡fe la P10/illrqmrt
ll 'llo~.'e,..!\,d <;;;,,,i"j', 'ireul:L,[.Ii" el i• lt.<.: ¡i¡~,!lPO" j'., ". >'0'j0[l n¡'rr>;""", ,1" 1"" }. ~ li. •• ."I ..... t, ...... ~ ...... 1..\'.1J i- l. ............. -Lv \1 ..... .Iv .... 1.1 '-4~l 0..-, U ~.t,Ut~ '-' t- ,\,., .. '.1"'1(11, \.1. .... ,h,}
vÍcÚmas del 2 de may0 fué Jignamenh3 UCif2111ada, y DO debe í'eu-
tirse que por faJ. santa y sublime causa so vertiese. Pero en el dia
el eqtronizamiento del despotismo que no le fué (bdo ccmegnir en
España á. todo el genio y á lüs l"í:cur;:;'!S gr;!~unt('.scc.s dQ 0ao, O:"JO. lo


l..... '" ", ~.'
. t ' ~ !' . " '. l' l.f.lteú a un !Wfl1¡lfe VU,¡júfiSlill[), sm Viros ÚúlCS que c, valor perso-
nal de un gran:ldQfJ, y 1". buena fGduna que ha rnmenda.c i) y pa--
liado SilS tor pCZi1~ l~ j nCfjDCebibltts desaciertos. N ilf- oleo n, al lb. ex-
tranjero y c1.lnquish::Oür, tun 50:0 avlicaba á una nucLn c::e¡¡;'ga la
1 'j . J .. • 1 1 1 . oy ansul'í ü. p2~O ['Cl:Un.:JClüJ y mIl veces (\jccutacla üe a c(;;qr;)sta:
su indispubi!le ~Hip~r¡(jridl.;J disculpaba sus prc:tensicnes'J' í.:Í gcrlÍo
emineritcwentc (l'ea¡br y organizador que ie inspirab,1, fFJW;¡ia ti
nuestros pueblos m(~júras efectivas G importaGtcs en ~u Slitl!e, aun-
que lec:,::' á cos~a. de sacrifbar algo de su libertad y de abdicar su
IDdepeDu\;Dcia. ~\as ¿qué superioridad reconocida j:,.s!i:li';l !as de-
ID "f¡f;.r; r,~e!t'!;~l' D{·S U'l·'l' gl'¡n"'l'al E,~,p"rt"l'L'~ ·Qr.-\ '1'!'¡' :'"' " ·~ifi';a" \.. " ...... t. .. ( .... ~~~ .)....... ,\.¡ ... Jt.l \.- ~ 6 )" ... 11 .... .¡ .. ,,;.L .... r.o ... , .•..J
f '1 • 1 l' I ,... , \ o rec'; a la racwn éi que a pl'lmera vez que la ümglu :':1 ':e2 no 11}


hizo í,ura otra cosa que ram annnciarle que rcnub('i:i:;,_ lln~:la á ~a
esp"f'Ella dI..' lJtllenerlas?


,'" ! ;¡ • d lS(¡S 1 1I " , \}::,Jt¡<ilia C'-I!UO eD "" oc rnayo e " se iJ.J.. ~I, C. ,', '·,r ,,( ((Jft;;




DEL UTmO nCmnJN DE ESPAÑA. 14.3
po?' 40,000 hombres de tropas, amenazando no sr,Jo á la poblacioD,
s¡~,o tambíen á lo~ n.:rn'scntantes del pueblo, y confiando el nom-
bramiento ú:ii:'o flf' }:\ri'rt~ro pt~a el primer puesto, escalOD fU su
¡IF:nte para u![uinrfs planes. Pero J8~ tropas q!l~ eD el día la ase-
dian son Wl("ÍO!1(!.J r'", ef: q!!ieD?S el hien de la patria, los intereses
gt'nenú's y E,ant\JS de sn llbcrt3d prcdumintln itJd1Jdal¡]ementt~ al
hábito (io ob.'diene;n á un gcnera1 feliz qUe por ah~un0s arlos las ha


1 ' , ¡ . 1 d" f' . ,. , 1 m~)[¡u)':o. 1, C\!,.(t C"f'!OEltJ0 me lfllJiU no r5 su lrJeflte a iOsmrar e
,,' l' , 1


cü;go cn[¡.;bin:;fjJi! ';' 1,;5 ;;acrjfi~>iJ¡: irreJhxivos, En Madrid existe una
;"'1' o'" 1-, " " ~,' ",'~'. f ['" i i. 1 ' ~'"b 'r 1, 1'0' <'ti !lU' mero
L •• ) "Ulte:: l"O¡,'\k(!". ,lL,Za C,UL,Wana, ¡esp", •. JJ! ti)l" <
y ~J;;c¡sion, l;l;(.: re'~,¡:::~)l b1e todavía por ~u caráct¡'f y procedencia,
-:' contra L:;, cuül zn h:Jy flQ]d::do eí'pañol qu~ sr, atrevi"'se á disparar.
L~b \lrov¡nei{\~ e~tán won!a,s, cor;,ü En 1808, ú secundar los rsfuer-


. ~' ,


;/'s (!t~ h ca¡,i¡al y repe'tir el grit0 lihe!tador que esta lance. El po-
ji'.r .. l .. j."",'''.hro "'" Y)"-!lme[ltt~ "'offi';n"¡ n'>"C11!e "O nxistf' ni en su ",\~,,l ~ v ..... ,_~'.C.l !,.f,_ \~..J ~.<U.j U J.. / U IJ .. H. ~ i '.JI t.¡v. u \; .>. '" J....
cnuezu, l'i UJ S!j"; :¡n!,,;,~de[ltes, ni en la represeDtacion de un prin-
('l',);O jC'/lr~'~'~ (.~'" (l l,",\ ~·i.-. ":' y,t)na<'go .... n, ~trc,T;) uno dI' c-u- satJ.¡'I'tes á
"¡' ';)"c,',e'''~'l!¡,o"""t'!H",!J ,(>',l., 'v'U .,>:1 ~ e
>;ei,I,), P"' ]",- 1'1\'-:"'" !', ';",pn"Z~ ro Il"n -; "e ¡ ... flan colpfYa~ en pI po-
-.J -" f.. t ( .. e tJ. u,!. ~" > ~ .... ~~.J ¡ (". (,... '. ,; '" ._l:::-' '....:. U V .;. U \...' ~.L .... ~ ...1 l.... ( . ~ • t'.:J '-,'


f';"'len ,'\;d; .\ ,l"" l:r,r~" "11"'''-''''1''" (11''' "'n ",,,nn ¡"r¡l"'nl/, rlps"\llPS .~,.! ;.,. _l ,.":'.~ , '( 'J.'.'>J Ll •• " --.:;, t,,~l_,t .... \ i ..... , ..... ~ ..t'_. ',.!.J lf.t¡i i. ,', V ...... J~-i" ~.u
, "" ,-e '1 f" 1'-'()8?EI ucs[)a¡nra;jz;'~r1 ¿~ ~(jlnn .:.{) t(/(~ra ) que !JO s~~ su;r~o en {1,. ro-
bol' pos j,tl'li'" i'f"dr"-!a r á pda" '-Jr{\(I'un'as \' rue~:ra frente S" cu-~~ ... ~, ,.L'.)i:"'~" - . ,-""' ,"\. ¿ .... tJl.:J i ·'I.- u " ... , ti".I .~, ~ .J
ke de ;',:f~Ü 'nza cuundJ¡ quercmos explicar los motivos de tan vil
sil,enclo.


»)Eulüglr d·; h:l>:'f r~s¡gnar su W10er en el seno de la represen-
¡acial] llut:i'Yi1al, d':sdc el mismr¡ momento en que estuvo reunida, á
U ~,' "'¡F]i,','r';n 1', .. ,fl·~!"l'fJ·l~ ¡l,,' j. r"n,tl'tl1('1'"O n:orj'llro V trai(lori'.su pa-.... LlJ.J. .... "~ ',", <-Ji} .>'v ........ ~ .. L'f"}.l,,.- ~ "' ....... ). , tI''''", ..; ,J.:. "~
iria, á nadie iJ,il oeu,'rido siquiera la idea de que esto eaminü era el
ú¡;lic') co:)stil,Hciona! y rDrio~:ll ;)ara priiJcipi3.r lihremente el nOID-
hramíenlo dt~ R{~g,,;ne¡a, Y en vez de hacer comp~r2cer en la barra
al gc[)(:ra1 Es¡rcrt,'\ro ::uando el insolente comunicado de Linage, el
::~batim¡i:D!o llíl Ilega10 á términos, que á lo mas á que se atreven
lOJ repr<.:s(;;;(;¡.':les de iD. nacion 08 ,1 ~uplieurJ{) se digne admitir co-
legas en D')mhrc, .':irvientas en r,]&lidad, UU!](JU0 d;'signál'ldnlos éi
mismo. y,t :0 h0.~nos r!icho mil veces: solo el pueblo sabe hacer las
rcvolucio¡J':s, solo éi es capaz de las resoluciones suhlim2s v defi-


. .


uitivus Entre los tiraDOS Ó &spir/1,ntes á ia tiranía y lni; libres, cuan-
do las leyrJs irnperfeetas y estúpidas DO alcanzan, solo puede pro-
nunciar el cclñon de D,lO:Z y VeJl1l'de, e! fusil y los puilales y las' ar-
mas iqi¡)r .. H'I~~n.das que brillaron en manos de! pueblo de Madrid en 2
de ma\o de i 80S.})


"




744 HISTORIA DEL REINADü
Esta maniCestacion patriótica que fué celebrada eOll gran pompa.


y aparato, era una resurraccion del entusir:lsmo viril que había ins-
pirado fJ. l1uestros abuelos ante la irrita!)l~ vanidau dd conquista-
dor, y que dió aliento á los héroes que lucharon por la independen-
cia y se sacrificaron por veng,lr al mundo de la iufamia qua preten-
¡Jia mancharla.


Extraño é inconcebible dualismo, ceguedad inexplicable de los
hombres que luehan con valor y se indignan al considerar que pue-
den caer en la servidumbre, mientras sufren dóciles el yugo que se
les impone, cuando hábilmente se dora la cadena quo ha da amar--
rarlos al earro del triunfador.


La multitud se deja fascinar por las exterioridades, rinde culto á
los hombres que se levantan ante ella, y mientras estos ~aben ha-
laga.r sus pasiones, mientras no hieren con su desprecio á 105 que les
siguen, el exito de los tiranos es casi infalible, porque en los pue·-
bIos larda mucho la luz á penetrar, y la verdad S8 abre difícilmente
paso.




CAPITULO CH.


SUMARIO,


~DtalJI~'5 discur:<os que solJl'c el nomhramiento de Regencia I)]'onulJ~iaroll los .rilon';
[1m, Pedro Menuez Vigo y don Sillu>liallo OI(lZ<l¡.!u,


1.


Por una habilidad estratégica, los partidarios de la RegeDGia múl-
tiple hallaron medio de pronunciar doble número de discursos que
los tlefensnres de la única.


Hé ahí cómo la causa del derecho, la causa que representaba la
opinion halló un solrmnísimo triunfo en los debates solemnes pro-
longando la agonía, aun cuando el número vino á ahogar la raZOD,
y los hábiles explotando el miedo impusieron al país la voluntad de
los generales.


A trueque de parecer pesados, y dejando otros discursos que ba-
ilarán en otro sitio los legtores que se inter~sen en conocer el ca-
rácter de la época y ciertos antecedentes para juzgar á los hom-
bres, vamos á dar aquí cabida al discurso de don Pedro Mendez Vigo
y despues al de Olózaga.


El de aquel general que se oponía á sus compafieros de campa-
mento y que estaba dictado por el mas puro y sincero espíritu de
amo!' al bien, fué como sigue:




'716 Hl.STOll.1A DEL Il~lNAj)O
(; Señores, atreviuJitnto es de mi parte m,al' de la palaLra dr.bl-,uEs


de haber lledw usu de ella tantos seilorf~J á quie¡¡f'[; cedo en mér!tc¡
Dl¡J,l,;¡'io, pero no en celo; y este (;(1]0 es él que me conduce á ha-
!¡iM y decir eUi;l.lJtu siento en b grave CUei'UGH (,ue ocu¡a al con-
git;;ú. Vido, dHte ludo, que me disi:nulen t~na F(Hi;¡üU (k defectos
d,; Itl llguaje que ddm tener, pues no Le ilido unl,dor en mi vida.
TUdiPO,;() ;¡pdaré á la historia, y muclw menos á la (k otros paises;
a¡k:ia¡é á la. Dtaeslra, no remOlJtandll!!l1t á lejaiíüs tieLDpos¡ ~ino á la
historia C'ic.í)uu·j..


)l:e l~idlO;, 6dL1res, que no me l\'mOLlilrja á i¡, lútoria de oiro;,
i,alses, l/O SCll,H; DO lo uecesito; Di tampoco rn:~ relrii)ülaria Ú la hi:;,·
CJtia ,;ntigua nuestra, no; en la historia coetá¡¡~';:,; !li'ntio d,~ esie
eirüulo es donde voy á ponerme. Tampoco llW (jcupHé de la lf'gig-
!aciofl (¡e HCf!,i.llcia, qlíe indicó ayer el señor Sd.och:)\!Ji) señor; por-
que yo, sc~vres, soy un verdadero eS¡laiío], neto; las sil1gularida ..
dc:s Je t;d ¡;ais 50!.l las que me estimulan mas y !1l" l.1illa~;ai1 BIas
pan. ,{\le");!' 5:;1' español. Si la nacioi1 quier.:: un dlSp¡¡mte, le quiero
JO !amhi¡~[¡. Y reeuerdo con e!ltc motivo que en el aUG 1" un cél€lbn
;.) ~cra!, 11 g"f¡cral Freire, 0se hombre aCíJ.riGülc!lJ, iHlscado r(tr d
h<d \Velli:l¿loij duque de Ciudad-Hodrigo, nuestro amigo, le de-
0ia. este; S¿)ñoI' general, S. M. Fernando VH a~hlla ue tomar las
riend¡¡,g dül ~¡)bi¡;rno; es un rey que, aleccionadü por la experien-
cia, lJor la desgracia, no podrá menos de lHlCU' la felicidad de su
¡.H'js; y~ eip,:fo que usted, señor ger:eral, hará mantener en SU)l de-
beres á su ejército y corresponder b.la snmbíoü y ovedie!1cia á S. M"
y le ;.:ont:;sti~ el genoral Freire, el virtuoso y bravo wneral Frtirc,
tÍ cspaílül gr5neral Freire, el patriota general Fi'E'ir¡;: Milord, 10 que
ljULre la U~,¡d)il quiere este ejército; S1 la nacion quiere uu dispa-
fat~, eSt~ disparate quiere isla ejército.


))ESLl fué 1611 'd~pil~sta. Pues esti) ffiElJlO digo yo: si la naciolJ
'jUi:;f'''; U!l di&parate, un disparate qilÍ:'ro )'0; y sobre este principio
",iCilJ}.;r;; ;Jl)ro. Si ma.ñJllii la nucÍon quiere un gr>birfno distinto de!
dG~UJ.!, ese qui,;ro yo. La opinion públíf~a q\lif~re Hq~f:ncia de tres;
1~ q ,,;eru J n. La opinion pública DO rstá en la tertulia del Corres-
ponsal, ni en la d.:l Correo Nacional, ni eu la tertulia del seflor
Sandl:j; ~'!ítá en el pueblo; puque yo la be toeado, l~ he viste, y
i:.t ".',tJY toeanco cada dia, porque tengo correspondencia gene·
1'3.1, jJ!)f tuda:; partes, y no secreta, sino pública, que todos pue"
:kr: y;¡':¡~, y no tengo incoDHlflienle en manuar las cartas sin (¡híeas




DH ULTr,m BOnnON DE ESH~A, 7~7
rnra que puerta leerlas todo El mundo; porque yo, 8t[ ,11g0 mi opi--
ni·1 il aquí como en todas partes; tengo para el!o ta~tantf' fcrtalf'Zll
y firmeza. de caráeltr. PffO ahi,ra vamos á los iH'thos, que no me
reduciré mas qun á hechr,s: presentaré la historia de nuestra silva-o
eion, y In Ilcv3ré C00 tanla verdad qUf creo sE'rá incontestable:


»Señnn's, cuando yo veo los bancos ocupados por Jos homhiT
que tienen un mismo orígen, la revolucioD de setiembre, nryo di~
glorioso prodojo on golo pensamiento, que rué la rrgencia de Cri:i-
tina con dos c.Jretrer;tes, ¡tfifque se ere) Ó por ledos qUf era el ónice
medio de salv3r la Comtitucion del estado, y nhora veo que en estos
bancos está dividida la opioíon, es preciso decir, si'ñores, que prr-
cisarnente el f'enio del mal, un bado fatal persigue á esta lJaciof.¡
desventurada. Entonc~s, si>ñores, cuando la. opioion era uniforme, el
ministerio que hoy constituye el gobierno creyó llenar el prim!Jf de·,
ber suyo anunciando á S. 1\1. que eran indispensables dos cr.regen-
tes para continuar S. M. en la Regencia. Y in hilO ~e tal marlo, erm
tanta eficacia, que obligó á la reina. á abdicar d eneargo que de-
sempefía.ba por DO querer acceder á tales exigencias. Prí~scindió
(~s!e ministerio, y consumó un acto tan ines¡wra(io y snrprerdente;
sorprendente, sefiores, porque á mí me ha sorpn'IFli(h} sobrema-
nera: nunea creí ni cabia en mi cabeza que Crislina se fuera. de Es·
paña, ni cahia en la cabeza de nadie. Y cuidado que yo, se dice,
voy muy adelante, y es verdad; cuando la nacion lo quiere, voy
!.odo lo mas adelante posible.


:oEntoncflS no era ese mi pensamiento ni el dr, nadie, porqu~ á
nadie hB (lido, Y cuidado qu~ me ban acompañado mu¡;hos hO:Jbres
y muchos se mt~ p,'Qsentaban en mi misma opinion, dI! la mas lata
lihertad, y nunca he oüIo qne se esperase f'sn.


»)Digo, pues, que obró con tanta ~ficacia el gr)hierno, y prrpusG
á. S. M. dos con'gentes para llenar cumplidamente la opinion gen0-
ral, y prefirió que uubiese ese suceso sorprenden le antes que dejar
de cumplir con el pronunciamiento general, sir. embargo de que 110
podrían dejar de tener presuncion los individuos que componian el
ministerio, de merecer la confianza pública, porque bastaba que
fuesen elegidos y presididos por el hombre ilustre que mandaba d
ejército, y que reunia otra porcion de circunstancias y cosas que li.~
singularizaban en aquella época.


» Pues á pesar de esta fuerza moral con que podía escudarse para
todo cuanto podía hacer, ¡,qué hizo? Hizo abdicar á la reina Cristi-




7{S HISTORIA DEL REINADO
na, ¿y por qué? Porque la opinion general estaba por la Regencia
de tres personas, es decir, por dos y Cristina. Fué una cosa consu-
mada la Regencia de tres personas, y esta es la razon porque no se
volvió á hablar de eso. Esto lo digo al señor Olózaga.


»Perdone V. S" es porque el señor Olózaga se extrañó en su
discurso, y dijo que no se habia hablado de esta cuestíon desde
aquella época: por eso es por lo que yo digo ahora que no se ha br.·
blado, porque la nacion y todos creyeron que era cosa concertada
y coucIuida. } que la llIas pequeña polémica sobre esto debía ve-
Dir á las cortes y traer precisamente los sucesos de aquella época,
manifestados por el Gobierno mismo. ¿Pero sucedió esto? No señor;
todo lo contrarío: ni á las cortes se manifestó esto, ni las cortes se
reunieron con la formalidad que está prescrita, ni dentro del tér-
mino que la Coostitucion prefija para el caso en que sean disueltas
las anteriores.


»)Ello es, señores, que en las infracciones nos condujeron á esta
division que tocamos, y á esta polémica inesperada é informemente
elevada, porque los senadores y diputados que debemos cumplir un
mandato de la Constituci:m, mandato grave, señores, para ejercer
el gran actJ de pOljer nacional, nos han separado para no entender-
nos; nos han dividido á los hombres del pronunciamiento, á los
hombres que hemos hecho revolacian de &alvar la Constitucion, que
hemos teDido un mismo pensamiento único para ello, cual era la
regencia de Cristina con dos regentes.


»Pero señores, ¿puede negar nadie este hecho? Nadie lo puede
D1lgar. Pues abora rien, yo dije anteriormente que el genio de! maL
este genio del mal, era la causa de nuestra situacion, y este genio
de! mal SO[1 los extranjeros. Recordemos, señores. el año 14 yel
año 23, y siempre se debe reconocer á los extranjeros, y siempre
~cbcmo3 temer una valla de bronce para con los extranjeros, no
porque cll;)s pur.dan venir aqul, no señor, no pueden de ninguna
r:JaDcr~l; el que crea ol.ra cosa está muy equivocado, es uo estúpido,
sí señr;r, puedo decirlo asÍ.


))Hay distancia, y grande del año ~3 al afio 41; el siglo anda
muy u:Ha:ltc, euidaQc eon eso. Ni) senor, DO pueden, porque no
tienen mr:dios ni opiniotl rara venir: es fuerza grande la que tene-
'DOS, irre:dstiblc, es mas de lo que se cree; es de todo el pais.
porq~le la situadon de España es tan grande, que la nacion DO cabe
en sí misma.




DJ::L ULTiMO BORBor; DE ESPAÑA • 749
.liDigo yo que los extranjeros no puedtn venir, ¿y de quién se han


valido? De sus agentes; de eSJS agentes nuevos, de esos que han busM
cado, ¿pero qué clase de gentes? Agentes ya henchidos de nquezas,
de honores y desHilos que se han adq uirido, vinieron; se bao unido
á. cuah) Ó CÍtiCO egoístas nada mas, nada mas; y Lan ocasionado
esos mal(~s que kean('Js, que es ei m ayo!" mal público que tocamos j
esa divisiuB. El;'1l!(~. íata1idad; quisiera haberme muerto antes de
verJn: mi iri:~te C:Ilcoütranm: fcpnrado de hombres con quienes he
estar:..; U¡1Jd" en cslt; iadlJ, l' scpafi:Hl0 á una distanciú inmensa, Qui-
siera m(\;;: haberme muertu mii 'veCtS, fste es el mai que han 10-
f.,,~, .. lf' i(lc' ,,,,t'-"[j:C"'(}·" ?) l "\.~" ,¡ •• ;:) ,-, • .i\. ~ ü j'¿ .:J,.


d'," :~sta 1'a20n, s'.ñores, qu¡~.:eta yo, y volviendo á mi historia?
es ÓE.clr, a nü l1istOlia coetánea, á mi España, á m i España recien,p
k, á m: gtl<~]fa de la lm]ependeneia, quisiera yl; Regencia, no digo
de in;" ó cL'¡{;(: pi.l':'ODas, si fuent de cjn:;uenta, mejor. Porque len-
o, • 1 .,. " '! b mW,~'ij C::'~'.i'G,¡;, c~:pan0:Ci_; "\!'': Li os , que ~eflan OUO¡. tanJiS om-
brc¡-J por I.iU,_ u e:.: ro conFJ atletas, que fürwafiaü sus secciones para
'''r 1 ) • , •• N
:0S d¡,';j'U)(CS millO::; (Iel í!statíG, }' guoernan~~_n uj(IJor que tres. o
¡¡¡¡In tj\': f\ ('íncn ',ilJcj' c¡r·JCllr¡~'¡a· ~!'Inif\ ':"¡¡f' d" e"tí' "í¡"('·uJO v (iD" i ~ , , ..... ...., .. , ~ .... , .~>... ¡ l.'".!' ~ 1>.-' ~._,,) ... l.t"",¿ v ,. .. '.' <' . -.f; -J 1 ,~
~_>.'~ ¡~.\~:"; ..• ,~ "7,;~ '. ~').:~.¡!-""o I·'--~f~'~ -;i¡r f"¡ .,1-"
_' ..... ~_~. " .. '~.oI l~l. ,-.t.~.t;¡tt I.-~J.U •. , t .. t. ".,1¡·' .. V~


¡,¡S; .:':dlu', decía que (;uiü[]ces ü:uü{aILOS UD poder firme; un go-
})ieu''J f'utrk pan;. ccn los extranjeros, una Ht'gtl\cia dí; Espai'ía com-
puesfa de tre::¡ personas digdsimus I ¿y esto no habia de ser poder
fUf',;t" ;'~:n: '0S extranjeros? ¿Piles quién salvó la nacion de los ex-
!r~,;' i ",:'y In TI! sencin de ó [.jneü? ¿Pues u;tá tan lejos esa
• • • c-, \' ,., r , - ,. rl . d· 1 d 1 l1i:Sbní,¡ el.Y, Ji! um' iJ, lOS scnOtr~, Glpntaúos; exarD!Uu, lo; vo ve os
I)j'oo:', \"f'd !!, «lW Rll(·",j<, ~ "" ~ ~J • vI ... · I ... ". '-' '-' 1,... "


))Pnr eso, señores, me opondré con todo mi pode; iY ojalá tuvie-
ra mas y 1'; !~~r::t HS¡:f ·lel l.eC>'\ple de ~lma que tengo pura oponer-
me á esa R¡'g'é'DCi? únic3~ No soy mas que un humbre solo y no
tengo ''lJJ"l¡r¡:; ,J' }wl';<m1dif; p':ta ¡nj~Iá los tuviera yo para oponer-
me á e!l;;. y L¡;:¡fo mil':' á ID. Rrgencia Glj la persona que se quiere,
pGrquc b" r:i(!,..' n<;alhub, p0rque ~~t&, (l¡¡lazado con estos hombres
que S(ln ca<;~a d:> T'l(' teng,~mos es!:1, divisioD desgraciadamente~ Yo
qui:~;G :;l1;i~G~rle t.:.da J¡~ buena fe del mundo, el hombre mas deci-·
dido por b salvr.dor; del país; pero ha sido engañado por esos hom-
bres.


l>Sien!o en ~l alma, señores, siento amarguísimamente que mis
dignos compañeros y amigos hayan tomado esta cuestion comü cues"


TOMO l.




750 HISTORIA DEL REINADlJ
tion de situacioDj porque ya lo dije el otro dia, Jos hombres polí-
ticos no deben obrar en razon solo de las circunstancias; las circuns-
tancias deben importar á los homhres políticos cuando no estén de
acuerdo con los deberes; los deberes son la base Je los hombres
públicos; y como diputados, señores, como diputados, tenemos nos-
otros fuerza para no transigir con las circunstancias si están en opo-
sicioo con nuestros deberes; la tenemos, si, y fu~;·za irresistible ca-
paz de úontrastar el orbe entero. El diputado que no tenga esta idea
de la importancia de su mision, no debe ser diputado.


»¡Que se va, que se marcha, que se separará, que se va ya; buen
viaje; se ausentó, á ver, no iré yo á buscarle por cierto; bien segu-
ro es.


l) Vuelto á repetir que siento en el alma que mis amigos políticos
se hallen divididos. Yo aunque he tomado la palabra por la Regen ~
cia quíntuple, convendré con la de tres y con todo lo que no sea de
uno y vice-versa del sefíor Sancho.


J) Yo la deseo mas numerosa, pero votaré sin ombargo en caso de
no ser de cinco por la de tres, y haré este sacrificic en bien del país,
porque estoy bien convencido de que mis amigos los trinitarios no
tienen otro interés que el del país. Por el país, por el pueblo robe-
rano que es mi prindpio, y que debE: ser el de todos, porque es eí
fundamento de nuestra ley fundamental, estoy pronto á sacrificarlo
todo. ¡Ojalá que este principio se tuviese presente para que no hu-
biese division entre nosJtros, y no se cayese en la absurda contra-
diccion de hacer aspavientos cuando se oyen las palabras de repu~
blicano y república) sie:¡¡j) así que el significado propio de esas pa-
labras, las dúdrinas fe;)ublicanas es~riban en la base, ell el princi-
pio de ia sobura:!h popular. Esa base fundamental, ese principio ya
vendrá tie,;:¡po en que se desarrollará con toda latitud, porque el
siglo es granee, el siglo marcha~ y eS:3 día de ventura ha de llegar
y llegará pJf s¡ mismo sin qt~O por eso no deLan asustar esos suce-
sos anlicip1:l.d:;s por hO!2}Ií¡'CS ÍEi;';;ltos que eompadezco muchísimo.
por hombres illa1iciü~os j p~)[' hor::bres pac8r}os ~ que de todo
hay . ¿Y cómo DO ha de hab:::'f' en una ¿poca de: ignominia y de
egoislYJü?
))Cnr,~lu"tj ';:0"';1)'·" ,,;.-j: .... ,;1" '''1 r(,~'f"."c."r. ~',,!,il,,> •• <.1"", o""'eY'tI"_


- .. , __ A ':': _ ...... H·. ~,_, i ¡·~'.&.I.""'.1\J.'1 d .. \.A\.d."':ot. ..... vJ ..... VilJU \".I""to,·.) LJI~.! 1. ~U


~ion('s C·;·:: ,3:;. :leS;):'l ~)Ln~ ':0. :.;nid:.d: SGl1 ll:jas del deseo mas
pu~o ncl ~L:< ~t1:~· fe' ~\32;~O;j ~,~:~; qGC J"':J tcng:) d8 que nos




DEL ULTI~O nORllON DE ESPAÑA. 151
cia múltiple. Porque Geñores, ¿qué fuerza no ~a.ria á la Regencia
que se nombre el voto unánime de todos nosotros'?


»Por lo demás, ¿quién ba prGvocado, repito, esta distusion? Nos-
otros no hemos sido, he presentado la histüria, y yo liÓ lo atribuyo
á ningun español; de otra parte lejana supongo que ha venido, de
una parto de donde ban vcr;ido todas las desgracias de este pais, y
de donde vendrán en lo sucesivo, mientras est6 pai~i no tenga un
muro de bronce, Ó una constitucion tan f(¡crIe que sea capaz de re-
peler todos los embates que de al¡í nn~; vengan,


»Señores, 00 nos separemos del c'~r:tro de nue::lr( unidad, del
1 o. • b l' r. ~ l· 1 ,. 1 t· • (le se~lcmrc; cmsluquemos eSlC (1;1 CO:,!C el ma no üe un roo 10,
no de una hullanga, sino de una insurreccion santa y pura, una in-
surreccioD sin mas interés que f: ti:} salvar la constitucion del Esta-
do. Unámo!ios todos. eeñores, en memoria d,~ aquel día. ¿Es posible.
señores, que baya desunioH e¡:;!re n(¡so~rosj entre nosotros que tan
compactos estltvim8S m1 aquel? No, mil veces no; he dicho.»


H.


El míniJtro de Estado quiso haLlar alg'.!DUS palabras despues de
este discurso como para excusar Él la diplomacia, y tras él llegó el
gran apóstol de las eausas perdidas don Salustiano Olózaga.


nó aquí su discurso, háhil como todos los que prolluneia:
«Lus nOLJbres de lo~ señurcs GCHizak'z, Sancho:, L!Jzuriaga y de-


más que han h¡;blado en este mismo sentido, harán conocer á todos
que era i iD posible que se huLit:ran ¡!r()puc~t!; tratar una cuestion por
vasta que fuera, y que dejaran nada nuevo que decir; y yo no po-
dria igualarlos ciertamente ni seguirlos en manifestar los sólidos fun-
damen tos con que han demostrado ser desde la pl'esen taeion del pro~
yecto de constitucion, partidarios decididos de la unidad de la Re-
gencia. Yo molestaria al congreso si tratase de repetir los principios
manifestados C!)Q profundidad, can erudicion, con tino, con facili-
dad, con tem planza por los señorf:S á que üJe refiero, pues tendría
que dar mucha extensioQ á mi discurso, porque no pudria prescin-
dir de confutar á muchos y gravísimos errores ccn la misma liber-
tad con que aquí se han pronunciado, por los d.efensores de laopi-
nioD de la Regencia múltiple; pero no puedo dejar de combatir cior-
tas ideas que se han tratado estos dias en la discusion, ni de llamar




liSTORIA DEL REINADO


la atencion con toda la temJlanza posible, si bien con toda la ener-
gía de mi earácter, á ciertos hechos y ciertas eircuostancias tras-
cendentales que casualmente se han traído á plaza.


»Antes sin embargo, de entrar en este mi único propósito, no ex-
traí'lará el congreso qtW diga dos palabras acerca de otras que han
podido sentarse por algunos como alusiones á mi persona, ó á al-
guna otra que se halla en circun.o;tar:cias semejantes.


»No diré todo lo que poriria ser necesario, porque sohre ('1 par~
tícular ha respondid'J dignne},:rfe 'lll¡f~tl puede hacerlo pwjor que yo;
el señor ministro de Est.Hlo ha manifestado ya los sentimientos y
principios que han guinoo al gobierno en sus rdaciorJrs con otras
potencias. Yo he tenido, señl)fes. hreVcll1entc ji de 1111 medo ine~­
perado para mi honra. de n'prr:sentar :~stt' gobh'ffiO y esta nacin[l,
en una nacion veCllla , y en Ríjuel punjo eODJO en este, y f'[J todm:
aquellos en que lw ienidc la s3tisfaecion de servir al país v;¡) f!.0-
bierno, me he conducido enn ]e¡dtad, he cumplido con mi deber, J
he servido á la nacjún hasta donde han alcuEzado miS pobres me-
dios, y no he merecido Di temo meru~rr ea mi vid\:: m:a laehiL Ulla
sornhra que empane Ir! [lO/YifWt' Y ,;OrtíO ).:el'i:~ C~lfj<:;;,O y !::Hd ~'¡3tfl
principalmente para mí, que "D:;5ta cuestion p¡'i~:nna¡ me exten-
diera, bastará decir! no que desaflo, seria palabra mal sonante, que
invito, que ruego á todo el que tenga que decir de mi conducta pú-
blica ó privada cosa qne pueda ofenderla, que lo manifieste aqui¡
fuera de aquÍ y en todas partes; y digo mas, que le relevo de prue··
ha y que por mi parte quedará libre de la nata de calumniador: tan
seguro estoy de que nada se ha de encontrar en ella que pueda ser-
me perjudicial.


»Pasando, pues, á presentar segun mi pobre entendimiento pue-·
da hacerlo los sólidos fundamentos en que descansa la opinion CODf,-
titu')ional de la unidad de la Regencia, voy á contestar á algunos de
Jos argumentos que 011 contra de ella se ban aducido~ y á corregir
en cuanto pueda el mal efecto que temo han de producir aigunas
expresiones que aquí se han vertido estos días, principalmente ayer
y hoy. Empezaré por el discurso del primer diputado que hoy ha
usado la palabra en pro de la Regencia triple.


»EI sefíor Sagasti, mi amigo, de cuyo patriotismo tengo yo tantas
pruebas, de cuya sinr,eridad y cuya conviccion pocos podrán estar
mas seguros que yo~ ha empezado su discurso mostrando, tal era al
menos su intento. que la Regencia múltiple es la Regencia natural-




DEL ULTIMO BORIION DE ESPAÑA. 753
mente espafiola, es la Regencia de nuestra historia, es la Regencia
de la Constitucion de! 181 ~; quP. seria la Regencia de la COllstitu-
cion de 1837, sin !a circunstancia de haber entonces un solo re-
gente, y que de~e ser por consiguiente aquella que en est.as circuml'
tnncias y todas) cualesquiera que ellas sean, acuerden y nombren
las cortes.


»Gon esta opinion del señor Sagastí, con este modo de sustentar
.Ia suya, han coincidido casi todos los señores que han hahla-
do en ei mismo seo liJo q!le S. S. 1 á quienes ha llevado su pasioo,
no diré su intolerancia, al extremo de calificar de absolutistas, Ó
con teml¡~nc¡a al absolutismo, á los que sostuvieran otra opinion
que la suya; y les ha. arrastrado la ceguedad al punto de decir que
Jos que sostieoen la nuestra barrcDan la constilucion. No es un
sentimiento serio el que inspira estos cargos cuando se dirigen
á ciertos homhres; no teman que por esa mZJO les camen mella.
Otros, sosteniendo igual :opinion l han empezado haciendo la jus-
ticia de confes¡¡r que tan constitucional era la Regencia de uno,
como de tres, corno de cinco persoo&s, si bien en el calor del dis-
cllrso han llegado á de~~ir cosas que estaban en oposieion con aque-
llo mismo que primero (wn(esaban. No lo extrafio, señores, iJI) les
culpo por eSOj ni creo que estén exentos de nota semejante los qUf)
han abogado por la Regencia única; la imparcialidad es an!es que
todo; el mal está en la esencia y naturaleza de la cuet:tion.


»Por la cons:itucion, sefíores, se dejó á la prudencia de las cortes
la resolucion que creyeran mas conveniente; y es natural que abo-
gando cada uno por el número que le parece preferible, quiera llevar
tan allá su razon y la confianza que tiene en ella, que muestra que es
imposible el número opuesto. Es eso tan propio, tan inseparable de
esta. cuestion, que reconociéndolo yo mismo, y empezando por con~
fesarlo, quizá falte tambien á mi propóflito. No puedo decir mas en
obsequio do los señores que han incurrido en este defecto, á quienes
sin ealbargo procuraré DO imitar en cuanto me sea posible. Pero á
los que han llegado á decir que es opinion absolutista, opinion con
tendencia al absolutismo, la de la Regencia única, fuera de toda
alusion personal, fuera de antecedentes que pudieran ó no paran-
gonarse, les contestaría que ee mi sentir, y con razones que el con-
greso apreciara, si alguna tendencia pudiera encontrarse en los nú-
meros del artículo '75, si alguna tendencia absolutista 6 ultra-mo-
nárquica pudiera hallarse, seria en los números múltiples; y no sé




75' HISTORIA DEL REINADO
cómo no han caído en ello esos señores; no sé cómo no lo recono-
cieron así al sentar esto. Lo mayor parte de los que defienden esa
opinion han apelado á nuestra historia, á nuestras antiguas regen-
cias para hacer dicha suposion.


))Señores, cualquiera que sea la oposícion acerca de la mayor ó
menor libertad que en diferentes épocas ha tenido la Espai'la, ¿po-
~rá sostaner ninguno que ha habido libertad fundada en UD gobier··
DO representativo con todas las garantías que nos da la Constitn-
cion de 1837? ¿Podrá alguno decir que los españoles han tenido
consignadas en una ley las garantías que no!; da la fundamental
que actualmente rige? ¿No reconocerán todos que en las mas de esas
épocas, ó han sido incompletas esas formas ó ha habido el despo-
tismo mas absoluto? Pues bien, senores; sin entrar á. examinar mi-
nuciosamente las épocas de nuestra bistoria; sin incurrir en la nota
de una crudicíon inoportuna que pudiera hacer recaer sobre alguno
de 103 que bajo este sentido han tratado de la cuestion, yo no quie-
ro coger de nuestra historia, y de todas las demás monárquicas mas
que un hecho, é invito á su exámen á los señores que puedan ha-
cerlo CO:l mas profund;dad que yo. Es un hecho, seilores, que todos
los monarcas, sin excepCÍnll alguna, en nuestra historia, y con ra-
rísima excepcion en las de otros paises, cuando han previsto el caso
de que podia quedar la corona, si no vacante al menos sin el ejer-
cicio correspündier::te, porque no tuviera la edad necesaria el here-
dero de ella; cuando en sus testamentos han provisto al modo de
gobernar durante la menor edad del rey, hao tenido cuidado en fijar
que fu~¡ran múltiples las regencias por la idea que no es difícil co-
tl~)ceI' dowinaba en todas las monarquías, porque creian que no po-
dia haber persona que supliese al rey, porque por mucho tiempo,
durante muchos siglos, se ha creido que los reyes recibian del mismo
Dios la. investidura para gobernar á los demás hombres, y creían
qw~ la persona del rey no podía cS8r reemplazada por un hombro
solo de la raza comun.


»Esta idea, señores, se descubre en todos los reyes, y está acom·
pañada con otra que no puede dejar duda ninguna de que esa era
su iotendon, que ese era el espíritu que IGS dominaba. El único
~aso en que se daba la regencia del reillo á una sola perSODa, era
cuando esta pertenecia igualmente á la estirpe real; y no solo sien-
do la madre del rey ó reina menor, sino lambien siendo alguno de
sus próximos parientes.»




CAPiTULO CUt.


SUMARIO.


Concluye el diseurso del seDor Olózaga en fayor de la Regencia única.


I.


La sesion hubo de prorogarse, y Olózaga terminó así su dis-
curso:


«Con este motivo recordaré que e] sefior Burrie], el sei'ior Bravü
y otra porcion de señores, cuyos nombres no tengo presentes, todcs
han procurado dar esa inierpretacion al número uno del art!cu]o 57:
así sin sentirlo han sido intérpretes de ese espíritu ultra-monárqui-
co que en nuestros monarcas dominaba. Véase, pues, si podrán Ha-
marse mas Iiberales , si podrán considerarse por mas constituciona-
les que Jos que sostienen la Regencia única, cuando algunos impug-
nan la unidad en el mismo sentido,Ien que no era admitirla por los
gobiernos absolutos.


»Pero este pensamiento se conforma mas y mas al ver el cuida-
do que han tenido muchísimos reyes nuestros, como muchísimos
extranjeros; porque las familias de los reyes se parecen y tienen
muchos puntos de contacto diferentes de los que tienen las de ll)t~
demÍls hombres, Muchos reyes extranjeros y otros nucktros ~m:c




7!;6 ll¡8TORiA DEL REiNADO
limitado tarnbien en sus testamentos las facultades de la Hegencia:
y estús se limitaron tambien porque los hombres DO pueden ser su-
periores á su s¡glo; porque no se puede pensar siempre en el por-
venir; porque es casi imposIble evitar los hHitos, la fuerza de la
educacioD de les pueblos: se limitaron tanJ;ien) digo, en otra Consc
titucion que se vió para ser modificada DO'ablcmente en 18:'r1. Aqul
entra el argumen lo del ¡,cñor Sagasli, CO!llun con tantos otros se-
uores diputados. La Constilucion de 1SU no reconocia en la Re-
gencia las mismas facultades que en el rey, y la ConstitueicQ de
1 S 12 no rcconocia la unidad; ténganse presentes e~tos dos hechos
importantes.


»)Sei1üres, con el respeto que yo profeso á los homhres eminentes
que formaron esa Constitucion; con el convencimíeLto de 105 que
con tlHita razon dijo el señor Sancho aCerca del influjo en aquella
CirC'JIlíitancia en la redaccion de esa ley y de otras muy eseucía]c,;;;;
Slll embargo COfisiderando el argulliento corro hecho :'11 c:;te dia,
come; arguuwntl) para la cuestiol1 pre¡,:<:ute, pcrmHaseme que diga que
el reconOCer en las regencias menos facultr,des que en ios mOl.wrcas
SUP'lW, ó:m error gravísimo en la organizaeion de los gobiernos,
ó un prineipio de respeto excesivo y sobrchumano de las perS0D2S
de lo;; !uonarcas mismos; error grari:úmo) inexplicable en lu orga-
nizilciun de los gobiernos. ¿Son estos lotra cosa que los medlOs de
ejefLer las fUDciones necesarias á toda sociedad bien organizada?
¿Son estas otra cosa que la regularizaüioa de los poderes del Esta-
do, dd manera que las leyes del Esl,ado se f'.irml1n, se ejecuten y se
apliqu"a S. los casos ordinarios? Todo el poder soód, todo lo que
sea n·_~cesario para. gobernar á los pueblos conservando sus intere-
ses, [od\1 eso ~ nada mas que eso ha de estar en l(AS cOIlstituciO!l<:s.


»ReJúcense estas á distribuir entre los poderes las funcioI1es que
á cada uno de ellos corresponda ejercer, de manera quu el poder
legislativo no invada las atribuciones del ejecutivo, ni el ejecutivo
la dd l(~gi.slativo. A esta y no otra cosa deben reducirse las constitu-
ciones, á deslindar las facultades de cada poder, á fijar las garan-
tías \.i<.3 hs ciudadanos que por todos los poderes deben ser respe-
ta.das, ¡HJr!lue euando se atropelian ésas garantías, ó un peder
invauel lilS funciones de otro, se holla la ley fundamental. Vuelvo á
la Constitucion de 18 U, de que me e:.taba. ocupando. La Constitu-
cion de 181! no reconocia mas que la Regencia múltiple, por la
que coa til\lto calor se aboga ahora. Era principio esencial en aqu e




DEL ULTIMO BORBON DE "ESPAÑA. 757
1la Constitucion, que llegado el caso de ser necesaria la Regencia,
las cortes determinasen las facultades que debia tener: las cortes
antes de hacer esa constitucion, y despues que la hicieron usaron
tan ampliamerte de la facultad de fijar las de la Regencia, que la re-
dujeron á una admision ejecutiva, insignificante :absolutamente, y
pendiente de la voluntad de las cortes. ¿Y qué se creiaentonces, se-
ñores? Se creía segun eso qce al monarca se le concedían aJgul!as
atribuciones,y que se dejaban en su poder ciertos actos que no son
necesarios. que no son convenientes para el bien de la sociedad,
pero que se dejan como para recreo de su persona, puesto que cuan-
do se trataba de sustituir al monarca las facultades eran otras.


»En la Constitucion de 1837 se adoptó en esto el partido contra-
rio, y no podia ser otra cosa; las circunstancias de que algunos se-
fiores n o quieren que se hable, y que son la explicacíon de algunos
actos de la vida, hicieron que se adoptase ese principio en la CODS-
titucion de 18]~, Y las circunstancias hicieron que en I8il7 no bi-
ciéramos este in mensa sacrificio de los buenos principios; y se obró
aSÍ, t'ill consultar en esto á otras naciones que han ido delante de
n050t'os en materias políticas de esta especie. Las cortes constitu-
yentes adoptaron sin contradiccioD ninguna que la Regencia del rei-
no tuviese las mismas facultades que el rey tiene, tantas como tie-
el rey.


»Baste esto sin duda para explicar que este precedente que se
quiere buscar en la historia de nuestro país en favor de la Regencia
mÚltiple, se vuelve dir['ctamente contra los que acuden á él para
apoyar su opioion. Bas,a tambien para explicar que si los mismos
podrian fur::darse en la conformidad de la CODstitucion de 181 ~ con
la de 1837, respecto de otros puntos, respecto del caso en cuestion
está en oposicioD con sus ideas.
)}~o hay, pues, en nuestra nacionalidad medios de defensa para


la Rrgencia múltiple, ni los bay en la conformidad que ha querido
sUJ)onerse cnntrala Constitucion de 1812 V la de 1837.


1 •


))Cuardo se propone uno combatir los argumentos de otros se-
ñores oradores, no puede seguir el órdeo que deberia en un discUf 8
so propio; hay que continua(rebatiendo los argumentos de aquel
á '1uirn 88 l-¡a empezada á c1mbati 1'j así es que yo seguiré rebatien-
do hSi':e el se:1nr Sagast¡ ha presentado.


,':lP;)'Jc: d.,,] a!'gul'J.~nto á que dejo contestado del señor Sagas-o
ti, t J3 h.b15 '3 S. da la opinion pública, de la opinion nacional,


To.lto I.




758 HlSTORTA DEL RRI~ADO
de la opinion uniforme, y como fundamento de esta apioion, el sc-
rior Sagasti, á imitacion de casi todos los señores que le hao prece-
dido en el uso de la palabra en defensa de su opioian, nos habló del
1.0 de setiembre.


»No se crea que voy á decir ni una sola palabra acerca de suce-
sos que no corresponden de niogun modo á la cuestion rresente;
me he de atener tan solo á lo que de aquí se quiere deducir, á la
consecuencia que se quiere sacar cerno indispensable para hacernos
creer en qué sen tido estalJa entonces la opinion pública en punto á
la Hegencía.


»Antes diré que he extraríado que no se haya contestado por otros
señores y mas particularmen!e por ~1 gobierno, lo que yo creo pue-
de y debe contestarse acerca de este punto. Yo no sé qué motivo
puedan haber tenico para eilo los señores ministros: sean los que
quieran los respeto; pero yo que [JO tengo mas razon que la mía
particular, ni mas deseo que el de consignar aquí mis o}Jinioncs con
independencia, como lo ha sido en todos tiempos, y como lo haré
mientras me siente en estos bancos, voy á contestar dos palabras á
los señores que nos dicen que la opinion nacional exige la Regencia
múltiple, que exige que tengamos coregentes, y que esta opinion
se manifestó en 1.0 de setiembre.


»Señores, ¿el pronunciamiento de 1. 0 de setiembre tuvo por ob-
jeto la solucion de la cuestion abstracta de que trata el arto 51 de
la Constitucion? ¿Hubo medios bien ó mal entendidos que diesen lu-
gar á que se manifestase en ese sentido una opioion cualquiera mas
ó menos pública? Sabido es que aquello tuvo difertnte objeto, y que
se crndujo de distinta manera de la que correspondía, segun han
dicho algunos sefiores.


»Prescindiendo de Jos incidentes mas ó menos apurados que acorr;-
pafiaron aquelios sucesos, el hecho que se quiere consignar aquí, y
en el que convengo por el momento, es que la opinion que se pro-
nunció en aquella época exigia que la reina Regenta de España á la
sazon tuviese dos personas que la acompañasen en la Regencia. Yo
no quiero dispu!ar en lo mas mínimo la generalidad de esta op¡-
nion; no entro en su exámen: acepto el hecho, y le concedo la mas
lata eyidencia. Sí, sefíores; se quería Regencia múltiple; se quería
poner coregentes á quien desempeñaba la Regencia única.


»Y ¿qué se sigue aquí, se1'iores? Se sigue que cuando vamos á es-
tablecrf una Regencia nueva, la cual queremos que sea fuerte dek-




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. '159
tro la ley; que cuando vamos á empezar una época nueva; que cuan-
do vamos á resolver por primera vez la gran cuestion de la mino-
ría de la reina de Esparia, y digo por primera rez, porque basta
ahora felizmente no babia sido necesario hacerlo, ¿~e quiere que se
propongan los mismos medios que se dieroD para concluir otra Re-
gencia~ Esta ES la verdad; y esto es lo que creo de mi deber expli-
car al congreso, y explicarlo mas latamente todavía.


»)¿Por qué Ee pedian en aquella época coregentes? ¿Por qué se de-
cia que no babia confianza en la persona que tenia la Rege[}cia~ Yo,
como no creo haber contribuido de Di;Jgun modo á que concluyese
aquella Regencia, no tengo que dirigir ningunas palabras de con-
suelo, que pudieran interpretarse muy bien por palabras de arre-
pentimiento. Se decia que no babia confianza en la persona que ocu-
paba la Regencia. Y abora, ¿cómo nos encontramos? Señores, ahora
la cuestion está entera; ahora las circunstancias ~on contrarias ab-
solutamente á aquellas. No bay persona ninguna que ocupe defini-
tivamente la Regencia; no tenemos que apelar á desengaños tristes.


»Ahora esbmos en el tiempo de hacer Jo que mas convenga al
bien de JO:i pueblos; y debemos bacerlo sin pasiones, eDil prevision,
como corresponde á Jos legisladores de la nacion española. ¿Qué
consecuencias produjo pam aquella Regencia esa voz mas Ó menos
extendida, esa exigencia con mas ó menos oportunidad presentada?
Es menester hacer abstraccion absoluta de Jos sucesos, de su ten-
dencia, de sus resultados, de todo lo que no sea cuestion de Regen-
cia. Suplico mncho á todos Jos señores diputados que empleen en
esto su imaginacion y bagan abstraccion de todo lo ocurrido en aquel
tiempo, y que se fijen solo en la cuestion de Regencia. ¿Qué pro-
dujo, sel'íores? Lo que nadie ni el mas avanzado en sus opiniones se
atrevia á esperar. Yo nunca lo hubiera dicho, si no hubiera oido al
set'íor Mendez Vigo decirnos con un candor admirable, que jamás
hubiera pensado que por esa razon hubiese dejado la España y la
Regencia la reina madre de la actual reina de España.


»Pues, seDores, sijusta Ó [jO la desconfianza; si genera] ó nó el
clamor de los pueblos; si ciertos ó no los mGtivos, la sola idea de la
Regencia múltiple bastó para producir un suceso que sorprendió
hasta á aquellos que pudiera creerse que lo habian deseado; qUQ
sorprendió á Espana, como á toda la Europa; que ha dejado con-
secuenciai tan graves, que solo la prudencia de los espailoJes, y solo
la union de todos los buenos puede bl\cer que el pais no se arruine:




760 UlSTORlA DEL ItEINADO
si estas son las consecuencias que prúdujo un suceso de esta espe-
cie, 6se quiere citar el ejemplo para que le sigamos actualmente,
cuando las circunstancias son tan contrarias? ¡Qué lógica, señores:
Mas singular es todavía. la expHcacioD que qUiere hacerse de esto
mismo. Dije por incidencia, no hace muchos dias, antes que se em·
pezara á entrar en el fondo de esa gravisima cueslioD, que no ba-
bia sido discutida como debia, que no estaba preparada la Vérda-
dera opinion nacional por los medios propios de un gobierno repre-
sentativo. Insisto en ello, y no por via de inculpacioll, Eino de la
imparcialidad; alguna parte creo que quepa al a.ctual gobierno, aun-
que no p:lr sus personas, cuyo patriotismo nadie cerno yo reconü-
ce, sino por su organizacion múltiple.


:oDije que uo estaba formada esa opinioD; que no habia sido di,:)--
cutida como se debia esta gran cuestioD, y ha tenido que confesarse
que así ha sido. ¿Y cómo se babia de negar este hecho cuando la
prensa periódica ha esquivado la cuestion? Yo respeto los motivos
que á todos los apreciables escritores que en ella toman parle ba-
yan podido moverlos á observar semejante conducta. En unos ha-
brá sido la gravedad de la cuestion; en otros el temor d6 que sus
opiniones dirigidas al bien del pais sean mal interpreladas por los
partidos; pero cualquiera que sea el motivo que yo tal vez ¡'ec')-
DOZCO plausible, que haya retraillo á los periódicos de entrar en la
cuestioD, es el hecho que á uno que la quiso provocar se le dijo que
no era Hem po para tratar de esa cuestion, y cuando despues quiso
venir á ella estando las cortes abiertas, S6 le dijo que ya no era
tiempo, porque estaba formada la opiGion. No se ha encontrado ra-
lon para ilustrar á los pueblos y hacerles ver qué es lo que mas hos
conviene.


») y no pudiendo negar el hecho y explicar de otro modo este si-
lencio, ¿qué se ha dicho? Acaba de decirnos el señor Mendez Vigo
que como en setiembre se declaró toda la nacion por la Regencia
múltiple, LO habia nada que hablar sobre ese punto hasta que las
cortes lo hicieran. Habiendo demostrado me parece la ninguna apli-
cacion que tienen los sucesos de setiembre á la cuestion actual, creo
que debo abstenerme de contestar á tan peregrina idea.


»Algunos argumentos de menor monta ha hecho tambien el se-
rior Sagasti, á los cuales, aunque breve, quiero dar contestacioD. Su
señoría se ha olvidado de lo que ha dicho en los días anteriores
acerca de la mayor ó menor probabilidad de que falte un Regente,




DEL ULTIMO ¡ORBON DE ESPAÑA. 761
y nos presentó todavía como argumento nuevo y no deshecho el que
si no nombramos mas que uno y se nos muere, estamos sin Regen-
cia. Y si nombramos tres y se muere uno, ¿no estamos lo mismo
sin Regencia? Es claro que si, porque no disponiendo la constitu-
cion que haya Regencia de dos, en muriendo uno tenemos que acu-
dir o~ra vez á la Regencia provisional. Y yo apelo al mismo señor
Sagasti para que me diga si hay mas probabilidad de muerte entre
tres que en uno solo.


»Ha hecho el señor Sagas ti una ineulpacion al gobierno porque ha
hablado mas ó menos acerca de esta cuestion; y por lo que antes
he apuntado, el congreso conocerá que mas dispuesto estaria yo á
hacerle la contraria. No hay cuestion ninguna, y menos en una tan
vital como esta, en que el gobierno, por provisional que sea, aunque
no fuera mas que de dia, de horas, no esté autorizado y aun obligado
á decir en nombre de la sociedad ~ue rige, qué es lo que cree que
le conviene porque él es quien la representa constantemente; porque
él es fluien puede recibir todos los datos y noticias capaces de ilus-
trar á los cuerpos colegísladores. Pero esto no sirve mas qGe de
conteslacion al señor Sagasti, y de explicacion tambien servirá lo
que apunté antes sobre el número de los que componen el gobierno
provisional. ¿Se cree que en no ser varios los señores que la for--
man podia haber habido discrepancia ninguna, duda, lentitud, per-
plejidad siquiera acerca del partido que debia adoptarse? Cuidado
que la cuestion es grave en si, y puede ser gravísima en sus con-
secuencÍas.


nReconocemos como un mal, pero como un mal de corta dura-
cion, el que el gobierno se ejerza por muchas personas; y si este
mal, señores, afort~nadamente no ha producido todas las consecuen-
cias que naturalmente debia llevar consigo, se debe, no solo al pa-
triotismo, sino á la docilidad y buena fe de los que han compuesto
el gvbierno; pero ese mal no puede m~nos de dejarse sentir, á peiar
de las buenas cualidades que adornan á los actuales ministros, y se
ha dejado sentir en esta cuestion: no debo ahondar mas la llaga.
Al mi:;mo tiempo creo qUg hay un deber de justicia en hacerla á los
individuos del gabinete que han sabido acomodar sus opiniones á 10
que han creido ó conocido que era el bien del pais; á alguno que
ha llevado su generosidad y su patriotismo hasta el punto de renun-
ciar aIgun probable honor, que no puede menos de lisonjear á los
hombres cuando se presenta como complemento de una larga car-
rera pública.




762 HISTORlA DEL REINADO
»8íguiendo el órden de los argumenttls del seilor Sagasti I me en-


cuentro con una palabra, que al oirla no crei yo que podia traerse
aquí á otro propósito que al que yo mismo la hubiera traído. Ha
hablado S. S. de Vergara: de Vergara, en donde se mostraron como
hermanos los enemigos irreconciliables que por espacio de siete anos
se habian hecho cruda guerra. Pensé que al hablar de esos herma-
nos se iba á acordar S. S. del padre comun de todo's ellos, y que
iba á encarecer como podia, como buen navarro, como buen libe-
ral, como admirador, ese suceso, uno de los mas grandes que pre-
senta la historia de España. fecunda en grandes ejemplos. Pensé que
iba á sacar una consecuencia que para todos hubiera sido muy li-
sonjera.


llCreÍ que iba á decir el señor Sagas ti lo que yo no diré en abono
ni elogio de ninguna persona, porque yo DO sé en qué consiste que
mi lengua no se preste á ensalzar á los poderosos, aunque mi cora-
zon bace justicia á los hombres, cualesquiera que ellos son. Un pun-
to ha tocado el sefíor Sagasti, el mas delicado de cuantos pueden to-
carse en esta cuestion, el que yo no creia permitido, y el que hu-
biese deseado muchísimo que nadie hubiese osado tDear. Felizmente
en el principio de la discusion se evitó cuanto se pudo hablar de
personas; des pues sin que yo me dirija en esto á ninguno de los seño-
res que sostienen la opinion mia, ni la opuesta, se fué ya hablando
de alguna persona; y así ha seguido el debate de un modo bien las-
timoso, no solo en si mismo, sino porque hasta cierto punto nos
obliga á seguir en él á los que trajeron á tan mal terreno la cues-
tion. Así seguia cuando se hablaba de una sola persona; pero como
á esto se ha llegado por anunciar cada uno que iba á ser eX9lícito,
que iba á decir toda la verdad, y cosas que podian ser peligrosas,
no ha querido otro ser menos, y ha tratado de decir mas que los
que han antecedido. Aquí el sellor presidente, con muchísima razon,
recordó al señor diputado que iba á nombrar personas, que no era
cuestion de estas, ni podia lo que era propio de reuniones particu-
Jares ser traido al congreso. Yo respeto muchísimo esta indicacion
del señor presidente, y siento 110 se haya podido evitar antes el en-
trar á hablar acerca de personas. Pero no porque:haya mas ó menos
ventaja en que por los unos se hable de la persona que se supone
obtendria la Regencia única, y por los otros no sea posible hacerlo
de las que se dice compondrian la Regencia triple, no por esa in-
tentaré yo, ni aun por medio de perifrasis como ha hecho el sellor




DEL ULTIMO BORBO~ DE ESPAÑA 763
Sagas ti , hablar de esas per5;onas: las respeto mucho,muy singular-
mente las aprecio, y conozco el sentimiento que les causaria el ser
traidos aquí, ya para recibir elogios que su modestia no podria su-
frir, ya acaso por ver desatendidos sus largos servicios, ya para ver
que la desconfianza se llevaba hasta el punto de tocar á hombres
que no han dado jamás en su larga vida pública motivo para ello<
No, señores: no seré yo quien abuse de la posicion en que se me ha
puesto, no seré yo quien use de represalias como pudiera hacerlo,
puesto que se autoriza á e1l9. Así, quédense esas personas en el
lugar eminente que ocupan en la estimacion de todos los buenos
españoles y de la nacion entera: no se traigan á plaza ni sus virtu-
des ni sus defectos, y no se les haga sufrir, señores, el martirio
harto cruel que bace dias y auo boy mismo se bace sufrir á uno,
para quien yo no reclamase mas título que el de español, el de súb-
dito de la uacion española. ¿Qué derecho tiene nadie para sacar
aquí á plaza la vida de un hombre que no aspira á presentar titulo
ninguno para decir si merece ó no merece la confianza de las cor-
tes? Los señores que creen que una persona ó varias no merezcan
su confianza pueden negllrsela; pero considérese que para eso la
ley en semejantes casos exige que una urna encierre el secreto á fin
de que ni el odio, ni el temor, ni ninguna pasion noble ó mezquina
pueda mezclarse en el fallo, y cuando la ley esto exige, es claro
que no permite la discusion sobre personas.


»No creo yo que la temiera, ni que podria temerla, quien hasta
por los mismos que se presentan como adversarios en esta cuestion,
recibe, señores, los dictados mas gloriosos; dictados que mi lengua,
repito, no ha dado ni dará á nadie: no acierto yo á decirlos ni en
público ni en privado. Quien, merece, señores, tales calificaciones,
quien al tiempo de combatirle es honrado de esta manera, yo creo
que si alguao pudiera sufrir la pública discusion, él seria. Yo, apro-
vechando, como es mi derecho, los argumentos favorables á mi opi-
oion, corno lo hacen respecto de la suya aquellos á quienes aludo,
quisiera no tener que decir nada acerca de la perso!la en cuestioD,
y nada expondré en su defensa, porque no creo que lo necesite, y
porque en caso de necesitarla, mas autorizado y mas elocuente de-
fensor habria de tomarla naturalmente; pero si diré que se ha faltado
al sagrado de la vida de un ciudadano, al respeto que se debe á la
opinion de un ciudadano, cuando sin solicitacion propia se ha creído
que se podía examinar su conducta en la cuestion presente. Precísa-




764 HISTORIA DEL REINADO
mente, si mal no me acuerdo, el señor Bravo, á pesar del respeto
que me mt'fecen sus luces y talento, hizo ayer esto del modo que
menos disculpa podia tener guiado por un principio el mas falso, el
mas absurdo que puede presentarse en el gobierno representativo.
Lo primero que hizo fué examinar la capacidad de la persona de
quien se habla. Yo no negaré el mérito, )a habilidad y la capacidad
de quien así trata de medir las extrañas: al contrario reconozco en
esto la ¡m portancia del juez. Pero decia S. S. ¿Y ese hombre qué sabe?
¿qué ha sido? ¿qué pensamiento nuevo trae? ¿en qué parlamento ha
estado? ¿qué ciencia poseef


»¿Pues qué, el sellor Bravo espera en la práctica parlamentaria el
pensamiento é ideas de quien durante la menor: edad de doña Isa-
belII desempeñe las funciones de Regente, y si no reina, porque la
expresion no es propia, ejerce todas las facultades que al trono com-
peten? ¿No ve el sei'ior Bravo que lejos de producir esto las ventajas
esenciales de todo gobierno representativo, puede producir este deseo
los inconvenientes opuestos~ Porque, señores, baste recordar cómo
se forma la esencia de estos gobiernos. ¿Es con venien te que sea jefe
de ellos un hombre avezado á estas lides parlamentarias, en las cua-
les necesaria,mente haya pertenecido á un partido y sostenido opi-
niones decididas sobre los puntos capitales de politica, de gobierno,
de administracion, de todo cuanto constituye la ciencia del gobierno?
"Dónde cree S. S. que estarán mejor esos talentos y esas circuns-
tancias que se piden por S. S., en el trono ó en los ministrf\s? Esta
es la cuestiono


» En los gobiernos que se guian por la opinion 6n que se consulte
de la manera posible á la nacion y se realiza que el pais se gobierne
por el pais mismo, en estos gobiernos de lucha perpetua en la tri-
buna y la prensa, hasta conocer todas las opiniones, y basta que
del choque de unas con otras resulte la verdad, en las que se atien-
den todos los intr.reses y se buscan los medios de conservarles, y
donde es necesario que conste el cambio de la opinion d(\minante de
las asam bteas que representan el estado constitucionalmente, es pre-
ciso que se busque en {Jtra partJ y no en el trono lo que quiere S. S.
Busque el señor Bravo esas circunstancias en los ministros que diri-
gen la mayoría parlamentaria, y entonces estará seguro de que pue-
den realizarse esos pensamientos grandes, esas ideas que desea. Pero
!'ln lugar de esto, suponga el sellor Bravo ocupando el trono, para.
uso de las facultades que le concede la constitucion, ya que no para




DEL ULTIMO BORBON DE ESPA.ÑA. 765
osfentacion y aparato, una persona acostumbrada á estas lides de
donde salen todos mas ó menos resentidos, aun por solo creer que
10 que mas conviene al pais es lo que piensan ellos y no )0 que pien-
san sus contrarios, y que acaso, y sin acaso, SfJD errores gravísimos
que pueden. ser perjudiciales al pais. En tal caso dfgame S. S. si en
las cuestiones gravísimas que pueden ocurrir en el porvenir próxi-
mo de España, tal vez en los primeros instantes en que se forme
gobierno definitivo, por el que todos suspiramos, tuviera esa per-
sona una opioion formada enteramente y que constituyese la esencia
de su vida pública; ¿cree S. S. que seria mas conveniente que es-
tuviese en ese lugar cuhninante y fuese inseparable de él por espa-
cio de muchos anos, ó que estuviese en el ministerio de donde pu-
diese salir cuando fuese necesario un cambio en su politica, y se ter·
minara asi felizmente la crisis á que pudiera conducirse á la na-
cion?


» y el señor Bravo que me lleva á ese terreno, me permitirá que
aludiendo algo á S. S., y mas á otros que han usado la palabra en
el mismo sentido, combata otro gravisimo error que á unos puede
no parecerles tal, y que en otros, lejos de ser extravío del entendi-
miento, puede ser pasion que les ofusque en la cuestion presente.


»)Se enlaza naturalmente con la capacidad, con los hábitos parla-
mentarios, con la ciencia administrativa, y con las demás cualidades
que deben apetecerse en el regente ó regentes la opinion politica que
bayan profesado 6 profesen, de aquellas que dentro del partido cons-
titucional pueden profesarse.


»Han crf~ido algunos, y ban decantado como un .triunfo y mirado
como una ventaja, el que baya una Regencia múHiple compuesta de
un partido determinado. Señores, yo voy á decir esto con sentimiento
propio, y quisiera no fuera tambien con sentimientn de otros; pero
lo diré con la lisura con í'Jue tales cosas deben decirse, sin faltar á
ninguna persona, pues declaro que á ninguna ni aun remotamente
aludo.


»Es natural que todos los hombres de partido, como lo son nece-
Euriamente todc¡: los que toman parte en los negocios públicos; que
todos los que corresponden é. un partido constitucional porque creen
que por ci8rto camino se !lf'ga ml'lS fácil y prontamente á as~gurar
Ja lihertad de la nacion, deseen que sus ideas triunfen, pues no ten-
ririan re política en ellos si no lo descaran; pero deben desearlo por
aquellos medios que la ciencia de los gobiernos representativos exige.


TOMO 1.




76G mSTfRL\ DEL Ul";/1. Ni
tos hombres públicos á quienes sus disliiJguidas cualidades lI:l!lHln
á estos puestos, deben desear manifestar aq\]¡ con ta! oJ!orlunidad é
inteligencia las opiniones que constituyen su conviccion, que la ma·
yoría de los cuerpos colegisladores las adopte como suyas; deben
desear entonces, y es natural que lo deseen y que lo ¡'s¡;NPn como
consecuencia inmediata, que aquellas ideas que prevalecen en los
cuerpos colegisladores vayan á ser el principio de aCCJÜn y la repre-
senta;:lion viva del gabinete: deben desear que el pais vea la aplica-
cion de sus teorías, y que el pais reciba, ó los bfmeficios que con
ellas creen hacerle, ó el desengaño del error que los contrarios ban
podido producir, porque todo esto se puede hacer sin daño riel pais,
conserv~ndose el admirable mecanismo de los gobiE'rtl% r~rre'enta­
tivos.


»Pero si en vez de tener en el parlamento esta mayoría á que
pueden aspirar; si en vez de verja realizada y puesta en acc¡oll por
el gabinete formado por ellos mismos, y que cuenta con su apoyo,
aspiran á tener esas ideas y las consecuencias de todos los antece-
den tes de la vida pública de ciertos horo bres cerca del trono, deben
considerar que el cambio de un ministerio es cosa fácil y constitu-
cional, sin que se resienta la máquina gubernativa, y recibiendo el
pais con aplauso, Jo que no sucede con la Regencia. Respecto de esta
cuando llegara cambiar la opinion, porque las opiniones cambian al
son de los intereses, ¿qué medio habria para volver las cosas á su
nivel regular para adoptar los principios que entonces el público,
los mayores parlamentarios, y el gobierno mismo cree mejores? Yo
no sé, señores, I;ómo podria verificarse esto sin apelar á trastornos
populares. Diré, si, que esto se podria hacer muy bien con la Cons-
tituciOD del año 12 y con Jos principios de las regencias de aq ueHos
tiempos, porque sin citar todo lo relativo á la historia de aquella
época gloriosa, basta un hecho para probar como entonces podía
haoerse aquel cambio y abora no podria verificarse.


»Entre tantas regencias como conoció España y algunas apenas
las conoció, porque desgraciadamente ~e hallaban en un eonfin del
reino, y no tenian medios para hacer penetrar su accion en el resto
de la península, hubo alguna Regencia definitiva y permanente que
acabó por la proposicion de un diputado, persona en extremo res-
petable; alguna hubo que cedió su lugar porque varió tal autoridad
local, ó porque no contribuyó á que se leyese en las iglesias tal ó
cual escrito. Ni aplaudo ni condeno estos actos; explico solamer;t,,;;




DEL ULTDlO BORBON DE ESPAÑA 767
que en los principios que dominaban en la formacion de aquellas
regencias, en las bases de sus reglamentos, en la conformidad de
estos con los principios de aquella Constituciol1, habia un medio fa-
cilísimo, sencillo, de cambiar el poder ejecutivo en el momento que
110 estuviese conforme con la mayoría parlamentaria. Pero en esta
Regencia que vamos á nombrar; en esta Regencia que tiene las mis-
mas facultades que el rey; en esta Regencia definitiva basta la ma-
yor edad de la reina d"ña lsabel n, ¿qué medio legal, tranquilo.
pacíficu, habria para bJcer variar el poder cuando tuviera idea.s que
la IllayOlÍa. de ostüs cuerpos rechazara?


»Así, pues, sin que yü rebaje el mérito de las personas á (Iuicnes
pudiera aludirse, 0roo que si bien pueden grandes virtudes y una
ebvacion de alma superior suplir ó neutralizar lo que de la vida
pública !levasen de apego á las opiniones que hubiesen profesado,
10 mas sl:guro es que quien represente d poder ejecutivo, quien
ejerza ¡as [uLciones dd rt:y, sea tan impasible en las luchas parla-
mentarias como él mismo; y si tiene 1;lS demás cualidades que de-
ben llx.igirst:, lejos de ser un mal la falta de esa, le hace mas are··
teeib13 j su eltlecÍo[¡ mas oportuna.


»)Pero lív se trató solo de caoacidades, v si el señor Gonzalez Bravo,
. -ó algun otro señor diputado, dijo conlestando á un argumento


que yo confieso que no hubiera empleado sobre mayor ó menor gra-
titud, que esa persona había recibido de la nacion mas de lo que
merecía, es menester no darle mas, no aumentar ese exceso que ha
habiJo éU io. gratitud nacional. Esto, señores, por mas delicado que
sea, yo U0 de decirlo tambien: que los buenos ejemplos eso tienen,
y los que diCen eOil verdad y lisura lo que sienten, no,; excitan á
hacer lo mismo, salva la mesura que cada uno tenga por su ca-
rácter.


»Señures, en t;sta cuestíon de personas, de la que hablaré yo lo
menos que: pueda, hay además de todos los inconvenientes que so
.suponen en o.:asioues semejantes, uno que es mayor que todos los
otros; y es el de querer detmllinar y v31uar los grados de estima-
ciJn en que :se tiene á las personas y la gratitud que debe mos-
trárseles, y por no parecer mezquino, en aqueilo que se concede, se
lleva uuo naturalmente á mostrar que ha sido pródigo ó que lo ha
sido la nacion, y en este caso, Ó ha y convencimiento de que alguna
persona mi)reee todo lo que ha recibido y mas, ó no lo ha y. Este es
el dilema ún:co qUe yo admito. O excita confianza, 6 no la. excita;




768 ilISTOII.I! DEL .I1EINADO
si la excita, señores, no tomemos por argumento principal lüs des-
confianzas ajenas para una resolucion que ha de ser independiente
de las personas; y si no la excita, si hay motivo para desconfiar,
entonces seamos lambien francos. Lo he dicho en una de esas reu-
niones particulares, pues lo que se ha habiado de ellas, y lo repito
en acto público y solemne; mis principios en la cuestion presente no
son de personas, no son de la época: son de siempre. Yo he enten-
dido que á un monarca debe suplirle un regente: he eQte!1dido tam-
bien que puede haber casos en que esto no convenga; pero voy á
decir el único que tuve presente cuando se hizo la Cooslituc:on y
por el cual no me opuse á que se consignm'an en ella !os mis~
mos tres ó cinco.


»Todos sa~en que cuando se hizo la Constituciun estábarnos eu
io mas crudo de la guerra civil, y que todos decíamos naturalmen··
te y repitiéndolo á cada paso: i Dichoso el hombre qUD nos dé la
paz! ¡Dichoso, porque nos proporcionará el mayor beneficio, y á. él
deberá ser equivalente el premio que reciba! ¿Quién habia de pen-
sar que llegaría el caso de que e3te premio fuese el de mayor CO!;-
fianza que pudiera conceder la nacion? Apenas catíll entonces con-
siderarlo en lo posible; pero me decia yo á mí mismo, peil"ando en
un porvenir remoto y para otras generaciones: Si hay un caso como
el presente, pues la guerra civil suele acompañar de onLoario á
las minorías de los reyes, y no es un general solo el que tenga la
gloria de terminarlo; si al mismo tiempo que un abrazo mili\groso
como el de Vergara, se da otro en otro punto, y la nacioo encuentra
dos salvadores, y no sabe cóma partir su cariño, porque los con-
funde en él, pues ambo3 tionen igual prestigio, ígual fuerza mOJaI
y merecen igual gratitud; y si esto sucede en el momento de tener
que nombrar una Regencia, ¿cómo habia de nombrarse á uno sol01
Preciso seria nombrarlos á los dos, y como no pt:drian gobernar
á un mismo tiempo, poner otra persona que tuviera el !leí en la ba-
lanza de gloria y prestigio de que fueran representantes esos dos
hombres.


»He creido deber hacer esta explicacion porque podría alguno
objetarme, como se ha hecho ya por uno de mis colegas de comi-
sioo, que si tales eran mis principios, por qué habia contribuido á
que se pusiem uno, tres ó cinco. Pero sin ayudar á esto, bastará
que se considere que la Constitucion de 1837 no se hacia de nue-
vo; que modificábamos la de 181!j que de esta se habia excluido




DEL ULTIMO SiORION DE ESPAÑA. 769
el principio de unidad, y que á los partidarios de ella nos debia
bastar que se admitiera ese número, aunque se dejaran 108 que
consignaba aquella Constitucion, y se reprodujera la ley de Par-
tida.


»Con esta ocasion, de ras personas se han oido aquí cosas, se-
fiores, que yo no hubiera querido oir. Hace dias que se usa un
lenguaje en este sitio que no dudo será adecuado á las circunstan-
cias y propio de Uil congreso, pero que confieso no habit', yo oido
en sitios semejantes, y respecto del actual no seguiré el ejemplo de
Jos que me le dan de esta manera.


»Se ha h:lblado aquí de pedir cabezas, de rodar cabezas por el
lodo, de escribir la historia de cierto hombre con la sangre de] pue-
blo; en fin, se ha adoptado un estilo patibulario, que será muy pa-
triótico, será todo lo que se quiera, pero que no excita las ideas
que debernos tener, cuando desentendiéndonos de personas, debe-
mos resolver con la calma de legisladores qué número es el que con-
viene en la Regencia que ha de regir á España durante tan difícil
mi!loría.


»Ha dicho el señor Gonzalez Bravo, de quien tengo que volver á
hablar, que habíamos barrenado ó queríamos barrenar un artículo
de la Constitucion, y nos llamó barrenadores; hasta el ofh;io n03 ha
dado. Pues bien: yo deseo que se use la mayor parsimonia en estas
calificaci,mes. "Qué motivos ha tenido el señor Bravo para calificar-
nos de ese modo á los que sostenemos la Regencia úLlica? Una inter-
pretacian de S. S. Dice S. S. que mw está puesto en la CODstitucion
significando padre ó madre de rey j que no habiendo ahora padre ó
madre de rey, no tenemos á quien aplicarlo y que por lo mismo
barrenamos la Constitucion . ¿Y quién le ha dicho á S. S. que fué
esa la mente, ni de los individuos de la comision, ni de los diputa-
Jos de las cortes constituyentes que pusieron ese número?


»EI señor Bravo trató mas particularmente de lo que se ha dado
en llamar ya por excelencia: las árcumtancias, y del efecto que ella3
producian en los señores diputados. El señor Bravo suponia que
habiaoalgunos señores diputados cuyo voto estaba comprimido en su
corazon, y á estos les excitaba á que )0 emitieran libremente. Yo
excito igualmente á los señores á quienes el señor Bravo pueda alu-
dir, aunque bien creo que no necesitan de nuestras excitaciones
para emitir sus votos con entera libertad¡ pero al hacerlo deseo que
se considere, para que estas palabras no tengan una indebida in ter-




770 HISTORIA DEL RKINADO
pretacion en el pais ni fuera de éi, deseo que se entienda que no
ha habido ningun motivo, ningun caso, ningun accidente, circuns-
tancia la mas insignificante que impida que los diputados emitan
con libertad sus votos. Si acaso en alguno hubiese la menor perple-
jidad para darlo, yo me uniría al señor Bravo y á cuantos han ha·
blado j)J,ra excitarle á que dé con santa libertad sus votos, lo mismo
en la cuestion de números que en la de personas; porque si se ba-
bIa de algunos qu~ el senor Bravo cree que al dar su voto emitirán
su opinion, ¿no podria yo tambien creer lo mísmo de otros que vo-
ten en sentido opuesto, aun cuando no cabe en mí el pagarlo con
agravio de las personas á quieoes se alude?


»Es un hecho que no muy pocos desconocerán, que se oye á al-
gunos individuos decir: o: Yo quiero que triunfe la opínion contra-
ria; me alegraría de que la opinion de ustedes prevalf'zca; pero
yo voy á decir tres.» Si el señor Bravo se dirigía á otros señores
para que dijeran libremente uno, como yo les pido que lo digan sí
así lo SIenten, á esos señores que preven grandes males sí no
triunfa la opinion que yo sustento, les invito tambien á que dén esa
prueba de patriotismo, á que se bagan superiores al amor propio, á
toda cODsideracion pueril, á todo peligro de buscado compromiso
que hayan podido contraer en sentido opuesto, y con la mano en su
conciencia diga cada uno su sentir en las dos cuestiones que hemos
de resolver. Ese es su deber y el nuestro; despues, el de unos y
otros es acatar como corresponde la resolucion de las cortes, el poder
legítimo que ellas solas pueden crear; aquel á que legalmente pue-
den asociarse los señores diputados y senadores; aquel que deberll.
regir, segun la Constitucion, los destinos de este desgraciado pais.


»Prescindo, seiiores de, contestar á otros muchos argumentos por
no abusar mas tiempo de la atencion del congreso, y como nos
ban dudo el ejemplo varios señores de la opioion que combato, cu-
ya constitucionalidad, sin embargo, creo que he reco!locido en todo
mi discurso, de anunciar todo lo que podrá suceder si sr, toma esta
ó la otra determinacion, yo, señores, no quiero ser profeta; yo en-
vidio á los que pueden tener ese donj yo no creo poder leer en el
porvenir, pero voy á hablar de lo pasado, y voy á bablar contes-
tando al argumento que se ha repetido aquí muchas veces, á saber:
que con Regencia múltiple rué grande España, y venció á Napo-
leon.


)) El señor Sancho demostró ayer, y nadie des pues ha podido po-




DEL tUIMO DOltBON DE ESPAÑA. 771
nel' en duda, que en la direccion de la guerra no pudo tener' )a par-
te que le correspondia aquella Regencia, en lo que á ella cumplia
tenerla; en lo que tuvo el deber de hacer y trató lea!mente de CUlll~
pHr, fu~ en la un ion de todos los españoles al gobierno que aquella
Regencia representaba.


» y aquella Reg2ncia mJÍltiple, pero compuesta de personas Jos
leales y mas dignos, ¿qué fin tuvo? ¿qué fin tuvo el pais que ella re-
gia? Grima da todavía y escandece el recordar los sucesos gravísi-
rnos de los primeros meses del añil 14, yen particular del mes y dia
(lO cuyo aniversario casi estamos.jQué pena, sefíores, para todos los
huenos (~spañoles y en particular para aquellos dignísimos que tie-
nen siempre mi veneracion y admiracion. ¡Qué pena, señores, da
el co!)siderar el espectáculo que ofrecian tambien las cortes de aquel
tiempo, y aquella Regencia múltiple! ¡Qué lealtad la de aquellos
señores diputados, qué gOZf) cuando veían que se acercaba el mo-
narca é iba á volver al uso de su poder! ¡Qué generosidad y des-
prendimien to ofreciendo sortear dotes para doncellas, mandando can-
tar Te-Deurn, votando monumentos grandiosos tanto para la capital
de España como para el pequeño pueblo por donde entró en Espa-
ña Fernando VII; qué apresurarse á mandarle Jas cortes una comÍ-
sion de su seDO acompañada del presidente de la Rpgencia y algu-
nos de los ministros para que se anticipase á su llegada!


»)Y, sei'íores, ¿cómo habia gobernado esa Regencia? ¿Cómo aque-
llos hombres, á pesar de sus virtudes de que yo soy admirador,
habían contenido el espíritu público que se dirigia Mcia otras par-
tes, cansado de ciertas innovaciones, y que se habia desvirtuado á
ciencia y paciencia de aquel gobierno, débil por el número, fuerte
por las personas? El presidente de aquella Regencia apenas fué re-
cibido por el rey á quien iba á buscar; antes de esto recibió ya el
desaire de que el general que rrandaba las tropas en Valeucia, en
presencia del mismo presidente, pidiese el santo á una persona de la
familia real, que ningun carácter podía desempeñar para esto; el
general reconoció á aquella persona y no á la Regencia. Los dipu--
tados que representaban á las cortes no fueron tampoco recibidos
per el rey; no se quiso detener ni un instante el boato con que se
venia insultando á los pueblos que tantos sacrificios habían hecho
en la guerra de la Independencia; de un pueblo á otro se estaba ha-
ciendo retroceder antes que llegase aquella triunfal al par que fú-
nebre comitiva. ¿Qué sucedió, sefiores? En esos dias del>lcansaball




77! .ISTOBI! DEL ltl.INADO
tranquilos en sus casas aquellos relentes; descansaban en su ino-
cencia los diputados de aquellas corte.!!, ¿y cuál era la fuerza de su
gobierno~ Fuera de la de su virtud y de la fijeza de sus opiniones,
ninguna.


»¿Pudieron ellos evitar que autoridades civiles y militares fuesen á
las propias casas á prender á los regentes y á los diputados, y que
condujesen algunos de aquellos dignisimos varones, de un modo muy
glorioso y muy grande, que fué con el martirio, pero al mismo tiem-
po con la desgracia del pais~ Mas se dirá que no estamos en aque-
llos tiempos; que ahora ya no hay UD poder absoluto tan formida-
ble. Sefiores, parece que estamos mas lejos cuanto mas avanzamos;
pero sabido es que los extremos se tocan; que la masa del pueblo
no recibe todas las impresiones que agitan su superficie; que los
elementos contrarios á la libertad son muchos, y que los que tene-
mos ciCrada nuestra existencia y lo poco que valemos en el triunfo
de ella, tenemos dereeho para pedir á los que estén comprometidos
por los mismos principios, que haciéndose superiores á cualquier li-
gero compromiso, á preocupaciones y afecciones personales, olviden
todo resentimiento si pudiese haberlo, y dén su voto con la libertad
que be dicho y con la prevision que las circunstancias exigen.»)


Il.


Despues de este discurso, que podía decirse el mas importante y
autorizado de los que se pronunciaron en defensa de la Regencia
trina., rectificaron diferentes serIores diputados, y to~ó el turno á don
Joaquin María Lopez, que hizo una brillante peroracion, que por ser
demasiado larga insertamos en otra parte, pero que como las de
Gonzalez Bravo, Caballero y demás merecen ser leidas con deteni-
miento por los que se interesen en conocer bien las diferentes va-
riaciones y actitud respectiva de los hombres que tomar9n alguna
parte en la marcha de los sucesos en la vida política del partido pro-
gresista, en el desarrollo de la revoluciono


111.


Ahora omitimos las reflexiones que nos sugiere esta discusion im-




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 773
portantísima, porque queremos abreviar ya la narracion de los acon-
tecimientos de este período, y para terminarla haremos uso de los
discursos mas importantes pronunciados ee la otra cámara, para
que vea el lector la diferencia que existia entre los oradores de los
cuerpos distintos que formaban ~l Cuerpo legislativo con arreglo á
la Coustitucion.


Despues de que hayamos reunido todos estos datos á la vista del
lector, que puede buscar su complemento (Q) para formar su jui-
cio, emitiremos las consideraciones á que se presta el primer acto
importante del reinado de Isabel, que es la revolucion de setiembre,
detenida por los hombres que se llamaban patriotas y liberales en
su nacimiento, para fundar una situacion anómala é insostenible,
porque no daba garantías á la libertad ni servia eficazmente á los
in teres~s de la reaccion.


Ei general Espartero y sus amigos podian tener muy sanas in-
tenciones, pero no eran los destinados para representar una situa-
cion revolucionaria.


TOMO l.




CAPITULO CIV·


SUMARIO.


Extracto de 105 prin('ipales rliscur;;os r¡ue se pronunciaron en el Spnado sobrr pI nom-
bramiento de la Regencia.


1.


El senado comenzó tambien á discutir con arreglo á la proposi-
cion del señor Ondovil1a, que dejamos ínserta.


El serIor Heros fué el primero que usó de la palabra en defensa
de la Regencia trina.


Despues de manifestar que tenia muchos motivos de agradeci-
miento con la ex-gobernadora, decia:


«Hace dos años que á la apinion que yo represento se acusaba de
que trataba de multiplicar los regentes, ó sea de poner adjuntos á
1a reina gobernadora: los senadores que en aquella ocasion perte-
necían á las cortes se acordarán de que yo dije que desmentia con
tQdo el calor de que era capaz, que semejante ¡lensamiento hubiese
entrado en mí ni en mis compañeros y amigos políticos; y que por
lo que á mí hacia, nunca habia titubeado en que fuese regente únÍci\
del reino, como manifesté adhiriéndome gustosamente á la de Cons o •
titucion de {)ntonces, que prevenia mayor número de individuos para
la Reg0peia. Esta o['inioJ la sostuve no solo po\' respeto t( h per-




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 775
sona de que se trata, sino porque miraba en ella la madre de Isa-
bel 11, y que de ningun modo el trono ni los derechos de este po-
dian sufrir menoscabo.


»Esta opinion, señores, la sostengo en el dia; y todas las veces
que la Regencia del reino baya de reraer en persona real, en per-
sona que esté en esa categoría alta y elevada, á que ningun indi-
viduo por elevada que sea la clase á que pertenezca no puede nunca
llegar; siempre, señores, sostendré la Regencia única en el trono, y
cuento con que no puede de ningull modo ofenderse ni vulnerarse
njngur.a persona que la ocupe en el día ó la ocupe en lo sucesivo.
Pero desde el momento que la Regencia salga de la línea llamada á
conservar los intereses de la persona que haya de reinar, desde aquel
momento yo me aparto de esta opioion, porque de lo contrario el
gobierno monárquico se convierte en república. Para que yo pueda
explicar esta opiniün, es necesario entrar á calificar el sentido po-
lítico que tienen las voces que en el dia están adoptadas para re-
presentar la forma de gobierno que nos rige. Pasó ya el tiempo en
que la palabra monarquía representativa significaba el gobierno de
uno solo. Lo que en el dia conocemos con el nombre de monarquía
constitucional, ó sea monarquía mixta, cualesquiera que sean los
elementos de que se componga, es indudable que difiere esencial-
mente de ]a que desde Aristóteles basta los tiempos Elodernos se
convino en llamar gobierno de uno solo ó monarquía. Sabido es que
en el lenguaje vulgar adoptado últimamente en los paises extranje-
ros, se ha compar8.do la monarquía representativa á un rey con iDs"
tituciones republicanas.


»Las personas que se ocupen un poco de estas materias, habrán
leido como yo la multitud de disertaciones, de tratados, de folletos,
en fin, de artículos que por todas partes se han extendido para ma-
nifestar que esta era la forma de gobierno mas conveniente en el rá-
pido progreso que ha l1evado la inteligencia en los últimos tiem-
pos, hasta la perfeccion mas ó menos conocida de la sociedad: ¿qué
es, pues, el rey en la monarquía constitucional? Es una e~pecie de
divinidad impecable; una especie de principio personificado en una
raza privilegiada; un rey en su orígen viene. como ha dicho un fi-
lósofo, de un soldado valiente y afortunado, ó de una persona que
por el consentimiento de los pueblos ha llegado á constituirse y co-
locarse sobre todos ellos; por consiguiente, lo único que constituye
en el dia la monarquía representativa, es la conservacion de la




7'16 HISTORIA DEL REINADO
dinastia. La dinastía es una série de personas semi-divinas, por ei
respeto debido á su elevado orfgen, por el convencimient.o que los
pueblos tienen de que de ellas ha de derivar todo el bien y DiDgun
mal. El principio de su existencia permanente evita á la sociedad
mil angustias y trastornos que son consiguientes á un estado de an-
siedad en que se debería encontrar por consecuencia de las eleccio-
nes sucesivas que hubiese que hacer para reemplazarlas, y colo-
cado en una esfera superior, no debe partieipar de los odios yafec-
ciones que pueda tener el elegido con respecto á las perscnas que 10
colocaron en el lugar preferente en que se encuentra.


»En suma, sefíores, la dinastía en un gobierno representativo,
es una cosa que nunca muere; se supone sin dolencia, sin enferme~
dades; se supone no interrumpida; se supone que no deja de existir
ni un solo instante, y por consecuencia es, en cuanto se puede com-
parar, lo miBmo que la naturaleza, ó sea la Divinidad, que da im-
pulso 1l1a máquina terrestre y celeste que nunca suspende su mo-
vimiento.


»El reyes muerto: viva el rey; decian los franceses cuando mo-
ria el monarca, para manifestar que no habia ni un intervalo, ni
el mas remoto espacio, entre la muerte del uno y la sucesion del
otro.


»A este principio, sigue necesariamente el de la responsabilidad de
los ministros, á los cuales se les ha supuesto flacos, pecables, suje--
tos á errar, y por consecuencia responsables de todo lo que hicie-
ren. ¿Qué es pues, vuelvo á decir, la monarquía constitucional,
desde el momento que una persona que se pone á la cabeza de ella,
no es, usando de una expresion vulgar, salida de la cepa de donde
salen los reyes?


»Es, señores, una República.
»Poco importa que el nombre sea el de regenté, principe, dicta-


dor Ó protector; el resultado es que desde el momento en que falta
]a dinastía, el gobierno constitucional~ mas que detrás lleve el nom-
bre de monarquía, no es mas que una República. La República puede
distinguirse en habitual, y puede distinguirse si se quiere, en futura.
y esto que pudiera pasar por una cavilosidad y por una sutileza, es
una de las cosas que precisamente á mi mas me alarman en el pro-
greso, como he dicho antes, de ciertas doctrinas y en el rápido des-
arrollo con que van siguiendo por el mundo.


»Aquf, señores, entra principalmente mi temor, pues ó con bue-




DEL ULTIMO BORBON DE ESPiÑA. 777
na ó con mala fe, ó arrastradas por intereses políticos, superiores
muchas veces á. los dinásticos y á. los de otro origen, el resultado es
que el principio republicauo se ha desarrollado en los últimos tiem~
pos de un modo notable y tan bien, que ha llegado el caso de esta-
blecerse un principio fijo, cual es el que el gobierno republicano es
infinitamente mas barato que el monárquico; y usando de una ex-
presioo conocida en los paises extranjeros, es lo que se llama un
gobierno a bon mat'cM. Los senadores que como yo hayan srguido
el curso de las discusiones políticas, habrán visto hasla qué punto
se ha dado importancia á esta institucion moderna y barata, y cuánto
han trabajado las cabezas de los hombres, examinando las wntajas
que resultarian á la sociedad de su establecimiento, ponderando
por todas partes que de la carestía de los gobiernos representativos
viene la miseria de los pueblos.


») Yo, señores, PO!' respeto al principio monárquico const.itucional,
como celoso y fiel defensor del sistema que nos rige, quiero que
nunca el gobierno monárquico, tal cual yo le comprendo, y tal cual
le conocemos en el dia, llegue á ofuscarse ni oscurecerse por teorías
ni principios de ningun género, Sin embargo, yo no sé si puesto un
solo regente en España con una dotacion ínfima y módica, y dán-·
dose que llenase por ese precio las atribuciones que en otro sentido
llena la monarquía, yo no sé, digo, qué se pueda contestar, si se
dice fulano lo hace por tantos miles, y fulano por tal1tos millones.


»Este, señores, es un argumento para mi que no deja de causar-
me comezon, que no deja de agitarme, sobre todo cuando pienso
que cuando mas perfecto pueda en su regencia ser el gobierno de
uno, mas puede contrastar con las imperfecciones del gobierno di-
nástico. De aquí es que diga yo que aunque no hubiera otro motivo
para hacer resaltar en esta parte las imperfecciones del gobierno de
muchos sobre la perfeccion del gohierno monárquico, yo votaría por
la Regencia do tres para hacer resaltar mas la perfeccion de la roo-
narqufa, porque, señores, el gobierno de uno solo es la República,
y la prueba es que en las repúblicas modernas está así establEcido.
No necesito referirme á pueblos remotos, me valdré de ejemplos mo-
dernos, entre los cuales se uistinguen principalmente los Estados-
Unidos, Génova y Venecia, en donde estaba reconcentrado el poder
en uno solo: pues la república de Florencia, que para cortar las am-
biciones se atrevió á suponer al mismo Jemcristo como su jefe su-
premo para que nadie tratase de usurparle su autoridad, no llegó




778 UlSTORlA DEL REINADO
nunca á constituirse, porque siempre le faltó el principio de unidad
que distingue á las demás.


»Así, pues, si el principio republicano consiste en la unidad del
poder, yo para que nunca caigamos en él, opino porque debemos
tratar de extenderle á mas personas. Probablemente se ml3 dirá que
el gobierno de uno comparado con el de tres es un gobierno mucho
mas fuerte: que no se puede gobernar sino por la voluntad de uno
solo. Yo, señores, mas de una vez tengo manifestada mi opinion so-
bre lo que ya entieJdo por gobiernos fuertes. No entiendo que de-
penda la fuerza de los gobiernos del vigor de los nervios ni de la
fuerza para tirar á la barra. Yo entiendo la fuerza de un gobierno
siempre en el principio esencial de su justicia.


:oTal es la opioion que tengo sobre este punto, que creo que lo que
man tieno á la sociedad en paz DO es la justicia criminal, sino la civil.
El convcntimiento que todos tienen de que en sus transacciones y
relaciones personales se les ha de aplicar pronta y debida justicia
hace que se mantenga el órden de la' sociedad y que se persiga al
ladron, al asesino; de otro modo no podria ciertamente conseguirse.
Al paso que las teorías modernas van acr~ditándose cuanto mas
van desapareciendo los castigos atroces, se va la sDciedad perfeccÍü-
nan~o. La pena de muerte está ya casi abolida, y hasta hay quien
npina que la sociedad no tiene derecho para imponerla. Ya hay rei-
no donde no se impone, y esta especie de doctrina va cundiendo;
al paso que multiplica los motivos que hay para convencerse de los
progresos de moralidad de los pueblos, viene en apoyo de lo que
acabo de decir, que no son fuertes sino los gobiernos justos.


» Para probar que esto no es una paradoja, séame permitido
citar dos pueblos vecinos, á saber, Francia é Inglaterra, que pue-
den ser~Jir de comparadon.


»)AlIí la multitud de soldados, gendarmes. agentes públicos y se-
(~retos, en fin, todo cuanto pueda darse ó inventarse para tener f.t.
los hombres, si no encadenados al m~nos en una vigilancia conti-
nua: aquí ninguno de estos instrumentos, saliendo todos á pasearse
Jibremente, pero siempre convencidos plenamente de que en faltan-
do en lo mas mínimo á lo que la ley previene se le ha de aplicar el
castigo. Así es que hay tolerancia en las opiniones; así es que se
habla y discute libremente, adelantando y alcanzando haf:la las pro-
posiciones mas absurdas, porque confiando en la equidad y justicia
de su gobierno, no temen que se aplique ninguna de aquel1as vio-




DEL ULTIMO BORBON DI BSPAÑA. 779
lencias que por capricho ó buena fe se suelen imponer con el ánimo
de contener á los hombres.


»Dicho esto con relacion á los gobiernos mas fuertes, voy á entrar
en otro punto no menos importante, cual es el relativo á la uni-
dad de accion. Desde luego puedo decir que confieso que al tratar
de este punto, es cosa que me da vergüenza que ea los siglos en
que vivimos haya de repetirse una máxima tan trillada y comno
que ha dejado ya de leerse en los libros por no tener aplicacion.


»Pasa de diez y ocho siglos que en una república célebre cuando
se trataba de la usurpacion, el príncipe que aspiraba á ella, dema-
siado astuto encontraba por todas partes quien preconizase la nece-
sidad de que el poder fuese único. Un senador adulador y bajo, que
murió al fin víctima de aquel para quien abogaba, decia en aque-
Hos tiempos, que siendo uno el cuerpo que representaba el pueblo,
uno debia ser tambien el jefe del Estado: este senador es Aquilino
Galo, cuyo nombre no ha'pasado á la posteridad con gran fama. Esto
mismo repetia en el siglo otro escritor célebre, cuando tratando del
reinado de Leovigildo y otros, decia que no comprendia cómo po-
dian ser gobernados cuando en un punto dominaba la Galia gótica
yen otro la española; pero este respetable prelado, hombre eminente
en su siglo, no habia conocido este modo de gobernar, el gobierno
representativo. Así es que cuando venimos á parar á este punto, al
decir que uno tiene mas unidad de accion en el gobierno represen-
tativo, se destruye esencialmente el principio.


:oEstoy hablando en un cuerpo de hombres ilustrados, y DO B!.'-
cesUo desenvolver toda la serie de minoridades ocurridas en Espa-
fia, y Jo que ha sucedido cuando las cortes se han decidido por las
regencias únicas. Bien saben los que se ocupan de la historia lo qr(~
ha sucedido en las minoridades de Fernando IV, de Alonso XI, de
Enrique nI, de Juan II, etc., y en tan sabia corporacion es inútil
repetirlo. ¿Pero por ventura no tenemos en nuestros propios tiem,~
pos un ejemplo patente en la guerra de la Independencia? Cuando la
paz empieza á brillar entre nosotros, y cuando creo que no se necf'-
sita para consolidarla mas que la tolerancia y la consecuencia en lo,~
principios que profesamos; cuando todos vengamos á convencernos
de que lo que hay que combatir es la falta de patriotismo, y DO qt¡¡~
uno quiera como dos, y otro quiera como cuatro, creo que di~;pc"
niendo las leyes lo que debe deducirse naturalmente de estas jJrin-
cipios, la nacion se encontrará traI!quila, y llegará al térmÍlF; q'L -




780 HISTOlUA llEL REINADO
sea de desear; porque la tranquilidad de una nacion no se altera
cuando esta administra la justicia, ni porque diez, doce Ó quince
extravagantes salgan con una idea ridícula, ó la dén mas importan-
cia que la que tiene, idea que para UDOS es de risa, para otros de
desprecio, y otros la miran como un sainete.


» Yo quiero tambien que el gobierno y el sistema que se establez-
ca en seguida en mi pais, se parezca cuanto sea dable al del mis-
mo Dios.


»CQU diez personas justas se contentaba Dios para librar á So-
dorna del fuego; y hasta ahora la práctica seguida, es que por diez
pg.rJ!JD&.S.§g. »a- f8}&¿V cÍ aYiiÍ eitifl¡rJ, tÍ ITná provincía y ~ una na-
cion entera. Cuando sobre esto estemos mas de acuerdo, la paz irá
progresando y adelantando. En la guerra de la Independencia, :en
medio de su calor, que seguidos por el mayor caudillo del siglo, to-
dos los que aquí nos encontramos hemOs obedecido á regencias de
cinco, de tres y basta á una Junta central de ~4 ó 36, Y ninguno
ha encontrado la monarquía en riesgo, y ninguno ha encontrado
que se menoscabase el decoro de la nacioD. Esto sucedia con una
guerra como aquella, mucho mpjor podrá suceder en tiempos tan
tranquilos como estos. Probableluente sr: dirá, porque tambien por
abí se ha extendido la voz, que las naciones extranjeras tienen in-
teres en la Regencia única, porque en ese caso se acerca mas al go-
bierno monárquico, ó á ese principio de unidad de que hablamos,
Yo, seiíores, en materia de política, tengo una opinion de que nun-
ca me aparto, y esta es respetar en cada uacion la que cada una
tenga; 'Y partiendo de este respeto, hace!' nosotros dentro de nues-
tra casa aquello que nos parezca que está en mas consonancia con
nuestras c'lstumbres, con nuestros hábitos, con nuestros intereses y
con nuestras tradiciones. Nada es mas equívoco que la politica ex-
terior, esta cambia y varia como el camaleon, y segun los intereses
de cada nacion.


»La naeion que en política se apura, y simplemente en lo que ha-
gan sus vecinas y comisionados para sacar consecuencias que la sir-
van de norma, es de todo punto desgraciada. Enhorabuena que así
sea en esos Estados miserables que no pueden tener representacion,
en aquellos que no tienen existencia propia, y que mientras deciden
las dsmás de su suerte permanecen como el arca de Mahoma, que
está suspendida en el aire por la virtud atractiva del iman de que se
r:Hnponen los arcos de la mezquita; pero como cuando S6 trata de




DEL l:T.'fUIO lQiJiON .DE Dit'AÑA. 781
una oacion que posee una vasta extension de territorio, con un suelo
feraz, y que a: cabo de pocos años, multiplicada la poblacion y
abierta la puerta á las ventajas materiales, puede representar un
lugar distinguido entre las demás, no tiene que dejarse arrastrar de
las influencias de las otras, Sin perjudicarlas ni ofenderlas, consér-
vese cada uno en su lugar, lo mismo el vecino al lado del vecino,
que el colono al lado del colono, que el propietario al lado del pro~
pietario, y el canónigo al lada del canó,dgo, Llegadas las cosas á
este punto, yo DO puedo menos de recordar que jamás se ve en DiD-
gun período de la historia, y mucho menos en la moderna, que nin-
guna uacion extranjera, cuando se ha tratado de las relaciones que
deban ligar á las potencias entre sí, haya disputado acerca de las per-
sonas que han furm::tdo el poder ejecutivo: en este punto el interés
es antepuesto. El rey de Espaí'ía reconoció al usurpador, y el rey
de Francia Luis XIV, no obstante que biasoDaba de profesar la má-
xima de que él era el Estado, tuvo que someterse á que en un tra-
tado se pusiese el nombre dei protector de Inglaterra antes que el
suyo. Napoleon, producto de una revolucion que habia llevado al
cadalso á una hermana del emperador de Austria, se casó con una
hija del sobrino ó de! primo de aquel emperador. Poco tiempo an-
tes la Eílpaña tuvo que reconocer la república. Y todo esto, ¿por
qué se hizo? Porque no se pudo mas. Pues lo que UDa vez por no
lFlder mas se hace, en otras ocasiones se hace por conveniencia.


») En la guerra de la Independencia, ¿qué obstáculos puso la In-
glaterra para reconocer, no digo la Junta central, pero hasta las Jun-
tas de las provincias? ¿Qué ohstácu lo opuso para reconocer ]as Re-
gencias de tres y de cinco? La Prusia y la Rusia, ¿qué obstáculos
pusieron al reconocimiento de las cortes y de la constitucion de Cá-
rliz? ¿No se negoció con elllü;? ¿No se entró en transacciones? ,No
dijo la Prusia que lo que se hé"bia hecho estaba bien hecho? ¿No se
imprimió la Constituci::m española en San Petersburgo, de la cual
tengo un ejemplar? ¡, Y por qué? Porque con venia á los fines politi-
C03 que se habían propuesto de acabar con Bonaparte. Y aun Afi
t¡uestros dias, en tiempos modernos, ¿quién sabe si las declaracio-
nes del congreso do Viena no se han cambiado despues de las ocur-
rencias dEll3,ño 30 en adelante? Per consiguiente, yo no doy ningu:J
valor á 1)1 IíDlítiea exterior en la cuestion que nos ocupa, ni debe de
modo alguno inducirnos á que variemos lo que con tanto conoc'-
r'll'en!n lle ""<': ;n,::\,;";:l,, p~u· otr'·" tie·;··:'"'u' " un,.; ha ;;:alido b;en J tv ,¡' ... '-~.)=""'J\..~.aIJ . ..;. .Ii.-..J.\ U',P J.lW l>J 1 .lo.'I.


TOMe i 99




782 HISTORIA DEL REINADO
nAsí que, concretándonos precisamente al caso en que nos ocu-


pamos, y despues de haber demostrado que la Regencia única al-
lera esencialmente la monarquía en el principio dinástico y conduce
á otro muy diverso; despues de haber manifestado que la Regencia
única, por otro prineipio y por la inmensa amplitud que tiene el po-
der real para ir mas allá de donde tal vez se proponga; despues de
haber demostrado que la práctica de los tiempos en nuestra legis-
lacion ha sido que la Regencia en casos semejantes se componga de
mas de uno; despues de probado que la política extranjera nunca la
ha recusado, porque no es ofensiva á ella ni puede contraerse al
punto de que se trata, yo, sei'íores, no sé qué tenga que decir; de
ahi adelante lo mas que pudiera decir seria de personas; pero lo sa-
grado de este lugar, lo respetable que debe de ser esa materia en
que probablemente lo que seria efecto de convencimiento pudiera
interpretarse por alusiones, no diré mas sino que resuelto á votar
tres personas, tengo el convencimiento de que esa votacion satisface
los deseos de la nacion. Esa votacion no recae sobre ciudadanos que
no sean todos ellos dignos de ocupar el distinguido lugar que ) o
deseo que ocupen; y espero que recibiendo, como recibirán, mi voto
con toda voluntad, harán en obSequio de la patria el sacrificio ó la
continuacion de los sacrificios que hayan hecho hasta el dia.


l) En los tiempos de paz en que nos encontramos estos sacrificios
son mas de paciencia que de otra cosa. Yo bien conozco que los de
corazon 1 los de la incJinacion y de la paz doméstica son los sacrifi-
cios mas grandes que pueden hacerse. Sin embargo, el hombre que
tiene la desgracia de lanzarse al servicio de su patria debe acabar
del mismo modo su carrera, y acabarla con toda decision. El que
proponemos, senores, no es el de que las personas de quienes se trata
se arrojen á la muerte como Codro cuando el oráculo le dijo que el
primer rey que muriese salvada á su pueblo; ni como Boracio Co-
eles cuando en el puente detuvo un ejército para que se salvase esta:
no se trata de esos sacrificios materiales tan urgentes, tan activos:
es sí un sacrificio de paciencia, de perseverancia, que no por eso
tIeja de ser mas grande y digno.


»De los tres que yo me propongo votar, creo que todos admitan
ese sacrificio, y que con sus deseos, ayudados de los que concurran
á la obra de nuestra pacificacion y regeneracion, neguemos al término
que deseamos, y Dios sobre todo. »




DIL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 783


n.


A don Martín de los Beros le contestaron y siguieron los señores
Tarrius, Abargües, Infante ministro de Gracia y Justicia, García
Gamba, y Campuzano, con los senores Lasana, y Cortina ministro
de la Gobernacion, y Codorniu, Martinez de Velasco y Carrasco que
fué el último que pronunció algunas {rases para defender ~ Cristina
declarando que solo votaría la Regencia única para colocar en ella
á quien él queria.


Despues de esta discusion importantísima el senado suspendió sus
sesiones, que se reanudaron para discutir las formalidades que debian
Henarse para prestar juramento la nueva Regencia luego que fuese
elegida.


Esta discusion dió tambien pretexto á diferencias entre ambos
cuerpos colegisladcres, y hubo de apelarse á la comision mixta que
adoptó por fin una fórmula satisfactoria, puesto que se aprobó en
ambos estamentos.


El gobierno señaló entonces el día en que debia verificarse la reu-,
nioo de ambos cuerpos colegisladores.




CAPiTULO ev.


SUMARIO.


Votaeion de la Regencia.-Proelamacion de E"parlero para regente único.-Jurall1en ..
mento y exposicion de su polítiL'a.-Cómo quedó constituido Pl nuevo gabillete.-
Diseurso de ou prc~;idcnte.


1.


El dia 8 de máyo se reunieron en el senado los senadores y dipu-
tados, conforme lo prevenido en el art. 3. 0 de la ley de 19 de julio
de 1837, presidiendo don Agustin Argüelles y haciendo de secreta-
rios los del congreso por ser de menos edad. Habia presentes dos-
cientos noventa individuos, de los cuales eran diputados ciento no-
venta y seis, y noventa y cuatro senadores.


El congreso se componía de ~41 diputados; por manera que falta-
ban cuarenta y cinco; en el senado habia admitidos ciento cuarenta
y cinco, faItaban cincuenta y uno.


Procedióse entonces á votar si debia de ser pública ó secreta la
votacion acerca del número de personas, y hecho el recuento de los
que se baIlaban sentados, resultó que eran treinta y seis, habiéndose
levantado doscientos cincuenta y cuatro para resolver que la vota-
cion fuese pública y nominal.


Votaron porque la Regencia fuese única los sefiores Sanchez de
la Fuente, Huelves, Diez, Garrido, Ferro, Móntaos Fisac. Royo, Mi-
lagro. Maran, Calza, Quirós, Monedero, duque de Castroterrefio,




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 785
Espinosa, Matheu, La-Hera, marqués de Guadalcazar, vizconde de
Huerta, Caamallo, obispo de Astorga, Castelldosrius, Lacoste, Silva,
Surrá y Rull, Secades, Solis, Perez Roldan, San Miguel (don Juan
Nepomuceno), Roda, Gomez Sillero, Gutierrez de Ceballos, Saenz,
conde de Pinofiel, Peon y Heredia, Ladron de Guevara ( don Tomás);
Malgarejo, Rivadeneira, Alvarez Peslafia, Garcia Carrasco, Entren().,
Romo y Gamboa, Borja Tarrius, Rubieno, Lorenzo, Gomez de la
Serna, Suarez del ViIlar, Linage, Hoyos, Rodríguez (don Faustino) 1
Gil Mufioz (don Leon), Gil Mufloz (don Vicente), Perez Cantalapie-
dra, Romeral, Luzuriaga, Vallejo, Jaime, Alvarez de Tomos, Carra-
talá, Cecilio de la Rosa, Camba, Ferraz (don Valentin), Ceballos,
Goyeneche, Herragui, Aranalde, Lujan, Pitil Pizarro, García (don
Sebastian), Amor, Gonzalez (don Francisco), Tejeiro, Rodil, Perez,
Ruiz del Arbol, Caneja, obispo de Córdoba, Ontiveros, Valero y Ar--
teta, Galdeano, Homponera, Cantero, Gomezotalo, Gil Orduña, To-
res Solanot, Onís, Gonzalez (don Antonio), Sancho, Aldecoa, Bor-
maeche, Altuna, Azcarate, Cortina, Chaco n (don Pedro), Ferrer,
Gomez Becerra, Frias, Varona, Zumalacárregui, Torrente, Olóza~a,
Sanchez Silva, Lopez (don Julian), San Miguel (don Evaristo), Ca-
bello, Ondovi/la, Fernandez Baeza, Bayo Sologaren, Feroandez Gaul-
boa, Lacalle, Lopez Pinto, Serrano, Adana, Alfaro, Chacon y Du·
ran, Escalante, Clavija, Godoy y Peralta, Jover, Jordá y Santan·,
dreu, Codorniu, Palalox (duque de Zaragoza), Montañes, San Mi-
guel (don Santos), Ayerve, Castejon, Corbacho, Temprado, Calero,
Muñoz, Vicens, Domenech, Infante, Quintana, Quinto, Jimenez
Frontin, Fernandez Alejo, García Suelto, conde de Soto-Ameno,
Santonja, Mascarós, Benedito, Seoane, Vila, Aldama, Orinaga, llli-
go, Guiber y Pastor, Guillen y Gras, ChacoD (don José María), Fer-
nandez Vallejo, Sanchez Fernsndez, Ferraz (don FraDcisco).


Total 153.
Votaron por tres:
Los señores Otero (don Hipólito), Oráa, Bolufer, Sardás, Llalayo,


Pastor, Galvez Canero, Paz, Iznardi, Aquino Amat, Garcia UzaJ,
Mendez Vigo (don Pedro), Otero (don Manuel), Muñoz Bueno, Pra-
da, Rodriguez (don Anselmo), Moras, Fernandez Cano, Gil Sanz,
Pardo, Mendez Vigo (don Francisco), GarcÍa (don Mauricio), Garcia
Jové, Alvarez (don Gregario), Alonso Cordero, Osorio, Alünso (don
J. B.), Searez (don José), Sagasti, Polo, Fortuna, Sanchez Garrido,
l.lamas, Frias, Caballero, Valdeguerrero, Fernandez (don Agustin




786 HISTOIlIA DEL IlEINADO
Severiano), VilIalbes Moya, Belinchon, Ortiz de Velasco, Abarques,
Ramirez, Crespo, Ovejero, Hidalgo, Prado-Alegre, Almonaci, Gon-
zalez Bravo, Gil (don Juan), Alcalá Zamora, Villareal, Rodriguez
Leal, GODzalez Alegre, PuigmoItó, Burriel, Bonet, Calatrava, Verdú
y Perez, ViIlaregut, Campuzano, Verea y Cornejo, Lopez Berrio,
Pedrajas, Mendizábal, Almodovar, Copaz, Vadillo, Perez Nacoechea,
Morales, Sendra, Lasaña, Suances. Gomez (don Manuel Ventura)
Iriarte, Mugairo, Iribarren, Lopez (don Alejandro). Santibanez, So-
mosza, Jaen, Posada, Paz García, Fuente Andrés, Lopez (don Joa-
quin), Escorial, Proget, Velo, Marticez de Ve lasco, Gil (don Pedro),
Cuenca, Camps y Avit'í.ó, Pelachs, Ametller, Degollada, Alvarez
(don Francisco), Macia Lleopart, AyIlon, Gil (don Alfonso), Martin,
Fernandez (don Juan Francisco), Gil de la Cuadra, Romero, Mayo-
ra, Castana, Martinez Montaos, Pareja, Villaralbo, Pet'í.a, Lillo, Ro-
dríguez Basto, Fernandez de los Rios, Diaz Gil, Viadera, Madcz,
Madrid D!lvna, Moran, Ladron de Guevara (don Eugenio), Heros,
Landero, Acuña, Alcon, García (don Lucas). Valdés, Jaumar, AJva-
rez Miranda, Trueba Cosio, CoIlantes (don Vicente), Collantes (don
Antonio), Fariños Morati, Moya Angeler, Nocedal, Vidal, Prim,
Estarías, señor Presidente.


Total 136.
Votaron por cinco:
El serIor Martinez de Haro.


11.


Dspues de esa votacion solemne en que cifmto cincuenta y tres
individuos declararon que debia ser la Regencia de uno solo, se prt)-
eedió al escrutunio de las papeletas que encerraban el nombre del
elegido.


El duque de la Victoria obtuvo ciento setenta y nueve votos.
Don Agustin Argüelles consiguió ciento tres votes.
Dolía María Cristina conservaba aun la confianza efe cinco per-


sonas.
El condi de Almodovar y don Tomás Garcia Vicente tuvieron


un sufragio cada uno, y una papeleta quedó en blanco.
Quedó, pues, proc~amado el duque de la Victoria único regente.


El dia 10 de mayo de 1841 se volvieron á reunir en el palacio del




DIL ULTIMO BORBOl'4 DE .ESPAÑA. 787
congreso ¡os senadores y diputados para el solemne acto del jura-
mento, presidiendo tambien don Agustin Argüelles, que despues de
las fórmulas prescritas, dijo:


«Las cortes han presenciado el juramento que el regente acaba
de prestar á la constitucion de la monarquía española, y á las leyes
del reino, y de fidelidad á la reina.:o


111.


Espartero que ocupaba la silla colocada delante de las gradas del
trono, dij:> entonces:


«Señor presidente, deseo dirigir mi voz siempre franca y sincera
al pueblo español, aqui tan dignamente representado.


:oSeñores senadores y diputados:
»La vida de todo ciudado pertenece á su patria. El pueblo espa-


nol quiere que continúe consagrándole la mía ... yo me someto á su
voluntad.


»Al darme esta nueva prueba de su confianza, me impone nue-
vamente el deber de conservar sus leyes, la constitucion del Estado
y el trono de UDa nií'la huérfana, la segunda Isabel.


»eon la confianza y la voluntad de los pueblos, con los esfuer-
zos de los cuerpos colegisladores, con los de Ull ministerio respon-
sable y digno de la nacion, y con los de todas las autoridades uni-
dos á los mios, la libertad, la independencia, el órden público y la
prosperidad nacional, estarán al abrigo de los capricbos de la suerte
y de la incertidumbre del porvenir. El pueblo español será tan fe-
Hz como me rice serlo, y yo contento entonces veré llegar la última
hora de mi vida, sin inquietud sobre la opio ion de las generaciones
futuras.


»En camparta siempre se me ha visto como el primer soldado del
ejército,pronto á sacrificar mi vida por la patria. Hoy com\l primer
magistrado jamás perderé de vista que el menosprecio de las leyes
y la alteracion del órden social son siempre el resultado de la de-
bilidad y de la incertidumbre di los gobiernos. Señores senadores y
diputados, contad siempre conmigo para sostener todos ios acles
inherentes al gobierno representativo. Yo cuento con que los repre-
sentantes de la Maelon serán tambien los consejeros del trono cons-
titucional, en el cual descansan·· la gloria y la prosperidad de la pa-
tria. »




'788 HISTORIA DEL REINADO
Acto continuo contestó el señor presidente en los siguientes tér-


minos:
«Las cortes han oido lo que el regente del reino ha expuesto y


sometido á su alta consideracíon, y se complacen en los sentimien-
tos que le animan de fidelidad, de amor y de respeto á su majestad
la reina doña Isabel IJ. Asimismo confian en su firme resol ucion de
ftefender el trono y las libertades patrias, de que son ilustre testi-
monio sus eminentes servicios á la nacion, y que observará fiel-
mente y hará obed,~cer y cumplir á todos la constítucioD de la mo-
narquía, conforme en ello al juramento que acaba de prestar so-
lemnemente en presencia de esa augusta asamblea, con lo que co-
ronará sus glorias y corresponderá así á la expectacion pública.»


IV.


El regente procedió á nombrar ministros, pero trascurrieron al-
gunos dias antes de que se pusiera de acuerdo con la mayoría para
otganizar la nueva situacion.


Con toJo esto el congreso aprovechó los dias que fueron trans-
curriendo, para decidir algunas cuestiones de interés secundario.


En la sesion del '!2 de mayo, se leyeron por fin los nombramien·-
tos del nuevo gabinete, que presidia don Antonio Gonzalez, minis-
tro de Estado. El ministerio de Gracia y Justicia se hallaba á cargo
del diputado don José Alonso; don Pedro Surairrun fué nombrado
ministro de Haciecda; don Evaristo San Miguel, de Guerra; Infante,
de GobernacioD;Y de Marina, don Andrés Camba. Mariscales de
campo los tres últimos.


Por esta monera quedaba organizado militarmente el partido
progresista, y se cumplian los pronósticos de los que auguraban el
entronizamiento de la oligarquía del ejercito.


En el congreso dió cuenta el ministerio de su programa, en el
mismo dia 22.


v.


El dis';:,;:,so de! presidente del nuevo gabinete, nombrado por Es-




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA.. 789
partero, al presentarse en el senado expresaba la marcha politica
que iba á adoptar.


Dijo as! en la sesíon del ~~ de mayo:
«Señores, acabado de constituir el gabinete, todos los individuos


que le componen se ven en la necesidad de manifestar cuál es
su pensamiento político, y los principios por los cuales se ha he-
cho cargo de las riendas del gobierno, El ministerio es franco: quiere
que le juzgue la nacion y en su representacion los cuerpos colegisla.
dores. El ministerio no ha desconocido la situacion en que toma las
riendas del gobierno; no ha desconocido las inmensas dificultades
que tiene que vencer y los obstáculos que en su marcha se le pue-
ddD prese:üar: por lo mismo quiere exponer este pensamiento para
que se le juzgue con justicia, con imparcialidad, como deben hacer-
lo todos los hr)mbres de bien.


DEl ministerio se ha propuesto gobernar con las cortes actuales:
pa.ra esto es necesario que cuente con una mayoría, sin la cual se-
ría imposible que pudiera marchar, y las medidas que adoptase no
tendrian toda la fuerza que hubiera de producir los efectos que son
de esperar. I,Y cómo se conseguirá esto en la situacion actual, cuan-
do los ánimos están divididos con motivo de una grave cuestion re-
cienw, sino por medio de la reconciliacion? Cuando se trata de ser-
vir al país, y hacer el bien público y el de la nacioo, es preciso ol-
vidar resentimientos pasados por opiniones que, si bien todas ellas
están dentro de la constitucion, no deh2n ser causa [lara que nos-
otros nos separemos, ni sufra el país por' nuestras disensiones,


»Ej gobicrDO Sf~ propone sos~ener á todo trance la pmstitucion,
las leyes y el órden público, porque tiene la conviccion que no pue-
de existir oingun gobierno, sin que lleve por guia la ley fundamen·
tal del Estado, la legalidad y el bien públi~o. Con estas ideas, cou
estos principirJs¡ señores, el gobierno se propone ser fuerte y vigo-
roso, y pam serlo os necesarh que su fuerza se funclJ en la justicia,
en aquella justicia que está comprendida dentro de las leyes, porque
sin ellas los gobiernos son débiles y provocan reacciones que el go.,
bierno actual procurará evitar por todos los medios que 'estén á su
alcanc0. Para S(lr justo no será reaccionario, porque una triste ex-
periencia, acr;odifai~ p'1r la historia, prueba que todos Jos gobiornos
que provr:ean las reaceiones son débiles, y vienen á ser víctimas de
las re1o!:¡CZOnes provocadas por ellos mismos.


»EI gobierno quiere tambien fundar todos los actos de su
Ttlwo J. 110




'190
admir.listraeinn en la mor2.lidad, que dehf; de ir acompañada da ia
legalidad, porque está cOllvcncido Ínlimamentl; de que 1111 gobierno
que es inmoral, se debíli!a y no puede gobcrnar Así qne "prnen-
rará que se COUS0rve, y que parHcipen tamLit'n de d!í{ t"dos los
f ' , , b" '1 L' 1 1 '1' UUct'.:[jarli:S ; uncos ve L:.sttv!'J; para que se pUh i\ ¡ePlf e pals
con uU1idnd, v r,ar,: ,)!W la fue:zs que d,- c¡;h Wf!lf) :-¡d¡¡Oi¡:ri\ el gf;-


.,¡; I .. .


b' , ¡ d .• ., . ,~ f I . ~ terne, su'va ilC escu o contra lOS enernJgf:~ Q'~¡ O[utL pn,,I¡(;o y I.C
las instiluciones que nos ;igen.


'f h' ".~. 1 ¡l'j'1 1'! . , ,
») am ,,;1"0 Deo:,~m; .~¡ ~OLq('t 1)(' (1',:1' ;,~s ~".l!l'r¡¡¡" ;\ d\S lnstlt!!GJOm':'t,


y se prnrni't'3 flile ;,igl!¡(~nd en tL; lo,]) 1:l>: m:\X¡T;¡~\S ~ld gobieríJO
repn'senlotivo, de las cuales, lo anuncio Opc'(L', h:ego, !A) se ~¡'p(~­
rarán lo~ in¡liv¡dll(¡S {li!e eiJm¡,onen el l!¡}hlr~d .. ~l,~¡j(l,l. 1<, c,:,n~,,,!fuirá \ .;...-: o
de una ma!!era eOmplfl!a; ¡Fl" no 5;:: crea. ¡y,r e~'J que ru,'Lla ¡¡beli·
carde 1;)..; k~u!t;:¡des cor,~t¡¡\:cional¡'s! prm¡\!e Y"JO higO mas qUf;
an1Ul'i'I'a'(' \',1 r¡f"',":0}11',:(n f,(,r¡í 1í'i;", },','(i: el '1"; 1, "1,, ser Irr¡"'ll!'{,. :'," <,"l.., ,i .. k ,,{~ ~ .'1,.' t. - 1 ./.. ,,.\,_i'_> .1 .'. . '-1~" .~. - '- ' .. -., :,"." ,,' ~
condut:!a.
»)R~~r~¡;¿;t,,~; tt a:¡u;~ nas rí:hy'i·.d.tt; qiie d;" h,,~ fU>~('~~('r fa. l¡é-e¡un C~>.h
.' ; ! t "!' 1 ' • 1 1 ' , pano a, e~!n as 0j~tS ~;Ü!C'uet(~:j ~.~ lRUt.\S (j a;i~~t~>-'~':, p, gnoh~r',;:: ~!.~ t:1 q •
za~'f\ ~~~jV H~"'f.J. de eü¡',;]nctl1 r'''~' lH ella'! en ~o,~,~ .. ~ L. ~~ qUi- ,r'lt~ flr~?~í~r! ....
ten no s,-:. ·d{~.r,\ df:n- iV 0 '1> ; ~ :'.~ r~;¿¡,¡;4 ~ ,'., :1 ~!J t P(i., ·l·'·g~i~
tos' V (11' !~,,, n'i,Fior,"'\' 1'l n;, t;;,': nnccl;l11 r,!",.::";!;;,: ",ndrf.. ~¡f\r"¡'J'~e' ~, ~ "" 1> .,,\., .' >.,/,' ,.t".,... , ·v ','. l.·...!. '- _ l"'''' I,.~,., '~.-.'. ".Iv1o ', •• ~',.lJ .i
prcse:,te los intereses del ¡nis, la Cütdi\u(~bn, 1:1 t.rallO de la (;:iDa
doña Isabel l!, la in iependenda. y d dec;:rc n,',eiol;aL


»)"I¡'ta¡'1hif''! pl rrnl,l;,,,,.\(, ,~"l'\I' ;;r:',.;; (':!'iil:', '~P!,.: ' .... ~ ,c. D,lurJ,!." ',:;<'¡1)''-',:_
. .'.' ..... - b ... '- ':' .1 • 'J' -'. l.' '~-. 1 : ~, \1 t \J-


, l' , l' 1 -. tante ,a-: rt<.;¡('\ :\:e~ "::"""(:';;;:";, C"FC!:rCI:'-' :G:l h')s Pd~S\),o qu<.:
h 1 ¡. I 1'" ,. r¡ l' e l an { Cp" ~.!·:t.iii ~ U,'' ~',,~! n. ',1" :' .. ~ gÜl'jl(r~.'t('f ~,¡ ~/ '~! - '{ldleUd%f p::1
~' ¡. '. , l' \'. 1 " t'='tlOS 1,.,< ,!,"iIVIf; p:Si OJ'S, caE> : menCR:' r;-i (:¡ G::J, UnJ ~ f:.~;{;:: pto-


dUCt08, rH~::jstu!uhr -r h '~{.~~L,I~FLiir ,_~¿~ l(~} '~"~_\"fR~~!,/¡s ;il¡q~L".'\ 1}' ;
. ~ 'J c .... :': 1-"'.::,


purden prq1 'rdt!nami'S iH1 !!wfcadG muy vChj"Síf, t:ll d ,.; lar ',i'
puedr~n VPf,dr)i' C"O );!¡L~hf~ utilidali y f'~~¡lD
blica.


YJE¡ ,,1,··1'(; "I';"'¡(;]"""; ('" lH'~ fI'~'lVfl ¡-'l1f'¡'{l~:'" (,.\ ;" ,', ,".,' ...• ,~". ," ~ ... ·.L~ '~'''''1 o'" <>1,1-<.), e j \/" <,1 .-0\ "'~' .:1'. •
lo qll f' to.: .. yr¡ "p!a,"'·" ro,,";'1 nr." sn -P"-'l·:·'~··~":·'·'.' !,l':., . t,L.--:.,! J.'" _., ~, '",.-" ~. ~ ,t'",-t ,,-\i( <''''1' ~'. '", V" 't',:. l-..-
fluJ'o ce W',"'~"a'i() 1m" "C.'1 ,\,'"~,rl;{l", Cr,'l " ,n',' !,,' ''', ,JI, , ~. ) ~_, __ '1 ... - .... 1. ( ~... '- ti '!,.1. ,¿ t " • _~~ v '.'-.,. ~ -.. ; ", 1 • . '}
tenido el cldt') ('or, Ik:;;'uci¡;,; [:'2ro al 'tú,::,;.:) 1;('1"1' '1:'
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gUf! ,,,,tr"vÍfl á I'sl;;\ eh"" -O<:,clcdllh1" qpf.,-q{;(l,! .• , ".'" \\ ~ ... dl. V 1) , .... ,-.": .,,;1('1,,'/ l·""l.· '''I.~ .• ', ~'.I ,¡'"' p'_".~,,- ' •. '.'




DEL ULTUfO BORBON DE ESPAÑA. 791
luciones ó los actos !!el gobierno, el cual está resudto á reprimir
cualquiera exceso que tienda á perturbar la conciencia y reposo de
los esparíoles .


.,En la con"titucion del Estado se hahla tambien del poder judi-
cial, y por desgracia no tenemos constituido este poder de la mane-
ra que ha querido establecerlo la ley fundamental. Los tribunales
están regídos por leyes anteriores que emanaban de ctra constitu-
cion, y pu~:de Cr)D0CerS0 cuáks serán los inconvenientes y ot\sláru-
los para ia pronta adrci;listracion de justicia. El gobierno se pro-
1)one organizar los tribunales para que la constitucion sea una
verdad.


»El g0bierno in tErior del pais, es bien eierlo que tiene una parte
en el ~upremo del Estado, pero cuenta con elementos inferiores que
proponen otra parte del poder ejEcutivo, y como en esta no tenga
todo lo [lf'ccsano para fiel' fuerte en utilidad de la nacion, se bacen
preci;,as las !eye:;; orgánicas que el gobierno presentará á la delibe-
racion ¡le ias Cortes; mas en ia situacion en que nos bailamos, en
(lsta situueiotl critica en que bay que luchar con graves inconvé-
!lienfts y ;lifi'I;]t:d"" H:' lmrosible p>SeDlarlas tan pro: I;~ como era
de de::iear.


,)EI Lieo dd piiis tambien reclama, d¡~spues de haberse c0osr·guido
la. paz de que felizmente goza en el dia la nacion, obras públicas
{lue fODW:itE'U su pro~~r,'rictad; y el gobierno adoptará todos ]os me-
d;08 PO¡;¡[;:d pea eiiüscgnir estas n!cjoras, y para que desde luego
se vaya,: :/,i,;!tldo :o!.:~:,'a", wn!cjas, todos los buenos efectos que
nacen de t'~:¡ {~h,c dl~ gohiemos, único:; que pueden hat~er la felici-
¡fad dr·¡ r;¡1." J _'j1"_


.)Ld uü(;iui1 ,spafí{)'a, fine pOi' espacio de muchos años ha sido re-
gida por cetro de hieno, !J~'cé"ita que se fomente la ínst Decion pú-
blica que ii.lt~ 1'1 p.-¡f\'('nir rL:l ('stt) pais, y el gobierno se propone
fomentarla. poo todos L)s medios posibles para qUG los resultados
:lea!.! tan úlii"s y veDtiljosos eomn es fle esperar.


l)En la sil~iar.iün actual, cuando tcdo el mundo conoce la virtud
notoria, y i¡IlO todos akílflzan que rarecemos de los fondos necesa-
rios p;\ra ,;currir á la . , ;ltl'!lciones del ESt:1dü; cuando la guerra ci-
vil ha destruido parte de meubas de las furtunas que podian contri-
huir para las eargas del Esfarlo, preciso tS que el gobierno piense
en hacer l'collOmías y disminuir la fuerza armada que consume gran
parte dü ¡t)::, f.)l1dos, y el gobierno se pr\\poue bllccr esta mejora




79! 11l!)TOIUA DEL REINADO
en los términos que sea posible y nuestra sltuacion poliUea per-
mita.


) La Hacienda pública no está por desgracia organizada para dar
aquelios resultados que so deben esperar: .el gobierno meditará mu-
cho sobre su organizacioü para que todCíS 105 ¡mgos dc las obliga ..
dones de! Estado se hagan con igualdad ~ regularidad; todos d3h::>!j
sufrir los malos efecto3 de la situacion en que nos encontrarJl0S, aJ[
como todos deben disfrutar de !:ls bl'nefieiúg que puedan resultar de
las mejoras que se hafan en un ramo de tanta impnrtaneiu. El gL .
bierno no perdonará medio para ello, cnntuw]o en esto, como en
todos los demás puntos, cen el auxiiio de los cuerpos colegisla-
dores.


»Tambien debe el gohierno Jar impulso á la venta de hienes na-
cionales: el gobierno ni quiere ni debe administrarlos, porque e;;os
bienes eo manos de particulares pueden crecer en gran censidern.-
cion, y con ella. tener los propietarios UD prodncto CO] el cual pue w
dan prestar un auxilio al gobierno, mayor que el (1'](\ p':die~a sacar
por S! en la aoministraci.JQ de aquellos. El gobierno, por tanto, e,::Ui
resueH:) á activar la ViJnta para que crezca la popularidad general
de que tanto necesitamos.


»La centralizacion, señol't~s, de los fondos públicos, Gsa verdad
tan generalmente reconocida, no ha podido aun verificarse, y el
gobierno trata de llevarla á efecto. Frecuentemente se han pedido
noticias al gobierno sobre los fondos públicos, y se ha visto en la
imp)sibilidad de presentarlos, porque no estaban centra!iz3.dos Jos
fondos ni la contabilidad reunida al ministerio de Hacienda, que es
el encargado de administrar Jos fondos públicos.


»El gobierno, señores, :nuy celoso de su honor y delicadeza, y
habiendo conocido ya de la manera que se han alarmado muchas
conciencias por las ~ontratas celebradas, se ha propuesto como re-
gla invariable un principio que tiene consignado el1 su programa:
que todas las contratas se hagan en subasta pública, evitando de
esa manera la censura que se pudiera hacer á los individuos que
componen el gabinete. Nuestro crédito abatido, esa fuente de pros-
peridad de los Estados, será fomentado por todos los medios que
estén á nuestro alcance: escasos son estos en el dia, debo hablar
con esta franqueza, pero esto no impide para que se empleen todos
los medíos para darle impulso en la situacion en que se encuentra
el país, que por cierto es triste, y no necesitan los sefiores senado-




DEL ULTIMO BOIlBON DE ESPAjA. 793
res que yo en este momento me detenga á exponerlo á su conside-
raciono


»Y para contribuir á este bien el gobierno procurará en los pre~
supuestos cuantas reformas sean compatibles con la buena adminis-
tracion y con la seguridad del país, y se promete que podrá pn¡-
sentar los del año venidero de modo que las sobras de gastos se
aproximen en cuanto sea posible á las de los ingresos. Tambien el
gobierno ha mirado como punto importante para la prosperidad na-
cional el fomento del comercio con las provincias ultramarinas, y
procurará por tanto fomentarle y protegerle, estableciendo derechos
por los cuales pueda com petir con la concurrencia extranjera.


»EI gobierno cuenta con el apoyo fiel y leal de los cuerpos cole-
gisiadores; pero el dia que no se cumplan todas las condiciones que
deben acompaí'iar á esta cIase de gobierno; el día que le falte su
voto, el día en que no pueda contar con su fuerza, sabe la medida,
el partido que debe tomar para no separarse de la práctica consti-
tucional.


»Debo por último anunciar, que si el ministerio no avanza con
aquella rapidez y prontitud quo muchos desean, y que bl gobierno
desea, es porque qui~;re meditar profundamente las mejoras que
pueda hacer para evitar los inconvenientes que puuiesen resultar,
J marchar con el detenimiento necesario para no exponerse á los
funestos efectos de una mala medida, que no se debe aventurar en
Gingun caso.


eAsi, pues, sei'íores, viva cierto y seguro el senado de que nos-
otros marcharemos con este pensamiento que acabo de indicar. Se-
guramente, con prudencia y no con aquella rapidez que pudiera
presentar graves inconvenientes.


»EI gobierno no se detendrá delante de las reformas que conven-
gan al pai-~, y ofrece por último al senado, que en el punto qne se
pare 6 detenga, no peligrará la Constitucion, la libertad ni el órden
público. »




CAPíTULO CVl.


SUMARIO.


l>O<:llinento doctrinario y traseendental (lne pre~rntaron algunos ~elladore •. -Com-
plicacione, y gravedad de rt'IuelJa silnaeiou.


l.


No habían terminado con el nombramiento del Regente las diver-
gencias de la opinioD, los escollos creados por la debilidad del par-
tido progresista; antes bien aumentaban, á medida que iba avanzan-
do aquella situacion, las exigencias del moderantismo que prepara-
ba todo para realizar un óambio político, dando un golpe de mano
atrev!d i) despues de dos conatos, y quitar todo pr~stigio ante los
partidos liberales al hombre que simbolizaba el último movimiento
que acababa de verificarse.


En el senado se levantaba una cruzada grave el día en que no
se prt'sen taban renuncias, protestas y acusaciones de los senado-
res que debian al partido moderado y á Cristina directamente para
la revolucion, mas directamente aun que las posiciones, los grados~
los sueldos, la fortuna de haber llegado á figurar como representan-
tes del país, como legisladores des pues de haber desempefiado aItos
destinos en la administracion pública,




DEL ULTIMO BORBON DE ESP.L~A. 795


n.


En la sesioD del 1.' de junio se presentó por algunos senadores
un documento extrafíc seguramente, pero que debla servir p ... ra crrar
nuevos coni1ictos á la situacion.


Los firmaütes no recataban sus opiniones absolutistas, sus ten'-
dencias ultramontauas, y tenían el valor de proclamar al frente do
la soberanía nacional la soberanía de un Borbon, el que no exisUa.
Decia así este documento:


«A las Cortes.-Los infrascritos consejeros jubilados del Estado,
acudimos á las cortes en cumplimiento de un deber de que no podría··
IllOS prescincir sin gran mengua, hallándo.3e perdiente de resduci[~tl
de las mismas la gravísima cuestion de tutela de S M. la. reina
doña Isabel n, y de su augusta hermana la Serenísima sñora In-
fanta doña Maria Luisa Fl3rnanda. Yaunque no dudamos que ha-
brán llrgado á noticia de las cortes los antecedentes de la matd'ía
relativos á nosotros, puesto que se circularon como sanc:on prag'"
mátiea. con fuerza de ley, á virtud del real decreto de ~ Üe o<JLubf(;
de 1833, todavía cr!~emos necesario hacer un recuerdo de elles
para que nuestro silencio no se caiifique de una tácita renuncia qu~
nuestro decoro no permite.


)Las cortes sabHi que la guarda de los huérfanos es una conti-·,
nuaciOB, un suplellieH (o de la l'aternidad, á ia que corresponde C:Hl
preferencia proveer acerca de aq ueUa. Y pues el dlfunta Momlfta,
padre de S. M. y A" por su disposicion última de l~ dt~ jurúo de
1830, que obra. origiGul en el Ministerio de Gracia y Justicia, llu8
honró subsidiariamente con el elevado cargo de la tutela y curadu-,
ría de sus excelsas hijas, tocarían os desempeñarlo en su caso y
lugar.


))En la cláusula once de aquella disposicion soberana el augusto
testador confió la Hegencia de la monarquía durante la lllCW¡l' edad
del hijo ó bija que habían de sucederle en la corona á su muy amt\.-
da esposa doña María Cristina de BorboD, nombrada ya, en i~ cláu-
sula ao terior, tutora y curadora de todos los hijos que al tielli po de
su fallecimiento quedaran en la menor edad.


»Como elemento auxiliar de rlicha Regencia previno en la cláu&u,
la d()ce la formacion de un Consejo de gobierno, ,«con el qu\: uelJit; e




796 HISTORIA DEL REINADO
ra consultar la reina regente los negocios árduos y señaladamente
los que causasen providencias generales y trascendentales al bien
comuD; sin que por esto que~ara sujeta de manera alguna á seguir
el dictámen que la dieren.»


»En la cláusula trece se especifican ,Dominalmente las personas
Hamadas á formar el referido Consejo.


»)Finalmente, para el aciago caso de faltar la reina regente, tuto-
ra y curadora, antes de que el sucesor en la corona tUlliese 18
anos cumplidos, dispuso en la cláusula quince, ((que la Regencia y
gobierno de la monarquía é igualmente la tutela y curaduría de este
(el sucesor) y de los demás sus hijos, pasara á un Consejo de Re-
gencia compuesta d~ los individuos nombrados en la cláusula trece
para el Consejo de gobierno.»


»Por esta sencilla expresiún de hechos tan auténticos como lega-
les, parece fuera de toda duda correspondernos la guarda de S. M.
Y A. si llegase á quedar vacante, toda vez que la cODslÍtucion de
1837 está conforme con la ley 3: tít. 15, Partida!:encuanto ála
preferencia de la tutela testamentaria; sin que la única legítima de
la madre misma (ó la del padre ó madre segun la ley fundamental
vigente) pueda tener cabida mientras subsista aquella, y mucho
menos la dotiva, á la que deben proveer las cortes en de/eeto de en-
trambos.


»Pero como la Regencia provisional sometió á las cortes este grave
negodo, nos parece que, Ó DO tuvo presente la mencionada disposi-
cion testamentaria, Ó que juzgó tal vez que habria caducado, fun-
dándose en la supresion del Consejo de gobierno, del que cierta·
¡nente habla la referida cláusula quince.


»Con arreglo á la duodécima se instaló dicho Consejo en octubre
de 1833 y sirvió á S. M. COI la lealtad y esmero que atestiguan
sus actos 1m lo restante de aquel año y siguientes hasta agosto de
1836.


»Restablecido por real decreto precitado por la Constitucion de
1812 cuyo art. 236 no permitia mas consejo al rey que el de Esta-
do, cesó en sus funciones el de gobierno. P~ro las personas de que
estaba compuesto tenian otros cometidos, precisamente para cuando
desapareciera aquel, á saber, el de la Regencia del reino, y el de la
guarda de los hijos del difunto monarca. Su llamamiento es nomi-
nal, pues la cláusula que lo contiene se refiere á 101 individuos nom-
brado" en la 13: para el Coni6Jo de gobierno. Y la sllpresion de




DEL ULTmO BORBON DE ESPAÑA. 797
este, no proviniendo de incapacidad física, moral, ó legal de los
mismos, parece que no ha podido variar la naturaleza de las cosas,
Porqué' ¿cuál es el cimiento en que estriba la tutela testamentaria?
La voluntad expresa del !estlldor y la aptitud de Ja persona desig-
nada, aCArea de la cual la Constitucion solo exige que sea español
de nacimümto, si bien supone las demás calidades prescritas por el
derechi¡ cornun. Pero las constituciones extríncecas sonaccidenta-·
les, y cuando mas demostrativas segun el lenguaje de los juriscon~
su!tos, sobre todo cuando llG se refieran á cargos permanentes, ó á
títulos radicados en tal ó tal familia, ó inheren.tes á tal ó tal empleo,
SiDO á una jerarquía pasajera y temporal, creada por el mismo au'~
gusto testador. ¿Por ventura los actuales marqueses de Santa Cruz
y duque de Medinaceli podrian aspirar al desempei'ío de aquel nohlf
cargo para el que fueron llamados sus inmediatos predecesores~
¿Estos si vinieran hoy y hubieran perdido en juicio civil contr8dic··
tnrio los iespectívos títulos de Santa Cruz y Medinaceli, ¿quedarian
privados de su derecho á dicha tutela? De ninguna manera, pueSIO
que el augusto testador buscó las calidades mvrales de los indiyi-
duos, no sus ejecutorias ó diplomas, Así es que la ley 3: lit HL
partida 2. ',(requiere que hayan en sí ocho cosas los guardadores
del rey ,lino:» y ninguna de ellas es relativa á categorías sociales.


»Tampoco puede estimarse, en sentir nue~,tro, la cadu.cidad de la
tutela por la de la Regencia que expresa la referida cláusula 15 ~
Sin duda el articulo 60 d~ la Constitucion ha declarado incompati-
hlps la Rr>gtmc¡a y tl¡te!a: salvo las r.ersonas rlel padre ó madre del
rey menor. Sin dlJ(J;, el nombramiento dA RE'~eJ1cia ~.orresponde ex-
r1usivamenfe á las ('ortes. Pero si dicha cláusula 110 pnfde tener
('(ecto en su totalidad, ¿(p:é razon habrá, para que no se cumpla el
extremo acerca del cllal está apoyada por la ley fundamental del
Fstado? Por lo rlem~s, reconociendo el preferrntl' rlprecho que dan
~ S M. la reina madre la misma naturaJez::1; la expresa vn.1untad
del tei'tadnr, y la C0Dstitnei()o ,le la m"r;~n<i;,:f~~; sin que comte ha-
hel'j1\ renunciado, nuestra rerlamacion es c()r/(licional; y protestamos
rl"l lrJorlo ~as solemne. que solo hacem();~ pnrf! el cago de qu P las
fortes fr.sufllvan haber cesarlo pn este ra rg0 S. M. doña María Cris»
tir¡a de Bnrhc·n, M3drid ~7 d~ mayo dfl 184'. ,-El duquf\ de Bai-
],~ij .-M; dU1UP. do Abumada,-Nicolás M(1ríl3 G;lrelly.»)


TOMO r. 101




798 HISTORIA DEL B.EINADO


111.


Las cuestiones de incompatibilidad han sido siempre ocasion para
que se pronuncien algunos discursos, haya arranques de elevado
patriotismo, de desinterés y abnegacion, pero sin conseguir que se
resuelva cosa alguna en medio de las crisis distintas y á pesar de
que se ha reproducido en todas las legislaturas, bajo todas las si-
tuaciones y con todos los gobiernos. La cuestion de mandantes y
mandatarios, la cuestion electoral, la cuestion de atribuciones y de
dependencia ó independencia del diputado, que no significa otra cosa
SiDO la práctica de la soberanía, debia hallar despues de la revolu-
cion de setiembre un gran interés, pero no era cosa de decidirla in-
cidentalmente.


Así que los esfuerzos que en aquel momento se dedicaron por
algunos senadores para esclarecer y aJlanar dificultades en la gra-
visima cuestion de la soberanía popular en ejercicio, no debian te.-
ner gran resultado.


Dejaremos, pues, este asunto á un lado, que bien se comprende
que los incidentes promovidos respecto á ¿I son para nosotros de es-
casa valía, y la ley de incompatibilidades no debia tener gran im-
portancia si no se cambiaba de cuajo el sistema electoral.


Los abusos y los fraudes y las mistificaciones, obra son de los
partidos doctrinarios que no se fijan mas que en las conveniencias,
y dejan á un lado el derecho, y se olvidan de la justicia.


Grave era la situacion por demás, difícil el problema que debía
resolverse; pero las complicaciones se hicieron aun mas notables por
esa carencia de sentido práctico que faltaba al centro directivo del
gobierno, y por la falta de homogeneidad y plan en los que bU8ca-
ban por otro camino las reformas.


IV.


La situacion económica reclamaba grandes medidas, atrevimiento
en la reforma, y constancia y persistencia para vencer toda clase de
Qbstáeulos.


Grandes eran las necesidades, agotados se encontraban los me-




DEL ULTl~lO BORBON DE ESPAÑA. 799
dios ordinarios de subvenir á ellas; pero no faltaban grandes ele-
mentos de riqueza que bien explotados y puestos en circulacion de-
bian sacar á la infeliz Iberia del estado abyecto en que la habían
sumido.


El ministro que habia acometido con mas vigor la série de refor-
mas indispensables para cambiar la faz de nuestra abatida agricul-
tura era Mendizábal, pero fáltaba aun sin duda mucho al empírico
rentista para calcular las necesidades y los medios de satisfacerlas
cumplidamente.


Los gobiernos que habian sucedido á la administracion revolu-
cionaria del a 6, babian retrocedido, y en vez de desenvolver los
planes de Mendizábal, desconociendo la situacion buscaban cada cual
bajo su punto de vista, pero punto de vista estrecho, un medio de
paralizar los efectos de las medidas económicas ó anti-económicas~
que no disputaremos á los críticos su derecho, de aquel atrevido re-
formador.


Los moderados no podian perdonar á quien poniendo el dedo en
la llaga babia proclamado el derecho indiscutible que la sociedad
tiene para legislar en aquello que afecte por cualquier manera la vida
misma, la paz y la ventura de los pueblos.




CAP1TULO CV1t,


SUMARIO,


in lluencÍa del pronunciamiento de setiemhre. -Importante donunento en el que se
ocuparon las Corte,; luego de nomhrada la rcgewia de Espartero.


l.


Consagraremos aun algunas páginas á esta época importante por
todos conceptos, porque el sacudimiento del19 de setiembre de 1840
y los sucesos que hasta la constitucion definitiva de la Regencia vi-
nieron relacionándose, tienen gran importancia y dan una idea bas-
tante exacta acerca de los hombres y de las cosas en el partido H-
beraJ.


Gran influencia ha ejercido tambien aquel suceso en la organiza-
cion posterior de los partidos.


El trono, esa institucion que se llamaba con gran énfasis la raiz
veneranda de las instituciones, quedó profundamente conmovido, y
~u misma debilidad pudo libertarle encl naufragio, dando aparien-
cias de vitalidad á toda la serie de privilegios que la revolucion ha-
t,ia condenado.


Si el lector se fija en las frases de los oradores que lomaron parte
:lll la discusion para el establecimiento de la Regencia, observará




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 801
sin duda que en el fondo todos aquellos que afectaban profundo res-
peto á la monarquía, todos aquellos que incensaban á la institucion
y que procuraban hacer ver la conveniencia de mantener á la jóven
princesa en un puesto dunde ningun papel activo debia representar;
esos mismos hombres clavaban acerado puríal en el seno de la mo-
narquía, y desprestigiaban á aquello mismo que querian enaltecer.


Ciertamente que los discursos de Olózaga, Luzuriaga y San Mi-
guel, lo mismo que los de Sancho y otros, tenian poco de conser-
vadores por mas que en su resultado inmediato debiesen influir para
la consOtucion de la Regencia única, en favor del genNal afortuna-
do que reania los votos de los ciudadanos y las simpatías de la mu·-
chedumbre.


H.


Antes de haeer este análisis, que trazaremos con brevedad, de
lodos los elementos que entraban en la forma nueva y constituian el
modo de ser actual, cuando Espartero Hegó á ser el representante
de 1:1 monarquía cODsfitucionaI en Espai'ía, vamos á dar algun do-
CUlliento importante en que las cortes se ocuparon, y decia aSÍ:


(lA LAS CORTES.-Las vinculaciones aparecieron como un obs·
táculo á la prosperidad y fomento del reino desde el punto en que
fueron conocidos los buenos principios de economía y de adminis-
tracion. Las cortes bien persuadidas de esta verdad, y no menos de-
cididas á llevar esta nacion magnánima al punto culminante de
grandeza á que por tantos títulos era llamada, decretaron la supre-
sion de las vinculaciones por la ley de 1!7 de setiembre, que la co-
rona sancionó en 11 de octubre de 18~O, é hicieron además por
otras posteriores las aclaraciones que la experiencia acreditó nece-
sarias.


»Estas leyes desde su promulgacion estuvieron en la mas com-
pleta observancia, y en el período de casi tres ai'íos crearon derechos
por diversos títulos y conceptos. Libres ya las fincas que antes fue-
ron vinculadas, fueron el objeto de contratas, de disposiciones tes-
tamen~~llas y de otras le¡ales transacciones. Sus nuevos poseedo-
res estaban protegidos por aquella buena fe que desciende de la au-
torizacion de las leyes, y escudados con el valor y firmeza que estas
dan á los hechos consumados bajo su influencia poderosa.




SO! HISTOlUA DEL REINADO
"El Real decreto de primero de octubre de 1823 y la Real cédu-


la de 11 de marzo de 182 i, declarando el primero nulos todos los
actos del gobierno constitucional, y decretando la segunda el resta·
blecimiento de las vinculaciones y el reintegro á estas de cuantas
fincas les habían pertenecido, y que por lo dispuesto en las leyes de
las cortes habian pasado á diversos poseedores, desconocieron aque-
llos títulos respetables, y destruyeron los derecaos que habian
creado.


»Consrguiente era y necesaria una disposicion reparadora del des-
pojo ilegal que habian causado aquel Real decreto y cédula: innu-
merables familias reclamaban una propiedad que legítimamente ha·
bian adquirido, y que se les habia arrebatado hasta con la dureza
de no devolvérseles el precio que tal vez el mismo poseedor de la
vinculacion habia recibido. Otros los que solo habian donado, Ó
cedido en contemplacion de matrimonios, que de otra suerte no se
habrian celebrado, que les habia producido obligaciones que debían
sostener cuando se les quitaban los medios; y todos invocaban los
¡)rincip!os eternos de la justicia, desatendidos en aquellas disposi-
ciones.


»Un gobierno constitucional no podia demorar un instante esa
reparacion del dafío sufrido por el derecho sagrado de propiedad, y
esta reparacion, que se limitaba á apartar los obstáculos que se
habian suspendido y no pudieron en lo legal destruir las disposicio-
nes acordadas por las cortes con el rey, indudablemente podia ha-
cerse por un Real decreto y no necesitaba de una ley.


»Asi el gobierno que á consecuencia del Ueal decreto de agosto
de 1836 regia el reino con la Constitucion de 1812, restablecido
por aquel, tenia un deber imprescindible de hacer aquella repara-
cion, y la hizo en 3 O del mismo IDes y afío, cifiéndose precisamente
á su observacion en 10 sucesivo. Solo el interés privado pudo dudar
del valor y eficacia de esta disposicion; solo él pudo imaginar su
nulidad. Muy cerca de cinco alíos han pasado desde entonces, y en
los diferentes pleitos seguidos ea los tribunales del reino durante ese
largo periodo, las decisiones judiciales han estado todas de acuerdo
en cuanto á estar en observancia y legalmente restablecidas por el
Real decreto de 30 de agosto de 1836, la ley de 11 de oc~ubre de
18~O y sus posteriores aclaraciones.


»En el mismo Real decreto se reservó á las cortes, con total in-
dependencia de aquel restablecimiento, la resolucion de las cuestio-




DEL ULTIMO ¡tRiON n ESPAÑA. 803
nes ó reelamaeioles relatiras á los derechos creados por las mismas
leyes de las cortes, durante el tiempo en que fueron observarlas, y
á los que pudiera haber creado la cédula de 11 de marzo de 1821.


-El gobierno, en fiel observancia de lo que en este punto habia
resuelto en el mi!!m. Real decreto, trató de formular un proyecto de
ley para someterlo á la deliberacion de las cortes, proponiendo en
él las disposiciones oportunas que deslindaran unos y otros dere-
chos, y decidiesen todas las cuestiones que pudieran ocasionar.


»Sometió á consulta del Tribunal supremo de justicia esas cues-
tiones, y conforme con su dictámen, presentó el proyecto á las cor~
tes que lo acogieron, discntierol y aprobaron con pequeñas modifi-
caciones.


DMa!! este proyecto de ley tan interesante, aclamado por la opi-
Dion pública, y solo combatido por un cortisimo número de perso-
nas interesadas y parciales, no obtuvo por causas bastantemente
conocidas, la saDeion de la corona, y de ista suerte subsisten de-
fraudadai todavía las esperanzas de innumerables familias.


"JI gobierno no puede haeerse indiferente á su suerte, ni des-
atender sus derecho., ni dejar semejante vacío en la legislacion.
Convencido de Jos incontestables y luminosos principios en que las
corte. coniltituyentes basaron la ley de que se trata, y no menos de
las justas disposiciones que comprende, ha a.ordado, prévia la au-
terizacion del regante del reino, presentarlo á laa eortes para su
nuevo exámen y deliberacion, sin otra diferencia que la que se no-
ta en el artículo primero.


XlEn su consecuencia tengo el honor de presentar á las cortes el
referido proyecto de ley.


»Artículo 1.0 Quedan en observancia y vigor las leyes y decla-
raciones de la anterior época constitucional, sobre supresion de ma-
yorazgos y otras vinculacionas en la península é islas adyacentes,
desde que se expidió al Real decreto de SO de agosto de 1836.
)I)~rt. 2. 0 Es ,álido y tendrá eumplido efecto todo lo que se hizo


en coof.rmidad COD dichas leyes y deelaraciones desde qua se ex-
pidieron hasta primero di octubre de 1823, y serán respetados y
efectivos los derechos que en aquel Piríodo se adquirieron por lo
establecido in las mismas leyes y declaraciónes, con arreglo á lo
que se expresará es los articulos siguientes.


-A.rt. 3.° Los bienes vinculados eorrespondientes á la cuota de
qua podian disponer libreme'llte los poseedores, y cuyo dominio




804, mSToRIA DEL lEINADO
transfirieron á otros por cualquierll título legítimo, ya oneroso, ya
lucrativo, se devolverán á los que los adquirieron, ó á sus herede-
ros, si la traslacion se hizo con los requisitos y formalidades preve-
nidas en las citadas leyes y declaraciones, y lus adquirentes no han
ncibido ya su valor ó equivalencia.


»Art. ,Í, o Serán tambíen efectivos y recobrarán su fuerza los
contratos que celebraron los refendos poseedores CüD respecto á la
enajenacion, hipoteca y obligacion de la mitad de los bienes de que
podian disponer.


»A.rt. 5. 0 Los herederos de los mismos poseedores ex testamento
ó abintestatos, los legatarios ó los que hayan sucedido por derecho
á unOiJ y otros, recobrarán los bienes que respectivamente les ha-
brian correspondido de la mencionada mitad, si dichos poseedores
fallecieron antes del dia primero de octubre de 18!3.


»ArL 6. 0 Las disposiciones de los artículos que antecedQu, coro_o
prenden la otra mitad de los bienes vinculados reservadoi á los in-
mediatus sucesore'!, si adquirieron el derecho da disponer de ella
por failedmiento del anterior poseedor.


»ArL 7. o Los que en virtud de esa ley deben reeobrar bienes de
que fue on pei vados por lo dispuesto en el Real decreto de primero
tie octuure de 18:23 y cédula de 11 de marzo de 182', no tienen
accion á los frutos y costas de los mismos bienes producidos desde
d¡cho dia primero de octubre hasta 30 de agosto de 1836.


)Art. 8. 0 Los poseedores en 11 de octubre de 18~O que falle-
¡;¡erUll (h~sde primero de octubre de 18~3 hasla 30 de agosto df1
1836, no transfirieron á sus herederos derecho alguno para suceder
en Ls biu:H.:s que se reputaban vinculados.


»)Art. 9. o Se declaran válidas y subsistentes las enajenaciones
~L: bieüe3 vinculados que se hayan hecho desde primero de octubre
de 182:J hasta el 3 de agosto de 1836 en virtud de facultad real y
CJll las formalidades prescritas por derecho, El producto de las
,;·:1f:nlas que no se haya empleado en mejora á beneficio de la vin-
tJuja~iOn, se importará. al vendedor en la parte de este que ]e cor-·
, 23pc1nda. corrili libre.


HÁrL 10, Se exceptúan de Jo dispuesto en el artículo anterior
¡i1~ eLldjenaciones de aquellos bienes que específica y determinada-o
'Ü(;üti~ ¡!Uf~dGtl recobrar otros interesados en virtud de esta ley; pero
recobrándolos serán indemnizados los que adquirieron en virtud d~
h. facultad real á expensas de los otros bienes existentes en las vill-
enlaciones,




DEL {;LTITIíQ BORBON DE BSPAÑA. 805
))Art. 11. Tambien se declaran válidas y subsistentes las adqui-


:;;iciones que hayan hecho Jos mayorazgos y vinculaciones por per-
muta. subrogacion ú otro título; y los bienes en que consistan se
considerarán, como los demás, vinculados.


» .', rl. 12. Los con tratos, con venios y transacciones que se ha-
yan rclehrado en cOIlsecuer:cia de la ley de 9 de junio de 18RS se
g'larrbrán y cur:lplirán segun su tenor.


l)Art. 13. No se concederán en adelante cédulas de facuItad para
consizpaciones alimenticias en favor d8 los viudos ó viudas de po-
"red':ri's de mayorazgos y vínculos, aunqu.e se hubiesen casado
;'l,1tes dnJ 30 de agosto de 1836; pero se cumplirán las promesas,
plctos y convenios que 58 hayan hecho en capitulaciones matrimo-
r<ale;" ú otro>; instrUIJl(;ntos legalmente otorgados.


)).\;[ li. Los rl¡chos poseedores, yen su caso los sucesores in-
medinfos, aun teniendo herederos forzosos, podrán consignar á sus
muje;-,<:: Ó maridos po: cscdura pública ó por testame~to, en con-
crpto de viudedad, hasta la CU:lrta parte de la renta de la mitad de
h~ hioflBS, cUy:l libre disposicion han r,dquirido.


»)Art. 15. Las consignaciones de viu1edad en virtud de facultad
"nJpr~t';nfe COJc,:oid;;:. Jes~~'w's de primeto de octub¡e de 1823, y
"'Jtei' de1 :W de ag.')stü rh' 1836, tendrán su debido cumplimiento,
cien;]!) r~s;jonsílblts á él !os bic:w~s que existian en la vinculacion
al tiempo d0 conceders!] la facultad, menos los que deban devolver-
~c !J. 01 1".'5 i:1t(>rn~ados en virtud de esta ley; pero euando haya esta
d~nó:u('ioD, 38 disminuirá lJi"pü.;cioD;:¡]mente la cantidad cODsig-


D;\ "'1.. 1f). Lo mismo se entenderá GOU rüspectJ á las consigna-o
::,:(¡n~) de; alim¡3nto3 que 10:1 acl.!.1f:l.!eS poseedores deben pagar á lOe;
;; ).!:'·('so::-e!l ir} ;nediato~ ú otras :':f;)ODaS, COIl arreglo á las f un dacio-
"5, p:,¡ctos ó fallos de !os tr¡bunal~ls.


)):\rt 1 '7. Quedan derogadas, en cuanto sean contrarias á esta
).y, !a de 9 de junio de 1830, y cualesquiera otras órdenes ó de-
cretos


»Madrid \21 de mayo de 1Si1.-José Alonso.»


JOl




CAPÍTULO CVUL


SUMARIO,


l'mwi[lal,', proy/'('fo~ d,' 1,,\ '[lli' ~" ] 11\'''/'11 1;)l'on ;1 la, (:111'1/'·,,--1:1 l"irti,l" i'ro'.!:n",,1
1,;.;11'11';,'0 O!llllli';lIdo,,' id plan'('a(lJi~¡¡tr, de lo, pril!!'i!,i", r"I'lIl>1i,':("",


L


El proyecto que heme,;;) trascrito y o:ros varins p:'ns;enhvlr!s por
Jos dipulados, p;jdiafJ eamb'ar algun tan U! h fal dr h riquE~la i1f!:rí·
tola dejando al país er¡ una situacion qUe haci;:¡ m:)I::ho ti!'mpl) no
conocía, agobiado b:ljo tI pe~¡} dA la~ gahdas y privilpgios, fiU" la
morarlJuia di6pensuLa {x su:.: ser\ij(ioft;f'! para lagror el apoyo qné no
podía pedir al aíJlOr de los pueblos, y en los beor6cios que á fstü~
hubieran podido interes'l,;' p:mt ser,,), de dflJiento á esa. instituci(lf¡
que en el siglo XlX está ;,¡)[;(1 'nada ú fLs,¡p;¡,recer,


Entre (lti'ÚS d~ cst~. el,\:;¡< íneSI:'nt6 a1'"I;adr) lJno impGt·~a.nH'imo
dor' 'Jo::. '1 i.1 ¡ n F ca " ;'1 er', 0", ,., ",': 'n no J. ' .J V'!I t '. J. ( , ... '.',. '. \ , • / , l' ~ ¿_ r Jo .. , j ,


·:ü[ St'OéH.h.- V,"rias y :",:{1 f CGr'¡¡;':¡h~ :;.:)L\ las causas de la deca···
deneia de E,"paña, q:w 1" gilt;i'l'\ d,:;; ;1;" i')lüribuido á irnpedir ~e
rem:'d;i;, y t:c:J ji' ;"; ;J,', ::1\: ,'en~;~" ':]" nlhmdo ~I)mo UB obstá-
culo el mus i jiiUO, r.1J~i'dr¡ ~r<, PS 1·1 '1;; "("it", J'rmediarse. A
este fin no hay otiO r,;Ci.lfSO que pen~ar en el fomento de nuestra
agdi;u!!.ura, illiL,."I¡i.i. y comen:lO, sin perjuicio dlé! arrilglo dI' oues-




DEL ULTIMO BOI\1JO:'l Di! &Si'AÑA, ~O,
tra administracion y de la mejora de nuestro crédito; con tanta mas
Tazon, que aumentándoSf' así nuestra riqueza, se facilita propordo-
nalmenti) el príigr,~s;l de la hacienda. roa pequeña suma que se des-
tine para d¡:¡110 ohr~to servirá de palanca para ir levantando la na-
cíon á la prospf)rilad á quP puede y es indispensa.ble que llegue, SI
Id quiere ser víctima de la preferente situacion de otros pueblos.
Cuanto mas se tarda en proporcíonar tus medíos de fomentar la ri-
queza naCIonal, mayor suma será forzo~o emplear para conseguirlo,
pue::: euallOO las (¡tr(j~ lJa(,¡oGc~ no.:; llevan '- a ventaja en los medios
.:le adeJanramient-;, si no ;)¡,iocipiarnos á hacer esfuerzos para alcan-
zarlas cada d¡~ llOS sultl ú ,j mas co.:-tosos.


»)Con el auxilio de'l CfIS.jitO puede dar~e desde luego un gran paso
en este camino, pues iriultip!ic¡mdo así la c3utidad que se dedIque
á este objdo se anticiparán los efectos del beneficio apetecido. Tam-
bien se aumcl)hllft ~"t.I~ aplicando el fomento al objeto que mas re-
laciones tenga enn hs in It'reses genüí aks, y mas adecuado sta á la
siluacion del pa¡:;, Bajo amhos aspectos Dingun empleo mas opor-
tuno puede dllr:<e al 1'0,,)(10 ¡~cl [oUif,nto que la cGnslruccion y repa-
racioti de ~amil1 ¡', :.isi .";!HO tiJ1ÍljJ;.;CO pueden bus~arse rendimientos
mas análogo ... q'l\' 11):) dd ü, :·010 ramo y ~; de correos, ya en parte
dedicarlo á este objetu, y prinlP,r partÍt''¡pe dr la mejora de las comu-,
mcaClOnes.


»En su consecuencio. propongo al senado el siguiente proyecto
de 1ey:


<lAdíenlz', ",' ~;" el~~~I, U'! füu:l0 de fOLnento de agrieultura, in-
d · ' 1" ,1- 1. 1 ' J , ustrm Y'",.'!"', ,), 'l iL,r tlUv1'(l :,\.' rill!l(;aru so amente a a repa-·
1"1/I'Of' v """ ",': '1 ¡ l' ,', '[l'¡'" .-,~
.... f v ,;. ,/ ,¡·".u ... .H lA_v· .... '}! u .... ' ~ .. "'Ü . .1 ¿' ___ o-.


»ArL ~," lIMa f\,<1';1'F tiSte ftH1do lie dt~st¡uau los productos líqm-
dus dd f¡¡:üiJ d,,~ CUffi.:oC,S y los arhitr¡u~ del de camír.os y canales,
deducidas :-;1.1S ,\fopias y precisas obligaciones.


})Art. J _ ;.)': fi:i:'liildl'á ti. e,la l;lll¡¡n:~a sirviéndose del crédito del
::apítal para illültiplieílr los medíos de realizarla.


»)ArL !i,' Ldli Ji;¡!itt {~\Lll!jlh'::-ta de tres bdividu.os, comprendidos
,~: directl)f de ,~Oj;!;'J.'; J el Q( ClilllÜW!i, ctirir;irá la aplicacion de Este
fondo, ¡ó(J[l e\ J.lix¡iiu di: las üGr.:il1ú"i de: ambos ramos.


»ArL ¡i' 1':sta JJ,- ta ¡;:'lturá bajo la Jependencia del mínislerio .jt
la Gobemacinfl) y por su conducto obtendrá del gobierno, y en Sil
caso de las üurle5 b. aUi,mZíl'cion cml; t~elcnte para llevar á efecto la~
medidas qL: ~cu':rde, Palacio del senado 1,' dp. junio de 18H.-
Joaquin Franeísco r.ampuzano,)




808 ilISTQRIA DEL RRP.UDI)
Hé aquÍ otros proyectos que se rresentaríJÚ i.:ú el mi~:!1Jo día
«~.o Al senado,-L"s insfra',critGs senadofí-'s, c0;)~¡dera¡jdo "!


tiempo que aun debe traeC'HTir hasta fjlH' tr:uga efecto d arre~l(j,
definitivo del culto y ckro, y fijando su atencion en los gravísimos
males de que hace di as se rf:sj¿~ltcD las it;ln::ia::: pitl'ff"qlliales servi-
das por ecór:;nmos, la mayor par! desccnteGto,:; ter. esk c'!"carg";
como Jo están con ellos los pUf:H.s, sie(i.dn pocas en qU2 L' haya r
ocurrido con motivo de tal desacuerdo ia¡¡;~es desagr¿lhUes, cuya re··
peticioil debe prevrnirs(\ creen que es de la mayor necesidad pro-


d d 1 J . , dI' 1 • • vee)' es·~ uego <.le Pi'str'ft'S ItropH~~i a te as ~as ig,.iS:l1S purr:;t¡lilL"
, . ¡ t l' ~ 1 • les \'aeantes que cuentp.1l 100 Y,;ClDC'S e,:, ;0 ,'JCl:jD, a Ja mayor e,
principal de los pueblos que tengan mas qü(' u~~a, y á b que 2:':':
l · 'd 1 d" eJ' d 1 •• t as mIsmas, ::;1 o e lr·tall;i~(l W¡H.Jlt:10 e lOS orU¡c(mU~j, eü~ct':'ij \.i
el gobierno recesario, y qu;; por su",: c<reü[;:3laI;clas deLl'I¡ quedar' 1
('1 a~reglo que de ellas 30 haga.


») Puco se harÜi. con dar á las iglesias pastores propios, DO cu¡dar-
do de sacarlos de los hou.Lres mns COILcido5 po su ckc:ci0., dísn,'
cion y tio;) práctico, ad(IUirit!o po: una L:ró<& expeci"Dcia €ti el rr,¡
"l''''er:() pa"tr al· l. la : . .,-r~,·l:,l .. ~, , ... ,:¡. ,-." "I·····¡,· 'n¡'-, h· ,,'f (J;-',. ~I ,,1. l. . ,,·JT .' el,.t .:úu"J¡it"'.,il" (íu~. (,,,'Sg:d,, uud,;.\:u ,.11, .. , ,.UJIl'.)"
pjr t0das las clases de b sl:ciedad, ti c.;n~'fcucJcia uu;c~,>:' de !u;
tiempos azarosos que hemüs pasado, no se hace frente cor; los hOll·
bres comunes. Es, pues, un deber de los obispos prefNir para e!
servicio de estas iglesias á los que dotados de las cualidades que exige
su reforma encuentren al mismo tiempo en su vromocion la recom
pensa que se les debe, y que solo ha podido disputárséles á la WD"
bra del trastorno y de las revueltas.


1>Dable es qne no haya el [¡ú mero suficiente para llenar J¡w vacar;··
tes, y en este caso es necesario echar mano de los opositores s¡mplt~E;
sacerdotes y ordenados in sacr~'i;, comprendiéndose en ellos á los SP-
cularizados ó exclaustrados; á unos y otros les imprne su estado
I'ste deber, fuera del que tienen los segundos de adquirir UDa renta
e~lesiástira, part\ exonerar al trono de las pensiones que á falta de
eHas tiene que satisfacerles. A concurso, sin embargo, no ~e adnj·
tirán por ahora en c:ada obispado otros secularizados que los ql1E'
residen ó cobran en ~I su pension; porque así solo pueden Iroer los
ordinarios motivos ciertos de su procedencia, vicisitudes, capacidad
y conducta.


»Despues de los ordenados in saeri, tendrán lugar en la propues·
la, tanto para esta como para las sucesivas provisiones que se d~:-




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 809
wrilllllcO, los seglares a probados en concurso. Tiempo es ya de alea--
lar á los que se hallen empefiados en la carrera eclesiástica con la
esperanza de tener en ella su colocacion, ya que no puede im-
pedirse el extravío de muchos, cuya falta ha de ser Él. poco tiempo
notable.


»En :m consecuencia tienen la honra de ofrecer á la obsefvaclQ¿;
y resolucicn de! senado el siguiente proyecto de ley.


»ArtÍculo 1." Los muy RR. arzobispos, RR. obispos ó su !u.-
gartetli~ntcs procederán por ahora y sin perjuicio del arreglo pea--
¡ienL) del culto y clero, á abrir y celebrar concurso de opositores en
la forma ürdilHl.l'ia á las iglesias parroquiales vacantes en los pUe-
blo . .i de su diócesis de ciet; vecinos con inclmion de Ins anexus .
.t,l~" En 10ii que hubiera dos Ó mas parroquiales vacantes que


tengan los cien vecinos se pondrá desde luego en concursu la prin
i;ipal ó mU J cr; si lo estuviese, consultando al gobierno s:JLn~ b~
demás q~;e en ,n concepto y por circunstancias atendibles sea CJn
venienie píúvccr de propio pastor.


) 3,'- P'l.l& el servicio de estas iglesias preferirán á los opüsitüru
párrocos del mismo obispado, y entre elles á 10-, mas antigJo:; J
u.creditad(l,' [J:!r ;:)u ciencia, nJoralidad y demás düte..; ncces(¡,:;"s ... :
mejor desslllpeño de su difícil ministerio.


J,),i,G CUt~:',díj no hubiese ó no se presentase al C{¡lJwrso el númé--
ro de párvco5 hastantes para llenar el de las vacan les, serán pro-
tlue:..:tos V:ra cila", los simples sacerdotes y ordenados in sacris, en
que están compn~ndidos los secularizados ó exclaustrados; peru estos
han de te,¡ff' su residencia ó cobrar la pension en el mismo vtispa·~
do en qil:: ;il!S opositores.


»5. A falta de los anteriores tendrán lugar los seglares aproba-"
dos en C(,ilC1.aSO, si(luda extensivo su derecho á las plazas que du-
rante aqu2' :wLi0ren de proveerse en virtud de nuevas resoluci;:nes.


DEI se¡Bdo si:l embargo resolverá con el acierto que acostumbra
Palacio dd senado :H de mayo de 184.1.-Francisco Sanchez Fer~
ilandez,-~LlHic¡o Carlos de Onis.


»3. o Al senado.-En la última legislatura reprodujo la proposi-
don que en la anteriJr habia presentado sobre la creacion de un
monumento 00 los campus de Vergara; y leido el dictámen de laco-
mision en la sesion del a de julio de 1840, se aplazó su discusioll
para la del ~7 del propio mes, que no llegó á tenerse, ni otra al-
guna despues.




810 I:llSTORIA J)EL alUl'UOO
»)En este supuesto, y creyendo cada dia mas conveniente la adop-


don de este pensamiento, reproduzco mi proposicion en la prepia
forma qtle la f-fesentó dicha comision, comprendida en el siguieni l ;


»)ArtlCuio único. Para perpetuar la memoria del convenio cele-
brado éll íos eam pos de Vergara el 31 de agosto d~ 1 S;; fI, Y que e:sto
Sf) venJique de una manera digna de la iJaClOn y prflpia del aeto
sülEmne y trascendental que ha producido la terrninacion tk la guerra
civil, se eonstruira en aquellos cam¡'()s una obra, o Sl~ formará UD
establecimien!G de notoria ul1lidad púbiica que sirva de fliunUllientf)
de las gllJnas de tan señalado día, colocando en lugar adecu,do cOnJ(;
¡uscrlpcÍon que trasmite á la posteridad sus circunstanclil;~ mas no-
tabj¡.;s.


» y ruego al senado tenga á bien disponer se le dé el curso cor-
~\'spGIJdie!)te. Palacio del mismo 1.0 de junío de 1MJ .-Palafox.
,juque de Zara.goza. n


11.


El partido progl'f:slsta histórico, la plana maylJf, es& p',rcjo[] de ín-
:,hv,d~Ja!idades qu~ proclaman en la oposícion con I.:'ntrailahle cariño
Poi principio de la soberanía del pueblo, y que en el poder)' en lo.
práctica una vez autorizados con el carácter de representantes y
ocupando las posiciones oficiales reducen la pretenc!ida soberanía de
io. nacíau ii unos cuantos millares de contribuyentes, y reparten pri·
vílegws y destinos para hacerse potentes, ya que en los principios
qíJe priiclaman no pueden hallar la fuerza porque gübiermll1 como
lOS )llOdi~rados sil! atender á los intereses generales ní á las queja~
00 la 0p¡nion; el p:utiuo progresista histórico quedaba triunfante con
t;¡ nombramiento de Espartero como regente único.


Los disideútes, la fraccion corta en número, pero vigorosa porque
representaba la úpinion predominante en la mayoría del partido pro-
greSISta. en la oposielOo, habia pretendido oponer á. don Agustin Ar-
~üelles como representante de las cortes gaditanas, del elemento de-
fliilcratico, y como hemos visto habia dado 103 votos en son de pro-
tt,sta ai que era ya verdaderamente una figura venerable pero sin
¡:;j carácter ni la energía que en otras ocasiones habia manifestado


SU5cítóse entonces la cuestion de tutoría que ya hemos visto pro·
\(düda por los que se deciau testamentarios del rey perjuro, y des-




lJEL ULTHfO BORllO~ DE ESf'A~ í, 811


pi1t~f', (Je discusiones que no queremos detallar porque basta á nues-
tro propósito Jo que ya hemos dicho y trasladado respecto á la cues-
¡ion de Regfnc;ia, S~ reunieron ambos cuerpos colegii::ladores el clia
1 O d!-~ jnl;o para nombrar tutor declarándosG vacante la tutela por
:203 voto'> (;ontra 36, Y resultando electo por 180 volos don A~us­
Ilf! Argiíp:Jes) mientras qUD aparecian en blan co H papeletas, y ob-
t .. nian voto llon Manuel José Qnintana 1'1, el conde de Almodnvar
H, don Pt'dro (~hacon 2 y 1 doña María Cristina, don Dionisia Ca-
p;:¡,z, Solanot, el brigadier don Tomás Garcia Vicente y el arzobispo
d'l Tol!:¡Jo,


lIt


Vüpdaba Pll(~S completado todo el edificio guhernamenfal,
La OpinHHJ rppublirana que auxiliaba fllos que buscahan la d¡:.s-


eentralizaciü'l, la indf'pendencia de la provincía, la erol)omía, la
r .. ouccioo rIel ejército, ei desestanco, no babia sido pscuf'harla; pAro
},:. n'inn. niF;(! Si· hallaba, representada por U!, general v sujota a ¡a
t:!wla di> un Hntiguu pre~ideDte demagogL , que en prínr.ipio ~ra ia
:;u bord ¡ í¡¡lcifln del trono á la soberanía del pueblo.


Se hahia consagrado pues que la revolucion era superior a todo
poder.


En apoyiJ dl"j sus opiniones los ministros de la Regencia rro\'isio·
n,l¡ lwbian hecho consla.r que el pueblo arJlla~(), que la,;.; juntas teda.:
l19.biao :J(ldirlo cambios notables en la Regencia.


No I~ra, pues, por la abdicacion de Cristina por !o qu P Sr' hniJa-
La vacante la Regencia, era porque el pueblo habia r;;('!armu\¡' su
d"rprllO f; iml~er\ir que f:J[) falsease continuament;~ S!l v!\Junlfld y sus
íÍeseos.


PflrO In fine en principio se habia admitido y consign.i!do, erJ ¡~!
1;f>0l!n se hahía rlAscotlQcido dejando intacta aqnel!íl ConE'!l':¡eif)n h·
nesta hedn '>H¡ '";:'. principios del partido mnctrf'l~:l" po!' rr:\f;n'sis-
tas del carácter de Olózaga, que ha negad,! ('.')ns1ant Ü !1FYtp !(l ,~(l.
hrania racionaL


y Es'f"l. d,'sfina(l; ¡Jorsu posicion, por SU~ inslinl"f' \~;';f::(~rfJ.ti­
tOS} pílf la liive:gt'ncia de int~ieses que hay f'nf:e la". prn,;:ír:ria;;, {¡
eon"titl1ir un tipr) rl~ repúblicas federales, dek; f')~if!nar~p Ó a1imer.-
lfl.r y v'~r CJ"('C:"f la tierna phnta dc;dinao3. :;,í sr·lie, (i11; 1'1' \''''1. rie




lIlSTORIA DEL REI~ADO


30rnhm benéfica debía en DO lejanos tiempos esparcir miasmas d~'
]('téreos emponzoñando la atmósfera de la desgraciada Iberia.


IV.


Cuando España se habia visto libre, sin compromisos de ningun
género al abdicar Cristina, debieron Jos hombres de! partido libera!
tl3.tisfacer la opinion pública, dejar á un lado la insti!ucion monár-
quica, y entrar de lleno en la senda revolucbnaria evitando catás-
t~off:'f' sin cuento y el consiguiente disgusto á la misma que ocupaba
,,! solit) si en época mas adelantada, sus pasiones la arrastraban á
funestos delirios.
~reyeron acaso que contemporizando por una parte y apoderán>


dose de la cducacion de la niña depositarían en su alma las nocío-
Des:: teorías de la escuela liberal, paralizando los esfuerzos y teo-
Íflfiv3S de los reaccionarios.


Pero el error es casi inconcebible en aquellos q:.e !levaban largr:
rráct;'~a en la vida de los negocios públicoil.


Lo c;;,~rto, lo positivo es que esos falsús apóstoles del liheralisnw
lerneo mas á la libertau y á la revolucion que á los desafueros ~'
'iemasías de los privilegiados, que á los rigores de la monarquía que
no les molestan casi nunca.


EllDs habian visto mil veces levantarse encrespada la ola popu-
:<J.:, y sallen '>Iue el pueblo español jamás ha cometido desmanes, y
que aun cuaudo castigado duramente en determinadas ocasiones al
romper :'¡~S cadenas, haya hecho una víctima; mas debe acusarse á
h temeridad de los tiranos, que al enfurecimiento y alodio de los
p?fseg:;idos.




¡ :',li\;¡lll"- Jt·,)I·'·I~lll.;1 'I!·.,~--l 11(1 ¡lf~¡I"""¡'1 d!, ¡ : "'!I¡I;j,~·i·~""I·l'IqH:i\), dI' Itl'-. [flq;.:!I·",J .... [;L .... _~,
'\"'idlll,¡,'lflllh ,'11 L,. l'IIi\III,'!ac \ ·--II(ll'lilll1'llIu "dll-II dl'di'rll,ilí /'<lra


L


La rpaccion tenIa abierto el ramio!} para marchar desembarazada
\' \:,1 ¡!J:;i;'¡cnlos á Sil ol'¡f'to.


Lí'!.dJii'fC<) ha:':il ,r dÍj'~l!{¡ Oinu!aciolw,¡ prr-,vineial('s~ babia oe-
pue:,,¡o\y;_i:.';'i,i(~l,j;; ,I,.J'i<1 {l¡¡j(Jrtigti~¡J,; ti espíritu púhlico, había


, ' Ji.' • ~ 'n'! 1 , LOS "('n('rai~'" '1!F' ut\¡)[an seguH¡Ü a Ln"!.Hla, al¡pmOS que W .:!l-
¡ , " " . ' ¡ lIt bId' liJaD pn'Cí:O¡(J(¡, (¡¡¡es Tlt:':':-¡ahHi di la pl~D!nsu a \.'xp G a ,al! e !s·
',}'uq() dd f~jército, c0I11bin .. dn.'::' plunes y .se disponían á peflefrar en
,,1 ü:nitori¡J armaD,,!I) ¡~i!iLoscadas. pr0i¿¡m¡,do insurreceirD('S.


Hesti) aun de otras épocas la Guardia real, que como cuerpo prl'
vi!pgiado debia servir de instrumento á la l'eaCCiOD, era objeto por
partc' de Jos e!J~mjgos de la Hegcncia, de mil pronwstls que Jehian
por U 11 dar II n resultad·) POC') sal isfactorio,




\ á medida


Ht"gen tt~ que ata h¡~L¡(~
dp~' que ~ln torfl{} ;~l(i


p~ar;ta~.
Cristina eN


v ni ulli


,,'"1 : ~ ~"
'- '.'~"


, ,;1 ~ f


" .' .~ , . ¡


7i ~:<t';' I':'!;';":


,l~ ;: J t::· ',. o.' \ :, . ~ ~ ,


r¡¡ietlto de un partido de las regiones ürieialcs, íos progre8ist;l',
rj~lniJu Ó sio 1JUffr[ lo La,hian vnelto ¿ pC:I?blecef sustitu vendo á!','


~ j rHi 7 ~~ r~l ! /:,
:'~,~sO :\ r-l": r·-:"


.


; '~.


<,'n ti ~'1C~11 '.12 !~l~~ ~-:;\~::fr',: (lJ,,~', ~~ (",~~ ;:',-l ..
-


.~t!: f:n hiS eOr!f~
fté aqui eo!no los Far1!-¡()~ {f~j;j ~10 ~¡c~~en ;'!r(l~~'!G~ H


reren de un JOgOl1 concrrtn
j;rn(l par ... f'¡ ,ynbIIW!"<f\, inírn,l'l"'i'" ';¡'f,p,,"¡ni" ,. h f'{'f ln )" ;,:¡ \!- .'. ~ .1tt.~ l""'t~ ~"- ~ ij'/t ~,.,tt ',' Ji.. L ~~ ;~i- U-, '~t!..l1t-i.iL&~. f ,-. ~I/,
n;~: fih:rtf\ (JU{~ re,~,i;?a" V lu,.hal"' h¡-~-;: {~ una ba!i'I(:ra ¡di1:ln;);d "-"~.... "' ~-' 1'/ ,,} 1 '" ~ - 4'>; , • t J 1 .,¡ .. ... l.J t. ~ ( u v : 'l ,..
hmnaro M una per!'onalidad y :;¡('mlm~ en COillT:ll/i'{'IOfl vi"ih l"
;;li:'mpre en continua agitarían para Jki.~ar a! ¡mr¡)i)sito qur. es dí):,;
~izH A toda costa y gozar de las dulzuras dd pn'!HlplIeS(',




DEL ULTnW nOIUlQ¡'': m: 1SPAÑA,


h ¡Oi-, sencillos Il,OIl o'
"I'['nr'¡";" ~'''')' u~" l'-t,(.~


!lelO:,: \4}. t·.~~lt:'H ft;:,


;AL S¡}\A¡!i\.x~ L! ¡'D!i~rf¡:;o (k in,.; d¡¡mlad(¡.~ liahieudo !ümanü
'r~ t.onsideracíou d IH oyeeto de ley prest'lltaJo por el g~lh\enw im-
'!i L ¡lIodil]cacioQ de les fueros de l'íavarm, ha aprobúdu lo ¡.;i¡.;:ui(\¡¡I("


\,o'~n dt!nú pr()\itl¡~.iii:; l;; illOnarquia, á cargo de una ¡WÜ¡"
!l'!ad t'unerior nomhrada por el f!ohieuw v con las mismas atdhn-


J ~ L ~


·wUt':; !.le lo~ ('omandautes generalc§ de las dnnás provincias, Slll
,Y,"1I:!,(::' nw'dn tomar pi t.Itulo 'ie virey ni las atribuciUl1eB que


. . ~


., - :. ~ r (' ~ .:~ : ..
.. 1' "I! . ( > ; >','¡ ¡- ;r';


:';Li';':L"~ qii~l ~j'!1 la
;!.;"" n:.,,::'¡, la:, ,!iVel:ill:'


~erá en todo


't\,"'~c;¡\ne~ qUe el gobierno
~:"l\·.:;;".' n I p ce debt'íá comervan'(l


,i)'..:\icia tendrá sobre les tn ..
"lHHk'~ ,í" \;\\ ;trra,. v "i' ¡:U(: en estos se ventilerL las


> '


lPi-;flHIS alribuc\one c: ~'iuf¡~diecin'J qUf i~ji;rcc sohre íos demás dp;
l'(~i!H!. St'gUfi la~leyes vi¡.:cntt:s o que en adelante se establezcan,


·'f\r!." tos Ayuntamientos se elegirán y organizarán por ¡a~




Le\:- o tribucJíiQ('S de


!'starán sujeto" ~. 1;" li"i Y1~'(:l


A l¡¡¡damH'[1!OS r(auv,);;. al,:
~. li'':; L!;~;j;,s, ¡j(,fI'chns : propif'-


l1A::t. .~_ fl',~hf\ r~n;1 ~>rn~;lt';~'T' ~:-!···'--;:'¡:!~~·i;)l n~~:~ ~',~. ef:r'fl ¡¡)


li, di' Pamplona} Eslella, qt(f' la ¡lerH": 'wnr: r : I!!!fl!:'fidli r~;
cn cst:J la variacion ronsiguientr si Sp aHf'rasen lu'i ¡,.¡,cH',', . Ji
jales dI' la rrovín!~¡il.


)·ArL 9.' L3. elecc!on d~ íioe(:i'~s dr la j)ipllhclOrl dehf'r~ VN¡,
fjl~&rs(~ por las reglas generales, conform:J á las leyPs Vigi'[¡!"i; 1: ·:i.
se adopten para las rll~má~ provincias9 sin frlribucio':l DI af.~gnafjOI:
alguna por el ejercicio de ~us cargos


»ArL 1 O. La nipn!aeíon pn'vivc¡a! en ('uanto f\ la adm¡(lI.;trH~
don ~;r(,d\lct()" df' k" nrflnj(',~ ,'r'r}!')'<; f'kc!,)s y!'cir:a!rf, arl,ít¡;(>


1 : ~.


y propi,~dad'?s f1? JO~l .pt~t-" "J ~'!r~ lJ;?\~(a t¡lf]i: ;,~. ;.~} n¡!_~L :~,'
facultades que ejercian el Consejo di~ l\"lvarra y la Hiputacion dI;
reino, y además las que siendo compatibles con estas tengan ó tu-
vieren las otras Diputaciones provl!JcilJlcs de la !Il0tlllffluía.


ilt\rt. 11. La Diputacion Diovincial de ~avarra seril Pfrsidllh , .
por la autoridad superior plítirfl Dnmhrr.df', por ei gobi;;rno.


nArt. lt La ylee -[Jff':sidf'Dcia, ('orr¡:¡~pnri(h';' :¡J V(wL! d,'('(lnn
'iArt. 13. Hahrá rn Navgrrn !1T1{\ alltorídf.\il slJ(l"rinr politlC!


nombrada por el nobierno. CllVPS p¡ribw;i0nr", '·,erán la'illlhnl[l.;; qL
<, •


las de los jefes políticos de las demÍts ¡iroriccias, salvas las m".'
{le8ciones exorel;fll¡a~ en ios (l.rtíclllo:~ ollteri(lr('1', y sin fiue fiUrlL


- 6 ....;-


TPullr mando alguno miWa!',
"1\ rl. 14 No q~ hará flovedar\ íllf'pna ~p :j gocc " ,l'sfrutr ¡ji'
1(J~ montes y pastos de Audía Lrhasa. Bál'denas ni otrOt; cornunn
con arreglo á lo estableeido en las l(',es ce 'avarra y prí\'iit',::jO(; ¡<.


Ilj _" ~ ~ ,


los pueblos,
')(\ rl 1;; "irndJ ob1igaelOP dr t0liüs lo;;; e~p1ü0h',; rjrfrnrtr.r L
;~atri3, C\:t1 ¡¡},s aimas en la mano cUl},ndo fu,:,ran !lama0(15 por la li'\
: ~ .


"Hlvarrv.. como todas la~ provincias fiel reino f'¡;ta ohl¡gada.'~;
::.';\¡.::. de c.¡111nl1.\s Ó reemplazos ordinarios ó r."Jn,c,rd¡:¡;\rio- (L, ,,,!,r.




811
CI;O ~ presrntnf el cupo de homhres que le corresplJnda, quedando
al arb!irio de su j)¡putacicú lo;;: medios de llenar este servicio.


rlíl"('S, F,ujcláiJdOSt, á /t):., arn¡¡ceie.s W~l1er,Ili'S que ~·i.i¡lli en las JelI.ús
B.dnanas de l., ¡¡:()f;arqwit, l'ajG las condiei(ifH:S siguiente,;.


}j l.' :el cUf;(ríLu:j"lI di:t'.;tn ~c separe d rbpo:;ici( D de la


,( sus trrbh", y ur:
! l' ; ~ f,l,r ~:ie¡d-~ aní12.i pJra ia aGjGrtizacton d:~ eaijit(J,¡c.~ d{~ dicha
~;l, en)"!. t;¡c¡ii..!DíÍ s'r;~ h q Uf !,~·ü:h¡ji.::r()n dlcbas tablas en el añil


'.omun di'! ¡le 1Si.:! b\ l:;ai}. amL(I§ inelusive.
l)1 Sin n~riu¡c;\l d, ¡,) fJUe se reiiuel'¡a acerea de la traslucio::
~- .. 1::


,,' lal> ::\:lUí1ras ;~ la:; Ci):,ta~ y ffnnh'r(¡s ',''1 las provincias Vascongi.l -.
i - J., ,; [ -. ,!: . ..., . l'~·, "' .' " " .. ~,~-. ! : n ¡. r. r ~,.. 1--.)},: , '1 } '1; Ud>. ~::> PU~\¡';'ú> {!.: n Jil.-~::a!l ~~! ... G,~u1:;>-:~: (¡UllU~~J.a, Ud d ... lúd ¡.(l.
das, COn1() Y"; f t.:~U¡,L, prfiViSlc;na!mente, parit la export%iOIl de ](1;"
¡'iOJuetos r:i,ci,jLjalf';;; ,: imv,rtaciol1 de Jos extrünjeros, eon sujecion
11 100 arancr:c~ que rijan.


l' ,. C{)~Gcar u cllatm c (~J!JCu


1Cflnr" Sir1 nec(.~jidad de gUiH~, fU de praGtle(1r ninh"un registre en
utr:: !';trk dcspGCS de r;'¡Stulu;::, ¡Hpellos, ,~¡ esto fU'2se conforme con
i'¡ sistema gCfH'fi\l de a~luanas .


.. \.~ j:. 1." reDí;: dc~ 1;¡bEtco ::n ~~ava.lm se administrará púr
nwnta lid Fobkrnn, 120m" '¡~j d¡;l;lf'2j prcyiucias del reino, aho·-
~1n.!líJn f~, ¿'q P:¡'l:' ~~t,"-():;, :"; ;<';', f1; ;ft: !;~; ;·{.;fi-:¡{ii{'udn !'s~a de In, con-


:l .~:[d ;,:' '\),;':~;l:"c:' tn di:.,;!L"; prd\'i.r: el ertarco de este género
rrr r1~f\r~ta t'!:.'! ::¡ )bi('i'~¡C, ~.,: CUJl ,'~C, ~~~i (',argo dt~ las salinns d~~
:C;gVf\:Tl, !Ir" 1;¡ '·i;") ,w; ';' '. ",' (}. (; Jo~ fj!'1.'i'i0S parl.ieu~


ft nnienc~) ~~8,¡n~'¿;~:dc ~q;i tXi1 D? ccn Jos cuaJes tratará~
1


lí)~; tCDSUlUOS de cada
pueblo. la Hacienda publica §um¡nj~·trará á sus Ayuntamientos la
sal que anualmente necesitaren al precio de coste y costas, que pa-
garán aquellas corporaciones en Ls plazos y forma que dr,termiu{1
'3! gobierno




l):'uL 20 Si los f~o!Jsum¡don)" necesitaran mas rantídad que b
arriba asignada, la recibirán al precio de estrruc0 dí' lD~ toldo:- (Flf'


r' , 1 . . ¡ d" . ¡;C e;;;!¡1.)i['cemn enO:-i prol}!o" puet;¡os P:;f(¡ :;u 11)3yo1' 1~;I¡IiOf 1í1ad
'!,¡.4. rt. i i Fn /'in,f1r;!n ¡'so 1,-'- ~~';'~',(~r~ ~('~!¡'I' .fp ':;,"! ,"11 f~\ I~'>~'tjq;¡ro ~!l_ ~,\,. ~ 1 .• ~;'l·,', l~ l. ~ ., " ~ \. ~ ~.'" I.I·~·-l\'~ !J.' .. _ J~1. • ,.!, 'Á.J. )', ·l"


[n;Xj,jas.
"ArL 2~. Continuará CfHn,,: hFt·~ iHr'¡ lrí i"¡'¡:I.!% + li~(lr ¡J,


Il"pe! sell";!" di· (<¡lit"· \;·t\""-f? ,",¡t;' .. ;n "... ~ - .. ..1, _,' \';' . _,..)' • ~ _' ~. l.'., _ ,t: ,
'iArL :2.3 o I~l estan('~; dtJ, !a t._ {!r~~~ \'


Vi;,rra el] ![i UliSIlHl [,mua (pie iJClll,i'))}¡f¡(t'


establecerán en Navarra. mwutras DO 11{'¡';Ut' d caso (Í(~ p!an¡I';~r,,·
108 nuevos aranceles, y en ellos Et~ t'slablezca quP (.¡ di'I'"C[¡o :L
('onsumos "obre gi;nef(\S e:;.traIljeros ::e co};rc I;D las I¡(l!j;j'~


nAr!. i5, Navarra pagara además de los irnpw's!'J:: ;d~ í',·-
presados, por única coolrihucion dircd&, la eantidüd de l. "loO,'!,,,!
r,'a!"i anuales. Se abonarú á su DiDulaclon I)rnvitwí:\,; .;;,,,.,,,,,, (,'.,,


, .


[H)[ e:astos df' rcc,wdacion v fllllf'
, '


hras {fU:,' 1J1lcj~'n á ';;Ji c;~
, ¡


).)ArL ~6, La dotaclOn dei culto y clero en 1\av(~rfa sr arn'~i;\
rá á la ley general y á las instrucciones que el gobierno cxpid':'.
para su cJecuclOn.
~ y el congreso de diputados lo pasa al scnado, acempaiíandn (')
t'\p¡~dienlr. para los efectos pre...:eritos I'D j:( ¡·ML'ititncion. Palar!n I~"
eon¡rresot(' d(> julio de 18 i 1 ,--.\gustin ;\r¡':;ilt;!!i n"~:c:jdl)nli""
l::ilrU'flin Diez diputado Gecrc!.ario.,,-HipóliIO n!cro., ¡jipul!dn ,<"
(:relarw, )')


;:',1(\ documento se presentaba ante in;;; ~:Rf'{',onl.md0s como 1Jn :1:
:c,ult0 dirigido po;' los homb!'es de! partido ¡¡bera.l Ijlle ¡,~:.;pil'alpn
it cunell!car los fller!)::; eno ,'i pi'de' to de unificil.f las h';'es,


Así se iba hfJDando atnlósúml eontm aqup/J;l,itnacinn
I\si se preparaban pla.nf's de tmsfnnJq,'; '·rl.S' ';r¡:' Ir, St'¡:llrqJad de;


triunfo, ya 'lUí' por su parte el gohíCfI;,O ,'F' I'oajen;\ba l(\s '"inw'-
'las dc la revolucion.




1'("y,·,'I" d,' j"" ,'" t',·j,Ii'nl~,·-\i"¡J'"kll"l"'¡1 ,k )jn~, l:llld:!Id,' pr"I"II',I:I.-IIIi·,.>n-"'I¡'·¡,.
":,1- !,,¡í:'i¡ ,:" ., . \¡.!¡dt'''; ¡Ir. ll,'" ""1'!!dI1I!t'f''':' lliChl.,/'<tdd<---Dj""'\l··!I\fll'''' ¡Hrrn~':IJI'r:j~ F"-


',! ..


L


lH'nJOS dicho, los diputados presentaron muchos proyeetos
,~ :dormar abi)so~ \ ¡,dile;- hasta. cierto punto en consonancia


las üDeV3S ]ns!¡i:jC:üfil',; cc·n lo q1li" ('1 d!'f\~cho v h. justicia exigian.
,. . t· . e ,. . " • " 1 iJ" .t·;:;; :id¡j qUt~ en re: Cif()~ rue t1iSCUU110 i3.G el ~eoa(8~)~


. •• • 1 1 ,¡ t 1 . 1 . d.'DU de ji}" <lOSUfuO¿ m<l.s noW . .J!CS (,O l1ues ra .egls aClOiJ, y que
. l ' ¡ '. ~ ¡ • 1 d d '1 ;nas choca COD el ;h.'tuJ Shltma ,-,c güfJlCrDO, rs a nove a en CLa


iútrcducid" por la l."Y 8,' aiL ID, hbro 11 de la \úvism/a tf!!../iJJi-
h,tÍo]!, i'n 'Fté' ,.,~, prohibe :i los jueces rnoiival' sus sentencias, yaun
;>"'¡;(":l~ L,. ,1;"<d ~;I';I"'{\S l." ral"" ,; h,·.,n ,'¡('I-}l'.lo ;'.tener-:.í .. '.· r"r,'l d'.,'('-
.e-"-.' .·t.' " •. ~ "''''tIV,.kLd,-" JL¿:, c., H •• ~_' _I.,U ~ , pu v
tarjas,


;) ¡ Derf:ible parece que Si' f'retrI~dwse Uevar el prestígio de los jue-
ces ha~;til d punto de suponerles dotados de todos los conocímicn-
hlS del dereet:ü, de l0do d ací,'rto en su apHeacion, y da la virtud
bilslante el sobreponerse al ín IJ njo de las pasiones pafa que sus rro~
videncias fuesen recibidas y acatadas sin examen, como los dichos
d6 un oráculo incapaz de engailar ni ser engañado.




~ , ,


sas mUIS!klJS:tOJe1Í: dlH. di qnc .. t: ::i~¡dJ(,';!l '; ¡,('dI':: ,,1;1; ~u .:¡
(:llfl,stancia cuaip:"l ¡\'stdUH1 ,.¡ " ; :'i) ; :i'. ¡,r<; i'il,¡Ut ~': ((¡ni,


rffOI'rnarse. Si el juez qr,(' j(é \~'Cj:üd,;.:,;:,. 'll' :d .:'
costumbre II ra:~·c)Ü ',J',; ',í' :, .• '


,-,Seguw es que no lo senan cantas, ;,;\ Ú.
milida fundarla~: no porque meC¡s1rlH'QÍt;


. • I


para ello tendnan que micer ::ü ia It'FlsJaclüfl y (1t'rlJá~ ramíJ:'J iJ,í)-
xdiares~ les daria. á t;crHpÜ ~)r[icUea, =~n raudal


fjl'mn''I 11'1'1"( ilr!!''¡'''l ,ji"~ {,,' 'il,': ii.,· :, '.¡'u'r.' :)lit'¡'~ h'L
'" __ ,L r" \. ~ ~ ~ ..... ~' ,,A. ,_o •• Jt>\ ,<... • .. t .. _ ..,
H~.r~e) sin;) ppr(p!i~· f'n \i.'!'-;dn ¡ ¡C!Pt;~';;L;_'~- ~Ll:l~~fr)¡'¿i~:· ~''J,?ri


., .....


procede de la ignorancia, de mala re o de prevaJ'l¡~ato; y VCf\{UL e,
lin, que heciéndolo palpable por sus observaelOnes jurícllcas, tirar!


~,ln lo succ ::',¡ V~) ¡ y de cu yl:i ~::\ ¡ :~!;'~' !j("'~;~1 D¡} ~,
~~nr la t¡f_;t':'.l'l C;::tl::::Jij¡! ~l ~u ;\~;;.,;:?e;(Jn \',


parte el ~aprich1) j:_~ ¡,u n.¡LJ::i{.i;~¡j. ~o!i::r~'!s:; f)tif', ~} nt?r~;.lnJi~~
""paz dI" nrUS""'f' la ;i"~¡'I"'J:' : .d,··" .. , "'"'' " ~.'·.l'a· ·.,"I n ... ,.' :,·,' .• ,r.:,'ti r ;.· Lv.. _ j ·...,.l .. \..!u t !,-h~'ir L u, ,.'- ¡,.}, ,:!i\' :¡ _ _,
IFFl h~mcrano que maUiXa;¡l" ',,;:¡ [Hi, Pl nn f} t::Hl cnlil i;,~;: "
,ufrido que v íendo H1S ,h;rce !¡o:; 1 i if' . ~1O ('ilC01Yl lf,'rííÍi' :i ¡",
~u d,J('DSa ('lIando de 1013 hombres no pUEde cnnSt{Wlrla


}) Pasú, 81] fin, el ti8mpo en que se diCtó ia li~y S recopilada q;
qur~ c'e trata. y sí t~ntonces los magistrarlos, romo qur 11) "ran ,i:,. !)'
H.ohiflrno ab;:olllt" (·"tab¡"'" rlí'ljPf1,!<;·,ln:;; 11" "d'¡l" iil" l.~vp¡; ¡; ,n'· ''-" ;- _ ;:..r ~ \. _ .. _ '1.. "-' ....... 1} f ... ,~ ~ ;A u ~ f "-' <~ v. ,_ ",r".' _. '- \ ..... '-' '_ ~ 1 ~ l)' _ '. ~ " .




DEL ULTIMO !tORRON DE ESPAÑA. 8~1
glaban SUS dictámenes, hoy que todo debe hacerse con la ley y por la
le y, es insostenible, inconstitucioD al y hasta tiránico, tan irritan te
privilegio; ya quieren saber los hombres la razon por que son ab-
sueltos ó condenados, como lo supieron sus padres, y si los jueces les
administran justicia con la imparcialidad y acierto que tienen derecho
á exigir de ellos; así solamente creen que dan á la libertad, por que
tanto se afanan, su mas firme apoye.


»Proyecto de ley. Art. único. Queda derogada la ley 8.' lit. 16,
libro de la Recopilacion; y desde la publicacion de la presente, todos
los jueces de los tribunales del reino, sin excepcioD, motivarán. las
sentencias que dieren, en las causas civiles y criminales, citando la
ley ó leyes de que hagan uso, pero compendiosamente, y sin ctras
advertencias que las precisas para dar á conocer el fin y oportunidad
de su aplicacion: lo mismo harán cuando en defecto de aquellas se
valgan de la práctica, usos y demás razones supletorias á que da ca-
bida el derB1)ho de este caso. La sentencia sin este requisito es nula
y sin efecto.-El senado podrá servirse acordar lo que mejor estime.
Mauricio Carlos de Ouis.-Francisco Sancbez Fernandez.»


u.


Como medio (~e dar algun aliento á 103 qUí~ habian combatido por
ln libertad, á los que habian sacrificado sus vidas) sus fortunas en
ar;¡~ de ¡a. nueva idea, fué aprobada en el congreso la siguiente pro-
puesta:


((Artículo 1." Todos los españoles que duranttl los diez últimos
Hilos de jespútisrnü bayau tomado las armas para librar de la escla-
vitud á la nacion y defendido en tierra española el pendun de la li-
btrtau, cOil rh sgo J(; :su vida, quedan d,:;cJ¿liaG,'S por esta ley bene-
méritos de la putria en grado heroico y eminente, y dignos por lo
taJt·) j,. h:: prl~iüi;)s á que eH tal ciH1cepto deDr.n considerarse acree-
dores.


l>Art. ~.f T,Hut¡en soa b;neméritosde la patria en grado heroico
y :!Wltlénte los que por su adbesion á la libertad hayan perdído su
vi,la en un patíbulo durante la misma época.


»)Ar. 3.·' Los que hayan sido procesados, presos y acusados de
muerte por causas de cODspiracion directa ó sublevacion en favor
de la libertad, quedan asimismo declarados beneméritos de la pa-


TOMO l. 10~




822 HlSTORJA L;IL üEINAi)')
tria en grado igual al de los compreLd:dos en los arLculos ar,lt;-
riores.


))Art. ,t." Los que bayan sido iLfir.'ies á:a Clusa de la libertad,
no gt'zarán 103 dNechos de esta ley.


»A.rt. 1) (, Se consideran eomo actos de ididelidad á la causa de
la libertad, lodos los dirigidos á sostener el gohieIllo absoiutr; de!a
rrlenci'.inada época ó á favorecer la rcbellon Ql; doc Cario:),


))ArL 6 e Las Diputaciones pruvinda'es Jisp{,ndrán b neces&rio
á fin de que en las salas de sus sesiones: á se!:.! janza del salon dto··
de celebra las suyas el congreso, se fijen lápidas cln los nombres de
los Gat.urales de le. provincia que hayan l!lUerto por defender la ií-
bertad durante la época antes citada; lo mi.mlO harán 'os ,\ yunta-
mientas constitucionales con los nombres de los hijos (le les pueblos
euyos intereses municipales representan.


)ArL 7" El gobierne? hará que se ejecuk esta ley. cuidando de
no () p1iear!a sino á los casos que rígurosamPD 1e están c(¡m prendidos
en pila.


») y ei congreso df~ los diputados lo pasa al senado, acompafiaudo
el expediente P,U3 los efectIJs prtscritos tn la constitucion Pal,;cio
del congreso, tI) de juliu de lSil.-Ag:lstin Argü.elles, prrsidenle,
-José Sancnez de la Fuente, diputado secretario.-Juliao Huelbes,
diputado secretario.:o


111.


Si hubiéramos de formar el cuadro cOlllpleto de esta época, y hu-
biéramos de dedicarnos al estudio d!~ los húmbres que entonces figu-
raban, analizando sus actos que se hallaban en completa contra-
diccion coa ,;as tlntect'dnntes y 8 '.1 S promesas, necesitaríamos muchos
volúmenes y habríamos de dar larguísimas explicaciones por ne ha-
cer de esta obra una arma de guerra contra los progresDs, un me-
dio de difamacion contra las escuelas liberales.


Las apostasías en detalles, las defecciones en alta escala y la trai-
cion aparecieron en muchas ocasiones.


HombrES que habiail venido juntos luchando en e, mismo campo
contia las agrejofjeS dd moderantismo, que hao;i.in e ,¡¡denado ks
abusos del púder Cjil enérgica voz, que hab¡an 3ufridu mas Ó [1'.--
nOil ¡as persecucion'~s, \:ran entonc~s imHadores de 13 ~scüela di<.




DEL ULTIMO BORBIJN DE ESPAÑA. 823
trinaria, aparecian asustadizos cuando se invocaba la revolucion,
y ; ntregaban la cosa pú blica á merced de unDS cuantos ambicio-
sos que luchaban para conquistar nuevamente el poder, restauran-
do á la que llamaban excelsa princesa, magnánima é inmortal Cris-
tina,


IV.


Ya que en el congreso no podian luchar los moderados aun cuan·
do no faltaran divisiones entre los mismos sectarios del progreso,
bu . .;caban en el senado toda clase de ardides para impedir la vo-
taeion de las leyes, y para quitar la puerta y toda apariencia de le-
galidad á tod\!s los acuerdos de aquellas cortes.


Los prDgresistas. cuye primer cuidado era dar satisfaccio,l á todas
las formas, en vez de apoyarse en la idea revolucionaria, se veian
á rada pa ,0 en conflictos, y no sabian qué determinacion tomar para
salir airosos del compromis~}.


Hoy rrnun0iaba este sena\1or manifestando quP- DO quería bal'erse
cómplice de las ilegalidades que se cometian.


Otro aeu;lia, m1nifl~stando su opioion y fundándola antes que lle-
g,:¡se el mnm~nb de emitir su voto.


Otrfl se ausentaba sin pedir permiso, dejando á la corporacion
impo,'libílitaíia de votar leyes por faltar el número que la ley exigía.


y el senad:> hubo de tener que acudir á los medios coercitivos
para obligar á que se presentasen en determinados momentos los se-
nadores suficie:Jtes, y que no quedasen sin aprobacion leyes de re-
conocida urgencia.


V.


Con ocasion del nombramiento de tutor, los antiguos senadores
hicieron desesperada resistencia, pero con tal habilidad, que deja-
ban siempre á la opinion dominante hacer lo que pretendía, vinien-
do en su auxilio si llegaban á temer que pudiese ser derrotada en los
conil (ctos qU8 se producian.


La rnismo estrategia que habían tenido para dar escasa mayoría
á la RBg('[jcia única cOHtra los intereses del partido progresista, que




8:24 HISTORIA DEL REL'I,\I)O
se hubiera reorganizado fácilmente si la Regencia hubiese sido tri-
na, esa misma estrategia siguieron ai hacerse nombramiento de la
tutoría.


Con habilidad suma protestaron despues como antes el nombra--
miento, en atencion á que aquel cargo correspondía de derecho á
doña María Cristina.


y en todos los lonos y por todos los medios se hicieron actos de
oposicion que honrarian á los mas acreditados revolucionarios, de
suerte que el gobierno hallaba un embarazo constante para todas
sus decisiones, en aquella que debió ser mayoría compacta y ani-
mada del espiritu rsvolucionario.


Las leyes que hemos citado, la de retiros militares, la de presu-
puestos, una ley sobre la Bolsa, alternaron ocupando largas sesiones
y dando ocasion á discursos interminables, sin que la salud del pue
blo ganase gran cosa en lodas aquellas manifestaciones.


El gobierno del Regente no dió tampoco grandes muestras de ha-
bilidad ni tuvo grande iniciativa.
~adie hubipra creido al observar aquella inaccion, ni al leer las


sesIOnes de aquellas cortes, que España acababa de hacer una re ..
volucioo lanzando de su puesto á la que ocupaba el ¡rODO.




CAPÍTULO CXL


SUMARIO.


tU" I'l'O¡;rt'''¡''l3'' consNvadore", y los moderados reyolneiollarjM,-Di~cu,jon de la Ipy
de presupue"los.


I.


Un escritor que ya por entonces era muy conocido y popular en
España, ha sentado que este era el pai~ de los vice-versas, y solo
asi podria sostenerse 10 que ocurria en Espafla á la subida del ge-
neral Espartero á ]a Regencia.


El partido progresista queria aparecer como partido de órden, y
el gobierno y la mayoría procuraban quitar sus actos á la letra de
la ley. sin considerar que faltaban muchas veces á su espíritu ó con~
tradecian por lo menos las apremiantes necesidades del pueblo. que
requeria medidas enérgicas por salvarse del mal que le agobiaba.


y los que se llamaban hombres de órden, los antiguos servidores
de Cristina, en la prensa y en el parlamento, y en sus reuniones y
in el extranjero corno en Madrid hacian gala de perturbadores y
conspiraban descaradamente para derrocar aquella situacion.


Habíanse cambiado los papeles, y aquellos que debian respetar
segun su teoría el principio de autoridad donde quiera que apare-
ciese, levantaban la bandera revolucionaria, predicaban la insurrec-




S~6 HISTORIA DEL REINAD.)
cian, desprestigiaban al poder consiguiendo concitar las paslüúes, y
dar, corr!o veremos, un espectáculo horrible lanzando en la desobe-
diencia á los batallones, y encendiendo con ciego frenesí la guerra,
SOlO por el capricho de satisfacer ambiciones bastardas, faltando á
toda ley y quebrantando la justicia y todo derecho.


11.


El senado discutió la ley de presupuestos 4ue decía así, segun
el dictámen de la comiSlOn leido el día 9 de agosto:


(( La comision de presupuestos ha examinado con el mayor dete-
nimiento el proyecto de ley que COD relacion á los del ano corriente
ha sido remitido por el congreso de los diputados; y compelida pür
las circunstancias, ha convenido en proponer al senaro su adopcirm
en los mi"rnl)s término, en que viene formula~o, por no ser ya po-
sihle otra cn,:a ('stando tan avanzada la legislatura.


»N¡ los trámites observados en asunto de tanto interés y trasceD-
d':wia Il'oan á juicio de la comision el grande objr.to de los presu-
puestüs, ni puede estar tampoco conforme con los principios que han
n~:;jdo por el código de los mismos en algunos de sus pormenores:
considerables rebajas aparecen hechas en ellos, dictadas manifiesta-
mente por el patriótico deseo de hacer menos sensihle á la nacion la
pesada carga que la abruma: pero al paso que este laudable celo ha
descendid'l en muchos puntDs á reformas que fuera lnas propio dejar
al gohierno dentro de una cantidad dada, y se ha llevado en otros á
alteraciones qu~ deben ser objeto de leyes especiales, todavía en-
tiende la comision que era preciso avanzar á mas en la disl1linucion
de los gastos públicos, porque á pesar de dichas bajas aun se nece-
sita, para cubrirlos todos, la enorme suma de mil millünes (sin io-
c1uir los iotereses por entero de )a deuda, importantes cerca de tres-
cientos), cuando los ingresos presupuestados solo ascienden á ocho-
cien tos) veinte y cinco, en mucha parte nominales, por los empeños
y obligaciones con que están mas ó menos gravadas casi todas la!'!
rentas del Estado.
»)~:) hay ya tiempo. Sin embargo, para entrar deta]ladamente en


cuestiones tan graves y complicadas, y siendo de esperar que en
los próximos presupuestos para 1SU se corregirlm oportunamente
los defectos que se notan en los actuales, proponiéndose además en




DR~ ULn~fO BORBO~ D.EESPA~A. 8 'i)""l
- I


aquellos con dec:ision y firmeza todas las illl·joras y economías in~
dispensables, tanto para nivelar el coste de las obligaciones públi-
cas con los ingresos del tesoro como para corregir y simplificar flues-
tro sistema tributario,. preciso es en sentir:le la comislon que sean
admitidos M, de luego los presupuestos presen tados, por las funestas
consecuercias que de otro modo pudrían seguilse si Ilegaríln á cerO"
ral'W p0r ciJalquiN incidente las sesiones de ias cortes sin quedar el
gobierno co!;q;eh'ntemí.'nte i.utorizado para. cobrar lds contribucioD':S
y ocnrrir ~n rLbida fOfUm CGn ellas á Ifts difHentrs f,tellcionui del
,('rvicio púb!ico.


))PtrO ~i hifn por estos motivos se ve forzada la comision á pro--
poner al sEnado se &irva dar su asentimiento al proyecto d6 ley de
qlle se trata, debe dC'jar consignado al propio tiempo que DO se han
tenido pres('ute, como correspondia, en las reformas accr~adas res-
pecto ai de algunos tribunales lo que ordeua sobre el particular el
8rt. 6i de la (>nstitucíOll, así como tampüco que ::standc pendiente
en el senado la ley rdativa á la cesantía de los ministros, no dehia
hab('rse toc?d~¡ á cote asunto en la de presupuestos conforme al íF~­
flor cX['fe.'o del Uft. 7.() de la ley de Hl de julio d(~ 18;)7.


dHras Pé\f ¡¡das biy cuya l'educc¡ün ha ilamaJü asimismo la ale;.) -
Cion de la co¡~, isinn pür su falla do da! idad, m¡1S lo que OP puede
pasar sin hacer desde luego sobre d:a una explícita rectificacion en
ia del art. 1. 0 , en el cual se ha padecido un error materia! por ha-
herse supuesto que el gobierno habia hecho con posterioridad una
aclaración que disminuía la cantidad ~otal presupuesta en ULOS 50
millones. Nace esla ('quivocacion de no haberse examinarlo bien el
dr}Gumento que parece le sirvió d;:; apoyo; y conviene pUl' tanto que
(JU('d¡~ de tO{ÍO ~¡unto desvaDlc¡da, porque de lo contrarío pondrian
en cO!1fu~ion y perplejidad al gobierno y sus dependeíicias las pa-
labras y con la reforma heclta por el mismo (el gobiernr) en la nota
que comunic6 en 30 de junio á la comision de presupuestos, que se
h::clJ al CIoa! .. ;el mencionado arto l. o


:OA. pr,;pucsta de dicha comision se pidió al gobierno una not~ de
los pagos hl'chos pur el tesoro en todo el afio 1840 y !os cuatro pri-
meros meses del 18 i 1, Y formada esta por la Contaduría gene:al
de distr:b\1cil;o se vió en el estado remitido que se estampaban
330.656,,06 por haberes de los diferentes ministerios y la Casa
Real en el último período; y tomándose esta partida como el tercio
del importante total dd presupufsto, se dedujo que el gobierno mi-




8~8 HISTORIA DEL REINADO
mo reconocia que no era exacto el que habia presentado, pidiend)
mayor cantidad, sin tenerse presente: primero, que la nota en cues··
tion se refiere, como no podia menos, á pagos hechos, no por cuenla
de unos presupuestos que aun no estaban aprobados, sino de 108
que todavía se hallan vigentes, Ó sea los de 1838, cuya totalidad
excede de 1, ~ 10 millones fuera de la deuda; y segundo que la Con-
taduría de distribucion solo hacia mérito de la parte de dichos pre-
supuestos consignada sebre las cajas llamadas hasta abora de líqui·-
dos, siendo harto conocido que los gastos de recaudacion y adminis-
tracior. se satisfacen ó satisfacian por las de totales bajo la interven-
cion directa de la Contaduría genera] de valores,'y que por otra parte
el ministerio de la Gobernacion no figura en la cuenta del tesor')
sino por la diferencia que resulta entre el importe de los productos
de las rentas que administra y la suma total de su presupuesto. No
existe, pues, la reforma ó reduccion que se supone, y de consigujerd~l
debe entenderse que el presupuesto de gastos para 1841 es por todo
el año de 1,090.9l70,591, á saber:


Capítulo 1. o Casa Real..
)'


1)


l)


»


,)


2 " C l' l! I Senado .. . uerpos co egl~ u( ores I e
.. oIl6reso .


3. e Caja de amortizacion ..
4. o Ministerio de Eslado ..
5.° Graeia y Justicia ..
6.' Hacienda ..
'7. Gobernacion. .
8." Guerra.
~J. o Marina (con el ¡:rédito adicional


de 18 millones)


4.3.500,000
332,í";'O
581,110


21'1.·1 'i8,~,i 1
11.H9,710
lS.617,851


3 O O. 1 :13 , 4. 6 :2
!Hl.:sni,7H8


513.012,881


Ileoo las rebajas acordadas respecto al último semestre, segun e!
tenor del art. ~. o y que la comision gradúa, importarán de 60 á 60
millo:];::: El de los ingresos asciende á 8~5.186,!H5.


»Despues de estas breves observaciones, y repitiendo la comision
que solo por la premura de las circunstancias pudiera opinar por lo.
adopcion lisa y llana del proyecto de ley remitido por el otro cuer-
po colegislador, concluye teniendo la bonra de proponer al senado
se sirva adoptarlo en efecto tal como sigue, sin que por ello se en-
tienda que vota ni aprueba otra cosa que las sumas ó cantidades en
el mismo designadas.




DEi. (LT:~lO BOIWÜ~ M ESPAf;/¡.


".üL 1." Se apruebli..i jJruuput>:ó\,¡t¡ (k gus!.!íl' él\ todos lúE
illHlÍsterios correspondientes & la epora de~de 1,C de eGero de este
.-¡¡\r, hasta d di~l f.~e le; ¡,,¡til' d!~ (';~L, :Cj' clHlfonn'3 10:-1 ha pre-
-;entado el gohierno, y con la reforma ¡iCGUa por f'Í mismn en la nota.


" "1 '., .,:¡ ~!Uf, eOrntHl¡;~~ .. ; ~~,~1 .-) ,r~ c~;; JuniO a in CC<:~,LSlon f~e pr-esupupst05
o.\rL ~. .lp c,'- ¡11'C) ¡ju la "p!'i;''''''j'c.r l'i" nda 'JDV h<,,,t,, '1! 1,. ,,~,~ e 1~ .'. kJd.1_EI. .. 'U,v \/ .. 1 ,~' ~ .. k~t '-'..; U.'(l\.l. tt ".1


,. I " . - " f' j' . ~ d
H':¡','¡!h/t,.· (H'; í Tí\'iCI'Y au!), se n<iJaran ti. proHl\a las Cu.r:tll¡ad;s qu~
p;wp!\n~j·.ir.¡l;¡r;r;í.c (C'\<;(f! :hE:, tO"¡:í por ha~e las rebajas que


C.\PI'! I,LO PRDlERO,


les. Se Laja: por la dotRcion de S. M. la ,Tina goberüadora que ha
;/,,,;:),(10 de s~rh) en t0do el año ia canticJ;Hl el:: 1 ~ milloues.


y ;~I~ le (\('rrdi1n ('o[ni> r;~iL(l viuda, fOrrGr;:'G( {¡, los contratos Ci¡¡t-


r,':'; rC811'.'ivao sobre el Bf~a! Paírimo!Jil) ..
Para la rlotacion del regente del reino se seña!;l la mmtidad am1iL
d·~ Jo;~ millones,


::"\¡;t1ttdt,: !iIIVi¡fü;a en iodo el añü su presupues((I aH2,471J reall\8;
y le l~;)¡'fw:!lJ()nJ\;u '¡(j(:)!~~;) en Jos seis últimos meses.


Congresfi tif' 10., diputados: se pije ~ara todo el año la cuntidaa
¡ 'l.' \.' ,'" f 1 '~ fi¡)' O ',1 vid' < , "" (; ti': ;h:H J F ti j\;Q.I.e.¡; y se e Cüúet;ll,)ú_ \i Z, ~ G para e~ m'~ !O ~üv,


CA PULLO m.


"'.V,l. '¡;: . . . -1< ,~"., ¡\'\."DC' n~c' OQ{¡, fe"1" ~ "," :-,.- .', ~--~ 1_ ,i,:U ",.>j.ii,(, :~~ üi.t> t)k.¡J .• -;~ Át.),iJfJU i1 t:~1 j' ~;~Ju j<"---
los .¡nf'.,,;~. '. ;,) ¡i,l':yado que' sea á ley el ueCftt(, lle la th-
~:!::,:.; .• j ." 1 ::< 2Éll; e",,'?'r¡ últirno, 299.90(\1:~~~ 5' ~t .(




830 HlSTOIU A DEI, RErllADO
acredita únicamente la cantidad de 28.4"18,811 que importan los
intereses capitalizados y que debe figurar líquido en el presupuesto:
sin embargo se reconoce la obligacian en que se hulla la nacion
respecto á este punto.


Baja en el material de la caja de Amori.izaciún: por medio año
oO,OOU reales.


Para !a supresion de los sueldos y gastos de los comisionados de
las provincias, en illem ~17,58~.


Por la reunion de las secciones Je liquidacion de créditos de guer-
ra á la Direccion de la deuda, cou el aumento de 200,000 reales)
en ídem 1~1,940.


Por igual reunion en la de Marina, aumentando iambieu 200, (¡aH
reales, en ídem 9,650 .


. Por la comision de reemplazos de Cádiz, en ídem 18, ~ ;jO


pide el gobierno para todo el año 11.,j69,71 O reales.
Se baja: al introductor de Embajadores, que debe ser un cesante


de categoría, en el medio afío 15,000 reales.
Al encatgado de ;'";('gocios del nrasil~ i:f; ídem 10,000.
A. su secretario, i3D. idem 'i, Ü i) O.
j\1 eneacg;:ub dü negocios d;;; los Paises Bajos, 2U ídem 10) 001'
A su seeretario, en iuem 1.,500.
\ 1 ~~C,"cf~:¡~~~· ~ '. 1/>, ,~,; ""'"i[" 1 ,'," ~'l;~¡'l". 'l~": 3..-... ...... \ :i" r~n{~ . 1 ~:: ,1,~~u.¡ l.) .0, '."!5'.". ," CL, .~" ,'-'>, ·_~,i ¡fJ!;'.Jj ~ j v·,.",
Al secretario de la legacirln j" ¡(lB Fstado.3-iTrú¡Jos" en. id. 5, {lO/!.
A.~ 3t!t': ~;~ ?¡~(n ~~r(;jj:.~c,. :~;! ;',";'31'n );Of)()
Al agregado de la ;ui.'\n;'t >3"¡wioú~u ¡'~8i..ü~., '?,;ln,
[~f~ ~G'.~ /:i.:' ~~. , • ::.. I>;~ '~.,:' 1 ~ ',: .!, 'tl¡ ~'_;~,,::-L, .:;~) Lien1


10,000.


{:n?djl~¡~,l~ ~. :)·~'.;¡,~~'-.HU.:~UO.
Por la ~upr0~;~on dc~ \~~ce-c(:¡¡,:;·,.~~ r :.'-~:~~~r2S" ;,)n idern ;G,ÚOO.
Por la s~Jpres¡Ü~} d:~ i,)s :;1('í~~ r :i.r0~ ~)S IC:Er~,- ... \~ \~lc t~u.:~opa que


.un ':1n han ;"ei;::l}icj1rj ~! ~r':)'l'!n ¡J() S, :\1. ¡ (T ;:!cm 920,000.
r)or ln ~~ .. ~.:! l~¿ pJ.l~~~: Lr";~ :~U'-~Y~-;-_~\5 :,~gaciJnes :' ;}JDSU--




DEL UL1TilO BORDO N DE ESPAÑA. 831
lados en los estados de América) y que se reducen á 500,000 rea-
les, en idem 410,000.


Al archivero general del extinguido Consejo Real de Espai'ia é In-
dias, cuyo destino puede d{~sempeñarlo un cesante con el sobre-,
sueldo de ~.jOOO, en id. 8,000.


<:APITI.LO \'.


Pide el gobierno para todo el afio 18.617,851 rs.
Se baja: en el personal de la Secretaría, reduciendo los sueldos a
¡t~ última plantilla, en los seis meses últimos 12, ~50.


En el personal de las A ud ieneias por lB su presion de sueldos de
n'!alrJfeS, ffcribanos de Cámara, tasadores y repartidores, en el con-
cepto de qUf presentandí; e! gobíerno la ley de aranceles (k dere"
chos, se le autoriza para ponerlos en ejecucion, en id. 361,683.


Por la. baja del ma.terial en las Audiencias de Barcelona, Grana-
da. Sevilla, Valencia, Valladolid y Zaragoza, en id, 30,000.


Por la supresion del Tribunal especial. dE' las Ordenes, i;D ¡dcm
.lB6,!OO.


En los imprevistos de ministerio 150,000.


CAP.llTLO VI.


Se l)l(je por el gobierno para todo el año 300.133,,i6~.
Distribucion: en el material de la Secretaría se baja fU los seis me"


ses últimos 43,000.
Por la supresion de la seccion de Presupuestos, en id. 3,LOOfí,
En el material de la Direccion general del Tesoro, Ccntaduría ge-


neral de Bistribucion, Archivo y Tesorería, en id. 3~,OOO.
En el giro de caudales, en id., 150,000.
En la junta de calificacion de empleados, por suprclSion, en iden:


5"1,000.
Recaudacion: se baja en las Direcciones generales y junta de


Aranceles, en los seis últimos meses:
En la de Aduanas 141,950.




msrnnu DEL fl.E1N\!JO


En la de Provinciales U 1), O O O,
El) la dr: Esfa.neadds 10 fj non.
En la ¡outa de Ar(l'1C"¡"s IH) ílOO
Porterías de las Direedflr¡p~ ll))~;;()
Por la cuarta '}arte riel material de toda:.: las 9'treLirías dI'. ¡a~


intendencias, en las de primf;ra clase, {lO id. UJ'OH.
En las de segunda, en ¡d. 16,f325,
En las de tercera, en id. '1:2 JHHL
En el material de este dnír.uÍo th~ la Administracion provinciaL en


ídem 1.S:l1,í5i;\.
t'-'n (,1 t.,~.J.li.i'do fprr""tl''-'- n ir! !~ i!tl 'i ¡,nf¡ .. , ... ,_ > r) ..... 'i.. lit, .. ' ..... ~ . ) ~ltJ .. <l. '-'. v ') '_ "
r¡ . ~ l' " ¡ ..1 /:,D ,(JS g¿,stüs reprotdG,l'iOS (le Hí:? rf:U,e,s - "i" -..


!SO,;1(i'L


!>I~i,!ll(' ~.ll' IQ .... ;~tll" '1~;t'~-~le,li·,~,~~;r- ,1_ .•• ¡; ... ¡- '1"]' I-~
'v (,,, .. " e,] ¡aH>!> ,!Jt ".11. ¡"';'¡''''', ,,,ti,,,"J i.U ,d. "j
f~n ~l Ü¡UlÓ\.~'i>~;) en id :ta,¡;;nü.


En ia íJÍr'Bccion g!~nerai \'f"¡-rtilfH'inr¡" {r,¡<i:í. .. ', ~ .... '. - ~~..', ',,,. • .1 '. ~ ., ','
gaudo ¡e f." Drimer ()íiCldi I ;ú!eü ;m~s cm; jos S::r;!(IOS d(; :1(\ ,;q;l ~ 4' fJ ~
:2'J; nfH\:, J~). i)nn _ S; ~'p'~f~ e ~~" fHd) rs. ~ y .~U~: ~[~,¡;'n,S {~P ~.~~::·'~~~,~Fr~ 1 '.


r b' ¡ - " , . ~,.,iOnta dH.iad~, por la snprr~SfÜU de un _,j ·,,~'¡)q¡·,:d{t 'I{~r~~<::~ .
escribientes; por el pase de Contaduría de enajenaeion de CODven·"
tos á la anl,erior, en id. 1'1,500


Por la ~~uvesirln di'l1S':S'., ,';¡ ;11. L nOI)
Por el material en id.~;Í- onu


Suprimida, v se íncotDora á la Direceiún d;: Amortizaclüli : .. 0];
. .


asignacion de ;'¡l),OOO,
Por la supresi'Jn ¡k Jos contadores que dehen pasar á las de pm··


vmcias, en id. 30LOOIL
Se autoriza al gobierno para que pueda C0nscrvar doce Contadu-


rías de Amortizacion con la dGtacion ffspeetiva donde a juiCIO ,lei
mismo gobierno conven¡:ta.


En los gastos reproducti~!uS se haja, t)n Id, ;-¡OO,Hon,




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 833
un oficial con ClO,OOO, dos id. 3~,OOO, dos id. 28,000, dos idern
:U,O(IO, dos id. ~O,OOO, cinco id. 40,000, seis id. 36,000. Escri-
bientes 45,000, dos porteros 8,000, dos 6,000, y se baja b.1 idem
14·1,500.


Eo el material, en id. ~50,OOO


Cruzalla


Se suprimen dos asesores 12,000; en el sueldo rle! contador
6,000, el fiscal 10,000, secretario 10,000, subalteroos y agente
fiscal Jrt,OOo, yen id. se baja en id. ~5,OOO .
. En la Contaduría se suprimen: un oficial primero 20,000, un


qninto 8,000, un escribiente 4,000, y se baja en id. 16,000
En la Secretaría: gastos de escritorios y estrados del Trihunal,


en id. 15,000.
Material, en id. 100,000,


En la cohraduria 65,680.


En id. 10,8GB.
Se suprimen las subdelegacion~s de las rentas de partido, Lfll.en·


diéndose con cada pucblr¡ los intendcntl'ls de provincia.


CAPlTIl LO Vil.


Miui,terio ¡le la ¡;olwrn:wioli.


Se pide para todo el afio 99.597,798 rs.
Se baja: en la contabilidad y material en los seis meses úHírr;t)c;


139,000
En la pagaduría, en id. 8,000
PDr la supresion de i 9 oficiales de contabilidad encargados en las


jefaturas políticas. en id. 184,000.
Por la de los oficiales auxiliares de contabilidad, en id. 104.500.
Por la de los salvaguardas, en id. 187,6'77.
Por la de los jefes de seccion del Ministerio, en id. 100,000




HISTORIA DEL REINADO


En ¡mpn~vistos se baja, en id. 31)0,000.
Por la supresion de los sueldos del juzgado áe Correos, en idcm


H,58{i,.
~o se suprime el Conservatorio de música y declamacion de esta


corte. antes bien el gobierno le protegerá y procurará quede orga-
nizado del mejor moda posible, atendiendo á la utilidad pública y
,-'! menor gravámen del Erario.


Se conceden al Gobierno para reparacioD, continuacioD y mejora
de los caminos i.OOO,QOO, entendiéndose rebajados los otros cuatro
que pedía para obras nuevas.


r:AP1TCLO VIII.


pide para todo el ario 513.0l~,881 rs.
Se bajan .. en la Secrttaríadel Despacho dos auxiliare8 á S.OÚO, en


ídem ~,OÜG.
Ln ofki11 agregado al Tribunal Supremo de Guerra y Marina SU~


P¡iWldo, y::,c baja en id. 5,1)10.
En los gastos de la Dirf'ccion de Estado Mayor en id. se baja j, 5úu.
En la inspeccion general de Milicias provinciales se suprimen un


mayor, cuatro capitanes, tres tenientes y dos subtenientes, y se baja
en ídem ~7, 354.


En los gastes del Estado mayor general se baja en id. 11 ,H3 L
Alabarderos: vacante la plaza de capítan: se baja su total S1 ,0(10.
En la plana mayor de la Guardia Heal exterior se rebaja la cuarta


parte de su toste, y el Gobierno la presentará reformada df,j mode
mas conveniente, y se baja en id. 4,LGn9.


Por la supresion de Jos sueldos y gastos de los juzgados priva-
tivos de la Guardia Real interior, y exterior de ingenieros y de ar-
tillería, en idem l'~ j t\(H) ,


En la remonta y montura se baja, en ídem lJ!50,{¡(HJ.
En los pluses y gratificaciones y demás, se baja en id. '2.8f¡;\,H7
En los Generalc3 empleados se baja la cuarta parte, y se baja eD


ídem ~ 19, '15 (},
En el personal del ejército se baja 18.801,515.
En las milicias provinciales fL 767 ,5t¡S.
En las subsistencias militares 1!. 582, H 12,




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA.
En el vestuario y equipo en idem 4.333,333,
En el utensilio en ídem 3.072,611.
En los hospitales en idem 2.640,613.
Prisioneros en ídem 313,5~9.


&35


En la Administracion militar y en el eventual de por mitad, en
ídem 1.736,00(1.


tos capitanes generaies solo gozarán del sueldo que les corres~­
panda segun reglamento en activo servicio como oficiales generaJeL\.


CAPITULO L\.


~I ¡nisterio de Marim:


Pide el gobierno para todo el alío B6.54:J,46~ rs.
Se baja: en el art. 1. ú del presupuesto, que corresponde á la Se


f:l'elaría, en los seis meses últimos 15,750.
En el art.:il. u que corresponde á la junta del Almirantazgo, en


idem 119,351.
En el arL 3." que corresponde á la intervencioD y pagaduria de


la corte, en ídem 18,G74.
En el art. 16, que corresponde á los haberes y gastos de ]08 ter-


ClOS navale~, se baja en idern 64,399.
En el art. 19, que corresponde á Jos sueldos y gastos de los em-


pleados del colegio de San Telmo, se baja, en idem ~) 4.00.
En r,! art. ~1, que corrrsplJllde á sueldos de e'.s¡1nkli, ¡du:
~o. MiO


En el art. 26, que corresponde á ma!eriab; pala vblas I.:;':i¡¡;~~­
hidráulicas, en idem 44'1,946.


En el arL ~ 9, que correspond(' á carenas y ¡'('e';
en idem 2.üoO,,¡OI),


.En el 3rt. ;ll, que corrtSpODoe á ar:üpi¡:3 de , :, '"
truccion, en idem 1. OOOJ)OO,


En el art. 33, que correspondo á imprevistos, 0n ,;l 1 ;:'. -r,
En el art. 34, que corresponde á sueldc[: y gn.5tG:; tiL:' ;f~;d


de Comercio de la Península, en idem 416,841.
En el art. 35, que corresponde al colegio militar, en id. 1 JI}, ¡)O(;
Se aumentan 18.000,000 de reales destinados á la eonst.r:jccj()[>


de buqnes en los tres astilleros nacionales, y reparaciOf: d:: .. '.l::, y-




Eí~TtRfA Df!L [tRINADO


tpJf'S, rl~:b¡('ndosp¡ invertir precisa y exclusivamccde en estos (¡Í!JHOS
daudü la preferencia a los materiales y artefactos nacion1)les.


AfL 3 ( Se suprime el ¡¡¡¡pode ue ~os sueldo:: qrw pefeibian :01::
;,~ -jl""¡linl"(,S do. !(I'ln" Jo" ""mo" r),,~ """"nt'''~ ~ i-l, ·~t'l;. '-> "~;. -'d":!. ~ 1~i!s 1t~~ t 'J~_ ~I ~t1. lu,-~


:\rí, 1.' Se aprueba el prE'[,upuesto de íDg~PSOS prcsenfadCi por
i ¡;" l,i(>nll't "S" ll(~ (Ur,'lllih Ijar:> r'(/'r'''aI' la", t"{\n,f,ri l ,"" ¡ne';; {>'Xht('¡:-,
, , ,,¡.. l'S.)"1 J ...... .J tU t\ v~ v, ~ .. ~. ; \ :l_. t .'" ,~ .. ,. --'


l,'" F! SI'n,lí!o, .-::in embargo, ncornará en ;;U Hl.bidurill lo que f':j-
t;rn(' mas cOf)veüipnte y ¡¡piduI10 Pal;:¡cÍ\l 11(,1 mis!ljü á !l (k agofto
¡j!: J Sil--loaquirJ Maria Fem'L ",-.. ,~,ndf!í5 f!ub¡aDo,--Il¡on¡~~ío Ca
¡1<ll,-Juao de Muguiru \' í;¡}.l2fl'Ul -A;:d~/s Marlin('z Orin<lga -
, 'v '1' r {" -' l' j' JOaqum lralJCISCO \,amp~!lHntL-\{a¡llNí ,,{(SIUh'dr,,--. :)~e ¡larrn)H
dt~ Camps.-Joaquin de Frias,-Hiprhto de Bo:c:~,." !h:;j~jj (~lnl""
oel Frontia,-Alvaro Gomez.--Ju,/ CecUio de la Hosa.--,PalJfnx
duqUe de Zaragoza.---~f3riano Torres y SolanQt,-TolPas Fr'rnnr,-
d·'z Yilllejo.--Pedr , Hlt[¡lifi'l. -' Han:ofl Maria Cal;}tnl'\'a.,~··l·u:: L' -
'~a¡iH,


1 1 "(! "f) ))L(i, s; na, ores qU/: ur:;;JíI ~HlllamüS, reCODOfcrnt:f( Hl ,licrtri ,;¡:'
¡¡¡zumoS que han .novido á in COi!1i:-í,\[i nnmhwda l:aril !'xan.n
" , ' • f ," "


fL,¡ :', jf~r Uf presupu('~tG, á p¡'f'prr]f'r la a( O¡:eIOr: 1¡S:l y ¡/:H];l


por esta vez a! Uffte!W ¡¡'.le el articulo ~l-; lÍf\ la eonsfltuciUli '."JI' '<
cctÍ-: ::r.pre::aúiede al senado, de hacer alteraciones aun en aquellas
leyes en que es decbivo el vot.e de otro cuerpo cO\t'gislador: y ru
prueba Je nuestro deseo 1Íf' qw: no ~': retarde la votacirIl de fste
pr(j~ecto, ~H'mos couvenido en que D\i ::.e corrijan algunos errOft'b
l1'; 51'¡,' ma{príales \' de In. redacci¡;n (lU¡:; ¡:~d¡ca la C(Jmi5HHI. 3¡t,¡O


" ' ',)rro~, V(¡rÍos QUf5 en n;H:stro üone:pto ¡!ueden suscdar dudas y\!f~_
enJ:adp;;; pWJ. el huno órdeü de cueota y razon, y que oc l:r'~l' q~'
n(len~ario especificar aquí, puesto que c;j se tdgne el Ilarecer d( ¡:,
cflun,;i'¡G. DO IHlp. dr:' producir altf:rD.cio~! alguiü, !~r; el tr'xto di'. !~,
lev.
).,~'r"'f\ PC)/' II"a, (1"'\ 1", ]'1'r,'''''';'' ,L, ],,,, !.ir'>flfl,·t!>Qci,'s /Joq (,bl"'ilf"
, '-' ~ ~.{ .... "-iU.~. ',!>; ,J' 6' l..· ... i)A 'J.~.' _ns .... ,1. ,-d.~ ..!~"'\UJ. 1, .. '" 0...., - .~ -.;


á C(¡Gvenir con la c0misicm, en pr f;pOJ1('!' 21 ",'}i'L!i) que en esl'l Lel-
:;\' " '" :t¡)díJ'\(J'~ nf' ""al' el" jr. f;"'l,I¡"l~ ,-"'¡r'. ¡" pnm",d{, de ro"""";'"
" i"· _ .• ~. ~ . .,,' O .. A L,~, l,...,j \l.-..' a.t.$>-- t'. o. < '-i'-' -" .......... t-- -~ .;~- ¡':'
:: eflf/Wr¡(}ar el proyecto de preSUpltC3~C', [lO crcc:nos que t''-'U' ,1: ha
(:onse!; '.i r que en una le y: en ya () bsefvancia está liIn itarÍi! h. !! L' ;:', \0
.~, ~ ( "pt0 ramo ¡ 11 r incidencia Id suprcsion dE '¡arios IribHnalt?,
('''''' ·L,hi>n <el! ""i;:I¡:H\~I'r~ /., la lel: ",' qu" ~".lr, 1" ¡ü.:¡ pnl)df1 uacPf .1,,-: ) f '.' .c. ,'~\ ...... 'f_~ ,~ .... L; ... ) ~tl' (:t.L 1 'J ~ ¿ t.,.. ~~ ,-,)- d .... \o'.. .... ...... _1 \,..~ •• l,.




;)~'osorros 110 entrdCü\j: "l i'\j:1iilliF :>¡ e~; '} no útd y eODveD¡enle
lit GOf!tiuuaCloU ,ir !().., ¡rd!Ur'iiit::-, qUt' ;>,t' suponen f;(j( ,'! pi'ü}écto;
,'"W nos llt'vdli,) ,¡Iil) W¡'i< y ,.,::,:lía inutd á l1¡w;tro ¡1!ufiU"ll0, que
t'~ ~~olo 'p·~r~~L:;.!;( ;j;ji"' !JU pUedti" ht1t-,~(~!. C!U'¡J~~_ f2fúfIÚas d(~ .Ia ~Ila""""
"era llliii¡"\:d:J ,j,k \Ji'.'Ut adoptado. Ei MtrcuíO {¡ i de la cupstdCICWfi
die!. \1 Las It') es ürtef¡llll1arán iüS trilJUlJaie~ !'luzgaJo~ que hiL de
!W.Íiu ,a üf¡LamlaCIOO dt~ cada uno, sus taeuHadí~s í~j !l)(ljdo
.jl'n\rus. } tíS c;¡iid:ide !íu~ fHl.r¡ idJ.er sus Índividuos, \'1


'Ld Ic'y tienf; GI'¡.:aDlzadüs ¡os mi¡UüilÍes de qUf jiP trilla, y 3010
,:'c'! íln'dio lit' otra ley deroaatoria solemne, discutida COd todas las
• '" L.; .'


,.itualiJaüt'.s rt:tlJ.wt;ntarias Y adoptada conforme al articulo 11 de
ia cOtlslitucioil, pueden ser supril1lídos, en cuyo caso esta medida.
!f\gislativa producíria desde lue go la haja corresponJíente de su do·
;'\;':lIn Esle t''( ,,1 orden1or;,irn '\ !);;tri{'i :lill(nj.o k;'a l , adHiir é1l <-' .. --' .L, _.~ ">- ¡. J.Ve ,-' .. .... 'v ~ ,.,.u. •. ·aA~ .... I..~lo -. -'-~ _
ÜPUCw) t~S itupi),:d!ditdl' el servicio pubi¡CiL causar ~r(ncs G!'"
\:,0" á los part!cuÍares, produ'.·ir íundaJi5imas dudas en la admínis·c '
traeion de justicia, y sobre todo raltar á disposiciones expresas de
1;( conslitucion del Estado.


pe tL'J;H1W5 indicado, y propoocruos d! senado Si: sirva desestÍ-·
:1;,&.r las partidas sigUientes del presupueste de gastos adoptado por
,'\ ~'·¡)I;Jr(,,)G P,1ril el presente afio.


j •• ,> ;,¡!:. ;Id ::iJ'UCtr!o 1. , que comprende el ministerio


,,1"'11 ¡'I' ,,,, 1'" 111'" lj:
-- <-~ '_ !J":'l"' I l"~ \J . ~ del mlcifllO drtlculo que comprende ei minis-


\t'í!O de ¡ í<iC¡t~ild,i,
¡;Cruzada ',f! ~iUpr¡men do:>; asesores, 12,000; ei ¡iscal, ~lO,nnn;


d S"Cf(:tuno, 1 0,000; subalterno:, y ~lgente bscal, 12,000; yen ídem
<;8 LajJ, l'D ídem ),;), líl)(¡.


,',E'.)'nl)li\'¡;;;, {,n J',; (·r;:e,·f¡¡r" ,':1" ." .... ¡¡ ~ • t> .... ,1 - ,,-'. '~LÍo u ... ,~,! l..' ~ '.. u~


. j 1\ '" '''''. ,! \ 1·. f'J t' '¡',!., 1,' ~ JI iI ,., .' ,;, n " •. ';; 1" ", .... r \; '¡ n e', " ,'.;~ ..... ,.' \ ..... ,~¡ól t Jti....·!t • . a,~. "."" .... ¿-!,l I 1~·i,J!_, _, 1 j..)T ,1..
»En el Clpilulo ¡ lkidlG arll.cuh 2: correspondiente a! rui-


n i::.tf:rio d'~ 1J.. (; o beruaClvfl:
~;' Por lit s~prt'sion de los 8ueldos del juzgado de correos en íiJi':r.l


H ,;)0"




~:{S mSTfll\í.\ DfL (tRINAN)
F' 'el "," , ',.¡


i) ~_,!¡ ~:l ef'"'t~~!U¡O ,~~


{¡uerra:


\'i'n~¡'/os de la Cild,";k~ "'''al ni
1', :,1, l2 :1;


¡ ;J~; j t;z~ad(!s pr,:>
'¡ ¡:~,,;;terifH'" d:: iJ)~;'!'~i;~;"o~: '1,,; ~trti-~


", :i¡ml~rn¡, ;1')( ;,al(~[!(\3 ana\0g<:'5 á 1;15 ,"<:'¡~j,~ kn:t!·¡ .,1
"1' \':: ma:::;lfestar, y prr la espt'r:ial de hali(1r:~~~ ri':!!!~'nti'dl ,l


nado UD pro"J'2do de !ilV Cip:,¡b:i'h -¡l:i;' d ,~'~¡ ,,':;'i. ¡daii'" ,'t Híl
~ I ,_"


1 no puede f;[jtrar á tratar de dicho :1f,untú ¡:"l'; ¡¡,','d-
pu!.'sto, y dfl consi¡!'1ie r¡te qUé tMr:f'nC~l d(~be a¡w'!nitse h di"pu¡~
ciun Que se ha :Dtroducido en el prove::tr; ,que DOS oeupa ~' die:: ~,Si


i '11 ..
l ", ,'< ' 1 ' t"¡ t"' • ~),'\rt. ;J,' ~e suprime <; lm¡.1Of\e t,e lOS ~U(;:\lOS :PJe fh'rcw'c: 1'>


"x-·¡¡jÍuist:'os por cesantías.
)) Tal es nuestro d¡c!ámen que S0metf'rn3S a la ar:übacion de] Si3-
nado.~ Palacio del mismo, 9 de agosto de , SiL ~1ar¡;lnc¡ \ alero '
;\ :1.,';1",,·)0,;:/; Pr¡~.o ,1 1, HivI'la El"'::i!'(¡Ui~S de Fa~':·f"~,-.-.ln'~"; 'fa


Hora. ~




SUMARiO


\I"\"rll'''' '111" 1111 Id/." \ ,j"i'I" II,Ii'" ,'II'.iI'III\" I'r",::J'I'''I''liL''-í.r¡,¡il!<I \ -11- ;'''''1'1,>-,
-.pj'r":(II':tj~'"" lllqHlI'Lll\li" '\(' l,)-.. IQrlillo ... IlHntvrado \ Jlr¡¡rT(,~i:,!a (nlW,,!f}'- ;¡ 1;,


:11) ... ;1 rl'\ II!llr'Ir}!!;ll'1:1


L


(nu;d, d r!idr' prr:¡abl,,1,l ~uawlo IH fraccion domÍrant;: llu~"
'ji':' ')i;'iC,¡d(ld)~('¡liU~"CI;ir ¡j, qur, aplicar, antes que
iV'rrl1ap(>~er ~ .) (.~; d.D;e,:~ qU( "~n~rrgarSf"' ~d ;'f't;f;~n rUd(i,I:: qu r: hus"
{,~~~~ n"~, \~I\ !~iOBe.\., ~~f! SL:.:~ nlas proyc:eando {'Ut;~tlnnes y diV{l~ ...
,:"~[i' :lD ~·tUL ':,.:Dtich~ncr~~t, 0~~ pequef}~J,s lnisc.rías que deL¡a
~':1('r J;l f)!;r!ti,rbih;j,'r¡ ,¡d)~,} iGir:¡¡¡i ~lHa ,scric ¡!fó reformas que pri-~


, ' 1'" j" '¡ 1 \.:tí,St~n a su~· ;1>nta~;-on!.:;~as (:~1 (~t_ pone.r (lC !OS mCL IO¿:. que le .la Han
so:)trnidf; (~i!nlr\1 i¡:. 0¡¡inioo generalmente pronunciada despnf';,:L


Las jf':'f'<: di'impnmta, ¡te Ayuntami~ntos y Diputacione3, en c(m·
fr,r¡'ljtll'¡l \""1," ,',] ¡l"p¡ri(!; ."'¡)1'\\;''\I'· ... l'l<;L'entruIIZadn¡ df'biall J.<:'brr ¡\,SI t,_.~ 1,.~ '~1~ _, "_~-' 1 .. '. _ ~.' '-~~';." 01 ..... 10.- • _ ._', ' • ..' ,-..') ~ h' ~l'_,
¡lP!ich á la reforma fachea] del ..;údlgu de 1~~3J, que aeyeroIl im~·


prudente y temeraria los santones y las ,'iejas del progresismo
e na !i'\' di' instruecion nú bUca que llevase 8 la ¡lOOlar:IOIl rural


• J.. 1


!(I luz nrcesaría para dísipar las tinieblas que la c1erigalla y los mo·
jígatócratas babian aumentado para dominar á su sabor sin moles-
tias ní contratiempos, una ley de instruccion era sin duda ese[lcial




840 !1llHORlA DEL Rl.::I.'1ADO
porque preparaba 1(. redeneÍoQ mOTal del puehlo, prepara!ldo tI
progreso matéfldl í]lH' ;jI"Lra S"t;ui7' ¡nLEedíatamcn;e,


11,


En la parte material UD presupucsto muy bajo, redu::irndo los
gastos innecesarios del ejército, que podía ser vent¡;jnsi\n)i'n:\' :2U:;·~


dados en ca~r} de ;urrra á ;),~, ¡o~ l'\:!_!, b~i·.:: d·'~ 1 ~\ ~\ ~ (1 ~~(:;-}:.:. \:
nJ~'~;!iz:lbl('s á los de las primeras i~(í;,d,<;; {j;); ,'JC;' ':;,:(". ,,; ,", '~;
cioo ninguna..
'f j" " I '. I ¡ La fe,orma rat!C3.1 (lel el,ero pmranéW al ¡;ní;I1W;G \,,;


podia dar ocasion á aborros,
La de5eenlra[izacioil\ la deS:1flJOi¡¡¡'F!CIOfL d U¡~;~i'I;lll[!:l


'.i del (ahflCi), podían 0üm¡)jnadanlcrllt~ hllll¡]ar pt'C\if;;¡;"
á aquellas que gozllban ,jp eiertos Fn\'itt~g¡ü:~ 1I ¡;(1nJbrr: ;],
fueros, y eran garantía m<1yor dí' n;¡'J, .


. \ "


hombres de aquella situaeiol1


lIJ.


Cri~!ina entre tanto y "lIt' (l,deptos habjan apn"I)I"kldo ln fue . .;"
t,')"'> de tllloría,;:},ra <;oli\'ianíar !Of: hui/l)os, I;01l10 yn b'¡)lP'~ d¡,h"
", .. ~ "". - . . ..


V los senadores I,)ffdcs'aban ¡¡no r n!rf) din "(Jntra 11\ violcnc¡¡; (j','
. . ,


rlPC1:J.l1 er¡n~,'ttr·~f' !i~l!and0 a ia~ C0T i\ f;~('El!a:l dr intrusarsC' i.
(kclamf '1ítcanl.e 8:FH'¡


y tenía,!} ¡azor.
Lo qw' ¡a,~ {'11f!!:",.i, :".
!'l"~ in;' "1'1" f]<;n'~>í":~ ,,' v.~~ ,(..-1 \j ,1 - '~""'¿"'J'(->'(}¡ .t
di' una familia.
'¡~,~,hi''''n !~01.1':l""·rj"\ rpll' nn~) ~~r.mhltl~) :",\l,~f"rr ..... ,~{i~, !~~'¡I ~_"", ;,! · __ ,,-v~:~' '.1--'-( \.t'. U i~or:t .I.U"'_·_~


sal y represfntando a~í ¡'}d"3 los intl'rc~es, gonerni1r ;,1 "n l'!,df:la!lt:'
f'B ft:presentacion del pUi;DJ. por medio de u,,; romí!" ó ministcri,
responsable,


ilr'í;¡¡w dech.rar que esa asamblea '~ra el producto di\ r;":.'iuntad




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 841
los ciudadanos, y que se reuniria irrevocablemente todos los


uflos en el m~s de octubre, susp'~Ddiendo sus tareas cuando hubie ..
li1 terminado el ,]t':'ít;¡;'h() de los negocios, pero dejandc) perma¡wnle
una comÍsínn di.; ).·einl e miemhros que, baju .su respon:;abliidad, ~12
declaraban C;J~t:)(;;'J3 d,; !a íotegridaa de las io:;titucioues.


1'(11" este canWl') lJubtera P1odido salvarse la lltit'rtad. huvendo
. .


Lsp;;.fj,l Jt~ Jos ¡n¡jnitos peligTos que han amenazaJo su n¡slt'm:iil,
v q;u UuJto ita!} perjudicado a ese gran número de hombres que
batJian consagrado su existencia á defender los derechos y las liber p
tades.


tí nombre del general que tenIa el tilulo de pacificadoL hubiera
figurado en Ire los Plas gloriosos del siglo XIX! sí bublera sabído
tomar la iniciativa de esta empresa.


Europa, la humanidad entera, habria consagrado su admiracion
y respeto á 10:'1 que hubiesen intervenido en esa tarea,
, .


Mus fos Lü?uriag;.ls, SanchD:; Infante,:, y LtlJaDes~ que debían re-
troceder a,;¡;ustados hasta el punto de lDscribir sus nombres al lado
de los Conchas, de los O' DonneH, de los Pachecos y níos Rosas, DO
~slaban seguramente destinados á salvar á Espafla en la crisis que
ó~omclJ?aha,


¡¡¡directamente debíM contribuir á que engrosaran sus filas re-
publicilnas en!] sus iul!oitos desaciertos. Pero plegilDdose á lo que
"" lJamaban conveniencias, y no era otra cosa que Yergonzosa tran-
saCCiOn con Luis Felipe y sus aliados, se preparaban para servir en
adelante á los planes de la jóven reina, aconsejada por su madre.


y la ex-gohernadora, que hahia protestadu contra lo que llama-
ba despojo de su derecho, cuando está. demostrado que habia per-
dido legalmente, por su matrimonio con Fernando Muiloz, la auto-
ridad de tutora de sus hijas, podia burlarse muy bien de aquellos
entes pusilánimes que no tenían valor bastante para cumplir el en-
cargo que de! pueblo habían recibido.




Sí! HISTORIA DEL HEI"UDI)
Así adelantahan en :'!u 0hra lo..: cnrlfooir¡¡dnres .


.


Así disp(lrilan los )Ilr:dlor('5, :Hon!t's d~ Oca .. LJ Ith:ha t¿,¡.í1¡. "


~ . ~


~~~ ¡ ~¡¡l


;, ; '.! (' I t) •.
>~!o 4u/~ ~:l de DJar:dílr~
rdr,tacin¡i ¡li,1 ¡.,~¡ I'·:t' f"" r'!!~' ~~JJ>. .-->. •• j . '"'_·~t
c.jt:~rl,?iH :ra


\1.


; I ~ : i: . ' '; t


;;-1'
., ¿


:~~ siquiera hubierou de pensar aqueilos hombres funes!:-'s Pi;. te.
mar ejemplo dc otras nacioDPs, aplica¡¡do algunos ¡Hk!aulus ¡'¡t
vifliendo en uu,;:i¡¡o de la produf'cioí] J di'l !1wvimÍ(';,!o ('(¡Wf'fe::\!


.s2~ü .. ,
,~a~!arGn t~r~ ¡,s
to que uebian traer en lo das las esteras uú camllÍo radical, un ve!',
dadefo progreso,
l~as COU1IHlicaciones babian ~~¡dt) 3![!rnp[{' d!f:ril¿.1"1 i."!. :>:pnf:i~. ~'


{'l¡rno f¡lf l))I iOf\(·¡rr',fi'l Ir!;.: {'ftT¡;¡jC',,' ;' ;:.!: ':', .. ! :¡¡:; " .. ',a~\JP
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atl~nder a sostf'nt'rs~ contr:.\ lfts ''llri,ms dí' L~é'an:ar¡Jlas q\W en 10::
Ilcmpos dd abso!ul.í~:mo ,'oun';l:<- r,'ClCD .'pnCl'; ':OD"iÍ!Wl¡'
·e, I\~ .;:n forr>¡alV1n "n !'1 .' [' In .'. 'l'''~'' 1" ,),·,l.l'·;'· lidiL,,-, ;....11) .... i.A l!~, .... '.·u j{ .... ~.l :t' '·'r·:"¡!~,l!·~ ':!. i ,.~~(. ~I¡,



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~~,¡ i t':'~'d,p; it .;1:!:·tl ~~\'.~ aJulabp. j~ntnr~C/I~1 6ilc'rincando d las
", ¡",:\¡ ·,0:1 nu ,~\¡ biPo Dü cC'irf'spoildia tierfaUH'llte il la ~O~


", ." 1 'l i '1 !:c;luO y 11 celo qlli' ,', ¡'('V" Y :s:!s r"n1;~:(;§ (t'nlucl:;¡ Jan !Jor e ,
f:; ¡~~ '(·d t), ~'lU!l ~h-' .~i'r ¿t \'ü \' :.~ ;~~·L:n 18" jnd{~f\f,.'nd«nc.13 dt~


ya 11Iision i':~ i;i, dd,'nS¡l tI,: l.ye: inten'sf's general!'s y fi acatl:1mi,~¡jto
;j!~ las Iqes, ha sido sie¡nrrc fL'mora constante para todo progreso;
porq!J!' I'f] 'll organízaein!l qlll'(j;:¡, rJpslfilítb la pp1'sonali.dnd y d


¡í, UtllCtlO,


El partido progresista cuando elevaba á la regencia á Espartero,
hia baber concluido con el militarismo, destruyendo la ordenan-


, • ' ' 1 tl" I "!
'anO') I~I !~Q¡;¡~a:,mo ,~n ,c. eoucac¡on y en la conClenClU í e


Pe),) Il,iL'I:-: di' " , '
"hl~(;C{l,ks ,'j', 1 ;~(} rr~ tJ euar~(·l y ~:n
o~.: .. '} ~3 ;~~~i?OD :11 tuy~·~1r\··n en
'Ut{jl¡~;" ' 1 ;~:iS,ilE ;l r e :;,f:;j;!¡i; j ten itorio cuando los
::.¡~,',',Ll:>\ ,.1;':" 'J ,;'. ,',' I~ '.~\\ :,~ . 'f.O ' •. ~::;i 1·~ ";}~~~¡~'S~u~¡rt Pu' ¡"'q:i ft f-1 :;.:;irf1·r-on dt"t


'" ,~. f" lj~._,_ ,(l;~ 11 ! ..... '-.I..'~ , .. ..41 - ~


:!~ ~ :,':'C',!.I¡> p!.·f!~¡;:r¡'i1h'¡: ypc ~)r. Fian~'¡a los p'!<'toní's guiados
¡¡¡:j' :a : ,;¡dd;¡ (le la HCPil h;I(,'(\ ;;in Üi'¡:iin;?;(ie¡on anterior, babilln
j!!: PUl"~ !:. it la ::: :lrüpa. i't:cha~:i\ndl} las agresioucs, como hizo tam-
h:i~n España ;"0 18QS comb;Hi:culo al (>;:1,pitan del siglo.




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¡tri! q~'.lI~'''''II/·P: !'¡'tn .... ~ JI)}'I'''': i¡l,l(I )(lf!t:t1 :'l! ~'H ~ ;q¡"idi'i ~11'1(¡1: I'~I 1;1. ii"..:!~l.l!ti· \ ,l,' :"',
~ \}; .. , l;,J !(I)Il' .... dl'] jl,lj'JlllíJ P! 1',_]' ~:,,¡,I '. I[ ¡I¡'.ll' ¡,; 1<'!...:í'l¡('U ¡Ií' 1 ""1' l'!'


;~ran importancia, aun cuando se .ser; (;a ni;::!r la \:)],!í\rnta qUt~
b;a (''(poner á una catástrofe todo aquel pdi lcn:n lado C0n taú!ti
!' r. l·l d' ~, " , l' ¡ ,. id.!.H2U !au, na l(: ü lolUlJ'.ÍH en tUS :np¡.',j(i~ ) SCl'l<Il;ure~. ti
eotusí;Em,) de qUf UH~'>,Jl.
~'Si (' l'¡" r'r'" 'l.'" (l,l () "ut1P ni <.11. .. r -·i e ..... , '-- J 1.. - \., ,,--,1 f'~
~.O"r ···.'l",,(·l,D f'!1 F'~r'Ju""'a '~lll'\ ;-" •.. ; ¡.:J\: ¡v'· . ,i·,,;C·1~"Llí' [lUí" ('xi "':/"


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d pw:blo que despreeia la autonJa:.l p~'ro qn:' se r:,spcLt ¡j. ¡1i"
pío, fiRilla el punto de que durante los ¡wrlodos en qUí' ¡J lilsurre(~
('ion Estalla, es cuando menos transgresIones de iey <:.12 baef'n notn'


'.1' necesitan agentes y funcionunos para lllante!Wr nI órdet:
decimos. quü las cortes !lO tenían otra mímm n:l" ;, " .. '




DEL ULTIMO BORBÜ."l DE ESPAÑA 845
t¡luir a Cristina por Esparten, y Argüel!es, reso!vióse el gobierno 6.
suspender las sesiüoes dando por terminada aquella legislatura (a--
tigosa durante la cual nada se babia hecho que mereciera la aten-
ClOno


n.


Siguieron entre tanto los manejos de !a reaccioIl, aprovecharon
los realistas el desconcierto de sus adversarios, sin potencia para
construir sin severidad para enderezar la multitud á la reforma, sin
falta de tacto para distinguir lo justo y lo prudente de lo que era
transitorio y exagerado acaso.


Queremos aun citar algunos proyectos y leyes que se tomaron en
consideracion.


«Al Senado: La comisiün del senado encargada de dar su dictá-
meo aceica del proyecto de ley sobre enujeuacion de los bienes
llacionales del clero secular que la ha pasado al otro cuerpo cole-
g-islador, habiéndolo examinado con la mas detenida y eseupulosa
meditacíon, se ha penetrado de su grande utilidad y de la necesidad
de su efectiva y pronta realizacion segun lo dispuesto en la ley de
~g de julio de 1831, decretada por las cortes constituyentes y san·
cionada por S. M. la reina Gobernadora, en cuyo artículo se adju-
dicaron á la nacíon, convirtiéndolos en bienes nacionales, todas las
propiedades del cleffJ secular en cualquiera clase de predios, dere-
chos y acciones que consistan, de cualquiera orígen y nombre que
sean, y con cualquiera apl¡cacion ó destino con que hayan sido no~
minadas, compradas ó adquiridas, y en el t1 ,s'; dispuso que los
bienes del clero y de las fábricas declarados propiedad de la nacioü
se enajenasen por sextas partes en los seis primeros amos, á con la r
(lesde 1840, aumentando la c(\utribucion dd culto en l'roporcion el
lo que los productos disminuyesen, Trátass, pues, ahora únicamell-
te del debido cumplimiento de :'sta ley, y de que la nacion consit;a
las L;mensas ventajas que sin duda le producirá. La comísion, fU!l-
dada en este principio, está enteramente conforme con el proyecl:)
de ley remitido por el congreso de los diputados, y aunqUE; co':
senti,uiento de no estar aeorde uno de sus dignos compañeros, )0
presenta para su aprooncion al senado en la fOUDa siguientr::


»Art. 1. 0 Todry.s l?s r .... \·\~;¡t:di\{l,'s del c!ere :s~c:lLir 2ll cualesquie·,
TO.\lO l.




846 IIISTORIA DEL n&lNADO
ra clase de predios, derechos y acciones qua consistan, de cualquie-
ra origen y nombre que sean, y con cualquiera aplicacion ó desti-
no con que hayan sido denominadas, compradas ó adquiridas, son
bienes nacionales.


» A.rt. 2. o Son igual men te nacionales los Lienes, derechGs y ac-
ciones de cualquier modo, correspondicI1tes á la fab:-icacion de igle-
sias y á las cofradías.


»Art. 3. o Se declaran en venta todas las fincas, dercchrys y ac-
ciones del clero catedral, colegial y parroquial, fábricas de las igle-
sias y cufradías dI:) que tratan los artículos anteriores.


»Art. 4.° El Gobierno se encargará desde 1.0 de octubre próxi-
mo de la administracion y recaudacion de todas las rentas y p;o-
duetos de las prop¡cdE\des de toda. especie pl:rtenecientes hasta aquí
al culto catedral, colegial y parroquial, á las fábricas de las igle-
sias y á las cofradías, llevando cuenta separada de sus rendimien-
tos, los que se aplicarán á la dotacion del C\.i.ito y ch~ro conforme á
la ley presentada por el GClbierno á las cortes en ~3 de junio úl-
timo.


»)Art. 5.° Pertenecerán á los actuales poseedores las rentas y
productos que rindan ks bienes del ojera, fábricas y cofradías hasta
el 30 de setiembre de este afio.


»A.rt. 6.° Se exceptúan de lo dispuesto en los artículos ante-
riores:


» 1. o Los bonos pertenecientes á prebl'ndas, capellanías, bene-
ficios y demás fundaeiones de patrl)nato de sangre activo 6 pasivo.
»~,o Los bienes de cofradías y obras pías proC!'dl~l}tes de adqui~


sidoncs paniculares para Cémcr;ter:os y otros usos prívaliv,Js á sus
indi vid uos.


»3. o Los bienes, renlas, derechos y aecioncs que se hallan espe-
cialmente dedieados á objetos de hospita.lidad, hcndic~nc¡a é ins-'
truecioa pública.


».t. o Los edificios de ias i?;lesias catcdralr:s, parr011 uiales, anejo
Ó ayuda de parroquia.


»)5.° El palacio morada de c'"da prd:~do, y la éa~a en que habi·
ten los curas párrocos y tedentcs con ~us huertos Ó jar,liocs adya-
ceD tes.


»Art. 7.° La ldministraeion y recaudachr:. de las ¡'.'utas y d,:l\;-
ehos que hasta ahora han correspondido d clero, fábr¡I~\L; y cofra-
días, estarán en cada prcviocia á cargo del jde de la Hr.cicDÜ t- ú·




DEL ULTIMO BORBON DE ESPA~A. 847
blica que nombre el gobierno, pero bajo la inspeccion é intervenclon
inmediata de una comision especial compuesta del intendente, que
la presidirá, del contador de rentas, de dos individuos nombrados
por la Diputacion provincial, sean 6 no de su seno, y de un indivi-
duo del Ayuutamiento elegido por este, y esta comisÍGn ejercerá sus
funciones segun el reglamento que formará y publicará el Go-
bierno.


»¡\rL 8.° La comision de cada provincia formará un inventario
exacto de las fincas, acciones y derechos de que trata esta ley, y
en I1n de cada trimestre presentará á ia Diputi\cion provincial nota. ó
estado de la recaudacion y salida de fondos ¡ que se publicará en los
Boletines oficiales y en la Gaceta de l}ladrid.


»Art. 9 ,0 Las fincas declaradas nacionales y que han de poner-
se en venta segun esta ley, serán clasificadas en urbanas y rústi-
cas, y estas en divisibles é indivisibles, por las comisiones de pro-
vincias u(Jspues de haber oído á ¡os Ayuntamientos en cuyo térmi-
no jurisdiccional radiquen.


uLas fincas rústicas que se cultiven separadamente por diferentes
arrendatarios se entienden desde luego divisibles en tantas porcio~
nes Clllllldo menos cuantos seu n los colonos.


¡jArt. 10. La venta de los predios urbanos y de los rústicas in-
divisibles, y tambien la de los demás en favor, se ejecutarán en la
forma prevenida para la de los demás bienes nacionales; pero con
la condicion precisa de que el pago del importe en remate se reali-
ee en eineo plazos.


»El pri mero en el acto del otorgamien lo de la escritura de ven tas,
y los otros cuatro á uno, dos, tres y cuatro años de la fecha de este
documento.


»ArL 11. Los predios rústicos divisibles que se pongan en su-
basta pública por partes, porciones ó trozos, no excediendo de
4,0, (lOO reales el valor de cada uno de estos en tasacion, estarán su-
jetos á do,;; subastas simultáneas en el mismo dia y en la misma
hora, una en la capital de partido en que radiquen, y otra en la de
la provincia; y el pago del remate se hará á dinero metálico en
veinte plazos de ano cada uno.


D En igual forma se subastarán y pagarán todos los precios rústi-
cos que no excedan del mismo valor, aun cuanda no sea!: de los que
se dividan; y los predios urbanos cuyo valor en tasacion no exce-
da de diez n::il reales, en los pueblos de menos de mil vecinos; de




848 HISTORIA DIL REINADO
veinte mil en los de mil hasta cinco mil; de treinta mil en los de
cinco mil basta veinte mil, y de cuarenta mil en todos los de mas
vecindario.


»Art. U. El pago total del precio del remate de los bienes ex-
ceptuados los de que trata el artículo anterior, se ejecutará en h
forma siguiente:


»Diez por ciento en dinero metálico.
»Treinta por ciento en deuda consolidada con interés del 5 por


ciento, ó del .t, entregando de este ciento, ~o por cada ciento.
» Treinta por ciento en cupones de intereses ven~idos de la misma


deuda ó de la de capitalizacion del 3 por ciento .
• Treinta por ciento de la deuda sin interés, vales no consolidados


Ó deuda negociable con interés á papel bajo los tipes establecidos.
XlEn cada uno de los CInco plazos señalados por ei pago, se entre-


gará la quinta parte de los tantos por ciento que quedan expreso~.
»Art. 13. Hasta que se realice el pago total del precio de la


venta, estara hipotecada á la seguridad la finca vendida.
J:Art. 14. Se autoriza al gohierno para que pueda negociar li-


t ,'emcute ias obligaciones á dinero efectivo, que por los cuatro pla-
zos últimos de los cinco de que trala el artículo diez, han de cons-
tituir los compradores en las escrituras de cuentas, y que ascenderán
á ocho por ciento del diez que deberán pagar en dinero segun el
artículo 12.


»Art. 15. Las ventas y reven tas de todos los bienes del clero
secular, fábricas y cofradías en los cinco años siguientes, contados
desde el día del primer remate, serán libres de todo derecho de al·
cabala establecido ó que se estableciere en adelante.


»Art. 16. Los productos en nl(~tá!¡co de ias ('najenaciones dr
que trata esta ley podrán ser aplicados por el gobierno para cubrir
el déficit que resulte:


1,)1.0 Entre los gastos presupu~:;stos del culto y clero, y lo que Sfl
realice Je lo que está aplicado á cubrir aquellos.


»2. 0 Entre los ingresos de los productos públicos, y los gastos
del Estado por obligaciones.


llArt. 1'j. Se procederá á la Iiquidacion de lo que legítimamen·
k correspGnda á legos por parttcipacion en diezmo, y del importe
que resulte á su favor se le expedirán títulos de la deuda pública
del 3 por ciento, los cuales se admitirán en el treinta por ciento que
previene el párrafo tercero del artícuk\ H, Y diez por ciento, qu;'




DEL CLTIMO DORDON DE ESPAÑA. su
$e admitirll como diGero de estos mismos titulos en la compra de Jos
bienes del clero secular, fabricas y cofra~ías.


»Para realinT la liquidacioD se regulara el término medio de los
últimos diez aflos de la participacion á razon de 4 por ciento.


»Art. 18. Queda facultado el gobierno para resolver cualesquie-
ra dudas que ocurran en la ejecucion de esta ley, por la que se de-
::ogan todas cuantas se opongan al contenido de la misma.


»EI senado sobre todo resolvera lo que tenga por mas convenien-
te. Palacio del mismo, 10 de agosto de lSU.-Rarnon Maria L1eo-
par, presídente.-Juan de Muquiro é lribarren.-Jaime Gil Ordu-
ña. -Joaquin Marqués, secretario.»


111.


El gobierno siendo Regencia habia seguido el sistema de contra-
tas y empréstitos que tan acertadamente habia anatematizado en
otras ocasiones, no parecía dispuesto á renunciar tampoco á ese sis-
tema, y en 9 dfl agosto fué sancionada la siguiente ley:


«El sl'lDado habiendo tomado en consideracion el proyecto de ley
que en vista del presentado por el gohierno de S. M. sobre antici-
pacion de 6 O millones de reales efectivos, y centraJizacioD de la
deuda llamada flotante, aprobó el congreso de los diputados en 30
de julio próximo pasado, y conformándose con el tenor del mismo
ha aprobado lo que sigue:


llArticulo 1. 0 Se autoriza al gobierno á tomar una anticipacior;
de 60 millones de reales efectivos en metálico al 6 por 100 de in-
terés 3n ual.


»!\rt. ~.o Se le autoriza asimismo á centralizar los créditos que
constituyen la deuda IJamada flotante, prévia avenencia cón los in-
teresados, y mediante liquidacion, pudiendo el gobierno, durante el
tiempo que trascurra hasta que sean pagados dichos créditos. aho·-
llar un módico interés.


»Art. 3.° Bajo el nombre de deuda flotante se comprenden:
»1, o Los vales pendien tes de cobro de las cont!'atas á que se


refieren las consignaciones insertas en las distnbuciones publicadas
en la Gaceta de JJadnd desde la de noviembre de 18iO.


»2. o Las delegaciones sobre azogues.
Xl 3, o Los valores de los créditos procedentes de cont[(¡tcs de su'




850 HISTORIA DE!.. REINADO
ministros, anticipaciones ó efectos hechos y entregado~ al ejército
durante la guerra, anteriores á 1.0 de noviembre del citado año, y
aprobados por el gobierno.


»4. 0 Las letras aceptadas y giradas por el Tesoro y no paga-
das; y asimismo las cartas órdenes expedidas por aquel que pro-
cedan de igual naturaleza, y las libranzas que por canges justifica-
dos, si bien aparezcan de distinta categoría, acrediten ser las pri-
mitivas, de orígen igual á las comprendidas en los artículos ante-
riores, y su fecha t:1mbien con antelacicn al 1. 0 de noviembre.


»ArL .t. O Al reembolso de los 60 millones de que trata el art. 1:,
y á la total extension de la deuda que se centralice á tenor de los
articnlos ~: y 3.-, se aplicarán exclusivamente los productos de lí-
quidos de las rentas de sal y papel sellado, ó la de tabacos: el go-
bierno podrá proceder á su arriendo en pública subasta, colectiva ó
parcialmente, spg~n mejor crea convenir á lfls intereses de la na-
cíon.


»Art. 5." El gobierno dará cuenta á las cortes al presentar los
pre:-upllestos del año 41j!, del uso que haya hecho de la autoriza-
cion qUf1 se I e concede por la presen te ley.


» Y el senado lo presenta al Regente del reino á fin de que se dig-
ne dar su saocion si lo tiene por conveniente. Palacio del senado 9
de agosto oe 1841. El conde de Almodóvar, presidente.-Mariano
Valero y Arteta, senador y secretario.-Mariano Torres y Solanot,
senador y secretario,-Madrid 14 de agosto de 1841. Publiquese
como ley.-llaldomero Espartero, duque de ]a Victoria, regente del
reino.-Como ministro de Gracia y Justicia, José Alonso.»


IV.


La quinta, este impuesto odioso que hace de los ciudadanos pa-
rias, y que divide en categorías al pueblo contrariando el prir;cipio
que los constitucionales tan orgullosamente han sustentado halJlan-
do de la igualdad ante la ley; la quinta fué tambien votada en aquel
año, llamando 50,000 hombres á las armas y manteniendo así en
pié de guerra. al ejército favoreciendo ei elemento de fuerza, cuando
debiera haherse procurado desenvolver la educacion y favorecer los
elemen tos productores.


i Extrai'la é inconcebible aberracion de aquellos aprendices de re~




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 851
volucionarios! ¡torpe conducta que debian pagar ó hacer pagar al
país bastante cara!
~Otro dejlos:,'proyectos importantes era el siguiente, que fué san-


cionado en)gosto:
: Il. El senado habiendo tomado en cODsideracion el proyecto de ley
que~en'vista del presentado por el gobierno de S. M. para la dota-
cion del cu!to y clero aprobó el congreso de los diput"dos en 16 de
julio"próximo pasado, y conformándose con el tenor del mismo, fué
aprobado lo~qlle sigue:


)Artículo 1.' Para los gastos de conservacion y repo.raci0ll de
las iglesias parroquiales y sus anejas, y los del culto tn las mis-
mas, s(destina la parle de los derechos de estola ó pié de altar que
hasta ahora se ha exigido eon este objeto, y los demás recursos que
ban tenido igual destino, excepto el producto de ias propiedades,
derechos y acciones que las leyes bayan aplicado ó aplIcaren en lo
sucesivo á otras atenciones.


»Lo que faltare para cubrir estos gastos seguD las prácticas re-
ligiosas observadas en cada pueblo, se completará por un reparto
entre todos los vecinos que tengan residencia en el mismo pueblo
en proporcion á sus hab€res.
~:.»Art. 2.° Los gastos del culto de las catedrales, los de las co-


legiatas y abadías, mientras subSIstan, los de reparaciJn y cúnser-
vacion de sus respectivos templos y palacies episcopales, los de ad-
ministracion de diócesis, los de los semin~rios conciliares existentes,
y las asiguaciones personales de los muy reverendos alzobíspos y
obispos, gobernadore,1} eclesiásticos é individuos que compcnen el
clero catedíal, cúlegial, abacial y parroquial, se sati~rarán con los
derechos de estola y pié de altar, y COIl los productos de la contri-
bucion general del cultú y clero que por la presente ley se eí,table-
ce, en la cual deberán ser comprendidos en propo; cion de ~us ha~
beres tod'Js lOS c00tribuyentes á las demás cargas del Estado, y los
que perciban sueldo del Tesoro público.


»Art. ;l.0 Todos íos gastos enumerados en el artíCulo anterior,
excepto las a~'¡gnaciones personales, se arrrglarán á cuotas deier-
minadas en la ley de 21 dejulio de 1838.


»Arl. ~.O Las asignaciones personales enumeradas en el mismo
artículo se compondrán de los derechos de estola y pié de aitar,
que á cada oficio eclesiástico corresponden segun las tarifas y prác-
ticas vigentes, y los que tenian alguna renta procedente de propie-




852 HiSTORIA DEL REINADO
dades territoriales, de diezmos ó primicias, Ó de cualquier otro ori-
gen, cu ya exaccion termina, tendrán tambien una asignacion fija,
igual á dicha renta determinada por el afio comun del quinquenio
11el ~9 á 33, ambos inclusive, pero sin que pueda exceder del má-
ximo establecido respectivamente para cada clase en la citada ley de
~ de julio de 1838.


»Art. 5. 0 Se aumentará la dotacion parroquial con las memorias,
obras piaa, aniversarios y misas que debían cumplirse por las co-
munídade,,, religiosas suprimidas, y que se han de cumplir en la
iglesia parroquial, en cuya feligresía se hallan las fincas afectas á
las expresadas cargas; y si estas no tuvieran impuestos sobre fincas
determinadas, sino sobre varias colectivamente, se satisfarán en la
parroquia donde se hallaba situado el convento en que debían cum,
plirse.


»Art. 6. o Los ecónomos percibirán todos los derechos eventuales
que en los anteriores artículos se asignan á los respectivos curas
párrocos, y la cuota fija además que á estos correspondiera en su
caso, siempre que no exceda de 3,000 reales anuales, máximum de
dicha cuota que se determina para esta clase.


»ArL 7. 0 El presupuesto de la contribucioD general del culto y
clero será la cantidad de 105.406,412 reales, á que queda redu-
cida la suma total de la estadística personal y material presentada
por el gobierno, hecha la deduccion correspondiente de 35.525,605
reales, importe del culto parroquial que queda por eÍ artículo 1 o
de los respectivos pueblos.


nAd. 8.° Se deducirán de la suma total del presupuesto y rc-
bajarán de la que haya de repartirse á los pueblos, 30 millones de
los productos ó rentas de los bienes del clero, Ó la suma á que que
daren estos red ueidos si se verificase su enajellacion.


»Art. 9.° Se aplican á la manutencion del culto y de sus minis-
nistl'os, y debeD. por consiguiente deducirse del presupuesto de
gastos:


» 1. o Las rentas ó balances de los beneficios eclesiástico~ que
úbtengall los que no están ordenados in sacris teniendo la edad pre~·
erita por los cánones.
»'~, o El producto de todas las capellanias y beneficios de libre


Fresentacion, prévia la reduccion de cargas por el diocesano res-
pecti vo ~on aplicacion al culto y clero parroquial, conforme á las
1, lllas ;"CIQ Uficias y á la ley ~ .. , tít. 16, lib, 10 de la Novisima reco-
pilacian.




DEL ULTIMO IlORBOl'" CE ESPAÑA. 853
»Art, 1 O, A fin de completar la suma propuesta para la dota-


cion del cul!o y clcrrL las cortes autorizan al gohierno para exigir
la cantid:>,tl de 75 106,412 ;"eaJes, que son necesarios, distribuyén-
dose pOI' ~as bases que se adoptaron para la contribucion extraor-
dinaria de 180 millones; pero con la circunstancia de que la cuota
q .:e se s¡'ñala á la. industria y comercio esté ::m proporcion de uno
á cuarro CGD la de la riqueza territorial y pecuaria.


»)ArL 11, Ei r\.~partimienlo de la contribucion total que corres-
Pl;¡de il cade¡, pr')vincia, se ejecutará por las DiputacioDes provin-
ciales entro les puehlos dE; su comprension sobre la base ya indicada
tí; el (!r(Ícllh anterior, por d repartimiento general con la prOp¡W;lOn
es~ah.!eG¡da; y el relHlitimicDto individual en cada pueblo se hará
CV,J ari"gh á hs rr;iSilDS principios por los Ayuntamientos asociados
lit; Uií p:rdo de cadli una de las clases contribuyentes por riqueza
;: i<;iJria;, ¡F~cu,'rja, Í:ldusiriai, coroercial y científica nombrados


.rí' Jos ílli"l/¡ns,
))I\1't. 12. Que íla al arbitrio de las niput::.cjoD provinciales de-


cLlrar I;[¡ qué pueblos, segun sus particulares cinmnstancias, po-
drá,; ad¡::¡i.;rse comn jinero en pagil de esta contribucioD, granos y
!;c'U'u ",I"~as J lo:: pr;:j)5 c:~·tl'¡cntí'S en tal cantidad que nunca
~Xr~f:b dJ :a mitad del importe de la asignacion que corresponda al
l< r, !J¡r'!¡,quial del pueLlo rt·spectivo.


»¡\rl. n, Los Ayuntamientos y las personas ercargadas de re-
¡,'.':·nicihi)C:(: e~ pÍlhlicíls de cada puehlo, satisfarán de los


•. ":" ,.; . ,.,.,1(1 'tns 1<1' t'l{ll"~ "lI·¡" l~l" a¡;'j'g"a'c"¡n,'es '1en-alal~a" á tndos tJ ' __ ' ".. .' ~ t'.' ,,> Uv 1:.', \. l~. \.' ;~ .... ~.., \""., L..... 1l ,lV_J t..) J., ..,;
h- f>::l~;!!,,:c;t¡~üs qtF' !:ompougan el eh'ro parroquial uel mismo pue-
1 1 ,. '\' ,:j' 'el 1 ,. "d l'
,j, , ¡ni:; \,1(" ft';LY)' m·,¡v:uua!es, que seraa anilllt! os COlllo 1. mero
e: env,; en l~',:~ r;,spcctivas tesorerías, y \'1 gobierno daíá las dispo-
'; 'I)nr: ,y;r'en¡c'nf,"'1 pan qlH' las df:ínás Qk:j(~ii;[Jes d:'! culto y clero
',c. '1'1 dolU·>:l '.'" " :c~ ¡"il'i l ""llt'J·',J:.!o>,.J SI"l qu"'" nI' D¡'¡)rrlln ras' V flor >0'-"'1-'''0\<'' ~ .. - - -¿:; 1,1 lJ~' ( .. "1-.... q.!~ ( v \~U -O-u 1 •. ' \J .. f'
ni.igui:')j<J¡iyo se pGedan apliear á otro objeto las cantldades desti-
n' h;: .,.! ;r "("1;'!l(,!1¡PS ...... , .. "! ¡ ,l,.


))¡\rt 14. S? auto:-iza \;1 gobi8rIl f) para que dicte todas aquellas


(}; q .
»)Art


,j'.
1.


"1 T . 'I.J" , •
':, ¿:~UF': n,; t· nHl '! ,as UlSi;ÍISWl;;ll('S Del:esanas para


., ';[:1" ,s J,;·,weclrs de ,ll'rtchi,s d, estola ó pié de altar,




854 HISTORIA DEL REINADO
»Art. 17. El gobierno dispondrá tambien que se recojan cuan-


tos datos estadísticos se refieran al culto y clero, y presentará á las
cortes lo mas pronto posible una relacion nominal de todos los ecle-
siásticos que existen en Ja península é islas adyacentes, con expre-
sion del cargo que cada uno desempeñe, y de la dotacion fija que á
cada uno corresponde, con arreglo á lo dispuesto en la presente ley.»




CAPíTULO CXIV.


SUMARIO.


Ue..;pr~s\¡t'i() di; lJ rl',C;i'ncia de E~]1artcro por ~u, Ile5~lí'if'rtos.-DictámeJl leido :Cll pi
~1']l;ldo 'lILe pr\ll:ha la,; illlrigas de los moderados y la torpeza de los progrcsi.tas
-Uj";¡;Il,joll ¡J,- un importante proyecto.


1.


Para demostrar la situacion excepcional en que habian colocado
sus desaciertos al gabinete Regencia, que debla ser responsable de
los sucesos posteriores, puesto que por su apatía y debilidad habia
creado un estado tal de incertidumbre é inseguro, bastaria que tras-
ladásemos aquí algunos trozos de los discursos que en el senado se
pronunciaron, con ocasion de una extemporánea carta de don Fran-
cisco Narvaez, que pretendia oponerse al voto de las cortes) res-
pecto á la tutoría. Gomez Becerra quiso,hacer verque declarando la
comision que el citado general Narvaez babia obrado de una manera
8nti-parla!I!entaria, anti-nacional, inverídica, impropia de un buen
español y militar, se le colocaba en UDa situacioD que no de-
bla como senador haber aceptado.


Al contestar el señor Carrasco, se permitió decir: «Segun el se-
Ilor Gomcz Becerra, el señor Narvaez DO ha podido ni debido ana-
tematizar ni atacar una resolucíon del senado, y yo añado mas yes




856 ElISTORU DEL lllUNADO
que no hay poder humano á quien sea permitido hacprlo, y el señor
Gomez Becerra no debió quebrantar este principio firn,ando el ma-
nifiesto del ~ de noviembre por el cual se declaraban traidores y
perjuros á los individuos de la~ mayorías de las cortes de 1840. El
señor Becerra ha añadido que no pridia oirSf; con ¡.:angre fr¡E~ que
Narvaez diga que el senado ha infringido el art. 60 de la Constitu-
cion, en lo cual dice bien el señor Becerra, aun cuando no lo tuvo
presente al firmar con el gobierno de qu~< formó parte la acusacion
de las cortes de 18'¡ O, por haber iIlfringído al 3rt. 7 O de la miS!fla
Constitucion: y si ateQta(~o en eso hay, mucho mayor fué el cometi.!o
por el poder del estado á que pertenecía el señor Gamez Becerra.))


JI.


Ante estas y otras graves acusaciones se desprestigiaba una Sl-
tuacioIl que renegando su orígen revoluciúnaric quería buscar su
fuerza en una íegalidad que no t(;nÍa, que no enco!)!rahktti~fli)s
establecer. Con la oposiciun de bs elémentos couservarlorc'i que no
podian sanelonar aquéllo qUé los perjudicaha, y fechal' do el C:v-
mento revDluciormrio, el Regente se halla bu eOlllO ijil gdlicr;¡ü
hecho sin mas título que la fuerza; era una tspecie de dlctatura.


La sesiol1 á que nos vamos refiriendo puso en evidencia que h,,-
bia un partido que conspiraba hábilmente en el exlerii,r COL trP. del
gobierno, que por una serie de actos incalificables se habia enaje--
nado las simpatías del pueblo, y se pre;sentaha inerme y sin defeo;:¡o[
ante los eerteros tiros que ya le dirigían.


El partido revolucionario no queriendo dar pretexto á sus enemi-
gos, para que le llamasen desieal '! auxiliador de las cábalas re c-
cionarias, habia ido cediendo en su oposicion.


La situacion sin embargo se bamboleaba, estaba expnei!t\J á ca!:'f,
y Jos hombres previsor~s pudieron compren(ier ya que coz:; diticul-
tad podria sostenerse la Regencia reden temen te nomhrada hasta la
conclusion de ia menor edad.


1lI.


Uno de los documentos que prueban las intrigas de los unos)




DEL ULTIMO BORBON DE ISP!ÑA. 857
la torpeza de los otros, es el dictámen leido en el senado que deda
aSÍ:


«La comision nombrada para dar su dictámen sobre la proposi-
cion presentada por el señor don Juan Lasaña, relativa á evitar en
lo sucesivo la falta de senadores que se ha experim~ntado, particu-
larmente en esta legislatura, ha recorrido con mucha minuciosidad
á lag antecedentes que ha habido en la materia, y ha observado
efectivamente que debiendo estar preseíltes en las sesiones del sena-
do 116 senadores, en ninguna votacion se han reunido el número de
ciento, puesto que solo hubo en una p!"esentes 96, y en todas las
demás ninguna ha llegado á 80 votos .. y muchos dias no ha podido
baher votacion de leyes de un grandl') interés por no hallarse pre-
sentes el de 74 que forma la mitad mas uno que exige al efecto el
art. 38 de la Constitucioo. La causa princi pal de este conflicto ha
consistido en que iJ!.7 senadores nombrados en la anterior y en la
presente legislatura no se han presentado todaiía al desempeño dfl
sus deberes, que se han ausentado sin licencia, ~O con elia, y va-
rios han \:slado enfermos. Ya ei senado en la sesion del 28 del mes
anterior votó algunas medidas del momento que han produciuu el efec-
to deseado; pero como este no puede ser de mucha duraei0ü, pqI'qu'~
dichas disposicí;ILes no fueron dictadas mas que en una fürméi :':'gla--
mentaría, y para el solo caso en que nos hallamos l ha creído la cü-
misíon qU'3 era necesario adcptar la base de la proposicion del scñnr
Lasaña acomodada á un proyecto de ley que abrace todas las c¡r-
cunstancias y cosas que pueden ocurrir y extendiéndolo al otro cuer-
po colegislador, aunque hasta el presente no se haya {'(contrado en
el compromiso que este, á fin de que no pueda verse ref'rcducido IJ
funesto caso de que durante una legislatura sea privada la nacíon
de la formaciou de las leyes que tallto DeGesita para su hipI}estar v
para la consolidacíon de su libertad. La conli¡;ion está firmemen te
persuadida de que si este proyecto que tiene el honor de proponer
al senado merece ser ad ptado en forma de ley, prod uci rá este feliz
resultado para lo sucesivo; y al efecto lo somete á su delibercc!üll
en los siguientes artículos:


»Primero. El diputado ó senador de las provincias de la penín-
sula é islas atiyaci ntes que no tome asiento en su respectivo cuerpn
dentro du treinta dias siguientes al de la apertura de las cortes se
entiende que ha renunciado el cargo.


»Segundo. El que habiendo sido elegido ó nombrado desf;ues lit;




858 HISTORIA DEL REINADO
abiertas las cortes no se presen taren á desempeñar sus respecti vos
deberes den tro de los cuaren la dias siguientes á su eleccion ó al en
que se publicó su real nombramiento en la Gaceta,st'J considera igual-
mente haber dimitido su eB(mrgo.


»Tercero. El que habiendo tomado asiento en su cuerpo respec-
tivo lo abandonase por quince dias sin licencia y conocimiento del
cuerpo á que corresponda, se entiende tambien que ha renunciado
su cargo.


J>Cuarto. No son aplicables los anteriores artículos á los senado-
res y diputados que, por causas legítimas á juicio de los cuerpos
resp3ctivos, se hallen imposibilitados física ó legalmente de cumplir
lo que en aquellos se dispone á juicio del cuerpo á que correspon-
den.


»El senado sin embargo con su superior ilustracion resolverá lo
que creyere mas a cerlado . Palacio del senado 16 de agosto de 184 L
-Antünio Seoane, presidente.-Joaquin Francisco Campuzano.-
Tomás Sanchez del Pozo.-Juan Lasaña.-Manuel Codorniu, se-
cretario. )


IV.


Entre tantos proyectos, uno de los mas importantes que se discu-
tieron en aquel período legislativo, fué el siguiente:


«El congreso de diputados tomando en consideracion un pro~ecto
de ley prellentado por el gobierno de S. M. para indemnizar á los
pueblos de los daños causados por la faccion durante la guerra civil,
ha aprobado lo siguiente:


» Art. 1. o Se reconoce como u.na obligacion de la nacion indem-
nizar los daños materiales que han hecho ú ocasionado los facciosos
BU liis propiedades de los esparioles que se han mantenido fieles á la
causa de la patria, del trono de Isabel II y de la libertad.


»ArL q¿. o La indemnizacíon de los danos expresados en el artículo
an teri;)r se verificará con la preferencia y por el órden de la cJasifi-
cacíon siguieu te:


» 1. o La de propiedades inmuebles.
»~. o La de bs ganados.
)3.° La de propiedades muebles.
)Arl. 3. o Para la indemnizacion de los danos oaltsados en la




DEL tumo BonRON DE ESPAÑA S59
propiedad inmueble, ó de la primera clase, se tendrán presentes: en
primer lugar la pérrlida ó deterioro, de fincas ó edificios pertene-
cientes á los pueblos ó de comun aprovechamiento en el caso de que
su restablecimiento ó rerara~ion sea de absoluta necesidad y para
la sub~istencia del vecindario, como molinos ú otros de este género.


»En segundo lugar: las casas y bienes de milicianos nacionales y
de las demás personas comprometidas por hechos positivos por la
caus~ de la libertad y del trono legítimo de Isabel 11; debiendo ha-
cerse con preferencia eÁ)tre estas la reparacion de los daños respecto
de los que tuviero;; la gloria de defenderse contra las facciolJes.


»En tercer lugar: los edificios ó fincas destinadas á objetos de uti-
lidad cornnn, como iglesias, hospitales y escuelas, siempre que la
nacion ó el vecindario DO tenga otros medios de restablecerlos, ó no
se hayan aplicado ya otros edificios del estado para los mismos ob-
jetos.


»Art. 1.° En la indemnizacion de los ganados se observarán las
reglas de preftmmcia l3rescrHas en el articulo an terior, pero hacién-
dose el reintegro en el siguiente órden:


») 1. o El dR los caballos dfl los naeionales, siempre que por culpa
suya no los hayan perdido.


))2. e El de las cabr\!lerias y demás animales destinados á la la-
hranza ó á las fábricas.


»3. 0 El ct~ los ganados destiDados á traSPQftes ó conducciones,
»4..° y último. El rie las demás especies de ganado.
))Art. 5,° La indemnizacion de la propiedad inmueble se verificará


observándflse asimismo las reglas de preferencia que quedan esta-
blecidas en el párrafo!. ° del art. 3. 0


»Art. 6 ,0 Cuando los daftos causados en las expresadas tres cla~
ses de bienes que hayan procedido por declaracion ó culpabilidad de
algunos que sean responsables segun las leyes y órdenes vigentes,
6 contra quien pueda intentarse la accion de daños, deberán tos que
los hayan sufrido reclamar la inJemnizacion de los culpables; y solo
en el caso que estos no tuviesen con que satisfacer podrá aplicár-
seles los medios de rein legro que se determinan en esta ley.


»Art. 7. o Se destinan á. la indemnizacion de daños, sin que pue-
dan aplicarse á otros objetos, y por el órden de preferencia que
quede restablecido. los recursos siguientes: Los bienes y sus pro-
ductos. deducidas las cargas de justicia, que fueron de los ex-infan-
tes don r.arlos de Borbon y don Sehastian de Braganza, que por real




860 HISTORIA DEL nEI~aDO
dAcreto de 17 de octubre de 1833 y real órdcn de ~8 de agosto
de 1835 se aplicaron á ]a nacion.


»La parle de propios, baldíos y montes de realengo, que á peti-
cion de los Ayuntami~Dtos y de conformidad con las Diputaciones
provinciales se enajenen con esta desigoacion, previa la aproba-
c~on del gobierno.


»Las contribuciones de los pueblos que han padecido los daí'íos,
siempre que hayan sido incendiadas ó arruinadas mas de la tercera
parte de sus casas de habitacion por haberse defendido sus mora-
dores contra Jos rebeldes, Ó haberse comprometido con hechos po-
sitivos por la causa de la libertad y del trono de Isabel n.


» y por último, diez millones de reales anuales de las c0 ntribucio-
nes generales, que se recaudarán en todas las provincias de la pe-
nín~'lla é islas adyacentes, por sus Diputaciones y por ]{)s mismos
~i;cargados de la recaudacion y percepcion de sus presupuestos pro-
vinciales, depJsitándose corno separacion para este objeto, y sin que
nunca puedan dedicarse á otro.


»Art. 8<° Los produ.::tos en venta y renta de los bienes ,re IDsex·
i['fantes don Carlos y don Sebastian, y Jos de la parte de píOpios.
haldí()s y montes de realengo desienados en el artículo ulJ(rrior, se
·fll:stinarán á la vez segun vayan haciéndose ef~ctivos á la fepa-
racion de daños, quedando además dos contribuciones en favor
de Jos pueblos en los términos y con la limitacion que se ¡1ispone eu
pi penúltimo párrafo del artículo anterior.


»Art. 9. () Todos los bienes que queden designados y!'us p"oduc
trIS en v{'n!a y renta se declaran desde la pub!icado!l de esta ley
hipntl'ct1.dos y como garantía para todas las clases de indflffiniza-
cioD n::conocidas en los artículos anteriores, consignándfJ,';{; eomo
hipot.!'ca especial para las empresas de reedificacion las cüntríbueio-
rl'clS de los pueblos que se reserven á este objetr¡, y cinco millonf.Í"
de reah's anuales de los diez que am!ulmcnte se han aplicado a Ii:'
indemnizacioo general.


»A,t 1 O Las Diputaciones provinciales se encargarán bajo su
T0spo;·sahi]idnrl de los fondos que quedan d0stinados á la n~rdifica­
<:ion y p!,,\racion de daños, haciendo que ingresen luego que estén
á su dis:}j:,i(~iGD en el depositario ó tesorero de las mismas, Ó en
r~rsl:; f\. (1 Uf' sea de su confianza, para entregarlos desde luego con la
d0b:dQ ~:;Ut~nta y nzon á los empresarios ó á quien corresponda siD
descuento alguno.




DlU. ULTIMO bORRON DE ESPAÑA. 861
J)ArL 11. Las mismas Diputaciones provinciales cuidarán con los


jefes polítidos de que las ju~t¡ficaciDnes oficiales de los daños de cuya
indemoizacbn se trata en esta ley se proctiquen á la mayor breve-
dad, arreglándose en un todo á la órden de la Regencia provisional
de ~8 d,n ff.'brero de 18-11 y ti lo prevenido en esta ley, y dándoles
publirl,td á fin de que puedan hacerse sobre ellas las redamaciones
oportunas,


» El término den tro del cual ha:} de hacerse estas jnstificaciones,
se cr:1ntará desde la puhlicacion de la pres('l]te loy, y será, sin que
pueda por título ninguno prorogarse~ el de seis meses para los que
están en la península, ocho para 105 que se hallan ausentes en las
islas adyacrntrs ó en el extranjero, y nn é\ño para los que residen
en las provincias ultramarinas dA América p islas Filipinas.


»)Las Diputaciones pasarán mensualmente al intendente un estado
de las cantidades que se han de indcllf!!Zar ; ile1::\s inr]cmnizacione~,
que se hagaD, y de las que baya que hacer en el inrnediuL1 mES.


»Art. U. Para que estas justificaciones puedan producir pronto
y ef~ctivo resultado, y para que se asegure la rq,mradon de los da--
ños v perJ'!!i:::ios indemnizablé;s con les Dl'f'dU0!n§ des!inados á efte


. , ,


fin, se nombrará por pi gobierLjo lP';:;¡ f:')(lji~;¡~' q!le se ocupará en
examillar y aprobar las justificaciones despuc::, qU8 11ílyan sido vo-
tada:,: por las dos terceras partes de los vo(~aies de la respectiva di-
putacioo, y aprobadas como arregladas á la citada instruccion y á lo
pre;,crit'l en la presente ley.


»)Las jostificaciows de duñ()~ y p"rjnici')') qw~ no sran aprobadas
por las dos tt'f'Cf'!'";Y: partes dé' la Di:llJ facicn qUPíl;ii~n sin curso)
1'",lV'¡ el rJü,ceho del interesado para reclamar (11 gohicrrJo por medio
de la COlllisioQ d~~ e;:p, se hB.ce mérito en este f\l'tícnlo. ,


»l'anto ]1-'5 e.\~pedíentes que hayan merecido la aprobacion de las
dos terCl'ras partr's oc los vi)('dcs de la niputaci('¡r¡ provincial, como
los que por DO tal)';, ohtenidc aquella apro;'úci~,n se eleven en que~
ja del intcrrndo á la resúlucia[¡ dei gGV(;,;,no, i::1r: acompufiad'IE
lid informe de la DipuLvioD y de la confcrmidad ó reparos que cruw
convenieries hacn ('ll ello;.; el jl'fe polílico y el inte\:,denle de la pn .
v¡n~;a.


'n"" . . I . I .' l'
,;.\ rt. 13. )J2:~, j p u !ar,lOncs prOVIncIa es ~ con lIh,:I'VenCIOll (l ;jt
jert~ político é ir;t~Dd"r,te, dis;pon~rá la enajenacion en vista ó adju-
rl¡cacirm en pago: si los iotNcsados la solieitaran, de lo? bienes ds
don Carlos y don Sebastian, A este fin deberá señalarse la tasaeiOE


TOlliJ L 10Cj




862 HISTORIA DEL RElNADO
de la finca, y rematarse á pública subdsta en el primer caso. La co-
misiol1 nombrada por el gobierno, instruido así el expediente, dará
su aprobacion á la venta ó adjudicacion, debiendo esta tel.ler úni-
camente lugar en defecto de los licitadores y nunca por menos pre-
cio que el de la tasacíon.


»Art. 14. Cuando :sean las contribuciones de un pueblo las que
estén aplicadas á su reparacion ó rectificacion, cuidará la respec-
tiva Diputacion provincial de que ei Ayuntamiento las recaude bajo
la responsabilidad, deposite con toda seguridad, é invierta en la
reedificacion ó reparacion. En el caso que esta se haga por contrato
Ó por empresa, los contratistas ó empresarios podrán reciiJirla de
los Ayuntamientos, lIeval.idu estos la cuenta y razon conforme á la
dispuesto en las leyes é ül¡¡trucciones de la materia para dar sus
cuentas ante la autoridad competente.


»Art. 15. En los pueblos en que se hayan perdido ó deslruidiJ
mas de la tercera parte de sus edificios, y á los cuales se aplica
para su indernnizacioD, en virtud de lo dispuesto en esta ley, el pro-
duclo de sus contribuciones ordinarias y el de los cinco millones de
los diez que se asignan de contribuciones generales, se hará la
reedificacioll de las Cdsas eOlneuzandú por las de ínenos valor.


»Art. 16. Para hacerse la Índeillllizacion en los términos que se
dispone en esta ley, se tendrá presente lo que ya se haya percibido
por esta causa; y las Diputaciones provinciales, con los jefes poHli-
eo:; é mtendentes, cuidarán bajo su responsabilidad de que se tome
cuenta a los que hayan percibido cantidades para indemnizacion, ya
en metálico, ya en fincas de vtra especie de bienes, Ó en el disfrute
y goce que hajan twido de estas, haciendo que devuelvan el exceso
si habían percibido mayor cantidad de lo que les correspondia por
los daños que hubiesen padecido.


»Art. 17. Los Ayuntamiéntos y personas par ticulares de los
pueblos que hayan padtcido los daños son responsables de la falta
de verdad en relaciones, documentos y justificaciones que se die-
ron de las cantidades que hayan do indemnizaI'se, y perderán los
particulares todo derecho á la indciunizacion si hubieron aumentado
el importe de la cantidad indeouiizilble, y 10B ¡uoividuos de lus Ayun-
tamientos serán resDonsabics c;,n sus Liene,;; pj'(}[Jins marCUllluna-¡" • •
camente á satisfacer hasta un duplo de! \';x!u; 'iU~ dtn tIe aumento
t¡l que importen los dañ)s, 5DgUJ. el glau0 dd tu!,.;:)' Ítiá\l, prévid
1 f . di' ." , la ormaClOll e a oportuna caual int' (;1 tL',.i; "¡,.;:JllJp0bL:Í¡;, }




DEL ULTIMO nORBON DE ESPAÑA. 863
reservándoles el derecho rle repetir contra los causantes del fraude
ó los que de cualquiera manera hubiesen contribuido á él.


»Arlo 18. El gobierno comunicará las instrucciones necesarias
para la mas cumplida ejecucion de esta ley, sf'~alándose desde lue·-
go el término preciso para que se lIev~ á dehido efecto la enajena-
CiOD de los bienes de don Carlos y don Sebastian.


» Y el congreso de los diputados lo pasó al senado acompañan~
do el expediente para los efectos prescrito:; en la constitucion. Pa-
lacio del congreso 17 agosto de 1841.-Pedro Antonio rie Acuña,
vice-presidente.-Julian de Hue!be¡;, diputado secretario.-Eugevil)
Diez, diputado secretario.»




OAPfTULO CXV.


SU MARIO.


Olrí~;¡ga y GonzaJl'z Br&vo.-Importantc documento ;.;ohr!' retlrO'i !lliJit~res.-SIJSpNl_
~ion rlr infecunda legislatura de VH1.-0joada retlwpediva.


l.


No quisiéramos olvidar ninguno de los incidentes notables que
en Jos cuerpos 1egisJativos acaecieron, porque dehiendo seguir á lo~
oradores y funcionarios, -¡ne entonces se Ilamahan liherales en los
hechos de la época posterior, parécenos conveniente dejar cOlJsig-
{lado lo que ent')DCeS b¡cierou para que el pueblo aprtnda á DO flar
su suerte á rlelegados~ cu~as pa~,j;)Des y ambicion hacen l1uctulH
todo.


En la sesion del eongreso dAI 16 de julio, tratándose de sel'!a.lar á
la que se llamabl reina viuda, I~unr:dú todo el mundo eonocia mu-
chosbijos de ella, una pensioll de 3.011,76,1 rtales anuales, el di·
putado Goozalez Bravo propuso que se tomase esa suma de los pro-
ductos del real patrimonio, y no del Tesoro, pues los comtratos pri-
'fados entre Fernando y Cristina jamás podian obligar al pais y I1H;CllO
menos cuando el pnehlo español se haLia alzado como soberano.


El diputado Olózllga, con esa astuh hipocresía que le distingue,
quiso oponerse porque, decia, cuando se hizo el contrato no se dis-




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 865
tillguian los bienes patrimoniales de los de la nacion, y hasta eran
considerados los de esta como bienes de la corona.


Aun cuando tal version no hubiese constituido un sofisma insos-
tenible para cualquiera que se preciase de ser liberal, dió la cir-
custancia de que tampoco era exacta esa versioIl, toda vt'z que los
bienes é intereses del real pa.trimonio quedaron separados segun
decreto de 2~ de marzo de 18 U; repitiéndose la misma disposicion
ea 13 de junio, y creándose una Junta especial 81 9 de agosto de
1815, que S9 organizó por real cédula de 8 de marzo de 181'1.


ll.


Vemos, pues, que esos dos espiritus antagónicos, Gonzalez Bravo
y OJózaga, al resolver u[]a dificultad y queriendo transacciones se
burlaban del sentido COlll Ul!, de~pues de perderse en vulgaridades
que cualquiera hubiese sabido conocer y distinguir.


Otra discusion importante, la que se referia á la cesio n ó venta
á Inglaterra de nuestras posesiones en el centro de la costa africana,
las islas de Fernando Poo y Annohan, debió alarmar mucho; por-
que si ciertamente por su posícion é insalubre clima de poca utili-
dad podían servir entonces á Espaiía, era por lo menos entrar en UD
camino peligroso querer enjugar la deuda con cambios semejantes,
pues á ellas hubiesen seguido otras.


¿Cómo negar, despues de semejante cesion, á la Francia peticio-
nes análogas si le con venia alguna de las Baleares ó cosa semejauter


Además de ese peligro que se corria ante 111 multitud oe recla-
maciones que hubieran podido entablar los acreedores de Es~aÍ.la,
era posible tambien que si en Fürnando Poo no babia re.sÍslcl.wia
porque no estaba habitada, las otras islas no se hubiesen convenido
á aceptar los pactos y con venios que España hubiese hechu en su
perjuicio.


lll.


Dalllos á continuacion otro documento que era bastante sigoiflüd-
tivo, y que dió ocasion á largas discusiones y divergencias entre lús
cuerpos c4Ilegisladores.




866 HISTORIA DEL IlEINADO
«La r-ornision encargada de dar su dictámen acerca del proyecto


·le ley sobre retiros militares, prrpuesto y aprobado en el congreso
,le diputados, despues de haber examinado con toda la madurez y
detenimiento que por si misma exige tan importante materia, )a
porque en ella se va á resolver la suerte de las beneméritas clases
militares, y ya porque del modo de resolverla depende en gran ma-
'era. la conservacion y dignidad del ejército cacional, y el que sea
~~ste mas ó menos gravoso al tesoro público, tiene el profundo sen-
timiento de no estar conforme en un todo con lo propuesto y ya
aprobado por el otro cuerpo colegislador, viéndose por lo tanto en
la para ella dura precision de suprimir, modificar y adicionar al-
gunos de los artículos, sustituyendo en su lugar otras disposiciones
que la han parecido mas justas y convenientes.


J)Ni podría ser de otra manera porque, hijo el proyecto primitivo
de una proposicion aislada, reducida á que se restableciese el artí-
üulo 111 de la ley orgánica de 1821, no era posible que de tan li-
mitada base resultase una obra completa, 6 por lo menos se aprox-
mase á la perfeccion apetecida en un asunto tan complicado respecto
de! cual en lo que va de este siglo han regido diferentes reglamen-
tos, en muchos puntos opuestos y discordes eolre sí, y que unas
vec '8 han favorecido y otras Iasti mado los inteieses y desvelos ad-
quiridos de las beneméritas clases militares.


XI La comision no descenoc e que el trabajo que tiene el honor de
presentar al senado no puede menos de ser incompleto y defectuoso
como precisamente ha sucedido, aunque en mayor grado, con el que
ha venido del congreso de diputados; y por lo mismo hubiera de-
seado que esta ley de retiros hiciese parte de la ley orgánica del
ejército que haya de regir en lo sucesivo, y con todos los datos y
antecedentes que tiene á su disposicion la hubiera presentado con
aquella concordancia, armonía y complemento de que siempre me-
recen las disposiciones parciales, y que solo pueden hallarl}e en un
sistema.


J) Pero en la necesidad de limitarse á dar su parecer sobre el pro-
yecto tal cual se ha sometido á su exámen, la comision se ha visto
en la sensible precision de discordar en algunos puntos con aquel.
Espera, sin embargo, que si su dictámen no llega á corresponder á
los deseos del senado, se persuadirá á lo menos de que ha procura-
do conciliar en lo posible todas las opiniones, y dado una muestra
de que no la han guiado en sus trabajos otros impulsos que los de
su conviccioD y su conciencia.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 867
»Persuadida la comisio!l de que toda ley á que se da efecto re-


troactivo lastimando derechos adquiridos, es por necesidad defec-
tuosa é injusta, ha creido de su deber evitar este inconveniente en
]a actual, en cuanto sea posible, y de aqui que se haya visto obli-
gada á suprimir varios artículos, modificar algunos, aumentar ó
adicionar otros.


»Tam poco ha perdido de vista la comision las apuradas circuns-
tancias en que por desgracia se encuentra el tesoro público; pero
no puede por eso desen tenderse de la imprescindible obligacion que
la nacion tiene contraida con ia numerosa clase de retirados, re-
liquias venerables de tres guerras consecutivas, ni menos de las
recompensas debidas á los que habiendo dado la paz al pais á costa
de heroicos sacrificios, que soliciten en lo sucesivo su retiro; y aun-
que no se le ocultan las ventajas que por el presente proyecto dl'
ley se conceden á los jefes y oficiales del ejército, no recela la co--
mision poder ser censurada de pródiga por Dioguno que conozca el
verdadero valor de las privaciones y padecimientos de camparía,


»La comision, por último, recelosa de molestar con anticipacion
al senado exponiéndole detallada y minuciosamente las sólidas ra-·
zones en que se ha fundado para reformar el proyecto aprobado en
el {ltro cuerpo, se reserva manifestarlas en el curso de la discusiolJ
de este dictámen, que somete á su aprobacion, en los términos si-
guientes:


))Art.1.° Los jefes y oficiales que tuviesen doce afios de servicio,
inclusos ¡os abonos de campaña, y soliciten su retiro, lo obtendrán
conservando el uso de uniforme.


»Art, ~. o El derecho al sueldo se adquiere en los casos y con la
progresion siguiente:




86S RISTOltIA DEL REINADO
AÍÍOS. Céntimos.


-20 afiOe de servicio. -----30
25 )) » 40
30 » » 60
!H :o » 63
32 JI » (J6
33 ») » 69
34 » J) '72
35 » » 7/)
36 » ») 78
37 l) » 81
38 'f) » 84
39 » » 87
iD )) » 90


»Para la8 asignaturas que van expresadas, servirán de tipo lo~
sueldos señalo dos á los jefes y oficiales de infantería de línea.


»ArL :1. o Para los efectos del articulo precedente se con tarán
los abonn.5 de campaña despues de haber servido activamente 20
af!o-: (In teros dja por dia.


))'\rL .t. O Les que por heridas en campaña quedasen totalmente
inútilrs para continuar el servicio, t¡f~nen derecho al sueldo máximo
de retiro setíalado en dicho articulo segundo.


»'\rt. 5.° Los jefes y oficiales absoluta y visiblemente inutiliza-
dos en faenas del servicio por accidente fortuito, justificado inme-
diatamente. percibirán la pension de retiro próxima mayor á la que
por sus a!'íns de servicio les corresponrla.


»Lo:; aspirantes á retiro por esta causa, sisu inutilidad absoluta
fUlw~ dud"sa, quedarán de observadon para declararla faculrativa-
menLJ ó no por el plazQ de un año y nada mas.


,):\rt (j," Los jefes y oficiales que hayan perdido totalmente la
vj<:f1 6 nn miembro en accion de guerra, Ó en operaciones de cam-
pí";;. rh;rru.fal'ún por retiro todo el sueldo de su empleo, cualquie-
ra q e' ~'a .,! fiem po que lleven de servicio.


;úl,t '''].0 Para obfar al goce de sueldo de retiro que en el ar-
tículo fegunrlo se señala, es condicion precisa contar dos afios de
e!r:c!n';'lrrr! en el último empleo: los que no se hallan en ese ~aso
~¡shltdln rlel retiro correspondiente al empleo anterior, á erxcep-
áan de los d(éreccs y subtetlientes que gozarán el de su prop.edad
ie tN'n~ modos,




DEL lJl..TDIO BORBON DE ESPAÑA. 869
»Art. S." Los jefes y oficiales que en el dia se encuentran re-


tirados, gozarán d3 los derechos que por la presente ley se conce-
den á los que en lo sucesivl) o!1tengan su retiro; bien entendido que
los derechos á estas mejoras solo tendrán efecto desde la publica-
cion de esta ley .


• ArL 9. 0 Los militares de toda clase de ejército, armada, mi-
licias provinciaL·s y cuerpos francos, sean vivos ó retirados, que
pasen á las carreras civiles, conservarán el derecho á Jos retiros y
monte-pio que tuvieren el tiempo de verificarlo. Si sirviesen mas
de dos afios rn la carrera civil, lo tendrán á las cesantías, jubila-
ciones y montc- pio de esta, y podrán oblar ellos y sus familias por
uno de los dos.


l>r\rt. 10. Los jefes y ~yudan tes de los estados mayores vivos
de plaza tendrán derecho á los mismos retiros con arre¡lo á sus
años de servicio y su~ldo que disfruten en sus reales despachos.


lIArt. 11. Los rfeetos de la í'resente ley comprenden en todas
sus partfs á la marina nacional, á todos lo. cuerpos de ejército de
Indias, y á los emrJleados en estas en los estados mayores de plaza.
Para pI abono de todo retiro rn Ultramar, se tornará por tipo el
sueldo de infaLtef'Ía de la península, con el aumento de peso fuerte
por srncillo, exc\~pto para ac¡uell~¡s cuyos sueldos sean menores que
los de sus l'mp'ecB de igual categoría en infantería, Jos cuales solo
disfrutarán Jo que les corresponde á los años de servicio y sueldos
que di~~(ru{pn al tiempo de expedido el retiro.»


IV.


Corno hemos indicado ya, aqudla legislatura que venia arra~­
tránuose láDguidamente, como si todos Jos diputados DO hubieran
tenido otro deber que cumplir que el nOfIlbramienlo de la Recencia,
quedó tnruinada, y los diputados pudieron separarse con bien po-
cas satisfacciones por lo que h ubiesrn hecho en beneficio del país.


Hemos procurad~, preseL lar al lector las proposicione~ y do-
cument~1s mas importankE', así como los discursos mas notables,
porque nuestro nLjflo ero, fot'Jgrflfia.r aquella situacion, mostrando
que despues de Sil a]zamirnV¡ n~!~i"r:al, ia ~,pirion se habia manifes-
tarlo pC1teote para vepccr á 11 'Ff; ;"'Tre~r.litaha realmente los abu-


1" '(' . " , 1 SOS Y monoro j,\:" a )n~l'(:1 ::;~;~f' F,l'~rd.
TO}fO I




870 HbTORIA DEL REI,'fADO
Aquel período de lucha intestina, en que ¡:l partido progresirta


desgarraba impíamente sus entrañas, y ponia en :vidi'Tlcia su de--
bilidad y atolondramiento, halló UD término &1 'uspende!se las sr:-
siones.


El gobirrno sin duda neccsiütGu reposo, del,ia e(lmpOnerse, con-
centrarse, y por eso buscaba la so!e~lad y retiro, d0 frie hahian de
privarle sin duda los acont.cimientos que iban á slJrgir amenaza-
dores y graves.


Triste, lamentable era la situacion de EF'pañ3 á h muerte de Fer,·
nando.


Todos saludaron con júbilo la nueva aur(1n~ :1ul1 aparecía riente,
y Cristina pudo Cfiumoverse mas de una ver. ul prp,DtJci;,r los trans-
portes de júbilo á que se entregaba la mnltittHl, (:.reycr,t!0 q~lfl era
llegada la hora de redencion para todos,


Horrible y sangriento Espectácu!o presentú rbTues El pnehir· ¡he,
ro, cuando sus bijos se lanzaron unos eontE' I)!ro~ :i,·~truyéud(\5e
mutuamente.


y cuando parecia que Jebiera cerrllrse l'! pededc de !i.\ illcha,
para dar entrada y desenvolvimiento en tndas 13.'< 'sf'~r;1s soeiale:; á
los beneficios de la lihertad; 1a ;t:ll~)iü'iJ de Cr;: ¡:n:i. y la COííli:.!jri-
dad d~ sus cortesanos v,¡!vÍeron á dar 0ríg l;11 . ~; ,.~:V¡\~ ;)irlurhadoDl'S,
y murió el gobierno r~~presentativo ahogauo en el fango yen la C(\l'-
rupcÍon.


Para restablecerlo fué preciso qUll t,¡dos los homrF'es que se in-
teresaban en el prngrf'su se agrupasen, ,jr'.hnh';sbdI! á la f"accion
liberticida qUf\ vió sus jilaues uesh'chos y l ,: >", r!Jand i ¡ pen-
saba ürgt:.llosa gozar de su triunf;¡.


y no hubo gén~ro dn sactificios que DO SB Llll,u·,:, di';¡Jl1i:\slo á ua-
cer el partido de la reaccioo.


y Cristina prodigó d oro, y la corte roa,¡j:-t prestó sus in[1ucn-
cias, y Luís Felipe dió apoyo y aüxilio á los euus¡;ir¡.!r:r;'s 'jUC le·
DÍan armas, municiones y ¡.icrtrechos, im¡.mnidad y ilt11pM0 Ú los
agentes que pulutaban en las frOfitel'as.


L d 1 . t /' J. 'I-r a guerra e os SIc.e ¿ñus tt'ilZmtnte ter¡uwaUCI ¡¡, \¡(:rgu¡'a, po-
dia considerarse como el prólogo de azarosos y sangrientos dramas,
y los que se decían ddeusi): :;; dd Órden, :lebi~lü ¡roblf urJa VéZ
mas que solo aspirabaiJ á f'x.plolar i'l presul}U~s((¡, i s:'óuir ¡'''s
agios y dilapidaciones sin arrepeú tirse ni en mead¡>,rse j¿auás.




CAPÍTULO CXVl.


SUMARIO.


f:1lI'irbo ,1ocllllIl'nlIJ ,",ohre f'\ l<l,timoso estallo d" nuestra Hacienda en lRU.


L


Pur su importancia para apreciar la deplorable situacion de nues-
tra Ha('iri,d,l, insertamos el siguiente dOCI.Wlcnto:


(!T'¡j2d 1·1 (JL,;::',;:,h, de no p:;tlcr adh~rirme al dictámen de la ma-
'-..) Li


, ¡! . . ~ r f 1
"jHL oc !¡~ ¡Ynn:,i! [1 (l\lr~ esta én~eJ'a!rJij¡¡te con orme con e proyec-


1 l 1 ~,~, 1 1 ,. ~ 1 t' , 1 tr· (¡.; iI) "j :.;,,;,,;(1 ¡,o)' c. cungresu (e ¡os mputallOs, re a ¡VO a a
"í'J(¡juulC'¡UL nc biiCDl\~ del clero secular, siendo yo de sentir que
dd,e dc::e~l¡a¡,se a~,sol:üünJt;rJe dicho pro yi.:'cto , y que solo eo el ca-
f.\) (que resisto) de que admitido en su totalidad llegue á ddiberarse
pUf pu! ~i;,' (¡ i.i ¡¡nd; s, se bagan en é: entonces las correcciones y
enuúc;JJa;; q~;: o/iriu¡iUnlente propondré como esenciales y nece-
sarias tU mi CODeptu,


))NlJ cutrué aquí en las raZiJDt'S generales de justicia que recha-
zan dicha enflJcD~iC¡OB y expropia.cion, razones que alegué lenta-
m@te en In ,~;:",i(¡n dl 3 del corriente, y razones en que insisto, y
a! decto do J :t\í¡uÍ p,.:r reproducidas, Me ceñiré, pues, á considerar
Iv. cUi,;slbn por ah':ra bajo el aspecto econóalico, pues que econó-
mico toS el asp~ctíJ con que viene presentada en el proyecto.




872 HISTORIA DEL REINADO
»Se tenido la desgracia en esta parte de que no bastasen mis


razones para persuadir á la mayoría de la comision la necesidad
que habia de pedir al g()bierno ciertos datos importantes, propio~
para demostrar los fundamentos dt1 mi discurso; experimenté ade-
más el sinsabor de que el senado tampoco fiJ.voreciese mi deseo en
la sesion del 13 del actual, y el de que el gobierno de S. ~1. difi-
cultase la remesa de estos, hasta asegurar que ni este ario ni el qU6
f)iet~e podia presentarse lo que yo pediá, aserto que yo respeto, pero
en que estoy lejus de con venir.
~Esta falta de datos oficiales, con los cuales conviene siempre se


ilustren proyectos de ley de tanta cuantía y trascendencia cual es el
de que se trala (como que sin tal iluslracion es muy posible se
ponga en duda y riesgo el acierto), con lo que ~o voy á suplir evll
pocos dias do tiempo, y sin los auxilios que el gobierno tiene, va-
liéndome para ello de escritos que conserva mi tal cual curiosidad
en estas materias, y despues que haya manifestado cuáles son es-
tos uatos, indicaré las correcciones que en mi pobre juicio conven-
dría hacer en el proyecto de ley.


PUNTO PRIMERO.


DATOS QU CONVIENE TENER PRESENTES EN LA RESOLlClON DIL ASUNTO.


I.


Sobre la venta de bienes nacionale8 é importe de la deuda ftúet'01wl
en 1823.


nEn 1.0 de marzo de 1823 presentó á las cortes una memoria la
comision de visita con anterioridad nombrada para el exámen de la~
operaciones del establecimiento, entonces conocido con el nombre
de Crédito ptiblico. Suscriben esta memoria los sellores don José
Canga Argüelles, don Pedro Sur¡á y Rull, y don Anlnnio Villa-
nueva.


»Vió la luz pública en Cádiz en el mismo año de 1823, impren-
ta de don Manuel Bosch; y teniendo yo la honra de ser diputado á
cortes entonces, y la de haber sido fi~l hasta el último momento á
la legitimidad constitucional, alejándome del suelo patrio, así que
desapareció en aquel infausto año, conservo y puedo hacer uso de




DEL ILTfMO 101l0N DE ESP~A. 873
este documento, cuya autenticidad no puede ponerse en duda.


» Vario~ estados acompañan al mismo, y de ellos saco los datos
siguientes, despreciando por regla general maravedises para mayor
claridad.


Las fincas vendidas, aunque no habian ingresado todos
sus valores, importaban 8e~un la casilla primera del
estado núm. 1. .


tos censos redimidos ídem ídem se;un la casilla 2.'
El lalor que podian tener 108 eli~tentes, inclusos los que


se estaban subastando segun la casilla t.' .
La leuda sin interés, rebajando el valor de las rentas he-


chas y créditos caducados segun el e8tado número 11,
primera casilla de las cuentas deudoras. .


y la deuda con interés ídem, segunda casilla idem ..
Total de ambas clases de deuda.


.De e!tos datos se deduce:


Rcales 'l'cllon.


433.853,855
7.723,7!Í2.


982.899,387


3,754..G55,HO
4,267.3ti6,949
8,022.022,889


.. 1.. Que en aquella época se vendieron fincas y redimieron cen-
sos por valor de unos 440 millones de reales.


»2. o Quedaban por vender unos 1,000 millones.
»3. 0 Que importando 8,000 millones la deuda, estaba con esta


.Ia hipoteca en razon d~ uno á ocho.


n.


Sobre el importe aetual de la deuda del Estado.


»En julio de 1840 se publicó en esLacorte,imprenta de don Nar-
ciso San~hez, una obra titulada Exámen económico-histórico-crítico
de la llacienda y deuda del Estado, por el señor don Pio Pita Pi-
zarro. En su pág. 86 se dan conforme á datoN oficiales varias noti-
cias relativa~ al importe de la deuda en los años 1832,1834,1831
Y 1839. Respecto á este último se dice:


;cEo principio de 1839 toda la deuda era, á saber:




874 HISTOB.lA. DEL llEINADO


Deuda interior consolidada con interés.
Débito pOI' intereses vencidos. .
Deuda cOl'l'iente con interés á papel.
Vales no consolidados. .
Deuda sin interés. .


Importe de la deuda interior.
Deuda consolidada extranjera ..
Réditos vencidos que se están debiendo.
Obligaciones del año 1823.
Deuda pasiva.
Deuda diferida. .


Importe de la deuda exterior.
Importe de ambas deudas. .


1, 72!1. 5G1,39!5
186.691,149


1,976.768,777
423.544.,283


6,958.701), !li1


3,oHO.181.188
40:L 625,100
100.000,000


1,194.!H30,000
1,673. 3H, l65


--


6,9G2.103,~1)3
-- ~"'------'


18,237.:l77,998


»1-08 auténticos datos que acabodeestampardan á nuestra deuda
un importe por desgracia tan excesivo como cierto. No !"e crea que
desde principio de 1839 acá habra disminuido mucho por la amor-
tizacion de la deuda recogida por las ven las de bicDes nacionales,
Lejos de eso, es menester no perder de vista:


»1.° Que en los años 1839, 184.0 Y lo ilue va del presente, se
ha liquidado y reconocido bastante deuda no compreudída en los
datos anteriores.
))~: Que en ellos no se comprenden las diferentes clases de de u-


dr. cuya suerte en su reconocimiento auo no se ha decídido por ley,
) de (pe por Jo tanto se han expedido láminas que !'e llaman p'o-
vt"!,ion·dt!s.


» Y 3.' Que en los referidos tres anos van vencidos cinco semes-
tres de rédilos, que á razon de 100 millones cada uno, importan 700
rr.itk;¡es de reales.


»)Ca;eu10 en 150 millones el semestre de réditos, porque el gobier-
no pidió para túdo el año en el presupuesto actual la cantidad de
~99. UOO ,13G rs., ó sean ca~i 300 millones: suma asombrosa que
está grávilando incesantemente sobre la nacion, y para cuyo des-
empeño SE' necesitan cada mes 25 millones de reales, cada dia
8~1,911 ¡S., Y cada hora 34,246.


liSio ::m bargo de todo,consideraré solo en 18 millones el importe
dt: Du~slra deuda de todas clases.




DEL ULTHlO OOR1l0N DE ESPAÑA. 875


Ill.


Sobre el valor de los bienes nocio,wles.


»Eo la memoria presentada á las cortes por etseñor don Juan Al-
varez Mendizabal acerca del presupuesto general de gastes con fe-
cha 18 de agosto de 1837, se lee en la pág. 3H (copiándo3cexac-
tamente en el Exámen económico del seííor Pita Pizarro), que los ca-
pitales en ven ta eran los siguientes:


Bienes seeularizados y obras pia!. .
Cellso~ sobre fincas vendidas. . .
Conventos y ILonasterios de varones.
Idem dé monjas... ..
I~ncomi(lndas vacantes y secuestradas.
Ex-jesuitas. .
Inguisicion. .. ..
Fincas adjudicadas por débitos.
Idern de la TIacienda pública.
Incidencias de consolidacion ..
Mae~lrazgos. <
M(¡slr~lnLos.. ....
Pl'ocedeucias del Banco de San Carlos ..
Redencion de cautivos.
Insti tuciones. .
Secues Iros pOI' incorporacion.
TemporaJidades do Antonianos.


Suma.


Importe en tasacion de las fincas vendidas
ha~ta fin de junio ¿e 1836, segun se ex-
presa en la pág. 3 t 3 de la referida me-
moria del señor Mendizábal. . . . •


Total de los bienes nacionales.. ,
De este mismu debe rebajarse:


1. o POI' el valor en tasarían de todos los bie-
nes vendidos hasta fin de mayo de1841,
segun la Gacela del gobierno de 15 de


Reales vel!on.
1.907,898


2;:;1,714
836.4.65,IB8
53fl.i7fl,B73


11.BI.)(;.496
H.101,503
1!L702,203


768,064.
35,4.81l,1".iOO


94.667
7.517.720
2.HH,738
2.6\H),747


56,016
20,8S1


1.302,607
101,656
--:--~~ 1,503.iH 1,(j71


18/i.3il5,U6
1,ti89.846,817


julio ultimo, numo ~, 465.. . . . 678.798,641¡
2.° Por el valor en capitalizacion de los ,


foros enfitéuticos ó ai'J'endamientos ante- ~
riores á 1800, vencidos basta la propia ,
fecha segun la misma Gaceta. . 33.864,594,


Por consiguiente restan por vender bienes
nacionales por valor de.. . . . .


712, 663,23~


977,183,585




876 HISTORIA DEL RElNADO


IV.


Sohre el valor de 101 bienes del clero.


»Se ha impreso y repartido en el senado una Exposicion dirigida
á las cortes CM fecha 21 de abril de este afio, por d serior don
Agustín Fernandfz Gamboa, dando ruenta de sus actos como minis-
tro de Hacienda, dtsd4 /6 de octuhre de 1840 hasla 6 de marzo
de 1841.


)) En el apéndice de documentos adjuntos á esta memoria se halla
al número ~8 la exposicion que hizo el mismo senor ministro á la
Rpgercia provisional en 19 de enero, y dió lugar al decreto de este
en 2! del mismo, acordando se pre5entase á su tiempo á las cortes
un proyecto de ley para la iDcorporacion del Estado y sucesiva eoa·
jpnar.ion de los bienes del clero se(lular .


.. En esta exposicion (pág.S7),hablando de la masa de estos bie-
nes que se califica de cuantiosa, y seguramente no bien conocida, se
dice que su va?or en tasacion no 8e duda podrá exceder de 2,000
m¡'Uones, 9t' se consideran los defectos de que adolecen infaliblemente
las mcompletas relacionel que el gobtúno tiene reGo;Jidas. Y en otro
lugar (pálj. 49) se vuelve á repetir como un supuesto este valor
de !,OOO millones.


JJSin que sea visto que yo confirme con mi humilde apoyo este
cálculo, le admito tambien como un supuesto, y deduzco de él y de
los datos que he comprendido en los párrafos 2: y 3::


»1." Que la hipoteca total qu~ ofrecen á la deuda, tanto los bie-
nes hasta ahora incorporados al Estado, como los pertenecientes al
clero secular, no pasa de 3,000 millones de reales.


'\) y !. o Que debiéndose calcu lar toda la deuda nacional al menos
fQ 1 Sj 000, se halla esta con la hipoteca á razon de uno á seis.


V.


Sobre la dt'versidad de los métodos estahlecidos 9 propuestos para 1ft
venta de biene,.


'9 La d ¡(prencia de les métodos eltable~idos y que se trata de esta-
hlocor para la cnajenacion d. los bienes nacionales, me obliga á ex-




DEL ULTUI0 BORBON' DE ESPA.ÑA. 877
plicarlos aqul, como un dato de que despues haré uso, y el senado
considerara si es útil que siga tal diversidad ó que se adopte un mé·
todo general como en otro lugar respetable S8 ha sostenido con co-
pia de razones .


.. Primer mé/odo. Para los bienes hasta hoy COElocidos eon el nom-
bre nacionales, conforme á Real decreto de 19 de febrero de 1836.


DSe paga una quinta parte ó sean dos décimos antes del otorga-
miento re la escritura, y los ocho décimos restantes se satisfacen en
cada uno de los ocho alíos siguientes.


»El pago se hace:
» Una tercera parte del precio del remate en títulos ó documentos


de la deuda consolidada al {) por 100 por todo su valor nominal.
~Otra tercera parte en títulos de igual clase al 4. por 100 por to-


do su valor nominal.
D y la restante en títulos ó documentos de la nueva deuda del ti


por 100 que se iba á cOllsolid~H, y no habiéndose realizado esta con-
sülidacion en deuda sin interés, vales no consolidados y deuda ne-
gociable con interés de 5 por 100 á papel, todo bajo ciertos tipos
establecidos en un decreto de la Regencia provisional del reino de 9
de dicicrubro de 184.0.


»8egundo método. Para los censos conforme á Real decreto de 5
d8marzode 1836.


"Se paga una quinta parte antes del otorgamiento d~ la escritu-
ra, y las cuatro restantes en cada uno de los cuatro afios sucesivos.


»EI pago se hace:
»Dna tercera parte del precio del remate en vales no consolida-


dos por todo su valor nominal.
vOlr;:. tercera parte en títulos de la deuda corriente con interés á


papel portodo su valor nominal. Y la restante en títulos ó documen-
tos de la deuda sin interés, pero en una cantidad duplc s ó sea no
dando á su importe nominal mas que,una mitad de este mismo valor.


»Tcrccr método. Para los edificios de conventos é iglesias no des-
tinadas al culto conforme á decreto de la Regencia de 9 de diciem-
bre de 1840"


»Se Ing1. nna mitad de! precio del remate en el acto de otorgar
!él. escrilJIü, y h otra mitad á los seis meses de su fecha.


))El pago se hace:
))U:licamente en cupones de interés vencidos de toda la deuda


c1mslJ!idada por todo su valor nominal.
101m I~




878 HlSTOnIA DEL REINADO
'fJCuarto rnétedo. Para los bienes del clero secular, que consisten


en prediosrústicos di visibles que no excedan de iO, 00 O reales; para
los no divisibles que se hallen en el mismo caso, y para los predios
urbanos CU)O valor no exceda de 10 á iO~OCO reares, segun el ve-
cindario de los pueblos, conforme al art. 11 del proyecto de que es-
toy tratando.


»Se ha de pagar el precio del remate en veinte plazos de afio cada
uno.


»El pago se ha de hacer en dinero metálico.
})Quinto método. Para los bienes del clero secular que no se com-


prendan en el método precedente conforme á los articulos 10 y 1i
del proyecto:


»Se ha de pagar el precio del remate en cinco plazos: el primero
en el acto del otorgamipnto de la escritura, y los otros cuatro á uno,
dos, tres y cuatro años de la fecha de este documento.


»EI pago se ha de hacer:
»Diez por ciento en dinero metálico.
»Treinta por ciento en deuda consolidada con interés del 5 por


tOO, Ó del 4 eutregandí) de este ciento~o por cada ciento.
;oTreinla por ciento en cupones dA intereses vencidos de la misma


deuda ó de la capitalizacíon del 3 por 100, y el 30 por 100 res-
tante en deuda sin interés, vales no consolidados 6 deuda negociable
con interés á papel bajo los tipos establecidos. (Aunque el proyecto
no lo Jicc y debía decir:o, parece querrfl referirse á los que fueron
designados en uno de 103 decretos de ia fkwor:¡~, de fi de dlciembre
de 18iU.)


})Sexto método. Para los censo~ que tengan R su f;wor los bienes
del clero secular, segun los artículos lO y 1'2 del proyecto.


»Se ha de pagar el preciíl del remate, y el pago se ba de hacer en
los mismos términos que se acah~.n de explIcar en pI rrétorto anterior.


»Rdlexionandli soL:;:: esta diversidad de métod;:s que solo podrá
fundarse en el deseo de atenda á to~as las difcrel1lf',~ clases de la
deuda en esta almoneda de L hipoteca de toda la deuda del t~stado.
bien puede sostenerse:


»)1." QGC esta di ver ::idJ.d d;-; métodos dificulta las ventas para las
personas que no se ha!!e,:¡ Versadas en la clasificacion (le nuestra
deuda y en las pi'ol~ordt)ü;s CJ. q'le cada. clasr, e::; admitida, y las
hace en cierto m,)Jo 81¡);~S;'ía'l ~J;1ra los esp~Glla1();[~s :iedicldos
á esta especie de lu;;rosa negoGi!'\cion.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 879
)2." Que tamhi'.~n ha de perjudicar á las operaciones de conta-


bilidad fin las oficinas, porque si difícil es para Jos compradores el
acomodar las prnp0siciones de la~ clasf.'s de 1;1 deuda á cada una de
las q:Jiulas Ó dé·j'!~;1S pintes corresp%dientes á cada plazo, tambien
ha dc !Sr;!' e;t¡)¡;¡¡'!;Z\i:;J. P,IL l(lS ofidnas esta eomplicacion no necesa-
ria ni eOuVf.:u¡¡;nlt; en verdad,


)3," Qlle L,) .~e (,:H~cibe haya asomo alguno de raZOD, ni por
. • I • • ," 1 l ., . conslgui¡;'(l'.l' j,,;dCl,¡, para. que ,';" ,)l(~nes y lOS ecnsos incorpo-


rados al es!(;d:¡ iúlyan do enajenarse de distinta manera y en dis-
tinto:: rL:;,ú~; 'i'h: ;¡;C, Ll;:,ie3 y eensos proc('denti;s dd clero secular
que se ir~cÍJ, l'UJ't\D <lhora aq'1el, sin embargo de que unos y ütros
hall JI~ ::'llst:!t,:[ j,; .L,(:nc::m idguna la hipoteca de llurstra ~euda,


»U·'chils ésLs i.die,'ciones, :; pues!¡j¡;; á la vis!a (H Senado los
d:llu::i 'if¡:'iair:, qií,~ ~() líO ;;c,oifd(¡ propcr(ÍijUi!, con la rrecipitacioú
tI"é ,;( ;, j,: ." ,c • ,: .,i ,\ n( d iS ¡él:, h ('lí ie:, ti u ¡én tieas fj U~ riejo
citadas (PI.; ¡¡.Ie i< SiL> UJ ,j0 Podlc, pl'c'porcioi!g[ll1s, ,Srgun SUS rua·
nifestüá)nt~s f'n b srsiün del 13 del que rige), me resta consignar
las Ci}l¡t:CC¡O;H~: qne L,éct'sita á mi CC1rto en tender el pro~'ecto ce ley,)J


PCNTu SEGlNDO.


Correcciones necesarias en el proyecto de ley.


:olbbiiSndome propuesto considerar por ahora este proyecto bajo
un pllnt.o de yisla. económico, ó sea en sus relaciones con la deuda
Qel eslarjr¡, me abstrndré de entrar en ninguno de los objetos aje-
nos á mi propósít,¡ bajo aquel aspecto, sin perjuicio no obstante de
lo que tcngo manifestarlo con relacioD á los principios de juslicia1
y de lo que en la discusiofl pueda manifestar con relacioo á ellos ó
cua~esfJui('y¡;, (t;r')s, sirvié~domr la misma discusion de guia para
votar, Citr::fI me ~uC''\de c1)rJstantp.mrl1te.


Pl'imerc.: cor-reccion al artículo 3. o


A)Eslc u.rtkul¡) dice en el proyeclü: «Se declaran en venta todas las
fincas, dCfed10S 'i acciones del clero catearal, colegial, parroquial,
fábricas de las iglesias y c.ofradías de que tratan los artículos an-
teriorts. ))




880 HISTORIA DEL REINADO
»Mi enmienda se reduce á que en vez de se declaran en venIa,


se diga: Se declaran hipoteca de la deuda nacional etc.
»Habiendo aun sin vender unos 1,000 millones de bicoes nacio·-


nales (pár. 3.° del punto primero); debiéndose poner en venta, y
circulacion considerable porcion dJ biene~ particulares promulgarla
que sea la ley s'Jbre vinculaciones; y considerando yo ddectuo~os
y necesitados de general reforma los métodos que establece el pro-
yecto para la enajenacion de los bienes del clero; me paree!'") que ni)
es conveniente abrir la puerta á la venta jT1stantánen d~ ('nos. y si
el que se declaren hipoteca de la deuda del estado.


Seglmda correccion al artículo 4. (


»Este dice: «F.l gobierno se encargará desde L" de oc!urri'> próxl-
IDO de la administracion y recaudacion de todas las yrntas y prodll '>
tos de propieuad de toda especie perle~!er¡entw3 hasta aquí al di'-
ro ... etc. 1)


» Yo propongo diga este artículo 4.(, (jEt goblúno ~'ntervenr!rá des¡(e
1. de octubre pró;rimo en la administracion y recaudacion cfr;. )


»)El variar de manos en su totalidad 'J ~Fl¡.niDist"ciop '!c Uf: 's
bienes cuyo valor se ha llegado á supone! de 2,000 m;!1ones 1,lé
reales (púr. 4.° del punto primero), es fácil para manJ2.rla, p::rü
difícil de realizar, sin que resulten gravísimos quebrantos t~n ;QS
productos de la cosa administrada, quebrantos que en último resul-
tado Lan de redundar en p~rj\!icio dE' la :}acion) l~D p('rju¡('¡f) d0 :'.'3
contribuyentes. ¿Quién arlmini~trnrá nwjor 10.3 hienes del doro, bs
cabildos y personas que los c:stán n:anejando tan!n:; (lfíos> tantos
siglos hace, ó los empleados y subalternos que entran de rq~:elltl' h.
administrarlos? ¿No seria mas conveniente dejar la admi:1is!racioL Ú
Jos primeros, aunque sea al pronto, y confiar la intervencion á lu.~
segundos, con lo que aprenderian todo el mecanismo de a~uello~, y
podrían desempeñarles por sí solos? Dése, pues, á la interveDcion
que yo preferia sin titubear, toda ia extension, ioda la fiscalizacion
que se quiera; pero no se prescinda desde luego de manos experLls
en la administracion para confiarla ciegamente á manos por lo mc-
nos no prácticas. Mi deseo es que el trámite de la adruinistracion se
haga con el detenimiento y pausas indispensables para que al in-
cautarse el estado de los bie:l1es del clero no se experimenten los
perjuicios sufridos en la extincioD de los regulares, La ~adie!:lc¡O!3 dp:




DIL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 881
estos perJUIcIOs se hace con nc poca exactitud y verdad en las pá-
ginas 307 J 30S de la memoria del serior Mendizábal, que he cita-
do en otro lugar. Conozco bien la diferencia de circunstancias en tre
una y otra época; pero si ella debe disminuir el temor de que ta-
les menoscabos se repitan ahora tanto, nI) debe hacerle desaparecer
del todo, ni es necesario me detenga á mas explicaciones subre el
particular.


Tercera correccion al artículo 7. e


IlLa administracioD y recaudacion (dice este artículo) de las ren-
~as y derechos que hasta ahora han correspondido al clero, fábricas
y cofradías, esbrán en cada provincia á cargo del jefe de la Hacien-
da pública que nombre el gobierno; pero bajo la inspeccion é in-
tervencion in mediata de una comision especial etc ... »


»;\ mi modo de ver convendría dijese este artículo:
TJLa itztervenciou de las ventas!J derechos que ¡¡asta ahora ha cor-


respondido al clero, fábricas y cofradías, estará en cada provIncia á
cargo del jefe de Hacienda pública que nombre el gohierrw: pero baje
la iutervenr:¡"o1t úunediata de ww comision especial etc ...


»Esta enmienda es consiguiente á la que dejó propuesta en el ar-
ticulo 4.° A.mbas se proponen conservar la administracion antigua
por abora para excusar los inconvenientes de una repentina varía-
cion; pero sin perjuicio de que esta administracion sea intervenida
¡Jor el gobierno, y de que Jos productos de ellos los recaude este, y
destine al objeto que previene al arto 4. 0 del proyecto.


Cuarta correcáon.


»Los artículos 9,10,11,12,13, 14,15 Y 16 del proyecto Se
contraen todos al modo y forma en que ha de hacerse la venta de
Jos bienes del clero, y como esto es lo que JO combato, principal-
mente en beneficio mismo de la deuda nacional y de los contribu-
yentes, me es forzoso proponer la supresion de estos ocho artículos
y la subrogacion de todos ellos en uno que diga:


»Art. 9. 0 El gobierno propondrá á las cortes al principio de la
próxima legislatura el método uniforme de aprovechar los bienes na-




88~ IIISTORIA DEL REINADO
cionalcs que constituyen la hipoteca de la deuda del estado, cualquie-
ra que sea d orígcn y procedencia de ellos, de modo que se facilite
su adLjuisicion á las clases laboriosas menos acomodadas, se adquie-
ra el wedio de empezar á pagar en metálico alguna parte de la
d!~UlL! eon~¡dida~a, así en el interior como en el exterior, y se atien-
da tambitn en lo posible á la deuda sin interés.


»Para persuadir al senado de la conveniencia de esta cürrcccíon
á pro!!iH~:-:ta mía, quisiera yo tener todo el tiempo que la grandí-
sima importancia del Iwgocio exige á fin de explaüar dl'lcnidamente
tojos ln~ m:,tivos (10 cünviccion que me la haeen ver jusla, Dccf'saria
y cOilv,;ui\~út0. Entre nosotros se ha seguido desgraciadamente un
~¡5kmJ. el¡UiVI{'ado en materia de crédito público. Se ha creidü que
est<' se mej<Jraria y progresaria amortizando lús títulos de la deuda,
adr:;i¡ühJu!o:3 en cOlnpra de bienes nacionales, El crédito como me-
jora :y prr'gres0 en todas las naciones es pagando religiosameDte Io~
Llul'sc::; Jc .Ia deuda,


») Este f~q ui vocado ~jstema DO es de ahora: principió en mucha par-
te erl la seg:lOda época del gobierno representativo; ¿y cuáles fueron
los H~snllddos? Ya lo dejo demostrado en el párrafo 1," del punto
primero: vender bicnes por valor de unos 44 O millones de reales,
quedar sin vender UlJOS mil millones, y existiendo aan ocho mil mi-
llones de deuda, estar entonces la hipoteca con esto en la razon de
uno á oeho.


Xl El mismo sistema se ha seguido en la tercera actual época de
gobierno representativo; y tambien dejo demostraoo en los párrafos
siguien tes al acabado de citar, que se han vcndido hienes y censos
pur valor de setecientos millones: que existen sin veuder unos mil
miiLnes de hienrs nacionales; que supuesto valgan dos n,i] millones
lus de! clero, la hipoteca de la deuda será tres mil millones, y que
cakulándose esta flor lo menos en diez y ocho mil millones, aquella
se halla CMl la misma en la razon de uno á seis, proporcion mas
favorahh, por cfJUsiguiente. que la que ofrecen los datos de 18123,


»Mas sin embargo, ¿es tan ventajoso esto como ID que se nece-
s¡tar¡a para lihrarnos del peso de nuestra deuda por el vicioso y
perjudicial método de amortizacion, por medio de ventas en pago
dl~ las :?'uales se arlelantan títulos de la deud3.? De ningurJa ma-
nera. Aun cOD~cdiendo oe barato que los tres mil millones se ven-
dan á doble precio de la tasacion de las fincas, no se obtendrá mas
que la arnortizacion de seis mil millones de reales, y siempre




DEL ULTlMO BORBON DE ESPAÑA. 883
quedarán doce mil millones de deuda: concediendo de barato, di-
go: primero, porque ya se han vendido las mejores y mas pro-
ductivas fincas de los bienes nacionales como era natural suce-
diese y como sucederá con las de los bienes del clero lurgo que se
proponga su venta; y segundo, porque exigiéndose en la venta de
esta última especie de fincas el pago de una parte en metálico, cla-
ro es que lo que se satisfaga en títulos de la deuda decrecerá pro-
porcionalmente.


)¿Y cuál es el estado de nuestro crédito en las bolsas extranjeras
y en la de esta capital? Fácil me fuera tomar un periódico extranjero
en las manos, leer la cotizacion de nuestras rentas en las princira-
les bolsas de Europa, y compararla con la cotizacion de las rentas
de otros estados de menos poblacion I riqueza é ¡ro portancia que Es-
paña. Rehuso de hacerlo por un sentimiento de amor propio nacio-
nal, que el senado tendrá á bien grad uar en su justo yalor. Y en
cuan to á la llolsa de Madrid tambien creo pruden te abs1.enerme de
consignar aquÍ con cifras y comparaciones la baja extraordinaria á
que ha llegado (aunque DO tan crecida como en el exterior); y re-
nuncio á los poderosos argumentos que me ofrecerían en demostra-
cion de que el crédito se recupera pagando los intereses, no ven-
diendo bienes con ventaja noto~ia de los compradores, muehos de
los cuales han adquirido la propiedad de las fincas con solo dos ren~
tas de estas mismas.


»Tambien prescindo de detenerme á explicar la conveniencia y
l~l justicia de que la adquisicion de las fincas se haga asequible á
las cla~':s laboriosas menús acomodadas; porque no dudo que el se-
nado participará de mis sentimientos en esta par!!!, ti ig1Htlmente
estará penetrado de la necesidad de que se atienda !umbien en lo
posible á la deuda sin intereso Todo, pues, deseo yo que lo tome el
gobierno en madura consideracion para proponer en la próxima le-
gislatura un proyecto de ley que abrace los objetos indicados en el
a.rticulo que dejo formulado y propuesto, que deberá ser el noveno;
y yo no hallo perjuicio alguno en que se adopte este articulo, y se
supriman ')cho del proyecto comprendidos desde el noveno al diez
y seis. ¡\un dado caso que el gobierno insista en su pdrrJitivo pen-
samiento sin la mas mínima alttracion I ni aun en los difere~.tes mé-
todos de ventas, cuya incongruencia he indicado ya; aun en este
caso, ¿qué perjuicio resulta al Estado de suspender en suma por tres
ó cuatro meses la enajenaciou de los bienes del clero? ¿Subirá nues-




8Si HISTORIA DEL REINADO
tro crédito por ventura en el interior ni en el exterior precipithndo-
la instantáneamente? No, eso no: nuestro crédito no mejorará, y
la experiencia universal asi 10 enseña, mientras no empecemo& á
pagar en metálico los intereses de la deuda, al menos en la parte
que podamos.


Quinta correcct'on á loa articulos 17 y 18.


»Esta correccion seria bien ligera si el senado se dignase aco-
ger favorablemente lo que acabo de explicar y fundar. Se reduciría
tan solo á variar la numeracion de estos dos artículos, que enton-
~es serian 10 Y 11.


»He concluido con la precipitacion á que me obliga la premura
del tiempo, por una parte, y mi concurrencia puntual á las sesiones
del senado. Como se deja conocer, no me ha sido posible tratar la
materia con la prnfundidad y extension que merece, siendo una de
las vitales para el Estado. Sin crédito, como sabe el senado, no hay
gobierno posible en el estado actual de civilizacion, y no hay cré~
dite para pagar los réditos de lo que se debe. Amortizando deuda
en venta de fincas, DO se pagan Jos réditos en verdad, y como éS-
tos se lJan de pagar mas ttl.rde Ó mas temprano, la venta de fincas
sin aprovecharla de algun modo para el pago de intereses, ha de
redundar con el tiempo en gravámen de los contribuyentes, porque
del producto de ¡as contribuciones ha de salir el pago de los rédi-
tos, así como saldrá tambien de ellas la subsistencia del culto y del
clero.
)~ Por consideraciones tan altas y graves, y por efecto de profun-


da conviccion, someto respetuosamente á la ilustracion del senado
el presénte voto partbular tal como le propongo al principio. Pala-
cio del senado 16 agosto de 1841.-Domingo Ruiz de la Vega.»




CAPITULO CXVH.


SUMARIO,


I\",(~iíal\"(' lo~ ¡!r;-n'~'i ''Ucc"o,; qul' Imicron lugar en ~radrill y algunas provincia' f'¡:
octubre lle lFli1.


1.


Los sucesos que venían precipitándose, dieron por fin ocasion á.
que se desenvolviese el plan maquiavélico qUD vcninD fraguando en
el extranjero Jos partíd:lrios de la reaccion,


Ell breves dias los generales que so hi.l.llaban el'. FrQnci:1, pasa,,·
roo. ú. ocupar los puntos designados, y casi simultáneamente se supo
en Ma.drid el movimiento de diver:5as provincias: por manera que
el dia '7 de octubre la gucrr~ civil estaba sumamente agi!ada, sin que
el gobierno se hubiera decidiuo á expJi;;ar los aeonle;;imientos,


La milicia nacional d~(ha las glJu¡dlas desde el día anterior cm
doble fuerza y fuertes tetel"Es, )' drtulaban entre las grupos rumo-
res mas ó menos alarman tes) habiendo salido diferen tes generales,
unos á las provincias VascongRdas, O~I'OS á Extremadura y Ara-
gon.


Nadie sabia darse cuenta d~ lo que venia aeonteciendo, y se ha~
bIaba de prisiones, suponiendo que el ó¿,neral L~ün habia logrado,
escapar de las garras de la policía. TodG era incertidumbre, 82 ha-
T.~o!. 112




886 mSTOftlA. DEL REINADO
cian mil cálculos y conjeturas, y parecia tambien que la natura-
leza presagiaba graves acontecimientos.


H.


A las 8 de la noche del dia 7 los tambores y cornetas de la mili·
cia batian generala congregando á los nacionales que acudian pre-
surosos á sus puestos á pesar de la lluvia y el viento frio que ha-
cia mas te me rosa la noche.


Oían se descargas hácia la plaza de Oriente, y los milicianos ues-
pues de reunirse fueron concentrándose hácia Palacio, ocupando los
Consejos ]a compaf1Ía de cazadores del segundo batallon. En aque-
llos momentos angustiosos todo caminaba al azar, y parecia que el
gobierno no existia, que los batallones pasaban las horas en la i¡'al'~'
cion y no era posihlfl averiguar le: qUé rlen tro el regio ale&zar er,-·
taba pasando.
Efectivamenf.e~ allí era donde f,e Je::c:n'ohia ;)) drama sangrientc,


allí donde se daba la batalla, a.lIí lambicn donde :G~ r.onscrvadGres)
1 .. • . '1" 1 l' , 1 ¡ f os monárqUlcos¡ !OS armgos CI' OU.1eI.1, .. }[lzllEiEí nesp egat G sus uer-
zas para reñir batalla {:Otl el gobi>;;rDCl , ..... c1j,:·!ituid,)


Parece que su plan era apoderarse de Isabel)' su hermana tras-
ladándolas á. un puesto donde contaran con fuerzas superiorei'j para
proclarr'(!.f la caida del RegentE: y destruir la obr¡:¡, qU(,¡~! ~:artido
-progresista habia cüIlsurnado desde setiembre.


Corno todos \o~ movimientos de los moderados que jjO (;tli';~t~1'
con simpatías i3!l el pueblo, era aquello una sublevacion militiJlr di
l"igida por una porcion de generales desGoutentos y ambiciosos.


lB.


Apenas se habia pasado la lista d: la tade, el regimiento de la
Reina, mandado por Fulgosio, tomó las armas dirigiéndose á Pala-
cio; donde penetró sin obstácuL y {Lude se hallahan ya los gene-
ralés Concha, Leon, Norzagaray (}J:Jae ue Hiquena, duque d~~ San
Carlos y otrüs.


El cen'3m1 Lcon vestia de gra!l u1liforme, m¡enir1.ls que ;sus com-
pañeros ha.bían aCildido de pahulOs.




DEL ULTIMO }lORRON DE ESPAÑA. 887
Al llegar á la plaza de la Armería y patio del Palacio los jefes de


aquel movimiento, creyendo ya asegurado el éxito de aquella em-
presa. hubieran de lanzar Iós gritos que les servían de lema, y la
guardia de aldbardcros al apercibirse de tan desusado ruido y movi-
miento pudo prepararse teniendo ap~Jas tiempG de tomar los mos-,
quctes, cuando ya snhian por las escaleras los desatC'ntadc¡;: fauto-
res de [!fIUeBa inicua trama.


En balde se emplearon los halagos, las promesas y las amena-
zas pan: rednci" Él af[uPI pequeño grupo de v0Íeranos, que manda-
ba don Domingo Dnlee, teniente coronel; todo fué inútil, y durante
ocho horas mortales los sitiadores apuraron tortos los rnedios para
"2¡;eer la desesperada resistencia, cubriendo de cadáveres la esca-
lera que conducia á la entrada principal.


lm['osihle es darse una '~xpl¡cackiJ siltisfactoria de í\quella derro-
t~;! cnand:~ los si fiadores cflfll"hap con fuerzas muy superiores;
e!¡aDfL se hatieron con empeño y bizarría aunque sin /¡roen, y cnan·
del conocían perfectamente las mil entradas y salidas por donde pc-
~¡a Ihgarse á la e~t[l,ncia que oeupaban las jóvenes princesas,


Acaso faltó á lo~ snhl'Wad.os alguno de íos (pe cuitbban de las


!\casü contaban cnn el aturdimiento y la sorpresa, 'i querían evi-
ÜU todo ~hoque. No fué el respeto ní el deseo de evitar sobresaltos
." cnnge'jas á las pobres ni::'í.as, lo que detuvo á los soldados de la
:'HI.CIOD.


El" algunos momentos pusieron con su imprudencill: en peligro
la vida di' aquellas niñas de quieneS se llamaban salvadores.; pro-
bando que la, ambician 129 cegaba completamente.


Por lb Hegó la aurora, y con ella desaparecieron las esperanzas
de los c~mspiradore3 que huyeron despavoridos dejando en pos san-
gre y verg'lenza.


lV,


La milicia apenas habia hecho algunos reconocimientos.
Espartero permaneció en su palacio de Buenavista durante toda


la noche.
'\'0 tenia el gobierno confianza en ninguno de los cuerpos de la




888 MISTORlA DEL REINADO
guarnicion, y solo esto puede explicar que pasasen tantas horas sin
tornar disposicion alguna enérgica, cuan('o el mal era tan grave,
cuando de haber logrado apoderarse de Isabel y su hermana la Re-
gencia se hallaba perdida, ja que Espdl'íf:ro DO era tan audaz que
hubiese aprovechado esta j¡;aS,iÜ{¡ para pone; l.énnino á la revo!uci:)n
dando por \JeslrGnados á ;0::; ll')fb0nes y prJclamando al único so-
berano que es el pu>,blo, ,suceso!' ¡o,in rivales de la mon;ll'quía.


Al t 'h ,.' . 11 .• guno3 a n, uyi:':fon a ;~.)ll')¡iO¡lGS i't!Ul'Jlíl aparente lllUCClOD en
que permaneció Espartero,


Algur¡;j!; Cre}C'iO:1 qu,) Ld.J ',;;'(1 pi,r lit ltúwntud d¿~ las nutori-
dades.


ParÓ0é;,OS ,~ue nU8sL f). '!i,:lsi,)';¡ eS la iij(\:~ ¡:xacti:l, y q1H~ hnbiera
siLlo acaso Ílnpu1ítico ¿ im;í'Üt\"d.cdie eí(¡i:rdl~,h~c 1untntfJ la [1Gchf'
Dada, (:u,lndo n:\ sab:u. ESré\fh-riJ !(¡S r¡~giHl¡l~nt'ls que pod:irlil per-
maneCb1 nc~GS, j' !,;)~; que ha\jn,l~ (·au ~a (~ ':.u llÚ (\fJ D 10s f21i.'r.d L",süs ~


El golpe ,1C mano audaz 'l'w prc:pnj'';'';'Úll los Cucch:¡.s, ~'ra¡;a~o
por las lHas scncíUas C:,úls(L~.


Despues de aCflll1etido, de"fioes di; a¡,üd,:,j,i'se de! aká7.~lf' era
casi impúsibb impedir el rapto si los alabarderos ú otra circunstan-
cia sellwjaute DO hubiera yenir.!n ú formar Llla ham'ni aDt,~ la q!J8
hubiera venído a 8sir0liarse ei bien mcdití.ao plan.


v.


Entr:: las peripecias de aquella noche terrible hubo que lamentar
la muerte del í:apitan de la segunda de cazadores, herido proLable-,
mente por sus mismo;;; compañ,'fOs.


Por lo demás, eomo nr) hubo gran balal.ia, las víctimas no fuerrn
nUIDel;:)SüS.


Al z¡;na:ll,:(~~:r ,;,:dió Esparter0 de su castillo, y atravesando Madrid
rué á Palacio, ,~ieQd(¡ .saludaao en el tránsito pur ios vítores de la
milicia que pedia al mismo tiempo sevcm castigo iJara los que ha-
hian venido fi perturbar violeLl.amcl1te el pnis, ocasionando alar-
mas y dcsgracbs :sin cuento.


Muellos de los mismos soldados que embriagarlos en los primeros
momentos habían dado el gílto de rebelion, se hallahao aun en Pa,-
lacio) y aC0gieron al gener.lI, á la milicia y tropa~ que le escolta-
ban con muestras de adhesion que revelaban su arrepentimiento.






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DEL ULTIMO »9RJ.lON DE ESPAÑA. 889
Entre tanto, algunas tropas desplegadas por las afueras y algu-


nos pelotones de nacionales de infantería y caballería perseguían
los restos dispersos de aquellas huestes indisciplinadas, cayendo en
poder de los mismos, con todos los que habían tomado parte en ia
abortada in len tona.


El general Leon, á quien denunciaba su vis loso unifonlle, lüe:
preso por los mismos soldados á quienes habia conducido lilueLa::.
veces á la victoria, cuando buscaba en l:ls afuera~ un refugio pii.1Q
eludir las consecuencias de SU~ desaciertos.


El general Esparlero, que le apreciaba y que babia ¡ú'úcuradcl
disuadirle de su intenio evitando el grave compromiso que le ame-
nazaba, debió tener un disgusto al saber la nueva de la prbi0u id
antiguo coroee! de húsares,


Entre los presos se hallaban don José lfulgosio, antíguo t,ül;sth.,
el conde de nequena. i,Jue.sada, Boria, y otros ue d¡f~leii~b g¡ ;;).';14;:;'''
clones,


VI.


El crimen era grande.
Los consejos de guerra se establecieron, y el pais perturbado Se


hallaba en la mayor agitacion y ansiedad.
En Zaragoza se haLia sublevado una division de la Guardia, que


no pudiendo apoderarse do Ji! poblacion, por la actitud resuelta y
enérgica de la milicia, tuvo que alJandonar la poblacion, dirigién-
dose á Navarra.


En este último punto contaban los facciosos con algunas fuer¿a~,
perQ desconcertado su plan por la audacia y la energía de los pa-
triotas, se vió precisado O'Doooell á encerrarse en la ciudadela con
algunas compañías, amenazando la poblacion con el bombarJeü.


En Vitoria se sublevaron tambien algunas fuerzas, llombráudose
un gobierno provisional que presidía Montes de Oca., mientras He--
gaba don María Cristina, en eu yo nombre obraban lo~ reVOHOSGi;.


En Bilbao se sublevó tambien La Rocha con baslantes fuerza¡"
que no consiguieron imponerse á la poblacion.


Puede com prenderse cuán vasto era el plan, y cuán y cuL tos
elementos entraban en aquella sublevacion por lo que dejamü.s ex-,
puesto.




890 HISTORIA DEL REINADO
Pero los trastornadores no contahan con que el pueblo que re-


cientemente habia sabido dar Ulla leecion á los déspotas, debia muy
pronto rehacerse de la sorpresa é impadir que lograsen su intento los
qU0 conspiraban torpemente por restablecer á dolla María Cristina
i~n su autoridad y en su palacio.


Se engañan mucho los que juzgan que basta disponer de unos
cuantos batallones para imponerse á un pueblo, y de este error pu-
dieron quedar convencidos los satélites de Cristina, que sufrieron un
duro escarmiento.


Borso di Carminati, que mandaba la division de la Guardia su-
:Jle",,"ada en Zaragoza, se vió abandonado por los suyos, y fué en-
tregado á la columna que le perseguia. O'DonneIl, apenas tuvo no-
ticia dloll mal éxito de Madrid, abandonó su inexpugnable fortaleza,
y' pudo ganar la frontera con no poco peligro; mientras que Zurba-
JO) qU0 ofreció desdeñoso una cabra y una onza de oro al que le
¿tesen taSé á MOti tes de Oca, muerto ó vivo, lograba desharatar por
~x}mpleto en las Provincias la intriga hábilmente urdida.


La junta de Vitoria habia ofrecido dos mil duros por la cabeza
gn()([i!lcr(~, pero tuvo que disolvcrs9, y los mismos migueletes


que custodiaban á don Manuel Montes de Oca> le pusieron en po-
der de su enemigo.


En breves días fueron fusilados los agentes activos de quella for-
midable insurreccion que habian hecho en las Provincias un alarde
/'e su osadia.


En Madrid entretanto siguieron las causas con toda la actividad
que la ordenanza dispone, pero como era necesario comprobar mu-
chos hechos y como habian logrado sustraerse algunos de los prin-
ripaJes promovedores, y entre ellos los generales Conchas, no pudo
terminarse tan pronto aquel terrible drama.


1.a exasperacion era grande en las filas de la milicia.
Los verdaderos revolucionarios pudieron esperar por un momento


que la ceguedad de Jos cortesanos de Cristina iba á hacer posible
la continuacion del movimiento que Espartero habia contrariado en
setiembre.


Pero los progresistas, que no querían conquistar la fama de au-
dace,':\, se Ii:~}itaban en todo esto á ser meros guardadores de la ley,
y á castigar á los delincuentes, sin decidirse á tomar las medidas
necesarias para impedir que se renovase el mal en adelante.


y cuando debía el gobierno haber comprendido que el foco per~




DEL ULTIlIO BORBON DE ESPAÑA. 891
manente de las conspiraciones era el Palacio, que era necesario quí-
tar á los insurrectos la bandera, que solo combatiendo el mal en su
orígen se debia llegar á la extirpacion ,de las ramificaciones que
ponian en peligro la existencia de la sociedad espaf.íola, se limitaba
a destruir los instrumentos, adquiriéndose la odiosidad de algunas
familias, SiD calmar el desasosiego que por todas parte se sentia.




OAPíTULO CXVHI.


SUMARIO.


( I!nf!ljl!~ (,1 rC,.I·0'1 di' h [fu-Irada rPlH'lim¡ lllilildr /'JI 'Lid! Id \ pro\ 111CH\, ('ll odlí},rr,
,le 18i l.


L


La capital seguia con avidez los trámites de aqnella ruidosa cau·
;:;a eu qu@ se ha:laba comprometido el esforzado general Leon, al
lado d!') Rntiguos carlistas y de hombres débiles, que dieron en el
tremendo trance de la expiacion, un espectáculo ridículo.


f,r;nleo;; precau,~iones militares: muchos retenes, traslaciones, mo-·
vímientos de generales, hé aquí las medidas salvadoras que tomaba
la RegE'ncja, despues del abortado movimiento en que Montes de
Oca y ílUC; compañores habian jugado un papel tan lastimoso.


El g;~nera! Espartero, como si tratase de justificar los asertos de
sus mürtales cncmigGs, despues de haber permanecido en el abati-
miento onrtl,!1te las primeras húra&, püfcdíl como dominado por el
vértigo~ y so hwzaha en busca de los combates, estableciendo el
gobir~:n.0 á ci\bllo que iba l'ecoiTieudO la península para llevar no
la ven tUl'a y la libertad, sino el desconcierto que en todas partes
reil1ab:1.


Espartrrc salió efectivamente dG Madrid, dirigiéndose b. las pro-
vinch\': V~<:eongadas, que era el foco prin·;;:ipal de la rebelion, el




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';;il) donde t¡"hi;lo hah,'r :,¡d·! ;Jirl2~liJací
id. mtenlo¡j'l ;,ok:' paia\:w ¡j(J uUr¡i\'Td


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r;u :SCJ r ~:ITl ~,q p 1°0 i [~:.\ ¡ a ~J. ¡ vaC10 fj y S~~
pi liJClpale5 capitales, para tent'f' d fil} a


L:.i ¡n<~lirr~ t) I!¡:~ ;'¡:¡hla ~¡~L~ í;-H'nHIL1~df' 1'1 ;~-eDcr~d tJrive y tli ¡ en"
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voluntad n¡:tlt·ita !r¡!l10 parte ('Sil.' regimiento,


l:>Atlk:; 1;'; ,¡ dl'b{'[ljo~ a.dVt~ftír á lú5 que no lo .""pan, qUf' ,'¡
briga,J¡,'r d'JiÍ l~J[jl¡.Hl La Hocha, jeíe de este cuerpG, gozaba no 50-


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V~l., ~I,~ .. li ~ t:'t\ " ,; \l
dt~ un proDl1ncia!niento eH n¡¡:~:!!)' d J !::f\;:'; !d ¡'. ~', ;'( 1't i,!¡', 1
!'l(¡ en la spí'íora doil~\ MarLt Cristina de Borbon, que ~:n n:.ilh ~"
~'aba la conslitucho:, IH'l"~ como el p-nhil:rno h lt'!li;\ allí "m\!,;>


\cnia Ü, P
l\Ú. Pf:rdóneD0s t~l s~:ñ()r ~~~eDl;rai 3tJtj¡ l" !¡/ ,1 1~a({~ ,i!~"tl!p(~r ¡.


n--:'","\!:tr:-, P¡:O ;·.lí": i·lhp~·!·)(~~)r!'~ C)'n~'qn~n t,I·-r.lcn~),J·t:~ i~" i .. " ~,i~"1,1!'"r',¡{!"'; ,<,;': ,~'¡,: u ~ fo.. ( "~l", ~ e ,1" ~. '. '-.' 'v' ,_ ', .. _"" ~ "i. , ~: ~
r· ~:'Jf."t;dJ¡C 1H.'fS :n~t :,\n!;~~ de ~}ablar:~ E. drbiú pl'~~:lr l~ el i ;:¡:~ ;-
,,', (1\'" d hri('w~:¡\r Li H'l(; ["ii;: .;;u :',"'in)j"'lto "h">1l , ,~ \! . J, ~". . - ti \. ~, . . :1'" ¡.- J -. '.J .' t
Crnr)(','" ,ni' n() diri"1'PD,l,I.;(), ,>;.(l'l [,';" 1'1",' 1,:,".r, ',I,l'II'!,,", r, el¡ \(JI,j(,')"", 1,,',,1, ) t \....- _ '- ~ t ~ 1,,". 1 ,_ _ ,. ~ -, el ~ \.'" ". U. __ . J" f. ... " . ,11.
Uarié4l\ Ó a'.~a~~o ~~,) :l~l J nno hn-",t:tnti~ \~~ddu
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i.1 ;". ~ , : ; ,


rn(H~l! .. n!(} al1:,cJ;~a.du~r d: 1 BorlH.dl. y ÜJHchn ~n;,;IJ(::"\ ¡::}[' t :-;¡ir':~Lt'r q;~;'
(h'~!f~ ('l[I~ !'PO t'S ¡'d::l lJIj(iO: m!' Ole n [r í n:;¡¡ rr,'ce j()~íé¡d l, 1lJ;i \lille ella


I ' , '" , ¡ , \", seño!' !JiTl;I!'ll IrHl" íl) OiO por concll.llUo, ,'iiD ,1irllJlrSp SH¡li'
:¡¡ ,,;],~;!,: eH :'cguoiio ¡)t¡t~,¡¡on, v lwcer iglla! P[:'¡';:UOl[l d




nEI. l.:LTDIQ BCRIIO~ DI': ESPAÑA. 801
,dt's Ili pxplorar el f'spíruu de la tropa, ~o pu,jemos menos de de"


u.r á la. faz íj¡~ la naCilH] (~[iteI'a, que al}lIP!ia:lU[Or;dad n!l desplegó
¡;l efH.'r;..\Ía q!le [:jjps !'Ij'f':lC'ita'l(,Ub r:'ipwrliliL y SI !JO, ,iíga~;f'!ios ¡.C',uál
es !,\ r;L((!Il f¡('C r:o l " t,¡. en .~·Utn!fot~;.: ~H4[1 ia L~~,.:urn:rc¡on y c;H~~lan··~


}P?-~'¡;::' :11,'; ":}{"? ~ !~~.~¡¡:~(~ qd~' p;nll~1 crJnrri:.rest{t;";a, nü dtptL~(¡ ¡\ e:~t..:'
f} d; !I;- Ci¡'~ '-'J":";,PJ¡t}¡U t"in ~~.! t'!.11pJf~0. o slqU¡~:1!a lo arrtS~\') h~l": ! -


q';, l' ,":ll' " ' m"f);j(¡ '(' i'!. i¡¡f,ri'i, illíllHJ;;ltr¡'J .. , Botos u,i k~


~ni'h\'~¡HJ('_\: q:~,< [~,L17:1:;(\l1en !;~!C~ :'ur:rrn q(:~:\ ia enn .. :-!¡tur!oü del 1 ~:r'j,
('>;:, ;:;¡;rL,lii,'ic!(';¡ 1"," le, q:l( e,.;;t' r(?imi<'nto DO haLía sido avaro tI!1
~,U sangre, fnl'G:c oÍ'l'itinda f\ntcfC;HJPntc, v empezaron á entrever qUf'
':~ "'\(:!w'j"i! 1:';')!:' :;if'¡ ":-lnctrr' !ili'n di"[mti' d('! flllt' J¡,l!Wl.!1 ('(::J)-


úi,- ~·'{)nt.p~p: ¡flprdí: ra¡~~(~ ;r· q!l~~ ha !1Jr~.!H! aigl1n rH.~ílodlr.f) d~ f!iH-'
';', 'li¡ ;'¡id ¡del, ;lsbti'l al refrtseo y es tu VI) en los baleo n rs de la ílH¡ u-
'¡l¡,r¡r; i'~~tu~n;.! i·í:::·)(lif'f con su ilVlldaute dp órdeü('s. v alguno


,. - " '


"i"~í!Í>;¡ltl'rfln:, ;d ¡;!~iJ'?nlf' ;]::1. f'fa ;":iTfHH'(!f1nle ¡l. Inl'SeS anterio-~
r¡s y di'l dinero !1 ')[: :nkl pe {'(lj'l :U11t'S [!¡,j pronunciamipllto, Los
Ut¡r,1aJp,~; dr! ;'(",l.:in:1enfi) ritO. J{(irb:d~. r:~O¡l!0 ~,(\df-'s io~ dt~J ejército ps-
ji."", q '''t·'¡i'mr ~u ~an:~rl' dI' haldr. sin ;)!ro nrpmio ot¡.~ h~


,.' . . - . . '.' ¡


h;d;H~O~; (!t1 j:1 ~/Ií}r¡;~ \r {h J ! t~ODO~> 'v {',nan :tl patrio. jos hd f;~cesi-
j;¡dp h:Hl ~:ll,id) e\()l!nl'f;;I':~ "l1f~r:'(l<; a! harnbn; v á la desnude;"


, .. -, .,.r


Ji} ti1 ;Snl(~ que Ü hl~~ ha ¡'1}~ dt.l 1 ~)()~·~rnj~o~
La Lt:d,' dt'\ rnisP10 día t" formntio-.; los bal3!!0nes de norhon á


¡ , l" 1 ' 1 • 1I la Hora il; l;:~"h y al pareC!;f (',on este () J.li'to, se manCió tocal' a-
mnlla de OliC)é1h':'. y traid:,-:'\ J:\S banderas, arengó el hrigadier don
Bcw]on de La !lnl'l1il, C,ID la mayor enlocion diciendo- flup la naeíon
Aotera v rl ej';rClto f()di) pedian la vDrlto. á la Uegencia de la maure




d(' les Españr.di1 .,\ de la qlie Eliltes 3[; victofpaba el: !o:, COJlíb:1k:~ d
1 1 ,. i ." j " . a que con tantá pr¡iUl¿:1,ii1da\t ~i(lt¡rl rc(~,o;r¡pt:n.c:a( o :J~ i y"rclto tU t~;-¡
~:¡~: hl. re;na jl¡trlh (:flstirJa., Cídji,~'¡U\,t'~n~; in ~,,'!~;\_~ C:':i\¡d~! I:L con~tl'-


,


¡ i ¡ \ ti (l.:' ¡ nj


:" , •... " "'j' "-(¡('lar,,,' "a,':"" ~,'"~:-:. ~)t jJ{l~ll t '..; fU .! !-!a\~ \>cllHI,L"
(-1 fclJclui": ~Ionte~ dt' ()C3, (l~HT1,<;t:~,! :~~ Ll


prÜ\'IDíT.b. '.""J¡,,"; ,),.
d:1,J ~ Li¡rft~ndn~~:) a~t id. r~~D~~¡ e n,t


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r:nhif:I'f' \'frificbJl\,. si d"sgrat'hdanlhit r ' v !'(l!' 1" rhnasi;-¡,d, va-.;[n ,]í,!


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tralUj(¡ ,o POSiDl" P¡¡!-1
fl:IT" ;~í'nrrní :\1(-'_;;;, q~l: 2<'


,!ilCld¡¡ p,r \e::'> ,'ilrgeúLJs y ¡l¡andad,'; pOi' bastante, oficiales! ;-:iddria
'l. :un¡j¡:cc¡~r del r;!o ant;cip:1[](it,:se al [Oqllt: de diana, y mareD1ria á
" ",':;:; ::111 ,'-'I'n ';';),1 \ h, \ :lsilt:i r los


;'¡


";;1' ,~; ~~(. ~:H·:'?~ ,~ .. ·<~"~pc:rnba r-~.>··/)i :f~:)íL>~ la 10S1i¡reCC1Un pn ¡a
d"j.t'l d\' Tl(~ e;:to Sljjo separarlo las tropas d~'l ejl.'l"cito de las ór-
"~,"h,:díí ,!!y indndah!t:mpfite harían los mayores l'sfuer-


<¡~,I,ZJ que ~tiri..:.ran de ellos; muy
r rl ';í' para TiC> sel' bu rJ¡lj",;, v Llevar á , , .


,~ :~,i l'; :·(~fi'J:' _1¡t>~: :j); -";' ,i¡r\-~.},~ ;'urnü ;~f~' d¡:c~a en Andoa¡n~ todos
,,:'l !:n¡n~: "ib:~\z;> ;1 ~¡ · .. :ro::)jii1i,añ;fos de a"Yllas, y finalIza···


r: 1 ;. 1;,¡:n:i (!(J,? ('"tilb ¡ !".'I}rdSt'rJ 'ando cstt' regímiento.
, ~


\~: li11,,1111; día 1 n :JI oscurecer :-:c tocó rcpentlnnmE'nte ilamada y
~npa, dingic;odosc el se¡nmGo y tcreer batalloD de Borbon. tres com~
p3.fím" del l.' Y d provincial dt" Burgos al pueblo de Villabona,
di.itUílti' Uila 1:g¡Hl de Andoain, L'ls generales Urbistondo j Clavería




!IOO


JJ;--"~ , '.Jedd l,t!:l .~~,¡¡cr~L>
1 ;-: L j¡ ~ ! l·' ~ ;.~ r de. (l n u H;~"


¡JfClporci Dnaba C';¡' H
uuÍr,S(: al 'd;;:t:';; ;.:


,,'d ',¡ ¡jUl' ljt) se realizo po Ui':t !:i:': ,in;:! JI' ;;¡ i:ud""(',q,, "[di.
dI 'ro i:. ~1, fh: este re~!¡!ljí'~~l¡) i-! :i\:lda:d; B¡;!)";l:t~ .. :t¡~;~i P¡¡t'>!1\ !I~'}


E ~" capnan gl_,pcraf Oiltetérid(dt~ ;':,';.Jd',Z:'l
bon y Hur~q:; se}:aradrL:. fa cr:~JJl:L:f~~; dt<t lC~'·;í.:,u}~ri ~ 'O:t'fr:':f


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fJLI :;on aLSO!'i [i"lJ5; ;.:r'


~ .~ ¡ ; l i. " J , ¡ l "~o l t t ,:;
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Etl~ ¡rrlLlc.tplÜS si DOS h~~(¡¡o~ ~.\.~\~>;t.~r ,) ti:.-~ ,1 1; d.¡~~::: '):' ljt!~)-ítr .~"
bf'rr~ hemos :::ídl) arrCisirados, t'[\'lilh,s ('f'; '¡~lcC'r¡o a~l I '/llar 1;, "'i"r:,5
civil, y por c(n~¡guicn!t; id ;j:.:s¡.:rucla dr la rJac¡i1r. '\ ,¡,:rn par
es babel H y Conslitllcíon dt' 1 S:;-; rJil"slra diví"éi 1,1. r;las sr",'!':)
d!~('¡plíDa, la obedieneia al gobierno constituid!) la d!:'tlpim(i, -l,t
tia. s,do la causa princíp<ll de nuestra falla: no nos h('nlO,'. gtrtv¡,L:\




DEL ULTnIO llORUO~ DE ESPAÑA. 901
á desohedecür al brigadier don Ramon de Lo. Rocha; él sabe bien que
lGS oficiales que suscriben todo lo sacrificaban per la felicidad de su
ratria á la rigidez de Jos principios m!litares.


'J)Nint6uno d.: los que firman tien(;D conqlromisos particulares; los
¡pe cl'¡J~eron lencrios se han marchado a: ;'ecino reino de Francia;
t:¡dos Lar, seguido su regil¡lienlo: todU5 han seguido á sus jefes, te-
niendo ~1f meDOS la satisfaccioD d~ decir que ban presentado en An-
d::miD ;:,ilS lJatalloncslo mismo qn:; pstaban en Bilbao untes de la in-
!;UfF'Cci'j,J, CO~l :os fusiies descargados, sin haber tirado un solo tiro,
:sin (lue falle Ull solo !.lCwb;ü y sin que se haya altelildo en nada el
órdl;u y Jiicipliua illtcr;ül' dd cuerpo. Para el:o han .sido necesarios
;';rand,\,'; e.~,i'uerzo:3, di; los que solo pudrán hacerse cargo Jos que co-
LwcienJu ¡ flH:c;uJismO de la milida, sepan cuán difícil de evitar es
'J. desúrganizaci0il en estos (ó\sos; pem la prudencia, la union, y


1- ..... ,..> ,'-·1, .-~ ~" "1-' 't·.J. .... 1·~ !~·1·' 11'"','''' ·nq;:1f). 10 que pr,~ece j'lllpr"I'bJe
,dl!, \ :,}"v ", ¡¡;J(;II I~L~VJ, ¡¡I .. li \.,tl;,;:'t;t>l.dC'l'; úl, ,-,8 •


})l.0,s r¡:1\l SJ.sc¡ibe[J quierdl qu¡~ sepa la nacion entera que ninguno
, '1' . el •• • • 'd . B'l un e; o !lJ ,_GllS¡llf2,lJu (~i);iira el gOJie:'ílO cnD~tllUl o: que SI en l'
hao hlítJic3(;H tcniuo quien so pusiese á su caheza, todos huhieran
;:lUi.'l'tl;::;;¡nÍ!.;¡)ieLlJO la iD~urreccii)Il; y por último, que no temen,
;l¡JÍCS ~l:' ,], .', ,~::,;., ¡; jl:icio in '3. la ¿ielanu;iun de Jos hechos.


LVer¿ 2~i \k,;;.:luL¡'_\L~ :Sí.!,-EJ C¡fouel T. C. M" Martin de
CO!1Ilcn3.r"t.3; cU¡lIandaL:tt; dc! si~giJ[¡d,) bató;:on, Fraocisco MCireJ; co-
:::land3,¡llT~ del tercero, Fidel Prúvecho; mayor del segundo, Rosendo
~\,' L~ ¡j.,n,':]'", "l'" "t'l' ,-1,'·1 1"'''''1'(> p"'~r(l D1a' v· 11)"VOr ~nr,ernUrrlflra.
'.i. ..... U' )ttA.Jl.1o..H(,l.~,.J '.".", .. ~)l.v'.J,.J.L,U U1J' lU J , b •. l t " k.I. --'


:W, RIfa;:; :lídon; ;.5,l¡,iLh 2ujcro, Benito José Pürta; capitanes del
"<"1',-,; ~ .. ,L,ll.)" n·, ",- ~ -'l-C J':IJ Do""') ,T{'Jer'le J)_J lBorazo :J':ouu'~~:'! i)r).~a).·\ ~~:' . tUi~¡~ .. ~l LÜ ... ;<).~Ai 1 , .! ,-,U; ~~ Lll1 \.. ~', l ~e nA ,
"{\rl' f"i:.'~.F ¡ ".~ 1'1").<- 1 ~~,l,¡··.-.-·, 1:", ~ ,L--, (',,¡:,-- "~l' ,uc.) Il"¡'n,)fo(" napi l~v.J¡' '~'.",,, ": ":1,, _:,i' ,,:", ,.".:,,(; Uc, i,t;,L", .c', o I~¡ o t, '-h '. ,-
LW'5 Li '::i"\;!;fQ, Ju¿;~ ,\;¡1.i1¡'j Draeh iC , Aalonl:) ~L)iales, Manud
:~{(ira~. i:~ Jl):;Ó !3Jt~('i~¡'~r! J·';;-.;6 r.:!.¡j(i\:~~I.'; ~~;~r,z, ~:~auuel ~tI~!ndoza, 1\0-
f'¡n;, ~"T:)¡:,\.", .. ,.", '. ',~ '/, ',1 "'''",,1 T pL~,.,:,. <"'11dan'e dol ..,~ l~l" ,,! '("'.,l' .' .... -, ';J \J\.~d¡J '...",-,,' bq;"'t)~ .3 • ".{,t .. ,J., (,,,J.... t ..... JI.
ten::f;r:" í~,~r!()..; Solc!; ~C';j¡: ,i,,; él:': ' ''.le;}!), :'¡anid Fcrnaudez,
'O"",:;, " " "':/1,',,. 11 .. · n .:. ,'1 'J" ~, ;~ .. ,,¡,:' J')""u¡'n rorr"'do¡" .'(4·1U.,~~3 '., .. d;'VO"'~:'4(ll,,,-. l",~.~\.Aiill''''i ~ .~"V\..·.i.'.~t, in-~i ... ,'. U")
\[,-,; "": . ~"" \!¡, ... ',;' ; (:"" :" r.y ":,, 1" (' .1,-(,.7 lpan j1arti-t CJ\.1·.\~t.J !.~I!..J.llb~'-"".!V:~ ,J:JJ.¡IJ,.¡ \.J •. ,~ .• '(,,, -")';] .. ' '''';:)'-' ,J .. ,,'-,( •. ~ d.;' i;.. ,


J,;' . '1 • 1 t'" f ,-. D' 1 ' ~, T) l' .. ~.stc m:l LiOll:, VlcCn,t~ i.re~p(), üi1SlilO Lazaro, ltuper,o ,-\f'anclO.
/~;¡) ''''.;',', r10:,:·);') ;,<.t:_", ,Jtl]¡,n Jlar[u Losada, Ant!!lin RojG,
.T,)~,{ ';';¡ 'F''';, JiJ[U ~í._:¡¡i,;,¡;. fj~ic1), V::dentin Vera; subtmientes


• . ; I


cl~t se ;,l._" ~lün!;2i 5,:1;:;-<1[:, lk:Dáfi10 Rüiz ManHlla, Angel Val-
,ji!,) \I))!I)(;, :C(i:;':,'J (kon, Luls Frutos, Jos(RalbO!.1 GUf-


'1'O)lfJ x 114




HISTORIA DEL ilr.I~ADO


ríl1. PEl5CtW. 1 Hl1bio, Rica.rdo Velardf:, [)!(:nisi0 :'\:o,,.<"I C}rlo~ G:j,¡(:·~,
José María Pa1iz1, Manuel Barrena. Pabl(l Gr,nzak/: '-::lo"ilflC, :\:;-


! , ~


~onio Ferré subtenit~j\ !es del tercero, "icen l ',' S~'((;i';tnl" Florencio
Nauclarp:~< ~ici)lfl.' Losal];¡, l\L!¡-ian" ¡'iG ~~"I':~.-;t¡{H) tI !r\rz~" Se-
hasti;tn ValdeyuH, [.lli.: )far;,1 LO:;:¡Hk. ~bJ¡3¡i(; ¡hl !~~l<;;f0.Cill¡() M ..
riba", José PcrCl Oih¡i' Vieen ti' ~iJfen(), P':f,<,+ Viñl; Fcdrri(:Q
~b,r;ini('~ .\Iáxime Fraile. Bernardo nl¡I\I'f~ro, '.: ¡'-.,¡jl'. Ff!rir¡¡];;7.: ca-


,t ¡ • "


pellan, Francisco Gutierrez; ror ld cla"'. ,1r- C;i;(ktr'c P,;fíl,p] d,~ Cu:>-
tro; por la claSt' dl~ sargpntos primt'i'í;~ did ;;;c¿~i¡;dc ¡ , Frc;~-
!'l'seo '\(rl'l~I'll" ,',r'," h de mí¡q¡U-,:- t ¡~'f!'H:" f'j,-!!¡ba1 í.;:¡chin r..J ¡: t: J '- , l. ~ i" .•.. - i' . ~,' . ¡ \,. . .
nur h de"c'!~ljnd()f: del s':i!undo, Pt'lho Sil!.: ",! ,j,; ~eV,n~d{:~
I u ' G' •


tercero) Luiz na zan J)
.El gene~al Alcalá f(~e¡bil'¡ noticias el iO, di" q1>' r''gUlJienlO:< df~


Extrpir,anura y Borh:y(l "'tI hallaban dí;;pUt
'
Sfp,: ('1. ~'(F!,pit·r·G, pne;;!;;


{¡u" solo '¡lor ma¡l~, inteli!xeoeia v n'sne(í f, h. ,,"',,' \"Z;¡ hi¡\! ,;", JI. - - ....... I
anido la !!dD'lera de !::t insum~c(;iou. " !'n ef,\cto eL eH' JI;:'';:);,} dirr ;'i'
L, . '"


metia Bilbao á las órdenes di.'! gubicI"l.10.




, '1 ¡,,' ;.1 \- 11¡'~ ¡'~r(';=:r(,;-.i . .:t.1~ :1d :",' Il:lll:!l"iHl ~-I la :llí;¡¡;'~ tÍt' j,'; .'p
¡; 1;' 1, \;p;,.::'-'. dI' ;;¡;! ; ~Ll;].!f) ~'~Jld~'r;'t(-,iL'I1 111iI~'IH~' ~'¡l : ':" I j


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"Ul~i :,Jhfió lLl.:iu perdido aí gobiefn0
:.';1:"1 ',dio á la HegfllC\'t v á ias Juntas
,~ "


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j'; .,".q :-:\~~T";;\~tl
! • ¡. , . l< 1 ' t' dI'
, !~. ¡,,' ,.,: ".C"j,U:,¡2,¡¡ ;1. L:Xp!l{:.ar~;,; tas Clrcuns anclas el 11alS y sus
i.! ~"'C',~:-- ;~': !.\ ¡J;·s i;; ~ i J'.'t]iJsas.


r.' ' .. ¡.~ " ,¡ - . \ ~!,..) 1 .... r'l "·1]."~1[J ,'I,,'!O-I ),"1 ""u '·or¡'(·l"d v 1¡'t1er!a(j' as J,.j, ,d.'.!.:. ,·.:x! ,d ¡"IJ,.; l., tU:; 1" e j' ~ Uto H l. llu. L. " '-'-
, - 1 1 1 t J' .. 1 ". " :A¡~, ;'::li"\l ii, J lÜ;' nnmQres que (mgmD e mOVinl¡ClhO en i~spa-


oa, ¡!.!,~ Jiu,; enfáticamente habian adoptado el título de progresistas




lllSTORlA DEL REI~ADO


no podian sostener que Se ballasen f:t la altur:1 de 10<; e()n(lcimieotn~,;
de la época.


E b " b' , .. " . < n aloe uscanamr.s gm~!!¡('S pmlCl[iJOS, ni pr:¡smrwTdos ílUf~
sirvieran á la humanir1ad en !ft Cl\lTf'ra íJue h:;. rh proseguir para
llegar aI.des~nYolvil1li¡~nto di; tndos los intereses, ~, la ~:rmoi1:a de
esas contradicciones que surgen á cada insta DI/' H1 l~stilS sfócdadcs
al revés donde la masa qucd<.\ ::aerifieada y víet¡r:¡:l (!P :,dgUtlf¡.;; In-
dividuos.


Los amigos del general y ¡(lO: homnrps de la revdur:ior: ¡j, ~c
tierJbre eran miopes y HU profUIldizahnD en lr!;) aref\DO:-: d,]. 1'0),'-
ver11f,


H,


El gobierno víénc!osf. ya 0(H,'>mb?ra:ndü rH fIf¡:TníIUí ~lr;'G'iri::¡p':
que le hacia c~~j m;:rder el pe,]v:;, y (¡el" o:pnn i'\ Sr!: r:~¡':fi)ri:-L ,;';
¡m r¡r¡¡,no',·t' "radDr ('f; f" '!(":t"d i1.. 1: .:' P"f" ;r'!'l'~;::
<... 1 ,- 'ü~ "'~ . 1...... -,"_.t' .. t. __ ~~l\" • l' !" .',\ ('-


llGrqn:) fcrzoso lOS C(jdl,~-"¡¡ f'[\l;l .-':.,,;:;r':- : n.,.i r :· d:rh;' ':a,';:
uno de ks antiguos ¡-,pinos, fi',na th:ríF.'; d: íl1'ld.!" ,;:;:~. (~rle f,;'"
zada opresion una individuf\Jdad ó uutonnwh,


La lucha entn:~ los dl)s nriocinio-;. el órdf';~ y l~>, m]C'rt:'~ fH\!' ck'-
~ ~, .


bl'an ;r n,ar::l!t'·la¡''';'r¡ln (1,,-:;.(,·,,;,,1,ICI<:: si L"~~{)"d;r-ir,nl\';; rl·~'-¡"i"'!'I·L'j'·'~ .( f .....,.. t!-v t\.· ". "o '._ 1.> f '''- '. ';' , ! ~ \_ '. ','.' •. ,"'" '." ,l. , .'," <., '
no hubiesen hallado urJa snluckn rd¡(~nJa, ;jAco:;ni1i¡,¡:" i:n:'>ih;:'
"ra l' n r(!l' n (' c'l r tI ('0,-1,'> ,/('7 rp. i> C' {' ,--1,,;: ro r',:·,' i '! n l!'¡ '1 ·,..-r, ,·,i ", f "'~ (' (>''1',1 ('! (~r i'
.' ....... k--' --'"' ~ ,,~!lt _.~ \..;, ','.'., ~ '- ,f ., •. ,\." •• .' • '.'-" •• !. • . (. I '- ~'" • ~'.


de h rt'volucion iniciad:l "n spti":nhrc,
El Fohi"rno d,., b P"írtll!(,j;, jl;r",'vi!, he.; j1Q":1,<;' <:.:¡-, (':w,/eTn"·i;¡ci 1.. ~ ~ ... ~'. '-' 1. O~ -,., ...l."~ j ., •• ", ,-.,' •• ~ '~'" ,e, ~"'. ,.


'leS (';1:"" la l),p(r¡:'nci:, Dr;\r¡~ir\;¡~ll 1¡-, t¡~ hi8 h"!';~i1 ;-¡lo-l'fi(l<; nV'sl'-: ':¡n
., J'~ .u- . .le -tJ·· ~,., 1- \ ." ~~ ~" " ,.>- ••. ', ".{ , .• '~-,... ,- ._, L ••


tt· ~ Y ¡ q "f:-' -1 !){j n ~ flj10 ~ i ;"'. i...l rrp p p ""'().;.n r: -~';q vn 'C (~e < ,r¡,:: _~l i fY, l r. a '!0 ('f n
...... • '.' . '-....., j .,.", " ,-p. ~,t ti . j ',_ ,.", (!..;" .. I , •• : .~ < : ' '.' J ~ ' •••• " " '" .I~·


"S,F ('1,i:1 ,.! ," ['C,',¡¡lc¡r¡;¡: };pll;c.,." lll-'f"ad'; [~.;;n')¡:~ :1"::"(' [. FPT";"
- - - "~,." 't ~!~ . I..;~ ... , •• t...~t~ .<.,1:'": \.' !,. J.,(,.<t. < '<' '..1,. ¡ ~~. \.1


'¡ . '1 r
,Tl""[ La (':1 ;·:n:, guerra ClVl , no mer;'"$ pe,lgrn,¡;;L ~~; Pl,'1f)S ~élr
~7'ie~:ta u~:,.) :g ~f'rq1iGada nor el ::tbr:l?o de ,rr-.r'i:;l.r;·~¡. Ir;5(:r-t:tn~(",.3 1~:~:~
... J. .1 (.'


Dr(;('ll"\"~."""" ¡l'~' ~""''''I!;-'(' (1."'1 OC" ql: n T'I,"\f,t<p "·ro p .. \.n.;flr~r:r:l.:: ~,.r .• r,n,Ji': di < i "- .·",1.\ ~,U.,·_i ,.", .f'_·' . '.'_"," ", ·f ,(.J.~ l4.~_ lf!~'-.i . j. t .. , ~ _ . ti ,. "'_
cim(}s.


Uc;ír,c """,:, id ¡Üu ~!.¡i·¡~.


~ Proe~G~~'¡:1dn ~{j!' f1lDe;"!~"'D ~(~ e!¡ t'sf~_'~C; provincias ,rti,scongada~) -~
.~~~~--~,;rl~ fJ_·í e . ::~o f· ~,~:t.:·~ró dr~ :r,. ;i;J brev~:s di{l:, {lO tortns I[¡~ dCfJa:;


1'. ':.




DEL ULTIllO IIORRON DE ISPAÑA. B05
,le S. M. la reina regente y gobernadora l:-gítima, doña Marh Cris '
tina de BarboD: Mando:


».\rtícuto 1.° Se declara traidor y quedará sujeto á las p(~nas ~!"
tal, con arreglo á las leyes y á las ordenanzas militares, todo el ~')P
hiciere armas, Ó se levantase ó conspirase contra la autr,ridil·i ,le!
citado gobierno provisional, 6 no le reconocÍC'se y se somcti('-ff' á f'l
en ei término preciso é improrogabte de doce horas, p()st¡:~riOt' al ff'·
cibimiento del presente decreto, ó impidiere en cualquiera fírrm
que lo hagan los puehios y tropas fieles á la causa de la reina.


»Art. 'B.') Merecerán la misma ca!ificacioo, é i'l('urrir~n f\!} L:
pro;\ias penas, aquellos que traoscurrido el término prefijado con·-
tinUil.ren obedeci(~o(Io las órdenes ó disposiciones di'! gobierno revu-
ius:dDario de ~fadriJ, Ó de las auloridade~ ó fUDcionalios que de él
deDP,odeo.


»ArL i!: Q¡Jwlan relevados en nombre de S. M. la augusta r,':
na gobt'Tnildora. del cumplimiento de sus deberes civiles y Gii!i!n-
res, en cuan to sean con lrarías al presea te decreto, t00;;& Jc,.~ j udi,:
duus y clases, bieíl sean del órden civil, bien de! militar, qq.e lr ...
davia remlilnecii'sen sujetos á la autoridad ilegal y uwr;-l: :!,¡ra '(
ia ¡JJll'~\rla Hl'g.:llcia única del general Espartero y sus drp~tl!k
mas.


J>Vitoría ! de octubre de 1S41.-Manuel Montes de 0%.»)


«Soldados:


nHa llrlg!.Hh: el mc·m~n!o de cuplir el mas san10 de lo:~ ¡~nb?n'
mi!i!a~e3; id n.delidad. Un acto de fuerza privó del gobiwílO (\1; E"
parh á la augusta princfsa á quien SU,~ heneficios hicieren ap"l~¡d:¡;<
ia Illadr() del pueblo. Des(L3 entonces, un diluvio de ultrajr:s y ¡~~2
males han cRido sobre el ejórcito. como sobre todas las demás eh-
ses de la. nacion, y aquel!o5 que mas glorias y laureles os d.bÍac.
sor; preeisa.lllfote los que mas empeño han formado en p!:rdr0s;
qerjuGí(:aros. Es menester volver por la fama de la milicia, por ];>:
ieyes, por el honor nacional, La reina cuyo nombre invocahí;Í:5 ( :?
Jo mas recio [lB las batallas, reclama vuestras espadas. Sa('ad~a';,
soldados, sacadlits, valientes de la campaña de les siete anos, pr l'
la reina madre, por sus infelices y oprimidas bijas, por las que·
hrantadas leyes, por la religion vilipendiaJa y por el deber dese/)-
n00ido.




906 mSTORlA Df.L REINADO
)) y vosotros tamLien, los que en opuesto campn supisti;, C¡¡C/)l!-


trar honr~r y mereciwiento, s:wHllas ignulrnentf> p,::.m dC;((;DS(~ rl~ !a:.~
0'\.cel;:ds nrinC¡'SRS (!UC nr!Jclainasteis en Ye:·~&.ní, v "(iIl va vucs-f ¡, .,' 0.1
~ , '" 1" 1 I ' , " ' I l' 1 1
'Y!1S SO,Jefiír.:iS, IlegD.CiO P Ula (jC la lJDlOi!; f);1 HCQdfln e, (da (e 1<1


"" , ¡ I '\" 1 ", N' l' I -rf~e{)nül~:at~,(';D :le t0;'J)5 lOS Ü!JOS líe .tJ:~pf.fLt. 1,Ur:~tros t:OJl!Ü( O·~~ iUe-
J '1 i i , "I!"l"· . ¡' .. >' :';")D aF/'~'~,(~,-~(~ltJr)"; Y teau:s a sus reyt~S~ j ~yy aGí:.{na~ Gil!! e} c~t~D~ ,) de}
i.:'!)~L'. ~' la t'Sf¡('r!tLza de la Dllcion. El trn¡;;¡ y la L::,~ion, d ,Iié\ qUl:
:::t~ ~;~"/~tr)L:'TJ fu.:-;rtcs y unid~1s, les recornp:~~n.jnráL lar.~I;-l gCUcI'dSa-
:'f'llle Sll ::fícrifieio.


~'¡rll";!h, V-I~¡'nn,r"¡a" ',\ ji ... " "1"1'1'''<>; ")'1~ h 'pi¡',' ¡-)'''I'!'''' ;l,,> ¡"""t'l~
"-l _" ..... ,J ¡ ~ ... ',.J~!~Jt:'~'¡"l 0~ • 't 1,).1,_ 'í.L .. 1 Oll"'~ ~ ~ ....... 0 ; ~ • .l{,-. ;' •. ;," 'i. .. -' ~)"' ~I'" 1-


'_:¡~J~~ \~H~stra bandera ~:era la bandera de iodo. ~ ~}rirL':. ¡r(¡ '~l'
:'f;'{)-, ',Oi',,<>: r"'~s P<:" ¡"lIJ;lI''"a SOl 'a' :'1 ~"P'll'-'i.';' :,·.Qj·'II'-"rJ:)t ',\ ,ipi l)i)~


.. _0, ".u.~._. _U~l ~ ,,~,(A ... I( t) .. ,l .~l.. le ~"_r:;-,I.,Ju. ~\J"'J' "~!' '- ,_o ,!.¡. t ~


uer y de la dignidad de la monarquía eSflüñnla.
)) V¡!(iria 11 octubre dt~ 1 SU .-Como individuo del !:nHf'H;o ¡¡j{¡--
~ :


-,¡,¡",,¡-:>1 rl0 f;"~¡)~iía d;lr;Hlte la corta ausPN'¡" df' S \~ - ~., ~_.J ..L.J. 1 l. , . ~ .... .. , , • '"',:.). C't ,,~". ]'ti ,:a ri'!¡dl go ..
h'rnad;;ra,-~;\bnuei Mout"'s de Oca.»


))fndiviJuo de! gohierno provisional que ha de regir á España
dllranfe la corta ausencia de S. M la august~ rciua gobernadora,
h:i venido á vuestras hospitalarias r)10n!UDéiS ;\ DUSCi¡f el ;"W·~o ¡¡rin·,
';ai f'0;~ 'llJe cunDía la m'lnarquia.


»rn nr,' ben C'llt .. la ingratitud mas hu;,"rible v ;;¡:i:IÍJ<:íOll ma.s
~ 1 ' " 1" 1 . l' , n'":::\nl!t~,n;:;a :l]vaiJ¡erOiJ por w. tlluza ,os rC'l;;lO,~ i\ eíJt:a,,/s, :.' :¡¡nrnf;


"i-, :, l: .. : :"-:r:;i'O'1 3 '1 ¡b! j,.O"'O '\J ..,!-¡[,¡',"'o11"1 Cq'['J,¡'rJAY'JI,');ri(J'¡'li l , ¡¡'c,'f';'-• . " .~ c,.' _" ... ! lo' ,~ '" _, ' , l ~d U ? .: ~Io f \.d ... -ll \.., ..tu •. ! '.J t I 1" L 1 -' • l . .1. ¡ l
rÍ " , ! ' I ' " , , !' ¡ 1 " •
,e "Dtrnr a ~;r:ntarse en e , y uwar el H¡UnO ¡1Cl i~~a{.\l, i~l ilüi'lllij"é
n'l:' h,:-:kn hj"" r-1~" I"AcOn'j'(',{l;JS"'-' (1,. 11" n'1/,in!' m,j"' ¡''',nnf;'':''" \
_ -.,"<\., •• · ... L •• .,i v ¿ u. ~~ ........ t. uo ,.;,\; 0, ~,c ... v'- JI J ~ )..11t..: ¡"JLUI... ltv'!'ljl.J ..-


~~¡·'~!'c;Jdp~' de la reina.
~,V"f\ ?JiSDjf) tie;1]!JO hace que vuestras v líutri;i)'(;ai,,:, !'~Js¡ur¡¡hl't's,


l. e .'


'~:). \j]fl,Slr,l'; venerandas constituciones, qur VUf,:,!ras tSclaff~c;da~,
":~I h"L,,-~ ,j in",s:¡r,~n"iJ)(ls p'l()l'i.,;.: <::'H)!;> )jPf'i' V ,'j' (;;,,';¡rni¡) dd snl-,


, • -,~, .l,Jl...J..l;..>. """_I~_ .... '"-_1.. D~ ~ 'u ...... , • 'Jl! tU. 1 ___ }<t .' v _'"~'- ft.. • ...


,:l,¡¡í(, ir! ,rJ'>1 111 V ;1" lfl rrvnlucion arTI l)ieio~a
"' t , '" '" • "~ _ * ti '.. s .,.J ,~ _ 1 ~ .• 1.,: •


N ' h h'" t.' t' tO y ... I ~ »l 1) na. a lUO respetO a ('¡ue es as (lOS ¡ramas COj)j¡jl!1u:¡as no na,
':'::n í,!ih(l'l,d(~]wr qur no hayan infringidn, p?cto que j;n L;¡;an roto.
(¡'lidn dí:.?::lO de veneraeion sobre el cual no ha yan derramado la vio,
leorii1, y (,¡ ultraj;? Religion, libertad, tradici'iDes, ideper.dencl~a




Di:.L ULT1~O .llORBON DE ESPA:Ü. &01
::do. lodo ha. sido nresa en POCO tiemno del defurme !1!Ü[~~¡[UG, (id


.: .. .1


¡if;V()!'ador d(~ setirmbre_
»Cuando nuestros desdichados hermanos doblaban 1;1, ":i,t'o¡iz tute


,:r-"V:l "Hí T ' j¡)"!'t" rn;~·~ i~) O,¡', :' ~).).l"'LI::~¡-~{\~ r·('~ una ?·-:>f"''"i \.'zl""'¡n (1 _' {ice i;:,].n;; 'J~ ., J ,~(~ r",J, Id '.:" '.' ")',,,._'j, .... ,,"' ,'J', ,\ l,~ b' ,,·_L,., J, ",;-1""" _·Cle.
á so.frlf !(I, íli;J.S dilr,', se';Viuulllure; cuando iG~; ¡. ~ kno:~ I'L:kLraÍJaIl
!;n h'HT:l):c:~ h:~('aDaks. y 105 hnmbres de la llhir)UrqnÍa s': C('I;tt'u-
tabaf~ \:"·)fi L.lrn~n:c.;" en siie . neio tantos escándit~os¡ h;~¡ L·) ':le ~.-·LCt,}<·~
de fama !impiil, y de úombre claro, á quien el mundo ll;;ü,H iDvie-·
Á ' , <.. . 1 ~
10, ¡¡¡¡t' :·;1: ld,\'10 (~ dlflg¡, st: V~!Z: y con C¡!¡1 ue rc'SP(~\UüSO y;,.::
amantisl¡¡v¡ sed , á b. excels3. señora ti quie!1 12, fi'V::: I!CÜ;D l~aL;;l
'".ffOji:l.:1i\ él! O~I'(I lud!' d0los mares, Este pueblo ciitá entre re:;'! I,;!' 1
.~;, ' .•.. )'";',,,, .. , ',f' ·'¡'.~ü Y);'I'tE"r1"Cfl V" a' loo lll'~t('rl:'" ¡,11 flliP ¡le, r,'i'IH¡nc'''' '" ;""\,.,~.,,.,! l,'J J~".':"\ . .,1 l "-' ,,~ u V JI.,J< lt~ 1. .. ) " u,. '-' '1. ..., '-' 1'"'.-'."~·~ ~U
'1'('" ,,' i. '-, ,j,.' ","<"1' ,. 'in" . .,: Ir""" d' ls' t·,c.¡ , >'1'¡ ,~."-,,.,,(,;/" ""'" y ·"n, c\,Z", '-,l.).., ' •. ""C::> :i,i ni '_1 ''v,.t! U i:t.e, J .> L ".¡,(,1., _'" lC_
;~;antío eh \,¡).ior \' lwrois:no en [wdio de jJll('slr;~s d¡"i~,'nL:1,:" ;jvilét


'1- . , ,." '1 :. 1,-, ¡°f'l.Jj"t.4n j'. ¡, ....... ,'t;!íS;Ol" n;J}-~,¡¡·), }:1!0. .{¡ \ r.l \~'.~,,~.
¡").; ~ ,':':" ,',;d él, ""eL" 11;;·.11,11 O; dJAd, .u, n ti l. '., ¿l<lc..:


'~;e:,,,}i¡, d:.! liu\'!idad ~d idortunio, Ella fué basl(w l ,., fup~u" ilS.~-
'" 2 '


tatlt',; {~(;lkr0S[t ¡Jara preferir la legitimidad vendiJa á la u5¡~q)aci..;J.
veneedOr¡l~


n fh'a:¡::a¡-,dc' e;¡ íilieliJad y herúism.o, ::le apresuraron al mismo
tú.:;u p,; '\ A:'('<:t'" ú la ex..;elsa p¡OSerith el hl)ll;cnajr d\~ s\.! cu!tc y
d f 1 ' " ' . b ,-, r 31~ . .'I;J;'~. >t-j '- lpHL~clones l1e l3S tres PfOV1;-,CHi.S .e.rnlH"as. {--:ua:}~
dí; !,l cugt;;.;bí. sd'íora r¡:'cibió aquel santo mensaje, su pecho se lle-
nó di~ <1:1}f)!; y sus ojos se arrasaron enlágnmas. En Vuestros archi-
'Ú),C s:; .:'O¡';;~rvi:\n todavía, y se consel'varáu eternillllenÍl: en vuesti'05
~;¡r[¡lO:1:~:;, ¡él, tierna;:!, lJ.'; U'IJOfOsas, las inefable.3 palabras con que
cG;Jtest6 á V1F .. ;~r¡!; d"Llia::;trac¡ones de lealtad l'esd~ UIHl tier?:l ex-
tnUJ1¡ 'n ;;j:, l\,) lil priJvid:'!]Cia unió er.:onces irrevoeablenlet t:.::
5L .~·Utrk Ú. 1;;, lh: los hijD~; l10 la gloria. La alianza entre S. M. la
reiUd dnfia ::li1!'Ía Cri:.;:ioD, de Barban y vosotros no se romperá ja-
más, por(~;' ' L f,);C1Ó el mismo Dios en el día. de las tribtd::\ciones.


r; ¡:"lc:j-,!" ;' \',J¡rl,ó:,cl:Ji habitantes Jo las proviueias VaDcongadas y
~a.'y¡Y(íl.: Vo O!J pro:fwto w nombre de aquella excetsa ~()}7ora vue3-
{r()S /'!i:!tr,,¡ el: toril! su iutcfj n'dad. Vosotros los habeis gafiado con
la sar.cl". de vuestras venas, con el suJor de vuestra frente, con la
1;~aU:;li ,1 """d;'}S corazones. El comercio de la ínvieta Bilbao Vv¡-
verá Ú Jlil,','\~cr con la. restauracion de leyes s3.biam2nte protectoras.


»La::i :,·Jilstrias de todo el pais serán aJmitiJas á los beneficios
de la inJust ia nacional, procurándose medios de que el layor con--
cedido Ú 'J 1)¡CAn laboriosidad no degenere ca fraude y gwnjcfiil,




908 HISTORIA DEL REINADO
perjudicial al resto de los españoles. La ley que modifica las HlstJ-
t~jciones de Navarra, será declarada de ningun valor ni efecto. ¡\¡
ahora Di despues, vascongados y navarros, tendreis mas modifica-
CiOD ni arreglo en vuestros fueros seculares, que aquellos que vos-
(¡~r()s WjSD~OS, porque así os convenga, querais establecer por me-
Jio de .3. sola exclusiva y legitima representacion dei pais, por vues-
tfdS juutas y por vuestras cortes. El trollO [¡O será jamás ingrato
con los que ie sirven de escudo. La ilustre princesa en cuyas ma-
liOS vais a po::;er otra vez el cetro de vuestros reyes, no será la que
cDilsieüla que S~ ajen vuestros laureles, que mancillen vuestras gl(}·
l'ias qU'J queden sin recompensa vuestros grandes hechos Je Jrmas.


);I.a uaci:Hl no reconoce; vosotros no podeis reconocer c:)mo \'[1--
Ida y legití!ilu la renuncia del gobierno de la monarquía hecha por
S. M. eü Vaiencia, porque fué, y así lo ha declarado S. M., un adc
;'jS,Jéflle de fuerza. La nacion no reconoce) y vosotros no pO~l~L' !"
~A;er {jUBO vállda y legítima la resoiucion por la que se deelM:'
\v.caüie la tutela ue S. M. y A., Y se nombró nuevú tutor de la:
J,Jgustas lJJellúres. La3 cortes que consumaron estcj ¡[¡audito desIJ!:l
ji! i;Ll radicalmente ¡ll'gítimas, y el vicio de su ¡le¡ljítirnidud ínraLl! :
j)jd¡¡;i.iiruc~jk tudas sus providencias.


» ;~I)Lle3 y csfufzaj'Js habitantes de las provincias Yas~üugadíls ;
=~J.\ai¡a! Duña María Cristina de norbon es la única regente y gG
lj2maUúri, del reino: la única tutora de las ilustres huérfanas lla-
,c,,::t'!d:i á rl'gir los destinos de esta nacion tan riea de gluría (;')J.Di
>S¡;ii:'íl de ventura, Esta es la bandera de los leales: esa bandera. ~~:,'
::'v{i!llJ. ho) (;ü lodos los ámbitos de la monarquía española, Ella va


" l' l' .,. d '
J ;;L;i1~: ] ,ll i12üte úe lOS eJcrcltos como 00 ea en VUC.:llras rnnnta-
-' I .,. ¡ '1't 1" n e),., L)~; ¡:JciJeJ'aICS ,Las HustreS, os mIll ares mas va :éntes, !\):i qu.;'
,"',~u 1;'; ;1.!.i ¡(¡oS campos de batalla cien horrorosas cicatrice:; .
• ¡~ ".; ;l;,~ Ldlfif% il. la fidelidad ni cometieron el crímen del pcr-·
;~n), :<~Ll2il esa bandera magn¡fi~a y radiante que conduce á la
".) ;.i. ::!la 8S el símbolo de vuestra santa religiO(¡ y .le Illlestm
.. .I;Ó;;" ,;,)Li:trquÍa: con ella triunfaremos nosotros, COlDO triunfa
,. ,. '.' 1 ,'" ,,(\,lr"'s ~ '''';u .... J ;.:¡Í..,~ .?1J~ }J "u 'L •
')\'¡¡0~idí o.clubre de 18íl.-Manuel Montes de Oca.))




CA PITULO ellL


SUMAR!O .


.!lIle "' di' 1.111 !J~I iudi<'1l ,ubr,' l0" ,1l,'(':'O~ d,' llar,'l'low. 1'11 ti': [ubre de 1 ~ U .-Mall'~
[¡i-"to" dd Hl'fl,'nle.-(jran e1'l'or de e-tr y ~1I p;mdilla


I.


En Barcelona, donde el elemento popular era mas activo, donde
la educacion de las masas era mas política, donde existían elementos
verdaderamente revolucionarios; en l3arcelona, donde existia la con-
ciencia real del derecho, hubo tambien en la Junta que se constitu~
yó elementos de Jos que apellidaban realmente perturbadores, cuan-
do en realidad servían para hacer normal el progreso y dirigir la
corriente de las ideas hácia el verdadero punto donde deben diri-
girse.


Así juzgaba en aquella época un periódico que se publicaba en la
localidad Jos acontecimientos que sirvieron á los reaccionarios para
dar un sesgo particular á los sucescs, atribu~endo á Cataluña ideas
de que no participaba.


«La actitud imponente que ha tomado la capital de Cataluña des-
de los primeros arranques de la rebelion de Ü' DonneH ha sido muy
mal apreciada por algunos periódicos de la corte. Tampoco ha ral-
tado alguu individuo del gabinete que ha creido ver en la creacion


TOMO 1. 1 l!)




910 HISTORIA DEL RElN-lDO
de la Junta de vigilanct'a un ataqu j fuerte y directo á la unidad del
gobierno, tan necesaria á los Estados. Esta mala apreciacion de la
Junta y de sus actos mas depende de los sentimientos que animan á
sus censores, que de una incompleta noticia, Ó informe inexacto del
estado político de Cataluña.


»Los periódicos adictos al gobierno caído en setiembre y á ia
bandera que han enarbolado, para acabarla de desacreditar, los re-
beides de octubre hao desaprobado la ínstaJacion de la Junta de VI"-
glancla y sus actos extralegales, apoyándose en los lugares comu-
nes de la necesidad que tiene un gobierno para ser fuerte, de guar-
dar en todos los puntos de su jurisdicci'io la unidad de accion y
direccion de los negocios, En todas las reflexiones, hec~as para pro-
bar esta verdad, que no es aplicable á todos los casos, mayormen-
te cuanto no se dice nada con respecto al carácter del gobierno, van
mai disimuladas las tendencias á reprobar toda actividad que dima-
ne directamente del pueblo Ó sus representantes.


»Cuando España, y con ella la Europa entera, acaba de ver con
dcáodalo una rebeJion que nada puede legitimar, tanto si es eiertD
'1ue Cristina haya dado poderes para obrar en su nombre á los re-
Leldes, COn:l0 si estos lo han hec~o por cuenta suya, se hace muy
extraño quo los periódicos que afect::Hl ser tan üllligos del órden y
de unidad del gobierno abandonen al oivido, ó se paren poeo en la
suhievacion de los generales que han proclamado sin embozo el
dbsolutismo ncio, y se ocupen con asiduidad y ahinco en la actitud
medio revolucionaria que ha tomado Cataluña.


»)COill páreuslj los actos de la Junta de vigilancia y :iU tenuencia co []
los act0s del gobiernu jJrovis~'onal de Montes de Oca, y Jos fiues de
O" Douuell, Concha y Leon, y díga.se con la mano en la conciencia
Guál ataque á la unidad de gobierno ba sido y podrá ser mas tra.s-
'-.cudeütal y lamentable. Léanse las pro~;¡amas de los cauailios de la
rebelion del Norte, y nadie podrá negar, por mas que lo desee, que
d objeto primordial y único de aqucllDs rebeldes, y los que los ha-
dan sublevar, era derribar el regente actual, al mln¡sleriú actual,
á la constitucion actual, y todas las garantías del pueblo actuales y
venideras.


»)Léanse las exposlCiones y manifiestos de ilustra Junta de vigI-
lancia, síganse uno por uno sus decretos, y nadie podrá negar tam-
poco por mas que sus manifiestos le impelan á olio, que no bay la
menDr intencion dt; l::::5conoeer al Regente actual, ni al ministerÍe




DBL ULTIMO BORnON DB .SPAÑA. 911
actual, ni la constitucion actual, ni las garantías del pueblo actua-
les y futuras. ¿Por qué pues los periódicos que se dicen amigos del
gobierno y su unidad de accion, atacan con preferencia á Cataluí'ía
por la iostalacion de su Junta~ Para nosotros no es un misterio. En
los censores de nuestra actitud hay dos clases de enemigos: los unn:·
;jcaso de bueLJu fe; los otros solapados. Entre los primeros conta-
remo,; á los ministros y progresistas, que se hayan alarmado in-
ju&tamente, por DO baber sabido examinar hajo su verdadero
punto de visla la situacian de Cataluña. Entre los segundos conta-
remos á los que yen en la decision y arrojo de los catalanes el prin-
cipal obstáculQ que ha hecho desbaratar la conjuracion retrógrada.


»A pesar de la diferencia que va de unos á otros censores con
respecto á la causa de su desagrado, andan todos acordes en el
modo ó palahras con que lo expresan, y no faltan lectores poco
acostumhrados á rellexionar sobre lo que leen que casi participar
de sus mismas opiniones. Esto hace indispensable que expongamos
en pocas palabras el estado de Cataluña cuando estalló la rebeJíon,
de lo cual se deducirá muy natura! y lógicamente la absoluta ne~
cesidad de hacer lo que los catalanes han hecho.
)~! ministerio y lns r'~riódicos ele ia corte que no~ censuran no


habrán sin dudl olvidado que lL8S de cuatro meses hacia que es~
\lbamos levantando gritos de alerta y anunciando al gobierno Jq
gran necesidad de vigilar y tomar á tiempo sus medidas, para con--
jurar !él. t':lmprstad que se iba íormando cada dja mas amenazadora
La conjuracion de los retrógrados se traslucía de todos sus actos
El escandaloso atropeHo del guardia Sancho, en el cual tomafúD
parte no soio :odos las oficiales ó la mayoría de su regimiento, sin::>
tambien otros cuerpos del ejército ce Cataluña que se quisieron dar
por resentidos de nuestra defensa, fué la primera señal de la reac-
cion retrógrada, y desde entonces datan esos escritos virulentos y
provocadores que arrojaban teclas las mañanas los periódicos afilia-o
dos á la band~ra de Cristina. Las autoridades locales tuvieron que
redoblar su vigilancia; porque los retrógrados mas furibundos de
Barcelvna tenian abiertamente conciliáhulos con macho::; jefes y
oficiales del ejército, algunos de los cuales ni siquiera se abstcoian
de propalar en público insultos al regente y al gobierno y amena-
zas d'~ una sublcva0ion cercana. Los mismos periódicos retrógrados
estampaban sin embozo que el actual órden de cosas no podia du-
rar, y que todo establ prolll)sticando su próxima caida.




91~ mSTORlA DEL REINADO
»Desde luego que las autoridades locales lomaron disposiciones


para vigilar á los que proyectaban una rebeJian, se tuvo la certeza
moral de que estaban en trabajos los enemigos de la libertad del
pueblo. La.s garantías que las leyes dan al ciudadano ataban las ma·
nos de la autoridad para poder sorprender á los conspiradores en
lns clubs, y tenia qae reducirse esta á hacer vigiiar las puertas de
las eas¡-¡s dünde se introducian, como quien va á una tertulia, los
cDDjurados. Los pueblos comarcaDOS y de ia montaría estaban pla-
gados de carlistas indullado~, de exclaustrados y cond~onados en
Roma, d~ ¡:ajarracos retrógrados que Labian dictlO que ihan á tomar
aires y baños, y todos, á un tiempo, daban profusamente curso á
los pap8lotes del papa y de Cristina, semhranrlo el descontento, el
.:0scré,:ito del gúbii'rno y de las instituciunes liberales, é incitando
á los soldados y paisanos á la sedicion.


»Las autoridades locales nümbralOn hombres de su mayor con-
thnza, les dieron poderes para presentarse tt los alcaldes constitu-
cionaleS y comandantes de armas, á fin de hacerles vigilar y cum-
plir CÚO la ley y dar Ctit'Dla de los indiyiduos forasteros en cada
plJolacion y UUUjás l:üsas de importaneia.


»)¿Cuántos vestigios de una conspiracion profunda y bien calcula-
da Si1 hallaroil en todas partes? Mas Jr> legalidad se oponia siempre
á que se tomase una providencia eficaz para hacer abortar los pla-
nes liberticidas, porque DO era posible alcanzar las pruebas que ha-
cen fuerza delante del tribunal.
»)~Jielltras que los retrógrados iban preparando al ejército y pue-


1dos de la montaña para la subl0vacion que acaha de sofocarse,
tentaban en Barcelora otros medios de conseguir su fin. Viendo que
id miiicía racional de Bilrc;:]ona compuesta de doce lmlalloDcs dl'ci-
didos y enttl:-5iaf,tas por la libertad babi:l de ser un obstáculo inven-
tibIe, lr~laball d'3 baeerla. desarmar por f(::voltosa, y ¡;e procuraba
explotar cualquiera causa de descouteútü para que se amotinase y
ubl~gase á las autüridades A reprimirla, para lo cual ncce~itahan
ílGogerse L las fuerzas del ejército, como lo nabian hecho Meer y
otros geílt:ra12s OjJrt'SOfes. Mas los amigos del pueblo conocieron la
treta, y alllouestaron siempre á la milicia i]uc sostuviese ('1 riraen.
porque de esta suerl.e se esl.rellarian todos los manejos de los retró·
grados, La rcunion de la milicia cuando el atentado del G\larrlia,
{lié un golpe que desbarató para siempre las intrigas de los DJal-·
"ldcs.




DEL ULTIMO nORBO~ DE ESPAÑA. 913
»)La Reforma de la Guardia Real dió lugar á la salida del segun-


do regirnientJ de esta arma para Zaragoza, y Jos retrógrados per-
dieron en Barcelona la mayor parte de la fuerza con que conlahan.


»No contentas las autoridades locales con las medidas que estaba
á sus aicances tr,llar, elevaron sus sospechas y temores al goLier·-
no de Madrid, para que este acudiese á su socorro. Por reiteradas
que fuesen sus instaneias, el ministerio dormía, no hacia el rneDor
caso de nuestros gritos que eran el eco del pueblo barcelonés, y ios
r~trógrados nos decian que veíamos visiones, que teníamos nu'edú
porque los moderados no conspiran, 910 atentan á rnatw armada con-o
tra el ,qoótúno.


»)El ministerio y los periódicos que desaprueban nuestra actitud
podrán calcular cómo se balhuia Barcelona el dia en que se supo la
n~belion de O' Donnell,:o


n.


El Regente del reino, que como sabemos no era una IlolaLilídúd
polftica, y que no comprendia bien la teoría del rrügr('~o pr.·r mas
que se bailase al frente de un partido que se lIamllha progresista.
dió un manifiesto muy célebre que trasladamos porque sirvió pam
producir escision mas profunda entre los elementos que hahian eDD'
tribuido á la revolucion de setiembre.


« Vascongados: Los que tant,as veces han ahusado de vuestra ere
dulidad y buena fe, quisieron abusar ahora; mas sus rérfldBs mira;;;
no han podido realizarlas, porque vosotros, v3scnngadc c , h(lfeis
aprendido á ser cautos en la escuela de las des¡lichas. ¿No ll's h¡¡s-
tahan á los malvados seis años de la mas cruda guerra? Q'JisierOl'
~ncenderJa de nuevo para acabar con la fortuna que os qoula 11 con
la juventud á quien reservó ia vida el cow¡enio de Ver;.: a u; . Que la
nacioD detesta á los que alzaron UDa bandera de rebtlioD en vurs·
1ro suelo, lo prueba el grite de indignacion fJup I'D todas las provin,
cias se ha levantado cor.tra ellos, el arrerentimit'nfo flp las ¡ropa~
que sedujoron, y la rapidez con que numerosos bafallonfs y fSG'HI."
orones han volado á estas provincias para castigar á los ;raidcres


»No, vascongados, DO deheis por mas tiempo ser el jugwh' d{
una docena de personaR, cuyos intere~es no son los vuestros, Fs rri
deber sacaros de tan vergonzoso pupilaje, y os sacaré. Ddwis sei




914 HISTORIA DEL REiNADO
hombres libres, y lo sereis: os lo prometo. No será en adelante ali~
rnentada con vuestro sudor la sórdida codicia de unos pocos, que
despues de esquiliílaros querian conduciros á la muerte. Vosotros lo
habeis conocido, y )0 les quitaré Lasta la posibilidad de que vuel-
van á engañaros. Pediré estrecha cuenta de los caudales que ha!}
manejado, y sabré con autorizacion de quién los ban e:iígido y C0-
mo los invirtieron.


DDetestaban la Constitucion que vuestros representante's concur-
rieron t:. formar, porque ella os eleva á la dignidad de hombres li-
bres, y dejabais de ser el patrimonio de ciertas familias: y como es
mi deber, como primer magistrado de la nacion, trabajar por la di·
cha y bienestar de los españoles, vosotros que lo sois, gozareis de
los beneficios que la ley fundamen tal de! Estado concede á todoR.


»)Sin paz nI) puede baber felicidad para las naciones, y la Dues--
ira, que ha ent:ado en el camino de la prosperir1aJ, llegará á ser
tan grande y poderosa como merece serlo; y dichoso yo si al en tre-
¡sarIe el mando á nuestra adorada reina doña Isabel H, puedo de~
cirla: Tamb:'en los vascongados, seftOra, contrzbuyeron como (odos los
I!spal101es á la (ortuna de la patria. Vitoria ~3 de octubn de 1841.
!] duque dé la Vic!oria.-Facundo Infante.»


y p0COS días despues de esta alocucion, dirigía un manifiesto con
r¡casioD de la disolucion de las Juntas, que decia así:


( El 18 del pasado os dirigí mi voz con la efusion del alma de U!1
"old'l.do, del primer magistrado á quien están encomendadas la fe-
licifhd, la prosperidad, las libertades de la España. Os anuncié mi
palid!1 de la capital con el objeto de sofocar en su orígen una rebe-
!ion alevosa y traidcra que amenazaba devorarnos. El patriotismo
'-~e¡ ejército, de la milicia ciudadana y de cuantos españoles se mues
fran dignos de este nombre, convirtieren mi expedicion en una mar-
cha de victoria. Contra su lealtad y valentía se estrellaron las tra-
mas de los enemigos de la patria. Entre la rebeJion yel ven0imiento
mediaron solo instantes: los que creyeron elevarse sobre los ruinas
~e la nacion se vieron repentinamente envueltos en la suya propia.
j.a Españ:.t saludó con entusiasmo ese dia de triunfo: se entregaba
todo á la grata perspectiva de la consolidacíon de una paz en todos
tiempos y nunca mas que ahora deseada, cuando otros acentos de
discordia resonaron en su oido, cuando un alentado contra las leyes
v la digoidr.d del gobierno vip-o á mezclar con acíbar tan dulces ilu"
siones.




DIL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA.. 915
~ Un pufíado de hombres turbulentos, enemigos del sosiego pú-


blico, arrostró acometer en Barcelona un ACTO INSIGNE DE YIOLENCIA.
afeado por cuantas circunstancias le acompañaron. Se derribó, en
dtsprecio de las leyes, una obra pública, propiedad de la nacion: se
abus6 de la confianza que habia entregado á la Milicia nacionai la
custodia de unos muros por ella destrozados: se despreció la voz de
la autoridad militar que reclamaba su depósito: se dió el escándalO
de decidir, por medio de fuerza bruta, lo que estaba pendien te de la
deliberacion de las CJrtes y el gobierno. No amena.zaba la e,uda-o
de/a de Barcelona las Itacle"day ni, libertades de los !labifan(es de
aquella capital tan ü'4duslriosa.


»¿Podia sospecharse del gobierno actual cuyo norte es la obser-
vancia de las leyes? ¿No estaba entregada dicha fortaleza al patrio-
tismo de la misma milicia nacional? ¡Fué noble aprovecb(lr así la
ausencia de los valientes militares que iban á derramar su sangre
contra los enemigcs de la patria! j Espafioles! este actJ fué acompa-
ñado y seguido de otros de violencia, en que una Junta denominada
de seguridad y vigHancia se hizo dueña de las propiedades, se eri-
gió en árbitra de los destinos de toda una provincia, y usurpó las
fnnci0nes de Jos poderes del Estado, cuando el gobierno velaba mas
que aunea por el desagravio de las leyes. Con sentimien tos de des-
aprobacion se han sabido por la España entera estos €xecsos. El re-
gente faltaria á lo que debe á la tlacion, lo que debe á la Justicia si.
quejasen impunes acciones violadoras de las leyes, si los principa-
les instigadores y perpetradores quedasen animados para abando-
narse á nuevos Jesenfrenos. Fiad, españoles, en la justicia, que es
el norte de un gobierno sobre las leyes cimentad0. La mano alzada
~3Íempre en defensa de la Constitucion ~ y las liberlacles públicas !w~
órá reprimir cuantos excesos produzca el abuso de la libertad. Zara-
goza 9 de noviembre de 184.1. El~duqu!) de la Victoria.-Evaristo
San MigueL))


m.


Como ha podido observarse, el lenguaje de los dos documentos
emanados del Regente, que acabamos de copiar, difer;a notable-
mente.


11 dirigirse á los vascongados que represeníabau un principi::t de




916 HlSTOUJA DEL ItRINADO
traicion y rebeldía á la voluntad popular, Espartero atenuaba las
frases, les hablaba en tono paternal y amistoso procurando no he-
rir susctptibilidades.


Cuando se dirigia á los hombres libres, á los que con fe, cons-
tancia y abnegacian sacrifican su vida por la idea y ruan tienen le-
vantada contra todos los enemigos la bandera del progreso, enton-
ces veni1ll las palabras duras, los ataques tremendos, las amenazas
que hieren ...


Ante tan ridículas manifestaciones del mezquino criterio de aquel
poder que volvia su espalda al pueblo, cuando al pueblo debia su
clevacion, que renegaba de su orígen, cuando solo apoyándose en la
soberanía nacional podia templarse y cobrar fuerzas y brio; ante
aquella apostasía menguada; ante aquel doltJroso divorcio pública-
mente manifestado; ante aquella ruptura entre los elementos que ha-
bían luchado juntos en la revolucion de setiembre, ¿qué debia hacer
el partido popular, los hombres que habían visto el peligro inmi-
neute en que iban á zozobra!' !as instituciones, y el hombre que sim ..
balizaba la revolucion de setiembre?


Grande fué el error del general Espartero y de la pandilla que le
aconsejaba.


Cuando el partid" moderado acabaha de ponerse fuera de la !t:y
asociándose al carlismo y buscando apoyo en las antiguas provincias
del privilegio y de los frailes; cuando se sublevaha contra la justa y
merecida leecion que recibiera el 1.° de setiembre; cuando al pro-
greso de ías ideas que se manifestaba por la pub¡i~acio[l de muchos
períodie(~s repuhlicanos, por los manifiestos de las Juntas y por los
actos sigolflcativos que se veían en todas partes, respondia el bando
reaccionario sometiéndose al capricho de Crislma que persistia tll
restaurar el trono con todos los atriLu tos del despotiuIlo; ¿podia es-
perarse iralisaccÍon? ¿No se babia roto el Código del 31? ¿No era un
reto f()rmidable, un guan te an ojado á la revolucion, que debia re-
cogerse1


¿Cómo ni) vieron Espartero y sus consejeros el abismo donde iban
á sepultarse?


¿CÓlliO no previeron las consecuencias funestas de una conducta
tan desaten lada?




I : ;]" ~": j) .


! \


ValliOS a n' In.H1uCir pflra que w!'> l(';jw¡\~:-, ll'¡;g<; i"'Ií1t"HIiH'nto
.}¡i1clo del eSe., ¡;tq ,jo la ~nO(a, \(1 q¡¡P tlf:eia ¡~¡ \¡.~ri(::I" l,a f¡¡bu·'
:w aC('í't':¡, lt,s ~l\ef'So::; Ot' V;¡,L'ucil:\'


td';s ¡)¡~Jj t]O¡')i'!i} qlw jl;l'[;~i:ldtoiq"lJtt' qu/: aCHI'C\O 1,: f':':'iH.:da:o~u
\.,UIl:-.pll"iY;wn ljU<., ¡HUi!!l1\' f':"l(\t"" ,','.-1 .. """,!" '). i': g' h,rnl,
ü,~nrdn la prudente ¡ned¡da df: sepol'i.!.l' ,le "Ui') .ie<íIU"· ,···.1'" "':i ¡'.,
i!:t'ddue, qnh :·sIUVJf.'seU t!ldado~ COil la fea Dota ¡JI'; tiH<,d .. ¡"L ;l ¡"
;í;~!lÍil'¡;ht'S idh'r¡ties \¡ a¡':ri'nll!j(~i(wiif;nb, fk ~,'iH~P;~'¡ l' ¡. ¡ (!lit ;)!
'¡e o(',wbre estaba ya, PUf'';', cnv1vlti e1l ,;¡¡~ \l¡!I('!Jb:, ,j\ j¡, ¡;,~:,dL.
HJ OiX el rJ't"blo valr>l)eid:1'.) 11110lt',;;(' VIS\{· .. l'S ,'lt:;\";.; ;¡' ~k·,.t·
~ ~


qüe luvíenm lugur en ht cIUdadela de ~'¡¡l'í'::"~a·j tI(¡l' L." 1(;-;;:;:, tu
{(U!" St~ fOffd,) y Ht' prOnUilC!Ó en ('!iR unh eonspirdcil)i\ que arnt%1"
zaba d(~iide St1 haluar~e interior la ruina dt1 1(l. ciudad: ¡ljadh !{l v¡~)!a


k ¡w!icaciou il¡; Jo. mecha 5tern¡Ji\' t'!.lCt~ndllÜI. LÍe la tr,l.!l:i¡!\ (L VIW::l'
r .


. t' t 1 d' 't Iros enemIgos, se presen (\ en un es aoo II alarma y desc(/u P-liW,
';" í;¡;':ll,ifO'¡ ~r1Jnos" e¡.;l!s :')újiNor !'ll ;1\1;;1, ViIZI:l ff>\jIWíu dl'! A \ (,¡,-
- . . " r I ¡' - " r • - ,.)


!;\ind.:n!lI. Y n'!H1idn e~3!;'¡ tl'c;~ni;\l;)!j ¡p'o forn:;-J.ClUo lit' tI ir, .InDIa 50·
" .


prrrna de 'ngIJi.111Clit !jUl' ,','~Ci¡('Í';; ,;,Pt'¡u,r;" ¡'!:;tJ(d',:~Jllnt"; y prc¡-
\'eyes(~ {¡ fUi;;"


¡ ;¡ ¡ " ¡ l¡ 'l:),." ¡ ,\. l' l, ,1 l'¡ lj " ¡ ,', 1) 11 ' ... ; (\1' ....
, • .-- '. ~ • , .' ,', '. ., _ . J ~ ~. ,/ 1, _.,


il{! r)or el ~eüur .h'ff' ¡¡<¡jllleo !Ij!í r!pl, , f¡i,mpri,W\S ia~ jWI'SUf!:JS OUt, f t . . J
(;11 la clase dl~ lH(~~~!ljU!lt,~" \W.\1I'·' / H,nt0!i\r',;,;. l/p'I)¡;:!,) ,;onqwoerla\
se illstak, f~fJ la miSInll w,!~líe, y :\1' Üi~(j,CI.i L olr y I-i¡ü.lslacer eon i-l.C
t;Y~daj ~ ¡·_lrl!H·.;~. ¡d~' j\{·,t;r;;jtH:,s tL; :'11 ~")'if;_ ti} OLH:,~~s~~ et ~nSi¡¡_ !f',


; :" e;: pi':.',ILS (Í"~aiecti¡s, Pai',\ ;<1 i7j"l!l"'.' ;,,> e·'itas n1E'I.:!:I:1S >:1' f!""'-'
dr aCII(~rdo ;:qn la aut'¡dili' ¡i:¡;¡t¡P y ir· P.J!:tW;), V ;>'1 nlR r¡rinw;'ü
di~ ü(lvir;n'¡H'!' á la' ¡;Wt;n Lit' le; lit·d,· ;", lJW !i1"!f1CWl,) H'l, rL'¡¡lid i.,
('!on. Otra dc la,,, ¡WI.I(,IO[l,~i; (";t !lí. t j ' h¡(r',I~r ¡H\,,.q):,~!J"¡.'!, ai;!'t,l'ilS
,~?~~'Ü-l5; ~,~'H ¡Jon(l,: L,."taba1 ln:-;,~·~·~lCi. '" l~ d'n i)re·; 11;' t~ rnct ·:d~:, .!


: 1,




";.) fH;t ni~··~J1J~ ~H!~~ t..~tlt·; f\¡~:tftl i.1!1!f\ l;iazi1: ~.h.~ lG: ~,(}H.StItUtHq~
:'-" m;[í,v,.;: fH píi rr,NH [»P pn¡Ctc::iio al oerríhn de ntr:\ que í'xlstFl, t::


r,¡f'(!'!O" \lt'safecloso dt'd'.'ada y eSln!10sft en :-i rnHi¡,(}, lkCr~·!tal"t ,!~,
í:"!lO,~ifJllt'nto~ V tinO, Y h, Junta se dí:d!fÚ f\ ad,pumlo-: de.-:r\e liJ""
~:G "In des~aQso y cnn I.~elo: ¡oar.¡ CilffiO en la mañana ih~' 1, v IH)f t: (
enrrt'o de Madrid se b'lbiese reell)!du ia ÚrueH dtl lt,';:,t'nk dt'i I'H!:.\
para que cesasen I~sta.~ Juntas ¡n,\; ¡nd!\,¡uw)S qw; 1;1. C(imf'UflliHL ¡.e;~.­
tr¡¡nl') la órcten dAI ~oh¡erno. (iekrlllJUaron a¡ mc:tautel:e~ar 1:~1 :-;ü~
f!WC10n~s, y TPunidos á mediodie. con el A"lllHEtlUletnn , demiis ü\'-
!<Hidades en c,asa dei EXr.lllO, SPllor Genel'ai srguíldú i.~H)n. M~i- ;,.-
nm :>.n tnlal diso!wion, y remltlernr! ]1\ Cí/oliLUaCHHl de sus Ira,):.;,,:,
;JI ~:~:('m(\, A \'lInt'Wjlf.'D!n ('o[jSiituCIO!lal dI' !'~ta CIWJ3ll. 1{¡ ;íJ 1);)
t{;i¡str() al¡;ura il~osíci:m ¡¡('ro la t;¡Úl1cnela de ias ,b :orli¡¡ldf'~; ¡,>';il-'
L~.I.; cnnsi!:ui,1 wneerla: f~¡ pueblo se retirfl. t! ,\\1:1) lt¡rp!f¡,lI¡ IÍHi\·i.\I)
~, OCllj¡ar:;" dpl trahaio lit' la elafoi¡llcac:O:'l (le '·íllpl'~(l\hl.", "d. nI:, \1':".)
~..., ....


dI' !¡; n¡,ch', dt~¡;.eOS¡.i de ase¡<urar la il'U 11 tjW lldal1 ,mbliu:L ¡fHln;),)
r¡'UiI:rh ¡¡;I/wi)t naei0P::\.í


Pf'¡[I', \ ni." j¡,!,:!/) re:::üv:;;' '.Ottú ltlr)i)Sb .f10uJo d1< la, \;a~l}!¡I:;>i. V
:!Il:' 1;) '1 ':. l:hdiHi V ia i\l~!ieia pr¡~:-;Idlescn a la Í!bt~i¡pn(h ih~ 11).;


t~a~ Ú i¡~ r·X·. ¡(,n~I,,,¡r'~;l 'tI; ~ íHCinn ~1e' ';{ .'rOVil::}.;f;. \ aJt¡(}b~3dH~~ ¡}\¡¡4
:·.;r;; ",,',H'i';¡í,d VI>' , • j ;,' 1I"i]([(';; I í!·ríno. qUt'lÜtlJn V(1 Pll poder
·!h·~ t·~~,dt! ;·;'-a la f\pft(L{'.¡~·' dI" ins . tie~;}s~


,)F ¡"'!:\'1!" In ;nillf n;,;, ¡¡,¡O nll~ ~~> ilat'lit rt'11llnj;· il :,1" ¡¡¡lJi:
;¡~. l~ ní'j.'~~P H::~··t~~or ¡ {q '"'i¡1%t¡1 ) ;'jr'1;,V¡;~ .~,ILr'\ ~a,.., al" :'~,l:-; t :.~ jüi~-·
1'1";;;1} ('.;" Pí'!!"!' fll'itran, ,¡u!' :!;¡ i!.t :J' '. ¡JO ,.¡ .;~":H('¡;,H dt~ ;i¡,,[', ¡.t,
'. ¡j" (Jp,i'q~r f;Uf'ntan ,¡lf(\' !\;iW"~ dj:l!\\\¡W3., hJ.Cli1 I'II;i~h(,~ U¡(',;t;S
.¡lHI SI:' tH',iaha en la cíiíl~e~ v P\('.![{I,;}(i la Xelter,d ;¡Hl,:!:lilClUU; VfJ.-
lT~S w'!icínrws part.icu !ar.~1) SI> h:lb:.Hl ltecll!} a.e8rCit lit· :m ju-.;Io cas-'
L;.'¡Y i)eJ'O ni' hahiao !p[wJn nl1 I'arád~r ha.;;taott' pu,;f:yo :¡ap. ('! "
;(~~. ;,t,.-¡¡,: ;.-i¡.o,d(",·;.; p{t~~~~n p'-;r r·~:~~F~·;·~ f!P ¡i}'" ~~.(j,.~:.~ '''{'{ ::,". ,




t L'"P H; . q ¡ 1 d a· 1 ; ~ ~. !: ~ !.: ¡ ;, J 1 a.d
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. ;"I'!)11 que las ;!í!!' ; r.l'l;' ',e L'" Llli';¡; l.',' :.'
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<jj "


'{ 'IUj, j;crmal)er:¡esl, f! t'lfl ¡';'j:-¡ ,u,.'sl.{j~; has!;: sabf';" ¡,í i 'ldd Uc!'"
'lV:Uílf'nle ¡narchó esta comisio!1 al Ayuutf:ln¡ientrJ: de alH pasó a ea-
"<1 <id Gt'neral segundo eabo, y cODvencidn este de la necesidad .le
¡W('l"'df'f ll, h. {lj""IJC¡O!1 ~pl Bplfran ~:lra d sosüwo pUUiCO. v ha-


:Jij",' ;lsn:.,u· di' 'j'l1' {~m) ·'lla se l';!stabl~cerla 1;;1, lfá¡;qtul¡d,id
"D!.eranwnt>:, dI;' la órden necesaria al dedo .


.. En e\ instante mismo marcharon lo.;; lJatallones á la plaza de la
lIi~¡'¡r,ia nacional: á la\; siete de la tarde fué fusilado Pedro Bel!rali \
\"Jf)ht',nadílrdf; More1h ; lo::; batallones de~fjlaron, y se reHranm


,llS lDrlivíduos á ~lJ;'; eas,\"; la cIUdad quedó en la tranquilidad mas
i\¡>rfi1('!" y ¡:,j \, Y'1'! r,try¡ ipll tr¡. que ha bla, pr.rmanecido hRsta en tOllCf'S
l', (.""i"n ')(l>' THY' Y ('.'íD!¡nl11L dístnhnlf!1l en rondas, ha vigilado


·)T:ú,,~ hr) -:dn ':y; :~Ul'f\:<,I):': de V:df'llCía ro los tres djas últimos.
,P.::!l1U In fp'" ¡,[l~l)n\' vis:" y J.) ~ue no-.; bflij reft'ridQ, Dese(J~os de acer-
!;:1', hpn"s !n"¡¡,h hs r.(:nl)¡'iPlil.'nt(o~ nr.ccsHfio8; P{lfO no querienao
i¡f"~'{'i;r fa lll,p"i r,"''': ,¡¡,,'O'I ;rl)""" "1'00 l'~l ,1,'e-cfIIVí,¡ F"fl1'¡?(l il"t'~I"IO" "'l"Of'~ , . lA _ ,'" ."' '- .... ,-~ <'o '\I).::l ". ~ 1 ~I~ ..e'.j\)- ~G -'~-1l1 ~'"'~,~ .t. '-. ¿.:.. _.
i,(ll) á lBS rf'cti!,kacioLít'S que gusten dirigIrnos, Valéucia, pues. dl~~
fru taba ya la noche del 3 Y el siguiente día 4. <le un sosiego u(hy¡ ~


))




SUfM.R!!.l.


i ",,,,,Ii"'l1linll h ,,.11,1"'\:1('1/'1"1 n,;I,i:,.!" d'\ I~:', I - ¡'¡hdal,II/'III" d/·I.:'/·lIí'1'1il/··ilil \ I'¡,'"
j illl,_' r,il ~iql ,l ¡! " , :.: Ji " ¡It :(1'> p'(;\', ~IH';' -n·' di' Ii:H I,j/~!I,'


1.


Si impllrtantcs f¡WfO(l jl)§ i)W5C,G,5 y de gravedarl suma pa.ra 'a
D1trm y la sitllacion, se habüm d""envur.lto con tal rapidez qUf' nos
hemo'l creírltl éU ei caso Of\ haeer lo propio j pasando por a!to:jlgu-
nos detalles (R).


La vasta non~pil'[\cion del clrro y de lo,; descendientes parc¡a!('~;
de Crístina hahü\ ahortad!) en ~oeas hori\sj y los generales com-
prometi~os y las tropas, engañaoas por el respeto de la oroenanza.
vieron (ksvan¡>~E'rSe a: "PI tr~l.l1~hundn !~f)nnicto, apenas chocare!!
Jos elenlentos 'JI1OS contra otro;;. ;~N'(laS pudo haerrse la luz.


Borsú, CfH110 hemos; dicho, abandonado rr.r sus soldados y prf'!'(J
oor Jos naciofla)Ps. entró fU Zaragoza ellO de octubre, y juzgado
surnarianlruh, fne fusilado el 11; mientras que en Ternellns repu~
blicanns va nnm p rfl50S, v pn Valencia y en lIarcelOflll tambien, se
lH'f'Tlaraban como hmufls visto á ímpedir que Jos realistas se sf¡hrt~
..:. 1 T ~


fldS¡r'ltm á h [OqW;~i¡ de j¡'_j ,::·(l}if'n)iH1~f'S.




!Jn COIJSPjO dt- ¿_~!~'~~rJ ,1.. \ úh~i.~t ~;!;·l _~a!t(uj -f:j;rtt":y to~jO.~ lt}S punto.,
ljUP se l~~é(!nce.'.!tn:tl.li.H1 l~i\ la" PmVllJrías, Wlentl'RS ia milicia. v las
¡untas popui¿rb ..JJ:i:':V,I} al¡p)¡\~[¡hiemellte el ófllen, teuiendo á raya


l°;}'i ')1.1-1' t"t'LJ el 1(Jl'.ij ¡,.,."",!,,:,' ,',l 1;< In...¡!"!'''Üi'l{'l\ V· 1,'s'p"r¡cI'() .~~ ~ u.t " " ...... <r!"l .~~v.l ci~ '" _~ ___ ,i~ IJ '- >_*: .. lLJI... U l
::l!,,:~iJ jji:et~Sano salir a í:aw.mña dando el manilie¡;[o que hen.los eG-
¡)Jit· " e/lego qw' fué VénCHJa y que creyÓ peligroso y depresivo
Daro. ~;i¡ ¡joder y v¡widaJ e! auxiliü de las JULltas revoltlcionari~s,
.. j~} ;~¡ cilal aqudia inSllrr¡;(;(jion (ormídabje se hubiera hecho dueña
.¡,' h~l!uac¡orL el gc.uerai ¡{spartefU quuia disoi'ver aquellas Juntas
prüvoeando curno ilC!110S visto sucesos ¡JeJJgrusos.


Pero á pesar de los amaños y de li:iS intrigas, á pesar de lo bien
meditada que habia sido la cODjuracion al frente de la cual figura-
han tan tos an ¡iguos va:.icougadus inll u yen tes sobre la sencilla masa


¡'jJ¡¡¡d atra'ia:!" P}ll::: "C;! tal él ,le5eíJ~año que habia producido la
eonducta tk lOs l:arIlSlaS, tal el fJeSalltllW qUé en los ciegos cre-
yentes habia causado la actitud. faiaz del clero, que no pudo arras-
trar á los combatrs á la valiente juventud, ni á los heroicos vetera-
t¡OS que harmm d¡>rrama,le su saugre durante siete años para man·
tener e,'-'peranzas en el i[USti d{Jll Carlos.


i\j 1<.


Funcinn'lha pI eOílsejo (le guerra.
El g(~!lPl'al Leon apa{'ticlil como la príncip1.! IIgura de aquel prll-
Cl~S\!. Heconhbaa unos sus mér;~,:"" su \lal,)!'. .. lamentaban otros qUí'
~'J hubiera dn trol1du!' ;1 '1:¡jilvP~¡, la ¡,,!Justa, la primera laDz~ de
nuestro ejército ... lwsla i;, ~~!iU!),H¡C(¡ de sü figura era explotado por
~')S q';P t!lH~rbn salvar all)íi,~¡al de c3.ballería.


La ¡el' (~~t<d.JH. ~jjrmir¡;tnte. Eí erírncn era grande. Ante el consejo
¡le guerra no pudo hallar exet:sa. y dufrió todo el peso de la ley.


E! "j;) de octu bre los batallones de la milicía formaron, y uesilr
f'll'.iíartel de la mihCIa, {P¡¿~ ¡.;e hallaba eniuuces ün la calle dfJ AII)-'




• ~.. i i"'" . . ( ,
ella, p?lruú t·~ ~dtil-ll!~Y'"b flC')!lqH"LUa .. ni,.~j},:-~~ :¡~'!rC~lÜfi~~L fIn ca(rU~'lf'
antiguo cororlt1 d,; ¡jÚ~'¡I"'" ',~,"i ~i; ¡',J":¡C'i ;',,!:, ,ti¡,"'l 1<II',L(; ."
~: ~ <,.., r ' ;'" ,r' ¡" '-~


;<p h'lhill dpfp¡pdo ~~}';" ti i J ,". l" " .1 d h¡. !1;" f· ," ,. : • :H\[ '11' l',
r¡mf11o'~ ¡¡Ial':)]"';;" f,~


L> Irflflllrai LPilf) qnil vP"t;,~ <';" nni;',nr
V'Hl(lS (1tro<: i;nDi ,qrJ",·, r, .• "'} ¡ ;' ,"


t{)ica frigj:hd / .• ! t,":]('ní" ¡;".
l·pntPs


. , '


E>;pe('lá'~llln hOl'l'I"Ir(j':o. in '¡'.' ¡; 1"1'1"'1"< ,!
Y de pueblos lihre¡;; pero 'tri' 'lé flf'('P'¡-¡t'iO "p. dlhil \, ,¡!\t ' h!'l!'q
llehido en otr;l<'; eOrJd!eionp~ !;f'" h:cjl::Ull'1tp pan'! ÍlI' !li'r!JT' q1Jf' "j' r·",;.,
yaSPll tentativa" (j,~~c:ibf~lil\da~ att'nt:t1!fls "f,ntr:t 1:1. l!'di"~f~,í ;1!' :"""
hl r), que es el soherano lnll.'1 a:¡gustn f'1 únir.o pn f!1JI~ l"ldli.'lll tí,,iil';
los derechos.


IV.


Los moderados herido~ en lo mas vi VI), vipndo def::aparp('('r sus
ho m brrs y rom perse lo~ iostro lJ1f'ntos 'lue h!l hln Ianzadf¡ al com-'
bate, no se atrpvieron h re,i"l¡r p"r ~'ms tipmno.


O'Oonnell abancionó la clnt! 1deJa ue Pilmphna. las tropas ~edís­
persaron, en Urdax se reunieron en pocos dliiS 1;'1"'-,". n ks ofieialps
y jef~s de todas graduaciones, los nacionale~ de Bd/;:w y V¡tr¡r¡~
que habian tomado parte en la insurreCClGD prflcuraron huir dtl fC·f-'
hellioo


I0 que ameDazaba :;;rT f¡~pn;rhh¡{\ aj7.n"'~¡rnÍ'l. ,~l'(I(jn [ln1'a rlr..:-,
''''zaño de los ambiGIIl:'iOs, COiJ\¡'T:li!n pn 110a Pli:,-,,\i' !'("';¡¡:nl.!,,:I)~,
l'n~'s cuantog ca~ávpf':;: n'¡¡CkiS tata" v ¡'II'fi"lliHln.,. rnjwh~s
erucp~ en Dremio de la ka'!.)! ·"~O t¡'F h:\¡' ,', /lnH.\J'(l'i de novit\m-
hr~ de los gran,if's \I]au r,s fraa!l3.do'3 pnr ' i ;C~!r\


Cierto es qW5 f:'sta señera rn una eonV('''SCl'110 l·:1rti;·!d~lr rnn
nuestro embajador don Salustiano OJÓzaga. había !H'(!,flrlo toda so-
lidaridad con aquel movimiento.


Ella no queria ser responsablf' de las rlesg'raeías que p.rov<lcah:¡
d n.rnor de sus súbrlitos: pse amor Aofraflabl(· IjiW q('vBb!j.q L¡,: "'·1~




Le. y i¡lj'L"d!!i Ij L, ,_;diii<,L ¡,JO·!it: ~'i (¡ele [jf) UlOfma de empacho
"l.', le'.aillj,¡J, ' q :!~ :\l' .w!lil.l!v d[~¡ (,,>,1') a tudo ¡Jara llega!' fl f'US
lo ,1'-, \';:Ufl" ;:t'" q;¡ al Ll¡!ial I ii F'¡~I!' la :-,' \lÓ IIll1y t'X~U(,5tO,
~. , ,', . - i l' j


!. ,le., ,:t, ", I¡, \;1, ¡Id .;'" .:' ~ ',IJI.~iQ.IC~,,~ ;, tlUl! llC& ÁU:; loO i.JaUOb ql.Wrmn
¡ ,\:,ilgar pur ~üij;. j :'.;~ l'(j;,;'jllado tor¡Wllwnte,


>;n: t¡!U~~f!~~r i) ; lerL_~:.U"i~U:? i.'il dt~·,t.'~ié.1S cr!dCfl~ l'jt(;U:)~!Jitt.~htSe
é¡i " ¡.;" \:~, ", »,',;, ;',\\.(,),1 ,H.,. \0 !¡iIU Vt:iat1 tantt'J \'ksacíci'!(\s


lu,:'o 'tUI! ;-le ~l;u~J.l'v.Lí IIt"rUie¡), hUDlei"lD tü(líd"l apl'oveehar aque-
;;:~cytln(ura, pura ]anzars ' tU L. vida de aVtIJturasj pero los pe-
.. I:"l\l}S l\)¡mi}:icf:mos, OlaHlrría, i\b Ion Tenadas, Pruneda, Gal'da


, FI':~:,'" 1 ::,UdIO" nI!'!};.; traba ar01i phíl.\ l'ví¡¡l,j' quP en parte
, ~. ,." ,i '. ~ ,


"


'11


~. í' ~ ~<' I ~" '<';, \. ' \


v ..




, ,


prliUf~ros !ilÜHl\;Hf:.,,', é'". d/Ti!', (d 1 '.~, Ú dI;) 11(' ,:ci.uhm, hahía th:l
ribalio el oprobioso momWlentú ti:) ji), iinlUla, H:cuénio de epueas 1;:
infamia, alcflzar que los H01'boileS íHwi:m mantenido para sujeta:
al plleblo catalan que rerhazahfl ;.:n (kmil1¡lcÍon.


El d;a ~8 de octlJbrt' la Junta rle!~r"t0 \' c:¡l1s11mÓ p] derribp l~; la
cortina int,"ri'ír de la eiudarle\a, tUlli!'Ilf.lO qun pudíe"e :~frvii' n;,;!·
la de PiUOP!O!)(i, á las sini<;SLJ'aS mir;,s {[t~ cU:-tlquier umbici,i'O


En Valencia tamfHen se dl:'lTlbó, como hemo., vi:{o,el !llin)IJn di
la ciudadela y por ia prvpla {:d1ba.


Aquel!(Js decretos servían de prdnto á tsparlero para lanzar j;; "
atrevidas amenazas, los ímpr('pPflOS conrl'a h:,: e,H¡dM¡(S.


Lo que hay en todo esto ;,s que !ljS reaC(;l(:r:ul'!O'" io,· I.i~ ¡i¡
CristiDa y del earnsn;o ban ;-:.:."ij(. r~;..,,¡·:taf en fod¡\s ;)(;(:~ion":,
I li:"'-¡"'e-n,'i!\'~ "U" <'PI'!'!!"''' e'l,!¡'Ü j"'>' {¡'Ii' ¡'tlrrJ,'lJj '1'''~II'j'I'''~ 'lll/"¡',\" '¡" . \5~ .... \..I.,V,U't ~,~I..'r,'>i· -(~--.; '.\ 'tl-~') .l.:..1.\" J. ':v{ -t."<-'.'~' ,
ta entre Jos 1tnml!r():< tl~ la t.'6cr;:'i¡¡, 11¡I~iüL \' :,,:,,,,,; ¡¡í;;¡¡,:,
'~ < 1 \ . ~ .


t!(HiS y a lOS nlroCi. y eX:l;!';'¿J.ll\,(l ,lOr n! l1.ifH'f pH'¡di; ti,) !; l\¡', ,,,,
ha llegad\} á inlrodul'ir..;;: ;',) iJií¡i¡l.~t!i!¡j; dl:;¡in:a, ;jl :,\: .,,-,,.,,
dado), ::;,iDO UB v¡nh,de¡o \;¡~ Ill<J; \li.'¡:¡ ~:Ol1rUS¡!H! ."1',.; ': ¡;t' 1" , :',;,
rnu y ~() duda que ~U¡i (~~¡:~ ~J< ntt·~.


hajo Labm bast<Hlo l;n,;h püueI tilden y H'gui,ilH]¡ld \;i! j, ¡¡:o,e!;
de los sucesos. Los llbn's narc('jonese;~ OUt~ ~I\I)ierou ~í:l!O(,ti'¡i


. ,


(krccno \ su delkL i)j~ (}om;ít;ru;,r(':,:.:'.·¡:'¡¡U¡~ !\);::: ':i¡ ;, e ('¡,.i ~'í,' ;:,'
,.¡ , <


ex,;.:,iiJu lb ni¡CI¡u:;,a,iCitb, HU),; ,l;' I'l'; ~,.¡"!ll;"VlJ"·,; ','
" dn~:. Cfi¡¡;:'Hle;'úi.·;d \~f~ ·jr~ ~tL'V~':':-¡O;' ;;} h~ ld'(:rt~H} . :'fi¡O LCt;,;" L~~


lilltd¡¡\¡,H qli:: let ,"ú1ú'io!\ p¡j~:a.i~h"
P~jl i.:.~n ea 1;¡ )td!l¡-~ ,~·(·n.'¡ii· tt< ,G~ .:I(tt·i~:ql¡.-~.) u" Jt~ idJ H ..


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'l!IH(11 ¡'" "l' ':;; ,d d¡·~d·,n df~ nqui'! fuertE'


\¡,,~¡:I::~,,¡' 1) 1:1 'C!ll"r p u ,;¡)O,))n í.,tab'ID de ser los t'eheldp¡;
" ¡'i;Ü~' ·hu',) ,,1; P,i~¡ i~n". ¡ y;i;;rd,n'te de r;lj~tiní!. Y ,,¡ 11PO Si'


"" .,,¡.,. nHim'" di,,;: " d,' ln:; nrÜ!)()-
! ¡ -;: '" ;,'(.:'¡ i.;~H~ tutt~l ji';' l~t' t~St~ fa~
:,I.\,~',j,7,,",:. 1,'1,:" d('" l'H,,,,I"'l'u"·"'(;·"I··\·>I,t;' q'u¡· ;.¡ 'Hlf'l)lo l'}Irl '''IOll'''' )'('-J¡, "- ~ . ~_!!.... ~¡f¿\..I • .• ..: >,~. .'~ \ ~., 1) ..... v' \..;L) Jl


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['1.r: lo tojo io "tic vamos á , '


gohierlJG pura




elUü:;, !tllli\!use mus eH el .l.dJnnlo Jt: ¡d~ dlllcldiaÜt:i.l, (,Odl qut' 1'"
!:!sptrdll1U~ ti,_: las ;¡ u loridades l.l ¡ del jJudJio Lareeiol]l,.~,


»F! gIJ:';',; ild ¡i·' e.~ J:.ihl¡tb U:iU fle.d 'ii'\hl hl ~pn(¡r jdC' ¡¡(¡lítico }.l(l)"
q,:", ,H',".,IU\,:.iíJl :,;" lé .. JIU)", L\~ \ ,:."idiCi(¡, ; Clli¡'tn h~ delu.ls
¡V.,ll:f'¡Uau:~, (,!l t' pi¡ilU bliL,e üe SU~ üll ,lU(·¡P¡;' "., tí.; l;t lutdJrtll"
, (c. lIt.' ;.:,;rá:l LíIlL·)¡delallo;; t;OlUO H:VV!t(¡:;Ué ["" u[ji Ú hk OI(kt: ~¡'


.lt\\l('~,\)Uest" 'i¡L~ \ ,1,::. :¡,¡fi antieq'(\')'i .
c"-pru.,il. ¡!lId 'VI;" i:r:"). jet n!¡H¡lJ,Cl',¡¡ ¡;


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'Jhü,i \ A~ ULl¡U'Jil' '"


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¡ 'l.' U!d~: SU~~l~i"dOn\':s~ y .,.,t~.:. (U,.' ';',1, H~'\ 5~ b. ;:~t,¡U ~H.nj!) ~~I·
¡"L. Na,¡¡{~ l:,~urpa las ~hCU'!¡,ue~ 1.\\': ;"íJ '(:lit' ;;!;;,(.";' .'., , ".


<. ,) ~~rL.LJhi~l. ~:n! re t:; t<ÜiHCl u(\ .:~ ~o.;-3 ~~lJ.tur.:~htdps th~ t~d.rCt~jd~~~A
f~~ur]i\):~~ a~er en ,~p~joü ~(;Í~·:Ul~l( Fi! tI Sal'Jtl J~. j~~~ t:asa,j; ~_!jL~,t:,::
nah ,~ d,'ci¡Uaron ettar pi ülltas a dicha real urdt;D, uedMu¡:íon q \1"
ya estim dando pr<1cticamuute de"de o.lglUiliS dias á t~:-Ih ¡J(ulL',


lílPur lo qu P toca al manitiesto del Hegcute eS mu) taót ~delldl'r:;,
( nan,lo !.1[, COSf\S !'e pongan en su venudero lugar. El primer ;:f:.'CI.U
ql,f' ilaCf; la Jedura de dicho llil),DlI¡e:-ilu t5 lh f., "¡¡¡¡¡;":¡'íIl d,.' qUt' el
r,'~~¡:¡¡tt1 del rejn!' f~!a mal informado de lus Clj',~Uli;)t~IlGias que aCtHlI-'
!,c\ñaron al df:'rribo de una parte de la ciudadela. En efecto: nadie
"l/pejE' aÍ!! 11m ::on fundarnen!f) que hayan sido un pUi1'hio de ~l;di-,


1 1 , l"'" •• 1 ,. 1 1 C\;,~/j.'; liS qll(~ a f!aVR/} '1\;( rW::l(]o, ~! k Jlnta ue '<,;¿tl,lOcW. ,1) [1'
ei"icl'~, !tJ hiz"', por Qt,~.H~ríjd ge!¡J~f(d Uj' L~,'~ct."f I.L·~} aaiu 'ídades, (-'(!tU!·


H! ~~~.,~ ¡l.':'; :.:n.:g(f.~LS~H~ ... ~! {un,)" ctJnv.H)Á¡lftL en l:'uU J,.~~1~~, [lit iLH.~' .~\.~;.~.'"
'ul· o: maks; y si psto <:S u: C¡II¡¡;"í¡. lO;:, (;liiLil¡a¡e~j "',.'¡J illUCL,,-, .;


¡ t .,' i .f~;, , (:.'


·,r,~~l.t:((o< i'(h). ~:Id .~r;:·,j{)rl que
i delribn la ,'!¡ ¡tí] tít ¡'¡ d((¡~ lv~t(jS (Il' ¡i¡


l!J i !!,!. ha dí' prnd!l(,lf !JIi efec!O altaflwDk LÍe"f;\,Jü¡"abk :'an la (;: ..
plltii;¡nn '. Ca!lH\ d c'¡ Hi'¡';:i'ntt'. L'j ílt.~~ '>' ,-ü \,t\fv¡¡';:é\. !.¡ C(,j¡',¡:"·




;l{'!nn ';('ria :!I'flNill' io;; IHliC(¡~ quP ,;,!' ;1 i '1gr,¡n,w ,',' ,lh ';;Niai¡ 'ni-;
. u:~ hace un rn~'s t~nntihi~ron ;:'~p.~~r~1lL~a~,: dp i,r~~]r:L' \, ~ r~:2i~ !.~(jn"pi"


• .' I


;¡ ;'~H¡H;1i(·tjh: .Jl


I:¡lr.:¡-~~ \'¡¡r,': ~ \. lL,¡fr" L ¡;:: ljP:i ;'-f~ ;..;f] (JH)tl~rlfj ,~ra ~·n ti ptH";¡j()"
r¡i1f':pF' ei lJL!c r~n ,~(~dl:¡ '<~.¡~ ~"{J"¡!(:'>l{!n ti fn¡";;",;plrador t,.li·yqtra~!
ni~rílil, El Ii\lr¡i~¡"r!n qb!~ hiPD ,k 1~luntn Pt'''U iJ;l sido f'1i in hdianZ¡\
;!ill tri 1m ro In. <le! H 1: ,j ·1¡'trrm in !ida de Ha r;',(: Ion a á eu \() ¡ :;:UII ¡PJ\' c·p 1t',


1


"'] Irvantarnn lri" !'Uil!rn rrnv!f1cias r1P {;qfahlñ.L \casi) sir¡ la decl'o
.;inn dr lfl~ patabnf'i,, 1:1 aecion .jp¡ !whiHnO "ohrp 'Iavarra no hn-
;l;í~',,~ "ido hm pX¡h'díta, v pnr lo lní,,¡w, nn !If'ht' pi Iku;,,!,h 1!f".'¡¡d;¡
df' Hila índi¡.!'naón'¡ lnju'lt:unentp nromovida. deSl'l":i


'
rl"rl lilM ¡,i"' ..


hhcion que romo dijo el Sf'ñor mini"tro de E~tado a !Ch representan-
ti';.; de la. Diplltacion y Aynntamiputo barcelon(~s, es otrn oe los ba~
!nartes de la líbertar\ rspañ::lla. Porque desmembrarla seria cualqlliflf
;¡clo dt~ castillo va flt1 la'. prl!'sonus, ya en la organizaf.'Íoo de la mi-
licia. ~i !os pdr;oL1." di' (!},'l'; tr: r:n DIe para los c.asos entÍcos caen halO
(11 poder d~ una cuchilla inJustamente ~f'vera, no ha de ¡arriar el
!{obirrno (In ronncer qlJe se ha deshf'cho de pod'ernsos auxiliares,
; ¡i¡i '\n,~min(¡r .. l'OH"lj!1"S ln ~i·lf'hrarán 1'11 no hanquete, norque vpn~n


: ,:;1.,1; Ir ,·l '"'¡'>li" 1, ';l,~"'fH·i\. !fí q!J.'~ 1110;; habüm inlentado
,'on f~l fin d0 d"rriharip ~'a" d", W :!f!1) h~ee qlJ(~ sr trata rle abalir
"" ftan'plnna '\ iO\; n~O'~r ... ".;i"~ta'" 1,1 ;]1";;,¡1'I " vi!!i!ao"'(l de flstos lo ha
"l!p¡';jijrl ilash ahora, \' F~r')' !"l'I¡ ;;.~ ""('ílrQ'ariit rlp 1;f'vario:1 cahn,
L:o;pilrle"o "u~n r"!!f,n,';','!)¡l nlle apl)yar~f',i1 f~l rmeUn quiza mI'!"
¡on !:'fl ~l f'¡~rl'itl\! Hill<'q~IO" (lile Uf¡ núdnmüs crer~rlo. ti


En tal~~ !,ír"flin;\s jl!z!laha ins a(~lo.;: di' la iwtnnia,l, El (Otl.'1t1tu-
Ci01Wl" 6n,mno dp, los proa resistas demoil'ilfJrt'S que hahían pa'iadnt
Fr~'''eia, dont1(l las aulmidades de Vflrj1íñíln, por delacion tiP. lo~ mo-
dl~rados crisllrlf!:', !"S hif'i"1"nn pa;:,ar nn hi1chonlOSo l'f'~¡strfl (lA f'011;~
¡.'l:"'~ snprmlpndn qtH' jlpvahan gi110,lP'" f\(H!tldadps rnhl),ria~.




:-... ~, r ... i, "-;o'.' , ,r • t
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J-l'


, : l í .' ! ~ .' , , ,


Al disiparse elhuillo tit· !<t ¡¡1);,Vnr,l ;¡i:~ptl",,,, d,; L,:; j'aLtl!as, -l¡:,t-
rece ei cuadro dtj~o(ador 4'h: :lrt'foICutdU \I('nci'¡\,~, ) 1" lil;!cl{ll'ts


Al ponerse téf11ll00 á w~ ;tC:Jok('¡¡¡¡I~nr\;~ ~P;(: V',"l'·r '¡,lf:~¡¡í!fl I;{
atenclOn de 10,) t:iípaüoles, i1piu,:em kll¡\, elilOpicto ": ¡'ílr:Ú;lIlJ,1 y
dia fijarse en el CuujlWlli fa akili~lpl¡ ,,lf,t':Xil1; 11,,:; ¡S tida:J"s


¿Qué signitl0aDl\ el duhle HlOvilJ¡leilip ;j(' Id 'Jpíl,,''; ; \l ¡;!~ íU~;¡~il"
tes sucesos? Explicaul{¡ IH~fb;ldiil!"nk :. .. s iOan¡Ji,>,¡"" di~ id:; ¡¡lid",.,
de Ba['(~elona 'i Alicante 111((3 i,lS,'r!;!lll¡¡~, en¡lJjiar,li"II)I,J~ (IJfl í:;:.; I~¡;
cumentos emanados de MtHl;('::) (Í~, ,,!,: •• y dti ¡¡::..,c k.


«La Junta suprema de "i¡gíli.l,t;UÜ ~ s:'J;ur¡,j:i1Í ¡iliblica JI:! la pr'z"
"ineia de Barcelona.




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h ¡i¡SdÓ~, I~!' lt'cliu i,ij ¡lHmo~ tle
'i;·".ar UíU pllWW, vaellante por


~.... i. ; ¡.- J ''1 ;. ~ ) i


d' ;; : i'igln, pI vot il U[Hver~
.. .;;¡¡¡:';'L ¿Cómo podia


':1;' ',.1 '!' . : _:t ~~ ~':¿ ·:..\1::r~·rl:p· al rl€si;nu.-,' . . fi)t.hían los
'.,: "U' '."te j~¡j ij ': iJ.HJf'Ji:'i.dO ae¡a~D, ~'a que no ahora por


';\ lj(lüllIlwt ¡h i~b ¡ro',ij"; 11 Y'" ¡r>m~'¡lí' en lni' baluartes de la CÍU-


.) \,1} "ano 'w ¡ fi'.i,('.'i:l ¡ 0;, ¡ I)¡jlnr',:~ (lA '¡¡¡íf. agreslOn para perpetua!'
n<tthm ,k c'lh,HtÍl" y dA j¡{flttrninia. Pues .qué: ¿,neresitnn loe;


",>h ,~ i,;rtlaLtr¡;", \,~t ~~;f\ :( , '-)ptt~ILn para def:: nrlerSe? ¿Se cref~
j' ..


},~il~Jt~~.~ l ~~i~ HU'" :L ;,:l O',~"\ '~i'[¡d_ ·.~~H}j{~}np¡ando ,~~e so ....
'::~r\H': ,Ii)"n~ qÜ' d¡·be Wl!ler PI St;ljfl d las infracciones dA la Carta,


" ;I;;:~V~¡¡M ,,: j,l1P¡>f¡(l (k:a nll"'nl dmastía. Mil y mil brazos ven'~
:' :" ':~'¡ i. l' r '," ,( i,,(";ll(j'L v ;wasn tambien una corona


"1:'," '\~'I¡' ,:0,'
lo !~(¡" ·-',,',1', '. ' ., t~ '.


,


l, :1' .... ~ < ~


,¡" s; ¡f'HlR V de SIl rt'g\~nte
la '.'ílrtlllü d(j la ciudadda no
, ;~!I dr I)elnhre de tSil-


H ü~ ,\licante á sus hahitantes.
:,:"lL],1 ;¡T¡ éifw fjlHl la nacíon rro-
'lq¡¡'j~ "!í '¡¡:p-;. ~' .. !: ,¡¡in '¡ ¡ ',in .. :~"(i:;"i"J VIIg'i con que ni par-
;':!r, ~¡¡¡J'!<:F>,) ¡,::r:;,,;', ~lJ;1 'H' \;¡i·.¡;hzadas aun las heri-


"
:- ~ , ; ~ ¡


; h : , ; v




¡'(In (PU' ('On'l'F~n'in h "n;;:pir~¡da paz, ardr d., 110t'\',) l.: fnnr".;Ia ¡,"¡
d~ la dfwa-:lacio!l, nt:za!a ¡,or aqufl!I!);; «!ismos it qn¡~!ler.; con !!lh";
f'rorlH.!:a/ídad ('olnit, II I.:)j'j;l ,ji' :""""~ i ""')"'rai O'!lI)[1n"II da (·1


.' 1. I!f-I! h'¡n'lr v d(~ la ¡pa!lad pn qw~ UHl!<1 Si nl;;¡'¡¡; .. ;Ul(~ron v ((':-::"
l\nr:d,m al eco criminal di'! 11)'21'!; ,l'[j')i;!']?'i!. ;\:C:I'rl¡!e~; i~r,l_
yrrOfJ en un mnmcr;-) d~ :l,,,," ¡ , i;i,ilfl :(~'OV"S(' -;us pldnesd!~
trastorno: n,O((¡ lil) tTnn'0 'iéc:"",\.:¡Ú]{¡ k<.; 'm tl'l CO!F1Cer (F1P "1
¡¡neh/o, que ha prodlgad,o su :-:angru y "t's ;i";; ,'¡, pr'¡l' 'lSt\!nwJ.r >;u
¡~,der(\ndencia, no podía Ci'\rrH tra~ su )fít'nUdit y d!'~acr¡'(¡¡t!lda h'!i1
.lera. Algunos han e:v!,¡árfo su delito en un cadalso: a ofros rmlrhwt
It~s Ilguarda (qIJa! suerte; y dI !jsper&!' e~, que tan !errihle e'W:1r
miento teoga á raya a ¡os del'las partidarios de una CaUsa nrrdu!a,


), Pero SI el oro, si las inll1enCIaS extranjeras fueran bastante á
alucinar nuevos incautos; si se empeñasen en agitar de nuevo la tf'1.\
dA la discordia; entonces, clUdadauos, lllera preciso desterrar (odo
contemptacion; fuera vreciso LRI¡,~R \ U ¡¡¡~l(1Il!·\ t"H P·\iil\'\ 'i';~!l¡(,";:
. SA,'i\d;i~;';'A, pero ~a¡
[liras.
»~fiIicianos nacionales: la Junta de v¡~ilancia y se~nridad DO duer-


;116: ve/al si, mientras vosotros os er.tr¡~!!ais al pn~ciso descanso; al
dflscanso que exi~e y os [wrmlte f'l Ilpqdo "lervieir¡ de Ins arma'o.
\fílicnnos nac¡iHH1!t~S: ~.\. d l\"utnl" '1'1 r"liiO 1'0 vosotros eooÍié\
para defender p! trono v la ConstltnelOn ,¡.,¡ Esti1Jn: h [l.ltria fOI'()


rsta Junta, ClJVO~ ln,iiVliiWi~ }¡,P\ ¡:¡:[\'1') s~\(,r1fl0a¡:-;e f'O d·~!tHFj
dl~ ia ¡dY~r!ad. dI' la ind":)e[;dp~!,¡, )\:1'1"" el. :..11 ¡ti'ioa v rle la Hi',.,
I/encia drl invir;io I !H¡W' lh \ ,( tona, ~¡lI:.'afltpí!! dA pctnbri\ de
1 Ion t ,--El presidi>ilk, \LHi,!p,l ':>i r rt:l':1s,--l.-;j,!y,,";a!;¡z;j¡.·Car1n:;
Cholbi. .. -AntoDÍlI Gomez v SeRnra,-,!rtsé Ba6.~Frallciseo Stwank
-Fernandl) de Ib¡trrola, vood sr¡;"j'larw."




IIlld~ a litulo lit; ordt'lj voh, ¡ dI. PUi',,\;O, lnli ,;(i,'b !;1'l~lt~¡JLÍi;ilJ ¡Ob
!díUS t¡ue no 'W debalrf(l ID Sil (1: ;w/J\'olvlmierY, 1 .. :d¡'U ft'.':ducÍo-
¡¡:qia se hdl/aba hIlO" por'1 'ir> Espartero y el partidi) pi'ogreslsta
bistórico ¡'¡ ¡-,llel(iI DO salda" . (I'n:pr,:;d:a ::;HÍ1sfa~'r'f a la:s t;.\!;.;:\1.) .
r:;n dr la. 0P\l¡!Olj annn¡¡ií.:j!)liu :n~ ¡l':i"'¡'í"·:~';'i' b~¡¡n;;lr¡":) \ ~l'í )¡i;


"


l! ,ilil!l(jf!¡:' iklÍJi;¡ e, ,:,¡do l1t'cf'·arili Ip:níüifn la c;;¡H1j 1afi" "jWU.iH
du ::h ]U~ :ner¡,<~(~6 ~!l' !.:-ts !~., ü\ j~l~';." I~ i~;_:l.!dfq'r:


~:lS (~.~tnh¡fr.c¡t· 1 Ui:f!Jfí-d'u,:>'s t' U"iIH:iJ¡,. ~-~ ~ ... ¡i •. \'tH~~,dl:1F;;~t¡}~~· .' 1H)}·
i;.~~ !:}an,1t~ .. a ll\h_~;;!.·~¡~trhC·d~n t\~· J\j:..;fjí:Ht. eijuJ\j ~~e \'t! por el '. t.~c.¡ ('ti;
~¡¡I{' ~'¡l i¡~: {~ > ¡ i~ ;:!t; .. )~ ! >:~;,.::j'l. :,~):


:\nte (hsp(J·sie!l nl~~ tan '~¡;;Jl~a~.;,:s c·;¡~ ~tt!:C~;.tb.1H ':)~ulo~~ jn!C[~f~-,P


Solicitado pOi' las íUd'zas !jue 1:; \lupul1"aban adelante y l\H !Ih
alraclivos qr': lt~ lle\.-d.lan b{wla ülr3,c, ;.(1 harija dt'cidldo á DO mar·-
chal' re:;ol viendo nt~¡.;ati ;¡anlOLI te las d di(~n ltades


La lnaceioll le lIeya.ba ú il! llPwrl· per.) !il\;!Crla tin (:',;;: :(:.'\
, . ,


~/:Oll (pl',~ Lur~,-'fc:) PI U!¡


i'iucitaTido Ulla voluntad.
Partldo de duda, sin fe en el dDgWil. de Id Soberanía na.cional que
h;d)i¡~ proclaOl:Hio, n;¡ podía llevar l a s¡)c¡eda'~ ins!.il¡l/:'iuf>::-: tLlra-


! , ¡ '. ¡ t ~ ¡ } ~ {'"


l¡.¡::: qu.\~ nn saf)í'H C~1i~~urCHtil~¡ lJ~ Itt J.prt.t:i(H·la~,' por lo~ tJue ¡JauJan
. I _ • !


'.:rdru i~i dc::rpdhu l't} \. h~ HHH01~S\1!d~~d \.~H h~ ~.1l.jJdHU¡::b {)(,iljU ÍiHp\¡~~';:~\.1.J'--.




l}or ;a fn'~j':~a. l;¡"¡- íj' !~ l~~'; ;iL Jo
13~,~rtaiL n! ¡t (tf.'l~fL;- in qll~: :~,~ d~'r: j'j]
el gn!.Hcrn~) t.i~ nj:l,~!f~q'\ ;;:1:; ~ a ¡}_\'


,


'1 í·! ' ; ¡ , .~ ! ; ~ ,


!wmi,,;'annUl!:J d:' doS n'! ¡'," .. ' .i,~", "·O!: <:1 ,'Íi.' rk!íj de Í;) k :l!f' an¡¡~
!le tüdoi',


P:HlaILI'fi
p:'()C~amall la :-o¡;erauía de lile- r\:,(:¡?I:didb, .:VlOrLWJ. ,] ¡os J\'p ""
tan tes para eril!u's:: I:U :ll'};,UO'" !'¡: !'.\!'! ;i!~.:!i;:; ¡!; ;.~ ",,:I!':.
sus repH's(,li!h'¡";


na, ~'.:t~ t:,~jt{~au ~. U'lL~L_;h~Z':lU j'! "~(: 1'i ¡,~, ,i" :,q
I·U~tl'('¡~'':';' ¡"t.llfJ P,lo!. ,:"!-' ~ •• \ *qí~n~ (!/~¡, ; ... ~, ,".t '. ~ Ye< ,l(,. 'J ,"JV t''.."..:. .... ~~ 'lo!;, ..,


t.a ban~prrt :~,t3 ~U~¡l·~~,;.\·.·~~>~d"~
10;\ aDUS03 J I(i:!')~
la hh'rlad.


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l.A~ ~dÜ:~tCfJ,~fF(l;t ',' l' i'(:, {).~P' ¡ H; d -7 ." :j'I" ··Y¡:'!: ¡;~. I ':;
hillas v dc uux!imre¡, ti, I.',,;J.~ l,lll\',,~ ::;¡;; u·¡o~ q. la !Jil!iiitk¡ "


" quieren impedir la üUHwci!,adon lid euul'Ío E,u:(!,}


t ' I} - 1, {o!i.'1 H,:rnU ne 10'· ~fl~CU¡;!~ ,}I '.1;
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irpí',:'I)I~'t (i(\ t.{lllS!~tlr. A A'~~f"\rh(."~ r1;..) ~~·,!",.rrp·,llf!1;~~;d '11,' ¿'1¡ P!')f.:),",",' (; ~', !I~'-~L~,l: _t.c. ~'.' t ... '-.·l.t..'o.~,Li ~~ .. ~ J'- ~ ~/ ,. , .. "'.~ >. - ", •• ~. "
q1Je se iDt!~Dtaba. ;:-judir JH djSt"\l:'t~¡()n :~,~'e;r':~ di. f":~'" ' .. ,


~~")ld!itt;); :iS¡ tnr,:) tf.Hnbien 1;\ !!f'!.';;{~i' ,1'~' ",,:,i 'oc :1 i \;,,1
l :'nJ,·,k¡i1a r',,;;;) (lije 01'''~(\ }1 .• 1l.~,!i.{lr:.\>,".'" r.J"n.'., .. '.í.' ,.', l.'.' .. ;'!.' \.I;·~k:;;~'-~"'-',·~,~···" .~\. .. 'L.\',,"\.~,"-~.¿_ -" .. ,- ~


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jus ru', ~: .: ~dJccs, 1U:<j eü (::3tO~ jrl(~ri-icnt{)S (~!~ tj'anti(1t.:f~ eu q:~t: {~l
:. ,,!.-. ('f¡"J";'" ,. ~ \ J~,., ~)'Uf't-.)(.,·, " J'Hl ;1m.h¡·c\·l"rli'S dA J'O" r .. 'f.Jl• !'.",'''t,'','.'s U'u':O.:~' 4.~t; h~, L.!:";~I.'! ~. JU;:' 2 · .... ·lJl .... >~., Y ...... ">-'.A .. fII,J ~'v ~ J 1.._" .' ,
deo pi'OVü~ur Lis luchas illas injustificadas, seria pniueLite y tiUy




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,;J\lrncia .. pJr ¡na~ ~j~~(~ rndl;~L~t:~: frt ])uI"jdcs tan UpUt~stü~ y d.tleH--
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C0111(; lnle¡'V 'níHU ju~·; :j ~~,~t!{~u¿ 20 Bqnt·:itlS '.:ü~2Sthl:.;(·S, ,~(,\{ÜO se


" '. j l " ", l t' 1 1 jg!lfJl)~ a tcu¡) ral~ce Hl. J'(';-',CUU[¡ ¡::::.n1 aplH,li:rar~c de 1.),', ües mos /, e
""O",')!' ',i ""'ll,;:>I"" ¡'P" 1)1("'; :)1¡ rO'I!'"." ifl';' ;''<J'',:[,p,>; iL;:,n¡l~' lr


' ... l..lU,}'f.; '-,'.~, ~~~l,D,l.l v~ll _,lo.)' ~~ ........ ~,-' .... v \..'~.I, ~i .... ~ .c"'"{\."-" ,_._j


,JOS j(,:;:' IJi'í..ycclos que 86 íiHguhran el1 el e:\iranJer0, b6 J¡'CIc¡tO por
na L\)J,S Vcl¡pe abordar de frente la cucstion, y las tropas francesas
'," .'/:!1\;-¡,-nr¡1 la In'Glcra d! nún:t;fU ha',;¡;;;te considera.ble.
L,s~ir ,¡ar;ü5 dI' h i¡ 'H: i iL ¡ dJ.d d¡:;:~u lin'.)!} a trJ nliauH'L te si l)Odia


\ ¡ ~ p r


::('1' aquello UGil. ",Cl;';~'lU;:; o lElct ¿),:lIt'l}íiú¡; pero el f'obierno de
Lui:; Fcl ; 'i ;;l' iJo rrel: ll;hl, ser iwsraLtc frallco, y qUé ¡1t'u!ral-
didllL PI(}(;Urílra l'J li' b r'Jsr(:nsaLj:¡~~ad de sus actos camtliamlo
de indica, '! dl1JtiUd(¡ las (~o~as tu tal e~tado, nombró embajador á
Mr, ~.,ah(.lldy,


Esta U¡;:~lt;l;l;: de tUi:; Fe/ir:;;;, aD',i'L(L~a!;do por una pnrte, DO r,,:.,?
:. ' .. (j:.,1Ch:!' iU~-fu{;LL\:~b-~ di ~~ct)it\rLO dt-i r~{ip!'DtOj y lH)inhrüudo tdJÜldt


:.:. pu:~~er\~i":;;c: ;J u~ \V' ar.:: l.' :,;~ (.1 \ fSat:(' i. bU JO!.l1 tÍ) 10S suceso:, ha~la (1 p u D. te}
(; t.illIOUiLUt" en ESl'ü.ilü p;[ wedi\í de dLl ruatnmOjiúJ á los l!ijos LId
i{~>. i;l~tricada~,~


Este (k;:'L'¡, que di :~, corte (le lus Tllllerias y en ÍJ,.; camari)las .. k~
UIstlna vl'l.lia t¡atund081~ hacia mucho íÍ0f;,PO, haílaba un obstáculo
casi invencible eu las aS1Jifl.l.C,lOUC3 de Carlota, la tia Je 11labeL




Frnnclsco y su farwjia.


Fi q·:.!1'DrJ?;"\ >.:r~ ii(iC!1jji~~ ;-,~
... i t . ::,:,'.,. l.' _ _ ,


i,-"~·'lr;\ Jos Ú!t!~·~<;,: ,"'",:': ":0 -.'~ j'


\i-,-~e :l[<},.;T~}~·,:;~ ~J '::~;~'J ~('.J '0\'


~,U~;.t¡ca i;]~'i'\S;i~ r,··!_)? !::


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I~a TH\:LSa frane~"EB d15Cnbó F:F~\p!j;1j::~:n)r la. tün .':·rijpL(,h~ 'y JU~'il~


p:)ri~saG ,;
~:i ohipto i1rf'; ü(: i '. ~:~;~¡J¡. ,·¡t ';\ ''''ji'
~lf1.lir~H(1 .. : ~\:.~) c.:.~;:!~; '·1';·.:'~1 ~:-'~ .. '.{~ ",·ni' ;.~;{~


Las cories se il~lmií'rnn el ~:i'~ d;l di:,'íi>" breo Í!¡Han e :J:,r;\\;rj (;¡
el rnlsmo n1fS las elc,:.cíoncs de AYllntai:ji:'fltr¡t:, trll;¡üan,;;¡ ,. :'ni"
.:,;hos puntos los rnpu blic.arll)::;.




·\¡!¡'f~ \' l'!l";pn;!C\c:" mn¡J·,,¡,,' nrJ'>;¡··"~,,,: ¡"'·<;;,n11'\t:; <;;psrJ"n(1"l' pl ('F!n
,'- ,;. ~Jv.,~ . .'l.j ,-,ij¡.. .. I..;' ,,-1~" .• _"~.~it.,.J.1"' ~ <;-"-~'-"", '-""~r·"'\.,1-· ·_:A. ... 1 ... ..;- .. \.,~('" ~ _. -~->'


r-lcetoral.
En Hl)p!v!i, I.;é;villa, Valenr!" San Sehastian? Cfldiz, Terne!,
B:)n~í;;OI;~\V o!rn:, pn'1tos im¡¡ort<c[l~c>;, la nmr:jcipalidad, esa ins-
tltllciOfi, 1m3') d;' la }!l\ollomia. nacio:1aL Que tantos rc~uerdos alo-


, :; ....


rirís,:};:; Pllrdc; nITSi;útar e'.; la his10ria del progreso dí' nuestra patria,
, I " I ' • 1 (d!' dI'" 1 Y;'; .ii ntUl: 11CLun03 ~;!erJpI'(: Ct ~'e3petü i G ¡(t In. epeEucnCH1, la S:l _.~
\"~:~: ~_-, !.:. :..~~ .lJ~,r~.::;. l~_~ .~.:-~t:\:~ridt\¡i,., t~;5l1aba lID carácter deruo...-r
{'l ~', t~(:r~ ~


.' J ,. ~ J~ r:jVDIUelon 1 ~~.1
f~l fe!ifh~rtiento


tt;)n~~r:,r~tcji]n r~,:~~ec~,f)nt.}·;f11 qU~j ;!r~reel.a al:nnr tod{¡~j lQs t;!e¡nentc::
. :¡, ·~:!.~nr~'~t [l fin dj~ (.f~nt~r;er ~·1 ~qpyinüentQ rev!)~uej{}nario.: i~~'j




CAPÍTULO CXXl\t~


SUMARIO,


~¡jr·¡':Ja ~n11l'e ('! "",t;ldo p()li¡icn di' L¡ r~:~lll·i;~. \\1 t'nq:~'7,1r! 1 [i!;(! !.~:.; '.;,----1 ~d ~l!,l
,L-1 (;ol¡i('l'p( "";p:\I1(:I ;1[)11' !~1!;1 J:d;'.'~!~;) (.~::~"l)<' d~,i ~~:ll':l'~'I~L ¡~1' ~~ .. , !II':!:I"_
Tr;dll-¡irb l'~ ::~'!'i()nar¡r)< t'll E>r';t~;l.·'-- \1l1 l::: di' F'-T;"lr!¡I!'!\;! 1:: :'c'\u!lJrlc1iL--¡r1..


L


El año 412 comenzaba no menos lleno de dificultades. con gran ,.
des amenazas pura la tranquilidad del mundo, Hue los años ante~,
riores.


Luí;; Felipe, que rar¡¡, ha¡;ct'sr llfl puesto entre ios mOüRrqllic'o'
,jI) .1'''·Ctr • ho tJivinn N' ¡llle'¡::l]"'!}", r'¡'(\'I'.,,-,,:\~ l,)e f,l"ni"; de líl)' "j'.¡ :, Lv 'l.-t\_,j. "u .!i J>I\,', ~jv ......... <;.,.~·4(),.~'U tJJiv.' ____ ,-t.U1.. ". v .:("U./V ~ •• . ~-~\., "~J te
trueque de a3egnr~r su dominncion y el cns;:wche de :'U diulistb, !lO


1 .' l'} 1 ,¡,.,. , SOL!} cm acclVO canperaidJr a ;n~: plíM:es úC ',j':stIDU, {:"JO fJIle p0l1Ht
.r~n f) qr¡r-d,'~ 'U' r,~ f .. )!'~ d r'('~ l H: U! ¡¡ "" ,~ t .,j J .1 L~ ".~"''' '.! ~ (-_
~FfaQcja9


Una intentona fracfl.~ada, pusn la
de dar um:t senteIlcia c.o;¡!ra los qUA 'H' :;rOfJ\)r.¡;).1.: borrar (11)\ m/n:w
ro dd Jos, vívien!,es al tirano de la rranc;ll. y come E~ (iO ;Ji1~(n:;tT.
1 ,. d ! • d" " 11 I d' l as Y¡ClImaS que CDm ¡:re .u¡~¡r In llet:;sa8IOc, 'n ,o me IGS te en,,·
suncbar el círculo, complicando á un ci;cri;or fütre lüs perpetrado-
res del delito.


La complicidad moral que se hallaba borrada do :os cód¡';os. fur,




DKL CLTmo BOR1l0N" DE ¡SU.NA.


pucdta en vigor para complacer á la familia ac:Orleans, y la prensa
francesa levantó uua enérgica protesta contra aquel afaque violento
á la libertad de pensar.


Quenisset fué condenado á presidio porque babia escrito un ar-
tículo que s:: decia: Causa predispollfmte para el asesinato, y de esta
manera como decían los escritores franceses, nadie podia juzgarse
libre para dirigir ataques al gobierno, si uno, dos, tres añJs des-
pues veoia á exigírselo responsabilidad por acontecimientos que pu-
diera provocar una medida gubernatnental del elia anterior (S).


11.


Mr. Salvund y, que pretendia en tregar sus credenciales á Isabel
directamente, no consiguió su objeto, y lo que era una cuestion de
etiqueta {'n aparieocia, aueque llevaba en el fondo rT:arcada intcD-
cion, esluvo él punto de producir un conflicto, y el embajador de
Franeia se retiró. El congreso lIlinÓ acta de aquella marcha repeu-
tina, y don Agustill Arg,ielles, con nota.ble franqueza y energía, di-
jo que se habian buscado loda clase de subterfugios, pero que la
cuc3tioil era dtl llonra, y que si por cualquier accidente el gobierno
huLit.;ra, creído oportuno acceder á las exigencias del embajador
fralleé:i, éi, como tutor de babel, jamás hubiese tolerado que se des-
prccir,~e por tal manera al pueblo español, rebajando á aquel á
quien habia nombrado para ejercer la potestad real.
Extr~üí() era, por cierto, la riJíc:.l!i:¡ exigencia del representante


de las Tullerías.
[na f<.:volucioo habia colocado eo el trono á Felipe fgualdad: el


orígeu de la elevado!! de ESIJartero e::'(üba en las barricadas; ¿podia
aicgur mt~j(Jn;s tí tulos el Borbon que desdeñaba su apellido para ser
adlllisiL[e en iélS filas nwoiuciiJnarias?


CIMO está y eviJ(~ute, que no sOÍé\ el orgulio y 111 vanidad de ra-
za, s¡ao (¡trus ihUj(CtUS pudic;fiJG. inspirar aquellas negociaciones,
qUé St; apoyalxw tU la JeD.1i)~iracioa arruada, com~ antes hemos
refaiJo, pero en Im1lL~ra a!guna podía suponerse que hallando
energía y cO:Jcierto pi.ba:Jeil d'J una. ridícula bravata.




9U HISTORIA DIL REIN A DO


Ill.


La reaccloD tia siempre su triunfo mucho mas en la debilidad y
desconcierto d¡~ Jos que se llaman revolucionarios, que en sus pro-
pias fuerzas.


La intriga, la calumnia y la difamacion, son agentes mas pode-
rosos entre los reaccionarios, que buscan siempre dividir y des-
acreditar antes que batir á sus enemigos, porque corno el Correo
nacional y otros órganos del moderantismo decian, el gran partido
conservador forma la mayoría, y por eso gana siempre las eleccio-
nes cuando es poder, pero en las cuestiones de fuerza se declara
vencido por la timidez de los hombres que tienen que perder.


Absurdos é inconcebibles afirmaciones que parecerian sarcasmos
contra ese mismo partido, en cuyo favor y alabanza escribían los
periodistas reaccionarios, si no faltase la lógica en las cuestiones po-
líticas.


Hombres que suponen hallarse en mayoría cuando representan
los intereses de una pequeñísima fra:::cion de la sociedad, que es la
fracciüo privilegiada por el nacimiento ó porla riqueza, á Jos cuales
auxilian algunas i[]~eligeilcias extraviadas, que ahogando sus sen-
timientos y posponiendo á los goces la conviccion y la conciencia, se
rebajan pr0uigando incienso á los poderosos, esos hombres faltan á
sabiendas á la verdad, y ultrajan á lo.~ desgraciados suponiéndoles
bastante abyeetos para lamer, Gomo el cordero el cuchillo que le
hiere, la mano que les castiga.


La ignorancia por una parte, por otra la miseria y la falta J2 ilj'
dependencia en que se halluIl todas laS relaciones socialés que ligan
al Individuo con el individuo sin que pueda escoger, po:queelamo
ó el maestro prcl;uran imponerle siempro su voluntad ~ sus ca-
prichos, hé ahí los elementos que dan alguna fuerza á los reaccio-
nanos.


El poder tal como se ha!la~const¡uido, cuando falta educacion po-
lítica, cuando los hombres no conocen su derccho,cuando DO se han
constituido aun los ciudadanos, es tamlJien una palanca poderosa
que influye aun sin acudir á la vio!c:nci:.!. ,sobre el ánimo de muchas
gentes.


La autoridad infunde r,~speto. No la autoridad COlüO llfinGipio, que




[)EL t:LTfMO BORRON [)E BSPAÑA. 9~3
no es otra cosa que la encarnacion en la sociedad, que el mutuo res~
peto que se deben unos á otros los hombres, sino ese falso princi-
pio de autoridad que ha establecido jerarquías viciosas y falsas ha-
ciendo que los hombres se prosternen ante los hombres, que anulen
su voluntad ante el mandato del superior, que hagan callar su in-
teligencia y su sentimiento ante la opinion manifestada por otro.


Esas son, esas las causas del poder de las aristocracias y de las
monarquías; porque de otra manera seria preciso que fuesen im-
béciles ó dementes los que hallándose privados de albergue y de-
biendn á un mísero salario el escaso sustento de su familia, quisie-
ran hacer causa coronn con los opresores para mantenerios en ple-
na posflsion de títulos, honores y riquf'zas que les dan derecho á go-
ces infinitos, mientras mueren de hambre, de extenuacion y de fa-
tiga aqnrllos que se los proporcionan.
Ab~urrla era por io tanto la supílsicion de los periódicos realistas,


que pr('ten~ian tener la mayoría de! pais y que llamaban usurpador
á Espartero.


Además no puede convencerse nadie de que ios que se llamaban
moderados, fuesen cobardes porque tuviesr;r, mucho que perder. En
una cnn lienda, e:1 una !ueha s:: expone la vida, l' la partida es igual,
salvo que como sea mas dulce la existencia pam aquellos que gozan,
que para aquellos que padecen todos los rigores é inclemencias de
la suerte, puede haber mas temores y mas sacrificio en aquellos que
habian de abandonar por un incierto porvenir un presente venturoso,
y esto mismo demostraba El Correo nacional, que los hombres in-
teresados en conservar monopolios y privilegios no podian ser muy
nu::,erosos.


IV.


Heml)~ dejad0 correr la pluma involuntariamente en reflexione~
que nos sngeria la lectura de muchos documentos y relaciones de la
época, pfro la verdad es que débil y codo el número, el partido
conservador sabia mantener en perpetua alarma y en continuo des-
asosiego á los amigos de la revolucion.


EspartPro, y el grupo que le sostenia, no podian luchar en astu-
cia y habilidad con los hombres de la reaccion.


Divorciado !ambien del verdadero elemento revolucionario, veia




944 HISTORIA DEL IlEINADO
extinguirse poco á poco su prestigio y pupular¡dad. Dentro de las
mismas filas de sus amigos surgia ya la division, se levantaban
oposiciones.


El mismo don Salus!iano Ulózaga que con terrible empeño habia
contribuido al nomhramiento de la n>'geneia única, rOlllc'JZaha ya
á poner ciertas dillt;nHades al desenvolvimiento normal de aquella
situaciün.


Todo el mundo preveía que en aquellas sesiones iba á dibujarse
perfectamente definida ia hostihdari de los que sil'ndo ya republica-
nos ó pretendiendo desenvolver la revolucion en el sentido que ifi-
nica el nombre de progreso, debian mirar con enojo al que venia
pprsiguiendo con torpeza á las Juntas p(¡plllares y á la milicia rill-
dadana.


En el s:;tlO del piil'lirlo pop:llar, fIn? ~e ereia enf;;nces !'obu:;;ín y
poderoso, hay mas intransigt:ncias, y pocos se prestan á pl;>garsl; á
!ns caprichos de la.:; individualidades.


PJr fsta ca,isa, .:lUí] .rW¡S o¡-,Iirrro"as v difícilr:s la:- éI¡nCE~ dt~ tnlD-
, j. r: ,,¡


. . 1 1 l' ¡ d ' SICtün cuaní () no Jlay una gran masa a qUlCD Sf~ pllUta ,,!mD¡¡r flor
las c(}nviC[~¡"¡leS, Eyjf.¡lnd\) incomparabk; iwrjl1icios qne purdrn mul·
tHicar"(' ":U'11 da S" ),,(:!:.\ "'I'},''"j''-' ",... !lnll,,!la 'l("I"1!""] "'nf r¡¡W-:'(¡'I'J li,fo.""-l" - J...; ,L f d ~ ,_' .• _\ ".d.,. tI ,1 V '_,lJ i (!. ~.'Lr t.,.Ji '- ,.J (.1 ".1,. !.Ut!,
des y ::.;ombres prJji:us.


v.


La alianza qu') los rcpubHeanc¡s hahian hecho con el prider fiara
ddender contra hs reaceíooarios la situacion, qlwdó 1'01:1 dí'sdr d
memento eH que el Regente anunció con tardo r:stn1pito su de:-agrado
Pi)" 'O" ""l'(),· '1', 'la' f'l"j'C,H


_Ti 1 ~ U-I,.J ,~t L ~ J í lq,~.


Van-Halen, no ob.stüJtc, pNcer1ió con hastante cordnra y pru-
dencia, sin abusar de las faeultades que el estado de silio habia
puesto en sus manos, y procuró que no fuese muy duradero.
Fuesl~ hip::cresía, cálculo ó patriotismo, la verdad es qne mu-


chos generales mostraron entonces cierto respeto á la revolucion,
y que las palahras del general Seoane tan imprudentemenfe repe-
tidas por él, disL,ban mueho de ser una narracion de hedlO~, sit>n-
do mas hien alarde vano de un hombre que pretendía Ilamf\r la
atencion por sus excentricidades, se demuestra fácilmente por la ac~




DgL ULTIMO BORRON DE ESPAÑA. 945
ti!ud misma de las Jnntas revolucionarias y por la de Barcelona es-
pecialmente.


El genrral Senane que hahía acnsado á Jos republicanos supo-
nic[](lo que el puñal era su princiral argumento, tuvo que confesar,
sin dnaa, su error, v la conducta de Barcelona armada, sin fuerzas·
de! rjército dep,!ro ne sn~ m1lfO~, era la negacion rotun~a de todas
.Ias calumnias que se arrojaban sobre el pueblo, y con mayor ahin·
co sohre el pueblo catalan.


VI.


En llarerJona existia desdp mucho tiempo una gran masa ne obre-
ros dedicados á la indnstria algodonera.


Los fahricantes I.'gri.;;las y corrompidos no prmionaban n1fdin al-
guno de enriquecerse, y muchas fortunas han sido debidas á me-
dios reproba(jos, mien!ras que por Jo general los movimientos y
agitacioilfs er3n provocados ron algun intento para arrancar ,Jlgu-
na cODr:lsi!·o, para hll.<;¡~ar Illl D1l0VO privilegio.


El carácter cata1<1o Jaborios0. pern muv amante de su inrknen-
'. .


dencia, se prestaba con facilidarl á ciertos manejos é inirigas; y fá-
cilmente se excitaba P,1l ¡as masas amantes de la Jibfll'tad y del
progreso el dt'seontento y la de~confianza.


F.I Haron di; Meer con sus estados de sitio, í'US tiranlas inicuas,
¡.,u proteecion á los que Sl; llamahan hombres de órden, porque ex-
plotando al ohrero habian reunido algunas cantidadf's; f'1 Barür de
l';fper sirvió perfectamente á los enriquecidos para que aUíTH'ntaran
5US eolosalrs fortumlf: arraigando mas y mas la indmlria que un dia
debia venir á ser un peligro, y á ocasionar un rerjnicio á aquellos
mismos que rncontrahan allí sus medios de subsistencia.


Cuando existían en el país grandes riquezas, cuando la tierra ~i1.
cflrraba en su seno grandes tesoros que podian dar lucro y crear
una industria verdaderamente nacional; cuando el ramo de ferrel.e-
ría y la explotacion de las minas de carbon de piedra requerian y
llamaban capitales para hacer la ventura y la dicha de las provin-
cias catalanas; unos cuao!()s codiciosos que no vejan mas que el
tanto por ciento inmediato, fomentaban la industria algodonera que
podria dar un dia· ú otro ocasion á tremendas crisis, como realm~n-




946 HISTORIA DEL REINADO
te ha sucedIdo, dejando en la miseria y en la inaccion millares de
familias.


Era preciso hacer algo, variar el rumbo establecido, exponer
IIuizá en los primeros tiempos algunas cantidades, crear nuevo per-
sonal, y an te estas dificultades retroceder los mas avisados y celo-
sos, los menos i.'goistas.


y entretanto se exigia la proteccion y se lograba que entrasen en
Españli infinitas máquinas, matando la escasa industria de ferrete-
:fa, porque á favor de las inmunidades concedidas á la máquina
penetrnhan millares de arrobas de hierro que impedían la explcta-
cíon d~ nue3tras minas y el desenvolvimiento de la industria en to-
dos sentidos.


No queremo:; extendernos mas pn consideraciones que nos lleva-
rian muy lejos, ya que solo pretendemos hacer constar que los fa-
hricantes catalanes, moderados de pura sangre, debiendo á la mo-
narqnía y á las farsas del constituciooalismo, á las influencias elec-
torales, á las maquinaciones y ardides de los motines, su riqueza,
hHn creado una gran falange revolucionaria y republicana, reunien-
do en grandes talleres inmensas masas de obreros inteligpntes que
debian Cf:noccr su posicion y sus derechos, tanto corno las misera~
hIes arterÍ3s de que eran víctimas.


VII.


Con ocasi0n de la causa que se habia formado al Ayuntamiento
de Talavera de la Reina, todos los Ayuntamientos babian felicitado
por su conducta á los injustamente desposeídos; y el señor Resino y
Estrada, alcalde primero, resistió con atlmirable constanoia las per-
secuciones que se pusieron en j llego para ahogar su voz, Acaso le
fortificaban y sostenian estas manifestaciones de aprecio.


EstG persecucion tenaz de un Ayuntamiento, el escaso número ne
r.leciorí2s quP. en algunos puntos acudieron á votar los Ayuntamien-
tos, y otras circunstancias, hicieron reproducir Jos argumentos de
la prensa realista, que fundada en este abandono queria demostrar
que las pretendidas infracciones de la ley fundamental dando á. Cris-
tina derecho para nombrar los al~aldes no eran ciertas, y á lo sumo
no debian interesar mucho al pueblo que abandonaha ll!5i el campo
electoral.




DEL ULTBIO BOrtBON DE ESPAÑA. 9í7
La prensa era tambien objeto de las iras fiscales, y hubo por


aquel tiempo un don Cándido Nocedal que fué nombrado promotor
fiscal y persiguió sin tregua á los periódicos que no defendian á sus
patronos.


Pero Jo importante del oaso es, que don Cándido se decidió á ha-
cer renuncia de su cargo, }'Jorque habiendo Hamado la atencion con
SQ celo exagerado, y siendo fiscal en conlravencion flagrante con la
ley que dispone que sea necesario haber cumplido veinte y cinco
aríos para ejercer cargos en la magistratura, vió sin duda que llo-
verian contra él reclamaciones y se vió en la preClsion de transigir
dimitiendo.


En la exposicion que hizo circular profnsamente, manifestaba
que babia obrado con energía y actividad y sin consideraciúu8s de
DiDgun género, y se jactaba de haber conseguido que los periódicos
m.derados El Correo twúonal y El CangreJo, así como El Huraean
periódico republicano, habian sucumbido por sus certeros golpes.


Ciertamente que el prurito de denunciar bizo grdJdes perjuicios
lllos periódicos, pero cumpliendo con la ley DO hubiesen enmude-
cido' y El Iluraean halló medios en su inergía, y en su deseo de
hacer respetar el derecho, de no interrumpir la publicacicu por mas
que se viese obligado á aparecer sin nombre durante muchos dia3,


El gobierno dispuso que habiendo perdido sus derechos políticos
los editores que firmaban para responder de las publicaciones, cuan·,
do se hallaban presos no debian firmar como era costuL:lbrc.


Esta ioterprelacion violenta de la ley fué la que contrihuyó á
matar al congreso J quitando su título al lluraean, qüt; continuó du-
rante muchos dias llevando al frente los artículos de la C'Hi:.ililu-
cion,




CAPITULO CXXV.


SUMARIO.


l:,'!!j[ ,¡dbc:'lOll di' 10,- dClllllcrata,,; al gohierno del1\I'¡::'l'IlII' COlllra la n';II'CI(Ill,-1'01l,·
llca lllOlll'I'alÍa.-Cin'1l1ares doclrinaria~,-Caw;a f'orIliada por un brindi~,-I'ro­
grl"os dd rCjlllblicallimlO en el "\[]l[lll rd,nl.-I\I'I1('xiOlIl'b ,o}¡f'(! Illle,lru 1egisla-
"lOfl.-.bociacioll de [l'jetlore, de llarcdulla, y "ll di~(J111ci()n,


I.


En balde habían procurado los hombres que profesaban el prin-
cipio de soberanía nacional, el dogma sagrado de la democracia y
pedian la aplicacion y consagracion de los derechos del puehlo, no
poner obstáculos y transigir con el gobierno de Espartero.


En ninguno de Jos ramos de la administracioD púLlica se habia
dado legítima satisfacciou á ios desp,os de reforma que podian aliviar
las cargas y mejorar la condicion de las clases que padecen.


Forzoso em, pues, que se rompiese la buena armonía entre los
elorncnl(¡s septernlH istas, y el disgusto uacia por todas partes, y la.
reaccion Ilias que nunca orgullosa, aunque no tao descaradamente,
proseguia sus maquinaciones aprovechaudo todos los incidentes, to-
das las circunstancias que se le ofrecian para abatir implacable al
qUe caiificaoan con los mas duros epítetos.


Porque los qLle se llaman conservadores, los que viven á la som-
bra del privilegio y hacen esclava suya á la lllouarquía para impo-
ner con el prestigio COI! que la rodean á la multitud incauta é igno-
rante, esos mismos no vacilan cuando á sus miras convieno en arro-




DEL CUIMO BORBON DE ESPAÑA. 949
jar sobre esa misma institucion que les sirve de escudo, el fango y
el lodo, minando y socavando sus cimientos para debilitarla con tal
de lograr que se entregue á sus caprichos y les sirva para su en-
grandecimiento.


Egoístas, siempre han procurado vivir al dia, y sacrifican muchas
veces lo porvenir por unas cuantas horas de poder y de goces.


Ciegos y desatentados, han servido muchas veces para poner de
manifir;slo lo~ vicios de la monarquía á quien pretenden servir y en-
salzar.


Acaso son los cortesanos, los aduladores de los reyes, los que han
contribuido mas á derrumbar y desacreditar la institucion que du-
rante tanto3 siglos ha formado UDa especie de lazo entre las diver-
sas qUé constituian las nacionalidades.


li.


En ~~ de diciembre habia dado el gobierno del Regente diferen-
tes circulares para i~pedir la propagacion y desenvolvimiento de los
prineirio:'> democráticos.


SOIJaha mal en a:glH10s oiJos la palabra república, y El Huraean
ó ia h'Jja que lo r~presentaba, como siempre vaieroso, babia dicho
que ¡:'S republi;~anos así que tuviesen seguridad de contar con la
mayorh numérica establecerían la rtpública, aunque para ello fuera
p"2(3is IJ ¡msar por encima cld cadáver del general Etlpartero, porque
ante el ';alo1' y 1,\ cousidcraciol1 que merece el derecho, ellos no se
detendrian Si.1O il-ote la iuúcencia de las niñas que ucupaban el trono,
á las CU,d2S dejarian en completa y absoluta libertad para que fue-
ran á. ¡'CUnir3~ con su maUre.


An te ~stas dec[amcidnes debieron ajustarse los realistas, y exigie-
ron, sin duda lo;:) tímillos, que el gobierno pronuuciase su opinion.


1./) hizo CJ los sigui'mtcs térmicos:
«Negociado número U.-Circular.-Los escandalosos abusos á


qae se cnL'cga Ulla ¡J,rt2 d] b iIl1¡)ji;nta. periódica ultrajando y com-
batiendo ¡L;Si:ll1 büz:\ua ,rh:il te ir. CG;l~,ti tucion del es tado, bacen nece-
sarid. P'if cad') dd g:)oiúíD.O supre¡;Jo y d¿; sus auloriLhdes subal-


1 • •• • 'ti 1 ' '1 t,~rnas \tl. ¡i,as ,~:: v'~' l'a V¡g¡;,:lUClil, a n (J e C(}d leTlt;r, eOIl ürregIO a as
leyes, los extravíos á que inducen estas pértidas sugestiones. Pur el
artícuJn '11 (1(, 10. ley d': l'í de octubre de 1 gS7


TOMO l.


se previene que si
1'10




950 IllSTGl\lA DEL RLlíü,DO
el gubierno, lus j,Jes políticos ó 'o~ alcaldes ¡riilvros ncmbrados,
do¡¡de no residan urrudlus, tuviesen fun,lado !llutivCi ,'Jara f:oDsiderar


1 '


que sú pOrJJ en peligro h tran!Iuiliclad pública con la cireulaeion de
algua e.scri¡o, podrán sus)éud,,'r1a y o,t'gl),ar e:J drpósi!.o ks ejem-
plares exi5tentr;3 haf,(a la dccisio:l y (>I!lo del jurado, Los aC(joteci-
mientos que de :lIgan tiempo á esta parte se :'('(;~oduecn en \arias


1 \. d' P " 1 '1 ,... POD,3.ClOD<:S ie w. eril asma reve an Si); raüa fi: eu te el pCfmclOSO iD-
flujo que sobre la tranquilidad pública fjercrn los impresos que
tienl:o por ctjcL~ nicno~'cah(.¡i' d ; c: f'dO dchilh á l~. Cunstilucion
porítica del estado, y el gobierno en Sll vista t.iene moti,'os hado
fundados para cODEiderar comprendidos en aquella dispos!cioD legis~
lati',a á los expresados c.:icritos. S. A. el Jh'gente del reino. C,.lil-
vencido de la cxaetitud de estas übservaeiones y deeiJido á que las
leyes no queden iiin lii mas roslivél. rji'Cuj¡'ll ,'f) trj(\JS su, parks¡


, . , \1 e - ,. 1 ,. me manua prcw:r¡¡r a .~. fIll" eou [irfit~lo ;',¡ eltal,o artlfy:r',. S1I,S-
nenda la "il':'ill:l"l-;:n ,l" .r¡i~n 'j"";ó'!;;'Q !lni:\ '_oh,,!;; Ó r,,~{,:i(;'i e') !IIIP t' ".J'_,,~". \,.¡ - L.\..., ,",-,U, 1 \ ~~ "_.~' :. A, ',1' ." P,".~.' ",.\ '". < 'n - J


! l ' . ¡ . , . 1 J • ~. . ~ , / se a,aque a \..oGL\S;;UCWr.l pO:luca i:': :;) ,:lOúi\lqvm, o sr: tXCil,e él la,
rea:izacion de cua¡':{uier otro sí-;tuK~ de goh~rno; !'I"",lcedien0o V. S.
con igual exactitud á lo d~1C'1:',S que ('0. aqudla disr¡ij,~¡C¡O!J se pre-
vwne.


v " I J ¡ ¡ ". . \'" ",' 1 »1'.5 aSlilll;~lrJG ~a VOIU,,(i\Cl (ti' ::'. eL ~UC U '.::'. aCl\ll'll,:se a me·
nor om¡,sion por parte de los pro¡;,¡otu'cs fiseaks en hs der\uncias
onciales fme f;U el artícnh 12 de la eX(ireS\llh ¡(IV ;'c Ir' ¡ne'é!lll'''-


t 3. ""


da, excite al efee!!) su celo erl les ¡érmin,jS P"Lv,',:id(,s En ti ;ut. :\:1
de la if:'y de 12 di; nn\'¡;~m b~':: eh; 18 HI, r( bLi' ¡ ~'(;:!a er~ n de Ci!:UbW
de lS:l6 v no deroc(tih, 0:1 esta J)ar!e IJo1' hs !f;,,"'~ pn;;:krii¡r¡-;;:, Dc J \.j .i 1. ... \
, ,1 . .1 " ~ 1 ' • r \T " l'" , oruCl1 ue :'l, .'l. iO (115W a ,. :-i, pan su eU':T1H"~li:nt0 J}liJO su mas
eSirechEl responsabilIdad.


),!}or;; d¡¡r¡''''j'' P \T ¡;:. n'l'u('¡¡'~ "¡;CJ~ ',Ll ll,';l ~_~ ,lE \"1 lf',i,e') ,,".'¡l.'¡I·(' j,', "'~ J. > ... b\-~t .. ·. '. ~~\. ,,~'~ . _L.'.) ~.~1¡ .... 1. J. JI. ...... 1·_~._ ~ _.... __ ~
18 ~ 1 1 ( <'" f I ' . -1 ,- [j,aDt2_-~r. F ~ Pi) ¡tlcn de ... »


«Stibsecre!af'Í:1 -CircnJ;F.-Et lk::;ente deí


b'· '1 1 ' .. ." ra""i"'e" '(' '> ("OO~"l'rl"¡" ,¡ nr¡ ('I",-l,.·S -"Ir,,', ,',,~ ¡;;,r " t"r, ¡." i', (¡" l (../.1. \J \i ., ,_.t ~ (lo c..:.l .1. ".~ '.l\l ,'.. J \.~_ ....... ,.l. \'J~ 11.! i': ... .:'.! ...... ..J oJ ..... (..,.:.-: ;.-1, ~ .... ; ... V l .. V
tiempo á esta partr:: C0fi el deprt;.¡ado fin de tElcinar St,OíC llili~:itro
de~gmciado pais nuevos cor¡flictos. S. A. cunore krt0 bií:n las oLli-
gaciJnes que pl'san sobre su gobitf[lo pura Jis:wular el rnal ~Lldn




Dr.t ULTIMO BOHEON flE ESPAÑA o 951
fFi¡f~ra se }p,l1(', y para f,O correr á sofociulo enérgicament~ con to-
das las flicrzas ud c,tado Colo~ad:) entre lo~ dlS extremos que con
tanto desrnfrf'no hacen profesjon de empllj1f la. sncil-'dad esnañola
l{l.cía p] (;t'~)Jtiml{) y lo~; el SÓrlPUCS, su drber ll~ nhlig? á vejar por
la cün~crv:;cio:i ;~2 la ;:':onarquía CiJOsti!llcionaJ jurada ror todos Jos
n"l!!;;s l:~ 1 s:ri' Las \]r.:,::uh;~lladtls tentativa.., q:p ba~ta ¡}I!!d han
, i


teDido ]u~a!', por d(~ct(, (b las terribles circunstaneifls de eSta época,
lu'¡r; ";d() sr'lco';"'~''': f"'''' ,,::, .. ;'¡~q ,3(',1 n''':l'' V lf1 ('nClr",'a \' f:1dr]¡'l'!'FI de las (",~ ·~l i;-, ,j<'i..J ",t.!,--, ('J""' . ~ "'" t'(.\ .... .,).I( ~ ".lb J' 11. ~ ......... I
i'.\iloridi.\d,'.s, "J P'il la (t'Sj:llr;i:¡;¡ y 'iz;t:'¡Í<:\ dJ cjéreito y dfl la bene-
rr,()! ita milicia ;1;1c¡onul. tos nfüVl'rtos do tr:FtOfj]O cODl.inlum sin , .
rm!:3r:JO !i,'sMüS'fV')T'.do el r~'inQ L1n !)r'c('si1¡¡rlD de 11UZ V dr~ bonan-


G b i ~
7.'", M\'Dt:~:::r i';:: por >- LElO il1JC V. S. en el drcul0 de S\l~ atrílm-
cLncs iegirinnE' desplcguc tecla la acl.ividad y toda la accisinn ne-
f:r.;¿fu<ia !~;_~r'"'. Ll n);'l~ Dr -·rda ',/ ('fi,~;-tZ 3\'prc31"·n d,~ '~an cr1n¡jua~rs in--


.; l ' .. )


:~U~ tri' ,~~.: ,;{-(~} i'~ :~.)' :~:,~~,~ dt-' r(~,~~:11~}:¡ :arlDS, e')fno j~;naL'llr~nt~ e;-!crni-
{y, .. .., l) J' . ;, ';:[';1'~ ." ,4 ,"o 1f(;·,··,.-. (~-l' ,·:i'" '-'hr":) ('o .. )tr" ,,1]('" flO "c'n r).i~ t,L "I~ ¡;;:'\ .• '.> .c: .. ,X,' F d. h, .~.) !,~j I-,,!.::l, ',J • e . 'a ... ' ,. J,~ r·'. t J
menos to¿rgía que c'jolra toda chse de enemigos del órdcn exis-
V~nte.
»i~·¡ dn otra ¡nan,J'/l cumpliriil V. S, con su deber, ni el Regente
~H relf;i) polrá ¡))')sr:rv[¡;,;c su confianza.
))D,~ oídi~n rJt; S. A. lo digo á V. S. para su mas exacto C1PllpH-
ríli:~n!r¡, :':] d Gnc;:p~(¡ d,~ Inh2f (h tbr part(~ circunsL1nci411o de
f."Jn[r; e;1 ,CI! enn r .C'(cll"1!(:ia :"iccf'utare, ~~¡ nara el de'.Jida conocimiento


" . ¡


d,] ~.wbi r"" eC'lnn n;na h (J;:n:6s á que DI' udi:Ta haber lllQ'~r res-
e, '.


1¡ \~tr) á la~ autrJ;¡dad~s y á sus subordinados. n:os guarde á V. S.
l:Lld¡\·~ Mh;; . .'I,iac\:ídH de diei::mbre doj J g~ 1 ,-Tnfanfr.-Señor


m.


Otro ¡Jc~atino d';l gohierno; 011'0 afaque al derecbo y á la libertad
qu,; pnnia en pviliencia su dehilidad misma, fué la causa formada
al Diario ltlerCftlltil, y por esto á don Vicente Iloix, qlle l;a bia pro-




952 llIsrORIA DEL REINADO
nunciado un brindis en el banquete celebrarlo por los ayuntamien-
tos entrante y saliente en Valencia á que ya antes nos hemos refe-
rido.


En ese brindis Se manifestaba ardiente deseo de que desaparecie-
ran en breve todos los tronos y todas las tiranías, y esto pareció
punible al gobierno del Regente.


Maudóse formar causa, porque el gobernador no se atrevió por EÍ
solo á excitar á los fiscales, teniendo presente que la Regel.1eia en
el año anterior babia prohibido fJ. las ilutoridades gubernativas el
mezclarse en las atribuciones de los tribulJales.


Hecha la consulta, se resolvió con~o hemos dich0 entaUándose
un proceso que lastimaba á la vez anllláIidnlos el derecho de rennion
y la libertad que con arreglo al art. 2::.0 de la Constijucion tenidu
todos )05 ciudadanos para emitir, imprimir y publicar libremente sus
opiniones.


Pero los republieanos no se am,draban aü!(~ ese aparato Je per··
seeuciones.


En Figueras fué nombrado alra!de el dign¡sirno ti uuadMlo t\hd:ill
Terradas que con (anta eonsti'ncia y valer; tía supo defcnder 10:;; de·-
rechos del pueblo y los verdaderos intereses del proWf;:~·'.


El Ampllr¿an se pobló muy pronto de repuulicalFis decididos y
audaces que con sus hermanos de Barcelona seguian obstinada lucha
contra los privilegios de todas clases.


IV.


En nuestra sociedad parece que los hombres han constituido tDdo
teniendo solo en cuenta el mal. Las bases de la legislacion, las cos-
tumbres mismas nos indiean la gran perturbacioD de las ideas.


Parecía lógico que el hombre que trae fuerzas, actividad, facul-
tades productoras hubiese reconoeido qll~ debiendo consumir s¡ntíeIl
do hambre, frio y otras necesidades imperiosas, debia favorecerse el
trabajo como medio de produccioil y bacer ue él la fuente de riqueza,
la ley de progreso.


No ba sido así. La fuerza, la usurpacioD, la conquista viviendo á
caer sobre las comarcas donde los hombres cuidaban los ganados y
labraban la tierra, han declarado que el trabajador era de condicion
inferior, que no debia gozar del resultado que producia ton sus illEt-




DEl ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 953
nos, y que eUos eran los legisladores, los privilegiados, las explo-
tadores, los propietarios de toda industria.


El labrador, el ganadero, el artesano ó menestral quedan en las
capas inferiores; son los villanos, los plebeyos, los desheredados,
Forman la mayoría, crean la riqueza social, sufren la íntemperie;
pero no tendrán d~recho en la sociedad.


Hay otros que se encargan de dictar las leyes, de mantener el
órden en la sociedad, de dirimir toda contienda, de gozar. Son los
hombres de guerra, los nobles, Jos sacerdotes, los banqueros, los
comerciantes ó especuladores, los usureros de todas las categorías.


y como las leyes han de obedecer á los intereses de los que ¡as
dictan, resultaba que la sociedad antes do que las riJVoluclones hu-
biesen proclamado la autonomía del individuo haciendo de cada hom-
bre un ser Ebre é inteligente perfectamente igual aute ia justicia á
los otros seres, se hallaba regida por los privilegiados, y la legisla-
cion impedia todo movimiento á la úasta inferior que sulna en si-
lencio.


v.


Los explotadores, decimos, babían puesto en tales condiciones á
los obreros que no podian moverse, que no tenían ei hogar, ni fa-
milia, ni libertad, wlo teoian un derecho, el de trabajar, percibiendo
por ello, primero el alimento, mas tarde un salario que no baslaba
para comprar lo necesario á reparar las fuerzas.


Los fabricantes babían conseguido que la autoridad apoyase GUS
exigencias, y siempre que el obrero reclamaba, bien por el exceso
del trabajo por las muchas horas que en él ocupaba ó por la esca-
sez del jornal, se consideraba como asonada, como coalicion, pala-
bra ínvfntada para hacer graves perjaicios á la causa del trabajo.


En Barcelona, en la época que venimos describiendo, babia he-
cho ya m uchos progresos la (r,liz y reden tora idea de la asociacíon.


En pocos meses se babia formado una gran asociacion obrera,
que contaba con muchos miles de brazos, y que reunió baslantes
fondos con el propósito de defender los intereses de la clase deshe-
redad&. contra las pretensiones de sus explotadores.


Las autoridades accediendo sin duda á los deseos de los capita-
tistas ó fabrican tes decidieron disolver aquella asocidcion que estaba




HiSTORIA fiEL REINADO


C'lmpuesta en su mayor parte de obreros de la industria algodo-
nera.


E~a asnciucion no tenia carácter político, solo con el propósito de
hgrar !~ondieio!)es ventajosas para el trahajo, de SDcorrerse mutua-
mente en sus adversidades, habian establecido una asociacion que
PiCO á p\\cO iha reuniendo á Jos que gastaban su vida en los talleres.


VI.


A la amerw,za de la disolucioD, hubo de contestar la asociacion de
l,brNos con tm manifiesto que pUt'df'll ver nuestros !ec!()re~, y que
demostraba hasta la última evidencia cuán injustos eran los que
venían Íl arr()jar sohre los lalHiiü¡soS hijos del Principado la nota de
l'i;held(~s y pf.rturbadort~s; df:cia así:


c/Algunos íl1as hace que se difuude la voz por psfa ciedad, de filie
d gD1;itTOí) La decretado la disduc¡on de las soci,·dades de socorros
mútuo~. Si así fueséJ, no podemos concebir qué lTlfitivos puede ale-
ga'- el t,'jbíerDO para ellü, á no sl.~r porque á su tií:mpo no le haga~


, ; , • 1 l t .. j. ¡¡:()S re~;;Gm:a¡¡¡e iiule ia na/~lOlJ, ue ia espan os'! iT¡;~cr:a que Jl1W
tif'mpZ\ no" ti:;ne sumt~fgidos. Ó con el fln de poder ¡¡CHif {¡, cabo eon
mas seguridad el tratado de comercio con la Inglaterra, que tanto
tiempo nos amenaza: nosotros, como á representantes de la asocia-
cion de l,ejedore~, recomendamos encarecidamente á los asociados
que altamente de:,precian voces tan misterio~as y de intenciones
muy dañadas, Por otra parte, no contamos que \;1 gobjenYi haya
¡;ensadu en eso, á la par que sabemos el empeñ¡) que tienen nues-
Itns adversarios de disolvernos, que para lograrlo, se desprenden
hasia cid oro que poseen, y aun C1HlIJr1;; fUf'se así (IU~ lograsen su:-
rleseos, su triunfo seria perjudicial á ellos mismos.


»)Así. pu~s, tejedores y derr.ás jornaleros asotiadüs. no os dejeis
sorprender, nuestra asociaeion DO necesita la aprohacion ni repro-
bacion del gobierno ni de nadie; con los derechos que nos cüneede
la naturaleza y la ley tenemos bastante; y Jos que diguJ al contra-
rio, son nuestros perturbadores; de consiguiente, nue;3tra asociaciOD
es un lazo recíproco y voluntario que no está sujeta á disolucion.


»Mucha firmeza y mucho silencio es lo que debemos guardar, y
vengan decretas.


») Prudencia y confianza con los individuos que habeis puesto al




DEL LLTIMO BORllO:"i LE ISl'AÑA. 955
freote, ellos os marcarán la senda que debeis segllir; no escucheis
mas voz que la nuestra; considerad que hay muchos enemigos que
Están minando nuestro ed¡ficio; permaneced tranquilos en vuestros
talleres, y descansad al celo y vigilancia de nuestros protectore3.


»Barce!ona ~o de diciembre de 1841 .-Juan Muas, director.-
José Sugrañes, vocal primero.-Pedro Vinyets, secretario.»




CAPITULO CXXVl.


SUMARIO.


llisCUI'>io dd Regente en la apertura de las cortes el 'j!t) de di'.'icmlm· de 1 S ¡ 1


1.


No era una época normatI seguramente la que venia atravesando
España; era, por el contrario, muy peligrosa, y se hacia necesario
que el gobiern:> diese amplias satisfacciones y explicase su con-
ducta.


Por eso, al abrirse las cortes, creyó necesario el gobierno poner
en boca del Regente un largo discurso que, á fuerza de ser prolijo
en los detalles, formaba un conjunto insípido de acusaciones y
aberraciones.


Trasladamos á continuacion ese documento importantísimo:
6Discurso pronunciado por S. Á. el Regente del reino, tn la so-


lemne apertura de las eortes, el dia ~6 de diciembre de lSU.
~Sefíores senadores y diputados:


:nPoseido de un sentimiento vivo de satisfaccion me p:esento por
sf'gunda yt'z entre voootros, acompañando á nuestra adorada Reina,
en cuyo augusto nombre y durante su menor edad tengo la alta
honra tie ejercer la autoridad real que me ha confiado la nacion.




DEL ULTUfO BORBO!'f DE ESPAÑA. 957
Vuestro patriotismo y lealtad me inspiran la confianza oe que el tro·
no constitucional se afirmará sobre bases sólidas é indestructibles,
y que la prosperidad y ventura de la patria serán el objeto de vues-
tras meditaciones y sabidcría.


»Con suma complacencia puedo manifeshí"os, que nuestras rela-
ciones con las potencias amigas continúan fortificándose con los
lazos de aquella armonía y buena inteligencia que estrecha los vÍn-
culos de una verdadera amistad. Las demás naciones que han re-
conocido á nuestra excelsa reína, conservan los sentimientos de jus-
ticie que dietaron su reconocimiento. Los gobiernos que todavía
permanecen en la suspension de este paso, nos contemplan sin hos-
lilidad, se informan detenidamente de nuestra situacion política, y
observando que se consolida, no veo lejano el día en que triunfe la
razon, y la causa nacional com pie te su victoria.


)Me es satisfactorio anunciaros que se ha ratificado el tratado de
paz, amistad y reconocimiento con la república del Ecuador, sobre
bases lworosas á los dos gobiernos, y útiles á los intereses de uno
y otro estr\do, como observareis por los impresos que se os distri-
buirán oportunamente. Nuestros agentes marchan á representar al
gobirrrlo de S M. en Quito, y conservar nuestras relaciones con
aqllel estado.


) Tambien se han concluido los tratados de paz, amistad y reco-
nocimietJto con las repúblicas de Uruguay y Chile, sobre bases con-
venientes y honoríficas á aquellos estados, y á la que fué su antigua
metrópoli. Cuando se verifiquen las ratificaciones, se os pre~entarán
para qu'J jllZgllClS del celo y patriotismo con que se han conducido
estas ncgoeiaciolles. Con las demás repúblicas que aun no han sido
reconocidas, se ~cguirá la misma conducta hasta llt'gar al término
feliz que crmvier.e b naciones que tienen un orígen comuD. Otro
tratado se ha iníciado con Portugal sobre la navegacion del Tajo.


))COll difi'fcntes Estados t~ngo pendientes negociaciones para po-
ner mas fril;1;~a y rxprdita la correspondencia, que encuentra hoy
tropiezf:s que la hrlcen lenla y embarazosa en perjuicio de nuestros
intereses y (le íos suyos.


») La [r¡~da!c¡,n ha dado satisfaccion por el suceso clesagradable de
(:artage!Ja~ oG:lrrido en mayo de este año; yel gobierno de la Fran-
cia ha visV! c,Hl s~ntimiento la violacion del territorio del pais Quin-
to. El gobif'ruO de S. M. deseando remover las causas que en to-
dos tiempos han dado lugar á deplorables confllctos, sigue la nego-
T()~o r. 121




958 llIS"fl;R1A DEL lUí.L"1ADíl
ciacion de un tratado con el de S. M. el rey de los franceses, quíw
presentó un proyecto, el cual fué contestado con otro ftwdado sobre
diferelltes principiosj de la resolucion definitiva os daré conocimien-
to á su debido tiempo.


¡)La rebelinn que estalló en el mes de octubre último, turbó el r0-
poso púb!ico, y úbligó al gl)bierno á proceder con atividad y ener-
gía para sf¡focarla en su orígen. Amenaziub la Cunstitucion y las
vidas preciosas de nuestra ioocente reioa y de su augl¡~la hrrmana
por el fuego mortífero de una atroz conjuraeiGo, la Pfov¡rlc~ncia fa-
voreció el esfuerzo de los españoles leales para sQlvar estos caros
objetos de nuestras esperanzas. Todüs los merLos que esluyieron á
mi alcance se emplearon oportunamente para reprilJ:ir tan horrible
atentado, y la mano de la justicia castigó á los príncipalrs delin-
cuentes, cuyo objeto criminal se estrelló en menos d~) uu lHes con-
tra la actitud firme de la nacion y la forli.ileza del w¡Lierno. Satis-
fecha la vindicta públira, creyó el gobierrJo qllo Ilpbia ejercer la
clemencia y preservó la vida á varios de los rebeldes.


» Los ac~ol)tecimientos de Barcelona, que principiaron por Uli abu-
so de confiaoz:l, obligaron al gobierno á declarar en estado excep-
cional á a¡uella rica y populosa ciudad. Esttl. medida C¡lle no tuyo
mas objeto que evitar la efusion de sangre, no ha prodnciúo violen-
cias ni castigos, porque esos solamente deben ejecutarse con arreglo
á las leyes en la situuciotl lf'gal á que se ha restablecido. Los tri-
bunales se ocupan de la fürmacion d~ las causas que deb€ln sustan-
ciar y fallar coa el celo que reclama la proDta y recta administra-
eion de justicia.


vDespues uc lales acontecimientos se ha restabluido la paz en toda
la monarquía con el triuafo de las leyes, y han desaparecido los
motivos que pudieran turbar la tranquilidad púolica.


))EI valiente ejército y la decidida milicia nacional ban defendido
con lealtad la constitucion y las leyes, y la patria se mUt.:stra reco-
nocida á sus relevantes servicios.


J) Los carnioos puestos al cuidado del gobierno se halla.ban redu-
eidos ¡), un estado lastimoso por consecuencia del inevitable aban-
dono que causó la gnerra ci víl que ha concl u ido la naci!iQ con tanta
gloria; pero los perseverantes esfuerzos del gobiern'J, dirigidos por
el celo, actividad y economía que se ha empleado en los lrabajos
han producido resuitados feliG's. Grandes trozos se hao construido
de nuevo; en todas parles se han ejecutado reparac¡'-Jiles de mueLa




DEL mmIO BORDON DE ESPAÑA. 959
consideracirjn, y en mas de seiscienlas leguas se han hecho abun-
dantes acr)pios de materiales para mpjorarlos y conservarlos. Tam-
bien se han @mprendido nuevas carreteras, y todo está ya prepa·
rado para que la de Valencia y la de Ja Coruña puedan comenzarse
en la próxima primavera con vigorol'o empeño. Asimismo se ha
~mprefldido la conslruccion ce algunos puentes muy necesarios á
las ci)municaciones, y se han concluido otros para facilitar el tráfico
interi0r.


DEI Iwtab!c d~sarroll() que ha tomado la industria minera recIa·
waLa {kl gobiérno una alencion especial: los trabajos que con este
motivo se nan hechü, han producido varias fábricas de fundicion y
algunas inspecciones de minas.


l/El triste y complicarlo estado á que se ve reducida la benéfica
institl!cion de los pósitos de los pueblos, por efecto de las calarrj-
dades y trastornos que ban afligido á la uacion pDr espacio de me·
dio siglo. aconsejaron al gobiemo la medida de promover y fomen·
tar la accion de hancos agrícolas, cuyos resultados favorecerán
notablemente á la ben¡~mérita clase aerícola. El gobir,rno persevera
en llevar il efecto esta medida, y espera que por este medio se au-
menlará la riqueza de los puehlos.


»La iDslruccion pública ba recibido señaladas mejoras, y muchos
pueblos que carecian de los primeros rudimentos de enseñanza,
cuentan ya con este medio indispensable de civilizacion y de cultu-
ra, j~o algunas ¡¡rovincias se han abierto escuelas normales, resul-
tarlo de la creada en esta corte, y plantel de donde han de salir
pronto los maestros de:-tinados á generalizar la ensefianza en todos
los puelJJos de la península.


»EI gobierno con el auxilio de las corporaciones de provincia y de
los pueblos, prepara otros proyectos que darán un grande impulso
á. la enseñanza, y desterrarán Jos errores que ban impedido su pro-
pagacioD. Para mejorar la secundaria y superior falta una ley que
la iey no prrmitió discutir y aprobar en lo anterior I(>gislatura.


»E! ejército y la milicia provincial se han organizado sobre las bao
ses mas convenientes, y la disminucion de su fuerza y la reforma
de la Guardia Real hall producido ecúoomias que siempre resultaD
en alivio de los pueblos. Desgraciadamente las circunstal\cias no
han permitido cercenar los gastos de la fuerza armada hasta el tér-
mino posible., pr,rqnr. la rebelion última exigió que los rl'gimientos
provineir\les se destmasen con el ejército permanente ti la defensa
de la patria.




960 H¡STORIA DEL REINADO
»E[ valiente ejército que tantos dias de gloria ha dado á la nacion,


consen'a la organizacion que se le dió en el mes de agosto último ~
está asistido con regularidad, y el gobierco le atiende con la prefe-
rencia que merece. Su moral y disciplina se con5ervan en buen es-
tado, y su fidelidad y patriotismo aseguran la obediencia al go-
bierno.


»La quinta de cincuenta mil hombres se ejecuta en todas las pro-
vincias sin obstáculos, aunque con la lentitud propia de operaciones
embarazosas. Mas d0 treinta mil hombres ban ingresado ya en los
depósitos, y los regimientos han principiado á reponer una parte de
sus considerables bajas. La ley que aprobaron las cortes ha mejo-
rado la condicion de las clases pasivas del ejército, y su cumpli-
miento llena de consuelo á los que sirvieron á la patria en sus me·
jores años.


»La justicia se administra con la regularidad y prontitud que per-
mite nues!ra actual legislacion, que bien pronto ha de ser r!'for_
mada por los códigos que se trabaja con celo y p'lrseverancill para
presentarlos á las cortes.


»La ley de desvinculaciones principia á desamortizar la propiedad,
y sus bcnefieios se extienden á todos los (fue la natur'tlez:¡, y las obri-
ga~iones civileS dan derecho á reciamar sus legíti¡Jj{Js haiJeres. Las
capellanías colativas se adjudican, con arreglo á la ley, á los que
ella confiere la propiedad; sus beüeficios pued~n estimarse por ei
valor consi ierable que se pone en la libre circulac\on. El decreto
de ~9 de junio por el que se adoptaron varias medidas, yel mani-
fiesto que se publicó en contestacion á la impolítica a1ocuci:-mdel
santo parlre, han contenido las agresiones con que se amenazaba á
la nacion y al g0bierno.


»Se han adoptado varias medidds para la ej;~ctlcion y cumpli-
miento de la ley de culto y clero, y 61 gobi:fOO C'mplca lodos sus es-
fuerzos para que se lIeaen cumplidamente las oLhgacioocs religiosas
que abraza en b;meficío de la nacion y de la Iglesia, Se trabaja asi-
duamente en la estadística del clero, y ya se han obteoido datos im-
portantes para llevar á su debido túmino esta oLra tan nueva como
necesaria.


:oSe han extinguido los tribunales especiales de la real casa y ra-
trimonio como incompatibles con la Constitucion, y se hun mejorado
los juicios de rp.sidencia de los funcionarias de Uitra~lJar, fijaúdo las
reglas que destruyen los abusos que se habian introducido con el
tiempo.




DEL {;LTlMO BORBON DE ISP!ÑA. 961
»El gobierno se apresura coo empeí'íado celo para establecer la


moral y regularidad en la administracion de la Hacienda pública, y
perseguir el fraude coo teson. El aumento que han tenido las ren-
tas del Estado y el derecho de centralizacion han permitido que se
llenen las obligaciones con mas puntualidad que en los años ante-
riores.


»La ley de aranceles que se ba planteado el 1.0 de noviembre no
ofrece datos seguros para calcular sus benefic:o~; pero extcndidll á
todas las provincias, sÍtl exceptuar las Vascongada~ en donde se bao
estaLlecido las aduanas, espero resultadi)s satisfactorios. Se ba crea-
do sin aumento de gastos la Direccion general de aduanas, araIlCe-
les y resguardos en reemplazo de la antigua Direccion y Junta, y se
le ha encargado la parte directiva y consultiva de ese importante y
complicado ramo de la Administracion.


))La ley de centralizacíon de las libranzas procedentes de contra-
tas para el ejército, se lleva á debido efecto, y las subastas de sal
y del papel sellado ban contribuido á facilitar los fondos que se
destinan á obligaciones preferentes.


»Se ha dado impulso eficaz á las operaciones previas á la venta
de 1o,; bienes del clero por medio de instrucciones y reglalJJenfos,
que tienden á evitar los fraudes, y el gobierno espera que muy proc~
to será. cumplida la ley. La enajenacion de los bienes nacionales que
proceden de las extinguidas comunidades religiosas se activa, y las
ventas prasiguen aumentando la propiedad privada y disminuyendo
nuestra deuda pública.


»El sistema sencillo que ha adoptado el gobierno en todas sus
operaciones In p,.oducido resultados felices, y espero que desempe-
ñadas las rentas de Ultramar podremos en lo sucesivo cubrir con re·
gularidad las obligaciones del servicio público,


»EI crédito merece una atencion preferente, y para darle impulso
se ban díspnesto los [ondels Decesarins para pagar los intereses de
la capilalizacioD dentro y fuera del reino. Así conocerán los acree-
dores nacionales y extranjeros, que guardamos la fe religiosa que
distinguió en todos tiempos el nombre españoL


:oLa marina, que en otro tiempo fué la prez y gloria de la nacion,
estaba reducida al mayor abatimiento. El gobierno, que conoce que
esta fuerza de seguridad y vida á los estados, cubre sus atenciones
con regulariJad y repara algunos buques para vigilar nuestras pro·
longadas costas, Se han babilitado algunos de varios portes qw:




96~ HISTORIA DIL REINADO
hacen servicios importantes, y se están habilitando y armando
otros que puedan visitar las costas de Ultramar cuando las circuns-
tancias lo requieran. Para proveer el servicio marítimo se ha dis-
puesto la convocatoria de gente matriculada necesaria á la dotacion
de los buques armados.


»La marina mercante ocupa seriamente la alencion del gobierno,
porque la considera como base del fomento de la militar, y el medio
mas seguro de la prosperidad de nuestra industria y comercio.


»Restablecida la raz se reanima notablementl3 el movimiento mer-
cantil, el cual necesita el apoyo i¡¡dispensahle de la confianza que
nace con la tranquilidad y el sosiego público. Con estGS elementos,
con la libertad propia de nueslras instituciones y con la proteccion
de un gobierno justo y fuerte, la agricultura, la industria y el co-
mercio Ill'garán al grado de prosperidad de que es susceptible un
suelo feraz y la situacion geográfica de la península. Para lograrlo
esta decidido el gobierno á proteger el espíritu de asociacíon que se
desenvu~lve por todas partes, con lo cual puede darse un impulso
vigoroso á todos los ramos de la riqueza pública.


»Las rroviocias de Ultramar, siempre fieles al gobierno de la me-
trópoli, cor,tinúan dando testimonios positivos de adhesion y respe-
to. No se ba alterado la paz que re:na en ellas, y á su sombra y con
la proteccion maternal del gobierno, se han elevado á un grado no-
table de prosperidad.


lIeon la prudencia que exigen los grandes intereses de aquellas
ricas provineias, ha sometido el gobierno á la Junta formada para
revisar las leyes especiales, varias disposiciones que pueden apli-
carso con utilidad de aquellos habitantes y de la prosperidad de las
islas.


))Se os presentará el tratado especial de comercio celebrado con
la república drl Ecuador; las disposiciones que abraza son útiles á
los intereses de uno y otro estado, y no dudo que le dareis vuestra
aprobacion.


)) El gobierno, que ama con fe sincera el sistema representativo,
desea aumentar las garantías que dén estabilidad y larga duracion
il la Constitucion que felizmente nos rige; con este propósito Fe os
presentará un proyecto de responsabilidad ministerial que sirva de
freno á los h')mbrcs del poder y afiance la fe política da los espa-
fioles.


»La necesidad de mejorar la administracíon pública poniendo en




DEL LLIntO BORIlON DE iSPAÑA.


Ilrmonía con la Constitucion del Estado las leyes orgánicas que se
deriven legítimamente de ella, inducen al gobiprno á presentar á las
eürtes los proyectos de la ley de organizacion y atribuciones de
Ayuntamientos, Diputaciones provinciales y jefes políticns.


»Tambien se os presentará el proyecto de ley de id)crtad de im·
prenta, que se encamina á cortar abusos y á reprimir aquella licen-
cia CCln que se disfama por sistema de calumnia ó por cálculo, y se
conspira por mezquinos in~ereses contra la Conslitucir,a y el órden
público.


))Deseando uniformar la administracion de todas las provincias
de un modo conveniente á los intereses de la nacion y á la fe pú-
blica, ha creido el gobierno oportuno presentar un proyecto de ley
para modificar los fueros de las provincias Vascongadas.


»)El buen órficn de la administracion exige una division de terrÍ-
túrio que enmiende los defectos que la experiencia ba hecho cono-
cer en la que hoy rige; con este fio se os presentará un proyecto de
ley que reclama el bien público.


»!gllalmente se os presentará un proyecto de ley de organizacion
de los tribunales y juzgados, y otro sobre inamovilidad y respon-
sabilidad de los magistrados y jUf'ces. Las luce~ del siglo y el pro-
greso de la ciencia legislativa, la seguridad ~!ersona] y la de propie-
dad no permiten que el poder judicial continúe en el estado presente,
y ya es tiempo de formar sus leyes orgánicas con arreglo á
los princ;pios constituciGnales que deben cumplirse religiosa-
mente.


»1\ vuestra consideracion someterá el gobierno otros proyectos
de ley para el arreglo de escribanos y notarios del reino, para los
aranceles de derechos judiciales, para arreglar los recursos de in-
justicia noioria y nulidad; y finalmente olros para el arreglo de tri-
bunales eclesiásticos, y sobre reservas apostólicas.


» Los presupuestos serán sometidos igual men te á vuestra con si-
deracinn para que SC:ln examinados con la detencion que exigen las
necesidades perentorias del servicio público, y las economías de los
pueblos: y no bastando los iogresos ordLarios de las rentas á cu-
brir los gastos del servicio público, presentará el gobierno los me-
dios de Iienarlos.


»Las vicisitudes que ha sufrido la nacion y la administracíon pú-
hlica én los afios anteriores, han producido un número considerable
de cesantls y jubilados; la necesidad obliga y la conveniencia acon~




961 lllSTOItlA DEL REINADO
seja que se modifiquen las disposiciones vigentes, y con este fin se os
presentará un proyecto de lay.


»Tambien se os presentarán otros proyectos de reformas que re·
claman la ciencia económica y las necesidades de los pueblos.


))Para moralizar en lo posible las operaciones de BuIsa, (omó el
gobierno algunas disposiciones que han producido efectos saludables
al crédito y á la propit'dad de los particulares. Para llevar á cabo
este pensamiento, se os presentará un proyecto de ley que impida
que la Bolsa sea la causa de la ruina de muchas familias que jue-
gan su fortuna en especulaciones imprudentes.


»Señores senadores y diputados: la nacion os mira y os contem-
pla, sus esperanzas se fundan en vuestra cordura y patriotismo.
Vuestra mísion es grande y regeneradora, y el libro de la inmortali-
dad os reserva una página de oro. Contad con mis esfuerzos y con
el franco corazan de un soldado que ba cornl:atido siempre por la
libertad y gloria de su patria. No olvideis que fracciones tan impor-
tantes como criruinales pretenden en su delirio comb:ltir la Consti-
tucion y el trono para desacreditar la santa causa que defendemos,
y concitar la Europa contra nosotros; estrechemos los lazos de una.
union sincera, y consolidemos el trono constitucional de una reIna
inocente, cuyo mágico nombre ha vencido siempre á los enemiges
de la libertad. Nada ambiciono; mi vida es de mi patria, y la. glo-
ria de servirla con lealtad forma mi patrimonio.


"La Constitucioll vigente, el trono de la inocente Isabel, la inue-
pendeocia na¡;ioual, y el gobierno formaJo por el voto de los pue-
bias sea el programa de nuestra fidelidad, y el punto de partida
para dirigir los trabajos legislativos á la consoliJacioJ de un go-
bierno fuerte y j]sto, que resistiendo los embales de ambiciosas
fracciOnES, afiance para siempre la prosperidad y ventura de la na-
don. l)


11.


En Ulia de las primeras sesiones comenzó á manifestarse la la
divis:on profunda que existía en el parlamento.


y aquel ministerio que parecia destinado á una vida larga y per-
manente, pudo conocer que su imprevisioD por Gua parte, .su falta




DEL ULTUfQ BORRON DE ESPAfü.


de lógica revolucionaria y de tacl!) político, le babían enajenado !a~
simpatías de todos.


La sesion del 11 de Enero se dió lectura de una proposicion de
Gonzalez Bravo y otros, que fué retirada por sus autores despues
de un discurso, en que manifestó el diputado que aprovecharía la
próxima discusion del mensaje para censurar al gabinete por haber
quebrantado las Instituciones, legislando sobre puntos en que se in-
ferian graves perjuicios y se exiginn Cflrgas nuevas al pais.


La proposlcioo estaba reducida á pedir un voto contra el gabi-
nete por haber llevado las aduanas á la frontera.


Pero don Antonio Gonzalez, ministro de Estado, creyrndo que su
voz influiria poderosamente sobre los antiguos adeptos, se atrevió
á acusar á los firmantes de la proposicion despues de retirada, con
cuyo moLvo se dió pretexto á un pequeño escándalo y á grande8
perturhacioncs,


Tlll¡W J l rHo "'.






(A)


EstadIJ de las armas, municiones y efectos de gllP,IT3 de qué proveyó al
gobierno e~pañol el de Inglaterra desde que se firmó el tl'atado de la cuá-
druple alianza, extractado de los d(){\llmentos relativos á la guerra de E8-
llaña pl'esenta(los á la Cámara de los Comunes por órden de la reina en 1839 ..


E'r¡{regado al gobierno espaiT'J! pOI' el departamento de la Guerra.


321,600 fusiles, 10,000 car3binas, 3,fiOO pistola3, tO,OOO espadas)
',000 carabinas rayadas, 6.000,000 de cartuchos, 29,028 boles de me-
tralla y cartuchos de cañon, 938,1l31 libras de pólvora, 40,378 faginas,
.4 O cañones de hien'o, 12 mOl'leros de id., 28 obuses y '2 O morteros de si-
tio, 14 furgones, 27,820 cohetes, 1,000 tiendas de campaña, 1,000 mano
tas y '2 trenes de puentes.


1 cañon de á 18 Y 6 carronada~ del mismo calibre, 30 fusiles, 40 pis-
tolas, 4.0 sables, municiones etc, pal'a armar la goleta Isabel.


'2 cañone~ de á 18, 4 carronadas de á 3:2, 24 fusiles, U pistolas, 2.1 sa·
bIes, municiones etc., para el vapor Ciudad de Edimburgo.


6 cañones de á 32, 80 fusiles, 40 pistolas, 100 sables, 40 picas de
abordaje, municiones, etc., para el vapor Isabel 11.




968 HISTORIA. DEL R~INA!)O
El valor de todos estos objetos fué de libras esterlinas.


Entregado á la legion auxiüar.


15,000 fusiles, 1,200 cal'abinas, 850 pisto!as, 1,000 sa-
bles, 600 cal'abinas rayarlas, 5.1308,000 cartuchos de fu-
sil y 28, ~23 de cañon, 13,018 libras de pólvora, 1,124
faginas, 26 cañones, 2 obuses, '1,730 cohetes á la Con-
greve, 350 botes de fuego, 18,i87 cohetes, 13,!).i2 bo-
tes de metralla, H () furgones, Hi CiHI'OS, ~ {) 8 sillas y ar-
neses, 11) tiendas, etc ..


487,060


1/8,200


Entreglí al gobimlO espartal en 8 de marzo de 183[),


1),000 fusiles, cartuchos de cañon, pólvora etc ..


EI/tregado d la legion auxiliar.


Municiones, equipo, herramientas, medicina~ etc. .


Gastado por el Almirantazgo.


Hastos de los cruceros ingleses, sueldo del batallon de ma-
rina desembarcado en España, víveres, traspodes, medi-
cinas y paga de los marinos, artilleros, minadores y de
los comisarios del t>jército inglés al servicio de Es-
palia etc. etc.


Suma en libras esterlinas.
Suma en reales veIlon ..


(B)


6,769


2,638


~1,H2
616,980


60.4.60,000


Palarea, Cleonard y el Baron ~e Meer fueron tres procónsules agentes di-
rectos de la tiranía.


Tales autoridades fueron dignas en aquellos tiempos en que la Gobel'lla-
dora del reino aspiI'aba al dictado de magnánima.


Como generales, no acertaron á gobern:H' sin estados de sitio; y además de
los desafueros y venganzas que se apadrinan cuando la delacion, el espio-
naje, los consejos de guerra sin tl'ámiteil para la defensa, sin medios de
prueba sustituyen á los tribunales y hacen caer la ley, el carácter violenlo




DEL ULTIMO IíORBON DE RSPA~A. 969
qlle Jos distínguia hizo que su administracíon fuera temible y en alto grado
perjudicial á los patriotas.


En Múlaga despues de asesinar á S¡]S maridos, se vieron las viudas de
Comare~ perseguidas é injuriada~, sin lograr reparacion aun dCJpues que el
tiranudo [11(', relevado de su cargo.


El Conde de Cleonard despobló algunos barrios de las ciudades bullicio-
sas que ."e le habian confiado, siendo notable que tanlo este general como
Palarea tenian sus distritos libres del azote de la guerra civil.


¿Cómo pues en Andalucía, doncle l(lB ¡mestes de don Carlos no hallaron
acogill3, se permitian las autoridades militares el bárbaro placer de buscar
Íuera de las leyes un medio de extender su duminacion haciéndola aLorre-
cibie'?


¿C6mo los gobierno~ toleraron durante tanlo tiempo las persecuciones y
los vcjámenes que sin duda a 19l1na recaian sobre los hombres del partido
liberal?


Difícil es hallar una solucion satisfactoria á esas preguntas; pero es lo
cierto (l11e no .,t\ bailaba domieilio sagrado, ni conciencia ba~tallte pura para
juzgarse á saho, exenta de castigos, cuando el capricbo oe un mandarin era
suficiente para sufrir la deportacion.


En Cataluña, el na ron (le Meer hizo pesar todo el rigor de la ordenanza
sobre los ciudadallos pacíficos.


tos fu~il(jmi(lnt()s, Id pl'Os('ripcion en masa, las deportaciones á la isla de
Pinos, á Santa Cruz de Tenel'ife, á lTltrama¡' arrancaron mudlOs miles de
ciudadanos del seno de sus familias.


Un firman, una órdl'u del general suplian á las sentencias de los tribuna·
les, yesos cl"Ímelles cometidos á nombre del órden quedaban impunes, pu-
diendo sus autores aspirar como premio de una intriga frailuna á formar
parle de un ministerio, siquiera su elevacion fuese rápida como el relám-
pago y :.lcanzase por tal atrevimiento la universal rechifla y el solemne des_
precio deí pais.


En "Iálaga y en toda Andalucía fué general el regocijo cuando las gestio-
ne;; de log diputados arrancaron la destitucion de aquellas autoridades.


En Cataluña, la caida del Baron de !\Ieer fu(~ saludada con júl1ilo, y pu-
dieron respirar los patriotas que vieron en este cambio alguna esperanza
para la patria, porque el general !\Ice¡' habia llegado á legislar imponiendo
contribuciones y modificando á su antojo la administracion.


Muchos crímenes y desafueros podríamos enumera¡' aquí si no creyése-
mos que basta con decir que la autoridad del Baron de Mee¡' pesó durhnte
tres flños próximamente sobre las provincias catalanas, y que en ese tiempo
siempre estu vieron en suspenso las garantías consti lucionales.




970 BlliTíHUA DiL ItRJ:UDO


(C)
¡Pertenece á la pñg. 11L


Insertamos los siguientes documentos por ser de gran impurtancia cuanto
se refiere á los incidentes que prepararon el abrazo de Vel'gara.


AloCllcion de lU aroto.


« Voluutarios, pueblos del reino de ~aval'I'a y provincias Vascongadas.
»Contais cinco años cumplidos de heroicos .~acrifici(ls; vuestra sangre co-


piosamente vertida en ellos, la disipaeion de vuestras furtunas (~ imleliniLles
padeeimien tos en lodos conceptos como son los que babeis prestado y con-
signaJo en la historia de vuestra amirable re6i~tellcia, aun no bastan para
satisfacer hoy y aplacar la codicia de hombres inmorales, que baju la som-
bra siempre del monarca y di~fl'Utando de illlsione~ y positivas comodida-
des, han mirado y yen con fria indiferencia YUe8tras privaciones, [atiDa~ J
aun vuc~lra muerte, con tal que les asegure dormir en la molicie y alimen-
tarse á \'ue~tra costa. Testigos soÍs de! estado lastimoso en que recibj vues-
tro mando y direecion, y lo sois igualmente de los desyelos y cllitla(]cs, con
que he procurado no dar motivo á desmerecer vue~l¡'a confiallza. Si mis rue-
Fns al monal'.:a han influido en alguna manera en \'ul'sII'O beneficio, para
que se os facilita~e lo que en jll~ticja os co['rt'~ponde, aun no !Je pudi¡/(J COIl-
seguirlo, porque proyectos de contratas en que se (IIlJarian cOIllLillad<Js espe-
culaciones particulares, han obstruido mi deseo y alejado de mi COl'azon la
esperanza que pude cimentar un dia fundada en reiteradas palabras con que
.:iO me aseguró no se prescindiría de la justa considera('ion que debía merG-
cer, llegauJo á tal extremo la osadía de hombres malvados que impunemen-
te circulan noticias en que os injurian, manifeslaudo que ualliÍndoo~ com-
pletamente ve~tiJ.os y p~gado8 naJa mas haceis que 30i6ir las Pilbl;L'iones;
~e hall propuesto obligarme á que 05 COn(!llzca á pelear ú [orlif¡l';I/·jolJes ene-
migad, á sacrificaros en nuevas expedici<Jf1cs, y cuando hall tocado mi tellaz
resi~tcncia ~ tamaño desprecio de vuestras vidas, han recurrido á la traicion
y medios infames para alucinaros; ellos han escrilo y hecho uua publicacion
de papeles apócrifos y sulnersivos, han declamado en calles, plazas, y aun
en el claustro austero y piadoso, ideas de anarquía de sedicion y de sanr;l'e;
y ello~ en fin han ambicionado con criminal y Mensible empCl1u envolveros
en nne\-as desgracias y amarguras en cambio de yuestros sinsabores (; io-
comp;ll'3bles calamitLJ~es, obligándome Jos partes que con tales justificati-
'os se me enviaron á Tulosa, dirigidos á trastornar mi plan, á tener que venir
presuroso á este suelo de hono!', de lealtad y valo!', con el fin de castigar la
gra vedad de tales sucesos. Vosotros todos sabeis los hechos, pOI'r¡ue su noto-
riedad es general; ignorai.:! que he pedido tres veceti al monarca, por ron-·




DU ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 971
duelo de respetables personas que están á mi lado, la separacion de un
mando que no pretendí; pero que una vez admitido no lo mancharé con la
ignominiosa afrenta; he observado vue"lra constancia, he notado vuestro
di6gU~to, y lleno de reconocimiento á la reputacion fraternal que os merezco
moriré entre vosotros, pero os juro no permitiré pOI' mas tiempo el triunfo
de la artpría, de la codicia y del engaño.


)¡Presos los autores inmediatos que provocaban una sedicion militar, ha
mandado rjecutar en sus personas un ejemplar castigo que creo ponrlrá fre-
no a maquinaciones que podrian haccr interminables vuestros trabajos, y
acaso inlllilizándoos 112ccros llorar el mas alto grado de infortunio. El rigor
de las penas que establecen las leyes militares acaba de hacerse sen tiJ', y seré
inexorablc para aplicarlo á cualquiera que olvidándose de sus sagrados de-
beres ll'"spase el límite de los mismos. Cuando se calme el primer gérIDen
revolucionario on que han pretendido envolveros, yo mismo os presentaré la
ju~ti (icarion lesal que practicaré con el consejero de guerra, audi 101' gené-
ral del ejt'l'<ito, á quien ir6 entregando todos los comprobant8s que obril!l
en mi poder.


»Voluntarios y noLles hijos (le este reino y provincias Vascongallas: Viva
el rey: viva la subordinarion y sea nuestro lema religion y muerte y resta u-
racion de nue~tl'as an liguas leyes, por eu yos princi pios moriremos todos; y
lancemos fuera de nue~lro lado todo hombre ambicioso que no coopere efi-
cazmente al triunfo de la causa que drfendemos y por la que veis cubiertos
de lulo y de pobreza á vuestros padres y pueblos que os vieron narer.-
Eslella 19 de febrero de 1839.»


Carla de JIaroto el i¡¡(ai/te don Carlos.


«( La iUlliferencia con que V. R. ,1. ha escuchado mis clamores por el bien
de su justa eau~a desde que tuve la honra ele ponerme á sus n. P. para de-
fenderla, y mas particularment1:l desde mis agrias contestaciones con el ge-
neral Moreno, oscurecirmdo y despreciando mi particular servicio prestado
flll la batalla sustenida contra el rebelde Espartero sobre las alturas de Ar-
ringoniaga, la que pudo y debió babel' presentado el término de la guer-
ra, pueslo que el enemigo contaba solo por aquel entonces con el resto de
muy pocas fuerzas, despues de que Bilbao hubiera sucumbido encerrado en
él todo su ejé¡'cito con la diris¡on inglesa, amilanado y sin reCIII'SOS para
subsistir ocho dias, herido su caudillo y con la positiva confianza que !'o te-
nia de que un solo homhre no podia escaparse, y de consiguiente la franca
marcha de V. M. para Maclrirl, evitando con su ocupacion los arroyos dp
sangre que han corrido posteriormente, me ha puesto en el duro caso no de
faltar ;\ V. M. como habrán procurado hacerle creer mis enemigos persona-
Jes, (\ por dpcir mejor, los ele V. M., sí de adoptar algunas medidas que




91~ lllSTOlllA DEL HEINADO
asegurad n el ónlen pal'a lo sucesivo, la sumision y disciplina militar y el
respeto que las demás clases y personas deben tenerme por el preferente en-
cargo á que he llegado con honor y conslantemente sil'Yiendo con ulilillad á
mi patría y á mi rey.


,) Es el caso, señor, que he mandado pasar por las armas á los generales
Guergué, Garda, Sanz, al brigadier Carmona y al intendente rriz, y que
estoy resuelto por la comprobacion de un atentado sedicioso á /tacor lo mis-
mo con otros varios, que procuraré su captura sin miramiento á fueros ni
distinciones, penetrado de que con lal medidu se asrgur:1rú el !I'iunfo de la
causa que me comprometi á defcndcJ', no sirndo ~olo de Y. M. cuanllo se
intcres:m millares de "irientes que serian víctimas ~i se ¡wrd:er:J; sinién-
dome en el dia para el apoyo de mis resoluciones la "oluntad general tanto
del ejército corno de los pueblos cans3clos ya de sufrir la mé1rclJa !()rtuos~ y
venal de cuantos han dirigido el timon de esta nacion ventmosa cuando ya
divisa el puerto de su sahacion.


»Sea alguna vez, mi rey y señol',que la voz do un vasallo fiel hiera el ro-
!'azon de V. M. para ceder á la razon y esclIrharla aun cuando no Sf~a m:1S
que porque conl'iene; srgul'O como debe estarlo ([l' que el rrsnllado patenti-
zará el engaño y particulares miras de cuantos basla el dill han po(lido aCCln-
sejarle.


J)En manos ele V. M. está. scñor, la medida mas noble, mas sencilla y
mas infnlible para conciliarlo touo. No descollocO V. :U. l~l gi~nnell de dis-
cordia que se abriga y sostiene por pér~on(Jjes ,Oll e,;o cuarlel real; mánde-
les V. M. marchar inmediatamente para Francia, y la paz, la armonía y el
contento reinará en todos sus vasallos; de lo contrtlrio, señor, y cuando las
pasiones llegan á local' su térmi no de ara lor,1mienlos los acontecimien tos se
multiplican y se enlazan las de~grílcias, que siempre deben estimarse como
tales, la precision de proceder contra la vida de sus semejantes.


Resuelto he estado par" retirarme alIado de mis hijos, ponllle )'0, se-
ñor, no vine á servil' á V. M. por bu~c[l!' fol'!una ni reputacion; pero al pre-
sente no puedo ya verificarlo, consagrada mi e\istencia al bienestar y fel!~
ciclad de los pueblos, y del ej(;rcito que perteneeé á estas provinc:ias; y por
lo tanto ruego á V. M. ele nuevo se preste á conceder lo que todos desean,
y que tal vez facilitará el término de una guerra que inunda el suelo espa-
ñol de sangre inocente vertida al capricho y á la ferocidad de alguIics am-
biciosos.


J) Tengo detallado á V. ~f. repetidas veces las personas que pOl" sus be-
ebos ban buscado la odiosidacl general, y muy cerca de sí tiene las que me-
recen opinion no solo entre nosotros: lIúmelas V. ~I. á su lado para la cli-
rection y consejo, en lodos los asuntos que particularmente en el diil nos
agitan; y V. M. se convencerá de haber dado el paso matl prudente y aeej"~
lado,




DKL CLTlMO Bf)nnO~ D& KSPA!\A, 9íJ
,Sabe V. ~1. que liene sepulta(los en rigorosas pri5ione~ por años enteros


;J jer(·~ beneméritos, que la emuiacion ó la ma ... negra intriga llHludablemen-
t,) pudo presí'nlar á Y. jI. como criminales ó traidores, bajo cuyo principio
;;I~ forllló Ullíl cau~a que la malicia tiene oscurecida con aumiracion de la
EUi'(lpa ellleríl, y V. jI. deLe (~onocer que hay un empeño singnlar en S08-
time!" el cOllcepto quo arrojó desde luego el real decreto que le hicieron
firmar y pllLlicar desplles de Sil regreso á estas provincias, y V. jI. no ha-
Iml oh idadu clIanlo sobre este particular tengo dicho al secretario don .lOSt'
Arias l'tojeil'o para venir en conocimienlo de quién es el autor de tanto com-
¡J!'(}i11I~O .


"Yu deho . ,ahi.ír IlJi opinion y justificar mi comportamiento á la faz del
mUIlL;U eulei'O que me ()L,;erva, y por lo [Lmlo me permitirá V. ,,1. que dé al
íJúLJ¡clJ fU)' UhHiilJ de la imprenta esta mi rCierenle maniícstaciún; así tumo
¿,aee"j',a¡mnle lv,lo cuanlu túlc;a ref6reucia tÍ tales parliculares.-Dio~ guar-
de la n. V. dI) \ ue6tra "IajeslaJ di la ládvs años para Lien de sus vasa Ilos.--
Eski;", ('te. ')


1)(li, Cirlu; Pllhlicrí el ~jglJitlIlte dCI'I"Cto, lupgo que IlegaroIl á su uOlicia
:03 [r(laicos ~UL'C"O:i
~( rOlllli,l, /os; (iele,) vascoilgados y ¡¡(¡Va/Tos.-EI general D. Hafael "fa-


¡olo abusando del mUllo Illas pérlido é iudigno de la confianza y la lJoudad
con que le kdJia di,;tinguido, a pesar de su anterior conduclíJ, acaba de
('Ujj I('! ¡ii le¡,; al'al~b l/,if) le lidllid i:llc:ai"!;ddo para batir á loi'i l'!lcllJi¡:;os de!
trollO y del aitar, COlilI'tl YusotI'OS mismos. Fa~ciuauJo y engañando á 108
pUl;blos 1.:011 groseras calumnias, alarG.~ando, exc;ilalhiu uasta C011 impresos
,;ediLiu~u~ y ;¡¡!Il(¡~ d~: f¡jl.,edades á la iusu!.Jordina¡;ion y ú la anarquía, ha
¡'¡¡.,;¡;aJu, ~jj¡ !Ji(;LeL¡~i' fui'liltll:i\)¡J Je e<iu.,a ¡l 6clJE'ra¡e~ cubierto,; de r:;loria e¡,
~~td luc:ha, } :¡ Sl;,'\ idui",;" ikllemérilu,,; Inl' ~lb se¡'\ ic ¡os y fiJelirlad acendra-
ja, sUiili,~llllu ¡llt ¡hilL;'UuI Cvi'aZU,l el! la anúL!'i:ílil'iJ. l\lia "'¿i'ar;o ha ~u·
fiU·~~uJ q,h~ uiJ¡'diJtl ~(}U mi ;'cJl 0t)l-diJ(iciuu; pt.:i'O ,":ULl u~i i".Jllrid babel' C;}--
:": __ illtrtiJv cUtí'l- \ú~(¡l¡ q~ quien! OLJ2l1tl(,j,~:~e; ni [a hu. ob:(\nidu. ni L; 1JJ ~~o­
:¡';il,IL:" ¡j j,¡;n,,, Ll 1'ljí¡'I~ L:i',~ pdr(\ arbilrJ,'iedalles y el"ÍllkliC3. Conoceis
mi, Inin.:ipi"" 'CiL~;, ¡ni., iiiCl'~a:ite~ Ile . ;\(,lv~ por \ Ut'st¡ (1 Liel1(1~lar, y por
~:l:el(;:,¡i 1,1 l':inllilÍJ de li)'; iil~lL:s que os ílflig\)¡). ~laI()to ha hollaJo el rc~pl't(l
d0líidIJ ji H:i ,;ulJi\I'aní;: y lu.> mas ~agl'adll:, llebere,; para R<l,:rilirar alevosa-
lilenl~ Ú iu,; (¡llé opljuen UI) diljUe in"lIlperable tí la i"()\oiucion lbUl'padora,
par~, \:XP;)Lt'iU-; :i :·i~i' iícl¡lllJ~ del dwmi¡;() y de sus ll'tlLUiK ~eptlI'a(¡o ya
,lel UlJíli\O lid ('j:TC¡[O le deda!'u traidor, COiUO a cualquÍl'l'a quP de,;rlle~
de uila '¡PCitli'dCÍOil , J lide qlliero ~e lL: ja illayo!' pulJlj¡;idad, le auxilie
ti olJedeh,¡; il.,s jde.; y ~úllÍl'id(JJe,; lk toda:i cla~es, cualquiera Je \'osulru.,
ótá <lul,lrii(\'¡J Pi:, ¡¡ li'alilrlL; (~UlllU lal si no ,';fl presenta i llmcdi¡¡lameIlle .l
n,:,_pu1I<lu ,¡iJl~; la ley. He dictado las medidas que las cil'cun,;lancias €xiC;: ~¡
iJufd lrJól. ,i!" ~Bll) nuoyc e~fueI'zu de la i'c\ulu,:ion, ,¡ue aLatiJa, iUJplilerJl',


'j {¡jIU l. I ¿:¡




974 HfSTOnT.\ DEL HEI"A D'J
próxima ú sucumL,ir, ¿olo'en d.'podría libral ~u c,;pu'anza: p,U'i1 ejecutal'lí18,
cuento cun mi heroico l'jt\rcito y COI! la leallad do n:is ~ITla:o~ puebios; bien
seguro de que ni unu 1'iulo de v080trO:i al oir mi YOZ, al saber mi \()lnnlad,
se mostrará judigno dtl este ~u('¡o, de la ju-ta y "dorada Ca¡lSa que uefende-·
mos, de las tilas á que me 31ol'iu de mardJill' el priillUro parJ c;ill ¡'al' el trono
con el auxiiio de nio~, de lodo~ ws cllemigo~, Ó ¡wl'l:cer si ¡JI eci~o fue~e en-
tre yosulro3.-lleal de Veróara 21 de fel¡¡'ero deI8:3B.-Carlo¿, ;)--Ade-
mús de Aria" Tejeiro, di,:e eu su J'illdicuáu¡¿ ~1ar()lo, cUlItriLu)clOU ú con-
feccionar el anterior m;Jllifiesto, el obispo ¡!(; Leun, el cura ;~chC\l.rría, el
francés IlLiguel di'; S<lint-Sii\aillt y oll Ub ¡;,'r~GtJajt;S dd !;Jriidi; ;¡p()3~úlil~o ~il;
pel'do[¡al' me;~iíJ al¡.;uno para ljue circulase CU¡, la mayor acl.i\idau. Las ~l'r­
toridJ,il~~ polílicas y militares que dÚil Carlos tenia ell el t¡¿rri¡u¡,iu que do-
minaLa, lo recibieron en Ulla mi8ma hora, y á lu~ coruan:lalll!'.,; de lus bata·
llones que me acompañaban, les rué ellLregaúo dicllo escrito ¡Jo:· Ull guardia
del príllcipü. POCv l'll \el'dad me,lilaroll tau d..:;accrlildo paw, pO!"que el
golpe di> estado qne p!'e~l'llci(í E~;lclla, cil;;b;: h'¡,-;il.!O en la m:l,; :igürusa
¡;ecesirlad, (l~roli<Jdo y aun (kse;¡:!o de 1;] mayor lw'le ik k;,j dl,fL'(J~(;re~ ¡¡p!
mismo don Carlo~, y lll~ mimlO~ qnu [ail i,l:ll le arUils\ja!'i:n, i'l[l'ijIMiJll dJ¡'


-otru que cllilirau;i!ancease L! illOUelll'iCl del pliulei'U ~iil ILcdiull' que C,Uicl,i:¡
de apuro y <¡lit' ib;¡ á recaer e~l lLño y evrupluto uescréditü del plillcipe,
que tan eU:Llplal'íenle estalhl <Í firmar lo t¡LltC le propuuir.li1 ,'1 j. l~\l¡;.;f¡a con-'
duela el! llllíJ ) O~l'0';) y que Oi) podia me¡;u~ de p! uduci,' fal".o j' ori"inalu
cOllSeCUf~¡lelaS, »)


-'las adelante llfLllle el mismo ¡;eucral para disculpar JI Mbi\ :,~,:piralll(:
á una eorOlla:


(, Ya habia yo oi"llenado que al aillane'~e!· ,;u ,'¡;uni<.\;cu 103 c¡¡(,'r'pos (~ue le·
nia Lajo mi mandiJ en el call1ino real 'lue jJul' Irurzuu ~I' dil'io'~ de~de "¡t(i-
ria á PampiotJa y 1\¡losa, y eUll¡p]¡elldl) 2sle ill;Jw!alo acudierOIl lodos; y h;
res¡Jl'cli\'ll~ cOUlandalites, imitandu la conduela dd anterior de qU(~ uatJld-
!llO~, pu~ierun en mis mallOS loa manifiesLos y ón!ene3 que haoi<.tIl ]'(!libidtJ,
para qUIl se pll~ifSétl á las de VilJareal. El condu~tur lle dichos plieD0'- Li!'
bia sido detenidu y !lO e~peraba en yerdad buena rel'iJmpeli~a de su lllClJ:oaje
y oficio,.;idad ell repclJ'lir ¡.¡roru:wucnte loo t¡¡les dl)cumcnloJ, caJo cOllteuiLÍo


11; ~o lieben !',:SJT dcs{!pcn:ibidas las sjguicl!ti'~j uLSprr[lf'¡ones a q¡jf~, (~:t
rr¡;'¡rgr-I! estl' I~~'l:r¡·t(). E~-; en prirllcr IlJt;af falsu 'l¡H~ yo ¡:;l.l,l'.(~ i'irL¡;jíll' P¡'(i':!aln(i~;
de I!i!l,~Il!\ t !~:'; ;~~ >; 2 ' e: ¡in'~.~·':...tíJ ,¡j_~, qlle ru c\('itai,¡l ú 1;,1 I ~l;,r;ilJ;l, (U~Hldo 1'¡, ..
Ci~;HUC¡:~'~ iJa~;:,-j:¡ ,-·¡,1o ;,p \·;;.~,t (t{~ E~,t{~:Ll por ~.n>tC'upr ;.\ .. ~lrdr·!l y di"'ici!dip~"
un:! fárHl:a :J:i~ ') O:' ,~':{¡'l , ll;~:LC tra;d" y ha~ta in\"eroJ¡rnit por J;J r;J¡,JI; t'\:H!t'S~r:.
y :Li) l{1J(l. ¡'1¡;,:ql~;, ('!'; j j tcni:.i yo quP dar iJ.utes ¡le Iv:) ed:jli¿us~ !¡IJ.I'~ jo\i:--lJil tlf,r
deJ'l¡~ui' y ~jl LU:~. : " \ .. :I.'t' Uli.J ó¡'.;cu dc Fel'lJaIldu \-U PI)!' [,1 :~:~:l~ ... ':-LJ!~dU LllLu
rizJ,l!J~. 'J:-"; ¡!.~',.~ ;'1;' , -' l.;' ~CC ler hr"','C' y S1.JIl11ríJcnenle ('()nt·:\ (l:<¡n!":í\f)~"~
Cü:,¡l) 'OS ,k E"kil" .. ,¡ n:;¡' ni diCn'iS 'lIle ¡;orno Iu hizo el Co!!de di' F';¡';li,,: el,r '
ÍUll;'Ullé\'.lU ¡W:iSieri:~,




DEL CLTIMO BORBUN IHi ES1'Al'Ü. 9'15
¡lO Ignoraba 01 mas IlIflo soldarlo; pero en vez de víctima fuÍ testigo del ac to
mas grandio~() y que solpmnemente probaba que obré á gusto dA los yalien-
lrs y leales tropas qUfl tnnlo honor y satisfaccion tenia en mandar. Guar-
daba la divisinn pi m;¡~ pro(tlnrlo ~ilf'ncio, cuando me entrrgué cada jPfe el
oecrelo y ól"(!eJlr,~ l'cft'ridas: torio eRtaLa penr!iente en este momento, un
,;olcan ,qe hallaba <1J¡ierto (¡ mis pil~~, cuya fá r.:i I y proyocaua explosion seria
lerrib!1! : no ~r¡lo á mí fllne~!a: alli e,~taban lo~ elllu~ia3las .-asco-navarros,
era trl'minanto la volllntarl (le don Carlos, y el hombre contra quien tan
jl'acunrlamrnlr~ sr h;-¡hia dictarlo, Re h:lllaha presrnte, y ni trataba de huir,
ni de (,Cl]1l!'ariarla: (\,.j~kl aiien:3~ "ola en medio de aquella muchedumbre,
rlecidirlo 8 ;-¡ITMlrnr ~erellO, y quizá temorario, el gra\o riesgo que corria;
llegando b,l:1 rl ra~o rlr qllf', para hacer ma~ crítico arluel acto solemne;
mand¡'· j(>l')" I~n alta YOZ el derreto que me declll!'aba traidor y mi.) ponia
fuera de toda II'Y: ...


«Concluirh la 1el'\\1l"a Ilije :í los batnllone-, pl'e~entánd()me delante de elles:
/iq"! 11/(' (f?Il('¡s, ?JI) slJy rsp hombre qlfe se os manda IIsl'sillar: haci'd fl)dos 1j
cada lIi1fJ rfp /,(:solrns 10 que ?l/pi))' os plfrr;zra: ¡soldodos: ri ¡¡(¡die quiero
romprorJ)tfl'!' PI) cm/srl qur; 1111' es persoNol; franco 1('lIeis el Ca/nino.


))\! conl'!nir !'R!as ff';],'e~, 10rla la serenitlad y sn0C;le fria r¡ue pude rele-
nel' en tan críticos mOffif'ntos, vino á tierra trocándose en el mas lisonjero
cntllsin,mo r¡ur~ rxrerin~~nlabn tn mi lal'ga vicia, al verme arlamaao rún
[ranra p()rfh, ~' rnJ(\ I;",nfn )íl~ "oldad¡]~ ('fJmO ¡I)~ jeffls, entre los que ~e eon-
!;lban el I'onde ~rgrj y Silvestre, hicieron comun mi causa uniéndose á mi
8norte; y biron pued() !ll'cir r¡ue en a1tH'lIa importante ocasion fuí vencedor
de rlon C:Jrln" df' [orlos mi~ persJnalrs enemigos, vencerlor del fanatis-
mo r[r., y m:J,~ vl'ncedor r¡ue si en ('ien comhates hubiera triunfado
arlne! di;]. Tiln p3Ipahlf'~ mllestr:lS de afercion fDeron tan generales corno
r~pon!ánr;¡~, ni nno solo prn~ó de diferrnt~ modo que lo~ df!rná~, pudiendo
a~ef:'urilr..:e '¡Uf' ~i en mNlin de Jos siflte mil y ma~ hornhes que en esta cir-
('uTlsl;¡ncia se lta1\;-¡bnn reUl,irloR, huhif'ra habirlo uno que hubiese hrch0 la
maR ligera npnsirion :í la vollJr,!;-¡rl general, hubiera sido inmediatamente
anonadado, porqlle !;JI, t~n {ranc;] y palpable rra la demostracion de nque-
lIa~ entll~i~).;';]~ y agllerrirlas tropas; y ¿qllirn me nrgar~ que lÍ haher te-
nielo yo rntnnl'flS bs amhicio.-as mira;; que mis enemigos me suponian, hu-
hiera logr;][lo rU:lnto me hubiesfl propuesto, (lproveehándomc de la exalta-
cion de la, tr0p;JS quP huhirran 0bcdecirlo ciegamente mis Ól'dene~? pero
l¡ien s:lben 10-: mi,nw qlJe tan injll,~tnmente me injuriaban la pureza y leal-
lad de mi~ intcorione-, que á no se'· así, no mi) contentara en verdad con
~olo porlrl' d(~cii"; "Tk triunfado (I(l Id arbitraril'dad, injusti2ia y obceeacion
j)de un prín¡·ip", y la bistoria juzgará en su dia. ¡)-Esto solo me satisfizo.


))CI)I)c!uii!l) (11 neto r;ne gncda r!icho, partieron los guardias conductores de
In., pliegm ;;in qur nal.la hubiese que respondrrle", plles los sucesos de que




976
habian sido tcsti!!;l)~ era la ú'lica y e!r'r:UPule Cl)lltf'~t:1Cion que (lí'hian lIeral'
:i la corte, mandrílldoles al mismo liempll pal'[icipdsr,n ;í tI:!!1 Car!f)S 1uc yo
mismo seguia la marcha para cOlile~t~l' penwnalmente ú los eal'~()s riel ma-
nifiesto, Partieron los condud()ro~ del Illon.aje con la r..¡colla que pi,lieron
por no creer~e seguros, rompiendo al e,cap(j en euanlo se vieron liure~, du-
dando aun de si con la eomi.ioll que ilabian traido y pi I"xito de dla esta-
ban con vida. A('!I) eonlinno mandé á los batallones que rompie~en la mar-
cha, y difícil es pintar el entusia~mo, la al(~¡;r¡a y regorijo COll que fnl ohl:-
det:irfo; ((lito, repito, ti l hubiera portido empl"f!ndel' 1'11 ar¡nrllos llli l!1le n tos ..
menos el faltarme á mí mismo.»


Antes de Ilegal' ~fal'o!o 6 la residencia de don C:¡l'los purlo convrnr'rl'se
de r¡lIe tenia gran :1[lo\'o en lodo pI Rjército, ~' l¡"¡)i~lnlldf¡ primf'rl) \" ~rgri
(Ie~pllrs lograron que el drs3,'aciado qtW pedia un tr"!lO !1rm¡¡,.e rl ,i,!!llientr
documento:


( Animado const:mirmpnte de 10:-> pl'incipio~ dCl justicia y r(l(·tillld ~nf' bp
consignado en pi rjrl'ricio de torlos los act0s di' mi sobrr:lllía, ¡lO he p!ldinn
I!pjar de ser alt;¡mrnte ~()!"pr('ndi(lo. runndo con I1tlP\'n,. anl,wi'd('nli'~ \ Ip~'­
les infr,rmes he \'i~to y c'Jnorido qnE' el fenipnte f(·nrr;¡ l. jrff' (!ni E. ". G. n.
Rafael M3roto, ha obrado con la plenitud rlr sus 3lrirwinllp, v ¡.o:uiar!n rOl'
los sentimielJtos de [HIlOI' v fidelid;¡d (1\H' li('[1(' tan ncrcrlil~l(hs rn farOl" di'
mi just;] causa, e;;toy cierlampnte pflnrtndo de 1(\1e 8jnjt's!r(1~ mir:l~ fonda-
das en eqllivocado.; conrrplo.-, cllando no h;lY;lll rlill'idn r!fI il!l:l crilT1 i lj:>I O'~.
licia, si pudieron ofrer:er :.í mi rp~i(l con(;:1nza l:cch'ls ('\;¡r:('r¡1d()~ y tr;!du-
cidos con nociva intencion, no d¡;bo permitir corran po\' m3~ tiempo sin b
reparaeion dl·hida á su honO!' mancillado; v aprobando Ja~ pro\irleu('j:Js qU(~
ha adoptado dicho general. quiero continúe como ante~ ú la c;¡bpza dI:' mi
valipnte pjérrilo, esperando de su a~endrarla Ir;Jltíld y palrin¡i~n}(¡, que si
bien ha podillo re.;p:¡tirle una derlal'acion ()fpn~i\"a, (l,!a ddw [prminar sus
rfrelos con la segllrirbd dfl habrr recohrarlo 3qupl mi rral ;:;)'31'la. y 13 l"P'-
vinrlicacion de ~u J'Pplltacion injuriada: asimi~m() quiero sr re(,fijan ~' qU(~-'
men lodos los ejemplareil del manifiesto pllblic;)(lo: y que rn ~u Itlf!ar se im-
prima y circule ('sta mi PXP""'ll. soberana volun!ar!, rl:'l1lrlo~(l por ¡",rrl!ln f'n la
,c::eneral drl fl.lI"I'('ito, y lev(~n(io~e po!' tres ditls eon~rCl1!iVM al frente dp los
batallones, Tendreislo pnlen,litlo y lo comllni('orpis 6 qllipn e(irrfl~p('nda.
Dado en el real de Villafl'3nca á 2't de frbrero dfl 183!L-E6tá rubricado
de la real mano,-A D. Luis García Puente.)'


ro)


En la Vindicacion de Maroto, que hemos citado, ~e lee respecto ú e~to lo
siguipnte:


\1: El gobiel'l1o franeé~ se babia anti(~ipado á manifest:nrrJe la~ mej:Jrf's dis-




l'F.t m.TH10 BORHO~ nr: ~~P~Ñ~, 91'7
pOS[elf)n~S pill';¡ medial' ;¡mi~losamenre en la ¡ue/¡a (rrlf~ (an sangrienta se l¡a-
IlÍa IwdlO y euyo~ ef)ntendietlt(l~ ('ramos compatriotas, y en su cOIl~('e\leneia
de~plle", de lo,.; ;lCOlltcC;ll';enlos de Estelia, pensé explorar dicho antf'C'rder.te
y soiit:ital' la mediacioll del gabinete que tan bien di~pueslo veia, para lo
(',na I comi,ionl" ¡J UIl olkial de !a lllismC:l !1:JciolJ. que.;e hallaba al srrvieio
de don Cario,.; y era mi a)udante de campo, ~ada dará mejor idea de sus
interJCi()nr~, una HZ desengañado de lo que el partido de dun C,lIlos podia
esperar dl'! príncipe pOI' lJuiüu yertia ú tOl'relltes la SJllgre y se led"cia á la
lIIi~l'l'i8, y nada podrá ju~li[jcal' ml'jol' nuc.,lros aseI'los, corno la ('onksla-
I'ion y 'lienta qll,~ me dió el nwr'c'jolladl) dylldéll;l\~ de l'amp¡) del cometido
I¡ue le cOllfi:il'a: ínt;'SI'J y con lodos ~u~ plicist:1iís, la 1'l'!'I'Ot!uzco y rüe(1-
mienlo sn !,'í'lul'(! t'OIllO documenL, inlel'esalltí~imo, que jl1~tilJca Ú 1;, r~:z dl,j
m'lndo mi;; dr~\', !us \ p! pall'inti,;¡mo y ¡I'flles inlf'neione~ que ~ipmp:'(' D1n
hall impllkHIII; li;¡()llj,>;'l!\r!(lme con r¡ur, al prn':ilr' rn tall palp3h!('~ hr('hn~
romo I(J~ rpHl me ocupan, Sil mi' hill'á la debidn ju~ti('ia pOI' mis mismo>; CO\l-
to m))(!l'úrlt


"
'';, ¡;ual la rspero de la postpridad f]U'1 1\0 tanto ml~ sa!i,bc-!',


Ua.'l' , y j¡'¡z~\J(l;¡IOrre de,.;purs, teniendo muy pi'e,;.;entes !os hu'hns qllP íÍ con ..
liollacioll sucedicron,


( E\.COIO, Sr.-ColJformándome á las órdenes de V, E. del dia 22 de
Dill: o úl ti mo, sa li dicho dia de Aillurrio y l legué el 28 tí Pa ris, y de~de el
29 lu\'e el hOil<JJ' du ,;el' I'ccilJido por el mari8cal duque do fhdmaeia, mi-
nistro dn S('W)('io, exl/';illjeI'1I8 y (Jre"ideule del COllS('jO de millistros di' FI'8.n·
¡'ia, y Pit' el mat''Ili':s de DalmaGia, su hijo, que fuó embajaJu!' de Jlolanda
y ljuil'n ,1\'1)(\ lue¡;u SC'¡jUIl se cree sl:do á Ma(!l'id


"La.; andir
'
l:cia, .':llcesi\3~, 31 número (!t~ siete se verificaron lo~ dias 2!)


: :lO de ma:o, 2, 11, 1:1, 17 y 18 de junio emprzando á I<J., ~;('te de h
maii::llJa y ~('akl[J(I() t=f'neralmente Ú bs diez. La úl!i'lla se I'r;lOrÓ Ú bs ~ dr,
!1 t:Jl'd(~ has!;] !:1s ,'1, hira pl'eCi53 de mi marcha,


l)En !;l~ p!'ill1el';l~ :llldiri)cias el mariscal ha querido ('onn('lll' to¡]o~ los dr-
tallr'~ de 13~ ac(,ione~ de Ham;J!es con SlIS ('o!1s(l('urnci;¡s p'lsibles; los [1('011-
!"cjrnirIllo~ de E,tella, quienes. dijo, eran ¡¡dl'l1lás de su rnoli\'o político,
llecesitado, po;' la ~('¡:;urid;jd de la persona df\ V, E; las personas principa-
les del p:obil'i'110 y del ejér('ito, La ~itllacioll del p(!is de los dos lados, y en
fin las pl'opi,~i(;i()lIe~ de V. E" objeto de mi viaje.


J)'ío me dlljÓ COlllleel' aU!1 el mal'i~eal cuál ~eria Sl! resolucion ulterior,
!H'ro me dijo que llimaria las órdl'lles de S. ~1. Luis Felipe, y que me eon-
vo¡;al'ia ~ada \CZ que seria llece,.;ario para comuni¡;al'me los I'ewllados ele .


.. En firl el mariscal en llomJre del, rey :le los fr'311ceses, y ell su propio
!íomLre, me dijo I!n sus ú!liIll3~ au(lie!1('ias, lo que sigue:


-s. M, y yo recibimos con gu~to, reconocimiento, il'e\'o('2blpmente y
como de o(jdo form~l, {ouce/ture que su genel':JI nos h~('c vCl'balmentf\ pOI'
usted, pPI'O Sll ¡:;,'neral nos la ll:l de hacer pOI' escrito y encargar un pel'so-




978 HISTORIA DEL nEIN,\DO
naje e3pañol de su eleccion para pasar desde luego allralar!o definitivo;
nuestra I'e~olucion no puede cambia!' y el rey y yo deseamos, yeremos con
gusto, que V. acompañe dieho personaje para r¡lle no se renueven lá8 difi-
eullades quo hemos veueido juntos y acelerar la conciusion de~eoda.


»)Af1ioidos profundamente d(~l estado jnfeliz á que ha llt'bado E~pJña, dig-
na de mejor suerte, el rey y yo vemos con el mayor gusto la certitud de
remediarla en hreve, y no repararemos en ningun 83crilicio !Jara retirar este
infeliz (. interesante rais del aLismo en que está sumergido y pl'oeul'al'le to-
dos Jos merlios y recursos pal'a arr"glal'8e y elevarse con rapidez á la si-
tuacion que le corre~punde. E~ta resolucion es sérja y firme, pero su gene-
¡'c.tI comprender{¡ que no nos podemos becbar en enfalls pcnlus en proyectos
JYellluro~(js, y es preciso que srpamos anlrs:


))1. 0 Si don Carlos y la duquesa de Beira renunciélrinn al trono, obli-
gándonos en tal caw, [¡ poner á su di~po3icion toda resideneia que Fe ser-
,·irian escoger, en cual4uier parte qu\\ sea, fuera de España. y á tl'a\(':rles
con todo el decoro que les corrcspunJe; 2.° obligándonos de~dc luego á obli-
gar á d0iia Cri~tilla á ~alil' tambien sin retl'aso de ESlnña, y al cas(jmiento
del plÍncipe de A,lllrias COIl doña Isabel, como rey y reina, gnhel'namlo GU
nombre colecli \0. si Íuese nece~ario, para no irritar nillg!ill partido, pl'efe-
ririamos al segundo hijo de don Cados. por tener e~te mas talentos, pelo
la pue:J3 opinioll que tÍ\'lwn allá del príncipe de Asturias y el deseo de no
uJ1J.dir una ,lifi('ull;Ji! iÍ tantas utras DOS determina en su Ji!\ 01'.


»)IJan c()\'l'iuo voces que existian comunicaciones entre los generales ~Ia­
roto y Espartero: es preeiw que el segundo declare que la Francia querien-
do il'reyoeaolen1l'Ilte cOl!lpouer las cosas de España, como va (¡ como será
dicho, cuntribuirá con ella y con su general ti dicbo resultad') tan de~eado
por gobierllos, ejércitos y pueblos.


fJ El gobierllu ~ej'ja raisoll¡¡al¡le.
¡)Lo~ gl'adus adquiridos ue las dos ¡.>arte8 serian conser\'adü~, y he rlicbü


! a que se hal'ian to(103 103 sacrificios necesarios para ayudar la España.
))Queda bien entendido que las provincias Vascongadas y ~aval'l'a con-


servarian sus fuel'lJs que debe ser su mayor deseo y el mayal' deseo de su
genera 1.


¡;Si la renuncia de don Carlos y de su augusta esposa no H='niall de su
propio movimiento al ejemplo c!(:d emperador Carlus V, para ~a"ar su pais y
conservar la paz, la religiou y la corona ti su familia, la5 itJnllencia~ de su
general y otras personas considerables como los padres Cirilo y Gil elo., lo
}Jül'larian 6 ello por los medios mas convenientes haci¡"ndoles entender quP
una bat,¡Jló perdida ó una sublevacion harian las dificultades invencibles.


"El príncipe de Asturias llegado al trono una ley arreglal'ia la 8ucesioll
(:omo lo fué 3nleriorme!Jte para evitar toda nueva re\·olllcion.


"Eseritas las proposiciones de su general; el nombramiento y los pode-




DEL ULTI\IO BORIlO~ DR ESPAÑA. !l79
res del personaje que ha de escoger entre los E~p<'iioJf:'s; l:1 l'enun(·ia dé
doo Carlos y de la duquesa de Beira; asi como la deel3r3cion de E8parteJ'c
se pasaria sin el menor retraso al tratado y á su ejeclleioll.


))Si no se podía lograr dicha I'cnunciacioo, se babri~\de tomar el eon~en··
timiento del conde de F.spaña y de Cabrera.


)lEn todos CllSOS V. debe escribirnos conforme á las instrucciones que le
tengo dadas ~in retraso.


)' Deseo que las tres rec lamaciones de la nota adjunta sean ¡; veriguadas y
de,;pachadüs cuanto antes.


'>Salieu(io á las cuatro y media do la tarde de P8ris el 18, hubiera llega,
do el 2i) aquí, si no me hubíeran aneslaoo tres dias en H~lyona.
"Dio~ guarde la vidJ de V. E. muchos años. Al'rancudiaga 2R de junio
'f) !Ju(IIi(-palli{{al'.-Sigue una I'úbrica.-Es copia. r


En .¿l Eco del Comercio del 7 de julio de 1~3!l se lee con relacion á e~tG
asunto:


((Al amanecer del día de ayer ha sido allanada por la pelicía mandada
pOI' el jefl) político en persona, la casa del escritor don Luis Gonzalez Bra-
vo, l'el~aclo¡' del Guirigay, violando escandalo,;amenle I!! ley de imprenta.
El e,';':j'i¡ul' se ha sal.ado, segun \'0:::03, dl'~COI!:;;'llidIlSe pOI' \11\ b:J!cr,11 en ro-
pas menores con el saLle en la mano. Este paso del gobierno contril la im-
prenla, única garanlia que conRerva el pajE< en la actualidall, (lebe abrír lo~
ojos de lu., eleelores al ejercer ahora su derecho. Si los escritos del ~eñor
Braro son clllpahles, la ley marca lo~ trámitei' de su castigo: hoy se ha fal-
lado á la ley con UilO, maliana se faltará con otros.


;) Escritores yC[jale", arronta de su profesion, han eS!il,l;) pidiendo :)i'bitra~
riel!a!I!'" y violencia:-; contra [os que no pensaban c:o:-nll ello.-; y esto:, aplau-
IJirún tal \'ez la tra"gresiotl de la ley, porque torlada no ha llegado {J ellos
el golpo. Nosotro~, que en caS05 do e3ta esp'?cie hemos ulLado siempre la
voz pa\'a nuestros contrarios () para nue~tros amigos indi3tintamente, decla-
ramo" con la Constitucion en la mano que el ministerio ha qU8bralllado el
articn!o 2.', que dic:e así: «La calificacion de los delilos de imprenta cor-
responden exdLi~i\'amente á los jurados; f) y quo se ha hecho reo de gralr
respomwbilirlad ante las cortes.


,:,No entramo,; ni d(>!WLUOS en!I'ar ahora en In cllestion de si el articulo á
que sc atribuye esta tropelía es mas ó meno,., culpable, cU:lnt!ü la loy marea
los medíos de Plmeguirlo y e6tos med¡o~ no se han empleado. Las doctrinas
constantes del Eco y algunos escritos que ha publicado f¿C'i f1 nlemente sobre
puntos que trata el artículo en cueslioll, le ponen fuera de la complicidad
que algunos quieren atribuirle para asestarle mr~j()l' sus liros. Conocemo;"




91'10 Ul~TülllA DKL Iti::INAOi)
que el trono tiene un enemigo muy cercuno para crearle otros; pero \'(~mo . ..;
tambien quP el ministerio ha cometido un atontado para castigar lo que él
mismo ha calificado y no puede cali(ica:', si ba de lwber liberta(} de im-
prenta y seguridad de los escritores corno quiere la COIlstitucion, Estamos
seguros de que el medio lflgal Lubiera ~ido suficiente en este c(Jso si se hu-
biera acudido á él; fuera de la ley no hay IDas que arbitrariedad en los que
mandan; inseguridad y desconfianza en los que vbedeeell, desórden y ver-
dadera anarquia y disolucion social para tudos, Ignorarnos si esta tropelía
ha ~ido acordada en cOllSPjO de uunisl('os, ó resucita ~olo pOI' el señor Car-
ramolino, ministro de la Govenwcioll ) ofell(lido parlicul¡jI'lllenle por el es-
critoL' perseguido; pero de un modo ó de otro el (jelo es ilegal como fuera
de las fJcullados del gobierno; y sobrEmanera alarmante pur tocar á la in-
dependeLl~ia de la imprenta en la época actual de elecci()lle~.)


Ocup<111dose el dia 8 del mismo a~unto de~ia el miwlO peri,ídil"o lu (¡ue
~Iglle:


i( E! aten tado (ILle se in ten ló cometer antes de a rol' en la persona de UD
escrito!' público, tral(JIHlo de preuderle Sil; rnandallli~lllo de juez, y tjL; la
pL'I'\ia sumaria inf\)l'macioll, ni otro de lo~ requisitos que la ley tiellt' es\a-
blecidos pal',! concilial' 8.1 C(\.~ligJ dl~ lo~ dl,liln.' ('on la 8flDIlridali r!f~ ICI~ por-
~ona~, hall ílle}'(~citlo la reproDacíun de lodo~ los homl)re~ que se inlel'Psan
por el triunfo de las instituciolle~ vigenles, y no apetecen ó no miran COlI
indiferencia IU5 pe!igro~ de ve!' enlronizado el despotismu. Si la rau.'J \1(~ Ji,
J)J"J~io!l intentada fuera, eOliO en otros casos, de q\le l'JlJ>Jllll)~ ('jemplos las-
timosos, una merll maniobra ó vcnganza de parliuo alarmaria illllud<lblc-
menlc, r mueilO mas cuando está abierta la lucha elf'eloral para las pL'6xi-
ma~ cOd,.,,,: [¡LIS Cclil,laudo ya COll Ulla elicblcia 1Il()r;:! qlLe es pur u¡¡ artí-
culo impe"o, !jI\¡; l.iene PI)i" la ley ~eÜJlado el lllediu de cor(ei:íirs~, Ll alar-
ma es ilJ!i[:¡,~lillen~~ !ilCi)Ui', ¡)'les llJS revela la displiSi,·¡,'i\ lid Ll.]ilJisteriu
" al¡·ilpl'¡!ai' ia k'y fundamen["l, no ya flll C:l;iOS ün ¡Iue pl¡,ji(~I<l ¡lI'i.':'~¡¡lar al-
;una \ ¡,lllmbre ¡\i~ raZ'Jll. ,ino ;\Un sin hab~i' 1; ml'I,O\" l'i;I>',il,,:.


)) y del'imo . ;¡u(' no h~¡bia lal Ll~cl',i,hd, porque ,1!ill nI nlln 'lnierell :dt;>
garSt~, corno '.:e ha dicho, que el jlil':Hlo haya ('-;t.](jl) ale:) ind¡¡ le en Ja~
del:l1nl~iis quo úili,:ldUJenle se le pl'OSenl,lJ'on, es "llI'¡li)~tl!r p:H<l juzg,\!, de
sus fallo., pXl1min;¡1' lt1 hi~lo!'ia tle los juicio..; (!c impri!llliJ y ('!)Uiparar los
caso~ y cirel1n~talil·i~~. Es yerd,al í¡tW ~e han del'\al'ado a!H\lpllo:i :lilkulo~;
('5crito.s con ci':íla Yf'hemenciu, el! ~¡lle se (,i~nSlll'aba a¡;¡·i:illl('I!lI' 1:1 conducla
del mini~leri.): pe'!',):. sobre ser muy d¡fícil ~raduar si hay UIl yerdüdcL'u
abuso di' h 1(''1, cLl.lndo se denuncia u:; imo¡"t'Sü corno Sc,dli:ilJ,o, illcitado!"


" l


Ú la IhiolJ,:·.lit:ilcia Ó SllUV¡ i'SiIO, P()i'qul~ r¡:r(\ I(:í: ~() rCLl,¡ii"lll 1'11 un ('b~rilu
;, Lo LiS Cirt;ll[¡,;Ull;:¡a~ ijCc¡~3arid~ paca l~~la ,il:ilicaciull, du qUI· los ¡¡¡cju!e;;
¡;ub¡¡;:i~la~ en:.:!l ,¡ciJO ju!.garse !J0l' ¡os efCt:'.lU:L \)S meLle'iki" lell'.'i' prL't.,:ule
·:¡Ué: len il,ih~ l .. ~ ('J~iÚ.~ qUI) han o:~llrí'itlo úllin1<!Lllenle las eue3~¡íJlle:; IjJe .,e




DEL l'LTI\!O nORBON DE ESPAÑA. H81
ÍJ2!l puesto á la t!ecisio!l del jurado, venia n ú redlleil'se:) d(l,:laral' entre la
conduda política dellllinistcrio, y el lenguaje acre y vehemente cuanto se
Ijuiera de escritol't's á quienes no fallaha ra7.0n para ce!l~ul'arla. En seme-
jante alternativa el jurarlo no podia dudar lÍ qué parle inclinarse, aun
cuando no aprobara ei estilo que se hal)j~ empleado.


)) Bfl,pccto del arlÍr'lllo que se ha tomado PO!' pre\w\lo para la violencla de
quc ll'ú¡;lmn~, Sé) eslilln en muy di,;lillto caso; y si el jUt'cLlo H'ia que habia
ah!!-o, !lO dl'j;1ria ~(lgul'amente dé) c0!lcl!~nnrlo. Prilll'ipió (¡ publicarse un pe
r¡¡'ldie!) "ll el añl) auterior, y en !o" po:'o, números qw' ~eñaluron su exi~­
tenci;l, dU!tamils si hubo uno ,j(luil\ra d" Cll:illlo, se deIllWl'iaI'O!l, que
c!'üem'J, frElro:) t01103, (¡ue no hel'a conden;l<I,) pOI' el junllla, Se llevó en él
la cen,;u!'a tÍ un lugar iluou,to y elevado, qtle 103 liberales por un sen ti-
mif'ill!)~"tJ('I'al d,' d:.~bel', de gratilufl y J.,~ t'onvenir1Jlcia han mirado y mi-
ran rU01':1 Ile tOrla re~ponsabilj,lail y rle lc'.s til'()~ (le las pa,iones; y el jurado
de SI¡'; f;¡lIo~ obró conforme :1 e5ta opini,;il l' Ú <:sto conYt'[wimi\)[¡to, dester-
rando d,) Ll ¡m'[),;a [Od:l crítica, toda cu¡;;;¡¡nn (b e~a ChISI" Cjue sin condu-
tÍr á uin':l!l liu de uti!iJad real l)al'C1 el rnis [in,lien. t'!lV,dVel'IlO,; en menos


'J 1 •


'3mh,II':!!')' y ¡w!i;)I'O:';; pr)j'(pw pl'e'e¡nd¡!'é:'~') (Lo otr;)~ consideracione.s, á na-
di" pill~L1 oculLu',e f:\cilw'.:nte que, ,Hí como un escrito en que se censurase
al ¡Jl'2t911dit\!1le, aunq\lo ~aliBse del cumpü rebelde, se mirada como peI'ju-
dir';;;! {1 la C~!llsa flue alli se sostiene, del mismo ffi0do todo e3crÍto en que
pi'\'",'íj!(' (',,1] ,i/aUlla ¡J,·"yt'ntaja Ú la p{ll'~(lfl(l cfue e~tá tÍ I,l cabeza (lel puebin
liberal. ha de ~er nece:iariamcntc perjudicial P,H'1l llosotro~, por inocente
q\le pllll il;l'a ser (,1 objeto con que se escriba. Son, pues, iojus~os los recelos
'plfl ~I; c¡fI'!~ta!1 res pedo del j tlrar!o; y resa I la n mas por tonsigu ien te la vio-
¡euei;) :: el ;] U:!lta,!o (¡(je ,-e han c¡llPrid l) CPillete!' contnl 1,13 leyes de im-
prenta, y cout¡'a la ('o!!siitucion llli,;rna, que expre~amente la protege.


'o y tI:1} ha,;;ta torpeza eH e~!.c proc,~d¡m¡Gl![o; pOl'qtW si el objeto qlll.~ se
ha [ir;);H1,',t:1 td gohierno para un aeto tan violento y alarmante es como se
dir;! pnl' l(l~ I¡Ue lo hau aconsejado, asegul',lI' el respeto debido:] la persona
ufel\di.la, dt~biall hllír (le tUlla mdirb qLte diera el menor motivo ó pretexto
lit, CC"lSlJl'll, y 00 tl(¡Opta!' U:l Dll'(lil) ljlllJ por la ileiJaliJacl y violent'i:1 qua
ellVlId\'l~ ¡¡it'':;; O~tlSiOll al resentimiento y ;'¡ qun se condene en un lenguaje
3C]'0 y vil'ulpnto, La ley sobre este punlo está clara y vigentE-: un gobiet'I,~,
que ohrJ con la ley se hace temer y 1'l'r;pGt31': s21ienllo de ella justifica en
cj(!l'to Illdr!O aun lo mi~mo en que se le atad con inju~tit:ia. ¿A qU!; al'l'ojal',;;e
á Ilwdi(;,; \ i"L-nlos cuando en l<l iey tiene el c~lllJina para defendersE' sin alar-
mar Ú lo,~ pueblos, con lealtud, y [iO menos enériJía?


»)'Lli Vf'Z el iJobiel'lli) medí ¡anclo ffit'jor las consecuencias de semejantc~
ilro:l1ida'¡p3, y aun la poca eficacia para el objeto que se propone, se cle-
l8116'\ en el c:tmino de perdicion doo,le ha pueslo el pié; ma:i si no lo ha,,:·
y ~'.' ,:)lllp~'iia (lB encubrj¡· excesos mellOl"JS con sus mayores ilegali i hd'::6


1'11)/1) J,




98~ HISTORIA DEL nEINADO
violencias, no debe extrañar la reaccion que contra sí produzca én el pubJi-·
co,'ni la responsabilidad moral en que incurre desuc el momento, y la le-
gal que tendrá que sufrir á su tiempo por haberse privado del único funda-
mento sólido de :;u poder, que es la observancia de la ley, aun contra los
mas presuntos de criminalidad.


(F)


Lo illJS importaule del m::mifiesto de los que se llamaban exaltados, sr
encierra en los párnfos (¡\le transcribimos y expresan bien el sentido:


((El poder adqllirirlo con tale3 amaños no se ha ejercido despues de una
manera plausible; sea que se considere pOI' el aspecto de la e1uirlad Y de la
jllsticia; sea que se juzgue por el acierto en las medidas arlmini~trativas, sea
en fin por el respeto que se debia á la constitucion del Estado. Fuerza es
entrar en esta desagradable pintura que aflige á los que la suscriben, y ya
que ~e ban añadirlo cahimnias á calumnias, COIl el objeto de alterar á los
ojos de la nacion y de la Europa la fi~0!10llía y el alma (le una opinion á
que la comision se gloria de pertenecer, licito será á ella ailrir fin su de-
fensa el libro de los sucesos, y por mas que sea amargo su recuerdo, recor-
rerle rápidamente ante el publico elector que va á nombrar sus diputados y
senadores. La representacion lnciollal viciada en su propia curta, aprobán-
dose elecciones defectu 'sas, reaJizdndo.,e Yic!enlamclllo aJbllIi3.~, 1]C'b":mdo ei
volo á ma~ de una prorincia y desechando injllstame:Jle en otras el resultado
de los escrutinios generales.


» Los casos de reeleccion en lo" diputa1los y sena(lores, tan frecuentes en
los individuos de aquella mayoría, hechos ele torlo punto ilu,~orio3, princi-
palmente en el congreso de diplllat!o~.


» La independeucia del poder jlldicial atacada en su misma esencia e~pe­
rando ;1 (~on\"(~rlir en arma política la administracíon mimla de la jllsticia.


d .. a conslilucion fal~ead8, a~i por medio de leyes orh{¡nica~ que ~e pro-
p'Jnian, como por las interpret3ciüue5 violentas de ~us mas explícitos 3rtí-
culos.


» Las leyes sobre ma yOl'azgos y señorios restablecidas por el gobierno ú
.Jpl'obadas por las cortes conslilllyetlles en obsequio al órdell social y en be-
neficio de los pueblos, püc¿t8s 0n duda y combatidas en mas de una ocasion
~olemne, introduciendo de esle mOllo la cOllfusion en los tribunales y la an-
siellad y el conflicto en las familias.


»El dil.'zmu, llooldo por la ley, intentado restablecer bojo un mentido
celo por el culto, pero en realidad para [¡Horecer intereses priva!!os y t!('
clases, contra el inte!'¡',s genera! que le rüsisle, }' contra las victol'io,a~ r<l-
lone,~ de economía que lo combaten.


"L0S Ayu nt amien tos conslitucion",les amenazarlo3 en su princi pio popu-




DRL UL TIMO f¡OnUO~ DE &"PA ÑA. 983
lar, á pretexto de una centralizacíon mal entenrlida, y sin respeto alguno á
;~se venerable a;;ilo de la antigua libertad española, de donde no se atrevie-
ron á arrancarla I'eye~ mas absolutos.


),En agradecimientos personales, en medio de la postracíon general,
clientela~ nllmero~as de deudos y amigos, contratas celebradas :í escondidas
eontra lo re.mello por las leyes, contratas renoradas á pt'sar de lo dispuesto
por la, cortes constituyentes, y en perjuicio de los intereses nacionales, es-
peeialmente de nuestra marina y de Guestro comercio, inutilizando ('uanlo
con tanta preri.,ion se babia estipulado en el tratado de M('jico en favor de
nuestras provincias lilorales.


»)L::: constitu('ion, en fin, ha sido un nombre vano en una gran parle de
las pro\inrias donde la han sustituido lo.s estados de sitio, la deportacion,
¡os calabozos; donde las rUaciolles han sido estimuladas y premiadas, los
antiguos y modemos tIel absolutismo enlazados y protrgidos. El público
sabe bien que no son rX:Jgrrí!(líls estas qurjas; á falta de ellas los hechos
haLlarian. No eril pOi.ible. no, (¡iJe gooernllsen segun la constitueion, los que
en púb!ico Jlip<ínit:Hnente )a ai"alahan y en secreto la escarnerian. Ya hubo
alguno de ('!los que se arrojó á decir en el mismo congreso nacional y á
pres('n('ia dl'l públieo todo, qne era imposible grJbernal' el estado con !lila;
dicbo temerario sin dudll, pero mas imprudente aun que te:nel'al'io, en ('1
que se le rscapó ~u ~ecreto y pronunciaron contra ~í mismos su sentencia, y
comu ~i IJO !J;¡.;ta't' e,;t~ am3r~o desengaño de nuestra, (I~pf1ranzas pollticas~
~e r¡lli,o tambien infuudir un desaliento mortal en la confianza que nos ani-
maba eon\ra los enemi¡.;')? públicos del E~tado. El qne dnda de venceJ' está
}a UIL'diu rellcido, r prineipalmentr, en guerras civiles; ;euál, pU!lS, no debió
ser la exlraiíeza con que la ominosa palabra de lransaccion resonó en los
üidos dl3 la bizarría esp1iíola: ¡T"ansllccion: ¿y eon lluien? la lengua de
quíen lal pronunciaba enmudecería á esta pregunta, y el pudol' y la confu-
SiOil no le dl'jc;rian l'e~p(il1de!'. ¿Los que no transigieron con Napoleon, tran-
~igil'án jamás con don Carlos?


)) T~.t! ha sido la !l1(l yOlÍll de la, cortes que acaban de disoher:5e, y lal el
poder ejercido bajo su inf1:1jo y su si}mbra. :Xo así laS Ci,rtes constituyentes,
no i<1 minoría (¡\le nn las inmediatas ha seguido constantemente aquella btin-
llera y so<tenido los mismo~ principios. Comparad, electores, una condllctp.
I'on nI!';], y juzgad entr." 13s dos opinion¡'s, entre la que se da {¡ sí misma el
rlictarlo de ó¡-(len, paz y justicia y la ob~el'va ~egun se ha manifestado, y la
opuesta á ~\Iiell para hacerla odiosa se dan tan á boca llena les nombres de
ananlui~la Y desorganizadora.


¡,Pero b3stal':1 á su defensa ~olo por los intereses públicos, sus servicios y
su rlecision por la causa de la libertad, l' por los adelantamientos y mejoras
que el pueblo debe recibir de la constitucion. A las calumnias absurdas con
que sus adversarios les atacan, dirá que al tiempo de encargarse de dirigir




984 HISTORIA DEL REINADO
los negocios d!~l estado, hallaron la guerra civil iliJrriblemenle encen¡lida por
todas parteo, ú consecuencia de la apalia con que pOI' espaeio de tres 3ños
había sido dirigida, desC¡llici~(lo el gobierno por desiwierlo~ y exigencias inex-
cusables, sobresaltados los ánimos, debilitado el flF'rcilo, exhau~lo ellesoro,
el crédilo pOI' tierra. Y es los mismo . , hnmbres son los que en tales circulls-
tancias rnallPjaron 1(J,~ Eegocios púl']icos, con el ¡,espeto mas inviul;lble ~ la~
leyes, confirmaron al in~lanle en S. ~I. el tilulo de reina ¡;ubel'uadora, lo~
que o,'sanizaron el poder constitucional; y ocupándose sin ('e~ar en liurar nI
pueblo de las gabelas y abuws que schl'e él pesaban, !lO dl'jai'oll HIl momen-
to de atender á afirmar el justo poder del 61Jbíerno y el dar á la admiuisll'a-
cion civil el concierto y la expedicion I/ue mas en armullía pudiebl'll punel'
las derecho8 y Ilcr:esidades de 108 pueblos con las prcrogalivu.; de la ('orona.


»Largo ~el'ia, y ajeno tambien de este lugar, CIll1\11t'l'i.ll' 1111;1 púr Uila las
disposiciones de aquellas codes, que ¡¡ules y despues de promul¡.;ada la cúas-
I¡tucion, llevaban cOIl~igo rsle canícler y esla tendencia; y el pÚ!Jlic'o COUl-
parando el número y o!Jjeto dtl sús ~esiones con el de la,; l'orles ¡¡di; ks su-
cedieron, sabrá apreciar los tl'abiljos de unas y olr(ls, y cuáles han ~idlJ h~
que en realidad se hall illlere~ado ell el bien y ,HlelantamiPlIlo se¡;el',.d de la
nacion, y cuáles las que hall preferido los iutercse8 de elN:3, Ile privile¡;í()
y de poderlo exclusivo.


)\Sí el resultado de e3te paralelo no pueJe SCi'llOS tlesvenl<ljoi;o, lampuL:u
lo será el de 10.l ~uccsos m¡litare,., ,le lllH y olra l'jJ(l('¡j que con [dli!d JlllprU-
dencia se atreven á pl'o\ocar nuestros adrersurios_ DtilJ el Ilomure que q¡lie-
ran á esas expediciones facciosas que entraron en el territurio leal; apdl¡úen
desastre, puesto que asi les conviene, la contilluada y versollzosa fuga del
Pretendiente, llelanle de esas mismas armas que ahora le enci¡~J'I'an y llacen
estremecer en sus gual'idiB, afectell desconocer la ventaja que alrlijo n jos
ojos del mundo ese desengaño di) sus locas esperanzas, y la cO!1viccioil de
repugnancia y lidio con que en nuesl]'a~ provincias se le mira. lo cual equi-
vale á un triunfo, y cOmpal'í'll eon estos resultados el desaire que d,'¡(Jote de
MOI'ella padecimos, la [¡errota y sangl'e de ~laella, la devaslatioll dl~ las pro-
vincias de Cataluña, del bajo Aragon y de Valencia, la insolencia y los triun-,
fos de un vándalo oprobio de la especie humana.


)i Vale mas que admiremos todos el valor de nuestros suldadu,-; aun en
esas ocasiunes en qlle les fallr> dil'eccion, les fa\'oreció píJCO la fortuna; vale
mas que seguros de su con .. tancia y de Sll leaUad ill\ellcilJle hagamo~ á
una torlos que triunfe la gl'1nJe, la bellJ causa (¡'le (Iefendemos.


¡¡Ella Il'iuuLJI'á sin duda ~i los de~lillus de la naciull ~e I'ouljan :í los qu!.:
~engan Ulia firme \'olnntad ¡le lle\\arlos adelallle y no ceder en la empreS3
comenzada. Tened. pues, pre$ente 105 que rais ('on LUutivo de las próximas
['leeciones ;'¡ constituiros en un gran jurado nacional que la buerra puede ,;el'




DEL ULTDIO BOflBON DE ESPAÑA. 985
lIerada á UD término glorioso por los esfuerzos heroicos y constan/es de los
dflfensores al'ma\105 del trono constitucional; que cucsliGnes de grave tras-
cendencia para lo,,; pUt'blos pueden ventilarse en aquel d.eseado desenlace;
que es ab,,;olulamfmll~ p:'c('ii'o que los derechos del pais, y el decoro de b
patria, ~al¡.;an entonces ilesos. ;\'U olvilleis tampoco que la conslilur:lon poli-
lica que defl'udenllJs, necesita de leyes orgánicas en que se desen vuel van sus
principio~, y llue su aplicacion sea [an directa como útil. Estas leyes no exi~­
ten ludada, y c,; fuerza mitar el que se lrate de falsear el cóJi¡)o fUllda-
mental, y reducirle ú la nada con inlcrprelacioaes ,iolenlas y aLusivas. Ei
peli¡Jl'o es eminente y vital, y e8 bien IlU correrlo dos veces.))


(G)


«EII" (le julio, dice ~Ia\'oto en la ya citada rindicacioil, y en virtud de
los aviws rdoridos del comerciante de Bilbao, llegó [,))'(1 JO/UI Iluy 6 dicha
plaza y 50 C'lltl'r¡'¡ al dia ~iglliL'nte de una carla que remití al comj~iullado el)
la cll~iI me d(lmostraba la lll'cesidar! de una elltroíista, poro que ~ielldo im-
posible ú los carli"la~ ir Ú parle alglH:a con tal objeto, se hacia noce~ario que
cllrml so per'iOllllse conmiso, qlH,dando yo en acorlar la distdneia y seña-
lar el punto en l¡tiC' deIJÍl~semo,; vernos, Lord Jo/,n ¡¡ay no tuvo inc(Jnve-
niente en pasar al país dominado por las armas de don Carlos, y con molivo
de las rírrlcnr~ r/Ile E~p;¡rlrl'O acababa dt~ dar para que se de~lnJypsen todas
las e(¡~echas en el territorio de que éi'amos dueIlo~, tuye con el Comodoro
inglés las comunicaciones que con los números 215, 26 Y 27 se copian en el
ap"lldi\'il. \'PI'¡ljeada la entreí'i~ta en ~Iiravall(ls el 27 del propio mes, el pri-
mer pll~lto que en ella se [ratri, ruó el que lweia rol<1cion á la deslrllccion re-
ciente que dl~ las propi(,l!3rles carlistas habi;:¡n hecho lo~ soldados de Espar-
tero, afiarlient!o que si Lord Jo/w Hay no podia inducir á dicho general á
cambiar dEl cooducta, se h;l('i" ab~ollltamente imposible ú los ca!'li~ta" eeguir
otra que 13 que condllje~El tÍ Ulla guerru de horrores y exterminio, ú lo cual
manife~t¡'¡ el Lord ~1I sentimiento y lo~ deseos tIe qUA terminase tan encarni-
zada li,l por medio (le un tratado eonei:íador.
«L:;lIa¡e~, eontesttí, son mis deseos, pero nuestros adversarios no se mani-
J)fi(~~lall di~pll()~tos Ú hacer eonce~iones, y nosotro~ no debemos peusar en so-
»)meternr\~, ínterin tengamos sufll'ifJllte5 fuerzas para continuar la IUilha.


))Tambien con\ipill~ en que veía ll'jano el triunfo de la eaU8a, pero es im-
»posiule, aiiadí, pronoslie:1r cómo acabará, y creo que pudr:; continuar la
"titlelTa pnr alhunos aIlos. En vez de temer que Espartero penetre en las pro-
))\"incia~, dese() que lo vcriUque, pues sin oponerme ni disparar un tiro, J(1
))dejaré sin obstál'.ulo Ilegal' hasta el centro, y hostiliz:"tnuole entonces constan-
,demente y ~ill repo~o, en un pai~ montuoso, donde le son inútiles y emuara-
J)ZOi:as SlIg principales fuerzas de artillería y caballería, le batiré en detall,




986 HISTORIA DEL REINADO
))diezmando diariamente sus soldado-, hasta anifluilar su rj{'rcito. La delTot~
,)de una de mis divisiones en nada podrá influir para dejar de llevar ade-
,) lante este plan; pues mis soldados se retirar'án á descansar ú sus ca~as y á
))Ios 8 6 10 Ji3S volverán á reorganiza!'se, qnedanrlo reducirla mi pL1nlirla á
»)108 muertos y herirlos en la batalla; pero E~parte!'o no pollr:'. (!er·ir otro
danto, pues si una de sus columnas es derrotada, no puede ,alvar ningun
"combatiente, porque estos ignoran los caminos, se hallan en medio de un
'pais que les es enteramente enemigo, y todos los habitantes irritallos se
»)unirán á \0;; soldados para perseguirlos: deseo sin embar~o li'!'minar la guel'ra
,)amistosamrnte, pues de no ser a5í, eOl,lio11a,.ia derramándose sangre por
)muchos añl~ sin ventaja decisiva para algllno de los padirios,))


»Otr'os varios puntos dilucidé e:1 esta Besion, en la cual manifrst¡" tambiel!
I[ue lo~ deseos tiA las provincias y los de los ipfe~ que en ella~ trnjelll algun
valimiento, eran lo .• mismos que habi:J mostrado; rs tire ir, lo~ de Ulla paz
honrosa, sin fa eua 1, primero pereceria n todos; hablA (le va rias comun :cacio-
nes qllr con este objeto habian tenido lugar entre mis on('ial('~ y lo~ (11' Es-
partpro, y terminé supErando al Comodoro inglés que inrllljf>sc Ú ~\l gohil'rno
á ohrar ,le acuerdo con la FI'anci:J, como garante mrdiarlol'a. Lord J'Jhn TIay
contestó á estas manifest~ril)nes ponirrclo en mis m;¡nos rl ~i¡:;uirnte r<;el'ilo
flue. ('omo en él SA vr, contiene las irlr3s del gobierno brilúllico en rl asunto
que SA tr'at(lh:1~ (lice a~í:


-(e El gohierno ingf¡',s de~ea al'dientrmrntr ([lit? la ¡.illrrf':¡ ('¡\-il de Esp;¡iia
~e crmeluya pronta y ddInitivamente por mAdio de un arregle amislóso entrP,
los jeff'i! de la insul'rec..:ion en las provincias Vascongarbs y el gohierno es-
pañol, por ser preferiblo á que se termine pOI' el solo empleo de la fuerza
físiea.


)lAun ~lIando el gobierno ingles no quisieru salir liarlo\' por ninguna rle
las dos partes, con l'e~pecto al cllmplimiento de las ('ondiciones admitidas
pOI' la otr3, pO!'(lne (,1 haeel'lo a~¡ goria ahrog~r,;e una intpl'\'eneion rn los
asuntos interiores de otro pai¡;, lo cllal rs dispu!üblA romo principio ~ impo·
sible en 8U ejecucion; sin embargo, el gobierno ingl6s deilearia mprlial' con
objeto de obtener' condiciones capaces de coneiliar los intrre~es y opinjrmes
de ambas partes, ba;o la base r¡lle ásrgurar3 una paz IIOnl'08a y permanente.


))POI' Irmlo el gohierno ingl6s quisiera tom~r parte como merli::HJol', mas
no como fiador en las negociaciones que se entablen para cr;n~eguir tan de-
seado fin.


)')Si en el curso tle las negociaciones se stl~citase alguna ('uestion Robre si
alguna de las condiciones estipuladas era ó no fiel y puntualmente cumplida,
el gobiel'no ingli's n') nl'garia sus buenos ofieios cerca del gobierno ('~paño!
en favor de lo~ vaiicongados, y empltaria todo su influjo para sostener la
buena fe pOI' ambas partes.


>lToda negociacion entre 108 ej(\rcitos beligerantes en que intervenga la




DEI. ULTIMO BORBON DE &8PA~A. 981
Inglaterra, debe ir precedida de una declaracion por pal't(de los jefes de la
Ínsurreccion, que exprese que se ba concluido la guerra de sucesion. En este
caso estará la Gran Bretaña en posicion de proponer una sllspension de hos-
tilidades fm 138 provineias Vascongadas y l\aval'l'a y de interponer su ruedia-
CiOD para procurar el reconocimiento de los fueros (como base necesaria de
un arreglo final) sujetos {¡ laS modificaciones en que se convenga.


-i)Así que fuÍ enterado de las precedentes cláusulas, dije que solo ob-
servaba en ellas bases senerales; y babiéndome dicho Lord Joun Ha y, que
indicase las condiciones que dese;Jba proponer, lo hice así en otro escrito
que fué lrasl;Jdado al gobierno ingll>s á los pocos dias despues de terminada
la entrevista (1), dando por resultado la siguiente contestacion.


-«Durollgo 23 de agosto de 183!J. -Seilor don Ralael ¡}jarolo.-~Iuy
seJior mio.-JJabiendo recibido instrucciones del lord Palmerston re~peclo
del asunto sobre el cual usted apeló á la mediacion del gobierno británico por
medio del lord .Tohll lIay, tengo el honor de transmitir á usted una tralluc-
¡;jon literal de dicu:1s instn;cciones, y ruego á usted me diga si en su con-
secuencia desea a\istar.;;e Ó comunicarse cunmigo para tratar de este asunto:
tengo el hOllor de ser su humilde S. S. Q. S. JI. B.-Guillermo Wylde,
coronel cOllli~ionado de S. M. B.


-)) Traduccion.-Ministerio de Negocios cxtranjeros.-Lolldres 10 de
agosto de 1 S 3 \) .-Señor coronel don Guillermo Wylde, comiúonado de
S. JI. !l. en el cuartel general del ejército del i'\orte.-~luy señor mio.-
Ue reciLiJo el oficio de usted, núm. 50, del 29 de julio, que manilie~ta el
resultado de las entrevistas del lord .Tohn Hay con el general Marolo y el du-
qlle de !;¡ Victoria, con la mira de entablar llDa suspension de hostilidades
entre la,; do.;; partrs, y debu participarle que el gobierno de S. M. aprueba
que usted haya enviado al Leniente Lyon á informar acerca de los asuntos <i
que dicho su u(j~io se refiere.


»Debo manife~t;Jr J usted qlle haga presente al duque de la Victoria, que
~ería de la ma) 01' satisfaccion para el g9bierno de S. M. el cooperar del modo
que le sea posib:e á (in de efectuar un arreglo tal enLro los jefes carlistas yel
gobicl110 de España, que restableciese la paz de las provincias Yascongadas
sobre basd sali.'faetori(l~ r duraderas: y el gobierno de S. jI. ha autorizado
plenamente La;l!o á usted como al lord JollfJ Hay j' á la embajada de S. M.
en Madrid. para que ofrezcan sus buenos oficios de cualqllier modo que es-
tos jJucdan conducir á un fin tan deseado. El gobierno de S. M., sin embat,·
bO, comiene en lln todo con el duque de la Vicloria que las proposiciones
hechas por el general Mm'oto no pueden aceptarse: ni el duque de la Victo-
ria eJIDO súbdito fiel lit) la reina de España, ni el bobierno inglés, como go-
bierno de una potencia aliada de España. podrian por un moment(\ dai' oido:;;


.. 1) l'ro¡lOni;¡ [,) propiJ qlHl jia. ¡¡¡¡bia ma.nifestado á la corte 110 Fran¡;ia




988 IIlSTORIA DEL REINAM
á una pl'op03icion funr13d" en la base que la regencia de Esp;¡ña, dllrante la
menor edad de la reina, se arrebate (por una e81ipulacioD hecb3 entre súb-
ditos que los gobiernos aliados no pueden considerlll' .,il1o enmo in~urgentes),
de aquellas manos en las que las autoridades constituciona!e~ de E~paña la
han puesto.


CoÍt,cide enteramente el gobierno de S. M. B. con la opinion del duque
de la Vidori,,; de que un casamiento entre la reina de E,-paña y un bija dE'
flon Carlos seria por muchas y Ylll'ias l';]zones un alwglo el lIla, incrlllvr-
!lientc; aneglo al cual la n8cio!l e.opañola jam:lR deÍJe rOIl~entjl': y (lS de opi-
nion el gobierno !le S. M. que en el actual e,tado reiatiro de lo~ dos parti-
dos en el norte de Esp3ña, no seria ventajo~o ú la call,a de la reina que S8
efecluase un armisticio entre las tl'opa~ del duque d3 la Victoria y las (Iel ge-
nt>ral ~broto, 3 no ser que hubiera mayor certeza de la (111(' ap;lIW(', de que
dicllO armi"ticio condujese á un arreglo final y satisractorio. Porqllf:', á no Sfl"
que el genera! Marola diera al duque de la Victoria alguna prenda de sin-
ceridad sllstancial l' irrevocable, ya fuese son1eti~lldose á la reina ó evacuan-
do alsun distrito importante, relil'íÍndose á algnna parte del pai~ fIlie Se se-
ñala-e al eferto, Ó disolviendo su Pjl''l'CilO, Pll\'iando su, soldados ;í RUS casas,
Ó de ~lgUll otro modo. rs e\'ide:lle que el armistieio seria l'ntl'i'amPtl[(~ en pro-


\. '. .
vedlO de lo.:; rarli~tas mientras durasl:J, y al cua! ¡)I'('oablen:t'nte pondrian ello.s
t81'lnino !:¡n pronto como no lo balla,QI1 útil á 'lIS fine-.


,El ;IouiE'rno de "', .\L conviene enleramrlllt' en Jo." término:, r31ona(¡lp~
y justos que (SE'gllI1 oficio de Madrid a! genera! Altl"a y comunicado por p-te
á mi) hemos sabido que el gobierno español está pronto á conceder á los jf'-
fes carli~ta~l y el gobiel'llo de S. M. haco eb--ervar que con ,dgullas muditi-
carione-, son los mi~mos que ~llanifesl6 el duque de la Victoria.


d,os términos. ~in embargo, que el gobierno de S. M. creeria razon<l-
hle~, y qlJl~ t\1l i'ustfJllcia son los mismos que o[reco el go!Ji(ll'!1o e,paño!) son
como sigt:e:


1. o El cesar to(la hostil idad con tra la reina pOI' parle (le dOIl Carlos. v
por tanto, el retirarse esto del telTitOi'io e,:pé!ñol bajo la cnndician de que n'·
cibirú d(' la !la,'ion española los alimento" proporcionados á su nacimiento y
rango como príncipe de la casa real de Esp~l1a.


2. 0 La cuntinuacior! de empleos y sueldos á los generales y oliciaies de
las tropas carlistas y olvido entero de lo pasado con ¡,c¡¡pecto ú todo delito
politico.


3,· Que las provincias Vascongadas reCOllozean la "obenlnía de la reina
Isabel, la regencia de la reina madre y la Constitucion del 1&:17, nJiJnte-
niéndosl' por lo tallto como parte íntegra del territorio e'pañol.


4. o Qu~ los privilegios é instituciones ¡()cales de las provincias Va3con-
gada~ se C()!ls¡~i'VeB en tanto cuanto estos privilegios é in~lítul'i¡'IJt;~ sean com-
patibles con el sistema representativo de gobierno gue ha ~ido adolJtado pUl




DEL ULTIMO BORIlO:"l DE ESPA~A. 989
la España toda, y en cuanto sean consistentes con la unidad de la monarquía
española.


»Se halla u,-ted autorizado para comunicar estQS término~ á cualquiera ó
á amhos generaies, CDmo el arreglo que el gobiemo británico se esforzaria
con mas gusto por conseguir entre las partes contendientes. Pero manifestará
usted tÍ ambas, que en la opinion del gobiemo de S. M. no seria consistente
con el honor y riignidad de la nacian c3pañola, ni estaría en los límites de
los ju~tos derechos de la Grflll Bretaña, que el gobiemo de S. M. salie~e ga-
rante de un arre¡;io entre ia reina de E~paña y una porcion de sus súbditos.
Al mismo tiempo los jefes carlista~ pueden contar con eonfianza con los es-
fuerzos y bueno;; oGcios del gobierllo inglés en su favor, en el taso de que
en lu futuro intentara el gobierno de ~radrid srpararsA de los arreglos nego-
ciados con el 3pOyO de la mediacion dI) la Gran lll'etaña.-Soy, señol' coro-
nel, su mas ooeclieí1le y humilde servidor.-Firmado.-Palmersloll.-Es
lraduccion del origina\.- TVylde.-(Es copia.))


(TI)


Carfa de Cahrera á dON Cados.


« Sf'ñor: Aunque desde el momento que tuve noticia de laR ocurrencias de
esas provinrias acaecirlas en febrero, fOrlit' la idea mas exacta de las tramas
de la revolucion, que ya no podian s05tener los infame~ enemigos con la
fuerza de las armas, y de que así pOI' los antecedentes que lenia, como por
las cOlTé,,'po!ldellCia~ intrrceptadas, estaba basl8nte cerciorado: los detalles
circunstaIlciados que me han dado el brigadier Balma5eda y Alvarez Arias
acabaron de convencerme: mi amigo Aria., Tejeiro, á quien con tanto gusto
acabo de \'er, me ha puesto al cabo de cuanto com"eriia saber, y mi corazon
angu,:tiado, 31 ver el trato tan indecoroso que :'l' ha dado fÍ UD soberano ~ue
por todos concrplos es tan digno de re_prto y amor, ha tenido el mayor pla-
cer en saber por ét mismo la soberana yo!untad de V. M. que es la que úni-
camente he dA cumplir.


\\v. ~L conoce los ~entimientos de mi corazon, y ~ue constante en lo!!
prinripios de la mas pura lealtad, jamás me he sep~rarlo ni me separaré de
la senda (!l18 he seguido; y si no han sido suficientes pruebas p,lI'a demos-
trar e5ta ventad tas persecuriones que he .~ufrido y la sangre que he derra-
mado, sé;¡le eyidcnte mi ratifieaeion en las promesas que he tenido d honor
de hacer tí Y. ~t.. Y asegurar reileradampute no liene V. M. un vasallo mas
tiel, ni (¡ue pueda r'{cederme en saber per el mismo la soberana voluntad
de Y. ~!. II1Ie es la ~u(] Ílnic;!mente he de cumplir.


llSelíol': Para sati,faecion de Y. M., le aseguro que este rjército que tcn-
~o el honor de mandar, está en el nwyol' óidell, subordinacion y disciplina


1. )'. _,1




9ao HISTORIA DI!. RE1:"i,\DQ
militJ!', al mi~mo tiempo que su fj'!elidad y e:ltli~iasmo son imponderables
Son n'p,~ticlds las victorias que ha coo8eguidu del enemioo, que lleno de ter-
ror confiesa que su ill[,ur..c cau~a está destruida pUl' el t·jt·rl'ilO real de Ara-
gon, Parece que Dio~ con su poderoso brazo p:ütlo': lisil¡!euh:llle, y dj~pensa
sinoulares fayul'es á los f.i~le~ que sinen á V. M. 34Uí y en Calaluña con
tanto celo y fjJelidau para con~uelo de V. JI., en ("ompul~llcjon de lJs dea-
agrliuableb ucurrell('ia,~ de e~as proviucia~, que hau deLíJ(¡ afLóir sobrema-
nera el palnnal corilZOll de V. M.


1'T"'1I6') al mism0 tiempo el gusto de decir <Í V. JI. que e~k ejército no
está contaminado, tintes ~e ha pur¡(i('allo con la iiqJalUl,j(;tl de ¡a~ filds lea ,.
les, y aun de estas pru\ iIíCiu~, de albllilo,:; en IjUiCll no cUllociJ la Lüena fe
y pUt'\~Z~l de itlletlcion que ha)' en nosotros, que e~l<tmus todu6 decididos á
mUlil' antes que lran~ibir en lo minimo con !lU~slros l'1ll'tlli;.:,us, para que
V. ~I. ge siente en su truno con d deLido e~plelldor, mande ab.olulaml.;llle
sin trabas ni otrüs coo~iJeraciolle~ que las que :ieJU de su real aDrado, Y
haca l'en3CI~1' en e,;la aHloida pa:ria i3 \'l'l'dadera paz y felicitLld (jel(' desea-
mu5. Xo hace mucho:; dias ~c pre~eni6 Bt lle'li:)ucru Y,,;';¡Jlldo p:Ji' e~l(!~ liele.-:
pllebL", jadálJl!use que )3 Il1dtllhllJa su partido, y (~"p;li'l'if'ildlJ VUCeS wLer,
siras y alarmallles: lo he mandadu arl'l'sliJt" J' 8(;1':1 c,;slibil,!11 cun arre¡)lo á
orden;,nza, á no ser que Y. ~l. se diSlle p;'C,eliir ülr~ cusa. lIe plod¡r,lílo
ocultar al!:)ulJos de los SUC(~SoS de esas pl'o\incias, ulJ)'auJo con la ma) 01'
p!'U<le\lI~j¡l p!1silde para c\ itéil' escjsi()ll:~'S y dj.~l:l\rdil!:;} ;rdill)i;]Ldu pUl únitO
si,kOld la dl:~trucciun del ellemióo; y si ~u CO!J1U¡l!::a al¡;!lljJ i'f"d úrden que
e,'lé en conll'adiccion con los prjncipio~ de ticlelitlad qlW \!I"ubo, Ó cuyu
cumplimiento pueda causal' el m'lS minimo perjuicio {¡ lo; de¡ccho3 aLsolu-
tos el .. Y. jL, d(jaré de ('jeclllarL: hast;] qUl' Pi):' cundul'lo j'c.l'nalJ¡; de mi
cUllu,lnza, (í dp OlrL\ mod'l indll!hb1\" 8!'pala !jki~ \o]unlad (lE v. M.: y, :'\1.
sabe que ('"to dista mucho de SOl' fella de respeto y ~lI[:;i~jun Ú Y. ~1.: lod'j
lo contrario: quieru morir ante" quP falt3r ni Pi':'wilil' qu,~ (¡ll'U falte.
\[~~l(;y d(~ aClErdo con el cuude di; E~p;JÍh, y estrecharé mi~ ami~t(¡~as


relat:Íullf'S, aj udi1nd,)!e, caso llecp~ario, en !t;¡¡ 0i;craciones mililaj'e~, p,:i'a
fi:!cililarie !e;.; m;J)'ores "enlajas pí)sible~ en el p:il1':iP¡lllu.


!)Sin rlp~a~t:Ii!f'I' esto, oj¡jet(l~ y ot["«;, intere~allle..; !jt;C me llaman exlraor
dinariamenle la atencio:1, puelle "el' extienua 1::16 op"raciunes á oUas provin-
cias en coulaclo con estas, y eü su ca~o nece,.;il;m' r¡omll:ar algullo Ó algunos
cOillalllltntes g"n~l'ale~ priJyi"iunalmenle, y ha~la que r. ~1. Sl~ di!:)w; resol-
ver lo que sea de su I'e,d belleplácito, pareciélldume Hu pedir á V. M. l<l
debida autoriz,!ciiJll de un modu públICO pJra evitar cump: omis()~ y que Se
frustren llli6 plalw8 y esfuerzos, {l llu ser que V. ~1. se sirvlJ lli'!~,e¡lir otro.
cosa, que si('mpl'e obedecer0 ciegamente.


"Seoor: :10 4u¡(~I'o moblar m~s la soberana "lencivll de V. M., pl~j'(I fiC
puedo dejar de repetirle que Calm::ra e3 ~u mas tiel vas\Jllo, y que liuH




DRL ULTIMO B;nBON DE ESPAÑA. !l91
V. ~I. bayonetas Rn e.~t(l rjél'cito suficientes y dispuestas sirmpre á so~!eDer
la libre resolucion de V. ~f., pOl'lo cual no lema V. M. á enpmigos de nin-
guna clase, porque auxili;¡¡Jo de Dios, que tanto me ha pl'otrgi(lo y favore-
De, y en cuya inmpnsa Pl'ovidpncia confio cieg3mente por la interce~ion de
nuestra ,:ohpran3 !11'jna, y la~ . .;úplic;}s ele mi inocente madre sacrificaeb por
los jmpío~, e'pero llevar á V. ~I. mny pronto á ~Iadl'id, en donde tr;}nquilo
y libt'P de bs aogu-tias que hoy afligen á su real y piadoso c(¡razon, pUI'da
obrar ~OD entera libertad y como soberano. En el ínterin ruego y rogamos á
Dios eon::;rl'rr 1(1 intl'rr-.lnte vida de V. ~r. muC'hos íli'íO~, y lIpne de pl'O~pe·
ridillles á 'u I'P[lI Ll!nilia.-CJntil\·íRja 20 de jUlJio de 1839.--Señor:
A L. H. P. (le V. ~I. -R;lmon C;}brera.


»B. S.-Exl'mo. Sr. don Juan ~fal'có del Pont, Secretario dR Estado y del
D('~rXlc11O di' J/acirnda.--AI Rey N. Sr.»


Carta de cirios Tejeiro á don Carlos.


~Sel-lill': S(lgun tur!] pI honor de escribir á V. ,1. drsdR Casel'l'as, d!',pues
de detrne!'me e!l CaL¡]ui'ía el tiempo prc('i~o, que el conde de España de.-ea-
h;} pl'olon3;}1', y que yo tambicD he prolongado gustoso llnCl~ días, para que
el cOl'onel Ilon 'Ianuel Ihañez, uno de los mrjores senidol'cs que Y. ~I.
cuenta 1'11 el ¡'jrn'ito pllrlil'~e whl'e la victoria dp la5 Pilas ~acer la sorpresa
de la par,llk. di' .';;lJl' ,iil ) :'1 1;1 Illle tu re la satisfaccion d(' concurrir hajo numo
bre supue,;to con el fll;lil, la c;¡n;}na y la mant:'l c;ll;}lana al hombro, entre
108 volnntn'ios 11el batallon número 16, be Ilrg;}r!o felizmente á estos reinos,
y ei (; ,le! :J1'lu;¡! nw /J(' reunido en 'larljn con el conde de ~I()I'ella. Inexplica-
ble )¡a .'ldo mi júbilo al H)l' por mí mi.'lmo los rxcelentes scntirnicnl0s de es-
te instl'l!meml.o "isíhIR di' la Pro\·j¡Jenria, su lealtad acendrada y los auxilios
sobl'enalu!'al'ls cnn f¡!Ie Dios recompensa su recta intenC'ion y su C'elo sin
igual. De-de h~ pl'impl'as noliwlS de 108 aciag{)~ acontecimientos del mes
dr. fdm'ro, los mi!'r) bajo su vel'eladero punto de \·isla, conoció su tenden-
cia y SIIS cansas, que oj:llá no hubiesen sielo puestas tan en e!aro por el
tiempo qur ya ha lrJn.¡;cul'I'ido; y con prevjsion y prudencia prohibi¡) lwbJar
sobre nllos, ni Oi'llpal'Se de otra C'uestion política que 'fl!leer el los enemigos
rle V. ~I. f;ll el c:Jmpo <llj bal,dla, mientras él tom:¡ba locl;}s las medidas
oportunas pUl'a eritar ~inie~tras influencias en el ejército, y para redoblar
su entlI~ia~mo) rlH.'idi "IlIJ,¡le á perecrr antes que sucumbir á las trabas ma-
nifiestas ¡) so!:Jp,liL1S de la l'eYolucion, á torl" lo que no sea el triunfo com-
pleto <le V. M. como rey absoluto, sin compromi50 ni condiciones que pue-
dan de modo algllno ('oartar el libre ejercicio de su Yl,Juntad augusta. La
venirla del brigadier B;¡lmaseda, t;}n digno (le am.ilial' á este héroe, } de
Alvar;:z Aria~, qllP .~ialle al lado de aquel, y se bate entre lo,.; pl'imm'os,
COl:(irmósu juicio y pl'\ldujo el efecto deseado. IIoy que ha sabido á fondo




HISTORIA DEL Rnl'<ADO


los hechos y lo que V. M. quiere, obrará ~in recelo, segun ,;us principios y
la fidelidad aconsejen, aunque con todo el lino y direccion que el mayol'
senicio de V. M. exise.


',El cielo lo protege visiblemente, y le concede vil'lorias mi¡ilg['o~as en
premio de su celo. NaJie ama y re~peta á V. ~I. milS que Cabrera. V. M.
puede contar con (q y ('on su ejército para cuanto guste. Esto.;olo bastaria
para dar la ley á la revolucion en toda España. La rcyolueion Ju sabe muy
bien; y sus mismos periódicos, aun des pues de su celeul'3(la victoria ahí
sobre Jos absolutistas, ó sobre V. M., qUl' e~ lo ruis:no. r de !(íS reveses
que desde enlODce; han sido ('on~iguientes l'll (' . ;as pro\'illtias, sritan á cada
paso que alluí está la cuestion <.10 vida ó muerle para ella, y ti: rnhlan por
el descnlace. Y pueden temblar en efedo, si Dios, como espero en ~u mise-
ricordia, continúa asisliér,donos. En el día que Cabrera lleGue ú dísponel'
del número de ;!l'mas que poclia l¡;üer, como V. M. i.Jcrirá ,ahora no h0
lerjdo este asunto la publil:idat! que antes tUYo:, ) así que pueda llu\iliar al
conde de España, doblando ó triplicando Cataluña sus fueizlls, la rerolucion
se desploma con todas sus inlrioas j' períjdiíls. TeDoa Y. jI., Seii.}r, este
consuelo en medio de UlUlas aflicciotlt's: el Seiiur y ~u SanlÍ,ima ~lallre da-
rán fuerzas á V. M. como se las ha dado para resistir á taBlos trabajos (', in·
forlpnios con que han sido probadas sus yirluLles; ptira no sucumbir á los
esfuerzo:,; de la trllicion y de homlJ!'l's proslituidos ú~us pasiones. V. jI. -a-
be mejor (¡ue yo que la revolucjoll no pcrd(Jll~r;) jal1Jb- tí \T ~L'I., que
son rr:entidas todas sus pI'Ome~a5, que solo acariciarla C~ sucullibir, que el dé·
bil con ella es vencido, y solo el carácter y la constancia L suhyugan; y que
una vez que se acceda á las cOllcesionEs y exigencias ('on que sus faclores
aparentan salisfaeeJ'se, la restaurarion es ya imposible; y V. M. ) "us Geles
vasallos, fl'llstl'ados tanto~ sacrificios, no yel (tri sino males y dcssracias sien-
do al fin víctimas de la anarquia y de la impil~dad.


V. M. ~abe ba-ta dónde puede Ilegal el sufrimiento; } yo {l~t(¡y f,egul'o
que V. ~1. por ninguna rin:ullstallcia se prestará ú compromi:,os fu[](",to,:
que no pueden (leshaeel'se y que pienl;¡n su ('<lV";I, á amni~tías, ú reconoci·
miento de los empI'L'i"lilOS de la I'evoluciün, ti palabras que emJl~fíl'n con las
potenC'iag extralljera~ sobre el si5tema que baya de 'C'!::;llirse, en jladrid, por
ejemplo. i Dessraciado de V. JI. j' de lodos nosotrus si fuese ligaÜo á 8U
trono: Cuenle V. l\I. con el triunfo como illdlJ{hblemenle mientras .:ioslenga
los principios que á V. M. caracteriZlln y lWIl dirigido ~iempre. Cabrera y
España, con la ayuda (\el cielo, harán sucumbir todos lo.~ enemigos .. Sirvase
V. M. mandar, y será ciegamente obedecido, sin que nos arredren riesgos
de ninguna especie ni todas las tramas de la l'cvolucion puedan impedirlo.


t; Re tenido la satisfaccion de llegar aquí poco antes de la victoria de
Montalvan, como entré en Cataluña con la de Malleu. ~ada exagera Cabre-
ra en lo que en sus parles y en la ól'den del dia que me atrevo tí elevar á




DEL ULTHIO BORBO~ DE ESPAÑA. 993
V .. \'1. dice sobre aquella: la caballería, Balmasetla en especial, cuyo arrojo
tenemos que contener, ha aterrado al enemigo: y esta arrua qu/:) era la te-
mible, ha perdido su ascendiente, habiendo batallon que recibirá una carga
de muchos escuadrones con la mayor impavidez y aangre fria.


nSe está acabando de uniformar todo el ejrrcito que lo necesitaba: el
vestuario dura arluÍ muy poco con la movilidad de Cabrera. El aumento de
hnmbres y caballos, de fál ricas de maestranza, y lo.; :n!Jchos fuertes con
que el general asegura y extiende la línea y domina el país subyugado. mul-
tiplican los gastos, pero Dios provee á todo.


»Hc formado UIla idea muy diferente de la que tenia sobre los excesos y
defectog de la administracion, y de las causas de disensiones y di-gustos
con que mas de una vez se ha molestado la soberana atencion de V. M.
Hay males, sí: en ninguna parte del mundo deja de t:abrrlos; pI'ro no son
los 'llle se exageran: D1ljchos son efecto ioe\itable de las cirC'ul,,~lanci~ls y del
mismo sistema de guerra que lantos bienes produce) y otros podrún rcme-
diarse porque son hijo~ de mala fe, y espero que Sf~ rrmerliarún al~UJlos. ~o
es (,xU'año que el ;.)cneral procure proporcionarse por lo;; medio~ mn, r'pe-
ditos lo que el ejército necesita en sus urgencias cuanclo no lo hil hedlO quieo
debiera: sin esto no se hubiera llegado al estado en que hoy se encuentra,


)La mayor parte de Cllanto se ha dicho de tala, y yo mismo habia crei-
do, ('8 inexacto: rl se~1)1' obispo de :r,Iondoñedo, que no es p~rci31, me lo ha
dicho desde luego, hacirod,lme ver el aprecio (IUf' merecrn In~ rrsullados
de su extraordinaria actividad r celo; yo Ha que tif~ne razono como hp vis-
to que otras persotlas de las que mas dce1amarán ahí contra C(Jbrera (V. M,
conoce (~uán poco asenso merecen en esto casi toda~ la- que dr aquÍ salen;'
y que en medio de su poca aptitud parecian superiores á cierta~ rlebilir18rlf's,
las han tenido de un modo que V. M. no pod ra ignorar sin duda. En fin,
Señor, por ahora procuro observar con detenimiento é imparcialidad para
formar un juicio cabal y extitar al bien; nada Jmilir(', dI) lo qu') pstÍ> al al-
cance de mi lealtad, única influencia que puedo y quiero !enr'r para I'onse-
guido, y V. M. puede estar se~uro de que informaré puntualmente á V. ~I
de cuanto notp sin ocultar jamás la verdad, aunque fuese contra mi mismo,
y de que mi mayor satisfaccion será contribuir de tod03 modos 6 su ~er­
VIeJo.
~Cabrera ha hecho conmigo todas las demostraciones de que es capaz una


amistad fundada en identidad de principios, y que tiene á V. M. por objeto.
Continuaré á S1I lado para batirme como un solda(lo el día de la accion, y
cooperar en lo demás en lo poco que pueda al Lien de la causa ele V. M. El
obillpo de ~foIldoñedo y todos los buenos han visto con placer mi venida:
no es extraño que en tiempos de debilidad y corrupcion alieute la fidelidad
constante y puesta á prueba, aun cuando como en mí se halla aislada de
todo ese mérito.




HISTORIA D'gL Rll:I"IADO


»)li deber me obliga á c"Xlenderme abusando tal vez ('omo no quisiera de
la bondad de V, M. A ella recurro para que V. M, se digne excusarme,


II El cielo, Señor, O')S conserve la preciosa vida de V. M. euantos años
necesita el bien de la monarquía. Cantavieja 20 de junio de 1839.-·Se-
ñor.-A L. H. P. de V. :\I.-J056 Arias Tejeiro.


))-R. S.-Excmo. Sr. don Juan 'Iarcó del Poot, secre[8rio de Estado
y del de~pacho de Hacienda.-AI Rey N. Sr.»


(J)


¿}fm/lfiesto del Mas de las Matas.


(( En El Eco del Cr)/nl!ráo del 2 de diciembre número 2, O j 1 se mani-
fie~ta qlle IOi! milli~leríales e~parcen las voces que el duque de la Victoria ha
(jconsej8do las ilegnlídades qUfl rilo;; ponen eo planta, y que se prrpara á
sostenerlas COL 1<1 fllerza.


IlEI dllque de la Víetoria lamenta y siente como español honrarlo lo~ ex-
travíos de la I'azon, las :1nimosidades de los parlirlos y el enl'ono qUf> parece
se desarrolla en el dia con mas fuerza, en medio de los ;;ur'eso~ que tanto
debieron influir para que la re~onciliacion hubie.-e sido general, franca y
SIl1('era.


\J;\sí liJ neyó alIcer la c",lebre se~i()l) (le 7 de ()('(lIhre: r:tpr,.¡mrntando
su alma un sentimiento de gozo, parecido al que dj"fl'\1tó al estrechar en sus
brazo~ en Vergara á los r¡ue h:1bian sido contrarios á la causa qne (Miendej
y persuadido de que la un ion entre los miembros del congreso y secreta-
rios (ltll dB-pach'l el'a tan pura como cl)nvenia al bien de la palria, e~per(\
lleno de confianza que la flJ'monía babia de presirlir 1H'C'(,s8rüm.ente en todos
los a;~tos y cue."tiones, diluciMnrlose ron calma y argumentos de ~ana lógica)
lo ma.- útil y c¡)nvení(~nle para flue la naeion saliera del estado la~[imoso á
que la han Iwlucido funestos acontecimientos; supuesta la mejor inlencion en
108 ministros y diputados, aun cuando difiriesen en los medios, se prometió
que animados de un mismo deseo, libres ya de pasiones sacrificadas al bien
comnn, se mirarian, por IIl1a parLe, los actos de lo~ consejeros dH la corona
como consecuencia precisa de las circlln~tancias que no rlesvirlúan la ley
fundament:.d, cuando los resuitados COITPsponrlen á las medidas ex('epciona-
les y cuando se dpja ileso el principio ~ometiel1do los a('[os :í la apl'übacion
de los cue,.pos colegisladores.


II y por otra parle CJofió tambien en quP se retirarian (¡ modificarian los
proyectos despllcs de una razonada disell~ion, que diese lugar al convenci-
miento de si eran útiles ó perjudiciales, sin que aparf'ciese ni aun la ~om­
bra de r¡llere!' ser exclusivos, sosteniendo con empeño lo r¡ne la razon no
aconsejase.




DiL ULTiMO BORBO~ DE ESPA'Ü, 995
'IConvieue advertir que estos 110 son mas que juicios de UD buell deseo,


una opinion ai,lada que no envuelve la censura ni de lo., millj~tl'os, ni de
los diputaJo~; porque extraño el duque de la Vicloria á touo ,In que no es
su priueipal mi~ioll, care(~e de lodos lo~ anteeedentes Gen'sarios para cali-
ficar los tech'Js, y solo quiere que el púldico se convenza de que toda voz
que se esparza saLce su intervencion en los negocio~ del Estado carece de
fUllL!amenlo y de vel'uad: que por su opinion particular 110 sr; 1111(,11')'((11 di-
suelto lus Corles, pudiendo estas y los consejeros, st'gun su ~eonc(lpto, ba-
bel' hermanado los extremos; que menos ha iullaido en relllociones que liclle
por perjud/e/'ates mielltras que él (anclonario no (Cllta al CII/JI/i!i¡ro"el/fo de
su delJer: que tampol:o ua ofre~ido sostener con la fuerza actos que sean
COll !rarios á la Consti~ueion de 183'7, al truno de haoel 1I y á la re¡;encia
de I'U aU6usla jJ¡.Idre, y que arme en sus principios y tan amallle de la in-
depellJeúcia naciunal cumo celoso de que se 3catell y I'f)SP!:tCll aquellos ca-
ros objetos, no espera se atreva nadie á combalirlos ni por lo tanto que se
quiera disl.ratl' al ejército de su principal atencioo, que es la de destl'uir á
lüs feroce" armaJos en,jm ic;os, que toda v ia retr:lsa II la pací licJcion genera 1,
lo cual duLeria hJber sido Uil frello para las P,)SiOlleS y parciale8 intereses)
á fin de que no siniesen de illSIl'llmenlo á la prolongaciu¡, Jc la guerra,
).~írYaI.lse u~ledes dar lu¡.;ar en su periódieo á esta manifestacion, y que·-


llará agrad f3cido S. S. Q. B. S. M,-}<'¡,uncisco Liilage.))


(r ~o"jJcchaLa Espartero de la sinceridad del gobierno; mas replllán!lose á
cubierto Je un ~'olpe violcllto, y creyelluo haber afianzado su pl"e~ligio en la
opinicn de su~ allegados, no se decidió á insi,tir, y dejó paralizado este
asunto,


))}lÜl'O como una aquie~l:eIll:ia completa podia enliLiar el (e]"\ol' de las ma-
saB y dar luDar á creer en una tran,-accioll, C06a muy ajPll3 de la mente del
¡.;eneral, se aprewró este á ostentar de nuevo su intencion hostil hiÍeia el ga-
binete y la Hegeulc, yendo á dcs¡.eJirsc de esta señora el 18.


«Surprendida Cristina, le preguntó; ¿A dóndt' V3s?-A p,lnerme al ¡rente
de rni6 tropas, rt!PUSO E,qparlero, porque ya juzf:,o iuútil mi permanencia en
este punto.-Deho acusar de inoporluna tu marcha: quizás se alll-re la tran-
quilidad púLlica, en cu yo ca~o tu pre8!'neia st'ria neccsaria pa ra rcstablc-
cerla.-Me vco con sentimienl'J precisado á repelir á V. M., que si ese caso
IIt;ga, no podr(~ ple~tar á V. M. el senieio que desel1, porque mi· tI'Op:;s El'
netíariall á hacer fuego al pneblo.-Yéle cu,lllClo quieras, exclamó enlonce'
la reina licua de inuignacioIl,


»Esla última entrevista provocada por el general hizo conocer á Cristina
que su situacion era precaria, quebradiza, de todo punto falsa, y que los j"f"




996 BlSTOlHA DEL !tRINADO
voluciouaríos marchaban apoyados en sólidos y poderoios elementos hácia un
triunfo sfguro, incontrastable. Hevi,tióse, sin embargo, de firmeza, y se pro-
puso defender con teson cada uno de los derechos que tan \iolentamenle la
querían arrancar. El mi8mo dia en que Espartero la anunció su proyectado
Yiaje, que no se llevó á cabo, pero (jue sil'Yió de causa ó pretexto á una li-
gera conmocion, en aqual dia, decimos, la reina llam(í á sus ministros y les
participo la resolucion del general. Suma fué la agilacion y sumo tambien el
irresulutu conlinellte de aquellos, influido~ ya por interiores y siniestras no-
ticia:'!: el general Van-I1alen, vuelto apenas de los baños, habia visitado al
eoude Cleonard, y anunciállole como muy próximo á e~lallar un moyimien-
to en Barcelona, de constitucion y formas tan violentas que se mantendría
indóruÍto y reoelde á los esfuerzos ¡·eunidos de todas las autoridades: el se-
gundo caoo, general Araoz, le escribió por este Liempo dándole cuenta de
Ulla conspil'acion vas ta y extellsamen te ramificada; eu y<J!i revelacioncs uni-
das á 106 precedentes ljue militaban, no dejaban lugar á la menur duda so-
bre 4 ue la insurreccion ganaba illmenso terreno, y que pronto se alzaria pro-
clamando COl.l alli vez sus fueros y prerogali vas.


JJA la certeza del peligro se agregaba en los secretarios del despacho la
cOllciencia de ser ellos el blanco y primer objeto del furor popular. Juzga-
1'0llj pues, ljue serian ,íclimas de los primeros golpcs de ia revoluciol1, y
cre}enJo ljue liU ruina no se verificaria sin grave lesion del trono al que tan
eslred.li.lmcnle estaban ll!Jido~, tralaron de evitarlo ouiados al parecer por un
pellsallliéulo de honradez y leallad. Alegaron á la gODemadora ilU6 razones
y propósitos, y aquella señora por Illas que sintiese el mas vivo pesar al
\'ei'se 6eparada de unos conStjeros que obtenian todas sus simpatias, por mas
que cUlllpl'eudiese que la muerte del gabinete habia de illfluir adversamente
en el térmiuo de la crisis, vino al fin en sus deseos y opinó con ellos que la
hora en ljue ~e anunciase el motin seria la de su diwi~ion y partida.
»~O taruo aquella en llegar; á las ocho de la noche delrui~llJo (ha 18 se


derrawaron por las calles principab grandes pelotones de gente mercena-
ria y baja, prorurr:picudo en espantosos gritos y exclamando con vigoroso
acelltO: « j Viva la COllstitucion, viva E~partero, viva la independencia nacio-
nal, mueran los fnlnCeSéS, muera la sancion, mueran los ministros.» Ame-
drentados e8103, se de~püjaron de sus alIas funciones y buscaron un asilo en
el e~tl'ecuo recinto de un buque francés.


¡¡Aunque desalllp31ada y sola, no flaqueó Cristina en este supremo azar;
manuó llamar á los generales Espartero y Van-Ilalen, y les exigió la ma:; se~
vera l'espuDsClbilidad por los progresos ~ucesi\'os de la revolucion y desaca-
t03 que puJiera cowl'ier.


)Concíbese de~de luego que siendo aquellos los fauLores y grandes agentes
de la conmoóon y por decirlo así su vitalidad personifi/ada, no tal'darian
Lr.iLdjaudo con empeño y buena fe en atajarla en su carrera; con efecto la




DEI, "CLTDlO BORllON DI ISPAÑA.
~'\p'!djdon de un bando enérgico hecha por Espariel'o, bastó á reprimir la
iwdllcia ardiente de los unos y á paralizar el automaticismo de los otros, ano
,josa" ú¡¡icamente de lucro y d';! mas rastrero interés.


)')I'ero elre,tablccimienlo del ürdell no babia traido como su consecuencia
la cÚflsolidacion de la paz. La Regente y el duque no habían podido armoni·
zar ni entenderse; separabanles las mismas ¡Í mayores difelf:ncias que lintes,
} estaba aun en pié la dificultad mayo!', la capital, la confeccion de nueyo
gabinete.


"Este a(;[o grave y podero,'C) iha á interesal' profundamente la marcha po-
lítica dd gobiur]O, Heslaba para cOllsumarle, destituir á los tres ministros
re~idellt(l~ en ~Jadrid. ConlemplúLaso la reina (k'bil y e~casa de elementos
para "bordtll' una segllnda escision violenta, y asi se abstuvo de conferir de
,le nuero las Cr¡r!c1'3S iÍ miembros del partido c()n~ervador; pero no (juerieu-
do al propio tiempo hacer el sacrilicio público y e8pontáueo de sus principios
y cl'eel1ci;¡s, ni~l¡)se en una esfera de expt'clacion) y se limitó ú encargar á los
respecli\os jefes de st:'ccioJl el despacho de los negocios ol'dirJariús. Pronto
vind ;Í,~c:Hla la levolla'ion de aquella especie de ¡lIdolencia estudiada. Pre,
,ent6la E~pal'[('ro en la mañana del 1 n el I'atúlogo de los sugetos que debian
eÜt1"tilllil' el lluevo ministerio, designandose pora el desempéño del ele Gracia
y .Iustilja Ú Gonzalez don ,\ntonio, con la presidencia; para el de Estado á
Onis; para Gobel'Dacion Sancho, y los bermalJos Fe]'raz don Yal€ntin y don
fo,¡". r:1t:1 el di> los dn (;uel'/'<, y H~cjelld3. Eran los c¡]ndiJalo~ nombrados
ap;'l~tole5 dr, las docll'ill¡¡~ 3\3nZadtls, y algunos de ellos conocidos pOI' su es··
pecial devocion al general en jefe, y de aquí podrá colegirse, SIn gran es-
fu('l'zo, que Cl'istintl no olorgaria gu~losa su admision; por el contrario, como
Lali¡'d~\ (on lirn10 y ente!'a yoluntad por el término ele dos dias, basta que al
10olbec(lj' dp.1 20, suponiendo ngotados todos los medios y recursos de eva-
sion, ;J('cpdió :í los deseos de Espadero, acrpttllldo ~us elegidos.


,H:dl:!h¡¡[),ü estos á la sazon ausentrs, y mientras regresaJ.¡n[l acaecieron
f~n TlaI'CI'!ofla 6ucesos de bastante importallcia. El 2113s clase~ acomodadas,
queriendo indemnizar á la I'eina de los COpi050S ultraje8 de los dias alllel'io-
re~ y restituir al trono su esplendor empañado ó destruido, se agnlparon en
consiíll'!';¡blr número á los alrededores y puerta de palacio, espel'nndo que
la" ri'in:]~ saliesen á paseo. [\"0 padeció mucho su impaciencia; les carruajes
\'igor()~~m(\llle arrll~tl'adGs traspasaron el último dintel del régio alcázar y
fueron ;lCilD¡do~ con ('~Irepitosos úvas, e,\damando algullos de los circuns-
t3nl p s mas enlu~iaslas dirigiendose á la Regente: (Señora, esta es la Yolun~
lad !lid PllPllio bal'c:el()n(\~, la voluntad tIel verdadero pueblo.) Visto el rumo
bo rpw !OIí1:!l¡íln los carruajes, aquella mUltitud se lli,idió en do~ grandes seco
cione;,; una acompañó á las reinas hasta mas de un cuarlo de legua de dis-
t;¡nCiíl, y la otra, la mílS considerable, pel'maneciü en la plazuela de palacio,
donde fué acometida pOI' los íllbol'oladol'cs, tl'ílblÍndose larga y reñida peJea~


T(I\10 l.




9GS HISTORIA DEL nr.I:'iADO
mas enconada que sangrienta, porque tanto los agresores como los acometi-
dos no manejaron otras armas flue palos, bastone~ y algunos esloflues. Sin
embargo, el furol' suplia la falta de medios ofensivos, y se habria denamado
verosimilmentl3 bastante sangre, á no ocul'J'ir algunas compañías de la Guar-
dia que lograron restablecer el órden, dispersando á sus perturbadores. Por
lo demás, la reina al volver de su paBeo experimentó una sorpresa ingrata y
terrible. Espartero, bien fuese pJr una precaucion ex~gerada é inoportuna,
bien ('on estudio y malirioso cálculo, mandó apostar un cuerpo en las inme-
diaeiones de palacio, y el batallon de guias apoyando la cabeza en el cos-
tado de la adllana tendió sus largas filas por loda la calle illmediata, Cristi-
na, combatida por tantas emociones sini\'stras, exclar.~ó llena de agitacio!1 y
sobresalto, al ver á aquella fuerza en una actitud imponente: «¿Qué es esto?
¿qué significa esto?» Pudo la reil~xion borrar de su alma esta última y tri~te
impresion, pero no restituirla una lranquilidaif cuyos últimos quilates iban á
desaparecer Lien pronto.


» Las escenas dd 21 preludiaron las del U. Balmes, jóven abogado ame-
ricano, muy di~tillguido por sus opiniones cOllservalloras, y uno de los que
mas acLÍvirlad desplegaron el dia anterior, abandonó su casa, calle de la
Union, y se disponia á atravesar la Hambla, cuando le descubren algunos tra-
bajadores, corren velozmente bácia él, le alcanzan y le cubren de denuestos
groseros y de b3jOS improperios; añadiendo en su inmundo lenguaje: « E~te
es el pícaro de ayer, esta tarde le hemos Je arrastrar.») Sucédense á las pa-
labra6 las vias de hecho; aeosan por todas partes á Dalrnes, c("rcanle, le es-
trechan, y ya se alzaban algunos brazos dispuestos á concluir su existencia,
cuando él, resuelto y sereno en meJio de tan inminente peligro, saca fria-
mente una pi.~tola del Lolsillo, dispara á uno de ~u~ perseguidores, déj31e
bañado en sangre, y aprovechándose del lelTor que este suceso esparce en-
tre los demás, cOlTe á su casa, eierra y se hace fuerte en ella; un centenar
de trahajadores armados de fusiles y escopetas combaten el frente del edilI-
cio, los cazadores de Luchana, cuerpo predilecto de Espartero, le atac;m por
la espalda, Balmes r~sisle á unos y otros con imp,nidez y bra\'ura, pero lus
cazadores escalan las ventanas, logran penetrar en su habitacion, y Balmes,
constituido en el trance mas critico, despro\isto además de municiones, no
quiere ser juguete de la ferocidad de sus enemigos y se dispara el último
pistoletazo, Algunos suponen que los mismos so!dados de Lu('hana pURieron
término á sus dirJs, De cualquier modo, pUf'S, el populacho acrecelltado C011-
sicleraLlemente durante la anterior e~eena, se apiiLI (;on la noticia de la ca-
tástrofe al reuedor de la puerta prinei p~ 1, inunda frenético las primell:l' Lcl-
Litaciones, Ill'ga á la en que rcpo~aba el cadáYer del malool'ado Balrnes, le
ata fuertemente por los ~iés y k arrastra por la,; calles, (Ila pequeña flllena
viene á restablecer el órden, pero bien pl'onto olvida su verJadl'!'J lllisioD, y
.en vez du rl'primi¡' á lU5 scJicio~06, hace causa COIMlIl ":Oll <:11118, pro [¡'.,:,i '¡j-




DEL tLllMO flORBON DE ESPAÑA.
do/es con su aquiescencia. Llega la turba siempre dueña de su horrible presa
frente de! cuartel de A tarazanas, precediéndola [.na alrgda salnjf3 y desna-
turalizada.


))La vista del sangriento c-pectáculo conmueve á algunos ofieiales ¿e la
Guardia. fI!licnc:, tomando únicament(' COn8E'jo de su ,alor, corren, hienden
con ímpetu la espesa mllchedumbre, hieren ó di"Iwmm á Ic,s mas obstina-
dos, ~e hacrn dueños del cadáver, le colocan ~obre sus hombros y le llevan
al ruartel. La numerr!sa plebe, falla ya de objeto como destituida de derro-
lero. vino á di~('¡rel'sr por sí misma, sin que queda~en mas rastros de aquella
funesta jornada, que LJs re.,l()~ inanimados de un hombre, la prisiün de cua-
tro (¡ seis que ,e habian p¡'opn€sto incendiar 6 fa\or del tumullo una fábrica
(le np0l', ocho ó diez gravemente heridos en las dos anteriores refriegas, y
el d(,~en;;¡¡¡o e~palltoso que sobrecogió á todas las personas de Lien, oe que
la anarquía ~e hallaba entronizada en Barcelona, cuya nllm(crO~a guarnicion
apenas dió muestras ele rida durante I(¡s últimos}' agravantes aconteei-
mirnlos.


"La r.(Jb€l'n~dora, cuya alt:] dignidad habia ~ido indignamente ulll';'jada,
esperaba no Ein alguna i!11p~eiencia la Ilrgada de los nllero~ ministros, cre-
yendo benpficjos1 Sil vrrJida para la soltJeion del ra~to problema que el es-
píritu de partido haria arroja(lo en la arena de la disClIsion con nf) menor sa-
garidac\ que audacia. Presentúlnse, pues, á la reina SllS consrjerfls, y el prc·
sidenlr (;onzalrz se dirigió ~ ella pregunt¿Ild('¡~1 si le" reci),ja r!r buen gl'a-
rto. La reina contestó ~in y(lcilar; « Las circunstaLCi;.lS que han precedido á
vuestro nombramiento son harto conocidas; ellas os 1 evelarán mis senlimien-
t,)., rll I: .. ;!a p3rte. PO!' lo demá~, si estais deriJid0s á desE:mpeJar los cargos
que ~e os ha n cOr1wtido, Pi e~(ln tatlme vur siro programa, á fin de que cono·
('ieu(lo yo vuestla~ i(leas de gobierno podamos marchar con nwjor armonía y
concordia." Demanda tan natural y sencilla sorpreIlrlió á los inexperto~ mi-
nistr(l~, qllirne.:; lejos de satisr3cerJa, inmediat3ml'~Jle imirtieron los di3S en
confeccionar ~u plan. al caho de cuyo liempo se pl'e,;ental'on de nCflVO á la
reina con su prfl~idenle r;onzal('z á la caheza. Gonzalrz le~ ó el programa,
aduj() la~ con~ir!eraciones que habían presidido á su formacion, y se esforzó
en p;¡trntiz(]r su armonía con las circunslaneias, su valor del momento, con-
,irleracion fUNlr y verdadfll'a. pero qUR no d(,be ser siempr0 ni exclmiv2mente
adoptada. No ob~tante pI programa iba á e,"(::lhleee]' \lila di\isiüIl profunda
entre el trono y el ministerio, iba á aulorizar la animosidad de unos y otros,
iba á hacer menos que hipotr'>tica, imposible toda idea de reconriliacion. Con-
tenia. rue,~, arplel como principales cláusulas, la di;:olurion inmediata de las
cá;nal'a~, la sll~pension de las leyes orgánicas vot~das en aq\lellas y la re-
morian de casi lodos los agentes administrati\·os. La reina combatió en detall
cada una de estas parles, palentizó con baslante lógica su ilrgalidad y falsa
constitucion; y apoyándose en el tenor fraIleo y explícito del código {unda-




1000 HlSTURlA DiL RfLl:"<iADO
mental, fijó la cuestion en el terreno de la ley respetable y conocido, y en
él impugnó tambien victoriosamente las consideraciones verbale3 de Gonza-
lez. Dicese que lo que mas exci tó la generosa indignacíon de la reina, fué la
destitucion tan vasta de empleados, viendo en tlla un rasgo de negra ingra-
titud y un semillero (le dí,corc!ias y alternativas. A~i es que sin poder con-
tenerse y dirigiéndose á sus consejeros, exc:!amó: «¿Cómo os ]¡abeís decidido
á proponerme uníl proscripcion semejante, que conrertiria en ilusorios los
dulces bem:ficios de una paz que alcanzarnos pOI' primera vez despues de siete
años de horrores y de encarnizamiento? ¿O quereis que eS(l paz sea solo un
armisticio propio para murIa!' de armas y aCJSo de handera~? ¿QUl'~ minis-
tros, ni en qué ('poca han hecho de un trastorno puramente admini8lrati\o
una condicioll de gobierno?»)


» Despues de habel' comba tido la de sus {l(hersarios y mi[)i~tros, FCfrrl [(,
Cristina su opinion. Heducíase esta á demostrar que una disolucion inmediata
era opuesta á los procedentes parlamentarios y de necesidad mal probada,
pecaba de impolítica, por~\Je tres disoluciones \orificadas en el corto t{'rmmo
de un año, desacreditarian las instituciones y lIegaria iÍ disgustar al p8ís y ~
los electoJes tan repetido ejercicio de sus derecbos. Arlemú-; su necesidad no
estaba patclltizada, porque el nucvo gD1Jineto podia conquistar una majOl ía
en las ciÍmaras; que el programa del ministerio debía circunscribirse ;í su~­
pender las corte~ hasta 1. o de diciembre, con (~I objeto de que el gobiern';
pudiese estaLlecer en su marcha y en S!lS plalles, pl'opOrCioll r concordia en~
tre aquellos y 105 sentimientos dominantes de la nue\'a mayoría; que la sus-
pension de las leyes votadas por las cámaras y sancionadas por el poder eje-
cutivo, era una verdadera infra('cion de la Constitucion por mas que se re-
bozase con pretextos y palabras ambiguas. Ese triunfo de la ,iolen('ia ml-
nel'aria al trono y le haria perder muchos qnilates de su necesario prestigio.


»)Débese por consiguiente promulgar la ley de Ayuntamientos. ~o puede
abrigarse un recelo fundado de que esta ley comprometa en su l~e.~ucjon la
tranquilidad pública, ní choque con la opinion que se proclama dominarolp,
porque la eleccion de alealdia, punto único y fuertemente ('ombatido, no ha
de verificarse hasta e/1. o de enero, pudiendo en el entretanto las corles ;)bi~r­
tas en 1.· de dicwmbre IItOdificarla y adaptarla ;'t las verdaderas exigencias
del sentir público. Esta apertura de las suspensos cámaras, verificada en pe-
ríodo tan oportuno, dará ademá~ otro fruto y mejor resultado; porque de-
biendo proceder á la reforma do la ley ID unici pa 1, un proyecto prcsen tado
por el gobierno, saltará de su discusion un eonocimicnto precio~o, el de la
mayoría de las ciÍmaras, de su giro y principales tendencias, siendo ya fácil
en esto caso proceder á su disolucion con una conciencia cierta. ;\ fin de cal·
mal' la efervescencia y de transigir entre intereses encontra(10s, se uniriÍ di·
cho proye~to de ley al decreto de suspension, con lo enal se !ogl'arú dejar
ilesa la dignidad del truno y el respeto deLido á la constitucion del Estad/).




DEL ULTI~O BORHO~ DE ISPAÑA. 1001
Los ministros podrán seguir sin (lificultad esta linea de politica, pues cuen-
tan con el apoyo del general en jefe, protector á la vcz de las municipalida-
des descontentas.


))Calcarlo en las precedentes bases, defendió Cristina su programa con
valenlia y gran copia de razones; discurriendo muy latamente sobre la ne-
cesiuad dll dejar franco y expedito el ministerio de la ley: «Si yo me atre-
viera, dijo, ú acceder en esta ocasion á cierta clase de exigencias. prcscin-
diendo de las formas legales, autorizaria no la revolucion, sino la anarquia,
y si la anarquía se ve amparada por el trono, ¿dónde encontrará ya sujecion
ni freno~ C'lmo madre, corno regente, como reina de un pais constitucional,
debo deseehar lejos, muy lejos de mi, semejante pensamiento.


»)Tan victoriosamente refutó Cristina los argumentos del presidente del
consejo. y co::! tanta solidez estableció los suyos, que Gonzalez falto de toda
contestacion suficiente, presentó su dimision.


lILos 11emás ministros, Onis, ambos Ferraz y Armero, aunque asintieron
tácita ó expresamente al diet~men de la reina, ofrecieron tambien por pura
delicadeza Sil dimision, y Cristina aceptó una y otras sin la menor demora.


)Conocia aquella seJiora que en el e'itado á que entonces se hallaban re-
ducidas las cosas y los ánimos, debia sacal' todas las ventajas posilJles de su
propia posicion mas bien que esquivarla de pronto. Coligiendo la favorable
disposicion de los Fenaz de ¡as simpatías que con escaso rebozo la habian
matife . ,tado dllranle la sc . ;jO[) anterior, no reputó difícil inleresarlcs en eu"
planes, induciéndoles á formar un nuevo gabinete, Vinieron en efecto los
dos hermanos en los deseos y sistema de la gobernadora: Armero, de ideas
conservadora . :, recobró su perdido rango, y Onis aceptó des pues de yenci-
das algunos ligeras dificultades la cartera con que le brindaban por segundo
Yez. Para completar el minigterio faltaban todavía dos miembros, pero el
nuevo presidente don Valentin Fenaz tomó sobre sí el cargo de elegirle:;.
En la misma noche del 29 de julio, se expidieron los decretos de nombra-
miento y queJó funcionando el gabinete.


»)ltepuLando sana la conslitucion de este, lisonjeábase la negente con ha-
ber orillarlo lo~ do~ grandes obstáculos de la situacion y enmudecido con la
satisfaccioil las quejas de los partidos, puesto que el progresista debia en-
contrar en la suma de voluntades y antecedentes del ministerio la garantía
de sus pretensiones, y el modérado contemplar á salvo sus doctrinas y ase-
gurado su propio decoro, una vez que se adoptase corno libro de gobierno el
programa propuesto por la reina. Sin embargo tan halagiieña esperanza se
desvaneció bien pronto: Ferraz don Valentin presentó como candidatus á
Cortilla é Infante, corifeos ambos muy señalados de la fracciDn exaltada y
virtualmente enemigos del programa acordado. Rcfiérese que sOlTpendida la
reina dijo á su consejero: «No es eso lo que habíamos convenido.-Cierto
es, señora, contestó Fenaz; pero V. M. me pone en la sensibltl preci8ion de




1002 HIST( RlA DEL RU:"lÁDO
trJcrla á la memoria una verdad poco grata sin duda, la de que no hay
ministerio po~ible sin acuerdo y cooperacion del general en jefe, ó cuando
menos que es impo8ible seguir la senda de gobierno tr(lZada por el programa
de V. '1., sin el auxilio y conveniencia de esle mismo hombre; e"la con6i-
deracion fuerte me retrae de proponer á V. ~1. otros candiclatoR.-Pero tus
candidatos, repuso la reina con viveza,¿aceptarán mi programa? Si le acep-
tan, me hallo dispuesta á prescindil' de la cuestion de pers\ilJas.-:\'o me
atrelo á dar á V. M. una contestacion satisfactoria.»


) Viendo la 1 eina que la voluntad de Espartero destruiria siempre las mejo-
res e,_,mbinaciones, porque ni en el plan de este entraba el fOlmar un gabinete
de dí1lem¡inado colo!', sino solo el fomental' la insurreccion, se decidió á
obrar pOI' si sola, aunque contemporizando 1:00 la opinion que entonces sr
asomaba como triunfa1le, y llamó al ministerio ú los s['iíol'e~ Cabello y 5il-
vela, justamente califIcados de progresistas, pero sin \'i~o alguno de intole-
rancia.


)Integro ya el gabinete, pensó Cristina abandonar á Barcelona y diri,;irsfl
á Valencia, ya porque siendo su plan regresar prontlJ á ~Iadrid tomase esta
ruta, ya quizás porque creyese que en Valencia escaseaban Jos elementos
de s~di2i(¡n, e'\istiendo me~ores mediog de enfrenamiento y repl'e"inn. AC,HO
la concurrencia de ambas causas pudo influir en su ánimo al adoptar seme-
jan le determinacion que llevó á cabo illU y luego, embaI'cúndose en 23 de
"gusto en el vlipor Baleal' y pisaudo eJ 26 en las playas Je Valenci;L


CM)
Exposidon á la Reina gouprlladora del general Espartero.


c.detiol'a, con la franqueza y lealtad de un soldado que jamá.~ h::l desmen-
tido ~l:l' todo de su reina y de su patria, he manifestauo á V. M. en dife-
rentes ocasiones cuanto con\'enia á su mejor servicio, y á la pro';fJPridad
nac:onal, combatiendo noblemente á los enemigos que bajo cualqtlier forma
han maquinado contra el Mden establecido. Pero una pandilla cuyo~ repro-
bados fines habia logrado sofocar por mis publicas rrpresent;¡eiones y á
fuerza de señalados triunfos en los campos de batalla, ha seguido conslante
en sus trabajos empleando el mlJquiavelismo y la falaz intrica para hacerme
desmerecer del justo aprecio que V. M. me habia dj~pensado, consiguiendo
envohcl' á esta nacion magnánima en nuevos desastres, en nue"as sangrien-
tas luchas, cuando la ,oz de paz tenia enajenados de gozo ~ todos los bue-
nos españoles.


))La creencia de haberme retirado V. M. su confianza luye ocas ion de ex-
presarla en 15 de julio al hacer la renuncia de todos mis cargos; y aunque
el presidente del consejo de ministros de aquella época, tomando el nombre




DEL ULTBIO BOanON DE ESPJ.'lA. 1003
de V. M., señaló un hecho para convencerme de lo contr3l'io, no podia yo
quedar satisfecho porque los motivos que ~xp\1se á V. M. recibieron mayor
grado de fuerza no siendo rebatidos y admitiendo el g:¡binete el peregrino
de hacerme saher la negativa de la dimisjon, no obstanle que justifiqu i. en
e!l(l. babia di~pue~to V. M. reemplazarlo con otro que sali~faciese mas el es-
p:rilu de lo~ p\leb!o~, pre\iniendo los males que anunciab,lU las diferentes
~:itllacjones y juicios pronunciados.
~ tI) uebi hacer un nuevo sacrifieio por mi reina y por mi pa tI ia resig-


nán,lomo á continuar á la cabeza de las tropas, puesto que se creyó necesa-
rio, aUllljlJe ya ~olo conservé una débil esperauza de que no Ilegas,m á lener
ef¿clo mis funestas preuiccione.,.


» Los pueb¡o~ mas considerables de la monarquia por medio de sus cor-
poraciones y la mili(·ia nacional de mucbos punlos, habian acudido á mL
porque los títulos de gloriosC's sucesos qlle consolidaron el trono de yuestra
excelsa bija creyéron me habian de conceder la accion ele hacer indicaciones
pOI' el bien goneral (pe fues'~ll acogi(!as favorablemeute. Todo su dl'seo era
que la COllslituc:ion de 1837 no se menoscabase ni infringiese por un go-
bierno de qlJien todo lo temian en vista ele su marcha, notable por las es-
candalosi'ls remociones ele funcionarios públicos; por la iDlh·bi(!a disolucion
de unas cortes que acababan de constituirse; pOI' la intervencion en las elec-
ciones c1e nUéVOS diputallos; y por las leyes orgánicas que sometie,'on á su
deli!wracion.


¡¡A esta~ aut("nticas demoslraciones se unia el conocimiento que mi posi-
cion me permilia lener del estado de las cosas, sus relaciones y necesarias
consecuen(,ia" y coulencjrlo por lo tanto de la imperiosa necesidad de im-
petlir íos males, hice presente tÍ V. M. la cOlneniencia de que en uso de su,;
prerogati\'as acordase un cambio de gabinete capaz de salvar la nave del
Estallo; idea que admitió V. M. bajo el compromi.'o de que yo aceptase la
presi(!r.ncia y que no rehusé por ver asegurada la tranquilidad publi('a, y
sali~ftcho el unLÍnime deseo de los buenos españoles que constituyen la in-
illt:'llSa ma yol'Ía de la nacion.


II Recnazado mi programa ~in duda porque sus princi pa les ba~es con~is­
lian en la diso!urion de las actuales cortes, y en que lo;: proyectos de ley
que b habian sido presentados se anularan r.egándose su sancion, sabe V. )f.
todo CU~lllt() !llo"ido del mpjor celo expuse en las varias conferencias que
me prrmiliti) IUf'go que terminada gloriosamente la guerra contra los re-
beldes armados se me hizo ,;aber el (leseo de V. M. de que me pl'esrntase
en Bareelonil, insistien(!o particularmente en la conveniencia de que no
fue~e sancionada la ley de Ayuntamientos, pues que sier.do contrill'i3 tÍ lo
expresarni'nte dPlerminado sobre el particular en la Constitueion juradiJ, te-
mia que ;;e realiza8en mis pronósticos.


,El tenaz emppño de los cobardes consejeros de V. M. lanz6 con su Ím-




1004 HISTORTA DEL REINADO
prudente y precipitada medida la tea de la discordia poniendo en comLU8-
tion á esta indu~triosa capital, pero cuidando de salvar todo peligro, aban-
donando sus puestos con una anticipada dimisiou para ir al extranjero á
derramar el veneno de la calumnia, suponiendo aulor al que babia procu-
rado conjurar el mal, y que ya manifiesto eviló las te!Tibles consecuencias
que sin duda provocarún y esperaban la mbien los viles Lbaslal dos españo-
le:;; que ap;wmtando hipócritamente adhesion á la I¡·y fundamental del Es-
tado, consideran un crÍmen se proclame este principio Y. quisieran beber la
,;angre ele sus fieles sostenedores bajo el pretexto de alluquía que ellos con-
citan y fraguan rastreramente en el club en que rstún afiliados.


,V. ~I. en aquellos criticos momentos debió ser impulsada úni('amente de
,;u natural bondad en favor de un pueblo digno por sus.YÍrtude6 y sl'iíalados
sacrificios de que sea considerado y salisfechas su~ justas nigi'llcia.;. A8i ,0
creyó en vista de los reales decretos de nombramiento de IHlC\'OS mini~lros
hecho en personas de conocido cspaiíolismo, amantes de 13 Conslitucion ju-
rada, del trono de \'ueslra augusta hija y de la regencia de V. ~I., y á c \.
ccpcion de uno que renunció el ca rgo, todos los demás bicieron e i co~t(¡SO
sacrificio de aceptarlo poniéndose en marcha panl ofrecer sus nobles esfuer-
70S á la coroua, celosG~ de su lustre y de la prosperidad del Estado.


·,Sus prinripios eran bien conocidos y no posible que contra eilos y sus
propias convicciones siguiesen la torcida marcha de los que les precedieron.
Por e~lo la nacion se entregó a la grata y lisonjera cOllfiallza del pOJ'\'enir
!lidlOW r¡ne tanto anhela. Por esto, senC'l'a, en pLJL/jca~ exposiciones se con-
sideró un medio de salvacion el pronunciamiento de Barcelona, reprobaclo
solo pOI' los enemigos de V. M. y de la COllstilucion, y pOI' los que no late
en sus pecbos ('1 sentimiento de independpncia n3cioual qUtl ha tle constituir
nuestra ventura. El programa ql:C los ministros e]('r:!os pl'e~rl1taron á V. M.
no pOllia ser ni mas justo ni mas moderado; pero Jos dias transcurridos de-
bieron servil' á la pandilla egoista y criminal para mover nlleyo~ r(,301'te5 y
hacer creer á V. ~I. que debia llevarse adelante el sistema que aplan;'; :d
ministerio anterior,y ni esta cOl1sideraciol!, ni 13~ razones empicadas con elo-
cuencia, verdad y sana intencion, sinieron para que 11Is basps fue.~en admi-
tidas. Las rellunci3s se fueron sucediendo por COllsecueOl'ia forzosa; la na-
cion quedó sin gobiemo constituido des pues de una tal! prolongada crisis;
,igui"'l'of]"e otras elecciones,)' los antecedentes de algunos, todo, ~pñora, fué
la seiíal de alarma en la capital del reino, alarma qUé hil encol¡[rado eco en
Zaragoza y qlle será muy probable cunda en olras pro\illL'ia~,


Aeompaiio ~ V. ~I. una copia de la comunicaeion que me ha dirigido don
Joaquin ~Iaria Ferrer, nombrado presidente de la Junta provi,iona! de go-
bicl'llo de la provincia de Madrid y otra de la contestacÍon que he creido
neefJsario dar. En el pronunciamiento que se ha verificado ya, ha sido poca
la sallsre "erlida; el objeto se me dice no es otro que el de so~tener ilesos el




D1L ¡f.rmo BORBOM DE ESPAÑA, 1005
trono do Isabol TI, h : ";';P[]c¡ü de v, M'l la constitncÍon del E~tado v la in-
dept~ncl('ncia nacional. Yo creo, señora, que tale6 son los prir:cipios qJue pro-
fesa V. M" pe!'o en un gobiel'llo I'epre~entativo son todos los consejeros de
la COí'UD,), cnmo !'e~pollsables de lo~ actoiol, 10 ... qlle S{' Ilece-ita (IUB ofrezcan
las ~fJaul'id;ldt)s r¡ue COll tanla allsiedad se han esperado, y siendo un hecho
fllle !o~ ell'oidos de~pues de aceptada la dimi:.:ior de! gabinete Pert'z de Ca8-
trn y (¡ue /,odian 8a ti~facel' aqllell a ansiedad tmiel'Oli,fjUe rd i 131 Bt por :10
sll"rribir á l:1 pl'omulgacion de la ley de Ayuntamientos contraria ~ b coni'.--
titucií1n, ~I' d¡~,,('ul)!,(l el motlvo qUE' ba im¡m!s:HllI el lamentable y sensible
mrl\imietlt0 q!le kl plH'slr: en cOlitli;:I(i Ó Y. ,r y f/1l0 are"ta mi corazon pOI'
ID::;'S ílup 1,) (('nia predicho, Los ll)edio3 de 1'l'¡rimil'!C: crrcn !os ministros que
rslún al lado (le V, M, que rs hacer ll~O de la fuerza eI,,1 eji"!'ci((¡, ,p,.;un la
l'(;~;l :,::!,,¡; (j!li~ ¡;e me ('omlmica con [echa 1) de estC' mes, y al efecto ;:ie me
eli6c ,'1 mi (¡ue 110 he penlonarlo llingun medio para e\ itar lIega5e el dia de
tan !rrrihle prueba que parir{! compl'{)[nrtr'l' para sicmprf' el (¡rden social;
J '1 J ' , ' 1 d8(':" rOi;;! ti !Ül'rente~ a ~allgre, ma,n;;r:n' \JI; f'Je¡'c!to r¡l1P nc,~ lace. res-
l)('tal¡!f'~) y pe,'del' e: fruto <In las señalarlas gll)!'ia~ que km <Jnir¡llilado 6 las
hur:;lf" ('OH (j1H' rl reuc!di' don Carios crrvrí USl1!'Dar el !rOilG v levantar ca-


.. .


cid-o, p;il'il saniri(',ll' (¡ los que lo han defendido y conqui8!ado la libertad,
POi' ('sil) r porrlllP y, ~1. en su carta autógrafa d!~ la misma fecha que he te-
nil\n ('\ l:oilm' lIt' l'flcibil' observó que por tale~ ~Ucf'SO~ han breho concebir á
~¡., _ '1 -,f r~lC~{ll' dI) (¡UC' n!?li.':l'a t~! trouo~ ert~t~ (\;: tnl (~~ber sa;.::¡,;\de,¡ tr¡jn~luiliw~


" ,-_. l...-


ID!' en (',1;\ part!) Ú V, M, haciendo COI! lloblez,\ J con la hotlradez que a~os-
lumhro bs nh;;cnac¡ones que me sugiere mi lealtad y patriotismo por si logro
¡""'re],";.f :ínimn di' V. M, {I (¡ne dando fe á mis palabras acuerde los medios
df' ~:dpci()n, úni,'os que con in~!ici2 01'.' pilrecr ."1' deben adoptar, Así, ~eño­
r;L ni l)ijrdr h;l!lPl" :lr[l1cmí;l. r;i CO[J[blllZll, ni eonq¡';:;uir~e (lUP !a j}ClZ se esta--


. ¡ '-


b1ez";J t:Jn.;;ólidaml~ntp como debía esperarsil de;;pues de tenr;¡ní1clr¡ la guerra,
'.\1 p:¡rl:d d ji!Jrl'al. ~e le ha calumniado allemás por los corifeos del otrry.


. ,


sapll¡¡j¡'i1'1o Ijl<P ron~piran contra e! trono y la eon~litllcion y quc no ~on oit'l'.
['I¡sa {¡\lO an~!'(¡lli"u¡,; enemi50'~ de] (í]'(len social, y no poca8 "(lCCS se han fra-
guado ;l:<on:lr!;u r mol¡~HJ,; para eOl'l'obol'at' e.;tr ¡n;!lrWllarlo jui('io; poro que
Ill) 11:11\ [l,·"dil¡';!n nillDun efeelo porql1e los hombl'e~ ban penetrado :1 fuerza
di' (h"'~!l::;3il()' id o!'Ícrl' y la tendencia, Los 81]')1'\0- h~m sido nna consecuen-
cia pr('('¡,(l PDI"Ille la falta de motivo hacia imposibles combin<lcinnes gene-
rale" qlJ' f:Wl¡JOl'O e,taha en los interesea de los motores el ensayal' so pena
di' ('()nvrrtir~p en daño propio,


, \-í :l!)'ldal'On tos alborotos de Madrid y de Slwilla en los últimos meses
rh,~ él ií" ,/(' 1 ~n ~, \' mi~ representaciones á V, ~I. de 28 ¡le ol~tubi'~ v 6 de


. J •


1" , ¡ I ' 'f ¡I 1'" 1 ' 1 ( ICICmr):'l; {(j'¡!ei'll[; C<Jl1veücer por que m<lno üCl'on aque ,os l ll'lgl( OS Y ('oa,
el 0rme-tl) li:¡ Ú (¡He eran encamina,¡o5, Entoll"es so falt:! sin ningun pretexto
al !!,'(Jhil,l!'W! c')I\~I¡luid(j tI,) V. ~L y cuando (',tab:) la gucl'l'iJ. í:n su m:l)/()l' in·
T()~!{J 1. 1'27




lOOG HISTORIA. DEL ma:UDO
cremento, lo cual hubiera podido inutilizar ú los defensores de la justa cau~a
permitiendo el triunfo al bando rebelde, ]~n el dia yo considero los pronun-
ciamientos hasta ahora demostrados, hajo de una faz muy rliferenle, No f>P
una pandilla an;'¡l'qui~ta que sin fe política prl)Clll'~ s:¡!Jvi'rli,' el IÍrden. Es el
partido liberal qu') vejado y temeroso de que se retroceda al des¡;olisffi() h~
empl1ñ3(lo las al'm,13 para no dl'j:ll'las sin ve!' a,e~lJr;1d() el tl'l)nfl de v!]r~tra
excekl hija, 13 ¡'PSenda de V, M" la cümtitucion de 1 S~7 y la jnrlppen~el1'
cia naciollal. Hombres de fortuna, de repre&cnl{1cion y dA b\leno~ 3nlpcerlen·
tes se han empeñ:1 1lo en la demanda; y lo r¡Uf' m;¡s drh!' lIam(!1' b ;jten(~iü[]
es que cuerpos del t'j:"l'cito se han !luido (lCP0l]!{¡¡w:mwllli', ~i!l duna porque
el grito prw'!¿lln~(lo r" id !Jue (~~lá impl'e~o f1n ~11~ COl'aZODe~ y por el fJlle h(jll
bl~cho l~n he]'oicos (lsflJel'zos y pre.;en!adl) sus prrhos con ynlor y rlecision ,,/
pJ.J[l1U y biol'rn de los Y/'nl:idos enemigos, POl' I)II'J [1:11'10 DI) !l'l~!~O !Joticia 11'
atropellamientos ~li :,:rím(~ne,1 de aquellos con (¡U e se mil1'!~a pi l!p~¡')l'(ien dI' la
anarquí<1,
d~,tJ;¡ I'r;l,~idflj'a(>ione~ y otrí1S mur!¡::¡s que omito po]' !lO molesta~' d~'JTla­


si<111,) la 8l~;,,'inn de V, ~f. j creo que !ebirran ]if
'
,Q8!,Q{1 ;)n!,,~~ ,Ii' il~\';1J' ;'1 ('~dlf)


un l'ompimif1nln '¡n q'le los hijflS I'on !0S pa(II'P~, Jq~ h,'r:l);lnO, 1'(lD los bcr-
ill¡1,llO'l, los españul,,,, cnn"~pañoles, fll13.r;:pn impplir1(i~ Ú 'f'nO'al' s~n~rif'nt;l,
luchil.' por \1 ro, mi,m,~" pri Dei pio., dp~pnp~ de h211~!, C(\n~f'lll ¡do f'n :1 braz(ll'O'
'3(;, :ib",',: d" la f'l;'(]:.¡'hl ·1;:'¡ "Oerni[[,0 ('011ll'D r~u,: 'o~lq\'l) l8 ('n('nl'lliz~d;J (11-


1'1 ('i,""" ",1.,: 1:"111';:1 '>"".:,1:,.,,,;' !, i0(l "'(''1,;1.1,'' ''')TII'!\,')!'' ;,1 ('U(O nl:lIJ,j,'¡ I,'l fl¡pna'! >,., ,.lA {)d .,UI. <.. •••• " ..... ~.~ • J~ .. __ ""~ cJ. lJ, ..... d, t .... " 'J ,\>::.t i I U, '- ~",
¿Se lía olvidado 10 ql!e sucedió al gene!':)l Latrc ,d (lirig:il'~(~ f',obrc An(\alur\¡)'!
1.\0 ,L'aln de uni!'~e h !l:ua¡Ti~¡ln de ~r:¡rlr'id 01 i)i1rbl,) nnh'ileiil) de"lm('~ dr
u ~~ j


1L~Jndon(n' ,/) '\;.3 11i) {~1':11? ¿'Y si !:-d ~n('~ltit:~e ~'on !n~ r~\!~r~):l~ qi1~'~ n18n~
d:lS~::; f'; ,jí!-.>1, !r11~ "_~'-!l'_¡'; dt~ h. di i{'~P'jT:(l1 (lr\l flii~;,·'lití)9 ~~ vn nl~lrr·f;:l
ti ~h:h,l ¡1"í':,:,,1 ,,1 ':,i::, lo ih lo ijilG ¡'i1W1J "'1"1lr!0:' ('[;:1 l'lS ,!Pn;;\" 11'01P"
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me dic r, (¡¡¡:: me: d8r:icL :s d,f,',d,;!' !~! I"ODO lir'!'d~n,l(, " rn.i raio d" ]po m~)!p"
que ]e :,~¡·;_~:r):,:.)r:. ~llUC[l.) :';f·f"1P:';¡, :r-r0 h0 h(·('l·,r; di.~,~r':: rL-, rp!(1 '/ ". nli~ "t)ti-
:ras{~ L~U 3p~'(~ci{L ~li :~\:D2~~';~ J(1,'~1~'lrn2d~ 0D lo:' '1/\;:-;1¡ :~[ ::'ni ;·n!".~i.)l~tr, ~~nh(ilf),
todo mi se!' consaGrado á la cl)o~oli(hci(1n ikl ;1'('1'1) \' ,c :'1 (""li('id;)r\ (¡, mi
pllf.ria, ]:' hj,':"~I:ri~~ ::!: 011 ~!C :l1! l;·id:.l. mjlj'}l¡'; ~.qO r1ir!Pl n~:J; .~ \-. ~Y,~); E~: lV~"


. ' l' r 1 " .• , 1 ! I ce . ::artü qUt pr~J?:Y:) ;Ll~~1'2 ~p i:: ¡''.e f!lJ~ .il1:·;lí~~¡"n¡(¡'-~ ;.::~d¡ :~~l¡"pr)(:"l :~~.' '-;p7, ()~
conatos a!ey~~.s :1.: ;':":02 '¡¡ji/lh!':'·", qne sin ~0S ! ¡fn;"¡z' rl'-' ¡'\'~n ""-j ."/ ,'.' d~" trnr¡'
baH !.'{;u.:;rGl~iJ!~: i:-,'- '/ ~f ':"¡: '~;~Djr'~l;l:",\":, . ,'o ~'l- ~, '-'¡'\' . 'lj .¡..: '..:."1f'h-~
sus insidius"" i¡¿,illG6 '




1 r07
,) lo creo, SeiíOi',i, IPW no peli6l'a el trono de mi :-eina, r f'st(¡y pel'suadi-


Juque pueden eritar6(j lú~ males de mi país apreciando los consejos que para
(;oujurarlú~ me pal't'ció deber da]' á V, 11. Tod:l\ía, st'fiora, pueJe se!' tiem-
po. l;ll [r(lnco manifiesto de r, JI. á la ll::wion ofreciendo que la l'onstitucion
(JO ~el'á alterada; que sCl'ún disu2¡la~ las actuales cortes y qur: las leyes que
acoI'Jal'o[j~c ~ümelcrál1 á la delibel'acion de las (¡tW llll':y;\menle se convo-
quen, tranc¡uilizariÍ los ánimos, si al mismo tiempO eligu \, Ji. sei, con~eje.
ros de la corona de coneepto liberal, puros, justos y s:1bios. Entonces, no 10
dude V. M" to(103 los que ahora se han pronuHciado di~idente¡; depondrán
la aelilud UI)slil, l'ecouocit'ndo entusiasmado: la lJOlllbJ dI' la que siempre
íu~~ madro de ll)s e~paiíules, \0 habrá sangre ni de'it;i'Jcias; la paz se verá
auanzada; el (ljl'l'CitO siempro vil'l11050, conservará su Jjsei¡Jlina; mantendrá
el tinLu y \,1 11\"jwlo á las J¡)yes: será un fuerte escudo lbl lrono eül1slitu-
cionul, } podrú SOl' respt'lada l1ucstr;:¡ inclepeilrleneia, principiando la era de
prospcrilLid que necesita f;sla trabajada \lacioE en rl\I:¡)mpell~a de sus :,;eno-
"osus ~Jcrífici()s y lw: uir;os esfuerzos. P11\'0 ~¡ eslas me¡Jida~ de ~alvacilJn HG
"0 adoptan .-illl)(lj'(lida de momento, diflCil será c~ilelllal f:d giro que l(Jmarán
las co~a~ y ha~la ¡Jónlle ¡le¡;:.¡r:ln ~us efectos, porljue UGa rcvolucion, por mas
sagl ado IjIW sea el fin ron que se promuevo, no será exirafi0 que la perver-
sidad de algunos hombres la encaminen por rumbo contrario, moyiendo 13s
masas para satisfacer criminales y anárquicos proyedos.


Ilír;N:se v, }L íijar t"da su con"iclcral'ion sobro lo expue-to para que su
resolucion sea la mas acertada y feliz ea tan aZaI'0SJ:i (jirclilbtwcias.-Bar-
celona'7 lle setiembre (le 18tO,-Señora: AL. R, P. de V. :\I.-EI duque
de la Vi,:[o!'ia.);


«Al'agf!lleses,-La ciudad de Zaragoza acaba de levantar el pendon de la
resistencia lebal contra un poder que ha quebrantado la Constltucion polí-
tIca del estado y que ha sometido la España á la direccion de manos extran-
Jeras.


d.lespues de acordado por el Ayuntamiento de esta capital en seBÍon pú-
blic:1 dJ ayer no obe:lecer la3 órdenes del miuislerio, que mas ó menos con-
travengan á la ley fundamental de la monarquía, la ~Iilicia nacional de todas
armas se reunió y juró perecer antes que el pais y las instituciones sirvan de
ludibrio á unos por.os ambiciosos.


))Aquellos sagrados Yoto~ fueron recibidos con entusiasmo por toda esta
heroica p,¡blacion, cansada de sufrir la osadía de gentes, para quienes Di la
dignidad de la España ni la cOD8ervacion de sus libertades han sido jamás
sino objeto de hipócritas declamaciones y de tráfico vil y mercenario.


»)Los acontecimiento;,; recientes reclamaban con efecto que el pais atendiese




lOON HISTORIA DEL REINADO
por si mismo á su propia salvacion; y la capital de este antiguo reino, llena
de amargos recuerdos no podia mira!' sin estremecimiento del menguado punto
á donde eran llevados pOI' los enemigos de su prosperidad y glol'ia, tantos
sacrificios y tanta sangre derramada hasta aquí pOI' )a libertad y por la in-
dependencia de la patria.


» En virtud de tan unánime I'esolucion, el Ayuntamiento de Zaragoza ~e
reunió a yC1' tarde en sesion extraordinaria, y acordó como único ru('IJiO po-
sitivo de dar salisfaccion á tan digna y elevada demanda, C!ue una jUllla pro·
,'isional reasumiese en sus manos la autoridad publica y d irecc:ion de los ne-
gocios de gobierno. Con eble objeto, y á fin de que la madure!. de la deli-
beracÍon corrcspol:Hliel'a llias o:itellsibJemente á la grandioHidad de la empresa,
creyó oportuno el euel'po municipal COIl vocal' á su ¡,¡esion de este dia tilia
I'eunion de ciudadanos, que por su posi<.;ion personal, y por la confianza que
mereciesen al país, contritu yeran con sus consej os al acierto, que para casos
tan graves clJ!lvicnc lomar á lo(h costa.
~PoJ' consecuencia 11e tan prudente acuerdo los que tienen el honor de ¡ir-


m3r ,on el Ayuntamiento, se han reunido hoy en las casa,.; cOllsisluri~¡fs; y
despues de una larga y ueleuida discusioll, en que las eircunslnllcias 11e la
nacion cntera y la situaeiun en que el pueblo aragon,',s se 21lCUentra,' han
sido franca I~ imparcialmente juzgados, han convenido en (¡ue se iIl~lalc la
Junta pr(¡visional de gooienlO, compuesla de los vocales siguientes:


'(¡ Don Migucl Alejos BurrieJ.
»Don Félix Diaz .
• Don Joaquín Iñigo.
,Don Lui", del Corral.
,Don Mariano Hafae] Lopez.
,Don Manuel de La-Hica.
,Don ~Iariano Montanés.
:iDe esperar e~ que la justa ansiedad del público calme con una detel'mi~


nacion de esta naturaleza, que bastará por sí sola para poner al aLrigo de
cualquier conflicto las personas y los bienes de todos lo~ ciudadanos pacífi-
cos: de creer es que la conLianza que inspiran á todo~ los buenos patricios
del Aragon las personas que componen la Junta de gobierno proporcione en
breve el l'eslableeimienlo de la constitucion polítiea del estado en todas sus
partes y con todas sus leales y legítimas consecuencias.


»El pais por 1,) tanto debe desl:ansar en el patriotismo de su Junta y dis-
ponerse con ella á dejar afianzada la libertad é independencia, de una vez
para siempre; porque no es el caso ya de aventurar de nuevo la suertc de
esta magnánima nacion, nÍ por impl'evision, desde ahora mas indisculpable,
ni por excesi\'a confianza.


,As) lo e~pera la nacion toda de los sensatos y generosos Pileblo.; de Ara-
gon, y así lo baránlos aragoneses con su habitual y constante bizarría.




DEL (-LTnIO BOnnON DE ESPA~A 1009
llCa~aíl consistoriales de Zaragoza á ~, de setiemhre de 1 RL\ O,-~Ijguel


Alejos nUlTiel, Ponciano Alberola, Manuel Tel'uel, Julian de Zaba!eta, Fran~
cisco Lagunas, Joaquin JOI'Clan, Andrr',s Padules, Tadeo Lopez, Manuel Ez-
mir. Cu,todio Izquierdo, Hude,j nd!) Gea, Luis de Quinto, Manuel dA La-Rica,
Tibul'cio de Zaragoza, F¡'lix Diaz, :\Iariano Rafael Lopez, Josó Fermin COIl-
gel, Pascul1! de enceta, llamon Lafuente, Felipe Almceb, Francisco namon
de Moneada, :\fanuel María Jurado, Luis del Corral, Joaljuin Iñigo, Jayiel' de
Quinto, Manuel Villava, José l\Iarraco, Joaquin Maria, Gregorio tig('rn, ~e~
n'plario, »)


11lol.'ucicn de la Jlln/a de ljo[J¡'erno de la prorincla de lluescG á S/IS lwDi/rwles.


dluP:,ca acaba de dar un testimonio el mas solemne de su civismo y Jt;
íj\lP n1Prece estar á la cabeza de hombres tan honrados y liber3les como los
a!'3gonese~. Con noticia de que en Zaragoza se habia hecho por su Ayunta-
m;pnLo un manifipsLo al pueblo~obre lo crítico dA las eil'clln~tancias pnliti-
i'(l~, y pi peligro que corria la libertad por que tanta sangre Re ha df'lTama-
do, la c.orpor3c.ion municipal de esta ciudad enterada de aquel suceso pOI'
comun~c.acion que el ~t'ñ()1' jefe político la hizo en una I'eunion con\'ocada al
efeclo, y compuesta de sus indivifluos y de las personas mas notables de la
eiu(la(l, se reunió :¡ las tres y media de ayer para secundar los pas(l~ del re-
ferido :J}'lJntamienlo de la mell'lípoli del reino; y en efecto, pOI' Sil acta 3('Of-
dó secundar la I'flsolncioll del Ayuntamiento de Zaragoza, de no obedecer,
aunque se publicase, la ley de Ayuntamientos ni otra alguna contraria á la
Con~titllrjl)ll dI' la monarquía, habiendo asistido á la expresad3 se~ion el pue~
!Jlo con la mayor armonía y compostura.


;¡Mas no contenla la expresada municipalidad con esto, y babiendo sabido
que tanto en Zaragoza como en Madrid y otras capitales se babia establecido
una Junta de gllbit'rno como medio supletorio del que falta á la nacilln mas
de un me.~ hace, invitó á la (:omi~ion de la Excma, DiputaHon pl'ovinciall[ue
la rf'lpresenla en esta capilal pOI' no hallarse reunida, á una sesion de las dos
corporaciones, de las aulorida(les y personas de di"tiucion con asistencia del
público, para (ratar ;1 puerta abierta de tan vital asunto, Reunida esta Junta
bajo la presidencia del señor jefe político, y de~pues de haber us;¡do la pa-
labra a('erra dpl moti vo que la causaba varios señores, se determinó de pro-
ceder en to(lo de ilcuerdo con la siempre invicta Zaragoza, habiendo mani-
festado los individuo . .; de la comision de la Ricma. Diputacion provincial su
aprohacion á cuanto el ~I. 1. Ayuntamiento habia hecho, y en srguida "'fl
pasó al nombramiplllo de la Junta sllprema de gobierno, previas varias con~
ferenciíls entre todos Jos ciurladanos p¡·esentés y IOH electores ó eompromisa-
rio~ designados por la ~Iilicia nacional de ambas armas, en un ion con indi-
viduos de la municipalidad, de la Diputacíon y el señor gobernador milita!'.




1010 mSTORIA DRL RUNA DO
le' lo que resultaron propuestos para tao grave cargo el señor provisor vica·
"ie seDeral del obi~pado; don TOlliás Perez, individuo de la Diputacion pro·
vine¡al; el señor juez de primera instancia de esta capital, don Jo~é Lopez
nünce; don Tomás VilIanueya, comandante de la Mili('ia nacional; don Se-
bil~tiatl Larol'c(\(h, del comercio; don Sebastian Guillen, de la clase de la-
bl'i1:!IJf'['~; don Mariano Renedel, regidor decano, y don Libario 5ampietro,
benem(\l'ito oneial retirado; en cuyos nombramientos se luvo presente el re-
p:":8entar toda:, las clases, ya que no se podia, por lo urgente de las cir-
Cllnst;'lHci:Js, el repl'Nmtar debidamente toda la provincia, sODre lo que se
determinó lo conH'nienlü Ú su logro á la mayor brevedad posible. La Junta
nombrada no ha perdido un momento, y queJó instalada anochE' á ICls diez,
2 su prime!' cuidado ha sido el anunciar su instalarion con la historia que le
118 precedido. Si los individuos que la componen !lO eRtuviescn !JiJseidos de
m mi,ion) y el amo!' patrio que se necesita para llenarla, y ~obre tOllo de
~as virtudes riel alto .,-\ragon, desfallecerian á la vista de una carga tan su-
perior á sus fllPrza~;' emperc, estimulados de tales considcracione~ y C(!llHIl-
,~¡¡jos (le que la necesidad obliga á todo sacrifici'J, no dudan ofrecer á lo~ ba~
hilaotes de la pro\'iucia de Huesca que harán hasta lo mas dificil por salvar
105 juramentos pl'flstados, la Const;tucion de 1837, el trono de I,;abellI, la
B.cgencia de su augusta maure y la independencia de la nacion de sus ene-
miGl)s y (le cuantos peligros los combatan, procurando á la vez que en nada
,C ludw la tr,l[l(¡llilidad pública, ni se conmueva el ón!t:n e . ¡LJhlec;lb, .sino
en cuant! sed necesario para la marcha de su interina administracion. La
Junta espera la cooperacion de todos los pueblos, que será el complemento
de la obloa de su regeneracion política, é invoca el patriotismo y las luces de
todos para llevarla á cab(" segura de que así podrá poner coto á los mane-
jos é intrigas de los verdaderos perturbadores de la paz que íbamos á dis-
frutar, y se afianzará en esta crisis para siempre el I'('gimen representativo,
')hjnto de los votos de todos los españoles y de todos los verdaderos patriola~
J121 mundo cíyiliz~do, quedando en trabajar sin cesar para ello, en comuni-
Ga!' á los pueblos 3US reeolueiones y demás qUf' convenga poI' el conducto de
sus autoridades.-lIuesca 6 de setiembre de 1840. -El presidente, José
Loprz Ponce de Lcon,-EI vice-presidente, Tomús Villanova.-Bonifacio
Quintin de Villaescusa . -Tomás Perez. -Sebastian Larorcada. -Sebaslian
Guillcll.-Mariano Bell(~det.-Ljborio Sampietro.-Por acuerdo de la Junta,
~¡cü!lÍ¡¡ ~{arqués, secretario interino. »


(~,) Wase P.


:o.; Véase R. y S.




DEL l LTDIO BORBGN DE ESPAÑ.\. 1011


(P)


Ante el deseo y la necesidad ne que los electores se expliquen bien el
nombramiento de la Hegencia y la marcha y desarrollo del alzamiento de
setiembre no hemes querido privarles de algunos discursos que hemos inser-
tadr e\1 el texto aunque no íntegros; pero hemos tenido que dejar paril estb
sitio algunos muy importantes.


El cliscurso del señor Gonzalez Bravo que tanto ha figurado posteriormen-
te, es muy importante y le trasladamos á continuacion:


«Señores, BS sumamente imposible que yo pueda presentar con noyedad
esta cue.;;tion despues de haber hablado tanlas y tan distinguidas pel's'Jna¡¡.
que creo no puede hacerse ya otra cosa que esforzar algunos argunJ('J\to.
sin embal'p;o corno en el Con~reso se ha manifestado cierto deseo de que 128··
da dipntarlo consigne su opinion, seria extraño que yo estando en turno\'
ohli.;.::arlo ca,i á hacerlo, desperdiciase la ocasion y me ql1ecl~,e ¡,on mi, I'on·
sirle!'3cione~ para mí solo, y que no las exponga á la consid¡:>],3cion rIel Con
greso, y sobre lodo drl pais, que tan en expectatiya eslá sobre C:;te aelm;(,.


)lSI! ha dicho, señores, que la cuestion es muy gr;lve. Yo entiendo que
efectivamente lo es; las razones particulares por donde los señores diputa-
dos han creido que esta euestion es grave, son de dos g"'i1el'O~; un~s afeeíi1n
tc,ír;e:! y prácticamente:í la ene~tion; otras están, digámo,lo 'l~¡, i'TI denTi:d"
de ella; 13s !Y!3S SO'1 de la cnestion mi~rna; las otras ;;:m d(~ h,: ,:i:(:llP.;I;¡n·
cias, 'an (lecan\adas 1V)(' todos en que esta cuestiün necesita resolverse. Cr¡T¡
("la.- do.- f·()Il~id!'I"J.('ionps h,m procedido 10R señores diputado:; Cll';US respe~·
t¡vos discursos; teniendo pIW(lnte~ eE'(as dos eOIlside:·aeiOIlf's h~ll tral·'do rL
la ¡,(';;olurion del problema. Yo, ;;ellores, seguiré el mi'mo cami¡)o: c:\ilmi¡\;]
r~ primero la euestion como es en sí, y luego la icX¡Hllin[ll"L' .'on a]"l'e~lo i:
las cir('\m~ta[J('ias; examinaré esta~ segun mi modo (h cntellil"l", J ('n:ich:ir,'
exponirndo las J'Clzones que me parezcan justas á la eoni,i(!f~!';¡eion del ('r;'!_
gl'eso.


)) Pero si E's bueno examinar la cuestion por 103 dos pll:llns Je vi,tn '1ur
tiene, (ringas;> entendido que yo creo qUe f.O debe omit¡r5'~ ¡;inguna conojd,,-
raeion, niof.':Ina circunstancia, ningllll aspecto por peligroso que pned;1 p8-
rec~I', pOI' prolijo, por in,lispensable que pueda pre;;ental'st'; y fjl]fl ~11 tOilo',
conceptos, aunque me pudiera encontrar en un compromiso :11 decil' mi,
opiniones, no dejar':' de der'irlo tal como lo sienta, tal como yo creo que pI
pais lo pide y necesita para juzgar.
»n{~ observ8do en algunos señores diputados, y no lo., culpo por e~to.


cierta reticencia, cierlo modo envuelto en hablar sin tocar algunas difklll-
taues; y como yo (Te o que antes de resolver esta cl'estiol1 'Jeben ¡·?~'6i!t·F(
todos II)~ velos, debe descubrirse la verdad de las (O~:.H) pl:;'jU,\ L~' 1-1.r·




1 012 IlI~TlJllIA DEL IlEI'lADO
mol' á no"otl'os mismos el descubrimiento de la verdad, ~ino al pal~: que
nos mira, por esa razon entiendo yo que todo puede y debe decírse; malO
creo que con calma, con tranquilidad, con franqueza no babrá lugar á cul-
par las illtencione3 del que babIa, ni creer que lo fjue diga pueda "el' peli-
groso.


"Algunos sefíores diputados han manifAslado que esta cuc,;tion no está
rebatida suLieientewente; yo pienso que e:ita cuestioll en la ¡;ollciencia ele
"ad,l di jJll lado está resuelta. Han dicho algullos señores di IJlltado~ que si
así fuera, inútiles seria u los discl!l'sOS en eote sitio: yo ereo que en p~te sitio
mas que convencieudo á nuestros adversarios, ('stamo.., dpfelldielldo la HI'-
(13(t de bs eosas; no para qUe los diputados tonlen esta Ó la 0lra re~ulllcion,
~in() para IjUtl la opinion pública forme el verdadero juicio de las c()~as, fije
bien la atencion en los sucesos, y no se deje alucinar de mas (¡ ~lenM Pq)C~­
ciosos r:leiocinio¿, 00, sino lo que real y vel'lladeramellle debe ser nuestro
guia, lo l¡Ue ha oeul'ido en e3ta cuestiono


llEs la l'uei'ltioll sobré si la Hegencia ha de comf!0ller~c de un individn
"


"


de tres; Ú jJrimera vista parece que no habia grave disputa ('u btn pOI'l(ue
el articulo l'oll:ititucio!lLIl está expreso, y [an lf'g;)! es le, IIADi'liCia dl' uno
como la de tres; he dicho que uno y tres, porque la de cinco ba leni(!u de-
fensores eondicionale..,;; pOI' consiguiente aparece que no está en el terreno
de la di~'~usjon. Al decir que es tan lega! y legili!l1~ la He3encia de llno
como la de tle~, ouicro consignar una ojJilJion ,lel modo ,1,· !)(,Il,.;ar mio,'"


J 1..__ ' .,¡


esto lo har.' por lo que ha manifestado el ~eñol' LujaIlj yo diré que cualquie-
ra que sea la Regencia que nombren las Cortes, por haber comlJutiuo yo esa
Regencia, si [ue.;e contraria á mi modo de pensar, no dejaría de darle f:ii
d,íbi! apoyo el! tadü lo que sea constitucional, as] corno la eomual.il'lS, cara
ú cara, sin temor en tojo aquello en ((lle quif~l'e salirse de IU6 lí[Jjile~ d(o la
ley; y entié\lda~e que es hueno diferenciar en este punto lo que es la Hegen-
cia, :r lo que es el Gobierno.


,)EI señúr Lujan ha dicho que nosotros, como hombres leab y pa-
triota~, drbelll\ls apoyar ese GolJierno; yo digo á S. S. que nosolres dehr,-
m03 examinar lo que bace ese GuLiel'llo; si es bueno apoyarle; si es malo
comb3\irle. Esto, pues, la Regeneia como Hegencia será cOIl~id('rad¡l proba-
blemente como il'lwponsabk; pOI' consigUiente si alguna opusiciull St; hit'ie~e
3quí, seria al Gobierno si no marchaba bien; si alguna vez LH~ra contra la
Regelleia, ~el'ill pnrque e~a Reóencia habria lra:;¡>asadu el lí¡¡¡itl~ de "u." atri-
buciones cuando hubiera faltado á la Constitu¡;ioii, y éntollce8 yi.l uu ~eria
Regencia. Ha babido eoslumLre de confundir una~ y otras eusas, ~' p'li' ('sa
l'llZOU Le ¡¡"chu t',;ca difel'eneia ó dislineion notable. Yo en e"le "jtií: nll f,lX:.l-
minaré lo" h,:dj{J~ dJ la Rc,sencii:l, sino los de su ~[¡niskr¡u; bart (JtJ0~¡I'ii)¡;
8 los (lct:IS d(· csit: (Iue crea malos, pero de llín,.::¡m:l ¡j¡(Jllel a;', 1;, n(,~,;ncj¡!
ul.¡Pi.lt~·.l-:: 11\ n~óeo~~ja 0uillpla cúu los tleu,~l'es t.¡ue :~t C'J~l~~itll\:i!Ji~ '~ il\;pCrUf




DEL i LTDIO BIJnIlI)~ DE ESPAÑ A. 1013
, Ha sido llecesario nacer esta adal'acion porque podria entenderse de lo


dicho pc,r el s3iior Liljan que los que ,lIJemos alacado la Regencia única ia
a!aC(lrellH'.'; mañaIla ile;;;¡lmente; y es necesario rechazar ese cargo gravísi-
mo; ps i1e"l'~ari() ¡flle'¡tl aljui c(ju~jg!lado que~Jos que defendemos la negen-
cia triple somo" lan cOll~¡itll[;i()ni.de~ como l05 8JefensUl'es de Id única; que
I'e"petarno,; lu) aetu" parlamentarioK tanto,:comu los (itle m<ls; y que, ('omo
hf) dich,] ~illle3, n()~'Jlros r(',;petaremos la Hcgéilcia, ~illienlras no traspase los
]íUljle~ que k e~tán señ;dados por la ley.
))Lo~ (li'/un1,lnlo, !n:,;~[}l(Hlú,,, en pro de: la negf'ncia única no han sido


ma,,; f¡W; ¡;;¡¡¡ ,'11 t"(;!'1:I, UIL) sedo, que la ¡l¡jiddd lllural (,~ d mcjol' de los
r'. , ", '1 ' t. 'f '1' '1 - j"
'Ji!.Ji!.'¡'II(', ¡¡,)-;JI)ie,,; y C,J'.l ;'JWiI u;,¡n lil e 1'1 , o ,le <tIJUI a'bunos SCllOl'es (IPU-
ta,;o" 'jll'~ ¡.), :!I';-;;lmf~lltu, p:'eoenlado~ell favorué la llegcncia única, ~on
i(H (rW ,,¡ 3:. ¡¡,in a10ga(o ,en el interés,del Gobiemo absoluto.


)':\'1) ,;:' hd dillO i)ll pru de la R"gencia úIlil~a llacla 1 que no se haya dicho
en pro ¡Ji' la ci;i!ll'alizlIJio[l di


'
] poder Rn nna sola pel'so!!a; liO .se ha presen-


I 1 ¡ 1 , , . l' ''l' ¡ (~L d:]') 11j,~,1 ¡HdL:l t~ !:U e:; .; 1) en Od'O jJt!¡~" C~ ¡~;2(,lr, que ~e IL .... l.~on.sH e-
rado ,i Ll g"n ',: ::t ',:U!i1U á la iXJlllü¡qllia; piro eon razoo dijo el señol' Posa-
d ,",' ," ,,, , .. ,', 1, 'l', : " : '!. ),'"1,',, 'lle la l)e"er,,)'a d ,1~ ,:r "".,,1 't"" di "J, J ylJ 1" del Jl(J J1n,,¡~lILl,d lOli .. JICIl, I¡ l tJ ,t;
11' es ti [:'.);;,); P!l:' ,',)n,:~'':;,Hltleia si los Mollm!~nln~~ presentados hasta ahora
haü ~iill)'n p":' d!~ h! il1onarquía, la Regencia no es J:¡ D1(lll;lrquia, señOles;
r j"''; ;'¡, j!1'1 ;l'.!' LJ '-;¡ i ,l:~ijln 'Uíll t,j'lbdIl1) ~~\ h~vjia (1'1 })ro de la n~­
gí:'cci=: uliicJ.
')S~ Ííó l!¡r';I(l qil[~ ];¡ I:düralizaci0n del ¡Ylihl' \38 un progreso, y que si


" 1)~J",:" ;J l~ },l,-;" '~J diLi j P )¡'~:I:L!, -~; ]'etl'¡_~ecd~lnlo,s ::11 pste punto
, a ,', !", "("")f)n,lJ',IO ¡)o¡' ,,¡,fU"· fL .. l;ij'.'/} d"'· 'j ~'.: '.:'1 di ,'O~ ,,~ill~I',::nlU': ~1 \iin~~'!', 1 d ~ .... -~ i ,uq '-' - CA b


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~iI5Iu.:, ¡J ,i' ,':, ¡"j 1.',-, ji ),' la \OlUilia'.l jJO¡l:i!.ii', J' ':l1\i\'re l'(: n¡~,'ca, sin espe-


, '" I ' l' ' . I 1 ranza~ I¡'~~ .:U~)!J· ;, t>":ll¡:';, El n~n{~ntc "~ni.: 1.~·l_j)¡H.:t~};')j ~~(~ ~..:_(:r3. pOl" esca ones,
ji ,.' '" . '. I " " , 1',,' , 1f' 11"" 1)'3n !}'lra
.I.j\It;d lA id:'; {::'<--'!' itI ,:\;d:~ll.H!i'd\~·HJlj ¡le ~u~ {_:)!l\:¡t;'i"l ü,.l\'~ .J ~·I.>, _' f (


~ue \JH,";~_~Ül)jt~!íp Id ¡L.!~l~i!l'¡(l C;e!'lO il{lid(~r() ~~til).'';; ¡'¡'.:lIlilí} ~ale de 1:1 nr{;en-
! t 1.._


• ,'.' , < - , • i: , .('.·',1,,~.- "~}-'{"¡"'"'r'"'Ii"' tIa c.", tilj!'a '\ ¡.¡¡ 't"i:J ~d ':"t~nU lit--, ::;us lJ¡¡~'i¡!il(í,tl¡Jlltl:':. (; _,oa, \.:~ JU t!:L , .. e ... lli: ~l) d
1 ' ).) " , l '. . I €' :1'''( ~¡''''3ble­~ ¿ ~,·,~·d(1. i ;,j¡lIp;~i'ó"ld!l, '~iID el rt"b(~rll1.1, i,~):,(!:~ ¡Fi,-: t;,~ i¡:StIIh'~; :' ¡ J. J", ,;,fl,'" ",
dntc::-, ti') ¡tI l"t",;, J HiJPl'¡t¡ U~ tJjt:i C'~ la n.l;6,<11·, i:~ l)~~" Jt~OL:e!:':' f~;!)pres~s
i¡e6i1k~, lai,,'; !¡lÍl' pUl'de ¡¡e¡.;ar el di;! el: tiue el ij~ds :;(; ~:l':'e~ientll 11e ha-
.Ll.~rj~~J. i.iJ.q·) ;,U .d~U. i t..:ll La~ (útV, ¿que ... :l~idh_:,-,_·! _L.j p;ifILt~:-{¡ i,~:' ·irll~ ~-., .. ,:';.1


T ,Ollll L




1014
la~ Irye8 civilei1 !!stán en el ca~o ,le amp~lj'z,,' á (',~e J'(!t;c¡¡[e en los hech",,)
en los aeto,~ su yos (¡ue han podido I)(~l'judica;, al pais, ti 111J 11;, y hec,hos que
est!:n en cOlltra de las práctica;; [Jadamentari,lS; y j u dl'wo"lr3ní cllmo á la
sombra ¡le h18 práclica8 parlallienl,H'ia~ se ¡mellen acometer üctú~ éGnlrario3
al bien del puis.


J)U monarca sube dcsd,~ príncipe ú monarca, si 11(; lJiiCe f¡wnal'ca desde.
lueiJJ: ¡](l baja nlHlCCI tll) c,;e pllcsto como la" re\ 01u('iiJIíl'~ Uu le !,!llCeli (le
::lUí: el I'ege::t(', pOi' e.l eOnll'{)),lo, b,:jJ, ¿Y clúl e" I::t cUlIdícioti humar,a, se-
ñore,;? Qtle torlo h',mbl'e li"wic:l elp\;il'~i; ol pl!f'.~lo l'íl :¡ne ('~lá ma~ alto.
¿Cuál {lS la inteLH'io:l li,:! Tk e.;l:' tU ,;llo ¡lelo"h, \erhi-aríwi;;, !J! ei puesto
del r"ót1l\le;" Lo natuf';'!; lu qee Cil5uia la Li,,[u!ia l llu~ presenta el ('ono-
cimient, .. dul C0l'UZOll [nllll,lIw; la inleIlciull ('s et(~vül'~e á m~,,;; ~er alad mas
I~il;' l'C'ot'Hle, ¿Y cuúl.~('l'á esa inlen('io!l? ¿Que"],;'l dl':'Ctodej' de ¡'.;fe pueBlO?
\0; y aun suponiéndole lnleJ;cionu buellas, ¿cuá', podrú ser la Il1l'júr inlen-
cion 'Jue; le!loa? La d() dl'~L('[)del' tÍ pue~to llias ¡:.Ito '[ue el que tenia anlflS
'


,¡'e ~L1¡' !','ifLl!',!'ii' Íi l () r¡I'':\«(I,lnt,'i· 'ü,¡l~ i¡líel'( ;¡!n.J..:! ~,"[1 ""Ii;!1io,;,'i,~ .. ,un C(·o-r:: lo. L • _ e \.. "\... i J J' l '- o ~, 'o (: \ ~ ti \C 1 ~ ~ ~.l \.. 1.l1..- o.J '-" v ....... J ' .•. ') L." J
'I'l';''')!'''' ,'\ 1\ ¡"ll':"t'') \'0"""'" '¡lli' 11('\ l~, 'I't'I' 1,." ",', ·I':l)'·") lJ'( 'j!" ,01" ""rfa-'f -' l.l.l~' ~ ~'. '. t l. . 1 j <.~' -l. '\. e, '-' . t. ,,-,' , l .. ~' r) J \ • \...., !, '_ I "_ .'. '1... ... •
pi,;,;;; deben 3ltljéli"'..', dl'Lc'!] impc'dil'sc. ¿V dt; t¡l!L' mtine;(l ~(' pUl,k impe-
di,; (""to'? POUieí!,.I0 ('¡1 jlle¡.;o el eqt:iiibriu 'juc' 1'('I'u;la tle! Lf)(itra~te t!r t~~l3~
0pjll¡(Jnc~; p:lnie¡:du 1~"ly(l¡' número de regentes: iiqlWI liÚOl('l'G flu.- pfl1mit3
b C(jli~litu(ion SO"I:,!; lIt· !~1! suede que las Ínll'Iíc.it,!!¡,c; de U!l:¡ 01; l'fjuiii!:rC'!l
('.(\ll \:,,\ de 011'(:" de: m, do ljlU,' h \i! [ud de ,d':':llíli, ':12 ,iJu,i, ¡')'.l"I1, /' :;!~lil:(i


e, ¡ ~ L'


b (le llílbe;' '.il'tdu~O, jJ¡li':d¡,'ü la inlt'il,iul1 de (do~¡;l uL'o 1 y 3.'1 1:;Hllll l'n es-
te punto, exis,iendo un gran númel't) de diputa(lo~ t.odos evilam()~ de incur-
rir en el error, ]wrque t'nf¡ente €:5tá el que 110" lw de cOlltentar, h,lbielldo
trt~ l'f'!)elJU's) el f¡Ue nLl T;i,~l'(l tl"piral' Ú m,H r¡1It: t'][ü~, h:l'lintl'drÚ su cor-
rccti\'o en !CI~ otrLls, ¿Y es e~lo cledo, segun la doctriua del señor S"u('h:;'1
Sí, señores,


,El "efíol' S::lllcho !lOS pl'(!~ent6 un (ljemplo de un diclílc!or que fu," nom-
brad; coo otros par~ :a Hr;;t·ncia de; raid, y que tu\'o que de~lléln'i's,' )Jara
llegar al imperio uno ú uno de sus comp,!ñ,lro" E~tt\ l:ombre tenia 1:1 iutel1-
cion de maíllbl', de ~'~i' jd'L) tIel E~t¡)do, y [¡l'\U que dc,,,ltacer~e tl,:lU á uno de
3m compaiíero~, Si ('(!l¡flil'nw estos do,; hombre~; flwl'on ti '\.iil's p~ll'a dejQl'se
,bmlllal' hubicr;,in sido b<Jstante fuerte~, no huLicI'3 sir!¡; fúcil que ar¡u¡;¡ J!e-
g()se Ú r!c,minar, El nli~r:lo ,;euor Sarwho mallift.~tlÍ 'Iue híJbial' ,ido un OiB-
tÚt:u!o e"(l,S (Ls hombre,;;; de mUllo que si algo pnH'¡¡;¡ I~l <ll'gunli'lll:: del se-
ñor Sancho prueba en J'J\'ot' mio, ?iJl'(iue llegó á L,. tinmía, e~ venlad: ¿pero
l¡nl; ¡iecr:;i~ií ¡¡,n'a llegar? D,'sl13cprslJ de dos cümpaiíeros (¡'uo tenia, U/ira
~ l.,


hien; (l~ jP1p()~jb!e 'jue rl1 punto {¡ Rcgenl'ia la Hf'geneia úl;ica ~(' p!Jrrla sos-
tener cuando p,~ta per,-ona única no sol el padre ó la madre dd rey menor.


[¡A(lUí es p['c:.::i~o bt'cr-e targo ¡le una eOIl~i!let'aci()n pl'c"ent3Ib pOI' lL's
sf'ñoJ'c~ qlle Ildiéll'ln la HeocncÍa única. Han Jiel10 e~~(j~ ~e;"'íore8: nosotro~




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 1015
no a[acanH1S la Con;;li!ucion; nosolros no decimos que la Regencia de tres
no sea con,titul'iotlal, solo creemos que en las circunstancias actuales no es
huena. X(Íll\~e :Hjuí que nosotros respetarnos la letra constitucional, y que
cuando de¡'elldcrJlus L: lIl'2?llcia dü Ires, dd,~nJemos !ambicn la de uno: los
ol'·os lIO ,!d(~Il:ii(,il\l() la única atacan la de tres. N0601ros admilimos la Re-
genci;¡ (le OllU, eil 1'1 caso de ser e~le el padre rí la m:lilre del l't'Y mellor; de
nklo que LLSolros ataeam()~ el articulo constitucioll3!' miüntras que los ;;e-
ñO"es q'le (li'!lenrlen la Ileseneia úni'~a, balTenan este mismo articulo I'n do~
parte- de J:¡s ~i'es [¡\lC lo r:ompollcn. Di/en que corre el I'ie~r:o el bien del
p~i,; guü ll!) \l,)(lr:ín (lc;)i!;;n.:e !;Js \'oces de Jos p3rlir10s, y lodo lo demás que
se ]¡;¡ ()i¡j() v sr ha repeti!lo tOn est()~ días. l\:osulr,)s deí'imos: 13 Rrgt%·ja


• u


es conslitll('ioJl~ll, y en :ll¡.;un()~ tasas es proyechosa; somos nl)sotrn~, y per-
mila.'f'no~ tlim:ir ('"le dic[;illo, S0il10S Jo~ cOl1serY~)(lcrcs de la Constituci fil1, y
los düfclN)i'FS de la lll'gelH'ia {¡!lica, lo~ balTeIJadores de la Cons!iturion,
cuando el arliculo ('on~lilucio¡,aJ dice una, trl:'.", 6 cínro !)('I'snn:ls, y c:uando
'1,· 1 1) .,. 1 . 1· 1 1 tOllO';; 00·lIf'i.t"il ,;1 tl'g:'llCla ll]]Jea. y creen que a lnp l' irroga ma f'S 3


pals.
J)~J(\II)!'i¡if'ipio rs e~t(\ por ~i('l'to para eSpAl'ar que la Hegcncia única lleve
€'1l~iJ ~t1:l') f,.rh, las CfJlidir'iii¡]('S parlauwnlaria, [0(138 las cualidades que el se-
iív!' ¡;(¡liza); z indicl') en su discurso; mal principio es para la Hegencia úni-
ca, emjH'Z,ll' harrcnanllo nn articulo de la ConstitueÍon: ¿cómo hemo~ de es-
pef'D!" Il'/{' l/O h;~!rj'(?rH~ 'rh dCin~~ a!'ticuJo,~'?
~nespondipnrl:) á estas obsernciollb, presentadas en pro de la Hegencía


trina, los señores r\efenwres de la única han dicho que en un pais gober-
nado (f)i;·.¡iiill'jonalnwn(e hay ministros responsables, y que el rey reina y
no gobierJl1í; a]¡ 1, ~efíore~, se confundell una porcion de cosas.


j)Siempre que se trdta de prácticas constitueionales en pro de ciertas
idas. se invocan las pl'~idicas y las teorías juntamente. Siempre que se trala
de pr:!I~~ic8'i conslitliciollak~ en pro rle otras cosas, se di ,iden las prácticas
de i(l~ ie()ría~. Se dice, pOI· eje;nplo: los ministros son re~ponsables.


¡)SC aC\l~a lloy á 10.- mini,tros, y se dice son responsables moralmente;
no ~e halla l~stablcl:ilb todavia la resp,msabilidad. Se dice vel'bi-gracia, la
Regencia triple ", úlil, Y se contesta: el rey reina y no gobierna. Se ocurre
el j)('I1Samieíl!o inmll!ahle di' un monarca, y ~e dice: el rey reina y debe go-
bernar. Di' ~llerte r¡u!' bay una teoría constitucional elástica ambulante, que
no esttí pUt'sla rn prál'!ica y pOI' cuya con~oli,Jacion anbl'lan los pueblos, la
cual sine tle comedía para resolver todas las cuestiones que se presentan,


)'¡¿Es <:ie!"lo qllA todas las leoría~ constitucionales AB su vigol' están enta-
bladas en E"p;liia, sí ó no? Estoy seguro que se me responderá que no.
¿l~s eiel'lo que la Cooslitlleion abraza todos los casos? Me responderán taro-
hi(~n que no. ¿E;; cierlo que está todo hecho porque constitucionalmente mar-
chemos sin tropiezo?




1016 HlSTO[:.IA DEI BEI:; !..í;O
;)Responueráseme lambien que no. ¿Yen ¡¡ni" SP f'][l!l;1il p,tn~ f:rJnlf'st3(,;~~


nes? En que""pol' bajo de la Cunslilucion hal'(,lí falta i('\;I>'-. h::('n f¡¡\la ce--
tumbres, hacen falia prádic3~ como ha dicho muy lJic'c el ~í':"!i¡i' l\¡';::l!h; y
esta falla de leyes es la que hace Cjue haya (',a [nori3 cl['~l¡(,;l que ll",;n los
que ahora responrle~ ~í, y ;¡hora no. 5P¡';UU l'oll"iene ti SU" id,·;",· (:~J'; kyes
son el bello ideal de J;¡ próclica (,oll~litucional: pero !lO ~C' h¡m pI3i\!(li1dr¡ to-
da"Í3; y mientras no lo est';n no dl'ben invoclu'se sus [J!'irwip;'j'; ('I¡OH' ga-
rantías, pues no existen. ¿Por qué el señor Gonzalez d2cia: q\H'I'(\fn(¡~ B,IGtn-
cia única con mayorías parlamentarias que mal'c[¡(, conHitw·ill'!;l!!1lf)!llr·) \'()
hay partido algullo legí¡imo ljue baya estndn ("[l if p,;de'!" IjI](1 ll(: L,ly:i inyo-
cado para si el derecho de creer que ha gobemado t':;n~liltl(·Í()lialJlil:r:!e. Sí-
gase la sério dor'aciocinios de cada partido; sihan~e le.': 1[111' !Ia hí'r:ho flarlo
en la bondad de sus actos, y se verú que todos han d:1d'i m:!" j', 11"'¡'('0 ::;1('):::'
ra ó estrechez á las mayoría:, par!: ¡'lent:Jrills. ¿.Y ¡Iul' ¡uÍpre \1\'I:ir !tíl¿í'll :a
única CO[] mayoría~ p3rlarrt(~nlaria~? era cosa Ijue "l: ha di,·b m:h·h;~,:; '.('1 e:,
y 'lue se ha enleiirli¡\o de mue!J<Js Wi:neras, y por ¡'¡I¡[¡nr) Ú fi¡f'!!.~!_ d,' L:n::)
expli(;arse y entl'nderse ha venido á no significa!' llarb. Y ~i !!", 1" ldi'r1bE:
cómo se en!ien!lcn es'\s mayorÍ;Js, cU¡1les han de ~I'l' -ti- ~·:·:i(·r,~, de qUi:
género, y no de qUi\ géneros, sino lIlas bieIl ¡¡u:; d(lI'lr¡ll;¡~' hall ·te con-
segUIr.


IJ Y no sirve, no ¡¡pcir que ~er{¡n pi resnlt?¡(o d(' la ¡'t1tim:l rk,riO!i, ¡)<';'-
<¡Uf' hay diferencia, si no en los principio", rn la ;¡¡di~':ll'iili: ,Jt\ I'i!;,; suy
colores mas (J menos pronunciados, y esta 9S tondieion iilllispolls;J!Jle df~ los
gobiernos representativos, pues tantas veces como se reunan Cit'llto y lalltos
hombres para discutir sobre lllatE'rias diversas, tie dividirán unos por una
idea, otros por otra; y esl:) origina la discusion, rlü lo cual 1ll:('G b \ cld,1'1,
co.mo se ha dicho. Si esto e.~ cierto, con haber dicho (¡ue lo ¡¡iU' la llIilyoría
parJameutaria quisiere, eso seria, bastaba; pero lo dem:'¡s [lO ¡'" decir nada.


llPor otra parte se ha lwblado de re~ponsabili\bd de :0.'1 mi¡;i,lt'rios par3
deBVaneC€T la desconfianza y disol\'~r el temor de Io~ quP Op[n:mHI; po!' 13.
Regencia trina, y despues, eomo se ha diche que l'sa resplill<;\lJili,h,¡ e, tillO
ramente moral, como se ve eU:lllrlo se acusa á alguno, se h:¡ apeI:do á la
máxiIaa de que el rey reina y no gobierna; lo que !lO pa-a de ::rr una GeUi'--
rene¡a de un francés (lue no est~ de mod0 ningllno P!"Ob,liLl ni derLos-
trada.


»Yo no creo que en la Constitucion nU0stra haya nada qun pl'lll'he que
no de_e gobero'!l' el rey: antes creo que gobierna segun ella, y tielle en la
malO gobernar; y para hacerlo nombra libremente los rninisl!·os. lo cual
vale tanlo como elegir un pensamiento de gobierno, y ele()ir ('~le pensa-
miM.to es tanto como participar (le él. Es, pue!!, <:l3ro que todo lo que se
ha dicho por el Sf'ñol' Gonzalez de mayoría" parlamentarias y c(Jn~lituciona­
les respecto á la Regencia única no tiene apliüaeion á C8tC punto; pue.; no




DEL ULTIMO TíORllON DE ESP..\ÑA. :017
!;[¡ desvanecido la dí"SConfianza (Inc se ha expre,ado, y esta subsiste.


)lAun hay mas; en un pais regido con~titueiollalmenie, pero cuyas prác-
ticas par!:lmcnlariab no han llegarlo ú anaigal'se; en un pueblo en que se
necesitan algulIas garantías mas que las que ofrece un artículo ú otro de la
Conslilucion; y cuando se tienrn en cuenta los sucesos y se in\ocan los an-
tecedentes; cuando se dice tOllos los djas que lo que estamos haciendo es Al
resultado de hec!Jns consumados, fuerza es que veamos los be('ho~, y que \-e,;-
mas ha~la qué punto pueden traducirse en fórlllula aplicable ú la Hegenci:)_


nDijo una cosa el Sr. Hzal, que no por pensar de una manera mas
avanzada debe dfjarse d,~ tomar eu cuenta: dijo S. S. que pI 1." de setiem-
bre se habia combatido á un partido que habia acatado ó vulnerado algullas
prácticas pa:·13mcntarias.


x' Yo ('reo que pi partido vencido en 1. 0 d{1 setiembre se excedio, fal tú
á ~() que á sí mismo se debia, vulnerandiJ algun tanto lo qu en los parla-
mentos se conoce por derechos parlamentarios ó pr,'¡dicils p<1l'ltllllentarÍ<E:;
SI:' levantó la Twcioll, rJ se levilntr\ un partido, seguIl ",e ha didlO, aUL\I¡UO ~:;
entiendo que efl'clivanwllte se levantó la naciGn, puesto que t()le['(~ el b,lIl"
tamiento y denibó del poder á aquel otro partido; y añadió el Sr. [zal: es
preciso que esta \OZ del partidu que entonces triunfó llegue á i'hlucirse á
fórmula, llegue ú entronizarse en la Regencia, digámoslo asi; porque si el
podol' parlamrnlario se quejlj del ultl'aje, y en su nombre la nacioIl dijo que
se habia ¡¡(,ellO fU'>l'ztl y rechazó al invasor, bueno será que del pUllrr
pal'iamenlJrill salga úlguien pal-a la Hegencia.


)lEste argumento ha sido contestadu pOI' alguno que otro orador, diciendo
({ue e~l e.;;t.j punto de Hegencia deben no traerse mas que cue~tioncs legiti-
mas, las que dentro de la Conslitucion eupieBen y no las de fuera de aquí,
que pOI' lo lanlo !lO puede!"! invoca\'~e. Pero tenga entendido S. S. que
cuando se halll,', de cosas exigentes fuera de este recinto, no por eso se salió
de la cuestion lega!, porque deben mencionarse las consecuencias que pue-
den ocurrir, y en e~e sentido presentó el SI'. Uzal su argumento, y con
razono


\lEn efecto, las cuestiones de conveniencia son las que impul3all ú los se·
fiares de dislinla opinion que la que yo sosten{~o, ú abogar por la Regencia
única: no es elle~tion para rllos de principios ni ~Ie teorías, SillO cuestioll ue
circunstancias, de aplicaríon, del momento. Y si no, digan con franqueza si
no lienen en cuenta, no lo que hay aqui dentro de la Constitucion, sino \0
que hay fuera de aquí, y lo que h:1y tal vez de una m,ll1era que no debiera de
haberlo. Por lo tanto, si alguna conside¡'acion se ha podido hacer por indi-
viduoi! del Congreso de opiniones bastante avanzadas; si algo exterio¡' se ha
citado; si alguna consideracion externa se presenta, del mismo gÚlOl'O y es-
pecie es que otras cOllsideraciones que sirven de tema, de mira á los que
apoyan la Regencia única.




lOlX IllSTORlA DEL REINADO
»1'ero hay ma~: la reflexion del Sr. Uzal e~tuvo en Rn lngar, porque


no es (lifíeil ~j en e~te momenll) rpnllnciú~emos á la práctica parlamentaria
pudiese sucrlJel' ;¡]guna co~a que de,pues llol'áM\illoS en ~ll dia. Yo ~\lpongo\
~fl¡¡O],P~, 'lIJ(o ahorn nt)mbrú~emos un 1'e;;flnte, {11 ~Uf\ IfJIJn~ Ilp~i¡::náramo8¡
que e~ ('1 grnel'31 qu(' 1(lllt8~ victOl'ia.; ha cOllsegui(.!o. Ql1e Jo nombdsemos
aho!';] , y qllfl al ypl'la opo . ;ji·joD ¡¡UI; ha rncontl'ar!n, no ~ll !!ombl'amirnto sino
la ekcciof) :](' la llílgplleia única, que allflnel' una m;1yorj~ qnr probf1hlemente
no será Yllll y gl'andp, estima ql)e es flébil f'U pOllpr, qU(l l1ace casi !lll1f'l'tO,
romo 1n ha dicl~o algnn S0ÍÍOl' diputado; F'i Cl'er r."lo, y h¡¡ce nJ¡::un:t, de las
co~as que p¡ SI'. Caballel'o j)a indicado en prnfuía, y no rstán mal indicadas,
sino ml1y hien, ¿r¡llt· sucedel'á q Supongamos Ilne nombra lln mjni~tl'o que
probabl(lrnC'ilk no serú (!rl nÍlmrl'o de los ¡;eño!'f'~ dip\ltarlo~ que han heeho
üpo~icjou á la Hegrnri8 úniea, ~jno pl'!)b~blem:lntc de !n~ r¡llr hnl1 '0'df'nirlo
esta; ~Up(ln;;:l:no;; 'lile nombrarlo e~!e ministerio para fOl'!alr(',"'sp, para llar
rapirlf'l P im¡ml"n á la m~r¡lIina del E~tarlo) no ~usrende la . : ('nl't(1~, sino ]a:,
pl'orog;L r\lnmo~ rn p! mes de mnyo d\~ 1 ~ 41, Y el m¡lli~ll'rir) PO(!I'Ú di>,-
cir, y bn,la cif'do punto con rilzon, que rsl(> año ha hahirlo ya ('ortes.


lJSllpüng;¡mos fjllr no las reune hasta el mI" <Ir rlielrmhre r!r 1~Cí2, y
que dlll'anlr .. 1 !iempo qll(~ trasl'Ul'ra basta "'nl()nce~, pi mini;;tNin no l'N:ibr
bs impre~i()nrs de l()~ pllehlo~, y que por las circlm,;l;meiai-l gl'a\'c~ fine sr ha
rlieho l]!lS rr;tlr,1l1 pOi' h;lllal'J1o~ .",nhrf' un vo!cun prrh:imo ~ pslallal', I'ree
que poc!ia !om3l' ('ipl'l~s t!¡"posiri0J1PS p:J!'3 eril;J,r' qur n'vpnt:l"r, tomar esas
medida., p:ml contencr el ímpetu de Jo,; diversos ¡>nrmigos quo pudiesen en-
torpecel' la marcha de la nave del Estado; supongamos que por todo rflto ego
tuviese sin cortes hasta (liciemhre de 1812. ¿Qué hahíamos hecho con vo-
tar esta Regt'ncia única? lIabíamos expue¡;to á la nacion á quedal' sin cor-
tes; h;¡hiamos privarlo al pais de la única garantía que le quedaba para opo-
DPrse á la ilrbilrarierlad, caS0 de haberla.


r> Y .,i el gohie1'l1O cri'\'r~e romo otras veces ha cl'eido necNal'ia una Jev
lJ ,.1 ...


que l't'stl'i!lgill~e la ]ihf:>l'tad de imprenta, que co!wenia aparlar el!'! pais á Jos
COll~pj,.;¡d()l'fl5 11 ~(\~peC'hoRos de talf:>s, y en fin, que cO))Hmia arloplal' toda esa
serie de medidas (lue con~titllyen lo que se llama gobii'l'!lo de fuel'zP, que
e\plicaJ'r dl'?puPs; ¿qnó io1ucerlerú? ¿No seríamos J'l'spon~ahl('s [¡ la nacion de
esto~ suceso, por no ha!)(lJ' hecho lo que debia hacerse en r¡;lns momentos'!
¿Estaríamos no,olros aqní para atajar lo,; males que pl'orluj!'~rn psag medi-
das? ¿Trnllria el mi~mo gobierno alguna voz qUf:> rlijrsp: "Tpl]!e. (¡Ilfl Ir pre-
cipitas. no es eSA el deseo del pueblo y atentaf; :) las libel't3deQ de la na-
cion?) l'\o pnl' cierto: y ~i imaginamos que así pUNja !';er, ¿no hemoR de po-
ner un dique á la posibilidad de que así se realice? ¿Y ('ómo Jo haremos?


:.lCoJocando un hombre en la Regencia que reprrsrnte los intereses par-
lamenlaJ'io~. Por consiguiente, cuando el Sr. 'Czal habló en este -f'ntido,
dijo una cosa altamente constitucional y sumamente convC'oiente, una CORa




pruyedw:-;a á la naciou, porquc l'oo~cna las oaranlias que 1" nacioE tiene
(iue no SOlí otras que la YOl de lo.., repre~entantes expresada aqu! con energía
y frllllquew.


» y ylJ pl'eóúlilo, iciiures: ¡,e~ tan imposiLle (lue Clllu se re;.i1ice? ¿Es im-
posible quo Ulia peri50na que iluuca na estado en el l'arlamento, que nunca
ha lumad,) ¡;Jr.e el! ~u,; dt.diberaciolJej, que LUj¡CJ ha eOJlocidu el \0101' y la
Jlcce6iclüu de e~le ¡JoJer, es iwposiule, digo, que dl'v~luill\¡",l(L !: Mn clase
Je solucione,.; [oUlase las analogii.is á la::; tjlie eu olro licuJpli l.;¡ ~id"l,lad(l;~
¿Y no ~el'ja jJv,.;il)lt~, y aUll fácil l¡ile lliJJ pt;'S(J¡;~1 Ó dus qüe l'Xl)I":~<J~en el
pen~dfllie[¡lo P,,¡;;¡¡w.'¡¡Uriu IJudiera nilarlt' d l': WiO[U(l t:(\\~1' fn SeITifjautes
feJ:Íolueiu¡ics ariJil¡'i.llid,'; y lIü malas con~ecuencí¡¡~? Seguranw!ilí qliC -í.


¡'i,Y q ué ~ería Je lJoootros ~i teniendo el medio, el l'eCllJ 6U de' l¡\le !'! jJoder
earlameul¿li'io, l:~J)ij todavía r niñu, Jpeuas arraigadu en E6paita, ~(~ <~("'~3i;u(~
y fOl'lalaca, llO acudi,'ramus á su ddensa y á ~illlL()lizdr en h lleiJüncia lo
que e~te pUlb' parliJmentarju tiene derecho tÍ ¡ludir'? ¿iJué diri;!lllU~ entonces


I !) I ' ".' l' 1 ' " I llu~utro:;, ¿1 u(¡¡'WIlLJ,; JeCl,' que Uauldmlb cum¡J !l'.l' (ullW lH:¡, ~ I'q):'t,';l'Htan-
te~ de ¡J ¡lati;;l.! :"v ~eJ1ure~, Si la lltll'lUi! ilUS La dniJdo diit¡ifJ<J. ,,¡Jo ú e~­
taLlecer ¡)dl'LlI.LÍas [Jul¡eru~(j" fJ;Jl'a ljue Uli GoLici'D~ HO pueda ali'(!lj('ll~il' los
dereciw:i IJúlJJ¡cu6, .'~ e.~lo J.¡eUlo~ \ulÍJu á ('"le silio, y llle¡.;u me haré cargo
de jo yuc es Ull GuLiel'llü de fuerzd y Iv llue ~e eutieuJe por buhernar.
,)~O 61.: piJió el, el pl'ollllnei~(ll¡enlo de ~2liemLl'e Uli GoLien:p de flw¡,za;


.... '! L 'j" f ' " l' üU bd jJf(U(; iHJr~lH~ llU ~c n~i...:~slt<.HiJ.. () ~jue ,::;u lJlllU ue (~H(' ;;\it,a::-- \::),\'le-,
,.,en ti repelli'~¿ id:: e~~eua~ (l~,E L<.tlJiJil vCJ31un;;dl' Lj. i'eYolt~{'iuil. Y :-~i se rea.,
liza~e e~e eusu HU ilUP(J6ible que he manifestullo, ¿Cldtl ~eria el l'!:medio'!
(TlJU l'í'YuluciviI',' tY e~l:l la ntlc¡on preparada, di~puesla y en el ('a~o de
üwprenJel' tuda ditl una nueva re\uíuciuil y ilue\U~ lrli~lort;u~?


))Ahura lJiéu, ¿qué ,e deUlICl) de tudo e~l(l? Lila oL~enJci:1íl sumamente
cloro, indu,.lalJle, Ulle l(J~ ti"e defendemus 1;;, I'C\U!UciUíl, ¡llientra~ tIlle los
I¡üe delif:lItle¡¡ iJ Heóencill de UllO adoplau e~a ~(J~ilJiiiJ.ad; 'i'.if~ l(l~ que
i/llereulU" cü!uCdl' ell el ejercieiu del bupremo pudl'l' Uli;\ Ibgencia trina
i.dwl'ramos nue\u~ lrdSlul'!il):l y ¡;UW,Ü' slll'ri(i,ju6 ti Jo~ pU(jblu~, di paso que
Jo" que quieren IHi íl'g(;ule ~olv ai'rllslran la p,-,úhi;i,hH! de C[IW e~e Re-
gl'llte úliil'O, hJILliJllu~'j en el caso de ejercer al'lo~ que plledali tlafia r' á la;;:
illSliluciollC,' jibl!l'ale~j Jos i'jel'za, sea l'on vulllüllld ó ~¡n eli<l; y entonces la
naciVll llU liéjJ(' ¡¡tr¡ 1'l';lH~,liu que acudir ú un;) l'evoluciulJ (¡ sufrir el despo-
¡¡smo. rila llc la . .; ,los CO',h :ielle (¡lle e1f'gir la nacion. E~ decir, ~efiore~)
que los lldensorés Jl) la HI!r;encid única tienell por proÍJaLilicladell el de~po­
tismú ¿ la rey dlh:iun, y de lodos modos la disolúcicll1 ~ociaI; y aqui l'e~-'
pOlldo al S; Ll1jlill '1lhJ JiGe que de llUe:itrus al'gumento~ ~e d(ducel:! diso·,
luciúll social, .\0; de ;lUló~li'OS <ll'ou;nento6 ~e ueJu('f.) que [lO queremos quo
haga mas esl'uel'ZilS, pues llemasiado tiene hecho~; que DO quel'emo:i ljue
nadie pu,~J.l el JiLi de w,lil"nu ~()~rejJcJlierse á las leyes, y ú hasta eiellu




1020 HISTORIA DEL REINADO
punto y'-nada mas que hasta cierto punto ofrece garantias, yo diré que no
hay garantía ninguna de persona que pueda bastar á los pueblosj las garan-
Has de los pueblos, 8011 gal'antias de hechos.


))HagLlmos que no suceda lo que ya he dicho, y habremos hecho mas que
con busca!' luego los remedios.
»~aturalmente se aproxima la hora, la idea de la desconfianza, y al ha-


blll]' !:l Sr. Ll]j,lI<de la confianza nos ha dieho que la desconfianza no es la
lJase de los gobierIlos represcnl1tivos, S. S. se ha equivocado de medio á
medio, Ha dicho que el bien público y los derechos de los jlueblos son la
bll:,e de los sistemas cllfistitllcionalf's. La desconJ1anza de que ese bien pú-
blico yesos derecuos no sean respetados e¡; la base de los sistemas constitu-
cionales, pOI'(PIC si los derechos ue los pueblos lo fuel'an,olra cusa serian los
goLiernu~ no con~lilllcionaies. Como esos derecho,.; no plICdtn [noer simboli-
zaciou exacta, pronla y efieaz, los gobiernos representdli \'os han nacidü
como un remedi,} en la lucha entre lus monareas y los pueblos: han nacido
e()]) la cundiljon indispensable de reconocer todas las t;<,ranlLs posiLdes j
a~eotJl'aj"l' (~olllr¡) lodas las iu\asiones dd poder.


dI;! habidu mil~do, y 'nierlo ju~lo, de rrne las invasiones dpl pOller se
realici'll, y de (',se medio ha nacido la desL'onllanw. Véa3c, ¡lile" corno
S, S, ~e lu ('fjui¡oc;:do. Si lUíiéraIllo~ seguridad Jc que los uerecLos popu-
hiíes l:abi~ln dp re,peliJ/'~e: ~i !lO fueran llecesarias garanti;j~ pala evitar que
ji: ,,')l¡~;:',\~ pI:' P:UI.I,) del poder, ¿cstarLJiIlO- ar¡ui lJúsotro.;'¡ iY,I!',¡ qw' c~tJ­
m08 en e~lí:) sitio'? Pal'a evitar (¡~C suc¿dan 8,;08 males. Luego llo~otros te-
mem'js; úO~úll'OS descunfiamosj nosotros no confiamos eu que no sucederil.
¿QIí!\ 8¡:~(jilj\'a la palabra garantía? Lo mismo que cOllíianz~1. ¿Y qnú C,"
lid')/;;,) tI) cOilli'c,rio d(~ Gunlianza. Cuando hay cODiianza DO se e\i,~(~ fianza
l1ill Dil¡ll. Cundo hay I!pscolifianza entonr:e~ se piden fj,illws, ¡:;arantía,~,
¿, p,'1 ,j 'I,j' ~i,' i eh lu~ 60LiÚi \JOS cousti lLlcioúales? Para ;¡fiallz<Ir ¡()~ liberlaJe~
¡j[;~i!:_;, .\ ,¡,; ',O ha lJjalJif,~'lado t'n ble s;tio, tanto por ]0., 'ltH! fostie¡¡tr~
:" i;,~",I;¡ Ú ,it;, c()a~o ¡JOI' ~os que soslie,lllll ¡ti Hí'geneia triple. V(';¡, pues,
!': :3!. tuj ;! 'u n (!¡~Lmle está de la Lloica su argumento en punto á con-


; iLl ,~; :,'. S. ,'ll ,~'guiJa otro argumento de nuevo g,"IlCi'Ü; un argll-·
;J,'ü[' :1:',' fP'¡,¡,;I) ,le L l'8gb de prcporcion, muy parccido (JI al't;urnculo que
i¡;1,!~" ;, ¡;" .. ,; i1 6. ',- ¡,ijar, DicCj, es tos: voy á tardar un dia en ('1 camino J


, '1 r . '1 1 ¡' l' d ' W:ill.' ,i,' ¡, ':1 ;;ts '1!.1ll'Jas; voy;) (a!'l.ar no, e ¡as, eCdo lío" palie,;;; tal' ar('
L,', -; !lilii; ',,1)[;[,1'0 [i'e:; panes. A,i ha dicho S. ~.: para I'atoree años,
'11,', ',.:;,,\;; ¡J,]';¡ 6ietú <dio" [re,., reg(~tltes, y para [red ,IOOB UiIO. Este al'-
;;!I!! .' ';"",:: - de m8tem;Jtico y de técnico que de aplil'aLle ú la cucs-


i' i" ':¡!I.', y t;) le ('\F'[eslal',:: por C50. Es imposible 'fue e,e modo de
¡',!. I,~'; -:., r,diel'J pt:t'suadil', y S. S. lo ha eonociliJ cuando ha c1ir:ho


',1" ,p;c k decía como uua co~a q\íl! ¡Jlíd;ci'J muni-




: ()il


I ei . nur SOI{! I¡Uf:d/! ;l:"¡!j(';li':-:;L~,, \' ~'O er!Jo í!,Ue nu. r no I.t! uli
- - f' 1 ~


(~llern dí,(:íl' ij!](' ;~l ill';'::!!in:!!to [la.j,!o Inútil cmmdo nF'nn~.
,L;1 ('G¡I~IJ,dl un ~d,l~t~'~11'i'iI ;"Iq p\h~,!¡~ nre:~eut8r j~I;l~ !}(;Jj~Jllcl JC!¡!n\\~ ¡PI,


!;;c la laJ;¡< y 1', muy di;¡",: ir]" Pi: ¡"LH pll,l; no 5(' l'ppiu :!! 1;
:d qUI: .~r h:~ dH',!'D lliltF!'¡nrn1t i ulí l ; penJ t'\;j';í¡ll,~ 'It~ntrq dc,l ~·tr,.'l¡Lj
Lh CÍI'I'1111..;]¡¡n" I:i,"'; acl:·:d,~.:-i ya nr~'pc~; Illas ¡~alllpO {JI r(J:.'¡¡j~'1;1¡1' !.~: ;',j'{ ¡1';0.' ..
;¡I;l¡,iac; h~n ~idll d 0bjp[o Ill~ !u~ p:lIH~\llJi(,!1t().:, ma~ Ú illf.'IlO, ('IllI11'i:; 1','<


n:.: L,.; di;Hl t :1,111: •• 11111(1 h(~n habLI(L¡ pn~' la H'~<;~íu'ia t!'iol,~ y nor la UniC¡; , t" 1" J
'h'n:!',) dp.;! 1)t1 I,all lelild,) Íl;¡';!:l!lk U'l¡n',l!'¡) ¡Ji- n¡:'ilr,; \ di' lui"i:li:"lll,' \¡
~,' '¡UI' dl'lll:'!, dI') CiJr:I!IIl' di' [!)'¡(iC IlJ~ diplitados hay !lila «¡j,,,::', :,,;, "


!,'í; dr'l i"'j;llIil! di' [<¡'[(I.' , d!'nlro di' L iriJY(I[' parte de dio~" ) u ¡ • .'
plto~ quP !la~r uua clluviceioIl ~-ln sus Ld;L)~~ ¡J d(·' lJ.s C¡l'e~Ln~tal)'.¡'~1:~ eL-
!f<'~ln1'~nt!~ cnntrl~ri\l ·l la enn\"{reinlJ dp S:l tl];n:.! J'/-tn ~:Ct~rl'(~, V ~:q L') ~/


qUe o,·tanlP"¡ ll!l¡d\l~.
''''i' ha ¡i,'I;, '¡JI)l ,'li ... ~:l1n j,' . í:\ !;r',':U,: i:; ,[., Ir'" "'; ")"'1"1' "('r" "'1 • .'" ,,-'" .~ , kJ ~; , <. t" c_ ! ' J (,


c,c \¡: !;!~ :·;t\·lnJ'¿~,-inL·;;l~ !{IlP. ni:,i\ r!¡d¡.~;jn ~.nn ¡;rarf',o;; ras circnn.:-l!\lnr~;1~~
;1\!l'pmiail; i,l~ cireul1,tan(;Ía,l '.ron l;BJ (:o,~a qno ÍlÚ~ abl'!lInfl: la~ cÍ!','UW,¡:¡li'-


~:~;t~~l'111~~, ~ C:j pl'eCl-3{j eX;!rl.ilUdr f~~j '(;0.n:·l~an[_'jd~ y \ ::!~ ;i;::.1;1. ::~i'. l¡l:!~¡.!·:
tir.!\:, Ull ilip',!l:)(\1J Ílli'\l!1311 (le dej:1l',e ;J.\"lfal!ar por las cil'cunsl2nc¡;l~; ha s l<.i
d()¡ar:~i: dO;,!.linar por !as cir(.un~~t~n!'in,~' 1, ~l!~:í __ -
-'... ,


'~¡~:~~1;'~,,: : n~!;¡> :-:(Ill !i'!~ il!·,:~:!jni~~~ ~n J'Ui)(:!C':


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diJO iÍ.ll.lV !li{1~:. ,,¡ ~:. ! filL ~';!~~!'utu, nu d(·l.H:-T:·l(I,~
~-IL tr;1 t~¡i;L


!itl q \ ~'n !.~;d{'!'i)¡.'ínn. no Ll d,-I~;::::!\i.~~!a, .;:;ien lo ¡1¡ur el n;Ji~ ·50. debe: í ,;¡ lnl~7
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mo, y 1,),; I"'pl',h;l:[l!antí'~. por :'\1 .iprol'O do!l(1D pwrdar
,":'\1. (\)"¡'(" el lJOI!pr ,'on ']1\-';11'[0 di' lo~ ptl!'bíos, ,1'clw)pd:1 pOi' !JI,::]"


¡¡!'es I¡ue l'lll,,¡¡di('rnn tille J)rl[' ;1 fll](' [ camino podía hac('!'sfl el iwm ia,
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":'1!J, y ,': l\qlJ,rl!':;:¡/'i!J~, \' pn O:¡',)S '¡UI] creyeroD que deLi,ill baqr ,".1 ~,:",
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lOH H[STOR1A ¡;r,L 11"1"\Af,r)
plO blf~n y !(~ h:C!I:t'nn ~¡ ra :=omb:'J d:-: !;) !'e~ll;:~ PI)I'~!I!P , .. ~lf)fH't.l-". ¡in \.I1U,.--
pal'tido:"< h;¡y ~l'~lllb!"E'~ dp, ht1pr:a f,>, v ,1, mt'lllé'~t'" rf'spl'Ur ;.11," "ll'i'Il"I;¡,
yo que esll)\ Hl\JV iejo~. (IJI ~'\l p,do (lPl1 f '':;!¡ d(· ~" .. :(l( ':I'f)"¡: :1';,. d¡llJI! h,l('¡)r JU:'-
lieia á k~ opínione:: ,1" b!lfln(! f,l, :],:, ('m"! !i1! ";!!! ,j" ,'il,)I'i,,Jl'rn\i
qll~ han tenido 1'0 8U enmraíjí "C";' ,¡" d,.t[¡¡\l!;¡ !Ilklli'j,;!, In": !"c I¡d'
a!'l'a~trad() nlJ~ a!l:! 11" :l'il,di' ,¡UI ;',an Ir.


"la rpina Ilvrnl[o rOtl'0jo .. ,le r~\a~ lH'r~nn;l~, col!l: f'íi un 1"!'I, 1:" ,¡,¡,
dt'ol1 rjn prl!' ia O¡JÍllWQ púhli('(1, y ¡!;11111' (¡pi:II,);: iili¡¡I¡f'1 :í. la !Ji;!; .',: nl;,;II,c
taba en todas pa['le~: hubo ';L1¡'p~c", h¡;)'''!f'i'['!i'liIni''Ií:,', ':111' ! "l.,; é"I!"¡"
mos, y !l(lgó un dl;l "': dll" ~p (':J',;!":' ,i" ;(~!'in In";!" ',:,'1)-;,1,; \""'"''
pslabon po!' Ji' pip'],'i.\ \ ;;;,::,'; "I'P:'" ¡",'lí:1 I¡¡,,' ('1 1, ·k -¡'lIen',\':'"


SI' jnnt,lI'l)!1 8!:';UllOS quC' desp ',0, laro!) "ti ,ji!:) en :lifl1!'[ ¡nl/m",ll" ¡,'
qlle Ú la "azon ]¡¡:¡bia (In 'fad!'!:! ,i ]:(l!'I,h:1e~ m¡',:!);"" :"~':':¡"':"" ,,, .. ,
huhieran dPja;[n dr ohf)dp('t'~' Ji ;(~ .-!)! ir! ~!l:-, Jl-,rp~, pl\l'qll~i \·i~ j~< i ~ :-!lb(i~:L
n:lcion núllt:Jr" ~,í fp~ h\lbi{l!';'H~ lit adn ,'01ltl'a h¡..; qn p 'lHPrían Di !iPU::('~.r.l!·';"
y hubo ent!'!> ('''\!l~ nn1 'in! qu;' ,l:~¡¡, .\ll!lj(: [,1 mllli."\p:v " '1,'
!}t:~'tad' ;


con que la reina Hegl'Lli: -f' 1181;1:( j,i:ld" ;11"h,li:,:1 PI;' :)1]1' I;j ¡-:d,;, .;,
¡>(>!' h qUI] ~f' lhma ('amar!1':1, ti d" I;'mo, q!lC":'!: I\I'!'I'I'-':' P"I:,1:


1'(',senCJil. llldo "';(0 dijO. Y ¡,ji) I ,-
lodo se dpbe decir.


"HnlH1 qni(jJ1 f¡ui,o la H"c:p¡1ei,' í' In!'" quien '[\ll'" 1;";:,(':1,<:, ji':,,\ ~
Llnu y olro fn(1 deb1t!!JG y Ufl :) y ¡)tr¡-~ "'n' ;·,r~f!'(-i.h;l h j ('In ~J'~ i~¡¡!~~.( ¡Il~'.~


no" homhre~ \' ,¡]''¡en 'Llfnal'i" 'n
"Til:!]" nst~l ji:""


,e 1';;:1 pl'llrlrllte~. :)I'1'¡1
ron: ',' Snri);' Ji, 'fue


1" { r':; ~. i"1 J\ :)('1 I ,~


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1: " . { \ 1 1 ;' l !'¡ ~~ , ¡


t'lllrJl' en la ('ue~ti,)n cnn el :,:E ti! Ul:)nn :.¡..;U···· [~!·\!'''·¡dl~-¡~, ~I' ~~;"
ron por ('on,"dla~ 11':1' !!l\'i'~'I>aH ,:';1 ¡}:,-!u' ·l'~' '''1 "U' ,IIJiI:!IlS: "':' nI'>'
1ianza que tT]ri0~rn P~1 ll~HL:l.~ El ( t1:_-;.Jil~. ~!nt) f'il ,~n propio i,:,.r:lll~'
,1escspüracif'[1 r¡nr 10~~ :l!1irn:lÍ,CI


,El pl'onnnciamifln!I,l tUYI) I,f('(" 1"'\(":' :r11(\ ¡:~::\ "C', \¡'I'II!i':idil, I1l\a \1'
,,1n~\illlida la ,¡un!" t'n 'b(I:i..l\,~, 1)(>""'1;1- l!ll"': " i" !Il.!" :¡:l1illi' ''''


dn l(l~ :\ri.1!ll.ec:,lmirnll\~: ¡I "PP'l!':1.l','n 1:; n¡;n-,,: n~]lI, .1,'" :'"




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llll;mo~ ¡Plt' IldlJldil ··¡dl; Ldl pr'illk:lle, al lil'mjin de ll;tllUUltlü, ,.jUf· l:abl~Ííi
II~ilílj;; CJIJI'lI' 1',,1.1';,1 ,¡('; l, 'lillldpí. !1I]Zi é,itl duda del CUliOClllllCn(o de ia ,i


till'. ~'iL-;: ;'; ,~,dJ l().~ qlll" ~alillrün J L.\ calíe, jo~
lucu.') ('ntuLl't: v; ¡ 1'(h1raI t)I1 01 poiígro, :-le fue


,¡(1! p,inel'zo (ílit LiJ;);, ¡, v lo- que habjail
11' itill: .ud,,·"; PI,illd,', cTli.-llr:llIdo 3Z:,bO aquel ;;etil,'" pU;;lf:'I'(J[¡ ~d
'1, <k I ;u·l;ilit'Cltíiil:llil", .. lu Jiu l'~ de ('\tl'aliar, pÜl'L¡lle (;a~l ~lef:ljJi't'


'·"u ,1", ,"ji) '¡\j,!" ;;' "ll:ilu '21,11~brn critico, \'a delanto
, I ~ J ' I '1:\ . .. ,"


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, . ; ~ t;· 'j ~ i ; ; i 1 ,) : 1


i!:i'[,; \1"~~ ,L,f¡ IJniJPLt: (Ir:.! el :.:Ím-
Pd1U'j ~d ,L Ll P;'Urlt'LCEl, quo ibJ detr(!~
~·~Ci,r¡dh:ljd(.¡;:.t~ (;il ](J.~ InurH~Iito~: en que ~u ~cf1í;~'


, '~, ,,; , i ,


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" i/!_','J ¡ i¡¡), ~ !lit! >:;il(U~; d j'\'l.>"'r.¡~l 1u5 ~ ll~ \, el l,ullIL
J


.\-¡ ,¡,'\lL!t'I';;¡, .¡UI· ¡I,¡¡ji,u ,rnIJuíí:llk ,"U ,aLic ~(1 reiiraroll, y la Junta
"(I:¡s¡j,!I',,¡ cUir 'Jiro", (}~ decir, qUe cllll'imer p(:n~urnieni(i la primera


,,',:'I:':"!I)\I d,·¡ 1 di' :·;t'ill'mt)l'~'. !Wlt':; dt' ll:ICe,' ótilln de~nalur:llizaJa, ::,ill


;,.¡ ¡llq!·,¡L,u ¡.;¡'n"ral , :JU:H¡LUc Se: ]'(llí[',j["(Jlí a ,;u~ ~a~a,~,' no dejJi'on de mani-
", ,i :'" ¡¡¡i"d,;:'. ;¡P¡¡¡¡¡:¡h'< plJlijliC ijó¡e~~~ que ningnu howbre que liene
;t·: ,',';l¡~, , \ i!ii¡,t ~ ti ,\' : till' ~,i: ;;: ¡ '"Jd ..,;{ :~'ulu Ú dal ~j'itG,-'; á lJ ca..o


'" ii" ,,: il .. '., di í ¡i[ud d,,1 ,'it: ¡U;¡ilil" .'J que :.' la vululltad gel1e'
'ril,~ 1)<1 1 t''''r'~ :H1UqUi' PI'';' hjl'J¡~j'tlll f,~] IJ1 \:'Juf1('iJini(\Jlu SC~ Yuh ieroll ú 8US


",,;" ,! li:lI i !¡i", ,;, ~t:I,L PI'lijiil' "'~ ¡¡:J!.!; 2h¡u'[P la puediJ \ el tO~T('ulí) ca~
~-p_~~)ld!;~ ',¡j ¡(t)' ;~1 Bli.":jHt) Lii.~ 1..11 F;\~:~ ~!' ¡nalJ¡ji);:] Jer~~cila i~ lLq1iiei'da~ v


¡;¡ ,'I'llr:\íH i'.tllilll, ;rlik,; f'" 'J"ií¡P;O Cid, ',1l'ili; de Jncbul'a, ma~ arlt!~
,d¡d\,; ll~}\e¡ll;~ ',i.,;'·\'· :l'" ·lt~niin¡j't~tldIJ i!:J':'tli i\·dnCií" e.l torrf'ute a un
: ~d~ :JU~'l~, Id: }ifl'P¡¡'I1~j i dlll.: f,: 1 di: U~,~~~u¡' ~Hufuudi:tjJ,J;:;J crl~ ÍJu.51bie. Esto l~lnl~


jl;_I"'(: ~- L;j~ilr(1\, ¡tE? !~~\'i)t!it·iu:ít~ ... ~;¡¡~flul[,lll eH 5j Ini~[Qa~ los gér..-
üF1ilt> tlt~ C~U pi':lpla ~¡{,bjlj¡¡(ld


\;1 1" I!j t"n;IUlll'Jii!l!J('I¡[('. , ,iJf1 d \ In!Cl'(Jil ios homLl'e~ qu~ una \,éj,
¡Jllí'-IU" en el ~llj(: I.'LI ;jl!!' e mI ,í11;¡ !,,·c,liuHi.iamil'nlo jo~ babia colocadl\ ne·
'\,';!i~;Í,iín 'pI<' "11 d,,!'tu l:iii¡H'I;H~ a deLi:ilar, 'j es preciso tener eH CUCBta
'c:[I: I'~"': ("pi!',ii d!;C[í'I!' :"<Jl1Gho CiJilllJ (jpilljOJJC~ que cn[o,lces Be cn~¡lie­
! ,!r~ tUi>;,';: '!l'ldi'iil! du :;l'~ é)illlll'.1I1CS. 1) callaron \< se elicenaron denil'o de¡


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Lkó:) el Ca~iJ d¡~ r¡U(~ [!I,la ia IÚli'iOli fG,;pon:!lo al pronunciamiento de Se·
ii"rn t ,;. , .;ir. ¡::. '1"'[:<1 '¡'lila:' d,· i,~ltiic: v 31llH l'c,pondu al s('Íiol' Oiez




':Ll;'¡¡,J(,:-. " t'~ll,itj¡if ío ,¡lle l~,;ci'lbi¡'" y d(,'¡llj¡'~ ¡!a !'~I'I'¡j(l i)11'~IS ('I)~<I'; 'j';
,1;,:;.\j! f\b¿l}jn\~1i¡knh·' k, COl)li'ariG, cii~!ldu '.'scrlb¡i~ ia (T!et,!"{; r,j()t'urj~Hj~ qu'·


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q!lt~ lEl ~t' J.Hlt~de ~1Ihc·rnaio ~in estd circ~nJ~lJIJ ¡i¡ 1l~1 hiH't' d;rni.";lou~ C~ ql:"
'luiu!' h(¡b~ il¡:¡¡' ,,:Ull i:iLl, : e- ciar\! qLt~ i'~: ~;lj):\ ¡m'piíL PUi'qUI'·,¡!il.1 fJllal'lJ


, ['eH ':O¡l:l)CllU~lClll, ,¡uudo d mínL<tcrio !l!Z() (:[ prog:'arna ('plií3iJa pOi I
!:OI'C2;i.:nL'ld; y u()tt):-:t~ qllt~ Ullt'.¡l~\·_·(~.~ (~l !njt1i~tt~l'ft)'! í'\t'!'IJl.n tI;!:! :lt~J'.~(Ji!~l" .~t·
('Ompllil1:i de ((,,1;:.., i:!@ pl'l'~lJtla~ qtil' hoy ít' ,'urllplli;I'l', \ ¡·¡,tl'!' ¡,jIJ, d,' \lIJe;
!~tH; (lsL¡ df!~iguada pur 11)dJ::o Fi.1i'lC~ p;.tra ld H'¡;..r.pÍ!(~i'_: E ... ta p0 1'.": iJ n r! pnte)\¡I.'¡";-
l're~(t qUI~ n8e~s~lridUJq_\i!tc p:..:r;"i ~ai\'t1r LIt pJi6 th:lJl:\ (>~ttd¡L1Cel',';;l\ u¡:;~ n~.~l!rJc.¡;
:!L' tf'e~ pel'f.U1l8j: ,-:uiODl'ed la Ht:3tll: ',d esa 11t l ¡.'(lndt~r¡a t'J ldi ;:L.:ard!J: el~~
tUnec("\ no pruduc'j;l nh.l:L'~:. ~ottiucej ja.~ cir('l1n~tancia~ cl:jj'npca;.; no Cl'iJU ¡J';
'!li.;ma~, l\lllOilCl'~ (',HaLau IÜ6 :WUlítl1H'll¡(I, dr o[n: ílill,j'J, (:tllOllcnH ('slaÍla d,




id:,,¡;,: llalla qlll' ti ,', id ¡¡"¡.;,':¡,',J dt, [lb eniU¡¡l'e~ era neu'~aril1. la ¡¡fgen
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:i'jP~,' ·,'IIO!,,:, ¡,llil¡!i'!('L:':'; di' UplnÍ,J!I.: \\;a~i' ,'u,últo ha m,HeIúldo ei llni·
\ ('['t~,~j jlt:,.d:~ t'¡ j ~ d{! ~ellvluiH'l' La~tiJ lu~ dHi6 qUH bu) ¡·i)ITt.¡~j,


',"1' ¡'l'Uííll'i'II'¡ illlf\Lli' (:ol'lt;~, J e~ de ,¡!I\'l:'rtir l¡He la idea de la Hegencía
Illpi!' dí,HI!ll" Íl,Htl lUlli:ho ¡ il'lO po dl'SplW, de ¡,('unidas la" corles. y que lui'~
.i~ L, .. · i l: ('url,~{ínl{'llk-; Yüi'ldí'OlL "~eÍHJre~- ¡a caUSJ de c~ta \"JrÍtlClt)i1 no ~li b~i


,1,/'" ,I!¡ni, :¡'(I Yi)!' ;'¡ rb"¡ri:l, pon¡uf' é,: prl'C1SlI 'I'W c'l' ¡liga.
~<l '~i':;¡l~'~) I f ¡í]l; >~ p~d)lj(~(:~ U~( Irnullic~~dü< ,~~"tü e~ la ¡'(lusa de varlllClü!i


,1-) 1,'1:-' 1','1"11,',:"',',""'.',,',,,' '," 1" "" ' , ., ";,,., ,,-1, "'-')' '1' i")~b"l'~f\ IJ"c,l¡r)
, \ ~,' l/j,1 IL! -, UJJ "~jlP" 'f dt":"'fJld,~ t ~. J~u e . {": L l


j,\1IIII1'" f'.-'I,\ d(¡f.'lnlWnto. r ,'illilCo ¡al dCÍll'i1íP.' Lün~í,lt)r,!]'k, .. l'\¡l¡uilJl1rlo aillJl
l .. ..; 1


nd dljí,.;t quP ~'~i~ dOJ'u:nr1nto ha OC~!~Ii}nado la~ eireun3taU(¡i~l:-í qtlP ban pro-
, .: \ ill,;';"I, Hi pi Ú¡;irní¡ 1;1' tud,)" 1(1, ~eí¡\1l'i'~ di¡Jlit8lbn contra sus n'1~'


In:¡, iljlmi'¡I!I'c, El cumllilicat!,.1 dl,j SI'oL'r;;] Lin;l;.:e L\ wilidu aquf, cuIDO hl
¡¡¡:'i!:r:llll¡ d(~ i~ di'r'{:i'di;1, :1 dilidil'ilu O, y l',e comn¡;ic<1IÍ,' dl~¡je e\;lmiual'~t
.1" :l<'f jl'l. ti; ¡ de'l e,'!¡, :' PUUi¡i'ariu ha~;i tl:lJi.!u .,>1 ~,)iil!r Ltnagp
i;;: ;[" J¡UI' jJ:lIl!n II.I],J: ¡, t'il ¡¡(¡'>;litros ~' La~la (jlll' ¡J\llllu ¡¡,·ll\' il1th:ir Jil lil~­
(I)ria dI' 1"1/' 1'lIiilUliíead:i adl'iiltl'l (~~ lleL{,~<1rjo di~('il'I:J, y j\J la l!irc I:orno la
1;i ;:I,j" P!l!"FU' ,", p¡,\'el:,O if'H: al haLlar de ¡l"ttl caestio!l suprema, impor-
¡,íl\(¡,iilltL que un di,; ha de relalar la hi-toria, 8epa el p3i~: no solo io que
'c ;:,) '¡idlo ell \1\' pí\rilÍdic(J"l sino UJm!JiC¡í lo qlle se dice qm: ha pa~ado


,,¡:": \ ¡illlllillCado so di \ ¡¡it.~ en üo~ partes: lllúi ¡¡(HlnJla y otra naCida, La
(¡1lI' 1\0 II[\::IÍ Ú publicar,e, ,eplll he oiclo decir {¡ muchos que en ~u ca~()
,'. ,'I! '1 :, " "i'ILI,[II':'¡" !·atf.'g,'lrica } iel'lllinanlom211le qne una persona
ji,.,·I!'" ji:'!' 'tí", ,!,'()'JI1I'- hi ,,¡ :'~¡¡ll dI' !Jal<1liJ ¡lO (oiildl'ia Inrle de ninguna
ii~'liiei d ,'ll la Ik':,"!'I'l<l dI' trl',-;, ¡>C'I,¡UI\ ('¡¡a U!Jiila!la !lUI' la úlii~a, Hppito que
,'1\ ('[,¡ lo ,¡lll' llilJ hall dicllO) y debo decirlo p,tra !jUlo los pllPblos lo


l\iI\','¡1l d!'Il1Narb dUl'lI. y una persona que ¡¡ene felizmente el don ;\1'
\l'lllpiai' Ll ac:r:turl ell LuJel," la.- cll~~liolle" no puuo sin C'lllbargo lGUlplar ésta
io b,¡'i [.\ll le , y ,,1 cornulIlc;¡d¡¡ ~(~ puolic:j, ,ojalá no ~l) !rubie-e pliblicado, tal
<.I:>i 1'llL¡¡L,,'t',; ¡','¡,:i'I,imO~ ¡ollo~ d,~ acuerdu, v líO halJl'iJ fIlie lamentar la fu-


, ,


w:,[J :ii\ ",iuo ;lItloduci'¡a en bs i1ia~ del p~,rlido pl'ogrp'ii:ila!
,.~(: pablicu Id (JJEiUllil::Jd,) (~n illl t'~lii(\ ma~ p3I'iall1elllário, pero en suma


(l(','la li! illi'flH!. E,lr: I:ulllulilcadr: nu~ del'la: primero, que el general Lin3ge
f'.;[aba ,Iulo¡izac!o para \('pl('~elll0r al tiuque dt> la Victoria; segundo, que el
dUiltll' ,;e; la Vic[Oi'Ja, por ~uea del genend Linage, pell~3Lll que en Itl He-
';;Pll\ia que se cOIl1I'í1:,iew de lr('~ !LO debia tomar parle, Esto, seiíores, en
dcmdlo ('"crllo ~l' pucJI' lÍl·rendel'; esto C:i la cJIHcniclll'ja pública, llletan la
mano en su conciencia Jo,- SCñOi'e6 diputados, y digan hasta qUI' punto puerie




1 O~(¡
,,¡,()nl' ~uL'cd!o, ~cfi\,res" (Jlle


'
ailleLli~ ~en,,;'b dip\ll:ídi j '; d('Cl~ill, l'iiill,:


'('!lnt' ¡,\lwnaga ,~Ll,kfjlll ,Je~l¡e aljlle¡ii)~ balieíl~ qw: ¡'-I' liU,[rl' Ctl\lili\\o l:JI"
da Un poder !UiJt'(;! dt: !il'l'ho" :\ tjlíM ;~:;udJ;,\ l'li !;:¡'l':-!I'i!. ;;¡j:,i;¡ "IU'\O P\l\i\¡
lnd¡';;jJutablt i ¡ de t'1 Ull.':: J¡~Fiba t:[ ~!j;l ';:n- ':' ¡'_:[J1ÍJI'J··'\.' lí,l~<.'jii':;! ~Itnp!;' ~¡tl
(·~c, poJel' ('nth-l;~adG~ J lJ;.:,~(~U ;: .. , lL;.::L:!U~ dijtTUn Irld:· dlj;li'(;l! 'ii.l!~ ¡~:""~- ,!:d¡~;r
nu ~uju n(¡~ l.lbtHld:~nantL _~I::P qtH:~, 00:-' ,t·Tria c';ol l '{,i'p)· !:¡dd) id dIJenq; HlíJ'':
'~!JI.Ii'I)¡) 'i\!I< U;}~¡_;.I(!~ llU pUdlJillUS t¡\I'~Ur:. y tít!fJ U',¡ !.~¡¡tll:\ndn ~\'.!.·d!r· ~:(:~:')i! 11"0,
V:~l\tí i::\lil(!> ~Uf: dpjar el Cdrt"!pU ú ,>t~'u~~" E;:'L:_~-:-: Íljl:{UÜ ¡lh (UIl:-;t:(,U!:111_'¡~:- ~:
ada ~cfiljr dipuituiCI dc:ddJt; d~'rjtl (, :11~ ".-u ¡'(~ucU::!!~Li d:ljjl~¡"f;¡l' ,~':i ¡:'¡~;d)!':l ';f'


{)!L~~<'r\"!.'~,t: t.dJ.~i ('(J.~j ijj¡P;;l't;',í'dC: j .. ~ :ill!J;Jt-~' IlL¡ ¡~~ \ !1'l',I]'i~¡; !~I!;; !it;t !,; ¡" ,"
l)in',¡ de( bCUl\{'<t! Liilagt~~ dicl-l ifuO uu put::dt, ¡'Id¡ ;t~ f'!l ::j l;¡\;.!¡l!!t<;~ di: :1'(":
ril1!:.: .... fil olre dllC'illn .... rILn h:_¡h¡;, dlí_'hu r_jUb ¡:~ Hjl .... (!!:~<;{. ';i';¡
ob~;:'rYetl' qUlj ti jUtjllt dt~ la \"iclijrl¡i lÍI illddu (:1 PI ~.J~i';l(lI~i qHt~ {I¡)¡\l,~
t.:Oi'(~gc'l1te~ p:lnt la ¡'e!rla (wfJbL1 j'[ladofd' ~·o qUHI(O que j,~i'~ ],'¡;':Ir:¡,; :!,~i~n i.'; ,>.
.I!l~ c~trcnH;~:~ ¡¡uC: \"!lil(~an l~ '{(->j :¡UH.!U ,tj-,'\: ¡~J Yrrd¡)fL ~':'\': qu\' i;t:'¡¡:;,
di.,'t :'jill lt.llJd~!Jr!euto.


i)j~l~ Y ,:lltu¡do tirnlo aquel pnlz;r';lillti ~~rt:~ 11 qtlt" un 1·1 ¡J¡ldl'la r/Jb~~nia'
., ¡~111'<\ ha ~ut"udijio" puc . ...; pal'd qtH_! L{~ p1!Pd~i _~Ill)(lj':lat' ~;!~f!l';l) /1 ílPl;¡ "-'- }.¡


ck lJ'e~ l'abelas, alJatematlzada } e,'itii)matltada pUl' ello !It' los (lue la c:e(j-
roo, el señol' Sancho?


,..,¡ l)i ,h'¡ue d,~ la \iciül'I;\ 1'1IlUi:'~'C:, op:!iaha pOI :'1 íil';.:dl','¡;l Irq):'" \
lH.l) pOI' bÍ.lca del ~t~llUi'al Lln¡Jg~~ flpj¡l(~ pPl' L! UltlCd t'¡¡ ~!lIl{,il CnlI,lIlli:~" ! p~,,{,
la vCi',Jad d~('I1IJl' Llildgpl ¡,\u ia dl'l'lll "ni'I!!,',": ,,1 !blUf' ,1" 1" \ ¡l'lill'l¡\'
,Fu \Írllu¡ de ;¡U" ¡hldcr ha babhldo el ':l'iíu\' LimJ¡.;,,1 ,,; ,,' ¡i,],:iie di' j,¡ \1'
'.,(:! lti ~ 'ía IjUC Hu erá :~Ll nplll1UII ¡a de L; ne~enCJ(i trip:t\ ~ p{'¡ irj~l' LíI jn!~i¡
tU !infla al ¡)I('~ del ,:uOlllnind:¡' ¿Te!Jia !ll'l'l'-:¡d,\I! lit: !'''I'lIIT!r ,\ ¡¡adl<' ¡,::'
decir en lodu C1~i; ~u lllúdo d,) pel'~3I'i


.. E8la I'S, SL'fwI2, :,1 nU
'
6tíoll tal como debe pr(l'dilal'~f', .,,-t;¡ ('- la ¡,da'l


de la~ Cl!,:a~; y yo iJltaj'jcl ti la \é'rdad, Ú la ley de ¡el cal:allp/,!,j \ " !ij ,p:'
Jd)tj COlilU dipuiadü de b Ul1]UJ), ,í ]JO la dijrra éOnlil la ¡,¡¡lll'IU!d


!dlay rrlll~~ 5Ll ñüre:'5, purqup, ;".~ ¡:n~~l,~(¡ tenerlo ludo JI/'c.";f!!}le, Huho !Ji:.
Jqudlos dia~ reuniones de diputallu~ ~ ,V[l~;:ji)1 ('.~ ;¡¡~;II1;~{" pi,r~OliCl, hall "i'
¡'lado que lo ijU0 ~e trat3 et1 e,LI,~ rL'uni(it1\:'.~ in' dL'h: retei,!I'~i'; ) i) lll.'lI. "
el (;Olill J¡'io, qlle no se debe ocuital' i1adcl de lo 'lUt: ~i, h"c(' I'il'(; 'i!!" i ",JUll·
, L' 1 ¡ '" ' , 1 ' j


'-le en leo le pa¡,;, ,"1;; relli1ltrlu', y In] JO una per-tJ!icl I¡II(, I.Ct!:I,'¡ ¡,l \0, 1,('
Ji"tBtl'e dlh¡llfl de lJ \ IllllrlJ pJra deClrnG.: un!) 'Ji,a itn!H)¡'lilllk, j ,;JI)I' ;, '1


,er1or dU'IUl' de la \icturíJ. na ,.:8 IDl'¿ciiida el, !J,¡,¡.¡ll' 1;) ,'i11li'í'J'iI""jl.
~J ~,it';'i'i'''V¡ d~· nF~/,UC¡ .. -t. \ ;¡~!:' l\Ht~dtJ {IF[{\j 1/ ~iif; i¡~\r~l ,<hfl~,~Ul':p'r¡,;"




,,' ,,,1.- que ~(' l(~ e~t¡lI' . ~ l (r,!Be d,' llllé lo~ diputados y sen,l([o!'('s podían ba'-
1),,11' ton ¡¡¡)f'rlad" comí! ';1 lu~ t<:mado['cs y diputado:; Jlecl)~llasell para esto
'!¡'! IWl'llIi~o ,j,. f);¡di,·


r, FI '1'¡lu:' t¡\IC' diJO fl~tl) h1.J r:l!l\ cel'C8 Ut'¡ ilu~trt' :.lllqU2 de la \idon;)
,1 ,-,filO!' !.1!ld.:!:ll lit ('-tú !;¡lllIJleil ~(¡n dIJ.' P"¡',;0r18,; que plilr311, dig:imos!o así,
: ":!l- lil . ..: ,lid" ;1 ",í'l' al ,¡lIif1lt' dI' 1;1 VÍetona, Illlf' pUI'den ,('r)(' á lorla hora
,it' e,.il,l.' do~ !l11 r-<oI111.; la lIna dil;l' Ijllü ('\ dUi¡llC no Be mCi.t'!;Ha ('ll n'1(13. que
1,,¡la!'lI la rt!"li¡n~illll (i(~ las eorles, que dará "poyo á ~u resolucjuu, y ¡¡UI'
:;l~ Inrll'~ l)1udl'" '!in hda lilll'rt8d y 1¡'¡lnr¡lIeza emitir su opillion; la olri'


. ¡ , ' 1 ') . •
"ir l' '11)1' ~'I dlltjU" .;,' ~f'p:\I'¡)I'i: id" . ,1 ~" 111J11J1Jl';! a IorgenCIa tnna
a Ijuil'll nl'(~Il1(),') ; .. \1 qUd diJO r¡Ui~ r[ d~l,¡UC lit' la Viciorid [Jurarla impasi-"


;,!e la r('~l)llIiilíll d,' ¡iJ~ COJ[(~i:. (> al que dijo que letlI:1 una opluion !ill'll1ad:¡
~' Pi1'<: .':) !"p:I,I:< Y(l[j'edilr¡l en !a balanza en que se estaba pesando el po:-
',~Ilii' dl: la na,iun I
\útp~e, ¡;('uores, qUi' rle1'rlf' fjlJ(\ Se' publicó ese comunicado lo:; iÍnÍillos


kil1 ,id'l JiilL:i '¡He,/, qllt' d('~dc aq¡;el dia [ech la d;\isiU!l ('¡jire lo:" ~C~
:¡'II'(" ,Wjlildoi'l" V d!fJ:¡[;¡lk~ Pi'¡¡¡:¡!ircirnll''; :\ la opinio!l Pl'o!-!l'p,'l'I;¡ n¡'!\e~t'
lllP d(~sdl' f?Jllnn~~~>, naCI~n, Crí!l'flH, ~e H,:.::ltdn ja.., Cíl'('t1í1~!.ancia~~ IIlll~ no~ 1'0--
ll.·an v de-:d,\ entO!le!,;; la V07 ,ie Ji'remías SI.' le¡'¡íllla para cantar las de~­


.. ¡a('i;j~ y mi ... !'!'!;l.;; '[llt: ¡¡ü\'crón·uhre el p~ll'; Pi;) la Ht'~e!lc¡il triple,
Pl'l\l hay m;)~ lo(Lnia, un p:\~ne,'¡:d iills!r,~ por l:1 san!.:I'(l denamada en j1;


"u.'n. pOi'CjIW (~S ]¡o!llbrc .in pa~!lHl y de ';Plddd, v es naiUUlí qlW i;¡ tl'nga
,'n lo IjIlP di;.'n, l)1;inifl


'
sl(, ,'11 ()tra p~l'l(' que la cnc~¡ion podía reso¡"erse do


;',( 1lJ;',¡C:-ii mi:í!¡j:, ¡""" li' p-i,\h\!llO'; "orle;lllos di' pnemigo,.;; pOl'que
¡, '1 ' , i I l' 1 1 1


'.' ¡U~ i!;HH{; ,OHi)~ Y :-U('H~(j',¡(!t=:~: "~3ej'¡:t(j:r·; r ,';:,t: ~L!JL!n t p,~e!11 )arcaco pu ... ·
i,:}I,;~ \¡a~la dt' í;':'nnr,l. y dil '.'\1'<1 U(1I'CiOIl di' ('o,;a~ U,)j' d e,~I¡~L) En eS!ll,


.' i -:


'¡""I!'('.~ con 1;.1 m"!"l' ír;(Hli'!()!l riel miwdp hubo pdigl'ü p:t~'(l !(1~ cOIl('il'lll'ía,:
:Jn1id;i:-~. !iJ.lLn ¡-':);iCf'lOH, PlJiJ;l!l·.~ 3!IUUl'es' enrD;; ~i f~n E~p~lna n(1 t~l!l~iern


hid' eul¡'!'o.; ¡[:lnll!, ',(~ !¡,l,neó;; :'¡ 1'p':1len,]I'e~, \' como ~i ha~la de! eql'an·
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'"\ ,'ti InG lHlbi(~r;l aier;r;":,d i) n¡IH',llü du qne h~~ fY~r~on~'¡ quP lu oyeron dt~cir


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'dli:lr pi br,li'i' .1,; JI" "()1)'pirad l't"; ;C¡p~!1¡!'ddiJ!'ij~ contra qui,') ;,Contra Id
,nllÍ,p'lll' f"F'.;¡lítlll'.¡'jP,¡/'i Fn"'¡·j(·¡'" -1 .... ·111 n '11'111', 1-)'1I'a ]0;; (")rll',l')~ ,1»)1 °el':l!l :.".J 'vI ) .\.110..- _, .. ~\, ,.1.,,_ ~.' ,~I __ !14_{, .'_ 1_, .<.. L( ./'0 •.. , (;\1.-,. (
p,li; lus rrpnLlicall(J~'! ,,\ "1'1"', s~¡¡,)I'(l~, ¡'I'al)'ame!lle que !lO !o, ba~', Crco
,pie h:¡ y do,~fi'ill;]S l'ep\lbl¡(~ana", republIcanos df~ hecho, 110: poLlr:l haber
,¡uien h;dd,' d,> 12,-[0 perr, ¡'epublicano,-, no,


:-;i lo~ hu !JI f)]'i!, creo que serian pcr,~onas que lodos conoceríamos; pOI' e..;',
,h;::o 11\11' 110 10.'" hay, p;Jrqup no hubieran jurado la COlJslilucion soure lu·
Fr,111r;!'!,(iS LJ lmuierall :1 l:ll?IUI,) , q:;l'{m eOl!sliluciol1tl!es que iennan den!!'!\ di'




lO~S
,t mas Ó menOR 8mpiiJs !r()ri3~; prrn ~í l"a~ !POJ'l:i:' no e(\!, í'lil'~r\'~ v 11',i;
'¡ll~, ell()~ moril',\n ron su~ doc:rin;¡s: 8¡ ,:1\1l (,Iie;),'!'':, no I:¡s ¡J¡'ll'tldl'iln [(Id,;
las ameJlaZ1~ dd mundo. y {'.:lo ~HIC(ldp .,iempl'f' y" i'nlj! ¡¡til' l',:\~ drlr'lt'in:!,
-OH !lnclrinas ¡Ji,rendíl):p.; en el !-arnp"lf' L',: :!"11,\': JlIl!'O IjílP tl'n~an ¡., \CH
dl~llcia de "t(leal' al e,t:Hlo no ('!,(I' ,[ti,' ",la cH'rlo: y ,-i lid \' h'!'l¡l)l'(l, 'l!l" j:1-
~!;:an obrando Cillitn ni ""[Cid,: mJ,;mn, si ti(,!lf'll pLlill" pll'd 11:,l,t,oI'n~I'!!' :,
mallo del .:!p)¡i"l':1o ¡¡('he caer ~obl'~ ell:), y C¡';!L~ai':


:"',(l habló de geIW!'i1 let:, y 6l' /¡,: !.lIó i:lInbiilll di' !'P:"C¡] vrr la Cllf1"1.1O!i ' "'1 ;:
punta del :1"('1") (ln (,:1:,0 dI' lH'~ll,,¡rJ,lIL ,Y 1'-te: ('i'fl:il ,~" ;,:'1' ;11:1 ('I'I! 1;1
paracioll annlH'i:!da dt: l]¡Li ¡~!l .. ;j!,:, <,) (l!l jl!·¡~f!· :~ n ~IUf' (":,,;¡¡ ~'~};' =
~Olla ¡¡US!I't', pi dia en que no saliese illJill!!l'ado COH !\('¡!,C'!ll';:t Ir!:';), ""I'i';:
la.- ai':ua~ de la patria ('ontr!l la palri,l, (,OI!1 I) dijo p! ,!'f"l!' ! i:d.J Yo ('I'!',. 'i'i
lit) lo haria, Sin emklrgn; no ~,' si tUi![I:' ('rel'H ili flli"¡"'J ,1 ',.1": ",',
tado podrá llOltlerse imaginado IjlW ¡~Slli pUl'de ,1"Ol!lpcel; pi'l'l; ;,11 al!!! "
I,!enlro de Si (,;,lt' '¡'!!lor; y Bi dentro de! !'('c)¡n le :d'l'i¡.:a, ,Nlp (iipnt,,¡\ ..
I l ' , [ . . ¡ 1" ) ".' I ., u.ara !~n f~;!a ,j[Jr~ 'OH \;' l,.'()t;J!'{1 con UH.epll.l1il(1iH'Lt. ,!J. l -:.! Li ~ d:I:11
qu P d{~ f:~ltl nlndu InHuya en ~u únínlU j (Jli) b3!jl';1 en el]r; nfi:-l c¡,I;]('Ci¡q;,'-~: ¡ :(.,
entonces qU¡l'l't~ dt~{'I!' que e~taLncs en e~~(l ..;!Ii¡) di~cutirndn L[\:¡~ ia 11.!lu i 'p:"
de un lerror, de Ull miedo


"Dt' ('i/'CUil~lai\c.ia l'Il Ci!'ClIJl,;lallCll1 !wrn(l~ venid\! f, ¡¡:irar l'Ií 1W:) (!llhi' ,


\'¡('_!! .:~,. t·O;; ~~'.'I" ,\:;,1 ,i'i~;~~ ::.;;! !¡··J·~_~,.:'(,i, !; ~
de la Vic[o!'!,¡; ('8 del'ir) que todas las ClI'\'U!l"talll'.la~ ~e pfr.~,J!iIlíl'all en (""
general. 1,1 somos nosotros hombres ('apa\:l~s (le ('rrr1' que ('';1' ~~cne!'~¡l. 1'\ !'i::
!jU" 1::1 nege!lClJ trilla 'o <1pl'Ud.l l' ClijllL d(:';Cl1rlli!1<lI':; 1;1 i';p~:d;,. ,.P I"'¡' Ir,:! ,;'
trente del ('jl;rcilo e~p.lfí'Jlj y \'('!li!t'l) ci :LrnoQ 1;, It,~, ;-':{,I'I'L:ili'; 1,:


pnrql1P e~t, 111(1 ¡¡¡lti'le !i:!~TnpnUl' ?·lh aIJtt:t~pdenl!~~~ :.: ¡;;;' ',·":lli:
PU('(!é desmt'ntirlos, 1¡1It' Ctéa", [;lm!JJC:' ,¡lit' /;, ndCI'11l (1, lJ1J- i~1 a
general, y llO,.;(,ll'(l;~, Sll~ repreSl'll!autí>, ¡),I-IMlic: jl'id,,!"):;,;,; par,1 p;:dir ,,1
tigo á que Si: hi"if';'(' iJi'j'ecdul'
.~~f.ln(ire:"l en !l1i (,:\~le!t~:;~ la ,_'!,í\(, (¡Uf: f~·F t:(~ller(tl Dq !i:-1.!' ! d- ;',{ :'~I . J.


lJl me j.) pl',li'mn;t tildo !ailJ:¡twta:: ddlliid"d !<nnl;¡ii::, ni, W" \,il'
porque ¡¡;) J[)la;ine ¡u:!" ;;¡ !)i!jr!;,;! \ n\l~eri¡t ;, ':U" 1'''::1
hombJ'f', ~í!w pC)['í¡ue i'reu ¡¡\lO ,'.; !m¡)II';¡{':!\ y '1'11\ ., ))liliP:e-tat "L
'mp()~ibl(',
,,J~n ,irtnd de qt!f; pl'lls:¡mibll[(\ f'!; "¡,,tud :le \fUI',. príu':ipw, í.ll "¡¡j,: ,¡ ,


qu(' idea fecUl"b ¡l:11'<1 1': plll'Y('nir ,1,\ \\.[,¡ l),}riJn ,'i; kV<1lJlll!'!il i"" ;:'(,I1I'!';[\ "i
(J] "opuesto dI' que f'~tt' .;ncí,d,es l'; 1" pudiera SU!,;':I.!!.'!', 'JU0 )il iJ!i In (:1'1'1) di' ,,;
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. Fn 8U- Jll\eCllt!enlt'.' 3eñol'e", e\i~:,! 8:,:':Ull pLlil '!enl!IIi'(;, ;':¡,',




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,1 n~\·(Jlll(·j()r!) d IJtH~ ... lI"íf {,', .. t<¡ lu .. 't ;{U~ i)Jcda r'¡'FÍlL"j' l::¡ rf"Lit ¡"¡i;¡ \U!\j ,{"


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:;1, "'Ol'la- ";lpaC(~,; tk I'e~f)hpr t()da~ las dlilfU:t,1 i,'3 '1uu l'\¡ ,'i pal.'; IJ¡j"d;:li
:'II'-,'!¡[al'~l": \ <j lid ,;1; dlJide e~l:l é~ü teoría; ~ () pl'¡'tí' ti':i ¡>()",¡C :.;;],;
,'¡<;¡da" ;1 (·1, a \il~ pei'~ün3S lJl(l'; )ejaria-, y le, digo; ¡.lid} Uil.: ¡í·,.1 ;"',ll>


,,1:1 nn ~!"I.,'n¡~l J¡¡ll'i;~i ,j" l',';').': 'jlle ,·:¡truni/.:::l ú 11)" hlJll!LrC~ por la iLLl'l.a
;Ill .. jna dp ....;u ,:.'.1 :Jnd"ld dt.'¡dl\) dI.', e."'l.1 ~í_!ld:!'o_d" ¡ .'J;'.~ HIC' ¡'(\:-:i"H!ll{lt~n que (~s un
;,",;111."(' -(lI'('nl) ai fl't:tilP J(:! ("lIt'llllgú, '1:.n: t'~ lb Ccd;~li¡I!T ,'u ,'i \1 ,~tu 1'I,iJ ~U8
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1" "::\,,,"11'_'\ I'il \;;'; nllr!~I~ dI' la,.; hn nn('t3~. \ h<;~ta de p,ca](i)' pi t!'llbO,


·,qt";::-.. pr;;f'¡¡{,éldo Pld:'t,
,in ;,,,n,Í;¡ 1" ,1 ,:\11' poe,la


1-' ·::¡.;' ... ,I ¡,~ .... ,. ;¡; ~l:. : ¡ ;"~dll'ldd ~il'¡' 1Tl!': i', dt, i!{~ r!~' :;j,"-,:!t<; ji1~:r, jJí!f'
:~i;';1; l ,~!' ¡,":j ¡ 1¡\,i ~·,~':l!'r:;l. f(j~ \l¡,~L~ :)¡'¡jtlr.; ,·' .... 1:2 .p :iJ.!" ,:~;'.. ; i\;; 1:'


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::~1!:1 {,,!:::,¡ d¡""¡!):tU'l~} ~'n ¡,.1~ cíntd¡¡~!;i{'}!jJH\~ ~l)jH¡; ,¡~> \',


\ i;,') ""!;'<'''.'::\; !lO ~l' ll'l' hÚde dr ¡!Ufill"i'llli, ni de id('ilS'


'j., Iu,"'" I.lII ('Bq.li"'dl!.u; , '".¡-,: i'¡ j, j','~dif(¡r una Illl;",3 ('IJnd,ill<l','ii)!1 rna,
11\1';)'" ('('orlad" Pi! 1,( adlllln¡"l,·ll"¡I¡tl.' ¿~t'!'a ,d de di~nJl:;l;í¡ !a fUl'('za mlil'~
lar? be ,'s un p('n~:HJi¡l'litu T't: cuul,¡uier.: '!'! la. p""'SO!l(;;; qHf' pUfJa potl',U
¡'H la 1lf';":"J1l'ia t!'ina puede lencr, y que ";Jem,;s I'Jd'B. Q,;:L las (o-as \,\)1.
::¡"p'. di' ;Jqlll'¡h~ '1ue bl"[¡)o.' yjf'r.Jo [¡,d,E' pE';'o ¿es ('"sa ¡l,lJ '1,1(' p,:,jr;¡
i,h'l'wk! ,>,;¡aJo [.!} que nos hall:J!r':s': ~¡) P;'l' ch::'l,) L;¡'; il'(tll'!l;¡' tU,


¡ ".




lbTORlA DEL rl~T~ÁD')


lili"ll no ~(, hace!1 nUllca ::ico luta!me!Jlí.l: iel'í1lil,tliUI) I!ikreses LÍebllttlid •. i "
que estaLan ~U:' 1 I(:rra , cn'í1111io otros nuevo:;: \ ~l DO ~e crean, ~ ~I [\1)'"
levantan, no ha)' re',o¡uclOll J)o~il)Je .


• Pnrque L\ [01>.\ IlLYOU', lO' [¡ichE ILII:L/\ i \ "',.dl"'!,I' jI;, y ('i hunlÍ!!'(' (ll1~,
;vpm' á persolli1icarla, á rea~unlii le:. di've .-el' UI! ~1I11b!l¡o, m:;1 J!lia~i'¡¡ dl~
ei!¡¡: y esa imúgeil ddle iJ1JI<l,arlo ludo, a lodo dl'iJl' dilr ;'imiL \ SI no ('- <¡,
par. de hacprlo, y ,¡ Uu hay un heruLre ¡¡lie p<lra ¡,¡[,!'; \ ai~a, tiill;';\lli\' d.k
\'~{;a¡a¡ e"e ¡,ubio, porque si lo rlll'ibl'. de e~e pu,'"I" ('apea lildlld::[¡it'i;:"Ii'"


"Esla es la verdadera rawll que ¡"¡¡;Zí, plm! (",'; ,!,jl' ".,. :":1('11; "','\;1-
pre de~enrá f_'1 bi!,.\H ·h~. ;-..u })(:;.~ ., . ¡ 'U;tLl, L(l:;~';: !():~ pdPdli d:~peU-";Jr.i
pero no tH~L(' d~~¡"(~1 ¡rl'~ \:~\j'\~I'::d i'L ¡a (',"';l'tllf.l ~eiH:l t~l lp_~ !tJ!,!O dí'!d! i¡ :j •. ¡ ~~'t
l)JPl'1lC 1"Id'(':,,>fntal1\i). UO : . ;e H.H~ ellCH:ITc' ¡j('nlrn ~h~i_t >·1I·:·~1 d:'ld¡ \J ·1; :,


\\í:1lnpO CUH la (,~pJda ~u la ilFL,; P¡d.lt¡ll;;¡ t-[ ~iILJ~~i nu qU(~ ll\.!:"I\.·i¡"n··, dlll-!o ... ¡-.
lt~lno~ en otra~ ¡)t:r~uE~18 .\n flJU~dt i::.iC<\-¡"jp: f)\1í'!~ ,:-'<dHIII;:n tIlda' .lji '¡Uf-' ¡(~ ;, .


, ¡, ,


riera por un ¡¡¡¡¡UH'U!!; v q!H' ; ¡ (i ¡' l e aso 1 'Ilit' ilt i.. j!1jl'ib ¡ !l,,<~ :,;ii'
'JI.H' aneLnla.':f: ,,,1 pude!' ~llple!lÍ\i, ,.'.\JllHi \1\irJJ' >U,Ull". ;,¡,,:, ,¡,]" ":'U , .. ,
su \ a;' ~t ~ubt~ fihltJa eor~tnuc IUUJILiH:~ntt.l, dt~iJ tro de :a (~~"dl·l'a e'_liL"; ti t,U!'ion J;


. .


DO haria ma~ Il! mello~ que haria OIlH B";.:eucu \¡·¡na. !'il!'(jlH' 1\1\ 1:<l!i<1 i;¡;'-
<lU,' ¡,íer¡'itur las latu¡lJ'¡e~ '"u<'. i,l C(Jll~tjlUll(¡!1 ",ll"t:de ,i !JIIJ ~ (1; i! \ ,Í,]


:1 "' ~
e~e t'a.~o la th~;;i'~Jll",!d irilÚ1 lH6 ofrpl,',ti]');l I!l~j''; ,~.;l! dI!LE1-:' \ !;i.!1tt!!'J;j !;!....: ~."n:~


"


próllHl, dé l'enla¡(iai' a IU qu,~ le Jiu iuci'¿<l., P'/I'1!,]l' Ja ~e ba .lidIO que 10 'IÍJe
ie diese fuerza no pue1le ex¡~tij' wucho tiempo., y mielllra.~ lan\lj \()~ qlll',i-
mjí'lllo~ ahofados C!.", la 1'1',,'!Wl(Jil n'\r¡ilari;¡ll, ¡¡,Illan !ti (,\¡I!<;,<!IJl1, , 1'" "",'
di!t ('aerta; (,:' que ~uceJei'E'¡ t~\;tj!nc{:~') ~th'¡.~deria Ulld !'t1 \ 0!U("I\)11, ; Y
rnarelitln !;1~ rt:\'{t!~1Cl~lr1t.:.: ;-:n :~u .... di!,!,] eLtt' .... II,\:~:l'{~"':\.)~·; _~¡i'lnl': t) cr~l; ¡('Ii.:~ll
:-.:ientlo cada rt/ iIL~ ~ ~:Jin~\!f~ Hl()~ j·'IJCiH"P.':,< t'~ dt"(,J.!. ,;n> ¡Ji i1~'¡IiU t<". ~
tOIH !,""; ¡~Lld. id una ~~\l~tcn~:;i) t¡.-~?·!'l!;jt~ ~nd¡~¡¡!:ida, ( \ erc-.' :1;~'Lil,' <ip L¡:"-,
:"!il'!:-:;J quu segun deC¡Ll)(!~ n'ch::-." \ ¡jO,J.'; Jí{n; íJ ~~lh!;t;lH' Ú bact-¡- t¡¡;;! l' ~.'
pUl'(¡lH! ya es tiempo de h~ll:ei al;:;u, ijlJi.' ¡iuif'!IIiJ, ¡"IITI :;!i a I¡\JI! el ,iJa ,Ji'
maUaIl\1 ~ea t1blíedu ) prudUí:c;l liU('VO~ buriL jll"~ : :lClllp:'~tadjl:,) y;, ('!p'
qUf ((In la [uaUO P!.1 !t1 C\;~H'i'~'l~C~;t l:Ü lo ¡F.¡dn!rLD~ h~i('{~l Y:\ ¡'rl:t.~ ~iUf' L¡¡"-
EUL10 de no~ull'o~ nee po.it.'rlu haCl'!


,Pero ;,t' ha h~Liad\J de ~ul:d'jlO, Ji! b l¡cces¡dad di dll ~(:J¡I\'i'!l(j fu(-!':¡'
di' un gobierno que acabe con JI!' i,~1!'líJé'" Lo; i,r"fl'jco; j{ji.' fllle;¡ddm,), ¡'¡¡l'"
(\1' ¡:obipl'l]i), pOI que !lO ba"ta bablar Ji:' ";Üb¡¡'l'Li'. La~ lll;a POiC'¡ULI ;¡",'"
que "l' han di,.:!lO dentro ~ fuera de p~ltj l'l'¡'!lll,', Y no Si' deli!Wll '('r :lf!,!i, 'IU"
ei'l g,obipi'llu, ~¡ r~ ímplJ'lLlc Sllbe'l'llal' b¡ijO la lil.':.::t'n'·IJ ll'lIla, {i.¡ í¡a .. akl1'
',a k'rma de gubíerno que llaga impl)~il)il' el gobiernll.


',¿! .. hllén f:ulilerna,j En [as monarquías t\'i.i~títuLion;j¡"~, ~I S(J OVe,¡ ¡¡I):;,
uL":"(' ;l. '~uiel1 H') le hacen C(j!,~(lS, ~oLIl'rna l;¡ LaelUn por un llii'tp.j,




DR' CLTi\!O ¡;{)¡¡U(¡~ DJ; ESPA~A,
ii'ljue la nac:OTl ¡i<",i.!íl SU8 I'l'llrl:sentantes: de la maroda de estos se sacan
i'!~ mluisll'P~, \ ius l1lilli,tro~ cuando el rey quiere una <lha ",)Jllraria a lit
')pll1lOll di' Ii! rnaV'lI'lCl, (lile df'be ~uponpr8e rrpl'rsentada en aquello.;, se re-
tiran: y el rr'~ e!lk;nf:t'~, nI' lF'W' ma~ lIlerllO de accrde¡ á los Ji'Sl'US de la
ni,l\ .. !":i, " pi d,' \011f'1' ;i co[]~uliar a !:; n:\i'in[j\ (lue es dueña dp Yoh'el" ,¡
,"', ¡í'gl!' :, in.; mi"tn(l; dqmlados:, por pod,: 1,1 U;,,!i'! :~i,bif'rna,


" 1"'1'" ,P~ e-ti) jn '1\W ,.!~ "ntipndr por f'obemar ~l;é.:Ue id \'i'I"!3dpr:¡ (l1.'!'f"
, ¡'In di' la p:l!;¡lJi';rl i,Es ("lo lo qlli' enti,'ndl'E por gobernar' lo.; que ¡J¡.
1.!!I'fto l!~h!,¡¡·' \, !"". :':;'1'[<>: i¡:i!,r:, Id' lllPdid;!s particulares que j';
:..~r,hj(lrn() pn(ld,j tonl~1f' d~¡nlr'n d¡' ,:.¡ "'~P ~LI(,,'I~~¡' lit' i'onUir con lo~ Cuer~
p<l~ 1.'(I1f':':I",LJdur"(\~> E,~t(j (~ ... fo quP crec; yo qll{~ ~:.f"' ilarnD t~!d)e~\nar en ~l sen-o
¡;,1'1 f]\l("I~ dJ Ii",,', en;, p,' i~lLn, li(! ~C; llllbid ,!I,I gulJiernn di' !:) Ir'\' pri'-


',¡" p'.!" 1;¡ H'CCII1lJ, ni dl,j ;.::obierno rjue produce la íulel'veUeJOIl eOlJlÍ-
!1ua >Ir ¡liS Cuerpu' C!dq,:I:;J~HI(\!'e~ so!¡r(' el uJlni,;!(·ril}. ~jno de lo que un
IllJ1li,-[c'rio eualljlli!'1":l por,d" it:1C.'l' :lent"o dd (ji 1'1110 ck ;;u.; atribUl'iolles,


';;¡:lia-,:' ...... p H\'~ ·tJl';t qUI' ~¡ pt·)rq~!f) e~;J. f\'I:!.:'eU(,i;' d(-' !j'('"" IH'I'~oníl~ se h~1 d¡:'!H;
;lqUi nlu!'!J;¡" \'('r:t'~ qlW pUI~d\' .jJ Ildil',;e, y en esa di \ i~iun se encLlCntra h
llJ~p(i,¡j,¡\¡dad Yo n!I',;!:o ,el1wpnle impcsil)ilidad~ porque ya se ha diclJo qlh:
¡'! fuerza de las co~a8 haria que ew Hegencia hubiese al fin de ponerse di'
:ii:uerdo ~übre \0 qUf' sr dísnlli(l. \' qllf' 1'0 el día en que se pusiesen de (1n!f'i"


,PUl' olla parlE, ~pr;lln la ¡mlCLÍca eOnSlflUGWnal; los 11lllllstros e.sliln en j,!
,'0, ,j,o !'('q:iH!¡],'!' dC' ';¡h :),O!;\,". v /'OQ]0 que responden, todo lo que á 2;0"


, ~" .. 1: .' :": '¡ )('¡·p";:f)(ln!jfl


l:, ',' ~!~ nOi.n\}r:¡JI1HI(!!¡; di' ~()~. ld: [~]'\lrll~ ;\11 {~:.:t~!.~ f:,'),< i';l~(!", pllede 1'(~~(drpr por
:. : (·~1i); ,1:',,: :. '"':~~ . ..;p¡,:", p!dOdt: t;~ H~!..!ynr!3 rnn(\Jr~1~t(¡i' un p('n',,:an'iflfdn. EL
!'!Ir:< ,!":';., .)11" ,ji'l", I:;\,I'!" !,!;¡rl1!:i ~. liD homht',i; que )'('pl'C8f'lltl' 'll,~¡


, '. 1 ,L'/'I!'!(~: III n('(',c-llo un mlili.;lnifi: r e,;lü hombre reune el ConseJo
!" :l,im .. lro,:, \ \'.;t;. Cr;n""1 ,lt' m'nl-iros enl:a;'!!,ado Je l pell~a,))jento del re·
:,:rntr ,'¡ rJ,.! "1'\ :0 i'0alizíl. 113~ta aquí el l'egnnle uo decide: no hace mas <11]('


¡ n..; n l ~" l'
1'11\" liif:!l ,Jal! ;1'3ndl: e~ ese pcusamieul(', tan neee.;aria esta HulorF;;"


"j¡,\l, que e,;c !'e;.:en!p !lel'r-ilE' ;JI,:::!> m~~ (ill(1 el nombramiento del ministe-
1'11"; ¡,"e:~e,'¡:i al~() m~F PI)!' \"f'ntura'¡ 'o po" cierto; en ut1mbrando presiden
11' PI, llollílil'ando miniqc'rilJ, y en 'diwlvíendo las cortes en pi ca~() de Ui)
P,,[()i ,lcol'di'" con esto ministerio. la He¡;encia ha campliJo con ~n deber, Y
Pll los dem:ls tW';:fWjilS de !.:obierno, ¿es ereib!e que la Hegeneia Uf) Sfl puenr:
pn!lel' de acupn!u' PUl''' qué. ¡,no tenemo.; en contrario el eJempio del aClua;
rniní"\nÍo, cilado ya muchas veces" ¡,\o ha WJbernado e~te ministe!'iu) ,\¿
ha "liÍ(I Hehenda en (lstG~ últimos mesc~, enando illílS d¡Jjcult~d('s h;l podido




I o:¡~ !lISTOIUA lJU IlEJ~,dJ!
:,,,bfT, ('j' "!I\'lIn'la¡;"],j;; no í'(im¡¡!I{'~. \ ~jn ¡'mLarg(¡ ~e hil -alirlo Ilel (I"'(¡
~;·:>I indo lu í¡tH~ ~r }.IJ liff:ho e~ 1'!lndeilil!J¡¡1 (.1 Iilld(J":


fl;I:'{J ... !i d!l'n. ~tjf¡t;; t ... -;' '_lll L::rnp;~ f\!7t'-'f1 d;fr p'n;I.": {';1\,:"Li[li1¡·i'dHl,";: \' P.'


,,' ,,1>', !:' !dIP~ ron J:¡~ d"rn:'l~l: ;'1 !I:
¿C!'('e pI S(JfH)f' LtJJ~H! q~}P la nfL:",dL('J;\ d{·
;,!úr .tí I~I f{''::;l!H'L1f: ,i,~~ f'~",:', 'i:¡ .':Iill::


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[¡1"¡;lnill,,!!r;, ¡.Y q!li' Sl](i'dt);1 ho\" 11,.\ jll,-i;ll1l1'lo\(' :'(\ '\11'1: rn 1"" !"',i"dl.
·-n;;. r!';jn('e~p:-\ qUl) j;¡. Fj'aU(~'la \t:l'l\(' ~I ~t'r ridnl!tl!L~ ~:E r.l ('(l[i~f'!O tl;1 !!:~'


. ['ero e~~to. ¡,!jl).' lh'ne <¡\JI' 'PI' ('(lit lel eueqion 'll](~ !lile (:('111\:]" ;.;", '11 I.11'i'
'¡ili!;í dPCll' que la !le;:cncia ¡I'ina llílt't' Impn,ibli' 11 i'f"',d¡j¡.j,'i' ;)" (',(;¡; :¡I,',
i~1'n(1~:-; y~'; n() ,~':', qt'!P. lPD r :1 D(~da qth: rrr cun ('~tiJ >.¡ e! ~:'[l()r LUjinl fi ... f~hl~ /.,1
-·;:t(i ~lr:..:nn1ent{) ~ .. c~~dr:..¡ ;~J d','nH·)..:lrill' íH;( !\n h:·l ... · ~·kI:1P11't' ,'!' 1;; !:" ,l' 1', 1, l.


1, r'L 1, \' 1;:;1.: b


;'1;"'81\,1 por dt(,to del ('cntwuo rallllllJI y m()\Jm!(~!llo GtH1siguícnt,· Gü ¡lIi'
srilt~se Ull:.l diferente eombinacion que ('>;if:ip~c e: nom!Jr()mipn\1J de \1110 Hr,
~.',q·'ri~i. 1.1'11] a \ sü~ndr) el gol :'\!'P0 de ;:st:l ;l11j"1n'":dd¡" Í;~t'(; i:: ron ., q~l" ('{:'1:!1!:iJ::
,,;,/~mp"0 con la H(li~l~n{'~:t !;t:l\ .. (~: !;; ~jlt';'¡i' :';¡'\
L~qlrí\nl() n(HJa J'I"'.l(?ba.


Prrn " ¡"'\ :1 d"I1}Oslral' quP !ji: ,1(:;0 ¡¡¡Jede ,'ni!':):, ~¡no flll!' í'n[r;;::,
l~'Jq!l)' ';: ji·, y",:' ,_ !rlL'1 i~:~ i:~~:l.' ~;(:rHbj1tnl<~H1(J~: y \'lu~lrc¡ ~qP' ~ !~~flgUil!~\'


gF' T1I'!3 nnlC:1 i'lird i~Sí
;:::"'l¡[n~' rr~ ~_I·~f;~;< rn;!
Ph\";~ ('l};ll \'l~i


jc (~Slll? /.Cu~d (:-: ··u P'·;'lc'l!l·n. ruúlj'~ ~us ('onoC'¡~
¿~n i..~cnOCiIr¡¡elHl; ;!11 !()~ ...:,ranl~P8 !nttlr('~e~ rnru·-


Pí--;~' p! f':.iDirnn0 , ~n t:1 n(1:":'rn~:1a ~rina dptH~I':!:) (Intr~r per",nna:-: Tna~ {) rn~)


':; l~i!n""-li~ientt~ p;l:'a !:~ ?'(\~r!Hf';C\n dr , {.:.~a:; (·:lr~tl(l!H\.i.1,
" Lr·s r;l!'!i,~~\' I·~l ,.l:¡·!v· ¡_Il 3C!~O~' Lujar!; :.;l~i:· ~an!~\ien nrce~ilan df' un rr ...




103,)
C¡¡;,li t"i que Sl' ji" :, ¡,' npl'f";11 Il'huim:lflwn!e ~lls npíllione~, Fn tal ca,!) !a
¡¡,~,,(,ti¡'i;~ de [1(" \ L; ~(":":"!I('itl di) un,) dt'íll'!l ~('f' I;¡ wi,-m" en-a,
')'!l!l'h,.,~ Id 1'0,: :¡"Urt)(l!;!il- 8e han IH/"('Ill;¡d,) 1](11' dif.'!"í>l!li's ~"fi()!'f'" (In prn ,. .


d;, !:J i;¡·: I'¡j! J.j ~;. ¡:';l' })(' , "'\' 'd !l:';¡;{'¡¡ljn dlJr~ tOdll.~ r1[(' dt'[j¡T\.!urH"~t· ,'o. I;J~
:il'::uí!iellto'-, qU! pnlcb¡'lí! I.\!) {;J'~UI' tÍ¡' L¡ 1l1l\j¡ryl'rJUií!. ~l ¡t};~ dl';~urnrnios de :,¡:~,


i.~~tatl ~L,Lld~HJJPL11' ;1!l;i!Ll;>ln~. L~t~ Ci!'i<;·n: !.1i:f:;'l~ 1¡{~ \!i¡f~ :{';; . r 1JtfJ~ dt~ id~;:\'
1, f~j ~~(~I\er:~: E.;!JiJ:'U'l'd ~~.\ 0Pi)JU-' ;1 L) ~¡!l~:(tr¡'ia trir,~.· t'(H;~~i¡ll(',i¡Jii;d (J H1(·I···.~~
~ 1 t tI!' i { ¡1 i;! j ¡ r \ tI; j :. '., .


",1: h~l\- un;; de i;(I.- ~;\}rHit'(1_". qU? i,l }¡ ¡\tI !trInado ~:(.lr !u H{¡i~LI!\~·.~a
(!"¡ ..... , 'jf¡ h:n lu;n (lll1f:: ODP1P 1,!)(~r ft' UIJlc(L nn li~q HIle, une no crea quP !~l cpi~


,! "


i:!un di' ~u p(!l~~ ¡a npi:i1un .. le <~u prOY1I1Cl::l, t:\~:!.a por ti't~. Y pU{-l:~¡.n (HU' !'~:i.·
q' 1'1'('(' raed r''' emilir élfjUl f:'! Wli\ y c!"l'li¡; : ('-le \oto ¡l,< lilll'~U¡',l m,lfjí'l;,


r I ". r ' i l' ,<". ~


j'I'~l ir;l tllpl!~Z~~.
~lli¡'h" mil' l'1!di('!',l r!p:-i" (111 <,,'1;\ ('\h'slion; la bora e~ muy aYanz!iJa: h"


l:¡·t'qU! UL t~'qn {~!~n(\ro de {il
" llCi':CI dc~¡,;!¡r 'JI F('[';JI ¡Ir·


nH' dL" P."It:~ {)P!:'~!!¡) Í!~ d!l'U!.".
\ :~n¡,I ... l!j,",);-. :1l'dd(J! t i :-, ~¡q!:drUn ¡~l palabra. \' ~·_\~I:n\ t~!jt),~ :" ~J que: ,ltlt:~n«1j;Hl


:;1 nf'~~t~n('la uniCt"i
j;í'ru al<Jl'garLllllIJ6 mul'l!(l 1'~I;i nula, ~' nos limitamos á Il1Serl81' el,li~curs,<j


ele (~JíI ,loa ¡UIU ~¡ar¡a Lope!, dl'jando C'JIi sl'lílimÍl'nto olru~ mudlO~.


",""f'líOrf" dí' p!,I)PÓSlto quise cspcrí1r para lomar la paJaLra á que ol¡,o~
mUc!!(i" ,-f,' me i:uLIC';I'!: ¡lIílil'lpad()< plin¡u(' ijlH'l'lil oir los 3!'¡';llmentü~ que ~f'
l'le:,(,!lta~f'll 'ci\ <Jpo) l' dt' ;~¡ ,'!'llliü¡¡ '11i~: yo lJljJU¡.(1l0, para \er SI t(ll]H~nC'i(]n
'¡jI raWIL (, para ItJ) C01ll:'~l"il\ (,¡~n tUllJarrni' d traiJ:ljo, muy superior a mí,.
)¡WI'!.f) s < de n'l'í'rr!'rlos y rl'¡';]\iJ'lo~ uno pUl' uno. J\o pude !'lllUlll'f'~ creer
que ~l la de':l'cilulja natural (Í!' ent!'ar ,'n una maleria tan aootada, se \lnie~e
la (le tocarme la palabra en tan <I'.an!ada llora en que se necesita mueha de
\'ocion para hablo!', y mas toda\ía par3 oiL


[liri' ,mte [odo, {'O!} la fral]fiUe~a ('on que siempre hablo, que par'J en-




fI1~TOHL\ nn RF.l:'i \ DO


tra! iI oCllparme de un ne.:.:úcio tan i!]';l\(l, t;:¡u dificil, tan ('ornpromelidu f'w
~lb !'t"ullado.;, cu)a" iIlluell6a~ c()lI~eeut'tJcia" IJfj{jip ,dran/a a '¡¡"'lIlaren est,'
momenlo, llcce~it(j ser so~t('IJi:lo Pi))' el pr¡;llIudu .';"Il I j!JJíf'1i 1(1 di' llil dt,LiI'I" dI'
f"'r_' l!t.lbt,~r Sa~Jadl} á que pI hC'fnlJ1T' f!\lh,!c p ¡ {¡il:,'" ~í' If" .... :1'" Jd !lIt' ..,j' J¡~ jí!1-
p¡)I;fin ntlda n¡t'lH!.~ qut' l:¡ \'~!;l}pLí,1 > !;; ,;t' r;I,,'IUfJ! la ('ouli J(lr~; di' !:'\ !!r~i !(!n
~ntt1ra, ontt.' Li. ruat d("~0P~1! ·:'1'1: Ile tudp I\ULlI! lí,'''; i ;'~ l\"'~;'~ (\~'t' flU({ \ ;¡' t,·,
I¡¡~!'~~~ ;:1 L:~. pj~r- ... 14qld'. i..'ua!¡~Uif)!'a que de (:tra p:lrt p ~ta ;,,\1 ),tl['r!"',;.1 ~t~ ,!~q'ar"'


deplorable. e(lr~,~l::n~}dtí e:t ~;1 ;.,~~.;¡¡'¡~~ de ~;, (¡~.'.~ ¡, ~ llll·,b;,~", di! rnUiitlI 1 •. d "';)~-
1)('1': que "IJ }I"il!i'a [1,:10 d!';H'lldl' del P¡'illli'l' pa;oll; lid" dl'!'i':idl ,1 1, l;, l'; l"
lUCIJ';.l cntH'p;·don 1) de la prinlL1ra U('t;~tir(]" y d¡, ('!1(lIid(l !(l.~ JI;!) t¡~:¡\~, ;!!\!!.!~
!ll1i;;l'Il~O': () eümp,lC'tos, jll'~8n !loa vez á di\¡di!',:./" , :1'11'!: 11;·.1; ¡'" i'"
pit' 7811 iÍ Hl:J.rchar en iWPílS dl\PI'¡:;¡'lllt's, ) c:lda pa~() qlH: dUll ,wmpllta m:,-
la di.~ta¡H'lll que 135 S"I';lr<L ;-;i ta! -uccdi!.'1'3 a!j\ll !:I.I ~t'!:l C\lII'i1 !:!tl"t!;; "
S"l'pnlOS J!(¡,.;otrps los que ('O su dia t('n~aJ1)i1': que r;'spr¡n,I~'1 :3 1:1 !:J;'¡,!, ,
Ja l}n~fp, !d·l'.L


) El se!1or O]lizu,:.::a ba d¡dw que no en'/' 11('('("(1]"0 oCllpar:'" dí' !1ur\o di'
IJ clle~tion en ~ll [(Indo. porqup la i)pinion que: (,1 jil'i)feq -1' !J;J!ilrl IIp\a,h Pi),
;"., "ladÍJrps que J" hall prpcedido al t'iltimn plIulo de ¡jí'lllo"lr;!I'íull \' dí' ;:\111-
H'l!cimi!'nlQ, y -ll ~,jDj)ria ~p IJi1 linl1!;:Jdo <Í :Autor !;1.' r:\!'lt:í" í!1'!' f 1~'I,,:m ;


! r:,!:, ~ -:' .~ ! . , .


hatir i'se eddjl'lO que d scI10r Ulozllga BUp01W tan ~()jido l' illlbtruclibll'; y
voy ú seguir su rni~mo ejemplo rebatienJo ti mi VPZ lo~ al';.;ml'elllo~ que h~sl:l
aquí ~f\ han alegado en favor df:' la I:egro,ia úllir:a.


De lo~ oradore- r¡1lE' h~sta ,lhora la ,\ ,¡nff'lldid" n,ln~ l¡:ll' InÍ';
Cllr~tinn po!' pi !adcl (,(Hl,~!¡tul'¡onal: !.d.r·()~ fin J:. [¡i"~ ,It\ ::; f':lli¡t·'rl: \' :\~~j)".
por ultírrll), el' el klTl'IlO de la lJj,tnria. 1n 1<1.- H~'::,Ult';' lIi" :" !,':-p


1'1)1'(\ h;;~ q(ll~ ,]r'{·il' t
'
n la !'(:iricion pr:me":¡ '.lucho,; ¡L' ÍI)- .·!!íi""'"


:"\ ~\¡I iu oplllion contraria a la Ti(' \" J"nido la !ilH'!!(' i'
!'IHlfe~;¡r f¡Ue tan ('f!llstilncir)l)al es la Bpgf1oá~ ,1" h'" '.1 ,'1,\1'" jJC'I'~On~\, crin:,
J" dr' lln3. (llli p~la !,,]'.·:n:l 1IH' a¡!miré mucho cuando II'i ('n Iln fJPl'illd¡c(I '1\11:
p;i,a como ór¡:;ílno, come, "mb!~)ma, cumo <:!mho!o di' !a.' ,lnt·lr!na,. ¡j" la'
hll'!d~ Y de ]:¡S opLniones del ;:;o!;¡erlill, que f'l'il lllas "oll,lillll'wnn i ¡ti I!.
gpncia única porq!lf' ocupa el prll1WI' In'::;I,. en el ,i¡,.Ie!: ~!:'I',!\1l quC' fllti!"i
('1 arL ti '7 de ¡J COils(itucion, E-k ai'~\lI})!'nt'i p, \;;n mi,p"iddl' qu;' n" []1\'
n'['!' I'(lnl('~tal'~e si'luiera, PIlC~ (jUI', (.':i' !fU!!',',' qw' !')" I.'nl('!i,hln, ,1ll(O\',', .. ,L.
nuestra lev fundamenta! se ¡v\prr~:¡;;('n lan lllrpenwnlp qnn !!'Ii"[if'l';]i! ¡!Id"
el 1Ii''¡Pt1 gl'adlli:li en !;H idpai', di('ipndo: . La ne~:cnl'¡:l .;(' c,:mpondrd de lre",
,:in('o 1) ulla perSGl13: t, Ile cineo, fre- y un;), ('l! 1" q!lP c¡"l'larnl'nl!> hllhli"
r;1n f:l\\ado ;'¡ la s\lC'e,iva ;::1';],L\r:¡on de m('nn: ,1 m;l,," ,!!iP l'!""'Cn!'(,ll Í;\- r
gl,h .::r'lmatÍ'.'3Ies y las rel:ír¡ca~'? pero \0 (~d,,¡ dar !;1" ,:r,v:¡a" él! , .. ,'




i)t¡]. ¡LTIMú IlOjUW~ DE E~l'A~L
,.,' ¡Iii o!rp('li!o 1;", 'j} ~J':":\l!(lr Uilj('P¡¡tu, purque me ha reCi1l1díído una


,:ilbiderúf'iol! ,ji: IW'o eJi la clIp,tioTl pre~enle, El .;dio!' Ulóz8¡.;a acaba de dtl-
.'11" qUíO la ¡~nn,lidi('li;1i de 18:\-: ,e Lizo flJl'ra de túua iLiluelll'ia ¡le ('I!'CUTlS-
tanela..;; fH'I"O [JI) mi' I!t':':'i/'(I ¡jUI' eía lllli:J cireun~t~lÍ('i8, 1I por nwjor decir, un
L"cÍJd, que ;JI ¡'(,d(\l'l,lJ'~1' aqm¡i;¡ Ci¡ll.-[Ilrll:lilll ,;e ¡wbia ya eonfpl"i¿o anterior"
nl\'[ilf~ la l'i';';C'!l(:!ll úr:lca ;¡ la J'pina madre, En" PUP'I necesario, era indi,,-
p:·t\.,;;bil~ cell,l!' ¡,j hec!:v ,'(¡¡) 1'; derecho; ('ra lleCI'~~I'ío ('eli~¡;¡..;rar pl ~\'lH:'I'O
,jn H!';';l'ncÍa qll\' t>ntnT1C('S p,isti", porque dl' otro modo se ÍlaLía de llJCl1l'ilf'
i';I'IO~allWllll' ('ti ,¡ l'iilltl'iid!C'l'liI!1 de dr'.-!;acf'l' con Ulla mallO lo que :Jc,lÍ'3ba
:h' l¡;:.J('t'r~t; ,'(,11 Jd {Ilra. n/· t¡:r:¡ r() Iíj! t~¡ --ll{Tt;LO de! urj~en y causa que ~e
iu\il par<l clíll,i¡:n;:1' ia H":'::PlIl'la UllIca, pun¡up !() no plHdo t'l't'er en la pre-
\ H!,n, ('Ií 1;1 ('ll¡,'Utlk,b 1,rudl'lJ1,j,j de lo.; anliíl'f'¡J oe la CUllstiluc]on del :\1,
,ti" h:dlll!:;r;¡UU'lii;j ,JI> 0[1'1) modo eXpODCI'IlOS á lodos los <.lzares de ia


l!illdJd._


r. y di~o, señore~, a lodo,; io~ azares de la unidad, porqtw en mi jllJriO
'': plilil') mi. no- 'lUí: impo,ibié' 'lile ;;¡. (~"C\l\'r¡[l'pn unu~ IlU[lJljj'(l~ tan rc,bIH'
u!~ qne C(ln!l) ¡U~ dI' Otro .\ iiante jltH'dtltl ~¡):~t('íler pi pr'~o (~nlprn de !;J nlíJ'1di-
n~i :il'¡ ~()IH'\r¡¡u: \Jill',/lli' P.lr;¡ ni! ('~ punt" nwn(,~ que Impo..;d\le que.;e ell~
"HI'I¡[re ,JI! lJOmbl'e cuadradu l¡tl(' pUl' ('u~¡iquiera parle que se le mire pl'f'-
~;,¡¡jl~ Id mhiJla io:¡&;iílld, la rní~ma latilud, la rn¡~ma profundidad: p,,'que 1:5
no punlo meno, que impo~ible, ,,¡no impo,iLie de todo punto, que ~e í<IlCUen-
\¡¡~ {,nuii··\.:!¡¡ qU(-< !,¡!lt:da dar ~n ¡d(~n('i~;tl dfl rri!~rn¡1 ln,-"L" \ l-!,~¡
<~¡;\I ,llt~bt) a tlnlu' ju~ cumpll\.\i(J()s n(¿()l'lÚ~ 'ltiC Pill' Iit'lt'~JddJ han de
',(~\l!'n .. : y pOl'ljue .'5 ma~ lmposiL\e todavía r¡ue se encuentre un hornLre 80-


I ,,; ·¡l·', ,.!O,. c.""" ji': !'¡¡¡F' \ [('Iil mi\iledo de no -PI' engafíildo. Y
~ .. i.....! 1...


r11in:-'(-',,,t'. ,·'t·:'!\)I\'~') ;d lija! 11i;:-' i'¡¡ f-..':-ilJ i¡l/.';L ~~U( .. ~j fJI"üp¡")rcinn que la persona
dlba ucupar la Hl'~"iil:i!.t U!lICll, haya \¡'Id" ma, i!'ju~ de !O~ elll-edos y


::1.; inll'ls:;a, !ll' la ¡'PI',,", de la ('(,¡'te ¡¡IJe ha ii;IlJiadq un "I,i"¡;¡'p !'IH'la con-
'¡n,!""',!I,!''' ¡J,,,.I "Il de iniq\lldad! de maid¡¡'!":i;'; Ú ~l"¡P"I'l'ilJII "a
:"':-1':1,1 li'l1..:a ulla ~illlJ;¡ m;¡~ pura, un CUf(Wll¡ BIas c3uduroso, Ullil ínl"ll-
",111 al".; t:\M'\a y Ju~lJil!:;j'¡;¡, :l f'~a mi~ma pl'oplJl'cion ¡'OITt'l'á illílS pl'li~l'ij
,¡t:\ C:Wf Cl! 10, bUIi"; q\H' por ¡odas J1al't(;~ ie li'1,,!e¡-;m la Iliaiígni¡lad y la
lwrH¡;:. "'(-r:¡ prubaldel\l¡:llte d ja \\.'1 el in,lnm\CLto ~ la VII'llma.


\ \!',i'(' a'lill, ~(lÍíul'"S, por Ullíl cÍ!'('urdali;.·lli ~Jngui¡¡l' Jos pllnios de l.on-
Lid,) iJ\Jt' h;¡\ "lItn' la." ti[)li:.::ua~ )'I~¡¡;;ionf'" ~ ia aduat poi!lica, aunque ;1
!,l'illlera vi~la J!a!"-"l'n 1'II"a~ Li!! .;q);JI'Jda." } dl~l!!ltas, Tambien en las an!l-
~,U;J, I'piirinn.,·,; habia ~3({'!\1. ll'_' que pro,'!am~,ban la di\'iuilbd: pe!'o era pa·
ra ~ll,tl¡l:ir~,' NI ~ll lu¡.;ar y mandar ('[1 ~ll nurubl'e. I)llerian un di08 que 1fl-
'l(JUlí\!¡;¡¡1 "ji d kmplll: pel'll ¡-(',¡¡mente eran ~1I~ intereses, sus mil'a~ y f,ll ám~
hílllCilJIl, lo que co!ocaball ~ol)l't~ el allar para qlW recibiera todos los irll'iell~o",
tnt!us Il!~ holu('au-llJ." y todas la,; atloral'iones. Yo !lO participo, SPllOJ'l'II, de i(\¡i;
¡>it.'¡O~, de tal! inquietud"" que por todas partes se hacen circula¡' con ma6 (,




Hif'll,i.' !lI11dameiil,i. L)llfli,ru !'ií¡¡ </,H' h <i,l.~illf'lilo dí' L! i!iH'j'\¡\(! ee' d " -
\'í'é'l'~ ('limo d !Id ilTllI'¡'" ~¡m¡~:() v !'(~((,I(),d .\¡pl!!(,~ el (','11 '!ti" kíy IjlH"!l
dp~('a que h;l~a Id Ilp~encid U])J(';\, PU¡'ljUl' ,,~ m:l- ¡:Ji i: ,.¡ ,l;l\'i:' :\ Ull ¡1!lmbrl'
qlH' a ti'e~. y pfll'qUiI i'lliJ5¡ S"l'i;J ';"1 V"ili;l'i ii, t"lh;i1 k I1t-J ¡,,::pnlf'
único para hacerle formar un mli:i~i(1 ¡u di' ~ll;.;eto" I¡Uf' ;llIllf~l1(, (',';:llliiJbil'''
por ~llS ('íl'i'unsiancia~ ne -ali"lalle,ct1 el \'oto " !;'i (lPiIli,'tl :",('[li'j',¡j lIí'.'tl
'¡Ui' no pll'll,'¡¡:- I :[i' \',,1)- lemo]'f'~, P0I'(l'.iH \'fl p"" caminu lIi La,¡;¡f'I;l ,i lh;
,.'í 1'1'llllPI' pa,o, E~ llna s('oda ]WIHlif'I¡\(', ) p\lr~to ('1 pió f'Ji .,1 pI'Pii¡II'¡!i ,'"
il('(i'~arlO ¡Ipgar )¡a,[;¡ d jiu, \ ('\ ¡in "~ una "Im:¡ E,:i' ;:¡ii:;':"1'I" 1,(1 piH!' 13


~iUC LU~(-i1i- en fl P;u"i¡,L}
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km:! que sal!.;tI de mi b0/'J n,'i pal;dll'1i iIHli-n"td: ni' '\: ITa ql~l' ~Ld~a un


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!'J br:i ~\:Ja ¡¡rlf)l'ud~'r~(~ pL;di <
l¡ni: f;:¡ !):';!~\ ¡f,r;\.},..: \' ,ií ~1¡1a ~"; .. -[[(' i,


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Otl('p~_:rl!'io c.':' (JH1:'f~{'\Tt:u;a ,'n!1.:.O ~ína r ll(lfÍt:t pi'~:í.'J~a ,.¡¡ ¡.' .... a ,¡l~l:iu:il:) q~lt~ JjtH\~-­
t.ra~ con1Litlaej{H1Q,~ han ;~(d'nladn; ;¡tacll la jlnío¡~!b:;¡¡!ll(J dFl rll¡;naI'Ca, F:.H~"
Tlfl Qn tauto es e~~(' in\ juJab!e. t\Ii cuant\; l'es[',)lí,;"\1 ~U8 ilI¡¡Jl~I.i'O.;;.,
~ulL~ran l'upondel' ,.le SU5 ¡}~t(,~ SiiJ0 ('Ji::d~i(;iJÍo ,'! ¡lude; (j\'l'n!:\'<1




\}!'.L GLTl~iO BORRON !)E ESPADA.
; JS1Uilrla y ¡-adj":," :lle toca 31 rey) lo delega por necewlad en sus c(¡tlse-


.i'!"OS: ,ltaca p,r uliUl"IO la d¡~laneja que existe entre todos los poderes del
L'itadd : 1') p"j,¡ l¡;tl, vii1icLdo á tierra ese magnífico edificio bosquejado
y 1,I";i!:¡,/r¡ ('11 ;/,;,11 (,;1ir' V~' Id l!ll:J;;inacion, y por el ceal se nos dice que
,J ¡liJik!' ;(';¡I !¡;:!JiLI <::1 la IU'I¡!di' ,í: 1;\ ¡¡ir¿mide; (llle e~l~ colocado en una
,('¿liJn clt!ud.:, dl'~llc la (:u:11 mira COllll) el ,:¿¡;¡ia ;'¡ Sll~ piés lil~ nubes, el
:ci\I' \ ¡,h l"mfJI~la,le,,; ,¡ue til'n:; su morada er. lIoa ;:~(l'!\l ill<i',.',:e~ible á !n~
~ -1 I .


lilcs y aun ú las miradas de lo.; dem;is hombres.
,p'!" \ ,: '.1."':')' on ')1.:;\ n)¡(¡t) mas ppdfll'O~a y pregunto: útiene ai~::


::1(' \~:: ··:liliJ,li,-, ,1:;, i:' _"<1 I 1'"r ,,1 :¡UnenJlH rt'pre~rntal'? ¿Es lo mis·
~il': !;t :li)Atl,¡h·ia·~ ijUP la mO¡!Ltrquia~ el Hegt!ute yue el rrJonarcjJ') :\0, 5eñ(lr~~'~~
y di,:;a-e ,~llal¡[1j '¡',: quiera jJ31'J ¡Jl'I'bar lo coutrario, todas ¡as ~llpo~¡ciones,
',j¡, I;le ;l!~I:lj:\, I PUI'S : 1) !lO puedo dar otro nombre á los argumentos que
¡'i"bl:nta l'1 J\;~l'lli,) en Sll~ hfU\'Jln~ Ó (ln sus delirios) tendrán que ">enir á
,:,t:('!Lir~e ,,[; la rl'alidad, y la rt'alidau es (lue no;;otros tenernos UDa reina.
,::" ~:.';¡!'; ",'" !i')";j,, :\ k,¡'pl If., que' la h,mos jurado, que el trollO se balb


'Ll,_,,¡,J.) / :-i'¡.I: ¡'-,,< f: ¡¡d\,\ ,1: ¡!~-~(iL!~ f-~r: ¡ .. n-: ';:¡¡¡1;1~ \ Y¡J no adnlitiJ ni tt'aD~f:,r---


~' i¡¡;;:!I\" ,!',¡llill:ln ·.¡eOipi'(~ ['I~ d TIJl)lidp ';obre todas las teorías que pue-
';0 ¡¡!/(JllJI" la i¡¡1;\6in~:('iíJn i'tl ~llS arrí:'batos.


" El ~l-li();' ::1iJll JI i onel cm PitÓ y conclu y(i ilU discurso con un pensilmíen-
;:;l ! \ ;!;~I';~'!: ~ll:'d~~'!("-Zi!rj~!Hl(l r~\~'orrH"t1,J(JLdc. ~ :-'. de~paLil


'; rL'_~('!_~nd¡" l'aa!i)~ al cJillpv JC:¡o.:--u Jc las í}L'i'~uUJljdJdl'3: qUf:, 106 Gl'adore~
\1') bb i ;¡q'l\ á la" pa~iolH's: que no se dil"i¡;ieran á la imaginacion. Yo Oi,


,:),,:,:1, -::"'](, de en ;ilIS mismas ¡Ileas, porque ('reo
'iue Uj¡j 1íJ:lt\lj'I;) L]j! C:"_~':C ~L\Lt~ tl',Jt¡li',"''' r(~~j ur~J ('lrcunsppccÍon igual ti ~U
:,llp,:la:i,ia j J :\ la -ul,'mni'!ad .),1 ..:i[Íu en ,¡UI' se debate.


,PI'!'} 1_1 ..;¡-íj", ,":,1;' JliD¡¡,~1 me pcrmilirá sin embarco que yo DO partli'ipe
-u· pi i'\i',,' ;, :,,'.- (::'Lll" L¡ ¡¡;':'Siu(ll:ion . ..;,j bieü que "ontaisne en un mo


¡¡¡til;" m,:! !JUttl¡:i' !i] i" 1L::n:.I,J¡ la luea dr' la casa, que dros la miran
,:I'lDlI una bl:<l:i'"(,i;;, j,. ~ '.'. ,,,),':)D(n,, e.' preciso pre~er\"arse; yo 110 obs~
lante t:u 'l'O I'fl j'l:d ··in', ,i Il1J~ a!l1l1hie int(;rp!"cte dd pensamiento, y DU
,.r"", y" "'." "') d muudu 111ra [¡,J'mar Clmjl1 I'n la illtllJigcncia, sino para
,:,I"::i l<.: ('_'!JIIl!'),' \ ¡l:I1'" con,.;ao"Tdrle ;dtarE'·:'. Juz;.;n (¡'ue la imil!!;inacioll es la


..... . \.,. '" \ ___


lPi: P:'(',l:J ,:1 ~,':'.¡, ¡,; m;!., ldl! Ú lti rJi.Ün y il 13 verdad, porgue ella es la C¡Uf l
1(·., lb "',3 '(,Ii')"j';\; :. '''1,) !¡iJ'LI/ ~;¡!llpútj,:) '¡ue 1.15 hace penetrar hasta el ca
;;,lli) ,w:nenLlfl l ],¡ -¡] ¡ ;IL'I' : .;,lH ;lll'ilCti\ '¡s) del mismo modo que la I'Je-
b,,¡ia y,,: ;)'1.,[" ,1,; L':j!'~ :'i'll''':Jll Ú lll¡(:~tros ojos el verdadero 'aJor
',J',; ,!,,' :,".','I"J',""""""" ,,,,._, ' .. 1';1"1";[':1":))[1 "onl0 8IIJ¡'''<l ('OIUO 'lijada riló ~ ~ ~ l"'\·-' ~1t .11 o( J, ... Cl_ C. (. Q' v ( ,
la 'h ciad, [J,¡,! '¡¡¡lei':) (1!;1U l!lini"l!',j I1 rt,lu de los l'1TOreS,


,. íLdJiu dI" (/il.b /'1 :-i.l:,;J .... Jil 'liotil'¡ de la un;dull de aecÍon en la [k,-
'" ,,:~;;J , '.: _' ,j ",d, ¡:;:".ik ,¡lit i; , '"\'é(!:)ti_~ pucdnu l1ntcDJcrse tt, q~j~j


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(::;;"'':''_ C: .. : ClltUllU t{~!'11JiÜ0 Ú Ul~a \ íJtt~eií)~l; y ¡;ü n)!}~l\J: iL:L Ut: ,.¡ !.~ :~~l n(i.
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'liga ~i {~r: rlqll(l! tiiIL:l);) l'ei:'¡n y ~:d)(~nl0 el re~f, Ó .~i sf:ln bizo .10 prinH'!':J.
!',E:~t/l ~l¡ ;l"",j! .r'f:i~~in l~i í·()nlp ... t~~('irin: pr:l'rlH(' si SP n18 dijera


'¡nr 01 !'cy 1\!11)1;'; 1'(~¡'1;ld1) ~,- ¿1\!n\¡T,:'¡(!~). (;:~\ ¡'{,nf(~~¡~n'ia la justi¡'ia de rni irnpug-
:~'1C'¡íl~~~ :-: .. l;1!n(~:~:' (il1f~ no l;rthia lUJ{'hf' ,'rr8 {<(';;'~1 q'l{) l'tin3r~ In re~pnn~
: '¡~,!I¡d;íd ji '\l1l(';;,L: d~~ :OI:iJ3 cat~:;1!'of¡_, ~;~rja toda dp ln~ r!1in¡~!l'n~. 'Yo ('0 ...


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J;f¡Zí' ! bien (Ij :l:"dif!r:t:\ ,+ acr';":drad,,, p~L'inti~n~o de nlgu1Jo ... " qne JI) fllt!rn:L El
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~'1 1.') ~·t~'!.. ';.'~P d¡!·~.l que no JJ~ ~"-~hprn~~do dc¡fln ~ral'i8 . . .
~-li1C¡~ ha ptH-:~t(l lrr." YP~C2 tí l!l T:3-


1:a ,';;1rir "'nn ntl'(,~ tan·n~ :d ...


)~(>~·:r~Uyrli)I(.-::. fl ~:~~t0 dr t 1n!():~ y !8n dcri::;:l>':();;¡ h?C'ho.~ en que esa
rl"~ ) ;~n(¡ (l! ":',; ~'íi;n~~ \. nn :..~:¡l)i¡""lrn:!, pndier:t :1'~0~'(!


" ,~ lo, :11I:n\;;-p·; 'r'!!' ~I\')l~'l"'! 1;],: rn1:Jbr~'1 ~l l(\Q :ml?r[~aS pl'!l0bas de la rxpe-
;,11 ; ,,::;' ;' ,'!nh;('!'il3, y 111) pl1f'fhl mfl !l0S rl(~ "el' ft8Í.


:. T)''¡''!¡¡:1 ; >':'~ '!l; !~! ¡".lj >;:'. ~;lr, '1' Lu~('/~ :;;!li''-!0 ;i J:-t dif¡cultad, di-
,'Í1;n,lo;,\)- ;¡llf' l,:-,Li:\ :: }1"!¡:~;'iI iJ'll' ;",in:1,PlJ y r;o)JPJ'l1v;:PD Jo~ I'CY('f de !a-
;('Dttl: J (',-¡nit¡ :j:j;~<;:l~, ,-·i¡,;; Ú C;:!¡'.lo~ \~.


': F: ~~l'~~~;~::' : ; 1 ¡!~,~':a /1 ~!n ;;~hu,'~i{) y F(n' enn~i,~!,~ll(lnfr no pnr'10 8(~r hn~r!
ij'(~:'i;q'\" \,,1 ~~~¡ ~~ {fi··~', ';n(\ en !~~~ :~()biern{):~ e("l!.~ti!n('jonD'r.~ p! r{lY debe rrj-
.:al' ,;()h, ~' no ; , '.: ,.li' fí'/!,; que en los rl)~'r" di' ¡alento hnv ei
¡íclj~~r() di' :1':.' :, ;1) '1\0 Y Jo I)tl'i\ ~f'('y3d()s por :'!] f'0p~(idad " por 811
~'. [Ji);; ',- , ':;~;"":l iFl (,i':~ ps Ull ~llal p;l:':l )a.': l';l('il~nr,,; ~' ~i pnl' úliimo ~I'
~'nLlp;j:'~¡n: (', Jj,)I' ~nrjnl' decir, ~r crrnip:J!'an ]n~ r0g(jntc.~:í !,_¡~ l·eyp.~ eOnF)
;'r¡uí :~I' J¡'lle, 1.1 eon;:;'C'!H'l;(,jn na!!;l'[l! ~P!'j;:, fjlH' lo fllCP ('(;!wipnp ú lr:s pue-
1 I ' 1 " • , ;) lIS (l.": ;/'1:[;( ~'e~c:~ :' ¡':l(~,,-lnt;~~ n::! .'~: p Pl{\:1p:1C(l~. puya plntnr:J no srra por
"¡crin 1lli :¡!!';]r-¡!\-'j P:i


"
;) :"'piI'2i' :1 ('Sil oler'ilion; y \1) no puedo 3rlmilir ('~a
l)n~,.('\JI)n:';;I, jJol'i\l(, (jllil1rn en ('1 ;'Py y f'11 lo, rp<c~pntes, p2l1samientns, in-
i'li~:'!IC;;I", : ;~,j;·in¡1) ¡- l;llent;), nl,ue,lo íllJC ,,1 D¡ ('!l"omicnt(), ;~ ];¡ intrlii!:cn-


,-' I .. '1 <. .. )


('¡3 , :11 racic,·ir,i'¡ y ;:1 13]el:(0 rstá confiarla la ~\lllrtf' y los í1estinos dp!
mundo,


<vri,: ,:iias J¡;3t"'l'ic:.l8) se:íorei<, no establecen comparacian alguna, ni la




tO,iO !lJSTOnrA DEL Hl'I'i,\DO
aJusiüD ma~ perIUCÜJ, porque yo :J!'dll ,,) el p:'incípi l) de if\!'.' ha,ta el d"'fi('
tj~mo mi~mo pUf'de pl¡:fe~;)r~f' y ,;r,~I\:':li':'S~: ,!" L;¡,'f¡:.i r", ,i ,,1 ti -pol:l (,I'('e ('Ij:
sinceridad que es lo (!UC Ul;)S <'0[[\ ie!,!' ;'i ';u" pud,)o.; Y ,l!, :l'l'!Í p:Jdl'ú infe-
rit'38 el poco \a!ol' que yo doy " e~lí' "::'~:II¡" ::i',.,\JrllPI¡[:: d,' 1:1 i'OlW!"¡H,i:l.
I'Ijl'3 'DI' e o ~1'''nlrJr'' i! U ll"1"1]'11Pl]'(' t",',!, ¡¡)ll\' ~r"¡í",'hr,,()' 1:1"':,',11' ('I:!11"
, " i. .;] U r:: . "', n'- ~, o: 1 " ~. j. - ".".< Lo' J " ., . ¡ . •


,,1 que IJO hace la traducrion lit' lu que ~u interinr ie in'yi!':¡, (,.' "i ¡ni,mo ii"
¡cle~ad() ('n di,ir(lzal"u~ op¡nione~, [1';(' fjU'i;a -i¡'mlli'" i;, !~Il:!il el" ~: la lni-
'!u,¡j,,[1 b:a Ú il0 coúfol'me (:OIl el ürisínaL ,i¡]f' 11'n;':,uajP ji) ¡in 1''1111'[1ILi r":
'fue es oculto y fI'senarlo
~~ra8 aun pre,('Índi¡'!I'¡O di.' e .... ¡i' n" 1,>10, '¡"'II"'''''., 'i'!!l'l' "c,j¡I'¡f'\l!,ia dO'


una cosa para ju~tj(irar.~t': e~ n~~et'~a:'¡{) ;lUl' c~a ('{)IH';i'll('l:l .";f:'~, I' f' i'!;l: r¡I}(l ,~,(t:1
r ! . 1 l' ,. I I . , , , " "x.:\I't<1: qUl' e-!I', ,uni al¡a so )I'E' él JU-\j"U, ,,'![I:'I' e, ,pi',;','" ¡,¡di 1'"


H':'l'uerdo que el mí'mo Hubi'~pi(c!Tl" t',;P lIJ'" ;d,,: I ,111 '1' 1:1 f'iH"
dad para ser el ;!Zole de.;u "1¡:,1(¡ j di' ':u pai~: dc;ei;¡ 1;\1 l!I\lP~':i':!, ¡JI' 'i\i,,;,
,,~aIJd¡'¡ez: (.Iuitadmp la 1'\Inc:er;cia, \ ,:,1\' ,,; )j,,:- '!"''''''l\'\ll';¡'~'~ ,¡., \,\1,';' 1",
h(JruDn>s, , Prueba ,:q.;ura de '1\le.;u "':¡:cíl'!;(';;l 1" ,,],.;,,!\ 1:1 '!', '<!:'P'( 1"'"
BU!t'!ieu. e,;·e Loodm::. sagaz y ;¡~Iul() [/Uf- dec!ll dI' ,oí 1':'[1';(' '!"í' ":,liln'1" -;
~ , .. . ¡


pruponla llt~gat" Ú un fin~ 11121'chi.d)J din~('tan!prJtp {~ t L ,1(\,:1r'\il,l ¡.,d",.; í(,,:
vb~t,¡i'ulo, que f'llCfllltr:ik\ '~I¡ el (,'lOiin('., J ,L·.'I':;'" ",1:,:;; '!,,: m:d".· !;\i" 1.:\ '
Lid hecho con ~us ropas \Ie flirdptlaI: i,lfi.'~.:u!llÚli¡f~d(1 (\! :'(!iJ(j~ll!' ~! ~;l f¡nr~~ de
¡:norir . ..;j prr¡loilabtl á ~n~ enenl! :n~~ l'()nUlf;~{; ("In) {'l lll:,,;rn(l (111'(1. lip !'i\n,L-'¡r


,::unl'letlritL CUJtliio HU es du~~!?da y (l~r,'~l~~ !JU e, .... I.)~~d cu~:a qtH'
Jelirio.
~ Pero 3nte~ (le d¡'jar p~te p!llitú fjllÍ<'ro inrli,,:¡l' !!ll;l ,lif!'¡'eL,'i;l mu\ [,,1


tdE que ~d~;ierto en la C'(\nci('n,~ia de lo~ t:;:fHbr('~, n¡,'~ ¡:!'r~('n lliiG ! qf,rl(':>
cía suma men te :in¡ i ga Ile J,l ¡)f'I'~ona fU 'r! [(,!! r,·,' !jUl' 1:1 iíi'illH j,! ,iHn pí!'
!{; fnl:!S l'órnodo. 10 Inl1~ útil~ ~u IlH:n~-I~ (,\ puP,tí'; lu f::>· !l:('~<;l:!\: (1 l n!':'~,~, pr'r
t~l eor~tra tjPHeu una coueienj'ia hí)~ti! !111(~ ~(i" :!(~()n~'('J;! ... rrpl'(! L'~ n',
~~\PU{~;-,to. )0 menos conveniente ú ~u r-:l1r~()r:a, lo rn~s ~lJT10~vado.


»1"0 creo Ja ~ineeridad de e3ta uititn~L pll;''-pU~ ,~'!J d dCh~('ansa :-: !'r~
fa tradicio!\ ele ¡nl,l)'(~Sf''; y ~I)bre la prueba ,],,1 :rUI[lI ;', á "Ii\!) !In !1,:\,~;


, 1


mu(;La~ "eees al (Illt~ ~'s('lld)[t ~U' COIlH'jO~: no I!(; r',¡¡,'\do, ¡I;')'U ~i ,1" [1I'¡,bj;\a¡l
Y de firmeza.


;,Eulaz3da y como apoyo ¿ la fra-\' r'(!m¡-:~Jli'!3 dr' '¡Uf! 1.1 l'C'y ri·in'l y i'
gobierna, presentan l1uest:'os ;u!vP/,¡%·ios h ir',;,f" th,Li!!,í:·,¡ ;;lliii"r'ri:'¡ i. ,'~!
é'", otra i1u,~ion que no (Iebe ra"e;,,;)!' llls (,lltl'nd¡í!l!!'l!lll~ ('1', dllli)~ (¡ (;'\,'11:'"
"Cuán,lo () en Ijlll' país se ha hecho ;,;ncli'.a e,a rf!'p(JlJ~;¡bi!i'];¡rI 1:JI! dcr,'Ji!a
da, y que se nos trae nr¡ui como In nwjor cumo !~! ú: ¡ca ;'::li·:ill[¡;¡':'


Yo invito á cuantos me esclJI~ban á ql:e me ,t'ii:den lIl\ '''010 1'(l~O en 1t!c
I:'sa re"poDsabilidad baya [(,llirJo juslo, P¡'Op'¡J'I'il'uai y i'illllptid(l d"cLU, j!\, 1'1
rece 'F:e oi:.;o muy cU'ca ¡le 3fjuí r¡ue en ¡'!i< :',',1 UJ tiempo di' (;:\' :", I




1 (} 11
.', C!'ilOre", 11') l'-' ':\ac.to, \,' basta ('onOCf¡' ni cItar ia ¡¡i..:{olla a Iuito y


\'ullfu'<':¡lli,,"¡(", t'-; fll,'!'i',ariú penptrar su e~pll'itu, pose('l'sP de ""U ¡¡¡":iC,r,;], c-
1l0C(!1' t,1 CIJ!iJ\',: (':J~~'II !d'" ~:LlLi,';J~ y l(_.,~ e[er~ ¡~, d~ otro n~c-IL) ¡JO lj::·~,,!~lrt ;~ !,""
"1"J'_a (J')OI'IIIII'j- "¡¡JII'C"'('IUI,n 1;11' :'1''','1,1) ¡I' , ,'r'II'I""a """"i\"'l ", tit'm'l') !-y··~·¡t {,,( (.\ J\..,·~,o,tJl/,.:"":." ,.!j~I,.~ ... ".\..( .. _.lL;.'~l .. t-~
(ai'h~. 1 tn ~irtull de la ley de )'l1,;pOllSahlidad'¡
'. \(1 H'IíOl'6, 1,1 [Ut' aCUS3.'!o, eompareCl', ,.' :Jd"I1,li,', prí!' r,;pucio (J(, tl"'5
,,!lé.l~ ,'UI:tl'<I diez y ,ietc lic ws m<l~ encarniZJJú, ifíP¡ICI,dJ',l'i,<b'C:i~ ~!i
Ca lb el "fin una fUI)rza ,lo J'aZUD y de elocuencia admirable; y fUi: ciliO;,"'", :'
,,,l "!,¡;l!!i!l ,j(. ((:,jn,-, ha,"tJ tal punto que el mi;;mu Pim, uno de sus mil~(i­
'e, !)ll\~IllI::::<),": 1¡'lW IJUI."" 1'1'¡¡i¡,'arL', no tiCé!'[', ~ h~cer utrd ,(J~a CUt blilbll-


,_, I I


¡'car aJ;';llrl~8 frast's incoherentes que se pf'l'dút l'on en lu,~ IEurmllllu,; ,le ¡¡¡~1
,epnJb¡¡u ~In \1 ni versa 1. Enlolll'f'8 ~e acudió i) 1 medio de la 11m l\J ~);)!l:r:i id par-
';:m"!lÍ:, ~ In:' nn H'rrladl'ro a,.;e~inato ü la somura (le e¡erla~ íl<l'IUli-, ',(1
'jl1~ d; ''j'~culll ,'(,n 3,¡uel humbre que en nH,dlO de "lb ddl,:tcs nI) e"taba
,1.!"Pl'('li,:lo ¡le \Irlnde;; y de (,llai¡(!ade~ briijant('~,


)¡ y ,n ¡:I'JII{'EI, ¡,¡'p(';ulltn yo 3itora, ;,fue!'fln jll/¡:;al!lls por H'lil\li'<l, !í
pUj(¡.;ufril'¡'(¡n :C" n:iDl~tro,.; !jl1e irritaron la Uililliull Y í'fl\PUj:H"'tl :" ,1U--
mu, ¡la, P;¡';ll'!ll''i Ú Ull dc,scnli'li:e [prriblt;? Perecirrun :C~ p"ll'iula~ de !as
i,Uíl,lltli~(:ntc~. pen~(¡erün lo" de ia LegíBlali"a; perecieron ¡(j~ de la C(ln-
\ellCJ¡:ll, lanlo lo:; Ihó la ~rontaíía, como los de ia.Gil'ont!a; parecía que bl [3
ik:,:a¡\(¡ ('\ momputo Ile qlW se cumpliera aquel dicj¡¡) ¡le qUté c\l<!ndo h~ 1"'-
, ;li ; ' . .:, '-,' IL'~·!i¡¡;·d:HI, "':(;¡l ~":Irnd ~~~durrj(.: que ... p tr;j~aha ~ ~~~s L¡j,·,; .:Oc


di [autl) í(JS 1ll1l1l~tJ'O~, causa } (JI'Igen ~l'illlili\O de dlj1¡"iu6 cali,H:!d¡!d ,1 ,,;
pillli"l'oTl tsrapar y pre;;cnciar á distancia el hOl'l'iule re~u\!ado Il(~ ~u obra,


I ' I 1" 1 ., f . 1
" I,J' :¡II',I ¡,Jill J,,'ii ,¡ne llfl P. mIsmo pals 0,..; mlll]~tr(¡S uC'ron jl!z¡::;)(,n,


Jb!;lIP'i dI' i,; j(·\i;!.il!OJJ t1ej ,¡¡lO :3n, Pero ~o pn'glilital"', ¡Jw5 :JC3~ü í'c;'
¡jal'Lrle~ selllil' una jíHJ{¡, <1 por ponerles á cuLierto de la ¡pe la justicia y L:J
Dae¡,¡n red,lmaban, ¡lile..; de un lado Ú olro de París se ,!lzaha una voz uni-
form(~ pidi,'wl" ~u l'abeza" ~í, ~efíorcs, ~e trat¡) -nlll de fa \l)ll'c('rl:,~,;;¡> ~cs
"'JUH'¡iu J un juícín: t't11pezarü¡] á il¡Yocar~(' iil~ doctrinas de la t:ibollCiu!J JI:
:a pena de ffiUl'l'tl;; un dt'fell~'iJ' dijO: ~ Vais á abrír una ~ima, y pensad que
e.sa sima no so llena C01\ siete cabezas,) Se les condeni; al fin ~í reclnsion.
,PI';'O (¡U" pen;] (lra e~ta para unos hombre .. fFH' habian h('ellO derr;¡m<ir tan-
tí{ ~ tJn J)f'I~ClI'~i'1 sallrrc en (;¡(¡uellos tl'e:,; días de conflicto; para urliiS t!(rD'-
hles lple {te,~Jall al \w pa;;ar los cañones ¡\il'irid(ls contra (;J pueLlo: \' Car-
¡pd y dr.-parad ~lil pít'darl y ~ill compasinn, que tan buella es la san¡;l'e eH
,;1 mf;~ (\(, julio corno en el me,,; dI? 3;:osto, li aludiendo ;'¡ la hc,I'I'oro,:a ma-
tanza dt:';~1ll lIartheleml, del tiempo de Carlos IX, y de Calalina de J{,(lí('ís
,u madn;, (Se ha hecho por \'rntura sentir 1'i:',-:p0Jli;abili1Iad rnini~terial >,obre
algunos de los ministros de Fernando VII del año 20 al 23, que tal vez dc-
hieron,omclerse a un juicio?


,y paré\. H~n¡r á tiempos mas cercanos, ¿qué responsabilidad se ha ('xi~




J (1 i 2 fIlSTCB¡ .. or:1. JlEI'UDO
:~'J(, 1)::,,';; ,d¡O,:' Ú 11'" mif,j,[;·", d, ~r(lJ'ia Cl'i,-lin:l qne In', .. ',(li'l'o k\fl ,;,
1;: onH~tjd(¡ ~,J ~,~~(lj'l(' tL:I p~li..: c':~H)(:u!(':tndo 1f¡fl{t,~ :(j~ pl'jlll<ip!!\~ y fi! ¡lii1nl\n [_'i


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ir,!: l:;-l ,j¡) (:ln':'d dil'>-~·.'t¡}!,(l~~~ :ltl~Clt'I)S tratJ.rü(;.~ ~oln d[~ 11'I'~ :'('~:I'nt:'I ..
\'! ly~ ;)llt".~. r:¡l~,..:.un;( ~11L~~ng;;~ ni ¡-_Jlnidad. PP],o pri\-;¡~jnd¡f·n,.t1) por ~Jll ;.Bl i'nL
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:);:i ,¡·dl' \"t'¡";·;t!.¡ llj"~ ¡,'¡¡;¡G I)'ll"l¡'~ :', ',") ,~i.IlfJ:lJ'I';l·í'·I·') 'r','¡'!d"j (HI(; ¡")'J}1.j .. ,:(,1",' ¡'I.;-
'., - ",.' .• "'-,' ~ __ "f (',.\"l,~ r.('i)l;~(I\i·j,-. ~r:,}',


n~('t";'I,¡~ ~(~, 1·c~.:::1,:r{)I.I :.l¡¡ LU\í~nJ)Ur~;() :'¡~ ~nl'(,r¡tJ\\:'U:'~ .;~)Io Ut¡;~ irH~~:.:~ Ú {¡;.¡~
fa. (¡dril·, Uil {' u'('onlido, ~e;.-,; ,~ii!a~ ¡n~df;.:~ y Ull peo!' C"!ad(';'ni~10 d¡~ p::
~ .. ,¡d:r: tll c'.¡:d con:-·j;)naron !;) ~l.tl'e\'ida nj~u!¡¡J'i~-l~ de !~;]C(:)' fr',>nf!l f. ludc.·;
:f):~ nh·,;(':('i;:(!~ J dri :-:::!\'al' á 18. p~1tl'Ü\? ¿Y pue\!(·~ igi\(j:·;~.¡< ti :'"í~!';"!' ~:l\\ )!j~tJI!
¡w: d:¡IlI'!iil" l:(I~)]h:'l:~ ti'iunf,lI'IJi1 dr toda- las diliéultad('s, [Jll!'; Ti') ~ ¡,Oí
1if¡~1IP' rc:\:.C:"j !:¡ p:tz y Lt cu¡dj:~uJ.n~ !'J:: .~()fo;:\', la t;d!~ITa cir;! ? t'l (jl/~I'ti!.',
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I:~U d.i;'~l \ el: ¡¡::" ¡\¡ d¡r~,·'~.·~,uri:! turü ~u fin. ToI:j io ¡¡U~). C\i .. 1¡~ qP; f.;t','
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f~,~'~ :~I, ~~i/,) ¡Ji . Ú~lIíP.!.i l,lirí~l"i(ll' L;c{·iq~o; eq!.ran e!~ runll¡ii~~~¡"'1íIDe~ \' nn'
g;'.i~ cc.n J,:; pn ;(!i\/li~·\al:~ Lllis XYIU~ ('a~Tlrt po: Ú!til1iO r: dij'(···t¡,~:'tO ~"\~'.,;, "


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d~':~p¡:":~ ¡ •. ~;)tt~ra ti ¡) y ,Ín,'J a rv~nF,-¡~' ¡:l uUlI':J éU¡'tli0.u;J C"L~ .... u (>'{) 'hL
,;r¡\\'i~:i,l(l \i" "'.d!l (,1 :]il'('.:[nri'l, sino tambi;~n el cons'~j() de l,i' ;ill"ianos y ,1.


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~:~d)i:'l';l po:1¡c10 ~,)lir dl ' 3U C,<Ji_'/.'; '("i;) Cü>~!it~1;<


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JLGiJci()n~.I:;. Si ~e lt;\.;J!a de la pl'irncl'a; ~i sr no::: dit,(~ j~;.¡(" !~lu~stra; ;(;!acio,~
LI;~ C(I:l noma OUóC b~tlau en el mejor eSLldo; si ,:1' ¡iii¡k 'llF~ l'[j/',llO'; U¡':-
ruj.~;.~·~ :,Dv~¡,i(),I'e.·, y L'xt(~rillres; si de lodu se COll\:tU\'~ "-l!lf~ 13. ~'if:lJJ~';(ln (',~ :""




10,14, UISTORíA DH ItEI~ADO
pli"adil y dífl,'!l, yo comprenrl!'ría bien la c(¡n,el:UelH'la dl~ 'ltlí' para Y.jI),"
talllo~ üb"t;i('ulo~ se nel'e-il3ba reunir tres llOmbrrs capa('r~ y palrjotíl';; pf,'
no "ompn'lldo absolutamente Illmo ~e me dicp iJlI" rill'ijUe ,,1 ca-u e.; mao'
anhn ddien S"I' [l1f'n()~ !as hombrr~ c¡nE' 1" r""IlI,lq.lfJ, 11' '¡llP ¡"¡ui\3i.o ;l di'-
cirr~o" (¡ue j!o!'rrle el ¡Jf~1) ('~ ma:l!r ,e necesllan mf~n()S fUf'l'Ia- para -nbr'"
!Ipvar!¡; ,


,,¡ _n trDh ,1<, vira e~pt'~¡e de nel'esidaJ, yll mi' ¡imit;m' d hacl'j' t;<:·;
,oc,!,:; l,,'pi-;unta, porque me h~ !"fI)pue~to ~I~r muy cil'cun.;pc'tlo, ;,E,IJ I!P""'I-
dad ('xi"tia ó SI' la ha hedlO Da('er~ tE-taba l'l'i'ada (, ¡.¡ l!;J!,ido un I'mp;'l\'.
len:iZ y p:lr!ia(!,1 "n r:rf·;¡¡ la'


) En ';"611i,la "p n", ha hablad", y 110 una v'.:z .;ob, ,le la atlarq\J;;] ,J\1"!'"
"i! ':('!' "ti} ('il'!'~Jmellte ,j ('rig¡'-'remo~ la H~g('n('ía li ina ,:'(' 1'0- !JZlC


"
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',odJ': parte~ t(,¡Tjhll'~ \'Dlícinio'< pero ~ o pn'f(lIliln", f¡nrp- ,ni:,,!; 1'- +
nn~0\r') l., ,k'bi lf'~ v mj';i'l'(}blf'S morLa!ps. quien tenil!'a 13 Hec'la llP"\l[j:I('!l ,¡"


. , .


lr:·;.'~[lI);11' ~u~ "f'¡'fetl:~ a~ por~;pnirj
< Yo no Cl'l~!I ¡¡ue esa ;:;r;1fl ('adrna en I¡Ufl ,:f' eni87:ul h"li'; j."


T'" (,l"n','líl "u"('"o- bUmJDoS r"té t(1jida ¡Ji)1' la fl1t;:!ld'id. p,"'I'
'¡UI: [] W::; ll;J \;..;, a e,; ,lp ¡na-¡ arlo !l"lIí!, dema,.;iado nllOp" p:I r;¡ !,Ullí'!' d 1.;11[' ,
guír1:J, y que hay muy ¡!lItas I1 ninguna J'f:lacj(lIl pIlln: :,,1' ;~raL -i,lpOlI "
Il1;i'~ pierna, I~ jnf'()mpn'll~jble,,) y pi hrlmbrp, im¡wJ'('pptih!e in,,'.', tll ,¡¡¡,O "
~!:::i'(l \ HUI lúa 1'11 (,1 (('¡1;JllO de la inoH:n-ídad PPI'II }¡;i.J3ndo r!i~' ,'1 1:1 1'\1(',


~'r' l:a ,Iicho a \;ílLj~ {WI'SOlJO- [Ut~ra de aqul para l'lJU\(crtil'las ¡¡ la !'!'il¡.;iiJ
de la unidad, r¡lle no obstante tiene todavía muchos incl'(\(lulos. njri~il"lldo-,
!f'" 1][) 1'~1ZI¡r¡3mi(lnto f'otl'e pnfáti,'o y patl'lico, le le .. ha m~[}i-f(l':3di) flUí' ,:c,
lr:~ ('ontaDa 1'0 !a unidad pOrr¡IlP ~p. les ,-nponia lIl('ap;)Ce,~ ik qlJCI'cr la ;'¡,D'
quía y 1'1 '!I',;,:,r,j,'n¡ c(¡ml) ,í 103 quedf:'fendt


'
!ll(I' la l/mid;]d lll\:¡",('m(¡~ di"


mi:;·,.;, \q, ,;,;: ,'c-· Pi)!, rna~ (jDe la ~uspi('al:ia (, m~:lf'di(,l'r,{'¡;J Illf'n:l'll ~t2
,,' ! ',]' 1 1"" e:l,I')", ,1,,' r",""II'.JS rOl r;l ,ef'lr~fl 80,0 '¡lIe somo.; li1ml)/'('~ di' pi Pli'IPI"- ~


[J' ,le ('il'cun~talll'ia.;; pudrá di~I"rse (lile ¡11'{1ferinw.; (Ilmo el rolJIt: 1'1111\1"': C"'-'
conlr~,s~,lnd,¡ el huraciln á dobl3rnü8 "OJl1(1 la d(.!Jii cuña T'lldlll,~ Ul!;) 1,'1 ','Pi
ei::: runlhri~ y c(,r;;'lh1dora, con ella ,¡vimos, y I'nlrelantil d('jam()~ pI L:,Hl\b-
rr.n 'jUi' ,i; ni}'; Ilui,,!';! dar, nI! Ú la lengua Ilesll'uctnra de [)IlP~tl'(lli ()nt'mjso~, ,h:-


, lWlcs no pf)dl'¡amo~ re"ibir IWlli'a ni aun equidad. ~I[lO;¡ la JI;~,ill'i;l <1,,'
mundu r¡\Ji> !lill1' a Ltlta :) I,)s h()mbre~ de bien. Pern, 'uh i"l!d" ji h:dJJar ,1,
la ::n;! "r¡1l ía , yo \'Po, ,;r;ñol'l's, que C'st(> 1" un faOl¡Hr1la ('¡'í'i/dl! !,'i!' i.l Im~'::i'
n;~,'ion fe,'unda de nlleslru~ enemi;oil para 3:-ol'i;¡:,la I'\lmo potencia ()I¡~di'
Ic,~ J'i,!("'PB y {¡ 11)':: abm'o~ qne (ral3n de con-enar. :\I'~ prc';Plltamn, "! ""',,
>, , I - '1' '1' 1 1 • • j 1 1 1, ' 1 y'!" (¡D t', :mo .) l ¡JI: ¡,,'ni .,1 13 cOihlgnll('lOn 1 e ,¡erei' IO~ Hl 1]:;;1 i;I;(;' ¡ ;:\1 ,L


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:.~:';I.' d:! ,r l' dt¡ !;, Llfui:ll1 \'~!{:lan dl:l I !l~:L' üli""tt_;(ltl~~.¡j, Ó dp ~a Sa:a


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l' ; 'ji: 1 a:ll( ¡;;¡Z:1. Ill:crio ,; ~t ,]lPI!)i' ijlli' ('~¡(lmos tan pobrE'~ ¡L, b(,ü1bn'~
Q'l1' (j rl'<~1 ~:i'J"~ t~~I.· :! i¡¡¡itl~!t~~ l',(¡nh~if' Jo~ je.';:tino~ de la patria, y que {-J~'
··cu'¡'u:··, ',; mllerl,' el prJnt~i"!o;; en ~Illó manl!s.


>.\énl',¡:J/ -' ,:. j'lli'nl:; ~13::ifj':J!' Ilue c~e calldiliü denonado; que e~e lié·
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ieng,a fe en la eaUS~í (llIe hemos defendido, en el gentlra! que ha mandadn
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lOi8 mSTOl\lA DEL RE1:\AliO
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d~'lr- l~;! "f' fJi¡i d¡J¡ilil(: fin ~u lld~lna e'\l!::jSifln:, V ~i YO fl1f!!'(i "lDC'fi"l'
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quP Si' inJil';¡~ ,"'C-gl!J'O d~; ¡F~1\ t)rt} PI nll~di'J meJur (le ~üeavvr su repn~a(i ;~l ~
~u ,j"(~I!'¡íi'l\\f alllJi'a ro¡"~:J¡ y \Jnl\"t'ls"I!Jjc¡lt,~ reec,Locido,


[i ..;:' t),¡i;j!.J l\;h'il"l:d')[l'/s ld. ¡le,c!":p':iiiil del ,i<lje d,e l',a p,"r,~n;i : 1
:;:~ gra!idh dCtllil,lral'ilJll'!' (j\le haLia recibiel" prJi' tod"s jí3rle¿, qn!",; : f.
/,)1' la ¡j(:a J ilUl'~lra "¡~la, y no hizo olra cosa que i l'bajar:a.
""IJ~ ,lijo que e-J pcrsvna haLia recibido 10i honl)l'e~ de la 0\"3<:;(,;,. ;'




¡lISTOlilÁ. r'EL r.p,r:'>',.\DO


;.i~~u¡'(~~ iiUt, el triunk\ d\; UVJ¡:li)il t (:1 (:[ rü~d p" tq\~r¡'i "l t¡1;1' !::,,:'~:!,;í! -'an-
:C'i <. 'iU1:. ,~L~ concedil~ {Jur eClpj'e~8,~ f;u :1"': .'( ,1(1 ¡¡ju~UU ¡'1¡.1~¡:.!¡: \ ~¡ rl':~!~lra


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l¡!·~Ulli~\jlll):. ;ll, ... t¡·:'t··¡"
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~'-" !)" Lumlll'c's, l¡tk ,;¡¡~ h~L¡l{I', ~ ('o<umLr" :\i
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iJ~:I'L t·;ls~in,.L! ~ ...... ,. ;'! probar (ilH'~. la iJi,ini¡}:l df ;;.\ ~~I'~~_IIlI.~¡;~ úllic~~ {'--, t¡f
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<1 En lit ';PC'I'!on 2,', artíeulu ¡,', núm. L dic." ,I:[ Ciífil'p!1 ¡"_ ;P', ¡"!
, .. "1,,, "!(',,.;,. {J! ['1"'1']11". \' I,,'['¡ ,,¡ 'j " (, \,', illlar!p,, l' LII"; I'i,,,;,,,',·,, r' . A ., ... i e ~ , -" " ':"" ~ ~ ... ~ - ,- . ~ .
,te ,'ada di..:lríto se reunirán y elegir;lll lIn ('¡u,ja~anil qUí' \11[(', ,i n':;' 1,,1,',
luya ell'ccilifl ~er;~ hl'chiJ PI! p~i'rll\ini,¡ !nt!i\ ¡Iha! :: ú pi\lr,lLd;ld :dhldu!a di
• 0('1'; A(fll! eslú e\pi¡cado e¡~ecrE~t(; ,le aquella r~gt'!\('la UDl!'a. Ei CU('i'Pi'
;a~l) rrws !';:¡biIJ que ha tenido la FrJnci:,,;uf' hi!f' ,!;, :\dn¡lf'ab!e y 1;;]('';;
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"r"'íl\.'¡a)Or:Llba. j 'luda,h1lJ"'l y \Crific{¡ndolü a·:¡ p,le.) ¡WIIgriJ hdJ),,1 ,h
'-"!UI'UCJ!' la \'lt'Ct'Írm, y pUl' cÜIl,j¡.:;uiéule meno.; g8ran!!a :'le l:f1cI··itaba in ,,'
Lumr:!'" ji,T",jp a'¡\ti d"iuzco ; u 0:/,;1 i'('l1e\iOil impc'i'1:3l1[c, 3pílt::da ,i (¡[r,)
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~L!~j.J:; J';: <l".~,'¡ l:.! C'rj"I,-..t,itu J (~iltl~ Ji.\Ui;1C tener parte en ei nOP.JLra111iet";:,":
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t(¡~~ : dt~ ~\~I,.,", p¡·(;~r;)ln;l.~~ pu(!blos dpiH:n h('}' ~atl~ft- ~'n >:\1", <h~~sPo:-- "
nnlj¡!i:!:¡ I'r:l;~i"<lm,:u~,~ la palabra i!Ue ~e !b h8~a enljJi'fj:l,¡., FI ,;Uf~ ,j,,--


n:: ~~-,:!'Llr·.! '\,~~¡l:pn no !t: eDCtH!nlr(; el>!)r j]jaLlf~ enn .~u ~>~rt'icL. ~'j
'd,f,l"'[_'! ¡IH;'.\ pl ,In('orn.:¡\ C'¡\lÚL)(¡ dt::t 1;\ rpf\'1i'¡cia V~-'~Hl10~ a}¡ql'a lo pUf< d¡;~· '~_ >. • , ,.' .," '," '!'. 'o' ,f, l-< ~ ~ " ". ~ I l ' ''' . • _ L '., ',. - 1 v - .
V,Di: b ¡=¡¡!;-tilui,illn dl,1 imperi .. , 1'¡liltLI !;¡ndlil:n jJ0l' "j -pñnr -';~1:i'b!)


; E> 1,j >f'nd !()(,!,!';··Illt,.) ()i';tjl~i":J dt'¡ 2:;'; íh,~'(>al d!_~l ~d10 12; :pH.l cnrre·~­
!)\'~I~i; .:,; 1\ di~ rn:irn ,i,~ 1~nj. El artículo ~: dll~e n.--) , ,Et fP¿{!n~{J !¡i j PI';
iFiIJe ~jnl:.}¡¡l F¡'j~) I'ctn dt, le;' ni ,~enallfiennsllÍ!.o." L:C ~ul()p!~'l nin~tln n'EiH<-
j¡)1·;)[L, aJlrllni,ll':;'I'J"n pnlJiíca ,in hahl:!, tumadll el parecer y lh:\;ímrD dri
L'¡j"Pj'¡ di: B"JI!('ia, (,1~mpllC'stn de l()~ grandes títulos del imp\'rio. 'ín ;'!1,d;:.
lam[lOC'¡ 11el'!3rar la !:!:\Ierra ni formar la naz, ni Iral;Jdo- de alian?3 lí l'omf'l',


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~umej\l'l f¡\le se no~ hace con esta Con~tilucion, porque era una CODS:lluci¡,n
! o _,"\ jd'W;!1!'!I: pero Cr)[]c(cdiéndola por un m(,mel:!0, no sr


·."t'. ~~:ltl; ¡"C ~.¡ \ :'l~'i ... t~J(t dí' !t¡L¿~IL~:i;ll ~¡ IIU~ a ¡·onsulta se, ~ujr1afwll tcdrJ.'; In"! ;'> ..
"., UI:í,'ji 1'1'¡':11nl,'. j;~ ('::ll~~l ~ !a'f'¡:;urj:lild ('l!1 que pudo flstaLlpce r,-,,;
~)~~nprr\li~ n(",oll'(:~ P(\I' \'(!n~ura \!..:je !':!CHj'~(j? y no ~e ('rp~l (¡He pl ¡:OfiFlPio de


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i':;~>(;¡ 11,1'1.''; l¡¡:!l(> :I-¡"llil)"ll pi con~f'jü 1\1; Itrt;encÍa, cuando ,.,to "0n~rjo ,Ir!: .. ·
lH~ra .,,;,ohn j t1P,;(¡i,jn.~ n~!ati\~¡~ d -..u dcpartan1pnto ~ P8s/~nl0" dhora ;'¡ corr¡pr(!~
\131 ;(1 fal I di' !:,h ('itas


.. El ';"¡;;'i' 'ai1('llli ij,¡s ~;pfiak; i'n 8P"YO dt: 1;; Hpg~ocia [mica pI arti¡u!o q~
de l:l ("n.;litlwj I 1l1 pll!,il1g11I'~a de 18 21¡. que dice así: • Durante la mpor'r
:d"j ,1 ': ",'\' ,'"L,"'íur',1 ¡': rein" una np~en('ia flue perlf>nrcerlÍ al parier:\e


.. , (..., '1
ma- IHt¡\ifl]rl,p;~lln ¡.j "den ,k .:u:.:i'i:[I)!l, ,¡eLiJo Dl3\'Ol' ,!e ¡-rintiel]]!'o afie"


'j ..


'iJh'i'íJ e" (~S!.<' p')!' vl:llt\lr;1 il\lp-[r0 ('a~()' ¿Trat~mo5 de el!';.;i!' pariente' ~('
la ]'1111,: ,\;[lIIlJ,..:;í h~c¿; d nO'llbramiento entre ('\lraños? ¡,Y 'lB'; :li~pnr"
pJr3 e,le Il:limo 1:,la mi,;ma Con~titucíon p{)rlu;;ue~a? Bien ¡'1aro J0 :h'p'¡
inmcdi.ü(1 Jrtlculn ~I:l, que nr) ha lisla ,', no ha 'JueríJo wr \'1 SPfjnr 'd[1,'h-,


';';j el I,,;'li,>' uo turierQ Emsun p3rienle r¡uc reUD,3 ~:st~·: C'l?H;dC ,




~,¡ i ;


¡,


" ¡Ji' I {HU' ¡jI: ti lIt' ~fl
.!Ui de! '';cI>''¡ \..::1:'1:>


leí C:\¡HiIIHi,
que dice en "U an:r'u!


¡ l;~i):~r;.j.t)i· ~(lberIlarú fl
i; ~af'¡t'llte ma~ PI, \itll;>


ntJ\'{ ;};- '~'"'; t1f~:,.~.
c;, ;:~ :¡lL,;i;¡: 'r;l ¡¡¡ d{~. ·;Jl;:~litt;i:Frl.l 1~I)t'tU~Uil.'';{!.


<1 (id'<.,l ~tJtjeal(biil(, Je


;' ~ e;, ¡ 1' ....


''-:!·;¡'!'l¡· ,;:_J:!í q~l;' ['''un:! ~~~t;):'" I':j:~'¡;!
'}~j 1.;tl,fijl;Jr~n:jtt, jjOfU!:;',).L: pur :~.¡ ·~,·;dtl!!!t<t ;.:;!.' :r.j¡il~


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j:>¡ 10 e\lce el intel'i~~ de la Cooslitucion v (I!' la monal'f¡uia: con'~CUenClJ


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DEI f!.rmn Bf~RBO~ DE ESPAÑA.
'~"'pul(¡ de '\L1qU' .. 1. 1\0 pur'!!i) pa~ar nunca por df~lanie de 13 i'()m!:r;¡ de


un liomblp ;.:¡ ande ~in ¡ni'l/narme pero no doy jam6,.; ilIl leslímonj() ,JI\ aproo
bacíofl 1·1:( !'i io,¡;", 1!!.'LIIr·¡, ji''; ']!:l'i'c!lijS ,k lu~ vucb¡l!~) ni saludo ron f.'í
non~brl' L· h '''H¡ ¡:¡) IJ\;¡I~¡' d stl :'~Uí' (1 .. un tirano.


¡. L¡;~ :U·_J1¡11,c¡\!r .... dpJ ~cf1nr n~jnlvr¡(ii·h dl.'.";(':Jl1.~an fIn :;u n)aynr parte ;;;nb:c~
')::1 ~"'!~~nr~J..;i¡;!i (ir!!"" ¡:¡ J'ar;p"J(;¡r !Jf~ los n~~tjutc.~ ~ ¡~1 irllL¡J\} d~_1 ](; ,-'oruna, y j";i\l-
ir) ~:HH(1 ~:'.: ,¡n p bllr\!T !)tra cu~a paro rehatlrlu:--: qu:~ ¡'¡Jf!:l'i¡ íile ;1 !;l,¡;;
VIi'¡' :ji¡fI :,;,;, •• 1:" ¡;¡'P[;I,!tl Pa"" 3h(¡r~i Ó COlltracnne muy ¡i;;I:\';lH:"::¡'
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taj't·, !~l!;¡,; ~,,,¡ ';"¡¡;le \ ¡"'r·o'lla . .;,, "ll!re íi,>mpn, Ji línmpo;:, pntre rirCllnstan··
r~I;}, \ ··¡"·!i!I,L'i-¡h. \ ;l-! ,.l ~';1C'lIY'injn I'~H~ pel[' f~lta de identídad entre l"s


due,.' i;1 hi,\nó!:! :nn'<)ti,f:1C1'!' (~':n f,llo {l un arsumelllo r¡UE' se 11<1 vescn-
tado ('nm,· m'i: l",rlP¡'{Hl non Enril111P 1 de Ca,tilla quer!ó b;¡jo la lulpla y Re·
Sl'neia d" -li :n:I:il'f' ¡J·;i'í;) LI'()W¡¡', por ('uy;¡ prGn\;l muprte p;J5lí ¡í ;l/Ji\:¡ l.h~ ..
l'Ulg\lI'!d ,r 'pll' \;:!(¡ 1''':la') (uotlar l;J He.;encia ;i !o~ taras, qne die!',;) '"
dir8celiJH ~,d m3y¡¡r de Io.~ hermanos.




H!"TOn [", DEL 1~F.I\ADO
,\,,(],;C' una ll'-'gl;[1f'¡;l illl¡¡~ ,'l' ,':[ ():,~,li, ¡·.",\'t':ii,l;¡ mi, P:'\)!lt ll t'n (tP~


L¡",
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';d¡¡ ¡.! tI' [jI; di' f,aill,1 !l.


.. i)tn: ~'¡t:lH~)j¡tl) c\trailu? qnn no:~ pr,l!',r~d¡\'d l~,\LJ\'L-t rna~ qur lo,;, anh\nor!~:~
,,:\1';[1' i'll ji\!""; 'ln,·.;" di:'(~n (lruI6iJ~ Lllll'.;ll'ih. E: l'mll'üo dl~ tfllWI' <.'¡) luti~;;¡
~ i !;:t~'H!n i\:'pdCld!..l ¡:i!'llt' tit' nlUj ard.i~~nn. L()~ i{}t{~{'(~~I~~ uH~r{'antilt\';;l po~­
i;~¡['(I~o y ,l(~ ftmili,l '_'ii qll(~ ,;e {ull¡!dbJ e . ;ta pl'et~n,il}ll, h<ln "lIbido ,J,: (lun!i.
il~: :" ;¡dU¡li ITliiIU¡::\ d(\ ndc~lJ'a l'"iira. :)11 fmuw rale d":llla~iadl! p:lI'l! ¡¡ue D')
excite ;¡mhj,·jili¡¡:::. A ia ,':l)mLra d" su hínv:llco es natural que quieran (',',dí-
~~arse mi I':¡S mil y \'a~ta~,


: Por ot¡·:.¡ parlo c'C crUli.l1l fuertc~ y opue~to..; conatos á que E~pañ~t ¡¡U
;')''-)'1)1:['1\ :1 I¡lie HU ,;ca naciull grande. Si se desarrullara el gt:uiu dI' -H.'




mSTOItlA. DEL Rf,l~ADO


n~tllri:ll¡~, y apl'(¡vechárau-p la~ ventaja~ de lluestro clima y de nue'ltra Po;,¡··
('¡"n h,'n;!,l';:fí':il. E"IJclña ~r'ri;¡ 11,: l.B primr>I-(J- P[)t(~!lci(J~ d!:J rmml!!) !,'n pro-
il\l(':'IiJllI!~ \' Ul CIJIlI"I'cí,) PCisE'elnra de una marinn Inmrll~;í; n:I~~( I:mada por
<ili;:;.e n:>iI¡!li!1l y !f'llSUa <'011 1,;- llUi'\,I,'; (>'lad'I:' di: Amnll':l, du(,¡j;¡ ('\l:iu-
,j ,¡¡ '¡~:í nled i:) ,j¡; IH'ndi :,'ía r h" nwt;d¡l, prr(:iOMJS, ,~e ha ri:l ,'i'flora d,' ;lIn!Jus
;rl;)rp.~. cu \ a 11:\\1" ¡i,'ni' (In "í 'el e,¡¡¡\iene á rj\alp~ ¡'i,\ id¡i)~¡h. !Jl {¡ mr,':O-
pro!l,t~l:' :'\:1:':'< ¡"n E'paii.l SHa EspaDa, no. ¡\lo D'jUI .,1 _"!TW'n di' 13lit,b
J,.,;:.: JI,;,· '::JillO h;¡¡¡ lIo,-j.lo Sí¡bi'e r~ta d/>s\'(,nlllrada palría: hl' ;lljUI h 'l'
IJ!JC,IL:WI) de las rí villidarl\'.; flllr hoy lil[¡'Wnli1r.::n~ y Ú ,¡ni' i'u!ilJ Ihll\('[l J.I"
~:,ee3Ii(i'l f~~p:~tl(;lf:'; ¡n\'~lllt!L~,


.Lb G;¡ fI\IIIl:'::\li tí> d¡L)renci:J~ ¡J" mlt'~tros anli¡:;uo.; n'![jrl".
i:1d,} ¡¡¡;¡, d,' IlIí:1 H.'l )l!:~H'l!l á maqu¡li3('¡olle~ p\ tranj!'r:" En 1.1
ti ;.dl~"·~1~)el'a ,~\i~It-ln báhjt.d,~ y r~~(lu(\rdl)s quP fl't'Cl1t\¡;;;'i¡lp¡;!í t :"
;('Jl1J¡~J ¡pt,·; ~f-!~'¡ ·,.in frnto; r Ilup no lk·,!u!? ti r('(·;h7.ar~e el P¡;¡ü, i'n rr.d
~Ji}ll~'~ !'¡nd:) f¡(i!' 1.'1 aH)I};' pa¡¡,io~ ~onaudn p;L'~n aUli los ¡ !anv:;,p:-; \~,~
2¡.npl'f~nt~1 Jr;1l'!I)j\";:1 t~ín e,,\,·-.luir lo.; peri(ldll.'n:-; il(~ (lpí"~;l'i\)n~ q¡¡P j,ar(l¡'('o tn;:~
<tHl¡j, .. >¡" ;¡dP:--irl~": ra qllr SP ~-\rH'OYi_il ha~f {;-l 1_"Hyi1n!~l¡'," :,1) !,:;,-'
,¡~¡.f;'fiJ.·l,'!"'"~f',.,:,, (,'!j',.ji,I"· ',' ','I,¡'I'¡f)I',"r-'-'¡c ,''','. i¡ .... ,. I\I"()\ ¡fli'l'a- "l.)) '\':'I]-i(l f'¡· ," 0'1'-' ,'",0'1,-.'


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Úi'" Ji);!;;; r(i~'\lb!¡t'an(h'} :\";;. En tpuria ;)ep1fn:;,,; ínui:h:J"'1 ¡'"",p~¡¡¡i)l(.'.;, l".J',:
iiJ~;¡;1~:;~.~ del i'1'pllb!ií·,all!.~!n{; r;'til10 io,~. íl'al),:·pse~: P{:I'O qli¡'j'{:!1H)~, (Hdn íi·,d'i
¡"PI) .1" lli]('''!n, VlÍ.;, ]0 '1nr ('..: p,\,.ibil' pal'3. "11 fpl¡('i:lar!. ¡, Tl/\ I'U;d! ;::-,¡


I¡ ¡,


;"::",.1:) ¡"di-Dela, Ll ¡, rann;¡ qUé c'Jutaua por ¡¡[mIl' oriental ios Ca¡llIJllf> ,ll:
ZO~, qlle ha arreglado al ~orte ~u front~l'a con el P5lahl('('i::llil:nlo !lel rein')
j¡pi::;;l_ h;!bia i1ll'nn;;t:'r un:) f,'r1l'l'aeion al ~llr para p¡¡:lel' n'pd!i' "c'n ,i:-
~,'lL fUi!dJíl}pntn ': yr: r¡tj lUl!i '/?,'r· 1'ntOs.


• fklliilt;},!:t L; yal!a d,! 1i1~ ¡~nnt(~1'3;; f'-tá ;lhlf~n,! \;: l'an:¡íi(, paJ'í1 lillf'tW--
;i!o~ en._Jn:v1(li~1;·nipnt()~, jlpditen :~obJ·e rste punf¡) ¡os ¡¡J¡fu"'!.11 H "'II .... C'd Li!;J C(j:;';,
i~.~ a'r·:~::;¡··il¡~":t':"". i!nlu~!d~t;l~, lo..; na\'arTO~ ¡ndtHnaLl e.~, y in,,:, P¡u';''', Y;l":j'On;;a~
i., (¡lherVen !~b sll~e.;tJi.iDt'~ '¡lH~ ,le C:erta p;¡rle reclbeIL y no de"i" re
é:Hta \!)/ \ir. I,u:rn~
~ Dp.;p¡¡f'~ ,1" "';2:nl, llilripnrlo la dP!Jília distínc ion entre la c(irdi;11i,b.J -Ir


í3 a!i:lÍl¡;J in:;'p.;a y ¡,1!JlC\Z3 Iyl, llü decir dunlil'idarl del I"IIj¡ierur, :k la,
_ ~ I l,"',


llJ¡¡"iT;, 'nli';) 'á k1idar de [" ... p!,'m,>oh'ii qne obran en hí,afi¡¡ l1<!cidil," ,¡,,~
,rumlr , pai..;, ~'!:llllm"ra el gr;¡nai' nlllne(1 de la,..; cla,:(}~ pr¡;.ill'gi;Hla,.;· ~ .\r'
c!!'I'[). d'l I¡H p~rt!,'ipfl,,, lef!;o- f'11 el ¡JI¡\Wh), de la \ídllí'Za ) ')1' i", !i1i',"i""d-
du_o; di' la~ Ylnr't:!a"innes ,; m;lyf)razgrR i\1¡':;UllliS H!('dio,,; mas lJUdipran ,loa-
(l!r::,e ,\ !.¡, p:-inr:ip1íflS q\if~ ,;,.liala el :"r C3b~d¡erl) illllt'S de /'nt;-;;r ('lé ,-
mwlo ('fimo r¡hran e'mlra h /¡berl3(1 df~ ia patria, ~I)n dl


'
I\~lp llÚfllflJ'" ~n -u


::w¡!) !-, '\;'i 1, trlí'] ¡<de Fr:nci'l. lall'!< como la p')!Ii'ía y \'1 ,'p;ni';¡}j{,
~qjP!!i~ j\-\í;in~,i\'J! á lo~ g¡)('e~ nl;)tpl'jal(~~1 (';;n ütra~ !r:n~¡)~-;ll ¡ddde,>;, !1í!P ...
Ji:' i,) :Ji'! I'dillamienlü de su eullufJ y ,le que ,H,ki¡aru,j~ (J! 0:




,",~. por {('nc1' la-t'n-atu y l..¡ mte¡)ridad qu" dau ia pi¡:'n~l di' "(I,':lrr¡l)lí,~
.¡ no !infl,'CL¡, la 1~!lol'a¡jl'iJ al menos de tl!lla~ esch,,,rm!i,' .. <" :!" d" I>tc;[;l-
y otro.: (,1'l1l\rne c !J"r iU!i:rt',í, que no 8uE ll¡'ortuuauaillt'ille t<ln "'Jlr,\Ilí¡?S í,'D
L'p3r,a La pro[cili;':;¡(;li.i¡j 1" ;';!j(~lTa ~ de los Je~(llllel'í'~ :'1ln,¡,,:,'I;!\l\'W
~r;j Lln~Jl!en Pi) t'pucepto deí aut'H' ~:Jr~t' dtd de~alitlnto y d~\~I'DLI;:jí:{H ¡jnf~
La1; nH'i:il..;tC'j' 10.'"1 ¡¡Uf' irjii_~rt~O que se it~~ . ¡~ ~~ I!/)-.; fU11\L.¡¡' .:.:n qn f;t.! ·'cr:
tri! la f,'lirjdad d¡; lu,-; rnuclw.; que e(}mpOt¡(~n el pU¡·[¡I" i " fI"l,'!' de' lo':
¡ ¡,"!"; 'jUe' ,!íllPl'en ¡:;ozar dl)minando y vivir de 6USpli\'i1e~it'" \ 1',(' i:'
-~n~~rlii¡:.f(,L.~ ¡J'J) .l!j~(' \'it;d :.-JUf~ otr i1 (Hl1111a! habia p/aljlli'tidn para ~\1 ¡.;r(
" ('eh"
~L;l 1'«\'olncioD d,~ la t;rallj<l, que HO Ilil~ m (i.'; fjUl' \,¡ u'fllpinurnt' i,h- h


,le la- ¡FIn inci:h. e.; el ','üh:.t\\o dli bd~alla de otrti~ 'qlll\ ti a't!")' '" lid'l I'~.
;.'~:)lt;"'¡,i .. · L·.: :"'l,dj!~, ¡{LH-~ ~upnnen ,io!!:r.cid r-f,-(~'a dl'~trujl; g"'nn¡\1 lrJ~ '-1!qí~ L!
·,)!Jer;llií,¡ lla"¡cllal, ¡J¡j]'\l,n lit' la COlJs;iluCi<Ji] '¡gcnt·, , qlH' f\l(, ~!1fJ'¡uct() (1;0
;:ql!{l¡ al/finlipútn na('¡nn~d.).


'f ~ID!lJl{~n (. :ji~idu:an,) :.S \,jl!alta y (Jrd~\\ \ltJcdJ;) IH~ld~l':.\rnn P:~!: ;i"~"J~:l",:
,; aLa;u.i ljUI', W()~~i'íiliJn su !,re\Í.siou y ~u patriuti-llJi!


\ 1 "batir la (',oriina inlf'riol' \1(' la ciudadela dijo d ('!.I!rhd;'í'" l,'i
¡ ';1~,!'l·Litli'~' :lf1!!'_')-" "(;n)pi1íit;'l)~ '·!)O,!I:ltl'iui:;-.; F~lf' L\;.'·~ ;t, L~¡
:~~j l~~,L¡;ljl) dL !l~jClsL ',,':-: plt'.'"':, J qiH: dt'Lc.j- 1;'_' j(_;~ H;i~':_d'/" ',:.1 \~ i!!l' 1:-<';\1, ÍlI~
rJf[l,h¡illo ));1)',\ dOffil.:Íl;¡r la lloble y el'guilla feniz d!· nnc,.:;'c's \':,d:oi'USit>


!"


lo En (l.~t;_~ dia ptf!/"\¡alHí;f1tc) nH'lH! .. ;rab!e, ~\.: a!z3t: ~tI~ nlnn~,'~ l!;p:.,¡ ¡'In} Jü~ d{
r.~!('~' (líO ()¡'l(I~': d(¡ CH:U p~dr¡ot:i:' ca~ilL~ljf.~.s~ y dí' j:!.nj~ : :::!I! ) ~l;l~> i.1n ;'~ta
·:' •. udadl,1;; rU!:¡'I.!:J ¡narl!i'('~) baltn ~ll~ :.d(1 . .;., ruirJn ~ii 1~rtn(~:~ ¡"!: ~- ~:!f·TI~ln(.'f
~'J(';'¡' y ~ali~fl'dln~ al sqHllcl'll


) :Ciuda(!;ílI: h Y:) 1,'r!Í;¡ iJ ¡¡.bll' amlii:'inn de '''1" \W dJ.\ :)I"'mi;Jilo~ ll:Ié
servj('íl)~ y r..lÍ~ pa(b~mlle¡:lu~ pUl' la ~JIIta e~iu,a d,' h !!!w"i,¡d: pe)'') la "J-
r¡.f;}('I'Í(lT' '¡lit' en este lll,lalllt: illl~ cal)!, al di:J:!ir;¡, 1;) Da13hr~~ \ i¡l ll)('arn~r


i. ' ! ~


·¡"nílnr ia f)l'illli'!';¡ ¡Jll'..li':.l rj,; íd cludad'cLt ,¡, lJJ:('!'!ona, '('¡n1'l mi i'mb;('inr'
'; !'\ct'dfl ;1 mi, e'J"'f'<l!iza,; lo miÍl'í!',~; c,,[¡lento,


; :Cllldddau\I, E-lt viuuf;¡ e~ lllía \t'l',Lden, con!¡ili!ita ¡VÍdol'h plH",
(.()!' Ca!<liuü;¡' i \'lcliJild p"; calaióllt's:, ú~tUi'¡;¡ por Bl;-el,lon" ¡


¡ ;Cíll(la,Lml'~~ En vi.'bionó U)[lll) b j)!'l;~enl,:: llue~tl'(J~ lib¡.lr"i¡ójll.'~ dI':':
IO,~, flue~\ru~ YP!ii'l'tllJles I:oncel!ere~) no di~I,:í,l11 mas /jUt" ((1711('/'\/'111.'


En una !Ilip IJllbli(';!,b pocas ]¡r¡rü~ de"pue:. de l'l'ciLir~:!' enll'lrcf'jllna la
noticia tlt' la ~ub!eYacion de o DO!iuell, Lcon .Y ('ompar~a) se c(JIldt'rlqb:~ b
opinwB de la, pl\¡viIH,jas catalanas en aquel momellto. Decia asi




10GO mST'JIUA PEL REINAD')
i·L le!J"I¡I!D de Of)onwdl ú {,lhll' de una pcrsonil ]'1'<11, á f:l\rl' ¡le la \:~


da di'¡ d. "p:,la ¡:"l'lléilll!ll, ~·(¡J(l('a:i !o~ iqnJ!¡\i::nr):l:' dl \ll~l\ jll'sj('ion i:'
rílf)~ cl'i¡ic;.¡: la tnJ:-; rrn1.larfi/¡l<L ;\:rJj'nazado-. ped' ¡Jitl't\· d(J Lilnlb:·f·.':: qUf:


I I , l' I I I '1 " I " .. ílC~t~;-J¡!1l{'!ltll ('~,i.111 f_\;) (- PI)\,f:!" U1(:I'CCq ;¡ ~:J ¡r'l!;¡0J'J:lc!a (In!' I{\~ ('3r~l{·I_en.~~~
" L:t;i:C,¡ di) Lj~ nli! :'tdUrlllJ .:, ~_':I~: ~~;LI ¡":-tC Ini~n1(¡"pJriid¡¡ d(\:}¡¡!]r~¡~it' t\j tí'~:
t[~dll ¡lC' dUlii~.rdrl!)~ :.'¡ la r.,: ¡!~; ~'ulc;cJ, harto cr{:dnl!) ~lH1('h:'L'; Y(:('t:'~ f'!1 fH~¡
]UI r 'l!! Jt~ ··u..; i;¡i~[nu . ., iulcrc~e~, tiendd;!l1 por ;d.i'~\ na"tl' ;"j L! ··¡d~l ,dra {h~ ~ .. (~~
~f·,:¡,l ;~'('ilk, td i'i~lem<1 lid I'c!l'occ,n que lld'¡'dl'i~DH'llte 'IPS I':>;,:al~\l:! 1:: ,',
r;ÜJ filad! in;] de lo~ atli¿lt!iJ,-'; [1l~HJ!!J'ad(J~o


En ;f:..:.la ¡ueÍla ~lu~; ;-:!.: ~>"!.;-t tl'~l nlL, ¡;n í!,-:ta ..:!t!1:!: ;r;[; J!~l:'()S;\ ~l \lu~~ 0(':'--
rf,df~\'t)n L~o;-, !rl-lJi:..:L¡jlt'i:L~í !_"¡;!"l,';ltll;'" (!ntl"p d{¡~ ftli!.~:;L'; {'i (n;d rna..;, \;~i1:\.1 ¡l:~
~;PP¡'r:;:J¡:":';'r¡En ~;J~~i\,(I~ t;):~ i't)pub~icann<: ¿ \\--¡r;'jn trJ1Hil.~íi(}~ ~lbr:1>:ai',~í' i:l rf!~l-·


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t;!';l\li, ti il!tl'~pt'!,::,'ll} líl ,:idtJ :d1' !Flt l . .;!: intl! :¡l fJr'n~nl~() ,ti' :~up~~r:,!~
dí;r:trir:(j~~ n1d>, pUt·.~li.1 que t'"LJS ll() han t;,(;nnin~'ldi) i!un JJ) ',U¡!I'!Cl\\il I ,1
iJ~~L''':j iH1!:hLI (\,"'p>ií,):~ PU!''--tu qlH\ l.n'!;J t~~I¡l:tljya FO!' ;'~lP,~!.r;i pai'l¡':' ~,:!;,
' ... D~''. !~'lJ ¡_~¡~ t·",t1','~ ¡'nti¡\~,.~ n)\-)rntILt(~·, r'~-l (-(in)plif~;\r n1(:''':, y rr~;,~..; 1;,,,; nl;)!.I';' ,}:


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lf, que esle mi-mo gpoierno que nos rit;l" ('S qUi"il lla proyoc;Hlo con ~11 im-
pftH:i~i~)n ) -"lb dp:>a(,j{'rt(l.~: 1'! ,cHadilt d~\ n:j(~~lro,,,,; 1~(in111n!1~ t\j;tln~i,-''(¡'':} uh ¡d~ -


su j.¡ ll; ;~:: ,~·\_¡tj\'·;L~\:'éo f);'('~;rit~lld,; i'llfl'(~I~i/'li' '-':1 p~i¡!¡L--·
l:;": aíJl( ;i~lil ;¡t !"1'lUHi/c~ l'(ltl"Li'af llv II,J;~ rt'pl'(·~(~lit.Ult::~ .:.- :-;..; pro\ ill(,¡d~F.
t':~l P ¡J" lid dJ~P')iH::' rl;· :;-~ .~111">i:"-',n'~I~ ¡fh¡dJ;'C'll¡í:I~ i~\~ i! !;.:..: il¡ ... O!II!'",
~~~,< ,.i;,)IIUt~:) iiu nu6 hí:dl d!: í~idlr, :> ¡Ljp ... i!c,j;l~ qlL~ n!l~ han hri'L.·,
l~.i \-'!\'j,l:l!'(inllj;': p;t¡.;l. ,>ttnh:_dtl' :l ~;u la le C¡i:lii'~; ! ' .. ¡;;¡¡·l;d.l!'in,~ d(l un sl~lt:nl;'
;itl1; !11d:'" !'i.'lr,,;,,¿!';l,ic, Y !:~,~ I/,!iór~!~ :.,U(I ~:t'1T(,Jl Ij":; !'~'lluldi,,~,J~-¡q,~ (j\l)\l(l"to~ ~~
ja~ ~Ol,·t:,·lt;-¡¡',;';\,..; i~H-l ,,1"0_'"':.) ;>-j'f:\.'ui1::C'11 lt·:~ h~:l :3n}l~1dt) !:'I~ ·::.'lj·,nhí'J.::ta~,


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p~'r;, l~'o;' :t·~ :\:¡," <i L '~P¡lt~~ dp clln"'fl;!uidn




D1U. nInfO BORJlO~ DE E'c,P-\~L 1061
iI'::ra~ quq~!' y l' '\t'nsi(Jl1c:, y pre~;llr();;lt~ ~:cudlJern(o~ Di toque (Ji, abrma


fiara (Idell(kr la rün~tilucion contra los illúl]('r<.\I.!o6 mer(fnarlO~ de /~¡ i2 e


I 1!;llcelúna 1 O iJctu!Jj'(-~ 1),; í.1.-Aúdol/ Terradas, ~


l ¡"Splli',; :¡ W itl": ~Ur:(',,,:~ hab if'l'on de~JJej alÍ(, lainc6gnita, .luego que el
;;;l'f\l'!;;i V:¡il·ll:lil:¡i ¡jl'lh [j'(' \", f;arcellíliti, de-íHUlu ill~,!¡¡i('" batailfJDC,-., de-
. 'L


':";,, la ciudad lli! e~[;1(!o d,,, ~!llfi \ e"l'\ (, :blaLleciuu el illlííeric; 01" h~ k
. "


'''';;, ;\(1 IJllldil',lIon ;"s siguienk:, dOCUllH'¡;lC'3 (j<W creemü~ muy COIlVCI1lCntf:'
inS(~rl3.i· aquí poque c\pl'cí1n pelb~tamente 1(1 que ¡;uede parece!' oscuro en
,¡ [",lr:


~ Ya ,r \:1 despE'J<lndr) el DulJiad(l qtk por alguDos momentos ~(~ iJa!Jia
!(\lJlef'¡li](. ('U í:! \ irluo~G p:lJ'[idó l'\'puldicétlW dt: Ba¡Cl:!~)D3, JC. 'a~
:It;;¡;jld;!~ de la [¡l"dil'ii no ldlau 1,1 aire lIjóp!Jestü ¡l irall~m¡ti:' su, cmpuzn
Giida c \jL:~i'¡on('~; ni d ecu de la élf:lluliJ;,;d f(,pular re"pcnde }a á 5Ug
dl"¡:!"S 'lJ[r:CJt!U- p,j' la imperturbable sdcuidad y entereza de los deml';
c:'ata~ pllr()~ y denodados.


" lIah1.ln1r¡..; :le la ¡wdidia con que los homlll'l's setliente~ pror;re~!.sla~ quc


pnl'<l SHIf'llP\' 1o,., hed¡ús 4lW [¡aliJd!] eilq;(elllilrl\,, ) l'uudl'lk~ t\,[W, Slt!mpre,
\;':l;;¡1'I,n rlr rbr un ;;iro á la opinion pública agilada, y cubrir su l'esponsa-


'-; ; ,!'>!" I'li ~ i,!",bi¡l1'!W, COi~ ~1~f\ní1d<l,' que ellos rui:'HúOI> jlf'llill1wieroc.
\. :lj'll"clf,'~ ¡¡jMiI\a¡,t"~ !'(ll';j '.'l)uti·ari'S!'i¡ las ":U!Hh:slas tenlatiíf,' de lfJS re,
publ¡¡::¡¡lli,C;, 11tH' ¡!i :i:nl;,IL h,tI;:;\!} ;1rjur:!!I):; conatos VOl' otros irnentados.


\ 1 ' 1 • ' '1 ' ;~ \.1'\1<'1 prH.:arn(J~ nOSt¡ll'U3 ;)~"'¡h;l:!¡'n(l.'" I'or; UilC~ .H_:;lnt¡¡·t~~ a 4uH.:Tle-; a~.·lnos mi"
~adjJ , .. jend)l';,\ CUl.nu Ú (1n(~II1i!.:(;:; !h~ la !j!!i'rliJd·J ) •• -\(:3.s,j (:~ta c:-,!,'rltcJ ('n ~a S3~


I ~_' .....


'1'1j';:u:lii nli~í()ll dl\ Ir,;; J'(,pullÍieallo~l llamar al pueblo á ¡ll,e: armas ,irr¡u!3i
ITI;!, rrvollli'io.; 1););';: lilf.C(¡ ahaf'dollar!2.,in uro,'urar si:¡:Jiel\l los medios Je


'. ¡ 1


·¡(¡,tener!e y lod() no IU;lS pvr ('1 fU2?Z ;)uhelo de hacf'l'se ]03 illand(¡De~ y Je
ilxpoliiP ud \('/ la~ forllJní.l~ dI' lo- P8C!!!('O": cimbJaDc<' ;Ab: no ~erán L~
'''pnL:¡':lu",-: ¡,,~ flil" "omprnmdarl (ciD ,i!!;;:lomenle la digoiJad de LlL pue-
~;ji) :':'[:10 l'! ":¡[;)lan, y el. (l!a ¡¡Uf' fll05 le llamen ~ las armas contarún COL
'!(pl'Yo p:"ohaL:!" dI' !8 rtJ5íyo!Ía. y s:'IJ";J!) pel'ece!' l'll :a r!em,wda si "!:-L
r;ll,irn:!n..; ';',l~ r.¡.[Uf'I'W' '\'0, pinguna pílr(C han tEniuo los :rr~p~b!ica(¡ú¡;
j'!, ;, (:,'1':;1 ,pH' ~r acaba de repl'esenla!' en Rncelvna, si 110 es la qUI' leE I(¡-
'J. (Omi. fl':.icciün fll" la tll8Sa li!J('I'()! en i!l derribo de la ciurbdda por lodo;
Ill\'ocalh En \:JIlO Jü~ mismos pandilleros con cuyo apoye contaLa pl'inCl-
palmentí' b Junta de vigilancia, despues de haberla lraidorarneute atandc-
u;ldil, ~e km t'i,fuJ'Z011(, para ¡Ji'omo\~r a50nadas y disturbios CU)" tS¡:"'~'(C


TtllW \ l' ~




10G2 mSTOnIA DEl. REI:-iAl)O
úfuseara ~us prnpio.; desmanf'S, y ó [ayor de l()~ cU<Jlb plll]¡I'I'On atribuir
!iJ8 HJrdaJcJ'o., ::lmante~ del pueblo, par,l }ll)J'(krlo~ los Ledjo~ que nI) pudiera¡,
,'~ont('n('r: ,)~t')P ron r\ll'aord¡ll~\ria C;¡tltt:!r,~ ~Up¡H(,¡; n ilJi' ;Lilll":!I,s ¡no,
Pronto S(~ yer;! (1\lil\n0~~(n; lr.e¡ vi"i'dadpl'o.,; ¡n.<icJd,rc" de Jljucllu.'o ¡jl~!tlrb¡,~·
En~r("1r;tf) (JU0:Ll!1 (';1 pi/' (;(11) ~()(LJ ~';J L:d!dad jos prit~cipall.\5 ~L~nl(Jdu.~;
;n~ pí~:'píltra(ln;'p:~ nin.:~un P¡:~;:~J' !I~ 11;;11 quiti.lllo ¡l(~ [~;-;I:in1:J CUll aqlHJla.,,; 1."(-
;njn~dl'.~ H:!~!iq,.


fh·:L! ah;!'a hemos guardarl ll silrncln ~1)kt':1 ;)') lIsa,ío 1('l)gusjí'. ,""
dI' íH1P :i ,


." 1 l.·.' \ ,-19nO['í}; nrno~ (~) ~_\\('{>',i: Uf.~ f'r;lJ,..-:rnr ¡¡tH' f:D{'¡ei'!'~¡ ~:; {íp~':rcntt¡ ';~I'J\í"~la (lit:,~! ..
~lla'l;jr;1 I.'t)~}~!'a 1\1 ()~t<~\i{) d:) ~ilio. pnr(pH~ ¡ir;;, p;1l'í~(";í! r' ndel!h~ un 1¡:1C'P;,lt1 j',
{lI)~··?3il"li·,;: ~"\:.: n~~ ;L:;'l1n!~) en qne :~I} inter(~,s -1" ,t!I;\ :' , .. ¡,·~tPJH'" ('a,
~tH' ¡!j r.·Ú~nl.'~1 flnf~ nn,~·df·C~ p\'flf{\~amo~~ pue,s Pl'l·'.t;:ine, .. ¡ '1'; !:¡"" ::i:~l Jl1;' l·
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DEI i!LTJ!iO BOREO~ DE rSPA~i> , 1 (J6 3
'L; ;1)ua1 p()r el.;" F¿?rr,u:. (1:]¡~ en dich i) d¡~~tí~) ( ... ~:tan!!Jit~' ~~Ilclln~i{~d(;;


1 I ¡ " . J. {' ' ... ·f.: - "'1 .. ,1 ,,. , : .. ,.' ,-,' ,'. ,. 1, '1' n iO í))S ~ir.,I~ "lLL' ~egdt. dl ,OiL"UdJLliJn 110 ; ~.d t:l QUUlt! L10 ul.~~U¡ lLd1iU !Ju.l (~
'CfOJ"l);li'\ .ili a!'~llj¡¡ d i'c'i-d<illwnto de la llJilic!a lL¡·icn,,1 j I1Ll IOl, ~emE~


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·'n.~:iva¡n;_·\:dt: t!! :1rbí~_:'!{J ·{t i ! D\;~'r¡1 /,;-J(: y {L::~:~ruidu,s lu::¡ rna,~ pt'tt!U¿()~l dere
hth d!~ ~:;,~ :·iu,!~¡d:líl;j~. El t'.~tadt~ d(~ ~,iti._. ,,'o~i)f:n:!b eJ PJLrl'i'-'lu á cü'rias


• I , '!' 1 ' •• 1 f !l 1.dtOI'!~~;!íd~."; 'lU(~ r~\("ll)[~lil ~iL~ jL,·'lJ!raCHHH.~~~ oe e,"",a j}~:L'i¡::{;~ \. ,;f¡ i'~)ll~~'el'~H~~,-'"
:1;: se npCIIlC al hOj'i'Oj'Ü~'} prn:!.~;_'to qU¡~ reY~lail Leeh0;'j \¡~-: \~~~ \dlín> ~
":'1,; {'A,..;f{\ <lo.; l'~ !'.-: >ll,·'r,'·(~¡.!1:1:',>t;, ('¡P 1c:!.~ ¡·irl'lp·;";I"lill'j'}-: P" l !"¡ pri('aU~':)" CÜpI1,,- ...


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aL p:i~ tt j ju \, t\~i J ~l;D;¡n~l'~ '- il'li.:!la~; lU(;(t~Htc,~ di... bUC:-.~;·C i)t.l;'~idr; p~;:;' f~;_:.)
'Hi~~~¡:;.~ hi,,,·ho,,, q;v· JU¡[~~: iq·, [JJl un tribulúl1 ¡wf'tircli.tll-ijJuH~C( t iJE td~ ) ~L
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i.::nif! '{-¡I~ L·\~ 'il?f::; ~it1¡c,"~r,.,~ di.,! tira qüe ,e¡iiJ ;~U {'ll~r(JdlA llL (',Sl~ ciGd~Hl


('ílí': ~d) Ú [iil l.le ~,~'"rdrpntti!'il(~~~ cun Dllas } f~\cllal'HÚ,~ a la fug(rJ ¿~JU:5
~lé\l: (! :1p:l!'~.t(1 u<':n: que hicif~rot aqlH!t ll¡i~ni(} d¡a P(¡i';J \ pCflt'r~e


j ,. , 1 JI' 1 " ~,. ..., . ;;,ni!(1~, ijlli' :;i(,J(':Ii"; e, ,10 IJ;d!i ¡'onc~ i1ll0,' ¿\JU(~ .'iJi:;¡;¡llc,.j¡ laS t:\pj'eslU~
"f'; e':~m[i;ld;), ('l: ("C ni Fniódicu de 'iliC debeu casligéJl'Se alguGcs agita-o
l'lir',; di' lo,:: i!'l',; l)aL¡Jil,¡I(>~ t!,'sJrmado'J : c<lslí¡;ai'.'l' pUl' los hlj,'h;(j~ ;:'U[(lleS
Ilr, :¡qufllc·; hec)¡o<) .:(lu(' ~ióniti('a todo es¡o, y qué ~ibili{i~'(¡n IJll'?b mí! ten-
;, (J ¡:!., . j\ l'f.'(':{'~ :Iili' ¡,id::) ;~tc . ;lir' i., !,L;éL [~;,,;\:\,;(.{.,t. ::-~L ~
,PF: !n,;,~ b{)nd!re~ de e~j~ clu~) C(¡lj~r,j ti cuaí idi,Li./ ue~Hpu t~j~lliHj0;;' rloilld[l(f¡),
Ine k: mh;-, ' '.: 1¡lle h:¡l1 \pn 1lil1o ~d pueblD (le Barcdüu;J, l(ls que H>uC:ell al llii~·


I! ¡ : ' l ~, .


. !: ,.. :'~r;"~n';;il: ; I~ :,ilP t{~,j·~ ¡ \~:Ld;:'r\H; ~~ "i! (Il'U ) Ú la ~t~d de ljt;Uiár tf~r
¡al! ,~dil' (L'! lfld:lZ~:l í:;'~ ip>' :-:~' b~ln m('~id LUi"dietdo (~I1 (',} Ú 6US perso
fink, .. ~ pnnmi;n..:, {¡ p0::.:ar dt< habt:f ouardado ~~~tc:, .. UDa 3ct!!ud IJa~l\a y ¡'un--
. I I '1·' .. I . " 1 1 ". \} 1 1 .' , 1 t(\n!p.:~(J¡ ,~j,fliJ\'¡\I ... {)';, -~U~ rrU_l;¡dJtat uS (e~aCl::rl~J~.¡ 1-'- ~~ ... () { .. Ué ut~lJ1~¡ lit} jer
L'e/:;.,.I pUf'blo d" Barcplot!a, C;!h()Da;!ly y H:ílJiJG fl)!' ~¡; ¡¡u~\)¡¡Jade¿) l-'Í)~
""n, hanr!n;'ico" i~¡:l h;H'et' ,1'\1):';, jlbtlcia Cd[ ['Jdu;;. erlus u¡J¡;Jo estaba en su
marr,o y pllC'~tn r¡up Ni nwdio de su aparente rclH'li,¡n H' (;ijuull ~iemprt) ami·
~~(i"'; d, l ~,;c~llif'rno, ('(!rH~ui'irLl~ I)rp~os ~', tud~~,,-.; anLl' (~l r;eneral 1 y Jé c~e ll16ÚO
'Í' !íllbi("';) 1;;\':\,j,) (,1 bl'l'ilií'() pueb!o bal'¡'el(;¡l(;~ ~i3 Ji} lliJilcDa lit; ('iJÍiJl'Je que
'!!o., Ir L:¡n ifTIprp"".


'\fl¡l'lllnad:lrnen!l' slm har!!) conocidns esos traidon.'s, todus los señalan
on pi dedo, y ,e ar:Pl'(';! id dia de la juslicía en que el pUl'blu h tlrrancariÍ


la m:í~(,8:'a imp(\.;;tora que !o~ cubre, Hepublicanus y liberales V,Jos, yalor y
rf)n~!:Jn('ia. En f1sto~ mnmel1tos (I.~ prueba COl1seni:ll' la sert'íliJL'd acostum-
hrada: no os amedrente el estado de silio que pesa sobre nosotros, ni os re-
!raisa de pre;;fntaros osados á los tribunale~, á descubrir ú lo~ verdadero&
~romnredol'es de disturbios en ~ue querian envolvenlUs. la H)J'dad, que ~H~DJ




mSTORJ A OiL R:EINADQ
prl' es nuestra gUHl 1 nos í nfundil'á el yalor necesa no para pul verizar a li)~
que trólaban y (ratan aun de perJerno" para quedar ello.; ti ';Ilho, \j os re·
traiga tampoco l:.l idea, verdaderamenle ¡e pugnante para nw~l)'os ll(¡b¡e~ pe-
chos, de ~t'r der.uncla¡Jnre' rJ(, hombres que sp h,m ,Jiclw i¡iH:rilie~ ) I'e',olu-
ti()nar¡()~. liber:.des ya ."al)('j" '1110 ll'.' j,¡ .;<;n, porque \lO ~:o3ljl'nf'1l lliilS qlW >:!
despolj~mo dfl \lIla Jland i ll:1: r('\:e¡uu(ln~lrios tampoco, PUfI¡Ulc para ~(,ilu
ha dI' uhl';]l' ':f'n l ¡';) ,',j po: j y f~¡¡OS uan obl'a¡Jp pri!\C!¡:llllllPn\p (,1Jr:~!'(\ el pUl:
hlr¡ \,';1] di;;n:if:;.d, y pOi' o!ru parte, ('onr'0diht!o!t', IJI)I' ;l[j mOIl1í'lll\¡ ,¡ni;.'
hayan ~ido: fS nirnín3! todo Fl ipj(~ jll'Pvnf'tl al pl¡phlo;í n:1 r'\IJ!:JCÍnJ; \ L,
!lene Y'ilol' ni qa};e pre('Urnr¡'f: 1.-,,5 n¡(~du:~ F;¡!'~) y lrluHrar~ r HlU('::'
Yna~ ('I'J"¡UI·I·,~l ,,1 .'!]'> ¡:;1\ I'~¡,(., ",j") ~II .;"¡I),, ''',11''':1[' ';",1,"'" e¡ Ipd'¡ ]:1 1'¡\""'·¡"'I'~.I,
4 '- ,-'o ~ ...... ""' l' " '." - "-'.' . , 1 '_ l "0"'" ' ........ :"1 ~.' " ,. ',. p" .!.,_.~.


lid;¡c! i 11':\11 ,Jp h;Ji';'rla ppsrlr sobre lo~ inocentes, ~o se juega ImpU!lCnw,¡(í'
i:OP ':) hn!1o!' r l]~ "jd[!.~ (Jn los cil1(]ad:lj;1\S
,~Hf;mo- ('¡,cid,) dI) nUi>Qtr t ) d¡'h:'r h";wti1!' la ~'ií! rn pru de lllit'dré;,¡ hu,
n1ano~ cnI:nnnj;1.dnQ, ~,' Il:-l:!i~ fl1Pjc:r ¡]tIC ~jn,>.\ntrn~ }!o{lia }laCPr!f)~ pnl'i{lAr ¡lO
\.)',S pnd,'á ¡¡i,br, i'omo j~lJS CalliJ)luia:]I);¡'s: de quC' abl);:''lf'rnl)i Pi ¡ ¡;uc<!:
'';ltJ~;:¡ ¡J"r-¡)D;)l: ll\!f) " , ('nml) '\"p(,;:h{llnm[)~. ,1 Dli)víl y id n)¡j I'!¡ , ,1, 1,1', ¡
jigan533 (Ine Ji¡iri(101l


'
ntn ,'~': rjlpl'e~enL~run de~p'le~, d¡~ ¡;1 dj_~!d'.F·il)n :1\~


jun!as 1 ~)~ tGn ,-;ufo por cUJ'H:,..;id:¡d a:~iqjn1o.~ :i 1lin¿una d;1 :,¡las: ;HHy,~ al ;1;'-
, i " - , 11 .1 I ::eJ~~ );,mO~ a tnqt}s nnl:.[~tro·~ ~nu2-:{ls que (i\~t~L,rn ~~que t~'),~ ;-i.rn ¡1,~;1}'" ¡:; ~(J~:'
"T31) :)~;ll¡Ja ril~ h pincl13d:¡ '¡\lC di(¡ !'I L'banu 3 J¡.:; [':¡'!;, del CII¡;'S!II!"


(o que se hacia .
.. En Yt'7 dr v¡nr!i('ar~e !k lo~ fundadí,imos y h:Ji'tn l1()t(¡l'ii!~;';lré,;(l'l '¡U'


el i,~R,::rito (! Ea~ SU:;~ Ú ln~ ti'3jdorp~~ ~e {~~ dif'ibf~D, rp bact' nlD-': p,~lí' ¡¡iPr:1t
pesl~adf>1'3 'illl' pi'Grllmpir ,'n drnlJ(\stns, mw;t(l~ y [OrpflZa~ con!¡,~ ~ll :,lulul,
y despuéoi (l,~ !l()bm' l!('nar!n (~U(l!t'!) columna" dej~ p,:¡,,¡;,'['le~ ! ;.in d!:-har't'i
tonos ar¡lJI'l!n, ca:-¡.;!'"


ti ¡JI' nn ,U'¡)f) In r¡up 0(, h8l'ia. ¡r) !!rul'ba el 3r¡ólnf<o ¡le í"j'lW [¡¡YO ijU¡ ·'r
'\.. ~ . i t L


mano del l:íb,mo y ,,) ("re;, en el ('u;:;! !'p!.r,1U ;¡] <'ir!, la ~i!IJ;:I'iO\l rle~esperad:
á fiur lo,; tie!!e !'.:,lul.'i:los, tl 1'1108, Jos to!'¡)S, la por[¡;i dt~ P:l!.' lú}¡a!1() rn de~·,
,'uhri¡' rll púhliro ,"U~ {1;jli~d;F. irilr>J!I'IIJ)lP';; ~'110 pr-ha ¡Jl1 \!T '¡'eH: i un ('!;I) );:¡,:;
!a apí):ngia é!f):;n propiíl 1('!'~llr¡o. pucs clIondr¡ llli'no" JI! lltl'lJ)1]jP UIla !,"!l"
lancia que ('ll p(llít¡c~\ no es Lu) ('omun ITUl' diEamu-, j qur (',"LID muy Ipjl>
¡O~ redacl(ll'e~ de! f illiF(¡!l((';O)l(i!, \' n3rlieularmrntf' r) ;lk;¡)de llf.'l];l;::n;::"i, J ~ '_ ~
poder pl'r~rnt;¡j', En una sola ce',cia -c 1(' lUl \istn ¡Gn~l;lntr Ú !'Sf' (:am;¡!I'<¡
y es fin "b()~¡li' siemprr par el dPSarrnf) de 11):' naeion~lr:, pl'o~Tr,,,i,;la,, y LOI';
sería flue, p\H'slo (Jlw p] maestro de mCll/ono, en Yi'Z de }¡ad'rnn .• I~ 1,1 dt' in~
artículo~ flne rl dier babt'l' eFci'ilo contra el t'~lad(l dI' ~¡!¡(I, I!,h la ¡¡jl'iera J,


q\!f; f'''(~ri!Ji;\ pn El rupor con ~u am¡;/I Co,erí-~Fi'ing, l'idicud!l ¡,¡ d,
ara;~ de ,-,; musa " 1 ul'(uiores; de lo fllle I'~!.'r¡\¡¡i, ;} ,dlullO,' JI: I~,lii¡!


, , 1




nEL GLTl'dG liORRON DE ESPAÑA, 1065
¡jij al mismo i'íec[ ,});(ra el tercer batallon; de ias ll1~ta[jcw;; que hU'-í ult¡-


mamenlc c(¡n II)~ df'lllílS alealdes para que el general apl'(~surara ,"U enll'3da
~- les preslara ~\! :lpO\ ,j para caslignl' y de~3!'m3\' á lo~ que eHus, huLiH¡)U
,I'i'jai:¡d,:, f'll!!~ 111,> ¡Jl'jl!"ljJ;d~ clllpad{)~, t!Jl cuyo \,()SO él estado clr"itic, ~ ~
~!Í¡bH~r;J .~¡dd n:.!"(1 (f)~a :(ij~'r(,ld!) plJ!' f,íIIL~: Oe tOllo esl.o y UJll(:ho m:tb (¡uc' n1~L
)!Jff\~lar:': ;11 pllh;ii:~') la ycr:,atilidad de sus ~JJ ¡ncJf.t~n.~~ debiel a el ,;;{)]lUI' ;dc.;"lI!í'·
:lubernfl.s Lp 0 hll n1(lnlOi'~a y es10 ante~ (le que te le tllc;l:<r:l 1lipHt~Jdl'.
,li' nI! ,l\wlr'nL\;' !:l númrrn dl~ I;¡~ nulidade~ parliJmelítarias, :"io ,i: ':' ;"
I.,j (·rn¡)!.i'j ~ di' !~1.l~~..:tr,) ¡:1!Jci1~:í) en per~esnjr al l'(~N,\f/ll~('ionf1.l, Df1ZCa dt~ tn<~
~jpru,.l jJcr~qnal r¡;¡(,~!d "':1': iJJ..;¡,;nl~i~:-1nl(·,~ rtd8ctOl'(~, ~in(¡ que del:igrftciada·-
¡~lt!l!C ,'se' prrliídicn ha I'ji:l'('j,lo dí'masi,lda innl,cncia ('ll kilo f,j Pliuf'jpadn :
aun 1:11 ¡!Id:.' E'p;lri;¡_ pll' halwI' . ;¡do Ptl ,in tiempo el únÍco /Q'gallo ,1,,; i!01"í,!r,
""~:""I,í:, \ T: ">:<Í.l!"l'I) !ilwl'al DO puedr "f'l' C'on Ímlifprt'D,'ia '¡Uf' abr,;'-,


I f' " l' J 1 o' 1 ' \iU{\ 11~ nl'~all{) :¡t< q'la '<acC1(ID nnHl~irn:1.., 31ga ~rnl )f'anl.o nntll~la,o; l~o. ;~~~7
m:'" fllT1·,ot C¡-: \' 'I,"'}"¡'!j,'j dl'- 'í !'! '"'l\l';(l dt'1 pl'i'I""'r",1' '1'r de la "11\;)""';:" ,j¡:. ::'~'


,1, ,. " l. ~ I ' ,; l '. '. - {, . , • {. ~ ~, ,_, el.. J, ( <..' i" _' d ".. "


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·.ÚJi ¡ ,~!rl!,;~. ,..;:n P!npjl"~n' !l~"; nlndlU~ nlnqUJa'd~rj(¡,)S t~ Jn~idjn:-:t~~ irl~' :í < .. r:"
¡,!,';j jl:":l '')''1',.('1' \1li !,":!nmini'J rna~ (¡,.:!t'n qUR rr:ürai soble la ,'c..', ¡;úl,¡i,::


\"1\('; s!", 11"1), '1\:" ¡'i),i)lro~ le dil'ljarnos ídn !flml'lado,'i (',,'ll h mr"!;,,.
:'ae:on 'lile nCH inflln(l(~ 1,,\ lolerancia de opiniones que en alío !!,J'nd(¡ ['r:¡i, "r,.,
mf)~.\hnl'a H'ri;-¡ un nlmell I.'n nnSOlrns, t;11 í'S In rigirlrz de D\1eslrr-s pr í'>


':-!'" ;" J" !¡. ,,", ;\, lO!'!'!"::1 r J~1 rn~f/'d~1n!d~id ;'}:> ;·,":i)~~ ":'d",~':~'" 'í',':'
p:j;' n'~ d!'ntllH'iar ,:¡( P\dJÍfl'U sU rJjdjigllldall, que ~Ultt~~ l)¡·¿fE-'nrno.; :.Hl, {',:¡b~~ "·'01';
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,!:!; ',' ji" r¡¡,: , Jr;':':lil!lllljl;¡~ que a (lsta f€l'ba no'1 lIev:JI1 ['ndilgarl:l' Ir:
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y' 'ilJ!' ,\-, ribrnw'; l'¡)' Jif~na sugt"tlon, Esta ilupo~iclOn hecba pn un hombro"
;:W ('(11:0' do .'I! Han'don:] y ma~ alln en la vcrin:l ¡JrllVIn,'ja de í;Pl'illlJ. Ij,,¡¡!lr'
¡~ p:,-;Jd" ('J~¡ [ido, ]'Je ,1ñ,).: di! la gUf~rra, :' '!onl\¡' lo~ moderados ~llS >:lit-tI;'
"liS ,-e con tr'!l !:Iha n "0'1 11 ;trna i'1i' tenaz y fl~píri tu de contrndiccion, por~ue k-
censlP'ab eU:íl ¡)lOra il 'lllP mandan, ,.;,i;\ que "f' atJ'A\'ieran {¡ tocar -u hO'l'
!'Jr1('z y ['111 'fJ:i,on1n, i)l'tH.!);! que no queda 8 ¡>~():'; bnmhres frpné!íeo~ t; snm-
Lra ai~'m: ,j,. q'l'G'!":f1a.' y ¡l\le df'~e-pel'ado5 de salir ,icloriüsl)s el! hl~ CUf'~
iiullf',- IjlJt~ {'I);¡ /'! h:li: tl'ill::l¡[O, no b:,lilalJ mail rneoio que d embuste para de~'
\Írlll;¡r lo.; P¡Ü'I O~IH :ltll¡UP;; que les dil'i¡;e, si no en esta dudad dOllflc ,e H;¡
mas di' {;I'I,';l lo:; hech,/'.! lo illP.nOS de fuera de ella dlm(!;' e~ ma~ f(¡eil des
[¡;.::urarl iJ ';, !'I¡bii,,:h ~OI1 ~u, rr!aC'iolles, conocidos -LIS j6vcnes Z'ompañer0.-
iodo,. (.¡loo' n:lI'iull:Ú, y lrahaj3dores I:J mayor parte, eIJ cuya presrncia :
Lujo euya~ iu"pira"¡l)ni~" ~H le ved e¡;cribir casi {¡ la faz de! puhlico, sin qu"
un slJIu ai~lla"jl ni ('mplellllo 31~uno se a~orne á su~ umbrales, .~i [¡,) "~ ;;;'l'.'
¡,"~r~e:;uirle; m'JltY(l'l pOi lo~ cuale,; ~us escritos nn pueden tener ;.1I1ue;'o.,




,} 'L, in(er¡(¡rid"d t:onfi,1011cial que ¡ienen 103 df~ ¡." e,(,,.ilnrh a.snla:·j;;-
!:}s, ,1 ,'<lúnlas \ l:CCE por LlIta de mellios Sl~ !>el '.¡.ct, implJ"ibilit;\do (h~ ilar
'lb (:""itos JI púLlic.j ti retardar su public¡1cion 1'''((' h('mbl' '¡'ir dr'bil·,·Ol ':ir
i'J32du, pue~~i) Ij\W Untos peligro,' alTo,:[r,:.' \'l'.·'CJ" r"lltl<;i¡!n Ú llua ,,:,II'i('[~
'C'lJJ",mLI, '.I",'f~!í: ,¡¡" pai .. ano-- ('C'¡'CUldr lude:: ¡"S ¡;fí0- \1113 P~¡rl,' ,1(. 1:1 1I/:dj,::
';)t;'~: 01' I¡J~ k;¡; de ;;u,:II'i¡[~'I'.'iJ ~,¡ madre J herili,);¡I',;, "¡'"í';" n Pil,:í,.'1 ¡,'
'l'~n ;]tld m:;!;, ¡Ji'i c:;tl: al o~ro un poco de lrt!';] ~a~t;líl;;, ru:¡¡di! p ha ;'P!1 '
;1:, :,d(,~ Jos demás owdios de ~ali[' ~ la (jp,;í¿li~d v,lea di; [i!l) ('Hil";1 ,i"


, \;"'1'11' dl~('eh::J' toda c¡,u' de j'l'upnsj('ii'lll'''; que 1" kn h,,,!::, ;:.:'''¡ :'~ ,1,.'
" ¡ ¡ , , 1 l ' 1" "1 t,IJ1'd\ JJ (l0[11111anlr· P(!l' CU;l.'-:er'v~][' "";U ¡rlL::JPt'Il{ C:JC!d; ~, ~.«\ .\DudH'P i('·~ \ 1:)0


.. (.:;: lf~ :]('U:-I::l', de re~la! Para p:'ustítuirse hil'!l;]';} lu liU¡~ " ¡J~r.d! ~}~ l;~l~,¡.i.:. ,!! ..
• • , 1.. 1 • t . ,
:1"),' í' p; r¡(~i'J ljlle es C, que nlPJ()j' pueuc ],(li'Hlp'U:;,I', y !}.¡ "í'¿lili!:l li¡ fW'
:/grr:ia (,posicion que ha emprendido. Si aJc;n k Jw'!r' LO l·n, " 'j"i'll 1:
:~·tH\ r:~ 1;(¡~' ilO pod(~r h;tccru . ..; un;) npn~i('ion nl~L~, ]¡ÍPP ~(tst(.'Jlid~~i } t.~f¡ci.l'/, -(Ji'


PI1t.<!IV'(1:-;¡ dl~ (,tru íIiOdo o~· atOl'OlCtltaris. el IlIÜ~Card{¡n ~


,f,;".';"jl,., (1Ift¡)'J di: ulicwh'g del sL9i1nJ(1 .:e ¡¡¡i~': ,(/ (¡'1' ,!! '
,le ]J,U cdolia al ¡)IICUO espar{{){ .laDre ,ji: dcs(U'lIie


. L :r; n!1cí:l!I'S del seoundo batallon falt:'ll'J,w ú'a :lf'IH'r si [\1) 1'\!JlI:'i0r;¡
púL:>·o ~(,,!;)6 .,;n~ acto~ dUl'{\nte ID crjsi~ dtd d(~!Tibo de: ht ¡'iu·.LHI:'l;J d


;~u,s qUf f~t'(1:L
,El s':'t;UlJllo hatnllnl1 jUt'r1 romo les dem{¡~ d (h:rriuo de la cortin;¡ ir,\0-'


;"'r ,¡, h ('i~lda:!'>!: :;1 fr('nte Ite ella,. lo jUi'lí ¡'I!ll lo;' ;¡nn:l~ I'll la '11«111), J..
:,'.I.~ml1 \¡l;e lU'LF ¡(l~ ;iulo,·í(bdes y la maynr:" del jJllPL!n hill'!'i'illril": ,y
1)''1' n'd' '1/1 ;'J'I' ",'1'," PUI"jlle rrJl'I",L~ll no e'tp 'I]i':' 1'"1 , (,! ""l'II'!) ¡n.:'t1 11','(1 !lr. 1 Y" \ '-i u,.. u J \ ,(...I.~. Al.' tt L' ,,1.. ,,- ,. -' L (" r , t" \ > ~ •
:r~pu~j>·.p~n~ fiue ('00 pI braZl) lflV~!ltndo, y !'0~ la cu{'Li!L~ I~n !;l [1):_,Ilf: !P:


io' innlÍ\lUd!ll'nte:' SOIS 111:'.1 eschu'os y 11111:(/1) dif:IIIO¡ ,,,' \ ir!!,,: !,,,'UO-
"'') úewjJrc (pe se JIU' Uf/fOje " DUl'ante dic,!to r!('l'I'iblJ,¡flll¡" hil.O Id ';";:,11!1-1;)
l;c\~~l! P"'I' ,:i ~O!i)(1 ~aai1, SiSllió la c. huelb; de -li' :,u tlilir!¡li!c-; n() ,\' ,,~
paró ,lll':C,1 (k ~l! ¡J,,[¡nr. Ld vez al¿utlos (~Ilemi,..::os PililJ:l."Car:ll!o- de le
íJ~, ZJ. (¡Ullalla!:;) c()n"í,b'r:b~l!l (¡\le este bat;tllon eO:1Ir'nia .,IrmplIlli" F~r;t (hr
!ias ,], ¡-(",ja :1 ,u ¡J:dria, pr()i'lu'<!I'cn ponl'!'!') m:1¡ con ti (-;ohi:'I'no, r¡t:j!ar~{'


> sIr' ,;,lOl'llO y poder 11('\,;11' á cabo su- iofam(l, plalw,; dI' 11(J!!!!i/'rl ¡ru<I r!o-
;nin:;l' Ú 10(10 un pueblo .Y \codU'lo sIempre (lu!' COL\ ¡ili,'·", ;1 íil, ·Ir' "'''l':'ii('¡'
!!n r¡;-; erliplPíls ql!i': tal H'Z con la ,a::;;l'P del llli-[J1o !i,,,¡ adquirille.,


d::! "(¡!Ylandan'r y mayor \)('cídentales de e,~le k¡IGI!nn r"pl'(l~elllarli[l a;
l))i~m(i (lB toda, 1:1s rennione,. de cf)mandantp~ y a\ll"ri,!(l(l~.; i¡ll(, llubli I{\H'
tral:!" "obre las ;¡CUITP[]rias, Allí defendieron ri honor del sehllm!o balallor
.in [¡'ntar de ho~til¡za[' á nadie, Que ('ontesl(ln esUH rlli~nJa'; ant(Jrid;jlJr'~ y
':l)m~,Dil'lnte~, V digan la (onducta que ob.;!~rv:lion \(t~ d(~ fO,(" balJI!,¡¡¡




1 (lf¡,";
_' ; el" b fll!;tl\ () d« ': -,hlll:\ qlh~ ~e f()rinc ~ausa ú el¡,;-, a ¡l,)~'Jt¡,o, :-
:[j~ ¡¡un huLi'),I'iI ¡]i.l:!q 11l,¡[i\o :', ello, ¡,E~ jlblil que "llfl'~¡ ;o¡j" ti V~O Je j;
Jlrl'1;i:¡ I'u,l::do C()lll:li¡l; tan !!i'Ikiil 'ríto~ ciUibdalli}s que '.)~la\¡an di-pue"lt;·,
i!~'r:'{~in0]' .. ¡¡ ~¡\Lr:.r¡~ ~ ;' \L,f¡>,¡·'d t1l~ .~n liL~·~!'tarj y dt~ la inJ(-pf~nd~~~ni~}~J il'
,~"i,) d,';:.::;;!ciilda ¡ii'e; III 'lile ¡¡¡J/"::,jl'; .. k!,;lardl!~ hiJ;os están d~'o!i()nra¡¡!lr, ¡


/J • L' J


<1'".<'1': 1])"::[" ':;1 ~j,!,¡ '!l]'pr'('l1dido el anlll¡I) ir'! r;(,I.i!~:'Ln comn ji) í\lt'· ,)1 d'"
':,i'[1 (> k¡¡.,¡k,' :,1 IIClIí';'CIlCi;j:' (le! ~sta capilal. ¿JIt,Li;¡ ¡': .'~fíbi!'rn() tie··
.", -, ';1,r¡J1('llill'j' lr;':~ill!:j,;,· dI' un asunto tan capíta! (omo C'ra eí
¡ .. ,I;"f"'[1 '!') un bi¡[:dlo¡l di' b('tl\~Ul¿ril()~ ~ blll'Jdll" ciudadaniF?


1" ¡)';';;i,I'" i·;I!llnli::ld'¡I'L~ . ..,i \CI'JiJJl:l'amcnle \ n!Jí;![}l,)' .-ido,t1It:Jl¡'¡Í:ld,,-,
,1¡1.,· 'lu :\:1 "e n", fllrma!u ,':I\1,a, como prescribe la l('l? l'i)!'(lllf"j(HI!r,c


"",1" ¡!" ;,. ;, :¡:i;ld" (jiil' h uli,n13 ¡¡liS COllCe!!c, nu." bubi(;¡3mn~; ,ki, L
i,d.) j hll\;lt~r,i!il(l, :lr:';\il¡~;]d" la mÚSCJra Ú lllJ('~lro~ ('nc~Ll1ir:o,c Ú lél {¡JZ lHl'
!:'~,.;1 \ !11,·t ~rihun;11 {f\Ill!V:t:)~)te qne ¡j(,~ huhie~e jnzr;ilflo, y Sp ~labipran er '


'.,' ;j;·U· ¡'. \ 1:t1 l~dl,i j,,! nr1.-.; ~a:':;'iJtiu Je nuC':~tr(}.~
'-


:.j¡jl.JI', ili','." ;'l L,:~ Cijrt;~~., : 11U~ Jíl'Ít;il'{'rnos ú JI):-; pJ.dJ'f's ;le la pJL Li
'1::1 "P~,¡;i 'li!i


'
C,l~tir-::Il('n !'~le atentado hecho:J I(j C()¡¡~lllllC¡O¡;¡ :


le \ \l,h,¡r, (J ¡¡.;nur (¡Ile la a:'bilrari¡·.llclll nos ha ,liTanCa(!o


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"·1, '" • ua;¡j,:[:¡'Ilch, al pudllu e~pJfiul luJe), que ~.u'~I)t:UdJ SLl juicJO ':.'1),1':'
¡"':":' ¡::,],. ¡,;I,,]I,!,: ¡lile' ¡!r~pue~ de la afrpílta (ille le humilla. lifm,


"i.. 'c"'-'( ;,1 L~ :¡,,;,', j , ... pL-:, il~lt~Jdn U~l \1t~r{:cL!) qn\~ In COl~:-titl1~-~ifJ


.1.\' U:i!('J,) (¡\1\' !:.nU":l1r1a y nlitlga nup.~tr,) senli:ni(Jl~~U, t~~ (~! r!;~1~i.~,-:r{i!':~l'.·
~ \;:dJ~l' 1.d y;~¡ ~Jdi) vlctirüas de una (.~Jn.Liri;l !~nf~ ¡l().~ 1'01:-·1


.'! ,1',;11 !'/:l-:.ll.i,' ¡Dijeren L(~Jitp·~ para UD tran.,igir nllt~Ca I_'!I:~ ,~;h "¡!f~, \~~ ... ';
~ ...... '¡{'IJf'ldpr~;in!~illt~ !'" :i":I, n~I~; alegr:lrno:-- qUl.; hayan ff)l'i11adu ~.~(~ jui;.:;
LU,:J;"'j-. 1- ~;,l,':\ ;!I':::);-: ,.1 ,!i:¡ r¡u • .l arrallcada la rn;i~c;¡ra (':Jn íj\](1 1~f)!nJ'
~ J ' '


:,:rJl !, ! ,,':;1,; ,~~l, '1'; ,'¡;1íI.lCI'r:¡ e; pUl'blo, y eljloIlCP,; uniilus á :.] !ro'
""ji; ,'!k; "("'<¡it LJ:ddi:~¡I}!i :cvanlando con OJ'f.;U¡¡I! ;HHSll'a~ fn~llti:S pl1r~,'


r- ;. '1 ~LL


\. :!.;tl.11';I;: -·~Fl '1i'\: 'Ir D'_"~'idpDtaij Vranci.;eo .J:1r:3S ) CUdflra~.·-·:': \0.-
l'1 t;"ki,·! ll"iC;--,\II;¡¡1 L~t';ld(J, Ju~é Lal'callo.-Fisico, ~rarc<Js I\I)';;!
.... ;, .. , ". !1:'\,~---T,I¡;j.,rjll' i':JI'JI'¡:;aJn, Jenjllimo (a~8.neZ.--TeDi!ln¡c iu'
/~¡C' ,j 'nl i '! ;1; ()[!~~I'.--P!'1í11(1ra. rrel~i:>nt(~ (:11\.' ¡¡·.:~~d¡.f~ l;~;fLf'


;.~~.,,, ---,", ·.~U·i,I~;, TI.\~lie[lle €I1eargado, Ju,jn
'1 ,;. I ..... " ::Ji "]' :",.,1 " ir,]'·' ',1, !: "
l .. ' ··._,c~ ¡J_."-J~~J .' ttJ¡'.~~' .".




1 ¡lliS HISTORiA en REINA.:>!')
~-T(~J'(:éra, Teniente l'llCaróJdo, Juan Fern<¡¡)ikz.-TI'm('n!~\ \n\o!\!(¡',
lre.-r.uarla. Teniente euc;¡rcado,\nlouio ,\pi~n,:LI; ."" Tf'aieull', Aa\]'
¡in de :'Ia!azar. -::':ubkuicn\¡~, .laimé ~!eula,--nl"i),\i!Jd¡d!',,) :-:;lcf'i,;\,!-
(juint,L Tenienv: encargado, rra!lci~c() de B,)rd"IL,,-·:"ÍuLt',lllf~nle, T,¡m",
Ei;Calri!JL-Olro, Jnan j{oVil'rt.-':;t'\l:l, TeIlit:nt(~ ('U!~('í'fado, J",-,' c.J,J '-'
,~\iLtelljeDle, .luan Fll.;tel'.--C.i/adore~. Teni(:lJle (:nc<l"¡';:i:!il, \¡¡~lle¡ (;cl?-
D!.'ll·--~ubl!'iil'LlP, Luda !do .\millacb -TI:LIPlll,: dI' h :'!.\¡~; .\L,o tí" ,
;L--~lllJléuiente de irlCffi, Bia" Vida!.
~,\o ,~e cl)nlinúa!1 los i.l\lmLre~ tld':;¡, Clií!!t\lld<lDtc .i,,¡¡ JUí;n h[lll,i" ,!


Umú,;, y de lo~ ~efiOt'e6 c¡lpitCllie,.; di~ Li '¡O:C;Ui"L., IWi¡¡(a y sl:>:la d'Jn .\ rt",
nio lJcnaYc'ul, d,)Ll.l.,)~fÍ HolÍr<l y dun :\lari,li!v \edJ'lll'Ll. P;I!' ki't[""P "p.'(':i\(,
de (~,;l3 (;apIlHl, r el de don Juan Corminol:J, ll.'uielllt ,i" c;¡j,v.dure~: por
;[ar6e ellfermo.


"Don JUJ.D de Dios Hibot, slJlJl(~nieiltl\, de C(lZaddi'e~, "e adhiere l'omp¡r:\~­
fr.J.-'¡¡((' ;: lo~ :ieutÍíliil:alus lmiliclü~ por ~lJ'; t(¡úlpafie['o.' de i}l'ma~, .


Cl'eenlCis COU\!'UJt'nte ¡[j~('t'lar aquí d dec['.',tu i:¡¡ll ci ¡Ud: ~" 1'(""1':1
, ;j(i.¡ion df fUl'l'O:',
~Se['eIJ1Sjwtj sdilll', La I'dJt,lioll que ~l' alzi! c(J])l¡'¡j I(J~ Fí'iJen'" !i'~;j¡!l!i,'i','
CO¡I.~titlliJu' ('¡;tú ya vencido; deber es hoy del ¡.;"lm'I'I¡U d¡¡! l;~I¡d¡J;id:¡d


r "'1 1 ' ¡ ~r!unlt' y cerrar pare; ,0 611ee~l\n a ~jHl(] 1. e !ílle\,l" !'C<JCl'j,-,[j,-" La~ atl'll!!!"
:;Iu ,1'6 I ji)!; in CüIlslilur:;luü lit. la lllU])3¡qu,a eh al pn,ier "J',J'J''!;, y;:" '-


¡,' i .' '


cau ¡J ¡¡Uf'a de c<)u,lud<J (lUe (;ulJ\ieUe 6ecuu', jjLr~ lÍ,1:; ulJstJcul\J~ UpLlt~l,"
auk.,' ]e6ítimamCllle y que ya han Je~apareei!lo. Tlt',;miulil'lllk d\~ cúnllt;uc'"
p:··'¡'.tl~t;.~~ dl~ IeaILJJ) las U¡lHlt(lc.i<.Hje,~ de ¡a~ tl't.'~ JH'i)viuCiJ:" \'d~l·0!j;~,._~!l": ;
,ólddI'OlJ lel b;l¡¡rll~I\\ de la in~\ln('('ciull, pl:'l'n ate!'ra,¡'-'" !,ji, él ~rit(j di> ji:>
101 la [¡¿aJu pOl' IOIL.! la mOlil\llillJa, aLandollci ;'uf: Hi {'ii ¡" iFJf~ [¡",' i iilll í"¡n',
V"nl,,[2i', Ilenndv l:J l'OU\ ir:eiol1 de íjue los \a6C¡JI1;":~¡';'" u: LJ~';,:l, ('3\1',
;C!iliU;; ,,¡!\ iu~ r f'j¡¡~id¡~ La ll,dfl~illí.-lnl'jolJ ha r¡uedallll Illil'í ¡,il,;í, :- h,; :iIi-
¡'!"lJdde~ ~up,'riIiJ'l!B POlllIU¡'; 'iP hall \I~to en iil liece"Ílbd de a;!.'l'l,il :O'"
,lJ"13~ PI'OVI',!"'Ila 1."" n'jl'') "ue ni) ~" f,"t"!¡';'''l':' 1" "1"'1' I'J ¡'I'1 '1)I'j'''''[1;' \ 1- , '.' _ ':"~ 1........ l'" u ij o..; 1...- rU l . 1$,,,- ':'" ,t.... ~Á h.. ), " _ r" lf ,.J. _~v '" 'i .,;..'
,( t";itJ~!'D ;)ra\l" males á l{J,~ pueblos


En e~la~ circlllJ~\Jn,.'ias b prt'cí~o }H'tlSar en la l'üli\,,,i.l¡¡iz<lcií;[);,21 n¡¡nl';~!"·
,"'1P(, '\' , .. t I~ In' ¡~,,' 'l.l ;,1 " •• ·¡JI'l'}'·;r),-· -l't'l'¡'..]" ¡"}'). I,";'f ~.¡., "~o, íl1 " ; ,'" ''''- .. llJe: L;c,-p,,'~:; ,t ,",d ui,,1 vL"" l (, t" fA", 1, te 'll e . ~ (::'1., tc:, ,
;e df: qU:~ t~nod entero efedo la aplicacillll (lcl jJrin<;¡,ÍI) d,' 1:, il(',i,l~i ¡ l'Or..'1.
'[¡:::VLá!. y 'l\jl~ tÍ ,',¡ ,e 8Jmrlan Clli:nl,h irvtíluCIUll::'; -1' ia "p'


E'jl:a,';.,adl¡ d ¡;dúen]() pOI' el articulo '¡:í d,· !:t (;i,Li!i[¡¡!:J(i!, di' LI í'(\
,¡en',lci(iíi ,le! ,',¡-de;, plJ!J!i~:() en lo interior, no pUé,le ~lhl¡!dun;ir e~!;' (lb),
de :J a~(;;,\e~ ;l\ti' ~e jadau dc una itj,iept~ndetll'i;) d¡,;o/u[,: y di' UU:i "po,;;-
eil)H j,r,i5 ddi~I'1l¡jnJcifJIH'8l sistemática, no in!l~I';'umpid;¡, y qu" ha !I",!la ..
'ln {¡ ":1' rebelde, El ¡jobierno si bien nI) p:'ofc:ii,l ¡,~ !,ri,)C'!pio" (k una ('1'[,-
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".:< ¡,¡;Id;:", ,!' i;, ""';-;';;;:¡ t:¡(¡)!l ;,'0 ;¡ue "c La :e¡,idu "1 cumpilr(Hi'r,'f)
,l· '::,; i.tr!l\-,p¡i~~ ~;:: ~I ji; ,1~' l(! 1 >\q~~i~q{'iuh !n i\:o:¡Zaf'íL E! nJ¡n!~t~ri(¡ q'~:~


(1(: ~Il hUllor dí.:, t:;\I.ke~' p~t1S ob~p!'Y:,:(~io:H'~ .. p:'op{¡ne su apiicaclol\ a ¡';1~ ~'f
\:,' t32 \.;j:":'-'ll,.;t¡¡:ih, C')(;¡i .. llil'ddd l1:,(,<,:'j,¡ para i~Ué ,;:~~ viL',;; ::~ ::"


i ,




10"70
:~ons!ítueíonal y emancipando el pueblo de privjJpgio3 q\le !í! ;¡brnmaIl,


:.La ol';~lü¡zacion judicial, ya á instancia de Jos pllcb!us¡ ya por la oh1iS;J-·
cion ílue lielle el gobien::o d(~ cuidar de que prolJl;¡ ) "ufllp!id;l!tWll[l; se 31\-
mjnl~tl'f' la J1lSlicia¡ ha tenido notab'('~ m"jl¡I':¡;', :. jil''';}i' :li' :~1 111¡,.tillada j'I~­
sislt:Dcia ~e las /)i¡JllL1CiGll!'':: 1)i'P~l\j;[;¡";f~ o-in emlw';.:q en \ I:llli :,!Un pi"
ejecuta!' la fqrma¡;io!l de pa;-lidn, ya decretada, y ViZ¡'~y;l, dli!ldl' la di\i~!(n
y atrib:!cin:w" ,1" 1:)8 jnzoado,s SOl] un ¡'aiJS, oL'ecl' la an·.m;:!:;l d:' t¡'!J"!' a!-·
[(Ji,:!,), de [lleI'O~ patrimoniale" flS decir) que :.1Ull "\i+ 0i!i ;\plJi"¡lc !
ab~urdo principio de que 1,1 o}¡li¡';3cic.Jli dl' admilli,ll:l¡' jU.'ljcl<l 1'" un d"I't"';1i!
que se ,'oJnpr3. y q\1P se tran ... rl1i!f~ ('OBj(1 la~ ~·n~a, ... qu P CUIL.:;.t¡tU)fíJ LJ Fríjpltl~
'bd de lOA partir'nl'I!'!:'-. L:¡ ':rea('iolJ :le lo.; partidu- jHdi:i;df':' fI~ \JIU \':;:1;,,';
c1n~o('j;¡1 r¡tW ya 1)() Plléde dil;¡tarE~.
~EI estabie"imiento ,le lG~ adUC1!l3S 1'11 j¡", C(,~la" \' ::"!'lu';:" h:' ·,·h ,ií'f;'-


'j 1 . l' .. 1 pn~ eOlJ'l::1f er:.H c~ C',onlf) 1'f)llY~¡Il!pnl~l; !O~ 1I1H~iH).~ prIlH·¡pll, . ...: dl~ ¡VHljIL! ... tl\·(·P::·~
l' de economia ]0 l'!~comiendlll!: la agricuilur:1; la illdu~lri;) y ,,1 "ljnl,'j'!'j" "
retl;¡IL::lll de (,')!lSU!lO: es tDlllhif'n ('\i,~¡:ll) por h Ullld;j,J \,(;[,I;!,].!,,;,:,:.
es ílllf'Va r~ta llif'dida, En pi l'rÍn;}dn dl;1 ~rii()r I'Py dOIl h'!q'" \ ,,'
anterior l'pOl'3 constilnciol"d tlHO rfer'[!J' cOI1H,nil'nlt' i'~ )',,1,;;;11';1'(':'1'1:1 enli·
sultandn el bi~!n de e3ta ... provinci:1s : pI ;1(' tuda~ j;J~ ¡!r, 1~: !);1('!,¡{:
"P~'rr¡ no basta esto, es njl'lle~ler, llliplltl'a,; "r' reol·;';:lili/.a jJdm¡r í-l['(lCk;


df" -¡"li .. ('~par (Jt"~ !I"()y:"¡.,, "j. ni f'11~',r_\,'() !li'.l.l,l.'1 1'.',1 ll'ill"¡""l'¡Z"";1 ' li·"'·'~ h\li'-• '.' l't ',' j." '('. J '_ ! .... _ "1111 ," ' . ?


cer~f} f:\.t~lbl\iJ. 1 ~db ¡j;'J'~¡ .J" 1,(' _.\Li\ti 1 \ l¡.,-;i Ja¡ i)jll'tl IP!Jl d'," f',,(!, Olu:·
se asegure la recaudul'ioD, di.;lribucioll é invcl'sion ,Ir: los r()l\(\(\~ vúh\ic'y


)E~iiL~ co~~:~idt rai';,:ne . .., il'lP bacP:1 ,~Or~~ijt;jl' Ú 13 iipl'nLd~'r<',n dt~; \ t~ "', -
z:ni/?:'¡tll Dro; f:(~t,) d~: JecJ'(:to. Yitcrja 2~} de ·'n:luLr{: !},,! í Sil -F,: ir 1
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;J¡~¡'l()in:::' Ú ~.'\!_':"1¡,>\·ii)i~ d!~ la ir~ter\euc¡on C:I1 !;]:"' ¡~:~~I'Ci!):12~ dl: ;~!::':'~ld'J!¡~"~'t ;:.
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'.i lf'IÍ.U¡;;,i,·, '" !'jI,':;(;¡i';'!'l \'1; ia, pf\J\ínt.:i:¡, Y;¡~i'()líc:Jdas ,in nil:cuua res--
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,\¡·t ,1t!ilJlld:~ !h~,,,,dt, j de' dicit,;uj:r" !~t~~ {;~t(' ;jnu. ó !¡t~_'-,~ ': ;u~.;
¡!, .... ,~,1, ~t~ '_ulucal';.iH ('11 !¡h ¡~thtD'~ y fl'{,ntprf¡~_ ;\ ("J\'C ert~l'io ::;e (~~tiÜJ1;':!.;:
"j:.~ i.Hltrrl;;'" dr !;1~ '!t\ ~-:!¡¡. ~!.lLIJ~i.LJrl ~ P;l~d,~C~, d('\IL~e :n PXi,.,teD 1 en IruD:


!k{'Í!lif,'I)!! !i(('l/SIi di' Por,,\', ~ En Ilingllnll ("poi'a haLía mostrado la
lJl'I'll~t m;¡; :'f'~¡wto hú('i,¡ p: iÍrd!'!) le~al, {'Ji ninguna rpoca ha ~ido objeto ele
UBa !wr,;p{'wIO¡J m;¡~ (llJetlrniz~l(ja. Circulares \ ¡(¡lentas ban dado la sE-ñai á
¡o~ !i-(';¡i";; "f> ha (I!Hla'!il que la pulíti('(J TlO debía jamiÍs inspirar la ju~ti­
¡'iJ, Se han ¡i1lcntadiJ irtnumel'able~ procesos contra las hCljas de todos j()~
u1.!lil:e,~: ocho periódicos 5C han recogido el! París en un solo d¡a por lIIedl-
;¡,: di' I/rdel' , e,¡ decir) sin la [)WllOr presunr:ion de delito: éSeritcH·tc i pollt!-




mST0nlA DEI. HE1:'\AíJO


-U!·Í.l~ } {;,iit(.!8.~ r!:::;,p'¡n~:lblfl", ¡¡aH ~¡d(l F;'e~ns pr~\t;f)ntl, arnent~1 n1iH·~~rJS
!'i~.~Lraljo~ .! iq~ i,",nnino . .; rp{!¡r,.~ cnn la CiJ1hllla ¡JI ~.'u(-!:(\. y ,JP_\~!\lit,1:1(~~ á l{;~


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t:,l., ," ",,1 ,L!~ fu('r:o:~~ ílp-u \lOJ!¡;L \0 rehus3rá la pr(,\1o'3 el ""ltl:L,Jk,


('lp~; '" <!;: ;¡';"¡'i.;:!Pln,'..;
1 J ~) ~.: ¡; 1. ¡'; { 1 n > ....


¡.Ir "1:.1 pi[::,';.}f-" l'tHl alTt~~!:; a la,~ lp\"!~~. i)
CU!¡ "i IU';!,'¡;! : (j:i '1" :" mHI¡;! curía i¡tli' ~C'I JU¡(']¡) dp lo" del¡(¡,~ ,¡'o an


iJr"L;,;t [¡!., ll'n~';'I\ e\,·IU"tvJUltf)r}!f' al jH!'adj),'~
L.j': 1':,,; ,;ItUe¡ll!l de 1-;:,1, Ijue Hiín,!JlT13 pf'r~rJl13 pllcJe,er pt'r,r'ffl'~:'


PII)" ic- <,:"u¡t(" 'IIJ'! ¡I;)~¿¡ pll!Jilcatlv ~l !JO ba proyoc;¡do de ¡¡'leÍ!l<, la
·iiH¡:::.\ ,j L! In




I07i mSTOBlA DEL REr'nDO
.


"1i,'[!!)~ ¡;¡-bit:',:r:,l f~n!re un lwdw cua!ljuiera y I(JS e~eritl)~ qUf~ han precer\i,lo
C:;:ll!11 pañado al hu ha,
i:on d arlicu!') 1;(\ de! (JHligo pen(ll~ 'jlJi2 no i'UHk obtir c':mp!jl'i,la,j ,ir


"s.:' ¡miento Jel cumplo!.
(':, 'DL itJyer Cu!.ial'd O!¡]'!Ii Barrot, Lamarlllk, BI'i'ner, Ihfa1!i'" y
;)!L, '¡Ue' ¡Ji) ,', jirnde!lte dar atribucione- judi,'iale- ;; un ('I:('!'f).í jllil;ti,'o,
¡';!2 '¡liU lUhlo l,'l)llycl'tir la cámara dOlus parr.; ('[, !r,I",,,,i1 ])í'6i,(,,\II,'! ,i,: fr,
",¡e¡)~a, sc ha comprometido a~J la 6inceridalÍ C('InU !:l fue: 1,' ,1 11 ¡ " i )";! i Iq_
~l(-inC~ ,


("n lo" ciudadanos de todas ja~ opiniuues, 'IUG ':0 puede JU/~,;:: d,,! ¡.:rdd"
'J)Pi'I:d '¡tic ba alcanzado un ¡lUeLlo por la jibertad (¡\ll' F,1,!(j la ¡"'{'¡',l;


'¡U, IJa¡,) e,:le Duntú de .,í,ta di'sde 1 ~:30 la Fral!!I;1
, • 1


'i,\umenlf'.
T' ". 1 1 - I ' l' ,",)1 \litan"j (flle ¡ay un punto en ,!tW ¡o, o (,) m\lW o e~l:¡ 'iel/Ji.,· ' '-,,-


, :;' ,"1'-, el,:ctul'f"', !tiS rlipuI3d(¡c; y l'ls citU!;it!flIlV; dIO {I,das ],l,- ; id,,"'.
I j I ¡ . I " 1·'1 ' :5L'.- ,", ,,,',;C'1' ' le !'r.>Íln,ar SU apo) O ¡¡ a p'Jillll'<l (.1' lUitO <,,[n';1 ¡e\,':' l' 1, '~ ;<',


, r"'p(l!'(' ("ünlrni"!'''lJ.5 he,'La..; tí lJuc,;[ro dc['r;t'l!o ¡uhlir'!j !!Ii';'l.' ¡dí'~ d.'
;¡':¡"rnb!r" y por la ultima i'etlléDCia del [r¡bUlla! d,~ l,,~ P::!'I',':


;,), fal ,'e; t,~la si:U(l"io¡: apf.'!<Hno~ [ilirncílrnl'fltt" :\ la llil'l:Jli':" ¡j, ,'1"
~t~l:'i di, diputa,J'I~; r t>p0ranw~ ",e e/t.H' á la allura que la,; ('i!'CU>::t1!\ ¡;¡:' k


,
~ , .. ' . ¡;


¡


'];'l~!'J! I¡UI~ i.'~tJ. íUi ..:;ldo JI,! lv~ derecllv~ PljlllH';0d. CiJllvcl1udo, de
iue no olvidará el art. 66 de la carta que cOl/fi,í el mantenimiento dI' /IIS de-


:'.' p"OE(l y d, !o~ dem8~ que la ley fundam(:rll.a: ,"Ij';8eJ :,¡
,,/u) J (id),' de ¡'}e g1wrdias !/ac!orlaieti Ij dp lu,lus !!}< 11 I:'.,C {ml--


L CilrnnwI'C": Le Cou,'ricc Francai,;;: La Frailee: La 1;,l/f'Ur' di' fi ~n('(:.
¡y:"iDtii\¡j,¡; 1 .. 1 P,ll:ie: La ()uotidieone Lt~ Siecle Le Temp' ¡ r;'!;n Flan
~;JI"; ¡," llurn:::! ¡tu Péuplí': La Hennf' JfJde¡lPodantr La j{P(lnt' du j'¡l:.:,','';
La ~!od¡\: L¡· CllllrivarÍ: Le Corsaíre.


Lr¡- com¡"iooCl,-h~ li~ h pren~a indep(,Ddif~otl~ di; IGS departamtúli)~ se har:
:dhrido tí la present.:: declJracJI,!l. .•




,


INI)ICE
LlE LOS CAPITULOS CO:"iTE.'HDOS E:\ ESTE TÜ~1O,


f)"lll, ¡¡lima a 1,;:JiId di' [Jor!JOri.
111 i rll',! Ilc,'i '¡JI.


;, \1'ITI·I.I 11 -l'ri11"il"11 mir;)!ld :111101" al {,';I~l"ij,ir I,-Ia hi-toria,-f:uatro
l'a!:tI'I';'" "lim' l"1'l'Ilando \"jI ante,; Ik 1'<I,<1r,;p ron (ri,dlll:l.
-"d",',i,:[;¡ '·liriÍf-a.-Llli'I':1 [I;rril,l,' en l'aLli'io "li I !'I' lo-
l',rlid,¡¡;II' ¡j" ¡lo!: I::ul,), : Cri,;lill<l,-I'ra,:.:m:ilil':\ alJUli"n-
d" l., j,,\ "lii'.i.-llllri,;a' d,'1 ¡'il1ldo ":II'li,la.-Fil'rlid ,,1 J"lly-
!J",ril"""I" la !'I'\I!,';:,:í,)!: d,. la prili"llIlili";l.-Elíll'n'za \:1-
f"!lil d,' t!olia CIr!',(,l.-CrJII"t!I,,'pwi:\ d,' l'l'rnalllltl, y:'ll'
!i'nd"J!I'id' II ! i\J:')':lliz;]]'"I'. - \ 111lli,lill.-."rni I i,mo 1: hipo·
('n',I" .1" lo, 1·"idí-I'!-.-I·¡)wiel1l'ia di, ¡Jon Cario,;,


:l.-H"I,tu' d,'1 ;lll'nlido n,jlllilll l'ulI,lituCI¡JTlld h:,jIJ l'¡ reina
¡J" dr· l-"Lel.-Do:""1 d,. Cri-lilld ili Il:lillar li lu,lilll'l'ili,',-
-\!/illl,i"liio Ik 1;" c;:r!i'(;I,; it la Illllnlc \11' rl'l"1l11Ildo.-C:,-
l~~I't:'r ~. \ I('H)';' tit' (l~ti' lir:lllo,--f,;¡rla dl' C:u'lo.., i\ Ú '\;IP()-
1"OI! ;,,'ll-allih di' jli:rri,'idi" á ,11 hicio rl'rn'¡I1I!'I,-Cúmo
:ldlll'l ",¡" II \al"'¡"illl.-C"nJ'j ,,_' en~ail,)r()n j,.,,; lil,rrldl'~
fi"i'~I'[() de F"l'IIand".-Dic],:ir:dl(1,. y ilYilrii,ia ¡]el¡',Hlrr di'
1 "Jill' I


111.- \1"1'111 in,bl y ¡,ini ,IllII ¡J" FenJa!I,]" \ il ,-.\ 11¡;",]010.- \ \ :¡-


nl¡1~I':¡.-P¡'l'ip!ll~i;¡:-; ti!''> ia 1l11era all1'ora t'(m~!·1111·:n1:;-ll.-'L,r·
tillt'Z tI(, 1<1 H';'~,--'lilil'ill nr!':11111._E-¡.!llitnH":l1.-Tr,¡i;1I1,!
d·· h ,u;¡druJ!I,~ ali:¡¡Il.l,-CÍJ]]soliu:II:iol' JI! lru[w ú,' df)J¡,¡


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{lll!l'na,-- .\nli:l;ld ¡k -.11 {'¡P';l,'t'·l.- i,{):-: ('¡(i/.'!!II·,J~, __ ¡!,,_ rp--
Ji. 1')!1,) d,' 1ft (;: (' (' 1 i dl (,1 [': i:" t ~1 \" ..; 11 .. ¡';1 11 "~l:--
-P;l¡'~{' :!J!4' i:: ~ dí!', r'I'11 i !.'> !, l.! -,- l;l!l¡:"!t",'I: , !: -':!'! \ ,1-
'.'j(l[t {':jr]¡ ... la , J ,l"i:L~. ---Pi ,j" Li rj'hi,lill/f (¡l.' : Ini'f! 1-.. '1-..1, ... V
l;(\n!1 'I'{', 1I0(a!,[," '! 1 Ji,' "!I F' I Lt d",,'oILlriill ,-- Z,IIl;¡¡ Ll' ,1'1 'o: 111
-Ik~·ill¡'·!·;L1: ¡!, lil~ C~qj\I_'llU)~ ('11 \L;dri~I.--.H"':¡H l~ .... dl¡I:-
ddd dl'¡ ~!¡,f'¡~·!'II() -L]¡fr:ldu dI' dU1J C;¡I]i):- "11 I::".¡I;¡II:! .. -:":t!
;,UJ'lt',-t~/.'llcr;!I{'~ qU(' U''';~I!'(HI ~,U l't fifi[;Wiídl "1} I'¡ "I\'r· do
tI .. l '\(11'1",


¡·;¡Ld 'n!7">. ,,¡: L t'1.II·id,ld Y pnH'/(i:--..-I'U·:iLllllit'!\tn dI' :--~¡ 1:] 1-
dt'('.-T.'!'!';h:.',,: n'rH'(i~(dí,l" C11ll ,¡IH' Li \i'I!:'::' '"b'·I'I".!.
¡j1d'fOl\''': i¡U(l ,,·~(rr¡;t!l !(l> ¡'¡,~l(lH(\r(¡"< 1¡}."!::!",,, ('il (,1 I,:\i' i,'
\ ;"¡"';[l:I~I':-- Ili' h :':'ll!'I')'.I.-·F\p~ di~'¡i,q d,· (;11[1:'


\ ! ,--1'1': ;¡"j ¡I,' !('" :--u,'~',';li'~ ·le L-! ~~ 1~¡¡t'r;1 l' ¡', i 1 ('ji Ca !;1 ¡ I i i\1 --n ¡ \ ~d¡­
,Lldt'·, íl)!lr f ' ln.; .11'[('< ;';tr!r..:lH:- ¡";¡l:l!:llt,\,,:. Ilr:l:t¡Jt" q"'d !I.,
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,·;t--!:,lL:II;l.., -t:(\11 .... ;1~ tI!'l :¡H'!"('llil'l!ip l¡tli' IrH):'~ lil ~I!·'r!.~
\ii.-<ul\i{L\;,I<iu!j(\-., \:",11" (, \ dI' 1:1 1II [i.,id ¡!(il';i~h,l j'(¡¡I-
!,\l ~'I ::-'!d,¡( r!i() ¡¡(ir ~'! .... 1_'(:¡il·'t!:¡HIt·j¡,:I·i.'ll:\'''' í :1:1 11-- í I!.,!,: __
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I lU'rZ:h lid ''in.-í lu d,'":,, l ¡';:¡:j ¡¡ l).¡:¡") y dd I'J"IT(\O ~ ~l ¡-
¡¡t'ia Ilaciunall'n 1 fj:r¡ ,-Fuerza,; con :¡lIl' ,:ulIl;¡\;:\ll j", ,-:11'-
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n;n1110 Yli.-()j~,(¡d:l f",'ln)"'jY li'"l,--P,':d,t" \ ;,~;'i ~~ 1-. \L,] 11¡,.
re, -I-'Id.lr y f'·I:",II.l1' 1'11 :·l :lí"i:!I'1! Ikl n':II"¡j,, ,1,,1 1,.!!lr·' ,1"
[..."dli't.--¡Ji:-'lll!lltll'!Oli qllr' ;'a \ (:llian ",,'11'1']' jld,; LI,~ (·1.,'~1·- :~rT';­
~()I'r,l,l";l~ y t'l-,lt'~i.¡~ll'.:a..., di'.;d" ¡11'¡1\, ¡pi(! .. ,ki -"I~¡n :l"tU,ll.-·
\h"Uf\í l di\ i~ioll di' la ilt'!)l'it' l'.,~ -: ~¡;:.; I r(, .. I(,~.-pi'ldur,¡ldl'


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PAUTA


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1.,), [, .:j¡ .:,1,11, .\ladl'l,1 .""d"!1 d,',;al'liJ<l,]¡,' (k! l'1l:1l'!:'i,
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HISTORIA
DEL


REINADO DEL ULTIMO BORBON DE ESPANA ..







SALVADOR MANERO, EDITOR.


HISTORIA
DEL


~tlNA~O ~tL ~l TIMO ~O~~ON
DE ESPAÑA.


DE LOS CR[MENES,
APOSTASfAS, OPRESION, CORRUPCION, INMORALIDAD,.


DESPILFARROS, HIPOCRESfA, CRUELDAD y FANATISMO DE LOS GOBIERNOS QUE HAN REGIDO
ESPAÑA DURANTE El REINADO DE ISABEL


DE BaRBaN,


FOR


FERNANDO GARRIDO.


EDICION DE LUJO
ilus"trada con liuninas sueltas.


TOMO H.


BARCELONA.


ADMINISTRACION. LlBRERIA.
Ronda del Norte, número 128. Plaza del Teatro, número 7.


MATlIIlD: Libr~r¡a de Antonio de San ~Ial'tin. Puerta del Sol, 6.


1869




ES PROPIEDAD DE SALVADOR MANERO.






mSTORIA
DEL


REINADO DEL ULTIMO BORBON DE ESPANA •
..


LIBRO ·SEGUNDO.
' ..


CAPiTULO PRlMeRO.


SUMARIO.
. -


Oposicion de ambas cámaras al gobierno de Espartero en 18U, por su ineptitud y
doctrinarilimo.-Division del partido progresista.-Trabajosa existencia del mi-


'nisterio Gonzalez.-Espartero y su malhadada camarilla.-Ambigüedad de 016-
zaga.


J.


El lector ha podido juzgar acerca de la importancia de las excu-
sas que el gobierno presentaba á las cortes en medio de aquel di-
luvio de pa1abras'y frases,que formaban el documento enfática-
mente leido por el Regente en la sesion de apertura. .


En ambos cuerpos colegisladores las'comisiones presentaron dis-
cursos de contestacion, que ponian en evidencia la ineptitud de los
gobernantes.


TOllO U.




6 HISTORIA DEL REINADO
En el senado no era tan manifiesta la hostilidad y colIl"anzó muy


luego la renida batalla, habiendo aIgun senador que se atrevió á
censurar las medidas del gobierno, ante la formidable insurreecion
de octubre.


En la prensa El Eco del Comercio revelaba que las fuerzas de los
disidentes estaban en mayoría en ambos cuerpos colegisladores.


El Espectador habia tomado la enojosa tarea de defender al mi-
nisterio, que pretextando amor y respeto prorundo á las institucio-
nes y á la Constitncion y al código de 1837, buscaba en una tor-
cida interpretacion subterfugios para impedir á todo trance la pro-
paganda republicana.


Muchos progresistas decian ya en aquella época, que ellos eran
tan republicanos como el que mas; pero que era preciso preparar al
pueblo y crear costumbres antes de establecer la libertad. Y ellos,
sin embargo, perseguian las ideas, barrenaban la ley, colmaban de
improperios á los que iban mas allá; mientras que transigian y pro-
curaban atenuar las penas á que se habian hecho acreedores los
que conspiraban contra la soberanía del pueblo.


n.


El Eco, hemos dicho que comenzaba á hacer la oposieion, me-
reció ver su nombre estampado en una real órden con oeasioD de
un ataque dirigido á las oficinas, mientras que El Espectador, de-
fendiendo los actos Jet ministerio y los nombramientos, aunque 00-
mo el de Aguirre, recayesen en parientes del ministro, armaba po-
lémicas con su correligionario.


El partido progresista se dividia pues cada vez mas, manifestán-
dose con sus caraetéres propios. las facciones de los doceatiistas, de
los partidarios de la Constitucion del 37, de los que buscaban una
reforma radical que quitase al poder real los atributos que hacian
imposible el ejercicio de los derechos.


En ambos cuerpos, pero con especialidad en el Congreso, se pre-
seRtaba muy formidable la oposicion, y en los casos de reeleccion
pudo verse ya que en el primer momento sufriria el gabinete una
derrota.


Ante una situaeion tan grave, Jos gobernantes no amaiBabaD, y
la nave del estado debla chocar con Jos escollos por imprudencia del
timonero.




DEL ULTIM.O BOltBON DE ESPAÑA. '1
Cada día hallaba el ministerio una emboscada; cada dia la discu-


sion venia á arrancar al pais una esperanza, y los diputados se
mezclaban en diferentes combinaciones, porque .el gabinete no sa-
bia atender á los principios semireformistas que en la oposicion du-
rante tantos anos proclamaban los hombres del progreso.


IIl.


No fué muy prolongada en el senado la discusion de respuesta al
largo mensaje del Regente (A).


En el congreso, se debatió minuciosamente la conducta desacer-
tada del gobiarno.


Pusiéronse en evidencia los errores que babian provocado.la in-
surreccion de las provincias Vascongadas, y que con alguna des-
treza por parte de los caudillos hubiese podido ocasionar una nueva
guerra civil no menos sangrienta y desastrosa que la que habian
sostenido por defender los supuestos derecbos de don Carlos. .


Se hizo notar la imprevisi9n y atolondramiento por parte de las
autoridades, durante la noche del '1 de octubre en Madrid.


Ciertamente que era muy extraño que ni los generales ni los pa-
triotas que ac'udieron al Principal, ni la milicia" ni los cuerpos de
la guarnicion recibiesen órdenes durante las largas horas que me-
diaron hasta el amanecer, y solo la espontaneidad de algun escua-
droD de la milicia que cubrió' aJgun punto de las afueras impidió
que pudieran marchárse sin ser vistos ci oidos los que habian en-
trado en el alcázar para apoderarse de las ninas que ocupaban el
trono.


y con esta conducta contrastaba la que se babia observado con
las Juntas de Barcelona y Valencia.


El ministro de la guerra San Miguel quiso defender al capitan
general de Madrid, suponiendo que era muy difícil siempre todo
ataque nocturno; pero que era mucho mas peligroso en la citada
noche y en circunstancias en que no se sabia positivamente qué era
lo que pasaba dentro de palacio.


Esto no quitaba para que todo el mundo comprendiese que lo
mas esencial, dado que la insurreccion lie hallaba limitada á un pun,
to, era aislarla é impedir su propagacion y desenvolvimiento ~r-




8 HISTORIA. DEL REINADO
cándola y estrechándola por todas partes. Y esto no se hizo; y los
rebeldes pudieron escapar como hubieran querido.


IV.


La opinion algun tanto extraviada en los primeros momentos fué
reétificándose, y el ministerio Gonzalez se halló pronto sin defen-
sores, teniendo enfrente de si á los mejores oradores, á los hom-
bres mas populares del partido progresista.


Trabajosamente fué arrastrando su vida hasta al !9 de marzo
aquel gabinete.


En ese día se presentó UDa proposicion de enérgica censura.
La borrasca fué completa; los hombres del poder creían sin du-


da que se les atacabá sin fundamento ni justicia.
La sesion solemne .en que se debatió la propuesta fué larga, y


muchos 'oradores hicieron oir su voz en apoyo de la idea revolucio-
naria, qu.e desconociapor completo aquel ministerio .
. Los argumentos que no habian sido tomados en consideracion al


discutirse el mensaje, se reprodujeron en distintas (ormas yen to-
nos muy diversos.
. El gabinete habia proyectado en diferentes ocasiones consultar
Buevamente al cuerpo electoral, y ~n mas de una ocas ion se debatió
en consejo el disolver las cortes que habían tomado una actitud de-
cidida despues del nombramiento de la Regencia. Los mismos que
habían contribuido con mas empeno á la elevacion de Espartero,
hallaban entonces cuán peligroso era confiar á un hombre descono-
cido la máquina gubernamental.


Como hemos dicho varias veces, en torno del Regente se habia
agrupado una camarilla, y la mayor parte, no lo dudamos, con
sioceridad y buena fe contemplaban que era preciso desechar todo
propósito de reformaS radicales, porque conduciria á abatir el e1e-
~ monárquico que ellos se creian obligados á enaltecer, custo-
.fl.i~:g ... ~empello., .
r;c·.,· es~'QlDarilla beCiarepulsivo el sistema constitucional, porque


sem&Dlfestaba contraria la todo progreso: y esa camarilla atraia
sobre.E~~artero el o,dio de los ambiciosos que se veian postergados
á su JUICIO ante nulidades que no tenían ni méritos ni inteligencia,
y que ocupaban sin embargo los primeros destinos, las posiciones
mas aventajadas.




DEL tLTIMO BORBOI( DI ISUÑA.


, ..


v.


La crisis llegó pues; el gabinete hubo de ceder á la manifesta-
cion del parlamento, porque hubiera sido un escándalo parlamen-
ta,io acudir á la disolucioD, despues de los gravisimos debates que
se habian provocado.


Tal fué la ruda -oposicion, que halló, tanto en los cargos justos
que se le hicieron en el tralScurso de los debates, tao evidentes las
pruebas de su impericia y de los desmanes á que se. dejaba arras-
trar ó permitia en sus autoridades" que mas de una vez estuvo de-
eídida la muerte de aquel congreso.


En larga discusionlos diputados Conde de las Navas, Gonzalez
Bravo, Olózaia, Munoz Bueno, Garcia Uzal, don Vícent~ Collantes,
Caballero, Mata, Fuente Andrés y otros varios desmenuzaron y con-
siguieron"hacer análisis de la politica ó mejor de la ausencia de
política de aquel gabinete, que obedecia á los sucesos, en vez do
¡uiarlos y precaverlos; que se veía salvado del naufragio por los
patriotas, y á estos amenazaba cuando el peligro habia desapare·
cído':


Contestaron apoyando al ministerio y procurando disculpar su
conducta diferentes oradores y entre ellos Argüelles, Lujan y Po-
sada, que compartieron las fatigas de la campana con los ministros
Gonzalez (don Antonio), Infante, San Miguel, Camba yel ministro
de Hacienda que fué auxiliado por los consejos del antiguo regente
Cortina.


VI.


En ulla de las sesiones dijo Garcia Uzal que, delante de un di-
putado y antes de abrirse las sesiones, le habia dicho un ministro,
que el gobierno francés pretendia que se le satisfaciesen 180 milla-
nes que habia gastado en la expedicion de 1823 para quitar la
constitucion.


Esta cODversacion tenia gran importancia, porque paree. que el
objeto de aquellas frases y reticencias era buscar mayoría con se-




1 O mSTORIA DEL REINADO
mejantes ardides, suponiendo que el patriotismo agruparia en torno
del poder á los ya disidentes.


De ahí dependia que el diputado despues de citar el hecho no
quisiera retirar su declaracion, ni señalar tampoco por su nombre
al que habia sido bastante débil para hacer esas insinuaciones.


El ministro de Marina se levantó á protestar negando el hecho y
suponiendo que no podía ninguno de sus compañeros decir una cosa
que 80 era cierta.


Era Ja tarde cuando esto incidente se provocó, y Garcia Uzal ra-
tificó su dicho suspendiéndose la sesion par~ el siguiente dia. En él
hubo de renovarse la discusion; el diputado citó á don Pedro Men-
dez Vigo que se hallaba presente cuando al ministro babia hablado
del asunto.


Tres secretarios del despacho declararon que no se entendia con-
ellos esta acusacion; pero como Mendez Vigo hubiese apoyado á
Garcia Uzal y aparecia comprQmetido el ministerio, el de Hacien-
da dió algunas explicaciones manifestando que sin duda alguna ha-
bia habido confusion y olvido en las palabras de Garcia Uzal, porque
él recordaba cierta ctnversacion que refiriéndose al estado de la
Hacienda.habia pasado en presencia del señor Mendez Vigo; pero
que no se trataba de lo que el senor Garcta Uzal habia dicho.
. La sesíon continuó suspendiéndose este incidente enojoso sin que
se aclarase perfectamente la posicion de los ministros.


VII.


En otra sesion el ~8 de enero, el diputado Mendez Vigo qae ha-
bia visto ultrajado en la cámara francesa al representante del poder
en Espana, cuando alli se discutía respecto á la retirada del emba-
jador Salvandy, se mostró algun tanto antiparlameltario llamando
rey ilegal á Luís Felipe. '"


Estas palabras produjeron violentas reclamaciones por parte del
ministerio, pidiendo el senar Olózaga la palabra, y amOnestando el
pr~sídente al orador para que no usara ciertas frases.


El señor Mendaz Vigo prosiguió su discurso atacando con dure-
za á Olózaga cuya conducta le parecia incomprensible, pues, siend.
embajador el París, habia venido á ponerse en el congreso al frente
de la oposicíon. No podía explicarse como un empleado del gobier-




DII. UL'l'IMO BORBOl'( DE ISPAKA. 11
ntt que tenia bastante responsabilidad por Jos sucesos que se habian
fraguado en Francia mientras éJ estaba a11f, venia á acusar 'por
ineptitud y descuido al gobierno del Regente.


No era muy fácil darse cuenta de estas situaciones ambiguas,
pero don 8alustiano Olózaga tenia ya por entonces muy bien gana-
da la fama de hábil y enltmdido.




CAPiTULO U.


SUMARIO.


1\Ialestar y agitacion en varias provincias.-Tentatira reaccionaria en Portugal.-Re-
lacion detallada de los sucesos de dicho reino.


1.


Reinaba bastan.te agitacion en todas las provincias.
En Bilbao se publicaba un peri~dico liberal titulado El Vi:caino


Originario.
Durante los acontecimientos de octubre, los redactores del perió-


dico liberal fueron perseguidos por los secuaces de Cristina, y tu ..
vieron que suspender su publicacion. Y cuando quisieron continuar-
la, cuando la atmósfera se despejó, habiendo abandonado aquel
Bobierno polftico don Pedro Laserna, la nueva autoridad de Vizca-
ya hizo suspender la marcha del Vizcaino Originario porque el
editor no reunia las circunstancias exigidas por la ley.


Hay que advertir que como el sistema tributario de las Provin-
cias diferia mucho del sistema .de impuestos que regia en el país,
las cualidades de electores y jurados se computaban por la canti-
dad que pagaban de alquiler de casa. Y en este concepto se había
interpretado tambien la ley, respecto al puesto de editor responsa-
ble. Los redaotores del periódico acudieron al Ayun'amiento, y este




DEL DLTfIlO BORBON DE ESPAÑA. 13
al Gobernador, reclamando contra el incalificable secuestro que de
Jos números hizo sin previo aviso. ~


Este ataque á la libertad de imprenta' era tambien á la propiedad,
puesto que se apoderaba de! número impreso ocasionando perjui-
cios incalculables.


11.


En Barcelona no dejaba de notarse alguna agitacion COD ocasion
de la disolucion de la sociedad de obreros, y varias poblaciones
babiuo representado, mientras que la prensa defendia el derecho de
asociacion torpemente violado.


En el senado, Slil ocupaban despues~de haber discutido el mensaje
de concluir el reglamento orgá~ico que ocupaba muchas sesiones y
no adolecia por cierto de un sentido muy liberal.


Bien es cierto que el senado constituido con elementos de las an- .
teriores legislaturas y escogido con severidad, no se hallaba en
consonancia con el otro cuerpo colegislador.


Aquella situacion que se habia constituido despues de un movi-
miento eminentemente revolueionario en su arranque y en Si!. con-
secuencia, puesto que habia ensenado á la muItitúd cémo pueden
ser arrojados de su palacio aquellos que nacieron hijos de reyes, J
cómo se elevan hasta las gradas de esa institucion, que algunos su-
pttfsticiosos quieren hacer radicar en la divinidad, aquellos que na-
cieron plebeyos; aquella sÍtl1acion, decimos, era eminentemente ex-
trana y formaba una especie de transaccion vergonzosa entre Jo
pasado y las tendencias del porvenir.


Pudiendo y debiendo haberse organizado el partido progresista
con el propósito de desenvolver las teorias democráticas mantenien-
do firme y sin quebrantamiento el principio de la soberanía nacio-
nal, se babia engulfado en el camino de la reacciono


No podia descubrirse ya si era el mismo gobierno de Cristina que
hubiera renunciado á su sistema de mantener alejado de las regia-
nes oficiales al partido progresista.


TOMO 11.




u, BliTORIA DEL REINADO


111.


La reaccion no dormía y se hallaba dispuesta á concluir con las
libertades de los pueblos.


En Portugal se inició el !9 de enero un movimiento que puso en
peligro al gQbierno y amenazaba al propio tiempo nuestras insti-
tuciones.


Costa Cabral '1ue no quería reconocer tampoco la soberanía po-
pillar venia conspiralldo hacia mucho tiempe; y en ese dia se lan-
zaron en Oporto algunos batallones proclamando la carta otorgada
por don Pedro, y pretendiendo derribar la CODstitucion que el pue-
blo habia formulado.


Parle int-egrante'do la península de Lusitanía como en Espaiia,
los esfuerzos de la rea~cion tendriañ á cercenar los derechos popu-
lares.


Aquel movimi~mto cOirespoodia perfectamente al que babia pocos
meses antes abortado en las provincias Va~'congadas.
~ra un eco tic restauraeion que se intentaba por los que se lla-


Blaban liberales; era un juego en que se engal'iaban á si mismos los
teaccif)oarios suplantándose unos á otros por medio de' la hipocre-
sía de las traicionl's. ~


Si alguno podia permanecer en el trono cuando este fuera el sím-
bolo del despstismo y de la inmoralidad, no eran Maria de la Glo-
ria ni Isabel, que habian sido sostenidas con esfuerzo, y á costa de
gtaodes sacrifi~ios por el partido liberal.


Y era ingratitud que no tiene nombre, que no merece perdon que
una vez instalados ba;o el solío permitieran hacer de su nombre el
pregtama {:H:\ra levanta,' la tiranía y volver á los tiempos ominosos
00 la oscuridad y de la ignorancia.


Crist¡na, como d(lfía MctrL, Je la Gloria, -adelantaban á los cons-
piradores.


Cristina habi~ gastado eUGrmes ~umas y seguia manteniendo una
plana mayor y cuadros de su ejército para dar mas adelante un
golpe atrevido cuando las circuDs~ancias lo permitiesen.




DEL ÚLTIMO BORBON DI ESPAÑA. 15


IV.


La tentativa de Costa Cabral atacaba las illstituciones liberales,
era ó pretendia ser UDll restauracion.


En España llamó mucho la atencion aquel atrevido goipede Es-
tado que 'se iniciaba de una manera que venia á indicar que los sue-
nos de los absolutistas y sus continuados trabajos iban minando la
firmeza de algunos qlle se llamaban liberales hasta el punto de ha:"
cer ternlble \a invasion del ultra-montanismo.


La aft'ncion pública se fijó mucho en aquel movimiento y los
periódicos tomaron acta de los sucesos.


He aquí cómo los referia una correspondencia digna de crédito
que uno de nuestros amigos conserva:


«El 27 á las nueve de la mañana, con toda la solbmoidaa por
un ministro de la corona portuguesa fué proclamada la proscrita
carta de 1826, con anuencia de las autoridades civiles, militares y
municipales.


DLa conspiradora camarilla esperaba este gran acontecimiento
as! que llegase Costa Cabral á Oporto; pero como este retardase la
ejecucion del plan, los cobardes cODspiradore~ de Lisboa, el 26 por
la mariana, le avisaron para que se retirase á esta capital á con-
tinuar en el ejércicio de su ministerio, ya desesperanzado del buen
.éxito; 'pero aquel ene'gúmeno,ardieodo en de¡eos de ejecutar las
órdenes de sus amos, trabajaba incesantemente con los jefes mili-
tares de aquella ciudad y con Jos de las vecinas para que cuanto a8·
tes reventase el plan, y al fin estalló la revuelta milita!', capitanea-
da por un ministro favorito de la camarilla, sin que la mayoría de
la populosa ciudad de Oporto tomase parte alguoa en tan inaudita
revuelta, hecha de real órden reservada, por mas que ahora pre-
tendan ocultar.


»En la noche del mismo dia !6 llegó )a noticia de Oporto que el
plan iba á ponerse en ejecucion infaliblemente, al páso que el es-
piritu público de Lisboa principiaba á manifestarse contra él: hasta
los cuerpos de esta guarnicion no estaban todos acordes en prestar
iU eooperacion á la revuelt!).: este estado de cosas, y acciones ines-
peradas, y la desaprobacion de muchos diputados y generales, con
lo que la c&marilla no contaba, puso á los ministros en )a mas di-




16 HISTORIA DIL RIIICADO
(fcil posicion·,y el !'7 se vieron obligados á publicar el decreto de
dimision de su colega Costa Cabra!' Esta dimisioD ha sido dada tan
contra la voluntad de( partidú dominante, que en el decreto nada se
ve que pu~da menoscabar'la conducta de UD traidor que intentaba
trastornar el Órden de cosas que rigen legalmente este pais, y que


. iba á acabar éon la conslitucion del Estado: solo en él se ve una
discusion escrita con la pluma de un solo colega, que se vió Corzado
á dar aquel paso contrario á su conviccion, y á lo que él siempre
babia hecho contra esta institucion que alevosamente es el que fin-
ge abora sustentar y que hace poco habia disuelto el A.yuntamiento
de Oporto para que fuese nombrado el actual, á fin de hacer la fe-
churia que acaba de practicar .


.,Cuando el 28 ya no po1ian los ministros ocultar lo acaecido en
Oporto, apareció una proclarnR firmada por la reina con Cecba del


. 1'7 declarándose contra el nuevo juramento de la carta hecho por
el hijo mas predilecto de la carnaril1a; el que la habia proclamado
en Oporto de órden de la misma, ¡Pero qué proclama! Recomiendo
á ustedes su lec!ura para que vean como Jos ministros se sirven del
n.ombre de S. M_ F. cuando las cosas no corren á su gusto, si bien
que estamos ciertos que aquellos soc los puros sentimientos dal
magnánimo corazon de la Reina de Portugal, al paso que tenemos
ia cODviccion de que son el-de aquellos que la han hecho. A.quella
proclama está escrita con )a mas refinada bipocresía: si Costa Ca-
bral y consortes van adelante con su empresa, otra proclama harán
firmar en la que se diga que por bien del pail '!/ del pueblo, y para
condescender al fin con la llamada mayor{a de la nacion etc, revoea
aquella '!/ se adopta Id carta de 26, !J si no vence la revuelta, será
aparentemente sacrificado Costa Cabra], porque alli está y,a de ante-
mano en la misma proclama el perdon mas amplio, asi C0ll10 la in-
dicacion para alterar la Constitucion; si Costa Cabral no acaba con
ella.


»Por todo el contenido de este papel, se ve pues que Jos ministros
bacQn ahora lo que no pUf~den dejar de hacer, pero que son conni-
ventes con los conspiradores, y que la reina está en una perfecta
coaccion con este ministerio retrógrado por conveniencia, como ten-
go constantemente dicho en mi correspondencia. _


»Los ministros retrocedieron delante de su misma obra, encorf-
trandoobstáculos políticos que no veian, y sucumbieron por un
momento, acordándose sin duda que ibao á hacer correr á la Reina




DEL ftTtHO BOBBON DE ISPAÑA. 17
la misma suerte de Carlos X, de dOR Miguel ó de Cristina.


»Tanto la dimision de Costa Cabral como la proclama que ban he·
cllo firmar á la Reina, todo esto no es otra Cosa que diferir el plan,
para hacerse por otro estilo, lo mismo que este Costa Cabral hizo,
pero de otro modo y fórmula, álo que le llamarán legal, porque el
taso es: t: acabar con la Constitucion: 2. 0 pOller á Portugal en
estado de que abiertament. pueda hostilizar la Espalia cuando vaya
madurando otro plan que se trába.ia en Espalla y fuera de Espalla •


• Fernando VII con ministros estúpidos y ambiciosos preparó el día
1 de julio de 1821, él hizo reventar la revolucion; pero como ella
se malograse por el denodado valor de la milicia nacional de Ma-
drid y de una gran parte de la guarnicion, de las ventanas de su
cuarto, con la mayor sangre fria é indiferencia, vió caer bajo los
tiros del carion'y de las bayonetas de las tropas leales, á aquellos
mismos que pocas horas antes al sonido de su voz obf)d~cif\ron y
con valor habian atacado la plaza mayor en todas direcciones para
restablecer el absolutismo. '


.La caida de Costa Cabral y de los suyos, si no surte efecto la re-
vuelta de Oporto, será momentánea, pues que á iItitaríoli de lo que
hizo Fernando VII que mas tl\rde premió generosamente á todos
aquellos que escaparon de la traidora jornada del 7 de julio; lo mis·
me harán con aquel Costa Cabral y los suyos, porque allá e8tá es:'"
crito en la proclama de la reina la modificacion de la CQDstitucion,
y por consiguiente el premio y gaiardon á los que aclamaron en
Oporto el dia '1 la extranjera carta de 1826 .


.. El seflorSan Miguel boy ministro de la Guerra, que eo 18~2 lo
era de Estado, dió el resultado de la jornada del 7 de julio, y vió
que á pesar de su patriotismo los medios empleados por la diplo-
macia lo envolvieron y se logró lo que no pudo conseguir con las
bayonetas, En Madrid y en Lisboa existen sugetos que fingen ser'
amigos de las instituciones liberales, pero que consienten que otros
las minen por diferentes modos en la peni usuta, pues que la polí-
tica europea contra la libertad es hoy 13 misma que era en 1829,
aunque son otros los medios que se empleall para destruirlá.
~Diputados y senadores se reunieron ayer en casa de Jos respecti-


vos presidentes de las dos cámaras, y acordaron representar .á la
reina para dar mas fuerza al miserable ministerio que finge susten-
tar la cnnstitucion de 1838, esto es, para darle la muerte mas le- .
gal segun ellos dicen.




18 IUTOBU na all1Wlll
»No ha podido .60&800 maravilar ·como ayer el clwtue de Pal-


mela en la rennion de senadore~ fingia pretender suSl&entar la con~­
titucion de 1838, decfarando con todo que de.hel'ia ser reformada,
(ya se sabe, con procederes hereditarios).


»Los grandes de Por'tugaidete5lan 1& constitucMtn; pero ahora IW
quieren recibir t'Labs'Olutismo de las mMOS de un plebeyo come lo
es Costa Cabra), porque su org:t¡llo no les permite aeéptaru. de
aquellas manos cuando en 1836 y 37 no lo pudieron cODsegtlir ..
espadas de los mariscales.


»ContinulHldo el ministerio wiripócrita marc~,con la que pre-
tenden encubrir su conducta ecba.'Ildo sobre aquel Costa CaMal la
obra que es de todos ellos, ha publieado en el diario de hoy la di-
mision del jefe político de Oporto (bien entendido, no motivada, y
una circular del famoso absolutista conde de- Villareal al ejército.»


o.Con profusion circuló la siguiente proclama:
«Portugueses: Hay quien pretende desviaros invocando falsamen"


te mi nombre para arrastraros á movimientos sediciosos que eon el
despreeio de las leyes y -la vi61acion absoluta de la conslitucion por
mí jurada, traen con la instabilidad de la ley fundamental el mas
inminente riesgo al trono y á las libertade~ públicas.
. »Portugueses, vuestra prosperidad es el objeto de todos mis des-
velos, y la libertad legal yo la respeto como la mayor garantia de
mi eorona; mas ni esa libertad ni la corona pueden subsistir ni ta
independencia nacional sostenerse empleando medios revolueio ..
narios para alterar, sin necesidad ni utilidad, instituciones que pu~ ..
den ser legalmente alteradas cuando así convenga.


»Portugueses, tengo oonfianza en vuestra lealtad y en el arect'8
que profesais á mi persona.iEscuehad la voz de vuestra Reina. LQf
cuerpos militares que han tomado parte en estos sucesos dehen
desde luego regresar á sus cuarteles. Yo perdono á todos sus indi-
.viduos y á cualquiera otros que se hayan separado por un momen-
táneo desvio del cumplimiento de sus deberes.


»Palacio de las Necesidades á !7 de enero de 18i!.-La Reina .•


v.


Los diputados dirigeron á dolia María de la Gloria UD mensaje
concebido en los términos que verá el lector.


"




DIL ULTIIIO BORBON DI ESPAÑA.. 19
«Señora.-Los infrascritos, diputados de la nacion plJrtuguesa á


quienes por este concepto incumbe mas particylarmente el velar por
la observancia de la Constitucion de la monarqufa, no podrán guar-
dar silencio en medio de la ansiedad que á todos han causado las
criminales tentativas de una reaccion que han de aniquilarla. Y co-
nociendo Ja maquin8cion para destruir el pacto, que todos pensamos
compromete gravemente la corona y las libertades del pais, y ame-
naza su independencia politica; resolvieron elevar á" presencia de
V. M. y manifestar á la nacion Jos sentimientos de que todos se
hallan animadas por la Constitucion de 1838.


-Los abajo firmados confian y esperan en V. M. y estál1' ciertos de
que V. M. no perdonará medio para conseguir que se mantengan
la Constitucion y el órden legal, para que renazcan la concordia y
la paz que hoy son las primeras necesidades del pais y el voto de
todos los portugueses.
~Dios guarde la preciosa vida de V. M. Lisboa 28 de enero


da "8i!.»
Éstos sucesos, producto de un plan altamente reaccionario fra-


guado en los palacios, puesto en ejecucion por ministros y genera-
les que s~ llamaban adictos á la Constitucion , que la habian jurado,
indicaban perfectamente lo que una y otra vez hemos repetirlo Jo
que se baila al alcance de todos: que los reyes son constanter1ente
uoos m~.íe8 en poder de las camarilla3 y oligarquías que los ro-
dean,. y que bay permao.ente '.D peligro para las. libertades de Jos
pueblos mientras existe la monarquia, cualesqmera que sean las
preeauGÍ9Des de que se rodee, oualquiera que sean las intenciones
y garantías (ftle ea la Cen6titucien se establezean.


y si el poder real quedase "n anulado que le Juera imposible
ateo,lar contra Jos derechos Y' soberafa de la nacion; si no ha de
sel\'ir ,parIL oontllapeso á lo que lIamlUl excesos de la revolucio!l,
¿(fUá objeto pueden tener ros que sostienen una monarquía irrisoria
por mero lujo, y qué fin han de proponerse los 'ine se resignan á
ocupar un pllesto dOlde representan un papel degradante yenvi-leei_'




CAPITULO ttt


SUMARIO •


.como iba creciendo la hostilidad al gobierno del Regente.->Cambio d. ministerio ea
Portugal en sentido reaccionario .. -Precaria situacioD económica de España.-
Planes carlistas y cristinos.


L


La cortes proseguian entre taoto la di.8usi8n del mensaje que ha-
cía presentar en relieve el espiritu constitucional de la situacion en
que la Regencia se babia colocado.


Discutiendo muchas enmiendas eran numerosos los discursos; y se
demostraba la gran divergencia que habia al juzgar ciertos hechos
cuya igualdad estaba por todos reconocida.


En UDa enmienda del senor Posada Herrera, manifestaba el con-
greso que habia visto con sentimiento que se adoptasen medidas
excepcionales, y que esperaba que no volveria á reprodueirse ese
hecho. .


y Olózaga, en la misma sesion decia: «El abuso de )a pena de
muerte ha hecho crecer el número de los-asesinatos; la imitacion
es terrible. No se dé por el gobierno ejemplo de infringir la Cons-
tituclon y será respetada de todos.»·


Los ministeriales hablaba. de coalicion contra el ministerio, y
Arstiel1es hubo de sufrir por su consecuenoia en la amistad que al
Regente profesaba.




DIL tlLTIHO BORBON DB ESPAÑA. tI
Prim, Serrano, AJmonacid, Mata y Domenech, manifestaron


abiertamente y en diversas cuestiones y fases hostilidad al gobier-
no, que conservaba apenas algunos amigos y debía pensar en su
próxima derrota.


No sabia nadie hacer la defensa de un gabinete que debia respe-
tar la Constitucion y los principios liberales, porque habia procla-
maoo el respeto á las leyes y habia pedido el castigo de los infrac-
tores.


11.


En Portugal despues de muchas vacilaciones habian venido los
sucesos á confirmar el juicio,de que la Reina era cómplice en aquel
movimiento.


Algunos grupos que recorrieron la, poblacion de Lisboa cuando
se habia fomentado la rebelion adhiriéndose algunos batallones á la
rebelion de Oporto, se dirigieron en 9 de febrero al Ayuntamiento
que pidió á ]a Reina que se conformase con el deseo da Costa Ca-
bral.


La Reina que habia hecho pública maoifestacion de que desapro-
vaba la conducta da los que lomaban su nombre para proclamar el,
absolutismo; que habia nombrado un ministerio liberal que no pude
,mantenerse sino dos dias, viendo minado el terreno por los agentes
facciosos; la Reina dió al presentarse los que hablaban en nombre
del pueblo el siguiente decreto: .


«Con vista del informe de mi consejo de ministros, y convencida
de que es ya Begado el momento de proveer á la salvacion pública"
he tenido á bien declarar que se haUa en vigor la carta constitucio-
nal de 18!6; Y conforme á la misma ordeno que se reunan lascor-
tes extraordinarias el dia 10 de junio del corriente ano; debiendo
los diputados electos para las mismas venir autorizadós con los mas
amplios poderes. Palacio de las Necesidades 10 de febrero de lSI!.
-La Reina.-EI duque de Tereeira.-Luis de Silva Moncinbo de AI-
burquerque.-José Jorge Loureiro.»


TOMO ••




~


BIITOal! DEL aIINA.DO


111.


Cambióse, el ministerio entrando los seftoresduque de Terceira,
AJburquerque y Loureiro;} la reina firmó sin empacho el decreto
de su nombramiento, y el documento que hemos copiado mas arri-
ba, cuando tres dias antes habia firmado la siguiente proclama:


«Portugueses: Gozaba est43 reino de la mas completa tranquili-
dad; el gobierno era obedecido y sostenido el ministerio por una con-
sil}erable mayoría en ambas cámaras legislativas. En tales circuns-
tancias, un vértigo fatal perturba el órden público, levanta el peo-
don de desobediencia á las leyes y á las autoridades constituidas, y
para decirlo de una vez, conduce al país al inminente riesgo de una
guerra civil.


»Reconozco los sentimientos que diri(en á muchos de mis súbdi-
tos en esta sublevacion: el deseo de vengar la ml:'moria de mi au-
gusto padre, que suponen ofendida por la revolncion que abolió la
carta constitucional, pudiera ser un sentimiento generoso para cuya
realizaeion hay medios legitimos; mas nunca debia conducir á la cri-
minal imprudencia de establecer esto que llaman contrarevolucion,
que de hecho es una tentativa tumultuaria y violenta para derribar
la ConstitocioD del Estado, por mí y por la nacion aceptada y jurada,
y reconocida por todas las potencias extranjeras .


• Portugueses: mi augusto padre, por cuyarnemoria nadie mas
que yo puede ni debe interesarse, recusaría hoy, si resucitase, aten-
der á los votos que le fuésen presentados con el acompal'iamiento
ilegal de una fuerza armada; mostraria la misma firmeza que supo
mostrar en circunstancias iguales en una época marcada de su vida.


»Portugueses: creed la voz de vuestra reina: esa revolucion no
provocada, cualesquiera que sean las ilusiones de los que actual-
mente la promueven, traeria sin remedio en pos de si una nueva se-
rie de reacciones, cuando solo necesitamos de concordia para cica-
trizar las llagas que aun nos quedan de resultas de tantas conmo-
ciones políticas .


• Como reina de la nacion portugues3, siempre &.tenderé cual debo
á los votos ele la mayoría de mis súbditos, presentados en legal for-
ma; pero jamás accederé á las exigencias excesivas de ningun par-
tido, Di podré mirar como expresion de aquellos votos los que ten-




DIL ULTIMO BORBON DI EsPAÑA.
gan origen en el desórden y sean sustentados por la Cuerza, ni re-
putar por verdaderos amigos del trono, á los que de tal modo pre':
tendeo dictarles la ley.


»Por tanto, resuelta firmemente á sostener la dignidad de mi co-
rona, resistiré con invariable resolucion cualesquiera pretensiones
que alteren Ó que puedan comprometer el órden legal.


»Palacio de las Necesidades 7 de febrero de 18ii.-LaReioa.
\


-El duque de Palmela.»


IV.
-


La obra de la iüiquidad y de la perfidia quedó triunfante.
Dofta María de la Gloria se propuso hacer lo que Fernando VII en


7 de julio. ..
Todos violentan la voluntad de bs monarcas; todos les obligan


á ejecutar actos que reprueban, y ee el contradictorio modo de obrar .
. pudiera difícilmente aclararse lo que hay de cierto y positivo en su
conducta, cuando esta satisface el deseo que les anima.


Como no se viese patente ei interés que les guia, nadie al escu-
char sus protestas se atreveria á acusarles, tanta es la hipocresía
que muestran.


El gobierno español se vió obligado á tomar med.idas para con-
jurar la tormenta evitando que Sd propagase á España la epidemia
de la reaccion.


Porque Jos conspiradores habían hecho causa comun y las fron-
teras estaban abiertas á los agentes carlistas y cristinos, ya que en
Portugal como en Francia tenían los gobiernos interés en proteger
la caida de Espartero y la restauracion de Cristina.


Esta habia logrado la aquiescencia de don Carlos, casi su con-
curso, y muchos jefes y oficiales carlistas se preparaban como en oc-
tubre á aprovechar uoa ocasion para lanzarse al combate en defen-
sa de la misma persona á quieo habian combatido durante siete años.


Por una de esas extrañas coincidencias la opinion se habia agita-
do, como hemos dicho, en muchos puntos, y el partid~ republicano
se hallaba altamente herido y no se perdonaban calumnias para oca-
sionar su desprestigio.


Abdon Terradas, nombrado alcalde de Figueras, habia sido preso
porque DO quiso prestar el juramento de fidelidad á la monarquía; y




" DmRlA .EL amADo
el gobierno del Regente, desauforizado en el parlamento, no hallaba
inedios de establecer las prácticas de la libertad y se veia arrastrado
en la fatal pendiente de sus errores.


v.


El gobierno tomó desde luego disposiciones generales como la de
.' mandar tropas á la frontera portuguesa; mientras que se reclamaba


la movilizacion de la milicia que podia dar medio millon de comba-
tientes en caso necesario.


Pero todo lo que se meditaba venia á estrellarse ante la situacion
económica.


-El sistema de empréstitos tenia esquilmado al pais, y no daba
grandes productos al gobierno que se hacia impopular. Además co-
mo empeñaba las mejores rentas, la sal y el tabaco, se privaba de
grandes recursos.


Los empleados DO cobraban sus haberes, y para los movimieoto&
de tropas, era sin duda necesario que se hallase desembarazada la
administracion.


Queriendo fortalecer al gabinete que se desmoronaba, se celebra-
ron juntas de senadores y diputados, y en ellas se trató ampliamente
de la crisis política y económica para saber si convendria sostener al
gabinete ó dejarle expuesto á los tiros de la oposicion que ya podia
llamarse mayoria.


VI.


En el senado, que tuvo muchos dias de vacaciones, ocuparon al-
gunas sesiones los procedimientos que seguian contra el señor Cas-
troterreño. En esta discusion se dieron tan buena maña los que de-
fendian que estaba bien procesado, que el alto cuerpo colegislador
aprobó el dictámen de la comision, rechazó otra, y el senado que-
dó en un con1licto; volviendo despues de mucho titubear á emitirse
nuevo dictámen y dejando libre al señor Castroterrefto de toda in-
eulpacion.


Entre tanto proseguian las intrigas del carlismo, y Jos periódicos
extranjeros afirmaban que en la primavera iba á reproducirse el




DEL ILTIMO BORBON DI ESPAÑA.
movimiento de octubre, á pesar de que en una circular del ministro
da don Carlos se aconsejaba á sus soldados que no se prestasen á
manejos fundados en que él habia dado un consetimiento que por
ahora no extstt.


En Valencia hubo alguna agitacion entre Jos quintos de) provin-
cial y los soldados de Vergara. Murió un nacional, y esto produjo
serios disgustos y un estado de turbulencia que duró ocho dias.


Con ocasion de esto, el sefior Camacho, que ya se distinguia por
su carácter atrabiliario, publicó un bando altamente ofensivo y lle-
no de imprudentes amenazas.


En el parlamento inglés hubo una larga discusion en la que se
denunciaron Jos planes carlistas y cristinos.


En toda Europa bajo uno ú otro aspecto se comprendia la
importancia de ejercer en España influencia, y buscaban la impor-
tancia de cambiar á su gusto la marcha de Jos sucesos.


Por esto en Inglaterra se mostraban vigilantes, y denunciaban la
cODspiracion fraguada en las Tullerías y en Roma por los agentes
de la corrupcion que transigian con el c.arlismo y aceptaban indig-
nas transacciones.




CAP1TULO tV·


SUMARIO.


Recelos y temores del gobierno.-Crisis ministerial.-Como desconfiaba Esparterp d.
Jos verdaderos liberales.


1.


Grande era la actitud aparente para reorganizar la milicia desaten-
dida por los moderados que miraban con respeto al pueblo arma-
do y no muy atendida por los progresistas, que en el tiempo trans-
currido desde el pronunciamiento de setiembre, no hallaban bastante
para proceder al armamento, y habian disuelto la milicia nacional
en las provincias Vascongadas, desarmando en Barcelona y otros
puntos á los batallones que creian mas decididos.


El proyecto de movilizacion rué discutido con empeño pidiéndose
cincuenta mil hombres para este servicio, que no era por cierto e~­
caso el gobierno ,en preparativos, cuando debía haber tenido pre-
sente su descuido anterior y la actividad desplegada por el pueblo
y por los beneméritos nacionales.


Entonces todo eran plácemes, todo eran alabanzas, y aun llegó
á tanto el pavor por las noticias reeibidas que exageraban sin duda
el poder de la reaccioo, y la inminencia de un peligro, que por to-




DEL ULTIMO BORBON DE ESPA.ÑA. '1
dos los ministerios se daban órdenes favorables á la institucion po-
pular.


En Barcelona se dispuso el armamento de los batallones que ha-
bian sido disueltos á la entrada de Van-HaJen. Tambien el Ayunta-
miento de esta poblacion fué repuesto, y parecia que el gobierno
veja en lontananza la tempestad amenazadora segun se aprestaba al
-combate.


Pululaban ciertamente las gavillas en diferentes provincias, y
mnchos cabecillas de los que habian sostenido la lucha por don '
Carlos habian tomado las armas de nuevo.
[!ICompensábanse asf las vejaciones, los disgustos, el aumento de
impuestos y la exaccion de los descubiertos en que se hallaban al-
gunos pueblos desde muchos aftos atrás, pues por consecuencia de
la guerra se habian visto imposibilitados de atender á los gastos de
la nacion. En Solsona, Begó á reclamarse la contribucion desde el
allo 36, sin lener en cuenta que esta poblacion habia sostenido un
sitio permanente, ocupando los carlistas aquella poblacion durante
1res allos, y habiendo hecho desaparecer seiscientas casas por el in-
-cendiQ y el calioneo.


11.


Era pues gravfsimala situacion polftiéa y económica y debia ha·
llar el ministerio dificul tades insuperables.


Arrastróse, como bemos dicbo, basta el !8 de mayo, en que la
oposicion dió la batalla formal despues de haber hecho en UDa sé-
rie de cuestiones el proceso del ministerio.


Larga fué la crisis y difieil la organizacion del nuevo gabinete.
El serior Cortina habia sido encargado de dar el golpe de gracia


al ministerio; sosteniendo la proposicion en que daba el voto de cen-
sura, y ciertamente que con mucba mesura y comedimiento, pero
con profunda intencion y babilidad en un extensísimo discurso hizo
la historia completa del gabinete, enumerando sus principales aetos,
J fijándose en que el ministeri0 se babia comprometido á gobernar
eonM corles' renunciando á la faculf«d de disolverlas; asi es que
el mirft'Stro de Hacienda en cierta sesidb, al tratarse del presupuesto
de su departamento, tuvo necesidad de levantarse trece Vi3ces á com-
.batir lo que la comisioD proponía y que fué aprobado por el eongre-




18 mSTORIA DIL RBINADO
so. El ministro habia dicho que no podía gohernarse de aquella ma-
nera.


y decia el serior Cortina: 6Cómo puede continuar al frente de la
administracion del Estado un gobierno que cree que se le oponen
obstáculos que impiden gobernar1


Hablando luego de los acontecimientos de octubre, el senor Cor-
tina dijo que él no babia podido hablar de aquellos sucesos cuando
tan ampliamente se habia acriminado al gobierno en ]a asamblea,
porque hallándose de jefe de día y á las órdenes del gobierno, su
delicadeza no le permitió decir nada; pero que su opinion era que
cualquiera sea el gobierno que arrostre un acontecimiento de tal
magnitud, queda quebrantado y no puede seguir gobernsndoaun
cuando salga vencedor.


111.


Tocó tambien Cortina la euestion de los estados de sitio. A.quí
manifestó su opinion de que ante todo era hombre de órden, y que
si habia combatido los estad()s de sitio, era porque los creia un vi-
lipendio del partido progresista.
. Como muestra de la debilidad del ministerio citó el hecho de ha-
ber votado los ministros una proposicion en que se excitaba al go-
bierno á que cumpliera con una ley;.y otra en que se declaraba que
no habia lugar á votar en un asunto que el· qlismo gobierno babia
presentado al congreso. Este asunto era que el gobierno babia pe-
dido permiso para procesar á Patricio Olavarría.


«Llego al punto principal, decia el señor Cortina, al mas impor-
tante, ~l que tiene mas fuerza y vigor entre los que S6 han pre-
sentado á los diputados de la nacion para que aprueben la propo-
sicion (Iue se discute. Hablo de los contratos. No recordaré las
veces que nos hemos levantado en este sitio para condenar seme-
Jante sistema de gobierno. No hablaré de la responsabilidad en
que el gobierno haya ,incurrido autorizando ]0 mismo q~e hemos
condenado; pero si diré que en otro programa se nos manifestó
tambien la resolucion importante de no hacer contratos secre-
tamente. Hay mas: se dijo del modo mas explícito que los con-
tratos que tuvieran que bacerse se harían en pública subasta.
,Y ha cumplido el gobierno con esta eondieion que él mismo se




DIL ULTIMO ~ORRON DI ESPAÑA. it
impuso? ¿Se ha respetado este principio de moralidad, ese compro-
miso que el gobierno contrajo~ Los seíiores diputados saben muy
bien el grande número á que llega el de los contratos hechos secre-
tamelJte, sabe que ascienden á 65, Y además de los contratos he-
chos secretamente, sin la debida publicidad, sin la subasta pública
segun se tenia prometido, hay algunos en los cuales se ha estipu-
lado expresamente que habian de quedar reservados por cierto tiem-
po. Así es, senores, que no solo se ha faltado á la publicidad en el
acto de hacer los contratos, sino que se ha estipulado en ellos que
debian de ser secretos por un tiempo determinado. ¿Y podremos
nosotros autorizar semejante cosa~ ¿Podremos sostener á un gobierno
que ha incurrido, aunque con buena fe, en contradicciones de esta
especie y faltas de semejante tamaíio? Perú ya se ve, era preciso obrar
así; no habia otro camino para llevar á cabo ciertos pensamientos. Si
hubiera habido la debida publicidad; si se hubiera cumplido por el
gobierno lo mismo que prometió, ¿se hubieran hecho las cosas que
se han hecho? ¿Se hubieran hecho los pagos que se han hecho fuera
del presupuesto? ¿Se habria incurrido en eso que no calificaré, á
qUQ DO daré nombre, y á que se ha llamado aquí excentralizacíon?
Seguramente que no, porque la publicidad hubiera rechazado esas
operaciones, que no podemos menos de condenar por injustas, por
ilegales, y porque han producido consecuencias de muchísimo ta-
maño, las cuales no podremos menos de llorar algun día por ne-
cesidad.


IV.


Despues de este gravísimo cargo, el seíior Cortina pasando por
fltros argumentos, exclamaba:


o Pero se dice~ eso no podrá conseguirse; eso no es realizable de
manera alguna, porque dado. caso que la proposicion se apruebe.
que triunfen los que la sostienen, es imposible que se organice un
gobierno que pueda llevar á cabo un pensamiento fuerte que aleja
Jos obstáculos que querernos evitar. El seíior Lujan hoy, esforzando
con su acostumbrada destreza este cargo, nos ha dicho: «¿Cómo e,s
posible que diputados que están por la libertad de comercio mar-
chen de acuerdo con otros diputados que piensan de distinta manera'
"Cómo es posible que hombres que piensan de distinto modo en la ad-


TIlMO 11. 5




30 HISTORIA DEL REINADO
ministracion se amalgamen y tengan un pensamiento unánime que
llevar adelante? Yo voy á contestar á esto brevemente. Los diputa-
dos que aquÍ nos sentamos, y que estamos por la libertad de comer-
cio, yo uno de ellos, estamos tambien porque los intereses de las
provincias que representamos se concilien hasta donde sea posible
con los de otras, porque si somos diputados por Andalucía, lo somos
de la nacion espanola, su prosperidad nos interesa á todos, y yo
estoy dispuesto á sostener con mi débil voz que esa cuestion se de-
cida de UD modo racional y conforme á los intereses de todos; ya ve
S. S. que es posible que nos entendamos. Yo no temo decir que los
seriores diputados que piensan de un modo diverso estarán tambien
dispuestos á hacer algun sacrificio por su parte, porque no de otro
modo darian una prueba iDsigne de que son dignos representantes
del pais.


»Verdad es, senores, tambien que estamos aqui hombres que te-
nemos diversas opiniones; ¿pero el senor Lujan se atreverá á de-
cirnos, que entre todos los que han votado con S. S. hay homoge-
neidad de opiniones? ¿Se atreverá el sefior Lujan á asegurar que to-
dos piensan como piensa S. Sj Diputado hay allí que no hace muo
ehos dias sabemos todos opinaba por reformar la Constitucion, por
quitar el veto y otras cosas: sin embargo vota con S. S.; sin embar-
'So ha formado parte de la mayoría hasta ahora, y yo no creo que
el senor Lujan piense de esa manera, porque S. S. sé que está dis-
puesto á sostener á todo trance la cOilstitucion del Estado, á defen-
derla y ponerla á cubierto de todo ataque; sin embargo esa persona
ha formado parte, y bien esencial por cierto, de la mayorfa. En esto
verá el selior Lujan como es posible que los hombres que estamos
aquí, y que no deferimos quizá tanto, nos entendamos .•


V.


La sesion habia sido larga; tenaces unos y otros defendieron el
terreno palmo á palmo, y el gabinete queriendo ganar algunas ho-
ras, hizo proponer que se suspendiese la sesion que terminó á las
cuatro de la madrugada, por haber acordado la mayoría que con-
tinuase la sesion.


Al dia siguiente despues de un consejo de ministros en qúe don
Antonio Gonzalez propuso la disolucion de las cortes que fué recha-




DEL lILTDlO BORBON DE ESPAÑA. 81
zada por San Miguel, se presentó al Regente la dimision que fué
artmitida, aunque con sentimiento.


Olózaga visitó el mismo dia á Espartero, y despues de conferen-
ciar algunas horas se presentó en la tertulia que daba el Regente,
como todos los domingos.


Tambien se creyó, en los primeros momentos, que Cortina es-
taba encargado de 1& formacion de un nuevo ministerio.


En los siguientes dias f~leron consultados los presidentes de am-
bas cámaras, y todo el mundo pudo convencerse de que la crisis se·
ria laboriosa, porque el Regente no se daba mucha traza al buscar
en la mayoria que habia derribado al gabinete los que pudiesen re-
emplazarle.


Estn dió ocasion para que se hablase de la desunion de los ochen-
ta y cinco que votaron la proposicion de censura.


BabJábase de Ferrer, Rodil, Sancho, AguiJar y La-Rua intendente
de la Babana.


Se decia que Jos diputados catalanes, lo que dió ocasion á don
P~dro Mata para publicar un comunicado, se habian arrepentido de
su voto.


VI.


En 1a milicia nacional quiso tambien introducirse ]a division, y
los reaccionarios aprovechaban todas estas circunstancias para re-
petir su acostumbrarla fórmula, de que la anarquía y los motines
eran la única fllTma de gobierno que conocian los progresistas.


Pero las prácticas parlamentarias parece que causan repugnan-
cia en las altas regiones, y el Regente no parecia muy di "puesto á
nt.enerse á la opinion de la mayoría, ni á sufrir imposiciones.


La mayoría se reunió el 3 de junio para mostrar que formaban
un cuerpo compacto, si bien nadie tenia la pretension de sostener
que opinasen en todas las cuestiones y deta]Jes del mismo modo.


y aquellos ochenta y cinco diputados recibieron algun refuerzo
en esa reunion.


Al siguiente dia Jlegó el general Rodil que parecia destinado á
tomar la direccion del nuevo gabinete, y conferenció con diferentes
personas llamando al seftor Cantero y algunos otros.




3! mSToBIA DIoL REINADO
Cada dia aumentaban las dificultades para formar un ministerio


que pudiera hacer frente á lo critico de la situacion.
y cada dia el Regente parecia mas dispuesto á prescindir del apo·


yo de la opioion y de las cortes en esto de formar un gabinete.
Rspartero que jamás habia asociado por completo su vida íntima


á la vida de un partido, que por coincidir Jos intereses de un gran
número de sus amigos se habia decidido, y creemos que á disgusto,
á representar el papel de hombre poHtico desde el convenio de Ver-
gara; Espartero tenia y con fundamento gran desconfianza de las
personalidades importantes del partido que se llamaba revoluciona-
rio, pe~ se entregaba crédulo y confiado á los consejos de otras 00
menos funestas á la causa de la libertad.


VII.


El día 6 de junio se leyó con asombro, en la Gaceta, la sig!liente
circular:


.Los enemigos de la Constitucion y de las leyes se agitan por va-
rias partes para realizar sus planes de desorganizacion y de anar-
quía, Vencidos siempre se han alzado contra la ley fun~amental de
la mooarqufa y contra el órden público, quieren hoy probar nueva
fortuna aparentando ideas exageradas, y tratando á su sombra ~de
destruir los poderes del Estado, y hollar la Constitucion que la na-
oion se diera. Descansando ~. A. el Regente del rein9 en la volun-
tad firms de la inmensa mayorfa de los espafioles, en la decísion de
la Milicia nacional, en la lealtad del ejército, no teme por las insti-
tuciones; pero siente las desgracias que los perturbadores delórden
público harán recaer sobre sus cabezas. La Constitucion de 181!
es su grito: con recuerdo tan glorioso quieren destruir la unidad de
la regencia, y señalan como término de sus tareas el establecimiento
de repúblicas federales.


J) El gobierno conoce los medios de que se valen, sabe los nom-
bres de los conspiradores, sigue de cerca sus pasos, y tiene toda la
energia, toda la voluntad,- toda la fuerza necesaria para confundir-
los y anrmadarlos. A. las autoridades corresponde secundar la aCCWD
del gobierno; la que no se crea con el temple de alma necesario
para combatir de frente, no es digna de su puesto; su pundonor y
su probidad le aconsejan que entre la firmeza para sostener las le-




DEL ÚLTIMO BORBON DI ISPAftA. 33
yes y la renuncia no hay médio. No duda S. A. que esta será la con - ,
ducta que seguirán todos los funcionarios públicos, y que nada omi-
tirán de cuanto crean conveniente para reprimir las tentativas de
Jos criminales.


-De órden de S. A. lo comunico á V. S. para su conocimiento,
encargándole que redoble la vigilancia, que dé parte todos los cor-
reos del estado del espiritu público y de los medios de que se val-
gan los discolos para extraviarlo; y que proponga cualquiera medio
da que estime conveniente á evitar nuevos trastornos, adoptando
dude luego las que estén en el circulo de sus atribuciones. Dios
guarde á V. S. muchos alios. Madrid 4 de junio de 18~i2.-1nfan,
te.-Señor jefe polftico de ... »




CAPITULO V.


SUMARIO.


Espartero, débil con los reaccionarios t y fuerte con los liberales.-Extraña circular ,-
La Diputacion de Barcelona.--Supuesta conspiracion de Burgos.


I. .


¿Qué significaba esa aberracion tan extrafta, esa credulidad en el
Regente y en los hombres que le rodeaban siempre que se trataba
de calumniar á los amigos del pueblo?


¿Cómo aquel ministerio sin vida ya se mostraba tan enérgiclJ, tan
activo y vigilante cuando algunos meses hacia permaneció en la mas
estúpida inaccion ante los conspiradores carlistas que le asediaban
por todas partes~


¿Cómo aquella situacion habia visto hacinarse los combustibles que
debian producir el incendio de Pamplona, las Provincias, Zaragoza
y Madrid sm conmoverse, y abora por una simple sospecha, por
una delacion imprudente tomaba una actitud tan resuelta, y habla-
ba de conocer á los conspiradores y de que caeria inexorable sobre
ellos el peso de la ley~


,No se revelaba bien que para el gobierno de Espartero era mas
temible el sentimiento revolucionario que la deforme y monstruosa
coalicion de los cristino-carlistasY




DEL ULTIMO BO:RBON DB ISPA.ÑÁ. 85
Ante los traidores, ante los renegados, ante los bombres que re-


presentaban el oscurantismo podia el gobierno de Espartero mos-
trarse débi); pero ante los hombres que marchaban á la libertad,
pero ante los que proclamaban y defendian los derechos del pueblo,
Espartero debia manifestar desconfianza.


Esto era lógico, esto era seguir las tradiciones de los bombres
que se hao llamado liberales y que se ban asustado siempre de la
libertad.


n.


Los órganos del ministerio caido publicaron con mucbo énfasis el
e1.trafto documento que insertamos:


Úllima Circular del Centro directivo.-«La Constitucion del afio 1!
es la mas conforme con los principios re.publicanos, y con unas cor-
tes eminentemente demócratas puede hacer la felicidad de este des-
graciado pais. Es una ensería arrojada en el congreso constituyente
de 1839 por un digno diputado que tenemos el bonor de contar en-
tre nuestros amigos; y cuya ensefia debe levantar el pueblo espa-
liol en prueba de que no sufre se le amengüen sus derechos que des-
preci6 la mayorfa de aquel congreso. La convocatoria debe ser para
nombrar Regencia triple con arreglo al articulo 191 de dicha Cons-
titucion del ano 1!!: con esto se inutilizará al duque, que ha de ser
en su dia un estorbo. A.cordar definitivamente sobre el enlace de la
reina para evitar otra cuestion posterior t toda vez que la presun-
cion está de parte de que las primeras cortes sean mas demócratas
en razon de que son nombradas en los primeros momentos de pe-
figro, donde no hay lugar á las intrigas que aun entonces hemos de
temer de los santones. Revisar la CODstitucion y declarar ]a respon-
sabilidad ministerial. Estas son las bases sobre que debe arrancar
la revolunion en nuestro conceptot y fundado en las noticias que te-
nemos de las otras provincias sin perjuicio de marchar hasta ]a re-
pública federativa siempre que las circunstancias de la revolucion
lo permitan.


»Réstanos combinar el plan del movimiento y la época. En órden
al tiempo, debe ser ]0 mas pronto: fiámoslo á nuestraprudtilCia,
porque nosotros estamos dispuestos ya: y tambien sobre cuál de las
dos provincias, Barcelona ó Valencia, debe dar la selial, con el pac-




86 HIST{)RIA. D~L RBINA.DO
to solemne de seou.ndar la otra inmediatamente. Respecto al plan:


1. o Dada la señal, y en el momen lo del triunfo, cada provincia
debe nombrar una junta.


!. o Cada junta debe nombrar un representante que acuda á Ma-
drid, si se hubiera pronunciado, y en caso contrario al punto que
se designe á formar una junta central.


3. 0 Esta junta central reasumirá el poder de la nacion; y nom-
brará la Regencia provisional de tres personas, haciendo para ello
las veces de la diputacion permanente de cortes de que habla el aro
ticulo 189.


4:. o La misma junta central nombrará el ministerio provisional
y dispondrá la reunion de cortes extraordinarias con arreglo á la
cODstitucion.


5.0 Los nombramientos de que tratan los articulos anteriores,
deben recaer precisamente en individuos de la junta central.


6. o Los nombramientos de funcionarios del Estado que tenga que
hacer la Regencia provisional t tendrán como ella el carácter de in-
terinos.


7. o Los nombramientos se harán oyeAdo á las juntas de provino
cia por conducto de la central.


8: La junta central y las de provincia perm~necerán con el ca-
rácter de auxiliares de la Regenci3 provisional basla el nombra-
miento de Regencia por las cortes extraordinárias .


• Para el caso de que la revolucion no tuviera en toda la nacíon
el éxito que experimentamos, el Principado y el reino de Valencia,
unidos, y A.ragon si quisiese asociarse con nosotros, deberán de-
clararse independientes y formar su directorio compuesto de un vocal
de cada junta de provincia en Barcelona.


«Estas bases ofrecemos, etc.»


111.


6Podia tomarse en serio las quejas y recriminaciones de los pe-
riódicos ex-ministeriales1


¿Babia pretexto para que el gobierno tomase una actitud guer-
rera porque circulara un documento como el que acabamos de po-
ner á la vista del lector! ó porque un periodista tuviera la ocurren-
cia de insertar noticias alarmantes diciendo que en Burgos estaban




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 87
las fllcciones trabajando y era inminente la proclamacion de la Re-
póhlfua? .


Al propio tiempo se decia que el general Royos habia marchado
en posta por exigirlo asi el grave peligro que amenazaba.


y el general Hoyos se estaba disponiendG desde el dia 1!3 del mes
anterior, y salió en diligencia como un simple mortal hallando per-
fectamente tranquilo el territorio de su mando.


La crisis entretanto no adelantaba, y circulaban todos los dias
alarmantes especiotas que cansaban al público y agitaban la opi-
oion.


Espartero á pesar de 10 laborioso de la crisis no se decidia á acu-
dir á la coalicion parlamentaria.


y luego se acude á Jugares comunes, á hablar de impaciencias,
de exageraciones, y se carga el muerto á los verdaderos amigos del
progreso, á los que sin aspiraciones de ningun género gas-
tan su vida en defensa de la causa de la humanidad.


El día 1! de junio se celebró una reunion en casa de Bodil, á la
que asistieron los senadores Ferrer, Quintana y Gomez Becerra, y
los diputados Acuña, OIózaga, Cortina :y Cantero; pero no por eso
terminó el laborioso engendro del ministerio, y la oposicion, esto es
Jos 85 diputados que habían derribado á Gonzalez y companeros,
se reunieron tambien para demostrar que seguían unidos y com-
pactos á pesar de las vociferaciones y alardes, dispuestos siempre á
sostener las prácticas constitucionales y á confundir á los ministe-
rios que. quisieran conculcarlas.


IV.


La Diputacion provincial de Barcelona vino entre tanto dirigién-
duse en estos términos al congreso de diputados:


«Cuando la Diputacion de la provincia de Barcelona acudió á las
cortes contra el inconstitucional proyecto de ley orgánico de las Di-
putaciones provinciales, dió un voto manifiesto de reprobacion al
gabinete que con sus desaciertos llevaba á la nacion al borde del
abismo.


»EI congreso de los diputados no podia mirarlos con fria indife-
rencia, y la memorable votacion del 1!8 de mayo último, . aquel
grande y majestuoso acto por el cual acaba de declarar qU6 el mi-


Tnon. &




38 BJSrORIA DEL aUNADO
nisterio Gonzalez carece dé prestigio y de la fuerza necesaria para
hacer el bien del pais, ha venido 6 colmar los deseos y las espe-
ranzas de los buenos espafioles. j Loor eterno á los dignos represen-
tantes del pueblo! ¡Honra y gratitud á los beneméritos ciudadanos
que con su decision y energía han salvado la patria y la libertad!
Barcelona 9 de junio de 18i2.-Siguen las firmas.»


Nuestros lectores pueden ver como las corporaciones populares ve-
nian á dar apoyo á los acuerdos del congreso, indicando al Regente
cuál era el camino que debia seguir si queria sal var la situacion.


v.


Referente á la conspiracion de Burgos nada habian podido probar
los órganos del ministerio, y demuestra perfectamente que solo por
tenacidad habian podido sostener el documento que trasladamos de-
bido á los diputados provinciales de Burgos; decia así:


oSerenisimo sefior.-Ni la capital de Burgos, ni los numerosos
pueblos que componen su provincia, jamás fueron infieles á los
principios políticos que una vez juraron. Si alguna vez su voz im-
ponente resonó contra la opresion; sien 1835, en agosto de 36, en


. setiembre de iO, y en oclubrc de U. se alzaron majestuosa y or-
denadamente, fué, Serenísimo Sefior, porque-se trataba de atacar la
libertad y arrebatarle la ley fundamental ó hacerla ilusoria entro-
nizándose la arbitrariedad y el despotismo disfrazado. Pero nunca
se movieron sino por una apremiante necesidad, volviendo á su es-
tado normal en el momento que desapareció el peli¡ro. Por eso
esta Diputacion ha visto con sorpresa por los rumores públicos que
han circulado estos dias por las medidas acordadas por las auto-
ridades del gobierno por la afluencia de tropas que se esperan y
por las manifestaciones del Patrz'ota, órgano ya bien conocido; que
se ha sorprendido al ánimo del ministerio, haciéndole creer la exis-
tencia ó el amago de un pronunciamiento en que solo pueden ha-
ber soñado los interesados en el que hipócritamente ocupan hoy sus
privadas mira's; algun fanático político cuyos ojos no ven mas que
ilusiones y fantasmas ó quien desconozca completamente la sensa-
tez y patriotismo de los burgaleses. Estos DO temen hoy que la cons-
tHucion política de 1837, ni et' trono de Isabel 11, ni la Regencia de
V. A. S. que {orman el/ama de su bandera, paedaa correr el mis-




DEL ULTIMO BORBON DI ISPAÑA. 39
IDO riesgo; y si la crisis ministerial les tiené con la impaciencia na-
tural á todos los españoles, esperan que las virtudes de V. A. S.
sabrán terminarla de la manera mas útil al país, mas constitucio-
nal y mas acomodada á las prácticas parlamentarias. Por eso viven
en completa tranquilidad, por eso está distante de ellos todo pro-
yecto de revolucioD, por eso ni un solo individuo ha pensado en po-
ner en la actualidad al gobierno el menor embarazo, y por eso esta
Diputacion ha mirado como una calumnia ó como una superchería
la imputacion que se ha querido hacer á]a provincia y capital de
Burgos, siempre leal y constante en su amor al órden y al sistema
constitucional que felizmente nos rigen. Dios guarde la imporfante
vida de V. A. S. muchos afios. Rurgos 10 de junio de 184! .-Sere-
nÍsimo señar.-José Nieto.-Eugenio Garcra Perez.-Calisto Alon-
so Martinez.-Cirilo Alvarez.-Francisco Arquiaga. - Victoriano
García.-Mariano de Collantes.-P. A. de S. E.-Juan Fernandez
Cuevas, secretario.-Serenfsimo sellor Regente del Reino.»


VI.


Por aquí podem"s juzgar de Jo que esta cacareada conspiracion
de Burgos significaba.


No otra cosa se proponian que hacer ver que era imprudenfe un
eámbio ministerial en aquellas circunstancias, y que al simple anun-
cio de tal suceso las pasiones se agitaban, tomaban aJienlo Jos
amigos de la reaccioD, porque siempre á I~ reaecion se eulpabl\ por
los ministeriales, así como á lós republicanos se les consideraba
iDstrument()s de esa reaecion.


Tambien se reunieron los senadores, en número de 51! indivi-
duos, pero no quisieron ocuparse de la gran cnestion polftica pen-
diente.


Prevaleció la idea de que era preciso respetar Ja perogativa re-
gia, y que no se podia tratar una cuestion como aquella, mientras
no se resolviese constitucionalmente, ya que las Jeyes dejaban al
que repr8sentaba la autoridad esa Cuncion especial.




CAPiTULO VI.


SUMARIO.


Continuacion de la crisis ministerial.-Exposicion del municipio de Barcelona contri
el gobierno caido.-Partidas facciosas.-ConstitucioD del nuevo gabinete.-EI
«Correo nacional» y el «Heraldo.»


1.


La crisis seguia, pues, fuera de sus verdaderos trámites.
Se hallaba encargado de la formacion del ministerio uo. general


que estaba lejos del parlamento el día en que se verificó la votacion.
No podia pues representar á los que habian derrocado al minis-


terio, y por lo tanto podia decirse, que si DO antiparlamentaria era
extra-parlamentaria )a situacion que queria inaugurar el Iiegente.


Por eso las corporaciones populares se disponían á luchar, y den-
tro del círculo de sus atribuciones procurabau impedir que se tras-
tornase por completo la ley, y que se diese razon á los reacciona-
rios, gobernando anticonstitucionalmente.


Los diputados proseguían dispuestos, como hemos dicho, á
mantener la constitucion en toda su integridad.


El Correo nacional pretendia dirigir acusaciones al partido pro-
greiista en masa sin reparar que habia fracciones importantes que
diferían mucho entre los vencedores de .setiembre, y que era por


,




DEL lJI.TIMO .tRBON DI UPA),iA. 41
tanto sumamente impolítico é injusto medir á todos por el mismo
rasero.


n.


En muchas provincias se firmaban exposiciones contra el gobier-
no caido, para impedir qua sus amigos pretendieran organizarle.


Hé aquí ]a que dirigia el municipio de Barcelona:
.Serenísimo sellor .-Ha sido completamente derrotado el gabi-


nete de mayo. El congreso en la célebre ses ion del !8 del mes úl-
timo ha solemnemente declarado, lo que la nacion tiempo hacia
habia ya fallado, esto es, que carece del prestigio y fuerza moral
necesarios para hacer el bien general del pais, La proposicion ó el
voto explícito de censura se ha fundado en graves causales, por des-
gracia ciertas, cuales son: «la de haber obrado por repetidos actos
y en diferentes ocasiones fuera del circulo legal que proclamara: la '
de no haber cumplido las grandes economias prometidas: la de no
guardar ]a publicidad en negocios que han afectado mas ó menos
las rrotas de ]a nacion, tomándose sobre ellas caudales á préstamo
en contravencion al artículo 4,° de la cODstitucion: la de carecer de


')a resolucion indispensable para h'acer respetar el poder en todos los
ángulos de la monarquía, sin faltar á la ley fundamental del Esta-
do: la de tener un marcado carácter de indecision, y no la energía
necesaria para consolidar el órden establecido~ cediendo ante las
exigencias de unos y de otros: la de no haber podido inspirar al
congreso toda la confianza sunciente para atraerse y conservar una
mayoría numerosa, imponente y compacta, que solo pueda ser obra
de un pensamiento de gobierno, fijo, desarrollado, sostenido con
constancia, y que lleve en pos de si el convencimiento de que ha de
ser útil á la causa e~paíiola en su aplicacion y resultados: y ~or úl-
timo, la de no poderse esperar esto del ministerio de mayo, confor-
me lo acredita la experiencia, despues del tiempo que ha transcur-
rido desde que ascendió al poder, supuesto que ni lo solemnemente
manifestado en las conte~taciones al discurso 'de la corona por los
cuerpos colegisladorei4, ni con ocasion de otros actos posteriores ha
sido estimado en su verdadero valor para adoptar un sistema mas
conveniente que el seguido hasta ahora, cumpliendo religiosamente
al menos lo ofrecido en el programa.




(! IDSTORIA DEL REINADO
»Estos son, serenísimo Selíor, los severos y justificados cargos


que se contienen en aquella proposicion, en vista de los cuales,
previo un larguísimo debate y con todas las formalidades parlamen-
tarias, DO ha podido menos de servirse declarar, como se ha dicho,
el congreso en la memorable sesion del 28 último, que el gabinete


• de mayo carece del prestigio y fuerza moral necesarios para hacer
el bien del pais. ¡Leccion terrible, extraordinario voto de censura á
que.se han becho acreedores, los que lo ban compuesto por su jac-
tancia, por HU errado sistema y por su tortuosa marcha! A ser mas
cautos, á haber menos .presuncion creyéndose infalibles, y á tener
en mas estíma la opinion pública, base de todo gobierno represen-
tativo, excusaran un bochorno de trascendencia tanta, siquiera imi-
tando idos ministros de Hacienda y de Marina. No quisieron reti-
rarse, aunque decian que eran espinosas las sillas que ocupaban,
se bacian sordos á los lamentos de los pueblos que lo~ rechazaban,
nada v!llia la prensa de todos los matices politicos que anatematiza-
ban diariamente sus actos, la prensa llamada á engrandecer el pre-
dominio de la Jibertad, que concilia las opiniones, anima de un sen-
timiento comun, y enlaza con los vínculos de una constitucion ver-
daderamente social; ningun resultado balagüeño, en fin, produjeron
las incesantes y repetidas interpelaciones, fundadas de una crecida
minoria del congreso.


»¡Qué mucbo~ pues, que convirtiéndose en mayoría, la minorfa,
baya lanzado contra el ministerio un terrible voto de censura! Este
fin desastroso ba busrado el gabinete, y Jos diputados que han fulmi-
nado ese rayo, han adquírido un laurel inmarcesibJe que orlará sus
sienes, ban merecido la gratitud de sus conciudadanos y bien de la
patria, que es la mayor recompensa á que aspiran sus padres como
netos españoles y liberales puros. El gabinete de mayo, en conse-
cuencia, políticamente bablando ba muerto, po puede continuar en
sus elevados puastos, y atendiendo á las prácticas observadas' sin
interrupcion en los paises regidos cODstituciomilmente, )a reorgani-
zacion no es posible. Mas aun; segun estos principios tan sabidos,
no debieran ser llamadas al ministerio personas que, aunque nue-
vas, se trasluzca que adoptarán el errado sistema que ha dado már-


. gen á nuestra critica situacion, sea por lo que fuere, ó bien que lo
secundarán indirectamente. No siendo así, se creará un descontento
general, un conflicto tan apurado, cuyas consecuencias pudieran
deplorarse. la confianza que en V. A. ha depositado el pueblo es-




DRL WLTIMO BORBON DE ISPAÑA. '3
panol, y la felicidad de este pueblo magnánimo obligan á esta eor-
poracioD, que á uadie cede en patriotismo y en independencia, á ser
franca, á soltar de sus labios la verdad sin disfraz, que pudieron
encubrir las intrigas de los palaciegos.


»¿Quiénes, pues, deberian reemplazar á los ministros que á te-
nor de aquellas máximas han de suponerse muertos para continuar
desempeñando sus altas funciones? No le es dado á este Ayunta-
miento manifestarlo, y si bien circunscribiéndose en los limites de
sus facultades sobradamente lo ha indicado, añadirá aun la siguien-
te observacion. Otro de los principios constitucionales, ó mejor una
consecuencia práctica de los gobiernos representativos es, que la
corona no puede desentenderse del sistema adoptado ó indicado por
las mayorías parlamentarias; aunque es cierto que puede escoger
libremente para ministros las personas que habiéndole de plantear
y sostener fuesen á su juicio mas idóneos para el logro de este ob-
jeto. No le es permitido á esta municipalidad extenderse mas sobre
este asunto, mayormente debiendo importar mucho á V. A.la suer-
te y fortuna de los españotes.


»En teniendo los nuevos consejeros lo que falta á los combati-
dos, y es de ver en la proposicion presentada y aprobada por el.
congreso, y en adoptándose además el camino opuesto al que aque-


. Uos han seguido, tomando asimismo enérgicas medidas al mismo
tiempo contra las hordas facciosas que impunemente recorren la
vrovincia de Gerona amenazando á las otras, y cubriendo de cons-
ternacion, de luto y de miseria algunas poblaciones, nada mas pue-
de desear la nacion, y nada menos debe concederse á los pueblo»
que en 184~ están aun peor, si cabe, que en 184,0, en nada obs-
tante el pronunciamiento de setiembre, y en nada obstante el ha-
berse destruido los principales elementos de la aristocracia, y cpu
ellos las últimas esperanzas con que se alimentaran algunos pa.ra
encumbrar en Esparla el despotismo.


»En V. A. confia este cabildo y la nacion entera. Oígnese vues-
tra Alteza recordar las repetidas veces que se ha acusado antes de
ahora al ministerio por varios diputados de infractor de la constitu-
CiOD, sinque pudiese salir airoso del reducido circulo á que se le
estrechaba con sólidas razones: dlgnese recordar la vergüenza y
humillacion que se le hiciera sufrir en diferentes discusiones; dig-
nese recordar la multitud de dias que se nan visto obligados á ce-
der en cuestiones importantes, siempre dudoso el triunfo, y qU!) si




U, HISTeRIA DEL BBINADO
acallo obtenia victoria, era solamente por cuatro ó cinco votos que
daban los mismos ministros, cuya conducta está calificada ya en
esta parte por los diputados; dignese, por último, recordar J medi-
tar sobre la interesante sesioo del !8 del mes próximo pa.sado para
convencerse, si se duda, que la nave del Estado estaba á pique de
estrellarse, en razon al extraviado derrotero á que era guiada, sin
tomar providencias capaces para destruir los carlistas, que en nú-
mero de doscientos al mando del eabecilla Felip cometen toda cia-
se de tropelías y atrocidades. En su vista, y de todo lo demás lige-
ramente recorri~o, este A.yuntamiento constitucional, é interesado
como el que mas en la prosperidad de su patria,


»Suplica á V. A. se digne, no olvidando que los gobiernos re-
presentativos reconocen por móvil la opioÍon pública, nombrar en
uso de las prerogativas de la coroná para componer el nuevo mi-
Dlsterio las personas que reunan las circunstancias indicadas ea es-
ta exposicion.


lOCasas consistoriales de Barcelona á 8 de junio de 18i!.-Sere-
nísimo señor.-José Maria de Freixas.-Paciano Masadas.-José
Ribot.-Ramon Feixó.-José Agustin y Palés.-Hilari.n Jorge.-
Juan Gost y Batlle.-Manuel Torrens.-Benito Prats.-Ignacio Ro-
gar.-Lorenzo Sunol.-Benito SeguL-GiI Bech.-Gabriel Marti.
'-Mariano Val/és.-Fide! Lliurat.-Pablo Morató.-Vicellte Soler.
-Jorge Escofet.-Joaquin Martorell.-José Solanes.-Iuan BaJles·
té.-Iosé Casano'fas.-Félix Balcells.-José de Jesús Puig.-Igna-:
cio Prat.-Mariano Pons, secretario.»


111.


En las montallas de Cataluna, como en otros puntos, habia nu-
merosas partidas que molestaban constantemente á los pueblos, y
€l cabecilla Felip llevaba su audacia hasta el ·punto de presentarse
en los arrabales de las capitales mas importantes; y se trataba de
enviar á Zurbano para que diese cuenta de ellas: aunque algunas
personas suponian que mas bien que á perseguir carlistas iba á ex-
terminar repuplicanos.


En Zaragoza, segun los noticieros, trabajaban Jos clubs republi-
canos, y se pretendía que el pais iba á caer en una situacion anár-
quioa, en un lamentable caos al que realmente todos 80ntribuian




DIt ULTIMO BORBON DE ESPAÑA.. 45
esparciendo ]a alarma por uoa parte, conspirando ó dictando medi-
das perturbltdoras y obrando sobre todo ilegalmente en las regiones
gubernamen tajes.


El dia 17 de junio, despues de veinte dias~de crisis, se constituyó
por fin el gabinete, no sin que la Gaclta explicase las circunstan-
cias de la laboriosa crisis que habia atravesado el pais.


Coincidia con ese nacimiento la creacion de un periódico que de-
bia ejercer gran influencia en adelante.


El Correo nacional que al tiempo de su creacion se llamaba Es-
pañol, habia anunciado que se retiraba por no poder sus propieta-
rios soportar los gastos necesarios á introducir las mejoras materia-
les que reclamaba la pubJicacion.


IV.


No carece de importancia la evolucion que se 'verificaba en el seno
de la fraccion semi-absolutista á la cual representaba el periódico á
que DOS vamos refiriendo.


Don Andrés Borrego habia llegarlo del extranjero con grandes pre-
teosiones como periodista para organizar un partido conservador
que r.;lspetase la ley fundamental apoyándose en las clases aristo-
cráticas y desenvolviendo muy paulatinamente el predominio de )a
clase media ilustrada; es decir, creaado otra aristocracia al lado de
la de la riqueza y del nacimiento.


Pero Borrego estaba equivocado y ha pagado muy caras sus ilu-
siones. Ha prestado grandes servicios al partido conservador; ha sa-
crificado su inteligencia y largos afios en la lucha política y parla-
mentaria, pero' persiguiendo una utopia ha visto la ingratitud, ha
sufrido los desdenes, se ha expuesto á las calumnias y humillacio-
nes que era consiguiente tratando con las aristocracias y las monal'-
qufas con los hombres del privilegio que no pueden sufrir verse
obligados á reconocer superioridad en la inteligencia.


El Correo nacional habia hecho una ruda campana que resuro ¡a
en esta forma al anunciar que cesaba en su pubJicacion:


«Cuando vió la luz pública el Correo nacional, se propuso servir
de órgano á un sistema que expuesto y formulado eon entera ftan-


, queza y claridad, tenia por objeto contribuir á la reforma de la so-
ciedad y de sus instituciones, conciliando los derechos del poder, los


TolllO 11. 7




4.6 HI8TORJA DEL REINADO
intereses de conservacion, las tradiciones del pais con los derechos,
los intereses y las esperanzas que la libertad moderna-ha generali-
zado en las naciones.


»AceptÓ el Correo por bandera politica la Constitucion de 183'1,
que acababa de establecerse, y pugnó, interin fué posible, por traer
á un mismo t~rreno á los adictos á la legitimidad monárquica y á
los que no aspirasen á mas que á la libertad constitucional y par-
lamentaria.


J)De la sinceridad de los esfuerzos que hizo el Correo para ligar
lo pasado con lo presente, la monarquía COD. la libertad, depone el
recuerdo de la influencia que ejerció en la opinion pública, \a im-
parcialidad con que sin aflojar un solo punto de su predileccion y
apego hácia los.principios-monárquicos, se afanó por mostrarsejus-
to para con los partidos, por atraerlos' que marchasen dentro de
la órbita constitucional.


-Llegó, sin embargo, un día en que la neutralidad se hizo impo-
sible, en que fué preciso escoger entre la fidelidad al principio mo-
nárquico unido á ]a causa de las reformas prudentes y acomodadas
al interés público, y las exigencias de la revolucion que no con-
tenta con sujetarse al influjo de pacificas y legales mayorias, le-
yantó bandera aparte y separó la constitucion del monarca.


»Entonces escuchando el C"rreo antes sus principios que sus jn-
tereses, antes su decoro que su provecho, el honor mas bien que
cierta popularidad, siguió la bandera de la desgracia y rindió culto
á la causa que sucumbia .


• El pais ha sido testigo de ]a lucha que con los poderes vence-
dores ha sostenido el Correo; de la serie de persecuciones, causas
y condenas que sobre él han descargado; de la dispersion que ban
sufrido varios de los que concibieron y ejecutaron la tarea á que
han sido consagrados cinco atlos de concienzudos y penosos es-
fuerzos.


-No le falta aliento ni fe á la empresa del Correo para continuar
por la misma senda; pero no siendo iguales las condiciones en quo
se encuentra hoy á las que ]e dieron existencia, y exigiendo su eon-
tinuacion mejores materiales á que no se hallan en estado de dedi-
carse sus actuales propietarios, la publicacion .del Correo nacional
concluye hoy 15 de junio. dejando á cargo de una nueva empresa
el cubrir las suscriciones que existen pendientes, y continuar la leal
defensa de Jos principios monárquicos.»)




DEL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA. 47


v.


En el mismo día que aparec.ieron en la Gaceta los decretos nom-
brando el nuevo minielerio comenzó el Heraldo su publicacion.


Dirigía el periódico que debía ser órgano del partido moderado
don Luis José Sartoriüs, y habían contribuido á la empresa con sus
fondos muchos de los hombres principales, patrocinándole con es-
pecialidad el marido de Cristina que fué sorprendido sin duda por
los que se hadan verdaderos propietarios del antiguo periódico aban-
Ilonado por causa de las persecuciones que sufrieron don Andrés
Borrego, España y otros.


En su primer número levantaba la verdadera bandera de guerra
á la revolucion sin disfrazar sus pensamientos, sin detenerse en am-
bajes ni retinencias, y suponia que el partido setembrista aspiraba
á desembarazar el suelo español de las dos grandes instituciones gue
fueron obra de los siglos, y que poniéndo la segur á la raiz del árbol
hadado al traste, decia, en nuestros dias con lamonarquia y con la
Iglesia.


El Eco del comercio entabló polémica desde el primer momento
al dar cuenta de la aparicion de este periódico, elogiando su fran-
queza y rechazando con energía los asertos que heDíos copiado tex-
tualmente.


El periódico progresista no queria pasar plaza de enemigo del
trono y del altar, no queda dejar á sus amigos bajo el peso de una
aeusaeíon tan grave.


Ya veremos que estos dos periódicos llegaron á convenir un dia
formando coalieion monstruosa y dando el triunfo á los hábiles par-
tidarios de Cristina que pusieron en tortura durante once allos sin
tregua alguna á los amigos de ]a Jibertad.




CAPITULO Vil·


SUMARIO.


PrMentacion del ministerio Rodil en las cortes.-Su programa.-Prisiones en Barcelo-
na.-Adicion coercitiva oí la ley de imprenla.-Disgusto general.-Fallo de la
causa formada á los conspiradores de octubre de las Provincias.


I.


El nuevo ministerio se presentó en las cortes el dia 18 de junio.
Se componia de los setlores Rodil ministro de la Guerra 'Y presi-


dente, el mariscal de campo conde de Almodovar ministro de Esta-
do, don Miguel Antonio de Zumalacárregui de Gracia y Justicia, don
Ramon María Calatrava de Hacienda, Capaz de Marina 'Y Torres
Solanot de la Gobernacion. .


Curiosa era la historia de la crisis, pero verdaderamente impre-
visto el desenlace.


El presidente era diputado, pero no tenia arte ni parte en ninguno
de los sucesos de la legislatura, y los restantes eran senadores, figu-
rando entre ellos el presidente y uno de los vice-presidentes de la
alta cámara.


Una de las razones principales del pronunciamiento de setiembre
era la gran influencia de las camarillas que destruían á mansalva
detrás de I.a cortina Jos deseos de los cuerpos populares y pretendian
sustituir el capricho de unos cuantos á la voluntad de todos.




DIL ULTIJIO BORBON DE ESPAÑA. 49
El general Espartero tuvo la desgracia de abrir una tertulia don-


de se decidian asuntos de Ja patria, y en ese círculo giraban los mí-
nisterios y la politica de su época.


Cristina hallaba en Espartero su disculpa.
El general Rodil habia tenido el mando del ejército constitucional


durante las circunstancias azarosas de s~tiembre; no podía, pues,
ser considerado como ajeno al espiritu revolucionario de aquella épo-
ca, pero por circunstancias especiales, sin duda, habia olvidado el
objeto y la significacion del movimiento nacional.


Los escrúpulos constitucionales de los amigos de Espartero ha-
bian desaparecido sin duda, cuando de tal manera se faltaba á las
buenas prácticas, dejando fuera de la combinacion á los diputados
que habian tomado parte en ]a votacion del !8 de mayo.


11.


Al presentarse en el congreso resumió su programa e] presidente
del Consejo en los siguientes términos:


.Seriores: los nuevos mÍnistros, bien identificados en la Consti-
tucion de 1837 yen los grandes-acontecimientos de setiembre, pro-
fesan de corazon, como siempre han profesado y se proponen seguir
en su marcha, los mismos principios que han sostenido en las cor-
tes actuales. Independencia nacional, libertad y órden público, le-
galidad y justicia, economia, arreglo y. moralidad en la administra-
cíOD, y avanzar cuanto sea posible en la carrera de las mejoras,...se-
rán constantemente los principales objetos del nuevo ministerio; el
cual para conseguirlo cuenta y confia con el apoyo de los represen-
tantes de la nacion y con el patriotismo de todos los buenos espa-
Iioles.'»


La sesion no fué muy larga, acaso porque las palabras del mi-
nistro debian tranquilizar á Jos representantes del pais. Sin embar-
go, el conde de las Navas dirigió una doble interpeJacion referente
al estado de eataluria y á la situacion de la Hacienda, porque se ha -
biaba de ]a bancarrota, y la Gaceta habia desmentido el hecho.


Ambas preguntas fueron contestadas por los ministros de la Guer-
ra y Hacienda, y el ciudadano AmetUer, como militar y como cata-
lan, tomó parte en la primera de dichas interpelaciones.




50 mSTOlUA. DIL REINADO


IlI.


En todas las provincias habian corrido noticias de próximos tras-
tornos. En todas ellas se hablaba de un movimiento á favor de la
Constitucion del 1!, y ya ban visto nuestros lectores los documen-
tos que probaban que en Burgos y en Lérida eran una pura farsa.


En Barcelona, en la noche del 1 i, prendieron las autoridades á
Il)s ciudadanos Juan Bovira, Ignacio Torrens y Francisco de Paura
CueHo, porque en la noche anterior habian reeorrido la Rambla can-
tando una caneion que terminaba: República volem, república tin-
drem.


El juzgado mandó poner en libertad á los presos des pues de tres
dias de incomunicacion.


En Figueras se reunieron algunos jóvenes paseando una bandera
en muestra de felicitacion por el triunfo obtenido en Teruel por el
ciudadano Pruneda, que habia sido absuelto despues de un proceso
de muchos meses. Todos estos incidentes, que nada significaban de
10 que se queria deducir I esto es, que existía en el pais una gran
perturbacion y la mas completa aniirquía, eran explotados por los
reaccionarios que hacian caer la odiosida~ sobre el partido republi-
cano para ocultar sus manejos tenebrosos y sus intrigas.


y entre tanto el carlismo campeaba por todas partes y entraba en
poblaciones importantes sin que nadie le persiguiese.


y entre tanto aprobaba el congreso una proposicion que tendia á
coartar la libertad de imprenta, interpretando en sentido restrictivo
la ley en lo único que por torpeza ú omision favoreciá la emision
del pensamiento.


IV.


Hé aquí en qué términos se hizo una adicion á la ley de im-
prenta:


«La comision nombrada para dar su dictámen acerca del proyecto
de ley presentado á las cortes por el senor ministro de la Goberna-
cion en la sesion de !8 de marzo próximo pasado relativo á que las
mismas garantías que rigen contra los abusos que puedan cometer




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 51
los periódicos se hagan extensivas á las hojas volantes y á todo ¡m ~
preso que no pase de seis pliegos de la marca comun á fin de que
no se eluda la ley por medios que repugnan á su mismo espiritu,
ha examinado detenidamente esta importante cuestioD; y deseosa de
corregir los males que pueden originarse de la inoportuna interpre-
tacion del art. 2.° de ]a ley de 2! de marzo de 1837, en tanto que
no se promulgue otra que, corrigiendo este defecto y haciendo otras
importantes aclaraciones y mejoras, la eleve al estado de perfeccion
posible, despues de haber conferenciado con el serior ministro del
ramo, tiene el honor de someter á la deliberacion del congreso el
siguiente proyecto de ley. .


-Articulo único. Se entenderá por periódico para los efeclos le-
gales todo impreso que se publique en época ó plazos determinados
Ó indeterminados, con nombre ó sin él, y no exceda de seis pliegos
de impresion de la marca del papel sellado.-Palacio del congreso 7
de mayo de 1842.~Mariano Torrente.-Luis Gonzalez Bravo.-
Ramon Maria Temprado.-Pascual Madoz.»


Parece mentira que periodistas acreditados aprobasen ese pro-
yecto y prestasen al gobierno, que siempre ha procurado matar la
imprenta, un nuev() medio de apretar los tornillos al pensamiento.


Bien es cierto que en el ramo del periodismo hay no pocos que
considerando ante todo la industria, quieren evitar los competidores
y cejan en cuanto á las doctrinas. Les importa poco el derecho, y
tienen en mas las ganancias que puede reportarles el oficio.


v.


El ministerio habia llegado en buena ocasiono
Hallaba enfrente una mayoría predispuesta á censurar sus actos


y á combatirle rudamente.
Pero aquella mayoria manifestó bastante cordura y sensatez su-


ma, no queriendo dar una batalla á Jos ministros hasta que ellos,
visto el aparato hostil de la cámara, reconociesen que no podian con-
tar con las simpatias y el apoyo que necesita un gobierno para re-
gir con acierto y seguridad los destinos del pais.


De todas las provincias se recibian comunicaciones en que se de-
mostraba ]a mala acogida que habia tenido el nuevo gabinete; y el
disgusto seguia por momentos, y todos preveian que aquella situa-
cion era insostenible.




5! HISTORIA 1>:IL REINADO
Espartero se habia divorciado de la opinion, seguia aislado en


medio del grupo de sus generales en el círculo de amigos que for-
maban una cuna dentro del partido que habia hecho la revolucion
de setiembre para imposibilitar los abusos del poder real, anulando
por completo la monarquía.


Muchos transigían con esa institucion fatal, como ya hemos di-
cho, por respeto á una niña inocente: otros mas previsores com-
prendian el peligro de alimentar una vibora que, como la de la fá-
bula, deberia picar en el seno de su bienhechor.


Generalmente ,el partido progresista no era ni podia ser monár-
quico.


El sentimiento habia llevado á la mayor parte de los hombres dél
partido libera), habian despertado de un sueño letárgico al aparecer
aquel gran fenómeno que tanto ruido habia ocasionado en el mundo,
la revolucion francesa.


y esa' revolucion habia herido de muer le la institucion monár-
quica.


La institucion monárquica, que resumia y tema en torno suyo la
aristocracia y el clero, tres brazos que se daban apoyo y se soste-
nían con objeto de continuar la explotacion de los pueblos mante- '
niéndolos en esclavitud permanente.


VI.


La monarquía era el emblema del despotismo; la síntesis de to-
das las tiranías, pero el clero y la nobleza bajo todas formas repre-
sentaban un papel muy principal en todos los desmanes, en ,todas
las arbitrariedades, en todos los despojos que á nombre del rey ~e
cometian.


Por eso los pueblos y la revolucion francesa en su representa-
cion hubieron de condenar lo mismo á la monarquía que á sus cóm-
plices.


Por eso:el pueblo espanol al aceptar las ideas revolucionarias, al
llegar á:comprender la injusticia de que venia siendo víctima, debia
odiar la monarqufa, ya que nunca habia sido esa institucion de uti-
lidad algun(para él.


Así era, cíertamente, y solo por la prudencia de algunos, por el
deseo de imitacion y por el influjo que adquirió en el desenvolvi-




DEL ILTIHO BORBON DE BSP!ÑAe 53
miento de la revolucion espallola cierta parte de la aristocracia que
se unió al movimiento nacional de 18tl8, pudo sostenerse el troRo,
que reconquistó muy luego todos los derechos y atributos que le ca-
racterizaban.


VII.


Despues de nueve meses 'falló el tribunal. de primera instancia la
causa formada á los conspiradores de octubre ~n las provincias Vas-
congadas, condenando á muerte á La-Rocha, Vrjoste, Torre, Iza-
guirre y á Arguinzoniz, á Larrinaga, don Bonifacio Vildósola, don
Juan Ramon de Arana, don Pedro Jané, don Antonio Arana, don Di-
pólito Jugo, don Pedro Basterreche, Benavides, don Castor Ande-
ehaga, don Juan Antonio de Goiri, don Martin José de Jáuregui, don
Calisto Arlaza, don Manuel de Barandica y don Toribio Auzotegui;
á diez arios de presidio fué condenado Alcalá Galiano, y á ocho arios
don Gregorio Lezama Leguizamon, don Manuel Maria de ~furga y
don José Ruet; á ocho afios de prision en un castillo al ex-general
don Fermin lriarte; al ex-brigadier Campillo y al jefe de estado ma-
yor don A.ndrés Saavedra; al ex-brigadier don Francisco Mazarredo
seis aftos en un castillo; al ex-eapitan don Francisco Lemonauria
dos allos, y al ex-comandante Provecho uno.


Aquel ruidoso proceso terminaba, pues, satisractoriamente, des-
pues de largos meses, y la mayor paI1-e de los sentenciados se ha-
llaban lejos de la jurisdiccioD que los heria.


El general Van-Halen habia perdido en Catalufta todo su pres-
tigio.


Rn las grandes poblaciones se reconcentraban las fuerzas milita-
res, se dejaba sin armamento á la milicia nacional, y los carlistas
reeerrian las comarcas sin dejar tranquilos aun á los pueblos de
alguna consideracion.


El disgusto era grande, y cada dia aparecian motivos nuev{)s
para temer el partido liberal una nueva restauracion de las violen-
las arbitrariedades que con el pueblo se cometian.


TOMO Il. s




...


CAPiTULO ViiI.


SUMARIO.


Artículo notable del Eco del Comercio.-Desconcierto general y cómo se iba cargando
la atmósfera política.-Circular curiosa.-Elecciones en Portugal.-rn incj(lenre
en Inglaterra.-El Infante don Francisco y Espartero.


I.


No podemos resistir al deseo de dar á conocer á nuestros lectores
un artículo publicado en el Eco del Comercio contestando al He-
raldo.


Decia así:
«Para que no se dude de la sinceridad y del fundamento de sus


opiniones, nos dió el nuevo campeon de los dominadores lanzados
del poder en setiembre por la voz unánime del pais, un programa
completo de ellas al anunciarse, y de él nos hemos hecho cargo en
algunos de los números anteriores. En el de ayer nos dió la mas so-
lemne prueba de la verdad de sus doctrinas, y de la infalihilidád de
sus ·~riocipios. Una prueba tan solemne, una demostracion de esa
infalibilidad, no podia dejarse pasar en silencio por .tos que comba-
ten de buena fe en el campo de las doctrinas y de los principios; y
nosotros, si no vemos esa verdad, si 1]0 comprendemos esa infalJ'bi-
lidad, no queremos, á fuer de leales contendientes, privar á nues-
tros lectores de los datos que nuestro colega presenta, para que por




DEL ULTIMO BORBON DE BSPAjA. 55
si mismos puedan juzgar, por si acaso descubren lo que á nuestra
pobre inteligencia no ha sido dado hasta ahora percibir. La cosa es
grande, espantosa: prepárense nuestros lectores para que el susto
no les sobrecoja, y oigan lo que el Heraldo tenia guardado.


-Es la noticia de un plan que los profanos no habíamos llegado á.
penetrar y del público enteramente ignorado: noticia para la cual,
por lo alarmante y tremendo de ella, ha tenido la caridad de pre-
pararnos con un preámbulo de no menos tremendas dimensiones; y
pues que el trago se ha de sufrir, allá va, y Dios sea con todos: se
trata de establecer la DICTADURA.; y no como quiera por un ambicio-
iO ayudado de algunos otros, cuya empresa pasaria por un delirio'
sino por los que en setiembre se alzaron contra el despotismo mi-
nisterial y proclamaron la verdad de la constitucion. Ni cabe du-
darlo cuando nuestro colega lo dice: la revolucion de setiembre tuvo
este segundo pensamiento, y ya ha circulado en labios de muchos
la palabra (~dictadura», «lo ha visto, lo ve, y lo siente;» y por si
alguno hubiese tan incrédulo que todavia dude ~de ello, hé aquí có-
mo se explica: «La dictadura es para el poder la mela, para la re-
volucion una necesidad fatal: la dictadura es el fin á donde los ven·
cedores de setiembre caminan: la dictadura es ahora el bello ideal
de los que prometieron á la nacion libertad y garantías: Ja dictadu-
ra es el reposo, la prosperidad y la gloria que á la sociedad prepa-
ran: la dictadura es el progreso de )a revolucion de setiembre.»


»La calidad de esta dictadura, porque conviene que se sepa todo,
nos la declara tambien en las siguientes lineas: «Nosotros, dice,
pedimos la centralizadon del poder administrativo y civil: la dicta-
dura de setiembre no~ dará la absorcion de todos los poderes en la
autoridad militar. Nosotros hemos proclamado un dia la igualdad y
fusion de todos los partidos: esa dictauura prescindirá de todos. Nos-
otros pedimos recta administracioD de justicia: habrá terror y Zur-
banos. Nosotros demandamos la reduccion de los presupuestos: to-
dos quedarán reducidos al presupuesto de guerra. En fin, nosotros
proclamamos la monarquía, la monarquía moderada, la monarqufa
como la hace necesaria el siglo, la monarquia como la lIa constitui-
do la civilizacion moderna, la monarquia como existe en el comun
derecho político de casi toda Europa, con las limitaciones y las ga-
rantías de la razon, de las leyes fundamentales, de los adelantos so-
ciales y de la influencia religiosa. Esa es la dictadura que queremos.
Los poderes actuales que por querer esta monarquía nos condenan,




56 HISTORIA DEL REINADO
pretenden un bárbaro despotismo, sin ]eyes, sin instituciones, sin
freno, sin trabas, sin templos y sin costumbres: esa dictadura no
será ]a personificacion de la sociedad, pero de la revolucion si.»


:ePrecisº es estar poseidos de una fiebre ardiente y en lo mas
fuerte del delirio para expresarse asi. ¡Los poderes actuales preten-
den ese bárbaro despotismo! Y ¿puede creer esto nadie en su sano
juicio? L,as pruebas están todas en abierta contradiccion. El poder
rea] no ha dado un paso que autorice la mas Jeve sospecha para
semejante suposicion: el poder legislativo acaba de dar una, ]a mas
notable y conc]uyente de su horror á la dictadura, y á todo género
de despotismo, lanzando á un gabinete principalmente por ciertoS
actos de arbitrariedad, aunque seguro, por otra parte, de su lealtad
á. la constitucion jurada, de su deseo de conservar ilesas las instih.i.·
ciones. ¿Con qué fundamento, pues, se lanza una acusacion seme-
jante? Desde que se reunieron los poderes actuales, se hicieron y se
repitieron las protestas mas formales y solemnes de respeto á la
constitucion de 1837, Y de decision á sostenerla y bacerla cumplir
y ejecutar. Circunslancías difíciles, críticas, de gran peligro, hicie-
ron creer al gabinete de mayo, que para salvar las jnstitucioIles,
para libertar al pais del despotismo, era preciso echar mano aun-
que momentáneamente de una de las armas propias del despotismo:
nadie dudó que no fuera ese su objeto ;. y, sin embargo, se levantó
contra él un clamor general por ese error, que desde entonces le
dejó sin vigor y ha sido su muerte.


»Si el poder real hubiera aspirado á ese despotismo, y tal hubie-
ra sido JI pensamiento del gabinete, ¿no habría disuelto unas cortes
que le embarazaban para llevarlo á cabo, que destruian el efecto
de unos hechos que en tal caso hubieran sido los escalones mas se-
guros para conseguirlo~ ¿Qué mejor ensayo, y sin peligro alguno,
que cuando se podía justificar con la defensa de la ley y hasta de
las ins'tituciones? Y si el poder legislativo abrigara tan inicuo pen-
samient9, .puede suponérsele tal estupidez que inutilizase los me-
dios que podian tenor para llevarlo á efecto? ¿que imposibilitase su
ejecucion~ ¿No habría una voz siquiera entre tantos diputados y
senadores que tronara contra tao infame y maquiávelico pensamien-
to' No queremos pasar mas adelante en la defensa, porque el dete-
nernos en ella seria ofender á los que no la necesitan.


-Pero supongamos que así como hay quien delire creye6.do que
es posible una conspiracion de esta naturaleza, hubiese tambien al-




DEL ILTIMO BOyON DI "ESPAÑA. 5'7
gUDOS que pensasen en su ejeeucion. ¿Cree el Heraldo de buena fe
peniando seriamente que seria ya posible su realizacion en Espafía?
No, no puede creerlo. No hay individuo, no hay partido, no hay
poder, que no se desplomara en el momento mismo de intentarlo.
Son muchos los chascos que jos españoles se han llevado en el pre·
sente siglo, y grandes las calamidades que han sufrido en su con-
secuencia para que puedan ser sorprendidos otra vez.


lISU resolueion, su energía, su decision por ser libres, manifes-
tadas en setiembre de 1840, despues de tantos sacrificios hechos
por la libertad en una lucha de siete años, son prendas seguras de
que el despotismo no puede levantar ya la cabeza entre nosotros; y
son tambien una leccion severa y muy SIgnificativa, que haria tem-
blar siempre á cualquiera que se dejase arrebatar por uu delirio se-
mejante. Mas recientes aun están los sucesos de o~tubre, y no son
menos significativos bajo cualquier aspecto que se examinen. para
quitar toda aprension que pudiera tener el mas tímido é irreflexivo
en esta parte. No hay, pues, ni puede haber la mas leve sombra
de tal peligro. Las bu~nas prácticas podrán, si -se quiere, hallar sus
tropiezas, tener algunos contratiempos; pero la libertad no bay po-
der alguno que la desarraigue ya del suelo hispano.»


n.


¿Qué podemos añadir á la pintura de aquella situacion hecha por
dos periódicos, que mas adelante debieron marchar unidos para
combatir al general Espartero con el mismo carácter de dictador?


Es que comenzaba ya á cernerse en aquella atmósfera la necesi-
dad de atender á combatir un fantasma de reaccion para levantar
la misma reaccion contra quien se c0mbatia.


La revolúoion venia desenvolviéndose aumentando sus fuerzas, y
á medida que ganaba una y otra batalla, á medida que iba quitan·
do uno y otro obstáeulo suprimiendo gabelas; el ejército de la li-
bertad se mostraba mas escrupuloso, no cabia dentro del círculo que
se habia trazado y proclamaba lo radical, se extendia hasta el idea-
lismo, y cada grupo del ejército, cada peloton. de la familia liberal
creia poder conseguir su propósito.


Las fraceiones que iban satisfaciendo sus necesidades pasaban en
breve de la vanguardia al centro, y de aquí esas oscilaciones, esa




08 BIITOIUA DEL RBINADO
distinta manera de ver entre hombres que habian .militado juntos,
que los unos se detenian en una etapa, mientras los otros querian
proseguir su marcha por no haber alcanzado aquello por que sus-
piraban.


La situacion inaugurada en ~etiembre habia sido pródiga en pro-
mesas.


En los primeros instan tes pudo creer alguno que en su desar-
rollo podria la revolucion arrojar el trono al abismo ya 'Iue débil y
solitaria quedaba una niiia representando esa institucion.


Pudieron algunos ambiciosos contar realmente con la dictadura
del general Espartero para medrar á su sombra.


Juzgaron los tímidos, los prudentes y los cándidos que era lle-
gado el momento de entrar en las prácticas rigurosamente constitu-
cionales y que iba á desenvolvarse la vida politica con la fielobser-
vancia de la Constilucion de 1837.


Los reaccionarios, los hombres que habian gobernado con esta-
dos de sitio, y los que habían servido á Cristina de Borbon, sabian
perfectameüte la táctica que les convenia emplear para ir llevando
paso á paso los acontecimientos hasta una restauracion que les de-
volviera el poder y los goces de que venian disfrutando.
. y la reaecion sabia el camino, empleó los medios conducentes, y
con el auxilio de las graves faltas cometidas por sus adversarios lle·
gó mas pronte de lo que quizá se imaginaba al descrédito de sus
contrarios.


111.


Querian muchos celebrar con solemnidad el aniversario de la pro-
mulgacion de la Constitucion de 1887, sin duda porque temían ver·
la desaparecer pronto y deseaban honrarla.


y ciertamente, que aquella ley á nadie había satisfecho, porque
los prQgrrsistas segun contesion de Martinez de la Rosa y de otros
doctores de la iglesia moderada habían estrechado tanto las distan-
cias, que en vez de una carta fundamental de ancha base que per-
mitiera el progreso, .habian hecho un c6dig9 ininteligible y solo
aceptable para el partido conservador.
~n Barcelona seguia la causa formada al juez ·que habia interve-


nido en el proceso de los jóvenes que cantaron la eancion republi-




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 59
cana en la Rambla de dicha. poblacioD. El juez publicó un comuni-
cado quedando suspenso, pero demostraba que habia obrado legal-
mente, puesto que se atenia á la ley poniendo en libertad á perso-
nas que DO habian cometido delito por el que pudiera imponérseles
pena aflictiva.


El proceso del juez era cuando menos una extravagancia que los
magistrados habian autorizado por requerimiento dl3 la autoridad
gubernativa á pretexto del desaire inferido al alcalde que decretó la
prision; piro el juez, ciertamente demostraba que no podia él ha-
cerse reo de detencion arbitraria y exponerse á un fundado proce-
dimiento como infractor de la Constitucion.


y todas estas cosas, todos estos accid:.mtes revelaban el descon-
cierto general, y en el congreso se (ormaba una atmósfera cargada
de vapores que anunciaban una gran tempestad. .


En el congreso se debatian interpelaciones, y el gobierno tuvo
que confesar que respecto á la sonada conspiracion doceañista y á
las sociedades secretas no existian datos en el ministerio.


Pero con lodo eso el gobierno trasladó á Zurbano desde las pro-
vincias Vascongadas á Catalufía. y en Cádiz hubo serios Jisgustos
en el Ayuntamiento.


IV.


Habiase hecho meoci6D primero en la prensa y mas tarde en el
congreso de una sociedad secreta, titulada de ·Ios caballeros Kadosfe
y de olros síntomas de gran perturbacion y anarquia.


El gobierno se creyó obligado sin duda por esto mismo á tran-
quilizar á las potencias extranjeras por medio de una circular que
no deja de ser curiosa.


Béla aquí:
«En 17 del actual he participado á usted la honra particular que


he debido á S. A. el Regente del reino confiándome las aItas y deli-
cadas funciones del ministerio de Estado. Aunque al mismo tiempo
hice á usted una ligera indicacion del sistema que me proponía se-
guir en el desempeno de ellas, no me ereo dispensado de darle al-
guna ampliacion con el fin de que las gestiones que nsted haga sean
tan acert~das y eficaces como requiere el interés y la situacion po-
Iftica de Espalla.




&0 HISTORIA DEL RBINADQ
»En las relaciones que mantenga el gobierno de S. M. en el extran-


jero procederá con ]a dignidad y la firmeza que exige el decoro na-
cional y la justicia de las reclamaciones que intente. La considera-
cion mas cabal prestará al mismo tiempo á las que se le'dirijan por
los gobiernos amigos, procurando complacerlos sin diferencia en
todo aquello que sea estrictamente compatible con el decoro é inte-
reses del pais.


»No desconoce los grandes beneficios que han dispensado algunos
de ellos á la causa pública en momentos aciagos y de doloroso re-
cuerdo. Nunca ha sido cualidad, de pechos espafioles la ingratitud, y
en ellos la conservarán mientras dure la memoria de época tan la-
mentable. Presentes tendrá siempre el gobierno de S. M. las prue-
bas de interés que ha recibido de sus aliados durante aquella lucha
fratricida que la ambicion y otras pasiones menes nobles habian en-
cendido en la Peninsula, y que ha terminado afirmando irrevoca-
blemente el trono legitimo de nuestra reina y los dere~hos políticos
de la nacion.


»Despues de un triunfo tan completo, la politica, de acuerdo con
Jos intereses materiales, prescribia, al parecer, que hubiese cesado
la interrupcion de relaciones que aun conservan ciertos gobiernos
con el de S. M. Pero debo declarar á usted que al mismo tiempo
que este veria con gusto restablecerse una comunion que es siempre
provechosa al bienestar y riqueza de los pueblos, no autorizará paso
ninguno que rebaje en lo mas minimo la dignidad y decoro d~ la
nacíon. Descansa tranquilo en la justicia de su causat son harto bri-
Uautes los titulos que afirman la diadema en las sienes de su jóven
reina, para intentar gestiones que reprobaria la opinion pública, y
serian contrarias á )a independencia del carácter espanol.


»Cimentado sólidamente el trono, consolidadas las instituciones y
adelantada la reforma política del Estado, son tantos los intereses
creados, y tal la decision del gobierno, que en vano se ensayarán
maquinaciones en el interior ó exterior del reino para alterar el so-
siego público. Inútiles serán las especies con que nuestros enemi-
gos intentan alucinar á los incautos en el extranjero. Alimentando
á los descontentos eon falsas esperanzas de trastornos polIticos, so ..
plan el fuego de la discordia y los impelen á nuevos crimenes.


»Pero el gobierno vigila, y tiene la fuerza y energia necesarias
para enfrenar el desórden y para castigar legal, pero instantánea-
mente, al que promueva ideas de subversion, sea uno ú otro el prin-




DEL ULTIMO BORBON DB ESPAÑA. '1
cipio que invocare., El único que profesan los espanoles, conservar
intacto eJ gobjerno de S. M., es el mOíJárquico con dolia lsabellJ,
Constitucion dé 1887 Y sus legítimas consecuencias. El gobierno
respeta las instituciones de todos los paises: jamás se erigirá en cen-


. sor de su menor ó mayor bondad; se cree por lo tanto con derecho
á exigir se le guarden iguales consideraciones.


»Estos son los principios que conviene manifestar en ocasiones
oportunas; estas las máximas que debe usted tener presentes en los
negocios que ocurrieren. Una advertencia Die resta, advertencia su-
perflua si se considera el carácter é iluslracion de usted, pero harto
importaute para que deje de inculcarse con frecuencia á los depen-
dientes del ministerio de mi cargo.


»Si en todos tiempos es un deber del funcionario público servir
con eficacia y lealtad, esta obligacion se aumenta en circunstancias
especiales. Las de España requieren un celo completo de parte de
sus representantes, una adhesion sin límites á sus intereses, un amor
ciego á sus instituciones. El que no posea estas dotes, el que no
respete como su mayor timbre la calidad de espanol y defienda con
toda fe el órden político del reino, sus obras serán menguadas, va-
nos y sin provecho sus oficios. Un sentimiento de delicadeza, la
voz de su conciencia misma debe conducirle entonces á abandonar
un puesto que no puede llenar dignamente. Este paso le honraria,
excusándome uno que, aunque inevitable, me seria sensible.


»Dichosamente tengo esperanzas muy fundadas de que el pun-
donor y constante lealtad de los individuos del ministerio de Esta-
do no dfjará que apetecer en el servicio público, y en la coopera-
efon que necesito para responder dignamente á la confianza de S. A.
el Regente del reino. Dios guarde á usted muchos anos. Madrid 30
de JUDio de 184!.-EI conde de Almodovar.lO


v.


En Porh¡gal la camarilla que se habia apoderado del gobhlrno hi·
zo unas elecciones con tales violencias, que en la historia electoral
no se recordaba hclChos semejantes.


Fueron nombrados treinta pares nuevos, lo cual constituía una
cámara alta de la devocion ministerial subordinada á los caprichos
de la nuéva situacion.


'lOMO ....




6! HJ~TORU DEL BIINADO
En Inglaterra habia ocurrido un notable inch!ente, habiendo sido


objeto da una tentativa criminal la reina Victoria.
Otro hecho no menos notable babia ocurrido en eJinterior. El in-


fante don Francisco despues de muchos ai'ios de destierro habia
vuelto á Espai'ia recibiendo acogida favorable, benévola del Regente
del reino.


Pasaron algunos meses y en todos los círculos se hablaba del des-
tierro nuevo que iba á sufrir aquella familia.


Entonces se dijo que habiéndose presentado desde las primeras
entrevistas algunas indica~iones de proyectos de enlace entre los
hijos de don Francisco y las princesas Isabel y Luisa, fueron aco-
gidas perfectamente entre los amigos de Espartero; pero que de-
seando don Francisco asegurar mas y mas el buen éxito de este
asunto, se decidió á buscar auxiliares nuevos teniendo el intento de
formar un nuevo partido.


Sin duda alguna que si Carlota hubiese estado en Espai'ia al tiem-
po de la caida de Cristina, es mas que probable que no hubiera si-
do el general en jefe el que hubiese conquistado una posicion tan
elevada como la que tenia.


Como presenciaba todo el mundo la rápida descomposicion del
partido progresista, y esto no era un secreto que pudiera ocultarse
a don Francisco de Paula de Borbon, no seria nada extraDo que
las voces que se echaron á volar tuvieran algun fundamento.


Entre otras muestras de que existia alguna desavenencia entre la
familia del infante y el general Espartero, aun cuando todavía no
se manifestaba por completo, ]a hallaríamos en el siguiente docu-
mento: .


«Al admitir el serenísimo señor infante don Francisco de Asis
María el empleo de capitan del regimiento húsares de la Princesa,
que accediendo á ll)s dese<n de sus augustos padres tuvo á bien con-
cederle el Regente del reino en 1 ~ de mayo último, renunció el jó-
ven príncipe á la dignidad de capitan general honorario de que está
revestido. Próximo á llegar á esta capital, y deseando S. A. el Re-
gente del reino evitar toda clase de duda con respecto al tratamien-
to y consideraciones que en estos actos de servicio y fuera de él
corresponderán al Sermo. serior iufante, se ha servido declarar, de
acuerdo con el parecer del consejo de ministros, que atendidas las
razones expuestas, no corresponde al mencionado Sermo. señor in-
fante don Francisco de Asís Maria otra cODsideracion que la de ca ...




DIL ULiftlO BORBON Di ESPAÑA. 6S
pitao de caballería, con sola la excepcion del tratamiento de Alteza
que se le conservará de palabra y por escrito. De órden del Regente
del reino lo comunico á V. E. para su inteligencia y fines con~i­
gnientes. mos guarde á V. H.,muchos años. Madrid 14. de jnllb de
184,!.-RodiJ.-Seftor Capitan general del primer distrito.»




CAPITULO IX·


SUMARIO.


Ojeada sobre Francia é Inglaterra.-Zurbano en Cataluña.-Situacion crítica y desa-
liento del partido liberal.-Polémicas y espíritu de la prensa en aquel entonces.


I.


Un acontecimiento grave vino á sorprender á Luis Felipe en su
carrera. Todas sus cábalas debieron quedar contrariadas por un
desgraciado acontecimiento que pudo pasar para él como una ad-
vertencia saludable, á fin de detenerle en sus ambiciosas tendencias,
mostrándole que es urgente mas que todo conquistar el afecto de
los hombres.


El 13 de julio murió el principe de Orleans, primogénito de Luis
Felipe, presunto heredero á ]a corona de Francia, al dar un paseo
por las inmediaciones de Paris.


El dia 16 se abrieron:las cámaras, pronunciando Luis Felipe un
discurso muy corto y comenzando en seguida la discusion de un
proyecto de ley para la constitucion de la Regencia (B).


Ese proyecto por fortuna no debía tener aplicacion, porque el
pais no pudo tolerar la desastrosa administracion del rey de las bar-
ricadas, y le arrojó del trono que mancillaba, levantando sobre las
ruinas de esa institucion la República democrática.




DEL ÚLtIMO BORBON DE ISPARA.. 65
En Inglaterra, la misetia era espantosa. Las coaliciones de obre-


ros tenian lt las grandes poblaeiones en perpetua aJárma.
Todas las poblaciones manufaelureras nombraron delegados que


se presentaron al ministro pidiendo que se tomase alguna resolucion
para evitar las desgracias que amenazaban.


Grandes reuniones y manifestaciones que se celebraban en las in-
dustriosas villas solian reunir diez y ocho y veinte mil ciudadanos
que paseaban las calles con músicas y banderas donde se leia esta
terrible inscripcion: PAN y SANGRE.


Era sombrio el aspecto que todo presentaba en la Gran BretafIa,
y triste la situacion de los obreros obligados por el hambre á tra-
bajar en los insalubres talleres y alejados por lo insuficiente del
jornal de esos mismos talleres en que enfermaban.


La agitacion que producian las divisiones cada vez mas notables
en el seno del partido progresista iba dando entre tanto sus natu-
rale~ frutos.


En eataluna las facciones eran perseguidas sin descanso desde la
llegada ~e Zorbano.


Felipe fué preso, y desbandadas sus gentes; pero los bandos ter-
ribles y sanguinarios del antigua guerrillero disgustaron á muchas
gentes, porque hubo casos terribles con ocasion del contrabando
que se propuso extinguir á todo trance causando vfctimas casi ino-
centes.


En Palacio hubo grandes contratiempos, y la marquesa de Bél-
gida hizo dimision de su cargo, mediando agrias contestaciones con
el tulor y el intendente que dieron trabajo á los periodistas y pasto.
á Ja polémica.


11.


En el dia del aniversario del pronunciamiento de setiembre, que
se celebró con formacion y paseo civico de las corporaciones popu-
lares, publicó el Eco del Comercio un artículo del cual extractamos
algunos párrafos muy notables en verdad.


«Uno de esos incalificables sucesos es el renomhrado 1.0 de se-
tiembre de /840, cuyo aniversario nos recuerda el noble y majes-·
tuoso sacudimiento de un pueblo envilecido y tiranizado por una
(raccion audaz, y justamente nos revela á la par los mezquinos, sino




66 mSTORIA DIt REINADO
mas bien infructuosos golpes que descargara en medio de su efer-
vescencia, arrollando malos patricios para elevar quizás olros no
menos hipócritas, no inenos imbéciles para el mando, no menos
inconsecuentes en sus creencias poHticas.


DExlrafto á la verdad parecerá este lenguaje en un óriano del pro-
greso que tanto ha trabajado no solo por el realizamiento de tan
noble suceso, si que tambien porque sus consecuencias fuesen una
realidad, no UDa farsa ·tan tirana, tan inmoral corno la que aquel
derrocara del poder. Extrañará por cierto que los adalides del pro-
nunciamiento pongan en tela de juicio ese alzamiento grandioso que
atemorizó al vencido moderantismo apenas se presentó inerme en
la apariencia, pero aterrador en su imponente demanda, extraftará
que nos abstengamos de calificarle en el s~ntido que hasta el pre-
sente lo hemos hecho: la extrafteza empero dese parecerá desde el
momento que nos oigan proclamar á la faz de los pueblos: El pro-
nunciamienJo de setiemhre Iza sido viciado casi desde 8U cuna: tan solo
ha servido hasta tI dia de escalon por el cual renegádos progresis-
tas han aacends'do al poder, ávidos de empleos y sedientos de parti-
culares venganzas. .


»Asi es que si inmoralidad habia antes de setiembre, inmorali-
dad y desórden queda aun en todos los ángulos de la Peninsula: si
infracciones de ley, si desquiciamiento en la administracion, si pa-
drinazgos en la rlistribucion de los cargos públicos, todo esto y aun
mas es casi el patrimonio de algunos que, bajo del titulo de pro-
gresistas hemos visto conducir de mal en peor, y de dia en día, la
destrozada nave del Estado. Males sin cuento, pobreza, desmorali-
zacion, vemos tristemente reinar con el descaro y la impudencia
que antes del alzamiento de setiembre.


»¿Quién promovió el alzamiento de setiembre? El partido del pro-
greso, se responderá únicamente; y cada comunion política juzgará
siempre, como hasta aqui, de tal suceso, con las tintas mas ó me-
nos subidas de su color, con las afeccion('s mas ó menos apasiona-
das; pero, fuerza es decirlo, tal vez ninguno cen acierto, ninguno
sin pasiones, ninguno movido por la luminosa antorcha de la razono


"Preseindiendo por hoy de entrar de Heno en esta cuestion, ele-
vándonos á las causas imperiosas que hicieron abortar un sacudi-
miento tan general del pueblo contra tantos mandarines, que eri-
gidos en soberanos, habian convertido en propiedad exclusiva de su
partido el poder y los destinos: prescindimos de culpar agriamente




DEL ULTIMO BORBON DI ISPAÑA.. 67
á una comunion política, que sucumbió, porque tambien tiene sus
títulos para ser respetado basta en sus extravíos; y cúmplenos con-
fesar que quien hizo el pronunciamiento fué el ·partido progresista
secundado hasta el delirio por un pueblo que sen tia demasiado el
férreo peso de la opresion.


»EI partido progresista lué quien despertó los instinto8 del pueblo
que sufria con amargura el duro freno de la humillacion. El parti-
do progresista ... pero lo hemos confesado cQn franqueza y noble
orgollo; hagamos tránsito á otra cuestiono ¿Quién vició un sacudi-
miento legitimado por la expresion inequívoca del pueblo y la l~
de las circunstancias~ El partido progresista, se nos dirá; pero nos-
otros rechazamos enérgicamente tal respuesta. El que hace traicion
á sus principios es un desertor de su comunion política, por mas
que pretenda cubrirse con su nohle manto: los que han explotado
el pronunciamiento, forzoso es revelarlo, han saltado por cima de
las creencias del progreso; han desconocido, si no despreciado, sus
principales máximas de gobierno; ha conculcado sus mas severos
principios ... no son progresistas, son otra cosa que ni ellos mismos
pueden definir, y si no se les ha visto vacilantes, ioseguros, tími-
dos y cobar~es auo empuñando los cetros de la dominadon, se les
ha visto enemigos de los que constantemente militaron con decisüm
y nobleza en las banderas del progreso.


»No son pues los progresistas los que han viciado y hecho casi
odioso un alzamiento que hará época en los anales de las revolu-
ciones. No son progresistas, no y mil veces no: son otra cosa que
nos cump1e pasar en silencio, son en fin los que, imbéciles é impo-
tentes, en todas partes hal!an colosales enemigos y tremendas cons,
piraciones. Pero ¡,y qué otra cosa pueden concebir ni esperar cere-
bros sin principios fijos, almas enervadas, sin vigor, y hombres sin
genio? La severa ley de las revoluciones: ¡perecer en medio de la
tormenta! porque entregaron la nave en manos de inexpertos y or-
gullosos marineros.


»Ora bie.n: ¿ha sido útiJ á Ja nacion el alzamiento de setiembre?
Responded, pueblos; solo una ventaja habeis reportado, y esto es,
conocer que vuestras fatigas sirven, como antes, de sustento á cier-
tos Reres nulos; que vosotros gemis comiendo un pedazo de seco y
negro pan, mientras que orgullosas sanguijuelas devoran entre fes-
tines, el fruto de vuestros sudores ... pero no Iejqs está vuestro dia! ..
tal vez no tarde aparezca una aurora de esperanza y de virtudes!




68 HISTORIA DEL RIUNADO
»¿Podrán, empero, ser útiles al pueblo las consecuencias del pro-


nunciamientot Esta cuestion que por hoy solo nos contentaremos
con indicar, es á nuestro modo de ver el áncora de la salvacion de
la patria.»


IIJ.


Esos párrafos revelaban perfectamente el desaliento que se habia
introducido en las filas del partido liberal, y reflejaban con exacti-
tud la opinion y las necesidades del partido progresista descontento,
que preparaba ya una evoIucion que debía producir tremendos ma-
les, consecuencias muy desastrosas.


El Eco, que venia siendo órgano de la opinion mas avanzada del
progresismo, proclamaba la necesidad de variar absolutamente de
rumbo, y mantenia polémica séria con los periódicos Iheria y Es-
pectador, y El Patriota, órganos tambien del partido progresista,
que defendian la conducta del Rtlgente y la ndministracion del mi-
nisterio que sucumbió ante la célebre votacion del 18 de mayo.


La Iberia habia dicho que entraba una nueva empresa á encar-
garse del Eco del Comercio, y que don Manuel Cortina escribía al-
gunos artículos en dicho periódico. Con este motivo, dicho senor pu-
blicó un comunicado desmintiendo el hecho.


Por lo demás, El Eco concluia el articulo que antes hemos citado
con estas palabras: ,


«Con tan encontrados y morUferos elementos, ¿podrá no obstante
la Espana salir de su letargo1 ¿podrá aun contarse en el número de
las naciones libres? ¿podrá arribar á la felicidad á que su virgen y
fértil suelo la convida1 ¿podrá aproximarse á un dia de grandeza y
prosperidad? Creemos que si, aunque la obra es colosal, los obs-
táculos muchos y poderosos, la inaccion y abatimiento sin limites.
~ y cómo podrá aspirar á tan gran veotura1 Vamos á responder de
una manera terminante: «La España será grande y feliz, verifica-
»das que sean las jus.tas, las legítimas consecuencias del pronun-
»ciamiento de setiembre.»


.. En otros números explicaremos cómo deben entenderse dichas
consecuencias, y entonces repetiremos con fundamentos y razoles
incontrastables, que son la única dncora de salvacion de la patna, 1J
especialmente de las actuales instilllciones; por lo demás, no creemos




"


DIL ULTUIO ¡ORBON DE ISPAÑA •
....


68
se extralle el lenguaje nuestro, cuando es la exp¡esion genuina del
partido verdaderamen te liberal: es el eco de los' desengaDos; es la
conCesion de los desacieÉtos .


...


»Hechas estas sinceras manifestaciones, nos creemos con derecho
á esperar de nuestros adversarios politicos una ingenua conCesion
po( su parte, de que no han sido tan justos ni tan impecables como
diariamente preconizan en los órganos de sus partidos; porque nos-
otros identificados, ante todo, con los principios constitucionales,
quisiéramos que nuestros compatricios cediesen un tanto cada u~o
de sus opiniones: que se prepare un día de reconciliacion entre to-
das las fracciones de que se componen los diferentes matices politi-
cos, y que al grito de ConstitucioD de 1837, se alce el pendon de la
unidad y fraterll:idad, á la que aspiramos, por la conviccion intima
que tenemos de que mientras esto no se realice, no se afianzará só-
lidamente el .gobiernº representativo; y otros se aprovecharán de
nuestras reyertas viendo vacHar el código sagrado que tantas lágri-
mas y tanta sangre preciosa nos costara. Unámonos, pues, y sal-
vemos la libertad, el trono y la independencia nacional, y unámo-
nos de tan buena fe como se hallaba unido el pueblo sencillo y sin
pretensiones de ambicion el dia 1.0 de setiembre de 1840.»


IV.


¿Qué podia significar semejante lenguaje cuando los enemigos de
la libertad, los absolutistas proclamaban tambien la neeesidad de
unirse todos los partidos en una legalidad comun~ .


¿Qué sjgnificaba la oposicion tremenda que hacia al gabinete el
órgano mas autorizado, mas antiguo del partido progresista?


Fl Corresponsal y El Peninsular comenzaban ya aqueHa coali-
cion funesta, y El Huraean se habia retirado del estadio de la prensa
por DO autorizar la conducta de algunos que llamándose republica-
nos no temian ocuparse en llamar á los antiguos servidores de Cris-
tina al partido moderado para derribar al Regente, que por su parte
hacia todo lo posible por desautorizarse manteniendo en el poder
un ministerio antiparlamentario y suspensas las cortes.


Por esos dias comenzó á agitarse la cuestion de amnist[a, y El
Eco decia entre otras cosas:


«El que quiera apartar los ojos de los cuadros trazados desde 1838
TOMO n. 1t




70 HISTORIA DEL REINADO
Y prescinda de la historia de los sucesos, puede lanzarse en esta
cuestion y resolverla como hombre particular guiado solo por sus
bellos sentimientos: el político, el hombre de Estado que contemple
el porvenir será mas cauto, y antes de resolver estudiará. detenida-
mente los sucesos. Por lo que á. nosotros toca, no tenemos inconve-
niente en patentizar una opinion que es nuestra, y unida á la de
muchos otros á quienes la experiencia ha amaestrado en los nego-
cios públicos. No creemos, por lo tanto, ni político ni oportuno que
se dé una amnisUa en estas circunstancias: tememos que la intriga
europea complique, 'nuestra situacion: no vemos, y lo decimos con
sentimiento, tan compacta cual quisiéramos la masa liberal para po-
der rechazar dignamente los proyectos que se pondrán en juego: no
tenemos una confianza absoluta en un ministerio que C¡HeCe de re-
cursos (hacemos honor, empero, á los nombres de los que lo com-
ponen). Leemos en algunos periódicos ministeriales especies des-
consoladoras que tal vez se hayan acogido sin reflexion, pero que
nos alarman.


»Por último, y siR que sea visto que aplazamos para mas lejos
una concesion que mailana mismo hiciéramos consultando solo nues·
tros corazones, nos limitaremos á decir que si las circunstancias eu·
ropeas no varian y nos obligan á permanecer en escucha, se espere
'el suspirado momento de concluirse la minoria, para que el día en
que coronada fa angelical Isabel, comience á ejrrcer su alta digni-
dad, dé principio á un acto tan augusto, amnistiam)o completamente
á todos aquellos que hasta ahora se hallan desterrados de su patria.
Aquel dia será, en nuestro concepto, el dia de salvacion, dia de que-
dar afirmada la paz, dia en que se consolide la union, y día memo-
rable en que la hidra que hace ocho ailos nos persigue, se sepulte
en sempiterno olvido,»


v.


Pocos dias despues publicaba el mismo periódico, en polémica con
El Espectador, estos periodos:


:eStntados estos precedentes, no se concibe la conducta de los tres
patrono8 del ,qobierno, con respecto al artículo del Memorial Borde-
laia, pues El Espectador se contenta con presentarlo mutilado en su
número 403, como si esto cumpliese á su mision y á las doctrinas




DEL ULTIMO BORDON DE ISPAÑA. '71
de su companera La Iberia, al paso que esta y El Patriota lo inser-
tan integro y sin el mas pequeño correctivo, y aun el último, que re-
futó en su número 436 la parte de dicho artículo que hace referen-
ciaal reconocimiento de nuestras instituciones por las cortes extran-
jeras, deja intacto y consentido lo mas digno de combatirse de aquel
periódico, y aun lo valoriza en cierto modo, pues que asegura -que
»de algun tiempo á esta parte ha mejorado las fuentes de donde to-
.maba sus informes respecto á la península . .,


»¿Y es posible que haya tanto empeño en atacar cuanto sale de
nuestra pluma, que nunca puede ser sospechoso á los hombres de
principio~ fijos, y que cuanto D;las afeclará al acto ó pensamiento de
algun ministro, al paso que se copia, trasmite y circula sin aclara-
CiOD ni (riacá la venenosa y alarmant~ especie de que el regente Es-
parlerorecnaza constantemente el ENLACE MATRIMONIAL CONSTITUCIONAL
de la segunda Isahel? .. Esta aseveracion es grave, maquiavélica é
injuriosa á la moralidad del primer jefe del Estado, y tal que some-
teria sus intenciones y hasta su fe politica á dudas muy acerbas y si-
niestras, si no descansasen los españoles en los compromisos de S. A.,
Y en el juramento que hizo á la faz del cielo y de la tierra, de guar-
dar y hacer guardar la Conslitucion que la nacion se diera en uso
de su soberanía, «segun la cual, no puede contraer matrimonio el
»rey nÍ los llamados á suceder en el trono, siD: estar autorizados por
»una ley especial, que s(;lo es dado hacer á las cortes,» so pena de
hollar con planta sacrílega el pacto sublime, grandioso y regenera-
dor que enfrenó los déspotas y consignó las garantias y derechos de
los pueblos, que yacieran anfes:'prosternados á los piés de los tira-
nos y sus prevaricadores sicofantas .


.. A.l expresarnos así, cumplimos con la noble mIsion de escritores
públicos, sin entrar en el fondo de una cuestion prematura y que
debe ventilarse en esfera mas elevada. Dia llegará en que sea le-
galmente dilucidada, y entonces expondremos nuestras doctrinas COD
la franqueza y energía que prestan las convicciones intimas y el amor
d~ la patria, por cuya felicidad arrostraremos impávidus toda clase
de peligros.


»Mediten, pues, los órganos del poder la inmensa responsabi1idad
que han contraido, acogiendo ó no contrariando 1as diabólicas tra-
mas de los enemigos del reposo y djgni~ad nacional, y unan sus vo-
ces á las nuestras para conjurar esos ardides que se fraguan en el
extranjero, con connivencia de espaiioles perversos é incorregibles,




7' mSTORIA DEL REINADO
que se gozarían en eclipsar el brillo del Regente, á qnien no c.esa-
rán de presentar bajíos en que fracasen sus deberes, justificando asi
las miras encúbiertas con que han procurado pintarlo ante la Eu-
ropa.»




CAPITULO X.


SUMARIO.


Cómo ~e iba agravando 1 a eituaeion, r haciéndose mM "in la polé_iea enlre 1011 pe-
riódico! de diferente color político.-Proyectes que SI atribuian al Regente.-
Significacíon política de una serenata dada en Zaragoza á la familia del mfante
don Francisco.


1.


Por horas, por minutos, se agravaba ]a situacion, y podia verse
crecer aquella hora que debia arrollarlo todo.


Bé aqui cómo se iba debilitando el gobierno y tomando fuerza (a
oposicion, porque parecia que multiplicaba sus desaciertos á medi-
da que el peligro arreciaba.


El articulo que tr~ladamos revela perfectamente lo que envolvia
ya por aquella época con sus misterios la intriga reaccionaria.


«A. lo que parece, los periódicos defensores del ministerio, y Jos
que sostienen esperanzas de personas que por el voto de la repre-
¡entacion naoional dejaron las sillas ministeriales, se dedican á sus-
citar la cuestion de si deben ó no ser disueltas las ac tuales sortes
antes que se cumpla el plazo senalado como término natural de su
existencia. Sin duda será grand~ el interés que tienen los diaristas
del ministerio que fué, y los susten tadores del que es, en que cesen




'f 4, mSTORIA. DEL REINADO
las actuales cortes: el de los primeros se concibe con solo recordar
escenas parlamentarias de que no juzgamos oportuno hacer mérito:
el de los segundos no se explica sino por un vago recelo de oposi-
cion Cundado tal vez en el grito de la conciencia; y como para salir
de apuros en esto de lances de parlaQlento es táctica. heredada de
los gabinetes conservadores, la de disolver á toda costa, cate el pú-
blico que los diarios ministeriales echando á UD rincon lo que se
decia hace tres aftos sobra disoluciones' cuando se levantaba el peno
don progresista, se vienen ahora invocando la regia prerogativa, y
pidiendo que se use de ella como de tabla de salvamento en la pre- .
sunta próxima borrasca. Esto si que puede llamarse cortar por lo
sano. Las actuales cortes, está visto, son de ]0 peor que puede pre-
sentarse. El Espectador, La Iheria y El Patriota )0 dicen, no hay
que replicar.


»Pero ¿cuál es el secreto de semejante antagonismo? Nuestros
colegas anlí-parlamentarios achacan á las cortes principios cacarea-
dos! y detrás de ellos cucstiones mezqui1las de individuos y de poltro-
nas. ¿Qué dirian sus mercedes si les volviéramos la alusioncilla por
entero? Con razon pudieran quejarse de nuestra cortesía, y por eso
nos guardaremos muy bien de suponer que El ESfectador, La Ihe-
ria y El Patrwta no bacen m;iS que cacarear pritJcipios para defen-


. der á sus patronos con poltronas ó sin ellas. Semejantes palabras no
serian urbanas y podían dar lugar á muy sentidas quejas de parte
de lJs periódicos susodichos .


• Cierto que El Espectador ha variado de dictámen en ta materia,
y que hoy dice negro, cuando hace poco decia blanco; pero sépase
que El Espectador tiene motivos muy serios para proceder de seme-
jante manera. El Espectador ha sabido que la oposicion se organi-
za, que nombra jefes, que elige candidatos para la mesa, y que trata
de presontarse compacta á ]a lid de los debates, y temiendo que la
oposicion sea Cuerte y considerándola numero.sa y presumiendo que
acaso podrá friunfar, dice que lo mas oportuno es disolver las cor-
tes. La consecuencia de esto es que El Espectador no quiere oposi-
cion -en las asambleas parlamentarias ó que la quiere pequefta, des..
unida y débil: mas claró, que El Espectador no anhela otro triunfo
que el de sus amigos. En esto El Espectador procede como caballe.-
ro; pero la verdad es que sin oposiciones compactas, unidas y Cuer-
tes no son posibles las mayorías fuertes, unidas y compactas, ni los
ministerios que en ellas deban apoyarse; luego si no se quiere opo-




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 75
sicioo organizada, claro es que se desea un ministerio deseolorido,
i\poyado en una mayoría dudosa, desunida y débil. Parécenos que
el absurdo no puede ser mas eVidente.


»Destino es, y objeto visible de toda oposicioD, el convertirse en
mayoría capaz de encargarse del gobierno, y de poner en práctica
sus principios: luego una oposicion que se organiza y fortalece, DO
hace mas que cumplir con la ley de su destino, con la ley de todos
los cuerpos deliberantes. Los periódicos á que contestamos no quie-
ren que esa ley se cumpla en estas cortes y aconsejan su disolucion;
y nosotros nos atrevemos á preguntarles, como garantía para lo fu-
tu.ro, si se atreven á responder de los principios y tendencias de
otras cortes, dado caso que las nuevas elecciones se hagan á la
sombra del actual ministerio y en medio de las críticas circunstan-
cias en que nos hallamos.


»Entremos á discutir la materia bajo este punto de vista, y qué-
dese aparte ]a cacareada afirmativa de si la coalicion. por serlo,
deja ó no de ser mayoría y de tener principios y hombres capaces
de representarla. La verdad de todo esto la sabemos todos, y no es
cosa de disputar sobre hechos tan conocidos y averiguados; amen
de que nosotros creemos que si coalicion hubo, ya no existe; porque
pensamos que las impresiones de cierta sesion célebre han desapa-
recido ó debilitádose en gran manera, y entendemos que siendo hoy
igual el interés de todos los diputados, deben olvidarse lamentables
discordias pasadas, dejando su recuerdo á quienes tengaD la flaque-
za de conservarlo.


»Pero antes de abordar, como se dice ahora, la euestioD bajo el
aspecto que hemos indicado, téngase presente que el congreso ac-
tual nada ha hecho que pueda presentarle como hostil al gabinete;
y entiéndase que si el ministerio adoptll hoy la resolucion de disol-
ver las cortes, lo hará fundándose en presunciones y sospechas, no
en hechos acreditados y patentes, segun la práctica recibida de to-
dos los gobiernos constitucionales. Es decir, que los periódicos á
quienes Ja oposicion futura sobresalta, por huir del escollo que sus
recelos le preseBtan, aconsejan al gobierno que use de su preroga-
Uva de un modo extrai'io á las prácticas del "islema representativo.
Disolver las cortes es apelar al pais de la sentencia del parlamenlo;
por consiguiente, es preciso el fallo para que la apelacion se inter-
ponga: ahora bien, si las corte3 no se reunen, si no hay discusioD,
si no se vota, 6dónde está la sentencia? ,de qué se hace juez al pais?




76 HISTORIA Dn REINADO
~contra qué se defiende el gobierno? ~en nombre de qué máximas
pelea~ ¿bastará por ventura la presuncion mas ó menos interesada
de un periódico para dar por supuesto un voto que solo en las in-
tenciones existe que tal vez ni aun en ellas se encuentre, qne aeaso
en la díscusion puede quedar destruido?


»Si el pais por no presentársele el proceso con la debida instrue-
cion se extravia, si desconociendo la verdad de las opiniones aho-
gadas antes de pronunciarse ó tomando su defensa á ciegas se equi-
voéa y da por resultado 'lna mayoría, ¿podrá decirse que el voto de
la nacion sobre tales antecedentes fundado, es el voto que la verdad
constitucional apetece? ¿Quién responde de que por esta senda,
adoptando esta práctica no se llegará alguna vez al despotismo'
.Oué diferencia hay entre este modo de falsear la constitucion y el
que otras épocas se empleó cuando el gobierno influia moralmente
en la voluntad de los electores? De una y otra manera se priva de
sus verdaderos votos á los ciudadanos: la corrupcion ó el miedo ar-
rancan á las urnas electorales resultados opuestos á la verdad; la
privacion de los debates de la tribuna en los que el gobierno y la
oposicion esfuerzan sus razones, obliga al pais á sentenciar sin co-
nocimiento de causa, á juzgar de lo que no ha visto, á condenar ó


. á absolver las intenciones DO manifestadas, sino presuntas de sus
representantes. Luego de ambos modos se consigue un mismo ob-
jeto; luego aconsejando al ministerio la disolucion de las cortes an-
tes que fallen sobre la politiea del gabinete, se aconseja una medi-
da que se endereza nada menos que á privar á la naCKm de un ds-
recho de conocer y juzgar, esto es, de su verdadero voto.


»Pero hemos hablado de circunstancias espinosas, y hemos dicho
tambien que seria difícil en las presentes á la sombra de este minis-
terio dirigir la crisis que producen siempre las luchas electorales, y
tambien hemos insinuado el imposible de pronosticar las tendencias
de unas nuevas cortes, elegidas bajo tales auspicios; y aquí es don-
de nosotros deseamos que n !lestros' colegas fijen su atencion á. fin de
que si nos convencen, es decir, si demuestran que las circunstan-
cias no son muy críticaa, que los ánimos no están muy divididos,
que el gobierno tiellO toda la fuerza y el crédito que necesita para
dominar y vencer los inmensos obstáculos que le embarazan, arrie·
mos el pab¡]llon dándJnos por vencidos; tomemos por nuestra su
demanda y juntemos á su voz la del Eeo para pedir con toda ener-
gia la disolucion del actual congreso.




DEL ULTIMO BORBON DB ESPAÑA. 77
»EI interés de ]a patria nos guia á examinar esta cuestion: si la


existencia de las cortes actuales es un mal para el pais; si]a con-
servacion de algunos influjos, cada vez mas pequeños y mas débi-
les, es preferible á la continuacion del parlamento; si la disolucion
de este, antes que se pronuncie sobre la politica ministerial, es con-
forme á las prácticas constituciónales y conveniente al estado de las
cosas públicas; si todo es evidencia como se debe, ¿qué dificultad
puede tomar El Eco en reclamar una medida tan útil~ Ninguna cier-
tamente. Difícil es que La Iheria, El Espectador y El Patriota hallen
adversarios mas dóciles que nosotros. Vénganos de sus plumas la
verdad, disipen las tinieblas de nuestros errores, y verán lo poco
que tardamos en convertirnos.»


11.


Reclamábase con empeño la cOllvocacion de cortes por El Eco y sus
amigos, mientras que E¿ Espectador, El Patriota y La Iheria veian
graves peligros y casi necesaria una disolucion por la heterogeneidad
de las fracciones que habían constituido la mayoría para derribar al
anterior ministerio; y tanto hubo de dilucidarse esta cuestion que el
gabinete temeroso de hallar una oposicion que le sujetase al contlic-
to de haber de gobernar sin contribuciones, ó de tener que exigirlas
faltando al articulo de la Constitucion, se decidió en 30 de setiem-
bre á convocar la legislatura para el dia 14: de noviembre.


y la polémica se hizo vivísima en este periodo.
El Heraldo, El Peninsular, El Corresponsal y El Eco, cada cual


desde su punto de vista combatian sin tregua á aquella situacion, y
venian á coincidir muchas veces, porque buscaban el terreno cons-
titucional y suponian al Regente dispuesto á proclamar la Cons-
titucion del 12, prorogando la Regencia hasta los diez y ocho afias,
fundándose precisamente en la discusion que recientemente habia
habido en Francia y en )a solucion que allí se habia dado á este
asunto.


Sobre este asunto decia Bl Eco )0 siguiente:
«No bien salimos de un peligro, cuando ya tenemos que armar-


nos para vencer otro. Nuestra situacion se empeora cada dia mas.
y nuestros avisos no son escuchados, y nuestros consejos son esté-
riles, y nuestra actitud pacifica, generosa, noble y legal, se mira


TOMO JI. 11




/


78 msroBIA DEL IlKINADO
eomo un atentado al poder, como una usurpacion, como una voz
de alarma para trastornar el órden, y turbar la paz, y conmover al
pueblo, y conculcar las leyes. Se anunciaba, si no el restablecimiento
integro de la Constitucion de 1S1~, el del articulo por lo menos, de
ella concerniente á la edad en que debe salir de la minoría nuestra
AUGUSTA BElNA ISABEL II; se manifestaban deseos de prolongar la du·
racion de la tutela; ya á pretexto de los desmanes de la prensa, se
invocaba una ley, que no solamente la reprimiera, sino que coar-
tase la liberlad de emitir el pensamiento con toda la independencia
que se consigna en la ley fundamental del Estado.


-No diremos que tal fuese la intencioD formal del gobierno, y nos
alegramos de corazon que á su nombre se hayan desmentido aque-
llos temores; pero lo cierto es, que algunos de los que se conside-
ran sus órganos, han infundido estos temores, y se han permitido
ciertas licencias que el gobierno no se apresuró á castigar con su
explicita desaprobacion, y que tácitamente los ha tolerado, mientras
que coa tanta solicitud y cuidado se denuncian, á su nombre, doc-
trinas y hechos de otro g-énero si están cog~ignados en periódicos
libres, independientes y de oposicion. Y tantas y tan repetidas han
sido las provocaciones; tantos y tao justos Jos temores que han pro-
dueido; taota la deseonfianza general; tantos y tan graves los males
que se vislumbaban, que el pueblo se ha conmovido, y la prensa,
que sus intereses defiende, se ha visto forzada á tomar un ademan
respetable dentro del circulo de las leyes, esperando los aconteci-
mientos para hacer frente á ellos con nobleza y con todo el vigor
posible, ó para precaverlos con oportunidad.


»Traoquila estaba ya, aunque siempre sobre las armas, cuando ha
vuelto á circular una voz antigua y ya casi apagada «de que si la'
»existencia de las actuales cortes seria tan fugaz, que ni aun tiempo
»tendrían sus diputados para calentar Jos escalios.» Ningun interés
tenemos en que acaben pacíficamente su legislatura, ni en que la
corona, usando de sus prerogativas, las disuelva y convoque otras.
Nuestro único deseo es, que el pais esté dignamente representado;
que el gobierno sea la expresion de su voluntad, y que ambos po-
deres legislativo y ejecutivo, unidos en principios yen doctrinas ca-
minen á un mismo fin, esto es, á dotar la nacíon de buenas leyes;
satisfacer sus necesidades; poner término á los males que la aquejan
y labrar su felicidad; pero séanos permitido hacer al gobierno algu-
nas respetuosas observaciones.




DEL ÚLTIMO BORBON :PE ESPAÑA. 79
»No hay motivos para disolver las cortes; ¿por qué no se disol-


vieron cuando la coalicion venció á la antigua mayoría, ó cuando
aquella vino á ser la mayoría legal1 No se diga «que la coalicion fue-
nse una mayoría facciosa, ó con mas dulzura, una mayoría ficticia,
»como compuesta de elementos heterogéneos;» porque si tan fáciles
fuésemos para estas arbitrarias calificaciones, jamás el pais estaría
representado, pudiendo la minoría llamar (acetosa á la mayoria, y
retarIa á las urnas electorales, como ha sucedido ya mas de una
vez; y el perpetuo litigio sobre el punto donde se encuentra la opi-
Dion ó la voluntad nacional, seria interminable y hariase muy ridi-
culo todo sistema representativo.


DEI hecho es, que 10 que se llama coaIicion fué mayoría, y que
el gobierno no salió de ella; y por consiguiente, que él d.ebe estar
en guerra con aquella, ó esta con él. Justos motivos habría para
no acudir á las capacidades de esta nueva mayoría para la eleccion
de nuevos ministros: acatamos la prerogativa de la corona, y no
nos opondremos á su mayor latitud, aunque las creamos sometidas
hasta cierto punto, á las formag constitucionales.


»Entonces debieron entreverse los grandes peligros de una diso-
lucíon intempestiva, y las ventajas de aua disolucion inmediata y
oportuna. En aquella oposician dé intereses y de principios que paáó
tambien á dividir y á poner en abierta y constante guerra los pe ....
riódicos, órganos de todas las opiniones, así en la capital como fue~
ra de ella, indicada estaba, si no la necesidad, la conveniencia al me-
nos, de apelar al país para que nuevos elegidos viniesen á dirigir
las controversias, á fijar la voluntad del pueblo y á sostener sus in-
tereses.


»EI gobierno sabia que los presupuestos desde primero de setiem-
bre de 1840., no se habian discutido, sino ligeramente votado; que
dos años habhn transcurrido, y que las leyes de presupuestos no
habían podido ser sancionadas sino en el segundo semestre de cada
UDa de ellas; que sin presupuestos para 1843, 80 podía el gobierno
procurarse legalmente los medios necesarios para satisfacer las nece-
sidades públicas; que ni aun . podian estar autorizados para reca.udar
las contribuciones; que era urgente plantear las reformas así mate-
riales como administrativas, que el pais reclamaba; que no era me-
nos urgente la ley sobre responsabilidad de los ministros; que esta-
ban pendientes los códigos y leyes orgánicas; que prolongar la triste
situacion en que por largo tiempo hemos vivido, siguiendo la ftl-




88 RlSTORIA DEL REINADO
nesta máxima de vivir hoy sin pensar en los medios de vivir malla·
na, y abandonarnos ciegamente al curso de los acontecimientos, era
preparar nuestra ruina, y tener siempre exhausto el tesoro, y tira-
nizado sin esperanza el pueblo; que sin recursos, SiD moralidad para
el pago de nuestras obligaciones, sin órden ni concierto en el go-
bierno, sin poderes 'suficientes para que este obrase á nombre y en
representacion de la nacion, que es la que por medio de sus órga-
nos se los puede dar, se alejaria mas cada dia la época, largo tiem-
po suspirada, de restablecer el crédito y de poder hacer uso de él
aprovechándonos de las circunstancias mas favorables,


»Desde mediados de agosto habremos perdido el tiempo si las cortes
se disolviesen, y habremos además de perder el que se necesite para
la reunion .de las q:ue se convocaren. Y ¿será tan imprevisor el gobier-
no ó será tan indiferente, que no lo haya antevisto, ó que lo baya
despreciado? ¿Se creerá con poder bastante para administrar, recau-
(Lu, imponer contribuciones, tomar á préstamo, y hacer, en fin',
cuanto quiera sin estar autorizado por las cortes? Y ¿será excusa le-
gítima decir que no están reunidas; que la necesidad estrecha; que
la patria se hunde? Y ¿quién tiene la culpa de que no estén reuni-
das? ¿Por qué no se disolvieron á tiempo las actuales, ó por qué se
disuelven ahora, cuando precisamente deberían discutir las materias
'mas capitales, para dejar siquiera levantado el edificio cuyo scimien-
tos pusieron?


.Desearfamos que los periódicos ministeriales, ó los que estuvie-
sen autorizados para anunciarnos las intenciones del gobierno, nos
contestasen á estas preguntas:


»1. o Si se disuelven las cortes, ¿podrá el gobierno recaudar las
con tribuciones?


»2.0 ¿Podrán servirle de regla presupuestos no discutidos'!
»3. 0 ¿Podrá recargar las contribuciones conocidas, establecer


otras, contratar un empréstito?
»4. o ¿Podrá hipotecar para este fin alguna ó algunas rentas del


Estado?
»0,0 ¿Podrá continuar estableciendo donde quiera y á pretexto


de necesidad estados de sitio, y conferir á ninguna autoridad un
poder discrecional y absoluto, con mengua y desdoro de los tribu-
nales de justicia?


»6.0 ¿Podrá empeilar su palabra para tratados de comercio, na-




DEL ULTUKO BORBON DE BSPAftA. 81
vegacion y amistad con ningun pueblo, por ventajosos que puedan
parecerle?


»7. 0 ¿Podrá modificar esencialmente los aranceles vigentes y
resolver cuestiones ecónómicas en que se interesen provincias y cla-
ses en teras'!


»8. o ¿ y la disolucion de las cortes deberá ser sim ultánea con la
convocacion de otras dentro del plazo mas breve posible?


.Conviene mucho á la prensa independiente, porque conviene al
pueblo saber cómo se resuelven estos problemas, ya que tan des-
graciados seremos si el tamor· general se realizase, que bayamos
perdido tanto tiempo inútilmente y malogrado acaso una ocasiot' fa-
vorable de alentar el crédito público; abora que tanto abunda, y
tan barato está el dinero en los mercados de Europa; ahora que la
Gran Bretafla tiene el pensamiento de reducir su tres al dos y medio
por ciento.»


IlI.


Esa discusion que los lectores podrán ver en gran parte, no po-
dia servir como querian suponer algunos de pretexto á semejantes
cambios. Pero ello es lo cierto, que se hacia arma de guerra con-
tra Espartero de todos estos casos é incidencias.


Entre ellos surgió uno muy grave que se rozaba con la familia
del tio de Isabel.


Un periódico publicó una carta de Zaragoza que decia asi:
«Diez dias habian transcurrido sin que la permanencia de los se-


nores infantes ofreciese nada, nada notable que llamase la atencion
en esta capital hasta el 18 por la noche, en que el capitan de caza-
dores del primer batallo n de esta milicia nacional con alguoa fuer-
za de su compafífa, obsequió á S S. A A. con una serenata en
que, despues de algunas piezas de música, se tocó la jota aragone·
ia y se dieron algunos vivas al sefior infante duque de Cádiz. La
circunstancia de haberse publicado en estos últimos dias dos arti-
culos en el Beo de Aragon, abogando por el,asamiento de este PRÍN-
IPE can ]a REINA ISABIL 11, ha becho creer á algunos, que se trabaja
á que por formar un partido en este sentido; g .,in que yo tmpugne
esta creeneia, ni en,uentre nada etetrarifJ alobjetrJ, cuanto con que
asi en este, como en cualquiera otro asunto, la mayoría inmensa de




81 mSTORU. DEL RlINADO
ZáragoJa estará por lo que decidan las cortes, sin que pueda vio-
lentar la opinion de este gran pueblo la voluntad ó estimacion par-
ticular de algunas personas, que en negocios tan graves es de muy
poco peso. Los zaragoJanos y 108 españoles todos se acomodarán á
lo que decida el interés general, y en su dia y por quien correspon-
da, se verá si está en los de la nacíon tan importante enlace. He
querido dar á ustedes estas explicaciones, por si algun periódico da
á Jos articulos del Eco de Aragon y á la serenata de la noche del 13
una interpretacion equivocada, ó mas valor del que por hoy real-
mente tieoen.»


Asi comenzaba~ pues, á tratarse de aquella gravisima euestion en
los paises monarquicos, la cuestion de enlaee que'entrana muchas
veces intereses tales, y afecta por tal manera á esas familias que
creen tener su origen en la divinidad, y que sus caprichos deben ser
por todos respetados, que suele traer en pos odios,· enemistades,
guerras sangrientas, horribles escenas de devastaci6n y de pillaje
que sufren los pueblos viéndose inhumanamente sacrificados por los
opresores.




CAPiTULQ XI ..


SUMARIO.


Polémica periodística.-Suceso5 de Barcelona.-Sesion de cortes en que se trató de
dichas ocurrencias.-Resolucion del Regente


l.


En la polémica suscitada por esa carta publicó el Eco un artícu-
lo (e) respectivamente que empieza «Elegidos por el Espectador.
que prod ujo desde luego un verdadero escándalo.


En ella tomaron cartas El Trono, El Corresponsal, El Castellano
y muchos periódicos de provincia, y pudo darse ya por consumada
en la prensa la célehre coalicion con el carácter de mantener la ob-
servacion de la Constitucion.


Con ocasion del mismo asunto, DO faltó quien decidiera con toda
formalidad, que habia cesado de derecho ]a tutorfa por haber cum-
plido Isabel doce anos, pretendiendo que don ~Agustin Argüelles
quedara fuera del puesto que le habian confiado las cortes.


El Eco, queriendo borrar la impresion desfavorable que pudie-
ran producir las acusaciones de los ministeriales, decia á La Iberia "en
uno de sus vehementes artículos:




84, mSTORIA DIL REINA.DO
«POCO acertado camina tambien nuestro colega sobre el terreno


de la union á que convoca á los liberales de todos los matices; no
vemos medios hábiles para conseguirlo eon su Jenguaje. Luego que
nosotros hayamos desenvuelto nuestro pensamiento, luego que me-
rezca alguna aceptacion de los demás escritores públicos y de los
hombres de gobierno. y con el cual la nacion pueda ocupar el ran-
go que en Europa la corresponde, entonces emplearemos nuestros
débiles esfuerzos para unir á las fracciones disidentes del partido
liberal, que no se hubiesen aun compactado, ensenándoles los me-
dios de formar un solo partido, el NACIONAL.


»Desde que comenzamos á escribir para el público nos propusimos
formar una coalicion, la vendadera COALlCION entre los hombres
de 181!, 18~0, 1830, 1834 al 1837, y 1840, coalicion de todos
aquellos que durante dichas épocas unas veces en mayoría y otras
en minoría trabajaron siempre por las reformas materiales y socia-
les del país; eoalicion de Jos hombres desprendidos.y virtuosos tí


. quienes la experiencia y el estudio de los sucesos haya hecho co-
nocer los errores en que de buena (e incurrieran; y coalicion de
espanoles, en fin, en cuyo pecho se abrigue la dignidad nacional y
prefieran Ja independeneia de su pais á todas las consideraciQnes
políticas y para quienes sea un monstruoso error la máxima de .er


. líca~os todos los medios para llegar á tln término deseado.
»No descendemos á desmenuzar otras muchas de las ideas que el


Espectador vierte, porque nos reservamos hablar á su .tiempo del
programa que motiva estas explicaciones.»


11.


Entonces sobrevino un acontecimiento que por lo esperado y pre-
visto venia á caer como una novedad en medio de aquella si\ua-
cion.


Las cortes estaban convocadas para el l' de noviembre.
y en ese mismo dia una de las primeras ciudades, la mas indus-


triosa, la mas culta, la mas adelantada se alzaba armada contra el
gobierno establecido.


Los hechos que produjeron el conflicto eran sumamente sen-
cillos.


Una mujer entraba por la puerta del Angel y los guardas quisie-




r _


DEL ULTIMO BORBON DE KSPANA.. 85
ron reconocerla y proceder al registro, 'ocasionando un altercado
con algunos paisanos que presenciaban el hecho.


Cambiáronse insultos y pedradas; hubo alguna corrida, y se for-
maron grupos en la plaza de San Jaime y en la Rambla.


El jefe político acudió con un gran destacamento, y alllesar á la
ya citada plaza, fué detenido por el centinela de nacionales de la
guardia que habia en el Ayuntamiento. Los grupos al cerciorarse
que era la autoridad profirieron gritos contra ella, queriendo impe-
dir el paso. Eljefe político mandó á la tropa que cargase, y los gru-
pos abandonaron la plaza esparciéndose por la poblacion; mientras
que los nacionales iban acudiendo al convento de San Felipe, cuar-
te) del tercer batallon de la milicia.


El jefe político penetró en el Ayuntamiento, llamó áJos alcaldes
y ofició al capitan general para que reuniese las tropas y estuviese
dispuesto á cualquier evento.


A media noche volvi) de nuevo al Ayuntamiento el jefe político,
y decidió proceder á la prision y registro de algunas casas, entre
otras la de nuestro querido amigo e] malogrado Francisco de Paula
CueHo, redactor y fundador del Republicano. Este jóven artista que
mantenia á su numerosa familia con su asiduo trabajo, habia abra-
zado con entusiasmo la causa de ]a libertad y defendia los derechos
del pueblo con abnegacion y celo. Discípulo y compañero de Abdon
Terradas h3.bia abierto la campaña en favor de la República en los
primeros diasque siguieron al pronunciamiento de setiembre, y
sostenia desde entonces una lueha. obstmada con los santones del
partido progrosista, con Jos renegados de todas las escuelas libera-
les, habiendo adquirido muchas simpatías y gran popularidad du-
rante los azarosos días de octubre y noviembre del año anterior.


111.


En ]a redaccion del Republicano se hallaban reunidos muchos jó-
venes oficiales dt3 la milicia, cuando la autoridad se presentó á ve-
rificar el registro. Fué reducido á prision Cuello con todos sus ami-
gos, quedando á disposicion do los tribunales como provocadores de
un motin, y se les acusaba además de haber estado en el cuartel del
tercer batallon deteniendo á los oficiales, ordenanzas y asistentes del
ejército que acudian á sus puestos.


TOllO Il. ;11




86 HISTORIA DEL REINADO
Al amanecer del dia 1 t, Y cuando se supo que la autoridad po-


litics habia cometido, una arbitrariedad, los milicianos acudieron en
grupos al Ayuntamiento, y fueron reuniéndose reclamando que se
pusiera en Jibertad á los presos. El Ayuntamiento reunido expuso al
jefe politico la necesidad que habia de reunir la milicia para impe-
dir que se cometieran desórdenes y se cometieran desmanes des-
agradables.


El jefe político se opuso á la reunion de la milicia, pero obser-
vando que antes de resolver se tocaba ya generala, se avistó con el
capifan general mandando comparecer á los alcaldes y comandantes
de la milicia, mientras se situaba la guarnicion en la Rambla.


El aspecto de la poblaeioD, que era imponente, debió hacer com-
prender á, las autoridades la necesidad de contemporizar; y en la
junta manifestó el jefe politico, des pues de oir que en los batallones
se pedia por muchos la libertad de los presos, que no era ya posi-
ble sustraerlos al poder judicial arbitrariamente. y que siendo des-
conocida como manifestaban los comandantes de la milicia y las au~
toridades municipales la causa que babia producido el conflicto de
la noche anterior, los mismos presos tenian interés en patentizar su
inocencia.


Se decidió entonces que los comandantes arengaran á sus bata-
llones exponiéndoles cuanto ocurria y la conveniencia de que se res-
petase la ley, retirándose cada cual á su casa.


IV.


Pasadas algunas horas los comandantes volvieron á rennirse con
la autoridad, manifestando que era muy conveniente, y asi lo pe-
dian, que los presos fuesen trasladados á un cuerpo de guardia de
la milicia donde quedarian bajo la custodia de la fuerza popular,
mientras los tribunales decidian de su suerta.


Con esto se comprometían á hacer que la milicia abandonase su
actitud hostil y se retiraran á sus casas.


Los comandantes y miembros del Ayuntamiento hicieron cuaDro
les fué dable por evitar un conflicto. Ellos trabajaron, arengarot'l,
discutieron, procuraron disuadir á la multitud armada.


Consiguieron, por último, desorganizar los batallones, disolver-
Jos; pero como no mediaba mas que una palabra de la autoridad




DEL ULTIIIO BORBON DIISPAÑA. 8'1
que podia ser muy solemne, pero que podia tambien eludirse bajo
cualquier pretexto; como en Barcelona estaban acostumbrados á su-
frir atroces persecuciones, á vivir siempre bajo la férula del sable
al capricbo de los mandarines. muchos amigos de los presos que
habian presenciado en diversas ocasiones escenas .análogas, no pu-
dieron darse por satisfechos con vanas promesas, y fueron reunién-
dose despues de disueltos los batallones en diversos puntos, y es-
pecialmente en las inmodiaciones de la plaza de San Jaime, pose-
sionándose de este punto en número de unos ochocientos ó mil
individuos.


v.


La atmósfera era inminentemente revolucionaria. La causa que
dió origen al gravísimo conflicto podia considerarse como nimia en
un pueblo donde todo el mundo está acostumbrado á ver que se


• huellan impunemente las leyes y los derechos mas sagrados; pero
habia un motivo, una causa anterior, el gran disgusto que reinaba
por el aborto de la revolucion de setiembre; las intrigas del mode-
rantismo y de Jos agentes de Cristina; las habilidades de los fabri-
cantes de Cataluña, que deseando enritluecerse á toda costa juga-
ban con la vida del obrero como con venia á sus intereses.


Habiaee esparcido la noticia de que Espartero negociaba un tra-
tado con Inglaterra, perjudicial en alto grado á los intereses de la
industria española. Y con esto se hallaba predispuesta la clase obrera.
en masa á acudir á la defensa del pan de sus hijos que pretendía
arrebatárseles.


La estrechez de miras, el exclusivismo, la tendencia reaccionaria
de la pandilla que dominaba en los cnnsejos de Espartero, disgus-
taban al partido liberar. .


Como hemos visto, las cábalas y las intrigas, las ambiciones, la
vanidad de los unos, la torpeza y los desaciertos de los otros habían
hecho del parlamento una asamblea ingobernable, que no tenia norte
fijo y que no sabia conducir los sucesos á su verdadero camino.


Aquellos gritaban dictadura; los otros hablaban de anarquía; pero
la verdad es que era muy contado el número de los que sabian per-
fectamente á qué atenerse. Y en el terreno de las ideas reinaba la-
mentable confusion, porque solo algunos republicanos que habian




88 HISTORIA DEL REINADO
seguido las inspiraciones de Olavarrfa, sabian á punto fijo á dónde
iban en medio deaquelJa alborotada mar de contr8dicclones.


VI.


Al reunirse las cnrtes (reunion que (ué por cierto muy temida, y
contra la cual auguraban Jos amigos de Espartero) empezaban á
desenvolverse los sucesos de Barcelona. Celebróse la primera sf'sion
(porque no hubo discurso de apertura) y en ella quedaron nombra-
dos: presidente, 01ózaga; vice-presidr:;¡tes, Cortina, Cantero, Ca-
ballero y Domenech; y secretarios, Galv(,z rariero, Mata, Paz Gar-
eia y Garnka. Como se ve, L:. mayoría antiministerial, la de] ,,'.to
de censura de] i8 de mayo aparecia triunfante.


La segunda sesioD no tuvo apenas interés, y no babiendo asun-
tos pendientes se acordó citar á domicilio, como se verificó en el
mismo dia que llegó la noticia de aquellos gravísimos arontecimien-
tos. Gran concurrencia asistió, y cuando todos esperahan saber algo
acerca de aquella tormenta que emprzaba tan tremenda, una de esas
babilidades del hombre funesto á la libertad que entonces presidia,
impidió la sesion que filé levantada con un pretexto frivol0 en oca-
"Sion en que Ilflgaban los ministros de gran uniforme y di~puestos á
leer algunos proyectos ó á hacer alguna comunicacion.


A grandes comentarios dió rnárgen aquel suceso, y como cada
cual procura hallar en todo ventajas para su causa, El Eco del Co-
mercio atribuía la conducta del presidente de la Asamblea á un mó-
vil que seguramente no )0 habia inspirado. Creyó el periódico pro-
gresista que, habiéndose citado por encargo del gobierno, pasada
la hora, no debia el cougreso por dignidad aguardar un momento,
y celoso por el prestigio ,parlamentario, levantó la sesioo.


Los curiosos formaron grupos en los alrededores, y la multitud
que esperaba novedades hubo de resignarse á seguir en la incerti-
dumbre, sin saber á qué atenerse respecto á las versiones que cir-
culaban.


Asi se daba lugar á la ansiedad pública y á conjeturas cada vez
mas estupendas y arriesgadas.


Por fin el dia 20 se reunió el congreso, y todavfa los asistentes á.
)as tribunas y los diputados tuvieron que refrenar su impaciencia y
su curiosidad.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 89
. El sellor OIózaga, que debia presidir)a sesion, no se presentó


hasta la una, explicando el motivo de su tardanza porque habia sido
llamado á consejo extraordinario de ministros. no ~iéDdoie posible
revelar el asunto que se habia ventilado.


El ministro de ]a Guerra leyó los partes recibidos de Barcelona,
por los que se comprendia que despues de una lucha saugrienta las
autoridades habian abandonado 1a poblacion, rindiéndose las tropas
que guarnecían á Atarazanas, la Ciudadela y otros pun los, y for-
mando la milicia y el pueblo barcelonés una masa compacta que pe~
leaba con desesperacion, creyéndose atropellada injustamente.


El ministro concluyó asegurando que el Regente iba á salir en el
mismo dia con direccion á la capital del Principado, resuelto á cas-
figar.á los revolucionarios.


VII.


Importante era la sesion, pero las palabras del ministro y Jos par-
tes que leyó, no venían á aclarar, ciertamente, la situacion que apa-
recia cada vez mas grave á medida que se vislumbraba alguna cosa
de lo que acontecia dentro de la ciudad tan rica como industrial.


Con lo que respecta al incidente de haber mantenido en suspenso
la sesion hasta presentarse á presidir el senor Olózaga. un ¡::eriódico
que defendia la coalicion, que habia pronunciado ya la palabra aya-
cuchos, aplicándola á la pandilla que rodeaba al general Espartero,
El Eco del Comercio, que por su influencia y antigüedad merecia ser
escuchado, decia lo siguiente:


.. «Cuando vemos elevado á la presidencia del congreso de diputa-
dos al que capitaneó las huestes de la última mayoría, de cuyos
talentos y prácticas -parlamentarias debia esperarse la estricta ob-
servancia del reglamento, en cuya confeccion tuvo tanta parte que
en las cuestiones ocurridas hasta aquí ha sido su voto el decisivo;
vemos con sorpresa que lejos de corresponder á nuestros juicios,
está dando armas á sus enemigos para que tachen su conducta de
equivoca cuando menos.


»El diplomático senor Olózaga manifestó ayer en el seno del
congreso, que el haber sido llamado á un consejo de ministros para
tratar de cuestiones graves que no podía revelar, habia retrasado la
apertura de la sesion; sobre lo cual desearíamos penetrar, si es que




90 HISTORiA. DEL R1INA.DO
no pueden comenzarse estas sin la asistencia personal de su sello~
da, ó por qué, si se puede, dejó de abrirla cualquiera de los seno-
res vice-presidentes, llegada la hora y habiendo suficiente número
de diputados; asi como se habia cerrado la del viernes por los cor-
tos momentos que tardó de personarse el gobierno, con lo que se
dió márgen á que no se inteligenciase el público de las ocurrencias
de Barcelona ...


»Menos podemos compaginar la misteriosa reve]acion que dejaba
de hacer el senor presidente de la cámara popular, de lo ocurrido
en el consejo de ministros, COD que concedida la palabra al jefe del
gabinete, diese este lectura á toda la correspondencia que dijo ha-
bia recibido sobre los sucesos de Barcelona; pues que aquella reti-
cencia y esta franque:a real ó aparente, se simplifican y dan ancho
campo á conjeturas tristes y desconsoladoras.


JlTampoco se nos alcanza la oposicion y resistencia que encontró
en el senor de Olózaga la proposicion del sanor Ovejero, que tenia
por objeto rogar á S. A. que no saliese de Madrid en estas criticas
circunstancias; cuando: debió conocer que prorogada su presen-
lacion era ya nula é ineficaz, y mas no habiendo citado para hoy á
sesion.


»De esta conducta pudiera deducirse que el mensaje aprobado tu-
. vo su orígen y comprometida oferta en el consejo de ministros á que
asistió el serior Olózaga (que seria tal vez ]0 que DO podía decir),
confirmándose mas esta induccion, al ver que el senado se reunió
por sobreacuerdo y á deshora, para aprobar otro igual voto, lo
cual es harlo significativo en mas de un concepto, y debe hacer á
los dip!1tados muy cautos, pues las circunstancias son muy com-
plicadas y la mision representativa muy alta y lOOy sublime para
humillar]as á determinadas influencias.»




CAPITULO XII.


SUMARIO.


Continúa la sesion sobre los acontecimientos de Barcelona.-Discurso de oposicion
y un comunicado del coronel Prim.-Victoria MI ¡pueblo barcelones.-ProcJamas
de la Junta revolucionaria.


1.


ta sesion continuó, y se presentó una proposlClon firmada por
Serrano, Adana, Sanchez Silva, topez '¡Pinto, b Gonzalez Bravo,
Matheu y Lacoste que decia asi:


.Pedimos al congreso se sirva acordar un mensaje al Regente
del reino ofrec.iéndole su cooperacion para sostener la ConstitucioD
y las leyes, en las difíciles circunstancias en que[el pais podrá ha-
llarse por resultas de ,los graves sucesos de Barcelona.»


Apojó brevemente esa proposicion, cuyo espiritu se revelaba per-
fectamente que no era un apoyo incondicional, sino una especie de
censura disfrazada, el general Serrano.


En su discurso que no fué muy largo dijQ que siendo él hombre
de órden y amante del trono de Isabel 11, creia necesario que ha-
ciendo caso omiso del modo con que se habia formado el ministerio,
y de las circunstancias que en él concurrian, era deber de todos




9i HISTORlA DEL REINADO.
agruparse en derredor del trono para dar cooperacion moral y ma-
terial al gobierno, salvando las leyes y la Constitucion. .


E! coronel Prim piiió entonces la palabra, como otros muchos, y
dijo lo siguiente:


«No es mi ánimo oponerme á la proposicion de mi amigo el' se-
Ilor Serrano, y solo lo bago porque me parece que basta cierto
punto prejuzga la cuestiun; pues se puede colegir que toda la
tulpabilidad de los sucesos de Barcelona debe caer sobre el pueblo
porque sin razon alguna los ba provocado; y es preciso que sepa-
mos primero sobre quién debe caer la responsabilidad y quién tiene
la culpa de e1l0s. Yo suplir.o á los senores diputados que suspendan
el juicio, hasta que se sepa por parte de quién ha sido la provoca-
cion. Yo me aventuraré á decir que la culpa de todo lo que am ba


. sucedido la tiene el gobierno. Hace tiempo que este está preparando
combustibles para que ardan á la menor cbispa, porque se ha visto
cierta intencion de subyugar al pueblo catalan para ponerle encima
la mano de bierro como se bizo en otro tiempo.


»En primer lugar, seftores, el gobierno se ha empenado en sos-
tener allí contra viento y marea á una autoridad militar que debió
haber quitado desde Jos sucesos de la Junta provisional y de la ciu-
dadela. Esa autoridad no tiene prestigio, no tiene fuerza moral; y
sabido es que álos pueblos no debe mandárse1es con las bayonetas,
sino con las leyes y con el prestigio de sus autoridades. A Jos ca-
talanes de ningun mo'do se les puede mandar á palos, porque son
nobles y pacificos, y no obstante se les quiere mandar como los
bajáes á sus e,.;clavos.


» Ya bace tiempo que esa autoridad debia estar fuera de Cataluna.
Será todo lo patriótico y decidido que el gobierno quiera, pero desde
los sucesos de la ciadadela no debe estar alli. Habiendo observado
que el gobierno tenia desat~ndido al ejér.cito en tales términos que
aquel cuerpo que á las ocho de la manaDa DO tenia un cuarlo ni
rancho para los soldados; esta autoridad, este capitan general, dió
órden para que las tropas viviesen sobre el pais, para que tomasen
recursos donde los encontraran I lo que es lo mismo que abrir la
puerta para toda clase de tropeHas. ¿Y por qué dió esta órden? Que
diga el gobierno qué esfuerzos habia hecho el ca pila n general antes
de darla, si h~bia comprometido sus intereses, su crédito. Se dirá
que esta es la situacion, que todos los cuerpos del ejército están
atrasados; si, pero ninguno como el de CataluOa, en donde repito




DEL ÚLTiMO BORBOl'C DE ISPAÑA. 93
que un regimiento á las ocho de la mañana no tenia rancho ni de
donde traerlo, y habiendo acudido el jeCe al capitan general, este le
contestó que hiciese su dimision y se la admitiria .. El pueblo veía
tedo esto y todavfa mas; un general del cual se leerá en su tiempo
una instancia que tengo en mi poder, se vió en el caso de tener que
pedir á sus amigos para subsistir. ¡Esto mengua el decoro espanol1


»Se ha cerrado el libro de la Constitucíon, diciendo el general Zur-
bano en Gerona que no se abriria mientras estuviese él allf. Y no
se nos diga que nosotros levan tamos la voz pidiendo medidas fuer-
tes para acabar con los facciosos. Medidas Cuertes pedimos, pero las
pediamos dentro del circulo de la ley, y no lo que se ha hecho:
ciudadanos han sido separados de sus familias nada mas que por-
que DO piensan lo mismo que el gobierno. ¿Bay autoridad en nadie
para obrar de esta manera?


»Tambien se observó alU que cuando se empezaban á organizarse
los batallones de milicias provinciales se licenció el de la provincia,
pretextando economías. Se ha observado que la mayor parte de los
oficiales que sirvieron en cuerpos francos se les colocaba fuera de
su pais, donde deseaban ser colocados.


»AI mismo tiempo se cerró la fábrica de cigarros de Barcelona,
dejando sin trabajo á centenares de familias. Despues de esto ven
en Cataluna que se ha presentado por el gobierno ese solapado pe-
dido de seiscientos millones, y al mismo tiempo un periódico anda-
luz publica el tratado de comereio con Inglaterra.


»Digan ahora los diputados de la nacion si todo esto no habia de
tener alarmado al pueblo de Cataluna; digan los diputados de )a na-
cion si el gobierno no es el único responsable de todo 10 que ha pa-
sado allí. Si con tiempo hubiese separ;ldo al capitan general de
Cataluña,si hubiera coJocado de una manera mas franca y noble á
los oficiales de cuerpos francos, si hubiese evitado Jo de Zurbano en
Gerona, refiriéndome al hecho de Fjgueras, no hubieran acaso so-
brevenido estos acontecimientos.


»Segun los partes del capitan genera] parece que toda la culpabi-
lidad recae sobre el pueblo de Barcelona. Despues de lo del vino
tlue querian introducir por la puerta del Angel, dice que se reunie-
ron grup6s de mas de doscientos hombres en la plaza de Sao Jai-
me: eso DO es verdad, aJJí no se 'reunieron mas que 70 Ú 80; que
(ué el jefe político á la redaccioD de El Republicano, y encsntró ar-
mas y municiones; sépase qué armas -eran estas, senores; eran


TeMO It. 13




94 HISTOllIA DEL REINADO
diez armas de los redactores y oficiales del periódico que como mi-
licianos nacionales las tenian en su casa.


lOQue los oficiales que fueron hechos prisioneros por el batallo n
tercero de la milicia nacional, fueron insultados: eso no puede pa-
sar. El tercer batallon de la milicia de Barcelona se compone de
ciudadanos honrados, nobles y caballeros, y saben lo que se me-
rece la oficialidad del ejército por su valor y por sus virtudes, y no
pueden insultarla; lo que hicieron fué detenerlos en rehenes por lo
que pudiera tronar.


-He suplicado al principio que los senores diputados suspendan
el juicio acerca de este acontecimiento, porque no se sabe cuál era
la causa de que el pueblo de Barcelona hubiera tomado las armas;
esto suplico, lo repito; cuando sepamos de cierto lo ocurrido, po-


. dremos culpar al pueblo ó á las autoridades que lo han provocado.
Por de pronto h~ dicho, y vuelvo á decir que la culpa de todo es
el gobierno por no haber sido previsor.


»Dice el senor Serrano por lo bajo, que no me opongo á la pro-
posicion; asf es en efecto y lo dije al principio, que en el fondo ]a
apruebo. lO


n.


No proseguimos describiendo aquella sesion que terminó apro-
bando la proposicion con una enmienda que decia: Dentro del elr-
calo legal (D).


Los sucesos caminaban, y en en los periódicos apareció tres dias
despues el siguiente comunicado:


«Seriores redactores del Eco del Comercio: Muy seilores mios. Rue-
go á ustedes se sirvan dar cabida en su apreciable periódico al si-
guiente escrito, á lo que les quedará muy obligado el que 10 sus-
cribe. -


.Un hecho escandaloso, cometido por el eapitan general de este
distrito, me obliga á levantar la voz con toda la energfa de que soy
capaz.


lOLa libertad é independencia que me concede la ley como dipu-
tado de la nacion, ha sido arbitrariamente atropellada por aquella
autoridad y sancionada por el selor ministro de Marina, presidente
interino del consejo, negándome el pasaporte que le pedi de palabra




DIL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 95
para Barcelona y luego por escrito para San Feliu de Llobregat, sin
mas razon que el despecho que les consume, ni mas derecho que su
voluntad.


»AJerta, pues, ciudadanos, que esto es un presagio de la suerte
que os espera: atalayas de la libertad, fieles vigilantes y guardado-
res del pueblo, periodistas independientes, á vosotros me dirijo para
que sin tregua ni descanso combatais á esos hombres del poder, que
hacen la ru~a de la nacioo, destrozando las leyes cuando les aco-
moda, atropellando lo mas sagrado, lo que hemos .conquistado á
costa de tanta sangre, la libertad individual, la independencia de Jos
representantes de la nacion.


:oSi esta arbitrariedad quedase impune, si no fuese severamento
condenada por el respetable tribunal de la opinion póblica, alentará
á los opresores, y no tardaremos en ver destruida nuestra santa li-
hertad y esclavizadas y humilladas por el brazo de hierro, que
amaga ya, nuestras cabezas.-Madrid 13 de noviembre de 18'1.
-Juan Prim.:o


111.


En Ranelona mientras tanto, habian ocurrido los sucesos que
v,~mos á narrar brevemente, porque no puede pasar desapercibido
aquel sangriento drama.


Parapetados los nacionales y el pueblo en las barricadas, empanó
se el capitan general en tomarlas á' viva fuerza, y penetrando la tro-
pa en algunas calles, safrió tantas y tan terribles pérdidas que no
pudo forzar el paso. En la calle de la Platería, la columna que man·
daba Zurbano halló una resistencia lenaz recibiendo desde los bal-
cones y azoteas toda clase de proyectiles. Las cómodas, las sillas,
los espejos, la loza, las planchas, todo era útil, todo venia á con-
vertirse en arma en manos de las mujeres y de los ancianos, mien-
tras los hombres defendian palmo á palmo el terreno que enrojeeian
con su sangre centenares de víctimas.


Hubo muchas horas durante las cuales aquella inmensa multitud
que puebla la ciudad industrial, parecia pose ida del vértigo, y el
ruido de los caftones y el repique de las campanas y los gritos de
venganza y de exterminio y los ayes de los moribundos se mezcla-
ban en un lúgubre concierto, como si el ángel exterminador pre-




96 mSTOBIA DBL REINADO
tendiera borrar alJi para siempre las huellas de la civilizacion y con-
vertir en desierto y en ruinas 10 que era un pueblo alegre y flore-
ciente.


Quizá alguno se dejó arrastrar á desmanes que siempre son de-
plorables; quizá la exageracion del peligro hizo temer á algunos que
los soldados estaban ebrios y dispuestos al saqueo. La verdad es,
que la poblacion entera se alzó como UD solo hombre para rechazar
la agresion; y los soldados valientes que habian guerreado durante
liete afios, despreciando la muerte en mil combates, se vieron acor-
ralados en Jos cuarteles, aislándose en cada punto sin saber nadie
lo que pasaba en el otro lado de la ciudad, sin órden y sin concierto
todos, el pueblo como los ba~allones.


Las autoridades asombradas ante tal heroismo, desconociendo
que su deber era ir á esconderse en un rincon ya que por imperi-
cia habian dado ocasion á un episodio de la revolucion espaiiola el
rilas sangriento, el de mas consecuencias quizá; las autoridades sa-
lian de la ciudad y establecian su cuartel general á algunas leguas,
mientras que en muchos pueblos al llegar la noticia de la horrible
catás!rofe se despertaba el sentimiento catalan contra el antiguo con-
quistador y tirano.


IV.


El supremo esfuerzo de] pueblo barcelonés fué coronado por la
victoria. En pocas boras quedó dueiio absoluto de todas las fortifi-
caciones y puntos estratégicos, capitulando los jefes de las tropas
flue los guarnecian. Solo Monjuich permaneció como una amenaza
sombria que iba á hacer derramar muchas lágrimas y á llevar á
muchas familias el luto y la desolacion.


En la ciudad se constituyó una Junta que dió desde luego las si-
guientes proclamas:


«Catalanes: La ansiedad pública está clamando y hasta exigien-
do de esta Junta una manifestacion franca y sincera del objeto á que
se dirigen nuestros esfuerzos y sacrificios. Justa es la demanda, y
vamos á revelaros con toda ]a pureza de nuestros sentimientos el
lema ó la divisa que desde este momento inscribimos en la bandera
que enarbolamos, á cuya benéfica sombra no habrá un solo liberal
espanol que no abjure para siempre las miserables disidencias de




DEL lÍLTIMO BOBBON DE ESPAKA.. 97
partido, y que con la fe y el entusiasmo que inspira el sagrado
nombre de libertad y justicia, vacile en estrechar ese lazo que ha de
afianzar nuestra independencia, nuestra prosperidad y nuestra glo-
ria. Union entre todos los liberales: ABAJO ESPARTERO y su GOBIERNO:
Cortes constituyentes: en caso de regencia, mas de uno: en caso de en-
lace de la reina doña Isabel 11, con espaiiol: luslieia 11 protcedon á
la industria nacional. Este es el lema de la bandera que tremolamos,
y en su triunfo está cifrada la salvacion de Espafia.


-La Junta no cree necesario exponer las razones públicas en las
que se encierran sus deseos y esperanzas, porque públicas son, por
desgracia, para todas las clases del pueblo espaiíollas perfidias del'
poder, nuestra visible y ruinosa decadencia, los amagos de tiranía,
y sobre todo ese descontento universal, ese clamor que resuena en
todos los ángulos de la peninsu)a contra las tenebrosas maldades de
un fatal y abominable desgobierno. Libertad, ley y buen régimen
administrativo queremos; y en tan noble demanda, por tan sagra-
dos objetos, con denuedo y constancia combatiremos hasta morir.


Ji) i Esforzados catalaDf~sl i Valiente y libre ejército! i Espanoles to-
dos los que odiais la tiranía, unios con la confianza y firmeza de
corazones libres, y abrazad el pendon que enarbolamos, en el que
está escrita la mas lisonjera esperanza de ese pueblo tantas veces
sacrificado' y tantas veces vendido! Venzamos el destino de la fata-
lidad que preside las calamidades de nuestro pais, y consolidemos
de una vez la paz, el reposo, la justicia pública; la libertad, la suer-
te de las clases laboriosas y el engrandecimiento de esta desventu-
rada nacion.-Barcelona 19 de noviembre de 184'!.-El presiden-
te, Juan Manuel Carsi.-Fernando Abelló.-Ramon Castro.-Anto-
nio Branet.-Jaime Vidal y Gual.-Bernardo Xinl:ola.-Benito
Garriga.-José Prast.-Jaime Giral, secretario.»


La misma Junta dió el dia 21 una proclama al ejército, que de-
cia asi:


«Beneméritos individuos de todas graduaciones del ejército. Voces
proferidas por séres pérfidos, hijos espúreos de la patria, propalan
por doquiera el desacuerdo y el odio que suponen existir entre el
pueblo y los militares actualmente hallados en Barcelona. ¡Impos-
tura atroz y maligna! Ella por fortuna es desmentida por hechos
palpables, por el testimonio irrecusable de la pobIacion entera y de
los militares que en ella disfrutan de paz, de consideraciones, de
respetos y de socorros suministrados por la Junta. Díganlo· los indi-




98 HISTORIA 0:11. WNADO
viduos de los batallones de Almaasa, de Guadalajara, de Africa, de
Amérioa, de Saboya, de las batarlas de artillería y de caballería nú-
mero l!,cuyas simpatias nos bacen conocer su agradecimiento.


-La historia tiene reservada una hermosa página para consignar
este acto sublime de grandiosidad. Despues de la lucha, Barcelona
ha abraiado á sus antagonistas y ha mostrado un justo sentimiento
de piedad. Este es el distiativo de los liberales, este es el corazon
de los barceloneses.


»En el decurso entero del dia y en la oscuridad de la noche, los
militares transitan por la capital de la pro'Yincia con seguridad, con
todas las garantfas~ El que desmienta este hecho, es un impostor.
En Barcelona existe el órden, )a buena armonía entre militares y
paisanos. Vengan los detractores, pregunten, hagan las exploracio-
nes mas severas. Ellos serán testigos del aUmento que recibe el
soldado y de la tranquilidad de que disfruta. Estos Jnismos consue-
los están reservados para los que acudan á afiliarse en la bandera
que ha enarbolado la junta.


» ¡Qué esperais, pues, valientes del ejército! Venid á recibir el
abrazo de vuestros compatriotas, y conoced de una vez la mano de
hierro que intenta sumirnos en la mas degradante miseria.»


V.


Además de esta Junta se constituyó olra consuHiva compuesta de
veinte y cinco individos, yal dar cuenta de este nombramiento decia
la Junta revolucionaria:


«Catalanes: Dé aquí la lista de los senores consultores, que ele-
gidos por los electores de cuarteles, y cuyos nombres, esculpidos
con letras de oro, legaremos á la posteridad, han de formar nuestra
sabia, justa y fraternal Junta consultiva.


» Ya nos lanzamos sin temor á la arriesgada empresa que motivó
nuestra decision y patriotismo. Sí: sus sábias lecciones, sus sanos
consejos nos conducirán, no hay duda, á nuestra salvacion y segu-
ridad. Seguros podemos decir, si bien lamentando las tristes vícti-
mas, TRIUNFAMOS. Promovimos la revolucioD del QUINCE DE
NOVIEMBRE! Y si nuestras débiles fuerzas nos hicieron vacilar en
obtener un feliz resultado, diremos con orgullo: .Con el apoyo, con




DIL ULTIMO BORBON DE ISPAÑA. 99
»las luces de nuestra lunta consultiva, alcanzamos la victoria.» ¡Qué
mayor gloria, qué mayor dicha que juntos ceDir los laureles!!


»Oid la expresion del pensamiento barcelonés: Don José Xifré,
propietario.-Don José Maluquer, abogado y propietario.-Don Jai·
me Badia, propietario y comerciante,-Don Francisco Viñas, pro-
pietario y comerciante.-Don Agustin Yaflez, catedrático de farma-
cia.-Don Tomás Coma, comerciante y fabricante.-Don Juan AgeIl,
propietario.-Don Juan Monserdá, mercader .-EI brigadier Moreno
de ]a Peña, militar.-Don Juan Tomás Alfaro, magistrado.-Don
Valentin Llozer, magistrado y propietario.-Don Juan Gücll, co-
merciante.-Don Pablo Torrens y Miralda, comerciante.-Don Va-
lentin Esparó, fabricante y propietario.-Don Manuel ~Torrens y
Serramalera, comerciante.-Don Macario Codofiet, mercader y pro-
pietario.-EI marqués de Lió.-Don Vicente Zulueta, arquitecto.
-Don Ignacio Sanpons, abogado y propietario.-Don Eliodoro Mo-
fata, militar.-Don Bernardo Muntadas, fabricante y propietario.
-Don Nicolás Tous, fabricante y propietario.-Don Pedro Terrada,
médico y propietario.-Don Jaime Codina, farmacéutico.-Don Sal-
vador AroJas, mercader.»




CAPITULO XIU.


SUMARIO.


Consideraciones sobre IQS sucesos de Barcelona.-Coalicionel cintra Espartero, origi-
nadas y alimentadas con sus de~aciertos.-.A.islamiento d, Barcelona suhlevada.-
Ojeada sobre Francia y Portugal.


1.


El pueblo de Barcelona que se sublevaba en virtud de los ataques
que se inferían continuamente á la libertad, no como aparecia por
la entrada de una bota de vino, sino porque aquelJa bola de vino
representaba una contribucion que venia pagando hacia muchos
aIlos para eximirse del servicio de las quintas, y por entonces se
decia que iban á hacerse tres seguidas, arrancándose así de los ta-
lleres y de sus hogares á una porcion de jóvenes que tenian adqui-
rido el derecho y pagado además el precio de su rescate; el pueblo
de Barcelona valiente y heróico en el combate, se mostraba noble y
digno despues de la victoria, agasajando á los sold.ados que le ha-
bian combatido.


En todas partes resonó aquel grito lanzado por una pobIacion tan
importante; en todas partes hubo manifestaciones de simpatía á fa-
vor de los que se levantaban para defender la causa del progreso,
porque eso significaba, sin duda, aquel movimiento espontáneo de
un pueblo que l~cha con tal valor y con tanta perseverancia.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 101
Si en el desenvolvimiento de aquellos sucesos pudo haber causas


ajenas, intrigas y pactos; la verdad es, que en el fondo aquella re-
volucion sangrienta obedecia á un principio justo, era una queja,
una protesta levantada contra el falseamiento de todo derecho, una
advertencia al general Regente.


Las madres defendian sus hijos, el obrero su taller qne le pro-
porcionaba la subsistencia, todos la dignidad y la independencia.


11.


Espartero desconocia, como siempre, las circunstancias que le
rodeaban; dejábase guiar por los hombres, y dominar por las cir-
cunstancias. Monló á caballo, y se abrió una campaiia que amena-
zaba traer grandes males sobre la pobre patria del dos de Mayo.


Habíase creado una atmósfera demasiado densa, y por doquiera
amenazaba la tempestad cuyas manifestaciones ponian en peligro la
existencia del mismo Regente y de las leyes poHticas que regian.


Los partidos se hallaban en el mayor desconcierto. Próxima á
realizarse una fusion entre Cristina y don Carlos para aunar los ele-
mentos, se habia roto; y el partido moderado, libre de ciertos com-
promisos, hipócrita como siempre, y como siempre elástico, busca-
ba nuevas combinaciones con elementJs liberales.


Asi habia llegado á formarse en )a prensa una especie de coali-
cion Ó liga en que tenia muchos representantes la fraccion modera-
da, que ya por entonces tenia en sus entraiias muchos antiguos car·
listas que buscaban á todo traoce un puesto descansado, sin atender
á la legitimidad 6 ilegitimidad del poder que se )0 diese.


Esa eoaUcion que afectaba como base el código del 37, Y en la
cual habian entrado ciertos elementos progresistas y algunos repu-
blicanos, combatia. sin tregua al gobierno de Espartero, y hallaba
mas"que sobrado motivo de guerra en la cO:lUnuada serie de sus
desaciertos, en la casi dictatorial marcha que habia adoptado, en el
quebrantamiento de las prácti~as constitucionales, en la falta de res·
peto á las !eyes,-en la malversaeion de fondos y en la carencia de
sistema rent[stieo.


111.


Pero si Espartero habia dado muestras hasta entonces de ser aje-
TOHO n. 1t




lO! HISTORIA DEL REINADO
no á toda práctica constitucional, de no amar con entral'iable carifto
las libertades políticas, debía muy pronto hallar en su camino tales
obstáculos y tanta oposicion que iba á revelar su falta completa de
carácter, su irascibilidad y su poco tacto y prudencia, dotes esen-
ciales para desempeñar la primera magistratura de un pais.


Como en octubre, la primera disposicion de aquel gobierno habia
sido ir al lugar de los sueesos con todas las fuerzas disponibles.


Parécenos que esto podía muy bien ser una medida preventiva
de mucha utilidad, podía tal prevision haber evitado muchos males.


Pero en octubre el paseo militar del Regente:costó mucho dinero,
y no trajo ninguno de los resultados que debia dar, puesto que el
viaje se limitó á ciertos puntos, y debia Espartero habl:lr recorride
aqu,ellas pintorescas montañas, llevando al ánimo de la multitud
sencilla la confianza que le faltaba .
. El peso gubernamental, las exacciones, las multas, la molestia
~ que ocasiona el continuo cruzar de las tropai, no eran á propósito


ciertamente para atraer simpatías á la sitmlcion. '
Los amigos y aduladores del general no acertaron á rodearle del


prestigio que necesitaba para terminar felizmente su gobierno. A
cada paso suscitaban los actos del Regente complicaciones nuevas; ,
cada paso se enajenaba mas simpatfas, adquiria enemistades.


Los que se habian llamado sus amigos iban abandonando á Es-
partero á medida que adelantaba en el camino de su perdicion.


IV.


El partido republicano se mostraba cada vez mas fuerte y nu-
meroso, tomaba ya la iniciativa en ciertos momentos, y el alza-
miento de Barcelona estaba. sostenido por las masas republicanas que
ejercian grande influencia en aquella capital por su actitud y ncli-
vidad.


Las medidas acloptadas por la Junta fueron revolucionarias! y
desde los primeros momentos comprendió eJ'general Van-Halen que
no podia dominarse allí sin dar UD gran escándalo, ya que el mi-
nisterio ni sabia ni tuvo valor para arrostrar las consecuencias de
sus errores.


El honor del ejército que muchas veces hacen pagar caro á los
ciudadanos los gobiernos que toman en cuenta pueriles ó ridículas




• DBL ULTIMO BO:yON DI ESPiÑA. 108
preocupaciones mas bien que la importancia y los fueros de la jus-
ticia, debía sostenerse entonces, segun decian, á todo trance aunque
se hiciera preciso para eso destruir una poblaeion y enterrar en es-
combros multitud de inocentes,


Falsa manera de cubrir la honra militar es dirigir desde un cas-
tillo ó desde baterías que flotan en el mar proyectiles contra una
poblacion que lucha á pecho descubierto. Pero aunque fa!sa, es la
única solueion que se da en trances' semejantes para restablecer el
órden y volver al imperio de las leyes.


Es horrible ciertamente que gobiernos civilizados y en mitad del
aiglo XIX tomen como un juego estas cosas, y las resuelvan con
el mismo criterio que los pueblos salvajes en la famosa edad de
hierro.


V.


El Regente marchaba con lentitud, y la agitacion que por todas
las provincias habia cundido no llegó á formalizar actos verdade-
ramente hostiles.


El gran pueblo, Ja indomable Barcelona quedó completamente
aislada frente á frente de un ejército numeroso que cada día se re-
forzaba con los batallones que acudian de todas partes.


En Pigueras, en mucha parte del Ampurdan, en Reus, en Ma-
taró, en 010t, en Vahmcia, en Sevilla y otras varias poblaciones se
hizo notar la vehemente simpatía que les Jigaba con Jos héroes de la
capital de~ principado. Pero en BaiCelüna no se habia levantado una
bandera.


El sacudimiento de aquellas masas de ciudadanos que rechazaron
una agresion injusta y combatieron noblemente hasta arrojar del
,seno de la poblacion todo lo que oponia resistencia, no tenia UD ob-
jeto marcado. Todos se habian batido sin distincion de matices; yal
querer concretar ó formular sus aspiraciones no supieron expresar-
las en una palabra que clara y concisamente indicase la voluntad po-
pular.


El partido republicano auoque numeroso no se decidió á levantar
su inmaculada bandera sobre las ruinas de los viejos partidos que
no podian entenderse ni dar firmeza al gobierno que allí podía inau-
gurarse.




101 HISTORIA DEL REINA DO
Por tal manera era incierta y vacilante la!marcha de la Junta re-


volucionaria, que. nada definió, y si pudo hacer con energía:algunos
pasos, pronto retrocedió dejándose dominar por las circunstancias
que, debemos reconocerlo, eran graves y solemnes.


Abdon Terradas, Cuello, Montaldo, Monturiol, Borrás, A.rmen-
gol y muchos otros, hicieron inauditos esfuerzos para sublevar for",
mal mente las grandes poblaciones de Catalu[ja~ Levantaron algunas
partidas, pero ni Prim, ni Ametller, r:li Martell, ni muchas perso-
nas de influencia y representacion, com prometieron su nombre en
aquella revolucion; y en Barcelona la reaccion Batural despues de
tan sublime esfuerzo dió Jugar á reflexiones, á: combinaciones, á
pactos, y por esto á cambios de juntas, á reuniones de Jos delegados
de la milicia, á abandono de puestos importantes y á las amenazas
siempre crueles y perentorias del general que presidia el cerco de la
plaza.


VI.


Estos sucesos se enlazaban casi con las trasformaciones y modi-
ncaciones que se proyectaban en Europa, donde cada día era mas
potente la reaccion, donde las formas constitucionales iban cayend~
en el descrédito mas lastimoso, porque en Francia Luis Felipe y los
doctrinarios Guizot y Tbiers habían mostrado que sola la eorrupcion
y la farsa caben en la práctica por mas pomposas que aparezcan las
ofertas, por mas halagüeñOS que fuesen los programas.


En una correspondencia de aquella época que insertamos se des-
corria el velo y se ponian en evidencia los planes del que aspiraba
á ser dictador, y de aquella familia real que tenia el cetro y la corona
por la voluntad del pueblo.


:Lisboa 1!) de noviembre.-Creo que con gusto publicarán us-
tedes la copia fiel que ramito de una importante carta, escrita á cier-
to personaje de esta corte, por la cual se deja ver el estado de la
opinion general, y el eminente riesgo en que se encuentra la nacíon
portuguesa, y la corona, si esta no endereza la torcida marcha del
ministerio.


»La situacion de este pais es horrible yel trono de la reina está
sobre un volcan. Hay que salvar la monarquía, la señora dona Ma- "




DEL ULTIMO BORBON DI ESPA.ÑA. 105
ría 11, su dinastía y la nacion portuguesa' de las calamidades que


. amenazan tan sagrados objetos .
.. El gobierno recoge hoy los frutos de la inseusata y funesta se-


milla que sembró. La anarquia es general, y por todas partes se ven
asesinatos y violencias: la miseria es completa, y hay provincias don-
de la desesperacion está próxima á desarrollarse en un torrente de
desó,rdenes y desgracias, como por ejemplo, en el Duero y en otros
varios puntos del reino.


"6Será exagerado el cu·adro~ por cierto que no: si los ministros
dicen lo contrario á SS. MM. les engañan; los hechos son repetidos
y patentes; es, pues, conveniente que la soberana los examine sin
pasar por el prisma ministerial, pues al ministro egoista y traidor
se le da poco sacrificar el trono y la reina, siempre que él se con-
serve algunos dias mas en el poder.


:pEste estado de cosas es el resultado natural de causas sabidas
y conocidas. Cuando el ministeriojelaja y aniquila los vínculos de
la disciplina, promueve y esparce la corrupcion, debe esperar las
consecuencias consiguientes. Tal ha,sido la marcha del ministro de
la Gobernacion.


»Organizó la masonería, formó clubs militares, predicó la insu-
bordinacion, inmoralidad y desobediencia á las leyes, y con este
horroroso acompanamiento salió de los consejos de la reina para ha-
cer una revoluJion, que solo tuvo por resultado empeorar la situa-
cion pública y cercar el trono de mayores dificultades. Aun hizo peor
insinuando por todas partes y por todos los 'modos que solo hacia
cumplir las órdenes secretas de SS. MM. atrayendo sobre ellas la
desconfianza pública, y ahora hace circular, como resultado de con ~
ferencias tenidas con el rey, antes de su marcha p~ra Oporto, pro-
yectos para derribar el gobierno, que por una combinacion fatal,
las apariencias parecen justificar estos rumores.


»Conferancias de oficiales militares á deshora en casa de· C. Ca-
bral, cuyo objeto no se disimula ser el restablecimiento del poder
absoluto: la reorganizacion del ministerio y el de hallarse para el
de Gracia y Justicia á un hombre apto para semejante empresa, y
juntando á esto la indiferencia ~on que SS. MM. aparecen tranqui-
los y contentos en medio de la espantosa miseria, de la falta de se-
guridad y de la conflagracion general; todo conspira para prever
los proyectos mas desastrosos. La fe y la religion de los mas res-
petuosos súbditos vacila, y el resto toma como verdad incontestable
lo que las apariencias inducen acreditar.




106 mSTORIA DEL REINADO
»Seria largo de referir los hechos y razones que co mprueban lo


que acaba de mamifestar y la obstinacion y ceguedad en descono-
cerla, para darles pronto eficaz remedio á fin de evitar las mas fu-
neslas consecuencias. Por eso fué Carlos X y su dinastía expulsado
de Francia, don Pedro obligado á abdicar la corona del Brasil, y
Maria Cristina compelida á renunciar la regencia y abandonar Es-
palia. Es forzoso que usted haga comprender á SS. MM. la necesidad
que tiene de reconquistar el amor de los portugueses que poco á
poco van perdiendo y cada día se extingue mas .


• Los franceses jamás perdonaron á la dinastía de los Borbones la
duplicada invasion de los extranjeros, y los portugueses repugnaron
siempre ser por ellos gobernados. La senora dona Maria 11 no nació
en Portugal, y por desgracia, en cuanto duró la usurpacion, don
Miguel y los suyos pro~uraron por todos los medios desacreditarla y
arra.ncar del corazon de los portugueses cualquiera tendencia de amer
y respeto que pudiesen tener por ella. En vez de haberse procura-
do remediar este mal se ba agravado. El rey, extranjero igualmen-
te, no ha podido conciliar respeto ni areccion alguna. Cumple por
lo tanto no fiarse en la apatía del pueblo, ni contar con su mi-
seria. El sueno de las naciones es largo, pero al despertar es te-
mible, y la fuerza de inercia puede volverse el mas activo instru-
Ihento en ese grande día da juicio .


• SI una aristocracia corrompida y miserable no tiene la fuerza de
decir la verdad á la reina, si no tiene el valor de decirle como á sus
antepasados: «Seliora, si no cuidais del reglamento del reino, si no
»goberoais para bien de todos y para la felicidad de la nacion, no
»gobernareis sobre nosotros; l) el clamor sordo y d~spechado del
pueblo puede ir mas allá de las amenazas, puede verificar aquella
prevencion. ¿Será esto acaso una vaga declamacion? No se dén oldos
á esta voz seductora y pérfida, no se deje dominar por suposiciones,
examínese la verdad, y cierto es que verá en esta mi carta la expre-
sion de la lealtad y jus~o fundamento para los recejos que como mu-
chos hombres circunspectos y formales estoy obligado á alimentar.


»La señora doña María II no puede ser reina absoluta, aunque
las cortes absolutas, el papa y el clero as! lo quieran .


• Sí un dia S6 aclama el absolutismo, don Miguel dentro de poco
estará sen lado en el trono de Portugal. Las antiguas recordaciones,
el prestigio y el fanatismo, todo habla en su favor, 'Y todo contra
SS. MM., y en esta lucha de sentimientos y afecciones, la victoria


.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 107
no es dudosa. Tampoco es posible conservar el pais con un simu-
Jaero de gobierno representativo, ó mas bien, haciendo de este ins-
trumento de opresion y miseria. Este estado es insoportable y peor
que un estado definido, cualquiera que sea su naturaleza, las reac-
ciones pueden sobrevenir y tal vez no tarden, y una vez suelto el
torrente, ¿quién podrá estar seguro de no ser por él arrollado? El
ministerio es el origen de todos estos males, y de cualquiera modo
él amenaza ser funesto á la dinastía, porque el jefe es representante
de una faccion innoble.


-Los clubs tanto militares como civiles, ahora divididos entre ellos,
amenazan nuevos desórdenes y anarquía, ¡,y cómo ha sido posible
y aun lo es que sabiendo SS. MM. ser C. :Cabral el gran maestre
de la masonería y jefe de todos los clubs, le conservan y mantienen
en sus consejos? El ministerio y sus clubs han de aniquilar el tro-
no, el que solo consideran como un instrumento de su ambicion y
pasiones. El que se sirve de tan asquerosos instrumentos, por fuer-
za ha de ser por ellos herido. De todos modos, el ,trono está ame-
nazado, y la faccion de que el ministerio es instrumento y al mis-
mo tiempo agente, será )a causa de este inevitable desastre .


• No le dé á usted temor la idea del poder que tienen esos clubs
militares, la fuerza que aféctan no existe, y caido el ministerio que
los inflama, ellos se disiparán como el humo. Si, pues, aun es po-
sible conjurar la tormenta, conviene no retardar un solo instante,
conviene destruir la faecion, y destruida quedará dimitido el minis-
terio. La sincera adhesion que usted consagra .á SS. MM. Y á
sus augustos hijos, le exigen un grande servicio. No quiera usted,
pues, que se continúe diciendo que la historia de Portugal es la de
las ocasiones perdidas: la ocasíon es esta, la necesidad urgente, pues
el ministerio está execrado .


• Pasa como axioma en los gobiernas representativos que el rey
reina y no gobierna; mas este principio, que es exacto y la salva-
guardia de la inviolabilidad rea], en los paises donde el órden y la
moralidad forman ]a base de las costumbres públicas: que son la
mejor y la mas bella garantia de las instituciones, no pasa aquí de
un dicho usual y un pretexto con que ministros ambiciosos procu-
ran impedir que la soberana tome conocimiento de sus crímenes,
que no se vean lal'l desgracias ni escuche Jos clamores del pueblo.
y que en la ignorancia de la verdadera situacion del Estado,
cargue con la responsabilidad moral de pasar por autora de




108 HISTORIA DEL REINADO
los crímenes de los ministros y de las calamidades públicas. En
estas eircunstancias, ¿cómo evitar las consecuencias de una se-
mejante opinion~ Gobernando la reina y no limitándose á reinar,
prestando benign'o acogimiento al clamor-de .la miseria y de
la desgracia, examinando las causas de esta, y salvando con mano
fuerte el pais, haciendo desaparecer aquellas causas, sean ellas cua-
les fueren. Esta grande mision pertenece mas principalmente á la
sellora doña MaríaIl, y:le pertenece ahora: en desempeño de un ri-
guroso deber, despues de restaurada la carta que su augusto padre
otorgó á los portugueses, para ser esta una realidad y no un arma
de mil cortes con que los ministros proeuran asesinar Jos portu-
gueses.


» El pueblo y clase media son el único apoyo de las monarquías mo-
deradas, despues de las revoluciones económicas -por que ha pasado
la Europa y partieuJarmente Portugal, que perdiendo la mayor y
mejor parte de sus posesiones ultramarinas, juntamente con el pres-
tigio de sus antiguas y gloriosas recordaciones, y no encontran-
do cosa alguna en el presente que le consuele, se debate entre el
oprobio y la miseria, entre el vacio de una imaginacion y la cons-
tante neeesidad de salir del abismo en que ha caido.


»La aristocracia ya no puede ser la muralla defensora de la toro-
'na de Portugal, ni ella es el mas seguro apoyo de las monarquías
en la época de las revoluciones popl1lares como dice Chateaubriand. D




CAPiTULO XIV.


SUMARIO.


"Viaje del Regente {¡ Barcelona.-Consideraciones poUticas.-Carta.de D. lIanuelCarsi,
ex-presidente de la Junta de Barcelona.-Triste desenlace de 10& sucellos di di-
.ha ciudad.


1.


Volvamos otra vez á los sucesos de Barcelona.
El Regente llegó á Zaragoza donde la multitud, ávida de emocio-


nes, saludó al pacificador de España con aquella franca y cariftosa
deferencia que los hombres honrados muestran en sus expansiones
de agradecimiento. . .


No comprende el pueblo, no quiere comprender nada de diplo-
macias, quiere llamar al pan, pan, yal vino, vino; y por esta ra-
zon podemos observar á veces bruscas transiciones que no se expli-
carian de otra manera.


Cuando halla que elogiar se deja ir á transportes de entusiasmo
y rinde ferviente admiracion al que supo conquÍstar su earilio. Al-
guna vez cuando observa que no es digno objeto de sus afectuosas
manifestaciones aqu.el á quien se dirigen, suele manifestar su des-
agrado con el silencio, evidente muestra de la indiferencia que se ha
apoderado de él. Pero ordinariamente pasa de la adoracion al des-
precio, y aquel á quien levantaba ayer sobre sus hombros rindiéndole


TOldo.. 1Ii




110 mSTORIA DJ¡L RIINADO
exagerado culto, suele ser objeto de su ira profunda y perecer entre
las maldiciones de aquellos mismos que le saludaban con e(usion y
carino.
, Espartero que habia reunido las simpatfas de todos los hombres
de (e y de corazon, perdia de repente la confianza del pueblo, y tras
de una ovasion inmensa, vió levantarse contra él todas las ciuda-
des, todos los pueblos, la milicia, el ejército, los generales á quie-
Des habia servido, y acosado y perseguido, tuvo que buscar bajo el
pabellon extranjero un sl\io de féf1igio.


Desde Zaragoza pasó á Barcelona deteniéndose en el cuartel ge-
neral de Van-Halen, sin tomar determinacion alguna que pudiera
satisfacer á los insurrectos y preparar uDa transaccion decorosa en
medio del gran con8ieto indudablemente provocado por la torpeza
y el orgullo de las autoridades CE).


Parecia guiado por el espiritu de ¡as tinieblas, yen vez de robus-
tecer su poder, en vez de ensanoh6r la esfera de su popularidad
buscando en el amor el prestigio que necesitaba, se decidió. á lIe-
Vat'lD 'odo á sMlgre y flleg~, ,acumulando desaeierto~obre de~cierro.


11.


El general Van-Halen, muy honr.ado sin duda, adolecía del de-
fecto que es comun á todos los militares, y antes soldado que poU-
lico, sacrificaba la libertad al órden, y no podia tolerar su derrota
ante unos cuantos paisanos mal armados y en completa desorgani-
zaciOD. -


De aquí su empeno formal de no pactar con los jefes que se su-
cedían en la capital sublevada; de aqui las catástrofes que ~obrevi­
nieron 'i la inmensa res,ponsabilidad que contrajo creyendo sin du-
da que abreviaba los trámites de aquellos sucesos. .


Desgraciadamente para el gobierno de Espartero, ni Van-Halen,
ni el jefe político, ni Zurbano, conocieron bien el terreno que pisa-
ban; y si los republicanos hubieran querido aprovechar las torpezas
del gobierno, Barcelona hubiera sucumbido; pero Cataluna se ha-
bria separado y reconstituídose la antigua corona de Aragon.


Pero los hombres del partido popular á qnienes se acusa de fa-
Iláticos, exagerados é impacientes, demostraron entonces altos sen-
timientos de patriotismo obrando con mucha cordura.




DIL ULTIMO BORBONDB ISPAÑA. 111
Se armó una gran parle de la pob!acioll de eso C'f1le llaman las


gentes de pro. la canalla, y no hubo un tnS1.tlto, un desmao, un rob6,
á pesar de que en mnchos ID6mentos, ni autoridades, ni junta, ni
jefe da ninguna clase. Y á ese pueblo se le insultaba, se le dirigían
aousaciones, se l~ consideraba indigno de tenerle cODsideracioD.


No comprendemos cómo se atreven a)gunosá hablar de estasCf)·
sas, cuando los hechos vienen una y otra vez á desmentir las aseve-
raciones de los que están interesados en hacer que aparezcan como
caníbales los desventurados hijos de Espaila.


Parece sin embargo qU(~ no logfau por completo Stl fin, porcpe
tarde ó temprauo la verde.d Hega á resplandecer y se hace justicia
á todos,


In.
Entre otros documentos importantes que podriamos eitar, oree-


mos que merece fijar la atencion la siguiente 06lable carta dirigida
por don Manuel Carsi, ex-presidente de la Junta de Barcelona, al
Semaphore de Marsella:


«Los falsos rela!os qUf; han publicado varios periódicos, y en p8r~
ticular el J/orning Chronic1e, de los últimos acontecimientos de Bar-
celona, y las per6das acusaciones dirigidas contra una valerosa po-
blacion, tienden Dada meDOS que á presentarla como 1. mas mons-
truosa del universo. Me decido, pues, á usar de mi derecho expli-
cando y vengando los actos, que harán inmortal el recuerdo del
movimiento barcelonés de 15 y 16 de noviembre de lSi! .


• Harlo conocida es, y esto pasa por una verdad proverbial por
desgracia de Espafta, el mal gobierno que pesa sobre nuestro pais
baee mU3hos aftoso particularmente los desastres y la miseria que
hao formado el séquito de Espartero. Parecia haber brillado por fin
el iris de la paz sobre aquella desolada tierra, y una especie do
acaso feliz babia terminado la guerra fratricida que 80& devOI-.ba,
cuando se oyó un gemido universal en medio de las brillantes pro-
mesas del futuro Alcalde de Granátula.


»EI empleado civil, el militar activo ó retirado, la viuda, el huér-
fano, el heri.do en los campos de batalla, el eclesiástico, en una pa-
labra, todos aquellos. euyas personas y familias deben sostener el
Estado se vieron reducidos á implorar la caridad pública y entres--
dos á la mas humilde posiciono En vano reclamaron humildemente




11! IIlSTORIA. DEL RBIlUDO
DO SUS derechos, sino algunos auxilios para no caer vfctiDláS del
hambre: en vano se deshicieron de los últimos objetos que les que-
daban para hacer llegar sus súplicas á UD gobierno imbécil, en vano
prodigaron todos los sacrificios que les sugirieron su honor y su pa-
ciencia para sostener su miserable vida. Añádase á esto la prision
ilegal de varios_ escritores, y el público rumor de un tratado ruinoso
con ]a Inglaterra nuestra enemiga. ¿Se necesitaba que un impulso
extranjero viniera á unirse al descontento general para hacer desear
la referma política proclamada por Jos de Barcelona? No: antes ni
despues de nuestro movimiento, no ha babido mas deseo que el de-
poner al mas íngrato de los hombres, y á los satélites que se dis-
putan los últimos restos del país que los ha vomitado.


»La guarnicion habia sido sacada de la plaza á consecuencia de
la conducta tan tiránica como cobarde de su jefe: ninguna autori-
dad local quedaba ya para ton servar el órden ó restablecerle si lle-
gaba á turbarse. Era, pues, preciso que de en medio de hombres
hostiles, es decir, de la mayoría de los habitantes se alzase un po-
del' que, constituido en junta, velara por la tranquilidad y por los
int~reses del pueblo. Yo fui nombrado presidente de aquella Junta,
gracias á la benevolencia de mis conciudadanos que tuvieron fe en
mi firmeza. Mi conducta y la de mis compañeros en tan criticos mo·
_mentos es bien conocida: prueba al menos nuestras iDteDcione~: y
si no tengo hoy la salisfaccioD de haber derrocado á los tiranos que
nos amarran al yugo de hierro del despotismo militar, me considero
feliz con haber sostenid& basta el último dia los principios que ha-
bia proclamadn Barcelona.


»En el destierro á que nos condena el triunfo enmero de Ja vio-
lencia, tenemos mis amigos y yo aun otro consuelo, el fto pensar que
BOlo extranjeros, ó mas bien, que solo los periodistas ingleses han
podido alacar nuestro caráder. Calumniado mas particularmente por
algunos periódicos de Londres, no quiero dejar á la mentira el aliento
de la impunidad. '


.JÓv6n-lodavÍa y v(clima ya de mi independencia, no me conocian
mis con~iudadanos sino como antiguo oficial ó como periodista,
cuando su confianza me decreló la direccion de Barcelona. Como ofi·
cial habia yo dejado voluntariamente la espada Juego que el ejército
pareció convertirse en instrumento de despotismo: como periodista
quise llevar á las luchas de la publicidad una palabra ardiente, ge-
nerosa, y oponer á las tendencias dictatoriales que amenazaban con




DIJ. ULTIMO )ORBON DIISPAÑ!.. 113
UDa reaceion, los principios democráticos. En fin, como presidente
de la Junta no necesito explicarme: solo deben defenderme mis pro-
clamas y mis actos. Ellos probarán ante los hombres imparciales si
iosurreccioo alguna respetó mas nunca las personas y las propie-
dades. Si ningunos jefes hicieron nunca mas abnegacioD de sus pre-
ferencias polfticas para dejar á la nacion emancipada del tirano, la
libre eleccion de sus destinos. Porque para mí y para mis compa-
lieros la libertad no era una palabra vana, una máscara destinada á
cubrir miras ambiciosas; porque la repugnancia que nos causó la
comedia de setiembre de 18tO, n'Os hubiera hecho avergonzar de
parecernos á nuestro enemigt).


»Tal lué mi línea de conducta hasta el dia en que la reaecion del
miedo y la intriga depuso á mis companeros, y no me dejó la pre-
sidencia sico para hablar al pueblo de transacc.ion, cobardía cruel-
mente castigada hoy y que yo rechacé con toda la energía de mi
alma. Hecho estaba el sacrificio de mi vida, y nada hubieran con-
seguido de mi los españoles que me amenazaban, si á costa de mi
sangre hubiese podido ahorrar á Barcelona la mengua de volver á
caer bajo del yugo. Mas hube de reconocer con doler la inutilidad
de mis esfuerzos, y solo pedí auxilio al Aleleagre, protestando por
medio de una cart.a publicada contra la transaccion ya resuelta.


»A.penas me veo libre de Jos verdugos del Regente, cuando veo á
los ingleses disputarme e! último bien de un desterrado, el honor:
llego á las costas de Francia, y ya, gracias al Morlling Chronicle,
me encuentro dotado de repente con cien mil francos de renta, pro-
ducto de un doble robo de oCHO millones de reales, hechos como
pagador de un cuerpo y como presitlente de la Junta. Sabido es ya
que nunca tuve el primer carácter.


»En cuanto á lo de la Junta, aprovecho esta ocasion para declarar
que nunca recibió mas que cerca de !5,OOO francos de los fondos
de la Diputaeion provincial, suma seguramente bien corta para aten·
der á las necesidades de una gran ciudad, p~Gveer á la urgencia del
momento y prevenir los excesos que hubiera podido suscitar la mi-
seria. Y sill embargo, la Junta ha hecho mas: no solo dió una paga
de !5 sueldos por dia al guardia nacional y al habitante armado,
sino que concedió además su pagl in~egra á una porcion de jefes y
oficiales del ~jército, los mismos que acababan de levantar contra
nosotros la espada que pesa hoy sobre nuestras cabezas.


-,Dónde está el rabo? Ou.e lo pruebe el Morning Chronicle Ó cual-




ti 1 4. HISTORIA. n:a REINADO
quier otro enemigo de Barcelona: que se presenten tambien las prue-
bas de la anterior malversacion que se me atribuye. Mientras así no
lo haga, denunciaré el periódico inglés como alentador á mis bienes
que son mi reputacion, y le dirigiré con la expresion de UD justo
desprecio el mentís de un espanol orgulloso de Di) tener que sonro-
jarse ante nadie. .


»No terminaré sin mostrar mi gratitud á la noble conducta del
seilor cónsul francés. Una multitud de espafíoles han debido la vida
á M. Lesseps. Infatigable mientras duró la insurreecioD, fué Ja pro-
videncia de los refugiados, y todos, sin distiaeion de partido, ha-
llaron en él la misma hospitalidad, sin exceptuar las familias de
Van-Halen, Gutierrez y Zaba/a. Solo la mala fe podía negar {'!l tes-
timonio del mismo Van-Halen sobre esto, inventando la fábula de
haberse negade á devolver al capillD general 8U mujer ,y sus hijas.
Pues que la prensa iDglesa me obliga á decirlo, sépase que por un
caritativo subterfugio del seilor cónsul fué por lo que se escaparon
esas·periwnas.


»Habiéndf!se presentado en la Junta el representante de la Fran-
cia, me preguntó si me opondria á)a salida de una familia francesa
á la cual acababa de dar pasaporte; aquella era, la primera visita
que recibia yo de él: no dudé en satisfacerle, é iba á embarcarse la


·(amilia en cuestioD, cuando tuve aviso de que eran las señoras de
Van-Halen con el general Chacon; pero no queria yolverme atrás de
mi palabra: no pensando el genor cónsul mas que en la humanidad,
que yo amo tanto como el que mas, nos quitó unos preciosos rehe-
nes políticos que quizá hubieran evitado el bombardeo.


»Hé aquí cómo sosteniaM. Lesseps políticamente el moviru,iento
de Barcelona: hé aquí cómo se mostraba el protector de nuestra in ...
surreccion despues de haberla promovido. segun la prensa inglesa.
Pero 6DO nos ha dicho taClbwn )a misma que habíamos sido alenta-
dos por la flotilla, que sea dicho de paso, llegó despue.~ de nuestra
victoria, á )a cual se unieron al punto los navfos ingleses?


»Seria no acabar el responder á fábulas tao pueriles, y fes hubie·
ra contestado con el desprecio si por UDa parte no apareciese en
ellas mi nombre y no tuviesen por otra la misma base sobre que se
quiere' sentar la preponderancia inglesa.


»Acaso mas adelante habrá ocasion de decir mas: pero yo debia
á la importante y malhadada ciudad auya bandera he llevado yo,
patentizar que es~ bandera fué la de una legitima defensa, de la hu-




DEL ULTIIro ,IfORlON bE ISPAÑA. 115
manidad, del honor y de la independencia nacional.-Soy, etc.-
J. M. CarsL»


IV.


Llegó un dia en que robustecido el poder del general Van-Baren,
casi asegurada en b)daspartes la ·t~anquilidad públiea, vencidos al-
gwDGS gruPQS que se habian presentado en las inmediaciones de "'pi-
lueras, se decidió obrar con energía y cumplir las amenazas diri-
gidas á Barcelona. .


En ese dia terrible reinaba en la 'poblacion ef mayor desórden.
Las juntas que habian ido estableciendo Jos barceloneses, no pu-


diendo obtener respiro ni concesiones se disolvieron porque era inu-
tiI llamar al terreno de la razon á quien parecia dispuesto á aniqui-
lar á t&tl& trunce lita ·poblacion.


Yen medio 110 '8que~la orfandad cuando las mujeres, JQS ninos, los
ancianos, esa masa inmensa de indiferentes que vivía alejada de las
lucbas políticas buscaba un asilo protector, en ese momento los
fuertes, ).as balerias, basta la misma marina comenzaron á vomitar
proyectiles, bombas, granada3, etc., Sllbre la poblacion, y en po-
cas boras bubieran convertido en cenizas aquellas fabrieas y edi-
ficios qoo servian para demostrar que eD ESl'aiia hay industria;
existe un pueblo laborioso y digno. _


No babia enemigos á qlienes'Mmbatir. AqueUos que habian asu-
mido:la responsabilidad del movimiento 1'ewlucionario; aquellos á
quienes se babia reducido á prisionen las primeras horas de la ma-
drugada del t, de noviembre, pretexto inconsciente de todas aque-
llas ~scenas de luto y devastacion, se hallaban fuera de Barcelona; y
las amenazas de Van-Halen se cumplian castigando á los edificios y
enterrando bajo los escombros á los inocentes.


Setecientas ochenta bombas y noventa granadas cayeron s()bre
Barcelona el dia 2 de diciembre de 184!. .


Espartero tuvo la debilidad de presenciar aquel horrible su-
plicio.


Las tropas penetraron por fin dentro de la ciudad, cuando los
insurrectos desbandados ya bajo la presion del terror de sus fami-
lias se batian unos con otros y auxiliaban á las tropas en su tarea
de destruccion ...
. . ,. .




118 BISTOJUA. DaL IWIUDO


v.


Van-Halen pudo go~ar ante el espectáculo horrible de tantas des-
gracias.


Los consejos de guerra empezaron á funcionar.
ti 10 de diciembre fueron fusilados trece in1ividuos que habian


pertenecido á las fuerzas populares.
El Regente no habia querido recibir á las comisiones de ciuda-


danos que pretendian evitar una catástrofe.
Cuando el drama hubo concluido, Espartero regresó á Madrid


pasando por Valencia, donde (ambien habia habido amagos de re-
volucion.


La prensa se desencadenó y en todos tonos fué condenada la po-
litiea de Esparlero, haciendo responsable de aquellos desastres á la
camarilla ayaeueha.


Van-Halen fué relevado, y el general Seoane tuvo la comision de
hacer pagar á los barceloneses una contribucion de guerra que as-
cendía á doce millones de reales.


La milicia fué desarmada.
y en toda Calalufia la persecucion fué grande, y terribles las es-


cenas que los pueblos presenciaban.
En todas las provincias comenzó tambieD el desarme parcial de


la milicia, y las autoridades obraron en ciertos puntos como procón-
sules, contribuyendo mas lJue los trabajos de los realistas á desau-
torizar al Regente, y á dar fuerza y vigor á la coalicion, que ya
descaradamen te proclamaba la ,necesidad de unirse todos los espa-
noles para derrocar la dictadura de Espartero.




CAPíTULO xv.


SUMARIO.


Impopularidad del gohierno del Regente á principios de 18U.-Artículo del Eco tUl
Comercio sobre la libertad de imprenta.-Coalicion de la prensa.-AIgunos pár-
rafos del Deraldo.-Reuniones de progresistas.-Proclama de la DiputacioD provin-
cial de Zaragoza.


1.


Una de las disposiciones mas trascendentales y que revelaba cier-
tamente cuán aparladas se hallaban la Regencia y la op'tnion pú-
blica, fué la suspension de las cortes en los momentos en que co-
menzaba UDa revolucion radicalmente enérgica, y precisamente
cuando era necesario regularizar la marcha administralÍ\'a, desen-
volver un sistema rentístico, fijar y volar los impuestos con arreglo
al artículo 73 de la constiLucion.


y el gobierno de Espartero, que habia sido recibido en el con-
greso como su formacion extraparlamentaria. merecia, tenia un de-
ber mucho mas imperioso atendidas las circunstancias eu que se ha-
liaba, de bailar la sancion y el apoyo de los representantes del país
para adquirir fuerza moral cuando iba á combatir una insurreccion
poderosa y terribla en nombre de los principios que la mqoría del
pais aceptaba.


A,!uel gobierno habia salido de una revolucion. la revolucion de
setiembre. Las cortes elegidas despues de ese movimiento nombra-


TOMO II. 18




118 HlSTOIUA. DEL REINA.DO
ron á Espartero regente; pero este no supo satisfacer las aspiracio-
nes generales, y en el seno de aquellas mismas cortes, entre falsos
amigos como Olózaga y Cortina, y los individuos de las oposiciones
progresista, republicana y moderada, se levantó una maJoría que,
siendo enemiga de la constitucion, reclamaba sin embargo su ob-
servancia porque era la legalidad comuo, y pedia la práctica sin-
cera de las fórmulas parlamentarias, que era pedir mucho á un go-
bierno compuesto y rodeado de elementos militares.


Ese gobierno que no acertaba á contentar á los parlamentarios,
daba á los pueblos pretexto para insurrecciones como la de Barce-
lona, donde las clases todas, los ~exos, los partidos confundidos en
un mismo sentimiento, el de la conservacion, luchaban rudamente
contra el gobierno constituido (F).


11.


Bien se revelaba en los actos oficiales, en los documentos que -
partian dal gobierno, como los artículos que la prensa publicaba,


. cuánto era el recelo de todos, qué odiosidad, qué animadversion
existia entre todos los elementos que en setiembre habian luchado
para derrocar el moderantismo y la regencia de Cristina.


y las oposiciones cada vez adquirian mas fuerza, cada vez halla-
ban en la tortuosa y vacilante marcha del gobierno pretexto mas
justo y mas exacto para combatirle y hundir en el polvo á aquella
fraccion militar que se habia aliado cop. la revolucionsin tener en
cuenta los compromisos y deberes que contraia. .


Para completar ese divorcio, para dar por completo la razon á sus
adversarios, Espartero disolvió las cortes apenas regresó á Madrid,
donde las aclamaciones de la multitud le engañaron sin duda, yen-
ganaron mas aun á la camarilla que le rodeaba.


Los reyes encerrados en el fondo de sus palacios cuyas gruesas ¡
paredes DO dejan penetrar las quejas ni los ayes que arranca el bam-
bre y la desnudez á la inmensa multitud de los desheredados, pero
en,cuyas cámaras y salones penetran arteramente y reciben premios
y halagos la servil adulacion y la lisonja, r:ua vez se penetran de
la verdadilra situacion de las COS'!s.




DEL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA. 119
En la corte, en esa gran capital donde afluyen yen donde se agi-


tan todas las ambiciones, todos los privilegios, se forma UDa atmós-
fera viciada y corrompida.


Nadie escapa al vértigo funesto en medio de los oropeles y ante
el deslumbrador aparato de los cortesanos que viviendo ea la opu-
lencia y en la orgía manchan y corrompen cuanto les rodea, lle-
vando hasta las capas mas inferiores la duda y el escepticismo, la
hipocresía y todo el cortejo de mezquinas pasiones que alimenta el
privilegio, la s;¡persticion y la ignorancia.


Uf.


Po~os dia8 8"01es de haberse verificado esa eliminacion completa
de! partido progresista, el E:o del Comercio que habia publicado una
especie de programa del mism/) partido, discutiendo con los perió-
dicos ministeriales La Iberia, E.~pectador y Patriota, despues de ex·
planar y expliear en todcs lus puntos, llegó al de la libertad de im-
prenta, y se expresal'a así:


«( Pusimos como séptima condicion de nuestro programa LA LÍBiIl'
TAD DE HIPüENTA,' CON LEYES BASADAS SOBRE EL ARTÍCULO CONSTITUCIO-
NAL, QUE CONSAGRA LA LIBRE EMISFlN DEL PE~SAMIENTO, y aunque pa-
rezca extraño que haya que aducir doctrinas en favor de este de-
re.cho inalienable, respetado en lodos los paises cuItos, consignado
en todas las constituciones modernas, y palanca poderosa de Jos go-
biernos represelltativos, oblfganos á ello el rumor cada vez mas ro-
busto de que se pretende atacar aquella preciosa garantia, con el
ionobIe fin de ahogar la voz de alerta que de continuo lanzan los
periódicos independientes contra las ostensibles tramas de los agen-
tes de la tiranía.


»Abroquelados, pues, con el artículo !.O de nuestro pacto funda-
mental, diremos: que aquellos que se opongan á que los espafioles
impriman !J publiquen libr8mente sus ideas SIN PREVIA CENSURA;
11 lo~ que intenten SGmete,' la CALlFICACION de 108 delitos de im-
prenta á olro tribuna? que al del JURADO, que es á quien EXCLU-
SIVAMENTE corresponde, son enemigos de la Constitucion de 1837
y necios ó malvados que desconocen ó se, proponen falsear los prin-
cipios sobre que está basada.


»La nacion que en uso de su SOBERAN(A y representada por me-




uo HISTORIA DIL ItEJNADO
dio de cortes constituyentes consignó aquella preciosa prerogativa,
no hizo otra cosa que respetar un derecho inherente al hombre, y
que en vano hubiera pretendido rehusarle, sin rebelarse contra el
buen sentido, contra las leyes de la naturaleza, contra la sana filo-
sofía y contra el espíritu y letra de todas las asociaciones.


»Desde la Constitucion formada por el consejo de Filadelfia en 1"4,
Y desde la asamblea constituyente de Francia en 1 '189 hasta hoy,
vemos respetarse los derechos del bombre y consagrarse articulos
en favor de la libre emision del pensamiento, como facultad inne-
gable de los seres racionales; pero desde quo la teoría de los go-
biernos y UDa triste experiencia con venció á los pueblos de las CODS-
tantes tendencias de las reye" hácia el despotismo, no solo se con-
sideró la libertad de escribir cvmo un derecho, sino es que se re-
putó como una necesidad y como un deber, puesto que todos los
ciudadanos tienen una obJigacion estrechisima y sagrada de velar
por ]a sociedad de que f¡}rman parte, avisando á los gobernantes y
á los pueblos de cualquiera peligro que puedan correr ~us institu-
ciones, su libertad, su independencia ó sus intereses.


»Así es que para dar mas ensanche á este dF,recho y mas fuerza
$ esta poderosa palan~a, no solo se ha consiguado en Iü~ primeros
articulos de todos los códigos la libertad de imprenta sin previa cen-
iura, sino es que ea el 7. 0 de la CODsti tuciou francesa y en el 18
de la de Bélgica, se dice que no podrá establecerse jamás, y aun en
la óltima se añade, que tW se pueda exigir fianza algtma á los es-
critores, editores ó impresores, todo con el fin de dar al pensamiento
la mas amplia latitud y no privarse de las luminosas producciones
de muchos ingenios sublimes y fecundos que carecen de medios para
realizar los depósitos.


»No seremos nosotros, empero, los que aboguemos para que la
libertad de escribir se convierta en licencia, pero entre no querer
esto y consentir que á tftGlo do reprimir la;; demasías se interponga
una mano de hierro entre las ideas y su pub!icacion, hay una dife-
rencia inmensa. Nosotros queremos que el hombre pueda trasladar
al papel sus concepciones con la misma facilidad que las emite de
palabra. y que solo el jurado, emanacion del pueblo y ajeno á los
halagos y á las amenazas del poder, sea el que califique, juzgue y
sentencie á los escritores. Y no solo apoyamos nuestro querer en el
articulo segundo de la ley fundamental, sino en las doctrinas de to-
dos los publicistas y en el exámen comparativo de las constitucio-
nes contemporáneas.




DEL ULTIMO BORDON DI ESPAÑA. 121
-Nosotros recordamos la discusion solemne y los empe!'.iados de-


bates que precedieron á la aprobacion de dicha garantía, y todavfa
resuenan en nuestros oidos las sentidas palabras del ilustrado mi-
nistro de la Gobernamon, que decia: «De tal manera es la libertad
de la imprenta de esencia de los gobiernos representalivós, que yo
no puedo concebir ninguno que carezca de aquel precioso elemen-
to;» y mas adelante ariadió con el fuego que le distingue: «Losabu-
sos son ciertamente de castigar, mas es necesario que la ley secun-
daria tenga mucho cuidado en no bautizar con este nombre las ma-
nifestaciones que los ciudadanos hacen sobre los errores de la ad-
ministracion, porque estos no pueden evitarse sin peligro de la causa
pública. En esta parte deseara yo que no se pusiera otra traba que
las que tija la moral y las .que reclama la reputacion particu:ar de
cada individuo; quisiera que siguiésemos el ejemplo de los antiguos,
que hicieron de cada ciudadano un vigilante pflrpetuo del bkn de su
pais. Arístides al salir desterrado de su patria DO acusaba á la ley
que daba tanto ensanche á la ceDsura pública. CatoD, citado hasta
sesenta veces en justicia, no se quejaba de la exttnsiOD dp aqueHa
facultad. golo los decenviros se dirigieron los libelos, porque cor-
rian el velo á sus maldades- y descubrían su iniquidad. »


»Tambit!1l tenemos el gusto de recordar las notables palabras del
senor Gonzalez, cuando atacada la comision de que forn:aba parte
por otros dignos y celúsos diputados, que deseaban se cunsignase
de un modo mas explicito el que nunca tuviese Jugar la censura,
contestó: «que si algun defecto tenia el articulo 2.°, era el de la re-
dundancia, puesto que teniendo lo mismo dcr:ir LIBREMENTE que SIN
PREVIA CINSURA, habia querid9 expresarlo la comisiofL tan ciara:J ter-
minantemente, sin temer incu";r en la redundancia, pues su objeto
lIabía sido el de establecer aquel derecho, DE LA MANERA ~B.S LI-
BRE QUE PUDIERA EJERCERSE;» á lo cual añadió el entendido
serior Olózaga, individuo de la misma comisioll, los trozos que tex-
tualmente trascribimos:


«Se ha dicho antes por el señor Gon:ale:, que la comision, lejos
de escatimar las palabras para prescribir el derecho de libertad de
imprenta, ha sido contra su costumbre hasta redundante en el modo
de ea:presarse; hay un pleonasmo efectivamente que en ok'as circuns- .
lanc;as seria vicioso, pues S8 dice SIN PREVIA CENSURA Y Ll':"REMENTE:


.Clando le ha dicllo que Jwre1tlente, con libertad ¡,podrta enten-
derse de ningun modo que era comilialJle esto con la previa censura?




Ji! HISTOilIA DEL REINADO
Así que, habría dicho (la comilion) lo suficiente con decir: podrán im-
primtr 11 publicar SU$ ideas libremente; pero Ita querido ser mas n-
plicala. Hemos pasado, señores, por tiempos 1m que le ha abusado
de las palabras, 11 se ha querido fascinar al pueblo con ilusiones; 6fI
los cuales se ha querido hacer pasar la idea (aunque á pocos ha en-
gañado), DE QUE PUEDE HABER LIBERTAD DE IMPRENTA
CUANDO HAY ALGUNA CENSURA; 11 escarmentada de esto la co-
mision 11 deseosa de que no tenga censura la libertad de imprenta,
PUES ESTA CONSISTE EN NO TENER AQUELLA, ha O1iadido,
SIN PREViA CENSURA.»


»Hemos querido copiar las palabras de tres oradoreR célebres,
porque su unánime sentir en la materia es de mucho peso para los
homhr"s de todos los colores, y porque siendo ellas el mejor co-
mtmtario que pudiera hacerse del articulo que consagra la libre emi-
sion del pensamiento, pondrá mas en evidencia la miseria de los que
pretendan restringir tan precioso derecbo.


»Si como algunos suponen, son vanos nuestros temores, solo po-
drá tacbár~enos de crédulos, si bj¡m Jos órganos nsalariados ban
contribuido á formar nuestra credulidad; mas si, por ef co~trario,
llega el dia en que bajo especiosos pretextos intenta'} los tiranos es-
clavizar las ideas y bastardear las leyes de imprenta, sepan los es-


.pañoles desde ahora que se destroza un artículo constHucional; que
b'_: conculcan las formas representativas; que se huellan los derechos
de Jos asociados; y que no hay poder bumano que pueda destruir
tan necesaria garantía, SiD erigirse en déspota y bacerse reo de le-
sa Daclon.


Tales son los principios por que se rigen las sociedades cultas, :al
es el espíritu de todas las constituciones; tal el comun sentir de 108
fiiósofús y publicistas, y tal el pensamiento de las cortes constitu-
yentes, textual y genuinamente expresado en el artfculo!: de nues-
tro pacto fundamental, que juró guardar y hacer guardar el Regente
del reino en el seno d~ las cortes, anadiendo QUE SI LO CONTRA.-
RIO HICIERE, QUERlA NO SER OBEDECIDO, ANTES AQUELLO
EN QUE CONTRA. VINIESE FUERA. NULO Y DE NINGUN VALOR.»


IV.


La coalicion de la prensa se estrechaba mas y mas. El elemellto




DEL m.TIMO IOItBON DE ESPAÑA. tl3
moderado se mostraba en medio de esa coalicion muy activo, muy
emprendedor, muy liberal. muy expal>sivo, muy enérgico.


De la prensa debia d~scender la coalieion á todos los actos de la
vida de los parlidos. Por eso el Her!Jldo en un artículo hábilmente
escrito en que balagaba los nobles sentimientos del pueblo y del
partido progresista, despues de recapitular todos los cargos que po-
dian dirigirse á aquella situacion mostrando amenazada la libertad
é independencia de España, concluia juzgando el decreto de disoJu-
cion con estas frases:
«~ ball eerrado las cortes. El Regente en Dotorio desacuerd() con


el país y con ellas mismas; ha conseguido actualmen te apartar de
Ja cabeza de sus ministros la.:aeusacioD legal que la Espafia les re-
servaba. Con escáfldalo recorre el poder el CIRCULO LEGAL que le
trazaron las cortes al salir de Madrid. Con mengua de la humani-
dad se ba incendiado á Barcelona: con desprecio de las leyes se en-
vian fieros procóGsules á las provincias para matar en estado de
sitio á los que reclamen coritra la tirania de los dictadores. Infrin-
giendo, en 6n, los principios politicos mas santos, se han cerrado
unas cortes que dieron al gobiétno su apoyo cuando estalló la se-
dicion; que dóciles y resignadas recibieron al ministerio militar y
antiparlamentario, que fué eS..1ogido para ahogar en nombre del po-
der las mayorias. "Qué esperamos ya pues? ~Qué queda abora? An-
teayer cuatro generales celebraban un con~iliábulo en BUENA. VISTA.
Boy las cortes no existen; mañana caerá la prensa; al otro dia la
milicia, la milicia desarmada ya en muchas partes. Despues los do-
ce millones de Barcelona, serán mil millones para Espana. Las con·
tribuClones se votan en las tiendas de campaña; los presupuestos se
discuten eutre los soldados que no ban pagado jamás contribuciones
por lo que de sus padres heredaron; la administracion civil es un
ayacucbo en cada provincia; la judicial, un consejo de guerrí'; la
económica, los bandos de VAN-HALEN para que los Ayuntamientos
paguen lo que las tropas pidan; la independencia nacional, la C(}OS-
titu,cion, las leyes, los parlamentos, la prensa, en fiD, son solamente
noIbbres que los tiranos escriben atrevidos en las gradas de su tro-
no para hollarlos con desprecio á nombre de la monarquia. Bajo
estos auspicios val) á bacerse nuevas elecciones. Si no salen á gUIto
del gobierno. no serán diputados mucho tiempo los que nomhre el
pais.


»La horrorosa série de atentados que forman basta boy la hisl9ria




1 ! t DlSTORIA. DEL aUNiDO
de la Regencia ha terminado ya para empezar sin rebozo la historia
de la dictadura. Cuantos defiendan la Constitucion yel trono, cuan-
tos aspiren legalmente á hundir la dominacion cruel que amenaza
á Espaüa, otros tantos tendrán de su lado nuestro esfuerzo. Sonó
la hora de la dictadura; no haya en Espana sino espalioles.»


v.


Bien clara y terminantemente demuestran los párrafos que he-
mos copiado de unos y otros periódicos, que todas las clases de la
sociedad se hallaban alarmadas, y veian incierto y borrascoso lo
porvenir.


El Heraldo enarbolaba la bandera de conciliacion; queria fundir
.en uno los vi.=jf)s partidos, y simulando una tolerancia que estaba
muy lejos de abrigar, un liberalismo que no cabía ni podia supo-
nerse en los p'artidarios de Cristina, llamaba en torno de esa ban-
dera á los amigos de la libertad.


Jóvenes los redactores del Heraldo bajo la direccion de don Luis
Sartorius podian inspirar menos recelo que los santones del partido
moderado, cuyas inconsecuencias, apostasías y crimenes politicos,
les habían atraido un justo renombre y una celebridad bastante
triste. Si pudo costar caro al ya entonces marido de la Reina ma-
dre, á quien continuaba llamando muda, el periódico moderado que
sustituyó en la tarea á Borrego y Egafta, pudieron dar por bien em-
pleado los hombres del bando conservador cuanto se gastara, por-
que la habilidad del futuro conde de San Luis era digna de recom-
pensa.


La coalicion se mostraba en todas partes, las reuniones se suce-
dian unas á otras, y en un mismo dia se verificaron tres muy im-
portantes del partid(\ progresista.


Uoa, la de la fraccion Gonzalez Infante, ministerial que era apoya-
da y debia esperar la ¡afluencia oficial; otra reució á los amigos del
senor OlóZiga, que como presidente en la última legislatura, habia
observado Ulla conducta ·tan equivoca en los cuatro días de sesion.
Don Salustiano con sus equilibrios ha eanseguido siempre enajenar-
se las simpatías de todos, perder todas las causas y ver frustrados
sus mas queridos proyectos.


La tercera y última reunion de ese dia fué la de los progresistas




DEL ULTIMO BOBBON D. ESPAÑA. lIS
puros que encerraba en su seno muchas notabiJidades parlamenta-
rias, los oradores mas formidlbles, los hombres mas consecuentes;
los que habían combatido constantemente las infracciones de la
Constilucion, el dominio de! sable y todos los abusos, buscando la
justicia, la paz y las mejoras materiales.


En esta fraccion numerosa no existia ciertamente gran homoge-
neidad, pero es claro que no debia transigir con los titiriteros poU-
ticos que andan con el balancin, y buscan siempre transacciones
cuando pueden aspirar á hacerse ver, á dominar ó á ejercer alguna
influencia.


Los hombres del Reraldo,que provocó una reunion de lo que lla-
maban partido monárquico conservador, se reunieron tambien eD
casa de don Juan José Garela Carrasco y nombraron un comité.


VI.


La Diputacion provincial de Zaragoza que habia manifestado á sos
conciudadanos la facultad que tenian para no pagar contribuciones,
puesto que no se hallaban votadas por las corles, dirigió á los elec-
tores una proclama concebida en los siguientes términos:


«Tiempo es ya de que penseis en adquirir las ventajas á que te-
neis derecho en el sistema constitucional, que á costa de tantos sa-
crificios os habeis ganado. La obra e8 enteramente vuestra, yvues-
tras deb~n ser tambien todas sus consecuencias. A.segurada la Cons-
tilucion de la monarquía contra todos Jos partidos políticos que se
hao alzado á combatirla, consisten aquellas en que tengamos una
administracion ampliamente liberal, extremadamente barata. Mien-
tras esto no se consiga destruyend" al mismo tiempo el despotismo
ministerial y la aristocracia de los altos funcionarios públicos, _ eo-
yos dos elementos forman la peor de las tiranias posibles, de mas
habrán estado las revoluciones y los pronunciamielltos, porque po-
drán haber variado los hombres que os dominen, p~ro nunca el li-
naje de su dominacicn.


El remedio de tan grave mal es, sin embargo, muy fácil, y so-
bre todo está en vuestras ma!lO~. Vuestra, pues, será la culpa si
deJais paSáf la ocasion de adoptarlo. A.ntes de proceder al nombra-
mientQ de (os q1le hayan de representaro:; en las próximas cortes,
formulad la cartilla de los principios poHtico-administrativos que


TOMO II. 17 .




1!6 JUSTORl! DEL REINADO
hayan de profesar vuestros diputados y senadores, y si la mayoría
de las provincias espallolas hace lo mismo, tendreis concluida vues-
tra obra en poco tiempo, sin necesidad de nuevas escisiones y tras-
tornos. El programa que mas convenienLe á. vuestros intereses en-
cuenlra esta I)iputacion, para que lo propongais á vuestros futuros
representantes, y cuyo exacto cumplimiento deberian prometer, se
contiene en los artículos siguientes:


»1. o Que niogun empleado público podrá en adelanle ser dipu-
tado.


»!I.O Que ningun diputado durante el tiempo de su diputacioo y
dos silos despues podrá ser empleado público •


• 3.0 Que niagun sueldo que el Estado pague podrá pasar en
Madrid de '0,000 reales y de ~O,OOO en las provincias.


»4..0 Que se adoptará un sistema municipal administrativo por
el que los Ayuntamientos administrarán los intereses peculiares de
los pueblos, las Diputaciones los de las pro,incias, y el gobierno
superior solo los generales del Estado.


»5.· Que siguiendo estos principios, y sosteniendo á todo trance
el seocillo.,sistema tributario que se observa en estas provincias ú
otro semejante que en sencillez le aventaje, los Ayuntamientos y
Diputaciones t6ndrán la obligacion de aprontar mediante el benefi-


. cío de un tanto módico, las contribuciones lanto de dinero como de
sangre, desapareciendo así de un golpe casi en su totaildad los em-
pleados de las intendencias, contadurías, administraciones, tesore-
rias y jefaturas polilicas.


»Hé aquí, electores de la provincia de Zaragoza, el camino que
la Diputacioo cree podríais seguir para alcanzar de una vez el objeto
de vuestros deseos y reiterados saorificios. Eo él hallareis el tér-
miDO dfi los abusos, cuya extirpaciones la primera necesidad de
los actuales gobiernos representativos. Insistid con ahinco en este
propósito, y conseguireis contrastar las farisaicas intenciones de
los que con la pa!abra lihertad en la boca, abrigan en su cora-
zon el pérfido designio de (alsear por sus cimientos nuestras insti-
tuciones políticas. Se os quiere abrumar bajo la inmensa balumba
de uoa administraeion que convierta á las provincias en patrimonio
de sus;empleados, y á la corte en el abismo donde deben sumer-
girse al fin vuestra paciencia y vuestras fortunas. Hombres de co-
nocida. independencia, que sepan combatir de frente tanto maqnia-
velisallo, y llevar á cabo el sencillo cuanto económico sistema que




DEL 'ÚLTIMO BORBON DIISP!"!. 1!7
se OS propone, son Jos que en concepto de la DiputacioD provincial
deben representaros en las eortes espanolas. Atended á vuestro fu-
turo bienestar; considerad la importancia político-administrativa de
las reformas indicadas; y tened presente sobre todo que no hay peor
despotismo que el que se sufre bajo brillantes pero especiosas teo-
rias de libertad. Zaragoza 10 de enero de 18i3.-EI vice-presi-
dente, Pascual Unceta.-Ignacio Pano de Sesi.-Mariano Seron.-
Francisco Royo y Segura.-Jaime Ortega.-Camilo Sanz.-Jllsé
Maria Marni.-Juan Andrés del Olmo.-Francisco Ortega.-Vicen·
te Cavido.-Manuel Lasala, secretario .•




CAPITULO XVt·


SUMARIO.


Oposicion de la prensa "1 adhesion de la milicia nacional de Madrid 01 Ilegenfe.-U.
documento importante en sentido conservador fechado en Paris.-Reflexiones po-
líticas.-Trabajos preparatorios para la" ell;lcciones próximas de diputados.-Ar-
tieuto notable del Heraldo. .


l.


Levantábase UDa oposicion formidable, mientras que la milicia de
Madrid felicitaba al Regente y &cudia con exposiciones contra la
prensa, arrastrada por jefes ineptos y aduladores que ponian en
compromiso á los patriotas, á los hombres libus, daudo fuerza yau-
loridad á los reaccionarios, que cada día mostraban mas aedacia y
fngian, hipócritas solapados, un amor á la libertad y á las institu-
luciones, que solo les Eervia de palanca para derrocar aquella si-
luacion;


El Sol, periódico moderado dirigido p~)f don Antonio de los Rios
Bosas, hombre de temperamento enérgico y audaz, publicó un ar-
ticulo muy severo contra los milicianos nacionales que habían acu-
dido con ocasiou del dia de Reyes á felicitar al Regente pronun-
ciándose discursos en el palacio de 8uenavista que tenian de todo,
pero que no demostraban ciertamente prudencia ni cordura, diri-
siéndose al qU9 acabada de bombardear una pobJacion importante,
al que le ponia en pugna con el espiritu público sosteniendo UD ga-




DBL tlLDVQ BORBON DI ISPAÑA. 11.
binete rechazado por el poder legislativo, y que acababa de disol-
ver las cortes sin esperar siquiera que hubiesen manifestado su jui·
cío respecto á los acontecimientos que tan profundamente habían al-
lerado el aspecto de las cosas.


Los jefes de la Milicia nacional vieron el insulta y )a difamaeion en
los artículos que la prensa publicaba dando cuenta de estos hechos.


Entonces acudieron en cuerpo con amenazas que podían tradu-
cirse bien como odio á la libre manifestacion del pensamiento, pre-
cisamente en ocasion en que la ley, ya restringida y eminentemente
contraria á la letra misma del articulo constitucional, se aplicaba
por los promotores fiscales con un celo digno de causa mas justa y
de mas civilizador objeto.


Los comandantes Marloz y Cortina dirigieron un comunicado al
Eilpcctador, manifestando que ellos no habian querido coartar en lo
mas minimo la libertad y sí solo manifestar su adhesion alRegente,
y vindicar un ultraje inferido á la corporacion á que pertwecian.


Con es10 creyeron, sin duda, salvar su reputaeion y consecuen-
cia, sin perder su posicion oficial. En todas ocasiones manejaron
bien el turarium.


Otro oficial de nacionales, don Cándido Manuel de Noceda}, dirigió
á los periódicos el siguiente comunieado en que mostraba con cierta
franqueza que entraba en esa vía de abjuraciones é intransigencias
que le habían de llevar al neismo.


«Muy seriorEs mios: A.l estampar la .comunicacion de los senores
oficiales de la milicia nacional de esta corte, hau cometido ustedes
una inexactitud involuotaria que les suplico rectifiquen. Al pié de
ella se leen las siguientas palabras: .Siguen las firmas de lodol
los jefes y oficiales de la Milicia nacional, XI y como yo era oficial de
tan BE~EMEIUTO cuerpo y no la he firmado, no puedo menos de acu-
dir á ustedes para que estampando estas lineas, queda en su punto
la verdad.


«No es esto censurar la conducta de los otros seriores mis digní-
simos companeros: es solo manifestar la mja que podrá ser muy
bien desacertada. A.caso DO soy el único que ha obrado asi; pero ni
estoy autorizado ni me importa aclarar otros hechos que los perte-
necientes á mi insignificante pers!ma, debiendo advertir que DO por
eso Calto á los deberes del compafieriswo: para ponerme á cubierto
de esta nota, he remitido al instante mi dimision al excelenlisimo
AyuntamientQ.-Soy de ustedes etc.»




189 BlSTOIIA DBL UnUDO


11.


El gobierno de Espartero, mejor dicho, la causa de la revolucion,
la situacion creada en setiembre de 184:0, era traidoramente com-
batida por los hombres del bando entonces derrocado, que con el
apoyo de Cristina y en union con los explotadores de la monarquía
francesa, de aqueHa monarquia corruptora que Luis Felipe dirigía,
se habian propuesto levantar una olig&rqufa poderosa y dominar la
Europa á titulo de liberales, levantando un feudalismo ridiculo,
opresor y repugnante sobre las ruinas de la gran revolucion france-
sa del 93, vin.endo á parodiar ast los reaccionari08 á los cruzados
de la Edad media sin tener por objeto la fe que animaba á aquellos.


La. siguiente carta que reprodu~imos, á pesar de su extension por
su gran importancia revela bajo cierto aspecto los planes y los me-
dios de que se valian los enemigos de la libertad para entronizar en
el mundo su influjo pernicioso.


«Paris 7 de enero -El ano nuevo ha sido para la ioolvidada
cuanto inolvidable madre de Isabel ocasion de innumerables felici-
taciones: nunca acudió al modesto palacio de S. M. ni malTor ni mas


. brillante concurrencia. Las primeras visitas fueron las de la au-
gusta familia del rey de los franceses, que tan noble hospitalidad
dispensa á la excelsa emigrada. Siguieron luego las de S. A.. R. el
priilcipe de Capua, hermano de S. M.; de los senores Zea Bermu-
dez, Martinez de la Rosa y conde de Toreno, presidentes que fueron
del consejo de ministros; de los sellores generales Cruz y don Fran-
cisco Narvaez, ministros que fueron de la Guerra; de los seli~re •


. MOD y San Millan, ministros que fueron de la Hacienda; de los ge-
nerales O'Donnell, Narvaez (don Ramon) y Pavia; de los brigadie-
res Pezuela y Frive; de los sefiores duques de San Carlos y Monte-
llano: del marqués de Bedmar y de su esposa, )a seftora princesa de
Cantacuzeno; de los marqueses de Santiago y Terranova; de los COD-
des de Colombi y de la Cimora: de la senora duquesa de la Roca y
otros muchisimos personajes espaftoles de primera distincion, á quie-
Des dificil mente la memoria mia acierta á recordar y clasificar. En-
tre los extranjeros figuraron el embajadorde Nápoles, el ministro de
Toscana y otros varios individuos del cuerpo diplomático; el conde
Mathieu de la Redorte; los generales tranceses Galbois, Lebeau, A.y-




DIL ULTIIlO BORlON DI ESPAÑA. 181
mard, vizceode de Rumigny, conde de Hondetoi, etc. Hubo muchas
selloras, entre ellas la mariscala y la condesa de Lobau, la condesa
de Montalivet, la marquesa de Fezensac, la marquesa de Chanterac
etc .. Tambien concurrió, no sé á qué título, la baronesa de Rumilly,
aya que fué de las senoras infantas, bijas de la ser:enísima' se llora
dolla Luisa Carlota. Pero lo que mas, llamó y mereció en efecto lla-
mar la atencíon fué la visita de los ministros del rey Luis Felipe,
los cuales se presentaron, no individualmente, sino en cuerpo, como
gobierno y bajo la presidencia del ilustre mariscal SouIt que llevó
la palabra. Ya ven ustedes que para ser obsequiada hasta en la des-
gracia, hasta en extrallas tierras, no ha menester la reina CRISTI-
NA. mas que de su nombre, mientras otros no pueden ni aun con
órdenes, multas, amenazas, terror arrancar tributos de adhesion, de
esos que en calidad equivalgan á la cantidad siempre engallosa.


»A. Hernaíldez le chocó muchísimo el paso dado con el citado mo-
tivo por el ministerio francés, y trató de azuzar al Cm'stilut¡'onnei á
que lo criticara. Pero el complaciente órgano de la legacion espa-
Ilola 90 se atrevió á tanto y se limitó á denunciar el hecho sin co-
mentario. Pensó el menguado encargado de negocios de la pandilla
bombeadora que algun periódico de la oposicion levantaria la voz,
y se ha llevado cbasco: á todos ha parecido natural, legítimo, de-
bido, el obsequio tributado á la reina viuda de Espana. Ya pasó, y
probablemente no volverá mas, el tiempo en que les era dado á los
agentes del general Espartero poner en juego, al menor pretexto, y
como mejor les cumpliera, las pasiones de una parte de la prensa
francesa. Calla esta en el dia, porque aguarda el resultado de las ne-
gociaciones que Mr. Guízot tieDe entabladas para conseguir de [la
gente que en Madrid impera la satisfaccion debida por el insulto be-
cho al cónsul francés; calla porque sabe que la tribuna de la cá-
mara de diputados ha de prestarle en breve su poderoso auxilio para
exigir dicha satisfaccioD; pero la volverán ustedes á ver unida y
compacta para fulminar, en llegando el caso, nuevos anatemas con-
tra Jos hombres y el sistema que han puesto á la desgraciada Es-
palla fuera de la ley comun, en el dia, de todos los estados civili-
zados de Europa. A.mortiguará, si se quiere, su hostilidad la satis-
faccion que se espera, y que se conseguirá, no lo duden ustedes;
pero no amortiguará su dp.sprecio, sino que muy al contrario no
puede menos de avivarlo como acontece con respe~to á 108 que .des-
pues de insolentes se muestran cobardes.




t 8! HlSTOBIA DEL RBlPfA.DO
.He dicho y repito que la satisraeei9n se conseguirá, y se conse-


guirá cumplida y solemne, porque se me ha confirmado la especie
que verti en mi eomunicacion de )a semana pasada, sobre disponer-
se la Gran Bretafia á aconsejar la resignacion despues de haber en-
valentonado las fanfarronadas de la Cacela. Ya no me queda duda
de que Mr. Aeton ha recibido instrucciones en este sentido. Débese
esta peripecia en )a actitud de) gabinete británico, no solo al len-
guaj~, esta vez resuelto, de Mr. Guizot, sino tambien á las inequi-
vocas y correlativas manirestasiones de todo el cuerpo diplomático
acreditado en Paris y Londres. Admirame, por cierto, la frescura
eon que cierto papel ministerial, que en esa se publica, insinúa que
los represe~tantes de varias potencias en esta corte ban hablado, es-
crito y obrado en favor de fos vándalos bombardeadores de Barce-
lona y en contra del cónsul francés. Yo he oido, por mi mismo, he
oido, no una vez sino muchas, á la mayor parte de Jos personajes
diplomáticos á quienes se alude, expresarse altamente, en medio de
pobladfsimos salones, en términos harto opuestos á las intenciones
que la prensa esparterista los supone, y siento que )a buena crianza
no me permita rererir aquf circunstanciadamente los discursos que
he oido, los personajes de cuya boca los tengo oidos~ y los sitios
donde los profirieron.
. -Pero 6qué falta nos hacen en esta euesUon semejantes pruebas?
¿No tenemos la mas elocuente refutacion de las gratuitas é impuden~
tes suposici(lnes de) tal papel, en la distincion con que el rey de
Cerdefia se ba apresurado á condecorar al cónsul francés, en el ban-
quete gratulatorio con que ban obsequiado á Mr. de Lesseps los cón-
sules todos de esas mismas potencias á quienes se sepone indis-
puestos oontra aquel generoso agente del gobierno francés? Y sobre
todo, demos tiempo al tiempo, como dije en mi anterior: él dirá, y
dirá muy en breve, hácia qué parte se ha inclinado la Europa en la
contienda suscitada entre el cónsul de Francia y don Fulano Gutier·
rez, editor responsable de los Jibelos de Sarriá .


• El conde'Alolé y lIr. de Lamartine no han podido ponerse de
acuerdo acerca del programa bipotético de un gabinete conservador
para el caso, mas que nunca probable, de tenerse que retirar Mr.
GuizGl, Mr. MoJé, hombre eminentemente práctico, como que ha
sido ministro de Napoleon y de Luis XIII antes de serlo por dos ve-
ces de Luis Felipe, no queria prestarse á resolver a priori eo un
programa las dificultades contingentes de la cuestion de Espafia,




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 133
como 10 pretendia Mr. de Lamartine. Pero no ha sido este el [punto
de principal desavenencia entre los dos citados persoDajes, porque,
entendiéndose perfectamente ea el fondo de la cuestion, se mostraban
ambos dispuestos á concesiones mútuas que los hubieran atraido á
un punto de comun conveniencia. En lo que no ha sido posible ave-
nir á los dos candidatos es en cuestiones de poUtica interior. Mr. Mo·
lé, en contraposicion á la polftica infle~ible de Mr. Guizot, bien
quiere adelantarse á ciertas concesiones que granjeen al partido con-
servador el apoyo no solo de aquella fraccion del centro izquierdo
que con los seilores Dufaure y Passy se separó en 1839 de Mr. Tbiers,
sino tambien del mismo Mr. Thiers y de sus mas consecuentes ami-
gos. Pero Mr. de LamartiDe quiere ir mas allá, y en punto á refor-
ma electoral, por ejemplo. pasa por cima del centro izquierdo y se
va derecho hasta Odilon-Barrot; las teorlas humanitarias tienen
echadas hondisimas raices en el meditabundo entendimiento del ilus-
,,~ ¡''>~\'" He" p()~eT cODci)iar Sil )ala ap)icacioD con las' ex;genci8s
prácticas del arte Robradamente prosaico del gobierno, y como el rey
no le permita slgun dia formar un gabinete cuya presidencia y direc-
cion pueda reservar para sí, dudoso es que nunca llegue al poder,
porque DO ha de dar con DiDgun presidente que le deje libertad de
esperimentar sus teorias. Mr. de Lamartineque~a, pues, en la sitU8-
eion excepcional que adoptó al cerrarse la corta legislatura del vera-
no pasado, y le veremos combatir alIado de Odilon-Barrot, pugnando
en las filas de la izquierda por las ideas de eonservacion, como pug-
naba en las filas de los conservadores por las ideas de la izquierda.


»En cuanto Mr. MoJé busca otro candidato para el ministerio de
lo Interior, y tengo fundados motivos para creer que el mismo Mr.
Thiers le proporcionará ese canJidato. Mr. Thiers vive en el dia en
perfecta armonia con el rey, y me consta que en sus manos estaria
volver ahora mismo al poder. Pero no juzga la bora llegada; quie-
re abstenerse todavía; pero como al mismo tiempo supone perjudi-
ciaHsima la permanencia de Mr. Guizot en el poder, quiere favore-
cer cualquiera combioacion mimsterial nueva, y de todas las que la
presente estadística de la cámara permite, considera que ninguna es
preferible á la que confiere la presidencia á Mr. Molé. Dale, pues,
paladinamente su apoyo; dáseJo prometiendole defenderla en la tri-
bund; daselo sobre todo autorizando á algunos de sus jóvenes te-
nientes y sel1aladamente á Mr. BilIaut, 'que admitan carteras en
la indicada eombinaeioD.


To.o lI.




1tu lIISTOJlU. DEL REINADO
lONo interesándonos las vicisitudes parlamentarias de este pais sino


en cuanto digan directa ó inrlirectamente relacion con la euestion de
Espa~a, he procurado, tan pronto como he sabido que la interven·
cion de Mr. Thiers habia de mediar en la próxima crisis ministe-
rial, averiguar cuáles son las opiniones de aquel eminente estadis-
ta eon respecto á la actual situacion de EspaDa, y lo he procurado
con aquel eSmero '! deteDimi~cto que ustedes saben acostumbro á usar
en tales casos. De mis investigaciones resulta que los amigos del
órden, los que maldicen la execrable dominacion que oprime á la
desventurada EspaDa, los que anhelan ver restituido al trono de
Isabel su heredado prestigio monárquico y su seguro influjo cons-
titucionp.l, nada tienen que recelar del cambio ministerial de que se
trata aqui en este momento, y que muy al contrario, solo pueden
ganar en él cualesquiera que sea su extension y rumbo. No necesi-
to esrorzarme para penetrarles á ustedes de la nacesidad en que me
hallo de limitarme, por ahora, á meras indicaciones. Con todo, pre-
caviendo las malignas interpretaciones de nuestros adversarios, no
dejaré este asunto sin advertir que de ningun modo trato de infun-
dir en el ánimo de los lectores del Heraldo esperanzas de coopera-
cion extranjera de ningun género, porque nada necesita de fuera un
partido nacional á quien como el nuestro, todo le sobra dentro del


. pais; mi objeto no es otro que el de tranquilizar á los que viendo
asomar en Francia un gabinete reputado hasta cierto punto del pro-
greso~ al menos con respecto al actual, pudieran figurarse que de
resultas habia de mejorar la ya desesperada situacion internacional
de la pandilla á quien las intrigas extranjeras dieron vida y prestan
apo'yo.


lOUn parte publicado anoche por estos diarios ministeriales, anun·
cia que el éjército inglés del Affghanistan, des pues de haber deslrui·
do las dos principales ciudades de Caboul y Djellatabad, ha logrado
retirarse á Peshawer no sin haber tenido que sostener dos ataques
de. los affghanes, el uno cerca de Gundamunck, y el otro en los
desfiladeros de Khybcr. Segun informes que tengo por muy fide-
nignos, los dos ataques á que se refiere el parte han sido muy san-
grientos y funestos para el ejército inglés que no ha llegado á Pes-
hawer, sino derrotado, buyecdo y con pérdidas inmensas. Asegú-
raseme que Mr. Guizot se ha abstenidó de publicar esos pormeno-
res, temiendo ser acusada de precipitacion malévola en la pubtica-
cion de semejantes noticias.




DEL ULTIMO M:MM)N DI ISPAÑA. 1 S5
»Ptonto saldremos de duda.»
Al recordar aquellos dias en que la diplomacia europea, servida


por los Metternicb, Guizot, Molé y otras alias capacidades, sonaba
poniendo en las altas esferas obstáculos á ]a marcha del progreso
humano y se creia dominante porque veia plegarse anfe sus habili-
dosas combinaciones á. Ja~ turbas de corte:sanlJs; mientras se agita-
ban en el fondo de las sociedades tod-os los problemas y se propa-
gaba entre la multitud el dogma santo del derecho humano, parece
mentira que llegase á tanto la soberbia humana, que no reconocie-
se su pequetiez aote la majestad del pueblo, solemnemente procla-
mada entre el estruendo del canon y sellada con arroyos de gene-
rosa sangre.


La civilizaciun, en su marcha progresiva é invasora, despues de
haber servido intereses bastardos, estableciendo el dominio de las
jerarquías é imponiéndose á unas razas degradadas, á título de con·
quista, prepara á esas mismas razas para el reinado de la fraterni-
dad y la armonia <¡ue debe llegar en períudos superiores.


y en España los hombres políticos de aquella época, miopes que
no veian ni comprendian nada; que no se daban cuenta de la signi-
ficacion que podía tener el inmenso movimiento que en torno de
ellos so realizaba, no tomaban en cuenta los progresos de la idea,
que iba ensanchando su esfera de acciono infiltrándose en las con-
ciencias y preparando una gran sorpresa el dia en que, á la luz de
la. antorcha revolucionaritl. pudiera contemplarse cuánto era inmen-
so el núm'1ro de los que habian recibido en su mente y grabado en
su coraza n las enseñanzas de lo pasado y la fe en el porvenir.


y aque!los hombres aislándose mas y mas, engañados respecto á
la fuerza y extension del elemento revolucionario se agitaban impa-
cientes contribuyendo á planes absurdos, limitándose á transacciones
indignas, y como ya hemos dicho, sin fe, sin carácter caian en los
errores, ó permanecían inertes sirviendo á la revolucion de obstá-
culo, disgcs1ando á los hombres que con fe y ardor habian abra:zv.do
el dogma revoluciona!"io y chocaban incesantemente con esa palabra
eternamente puesta en boca de los saltimbanquis políticos: no es
liemp'J.




186 miTORlA. DEL BINADO


11.


Por este tiempo pronunció su fallo el tribunal que entendia en Ja
causa formada á los revoltosos de las provincias Vascongadas, en
oc!ubrede 184.1; Y el Heraldo publicó un artículo en el que se
combatia aquella sentencia por la cual quedaban condenadas á
muerte 108 personas. Entre ellas figuraba el general O'Donnell, á
quien colmaba de :elogios, no sospechando que algunos anos mas
tarde aquel general que se sublevaba para colocar á Cristina en la
Regencia Hegaría á combatir la dinastía de Isabel y arrojaria igno-
miniosamente del ministerio á d9n Luis José Sartorius, activo y de-
cidido organizador del partido moderado.


Las partidos en que no bay creencias sufren grandes modifica-
ciones y las luchas personales arrastran á la disolucion, al caos, y
por eso vemos esas asombrosas metamórfosis y trasformaciones que
llenan las páginas rte la historia parlamentaria.


Por 10 demás, el pais agitado en opuestas direcciones, "odia ape-
nas enterarse de los deseos de cada parcialidad; tanto era el núme-
ro de los pretendientes que conspiraban por bacer la felicidad de
-Espana.


Los amigos del infante don Francisco no perdian, sin duda, el
tiempo,., aunque· no fuera ostensible su inftuencia, ya veremos mas
adelant", que acaso en los sucesos de Barcelona intervienen has-
tante activamente.


111.


Las elecciones como es natural fijaban mucho la atencion públi-
ca. El 19 de enero se reunieron en uno de los distritos de Madrid,
el del H6spicio, los electores con objeto de nombrar dos comisiona-
dos para establecer la candidatura en uDion con los de los otros dis-
tritos, y á propuesta de Gonzalez Bravo despues de una larga dis-


'eusion se aprobaron las siguientes instrucciones:
.Primera. Que se propongan diputados decididos á sostener la


CODstitucion de 1837, el trono de Isabel 11 y la regencia del duque
-de la Victoria durante la menor edad de la reina marcada por la




DIt ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 187
Constitucion que es hasta el 10 de octubre de 18", ni mas ni
menls.


»Segunda.Que asimismo los diputados de Madrid exijan ti cum-
plimiento de lo prevenido en la CODstitucion con respecto á contri-
buciones, presupuestos y presentacion de cuentas, no teniendo el
gobierno derecho de cobrar impuestos ni derramas que no hayan
sido votados por las Corles, y que procuren la nivelacion de los
gastos con los productos públicos.


»Tercera. El distrito quiere que ]os diputados de esta provincia
condenen con toda energfa los estados de sitio .


• Cuarta. Tambien desea que se administre reciamente la justi-
cia, que se organicen los tribunales, y que se formen pronto los
códigos.


»Q1 infa. Cree el distrito que los diputados deben hacer que se go-
bierne respetandlJ el voto de la mayorfa parlamentaria y con deco-
rosa independencia de todo influjo exclusivo extranjero.


»Sexta. Los diputados de esta província deben de ser hombres
que tengan suficientes medios de subsistencia para no depender .del
gobierno. .


-Sép:ima. El distrito juzga por último necesario que los repre-
sentantes de la nacioll sean hombres tlflCVCl8 sin perjuicio de que se
propongan algunos que lo merezcan :entre 108 qae bayan ejercido
con virtud y ent~reza el cargo de diputados; y quieren que sean per-
sonas que tengan oomprometida su fortuna y existencia por la cau-
sa de la libertad.»


IV.


El partido moderado que se galvanizaba á medida que la revolo-
cion de setiembre y sus representantes venian mostrando su impo-
teocia y nulidad, se atrevió por fin á rom per el silencio . y dió un
manifiesto que la prensa analizó, y acerca del cual expresaba el
Heraldo su opinion en estos términos:


«Los pueblos todos de Espana han visto )a manera franca y ex-
pJfcita COD que los hombres de Questros principios han proclamado
los que profesan y han dicho á la nacion el fin que se proponen rom-
batiendo en la próxima lucha electoral. Noble y digna ha sido por
cierto su conducta, y ella resalta mas porque contrasta con el som-




188 HISTORIA DIt RIIN!DO
"brío silencio de los ayacuehos sobre sus planes. Los diarios que res
sirven se contentan con vagas declamaciones sobre aislados hechos,
con calumnias que por todas partes propalan contra los hombres in·
dependiontes, y no dejan á veces la amenaza, el amago del terror,
afII;a favorita, de los que aspiran á subyugar á las naciones.


»EI Espectador, periódico á quien resolvemos buscar como mas
audaz y mas fuerte para que diga al pais los principios de los aya-
cucbos, ha callado basta hoy sobre el manifiesto del partido monár-
quico, sin duda porque no es de su terreno el debatir con las armas


. de la razon en la prensa la importancia y fundamentos de SUi:i con-
vicciones; ó tal vez porque tema que las palabras mesuradas y dig-
nas de nuestro partirlo contrasten ventajosamente en sus columnas
cQn el cúmulo de contradicciones que diariamente asienta, para sos-
tener con los principios monárquicos los motines, y la tiranía con
los principios democráticos.


»Tampoco da hoy nuestró colega respuesta á las preguntas que le
hicimos, y el partido que representa, si tal puede llamarse el aya-
cucho, calla vergonzosamente cuando el pais reclama datos para
juzgar las opiniones de los que luchan.


»Si es que se refiere á sus propios hechos para que calcule la na-
cion el porvenir que en sus manos le aguarda, Ja cruzada que se ha
levantado contra él á pesar de sus cru~ldades y demasias, á pesar
de su fuerza y de sus satélites, es la prueba mas clara de la bene-
volencia y gratitud eon qúe miran los espai10les sus beneficios: si
es que no quieren hab!ar cuando tiene de su parte la fuerza y con-
fia solamente en ella, los ayacuchos deben saber y el ESPECTADOR
ilustrado sobre esto, que el que sustituye en los gobiernos repre-
sentativos la violencia á las vias constitucionales, es sedicioso si es
súbdito, y tirano si vive en la esfera de los Reyes. Pero sea cual-
quiera la causa de esta reserva, nosotros repelimos, hemos de hacer
al ESPECTADOR Ó que diga al pais sus principios, ó que acredite ca-
llando lo que tantas veces hemos dicho, á saber: que los ayacuchfJs
no tienen otro fin politico, que dominar sin leyes, ni mas prineipios
para alcanzar su triunfo, que los que aceptan como útiles para des·
pues escarnecerlos.


-Entre tanto que esto se realiza, buscando á nuestros contrarios
en sus atrincberamientos, vamos á reseliar, para que no lo olvide
Bspana, ]0 que han proclamado 105 ayacuchas, lo que han hecho en
su coDSecueneia y lo que significan en su boca sus palabras; tra-




DBL ÚLTiMO BORBON nr. IS,,"AÑA. 139
bajo no de gran fruto hoy. porque nadie iglorará lo que decimos,
pero que ayudará algun tanto al ESPECTADOR á salir de su silencio.


»Despues de Jos sucesos de la Granja aceptaron la situacion de los
hombres de esa pandilla, y esto tanto vaUa como decir que se in-
clinaban del lado de las doctrinas democráticas. El general Espar-
tero entonces sostuvo al gobierno CALATRAVA que era su producto, f
demócratas puros fueron los hombres del ayacuchismo. Los seriores
Gooza(ez, Seoana, Ferrer y sus demás amigos de hoy, ayudaban
regimentados al ministerio de la Granja en las cortes constituyentes
y vertian con el seftor Olózaga lágrimas de gozo ,al conferirle ,
nombre de los principios democráticos el título de conde al que pasó
el puente la noche de Luchana. El haber. terminado su objeto y
otras causas ajenas hoy de nuestro fin, acabaron con el prestigio de
aquellas cortes, y el fusilamiento de Xaudaró en Barcelona por una
parte, su viciosa administracion y la absurda proscripcion que lan-
zó por otra aquei gobierno contra los hombres de .órden, hicieron
vacilar su do.minacion á impulsos de los intereses del país y con )a
ayuda de las no satisfechas exigencias del bando democrático. Débil
ya aquel poder, los periódicos de aquel tiempo y la memoria de to-
dos los es pano les dicen cuál fué el suceso de Ambaca y selíalan con
e) dedo á sus autores.


»Monárquica fué la CODstitueion que dieron las cortes, y monár-
quicos los hombres que envió el pais á qUA le representasen en el
congreso. MQnárquicos fueron tambien los ayacuchos y condieíon
del nuevo gobierno era llamar á formar parte de él al caudillo que
combatia POR su REINA y POR su PATRIA. Pero modesto entonces,
dejó su lugar ee el ministerio de diciembre para el general Carra-
taJá, y Jos ayuouehos tuvieron un representante en él, y la monar-
qura constitucional y el órden briQdados defensores. Creóse, por-·
que las necesidades de la lucha lo exigían, el ejército de reserva, y
los ayacuchos comenzaron á hacer la mas cruda guerra á los hom-
bres de! mando. Fuera de )a Constitucion y con síntomas sediciosos
se acudió por el ejército á las cortes á pedir raciones ó auxilios, y
ya la Granja y el progreso fueron los nombres de union de los aya-
cuchos. Cayó con honra y á su impulso el gobierno, yfué sustitui-
do á placer de Jos americanos. Desde entonces datan escritos los
principios politicos de su raza. Por cien veces protestaron su adhe-
.sion á la REINA GOBERNADORA Y la REINA salió de Valencia proscri-
ta, y tras de ella se encumbraron Jos que tantas y tantas veces la
ofrecieron sostenerla contra los sediciosos.




14,0 HISTORIA DEL REINADO
»Asi desde 1836 á 1 S41 los ayacuchos fueron progresislas, y los


ayacuchos fueron monárquicos, llos ayacuchos fueron hombres de
órden, los ayacuchos fueron sediciosos.


»Examinemos el período de su dominacion triunfante, de su exclu-
sivo poderío. Clamaron cuando c&ospirabao contra los gohiernos de
partido y jamás hasta que lI!andaron se habian conocido en Espafta
teorias mas exclusivas; proselitismo mas manifiesto. Proclamaron
respeto al trono, é hicieron llorar anle el senado á UDa Reina nilia
é inocente. Proclamaron respeto á la CODstitucion y nombraron á
ZUBDANO para que fusilase en Cataluña á su antojo. Llamaron á las
cortes y las cerraron sin oirlas despues de -haber despreciado sus
mayorías; aclamaron la independencia y nos hicieron feudatarios de
Inglaterra; invocaron la dignidad espafiola y enviaron quien men-
digando los favores recibiese en su cara los desprecios insultantes
de las naciones adversas; hablaron de economías y sostuvieron á
costa de los pueblos la policía que antes llamaban inmoral; dijeron
que éramos libres y persiguieron en el hogar doméstico hasta las
opiniones; moslráronse amigos de la prensa y la condenan; amigos
de la milicia y la desarman, amigos de nuestra industria y queman
á Barcelona.


»Estos son sus principios, esta su honradez, esta su consecuencia.
. »Aqui premian por un mot:n ,alli fusilan por otro; en Madrid adu-
lan la milicia. en Barcelcna la desarman; hoy llaman á sus indivi-
duos beneméritos, maria.na extraviados,al dia despues traidores; ayer
querian libertad de imprenta, hoy claman por la censura; hace dos
anos eran justiciables los reyes, ya son los regentes inviolables; antes
eraD las sublevaciones legítimos recursos de los pueblos, ya las suble-
vaciones son crimenes; hace poco era inmoral el influjo del gobier-
no en las elecciones, ya dice la IBERIA hoy que se premiará á los
empleados que lo ayuden; el estado de silio era antes tiranía, hoy
es órden y gobi~rno; cuando un enemigo armado respetó las minas
del Almaden, era un crimen hablar de su espaDolismo; cuando un
poder público incendia un pue blo, es crimen de alta traieion el }lO
apologizarle.


»Y bien, ¿son estos los hombres del ESPBCT.lDon? ¿son los ayacu-
chos los que harán la felicidad de EspaDa? ¿son estos los candida-
tos de quien EspaDa espera su ventura? "Qué principios profesan'!
¿son constitucionales ó absolutistas'! ¿son republicanos ó monárqui.
cos'! ¿son moderados ó progresistas? ¿son neutrales ó villanos y rui-




DEL ULTIMO BORBON Di ESPAÑA.. 14.1
nes enemigos de la prosperidad y ventura de nuestra patria?


«Que nos diga el ESPECTADOR un solo acto de consecuencia en to-
da su vida pública y dejar/i1mos en tonces la empresa de presentarlos
á la nacíon como sus únicos enemigos. Entre tanto no nos cansamos
de repetirlo: batamos todos unidos esa raza de lobos que nos divi-
den astutamente para despedazarnos, y los que quieran la libertad,
el trono y la independencia concurran con sus sufragios á las urnas
electorales: respondan á la voz del pais que clama por, todas partes


. con nosotros: ESPAÑA CONTRA AYACUCHOS.»
Como se ve en el artículo que dejamos copiado, ma, que una de-


fensa de los principios moderados el Heraldo lanzaba un ataque
víolento contra la pandílla que seguía y aconsejaba á Espartero.


En este punto, en el odio al militarismo, el conde de San Luis no
ha desmentido á Sartorius el director del Heraldo.


v.


El partido progresista, la minoría ó mayoría que habia deuoca-
do el ministerio Gonzalez y combatido al gabinete Rodil, llegó tam-
bien á dar su manifiesto (G).


Ese documento tenia bastaute importancia, porque lo firmaban
grandes notabilidades parlamentarias y de gran prestigio en la opi-
DioD.


Toda la prensa tomó en consideracion este manifiesto del partido
revolucionario, que separaba su caU8a de la de los hombres que se
hallaban en el gobierno á título de progresistas.


La Gaceta decia hablando de ese documento: que «todos los car-
gos que hasta ahora se han dirigido contra la administracion actual
y la que le precedió, presentados en su mayor fuerza, y extendidos
y dilucidados con frases brillantes, forman el fondo principal de la
manifestacion que dirige á los electores la comision central de la
oposicion )Jamada progresista.»


Pero el párraro mas notable de La Gaceta, es el que da fin al
artículo, y que á continuacion copiamos íntegro:


«Si por desgracia del pais, la coalicion, que parece se prepara,
tuviese el éxito que desean sus autores, y que no esperamos de la
buena intencion de los electores, de su amor á la paz y á la com-
pleta consolidacion del régimen representativo, de su sensatez, de


TOMO n. 1t




t4! HISTORIA DEL REINADO
su ilustracion y de su patriotismo, ¿qué resultado nos ofreceria~ ¿qué
cortes !lOS daria? Un agregado de fracciones diversas y aun opues-
tas entre si, sin verdadera mayoría, f{Ue no harían posible la orga-
nizacion de niDgun ministerio, hábiles para destruir todo gobierno,
incapaces de edificar nada, condenando al pais y al servicio público
á sufrir todos los males de prolongadas y frecuentes crisis ministe-
riales, ó á la debilidad, la vacilacion, la incertidumbre y la marcha
recelosa y t{mida de un ministerio de coalicion. ¿Y de esta manera
y por estos medios se quiere desenvolver las consecuencias legiti-
mas de nuestra Constituoion en las leyes orgánicas que el pais
aguarda con impaciencia, y que han de ser el complemento de la
ley fundamental del Estado? A unas cortes sin mayorfa, yen las que
se representaria una lucha constante de partidos, luchas estériles,
sin dar el triunfo á nadie, ni fuerza á ningun ministerio homogéneo;
á estas cortes, decimos, que podrán ofrecer la verdadera imágen
del caos, ¿se han de presentar cuestiones de un interés verdadera-
mente nacional, como el arreglo y organizacion de la Hacienda pú-
blica, la restauracion de nuestro crédito, y los medios que conviene
adoptar para el fomento de nuestra abatida agricultura, para el de-
sarrollo de la industria y extension y prosperidad del comercio? No
pudiendo el triunfo electoral de una coalicion dar la mayoría á nin-


. guna opinion, y en medio de la confusion que ofrecerian las diver-
sas fracciones de los cuerpos colegisJadores, ¿cómo, bajo qué prin-
cipios y bajo qué sistema se habrian de resolver las cuestiones
politieas, económicas y administrativas que deben ocupar á los re-
presentantes del pais en las futuras cortes? Nosotros creemos que
no podrán ser resueltas, porque no habrá principios, ni opinion, ni
sistema dominante, y porque si, como no esperamos, se realizasen
los deseos de Jos disidentes, el resultado nos daria el mayor de to-
dos los males.»


y La Gaceta, tenia raZOD. Las coaliciones son siempre funestas,
perjudiciales siempre á los pueblos, como iba á demostrarlo aque-
lla coahcion de intereses bastardos y repulsivos.




CAPITULO XVl!.


SUMARIO.


Concideracioncs políticas.-Absurdas é inútiles persecuciones.-Notable exposicion
á la Diputacion provincial de Cádiz.-Rcflexiones sociales.


1.


Los hombres del partido conservador, que ast se llama el com-
puesto de tránsfugas y -rezagados del partido liberal que se ponen
al servicio de todos los intereses bastardos, de todos los privilegios
heridos por la reforma, el partido moderado babia tomado por con-
signa ensanchar la division de sus antagonistas, haciendo entrever
que era muy conveniente llegar por fin á la práctica sincera de las
teorías constitucionales, respetando la opinion que en los colegios
electorales triunfase, y aceptando como base del gobierno el fallo
de los representantes del pais.


Esto lo dtlCian los hombres que habian vivido acaudillados por
Cristina en las reeiones oficiales, disolviendo las cortes cuando no
se mostraban sumisas, influyendo en las elecciones por todos los
medios legales ó arbitrarios que tiene siempre el poder.


,Podria nunca olvidar el pueblo espanolla escandalosa trama de
los persas, las odiosas conspiraciones de Fernando en 18!2 siendo
ministro y cómplice tal vez Martinez de la Rosa, que en 1833 vol-




HISTORIA DEL REINADO


vió á servir á Cristina, como Jos Torenos, Istúriz y AJcalá Galiano'
Todas esas maquinaciones de la monarqufa; todas esas tramas de


los partidos; todas esas cábalas de los aventureros que viven á ex-
pensas del abuso, dan muchas veces un resulfado, pero tambien Jos
pueblos aprenden, tambien llegan á conocer sus intereses, tambien
saben dar una leccion á sus opresores y decidir en un momento da-
do de sus destinos.


11.


No solo la prensa que, ciertamente, se desbordaba y habia adop-
tado un lenguaje inconveniente, tambien las personas surrian per-
secuciones, que si podian tener un motivo fundado, si podian re-
cono~er una causa en los procedimientos, las autoridades solian
excederse dando pretexto á acusaciones nuevas, á quejas, á dicte-
rios sin cúen lo.


El coronel Prim que siendo diputado quiso al estallar el movi-
miento de Barcelona, y suspensas las sesiones, pasar á aqacHa po-
blacion pidiendo el oportuno pasaporte al eapitan general de Madrid.
no pudo conseguirlo. Posteriormente volvió á reclamarlo para el
euartel general de Van-Haleo, y el general Seoane volvió á negarlo
arbitrariamente.


Prim que tenia influencia en aqueJ tiempo, y numerosos amigos
en la ciudad sitiada, debia naturalmente desear y tener interés en
presentarse en el teatro de los sucesos; por eso arrostrando el com-
promiso como militar aunque confiara en fas inmunidades é invio-
labiiidad del cargo que ejercia, desapareció de Madrid, y se le formó
causa citándole y emplazándole despues de proceder al embargo de
lo que le pertenecia. ¡Nimiedad ridicula que los periódicos modera-
dos, especialmente, explotaron, sacando partido de que entre los
objetos embargados hubiera una espada que habia conquistado en
accion de guerral


Con estas trasgresiones de ley, con esas persecuciones absurdas
han llegado mucbos á adquirir una reputac!on y á representar un
papel importante, y si los gobiernos bubieran sido mas cautos, ja-
má¡:; hubieran tenido ocas ion para llegar al puesto que les han se-
Ilalado sus martirios.


La perturbacion de-los partidos, este continuo apóstata, tienen su




DEL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA. 145
origen acaso e!l estas escandalosas persecuciones, y muchas nulida-
des, todas las medianfas han ascendido y se han elevado merced á
tales manejos.


111.


En las campanas electorales, los gobiernos que no se cuidan mu-
cho de mantener la pureza de los dogmas, ni de que sea una verdad
el sufragio, antes bien procuran influir directamente para que re-
sulte en beneficio suyo, y para sostenerse, acometen sin aprension
la tarea de falsear la vohmtad y la opinion del pais, y las autori-
daJes, todo el plantel administrativo se renuevan ó cambian p1ra
aprovechar lo que se llama bipócritamente el buen Rervicio.


Los guardabosques como los magistrados, los gobernadores co-
mo los carteros y administradores de correos, desemper1an en el pe-
riodo electoral su cargo, y ejercen en nombre del principio de auto-
ridad la paternal influencia que se les seriala.


Asf cu"idan poco los gobiernos de mejorar las condiciones del pais;
asi abandonan á su suerte la agricultura y la industria; así las vias
de eomunicacion quedan arios y afios en proyecto; ast duermen los
expedientes de mejoras y reformas útiles en Jos archivos de las ofi-
cinas; y solo cuando Hegan los combates) cuando necesitan del pais
legal, recuerdan que faltaron 11 su programa, que mintieron á sus
comitentes, y tornan las profesiones de fe, las promesas, las injus-
ticias en la provision de los cargos públicos, el escándalo y la ru-
tina siempre, ora se llamen progresistas, ora moderados, ora de la
union liberal.


y vienen las mayorías al gusto del que manda, y sancionan su
conducta, y la deuda erece, los presupuestos aumentan, y á medida
que la riqueza se desenvuelve, viene el fisco' consumidor improduc-
tivo á impedir que el trabajo sea remunerado como debiera.


La cuestion se embrolla, las cargas públicas llevan el desaliento
11 todas partes l la ignorancia y el caos, la miseria y los dolores de
la multitud no disminuyen, forman un cuadro tristísimo, mengua y
escarnio de la civilizacion que se pregona.




146 HISTOIlU DEL REINADO


IV.


Era tal el abandono en que el gobierno tenia los inttlreses gene-
rales, que habiéndose formado un proyecto para reformar las con-
diciones sociales y fomentar la agricultura, el expendienteo detuvo
durante muchos meses é inutilizó la siguiente


Exposicion dirigida á la Diputacion provincial de Cádiz.
«Don Manuel Sagrario de Beloy, propietario y vecino de esta ciu-


dad á V. K. COtl el respeto debido hace presente: Que siendo públi-
cas las miras de V. E. sobre poblar los desiertos de esta provin~ia,
y sabedor el que expone, de que el gobierno supremo ha accedido
á la consulta que con este motivo le fué elevada por estar preparan-
do una ley que decida estos casos por punto general,
. »Suplica á V. E. tenga bHm acoger baje su proteccion el siguien-
te proyecto:


»1. o Se podrá formar una nueva poblacion en los terrenos del
sitio llamado Hermita del Mimbral, Virgen del Valle ó en el de Tem-
pul, de los propios de la ciudad de Jerez de la Frontera.


»2. o El radio de la nueva poblacion deberá ser por lo menos de
. una legua.


»B.O Por el dominio útil del terreno se deberá pagar un cánon
m:)derado á los propios de diJha ciudad, desde el dia en que se tie-
n'"l posesion.


»4 0 La nueva poblacion podrá adoptar aquellos principios del
socialismo, que aconseje la prudencia por su alta moralidad y con-
veniencia pública.


»5.0 V. E. se dignará solicitar del gobierno y d~ las cortes la
carta-puebla mas beneficiosa que se haya concedido en Espafía á
los nuevos pobladores y demás medidas que puedan stlr necesarias.


»6.0 Pdra los inmensos plantfos de arbola10, construcciones ci-
viles, caminos etc., podrá tambien V. E. solicitar del gobierno, que
facilite el número de presidarios que designe, escogidos entre los
diferentes pre::idios en el concepto de que serán tratados con una
humanidad sin ejemplo.


»"1.0 Para formar la asociacion personal, agricola é industrial de
los pobladores capitalistas, podrá abrirse una suscricion pública por
término de 90 dias: en ella deberán ser preferidos en primer lugar




DEL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA. 147
los naturales ó vecinos de la referida ciudad, y en segundo los de
esta provincia.


»8. 0 El capital podrá calcularse ligeramente en la cantidad de
veinte millones de reales divididos en veinte mil acciones de mil rea-
les cada una.


»9.G Cada asociado podrli tener tantos votos c{)mo acciones; y
para formar acuerdo, deberán reunirse por lo menos cuatro quin-
tas partes del total de votos. .


» 1 O. La asociacion podrá conceder algunas acciones á las per-
sonas que la hayan prestado servicios importantes. Esto no se en-
tiende con el que suscribe. Todas sus pretensíones se Jimitan á rea-
lizar Ja asociacion, y á ser el primer suscritor de ella por 500 ac-
ciones.


»t l. La asociacion podrá uombrar tres depositarios, para que
cada uno conserve una llave de la caja.


»1 ~. DetermiBadas que vayan siendo las operaciones, y calcu-
lado su costo; debe ser obligacion de Jos asociados la entrega en de-
positaría del tanto por ciento que eorresponda á sus acciones; pero
cada pedido nunca deberá exceder de 10 por 100.


»1 S. Si fuesen insuficientes los:veinte millones de reales, se am-
pliará la suscricion, siendo preferidos los ya asociados; si sobrase
dinero, quedará aquella cerrada, no por el capital suscrito, sino por
el desembolsado.


II 1 i. Cuando la asociacion se considere con los fondos necesa-
rios para subvenir desahogadamente á todas sus atenciones, podrá
cerrar la suscricion, y proceder al reparto de propiedad á prorata
del importe que hubiesen desembolsado cada uno de los socios.


»15. En vista del resultado que arroje el primer balance, se
procurará mejorar la educacion y maneras de todas las personas
no suscritoras, y que por medio de un trabajo atractivo lIegaen á
obtener su interés en el fondo general de la asociacion, proporcio-
nado á su trabajo y taleotos útiles.


»16. Para poblar los muchos desiertos que hay en la nacion,
de propios, valdios, realengos etc., podrá adoptarse este proyecto
por punto general, con las modificaciones que se estimen.


lIPara que personas de cierta posicion social se constituyan en la
nueva poblacion, habrán de reunirse en ella todos Jos goces tia) cam-
po y de la ciudad en el último punto de refinamiento. Con la unidad
de accion y un trabajo atractivo, además de la seguridad de las perso-




14,8 HISTORIA DEL REINADO
nas y de los intereses, los productos se elevarán á cuatro veces mas;
los goces serán infinitamente superiores, y accesibles aun á las mas
reducidas fortunas, porque costarán cuatro veces menos. Parecerá
sin duda paradoja lo que es una demostracion matemática, y como
tal, el exponente está pronto á contestar victoriosamente á cuantas
objeciones se le opongan en todos conceptos.


»Estas bases no pueden menos de resentirse de la precipitacion
con que han sido redactadas en al corto espacio de una hora; pero
á la superior ilustracion de V. E. ahora, y despues á la de los aso-
ciados, toca establecer las que mas convengan.


»El gobierno, las cortes, V. H. y cuantos influyan en la realiza-
cion de este proyectu, van á adquirir un derecho sagrado ~.al reco-
nocimiento del mundo entero; porque este ensayo resolverá, quizá,
un problema imposible. Se trata nada menos averiguar hasta quJ
punto puede mejorarse la condicion moral y la física de la especie
humana, oponiendo á ]a vez un dique á las guerras, á las revolu-
ciones, á los motines. Es ]a empresa mas santa de cuantas han po-
dido inaugurarse; pues que sus beneficios deben alcanzar, no á un
solo pueblo, provincia ó nacion, sino á la humanidad entera, sin
que le cuesto una gota de sangre, ni una lágrima .


• Podrá suceder muy bien que este pensamiento sea considerado
por las dificultades de su realizacion como un sueno brillante, ó co-
mo una locura si se -quiere; pero como una locura tambien fué con-
siderado el pensamiento de la vacana por Jenuer, el de Cristóbal
Colon y últimamente el de la aplieacion del vapor.


»La asociacion l~gará á la posteridad en su primer acta los nom-
bres de todos los que le ayuden en su noble empresa. Cádiz 10 de
diciembre de 1841.»


Esta exposicion sufrió los largos trámites del estilo oficinesco que-
dando SiD resolver, cuando cayó el general Espartero.


El que la firmaba rico propietario contaba con accionistas para su
empresa, y habia suscrito un capital de treinta millones que hubiera
servido ciertamente para formar una poblacion modelo, con venta-
jas inmensas para la industria, la agricultura, las costumbres y el
desarrollo de la instruccion y del bienestar en todas las clases.


v.


Las revoluciones han resuelto el problema político consignando




DEL ULTIMO :BORBON DE ESPAÑA. 149
en las constituciones los derechos y deberes del hombre en so-
ciedad.


Pero el hombre antes de constituir un grupo" forma un conjunto
de fuerzas, facultades intelectuales y sentimientos distribuidos por
la naturaleza.en una proporcion desconocida hasta que se ha veri-
ficado el desarrollo de cada individualidad; y esas fuerzas, esa in-
teligencia forman una parte importantísima, puesto que de su des-
arrollo ó anulacion resulta la salud del individuo y la riqueza de la
sociedad, ó el decaimiento, la debilidad del primero, el malestar, las
escaseces en la otra.


Sin el desenvolvimiento normal de los afectos ó sentimientos, el
sér no se completa, no se relaciona con los otros seres.


y la filosofía viene buscando; y las religiones han establecido ya
reglas diversas de moral, han dictado leyes incomprensibles é ina-
plicables en gran manera, porque el sér, esa entidad que ~cada uno
lleva dentro de sí mismo, con quien cada uno se relaciona á todas
horas, queda sin embargo desconocido é incomprensible. .


m documento que acabamos tle citar, y cuyos térm.inos son sin
duda muy importantes, venia á presentar el próblema de la produe-
cion y del consumo en toda su gran complicaeion, en toda su inmen-
sa sencillez.


El que haya estudiado la astronomía y vea la sencillez de las re-
glas que la naturaleza ha dictado para el sostenimiento de los astros
en el espacio y fa uniformidad de su marcha en las evoluciones que
realizan, no podrá menos de exclamar: ¡Qué sencillez! eso tambien
lo hubiera yo hechol


y han pasado siglos y siglos, y los hombres han espiado los mo-
vimientos de {'sos grandes seres, sin poder llegar á UDa conclusion
que la caida de una manzana reveló súbitamente á Newton: la atrae-
eion.


Figuraos uno de esos grandes proyectiles que arrojados con fuer-
za por nuestros caliones pudiera lIegar exactamente al límite de la
esfera de accion de la tierra, que tiene una fuerza atractiva en su
cenh'o para llamar todos los cuerpos que se hallan á determinada
distancia. Pues si ese cuerpo llegase hasta el limite y no encontra-
se otra (uerza atractiva superior ó tuviese todavía una parte del im-
pulso que le habia puesto en movimiento, seguiria odedeciendo á esa
fuerza y trazaria una órbita en su carrera, hasta que desequilibra-
das las fuerzas que le mantAnian en movimiento ,obedeciese á las


TOMO n. !O




uso mSTOBIA. DIL REINADO
que le atraían á nuestro planeta ó á otro en cuya esfera de accion
se encontrase.


y cada sér, cada individualidad es como han dicho algunos filó-
sofos un mundo pequelIo.


tas Jeyes que rigen á los grandes cuerpos celestes, ha anadido
otro filósofo, deben regir á los seres humanos.


El reinado de la fuerza que impone á cada individualidad Jefes
caprichosas en vez de dejarla libre y desenvolverla en toda su ple-
nitud para que viva dentro de la ley de :atraccion, es el obstáculo
que se opone al progreso, y al reinado de la fuerza debe sustituirse
el reinado de la atraecion, que era lo que se proponia la sociedad
que con tan modestas proporciones intentaba fundar el propietario
de Cádiz.




CAPiTULO XVttt


SUMARIO.


Gravedad de la sÍtu3cion de España en vísperas de las elecciones de 18i9.-Seoane
en Barcelona.-Artículo del Heraldo.-Manifieslo dll Espartero comentado por el
Eco del Comercio.-Hostilidad del Gobierno de Luis Felipe hácia el Regente.-
Triunfo moral de Barcelona sobre las disposiciones del gobierno.-Manifiesto elec-
toral de la Diputacion provincial de la Coruña.


1.


Grave era la situacion de Espala en aquellos momentos: terri-
bles y angustiosos dias se preparaban.


Los manifiestos electorales se sucedian.
Todos los partidos, todas las fracciones venian sucesivamente á


protestar contra el gobierno que atacaba todos los derechos y le~an·
taba la ordenanza por cima de la Constitucion.


En Cataluiia todas las poblaciones se veían abrumadas por el peso
de la arbitrariedad, que Seoane, llevadó de su odio al pueblo cata-
lau, adoptaba como sistema de gobierno propio para oprimir y su-
jetará una raza que él consideraba indomable.


Los republicanos eran perseguidos en Barcelona y en el Ampur-
dan, mientras que el partido moderado dando muestras de energía
y escudado con sus riquezas se manifestaba enérgico y audaz resis-
tiendo el pago de la contribucion que se le habia impuesto, y dando
eB la prensa formidables quejas contra los opresores.


Si pudiéramos juzgar m&l de los hombres, tomando en cuenta la





lo! HISTORlA. DEL REINADO
conducta del general Seoane en aquellos días, y el éxito de la ba-
talla de Ardoz, podríamos formular un cargo severísimo; pero si la
iniquidad no, por lo menos la responsabilidad inmensa por la caida
de aquella situacion, cae casi entera sobre el general Seoane.


Con ocasion del cobro de la conlribucion impuesta por gastos de
guerra á Barcelona se agotaron las arbitrariedades y los desmanes.
Las personas, las propiedades, Ja prensa, todo sufria. Habiendo pre-
sentado su dimision el Ayuntamiento porque se l/eia apremiado á
entregar las listas de los contribuyentes, la fuerza armada comenzó
á hacer las veces de la autoridad civil, y se trató de obligar á los
alcaldes de barrio para que acompanasen á las partidas de apremio
á las casas de los ciudadanos. Se negaron tambien, y treinta y seis
alcaldes fueron encerrados en los calabozos, mientras se perseguia
á todas las redacciones, hasta el punto de hacer callar ese eco de la
opin¡on, que si molesta al tirano. puede en muchas ocasiones ser-
virle para conocer cuándo ha llegado la hora de retroceder en su
carrera, cuándo ha llegado á agotarse la paciencia y el sufrimiento.


11.


. En esas crílicas circunstancias El Castellano apeló á sus colegas
para formaHzar de una manera indestructible la coalicion de Jos par-
tidos y fracciones que hostilizaban á Espartero. Este periódico que-
ria pasar por independiente aunque se hallaba completamente ligado
con el moderantismo.


El Heraldo publicó entonees el siguiente artículo:
«La cuestion electoral va adelantando notablemente. Ya se han


organizado, desplegando al viento su bandera, el partido monár-
quico-constitucional, el progresista y el democrático; y al dirigirse
á los electores han lanzado todos su anatema contra el poder actual.
Pero, ¿han comprendido bien los partidos los deberes que se han
impuesto al pronunciar esas palabras yal tomar esa actitud? Grave
dano recibiria la Clusa pública si desgraciadamente creyeran aque-
llos que consignar sus opiniones y acudir á las urnas es lo único que
les incumbe en las presentes circunstancias.


»La lucha ya á trabarse en la arena electoral entre Jos partidos
legales, y una pandilla que sin titulo alguno para el mando, está
resuelta sin embargo á retenerlo y dilatarlo hasta dondo alcancen




DEL UUIMO BORBON DE ESPAÑA. 15S
sus fuerzas y sus ardides. Así lo siente el pais y as! está escrito en
los lemas de todos los partidos. Su empelio, por lo tanto, el único,
el exclusivo objeto que deben proponerse, es el triunfo completo de
la legalidad sobre la tiranía, no el triunfo completo de sus candida-
turas especiales.·


»Con notable oportunidad aborda anoche El Castellano esta cues-
tioa inmensa, haciendo un llamamiento á todos los periodistas in-
dependientes, al cual nos apresuramos á responder. Opina nuestro
colega que las comisiones centrales de todos los partidos leales de-
ben entenderse; que sigan el impulso ltb de las capitales de pro-
vincia, y que estas lo dén á los electores de los distritos; y opina
tambien que verificada esta union, las juntas deben apresurarse á
for~ar CANDIDATURAS MISTAS, donde teogan cabida hombres honra-
dos de todos los partidos políticos, en la proporcion conveniente se·
gun Ja opinion que en cada provincia prepondere.


»Nosotros no 3010 estamos de acuerdo con nuestro apreciable co-
lega, siGO que creemos firmísimamente que no verificándose lo que
El Castellano propone, el triunfo en la próxima contienda será del
gobierno. Desacreditado este y aborrecido, domina sin embargo por
el terror, domina por la corrupcion, domina por todos los medios
de que un gobierno puede valerse, sin que su inmoralidad ni su in-
justicia le detengan. Un gobierno, al fin, es una fuerza unida y com-
pacta, que será superior á la de los partidos aislados, porque no
obrando estos de comun acuerdo, se destruirán mutuament3 al em-
penarse en sacar triunfantes sus candidaturas.


»La moralidad de los partidos exige, despues de haber dado la
voz de alarma contra el gobie~no, despues de haberlo presentado
como la mayor de las calamidades para el pais, y como el mas te-
mible de los enemigos del trono y de las instituciones, que todo lo
pospongan á la obligacion que se han impuesto de combatir y ven-
cer á un poder tan perjudicial. Este patriótico objeto no lo conse-
guirán de seguro, si como en circunstancias ordinarias, en que to-
das las opiniones aspiran exclusivam~nte á la victoria para alcanzar
el mando, pr~senta cada una á sus hombres para que ellos y solo
ellos oomineil á los demás que disputan el triunfo.


»En la situacion á que ha reducido al pais el poder actual, no
será po~ible contrarestar sus intrigas y amanos sino en el caso de
que en cada provincia no haya mas que dos candidaturas; UDa del
gobierno y otra de la oposicion. A esle fin es indispensable adoptar




151 HISTOBIA !A&L BEINADO
la indicacion de El Castellano sobre la union de las comisiones de
todos los partidos, las cuales una vez de acuerdo deberian dirigirse


. á los electores juntamente y en una misma alocucion.
-En la infancia todavía del gobierno representativo nos sorpren-


den estas ideas en el primer momento; pero á poco que se medite
sobre la cuestion que nos ocupa, se conocerá que sin semejantes
coaliciones nada mas fácil que usurpar el poder y perpetuarse en él
cualquiera pandilla audaz con tal que disponga de algunos medios
de tuerza. En las coaliciones legales nada pierden de su moralidad
Jos partidos, nada ceden de sus principios; firmes en ellos, y para
mantenerlos en toda su pureza, tienden la mano al adversario que
promete respetarlos, para combatir unidos al adversario que los con-
culca y los mata. Al día siguiente cada uno ocupa su puesto pri-
mitivo.


»No ereemos necesario insistir mas recomendando la idea que El
Castellano ha propuesto y que nosotros apoyamos con todas nues-
tras fuerzas. Extiéndase á los partidos la coalicion que con tanto
provecho para el pais subsiste entre los periódicos independientes;
tomen la iniciativa las comisi:>nes electorales, y formúlese la union
en las cédulas que han de depositarse en las urnas. El gobierno re-
presentativo ganará con .este paso; se mitigará el encono de los par-
tidos, y la pandilla que nos domina sucumbirá con todos sus en-
sueños de usurpacion.»


lB.


Los moderados explotaban perfectamente el descontento general,
y convencidos de la nulidad de sus adversarios, fiados en la credu-
lidad é impresionabilidad de las masas, hablaban de los principios
liberales, de la Constitucion. de los derechos, del respeto á la ley;
halagaban á la juventud y preparaban el terreno para la próxima
resiauracion dol despotismo régio con pomposas promesas, con se-
ductoras descripciones de los pueblos de Europa que gozaban de los
beneficios de la libertad.


El partido moderado encontraba en los absurdos, en las violen-
cias, en la conducta· del ministerio y sus agentes que obraban como
procónsules y tiranuelos en todas las provincias, en el desórden ren-
tístico que agobiaba á todo el pais y le reducia á la miseria y al em-




D.IL ULTIMO BORBON ». BSPAÑA. J55
brutecimiento, el mejor auxiliar para sus planes futuros, para su
en tronizamien to.


Espartero, sin duda, por consejo de sus amigos dió un descabe-
llado manifiesto ó proclama (H) que el Eco del Comercio comenta-
ba así:


« Por fin han conseguido los perversos que rodean al jefe del Es-
tado echar el peso de su respetable nombre en la balanza electoral;
por fin han logrado los que ven escapárseles de las manos la doro;-
nacion de que hicieran tan mal uso en sentidos diferentes, que el
hombre del pueblo, nacido en el pueblo y elevado por el pueblo,
descienda de su altura para maldecir lo que ellos maldicen y santi-
ficar ]0 que ellos santifican. ¡Desgraciado pais! ¡hé aqui á tus he-
churas! ¡ bé aquí á los conculcadores de tu pacto y á los prevarica-
dores de la ley, cohibiendo tu libertad y forjando tus cadenas por
medio del que habias elegido por escudo y adoptado por tu pro-
tector!


»La historia calificará en su dia ese manifiesto, insulto de nues-
tras inslituciones, ajeno de la gravedad del trono, y concepcion ra-
quítica del buen sentido, de la sana lógica y hasta de las formas
retóricas y gramaticales.


»Los redactores de ese indigesto y mal compaginado escrito que
á no estar autorizado por S. A. calificariamos de libelo infamatorio,
han hacinado en él toda la iracundia y toda la sana que vemos ver-
tida diariamente en los diarios asalariados, por lo que no seria di-
ficH descubrir la identidad de ambos lineamientos. Así es que me-
gos en su extravfo han hecho repetir al Regente del reino el anate-
ma por ellos fu'minado contra la prensa, logrando que la califiqwe
de desenfrenada, como si tan tremenda acusacion honrase al que ~e
la permite, habiendo leyes represoras que sus agentes no se des-
cuidan de poner en uso, ,y que si son ineficaces pueden sustituirse
con otras mas adecuadas, pero sin disfamar nunca lo que respeta la
CODstitucion, por quien lo son todo los audaces disfamadores .


• Laméntase tambien en esa produccion anfibia «la division in-
troducida entre los vencedores de setiembre, tan acordes en losgraD'
des objetos politicos, y tan extrana y lastimosamente hostiles en
puntos secundarios de administracion y órden.»


»¡Y no se ruborizan los autores de ese oocumento anómalo al es·
tampar en él ese trozo hipócrita y jesuitico? ¿Con que la division de
Jos vencedores de setiembre es sobre puntos secundarios? Pues de-




t 56 mSTOBa DEL RlINADO
cid, malvados y cinicos redactores, ¿son puntos secundarios los es-
tados de sitio, las comisiones militares, la violacion del bogar do-
méstico, las deportaciones antojadizas, las multas escandalosas, la
arbitraria cobrarlza de los tributos no votados por las cortes y la
persecucion de la prensa y de los escritores públicos? ¡Decid mas
bien que los que explotaron aquel alzamiento grande y sublime, sin
presentarse el dia del combate, han malbaratado la herencia que tan
poco les costara!. . . »


IV.


Ante tan absurda y desconsoladora marcha los hombres sensatos
del partido liberal, las fuerzas conservadoras [del pais, las gentes
que permanecen fuera de las luchas politieas hubieron de crear que
las acusaciones de dictadura eran perfectamente ciertas que Esparte-
ro y sus amigos querian mantener á Isabel en tutela durante ma-
yor periodo que el que marcaba la ley fundamental, y que mien-
tras tanto aprovecharian un momento para sustituirla y entronizar-
se ellos en el poder.


En la cámara francesa al discutirse el proyecto del mensaje, pu-
·do observarse la hostilidad abierta de Luis Felipe y su gobierno há-
cia la persona del Regente, hácia la situacion que habia- formado.


Dé aqui el párrafo '1. 0 consignado por la comision:
«Deploramos con V. M. los disturbios que recientemente han agi-


tado á Espana. Sentimos un afecto sincero hácia ese pueblo amigo.
En lasrela~ionescon la monarquía española, V. M. no ha tenidoolro
objeto que proteger nuestros intereses legitimos, 11 guardar á la Rei-
na Isabel una amistad fiel. la cámara une sus sentimientos á fos de
V. M., Y se complace como V. M. en que los derechos de]a hu-
manidad hayan hallado una proteccion extrai'ia á todos los partidos,
y favorable á todos los infortunios.»


Despues de leido este párrafo que era una violenta ausacion, un
ataque rudo al gobierno espanol, Guizot tomó la palabra para ma-
nifestar que no podia tomar parte en el debate ni dar explicacion
alguna.


Mr. Berryer dijo las siguientes palabras:
«La Esparia, setiores, se halla dividida en muchos partido~, yen


esta misma cámara hay opiniones diferentes sobre la euestion espa-




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 157
noJa. Las potencias extranjeras luchan por hacer predominar su in-
fluencia en la pecfnsula: es, pues, evidente que una discusion que
no ha de ofrecer solucion alguna respecto á la política de nuestro
gobierno tendría sus inconvenientes, y creo por lo tanto que debe-
mos aplazar los debates, porque de otro modo podrfamos favorecer
los intereses contrarios á la Francia.


»Lo repito, sefores, yo veo peligros en una discusion, porque esta
no habia de darnos resultado alguno. Muy conveniente fuera sin
duda fijar una polftica cierta respecto á Espafta, estoy seguro de
que no lo lograriamos; por eso me opongo á la discusion, y juzgo
además que debe suprimirse todo el párrafo del mensaje que trata
de la polftica espanola.»


Despues de Mr. Berryer dijo Odilon Barrot:
«Yo creo que podria conservarse la primera parte del párrafo. Se-


ilores, la redaccion del discurso del trono y la respuesta de la cá-
mara han reducido el terreno á los limites de una euestion personal.
Verdad es que el discurso de la corona se ha expresado con cierta
templanza al decir que siente un afecto sincero hácia ese pueblo ami-
go, pero ~o tIO sé si esta exprt'lsion es suficiente, y puesto que se
quiere evitar todo debate político sobre esta cuestion, creo que con-
vendria limitarse á expresar las simpatías á la nacion espanola, y á
la monarquia constitucional que domina en aquel pais, sin decir
nada mas.


»No repruebo los elogios tributados á nllestro cónsul, reconozco
por el contrario su noble y digoa conducta, mas como quiera que
hay pendientes negociaciones deberíamos guardar cierta reserva. En
este sentido propongo una enmienda reducida á manifestar que,
nuestros votos 8e dirigen á la felicidad 11 consolidacion de la monar-
gula constitucional en España.»


v.


En Barcelona, como hemos visto, imperaba el terror, y tantos y
tales fueron los desmanes, que el pueblo tomó una actitud que bacia
prever conflictos graves y la reproduccion de sangrientas catás-
trofes.


Asustados quizá de su obra que hubia dado por resultado el si-
1encio de la prensa, la emigracion de muchos ciudadanos, la para-


TOllo.. !1




158 HISTQRIA bit REINADO
lizaeion de las fábricas, y por consigl1iente el hambre y el malestar,
el gobierno retrocedió, y la multa que se exigia fue condonada.


Nombróse por fin jefe politieo; cesó la persecucion, fueron pues-
tos en libertad los redactores de varios periódicos, y comenzó á en-
trar en la vida constitucional aquella desgraciada poblacion.


La Diputacion provincial de la Coruna publicó un manifiesto elec-
toral que decia asi:


«Vuestro cuerpo provincial, que palpa diariamente vuestras ne-
~esidades y conflictos, que ve el peso enorme de un sinnúmero de
contribuciones que os abruman, cumple con un deber imprescindi-
ble, llamando sobre estos puntos vuestra atencion, aconsejfmdoos la
senda que debeis tomar; escuchad su voz y seguidle, seguros de
que procure únicamente vuestro bien, vuestra felicidad. Nombrad
espanoles puros, hombres de propia voluntad, que nada necesiten,
quieran ni pretendan del gobierno, hombres independientes que no
se dobleguen á las exigencias y halagos del poder, que promuevan
la formacion de las leyes expresadas, que conozcan los intereseí!
materiales de los pueblos y los fomenten, que comprendan sus ne-
cesidades y las remedien, h-ombres que sobre todo vayan dispuestos
á reducir los gastos del Estado, nivelándolos con los ingresos. que
no voten sueldos para si mismos, que pidan estrecha cuenta de la
'inversion de los caudales de la nacion, que eaJijan, en fin, la relpo~­
sabilidad á 108 ooo8ejeros de la corona, que lan torpe eomo criminal-
mente ralgaron los artíeulos mas lacrados de la Comtitucion.


»Retirad vuestra confianza á todos aquel10s que una sola vez ha-
yan faltado á eUa posponiéndola á su interés particular; esos hom-
bres buscarán siempre su propio bisn, no apetecen el vuestro, ni el
general de la nacion. Despreciad las promesas, las sugestiones y
amenazas de esos otros que la prensa y la opinion pública designan
como emisarios del gobierno, interesado en dominar la eleccion;
porque de otro modo os impondrán una voluntad que en realidad
no tenais y una representaeion que no os conviene ni quereis .


• Desconfiad de las personas que por tales medios se 8S progon-
gan, lIegadles vuestros votos y elegid los que os indica vuestra Di~
putaeion. Elegid con aciert9, elegid con independencia, elegid eGO
libertad .•




CAPÍTULO XIX.


SUMARIO.


rltimos trabajos electorales.-Folleto de Gonzalez Bravo.-Candidaturas.-Proclama
del jefe político de lUadrid.-Programa electoral de Jaen.-Proclama del Ayunta~
miento de Lugo.


I.


Comprendiase perfectamente por todos la importapcia del éxito de
las elecciones.


Cada partido procuraba alcanzar el triunfo, y las proclamas, los
malJifieslos, todos los medios, las reuniones electorales, los discur-
sos, las profesiones de fe ante los colegios se multiplicaban y repe-
tian.


Entre otros, debemos citar un folleto de Gonzalez Bravo en que
examinaba largamente la conducta de los revolucionarios de setiem-
bre pasando revista á los acontecimientos.


Ese escrito, segun parece, tenia baslante importancia, porque en
IU principio era un proyecto que debian suscribir los individuos de
la fraccion Cortina.


Hé aquí algunoi párrafos de ese documento:
-Motivos hay por consiguiente y muy fundados para creer que


las sesiones de las cortes fueron suspendidas por la frase «circulo




160 mSTOlllA DEL REINÁDO
legal» que limitaba prudentemente los términos del mensaje dirigi-
do por los diputados ~e la nacien al Regente del reino, de donde se
deduce que los ministros querian ya en aquel tiempo ejercer sus
funciones en la peligrosa é ilimitada region de lo arbitrario, fuera
del circulo que trazan las leyes, y en verdad sea dicho, la expe-
riencia que hoy tenemos, demasiadamente lo confirma por des-
gracia.


»Suspendió el ministerio las sesiones parlamentarias porque se le
recordó la necesidad de observar las leyes: quebrantó despues estas
leyes porque ignora la fuerza que tiene su severa aplicacion ó por-
q1le tal vez se propone algan fin que con ellas nf) cuadra, yeomode
ua desacierlo nace siempre otro, no alcanzándosele el modo de res-
¡'Jnder A la palabra acusadora de los diputados, cortó por la raiz la
discusion antes que naciera, privando al pueblo de un debate en el
que se iba á tratar de su independencia, de su libertad civil y po-
Htica, de sus intereses industria!es y mercantiles, por último de tod{)
aquello que garantiza la existencia presente y el engrandecimiento
;'uturo de un Estado. Asi de violencia en violencia hemos veiJido al
punto en que no pocas veces se \lieron admistraeiones de doctrinas
contrarias á las que, ouando eran diputados. sostenian algunos mi-
nistros; por lo cual se patentiza que no la fe en determinados dogmas,
sino la poca modestia con que el actual ministerio se imagina dota-
do de cualidades eminentes, que nadia reconoce, ó tal vez la osa-
día que siempre acompafia á los que ignoran, son las que le em-
peliaron en ]a terrible lucha que ha suscitado. YJampoco falta quien
ahandando mas· en las cosas, pretenda, sin ser desmentido, que se
trata de conducir á la nacion á una crisis extremada á fin de pro-
vocar con ella la ínterveneion de la Europa que no habiendo sido
precisa para poner término A la guerra civil, seria vergonzosa y
humillante cuando libres y en' paz les espafioles tienen derecho A
prometerse todo linaje de propiedades. Esta sospecha es otra. de las
que ocasiona la 'extraviada conducta de los ministros.


»Su sistema de gobierno sale fuera del circulo de las leyes: sus
ideas no son las que se preconizaban cuando en 1839 votaroD sus
individuos que los pueblos no pagasen contribuciones que no resul-
taran votadas po!" las cortes: sus partidarios no son los que en se-
tiembre de 1840 fueron vencidos, ni aquellos que suenan en ]a res-
tauracion de una monarquia absoluta. ¿Qué esperan conseguir, pues,
del combate electoral y de las agitaeiones consigu ¡entes que se pre-




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 161
paran? ¿Tal vez aguardan que triunfe un régimen de excepcion y
fuerza arbitraria~ Pero eso es derribar la CODstitucion, y proclamar
el absolutismo. ¿t\caso creen lograr el apoyo de UDa de las grandes
potencias que los protegerá á cQodicion de que se haga con ella un
tratado de comercio? En tal caso piensan someter á otro nuestro pais,
contrayendo compromisos que implican necesariamente contradic-
cion con la reSMva y la libertad de asentimil3nto que deben presi·
dir á esa ~specie de transacciones. Puede tambien suceder <Jue espe-
ren una victoria en los colegios electorales: pero entonces ¿en virtud
de qué principio se la prometen? ¿con qué bandera se presentan á
la \id~ La de los constitucionales progresistas no será, porque la le-
vantan personas á quienes el ministerio rechaza: la de los conser-
vadores tampoco, que estos la repudian; menos todavía la de aque-
llos partidos que niegan á las claras la ley del Estado, y sin embargo
esta deberia ser la enseña de un gabinete que usa en España de los
estados de sitio, á manera de conquistador; que impone contribu-
ciones á su arbitrio y cobra las antiguas sin el concurso de las cor-
t;~s; que invade el asilo doméstico sin mandato judicial; que e.;lable-
ce cf)misiones militares posteriores al delito en que se les manda en-
tender; que somete á estos tribunales la libertad de imprenta;
que suprime periódicos y encarcela despóticamente á los escritores
públicos; que se deshace del Parlamento como de un 6storbo; que
finalmente desprecia el exámen, discusion y votacion de los presu-
puestos en cuyo aeto consiste la primera, acaso la única v~rdad de
~os gobiernos constitucionales.


»La opinion que he defendido y deseo defender, representa, pues,
el régimen legal, los principios parlamentarios, la pureza lie las
máximas políticas, que el partido del progreso proclama: en resú-
men, la idea filosófica de la justicia, el derecho y la libertad, for-
mulados en la ley. El ministerio representa el régimen del arbitrio
personal, el poder abrumante de la materia, el influjo ambicioso de
una escasa minoría extraña á todos los partidos: finalmente la fuer-
za ciega del brazo en que siempre se apoya el despotismo.


lOLa causa de la libertad ha sido confundida en la opinion del
pueblo con Jos extravfos de los que se llamaban sus partidarios:
preciso es no equivocar doctrinas innegables con los errores de per-
sonas á quienes las circunstancias han revestido de cierta autJridad;
sobre todo es menester que no se haga consistir el triunfo de las
buenas ideas en la preponderancia personal de algunos indivi~uos.




162 DISTORIA DEL REINADO
Yo pienso que los partidos legales en España adolecen del vicio de
personalizar demasiado sus creencias, pero juzgo por el fracciona-
miento que noto, que en esos partidos se está realizando una labo-
riosa y feliz transformacion. Los hombres nuevos sacuden el yugo
de sus respectivas autoridades, echándoles en cara las desventuras
que por satisfacer sus agravios y venganzas han ocasionado, y re-
claman el derecho de dirigir la época en que viven, sin el compro-
miso de heredar Jos irreconciliables odios que alimentan con perse-
verancia pasmosa sus antecesores desde los primeros anos de este
siglo. Ahora bien, esas generaciones aman la libertad con mas ó
menos latitud y detestan el despotismo; pero no aborrecen á. nadie,
sean cuales fueren las doctrinas que sostengan, por el hecho de sos-
tenerlas: en esas generaciones hay sin duda partidos que disputarán
en el campo de las teorías y en el de las aplicaciones; pero tan po-
derosoes el espiritu de la época que no usarán del cadalso para
cortar la discusion, ni se condenarán alternativamente al ostracis-
mo; sina que colocando, como de hecho colocan ya la discusion, ]a
libertad de pensar y el respeto á ]a ]ey en el número de las verda-
des demostradas, graduarán por la medida de la razon y del dere-
cho, no por la de sus iras, las vicisitudes que el porvenir les
reserva.


»Las nuevas generaciones marchan como el tiempo; los hombres
que hoy ocupan el escenario politico quieren detener t:J curso de 108
afios, monopolizar el poder mientras alienten; pero semejante em-
pelio es un delirio, cuyas consecuencias debemos impedir nosotros
los que pertenecemos á esta época, y para evitarlas no hay sino
despojarnos de influjos envejecido.; y purificar las doctrinas libera-
les, aplicándolas sin violencia en el sentido de su mas expansiva y
humana interpretacion.»


n.


Ese documento, como otros muchos, demostraba la exacerbacion
de las pasiones, el interés que en hundirse é inutilizarse ponia cada
uno de los bandos y que aumentaba naturalmente en razon á la pro·
ximidad de la lucha.


El i7 de febrero comenzaban las elecciones.
Todos los esfuerzos, toda la vida política, todo el interés se re-


concentraban en ese acto solemne.






DON AGUSTIN ARGUElLES.




DII. ULTIMO BaRBaN DE ESPAÑA. 168
En Madrid se hallaban frente á frente tres candidaturas, una mi-


nisterial, otra progresista independiente y otra monárquico-consti-
tucional ósea modorada con un disfraz nuevo para hacerse acepta-
ble y pasadera.


En las candidaturas de oposicion habian figurado los nombres de
Pacheco y Cabrero que sucesivamente habian renunciado, hacién-
dolo en el mismo dia de las elecciones don Pablo Cabrero.


Don Agustin Argüelles que figuraba en la candidatura ministe-
rial habia quedado eliminado en la junta preparatoria por creer in-
compatible su cargo de tutor con el de representante del pais; y
Mendizábal tambien habia sido olvidado porque deseaba apar~arse
de ]a lucha política dedicánJose con empeno á la administracion
municipal, y aspirando á ser alcalde de Madrid, donde pensaba in-
troducir grandes mejoras. .


Pero esos dos candidatos eran sin duda esenciales y entraron en
la combinaeion ministerial á última hora.


El Eco al ver aparecer esa candidatura sin las condiciones que la
Junta de electores del salon de columnas habia acordado, protestó
formalmente recordando que el carácter esencial, el caballo de ba-
talla, lo que alarmaba á los defensores del sistema constitucional,
era la prolongacion del tiempo de la Regenciar hasta mas allá del 10
de octubre de 184040; y que este lema habia desaparecido de la ean-
didatura dando ocasion á que los enemigos de Espartero pudieran
atacarle y desautorizarle.


Suponiase, segun decia El Bco, que iba á tratarse en las cortes
de la tutoría, y que ArgüelIes por delicadeza no debía estar en el
congreso al tratarse de su persona.


El Heraldo recordó en ese dia é invocó la necesidad de unirse
todos para impedir el triunfo del Dgactlchismo.


1[1.


El jefe politieo de Madrid dirigió en el momento de llegar la elec-
cion una proclama que con8ignamos tambien:


«ELECTORES DE LA PROVINCIA.-S. A. el Regente del reino se ha
servido decretar, en uso de la prerogativa qUQ le concede el articulo
16 de la constitucion, la disolueion del congreso de los seriores di-
putados y la renovacion de la tereera parte de los seriores senado-




164 HISTORIA DEL REINADO
res, convocando cortes ordinarias para el 3 del próximo abril en la
capitál de la monarquía.


»EI día !7 del presente mes debe por tanto principiar en las ca-
bezas d9 distrito )a eleccion de los siete sel'iores diputados y de los
tres sel'iores suplentes, y la de las ternas de los dos sel'iores senado·
res que corresponden á esta provincia .


• Electores: mi mision es la de hacer imperar la ley en este acto
solemne, la de conservar á toda costa el órden público y la de ga-
rantir )a mas amplia libertad á los ciudadanos llamados á dar sus
sufragios; excitando asimismo vuestra concurrencia al ej9fcicio de
un derecho tan precioso como importante, de esta participacion po-
sitiva C:e la soberanía nacional: no habrá, pues1 afeccion ni respeto
humano que me, aparte de este deber; deber que alcanza muy in-
mediata y particularmente, y que jamás recomendaré basiante en
el desempefio de sus respectivas atribuciones, á los funcionarios pú-
blicos mis subordinados.


» Excusadas son otras prevenciones, ni mas explicacion de parte
de la autoridad que dirige su voz con firme é inaUerable resolucion
al respetable cuerpo ~lectoral, que tan distinguidos ejemplos ha ofre-
cido en todos tiempos de independencia, de sensatez, y de esclare-
cido patriotismo.


»Trátase de afianzar para siempre las tan combatidas institucio·
nes que han de hacer un dia la ventura de la nacion, y de asegurar
el trono constitucional de nuestra amada reina: y ciertamente no
serAn los últimos los electores de la liberal provincia de Madrid, los
que secunden con una acertada eleccion los esfuerzos generosos y
el incansable afan del ilustre ciudadano y valiente soldado, que pa-
ra gloria de la patria rige sus destinos.»


IV.


En la provincia de Jaen se adoptó un programa electoral, que
decia as!:


«Articulo 1. 0 Los ciudadanos que se propongan para la próxi-
ma eleccion de diputados y senadores, han de ser precisamente per-
sonas en quienes concurra toda la energía y decision que reclaman
las actuales circunstancias, para exigir una efectiva responsabilidad




DEL ULTIMO BORBON DB ISHÑÁ. 165
al actual gabinete y á todos los que le sucedan si infringen ia cons-
ütuciOD del Estado.


»Art. 2. 0 1..0s candidatos deberán ser por punto gelleral bijos
de la provincia ó connaturalizados en ella por su vecindad y arrai-
go. Mas si la generalidad de IOil electores creyese cOflveuiente, por-
que el bien público así lo reclame, admitir entre sus representantes
algun nombre extraño á la provincia, deberán concurrir en éllu
circunstancias exprel;iadas y las generales que se adopten.


-Art. 3" Han de ofrecer suficientes garantias por sus antece-
Jentes políticos nunca desmentidos, honradez, probidad é indepen-
Jencia, y que no hayan obtenido empleo, ni admitan destino, hono-
res ni comision del gobierno, durante sus cargos de senadores y
dipu tados, ni dos afios despues de su re¡lresen tacion .


• Art. 4.' Repelerán vigorosamente asi en la discusiou como en
]a votacion, todo proyecto de ley que tienda á prolongar la miaoria
de S. M. la reina doña Isabel 11, ni un solo dia mas de los catorce
años, y cualquiera otro que esté en contradiccion con la religiosa
observancia de la constitucion del Estado, y las prácticas parlamen-
tarias.


»Art. 5: Trabajarán incesantemente por la disminucion de los
impuestos, con especialidad aquellos que afectan de lleno á las cla-
ses agricultoras, comercio y artes, procurando que los presupues-
tos sean una verdad equilibrando los gastos con los ingresos, reela-
mando enérgicamente contra las contratas y arriendos onerosos que
relajan la moral pública, autorizando á un pequeño número de agie-
tistas para vejar á la generalidad de los españoles .


• Art. 6.· Conforme al derecho de peticion que la ley funda-
menial concede á. los representantes de la nacion, promoverán efi-
cazmente:


)) 1.· Todo proyecto sobre instruccion pública.
»!. o La {ormacion inmediata de los códigos.
_3.0 La l~y de responsabilidad ministerial, administrativa y ju-


dicial.
»4:. 0 Que ningun sueldo exceda su máximum de 40,000 reales


en la capital del reino, y de :!O,OOO en las de provincia.
»5. 0 Con respecto á las leyes electoral, de petieion, ayunta-


mientos, diputaciones provinciales, libertad de imprenta y milicia
nacional, aspirarán al ensanche posible en las primeras y al salu-
dable efecto que la nacíon espera de la última. Procurando que en


ToMO Il. U




166 HISTORIA DEL REINADO
la electoral, se prohiba expresamente que" cualquier empleado del
gobierno influya como tal en las elecciones populares, so pena de
destitucion de su destino.


»6.0 Que en el sistema tributario que se establezca, solo sean
de nombramiento real los jefes de la provincia y sus secretarios. XI


El marqués de !Falees candidato senalado en la reuníon y mode-
rado, declinó la honra'porque sus principios DO estaban en conso-
nancia con el ~espfritu que dictaba aquellas bases que dejamos ex-
puestas.


V.


En todos sentidos y bajo todas formas se conmovia la opio¡on. El
Ayuntamiento de Lugo publicó la siguiente proclama:


«Habitantes del distrito municipal de Lugo.
» Vuestro Ayuntamiento constitucional al ver disueltas las cor-


tes al quieto dia de haber dado principio á sus sesiones, sin que el
gobierno ni aun les hubiese permitido ocuparse del exámen de los
presuesto~ para el presente año; siempre fiel á sus juramentos y
siempre en actitud y dispuesto á observar y hacer que se observe
la Constitucion de 1837, acordó en sesion de 11 de enero último no
repartir ni ercigir contribucion alguna que no esté votada por las
cortes. Este acuerdo que elevó á la consideracion de la excelentisi-
ma Diputacion provincial y comunicó al senor intendente, ha mere-
cido la aprobacion de aquella ilustrada y patriótica corporacion, que
compuesta de hombres del pueblo conoce cuánto importa á vuestros
intereses la observacion estricta y fiel de la ley fundamental. Con-
fiado estaba el Ayuntamiento en la justicia en que basó su dispo-
8ic100 del 11, y tanto mas seguro de que no se le obligaria á hacer
un reparto que considera anti-constitucional, cuanto que vió que
esta misma conducta adoptaron la mayoda de las Diputaciones pro-
vinciales y muchos de los Ayuntamientos de la Peninsu)a, y creia
por lo tanto que el gobierno ordenaria 90 se infringiese el articulo"
de la Constifucion de conformidad con los justos deseos de vuestro
A.yuntamiento. Mas esta bella idea se desvaneció pronto: el gobier-
no por conducto del intendente de esta provincia previene que á me-
diados' del actual precisamente han de. estar hechos los reparlos de
J~ contribuciones, que seftaló para el presente afto, y que caso el




DEL ÚLTIMO BORBON Di ESPAÑA.. 167
Ayuntamiento no cumpla con esta disposicion, los hagan las ofici-
nas de Hacienda, la responsabilidad de esta corporacion.


»EI Ayuntamiento, que cree en oposicion con la letra y espiritu
de la Constitucion los principios que el sellor ministro de Hacienda
sienta para imponer al pueblo una obligacion dtl que se releva la
misma: con el código sagrado en una mano y la espada santa de la
justicia en la otra, resolvió, cumpliendo 8US jUfamentos de guardar
y hacer que se guarde ilesa la ley fundamental del. Estado, no re-
partir ni exigiros contribucion alguna que no esté volada y apro-
bada por los cortes manifestando al sellor intendente lo siguiente:


»Este Ayuntamiente se ha enlerado en sesion de ayer de la real
órden de 31 de enero último que V. S. transcribe por primera vez
en oficio de 16 del actual, en la que se previene que si esta corpo-
racion no verifica el reparto de las contribuciones asignadas para el
presente ano dentro del plazo que ]a misma senaIa, lo hagan las
oficinas de Hacienda, siguiendo las reglas, conceptos y tipos de 18!:!,
de cuya superior disposicion no ha tenido conocimiento hasta aque-
lla fecha. En su vista, y teniendo en consideracion el Ayuntamiento
que desde que comunicó á V. S. su acuerdo de 11 de enero último
no variaron las circunstancias, y existen las mismas razones en que
fundó aquel, ha dispuesto se diga á V. S. que al paso que obedece,
respeta y acata la real órden citada, no puede darle cumplimiento,
ya porque teme infringir y faltar al juramento que ha prestado de
guardar y hacer guardar la Constitucion de 1837, 6 ya porque ha-
biendo puesto en conocimiento de la Excma. Diputacion provincial
.aquella resolucion, S. E. aprobó la conducta dt:l esta corporacion,
manifestándole en ofiJio de !7 ddl mismo mes o que su ánimo no
era mandar exigir con tribuciones que no estuviesen voladas en cor-
tes.» Por consiguiente, estando terminantemente conforme dicho
acuerdo con el articulo 73 de la Constitucion, ha determinado guar-
dar este y confirmar aquel en todas sus partes .


• AI comunicar á V. S. este cuerpo municipal la precedente reso-
lucion, debe manifestarle, que de su patriotismo y respeto á la ley
fundamental se promete no procederá á hacer derrama alguna en-
tre sus domiciliarios, que si lo verifica invade atribuciones que son
á V. S. extrarías, y que la ley comete única y exclusivamente á las
municipalidades: en otro caso protesta elevar sus quejas al tribunal
de las cortes, por infraccion de la Cc.nltitueaon, cuya religiosa y fiel
observancia es el deber de V. S., no menos que de este Ayunta-
miento .•




CAP1TULO XX ..


SUMARIO.


l.portancia de la coalicioll.-Artículo del Heraldo._Los moderados y los liberales
oposicionistas.-Discurso de Espartero al abrir las cortes.-Discusion de actas.-
Una carta del jefe político de Badajoz.


1.


Hemos dado á conocer el espiritu predominante, el carácter de
aquella situacion que estaba mostrando la anarquía en las ideas y
en los hechos. A. titulo de coalicion, en muchos puntos figuraban
unidos los nombres mas antipáticos. Comenzaron las elecciones: y
en Madrid y en otros muchos p'untos, á pesar de los trabajos é in-
fluencias de la coalieion, el gabinete obtuvo una gran rnayoria.


Toda esa agit~cion legal, todo ese empeno en las elecciones ocul-
taba sin embargo planes mas vastos, tramas subterráneas que de-
bian muy pronto ponerse en evidencia y hacer bambolear todo aquel
~dificio hábilmente sostenido.


Tras de las elecciones, comenzaban ya las partidas carlistas ,
perturbar la tranquilidad.


En Valencia y Cataluft(aparecian antiguos cabecillas, penetraban
eD los pueblos y sostenían luchas con la Milicia nacional recibiendo




DEL ULTIMO BORBON DI .81 AftA. 169
si escarmientos, pero mostrando una tenacidad que obedecía' á un
plan preconcebido.


En Zaragoza hubo .. n alboroto en el teatro, que pudo llegar á ser
una conmocion por falta de tacto y prudencia de la autoridad que
presidia.


La primavera adelantaba, y la aetitud de las diversas fracciones,
las continuadas alarmas, hacían prever grandes desgracias.


La eoalicion, que habia comenzado en un accidente para derri-
bar un ministerio, se extendia ya á la prensa, al futuro congreso, y
todo hacia temer que S6 preparaban para llevar al terreno de la
fuerza los mismos elementos que habian combatido en las urnas al
,gobierno.


11.


El Heraldo decia en vista del resultado de las elecciones lo que
sigue:


-La experiencia nOs ha demostrado que )a coalicion era posible,
incontrastable y necesaria: la razoo y las circunstancias nos dicen
que )a unioa de los panidos ahora es aun mas precisa, y si cabe,
mas fácil y asequible. Ahora es mas precisa; porque 110 solo está en
ello empenado, como antes, e) interés de los partidos nacionales,
puesto que si para triunfar se unieron; todavía no han alcanzado
un triunfo completo, sino tambien el honor ue los que, á la sombra
de la coalicion, hubiesen logrado ya la eleccion de sus candidatos
predilectos. Cabalmen~e lo que ha sido para los enemigos comunes
un motivo de confianza, debe ser para los hombres hidalgos y ca- .
•• Herosos un lazo que estreche mas aun la union de los partidos
opositores. Porque ¡ay de los partidos como de los hombres que lle-
guen á tener ea poco, el sagrado de la palabra y la santidad de los
empenos contraidos! En ello les va su honra, y la honra es uno de
los primeros elementos de vida y porvenir así en el Ófden moral,
como en el órden político. No: la coaUcian ahora no se disolwerá,
porque ahora es todavía muy necesaria; porque ahora están sus va-
rias partes ligadas con un vinculo no menos estrecho que el interés
recíproco; porque la unmo jurada en las aras ,de la patria se man-
tendrá con firmeza, á despecho de los felones, por la lealtad caste-
llana.




170 HISTORIA DEL REINADO
»Con tanta mayor seguridad podernos augurar el mantenimiento


de la 1iga eiecloral, cuanto su realizacion es mucho mas posible 'Y
fácH en este segundo trámite de la eleccion. Para llevarla á efecto
en las ele.Jciones primeras, desde luego se ofreció el obstáculo in-
herente al corto espacio que medió entre !a disolucion y el dia sena-
lado para el combate, pues no era obra solo de algunos dias el aclima-
tar en España una idea tan nueva, tan combatida por el poder y tan
incompatible cen anejas y hondas prevenciones politicas. Entonces
ofrecía tambien estorbos poderosos la falta de unidad y concierto,
no solo entr~ los diferentes partidos, sino además entre los diferen-
tes elementos de su misma fraccion, respecto á la designacion y pro-
puesta de candidatos; resultando de ahi que se propusieran á veces
mas de los necesarios para representar un mismo principio. Antes,
por último, el ancho campo dentro del cual giraban las elecciones,
permitia á nuestros adversarios difundir la desconfianza, la duda y
el fastidio con la multipHcacion de sus fraguadas candidaturas, que
malograban Ó paralizaban muchas veces las mejores combinaciones
y esfuerzos.· En la actualidad, por el contrario, esos obstáculos han
desaparecido; porque el primer ensayo, correspondiendo á. las es-
peranzas concebidas, ha fortificado la idea feliz de la coalicion, por-
que el resultado del escrutinio, designando ya los candidatos sobre
.quienes puede recaer la eleccion, alza un muro á las personales am-
biciones y á los, particulares compromisos; y porque la ley, fijando
el número de personas entre quienes deben escoger precisamente los
eleétores, cierra las puertas al mas artero é innoble de ,los amanos
electorales.


»La coalicioo, en suma, es ahora como antes, el medio mas efi-
caz para derribar ese poder que no se aviene con el triunfo de nin-
guo partido legitimo. La coalicion ahora es mas necesaria y mas fá-
cil que nunca. La coalicion, por tanto, lejos de estar difunta, como
vociferan los ministeriales, dará en la ocasion actual nuevas senales
de robusta vida, asi en las provincias donde ha triunfado, como en
los puntos en que s~ posible aun remediar el dallo causado por la
mana con que han sabido los contrarios explotar, ya la sencillez de
algunos incautos electores, ya el quijotismode algunos hombres po-
litisos. »


Como se ve por las insinuaciones del Heraldo, el partido monár-
quico-constitucional, los agentes de Cristina, los hombr~s que ha-
bilu explotado la monarquia introducian hábilmente la zizana, des-




DIL ULTIMO BORBON DE ISPAÑA. 1 '71
lizaban el veneno suavemente y procuraban borrarse en medio de
los candirlatos populares para explotar con mas seguridad el triunfo
de Ja oposicion y )a influencia del modl:lrantismo en los sucesos que
se preparaban.


111.


En su prurito de llegar al triunfo, los partidos no vacilaban en
dirigirse mutuas reconvenciones, en acusarse imprudentemente, en
prevenir la opinion, y se suponia que el ministerio fraguaba un golpe
de Estado reuniendo en las inmediaciones de Madrid numerosas fuer-
zas del ejército.


En el escrutinio de los diputados por Madrid, presentó una pro-
testa Gonzalez Bravo, tomando ocasion de haber sido elegidos siete
diputados provinciales, y el1utor de Isabel.


En cambio eran acusados de demagogos los liberales que comba-
tiaD á Espartero, y los santones contribuyeron, sin duda, á que la
coalicion se hiciese parlamentaria y revolucionaria, dando al mode-
rantismo la direccion de la política.


Unos y otros exageraban sin duda, pero unos y otros aspiraban
al poder ~ y ante la idea de realizar sus planes, ante la idea de res-
taurar la monarquía para vivir á la sombra del poder de una débil
nilia, los moderados lo encontraban todo justificado, como los obce-
cados esparteristas comprometían -la libertad y el porvenir de la pa-
tria, por vivir algunos dias en las posiciones oficiales.


No pasaba día tranquilo. En la prensa rugia la tempestad, y la
energfa de los fiscales para aplicar una ley hecha en contra del pen-
samiento libre.¡ solo podia ser obstáculo á que los amigos del pue-
blo pudieran expresar en el verdadero tono lo que convenia ante los
peligros y las contrariedades de aquella situacion.


IV.


Llegó el dia ti de abril, y era el senalado para la apertura de 131
cortes.


En ellas se presentó Espartero acompanando á Isabel y suhar-
mana, y leyó el siguiente discurso:




17! HISTORIA DEL REINADO
«Al veros reunidos al rededor del trono de IsabellJ para concur-


rir con vuestra sabiduría 'f vuestro celo á las disposiciones legisla-
tivas que ban de consolidar el Estado, no puedo dejar de sentir la
satisfaccion mas pura en la grata esperanza de que llenareis cum-
plidamente los destinos que en bien de ]a monarquía y de su Reina
están reservados á la presente legislatura.


_Desde que la anterior cesó en sus tareas, ninguna aHerac¡on no-
table ha habido en las relaciones que tenemos con Jos gobiernos c!e
otros pRises.


»Respeclo á nuestro estado interior, me complazco en reconocer
el celo y la rectitud con que generalmente los tribunales 'i jueces
administran la justicia, no obstante la imperfecta organizacion del
poder judicial y los defectos de la legislacion vigente. Estas dificul-
tades se allanarán con una buena ley orgánica, y con la anbelada
refórma de nuestros códigos, para cuya pronta realizacion el go-
bierno os presentará algunas medidas convenientes.


-El estado de la Hacienda reclama muy particularmente la aten-
cion de las cortes. Reformas importantes se ban verificado, asi en
la administracion y contabilidad de las rentas públicas, como en el
·,istema que regia para la venta de bienes nacionales; pero sin los
'uedios necesarios para cubrir. no solo los gastos ordinarios y cor-


. ~i.entes del servicio público, SiDO todas Jas demás obligaciones suce-
sivamente contraidas por efecto del constante desnivel en que se ha-
llaD unos J otras con los· ingresos del tesoro; cada dia serás mayo-
res las dificultades para conseguir una completa y satisfactoria or-
ganizacion de esta parte tan vital de la administracion de! Estado.
Con los presupuestos que serán sometidos á vuestra consideracion,
se os presen1arán támbien otros proyectos de ley, cuya utilidad y
conveniencia ~raduarán oportunamente las cortes. Ellas conocen de-
masiado la importancia del crédito, y líO dejarán de prestar su po-
deroso apoyo á las medidas que igualmenttl' les serán propuestas con
el objeto de mejorarlo.


-En medio de la escasez de recursos ha sido atendida ]a marina
con el esmero que se ve en la actividad de nuestros arsenales y en
el envío de expediciones á diferentes puntos.


»Hubiéranse hecho en el ejército modificaciones ventajosas en ali-
vio de los pueblos, y algunas ya estaban presentadas á las cortes;
pero una insurreceion inesperada vino á paralizar 6sas prudentes
economfas, y fuá preciso atender con toda la fuerza pública á re-




DIL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 1 '13
primir tan grave mal. El ejército ha sido en esta época, como en
todas, un modelo de subordinacion y disciplina, á la par que de
lealtad y de valor. Gracias á sus virtudes y á la cooperacion igual-
mente noble y decidida de la Milicia nacional, la conmocion que tan
ra!al hubiera sido si se la dejara respirar! fué ~ofocada en su orígen
y la tranquilidad completamente restablecida.


»A la sombra de ella, y por erecto de las reformas practicadas,
toman cada día mayor incremento los intereses materiales del pais;
nuestras coro urJicaciones se aumentan; la agricuHura y la industria
dan mas grande movimiento á nuestro comercio, y la inslruccion
pública recibe mejoras (onsiderables.


»A perfeccionar la admioistraeion, á complelar el desarrollo de
iodos los ramos de la riqueza, y á elevar la institucion de la Mili-
cia, la enseñanza y la beneficencia á la altura que corresponde al
nombre español, contribuirán las leyes que en armonía con la Cons-
titucion someterá á vueslro exámen el gobierno; y tengo entre tanto
la satisfaccion de anunciaros que en el momento actual la paz, la
i;~y y el órden fp.irrall en todo el ámbito de la monarquía.


»Moment,() bien feliz en que las corles y el gobierno hallan la
ocasion gloriosa (que su patriotismo no clesaprovechará) de cumplir
ron lo que la naeion desea, y con lo que debemos á la augusta y
jóven Princesa que tenemos delante sentada en el trono de sus ma-
~ores. Leyes que aseguren el Estado sobre su base, leyes que abran
las fuentes á. la pro~,eridad pública, esto es, seí'lores senadores y
diputados, lo que el pais anhela, esto es lo digno y lo conveniente
ti la patria, á la REfNA DOÑA ISABEL n. Que cuando S. M" en el plazo
afortunado que se acereli, iome las riendas del gobierno de sus pue-
blos, no encuentre estorbo alguno para el bien que les prepara su
generoso ánimo, y quP. en las bendiciones y aplausos con que se vea
aclamada, recoja el fruto mas precioso de nuestros desvelos y sa-
crifi~ios. ))


v.


Gmodes comentarios hizo la prensa referentes al discurso que
hemos dado á conocer á nue3tros lectores; no queremos decir res-
pecto de él una paJabra t porque no vamos á analizar en detalle la
política de aquella época.


Tmw 11,




174 HlSI0RlA DEL REINA[)')
Al siguiente dia debia nombrarse en el congreso la comision de


actas, y efectivamente, la mayoría se declaró ministerial.
Hubo un incidente muy notable que llamó extraordinariamente la


atlJncion. El infante don Francisco, el tio de Isabel, aspirante á la
Regencia y á la tutela, que habia visto defraudados sus deseos, y
aspirante tambien á enlazar, como ya hemos dicho, sus hijos con
sus sobrinos, asislJó á la sesion y se colocó en los bancos oposicio-
nistas. Acaso le babia llevado á ese sitio el disgusto por no baber
podido ver á las Princesas á pesar de haberlo solicitado con em-
peilo.


Los esfuerzos de la oposicion podían acaso cambiar la minoría en
mayoria, porque segun se reveló en las votaciones, era escaso, era
insignificante, era vergonzoso el triunfo de Jos ministeriales.


Tambien habia asistido á la sesion el coronel Priru, cuyo proceso
se habia declarado nulo por el Tribunal de Guerra y Marina.


En las discusiones de actas pudo notarse UDa gran animacion, y
fuerOD sumamente reilidas, y en prueba de los amailos electorales
al tratarse de las actas de Badajoz, Sanchez Silva leyó una carta di-
rigida por el jefe político Cardero á don Facundo Infante.


Decia así:
o:Badajoz 18 de enero de 18iS.-Excmo. señor don Facundo In-


. fante.-Mi querido general: Tengo escrito y contestado á su última
en 4, del actual; hoy lo hago para comunicarle que la pretension de
su sobrino respecto á la nulidad de la eleccion del A.yuntamiento de
Villanueva del Fresno no era justa; pues parece que el verdadero
reclamante contra aquella es el administrador del conde Montijo; su
b~!'mano de usted estí por el Ayuntamiento; Luna me ha informado
lambien de las pretensiones de la casa de Montijo, y el expediente
favorece al Ayuntamiento; por lo cual se ha resuelto en favor de la
municipalidad.


» He tenido carta de Lujan y por ella veo se ha penetrado usted
de cuanto manifesté á aquel amigo; su cooperacion será muy eficaz,
pues que podrá ser necesano todos los esfuerzos, y nada se pierde
en estar muy preparados para asegurar el triunfo, y que voten Jos
lIJas posibles de los electores. No falta aspirantes y exigencias de
parte de alguno, y además de que no puedeü serlo todos, es mas di-
fícil tambien generalizar la aprobacion unánime de varios de los que
quieren serlo, y seria trabajo sin fruto, porque los electores, mas Ó
IllPlH\ pUJsadorfJl'\, uo ~()n tal) dóeiles como antes; Ull,cesario es cau-




jl!!1 [ír.TI~J() BORRON DE B¡;HÑA 17t;
didatos que tengan el asentimiento general, porque á la opinion pú-
blica se cede por conviccion ó por prudeilcia, pero cuando no hay
homogeneidad se hacen comparaciones, y de ahí las exigencias im-
portunas y los riesgos de la desercion. Tambieo hay que tener en
cuenta los esfuerzos de la coalicion y de la que parece no le perte-
nezca con la exelusion de empleados, pues qua en verdad, ese cla-
moreo incesante halaga á los pueblos y es menester cordura.


»Tampoco parece piensan reunirse para combinar candidatura y
me alegro, porque no hay necesidad, puesto á que conocemos á los
inGuyentes, y es menester á estos mismos estrecharlos para que no
sean indolentes, porque no es época de ser confiados. En Zafra quie-
ren tener una junta de electores de todos Jos partidos inmediatos, y
que tengo prevenido Jo conveniente para que marchen por la base
adjunta que tiene pequena diferencia á la nota que remiU á Lujan,
puesto que usted como senador no tiene necesidad de ser incluido.
Para esta base no me he acercad ... á nadie sino á Moral, y de acuer-
do con este influiremos para que en generalidad trabajen sobre esa
base SiD que pueda tener alteracion, dejando de llenar los dos su-
plentes y uno de la lerna de senador para propietario del país ó al-,
gun compromiso inevitable.


»Alonso el yerno de Calatrava si desea ser incluido en candidatura
lo creo dificil por no aumentar el número de empleados y no ser
tampoco muy conocido de la provincia. Bote1l0 tambien me dice que
se pone al frente de los trabajos electorales desde esa, que se en-
tenderá con Moral, con su yerno y conmigo, y nos remite á cada
mio una lista de doce p9rsonas para diputados, y otra para sena-
dores; en Ja primera se incluye y creo tambien difícil pueda ser in-
cluido, porque como empleado pudiera no tener aceptacion. Esto lo
digo á usted reservadamente para su conocimienlo.


»Teogo reducido á la nulidad á Munoz Bueno y su pandilla, aho-
ra tendré que contiouar á Jos retrógrados que se van reanimando
mucho, y es menester tener á raya á unos y á otros conllevando á
los amigos de aquí, que á unos les parece muy poco lo hecho y á
otros les parece mas de lo que debiera ser. Por de cootado e11! del
corriente se reunió la Diputacion y me han Caltado cinco diputados
que aun no han parecido por mas avisos que les he dado, por ma-
nera que si los adversarios hubieran podido figurarse que aquellos
no habían de concurrir ó habían de retardar el hacerlo, hubieran
sido tan eficaces como lo (ueron siempre y me quedo en minoría




176 HISTORIA OEL RKIN AOO
Ilotable; y por consiguiente en un conflicto para la causa pública,
porque las operaciones de listas electorales y arreglo de distrito se
están haciendo ya porque no dan espera.


»Ruego á usted se sirva decir á los sefiores Gonzalez y Lujan que
reciban esta por suya, pues. no tengo tiempo Di lugar para mas.


'JDisimuJe usted mis hMrones y queda etc.»




CAPfTULO XXI.


SUMARIO.


Di~('l1sinn dI' iwla~ y nomhramiento tI!> la me~a.-DNl'ola del gohiel'llo.-Conlesla-
dlln 31 OlPií,ajr tlt' ERpal'lel'o.-r:risis miní~!erial.-Don Joaquín :\Iaría Lopez f'nt;
('1 (1ncar~a(lo dI' formal' rl nul'vo gabinete.


L


A. eOIHH\cuencia d" la discusion de las actas, y con ocasion de la
carta, hino extraf1a por cierto, que hilillOS tomado integra por su
importancia, Sfl presflntó una proposicion incidental que decia:


« Habióndose presHlltado sohre la mesa un documento cuya au-
tenticidad puede acreditar que una autoridad del gobierno se ba ex-
cedido de sus atribuciones y ha ejercido influencia en los actos
p.lectorales, pido al congreso se si!'va dar noticia de este incidente
al gobierno para que si gusta pueda asistir á 19. discusion,)


Rlltablóse un largo dehate despues de tomada en consideracion,
y usaron rle la palabra en él los sei'iores Posada, OJózaga, A. veci -
lIa, Alonso (don Juan Bautista), y á pesar de opinar alguno de di-
chos sel'iores, el sej'j{\r Seoane, que no podía discutirse otra cosa
que los asuntos de actas por no hallarse constituido el congreso.


Refiriéndose á ese debate decia el Espectador que la lectura de la
carta era un atentado contra el congreso mismo; que de respetable,




178 HISTOlllA DEL RKINAOO
de santo que era se habia convertido EN UN LODAZAL, EN UNA SENTI-
NA DE RE'iCORE5, DR PASIONCILLAS DESPRIl:CIABLS. Oespues añadia:


«La proposicion del seDor VILLALTA dió al parecer nuevo giro á
la cuestioD; mas al ser defendida por unos é impugnada por otros,
volvió al terreno en que se la babia colocado desde el principio; al
terreno en donde la minoria lucha, en donde se ha encerrado desde
el primer día. La sagacidad, ó mas bien la doble:: del señor Olózaga,
jefe, por ahora, de la minoría que algun tiempo capitaneó cuando
era coalicion, no fué bastante á contener á su senorÍa en Jos limites
que él quizá deseara: acaso el senor Olózaga no quiso descubrirse
tanto, porque eso es contra su carácter; pero á su pesar dejó ver su
corazon. En cambio el señor Alonso (D. J. Bautista) cantó de pIa-
no; y órgano de sus compañeros, se exprflsó con toria la claridad
propia de su poca aprensioD.»


11.


La proposicion, con todo esto, produjo su erecto, y el congreso
desechó las actas de Badajoz, des pues de una discusion borras-
cosa.


El gobierno quedó herido de muerte, y dispersa la mayoría. Y lo
peor del caso es que unos y otros contribuian al descrédim del go-
bierno representativo y al desprestigio de la ConstitucioD.


No eran menos interesantes en el senado las sesiones, donde el
general Seoane insultó con aquellos epítetos que acostumbraba á
los escritores públícos.


El congreso se hallaba dividido en cuatro fracciones; la ministe-
rial que formaba un grupo de 56 á 60 individuos; la que acaudi-
llaban Lopez, Pita y Campuzano que vendria á tener rüunidos 50
diputados; la de Olózaga-Cortina que contaria 30 Ó 4,0 votos; Junos
cuantos moderados.


Con tan abigarrada cohorte, difícil era lJegar á una solucion. En .
las cuestiones de actas hubo tales y tan trelMndas diséusiones, tal
divergtmcia de pareceres, tanto empelio por una y olla parte, y tan-
tas ilegalidades, tantas influencias, tantos desafueros, que el dia 1.·
de mayo todavía no se habia constituido el congreso por la lentitud
con que marchaban los debates. En este dia se procedió al nombra·
miento de la mesa; quedando constituida por fin para dedicarse á




DBL ULl'lMO BORBON DE ESPAÑA. 1'19
los grandes asuntos, á las cuestiones importantes que esperaban
una solucioD.


En las cábalas é intrigas que preceden á los nombramientos, en
vista de que el ministerio no podia sostenerse, la fraccion Cortina,
DO pudiendo imponerE.e á la fraccion Lopez bastante numerosa, en
la cual figuraban los diputados catalanes y gallegos, esto es, los
diputados de mas exaItacion, de mas calor, entró en avenencias y
tratos con la ministerial, logrando as! 93 votos contra 43 que obtu-
vo don Joaquin Maria Lopez; pero debiendo votarse segun este
acuerdo para primer vice-presidente al SenOf Cuetos ministerial, re-
sultó elegido por 8i votos el diputado Alsina de la fraccion de Lo-
pez, quedando rota la coalirioD que habian intentado Olózaga 'Y Cor-
tina porque los amigos del gobierno se quejaron con fundamento de
aquel escamoteo y aun hubo disentimiento formal entre Olózaga y
Cortina.


Todas las fracciones estuvieron de acuerdo para excluir á OIÓza-
go de la mesa que se completó con Serrano de la fraccion Cortina,
Madoz incalificable, Sil vela de la fraccion Cortina, y como secreta-
rios Ovejero, Garnica, Prim y Somozo, todos menos el segundo de
la fraccion exaltada.


Aquella misma noche se celebró un consejo de ministros al que
asistieron algunas notabilidades.


111.


En el senado contaba el gobierno cou verdadera mayoría. Habia
podido constituirse mas pronto, y con este motivo habia formulado su
dictámen sobre la marcha de Jos negocios, dando contestadon ai
mensaje de Espartero en los siguientes términos:


GSermo. Senor.-En la satisraccion que V. A. manifiesta por ver
reunidos cerca de su gobierno tos cuerpos colegisladores da una
prueba de su respeto á las instituciones políticas que está encarga-
do de conservar, y del celo que le anima en bieu y prosperidad de
la monarquia. El senado á quien por su parte cabe la misma satis-
faccion que á V. A., le acompai1a sinceramente en sus justas miras
y deseos, y coadyuvará á que sus esperanzas se cumplan, con to-
dos los medios que la constitucion pone en su maDO.


»Es tircunstallcia bien arreeiable y feliz flue nuestras relaciones




180 HISTORIA {)FL REINADO
ecn los gobiernos de otros paises no bayan sufrirlo, en la época que
aca.ba de pasar, ninguna notable alteracion. Sin duda han debido
desvanecerse del todo los dis~nstos que respecto de un gabinelp- ami-
go han ocasionado los acon tecímien tos de Barcelona; y V. A. estará
cierto d.~ que no tendrán consecuencia las expre~ioDes pnCI) tnctlidas
que sobre objetos propios y exclusivamente nuestros, ha pronun-
ciado un hombre de Estado en una tribuna pública. El senado es-
pera que los dos precioEOs requisitos de toda nacion que se e~tima,
el decoro y la independencia, estén siempre á cubierto en nu~stras
relaciones exteriores. Los espanoles que han comhatido por ellos
treinta años sAguidos, sabrán, si es menester, combatir olros tantos
para asegurarlos. A. este fin se halla pues V. A. al f rfIl te dt~ una
nacion margnánima, revestido de toda su autoridad y armado de
toda su fuerza ... La razon y la justicia están de nuestra parte; la
opinion pública lo está tambien, apoyada en el derecho comun de
las nacione~; lo estác en suma !as simpatías políticas de puehlo á
pueblo, que no consienten se altere la buem~ armonía ~ntre dos pai-
ses, á quienes niugun bterés verdaderamente nacional puede acon-
sejar un rompimiento. No es dable, pues, quo V. A. consienta que
en nuestros negocios propio8, ya sean graves, ya leves, nadie se
arrogue el derecho de transigirlos á su antojo; que nadie consid(~re
á la España como un feudo, como una herencia que le pertenece;
que nadie se permita (Ion nosfltros, y tratándese de nueslros mas
caros intereses, ellenguajo de una suptlrioridad orgullosa l y mucho
menos el tono de la amenaza,


»Propio ha sido siempro de la magistratura f3spaiíola administrar
justicia con celo y con rectitud, y el testimonio que de ello da V. A.
en su discurso es tan honroso como merecido. No hay duda en que
para el puntual ujercicio de su autoridad opondrán no pocas difi-
cultades la complicacion y confasion de que todavía adolecen nucs,·
tras leyes y la imperfecta organizacir}fi de los tribunales. El senado
desearía ver mas adelantada la reforma de nuestros códigos, empren-
dida tantos anos há; y se halla pronto á examinar y aprobar por
su parte cuantas medidas sean convenientes para acelerar esta obra,
base principal de toda buena civilízacion. Mas como el proyecto de
mod~ficacion general exija esencialmente un trabajo inmenso á par
que prolijo y dilatado, acaso seria mas úportuno dotar desde luego
al país de las leyes que afianzando en esta parte la Constitucion po-
lítica de la monarquia, aseguren los derechos individuales sobre la




DEL ÚLTIMO BORBON DB ESPAÑA. 181
inamovilidad y consiguiente responsabilidad de los magistrados y de
los jueces.


-Bien considera el senado la necesidad que los cuerpos colegisla-
dores y el gobierno tienen de atender al arreglo de la Hacienda pú-
blica. Por lo mis IDO cuantas reformas y medidas legislativas se pre-
senten en esta parte, sobre todo las que digan reJaríon á nivelar los
gastos con los ingresos, y á consolidar el crédito público, tantas serán
tomadas en consideracion por este cuerpo con la preferencia debida á
su importancia. A. los fines que V. A.. se-propone contribuirá sin duda
el eximen detenido de los presupuestos. Preciso es que este exámen
sea completo, y el senado tiene derecho á pedir que documentos lan
importantes sean presentados con la oportunidad necesaria para ser
vistos y discutidos suficientemente en los dos cuerpos colegislado-
res. Interesados igualmente en el órden y buen arreglo de la ad-
ministracion pública, uno y otro deben concurrir á la lormacion de
esta ley, segun los limites que á cada cual seliala para el caso la
Constitucion, en cuya letra no está, ni en su espiritu tampoco, que
la intervenc~on del senado, por forzosa y atropellada se haga de lo·
do punto ilusoria.


»Al paso que el senado aplaude las mejoras que ha recibido la ma-
rina por la prevision y celo del gobierno; no puede menos de sentir
que las reformas proyectadas para el ejército en beneficio de ]a eco-
nomia pública no hayan podido realizarse. Este sentimiento se hace
mayor al considerar la ocasion que lo motiva. Fuerza era reprimir
á toda costa la rebelion barcelonesa, y contener la guerra civil que
por aqueJ/a parte amenazaba. La primera ley, la atencion general
de UD gobierno es asegurar la tranquilidad de} pais. La decision y
celeridad con que V. A. acudió al peligro ]e han Rdquirido nuevos
derechos á la gratitud nacional. Pero esta repeticion de tentativas
para trastornar el Estado por medio de una guerra civil, llama pc-
derosamente la -atencion. Medidas enérgicas son necesarias para
contener á los malvados que quieran ensayarlas otra vez: acaso Je-
ycs; yen tal concepto, V. A. encontrará siempre dispuesto al se-
nado á auxiliar al gobierno en su objeto de tan imperiosa necesi-
dad (1).


»Bien sinceramente congratula este cuerpo á V. A.., y se congra-
tula asimismo de que la paz, de la ley y el órden reinen en todo
el ámbito de la monarquia. El movimiento que se advierte en la
agricultura, en la industria, en el tráfico y en todos los ramos '}
To~1O JI.




1St HISTORIA DiL RIINADO
merlios de riqueza y prosperidad, es el resultado {eliz de esta anhe-
Jada y pronta pacificacion. Mayor se hará todavía con las leyes que
el gobierno de V. A. tiene preparadas al exámen y discusion de las
cortes. Pero sobre todo, lo que importa es asegurar la Constitucion
sobre sus bases; es organizar con leyes bien meditadas los Ayunta·
mientos, las diputaciones provinciales, la milicia civica, la instruc-
cion pública, la beneficencia; sin que est~s objetos estén bien arre-
glados, la Constitucion no puede obrar ni marchar; la libertad está
falta de raices, y es una vana sombra el gobierno representativo.


»Una institucion hay que pertenece tambien á este órden y que
reclama con toda urgencia el remedio mas eficaz. V. A. por motivos
que el senado respeta, habrá creido oportuno no hacer mencion en su
discurso del deplorable abuso que se está haciendo entre nosotros de
]a libertad de imprenta: mas el senado al hablar con V. A. de la si-
tuacion y necesidades del pais no debe pasarlo en silencio. No es
solo un abuso en que están tan gravemente comprometidos el honor
de los individuos y la tranquilidad de las familias; llega ya á ser
por su extension y sus miras una verdadera con~piracion contra el
Estado. 1.a Espafia toda repugna escandalizada semejan~e desenfre-
no; y si V. A. á una con los cuerpos colegisladores no toma pron-
tamente Ja~ disposiciones propias para atajarle y contenerle, un eJe-


. mento tan poderoso de libertad y de progreso se va lA convertir
entre nosotros en instrumento fatal de inmoralidad, de disolucion y
de barbarie.


»El senado, en fin, no puede menosde.aplaudir á V. A. sujustí-
simo anhelo de entregar á nuestra augusta Isabel IJ, cuando llegue
la época en que segun la ley empiece á gobernar, UD reino tranqui-
lo y floreciente dentro, respetado fnera. Esta época se ,acerca; pero
]os esfuerzos de V. A serán inútiles, sus miras y esperanzas perdi-
das, si con toda solicitud y todo ahinco no se provee á las necesi-
dades que van expresadas; si por medio de un gobierno vigoroso DO
se da fuerza á la ejecucion de las leyes, vida y movimiento á la ad-
ministracíon. Las liificultades cada vez se hacen mayores, y la con-
tradiccion mM violenta. Fuerza será á V. A. apelar á todo su valor
y energí8j y aun así, hallará que es mas árduo templar y dirigir las
pasiones en la arena política, que vencer á las huestes enemigas en


. los campos ·oe batalla. V. A. no extrañará este lenguajf>, porque e~
el de la verdnd: y la sinceridad respetuosa con que el ¡¡euado se la
presenta fl sus ojos, es el mas puro homenaje que puede tributar
á su noble c.arácter y á sus virtudes ..




/)KL ULTIMO liORBON DE ESPA.ÑA. 183
»)Palacio del senado 1~ de abril de 1S4S.-Joaquin Maria de Fer-


rer.-Manuel José Quinlana.-José Landero.-Rodrigo Valdés Bus-
tos.-Manuel Marliani, secretario.»


Ese dictámen era un reto, y á ese reto contestaba la votacion de
la mesa.


IV.


Despues de la votacion de la mesa, el congreso quedaba comple-
tamente desautorizado, en la mas profunda division.


Ninguna de las fracciones podía constituir mayoría: ninguna pe-
dia imponerse.


Susl'endiéronse las sesiones, y presentóse el gobierno en el se-
nado, manifestando que se hallaba encargado por dimision del ga-
binete de formar otro nuevo el señor Cortina.


Cortina resignó su encargo despues de tres dias de inút;!es com-
binaciones y por consecuencia de una conversacion con Olózaga.
Este aceptó la comision de buscar un gabinete, pero á las veinte y
cuatro horas renunció resueltamente, siendo llamado el general Seoa-
ne; y poco despues' don Joaquin María Lopez fué encargado de po-
ner fin á aquella situacion excepcicnal.


Los cálculos mas exagerados, las noticias mas contradictorias, los
mas absurdos rumores circulaban por todas partes durante aquellas
horas de ansiedad y duda.


El partido moderado acusaba con suma habilidad y destreza á los
hombres de la situadoD.


El Heraldo, La Posdata, El Sol, El Corresponsal, El Ca3tellano,
y los que en pro"/incias defendían la casa de Cristina, se despacha-
ron á su gusto durante aquellos terribles y angustiosós momentos
que precedian á un periodo de agitacioD, revueltas y confusiones
preparando UDa ominosa dictadura, una restauracion que debia edu-
car á la jóven reina en las supersticiones, en la vanidad, en las di-
sipaciones, en la orgía, en la prostitucion tambien. '


Constitucionales se decian los órganos de la reaecion, todo eran
halagos y promesas, y con una abnegacion y desinterés ilimitados
protestaban todos los dias, que no querian el poder, que solo anhe-
laban la práctica sincera de las leyes, el desenvolvimiento ordenado
deJos principios liberales.




18t HISTORIA DEL REINADO
En su maquiavelismo, en-su infernal táctica llegaban á adular


rastreramente al infante don Francisco que habia siempre f!gurado
como miembro influyente del partido progresista, gracias á la saga-
cidad de Carlota que desde muchos años habia previsto un deseo-
Jace, ó pudiéramos decir mejor un enlace que pusiera en las manos
de su familia el trono que habia conquistado para Isabe] á ]a cabe-
cera del morilmndo Fernando.


...




CAPiTULO XXU.


SUMARIO.


Descrédito de la camarilla ue Espartero.-Rellexiones políticas.-Constitucion dei
ministerio Lopcz.-Proyecto de contcstacion de la cámara popular al discurso de
Espartero.


1.


Lo que se conocia con el nombre de pandilla ayacueh8; aquel cir-
culo de amigos 'lue rod'eaba al general Espartero desde su elevacion
al mando de los ejércitos reunidos; aquel centro poHtico que babia
venido morlificándose y engrosándose, á constituir una tertulia, un
gran consejo, una asamblea donde se decidia la marcha ~e los ne-
gocios públicos que habia empujado al general desde el campamento
á la alta magistratura, quedaba en verdad por sus desaciertos, tor-
pezas y crímenes politicos completamente desautorizado despues de
dos alios y medio de ensayos infructuosos.


Al hacerse la revolucion de setiembre, parecia que ese grupo
confundido entre la multitud, llevado por ella, debia incrustarse en
los grandes principios que proclamaba y podia desenvolver, toman-
do por base la soberanfa nacional, el gobierno del pueblo por el
pueblo.


Hay un error gravísimo de que participan muchas personas de
buena fe: suponen que para practicar los derechos, para consignar-




186 HISTORIA DEL REINADO
los se necesita que los pueblos hayan llegado á un grado de per-
reccion tal, que no es posible conseguir mientras hay tantos inte-
resados en impedir la educacion politica de la muchedumbre.


En nuestras sociedades hay sin duda alguna un vicio radical que
establece por la falta de inteligencia, por la costumbre, por la or-
ganizacion industrial ciertá dependencia de unas clases respecto á
otras clases.


La inmensa multitud que ocupa las campiñas y se alberga en el
seno de las montafias, no conoce absolutamente la historia, la polf-
tica, ni la ciencia. ni el arte; no tiene nocion de lo bello 1 de lo bue-
no, ni de lo justo ..


Desde que la revolucion espafiola se ha iniciado; en estos setonta
afios que llevamos de agitaciones, ha ido infiltrándose y exlendién-
dose la educacion, pero no toman parte aun en la vida política, no
tienen interés en ejercitar sus derechos mas que aquellos que habi-
tan en los grandes centros y se han ido convenciendo de que las
iniquidades consagradas por los opresores, solo pueden desaparecer
por el trabajo incesante de los que aman la justicia, por la coopera-
cion de todos los)ntereses permanentes'que deben fundar nuevas ba-
ses sociales desterrando todo ab~so, todo privilegio, todo ,monopo-
lio, toda tiranía.


y como la verdad es tan sencilla; y como ]a lógica no pormite
que se tergiversen los razonamientos; y como los hechos son tan
elocuentes, lo necesario, lo esencial es proclamar el derecho para
todos, y los que lo aprecian, los que lo reconocen acudirán desde
luego á ejercitarle ensefiando y llamando á todos los demás, que solo
por este camino puede mantenerse el órden estable y constituirse la
armonia en las funciones sociales sin perturbacion, sin trastorno,
sin inconveniente alguno.


Mantener expedito el derecho de todos, facilitar el ejercicio del de-
recho, imposibilitar que se falsee, tal es la mision de los gobieroos
en esta época de transicion. Así podrá ser UDa verdad el principio
dA la soberanía naeional.


Aceptando todos, como es justo y legitimo, que en las sociedades
todos los seres humanos que la<; componen tienen igual derecho á
desenvolver sus facultades fisicas, morales é intelectuales, á ser res-
petados en el ejercicio de sus derechos, y á defender su opinion y
su interés en los diversos pactos y transacciones que forman 'los ac-
tos de la vida, Ilegar~ la justicia á ser un hecho en las sociedades
humanas.




DEL ULTUIO BORBON DE ESPAÑA. 18'1
Esto lo desconocían los amigos de Espartero, como lo desconoeian


OJózaga, y Posada Herrera, y Gonzalez Bravo, y todas las escuelas
que han nacido en el doctrinarismo, ;transicion dolorosa del régi-
meo antiguo, negacion del derecho al reinado de la libertad, de la
igualdad y de Ja fraternidad.


n.


Volvamos ahora á los sucesos que llamaban la atencion pública y
conmovian al pais.


Don Joaquín María Lopcz mas afortunado que sus ·antecesores
constituyó un ministerio compuesto bajo su. presidencia de Jos se-
t'íores don Manuel María AguiJar de Estado, don Fermin Caballero
de GobernacioD, don Mateo Miguel Ayllon de Hacienda, don Fran-
cisco Serrano de Guerra, y. don Joaquin Frias de Marina. En Gracia
y Justicia quedaba el presidente del consejo.


111.


El ministerio no se presentó en el senado á dar cuenta de su pro-
grama; pero se revelaba ya que la divi~ion en el seno del partido
progresista era profunda y Jos odil)s irreconciliables.


Olózaga, como siempre, en psta ocasion quiso mostrarse hábil y
diplomático, y como siempre tambien logró introducir el cisma, la
desconfianza, la duda enlre las filas de la tr~unfante oposicion, y la
cizaña entre los amigos del Regente.


Mas, con todo, el ministerio se hallaba constituido: el célebre ~ri­
huno que habia contraído consigo mismo el oompromiso de no vol-
ver á ocupar las regiones oficiales, volvía á ellas, acompat'íado de
gran prestigio en unas circunstancias muy difíciles, y arrostrando la
inmensa responsabilidad de un porvenir incierto y preñado de com-
plicaciones sumamente graves.


Aquel gabinete debía estar dotado de una energía á toda prueba.
La tormenta rugía en lontananza; las circunstancias todas que ro-
deaban aquella siluacion hacian prever un catar.Jismo. Hullian por
todas partes las pasiones; los agitadores recQrrían el país; la cons-




188 HISTORIA DEL REINADO
piracioD permanente contra Espartero seguía su curso y amenazaba
UD rompimiento inmediato.


6Tcnian dotes suficientes los nuevos ministros para bacer frente á
la tormentosa situacion que iba á crear su encumbramiento? Pronto
van á contestar los hechos con su ineludible elocuencia.


IV.


El ministerio Lopez babia nacido en el congreso, y á este cuerpo
pertenecian mucbos de sus miembros. Quería representar el gran
principio de la soberanía nacional, y obedeciéndole lué al euerpo po-
pular á exponer su programa; pero antes de su llegada se leyó el
siguiente proyecto de contestacion al discurso pronunciado por Es-
partero.


«Serenísimo senor.-Resuelto el congteso de los diputados á sos-
tener las elevadas miras de V. A., promoviendo con celo infatiga-
ble la urgente consolidacion de nuestras instituciones politicas, apro-
vecbará para su desarrollo y complemento el periodo legislativo
que V. A. acaba de inaugurar en presencia de la ilustre y jóven
.princesa que por el voto de los pueblos ocupa felizmente el glorioso
trono de san Fernando.


»EI congreso se felicita al ~aber que se han conservado sin alte-
racion notable nuestras relaciones amistosas con otros paises, y
comprende que )a prudencia, la dignidad y )a buena fe de la nacion
espaliola son los mejores titulos que el gobierno puede emplear para
conciliarse el respeto y consideracion de Jos extrai'Ios, para robus-
tecer las alianzas formadas y extendar nuestras relaciones sin men-
gua de la independiente nacionalidad que importa conservar ilesa de
todo punto.


»La orgaoizacion del poder judicial y la completa reforma de
nuestros códigos soo una gran necesidad ca~a día mas notoria. El
congreso se complace en repetir que está pronto á conceder todos
los recursos al efecto necesarios, y en manifestar su de~en porque
se realice un articulo constitucional aplicando á los juicios crimina-
les ]a institucion del jurado, tan favorable para la defensa y civili-
l.acion del pueblo. Al gobierno corresponde velar incesantemente


. porque la imparcial y rápida administracioD de justicia sea UDa ver-
dad absoluta en todos los dominios espanoles.




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 189
»EI congreso, en uso de la mas preeminente de sus atribuciones,


se dedicará al exámen de los presupuestos; y sin perder de vista la
situacíon angustiosa de un pueblo víctima de tantos desastres, con-
tribuirá con toda eficacia á establecer el órden y la economia, que
deben regenerar la hacienda pública. Sin la concurrencia de las cor-
tes se han exigido las contribuciones; se ha procedido al ilegal é im-
poljlico arrf'lJ{)JDJjelJ!o de )os jjcos proollclos ¡Je AJmaoeo,' y á plJ,~ar
de la ley fundamental del Estado, ha crecido el exceso hasta el punto
da tomar una ant:eipacion de fondos sobre la misma renta, aplicando
con ioju~ticia los rendimientos de tan viciosa operucion. El congreso
deplora que por el poder administrativo bayan sido invadidas las
atribucinnes de las cortes, y subvertido los principios elementales
de justich, únicos fiadores del verdadero crédito.


» La actividad de nuestros arsenales y el envío de expediciones
marítimas á diferentes puntos despiertan la grata esperanza de que,
elevándose nuestra marina al nivd de los úllimos adelantamientos y
recobrando su antiguo lustre el pabellon espa1'1ol, sean ateodidas
cuidadosanl€nte las provincÍ:ls de ultramar, y nuestros comratriotas
establecidos en las diversas regiones del globo, consigan al cabo para
sus personas y propiedades la proteccion de que tan necesitados se
encuen tran.


»Es muy sensible que la necesidad de acudir con toda la fuerza
pública á sofocar la insurreccion de Barcelona, haya paralizado las
prudentes modificaciones que para alivio de los pueblos deben veri-
ficarse en el ejército. En nombre del órden público el congreso une
su voz á la de V. A. para dar gracias al ejército, á la Milicia ciu-
dada na y á la armada nacioDa! por la lealtad, valor y disciplina con
que tan to bril!an en las ocasiones mas difíciles para la patria; al
mismo tiempo qJe dirige UDa mirada de dolor al primer emporio de
la industria erpañola, á la ciudad desgraciada hasta el punto de traer
sobre si los últimos rigores de la guerra.


»L05 principios constantes de gobierno, la necesidad de combatir
elementos trastornadores puestos en acciOD con lamentable frecuen-
cia, y la incrrtidumbre de que fuera de las vías constitucionales no
hay sino desórden é infortunio, obligan al congreso á pronunciar su
reproh3cion contra un levantamiento que puso en terrible conflicto
los mas caros intereses. Pero el mismo sentimiento de justicia que
condena franca y explícitamente semejante rebeJioo, clama pidiendo
que los funcionarios encargados del sosiego público se sujeten á una


TOMO lI. 25




11)'0 HlSTOftU nL ltElNADS
completa residencia de su conduela, y no consiente en verlos favo-
recidos y premiados sin pasar pO'r el crisol eJe un juicio indispen.:..
sab}e. .


l) El estado de sitio en ql1e se declaró á Barcelona despnes de Só-
metida al imperiO' de :a ley, y los triburtates excepcionales allí eri ....
gidos, son atentados en extremo graves para que nO' los marque eon
hondo sello da reprO'baciüTl el congreso de diputadO's, que tan so ..
lerune fallO' pronunció poco hace contra menos trascendentales des-
afuerO's. TampO'cO' pueJe verse sin profundo desagrado, que los mi ...
nistros de V. A.. hayan comprometido su responsabilidad imponien-
do una col'ltribucion ó multa tan opuesta á Jos preceptos esencial~s
de la Constitucion, cO'mo arbitraria en S'l repartimientO'. La justicia,
la moralidad, y hasta la buena disciplina pública exigen que se abo-
nen con religiosa prontitud las cantidades arrancadas á tos mas dó-
cites contribuyetttes.


-El incremento de los intereses materiales del pais será siempre
m'Ofivo de sincera felicitacion para los delegades del pueblo. Tiem-
pe es ya de que se aprovechen los frutos espontáneos de la pllZ,
por la accion reparadora de UDa buena administracion.


»El congreso reconoce los altos deberes que por el voto gp,neral
le están impuestos. Para cumplirlos responderá al generoso lJama-
'miento con que V. A.. te invita, contribuyendO' con infatigable cons-
táilcia á la formacion do leyes orgánicas arregladas al esplritu de,
nuestro dogma pnlitico. La iustitucion de la mHicia nacional, á en"""
ya patriótica fortaleza está confiado el inapreciable depósito de las
libertades públicas, es y será en todas épocas O'bjeto predilecto de
la solicitud del congreso.


»Dispuestos los diputadO's á perfeccionar las leyes establecid~
pata contener JO's abusos qne desvirtúan la libertad de imprenta,
serAn constantes en defender las garantias constitucionales de tan
precioso derecho, rxento de toda censura previa, y solo dependiente
de las calificaciones de1 Jurado. El congresO' tiene la conviccion mas
arraigada de que los siempre lamentables extravíos de la prensa fi·
bre, jamás pueden equipararse con los inmensos beneficios de UDa
instituciO'n salvadO'ra por excelencia,


.ta reconciliacion de todos los espafíoles llamados á gozar de los
c1erechos que fa ley fundamental recGnoce, seria un acontecimiento
grandioso y digno de esta nacion magnánima. Sin menoscabar la
initiativa que V. A. está, sin duda, pronto á ejercer ese asunto de




DEL {lUDIO JWRBON DB E,sl'AíÜ. 191
tan !wblt! tmsctúdencia, el congieso de los diputados forma ardien-
tes votos porque vuelvan al seno de la patria, los que despues de
terminada la guerra civil, cayeron á impulso de nuevas discordias,
en la desventura de la expatriacion.


»Borrada hasta la memoria de nuestras calamidades, los mas fer-
vorosos deseos del congreso lIegarian á su colmo, si conteniéndose
los poderes dentro de sus naturales &tribucioneG, se afirmase para
siempre el triunfo de las leyes y de la moralidad pública, y mar-
chásemos con paso seguro y ánimo generoso por la carrera de la
libertad. ¡Plegue al cielo, que cumplidas estas nobles esperanzas,
amanezca tan afortunado como V. A. dEsea el dia 10 de octubre de
18i4, para que S. M. se encargue del gobierno de una floreciente
nacíon, y V. A. reciba en el aplauso universal el premio mayor de
sus victorias como suerrero, y de sus i:iacrificios como eminente
ciudadano! Palacio del congreso 10 de mayo de 18i3.-Manuel
Cortina, presidente.-Eugenio Moreno Lopez.-Juan Bautista Alon-
so ....... José de Galvez Cañero.-:-Luis GOJ,lzalez llr~No.~CiriloMf;~­
rez.-Javier de Quinto, secretario.»


Este discurso diferia notablemente del que estaba discutiendo el
senado, que como cuerpo conservador mostraba efectivamente ten-
dencias y espíritu conservador de lo existente.




CAPITULO XX1U·


SUMARIO.


Discurso de don Joaquin María Lopez al inaugurarse su ministerio.-Sus primeras
medidas desagradaron al Regente.-Su dimision.-Proyecto de amnislía.-Entn-
siasmo general.


1.


Grande era la animacion que reinaba en el congreso; suma la im-
paciencia que se revelabl en todos por escuchar las frases que iba
6. pronunciar el p:-fncipe de los oradores, el que como Argüellee ha-
bia recibido el dictado de divino.


1 así fué, que despues de la lectura del proyecto de contestacion,
al concederse la palabra al senor Lopez, reinó en aquel recinto un
silencio profundo y con voz entera, eon esa entonacion que le era
peculiar. dijo lo siguiente:


.Senores: llamado por el jefe del Estado para encargarme de la
formadon del nuevo gabinete, fijé la vista mas qua en las dificul-
tades que me presentaran los hombres y las cosas, en las que habia
dentro de mi mismo. Falto de Jos conocimientos que se necesitan
para el mando, cuyos derectos yo soy el primero á reconocer; con
una repugnancia deí}idida á ejercerle, porque desraba pasar mis
dias cansados; aunque no consumidos, en una vida oscura y tran-
quila; y sobre todo, comprometida mi palabra, porque habia repe-




DEL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA.. 198
tido varias veces aquí que no seria ministro: )'0, senores, no podia
pasar por estos compromisos, sin obtener la indulgencia del pais.
Nada tenia quo temer á las dificultades ni á los obstáculos que se
me present,aran por fuera; pero lo tenia que temer todo, cuando me
viese en mi gabinete frente á frente conmigo mismo. La situacion
del pais era, sin embargo, muy crítica; se habían tentado inútil-
mente otros caminos para formar el gabinete, y por fin, se llamó al
mas insignificante de los diputados y tambien de los espafloles.


»Yo sab!a que cualquiera que fuese el partido que tomara, habia
de pesar sobre mi cabeza una inmensa responsabilidad; pero era
preciso sacrificarlo todo en las aras del pais, mis afecciones, mi tran-
quilidad. Este sacrificio 10 han hecho i:onmigo todJS mis compane-
ros, porque vivían independientes sin apetecer el mando y le hao
aceptado en obsequio á la patria.


»Pero los consejos de mis amigos, al ver ese porvenir tenebroso que
amenazaba á las instituciones, me hicieron volver al jefe del Estado
á aceptar el delicado encargo para que se me habia llamado. Y aquf
debo pa~arle un tributo de justicia; no he oído decir olras palabras
que las de que me ajustara á las prácticas parlamentarias, y á lo
que reclamase el interés público.


lOEl ministerio se ha formado del modo que sabe el Congreso; se
presentó al Regente, y creyó que ante todo debia consignar su prin-
cipio. Este principio era poner en su elevada cODsideraciOl}, que 1í0S-
otros ibamos á gobernar constitucionalmente, sin traba alguna, par-
tiendo siempre del dogma de Jos gobiernos representativos: oel rey
reina y no gobierna, u gobiernan Jos ministros responsables, y esa
responsabilidad que hasta el dia DO ha sido efectiva, el gabinete
anncia de~de ahora que á la mayor brevedad presentará UD proyecto
de responsabilidad ministerial.


lONosolros hemos formado el programa que el Congreso va á oir.
Nosotros nos proponemos como pauta de nuestra conducta los dos
principios siguientes: primero, observar el mas religioso respeto á
la Constitucioll y á las prácticas parlamentaflas, de mDdo que eUas
sean nuestra guia y nuestra antorcha; segundo, desenvolver el gér-
men de felicidad que reclame el país por medio de las mejoras ma-
teriales que tiene tanto derecho á exigir.


»Como medio para conseguir el primer objeto, el gobierno actual
se propone ejercer una administracion paternal que se extienda á
todas las clases, dejando abierta la entrada para los destinos pú-




194 HJSTOBU DEL REINADO
blicos á la probidad y al saber, cualquiera que s~a el matiz politi-
co á que pertenezca; de tal modo, que eo esta parte empiece la ley
á ser entre nosotros una verdad.


»EI gabinete se propoBe gobernar con la justicia, con la ley; sil)
ningun género de exclusivismo, conciliando todos los partidos,
todas las opiniones; para (;lIo el gobierno se propone presentar un
proyecto de amnisHa respecto á todos los sucesos acaecidos des pues
de la guerra civil, porque cree que ha llegado el dia de poder abdr
Jos brazos y que vuelvan al seno de sus familias los que han pres-
tado tantos servicios á la patria, y cuyo valor tal vez, y sin tal vez
puede necesitar.


»El gobiernn se propone hacer que se respete la prerogativa en la
ar(lna electoral, dejando una plena libertad á los electores para que
cOutiendan entre sÍ. El gobierno condena de la manera mas explíci-
ta los estados de sitio, todo estado excepcional y l~s consecueMias
que producen, y tomará cuantas medidas estén en la esfera de su
poder para que no puedan repetirse estos escándalos con mengu&
de las instituciones liberales. El gobierno por último trabajará cons-
tantemente en el fomento y organizacion de la milicia nacional, como
una de las instituciones salvadoras de esta clase de gobiernos.


»Estamos, sellores, en la parte segunda. El gobierno dirigirá todo
su conato á mejorar la administracion, baciendo que el premio y el
C3$tigo se apHque con severidad. El gobierno procurará por todos
)0$ I;l1edios que estén á su alc~n~ el nivelarl<)~ gastQs C()~ los in."
gresos; porque ya es tiempo de que el pueblo, q1¡le tanto na s.ufrido,
em.piece á respirar y á conocer las ventajas del gobierno repre$en.,.
tativo. El gobierno procurará (omentar el crédito de la nacion con
el exaeto cumplimient~ de las obligaciones que pesan sobre eU¡¡a;
procurará que se facilite la pronta venta de los bienes nacionales;
prQct¡r¡u-á que se pague con exacta proporcion á todas las clases del
Esw.do, coo "rreglo á las existencias del tesoro, para que no se vea
ese escandaloso desnivel de que mientras unos cobran al corriente
p~rezcan otros de hambrt'. El gobierno presentará á la mayor bre-
vedad posible los proyectos de leye$ orgánicas. Por últj~o tratl\rá
de. facilitar los medios para que cuanto antes' $e formeD IQS códigos,
que tanto interesan para la buena administraoion de justicia.


JlTodo est0, señores, en cuanto á la adminislracion interior. En
cuanto á la política extranjera, el gobierno procurará aumentar aues·
tr$,S relaciones exteriores e~ cuanto sea crunpatible con el decofQ é
independencia que corresponde á la nacion.




DEL nLTmo BORBON DE ISPAÑ!. 195
»Este, senores, es nuestro catecismo poHtico, esta la empresa que


vamos & acometer. Conf-esamos que O()S faltatán los m~dios y los re-
cursos para llevarla á cabo; pero nos sobrará la voluntad y un co-
razon fuerte y decidido con el que se vencen los mayores obstácu-
los. Nosotros hemos presentado esta prMesion por seguir )a práctica
parlamentaria, pero hubiéramos querido haber bailado á Jos senores
diputados con la elocuencia irresistible de los hechos.


»Para esta empresa necesitamos la cooperacion del Congreso, y es·
peramos tenerla, lo IIiismo que la del otro cuerpo colegislador. Le-
vantar, sefíores, una bandera nueva de justicia, de reeoncilia~ion,
de igualdad ante la ley, Y ereemos que todos los diputados se agru·
parán en derredor de eHa, y que á ella tambien se unido todos los
espanoles leales y honrados, para que Ia nacion llegue á ocupar el
püesto que le corresponde. ~


11.


La peroracioo del tribuno electrizó lllos espectadores. En los ban-
cos del Congreso como en las tribunas halló aplausos numerosos.


Aquella política franca y leal que ~e inauguraba de un modo tan
solemne conmovía sin duda lodos los sentidos, y la teoría constitu-
cional hallaba al parecer en aquel gabinete un intérprete l'incero, uu
ejecutor fiel.


Los dos documentos que en aquella célebre sesion se produjeron,
manifestahan la misma tendencia expansiva, el mismo espíritu, la
misma idea. Parecían reflejo uno de otro, "J esto manifestaba que el
Regente no podia hallar apoyo en aquellas cortes sino sosteniendo á
aqUél ministerio que tantas simpatías acababa de despertar.


Hubo un incidente en l.a misma sesion que rué la presentacioD del
informe respecto al permiso que solicitaba el gobierno para procesar
á don Juan Primo El ministro de la Guerra declaró que necesitaba
informarse df.1 expediente.


y lurgo pasaron dias, y el jefo poUtico de Badajoz don Cayp.tano
Cardero fué separado: y los ministros propusieron al Rrgente la se-
patacion de Linage, de Seoane y de Zurbano, y pT(ipusierou otras
roed'Idas que no fueron aceptadas:, por lo cual presentaron su di~i­
siol!. lIabian pasado siete días.


El Regente reflexion6 des pues maduramente: examinó con deteni·




196 HISTORIA DEL REIN1DO
miento las circunstancias que la rodeaban y creyó oportuno llamar
á sus consejeros para firmar !os decretos que antes habia rechazado.


111.


Entre esos decretos figuraba el proyecto de ley de amnistía, que
por su importancia trasladamos íntegro:


«Un sentimiento noNe y ele vaC.o agitaba el corazon de los espa-
fioles; un desee grande y digno de su generosidad se extendia rápi-
damer;te~por todas partes, cuando en un dia venturoso oyó la na-
cion pronunciar la palabra amnistía en el congreso de sus diputa-
dos. A un mismo tiempo se pedia en nombre de este y se ofrecia en
el del Regente del reino por los ministros que acababa de elegir, y
la nueva de este coruun acuerdo que resa!tó doblemente por la feliz
coincidencia de su simultánea manifestacion, ha volado por lodos los
ángulos de la monarquía, ]levando á tantas familias el consuelo, á
muchas mas la alegría, y á todas la confianza en el porvenir, que
el instinto de los pueblos babia ya conocido que no podia ser tran-
quilo ni dichoso, sI entre cuantos pueden servir útilmente á su pa-
tria oc se lograba UDa sincera reconciliacion.


»Magoífico espectáculo es el que presenta el pueblo espaliol,
dando así al olvido las discordias pasadas- y llamando en derredor
suyo á sus hijos, queridos siempre, pero desgraciados por la parte
que les cupiera en los últimos trastornos políticos. De este modo, no
solo se confirma lo que del carácter de nuestra nacion debia espe-
rarse, sino que se demuestran los progresos que esta va haciendo en
su educacion constitucional. Sstas lecciones suelen ser costosas, por-
que los partidos necesitan pasar por todas las situaciones y vieisi-
tujes de las contiendas políticas para hacerse reciprocamente justi~
cia, para aprender prácticamente á respetar la ley que á todo~ los
protege con igualdad, y sobre todo, para renunciar á los medios que
fuera de ella pueden encon trar, cuando la fortuna les ofrece propi-
cia la ocasion de hacer que prevalezcan inconstitucionalmente sus
miras y proyectos. La experiencia y los mas amargos desengafios
pueden únicamente producir este resultado, y el espíritu de toleran-
cia que va cundiendo felizmente, yel apego que todos manifiestan á .
los principios de legalidad y de i usticia, anuncian que estamos muy
próximos á lograrlo.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 197
»Asf proclamando un ol"lido general de Jo pasado, ya respecto de


los graves acontecimiento8 qua han turbado en mas de un punto la
tranquilidad pública, ya tambien en cuanto á aquellos extravios que
se han podido cometer en el e.iercicio de ciertos derechos politicos,
al mismo tiempo que se satisfacen los mas puros y generosos deseos
de paz y reconciliacioD, se afirma con tan grande ejemplo el siste-
ma constitucional, se demuestra su fuerza y solidez, y se presenta
cada vez mas digno del respeto y de la conf3anza de todos. Concur-
riendo de esta manera con el voto público las miras ilustradas .del
gobierno, siendo tan necesario para lo pasado! como conveniente
para el porvenir, el que se decrete la mas amplia y completa am-
nistía que pueda concederse., ]0 único que hay que examinar es la
época que debe comprender y las consecuencias que debe producir.


»En cuanto á la época, se preJenta naturalmente el plazo de la
conclusion de la guerra civil. Lo que se refiera a1 tiempo que esta
duró no puede confundirse con los sucesos que des pues ocurrieron y
en los que se dividieron desgraciadamente los defensores del trono
constitucional que juntos habian peleado y juntos habian vencido; y
como sea necesario sei'íalar un dia fijo eomo término de la guerra
civil. parece que podrá ser el de la rendicion de Berga, última plaza
que ocuparon hasta el 4 de julio de 1810 los partidarios de don Car-
los. Partiendo desde aquel dia., esta época debe terminar en el en
que se presente á las cortes el proyecto de ley; pues aunque no es
probable que ocurra ningun suceso semejante á los que la motivan
en el intirvalo que medie hasta que sea sancionado, propio es de
legisladores prudentes e] proveerlo todo y no dejar ninguna ocasion
á la duda ni á la incertidumbre.


»Respecto de las consecuencias de la amnistía para todos los que
compreilda, conviene que sean tales y tan completas, que los re-
ponga en el mismo estado en que se hallaban, al ocurrir e1 suceso
por el que son en ella comprendidos, y así es necesario por lo que
toca á los efectos legales, que en sus personas y bienes hayan su-
frido ó podido sufrir. Por esta razon deberá, anto todo, ponerse en
libertad á los que se hallen presos ó confinados, devolvérseles sus
bienes y abrirse las puertas de la patria á los que las revueltas pa-
sadas obligaron á buscar su seguridad en paises extranjeros. Es lam-
bien justo que los militares y demás empleados sean reintegrados en
los goces á que tengan derecbo segun sus respectivas carreras, pero
siendo la provision de los empleos de la competencia exclusiva de1


TOMO 1[. !S




198 mSTOllA bit REINADO
gobierno, no se puede determinar por una ley quiénes son los que
deben d~sempeñarlos.


:nEn una amnistía tan lata y completa como esta ha de ser, debe
evitarse que por falta de expresion quede alguno expuesto á cip.rta
responsabilidad por actos que tengan relacion mas ó menos inme-
diata con los sucesos principales que forman el objeto de esta ley, y
asi debe cODsignarse en ella del modo mas explícito.


DUn caso hay sin embargo, que aunque raro. no es imposib!e.
Ningun partido, Ilingun bando poBtico consiente á sabiendas actos
de inmoralidad que dañen á su reputacion y porvenir; pero ninguno
está exento de que se le asocie algnn individuo que, abusando de su
posicion en ciertos momentos críticos, convierta en provecho propio
los cludales destinados para el servicio público bien ó mal enten-
dido. Una ley generosa que solo d~be reparar los efectos dd erroró
de ]a desgracia no puede cubrir actos de esta especie, y de1)e por
consiguiente exceptuar en tales casos la responsabilidad pecuniaria
á que alguno pueda estar sujeto. Pero ni aun esto debe considerarse
como excepcion, pues que á Jos mismos á quienes pudiera rompren-
der al~anzarán tambien los beneficios de la amnistía pnr lo que to-
qlle á sus hechos políticos.


»A tan sencillos términos puede reducirse una ley tan importaD-
. te, y si en ella se cuida además de evitar toda palabra ofensiva ó


poco delicada, brillará tanto por su sencillez como por su dignidad,
y el decoro con que se trate á los comprendidos en la ley vendrá á
h0DI'ar á sus autores. Ojalá que e~tas justas consideraciones pene-
tren en el ánimo de todos y contribuyan á que se traten con mesura
)os mas opuestos en opiniones poHticas, y ojalá que pasanrio el es-
piritu de tolerancia de las personas que en esb pueden dar noble y
conspicuo ejemplo á los partidos á que corresponden, se distingan
estos solo en el campo de la discusion, y fuera de él formeD un solo
partido nacional, Gue afiance nuestras instituciones y el poder legi-
timo del gobierno, que permita á est3 procurarnos el arreglo de
nuestra administracion, el desarrt)1I0 de nuestra riqueza y los pro-
gresos de la civilizacion hácia los que vamos rápidamente cami-
nando. Entonces habremos allanado el camino de prosperidad y de
grandeza por donde deba llegar la España á ocupar el Jugar que la
corresponde entre las demás nacioDEs y de los que aun ia miran
desde tierras extrafias, de los que solo oyen y ven los lamentos y la
afectada compasion de nuest~as desgracias, que suelen exagerar Jos




DIL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA.
extranjeros para presentarnos en mayor abatimiento, no es de te-
mer que al contemplar este porvenir ninguna consideracion ni re-
cuudo político les aparte de trabajar por el bien y por la gloria de
esta patria que tan generosamente les abre sus brazos.


-Por Jo tanto, competentemente autoriza¡Jo por S. A. el Regente
del reino, someto á la deliberacion de las cortes el siguiente


PR OYECTO DE LEY DE AMNISTIA..


»Articulo 1.0 Se concede una amnistia amplia, sin excepcion
ninguna, á cuantos hayan sido Ó pudieran ser procesados, ó se ha-
yan expatriado á consecuencia de los acontecimien tos po!Hicos ocur·
ridos en la peDÍnsula é islas adyacentes desde el 4 de julio de 184,0
hasta el 15 da mayo de 1843, ó por cualquiera otro hecho tambien
de carácter político, que haya tenido luga.r durante el D?ismo pe-
riodo.


»Art .. 2. 0 Los presos ó confinados por cualquiera. de las causas
expresadas en el articulo aoterior, que se hallen cumpliendo sus con·
denas, serán puestos inmediatamente en libertad y podrán restituir-
se á los pueblos de su anterior residencia ó á donde tengan por con-
veniente. Del mismo modo lo serán aquellos cuyas causas se hallen
pendientes, y en estas se sobreseerá entendiéndose las costas de ofi-
cio. Los expatriados pueden volver á España libremente, y ni á es-
tos ni á los procesados, ni á los que estén sufriendo condenes, po-
drán perjud~carles en ningun sentido la expatriacion, las causas ni
las condenas que se les hayan impuesto; alzándose los embargos de
sus bienes, y quedando sin efecto las declaraciones judiciales ó de
cualquier otro género que cóntra elJos se hubiesen pronunciado.


»Art. 3. 0 Los militares á q uíenes comprende esta ley, recobra-
rán sus grados, empleos y condecoraciones, y podrán ser emplea-
dos activamente por el gobierno.


»Los demás empleados recobrarán asimismo sus honores, conde ..
coraciones, derecho á cesan tia y demás propios de las clases pasi-
vas, y podrán del mismo modo que los militares ser empleados ao-
tivamente.


»Arlo 4. 0 Unos y otros deberán presentarse á las autoridades de
España para obtener )a aplicacion de esta ley, á cuyo efecto se fa-
cilitarán los correspondientes pasaportes á los que se hallen en el
extranjero.




100 DISTORIA DEL RBINADO
»Art. 5. 0 Los comprendidos en esta ley no quedan sujetos á


responsabilidad alguna por los hechos y acontecimientos de que en
ella se hace meneion; pero en el caso de que se hubiese alzado al-
guno con caudales públicos ó de particulares, podrá exigírsele la pe-
cuniaria por la autoridad competeDte.-Madrid l8 de mayo de 1843.
-Joaquin Maria Lopez.»


IV.


Si grande fué el entusiasmo con que lué acogido el ministerio, al
anunciar en su programa ~ue venia á hacer una familia de todos Jos
españo!es, reuniendo á todos en torno de las instituciones libres,
mayor fué sin duda el trasporte y la explosion de los sentimientos
al leer el elocuente preámbulo con que acompañaba la medida sal-
vadora el nuevo gabinete, al presentarse de nuevo en el congreso
para dar detallado lo que habia sido antes proyecto, y acaso consi-
derado como utópica disposicion.


En la misma sesion habló el señor topez, manifestando que se
buscaba por algunos desprestigiar en el ejército al gobierno, ver-


. tiendo especies alarmantes.
Tambien pidió autorizacion para un crédito de quinientos mi! rea-


les para activar la redaccion de los códigos, nombrando personas
competentes al efecto, con sueldo, mientras se ocupen en tan im-
portante trabajo.


En la sjguiente sesion interpeló 61 señor Portillo sobre Jos rumo-
res vagos que circulaban relativos á disminuir el personal del ejér-
cito, y refundir en una sola dos de las armas, dejando alejados del
servicio infinidad de oficiales.


El general Serrano contestó que no era exacto que se tratara de
disminuir el número de soldados, puesto que tenia en la cartera un
proyecto pidiendo 23,000 hombres de la quinta de aquel año, con
el fin de licenciar 15,000 del año 36.


El señor Madoz tomó parte en este debate, llevando la cuestion
al terreno político, á la lucha candente. Habló de la amnistía, y ma-
nifestó que se trataba de promover desórdenes, para ecbar abajo al
ministerio, y que en aquella misma mañana se babian prosentado
en su casa cinco oficiales, manifestándole que se acusaba al congre-




DEL ULTIllO BORBON DE ESPA:U. !Ol
80 Y al gobierno de querer comprometer la libertad. Por lo demás,
el señor Madoz reconocía que eran insoportables para el pais los
gastos del inmenso ejército, y que era preciso disminuirle para in-
troducir economías.




CAPITULO XXIV.


SUMARIO.


Obstáculos con que tropezó el ministerio Lopez.-Mensaje de desagrado al Regente
por haberle admitido la dimision.-Voto particular de don Juan Prim.-Gravedad
de las circunstancias.-Interés de aquellas sesiones.-Formacion del nuevo mi-
nisterio.-Notable discurso de Olózaga.


1.


Hablase levantado, ciertamente, una cruzada implacable contra
el ministerio Lopez. Impuesto y sostenido por el congreso, Espar-
tero DO se atrevia á despreciar y rechazar los decretos y leyes que
se le proponian, porque habiendo acudido al pais, y estando ape-
nas constituido el congreso salído de las urnas, hubiera parecido
delito de lesa soberanía nacional acudir nuevamente á formar mi-
nisterios anlí-parlamentarios, y á disolver unas cortes de una ma-
nera tan enérgica y radical acababa de organizarse, una mayoria
bastante compacta.


Pero lo que pública y ostensiblemente no era posIble hacer, 108
amigos del ministerio caido, los consejeros del Regente, que veian
desmoronarse la situacion y que llegaban á temer, sin duda, por la
seguridad misma de Espartero, lo hacian por medio de la prensa,
por medio de las excitaciones parciales, procurando formar opinion
y que esta reclamase, que esta exigiese un cambio, impidiendo que
se consumara lo que ellos llamaban la perdicíon del pais.




DEL ÚLTiMO BOBBON DI EStAÑA. !98
Miopes, ciegos, preocupados, criminales aeaso, pueden parecer


los hombres que formaball el partido persoJ!al de Espartero, y que-
fija su vista en el j~fe, atentos á los peligros que corría, pero olvi-
danoo los verdaderos intereses del pueblo, y sin tomar en cuenta
la salvacion de las instituciones, en vez de buscar una transaccion
natural con la opinion pública, la contrariaban, se ponian en frente
de ella, exacerbaban los ánimos y contribuian á hondar mas y mas
la division en el seno de la familia liberal, creando odios y renco ..
res profundos.


Esto erc. lo que preparaban aquellas fracciones que t'lmper1aban
una guerra á muerte por satisfacer ambiciones y rencillas perso-
naJes. .


Los chismes propios de mujerzuela, las cábalas, las calumnias,
las reticencias, todo se ponia en juego, y los unos derramaban so-
bre los otros la hiel que la envidia y la vanidad engendraD, y todos
salian manchados, y la union que proclama!:la el ministerio Lopez
venia á ser la division profunda, y la muerte de la constitucion y
de las libertades.


lI.


La interpelacioll habia preparado el terreno poniendo en eviden-
cia que el gabinete hallaba el abismo bajo sus piés: solo se ~spe­
raba un pretexto para lanzarle á él.


El moderantismo, como centinela avanzad,>, como muy lleno de
interés en la so!ucion de a1Juellos proyectos, vigilaba constante. y
denunciaba sin empacho.


Lopez no era un político consumado y sagaz; no tenia todo el
valor cívico que requieren circunstancias extraordinarias en época
de revolucioD, y sin embargo, iba á desatar los vientos, iba á pro-
vocar la tempestad.


En el congreso se presentó la siguiente proposicion, firmada por
la mayor parta de los diputados que se bailaban presentes:


.Pedimos al congreso se sirva dirigir al Regente del reino un
mensaje en que respetuosamente le manifieste la cordial satisfaccion
con que el congreso ba acogido el proyecto de amnistía, y 11 com-
placencia con que verá á V. A. regir los destinos del pais hasta el




!04 HISTORIA DEL REINADO
día t O de octubre de 1844, conformándose en un todo con las prác-
ticas de un gobierno parlamentario.»


A.I apoyarla, el senor Olózaga reveló que el ministerio, aunque
oficialmente no constara, habia dejado de existir. El mensaje en-
volvia un voto de confianza al ministerio, un cargo severo, una ad-
vertencia ruda al Regente, que desoia la opinion del congreso.


Olózaga hablaba con el tacto y habilidad que acostumbra, arrojó
sobre el general Espartero y sus amigos acerados y punzantes dar-
dos. Habló de los males que podrian sobrevenir si el Regente esco-
gia nueves ministros entre 108 que pudieran continuar la política de
los bombardeadores de Barcelona; y anunció que la vida de los di-
putados estaba en peligro, y que él tenia suficiente valor para pro-
vocar á los asesinos.


Esta proposicion fué tomada en consideracion por 117 votos
contra 5.


111.


!brióse discusion, y despues de usar de la palabra el serior Ro-
da, que reclamó la reconciliaeion de buena fe entre todos los ver-
daderos liberales, desechando, como nobles y generosos, toda ani-
mosidad y rencor, dijo algunas palabras el senor Villalta.


Prim combatió la proposicion en los siguientes términos:
((Me levanto, sefiores, á impugnar la proposicion que se discute,


porque en mi coneepto, en la erisis espantosa en que nos hallamos,
la creo insuficiente; mas diré, la creo débil é indigna de la repre-
seotacion nacional. No extranen los senores diputados que DO ex-
prese mis sentimientos con la facilidad que quisiera, porque estoy
sumamente afectado. La proposicion ó mensaje que yo hubiera de-
seado era diciendo al Regente d~l reino que el congreso de diputa-
dos ha visto con el mayor desagrado admitidas las renuncias que
ae.aba de hacer el ministerio Lopez, ese ministerio, seDores, que la
nacion toda ha recibido con aplausos, ese ministerio que tenia las
simpaUas de todos los buenos espanoles, ese ministerio que acaba
de dat' un paso que tanto le honra y qne hará época en los anales
de la historia, ese ministerio, en fin, que inauguraba la reconcilia-
cion de los espafioles y prometia la paz J la salvacion.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. t05
»Atrevimiento parecerá que yo me atreva á usar este lenguaje,


cuand o por mi posicion particular, al salir de este augusto recinto,
tengo probablemente que ponerme en paraje seguro, si no quiero que
los hombres que están indicados para el poder se ceben conmigo.
Pero yo nada temo; el pueblo me ha mandado 'aqui para que COD
nobleza y dignidad diga ]a verdad, y siempre la verdad tal cual yo
la comprenda, y con tan alta mision no hay poder humano capaz
de arredrarme.


»Ha dicho el senor Olózaga hablando del jefe del Estado, que le
hemos visto siempre respetar las prácticás parlamentarias, y yo digo
que esto DO es exacto; respondan si no ...


»'EI señor PRESIDENTE: Orden, yo no puedo permitir que se
tome en boca al jefe del Estado.


»EI seilor PRIM: Es muy raro que el senor presidente no me per-
mita hablar del jefe del Estado en un sentido, cuando se ha permi-
tido al seilor Olózaga hablar del mismo en sentido contrario.


»Se ha dicho tambien que hay asechanzas contra la vida de al-
gunos diputados, ¿y cuando hemos llegado á tal extremo de profa-
nacioo, nos satisfaremos con mandar un simple mensaje como el
que se discute? No, mas fuerte, mas resueIto lenguaje corresponde
á la situacion actual del país, y dignidad del 6ongreso.


»6Se quiere el bien del país, seilores, cuando se acaba de admi-
tir la dimision que ha hecho el gabinete que, como he dicho, me-
recia la confianza de 1a gran mayoria de la nacion, solo para que se
conserven en Jos puestos que ocupan determinadas personas?


»Repito, sei'lores, que el mensaje que corresponde á las actuales
circunstancias debe ser resuelto. «El congreso de los diputados ha
»mirado con desagrado se haya admitido la dimision del ministerio
»Lopez, porque solo él puede encontrar ayo yo en el parlamento, y
»5010 él parlamentariamente puede gobernar.»


»No me extenderé mas, porque el estado de agitacion en que me
encuentro no me lo permite, y porque creo haber dicho lo bastante
pa;a demostrar que tal vez hoy se ha sacrificado la suerte y porve-
n~r de nuestra patria á la mezquina pasion de afecciones perso-
nales. »


TOMO II. !'7




!06 mSTORIA DIL R1UNADO


IV.


Despues de lo peroracion enérgica del diputado por Barcelona,
que como sabemos se hallaha perseguido y procesado, se puso á
votacion acordándose por U6 votos contra uno, el de Prim, que se
dirigiera aquel mensaje tal como lo babian presentado sus autores.


,Nombrada la comision que debia poner en manos del Regente el
mensaje partió á desempeilar su cometido.


Entonces se dió cuenta de una comunicacion del ministro de Ma-
rina participando que se habia admitido la dimision al gabinete, nom-
brando para el ministerio de Gracia y Justicia con la preside[j(~ia de'
nuevo á don Alvaro Gomez Becerra.


Suspendió entonces el congreso ]a sesion hasta la vuelta de los
enca"gados del mensaje, y poco tiempo rlespues daba cuefl ta el di-
putado por Logroño, el elocuente, tanto como fune~to orad~r sf'lior
Olózaga ele la comision en estos términos:


«Señores: la comision nombrada para poner en manos de S. A.
el Regente del reino el mensaje aprobado por el congreso de sei'io-
'res diputados, ha tenido la honra de cumplir con el encargo que se
le habia confiado, y S. A. la ha recibido con el mayor agrado: y te-
niendo yo la honra de Hevar la palabra, le manifesté que el con-
greso de los diputados tan pronto como ha sabido que habia sido
admitida la dimision al ministerio que se acababa de nombrar, ha-
bia creído que, respetando como respetaba la prf'rogaHva constitu-
cional, debia. sin embargo, manifestar sus sentimientos, como lo
bacia, por el mensaje que tenia el honor de elevar á sus manos.


»S. A. el Regente del reino se dignó contestar, que en efecto ba-
bia hecho uso de la prerogativa que la Constitucion le concedia; que
tomando en consideracion el mensaje del congreso de los diputados,
obraría en un todo con arreglo á la mjsffia ley de la cual no se ha-
bia separado. .


J) Entonces por la singularidad de las circunstancias creí deber
tomar de nuevo la palabra para rogar á S. A. que dispensase que
los individuos de la comision no se presentaran en tra.ie do ceremo-
Dia por lo perentorio y nrgente del caso en que se habian encontrado,
y porque los temores acaso fundados qne habian concebido, les ba-




DIL ULTl~lO JiORUOl\ DE ISPAÑA. ~07
biün hecho no perder momento para elevar sus sentimientos al jefe
del Estado.


»8. A. entonces nos dijo que se le excusase por el traje en que nos
habia recibido, y la manera ea que lo hacia, mayormente no tenien-
do ministros.


»La comision tuvo entonces el honor de despedirse de S. A. y pre-
sentarse al Congreso como lo ha hecho para el desempeñode su en·
cargo.»


v.


Aqudla sesion notable terminó declarando el Congreso por 11,t vo·
tos contra 8 (los señores Sartou, Fisach y Seoane) que el gabinete-
habia babia merecido confianza obteniendo la aprobacion de todos
sus actos.


A pesa!' de la gravedad de la sesion; á pesar de su aspecto tran-
quilo y solemne, nadie podrá dudar que en aquellos momentos y bajo
aq'.Jellar. frases palpitaba una revoluciono


Las desconfianzas mútu3s entre los poderes dan necesariamente
pr,¡, rt1sultado grandes conflictos, antagonismos que no pueden llegar
á resolverse satisracloriamente. A las amenazas y al tumulto sucede
la irritacion, la exasperacion; y la fuerza viene á decidir en último
tercio.


Los cataclismos: las grandes revoluciones han sido provocadas
muchas veces por pequerías causas, por incidentes, por personali-
dades, por ruine" ambiciones mas bien que por tremendas conculca-
ciones de ley ... porque en los grandes crímenes políticos, cuando ]a
dictadura se alza poderosa é impone su voluntad y con ella el des-
poti~mo, suele abogar fácilment~, Ó por lo menos halla numerosos
auxHiares para combatir el generoso esfuerzo de Jos pueblos.


Asi es que Espartero,· que temia sin duda aislarse y separarse de
sus amigos, provocando por sostenerlQs una crisis vioientisima y po-
niéndose en pugna con el poder Jegislativo,debió prever que desenca·
denaba la hidra de las revoluciones y de las reacciones y exponia el
edificio constitucional y las conquistas de la revolucion en un azar,
en una eventualidad.


y el Congreso mostró que comprendia su dignidad y que tenia
energía sufiente para hacerla respetar aprovechando todos los medios




108 HISTORIA DEL REINADO
legales y hasta Los ardides de que podia disponer para prolongar su
vida y preparar su defensa incumbiendo con gloria.


VI.


Desde que se acabó la sesion y pudo llegar al conocimiento del pú-
blico las escenas á que habia dado ocasion la conducta de Espartero
en aquel dia memorable, comenzaron á agitarse todos los centros, y
el gobierno puso las tropas en actitud de' guerra. A. la mañana si-
guiente todos aquellos á quienes interesaba el porvenir de la patria
se mostraron recelosos,acudiendo en gran número al congreso, y no
pudiendo penetrar quedó estacionada una inmeilsa multitud en lus
alrededores.


En el interior de la asamblea reinaba .al principio un aspecto lú-
gubre y silencioso qu,e se convirtió en borrasca desencadenada ave-
nas aparecieron Jos ministros de Gracia y Justicia y Guerra. Corno
no constaba oficialmenté el nombramiento, al presentarse el general
Hoyos salieron de todos Jos bancos las T,'",ces de fuera; y hube de
complacer á sus adversarios basta llenar aquella fórmula.


El presidente quiso explicar lo que había ocurrido el dia anterior,
.y manifestó que se le habia presentado un teniente coronel al comen-
zarse el 19 la sesion entregándole un oficio que decia así:


«Excmo. Selior. r'- Nombrado por S. A. el Regente ministro de
Gracia y Justicia y presidente del Consejo, ruego á V. E. tenga á
bien disponer que se alce la sesion de hoy, y que no la haya en los
dias siguen tes que sean necesarios para la organizacion del nuevo
ministerio .lO


AJ'iadió que como veia sentados en sus bancos á los ministros de
Hacienda y Guerra y no podia reconocer la firma que se le presen-
taba, lo babia dicho así al port3dor del oficio y le habia indicado
que aunque reconociese como presidente del nuevo Consejo de mi-
nistros al firmante de la comunicacion no podia acceder á sus deseos
porque debia consultar al congreso; y en su caso el gobierno tenia
medios si Jo creía conveniente para conseguir este objeto.


Olózaga pidió la palabra entonces y pronunció el siguiente dis-
curso, que es el que mas graves y trascendentales consecuencias ha
producido en los fastos parlamentarios de España:


«Permitido me será antes de entrar en materia, par/¡ que nadie




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 109
pueda atribuir el espíritu de oposicion que en mis palabras se ma-
nifieste, aunque no sea directo, porque no es todavfa llegado el caso
de hacerlo, á esta causa, el que diga á los sellores diputados queeo
cumplimiento de mi palabra he hecho hoy Ja renuncia absoluta de
todo empleo y comislones que tengo del gobierno como ayer tuve el
honor de manifestar al congreso.


»Entrando en materia y debiendo decir muy pocas palabras, creo
no puede dudarse un instante de la aprobacion unánime que dará
91 congreso á la conducta de su digno presidente cuando se come-
tió la ligereza sin ejemplo de comunicar un oficio de tanta entidad al
con gres,> de diputados, antes de comunicarle, no solo el nombra-
miento de nuevo ministerio, sino la adrnision de )a honrosa dimision
que Jos antiguos ministros habian hecho.


»Yo no quiero ver en esto lo que otros acaso verán, ni aun en los
momentos de mayor peligro quiero tener la suspicacia por guia; no
quiero pensar que se faltara de intento á las fórmulas constitucio-
nales, pero si podremos decir al menos que rué efecto de la preci-
pitacion y de la turbacion de los ánimos de las personas qua diri-
gian ayer los consejos de las altas regiones. Y j ay del pais, seño-
res, que se entrega en manos de hombres de ánimo turbado, de
consejeros trémulos! Y ¡ay tambieo, senores, de] Regente que siga
consejos imprudentes en circunstancias tan críticas!


»Pero Dios salvará, senores, como ha dicho- muy bien un órgano
muy respetable de la prensa periódica,tDios salvará al pais, y sal-
vará á la Reina. (1\1 terminar estas elocuentes palabras pronuncia-
das con un acento indescriptible, una salva de aplausos parte de to-
dos los bancos y tribunas, los espectadores por un movimiento es-
pontáneo se levantan y prorumpen en gritos de ¡viva la Reina! ¡viva
la libertad! ¡viva el Parlamento! gritos que son contestados por el
inmenso concurso que se apiña en las cercanfas del palacio del Con-
greso. La sesion permanece suspendida por algunos momentos.)


DEsa turbacion, sellores, que en los ánimos de los nuevos con-
sejeros debió haber, que á nosotros mas distantes de esas altas re-
giones no nos puede ser conocida siBO por esos deslices, es un agüe-
ro harto triste. Yo deseo sinceramente que no se cumpla: que los
consejos del Regente sean prudentes, seao encaminados á la recon-
ciliacion de los espalloles. Yo deseo, sobre todo, que los consejos
del Regente le hagan oir una voz muy dura; pero la única que puede
.salvar con el país el trono. Un estorbo, senores, se ha presentado




210 BlSTUlUA DKL REINADO
entre el Regente y el pais, y ese estorbo es un hombre cuya desti-
tucion habian propuesto los ministros pasados. AquÍ se presenta un
dilema terrible: escoja el Regente, sefiores, escoja el Regente entre
ese hombre y la nacíon entera represtmtada por el congreso unáni-
me de sus diputados. (Grandes aplausos: el grito de ¡viva la I\eina!
¡mueran los ayacuchos! resuéna de nuevo en todos los ángulos del
salon. )
. »Volviendo, seDores, á la cuestioD de la que no m~ he apartado,
sino que he demostrado el origen posible, probable, y acaso único,
reconociendo las buenas intenciones del digno magistrado y respe-
table ministro que suscribia ese oficio, prescindiendo de esa agita-
cion de los ánimos, de que esa precipitacion puede ser de IDal agüero,
y despues de hechos por mí los mas sinceros votos por la saJvacion
de mi REINA y de mi PATRIA, yo vuelvo á la cuestion de la que de-
muestro que no me he separado.


»Hay otro punto: el seDor presidente del congr~so contestó muy
dignamente. Aun supuesto que constara aqui admitida la dimision
de los señores ministros pasados, aun suponiendo que se hubiera
podido Jeer el decreto no comunicado hasta entonces del encargado
de formar el lluevo ministerio, proponia que el sefior presidente le-
vantase la sesion de ayer. ¡Oh! No lo hubiera hecho nunca su se-


. noría, pero por fortuna no le es dado á nadie impedir que en un
momento tan grave se oiga la voz unisona, solemne, omnipotente,
porliGe lo es la de! congreso de los diputados, cuando tan fiel 'Y no-
blemente representa al pais. Siguió, sí, la sesion, y siguió para sal-
var al pais, para que el Regente vea de nuevo que toda la nacion
está de un lado, un solo hombre de otro. No podia, pues, levantar
la sesion; no la levantó, 'Y se condujo, repito, muy dignamente. Pero
mucho menos podia, y aqui sube de punto la extraneza que causa


.el singular oficio del gobierno, mucho menos podia suspender las
sesiones. ¡Suspender las sesiones! Por un tiempo indefinido, por unos
días, se dice, para la formacion de un ñuevo ministerio. Sefiores, ii
este ministerio está milagrosamente formado, es verdad que podrá
haber perdido en otras cualidades especiales lo que haya ganado en
brevedad. El ministerio estaba formado, el pretexto era cococido,
la razon no existia, y ya se sabe, seDores, por experiencia doloro-
ss, yen este pais donde siempre influencias secretas han podido mas
que el voto de los representantes del pais, escarmentados como es-
tamos de tantos golpes de Estado, que no son otra cosa mas que




DEL ÚLTJMO BORBON DE ESPAÑA. !tt
golp~s de Estado den tro de la letra de la ley, el decir una vez, J
otra, y ciento la voz del pais: ya sabemos Iv que significan esos pre-
textos de suspension para formar el gabinete .


• Pero, en fin, signifiquen )0 que se quiera, cuando esto se haga
dentro de la Con~titucion, el deber de los espai'íoles es respetar pro-
fundamt~n tf\ todo Jo que se aco moda á la Constitucion, como el de-
ber de los que le dirigen no solamente es acomodarse á la letra de
la Ccnstifucion, sino acomodarse al fin para que la CODstitucion se
ha hecho. Dentro de la Constitucion se puede perder un pais, ~e
puede entregar la nacion al extranjero. Póngase al frente de las pro-
vincias y del ejército hombres que estén en estos sentjmientos, den-
tro de la Constitucion los nombrará la corona porque tiene la facol-
fad de nombrar Jos empleados, y la nacion .. , no se habrá perdido,
la nacio.'1 cNrerá un grave riesgo; pero la nacion se salvará, se sal-
vará ella sola, no bay que dudarlo. No podia el presidente faltar á
la Constitucion; negábase muy justamente y en términos los mas
delicados; hay un medio constitucional, dijo, para hacerlo, el rey
puede, el Regente puede suspender las sesiones por medio de un de-
creto,


»No es de creer que esta advertencia, que no debia haber sido
necesaria, haya sido olvidada: saben en altas regiones qué uso se
puede hace!' de eso; cuando lo baga constitucionalmente. nuestro
deber es oir respetuosamente esa resolucion y cumplirla en silencio.
El congreso, sei'íores, quedó ayer á mas altura que asamblea nin-
guna espanola, y quizá sirva de ejemplo qu~:desespere! porque no
podrá ser imitado en ninguna asamblea legislativa del mundo cons-
titucional.


»Despues de esto, cualquiera que sea nuestra suerte particular ó
priv8\Ja, retirémODm; tranquilos; drmde quiera que DOS vean lllH'S-
tros comitentes dirán: «Ahí 'va un representante digno, indepen-
diente y enérgico, que merece ser enviado cien veces á represen':r
á esta gran nacion que tiene quo salvarse de tantGS peligros . ., ¡Dios
la salvo, sei'íores, y salve á nuestra Reina! (Estrepitosos aplausos
que se prolongan algunos minutos; fuerles voces: ¡viva la libertad!
¡viva la reina! ¡viva el congreso nacional!)


»Debo decir~ para concluir, que se baga la propuesta de si el
congreso aprueba, y espero sea por unanimidad, la conduela digLl,
honrosa y constitucional del set'íor presidentp-.•




HISTORIA DEL RRIN lDO


VII.


La sesíon continuó logrando á duras penas despues de aprobarse
Ja conducta del presidente hacerse oir el jefe del nuevo gabinete que
leyó un decreto suspendiendo las sesiones hasta el día !7 de mayo.


El tumulto fué inmenso. Por todas partes resonaban gritos, y el
alboroto y la agitacion se extendian hasta fuera del edificio donde
fué recibido el nuevo ministerio con mueras, denuestos! califica-
ciones terribles, llegando á las amenazas y las vias de hecho.


Muchos grupos siguieron á los carruajes hasta el Senado, y mas
de UDa piedra vino á estrellarse contra las portezuelas rompiendo
los cristales del coche.


Fué aquel un .. lia terrible para la poblacion de Madrid, donde
Espartero contaba tantos partidarios.


Hubo necesipad de acudir á las precauciones militares, ! la mili-
cia que era muy adicta al Regente, fué, sin duda, modelo de pru-
dencia ante los insultos que se prodigaban al general pacificador.


Los periódicos traian en aquel día largos artículos apologéticos
del ministerio Lopez~ y consideraciones muy lúgubres al penetrar


·en tos pliegues recónditos de lo futuro. (L.)
La Dipntacio!1 provincial y el Ayuntamiento de Madrid, en vista


de aqusllos acontecimientos, creyeron deber dirigirse á Espartero,
ofreciéndole su mas cordial apoyo.




CAPITULO XXV.


SUMARIO.


Efervescencia en la corte y espíritu de la pl'ensa.-Nuevo programa de los ministe-
riales.-~Iotin Gn Valencia.-Actividad del nuevo ministerio.-Agitacion en Za-
ragoza.-Pronunciamiento de las principales ciudades de la península.-Arcnga
de Espartero.


1.


La prensa, los cafés, los circulos politicos, comenzaron esa vida
activa que en las circunstancias extraordinarias suele emprenderse,
y á las manifestaciones prudentes y conciliatorias de) gobierno, res·
pondian los sarcasmos y los gritos de guerra de todas las fracciones
que se habian asociado en un pensamiento comun formando una
alianza, una coalicion.


Al recorrer las páginas de los periódicos de aquellos dias, puede
observarse el encono y ]a safta que se albergaba en todos, mani-
festándose en los de oposicion con aquellas palabras que encabeza-
ban todos sus articulos formando la frase gráfica: UNION DE TODOS
LOS ESPAÑOLES. Guerra abierta y sin tregua á los anglo-ayacuchos.


ReUOEérGnse los miembros di:ll congreso, consiguiendo el gobier-
no reorgenizar á los antiguos ministeriales hasta el número de cua-
renta y siele, que formularon un programa con el título del partido
legal, concebido en estos términos:
.Pa~, libertad, reconcillacWn, Cou8titucion de 1837, Isabel JI


TOMO n.




Ilt HISTORIA DEL REINADa
cotJstilucional, Regencia Jel duque de la Victoria hasta ellO de Of-
toore de /844, ind~pendencia ,mcional.


»Sistema de gobierno respecto de personas y clases:
.1. o Medidas prudentes para conciliar y reunir los ánimos.
»!. o Consideracion prefererlle al mérito y patriotismo.
»3. o Atencion al ejército y milicia nacional.
»4. 0 Suerte decorosa y segura á Jos ministros del culto.
»Sistema de gobierno respecto de las cosas:
» l. o Legalidad y exacta administracion de justicia .
• !. o Energla contra los perturbadores de la paz pública, ~


contra los enemigos dlj la libertad.
_3. 0 Complemento de las rdormas y formacioo de leyes orgá-


nicas.
»4" o Mejoras pos.1ivas; reforma en las contribuciones y econo-


mía severa para alivio de los pueblos.»


H.


Enlre las diferentes destituciones acordadas por el ministerio Lo-
pez, habia quedado cesante el célebre marqués de l:amacho, jefe


, político de Valencia, que por sus arbitrariedades y carácter se babia
conquistado la mayor odiosidad, pErsiguiendo sin tregua ni descan-
so á los que antiguamente habian sido sus amigos. Entregó el man-
do al secretario del gobierno; pero caido el ministerio Lopez, reci-
bió nuevamente órdenes, y se quedó en el mando de aquella pro-
vincia cuando todos esperaban ver caer aquella autoridad impopula.r.


Esta circunstancia dió ocasion, sin duda, á una gran agitacion;
~' los estudiantes, reunidos en la Universidad, pidieron la caida del
rector, sosteniéndose por espacio de cuatro horas, á pesar de las
Lltimacivnes del jefe politico, que a0udió con grande aparato de fuer-
za J policia, y declaró la poblacion en estado de sitio.


Las fuerzas militares ocuparon los principales puntos, y los grn-
I~OS se dispersaro..¡ despuLs de haber herido á pedradas al marqués
:; Ca.macho y á algunos agentes.




DEL ULTlMO BORBON DB ESPAÑA.


1II.


Las cortes (ueron disueitas el !6 de mayo, cuando ya los diputa-
dos de la coalicion reunidos en Dúmero de 87 habian tomado diver-
sos acuerdos, llamándose el partido naciona!. UI!O de sus acuerdos,
fué declarar nulo cualquier anticipo ó empréstito que se negocjara
con el ministerio, protestando contra la exaccion decontribucione8;
pues el nuevo gabinete no mereeia la confianza de las cortes.


,En. el mismo dial que publicaba La Gacela el decreto de disoJu-
clon, se publicaron otros concediendo un indulto muy amplio, que
equivalía á laamnistia del ministerio Lopez.


Por otro decreto se suprimieron los derechos de puertas, y en
uno especial se recordaba al pais que no debiendo pagar las con-
tribuciones sin estar votadas por las cortes, principio constitucional
que aceptaba y respetaba el gobierno, no se apremiaria á nadie, .
admitiendo, sin embargo, las cuotas que voluntariamente quisieran
satisfacer los pueblos y contribuyentes.
~omo se ve, era grande la actividad del nuevo ministerio, que


hizo muchos nombramientos en el ramo de Guerra y Gobernacion,
quedando interinamente en el ministerio de la Guerra don Agustín
Nogueras. y pasando el general Hoyos á la capitanía general de las
provincias Vascongadas.


A. esa acti,mad inb8nssble, se oponia la actividad enérgica de los
que babian 8ceplado el reto y pretendian el triunfo.


En Zaragoza causó profunda impresion, como en todas partes; la
Doticia de la caida del ministerio Lopez. Se dió órden de recoger 'las
bandas de tambores de la milicia, convocando una junta de autol'i-
dades,y refor.zando las guardias.


En medio de' esta agitacion, llegó la diligencia en que iban los
diputados Ortega, Milaos y Prim, que permanecieron algo nas: horas
mcibíendo felicitaciones. y marchando los dos lÍltimosá Cataluta.


IV .


.\penas llegó á Málaga la noticia de' haber sido reemplazado el
ministerio Lopez, comenzaron á circular por ]a poblacion naciona-




1"16 HISTORIA DEL REINADO
les con uniforme y sable, reuniéndose en la plaza á esperar qua
abriese su sesion el Ayuntamiento, para exponerle la ansiedad y de-
seos del pueblo.


La corporacion municipal intentó disuadir á los mas exasperados,
y á pesar de su influjo no pudo evitar que salieran en gran número
Uamando á las armas y batiendo generala.


Antes de una hora se hallaban formados los cinco batallones de
milicia que fueron revistados por la Diputacion, Ayuntamiento, co-
mandante general y jefe político, pasando des pues á ocupar los
puntos mas importantes y las avenidas de la poblacion.


El Ayuntamiento se constituyó en sesion permanente, mandando
delegados á diferentes poblaciones importantes.


La Diputacion provincial y demás autoridades constituyeron una
Junta.


v.


En Barcelona produjo tambicn agitacion inmensa la noticia.
Numerosos grupos se reunieron vivamente excitados por las alar-


mantes noticias que circulaban de boca en boca. Y como am elagra-
-vio era profundo y los odios estaban muy vivos; y como allf Jos
moderados, los capitalistas, los fabricantes tenian en su mano las
válvulas de seguridad y podian hacer que aumentas(ó disminuyese
la presion á medida de su capricho, continuando ó suspendiendo los
trabajos de los talleres, el conflicto podia ser inminente.


La lucha habia comenzado.
Abrfaso una nueva era de desgracias y desventuras para el pais.
Estos y aquellos, los unos y los otros, tirios y troyanos, los del


partido nacional y los amigos de Espartero, buscaban en las armas
el triunfo que no podian conquistar por los medios legales, y la guer-
ra civil iba á empezar con sus terribles azares.


El recelo y las desconfianzas de los unos, su afioion il figurar; la
vanidad, el orgullo herido en los otros, eran la causa ocasional de
una catástrofe en que el partido liberal iba á desgarrar sus entra-
IIas para traer al capitolio á los hombres funestos de la reacciono




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. t11


VI.


Cundia como la chispa eléctrica aquel movimiento revolucionario.
En Granada tambien se reunió Ja milicia verificándose el pronun-


ciailliento y constituyéndose una Junta como en Málaga; pero lo ex-
tralio es que las autoridades dieron por terminado el movimiento J
ofrecia el capitan general sus servicios al gobierno, al siguiente día
de verificado el alzamiento.


En Lugo, Reus y otros muchos puntos siguieron la bandera re-
volucionaria, nombrando Juntas y dando al público proclamas y ma-


. nifiestos.
En Barcelona no podían secundar el movimiento revolucionario;


pero el Ayuntamiento manifestó que simpatizaba con la revolucion
dando cuenta de los acontecimientos que tenian lugar en Málaga,
asi como de haberse puesto al frente del movimiento el coronel Prim
y el capitan Milans del BJsch.


En Mataró se constituyó UDa Junta marchando alli muchos jóve-
nes á unirse á aquel movimiento.


En Cádiz intentaron algunos levantar bandera apoderándose á las
altas horas de la noche del principal, y tocando á rebato en las par-
roquias.


Al dia siguiente se hicieron muchas prisiones de periodistas y de
otras perscíDaso conocidas por su actividad y arrojo.


Por esta manera iba fomentándose poco á poco aquel movimien-
to, y á la agitacion de los anteriores dias vino á suceder la actividad
del el<1mento revolucionario que aspiraba á derrocar)a situacion sin
la conciencia formada respecto á lo que debia sustituir.


VII.


-Por mas que formaran decidido emperio los bombres [del· partido
moderado en ocallar el plan que cuidadosamente desenvol'rian, lle-
gaban ocasiones en que se traslucían pefectamente sus proyectos, y
al dirigir sus plácemes á los hombres de la insurreccion y al resenar
los pronunciamientos hacían constar que deseaban ver triunfante el
grito de tnt1a la Rlina lola.




!18 BI&TORlA DEL REINADO
Con los mas negros colores retrataban el sombrío cuadro de la


situacion, y uno y otro dia buseaban en la conducta de sus contra-
rios UD asidero para formular acusaciones violentas contra el hom-
bre que regia los destinos de Espaí'ía y contra los ministros que ha·
bia levantado.


Temerooos de que el nombre de MendizábaJ, su energía y aeti-
vidad hallase eco con sus medidas semi -revolucionarias y atrevidas
en el corazon de la muchedumbre, le dirigian constantes y repetidos
ataques cBDsllrando precisamente con mas vigor aquellas medidas
que podían darle merecimiento y que babian ejercido inOuencia d,l-
cisiva imposibilitando la reaccion y el retroceso"


Firmes en su propósito llegaron á acusar á los verdaderos revo-
lucionarios, á los hombres del Humean, que en vista de la tor-
menta y viendo al partido republicano y á los liberales de buena fe
caer por la pendiente de la reaccion, habian vuelto á la arena pro-
clamando con toda la fmtereza que da la .;conviccion, que l~ cal-
da de Rs:partero no remediaba los males de la patris, que la Regen-
cia era un peligro muy pequeno para la libertad aunque=se quisiera
suponer ciertas intenciones que á Espartero atribuian sus irrecon-
ciliables enemjgos.


Vil 1.


El interés de la libertad no estaba en derrocar la pandilla do-
minan te, porque aun siendo cierto que Espartero conspirase por
mantenerse en la Regencia y derrocar á Isab13I, mas fácil era ven-
~er á un hombre del pueblo sin arraigo ni protectores, que á la mo-
narquía secular mantenida por, el clero, por la aristocracia, por to-
dos los viejos abusos y preocupaciones, representada en una nirla
que debia ser juguete é instrumento de las ambiciones y constituirse
en opresora y tiránica.


El interés de la libertad estaba en derrocar toda tirania, todo obs-
tAcuto, todo poder que se npusier(al desenvolvimieo-to, al ejerclcio
dt\ los derechos; fuese á titulo de regencia, fuese A titulo demoliar-
quia, fuese á titulo de parlamento.
:¡·Todas l~s formas de tiranfa; todas las imposiciones; todas las je'"
rarquias ficticias;' todas las farsas, que farsa son SiD duda esas teo-
rias doctrinarias que llaman sistemas constitucionales,· debian ser




, -
DEL ULTIMO BORBON DE ISPAN.l. 110


condenadas por los h~bres probos y rectos que aman la justiciat
que sienten latir en ,8U corazoD el sentimiento de la humanidad 'Y
q:uieren el reinado del derecho, no las mistificaciones absurdas.


Los republicanos, y asi lo proclamaba el Huracan, n8 podiao ser
auxiliares de los que por arrojar á Espartero servian á la restatl-
raciOB del moderantismo, á la conspiracion permanente de las Tu.-
lIerías donde Luis Felipe por asegurarse en el trono vacilante fra-
guaba inicuas tramas prt'ltendiendo envolvernos en sus redes y Su-
jetarnos á la dominaciQD de su familia,


La bandera. del Huracan,era: guerra abierta al trono de Isabel,
no haya tregua con las pandillas que pretendan sostenerle-para em-
plotar á su 8omOra el 81dor del pueblo.


f Jos órganos de la reaccioD y algunos republicanos contrahechos
que guiaban á las masas pretendiendo que debia derribarse á Es-
partero, uniéndose para ellos con los moderados, decian que el Ru-
racan era un periódico ayacucho.


Por desgracia es difícil en esta tierra de héroes impedir á)a ju-
ventud que tome parte en la jucba~ pero cuando los aventureros de
]a política se disputan la presa, el pueblo debe estar arma al brazo
sin gastar sus fuerzas y caer decidiJamente sobre el triunfador an-
tes de que llegue á posesionarse del poder.


IX.


En Lérida se ,verificó tambien el mismo día 6 el alzamiento, reti~
rándose Ja junta á Balaguer, despues de publicar una pioclama que
terminaba coo vivas á la Constitucion á Isabel y á ]a independen-
cia nacional.


En Zaragoza, en la nOBhe del dia 8 al 9, hallándose reunidos el
Ayuntamiento y Diputacion provincial, se formaron grandes agrupa-
ciollils q-ue exigieron se formase·una Junta revolucionaria adoptando
un ,programa como el que habían presentado las ya establecidas.


El gtoeral Serrano pudo reunir algunas fuerzas de la milicia y
ejército, y Jos revoltosQS en cuyo número se hallaban Quinto y Or-
tega .tuvieron que huir dejando muchos presos.


En Valenoia, se constituyó el dia 11 una Junta á pesar de que se
babia declarado en estado de sitio, y de que las tropas amagaron un
ataque á los puntos que ocupaba la milicia.




!!& mSTORIA DEL RIINADO
El jefe político Camacho quiso mostrar su decision y energfa acos-


tumbradas; y al hacer una tentativa al frente de la policia y algu-
nos soldados, recibió una herida en el musIó, y tuvo que reCugiarse
herido en la iglesia de Santa Catalina, cerrando la puerta por den-
tro; pero los amotinados entraron en la iglesia por otra, y le halla-
ron escondido dentro de un confesionario, de donde le arrancaron
para acabar con su vida de un pistoletazo.


Toda la guarnicion compuesta de 19 batallones de inCanteda se
adhiri~ al movimiento. Y Castellon de la Plana y otros varios pue-
blos importantes de la provincia secundaron, esta insurrecciono


Como se ve, lo que habia aparecido y podido creerseefeclo de la
exacerbacion y de la locura de unos cuantos al recibirse las prime-
ras noticias de Málaga y Granada, presentaba ya el aspecto de UDa
conflagracion general.


X.


En Reus, foco principal hasta entonces, el de mas energfa y el
mas considerado por su número, se hallaba el coronel Prim que con
su audacia y actividad supo mantener y vigorizar el espíritu revo-


Jucionario, teniendo á raya á la autoridad de TarragoDa , aunque
sin lograr que se le incorporasen las fuerzas que sucesivamente fue-
ron llegando á aquella poblacion.


XI.


Entretanto y como contraposicion al cúmulo de incidentes que po-
dian impresionar al público, decidíó el gobierno pasar una gran re-
vista á la que asistió la milicia de Madrid que fraternizaba asi con
el ejército. En ella pronunció Espartero una arenga, que decia asi:


.NACIONALES: SOLDADOS: Hoyos dirijo mi voz, no como el sol-
dado ciudadano, que ayudado de vosotros enarboló el estandarte de
la libertad y de la Reina, el estandarte de la patria y de la Consti-
tueion, llevándole de victoria en victoria hasta destruir á los ene-
migos que la combatian, no: hoy no os habla ese ciudadano, hoyos
habla Baldomero Espartero... Hoyos habla Baldomero Espartero,
el hij() del pueblo. Este hijo del pueblo fué del modo mas solemne




ll~¡, m .. mlO fiOllBON HE RSPAÑA.
nombrado Rp:gente por la voluotad Di!cional Entonces, nacionales
y soldados de la patria, juré defender el sagrado depósito de la vida
de la Reina y de la CODstitociou de la monarquía. Yo, soldados ciu-
dadanos, no he faHado ni faltaré nunca á mis juramentos; los que
Jo contrario dicen, los que Jo contrario vc.ciferaD, soidados ciudada-
nos, me calumnian. Na entn~garé el sagrado depó5i'o de la' Reina
y de la Constitucion á los lH,rmres de los motines, á los horrores
del despo!isrno, soldados ciudadanos; eso no.


»Nacionales y soldados, ]a patria cuenta con nosotros; nO'iotros sa-
bremos corresponder á su confianza.


lINacionales y soldados: Viva la Reina, vi va la Conslitucion.»


TOMO n.




CAPlTULO XXVI·


SUMARIO.


Anómala posicion de Espartero.-Su call1lidez.-l\fanifieslo que puhlieó.-lllcremen-
to de la revolucion.-Disposiciones que tomó el gohierno.


1.


La posicion anómala en que Jos sueesos colocaban al general Es-
partero, dió ocasioo á que pretendiera sincerars9 realizando las hi-
pótesis ca!umnioFas que le imputaban.


Con una sencillez que distaba mucho sin duda del carácter que
Re le atribuia al pintarle COIllO un pretendiente á la corona, ó como
un dictador salvaje, pronto y resuelto á imponerse como jefe y ti-
rano al pueblo español, el general Espartero se resignaba á discu-
tir su conducta, y faltando á las prácticas admitidas, olvidando su
carácter y su irresponsabilidad se mezclaba como un misero mortal
en la arena candente de las pasiones, expresando con nobleza y sin-
ceridad, aunque con poca exactitud, sus deseos y sus actos ...


¡Cuán poco conocia el Regente el terreno que pisaba, las C!fCUnS-
tancias que le rodeaban, los planes y las tendencias y las aspiracio-
nes de los que le hacian una guerra sin cuartel! El documento á
que nos referimos es el siguiete :




DBL ULTIMO BORRON DE ESPAÑA.


EL REGENTE DEL REINO A U NAClON.


o: Espafiúles: Cuando con tanto ufan se de::figuran y ennegrecen mi
conducta y mis intenciones; cUJ.ndo se ve amcú&zada de tantos ma-
les esta patria, por ]a seduccion, por los err{¡res que dlÍ,"nden sus
numerosos enemigos, ¿gwlrdaré por mas tiempo d silencio? ¿No es
deber mio levantar mi voz y opOlJel' simples hech(,s á los tiros ale-
vosos que contra mi asesta la caJumoia? Con este deber, aunque
penoso, cumpliré, espafioles: penoso, aunque sienta, como siem ~
pre, la satisfaccion de hablar á mis conciudadanos.


»No necesito recordar los memorables acontecimentos coyo desen-
lace :ne ha elevado al puesto qua hoy ocupo. Recientes se hallan en
la memoria los solemnes debates que en el seDO de ambos cuerpos
colegis1adores precedieron al nombramiento de persona ó personas
que debian ejercer la Regencia de este reino, vacante por la renun·
cia de la Reina madre. Admiró Esparía y no pudo menos de ad-
mirar el orbe culto, la imponente calma, la solemne majestad con
que las corles proclamaron mi nombre para tan excelso puesto, y
anD puede sonar en los oídos el juramento que pronuncié en su seno
de gobernar con la CODstitucion, por la Constitucion; de consagrar
toda mi existencia á la observancia de las leyes, á promover W3 i-
tas medidas pudiesen influir en la felicidad y prosperidades del Es- .
tado. Este juramento, que á presencia de la Espafia entera presté
con toda la efusion de un alma conmovida, foé desde entonces el
norte de toda mi conducta, el qGtl guió mis pasos por esta senda di-
ficil y espillosa á donde me conduJeron los destinos. Jamás le he in-
fringido, españoles; ant~ vosotros, á la faz de todo el mundo pue-
do protestar, dar los mas aHos testimonios de que jamás la idea de
su violacioD ocupó un momento mi cabeza. Desde el instante en que
me ví revestido de! supremo mando, me rodeé de un ministerio cons-
titucional y resPQDl'able solo ante las cortes, ante el público, de todos
los actos del gobierno. Con lra la-; provocaciones á la rcbelioD ,contra
los alevosos llamamientos al descontento de algunos individuos de
la fuerza armada que desde entonces inundaron los papele;;: de los
enemigos de la causa pública, no apeló este gobierno mas que á la
fu~rza de las leyes. A las iojurias, á los sarcasmos. á las pérfidas
insinuaciones de que fué desde entonces blanco mi persona, no opu-
se mas armas que el silencio. Sí e!llas dos ocasiones en que se al-




HISTORIA DEL REiNADO


zó abiertamente el estandarte de la rebelion saH en persona á sofo-
carla, á vindicar la majestad, el decoro de las leyes, ¿ me podia
despojar mi carácter de Regente del título glorioso de soldado? Si
mi presencia fué útil, si cierto prestigio que no puede menos de ro-
dear á mi persona, infundió nuevo aliento á los leales y aumentó
el temor á los rebelde,s , ¿quién podrá afearlo SiDO los encubierlos
enemigüs de la causa pública, que con fórmulas explicadas á su modo
se cub~n y disfrazan?


"Si en las dos ocasiones á que aludo apeló el gobierno á medidas
exeepcionales no prescritas en las leyes, ¿quién ignora .la historia de
los pueblos mas libres de la edad antigua y la moderna? ¿Quién no
ha visto en ella que en todos han ocurrido ciertos acontecimientos
extra-ordinarios en que se creyó preciso cubrir con un velo la esta-
tua de la ley, para preservar á esta ley de los ataques de sus ene-
migos'! Desgraciadas Cueraa estas naciones si los conspiradores, los
que trabajaban en su ruina bajo el manto prote~tor de las leyes, hu-
bieran vivido seguros de la imposibilidad de apartarse de sus for-
mas lentas en la vindicacion de sus ultrajes. ¡Cuántas hubiesen de-
jado de existir! ¡Cuántas hubieran dejado de llegar á la grandeza y
prosperidad á que las llamaron los destinos! Despues de pasado el


. peligro se examinan los hechos, y se pronuDcia el juicio de si fué la
necesidad ó el dictado del capricho el que suspendió el curso ordi-
nario de las leyes. Pronunciáronle las cortes á favor del gobierno en
Ja primera de estas rebeliones. Las medidas excepcionales de la se-
gunda están aun sometidas á su juicio á fuer del desencadenamiento
de las pasiones.


»En una ooo8Íon acepté la dimision de un ministerio que r .. ;cibió
un voto de censura en el seno del congreso de los diputados: en
otras dos disolví el cODsreSOj y en ambas bice, con la COllstitucion
en la mano, un llamamiento al voto y patriotismo de los pueblos.
La ley fumlamenlai me concedia esta facultad de un modo explícito.
¿Y por qué. está revestido de ella el jefo del Estado? Porque las asam-
bleas representativas pueden no estar en armonía con la opinion del
pais; porque pueden ponerse en lucha los cuerpos colegisladores;
porque la fogosidad, las pasiones, el error ó la imprudencia pueden
ser perjudiciales á los intereses del Estado. Con la Constitucion en
la mano, repito, rlisolvi el último congreso. Ninguno puede dispu-
tarme este derecho sin cometer un desacato á esta Constilucion á que
lodos hemos prestado juramento. ¿Y qué se alega contra este dere-




DI1 ULTIMO BORBON DE ESPAÑA.
cho tao explícito? No las leyes, SiDO la frase vaga de fórmulas par-
lamentarias, que cada uno explica á su manera; las fórmulas par-
lamentarias que tan pronto se invocan como por sus propaladores
se violan y se infringen. 6Está en las fórmulas parlamentarias for-
mar un ministerio, cuya mitad no pertenece al parlamento? ¿Está
en las fórmulas parlamentarias exigir medidas que no autorizan la
razón y la justi.:¡a? ¿Está fuera de las prácticas parlamentarias en-
carg~r Ja(ormaclon de gabinete al presidente de un cllerpo colegís-
lador compacto. recorridas ya y agotadas las diferentes fracciones
de la mayoría del 'otro cuerpo?


Al ¡ Espanotes! Y ú conozco y practico mejor la Conslitucion que los
que tan pomposamente invocan su nombre á cada instante. Por la
CODstitucion soy Hegente: en ella solo están mis títulos y mis de-
rechos. Con ella á la vista he jurado consagrarme todo á las liber-
tades de mi patria. Fuera de esta Constitucion no hay mas que un
abismo para mí: no hay mas que ruina para esta grande monar-
quía que con tanta sangre ha comprado su independencia y libertad;
á quien tantos derechos asisten para recoger el fruto de sus inmen-
sos sai:rificios.


»¿Responderé á las infinitas injurias de que soy objeto? ¿Descen-
deré á de,3vanccer la acusacion ma3 Ó menos indirecta de prolongar
el ~érmino de mi Regencia? EEta calumnia con que se ha querido
acibarar mis días, con el noble orgullo de una conciencia pura la re·
chazo. ¡Insensatos! Para acallar esta voz no han bastado las mani-
festaciones de mis ministros: DO han bastado mis aserci~nes, mis
protestas mas solemnes aute las primeras corporaciones del Estado.
¿Y quién acaBa lo que pfüpala ei odio personal, lo que se nutre á
cada paso por la SEd de reacciones y venganzas? ¿Pensara yo en po-
Der dilacion~;s al dia mas grande que me espera para coronar mi vida
rública? Cuando el ejemplo de tantos hombres desinteresados me
halaglj, tan duIcem:.'nle al coraZCil, ¿iria yo á imitar á los que vio-
lentamente lwIlarofi las leyES de su patria? No tengo su genio: tamo
poe\) me anima su ambician funesta. Expiaron los mas de un modo
efud sus usurpaciones. Terminó sus días en una roca ardiente del
Océano el dictadf)r del Coütinenle. Gocen aquellos grandes hombreS
de una gloria tan costosa á la humanidad; que Baldomero Espar-
tero, nacido en condieion privada, elevado en el servicio de la liber-
tad de su patria y de su reina, á la condicion privada tornará satis-
fecho de haber cumplido con todos sus deberes, con el premio de
merecer las simpatías de los buenos.




!!6 DISTORIA DEL REINADO
»i Espal1oles! Con el corazon os hablo. ¿Hay la misma sinceridad


de sentimientos en los que intentan sumergiros en nuevas convul-
siones? ¿Invocan con el mismo entusiasmo que yo el nombre de la
patria los que con pretextos frívolos, que sirven de velo á su am-
bicion, levantan el estandarte de la rebeldía? ¿Conocen esta patria
los que predicando union atizan la dl!~(;ord¡a; los que provocan la
venganza; los que proclamando f{¡rmulas parlamentarias hacen im-
posible toda .especie de gobierno? Están de mi parte la razon y la
justicia, y nada temo. En la Constilucio!l me apoyo, y cm:: ~v t'~~
cudo impenetrable estoy cubierto. La misma confianza que rr.e ins-
piraron otras veces los leales, los buenos, los verdaderos amantes
de la libertad, el ejército, la marina, la Milicia nacional, los espa-
noles todos dignos de este nombre, me anima en la oeasion presen-
te. Ellos me ayudarán á contener la division que amenaza envol-
vernos en nuestras desventuras. Ellos se presentarán en la arena
electoral, y con la triste, mas saludable experiencia de lo ocurrido,
tratarán de formar un congreso nacional en consonancia con Jos ver-
daderos intereses de la patria.


»A las cortes que han de decidir las graves cuestiones que hoy
egitan los ánimos, debo entrpgar ilesos los sagrados depó:3itos de la
reina y de mi autoridad. Yo no los entregaré á la anarquía ni al


. desenfreno de las pasiones: nada imporla la 8uert,:; del que mil ve-
ces ha consagrado su vida á la patria; pero la reina, la Coostitucion
y l~ monarquia me imponen deberes que cumpl:ré como primer ma-
gistrado de la nacioo, y defenderé como soldado. Madrid 13 de ju-
nio de 1843.-EI Duque de ]a Victoria.»)


n.


La revolucion tomaba un carácter cada ye.? m~¡s amenazador.
La fiebre ardiente que aqt::el e~!adlJ do insrgul';dad habia venido


á producir en todos los {¡Dimos, daLa un tinte especial, una íLlOno-
mía característica á aquel período extraño é itlconcebihle.


El gran partido nacional, los hombres de la coalicion aparedan
triunfantes; sus planes se desenvolvian majef:tuogamente, y el ejér-
cito, privado de comunicaciones, segun manifestaba el capitan ge-
neral de Cataluña en un documento que interceptó )a Junta de Va-
lencia, no sabia á qué resolverse ni atinaba á quién debia obedecer.




lH~L UL'tIMO BORJ()N DE ESPAÑA,
En Sabadell se constituyó la Junfa suprema de ~ataluiía, dando


el siguiente manifiesto:
«(Habitantes de la provincia de Barcelona: Se ban agostado en


flor las hatagüerias esperanzas que concibió la nacion con la venida
al poder del ministerio I..opez.


»Las mas ricas ó influyentes provincias de EspaDa han lanzado
un grito santo de indignacion, y ]a de Barcelona, siempre pronta á
salvar el pais y á su reina, La respondido á ese grito santo y sal-
vador.


J) En la preeision de tremolar una bandera que sirva de guia á
los' diferentes pueblos de que se compone esta provincia, y exprese
á la vez sus convicciones y deseos á las demás del reino, esta Junta
consagrayadopla como principios salvadores la Constitucion de 1837,
el trono de Isabel 11 y la creacion de UDa Junta 0entral que, resul-
tado de la opinion general, forme una sola bandera de las diferen-
tes que ondean en las diversas provincias que han sacudido el yugo
del gobierno de Madrid.


:xl En consecuencia esta Junta ha venido en acordar lo siguiente:
. »1.· La provincia de Barcelona se declara independiente del go-


bierno actual de la corte.
»!.o La provincia de Barcelona será regida y gobernada pro-


visionalmente por esta Junta suprema, en nombre de S. M. doria
Isabel 11.


»a.O Cesará esta Junta luego que se crea salvada la nacíon y la
reina,


»¡Habitantes de la provincia de Barcelona! jValientt3s del ejército,
• cuya inision primera es defender la patria! enlazaos en la mas es-


trecha y armónica unioD.
»ColJstitucion de 1837, Isabel Il y Junta central, es el lema de


vuestra Junta suprema de gobierno.»


111.


y por todas partes seguia extendiéndose la insurreccion; en to-
das las provincias se levantaba la bandera contra el gobierno; y Te-
ruel como Sevilla, y la provincia de Gerona, cas'¡ en masa, se suble-
vaban el mismo dia en que el general Espartero dió su manifiesto.


El día 11 del mismo mes atacó Zurbano á la villa de Reus. á la




!!8 HlST{)RlA DEL REI:-ano
cabeza de trece batallones CQO bastante artillería. El fuego duró
desde las seis de la mañana hasta las tres de la. tard~. Hubo mu-
chas desgracias, y en virtud de un convenio J)enetró Zurbano en la
villa, que fué abandonada por el coronel Prim, que salió al frente
de tres mil hombres con banderas desplegadas.


Al siguiente día publiaaroD Prim y Milans UDa nueva proclama,
que venia á. ser una relaeion de los sucesos. (M.)


En Bareelona bubo gran agitacicn basia el día 1 ~, en que el ge-
neral Cortinez y todas las fuerzas se adhirieron al movimientn, po-
niéndose á disposicion de la Junta c.reada en Sabadell, y uisponien.
do que el gobernador de Monjuicb Echalecu saliese con la guarni-
cion, que seria relevada por el regimiento infanteria de Córdoba.
Hn el momento de verificarse el relevo, Echaiecu no quiso cumplir
la promesa que el dia antes habia hecho al general Cortinez.


Este incidente produjo en Barcelona una grao perturba.cion.
El gobierno recibió graves noticias, y el día 19, despues de ha-


ber dado el Regente dos nuevos manifiestos, dispuso lo siguiente:
al. ° Las autoridades de las provincias, cuyas capitales se han


sublevado, se situarán en Jos puntos que estimen mas convenientes
dentro de las mismas provincias, para dictar con Jibertad las me-
didas eondueentes á conservar expedita su acciono


»!. ° Los jefes políticos, que por la razon de que babIa el arti-
culo anterior salgan de sus respectivas capitales, c3nvocarán á los
diputados provinciales á los puntos en que se sitúen. Si no concur-
riesen en número suficiente para formar diputacion por haber to-
mado parte en la sublevacion, las autoridades superiores reunidas
en Junta, nombrarán á mayoría absoluta de votos comisiones com-
puestas de tantos vocales cuantos sean los diputados provinciales
correspondientes á la provincia.


»3. ° Las comisiones asi nombradas reemplazarán provisional-
mente á las respectivas DiputaCiones solo para las medidas del mo-
mento que reclamen las circunstancias.


»1.° Si las Diputaciones no hubiesen tomado parte en la suble-
vacion, pero no correspondiesen al llamamiento del jefe político, se
nombrarán las comisiones de que habla el articulo 2.0 , para los
efectos de que se trata el 3.°, las cuales deberán estar tan pronto
como la mayoría de los diputados se presente.


»5. ° Bien hayan tomado parte las Diputaciones en la subleva-
cion, bien no habiéndola. tomado deje de concurrir el mayor nú-




DIL ULTIMO BORBON DI BSP.d!. li9
mero al punto que designe el jefe politico, los diputados que res-
pondan á la convocatoria de este serán vocales de las comisiones.


»6.0 La Diputacion que, proclamada la sublevacion en la capi-
tal de su provincia, continúe ejerciendo las funciones que la ley le
concede, queda suspensa, y será nulo cuanto acordare. El gobie~no
dará oportunamente cuenta á las cortes de esta determinacion.


»'.0 Las comisiones provisionales, donde se establecieren, se
disolverán en el momento q~e cesen las actuales circunstancias .


• 8.0 Los jefes políticos, de' aeuerlfo eon los comandantes gene-
rales y Diputaciones provinciales, ó comisiones provisionales en su
caso, quedan autorizados para movilizar la fuerla absolutamente
necesaria de la Milicia nacional; pero sin echar mano para este ser-
vicio sino de IOB que voluntariamente se presten á él, Y dando in-
mediatamente cuenta al gobierno .•


TOllo ll. 30




CAPiTULO XXVII.


SUMARIO.


Sigue la narracion de los sucesos de junio de 18~3.-Sale Espartero de Madrid.-
-··Comunicacion de Zurhano á Prim.-Los generales moderados en "alencia.-El


general Serrano ministro universal.-Desarrollo de la sublevacion.-Zurbano J
Seoane se dirigen á Madrid, cuya milicia, como la de Cádiz y Zaragoza, se man-
tenia fiel al Regente.-Inaccion de este en Alhacete, marchando con Van-Ilalen á
Andalucia.-Narvaez delante de !\Iadrid.


1.


En la corona de Aragon no fJuedaban ya en los últimos dias del
mes de junio poblaciones de importancia mas que Zaragoza y Lé-
rida obedientes al gobierno de Espartero.


Diez ó doce batallones que babia podido conservar Zurbano yal-
gunos olros que pudieron llegar hasta Lérida con el general Seoane,
eran las únicas tropas de que podia disponer el dia 18 del mismo
mes el capitan general interilJo del distrito militar de Cataluiía.


Con todo esto, Seoane y Zurbano al avistarse en Lérida, decidie-
ron, puesto que se conservaba aun fiel la guarnicion de Monjuich,
intentar un golpe decisivo, comunicando órdan á todos los jeres de
tos cuerpos que se habian pronunciadQ, obedeciendo al que antes
era capitan general Cortinez, para que se agregasen á la division
del general Zurbano.


y hecho esto, retrocedió eon direccion á Barcelona. Porque Zor-
hano, despues de penetrar en Reus, y vista la situaeion del pais, el
espiritu de las tropas qne á las primeras insinuaciones de Cortinez




DBL ULTIMO BORB()N DE ESPAÑA. tSI
se babian pronunciJdo en Tariagnna, Manresa, Gerona, Berga, Fi-
gueras, etc. etc., se deciJió á replegarse sobre Lérida, donde, co-
mo hemos dicho, baIló con instrucciones de Madéid al general
Seoane.


Llegó á Igualada con muchos trabajos, acosado por los somate-
nes, poniéndose en comu:licacion con las tropas de Monjuich, J
amenazando á la Junta de Barcelona con un nuevo bombardeo.


En dicha poblacion reinaba el mayor entusiasmo, la mas grande
agitacion.


Prim y Milans del Boscb, Subirá, Marlen, habian Ilegadoalli, J
organizaban columnas y divisiones, mientras que Atmetller domi-
nando todo el AmpurJan, reunia tambien fuerzas para contribuir al
logro de Ja empresa.


11.


El dia !! salió de Madrid Espartero, despues de pasar una gran
revista á la milicia que se hallaba formada en masa en el salon del
Prado, con direccion á Valencia, segun se decia. Con él marcharon
las tropas todas, quedando la milicia para cubrir el servicio.


Esta nueva marcha de Espartero, des pues de los acontecimientos
¡ravisimos que hablamos presenciado, y en una situacion tan erl-
tica, hubiera podido ser considerada como' el postrer esfuerzo de la
agonia.


Indicábalo asf ]a lentitud con que caminaba, cuando reclamaban
sin duda la urgencia y la celeridad los gravas acontecimientos que
iban perturbando el pais. Y fuera dificil, fuera sobre todo muy di-
fuso ir presentando una por una las graves complicaciones, los re-
petidos movimientos. los manifiestos, las proclamas,' las circulares,
los decretos que las Juntas y las autoridades iban dando en todas
las poblaciones, segun respondian á las excitaciones que se les di-
rigian.


El U. de junio salió una circular recompensando á los jefes, 08-
ciales y soldados que se habian mantenido firmes á la causa del
Regente. Grados, cruces y honores se repartian por todos, querieD-


_ do atraerse por este medio la fuerza. :
Las operaciones que Zurbano pensaba emprender, segun el acuer-·


do tomado en Lérida, quedaron en suspens9;' porque se convenció




'818TOfllAJDELl'RBINAOO


de que era inútiL derFamar~sangre, visto el estado de exaeerhacion
,$Il qué se hallaba Catalufta toda.


,P-or esto'pasó!una comunieaeion el lB al· comandante en jefe de
las fuerzas sublevadas .. en la cual decia, entre otras cosas, lo si-
guiente:


.«Muy "nsiblB me es, que S. S. haya podido dudar un momento
de la sinceridad de mis promesas, cuando le creia conveneido de


otJtUl $acritico todas las"afecciones humanas al bien y felicidad de la
Dacion. Pero, ya que así es, quiero dar á V. S. todavía una nueva


, prueba, de .que soy amante 'decidido· de, esta patria desventurada:
. qA6: rehuso ~ todo cQmpromiso de. derramar sangre de humanos, ~4ue
.profesan unos,.misDl,os principios. Veo, con dolor, las desgracias·sin
cuento que van á sobrevenir á la nacion, si Hesa á tener lugar un
rompimiento entre las fuerzas que yo mando y las que V. S. acau-
dilla, por mas que conozca los elementos heterogéneos de que es-
tas últimas se componen. Deseo!de todo corazon evitar la ruina de
la capital de Cataluna, de la primera ciudad comercial é industrial


i de, ~pafta ,Ans¡Oso estoy de evitar este confiiclo, aunque decidido
~ no ~ltar al principal deber que, como milHar, tengo, de ser J~I
,. UJl. gobierno que, todavi.a j respetan, obedecen y sostienen la ma-
yor parte ,de las prov.ncias de ¡ la monarqu{a. En consecuencia de
~;~,os ,prilJc~pi~~, pr,opongo á V. S.J~na-suspensiQn de armas, .$i tal
puede lIaP1~t;se el. contrato entr.e S. S . .Y yo deQo r,9Jl1per las hOj-
\til~~s.á, que .~~tamos 8presta~Qs"sin ¡lvis-o IDQy anticipado. Yo me
retiraré sobre Cervera, y V. S. no avanzará de las posiciones que


•. iQQpa. Esta .yil)a 00 será ocupada por gente armada, ni de unas ni
Ae otras, fU6r~~s contendientes. Aguardo )¡l con Jestacion de V. S. que
~pero por moment()s, asegur4D~ole c~ es'e motivo que la preSElD-
te proposicion ,no tiene PQr. objeto ,sino ateouar los m,ales de la pa-
tria" pues que asegurada mi retagQar~~ por tropas que hlln ocu~-


.jo hoy á ¡C~l!vera, niogu» compromiso tengo en conservar 6$~
posicion á, la c.abeza de los decididos cuerpos de todas armas que
están á mi inmediacion, los cuales si yo los condujese, arroslrariaD
con entusiasmo lQs~peligros,que¡l~s esperaran por la gloria de ha-
~r cUlPplido sus,jRllmentoS. Repito que espero lacontestacioD de
vuestr.a seDQda, ,y sis.fADvie.ne en JIli proposicion, daré órden al gp-
bernador de Moojuich para que,Do hQ~tiliee á Barcelona .•


A pes~r de esto, El Heraldo y otros pe~iód~cos de su comunioD,
¡)~ftmabfl.n al general Zqrb8J)o ,tigre y b.$ndido.




DON MARTIN ZURBANO.






DEL ULTIMO, ]lOBBON"DI ESUÑA. -1'39


111.


En Barcelona primero, y por negarles 1a entrada á la Junla, y
en Valencia el 27, se presentaron Jos generales Narvaez, Concha,
Pazuela, Sbelly y otros á ofrecer sus servicios á la causa nacional.


Al siguiente dia!8 se presentó tambien á la junta de Valen~ia in-
vitado por la Suprema de Catalul'ia, el general Serrano que se en-
cargó del Despacho universal y del ministerio de la Guerra.


A.l entrar los generales en Valencia hicieron una exposicion de
la oual tomamos algunas lineas:


«Nada en octubro tenian que temer de nosotros la libertad, las
leyes, nuestra Reina: queriamos entonces refrenar la ambicion del
,soldado de casualidades: decfamos entonces: Dios salve al pais y á
la Reina. ¿Nos bailamos ahora tan distanles~ Una voz amiga se le-
·'lantó por nosotros en el sanluario de las leyes, y los reprbsentan-
tes de la nacion , todos los espai'ioles en el eorazon , respondieron:
olvido !I amnistía. El ministerio franco y generoso que representaba
ose principio ha desaparecido, y ha desaparecido porque represen-
taba ese principio .


• A.hora la nacion entera se levanta para sostenerle. ¿Pueden en
·este trance quedar ociosas nuestras espadas? No, aqui están: por
gratitud cuando menos, aqui están nuestras espadas y nuestras
vid~s.


»A esta ciudad venimos la primera porque se ha dicho que el des-
Jructor .de Barcelona se dirigia á destruir á Valencia; y con la pena
de no haber podido entonces contribuir á la salvacion de la una,
~bQra nos presentamos á Jfl otra, y no suc.umbirá mientras nos dure
\a existencia. Para eso 0,8 ,ofremos nuestros serviciós, libres de en-
.vld~, ajenos de aDlbicion, obedientes, sumisos, si fuese. necesario,
~ntre los grupos ,del pueblo, entre las hileras del soldado.


El brigadier don. Juan de la Pezuela , fll,paso que entregará á.la
Junla Suprema. esta declaracfQn ,de nuestr,os sentimientos, va encar-
gado de manifestar mas ampliamente los que nos animan, y de darla
todas las seguridadesdepuestra cQnsideracio,n y respeto. La Junta
.S,~prema está ~d el c~o de m,anHestarn.os sus ,deseo~ y de dictar-
nos sus órdenes. Entretanto quedamos repitiendo: «DIOS SALVE,AL
PAIS y A LA. REINA.» .




!34 HISTORIA. DIL BEIN.lDO
El general Narvaez y todos los demás comprometidos en los su-


cesos de octubre protestaban ballarse dispuestos á sostener la Cons-
titucion del 37 y á defender la libertad.


El general Serrano nombró capitan general del , .. distrito á don
RamOD María Narvaez, general en Jefe del ejército de operaciones
en los distritos de Sevilla y Granada á don Manuel de la Concha,
confiriendo el empleo de mariscal de campo á don Ricardo Shelly.


IV.


Al constituirse en Barcelona el gobierno provisional y encargarse
el general Serrano del'" ministerio de la, Guerra y del D¿spacho uni-
versal de todos Jos ministerios publicó una proclama y el siguiente
decreto: (N.)


.Eo nombre de la nacion: siendo incompatible con fu felicidad
pública la Regencia del Duque de la Victoria, el gobierno provisio-
nal, de acuerdo con la Junta suprema de esta provincia, ha venido
en resolver lo siguiente:


.Articulo 1.· Queda destituido de la Regencia del reino que ejer-
. cia durante la menor edad de la reiDa doi1a Isabel 11, el general don
Baldomero Espartero, duque de la Victoria y de Morella y conde de
LuchaDa,


.ArTiculo !I,- La oaeion entera, los empleados en todos los ramos,
de todas clases y categorías, quedan relevados de la obediencia
que, con arreglo á las leyes, estaban en el caso de prestar al ex-
Regente .•


El brigadier Enna sitió á Teruel al frente de una columna com-
puestá de cuatro bataJlones y tres escuadrones, pero deseando, si.
duda, evitar la efusion de sangre entró en contestaciones con la Junta
y fué dando treguas hasta e1 dia 30 en que salió Narvaez da ValeD-
oia al frente de ocho bata~lones y trescientos caballos.


Entonces levantó el sitio retirándose en buen órden para unir ..
con Espartero,


Gonzalez Bravo, que babia acompanado á Serrano basta Barce-
lona, regresó el !9 á Valencia para acompanar á los sei10res Lope¡
y Caballero.


Entretanto el gobierno provisional declaraba nulos los empleos,




DEL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA. !85
grados, cruces y condecoraciones, las contratas y anticipos, emisio-
nes de papel de la Deuda ele., hechas por el gobierno de Madrid.


v.


No so!o en Reus y en Teruel, tambien en Granada se habian roto
las hostilidades, corriendo en Sevilla la sangre antes do verificarse
el alzamiento.


En Granada las lropas habian vacilado mucho; y los jefes mas
aun, presentándose unas veces á sostener el alzamiento que habian
iniciado, y otras á sostener al gobierno de Espartero. De aqui una po-
sjcion ridícula para las autoridades y para la pobl~cion; por fin,
despues de todo rechazaron los gran6.dinos al general Van-Halen
que vió dispersarse algunos de sus soldados.


En Córdoba reunió dicho general algunas fuerzas, y se adelantó
nuevamente emprendiendo su marcha para Sevilla.


El general Concha como jefe de las fuerzas de aquel distrito des-
embarcó en Málaga siendo muy obsequiado y bien recibido por la
pobIacion.


En las provincias Vascongadas comenzó tambien á agitarse el pais,
y se presentaron algunos de los generales refugiados en Francia.


El dia 8 de julio por fin se habia sublevado Guadalajara, lo que
indicaba bien que la caida del Regente era un hecho.


La milicia nacional de Madrid continuaba sin embargo, como las
de Cádiz y Zaragoza, inquebrantable en su fé y en su amor al ge-
neral que estaba tan próximo á la proscripcion.


En balde llegaban hasta ella las oleadas de la revolucion: en vano
los periódicos anunciaban en ese dia (el 8 de julio) que habia treinta
y siete provincias pronunciadas por completo, seis pronunciadas en
parte, pero manteniéndose aun las capitales obedientes al gobierno,
y cuatro completamente libres en medio de aquella tormenta hor-
rible.


Ni esta circunstancia, ni la de hallarse Espartero sin salir de Al-
bacete habian qJebrantado el entusiasmo de la milicia de Madrid
que se preparaba á la defensa si era necesario mantener por la fuer-
za al gobierno de Espartero.




BlSTOBJA DEL B.&IlUJ)6í


VI.


Llegó por'último el momento en que era imposible desconocer lo
grave y crítico de la situacion. Verificado el pronunciamiento de Gua-
dalajara, y habiendo salido cuatro compailias del batallon ligero de
Ja milicia de Madrid para dicho punto, hubieron de regresar al si-
guiente día por haberse recibido la noticia del pronunciamiento de
Segovia y Toledo.


&1 día 10 se declaró la provincia de Madrid en estado de sitio;·
y d.oD Evaristo San Migue!, capitan general, dió una,proclama para
tram¡uilizar los ámimos.


N6¡estaba ocioso el gobierno y babia tomado grandes disposicio H
nes, que si no bastaron ácon1ener el movimiento iniciado formaban"
sin duda, un pr.osrama revolucionario que revelaba en aquellos
hombres una audacia y' energía que mejor aplicadas y en circuns ... ·
tancias mas á propósito hubieran sacado al pais de muchos aho-
gos. Pero semejantes alardes pecaron entonces de extemporáneos. y
pudieron merecer aeusaciones que los órganos del moderantislBQ-,
aplicaron sin piedad alguna á los ministros de Espartero.
. Por lo. demás desde este dia Madrid quedó casi sitiado, porque
Azpiroz retmiendo las fuerzas de Castilla la Vieja se aeertó hasta
las Rozas con una columna de cuatro mil hombres, y. con ella blo-~
queaha la poblacion impidiendo que en ella penetrasen las' noticias
de lo que fuera ocurria.


Seoana y Zurbano, noticiosos del conflicto que se preparaba, re-
bieron órdenes para venir al amparo de la capital, y como por otra
pllrte don Pascual Madoz despues de haber sublevado la provincia
de Lérida, penetrando por los valles al frente de fuerzas respetables,
iba avanzando por la de Huesca haciendo insostenible la situacionde;
los soldados que acaudillaban los generales de Espartero, estos tu-
vieron como prudente el buen acuerdo de abandonar el campo con~
ce!!~rándose en Zaragoza para reanimar el espiritu público y dar
descanso y seguridad á sus huestes. Despues de un ligero descanso
en la capital de Aragon, la division mandada por ambos generales
se encaminó á Madrid.




DEL "ÚLTIMO BORBON DE ISPAÑA.. ISi


VIL


La division Enna que se habia visto obligada á levantar el blo-
queo de Ternel, perseguida por Narvaez, llegó á Albacete con mu-
chas dificultades, en ocasion que el Regente viendo la imposibilidad
de dar nn golpe de mano en Valencia, y el mal éxito de las opera-
ciones en Cataluría, se decidia á emprender su marcha hácia Anda-
lucia, suponiendo aJgunos que reuniría fuerzas bastantes para man-
tenerse en aquetlas provincias, establecer el gobierno en Cádiz y
mantener por algunos meses la lucha, ya que contaba con la firme-
za de los nacionales de Zaragoza y de Madrid.


Sea de esto lo que quiera, dejando á Narvaez muy á retaguardia,
Enna llegó á Madrid cuando Azpiroz bloqueaba ya la plaza.


Narvaez que habia sido llamado con urgencia por la Junta de
Cuenca, llegó el dia 15 á Fuencarral pasando una comunicacion al
Ayuntamiento de Madrid, manifestando que era delirio querer sos-
tener la causa del gobieroo y prolongar los males que afligian al
país, cuando él que acababa de recorrer infinitos pueblos de Aragon,
Valencia y Castilla podia asegurar que en todas partes se veia COn
júbilo la caída de Espartero y la elevacion de un gobierno que en
los cortos días que habia ocupado las regiones oficiales habia sabi-
do captarse las simpatías del mayor número.


A esta comunicacion contestó una comision de las corporaciones
populares y de la miHcia exponiendo al general que reunidos los de-
legados del Ayuntamiento, de la Diputacion, y de la Milicia nacional
habían pesado maduramente los argumentos en que se apoyaba el
general y la síluacion política que los rodeaba; y despues de bien
meditado habían resuelto permanecer en la mas estricta neutralidad,
sin permitir que nadie hollase el suelo de la villa que habia resisti-
do á las huestes de Napoleon.


Proponían, pues, una especie de armisticio y que mantendrian á
todo trance el sagrado depósito que se les habia confiado, si lo que
no era de esperar, uno de los antiguos héroes del 7 de julio se atre-
via á cargar con la responsabilidad de un ataque injustificado.


TOJklIt.




CAPITULO XXVllt


SUMARIO.


Comunicacion de Narvaez al capitan general de Madrid.-Alocucion de esle.-Noble
actitud de la corte ante las fuerzas sublevadas.-DataIla de Ardoz.-Parte que dió
Narvaez.


l.


A veces la ceguedad de los hombres da ocasion á hechos de con·
secuencias importantes; y si se midieran las frases, si se estudiaran
las palabras que vierten muchas veces en casos supremos, los hom-
bres pudieran prevenir accidentes que llegan á consternar á los
pueblos.


De la exposicion que hacían los generales y oficiales al desem-
darear en Valencia entre cuyas firmas estaba la del general Nar-
vaez, al contenido de la comunicacion que vamos á presentar al lee
tor, hay una inmensa distancia.


«Ejército de operaciones de la provincia de Valencia.-Estado
mayor general.-Excmo. señor: recibió esta manan a V. E. una co-
munbaeion mia, y todavía esti~ noche me hallo sin haber tenido
co atestacion, SiD embargo de que eran mis ideas y mis palabras
bien templadas y conciliatorias. Ahora me dirijo nuevamente á V. E.
pero es para decirle que si despues de cuatro horas de recibido este




DEL ULTIMO BORBON DE BSPAÑA. i39
no se me facilita la entrada en esa capital, la ocuparé por fuerza;
sin que baste á contenerme la sangre que haya de derramarse; pues
en una lucha que yo no he provocado, cuanta mas corra de la vil y
traidora, será mas provechosa y saludable á la prosperidad comnn
de nuestra patria, y no habrá de pesarme que la Providencia me
haya escogido por instrumento de su justicia y de la justicia de los
hombres Dios guarde á V. E. muchos años. Fuencarral15 de juHo
de 1843.-Ramon Maria Narvaez.-Excmo. Sr. capitan general de
Madrid. »


El partido moderado comenzaba á mostrarse, y el general que de-
bia poaerse á su cabeza daba pruebas inequivocas de que á pesar de
su humildad aparente anteR de desembarcar en Valencia, era siem-
pre el sanguinario autor de los fusilamientos de la Mancha.


Terrible y funesta desgracia la del pobre pueblo español que no
puede escapar á los horrores de la tíranÍa inquisitorial sino para
caer bajo el yugo del feroz arrastra-sables ó en la degradacion de
las torpezas y liviandades de una corte corrompida.


y el partido moderarlo acusaba á Espartero llamándole bárbaro,
tirano é incendiario feroz.


11.


Esa comunicacion incomprensible en aq uel que aspiraba á la union
de todos los espatioles, á la reconciliacion de los partidos en el ter-
reno de la ley fundamental, mereció que el capitan general don Eva-
risto San Miguel dirigiese uaa aJocucion en la que se leian estos pár-
rafos:


«Compañeros de armas: Seré muy breve. Está mi carazon taD
lleno de lo que vaJeis, de lo que estais haciendo hace cioeo dias~
que para expresarlo apenas hallaria palabras .


.,Os estais mostrando hombres libres, ciudadanos vaJientes,resuel-
tos á defender Vl1estros bogares hasta derramar la última gota de
vuestra sangre. En vosotros brilla el principio constitucional en toda
su pureza. En vu~stra constancia y valentla encuentran un escollo
insuperable los que con máscara fingida tratan de perdernos y hu-
millarnos .


.,Para que veais ouáles son las intenciones de los que asedian
vuestra capital, inserto en seguida una copta de la última comunr-
cacion del general Narvaez, á la que nó he contestado,




l4.i IIISrOBU DBL REINADO
»Ya veis lo sedientos que están nuestros enemigos de derramar


la sangre que ellos llaman vil y traidora. Los acontecimientos de
setiembre acá, y la clase de personas que asi se expresan, os harán
ver el significado que para ellos tienen estas dos palabras .


• Milicianos de Madrid, militares de honor que acudis al llama-
miento de la patria en momentos de peligro, no dejeis las armas, no
dejeis esa actitud imponente que lleva el desaliento y el desmayo al
corazon de vuestros enemigos. El peligro no ha pasado; si atlojais
puede nacer á cada instante .


• En cuanto á mi, me entrego todo al noble orgullo de merecer
vuestra confianza, de estar á vuestro frente.»


En la milicia de Madrid no era ciertnmente necesario despertar
un entusiasmo ficticio.


Como la de Zaragoza y Cádiz preveia el peligro, y amante de la
libertad sin el entusiasmo irreflexivo de la de Barcelona que anhela-
ba ante todo la realizacion del progr~so, juzgando por su corazon y
por su educacion politiea á los demás pueblos, la milicia de Madrid
habia confiado en el Regente hasta el punto de personificar en él la
causa de la libertad.


Aberracion por aberracion, la verdad es que los errores eran co-
munes y la desgracia vendría á pesar sobre unos y sobre otros,
.aprovechando esas torpezas á los enemigos de la libertad.


111.


El dia 16 las avanzadas de Narvaez se posesionaron de algunas
casas inmediatas á la puerta de Alcalá y Recoletos.


Los batallones de la milicia que llevaban seis dias de servicio de
campana acudieron presurosos á sus puestos.


Ya en los dias anteriores se habian abierto fosos en la calle de
A.lcalá y otras muchas, levantándose tambien barricadas y cocdu-
cien do grandes cantidades de pólvora á los diferentes puntos de la
poblacion. El dia pasó con grande ansiedad, cerradas las puertas sin
permitir la salida y observando las diferentes evoluciones que ha-
cian las avanzadas de Azpiroz á tiro de fusil. En ese dia llegaron aI-
8unos batallones de los pueblos. Se almacenaron en el teatro de
Oriente viveres y municiones, trasladando del Parque á palacio mu-
ehos cariones; mientras que la artillería del general Narvaez flllé re-




DEL ULTIMO BORBON DE ESPA.ÑA. IU
forzada con tres piezas de la de Azpiroz que salieron del Pardo á las
diez de la., noche.


J.as fuerzas que bloqueaban entonces á Madrid se componian de
eatoree batallones con algunas piezas y bastante caballeria.


El día l' continuando los preparativos de defensa se desempe-
draron las ca1les de Fuencarral y Hortaleza, se echaron abajo tabi-
ques y se hacia trabajar en las calles á todos los franseun~es sin
distincion.


El cuerpo diplomático hizo algunas gestiones con motivo d3 ha-
berse trasladado á Palacio las autoridades populares y la Junta de
salvacion.


Como hemos dicho, se hallaban ocupadas por las avanzadas de
Jos sitiadores algunas casas de las afueras del portillo de Recoletos,
y para desaJojarlos de allf se colocó un carion en la Veterinaria que
hizo algunos disparos con poco acierto, respondiendo al tercero los
sitiadores con una descarga en la cual quedó muerto un teniente
polaco y heridos tres nacionales. Esto produjo un gran pánico, ha-
biendo necesidad de reforzar aquel punto con un batallon.


Al mediodía se retiraron hácia Aranjuez las tropas de Azpiroz,
con objeto de detener á Iriarte.


El 18 al amanecer se habían retirado todas las avanzadas ene-
migas.


El dia 19 se colocaron en las plazuelas y calles de importancia
baterías y tiendas de campana. Ninguna fuerza pronunciada se pre-
sentó á Ja vista. La milicia siguió en sus puestos, y la cabaIJería
que salió á hacer un reconocimiento trajo unos cuantos rezagados
de la division de Narvaez.


IV.


El día 10 llegaron noticias de que Zurbano y Seoane habian per·
noctado en Guadalajara, y las fuerzas que venian á las órdenes de
Prim en AJcolea: que Narvaez se haJJaba en Torrejon y Azpiroz en
San Fernando. A pesar de que no so divisaban fuerzas sitiadoras,
Jos nacionales del Retiro alarmaron con su tiroteo á la poblacion.
Continuaron las fortificaciones con gran caJor y Madrid presenfó un
animoso espectáculo.


La nocbe pasó sin novedad, yal siguiente tlia corrió como cierta




24' HISTOIiIA DEL ItIINADO
la noticia de que los generales Rodriguez Vera é Iriarte y el briga-
diera Enoa estaban en Villarejo de S'i1vanés con 1,200 infantes y
250 caballos, y que esta division iba á entrar en Madrid. Efectiva-
mente á eso del mediodía entró la referida fuerza, y segun el relato
~e un sargento, se les habia dicho que el Duque de )a Victoria es-
taba en Madrid, y que habían caminado ~iete leguas durante la no-
che, por haber tenido que variar de direccioo para seguir un camino
despejado,


El día 22 á las nueve de la manana salieron de Madrid las tropas
de Enoa que negaron eJ día anterior. A fas once se dió una érden pro-
hibiendo la entrada y' salida por todas las puertas de la' poblaciol1,
y á las tres de la tarde empezó á circular la noticia de que las tro-
pas de Seoane despues de un cuarto de hora de accion, se babian
pasado á Narvaez, que Seoane estaba preso y Zurbano vivameilfe
persegu!dí>,


Se reunieron las autoridades, y des pues de una sesion animada,
salió en posta por la puerta de Alcalá una comisioD del Ayuntamie'l-
to, Milicia y Diputacion provincial á tratar con Azpiroz. Al mismo
tiempo entraron por dicha puerta las tropas que salieron por la ma-
liana, las cuales no pasaron de Canillejas. A las nueve de Ja noche
se apeó Zurbano en la fonda de la Amistad acompanado de dos ayu-
·dantes. La noche S3 pasó con tranquilidad.


Lo que pasó fuera de la pobJaéion en ese día funesto para la li-
bertad de la patria, porque dió preStigio y fuerza á uno de los más
terribles defensores del órden varsoviano, nO es tan sencillo comó
aparece de los partes, ni 11) que el rerato de los curiosos babia hecho
creer á los nacionales de Madrid.


v.


Las divisiones de Zurbano y Seoane habian sido lIamad'as, como
hemos dicho, y abandonando el Principado donde dominaban por
completo los insurrectos, se reconcentraron en Zaragoza, desde don-
de anuncióe'l general Seoane, que no podrian estar las divisiones
Azpiroz y Narvaez doce horas al frente de Madrid, sin que sus sol-
dados ca}esen sobte su retaguardia obligándoles á huir y levantar
el sitio.


Si bién aquenas divisiones padián en eataluna haber abrazado la




DEL ULTIMO BORBON DE ESPA.ÑA.
causa de la revolucion hostigadas por los somatenes, y al ver en der-
redor suyo toda la poblacion unánime, desde Lérida yespecialmen\e
en Zaragoza debió reanimarse el espiritu del soldado al contemplar
la decision y entereza con que aquella poblacion mantenia la causa
del general Espartero.


De¡;de Zaragoza á Madrid no pudo el ejército encontrar grandes
motivos para cambiar su opioion. ¿Qué es, pues, lo que aconteció
para que se modificase tan profundamente el ánimo de los soldados
que abrazaran con tanta facilidad la bandera del enemigo~


.DÓnde estaba la energía, la actividad y el celo de aquel general
que hacia gala en las cortes de tan excéntricas disposiciones, y lan-
zaba denuestos é improperios á los catalanes, y hablaba del punal
genovés, y se jactaba de haber reducido á Barcelona con su volun-
tad sola, porque allí solo dominaban un punado de canallas?


¿Dónde estaban la habilidad y la estrategia, el valor y la decision
Ud Seoane el dia memorable de la batalla de Ardoz?


6CÓmO marcbaban las columnas cuando llegaron frenle al campo
del enemigQ?


¿Qué hizo en Guadalajara durante cuarenta horas para mostrarse
tao incapacitado que pudiela dar un parte lacónico que encerraba el
triunfo de la tiranía, el entroniza miento de Cristina y los suyos en
las regiones del poder~


A las tres de la tarde del 22 recibió el gobierno de Madrid un
parte filmado por Seoane, que poco mas Ó meDOS decia estas pala-
bras: «Todo se ha perdido meDOS el honor. Me hallo en poder del
enemigo con toda la division. El general Zurbano ha podido escapar
á duras penas.)


VI.


;"a ha talla de Ardoz duró veinte minulos.
Lo& soldados de Narvaez se hallaban formados en batalla espt::-


raDdo á SU$ coutrarios, que caminaban sosegadamente sin precau-
CLOn alguna como si no debieran ~ncont:ar obstáculos en su lliarch(~.


El general Narvaez daba el siguiente parte:
:::Excmo. Sr.: Segun dije á V. E. en mi última comunicacioLt,


Ieuní en este punto mis fuerzas, yel general Azpiroz ocupó el muy
i..lmediato de San F~rnando. En este estado supe que Seoane y Zur-




2U, HISTORIA DEL B.EINADO
bano con 10,000 infantes, R06 caballos y SO piezas de artillería
marchaban desde Guadalajara por ]a carretera, y que de Madrid de-
bían salir Iri~rte, Hnna y Rodriguez Vera con 5,000 hombres y!OO
caballos entre nacionales y los batallones que la noche anteríor se
habian introducido en la capital.


lDAcorJé con el general Azpiroz que él tomase posicion en el puente
de Viveros para batir los expedicionarios de Madrid, dejándome 11 O
caballos para reforzar los mios en menos número que los del ene-
migo, y yo acampé anoche al frente de Ardoz con 5,000 hombres,
con 600 caballos y dos piezas. Un parlamentario de Seoane vino á
decirme ue su parte que tenia las órdenes, la voluntad y la fuerza
para atravesar la carretera de Madrid, y que me invitaba á evitar
el derramamiento de sangre en UDa lucha que por los medios lega-
les podía ventilarse: mi contestacion fué que yo tambien tenia las
órdenes, la voluntad y la fuerza para no consentirlo, y que podia
venir cuando quisiera. En efecto, á las llueve rle la manaDa se pre-
sentaron las fuerzaa enemigas ocupando la altura de Torote. Sin
darles apenas tiempo para desplegarse, dispuse que el general SheUy
con su caballería marchase sobre la enemiga, reservando algunos
escuadrones para cargar la infantería. Que el coronel Serrano COD
la columna de cazadores, el coronel Con lreras con tres escuadrones,


. envistieran las piezas que empezaban á jugar en batería, y el bri-
gadier Campuzano envolviera los flancos coe las brigadas al mando
de los coroneles Fulgosio y Falguera, marchando el brigadier Des-
callar con la suya en reserva.


»Es imposible figurarse, Excmo. señor, un ataque mas rápido y
con mas unidad y energía ejecutado por toda la línea. Serrano con
los cazadores abrazados á las curenas, y Contreras con las lanzas
en las bocas de los cañones, y la caballería rechazada y el enemigo
envuelto, y el mismo general en jefe prisionero, fueron la obra de
un instante; y los jefes que dirigieron aquellas operaciones y los que
las ejecutaron, y los individuos todos y de todas las clases del ejér-
cito se condujeron con un valor y decision tan relevantes, que no
seria fácil decir que nadie se distinguía donde todos daban tan se-
ñaladas muestras de su esfuerzo. Las tropas que habian sido ene-
migas ignorando la causa, en breve tiempo habian abrazado mis
banderas, y los dos ejércitos no eran ~as que uno solo en el tras-
curso de dos horas.


»¡increible suceso, que pasaria por una maravilla á no haber




DEL uumo BORBON DE ESPAÑA. ~.i5
ocurrido en este suelo clásico de lo maravilloso y de lo extraño! En
este suelo, donde distinguidos oradores, como don Luis Gonzalez
Bravo, y honrados individuos de Juntas salvadoras como los de Va·
lencia, don ~edro Sabater, don Juan de la Cruz Blasco y don Fer-
nando Ormaechea, trocando sus hábitos de paz y de estudioso so-
siego por el ruido de las armas, gritan con los mas bravos á las bo-
cas de los cañones: «El pais y la Reina se salvan para siempre.»


»Tan gloriosa jornada, comprada con poca sangre de españoles,
fué sin embargo señalada con la de varios individuos; y la del bi-
zarro general Shelly regó este dia el campo del combate á impulso
de una lanza en singular encuentro á que le condujo su sabido ar-
rojo.


»Pasaré á V. E. una refaeíon, DO de los que mas se distinguie-
ron, porque eso es imposible, sino de los que asistieron al combate:
que las manos adoradas de nuestra Reina, hoy que van por si solas
á regir los destinos de la patria, bien es que empiecen derramando
pródigas las gracias sobre los que de ellas arrancaron los lazos con
que el usurpador las sujetaba.


»Faltaría á la justicia, Excmo. serior, si no hiciera á V. E. muy
selialada mencion del siempre bizarro mariscal de campo don Juan
de la Pezuela, en quien como V. E. y todos los militares saben,
compiten la ciencia y el valor, que en esta jornada sobrepujó á si
mismo.»


El parte del general Narvaez descubre perfectamente que la )Ja-
mada batalla de Ardoz no fué mas que una venta simulada, una en-
trega á di~crecioD de las columnas que DO pudieron disparar un tiro
ni desrlegarse, ni bacer uso de la artillería, y que fuera cualquiera
la causa que motivara esto, tuviera ó no intervencion directa el ge-
neral en jefe, toda la responsabilidad, que es inmensa, recae sobre
el general Seoane.


El parte citado habla de una porcioo de hechos de armas impor-
tantes por parte de Jos generales que obedecían á Narvaez; pero tes-
tigos presenciales de la batalla, muchos oficiales y soldados á quie ...
nes hemos oido referir lo que sucedió, no recuerdan que hubiese
habido grandes descargas, sino que en un momento se hallaron
confundidas ambas huestes creyendo {os soldados de Zurbano que
las tropas revolut~ionadas rec()nocian nuevamente al gobierno de Es-
partero.


Grande fué la confusion que reinaba en los campos de Torrejon,




148 HrSTORtA DEL REINADO.
Y la patria no tuvo que llorar por la muerte de sus hijos en aquella
contienda, pero deplora aun las consecuencias que trajo en pos de si.


El nuevo gobierno dió las gracias á los generales, jefes y solda-
dos por su energía y arrojo, expresando su gratitud. bácia los del
campo enemigo que se determinaron á no derramar la sangre de sus
hermanoa de armas, por un homhre de tantas desventuras respon-
,ahle.




CAP1TULO XXtX~


SUMARIO.


Victoriosa la revolucioll, 5e manifestaron diversas a~piraciones.-Alocucion de la Jun-
ta de Bareelona.-Manifieslo del Gobierno á h nacion.-Predominio del hando
moderado.-Heroica defensa de Sevilla contra ERpartero, que tuvo que embarcar-
se ¡lüra el extranjero.-Comunicacion que le habia dirigido el gobierno.-~ueva
actitud de Zaragoza y Barcelona .-FictIcia conciliacion de los partidos.


1.


El movimiento revolucionario acababa de vencer; pero las diver-
sas banderas que se habian levantado durante la lucha debian dis-
putarse sin duda el triunfo. Hé aquí cómo se expresaba la Junta de
Barcelona al dar cuenta de la entrada de las tropas en Madrid.


_Habitantes de la provincia de Barcelona:
-Las valientes tropas levantadas por las Juntas populares y las


adheridas al pronunciamiento, han entraoo ya en la capital de la
monarquia. Ya se ha salvado ]a Reina y se ha hundido para siempre
]a tiranía. El solio de los Fernandos y AIfonsos se halla rodeado por
las bayone!as de los libres.


»Al sacrosanto grito de libertad é independencia nacional han des-
aparecido como el humo las huestes del ~oldado ingrato que trataba
de esclavizar la patria. Vuestra Junta suprema se regocija con vos-
otros por tan faustos acontecimientos. ,


.Un esfuerzo mas, ciudadanos, para solidar nuestra libertad é in-
dependencia, y á fin de que la ConsütueiOD DO sea ya en lo 8UOO-




i48 HISTORIA DEL REINADO
sivo una mentira. Agrupémonos, pues, en derredor de la ensefta le-
vantada por esta corporacion: no descansemos hasta ver reunida la
Junt$ central, única áncora de salvacion para nuestra trabajada
nacíon.


«Viva la Constitucion de 1837, viva IsabellI, viva la indepen-
dencia nacional, viva la union de los verdaderos españoles.»


La manifestacion de la Junta de B"arcelona era, sin duda, impor-
tante; ella habia creado el gobierno provisional, ella habia convo-
cado la Junta central, ella habia llamado la atencion del gobierno
desde los primeros momentos llamando hácia el territorio catalan las
fuerzas de que Espartero podia disponer; ella habia gestionado con
los generales y jefes haciendo que las guarniciones de las principa-
les ciudades se uniesen al pueblo; ella babia levantado recursos y
organizado muchas fuerzas, movilizando la Milicia nacional. A su
influencia y prestigio, á su actividad se debió el triunfo.


Ella proclamaba entonces el principio salvador de la Junta cen-
tral que debia consolidar la nueva situacion dándola UDa base ro-
busta, la sancion del pueblo.


11.


El gobierno provisional publicó el día 30 el siguiente documento:


EL GOBIERNO A LA NACiON.


«El gobierno despues de haber adoptado las primeras y mas ur-
gentes medidas que pudieran asegurar y consolidar la obra de los
pueblos, cree llegado el momento de dirigiros su vez para justificar
su origen, definir su verdadera. naturaleza y trazar la marcha que
se propone seguir. Los grandes acontecimientos deben ser bien ex-
plicados, para que nunca la impostura aspire á desfigurar su índo-
le, ni la malicia á eludir sus consecuencias.


»Alzadas las provincias de la monarquía en su mayor parte con-
tra el poder que existia, las Juntas de salvacion de Barcelona y Va-
lencia llamaron á regir el Estado á los inriividuos que fcrmaban el
gabinete de 9 de mayo último, y las demás se apresuraron á rati-
ficar este acuerdo tan pronto como de él pudieron tener noticia. Este
asentimiento general es el titulo mas decisivo que en su favor puede




DEL ULTnlO BORBON DE ESPAÑA. . 149
tener un gobierno; y poco importaria decir hoy que el poder que
ejerce el actual ministerio no se deriva del nombramiento del ex-
Regente, cuando este no fué sino la hechura de la voluntad general,
principal elemento sobre el que en los paises libres reposa todo mando
y toda obediencia. La posicion, pues, del gabinete actual podrá ser
anómala, puesto que no tenia este carácter al quedar vacante la Re-
gencia, en cuyo caso la hubiera sustituido provisionalmente con ar-
reglo á la Constitucion; pero el que ejerce una autoridad de que lo
han revestido los pueblos, y su mision es la mas elevada, puesto
que los pueblos son el orígtlO y la fuente de toda autoridad consti-
tuida. Las provincias empenadas en una lucha noble, ban querido
centralizar la accioD; han hablado: los individuos que forman el go-
bierno las han obedecido, y ninguno sin ser rebelde las puede re-
sistir .


• Esta verdad de hecho, que demuestra la legitimidad del gobierno
que hoy rige los destInos de la nacíon, le seriala tambien la pauta
de conducta de que ni su honor ni sus principios le permiten sepa-
rarse. Nacido en momentos de agitacion y de peligro, llamado á ar-
rostrar la situacion y á salvarla, salvar la situacion, las institucio-
Des y el trono, es el exclusivo mandato que ha recibido; y al logro
de este importante objeto se dirigirán todos sus pasos .


• Los principios políticos de los actuales ministros quedaron ex-
plícitamente consig!lados cuando formaban el gabinete el 9 de mayo.
Aquel programa será exactamente cumplido, conciliándolo, en cuanto
posible sea, con el instinto de salvacion que ha dado impulso al le-
V8ntamiento de los pueblos. ta justicia y la concordia entre todos
los buenos españoles ananzarán la confianza y estrecharán el lazo
que felizmente nos une. No habrá reacciones de ninguna especie; el
gobicruo mandará, y con ü;flexible energia, y contando con la fuerza
que le da el ,'oto público, hará que S6 ejecuten con rapidez sus de-
terminaciones. Sus individuos quedarán satisfechos en su concien-
cia si al reunirse las cortes, que se convocarán sin tardanza, y para
el mas corto plazo posible, pueden decirles al presentar sus actos:
uRecibimos un encargo espinoso; pero vencidas están todas las di-
ficultades; la voluntad Dacional qut~da cumplida; la Constitucion y
la Reina se han salvado de los riesgos que hacian temer por tan ca-
ros objetos, y la Esparia con tan noble conducta ha adquirido nue-
vos titulos á la consideracion de los naciones civilizadas.»




250 HISTORIA DEL REiNADO


Ill.


El gobierno se hallaba constituido; habían entrado en Madrid en
pocas horas las divisiones de Enna, Azpiroz, Narvaez y Primo


La milicia nacional se habia retirado de los puestos que ocupaba,
disolviendo los batallones y relevando las guardias la division Bnna
para hacer entrega á las fuerzas que mandaban los generales de la
rebelion.


El tratado firmado por las comisiones del Ayuntamiento, habia
causado profundo disgusto eLitre los ciudadanos armados, qU0 rom-
pian sus espadas y fusiles al ver que no les era permitido pelear en
defensa de sus hogares. Como hemos visto en las comunicaciones
del Ayuntamiento, Madrid no queda luchar; pero trataba de man-
tenerse neutral, esperando que se reunieran las cortes ó la Junta
central, y resolviera la cuestion pendiente, ya que en las provincias
se manifestaban diversas aspiraciones. Esto es lo que lógicamente
debia hacerse; esto es lo que podia conducir á una transaccion hon-
rosa, á una solucion definitiva que habría impedido )a horrible
reaccilJll.


Si el general Serrano y Prim hubieran oficiado en este sentido á
Seoane y Zurbano, y se hubiera concluido un armisticio leal dando
por derribado á Espartero, y convocando en nombre de la sobera-
nía nacional la J unta suprema de delegados de las provincias, ella
hubiese reducido á fórmulas concretas el pensamiento general, ella
se hubiese inspirado en el sentimiento que dominaba, dejando en
libertad absoluta el ejercicio de los d~rechos de reuniüD é imprenta,
y citando á eiecciones en el término de dos meses, concediendo el
sufragio á todos los cspúlÍoles que supiesen leer y escribir.


El ministerio Lopez así hubiera mo,trado que comprendia su po-
sicion muy críti'2J, desde que el ejército se veía privado de los ge-
nerales mas liberales, y obedecteJdo á aquellos mismos que algu-
nos meses antes eran señalados como traidores, y condenados por
los consejos de guerra.


En vez de hacer esto, y decididos ú todo trance á enirar en Ma-
drid los generales Serrano y Prim, llegaron dcspues de la batalla
de Torrejon, cuando Narvaez tenia ya resueHas las principales cues~
tiones, y podia como vencedor dictar leyes y condiciones.




~RL DLT':'\fO UI)RBON DI E8PAÑA. ~51
Así fué como en la misma ¡ard(~ en que penetraron las trQpas, y


ocupada mi)jtarm~nte la pobJ&cioo, se dió un bando inicuo, y mas
que Ínlcuo eminen!ernenle anti-polWco, por el que se mandaba en·
tregar fas armas á !a milicia nacional en el término de ~eis boras,
ca~tigando á los bijos del plleblo, y arraocfmdoles el fusil que babia
servido para wstener el trono de aquella que aclamaban entonces
con tanto entusiasmo los defensores del nuevo gobierno .


.


IV.


El Eco del Comer1t~J con una candidez sin igual, dedicó sus pri-
meras frases á tranquilizar Jos ánimos, harto alarmados desde que
Narvaez y su séquito de octubristas habían pisado las playas de Va-
lencia, y con mas fundamento, desde que dicho general penetraba
eD la capital al frente de un numeroso ejército.


«Creednos, decia, los quince días que han trascurrido, separados
de nuestra diaria tarea, los empleábamos en recorrer los campa-
mentos; y durante las marchas, y en medio de las privaciones, des-
de los dignos generales hasta el último soldado, solo respiraban es-
pai'íolismo, declfion por la libel'/ad, amor respetuoso á su Reina, y
olvido de cuantas miserias han hecho cundir para dividirnos. .


Estamos tan convencidos que es uniforme el pensamiento patrió-
ti~o y liberal de los hombres qne mandan las tropas, que ocupan la
heróica capital de las Espai'ías, que DO dudamos en decir, que los
Narvaez, los Castro, los Azpiroz, los Serranos, los Prim, y otros
infinitos perderian mil veces su existencia antes que dejar de defee-
der las instituciones liberales, las consecuencias emanadas de eHas,
hasta el dia que se nombró el ministerio Lopez, y el programa pre~
sentado por este célobre ministro.


Creia El Eco, como vemos, que la Reina y la patria se habían
salvado, formándose de los diversos matices el partido espafiol, el
partido nacional; y juzgando una necesidad política que Isabel sa-
liera de la opresora tutela en que ,qemia, pedia que hasta la resolu-
don de las cortes se confiara el regÍ/; depósito á su augusto lio, no
como guarda, porque la lealtad espafíola sabria hacerlo, si no por
decoro monárquico, por la dignidad del trono, y como una recom-
pensa de la nacion á la familia respetable de un priceipe virtuoso y
liberal, tan injustamente perseguido. Este paso, afiadia, será un trí-




!5! OraTORIA DEL REINADO
buto de justicia pagado al infante don Francisco, será volver el es-
plendor al palacio de los reyes, conceder un asilo á la desgracia, y
abrir las puertas de la casa en que naciera el vástago de cien re-
yes, arrojado del alcázar de sus padres.


Despues de abogar así por los intereses del infante don Francis-
co, El Eco pedia tambien que se apresurara la convocacion de
cortes constituyentes para resolver las graves cuestiones que se ha·
liaban pendientes.


v.


Volvamos ahora á los sucesos de Sevilla, que fué sitiada eLi regla
por el general Van-Balen que habia intentado apoderarse de Gra-
nada sin poderlo conseguir.


El día iO, des pues de una escaramuza con una de las columnas
expedicionarias, estableció sus baterías lanzando 130 proyectiles
sobre la poblacion.


Espartero Hegó aquella misma noche al campamento, y el fuego
estuvo suspendido tres dias; pero al cuarto se rompió de nuevo C'ln
teson hasta completar los disparos necesarios para arrojar 606
bombas y granadas sobre la plaza.


El !8 se retiró la fuerza sitiadora á Utrera; dirigiéndose despues
á Cádiz, mientras que Concha se interponia en Lebrija, resuelto á
oponerse á la marcha de Espartero.


Sevilla mostró en aquellos momentos que no cede con la facilidad
que los tiranos creen un pueblo que pelea por la libertad.


Por lo demás, pronunciado completamente el pais, abandonado
de todos, Espartero tuvo que buscar su salvacion en el Puerto de
Santa María, donde se embarcó el dia 30 por la matíana.


El dia anterior habia entrado en Zaragoza el general Ametller.
La milicia nacional fué tambien allí desarmada.


Quizá Espartero no recibió la comunicacion que ]e dirigió el go-
bierno en 21 ~e julio. Decia asf:


-Excmo. sellor: El gobierno de la nacion, que en nombre de Su
Majestad la reina dolla Isabel 11, y por la casi unánime voluntad de
las provincias, se ha encargado de la direccion de los negocios pú-
bicos' no puede ver sin asombro que V. E. alucinando á los pocos
que aun no han podido seguir el sentimiento general de los espa-




DBL ULTIMO B01BON DB BSPM4A. t53
fioles, continúe obstinado en prolongar una lucha tan sacrílega co-
mo inútil. Increible parecerá á la posteridad que reducido á t~só
cuatro poblaciones y á pocos millares de hombres enganados t se
goce V. E. en reproducir el negro cuadro de Barcelona y Reo
bombardeadas, como si las ciudades mas ricas y fabriles fueran el
blanco de los que aconsejan tan bárbaro medio de oponerse al grito
del pais. El gobierno de la nacion previene 6' V. E. que si despues
del recibo de esta comunicacion siguiesen las hostilidades eontta la
ciudad de SeviUa ú otro pueblo de la monarqufat qtleda V. It t y
cuantos á ello cooperen, declarados desde luego traidores á 11')1&;"


.. tria, privados de todos sus honores y consideraeiones, y entregados
á la execracion púbiica de los esranoles y de la humanidad entera .•


VI.


Por lo que hace á la entrada de las tropas, y acomodamiento que
precedió en Zaragoza, transcribimos un documento en el que se
hallan consignadas las bases, y que expresa perfectamente que to-
dos reconocian la necesidad de transigir y terminar cuanto antes la
peligrosa crisis que atravesaba el pais. Decia asi:


GZaragozanos: establecido el gobierno provisional de la nacion
en la capital de la monarquía, en el dia 28 de este mes, ha llegado
el caso de reconocerlo y respetarlo: asi lo ofrecisteis á la faz de la
nacion y del mundo entero cuando proclamasteis la neutralidad.


»En su consecuencia, habiéndose presentado en esta tarde el se ..
fíor brigadier don Narciso de Ametllor, comandante general del bajo
Aragon, solo con el coronel don Joaquin Basols y sus ayudantes de
campo, confiado en vuestra lealtad, vuestro Ayuntamiento constitn-
cional, asociado de todas las autoridades civiles, militates y ecle-
siásticas, en un ion con los jefes de la milicia nacional, ha acordado
)a adbesion á dicho gobierno bajo las bases siguientes:


»C014stituCWIi de 1837, que se conservará ilesa á toda costa.
»Rúna constitucional doña Isabel 11.
»Olvido de todo lo pasado, y reeonciliacion sincera de los espa;.;.


fioles.
»La milicia úacional continuará íntegramente armada en el mis-


mo estado en que se encuentra en el dia de hoy, bajo la dependen-
TOMO n. U




!51 HISTORIA DEL REINADO
cia del Ayuntamiento constitucional con sujecion al reglamento, sin
hacerse en eUa novedad de ninguna especie.


»Las tropas que entren en la poblacion, lo serán del ejército na-
cional, y se alojarán en Jos cuarteles.


»Todas las autoridades de comuo acuerdo tomarán cuantas me-
didas se consideren necesarias para la conservacion de la seguridad
personal y del órden público.


»Tales son las bases convenidas. Zaragozanos, su exacto cum-
plimiento está encomendado á vuestra honradez y civilizacion, y al
patriotismo de la nacion entera.»


VII.


La convocatoria de )a Junta central no habia sido echada en 01-
yido por Jos pueblos.


El día 23 de julio, dia en que entraba en Madrid el gobierno pro-
visional, se reunian en Barcelona los comisionados deCádiz, Búr-
gos, Ceuta y la capital del Principado, y dirigian una circular, de la
cual tomamos estos párrafos:


«Cuando se interesa la causa pública en la constitucion instan-
. tánea de un poder central capaz de organizar el pais, y de satisfacer


eumpUdamente todas sus necesidades, nadie mejor que esa Junta
en su ilustracion debe conocerlo, sin que nos sea necesario aducir
en apoyo de tan interesante propósito otras razones que desde lue-
go ofrecen á la sensatez y á los conocimientos administrativos ,le
todas las Juntas populares, ni mas pruebas de la aceptaciGn con
que aquel pensamiento ha sido recibido, que la celeri¡laJ de a!gu-
nas provincias en enviar á esta capital sus respectivos comisi"oa-
dos para la Junta central, convocada por acuerdo de esla (le Baree·
lona del 28 del mes próximo pasado.


»Esto sentado, los mencionados comisionados representantes de
las provincias que suscriben, llevados de su celo y del convenci-
miento intimo que les anima, acerca de la utilidad inmensa que re ~
portará la nacion con la reunion inmediata de la Junta central, no
vacilan en invitar á la tan patriótica de la provincia de... á fin de
conseguir que con toda la celeridad que reclama el bien del pais y
la eonsolidacio!l de los principios proclamados en nuestro alzamien-
to nacional, se sirva disponer la presentaeion en el seno de esta




DIL ULTIMO BORDON DE ISPAÑA. !55
reunioD de sus respectivos comisionados, para que cuanto antes
pueda calmarse la ansiedad pública con la definitiva constitucioD
del poder central, cuya residencia será provisionalmente en esta ca-
pital, interin que las circunstancias de la nacion, ó la voluntad de
este supremo poder determinen aquello que pareciere mas conve-
niente.


-Los comisionados que suscriben, esperan confiadamente que Ja
presente invitacion será acogida por esa Junta de la manera propia
y tan conforme al espanolismo y patrióticos sentimientos de todo.
los dignos individuos que la componen.»


La expresada Junta era, pues, el mas importante de los sucesos
que podia:i ejercer influencia y decidir aqueila crisis.




CAPiTULO XXX.


SUMARIO.


,alsa posicion del ministerio Lopez.-Cuán poco revolucionario fué.-Cuestion de ma-
yoria de la lteina.-ltecelos de moderados y progresistas.


I.


El desenlace del gran drama comenzado en Málaga, estaba ya á
punto de llegar. Pero como la cuestíon era muy compleja, como
despues de lanzarse á la revolucion, no se trataba ya de sostener á
Lopez con su programa, sino que, precipitándose los sucesos, se
habia llegado de nuevo á conmover los cimientos del trono, arro-


, jando al representante del monarca á tierra extranjera, como tres
aftos antes habia sido lanzada desde Valencia la madre de Isabel;
como bullian infinitos proyectof, y habían surgido nuevas dificul-
tades y compromisos, á medida que la resistAncia de Espartero ha-
bia sido mas tenaz y perturbadora, porque el gabinete Mendizábal
se atrevió á iniciar una revolucion económica completa; ~omo el
plan del gran partido nacional de casar á Isabel y su hermana con
principes españoles iba á hallar en muchos de los elementos de ese
partido una oposicioc fuerte, porque Cristina y los moderados obe-
decían á las tramas fraguadas en las Tullarfas; como el elemento




DEL ULTDlO BORBeN DI ISPt!ÑA. !57
republicano se habia armado ya y tenia posiciones, debía acontecer
que ballase facilidad ese desenlace.


El ,gobierno habia dado el SO de julio un decreto llamando las
cortes generales del reino, con la circunstancia de que debia reno-
varse por completo el senado.


Era en esto mas revolucionario aquel ministerio, que]o habia si-
do la Regencia provisional en 1840. Pero no se colocaba tampoco
á la altura de los acontecimientos.


y el ministerio Lopez debia comprender perfectamente, que ro-
deado de graves compromisos, habiéndose enajenado muchas sim-
patias en el partido liberal progresista, teniendo cerca de si como
aliado al antiguo partido de Cristina, á Jos hombres funestos de la
reaccirn, su deber y la salvacion de loS intereses de progreso y li-
bertad le aconsajaban conceder mucho al gran principio de la 80-
beranfa nacional, al pueblo, y por esto anular por el momento, ya
q,ue la circunstancia era excepcional, esas instituciones caducas que
como e! senado debía al poder una gran parte de su vida.


11.


La mayoria de la Reina habia sido proclamada por muchas Jun-
tas, como un medio, sin duda, de evitar los males que habian trai~
do consigo las dos regencias. .


Báblase de las camarillas irresponsables. Se pretendia que en las
antesalas de palacio primero, y en la tertulia del duque despues, se
gobernaba el pais por un poder irresponsable é inconstitucional, y
querian entregar el gobierno á una niña de doce años, que hati&
recibido una educacion perjudiciaL y á quien se habia querido ins-
truir á paso de carga en los dos últimos años. i Esto era irrisorio;
esto era un sarcasmo cruel, una burla sangrienta! ¡Esto era el ri-
dículo sobre la monarquía constitucional! ¡Esto era la ceguedad, la
torpeza!


¡Hablar de los atributos, de la grandeza, del esplendor de la mo-
narquia, cuando esa monarquía está limitada por la cODstitucion
del Estado, su única, so verdadera atribucion consiste en compren-
der y discernir bien la voluntad de los pueblos para elegir los hom-
bres que han de goberlar, y en tregar, poner en ma.nos de una aiña




!58 HISTORIA DEL RIINADO
el timon d~1 Estado, eso es el delirio, eso es la utopia, eso es hasla
un crimen de lesa nacíon!


Las cortes debian ocuparse de este asunto, y tratarían, sin duda,
con meditacion de resolver las dificultades.


y cosa extrafia, la Europa se ocupaba de nuestros asuntos. Se
hablaba de constituir un congreso europeo, donde se resolviese el
porvenir de EspaDa.


Los p9riódícos franceses sostenian una polémica acerca de inter-
vencion ó no inlervencivn.


El gobierno de las Tullerfas seguia una conducta especial, atento
siempre á su proyecto de enlace con la familia de Borbon espafíola .
. Porque en realidad lo que se disputaba, lo que hab1a de profun-


do y real en aquella revolucion, como en las anteriores, era un
trono.


Ibn Carlos habia querido sostener sus derechos. La nacion, por
medio de sus votos primero, y abandonándole despues sus partida-
rios en la lucha de las armas, habia decidido contra él, le babia
declarado fuera del derecho, porque solo la voluntad del pueblo es
ley ...


Cristina sonaba acaso con gobernar luengos anos, á nombre de
Isabel, y el pueblo se habia alzado contra ella, porque no podía to-


'lerar sus arbitrariedaJes y violencias, los escándalos y desafueros.
La familia del infante don Francisco pretendía tambien ocupar


ese mismo trono por medio de enlaces, y á este plan oponia sus
candidatos y sus maquinaciones Luis Felipe, que pretendia hacer do
Espafía una sucursal, una hijuela, una colonia francesa.


Tal era el estado de la cuestion de mayoría. Esto es lo que se
ventilaba, cuando hablaban lodos de libertades, constituciones, in-
dependencia, coalicion, gran partido ¡¡acional, etc. etc.


111.


Antes de haber transcurrido quince d1as desde la entrada de) so-
bierno provisional en Madrid, los diversos órganos de la coalieioD
se quejaban de que sus aliados no cumplian con religiosidad SOl
compromisos, dando en cada provincia preferencia á estos ó aque-
llos elementos de la coalicion.


El Eco se quejaba de los actos de la Junta de Murcia, mientras




DIL ÚLT1MO BORBON DI :QSPAÑA. !59
que El Reraldo desaprobaba las disposiciones de la de Barcelona.


El periódico progresista condenando la intolerancia de los de Bar-
celona, referia que en las provincias de Granada, Alicante, Ciudad-
Real, Jaen y otras muchas se habia desenvuelto el espiritu reaccio-
nario.


IV.


Se habia proclamado integridad de la eonstitucion por las Juntas
revolucionarias, que con suspicacia extrema temian que, como en
184.0, se intentara, aunque en sentido contrario, violar el pacto
fundamental.


Pero desde que el triunfo coronó los esfuerzos, se comprendió
que era preciso, que era esencial la violacion de ese código, toda
vez que se pretendia no establecer la Regencia, declarando á Isabel
mayor de edad, antes de la época consignada en la constitucion.


y el gobierno poco escrupuloso ciertamente, algun tanto revolu-
cionario, se decidió á quebrantar en lo mas esencial, en la constitu 4
cion de uno de los cuerpos colegisladores la ley politiea de 1831, Y
esto para preparar el triunfo de los que deseaban la reforma del ar-
ticulo 56 de la misma constitucion.


Dé aquí como estos revolucionarios de á tira y afloja, se mostra-
ban recelosos hasta cierto punto, acusaban á los otros de conculca-
dores de la constitucion, y sin empacho venian, claro está, como
representantes de una revolucion á salir de la legalidad'; pero tan
timidamente que dejaban lo mejor y se limitaban á fórmulas de que
no po~ian prescindir. .


¡Ah! si hubieran sido revolucionarios verdaderos; si se hubiesen
inspirado en el sentimiento público, y hubiesen tenido ]a conciencia
de la situacion y la suficiente audacia, los nombres de Serrano, Lo-
pez, Caballero y A.yIlon hubieran pasado á la posteridad, y ell\ls
hubieran tenido la satisfaccion de realizar algo grande, algo digno.


Péro en vez de todo esto, la eonciliacion de los partidos realizada
violentamente, se entendió por el reparto del botin que dejaban los
vencidos, y alU era de ver el patriotismo de los moderados que as-
piraban á hacer la felicidad del país desde los altos puestos del
Estado.


El Heraldo lanzó al aire sus quejas, porque temia que el gabi-
nete Lopez no repartía con equidad los destinos.




CAAPtTULO XXIt


SUMARIO.


Deseos de los progresistas de reunir una Junta centra1.-Dificultades que surgiaa,-
Discurso del presidente del ministerio.-Desarme general de la milicia nacional.-
Protesta de Espartero.-Comité central de elecciones .


..


1.


La situacion se complicaba cada vez mas. Mientras se asediaba
al gobierno en busca de las posiciones oficiales, cada fraccion pro-
curaba imprimir una marcha distinta á los sucesos.


Los hombres de origeO' progresista querian la reunÍon de UDa
Junta central que, compuesta de representantes de las Juntas de
provincia, formaba la genuina expresion de aquel movimiento. Asf
hubiera podido desde luego declararse la mayoria de Isabel, domi-
nar en sentido liberal aquella situaeion' é impedir que los moderados
con el ministerio de la Guerra casi en sus manos, tuviesen la fuerza.
en las provincias, y posesionados del alcázar regio, influyesen des-
de luego en el ánimo de aquella' niiía, infiltrando en su corazon el
odio y el espíritu de venganza contra los que pudieron tener parti-
cipacion en el destierro de su madre.


Así tambien se hubiera conseguido invocando ardientelhenfe el
amor á la independencia de este pueblo que tan caramente sabe




DEL ULTIMO BORBON DA .lSrAÑA. 161
mantenerla, realizar ó preparar el matrimonio con Jos príncipe e8-
paí'ío/es de las bijas de Cristina.


Pero como no hubo el valor suficiente para adoptar esta linea de
conducta, las dificultades aumentaban á cada paso y el gobierno
tuvo qua adoptar algunas resoluciones.


Hubo un momento en que se temió que el ejército tomando parte
activa en la cuestion , quisiera impedir al ministerio Lopez, como
Ulla I.i(~cesidad perentoria é imprescindible, la declaracion de la ma-
yoría de la Reina, y ante esa eventualidad se adoptó un término
medio que consistia en declarar que no habria mas Regencia, pero
manteniendo en una especie de tutela por parte del gobierno provi-
sional hasta que las cortes decidiesen y hasta que ante ellas presta-
se la Reina el juramento.


Il.


Así se cOD.:Jignaba en el discurso que dirigió á Isabel el presidente
del ~liDisterio en una ceremonia solemne á que fueron convoca das
todas las autoridade3, mientras se disponia una gran revista (O), á
tJu 1 :L-;ist[0nll tod:.B ItU fuerzas de la guarniciono


De ese discurso tomamos los siguient€s importantes párrafos:
«(El gobierno de la nacíon que en nombre de V. M. desempenamos


de algunos dias á esta parte, estaba seguro de que muy pocos dias
pocida prolongar su poder de hecho la última Regenciat..que de de-
rech., por sus {)fop:as y gra vu; (altas, y por la voluutad de los pue-
1JlJs h:.bia ya clJndu:rh Pero tru de aeer, y 110sotros teníamos
IDI .. ÜV,S muy jJJ.d¡w!ares para ,:spe:arlo, qt.¡e al terminar y dE, un
moJu l<~ú la::;timos;¡ (':le pOlje! en !t,,::> e.;ufin,s Je Esplíla, dejada en
sus r,layas, ya q!le antes ¡jO lo hiciera oportunamente; su respeta-
ble investidura. No lo hizo así sin embargo, sea porque aun des-
oyer;), en ilqUel postrer instaute la voz unánime de la nacioo quien


. tan obstinaaamente Je¡.;oyó la ddl Congreso de los Diputados, sea
que el excesivo é increible cuidado de evitar riesgos pt:r~onales Id
impidipra pensar en cosas mas grandes y en la situacion y dignidad
del gobierno.


lOEI actoal, sin embargo, no necesita para completar su existencia
legal ningun acto del anterior. Previsto está en la CONSTITUCION el
modo de suplir provisionalmente al poder Real, y por consiguiente


TOMO 1[. Si




!6! HISTORIA DEL REINADO
. á todos los poderes que en su nombre se ejercen; y al concluir el
último de esta especie ya se hallaba de nuevo reunido el ministerio
aclamado por todas las provincias y por todas reconocido .


• Ha llegado, pues,e! caso de anunciar llla Espalia y á todas las
naciones extranjeras que han reconocido el gobierno de V. M. el
modo con que este se ejercerá provisionalmente: pero hay un deber
sagrado para nosotros y que nos apresuramos á cumplir en este so-
lemne momento .


• La opinion nacional que, sosteniendo la obra grandiosa del Con·
greso disuelto, ha removido los obstáculos que se oponian á su con-
solidacion, DO espera de poderes transitorios y por consiguiente dé-
btles , la reparacion de tantos males como el pais ha sufrido, y ia
admini'Stracion sábia y fuerte que puede realizar las ventajas que del
gobierno representativo se prometen con razon Jos pueblos. La na-
cion quiere. pues, y la nacion necesita ser regida por V. M. mis-
ma; pero V. M. desea oir el voto general en el seno de las cortes
que deben M breve reunirse, y prestar ante enas el juramente que
la CONSTITUCION previene; y que nadie mas que las mismas cortes
pueden recibir á un monarca constitucional.


»j Dichoso día aquel en que constituidos los cuerpos colegisJado-
res empiece de hecho el reinado de V. M. 1 El anuncio 8010 de la
:proximidad de esta nueva era dió principio á la reconciliacion de
los espa-no]es tan generosamente ofrecida por los unos, e.OliO noble
y ventajosamente aceptada por los otros. Asi podrá V. M. admitir
los servicios -de todos, y contando la nacion tantos hijos ilustres por
su saber, su valor y sus virtudes, podrb. en el reinado de V. M. al-
canzar la prosperidad á que está llamada, y ocupar diguallienie el
Jugar que la corresponde entre las polellcias de Europa. Terminó
con la CONSTITUCION de 1831 la cuestion política; con lB guerra la
cuestion de legitimidad; con la última Regencia la ocasion ó el mo-
tivo de males y turbulentas ambiciones. Que termine ttlmbien para
siempre con el movimiento tan genei dI y esponlárH'o que S8 acaba
de sentir, en toda la nacion la séde de aeontecímien lOS semt'jan tes,
y ql1e tomando en su día V. M. porúmeo norte de su reiuado 108
principios del gobierno parJamenta.!'io, que así evitan o COGtit:l]eu Jos
errores y abusos dei roder eorno idS cournueÍrmes populares, r~ine
dilatados alios para ventura y glori,\ de ia Espalia.»


La prensa se ocupó de ese incidente notable en!re las muchas
complicaciones que presentaba aqur,Ha sitÚ(\C~OÚ: y mÍtilí,r;4.:) el Eco




DEL ÚLTIMO BORBON DE iSP AÑÁ.. 163
quedaba al parecer satisfecho porque la declaracion del gobierno .
cortaba el nudo gordiano 11 cerraba la caja de Pan dora deshaciendo
lai teadeccias que se traslucian cuando taütos y tantos estaban pre-
parados á abrir la caja fatal.


El Heraldo primero y otros periódicos moderados des pues dudc.-
ban de que'semejante acto salvase las dificultades de la situacion,
ni fuese bastante digno.


Llamaban, y no sin fundamento, fenómeno incoilcebible y vano
.simulacro á una Reina declarada mayor de edad que no ejercia las
prerogativas reales. Pero esto era una ficcion mas entre las muchas
farsas del constitucionalismo.


lIt.


La milicia nacional era de antiguo temida y despreciada por lós
enerni¡ws de la libertad. No somos nosotros de los que ven en ella
eon Sil organizacion y sus ordenanzas garantía bastante contra las
arbitrario;dades y defensa bastante para la libertad.


Comprendemos que el pueblo armado cuando se le sujeta á las
ordenaCJzas y al servicio, no es libre en sus movimientos y queda
perjudicado porque abandona el taller y el hogar para acudir al
cuerpo de guardia donde gasta sus recursos y su salud; conócenlGS
perfectamente los gravisimos defectos que esa inl:ititucion ha tenido
enlre nosotros; pero ello es que los tiranos tiemblan cuando los ciu-
dadauos empuñan el fusil, cuandu la IDuHitud se arma, y que el pri-
mer cuidado, ia tewleucia t::únstante de los gobienws t~ anular, des-
presLlgiar y venir por último al dtsarme y dlsolucivn de las fuerzas
populares.


Nunca falta un pretexto, siempre se habla de díscolos, de malé-
volos que se han iutroducido en las filas y perturban la buena ar-
mODÍa, y pdra hacer el expurgo se t;illpíeza pur desarwar y disol-
ver lús hatailones quedando en reorganizados mas adelante. Las pa-
SIOnes se excitan, el espíritu de cuerpo hace que los indiferentes se
sientan heridos y humillados, y entonces hay una verdadera causa
para mantener indefinidamente en el abandono á las masas del
pueblo.


La milicia habia sido desar mada por Espartero en Barcelona, e~
Valencia, en Reus, en Mataró , en Tarragona y en otros muchos




mSToRIA. nll ftETN ,'M


puntos, Lo rué á su vez por los hombres de la conciliacion en Ma-
drid, Zaragoza, Cádiz y otras partes.


IV.


El Regente habia "tenido por inspectores de III milicia general~s.
Mas lógica la nueva situaeiol1 habian elegido como iosper.tor grnpral
de )a milici3 del reino á un abogado, á don Manuel Cortina.


Pero el nG.evo inspector no podia ttmer gran carifin á esa in~titu­
cion, por mas que á ella drbiese, y aun por esto mismo, todo lo que
era, todo lo que vatia su posicion polit;ca, porque ha sido rrgla ge-
neral que aqueHos que se encumbraron por medio de la prensa, la
han perseguido con encarnizamiento. Y los que en la milicia baila·
ron un escabel para llegar á las regiones oficiales han lanzado la
befa y el escarnio, las acusaciones mas graves contra esa institucion
cuyo uniforme manchaban.


El Eco babia procurado atenuar y ju~tificar esos desarmes fun-
dándoles, y esto tenia razon, en la convenÍencia de M mantener ar-
mados frente á frente elementos hostiles.


Pero á estas medidas debian haber seguido ó preferido los de-
. sarmes, el licenciamiento de las columnas que mandaban los gene-
rales y jefes moderados.


Por este medio 'se hubieran equilibrado las fuerzas, y no hubiese
resultado que el partido liberal, el que procuraba las rerormas que-
dase completamente desarmado ante un enemigo audaz é invasor
tlue se arrastraba para llegar á su objeto, y que venia poseido del
espiritu de venganza y de un odio irreconciliable como Jo mostraba
en Córdoba donde los amigos de la lllquisicion, los hombres que ha-
bian comerciado con el despotismo y bajo el manto falaz de la coa-
Iicion, babian llegado á ejercer influjo en algunos puntos.


l.


Espartero, como hemos dicho, se habia visto obligado á embar-
carse convencido de la inutilidad de sus esfuerzos; viendo la traicion
alzarse en todas partes, receloso dió en los últimos azarosos momen-
tos muestras de grande habilidad, levantando apresuradamente el




DEL ULTIMO BORBON DE ESi'ANA. !!65
sitio de Sevilla, ganó en pocas hora.s las orillas del mar para bu&-
car refugio en en buque inglés acompaf.atlo de Linage, Laserna,
Infante, Peracamps y otros varios generales y personas influyentes.


A bordo del Malavar escribió la protesta siguiente:
«Acepté el cargo de Regente de! reino para afianzar la Constitu-


cion y el trono de la Reina despnes que la Providencia, coronando
los nobles esfuerzos de los pueblos, los habia salvado del despotis-·
mo. Como primer magistradv juré la ley fUlldamental: jamás la que-
hranté ni aun para salvarla: sus enemigos han debido el triunfo á
este ci?go respeto, pero yo nunca soy perjuro. Feliz en otras ocasio-
nes ví restablecido el imperio de las leyes, y aun esperé que en el
dia sefialado por ]a COl.lstitucion entregaría á la Reina ULa monar-
quía tranquila dentro y respetada fuera. La nacion me daba prue-
bas del aprecio que le merecian mis desvelos, y una ovacion conti-
nuada aun en las poblaciones mismas en que la insurreccion habia
levantado la cabeza, .ne hacia conocer su voluntad, á pesar del es-
tado de agitacion de algunas capitales, á cuyos muros solo estaba
limitada la anarqufa. Una insurreccioD militar, que hasta carece de
pretexto, ba concluido la obra que muy pocos comenzaron, y aban-
donado de los mismos que tanta8 veces conduje á la victoria, me
veo en la necesidad de marchar á tierra extralla, haciendo los mas
fervientes votos por fa felicidad de mi querida patria. A su justicia
recomiendü á los que leales no han abandonado la causa legitima ni
aun en los momentos mas criticos; el Estado tendrá siempre en ellos
servidores decididos.»


Desde la bahía de Cádiz se dirigió Espartero á Lisboa donde pre-
tendió desembarcar con los honores de la autoridad que ejercia; pero
no pudo conseguirlo por haber reconocido ya el embajador al nue-
vo gobierno establecido en Madrid.


El gobierno portugués, sin embargo, le cedió UD palacio, reci-
biéndole con todas las deferencias que merecia por su antigua his-
toria.


VI.


Llegó entretanto la hora de pensar en las elecciones, y los hom-
bres de la coalicion se reunieron en Madrid en bastante núme:o.


Reinó alli UD gran espiritu conciliador y constituida la mesa para
fa cual fué designado como presidente el sellor Olózaga y secretarios




!66 HISTORa DEL REINADO
don Luis Gonzalez Bravo y don Manuel Beltran de Lis, abrió la se-
sion el seflor Olózaga manifestando que el objeto de la reuníon era
preparar las próximas elecciones, partiendo del principio de decla-
rarse la mayoría de Reina, punto que está fuera de toda duda, por
haber sido el principal objeto del movimiento que acaba de efectuar
la nacion, y que desearia, dijo, fuese el último de esta especie, afia-
diendo que las próximas cortes así lo declararian sin el menor
debate. Concluyó rogando á los amantes de las instituciones y de
aquel pensamiento que propusieran los medios de realizarlo.


Usó de la palabra el primero el seflor Madoz, y su discurso, lleno
de palabras conciliatorias y de union, mereció los mas unánimes y
entusiastas aplausos. Convino en que las elecciones deben hacerse
bajo el principio de mayor{a de la Reina, y para llevar á cabo este
pensamiento propuso el nombramiento de una comision compuesta
de las personas mas influyentes. en las provincias que represente á
los que antes eran fracciones distintas y hoyes el partido nacionai,
á fin de que hagan desaparecer en ellas las pequefias rencillas que
puedan aun subsistir, y que se abracen los liberales de lodos los
matices, como se abrazan ya en ]a corte, haciendo así que todos los
espaMles dén pruebas de union y fraternidad, sacrificando en las
aras de la patria todo género de personalidades.


El serior duque de Frias, que habló despues, convino en este pen~
samiento, haciendo ver en su filosófico razonamiento las causas que
naturalmente han conducido á los grandes partidos nacionales á con·
fundirse en uno solo para asegurar el triunfo de las instituciones que
el país se ha dado.


Pronunció luego el señor Castro y Orozco otro discurso tambien
conciliador en medio de repetidos aplausos.


En el mismo sentido se expresaron los señores Gonzalez Bravo y
marqués de Miraflores, y el señor conde de las Navas, Moreno (don
Eugenio) y otros seDores, resultando elegidos para el comité central
de elecciones los señores don Salustiano Olózaga, presidente; don
Manuel Cortina, duque de Rivas, don Manuel Cantero, don Joaquín
Francisco Pacheco, don Pascual Madoz, don Francisco de Paula Cas-
tro y Orozco, conde de las Navas, don Juan José García Carrasco,
don Eugenio Moreno, marqués de Casa-Irujo, don Andrés Aleon,
don Pedro José Pidal, don Manuel de la Fuente Andrés, don Luis
Maria Pastor, don Vicente Collantes, don Luis José Sartorius, don
Manuel Sanchez Silva, don Manuel Barzanallana, don Patricio Es-




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. !67
cosura, don Luis Gonzalez Bravo, y don Manuel Beltran de Lis y
Rives.


Aquella reunion terminÓ por este verdadero aeto de conciliacion
en que se confundian y codeaban los nombres mas antipáticos.




CAPíTULO XXXtt.


SUMARIO.


Cómo se desnaturalizó el objeto de la revolticion de 18U .-Comunicacion al gobier-
no de la Junta de Barcelona.-Actitud de varias Juntas de provincias.-Poliliea
rraccionaria del ministerio Lopez.-ReulIíoll electoral.


1.


El movimiento ~evolucionario de Málaga secundado con tanta
energía y entusiasmo por los heróicos catalanes, habia tenido un
un orjdo principal: !levar á término y sacar todas las consecuencias
del gran alzamiento de 1840. Desnaturalizado aquel por el elementi }
esp3rte~ista y militar que se hab;a unido á los hombres del progre-
so para derrocar á Cristina y á los moderados, era necesario renovar
por completo aquella situacinll, entrar en el cauce revolucionario y
destruir sin piedad todos los obstáculos que se oponían á la marcha
de la idea, al establecimiento de la libertad.


La Constitucion del 37 era, así lo habiaD dicho y repetido sus au-
tores, un puente, una transaccion; pero los que pasaban ese puente
tenian tan expedito y franco el retroceso, que era preciso cortar el
puente, cuando hubieran llegado todos al campo de ]a libertad. Asi
pudo hacerse en 1840, si se hubiera reunido ]a Junta central contra
la cual conspiraron audazmente los hombres del gobierno provisio-




DIL ULTIlIO BORBON DE ESPAÑA. !69
nal, y OIózaga y su pandilla que auxiliaron y fortificaron á Espar-
tero, hasta colocarle en la posicion mas elevada sin perjuirio de
conspirar contra é! desde aquel instante, porque no les daba la par-
ticipacion que ellos querian en el botín.


La Junla central inspirada en el sentimiento revolucionario hu-
biera declarado que la CODstitucion debia reformarse en el sentido
que su preámbulo indicaba, para hacer quo la soberania del pueblo
fuese una verdad, no una fórmula sin aplicacioD. Y los movimientos
del U y .12, Y los estados de sitio y los bombardeos justificaban
las palabras de la Junta de Barcelona, que decia asf en 11 d9agos·
to dirigiéodo~e al gobierno provisional:


«Permita V. E. que esta Junta se dirija nuevamente al gobi~rno
provisional de la nacían, con ill0tiVO del manifiesto y convocataria
que acaba de expedir. Esta Junta opina como V. E. que los gran-
des RCODleci.dentos debp.n ser bien explicados para que nunca la im-
postura aspire á desfigurar su iodole, ni la malicia á eludir sus con-
secuencias.


»Es indudahle que los inJividuos que formaban el gabinete del 9
de mayo úllimo, fueron llamados á regir el Estado, pero indudable
es tambiNl que esta Junta sola (y no esta y la de Valencia como se
asegura en el manifiesto del gobierno á la naci;:¡o), fué la qae con
Sil decreto del ~8 de junio constituyó el ministerio Lopez, y mas in-
dndab!e es todavía que el ministerio fué declarade gobierno provi-
sional interin se adherian á su constitucion definitiva todas las Juntas
provinciale, representadas por med~'o de dos comisionados reunidos en
Junta central. lIé aquí, pues, la condicion ~senciJ).1 d3 la existencia
drl ministerio: es~a J:JDta aCi>ptó los S0fVicios que vino á ofrecürle el
actual señilr ministro de la Guerra: esta junta á propuesta del se-
ríor ex-diputad!'} compañero del general Serrano, expidió el cit3.do
decrefo de ~8 de junio: y est.a Junta, en fin, entendió entonces.
como entiende ahora, qU!l el minist,~ri() lopez será un gobierno pre-
v,~wrio hasta que en Junta central dra cosa determinen los pueblos,.
T¡)rminan!e~ eElán la~ palabra,-; d,,1 decreto; y bien enterado ~e ellas
debió quedar el general Serrano, segun se desprende de su oficio de
aceptacirn.


»Quede, pues, sentado que el gabinete d:l 9 de; mayo reinstalado
no es mas que gobirrno provisional: que tuvo su cuna en llarcelo-
na; que deriva su legiti'flidad del decreto de esta Junta, al cual se
adhirií~ra la. mayoría di' las p:ovincias; y que su creacion va intima-


TOMO 11. 3l)




!70 mSTORIA DEL REINADO
mente ligada con la reunion de una Junta centml rle den cf'mis~o­
nados por provincia. Estas verdades de hecho señalan al gobierno
provisional la pauta de conducta que debe seguir. El se!iof Serrano,
ministro universal y de quien ha recibido la investidura de preai-
deute el señor don Joaquin María Lopez, se presentó para sostener
la bandera alzada en Sabade!l, y en su campo bien claro ~e l~ia el
lema de Junta central. Reúnase esta desde luego en su totalidad com-
pletando el núcleo que á estas horas deb9 residir en Aragon, y no
sea que como en épocas anteriores vea el pueblo defraudarlas sus
justas esperanzas.


:oEsta Junta tiene fundados presentimientos de que los pueblos
creerán que V. E. ha prescindido tal vez rJema~iado del carácter pro·
visional de su creacion, que se juzga con el exclusivo mandato de
salvar la situacion, las instituciones y el trono, que por últi 1110 f'stá
resuelto á mandar con ir.flexibIe energ[a y ha~er ejecutar rápida-
mente sus determinaciones. Si la primera de estas hubiese sido C0mo
debia ser la convocatoria de la Junta central, esta corporacion daria
un voto de gracias al gabinete instalado á consecuencia del triunfo
que han alcanzado los pueblos con sus juntas salvadoras. Pero,
Excmo. se!ior, esta Junta haria traicio:1 á sus principios si ro d~lcla·
rase que el no llamar de~de luego á la Junta cl'ntral, el hah'!r con-


. vocado en su lugar cortes ordinarias abrogánd:1'~c la facultad que ~I
rey concede el articulo 26 de la Constitucion, y el habrr disuelto 1:'1
senadg ordenando su total renovacioD, facultad que ni al rey da la
ley fundamental, son disposiciones que pugnan abiertamenfe con los
deseos expresados por 10s pueblos y procJama~os como base drl al ~
zamiento nacional. V. E. se constituye de este mndo ministerio-rey
durante unos tres meses; y V. E. corta un nudo que snlo la Junta
central puede y debe desatar.


:oSin ser consultadas, como 89 esperaba, las Juntas provinciales,
antes desoyendo las explícitas manifestaciones de muchas de eUas,
no ha dudado V. E. declarar difícil el medio de la Junta central, que
ya se está reuniendo, y á calificar de preferible la reunion de unas
cortes que no pueden tener lugar hasta de aquí á dos meses y me-
dio. Y ¿qué sucederá si en este tiempo falta uno, Ó dos ó mas miem-
bros de) gabinete? ¿y quién les reemplaza? 6QIlién dirime una cues-
tion en easo de discordia? estas y otras muchas eventualidades que-
dan prevenidas con la pronta reunion de la .Junta central nc1amada
desde el principio del alzamiento.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA.. 271
»Por tan lo y dando por reproducidas las consideraciones expues-


LIs en el escrito de 30 dejunio último, esta Junta concluye rogando
á V. E. se sirva declarar siD efecto la convocatoria á cortes que aca-
ba de expedir, y llamar desde luego la Junta central de los comi-
sionados de las provincias. Esta Junta confia que se penetrará V. E.
de la necesidad de esta medida, y que aun será posible evil(lr el
conflicto en que se vería la misma si la voluntad de los pueblos á
quir,r,ps se 3pre~ura {¡ consultar sobre este grave negocio no fuese
conforme á las órdenes dictadas por V. E.»


Yel gobierno desoia á esa Junta, y el ministerio Lopez que ha-
b1aba d:) conciliacion cuando servia los intereses de la pandilla que
aca~),Jilld.i;a por Cristina qucria traer á España un príncipe extra n-
Fro, \Ji, b¡j(~ di.\ Luis feli¡Je que con dádivas y promesa:.; ganaba las
\'úhmtiJiki, de aqudla turba hambrienta 1 ambicIosa, que cuando se
h"tllítLa J, jJ::; dd IH'¡)supuesto vivía en la cGnspiril.cion ~) en los an-
tros lenebLsus do se fraguaba la desgracia del pueblo.


ll.


N,) era .so'lo (~n ILrcelona dende se pensaba que la Junta central
cra el rdlH'Jiu eficacísimú contra los majes de la patria, y que solo
reL}f¡lianUO r'.lJichlmen te la ciJllstitucion de 1 S~17, podría cumplirse
y e~tabbccrse la soberanía. popular pJr una manera efectiva, sin
dejar a\ poder la organizacion y los atributos que, como armas de
gUtrra, e::igr¡núa incesanlerr.cl.lle contra el pueblo.


Algu:1l:s comi.sioüadJS de las Juntas de provincias, unidos con
otrJ::i fY:r~ona;;, diputados y jefes de la milicia, viendo que el tor-
rente del militlrlsmo moderado amenazaba uevastarlo todo y lorcer
pür cwpídú aquella revolucion que habia costado tanta sangre y
te¿..oros, fesl>lvieron opúuerse al proyecto de los parlamentarios que
querían copiar en España servilmente constituciones y prácticas que
no son en manera alguna aplicables en los paises meridionales, y
que la sociedad española por su organismo particular rechaza, y pa-
ra conseguirlo dieron al pueblo una alocucion ó manifiesto (P).


III.


Las colectividades no pueden menos de manifestar su espirita.




!7~ HISTORIA DEL REINADO
absorbente, yal incrustarse en el seno del partido progresista disi-
dente, el antiguo partido moderado que estaba proscrito y perse-
guido, y debía á la generosidad de sus adversarios el poder gozar
del aire, de la luz. del cielo de la patria, no se contentaba con ser
un auxiliar ó partícipe de los goces, SiDO que despues de haber pe-
nelrado en el palacio que profanara llevando allí la muerte y el in-
cendio, y exponiendo á unas niñas á ros azares de la batalla, Ó
cuando monos al susto y á la angustia consiguientes; al verse due-
lio del ejército, imponia sus condiciones, pretendia vivir él solo,
hacerse el jefe y el amo, y con descaro é imprudencia proscribir á
los liberales cuando se proclamaba la conciliacion, el olvido de lo
pasado, la union de todos los españoles.


El ministerio Lopez, sin precaver á dónde le cunducían sus im-
premeditados actos, desenvolvía despues de uoa conmocion inmensa
el programa dictado por la generosidad que las almas de los hom-
bres libres abrigan siempre, con la misma cxpansion que en épocas
normales. Con la misma expansjoD, no, con ll1ucba mas impruden-
eia, puesto que el 9 de mayo ocupaba el poder el partido progre-
sista, se hallaba armada la milicia nacional en todas p'arles, y en
agosto del <i3, los moderados que se hallaban en el ostracismo, re-
gian las provincias, vivian en palacio y mandaban el ejército en la


. misma capital de España.
Dábaose muWtud d~ leyes y decretos, y á nombre de ]a revolu-


cion se des hacia Jo que el gobierno de Espartero revolucionaria--
mente habia hecho. Cuando la ~ituacion económica nos ahogaba,
cuando eran necesarias economías, cuando f'fa esencial dar al pue-
blo gra"des reformas, el ministerio L')pez resfabltlcia Jos derechos
de puertas, creaba grandes sueldos, comisiones impnrtunl("s para
halagar la vanidad y satisfacer á los moderados que siempre viven
en el presupuesto y por el presupuesto.


y resistia el ministerio Lopez la voluntad de las Juntas, el deseo
de los pueblos, y se encerraba en ser un instrumento de los ene-
migos de la libertad y del progreso.


IV.


La revolu~ion de mayo, como la de s~tiembre, habia caido en
manos débiles, y sujetas á pernicioso influjo.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. !78
El ministerio J.opez se constituyó cuando ya el general Serrano


habia entregado el elemento militar en manos de los moderados.
Lacoalicion habia dicho: Union de todos bajo la bandera del mi-


nisterio Lopez, hasta conseguir su reposicion, caiga el que caiga;
pero conservando cada partido libre su accion, para defender las
soluciones que mejor le parezcan. Y la revolucion, aceptando este
pacto, habia arrollado al Regente, destrozando al propio tiempo la
constitucion en alguno de sus articulos.


y como en las filas de los vencedores habia distintas tendencia~,
como los unos quedan modificar en sentido progresivo la ley fun-
damental, llegando ~ntre estos no pocos á considerar, mas que inú-
til, perjudicial la institucion monárquica; como otros pretendían ro-
dear de precauciones y garantías al jefe del Estado, arrancando al
pueblo sus derechos, Ó cercenándolos en tanto que imposibilitasen
iU ejercicio, resultaba necesariamente que una vez abatido Espar-
tero, debían estallar las diverg'3ncias y las divisiones.


Esto no lo tuvieron presente los hombres que, con mas valor que
energía, tomaron el mando en tan críticas corno azarosas circuns-
tancias, porque, á haber precavido, no hubiesen dado lugar á la
cuestion provocada en fre las fracciones moderada y progresistf!.,
respecto á la reforma del código constitucional.


v.


Mientras que en Barcelona empezaba ya á agitarse la opinion, y
se sucedian las escenas tumultuarias pidi'!Ddo que se constituyese
la Junta central, con arreglo á la proclama en que se provocaba ]a
constitucÍnD del ministerio Lopez, aquÍ y allá levaotaban bandera
parcialidades diversas, sosteniendo peticiones. entre otras, la del ma-
trimonio de los hijos de don Frandsco con (sabel y su hermana,
Agitábase rnuch> en este sentido la opinion, y como Jos dominado-
res en palacio traian o.tro plan distinto, atacaban virulentamente en
la prensa á don Francisco, mientras I~ impedian presentarse en
palacio.


La situacion creada despues de los acontecimientos, iba por ins-
tantes presentándose tormentosa. La caída del Regente habia dado
ocasion á que se desenmascarasen las ambiciones reservadas, po-
niendo en evidencia sus proyectos liberticidas.




IIISTORIA BEL REINADO


No atreviéndose aun á presentarse aislados los hombres del mo-
derantismo y ]a fraccion que entre los progresistas simpatizaba con
ellos, formaron, como h9mos visto, un centro, adoptando el nom-
bre de partido parlamentario, que revelaba ya que contra las ten-
dencias revolucionarias oponia la supremacía del parlamento, y
oculto el rostro por la celada, venia á combatir á los amigos de la
soberanía del pueblo~ enaltecido empero y levantado por ellos.


VI.


Como la reunion electoral que se ceJebró en el saJan de Colum-
nas, babia cuntrariado en mucho los planes de Jos que ac;pira~f1n á
crear U\! partido parlamentario, y como los manifiestos c!f~ckr;:¡.les
de IGs miembros que a~jstieron á la rerrnion popular habian hecho
profunda sensacion, el comité nombrado en los salones de Villaher-
mosa creyó prudente reunirse de nuevo, y dpspues de dar cuenta
de los :'ümbramientos de comisiones de Jos distritos que fucff:n aproo
bado~, se levantó el 8eñor Guerrero para reclamar qlF~ se ag1 c¡;asen
repn'srnfantes ce !es distritos judiciales de la provincia.


D:'spucs tomó la palabra Gonzalez Bravo, y apoyando lJ pmpo-
. ~dcion dijo:


«Yo, scfiores, e~toy tan de acuerdo en la conveniencia d" que
los partidos rurales tomen en las elecciones la parte activa que de
derecho ]es corresponde, y dejen de estar supeditadas como rn an-
teriores elecciones lo estuvieron por la capital, que como ü:dividuo
de la comision central d<:] partido parlamentario, he trahaj:ldo para
que sin dar lugar á que esos mismos partidos lo soliciten, se tenga
en cuenta la parte que dn derecho les cabe en la eleccion. Pero, se-
fiores, yo que sé las personas que han concurrido á las reuniones
electorales que en otro sentido se han celebrado, no puedo menos
de admirar que haya personas que puedan dudar, ni por un mo-
mento, del triunfo del partido parlamentario en la lucha que vamos
á emprender. Preciso es que para eso haya una llaga; y yo, serio-
res, lo voy á decir con franqueza; esta llaga es la pereza, la indi-
ferencia, es cierto temor que no se debe tener; porque si ellos son
fuertes, lambien lo somos nosotros, si los principios que proclaman
son populares, mas populares son las doctrinas que la nacion ente-
ra ha proclamado, y el manifestar miedo es mengua de corazones




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 1'75
esna~oles. Y lo digo esto con tanto mas motivo, cuanto que hay
aljui persocas que representan ::!l partido contrario; lo digo aquÍ,
como lo diria en sus mismas reuniones, porque saben ellos que yo
no les tengo miedo.»


Así prosiguió el senor Gonzalez Bravo, que ya comenzaba á ba-
blar de órden y de legalidad, y llamó traidores á los que se habian
reunido en el salon de Columnas, y luego exclamaba: ¿Qué es lo
que quier~n esos que así se conducen? ¿Quieren trono? Pues qué,
¿no ban pedido en sus reuniones que se quite el veto, y hasta que
se quite á la reina misma?


La reunion concluyó por acordar la publicacion de un manifiesto
del cual creemos indispensable dar á conocer alguBos períodos:


«Excmo. seíior:-Los que suscribeB, residentes en Madrid que
pertenecen al partido parlamentario, creen de su deber dirigirse al
gobierno de la nacion, á fin de hacerle presente en las difíciles cir-
cunstancias en que el pais se encuentra, cuáles son sus deseos, y
cuál la resolucion que estos le inspiran.-Anunciados por hombres
pertenecientes á otros partidos, principios y opiniones, que directa-
mente atacan á la CODstitucion y á la reina, los que suscriben esti-
man qU3 todos los que lealmente deseen ver seguro el porvenir cons-
titucional de Espat'ía, están en el caso de reunirse para prestar su
apQyo moral á las ideas contenidas en el programa ,político que la
nadon acaba de proclamar y que forma la base de sus creencias.-
El gobierno teniendo por norte en su conducta estas ideas, desple-
gando la energia que para su realizacion sea necesaria, y apoyán-
dose en las leyes, puede con lar con el esfuerzo de todos los buenos
ciudadanos para sostener la Constitucion del Estado en toda su pu-
reza, el trono de doíia Isabel 11 en toda su fuerza y el órden público
contra los ataques de cuantos intentan alterarlo.» •


Estas manifestaciones del parUdo parlamentario produjeron bas-
tantes disidencias.


En ese mismo dia ocurrió en Madrid uno de esos lamentables y
terribles sucesos que tanta sangre y lágrimas ban hecho derramar.


Las Juntas habian prometido á los soldados grados, honores, re-
bajas para interesarles á que tomasen parte en el alzamiento nacio-
nal. Y los dias pasaban y las promesas quedaban en el mismo es-
tad\) sin que hubiese ya plausible motivo para tales dilaciones.


Per esto se notaba bastante descontento, y además influia no poco
la division prl'funda entre pronunciados y vencidos.




!76 HISTORIA DEL REINkDO
En esa noche y despues de tres dias de alarmas en que las au-


tori<!ades reuoidas en el cuartel del Soldado, destacaban ros gene-
rales con sus escoltas estableciendo patrullas numerosas que lleva-
ban el pánico á los vecinos honrados; en esa noche se manifestó
bastante disgusto en el regimiento infantería del Príncipe que ocu·
paba el cuartelillo de san Francisco, y la autoridad celosa!J prevenida,
como que era capitan general don Ramon Maria Narvaez, antiguo co-
mandan te general de la Mancha, el cual deseaba restablecer en todo
su rigor la disciplina violentamente quebrantada por los lraz'dores del
7 de oclubre, JI por lGS c'Jnspiradores que habs'an desembarcado en las
playas d3 Valencia, leva/;tándose contra el gobierno establecido; la au-
tordad acudió con fuerzas respetables, cercó y aisló á los alborota·
dores; y el general Serrano acompañado del general Narvaez al
frente de Ulla compañía de granaderos y otra de cazadores del regi-
mien to de la Princesa, de aquel t'egiml:ento que en la célebre noche
del 7 de octubre habia asaltado en medio de una desenfrenada baca-
nal el ref¡io alcázar, penMró en dicho cuartel. La úi tima de estas
compañías quedó en el patio, y Narvaez subió con la de granaderos
á. las cuadras donde quedó desarmada la fuerza insurrecta separandn
á los soldados, cabos y sargentos.


la ordenanza es un código sangriento que marca terribles penas .
. Con arreglo á ese código debía ser fusilado el agente principal y si


no fuere conocido, á aquel que le tocara la suerte, y despues uno
por cada diez de los comprometidos en la sedicion.


Esta ~árbara disposicion fué desde luego puesta en práctica, pero
al mismo tiempo instado tal vez por el jóven ministro de la Gller-
ra, se dispuso someter á un sumario brevísimo á aquellos á quienes
habia tocado la suerte fatal, y nombrados tres fiscales se averiguó
por las declaraciones qeiénes eran los verdaderos delincuentes.


Un consejo de guerra ordinario sentenció en seis horas á muerle
á cinco sargentos, dos cabos y un soldado que sufrieron la pena á
las primeras horas de la mañana siguiente.


Aquel ar.to terrible cometido impíamente por los que , .. ~on alevosfa
y provistos con la inmunidad del senador ó del diputado venían cons,
pirando durante muchos anos contra el gobierno constituido; aquel
ado cODsnmad0 poco dias despues de haberse presentado en Valen-
cia un franojo de ambiciones irreconciliables, Ilama~do al soldado
á la JeslJbediencía, fué la mas amarga de las censuras, el mas tre-
mendo de los sar;:asmo,s, la mas cobarde de las venganzas. Los vp.n-




DgL ULTIMO BORDON Dg ESPAÑA. ~77
cedores necesitaban órden, cuando habia venido á traer la anarqnía;
jugaban con el mimbre de una niria, hacian solemnes promesas, y
cuando una voz so levantaba para recordárselas, el plomo y el hier-
ro iban á apagar aquella voz.


y h:Jbo periódicos que aplaudieron aquel acto y que se atre-
vieron á acusar á las víctimas suponiendo un plan fraguado de an-
temano.


VII.


En Zaragoza se haIJaban los ánimos sumamente agitados, y don
1aime Ortega convocó á una reunÍ:)n á la l\filicia nacional para ave-
riguar en qué espíritu se encontraba.


En una proclama que dió al día siguient.e, decia: «Deseo la con-
solidacion del gobierno, porque en política no debe haber despí-
ques; por lo demás mi baudera es como la vuestra, Isabel 11, Cons-
titucion del 37, é independencia nacional. Anatema á toda clase de
reacciones. JI)


En Sevilla tambitm huba gran alarma.
En Valencia no faltó agitacioD; pero donde mas acentuada se mar-


caba era. en Darcelona, que habiendo dado vida al gobierno consti-
tuido, se creian, sin duda, mas obligados á derrocarle por haber fal-
tado á sus promesas: por haber interpretado muy mal el espíritu
de la revolucion, creyendo que se bacia para desagraviar á los ven-
cidos d~ setiembre, cuando lo que el pueblo anhelaba. era libertad y
reformas y el castigo de todos los tiranos.


CiulamentB que era sospechosa, altamente sospechosa la cOú-
ducta de aquellos hombres que recibían plácemes y felicitaciones y
apo~o dir0cto de aquellos que habían labrado las cadenas y la des-
gracia del pueblo español.


Futra debilidad, fuera. malicia, fuera venta ó inocente torpeza la
de Jos ministros que habian desatado el viento de las revolucion€& y
se dejaban conducir por la marejada, no era de extrañar que des-
pertase sospechas vehementes. Conducta semejante por parte de lúi'J
que habian bipócritamente ofrecido al pueblo una época de bienan·
danza y union para venir á ocasionar un estado de inseguridad, de
anarquía, de incertidumbres, que dejaba ver en lontananza largus
años de opresion y de luto.


TOMO JI.




!"18 HISTORIA DEL REINADO


VIII.


Con mas valor, con mas energía, con mas rectitud viendo el in-
mínente riesgo, comprendiendo que la situacion iba caer en una sima
insondable, los hijos de Barcelona quisieron levantar UD muro, con
sus nobles pechos, que sirviera de dique á las pasione8 desencade-
nadas que venian á precipitarse arrasándo!o todo.


Los periódicos moderados colmando de incienso y adulac~oIles á
los ministros, seguian una táctica infernal, lanzaba o acusaciones
infames sobre aquella poblacioI.l, que pocas sema[la~ antes merecia
sus alabanzas, solamente porque consecuente y digna DO se duble-
gaba ante sus volubilidades y capricho.


Barcelona tuvo un moment;) dtl debilidad y de irresolncíon: que-
riendo impedir que se la dirigiesen cargos por su impaciencia, dejó
transcurrir algunos dias, y Lérida y Zaragoza que hubi~ran podido
secundarIa eficazmente, perdh~ron en esos dias las condiciones fa-
vorables en que se encontraban.


No unas cuantas personas, todos los que de liberales hacian alar-
de en Cataluña comp rendían perfectamente que era necesario hacer
un esfuerzo supremo antes que e! espíritu público se apagase, an-
tes que el oro y las dádivas vinieran á crear una atmósfera ficticia,
antes que el ejército perdiese su carácter en manos de los nuevos ge-
nerales, antes de que fuese legalizada la situacion en apu!'iencia por
los votos, para las nuevas éortes. Pero merced á la ind,;ci~iGn y á las
esperanzas que abrigaron algunos de que: el ministerio V'pez Ikga-
Jia á ponerse á la altura de las circunstancias, mostrando el valor
cívico que era preciso para denun~iar los hechos y poner de mani-
fiesto en toda su horrible de3nudez las tramas, maquinaciJnes y plan
á. que so pretendia asvciarles, los catalanes contemporizaron con-
fiando tambien en que con su prudencia atraeri!lLl al jóven hriga-
dier Prim, que mas que ninguno tenia el d~ber imperioso de volver
por la honra de una revolucion que él, uno de hi primeros, habia
iniciado.


Prim llegó á Barcelona el 18 de agosto en ocabion ~n que el ca-
;',;'110 general, como en 18~2 Van-Halen, huia cobardenwnte ame-
nazado por la indiguacion que habia l:iabido concitar en todas lES
0Ías¡}s. Sus palabras conciliadoras dieron acaso el triunfo á los mo-




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. !'9
darados, abriendo ese periodo infausto de Jos once aftos de violenta
J despiadada reaccion.


IX.


Llegó, con t(!do, eJ dia !B de setiembre, y los comisionados de
Barcelona que hab;an conferenciado con el gobierno regresaron con-
vencidos de que nada podía apartar á Jos alucinados y acobardados
miníslros de la senda que recorrían. Yen ese momento tambien lle-
garon noticias que hacian presumir que la revolucion se avivaba, y
Barcelona dió el grito mantenien~o su primitiva bandera, ]a reunion
de la Junta central.


PriID separó su causa de la causa del pueblo. Habia permanecido
algun tiempo en la corte, se habia visto halagado, y comprendió sin
duda que si los reyes son siempre ingratos. premian con largueza á
sus servidores, y que los pueblos en estas épocas de vaivenes son
tambien ingratos, y no puedan dar ascensos, ni títulos, ni riquezas.
Prim, como Gonzalez Bravo, entraba en el gran partido del órden,
y debía eu aquella funesta crisis ser terrible instrumento de la reae-
cion v de la tiranía .


.


Con teson yenergía, con su serenidad y audacia, Prim intentó con·
tener el movimiento revolucionario ejercitando su influencia y la de
Milans en las diferentes poblaciones para impedir á todo trance que
fuese secundado el movimiento de Barcelona. No logró completa-
mente su ohjeto, pero quitó grandes -elementos, puesto que con ocia
perfeclamen te el personal.


Reuní,jos los voluntarios de Riera con los patuleos de Barcelona,
y despues de haber convocado á la Milicia, que acudió en gran nú-
mero, visto por las autoridades y por Prim que no podían detener
el movimiento, hubieron de retirarse precipitadamente á la Ciudadela
ocupando ia Barcelooeta y el barrio de Gracia, y sosteniendo du-
rante 48 horas un vivÍsimo fuego de cañon que ocasionó grandes
pérdidas por coa y otra parte, habiendo tocado la mala suerte d~
perecer en la lucha al coronel Baiges, nombrado jefe de todas las
fuerzas y presidente de la Junta.


Por lo demás, los val~rosos catalanes embistieron varias veces
luchando á cuerpo descubierto basta llegar á las murallas de la Ciu-
dadela; y el fuerte del Mediodia quedó convertido en escombros. Des~




180 HISTORIA DEL REINADO
de las primeras horas fué defendido c('In tenacidad siº que su guar-
nicion cejara un momento mientras duró el asedio de la plaza.


x.


En esos primeros combates se consumieron cien mil cartuchos y
veinticinco arrobas de p6h'ora por parte de los sitiadores, y por parte
lie las fuerzas populares, como siempre, escaseaban las municiones,


El castillo de Monjuich permaneció neutral en la batalla, y aun-
que Prim y el capitan general ordenaron que hiciera fuego !'obre los
rebeldes, se limitó el gobornador á advertir á amhüs cont~ndientes
que los dominaba, lanzanrio sobre la Ciudadela una bornha y otra so-
bre Atarazanas, punto de! cual se vió Prim redlazado c:n ::randes
pérdidas, aunque con empeño y precipitacion intentó diferentes ata·
queso


Si huhiéramos de seguir paso á paso todas las peripeeiag de la
heróica defensa que el pueblo barcelonés hizo en aquellos días; si
bubtéramns de consignar las hazailas de los diversos gru pos en
aquella lucha memorable y describir los Il1pmorahJpg hnchflS que é
muchos combatif'ntes hemos oído referir, I!enaríamog ráginas sin


'cuento, y podríamos demostrar que eran dignos de atc~mzar la vic-
toria, tanto por la justicia de la causa, cOlJlo'por su esfut~rzo in-
Figne.


Figueras y Gerona y VilIafranca y muchas ciuiladeR rf'spoDdieroD
dignamente. Yel general Prim vióse, á pesar de su actividad incan-
sable para la intriga, á pesa" de su valor temerario, en gravisimos
compromisos, y mas de una vez temería que no sancionara la for-
tuna lo que con su deseo y su espada venia defl'mdiendo.


Siete días despues de aquella gran batalla, habian entrado en
Baroelona doce ó catorce mil combatientes, y Ametller y Bellera y
MartelJ permanecian fieles á sus compromisos; sostenían la bandera
dfl la Junta central.


A pesar de las conferencias que Prim tuvo con AmetIler; á pesar
de las promesas que debió hacer sonar en los oidos de aquellos mi-
litares, Ametller se encargó del mande del Principado por órden de
la Junta.




DIL ULTlMO BORBON DE ESPAÑA. !81


XI.


El gobierno declaró á Narciso AmeUler traidor, disponiendo que
en el acto de ser aprehendido fuese tratado con la severidad que
marcan las leyes militares.


y el general Serrano habia firmado en ~ de julio, 75 dias antes,
la siguiente circular:


ClGobierno provisional de la nacion .. -Despacho de la Gúberna-
cion de la penínsuJa.-Circular.-La Excma.. Junta suprema pro-
visional ne la provincia de Barceiona, convencida de la necesidad
imprescindible de un gobierno central para uniformar la acciun J.o
tudas las provincias. se sirvió decretar con fecha da veitAiucbo del
último junio, que se constituyese en esta ciudad el ministerio Lopez,
quedando á mi cargo el despacho de todas las secretarías interin se
reunen los demás miembros del gabinete. Al mismo tiempo dispuso
que se considere al ministerio como gobierno provisional interin se
adhieren á su COIJstituciun dl~finitiva todas las ¡uutas provinciales del
rcz'no representadas por dos comisionados de cada u:ta reunidos EN
JUNTA CRNTRAL. A con8ecuenc;a de las prediehas disposiciones, se
halla instalado INTERINAMENTE en esta capital el gobierno pro-
visional de la nacion; y he resueito ~omunicarlo á V. S. para los
eíectos consiguientes, incluyéndole cincuenta ejemplares de la hoja
oficial que contiene los decretos expedidos por él mismo hasta la fe-
cha, á fin de que se le dé el mas exacto cumplimiento por todos los
empleados de las dependencias del cargo de V. S.-Dios guarde
á V. S. muchos ailos.-Seilor jefe poHtico de ... Es copia.»


¿Quién era aqui el inconsecuente y el que hacia traicion á la ban·
dera levantada por la revolucion y á sus compromisos anteriores~




CAPITULO XXXIII.


SUMARIO.


Ojeada retrospectiva ~obr,e el c6digo constitucional de 18!!, 18!O! 18~7 .-Diver-
gencias entre los liberales.-Actitud de la Junta de Barcelona.-Manifieslo mi-
nisteriaL-Proclama de AmetWer á los catalanes.


l.


El partido liberal babia nacido en las regiones del poder, de un
hecho, de la soberanía nacional.


La revolucion se habia iniciado el ~ de mayo de 1808, y Daoiz y
Velarde poniéndose al frente de los madrileílos para arrojar las hues-
tes del usurpador Napoleon, babían comenzado un gran movimiento
de rtlconstitucioD de la sociedad espai'iola que babia roto el pacto en
virtud del cual funcionaba como pueblo independiente.


La escuela liberal sin contradiccion con la aquiescencia de la ge-
neralidad, formuló el código de Cádiz, y allí explícitamente se de-
claró soberana y libre la nacíon espanola. Esa fué la bandera de ]a
redencion, y los generales y las Juntas batieron á las huestes del
Gran Capitan, obed~ciendo al influjo poderoso de la idea regenera-
dora.


El grito de los que habían protestado contra el imperio francés
había sido escuchado: el pueblo espanol no queria ser patrimonio




DEL ÚLTIMO BORBON DE .ESPAÑA. !S8
de una familia, y la Constitucion del Estado definia y declaraba Jos
grandes principios, los derechos del sér humano.


NI año 14 concluia aquella guerra, aquella terrible lucha que una
vez mas ponia de manifiesto el valor y la constancia de los bijos de
Espaila; la indomable energía de su carácter, la altivez con que sa-
ben rechazar siempre todas las opresiones, todas las tiranías, todas
las imposiciones que se les quiera hacer.


Los hombres ilustres que dictaron. interpretando el sentimiento
público, los memorables articulos de aquel código, merecen sin duda
un alto puesto en la historia; y si DO se atrevieron á completar su
obra reconociendo que la única forma posible para el desenvolvi-
miento de los principios democráticos es la forma republicana; si por
un sentimiento de delicadeza declararon la forma monárquica bere-
ditaria compatible con la soberanía nacional, la verdad es que en el
texto yen el espíritu de la Constitucion de 181 2 se ve declarado ter-
minantemente el principio inconcuso de que ia soberanía del pueblo
es la fuente de donde emanan todos los poderes.


y esa ley ha servido de tipo en Europa durante muchos años á
otros pueblos que han entrado en la senda de la ::-evolucion.


Il.


Apenas terminada esa obra de renovacion y vuelto á Espaíla Fer-
nando con el prestigio de la desgracia, él, que babia cedido al usur-
pador la cor~na de que no podía disponer, aceptó esa corona que el
pueblo y los legisladores de Cádiz babian defendido con tanta tena-
cidad y tan buen éxito, reservándosela contra su voluntad, explici-
tamente manifestada en los inmundos y vergonzosos documentos
que formarian por sí solos el proceso de los Dorbones.


y el ingrato comenzó su obra de zapa y halló sesenta diputados
venales, y halló en el ejército hombres ignorantes y corrompidos, y
entre la multitud torpes y degradados seres que dieron oidos á sus
palabras hasla el punto de imponer á un pais, cansado ya por tan
heroicos esfuerzos, diezmado por el hambre y ]a miseria, la mas
bárbara opresio!}, llevando al pa.tíbulo y á las emig!'acioncs á los que
c~)n fe robusta habian sostenido la bandera revolucionaria.


Entonces comenzó á dibujarse en el seno del liberalismo una di-
vision profunda; entonces vinieron las transacciones y las def~ccio-




184 HISTORIA DEL REINADO
nes ; entonces nacieron las escuelas doctrinarias; la ambicion y ]a
fu~rza de la corriente pusieron en alianza los intereses perturbado-
res del monopolio y de ciertas clases; y tras una noche tenebrosa en
que Fernando dió muestras insignes de su vileza y de su cobardía,
volvió á lucir de nuevo la aurora de la libertad.


En este nuevo periodo preparado por la gloriosa iniciativa de Rie-
go, que desde luego proclamaba en las calles y hacia triunfar la so-
beranfa del pueblo, el partido liberal estaba completamente divi-
dido.


111.


En 1820 ya no habia nadie que aceptase prácticamente el gran
principio proclamado. Los sucesos habian modificado en cierto gra-
do todos aquellos elevados caractéres, que habían hecho el gigan-
tesco, el supremo esfuerzo revolucionario.


tos unos por temor, los otros por cálculo y egoísmo, no pocos
porque creian, visto el desengaño cruel de los últimos años, que era
imposible y utópico mantener y sosteuH al pueblo en el ejercicio de
UD derecho que no conocía, de que no sabia hacer uso, aceptaban


. modifiraciones radicales, y restringian con leyes y prácticas lo que
el código fimdamental consignaba en frases claras é ineludibles.


y el rey haUó conspiradores y cómplices, y el clero y todos los
privilegiados desfiguraron los heches, y el derecho humano quedó
casi proscrito y completamente desfigurado; y el derecho divino,
farsa ridícula que servia de ba~e á las seciedades antiguas, fué pro-
clamado, fIJé sostenido nuevamente á pesar y contra la magnífica
demostracion de los hechos.


Desde entOlJces habian surgido infinitas divergencias, y tratán-
dosa de arraigar en España el sistema representativo, las fórmulas
constitucionales, cada cual se forjó, con arreglo á lo que habia visto
en el extranjero, un ideal al que subordinaba todo.


Este deliraba por vaciar las leyes espariolas en :el molde inglés;
aquel tenia la pretension de que debían hacerse por el modelo fran-
cés ...


y en 1834 eran muchos los grupos y dos las grandes fracciones
que iniciaron los debates en el estamento de próceres.


y el partido llamado progresista que proclamaba siempre la so-




DEL ÚLTIMO BORBON DI ESPAÑA. !85
beranía nacional, desarrollaba prácticamente, en mengua de ese
principio, las fórmulas, como )0 hizo en 1837 al reunirse las cor-
tes cOBstituyentes donde seguramente dominaba el elemento pro-
gresista.


Solo en 1840 apareció algun tanto robustecido ~lelementorepu-,
blicano, que era la verdadera representacion del sentimiento demo-
crático que habia inspirado á los primeros legisladores de la revo-
lucion. Pero esto solo sirvió para fraccionar mas y mas al partido
progresista que recibía entonces tambien una agregacion indefinible
con la union de Espartero y sus amigos á la bandera popular.


IV.


Entre los que pretendían mantener y arraigar la Constitucion, ó
reformarla en este ó aquel sentido dentro de la monarqufa; entre
progresistas y moderados y algunos de los que habian sido parti-
darios del pretendiente, habían creado las circunstancias y la caida
de Espartero evoluciones diversas que daban orígen á aquella es-
pecie de anarquía; el ministerio Lopez con su indecision, con su fal-
ta de lacto y repetidas torpezas, venia ocasionando, creando odios y
enemistades y haciendo posibles alianzas que moralmente eran ver-
daderos absurdos.


y entre los actos mas graves y mas significativos, porque revelaba
un pacto, una alianza formal, una abdicacion en favor de los ene-
migos de la libertad y un rompimiento de su tradicion revoluciona-
ria, debemos seiialar el manifiesto ó declaracion que.firmaban todos
los ministros luego que fué conocida la actitud de la Junta de Bar-
celona, y que se pudo comprender que era dificil ,vencer la insur-
receio!! si no se arrojaba en la balanza todo el peso de, la influencia
gubernamental (Q).


Este extemporáneo manifiesto merece leerse en extenso, y reco-
mendárnoslo eficaz me n te al lector.


V.


Los revolucionarios de Barcelona no formaban seguramente un
todo muy compacto y homogéneo.


TOllO II. 37




9!86 HISTORIA DEL REINADO
Distinguíase realmente, enfre los que proclamaban entonces la


JUDta central! alejándose en son de protesta de las urnas electorales
á donde les convocaba el poder constitllido, tres grandes agrupa-
ciones: la de los hombres que habían luchado contra Espartero,
siendo no mas que progresistas, á la cual pertenec!an topez y Ca-
baIler0' arrastrados ahora por ]0. fuerza de los sucesos, y por me-
diacion de Cortina hácia el pastel parlamentario; la de los republi-
canos, y la de los partidarios de Espartero en todas sus categorías.


Era una segunda coalicion, en la que los primeros querian sacar
triunfante á su candidato matrimonial j reformando algun tanto fa
~onslitucion en sentido democrátko; Jos segundos, cuando menos,
á derrocar una nueva tiranía que querian imponer al p?is; y los úl-
timos á demostrar que el pais rAchazaha la farsa ridíru!a de ,~q'leJla
union, imposible entre tan contradictorios elementos.


y todos preveían, y los moderados lo temian muehr, que si el
pais se Begaba á convencer de que se le conducia á la reaecloD,
unidos los elementos un momento discordantes del progresismo con-
tra la grey parlamentaria, el verdadero partido liberal triunfaria por
completo, purgándose de unas cuantas personalid1\des {Ine en sus
sueños de ambicion, en su pueril y ridícula vanidad, fodo la sacri-
ficaban por verse al frente de una sitúacion, y poder exclamar como


. Luis XlV: El Estado soy yo.
Como el lector ha podido observar, nosotros que miramos la cues-


tion bajo un punto de vista radical, hemos hecho hablar mas de una
vez á los mismos personajes, á las mismas agrupaciones por medio
de sus órganos para no desvirtuar, para no exagerar en las deduc-
ciones, llevando nuestra imparcialidad al límite mas equitativo po-
sible. Por eso podemos decir que Olózaga con su conducta revela-
ba bien á dénde se dirigía, y que sus trabajos, tanto en Paris como
en el parlamento, como en las crisis, como en Ja revolucion y en
los conciliábulos del nuevo partido, perseguia la po1trona con la di-
reccíon del pais, aprovechando la circunstancia de hallarse una ni-
na en el trono.


VI.


A su entrada en Barcelona dió Ametller la siguiente proclama:
«Catalanes: El pueblo que en junio último se lanzara á Ja peJea,




DEf.. ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. !81
el pueblo que con tanta gioria supo derrocar un gobierno que mi-
raba como opresor de nuestra libertad, acaba de lanzarse otra vez
para destruir á los tiranos. Hombre"libre por principios y convic-
ciaD, no podia mirar con indiferencia este movimiento, que, á se-
mejanza de 1840, tiene por objeto sacudir el yugo de unos malos
españoles sin patria, vendidos al despotismo y á las influencias de
una nacion extranjera.


»EI eco de vuestras hazarías hirió mi oido, tocó mi eoraZOD, y
anheloso de contribuir con mis fuerzas al logro de vuestra patrió-
tica y justa demanda, me he unido con los valientes de mi division;
con tan bravos combatientes ... catalanes, estad seguros de la vic-
toria, porquo los libres cuando luchan por sus principios son in ven·
cibles.


»CODstitucion de 37, reinadofía Isabel n, Junta central y progre-
so es mi bandera: uníos á ella, agrupaos á su alrededor, defendedla
con la decision que hasta ahora, y podremos decir: la libertad del
pueblo no es como hasta aquí una mentira.»


Esta proclama y la de MarteU, con los festejos y disposiciones de
la Junta, dieron nuevo brío y vigoroso empuje al movimiento cen-
tralista.


Pero los hombres del partido moderado, hábiles, astutos, con
grandes elementos, y dueños de las posiciones oficiales, se mostra-
ban audaces, y combatian con vigor y fuerza de voluntad, mante-
niéndose hipócritas y halagando á los miembros del gobierno pro-
visional con ese tira y afloja, con esa solapa elástica, que si no les
da el tilulo qi18 se aroogaron de hombres de la suprema inteiigen-
cía, les permite llamarse maquia vélicos, "y hombres que saben lle-
var COí.i gracia la careta y el disfraz carnavalesco.




CAP1TULO XXXIV·


SUMARIO.


Prim y Martell cuando los sucesos de la Junta central de B:J.rcelona.-Nolable do-
cumento que esta publicó contestanclo á otro del gobierno provisional.-Violentl'
cruzada de la prensa moderada.-Malestar de aquella situaeion.-CollsiJeracio-
nes politicas.-Agitacion general.-Reaccion y tiranía.


1.


La Junla de Barcelona y la de las otras poblaciones de Cataluna
que permanecieron fieles y decididas á desarrollar hasta sus últimas
consecuencias el programa revolucionario que el movimiento nacio-
nal habia adoptado, luchaban con ardoroso empeño, y mantenian
vivo el espiritu público, comprendiendo que no tardarían en ser
alendidas sús reclamaciones, y en acudir á defender la gloriosa en-
seña todos los pueblos que habian podido ver ya que se trataba de
cerrar el periodo revolucionario, una vez satisfechas las mezquinas
ambiciones de los que buscan el cubileteo y compadrazgo para me-
drar en los destinos, para preparar contratas ruinosas y operacio-
nes bursátiles, para levantarse á los ascensos, á Jos honores, á los
puestos públicos, importándoles muy poco que el pais continúe en
la miseria, en la opresion y en la ignorancia.


Prim, fingiendo patriotismo y ascendido ya á conde, no queria
jugar á un nuevo albur las ventajas obtenidas; y desatentado saca-
ba fuerzas de flaqueza, se multiplicaba, hacia promesas de libera-




DEL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA. 2:89
lismo, y era verdadero agente satánico, verdadero tentador en aque-
Has horas de angustia, en aquellos supremos instantes en que se
iba á decidir la suerte de la libertad, el porvenir de la patria.


El valeroso y patriota Martell conservó, á pesar de su íntima
amistad con el nuevo conde, su fe en el progreso, y luchó como
bueno; hizo esfuerzos sobrehumanos, y ~e agitó con valor indoma-
ble para rechazar á los que nuevamente iban á poner las cadenas
al pueblo español.


Grandes dias de gloria y de luto terrible hubo en aquella campa-
ría, en que los que algunos di as antes marchaban unidos, se desgar-
raron con ira implacable, se odiaron y se persiguieron con encono
feroz.


y la cuestion era sumamente sencilla, y 10 que se procuraba, y
10 que defendía la Junta de Barcelona, era la justicia y la dignidad;
€ra el progreso; era la libertad.


11.


Al manifiesto que osaron, sin duda, en un momento de coaccion
moral y física, suscribir los miembros del gobierno provisional; á la
impostura escandalosa con que apellidaron facciosos y traidores á
los hombres que obedecian á la revolucion, contestó la Junta de Bar·
celona con una. magnifica exposicion de hechos, en la cual rebatía
extremo por extremo todos los argumentos, todas las apreciaciones
,que el gobierno se atrevía á hacer.


SÍn desatender la defensa armada del territorio y de la causa que
habian abrazado; sin olvidar sus deberes de soldados: sin descui-
dar las graves atenciones que sobre ellos pesaban, los dignos miem-
bros de la Junta. supieron dar un solemne mentís al que se atrevía
á renegar de su obra, al que faltaba á lo pactado I al que pudiera
calificarse, como Jo hicieron los romanos, hablando de la fe púnica.


Hé aquí un párrafo notabilisimo de ese documento:
«Cuando los gobiernos se prostituyen hasta el punto de negar las


verdades mas palpables; cuando para llevar á cabo su arbitrariedad
y esclavizar al pueblo, se atreven á fascinarle por medio de impos-
turas; cuando, desconociendo su orígen, se atreven á faltar á las
solemnes promesas á que debieron su elevacion, justo es que la
prensa independiente ponga en evidencia los hechos que pasaron




~ 9 O HISTORIA DIL REINADO
para que la nacion no venga á ser presa del mentido patriotismo, y
de la seductora y falsa palabrería .


• EI gabinete Lopez ha provocado una nueva lid, y no contento
con ver corrar la sangre de los pueblos, pretende aun justificarse
de las prQfundas heridas que ha hecho á la libertad, y del inminen-
te peligro en que ha puesto las instituciones.


En estos párrafos demuestra perfectamente la Junta, que el alza-
miento estaba falseado, y que la situacion era eminentemente mo-
derada.


Pero aun esto era lo menos malo, si, franca y sin rebozo,' la pan-
dilla de los revolucionarios que explotaban á su sabor la victoria,
hubiesen cGnfe~:ado la verdad, y no pretendieran hacer recaer la
odiosidad sobre otros.


y s 'guia así:
«Aquí fué de ver al señor Serrano dando seguridades á la Junta,


de que sus deseos eran los mismos: que se ponia á sus órdenes:
que nada omitiria para llevarlos á cabo: y que desde luego podia
nombrarse una comision para acordar las bases que se tuvieran por
cO:lv;~nientcs, como así se hizo, recayendo la eleccion en el señor
presiden te, y señores don Rafael Degollada, don Juan de Zafont y
don José Llacayo, quienes conferenciaron con el citajo general por


. mas de dos horas, viendo, no sin extrañeza, que tamilien introdujo
en el seno de la comifton al señor Bravo, quien por el tono magis-
tral con que se producía, siendo un personaje extraño y ajeno á
aquellas conferencias, hubiera podido tenérsele por un consejaro
mas. Diversas cuestiones se suscitaron €n aquella ectrevista; pero
las mas culminante.:; sa redujeron á la creacion uel gobierno provi-
sional, al deslinde de sus atribuciones, al de las que debían conser-
var las Juntas de provincia, y, sobre todo, á la investidura que de-
bia darse á la central.»


¿No son claras, explícitas, y sin dar lugar ni pretexto á tergiver-
saciones, estas frases? ¿No se demuestra hasta la última evidencia
que existia un acuerdo expreso, un verdadero contrato, tanto mas
solemne, cuanto que voluntariamente habia sido aceptado?


IlI.


Con fuerza de lógica incontrastable, y haciendo la historia de




DEL ULTIMO BORBON DE ESPA.ÑA. ~91
aquellos sucesos, hemos visto demostrado que el célebre ministro
universal incurrió en una responsabilldad inmensa, en una contra-
diccion, en la falta mas grave del hombre público, en la falta, de
formalidad. Esto pudo atribuirse á ligereza de la juventud, á cala-
verada de un militar; pero ¿cómo explicar el acto del gabinete que
le sos tenia?


El gobierno habia variado completamente el personal en los altos
puestos de la milicia; habia repartido gracias, bonores y condecora-
ciones; habia nombrado Ayuntamientos y Diputaciones provinciales;
perseguia en muchos puntos á titulo de ayacuchos á los hombres
influyentes; desterraba y proscribía á algunos generales; formaba
procesos escandalosos; exigía indebidam.=nfe mulfas y contribucio-
nes, imponiendo á los pueblo,; castigos severos; desarmaba las
milicias nacionales; mante!lia en MadrId, en Cádiz y en todas las
ciudades en donde el espiritu liberal era dominante; una numerosa
policía proseguia encarnizadamente la prensa, habiendo fulminado
en un solo dia catorc~ denuncias contra el Defensor del pueblo de
Cádiz; premiaba á los modelados, los alentaba, á pesar que mns-
traban ~ra su espíritu egoísta y de exclusivismo; y sobre todo es~o,
lIamaba traidores y declaraba fuera de la ley á aquellos mismos á
quienes debía la posicion y el poder.


Jamás se vió aberracion semejante; jamás traicion mas inicua;
jamás pudo concebirse ceguedad tanta, miseria y abyeccion tan in-
cali5cable.


Entre los agraciados figuraba el célebre ex-embajador de Portu-
gal Olózaga, que el 16 de setiembre mientras en Calalui'ía se ~er­
ramaba la sangre de los libres, humilló su cabeza ante una niña
para que colocara en sU:cuello el Toison de oro, despues de haber
sido condecorado con la gran cruz de Carlos III.


En tal estado la prensa realista levantó una cruzada violenta, y
El Heraldo, La Postdata y El Castellano, ellos que DO habían tenido
bastante lágrimas para llorar la muerte de los facciosos que unidos
á los carlistas proyectaron la restauracion de Cristina; ellos que no
tenian palabras bastanto duras para calificar á Espartero y á sus
generales por su conducta ante las murallas de Barcelona, pedían
con salia fiera el asesinato y la destruccion de los que consecuentes
solo pedian el eumplimiento de una promesa, la realizacion de un
programa.


y esa prensa denunciaba continuamente á los patriotas; y esa




292 HISTORIA DEL nUIN!DO
prensa decia como Seoane dos anos antes, que en Barcelona domi-
naba la canalla, y que sus caudillos eran unos cobardes y misera-
bles que debían morir por mano del verdugo.


j y se violaba la correspondeneia, y fraguaba conspiraciones la
policial


y los ministros que habian proclamado la union de los españo-
les que se llamaban liberales, que habian venido durante largos
años excitando al pueblo con sus brillantes discursos, presencia-
ban todos esos hechos, los sancionaban con su silencio, Jos apoya-
ban con su decidida proteccion.


Es verdad que el general Serrano, el eje, el alma de aquella si-
uacion, era halagado por todos y recibia de aquella niría que ocu-
paba el trono favores y gracias y muestras insignes del alto aprecio
con que le consideraba.


IV.


La situacion no podia ser mas lamentable, mas angustiosa.
y en este estado llegó la hora de elegir los representantes que


iban á decidir de la suerte de la patria, que debían formular las
. grandes reformas que el pueblo anhelaba, que habia hecho nece-
sarias la ineficacia del pacto fundamental para servir de freno á los
poderes públicos.


El pronunciamiento de 1840 se habia hecho porque la Gober-
nadora del reino, puesta de acuerdo con los miembros del Senado
y del Congreso, conspiraba contra las libertades Jel pais falseando
en las leyes orgánicas la base del sistema político vigente la Sobe-
ranía nacional.


En esta audaz tentativa; en esta insistencia fanática, de mante-
ner en pleno siglo XIX el ejercicio de la autoridad real sin corta-
pisa ni limitacioil, halló Cristina servidores indignos, y el oro cor-
ruptor puso á sus órdenes gran número de apóstatas que habiéndose
llamado liberales hicieron traicion solemne al pueblo que los habia
encumbrado.


El país habia derramado su sangre generosa y sus tesoros para
levantar un trono vacilante y sostener en él á una inocente nií'ia.
Pero no era el trono lo que el pueblo defendía, eran sus derechos,
era su libertad; y por esto al pretender Cristina violar esos derechos




DE!. ULTmO nORBON DE ESPAÑA. !93
rué arrojada i3I10miniosumenttl del podor con los desleales y faccio-
sos que abusando de la cQnfianza pública servian dócilmente de illS~
trumentos á les planes de la ex· Regente.


El alzamien to se hizo, 'j el ministerio-Regencia presidido por Es-
partero calific,j en un manifiesto que firmaba tambien don Manuel
Cortina de faetieía á la mayorla y por tantlJ de NULOS y sin valor
TOIJOS sus ACTOS.


Esa expresíon gráfica fué objeto d'J controversia en el Senado, y
como diji:-llOS en su tiempo, con ciertas apariencias de fundam.ento,
porque esta conviccion debía entrañar la disolucion completa. de un
cuerpo manchado con el crímen de apostasí(y yenalidad.


POI' conL~mporizar; p~r faHa de fe revoluCÍonarla; por r:ü lcuer
confianza en ID;; Ínst:ntos giJilQfüS03 de! pueblo; p~E' llevar a:8lanU
planes ti::! cogra!}d~cimie!lto personal, el movimiento de 18iO fraea·
só y quedó imp0teute y desarma.do por sus incollsscucfwias el nu,::-
vo poder, y sus adversarios cobraron aliento y lucharon y ~rDjerOlJ
el cisma y la dcsunion y la anarquía ... y en 1843 EsparterJ que
pudo rehabilHurse llevando á cabo la ohm concebida por el rr.íniste-
rio LOp0Z , siguió torpe los CJilsejos que le húbiul1 ya coloca'lo dos
veces en dcs[\cu0rdo Gon los representantes de! país, eligiendo y dan-
do prefcrencía cutw la rcpresentacion nacional y su camarill~, la
permanencia de esta antes que obedecer la opinion pública que maa
nifeslaba su desagrado.


Arrojó fuera de su puesto al ministerio; disolvió las cortes; y á
este reto formal contestó el pueblo como debe hacerlo á los tiranos
que le oprimen, aIzán(lose en armas y obligando al iluso á embar-
carse en el Malabar.


El viciG radical de la Constitucion, dentro de !a cual no habia
illEdio para salvar situaciones críticas y poner coto á las demasías
del poder, puesto que Cristina compraba las mayorias y Espartero
las despreciaba y disolvia , quedaba perfectamente demostrado: ur-
gía su moJificacion y una reforma.


¿Podía obviarse este inconveniente dando mas fuerza al poder
real, creando uná situacion estable y sustituyendo los poderes inte-
rinos de la Regencia, declarando mayor de edad á una Diría de trece
afios?


El tiempo y los sucesos contestarán á esta pregunta.


ToJW n. 38




BISTOIUA DEL REINADO


v.


La agitaeion reinaba en todas partes.
Despues del terrible castigo impuesto por Narvaez al regimiento


infanterla del Principe, vino otro atentado mas formal contra la dis·
ciplina del ejército.


Al mismo regimiento tan inhumanamente tratado se lo presentó
pocos días despues en parada para distribuir entre sus individuos
cerca de 100 premios; empleos, grados, condecoraciones, se distri-
buyeron entre todas las clases.


El pueblo de Madrid que habia presenciado COD dolor las san-
grientas ejecuciones de anteriores días, asistió con asombro é indig-
nacion á esa ceremonia con que se premiaba quizá delaciones inra-
mes, ó cuando mas el cumplimiento de un deber estricto que era
sin duda un mérito para generales que acostumbraban á suhlevarse


. y ponerse en sedicioll cuando no se accedía á sus caprichosas exi-
gencias.


El general Narvaez, el qUI~ en 1837 se puso con Córdoba al fren·
te de un movimiento insurrecciona], el conspirador de 1841, el que


. acababa de presentarse en son de guerra contra el poder estableci-
do, se atrevia á decir estas palabras:


«Vuestro valor y patriotismo, vuestra subordina.cion y disciplina
SQn la admiracion de la Europa y el consuelo y esperanza de Espa-
na: de nuestra patria, si, soldados, por la que habeis combatido
en los campos de batalla, y por la que ha beis derramado copiosa y
generosamente vuestra sangre. Ella necesita hoy vuestra protec-
don y amparo: ¿y quién seria capaz de negarse al noble propósito
de sarvarla? No será ciertamente el soldado español que tan-
tas veces se ha dispuesto á morir por ella. Pero á la patria, solda-
dos, no se la sine SINO OBEDECIENDO AL GODJERNO y comba-
tiendo la anat'quía.»


Hablaba despues de la magnimidad del gobierno que no habia
consentido en la matanza en masa de los soldados acuartelados en
San Francisco que se quejaban de no haberles cumpHdo promesas
solemnes. Y continuaba así:


CA. y como en Ese distinguido regimiento fueron dignos de la con-
sideracion del gobierno todos los demás individuos que le compo-




DIL ÚLTmO nORBON DE ESPAÑA. ~95
nen , y algunos tuvieron mas lugar de distinguirse por su valor,
subordinacion y disciplina, ha dispuesto que se les premie como los
individuos de que se trata se merecen, y el cuerpo á que pertene-
cen se ha hecho aceedor.»


Esta conducta pérfida é inmoral constituia un acto que el go-
bierno debiera haber castigado severamente formando causa á
aquel Capitan general que se atrevia á proponer premios tales. Pero
la época era azarosa, en Cataluna ardia la insurreccion, y era pre-
ciso preparar el ánimo del ejército y restablecer á todo trance la
quebrantada disciplina.




CAP!TULOXXXV.


SUMARIO.


!.ucltas el"ctorales.-Actividad y osadía del partido ah'olntisla.-Pohlacione,' que Sl'-
cundaron la insurrcccion de Barcelona.-Alzamiento de Zal'3goza.-Efer\"f$cencia
en tialicia.-Tenuencia arhitraria y despótica del golJicruo.


1.


Las elecciones comenzaron e115 de setiembre.
El partido moderada que abEorhia una parte, una fraccion de los


hombres que pertenecieron al progresismo. las fr8cciones de 016-
zaga y Cortina con todas las ventajas que da el poder en los gobier·
n03 centralizados y disponiendo de Ayuntamientos y Diputaciones
provinciales nombrados de real órden , habia formado candidaturas
en las cuales entraban eomo participantes en la proporcion conve-
niente, es decir, conveniente al moderantismo.


La oposicion que llevaba la partida al terreno de las armas, que
tenia presos y perseguidos muchos de sus hombres, que se hal1a-
ba desorganizada y no habia podido conciliarse ni combinar sus es-
fuerzos y agitar sus candidaturas, tenia casi segura de antJmano la
derrota.


Luchó con todo esto el antiguo partido progresista, y en Madrid
en pocas horas una sola de sus fracciones, la que habia seguido á




DEL tumo IlORBON DE ESPAÑA. 297
Espartero, sostuvo con honra la batalla llevando en 1a poblacion
l!OO votos de ventaja á las fuerzas reunidas del gobierno, de la aris-
tocracia, de los carlistas, del dinero y de la corrupcion.


El Heraldo cantó la victoria despues de haber sostenido una lu-
cha de actividad y energía que empleaba muy mal desgraciadamen-
te su director el jóven Sartorius, que por su audacia y empelio
tenaz debia alcanzar mas t~rde un condado y una celebridad fu-
nes(a.


El partido absolutista que habia enlrado confundido con los mo-
derados en aquella informe cfJndicion de múltiples y encontrados
pensamientos, abigarrada y excéntrica combinacion de torpezas y
errores, quiso mostrar fambien su poder y su intolerancia, y apro-
vechando el abatimiento de los liberales en algunos puntos, formó
candidaturas exclusivas, y con insultos y amenaEas, quiso obligar
¿ q!le abandonasen el campo los liberales que bacie¡:¡d!) uso de su
der,:cho acudían á depositar su voto en las urnas.


Esto dió ocasion á que el ministro de la Gobernacion dirigiese una
Real órden al jefe político de Zamora, uno de los puntos donde mas
ob,jtinados y ciegos se presentaron los antiguos carlistas; y en ella
se ieian estas palabras:


«El gobierno provisional ha sabido con el mayor desagrado por
~a última comunicadorJ de V. S.la conducta criminal observada por
el partido que se titula absolutista para. apoderarse de las mesas
electorales.


)) El gobierno quiere que todos los partidos legales gocen de la nías
completa libertad en el uso de S11 derecho; pero no puede permitir
que ninguno de ellos, cuaIesquiera que s~an los principios que sus-
tente, acuda á la violencia para conseguir sus miras, y mucho me-
nos que llegue el e:;cándalo hasta el punto de preSf:Dtarse á emitir
los sufragios con gritos subversivos y vivas al príncipe rebelde, cu-
ya causa quedó sepultada en los campos de Vergara, sin que nadie
tenga bastante po\ier para resucitarla ya en España.»


u.


En Valladolid tambien fueron los curas al frente de las turbas
triunfando en algunos distritos, diciendo que habia llegado el dia en
que podian ostentar sus fuerzas, y que los liberales debian besar el




!98 HISTORIA DEL REL''UDO
polvo que pisaban, pues para esto se habian pronunciado.


Fueron tales las provocaciones que llegó á lurbars9 elórden por-
que los milicianos nacionales no pudieron aguantar mas y se rOffi-
pieron las hostilidades.


En Palencia tuvieron necesidad los liberales de manifestarse tam-
bien con alguna energía porque el partido apostólico se presentaba
arrogante llevando por lema en su candidatura: religion cat6lica,
rey, patria, uníon, prosperidad é independencia.


Los hombres de lo pasado, los que habian sostenido una lucha
contra el progreso de las ideas, anonadados en los campos de Ver-
gara y vencidos y humillados en Berga yen Morella, se presenta-
ban de nuevo con arrogancia, y prelendian apoyados en la toleran-
cia que se les dispensaba y en la actitud del bando cristino, con-
quistar en el terreno legal una posicion para abatir en todos terre-
nos la Constitucion y las liberlades, que siendo su única garantia,
querian destruir.


«¿No veis como á Ia's siniestras voces de viva la religion y vzva el
rey, capit:meando una turba fanática é insana, han ocupado ]as me-
sas electorales de CarrioD; Cevico, ViIlarramiel, Astudillo, Cisneros
y otros puntos en donde da vosotros mas dones y gracias han reci-
bid;)? ¡Ah! Esto es insufrible: la libertad se hunde si vue~tros es-


. fuerzos no la sostienen contra los embates de ese partido ignorante,
cruel y vandálico. Mas no lo consentireis, liberales: estamos segu-
ros que unidos y potentes todos los hombres de la comunion libe-
ral, haremos trizas los planes liberticidas, maquiavélicos é inferna-
les de esa cuadrilla de caCres, que quiere reducir á la Espaí'ia á una
nacion de ilotas para dominarla y explotar sus tesoros en beneficio
propio. »


Las líneas anteriores dirigidas á la milicia nacional de Palencia
por los oficiales de la misma, vienen á demostrar el peligro que cor-
rían las instituciones.


La insurreccion de Barcelona fué secundada en Reus y en O1ot
el dia 15. En el primer punto reinaba grande entusiasmo y deci-
sion, yeso que el conde flamante de dicha villa ejerció todo su in-
flujo y autoridad para impedir que sus paisanos fueran consecuen-
tes con el grito que habia dado la nacion.


La nueva evolucion tomaba como se ve grandes proporciones,
y de todos los pontos de Cataluna iban respondiendo á la franca y
enérgica actitud de Barcelona.




DEL ULTIMO BORDON DE ESPAÑA. !99
Todo el Ampurdan se hallaba en armas .•
Bellera babia salido de Gerona con algunas fuerzas. AmetlIer re-


corria Jos puntos inmediatos á Barcelona animando el espíritu: y
Prim acorralado en la marina mantenia con mucha dificultad por
tierra sus relaciones con el gobierno central.


IV.


Asi estaban las cosas, cuando Zaragoza sacudiendo la pereza y
saliendo de su actitud inerte, vino á manifestar fuerte:como siempre
y como siempre decidida, que perdido su caudillo «Espartero,» eu-
tre un gobierno reaccionario que se disfrazaba con la careta de par-
lamentario, y los hombres que quedan ver cumplido el programa
de la revolucion y que se respetara la soberanía del pueblo, la clec>
cion no era dudosa. Arrojó su espada en la balan~a, y explicaba así
sus agravios: .


«Sus agentes tienen asilo entre nosotros y se llaman vuestras au-
loridades. Instrumentos de un gobinrno de malvados que con la ayu-
da de un puñedo de tránsfugas del partido progresista redientos del
oro corruptor, consumaron rm obra de iniquidad, destruyendo un
poder que represe!ltaba vuestra soberanía, esa soberanía que quie-
ren reemplazar con el mas horroroso despotismo, para venderos á
los extranjeros en la mas vergonzosa anarquía.


»¡Hijos de Lalluzal ¡Despertad! Un solo momento os queda. Si
sabeis aprovecbarlo, aun hay mártires que se sacrifiquen por vues-
tra causa. ¡A las ármas, hijos de la siempre heroica! Al grito de
])ios salve al país y á la reina con que os engañaron, añadid el de
sálvese el pueblo con su libertad.


»¡Zaragoza::lOs! ¡aragoneses todos! ¡A las armas! sea vuestra ban-
dera Junta central en vuestros muros, independencia nacional, Isa-
belll constitucional, Constitucion de 1837 revisadl, para que no
vuelvan á arrebatarnos nuestros objetos de cariño y regeneraciOD,
Du~stros derechos y venida dd duque de la Victoria. J)


La proclama de la nueva Junfa era enérgica, y mostraba que ba-
bia eomprendido aquel pueblo cuál era su deber en medio de la des-
hecha borrasca que amenazaba arrastrarlo todo, y llevar á España
á un desquiciamiento, á la ruina general y á una perturbacion cons-
tante.




300 HISTORIA DEL REINADO
Zaragoza podia tlacer variar el rumbo de-las cosas, y era enton-


ces verdadero árbitro si empleaba todo su empuje para defenuer á
todo trance la causa de la libertad.


v.


Galicia que habia sido de las priméias en abrazar la bandera de
la revolucion tanto en seEembre de 1840, como en mayo; Galicia
donde el sentimiento liberal é independiente, y el espíritu republi-
cano dominaba, comenzaba á agitarse ya, y las acus(l.ciones de ola
prensa moderada revelaban bien que se pretendia roner fuera de
combat~ é inutilizar á aquel antiguo reino, baluarte inexpugnable
de los derechos populares.


El gobierno que seguia á remolque de la reacciono que :aceptaba
sumiso las órdenes caprichosas que el partido moderado dictaba des-
de sus conciliábulos, que se hallaba supeditado á la voluntad dc los
ambiciosos que á la sombra de la popularidad del tribuno I.opez
iban forjando nuevas cadenas para aherrojar á la patria, no hallaba
arbitrariedad que no estuviese dispuesto á cometer: y desarrr:;:,b la
milicÍl y disolvia los Ayllntamiento3 y Diputaciones, y vejaba y per-


. seguia á los escritores y á todos los hombres de influencia, sicr.r:pre
que no se hallasen dispuestos á cejar y á servir los intereses de la
coalicion.




CAPiTULO XXXVi.


SUMARIO.


lianitieslo del Ayuntamiento de Santiago de Galicia.-Continua la reseiia de los prin- .
cipales acontecimientos de Cataluña durante la re\'olucion de la Junta central.-
Desastre oc 1rfatariÍ.-Cómo secundó Ándalucía el moyimiNllo centraJista.-llom-
Lardeo di Barcelona.


1.


En lo's vaivenes y perturbaciones politicas el espiritu popular ha-
lla en el fondo de su conciencia un sentimiento Íntimo que por inlui-
cion le hace comprender los grandes peligros que le rodean.


Por esto, y despues de una larga serie de desengaños se mostra-
ba suspicaz y receloso el pueblo espaiíol, sosteniendo á Espartero á
pesar do los defectos, y abrazando con tibieza la causa del ministe-
rio Lopez á. pesar de las pomposas promesas y de su inmensa po-
pularidad.


Fundados en que mas vale lo malo conocido que lo bueno por co-
nocer, los grandes centros Madrid, Zaragoza y Cádiz resistieron el
empuje violento: y Cataluña suspicaz y temerosa solo entregó con-
dicionalmente é imponiendo las bases de un pacto formal el poder al
general Serrano.


El cumplimiento del pacto celebrado en Sabadell, eso era lo ~ que
exigía Barcelona del minisLro jóven y bonito; pero sus tutGres, los.
que cerraban los ojos ante sus extravios y veleidades amorosas, los


T,nro JI. 39




BO! HISTORIA DEL REINADO
que á trueque de IIegar al poder y saciar allí su sed de riquezas y
de venganzas, transigian con toda clase de repugnantes humilla-
ciones, le hacia n faltar cinicamente á su deber, le embriagaban con
la lisonja, adormecian su conciencia débil y enrermiza con la pers-
pectiva de una brillante carrera y caminaban á su objeto con paso
firme y seguro.


Por eso la Coruna, Vigo, Santiago y Pontevedra DO babian lo-
grado adquidr influencia entre los que provocaban mentidamente la
concihacion cuando aspiraban al dominio. no á la igualdad de las
condiciones, no á la fraternal amistad.


JI.


Entre las muchas corporaciones populares que habian sido disuel·
tas, figuraba la Diputacion provincial de la Coruna, )' contra ese es-
cándalo habia protestado la municipalidad de Santiago, que nacida
de la voluntad. popular no quiso rendir obediencia á otra corporacion
creada de real órden con manifitlsta violacion del artículo 69 de la
ley política de 1837.


Caballero, el antiguo periodista, el diputado fogoso, al recibir una
. leccion severa de los patriotas santiagueses, mandó disolver aquel


Ayuntamiento; pero la corporacion popular atrincherada en su de-
recho resistió tambien, y el gobierno mandó rormar causa á los in-
dividuos del Ayuntamiento que habían tenido valor para pedir el
cumplimiento de la ley, cuando aquel ministerio pretendía sin duda
que la arbitrariedad y su capricho sustituyeran á los códigos.


La municipalidad de Santiago lo explicó en una sentlda y enérgica
manifestacion al público, y d~ ella tomamos dos períodos importan-
tísimos que recomendamos eficazmente como un ejemplo digno de
imitarse: .


«Cuando el Ayuntamiento, que representaba los intereses crea-
dos por vuestra beroica revolucion de /9 de Junio, consagraba sus
afanes á satisfacer las necesidades morales y materiales de este pue-
blo; ora buscando brazos para reparar los caminos que dan enlrada
á esta ciudad, )'a dedicando detenidas tareas para conservar el pia-
doso establecimiento de este hospital amenazado de UDa próxima
ruina, y que está en el in terés de toda Galicia sostener! ora para le·
yantar de su abatimiento á la instruccion primaria, ya á reorgani-




DEL ÚLTBIO nORnON DE ESPAÑA. 303
zar la Milicia nacional, ora, en fin, ocupada en lleDar otros deberes
no menos urgentes y necesarios; prech;amente en tales circunstan-
cias se ve separado del poder administrativo de esta poblacion por
una órden del gobierno provisiopal que lo suspende del eiercicio d,
su" ['.lTlciones con formacion de causa '!I reposicion del Ayuntamiento
de Isa.


DEI Ayuntamiento se aplaudió de su liberal resolucion, se com-
plació de su obra cuando observó con justo orgullo q!1e sus patrió-
ticos acentos resonaban en toda la provincia y bal!aban UDa favora-
ble aco~ida. Tuvo la satisfaccion de que Jos Ayuntamientos, cabe-
zas de partido, de Puentedeume, Belanzos, Sanla Marta de Orti-
gueira, Padron, Mur< s, Ordenes y otros mUf~hos participaron de sus
sentimientos al vrr inf. iogido un artículo cODstitucional, negándose á
reconocer una Diputacion elegida de real órden, y que nllnca podria
represen lar los in t('reses de los pueblos. Por ello tal vez solo á vues·
tra municipalidad le cupo ]a gloria de ser encausada por dar una
voz de a!erta á la provincia, dando un alto tjemplo á los pueblo~ de
valor chico; porque su exposicion SOlO respira libertad y consecuen·
cia en los principios, dignidad y nob~e energfa en los pensamientos,
pues estos y DO ()tfIJS son sus caractéres, sin que baya en ella nada
ofensivo al poder, nada que no esté en su Jugar. ¿Fué acaso un cri-
men manifestar al gobierno nacido de un alzamiento popular que la
ciudad de SlIflticgo, que al trat'és de mil peligros se lanzó á la revo-
lucio n de J 9 de JWlio, reproduciria esta escena con razon, SIElIPBE
QUE NO ViESE LA OBSERVANCIA DE LAS LEYES QUE HA JURADO SOSTENER?
¡Ay de! g.-,bierno á quien desagradan J8S severas lecciones de 10 pa-
sado! j Desgra~ia.do el que persigue como á enemigos á los que por
cons·;rt'ar su prestigio manifiestan UDa noble oposicion á algunos de
sus actos!»


111.


Llegaba entonces la nueva sobrexeitacion revolucionaria á su
máximo de intensidad. En los veinte dias que habian transcurrido
desde que habia comenzado )a agitaeion en Catalufia. los demás pue·
blos cansados de tanta perturbacion y tan prolongada fiebre, caian
en el marasmo, y solo manifestaban por UDa simpatía estéril su
aprobacion al heroico ardimiento de los valientes barceloneses.




s o 4, SISTORIA DEL REINADO
El gobierno consiguió reunir (uerzas que, transporfadas por mar,


permitieron al conde de Reus salir de su posicion critica y tomar la
ofensiva.


Acaso si Ametller hubiera most.rado mas entusiasmo y energía,
no hubieran tenido que lamentarse las terribles desgracias y la pér-
dida de la libertad.


Combates sangrientos, incendios y destruccion, hé aM la obra
gloriosa da Prim y de MilaD~ en aquellos días para siempre funestos.


Ellos, llamándose patriotas y liberales, cimentaron el edificio de
la restauracion amasando con sangre generosa del pueblo las bases
del alcázar de la tiranía; ellos recibieron el premio de sus apostasías.
y ya en aquellos momentos nadie podia dudar que era servir á la
tiranía obedecer á un gabinete que tiranizaba al pais, gobernaba mi·
Jitarmente y permitia que el polizonte Chico persiguiera y espiase
á los liberales madrileftos.


En Cádiz, en Sevilla, en Córdoba, estuvo á punto de estallar la
revolueion, pero la influencia del oro acrecentaba el número de los
apóstatas, y no faItaban autoridades serviles que con capa de pa-
triotismo quisieran tranquilizar los- ánimos manteniendo la division
entre las (racciones del partido progresista.


Prim, despiadado, iniciando UDa serie de apostasías y dereccio-
'nes, tuvo el bárbaro capricho de fusilar á sus antiguos amigos, de
pasar á cuchillo con implacable satia á sus hermanos, á los que po-
cas semanas antes habian servido de pedestal para levantarle á los
honores y á la consideracion pública.


IV,


El !6 de setiembre lué un gran día de luto para Mataró.
Las tropas del conde de Reus, dirigidas y guiadas por un catalan


lograron vencer la heroica defensa de la Milicia nacional y de las
fuerzas populares, y despUEis de ocho horas de tenaz resistencia
penetraron en aquel recinto donde los héroes de la libertad sucum-
bieron con gloria.


Referir los crímenes y excesos á que se entregaron 103 vencedo-
res, describir las innobles escenas que am tuvieron Jugar, fuera im-
posible, porque la pluma se resiste A trazarlas.


. . . . .




DIL ULTIMO nORBON. DE ESPAÑA. 305
Diez y siete años mas tarde el vencedor de los Castillejos entraba


en aquella poblacion. Traia aun verde en su frente la corona de la
victoria, y con todO eso los recuerdos de aquellos infaustos dias Sé
bailaban aun grabados en el corazon de los mataronenses. ~ vez
de saludar al héroe de la guerra de Arriea, los hijos de la pobla-
cion inhumanamente sacrificada por su compatriota Prim, vistieron
luto y celebraron honras funerarias por las víctimas del ~6 de se-
tiembre de 18i3.


El encargado de las fuerzas que se hallaban al frente de Barce-
lona, el nuevo capitan general de aquel distrito militar don Lau-
reano Sanz, dispuso que el conde de Reus marchase al frente de una
columna expedicionaria en persecucion de Martell, que con unos mil
hombres se habia encaminado á Reus.


Ametller se dirigió al Ampurdan, y como ya hemos dicho, si hu-
biera obrado con actividad, prudencia y energía, hubiera vengado
seguramente la sangre derramada por el conde de Reus.


v.


En Andalucía, aunque tarde, fué secundado el movimiento cen-
tralista., casi al mismo tiempo en Sevilla, Almeda y Granada. En
el primer punto hubo algunas voces y carreras. En el segundo que-
dó sin oposicion ni obstáculo hecho el movimiento. Y en el último,
habiendo tocado llamada los tambores de la Milicia, se reunieron al-
gunos nacionales que (ueron sitiados por las tropas de la guarnicion
en su propio cuartel, y despues de algunas horas de fuego sin re-
cibir auxilios Ee vieron obligados á capitular, retirándose á sus ca-
sas previa la entrega de las armas.


Toda Andalucía fué· declarada en estado de sitio, siendo desar-
mada la Milicia nacional en Almería y dos batallones en Granada.


En Cádiz se hicieron numerosas prisiones, como en Granada y Se-
villa.


En Madrid era, por aquellos dias, muy dificil la circulacion. Las
patrullas, los retenes, los registros, las delaciones de la policía in-
fame que dirigida por Chico debia traer once largos años de opre-
sion y de arbitrariedades, los desmanes contra la prensa hacian in-
soportable aquel régimen, mucho mas violento, mucho mas duro,
mucho mas ignominioso que los últim1:ls tiempos del moderantismo,




306 HISTORIA DEL REINADO
porque tantos desmanes eran obra de los que decian y aseguraban
pertenecer á la comunion liberal.


Todas las autoridades militares que Narvaez presidia como espi-
tan genera! del distrito se ocupaban asiduamen te en el espionaje, y
DO se dejaba un momento en libertad al soldado, combinando gran-
des paradas y ejercicios siempre que por cualquier circunstancia ha-
bia alguoa reunion numerosa.


y no contento con esto el jefe de las fuerzas, llegó á conseguir
una órden para qua los juzgados remitiesen á la Cj-(pitanía general
todas las causas que llegaran á incoarse por delitos contra el ór-
den público, mediante á que en dicha dependencia babia abierta una
eausa general.


VI.


Barcelona d~splegaba mucho valor. Desde que el general Sanz
llegó al campamento con algunas fuerzas, dispuso que se esl¡)ble-
citlran batGrías y se comenzase el bombardeo.


Cinco días horribles de f'lego durante los cuales no pasó un mo-
mento sin caer proyectiles sobre la poblacion, incendiando muchas
Casas y ocasionando muchas desgracias, habiendo habido alguno en
que se arrojaron 2,000 bombas y granadas.


y mientras que los héroes de Barcelona tuvieron el valor bas-
tante de rebasar sus trincheras para ir á forzar las del enemigo dan-
do un asalto general á la Ciudadela, el castillo de MODjuich donde
los fuegos de la ciudad no padian peneerar, vomitaba el hierro yel
plomo. y convertia I3n escombros los fdificios.


¡Horrible sarcasmo! ¡Terrible expiacion! ¡Inconsecuencia incali-
ficable de los hombres que estaban en el ministerio, de los genera-
les que mantenían aquella situacion, de los periodistas que habian
calificado á Espartero y á Van-lIalen con tan bárbaros epUetos!


¡A. dóndo conducen las pasiones, y hasta qué punto se pervierte el
sentido moral de las palabr~s'




CAPiTULO xxxvn.


SUMARIO.


Triunfos del gobierno en Cataluña.-Sublevacion de Leon.-Apertura de las cOl·les.
-Anomalía de aquella situacion.-Contradicciones del gobierno.-Vicisitudes del
alzamiento centralista en diferentes provincias.-Cómo se aprovechaban los mo-
derados.-Declaraciol1 de la mayoría de la Reina.-Impolítica de semejante acto.
-Tentativa de asesinar á Narvaez.- Decaimiento del movimiento centralista.-
Torpeza del ministerio Lopez.


1.


El general Sanz y el conde de Reus, no encontrando secuaces en-
tre los partidarios de la libertad, aprovecharon los servicios de los
carlistas, y buscaron en los antiguos cabecillas del pretendiente au~
xiii ares que les sirviesen para llevar adelante sus planes de des-
truccion.


Estos elementos bien aprovecbados permitieron un triunfo en
0101, y parte de esas fuerzas acudieron en auxilio del conde de Reus
que en balde sitiaba á Gerona, prometiendo uno y otra dia penetrar
en la ciudad que se defendia con teson y ahinco á pesar del cal'ío,-
neo y de la metralla.


Muchos dias se detuvo ante las tapias de aquella poblacion, sin
lograr pisar su suelo á pesar de [as embestidas terribles y de la bra-
vura de sus soldados.


El gobierno que ya habia adoptado el sistema corruptor de los
realistas, premió á Mufioz Bueno con una plaza de magistrado sus
servicios en Andalucía; y á don Jaime Ortega, cuyas protestas de
amor á la libertad el lector conoce, algo debió prometerle para que




S08 HISTORIA DEL REINADO
abandonase su puesto en Zaragoza, y se atreviera á admitir el pa-
pel de sitiadnr en un pueblo donde tantas Eimpalfas habia buscado
y á que tantos favores debia.


y asi era la verdad: el gobierno habia nombrado á Ortega, com-
prendiendo que ejercería alguna autoridad é influencia sobre sus
paisanos. Y esta influencia y esta autoridad la ponia Jaime Ortega,
burlando todos sus compromisos anteriores, al servicio de la reac-
cion.


Esta reaccion se hallaba entonces representada por el ministerio
Lopez, y Ortega servia á ese ministerio esperando ocasion de poder
ser útil á los car1istas en alguna campana palaciega.


11.


Un nuevo pueblo se sublevaba y alzaba pendones por la liber-
tad, adhiriéndose al programa que la Junta de Barcelona sostenía
con tan lo teson.


Ese pueblo era Leon, que en relaciones con Galicia, y animado
de un profundo amor á la libertad, lanzó el grito el 11 de octubre.


Habia llegado entretanto á tal extremo la persecucion, que en
·Madrid fué preso el seiíor Chao por un coronel acompanado do es-
birros que allanó su casa, procedió al registro y se llevó la corres-
ponde.ncia. Durante la noche no se babia permitido salir á nadie sin
pasaporte, y la autoridad militar hizo grandes prevenciones.


III.


El dia de la apertura de las cortes fué casi un dia de luto. Pres-
clndiendo de que faltaban representantes por un gran número de
poblaciones, dejando á un lado 10 grave y crÍlico de la situacion, ]a
verdad es, que el gobierno se presentó como avergonzado, y cuando
tantos sucesos debían recibir explicacion, y cuando se daba al par-
lamento tal importancia, aquel ministerio se presentaba mudo ante
sus jueces.


El gobierno provisional no se habia determinado á abrir los la-
bies en el solemne dia que debió dar á la nacion minuciosa cuenta
de todfiS sus aclos.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 309
j Ah! en balde hubiera probado el señor Lopez con toda su facun-


dia á eludir las acusaciones que pesaban sobre su frente, ni á la-
varse de Ja mancha con que ha ennegrecido sus gloriosos antece-
dentes La apertura de las cortes fué un acto mortuorio, las exequias
de la agonizante Ii~ertad.


El pueblo buscaba al rededor de la plaza de Oriente á su milicia
nacional, y no la hallaba; el pueblo buscaba la alegría y el rego-
cijo que habia en otros actos idén tinos, y solo encontraba rostros
Uenos de dolor y desesperacion; el pueblo buscaba las músicas que
otras veces llenaban el aire con sus himnos patrióticos, y solo oia
en lontananza el estruendo de los morleros que destruían las mas
industriosas ciudades, á quien todo lo debían los gobernantes; bus-
caba entre sus representantes á los que sufren y pagan, y solo veia
á los que gozan y viven á expensas del tesoro.


Tal rué en compendio la inauguracion de esas cortes célebres por·
su convocatoria y confecciono


IV.


. Como en los sistemas constitucionales toda la magia, y toda la
virtud, y todo el prestigio pende del aparato escénico, aquellas cor-
tes abiertas sin solemnidad alguna como á hurtadillas, elegidas en
medio de las zozobras y de las vacilaciones de lós partidos, en me-
dio de la disolucion mas completa de las antiguas fracciones, sin
saber nadie á qué atenerse, quiénes eran sus candidatos, qué com-
promisos habian adquirido los amigos de ayer, cuáles podrian li-
garles en el día de mañana, ¿podían tener fuerza moral, podían re-
presentar la opinion, servir de eco al sentimiento nacional~


Ciertamente, que era imposible en medio de aquel cúmulo de
contradicciones, en medio ele aquella volubilidad en qua los aliados
de la vispera eran enemigos encarnizados dd dia siguiente, en que
los que ayer anatematizaban los estados da sitio y las violencias y
los bombardeos,hoy los ejecutaban, hoy los ponian en práctica, hoy
hacían la apología del bombardeo, pedian la destruccion de las ciu-
dades, y llamaban pillos y anarquistas á los mismos que habian
constituido el poder existente.


Singular contraste que hubiera dado ocas ion á la risa y al mas
so!lerano ridículo si el pueblo no hubiera de habor llorado eon lá-


TOMO 11.




310 HISTORIA DEL REINADO
grimas de sangre las consecuencias de lIquel juego infame, en que
8010 se disputaba el botin del presupuesto.


y aquellas cortes, y aquel gobierno, y aquella situacion, habia
renacido de un movimiento revolucionario, y renegando de su ori-
gen, quedaba sin legitimidad, sin legalidad. Era una turba de a ven o
tureros que organizaban fuerzas y defendian los destinos que habian
canquistado pretendiendo crear una legalidad.


El señor Campllzano, sin embargo, aprovechó un momento opor-
tuno para anunciar una interpelacion sobre los acontecimientos de
Barcelona. .


El gobierno tambien, á pesar de estarse ocupando de actas el
congreso, y acaso porque fué combalida la admision de Escosura,
presentó el tanto de culpa que resultaba en la causa formada á don
Domingo Velo, con ocas ion de los acontecimientos de Granada.


v.


Las balerIas estaban dispuestas en Zaragoza para recibir los ca-
ñones y morteros que, con tal destreza y gloria, hizo jugar O'Don-·
nell en 18i1 contra la milicia nacional de Pamplona, que sin duda
.por su valor é intransigencia en aquella ocasion, rué desarmada el
día mismo que se abrió el parlamento.


Aplazada como habia sido por algunos dias la interpelacion del
señor Campuzano en el senado, llegó por fin el momento de que
pudiera explanarse.


Manifestó la necesidad en que se hallaba de llamar la atencion del
gobierno· por la ansiedad general y alarma del pais, sobre los acon-
tecimientos que estaban pesando sobre las poblaciones de Zaragoza
y Barcelona, tipo la primera de heroismo y modelo de los pueblos
libres en toda época; guerrerá y libre la segunda, orígen del poder
que estaban ejerciendo los hombres de la situacion.


Tambien expresó que el deseo exclusivo de que la reconciliacion
entre todos los españoles fuese una verdad, le habia impulsado á
demandar al gobierno una explicacion franca y siDcera sobre los
acontecimientos que han tenido y tienen lugar en tan ricas como
respetables ciudades, siquiera porque el gabinete pudiera acallar en
aJgun tanto la intranquila ansiedad que tiene en espectativa á to-
da la nacioo y la Europa entera.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 811
El ministro contestó, remonlándose al origen del poder de q'ae se


hallaba investido, procurando s:ncerarse de los cargos que le diri-
gia la prensa independiente por su debilidad é inconsecuencias.


Imposible pareela que el antiguo y popular tribuno se atreviera
á usar un lenguaje como el que empleó, llamando pensamiento mons-
truo al tle la J unta central, cuando él habia sido el ailo 400 uno de
]08 principales autores.


Dijo el ministro, que segun el juramento que tenia prestado, no
debia ni podia permitir que se reuniese la Junta central, y que los
que la defendían y proclamaban en Ba¡'celona, combatían la liber-'
tad, no pudiendo haber ya consideracion para tales rebeldes.


VI.


Vigo se adhirió á la revolucioD el 23 de octubre, reuniéndose los
Dacionales fuera de la poblacion, y siendo atacados por las fuerzas
del ejército que despues de algu'l tiroteo se replegaron álos fuert.~~,
no sin haber sufrido algunas pérdidas.


En Z~ragoza como en Gerona se firmaron armisticios, dejando eft
libertad en el primer punto á la gente del campo para recolectar; y
luego que hubieron salido la mayor parte, don Manuel de la Con-
cha, que estaba en inteligenoia con alguno de los jefes principales,
ocupó la ciudad militarmente.


Barcelona seguia siendo oprimida por el fuego del sitiador, y en
primero de noviembre habían arrojado sobre la plaza los sitiadores
mas de 19,000 proyectiles.


Solo en el día 14 de octubre arrojó Monjuich 661 bombas y gra-
nadas; la ciudadela 55!; el fuerte de don Carlos 166; el fuerte Pio
111; que unidas á 1 ,S4oi balas, hacen la suma de !,83i proyec-
tiles.


El gobierno que habia ofrecido el rigor, mostraba ciertamente su
sana contra la indomable Barcelona; pero al prever que Vigo po-
dria ser el alma y la seríal del pronunciamiento de GaBcia entera,
hizo que se apresurase la entrada en Zaragoza por los medios que
hemos indicado, transigiéndose en todo, con tal de llegar al fin que
era ver á aquella poblacion sometida de nuevo á su poder.




31! HISTORIA DEL BEINADO


VlI.


En tanto que todas estas cosas sucedían, los moderados iban de:
recbitos á su objeto, procurando no perder el tiempo y aprovechan-
do todas las oportunidades.


Entre otros varios proyectos como el de mayoda de Isabel y de-
más, figuraba sin duda el de traer á Esparia á la ex-gobernadora,
y por esto se leia en un periódico bien informado algunos parrafos
que nllS servirán mas adelante para ciertas deducciones respecto al
dinastismo de ciertas gentes. Ilé)os aquí:


«Escriben de Paris que el señnr Olózaga ha tenido una entrevista
eon la princesa de Beira (esposa de don Carlos). á cuya sdlorade·
be el señor Olózaga lantos favores; y por cuya recomendacion ob-
tuvo €n otro tiempo grandes relaciones con parte de la aristocracia
francesa de cierto temple y color político.


»Escriben lambien que ese se110r diputado embajador instó mu-
cho á la augusta madre de nuestra reiaa para que viniera á Madrid;
pero S.~. lo rebusó abiertamente: sin emhargo. parece que trae
misioo para q!~ealgunos diputados y senadores hagan la mocion


. para que regrese á Espa!1~ la. reina Cristina. Leemos en la misma
carta que por disposicion de la corte francesa se ha nombrad) in-
tendente de palacio al señor Sil vela: como este señor se educó en
Francia, mediante á que su p:ldre rué del partido afrancesado,
por 10 que todas sus simpatías están por 108 hombres del Sena, re-
sulta, pues, que el gabinete francés tendrá un agente seguro en el
palacio de los reyes de Espana.»


VIII.


El congreso babia recibido una comunicacion del gobierno refe-
rente á la declaracion de mayoria.


En esa comunieacion (R). bajo todos puntos de vista notable, ha·
cia coostar el gobierno la situacioD del país, y expresaba las causas
que le babian determinado á acudir al fallo de las cortes.


Nada decimos sobre ese documento,limitáodoDOs á recomendar al
Jector algun párrafo que tomamos del dictámen de )a comision que




DEL ULTIMO 1I0RRON DE ESPAÑA. 313
formaban Martinez de la Rosa como presidente, Istúriz, Madoz (don
Fernando). Quinto, Olivan, Posada Herrera y Gonzalez Bravo.


«Elegidos en votacion libre, á la par que sosegada y numerosa,
acabando de recibir su encargo y de ver y tocar por si mismos las
necesidades de los pueb'os, á los diputados y senad.m:s toca decla-
rar solemnemente cuál sea el voto de la nacioD; quitando armas á
los partidl}s, prctexto á los descontentos, motivos de nuevos distur-
bios y calamidades.


liLa declaracion de la mayoría de S. M. es, en concepto de la co-
mision, la solucion única que ofrece la situacioD presente: ni se pue-
de volver atrás sin exponer el Estado á reacciooes y peligros :,in
euento, ni caminar bácia adelante, al acaso) á ciegas, sin aventu-
rar la paz del reino, corriendo mil azares, y daúdQ tal vez márgen á
UDa nueva guerra civil.


»La di'r1aracion de la mayoría de S. M. des&ta rádlmente el nudo
que parecia indisoluble: con ella se condenan de nuevo las ioful1da-
das pretensiones de UD príncipe que osó disputar el cetro; con ella
se cortan de r:liz las esperanzas que pudiera tal vez alimentar en
tierra extranj>'ra el que desempeñó interinamente el poder supre-
mo, sin ejercerlo con acierto ni defender Jo con dLnidad: por este
medio, en fin, se acal!an los clamores de partidos bastardos, se ha-
cen caer las armas de las manos de los ilusos, y se entra de una vez
en la senda legal, trazada por la ConstitucioD, y resguardada por
la sombra tutelar del trono.


»A.presúrese, pues, este plazo, ya que tan cercano está el seña-
lado por la ley fundamental de la mooarquía; de este modo evitare·
mos extraviarnos en un laberinto de dIfícil salida, si nos cmpefíáse-
mos malamente en constituir un gobierno interino, que babia de
contar por días su débil existencia; de este modo es de esperar que
cese de correr la sangre que aun se está derramando por desgracia
en algunas ciudades del reino; y satisfaciendo los votos manifiestos
de )a naeion, inauguraremos con el nuevo reinado una era de pros-
peridad y de gloria.


»Por todo lo cual, la comision opina que el congreso debe apro-
bar la sig3ieD te resolucioD, acorde con la propuesta del gobierno:


lilas Cortes declaran mayor de edad á S. M. la reina daiia Iba-
6,'IJ.»




314. llISTCRlA DEL RilNADO


IX.


Aquellas cortes tan anómalamente reunidas y que tan poco pres-
tigio podian alcanzar, terffiinaron sus primeras sesiones y llegaron al
dia de la conslilucion definitiva que lué el 4: de noviembre. En él
se procedió naturalmente á la votacion de la mesa.


El sefior Olózaga que en el primer escrutinio tuvo 31 votos con-
tra 38, y 40 que obtuvieron respectivamente los seno res Cortina y
Can tero. recibió en la segunda volacion 66 votos de 118 que se emi·
tieron.


Sus campaneros fueron Aleon. Mazarredo, Pidal, Gonza!ez Bravo,
y como secretarios Roca de Togores, Nocedal, Salido y Posada Her-
rera. Como se ve la constitucion de la mesa era un grave peligro para
la libertad.


Allí estaba siempre el hombre funesto, siempre desgraciado, yal
lado suyo como agentes de la reaccion hombres que traian compro-
misos de mucho tiempo.


Indicaba tambien la votacion que el congreso si bien aparecía com-
pacto se hallaba hondamente dividido, y que la un ion soñada, la con·
ciliacion de los que se llamaban partidos Hberales no habia podido
borrar las desconfianzas mutuas de unos hácia otros.


Olózaga, sin embargo, debió verse muy lisonjeado al figurar nue·
vamente en la presidencia de la asamblea, y al verse rodeado de
tales personajes y en divorcio de sus antiguos amigos, debía estar
diciendo para sus adentros: «La verdad es que yo represento el pri-
mer papel, que hay una niña de trece afios, que el prestigio y ca-
rácter inviolable de la huérfana servirá de pantalla y nos colocare-
mos al nivel de los monarcas absolutos. Crearemos una sociedad se-
mejante á la inglesa, y alIado de los antiguos aristócralas, nuestro
puesto será brillante y justificaremos nuestra revolucion, porque da-
remos al pueblo las garantías que tiene en aquel antiguo nido de los
normandos y sajones. D


x.


En la sesion siguiente y leido el dictámen de la comision acerca








DEI. nLTmo BORnON DE ESPAÑA. 315
de la mayoría, se entabló una discusion previa en la que defendie-
ron d09 proposiciones los señores Ochoa y Krooke; impugnando
Juego el dictámen, que en resúmen hemos dado á conocer, el serir¡r
Ovejero.


Donoso Cortés habló en pro y fué rebatido por el marqués de
Tabnérniga, que sorprendió á los espectadores y al congreso pro-
nunciando un discurso de buen estilo, lógica irresistible y cultas
fra~es.


A.cusó á los que querian apoderarse de la situacioD, de haber sido
los malos C'lnsejeros que habian perdido á la reina Cristina.


El señGr Posada Herrera se encargó de contestar al marqués de
Tabuérniga, y si no logró demostrar la exactitud de su razonamiento,
probó que era hábil y que algun día mereceria el dictado de escép-
tico, ya que entonces podia merecer el de apó~tata al dec!arar con
franqueza que se hallaba dispuesto á infringir todos los artículos de
la Constitucion.


En el senado se discutió tambien á la ligera la cuestion de mayo·
ria, y reunidos los cuerpos colegisladores el día 8 en el salon del
congreso se procedió á. la votacion resultando que 193 representan-
tes contra 16 declararon, anticipadamente á lo que la Constitucion
prevenia, la mayoría de Isabel.


A. esta disCIlSir¡D, á esta declaracion precedió un gravisimo suceso
ocurri~o la noche del 6 de noviembre.


El general Narvaez vivia en 1" calle de la Luna, em considerado
como el alma de aquella sitn3ciop, como el tirano que dictaba sus
órdenes y que con amenazas inicuas hahia obligado á Lopez y á los
otros ministros á seguir en las vias d0 la ré'accion cUii¡;do ellos que~
rian ab3ndonar el poder para no bacerse cómplices de las infamia~
que se proyectaban.


Algunos hGmhre~ del pueblo, algunos patriotas concibieron un
odio profundo hácia afIlie! que ~e habia atrevido á \lama~ 5angre
traidora á h ql~.~ ('orria por las venas de los nobles madrileños, rl~
tos que en el 2 d~ mayo y 7 d~ julio habian adquirido títnlos glo~
riosos, tlahiar. manifest.ad!) su amor á la lib::;rfarl.


L:\ f}o"he á (PW nos referimos E'1 grnera! NarvlJcz debin ir al t~l'­
tro del Circo donde ~e hallaba Isabel. Al d"semb8car de la calle ¡-l,;
h T,'lr.a~. la rlf'1 Desengaño, apareció un grupo que intentanori dp,-
tp''lpr ni c0 chrn, dirigió sobre el carruaje una descar¡;11 fJue dejó 1\!
cflch~ baslante d¡.lstrozado, hiriendo mo~taJmrnt~ a.l aj'nrhmte de di~




916IHSTORIA DEL ItEINADO


cho general. El coche se detuvo frente á los Basilios, "la poblacion
se alarmó. las tr.opas salieron tie 108 cuarteles y el general Nanaez
entró en el teatro donde apenas habria alguno que supiera el terrible
peligro que habia corrido.


Este l'cto horrible q\le revela á dónde conducen las pasiones po-
lfticas, dió oeasion á muchas persecuciones.


El director y propietario del Eco, el redactor don Juan Meea yel
editor responsable fueron llamados á la jefatura poHtica para comu-
nicarles una órden, y despues de conferenciar una hora con la au-
toridad fueron conducidos á un cuartel donde quedaron incomuni-
cados.


. Xl.


La Reina prestó el juramento que la Constitucion prevenia á los
trece aftos y UD mes, prometiendo guardar solemnemente el pacto
fundamental delpais.


Ridículo hubiera podido parecer semej8Qte acto, y UDa prueba
mas de las far~as constitucionales, si no hubiera sido un verdadero
crimen que debia traer gravísimas consecuencias.


Prestar juramento á la Constitucion del Estado una nírla sin con-
ciencia bastante para apreciar el acto á que se la sujetaba, pero con
el conocimiento suficiente para comprender que si juraba en aquel
día era por el quebrantamiento de esa misma CODstitucion, este es
un hecho incalificable por el que quedan seguramente conocidas las
intenciones de los hombres que le llevaron á cabo.


La mayoría de Isabel era tambíen un acto político muy impoH-
tieo en verdad.


Otras personas que no hubieran sido los ministros Lopez y Ca-
ballero, hubieran aceptado el movimiento de Barcelona y los de las
poblaciones que la siguieron, como un medio de impedir legal-
mente fa declaradon de la mayoría de lsabel basta tanto que se hu-
biera resuelto para ello~ favorablemente la situacion.


Entregar á una Dina el poder; colocar en torno suyo á Jos ene-
migos personales y políticos, es una prueba de demencia y de in-
capacidad tal, que la historia al consignarlo ha de exigir tremenda
responsabilidad á Jos que pudiendo DO lo evitaron.


Todas las desventuras, todas las desgracias que á la patria y á




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 317
Isabel han sobrevenido, y el catálogo es largo sin duda, débense á
aquellos hombres funestos, que subiendo en mal hora á los conse-
jos de Espartero y habiendo provocado una revolucion, no supieron
ni quisieron prevenir los males, y se dejaron arrastrar por la am-
bicion antes que confesar sus errores y buscarla muerte con digni-
dad entre aquellos á quienes escarnecian. acusaban y perseguian
como facciosos.


xn.


Entre tanto que estos sucesos pasaban en la corte, iban desva-
neciéndose UDO pOi' uno aquellos pronunciamientos de las poblaeio-
nes que babían alzado el lema de Junta central como verdadero es-
cudo para detener los golpes de Ja reaccion y servir de lazo de un ion
enfre todos Jos que de liberales se preciaban.


Zaragoza primero, como ya hemos dicho, y Gerona, Olot Y Hos-' .
talrich lueroD cediendo sucesivamente, y Vigo, la última ciudad que
se habia señalado entusiasta por Ja causa de la libertad, hubo de
rendir tributo á Ja evidencia al ver que pasaron dias y dias y nadie
secundaba en Galicia aquel grito salvador.


Don José Martín Iriarte al mando de una columna compuesta de
nacionales y patriotas de Vigo y algunos soldados del provincial de
Lugo, recorrió la comarca llegando hasta los muros. de Orense don·
de encontró organizada la resistencia; entonces retrocedió, y perse-
guido por las columnas que se habian organizado para marchar á
Vigo hubo de refugiarse en Portugal.


Iba desmoronándose y desvaneciéndose la última esperanza que
habían podido formar los patriotas al ver conculcado el programa
del ministerio Lopez, y levantados ai poder aquellos hombres que
solo lJuerian un sitio en el hogar comun, en la patria para no vivir
á merced del extranjero.


En muchos pUDtos so habia transigirlo con el gobierno, evitando
el pronunciamiento, merced á las gra!lde~ promesas del ministerio
Lopez, que habla asegurado á muchos de sus amigos que no soJta-
ria la bandera de la libertad, que no permitiria que la situacion ca·
yese en poder de los moderados y que se arrastrase á España á las
convulsiones del despotismo.


Esas promesas solemnes, y los halagoS, y las seducciones, y c~n-
TOllO 11. H




318 HISTOIUA DEL RElNA.DO
cesiones y privilegios que se repartieron aplacaron en muchos pun-
tos aquella hoguera que podia haber sido una revolucion radical que
sirviera dé castigo tremendo y de escarmiento para los que villana-
mente habian venido á hacer con el partido liberall0 que la vibora
con el sencillo labrador que quiso darla calor y vida metiéndola en
su seno .


. ,




CAPITULO XXXVltt.


SUMARIO.


Pfr~tj~uciolU\~ politicas.-P'eJicitall á Isabel Jos diputados 110r haber sido lIeclarada
mayor dll I'dad.-Compliraciones de aquella situacion.


1.


Las persecuciones por parte del poder militar que gobernaba en
!tladrid llegaban en aquel punto á un extremo irritante.


Parecia tambien que los sucesos venian creando una atmósfera
terrible para el gran acto que se preparaba. Las fiestas de la ma-
yoria, al empufiar las riendas del Estado la jóven Isabel, debian ce-
lebrarse entre ]os ay es de las víctimas y los lamentos de los perse-
guidos.


Pocos dias antes se habia volado el polvoriu situado en las afu.e-
ras de la parle del Norte de Madrid. Durante algunas horas remó
gran confusion, creyéndose por parte del gobierno que era la senal
para un movimiento. Ocurrieron bastantes desgracias.


El gobierno, tomando pretexto de este suceso1 procedió á la pri-
sion de muchas personas, f entre ellas los dos hermanos Gaminclez
y algunos otros oficiales.


Se formó un gran proceso, y hubo de ponerse en libertad á mu-
chos de los detenidos.




820 HISTORIA DEL RE1NADO
El lance de la calle del Desengai'io tambien ocasionó muchas pri-


siones, entre las cuales ya hemos citado los redactores del Eco del
Comercio, y el mismo dia en que Isabel debia jurar prendieron en-
tre otros á un maestro fuellero de la calle de Toledo.


Pero en donde se manifestó perfectamente cuánto dominaba el es-
píritu reaccionario en las elevadas regiones, fué en las escenas que
se prepararon con motivo del entierro de un veterano á que asistie-
ron los nacionales con uniforme, yendo los de las bandas con sus
instrumentos.


tos periódicos moderados pusieron el grito en el cielo provocando
explicaciones, y.tanto y tanto excitaron la opin¡on, que se debió en-
valentonar cierto oficial del ejército basta el punto de acometer en
medio de la caBe á un tambor de la Milicia nacional que JIevaba
puesto el uniforme, y despues de maltratarle de palabra y obra, se
le arrancó y destrozó. A consecuencia de esto gestionó el A.yunta-
miento, y el gobierno dió una satisfaccion honrosa, ofreciendo cas-
tigar al que en la persona de un tambor de la Milicia babia ofendido
á una institucion del Estado que tenia hechos grandes servicios en
defensa de la libertad.


11.


Antes de la escena del juramento habían pasado los diputados á
Palacio para felicitar á Isabel en el acto de baber salido de la me-
nor edad.


El presidente del Congreso, Olózaga, creyó conveniente dirigir á
la jóven algunas palabras que expresaran claramente la situacioD.
y habló en los siguientes términos:


«Los diputados de la nacion tienen la honra de presentarse á V. M.
con el plausible motivo de la declaracion que las Cortes acaban de
hacer de la mayoria de edad de V. M. Los diputados, Senora, han
discutido con calma y entera libertad este grave asunto; han votado
con conciencia; y des pues todos unánimes han acordado tener la
llonra de presentar á V. M. el homenaje de sus sentimientos como
espanoles y como diputados, felicitando al mismo tiempo á V. M.
por los largos y prósperos atios que promete su reinado, por cuya
gloria y la ventura de la Espai'ia hacen los mas ardientes y sinceros
votos.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA • su
." V. M. puede, pues, contar con el apoyo del Congreso de los di-


putados, que sobre la importancia y la significacion legal que siem-
pre tiene, reune ahora la que le ha dado recientemente la nacion es-
paCíola, demostrando cuán peligroso es· prescindir de la union que
debe reinar siempre entre el gobierno constitucional y los cuerpos
colegisladores.


»Los diputados reiteran á V. M. los profundos sentimientos de
adhesíon y de respeto.»


La jóven Isabel contestó de este modo:
.Siento la mas pura satisfaccion al ver por primera vez al rede-


dor de mi trono á los diputados de hi nacion, y agradezco muy sin-
ceramente los sentimientos que en su nombre me manifestais. Ma-
fiana juraré la Constitucion, con cuya fiel observancia y el auxilio
de las Cortes, que respetaré siempre como conviene á la estabilidad
del gobierno y á la paz de los pueblos, procuraré el bien de la na-
cion espafíola que tantos sacrificios ha hecho en defensa de mi trono
constitucional. »


Para hacer esta escena mas patética, el gobierno tenía dispuesto
un episodio. Al pasar por delante de Krooke, diputado qpe habia
dicho UD discurso yerdaderamente conmovedor ¡ razonado contra la
declaracion de mayoría, Lopez, el presidente del Consejo, dijo á la
Reina! «Este es el senor Krooke, que despues de haber dado en la
euestion de mayoria el voto sugerido por su conciencia, quiso ayer
hacer particular ostentacion en el Congreso de los sentimientos-de
lealtad que hácia V. M. abriga su alma.» El diputado por Granada
exclamó: «Ayer lo dije y hoy lo repito, Seliora; no tendrá V. M. un
súbdito mas leal y obediente! ni que mas ardientemente se consa-
gre á serviros.'"


HI.


Era ya improcedente el sostener una lucha tenaz y porfiada, sin
mas objeto, sin mas fin, sin .mas resultado que la muerte y el des-
concierto, el lulo y la destruccion.


Propúsose al gobierno, y se encontró aceptable dar una amnis-
tia amplia y general que reconciliase efectivamente á los liberales en
todas sus matices; pero los hombres proponen y los sucesos tienen
la lógica y un encadenamiento que no es posible eludir.




HISTORIA DEL REINADO


El Senado, despues del Congreso, habia dado al ministJrio Lopez
U!l voto de confianza y de gracias unÍlnime, espontáneo, por sus sa-
crificios, por sus esfuerzos y conduela durante lils dias de extremada
crisis hasta reunirse las Cortes. Esto babia sido en la sesion del 12.
Con lo cHal se babia creido que podría sostenerse aquel ministerio
progresista rodeado de todas las autoridades moderadas.


El dia t 5, Y coincidiendo con la creacion de un centro formado
de los diputados jóvenes, apareció en El Heraldo un artículo en el
que se revelaba, aunque muy sagazmente meditado, una oposicion
tenaz y furibunda, fraccionándose asi el Congreso en el momento que
en la prensa se levantaba la bandera de guerra.


Un incidente importante, la renunda del general Narvaez venia
mas y mas á complicar esta situacion; enl1!zándose coo todo ello la
artera conducta de un hombre que jugando siempre con cartas do-
bles venia entonces á ensayarse en intrigas palaciegas.


IV .
.


y hubo crisis á pAsar de que todas las probabilidades estaban en
contra de esa solucion. y los moderados lucharon y descubrieron sus


. fines y sus proyectos, y des pues de muchos días y de muchas lu-
chas y cabildeos, y despues de las combinaci,JDes en que Olózaga
tomó una parte principal conferenchndo con el ministerio Lopez, y
despues de muchas peripecias que omitinJOs, llegó una sesi.oo en que
Sartorius dijo estas palabras: « Pido que en la primera se,siOD dé
cuenta el gobierno del estado en que SJ encul~ntra la crisis minis-
terial. »


Af}uellas palabras produjeron una gran agitacion. La sesion con-
cluyó de una manera borrascosa porque las intenciones del diputado
se revelaban perfectamente, despues de haber dicho POCI)S momen-
tos antes, explicando el voto de gracias dado al gobierno provisio-
nal, que aquello podia significar que COiDO tal la mereeia al Con-
greso, p~ro DO cuan':!o se cOD,:ertia en ministerio responsable.


Uno de los incidentes notables en esos dias fué el que produjo una
discusion en el Cúngreso.


El conde de las Navas interpeló al gobierno acerca del desarme
de la Milicia nacional, iY alJí rué de ver cuánto era estimada esa ins-
titucion! Madoz, Cortina, los ministros ... Pero aJ querer hablar los




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 3!3
ministros se encontraron con que el señor Olózaga disputó acerca de
si eran ministros Ó DO lo eran, y entonces vino la fatalidad y se des-
cubrieron graves misterios, importantes contradicciones.


En otra sesion, habiendo tocado el turno á un proyecto por el que
se autorizaba al gobierno para cobrar contribuciones, Posada Her-
rera manifestó que cuando los ministros habian declarado hallarse
dispuestos á retirarse del puesto que ocupaban, el Congreso no ti-
tubeó en darles cuantas demostraciones de aprecio se creian opor-
tunas, y las gracias porque se marchaban respetando las prácticas
parlamen tarias.


v.


A consecuencia de las palabras á que hemos aludido de Posada
Herrera, el ministro de la guerra, Serrano, declaró que los minis-
tros tenian la confianza de la corona y el voto unánime de las cor- .
tes; que dejarán sin embargo las sillas, no por faltarles eleruentos
de gobierno, si porquo su delicadeza les prescribia tal resolucion.


Estas indicaciones por parte de gerrano, dieron ocasion á Olózaga
para añadir algunas ~xplicaciones acerca de ia crisis ministerial.


Dé aqui cómo la explicaba un periódico:
«Segun el señor presidente del Congreso terminará esta nocha en


que los ministros en presencia del senor Olózaga tendrán una con-
fercllcia con S. !ti. El cielo sabe lo q'ue saldrá de ella; pero el se-
lIor Olózaga parece que al fin se halla resuelto á ocupar una siBa
ministerial que tanto ha rehuido. Aun nos reeonciliaríamos con este
señor diplomático, P1'Oteo mimado de todos los partidos y no bien
conocido de ninguno, si al fin dejando la careta aparte, quiere un
dia consagrarse al país.»


En la sosion del ~ 1 se leyó en ambos cuerpos colegisladores un
decreto por el cual Isabel nombraba ministro de Estado y presidente
del Consejo á don Salustiano Olózaga, quedando agradecida á Lo-
pez por los grandeS servicios que habia prestado al trono consLitu-
cional.





CAPiTULO XXXlX.


SUMARIO.


Gran reunion política en Palacio.-Ministel'io ülóza ~a.-Cue5lion de la Milicia Dacio-
nal.-Un dia de luto para !ladrid.-Convenio del~general Sanz con Barcelona.-
Entran las tropas en dicha ciudad.-Principales disposiciones y proyectos del go-
Lierno.-Gravedad de aquellas circunstancias.


l.


Olózaga estaba encargado de la lormacion del nuevo ministerio,
y antes de constituirlo, queriendo cumpHr~su promesa hecha en las
Cortes de celebrar una conferencia con el ministerio Lopez, procur6
que fuese lo mas animada posible, y á este fin se reunieron en Pa-
lacio en un espléndido banquete, al queiasistieron los individuos del
cuerpo diplomático extranjero, el presidente del Senado, Narvaez y
demás autoridades, el general Concha y los otros inspectores de las
diferentes armas. Olózaga estuvo sentado á la derecha de Isabel,
dándola el brazo á su entrada en el salon ~el convite.


En vano pugnó el senor Olózaga por vencer las dificultades que
]e rodeaban y constituir un ministerio que respondiese á sus planes.


y el ministerio Lopez seguía en pié, y el ministro de la Goberna-
• cion con ocasion de la renuncia de algunos concejales del Ayunta-


miento, nombró otros progresistas puros y dispuso tambi~n que se
diesen nuevamente las armas á los batallones desarmados en Gra-
nada, quitándoselas. al cuarto batallon organizado por el capi-




DEL ULTIMO BORDON DE ESPAÑA. 325
tan general con gente sospechosa y desafecta á la libertad.


Olózaga habia con (ado para componer su ministerio con el centro
de la juventud, y debian tomar parte Gonzalez Bravo y Sartorios.


Pero esta combinaciou, como otras, quedó desbaratada.
Por fin el dia !¡ quedó constituido el ministerio, y el !5 se pasó


á los cuerpos colegisladores el oficio en que se daba cuenta del nom-
bramiento de ministro de Hacienda en don Manuel Cantero, de don
Claudio Anfon de Luzuriaga para Gracia y Justicia, de don Jacinto
Félix l)omenech para Gobernacion, quedando Serrano y Frias en sus
respectivos ministerios.


11.


El partido parlamentario, es decir, los realistas que venian pre-
gonando la restauracion, quedaron completamente chasqueados en
esta combinacion, y empezaron una guerra cruda en toda la linea y
se dispusieron á derrocar aquel poder que despues de haber inuti-
lizado á todos sus amigos queria de repente presentar una batalla
audaz contra los fanáticos sectarios del despotismo.


Serrano habia entregado el ejército en masa á los generales! je-
fes y oficiales cristinos y carlistas.


En Palacio dominaban las cámaras, y los puestos principales los
ceupaban amigos de Cristina; y habiendo pasado- el ayo de Isabel á
ser su primer ministro, quedaba por completo aquella niría en poder
de los enemigos de la libertad.


El Ayuntamiento de Madrid babia celebrado el !3 una larga se-
sion extraordinaria con el objeto de tratar la cuestion de la Milicia
nacional, acordándose por último llamar á los batallones como se
bailaban en julio á elegir jefes y oficiales.


Citóse para las doce del dia del domingo ~6 al primer batanoD,
pero al instalarse el nuevo gobierno, despues de hacer gestiones ine-
ficaces con el Ayuntamiento, dirigió una real órden por condueto del
jefe político mandando suspender la reorganizacion.


Esta corporacion volvió á reunirse públicamente en la noche del
sábado para deliberar sobre esta real órden.


Despues de una larga discusion y desechada una proposicion
para que no se cumplimentase )a real órden, se acordó fijar en las
esquinas el siguiente anuncio:


TOlio 11.




SiS HISTORIA. DEL RBINADO
«El Ayuntamiento constitucional de Madrid hace saber: que hoy


no puede llevarse á efecto la eleccion de oficiales de la Milicia. na-
cional p~r haberse recibido en la órden de ayer la real órden si-
guiente:


»Excmo. seiíor.-EI Excmo. serior ministro de la Gobernacion
de la Península en real órden de hoy me dice lo siguiente:-Re-
suelto el gobierno de S. M. á llevar á efecto la reorganizacion de la
Milicia nacional de esta M. H. V., de manera que su institucion sea
una verdadera garantía del órden y apoyo del Trono y de la Cons-
titucion del Estado, ha mandado que se manifieste á la posible bre-
vedad las disposiciones que hubiese adoptado á consecuencia de la
real órden de 16 del corriente, como y tambien fas que haya acor-
dado por igual motivo el Ayuntamiento de esta capital, pues que
siendo de tanta gravedad é importancia este negocio, quiere S. M.
tener á la vista fas bases de la reorganizacion para aprobarlas, ó en
otras maneras dictar las instruccioces que estime convenientes; sien-
do por lo tanto indispensable que se suspenda llevar á efecto cual-
quier medida de ejecucion hasta tanto que sea conocida la resolu-
cion del gobierno, que será siempre conforme al laudable fin que se
propone, y COD la urgencia que la institucion de que se trata r el
interés público reclaman.-Da real órden lo comunico á V. E. para


. su inteligencia y efectos consiguientes. Dios, etc.)


nI.


En la IDllfiana del siguiente dia y en la hora designada acudieroo
los nacionales á quienes se habia convocado para la eleccion.


Al llegar á la plaza de la Villa y al encontrarse con las nuevas
órdenes fueron reuniéndose grupos, en que se recónocian los anti-
guos compañeros y deliberaban sobre la cosa pública, sobre los su-
cesos pasados y el incierto y azaroso porvenir.


Las autoridades militares que, como decia El Heraldo con inau-
dito cinismo, velaban por la seguridad y el órden público, acudie ~
ron con fuerzas para dispersar á los ciudadanos inermes allí reuni-
dos, y estos, al verse hostigados, prorumpieron en gritos descom-
pasados. Vivas, mueras, todo lo que la exasperacion produce yacon-
seja, hé ahí lo que se oyó por algunos instantes de perturbacion.


Las tropas acuchillaron y rindieron á tos grnpos.




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 827
La autoridad quedó triunfante.
Hubo escenas terrible~ y fué un dia de luto para Madrid; sin em-


bargo de que por parte dd los milicilnos se trató la enesUon con muo
cha prudencia.


En la sesion del Congreso de] siguiente dia, anunció Ayguals de
bco una interpelacion al gobierno respecto al atentado com~tido con-
tra el pueblo de Madrid.


y debiendo nombrarse presidente que reemplazara el serior Oló-
zaga, fué elegido Pidal por 80 votos contra 66 que obtuvo don Joa-
quin Maria Lopez.


El ministro de Gracia y Justicia leyó un proyecto de ley amplian-
do la amnistia del ministerio Lopez, en los mismos términos y cir-
cunstancias para los que se baHardD procesados, perseguidos ó ex-
patriados á consecuencia de aconte!:imientos políticos ocurridos desde
el citado día hasta el en que fué decla¡'ada la mayoría de Isabel.


Esta disposicioD gubernamental tendia á dar unidad y fuerza ,a]
partido progresista, poniéndol¿ en disposicion de luchar con sus
descarados adversarios.


A la interpelacion de Ayguals de Izco, contestó Olózaga que er
gobierno habia tomado disposiciones para que no se turbase el ór-
den, y que confiaba en el celo, patriotismo y buena fe de la inmensa
mayoria del pueblo.


Hubo tan larga discusiQn, y dijeron tales cosas los enemigos de
las instituciones libres, que aquella sesion pudo muy bien ser con-
siderada como el prólogo de los terribles debates que debian sobre-
venir.


IV.


En Barcelona al saberse la noticia de que todas las poblaciones
volvian á su estado normal, hubo un momento en que los hombres
decididos y consecuentes, prefiriendo morir con honra y con gloria
á caer bajo la presion de los tiranos, deeidieron concluir como Nu ..
mancia, volando los edificios y sepultándose en sus ruinas.


Pero convencidos de la inutilidad de tan colosal esfuerzo., y de que
era intempestiva semejante resolucion, pues á nada conduciria el
sacrificio de sus personas ni el aniquilamiento de la poblacioD, cuan-
do toda Espana sufria, y cuando los partidos parecían descomponer·




818 HISTORIA DEL RIINADO
se de nuevo, no faltó quien resolviera transigir honrosamente en
presen tándose ocasion oportuna.


La noticia de la mayoría de la Reina, comunicada por el general
sitiador, fué el pretexto buscado, y desde aquel momento las corpo-
radones revolucionarias de la ciudad invicta decidieron resolver por
la mejor manera posible aquella anómala situacion, poniendo tér-
mino á tantas desgracias y horrores como venian cayendo sobre la
poblacion.


El general Sanz firmó un convenio con los barceloneses, por el
cual quedaban todas las cosas en el mismo ser y estado que antes
de los sucesos.


Las tropas entraron; )a poblacion se manifestó tranquila y sose-
gada, casi al'Jgre y gozosa por el feliz término de aquellos aconte-
cimientos, que si habian levantado muy alto el nombre de Barcelo-
na, si habían servido para dar á conocer que no se olvidaban en
Cataluna las hazanas de otros tiempos, y que como siempre aquella
raza privilegiada sentia gran amor hácia la libertad, el continuar por
mas tiempo en la defensa de una causa abandonada, hubiera sido
un delito mas que un heroismo.


No habían pasado muchas boras desde que el general Sanz apro-
bando las bases del convenio celebrado, hubo abierto para pasar


'adelante las brechas que defendian con sus pechos los hijos de la
nueva Numancia, cuando temeroso ó comprometirlo quizá. para lle-
var adelante el plan inicuo que se venia trazando, pretextando des-
órdenes que no habían tenido importancia alguna, decidió romper
aquello mismo que con su firma prometiera cumplir, y la desgra-
ciada Barcelona confiada en las palabras del caballero, fué amena-
zada con todos los rigores de la ordenanza; y los nacionales que
debian á su valor el derecho tie llevar las armas, hubieron de en-
tregarla3 en el término perentorio de seis horas, como si hubieran
quedado ignominiosamente vencidos.


Cuando se leen las gloriosas páginas de aquellos días (S), y se
estudia la conducta de ciertos hombres, causa seguramente disgusto
é indignacion cuanto se observa de aquellas maquinaciones, de aque-
llas apostasías, de aquellos repentinos cambios, y mas que todo esto
causa asombro, que los que se decian amigos tU.vieran el valor de
venderse y de asesinarse impíamente; que los que habian entrado
bajo la proteccion de una amnistía pretendieran ser exclusivos, com-
pletamente exclusivos y daenos de la situacion~




DBL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 329


v.


Una de las disposiciones mas importantes, porque revelaba g,ran
alcance poHtico, rué la que tomó el nuevo gabinete, revalidando los
empleos, gracias, honores y condecoraciones concedidas por Espar-
tero hasta el día de su marcha.


En el preámbulo de ese decreto, se hallaban algunos párrafos
muy importantes.


Bé aquí dos de que no queremos privar á nuestros lectores.
«El ímpetu, pues, de pasiones que las disidencias políticas nutrian


é inflamaban, y la flaqueza inherente á gobiernos de suyo transito-
rios, han contribuido de consuno á establecer frecuentemente como
sistema la inseguridad, la vacilacioo, los desórdenes que lamentamos
hace diez alios, y que amenazaron cegar para siempre los manan-
tiales de la felicidad pública, si el dichoso advenimiento de V. M. á
la mayoría no pusiese término definitivo y venturoso á tantos pade-


. cimientos. Pudo caber hasta ahora, seliora, en la incertidumbre ó
en el extravío de las cosas humanas, el anhelo de combatir al po-
der público fuera de la lícita esfera; porque los poderes públicos
hasta ahora han tenido escrito su fin, y la interinidad los desvirtua-
ba. Pero de hoy mas, ¿quién osará levantar bandera contra el cetro
que legaron á V. M. cien reyes, y que á oosta de raudales de gene-
rosa é hidalga sangre puso el pueblo espaliol en su mano?


DEI gobierno de V. M. no ]0 consentirá, señora, ni permitirá
nunca que en lo mas leve haya quien se atreva á vulnerar impune-
mente la legalidad con3iderad~ en su sentido mas lato, mas absolu-
to y completo; la legalidad, seliora, del único modo que concebirse
pueda, esto es, exenta de toda transaccion, de todo efugio ó aco-
modo, que en caso alguno deslustre su omnímodo imperio; porque
de ella ha de esperarse la calma que los fatigados pueblos necesitan
para que los gérmenes de su prosperidad se vivifiquen y desarro-
llen, como V. M. en su magnánimo corazon apete~e; y porque sin
legalidad no existe el gobierno, y desaparecen, por lo taBto, esas
altas aplicaciones sociales, la inte1ige~cia, la fuerza, )a voluntad
públical de que es V. M. augusto símbolo.»




330 HISTORIA DIL RIINADO


VI.


Graves eran las circunslancias.
Cada partido pretendía asegurar su existencia en aquellos mo-


mentos, porque de ello pendia sin duda para mas adelante su in-
fluencia en les destinos de la patria.


Hé aqui en lo que realmente consistia la verdadera torpeza de los
que habian provocado con tanfa premura la declaracioD de la ma-
)'oria de una niía inexperta, que debía ser juguete dócil en manos
de los que con habilidad suma veoian ensayando desde mucho tiem-
po una restauracioa y la vuelta de doña Muía Cristina.


y si todos los partidos tenian interés en la lucha, la verdad es,
que iniciado el movimiento de mayo por los progresistas enemigos
de Espartero unidos con algunas fracciones democráticas, sostenido
con valor por los hijos del pueblo catalan, el ministerio Lope~ pro-
gresista llevado al poder por ese alzamiento, habia cometido la tor-
pez!1 rarísima y sin nombre de entregar por completo al partido mo-
derado los destinos y la mayoría del parlamento.


As' fué como la votacion de la mesa al reemplazar á Olózaga que-
. dó elegido el señor Pidal, y al buscar el reemplazo de e~le rué nom-


brado Quinto vice-presidente por "votos, obteniendo 1 O menos
don Pascual Madoz.


Terribles lecciones que reciben aquellos que están jugando siem·
pre con las ideas y que DO tieuen mas mira que su engrandecimien-
to personal cueste lo que costare.


Pero leccion dolorosa tambien para los pueblos porque es un gra-
vísimo perjuicio para ellos mucho mas cuando se les burla, se les
hacen promesas y se les engaña miserablemente.


Otra de las complicaciones graves que ocurrieron én aquel mo-
mento, que como hemos dicho precedía á UDa gran tormenta, fué
la dimision que del cargo de ministro de la Guerra hizo el general
Serrano.


Nadie podia explicarse satisfactoriamente aquel hecho; pero la
verdad es que el ministro que habia faltado á la palabra solemne-
mente empeiíada en Barcelona; el ministro que habia revalidado
grados, empleos y titulos á los hombres que habían hecho una
guerra facciosa á la libertad , titubeó cuando se trataba de hacer




DEL "ÚLTIMO BORBON DI ISPA~A. 331
justicia á los hombres que habian seguido fieles la causa de Espar-
tero.


VII.


Otro proyecto importante presentado por el gobierno, que lleva-
ba cuatro dias en las regiones oficiales, fué el de Ayuntamientos.


En el siguiente párraro hallaráD nuestros Jectores explicada la Ín-
dole de la nueva ley:


.. Si la perentoriedad del tiempo hubiese podido dar Jugar á la
discusion de una ley completa que abrazara además todo lo relati-
vo á la organizacíon y atribuciones, el gobierno de S. M. procura-
ría realizarlo desde luego por su parte, con la seguridad de encon-
trar igual disposicion en los representantes del pais: pero sin aban·
donar esta idea, antes bien animado de la ~speranza de poderla
llevar á cabo, se propone por ahora hacer lo posible, ya que no le
es dable cuanto desea, para que empiece la reforma por el sistema
de eleccion, y los Ayuntamientos para el ano próximo se renueven en
su totalidad con arreglo al proyecto que tengo la honra de presen-
tar. La base de la eleccion directa, la designacion y calificacion de los
que sin perjuicio de los intereses públicos y de los pueblos respecti-
vos podrán ejercer el derecho de elegir y ser elegibles; la formacion
de las listas electorales, y modo de proceder á la eleccion, tal es en


,. compendio cuanto abraza el proyecto que se acompana. Pocos son
sus articulos, y apenas se encontrará UDO solo que antes de ahora
no haya sido discutido ó aprobado en uno ú otro cuerpo, y algunos
lal vez en entrambos en diferentes legislaturas, motivo por el cual
el gobierno se anima á esperar del celo de las cortes y del conven-
cimiento de su utilidad y urgencia que se despachara con la posible
brevedad, dispuesto como está á contribuir á ello por su parte, ad-
mitiendo ó conformándose con aquellas modificaciones que se esti-
men convenientes, y que mejorando el proyecto no se opongan al
pensamiento capital que ha dominado al dictarlo.»




CAPtTULO XL·


SUMARIO.


Caida de Olózaga.-Lo que decian El Heraldo y la Gaceta sobre dicho acontecimien-
to.-Vindicacion de Olózoga fuera y dentro del Congreso.


l.


¿Qué pudo pasar en !t horas? ¿Por qué serie misteriosa de evo-
luciones aquel que levantaba su voz tonante diciendo que haria res-
petar á todos la ley, á los partidos y á los poderes, viniese á caer
exonerado, viniese al banquillo de los acusados y se viese abando-
nado, el que acostumbraba á despreciarlos á todos, hasta de sus
mas intimos amigos?


En verdad que es difícil y misterioso todo cuanto se refiere á OJ6·
zaga.


El habia contribuido poderosamente al nombramiento de Espar-
tero.


El habia gritado en la tribuna y en los balcones del Congreso y
ante la multitud: ¡Dios salve al país! ¡Dios salve á la Reina!


Despues mientras se desarrolló el drama que 4ió por resultado la
caída de Espartero, nadie supo de aquel hombre importante.






CON SHlJSTIANO CE OLÓ7AGA.




D!L ULTIIIO BOllBON DE ISPA"!. 333
La revoJ ucion se hizo; el hombre apareció, estuvo en Paris,


llegó á ser presidente del Congreso.
Llegó á sustituIr á la situacion provisional.
Llegó á ser presidente del Consejo de ministros.
Era la posicion tan codiciada, tan perseguida y en momento muy


oportuno.
. .. . . . . . . . . . . . . . . .


y El Heraldo del 30 de noviembre decia estas palabras:
aS. M. la augusta REINA DO~A ISABEL n llamó ayer al pre-


sidente del Congreso para manifestarle que D. SALUSTIANO DE 01Ó-
ZAGA la habia arrancado VIOLENTAMENTE Y CONTRA SU VO-
LUNTAD un decreto de la mayor trascendencia que creía perjudi-
cial á los intereses de) trono y de los pueblos. S. M. deseaba se le
indicase el modo de que el referido decreto quedase sin ejecucion.
Grave y nuevo era el caso, y el presidente del Congreso aconsejó á
S. M. convocase mayor número de personas, para que en vista de
lo acaecido propusiesen lo que mas conviniera al servicio de la
IEINA y del pais. Con efecto, anoche se reuDieron en la régia cá-
mar los señores D. PEDRO PIDAL, presidente del Congreso, y D. AN-
DRÉS ALCON, D. MiNUEL DE MAZARREDO, D. lA VIER DE QUINTO Y DON
LUIS GONZALEZ BRAVO, vice-presidente del mismo. S. M. se dignó
hacer en presencia de estos senores revelaciones importantes y que
aturden, y todos ellos fueron de parecer que ni un solo minuto po-
diacontinuar D. SALUSTlA.NO OLOZAGA mereciendo l~ real confianza, de
la que se habia hecho altamente indigno y reo de lesa majestad.»


11.


Esto no explicaba bastante bien las peripecias de la siluacion en
el corto espacio de ~, horas.


Tampoco era mas claro el decreto que publicaba la Gacela y de-
cia asi:


«Usando de la prerogativa que me compete por el articulo' '7 de
de la Constitucioo, vengo en exonerar á don Salustiano de Olózaga
de los cargos de presidente del consejo de ministros y de ministro
de Estado. »-Autorizaba ese decreto el ministro de ,Marina.


Alguna luz daba sobre el particular y era un tanto mas detallada
la siguiente descripcion que se atribuia por los periódicos á Isabel:


10JlC) IL U




334. mSTORIA 1>IL Rml'fADO
«Que la noche 8nt~rior, estando en su despacho con el seftor Oló·


zaga, le presentó este un decreto di~olviendo las cortes, y ex:gió la
real firma. S. M. sin detenerse y con la mayor espontaneidad (por-
que sola absolutamente se bailaba con el ministro y nada babia de-
jado este traslUCir acerca de aquella ic!ea con que sorprennió á su
Reina): le preguntó, que por qué queria disolver UDas cortes que
acababan de declarar su mayoría. El seftor Olózaga conlestó. que
con las corles no se podía gobernar porque ua diputado bacia car-
gos, otro preguntaba, otro interpelaba, y asi se perdia el tiempo y
se creaban embarazos y entorpecimientos al gobierno. A pesar de
estas rdl~xiones, S. M. abrigando en su sencillo coruzon un senti-
miento de gratitud hácia los que acababan t:!e rendir al trono una
prueba de homenaje y adhesioD, se negó repetidamente á firmar el
decreto. Insistió el ministro, y viendo que S. 1\1. se levantó para
marcharse, corrió á. su encuentro, y cerró la puerta por donde iba
á salir la Reina: dirigióse entonces S. 1\'1. á otra puerta que babia en
el despacho, y tambien la cerró el señor Olózaga. S. M. volvió á su
asiento, cubriéndose el rostro con ambas manos, yen aquel momen-
to el desatentado ministro osó poner las suyas sobre la Reina de Es-
pana, y cogiéndola el brazo hacerla firmar el decreto.»


UI.


Des-pues de' este acontecimiento los periódicos moderados se echa-
ban á discurrir para reorganizar el nuevo ministerio.


El Heraldo proponia que se dividiese el ministerio de la Gober-
nacion en tres secciones distintas, Ó lo que es lo mismo, que se so-
lemnizase el acto de la mayoría, y la entrada en el poder del parti-
do moderado,aumentando los puestos oficiales para que pudiesen en-
trar en turno mas individuos, ya que se hallaba lejos del presupuesto
hacia algunos aftOs.


Babia sido encargado de )a formacion del nuevo ministerio el pre-
sidente del congreso en union con el general Serrano que disfrutaba
al parecer de buen concepto en los regios salones, á pesar de su orf·
gen progresista.


Lo que no se comprende, lo que queda inexplicable para los pro-
fanos es el papel que pudo representar el general Serrano haciendo




D.KL ULTll10 lllJRllON DE ESPAÑA. 335
dimisioD y c;e~1Udo un conflicto político al ministerio desde los pri-
mef(lS pases.


Lo que queda gravemente oscuro en aquel suceso es, cómo pudo
Isabel hacer oposicion á la sagacidad del ministro; cómo pudo ha-
llar tanta fuerza de voluntad Isabel, que resistiese poner su firma
en un documento cuya importancia y trascendencia debía serle des-
conocida; y cómo pudo ballarse tan intranquila su conciencia, que
venciendo la repugnancia natural en una niña, fuese á forjar UD
chism3, una delacioD en presencia de personas casi desconocidas
para ella.


Se ve ea todo esto un plan maquiavélico, un proyecto horrible, ó
me,jor el choque de proyectos y tendencias que no tenian nada de
venlaj()sas para el pueblo.


No (enemos mas sialpatfas para el hombre de la Salve que para
sus persegnidores; pero cierto y evidente es que en aquel momento
se hizo simpático luchando solo, completamente solo contra su falta
de popularidad. contra sus poderosoll enemigos, conlra las tranqui-
lIas y las asechanzas que por medio de una niña se le prepararon.


IV.


y aquel hombre que habia pretendido burlarse de todos creyendo
ser bastante poderoso para dominarles se halló en el momento cri-
tico, aislado eorrente de sus ecemigos.


Al leer las acusaciones se vindicó de esta manera:
.. Stñorcs redaclores del Ileraldo.-Muy seriores mios: He leido


el artículo de su número de hoy, en que suponen ustedes que he
cometido un grave atentado arrancando con la violencia un decreto
á S. M. la Reina, y no pudiendo dejar correr (an absurda como tras-
cendental imputacion. he denunciado al jurado su arHculo como ca-
lumnioso. El juicio del pais volverá por quien siempre ]e ha servido
con lealtad, con firmeza y sin consideracion ninguna á intrigas y vi·
llanías cortesanas. Mientras lanto puedo asegurar á ustedes, para
que llegue á conocimiento de todos sus lectores, que tengo en mi
poder u n decreto de S. M., que Plieden ver si gustan, refrendado
por el ministro de la Guerra don Fmocisco Serrano, y en el que.
S. M. declara que el citado decreto se expidió á instancit1s miase En-
tre esto, y lo que ustedes dicen .Y harán algunos decir acaso á S. M.,




336 HISTORIA DEL REINADO
el público juzgará si hay diferencia, y á su tiempo verá que entre
cuantos servicios he tenido ocasion de prestar á mi patria, ninguno
es comparable con el que creo haber hecho ahora.-~0y dl;l ustedes
con la mayor consideracioo, etc.»'


Grande}né la chacota que movieron los que habían preparado Ja
emboscada. Y entre otras disposiciones que esta ó aquella fraceion
creyeron conveniente tomar, insertaron los periódicos una comuni-
eacion dirigida al presidente del Congreso por un gran. número de
diputados. Decia asf:


«Excmo. senor.-Los diputados que suscriben, altamente sor-
prendidos por los acontecimientos que han tenido lugar en el día de
ayer, y penetrados de que la publicidad es la que únicamente pued~
poner en claro sucesos en que tan interesada se encuenfra Ja suerte
del pais, y neutralizar cualesquiera amaDos contra su Jiherfad é ins-
tituciones, ruegan á V. E. se sirva convocar para manan a á pri-
mera hora al Congreso, á fin de que puedan debatirse las importan-
tfsimas cuestiones á que los expresados sucesos no pueden menos
de dar lugar.»


V.


Quedó nuevamente Serrano de ministro universal, y fueron encar-
gados de la formacion del ministerio los sefiores Pidal y Gonzalez
Bravo, encargándose del ministerio de Estado en propiedad, y como
notario mayor interino de los reinos el segundo de los sugetos men-
cionados.


En el congreso ante una numerosa concurrencia que deseaba co-
nocer todos los pormenores del gran drama, esperaba el principio
de )a sesioo que prometia ser abundante en episodios.


Al enttar los sefiores diputados, el presidente viendo que llega~a
Olózaga y que su presencia provocaba rumores, levantó la sesion,
aunque para continuarla un poco mas tarde.


Empezó procurando impedir á Olózaga tomar parte en la cues-
tion que se iba á debatir é hizo uns pregunta extemporánea.


Olózaga pidió entonces la palabra para demostrar que estaba en-
teramente tranquilo, hasto el punto de entrar en enestitmes de de-
taHe y hasta cue'stiones ortográficas ..


Presentóse entonces UDa proposicion por el serior Posada pidiend.




DEL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA. 837
que se deelarase que don Salustiano Olózaga, don Manuel Cantero
y don Claudio Anton de Luzuriaga quedaran sugetos á reeleccion y
no tomasen parte en las discusiones del Congreso.


Tomada en consideracion volvió á pedir Olózaga la palabra en
contra, y haciendo la histo¡ia de la euestion incidental demostró que
no podía ni debia aprobarse, puesto que no existia lo que el selior
Posada creia, esto es, un acuerdo referente á sujetar á reeleccion y
privar de la palabra en casos semejantes.


Olózaga caido, acorralado, se levantaba potente delante de sus
aeusadores, y con la habilidad y la energfa del hombre que tiene un
pensamiento que realizar confundia á todos sus detractores.


Madoz tomó parte en el debate defendiendo que Olózaga podía
muy bien por cuestion de delicadeza permanecer en un puesto que
por delicadeza tambien hubiera abandonado en otras circunstancias.
, La lucha era vivisima; las fracciones estaban dispuestas á la ba-


talla y para demostrar hasta qué punto era empenada la contienda.
despues de hablar Sartorius y otros varios, se terció una proposi- .
cion incidental de Sanchez de la Fuente que fué tomada en conside-
raeíon por 79 votos contra 75.


Olózaga obtuvo el primer triunfo; pero como se ve, estaban equi-
libradas las fuerzas.


Siguiendo estos debates en el siguiente día que lo era el ! de di-
tiembre, se leyó otra proposicion incidental de Quinto, referente á
un documento que el Notario mayor de los Reinos presentó y que
venia á ser una copia exacta de la relacion, que ya hemos inserta-,
do, de Jo ocurrido en Palacio.


A esa proporcion se hizo otra adicion por el selior Alonso ( dOD
Juan Bautista) que fué votada desech~ndose por 88 votos contra 78.


Luzuriaga, Cortina, Roca, Quinto, Olózaga y Serrano, á quienes
acompanó tambien el ministro de Estado, usaron de la palabra en
esa sesion célebre.


VI.


Entre otras proposiciones, se presentó en la sesion del dia 3 una
firmada por Olózaga, que decia asi:


«Pido al Congreso que se sirva acordar que se abra discusion
sobre el documento leido por el serior ministro de Estado en la se-




338 HISTORIA DEL RlINADO
sion de 1.0 de este mes, para que en vista de lo que resulle se pue-
da entablar por el Congreso la acusacion que pido contra mi per-
sona.»


Púsose antes á di~eusion otra referente á que se declarase que no
habia lugar á deliberar, y el seílor Pla j Cancela hubiera leido el
acta vergonzosa en que el ministro de Estado descendia á tantas
mio uciosidades.


Esta proposiciolJ fué rechazada, y se abrió el debate referente á
olra en que Ptisada "Herrera y otros diputados proponian UD men-
saje á Isabel.


Olózaga tomó entonces la palabra, y hé aquí algulios párrafos
importanlísim\/s de ese discurso:


CIIJamás, senores, se habrá visto hombre alguno en UDa situacion
tan dificil como la mia: nunca con tanta raZOD habré acudido á la
indulgencia. á la imparcialidad y á aquella santa impasibilidad que
en m~,meJJtos tan críticos debe distinguir á los r('presenlant('s ~e la
naciOD espflñola. PI;f mucho que sea mi empello en hablar de la
manera que todos dt'seun, no sé si lo loa-raré, porque no hay medios
hábiles en mi entendimiento para c(lDciliar como es debido respetos
á que no quiero ¡altar nunca, con los deberes que mi posicioD me
impone.


«Acepté, pues, mi encargo, en Jos términos tan expUcitos en que
yo podia admitirlo, y añadí que ninguna persona podria estar sir-
,viendo de cerca á la angusta que me honraba de tal manera con su
confianza, si se mezclaba en los negocios d~! Estado; y esta ame-
naza qne yo hubiera eumplido, es UDa indicacion que DO quiero lle-
var mas adelaote, pero que se dejará comprender con lo que he
dicho.


«Empezando en sflguida de esto, y al mismo tiempo, las diligen-
cias rara formar ei ministerio; en el segundo dia, hallándome en
la secl etaría de Estado venciendo repugnancias naturales, y esta-
bleciendo principios para lograr la uniformidad conveniente, fui
sorprendido con un recado que me honraba mucho, pero que no
acertaba bien á interpretar entonces; habiendo acudido puntua!men-
te, como era mi deber y mi gusto, mi sorpresa subió de punto cuan-
do se me dijo que era menester que formara el ministerio pronto,
porque si no, habia otra persona que lo hiciera. Véase, sellores, con




D!L ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA. 339
fIué dificultades, con qué oposicion, con qué minis!erio €Dfrente em-
pezó á formarse este de tan breves dias; y gi yo hubiera creido que
ese olro ministerio que estaba tan pronto á ser formado, llevaba
además de la ven laja de la brevedad, las que nosotros no podíamos
dar al pais, hubiera ido á Ilostrar mi agradecimiento para retirarme
á mi casa y no caer en un lazo semejante.


. "


»No, señores, yo no soy nada; en Dingun bombre bay institucio-
nes, en ninguD hombre hay poder y fuerza ninguna que admita tér-
mino de comparacion ni próxima ni lejana. Yo, senores, bajo mi
cabeza, reverente, como he dicho, no solo al poder, sino al uso que
la persona haga de las instituciones: yo me doy en holocausto de ese
poder: yo doy mi vida iY con qué gusto la daria! si afirmase de esta
manera un poder que con )a Constitucion salvara al pais. j Doy mi
vida en lo que valga como hombre entendido, en lo que valga como
bombre público! Pero mi vida es, señores, mi horira, es este sen-
timiento de mi conciencia, que me ha becho vivir siempre cGnmigo
tranquilo y contento! j Mi vida es, sei'íores, la que debo á UD padre
honrado! ¡ Mi vida es la que he pasado con el her!llano de mi cora-
zon! ¡Mi vida es la de mis amigos, es la de mis companeros que me
ban creido hombre de bien, incapaz de faltará mis deberes! ¡Y esta
vida ya no la puedo sacrificar ni á la reina! ¡oi á Dios! ¡ni al uni-
verso entero!! ¡Hombre de bien debo parecer ante el mundo, aun-
que fuera en la escalera de la borca!!»


VIL


Despues de estas frases explicó el exonerado ministro lo que ba-
bja hecho la noche del !8 presentándose á despachar los negocios y
llevando á la firma algunos decretos, que se rubricaren despues de
leidos, ocupándose en otros incidentes. Se le dió una nota sobre las
circunstancias de cierta persona á quien se deseaba premiar con una
condecoracion. Recibió una fineza para su hija, y segun su cálCulo,
no excedió mucho de un cuarto de hora el tiempo que pasó en com-
panía de Isabel.


Indicó tambien que habia sido objeto de saludos obsequiosos, sin
que hubiera habido contradiccion ni discusion durante la entrevista,
que se redujo á simples razonamientos.




310 mSTOII.U DEL RGINADO
El ministro salió de la conferencia siguiendo las muchas y espa-


ciosas salas, pasando' á la secretaría donde recibió y conferenció con
algunos agentes extranjeros, sin notar, hallándose en el mismo edi-
ficio, rumor alguno de la agitacion, escándalo é indignacion que de-
bia haber en la cámara.


En la' manana del 29 se supo que se, habia firmado un decreto de
disolucion, sin que, nadie. se apercibiera del escándalo del gravísimo
suceso que tanto se comentaba. ¿A. quién se hizo esta revelacion,
quién debia tener noticia, hablando constitucionalmente, de lo que
pasa entre el jefe del Estado y sus ministros? Tales Clan las pre-
guntas que hacia el ministro.


Convenia en que era prudente y lógico que si alguna duda surgia
en el ánimo de la persona del monarca, acudiese al presidente de
cualquier cuerpo colegislador. Y pasó todo el dia ~9,_desde la hora
eft que cundió la noticia, sin que ninguno de los ministros respon-
sables tuviera el 'mas remoto conocimiento de una acusacion tan
grave.


y dadas estas explicaciones y expresada perfectamente la situa-
cion, continuaba así su defensa, que fué un modelo de minuciosos
detalles y donde las reticencias y las comparaciones estaban opor-
tunamente colocadas.


«Tenemos primero, que en las primeras horas de la manana del
!9, en casi toda ella circuló entre personas del mayor respeto y tras-
mitida del modo mas directo la noticia sencilla de que habia un de-
creto. Tenemos despues á la noche, y al tiempo de hallarse en jun-
ta, reunion ó consejo, que habia un hecho de tal naturaleza, que se
reservaba. Cambióse despues este decreto, COUlO que habia para ello
un motivo: cambióse el decreto porque se creyó que no debia, que
no podia la alta majestad inviolable infamar á ninguno de sus súb-
ditos, porque su poder alcanza á todo lo que la Constitucion per~i.
te, porque alcanza á salvar con una sola palabra la vida de un bom·
bre; pero su poder no alcanza á perder á otro hombre con su pala-
bra; no, senores ... y no habrá enemigos mas encamizados de la
Reina y de la Constitucion, que los que la aconsejen hacer semejan-
te uso de su poder. 'Esto no podrá hacerse, sino por medio del po-
der de la fuerza; del poder material. Si personas hay que con cierto
gusto literario califican esto, recuerden aquellos siglos de vida y
muerte, si saben hacer conciliable eso con la guarda que necesitan
los tronos para llenar su mision en los tiempos modernos; ssgan In




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. BU
buen hora en su propósito, que ellos recifJirán el pago: traten de po-
ner en práctica esas doctrinas, que los demás ya sabemos Jo que de-
bemos hacer. Pero no seguirán; que en este ejemplo aunque tal vez
no reparen por la pequei'iez de la persona, tienen lo bastante para co-
nocer que podrá ser repetido, ocurriendo muchas veces ee diversos
sentidos: como quiera que sea, tengo en este instante un deber muy
grande que cumplir, y el mas satisfactorio para mi alma: el de ren-
dir anta la nacion espanola mi mas sincero homenaje á S. M. por la
bondad, por la dignidad, por la generosidad y por la consideraeion
que l'uvo cuando no se hallaba rodeada de ciertas personas, de cam-
biar el decreto infamante por el decreto constitucional.»


TOMO n.




CAPiTULO XLI.


SUMARIO.


Continúa la cnestion Olózaga.-Discurso de Pidal.-El nuevo ministerio.-Propo-
sicion de acusacion que presentó el señor Posada.-Discursos de Lopez) Serrano.
-Incidentes y fin de dicha cuestiono


1.


En la Jarga peroraeion de Olózaga, tuvo la facilidad de hacerse
escuchar porque reflejaba perfectamente él, liimado y consumado
diplomático, la franqueza y la leallad, mientr2s se divisaba en el ac-
ta de acusacion la doblez y las contradicciones, cosa que no podia
suponerse en UDa nilÍa de 13 alíos. .


Leyó tambien una órden trasmitida por el ministro de la Guerra,
en la cual se hallaban estas palabras: «Habiéndome dignado dirigir
á don Salustiano de Olózaga á instancias suyas un decreto por el
cual mando que se disuelvan las cortes en uso de la prerogativa que
la Constitucion me concede, vengo en anular dicho decreto y en dis-
poner que lo recojais y me lo devolvais inmediatamente.» Y fam-
bien dió conocimiento de la contestacion dada á la extraíla comuni-
cacion.


A. este discurso contestó Pidal, y entre otros párrafüs habia los
siguientes:




DEL ULTIMO BORRON DI ESPAÑA. BiS
«Examinemos, sei'.íores, las teorías del sei'.íor Olózaga. S. M. no


puede hablar de política sino COD los ministros responsables: no
puede ad'mitir en un convite sino á las personas que ¿stes la de-
signeD. Por otro lado, la única prerogativa de los reyes, que la
conservan intacta, aun los que apoyan el s1stema de que el rey rei-
na y no gobierna, es la eleccion entre el parlamento y el ministe-
rio, porque esto, segun ellos, es reinar y lo demás es gobernar:
esta facullad libre, omnimoda que tienen los reyes para que segun
los tiempos y las circunstancias, oyendo á quienes tengan por con-
veniente, opten entre el parlamento y el ministerio, pues si solo ha-
blaran de política con Jos ministros re,)poDsabtes, rara vez opinarian
estos en contra suya y en favor del parlamento; basta de esta fa-
cultad y de esta prerogativa se le quería privar á S. M., metiéndose
un decreto suyo en el bolsillo, sin firma de minlstro y SiD fecha,
para panerle en práctica segun el tiempo y las circum:tancias lo
exigieran de la conveniencia del señor ministro. Porque una de dos,
ó para hacer uso de este decreto habia de consultarse de nuevo 6-
S, M. Ó 110: si era preciso consultarla, era inútil tenerlo ya firmado;
si no habia necesidad de consultarla de nuevo, era privarla de)a
omnímoda facultad de optar entra el ministerio yel parlamento, era
trasladarse al bolsillo al rey de España. No es ese el siste~a de
Francia,. ni de Bélgica, ni de ningun pais del mundo regido cons-
titucionalmente, 'ni aun de la Inglaterra, á pesar de que alli mas
que tI rey manda UDa rica y preponderante arístocracia.


»Digo, señores, que los ministros de S. M. despues de haber es-
tado aconsejándola á solas, y decidiendo S. M. en su real ácimo adop-
tar las dos resoluciones propuestas, se extendieron Jos decretos, en
cuya redaccion no tuvimos parte ninguna, y dicho se está que si no
los redactamos nosotros lo barian Jos ministros de S. M. De consi-
guiente se procedió con arreglo á )a Constitucion en la destitucion
del sel'íor Olózaga y en recoger el decreto de la disolucion de las
cortes.


»Debo hacer aquí una justicia y es que los dos seriores ministros
que se presentaron (y el sei'ior Serrano lo referirá cuando bable)
tenian un obstáculo para firmar los decretos, pues ha~iépdose,~eti­
rado el señor Serrano del ministerio por una euestion personal con el
señor Olózaga, temia se creyese que se prestaba á firmar por ser
enemigo de S. S.; pero habiendo dicho siempre que estaba pronto




mSTORlA DEL REINADO


á firmar los decretos si otro ministro no lo hacia. Drspues de pre-
sentados los decretos á S. M. y rubricados de su real mano y fir-
mados por los ministros, por el gentil-hombre (que no sé por qué
el señor Olózaga ha omitido decir que era el duque de O:lUna; y
perdónese me que yo lo diga porque sé que su nombré basta para
alejar cualquiera mala sospecba). se anunció, digo, que el senor
Olózaga deseaba ver á S. M., quien se dignó mandar se le contes-
tase que habia dado órden para que nadie entrase. Josisti1 al pare-
cer el senor Olózaga, y volvió á ponerlo en conocimiento de S. M.
el gentil-hombre, y se le mandó contestase; que S. M. le hlbia exo-
nerado del cargo de ministro, y que muy luego encontraría el de ~
creto en la secretaria.»


n.


No era grave la acusacion del senor Pidd, ni resolvia cosa al-
guna.


Pero entretanto y como si hubiera un plan decidido y formal para.
poner fuera de combate á todos los hombres del partido avanzado,
despnes de persl:'guir eo masa á las redacciones de los periódicos
/!spec'ador y Eco del comercia, se presentó en el congreso un testi-
monio en qtle S9 daba cuenta del taoto de culpa que r6sultaba con~
tra don Lorenzo Calvo y Mateo, por el asesinato intentado contra el
general N~rvaez.


y prosiguió en medio de un laberinto de proposiciones inciden-
tales, hllblandll Madoz, Cortina y otros sin adelantar en la sesion
siguiente un solo paso.


Entretanto se publicaron los decretos conslituyendo el ministerio,
entrando en Guerra Mazarredo, en Gobernacion el marqués de Pe-
ilafltlTUa, en Marina PortWo y en Gracia y Justicia Mayans.


Anunció tambien en ese dia, que era el 6 de diciembre, UDa inter-
pelacion el seriar Ovejero rererente á los sucesos de la plaza de la
Villa en las fiestas celebradas por la mayoría de Isabel.


Hubo alguna agitacioD en la tribuna porque GODzalez Bravo con
muy poca aprension contesló tan desdei'iosamente y faltando á la
verdad á las palabras del serior Ovejero. Lo cual sirvió á Pa~tor Diaz
pára decir estas sencillas palabras: «Esto no es debate, estamos
aquf deliberando 160 diputados delante de .dos mil espectadores;»




DEL ÚLTmO BOnnON DR ESPAÑA. 3i5
esto era mi/y grave sin duda; las pahhras de! diputado enr.erraban
una peHcion contra la publicidad de las sesiones, y en aquel mo-
mentJ eSI) era limitar mucho el derecho de defensa y eebar tierra.
á una grlln contienda cl)nstitucional rn que se disputaban el triunfo
101 partidls nuevamente re()rgan¡za~ns. formados nuevamente des-
pues de la caida del gobierno provisional.


III.


Des~ues de c:ruatro sesiones el señor Posada presentó la siguiente
proposicion:


«Los que susrríhl'D DO scrfarncs leales para con nuestra Reina y
nuestra patria. si despues de leida rn el Congreso el acta de decla-
racion dfl S M. no usáramos contra el señor Olózaga, ministro ex-
onera~o, el derecho que nos concede el párraro ,f! del arríen!" ~ O
de la Constit!.lC~OD, acu~ándolé cúrno reo de abuso de confianza, de
desacato y coarcioo á la p~r50na de S. M. Por lo tan t'1, peJimos al
Congreso declare que ha lugar á la acul'acioiJ. n


Los moderados no leoian bastante audacia para rorr.per de pron-
to y de lb10 sus recientes compromisos. Querían encontrar cierta
justficacinn en los sucesos; querían dar aparie[}cias de legalidad á
todos los actos, y era para ellos UD inconveniente que á pesar dtJ las
decepciones de muchos, á pesar de 10's manejos puestos en juego
pan las elecciones, DO podian contar C0D mayoría en el Congreso,
resullando cn cada votacion una cosa distinta por hallarse casi em-
patados los votos.


Así y todo Püsa ia pronunció un largo discurso en defensa de la
proposicion que con él firmaron Sabater, Moron, Feroandez Negre-
te, Sanchez Toscano, Salido y Pastor Diaz, y logró verla tomada
00 consideracion por 81 votos con tra 66.


Agitacion inmensa trajo en pos de si esta proposicioo, y al pre-
sentarse ol.ra incidental del selior Bavo Murillo, pidieron la palabra
muchos diputados á la vez armánd')se una gran coofusion. Por fin
Bravo M1lr:llo dc'fendió su proposicion y habló durante muchas ho-
ras sin resolver tampoco cosa alguna.


y usó de la palabra Lopez para defender otra proposicioD inci-
dental.




346 HISTORIA DEL REINADO
No fueron poco nQtables los sieuientes párrafos de ese célebre


diJcurso:
«Revelado ya el pensamiento del gobierno provisional por 10 pa-


sada, y IJignificado el mio por lo presente, tengo que decir algunas
palabras respecto al porvenir. Rota la armonía y la union que tu-
vimos la cradulidad de esperar, yo me replego á mis pdncipios, que
nunca he abandonado, y con ellos sabré lidiar en este sitio I y ccn
ellos sabré triunfar Ó con ell05 sucumbir. P¡Jro no sucumbiré cier-
tamente, no : porque la opinion no podrá menos de (ormarse rápi-
da é instantáneamente sobre el acontecimiento que ahora nos ocupa
como sobre el todo de lfl. situacion actual, por cierto bien triste y
deplorable: y la opinion odia el retroceso, odia esas oscuras com-
binaciones con que en las antesalas de los palacios se dispone de la
sangre y de la suerte de los pueblos, y la opinion es mas poderosa
que los bom bres, mas poderosa que los partidos, y mas pode rosa
que la seduccion que por desgracia forma por lo cOlImn el consejo
de Jos reyes.


»CoDsignados estos antecedentes y estas aclaraciones, voy á en-
trar en la cuestion principal, y para ello quiero antes respoDder á
una alusion que me hizo el señor Olózaga. S. S. dijo que no era la
primera vez que en épocas recientes habia entrado en Palacio cuan-
do fué ministro, si que antes habia tenido la honra de ser n:>mbra-
do preceptor de S. M.; cuyo nombramiento, afiadió ,se le habia
hecho para vigilar ó' neutralizar otros anteriores. Es muy exacto
cuaoto en esta parte ha asegurado al señor OJÓzaga. Cuando el tu-
tor que antes tenian S. M. y A. nos presentó á la entrada del go-
bierno provisional su reuuncia irrevocable, nosotros llamamos al
senor dUlue de Bailen y le dijimos: «Nos encontramos en el caso de
nombrar un nuevo tutor para S. M. y A. porque lo primero es pro-
veer á la seguridad y custodia de las régias pupilas. Mas COItO en
este paso tomamos sobre nuestra responsabilidad el nombramiento
que toca á las cortes, responsables vamos á ser tambien de la ma-
nera que en este caso se ejerza; por lo tan lo exigimos y fijamos la
condicion de que DO se baga nombramiento alguno en Palacio, al
menos los que tengan carácter importante, sin la anuencia, confor-
midad y aprobacion del gobierno.» Así quedamos entonces; mas á
los pocos dias fuimos .sJrprendidos con la noticia de que se habian
hecho varios nombramientos imporl~ntes, entre ellos el de una per-
sona que asiste continuamente á S. M., Y vimos que todo esto se




DEL ULTIIlO BORBON DB KSPAiU .• 34'
habia verificado sin anuencia ni conocimiento alguno del gobierno.


»Tomamos algunas medidas, y entre ellas la de nombrar al serior
01ózaga para que pudiese neutralizar el efecto y las influencias de
los anteriores nombramientos; y no se le destinó, como ha signifi-
cado un señor diputado, para que formase camaril~a, sino para que
impidiera que otros la formaran. Esta es la verdad que yo d~bo
decir. Algunos extrañaban que yo no hablase desde el principio de
esta discusion, y ahora tal vez extrariarán que hable tanto y tan
claro. Tambien se extrañaba que yo m€. sentara los primeros dias
en los bancos de enfrente, y de aqui quería conjeturarse que acaso
babia modificado mis creencias. No, seriores, no; yo siempre tengo
los mismos principios, siempre defiendo las mismas ·doctrinas, esté
en una parte ó en otra. Quiero imitar al sol que sigue constante
su carrera sin declinar á un lado ní á otro, y alumbra del mismo
modo, bien lo miremos de cara, ó bien nos barie por la espalda.»


JV.


En tan críticas circunstancias Lopez, el tribuno que tenia sobre
si la responsabilidad de todos los sucesos, quiso dar testimonio de
que ante todo defendía la causa de la justicia.


A. los párrafos que hemos citado y que expresan bastante bien
toda la grav~dad de las circunstancias, podemos' agregar estos otros
que recomendamos al lector:


ClMucho menos he creido que puede engafiar una niña, porque
las inspiraciones y los arrullos de la inocencia no se avienen con el
sordo murrrulIo de las pasiones y de la calumnia. Sin embargo,
senores, de no ser como he dicho suspicaz, de no abrir con facili-
dad mi alma al recelo, creo que en el caso que nos ocupa, no.'ha
babido sino UDa intriga palaciega que se agita, preparada á larga
distancia ó aquí, y que la persona ó personas encargadas de ejecu-
tarla, creyeron que era llegado el momento del desenlace del dra-
ma, y de dar lá última mano á su obra. Acaso puede haber sido
tambien una venganza personal contra el serior Olózaga, y que el
acontecirniento á que se alude haya servido de medio para satisfa-
cerla. En lal caso el tiro habrá llevado una direccion dada, y se ha-
brá elegido, entre otros, el medio que se ha aprovechado, y que tal
vez al principio no se contara con él; Y entonces podré yo dirigir á




348 BlSTClUA DEL llEINADO
la persona de quien naciera el pensamiento, aquellos versos de un
antiguo poeta:


Si no aconsejó el crimen inhumano,
La 1:lctima indicó su infame mano.


»No se me diga que está de por medio la palabra de una Rei-
na que es á la vez UDa DiGa, porque por lo mismo que es nirla,
falta de la precaucion que dan Jos años, de la suspicacia tan
necesaria en los palacios, podrá ofrecer la ocasÍon cÓLLoda y se-
gura, para que si es ella, como lo es en efecto, ·¡ncapaz de todo punto
de faltar á la \'erdad, otros falten á su nombre y á su sombra. No
volvamos á lo mismo de la palabra de la Reina para embargar la
nuestra, porque tributándola ya todo el respeto qne debo, diré, sin
embargo, que hay otra Reina bija del cielo, hermana del tiempo,
compañera de la eternidad, único recul:SO y consuelo del desgracia-
do, único escudo del inocente: la verdad, señores, á quien yo tri-
but\> mi culto desde que nací, á quien lo tributaré hasta que mue-
ra, y que cuando fijo en ella ltis ojos, desaparecen en teramente á mí
vista todos los demás objetos de la tierra.»


V •
.


Martinez de la Rosa presentó tambien una proposicion é hizo un
largo discurso, al cual contestó el mismo OJózaga levantándose mas
! mas á medida que apremiaban las circunstancias, explicando UDa
por una todas las con"diciones de la lucha que creia útiles para es-
clarecer la verdad.


y tras del discurso de Orózaga vino el de Serrano que empezÓ
así:


«Solo un deber imprescindible, solo una necesidad imperiosa me
podia hacer tomar la palabra en una discusion tan grave y tan tras-
cendental sin los conocimientos suficientes para tocarla sin herir
susceptibilidades. Yo no voy á ser acusador: no voy á desconocer
la verdad del hecho; acato demasiado el trono de San Fernando,
para que dude de la palabra de su augusta nieta. Voy á hacer ob-
servaciones que me parecen oportunas en el caso presente. Unico
de los ministros responsables que en aquella. malhadada noche ac-
tuaron, tengo que cumplir cun el deber de hacer explicaciones, y




DEL ULTIMO BORBON DI ESPA.ÑA. 849
las haré. Cuando volví á mi casa en la noche del 19, Y que serian
como:Ias siele y media, me encontré en eHa á varios amigos mios,
todos del antiguo partido moderad'o, que ó bien estaban algunos ya
aguardando, ~ó bien algunos llegaron pocos momentos despues que
yo. Me hablaron de la cuestion del dia, del grave acontecimiento:
yo babia ya oido referirlo en el Prado, me habia llamado la aten-
cion, y confieso que me oCusqué. Yo tenia mi ánimo algo preyenido
contra el señor Olózaga, soy tan veraz como todo esto: me habia
dicho .una cosa que yo no merecia, me babia agraviado, me babia
obligado á haoer mi dimision, y confieso que estaba resentido. Yo
le di asentimiento al hecho, y creia que el decreto de exoneracion
estaba firmado, porque profeso la doctrina de que las disoluciones
de cortes deben escasearse mucho, porque casi todas las revolucio-
nes que hemos conocido han sido por efecto de disoluciones: si el
ano 39 hubiera venido al poder el partido progresista, se hubiera
gastado, y si el duque de la Victoria, cuando el ministerio Lopez,
hubiera accedido á la pequeñez que se le pedia, cual era la de des-
hacerse de un hombre, acaso el duque de la Victoria estuviera to-
davía de regente del reino. Pues bien: yo que tengo esta creencia
en cuanto á disoluciones, no puedo conformarme con la medida; la
desaprobé, y estoy de acuerdo con la doctrina del serior Olózaga en
cuanto á la facultad de los ministros de tener á prevencion un de-
creto de disolucion de cortes; pero yo no lo haria nunca. Conste,
pues, que mi voto no lo tendria nunca esa medida. Me hablaron de
los acontecimientos y de la importancia que tenian, y á poco vino
uno á decirme que me aguardaban en palacio. Entonces uno de los
amigos que en mi casa estaban, sacó del bolsillo cuatro decretos,
y me los dió. Uno era la destitucion del sefiOr OIózaga, por razones
á mi reservadas, que asi decia el decreto: otro la anulacion del de-
creto de disolucion dado á instancias mias, en nombre de S. M. :
otro, y del cual no quise usar, para que el serior Olózaga no pu-
diese ejercer nunca ningun cargo público: y otro para que S. M. no
pudiera despachar nunca, sino en presencia de todo el consejo de
ministros. Con estos decretos en el bolsillo, con la lealtad y franque-
za de >lIli carácter, saH de mi casa, y marché á Palacio. JI>


TOMO 1I.




350 mSTORIA DEL REINADO


VI.


Despues del sefior Serrano, hablaron los seno res ministro de la
Guerra y Sanchez de la Fuente, defendiendo Roca de Togores la
proposicion de Martinez de la Rosa, que fué aprobada por 69 votos
contra 3!.


En seguida usó de la palabra Cort.ioél, á quien contestó Posada.
Gonzalez Bravo pidió al fin la palabra para contestar á los car-


gos y alusiones que se le habian dirigido, y d6Spues de una larga
peroracion, en que fué escudriñando las diferentes alusiones, refutó
á Corlina, procurando demostrar que dicho diputado no podía en-
trar nuevamente en el partido progresista, donde habia muchos que
consideraban la revolucion como un fin, y que algunos otros para
afinidad con los principios de órden que el partido moderado sos-
tenia habian venido á formar parte de él, incrustándose en el poder.


Llegando al punto concreto, decia el senor Gonzalez Bravo: «A
los pocos días de haberse formado el ministerio del sellor Olózaga,
el presidente actual del ministerio me mandó un aviso para presen-
tarme en Palacio, y Cuí á buscar un amigo, reuniéndonos en cada


'del señor Pidal, y llegando al despacho de S. M., donde oimos el
acontecimiento .


• No refirió S. M. como quien recita alguna cosa de memoiÍa; y
el senor Serrano que oyó el suceso de boca de S. M. no ha referido
algunas cosas... El mismo senor Serrano me ha manifestado en
conferencias amistosas, sucesos que podrían hacer ver lo posíble de
que se cometiese ese atentado. Ni es la primera vez en que el serior
Serrano me manifestó sus temores de que á la Reina no se la tra-
taba con todo el decoro que su alta dignidad exige.»


El señor Serrano se levantó entoDces con calor, diciendo: aNo es
verdad eso.»


El ministro de Estado quedó profundamente silencioso y alterado,
y dijo: «Fuera de ese sitio debo contestar á eso, pero quiero que
me diga si estando en un convite en Palacio, no me manifestó que
la condueta observada por Olózaga no era la que convenia obser-
var con S. M .•


Serrano desde su asiento dijo: «No recuerdo.»
El ministro de Estado no queria abandonar á su vfctima ; queria




DEL ULTIMO BORBON DE ESPA.ÑA. 351
presentar á Serrano en una actitud extraña, y le recordó que babia
hablado en el mismo sentido á una elavada señora, y al señor Ros
de Olaoo.


En este día no asistió ya Olózaga á la sesion; y como se hubiese
concedido licencia para procesar al diputado Calvo y Mateo, tambien
este diputado quedó (uera de combate.


Esto era lo que se propO-nian los aspirantes al poder.




CAPITULO XLtt


SUMARIO.


lesprestigio de la dinastia borbónica.-Perversidad de Cristina é ineptitud de Espal'-
tero.-Juicio de la siluacion al comenzar su reinado efectivo Isabel H.-Servilis-
mo y villanía de ciertos poJíticos.-Expatriacion de Olózaga.-Extraña declara-
~ion da la "leiDa.


1.


A medida que llegamos á entrar en el verdadero objeto de esta obra,
que es el referir las peripecias del reinado del último Borbon; á me-
dida que entramos de lleno en la relacion de los h'Jcho¡;; á medida
que debemos presentar en toda su repugnanfo desnudez los v'¡cios y
torpezas palaciegas, debemos pasar como sobre ascuas por ciertas
cuestiones, y hemos de caminar mas deprisa, puesto que conocemos
en su mayor parte los antecedentes de los personajes, y bemús dado
á conocer sus opiniones, tomando sus propias palabras en las' mas
capitales cuestiones que prepararon el triunfo definitivo del mode-
rantismo, en los diez aftos largos que vino á regir los destinos de la
infortunada patria despues de declarada la mayoda de Isabel.


Por eso hemos sido aJgo difusos en esta primera parte de nuestro
trabajo, porque pretendemos no alucinar, no excitar las pasiones,
no arrojar una mancha á lodo trance sobre la monarquía, porque
bastantes manchas, bastantes crímenes, bastantes horrores, bastan-






D IJ ~ I~ M;" R ~ t, i G! e', T ! ¡', ,1 :-" ~ r: () n f' ( I ~




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 353
tes infamias y degradacion tenia sobre sí esa monarquía, planta pa-
rásita en el libre é independiente pueblo de Espana.


y como la dinastía borbónica viene desprestigiada, viene llenan-
do el mundo con sus crueldades, supersticiones y abusos. Como ha
servido en Espaiia para dividir y fraccionar las provincias, para em·
pobrecer á las familias, para ocasionar la abyeccion mas degra-
dante entre los individuos; como despues de un reinado que tendia
á cicatrizar por cierta maDera las sangrientas llagas, "merced á los
consejos de algunos hombres ilustres, vino el famoso reinado de
Carlos IV, con su bochornosa y repugnante prostitucion; como Fer-
uando quiso renunciar á su patria, y á lo que llamaba su derecho
al trono para servir cobarde en las filas de un tirano, no tenemos
motivo alguno para ennegrecer el sombrio cuadro de cuestra histo-
ria contemporánea, achacando á Isabel mas vicios que los que su
educacion, naturaleza y situaciones en que la han colocado, han ve-
nido á patentizar en el período de 25 arios que ha reinado, si reinar
puede llamarse á estar supeditada al capricho de ambiciosos que .
halagando su vanidad y su des.enfreno y sus vicios, la tuvieron
siempre dominada, empujándola al abismo que se ha abierto bajo
sus piés.


Defendiendo )a idea, constantes, amantes del pueblo, propagado-
res del principio del derilcho humano y de la justicia, hombres de
f9 y de conciencia combatimus la odiosa institucion del trono, y no
podemos personalizar los vicios que ella engendra, porque no com-
batimos como otros muchos, por sostener y levantar una dinastía
frente á otra dinastía, un pretendiente frente á otro pretendiente.


11.


Cristina, ambiciosa é ingrata, conspirando constantemente cvntra
la libertad, corrompiendo en todas formas á los hombres que S6 la
acercaban; Cristina, que babia formado una pandilla de asalaria-
dos, y en torno de esa pandilla un partido que servia los intereses
de la reaccion, y preparaba en tenebrosas intrigas )a muerte de la
Constitucion que habia jurado, y la servidumbre de su hija en el
hogar doméstico, entregándola á un príncipe extranjero que pudie-
ran senalar Jos ambieiosos y los déspotas; Ci'igtin& vi6 desbaratarse
sus planes, porque hubo alguno de los que llegaron á entenderlos




35{ DlSTOIlIA DIL REINADO
que no creyó justo, que no creyó digno secundarla. Y frustrado su
propósito, viendo ensalzarse á aquel que ella creia obediente servi-
dor, vasallo y esclavo; viendo que ganaba el amor del pueblo. tan·
to como olla lo perdia, concibió nuevos planes de venganza y de
exterminio contra el general aforlunadll, y contra el pueblo que le
defendía.


Lejos del poder, lejos de su bija, Cristina babia meditado; Cris-
tina habia resuelto destruir á todo trance la felicidad del pueblo
espanol.


Espartero, ya lo bemos dicbo, DO tuvo valor baslante, ni ener-
gia, ni actividad, ni tacto, ni prudencia para realizar lo que en pro-
vecbQ del último Borbon y del pueblo espaf'íol podia hacer al mis-,
mo tiempo.


No era un ambicioso que sirviese para dictador; no tuvo el tacto
necesario para preparar á Isabel uñ reinado de algunos alios, para
disponer al pueblo para su eoiancipacion.


La revolucion babia .proclamado en 1 '193 la caida de las monar-
quías; la revolucion babia llevado triunfante la bandera de la Re-
pública. Pero en Francia, como en otras partes, algunos espiritus
pusilámines, algunos soñadores que pretendían comparar la raza
anglo-sajona con la raza latina, y que habian cobrado aficion á Jos
1150S y costumbres de Ja Inglaterra, babian querido introducir en
Europa esa farsa sublime, esa ficcion en que se falsean absoluta-
mente Jos principios y llaman monarquia constitucional. Yen Fran·
oia, como en Bélgica y en E5pafia, esa ficcion venia perturbándolo
todo, sin conseguir asociar esas ideas anti-téticas. la soberania real
y la 50berania del pueblo.


HI.


Refiriéndose á las evoluciones de los partidos, El Eco decia lo si-
guiente:


uLos papeles se ban trocado: el partidó conservador es hoy el de
las asonadas. Sus satélites recorren las calles provocando escánda-
108: las victimas caen sin piedad, y su memoria es escarnecida por
sus verdugos. Porque nosotros, los que ayudados por el pais en
masa nos levantamos contra la tirania, no acometemos grupos in-
defensos, no sembramos el terror, ni nos batimos con armas supe-




DEL ULTIMO BORBON .QE ISPAÑA. 355
riores; nos arrojamos á una lucha mas noble, levantamos una han-
dera limpia y brillante, y triunfamos porque tenemos razon, y Jas
simpatfas de todo UD pueblo.


»Hace pocos dias que intentamos aminorar la fatal impresion que
el regreso d~ la reina Cristina habia producido: se nos contradijo al
pucto, y se procuró á toda costa desvirtuar nuestro dicho. La io-
tencion nuestra era conciliadora, pacifica y generosa. Luego ¿quién
querrá la guerra? 6Somos nosotros, ó los que, por gozar del mo-
mentáneo favor de un poder coronado, envenenan las cuestiones
preparando asi el campo para el combate?


»lamAs seremos hipócritas; jamás engañaremos. Sepa el gobi~r­
no que su torcida marcha nos conduce A Ja revolucion: sepan los
moderados que sus tendenci~s reaccionarias acelerarán esa misma
revolucioD; y por último, sepan los pueblos, que el actual gabine-
te, producto de una intriga palaciega, ni puede hacer su ventura,
ni menos regir con equidad la monarqufa, 'Porque le falta la base
principal de todo buen gobierno, voluntad propia para concebir y
Hevar á cabo sus determinaciones .•


Dé aquf cómo se encontraba juzgada la situacion que venia á
¡naugurarse, sustituyendo la interinidad de las regencias, por la
efectividad del último Borbon.


Así apareeia sobre el trono sangriento mostrando veleidades, y
preparando un porvenir aciago aquella nifta, que se habia llamado
ángel de ventura, y cuyo reinado iba á poder confundirse y asimi-
larse con el que era conocido en la historia COD. el de reinado del
Tigre del Mediodla.


Porque la supersticion habia hecho alianza formal con los tráns-
fugas y los desertores de la causa de la libertad; porque los conse-
jeros de la corte de Oiiate, los curas, los obispos, las monjas y los
descalzos, lo mismo que los calzados, habian venido á firmar pactos
con los antiguos masones, y con los aTlilleros, y con los jovellanis-
tasi todos los privilegiados del antiguo régimen, todos los ambicio-
sos para quienes Ja tribuna y la prensa eran UDa palanca de enri-
quecimiento, se agruparon al rededor del trono de esa nifta, para
vivir á su sombra, embruteeiéndola con las orgfas y el fanatismo
mas abyecto.




356 HlSTORU DEL REINÁDO


IV.


Disputándose la presa no ya los partidos sino los hombres, aspi-
rando á una conquista de poder y de gloria, vimos por aquellos
dias, mientras que la sangre se derramaba abundante en las ciu-
dades y en los campos; mientras que los hombres de convicciones
procuraban evitar los verdaderos peligros de la situacion que se le·
vantaba, vimos fenómenos inexplicables, asistimos á escenas en que
Jos amigos del dia anterior, los que constantemente habian venido
abrazados y ligados por comunes creencias, se negaron y se maldije-
Ton, se odiaron y despedazaron, se persiguieron con encarnizamiento
y cobarde, villana y traidora mente hundieron el putiallos unos en
el seno de los otros.


Unos cuantos jóvenes, entre ellos el célebre escritor de las cen-
cerradas del Guz·rigay; aquel que el primero habia osado echar al
rostro de Cristina una acusacioD infamante; aquel que sin miramien-
tos de ningun género hácia la mujer, habia combatido la monarquía
repitiendo lo que los carlistas podian apenas decir en sus campa-


. mentos, porque era un ultraje á la majestad; aquel hombre inspi-
rado por un nuevo amigo que consiguió encumbrarse en los mo-
mentos de desgracia para el moderantismo; unos cuantos jóvenes,
decimos, llegaron á formar por aquellos dias la clave y el eje del
movimiento, imponiéndose á los partidos y á las jerarquias.


Cristina, aquella madre que f,e decia magnánima, y cariñosa.
aceptó de Gonzalez Bravo y de Sartorius la reivindicacion de su
derecho, Cristina anhelaba volver á Hspaña, pero habia algunos
obstáculos que el Eco d61 Qomercio describia así:


(cH'emos querido apurar la causa de la suspension del viaje de
S. M'. Jareioa Cristina, y se nos ha asegurado, que cierto embIlJla--
zo, que solo el tiempo puede destruir, es lo que se opone á que Su
Majestad estreche cuanto antes en su seno á sus queridas hijas.
Nosotros deseamos, que, ya sea lisica ó moral la circunstancia em-
barazosa en que S. M. se encuentra, no adquiera un carácter de
gravedad tal que impida su regreso por muchos años, y al mismo
tiempo nos prometemos, que el retardo eventual de su vuelta á Es-
paña, dé á S. M. la reflexion necesaria l para que procure separar




DEL "ÍLTIMO BORBON DI ISlA",A. S57
su nombre de una bandería determinada, único medio de ser reci-
bida COD júbilo por todos los espanoles .•


v.


As( trataban á la monarquía titios y troyanos; así se cernían so-
bre la presa, que era el presupuesto, aquellos buitres voraces, que
fingiendo amor al trono y á Ja libertad, llamándose partidarios del
órden y de la constitucioD, perdian toda la causa á que se decían
asociados, y debian prostituir y arrastrar por el cieno los intereses
de la dinastia y de la monarquía, despuei de incendiar y saquear
las pobla~iones, despues de cubrir con arroyos de sangre las férti-
les campiñas que devastaban.


Con gt'ande escándalo recibieron los moderados el párrafo del Eco
que hemos dejado transcrito.


y el infante don Francisco y dolía Luisa Carlota rechazaron en
aquel dia toda participacion en la empresa del Eco, que con cons-
tancia exagerada habia sostenido la causa de esa famma, procuran·
do que se enlazase con Isabel, y que presentando los matrimonies
espanoIes como una solucion constitucional y liberal habia trabajado
muchos afios al parecer con desinterés inmenso.


y los periódicos moderados y la familia del infante, que se escan-
daliza.ban. de un artículo de periódico, no se mostraban escandali-
zados de lo que en Palacio aoonteCÍa'; no' llevaban sus escrúpu(trS
hasta el punto de ver en GODzalez Bravo al antiguo redactard&Ios
folletines del Guirigay, al acusador de la llladre de Isabel, al que
servia entonces sin duda para pervertir mas y mas los instintos de
la pobre niña que ocupaba el trono de Sata Fernando.


En ese mismo dia, el 20 de diciembre, publicaba El Heraldo una
carta de su corresponsal de Paris, en la que decia: «MendizábaI,
llernandez, Parsent, Marliani, Pallarés y comparsa procuran ganar
periódicos y hacer cruda guerra á la ilustre victima de la deslealtad
de un soldado, la augusta reina viuda doña Maria Cristina, atribu-
yéndola miras de ambicion ajenas de su carácter. Algunos'dicen que
marcha inmediatamente á Madrid, sin tener presente que dicha se-
ñora no saldrá de aquí sino desagraviada con el decoro debido á,. su
alta c.ateg()l'fa .•


y estaba Gonzalez Bravo en la presidencia del Consejo, y Sarto ....
rius era su amigo mientras llegaba el momento de sustituirle.


TOllO n. 49




358 HISTORIA DEL REINADO


VI.


Si quisiéramos juzgar los sucesos; si quisiéramos dar abora UDa
ojeada retrospectiva sobre esos diez alios de luchas, de esperanzas,
de vacilaciones, de 'zozobras para lodos; si pretendiéramos ir expli-
cando los móviles que á cada cual pudieron guiarle en su marcha;
sl quisiéramos hacer un balance de las ventajas ó desventajas que
el pueblo poJia haber tenido con las instituciones que se iban des-
envolviendo, y si confrontásemos unos con otros los diversos siste-
mas de Ayuntamientos, de Diputacion, de Milicia; si recapitulásemos
los dias en que bajo unos y otros bandos babia gemido el pais en el
estado de sitio; si recontásemos las vfctimas sacrificadas en nombre
del órden por todos los que se decian amigos de la libertad en una
y otra escuela, hallaríamos por cierto que los partidos medios, los
que transigen con la monarquía y se distinguen tan solo en darle
mas ó menos extension al pais legal, fácilmente demostraríamos que
bay poca distancia de unos á otros, que los pretendidos moderados
y los que se jactan de amantes del "progreso , pueden, como decia
muy bien Gonzalez Bravo, formar siD desdoro bajo la misma ban-


. dera y obedecer á los mismos jefes.
Olózaga, á quien hemos visto, valeroso adalid, desplegar tanta


energía en los últimos momentos cuando la reaccion 10 dominaba
todo; Olózaga, decimos, vió que DO podia contar con bastan tes ami·
gos, y tuvo que abandonar el campo perseguido como se hallaba
bajo una acusacion capital.


y cuando se juzgó la causa; cuando se votó un mensaje hubQ 101
diputados, y entre ellos Serrano y Nocedal y otros varios de la iz-
quierda, que hablaron de desacato y atacaron sin piedad al hombre
de la Salve.


Leccion ruda, por cierto, en que aquel que habia desencadenado
la tempestad fué su primera víctima; aquel que habia dicho que era
conveniente la union de los partidos viniese á mostrar la imposibi-
lidad del hecho.


El Eco, cuyos redactores estaban presos y encausados como cóm-
plices en el asesinato frustrado del general Narvaez, vió invadida su
imprenta por unos turbulentos amigos del órden que cometieron en
ella y en la reda0cion todo género de excesos.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 359
Ante tan graves sllcesos; ante tan ferribles argumentos que em-


pleaban los hombres que se decian de gobierno para invalidRr y des-
hacerse de toda oposicion; cuando se respetaban las capitulaciones
solemnemente hechas; cuando solo se buscaba la venganza, era di-
fíeil mantener la lucha, y Olózaga hubo de expatriarse antes de verse
envuelto en un proceso inicuo que le hubiera conducido & grandes
sufrimientos.


VII.


El mensaje, que, como hemos dicho, fué aprobado en el Congre-
so, fué presentado á Isabel por una comision que presidia Martinez
de la Rosa, y se expresó en estos términos:


ex El Congreso de los diputados nos ha dado el honroso encargo de
manifestar á V. M. sus sentimientos de respeto y lealtad eon motivo
de la comunicacion que de real órden ha hecho el senor secretario
del despacho de Estado, del acta en que se refieren Jos deplorables
ucon!ecimientos ocurridos en el real Palacio en la noche del 28 de
noviembre último.


»El Congreso de los diputados, al expresar á V. M. estos senti-
mientos, no es sino el fiel intérprete de los que animan á toda la
nacion, cada dia mas resuelta á velar incesantemente en defensa del
trono constitucional y de la sagrada persona de V. M.»


S. r.1. se dignó contestar:
«Acepto con gratitud las expresiones de los sentimientos de res-


peto y lealtad que con motivo de recientes y deplorables sucesos me
manifiesta el Congreso de-los diputados.


»Cuento con su patriótica cooperacion para mantener ilesa la dig-
nidad del trono conrorme á la Constitucion que hemos jurado; asi
como las corles pueden contar conmigo para conservar intacto el
depósito de las leyes y de las instituciones del pais.»


Esa nina comenzaba á ejercer los actos de su soberanía en bien
criticas y difíciles circunstancias. Sin quererlo, en virtud de suges-
tiones oficiosas, se vió obligada á dar una declaracion que acaso no
era exacta, pero que envolvia un anatema horrible contra un ciu-
dadano á quien habia tenido como consejero, levantando hasta el
trono á un individuo que la habia herido en otro tiempo á traicion
en lo mas sensible, en la honra de su madre.




36 O IIJ¡STORfA DEL REINADO
~


¡Cuántos disgustos, cuántas veleidades preparaban los que por un
pedazo de paJI se atrevian á arrostrar la responsabilidad inmensa de
los futuros $conteeimientosl


Aquella evolueion abortada habia traido á Isabel al gobierno del
paia anticipanoo UD aii6 su iniciativa, y debia ocasionar grandes per-
turbaciones .




CAPITULO XLltt


SUMARIO.


Ametller en el castillo de Fignerai.-Capitnla con el Baron de Meer.-Qué podía ei-
perarse de los moderados.-IIEI Eco» atacando á Gonulez BrnQ.-Crítíca lIitu-
cion de la mayoría de aquellai cortes.


I.


Todavia resistía por entonces el castillo de Figueras. Encerrado
Amet\1er eon bastantes ruerzas entre las cuales habia gran número
de patriotas, no podia aunque quisiera obrar por su cuenta y ries-
go. Los comprometidos pretendian sostener la resistencia á todo
trance, y hubo momentos en que las compai'iias formadas estuvie-
ron dispuestas á acometer al general, que con su conducta ambigua
se hacia bastante sospechoso.


Temiase qu~ unido por la amistad con el flamante conde de Reus,
!metUer faltara á sus compromisos y entregara el castillo donde on-
deaba con gloria la bandera de )a Junta eentral.


y por esto avisados Jos patriotas y dispuestos á rechazar la fuerza
con Ja fuerza, y á no someterse sin haber antes asegurado la exac-
titud y la verdad de la capitulacion, amenazaron al general, que de-
eidió por fin rechazar las proposiciones que se le hicieron, porque
en ellas estaban excluidos muchos de Jos que padeeian por la Junta
celltral.


El nombramiento del Baron de Meer para capitan general de Ca ...




36! HiSTORIA DEL REINADO
taluna no era tampoco muy tranquilizador, y por esto se compren-
dió que habia cesado todo espíritu de conciliacion, y que solo era
posible vencer ó morir en la demanda.


En las demás provincias hallábanse preparados los patriotas á
continuar la lucha en todos los terrenos, porque era inminente el
golpe de Estado, era amenazador el aspecto del partido que se en-
caramaba en el poder pretextando ser e] único que podia satisfacer
las necesidades de órden y de paz, de estabili~ad y de prudentes re-
formas. Orden, paz, prudentes reformas, cuando era sabido por to-
dos que prescindiendo de su política, el partido moderado gastaba y .
malgastaba sin tasa; que en muchas ocasiones sobre ios gastos su-
perfluos se dilapidaban los fondos del Tesoro, cuando iba á demos-
trar que en banquetes y en cucharillas para los convidados necesi-
taba gastar cada ministro un sueldo diez veces mayor que el que
disfrutaba.


El pais necesitaba economfas, porque des pues de diez arios de des-
pilfarros, de exacciones violentas, de incendios y destruccion de co-
sechas y edificios, de lucha tenaz y porfiada, debia llegar un mo-
mento en que rJposase, en que se nivelasen los gastos reduciéndo-
los al menor límite posible si se queria que el trabajo renaciese, que
la industria volviera á florecer, que la agricultura no quedase es-
tañcada ...


Pero, 6qué importaba todo eso á los danz3ntes y cubileteros po-
líticos que fingían amor al trono para esquilmar á la multitud?


11.


El Eco, que despues de todo ha sido en la época constitucional el
órgano mas sincero, mas caracterizado del partido progresista, do-
tado de esa candidez, de ese entusiasmo, de esa inconsciencia que
le bacia representar en el poder papel muy distinto que el que en
la oposicion se presentaba; El Eco, decimos, presentó en aquellos
dias una redaceion nueva, yexp!icó las frases ambiguas que habian
aparecido contra la madre de Isabel. Adoptando en aquellos críticos
momentos una actitud digna, y señalando los peligros, exclamaba:


«A.cabamos de presenciar uno de aquellos actos que por si solos
serian bastantes para derrocar un ministerio en UD pais donde se es~
timara como es debillo el decoro y la dignidad dt~ la representacion




DEL ULTIMO BORBO~ DE ESPAÑA. 368
nacional. El serior Gonzalez Bravo, presidente del Consejo de mi-
nistros, adoptando un tono y unas maneras que ni serian admisibles
tratándose de un portero ó del último de sus dependientes, ha fal-
tado á 103 respetos y miramientos debidos al Congreso espaiíol, á la
circunspeccion y á la mesura propias del elevado puesto que ocupa.
¡Cuántas reflexiones se agolparon á nuestra mente al ver al antiguo
tribuno, al redactor del Guirigay, al hombre del pueblo, al pronun-
ciado y revolucionario seiíoi' Gonzalez Bravo tratar con tanta dure-
za, con tan malas maneras á los diputados de la oposicion! ¡Qué
desconsolador nos parecia que aquel que un dia, no muy lejano, se
mostró tan esforzado deCensor de las franquicias parlamentarias, tan
a~érrimo partidario de la dignidad de la cámara, se convierta hoy
en pedagogo que dicta lecciones á aquellos de quienes debe recibir-
as, les muestra un ceiío tan grave como ridículo, y ostenta un de-
sabrimiento y desvío pueriles que no corresponden á la reflexion y
madurez propias de los hombres de Estado! ¡Si el antiguo tribuno
se ha persuadido que el Congreso de la pundonorosa nacion espa-
fiola se dirige de una manera tan brusca é inconveniente; si sueiía
en sus delirios de grandeza, que enajena tanto mas cuanto es menos
esperada y merecida, que á merced de tales tratamientos ha de sellar
los labios de los celoses diputados, se engaiía lastimosamente, pues
en la sesion de hoy habrá fJido con espanto las voces que se alza-
ban de todos los bancos indistintamente para protestar contra se-
mejante conduela. Todos los esfuerzos del presidente no han bastado
A contener el sentimiento de indignacion que se pinfaba en todos los
semblantes. »


Hé aquÍ cómo comenzaban su carrera los parlamentarios ultra-
jando al parlamento, poniendo sobre la voluntad nacional el capri-
cho de una docena de ambiciosos que en su desmedido orgullo no
dejaban de manifestar el desdefí080 carácter creyendo asegurar mas
y mas su allaneria rebajando la dignidad de los otros.


111.


y El Eco, al tratar de estas cuestiones, al recordar su excesiva
confianza en los hombres, al considerar que á su iniciativa era de-
bida acaso aquella situacion, debió ser muy severo, muy rudo en
sus ataques contra los que faltaban á toda consideracion, contra los




36' 11ISTOB.IA DEL REINADO
que venían agitándose en torbellino fingiendo con su actividaJ una
fuerza que no tenian, y supliendo el número con la actitud.


Por esta causa no era de extraiíar el lenguaje que aooptaron los
hombres que chasqueados en sus mas queridas ilusiones, vieron par-
tir la senal de guerra de antiguos amigos, y observaron la ingrati-
tud de los adverse.rios que respondían á los favores con la mas en-
carnizada y sangrienta hipocresía.
. Entonces pudieron convencerse los hombres del Eco y todos los
que rinden culto á las teorías parlamentarias; todos los que hablan
y ensalzan el sistema constitucional, cuando los hombres se propo-
nen ante todo y sobre todo sus goces y su encumbramiento, que
cuando hay clases ignorantes y fanáticas que al bien general prefie-
ren la conservacion de sus privilegios y de sus títulos, y de sus ho-
nores; cuando existe una institucion que ampara y pratege todos esos
desvaríos, todas esas veleidades, es imposible, es ridiculo tambien
hablar de libertades y d~ soberanía popular.


Hé aqui el suceso que dió márgen al escándalo sefíalado por el
Eco:


«Poca importancia presentaba la sesion, atendido á que la órden
del dia solo seilahba el dictámen de la comision de actas propo-
niendo la admision de un señor diputado, y considerando tambien
.que las comisiones que entienden en los asuntos graves de la am ...
nistfas, eleccion de Ayuntamientos y aeusacion del ministro Olózaga,
no tienen concluidos sus trabajos. Creímos que la sesion terminaria .
sin otre novedad que la de haberse anunciado por el senor Pastor
Diaz una interpeJacion sobre el escandaloso atropello y atentado co·
metido en nuestra redaccion, á la que se unió el señor conde de las
Navas anunciando otra acerca de la falta de cQntestacion por el mi-
nisterio á cuantas se le han dirigido y su sistema en esta parte. Atra-
vesaba entonces gravemente el salon el sel'ior Gonzalez Bravo, quien
en mal hora, y fundándose en una errada interpretacion del regla-
mento sentó una doctrina depresiva de la dignidad del Congreso,
permitiéndose decir que debia ocuparse de los proyectos de ley que
le fuesen cometidos y no de interpelaciones, y permitiéndose tam-
bien otras especies respecto á los fines de estas, que hirieron la sus-
ceptibilidad y delicadeza de muchos diputados. Su senoría piensa,
fundado en el artlculo 118 dal reglamento, que el gobierno tenia el
derecho de contestar ó no, de darse ó no por advertido delas in ter-
palaeiones que se fe dirigían, sin meditar que 10 que el artfculo pre-




DIL ULTDlO BORBON DI ESPAÑA.. 365
viene es que el gobierto contestará en el acto, «(ó se tomará tiempo
para contestar (son sus palabras textuales), si el gobierno cree Ó
no conveniente dar explicaciones sobre el objeto indicado, XI pf€cep-
to á que ha faltado, puesto que ni aun siquiera ha tenido la digna-
cion de decir que no consideraba conveniente el hacerlo á todas las
propuestas, ó á algunas determinadamente.


»Tampoco ha meditado eo su altivez el señor GonzaÍez Bravo que
aun de este derecho, ejercido en la forma que lo previene el regla-
mento, el gobierno debe usar con mucha sobriedad, lo uno porque
asf se ha hecho p'or todos los ministerios, aun por aquellos que su
senorla ha combatido mas ardientemente, lo otro porque el régimen
representativo es régimen de discusion y publicidad, bien porque
Jos mismos ministros son los principalmente interesados en que se
examinen sus actos y se convenza el pais del celo, de la justicia é
imparcialidad que preside en ellos, ya, por último, porque lo exige
y recomienda el concierto y buena armonia, y hasta la politica que
deben guardar entre si los poderes constituidos. AsJ se observa cons- .
tantemente en nuestros anales parlamentarios, que no han dejado
d~ contestarse otras interpelaciones que las que versaban sobre asun· -
tos que pendian de negociaciones diplomáticas Ó tenian el carácter
judicial, estando los procesos en sumario, ó mediaba una gravísiwa
consideracion de bien público en que no se revelasen ó patentizasen,
y esto mientras subsistia el motivo poderoso que recomendaba el si-
lencio. Todas las demás interpelaciones, yaun las exceptuadas, en
su caso y dia han sida contestadas con circunspeccioD, y del modo
digno y cortés que tan bien sienta en los consejeros· de la corona.
Estaba reservaao al sellor Bravo violentar el sentido del reglamento,
interrumpir las prácticas hasta aquí observadas tan conformes á la
razon y á la indo le del sistema, y proclamar en pleno parlamento la
doctrina de que el gobierno ni aun tiene necesidad de decir que no
cree conveniente contestar á ciertas interpelaciones.»


En estas (rases revelaba el Eco lo que dejamos expuesto. Ellas
demuestran perfectamente que se burla completamente la ley, que
se escarnece la majestad del pueblo cuando hay un hombre que ten-
ga desvergüenza y audacia y sepa prevalerse de las circunstancias
que le rodeen y usar da los medios lícitos ó ilicitos que á su alcance
teoga. -


TollO U. 17




366 HISTORIA DEL R1UNADO


IV.


La habilidad de ciertas gentes es tal que procuran siempre tirar
la piedra y esconder la mano.


Don Luis Gonzalez Bravo era uno de los hombres mas á propó-
sito para representar el innoble papel de acusador; y no bastando
desprestigiar ni zaherir á una personalidad; no bastando compro-
meter á los amigos de esa persona, Gonzalez Bravo tuvo el proyecto,
y lo ejecutó, de insultar á casi la mayoria de)os diputados para pro-
vocar así un conflictó y dar así cierto viso de autoridad á sus deter-
minaciones.


Los órganos ministeriales al dar cuenta de esa sesíon borrascosa,
]anzaron sobre los dipu~dos progresistas ~una serie de denuestos,
acusándoles de enemigos del trono y del órden, que pretendian ha-
cer del santuario de las leyes un uso que solo sirviera para su en-
grandecimiento personal.


Con este doble juego venia á cons~guirse que aparecieran ante el
. país como responsables de lo que se habia fraguado en las camari-
llas, ]a dísolucion de cortes, los mismos diputados que no podian te-


o ner interés en esa disolucion que les amenazaba.
y el Eco proseguia de esta manera:
«No debe por tanto causar admiracion que se pidiesen á la vez y


con sumo calor muchás palabras para volver por los fueros y dig-
nidad del congreso, que seguramente hubieran quedado en el lugar
que correspondia sin la negativa del serior pre8idente encerrado en
la letra del reglamento. Como no habia discusion pendiente ni pro-
.posicion sobre que recayese, y el gobierno contestando. á medias
decia que no contestaba, el presidente no concedia la palabra sino
para interpelaciones, que se hicieron en un número increible. Unos
repetian las anteriormente hechas; otros, como el señor Herrero,
observaban al imprudente ministro, que si el congreso no se ocu-
.paba u,tilmente era culpa del mismo gobierno que no habia presen-
,lado los presupuestos; otros, como el señor Caballero, fijaron con
.suma precisiolJ la cuestion reglamentaria, mereciendo una brusca
repulsa del ministro, que alcanzó tambien al señor marqués de Ta-
buérniga, con la particularida1 de que aun todavía no habia expli-
cado el pensamieIito de su interpelado!], reducido al sentido de cier·




DEL ULTIMO BORBON DE ISPAÑA. 36'1'
tas frases ofensivas á la intellcion de tos interpelan tes. Agitábase
mientras tanto el congreso, el desórden crecia, y la ¡rritacion lle-
gaba al último pucto, como sucederá siempre que, atacada lacá-
mara en sus dereéhos y en su decoro, no encuentre medio de vin-
dicarlos.


"No deja do ser notable en esta sesioG borrascosa la excitacion
del seilor Nocedal á la comision que entienda en el proyecto de len-
saeion co~tra e! ministro OIózaga, que dió márgen á algunas ex-
plicaciones de su compañero el señor Posada, que algunos podrinn
calificar de convenidas. El señor Cortina vindicó á la comision y al
senor Lopez su presidente.


Como tantas otras se aplazó la interpelacion sobre el aUanamiento
y tropelía cometida en nuestra redaccion, ofreciendo el ministro de
Estado aducir en su día el extracto de los partes y el resultado de
Jos procedimientos judiciales, y de los particulares en cada: cuerpo
militar, que asegura su señoría estarse formando. Aguardaremos
hasta entonce:; para emitir nuestro voto con la franqueza y lealtad
que nos distinguen, concluyendo este largo extracto· con la obser-
vacio::l de que todos los días y en cada sesioa muestra el señor 60n-
zalez Bravo una falta de ~acto, un orgullo é imprudencia, que lo ale-
jan del puesto que conquistó por los medios de nadie ignorados.»


v.


Aquella mayoría, porque mayoría habia sido la que se conslitu,yó
progresista, por mas que alguDos acercándose á los moderados hu-
biesen roto .su empeño y abandonado su bandera tomando puesto en
las filas del enemigo; aquella mayo ría privada de sus lazos de 00-
hesion una vez que Lopez, Serrano, y todo el ministerio provisio-
nal habian faHado en su puesto cayendo desautorizados y sin fuerz&'
ni prestigio; mientras que se veia precis'ado á huir el que con sus
cábalas pretendía hacer~e dominador de unos y de otros, que cre-
yendo en su ilusion que podia desenvolver una política particular
de largo tiempo estudiada, aquella mayoría, decimos, estaba com-
pletamente disuelta y sus hombres no servian para el combate por·
que no podian aun combinar sus esfuerzos, y el enemigo era fuerte,
audaz, enérgico y ocupaba verdaderas posiciones.
~ En ese estado y puesto que las circunstancias lo reclamaban hubo




S68 HISTORIA IBL REIl'tADO
de apelarse á una reeonciliacion entre elementos progresistas, y un
pertódico se decidió á hacer la historia de la )ituacion proponiendo
~medjos y exclamaba:


f:6Será justo, razonable Di prudente, que volviendo la cara á lo·
pasado nos dejemos dominar de quejas y resentimie'ntos, y nosava-
sane el despique y el amor propio hasta el caso de abandonar el
campo á nuestros adversarios? ¿Debemos renunciar por ninguna con-
sideraeion humana á nuestra propia y natural defensa, como par-
tido que profesa ciertos y determinados principios? 6Nos mostrare-
mos sordos á los quejidos dI! la patria que demanda el esfuerzo de
sus buenos hijos? ¿Desapareceremos de la escena política sin com-
bate y sin honra?


» y no se piense que son insignificantes los resultados de estas
e'ecciones parciales. No lo son, porque la oposicion progre$fsta en .el
congreso es casi igual á la mayoria, y mas fuerte qne esta por su
organizacion compaeta y por la homogeneidad de sus elementos en
parangon de los que forman la misma mayorfa. No lo son, porque
las elecciones en la capital influyen sobremanera en la opinion yes-
piritu de las provincias. No In son, porque allf deben sufrir mas
fuerte censura Jos malos gobiernos donde mas próximamente son co-
nocidos sus desmanes y desaciertos. No Jo son, porque la capital de


. Espalla gobernada excepcionalmente cual una colonia, vejada y ti-
ranizada, sin Diput~cion provincial ni Ayuntamiento elegido con-
forme á la Constitucion y á las leyes; disuelta su benemérita Milieia
nacional que tantos dias de gloria ha dado á la patria; ofendida dia-
riamente con atropellos y violencias, terrorizada, si esto fuese po-
sible, con el aparato insultante é inmotivado de la fuerza armada,
necesita hacer UDa protesta, y ninguna mas solemne, contra tantas
ilegalidades y violencias; necesita dJmostrar que no cede á ellas, que
siente el agravio, y que su eorazon y su valor no han desmayado.
No lo son, en fin, porque en el seno de la representacion nacional
deben hacerse oir sentidas quejas y graves acusaciones por seme-
jante conducta, de la boca de varones fuertes, ilustres por sus an-
tecedentes y por su firmeza de carácter, y que sean diputados por
la provincia de Madrid.


VI.


En ese dia mismo cuando se excitaba i la unidad entre los bue-




DIL ULTIMO OORBON DE ESP A.ÑA.. 869
nos, y en verdad que era ya harto tarde, se celebtó una reunion
electoral á que acudieron todos los antiguos hombres de importan--
cia que estuvieron unidos en 1: de setiembre de 1840 que por
una fatalidad inconcebible habian venido á dividirse, casi á, odiarse.


Allí se bailaban confundidos Caballero y Zumalacárregui, Cante-
ro, Feliu, etc. etc., y todos estuvieron conformes, todos reconocie-
ron que era necesario borrar basta la última sombra de las pasio-
nes que habian sido ocasion de su derrota. Tratábase de senalar
candidato para sustituir á algunos de los diputados que habian op-
tado por otras provineias.


y se acordó nombrar una comision que explicara al pais como
se habian acabado todas las antiguas rencillas, todas las divergen-
cias que existian entre los hombres de la comunion progresista.


Esa misma comision debía seftalar una candidatura que represen-
tase la reconciliacion.


Debia tener tal imporlancia el acto y la candidatura, que expresa-
ra solemnemente, en caso de salir triunfante, )a opinion del cuerpo
electoral en Madrid respecto á )a intriga pahciega que tenia por
objeto restablecer fll sistema de )a ¡nfabilidad renl sobre las ruinas
de) partidojprogresista que proclamaba Ja Soberanía nacional.




CAPITULO XLtV.


SUMARIO.


Suspenf,ion de las corles.-Temores de los progresistas.-Política aritiparlamentaria
del gobicrno.-Planes legitimistas.-Bases para la l'corganizacion del partido pro-
gresista.-Cómo La Posdata y El EspectadOl' juzgaban aquella situacion.


I.


Era, sin duda, llegado el instante de terminar aquel prólogo
presentando en toda su desnudez el partido moderado sus planes y
sus propósitos.


Decimos mal, el partido moderado hipócrita aun se disfrazaba
con la careta parlamentaria y entretenia á los ignorantes con los an-
tecedentes del presidente del (;onsejo.


Aquel ministerio no era un ministerio de capacidades, porque
¿quién se hubiera sometido á los caprichos del folletinista antiguo,
teniendo una alta talla en el partido moderado?


Durante aquellos dias en que despues de la sesion borrascosa, á
que nos hemos referido, y por consecuencia de las fiestas, no habia
habido nuevamente reunion de diputados, el ministro revoluciona-
fio tanteó el terreno para ver si conseguia una aulorizacion para
plantear las leyes orgánicas de Ayuntamientos, Diputaciones y Mi-
licia nacional, y la que juzgaba indispensable para seguir cobrando
los impuestos.




DEL ÚLTIMO BORBON.DB BSPAÑA. 8'1
Pero nada se hallaba mas distante del ánimo de los diputados


qu(haber con el tiempo de acceder á esa exigencia del hombre que
podía bastardear por completo la ley fundamental organizando á su
manera el pais y forjando cadenas nuevas para aprisionarle.


y convencido de ello, el presidente de aquella camarilla de una
Reina de Covachuelas, el dia 28 se decidió á suspender las sesiones
del Congreso.


El ministro acusador de su antiguo amigo, la mayoda que le ha-
bia auxiliado en su indigna obra se convenvieron de que la publi-
cidad no era conveniente para los proyectos que traian entre manos.
. y las cortes quedaron suspensas fndefinidamentc; ¡aquellas cor-
tes que Isabel !labia resistido diso~ver por gratitud dando ocnsion á
que Olózaga usase de la violencia!
~Qué significado podia darse á las palabras, á las promesas de


todos los farsantes que intervenian por aquellos tiempos en la mar-
cha de los negocios?


¿Qué podian responder ante la historia, ya que no tenian concien-
cia que les interrogase, el ministro aventurero y sus aplaudidores
y cómplices?


Se colocaba voluntariamente en una situacion extralegal, cuando
pretendia farisaicamente ser representante del órden y de la lega-
lidad.


11.


La oposicion, es decir, los progresistas, se reunieron en casa de
Madoz comprendiendo el pelIgro que amenazaba á las libertades.


Convinieron en unirse todos organizando el antiguo partido pro-
gresista y que se protestara ó resistiese cualquiera usurpacion de
las atribuciones que á las cortes competen, y fueron nombrados
Serrano, Cortina y Madoz para formular un manifiesto.


Los ministeriales, los parlamentarios celebraron tambien una reu-
nion en número de 55, reinando suma divergencia en las opiniones,
atacando duramente algunos, Mon, Olivan, 'Concha y LJorente la
eonducta del ministerio que fué defendida por Nocedal y Sartorius.


El resultado del debate en extremo empenado fué, por una vota-
cion de 33 contra 22, el nombramiento de una cromision que 'se
acercaSd al ministerio para pedirle explicaciones sobre 'el plan' que




8'72 BISTOJUA. 8EL llEINADO
se proponia segu.ir, y cuyo primer acto era la suspension de las se-
siones, siendo elegidos Olivan, Posada, Llorente y Nocedal. Unos
aseguraban que el gabinete habia recibido secamente á la comision,
á estilo y usanza del señor Gonzalez Bravo, contestándole que estaba
bien seguro de la excelencia de los medios de gobierno que emplea-
ba y que á su tiempo daria cuenta: otros, y es la version mas acre-
ditada, que su designio era organizar al pais por medio de decretos,
y reunir des pues estas mismas cortes para pedirles el bill de indem-
nidad.


De cualquier modo, la grave medida de la suspension fué toma-
da sin acuerdo de todos los miembros de la mayoría, y no faltó
quien se escandalizara y lo extraftase al leer el decreto.


Así y todo, contra viento y marea, contra mayoría y minoda el
gabinete se hallaba dispuesto á proseguir su marcha quebrantando
todas ,las reglas y prácticas parlamentarias.


lIt


Entre las muchas combinaeionesá que se prestaba el estado de
incertidumbre y de lucha de los partidos, el legitimista, el que habia
defendido á don Carlos como bandera del despotismo venia traba-
jando desde mucho tiempo y habia hecho grandes trabajos para pre-
parar una evolucion contando en Europa con cierto apoyo para cer-
cenar los derechos políticos que la revoJucion habia conquistado.


y como uno de Jos muchos planes que se intentaron, se publicó
repartiéndose con profusion en el Casino moderado en la noche del
27 un folleto que se titulaba: «Apuntes para un proyecto de reorga-
nizacion social y poUtica de la monarquía espanola.»


Entre olros párrafos habia los siguientes:
«Dona Isabel 11 de Borbon es reina legítima de la monarquia es-


pafioJa por derecho hereditario.
»EI bien del pais reclama que en uso de su soberanfa promulgue


una ley fundamental, que pudiera denominarse Legado de la Co-
rona.


l:Que el espiritu de la misma esté mas en armonía con nuestras
antiguas leyes fundamentales, que con los principios de Soherania
nacional._


. . . . . . . . . . . . . . . . . .




DEL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA. 873
DEI sagrado derecho de propiedad escandalosamente desatendido,


exige que se anulen las ventas de los bienes del clero secular, que-
dando este en posesion de los mismos como antes, pero 6 su cargo
el reintegro 6 los compradores, porque al efecto se le adjudicarán .
otros recursos. '


»Tambien es de justicia y de conveniencia pública el restableci-
miento del medio diezmo, dejando su recaudacion á cargo de los
cabildos eclesiásticos.


»Fundacion de mayorazgos de bienes rústicos ó urbanos, cuyo
producto anual no baje de G O. O O O reales, debiendo ser de primo-
genitura, y conforme á la ley vigecte de sucesion á la corona.


DLos agraciados, que además se habrán hecho acreedores por al·
gun servicio mas ~ mellOs eminente, pagarán al Banco un 15 por
1 00 ~el capital que vincularen.


DLlevarán anejo un título de marqués y de conde aquellos que
pasen de 100,000 reales de renla.


»Los que aspiren á ser grandes de Espaí'ia han de poseer una
renta anual de bienes vinculados de 200,000 reales al menos, im:-
poniendo en el Banco por razon del título, dos millones de reales al
a por 100, cuyo capital DO podrán retirar hasta despues.de 5 años.


»EI hijo primogénito de un grande podrá entrar á servir en clase
da comandante, y los demás en la de capitan, el primogénito de
marqués ó conde en la de capitan, y los demás en la de tenienle.»


Era ciertamente todo un plan maquiavélico.
Los convenidos en Vergara levantaban la bandera de la reac-


cion en el seno de las instituciones que habían servido para comba-
tirles.


Se pretendía echar un velo sobre lo pasado, como si el ministe-
rio Lopez que habia proclamado el olvido de los extravíos, hubiese
aceptado el punto de vista que los carlistas habían sostenido. Eran
ellos los triunfadores; eran ellos los que proponian ahora la reha-
bilitacion do los compradores de bienes nacionales, yeso para no
ocasionar trastornos, para no producir perjuicios.


El plan en circunstancias tan criticas pareda dictado por la pru-
dencia, por el deseo de que acabasen de una vez los resentimientos
y los odios; pero acaso odios y resentimientos provocaba esa misma
desfachat~z de los que pocos meses antes aparecian humillados.


El folleto pedia un simulacro de cortes en que el rey y los pri-
TOMO II. i8




314. HISTORIA bit RBINADO
meros contribuyentes constituyesen un doble consejo de Estado. Por
lo demás, como ha visto el lector, la constitucion de los mayo-
razgos era una idea peregrina y digna ciertamente de tenerse en
cuenla.


Con respecto á la ignaldad ante la ley y: otras incidencias nada
tenemos que decir.


IV.


En cada momento se dibujaba mas y mas sombria y amenazado-
ra la terrible situacion. En cada instante nuevos elementos de cho-
que y de resistencia aparecían; y si fuera ocasion de set'íaJar cein-
cideneias, v9rhmos una extraña hoy que podemos~juzgar toda la
época del reinado de Isabel.
~errano entregaba el mando á Gonzalez Bravo en el momento en


que Isabel entraba en el pleno goce del poder real pori haber sido
declarada mayor de edad. Y Gonzalez Bravo !o6 años mas tarde en-
tregaba el poder á Serrano en el momento en que desaparecía del
trono aquella niría que habia levantado á ambos del polvo del olvido
hasta las altas regiones con pocos meses de diferencia.


Narvaez, Mazarredo, los Conchas, los Fulgosios, Sauz, el baron
de Meer, toda aquella falange militar que habia venido ávida de bo-
tin procuraba mantener en agitacion al pais, para ir mermando P.oco
á poco los derechos y las libertades del pueblo.


Ellos aspiraban á crear y sostener una dictadura militar disfra-
zada con el nombre de monarquía constitucional, en la cual pudie-
sen figurar y enriquecerse.


y aquellos hombres que habian resistido muchas veces la seduc-
mon se dejaron alucinar y adormecer, y cuando trataron de desen-


. volverse, la red era demasiado fuerte y les ahogaba el nudo corre-
dizo que ellos habian forjado.


y cuando no hay entereza en los primeros momen tos; cuando se
deja tomar incremento al mal y se quiere poner remedio fuera de
ocasion, el peligro aumenta y las eonvulsiones son mas fuerfes, y
es muy difícil, casi imposible llegar á la cura radical, debiendo gas-
tar en paliativos y en tanteos y en probaturas la actividad que era
necesario poner al servicio de un pensamiento bien concebido ! de
un plan metódico y razonado.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA.. 375
Las imaginaciones febriles, los caractéres violentos, la multitud


apasionada, no pueden someterse cuando el peligro arrecia á los mi-
ramientos, 11 la contempori~acion que reclama el deseo de acertar;
á eso que se llaman conveniencias que piden habilidad y tempera-
mentos elásticos susceptibles de doblegarse y amoldarse segun lo re-
quieran las circunstancias.


v.


Los diputados progresistas que habían tomado la iniciativa para
reconstituir el partido, amalgamando y fusionando los antiguos ele-
mentos discordes, fueron reuniéndo á sus adeptos inspirllndose 'i
nevando á las masas la conviccion de reconciliar á aquellos que mu-
tuamente se habian inferido ofensas é insultos en. los dias de lucha,
cuando las pasiones y las turbulencias y la misma exuberancia de-
bida en el partido que venció en setiembre, armaba las fracciones.
para disputarse el poder, que no otra cosa, no otra mira podian lle-
var los jefes de esas fracciones en su conducta y en sus recrimina-
ciones.


Hé aquí las bases que fijaron para la reorganizacion del partido
progresista:


«Primera. Los diputados progresistas, reconociendo en el gobier.
no la facultad de aconsejar la suspension de las cortes, respetan y
acatan el uso de esta prerogativa constitucional.


»8egunda. Los diputados progresistas como representantes que
son todavía del país, interpondrán toda su influencia para que el
órden público no se altere, para que se estreche cada día mas y mas
la union del gran partido del progreso, procurando que desaparez-
can las rivalidades que hayan podido crear los acontecimientos pa-
sados.


»Tercera. Siendo el respeto á la ley fundamental del Estado én
todos y en cada uno de sus artículos el dogma politieo del partido
progresista, los que á él pertenezcan procurarán inculcar por es-
crito y de palabra el exacto cumplimiento de los preooptos consti-
tucionales, porque solo asf puede salvarsH el pais de la gran crisis
en que se encuentra.


»euarta. Los diputados progresistas consideran que el servicio
mas importante que pueden hacer al pais como hombres públicos y




376 IIISTORiA DEL REINADO
particulares, es contribuir á que en los pueblos se arraigue la con-
vicc!on de que la primera garantía de las libertades públicas con-
siste en «no pagar ninguna contribucion ni arbitrio que no esté au-
torizado por la ley de presupuestos ú otra especial.»


»Quinta. Si la ley constitucional ó cualquiera otra vigente se in-
fringiera por los agentes del poder, los dipufados progresistas, en
el punto donde se encuentren, barán pública y patente esta infrac-
cion con el doble objeto de que tenga de ella conocimiento la nacion
espanoJa, y de que pueda el gobierno imponer á la autoridad el cas-
tigo correspondiente en el órden administra!ivo y judicial.


»Sexta. Si fuese el gobierno quien aconsejase) tratara de ejecu-
tar una medida fuera del circulo de la ley, infringiendo la Constitu-
cion de 1837, usurpando atribuciones que no correspondan al poder
ejecutivo, destruyendo alguno de los derechos ó garantías constitu-
cionales, Jos diputados progresistas dirigiéndnse á sus respectivos
comitentes, cumplirán con un deber de conciencia, y UDa obliga-
cion que les imponen el cargo que acep~aron de repres~ntantes del
pueblo; y el juramento que prestaron sobre los santos Evangelios
de guardar y hacer guardar la Constituciol1 de la monarqula espa-
ñola.»


VI.


La prensa periódica no pudo acoger con favor la suspension de
las cortes. Pero la Postdata que un mes antes habia Cl)ndenado á
Olózaga de una manera ruda y en un tono injustificad) por tratar
de disolver el parlamento,terminaba un articulo suyo COD estas pa-
labras:


«Pero aun hay mas. A.un hay una razon podetosisima incontes-
table; una razon que coge de medio á medio á la mayoría y á la mi-
noria, y por la cual la disposicion del gobierno ba sido hasta nece-
saria é indispensable para salvar el crédito de las instituciones; por-
que el gobierno no ba cerrado las cortes, no; ha,n sido las cortes las
que se han cerrado á si propias. j Pues qué! Concluida la cuestion de
mensaje, en la cual se ban invertido veinte días, ¿no se suspendieron
las SEsiones porque no habia negocios pendientes? ¡Pues qué! ¿No
hemos tenido otra nueva suspension despues de un dia de escándalot
¿No escierlo que la mayor par/e de las comisiones haa tenido des-




DEL ULTJMO BORBON DB ESPAÑA. 377
atendidos los asuntos que se les encomendaban, y sobre la mesa del
congreso no habia dictámenes de que dar cuenta? Pues cuando esto
que nosotros referimos se hace público y es cierto, y cuando acon-
tece á los dos meses y medio de abierta una legislatura, y en un
pais donde todo anda en desórden, y donde no existen leyes, el go-
bierno cumple admirablemente suspendiendo á unas cortes que le
sirven de embarazo, y que dicen á la (az de la nacíon: -no tenemos
negocios pendientes. D


Asi trataba ]a Postdata donde empezó su vida política don Agus-
tin Esléban Conantes: asi ensalzaba el prestigio del parlamento un
periódico que decia defender el sistema parlamentario .




VII.


El Espectador juzgaba asi la situacion .
• Sin saber cómo, el ministerio Gonzalez Bravo nos ba ido CCD-


duciendo paso á paso al periodo mas difícil que se ha presentado en
Espana d.esde qU6 tenemos gobierno representativo. Y decimos esto,
porque sin un sistema conocido, sin medios propios de gobierno, ha
llevado las cosas hasta un punto .que no será por cierto la mezquina
inteligencia que suponemos en el actual gabinete la que baste á dar-
las solucion completa, razonable y beneficiosa á los intereses de la
sociedad.


DCon una audacia sin ejemplo, con un atrevimiento que aturde,
86 ha lanzado á fas empresas mas árduas, todo lo ha invadido, nin-
gun terreno ha sido para él sagrado, y aun en aquellos asuntos en
IQS cuales el bOJlbre mas templado hubiese discurrido mucho, yee-
tenfdose á meditar con calma el pro y el contra del pensamiento
que tratase de poner en práctica, hémosle visto impávido arrojarse
á adoptar las providencias de mayor consecuencia, siD que juzgue-
mos baya precedido al tremendo fial de su pluma mas que algun otro
consejo de los que secretamente proporcionan luces al gobierno en
la espinosa tarea de dirigir cuerdamente la sociedad.. '


y por este estilo los periódicos todos presentaban en lontananza
un cuadro poco lisonjero.


Porque era tan anómala la sitnacion creada, que nadie -podia te-
ner seguridad del triunfo; nadie podia jactarse de predecir con cierta
probabilidad lo que debia suceder en adelante.




CAPITULO XLV.


SUMARIO.


Triste cuadro que presentaba España al empezar Isabel á reinar por sí misma.-Con-
sideraciones políticas.


1.


Hemos manifestado que terminaba un periodo 6 la primera parte
del reinado constitucional de Isabel.


Entonces si que era exacta la ficcion constitucional; hasta ese mo-
mento eUa, nirla, no habia podido tomar parte en los asuntos po-
)fticos. Su madre primero, y despues el general Regente habian go-
bernado en su nombre, ya que reinar á ella )e tocaba, y por este
modo se habia observado estrictamente la ley fundamental y las bue-
nas prácticas parlamentarias.


Muchas reflexiones vienen á nuestra mente al querer bosquejar
el cuadro que presentaba en aquellos momentos la desgraciada Es-
palia.


Diez aftos habian transcurrido desde la muerte de Fernando; y el
lúgubre aparato desaparecia apenas cuando Jos campos y las ciu-
dades veian arder sus edificios, encenderse los odios, acibararse los
resentimientos, agitarse las pasiones, descubrirse siniestros planes.


Las ambiciones en todas formas se desencadenaron, y á pretexto
de patriotismo ó de amor á la legitimidad con la máscara de libe-




DEL nLTmO BORBON DI Isuih. 879
rales ó con fa (ea careCa de absolutistas, unas cuantas docenas de
hombres sostuvieron viva y encendida la odiosidad entre los hijos de
la misma patria.


Los que se llamaban constitucionales, divididos como hemos visto
y hecho notar en diversas escuelas, proclamaron todos en Jos pri-
meros tiem pos la soberanía nacional, porque sin ella no hallaban si-
quiera pretexto á la lueha, ya que apoyado en las leyes del reino y
en la voluntad mas ó menos terminante ó explicita de Fernando, don
Carlos sostenía sus pretensiones á la corona.


Dna de esas eséuelas planteó teóricamente, y tambien lo hemos
dicho y senalado, ese ¡trincipio inconcuso en la Constitucion del Es-
tado.


Pero en el fondo, moderados y progresistas faltaban abiertamen-
ta, contradecían el dogma de la soberanía nacional.


Moderados y progresistas habían abrazado con carino las teorias
parlamenta,rias que por razones especiales han podido sostenerse du-
rante dos siglos en la Inglaterra, pero que no han logrado arraigar
en ninguna otra parte.


11.


Las leyes polUicas no son seguramente un fin, no son mas que
un mediQ de dar vuelo á la actividad humana haciendo desaparecer
los' obstáculos que habían ido amontonando los opresores privile-
giados.


y nuestros partidos fijándose en la esfera gubernamental, sin es-
tudiar las condiciones de la época ni de la sociedad en que vivian,
habian tomado como objeto de toda~ sus evoluciones la organizaeion
de los poderes en sus distintas fases.


De aquí que descuidasen por completo la educacion popular, las
leyes del trabajo, las relaciones entre las distintas clases, y que se
limitaran solo á instituciones de carácter administrativo Ó de auto-
ridad.


Cuando un movimiento popular levantaba á los progresistas; cuan-
do la libertad de Cristina ponia á los moderados en el poder, todo el
personal variaba, las oficinas quedaban desiertas, y nuevas banda-
das de pr~supuest(voros invadian aquellos centros donde se preten-
día disponer por mil medios de la voluntad del pais.




380 HISTORIA DEL REINADO
Las capitanias generales, las jefaturas políticas. 12s diputaciones,


los ayuntamientos, la magistratura, el clero, la milicia, la policfa.
todos esos elementos coordinados y encadenados hábilmente diri-
gidos d6sde la secretaría del ministro venian á formar una legalidad
imponiendo á sus conciudadanos legisladores, reyes y verdugos.


¿Qué significaba la consignacion ·de un derecho en la Constitu-
cion, si por el acuerdo de las corles con el Rey, que no era dificil
de obtener, puesto que los gobernadores tenian la seduccion y la in-
limidacion por auxiliares y se hacian mayorías ficticias, podía en las
leyes úrgánicas desvirtuarse co~pletamente?


El axioma constitucional de el rey reilla 11 no gcbierna, nunca se
habia puesto en práctica durante esos diez años.


y si hubiera llegado á realizarse fa teoría de los mas avanzados;
si se hubiera establecido un parlamento á la inglesa, no por eso el
pueblo hubiera hecho uso de su soberanía, porque se hubiese creado
lo que se llama la omnipotencia parlamentaria que no deja lugar Di
ocasion para el desenvolvimiento de las franquicias y de los derechos
del pueblo.


nI.


Cristina formulando el Estatuto y aceptando por fuerza la Cons-
titucion que consignaba ~unque imperfectamente el principio de la
soberanía nacional, no habia prometido á sus partidarios, á sus
seides, á sus esclavos el triunfo del parlamentarismo.


Cristina no podía aceptar mas que el triunfo de Ja monarquía ab-
soluta.


Amaba tanto la legitimidad como el pretendiente, sin perjuicio de
que las conveniencias la obligasen á mostrar benevolencia hácia los
que proclamaban lambien hipócritamente el principio de la so he-
rania del pueblo. .


Porque Cristina conocia que solo hay una escuela radical que es
la republicana que pueda proclamar en absoluto el principio que
los hombres que la rodeaban estaban manchando y vulnerando.
Ella comprendia muy bien que el sistema parlamentario no es mas
que el elilronizainiento de una oligarquía, la consagracion en cier-
tas castas y clases de los medios de gobernar.


y llámeuse como quieran por mas que pregonen sus buenos de-




DIL ÚLTiMO BORBON DE ESPAÑA. 381
seos, por mas que entienda, el derecho de votar, mientras conserven
Ja monarquía, mientras proclamen la omnipotencia parlamentaria,
mientras no declaren que el pueblo es el único que tiene derecho á
sancionar las leyes porque es la única fuente de la justicia y del de-
recho, todos ellos, denomínense como q!lieran, progresistas, mode-
rados, conservadores, constitucionales, serán doctrinarios siempre
y sus teorías queda'rán en la práctica falseadas, y no habrá en la
representacion verdad, no habrá mas que fraudes, engaf10s y mis-
tificaciones.


Es vicio inherente á esos partidos el de contradecir y anular lo
que ellos mismos dicen proponerse; por eso les vemos regatear mez-
quinamente,; si en el cuerpo electoral han de entrar los que pagan
tanto ó cuanto de contribucion; si han de ser jurados estos ó aque-
llos contribuyentes; si para representar fielmente los intereses ó los
derechus populares es preciso llenar tales ó cuales condiciones.


y en esas disputas que en resúmen no constituy.en diferencia
esencial, que part,en de la misma base; se disputan encarnizadamen-
te los presupuestos.


POique eso sÍ; en materia de presupuestos con pequeña diferen-
cia todos tienen el mismo. Estos rebajarán el ministerio de la Guer-
ra para aumentar el de Marina; aquellos buscarán alguna econo-
mía en el capítulo del clero ó a¡gunos cientos de reales en el pre-
supuesto de la casa real.


Pero á pretexto del decoro y de la dignidad de la monarquia; á
pretexto de que la nacion debe ser espléndida y mostrarse digna,
unos y otros sacrifican al contribuyente que es en último término
el productor y el consumidor, y viven alegres y sin cuidados en me·
dio de la gtneral miseria.


IV.


Cuando las crisis industriales sobrevienen; cuando las inunda-
ciones Ó la peste ponen en evidencia que esta sooiedad es una so-
ciedad egoista, que no hay jazos que liguen á los ciudadanos unos
con otros, que vivimos en lucha permanente; cuando las revolucio-
nes vienen á relevar los odios que existen entre el capital y el tra-
bajo, esos dos elementos de la produccion que debieran vivir en la
armonía sin lastimarse ni desconocerse, sin hacerse la guerra, antes


TOMO 11. U




SS! mSTORIA DEL REINADO
bien viviendo en fraternal consorcio, sin buscar la explotacion ni
el predominio del trabajo de ayer sobre el trabajo de hoy; cuando
esos casos llegan, entonces los partidos parecen como asustados ante
su nulidad, ante su ignorancia.


Por eso en tiempo de Espartero vemos reformar el auto acordado
respecto á inquilinatos y perjudicar notablemente á los veciDOS de
Madrid, á los desgraciados que DO tienen hogar, á los que con su
trabajo crean la riqueza favoreciendo á]a clase propietaria, á la que
vive con desahogo.


y el Regente que sustituyó á Cristina, que debia sintetizar y dar
cuerpJ y homogeneidad al partido progresista, ¿hizo algo para pre-
parar el terreno para emancipar de la ignorancia y de la miseria á
tantos millares de personas que gimen en el aislamiento y en la
desnudez?


Nadie pone en duda los deseos y buenas intonciones que animan
á algunos hombres de los partidos cónstitucionales.


y la multitud que los seguia, que ha sacrificado su vida y su tra-,
bajo, que ha labrado el infortunio de sus familias, que ha sufrido
las persecuciones y el martirio con el heroismo, ¿podrá ser consi-
derada como sospechosa?


La verdad es que debiéndose á esa muchedumbre el progreso, pe-
. quefto ó grande, no ha encontrado beneficio alguno en el sistema
constitucional; continúa privada de la instruccion, abatida por el
fisco, diezmada por el ,plomo y arrastrada muchas veces fuera de
so domicilio para ir á lejanos climas, mortíferos é insalubres, en
cuerdas arre atados como miseros esclavos, como animales in-
mundos.


v.


La civilizacion es indudable va extendiéndose y produciendo be-
neficios; pero pocos, muy pocos se tocan por los movimientos polí-
ticos.


La ciencia, la industria, arrancando secretos á la naturaleza, po-
niendo en evidencia y de relieve las injusticias y los dolores socia-
les, hacen fermentar las pasiones, vienen á dar la nemostracion de
que es necesario, urgente, inmensamente urgente poner un remedio al
mal; levantar una valla ante los horrores del fanatismo y de la su-
persticion, ante los males que la ignorancia multiplica.




DEL ULTIMO liORBON DE ESPAÑA. 883
EspaDa acababa de salir de un letargo profundo. Por largo es-


pacio de tiempo no la era permitido ni orar, ni trabajar, porque el
fruto de su trabajo era para recompensar á los parásitos; ni profe-
sar el arte.


y como en la antigua capital del mundo habia sido perseguido
Galileo al proclamar que la tierra jira en torno del sol, eQ Espana,
donde habian hallado eco las pretensiones de-Colon que venia tra-
bajando para dar una prueba evidente y material á los que necesi-
taban los trabajos del sabio que babia previsto la forma de la tierra,
habia sido el conquistador encadella,do y perseguido, des pues que
hubo demostrado su objeto; que habia sabido ea medio de mil vici-
situdes, contratiempos y sinsabores adquirir con el auxilio de algu-
nos aventureros para Espana inmensas regiones y vastos dominios,
y despues que hubo preparado en continentes lejanos los elementQs
de ventura para la humanidad; y despues que hubo dispuesto aque-
llas comarcas desccnocidas y fértiles para recibir lQS frutos de uQa
eivilizacion caduca que iba á tomar nueva savia, vigor nuevo.l .
contacto de la naturaleza, recibió de los déspotas por premio á sus
dolorosas expediciones los desdenes, las injurias, las prisiones y la
muerte.


Porque en Espana no ha habido distinciones, ni puede haberlas
allí donde la monarquia y el clero dominan eternamente, entre una
y otra dinastia, entre la casa de A.ustria ó la casa de Sorbon, entre
la familia de estos príncipes ó la familia de aquellos. Y todos, fla-
mencos ó franceses, han tiranizado al pais.


VI.


Despues de la reconquista, y cuando por los esfuerzos de la vil
multitud se reconstituye la patria, arrojando al agareno usurpador
del querido hogar, el poder monárquico á pretexto de salvar la re-
Iigion, á pretexto de constituir homogénea la antigua raza íbera,
concede á los obispos y á los sacerdotes, y á los guerreros tales
franquicias, que contrabalancean su poder y su influencia y los de-
rechos de las municipalidades.


y el poder negro, la Inquisicion, ese poder que n9 perdona, y
que siempre busca como aliado para hacerle su humilde esclavo al
monarca; el poder negro se impone y crea tipOi sombríos como Fe-




38! HISTORIA DEL RliNADO
lipe 1I, caricaturas ridículas como Carlos II, y vergonzosas (ormas
como Carlos IV, Fernando vn é Isabel.


y esto no 10 estudian, no lo comprenden los que se llaman emi-
nencias politicas; pero lo adivina y Jo siente el pueblo.


y es imposible que entre elementos tan discordantes haya ave-
nencia, que pueda compaginarse la autoridad real y la soberanía del
pueblo, que puedan satisfacerse dentro de la monarquia j que supo-
ne un personaje, una corporacion, una entidad superior que necesita
grandes dignatarios que forman capas intermedias, porque no seria
de buen tono que 108 plebeyos y los villanos llegasen sin plena puri-
ficacion ante las gradas donde se sienta la majestad, y es preciso
crear jerarquías artificiales; es preciso forjar esas aristocracias, esas
clases privilegiadas rompiendo la iguaJdad, ese gran principio de
justicia que DOS enseOa que todos somos hijos de Dios.


En la raza latina es tan dominante el sentimiento de la igualdad,
que no pueden aclimatarse las monarquias. Y la lucha ha existido
siempre, porque el principado de Asturias elegia á sus jefes; y Ara-
gon les decia: Nos, que cada uno 1:alemos tanto como vos; y Cataluna
tenia sus concelleres y sus instituciones peculiares; y en Castilla
habia las comunidades, y en las provincias Vascas subsisten aun
los fueros.


Pero la corrupcion lo ha inndido todo, y el clero con sus autos
de fe y sus violentas persecuciones y sus doctrinas perniciosas, 'J
Jos senores feudales con sus depredaciones, con sus inicuos despo-
jos y sus violencias, han reducido á la miseria y á la ignorancia á
la multitud. Y aquellas masas enormes de trabajadores han sido dis-
persadas; aquella industria floreciente que mantenía la riqueza y la
ventura en Toledo y en Sevilla, y en Granada y en Valencia, vino á
quedar reducida á la nulidad.


Triste es el cuadro y desconsolador.
y cuando se ha presentado el momento oportuno; y cuando ha


llegado la hora de reparar tantas y tantas injusticias, los hombres
que guiaban á las masas que se decian nabios, que se decían polf-
ticos, han venido con fórmulas inaceptables, con traBsacciones ver-
gonzosas, con ridfcllas y pueriles imitaciones de ]0 que en otros


. puebles, de lo que en otras razas, de lo que en otras circunstancias
muy dislintfls se hacia.


y partiendo de la Constitucion del 12, donde ]a nacion sobera-
na manifestó su poder. recordando que para vencer á la morisma




DBL ULTIMO BORBO:~ DE ESPAÑA. 385
despues de destruida la monarquia en Guadalete, habia bastado que
se unieran unos cuantos aldeanos en las montañas que levantasen
)a enseña de la patria, á principios de 1844 tras una serie de per-
jurios é infamias, tras una porcion de transacciones vergonzosas y
de concesiones indignas, habian llegado casi á borrar el dogma del
pueblo, y se venia á dar autoridad á un trono donde se sentaba una
chicuela rodeada de farsantes aduladores, de explotadores indignos,
y que debia tener por principal consejero á una madre agraviada,
á una extranjera vengativa, que encerraba en el fondo de su alma
muchas injurias, muchos odios que vengar.




'.


CAPITULO XLVI·


-- ..... _.-


SUMARIO.


Situaeioa auárqlliM y 3ntitiberal con que terminaba el afio l!!U.-Tri .. fo l'a.lati ..
r completo del cIerne.1o doelrinario r conservador 8Qbre el pro¡;resiflta.


l.


y efectivamente el afto 184.8 terminaba, legando á Espafta una
situacion completamente anárquica, en la cual podian esperar poco
los amigos de la libertad, por mas que se hubiese reconstituido.
el principio de unidad para el partido liberal, la soberanía po-
pular.


Aquellos esfuerzos eran tardios; aquella autoridad que pretendian
buscar los hombres del progreso para conciliar lo pasado y lo por-
venir, haciendo la transicion fácil y suave, sin trastornos, conmo-
ciones ni violencias, venia á ser casi imposib19, des pues que los
hombres de lo pasado habian logrado apoderarse del. alcázar de los
reyes y del dominio del ejército.


Esos dos elementos, unidos á las fuerzas potentes que la socie-
dad vieja mantenía en ejercicio, puesto que la nobleza y el clero
conservaban todos sus privilegios, todas sus riquezas, venia á re-
constituir la antigua sociedad con todos sus abusos y mono-
polios.




DEl. ULTIMO BOJUlON DE ISPAÑA. 381
Tal era· la falta en que habian incurrido Jos legisladores del t 2,


los del !O y los del 37.
Tanto como la cODsignacion de los derechos; tanto como la dig-


nificacion del sér importaba dar á conocer al pueblo que la injusti-
cia en el reparto de los productos de la tierra y del trabajo humano
no subsistiría en adelante; que el holgazan, el vago, no tendria por
el nacimiento derecho á usurpar-al hombre laborioso un puesto en
el banquete de la vida.


Debian proclamar ya que la educacion es el medio de desenvol-
ver las facultades y las fuerzas del individuo, que esa educaeion se
daria á todos para que cada cual ocupase el punto que naturalmente
le correspondia; no esos puestos ficticios que crean las jerarquias
sociales y el fa vor.


Así se hubiera dado entrada en la ciencia, en el arte, en la in-
dustria á una porcion de capacidades que yacen ignoradas por falta
de medios, mientras se elevan .multitud de median fas á los goces, á
las distinciones l' á la consideracion de las gentes.


Así se hubiera abierto la carrera del mejoramiento de las cos-
tumbres.


Así se hubiera borrado todo pretexfo al aplazamiento de las re-
formas, porque, se dice, aun no ha llegado la ocasionj aun no es
tiempo; aun no está el pueblo educado.


y la responsabilidad de esa falta de educacion está en aqaeHos
que han malgastado el tiempo, que debian consagrar á plantear
instituciones para mejorar la condicion del pueblo, y se han limi-
tado á críticas ruidosas, á querellas, á pugilatos y asaltos al
poder.


u.


Las leyes de desamortilacion dadas en beneficio de ciertas clases,
y easi siempre para cubrir gastos de guerra, no han dado ni podían
dar los resultados que S8 apetecían.


Poner la mano sobre esa cosa sagrada que se llama la propiedad,
arrancarla de manos de aquellos que la disfruten para llevarla á
otras, esto era, sin duda, muy revolucionario. Podia servir de ense-
ñanza; podia mas tarde desenyolverseel pensamiento.




388 mSToaIl DEL REINADO
Pero mantener en la desheredacion, en la miseria, en el abatimiento


á los desgraciados, á los parias, á los oprimidos, á los despojados
por la conquista, eso era inicuo, porque tanto como los derechos,
importa hacer comprender á la generalidad que deben reivindicar
sus acciones.


La libertad, esto es, la carencia de trabas, y la posibilidad, por
consiguiente, de ejercitar su derecho, sirve ·ciertamente para el pro-
greso; para la marcha y desarrollo de )a humanidad, para las evo-
.Iuciones sucesivas del pueblo.


Pero como entre las trabas que cohiben, hay las negativas y po-
sitivas, unas ú otras quedan generalmente fuera del alcance del le-
gislador, y son bastante poderosas para impedir al ciudadano que
ejercite su derecho.


La dependencia mútua de los ciudadanos que buscan en sus re-
laciones un medio de asegurarse, apoyo é influencia ejerciendo pre-
sion sobre aquellos á quienes emplean ó terminan por incidentes á
veces extraños que esa dJpendencia mútua vicia muchas veces los
actos en que intervienen.


Todo eso prescindiendo de que el poder bajo el nombre de fisco,
apremio, indulto, autorizacion, conoesion, privilegios ú olras mas
directas coacciones no venga á quitar toda la espontaneídad al sér,
reduciéndole de ciudadano á agente, de hombre á autómata, de per-
sona á instrumento.


tu.


En la larga serie de sucesos que dejamos narrados, hemos pre-
sentado de bulto la politica peculiar á cada partido, si bien ni en el
Estatuto, ni en la Constitucion del 37, ni en las diferentes leyes or-
gánicas, ni en la organizacion económica correspondió ninguno ele
ellos en la práctica á las teodas que sustentaba.


Hemos podldo observar tambien que habia diferentes persona-
lidades que se presentaban con tendencias reformadoras, con in-
novaciones, dispuestas á modificar el plan general del partido
á que obedecían sin llegar á constituir esencialmente distintos
tipos.


Pronto vamos á ver en marcba hácia su ideal al partido mol1e-




DEL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA. 889
rado, y aunque en adelante DO hemos de ser tan prolijos porque
cada cual puede haberse ya formado idea por ]0 expuesto de los
móviles que guiaban á unos y á otros, examinaremos el códi{5o en
que el general Narvaez y sus adeptos presentaron su verdadero pro~
grama.


y mas adelante veremos tambien hasta dónde podian llegar ins-
pirándose y empujados por el sentimiento revolucionario de la mul-
titud, los hombres que se decían de progreso, los que pretendian
guiar, formando un puente, á la familia española hasta su completa
emancípacioD.


Cuando la muchedumbre se agita, como sucedía en aquella
época tumultuaria; cuando hierven las pasiones; cuando los hom-
bres aparecen CGmo sobrexcitados y dispuesto~ á la abnegacion y
al sacrificio, todo se convierte en promesas, todo se refiere al
bien.


Luego, cuando la calma de la reflexion hace pensar á los unos
en los peligros, y deja á los otros en el vacío de la incertidum- .
bre, en la duda y en la ignorancia; entonces sobrevienen las catás-
trofes, y se apostata y se truecan los papeles fácilmente aparecien-
do los hechos al revés dejas promesas, girando en un círculo de
hierro.


Entonces son las &Jgustias y las recriminaciones.
Entonces sobrevienen los desengaños; entonces se llega al escep-


ticismo y se forman esas generaciones que tan bien sirven á los dés-
potas, porque solo piensan en los goces materiales, en vivir al dia,
en realizar su paso por este valle de lágrimas de la manera mas sa-
tisfactoria.


El egoismo, la codicia se despiertan asi, y los hombres pierden
su cualidad de inteligentes para materializarse y embrutecerse, para
prostituirse.


IV.


Como hemos demostrado con los hechos que venian acaeciendo,
el moderantismo se habia llegado á atraer UDa parte de lajuventod
viciándola en las aulas é infeccionándola de doctrinarismo, hacién-
dola creer que el pueblo español, que la Europa entera distaba aun


TOMO n. 50




390 HISTORIA DEL REl:'/A.DO
mucho tiempo de la tierra prometida, y que convenia pasar esa
época de interinidad, ese periodo transitorio de la mejor manera po-
sible.


y hemos visto que los Prim, los Serranos, los Milans del Bosch,
los GonzaIez Bravo, los Muñcz Bueno, los Nocedalcs que formaban
en las prime'ras filas del progreso con otros muchos, al hacer esa
evolueion en nombre de la liber!ad contra Espartero, crncluyer(n
por hacerse servidores del becerro de oro, do Cristina, del despo-
tismo contra el pueblJ que los' habia encumbrado y de quien pro-
cedian.


Gonzalez Bravo decidido á i-,reparar el terreno á la reaccioD ;¡ ma
vez concluidas las revolucioneS de Barcelona y demás puntos, de-
cidió comenzar la nueva organizacioD política daDd'J fuerza al ele-
mento monárquico y conservador creando nuevos y pingües destines
para pagar los servicios hechos á la reaecioo.


Así se encadenan las responsabilidades que respectivamente tie-
nen todos los que por alguna maDera han ejercido poca ó mucha in·
fluencia en los destinos de la patria.


Unos por obrar mal, otr0s por ejercitar su influjo en d engran-
decimiento de su egoismo; otros porqut; no saben distinguir el bien
del mal; otros porque las circunstancias los llevan y los comprimen


. como babia sucedido al ministerio Lopez.
Todo eso cede en perjuicio de las instituciones; todo eso impide


que se forme la educacion poli tiC9. , porque en medio de ia inseguri-
dad y de los vaivenes, y de las turbulencias, aun aquellos indife-
rentes, aun aquellos que direetamente no sufren las eonsccl:1cDcias
de las agitaciones políticas, participan del malestar, sufren en sus
intereses porque el trabajo se paraliza, porque disminuyen las veD-
tas~ porque todo se encalma.


v.


Suspensas las cortes, aquellas cortes que babian levantado á Isa-
bel al trono adelnntando el reloj de los tiempos, era difícil al partido
progresista reorganizarse y hacerse escuchar de sus adeptos.


Quedaba casi anulada por esto )a nueva evolucion que le hemcls
visto realizar.




DEL ÚLTli\iO BORBON Di BSPAÑA. 891
Poco ó nada influyen en la marcha de fas individuaiídades ias di-


vergeDcias de conducla de las fracciones á que pertenecen. No hay
en ciertas regiones esos odios profundos é inextinguibles, esas ani-
mosidades, y cuando un individuo falta á sus compromisos, cuando
cambia en su modo de ver, la educacioD puede hacer que ias rela-
ciones continúen menos vivas, menDS afectuosas, pero siempre con-
tinúan, y si por un rlomento aparecieran rotas, con facilidad se rea-
nudan, LIstando un saludo para indicar qWJ ha llegado el moro ;nto
de la reconciliacion.


No quiere esto indicar que en esas regiones á que aludimos se
aprecien mas los hombres unos á otros; ror el contrario alH abun-
dan las envidias y las miserias.


La ruptura de la coaHcioD y la conciliacioD del antiguo parti-
do piOgresista bubieran dado un sesga distinto á la marcha de
los sucesos si hubiesen permanecido abiertus las corles dos di as
mas, anunciándose en ellas pública y solemnemente el gran su-
ceso.


Los Nocedales y Gonzalez Bravo, aquellos centralistas, conserva-
dores y parlamentarios habrían quedado por todos conocidos, y el
partido prügresista despues de esta elimin8cion y de la reconcen-
tracion de todos sus elementos, hubiera podido hacer frente en el
parlamento á los planes de la reaccion dando la voz de alarma y lle-
vando Id confianza al seno de sus parciales.


El ministerio habia reconocido todas las dificultades de la situacioD
y se decidió á asestar certeros golpes que aturdieran á sus adver-
sarios.


La suspension indefinida de las sesiunes y el establecimiento de
un consejo de Estado informe aun, pero con toda la vida y autori-
dad de esa antigua institucion de la vieja monarquía, daban clAra-
mente á entender dónde iban á encaminarse las tendencias de la
reacciono


Otras manifestaciones importantes de] gobierno venían á ser los
halagos y concesiones hechas á la familia del infante don Fran-
cisco.


El primo de Isabel d01 Francisco de Asis, hijo primogénito en
quien confiaba Carlota colocar la corona de Castilla, fué nombrado
por entonces coronel de caballería, recibiendo el mando de un regi-
miento; mientras que su hermano Enrique era colocado en la ma-
rina.




39! mSTORlA DEL RBINADO
Al propio tiempo eran recibidos en palacio los tios de Isabel y se


presentaban en algunas solemnidades.


Vl.


Pero una de las mas categóricas y evidentes muestras dp,l giro que
la cuesÍion iba tomando, estaba en el nombramiento de las auto-
ridades.


El baron de Meer al tomar posesion del mando en Catalui1a quiso
significar bien que no habia variado, que era el mismo hombre, la
continuacion del famoso conde de Espal'ia.


Hé aquí un párrafo de su alocucion:
«Al encargarme por segunda vez del mando de este ejército y


Principado, siento el mas vivo placer al dirigir ante todo mi voz á
los leales habitantes de estas industriosas provincias, dignos por sus
virtudes y lealtad de mi afecto y de ]a proteccion de un gobierno
ilustrado. Consolidado y acatado por toda la monarqula el trono
bienhechor de nuestra augusta Reina dol'ia Isabel 11, y restablecído
por mi benemérito antecesor el imperio de la ley en este distrito,
'Ilegó ya el momento apetecido de gozar de las ventajas que las ins·
tituciones que nos rigen deben proporcionarnos. Para el efecto solo
se necesita de órden y tranquilidad; pero no de una tranquilidad eft·
mera, y si de la que tiene su asiento en las convi~ciones y en 10i
esfuerzos de los hombres honrados, á fin de que la union de todos
los es panales sea franca y sincera, y no se use ya mas de Ja pala-
bra partidos sino para detestarla y proscribirla de nuestra sociedad.
Entonces florecerán las arles y el comercio; las costumbres públi-
cas reemplazarán las malas inclinaciones que crearan Jos motines y
las revueltas, y Catalul'ia volverá á ocupar el distinguido lugar que
le tienen preparado su benigno y fecundo suelo, y el carácter labo-
rioso y pacífico de sus hijos; Ya me concceis, y desde luego pres-
taré toJo el apoyo á que mi autoridad alcance para el logro de se-
mejantes beneficios, contando con la ayuda y cooperacion que se han
apresurado á ofrecerme las autoridades populares de esta capital y
provincia, con la de los hombres de bien, y con la invariable fir-
meza de mis disposiciones y de mis principios. La grande. obra de
la consolidaci.n de la paz y del lustre y engrandecimiento de una




DEL ILTIMO BORBON DE BSPAÑJl.. 89B
monarquía á la que preside la inocencia y aclama el voto general
de los pueblos, se completará, catalanes: y para eVo trabajará sin
descanso vuestro capitan general:»


YII.


El gobierno se habia privado de recursos al cerrar las cortes sin
votar los presupuestos; pero no estaba dispuesto á morir de empa-
eho de legalidad, y se proponia vivir á todo trance para realizar sus
propósitos.


Habia nombrado entretanto diferentes comisiones que preparasen
los trabajos.


Con este motivo decia El Heraldo lo siguiente:
«y aun suponiendo que este fuera el camino, y cerradas las Cor-


tes se nombrase una comision para formar la ley de Ayuntamientos,
otra para la de Milicia, otra para la prensa, el consejo de Estado,
las contribuciones, la instruccion pública, el clero, etc., ¿qué ha-
bría adelantado el pais? ¿Para cuando estarian terminados los tra-
bajos? ¿Cuáles cortes los aprobarian, y qué seguridades tiene el go-
bierno para ello? No creemos que al peso de estas observaciones que
hacemos enteramente desapasionados é hipotéticamente pueda opo-
nerse mas que la dificultad de una discusion diaria que agita inútil-
mente al Congreso, que gasta quizás su prestigio y roba por lo co-
muo un tiempo precioso ma1gastado por los interpelantes y por los
oradores difusos. Pero para estos casos da la Constitucion UD me-
dio, y este medio adoptado ayer- por el gobierne. conserva cierta-
mente la actividad parlamentaria, sin revolver al pais, sin agitarlo
con elecciones que van siendo diffciles, y sin que se vea al gobierno
que rehuya ninguna de las condiciones con que el poder se acepta
en los gobiernos representativos.


»Ocúpense los ministros en buen hora y con la libertad que quie-
ran de lo que el pais reclama imperiosamente. Dennos muestra de
que saben y quieren gobernar, pues que si las cortes era lo que les
embarazaba, aplazadas están ya sus sesiones. En tal espacio pue-
den conquistar la confianza pública con su conducta; pueden darnos
pruebas de que conocen las necesidades del pais y de que saben
atenderlas, y luego estas cortes mismas sancionando con su aseoti-




491 DlSTOnIA DEL RI~lNADO
mienta lo que hagan los ministros conforme al interés público, pon-
drán en .~us manos propias los titulos necesarios para convocar opor-
tunamente al pais, y que vengan en una nueva era sus represen-
tantes á seguir por un camino estable y sin tropiezos la regeneraciotl
de nuestra patria. De otro modo la nacion recibiria un nuevo des-
engano, viéndose engolfada en nuevos disturbios.»




CAPITULO XLVU.


SUMARIO.


Qué podía esperar~c ue lsaLel al em¡1UTIar las riendas del Estado.-Manifcstaciones
contra el gobierno.-llestaLlccimiento de los derechos de puertas.-Envalentona-
mj('nlo del par/id:) modr-l'3(lo.-Cuatro palabras ~obrc la capitulacioll del castillo
dt' Figllfra~.


I.


Como deslizándose por una pendiente rápida, por un plano incli-
nado buscando su centro de gravedad, el movimiento revolucionario
iniciado contra Espartero, continuado contra el ministerio Lopez, que
no sabia explicarse cómo ni por qué se le hacia una guerra tan te-
naz J podía darse por terminado, y comenzaba otra evolucion, un ca-
taclismo de las instituciones viejas que se sobreponian al elemento
activo.


Pero no podía lisonjearse el foUetinista del Guirigay de que con su
prestigio y audacia iba á acallar las pasiones harto desencadenadas
é impetuosas, harto agitadas, como que se trataba una cuestion de
vida ó muerte para todos los partidos.


Comenzaba entonces la lucha que debia humillar á Isabel de Bor-
bon ante las legiones . victoriosas de Vicálvaro, y que mas farde iba
á arrojarla del trono en medio del desprecio de todas las gentes hon-
radas.


Niña aun, inconsciente, rodeada de gentes sin fe, atenta solo á




396 HISTORIA DIL REINADO
buscar instrumentos para encumbrarse, hacerse ver 'Y gozar, acaso
sonreia en medio de las lisonjas y de los placeres que se la propor-
cionaban con cuidado exquisito.


Ciega, ignorante, solo podia contemplar aquello que sU:mano:al-
canzaba, aquello que llegaba á sus labios, lo que la servia de ador-
no, lo que penetraba por los sentidos.


¿Qué entendía ella del arte de la gobernacion?
¿Qué podía saber de las cábalas, de las argucias, del maquiave-


lismo de las gentes?
6~ qué podia aspirar? ¿En qué podia fijarse la pobre muchacha?


¿A. qué se reducia su vida?
Gozar, satisfacer todos sus caprichos, vivir en el sensualismo mas


refinado.
Hé aquí loda su aspiracion.
Sin relaciones con su madre, que entregada á los amores de Mu-


fioz, ocupada con su nueva Camilia y con los negocios aprf.>miantes
del Estado, con las intrigas de la guerra, no podia cumplir sus de-
beres de maternidad; aquella fama del borbonismo estaba, pues,
agotada y DO tenia ni podia tener sentimientos de Camilia.


La amistad, ese generoso sentimiento de ~gualdad que nos acerca
unos á otros, desconocida era para ella.


Cercuda mas tarde por maestros que pretendian ínfundirle ciertas
y determinadas ideas, solo "habria dispertado aIgun tanto su curio-
sidad, sin fijarse en la bondad y en la realidad de las cosas, por 10
que la sedujeran, por lo que la hicieran sentir.


Esa, esa era la ReinR que empuñaba las riendas del Estado, sin
afecciones en el corazon, aislada, con una naturaleza ardiente, ca-
prichosa, acostumbrada á hacerse obedecer.


Hé ahi el tipo que escogian para reina constitucional.
6 y cuándo? ¿En qué circunstancias? ¿Con qué condiciones?


11:


La COl1stitucion del 87 habia sido violentamente combatida por
todos los partidos.


Hecha por los progresistas para servir de lazo con los moderados,
claro está que debía ser sospechosa á unos y á otros.




DEL ULTIMO !OBBON DE ISPAÑA. 89'1
Es natural que cada cual hubiese formado proyectos para arre-


glarla á su manera.
Los moderados, sin perjuicio de quebrantar el articulo que á los


impuestos no votados por las Cortes se reCeria, dispuestos siempre
á abusar de las prerogativas y atributos de la corona, habian hallado
un medio sencilHsimo de falsearla por completo, fraguando á su an-
tojo las leyes orgánicas que debian limitar todos los derechos.


Los progresistas cuando gobernaban se limitaban sencillamente á
infringir los articulos que servian de estorbo, porque carecían de la
habilidad de sus adversarios y de su audacia y de su cinismo.


y cuando esa Constitucion estaba completamente desprestigiada;
cuando los gobiernos la habian violado y quebrantado en todos sen-
tidos; cuando los partidos pedían su revision; euando los poderes
del Estado, las cortes se constituian arbitrariamente; cuando se que-
brantaba un articulo de los importantes y trascendentales, el que fi-
jaba la mayor edad del monarca; era cuando subia al trono una
nifia que se hallaba ya rodeada de camarillas y parcialidades ..


Esa niña á quien debia enseñarse el respeto á la ley, á quien de-
bía acostumbrarse á ;a~ prácticas constitucionales, á quien debia in·
fundirse amor al pueblo; esa niila tenia por consejero á Luis Gon-
zalez Bravo.


Luis Gonzalez Bravo, que decia 15 ailos mas tarde que el poder
estaba en medio de la calle, y que él se habia presentado á reco-
gerlo porque no habia nadie tan osado que se atreviera á ello.


Bien es cierto que el marqués de, Miratlores ha revelado que él se
opuso á esa escandalosa elevacion, que él habia previsto las funes-
tas consecuencias que debia traer.


IY.


La continua renovacion de los jeCes politicos y autoridades mili ...
tares, producia otra vez disgusto y alarma en las provincias.


La actitud de los partidos enfrente de un gabinete desatentado
que caminaba ciego al precipicio, habian producido honda sensa~
cion y perturbaciones en las provincias.


y la borrasca amenazaba de nuevo, y al principiar el ano 1844,
viéronse los relámpagos precurso'res en las manifestaciones diversas
qne la prensa, la milicia y las corporaciones populares se vieroD


:!'QM9lJ. u




398 BlSTOl\lA. DEL l\1,INADO


precisadas á hacer para castigar el orgullo satánico de aquel minis-
terio reaccionario.
A.pen~s te~minaban los sucesos de la Junta central; apenas el


castillo de Flgueras era ocupado por el conde de Reus; de todas las
bocas salian misteriosos avisos de conjuraciones.


y la reaceion era tal, y se hallaba tan envalentonada, que el go-
bierno restablecia en 28 de diciembre, pocos dias antes de comen-
zar el allo, los derechos de puertas, como uno de Jos elementos de
sacar dinero, que es la mas urgente necesidad para los gobiernos
mon~rquicos .


. Dé aqui cómo apreciaba este suceso y la exposicion que precedia
al decreto El Heraldo:


«Nada le importaba que este impuesto fuese uno de los eJemc.:1-
tos que constituyen nuestras rentas; que su supresion dejase un
enorme vacío en los presupuestos, y rompiese las relaciones que en
todo estado bien regido debe haber entre los ingresos y los gastos,
ó entre las entradas y salidas; que perjudicase notablemente á las
corporaciones populares que se sostienen de sus arbitrios, y á los
legitimos y reconocidos derechos de los principes. La popularidad
consiste en respetar y consagrar las mas infundadas preoeupacio-


. nes, en tomar por regla de conducta la voluntad de los desorgani-
zadores anunciada pomposamente, eomo la voluntad de un pueblo
paciente y sufrido, que aguanta y paga con el sudor de su frente los
errores de sus tribunos, y los mas lastimosos de su gobierno. Ya
habia dicho mas da noa vez que ningun impuesto de los conocidos
deberia suprimirse, sin tener á la mano otro de mejor índole que
reemplazase desde el momento de su desaparicion, y cuál fuese este
deben ya conocerlo nuestros lectores; una contribucion sobre alqui-
leres ó consumo de casas, de difícil y costosa recaudacion, sujeta al
vicio comun de los no valores; pero exceptuando de ella á los que
llamaba proletarios, y calificaba por un alquiler bajo basta la suma
de quinientos reales. La base era insegura, falsos les tipos, equívo-
co su rendimiento; pero así acariciaba, á pretexto de la libre circu-
lacion y del fomento de la produccion nacional, á la clase que tenia
las armas en la mano y podía sacarle de sus conflictos. Bien cono-
cia y confesaba el darío general que este meditado cambio acarrea-
ria, y el grave perjuicio que irrogaba nI tesoro.»




DEL ULTIMO BORDON DE ESPAXA. 899


v.


Prosiguiendo despues su tarea, y queriendo desmenuzar y deta-
llar por entretener el tiempo acaso mas que por satisfacer la apre-
míalite necesidad de estudios sobre estas materias, El Heraldo con·
tinuaba dando explicaciones acerca de las vicisitudes que seguia
sufriendo nuestra hacienda.


Et lleraldo, que parecia ser en tales materias algun tanto des-
conocido, y daba despues una exacta re lacio n de los diversos giros
que ésta cuestion habia ido llevando, y proponia algunas soluciones
como puede verse en las líneas que transcribimos:


«Tres fueron 103 tipos escogidos para organizar las tarifas, y aun
la base sobre que deberian reposar, á saber: el valor que enton-
ces tenian las cosas consumibles; pero como no fuese posible ni
nunca lo será que este valor fuese el mismo en todos los mercados,
la variedad de esta base debió crear y creó tantas tarifas, cuantas
fueron las capitales de provincia donde aquel impuesto se esta-
bleció.


»Sus rendimientos comunes traidos á una suma, dieron al go-
bierno una cantidad en ]0 posible fija, y vino á ser esta uno de los
elementos de nuestro presupuesto aclual. En breves palabras lo dice
la exposicion : «Los derechos de puertas, que forman una parte in-
h:grante del tesoro público, se fundaron en una base general, cual
es el valor dado al tiempo de establecerse y redactarse las tarifas, á
Jo:; géneros, fmtos y efectos de consumo; pero como aquel valor sea
esencialmente variable, como lo son todos los sujetos á arancel, jus-
to será quo las tarifas se rectifiquen y ajusten al actual valor de las
cosas, á las diferentes especies de consumo, y á las necesidades eco-
nómicas de la presente época,»


Por mas que se disfrazase, sin embargo, esto no era mas que
una sQcaliña para arbitrar recursos y poder ir trampeando; era un
medio de ganar tiempo, pero á la vez, y esto no debiera habérseles
ocultado á los hombres de la situacion, era tambi6D un motivo de




400 mSTORI! bit RIINADO
sobrexcitar las pasiones. y anadir lena al fuego; alimentando la ho~
guera que empezaba de nuevo á levantar llamaradas y á esparcir
torbellinos de humo.
. Por eso La Gaceta 'J El Heraldo habian querido dar amplias ex-
p1icaciones.


En el mismo articulo proseguia asi:
«No fué mas feliz el gobierno provisional, cuando por descargar


de si toda responsabilidad, ó para no ponerse en lucha con algunos
pueblos, dispuso que optasen libremente entre su encabezamiento ó
la administracion por medio de sus corporaciones municipales. Muy
pronto vimos un nuevo cuadro que nos hizo vaticinar muy graves
males, en donde figuraban pueblos encabezados y pueblos admi-
nistrados por nuevas tarifas, y por consiguiente, distintos tipos y
distinta base. Los unos las recargaban para forzar sus ingresos,
aun á costa de la clase consuIIiidora; y los otros las bajaban para
beneficio de la misma. Desde entonces varió la indole del impuesto,
hizose imposible toda buena combinaeion y su recaudacion, salida
de madre, no pudo menos de causar grandes perjuicios á la indus-
tria y comercio interior y exterior por el mismo desnivel del precio
de las cosas, y la victima de esta anarquia administrativa debió ser
el tesoro público. Este es el gran pensamiento que en breves lineas
descuella en la citada exposicion. «Esta, dice, lamentable trascen-
dencia dificulta dar ningun paso hácia el gran pensamiento de ni-
velar los gastos con los ingresos. ¿Y puede tolerarse mas tiempo el
enorme vacio que tanto desórden ocasiona en las arcas del tesoro~
¿Dónde iriamos á parar, si menguado en su base el impuesto, no se
procurase remediar el desnivel que hoy se ob~erva entre las cosas
llamadas al consumo, y poner en armonia los productos propuestos
con las cargas que deben satisfacerb


VII.


El dia último de afio se celebró una reunion de 1as fracciones par-
lamentarias, esto es, de aquellos que descaradamente se llamaban
conservadores siendo moderados, y de los que se llamaban para dis-
frazar sus planes y su origen parlamentarios.


Esa reunion se celebró en casa de Roca de Togores, continuando




DBL ULTIMO BOBBON DE ESPAÑA. 401
lós propósitos de la celebrada en casa de Carriquirri; esta junta acor~
dó prestar su apoyo al ministerio.


El sellor Olivan presidente de una comision que se habia acercado
al gobierno para pedirle explicaciones acerca de su conducta, de )a
marcha que debia seguir en adelante, aunque ciertamente no lo ne-
cesitaban mucho, porque sabido era por todos que alIado del poder
irresponsable; alIado de la niña recien declarada reina activa, rei-
na en ejercicio; al lado de Isabel habia una numerosa camarilla que
vigilaba atenta porque se llevasen á cumplido efecto los proyectos,
los planes decretados de los clubs de la reaccion; el senor Olivan,
decimos, pronunció su discursito.


y que el ministerio solo servia para legalizar ante el pais los de-
cretos que se le imponian, podía desprenderse perfectamente de ese
discurso mismo que aun cuando con grandes reservas y precau-
ciones era revelador y explicito.


El sellor Olivan hizo saber que habían acudido al ministro de
Estado, aunque con mucho escrúpulo, porque el partido monárquico
constitucional tributaba·un culto sincero y respetuoso á las institu-
ciones del pais segun decia el orador, y el ministro, es decir, 60n-
zalez Bravo, se habia manifestado espontáneo, franco y decidido como
pueden suponer nuestros lectores.


El gabinete se hallaba resuelto porque habia comprendido las ne-
cesidades del pais, á organizarlo y legislar en todo aquello que cre-
yera conveniente.


«Las miras del gobierno, decia el selior Olivan, son rectas, sus
intenciones son puras ... »


y aquellos diputados, aquellos hombres que habian venido, asi
debian creerlo al menos, para legislar, para proporcionar mejoras
y alivio á los pueblos que les habian nombrado; aquellos diputa-
dos oyeron sin protesta, oyeron con satisfaccion que un ministerio
'nombrado por una nilia en medio de las agitaciones de una intriga
palaciega, los despedia ignominiosamente, los arrojaba del santua-
rio, y sin autorizacion prévia, arrogante, henchida de vanidad y de
soberbia restablecía la dictadura mas odiosa, la dictadura de las or-
gias, la dictadura de la prostitucion en todas sus formas ...


Porque era cierto: cuando el ministre iba á despachar en maleria
de nombramientos, lo propio que en otras cuestiones, Isabel sacaba
del seno ó del costurero ciertos papelitos bajo los cuales estampa-
ban su firma aquellos ministros que no tenÍaD conciencia de su dig-




40! HISTORIA. DEI, REINAD~
nidad, como tampoco los diputados que en reuniones privadas acep-
taban tan humillan te situacion.


Esta fué en toda su desnudez la manera de comenzar su reinado
aquella que bañaba sus piés en Eangre y aspiraba sin duda á dejar
exhausto y envilecido al pobre pueblo á quien gobernaba .





CAPíTULO XLVHf.


SUMARIO.


Política reaccionaria con que se inauguró el año 18H.-Luis Felipe ocup:índose de
Espafia.-Eleecio!1rs pal'dalesen l\raoritl.-Virlllentos ataques que tuvieron que
'u frir loo pl'ogrl'siHas .-e uatro l)ulabras sobre la capitulacion del castillo de Fi-
;l1cras.


1.


El primer dia del ano de 1844 apareció En la Gaceta la ley de
Ayuntamien tos.


El gobierno no hizo esperar mucho tiempo sus actos.
La promesa hecha por Gonzalez Bravo á la comision de la ma-


yoría empezaba á realizarse, ~ por si hubiera podido caber alguna
duda respecto á la actitud de la nU6va situacion, Gonzalez Bravo
venia á autorizar la promulgacion de la ley sancionada en Barce-
lona por Marfa Cristina que habia dado ocasion al pronunciamiento
de setiembre de 184-0.


y si esto no bastaba para hacer comprender cuán allá iba la reac-
eion, el gobierno se encargaha de proclamar la dictadura en los si-
guientes párrafos:


o.Los ministros responsables de V. M. no se creerían merecedo-
res de la confianza que se ha digDa¡~O depositar en ellos, si al con-
siderar el estado en que se halla la administracion del reino, y la
necesidad de su urgente reforma, no propusieran á V. M. el único




4:0' B[SfOkU. DEL RBINADO
medio que existe de conseguirla con la prontitud que aconsejan las
circunstancias .


• Sin una administracion fuerte, uniforme y bien entendida, or-
ganizada de tal modo que el gobierno ejerza su aceion fácil y des-
embarazadamente en armonía con las instituciones poUticas, exten-
diendo su benéfica influencia por donde quier convenga, para pro-
teger los bienes y las personas, y fomentar todos los ramos de la
riqueza pública, no es posible que una nacion prospere: á la buena
administracion deben otros estados el bienestar de que gozan; y á
ella deberá tambien la nacion espafío]a el llegar al grado de esplen-
dor á que la llaman los elementos de riqueza que encierra en su
seno .


• Mas, por desgracia, el desórden y la confasion se han introdu-
cido en nuestra administracion, no solo á causa de nuestros pasa-
dos disturbios, sino principalmente por regir en la materia una ley
que no está en armonía con la actual Constitucion del Estado; y que
hecha en circunstancias especiales embaraza la accion del gobierno
en vez de coadyuvar á sus fioes; siendo su tendencia desarrollar las
resistencias locales contra el poder central, que poco puede hacer
en beneficio de los pueblos, y muchas veces tiene que permanecer
espectador pasivo de los males sin lograr remediarlos, por mas que


. quiera.»


1I.


Isabel hija de Fernando y de Cristina, perjuros y asesinos de las
libertades de la patria, Isabel el último de los Borbones, tomaba por
punto de partida para comenzar su reinado las leyes, la organiza-
cion y los propósitos de los moderados, de los hombres sin fe ni
conciencia que estaban vendidos al extranjero, que servían á la santa
alianza, que trabajaban por la restauracion.


Traidores esclavos de Luis Felipe ellos habian entrado despues de
grandes crimenes, merced á la generosidad de los progresistas y i
la tolerancia del pueblo, en el seno de la patria.


y cuando hubieron llegado con menlidas promesas de que no que-
rian intervenir en los negocios públicos hasta que se hubiesen bor-
rado las causas de mutuo resentimiento entre los vencidos y los ven-
cedores, no solo aceptaron grados, condecoraciones, titulos y em~




DEL ÚLTIMO BnRBON 01 ISPA" •• 405
pIeos, sino que con el descaro y el cinismo propios de hombres sin
fe, se apoderaron de la situacion por medio de bajas intrigas y co-
bardes qtanejos y arrojaron á sus bienheehores al ostr~cismo y á la
miseria.


y las persecuciones y los actos del gobierno que á titulo de re-
paraciones conducían al restablecimiento de una sociedad caduca,
de la sociedad de los conventos y de las supersticiones.


llI.


En el discurso de apertura de las cámaras francesas pronunció
Luis Felipe estas palabras:


«Graves sucesos han acaecido en Espafta y Grecia. La reina Isa-
bel 11, llamada en tan tierna edad á llevar sobre sus hombros el
peso de UDa corona, es objeto en estos momentos de toda mi solici-
tud y de mi mas afectuoso interés. Espero que el desenlace de estos
acontecimientos sea favorable á dos naciones amigas de la Francia,
y que lo mismo en Grecia que en España se consolidará la monar-
quia por el mutuo respeto á los derechos del trono y á las liberta-
des públicas. La sincera amistad que me une á la reina de la Gran
Bretafta y la cordial inteligencia que existe entre mi gobierno y el
suyo me confirma en esta confianza.»


El lleraldo comentaba de esta manera el párrafo del discurso re-
lativo á Espafia:


«Como espaCioles, como amantes de nuestra Reina, como defen-
sores de la monarquía, acogemos con gratitud la noble y afectuosa
expresion del interés que inspira á la Francia y á su rey la suerte
de nuestra patria, y de esa excelsa princesa tan jóven en verdad Ha-
mada á llevar sobre sus hombros la carga de una corona. La espe-
ranza de que los últimos sucesos de nuestro pais servirán para afian-
zar la monarquÍa¡ no será defraudada, no; y si ha habido hijos in-
dignos del nombre espanol; si aun se quisiera levantar por algunos
una bandera de rebeliones y traftornos, la Espafta alzándose como
un solo hombre defenderia hasta su último aliento á esa jÓfen Reina
que se sienta en el trono glorioso de san Fernando y de IsabeL


»Concluiremos manifestando el sincero placer con que contempla-
mos el próspero estado de la Francia, debido á la par que á los no-
bles esfuerzos y virtudes de su monarca, á los sentimientos de órden,


TOllO n.




406 BlSTOlll DEL IlIDIADO
de verdadera libertad, que cada dia echan mas hondas raices en su
suelo. Concluiremos anhelando llegue para nuestra patria esa época
en que calmado el vértigo de las pasiones políticas, afianzado el tro-
no, respetadas las instituciones. planteada la administracioo, cntre-
mos con confianza en esa senda anchurosa de prosperidad que si-
guen otrQs pueblos, y se eleve Duestra patria á Ja altura que sus
grandes recursos, su posicion en el mundo, el interés de la civili-
zacion la ]laman.»


IV.


Las elecciones parcialfs que debian verificarse en Madrid eran ob·
jeto de la atencicn genera] porque iban á entrar en la lucha los an-
tiguos elementos progresistas para batir en brecha al parlamenta-
rismo, que se creía bastante poderoso para triunfar.


En la formacion de la candidatura que .se hizo despues de sentar
las bases que ya ban podido ver nuestros lectores, se incluyeron
nombres que pocos días antes habían figurado en opuestos balldos.


La union del partido progresista se habia verificado ya en las re-
gioQes oficiales. Los hombres que se babian hecho crudísíma guer-


. ra, que habían destrozado el pais para arrojarse de las posiciones
que ocupaban, habian concluido por abrazarse, por asociarse de
nuevo, por aceptar unos mismos principios y un mismo dogma.


Ya no los dividia l~ cuestion de personalidades; ya figuraban al
lado unos de otros los antiguos ayacuchos y los coligados.


El tutor salienle figuraba al lado del ayo que acababa de refu-
giarse en Portugal: Canteti se hallaba próximo á Fe/iu y Miralles.


Dé aquí cómo juzgaba el órgano de la situacion este suceso y las
reflexiones que le inspiraba:


«Los periódicos contrarios á la situ~cion aclual publican ayer la
candidatura para las elecciones de diputados y senadores por la pro-
vincia de Madrid, candidatura en que con asombro é indignadon de
todos los espanoles, con escándalo leerá el pais y la Europa el nom-
bre de DON SALUSTIANO OLÓZAGA. No, no creímos nUDca tan osados
y tan ciegos á nuestros Q9ntrarios, tan desatentados y locos que fue-
ran á ,estampar alIado de nombres respetables el del hombre que
despues de habe~ violentado la volunttLd de su REINA, tuvo la osadía
bastante para desmentir sus palabrasl al hombre que cubierto de la




DEI. ULTIMO BORBON DI ISPAÑA. ! 0'1
reprobacion de la España y de la Europa, abrumado ror el tes limo-
nio de su conciencia ha t('nido que huir á ocultar su vergüenza en
extranjero .suelo.


»Y ¿por qué alIado de OLÓZAGA, vosotros los defensores de la mo-
narquia y de la libertad, no habeis colocado á ESPAflTERO? ¡Oh! ¡CÓ-
mo ciega la pasion y el espiritu d'3 banderfa, que DO ~oDoceis que á
nadie haceis mas dafto con vuestra conducta que á vosotrDs mis-
mos y á la causa que decis que defendeis!


»No tenemos tiempo ni espacio para apuntar las rdl~xiolles que se
agolpan á nuestra mente. El guante está echado; la lueha es hoy
entre la REINA de las Españas y un s(¡bdilo desleal. El puehlo es-
pliftol DO faltará á la causa de su REINA, que es la caU8a del pais .•


v.


Grande era el odio de la fraceion monArquieo-constitueional con-
tra los hombres del progreso.


TenibJes fueron los eSrUHZOS que para combatirle, para anona-
darle bicieron los hombres de aquella situacion.


Todo género de armas rué empleado para aquella lucha implaca-
ble, en que los hO!Ilbres del 7 de octubre aspiraban á reconquistar
el poder.


No se contentaban 'Ya con las desUtnciones en masa qne con es-
cándalo universal puLJicaba la Gaceta.


No bastaba á saciar so devoradora sed de venganta y de mando,
tener ya entre sus garras el botin del presupuesto y fa iLflueneia en
IDS tribunales, en el ejército, en la adminisiracion.


Escépticos é inmorales tanzaban uno y otro dia acusaciones ri-
diculas sobre sus adversarios, qm~rieDdo exaltar á la multitud con
el pretexto de que 8e habia cometido un crímen contra la majestad,
ejercienljo sobre ella coaecíoo, cuando ellos la deshonrahn y la
prostituían arrojándola en el fango de todos los vicios y abusando
de la inocencia inexperta. Mezclaban tal!lbien entre estas acusacio-
nes los dictados de asesinos por el suceso de la calle de la Luna.


Los miserables usaban de todos Jos ardides. fié aquialgunas fra-
ses de UlJ Jleriódico que ya hemos nombrado:


« Un ministro iosoiente se atrevió auuaz á la dignidz.d de la co-
rona; y &Uuqu6 su castigo ó correspondía con formas legales' un




408 mSTORIA DEL REINAnO
verdugo, ó por reglas de honor á un caballero, el de la jornada de
Ardoz se acordó primero de ]a forma constitucional de nuestro ré-
gimen, y aparte, por decirlo asi, de la situacion, esperó al lado del
trono sus mandatos y la resolucion del mas probable y legítimo re-
presentante del parlamento, para que fuese solo la legalidad cons-
titucional la que salvase aquella crítica y peligrosa circunstan-
cia. Una nacion entera, cuya voz de indignacion resonó en todos los
ángulos contra el perjuro; un numeroso ejército aguerrido y disci-
plinado; una REINA niña y afligida, eran elementos que podían ex-
citar el ánimo de nn hombre á que se constituyese intérprete de ]a
indignacion de España, y que la salvase y salvara al trono de un
peligro, aunque todo despues ]0 volviese á su situacíoll. El deseo de
la legalidad, sin embargo, paralizó las cuestiones que creyeran al-
gunos necesarias, y hoy tocamos su consecuencia. Prófugo como las
asesinos, el delincuente no ha dejado en Espana sino el baldon de su
memoria; y ni el mas audaz de sus cómplices se atreverá á acusar
la conducta de los hombres monárquicos, ni la circunspeccion con
que se condujeron Jos que pudieran, siendo ambiciosos, hacer con
aquel motivo suya la gloria de castigar un crimen salvando á la na·
cion entera. Por esta consecuencia en los principios, por esta con-
viccion imperturbable de lo fecundo de ellos, se arrancaron de los
bancos de la oposicion votos solemnes en favor del mensaje. Y lIa-
mámosles solemnes, porque son el mas alto testimonio del poder de
las creencias de Espalia, y la demostracion mas evidente de sus mo-
nárquicas convicciones.


lCTrataron tambien los malvados de acabar por varios medios con
el hombre que á su ver personifica ]0 que ~llos llaman reaccion, y
él pudo en un instante hacer expiar en un patibulo su crimen á Jos
asesinos. La indignacion contra los delincuentes que por todas par-
tes se oia, hubiera sido su apoyo; la justicia estaba acreditada por
la necesidad misma; sin embargo, las lentas formas de un procedi-
miento comun dejaron al ofendido satisfecho, y no importa que el
que faltó á su REINA, y los asesinos de] general estén hoy prófu-
gos, porque burlaron la vigilancia de las leyes; eso mismo es el
testimonio de 1a misma legalidad, y la extremada circunspeccio!1 de
los que por mas que se les acuse, soo los defeDsore~ mas leales de
18 monarquia á la vez que de las instituciones.»




DEL ULTIMO BORRON DI ESPAÑA. 409


VI.


El castillo de Figueras resistia aun los embates de la reaccioo,
porque dentro de él habian ido á refugiarse, como ya hemos indi-
cado, grandes elementos de la revolucion que impedian toda clase
de enjuagues y pasteles.


Pero como llegaba á ser inútil tambien toda resistencia, desde el
momento en que iban sucumbiendo y aceptando la reaecion todos
los pueblos, llegó el caso ya de entrar en vias de arreglo; y el ba-
ron de Meer á quien interesaba arrancar aquel escirro que podia
llegar á ser un cáncer que corroyera la situ8cion, que podía Jlegar
á ser nuevo punto de partida si los sucesos se precipitaban, y volvia
el elemento revolucionario á entrar en juP.go; el baron de Meer, re-
petimos, á pesar de sus in~tintos y de su decantado amor á la or-
denanza, se vió precisado á proponer y concluir una capitulacion á
los que llamaba rebeldes y foragidos.


En estos tratos, en estas negocia.ciones, era preciso andar con
piés de plomo. Por esto Ametller se dirigió á alguno de sus amigos
para que procuraran intervenir en las bases sacando el mejor par-
tido posible de la capitulacion. .


y al ocuparse de este hecho los periódicos publicaron una comu-
nicacion de los diputados Ovejero y Madoz, que decia 8S':


.Seriores redactores del Eco del Comercio.-Muy seriores nues-
tros: en el número de hoy de su apreciable periódico, dicen ustedes
que «se asegura estamos autorizados por el general AmetJIer, para
remover los obstáculos que puedan ofrecerse á la admision de las
bases convenidas para la capitulacion y entrega del castiHo de Fi-
gueras, y que eon este objeto hemos tenido varias conferencias con
los ministros.»


»Sin que ustedes manifestaran el justo deseo de que «se aclaren
estos puntos siquiera por lo que afectan á )a causa pública, y para
que todos los que intervienen en el asunto queden en el lugar que
les corresponde,» nosotros hubiéramos hecho pública nuestra con-
ducta, por solo haber sabido que andaban de boca en boca nuestros
nombres, y que se nos suponia mediadores entre el señor Ametller
y el gobierno.


»Honrados con la amistad del señor don Narciso Ametller, mili-




4, lO . RISTORll DEL REINADO
tar bizarro, ciudadano pundonoroso y siempre cumplido cahallero,
á esta circunstancia, sin duda, hemos debido que el jefe de las fuer-
zas del castillo de San Fernando nos escribiera con fecha 30 de di-
ciembre, obtenido previamente el permiso del general de las tropas
sitiadoras, Excmo. seBor baron de Meer, 8utorizánd{fnos «para que
en su nombre y el de la guarnieion de aquella fortaleza, practicá-
ramos cuantas gestiones nos sugiriera nuestra prudencia y acredi-
tada ilustracion (son palabras de la carta), á 6n de obtener las po-
sibles ventajas en la aprobacion de las bases de la eapitulaeion, cuyo
documento en copia nos remitia. D Era portador del pliego á nos-
otros dirigido, el oficial de estado mayor del ejército de Catalut'ia,
teniente coronel de caballería don Patricio Delamere, lIP.'gsdo á Ma-
drid el 3 á las cuatro de la tarde. Este pliego DOS fué ~ntregado
ayer á las doce de la manana, y reunidos los que suscriben, hubi-
mos de conocer desde luego que el sanor Ametller habia padecido
una notable equivocacioD al dirigirnos la autorizacioD de que es ob-
jeto este escrito, porque di"putados nosotros de la oposicioD, yeomo
taJes, enemigos del ministerio en el parlamento, y eiuaadanos par-
tieulares, que en su condicion privada creen funesta á Ja causa de
la libertad la marcha que el gobierno sigue, nuestra intervencion
en este negocio, sobre ser de naturaleza delicada, tenia el carácter
de ridícula .


• Pero tratábase de un amigo á quien apellidamos Intim9, por el
trance delicado en que pueda encontrarse, jefe (,n el dia ostensihle
de un partido que no habia sido el nuestro, y la amistad pudo mas
que el amor propio. No vacilamos, pues, un momento en dirigirnos
al sel\or ministro de la GUtrra, á quien debimos, saliendo ya de su
despacho para el consejo de ministros, la mas benévola acogida, y
las explicaciones mas satisfactorias, citándonos para las cinco y me·
dia de la tarde, hora en que podria decirnos la resoJucion de sus
compatieros. Acudimos al local convenido, que era el ministerio de
la Guerra, y sin eBtrar en el despacho de S. E., bien que instados
á ello caballerosamente, se nos dijo que las bases habian sido apro-
badas con algunas modificaciones; y limitándonos á decir al senor
Ametller esta mismo, g nada mas que esto, nos retiramos á nues-
tras casas, sin haber podido entrar en mas pormenores eo nuestra
earta al señor Ametller que dirigimos abierta por conduclo del se-
nor ministro de la Guerra.


lOEn resúmen, senores redactores, el senor don Narciso Ametller




DII. ULnMO BORBON DE ESPAÑA. U 1
se dirigió á nosotros contando con la consecuencia de nuestra amis-
tad, que no alteran jamás las vicisitudes políticas, ni menos debilita
]a delicada posicion en que pueda encontrarse un individuo: que á
fuer de caballeros desempeliamos nuestra comision éOIDO eumplia al


- recuerdo de una amistad siempre sostenida, y á la situacion parti-
cuar en que DOS hallamos respecto de los actuales ministns; que
al de la Guerra, único á quien bablamos, debimos la mas favorable
acogida, diciendo al señor AmeUler ,en nuestra carta las palabras
textuales de S. E., que las bases del convenio !lahian sido aprohadas
con algunas modificaciones ,lD


_\,-_.~ ._ ... -- ... -----




CAPITULO XLtX.


SUMARIO.


Alocucion de la comision directiva á los electores.-Cinismo de los moderados.-
Exposiciones pidiendo la vuelta de Cristina.-Protestas contra la ley de Ayunta-
mientos.-Guerra que se hacia á los progrcsistas.-l\faniflesto de los (Iiplltado~
¡le Alicante.


1.


Todas las muestras que venian presentándose; todos Jos sucesos
que agitaban Ja opinion, tendian indefectiblemente á constituir el
pais en una nueva crisis.


Al verificarse las elecciones en Madrid, que fueron el día 8 de
enero, la comisiondirectiva dirigió algunas frases á los electores,
que se condensan en los siguientes párrafos:


«El gran partid.') liberal progresista siempre, y siempre monár-
quico, que nunca ha necesitado de excitaciones para concurrir á las
urnas electorales á ejercer el derecho mas precioso de los pueblos
libres, es llamado hoy á sellar con un acto eminentemente consti-
tucional y de confianza, la franca, sincera y eterna reconciliacion de
todos los hombres, que desde la reaparicion del sistema represen-
tativo en Espaila han militado bajo una misma bandera.


»La accidental y fugaz escision que la fuerza de los sucesos, su-
perior á toda voluntad humana, habia hecho asomar en sus filas,
ha desaparecido completamente sin dejar otro vestigio que el de un




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 413
triste y amargo recuerdo histórico, que la posteridad juzgará con
conciencia desapasionada.


J) Volviendo, pues, la espalda á anteriores discusiones, agrupé-
monos todos en derredor da las instituciones que la nacion se ha
dado para no perderlas jamás, y hagamos ver á nuestros enemigos
que el árbol de la libertad ha echado profundas raices en el cora-
zon de los verdaderos españoles, y que diferencias momentáneas que
pasaron como un metéoro, no son poderosas para alterar en lo mas
mínimo la firmeza de sus convicciones, el dogma politico de sus
creencias y la santidad de sus juramentos.


» La candidatura acordada en la j u n la gen eral de electores, prod uc-
to espontáneo de sus íntimas convicciones, es el símbolo verdadero
de )a situacion actual, y la fórmula del pensamiento comun que agi-
ta los ánimos de los que estiman en algo el bienestar y felicidad de
su patria. Los nombres que la componen son de todos conocidos y
dignos de llevar su nombre en el escaño de los legisladores. Así se
lisonjea la comision de que todos los liberales se apresurarán á con- .
tribuir con sus sufragios, para que reciban tan honorífica inves-
tidura. »)


Las elecciones de Madrid dieron el triunfo á Olózaga á pesar de
los amaños, de las arterías, de las amenazas que se pusieron en
juego.


Muchos y con razon votaron á ese candidato de circunstancias, con
disgusto visible. Porque si podia haber reconciliacion entre los ele-
mentos progresistas y si era nl':tural que los antiguos amigos volvie-
ran á formar unos al Jado de otros, el hombre fatal de la salve ha-
bia mostrado tanta ambician y dotes tan perniciosas como hombre
de partido que no merecia ni podia merecer la confianza pública.


El habia enredado completamente la madeja; él habia llevado los
hilos en la tenebrosa maquinacion., creemos que hizo esfuerzos po-
derosos para arrancar de manos de sus adversarios el poder que ya
teniao; pero fuese error de cálculo ó malicia, para el país que iba á
sufrir horribles alías de amarguras, el resultado era el mismo.


Si Olózaga fué vencido, culpa era suya que no habia meditado
n¡'se habia fijado bien en la potencia de sus adversarios. La salve
fué un erímen que debiera haber expiado en medio del abandono y
del aislamiento.


TOMO ll.




BlSTOItU. DEL RBINADO


n.


Ya habianllegado las cosas á un estado, que nadie se ocultaba
para llevar adelante sus proyectos.


A la conspiracion é intriga habian sustituido la desfachatez y el
cinismo.


Se proclamaba con desen voltura por todos que era preciso cica-
trizar las llagas de la patria, cerrar el período revolucionario, en-
trar en las vias de órden y legalidad.


Y por órden se entendia el triunfo de la reaccion, y la legalidad
que se proclamaba era la antigua legalidad, la legalidad del despo-
tismo, la arbitrariedad del poder •.


Entre las muchas reparaciones, que as[ lo llamaban en su len-
guaje cabalístico los hombres rencorosos, que por defender á Cristi-
na, por seguir sus mandatos se habian visto en el ostracismo y en
la emigracion, una de las que con mas insistencia venian pidiendo
los reaccionarios era la yenida de Cristina y la reintegracion de la
pension que disfrutaba la ex-Regente por su cargo.


Debemos advertir que el gobierno de Espartero, débil siempre y
poco celoso de hacer cumplir las determinaciones que pudieran re-
dunJar en beneficio del pueblo, solo por mera fórmula. se habia atre-
vido á suspender el pago de los tres millones que figuraban en la
ley de presupuestos, que era por tanto ridícula y extemporánea la
peticion, tanto mas cuanto que todos sabian que Cristina habia de-
jado de ser viuda babia muchos años.


Con el propósito dt3 hacerla volver á España S~ dirigieron diver-
sas exposiciones; hé aquí una de la~ mas notables.


«Los senadores y diputados de la provincia de Valencia, fieles in-
térpretes de los sentimientos de lealtad, de admiracion y ~e respeto
que animan á sus 1l16radores hácia la ílugu~fa persona de V. M. ~
han sabido con alborozo la fausta nueva del regreso de V. M. á
España: describir, Señora, á V. M. el júbiio que tan arorlmHldo su-
ceso les ha causado, DO seria posilJle, v;rque difícilmente se pintan
los mas íntimos y profundos sentimientos del alma.


»V. M. vuelve desnu::s de tres añ05 de dolorosa UtiECllCiaá estrc-
char en su seno sus ~ugustas y queridas hijas: V. M. vuelve á la
nadan que )3 recibió con entmiasmo, qt!f' la aclamó tomo su rege-




DEL ULTIMO BORBON DE ISPAÑA. 4-15
neradora, que admiró sus altas prendas mientras dirigió los destinos
de la monarquía espafiola, y que cuando sucesos de triste memoria
vinieron á arrancarla de lo que mas amaba, la acompaiiaron con
las lágrimas dé todos sus buenos hijos, y p:nticipó siempre del do-
lor y de la amargura de su coraZOD.


»Grande es sin duda alguna, Señora, el contento de los diputados
y senadores de la provincia de Valencia por el venturoso regreso de
V. M.; mas todavía para su completa satisfaccion necesitan y se
atreven á pedir á la bondad de V. M. un favor que agradecerán so-
bre todas las distinciones del mundo. La MAGNANUIA ciudad de Va-
lencia en dias de aciago recuerdo tuvo dentro de sus muros á la
augusta persona de V. M.: sus leales habitantes devoraron tambien
en amargo silencio el pl:ofundo dolor de V. M.; la. admiraron en su
heroica resignacion ante Dios y los hombres, y cuando llegó para
V. M. el acerbo momento de abandonar sus playas, creyeron fatalí-
simo sueiío la terrible realidad que se cumplia.


»V. M. recordará tales dias, no para entregarse á tristísimas afec- .
ciones, sino para tener fe en el Omnipotente que no olvidó Jamás á
los principes justos, y que oyendo sin duda con benignidad las fer-
vorosas plegarias de V. M. en los sautos templos de Valencia, la ha
concedido volver á ver á sus augustas y queridas hijas y al pueblo
que tanto la amó. Dígnese, pue~, V. M. siguiendo los impulsos re-
ligiosos de su corazon, venir á España, desembarcando en las pla-
yas de Valencia: sus moradores esperan á V. M. con impaciencia,
y se considerarian felices si pudiesen mostrar á su real persona los
sentimientos que les animan y dar gracias al Todopoderoso en su
real presencia. Así lo ruegan á V. M. los diputados y senadores
de la provincia de Valencia, y así se lo suplica el primero· por su
especial encargo, uno de sus mas queridos hijos.»


111.


Los Ayuntamientos, los diputados progresistas y muchos ciuda-
danos protestaban ea todas formas contra la ley de Ayuntamientos
que se queria imponer.


El Ayuntamiento de Granada fué uno de los primeros que alzaron
la voz para condenar el atentado contra la Constitucion.


A este siguieron otros de ciudades muy importantes.




4, t 6 HISTORIA 1>lt RIoINADO
Los alicantinos declaraban que era preciso rec hazar á todo tran-


oe una ley atentatoria que supondria aprobándose y aceptándose la
negacion de todo cuanto se habia hecho ~n los líltimos afios.


Los concejales de Madrid dimitieron, y la oposicion rugia amena-
zadora bajo todas formas anunciando nuevos trastornos, con lo cual
los periódicos de la situacion hacian corro para denunciar al gobier-
no aquel espíritu de rebelion que se manifestaba contra la auto-
ridad.


Ellos hubieran querit!o indudablemente que todos se sometieran
dóciles á los caprichos, pero habia patriotas ardientes que no po-
dian consentir tanta arbitrariedad, y que levantaban protestas fun-
dadas contra los opresores.


Entre otros y cQn el título decI Una voz al pu.eblo» del Ayuntamiento
de Consilegra se dirigió al público formulando un manifiesto del que
tomamos los dos siguientes párrafos:


«Jamás se presentó ocasion mas oportuna para lanzar un grito de
reprobacion contra el poder que en las actuales circunstancias en
que el código fundamental acaba de ser pisoteado descaradamente,
confirmándose con esta osadía insolente el recelo de que la servil
CAMARILU. avanza sin pudor hácia Ja mas espantosa reaccion y al
mas degradante despotismo.


. . .


»Si, españoles virtuosos, hijos del pueblo: los que regais la tierra
con el sudor de vuestra frente, los que trabajais para el sosteni-
miento de un .lujo insultante á la miseria de vuestros hijos, alzad
vuestras voces...tronadoras y enérgicas contra una ley que despre-
cia vuestros indisputables derechos, porque sois pobres!. .. contra
una ley injusta, que solo favorece á un reducido número que sacri-
fican á su insaciable ambicion nuestra adorada libertad, adquirida
á costa de tanla sangre y de tantos tesoros, de vuestros afanosos
trabajos. »


IV.


Pasaban los dias, empero, y las autoridades vigilando siempre,
siempre perseverantes oponian á los designios de la revolucion un
dique oonstante.


Como muestra de la implacable guerra que se hacia á los pro-




DBL ULTIMO BORRON DB ESPAÑA. U 7
gresistas y que dejaba ya prever que no solo eran alejados por el
momento de las regiones oficiales, sinQ que se sembraba contra ellos
en ciertos sitios el odio y la animadversion, para que fuesen recha-
zados en adelante, tomamos unos párrafos de uno de los órganos
mas importantes de aquella situacioD.


(Pero no solo los progresistas se han hecho incompatibles con
las ideas de gobierno, sino que en su impaciencia furiosa y en un
solo día han recorrido toda la escala social, llegando en su insolen-
cia y frene~i hasta lo mas alto y encumbrado. El mando de los pro-
gresistas, al menos de los que dirigen las operaciones y llevan la
voz del partido, supondría la degradacion del trono, la humillacion.
Esos hombres funestos nada saben respetar. Ellos no han podido
abstenerse de colocar el nombre del seilor OLÓZAGA en una candida-
tura, y llevados de sus ciegos instintos y siguiendo las tradiciones
de su vida, ponen enfrente del, trono á una persona culpable del
mas grave delito que pueda cometer un súbdito, del atentado mas
atroz que ha cometido un ministro. Por poco monárquicos que fue- .
sen, en la duda, si duda cabe, cuando ha hablado el ángel que se
cobija bajo el solio, y cuando un parlamento ha condenado moral-
meDte, en la duda, debieron, repetimos, por poco monárquicos quo
fuesen, relegar al olvido un nombre cuyo solo recuerdo era un agra-
vio á la ma,s respetable institucion de los siglos. Ni aun el sacrifi-
cio de postergar á una persona, que ayer aborrecían, ha estado en
su mano hacer, empenados en ultrajar lo mas augusto, apellidándo-
se, sin embargo, intérpretes de los sentimientos del pais.


»Recuérdese que en 1836 mandaron á costa 4eJa humillacion de
ona REINA; en 1840 despues de haberla desterrado de Espana; hoy
agravian sin necesidad á otra REINA siguiendo el hilo de sus tradi-
ciones anti-monárquicas, y el Espectador diariamente encabeza el
periódico c,on el juramento prestado ante ]a representacion nacional
por S. M., en lo cual demuestra que ya no quiere entenderse con
los ministros, sino directamente con la sagrada persona que rige los
destinos de la nadon.»


,


v.


Com() ha visto el lector venian aglomerándose los suoesos y el
horizo.-.te aparecia eadll, vez mllS negro.




4.18 HISTORIA. DBL RBINADO
Hemos hablado de un manifiesto de los diputados de la provincia


de Alicante en que se combatia la ley de Ayuntamientos.
Este impraso circuló profusamente por la provincia, y Ceruti, que


era el jefe político, decidido á servir á la reaccion, aunque húbiera
necesidad de faltar á la Constitucion y á las leyes, aunque debiera
atacar la libertad y los derechos del ciudadano, dirigió una circular
á las autoridades de la provincia, que si no tiene una calificacion
digna, debia servir sin duda para' aumentar la exacerbacion de las
pasiones, como un guante arrojado á la frente de los hombres li-
bres.


Hé aquí cómo se explicaba una autoridad de un gobierno cons-
titucional, un verdadero bajá digno de servir á las órdenes del em-
perador de Marruecos:


«El adjunto testimonio lo es,de un impreso dirigido á esta pro-
vincia, con intento de concitar los pueblos á desobedecer el real de-
creto, por el que S. M. ha mandado poner en ejecucion la ley or-
gánica de Ayuntamientos, si bien con las modificaciones que lo::; mi-
nistros responsables la han propuesto. Como atentatoria al órden
público y á la obediencia debida al gobierno legitimo de S. M., no
puedo consentir la circulacion de un papel, que además de las doc-
trinas subversivas que contiene, carece del .requisito indispensable


. del nombre de la imprenta. Figuran en él, además, los hombres Ide
varios respetables representantes de esta provincia en los cuerpos
coIegisladores, de cuya ilustracion y civismo no parece creible se
lanzasen á escribir un papel, que mas que otra cosa, es UDa tea in-
cendiaria para conflagrarla. Asi es, que aparece como un impreso
anónimo, por mas que en él, quizá con fin siniestro, se hayan es-
tampado nombres apreciables para el pais. Para depurar su verda-
dero origen en cuanto sea posible, y evitar los males que á los in-
cautos pudieran acarrear las doctrinas perniciosas que contiene, si
llegasen á encontrar eco, espero de su celo y leal adhesion al go-
bierno de S. M. que inmediatamente dictará las medidas que juzgue
mas eficaces para impedir su circulacion y que recogerá á mano real
los ejemplares que existan en ese partido, sirviéndose participarme
el resultado de las disposiciones que usted dicte al efecto. Y si alga n
senor senador ó diputado de los que figuran én el impreso en eues-
tion se hallase en ese partido, procederá usted á preguntarle si efec-
tivamen te -le ha suscrito. Su eontestacion será el comprobante mas
irrefragable de su autenticidad. En la discrecion de usted confio que




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. U 9
al evacuar la parte de esta comision importante que á su celo é in-
teligencia cometo, la desempeftará con la delicadeza que le es pro-
pia, y guardando al representante de la provincia todas las conside-
raciones debidas á su inviolable y elevado carácter.»


Esto solo merecia UDa contestacion: ante los destemplados man-
datos de una autoridad delirante no habia olro remedio que la lucha.




CAPITULO L.


SUMARIO.


Descontento general.-Desarme de la milicia de Zal'agoza.-Recompensas de la apos-
tasía,-Amarguras'de aquella situacion,-Política de los moderados.-Subleva-
cion de Alicante.


I.


Grandes desastres amenazaban á Espat'ía, porque la pandilla do-
minante parecía resuelta á arrostrar todas las consecuencias y á
desafiar las iras de la multitud.


Por su parte el partido progresista creyó llegado el momento de
obrar con celo y actividad desplegando todos sus recursos antes que
entregar en manos de sus adversarios la situacion.


En todas las provincias reinaba el mas profundo disgusto: en mu-
chas habia algunos elementos de resistencia, porque, habiendo te-
nido cuidado el gobierno de mantener armada la milicia nacional en
aquellos puntos donde la aglomeracion de fuerzas le permitia estar
preparado para todas las eventualidades, y am donde la division
.entre los hombres que habian seguido á Espartero y los que habían
auxiliado á la coalicion era muy honda, mantuvo durante mucho
tiempo esperanzas é ilusiones en las gentes que no ven mas allá de
sus narices ..


Ese era el grave perjuicio que habia ocasionado el ministerio Lo-




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 411
pez; porque permaneciendo en el poder despues que los realistas
habían escalado todos los puestos del ejército y que tenian minad(}
el Palacio, habia mantenido en el pais cierta confianza y todos se
lisonjeaban de que sabria contener con energía á los reaccionarios.


Por desgracia no eran Lopez ni Serrano del temple conveniente
para habérselas con los Narvaez y Mazarredos, con los O' Donnell y
Conchas, ni supieron hallar la táctica y la habilidad para rechazar
los trabajos de zapa de los Sartorius, Posadas y otros agentes de
Cristina.


Entre los pueblos la ley de Ayuntamientos y el restablecimiento
de los consumos y las continuas vejaciones que se hacian sufrir á
los liberales y las amaíladas escenas que habian ensangrentado á.
Madrid y las mil y mil muestras de la reaccion clericai iban desper-
tando algun tanto el espiritu público.


11.


Zaragoza conservaba armada la milicia gracias á la capitulacion
y á las circunstancias especiales que rodeaban al gobierno, impidién·
dole distraer fuerzas de Barcelona y de Cataluíla, donde apenas po-
pia contrabalancear el esfuerzo de la gente revolucionaria.


Por eso se vió el fenómeno de que los partidos Ó fracciones que
alli habian luchado en los primeros días del alzamiento contra Es-
partero, permanecieran frente á frente, hasta que vista la venalidad
de algunos y no pudiendo otros permanecer ociosos, é instigados por
Jos nuevos prohombres, comenzaron á bullir acometiendo á algu-
nos militares que se mostraban sobrado insultantes con los liberales
aragoneses.


Entonces los militares se reunieron en bastante número y acu-
dieron contra los agresores, haciendo los cafés teatro de batallas cam-
pales y dando bien tristes y lamentables espectáculos.


Ese pretexto buscaban con afan las autoridades de aquella plaza.
J habiéndose hecho algunas prisiones con ocasion de estas reyertas,
formáronse algunos grupos; se publicó el bando del estado de sitio
que fué muy mal recibido, mediaron insultos; reuniéronse algunos
con armas, y la milicia fué desarmada y disuelta des pues de mediar
contestaciones entre las autoridades populares y el capilan general.


El Heraldo, que no perdonaba ocasion de presentar á sus lecto-
TOMO II.




HISTORIA DEI. REINAM


res los rápidos progresos que hacia la reaccion, explicó por este
medio aquellos sucesos:


«Los jefes de los sediciosos, los que no descansaban en sus pIa-
nes para una rebelion nueva, los agentes que han promovido esos
lamentables conflictos ocurridos alli entre el leal ejército y hombres
seducidos ó pagados, no se han avenido con una medida que les
quitaba las armas sin tener la ventaja de exasperar é irritar los áni·
mos para poder ensayar un golpe de mano. La actitud, empero, to-
mada por las autoridades, por la bizarra guarnicion de Zaragoza !'
por )a inmensa y sensata, mayoría de sus habitantes leales y pacifi-
cos, los habrá convencido da que han pasado ya los dias en que no
habia mas ley que el capricho de las turbas, y de que la causa de
la REINA y de las instituciones, que es fa causa del pais, de! órden,
de la libertad verdadera, está asentada en sólidos cimientos.»


IlI.


Para dorar un poco la pildora se adoptó un tecnicismo particular
que debia sarvir para ocultar la verdad del caso y DO excitar sos-
pechas en las demás poblaciones.
. Véanse estos trozos de Hteratura miHtar reaccionaria que con hi-
pGcritas palabras disculpaban un suceso icdigno:


«Considerando que esta allloridad municipal, que es la inmediata
superior de la milicia, dió sus órdenes á los comandantes de bata-
llones y escuadrones el t 3 del actual para que en el término de seis
días recogiesen las armas de los individuos que nomiDillmpnte ex-
presaba no reunían las circunstancias marcadas en las bases adop-
tadas, dejándoles sin embargo la (acultad de no hacerlo con aquellos
que 103 expresados jefes creyesen las tenian y hubiesen sido califi-
cados equivocadamente.


»Considerando que tan justa providencia ha sido desobedecida por
t{)dos los cuerpos de la milicia, excepto la caballerfa; que se han
pasado oficios poco respetuosos á la autoridad municipal por todos
los comandantes reunidos, y por el del 4. 0 batallon y capitanes del
tercero en particular, poniéndose en un estado de inobedienúia con-
trario al órden, al respeto que se merecen las autoridades constitui-
das por las leyes, y á la disciplina que es indispensable á la fuerza
armada ... »




DKL ULTmO BORBON DE ESPAÑA.
No era solo en esos pueblos donde se pretendía excitar y conmo-


ver. Los periódicos reaccionarios uno y otro día denunciaban cons-
piraciones, arrojaban sobre el partido progresista, sobre sus hom-
bres mas aulorizados la nota de enemigos de la Reina y de traidores.


La tentativa de asesinato de que ~a hemos hablado habia servic.o
para encarcelu y perseguir á muchos y de muletilla para tener al
'gobierno sobre aviso empujándole en la via de las persecuciones.


Por eso un periódico insertaba entre otras muchas delaciones el
siguiente párrafo:


iCDiferentes diarios aseguran que se trabaja para corromper á la
tropa que forma la guarnicion de Madrid y dispolHnla á un nuevo
pronunciamiento. Tambien nosotros teníamos hace dias noticias de
esto; pero conociendo y apreciando cual se merecen la acrisolada
lealtad de los dignos oficiales, y la disciplina y amor á su REINA de
todos los cuerpos de la guarnicion de esta corte, hemos despreciado
manejos miserables que solo servirán á poner mas de manifiesto la
impotencia de 105 que hoy quieren defender una causa condenada
por el pais.»


Los generales que habian dado el escandaloso ejemplo de suble-
var las fuerzas qué tenían á sus órdenes para dar un ataque en que
ponían en peligro á la que pretendían defender, crimen tanto mas
horrible cuanto que era una nifia, se habian decidido á restablecer
la disciplina, y todo rigor les parecia poco.


IV.


Pero como si esto fuera beCa y escarnio, epigrama sangriento,
aquellos que exigian al soldado y á las clases inferiores ciega obe-
diencia y la completa sumisioD del esclavo, recompensaban al mis-
mo tiempo con liberalidad extremada los servicios y complacencias
de hombres débiles.


Dé aquí una muestra:
«Queriendo dar al teniente general don Francisco Serrano y Do-


minguez un testiruonio de mi real aprecio, y en consideracion á sus
especiales circunstancias, vengo en nombrarle jnspector general de
caballería, en reemplazo del de igual clase don Fernando Butron, de
cuyo desempello estoy satisfecha, proponiéndome utilizar sus servi·
cios de un modo análogo á sus largos merecimientos.»




t'i HISTORIA »EL REINADO
Ese decreto, que premiaba una apostasfa, venia despues de la re~


conciliacion entre el presidente del Consejo y el general agraciado.
Era tambien acaso una exigencia ó una muestra cariliosa del real


aprecio.
Los desdenes, las punzantes sátiras de los periódicos asalariados


venian tambien á amenizar las amarguras de la situacion.
Dé aquf una prueba del buen humor de los periodistas mode-


rados:
«Anteayer la Junta directiva de los trabajos electorales ha rega-


lado UDa alocucion á los electores de Madrid en que se nos dice que
el «gobierno representativo, máquina artfsticamente montada para
que cada rueda concurra con su peculiar impulso al movimiento ar-
mónico del todo, no se parará jamás, si bien alguna vez se pierde
el equilibrio,» y otra porcion de cosas no menos curiosas que esta,
como la afeccion que se tienen entre si todos los progresistas, alec-
cion de cora~on, de entendimiento y de necesidad, siendo esta última
la única en que nosotros creemos.


»No contentos COD la proclama, hemos tenido tambien nuestra
comida patriótica celebrada en la fonda de Genieys, y cu ya reIacion
ocupa sendas columnas en los diarios de la oposicion. Asistieron al
acto los seliores Cortina, Feliu, Madoz, Santos Lerin, Guardamino,
eantero, Angulo, Barreras, Tomé y Ondarreta, Ruiz, Llano, Ar-
goeJles, Lujan, Sagasti; Vallejo, Céspedes, Diez, Fernandez de la
Hoz, Gaseo, Jáuregui, Huertas y don Celedonio Manjiron con va-
rios comisionados de los distritos de la provincia.»


Ese lenguaje chocarrero usaban al tratar del modo de ejercitar los
derechos poHticos los que se decían amantes del gobierno represen~
tativo.


Diremos ahora que habló en los brindis el sellor ArgüeIles, que
como acostumbraba arrebató á sus oyentes.


Siguióle el sellor Cortina, que brindó por la unio!) sincera y cor-
dial entre todos los progresistas.


y Madoz, que con la mayor abnegacion declaró que lamentaba
haber contribuido á aquel alzamiento.


v.


El desarme de la milicia nacional en Zaragoza, y las explicaeio-




DIL ULTIMO BORBON DB ESPAÑA. 415
nes que los periódicos moderados daban de aquellos acontecimien-
tos, debió llevar al ánimo de todos los que de liberales se preciaban
la conviccion profunda de que no podia dilatarse un momento la re-
sistencia á aquella atrevida falange invasora que caia como una lan-
gosta sobre el desgraciado pueblo español.


En las capitales importantes S8 habia establecido ya una policía
digna de los ominosos tiempos inquisitoriales, y bajo los pretextos
mas frívolos se molestaba á los ciudadanos, se les consideraba como
sospechosos, impidiendo el ejercicio de todos los derechos, aun lo~
mas sagrados, aun aquellos que escatimados ya en la Constitucion
misma quedaban al capricho de agentes subalternos que los desau-
torizaban.


En Granada, en Málaga, en Sevilla, en Búrgos, en Galicia, los
partidarios de la Junta central reforzados con los defensores de Es-
partero querian evidentemente dar un cambio de posicion, y se dis·
ponian á la lucha no sabemos si concerladamente ó en el aislamiento.


Pero donde se hallaba altamente excitada la opinion era en Va- .
lencia y A.licante, porque los agentes provocadores llevaban sus ata-
ques á tal punto, y eran tan activos y se cuidaban tan poco de las
fórmulas, y presentaban tan al desnudo sus pensamientos, que como
hemos visto en el documento que hemos citado, sin respeto alguno
al derecho que consignaba la ley de emitir libremente sus ideas que
el jefe poUtico Ceruti procedia por si y ante sf, no ya á recoger im-
presos y á excitar á la denuncia, sino que dirigia circulares á los
jueces y calif!caba y mandaba que sin respeto ni consideracion á las
inmunidades del diputado, donde quiera que se le encontrase fuese
interrogado para averiguar si era ciertamente autor de los párrafos
que Ceruti consideraba peligrosos.


Tal desacato, tan violenta transgresion de la ley, debieron ser
castigados severamente, si el ministro no hubiera sido cómplice ó
autor principal de esas infracciones, de esos atropellos.


Pero lo que el ministro DO quiso escuchar con la atencion' que
debia; lo que disculpaban y alentaban los periódicos reaccionarios.
fué objeto de serias meditaciones por parte de los hombres que te-
nian la desgracia de hallarse bajo las inmediatas órdenes de aquella
autoridad.


y resueltos á no servir de juguete á los caprichosos manejos del
nuevo bajá, los ciudadanos libres de Alicante, sin tomar en cuenta
los peligros y riesgos que iban á correr, sin fijarse bien en las difi-




.4.!6 HISTORIA. DEL RIINADO
cuItades de la lucha, alzaron los primeros la bandera del órden y
dl..la libertad, y negaron su obediencia á un gobierno convicto de
traicion y apqstasia.


En La Gaceta apareció un documento importante, del que toma-
mos este párrafo que es harto significativo:


« Excmo. señor: El ~8 de enero último ha estallado en Alieao te
una rebelion inicua, dirigida y ejecutada por los constantes é incor-
regibles enemigos de] órdcn público, de la libertad que profanan,
y del tron~ que ocupa Ja excelsa nieta de san Fernando. Allí se ha
constituidp una Junta, y de alli se intenta que acuda el fuego de la
traicion á ]a nacion entera, hundiéndola en una nueva sima de ma-
les, de que con despecho la veian salir esos seres abyectos, escoria
de la sociedad, que solo en las revueltas y por las revueltas pueden
medrar. S. 1\1: está resuelta á que de una vez y para siempre se
arranque la última, la mas honda semilla de la revolucion: quiere
que la impunidad deje de ser el incentivo de los traidores, y quie-
re, en fin, y para ello su gobierno está resuelto á toda cIase de es·
fuerzos, que la España sea feliz, goce de tranquilidad y prospere á
la sombra de su trono y de sus instituciones tutelares. Con este in-
tento, me manda prevenir á V. E. que tan pronto como reciba esta
real órden I que se le despacha por extraordinario, se aboque COD el


. jefe político, á quien por el ministerio de la Gobernacion se dirigen
las instrucciones oportunas; y que si llega el caso de publicar la ley
de 17 de abril de 18! 1, ejerza V. E. el- poder en todo el lleno que
la misma ley prefija, y con la puntualidad y energía que V. E. sabe
que la Reina exige de sus delegados, llevando á efecto lo que á las
expresadas autoridades civiles se les manda; . pues S. M. veria con
el mas alto desagrado, y exigirill por él la mas estrecha responsa-
bilidad, el menor asomo de vacilacion ó debilidad. La rebelion será
prontamente sofocada en Alicante, pues como el rayo caerán allí
fuerzas sobradas de mar y tierra para conseguirlo. Con este motivo
rectrerdo á V. E. el contenido de las órdenes que de la de S. M. le
ha comunicado antes de ahora, en la inteligencia de que la Reina
espera que la leecion dada á los revoltosos en las calles de Zarago-
za por su capitan general, en aquel distritó, no será perdida para
las demás autoridades, en quienes tiene depositada su real con-
fianza.»




DEL ULTIMO BORBON Di ESPAÑA.


VI.


Lo que habia sucedido en Alicante era harto grave.
Don Panlaleon Boné, que mandaba los carabineros, y que habia


sabido mantenerse en su puesto sin excitar sospechas, logró pene-
trar en la plaza de Alicante con algunas (uerzas, y de acuerdo con
algunos patriotas, á las pocas horas de baber llegado á la plaza dió
el grito de emaccipacion, adhiriéndose la miJicia, y ocupando el
castillo despues de haber preso á todas las autoridades.


A Jos dos días se sublevó Cartagena, y lo intentaron diferentes
pueblos, siendo sofocado el movimiento en Alcoy, Concentaina, EI-
cbe y otros puntos.


En Murcia logró penetrar una columna expedicionaria al mando
de Boné.


Las contemporizaciones y ]a debilidad ellIos primeros momentos,
imposibilitaron el buen éxito de esta revolucion que se anunció pode-
rosa, que hubiese podido con mayor actividad llevar la consterna-
cion al orgulloso poder que se ereia seguro del completo triunfo.


Gonzalez Bravo veia venir la tormenta. Babia desencadenado los
vientos, y se cernia satánico con (uror salvaje en dJedio de las olea-
das tempestuosas que le rodeaban.


Sin contemplacion, SiD miramientos, sin respeto á nada de lo que
bay sagrado, se arrastraba miserable á los piés de aquella á cuya
madre habia gravemente ofendido; besaba la mano de aquellos que
DO se la hubieran alargado por no mancharse, yeso que debían
considerarse no muy limpios, y se preparaba una vida de azares y
de aventuras que llenará un hueco en la historia contemporánea.


Atropellándolo todo, dictó aquel gobierno UDa serie de medidas
salvajes: muchos diputados y hombres politicos fueron presos, des-
plegó una actividad febril, suspendió las garantfas y las leyes, pro-
clamó la dictadura, y se entregó á todo género de excesos.




CAPiTULO LI.


SUMARIO.


Bando neroniano de Narvaez.-Con\lesiones á la reaccion.-Circular en forma de pas-
toral.-La prensa progresista y modrada.-Maderid declarado en estado de sitio.
Arbitrariedad y despotismo.-Cinismo de un periódico ministerial.


• 1.


Declarada la nacion en estado de sitio, Narvaez, que aspiraba á
oambiar su nombre por el de Neron, publicó un bando que no des-
decia de sus famosas intimaciones cuando sitiaba á Madrid.


Hé aquf algunas frases dignas de grabarse en la memoria:
«Los traidores enemigos de la Reina y de la constitucion han


levantado en Alicante el estandarte de la rebelion, sorprendiendo á
los jefes y á la corta guarnicion que habia en la plaza. Pero esta
guarnicion, si puede ser culpada de imprevision, no lo es de infi-
delidad; pues al dia siguiente se ha separado de los rebeldes, -l_pre-
sentádose á las autoridades legítimas, como muchos de vosotros lo
hicisteis aquí en setiembre último ...
. »No es de creer, valientes y fieles soldados, que haya en el sexto


distrito ningun insensato que intente imitar el mal ejemplo de Ali-
cante: os conocen y saben cómo castigais á los perturbadores. Pero
si los hubiese ... Si la perversidad de los pocos y conocidos revolu-
cionarios de oficio que abriga esta capital y algunos escasos pueblos








DEL ULrmO BORBON DI IsrAÑA. 419
del distrito, lograsa alzar la bandera revolucionaria .•. marcharíamos
á castigar severamente su osadía, al grito entusiasta de Isa6i3l11 ,
cONsmucion; tenderíamos una mano generosa de proteccion al ciu-
dadano honrado que nos pide paz y órden, y con la otra clavaría-
mos la bayoneta en el pecho del traidor.


»Soldados: la inmensa mayoría de la nacion, cansada de los con-
tinuos trastornos que promueven unos cuantos hombres ambiciosos,
tiene fija su esperanza en el ejército para que afiance las institucio-
nes y la verdadera libertad. Los militares, hijos de este gran pue-
blo, corresponderemos á esta esperanza, y el fuego patrio que arde
en nuestros pechos y la fidelidad á la Reina que es nuestra divisa,
son las garantías que ofrecemos.»


En esas palabras, en ese bando, se reflejaba el carácter sombrío
del asesino de la Mancha.


Jamás, ni aun cuando el tirano Bonaparte el chico quería impo-
ner su dictadura á la Francia, se vieron documentos como los que
en aquellos dias leyó con horror la desgraciada Espana.


Era vértigo horrible y sangriento, era un ce.rtámen de ferocidad
en que cada ministro procuraba excederse á si mismo y á los otros.


11.


Mientras con una mano blandia el acero y levantaba el verdugo,
aquel gobierno, roto ya todo freno, se agitaba en convulsiones, y
pretendia reconstituir por completo la vieja sociedad, llamando en
su auxilio aquellos elementos perturbadores que durante muchos
a110s habian hecho la guerra á la que entonces se senlaba en el
trono.


Concesiones al clero, concesiones á la nobleza, grados y mando
y excitaciones y circulares secretas á los afiliados en los clubs del
antiguo carlismo, todo se puso en juego; todo se creyó conveniente
siempre que se alcanzase un rápido triunfo para el partido parla-
mentario.


Entre las muchas circulares y decretos y leyes y ordenanzas que
con pasmosa actividad se dieron en aquellos dias, hallamos una es-
pecie de pastoral en la que se leia lo siguiente:


(tEn medio de esta erisis que el gobierno arrostra con serenidad,
penetrado de sus altos deberes, fiado en el apoyo de la nacion, se-


TOllO 11. lHS




4S0 BISTORU JEt REINADO
guro de su justicia y de su fuerza, lejos de evocar malas pasiones
para oponerlas á las pasiones atroces de ·la faccion que le ha af-
fojado el guante, S6 considera mas rigurosamente obligado qU6
nunca á promover, á excitar, á vivificar en el seno de los pueblos
todos los sentimientos sociales.


«En este concepto S. M. me manda encargar con reiterado empe-
lio á V. S. que observe y haga observar al clero de esa diócesis las
obligaciones ordinarias y naturales que le impone su santo mini!-
teno manteniendo el órden J proclamando la paz, predicando y sus-
tentando con su autoridad, con su ejemplo y con su palabra la su-
mision y obedieneia á las potestades legítimas, la lealtad y amor al
trono, y el culto politico que se tributa al rey, así en los actos
profanos como en los religiosos, en todo género de monarquÍl .


• AI dirigirme la Reina este importante mandato, en la candide:z de
BU MOUJtI~ ,ora:zon, y en la magnanimidad de iU generoso ánimo,
abundando S. M. eñ los sentimientos de religion y de piedad que la
nutren y sostienen en la combatida inauguracion de su augusto rei-
nado, deposita la mas ilimitada confianza en la fidelidad, en el pa-
triotismo y en el celo del clero espaiiol, á quien debe una adhe,;on
absoluta y distingue muy especialmente con su real aprecio, y ,
quien recomienda con mucho ahinco que implore las misericordias
del Altísimo para su trono y dinastía, y para la magnánima nacion
que la ha elevado á él á precio de su sangre.:o


III.


La prensa que ya se habia visto obligada á enmudecer y á resig-
narse á vivir bajo la presion de aquella dictadura que con pretextos
frivolos encarcelaba á los escritores sujetándolos á los tribunales
militares y complicándolos en causas de rebeIion, sedicion y asesi-
nato, porque en los articulos aparecían palabras como estas: el dia
seiI de noviembre podrá ser memorable; la prensa se hallaba enton-
ces con motivo de los acontecimientos de Alicante, en un estado que
no podia hablar con (raqueza y dignidad.


El Espectador publicó,sin embargo, un articulo en que refirién-
dose á los acontecimientos revolucionarios y censurando la conduc-
ta del gobierno que era evidentemente tiránica, mostraba energía y
dureza.




DEL ULTIMO BORBON DI BSUÑA. '11
Otros periódicos tambien con mas ó menos habilidad procuraban


consignar que el periodo en que el pais se encontraba era eviden-
temente revolucionario, y que el gobierno se habia colocado en una
actitud de foerza fuera de la ley, y que los buenos ciudadanos de-
bian trabajar para restablecer el órden quebrantado.


El Heraldo denunció del articulo á que nos hemos reforido los si-
guientes párrafos, en que rechazaba las suposiciones del gobierno
en sus recientes circulares:


«No es verdad eso: S. M. no quiere ni puede querer abrir con
su mano el cauce de un nuevo torrente de sangre espaftola, porque
para esto no se necesita mas iJue tener entrarías, porque S. M. es
mujer y es niría todavía, y en el pecho de UDa Diría no encuentran
latidos tanta ingratitud y tan insigne maldad. ¡Oh! si supiéramos
que así no era; si supiéramos que eso era verdad, que rma herencia
fatal ... que bajo aquel rostro de fingel habia un corazon que acari-
ciaba esos sentimientos, el camino de nuestras tareas fuera muy
otro: volveríamos á empunar el fusil antes que concurrir con el se-.
110 de la mas ignominiosa esclavitud en la frente al cortejo fúnebre
de la libertad, y moriríamos pidiendo una revolucíon á cuyo fuego
abrasador viésemol derretir en su cabe:a la diadema real ...


lISi se nos preguntase un remedio á tantos males; si se nos pidiese
un medio de salvacion, el que indicase nuestro leal y ardiente amor
á la libertad, la contestacion que diéramos seria: Volved la vÍlla al
inmortal l. o de .etiembre de 1810.»


IV.


Cada dia iba estrechándose mas el círculo en que podian mover-
se los ciudadanos.


Cortina, Madoz y muchos otros en Madrid y provincias se halla-
ban en las cárceles por denuncias y anónimos, por violaciones de
correspondencias, por supuestas revelaciones de penitentes en los
confesionarios que frailes inmundos y clérigos mercenarios se per-
mitían descubrir.


El general Narvaez detrás de la eortina dirigia toda aquella tra-
ma, y )a imaginacion volcánica de los Sartorius, Collantes y Gonza-
lez Bravo bullia incesante para dar eolorido á las medidas descar-
nadas y secas del héroe de Ardoz.




.tB! HISTORIA DEL RBiNADO
Todavía se atrevian á llamarse parlamentarios aqueJIos que ha-


bian hecho una conjuracion y un movimiento por medio de] engal!o,
por medio de las cómbinaciones y senas de las falsas noticias de las
proclamas y de las hojas subversivas. Y que seguian en el poder
el mismo sistema lanzando desde alli vituperables amenazas y va-
liéndose de bandoleros eomo en los somatenes de CataluOa contra
Reus, y en Alicante contra Boné.


El bando que declaraba Madrid en estado de sitio contenía los si-
guientes articulos:


DEn su virtud y declarado en estado excepcional el primer dis-
trito militar, ordeno y mando:


DI.· Todas las autoridades continuarán en el ejercicio de sus fun-
ciones con ~ujecion á lo que disponga la supuior militar del dis-
trito.


D2. o Queda nombrado y constituido un consejo de guerra perma-
nente para juzgar con arreglo á la ley, breve y sumariamente, á
todos los que atentaren contra la pública tranquilidad en cualquier
sentido.


»3. 0 No podrán publicarse periódicos, hojas volantes ni escritos
de ninguna especie sin permiso de los jefes políticos.


»i. o Todos los que conservaren armas para ceyo uso~no tengan el
.competente permiso, Jas presentarán á la autoridad civil dentro del
término de t4 horas de la publicacion de este bando.


»5.· Todos lo.s que sean aprehendidos en asonadas y motines, los
que los promuevan en cualquier sentido, los que se encuentren con
armas sin la autorizacion prescrita en el artículo anterior, los que
profieran voces subversivas, los que impriman ó distribuyan pape-
les de la misma especie, y los que trataren de seducir la fuerza pú-
bJica serán jnzgados por el consejo de guerra permanente.


»6. o Las guardias y patrullas militares, las rondas de policía y
los dependientes de justicia arrestarán y pondrán á disposicion del
mismo consejo á cualquiera que contraviniere á estas disposiciones,
y si tratasen de evadirse se usará de las armas en cualquier forma.
Madrid 8 de febrero de 18U,.-Ramon Maria Narvaez.»


v.


No se podia continuar en el terreno legal una lucha cuando el




nIL UJ..TIIIO BORBON DE ESP A.ÑA.. 13S
gobierno saltaba por cima de las leyes; cuando imposibilitaba la
prensa sujetándola á las comisiones militares; cuando tenia cerrada
la tribuna indefinidamente; cunndo iba á organizar ]a administra-
cion del pais á su capricho; cuando ponia su sacrílega mano sobre
los representantes de ]a nacion y los sometia al bárbaro proceder, á
la brutal venganza de los consejos de guerra.


y con toda esa desenvoltura que saben hacerlo los periódicos mo-
derados; con toda esa candidez que es proverbial entre ellos, el ór-
gano de Sartorius, el antiguo periódico moderado que debió á Bor-
rego adquirir gran altura en el terreno de la discusioD, y al que en-
tonces se titulaba propietario ~ se expresaba de este modo:


«Los periódicos de la oposicion revolucionaria han suspendido su
publicacion, bajo el pretexto de que habiéndose declarado todas las
provincias de la monarquía en estado excepcional, no tienen sus re-
dactores las garantías que la constitucion les concede. Nuestros oó·
legas demuestran con semejante conducta, que pensaban favorecer
directa ó indirectamente la rebelion, que es lo que se prohibe en la
disposicion tomada por el gobierno. Cualquiera conoce que los pe-
riódicos que han cesado tenian medios, en el estado excepcional en
que la nacion se encuentra, de hacer una oposicion razonada al po·
der; pero no es esto lo que ellos querian, sino servir de estímulo y
de aliento á los rebeldes manifiesto". y de aguijon á los rebeldes
rehacios que se ocultan en las diferentes provincias de la monar-
quía. Lo que El Eco y El Espectador habrian querido, seria entre-
tenerse con el inocente pasatiempo en que se entretuvieron cuando
se enarboló en Cataluña la bandera de Junta central, reducido á dar
por pronunciada media España todos loa dias, para que la otra me-
dia se pronunciase, y á mostrar al gobierno hundido, desesperado,
envilecido para que los traidores no vacilasen en su obra.


»No; esto no podia consentirlo el gobierno, y si bien hubiera sido
indigno de él apelar á los bajos y ruines medios de que echó mano
el gobierno de ESPARTERO contra nosotros y los demás periódicos que
se le oponian, necesitaba perseguir á los fautores de la insurrec-
cion en cualquiera parte donde se mostrasen, ora en las plazas co-
mo en Alicante y Cartagena, ora en la prensa como en algunos pe.
riódicos de Madrid. Y que ha tenido razon el gobierno al prever
que ciertos diarios serian los mas eficaces motores de ]a rebelion, lo
justifica la suspension que acaban de hac~r nuestros colegas á quie-
nes aludimos.»




48' HISTORIA. DEL REINADO
Era necesario tener mucha sangre fria, mucha frescura, para


decir seriamente todas esas cosas.
Era necesario ver en lontananza la situacion que supo crear el


polaq.uismo para dictar semejantes frases.
Era necesario que se reuniesen dotes muy especiales para hablar


así de las desventuras de la patria.
y proseguia así:
«Pero no será necesario: para vencer la rebelion en Esparia solo


ha faltado decision y energía: hoy que las vemos en el gobierno y
en nuestros amigos, estamos seguros de que los votos que, paro-
diando ridiculamente unas palabras célebres, hacen hoy los seriores


. Galee: Cañero y Corra di, redactores del Eco del Comercio, al des-
pedirse de sus suseritores, para que Diol proteja ti la Reina!J ,alvc
á lti const,1ucion, se verán pronto y cumplidamente satisfechos. Esta
seguridad nuestra se aumenta y fortifica con la noticia que en otro
lugar insertamos de la completa derrota de los rebeldes de Alicante;
triunfo que no nos sorprende, pero que nos ha llenado, sin embar-
go, d6 júbilo, porque si el bizarro general Roncal; ha cumplido,
como creemos, las órdenes del gobierno respecto á los oficiales y
demás individuos que han caido prisioneros, no solo habrá termi-
nado la rebelion, sino que á costa de muy pocas víctimas habr'
muerto la revolucion para siempre, salvándose la Reina !J lalvándole
la constitucion.»




CAPiTULO Uf.


~ .. "'.J""o./'""


SUMARIO.


Continúa tratándose de la sublevacion de Alicante y Cartagena.-Sucesos de lIcoy.-
Un periódico reaccionario.-Muere la infanta Carlota.-EI infante don Francisco
ofrece su apoyo al gobierno.-Preparalivos para la vuelta de Cristina.


l.


tos graves sucesos de Alicante y Carlagena no eran hechos ais-
lados ciertamente; pero por una fatalidad inconeebible, un movi-
miento que comenzaba apoderándose de dos plazas maritimas que
reunen~grandes .ondiciones de defensa, con poblaciones liberales y
entusiastas muy próximas, contando con fuerzas del ejército, con la
actitud de los diputados y eon el descontento general del pais, vino
á aislarse merced á la actividad gubernamental, al dinero que pro-
fusamente se repartió, á la alianza que hizo con los carlistas y mas
que todo por causa de no hallarse aun bien apagados los resenti-
mientos dentro del partido progresista, y por no confiar los republi-
canos y gente mas avanzada, y los partidarios de los matrimonios
espalloles en el buen éxito y desenlace de aquella tentativa. Acaso
la repentina muerte de Carlota, y la reconciliacion fraguada en los
consejos áulicos de la real familia, vino '"privar de recursos y de


" auxiliares á aquel movimiento.




436 HISTORIA DEL RBINADO
Los que habian trabajado para levantar la bandera, no mostra-


ron des pues toda la audacia y energia que requerian aquellas cir-
cunstancias.


La columna expedicionaria no tuvo buena direccion, sin duda,
cuando halló una derrota donde debiera encontrar una victoria. La
falta á los compromisos sagrados del compatierismo; la traieion de
algunos puede explicar que la columna sufriese tan considerables
pérdidas, y que quedasen envueltos los desgraciados oficiales que
fueron inicuamente fusilados algunos dias despues. Sin perjuicio de
los documentos y mas extensa relacion (T), queremos copiar aqui
una publicada por los periódicos ministeriales, que viene á compro-
bar cuánto se trabajó para desfigurar y torcer la opin¡on.


En Alcoy, día por día ocurrió 10 siguien te:
«!9 de enero. Por la noche los progresistas, únicos que sabian


lo ocurrido en Alicante, intentaron secundar el movimiento. To-
mando el nombre del alcalde desarmaron á varios nacionales, y aun
á alguna patrulla á viva fuerza; pero no ptldieron apoderarae del
principal, cuyo jefe, con solosc~tro oombr.es, despreció la intima-
cion de rendirse, y batitmdo generala ciió lugar á que acudiesen las
autoridades y milicia, con lo que no tuvieron mas recurso que huir
violentando ó descerrajando la puerta de Concentaina.


»30. Por la marlana se recibió noticia de lo ocurrido el 2.8 en
Alicante; pero en esta se habia restablecido el órden, en términos
de poderse cantar las solemnes vísperas y maitines del Santo Sepul-
ero (fiesta popular), cuya funcion, que fué tan concurrida como
tod.os los afios, se ejecutó con el mayor órden, DO obstante haber
durado hasta las oebo y media de la noche. El batallon, sin embar-
go, estuvo todo el dia sobre las armas.


»31. Se reciben noticias alarmantes de Alicante, que obligan á
suspender la funeion del SaDto Sepulero. El pueblo, eminentemente
religioso, no puede disimular su disgusto. Muehos forasteros han
sido defraudados en sus piadosos deseos. Sin embargo, nohaocur-
rido .inguna novedad.
~1.fiJ de febrero. Por la maftanasin novedad basta las once, eo


cuya hOfa se tiene noticia de que la noche anterior hácia las dos,
entró ~n Ibi, á tres leguas de esta, alguna fuerza armada proceden-
te de Alicante. A las dos y media de la tarde empieza á divisarse
goote por el alto de San AntOllio al S. de esta, y va -bajando bicia
nosotros. Se empieza á distribuir lafuerza de la milieia, posésio-




DEL ULTIMO BORBON DE ISPAÑ!. 487
nándose diez hombre·s del fuerte del Campo-Santo, á quienes inme-
diatamente se les intima la rendicion que fué contestada como debia.
Los alicantinos empiezan á eso de las cinco á hacer uso de uno de
sus canones, de cuyo tiro habian los del fuerte herido dos mulas.
Una bala rasa mató á un nino de cinco arIos (única desgracia que
tenemos que lamentar). A los siete ú ocho disparos eesó el fuego,
porque el de fusilería, con que contestaba la guardia de la puerta
de Alicante, les causó siete ú ocho artilleros heridos, dos de grave-
dad. El fuerte fué entretanto reforzado con cuarenta hombres, que
tuvieron el arrojo de salir á apoderarse del callon que les ocuItaban
las tapias del cementerio, pero lo habian ya retirado. Es de notar
que en julio, cuando don Manuel Carreras vino á proteger el pro-
nunciamiento de los moderados contra los progresistas, se llevó á


. Alicante la mejor artillería que habia en esta; y aun para los cuatro
callones inferiores que quedan no dejó ningunas municiones, si bien
no se puede menos de confesar que nuestras autoridades hubieran
en tiempo podido prevenir y remediar esta falta que hubiera podido.
sernos muy funesta. Pero al fin se hilO una resistencia obstinada, y
el enemigo, cuya fuerza era de cerca de ~,OOO hombres, se retiró
vergonzosamente creido que dentro de la poblacion habia tropa; pe-
ro lo cierto es que no habia mas fuerza que el batallon de milicia.


»!. Se ha pasado la noche sin novedad, aunqne á la madru-
gada se han oído Uros de fusil. A la desgracia del nifio de ayer hay
que arIadir la de un infelil trabajador que al retirarse al pueblo á
prima noche, recibió un balazo del centinela de la puerta de la Ri-
ba, por no contestar al quién vive. Se arman pelotones de vecinos
honrados, sin mas excepcion de partidos que el progresista. De es-
tos se han hecho y continúan haciéndose muchas prisiones. Se abren
fosos, se forman barricadas, y todo el pueblo se prepara para la
defensa, si vuelve el enemigo.


lO 3. La noche sin novedad. La ligereza de unos nacionales que
salieron fuera de la línea produjo una pequeña alarma; mas luego
se restableció la tranquilidad. Por la tarde don Pantaleon Boné ha
pasado un oficio desde Concentaina, amenazando pegar fuego á las
fábricas que hay fuera de los muros, si no se le enviaban dos mi-
llones de reales y diez mil vestuarios. Continúan las obras de de-
fensa, sin que ocurra mas novedad.


»4. La noche sosegada y tranquila. El dia esperando con ansia
al eapitan general, de quien se habia recibido oficio que el dia! sal-


TOMO 11. !S6




438 B1STORIA. DEL RtlNADO
dria de Valencia, y aun no se sabe lo haya verificado. Tambien se
ignora la situacion del enemigo. A las nueve de la noche se tiene no-
ticia de que ha salido de Alicante un refuerzo para la division expe-
dicionaria con UDa pieza de á l!, un obús y uno de los canones con
que nos hicieron fuego el otro dia. Inmediatamente se corta el puente
de la cuesta de San Antonio, y parec9 que se bizo tambien una buena
cortadura en el camino de Madrid. Y aunque si la noticia es cierta,
el callon de á 12 nos puede incomodar desde el alto de San Anto-
nio, el pueblo está resuelto á defenderse á todo trance,


»5. A las seis de la mallaDa se recibe oficio del ea pitan general
que ha pernoctado en A.lbaida (cinco horas al N. de esta). No obs-
tante, se sabe que continúan en Concentaina y Muro los insurgen:'
tes. A las ocbo entra un parlamento de Jbi, proponiendo una junta
en el punto de San Antonio para arreglar las bases de capitulacion, .
cuya propuesta ha sido noblemente desechada. A las doce nada se
sabe del general. La gente empieza á dudar de su venida; y es la
bien marcado el desaliento, cuando á las tres de la tarde una com-
pallfa que habia salido á recibirle vuelve con noticias confidenciales
de que aun continuaba en Concenfaina el enemigo. Todos pronos-
ticaban una noche terrible por estar enteramente bloqueados, cuan-
do cerca de las cuatro nos coge casi de sorpresa la venida del gene-
ral con 80 infantes y !O caballos. El júbilo y entusiasmo del pueblo
es indecible: el general manifiesta su satisfaccion por nuestra con-
ducta. i Viva el general Roncali lihertador de Alcoy! exclama el pue-
blo; y ¡viva Alcoy libertador de si mz'smol contesta el general, y ¡viva
Isabel 11! Despues han entrado dos batallones y hasta 130 caballos.
Dos companfas de provinciales que estaban con los insurgentes han
rendido las armas en el puerto de Albaida ofreciéndose á perseguir
á los rebeldes y accediendo el general á sus deseos.


»6. El capitan general ha conVGcado la Diputac!on provincial
en esta villa como capital provisional de la provincia, y ha salido á
las once con direccion á Alicante. A las ocho de la noche se oye on
sostenido tiroteo hácia el Campo Santo. Se toca generala y se dis-
tribuye otra vez por la muralla ]a milicia, cuya mitad se habia pro-
metido ya dormir en sus casas despues de ocho días de fatiga.


»7. A las ocho de la manana, No se sabe aun con certeza lo
que motivó los tiros de anoche, pero no ocurre novedad.)




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. !39


11.


Impo$ible que pueblos tan libres como Vinaroz, Castellon y Se-
gorbe, así como Alcoy, no secundasen espontáneamente !a revolu-
cion de Alicante. Pero la verdad es que allí se malgastó mucho tiem-
po y que solo el dinero pudo contener una manifestacion del senti-
miento público indignado.


Si el conde de Reus que habia podido servir á una si(uacion en
que figuraban Lopez y Caballero hubiese tenido conciencia política,
y no hubiera vendido sus convicciones por los grados y las coronas,
el Dombramien lo de Meer despues de las persecuciones de Olózaga
y de las discusiones del parlamento le hubiesen empujado á desha-
cer la obra de reacciono Unidas las tropas de Ametller y las suyas,
fusilado el baran de Meer y su E. M., Cataluña y Aragon y Valencia
habrian castigado al gobierno de Madrid deteniéndole en su marcha •.


Otros como Prim tuvieran ocasioo de salvar á la patria en medio
de aquella crisis horrible. Babia llegado, sin embargo, la hora de
las apostasías y de las traiciones; la hora de la ceguedad y del,ato·
londramiento.


Por eso podia exclamar, refiriéndose á un mensaje de la alta cá-
mara, un periódico, en estos términos:


«La eficaz cooperacion de la may(jría dt3 los euerpos colegislado-
res y otras manifestaciones de que tenemos noticia, alentarán al go-
bierno en el camino que ha emprendido. El pais está á punto de re-
solver la cuestion revolucionaria despues de haber dado feliz cima á
las demás cuestiones trascendentales, que para desgracia de la ge-
neracion presente ha sido necesario terminar á costa de torrentes de
sangre. Desde 1808 acá Espafia ha soportado todas las calamidades
que pueden llover sobre una nacion, y mientras sufria el rigor de
una guerra extranjera en su propio suelo, peleando por su cara in-
dependencia, y mientras arr~glaba sus leyes fundamentales acomo-
dándolas al espiritu de la época y á las necesidades públicas, y mien-
tras mas tarde luchaba contra el despotismo, y mientras despues
peleaba por la legitimidad del trono de san Fernando y resolvia una
cuesti-&D dinástica muy grave, y ea fin, mientras pugnaba por sa-
cudir el yugo militar de un usurpador, larev~lucioD, la anarquía,
ha estado constantemente aprovechándose de los azares de esas cir-




''0 BISTORIA. DEL REINADO
, cunstancias sucesivas para trabajar al país y molestarlo á favor de
esas mismas circunstancias. Hoy Espafía tiene asegurada su inde-
pendencia, conquistada su libertad, afianzado el trono legitimo, por-
que todos esos bienes los ha ganado en el campo de batalla, fuerte
con su derecho y con el apoyo de la Providencia; hoy nada la es-
torba ni la distrae para dar fin á los trastornos revolucionarios.»


Bien se manifiestan en esas líneas los intentos de la reaee¡on; pero
temerosos aun de descubrirse, sin saber cómo sortear, como eludir
los antiguos compromisos, esperando que los sucesos les trajeran
una oportunidad, desfiguraban en cuanto podian su deseo, y arro-
jaban de paso punas sangrientas, aunque merecidas, sobre el hom-
bre fatal á quien', lo diremos de paso, se desterraba tambien del ve-
cino reino.


111.


Descartar de 6ntre las cuestiones políticas actuales que la revo-
lucion habia planteado, el matrimonio de Isabel y su hermana acerca
del cual gestionaban activamente los gabinetes extranjeros, habiendo
mediado ya importantes notas de unos á otros, era uno de los mas


-necesarios desenlaces que debia buscar el partido que ocupaba el
poder.


Los compromisos de Cristina venian á crear muchas dificultades
para los que deseaban buscar en el seno de la familia de don Fran-
cisco el futuro rey.


y Carlota habia prestado grandes servicios polftieos y ofrecia al-
gunas garantías, ro¡e'ntras que derramando beneficios entre muchos
de los prohombres progresistas habia tambien establecido derecho á
su gratitud y proteccion.


El gobierno se propuso allanar entonces las dificultades que se
presentaban, y la desaparicion de Carlota, que accidentalmente ocur-
rió, pudo ser un medio á propósito para conseguir el nuevo arreglo
que se deseaba. Don Francisco, el tio de Isabel, no era ciertamente
un tipo de resolueion y de energfa; y, arrancándole á la camarilla
que le rodeaba, podia dominársele con facilidad.


Asf, sin duda, se vió la cuestion por los que tenian interés en re-
solverla, se dieron los pasos conducentes, yel partido progresista 6
ciérta parle de él que habia luchado constantemente para dar solu-




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. IU
cion inmediata al matrimonio, quedó privado de ese elemento que
podia serIe tan útil en los consejos de la corona.


Uo periódico daba cuenta del triunfo ministerial, y por lo que de-
cia, y por la manera con que lp decia! merece que nos fijemos bien
en sus palabras:


«Tenemos entendido que en estos días han mediado explicaciones
sumamente francas y afectuosas entre el gobierno de S. M. y el se-
renfsimo sellor infaote don Francisco de Paula, de cuyas resultas
queda en completa armonia la familia real, como ya hace meses que
lo estaban la difunta se llora infanta y su augusta hermana la reina
madre dona Maria Cristina.


»El sefior infante don Francisco ha ofrecido su sincero y leal apoyo
para sostener y conservar el actual órden de cosas, porque estajus-
fa y santa causa es la suya y la de su familia, y de ella pende su
felicidad, su posicion y su porvenir. S. A. desde el palacio del Re-
tiro en que ahora reside, ha recordado con este motivo, que en las
cortes celebradas en el afio 1833 en aquel real sitio, fuéel primero.
con sus dos hijos á jurar á S. M. la reina doña Isabel 11, juramento
á que ninguno de ellos ha faltado como espanoles y caballeros, es-
tando prontos á sellarlos con su sangre los augustos príncipes, in-
corporados en las filas del ejército y Armada para estimular con su
ejemplo y contribuir á las glorias de la nacion.


»S. A. R .. el sefior infante don Francisco de Paula parece que va
á ocuparse por sí mismo de la direccion de los negocios de su casa,
y ha prevenido á sus dependencias y servidumbre que no se mezclen
directa ni directamente en cosas de polftica ni de gobierno, pues su
ánimo es conciliar los deberes de súbdito y de principe, atendiendo
8010 al arreglo de sus intereses y á la felicidad de su amados hijos.


»Se asegura tambien que S. M. la reina Cristina conducirá á esta
corte á tres de sus jóvenes sobrinas que se educaban en un colegio
de Paris, huérfanas hoy de su tierna madre .•


IV.


La venida de la reina Cristina á quien sin duda se quiso desagra-
viar de una manera solemne, era además de la guerra el objeto pre-
ferente de los parlamentarios.


Con el oro del presupuesto y con las promesas que una larga do-




,,! HISTORIA DEL RlINADO
minacion moderada podia hacer positivas, lograron muchas expo-
siciones, y los Ayuntamientos de real órden, la nobleza y algunas
corporaciones y dependencias del gobierno dirigieron á la madre de
Isabel felicitaciones llamándola para que pudiera aconsejar bien á
su hija.


Parecia ya cosa ,resuelta su llegada. En todas partes se hacian
preparativos. Carriquiri y otros habian salido en su busca.


Por lo demás los sitios de Alicante y Cartagena continuaban,
mientras que se preparaban los medios de destruccion con los tre-
nes de batir que iban acercándose.


Durante un mes entero el gobierno no habia podidobacer otra
cosa, á pesar de su actividad, que evitar el movimiento en todas las
provincias desarmando simultáneamente la milicia nacional en toda
España.


y era curioso ver los bandos de las autoridades comparándolos
con los partes de los generales que obraban en las provincias suble-
vadas; mientras en aquellos se amenazaba y se hablaba de los ene-
migos del órden público, se suponia en estos que las milicias de
Murcia, Orihuela, Alcoy, etc. habian recibido con gusto la órden de
movilizacion y se disponían á acabar con los revoltosos.


Muchos eran los elogios para la milicia nacional de la provincia
. de Aiicante; pero en todo el resto de España habia sido villanamente
desarmada y escarnecida.


No obstante tampoco el estado de sitio para que aquel gobierno
llevase á efecto las elecciones municipales en todas partes.


Siendo el propósito de la gente que dominaba establecer una farsa
de gobierno representativo, lo que importaba era conseguir á todo
trance el triunfo, y ante esta consideracion se abrian las urnas,
cnando era sabido que todos los partidos debian alejarse de ellas ya
que era la única protesta que les estaba permitida, ante el lujo de
fuerzas y arbitrariedades que el gobierno desplegaba.


y para que se estime perfectamente hasta dónde llegaba el espi-
ritu reaccionario; hasta qué punto era el sentimien to ruin de la ven-
ganza el que se albergaba en aquellos débiles corazones que pre-
tendian la restauracion, tomamos una real órden que aun cuando
concisa dice lo bastante:


«Excmo. Sr.-La reina nuestra señora, cuyo constante anhelo
desde que por sí misma dirige la gobernacion de la monarquia, H
sido y es el de reunir en derredor de su trono á todos los buenos es-




DEL ULTIHO BORBON DB ESPAÑA. "3
paiioles, para cuya sincera union conviene que desaparezcan en lo
posible hasta las huellas de sus pasadas discordias: considerando
que la lápida colocada en la fachada de las casas consistoriales de
esta M. H. villa con una inseripeion relativa á los acontecimientos
de primero de setiembre de 1840, puede contribuir á mantener y
fomentar gérmenes de disension entre ciudadanos pacificos y some-
tidos como es justo al imperio de las leyes y por lo tanto acreedores
todos, cualquiera que sea su opinion, á la real benevolencia; ha te-
nido á bien disponer que V. E. dé las órdenes oportunas para que
antes de la llegada de S. r,1. su augusta madre desaparezca aquel
monumento, cuidando de que se verifique sin aparato ni estrépito,
pues en la mente de S. M. la medida de que se trata, lejos de tener
un carácter reaccionario, debe considerarse como un paso dado en el
camino de la renonciliacion y de la paz que tanto desea para los
pueblos regidos por su cetro. De real órden lo digo á V. E. para
su exacto cumplimiento.»


Esto significaba perfectamente que un partido, que la antigua
Gobernadora habian triunfado y se habian impuesto á la nacíon.




CAPITULO LUt.


SUMARIO.


Trágico fin de la insurreccion de Alicante.-Perfidia de los moderados.-Lista de las
víctimas inmoladas en aquella ciudad por el feroz Roncali.


l.


Hemos visto como paralelamente se destruian las poblaciones y
se recibia con pompa y solemnidad á la reina madre, creando así
UD nuevo estado de cosas harto extrafto.


ta insurreccion de Alicante que no habia podido ser vencida en
buena ley, terminó por la mas inicua de las traiciones, y como he-
mos dicho, el oro mas que I~ fuerza sirvió entonces á lo que Hama-
ban la causa del órden.


Todo por la falta de energia y por DO haber decidido por un gran
aeto revolucionario el éxito de la cuestiono


El 5 de marzo y viéndose estrechado y teniendo noticia de ciertos
hechos, combinaciones é intrigas, despues de haber tenido la gene-
rosidad de no usar de represalias, dió órden Boné al gobernador del
castillo para que fusilase á los prisioneros que se encontraban en él,
entre los cuales se hallaban el comandan te general Lasala y el jefe
poUtico Ceruti; replicóle aquel que la medida era demasiado violen-
ta, en su concepto, y que la meditase bien; entonces el jefe de las




DBL ULTIMO BOItBON DE ESPAÑA. 4.1.5
fuerzas sublevadas le mandó á decir que lo tenia tan bien meditado,
como que iba él á subir inmediatamente á fusilar á los prisioneros y
al gobernador mismo. En vista de una réplica tan brusca, el gober-
nador, que se cree estaria en combinacion con el general Roncali, le-
vantó los rastrillos y se puso en incomunicacion con la plaza. Boné,
que conoció lo critico de la situacion teniendo en contra suya el cas-
tillo, que domina á la plaza, cuando esta se haJlabaademás bloquea-
da por las tropas, pensó en la fuga, y para verificarlo salió en la ma-
fiana del 6, acompañado de algunos pocos jinetes con el pretexto
de hacer el reconocimiento que tenia de costumbre; al llegar á la
primera Unea de tropas, contestaron al quién vive con fa voz de Sa-
h0!Ja, valiéndose de esta estratagema-atravesaron la línea, metie~do
al propio tiempo espuela á los caballos. Cuando iban á pasar la
segunda línea, se apercibieron ya del engaño los soldados, é hicie-
ron fuego sobre ellos, de los cuales parece que salieron heridos al-
gunos, consiguiendo sin embargo fugarse ellebelde Boné. En vista
de estos acontecimientos la plaza se rindió á discreeion implorando
solo la clemencia del vencedor.


Al leer estos detalles que son UD resúmen de lns partes oficiales.
todo el mundo comprenderá la iniquidad que se encierra en el fondo
de ese asunto.


H.


A estos partes contestaba el ministro de la Guerra lo siguiente:
«Excmo. seiíor: El ayudante de campo de V. E. don Florencio


Ceruti me ha entregado la comunícacion que desde su cuartel ge-
neral de Alicante, y con fecha 6 del actual, me dirige V. E. COD la
noticia de haberse entregado á discrecion la plaza rebelde, y de tre-
molar en sus muros la bandera de la lealtad.-S. M. se ha entera-
do con satisfaccion de tan plausible acontecimiento, cuyos detalles
desea saber, así como la rendicion que en los mismos términos su-
pone muy próxima de la plaza "de Cartagena. Por lo que de órden
de S. M. contesto á V. E. con esta misma fecha, á sus comunicaciones
llegadas por el parte diario, se enterará de las intenciones que abri-
ga su maternal coraZOD, y que debían servirle de pauta para el C8S0
felizmente coosumado ~a de pedir Alicante entrar en negociaciones.
En este último episodio de nuestra revolucion, que parece habernos


TOMO u. 57




4.46 HISTORIl HEL REINADO
sido deparado por la Providencia, para que se oonvenzan los díscolos
de que pasó para siempre el tiempo de la impunidad, es menester que
las cabezas de fa rebelion caigan bajo la segur de la ley, porque es
menester que la sociedad descanse al fin sobre bases de órden y de
subordinacion, fuera de las cuales no tendrian término las desven-
turas de esta nacíon digna de una suerte tan feliz, como parece pro-
metérsela el reinado de Isabel 11. Fuera de esos escarmientos dolo-
rosos pero indispensables, que á s.er posible no deben recaer sobre
los ejecutores t sino sobre los autores verdaderos de la rebelion,
S. M., siemprd clemente, autoriza á V. E. para templar el rigor de
la ley segun su prudencia y tam bien su prevision se lo dicten: por-
que lo que se busca no son venganzas, sino el reposo y la dicha de
la trabajada nacion e¡,paflola.-AI trasmitir á V. E. la expresion de
la voluntad de S. M., me cabe la satisfaecion de manifestarle en su
real nombre, )0 complacida que se halla de su comportamiento, y
del de esas leales y sufridas tropas.-De real órden lo digo á. V. E.
para su conocimiento.»


III.


Era grande el miedo y la desconfianza de los hombres de la si-
tuacion.


Conspiradores eternos, intrigantes, viviendo en el seno de las cá-
balas, y habiéndose puesto en relacion con los aventureros de ofi-
cio, con esas falanges de arrastrasables que pululan siempre despues
de las gt4<erras, dispuestos á vender su puno y su brazo al mejor
pagador, taroian que puesto que el pueblo estaba iDdigQllaO, si en-
contraba puntos de apoyo, si hallaba hombres de conciencia y de
fe que quisieran arrostrar con ánimo tranquil6 y resuelto las even-
tualidades de la lucha1 llegara el caso de ver d~vanecidos en una
hora los planes combinados y madurados en las logias del jovella-
niSIDO.


Acababan de lograr un triunfo, valiéndose nO de los trenes de
batir, sino de la perfidia y de la iniquidad del oro corruptor. Habian
conseguido entrar en aquella plaza de Alicante, despues de comprar
el castillo, no venciendo á los patriotas, á los defensores de la nO-
ble causa de la libertad, sino sorprendiéndolos en medio del sueAo,
introduciendo viles mer~enarios, obrando oon la misma cautela, CQn




DEL ULTIMO EOnDON DE ESPAÑA. 447
la misma astucia que lo habiau hecho para preparar el ponderado
triunfo de Torrejon de Ardoz. j Reptiles miserables, no sabian batir-
se cara á cara, y deslizándose como la culebra ahogaban á su ene-
migo entre los pliegues cuando conseguían adormecerle! jY se lia·
maban liberales ... 1


Divididos, perseguidos, amenazados de proscripcion bien mere-
cida por sus torpezas, digao castigo á sus desmesuradas ambicio-
nes, los hombres del progreso querian trabajar para delener el
golpe.


Ré aquí lo que se ieia en El Heraldo del 13 de marzo:
«Llamamos la ateocion de nuestros leelores sobre la carla de


nuestro corresponsal de Valencia, que en otro lugar insertamos.
Una Dueva y vasta conspiraci()n en la que entraban oficiales y sar-
gentos de los diferentes cuerpos de la guarnicion, acaba de ser des-
cubierta en aquella ciudad, merced al celo, á I~ activida.d y al pa-
triotismo de las Jignas autoridades que se hallan II su frente. El
plan de los eODspiradores n0 era solo encender allí tambien la tea
de la rebelion, obligar al general Roucali á que levantara el sitio
de Alicante; su objeto era mas criminal aUD, debiéndose apoderar
los conjurados de la persona de la augusta Cristina, sin duda para
arrancar da nuestra jóven Reina, por el terror á las desgracias de
que podía ser vJctima su querida madre, lo que no alcanzó, á pesar
de la violencia y el engafío, el ministro osado que puso el trono de
Isabel como escudo á. su ambicion y á sus planes de dominacion y
verdadera tirania. El cielo empero que vela por la Espafía, por esa
excelsa jóven que ocupa el trono de san Fernando, no ha permitido
se consumase este nuevo crimen de la revolucion, y al mismo tiem-
po que esta era vencida en Alicante, en Valencia los conspiradores
caían en poder de la justicia, y veian frustrados sus malvados inten-
tos. Pero lo que acaba de acontecer en Valencia, y que coincidía
con planes de rebeliones y trastornos descubiertos en ~fadrid y otras
ciudades, viene á patentizar mas y mas la necesidad imperiosa que
habia de que los caudillos de la rebelion contra el trono, contra las
leyes y el órden público, sufriesen el castigo de su crimen, si ha-
bían de lucir para este pais tara. trabajado días de paz y de tfanqui-
lidad.»


Los trabajos d.e zapa se encontraban; á las horribles disposiciones
de la canalla do-Dlinaute oponia. el pueblo su perseverancia y su (e.
Arrostraba el martirio, desafiaba la vengaRza de sus enemigos.




HISTORIA DEL REINADO


IV.


Ellos, los moderados, los conservadores, los hombres de órden,
los enemigos del motin, los que no hallaban en el diccionario epí-
tetos contra Espartero~ porque era ingrato á Cristina; porque cas-
tigaba con la severidad de la ley á los facciosos que iban á atacar
el palacio, y que provocaban la guerra civil en las provincias Vas-
congadas, se atrevian á pedir, es mas, se atrevian á ejecutar un
bombardeo de setenta dias contra Barcelona, fusilamientos en pelo-
tones, que dejaban muy atrás las escenas por ellos condenadas
como sangrientas de la revolucion francesa, deportaciones en
masa ..•


1 Ingratos! Espartero habia conquistado derramando su sangre los
grados y los títulos. Nada debia II Cristina, servia al pais, servia al
pueblo, y recibia mas ó menos merecidamente sus recompensas.


Cristina, era una extranjera que habia venido, prostituyéndose á
un tirano coronado, á un déspota ferez ; babia venido á buscar ri-
quezas; á buscar posicion; á estrechar los lazos del borbonismo,
dando fuerza y robusteciendo á tan indigna raza.


Cristina, demasiado débil para el papel que queria desempeftar,
tuvo que llamar en su auxilio á UDa hermana, á quien aborrecía,
cuando llegaron los momentos criticos. La forluna la habia depara-
do dos hijas, y, cambiando la ley de sucesion, pudo lograr su de-
signio sentándose en el codiciado trono ...


y el pueblo espaiíol aceptó ese cambio, porque se ]e ofrecian las
libertades que habia conquistado en uso de su soberanía; las liber-
tades que Fernando habia confiscado con auxilio de cien mil bayo-
netas extranjeras y protegido por la santa alianza.


y Cristina, falaz y fementida, des pues de regatear esas liberta-
des, quiso seducir á ese mismo Espartero, quiso buscar cómplices
para restablecer en toda su plenitud el poder absoluto, gozando así
de las dulzuras que proporciona; y preparando quizá la sustitucion
de las hijas de Fernando, por otros hijos que nuevos amores la ha-
bian dado.


¡Ingratitud! el pueblo que habia sacrificado sus tesoros, que ha-
bia vertido copiosamente su sangre por defender la libertad, vió que
iba á serIe arrebatada. "Qué debia hacer?




DEL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA. '49
No; no era la ingratitud por parte del pueblo, ni por parte de los


que al pueblo sirvieron en el primero de setiembre; pero era per-
fidia, infame perfidia por parte de Cristina, por parte de sus cóm-
pices' generales, aristócratas, clérigos, aventureros de todas clases.


Era perfidia, si; era traieion inicua en aquellos que debian, no á
los reyes que nada tienen, que de nada disponen, que vienen al
mundo desnudos como los demás mortales, que solo producen du-
rante su vida desgracias y angustias para los pueblos, sino al país
sus posiciones, sus riquezas; era infame en aquellos que debian á
la libertad de la prensa sus adelantos, para aquellos que en la tri-
buna habían adquirido reputacion, querer ahogar en la garganta de
los otros la voz, intentar la muerte de las instituciones á que debian
todo su poder.


v.


El partido moderado, esas pocas nulidades revolucionarias que
han logrado empinarse hasta en palacio, despues de haber conquis-
tado popularidad haciéndose los tribunos y los demagogos; el par-
tido moderado, que explota al trono y al pueblo, que se impone por
su táctica especial y su atrevimiento en circunstancias dadas, adu-
laba entonces bajamente á Cristina, des pues de no haber tenido va-
lor para defenderla, despues de haberla dejado huir abandonada y
sola en los momentos del peligro.


Llamábala en su auxilio para vivir á su sombra, para adquirir
algun prestigio del que ella pudiera conservar como reina, entre
aquellos ciegos é ignorantes partidarios de la monarquía, que creen
en medio de su estupidez que aun hay castas de derecho divino.


y los moderados comenzaban ensangrentando el reinado de Isa-
bel, como habian ensangrentado el ante-reinado, la época funesta
de la regencia de Cristina.


Los prisioneros de Elrla, los fugitivos de Alicante, los que dentro
de la plaza fueron buscados con saña por los esbirros de Roncali,
sufrieron la muerte ignominiosa que merecian sus verdugos.


Horrorosas hecatombes, dolorosos y sangrientos episodios de las
luchas intestinas que vienen á servir de leccion á los pueblos, y que
amargan muchas veces los di as de los tiranos.


lIé aquí las comunicaciones que creemos conveniente reproducir




4.50 HISTORIA DEL RElNADO
para probar la ferocidad de los sicarios que obedecían al gobierno
de Madrid:


«Tuve el honor de decir á V. R. en mi comunieaei~n de antes de
ayer, que no obstante haberse podido evadir Boné con alguno de los
suyos, seria muy probable conseguir su captura por las medidas
preventivas que tenia ya tomadas, y las que adopté en el momento
de recibir el parte de los puestos.


»Varias partidas del regimiento de caballeria de Lusitania por
distintos caminos, bajo ]a direcciun del coronel Contreras, y el
buen espiritu de los pueblos, dieron por resultado lo que yo espe-
raba. Fué alcanzado y conducido á esta plaza ea el dia de ayer con
los que le seguían.


»Tomada que le fuésu declaracion, identificada su persona, como
tambien las de aquellos, y los que tomaron parte activa en la re-
beJion que comprende la relacion adjunta, han -sido degradados los
militares, y pasados todos por las armas por la espalda, en la ma-
riana de hoy al frente de todas las tropas, y leida á estas la órden
general que acompaDo.


»Inmediatamente han salido aquellas al mando del general Coto-
ner en direccion de Cartagena.


) Yo )0 verificaré mañana, por ser indispensable mi detencion hoy
en esta por la multitud de atenciones que me rodean, y seguirán
inmediatamente los parques de artillería é ingenieros.»


A este escrito aeompailaba la lista de los desgraciado.s que he-
chos prisioneros á su salida ó dentro de la plaza fueron fusilados en
número de 24, segun se expresa:


Carabineros.-Coronel, don Pantaleon Boné.
Idern.-Soldados, Joaquin Valero, Antonio Bejar y Diego Gomez.
De reemplazo.-Capitan, don Gregorio Sabio,
Nacional de Valencia,-Soldado, Manuel Zamora.
Provincial de idem.-Comandante graduado, don Fran~isco Fe,r-


nandez.
Idem.-Capitan graduado, don José Minana.
Idem.-Tenientes graduados, don José Valiente y don Carmelo


Jimenez.
Idem.-Subteniente, don Antonio Caballero.
Idem.-Sargeutos segundos, Bartolomé Ribot, Pedro Fe.ruand.ez,


Carmelo Garcia y Manu~l N uñez.
Caballería de Lusitania.-Alrérez, don Juan Calatayud.




DEL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA.
Idem.-Sargento segundo, José Ruiz Ortiz.
Artillerfa.-Sargento primero, Pedro Fraile.


451


Nacionales de Villajoyosa.-Capitan, don Ignacio Paulinos.
Idem de Finestrad.-Comandante, don Vicente Linares y Ortui'ío.
Idem de Monforte.-Teniente, don Isidro Pastor y Casas.
Idem de Concentaina. -Comandante, don Rafael MoItó y Pascual.
Idem do MODovar.-Subteniente, don José Calpena y Peinado.
Maestro de obras de fortificacion, regidor de este Ayuntamiento


de Alicante y encargado de las mismas, don Simon Carbonell.
y como esto nf) bastaba á satisfacer la sed de sangre que tenian


los hombres funestos, que parecian destinados á despoblar á Espa-
Da, el general Roncali hizo publicar entre otros el siguiente bando:


«Existiendo ocultos en esta plaza individuos que pertenecieron á
la lunta rebelde, otros que acti vamente y de varios modos contri-
buyeron á que tuviese efecto la rebelion que despues han sostenido,
así oficiales como sargentos del ejército y milicia na~ional, se pre-
sentarán cuantos en este caso se hallen, al sefior coronel don Juan
Ramos d~ Montes, que vive calle de Labradores, casa de don Gui-
llermo Gorman; y los que los oculten, encubran ó de algun modo
favorezcan, siendo por este hecho reos de lesa majestad, serán pa-
sados por las armas.


»EI sefior Jefe político de esta provincia, y Ayuntamiento consti-
tucional de esta ciudad, quedan encargados de hacer visitas domi-
ciliarias. »




CAPITULO ttV.


SUMARIO.


Vuelta d(Cristina a España.-Cinismo del Heralda.-Proyeclo de conquistar l\farrue-
cos.-Proclama de Narvaez á la entrada de Cristina en l\fadrid.-Farsa rentística.
-La subleblacion je Cartagena vencida.-Cl'eacion de la guardia civil.


I.


Cristina habia salido de Esparia, llevando consigo algunas sim-
patías, porque en el pueblo español la desgracia es un titulo que
ennoblece y predispone al cariño.


Pero los acontecimientos de octubre, que venian tras de muchos
actos ostensibles de que aquella seriora pretendia conseguir con
apoyo extranjero la annlacion de lo que el pueblo español babia
hecho; la conducta de sus partidarios desde que, alevosamente y
fingiendo una lealtad que no podía caber en semejante pandilla, ha·
bian escalado los puestos oficiales é ínsultaban y proscribian y pero
seguian á los liberales en todos sus matices, colccando en el ejército
y oficinas á Jos mas decididos y obstinados secuaces del carlismo;
los últimos acontecimientos, sobre todo, en que se veia claramente
que la restauracion con todos sus horrores era el fin que se propo-
nían, aunque fuera preciso para ello convertir en cementerios y en
escombros las ciudades mas ricas y populosas: todo esto bacía que




DEL UtTíMO BORBON DE ESPAÑA. 453
al pisar el suelo español, hallase Cristina un volcan baj o sus plan-
tas, y en todas las familias de los liberales el odio ó la indiferencia.


y con todo esto, un periódico del que hemos tomado varias ve-
ces algunos párrafos, decia lo siguiente:


«El mas gigante, hemos dicho, hablando del pronunciamiento de
setiembre; el segundo, repetimos, del pueblo español, hablando del
de mayo; porque si rayó aquel mucho mas alto que donde lo hicie-
ron el de la Granja y el de 1835; si cabeza de ellos y último es-
fuerzo de los revoltosos, puede por su magnitud considerarse, el
alzamiento de mayo último tiene á la vez su tipo, y en su nobleza,
y en su objeto, y en su dignidad copia por lo menos, si no excede,
el del heroico pueblo español que dió principio en 1808 á eclipsar
la gloria que deslumbraba á Europa. Dos hechos referirá la historia
cuando en enlutadas páginas cuente nuestras disensiones. El pro-
nunciamiento escandaloso de setiembre., el alzamiento heroico de
mayo: la salida de Espafia de una reina, y la entrada triunfante de
una madre. Justo es que tambien compare, como lo hacemos nos-
otros hoy. lo~ sin{omas de la opinion en ambos casos; y que pre-
sentando agrupados los hechos y con exactitud, como los presencia-
mos, dé datos á la crítica para vindicar siquiera el claro nombre es-
panol, para borrar la mancha que sellara nuestra época, si un ar-
repentimiento ó la vergonzosa leccion de escarmentados fuese quien
hiciera á los espanoles recibir entre palmas hoy á la que ayer lan-
zaron ingratos de su lado.


• • • • • • ~ • • • • • • • • • e


»Comparando, pues, los dos hechos, sus sin tomas son diversos.
La violencia retrata al uno; la espontaneidad es el carácter del otro.
Un hombre de mala raza, endurecido el corazon con aviesas pasio-
nes, poderoso, absoluto en sus mandatos, sin rey ni ley que lo con-
tuviera, solo miró á su lado con raras excepciones á la plebe á quien
llamaba mano á mano para popularizarse; jamás recibió una mues·
tra espontánea de adbesion; ni el hierro, ni los cadalsos, pudieron
mantenerle en el usurpado puesto que alcanzó traidor y cuya caida
en sí mismo presentia valiéndose de tales medios para evitarla. Por
otra parte, una seilora débil, contra quien suena ronca aun la' vo-
cerio. de los traidores, que dejó por su voluatad de ser reina, cuya
justicia no se temió jamás, porque la endulzaba su clemencia, y que
ni un ejército la sigue, oi las Juntas sublevadas la sostienen, ni
viene al poder; en fin, esra SEÑORA arrastra la atencion pública, des-


TmlO 1I.




HISTORIA DEL REINADO


pierta en todas partes el entusiasmo, difunde la alegría y la espe-
ranza por donde pasa y tiene que excusar, porque alcanza su vista
á los pueblos todns, los obsequios espontáneos con que la reciben.»


Solo los periódicos moderados podian tener la desvergüenza de
faltar á la verdad de un modo tan solemne, solo ellos podian tergi-
versar los hechos de una manera tan escandalosa.


11.


Buscando medios de distraer la atencion, fingiendo palriotismo,
comenzaron los periódicos á tratar de lejanas y próximas expedi-
ciones, politica aventurera que permitia emplear los oficiales y je-
fes, distribuir gracias, honores, contratas, etc. eto., como el medio
de hallar prDsélitos y de asegurarse en el poder.


Entre otras cuestiones, y por consecuencia de los insultos de los
berberiscos, llegó á discutirse con calor si convendria emprender la
conquista de Marruecos, mision civilizadora que aIgun dia, pero
por otros medios, debe Iberia rejuvenecida y regenerada llevar á
cabo, para abrir y preparar el Arrica á entrar en el gran concierto
universal de los pueblos lIbres, en esa gran federacion. fraternal de


. las razas que prepara la oonstitucion de la humanidad.
El Heraldo, que desplegaba un ardor inmenso, que pretendia


para su partido la gloria de ser el mas digno, el mas popular, el mas
espaiíol, se expresaba así y planteaba la cuestion en estos términos:


«La invasion de los franceses y sus progre~os distraen grande-
mente la atencion de los habitantes de la costa berb()risca hasta el
punto de poder asegurarse que sobre un nuevo conquistador que
apareciese en el litoral de Marruecos no caeria todo el peso de la
morisma, como hubiera sucedido antes de la conquista de A.rgel.
A.BD-EL-KADER es un hombre de genio, infatigable, emprendedor,
activo, un CURERA del desierto, y como estas individualidades no
abundan, es licito conjeturar que nuestros soldados no tendriao que
combatir á un enemigo tao poderoso y terrible eomo el héroe afri-
cano.


»En nuestros tiempos los franceses han abierto un camino que
nesolros debemos seguir, evitando los escollos en que ellos han tro·
pezado. Sus enemigos son los mismos que Espana tendria que como
batir; el mismo valor, las mismas emboscadas, una manera idéntica.




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 4.55
de pelear, unas mismas creencias, unos mismos hombres, en fin, se
reproducen á lo largo de la costa berberisca desde el desierto de
Barcah hasta el de Zahara. Los kabilas de ABD-EL-KADER son los
ckilloaks del Atlas, habitantes del imperio de Marruecos.


.. . . .


»La base, el nucleo de )a expedicion que el gobierno enviase á
las vecinas playas, deberia sacarse de nuestros cuerpos de línea,
porque ya hemos dicho que la severidad de la diseiplina europea, y
la táctica y precision de nuestros ejércitos son los elementos que con
mas confianza debemos de contraponer á esa célebre impetuosa y
desordenada carga de los árabes. Pero al mismo tiempo no encon-
tramos inconveniente en que á las tropas regulares se agregasen
cuerpos creados expresamente para el objeto. Así tendria un respi-
radero ese ardor político que ha inflamado la revolucion; asilas am-
biciones impacientes y violentas, los hombres activos, desasosega-
dos y turbulentos, podian satisfacer su necesidad de vida y de agi-
tacion en un campo de batalla mas glorioso, mas noble y mas ancho
que el sucio y mezquino de los pronunciamientos. Los hombres edu-
cados en los encuentros, lances y poesla de la guerra civil, y en la
que es sumamente difícil desprenderse de sus hábitos guerreros,
aprovecharían ansiosos la ocasion que se les ofrecia de volver á los
tiempos que recuerdan con delicia. /,Y qué guerra mas pintoresca,
variada y entret-enida que la guerra árabe, en un pais risueño, donde
la naturaleza tiene mas vida que en ninguna otra parte, y donde el
hombre pertenece II una raza, cuyas hazañas puestas en romance
nos han arrullado en nuestra cuna? Zoraida, Almanzor, Boabdil, las
moras de ojos negros rasgados, de tez morena, de fisonomía expre-
siva, los árabes embozados en un albornoz con aire sombrío y me-
lancólico, perezosamente recostados entonando un cantar lastimero,
todos esos recuerdos iban á reproducirse en la bella y romántica
conquista del imperio berberisco. Las imaginaciones ardientes del
Mediodía tienen un ancho campo en esa civilizacion que el paso de
los siglos ha dejado intacta.


DLos moros invadieron la España, se posesionaron de nuestros
hogares, y solo al cabo de siete siglos logramos desalojarlos de la
regalada mansion que habían usurpado á los godos. Tenemos con
ellos una deuda que contrajeron nuestros padres, y las posesiones
de Melilla, el Pellon y Ceuta son únicamente una prenda de nuestro
empeno.lO




'~6
.. iJ HISTORIA DEL REINADO


Así se procuraba excitar)a atencion, y con fastuosas relaciones
enardecer los ánimos y distraer de las desdichas presentes con las
esperanzas de un porvenir halagüefio.


111.


Cristina guiada por en medio de las poblaciones que algunos afios
antes habia recorrido ell direccion opuesta, llegó por fin á Madrid.


Parecía como que sus aduladores intentasen hacerla comprender
cuánto habian variado las circunstancias desde aquella fecha.


Es cierto que se la prodigaban los festejos y las ovaciones; pero
podia comprender perfectamente en el aspecto de la multitud que
no habia cariño alguno ni muestras de respet9 y deferencia fuera del
círculo oficial que la estrechaba y la perseguía con sus repetidas ge-
nuflexiones, con sus pagados saludos.


¿Dónde y cómo podia hallar en Madrid aquellas espontáneas ma-
nifestaciones que se repitieron mil veces, mientras pudo creerse que
si no la enc8rn8cion viva de la libertad, podía ser su amparo y su
guarda, inculcando en la nifta que ocupaba el trono el respeto que
se debe á la majestad del pueblo?


En Barcelona lloraban aun las victimas de los pasados su~esos.
En Valencia casi se oia el estampido del canon 'J los ecos de la fu-
siJeria que mutilaba á los verdaderos defensores de la libertad.


Como en su anterior viaje bullian aun las facciones carlistas en el
Maestrazgo. Todo era desolacion, temores, incertidumbre.


Si hubiera aprendido algo en la escuela de los desengafios acaso
hubiE~ramos visto á aquella mujer cambiar repentinamente su con-
ducta, arrojar lejos de si á los torpes consejeros que servilmente la~
mian sus plantas para llevarla de nuevo á la perdicion y entregarla
mas tarde á los desprecios é insultos de las turbas.


y casi al propio tiempo que llegaba á estrechar entre sus brazos
á sus hijas, en Barcelona y en Galicia se quedaban sin padres nume~
rosos ciudadanos porqu9 Jos tribunales aplicaban una ley bárbara,
y por delaciones sospechosas perecían en los cadal~os los que se lla·
maban conspiradores.




DEL ULTIMO BORBON DE ISPA,tU


IV.


Otro documento en que se revelaba perfectamente el sentimiento
que habia guiado á los moderados al acogerse á indulto para cons-
pirar sin dificultades contra sus bienhechores t era la proclama pu-
blicada con motivo de la llegada de Cristina á Madrid por el general
Narvaez.


Al leer los siguiente~ párrafos verán nuestros lectores qué ci", iJ-
mo manifestaba aquella gente creyéndose ya en el apogeo del poJer:


«Soldados: A vuestros nobles esfuerzos se ha debido al fin la ce ll-
solidacion del gobierno creado por el voto universal de los buenos
españoles, la seguridad del trono constitucional de Isabel II, Y de
las sabias instituciones que le garantizan y defienden. Como primer
resultado de nuestra grande obra, la inmortal Cristina, laxce!sa
Madre de nuestra augusta Reina, que lo es tambien de los españo-
les, está ya entre nosotros, grandemente desagraviada de los uitra-
jes que la deslealtad y la ingratitud le causaran en la época de 184. O,
que por honor del nombre español debe borrarse de la memoria. Es
para vosotros un galardon el haber tan eficazmente contribuido á
este grandioso acontecimiento, que asegura para la nacion á que
perteneceis un brillante porvenir de paz y de ventura.


»Soldados que componeis el eiército de este primer distrito: Yo
me envanezco de haber estado á vuestro frente en este periodo me-
m orable, y en reCOllocer que á vuestras virtudes y las de vuestros
dignos compafieros de armas se debe en gran manera el triunfo del
órden y de la justicia. Recibid por ello las gracias, y que vuestra
acrisolada fidelidad, vuestro valor y disciplina sean siempre el mas
firme apoyo del trono y de las instituciones en que libra Espana su
reposo y su prosperidad futura.»


y la entrada de Cristina en Madrid se verificó al día siguiente del
éntierro de Argüelles que murió repentinamente; y fué honrado como
merecia el que aun cuando debilitado por los afios y las persecucio-
nes todavía recordaba sus buenos tiempos en que tanto habia con-
tribuido á la regeneracioo é independencia de la patria.


Podia decirse despues de haber visto ambas solemnidades, que el
entierro de la monarquía habia sido á la entrada de Cristina.


El pueblo de Madrid que acudió en masa á tributar Jos últimos




45R HISTORIA DIL REINADO
homenajes al virtuoso Patriarca de la Jibertad, mostróse severo con
la que llamaban Madre de los españoles. A pesar del fausto oficial y
de la formacion, la multitud no acudió á la ceremonia, y Cristina se
vió rodeada durante el tránsito por las calles de la capital de la ver-
dadera canalla.


Algunos compararon aquella entrada como una caricatura de la
entrada de Jesús en JJrusalen. Los chiquillos que rodeaban el coche
llevaban palmas y ramos de olivo y gritaban desaforadamente segun
la cantidad recibida.


v.


Los moderados siempre han tenido la costumbre de acudir á con-
tratas y subastas, para repartir entre algunos paniaguado s los be-
neficios y los productos que el Estado debiera utilizar con ventaja
del contribuyente.


Asi es que en la subasta de tabacos que se celebró, por los mismos
dias á que nos referimos, quedando como antes la de la sal á bene-
ficio del senor Salamanca, aparecia ciertamente un beneficio para el
pais; pero nosotros no entendemos de achaques aritméticos, ó esa
pretendida mejora de las rentas públicas debia ser una farsa cuando
los presupuestos han ido siempre creciendo y aumentándose la deuda.


Estos milagros los repitieron muchas veces, no con el fin de sim-
plificar el sistema tributario, cosa que el ministro de Hacienda del
ministerio Bravo no entendía sino con el propósito de allegar re-
cursos facilitando la improvisacion de grandes fortunas.


Cartagena tuvo por fin que ceder sola y aislada á la fuerza de la
situacion.


Aquella insurreccion que habia comenzado con tan buenos aus-
picios y que en los primeros momentos puso en consternacion al go-
bierno, cayó, como tenemos dicho, por la debilidad, la apatía, las
malas inteligencias y las ambiciones que hervían en el partido pro-
gresista.


El Heraldo celebraba ese glorioso triunfo alcanzado sobre la re-
volucion, y declaraba que eran locos los revoltosos s; llegaron á per-
suadirse de que el le"antamiento seria tan general como el de mago del
año anterror, puesto que este 88 hiJO en nombre de la monarqu{a 9 de
la legltimidad.




DEL ÚLTIMO BORBON DE ISP AÑ!. 459
¡ Ah! ¡si el Heraldo hubiese podido leer en los misteriosos plie-


gues de lo porvenir, y hubiese previsto que diez años mas tarda
aquella monarquia con tan hondas ralCes en el pais se veria humi-
llada por un hombre; si hubiese podido de~cifrar que el entonces
director del Heraldo se veria arrojado por O' Donnell, por aquel
O' Donnell tan elogiado en las páginas del periódico conservador
como una de las mas firmisimas columnas en que descansaba'el tro-
no, de la presidencia del consejo que con escándalo universal des-
empeiiaba!


¡A.h! ¡los hombres parlamentarios escribian en aquellos dias! «Es-
ta postrer esfuerzo de los demagogos ha sido desesperado, terrible ...
Nada les sirvieron sus importantes conquistas y ni aun siquiera pu-
dieron alcanzar una capitulacion deshonrosa para conservar sus vi-
das; porque el país no protegió su intento, y desamparados y es-
carnecidos buscaron su salvacion en la fuga, y huyendo tropezaron
en el cadalso donde les aguardaba la justicia nacional.»


y esos hombres, los que eso decian, vieron levantarse cor.tra ellos
el pais en masa; vieron á la justicia popular levantando hogueras
delante de sus palacios improvisados para arrojar en ellas los mue-
bles preciosos que S6 debian sin duda á las contratas ruinosas, á las
operaciones bursátiles en que el pais habia quedado arruinado.


No hallaron el cadalso, porque la justicia nacional no se ensan-
grienta; pero hallaron el desprecio de las gentes y el triunfo de la


'. revolucion que denigraban; el hundimiento del trono que tan ase-
gurado creian ha podido servirles de provechosa leccioo, de castigo
tremendo á su orgullo y á su caprichosa ambicioD.


VI.


Crefase asegurado el partido parlamentario, y resuelto el proble-
ma, queriendo dar el golpe de gracia á la revolucion, iba creando
instituciones especiales que le sirviesen para mantener el órden en
perjuicio de la libertad.


La milicia nacional era á sus ojos elemento de perturbacion, y mal
podian querer reorganizarla á pesar de sus promesas cuando la te-
mian, no por lo que en ii pudiera realizar, sino por el significado
revolucionario que tenia.


Ocurrióles entonces la creacion de un cuerpo que estando afecto




'¡60 HISTORIA DEL REINADO
á las autoridades civiles fuese con todo esto un elemen lo ID ¡litar, con
ordCD&DZa estrecha, y que pudiera dedicarse especialmente á la pro-
teccion de las personas y de la propiedad.


Era ese cuerpo una policía militar. Investigador, denunciador,
perseguidor de malhechores, el guardia civil escudriña por todas
partes, se introduce en el caserío aislado, en la casa de vecindad,
en la cueva del monte, en la guarida de los facinerosos, en el pa-
lacio del magnate. Busca aqui datos; protege allá al que va extra-
viado, al que ~l torrente arrebata, al que el incendio acosa. Impa-
sible y severo tiende la mano al que sufre, y descarga implacable su
arma contra f'l que ha cometido algun crímen, siempre inflexible
como la ley.


Así y t,}do, mientras la ley no sea la justicia; mientras la ley re-
presente intereses pasajeros y variabl~s, el guardia civil seria con
todas esas dotes un elemento perjudicial. ¿Pero qué diremos si puesto
en manos de los gobiernos reaccionarios hallan estos ocasion de ha-
cerles servir de instrumento para sus venganzas y sus infamias?


Esta medida, ia de formar con jos oficiales excf'dentes y sospe-
chosos grandes depósitos en pueblos pJ~queños donde fueran cons-
tantemente vigilados y viviesen mezquinamente, puesto que se re-
ducian sus pagas, y otras y otras disposiciones del ministerio de la
Guerra y de los otros minÍ:Jterios, obedecían áun plan maquiavé-
lico hábilmente combinado, creyendo que así servirían bien al fin de
destruir todo elemento revolucionario, de inutilizar todas las fuer-
zas, todas las agrupaciones, todos los elemen tos que podian ser sus
auxiliares.


Armándose por una par1e, desarmando á sus contrarios, disper-
sáuuolos, juzgaban los hombres del parlamentarismo que lograrian
hacerse eternos en el poder.


Tnl vez habia sofíodo GODzalez Bravo, segun el feliz éxito que co-
ronó sus empresas, que podría llegar á viejo en los consejos de la
corona; tal vez sonaron sus compafleros perpetuarse en aquella po-
sic!on elevada que si no proporcionaba mucha honra, si tenia sus'
con t¡'¡lS gravísi mas porque solia hacerles editores responsables de
decretos y disposiciones que no habían adoptado, halagaba mucho
su orgullo y predi~pouia á los goces matsriales que algo eraD, algo
debian valer para ellos.




CAP1TULO LV·


SUMARIO.


Disidencias que se vislumbraban entre el gabinete Gonzalez Braho y la corona.-Pre-
ponderancia del militarismo,-Rcpre~i"a If:1Y de imprenta.-Desmanes de aqUf~1
gobierno reaccionario,


1.


No hay dicha duradera, y aquellos ministros que acababan de
vencer la revolucion, que tantos esfuerzos estaban haciendo para le-
vantar el esplendor del trono á la attura de los tíempos de san Fer-
nando y Recaredo, prodigando las orgías y estableciendo el sibaritis-
mo, el cHito de Venus y el culto de Baco, dentro de aquellas mura-
llas que cierran el Palacio y ocultan á las miradas de la multitud los
misterios y las escenas que dentro pasanj aquel Gonzalez Bravo que
por puro patriotismo, por amor á la libertad acaso babia sabido
imponerse el sacrificio de llamar á la madre de Isabel alIado de su
hija, ya que en otros tiempos la habia llamado prostituta; aquel Gon-
zalez Bravo y sus compafleros se vieron amenazados, á pesar de las
grandes muestras de aprecio que debieron recibir de la ex-goberna-
dora, y de las conferencias y de Jas recepciones y de los saraos y de
los brindis.


El Heraldo, tAmeroso porque aun no creía bastante desembara-
TOllO [1.




46~ lHSTORIA DIL REINADO
zado el camino, al escuchar la palabra crisis hablaba del desasosie·
go de los ánimos, de la inquietud y de la zozobra. Pero «la caida,
decia, de un gabinete que acaba de atravesar con gloria y con for-
tuna un período dificilísimo, echando en seguida los cimientos del
órdeo, de un ministerio que ha comenzado á plantearreformas que
es preciso acabar, que se ha empeñado en importantes operaciones
de crédito que debe Hevar á cabo, era un acontecimiento grave mo-
tívado sin duda por una causa poderosa.»


Preguntábase entonces cuál seria, y despues de hablar de disi-
dencias, manifestaba que algunos habian asegurado que la corona
retiraba su confianza á los consejeros responsables.


Sentíase ya la influencia de Cristina, y empezaban las distintas
marejadas de los centros conservadores, de las agrupaciones ambi ~
ciosas que aspiraban á hacer la felicidad del pais.


Nuestra opin¡on, decia el Heraldo, concienzuda y leal es que en
estos momentos seria peligrosa y de malas consecuencias una crisis
ministerial; DO porque temiésemos nosotros que se perturbase el ór-
den ni porque presumamos que Jos ministros actuales son los únicos
capaces de conducir con prudencia y acierto la nave del Estado, si-
no por la razon indicada anteriormente.


It


El ministro desfacedor de agravios, el que habia vengado á Isa-
bel castigando á su forzador en pleno parlamento, se hallaba ya en
vísperas de recibir el premio á sus servicios.


El Heraldo, cuyas palabras acabamos de leer, decia lo siguiente
á las cuarenta y ocho de pub Iicado el párrafo de aprobacion á los
actos gubernamentales:


«Un dia y otro despues instamos porque el gobierno completase
su sistema; y como pensamos que el mejor era el que ya existia
porque estaba comenzado, con fe ardiente pedimos al gobierno que
10 organizase, que presentara I~s muestras de él y que diese entra-
d!l á su vida propia en el vacío que la de las cortes le dejaba. Rom-
pí6se á poco la lucha entre la r~volucion y el gobierno; y para re-
primirla ni le faltó jamás á este último nuestro corto apoyo, ni to-
camos una vez siquiera á los principios, porque no era cuestion de
ellos cuando de vida se trataba. El gobierno, pues, ha sido para




Dlt ULTIMO BORBON DE ESPAÑA 463
nosotros el representante de una situacion sobre quien pesaba la
obligacion de desenvolverla, y el símbolo de la legitimidad defen-
diéndose de las agresiones d3 la usurpacion y de la anarquía. Bajo
el primer aspecto, «sigue, le hemos dicho, tu sistema, para juzgar-
lo:» bajo el segundo, «vence y asi salvas á la patria.» Aun hemos
hecho mas: dadas las situaciones y cono!lidos sus datos, ni aun he-
mos Ptoferído una palabra que pudiese debilitar el entusiasmo con
que Espatla toda recibia las medidas de represion y de victoria, si-
quiera fuesen ellas á par que convenientes, ni exclusivas, ni las me-
jores. Pero nuestro fin era el triunfo, y ni al gobierno ni á los que
con él se lanzaron á la lucha contra la traicioo, quitará nadie la
gloria de haberla reprimido; ni cerradas las cortes habría sido po-
sibJe otro sistema. Tal es frecuentemente la condicion de los go-
biernos: sus primeros actos deciden del suyo, y amargos escarmien-
tos reprenden á los que despues de adoptar UDO, se apartan de él ó
lo mezclan con las condiciones de otro porque asi vino para Espaila
al angustiado trance de setiembre.»


¿Qué significaban estas ambigüedades y estas vacilaciones?
El Heraldo caminaba entre dos aguas, tenia puesta la proa á una


cartera, quizá confiaba ser el alma de una situacion.
Luego añadia:
«Si las leyes se hubiesen dado antes, seguro era que establecidas


ya al terminar la crisis de guerra, ningun obstáculo habia para re-
currir de nuevo á las formas para que las cortes anudasen con la
legalidad las convenientes medidas de existencia. Pero al dictarlas
hoy, ¡,á qué plazo referimos este porvenir inevitab1e, y que la opi-
nion en los gobiernos representativos lo anuncia y hasta seilala el
dia, porque es la necesidad quian lo designa?


m.


El Heraldo babia tomado con empeño marcar al gabinete el rUlli-
bo que le convenia, no para evitar un naufragio en las procelosas
aguas de las ambiciones moderado-carlistas, sino para retrasarle y
evitar que sus sucesor(1S dieran en los bajíos y escollos que en la
mar tormentosa aparecian.


Se expresaba por esta manera guiado por el deseo del acierto ó




HISTORIA DEL RIlNA DO


por la habilidad que preparaba acceso á UD puesto en las altas re-
giones.


«Al que gobernando hábilmente al pais y edministrándolo hubiese
sido objeto de una sedicion, que la venciese hubiéramos exigido; é
inexorables fuéramos contm él, si con su gloria politica y su aeterto
inlenfara disculparse. Al que fué con las armas feliz, y hmpió el cam-
po de las discordias para dejarlo libre á las ideas, la opinjon le.mues-
tra sus títulos, y lo repetimos hoy como lo decíamos al gobiorno ac-
tual continuamente, no basta vencer á la traicion en Alicante, es
preciso que las leyes y una organizacion conveniente la eviten para
lo futuro, porque no es gobierno jamás el que tan solo triunfa con
las armas.


»Mas si esto es por una parte la mejor salida de la situacion, dado
que esté indecisa y sea estéril por parte del gobierno, DO es á nues-
tro ver todavía la que conviene mas á la gloria de este ni al crédito
á que aspiraba. La convocacion de cortes en la siLuacion presente
fuera un absurdo, y muy pesados cargos abrumarian al gobierno,
porque ya que emprendió un sistema, faltó fuerza á su pensamiento
an tes de terminarlo. La reutlion del último parlamento es d~lirio. por-
que sin dar nosotros las razones, á todos se les alcanzan; y seguir
así en ]a inaccion, sin objeto y haciendo gala de un poder victorioso
que no se mueve. esto es imposible.»


Tales eran los ardides, tales las emboscadas, tales los mareos que
se preparaban al gobierno que presidia Luis Gonzalez Bravo. Por-
que el elemento militar, ya desembarazado el terreno, se aprestaba
á salir de la oscuridad mostrando á todos que él estaba dispuesto á
gobernar el país, que era el verdadero dueflo de la sítuacion.


La cuestion habia sido de fuerza, por mas que en el principio la
astucia y la intriga fueran las armas empleadas para combatir á Es-
partero.


Pero desde que Narvaez se halló posesionado de la capitanía ge-"
neral de Madrid; desde que entraron en las direcciones de las armas
los Conchas y otros generales; desde que las provincias quedaron al
mando de los generales de la reaccion y fueron separados en masa
los jefes y oficiales de los cuerpos, el militarismo, esa plaga que los
progresistas habian combatido sin titubear ocasionando la caida de
Espartero; el militarismo en su faz mas repugnante, aliado de los
frailes y de la clerigalla, quedaba por cima de todas Jas institucio-
nes, por mas que con mengua y baldoD suyo ejercieran ostensibIe-




DEL ULTIHO BORBON DI ESPA~A. i65
mente el poder los hombres de frac como Gonzalez Bravo.


IV.


y como muestra de que fl poder militar se creia omnipotente é
incontrastable, DOS bastaria citar las proclamas de Narvaez en dis-
tintas ocasiones.


Con la llegada de Cristina, entre otras demostraciones, tuvo OC8-
sioD de hablar el orácnlo en un gran banquete, á que asistieron to-
dos los oficiales de la guarnicion de Madrid que, despues de congre-
gada, debiá presen lar en cuerpo en magnífico ramillete á la que po-
cos meses antes vivia desterrarla en las orillas del Sena.


Hé aquí cómo expresó sus sentimientos el general Narvaez:
ClDespues de diez arios de guerra y de desgracias mil que pusie-


ron en peligro el trono de nuestra REINA y las instituciones libres,
tocamos hoy el término de nuestros males y renace la esperanza de
la felicidad de la patria. A vuestros sacrificios, á vuestros esfuerzos
y valor SOD debidos los bienes y la paz que la patria disfruta. ta
generosa sangre que bal)eis derramado ha producido el grande re-
sultado de afianzar la corona de SAN FERNANDO en las sienes de su
augusta nieta la reina doña Isabel IJ. j Viva mil veces la REINA! La
causa que habeis defendido es una causa santa, y por eso habeis
tenido en vuestro apoyo la ayuda del cielo y la proteccion de los
pueblos. Tambien os esperaD las bendiciones de la posteridad. El
cielo, que no puede permitir que el crimen prescriLa ni que la Ma-
jestad sea bollada, os ayudó para que libertaseis á la REINA de los
peligros que la amenazaban, y para abrir las puertas de la patria á
su augusta Madre la reiDa doña María Cristina de Borbon. ¡VIVA
LA REINA MADRE! Esla augusta PRINCESA desterrada de Espana por
la mas negra de las traiciones y por la ingratitud mas inicua, creyó
tener necesidad, allá en su desconsuelo en la t~erra extranjera, de
recomendar á los españoles que amasen á sus HIJAS, y que respe-
tasen su memoria; y el pueblo espafiol, en prueba de su hidalguía,
ha recibido á la MADRE con palmas y olivos, y la ha entregado sus
HIJAS, una RElNA de Castilla, la otra PIUNCESA DE ASTURIAS. Aquí la
i~obleza advierte de esta hazaña, este es el ejército espariol; esta es
Esparia.


»Estos hecbos son la mas dulce recompensa de 10s trabajos, da




{66 HISTORIA DEL REINADO
las fatigas, de los riesgos y penalidades para las almas nobles y ge-
nerosas.


»¡Ofieiales valientes! de vosotros pende la felicidad de la patria,
la gloria y el esplendor del trono. ¿Podreis negaros al noble propó-
sito de defender tan caros objetos?


»Si, los defeodereis; yo os conozco; donde está el valor, la ilus-
tracíon y la virtud, alli arde inextinguible la llama de] patriotismo
y Jet honor, y en prueba y señal de que siempre estaremos prontos
para defender á nuestra REINA y ]a libertad, ahora vamos á dirigir-
nos al Palacio para presentar á la REINA el testimonio de nuestra
eterna y siempre acrisolada lealtad, y para asegurarla que los edi-
ficios de ]a tirnnía y de ]a revo]ucion se desmoronaron en España
para siempre.»


v.


Vino entonces, y como consecuencia que El Heraldo esperaba de
los hombres de Estado que gohernaban en España, el complemento
de la lucha, esto es, ]a imposicion de leyes.


Los ministros, queriendo organizar la libertad, se decidieron á
seguir legislando, y su primer cuidado fué atender á. la libertad del
pensamiento.


El presidente del Consejo habia sido periodista. Jóven aun, entu-
siasta, viviendo entre el bullicio de los clubs y sociedades, en el seno
de la milicia se habia dejado arrebatar mas de una vez á punibles
extravíos, y faltando hasta á las condiciones de prudencia, escribió en-
tre otras muchas una cencerrada que trajo en pos la supresion del
Guirigay, y persecuciones rudas contra sus redactores.


Luis Gonzalez Bravo se decidió des pues ror la enmienda y el aro
repentimiento; y tratando de preservar á Cristina de nuevos ataques
análogos á los que él )a habia dirigido, y previendo que Isabel por
sus costumbres lig~ras y sus veleidades amoro~as podria verse ex-
puesta á la critica mordaz de algnn otro escritor mas ó menos im-
prudente, confeccionó una ley que era una verdadera malla por donde
no podian pasar las ideas sino despues de un prolijo y detenido exá·
men fiscal.


En aquellas circunstancias la prensa liberal habia desaparecido, y
los realistas de todos matices insultaban á mansalva lo mas sagra-




DIL ULTIl\IO nOIlBON DE ESl'AÑA. 467
do, Jo mas digno, los hombres y las cosas á pretexto de que esta-
ban mancbados de revolucion.


Estos ataques virulentos, esas salvajes manifestaciones de la aris-
tocracia y del clero podian pasar desapercibidas porq ne Ja majes-
tad del pueblo, la razon y la justicia son despreciables objetos que
no merecen consideracion alguna.


Pero tratándose de UDa mujer advenedjzaque se apoderaba sin
consideracion alguna de los bienes _ de la corona de Espalí~, que ha-
cia rebuscar en los museos de pinturas lo.s mejores cuadros y en el
museo de Historia natural las mejores y mas apreciadas alhajas para
incorporarlas á su patrimonio; entonces era conveniente imponer un
correctivo al que denunciase abusos.


Si esa mujer indebidamente, porque mantenia nuevas relaciones:y
tenia bijos de otro, se empeliara en conservar el carácter de repre-
sentante y tutora de las bijas de matrimonio contra lo expresa-
mente prohibido en las leyes, ¿no es verdad que debia impedirse á
toda costa que el hecho fuera conocido?


Si UDa niíla mal educada y caprichosa cediendo á los consejos de
un amante aventurero y acostumbrado desde el primer instante á
jurar falsamente un código infringido, pretendia imponer su volun-
tad y sus caprichos sobre la voluntad y los deseos de Jos ciudada-
.nos, 6no es cierto que la autoridad debía ahogar la voz que se le-
vantase para denunciar esos crimenes?


Tal era el objeto que se proponian con su decreto-ley el antiguo
periodista de las Cencerradas y sus dignos companeros.


VI.


El Heraldo se ocupó naturalmente de esta evolucion ministerial:
«El gobierno abandonando la inaccion fatal de los días anterio-


res, acaba de dar un paso importantisimo con la publicacion por
medio de un decreto de la ley de imprenta ...


(A medida quees grande y terrible su responsabilidad, así le ad-
miramos, porque no podemos menos de hacer justicia á ]os ejem-
plos de valor y mucho mas cuando lo guia n intenciones puras y rec-
tas. En la exposicion que precede al decreto no disimula el gabinete
la gravedad de la medida ni su inconstitucionalidad; pero al mis-
mo tiempo se apresura á someterse anticipadamente al fallo de las
cortes venideras ...




468 HISTOllIA DEL REINAD:)
«De cualquier modo y dejando al gobierno integra la responsabíli-


dad de su acto, aplaudimos que comience á obrar y que al fin dé á
conocer su sistema ...


»Cuando haya acabado su obra, cuando en todas sus partes sea
conocida, entonces le juzgaremos cabal y cumplidamente. Entre-
tanto descansamos en la seguridad de que el gobierno sabe la res-
ponsabilidad en que ha incurrido .. )1)


Dificil es explicarse qué pretender án al llamarse parlamentarios y
constitucionales hombres que escribian párrafos fomo los citados y
que señalaban así un ideal: «Echese una ojeada por Francia modelo
de gobiernos libres, y se verá que alli el poder supremo auxiliado
por UDa administraciofl fuerte, por la gendarmeria departamental y
por la guardia municipal, por axcelentes LEYES REPRESIVAS Y por lle-
na organi:acion hábz'l y e1ltenáida de la milicia ciudadana, puede con
holgura y desembarazo desempeilar su aIla misio n de tutor y pro-
teetor de la sociedad.»


Llamar al gobierno de I .. uis Feiipe modelo de gobierne_,s libres;
daguerreotiparle con sus leyes represivas y la multitud de agentes
y decir que eso era constitucional, es una aberracion inconcebible;
mas que un crimen, una ridioulez.


VII.


Entre los muchos desmanes del gobierno reaccionario, el de ha-
ber procesado á los represen~antes del pueblo por meras delaciones
era sin duda uno de los mas graves.


Como ('.fa difícil probar la culpabilidad de los acusados, y el go-
bierno necesitaba tenerlos fuera de accion sin resolver nada sobre
su suerte, en tanto que reprimia por el cañon las ciudades insurrec-
tas, aquellos procesos continuaron con envidiable calma; los pre!os
permanecieron sin comunicar con nadie hasta la toma de Cartage-
na, y una vez hecho el juego empezaron las actuaciones con mas
formalidad


Entonces se babló de procesos, y de castigos, y de generosidad,
y el Reraldo, mezclados con noticias de los desmanes cometidos en
Marruecos, dedicó largos párrafos á justificar la lentitud de los pro-
cedimientos, hallando todavía grandes ventajas para los presos que




DIL ÚLT1UO BORBON DE ESPAÑA. ¿Ol
DO se hubieseu adoptado los trámites sumarísimos de los consejos ele
guerra como sucedió cuando Leon.
E~os trámites hubieran servido tn la ocasion para despejar la in-


cógnita, hacer una declaracioD favorable para l<ls presos y obligar
al gobierno á que los pusiera en libertad. Asi se ganó mucho tiem-
po, y el juez de primera instancia citaba á Joaquin Maria Lopez, á
Ors y Garcia, á lIarrola y á don José Perez para que se presenta ..
ran á dar descargos como complicados en la insurreccion de Ali-
cante.


Parecia como que se intentase aterrar por completo al partido li-
beral; y llegaba á tanto el encono, que á Lopez, al tribuno que los
habia amnistiado, perseguían entonces encarnizadamente aquellos
que le debian su posicion y su enlrada en la madre patria.


Por 10 demás los periódicos moderados se entretenian en comen-
tar los actos del gobierno, y para probar que habia absoluta libertad
y discusion y polémica, decia el Heraldo:


«Encuéntrase España ahora en uno de esos instantes supremos ..
Hay un gobierno que con arrojo digno de admiracio!l ha empren-
dido la larea de organizar la nacion por medio de decretos. La opi-
nion, preciso es no engailarnos, recibe con entusiasmo esa de ter-
minacion del gobierr..o, no obstante que ofende el puritanismo cons-
titucional. Los recientes sucesos explican al menos el sistema del
gabinete, y nuestra impaciencia por verlo realizado es fundada, pa-
triótica, llena de franqueza y de lealtad.


»Pero el Corresponsal, en un articulo urbano y comedido, se ha-
ce cargo delicadamente de nuestras observaciones, defendiendo al
ministerio de la nota de perezoso, y hé aquí por qué decíamos que
comenzaba de nuevo la polémica, aunque suave y mesurada. La in-
tenci&u del Corresponsal es demostrar que el gobierno no ha per-
dido el tiempo, puesto que ocupado antes en rendir la revoJucion,
necesita ahora espacio para madurar sus proyectos, y que al reali-
zarlos Heven el sello de la meditacion, garante del acierto. Puede
decirse que anticipadamente hemos respondido á esta objecion; por-
que siempre hemos estado en la creencia de que jamás han faltado
leyes ó decretos que fiar relativos á la organizacioD administrativa,
sino el poder, el valor y la voluntad de publicarlos. Y como haciendo
justicia á las in tenciones y circunstanoias de los actuales gobernan-
tes, estamos persuadidos de que no les faltan esos requisitos; véase
la razon de nuestras incesantes reclamaciones. Para el partido que


TOMon. 60




.. 7 O BI8TORIA DEL BEINADO
se ha propuesto defender desde un principio los intereses sociales,
armonizándolos eon la reforma PQUtica, y hermanando el dogma de
la libertad eon la práetica de buen gobierno, están hace tiempo di-
lucidados los puntos cardinales que pudieran agitarse en el consejo
de ministros, y apenas hay hombre medianamente ilustrado que no
sepa lo que han de contener las leyes relativas á la adminislracion
del Estado. JI)




CAPITULO LVt.


SUMARIO.


:aeanimacion de la prensa progresista.-Guerra que la modera.da hacia al gobierno.-
Legislacion caprichosa.-Crisis ministerial.-Creacion del ministerio Narvaez.-
Ojeada sobre aquella situacion.-Primeros actos de aquel gabinete.-Eumore~ so-
bre el proyectado matrimonio de Isabel.


1.


En los últimos dias de abril, el partido progresista que durante
aquel periodo excepcional y de guerra se habia visto obligado á aho-
gar la queja y el ay en la garganta, empezó á dar señales de vida,
y el Eco del comercio aceptando ]a dura ley del vencedor anunció su
próxima reaparicion aunque cambiando casi por completo la redac-
cion.


Galvez Cáliero y Corradi se separaron de la em presa para fundar
pocos dias despues un órgano nuevo en defensa de los intereses del
partido progresista.


En el natalicio de Cristina, publicó El Heraldo las siguientes Ii-
Deas:


.Tal vez sea este el natal mas dichoso que la augusta SEÑORA ha
disfrutado. El trono ocupado por su HíJA, y rodeado de leales caha-
lIero., de flomhres tan monárqUICOs como amantes de las reformas,
es nn espectáculo que lIenarll su corazon magnánimo de consuelo,
si recuerda los peligros que lo han cercado.»




i7! HISTORIA DEL R1UN1DO
Entre esos caballeros leales, colocaba sin duda El Heralá!) á los


ministros, que eran para dicho periódico los salvadores de la socie-
dad. Y en cuanto á lo del consuelo que podia prometerse, y á las
esperanzas que debia tener en los hombres monárquicos, el peligro
i que la expuso el conde de San Luis en 1851, cuando el palacio
de las Rejas lué invadido por la multitud, y su furtiva salida el !8
de agosto, vinieron á justificar esas palabras del Heraldo.


Todo son ilusiones entre tales gentes; todo promesas falaces. Ellos
viven mas en la esfera posith'a, pero yen en lontananza risueños
cuadros que la imaginacion colora; pero que son en realidad visio-
nes seductoras, bellezas fugaces que huyen deJan te y se hacen im-
palpables, por mas que la voluntad quiera acercarse á ellas.


Tambien El Heraldo despues de haber prometido y otorgado du·
rante Dlucho tiempo su apoyo al gabinete, halló medio de empezar
una serie de rudos ataques, preparados ya hábilmente, segun ha
podido juzgar el lector por los trozos que hemos copiado, sobre si
el ministro de la Gobernaeion babia reprendido al jefe poHtico y á
las autoridades <le la provincia tIe Cuenca, porque estas habtan se-
paradoindebidamente á la Diputacion provincial, por DI) querer
cumplir mandatos arbitrarios; sobre si el ministro de Marina era
primo de un diputado provincial, y sobre otras menudencias que


. explicaba detenidamente, .pudo formar el citado periódico un capi-
tulo de cargos, una verdadera acusacion contra el ministerio.


Condensando bien Jos cargos, haciendo apreciaciones distintas,
dando interesantes detalles el periódico de la situacion, sin rodeos,
sin 81llbajes ni reticencias, lanzaba sobre el gabinete todo el peso de
su ammadversion, toda la ira y )a indignacion que justamente se
babia apoderado de los buenos patricios.


Hé aquí lo mas notable:
«Fuimos de los primeros que cuando se habló de variacion mi-


nisterial, en los mismos dias en que terminaba la reb~lion en Ali-
cante y Cartagena, manifestamós nuestra extrafieza, y nos pusimos
del lado del gabinete que acababa de vencer, y de vencer con glo-
ria .....


»Hoy no es así, porque de algunos di as á esta parte, hechos re-
petidos y contestes nos demuestran que algunos miembros del ga-
binete actual están perjudicando á nuestro partido, y en presencia
de ellos, ni DOS es licito callar, ni dejar de hacer franca guerra á
los causantes del dafto.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA . 478
.. Concluyamos por hoy. De cuanto dejamos expuesto, aparece que


hay en el gabinete quien aplica los efectos del sistema enérgico y
decidido que tanto hemos alabado á intereses que no son los nues-
tros, que no son de los hombres comprometidos en la actual situa-
CiOD. Este hecho gravisimo unido á otros que hemos indicado, nos
obliga á retirar nuestro apoyo al gobierno, mientras esté constituido
con las personas que abora lo forman, y creemos que los numero-
sos amigos que nos favorecen COD sus simpatias, concebirán la mis-
ma desconfianza que nosotros. Y no se diga que decide nuestro nue·
vo rumbo una cuestion de provincia, no. Es una cuestion de prin-
cipios, una cuesUon de lealtad, una cuestion de existencia, la que
en este momento ventilamos, y téngase presente que la duda sola
sobre Jos hombres que están en el mando, apoyados en un partido,
es bastante para arruinar la causa que este defienda.


»Ministros hay entre los actuales, que merecen todas nuestras
simpatfas y toda nuestra confianza; pero esto no nos satisface ya:
necesitamos ver el poder en un ministerio compacto, uniforme, vi- .
gOlOSO, que llevando en los nombres de lodos tos que ]0 compongan
la seguridad de que serán firmes, duros y enérgicos para mantener
vencida la revolucion, nos garanticen tambien de que velarán contra.
toda c!ase de exigencias por 108 intereses de los homhres comprome-
tidos en el actual ó,den de cosas.»


. 11.


Continuaba el gobierno legislando á capricho. Habia dictado le-
yes que violaban la ley fundamental, respecto á Jos derechos indivi·
duales. Habia organizado la fuerza armada, sin tener en cuenta que
los presupuestos debian resentirse, y como duefio y sefior absoluto,
como conquistador que dispone á su antojo de bianes, haQiendas y
esclavos, decretó con el mayor desembarazo una quinta de 50,000
hombres.


Táctica funesta ha sido siempre la de arrancar á la industria y á
la produccion millares da brazos; y mas funesta y mas indigna,
cuando en vez de hacerse legalmente, y por los poderes constituidos,
se quebranta hasta esa fórmula que ofrece cierta garantia de acierlo
y de imparcialidad.


Llegando por estas causas el desórden á un punto tan alto, DO




-' 7" HISTORIA. BIL lIINA.OO
es de extranar que El Eco pudiese decir que para hacer combina-
eiones bursátiles, se habia sacado de la Caja de amortizacion una
gran cantidad en metálico para emplearla en comprar titulos al con-
tado, produciendo asi una subida ficticia del papel.


Ese hecho fué negado por El Heraldo, que reconoció con todo
que se habian presentado en la Bolsa en dias dados muchas perso-
nas desconocidas.


y por consecuencia natural de todas estas peripecias, vino á agra-
varse cada dia mas la situacion política, haciéndose inminente la
crisis ministerial.


El dia 30 de abril habia ya presentado el gobierno, despues de
algunas tentativas infructuosas para reconstituirse, haciendo salir á
los ministros de Gobernacion y Marina, y sustituyéndolos por per-
sonas aceptables al partido moderado, un programa de la conducta
que pensaba seguir al resolver las cuestiones pendientes.


La Reina debia estudiar ese programa y aceptarle, modificarle ó
rechazarle.


La conducta del Heraldo en Jo referente á la crisis dió pretexto
á una polémica en q!le los otros periódicos moderados acusaron al
Heraldo por su conducta vacilante.


Por su parte este periódico contestó al Corre6ponsal y al Tiempo,
'y en uno de sus articulos se leian las siguientes lineas que son muy
interesantes:


«El Tiempo ha dicho repetidas veces que la prensa debió censu-
rar el sistema emprendido por el gabinete al dar la ley de impren-
ta, y por su parte en ese terreno ha plantado la bandera de su opo-
sicion. Nosotros respetamos sus convicciones; pero si quiere saber
de una vez por qué no elegimos nosotros ese mismo terreno, á pe-
sar de profesar los mismos principios que nuestro colega, se)o di-
remos. Porque no liemos querido que el BEBALDO fuese para el par·
tldo moderada lo que (ué el Eco DEL COMERCIO para el partido pro-
gresista. Para salvar nuestros principios no hemos aceptado la res-
ponsabilidad del sistema ilegal, y la hemos dejado sobre los minis-
tros; para no acusarnos en ningun tiempo de causantes de una
division funesta y letal en nuestro partido, no hemos querido opo-
nernos obstinadamente á la marcha por el gobierno emprendida,
sino que le hemos pedido llegar cuanto an!es al terreno de la ley y
á las condiciones del gobierno representativo en toda su pureza,
que ha sido y será siempre la mas bella ilusion de nuestra vida po-
litiea.»




DIL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 1'15


IIl.


El día S de mayo, despues de muchas combinaciones y cambios,
conferencias y promesas y dudas, llegó á constituirse un ministerio,
de aquellos que pedian Jos moderados inteligentcs, un ministerio de
fuerza, un ministerio á caballo, un ministerio dispuesto á hollar las
Jeyes y á convertir en sistema la arbitrariedad, un ministerio pura-
mente moderado, compuesto de los seliores Narvaez, Mon, Pidal,
Pezuela, A.rmero y Mayans, que desempeliarian respectivamente las
carteras de Guerra y presidencia, Hacienda. Gobernacion, Estado,
lUarica y Gracia y Justicia.


Habia pasado el periodo de transicion. Era llegado el momento
de consolidar algo.


El general Narvaez que se guia pasQ á paso todas las fases de
aquella evo~ucion anti-revolucionaria, habia creido que era la opor-
tunidad para presentarse en escena de una manera solemne.


AJgun descontento pudo producir en las filas del gran partido
conservador la combinacion que venia á sustituir al folletinista del
Guirigay.


Pero los pariódicos decían y aseguraban que no era ocasion pro-
picia para que entrasen medianias, sino que debia constituirse un
poder que hiciera temblar á la revolucion, á los enemigos de la mo-
narquia.


Es decir, un ministerio de generalotes que pudieran imponer su
voluntad á la niña, y en no:nbre de ella explotar al pueblo, en be-
neficio de 1!1 cofradía moderada.


A. este fin ninguno mas autorizado, ninguno mas á propósito que
aquel e::nigrado, como decia el Heraldo, que en veinte dias de cam-
pana supo dar el golpe de gracia, á pesar de los recursoscon que
contaba al general Espartero.


j Vaya unas ilusiones que se hacen los generales cuando se ven
empinados á los aItos puestos! En su modestia creen debérselo todo
á sí propios, y olvidan y desdeñan y miran con desprecio al pueblo
que los levanta. Al pueblo á quien prometen montes de oro; á quien
seducen con halagüeñas frases; á quien presentan programas fasci-
nadores para conseguir su apoyo, y á quien ametraUan.despues si
exige el cumplimiento de esas promesas, de esos programas.




j76 HISTORIA DIL RIIlUDO


IV.


Gonzalez Bravo se resignó á trocar su alto papel diplomático con
un puesto humilde en la escala de las relaciones exteriores.


De ministro de Estado; de director de la gran politica general
descendió á representante de Espana en Portugal; p6rO tuvo la hon-
ra de hacer grandes cosas.


Reconcilió á la familia real, la armonizó, trajo á la reina viuda,
que acababa de parir en la capital de Francia aliado de sus bijas,
para que presidiese el órden escandaloso que reinaba en el alcázar
de Madrid, y con esto halló gracia ante la ofendida Cristina que pudo
bacerle colgar de los balcones de palacio si él no hubiera comprado,
vendiendo á sus amigos mas intimos, su perdono


Gonzalez Bravo huia de su conciencia y de sus enemigos, y su
eaida l.e llevó como á Olózaga, pero con menos dignidad, á. la mis-
ma corte de Lisboa.


Mientras todos estos planes se fraguaban, Cayo Muro, cuñado de
Zurbano, perseguido por haber sido uno de los oficiales que se ne-
garon en 1841 á tomar parte en favor de Cristina; Cayo Muro se
vió precisado á arrojarse á la montaña seguido de unos cuantos pa ...


. triotas.
Lús periódicos progresistas fueron siguiendo el ejemplo del Eco,


y en primeros del mes de mayo sabia ya tres en campaña en ~Ia­
drid: el Eco, el Espectador y el Clamor púhlico.


Podfase vislumbrar aSÍ, que en breve iba á decidirse la euestion
planteada.


El Clamor inauguró sus tareas en un dia que debia llegar á ser
célebre, y sangriento el 7 de mayo.


Hacia un ligero resúmen de la vida ministerial del gabinete que
acababa de caer, y despues de enumerarlos horroras"las arbitrarie-
dades, lo misterioso de su elevacion y de su caida, condensaba, di-
gámoslo aSÍ, en estas palabras toda la historia política de aquel
período destinado á reproducirse durante muchoS:anos con ligeras
variaciones.


«Perseguidos por el clamor de su eoooiencia, un horizonte oscuro
y tempestuoso se les descubre si dirigen la vista hácia el porve-
nir, y un l.go de sangre se les presenta si vuelven los ojos á lo pa-
sado.




DEL ULTIMO BORBON DE ESP.tÑA. 477
»ta situacion que crearon en medio de un vértigo deplorable, ha


sido tan ilegal como extraordinaria. Por un fenómeno nuevo en los
anales de los gobiernos representativos, mientras la Constitucion
esfaba suspensa, cerradas las cortes, abolidas las garantías indivi-
duales, todo el juego de la máquina política se babia trasladado á
la Bolsa, donde empellada la lucha de los partidos en el campo de
las operaciones bursátiles, la vida ó ]a muerte del gabinete Gonza-
lez Bravo estaba pendiente de la alza ó de la baja, ó del barómetro
que arrojase la cotizacion del día. Alli acudian las gentes presuro-
sas á contemplar aquel nuevo génerc de debate, y segun .la espe-
ranza mas ó menos fundada de una ganancia segura, unos se de-
claraban á favor, otros en contra de Jos principales contendientes, á
cuyas manos parecia entregada la suerte del gobierno. Constituida
la Bolsa en una especie de congreso mercantil, los cálculos del in-
terés influian en la direccion dejos negocios públicos, y en ]a reso-
lucion de las mas importantes cuestiones polftic8S. Lleno de sorpre-
sa y asombro, el público presenciaba la lucha, y muchos hombres
del partido dominante manifestándose avergonzados, reprobaban se-
mejante escándalo.»


v.


Por una de esas extrallas anomalias que no tendrian explicacion
sino fuesen tan comunes, el ministerio Narvaez, de fuerza y de em-
puje, al llegar al poder levantó el estado de sitio.


Aquel ministerio, urdido en las sombras de la noche, levantado
sin saber cómo ni por qué, contra toda práctica, contra toda teoria
constitucional, era un anacronismo, y nadie podia conjeturar lo que
representaba.


Aquella nUla que jugaba á las reinas como otras jugaban á las
mulíecas, no podia comprender ni darse cuenta de los acontecimien-
tos politicos, cosa entonces muy difícil para todos, y mucho mas para
una nilla que no babia sido educada con gran esmero, por mas que
no neguemos las buenas intenciones de su tutor.


¿Por qué habia caído el hombre fatalmente necesario á los intri-
gantes en aquellos momentos'!


¿Quién habia indicado la manera de reemplazarle?
TOMO 11. 61




4.78 HISTORIA DEL RIINADO
¿Qué política quedaba condenada, qué actos era pre~iso reformar,


qué nuevas necesidades se habian hecho sentir?
¿Dónde estaba la prensa, dond3 las cortes, dónde las manifesta-


ciones populares para servir de brújula en medio de la borrasca't
Cuando el ministerio habia quedado triunfante de las sediciones;


cuando comenzaba á desenvolver y ofreciendo dar cuenta á. las cor-
tes un s~stema poHtico; cuando bajo la responsabibidad iba ensan-
chando la vida y parecia vigoroso, entonces de la noche á la mana-
na se descompuso, se deshizo de:mpareciendo.


¿Dónde se inspiró Isabel Jlara decidir si convenia ó no aceptar )8
dimision de un hombre que tenia el deber de presentarse al parla-
mento, donde habia nacido á dar cuelita de su conducta?


¿Dónde halló la jóven reina las noticias, los datos que necesitaba
para reemplazar á aquel ministerio? ¿En los brazos de algnn aman-
te ó en el cariiioso regazo de su madre?


En cualquiera de los dos casos, la teoria constitucional quedaba
por tierra, sustituida por las veleidades de una nitia declarada mujer
contra todas las razones legales y políticas. Y no podian alegar ig-
norancia los hombres de la época, los politicos, los que llamándose
liberales podian aspirar á cercenar mas ó menos los derechos del
pueblo; pero tenian interés en que se conservase la rorma, la apa-


. riencia y que DO pudiese alguDo explotar contra enos aquello mis-
mo que les podía servir á. ellos de €s~abel.


Algunos afios mas tarde cuando el general Narvaez representaba
la oposbion Jiberal, y subian patrocinados por los escolapios y los
obispos, ministerios relámpagos y ministerios decidiJos á cambiar
las instituciones, pudo convencerse del peligro que hay en manejar
armas de dos filos.


y decimrs que no podian {llegar ignorancia. porque ya entonces
sabian, segun el:08, el precedente de que un hombre audaz pudie-
se arrancar un decreto ó una firma de aquella desdichada mujer (U).


VI.


Toda la punsa progresista juzgaba al nuevo ministerio bajo un
punto de vIsta esencialmente conservador, aceptando sus declara-
ciones, especialmente la que se referia al levantamiento del estado de
sitio.




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑ.l.. 479
y el Espectador declaraba que se complacia al ver admitido •


Mayans en el nuevo ministerio, porque llevaba asi la solidaridad de
(lS actos arbitrarios, de las ilegalidades por aquel eometi¡;]as al seno
del partido conservador, que decia rechazar toda complicirlad y pro~
testaba contra los atropellos é infamias cometidas: y ~l Eco indicaba
que las palabras porque han cesado las causas que le dieron motivo,
venian á ser el reconocimiento de la marcha y de las doctrinas del
ministerio Gonzalez Bravo.


Los primeros dias del ministerio Narvaez corrieron tranquilos, y
parecía como si se inaugurase UDa época de legalidad y de justicia.


Entre los grandes dasafu ~ros de la almioistracioa caida figuraba la
devolucion de sus bienes á don Manue! Godoy, el antiguo favorito
de ~Iaria Luisa. Importaba este negocio mas de cien millones y por
desgracia traia una gran perturbacion, puesto que los dichos bie-
Des se hallaban repartidos desde que se habia decretado el se-
cuestro. Pero don Manuel Gnnzalez Bravo, que acababa de obtener
su jubilacion para cobrarla en la Habana, era subsecretario de Ha- .
cienda, y habria intervenido en aquel asunto como en otros sesenta
y nueve contratos firmados á última hora por el señor Cari'asco, sin
oir á los jefes de Hacienda ni á niuguna persona autorizada, á pe-
sar de que llevaban la nota de acordado en COllst:jo de ministros.


No fué esa la única jubilacion, la única cesantía acordada. Las
Gacelas no explicaban b~en la marcha política del nuevo ministerio,
pero llenaban sus columnas con ascensos, grados, traslaciones y re·
compensas al partido dominante; mientras que se sumia en la mi-
seria y Sd postergaba á funcionarios beneméritos que habian cum-
plido bien y lealmente sus deberes encaneciendo al servicio del Es-
tado.


Despues de sesenta y cuatro dias de incomunicacion y de algunos
mas de cárcel, fué puesto en libertad el diputado Madoz que con los
otros que habian ya salido, ó DO habian sido encontrados se vió vfc~
tima de una delacion de la policia en que se aseguraba que existia
en Madrid Ulla Junta compuesta de !lO personas, cuyo objeto era
sublevar las provincias y cuyos esfuerzos habian logrado ya la in-
surreccion en Alir.ante y Cartagena. Los tribunales pidieron el nom-
bre de los ageotes y su presentacion para declarar con las personas
de quienes habian sabi10 el hecho can los pormenores referidos. El
jefe polHico se negó con pretexto de que eran agentes secretos y que
revelando sus nombres se comprometia la institucion.




480 BlSTORIA DlL R1INADO


VII.


La primera cuestion, a)gun tanto grave, que se suscitó por aquellos
días, fué SiD duda la referente al matrimonio de Isabel.


Circulaban rumores alarmantes respecto áeste hecho, suponiendo
algunos que debia verificarse con un hijo de don Carlos; mientras
que otro~ suponían que estaba ya dispuesto con el conde de Trápa-
ni, hermano de Cristina.


Se suponia que debia adelantarse el viaje de banos, y que lIe-
garian á Barcelona al mismo tiempo el príncipe de Siracusa y el
conde de Trápani.


I..a Gacela desmintió el primer proyecto, y Jos periódicos liberales
recordaron que era preciso un permiso especial de las cortes y que
debían observarse en punto tan grave las prescripciones delart. 48
de la Constitueion.


Las elecciones de Madrid habian quedado aplazadas, y las listas
electorales sufrían modificaciones y mudanzas tales, que era de te-
mer un atentado escandaloso contra la libertad.


La Junta directiva de elecciones del partido liberal reclamó con-
. tra aquellos amanos.




CAPiTULO LVtl.


SUMARIO.


lnaccion del gobierno.-Retraimiento de los progresistas en las eleccione!l municipa- .
les.-Salida de la corte para Rarcelona.-Ambicion y orgullo de Narvaez.-Frac-
ciones en que se dividia el partido moderado.-Polémica periodística, y cuestio-
nes en que se ocupaba.-Horrores del Maestrazgo.-Política palaciega escandalosa.


1.


Nadie podia comprender cuáles eran los propósitos de aquel mi-
nisterio que permanecía eo ]a inaecioo mas absoluta sin derogar 108
decretos y disposiciones arbitrarias de su antecesor, y del cual de-
cian sus órganos au torizados que estaba dispuesto á sostener ]a io-
tegridad constitucional, volviendo su prestigio al sistema represen-
tativo.


Con todo esto, El Heraldo que parecia dispuesto á sostener á todo
trance al nuevo ministerio, defendia los actos de la pasada adminis·
tracion, ]a disolucion de la milicia, la creacion de la guardia civil,
las mordazas para la imprenta.


y El Clamor sostuvo la polémica pidiendo que se entrara de una
vez en el órden abandonando aquella continua y flagrante infraccion
de leyes que parecia formar el único dogma del partido conser-
vador.


El Eco quiso recordar al general Narvaez las solemnes promesas




48! HISTORIA. DEL REINADO
hechas en Valencia cuando decia venir á defender la libertad y las
leyes. y concluía con estas palabras:


«¡General! No hace mucho que dirigfamos avisos cordiales á otro
soldado valiente y célebre, avieos de verdad y de espai'iolisClo: celo-
sos nosotros por nuestras doctrinas liberales, creiamos que el genio
de la lisonja se los ocultaba. ¡A.h! No quiso creernos, y todos llora·
mos á la par momentos de error é imprevision. No las desprecieis,
si amais á vuestra patria, no sea que segunda vez lloremos tardios
arrepentimientos ...


»Ofrecisteis ser el baluarte de la libertad y el escudo de la real
huérfana, no olvideis vuestra oferla del !27 de junio de 18i3, por-
que su olvido ó falta de cumplimiento pudieran ser amargos para
vos. para el trono y para la nacion espai'iola ... »


Pero en el mismo día en que comenzaban las elecciones munici-
pales de Madrid y puesto que no se habia hecho caso de sus recla-
maciones, el comité electoral protestaba la nulidad de las elecciones
visto que las listas habian sido arregladas al capricho de los gober-
nantes.


y como si esto no bastase para alcanzar el triunfo, COniO si la
sorpresa no se creye:-e completa garan!ía, Jos agentes de policía in-
vadieron desde las primeras horas los colegios electoralrs llevando á


. los electores improvisados á votar, mientras que quedaban privados
de este derecb~ los verdaderos electores. Esto hizo retraer por como
pleto de la lucha al partido progresista.


11.


Ese dia tambien fué el senalado para la salida de Isabel y su fa-
milia á Barcelona, sin haber sido anunciado este viaje por los pe-
riódicos oficiales. Parecia que habia temores del pueblo de Madrid;
parecia que el gobierno no se hallaba tranquilo respecto á la situa-
cion, y que veia en )a actitud pasiva y dolorosa de los ciudadanos
una queja, UDa acusacion tremenda contra sus actos y su conducta.


En veinte dias aquel hombre enérgico, activo y emprendedor, que
segun El Heraldo habia por su único esfuerzo y potente voluntad
echado por tierra á la Regencia; aquel general que sin amigos, sin
prestigio en el ejército, puesto que faltaba de Espai'ia hacia seis alios,
habia sido bastante para improvisar una plantilla general arrojando




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 483
de las filas á todos los liberales para admitir en ellas á los que ha-
bian sostenido la guerra contra Isabel, no se habia atrevido á plan-
tear un sistema de gobierno, á iniciarle siquiera, y salia como aver-
gonzado, como fugitivo de la capital de la monarquía para buscar
acaso en otros sitios la entereza y el valor que en ella le Caltaban.


y es que el partido conservador, el partido parlamentario no po-
dia ver con sangre fria como se intrnsaban nuevos elementos, per-
sonalidades desconocidas, cnando habia agentes antiguos y proba-
dos que tenian dadas muestras y pruebas en épocas de J!eligro.


y es que en el seno del partido conservador buUian las ambicio-
nes, y todos se creían capaces de dirigir un ministerio, de ocupar
una embajada.


y aparecian por aquí y por allá conatos de resistencia y oposi-
cion á la oligarquía militar.


y habia una fraccion importante que constituia disidencia.
y Narvaez se hallaba decidido, ante todo y sobre todo, á ser el


eje principal del moderantismo, el hombre necesario, el organiza- .
dor, el conreccionador de las leyes I el alma del reinado de Isabel.


Para eso habia estudiado durante seis años seguidos las evolucio-
nes de la escuela doctrinaria francesa; para eso habia vivido en con-
tacto continuo con Luis Felipe y sus mmistros; para eso habia asis-
tido á las reuniones, á los clubs, á Jos conciliábulos de Cristina
preparando el gran alzamiento contra Espartero; para eso habia he-
cho UDa camparía que empezaba en la babia de Valencia con una
humilde peticion para poder entrar en territorio espanol, y concluia
en la capitanía general de ~Iadrid, mandando con despótico fuero el
desarme de los valientes que habian defendido la capital contra las
huestes de don Carlos; para eso habia mantenido contra su volun-
tad el ministerio Lopez en las regiones del poder dictando las me-
didas mas arbitrarias, mas hostiles, mas reaccionarias contra las li-
bertades públicas; para eso cuando reunidas las cortas fué ya im-
posible sostener ese enga1ío, porque no era fácil dominar la voluntad
de todos los diputados, ni intimidarlos, y era aun peligroso descubrir
los planes que abrigaba, preparó la celada en que se vió eevueIto
Olózaga; para eso, en fin, tuvo la habilidad de escoger entre los far-
san tes y am b!ciosos que podian servir á sus cálculos al jóven folle-
tinista del Guirigay.


Ese era Narvaez: esos eran los titulos que tenia á la considera-
cion de las gentes palaciegas y alodio de los amantes de la libertad.




48i HITORIA DEL RE{NADO.
Renegado tambien, pero renegado antiguo, sabia recordar en cier-


tas ocasiones los servicios prestados á la causa del pueblo, servicios
que eran bien escasos si se habian de comparar con los que por cir-
cunstancias especiales se habia hallado en el caso de hacer á Cris-
tina que desde muy atrás habia fijado en él sus esperanzas para re-
constituir el poder absoluto de la monarquía.


111.


El partido moderado encerraba entonces dos grandes fracciones.
Una de ellas quería conservar la autoridad parlamentaria. Celosa
del poder real, temiendo sus arranques quería constituir una espe-
cie de oligarquía que dominase al pueblo y al rey dando participa-
cion hasta cierto punto á )a clase media rica y privilegiada.


Otra parte de esa fraccion constitucional pretendía dar ciertas ga-
rantías á las municipalidades, y llegaba hasta aceptar la Constitu-
cion vigente.


Pero al propio tiempo y constituyendo la parte batalladora del
partido moderado habian hecho_su entrada muchas notabilidades del
legitimismo, y formaban ya cuerpo en él muchos de los que se ba-
.tieron á las órdenes de VilIareal ó de Cabrera.


En la emigracion, lejos de aprender á ser tolerantes, lejos de es-
tudiar la marcha de los sucesos, lejos de llegar á reconocer que la
revolucion es inevitable, potente, incontrastable, y que los partidos
medios deben allanar el camino, preparar la opinion, meditar pru-
dentes reformas que conduzcan Gin escándalo ni ruido, sin grandes
alteraciones, siD sangre y sin vaivenes al desenvolvimiento natural
de las instituciones nuevas, á la caida de las que ya son incompa-
tibles de todo punto con el espiritu de la época; lejos de inspirarse
en la ciencia y en la experiencia, habian procurado conspirar para
llevar á cabo sus proyectos y conseguir un triunfo rápido, convir-
tiendo á sus adversarios en parias, y confundiendo en comun ana-
tema á la revolucion radical y á los que simplemente eran un par-
tido medio que llevaba algo mas allá la emancipacion de la clase
media.


y envueltos ee ese error que mas que á nadie debia series á ellos
funesto, puesto que les privaba de gobernar durante aIgun tiempo
pacífica y tranquilamente guardando con exactitud rigorosa las fór-




DEL ÚLTnIO BORDON DE ESPAÑA. 485
mulas constitucionales y preparando las prácticas de la libertad ab-
soluta, qua debia tenerles en continuo desasosiego, en lucha ruda
con la revolncion, los moderados venian á anticipar la hora de la
caida del trono y de la monarquía.


Sacrificando el mallaDa por los goces de hoy, han seguido la con·
ducta de aquel que mató la gallina que ponia los huevos de oro.


IV.


A. haber durado mas tiempo la crisis ministerial, hubiese apare·
cido á la vista de todos la honda y profunda division que existia en-
tre los antagónicos y repulsivos elementos de lo que llamaban el
gran partido (;onservador parlamentario.


Narvaez, que tenia en su maDO los hilos de aquel vasto telar don-
de se urdian las intrigas palaciegas, aceleró el movimieoto, y las
distancias se ~acortaron resultando aquel conjunto ministerial que
hemos dado á conocer.


El Eco, con una candidez pueril ciertamente, viendo venir tras
el silencio sepulcral de los ministros un gran golpe extraparlamen-
tario, porque parecía difícil que el gobierno se atreviera á reunir
aquellas cortes que habian sido tan imprudentemente escarnecidas
y despreciadas por la Reina y por el gobierno, toda vez que tenién-
dolas vivas, no habiendo querido proceder á su disolucion se legis-
laba sin ellás y se violaba con cinismo la ley fundamental; el Eco
del Comercz'o, decimos, preguntaba á todos los partidos sin distio-
CiOD de matices y á todos los publicistas nacionales y extranjeros,
«si podrán llamarse Corles espafiolas, y representarán )a verdadera
J genuina expresion del pais, los que ocupen los escafios legislati-
vos por una eleccion ficticia en que no puede Juchar ni depositar
sus sufragios un partido numeroso, merced á la proscripcion que
sofre y á la organizada persecucion de que es victima~»


A. esta pregunta conteslaba el C{utellano, y despues de hacerse
cargo el Heraldo de la replica añadia por su parte: «El partido con·
servador 00 tuvo la libertad necesaria para depositar sus surragios
en las urnas de dond~ debia salir una nueva Constitueion para su
prlria; y si de.spues leal y generoso aceptó como suya, por ser aco-
modada ásus priocipios, la obra de sus contrarios, no por ego es
menos cierto que la violencia de estos le habia excluido de las vota-


TOMO U. 62




.ti6 mSTOIUA DE~ REINAD/}
cianes. El reconocimiento noble y sincero que J08 jefes de aquel par-
tido hicieron de la Constitueion de 1837, Y la lealtad con que des-
pues lo han cumplido, debieron enseñar al periódico progresista
cómo se concilian en los buenos patricios las aficiones de partido
con los altos deberes de la legalidad y con el saludable respeto que
;nspiran Jos poderes constitucionales del Estado.»


v.


En el tiempo que desempeftó el ministerio de Hacienda don Rufi·
DO Carrasco, Ó sean cuatro meses y diez y nueve días, se au mentó la
deuda en SU millones, quedando hipotecadas al pago de esa can-
tidad todas las rentas atrasadas y corrientes de la Península y Ul-
tramar.


Para llegar á tan desastroso déficit celebró el hábil hacendista 51
contratos de anticipacion de fondos, en los que se comprometía el
contratista á dar la mitad en dinero ó pagarés y la otra mitad en
papel. .


Al principio consistia ese papel en certificaciones de la deuda Do-
tante que en plaza hallaban curso al cambio de 45 á 48, Y despues


. de consumado el contrato se permitió canjearlas por eupones que
perdían del 78 á 80, sufriendo la Hacienda un quebranto de 3! á 35
por 100. Los pagarés que recibia el Tesoro, no llevaban general-
monte feeha del vencimiento, sufriendo asi mayor ó menor descuen-
to segun el crédito de Ja firma del librador .


Hechos tan escandalosos DO necesitan mas que su enunciacion, y
dibujan perfectamente lodo un sistema.


La prensa hacia oolonces una exposicion r¡pida de los desafue-
ros oometidos por el anterior gabinete y sus agentes.


En BaroeJona el baron de Meer habia hecho sufrir tormentos in-
decibles á JOB desgraciados que gemian en )a Ciudadela, y se refería
que el coronal Gurrea, herido, habia sido encerrado enlun, calabozo
inmundo por haberse declarado contralista, y no ha!k> medio en cua-
tro meses para conseguir que se le trasladase al Hospital ó se Je hi·
oiese visitar por un médico hasta el momento en que estaba ago-
nizando.


En Zaragoza el general Breton enmendaba á su capricho las
selÑencias de la eomision militar.




DEL ULTBlO B(lRBOM DI ESU"!. 48'7
Hubo afguno que por un brindis pronunciado en una reunion


campestre fué condenado á diez anos de presidio. Y en uBó de los
Boletines podía leerse que ejeroia la prerogativa de indulto conmu-
tando la pena de muerte por la de diez anos á presidio á dos des-
graciados que buscaban la ConstitucioD con una 1 uz por las plazas
y no pudieron hallarla, segun su deo}araoioD.


Comenzaba tambien la prensa de la situacion á tratar la ouestion
de los bienes nacionales y de la eontribucion del clero. Se insinua-
ba que debian suspenderse las ventas, que era urgente dotar deco-
rosamente á la elerigalJa, pero no oon una eontribucion especial
que era de dificil cobro. Y es*o }o deciaD Jos que siempre pretendie-
ron que el pueblo era eminentemente católico. No es posible con-
ciliar que en un pais donde tanto se pregonaba la religiosidad, no se
hallaran fondos voluntariamente para mantener el eulto y los minis-
tras de esa religioo que oon taoto earilo profesaban.


VI.


El gobierno trasladaba la corte á Barcelona en ocasion bien poco
propicia por cierto.


Los recientes desastres, la agilacion continua, los estragos de la
artilkria, J como conseouencia de todo la incertidumbre en los áni-
mos, la paralizacion de los negocios, la falta de trabajo, la miseria
y el hambre formaban un cuadro sombrio y se respiraba alU Una
atmósfera pestiJeneial. Sobre todo esto, la pesadumbre inmensa del
estado de sitio que aun cuando DO exisUa formalmente declarado era
para el baron de Meer la única ley, el código exislente, venia á
anadir mas sombras al negro horizonle.


y Cataluna necesitaba, ante todo, órden y libertad; y Catalula
necesitaba trabajo, porque aquella industriosa pobJacion está habi-
tuada á vivir de otra manera que los holgazanes que piden al presu-
puesto el pan de su familia. Y en vez 00 esto, se anunoiaba nu.e-
vamente el reinado del terror un momento suspendido por causas
desconocidas.


Por UDO de eaos incidentes que debiao reprodueirse á cada mo-
mento en UDa situaoion tan anómola, Mon y Pidal estuvieroD á
punto th ser reemplazados por 00 querer prestarse á ciertas exi-
gencias.




¡88 HISTORIA DEL REiNADO
La sitoaeion parecía pues próxima á entrar Je lleno otra vez en


el sistema del terror; bien que los bandos de las autoridades y su
conducta en muchos puntos no habían dado tregua á horribles es-
cenas.


En el Maestrazgo. apenas acabados Jos sucesos de Alicante, Ron·
cali secundado admirablemente por VilJalonga, emprendieron una
campana sin tregua ni cuartel, fusilando en veinte y tantos dias
ochenta y tantos ó cien carlistas que podrian ser muy criminales,
pero que es seguro hubieran hallado otros castigos en los tribuna-
les ordinarios. No porque fueran carlistas, no porque defendieran un
sistema rancio y mas propio de otras épocas que de un momento en
qUd la civilizacion penetraba ya en España desterrando abusos, de-
bian ser tratados con tal inhumanidad. Si ]08 jefes, si Jos incitado-
res obcecados podian sufrir mas rigor, la verdad es que las ejecu-
ciones en masa no se justifican sino en momentos sumamente criti-
eos, y no producen efecto alguno tales atropellos y crueldades.


VII.


Por entonces se díó un decreto elevando á don Fernando MufIoz,
. residente en París, á la clase de Grande de Espafta con la denomi-


nacíon de duque de Rianzares. Y ese sugeto, antiguo guardia de
Corps, no era otro que el padrastro de Isabel, el padre de los hijos
de Cristina, cuya legitimidad iba á establecerse mediante un matri-
monio morganático, sin que porenlonces se declarase este secreto,
porque convenia aun mantener la tutela en manos de la que se lla-
maba Reina viuda.


y convenia asi, porque era preciso satisfacer las ambiciones de
aquella mujer á trueque de poder dominar en palacio, cbjeto pri-
mero que se proponían los conservadores.


y con venia asi porque era preciso mantener en palacio la auto-
ridad de Narvaez y comparsa, para lo cual se halagaban, proporcio-
nando placeres de todos géneros, los instintos sensuales de la
hija y de la madre.


Tal habia sido el secreto de la dominacion moderada que durante
muchos aftos habia presenciado sin murmurar repugnantes esce-
nas, enterándose é interviniendo en actos que aun de la vida pri-
vada afectaban bastante los intereses del pais y de la libertad.




DIL ULTIIIO BORBON DB BSPAÑA.. i89
En esos escándalos que el part¡do progresista no babia podido


eontemplar impasible,radicaba lambien la causa del alejamiento en
que se veia de las regiones oficiales.


Yen esos amoríos de campamento, en esas intrigas galantes, ha-
bia aprendido la pobre Isabel á despertar prematuramente vergon-
zosos vieios.


y si como nifta no mereeen sus extravios de aquella época, que
comenzaron bajo los auspicios del jefe de la policía, con un ministro
bonito, la severa. censura que merecieran en UDa jóven bien edu-
cada, los que permitieron la continuacion del escándalo y su re-
peticion, y ella cuando mujer, son dignos de que la historia eonsigne
ese reinado eon unos calificativos que no nos atrevemos á estampar
aqui.




CAPITULO LVHt·


SUMARIO.


El elemento ahsolutista en el poder. -Reflexiones sobre el constitucionalismo.-In-
gratitud de los moderados.-Su odio y sed de venganza contra los verdaderos
liberales.


1.


El viaje de la corte á Barcelona encerraba sin duda un objeto
político. Era por de pronto favorable al ministerio para excusar su
falta de actividad, su absol u la inaccion.


Habia aceptado el poder á beneficio de inventario; aceptaba todo
lo hecho por su antecesor; pero queriendo rehuir la responsabili-
dad y odiosidad de esos actos, hacia explicar por medio de sus ór-
ganos, que no era propio de hombres de gobierno deshacer en una
hora y precipitadamente lo que otro gobierno anterior hubiese es-
tablecido.


Entre los mas activos y considerados absolutistas que habían
aceptado, sin embargo, desde luego á la hija de Fernando como
reiDa legitima, figuraban los PezueJas. Y como se trataba de orga-
nizar un ministerio y los realistas habian auxiliado poderosamente á
Narvaez en su tarea de destruir cuanto oliese á liberal, forzoso era
dar parlicipacion la Jos absolutistas en una combinacion parJamen-




DII. ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 491
taria. El marqués de Vi/urna fué elegido ministro de Estado, aun-
que permanecia á la sazon en el extranjero.


Muchos dias transcurrieron sin que el gabinete pudiera decirse
completo, porque el ministro de Estado no respondia. HaIlábase
vacilante é indeciso sin duda, consultando á sus amigos si le era
permitido ingresar en un ministerio donde habia algunos que toda-
vía no se avergonzaban de llamarse monárquico-constitucionales;
que habian adoptado el titulo de parlamentarios.


El telégrafo habló, y Viluma entró á hacer comparífa á Mayans,
Narvaez, y tutti contente.


En las primeras entrevistas, comenzó á marcarse la incompatibi-
1idad entre los liberales Moo y Pidal y el elemento nobiliario feudal
que se habia asociado á aquella situacion.


La prensa, claro está, en uso de la libertad y de las prácticas
constitucinnales vino á tomar parte en la cuestion debatitndo acerca
,de las futuras eventualidades. Y en un periódico progresista se leja
lo siguiente:


«La retirada de algunos de los ministros seria una crisis poHtica,
porque su desacuerdo (segun se asegura) no recae en puntos ad-
ministrativos, sino en cuestiones que afectan á la esencia de la
ConstitucioD jurada por los ministros y por la reina doña Isabel JI;
porque no se disp!lta sobre el uso de las prerogativas constituciona-
les, sino sobre las mistJlas prerogativas; porque no se cuestiona so-
bre el dia que deben ser las Cortes disueltas y convocadas otras
nuevas, smo sobre si habrá Corles en virtud de qué ley, g con ar-
reglo á qué sistema; porque no se dividen los pareceres de los iodi-
viduos del gabinete respecto á los medios de gobernar en conformi-
dad al cMigo de t 837, sino sobre si dehe ser aholido ó reformado
este mismo Código.


»Tal es la sig'llificaeion de las palabras del Gloho, tales son los ru-
mores que correo con grao crédito, y que desearíamos v.er desmen-
tidos por el periódico oficial. No somos nosotros los que ahora es-
parcimos la alarma: no somos nosotros los que damos pábulo é in-
centivo á la profunda agitacion qt;e reina en todos los ánimos. Es
Un periódioo conservador, órgano reconocido do algunos de los mi-
nistros, que aunque envuelto en reticencias y en frases estudiadas y
condicionales, advierte á. la nacion entera que se fraguan planes
contrn sus instituciones- politicas, contra la Constitucion que se diera
en uso de su soberanía, y sobre la que nadie pondria una mano te-
meraria sin cometer el atroz delito de perjurio 11 de traicion.»




- ti! HI~TORIA DEL IlIÜNADO


n.


El partido moderado recomienda que el poder sea estable y per-
manente, que no esté sujeto á fáciles y caprichosas mudanzas, que
ténga fuerza propia para poder desenvoh-er un sistema.


Esto bajo el pretexto de órden sirve para ocultar la dictadura y
la omnipotencia gubernamental.


Las discusiones en las asambleas paréce'lle al bando conserva-
dor inútiles y peligrosas. Condena la revolucion p:>r creer que per-
turba constantemente la marcha produciendo repetidos cambios y
crisis ministeriales, y no observa que en las antesalas de los pala-
cios y en las cábalas é intrigas de las pandillas existe una causa
mas permanente de perturbacion é ¡nstabilidad que en el juego re-
gular y corriente de las instituciones libres.


Cuando los ministerios se forman por la agrupacion de entidad9s
poHticas que vienen de distintos campos, que traen compromisos
de realizar ciertos actos en ventaja y satisfaccion de inlereses espe-
ciales. se establece una lucha en el seno de la corporacion, y rada
cual pretende el triunfo de su opinion, lográndose á lo sumo que
aplazando cada uno su objeto marche por via de transaccion sin re·
soher nada la máquina gubernamental.


Pero llega un momento en que es preciso obrar, márcanse en ...
tonces las disidenc:as, la crisis sobreviene y Jos ministerios se sa-
cuden unos á otroS', y las situaciones se modifican y entra el ba-
rullo y el descrédito y la ruina y el desprestigio, quedando el pueblo
obsorto al contemplar, lo que le parece ridiculo, lo que no puede
explicarse; )0 que no llega á conocer porque no está en las interio-
ridades de esas intrigas que se sacuden y se agitan por satisfacer
ambiciones mezquinas, no por realizar el bien ni la ventura de la
patria.


En tales situaciones todo es misterio, y la multitud queda ale-
jada de los planes que resuelven en altas regiones los intereses baso
tardos.


La crisis que ahora se producia cerrado el parlamento venia á
demostrar lo que acabamos de decir.


El ministerio' se habia constituido en una situacion aDormal y por




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑl. 493
otra crisis tan injustificada; y los hombres que se llamaban de ór-
den y de legalidad aplaudian aun.


Dé aqui algunas consideraciones que hace el Clamor público co-
mentando algunas frases de un Organo conservador.


«Atribliyese por algunas personas crédulas, mal intencionadas ó
previsoras la salrdtJ de los ministros para Barcelona, á que desde la
corte se les ha indicado el pensamiento de organi::ar el paú, como
empezó á hacerlo el anterior gabirete por medio de decretos!J de sus-
titut'r á la ley fundamental vigente con otra Constitucion menos de-
mocrática. Acerca de estos rumores discurre nuestro colega con
bastante circun3peccion, pero de una manera que revela su inquie-
tud, y descubre sus recelos. Nosotros que ocupamos una situacion
mas desembarazada en el campo de la discusion y de la controver-
sIa, no vacilamos ell creer que el pensamiento de destruir el edificio
consaucional existe, y que si hoy naufraga no será por falta de vo-
luntad, sino por temor ó por impotencia. El fundamento de nuestra
opinion estriba en los hechos que todos hemos presenciado, en el .
sistema de terror y de sangre emprendido con tanta alevosía desde
la inauguracion del reinado de Isabel 11, y en el emperiocon que
procuran ciertos hombres destruir los elementos de defensa y con-
servacion que tenian las instituciones, precisamente cuando estaba
abocada la cuestioD del casamiento de nuestra reina, y debia fijarse
la suerte de los partidos extralegales, para obligarlos á desistir de
sus temerarias pretensiones, haciéndoles conocer que fuera de ]a
Conslitucion no hay gobierno posible en Espalla.»


UI.


Esas ficciones de los partidos constitucionales que quieren rodear
de mucha majestad y pompa al representante de la sociedad, con-
ducen fatal y necesariamente á peligrosos trances, porque creando
fuerzas por ambas partes, armando elementos contradictorios que
deben vivir en antagonismo perpetuo, DO es fácil, no es haeedero,
ni lógico que se establezca el equilibrio, sino que cada soberaDfa
pretende hacerse exclusiva.


De aqui que deseando evitar disgustos y desgracias; deseando
transigir y realizar poco á poco una evolucion, se llega á preparar


TOMO 11. 63




494, Blt;QJl1A DEL IUUNADO
grandes desastres y terribles luchas. Por eso continuando en suta-
rea proseguia as! el periódico que hemos citado:


«La \luchaestá 'Próxima, inminente, entre la libertad y el despo~
lismo. No hay que hacerse ilusiones: la situacion no consiente tér-
mino medio, porque ya·$e ~ban .pue.sto ,enpugn8 ahierta los .intere-
ses -y los ¡principios. ,Cadt1 soldado es preciso que elija&u ,balde,
,de,ermine su campo, busque sus aliados legitimos, y se pronuncie
á ,favor .001 ,bsollltismo con todas sus consecuencias, Ó se decidaJl6l'
)a·constitucion .coo todos·sus atributos.»


La armonia de los intereses sociales parece entonces como hoy di·
fícil de realizar; porque los partidos politicos que no comprenden ni
estudian el mecanismo social, giran en una órbita muy distante de
la que podria dar satisfaeeion á las imperiosas necesidades que se
sianlen.


y tan vagas y tan nebulosas y tan contradictorias .800 las teorías
de les reformadores progresistas, de los que proclamaban la 1000-
rania del ,pueblo .desde la oposicion., para falsearla é inutilizarla en
el poder, como los absurdos propósitos de los moderados que dan
al ,rey un papel activo como tutor y director de la política, dejando
de ser constitucionales y parlamentarios, ya que solo por las indi-
oacianes, por las discusiones del parlamento puede y debe guiarse •


. ohedeoiendo á la opinion pública que tambien S8 expresa po~ medio
ele ,los periódicos.


No podia ser, por lo tanto, por mas que el Clamor quisiera, tan
terrible la lucha, -ni tan importante para el triunfo de ]a libertad.


El pueblo, la revolucioD, nada habian de ganar con el triunfo de
los progresistas que acababan de ser juzgados en sus hombres mas
influyentes.


IV.


Espartero y Oló~aga y Lopez podian ser considerados como con-
densacion de tres grandes fracciones del partido progresista; y Es-
pantero, LQpez y Olózaga, habian sido juzgados y sentenciados sin
apelacioD.


Habian demostrado su nulidad, su incapacidad; habian ¡en ido
de juguete á sus adversarios;babian dividido hondamente y des-
truido por completo al partido progresista.




DIL ULTIMO BORBON DI ESPAi\A.


Al declarar mayor de edad á Isabel, sin oorregir antes en un sen-
tido restrictivo las prerogativas regias de la oonstitucion deli 31; el
partido progresista que habia. rodeado á Isabel da elementos reac-
cionarios, abdicaba su posicion. renunciaba al mando, y dejaba pa-
sar la oportunidad de realizar un gran pensamiento que podia Ila·
berle mantenido durante muchos aDos fuerte y robustecido.


y sin embargo, el partido progresista que debia reconocerse ya
impotente, y que en la divergencia de sus órganos revelaba que aun
quedaba profunda la division y el antagonismo de las ambiciones,
dirigia á sus contrarios acusaciones eomo estas:


«El gobierno de nuestros adversarios solo ha sido estéril para el
bien, fecundo' para el maL Su looa presuncioD, su obstinada porfía,
sus hipóeritas adulaciones á las clases que aspiraban á la devolu-
cion de sus injustos privilegios, su culpable conduela en el mando
yen la oposicion, no solo les impi1ió proporcionar beneficios á esta
desventurada Espana, sino que ha dado origen á las actuales exi-
gencias de los partidarios del absolutismo, que se abrigan en su se- .
nO', á las iniquidades que se han cometida eH nombre de la corona,
y al peligroso conflicto que amenaza envolvernos en otra guerra ci-
vil mas sangrienta, mas desastrosa que la que tuvo término en los
campos de Vergara.


»La devolucion de los bienes nacionales, el restablecimiento del
ditzmo", la restauracion de hls antiguas viaculaciones y mayorazgos,
y todas las trabas opresivas, y todos los privilegios aborrecidos, y
tooos los atributos del despotismo, son las reformas materiales y fos
bienes positivos con que la fraccion mas influyente del bando· que
hoy dispone del poder, piensa sin duda cumplir las promesas que
hizo á la nacion, coron3ndo con el escándalo sus hechos, el enga~
y la mentira. de sus palabras~»


v.


En el trabajo de renovacÍon de tos partidos, y mientras los ab-
solutistas se incrustaban en el bando! dominante, iba creciendo tam-
bien el partido revolucionario, que aceptaba todas las consecuencias
de la soberanfa nacional.


Esta agrupacion, que habia sido el núcleo principal levantado
contra Espartero, y que habia llegado i concebir al3unas esperan-




(96 mSTORU DEL REINADO
zas en las tendencias y actitud de la mayor parte de los miembros
de aquel ministerio, fué tambien el primer cuerpo de ejército des-
tacado para combatir á los reacci(\narios que se habían intrusado y
pretendian dominar y hacer suyo el triunfo del pais.


Por eso desde que la bandera de Junta central ondeó en Barce-
lona, y fué en medio para reunir á los verdaderos patriotas, el go·
bierno y las autoridades comenzaron una serie de persecuciones
contra los que mas ardorosamente se habían levantado para e!evarle
y sostenerle.


El partido republicano, verdadera vanguardia de la revolucion,
fué diezmado en todos los combates.


En Barcelona, como en Reus, como en Figueras y en Má1aga y
en Granada, fueron sus hombres proscritos y encarceJados, y se
vieron en emigracion.


¡Terrible perspectiva! Siempre la lucha, siempre 109 odios y las
acusaciones de todos.


El partido moderado excitaba en todos momentos á las autorida-
des para que de una vez extinguiesen el foco de la revolucioD, y pu-
sieran fuera de combate á los revo!cciollarios.


y ellos debían á la revolucion la situacioD que ocupahan; yel10s
habian sido revolucionarios. ¿Dónd<J estaba la consecuencia y la leal-
.tad? ¿Dónde la sinceridad y la buena fe~


El ministerio Lopez se hizo sin escrúpulo el agente protector del
moderantismo, persiguiendo á sus antiguos amigos.


Entre las direrentes causas incoadas, se siguió con empeno una á
los que formaban una tertulia patriótica que dirigia corresponden-
cia y circulares á las provincias para mantener viva la le en Jos
adeptos.


A esa sociedad pertenecia don Lorenzo Calvo y Matpo Calvo do
Rozas, y otros que fueron presos, dictándose en su causa el 8iguien-
te auto:


«Kn la apelaeion interpuesta por los seftorfls Calvo Mateo y re-
dactores del Eco del Com.ercio, ha recaido el rallo siguiente de la sala
de justicia del supremo tribunal de Guerra y Marina:


.Seftores de la sala, Torre, Trasierra, Vallesa, Castro, Maroto,
Calvet.


"No ha lugar á la inhibicion solicitada por el ministerio fiscal.
Acumúlense todos los ramos separados que se mandaron reunir por
providencia df. 18 de enero último, y la causa remitida en apelacion




DIL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. ·491
formada contra Antonio Ferreras y consortes, en los cuales el juz-
gado de la capitanfa general siga conociendo con arreglo á las le-
yes, reales ordenanzas y á la declaracion de competencia hecha por
el tribunal supremo de justicia. Se repone al estado de sumario esta
causa, á los fines que el fiscal del juzgado militar indica en su rfS-
puesta del folio SO! del sumario general, evacuándose con toda bre-
vedad y sin alzar mano las diligencias omitidas, y cuantas sean
conducentes para la pronta averiguacion de los autores y cómplices
de la cOllspiraeion y asesinato de que se trata, bajo la mas estrecha
responsabilidad de cuantos en ellas intervengan. Este tribunal su-
premo reserva para su caso la resolucion que corresponda en jus-
ticia sobre las omisiones y defectos que se advierten en el procedi-
miento; y el juzgado de Id capitanía general proceda desde luego á
recoger de la persona en cuyo poder se halla la carta original, cu-
ya copia obra al folio !37 de la pieza principiada por el juez de
primera instancia don José Serrano y Leon, formándose para ello
otra separada, y adoptándose cuantas medidas sean conducentes pa- .
ra asegurar en lo futuro su identidad, á cuyo fin se dé el resguar-
do oportuno á la persona en cuyo poder S/j encuentre. No ha lugar
por abora á la sl)licitu~ de excarctllacion hecha por alguno de los
procesados, los cuales podrán reproducirla á su tiempo aníe el in-
feriof, quien proveerá conforme á las Jeyes lo que corresponda; pero
en atencion á lo expuesto In voce por los defensores de las partes,
trasládese á los encausados qile lo soliciten á la cárcel pública, en.
la que se guarden á don ).orenzo Calvo y Mateo todas las conside-
raciones qae exige su calidad tie diputado á cortes, en cuanto sean
conciliables con la seguridad de su person::, y á los otros procesa-
dos las que las I~yes determinan. Y el juzgado de la capitanfa ge-
Defal dé cuenta cada ocho días á este tribunal supreffio del estado
de esta causa. PÓDga~e en la formada contra Antonio Ferreras J
consortes certificacion de esta providencia; y en Jo que en ella sea
conforme, el apelado se confirma: en lo que no, se revoca. Y para
su ejecucion, devuélvanse todos los ramos con la certificacion cor-
respondien te. »


No podia darse mas evidente muestra del odio que profesaban fa
los hombres de la revolucion, aquellos que á ella se lo debian todo.




CAPlTULO LtX·


SUMARIO.


Senilismo de la masistratura.-Victimas del Ma.estrazgo.-Escandaloso nombramiento
del general Balhoa.-Despotismo del haron de Meer.-CristiIl3 en Barcelona.-
Ci'ibis ministerial.-Persecucion de patriotas.-lteconcilíanse los carlistas y el
c1flro con el gobierno.


1.


En medio de la agitacion de aquellos días, pasaban como des-
apercibidos los sucesos, sin que nadie se apercibiera del alto grado
de injusticia que las determinaciones gubernamentales llevaban
consigo.


La magistratura, cediendo servilmente ante la influencia del poder
militar, babia quedado anulada por completo. Sus hombres, nuevos
en su mayor parte, debiendo al favoritismo la posicion, no podían
desobedecer ni se atrevian á mantener inflexible y severa la impar-
cialidad', que es uno de Jos atributos mas esenciares; asI que lbs pro-
cónsules de las provincias, creyendo dar mas estabilidad al gobierno
it quien servian, lanzaban impTacables sus seides, y agobiaban al
pais con un sinnúmero de iniquidades.


Ninguna garantfa era respetada; los trámites se suprimian, y ca-
da juez dietaba las sentencias con arreglo á las condiciones en que
se hallaba.




DEL ULTJMO BODON nI ,ISIAjA. 499
Ya hemos citado los hechos escandalosos que ocurrian en el Maes ...


trazgo.
Parecia eomo si quisieran ,rivalizar aUf en erueldad tados los jefes


de las columnas; como si estuvieran decididos á apagar en el cora.-.-
Ion todo sentimiento generoso.


AlU se formaron los Villalongas y los Zapateros; alli ensayaron
esa táctica terrible que tantas víctimas habia de costar á este des ....
graciado pais.


Se ha llamado Tigre ,del Maestrazgo á don Ramon Cabrera; se ha
pretendido infamarle, ,hacerl41 borrar del número de los seres hu-
manos; y él podia,sin embarge, presentar una excusa, hablarnos
de represalias; pero ¿cómo se puede justificar ante ]a historia un go-
bierno y unos generales que en el periódico oficial hacian aparecer
la relacion siguiente?


Pérdida. Hombres.
Muertos en el campo. • 5{
Fusilados des pues de prisioneros, y capturados con arreglo


á los bandos. . 12-0
Perdonados por haher justificado que fueron éxtraidos vio-


lentamenLe de sus casas dos dias antes de caer prisione-
ros. . 7


Indultados basta tI 12 de abril, en qué quedó cerrado el
indulto. 27


Indultados despues por haber·actedilado que pocos dias an-
tes de presentarse habian sido sacados á la fuerza de su
casa, en venganza de haber dado su padre un parte que
produjo la captura de cabecilla. !


Indultados de la pena de muerte desde el 1 .. hasta el 15
del presente mes. 17


Total. 227


Estos datos y los infinitos cuadros que pudiéramos presentar por
el mismo estilo, son la acusacion tremenda del reinado de los Bor-
bones; servirán al historiador para condenar UDa monarqufa que
venia despoblando y arruinando al pueblo espanol.


11.


Eotre Qtros muchos nombramientos de autoridades, dignas todas




500 HISTORIA. DEL REINA.DO
de secundar á Narvaez, hubo uno que debia ser escándalo por es-
peciales circunstancias.


El general BalbGa, que fué encausado por abusos de autoridad,
por delitos comunes que se denunciaron de oficio, nó ya por los


_ hombres del partido liberal, sino por el seDor Rentero y Vlla, fiscal
togado del tribunal supremo de Guerra y Marina, con anticipa-
cion al pronunciamiento de setiembre. Además del proceso general
instruido sobre aquellos abusos, que tiene un voiúmen de cinco mil
folios, se seguian al senor Balboa otras causas, cuyo resultado ig-
noramos, porque no se han publicado las sentencias absolutorias,
segun está prescrito en el tratado 8. 0 , título 6.0 , artículo 23 de las
ordenanzas.


Acerca de ese nombramiento, decia un periódico:
«El acusado burló el rigor de las leyes y la accion de los tribu-


nales por una fuga, que demostraba su criminalidad. Y aunque des-
pues de los sucesos de junio último, pidió, y le fué concedido, que
se le oyese en justicia, no hemos visto en la Ga~ela el resultado de
este célebre proceso, en el qae solicitó el setor Andriani, primer
fiscal nombrado, en UDa censura notable por el razonado análisis
de los méritos del sumario, se impusiese al Balboa la última pe-
na, y este fué condenado por el consejo de generales á una ex-


. traordinaria, con inhabililacion de obtener mandos de la misma cla-
se. Se asegura que, á beneficio de una alta proteccion, se han he-
cho desde entonces los mayores esfuerzos para sobreseer en la causa,
separando sin motivo legitimo y sin facultades al fiscal Aodriani,
pero que todo se ha estrellado en la rectitud del tribunal supremo
de Guerra y Marina, por cuyo mandato se siguen en la actualidad
los procedimientos.


»i lIste es el hombre nombrado por el gobierno para segundo ca·
bo de la capitaoía geoeral de Galicia! ¡Asf se respetan la ordenan-
za, las leyes, la moral y la justicia!!»


¿Qué podíamos nosotros agregar á esas palabras tao elocuentes?
Hablando de los actos de las autoridades, decia A"'I Clamor pú-


blico :
.Ni en la ortlenanza militar, ni en la ley de 17 de abril, ni aun


en los decretos expedidos en tiempos de mayor persecucioD y des-
conciertos, se encuentra el funJamento del régimen practicado en
Catalulia; y puede asegurarse que la tremenda investidura de que
goza .. el célebre baron de Meer, no tiene ejemplo en los anales de la
historia.»




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 501
Y era así en efecto. Aquella autoridad que desde tantos arios venia


abusando de su posicion, que estaba acostumbrada á legislar, áim-
poner contribuciones, á suspender y alterar las votadas por )as eor-
tes, á dar bandos draconianos, á conmutar las penas; aquel hombre
gobernaba entonces de nuevo, y la libre Cataluna yacia otra vez su·
jeta á los caprichos del tirano.


Por eso se habia escogido aquel punto para residencia de la corte
en el momento en que iban á decidirse los destinos de la patria.


El periódico que acabamos de citar describia asi en pala!>ras grá-
ficas la situacion del distrito militar que estaba á su cargo:


o Reunidos y concentrados en su persona, el poder legislativo, el
judicial y el ejecutivo, no es extra(io que ose promulgar sus man-
datos en estos términos: Re teilido por conveniente resolver que lo,
acusados de promover 11 perpetrar in~endios se pongan á d.sposicion
de la comision m:'/aar para que juzgados breve 11 sumariamente sea
fallada la causa, 11 en su caso ejecutada la sentencia en ellérmino tk
veinte 11 cuatro horas. Asi prescribe á los ejecutores de su voluntad.
el espacio en que ha de fallarse la causa y tener cumplido efecto la
sentencia, y como si no bastara tan inaudita violacion de las leyes,
tan escandaloso atropello de los fueros de la magistratura, tan se-
l1alado desprecio á los tribunales, concluye anunciando: que el per-
petrador del delito será indultado de la pena capital siempre que re-
"ele y acredite la persona que le haya ostigado á cOtneterle, la cual
sufrirá irremisiblemente dicha pena.»


No era extraño por tanto, y así lo comprenderia el periódico, que
fiasen los moderados la realizacion de sus proyectos en personas que
sabfan interpretar los instintos de la raza Borbónica, prepararando
espectáculos dignos de la epopeya.


Aqui podia tener cabida el famoso axioma: Así lo fJuiero, por eso
ÚJ mando.


El periódico progresista no estaba muy lógico atendidas estas ra-
zones cuando escribia las ~iguientes lineas:


«¿Su conciencia constitucional les permite acaso conciliar el fir-
man de) taron de Meer, con la observancia de las leyes y la exis-
tencia de los tribucales? Dejamos á su buena fe é imparcialidad el
cuidado de contestar á estas preguntas.


»Enlrelanlo, ya puede asegurarse que la misma política domina
hoy que bajo el ministerio GODzalez Bravo, que la órJen mandando
levantar el estado de silio ha sido una insultante decepcion, y que


TOMO u. 6(




50! HISTORIA DEL RIINADO
envueltos y entregados al despotismo y á la anarquía, los ciudada·
nos se ven privados de sus jueces legitimos y expuestos á ser viCo--
timas del odio, de la venganza y de la delacion.»


111.


Barcelona habia sido e! sitio donde Cristina habia sufrido humi-
llaciones sin cuento. Corriendo desalada en busca de apoyo, en de-
manda de auxilio para llevar á cabo aquel inolvidable propósito de
entregar á su hija intacta la herencia de sus mayores, se expuso á
los azares del camino donde la faccion podia ocasionarla algun susto
cuando menos y se presentó á Espartero, creyéndole bastante audaz
para s~rvir de cómplice en sus intrigas.


Ahora despues de cuatro anos y cuando habia podido conocer bien
~ espíritu dominante en CataluAa, volvia á aquella poblacion con
exacto conocimiento de causa.


Iba Cristina á ostentar aHi su completo triunfo. En aquella pobla-
cion donde se habian ensayado todo género de tortura y toda clase
de humillaciones sin conseguir que se borrara el espiritu de inde-
pencrencia; allí donde como en los tiempos <!e Felipe podia dec,irse,


. que vivlaQ COI,} la cadena al cuello y el cuchillo sujeto á la mesa;
.Ui dODd~ todos, en DQm,bre de Isabel de BorboR, habian cometido
orimeoes horribles por tal manera q41e habian arrojado bombas á
millares; alli donde el bullicio y la alegría habían sido sustituidos
por los ayes del dolor; alli la famosa üalzana iba á mostrarse victo-
riosa y á poner en vigor siniestros planes.


No nos ocuparemos de las peripecias y cambios sobrevenidos des-
48 la marcha de la oort~; no diremos nada de las diversas conjetu-
ras que se habian formado; no explicaremos si pudieron fracasar y
esterilizarse los pensamientos de boda, ni si ~ renunció á ellos por
el momento, Ó si quedaron abandonados completamente. Pero lo
positivo es que surgió una crisis acerca de la cual se leian «m un
periódico los siguientes pormenores:


.Segun las últimas noticias parece resuelta la crisis, saliendo del
gabinete el selior Viluma, y algunos aseguran tambien la caida del
salior Mayans. Para el ministerio de Estado se designa á los seno res
N¡~vaez y Mon, entrando en el pri¡ner ea so ea Guerra el señor Ma-
urredo, y siendo nombrado en el seglrl'ndo para ministro de Ha-




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA.
cienda el senor Santillan. Tambien se indica para la vacante al se'"
Dor Torres Ayllon, nuestro ministro en Berna, y al seiior marqués
de Miraflores.


bSe asegura hallarse acordada ]a disolucion de las actuales cortes,
y la convocatoria de otras nuevas, en el plazo prescrito en la ley fun-
damental, á cuyo Juicio serán sometidos varios proyectos para re-
formar la CODstitucion en puntos muy cardinales, y todos los rela-
tivos á leyes orgánicas que se plantearán exigiendo una autorizacioD
ó voto de confianza.


»Todavía son un misterio impenetrable para nosotros Jos profanos
los motivos de la dimision del senor Viluma, que los órganos del
partido dominante atribuyen á causas livianas y hasta ridículas, para
encubrir que ha habido designios de alterar la Constitucion y la ley
efectoral por medio de reales decretos, cuya enunciativa se ha cali-
Bcado respecto de nosotros como un medio de difundir la alarma, des-
pues que algunos periódicos de la situacion se apresuraron á mani-
festar dudas y temores, asegurando estábamos amenazados de una.
grave crisis politica.»


La solucioD, sin embargo, no lué la que se anunciaba. En pri-
mero de julio quedó admitida la dimision del marqués de Viluma,
encargándose interinamente Narvaez del ministerio de Estado.


IV.


¿Qué hicieron en Barcelona Jos ministres? ¿Qué medidas adopta-
ron para salvar la patria? ¿Qué política triunfó en aquella lucha por-
fiada en que se veia comprometido, al decir de los periódicos mode-
rados, el porvenir de las instituciones liberales?


Si juzgásemos por la salida de Viluma, habíase asegurado el go-
bierno representativo. Todo iba á entrar en la legalidad y en el6r-
den. El imperio de las leyes debia volver la vida y su fisonomia ri-
su~:ia á la pobre Espana. ¿Pero cÓmo compaginar entonces la con-
tinuacion de los estados de sitio, en las provincias de Málaga 'f
Almerfa, y los desafu~ros cometidos por el inolvidable baron de
Meer que, como verán nuestros lectores en UDa correspondencia que
copiamos, hacia de la segunda capital de EspaDa un aduar de be-
duinos?


«El día t 7 de junio por la tarde, llegaron en el vapor Alercurio,




504 HISTORIA nn BlJNADO
87 de los prisioneros indul lados que esteban en el castillo de San Se-
hastian de Cádiz, y para que se avergüencen y dejen de escandali-
zar con sus embustes los que sostienen que el baron de Meer no se
separa en nada de las atribueiones que coma á militar le correspon-
den, que se hallan libres las facultades de los tribunales civiles y que
ninguno tiene que lamentar el rigor de su autoridad, les manifes-
taré lo que pasó á estos infelices, y la persecucion de Abdon Terra-
das, últimos hechos acaecidos. Llegaron diehes prisioneros, desem-
barcaron aquel mismo dia, y habiendo de volver todos á las 9 de la
maDana siguiente para recoger los pasaportes, vieron cercado el va-
por de tropa, que estaba alli destinada para prenderlos, mas pre-
viendo ellos su inleucion, no se presentaron, y burlaron de este
modo la despótica órden del señor baroo: que sin atender mas que
~ su ciego encono d~ perseguir, no miraba que con esla acelon po-
nia en ridículo la disposicion de S. M. que vista su inocencia los in-
dultaba.


»A AMon Terradas que fué confinado primero á ViIlafranca y
despues á Sarriá, le ha dado pasaporte para que dentro del término
de !i horas, salga ruera del Principado con destino á Sigü~nza, con
el bien eot~ndido que si vuelve á C~taluna mi~ntras mande en ella
el baron, le mandará fusilar en cualquier parte que le baile. Por


.10 chavacano del pasa~orte que se le dió voy á trascribírselo á us-
tedes.


«Don Ramon baron de ~Ieer ... ete.-Concedo libre y seguro pa-
saporte á Abdon Terrada!; (sin don), q'le marcha á la ciudad de Si-
güenza en Castilla la Nueva, de donde no podrd sabr y mellos volver
á Calalui'ia sin expresa órden m!'a Ó de S. M. la Reina elc., deNendo
presentarse al comisario encargado de pasar revista á su cuerpo ó
clase. Barcelona etc.-De ~Ieer, etc.»


Como se puede ,juzgar y no queremos ser mas difusos sobre el
particular. aquel hombre continuaba su polftica, la política del con-
de de Espana, la politica de Jos avasalladores.


Y.


Uoo de los medios que adoptaron los moderados para perseguir
á Jos patriotas, fué abrir causas sobre sucesos que quedaban en el
olvidol que se habjan verificado en los momentos de asonada, y que




DIL ÚLTiMO BOBBON DE 'ESPAÑA. 505
o se hallaban j~stificados por el triunfo ó suficientemente castigados
por la derrola.


Los monlLrquicos trataban de amasar sólidamente con sangre li-
berallos cimientos del nuevo reiando.


La muerte de Esteller en Zaragoza, las de Canterac, Quesada,
Donadio, San Just, Sarsfield y otros, fueron el pretexto buscado para
deshacerse de los que pudieran estorbarles, toda vez que bastaban
dos testigos, y no era dificil hallarlos en esa época de corrupcion,
para hacer una víctima. -


Este ejemplo que los progresistas hubieran debido adoptar, pero
con justicia, para arrancar á los dilapidadores de la Hacienda unas
riquezas que no tenian derecho á disfrutar, era en aquel caso un
crimen, y en el segundo hubiera sido un acto de justicia que hu-
biese aborrado mucbas lágrimas, hubiera inutilizado á muchos hom-
bres moralizando las costumbres políticas, y hubiese hacilo impo-
sible el triunfo de los agiotistas, acaparadores y monopolizadores,
que á la sombra de principios politicos, sirviendo é intereses reac-
cionarios caeD sobre el tesoro público como una nube de langostas
para arrasarlo.


A su tiempo volveremos sobre esta cuestion, limitálldonos ahora
á lamentar que se tolerase y aun se aplaudiese conducta semejante
por la prensa asalariada.


Cardero fué preso en Madrid, encerrado en un carruaje y con-
ducido al castillo de Santa Catalina. Y Meer cuyas fechorías acaba-
mos de exponer, publicó un bando en que concedía indulto de la
pena capital á los que delataran á los instigadores de revueltas.


Blrcelona, Zaragoza y Teruel se hallaban en estado de sitio, yen
15 de junio se declaró tambien en estado excepcional á la provincia
de Logroilo, sin que se hubiese alterado la tranquilidad.


¿Era esto lo que se babia prometidoY ¿era esta situaeion la que de-
bia establecerse COD arreglo al convenio de capitulacion firmado por
el gen'3ral Azpiroz á su entrada en Madrid~


Véase las bases del convenio, firmado en Barajas el !3 de julio
de lSU:


« 1. - La estricta y puntual observancia de la ConstituciciD de
18S1.


»!.- Formacion de una Junta provincial por la milicia nacional,
que cesará en sus funciones cuando lo determine el gobierno.


»3.- La milicia nacional de Madrid y su provincia subsistirá




596 HISTORIA »:&L RmADO
bajo el pié que tiene actualmente: cualquiera variacion que en ella
se juzgue oportuna por el gobierno que se establezca, será con ar-
reglo á la ley.


»4.0 Respeto sagrado é inviolable á la seguridad real y perso-
nal, sin distincion de opiniones, matices polilicos, ni de clases.»


VI.


Mientras se perseguia encarnizadamente á los liberales; mientras
las instituciones estaban seriamente amenazadas, el gobie!'no hacia
concesiones, avanzaba en el camino de reconciliacion con los car-
listas.


La órden de que pudieran vol ver , sus diócesis los obispos des-
terrados, dió pretexto á estosseftores para hacer manifestaciones de
adhesion al trono, y alentó las esperanzas de muchos que veian cerca-
no el momento de volver á los felices tiempos de Fernando en que se
prodigaban los insultos á los hombres de la comunion liberal.


Los frailes y las monjas confiaban volver á sus conventos, y en-
tonces comenzó á crecer la mojigatocracia, que despues ha tenido
por pontífice al célebre Nocedal, fiscal de imprenta y miliciano na,..


. cional en tiempos de Espartero.
La mojigatocracia, esa excrecencia del absolutismo que reune to-


dos los vicios del antiguo régimen feudal y todas las hipocresias,
tódas las ambigüedades, todas las tor pezas casuisticas de los pertur-
badores jesuitas.


La corte de Roma por lo demás no dejaba pasar ocasion y ejercía
entonces, por medio del saeristan Castillo y Ayensa, secretario par-
ticular de Cristina, gran influencia en la marcha de los negocios.


Porque el papado es muy amigo de las restauraciones y de las
reconciliaciones, siempre que haya posibilidad de salvar á un pe-
cador.


y Cristina, aquella mujer que parecia dominada por el sensua-
lismo; que sin escrúpulo alguno habia arrebatado á sus hijU gran
número de alhajas y bienes patrimoniales; que sin respeto A la ino-
cencia y al candor de la infancia habia dado ejemplos de lubricidad,
que deberian fructificar adelantando en la imaginacion de Isabel las
pasiones de la adolescencia, tenia este motivo mas para aspirar á
una restauracion en cambio de nna reparacion, de una amnistiá, que




D .... ULTIMO ¡ORBON DI BSPA~.!. 50'7
el bondadoso padre de los fieles, el vicario de Jesucristo se apresu-
raria á otorgarla cuando ella pudiera presentar pruebas tangibles,


. contantes y sonantes del acendrado catolicismo de los españoles. Por-
que es bien sabido que en Roma se vende todo, hasta las indul-
gencias.


La venida de Cristina, pues, á pesar de su carinoso y maternal
esmero, no habia servido para ahorrar una vfclima ó una lágrima al
partido liberal; pero debía preparar al contribuyente á nuevos re-
cargos, á nuevas gabelas.


La dictadura militar de Narvaez debia transigir en este punto con
las aspiraciones de las tocas, con los deseos de Ja clerigalJa, de esa
turba multa que explota en las catedrales la credulidad de las gen-
tes para vivir en la bolganza, dando una miserable participacion al
clero parroquial que vive en la miseria. Tal es la justicia y la reli-
gion de la corte romana y sus secuaces.




CAPiTULO LX.


SUMARIO.


Proyecto de reformar la Canstitucion de 1837 en sentido reaccionario.-Disolucioll
de las corles.-Nuevas elecciones.-Indignacion del Clamor pú,bllco.-Inllueooia
del bando absolutista y teocrático.


I.


Ya no era un misterio para nadie que despues del desprestigio,
de la infraccion violenta de la Constitucion y de las escenas horri-
bles que presenciaba Espafta, no podía esperarse que se llegara á
restablecer, á poner en vigor la Constitucion del 37.


Si Viluma no habia logrado volver las cosas á los tiempos de Zea
Bermudez, babia llegado á quebrantar los propósitos constituciona-
les de los monárquicos de ocasion.


El gabinete Narvaez, en uso y abuso de las atribuciones que Gon-
zalez Bravo babia tomado en virtud del nombramiento de una
Dina de 1 S afios para gobernar el pais; el general Narvaez aso-
ciado con otros que se Jlam!lban constitucionales y parlamentarios,
y mentian al nombre de conservadores, babia convenido en refor-
mar la Ccnsli tucion ...


Pero á pesar de su audacia no se decidió á seguir el sistema del
folletinista del Guirig(JY, creyendo con cierto fundamento que en la·
les casos y cosas conviene mucho extender la responsabilidad.




DEL ÚLTIMO B\}RBON DE ISP AfiA.. 509
Convinieron, pues, en que el miüistro de la Gobernacion irnpon-


diia al paLs los candidatos á diputados, sacando en los distritos á
todo trance y por los medios legales que la influencia de los jefes
P)!Hi-:!os, la patenal solicitud del militarismo y de la policia, les
suav~:.i medios de la corrupcion y de los halagos prestan siempre al
gobierno, las listas que se confeccionaran de comun acuerdo enlre
los gru!ld.:,s eléctores del grao partiJo nacional.


D..:bian iuLnlarse primero provocaciones, motines, asonadas, de-
clararse en esta.do de ~itio algunos distritos, y al compás de esta
horrible ce:4cerrada, hdcer que desaparecieran todos los hombres de
prestigio, dejando campo libre á las medidas de órden público y á
Il.is planes liberc1es que el gobi0fOO se proponia desenvúlver.


Por esto dinútió Viluma y vol vieron á Madrid satisfechos y con-
venidls Jos rtsbnles ministros.


I'o¡ esto entoD<.;ron himnos de gloria los conservadores de todos
tipos que vivian en la prensa situacionera.


E Isabel, que era sin saberlo autora y cómplice de tantas malda- .
des, prosiguió tranquilamente sus baños, "ya que los frecuentes ba-
Ilos de sangre que manchaban su trono no la habian aliviado hasta
entonces.


y su madr,e pre'parando su matrimonio morganático, reclamando
IJS atrasús de su pension, 'Y recibiendo y conferenciando con los
agentes de dúu Carlos, de Trápani y otros pretendientes, rodeada de
frailes, curas "y monjas para tranquilizar su conciencia y quitarse de
escrúpulos, prúuguia alejada de los negucios púhlicos, porque se-
gun deciao, venia dispuesta á vivir en el mas absoluto recogimien-
to. Acaso, acaso pudo algun dia aventurar su apinion y deslizar sus
consejos, no seria extraño que así hubiera sucedido.


n.


Los ministros no se decidieron á publicar inmediatamente sus
acuerdos, ni aun el dG la disolucion de cortes, y regresaron á Ma-
drid el did 7 dt3 julio.


El Ileraldo, aprovechando la ocasion de mostrar su liberalismo,
publicó las siguientes Hneas:


«Casi todos los ministros de S. M. se encuentran de regreso en
Madrid. Si á esto se agrega que ha cesado la crisis que no ha mu-


TOMO n. 65




510 IIlSTO¡UA. DEL REINADO
cbo paralizaba la marcha del gobierno, preocupaba los ánimos y
producia desconcierto, dudas y recelos en el campo de la polftica, no
es aventurado esperar que de una vez entraremos en las condiciones
regulares de un gobierno constitucional y parlamentario. A esto de-
ben encaminarse los esfuerzos del gabinete; mientras que el partido
conservador, unido y compacto, trabaja por el triunfo de sus ideas
en el terreno de las elecciones, de la tribuna y de la prensa.


»La nueva situacion que comienza, crea deberes tambien á las
personas sensatas de la oposicion que estimen en algo el régimen
constitucional y aspiren al porvenir que en semejantes gobiernos está
reservado á los hombres perseverantes y concienzudos. A nadie que
abrigue en su alma buena fe, puede quedarle duda, despues de los
últimos sucesos y de las calumnias propagadas por ]a malicia, de
que el partido conservador, hoy á la cabeza de los negocios, es par-
tidario y sostenedor del régimen parlamentario. Los hombres polí-
ticos que se desviasen un llpice de la senda de la legalidad, no ten-
drían ya disculpa, incurrirían en grave responsabilidad, y con ra-
zon serian acusados de enemigos de las instituciones.


»La cordura de los partidos beligerantes es la que puede afianzar
la libertad en Espafia y desarmar á los que están anaJizando la con-
ducta y los hechos del partido liberal, para sacar argumentos (avo-


. rabies á un régimen abolido.»
El gobierno, pues, era en concepto de la claque ministerial el


mejor de los gobiernos posibles. y descartada ]a cuestion Viluma
ibamos á entrar en las vi as de la legalidad mas estricta.


Pero el gobierno, sin embargo, habia tratado cosas graves; ha-
bia resuelto cuestiones de interés que afectaban esencialmente á la
Constitucion y á la legalidad, al desarrollo de las libertades pú-
blicas.


III.


El gobierno se resolvió por fin á concluir con el parlamento, con
aquel parlamento que habia declarado á lsabel mayor de edad; que
habia adelantado la hora y abreviado los plazos constitucionales; con
aquel parlamento que habia tenido la prudencia suficiellte para es-
cuchar las denuncias de una n~fia de 13 afios, que dando precoces




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 311
muestras de desenvoltura y descoco habia fingido una violencia, cui-
dando de ocultar las que acaso podian afectarle mas.


¿Cómo habia logrado el ministerio vencer las repugnancias de la
nifia á firmar el licenciamiento de los representantes del pueblo, que
habian tenido]a complacencia de cambiar sus juegos de muftecas por
el juego de la política? .


Dé aquí el considerando:
«Las cortes acluales, elegidas en circunstancias polfticas muy di-


ferentes de aquellas en que hoy se enouentra la monarquia, no son
ya á propósito para satisfacer las eX1gencias y necesidades de la pre-
sente situacion. Vuestro Consejo de ministros juzga por lo mismo ne-
cesario proponer á V. M. su inmediata disolucion y la consiguiente
convocacion de olras nuevas .


.oLos ministros, senora, tienen además para aconsejar á V. M.
esta medida, otras razones no menos graves. El tiempo ha lJegado
ya de introducir el arreglo y el buen concierto en los diferentes ra-
mos de ]a administracion del Estado, ·de dictar Jas leyes necesarias
para afianzar de un modo sólido y estable la tranquilidad y el órden
público, y de llevar ]a reforma y mejora á la misma Constitucion
del Estado, respecto de aquellas partes que la experiencia ha de-
mostrado de un modo palpable que ni están en consonancia con la
verdadera indole del régimen representativo, ni tienen la flexibilidad
necesaria para acomodarse á las variadas exigencias de esta clase de
gobiernos. Para plantear todas estas reformas que el pais reclama
con ansia y avidez, y que los ministros de V. M. tienen la firme re-
soJucion de Hevar á cabo, si continúan mereciendo vuestra augusta
confianza, el gobierno de V. M. necesita el apoyo de UDas nuevas
cortes; y por lo tanto somete á la aprobacion de V. M. el siguiente
decreto. »


¿Habrá algun lector que juzgue posible el convencimiento con ta-
les argucias?


¿Se debería el decreto á otra nueva y mas terrible violencia ejer-
cida sobre el ánimo ó sobre la persona de Isabel? ¿Fué acaso nece-
sario reunir los esfuerzos de cinco individualidades para llevar la
mano sacrílega á cometer aquella especie de parricidio constitu-
cional~


Porque no hay duda: si en Olózaga era un crimen llevar la mano
régia á hundir el punal sobre el parlamento; sin duda alguna que
no seria en los parlamentarios una virtud llevar la disolucion á




DISTonTA DEL RilNADO


aquellas cortes que habian engendrado el poder regio 6 que le ba-
bian llamado á la vida.


Siempre era que Isabel aparecía' en ridículo, dl\ndo en ocasiones
importancia á actos que realizaba despues sin escrúpulo de con-
ciencia.


Al procederse anteriormen te á la disolucion, el ministerio topez
habia quebrantado un articulo del código fundamental. renovando
por completo el senado.


Mas constitucionales los moderados, aceptaban la Conslitucion fn·
tegra para elegir unas cortes que sin tener mandato especial vinie-
sen á modificar, reformar, infringir, en una palabra, la ley del Es~
tado.


¿Qué puntos iban á ponerse á discusion? ¿Dónde se iba á buscar
la flexibilidad acomodaticia á todas las exigencias?


El gobierno no decía nada respecto á este particular. Preparaba
sin duda una agradable sorpresa á los espai'ioles, acaso queria con-
vertir en concilios las cortes futuras.


El parlamento debia reunirse el dia 10 de octubre.


IV.


Como preparativo electoral, como preliminares de la reforma que
se preparaba, el gcbierno volvió al estado de crisis, y Mon y Pidal
corrieron á la capital del Principado.


El Heraldo cuando se trataba de reformar la Constitllc~on acon-
sejaba á los periódicos liberales que diesen de mano á las cuestio-
nes políticas y se dedicaran al estudio de los grandes problemas que
para crear comunicaciones, fomentar la agricultura y la industria
era necesario resolver.


y El Clam6r público sorprendió á sus lectores con los siguientes
párrafos:


«La sorpresa, el aSl)mbro y la indignacion apenas nes permiten
coordinar las ideas para dar cuenta á nuestros lectores de los he-
chos que ha presenciado con escándalo en el dia de ayer el pueblo
de Madrid. Desde muy temprano circulaba fuerza armada por las
ca11es, y se decia que iban á hacerse prisiones. La guarnicion se puso
sobre las armas, y mientras ostentaba un aparato hostil y formida-
ble, varios celadores y militares allanaron la casa del selior de Cor-




DEL ÚLTIMO BORBONDI ESPAÑA. 513
dero y se !lpoderaron de un agente de bolsa llamado Ugarte, que
babia ido á tratar con aquel de negocios mercantiles, y de otras va-
rias personas, cónduciéndoles á todos en calidad de pres~s al cuar-
tel de Santa Isabel, donde permanecieron hasta las doce del dia, en
cuya bora fueron puestos en libertad, tan arbitrariamente como ha-
bian sido arrebatados del hogar doméstico. En una de las calles del
tránsito, parece que una persona que casualmente' so encontraba al
paso, hubo de detenerse con motivo de llamarle la atencion el sin-
gular espectáculo que presentaban los presos que de una manera
tan inusitada iban conducidos,- lo que bastó para que se castigase
su inofensiva curiosidad, haciéndole experimentar la misma suerte.


:eTambien han sido allanadas varias casas de la calle del Príncipe,
donde han quedado en acecho, sin que sepamos la causa, algunos
empleados de .policía.


» Entre los sugetos que han sido presos, se anuncia el sobrino del
sefior Cordero, y si hemos de creer lo que se nos asegura, todavía
continúan las pesquisas y visitas domiciliarias.»


¿Qué significaba todo esto? La crisis} la disolucion, la anarquía
de todos los partidos.


La gran fraccion absolutista se creia ya bastante fuerte, y la oca-
sion propicia para apoderarse del mando.


Dedase que el bando apostólico apoyado en altas influencias ame-
nazaba enérgicamente á los hombres de la situacioD. Se anadia que
el brigadier Fulgosio habia salido en posta para Barcelona, en cuya
provincia estaba nombrado jefe politico su hermano. Y no raltaba
quien a tribuyera todo aquel caos y aquellas alarmas á planes tene-
brosos del ayacuchismo, que intentaba incendiar los cuarteles, de-
gollar los jefes y oficiales, y entregar al saqueo la capital.


v.


La situacion especial de las provincias Vascongadas llamó tam-
bien la atencion del gobierno de Narvaezj y al propio tiempo que el
decreto de disolucion de cortes, trataron de hacer un gran acto de
reparacion, restableciendo los fueros, ó mejor, preparando su res-
tablecimiento á gostQ de los caciques que en ellas domioaban.


Las provincias Vascongadas eran un gran elemento para la reac-
ciOD, habian servido de base á don Carlos para sostener durante siete




5 t 4, HISTORIA DEL REINADO
aftos sus pretensiones á la corona. Mas adelante fueron el núcleo
principal de la insurreccion de octubre en defensa de la regencia de
Cristina.


Por la organizacion especial del pais, las provincias Vascongadas
son en manos del clero un elemento de guerra á las instituciones li-
berales. Por eso los moderados favoreciendo sistemáticamente al clero
y halagando á aquelJas provincias querían preparar un medio de re-
sistencia á la revolucion, un estorbo permanente á la causa del pro-
greso.


Acerea de la nueva marcha de los ministros á Barcelona, decia
El Heraldo estas palabras:


«En la madrugada del domingo han salido en posta para Barce-
lona los ministros de Hacienda y Gracia y Justicia DON ALEJANDRO
MON y DON LOIS MAYANS. Parece que el objeto de este repentino viaje
es felicitar á S. M. la REINA MADRE en sus propios dias, y acelerar
la vuelta á Madrid de las augustas personas, exponiendo los graves
inconvenientes y peligros que á la causa pública podrian resultar
de continuar por mas tiempo desmembrado el gobierno. Esos peli-
gros yesos inconvenientes se están palpando todos los dias y no neo
cesitamos señalarlos. Por una parle los enemigos se alientan, co-
bran brios, se atreven á concebir esperanzas criminales, se mueven


. y agitan para realizarlas; los amigos por su lado recelan y descon-
fian, y la unidad del partido conservador, útil siempre, necesaria
ahora á los intereses del trono y del pais, se quebranta en situacion
semejante. Y decimos se quebran ta, pues por lo que vemos, la co-
munion monárquico-constitucíonal ha comprendido sus altos debe-
res en las circunstancias presentes y está de acuerdo en los pUlitos
esenciales que deben ven(i!tlrse.


»La residencia de la corte y del presidente del consejo de minis-
tros en Barcebo8 origina lambien lentitudes en el despacho de ne-
gocios graves, y entorpece por demás la marcha del gobierno, que
tiene que proceder de acuerdo en sus deliberaciones. Pero este es-
tado de cosas, debido ~ causas independientes de la voluntad hu-
mana, va á cesar pronto afortunadamente, si hemos de atenernos á
las noticias que últimamente hemos recibido, confirmadas por las
órdenes dadas á ]a servidumbre de SS. MM. Y A.


»Asentados la corte y el gobierno en Madrid, completado el mi-
nisterio, verificadas las nuevas elecciones, hay lugar á esperar que
entre la administracion en caja, se calme la ansiedad de los unos,




D.EL ULTIMO BORBON DB .ESPAÑA. 515
disminuya la audacia de los otros, y de una vez se emprenda una
marcha sosegada y regular, propia de un régimen representativo
que quiere acreditarse y prevalecer. De la eonducta que observen los
partidos . extremos pende que la accion del poder constitucional se
ejerza suave y pacfficamente, y obedeciendo á aquellas condiciones
de estricta legalidad que la oposicion reclama. JI>


VI.


Como se ve, la eterna pesadilla, ó mejor dicho, Ja única defensa
de aquellos hombres que aspiraban á mantener por el terror su do-
minacion, consistía en hacer creer qMe S3 conspiraba, que los ene-
migos del órden bullian siempre ansiosos por apoderarse de la si-
tuacíon.


Hacer creer por eso que las conspiraciones y la pertinacia de los
vencidos eran la única causa de la actitud del gobierno; hé aqui la
táctica de los moderados.


El coronel Rengifo, much~s oficiales y los demás sugetos de que
hemos hablado anteriormente, fueron denunciados vilmente por un
calumniador y sometidos á los consejos de guerra.


En esos momentos de crisis llegaban ·Ias elecciones.
El partido monárquico.constitucional dió tambien como en cir-


cunstancias análogas su manifiesto dirigiéndose á los parlamenta-
rios.


Al pié de ese manifiesto se veian entre otras las firmas de GareJi,
Burgos, Olivan, Bravo Murillo, y para mostrar su constitucionalis-
mo, para dar á entender el respeto que tenian á sus juramentos y á
la ley fundamental del pais, ponían frases como estas:


«Las cortes convocadas para ellO de octubre próximo, dia fausto
que la nacion anhelaba para ver á nuestra jóven Reina al frente del
gobierno, y que el voto de los españoles, cuidadosos ahora como en
todos tiempos de la dignidad y elevacion del trono, sin tolerar jamás
que sufra dcminacion, y un acto solemne de las cortes anticiparon,
proclamándola y declarándola mayor de edad con dispensa de la ley
cODsfitucional; esas cortes tienen como principal la aItisima y sa-
grada mision de amparar y fortalecer la monarquía, al salir zozo-
brante del peligro en que ]a pusieran la guerra civil y la revo!ucion
simnltáneamente desencadenadas.




516 HISTORIA DEL !tRINAD)
»Deseoso de la consecucion de tan importan tes objetos, el go-


bierno de S. M. abraza la idea general que ~e acaba de enunciar en
la exposicion que precede al reaf decreto de c,onvocatoria de las nue-
vas cortes: y dejando íntegras é intactas las prerogatlvas de la co-
rona, muy atenta si á nuestros debates, pero colocada siempre en
la cú"pide social para solo intervenir en el morr.ento supremo con su
sancion ó resolucion soberana, el gobierno, bajo su responsabilidad
constitucional, anuncia al pais que «(el tiempo ha llegado ya de lle-
var la mejora y reforma á la misma CODstitucion del Estado respecto
de aquellas pa~tes que la experiencia ha demostrado de un modo
palpable, que ni están en consonancia con la verdadera índole del
régimen representativo, ni tieuen la flexibilidad necesaria para aco •
modarse á las variadas exigencias de esta clase de gobierno.


»El deber de tomar en consideracion el pensamiento del gobierno
aceptanrJl) el proyecto de la reforma constitucional que la experien-
cía presenta como necesaria, nace de su propia gravedad é influen-
cia en el órden público. En materia tan importante no cabe si!en-
cío, ni seria permitida la ambigüedad de! lenguaje; porque la am-
bigMdad ó el silencio darian motivo á que se prEjuzgase la euestion


. contra la legitimidad ó la conveniencia de la reforma, á 10 cual no
podria darse ocasion sin mengua de la fortaleza y dignidad que de·


. ben siempre mostrar los hombres politic05.»




CAPITULO LXi·


SUMARIO.


I1egradacion de los gobiernos doctrinurios.-Aborto de un plan inicuo.-Tropelía8 )
desaful'l'os.-Prisiones urhitrari~s.-lHanjfiestos electorales absolutistas.


1.


La historia de los Borbones se confunde por tal manera con la
historia de los frailes y de la Inquisicion, que bajo cualquier aspecto
que se la cOt1sidere, en cualquier época que se pretenda analizar,
siempre hallaremos en el fondo la misma horrible arbitrariedad, los
mismos sangrientos espectáculos, los crímenes, la prostitucion, la
orgia, el escándalo dentro de los palacios, en las cámaras de los re·
yes, descendiendo á los hábitos y á las costumbres de todos.


La hipocresia, disfrazando en ocasiones la horrible trama que se
oculta en el misterio para llegar á herir con mas seguridad, suele á
veces hacer que aparezcan como piadosos los hechos mas atroces,
los mas abominables.


En otras ocasiones, sin contemplacion alguna, sin pudor. se vio-
lan todas las leyes con insolente barbarie, que no ballaria remedo
ni aun en los tiempos de la mas asquerosa y repugnante época de
las que la historia consigna.


Todos temen, cuando Hega semejante caso, por el padre, por el
TOMO 11. 66




5 t 8 HISTORIA DEL REINADO
esposo, por el hijo, por el hermano; todos hablan de esas inmensas
listas de prl)scripcion, y preguntan, inquieren y se agitan para des-
cubrir si sus nombres han sido inscritos, si están condenados á su-
frir la persecucion y el martirio. La duda y la incertidumbre ator-
mentan los ánimos; nadie sabe qué partido adoptar; nadie se con-
sidera al abrigo de la tiranra, y á pesar del testimonio de su con-
ciencia, todos arreglan sus negocios y toman sus disposiciones cual
si estuvieran en medio de los horrores de un mortifero contagio. Y si
hacia n alarde de un valor que algunos califican de temerario, se re-
tiraban al sagrado de sus casas, renunciando al asilo con que les
brinda la amistad, toda la noche en vela y en sobresalto tienen el
oido atento, y les parece escuchar los golpes que descargan en sus
puertas los sicarios encargados de arrastrarlos á las nuevas prisio-
nes de estado, donde como en la célebre Bastilla, se o/vida hasta la
existencia de los infelices que gimen sin esperanza en los mas insa-
lubres calabozos.


11.


. y la tapital de España gemia entonces sin amparo ni defensa.
y un Borbon, una niña jugaba con 16 millones de hombres á


quienes consideraba esclavos.
y su madre, y sus adt:.ladores, y sus consejeros, ganapanes á


sueldo, infames esbirros, toda la serie de dependientes de aq&ella
caprichoS'a institucion de la monarquía, no sabiendo cómo restaurar
su prestigio, cómo hacerla respetable y digna, acudian á las inven-
ciones mas absurdas, enlazaban los antiguos procedimientos con los
procedimientos modernos, pODian en alianza al sacerdote, al geDe-
ral y al verdugo, refundiendo á veces ~sta lr·inidad en· una sola per-
sona, dispuesta á mancharse en el fango de la corrupcion, á vender
el cielo, y la fuerza, y la vida.


y el magistrado, y el polizonte, y el que por nacimiento habia
recibido un título nobiliario, se asociaban tambien á la tarea de des-
truccion, al sacrílego designio de destrozar las entratias de la pa-
tria, si esto podía dar un dia de goce, una hora de expansioD.


y la infamia y la degradacion llegaba á tanto, que se 1legaba á
tender lazos á los patriotas de buena fe por los medios que explica




DIL ULTIJIO BORBON DE ESPAÑA. 519
una carta de Gibraltar que recomendamos eficazmente al1ector. De-
cia así:


«Para que la Europa entera se horrorice de la falacia, de la in-
moralidad de los hombre,~ del dia, noticiaré á ustedes la hama in-
fernal, proyectada por un agente español en esta plaza, de acuerdo
y en combinacíon con un hombre despreciable, faltando á los de-
beres llias sagrados, y á las consideraciones que se merecen los que
por desgracia mendigan la hospitalidad extranjera.


»Dcn José María Salas, vecino de Málaga, hace unos diez meses
que se refugió á esta plaza en concepto de comprometido por el mo-
vimiento centralista. Desde luego alternaron con él muy pocos emi-
grados, quienes despues supieron que bajo el traje de la emigracion
que Salas ostentaba, se encubria un espía y un irJfame delator.


lDExpulsado de esta plaza por órden de la policía, tuvo el atrevi-
miento dl' entrarse por otra puerta con nombre supuesto, pasaporte
de España y licencia del comandante genera! del Campo, en concep-
to de negociante.


»Oculto desde entonces para DO ser visto de la policia, solo con-
servaba relaciones con dos emigrados que de acuerdo con los de-
más se mostraban sus amigos, y á los cuales nunca descubrió el
juego infame en que se empleaba. Por el contrario, siempre les de-
cia que estaba arreglando un movimiento perfectamente combinado
que habia de estallar muy luego en las costas de Málaga, y úlli-
mamen te les inviló á que pusieran en conocimiento de Jes demás la
necesidad de salir cuanto antes en un buque que se fletaria con el
mayor sigilo, pues acababa de recibir correspondencia de los su-
getos mas comprometidos de la costa, en la cual se le anunciaba
que las tropas y l{ls pueblos estaban y3 perfectamente dispuestos, y
qua solo faltaba que los emigrados se presentasen. Estos que, segun
se asegura, ni siquiera sueñan en conspirar, y que si lo hiciesen no
se expondrian á ser víctimas de tramas tan diabólicas, siguieron la
pista al señor Salas, y consiguieron que la policía le sorprendiese
en la noche de ayer, previniéndole y ocupándolo la corresponden-
cia que seguia desde su escondite con el expresado agente, porcion
de pasaportes en blanco firmados por este, y algunos pliegos cer-
rados.


»Entre la correspondencia se encuentran comunicaciones de mu-
cha gravedad é importancia. expedidas con objeto de que SaJas no
perdiera momento en hacer que la expedicioD se verificase á las coso




5tO mSTORIA DEL REiNADO
las de Málaga, y en una de ellas se decia que ya estaba todo pre-
parado para que los expedicionarios fuesen pasados por las armas
en cualquier punto donde saltasen á tierra j y para la seguridad de la
persona del Salas le acompanaba un salvoconducto.


»Hoy ha hecho el agente á que aludo muchas gestiones para que
se le entreguen los documentos aprehendidos que tengan su firma,
mas el senor godernador ha dispuesto que de todo se haga el uso
competente y que nada se devuelva. Parece que Salas estaba tam-
bien encargado de vigilar las municioñes y armas que este comer-
cio vendiera para Marruecos.


»Ya ven ustedes que quien conspira son ios agentes del gobier-
no. Emplean hasta los medios mas inicuos para sorprender la bue-
na fe, promoviendo ellos mismos conspiraciones coo objeto de derra-
mar todavía mas sangre espanola. Otra Torrijada se prefendia en (fW
pereciera un gran nú:nero de patriotas distinguidos. Pero la Provi-
dencia DO ha querido permitir esta vez que se gocen en la matanza
esos hombres destituidos de sentimientos humanos. A ella se deben
la perspicacia y el tacto con que han sido frustrados planes tan
atroces, para que sus autores reciban la befa, el escarnio y la mal-
dicion de los hombres honrados de todas las opiniones.


»Ha vuelto á repetirse el papel que en 1 831 desempeñara el señor
. ~zuarez, para entregar á los Mor{~nos de la época, nuevas víctimas
con que aumentar el catálogo de los mártires de la libertad.»


III.


y esa horrible situacion, ese inconcebible escáudalo se repctia á
menudo. En Madrid á pretexto de conspiraciones fingidas ó prepaa
radas por sus enemigos, se expiaba, se vejaba, se encarcelaba. Con
estos medios se diezmaban las filas del partido constitucional, y se
le arrojaba de la escena pública donde campeaban solos sus renco-
rosos adversarios.


Los mismos hombres del bando dominante se ven obligados á de-
sistir de sus persecuciones, despues que con vergüenza y oprobio
suyo se puso en evidencia el complot tramado con testigos falsos,
hombres perdidos, y dignos auxiliadores de proyectos tan maquia-
vélicos como inmorales.


Mientras esto sucede respecto á los oprimidos, los opresores han




DEL ULTlllO BORBON DE ESPAÑA. 5~1
roto todos los diques, han despreciado todas las formas y se aban-
donan á 10S excesos y arbitrariedades mas graves. Ni aun se salvan
siquiera la injusticia y la violencia bajo el engañoso exterior de las
formas legales. ¿Pero podian merecen estas algun respeto á los hom-
bres, cuya administraeion es una cadena de atentados y de infrac-
ciones del código fundamental, y de las leyes mas respetables?


En el caos y anarquía á que se habia venido, las prisiones se de-
cretaban basta por los jef-es de los cuerpos de la guarniciún, ó al
menos se tomaba su nombre para conducir á los ciudadanos á Jos
calabozos de los cuarteles. Una tropa de esbirros disfrazados, con
puñales y pistolas, asaltaba de dia y de noche á los pacíficos ciu-
dadanos en los lugares mas públicos, en el sagrado del hogar 00-
mé:5tico, y sin órdeil escrita, sin mandamiento de ninguo género, se
apoderaban como bandidos de las personas, y las condueian á los
encierros á dísposicion de una autoridad ó jefe militar notoriamente
incompetente, y que interrogado, muchas veces negaban haber ex-
pedido semejante órden. Los oficiales espanoIes, ya disfrazados, ya
con sus uniformes se vieron en la trisle precision para cumplir con
las estrechas prevenciones de sus jefes, de alternar en este servicio
odioso con Jos agentes de policía y con las rondas de capa que re-
corrian la capital como pais de conquista. En el silencio de la no-
che, á las horas altas de ella consagradas al descanso, se asaltaban
las casas particulares, registrándolas toda clase de dependencias, sin
dignarse siquiera impetrar el auxilio necesario, sin mostrar tampoco
la órdell en virtud de la cual se cometia la tropelía, Y si en este con-
flicto los agraviados acudian á la autoridad civil pidiendo proteccion
y amparo, esta reconocia vergonzosamente que el desafuero se
habia cometido sin conocimiento suyo; pero para mayor e::;carnio
toleraba y censentia tan escandalosas usurpaciones de su jurisdic-
Clon.


Eduarrlo Asquerino, jóven de diez y nueve· años y hermano de
aquel contra quien uno de los fiscales de imprenta se babia atrevido
á pedir la pena capital por ciertas palabras pronunciadas en una de-
fensa ante el jurado, y que por su corta edad apenas podia estar
iniciado en conspiraciones, se vió acometido por una turba de si-
carios, que asestándole al pecho puñales y pistolas, verdaderas ar-
mas d~ bandides, le intimaron que se entregara preso y les siguiese.
Con serenidad resistióse á obedecer á los que no presentaban docu-
mentosde la autoridad competente, haciendo lo mismo con otra intima-




HISTORIA DEL REIN .f..DO


CiOD del mismo género hecha por un oficial que decia teller órden MI
brigadi~r coronel del cuerpo. En vano pidió auxilio al celador y otros
agentes de policía, espectadores pasivos de la violencia. Presen-
tóse despues al jefe político, y le manifestó este señor que ni habia
dado la órden \ ni tenia aviso ni conocimiento de la proyect3.da pri-
sion.


IV.


Cuando llegan esos momentos crueles, la zozobra y el terror se
pintan en lGS semblantes, penetran en el hogar doméstico y turban
la quietud y la paz de las familias.


Cierta noche fué allanada la redaccion del Espectador por Jos agen-
tes de la pdicía, y nadie sabria tan extraría visila domiciliaria á pe·
sar del escrupuloso registro que se hizo clavando los sables en los
montones de papeles por si acaso debajo de ellos se cscondian los
silgetos que buscaban; y á pesar de las vejacion~s causadas á los
cajistas l' dependientes y á toda la vecindad J si al retirarse no hu-
bieran prei;untado por las señas de la habitacioD de les personas á
qUIenes intentaban reducir á prision, que eran los redactores Ser-
rano, Iglesias y Satorres.


Por cuarta ó quinta vez fué preso tambien entonces don Gabriel
TaJa vera, capitan da la milicia é individuo que habia sido del Ayuc·
tamiento, y que gozaba de simpatías en el pueblo.


El comunicado que insertamos para que el lector tenga verda-
dera conciencia de los procedimientos que se usaban en aquella si-
tuacion, responde perft'ctamente al objeto que nos proponemos y
demuestra que el vandalismo dominaba en la capital de Espana:


«Seilores redactores del Clamor puMao.-Muy senores mios: De-
ber es de la prensa liberal denunciar ante la nacion los atropellos
escandalosos, de que hoy son víctimas los liberales honrados, pa-
cificos y pundonorosos.


»Serian las once de la noche de! jueves 15 del actual, hora en
que me precisó salir de casa una urgencia del momento, cuando
al cruzar uoa esquina fuí bárbaramente sorprendido por dos hom-
bres de m~las fachas vestidos con chaquetas y sombrero calaMs.
Uno de ellos, montando las pistolas y presentándomelas al pecho,
dijo: «Dése usted preso á la autoridad.» No reconociendo en ellos




DEL ÚLTIMO BORBON Dit ICSh"A. 5!3
insignia alguna para tenerlos p~r tales, me negué á obedecer aun á
riesgo de mi existencia. Creí desde luego que mas bien que agentes
de un gobierno que so dice ilustrado y liberal, fuesen dos ladrones
ó asesinos. Firme en esta creencia, me opuse á la repetida intima-
cion de que los siguiera; mas verif!cándose esta escena, inmediata á
la guardia que en la calle del Lobo tiene el serior general de 1\-19.-
rina, á ella me acogí. Instiga.dJs tanto por mí, como por el cabo
comandante de aquella, para que manifestasen las órdenes que te-
nian ó las facultades que les estaban conferidas para asaltar as( á
ciudadanos indefensos y pundonorosos. se limitaron á contestar que
eran dos sargentos primeros del regimiento de San Fernando. Ni al
comandante de la guardia, ni á mí satisfizo nada sernej'lote res-
puesta, negándose el primero á detenerme preso ó arrestado. Acertó
á pasar por la calle en este momento el celador del barrio, y lla-
mándolo imploré su proteccion contra aquellos dos hombres. Le
pregunté si tenia alguna órden para proceder contra mi, y me con-
testó que ninguna; mas llamándole aparte los que dijeron ser sar-
gentos, !e hablaron en secreto, ignoro lo que debieron decirle, pero
es lo cierto que dirigiéndose á mi el celador, me dijo: « Est>ere usted,
que vuelvo.» No lo hizo así, y quien vino,fué una fuerte patrulla que
me llevó preso al cuartel de Santa Isabel. Pues lo en un calabozo,
mi desconsolada y afligida familia se presentó en dicho punto, cuya
entrada le fué negada diciendo que me hallaba incomunicado de ór-
den superior. Así estuve hasta las siete de la mal'faDa, en que en-
trando en mi calabozo el señor brigadier coroñel de dicho cuerpo,
preguntándome mi apellido, me dijo nJ recordaba que figurase EN
NINGUNA DE LAS LISTAS DE LOS CONSPIR,\DORES. Le re-
cordé de la maDera vil é iofame con que se me habia preso, y di-
ciéndome que se me creyó sospechoso, dió sus órdenes y se me puso
en libertad.


»Este es el hecho, señores redactores; este es el escandaloso ateo-
tado de que ha sido objeto un vecino honrado y pacifico, aunque li-
beral progresista por principios y por convencimiento. Este es uno
de esos hechos que sublevan la indigoacion' de los mejores ciudada-
nos contra los gobiernos que los autorizan, y mucho mas cuando
se contempla que es la distinguida clase militar la que desciende por
la obediencia pasiva á desempeñar el vil y degradante papel de es-
pias, delatores y sicarios. Soy etc.-Eugenio Pardo.»




HISTORIA DIL REINADO


v.


Con estos preliminares no es de extrai'iar que el partido monár-
quico, los impacientes, los que solo aspiran al presupuesto y no per-
tenecen al papel pasivo de los engaríados y seducidos, los mojigató-
eratas, los hOjalateros del pretendiente, se agrupasen para combatir
en las elecciones y diesen manifiestos electorales que encerraban
párrafos como estos:


«Si hasta ahora un concurso de circunstancias lamentables ha po-
dido desviar con razon de las urnas electorales á los hombres de la
monarquía; mejorada un tanto la situacion del reino, generalizada
en él una saludable tolerancia de opiniones, y colocadas á la eabeza
del gobierno persoaas que hacen alarde de buena fe, no solo es con-
veniente sino de necesidad imprescindible que aquella numerosa y
respetable comunion ensaye sus fuerzas en la lucha que se prepara,
decidlda á combatir sin tregua con todas las armas de la ley, á fin
de enviar á las próximas cortes individuos de su seno, distinguidos
por su moralidad, ilustracion yarraigo, y dispuestos á tomar una
parte activa en las discusiones del parlamento. Indicadas-están para


. la legislatura que ha de inaugurarse en 10 de octubre cuestiones de
una importancia inmensa y propiamente vitales; cuestior.es en que
se interesa la relígion sacrosanta de nuestros ,padres, que á dicha
aun es la nuestra despues de tan recios embates, la iostitucion au-
gusta del troJo, cuyo respetuoso culto forma una parle ue nuestro
ser, y otros objetos altamentos recomendables para lodo buen es-
pañol.


.Cuando la reunion de las cortes se aplaza para tan importantes
negocios~ en que sin duda 813 encierra el porvenir de la nacion, men-
gua fuera de los monárquicos, y hasla de traicion pudiera calificar-
se, mirar con indiferenc:a el uso del derecho electoral, hasta hoy
lastimosamente explotado en pro de banderías insignificantes, fecun-
das á la verdad en halagüeñas promesas y teorías deslumbradoras,
empero completamente estériles en beneficios al pueblo que invo-
can. En vista de tan repetidos desengaños, llegado es el dia de tra-
baJar positivamente en obsequio de un pais digno de mejor suerte, y
de opúner á vanas declamacione.s y debates vacíos el voto de la con-
viccion y las inspiraciones de la conciencia pública; de destruir hasta




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 5~5
los últimos vestigios del gérmen revolucionario, que ha hecho víc-
timas de su furor en esta noble tierra las personas, las pro piedades
y las instituciones mas santas: á reparar en lo posible los desastres
causados por aquel elemento deletéreo: de respirar fU paz despues de
tan escandalosa3 disensiones, reanudando los vínculos de la unidad
social á despecho de los intereses de pandilla y de mezquinas am-
biciones .


• Los hombres de ]a monarquía son llamados á tomar ]a inicia-
tiva en esta grande obra con generosidad, con patriótica abnegacion,
con inalterable templanza, sin pretensiones de vencer por la fuerza
á los partidos militantes, pero resueltos á darles un ejemplo que imi,,·
tarán, lo esperamos, cuantos hombres honrados en ellos figuren.
Materias hay en que no podrán dejar de ser unánimes las ideas y los
sentimientos de los que tal nombre merezcan; y en las demás no
será difícil la concordia para corazones verdaderamente espafíoles.
Si los hombres que en las últimascépocas han hecho un monopolio
del mando luchasen por perpetuarse en él, cual por derecho de con-
quista, 'ta contienda 'se pro-Iongana, nuevas calamidades serlalarian
su ominosa dominacion: mas en todo evento el resultado .DO será du-
doso, los deseos de los monárquicoJ han de ser coronados por un
éxito feliz. sin menoscabo del respeto debido á las leyes, sin pro-
vocaciones, motines ni desórdenes de ninguna clase, sin apelar á
otras armas que la razon auxiliada por el tiempo.»


TOllO JI. 67




CAP1TULO LXU.


SUMARIO.


Planes reaccionarios.-Despotismo en el cohro de las contribuciones.-Vuelve la cor-
te á Madrid.-Divorcio entre Isabel y el pueblo.-SiBtema rentístico de Mon.


l.


Los que suefian eternamente con la ponderacion y el equilibrio
de los poderes; los que buscan fórmulas constitucionales y con ellas
la solucion de esa antítesis inconciliable entre la soberanfa de dere-
cho divino y la soberania del pueblo, los progresistas comenzaron
entonces á disputar el derecho de corregir 6 reformar una Constitu-
cion que acababan de infringir sin escrúpulo para declarar mayor de
edad á Isabel su reina.


tos órganos de la situacion comenzaron á hacer insinuaciones se-
liaIando los vacios que el gobierno en su laconismo no habla tenido
valor para indicar.


El plan naturalmente era sencillo. Reducfase á anular la sobera-
nía nacional, dejando libre y con gran autoridad al trono para do-
menar por completo el país.


Una de las reformas que proponía el Heraldo, se refería á crear
un Senado por mitad vitalicio y hereditario. Y pretendia suprimir




DIL ULTIMO JODON DI BSPA¡¡¡A.. 517
ademAs los derechos y garantías populares arrancando de la Cons-
titucion las bases que habian de ser desenvueltas en las leyes orgi-
oieas.


ContestaD do á uno de sus artículos decia el Clamor:
«En todas las constituciones se estipulan derechos y deberes, fa-


cultades y garantías, para que tanto los gobernantes como los go-
bernados tengan una pauta fija á que arreglar su conducta en el ejer-
cicio de su vida civil y política, y sepan el punto donde acaban sus
prerogativas, y empiezan sus obligaciones. En la acerta<3a compen-'
sacion de unas y otras se funda el equilibrio de los poderes, man-
teniéndose el fiel de la balanza tan distante de la licencia como del
absolutismo. Por este motivo las reformas que propone el Heraldo,
dirigidas á aumentar las prerogativas de la corona á expensas de
las garantías del pueblo, revelan el designio funesto de establecer
la monarquía absoluta á que aspira el bando dominante.»


Animado da tan buenos deseos nuestro colega pretende que se su-
prima el articulo 2'1 de la Constitucion, que llama á cortes para el
primero de diciembre si el rey hubiese dejado de reunirlas en el afto,
porque lo conceptúa alarmante é inútil.


u.


Hacer el trono inabordable á los partidos populares; preparar el
predominio de ciertas clases, hé aquí el objeto del periódico mode-
rado.


y aun dado el caso de que se admi ti~se la ficcion constitucional
considerando al rey inviolable é irresponsable, sus consejeros po-
drian cometer los mayores atentados contra las instiluciones.


En la misma réplica á que venimos aludiendo decia el Clamor:
.Al reconocer la inviolabilidad del monarca, solo tuvo por objeto


evitar que las desastrosas consecuencias de los crímenes polfticos de
Jos ministros alcanzasen nunca á su persona, poniendo al Estado en
el grave peligro de un cambio de dinastía, Ó de una disolucion so-
cia) que derribara los cimientos del cuerpo politico.


»Nada mas fácil que unos consejeros pérfidos abusando de la con-
fianza del monarca, le induzcan á oponerse á la reunion de las cor-
tes, como el medio mas seguro para destruir el órden constitucio-
na]; y la historia presenta infinitos ejemplos de usurpaciones y des-




528 1l1STORIA. DEL REINA.DO
afueros cometidos en nombre de la corona, que pusieron muchas
veces á los pueblos en el duro trance de acudir al derecho de in-
surreccion para salvar la libertad.»


Aquella arrogancia por parte dd los 'hombres del Heraldo que
produjo la contestacion que acabamos de citar J es el punto de par-
tida de una profeda que rebia realizarse.


Los que en su pequeiiez creian posible detener el carro de la re-
volucion; los que se burlaban de la escena del Juego de pelota bajo
la presidencia de Bailly, y creian dificil que figurase segunda vez
en la historia, no tenian presente que si los pueblos sufren y las
escenas históricas no se reproducen tipicamente como lo acreditan
los hechos de Carlos I y Luis XVI, no quedan por eso sin castigo
los abusos de los principes contra las inmunidades de los pueblos.


Por lo demás querer fortificar la monarqufa, cuando en los abu··
sos del poder segun la misma confesion de los que habian lanzado
al Regente radicaban las causas del mal, era el mas lastimoso de los
absurdos.


111.


Las cortes violentamente cerradas habian dejado al gobierno sin
recursos legales.


El ministro de Hacienda que podia disponer de las autoridades
militares habia decidido cobrar á todo trance los impuestos. Y no
fa.ltaron agentes que secundaron sus deseos con insensatez y des-
vergüenza.


A esos funcionarios que violentaban de una manera tan escanda-
losa las leyes, se les dió las gracias por medio de una real órden,
Cierto es que se referia su celo á las contribuciones atrasadas; pero
si en la cobranza hubieran acudido á los medios de persuasion re-
moviendo obstáculos y allanando dificultades para dar á Jos contri-
buyantes ocasion y medios de satisfacer las cuotas, podria haber te-
nido algun objeto esa meneion honorífica.


Pero cuando se habian exigido á bayonetazos los débitos á la Ha·
cienda pública aHanando las casas y arrebatando á viva fuerza su
importe, ese peregrino documento era un escarnio y un contrasen-
tido.


En la Corulla entraron los agentes de policia acompanados de la




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 529
fuerza armada, y á viva Cuerza recaudaroB las cantidades que lle-
vaban órden de exigir.


y los periódicos ministeriales qU6rian deducir, á pesar de todo,
que inspiraba tal confianza el gabinete á los pueblos, que ellos se
prestaban espontáneamente á proporcionarle recursos para cubrir las
atenciones del Estado.


Desprecio mas que indignacion causa semejante modo de argu-
mentar.


La verdad es que uno dé los mas terribles conflictos para el go-
bierno; una de las causas permanentes de la crisis; uno de los obs-
táculos que hallaba la reaccion era la situacion de la Hacienda.


IV.


La corte, ya 10 hemos dicho, llevaba ya mucho tiempo ausente
de la capital.


In ministerio no acertaba á resolver las graves dificultades que le
rodeaban. Y se decidió por fin el regreso de Isabel.


Comprendiendo sus consejeros que debía hallar mala acogida en
los pueblos, y aprovechando ]a estacion para caminar de noche, llegó
á Madrid á las tres de la madrugada en medio de la oscuridad y del
silencio.


"Qué significaba aquella misteriosa entrada en hora tan intem-
pestiva, cuando la poblacion estaba entregada al sueno? ¿Cómo los
monárquicos tan respetuosos quitaban al pueblo de Madrid la satis-
faccion de ver á su Reina, el medio de tributarla nuevos homenajes
de su respeto y adhesion? ¡A.h! Comprendian perfectamente que el
pueblo hubiera dado una severa leccion á la Camilia de los Borbo-
nes reprobando con su silencio la conducta de aquel gabinete nom-
brado por la Dina con acuerdo de su madre.


y ellos querian evitar las impresiones externas que naturalmente
el terror y el disgusto debian arrancar al pueblo que habia mos-
trado en otros tiempos tan ardoroso entusiasmo.


Siempre pérfidos y desleales, los saltimbanquis políticos que ba-
cen un júego de doble efecto de las cuestiones políticas, aquellos que
habian asaltado el poder á nombre de los derechos del pueblo para
afia.oflar el trono que se bamboleaba al empuje de las olas revolu-
cionarias, querian completar la educaeion de It;abel apartándola á




530 HlSTOIUA DEL BIL'UDO
los ojos de la muchedumbre, envolviéndola en un misterioso reco-
gimiento donde podía á sus anchas dar culto al Amor y á Baco sin
testigos importunos ni temores á criticas severas ni burlescas chan-
zonetas.


Así habia salido improvisadamente de Madrid; asi volvia en me-
dio da las tinieblas de la noche.


El divorcio estaba consumado .. Muchos liberales que habian apren-
dido á confundir en un mismo carino á Isabel y á la ConstitucioD,
podian comprender que la Constitucion é Isabel eran dos mitos, DO
eran dos realidades.


Bajo este aspecto los moderados que decian odiar la revolucion;
y Gonzalez Bravo que habia descaradamente incurrido en apostasfa,
han hecho mas por el progreso y por la causa de la libertad que los
verdaderos revolucionarios; han demostrado que los dos principios
la soberanía nacional y la soberanfa real son incompatibles, y lo han
demostrado prácticamente, lo han puesto al alcance de todas las in-
teligencias.


Durante once anos Isabel ha perseguido con su desprecio y con
su odio á los liberales; ha mantenido desarmado al pueblo que ha-
bia levantado en sus bayonetas el trono constitucionaJ; ha privado de
sus derechos á aquellos Ayuntamientos, á aquel1as instituciones po-
pulares que poJian servir de freno á los enemigos personales que
por ambicio n la disputaban el cetro.


Durante once afios y sistemáticamente tambien ha rodeado su al-
cázar de obispos corrompidos, manchados con crimenes, verdaderos
matones, y de monjas impúdicas que fundando verdaderas mance-
bias llevaban la seduccion y el escándalo á las jóvenes que tenian la
desgracia de caer en el lazo que se les tendia.


y ese viaje, esa vuelta eran el primer paso bien marcado para la
ruptura completa entre Isabel y el pueblo que la habia' visto nacer.


v.


Mon era considerado como una notabilidad rentfstica por sus par-
ciales; pero desconocia por completo toda nocion acerca del verda-
dero objeto del impuesto, y no sabia ni podia, dadas las condiciones
en que debia girar, desenvolver un sistema económico que pudiera
hacer llevadera' los contribuyentes la situacion del país.




DBL ULTIMO BORBON DB ESPA.ÑA.. 531
Viviendo en el seno de las ambiciones; debiendo premiar con lar-


gueza servicios indignos, el partido moderado necesitaba á toda costa
un caudal inmenso, un botin nada escaso.


Por una aberracion inconcebible, los bombres de astucia, de fuerza
'Y de inteligencia que vienen dominando en las disti::ltas esferas y
bajo diversas formas á los pueblos, llevando á la explotacion de la
multitud por objeto, en uno ú otro sentido, por una ú olra manera
han dispuesto siempre que pague el que produce con su trabajo los
gastos y los goces de los que viven en la holganza y en el sibari-
tismo.


Dan organizado la propiedad cuando se hallaba en su poder por
la conquista, y han declarado que el que quisiera trabajar la tierra
pagaría en primer lugar al seilor una renta y al Estado una contri-
bucioll; Ó se resignaria á recibir un misero salario dependiendo di-
rectamente no ya del seilor que se desdeilaria de mirar siquiera como
germinan las plantas fecundadas por el sudor del hombre, sino de
criados imbéciles que por recibir una sonrisa del tirano se prestan á .
ser esclavos y verdugos de otros á quienes consideran esclavos de
órden inferior. Y en todas las artes, y en todos los ramos de-la in-
dustria y de la actividad humana acapararon los instrumentos del
trabajo, y el fisco vino á retirar una parte sin razon ni motivo plau-
sible para ello.


VI.


Examinemos abora, teniendo presente que el gran Necker astu-
riano no sabia mas que la rutina, que no podia adoptcu grandes prin-
cipios de justicia para sus reformas, algunos datos importantes acerca
de la situacion de la Hacienda, y las medidas sabias de aquel hom-
bre y de aquel ministerio que en teorías polfticas, económicas y re-
ligiosas era completamente nulo é ignorante.


Segun la ley del presupuesto de 1841.2, ascienden todos los gas-
tos públicos con inclusion de los intereses de la deuda á la cantidad
de 1,1.278.059,099 reales y 19 maravedises, y los ingresos de to-
das clases á la de 871.730,641, resultando por consiguiente un dé-
ficit de i06.3!8,458 rs. 19 mrs. Aunque en el presentado álas cor~
tes para el siguiente ailo de 43 que no llegó á discutirse, se reba-
jaron los gastos 84.566,5!0 rs. 83 mrs., tomando en cuenta los




HlTORIA DEL REINADO


10.628,673 rs. de disminucion en Jos ingresos, aparecia un déficit
de 332.390,610 rs. con !O mrs., es decir, que enel primer año ó
en el de 4!, además de todos los intereses de la deuda fijados en
389.078,338 rs., faltaron mas de sesenta y siete para cubrir las
demás atenciones, y en el siguiente de 43, DO podian destinarse al
pago de los intereses, que montaban á 341.744,624 rs., 33 mrs.,
mas que nueve milLnes y pico, que aparecian sobrantes despues de
satisfechos los otros gastos.


y don Alejandro Mon no se andaba en chiquitas; comprendiendo
que lo que hay necesidad de hacer es pagar corriente para conser-
var amigos, no cuidaba de disminuir las gabelas y los compromi-
sos, y si el déficit aumentaba, y si era imposible satisfacer los inte-
reses de la deuda, la cuestion era realizar, y realizar pronto.


En la distribucion hecha el mes de julio de 1844, se entregaron
al ministerio de la Guerra 30.556,90! rs., invirtiéndose esa suma
únicamente en sueldos de las clases activas, y completando á las pa-
sivas una mensualidad, dejando desatendidas todas las atenciones
como el material de guerra, artilleda, conservacion de plazas, etc.
y esa suma excedia, sin embargo, en mas de tres millones, á la
que para toda clase de gastos correspondian mensualmente al mi-
nisterio de la Guerra con arreglo al presupuesto de 1843.


VII.


Los demás ministerios quedaban sin percibir cantidades, redu-
ciéndose toda la importancia, toda la vida política de aquella situa-
cion al ministerio de la Guerra.


"Qué importaban á aquella banda de aventureros que iban en
busca de posiciQnes y riquezas las reformas agrícolas, la situacion
de los arsenales y la miseria que por todas partes reinaba? En la
cuesUon de Hacienda lo primero era saber cuáato necesitaba cada
uno de los sostenedores de la situacion; despues, pudieran ó no pa-
garlo, se enviaba á los contribuyentes mas ó menos equitativamente
recargados un recibo para que aprontasen la cantidad que les cor-
respondia.


El gobierno graduaba en setenta y cuatro millones los ingresos
mensuales en el estado de las cantidades recaudadas y entregadas al
Banco de San Fernando en julio último, tomando por tipo el mes en




DIL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA. 5~8
que es mayor la cobranza, no solo porque se recauda el segundo
semestre de las contribuciones, si no es tambien porque los labrado-
res, que es la clase mas gravadai tienen mas intereses ó fondos de
que disponer. Puede calcularse que la recaudacion no subiria de 65
millones mensuales, y los ingresos del ano de "280 á 800 millones,
su friéndose por lo tanto un déficit anual de quinientos ó seiscientos
millones.


TollO 11.




CAPITULO LXUJ·


SUMARIO.


Planteamiento del malhadado sistema rentístico de !\Jan .-Suspension de la renta de
bienes nacionales.-Fundadas esperanzas de los carlístas.


1


Moo, sin embargo, decidido á adoptar grandes medidas que die-
sen movimiento á la industria, vida á la agricultura, confianza á to-
dos los partidos, estabilidad al poder, y unido á esto un sistema de
amplias hbertades, se proponia nivelar los gastos con los ingresos.
Pero su sistema no era. rebajar aquellos, consislia en aumentar es-
tos sin tener en cuenta la situacion de las clases productoras y ha-
ciendo gravitar sobre ellas el peso enorme de la máfluina guberna-
mental.


El senor Mon se encontraba frente á frente con un estado anár-
quico de la Hacienda, que guiada en todos sentidos por empiricos
ministros, no obedecia mas que al deseo de salir del paso, á fa ne-
cesidad de cubrir el expediente en cada momento.


MendizábaJ, hallándose en apuradisimas circunstancias, habiadu-
rante la guerra dictado ciertas medidas que podían no ser muy ar-
regladas á los principios cientificos y á las reglas de equidad, pero




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 585
que como disposiciones revolucionarias habían de servir para dar
alguna holgura al Tesoro.


El partido progresista reconociendo que la propiedad es legisla-
ble desde el momento en que constituye eso que se llama patrimo-
nio elemento de produccion, capital; y considerando que habia gran-
des abusos en la acumulacion de inmensas fortunas, puesto que se
hallaban descuidadas, yermas, estériles, inmensas comarcas, aceptó
el principio de desvinculacion, de desamortizacion.


y como el clero, esa sociedad que tiene por objeto honrar á Dios,
habia acumulado cantidades inmensas, territorios que era difícil me"
dir, vi6 en esta aglomeracion de propiedad un elemento perturba-
dor, toda vez que sus detenfadores no observaban las reglas que de-
bia dictarles su caridad para hacer participes á los infinitos desgra-
ciados de las riquezas que amontonaban, solo como administradores,
y para desenvolver el sentimiento que habia dictado esa acumula-
cion.
Mendizá~al, convencido entonces de la justicia de expropiar, y.


apremiado por las circunstancias, babia declarado bienes nacionales
los que poseian las comunidades religiosas. afectándolos como hi-
poteca especial para íos acreedores del Estado.


Mas adelante, y cuando se trató de la reforma parroquial y de la
necesidad de poner órden en la administracion, tambien los bienes
del clero secular fueron declarados nacionales.


11.


Mon, que representaba una polftica diametralmente opuesta, no
una política conservadora, que en tal caso le hubiese aconsejado res·
petar lo hecho, sino una política reaccionaria, se decidió,~á pesar de
los perjuicios que pudieran seguirse, porque los acreedores del Es-
tado se alarmaran, á suspender la venta de los bienes nacionales.


Con tal motivo publicó un decreto, que pretendía justificar en es-
tos términos:


«Tiempo es ya de buscar algun remedio á este malestar, y como
uno de los mas á propósito es sin disputa la aplicacion inmediata de
los rendimientos de los bienes que eran propiedad de este mismo
clero, y que aun no han sido enajenados, al sostenimiento del culto
y de sus ministros, es inevitable la suspension de su venta hasta que




536 mSTORU DEL REINADO
con mas meditacion y detenimiento puedan avenirse y conciHarSé
todos los intereses, sin perjuicio de los fines á que dichos bienes
fueron aplicados. .


»Dos dificultades, cuya gravedad no se oculta al que suscribe,
pudieran oponerse á este pensamiento; el temor de infundir el mas
mfnimo recelo á los poseedores de los bienes que la nacíon ha ena-
jenado, y el de perjudicar á los acreedores al Estado, disminuyendo
el fondo destinado á la amortizacion de sus créditos.


»Mas, set'lora, el gobierno de V. M. está decidido, y con volun-
tad firme y resuelta á respetar y bacer que todos respeten, como de
todo punto inviolables, las propiedades adquiridas procedentes de los
bienes del clero regular y secular que han sido enajenados en estos
ultimos afios con arreglo á las leyes que en ellos mismos se dieron.
La estabilidad es la primera necesidad de los pueblos, y por mas que
DOS cueste decirlo á los que hemos sido testigos de tristes y deplo-
rables acontecimientos, las reacciones no han producido jamás bien
alguno á las naciones. Todo se puede corregir y mejorar por la mar-
cha lenta del tiempo, con la cODservacion del órden y la imparcial
administracion de la justicia, sin conmover la sociedad ni lastimar
los intereses creados. Ningun perjuicio debe tampoco resultar á los
acreedores del Estado porque se suapenda Ja venta de los bienes del
'clero secular, pues ademis de que su hipot~ca ni se distrae ni se
. enajena con esta medida, es ya una verdad demostrada que no son
las hipotecas especiales las que aseguran e) pago de los créditos con-
tra el Estado, y que solo tienen estos seguridad de ser satisfechos
en una buena administraeion pública, de donde salgan los produc-
tos necesarios para hacer frente á todas las necesidades y cuidados
del gobierno. Buen ejemplo de semejante verdad está preseatando
nuestra nacion, donde la mejor hipoteca que tuvo jamás país alguno
ha sido insuficiente para levantar el crédito del Estado de la postra-
cion y abatimiento en que por diversas causas se hallaba sumer-
gido .•


111.


No explican suficientemente Jos párrafos que dejamos copiados la
causa Terdadera de ese acto de la administraeion. Sin duda entre la




DEL ULTIMO BOnBON DE ESPAÑA. 587
fraseologfa bien estudiada se pretendia alucinar á todos con espEl-
ranzas quiméricas.


A los acreedores del Hstado les lisonjeaba con que la hipoteca no
se distraia ni· enajenaba; al clero, con que la medida estaba dictada
para mejorar su aflictiva penuria, y echar los cimientos de una buena
ley de dotacion; á los interesados en el triunfo de las reformas, con
que es interina ]a suspension y con que el asunto seria sometido á
las próximas cortes, indicando algunos periódicos ministeriales que
sobre las ruinas de la ley DO se alzaria otra vez el absurdo sistema
de la amortizacion. A ]a corte de Roma quizá se presentaria el de-
creto como el principio de una era de reparacion en que debian am-
pliamente subsanarse las injusticias, los males y los despojos que la
revolucion babia causado á la Iglesia espai'lola.


y como el ministro trataba con cierto desden esa hipoteca, sena·
lando otras garantías al pago y seguridad de los créditos contra el
Estado, no tenemos otra cosa que hacer que recordar lo que mas
arriba hemos dicho respecto á la situacion del Tesoro.


Ciertamente que la seguridad de los créditos consiste en el pago
de los réditos y en los recursos que pueda proporcionarse la admi-
nistracioD para hacer frente á todas las necesidades.


Pero el senor Mon sabia el estado de la Hacienda, y firmaba sin
embargo el siguiente decreto.:


«En atenciGn á las raZGnes que me ha expuesto el ministro. de
Hacienda, y de acuerdo. con el parecer de mi cGnsejo de ministros,
be venido en decretar lo siguiente:


.Artículo. 1. o Se suspende la venta de lGS bienes del clero se-
cular y de las comunidades religiosas de monjas hasta que el go.-
biernG, de acuerdo con las Co.rt9s, determinen lo. que convenga .


• Art. 2. 0 Los productos en venta de dichos bienes se aplicarán
desde luego. integros al mantenimiento. del clero secular y de las re-
ligiosas.


»Art. 8.0 El ministro de Hacienda queda encargado. de dispo.-
ner ]0 conveniente para la ejecucion del presente decreto. en to.das
sus partes. JI)




538 HISTORIA DEL REINADa


IV.


El valor de los bienes cuya venta se suspendió por ese decreto,
era el siguiente:


Fincas rústicas.
Idem urbanas.
En censos. .


Total.


Rs. vn.


~oo.ooo,ooo
120.000,000
315.000,000
835.000,000


Con este capital pudieran haber amortizado hasta la suma de dos
mil millones de la deuda pública, si se atiende al resultado de las
subastas y remates hechos hasta aquel día; si se reconociese al capital
un rédito de 3 por 100 aminorando el del papel consolidado del 5,
por unos diez millones que producirian á lo sumo los bienes reser-
vados, la nacion tendria que pagar sesenta de los réditos de cada
afio. 6Y qué golpe no se daba á la riqueza del Estado, p{)f¡iendo es-
tos bienes fuera de la circulacion general? ¿Quién podrá calcular las


. mejoras y beneficios, de que serian susceptibles, entregados como
libres al celo y á la inte1igencia del interés privado? 6Quién podrá.
calcular los millones que produciria al erario este aumento de la ma-
teria imponible~


V.


El ministerio vacilaba siempre, no ~abia marchar ni dar un paso
sin que diera un tropiezo á cada momento.


Despues de la salida de Viluma, los ministros, como poseidos de
hormiguillo, no cesaban un punto ni sabia n estarse en quietud ni
reposo. Todo era como con la ardilla de ]a fábula, idas y venidas,
vueltas y revueltas, subidas y bajadas, movimientos en todos sen-
tidos.


Los señores Mon y Pidal salieron en posta para hacer una visita
á su protector el general Narvaez, y despues de varios conciliábu-
los y manipuleos, regresaron á sus reales, donde dieron á luz la es-




DIL ULTIMO BOIlBON DE ESPAÑA. , 539
tupenda convoJatoria á cortes para destruir la Constitucion. Pasá-
ronse algunos días al parecer tranquilos; pero nuevos apuros hicie-
ron necesario un nuevo viaje. Entonces el sefior Mon, mudando de
pareja. se llevó á Barcelona su amable colega el ministro de Gracia
y Justicia por antitesis, para hacer una segunda visita al general
Narvaez. Muy en breve volvieron á favorecer á Madrid con su pre·
sencia, y de este segundo viaje salió á rodar el célebre decreto sus-
pendiendo la venta de bienes nacionales. '


Por fin regresó el sefior Narvaez á Madrid. Parecia regular que
con su llegada se concentrasen las fuerzas del gabinete, y que una
vez conseguida la reunion de todos los ministros, que se conside-
raba de tanta urgencia por los órganos de la situaeion, tuviesen tér-
mino las idas y venidas. No sucedió así sin embargo. El sefíor Ar-
mero cayó á la vez en su tentacion de viajar, y tomó pasaporte y
viento fresco para Sevilla, donde pensaba permanecer un afto, con
objeto de reponerse de los malos ratos que le habia dado el con-
trato de vapores hecho por el serIor Portillo.


El ministerio que habia permanecido sin completarse, dando oca-
sion aJ general Narvaez para crearse una reputacion en Europa yen
el mundo, como digno continuador de la obra emprendida por Gon-
zalez Bravo para llevar á Espana al grado de potencia de primer ór-
den, por sus hábiles combinaciones diplomáticas, seguia siempre esa
marcha de incertidumbre. Acaso por esto no hallaba quien se atre-
viese á intervenir directamente en estos asuntos.


España estaba completamente desconceptuada ante el mundo, y
sus hombres de Estado á porfía trabajaban en hundirla mas y mas.


E! célebre autor de! Estatuto, que no era ni con mucho hombre
politico, ni estadista, ni diplomático, pero que era aficionado al bello
sexo y á la galantería, y que podía servir así muy bien y represen-
tar á una certe de cortesanas, se hallaba de embajador en Paris, y
de allí pasó al ministerio de Estado.


VI.


Como un hecho escandaloso, pero que refleja perfectamente la si-
tuacion, sus hábitos y sus costumbres, copiarnos á continuacion un
documento de gran interés que daba á los carlistas grandes espe-
ranzas.




540 mSTORIA. DEI,. REINADO
«Adicion á la órden general de 18 de agosto d~ 18'i.-Para


cumplimentar una órden del Excmo. sellor capitan general se hace
preciso, que todos los sellores jefes y oficiales pertenecientes á este
depósito y procedentes del convenio de Vergara, que no tengan re-
validados sus empleos, presenten en la oficina del detall dentro del
término de tercer dia, una noticia de la fecha en que solicitaron su
revalidacioD. -Alameda .•


Como complemento de esa órden se comunicó á los oficiales libe-
rales que se hallaban en los depósitos otro documento interesante,
y decia asf:


«Depósito militar del primer distrito en Alcalá de Henares .
• Orden general del 14 de agosto de 1844.
»Todos los sellores jefes y oficiales comprendidos én la adjunta


relacion, pasarán á la oficina del detall dentro del término de veinte
horas, noticias de los puntos donde deseen esperar sus retiros ó li-
cencias absolutas para que han sido propuestos; debiendo inmedia-
tamente dicha oficina formar y pasar á mis manos la citada relacion
con las circunstancias expresaJas, á fin de remitirla al Excmo. se-
llar capitan general del distrito con la premura que esta autoridad
lo exige.-Alameda.»


En el depósito de Alcalá habia ''7 jefes y oficiales de milicias pro'
.vinciales. Recibieron sus licencias 4: 1; fueron colocados tres subal-
ternos; quedando en el depósito tres de la Guardia que como los con-
venidos merecian la confianza del gobierno.


El total de retiros y licencias que se dieron en los 1'7 distritos
militares ascendia á mas de dos mil; mientras que ingresaban en las
filas los antiguos cabecillas carlistas.




CAPITULO LXIV·


SUMARIO.


Nuevas elecciones.-Betraimiento del partido progresista.-Elemento~ reaccíonariOli
de aquella situacion.-Conlusion entre las autoridades,-Folleto de Arihau t1()lJ,e
la reforma de la Constilucion.


1.


Habia llegado nuevamente el periodo electoral.
Los periódicos surrian horrorosa persecucion. El Espectador hubo


de suspender algunos di as sus tareas por UDa causa seguida á su
editor responsable. Las denuncias se multiplicaban; las recogidas
eran cosa ¿e cada momento.


El partido carlista al ver el descaro con que se represen faba la
farsa cODstitucbnal, reclamaba el poder, J en todas partes se habia
presentado audaz y decidido á bacer pasar sus hombres.


En Madrid figuraba el marqués de Viluma al frente de la candi-
datura.


Pero como todo tiene su parte ridícula, entre otras muchas mues·
tras qua pudiéramos dar de la literatura conservadora, citaremos
unos párrafos de cierto jefe político de Murcia, que por lo rimbom-
bantes han de merecer en lo futuro ser citados como ejemplos de
buen decir:


TOMO H.




5i! HISTORIA DEL REINA.DO
«La bora se acerca de ejercer el mas importante de nuestros de-


rechos politicos; el presente y el porvenir, el trono y la libertad, la
paz y la justicia dependen de vuestra palabra en este momento so-
lemne.


»De vuestro fallo habrá apelacion á la historia; su sentencia no
tiene súplica: por ella vais á quedar infamados en )a eternidad de la
nacion, ó consagrados en la inraHbilidad de su juieio; teneis eora-
ZOD; escoged.


»En cuanto á mí os prometo que libres como el mento, séguro8
como elleon podeis marchar á las urnas; de vuestro voto en ellas
salga esplendorosa como el fol )a patria: ¡ay del malvado que in-
tente de cualquier modo su profanacion, que de eualquier modo tam-
bien seria anli -soeial! No existe en vano.»


En algunos puntos solicitaron los amigos del gobierno el apoyo de
los progresistas para poder triunfar del par~ido clerical; pero era di-
fíeil que se prestasen á servir y apoyar á los que tan implaeable-
mente habian quebrantado las leyes y perseguido á los hombres de
la libertad.


11.


El gobierno acababa de disgustar á todos.
Aquellas elecciones fueron un eseándalo continuo. En muehos


pU!ltos no pudo formarse mesa á pesar de los amafios y de las coae-
ciones; en otros aparecieron votando casi todos Jos electores y por
unanimidad á los candidatos del gobierno. En otros colegios la fuer-
za armada, los agentas de policía apalearon á los carlistas, y lle-
vaban á los electores entre bayonetas á votar eandidatos determi-
nados.


El partido progresista se retrajo en masa, no pudiendo aceptar la
responsabilidad de hechos que debian ejereer funesta influencia en
el porvenir.


El partido dominante, una vez terminadas las elecciones, se divi-
dió profundamente. y en todos los eirculos se procuraba preparar
eandidatos para la modificacion ministerial.


Cuando solo se trataba de repartir el botin, de conferirse los des-
tinos, de adjudicarse los contratos usurarios y de jugar á ]a bolsa
dueños de los seeretos y de los designios Jel gobierno, euando no




, -J)BL ULTIMO BORBON D.I BSPANÁ. 5{3
era euestion sino de perseguir al partido liberal, se acordaron yen-
tendieron per(Jctamente los hombres de la pandilla moderada; pero
cuando á beneficio de la usurpacion y del perjurio, y despues de
arrastrarse por una senda regada de sangre, se habia venido al mo-
mento crítico y solemne de alterar la organizacion polhica, las
opiniones encerradas en sus entrafias como una caja de Pandora,
procuraban abrirse paso para labrar los cimientos de su futuro po-
derío.


Compuesto el bando, que tantos nombres habia adoptado, de ele-
mentos heterogéneos, semejantQ á un mosaico de variadas formas
y colores, reforzado y capitaneado por los tránsfugas y desertores
de las demás fracciones políticas que se alistaban en sus banderas
sin niDgun género de prueba ni precatÍcion, no debía parecer extra·
lo, y aotes bien muy natural, que en su masa informe y desorga-
nizada hubiese st'ctarios de todas las escuelas, apóstoles de todos los
principios, y gérmenes profundos de anarqufa y de lucha perpetua
y encarnizada.


UI.


Ningun partido era menos propio para alterar el código de 1837,
formado por UDas cortes legítimas y constituyentes, porque estas
graves empresas requieren principios fijos, unidad de miras y pen-
samientos, y una popularidad iomensa, cuya fuerza alcance á con-
tener los in tereses y las opiniones que se lastiman por necesidad con
semejantes reformas. Ofuscados Jos conservadores COD un triunfo
revolucionario, no temieron en su arrebato y frenesÍ hollar con
planta osada el símbolo de la libertad espafíola. Las fuerzas, sin
embargo, que se emplearon para este atentado orlioso, se separaban
y volvían las armas uoas contra otras en campos diversos, desde los
que se acechaban y combatian para conseguir los designios que rp.s-
pectivamente abrigaban al formar parte de tan monstruosa amal-
gama.


Esas eran las causas de ]a profunda division, de la guerra intes-
tina que por todas partes se hacia ver en el ministerio, en las futuras
cortes, en el Palacio, en el ejército. El lazo formado por la ambi-
cion, se habia roto por la ambicion misma: el interés efímero y bas-
tardo que los habia congregado los apartaba entonces para dar en-




54i HISTORIA DBL,RBINADI
trada á sus intereses permanentes y á las exigencias opuestas de
8US preocupaciones y de sus compromisos.


El partido militar babia logrado constituir una situacion qu~ po-
dia satisfacer á Ivs hombres de órden de la camarilla, á los hom-
bres que se llamaban de doctrina; á los hombres de negocios sobre
todo.


Con la entrada de Martinez de la Rosa que traia a1 ministerio el
prestigio poético que necesitaba, venia á completarse el cuadro d~
la situacion; y el héroe de A.rdoz podia contemplar su obra satis-
fe~b".


Es verdad, que con esto daba un colorido estatutista á la futufa
reforma; es verdad que quitaba ci;~rta fuerz:¡ ea el partido realísfft
á la situacioD, porque los curas y frail~s acnsaban, y acaso no sin
fundamento, al célebre pastelero de cómplice moral en fa matanza de
los frailes. Pero quieras ó no quieras, hasta Moo y Pidal pasaban
tambien por liberales.


El verdadero reaccionario era don Luis Mayans, Jos demb peca-
ban de h{'mbres templados y aun frios, pero por susantecedentes s*,
los acusaba como de revolucionarios relapsns.


A.quel gabinete, en suma, tal como s~ hallaba conslituido,era un3
esperanza y una promesa de que se conservaria el régimen liberal;
.pero eran, una esperanza y una promesa tan vagas, tao a1reas y tan
deleznables como la que encerraba la Coostitucion triturada, es-
carnecida por el sable, por las bayonetas y por las ironías de los
ageot~s de la reacciono .


y as( aquel ministerio tenia dos caras: una por sus antec~dentes
que presentaba á los amantes d~l gobierno representativo, absoluta
ficeion, y otra á los bombres del antiguo regimen que admitian 'Y
transigian con cierlas reformas.


IV.


Entre las autoridades que servian al gobierno de Narvaez reinaba
la mas lastimosa confusioD.


El moderantismo que vive á la sombra del presupuesto, que Dft
tiene un principio generador, .¡ue se desenvuelve casulsticamente,
se mantiene algunas veces con cierto ,iso de fuerza y de popula-
ridad, segun que favorece estos ó aquellos intereses,reparte gracias




DIL ULTDlO BORBON DI ESPAÑA. 515
ó condecoraciones, concede indultos, otorga permisos para construir
puentes, caminos, Ó seminarios; traslada colegios militares, ó pre-
sidios, Ó uoiversldades; establece partidos judiciales ó da la prefe-
reDc;a de capitalidad ...


Uoa de las bases capitales y prácticas de la lógie:l moderada es
que cada pueblo se baile regido por leyes Jlferent€s; es decir, por
los capricbos de la autoridad que le ba tocado en surrte. Como DO
se atiene á la letra ni al espiritu del código fundamen tal; coreo no
tiene otra máxima [Ji otro credo que conservar en las calles el 6r-
den ma\e~ia\, bacer que los ciudadanos paguen el impuesto y re-
partirle de la mejor maDera q:1e puede eJlre los que se sientan á la
mesa del presupuesto, el ea pitan general yel comisario de policía,
el jefe político ó el alcalde, el juez de primera instancia y el comi-
sionado de apremios llevan en su credencial tlida la ley y los pro-
fetas.


Si hallasen por acaso resistencia á sus determinacionps, cada eual.
en m esfera acude al gnardia civil, al carabinero, al alguacil ó á la.
metralla para hacerse respetar.


El principio de autoridad está am donde bay un agente del mo-
derantismo; allf donde hay un moJerado atrabiliario. y aote el princi-
pio de au toridad capn todas las garantías, tndos los derechos, todas
las constituciones. Obedece, paga 11 protesta SI quieres, que nadie te
escuchará. tal es el dogma elástico que inspira á las situaciones
doctrinarias.


y como los gobiernos forman un jefe político de un cabo de tam-
borps. y un comandante de batallon y aun un principe de la real
familia de un estanquero; como solo exigen á sus dependientes
que contribuyan como cadáveres al triunfo y al sostrnimienlo de la
familia feliz; como cada cual fabe que su r:ltribucion y sus aSCPDSOS
se hl1l1arán en razon directa de las vejaciones y arbitrariedades,
~l\da agente es un Neron para castigar, un lince para observar, y
una liebre, todo orejas, para hacer de ~scucha y de soploD.


Y.


En un follf'to qu~ DO era sospechoso para los hombres de paz,
ó,tkn y Justicia. porque su autor vivia desde mucho tiempo en re-
Jaeiones con la Bor y nata del bando reaccionario y babia dirigido




546 HISTORIA DEL RIINADO
el Correspo"sal, periódico de Salamanca, se leian las siguientes )f-
neas:


(t Porque dejando siempre á salvo la integridad y firmeza de mis
convicciones, una tengo superior á todas, ante la cual enmudecen y
se humillan las demás; y es que las npiniones, los sentimientos, los
deseos de un particular. dueno absoluto en su limitado circulo, han
de ceder fuera de él á las reglas establecidas qu~ soo la garantla y
condicion necesaria de la sociedad: porque desconfiando de la per-
feccion en la segunda obra, que nunca tendrá UD orígeo ni mas ni
menos elevado en la escala de la inteligencia, me atengo á la pri-
mera, que tiene á su favor la poderosa excepcion de una existencia
de mas de siete años, y va ganando en su diaria prescripcioD. fuer·
za y autcridad á medida que recorre intacta la órbita de los 'tiem-
pos, lt>jos de la bilja atmósfera de las visisitudes y trastornos; por-
que enlre las discordes y siempre lnstables opiniones de lo~ hom-
bres, nect'sito UD anillo que las enlace, las sostenga y preserve del
choque y del extravio: una fe de cODviccion, de interés ó de mutua
condescendencia, que acalle las pretensiones individuales, que dlri·
ma en última instancia todas las cuestiones difíciles Ó apasionadas,
que deslindando los términos de lo licito y de lo vedado, ensf'ile á
cada cual lo que puede querer, y lo que debe observar: porque aun


. las c0nstituciones de meDOS nombradía tienen en si mismas su cor-
rectivo, y se amoldan á las circunstancias, tlesde luego que encer-
rándose en disposiciones radicales y prescindiendo de fórmulas mi-
nuciosas, dejen sueltas al arbitrio del poder legislativo laR aplica-
ciones que modífican el resultado de la accion de los principios in-
fluyentes, fomentan y encaminan al bien comun los bábitos electo-
rales, sin necesidad de llegar á lo que debe considerarse sagrado y
fuera de todo alcance: y finalmente porque no en vano me glorio
del nombre de conservador; porque siempre he rechazado el Utulo
de revolucionario. armado ó desarmado; porque cuando he expuesto
UDa OpiO¡OD, lo he hecho sinceramente, sin afectar rE'speto á lo que
me repugnaba, sin encomiar lo que me proponia destruir.»


El sp,nor Aribau, que se decia conservador, no queria sufrir la
nota de traidor é hipócrita, y tomando en cuenta que la Constitucion
existia ya de larga fecha. pretendia con5~rvarla.


En su o~úscu'o se proponia demostrar la improcedencia de la pro-
yec~atla reforma y sus funestisimos resultados para el órden moral,
civil y politico.




DEL ÚLTIMO BORBON DI ISPAMA. 54'
Bajo el dominio de tales circunstancias, creia él que SiD ser la


Consti:ucion una obra perfecta merecia respeto si se queria afirmar
algo en aquellas circunstancias.


Temia y no SiD fundamdnto que al poner su mano los poderes
sobre lo que era inviolable y sagrado, sobre lo que representaba la
voluntad del pueblo en un momento dado, se abria la puerta de
nuevo al periodo constituyente, á la era revolucionaria, cuando se
decia en todos los tonos que era preciso cerrar aquel periodo y es-
tablecer con solidez la obra de la conciencia de los ciudadanos.


VI.


Los términos en que se expresa, las proposiciones que establece,
y las indirectas que lanza, descubren en medio de cierta mesura y
circunspecciJo, las dudas y temores que asaltan su espiritu, y el
amargo desengaño con que ha visto frustradas las lisonjeras espe-.
ranzas que le hizo sin duda concebir la dominacion de sus amigos
políticos.


Los bechos que refiere, los argrlmentos que aduce, son )a cen-
sura mas completa y significativa de la conducta falaz del bando do-
minante. Para retraer á los hombres que en mal hora dirigian los
destinos de la patria, de su absurdo propósito, les recuerda sus men-
tidos juramentos, y los pérfidos homenajes que pagaban á la Con s-
titucion de 1837, procurando adormecer sospechas, y alucinar á
los incautos sobre la procacidad de sus miras, hasta que liegase la
OCaSi()D Opoituúa de realizarlas á mansalva, como los hechos aca-
baban de confirmarlo.


Continuaba el señor Aribau:
« Elios hablaban en nombre de su partido que los oia como sus


oráculos. En vano un elocuente orador progresista en la sesion de
27 de noviembre, dijo que no pretendia exigir que la comision hi-
ciese un panegírico de la Constitucion de 1837; la comision quiso
hacerlo por el órgano de sus individuos. Uno de ellos dijo que en
el elogio que de ella se hacia iba envuelto el de sus autores Jos di-
putados de las cortes constituyentes. El señor Martioez de la Rosa
lué mas allá, y no solo prútestó la completa aquiescencia de los su-
yos á la nueva ley, sino que la abrazó, la prohijó con entusla3llio
{ln medio de los aplausos que siempre excita la elocuente voz de S. E.




548 HISTORIA DEL ILKINADO
cuando apela á Jos sentimientos nobles y verdaderamente espaftoles.
Ahi están las sesiones de aquellas cortes en que la Constitucion ju-
rada descollaba como un monumento nacional erigido por unani-
midad, que habia tenido la dicha de reunir los deseos de todos. To-
davía me parece oir al general Narvaez, actual presidente del Con-
sejo, cuando en la sesion del 1~ de diciembre, al despedirse del
congreso p&ra ir á organizar el ejército de reserva, exclamaba con
su genial fogosidad: «Senores, en Espalia no es dudosa la carrera
que hay que seguir; la corona ha aceptado la Constitucion de 1837;
esta es la que debe reunir á todos los espaiioles, y traidor será el
que no la respete.»


VII.


¡Qué contraste (an singular fllrmaba esta protesta, hecha por un
hombre qlle siempre babia figurado en la línea de los conservado-
res ó moderados, con la conducta observada por los Quintos, por
los Nocedales, por todos esos apóstltas, por todos esos nuevos re-
clutas recientemente a!istados en las filas de sus antiguos adversa-
.rios, quienes despues de haber ostentado las ideas mas democráti-
cas, se apresurab.ln á prestar su insidiosa cooperacion para la ruina
del codigo fundamental!


Los mismos proyectos existian en el año 4.0 que ahora, sin mas
diferencia. que la de que entonces los fariseos no se atrevian á dar
tan abiertamente la cara, porque les (altaban los elementos, que
ahora se lisonjean de poseer dentro y (uera de España.


Cuando se marchaba descaradamente al régimen absoluto, refor-
mando la raquítica Coostitucion del 31, claro es qJe toda leyera
un estorbo iJue se procuraba apartar para ir al objeto con desemba-
razo. Era un medio de atraerse á los partidarios de don Carlus, una
concesion hecha al principio absolutista, domiuante en los consejos
de la corona. El cumplimiento del deseo y de fas promesas de Cris-
tina, que queria entregar &. su hija un poder sin restricciones. Yex-
clamaba el sefior Aribau:


«¡QUl3 con la ConstituCÍon de 1831 no se puede gobernar! esta es
la fraSe sacramental que se repite con énfasis entre ¡os qne sin to-
marse el trabajo de discurrir, encierran todo su saber en una sen-




DEL ÚLflMO BORBON DE ESPAÑA. 5"
tencia ó estribillo que han oido casualmente. ¿No se puede gober-
nar? otros han gobernado con ella: luego no es imposible.


El Heraldo contestaba á estas últimas frases lo siguiente:
«Las cortes de la nacio!! espaftola, libremente elegidas por el pais


con arreglo á la constitucion de 1837, deberán reunirse en la capi-
tal de la monarquia ellO del próximo octubre, para dar principio
á sus sesiones. Los varios y graves sucesos que han agitado al pais
en estos últimos meses, y ]a magnitud de las cuestiones que ha de
resolver la próxima legislatura, justifican sobrada menta ese vivisi-
mo anhelo con que espera el pais la obra de sus legiJladores. Nun-
ca, desde 1834, fueron tan arduas, importantes y trascendentales
las tareas de los cuerpos legislativos; nunca pendieron de su Callo tan
grandes y elevados intereses. Natural es, pues, y legítima la impa-
ciencia del público, y digna de admiracion y alabanza la actitud
noble, majestuosa y tranquila con que espera la solucion legal de
las grandes cuestiones pendientes, desoyendo con indignacion las
sugestiones interesadas de sus perpetuos agitadores.»


TOMO 11. 70




CAPITULO LXV.


SUMARIO.


'¡'fisiones en el hando moderado.-Apreciones de diferentes periódicos.-Apertura
de las cortes.-Discurso de la corona.-Dualísmo en el gabincte.-Espíritu de la
prensa.


l.


Las especies dai'iioas tienen en si mismas el gérmen de su des-
truccion; y el bando moJerado que llevaba )a idea de destruir y es·
quilmar á Espafia, no podía escapar á esa ley fatal: llevaba en sus
entrañas la hiel, el veneno que debía corroer sus fibras vitales.


La ambicion, el egoismo, la soberbia, la envidia, todos los malos
instintos hervian entre el cúmulo de aventureros, que, como banda
de cuervos, acechaban el instante de poderse arrojar sobre el cadá-
ver de la patria para devorarle.


Los int~usos, los apóstatas que habian ingresado en las filas del
moderan.tismo, creyendo asegurada su dominacioD, iban descubrien-
do ya sus pretensiones y forjando planes, fraguando complots para
imponerse UDas á otras las distintas fracciones.


Habian perseguido juntos coo sus rencores al corouo enemigo;
habian dispersado al partido progresista, y diezmaban y encerraban
en los calabozos á los valientes hijos del pueblo que querian rei-
vindicar su libertad.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA.. 551
y llegaba el cumpleaños de Isabel, el día señalado por la Consti-


tucioo para que cesara la Regencia y enlrase á gobernar el rey.
y sus consejeros, y el bando dominante, aquel bando que se ha-


bia puesto á las órdenes de su madre, para despedirla ignominio-
samente en las playas de Valencia; aquel bandJ que decia defender
el órden y pretendia combatir la revolucioD; aquel bando que con-
denaba las sediciones y las sublevaciones; aquel bando que apro-
vechaba la obediencia pasiva del soldado para arrastrarle desde el
Estado mayor siguiendo á los generales y á los jefes traidores para
combatir la libertad; aquel bando, no teniendo enemigos enrrente,
se dividia y se destrozaba, y cada personalidad queria imponerse y
sobre~.'\lir: la division habia surgido.


11.


, y enlre las consecuencias mas inmediatas de esa division profun-.
da, aparecia la polémica entab:ada entre El Gloho y El llera Ido.
representante aquel de la fracc:on asturiana, y sectario el t.!timo,
servidor fiel del general Narvaez.


Con ocasion de las disidencias que habia en el seno del gabinete,
decia El G loóo:


«¿Cómo Labíamos nosotros de creer, por ejemplo, lo que vulgar-
mente se dice, y es que ci~rta fraecion, á la cual se su pone hostil
al ministerio, está agrupada al rededor de uno de los mie;nbros mas
influyentes del gabinete? ¿Cómo habíamos nosotros de creer lo que
otros añaden, y es que este mismo personaje es el que alienta y di·
rige á esta nueva oposicion? ¿Cómo habíamos de creer que en una
sola persona pudieran reunirse los dos caractéres mas distintos é
inconciliables de miembro y aun mas del gabinete, y jefe y director
de ]a oposicion?»


No podia manifestarse por una manera mas odiosa, el triste re-
sultado de las 11mbiciones corruptoras de los móderados. Mon y Pi-
dal rechazados por Narvaez; los cuf'iados en lucha morlal con el
militarismo que les echaba la zancadilla é Jctentaba suplantarles y
reducirles á la nulidad.


No era nuevo por lo demás que una entidad cualquiera quisiese
abusar de su influencia para supe'.!itar el trono á sus caprichos. Y
aquellos que habian armado tal ruido y promovido escándalos laD-




552 HISTOIlIA DIL REINADO
zando acusaciones t~rribles contra Olózaga, eran muy á propósito
para acudir á Jos medios violentos, á las coacciones é intrigas mas
rastreras, siempre que pudiesen alcanzar el objeto.


y Mon y Pidal y el Globo, que habian hecho eco al folletinista
del Guirigay, no tenian por que quejarse.


El Globo continuaba asf :
«Pero si no quisiéramos sujetar nuestros actos y nuestras pala-


bras al juicio de todo el mundo, ya sea favorable ó adverso, enton-
ces no querríamos el sistema r~preselltativo; entonces no escribiría-
mos perióJícos; lo que hiciéramos seria organizar una pandilla, y
en su seno urdir tenebrosas intrigas, y fraguar crisis ministeriales. J)


Duras y terribles estas frases, iban á clavarse como dardos ace-
rados sobre la cohorte de aduladores que seguían al general Nar-
vaez, y le empujlban para levantarse ellos á las primeras posi-
ciones.


Pero Narvaez encontraba en la~ gentes de frac, en la prensa,
ciertos elementvs de hostilidad, y el Tiempo y el Cloho se habian
manifestado ya mas ó menos abiertamente; mientras que los otros
periódicos callaban esperando prudentes que se resolviera la crisis,
y se decidi(\ra en uno ú otro sentido la opioion.


El Reraldo, órgano de los reorganizadores del partido moderado,
. de una fraccion bu]J¡ciosa que capitaneaba el antiguo secretario dt
Borrego, entonces director del periédico que sustituyó amparado por
don Fernando Muftf)z al antiguo Correo naciontJl, el Heraldo, deci-
mos, recogió el guante, y se expreSlba coo energía y acritud en los
siguientes términos:


.. Hemos podido callar cuantlo el Gloho y otros periódicos al mis-
mo tiempo que ensalzaban á ciertos ministro~, han esladQ aprove-
chando todas las ocasiones que se les presentaban de censurar al de
la Guerra, ya por el decreto que aementó el sueldo á los capitanes
generales, ya por el de los ayudantes de campo, ya por otros que
ahora no recordamos: ora poniendo en duda sus intenciones en la
crisis de Barcelona, ora presantando como insignificantes las econo-
mfas hechas en el ejército, sin aguardar siquiera las que se han
anunciado como próximas á hacerse; pero en el terreno en que úl-
timamente hemos creido que el Gloho le combBtia, no hemos tenido
mas remedio que entrar, porque allí es el partido moderado á quien
hemos visfo combatido. El partido moderado que se agrupa hoy mas
compacto que nunoa al rededor del general Narvaez, y que será




DEL ULTIHO BORBON DE ESPAfi'A. 553
duefto de dar sus simpalías á quien las merezca, sin cuidarse de los
esfuerzos excéntricos de algunos de sus individuos.»


tll.


El Heraldo no fué escuchado ni por el Tiempo ni por el G/obo.
Sus (rases aparentemente conciliadoras, hallaron respuestas; y nuc-
vos ateques surgieron contra el famllsG jefe del partido moderado.


RI Castellano, aunque timidamente, aventuró algunas frases, y
el Heraldo replicó;


«Nos infundieron temor estas tentativas no hace mucho, y creí-
mos que podrían const'guir el funeslo resultado de diviJir á nuestros
amigos con gran contentamiento de los progresi~tas; hoy dichosa-
mente vemos llegar á los representantes del partido moderado, acor-
des todos en dar su poderoso apoyo al centro de fuerza, de vigor y
de prestigio que existe en el poder, y ante tan imponente espectá-.
culo, esperamos muy tranquilos y conuados que se desarrollen los
planes, así de los partidos extremos, como de la diminuta fraccion
disidente que se presente en el nuestro.:o


El Heraldo pretendia ser el intérprete fiel, el representante ge-
nuino del verdadero partido moderado. Lo temia todo de la division,
pero con esa ahnegaclOn de estas gentes no se queria prestar á ce-
der un ápice, y pretendia que Narvaez y sus amigos eran los úni-
cos dispuestos á salvar el país.


Hé aqui cómo:
GEl Globo cree que atacar al general Narvaez, no es atacar al


partido moderado. Nosotros creemos que si, porque estamos perFua-
didos de que el general Narvaez reune las simpatías de todo el par-
tido moderado con muy leves excepciones.


»EI Globo cree que el general Narvaez no es la personifcacioo del
partido moderado. Nosotros creemos que es la personificacion de un
partido. aquel que reune las voluntades y la confianza de todos sus
individuos y corresponde á ellas debidamente.


:o El G/obo cree que á la caida del general Narvaez no seguiría la
del partido moderado. Nosotros creemos que ahora aquel suceso
traeria esta catástrofe, y sobre esta creencia nuestra consúltese á las
provincias, aguárdese la conducta de las próximas cortes, pregún-
tese sobre todo á los mismos enemigos del gentlral Narvaez.»




HISTORIA DEL RElNADO


Mas patente no podia estar la division, y los temores de] Deraldo
explicaban que era prorunda, por mas que para bacer pasar su opi~
nion ante lodo pretendiera qUd el general Narvaez era el hombre
necesario y único en aquellas circunstancias.


IV.


Por lo demás, se esperaba que en el parlamento se dibujarían cla-
ramentelas distintas aspiraciones de unos y de otros.


El dualismo existia en el ministerio; las bases de la futura cons-
titucion dieron orígen á controversias, y el follet~ de A.riLau repre-
sentaba sin duda una nueva tendencia, una bandera que podria
servir á los disidentes del partido moderado.


El gabinete, que no babia resuelto ninguna cuestion, que llevaba
algunos meses simplemente ocupado en revis:ar sus faerzas, no po-
dia tener bastantJ vitalidad para llevar adelante lo que llamaban
reformas de las leyes políticas administrativas y económicas. Por lo
demás, el Herald() , con una candidez suma, pretendía salvar á sus
patronos, defender sus actos, y aconsejar que cuanto aotes el par-
lamento ecbara sGbre sí la responsatilidad d~ muchos desaciertos.


Así decia:
«El ministro de Hacienda, empujado por una necesidad imperio·


sa que justIfica la ilegalidad de sus actGs, se ha visto en la preci-
sioD de adoptar en su ramo medidas graves., transigiendo con los
particulares, y aumentando la deuda perpetua del Estado. Es de to-
da urgznda en nueslro concepto que el parlamento sancione esas
medicas con premura á na de tranquilizar muy respetab!es intere-
ses, y porque en el e!.traDjero se aguarda con avidez esa sancion
para que el crédito naciooal se rohustezca y consolide.»


y el ministerio necesitaba, ante todo, el presupuesto ~ ante todo
dar seguridad Ó por lo menos dar apariencias de legalidad á los con-
tratos, á los anticipos, á los empréstitos, á las exacciones de todos
géneros; porque obligado á mantener UD numeroso ejército, una
gran policía, el clero y los empleados, bases sobre que descansaba
la situacion; los gastos eran mucbos y se bacia forzoso que los re-
pres~ntantes del país, los que tal nombre babian aceptado, se hicie-
sen cómplices, no solo de las tropelías cometidas, sino de los despil-
farros y del desquiciamiento de la Hacienda que preparaba dias de




DEL ULTIMO BORBON DE ISPAÑA. 555
amargura A muchas familias, y debia conducir á la bancarrota, á
la desorganizacion, á la ruina del pais.


v.


Con pompa y solemnidad inusitada, porque en esto de la parte
teatral eran maestros los moderados, se celebró la apertura solem·
ne del primer parlamento que convocaba Isabel.


Aquel parlamento elt'gido por unos cuantos agentes de la autori-
dad, en medio del abandono voluntario de Jos electores liberales, y
despues de rechazar en algunos distritos con pérdidas considerables
de muertos y beridos á los electores absolutistas que por la conducta
del gobierno, habian llegado á creerse dueÍ10s de la situacion. Isa-
be], entre otras, pronunció ]as siguientes frases:


«Tambien os presentarán, y en las primeras sesiones, el proyecto
de reforma constitucional; punto esencialísimo que indicó ya mi go- .
bierno desde la convocatorIa misma, y cuya gravedad no puede
ocultarse á vuestra ilustracion 1 patriotismo. De él me prometo que
os dediqueis con celo á obra tan importante; pues la menor dilacion
podria acarrear perjuicios incalculables, frustrando las esperanzas
de ]a nacion, que anhela ver cerrado cuanto antes el campo de las
discusiones politicas, y afianzadas para lo venidero las instituciones
que han de regirla.


»A fin de darles mayor robustez y firmeza, se hace necesario y
urgente dotar A la nacion de leyes orgánicas, que estén en conso-
nancia con la constitucion y faciliten su accion y movimiento. Por
]0 tanto, espero que contribuireis, de acuerdo con el gobierno, á
reparar una falta de q:le há ya muchos años se está la nacion la-
mentando.


»Si se consigue en breve tiempo reformar la CODstitucion y plan·
tear las leyes orgánicas, que son como su complemento, vuestra
atencion podrá emplearse con mas espacio y desahogo en el exámen
de las illej1ras administrativas y económicas, que taoto influjo han
de tener en la riqueza y prosperidad de los pueblos.»


El discurso comenzaba hablando de las rel:lciones extranjeras, y
term!naha presentando á los ojos del pais en perspectiva un cuadro
risueno de mejoras l!lateriales, para hacerle 01 vidlr los males que
por entonces le agobiaban.




556 mSTORIA DEL REINADO


VI.


La prensa no dejó escapar esta ocasion de manifestarse, y cada
cual desde su punto de vista fué haciendo observaciones y aprecia-
ciones, siendo algunas harto importantes para que no las consig-
nemos.


El Clamor público, que si no el mas templado era por lo menos el
periódico mas imparcial, el que no se hallaba ligado por compro-
misos especiales en el campo progresista, hizo un artículo muy no-
table al que tomamos estos períodos:


«Semejantes palabras son nn guante de desafío, una provocacion,
un insulto que los ministros responsables dirigen á los pueblos,
abusando de la confianza de S. M. á quien comprometen con su
pérfida obcecacion. En vez de presentarse á pedir un voto de abso·
lucion á las cortes por los atentados y los excesos que con rastros
de sangre señalan su ominosa dorninacion. en vez de pedir el per-
don de las infracciones escandalosas que han cometido contra ]a ley
fundamental, tienen la osadía de significar á los cuerpos colegisla-
dores que cuanto antes remuevan los obstáculos que todavía opone


. á sus designios la existencia del código de 1837, cuyo edificio con-
viene destruir, porque simboliza el principio de la soberanía nacio-
nal, y es un emblema glorioso de nuestra regeneracion política. Ea
la tardanza está el peligro, dice el gobierno á sus ade~tos y com-
placientes amigos, pues no otra cosa significan las palabras sacra-
mentales del discurso, «la menor dila'Jion podrz'a acarrear perjuicios
incalculables,» y con tono imperioso y amenazador les indica su vo-
luntad, y la irrevocable resolucion de que sin debate, sin contro-
versia, sin réplica, aprueben y sancionen el aborto monstrupso con
que pretende suplantar la ConstitucioD jurada.


»En nombre de la nacion á quien ultraja, ó mejor dicho, ordena
el establecimiento de nuevas instituciones, tratándola como un es-
clavo que espera con los brazos cruzados y una rodilla en tierra los
preceptos de su amo, para obedecerlos y cumplirlos por absurdos y
penosos que sean, en prueba de su ciega suruision. No expresa, no,
el gobierno, cuáles sean las reformas que la opioion reaccionaria
reclama, no indica las cualidades de esa mentida ley fundamental
que se pretende establecer sobre los escombros de una Comtitucion




DEL ULTIMO BOABON DB ESPAÑA. 55'7
legitima, no apunta siquiera el género de deseos y exigencias que
hacen necesaria la organizacion social proyectada, sino que lleno de
desden y desprecio, se limita á suponer que la nacion solo anhela
ver cerrado el campo de las discusiones políticas, y afianzadas para
10 venidero las instituciones que IIan de regirla. De modo que si
malíana se restableciese el sistema absoluto con todas sus desastro-
sas consecuencias, segun el gobierno, la nacion se daria por muy
satisfecha á trueque de ver afianzadas las instituciones que han de
regirla, y cerrado el campo á la, discusiones politicas.


Ansiosos de arraigar su vacilante poderío y de perpetuarse en el
goce de la sangre y del sudor de los esquilmados pueblos, de quien
absorben la sustancia y disipan los tesoros en escandalosas prodi-
galidades, no sosegarán hasta que se borre de la tabla sacrosanta
de nuestro dogma político la milicia ciudadana, desaparezca la líbre
emision del pensamiento, y quede proscrito todo vestigio que re-
cuerde el origen de la Constitucion de 1837, y los sacrificios hechos
durante diez alíos de guerra fratriéida, para afianzar la corona en .
las sienes de Isabel 11, pues los ingra tos que rodean el trono pre-
tenden que S. M. olvide que todo lo debe al valor, á los esfuerzos,
á la magnánima lealtad de esa plebe, á quien calumnian con torpe
lengua, en sus himnos de adulacion y de servidumbre.


VII.


Por su parte El Heraldo juzgando tambieo el discurso de la Co-
rana, decia así:


«Pero donde realmente está la importancia del discurso, es en los
párrafos 4.°, 5.°, 6.° Y 7.°, que á nuestro entender comprenden
ellos solos todo el trabajo y todo el interés de la presente sesion. Re·
forma constitucional; leyes orgánicas; mejoras econ6micas y adminis-
trativas que atiendan á los intereses materiales del país; hé aqui el
verdadero programa del actual ministerio. Lo demás, en nuestra
humilde opini{¡n, no es mas que cumplir con una costumbre, y lle-
nar lógica y ordenadamente unos huecos. El tiempo, y sobre todo
el tenor de los proyectos que se presenten, dirán si han andado
acertados en la iniciativa que han tomado sobre estos graves asun-
tos los consejeros de la corona. La obra era necesaria, urgente, im-
pulsada por todos los hombres pensadores é imparciales de la na-


TOMO n. 71




HISTORIA. DEL RBINADO


cion. La constitucioD actual se habia hecho cuando todavía ar-
dian vivas, cuando aquejaban como dos llagas sangrientas al pais,
una guerra civil y una revolucioD: los remedios de un cuerpo en-
fermo, no pueden ser la vida ordinaria de un hombre sano, Ó si se
quiere, la existencia de un convaleciente .


• Como quiera que sea, tenemos nosotros por el mas grande de los
errores pensar que las constituciones han de ser UD sánalo todo, una
panacea universal. Las constituciones no hacen, Ó no deben hacer
por lo menos, otra cosa que asen tar, que organizar el poder. Del
ejercicio, de la aplicacion de este, es de donde penden el bien ó el
mal de un pais. La constitucion es como el esqueleto, como el ar-
mazon de una máquina: sus ruedas son las leyes orgánicas, las le-
yes de la aplicacion. Si estas son buenas, oportunas, acomodadas
al estado político y moral del pueblo á quien van á regir, la má-
quina funcionará admirablemente. Si son malas, si son imperfectas;
si están en disonancia con el principio de la constitucion y la efer-
vescencia de la sociedad, la máquina, ó no funcionará, ó solo fun-
cionará destruyendo y desorganizando, que es lo que DOS está su-
cediendo en Espana desde el ano de 18!3 con las leyes orgánicas
que se hicieron para la Constitucion de Cádiz, tan diversa en su
principio, en su carácter y hasta en su mecanismo material de la
de 1887, como que, ya se ve, nuestro estado de civilizacion hoy,
no es, ni puede ser (á no ser que los seriores progresistas sostengan
que debemos ser un pueblo estacionario) el mismo que era hace
treinta y dos afios.» .


y así proseguia el Heraldo, notándose que secundaba la conducta
de aquellos que tenian manifiesto emperIo en apartar la atencion de
las cuestiones políticas para fijarla en el desenvolvimiento de Jos in-
tereses materiales. Y bajo este nombre consideraban contratas, an-
ticipos, concesiones de privilegios y otras que pudiendo servir para
hacer la fortuna de asociaciones ó individualidades, daban asi fuerza
y apoyo al gabinete y al partido que se prestaba á satisfacer los de-
seos de unos cuantos, sacrificando los intereses del pais.


El Globo encontraba que las razones en que queria fundarse la
necesidad de hacer pronto la reforma, no eran bastantes, puesto que
si bien en una discusion larguísima se robaria el tiempo á otras no
llenl)S importantes, podia dar ocasion á que se resolviese este punto
con poco acierto. Tambien hallaba una omision notable, la de ha-
berse dejado en el tintero el anuncio de la suspension de la venta de




DIL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 559
bienes del clero; así como tambien el silencio acerca de los actos
arbitrarios é ilegales que el gobierno habia cometido.


El Espectador lamentaba ver que el pueblo madrilerío habia per-
dido su fe y su entusiasmo al ver los agravios que la nacíon habia
recibido durante el ominoso mando de la fraccion Cristina. Y por
este estilo toda la prensa manifestó su repugnancia y su disgusto.


Cada periódico representaba en el partido moderado una bandeda
distinta; y si bien conformes en la reforma, DO 'se hallaban ni podian
convenir en el modo y forma de hao ~rla.


-----




CAPíTULO LXVi.


SUMARIO.


Fracciones del parlamellto.-Preámbulo del proyecto de reforma constitucional.-Do-
cumento oficial reaccionario.-Protesta de Espartero.


1.


La asamblea que oyó esa manifestaoion del sentimiento y de los
deseos de Isabel y de sus cómplices, y que era un conjunto abigar-
rado de nulidades de diferentes tintas y matices, se descomponia asi:


La fraccion carlista en el congreso exigia la devolucion de los
bienes al clero, y el casamiento del hijo de don Carlos con la reina
Isabel 11, para despues declarar incompatible con la dignidad del tro-
no, segun ellos la entienden, la intervencion de las cortes en el go-
bierno del Estado.


La pandiHa (ranco-hilfJana deseaba un absolutismo ilustrado en
reemplazo de la Constitucion de 1837, Y que se perpel uasen sus
hombres en el poder.


Quedaba una pequeilisima faccion moderada que no sabemos si
repudiaba las influencias extranjeras, pero que se sometia á ellas
con vergonzosa condescendencia; que aparentaba oponerse al poder
del sable, pero que le contemplaba; que rechazaba el enlace de Isa-
bel JI con el hijo de don Carlos, pero que halagaba á sus partida-




.DBL ULTIMO BORBON DE BSPAÑA. 561
ríos; que quería el parlamento, pero que detestaba las instituciones
populares y condenaba el priocipjo de la soberanía nacional, y que,
en suma, era un conjunto anómalo, una cofradía incalificable, un
puDado de hombres sin voluntad y sin principios.


Hé aqui los elementos que constituian las cortes espaDolas que se
acababan de reunir en el dia mismo en que la reina Isabel Il ha-
bia cumplido]a edad para ocupar constitucionalmente el ~rono de
sus mayores. En ellas no tenian representacion las clases medias.
El bando moderado, compacto en este solo punto, las habia rele-
gado al recinto de la plehe, y ]a plehe, siempre tumultuaria, no de-
bia tener representacion segun opinion conforme de moderados y
progresistas. Unos y otros privaban al trabajador, a] cuarto estado
de sus derechcsj unos y otros, todos los constitucionales, mantenian
las castas, la desigualdad, el privilegio.


11.


Entretenido era comparar los articulos del Tiempo y del Heraldo
acerca de la reunion de diputados en casa del señor Salamanca. Se-
gun el primero, la junta ofrecia los caraeteres de una oposicion bas-
tarda, aolí-parlamentaria. anómala y de nueva estofa, y segun el
Heraldo, el ejemplo consolador de la ma¡;; completa armonia y de la


- mas cabal uniformidad de pareceres.
Mientras el Tiempo daba á conocer la hilaza de la oposicion, el


Heraldo pretendia que en el seno de su partido no existia oposicion
sistemática. Bien es cierto que en la reunion se pronunció un largo
discurso, en q'e se hablaba de constituir un gobierno fuerte y vi-
goroso tan distante de la revolucioD como de las reac~iones, y pre-
sidido por el general que si no podia ser regente nominal~ era en
realidad el rey, el presidente perpetuo, el hombre necesario á quien
debian rendir homenaje, á quien debian asociarse todas las emi-
nencias conservadoras que tuviesen ambicion y deseos de figurar;
lo cual era la condenacion, la guerra á todos sus companeros que
debian prestarse á ceder sus puestos cuando él lo juzgara conve-
niente.


Bien es cierto tambien, que en esa misma reUliioD se acordó el
nombramiento de Castro y Orozco para presidente del Congreso, reu-
niendo Istúriz la cuarta parte da los votos. Y que por una anomalfa




56! HISTORIA DEL RIINADO
inconcebible, representando aquella obediencia ciega al general Nar-
vaez, fueron nombrados vice-presidentes Pacheco,Govantes, Arme-
ro y Perpiñá, representante el primero de una fraccion que se opo-
nia á la reforma y anti-ministerial por tanto; y opositor el último
al gabinete ó cuando menos á uno de sus miembros mas impor-
tantes.


Aquella reuníon era bastante influyente; aquella reunion servia
para estrechar las distancias, para dar las explicaciones que no de-
bian llegar al público, pero que se traslucían perfectamente á través
de la fraseologia periodística.


111.


El gobierno no habia presentado al país su proyecto de reforma,
pero asf que se hubo constituido el congreso se creyó en el caso de
formularlo.


No habia convocado cortes constituyentes, y cada cual hubiera
podido creer que se trataba de ligeras modificaciones, de acciden-
tes, de correcciones de eamo, mucho mas cuando se exigió á los di-
putados un perjurio solemne.


El proyecto iba precedido de largos considerandos y explicacio-
nes, y era si nó el reflejo del pensamiento de Viluma, un medio de
preparar la opinion.


El preámbulo estaba redactado en esta forma:
«l. o Dolia Isabel 11, por la gracia de Dios y ]a Constitucion de


la monarquía espailola, reina de las EspaDas, á todos los que las
presentes vieren y entendieren, sabed: que siendo nuestra voluntad
y la de las cortes del reiDO regularizar y poner en consonancia con
las necesidades aetuales del Estado los antiguos fueros y libertades
de estoa reinos, y la inlervencion que sus cortes han tenido en to-
dos tiempos en los negocios graves de la monarquia, modificando al
efecto la Constitucion promulgada en 18 de junio de 1887, hemos
venido, en union y de acuerdo con las cortes actualmente reunidas,
en decretar y sancionar:


b!.o Se suprimia el jurado para la calificacion de los delitos de
imprenta, quedando esta sujeta á las leyes comunes.


»3.0 Igualmente el art. 1.0 de las adicionales, que decia se es-




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 568
tablecerá el juicio por jurados para toda clase de delitos, pues esto
debe quedar á lo que los códigos dispongan.


»4. o La institucion del senado se variaba completamente. Los
senadores eran nombrados por la corona, y su cargo vitalicio. El
número de senadores indefinido, debiendo recaer estos nembramien·
tos en individuos de la alta dignidad, en los que hayan prestado
grandes servicios al Estado en sus carreras, y en los que reunan á
un nombre ilustre cuantiosos bienes.


»5.0 El senado tendrá atribuciones judiciales en los casos si-
guientes: para juzgar á los ministros y á los senadores, ó entender
en los crímenes que se cometan contra la persona del monarca, con-
tra la ley fundamental del Estado y contra el órden público.


»0. o El cargo de los diputados durará cinco afIos.
»7. o Se suprime el art. !7, que establece que si el rey dejare de


convocar aIgun afio las cortes, antes del 1. 0 de diciembre, ellas se
reunan, por juzgarlo ofensivo á la autoridad del monarca.


»8.0 El tito 8.0 relativo á ]a regencia del rrino se variaba, pue,s .
tal como estaba no le creian conforme en la índole de la monarquía
hereditaria. Será regente el padre ó la madre, ó los parientes mas
inmediatos al rey menor, pues los pueblos no deben mirar sentado
bajo el solio y con cierto aparato real al que no haya nacido de re-
gia estirpe.


»9. 0 La última alteracion es la supresion del art. 77 que habla
de la milicia nacional, porque esta institucion DO debia, segun ellos,
ser objeto de un articulo con~titucional.»


IV.


El Heraldo, des pues de manifestar que era solemne y memorable
el día en que tal proyecto se babia presentado, asistiendo á la se-
sion soberana los ministros de gran uniforme, declaraba que en su
juicio habia sido favorable la acogida que el proyecto mereció.á los
diputados y espectadores.


Reconocia con todo esto que se babia creado una opin¡on, que
llamaba ficticia, que consideraba como una calamidad la reforma.
Afiadia el periódico:


«Esta opinion que ya cuenta su clientela es verdaderamente sor-
prendente, y ha tenido buen cuidado de permanecer como oscura y




HISTORIA DBL REINA.DO


vergonzante mientras se verificaban las elecciones; esta opinion ha
callado durante )a época en que mas le convenía hablar, y DO he-
mos visto que protestase contra las infinitas candidaturas que lle-
vaban por lema reforma constiJucional. Entonces era preciso adver-
tir á los electores monárquico-constitucionales que no se queria la
reforma, que la reforma era altamente perjudicial. El partido mo-
derado en tal caso hubiera sabido entonces á qué atenerse, y votado
con conocimiento de causa. ¡Ah! los que de UDa cnestion tan alta,
cuya resolucion interesa en gran manera á un pais que tiene ham-
bre de gobierno y de órden, y que desea emprender una marcha
tranquila y sosegad~, quieren hacer una euestion de bandería¡ los
que convencidos de que al punto á que han venido los sucesos es
indispensable que se verifique la reforma de la Constitucion, se em-
penan, sin embargo, en entorpecer este asunto, dejándose inspirar
de odios, resentimientos y ambiciones; les que en este terreno pro-
mueven la desunion de un gran partido llamado á grandes cosas,
son muy crueles con ese pais que los contemplará asombrado. No,
no babrá un solo diputado que en estas circunstancias desconozca
la magnitud de sus deberes para con su partido y para con su pa-
tria. La reforma constitucional, si queremos ser dignos de la admi-
racion de la posteridad y de la consideracion de nuestros mismos ad-


. versaríos, debe votarse con magnánimo esfuerzo. Quitese pronto de
en medio e38 cuestion ardiente.


v.


Otro importante documento publicó el gobierno en el mismo dia,
que completaba perfectamente el pensamiento reaccionario.


En los considerandos hallamos estos párrafos:
«Convencido el gobierno de la necesidad de esta gran reforma,


bá tiempo que se ocupa en prepararla, 'y sus trabajos se hallan en
tal estado, que con el acuerdo y autorizacion de las cortes, podrian
brevemente convertirse en leyes efectivas. Esta autorizacion es la
que viene á pedir, impulsado por las circunstancias, apremiado por
la urgencia, persuadido de que sus principios en esta parte se bailan
acordes con los principios de los cuerpos colegisladores, y estimando
este medio como el mas pronto y eficaz para conseguir lo que todos
apetecen.




DIL ULTIMO BORBON Di ESPAÑA. 565
»Aprendamos en la experiencia de io sucedido hasta ahora. No es


ciertamente de hoy el intento de asentar esta admioistracion sobre
mejores bases; asciende á la época misma de nuestra reforma cons-
titucional : todos los partidos políticos han concebido este designio:
todos han hecho esfuerzos por llevarlo á cabo, y ninguno lo ha po-
dido conseguir por los trámites largos y embarazosos de la discu-
sion parlamentaria. Esta prueba que en ciertas situaciones ofrece el
método ordinario di5cultades insuperables, y qHe es fuerza buscar
otro camino mas breve y expedito.


:oDigárnoslo de UDa vez. Cuando las naciones salen de esos lar-
gos trastornos que han conmovido hasta sus mas hondos cimientos;
cuando la sociedad se encuentra totalmente desquiciada, su reorga-
nizacion tieDe que ser pronta, instantánea; no puede sujetarse á las
lentitudes ni á los azares de UDa penosa y larga discusion; y si po-
sible fllese, convendria que saliese hasta de una sola cabe:¡a.»


No se podia proclamar con mayor descaro en el seno de UDa asam- .
blea constitueional la repugnante tdorÍa de] absolutismo.


Despues de razonarlo con. tales sofismas, el gobierno pedia á las
cortes la abdicacion de su facultad legislativa.


«Artículo único. Se autoriza al gobierno para arreglar la legis-
lacio n relativa á los Ayuntamientos, Diputaciones provinciales, Go-
biernos políticos y Consejos provinciales de administracion, poniendo
desde luego en ejecucion las medidas que al erecto adopte, dando
despues cuenta á las cortes.»


La comisioD nombrada para dar su dictámen acerca de la refor-
ma constitucional, ó mejor dicho, acerca del anlí-constitucional en-
gendro, dió lugar á una batalla en las secciones del congreso.


Sartorius fué elegido contra Posada Herrera, 'J exclamaba en su
periódico: «Lo que el gobierno ha propuesto á las cortes es legal,
conveniente y ya indispensable; aquellos que se opongan á la re-
forma de una manera que dilate la resolucion que la Espalía aguarda
impaciente, alcanzarán los víctores y aplausos de otros partidos, no
del partido monárquico constitucional» (V).


Los demás individuos de la comision, que eran Diaz Cid, Calvet,
DeHran de Lis, Donoso Cortés, hallaron tambien bastante oposicion.


VI.


Espartero no babia vuelto á hablar desde que dirigió su protesta
TOllO n.




566 HITORIA DEL Rl~INADO
contra la violencia de que habia sido objeto. Jefe aceptado por un
partido, que babia visto impasible graves acontecimientos y terri-
bles mudanzas, no tuvo bastante abnegacion ni patriotismo para
mezclarse en los momentos de peligro, y cuando aun era tiempo de
evitar que se entronizaran los enemigos de la patria y de la libertad,
en la pelea, en los combates que sostenia el pueblo para rechazar el
yugo de la tiranía.


Al llegar el momento de resignar su cargo, cuando la Constitu-
cion .marcaba la hora de la mayoría de Isabel, él, que se consideraba
regente de derecho, tuvo la debilidad de reclaméir la atencion del
mundo para satisfacer una vanidad pueril, no como debiera haberlo
hecho oportunamente para pedir un pUesto de peligro en )0-3 dias de
prueba. Lanzó una nueva protesta, y en ella se leía 10 siguiente:


-Desde que el voto nacional me seiíaló entre mis conciudadanos
para honrarme ensalzándome á la Regencia, deseaba que llegase este
dia, el mas satisfactorio de mi vida pública, en que de la cumbre
del poder supremo debia descender á la tranquilidad del hogar do-
méstico, consagrando mis últimas palabras á la gloriosa bandera de
la COLstítucion que el pueblo habia ena·rbolado para reconquistar su
libertad, y que dos veces en este siglo, á costa de torrentes de san-
gre, habia salvado la dinastía de sus reyes. La Providencia se ha


. negado á mis votos y á mis esperanzas, y en vez de hablaros en me-
dio de la ceremonia de un acto augusto y solemne, os dirijo mi voz
desde el destierro.


)Representante constitucional del trono, no podia ver en silencio
destruir el principio monárquico: depositario de la autoridad real,
debía tiefeuderla de los tiros que se le dirigian: personificando el po-
der ejecutivo, estaba en el deber de levantar la voz, cuando veía bao
cer pedazos todas las leyes. Mi protesta tenia por objeto evitar el
funesto precedente de convenir en nombre del trono en su destruc-
cion: no era un grito de guerra, no hablaba á las pasiones ni á los
partidos; era la exposicion sencilla de un hecho, una defensa de los
principios y una apelacion á la posteridad. Alejado de vosotros, no
ha habido un gemido en el reino que no haya tenido cco en mi co-
razon, no ha habido una víctima que no haya encontrado compasion
en mi alma.


lSCualHio liegue el dia feliz en que pueda regresar á mi querida
patria, hijo del pueblo volveré á confundirme en las filas del pue-
blo, sin odios y sin reminiscencias; satisfecho de la parte que me ha




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 567
eabido para DARLE la libertad, me limitaré en mi condieion privada á
gozar de sus beneficios; mas en el caso de PELIGRAR las in8titucioncs
que la nacion se ha dado, la patria, á cuya voz jamás be ensorde-
cido, me encontrará siempre dispuesto á sacrificarme en sus aras.
y si en los insondables decretos de la Providencia está escrito que
debo morir en el ostracismo, resignado con mi suerte haré hasta el
último suspiro fervientes votos por )a independencia, por ]a libertad
y por la gloria de mi patria.»


El general Espartero y sus amigos, la (raccion que con él cayó
no cumplieron entonces con su deber como no habian cumplido en
tiempo oportuno aceptando el progreso de las ideas, el vivific8nte
movimiento de la democracia, la alianzs ofensiva y defensiva con el
republicanismo.


Que desconfiara de los Olózagas y de los Madozes, mientras se
hallaba en el apogeo de su prosperidad, ]0 comprendemos perfecta·
mente. Tambien nos explicamos que huyera de los Cortinas y de los
Ferrer; pero lo que no acertamos á comprender es, cómo en mayo-
del 43 llegó á desconocer aquel grupo de santones cuál era la si-
tuacion verdadera del pais.·


Lo que nadie acertará á descifrar es cómo habiendo dado prue-
bas de tal energía y actividad los amigos del Regente, el último mi-
nisterio desperdició el alzamiento centralista y no se presentó en la
capital del principado á renunciar esa investidura que del pueblo
babia recibido.


Decia el general que si peligraban las instituciones sabría sacri-
ficarse en aras de ]a patria; y precisamente en el mismo dia en que
firmaba ese documento se reunian en Madrid UDas cortes con el de-
liberado propósito de cercenar los derechos del pueblo destruyendo
el Código fundamental que acababan de jurar.


¿Dónde estaba la espada de Luchana cuando los sucesos de Ali-
cante? "Dónde cuando los facciosos erigidos en consejeros de una
nina destrozaban los artículos de la ley é imponían al pueblo la mas
ignominiosa, la mas sangrienta, la mas repugnante de las reac-
.ciones?




CAPITULO LXVIl·


SUMARIO.


Consecuencias de la política mezquina de los progresistas.-Tirantez de aquella situa-
cion.-Prisiones de liherales.-Energia del ciudadano Orense.-Proyectos so-
bre el matrimonio de Isabel.-Tendenciás absolutistas.


1.


Por mas que el antiguo partido progresista hubiera apagado sus
disidencias con ocasion de los acontecimientos que produjeron ]a
caida de Olózaga y ]a exaltacioD de Gonzalez Bravo, la verdad es que
el que pa3aba por jefe, don Baldomero Espartero, babia permane-
cido en el silencio, y como las cortes habian quedado suspensas, y
la prensa muda, el pueblo, la multitud ofus~ada, asustada ante las
debilidades de hombres como Lopez y Caballero, y ante las aposta-
sias de los Gonzalez Bravo y de los Nocedales. no sabia penetrar los
misterios insondables de aquella poUlica mezquina y rastrera de sus
prohombres.


Habia llegado un momento de prueba; Jos traidores á la Consti-
tneion del 37 arrojaron la máscara, y confiando en la postracioD del
pueblo, trataban de imponer un régimen mas pérfido y afrentoso que
el absolutismo de Fernando VII. Sf, mas pérfido; porque despues de
una lucha fratricida, despues de tan costosos sacrificios para alcan-
zar unas instituciones liberales, esa reforma, esa destruccioD insi-




DIL ULTIMO bORBON DE ESPAÑA. 569
diosa del Código fundamental, amasada con la sangre de millares de
espatloles, era una insigne maldad, una alevosía indigna de la hon-
radez y de la lealtad espafiola. Mentidas fueron sus protestas, fal-
sos ~us juramentos, hipócrita su respeto á la Constitucion de 1837,
y esas protestas, y ese respeto yesos juramentos fueron otros tan-
tos ardides maquiavélicos empleados para socavar impunemente el
edificio que no tuvieron valor de combatir frente á frente como bue-
nos y cumplidos caballeros. El mismo homhre que en 1837 procla-
maba en el seno de la representacion nacional que seria cobarde y
traidor el que no acatase la CoostituClon de 1837, un dia eon voz
balbueiente, agitad", por el torcedor de su conciencia, leyó en medio
de un silencio pavoroso el proyecto atentatorio contra la misma ley
política que juró sostener, y á cuya sombra alcanzó cruces, grados
y honores que ostentaba con tanto orgullo, procediendo cual hijo in-
grato que desgarra el seno de su propia madre.


Cuando en las playas de Alicante se fusilaba sin formacion de
causa; cuando en Caspe caian á impulso del plomo homicida Jos des- .
graciados que se hallaban bajo el amparo de los tribunales; cuando
en Granada, en Málaga y en todas las provincias se aplicaba el tor-
mento, se imponian penas infamantes, se prendía, se desterraba, se
sacrificaban víctimas inhumanamente, entonces se urdia la destrue-
cion del código de 1831, entonces se engendraba ese aborto que iba
á darse á luz entre el descontento general. El decreto usurpador de 10
de abril, las persecuciones contra los escritores públicos simboliza-
ban ese golpe de muerte dirigido á la imprenta con la supresion del
jurado. Las violentas agresiones contra la milicia nacional, su des-
arme, el insulto hecho á sus banderas, eran preludio de la abolicion
de la fuerza ciudadana, en cuyo denuedo y patriotismo se estrella-
ron siempre las conspiraciones de los enemigos de la libertad. Esas
oontinuas arbitrariedades, esas usurpaciones de la potestad legis-
lativa, esas tiranfas escandalosas, presagiaban la suerte reservada al
principio de la soberanía nacional por los que fueron siempre nues-
tros opresores y verdugos.


11.


La situacioD era violenta. Y llegaba por fin á considerarse obli-




570 HISTORIA DEL REINADO
gado á tomar activa parte en los negocios públicos todo el partido
liberal, que pereeia en estupor y marasmo.


Los que se con ocian con el nombre de ayacucbos , eran entonces
los obligados al sacrificio, que hartos esfuerzos llevaban bechos los
progresistas de la coalicion en de!lagravio de sus errores.


El partido moderado no se contenía por las amenazas. Hábil yas-
tuto, teniendo organizada una numerosa policía, servido por la po-
licía francesa, seguia paso á paso la marcha y la conducta de todos
los hombres del partido libera) que dentro y fuera de España se po-
Dian de acuerdo y se asociaban para defender las instituciones.


y efectivamente, despues de tantas intentonas, despue~ de los re-
petidos esfuerzos que esta y aquella localidad habían hecho aislada-
mente para derribar á los reaccionarios, forzoso era hacer conver-
gentes todos los pensamientos; concentrar todos los esfuerzos; dar
unidad al partido de accionj formar un plan combinado; allegar re-
cursos y ponerlos rápidamente en ejecucion. Solo asi podia aspirar se
al triunfo; solo asi podia vencerse á un enemigo poderoso y obee-
cado en realizar sus proyectos que tenia de largo tiempo meditados
para sumir á España en la horrible y tenebrosa noche deloscuran-
tismo y de la supersticion.


Si los que se llamaban moderados; si Narvaez mismo no era ca-
. paz de reconstruir la situacion que deseaban los brutales sectarios


de Fernando y Carlos V, debia comprender que aniquilando la re-
volucion, persiguiendo sistemáticamente á los liberales minaba por
su base el trono constitucional; iba dando fuerza, envalentonando á
los carlistas que en breve tenderian á suplantarle, sustituyéndole en
el poder. Porque, como ha dicho un célebre mojigat6crala, las co-
sas caen siempre del lado á que se inclinan.


Estas consideraciones influian sin duda en el ánimo de Pacheco,
Istúriz, Pastor Diaz y otros para rechazar las pretensiones de los que
iban á abrir una gran brecha en el alcázar de las libertades públi-
cas, dejando á los absolutistas la entrada fácil y el acceso franco
para ganar las posiciones que deseaban.


Los liberales, pues, estaban decididos á jugar el todo por el todo;
adelantados los trabajos; dispuestas y preparadas las armas; viajan·
do los jefes para revistar las huestes; la emigracion esperando ór-
denes; los clubs enardeciendo los ánimos; la prensa en cuanto la era
permitido senalando las arbitrariedades, marcando la bora en que
iba á consumarse el crimen, el atentada contra la libertad por los




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 571
traidores que se llamaban hombres de órden y habían introducido
la anarquía y la perturbacioD, el despilfarro y las exacciones vio-
Ientas~ los procesos y estados de sitio, como medio de gobernar el
pais.


In.


Llegó un momento en que se leian estas noticias en el primero de
los órganos de la situacion:


«En nuestro último número copiábamos de un diario de la noche
. la noticia del asesinato intentado contra el general Narvaez, presi-


dente del Consejo de ministros. Este crimen no era un suceso ais-
lado hijo de venganzas particulares ó de resentimientos personales,
sino la senal de un revolucion horrible, fraguada sobre nuestras
cabezas, vasta red tendida sobre la 'Espai'ía y cuyos hilos se encuen-
tran todos tambien afortunadamente en las manos· del gobierno que.
en este trance ba salvado al pais y La salvado á la Reina del golpe
que nos amagaba. Ei!9 del actual fué primeramente el dia seña-
lado en los clubs de la Peníosula y del extranjero para dar el grito
de rebelioD y asesinar á los generales en quienes creian los revolu-
cionarios encontrar mayor resi~tencia á sus· planes de rebeJíon. Nar-
vaez, Meer y Breton eran los primeros que en un mismo dia en Ma-
drid, Zaragoza y Barcelona debian pagar con sus vidas el delito de
ser fieles defensores de la causa de la Reina, de las instituciones y
del órden público. Asesinos pagados unos, otros que se habian ofre-
cido hallábanse prontos á dar el golpe en Madrid, Bar\3elona y Za-
ragoza como en otras capitales de España; jefes conocidos por sus
principios revolucionarios, de esos que ban ganado sus grados y h~·
cho su carrera en los motines y pronunciamientos, debían ponerse
al frente de las fuerzas que pudieran sobofDur, y alarmando al pue-
blo espafiol con infames falsedades levantar la bandera delunta cen-
Iral. Sabernos, y el gobierno sabe tambien los nombres de personas
que salieron de Madrid ó vinieron aquí de otros puntos con ese ob-
jeto, y que dias antes de su ejecucion se ofrecian como fieles súb-
ditos de la Reina, como defensores del órden público.


»La prision de Ametller, el descubrimiento de la conspiracion
fraguada en Valladolid, y otras causas particulares que no tardarán
mucho en ser conocidas del público, obligaron á los conspiradores




57! HISTORIA DEL REINADO
á adelantar el asesinato del general Narvaez, seftalando la noche del
viernes 25. La divina Providencia, que una ve~ salvó su vida del
plomo asesino, lo ha libertado esta vez tambien de una muerte es-
pantosa. A. consecuencia de los datos que el gobierno tenia en sus
manos y de las revelaciones hechas por uno de los cómplices, los
asesinos han sido presos con los trabucos que llevaban, descubrién-
dose al mismo tiempo en UDa de las casas de la plazuela de la Ce-
bada UD depósito de 100 fusiles. Inmediatamente han partido ex-
traordinarios para las provincias, portadores de esta noticia y de las
enérgicas prevenciones hechas por el gobierno á sus autoridades para
el pronto y ejemplar castigo de los que levanten la bandera de re-
belion. Repetimos que el pais puede estar tranquilo y confiar en el
patriotismo y en la energía de) gabinete: DO se La dado un paso por
Jos revolucionarios que no haya sido seguido por el gobierno y sus
agentes; no se levantará un grito que no sea sofocado inmediata-
mente. La causa sobre estos sUcesos ha empezado con toda activi-
dad, y en su consecuencia, de ]us declaraciones hechas por algunos
de los cómplices y de las Doticias llegadas al gobierno han sido pre-
sas diferentes personas, entre las que vemos con sentimiento el nom-
bre del general Prim, conde de Reus; el cual fué arrestado en la
manana de anteayer y se encuentra en el cuartel de San Fernando .


. Entre los presos conducidos á la cárcel de corte, citan los diarios
progresistas á don Nicolás Bara Montenegro, don Miguel Ferrer, don
Rafael García, don Manuel Marin, don Miguel Moliá y don ealisto
Fernandez.


)Anteayer ha sido arrestado el coronel don Rafael Mendicuti, ayu-
dante que fué del general Espartero y que habia Jlegado á Madrid
el dia anterior viniendo del extranjero.»


«Figueras 22 de octubre.-En mi última comunicacion debí la-
mentarme de que las autoridades de la provincia no dieran sei'iales
de querer echarse sobre los que tan preparados se mostraban para
volver á levantar en este pais la bandera de la rebelioD; y hoy cum-
plo un deber muy grato manifestando á ustedes que dichas autori-
dades se han hecho posteriormente muy dignas del puesto que
ocupan.


»Vinieron á este punto Jos sei'iores comandante general y jefe
poJitico interino. y empezó á alentarse la gente de paz al ver que
habia ya quien velaba para que no se viese esta perturbada de nuevo.


»tos proyectos de la canalla no eran aéreos, pues ya sabrán us-




DEL ULTIMO BORBON DE ISPAÑA. 5'18
tedes que el mismo Ametller, el brigadier Santa Cruz, el que fué
intendente de Jos centralistas, Joarizti y otros lueron detenidos en el
reino vecino junto á esta frontera. Posteriormente lo han sido Mar-
teH y otros cerea de Narbona, y lo seriln muchos mas, pues se sabe
que la flor y nata de la gente jamaneia se dirigia al Pirineo.»


IV.


La fatalidad arrastraba al partido moderado y á los Borbones, se-
duciéndoles con efimeros triunfos que debian preparar su ruina es-
trepitosa. Parecia como si ]a Providencia, vejando por los destinos
de la humanidad, quisiera poner en evidencia los crímenes de pa-
lacio y desenmascarar la hipocresía de los danzantes políticos. Y si
el gobierno conseguia prender y sujetar á consejo á los patriotas; si
en el terreno de la fuerza la fortuna le ayudaba, en el parlamento
iba á aparecer un hombre nuevo que ·se expresaba defendiendo su
honra en los siguientes términos, el cual debía trastornar por com-
pleto los planes de la reaccion y hacer patente su perfidia.


aSeQores editores del Clamor Público.-Muy seriores mios: He
visto en su apreciable periódico de hoy lo que dice su corresponsal
de Palencia de mi, y solo contesto porque nadie crea que consiento
en que se me suponga de las ideas que gratuitamente me coneede.
Si él quiere ser instrumento de ciertos hombres que empezaron por
ser volunlarios realistas, fueron despues moderados, mas adelante
pronunciados ,y des pues solo Dios sabe le que serán: yo, aunque sé
que este es el caso de medrar, no quiero seguirle, y excusado es en-
tretener al público sobre mis opiniones en favor del país y de los
pueblos, cuando tantos las conocen, y cuando en las cortes tendré
frecuente ocas ion de hacerlas conocer. Bien sabia lo que tenia que
heredar cuando desde niño defiendo el sistema liberal, y bien sabia
que me perjudicaba; DO le abracé, Di he padecido tantos atlos por
especulacion, siDO por creer que coe él saldria EspaDa de su atrasa
y llegaría con el tiempo al grado de prosperidad en que hoy vemos
la Inglaterra: empiezo ya á tener canas y no pienso variar de con-
ducta, porque il quien solo mueve el honor no es fácil sea de moral
acomodaticia. Es sensible que quien se propone denigrar á otro, no
empiece por dar su nombre, y escriba con tan malas noticias como
suponer he vivido en la provincia de Palencia, en donde jamás he


TOMO 11. 79




57'" mSTORIA DEL REINADO
estado un mes, y que ahora vivo en la de Santander, cuando hace
cuatro anos saH de ella y he vivmo en Madrid y en Albaida, en el
reino de Valencia: ni aHí ni en ninguna parte he pasado por abso-
lutista, ni por aristócrata en el sentido que usa en la palabra e] pa-·
lentino; no me desagrada descender de gente decente, me agrada
mas serlo yo mismo, y me agrada tambien la nobleza cuando se
emplea en bacer el bien del pais, asi como me cargan muchísimo
cuantos en subiendo un poco no s,; acuerdan de lo que antes fueron.


»Queda de ustedes, etc.»
Quien así se expresaba; quien mostraba una energía y una acti-


vidad que debian darle des pues derecho al carino del pueblo, era el
ciudadano Orense.


v.


Si por medio de leyes orgánicas hubieran procurado los opresores
falsear el espíritu y los preceptos de la Constitucion de 183'1, si hu-
bieran hecho los mayores esfuerzos para robustecer dentro de la ley
fundamental las prerogativas de la corona, si hubieran tcnido la pre-
tension de organizar la máquina del Estado con arreglo á las doc-
trinas que siempre habian proclamado, todavía pudiera suponerse
que obraban obcecados, pero de buena fe, como hombres de probi-
dad y de conciencia; pero cuando sin necesidad, sin que lo recla-
mara la opinion, sin contar siquiera con la voluntad del partido con-
servador, se presentaban á la faz ue España con esa tea incendia-
ria para poner á la nacion en el caso de optar entre un absolutismo
falaz ~ un alzamiento fratricida, forzoso era creer que detrás de la
rerorma se ocultaba la cuestion del matrimonio de Isabd 11 con las
consecuencias mas desastrosas, y acompañada de la düvolucion de
los bienes del clero, del restablecimiento del diezmo, de la restau-
racion de las vinculaciones y de cuantos abusos y privílegios one-
rosos echó por tierra la revtducion en su marcha regeneradora y
omnipotente. La refo:ma del código de 1837 era UD golpe de Es-
tado, un lance en que se aventuraba el todo por el todo y en que
se juega el trono absoluto de Isabel 1I contra los azares de una re-
volucion.


El párrafo 5.° del artículo 48 de la Constilucion de 183'1 decía
así:




DIL ULTIIIO BORBON DB ESPAÑA. 575
(fEI rey necesita estar autorizado por una ley especial para con-


traer matrimonio y para permitir qu€' lo contraigan las personas que
sean s!Íbditos suyos y estén llamados por la Constitucion á suceder
en el trono.»


Quizá ese arUculo era la base, el fundamento de la refct'ma. Cóm-
plices rle proyectos fraguados en mengua de la ~jgnidad de la pa-
tria, vendidos al oro de las monarquías que las habian halagado du-
rante la emigracioD; aqcellos monárquicos para reir, aquellos revo·
lucionarios realistas, aquellos serviles mercenarios babían adquirido
compromisos que debian cumplir á todo trance.


Reformando el artículo que trataba del matrimonio, dejaban fuera
de discl1sion, declaraban inviolable al candidato, y facilitaban los
medios para arreglar en familia asunto que tanlo interesaba al pals.


Si Isabel queria amar libremente, tenia el camino f\xpedito, po-
dia renunciar á la corona y hacer de ~u COraZ(¡D y de su cuerpo el
uso que le conviniera; pero permaneciendo al frente del pueblo es-
panol, como jefe del Esl,ado dehia obedecer las leyes y atender á los·
intereses, á las necesidades y á la volunlad de la nacion qua era an-
tes que ella, que estaba. sobre ella, que pocHa liruillr su poder mas
y mas, y Lasla despedirla cuando lo creyese conveniente, cuandu es-
torbara ó pudiera perjudicar á sus intereses.


VI.


No hay que dudarlo; los perjuros trataban de restablecer el régi-
men absoluto, habían resuelto en las tinieblas de sus conciliábulos
un matrimonio funesto, que nunca mereceria la sancion de los de-
legados del pueblo. Corno si la nacion fuera el patrimonio de los
reyes, se la quería despojar del derecho de intervenir en la cuestion
matrimonial, dejando al arbitrio de los consejeros del monarca y de
los influjos palaciegos la suerw de doce millones de españoles. Por
este medio abrían el camino para compartir el trono con Isabel, el
vástago de una familia aborrecida, y no podian encontrar obstácu-
lo las pretensioces extranjeras, dirigidas á convertir la Espana en
un instrumento, en un satélite de su ambicion y de su orgullo, con
mengua de la dignidad é independencia nacional.


y como si no bastara quitar á la CODstitucion todo su carácter,
como si no tuvieran armas con el veto, con la organizacion del Se-




576 DISTORIA DEL REINADO
nado, con la supresion de la milicia, con la imposibilidad de disen-
tir lo que el gobierno considerara peligroso; mientras el general
Narvaez leia en el Congreso el proyecto de reforma constitucional, el
ministro de la Gobernacion pedia en el Senado por medio de otro
proyecto UD voto de confianza, una autorizacion expresa para arre-
glar á su antojo sin sujecion á níngun principio la legislacion rela-
kva á Ayuntamientos. Diputaciones provinciales, Gobiernos poHtieos
y Consejos provinciales de administracion; y otros que si no se de-
mandaban tambien autorizaciones vergonzosas y depresivas de la
autoridad de las cortes, se presentarían además para restringir el
derecho electoral activo y pasivo, dejándoJo reducido al estrecho cir-
culo de la pandilla dominante, para doblar las penas contra los M-
critores públicos, sujetos á la férula de los tribunales ordinarios,
para cercenar lodos los derech.os, para suprimir todas las garantías
y defensas contra las arbitrariedades del gobierno, en el órden po-
lítico y civil.


Hé ahi en toda su deformidad el plan liberticida fraguado dentro
'i fuera de Espat'la desde el mismo día en que se publicó el código
de 1837. Ese arbusto venenoso de la reforma, cultivado por trai-
dores nacionales y por insolentes extranjeros, regado con la sangre
de Jos mártires de la libertad, iba á dar sus frutos de maJdicion bajo
el amparo de las bayonetas, y á beneficio del lodo, de la usurpa-
CiOD y de las violencias.




CAP!TULO LXVHt.


9lIMARIO.


Bene1\cíos del moderantismo: persecuciones y sangre.-Descontento general.-Sínto":'
mas revolucionarios.-Lectura y discusion en las cortes del dietámen sobre la re-
forroa ronstitudoDal.-Causa y condena de Prim y otros militares.


1.


Los moderados motejaban á sus contrarios de anarquistas; les
acusaban por débiles, cuando se hallaban en el poder; enumeraban
con fruicion los motines; senalaban á la milieia como origen de per-
turbaciones y conflictos.


y desde que subian los moderados al gobierno no habia un mo-
mento de reposo; cada día era senalado con nuevos martirios, con
sangrientas ejecuciones, con encareelamientos. Lágrimas y sangre,
destruccion, hé aM en concreto los beneficios que debía la multitud
al partido de pa~, órden y justicia. .


Registrad los anales de aquella época que la comision reformista
llamaba bonancible, y los periódicos os revelarán que no podía ha-
ber llegado á mas lastimosa situacion la perversidad.


El Heraldo denunciaba como hemos visto, un proyeeto para ase-
sinar á las autoridades en el que se hallaba complicado Prirn; y
pocos días despues al entrar en el teatro veía Meer amenazada su




578 HISTORIA. DEL RIINA.DO
existencia; resultando que en Madrid y Bareelona se hacían prisio-
nes y se levantaban cadalsos.


En Logroiío, en Valencia, en Valladolid, en Reus, en Vigo, en
to~as partes se veian señales del mal apagado incendio. La revolu-
cion podia estar reprimida) podia ser impotente, pero era incansa-
ble, y una y otra VtZ se mostraba dispuesta á disputar el triunfo.


Mas fuerte, mas enérgica, mas vigorom, mas activa, mas fecun-
da la idea. ga~ta ba la fibra, las fuerzas y el empeño de la rraccion.
Cada triunfo d~ Narvac1.; cada cadalso levantadu; cada arbitrario-
dad de aquellos pretorianos convertidos en legisladores, era una pie-
dra arrancada á Jos cimientos de la monarquía que debía venirse
abajo, desquiciando por completo la vieja sociedad.


Poco importaba á los moderados que sus palabras y Jos hechos
estuvIeran en completa discordancia. Soslenian que el país les era
adicto y neeesitaban c&da día mayores esfuerzos para que el des-
contento no es!allara; aseguraban que se hallaba cerrado el paso á
las revoluciones, y uoa y otra vez venian á denunciar trabajos de
los clubs, á dar cuenta de los manejos de los trastoroadores. j Fatal
sistema! j Horrible trama la de aquellos desgraciados que intentaban
vivir sobre el pais, y, como bandidos del camino, tenian siempre
que deber á la boca de los trabucos de ]a metralla 10 que espontá-
'neamente no sabia n alcanzarl Los moderados solo sabian mandar
con el látigo.


11.


Mientras que esto sucedía, mientras que se alborotaba el pais, se
agitaba ]a opiolon y se procesaba, perseguia, y fusilaba impune-
mente discutian el Congreso y el Senado la politica ministerial.


Todos los actos de la barbarie, todas las violencias cometidas du-
rante un año pcr el ministerio Guirigay y por el que presidia el ge-
neral de Loja, fueron aprobados por aquellas cortes que escucharon
con benevolencia multitud de herejías políticas, innumerables insul-
tos dirigidos al parlamentarismo.


La comision encargada de emitir su dictámen respecto al proyec-
to de reforma constitucional dió al fin por terminado su encargo, y
Donoso Cortés con sus frases excéntricas fué el encargado de expli-




D.KL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 579
car al mundo cómo y por que era legal, conveniente y urgentísima
UDa modificacion tan suspirada por todos.


Para demostrar lo incongruente y anómalo de aquellas pretensio-
nes, citarémos algunos párrafos del largo proemio en que la comi-
sioo queria dar una idea clara y sencilla de su pensamiento.


oLa constitucion de 1837, decia, parece hecha de propio intento
para con trastar con el estado de la nacion cuando la anarquía se
babia dilatado ya por todos sus ámbitos. Las cortes consagraron los
grandes principios del órden social al tiempo mismo en que todo era
en la sociedad desmanes y desarueros: levantaron el troDO á una
regio n altisima, al tiempo mismo en que manos torpes é irreveren-
tes l~ bajaban de su altura: y por úHimo, cuando la nacion con ul-
traje de S. M. doblaba su cuello ante las insurrecciones, ellas abrie-
ron las zanjas y echaroD los cimientos de la libertad española.


»A vista de esto no parecerá extraño el júbilo universal con que
aquella constitucion rué recibida por todos los partidos: a6cio-
nóse á ella el vencedor porque era suya, y el vencido porque vió.
con asombro consignados en aquel código fundamental algunos de
los grandes principios en cuyo nombre y por cuya gloria habia pe-
leado y perdido tan grandes batallas. No significaba esto que la
ConstUucion no tuviese aqui y allí lunare~ que afeaban su hermo-
sura: hallábanse en ella prmcipios que no hahian sldo hechos para
estar Juntol, y que mas bien que partes ajustadas en sí"de un com-
puesto regular, eran piezas perdidas de dh'ersas Constitucione3 pues-
tas alli por el legislador caprichosamente y al acaso. Ni podía ser
de otra manera si se atiende á la grande aunque insensible influen-
cia que tiene siempre el estado político y social de una nacion en el
ánimo de sus legisladores.


llNo hay entendimiento tan levantado, ni voluntad tan firme, ni
alma tan resguardada y dueña de sil que no deje libre alguna puer-
ta por donde se abran paso las cosas que están en otros entendi-
mientos, en otras voluntades y en todas las almas. ¿Cómo, pues,
habían de resplandecer en la Constitucion de 1837 los pr;ncipios de
la libertad y del órden en toda su limpieza, cuando la sociedad es-
taba entregada á )a anarquf a? Lo que habian antevisto los ingenios
mas eminentes, 10 echaron de ver acabada la obra los hombres mas
entendidos, y des pues de planteada )a Constitucion, basta los inge-
nios mas rudos.
. . . . . . . . \. . . . . . . . . •




580 HISTOIIA DIL BIINADO
»Nuestros ojos atónitos han visto removida en el siglo 111,en nues-


tra España aquella gravfsima y porfiada contienda que se levantó
en los siglos medio(entre nuestros reyes con las cortes, por una
parte, y las corporaciones municipales por otra, ~obre si BspalIa
habia de ser una monarquia, Ó UDa federacion de repúblicas inde-
pendientes; la comision cree que ahora la victoria debe pasar á los
reales de la potestad central como pasó entonces á los de nuestros
príncipes, euyo constante oficio, ayudados por las famosas cortes de
estos reinos, ha sido:unir estrechamente y con una blanda lazada
todos los miembros de esta vasta monarquía y ensanchar los térmi-
nos de esta nacíon que han gobernado con un imperio justo y con
un cetro dichoso. .


»No se crea por esto que la comision quiere acabar con aquellos
institutos populares, que son históricos en nuestra monarquía, ni con
aquel am~r profundisimo que los principes mas aventajados profe-
saron siempre en nuestra Espana á las clases menesterosas. Mal
pudiera abrigar la comision e8t'3 deseo cuando la idea de la frater-
nidad entre los hombres va triunfando en el mundo. La comision,
sin embargo, es de sentir que si~estas clases afligidas con tan gran-
des desventuras, tienen el indisputable derecho de que los gobiernos
'pongan en ellas sus ojos para mitiga'f S'Us dolencias, no le tienen '
para alzarse con el gobierno de las sociedades humanas.


»AI propio tiempo que estas grandes ideas de igualdad,de frater-
nidad y d~ derecho comun van ganando terreno en todas partes, las
instituciones aristocráticas van desapareciendo de la tierra. En Fran-
cia no existen. En Austria no son otra cosa sino un glorioso recuer-
do, y en Inglaterra no batallan por la victoria, sino por la vida.
Para encontrar una aristocracia vigorosa es menester tocar con la
mano al polo.»


IIJ.


La urgencia era sin duda reconocida, puesto que se puso inme-
diatamente á dÍscusion el dictámen de que acabamos de hablar.


Muchos diputados pidieron la palabra en contra usándola los se-
ñores La Toca, P<lrpiñá, Romero Giner que combatieron el proyecto
con suma debilidad. Y despues de otros diputados que bablaronen




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 581
pro, leyó el señor Tejada un largufsimo discurso, un folleto abso-
lutista. Al escuchar esta epopeya reaccionaria muchos diputados
pidieron en distintos sentidos la palabra, presentando algunos una
proposicion para que no se permitiese leer discursos sin obtener
antes la aprobacion del congreso. Así se puso término al debate so-
bre la totalidad entrando despues en la serie de enmiendas, la pri-
mera de las cuales era de Posada Herrera y pe día que desde las pa-
labras «sabed» se reformara el texto diciendo: «Que siendo los de-
seos de la nacion reformar la Constitucion promulgada en 18 de junio
de 1837, las cortes han decretado y nos aceptamos'y sancionamos lo
siguiente. »


Posada Herrera quería dejar consignado el principio de )a sobera-
nia nacional y contradecía abiertamente las teorías de aquellos par-
lamentarios su; generis que sin tener en qué fundar su derecho por-
que no representaban institueiones, ni nobleza, ni clero, consignaban
que las cortes y el rey podian legislar.


Poco tuvo que decir en apoyo de su enmienda para desbaratar las
hipócritas y sorísticas argumentaciones de los reformistas; porque'
Martinrz de la Rosa al querer impugnar las teorías de Tejada hizo
la apología del derecho nuevo, de los derechos populares.


Por lo demás era tal el interés con que los diputados de la nacion
miraban aquel asunto que solo quedaron once para escuchar al eeD.or
Posada Herrera.


No fué tomada la enmienda en consideracion.
Igualmente fué retirada otra enmienda del señor Perpiñá despues


que la hubo combatido Sartorius en nombre de la comisiono
Tal como estaba quedó aprobada la fórmula del preámbulo, de-


clarando así ajjueHos diputados que eran verdaderos revoluciona-
rios, y que reunidos en cierto número unos cuantos ciudadanos ha-
llándose en determinadas circunstancias, como por ejemplo tener un
piquete en palacio que amenazando á la persona que ocupara el
trono la hiciera estampar una firma, era posible proclamar una
ley, una constitucion y cambiar radicalmente las bases ce la so-
ciedad.


Ellos negaban como revolucionario el principio de la soberania
del pueblo; los progresistas lo habian hecho caer en desuso limi-
tando el sufragio, y por este camino los progresistas, moderados y
absolutistas se hallaban de acuerdo en la práctica.


Nos hallábamos ya á larga distancia de la época de 181! en que
TOllO H. 74




58! HISTORIA DEL REIN1DO
la nacion defendía con las armas su integridad, su independencia y
su libertad, y decretaba las leyes que queria establecer.


IV.


Aprobado el preámbulo entróse en la discusion por titulos, y al
discutirse el articulo 2. o del título 1. o dijo el senor Orense: «Creo,
senores, que las constituciones si bien no deben ser un libro, tam-
poco deben ser un indice donde no se contenga nada mas que la
enunciacioli de los principios que han de servir de base para el sis-
tema de gobierno. Yo quisiera que este artículo dijera simplemente
que la calificacion de los delitos de imprenta corresponde exclusiva-
mente á los jurados, excepto en los casos de calumnia y de injuria,
porque la calumnia y la injuria sujetan á los tribunales ordinarios,
y yo entiendo que son los únicos delitos que pueden cometerse por
medio de la imprenta, pues los demás que se consideran como tales,
no lo son en efecto, sino que se acercan á delito. Al juic!o por jura-
dos le consi<:!ero yo como una de las mayores garantías, y es bien
seguro que si á la Inglaterra tratasen de reformarla sus leyes fun-
damentales, reservaría el jurado y la imprenta antes que ninguna


. otra institucion, y por conservarlo permitiria qJ.e se cerrara la cá-
mara de los comunes.


»La imprenta ha sido el poder mas puro que hemos tenido du-
rante la revoluciono Ha habido cortes que no han cumplido con su
deber, pero la imprenta se ha mantenido sie'Jpre en el mejor lugar.


»Be dicho que las cortes han faltado á su deber porque algunas
veces mieatras han estado reunidas han consentido que se atrope-
llen impunemente los derechos sagrados de los ciudadanos, y que
la imprenta se ha mantenido siempre en buen lugar porque ha sos-
tenido la garantía que conceden las leyes hasta el último extremo.»


El orador encareció la necesidad de conservar el jurado como úni·
co medio de que baya libertad de imprenta, que es la garantía mas
preciosa de los gobiernos representativos, y concluyó rogando al
congreso que desechase el artículo.


v.


Despues usaron de la palabra Pacheco, que deCe:1d¡ó á la impren·




DEL ÚLTIMO BOnON DE ISPAÑA. !S8S
la, Alcalá Galiano que con el mayor cinismo se atrevió á combaftr
la libre emision del pensamiento, hasta el punto de obligar á Pastor
Diaz á tomar la palabra contra su deseo.


En su discurso S9 hallan los siguien tes párrafos:
«Seriores, si se tiende la vista por la bistoria de los partidos se


verá que á quien ha servido mas la imprenta, que el que ha sacad()
mejores resultados de ella, ha sido aquel que á la fuerza de las ba-
yonetas y de las calles, no tenia que oponer mas que UDa sola co-
sa: la razono Los hombres que contaban con la fuerza de las calles
y de las bayonetas no se valian de la imprenta. Y si no, recorramos
brevemente la serie de los sucesos.


»La revolucion de 1836 no la hizo la imprenta. La imprenta no
hubiera podido nada. Otros medios fueron los que se emplearon
para conseguir lo que querian conseguir.


»Despues, cuando la tarea de las cortes constituyentes estuvo con-
cluida ... (y aun antes, senores, porque ¿de dónde vinieron los prin-
cipios consignados en la Constitucion de 183'1?)a prensa fué la que.
los trajo á aq~ellas cortes:) despues de conc1uida la Constitucion de
183'1, ¿quién derrocó del poder al partido que habia formado la ley
fundamental? ¿Quién~ la imprenta que trajo á estos bancos la ma-
yoria de 1838.


»¿Hizo el partido revolucionario la revolucioD de t 84.0 por me-
dio de la imprenta! No: lo que la imprenta hizo fué cuando lo vió
sentado en el poder, trabajar para derribarlo, minándolo, recordán-
dole sus perjurios, sus excesos y desacreditándolo ante la Espafía y
ante la Europa entera. ¿Quién daba en aquella época esperanza á
los proscritos? ¿Quién daba seguridad á los que estaban escondidos?
~Quién sino los articulos de los periódicos de Madrid, que esparcían
por todas partes algunas ideas de esperanza y de eonsuelo~


»Y, sefíores. no eran principios facciosos Jos que se proclamaban
entonces, no: no eran principios dtletéreos: eran Jos principios de
órden, eran las contradicciones en que se pODian los hombres del
poder con la conducta que habian observado cuando estuvieron en
los bancos de la oposicion; era el descaro con que se habian arre-
batado Jos empleos públicos, eran las tiranías que cometian. Asi fué
que el primer paso que dió este poder en 18U fueron algunas dis-
posiciones dictadas contra ]a imprenta; medidas que llegaron á tal
estado de rigidez, que los redactores de un periódico que continúa
siempre defendiendo las mismas doctrinas, se vieron precisados á di-




58' HISTORIA DEL REINADO
rigir al gobierno uná exposicion manifestando que preferian la pre-
via censura á la rigidez de las medidas decretadas. Ahora mismo
puede asegurarse que quien ma~ aborrece la libertad de imprenta
son esas mismas masas. El congreso recordará que la milicia na-
cional de Madrid tronó un día ~ontra la libertad de imprenta, y que
frecuentemente estaba haciendo alardes para intimidar á los hom-
bres de nuestro partido que sostenian en la prensa las buenas doc-·
trinas.


»Yo estoy seguro de que si los senores diputados consultan la opio
nion de sus provincias, verán claramente que los progresistas y los
revolucioDlrios están unánimes y conformes en que se quite el ju-
rado y la libertad de imprenta. v .


El sellar Sartorius, periodista director de El Heraldo, q.ue con fu·
ribundos artículos llenos de improperios, amenazas y denrlestos,
combatió al que representaba aquella para ellos tan sagrada insti-
lucioa del trono, viéndose sin duda aludido en los diferentes discur-
sos que atacaban la procacidad y la virulencia de los escritores, pro-
nunció su discursito contra la libertad de pensar que terminaba con
este párrafo:


«Concluyendo la cuestion que actualmente se debate, que es so-
bre si se dube ó no suprimir de la CODstitucion el párrafo segundo


. del articulo !.o, que determina: que la calificacion de las delitos de
imprenta corresponde exclusivamente á 1013 jurados, repetiré que la
comision le ha quitado, guiada por un espiritu de constitucionalis-
mo, porque no quiere que las leyes sean holladas, porque desea que
la Constitucion se cumpla, y por eso el individuo que tiene el honor
de dirigir la palabra al congraso, es reformista decidido. Si creyera
que las leyes, que la Constitucion se habían de seguir despreciando
como hasta aquf, ni seria reformista, ni seria diputado.»


VII.


y las cortes seguian reformando la Constitucion á paso de carga.
y los generales seguian legislando, prendiendo, multando, depor-


tando, fusilando á quien bien les parecía.
y la causa de Prim, ampliadas ya las actuaciones, se puso en
~tado de vista sin que el defensor hubiese podido ver á su defen-
dido, casi sin tener noticia hasta el momento mismo de celebrarse




DEL ÚLTIMO BORBON D.I ESPAMA. 585
el Consejo. Esto dió motivo al general Shelly para querer retirarse;
pero le detuvo el presidente, que ya no era el capitan general, por-
que en su severo espiritu de imparet"al,dad, en su deseo de hacer que
triunfase la justicia, el Consejo habia consultado al gobierno si es-
tando designado como una de las victimas, podria tomar parte en
las deliberaciones del tribunal. Y el gobierno declaró que se abstu-
viera de acudir al Consejo.


CeJebróse, como hemos dicho, el Consejo; dijo algunas 'palabras
su defensor y los defensores de los otros acusados; permitióse hablar
á los reos, y á pesar de su enérgica peroraeion y de sus servicios al
partido moderado, se le condenó á seis aftos de prision en un cas-
tillo, debiendo sufrir casi igual condena los que se llamaban sus
cómplices.


Casi en los mismos dias se celebró otro Consejo para juzgar al
eapitan BartoJi y Ortega, y al comandante Contreras y otros que
fueron sentenciados, á pesar de haberse probado su inculpabilidad, á
diez años de presidio. Con ellos fueron penados los que se llamaban.
cómplices de la conspiracion, que se fundaba en cartas cogidas á di-
chos sugetos.
~' Tambien, y queriendo sin duda el gobierno presentar en conjunto
un cuadro terrorífico, otro consejo de guerra sentenció á Asquerino
y otros á la pena capital por aquella famosa conspiracion que debió
estallar en julio.




CAPíTULO L1(IX.


SOMARro.


Motines reprimidos.-Levantamiento y proclama de Zurbano.-Fusilamienlo de este
~eneral y sus compañeros.-Planes revolucionarios frustrados.-Folleto de La Stl-
¡ra.-Período funesto de tropelias '! arhitrariedades.-Orense atacando la refor-
ma constitucional.


1.


Pero si la situacion se mostraba asaz provocativa; si perseguia á
tontas y á locas; si heria implacable á muchos inocentes, la verdad
es que se conspiraba sin tregua ni descanso contra aquel ministerio,
y se procuraba impedir que se consumase la obra de iniquidad.


Casi simultáneamente se notaron síntomas alarmantes en Barce-
lona, en Valencia, en Málaga, en Granada, en Leon y en Lugo; pe-
quenos desórdenes que fueron reprimidos instantáneamente.


Al amanecer del 13 de noviembre penetró en Nájera MartiB Zur-
bano con 200 hombres; renovó el Ayuntamiento, fijó una proclama
y salió á las diez de la manana, hora en que ya salían de Burgos,
Valladolid y Logrono columnas en su persecucion.


El gobierno tomó con gran empeno este acontecimiento; exigió
mucha energia y actividad en las autoridades, y se propuso escar-
mentar severamente al desgraciado general.


¡Cosa extrafia y coincidencia notable! los que todo lo debian á
Prim habian encausado y sentenciado al conde de Reus. Y cuando el




DIL ÚLTIMO BORBON DI ESPAÑA. 58'1
otro conde de Reus habia aparecido levantando la bandera de ]a re-
voJucion, El Heraldo primero, y despues el general Narvaez se ha-
bian permitido calificar al engaftado de Ardoz con los epitetos mas
denigrantes.


Bandolero! bandido, tigre de ]a ltioja, infame, desleal, ast le lla-
maba el presidente del Consejo al contestar en el Senado á una in-
terpeJacion de Roca de Togores.


y El lleraldo .con una incalificable impudencia designaba á ~Iar­
tin Barea como presidiario, como asesino, como incendiario y ladroD,
contando consejas y refiriendo anécdotas de su vida pasada.


Tal era la conducta de los que se decían hombres de órden, hom-
bres de gobierno.


Por esta manera los hombres que apellidándose liberales premia-
ban con largueza á los antiguos carlistas y ponian en persecucion
de Zurbano al cabecilla Rayo, se mostraban dignos y justos.


n.


El Heraldo y el ministro da ]a Guerra mentían villanamente cuando
acusaban á Zurbano de no haber proclamado á Isabel; cuando lo
apostrofaban como ingrato enemigo del trono.
~Qué bacia el general Zurbano para merecer esas tremendas acu-


saciones? "Qué bandera babia levantado?
El llamaba á su columna ejército restaurador de la Conslitucion; y


al entrar en Nájera repartió la siguiente proclama:
.Soldados camaradas: Vamos á combatir por cuarta vez al des-


potismo, vamos á hundir para siempre ese azote de la humanidad,
mil veces peor que el que con sangre liberal ahogasteis en los cam·
pos de Navarra; creedlo, soldados, una nacion aherrojada que gime,
bajo la opresion mas funesta, siD derechos, sin libertad, sin por-
venir, conculcado el código venerando que á costa de arroyos de
sangre plugo al cielo concederla, es la que teneis á la vista: una
pandilla bastarda es la árbitra de los destinos é intereses de esta
magnánima nacion que solo la queda una vida mas triste que la
misma muerte. ¿Diré que no sois sus hijos, porque os hayan enga-
nado convirtiéndoos en instrumento de sus planes liberticidas~ No.
¿Diré que igoorais que pertenecais á ese pueblo oprimido, cuyos de-
rechos estais encargados de defender? No os haré yo tamaría injusti-




588 HISTORIA DEL RRiNADO
cia. A. vosotros y su milicia ciudadana os debe la libertad que algun
tiempo disfrutó; á vosotros, porque esta no existe, os toca recobrarla,
y asegurar esa constitucion herida de muerte, que con solemnes ju-
ramentos os obligasteis á defender; en ella está la seguridad de vues-
tras casas, familias é intereses; si la dejais perecer fabricais las ca·
denas de vuestra patria para el mas ominoso de los monopolios; en-
tre la esclavitud y la libertad de vuestra madre patria no es dudosa
la eleccion; un pequeno esfuerzo os basta, porque los déspotas son
cobardes para salvarla, y no son dignos de mandar jamás una na-
cion tGn noble como valiente, habiéndose apoderado de ella con la
negra infamia de abusar de nuestra credulidad, generosidad y bue-
na fe. Me hallo autorizado por la suprema Junta central para con-
ceder el grado inmediato á todas las clases que vuelvan á entrar en
las filas del ejército de la libertad, y de rebajar dos ailos de servicio
á los soldados que se me presenten, mandando á sus casas á los de
la última quinta por ser ilegal y carecer de facultades el gobierno
sin las cortes: soldados y nacionales, uníos á mis filas, que siempre
primero en los peligros os conducirá orgulloso á la victoria, dicien-
do como otras provincias: Viva la Constitucion del 37, viva la Junta
central, viva la independencia nacional.»


Perseguidos con horrible empeno y SiD dejarles un momento de
. descanso, Zurbano y sus valerosos hijos y su cuilado fueron derro-


tados en Sierra de Cameros, desbandándose sus huestes. El general
con un pequelio grupo de diez ó doce individuos, comprendiendo que
el golpe estaba frustrado, y no queriendo ocasionar víctimas, se de-
cidió á ocultarse si podia, huyendo de la persecucion, y dejando á
los enemigos de la patria la gloria del vencimiento. Ni aun as! lo-
gró calmar la ira y el encono de sus enemigos. El verdadero tigre
de la Mancha, el hombre sanguinario y ridículo á la vez, don Ra-
mon María Narvaez, habia decidido que quedase exterminada aque-
lla familia.


El recuerdo de Montes de Oca á quien la ley y su desgracia ha-
bían condenado, estaba vivo, sin duda, en los feroces persegui-
dores del antiguo guerrillero.


Rayo, aquel Rayo que en la guerra civil habia servido á don Car-
los con tanta fidelidad, fué el afortunado vengador de los octu-
bristas.


y Cayo Muro, Zurbano, Benito, Feliciano, Baltanas, el subteniente
Martinez, Hervías, Iturralde, fueron fusilados sin piedad alguna.




Da. ULTIMO BORBON DI ESPAÑA.. 589


IU.


Realmente habia plan concertado. Despues de las prisiones de
Ametller y otros, lograron introducirse en Aragon muchos emigra-
dDs que intentaron sublevar los valles de Hecho y Ansó, sostenien-
do algunas acciones con las tropas salidas de Huesca y Zaragoza.


Pero las autoridades, alli como en Logrorío, debian estar aperci-
bidas y ser sabedoras de los planes revolucionarios por alguno ó al·
gunos de los conspiradores da alto bordo.


No se comprende que un proyecto bastante bien combinado y
tan extenso fracasara en todas sus ramificaciones, sin conseguir en
parte alguna los honores de una verdadera derrota.


Aquello era un horrible conjunto de desventuras; alli no habia
defensa, parecia como si las tropas estuvieran situadas en los pun-
tos designados anteriormente por los mismos revolucionarios.


Por fortuna, en Hecho y Ansó no hubo tantas víctimas, no logra-
ron los opresores satisfacer sus sanguinarios instintos.


El !3 de noviembre se apoderó el jefe de la columna expedicio-
naria de Huesca del pueblo de Hecho, donde se hallaban parapeta-
dos los insurrectos. Los carabineros y algunos soldados que se les
habían unido, tuvieron ocasion de incorporarse á las fuerzas del go-
bierno, ya que er(preciso renunciar á una empresa gloriosa.


Don Fernando Madoz, el general Ruiz, BeIlera, Ugarte, Marraco,
un capitan llamado Gavilá y otros, tuvieron que buscar en la fron-
tera su salvacíon.


El sol de Ardoz se levantaba majestuoso, desvaneciendo las nu-
bes que parecían eclipsar su esplendor .
. El general Narvaez habia conseguido su propósito.
Podía creerse ya entronizada, segura de su triunfo, la pandilla de


los moderados, pero aquellas amarguras, aquellos horribles marti-
rios que el puehlo sufría, erao al propio tiempo ataques á la here-
dera de cien reyes, y habian de tornarse alguna vez en vergüenza,
en ludibrio, en escarnio para la consentidora de tantos crímenes.


TOllo JI. 7!l




590 HISTORIA DEL RIINADO


IV.


El señor La Sagra que ya entonces se habia dedicado al estudio
de los grandes problemas sociales, publicó un folleto referente á. le.
reforma proyectada de la Constitucion.


En ese folleto estuJiaba detenidamente las principales cuestiones
politicas, procurando combatir los sofismas que los conservadores
aducian para llevarla á cabo.


Considerando la cuestion desde el punto de vista filosófico, sería-
laba con argumentos incontestables los peligros que debia traer una
medida tan impolitica como atentatoria.


Hé aquí un párrafo que condensaba el espíritu del folleto:
«Al reflexionar sobre este hecho capital del periodo en que nos


hallamos, pudiera decirse que el partido que ocupa el poder en el
dia, indemniza al progresista de las fáciles concesiones y victorias
que le debe, con una concesion igualmente gratuita y no menos
valiosa; pues ciertamente lo es, el sacarlo de un estado calamitoso
de desunion, darle centro y bandera, y de revolucionario y anar-
quista que le llamaba, transformarie en conservador de un pacto
'jurado.


»Y entre tanto, ¿qué posicion ha observado ese mismo partido.
antiguamente conservador? ¿Cuál es su categoria, como poder, su
tendencia como partido? Indudablemente reaccionaria, pues reaccio-
nario es suprimir el origen popular del pacto, reprimir la libertad
de imprenta, constituir un senado vitalicio, etc. etc. Dígase que
retrocede en busca de antiguas y sábias instituciones monárquicas;
que retrocede huyendo de la anarquía, y procurando asociar el ór-
den con Ja libertad. En buen hora sea; esto cuando mas dará orígen
á nuevas cuestiones, que no me ocuparé en resolver ahora, á sa-
ber, si es posible semejante asociacion por tales medios; si es posi-
ble resucitar las~antiguas instituciones monárquicas: en una pala-
bra, si la tendencia~reaccionaria del gabinete puede ser útil ó noci-
va. Pero lo .cierto, lo evidente, lo irrecusable es, que dicha tenden-
cia es reaccionaria.»




DEL ULTIMO BOItBON DI ESPAÑA. 091


v.


Aquel periodo funesto, aquella terrible y desencadenada r~stau­
racion debian ser los últimos esfuerzos de la monarquía secular, la
que gastaba el resto de su vida en una empresa desesperada.


¿Qué importaban triunfas effmerQs y vergonzosos ante la majes-
tad inmensa de la revolucion?


En cada movimiento. en cada victoria, perdia el trono prestigio
y defensores.


En cada derrota, en cada emigracion, ganaba la idea revolucio-
naria el sentimiento de la libertad, la causa del progreso nuevos de·
fensores y esforzados adalides. La sangre de los mártires fecundaba
el preparado terreno, germinando la semilla con nuevo vigor en los
sucesivos movimientos.


La Europa contemplaba horrorizada aquellas escenas de luto, y .
mientras los ministros y la corte francesa pagaban á peso de oro la
aquiescencia y la complicidad de los 0l1bileteros y acróbatas de ]a
política espafiola, algunos escritores escandalizados decian con ver-
dad que el Afríca empezaba en los Pirineos.


El hecho de Zurbano justificaba esa vergoDzosa sentencia.
Los asesinatos de Caspe sancionados por los tribunales debian


poner el espanto en el ániillo y hacer creer á los ciudadanos espa-
fioles que era tiempo de recon stituir la horda, de abandonar el ara-
do, y de tomar la espingarda ó la flecha para salvarse cada cual
como pudiera en medio de aquella recrudescencia de las edades de
barbarie.


El perjurio. la delacion de los asesinatos jurídicos, y cuantos ex-
cesos y cuantos alentados caracterizan á un poder que se halla en
guerra abierta con ]a sociedad, otros tantos cometian cada dia Jos
agentes del gabinete Narvaez. Esa era la paz, ese era el órden, esa
la legalidad que ofrecian con tan pomposos promesas, cuando á fa-
vor de la mas negra alevosía tomaron por asalto los alcázares del
poder supremo. M.ientras desquiciaban la máquina soci~ll de sus ro-
bustos ejes, con mano temeraria profanaban el trono, ]a libertad, los
derechos del pueblo, y los intereses mas respetables. Y por todas
partes introducían la discordia, fa anarquía y la confosion, poniendo
en pugna cuantos elementos constituyen el órden civil y poIftico.




59! 1IISTORIA DEL REINADO


VI.


Armados de ]a espada dictatorial y de la cuchilla revolucionaria,
su derecho era la fuerza, sus ministros el verdugo, sus tribunales
el cadalso. Encontraron en el trono una nirla, l' la hicieron servir
de instrumento de sus odios y de sus venganzas:. existia una Cons-
titucion formada por la voluntad nacional y aceptada Jibremente
por ]a corona, y la destruyeron con tanta imprudencia como perfi-
dia: hallaron intereses preciosos creados por una revolucion salva-
dora, y los entregaron al torrente de una reaccion en sentido abso-
lutista. Poseídos de un vértigo espantoso, querian imponer á un
pueblo de doce millones de habitantes sus creencias y sus doctri-
nas, no por medio de la persuasion, sino con el hierro y el fuego,
y á semejanza de los fanáticos sectarios de Mahoma, todo su siste-
ma se hallaba compendiado en aquella terrible sentencia, «cree Ó
muere,» escrita con letras de sangre en su abominab!e bandera.


Merced á sus tropelías y violencias, los vinculos sociales se han
disuelto, y los partidos en un acceso de desesperacion se decidieron
á recurrir á ]a fuerza, prefiriendo perecer con las armas en la roa-


. no, á entregarse como víctimas expiatorias al furor de sus impla-
cables enemigos.


Cualquiera comprenderia que la reforma iba á ser b seftal de una
nueva guerra civil, provocada por los mismos consejeros de la co-
rona, en que arrojado el trono en medio de los partidos, iban á ha-
llarse frente á frente la libertad y la monarquía.


Envueltos en el conflicto que se preparaba, no podian invocar
ninguno de aquellos sentimientos generosos, ninguna de aquellas
pasiones grandes, ninguno de aquellos dogmas fecundos que hablan
al corazon y despiertan el entusiasmo.


VII.


En la discusion de reforma, marchaban viento en popa los nue-
vos inquisidGres.


Al tratar de las condiciones y ·de la duracion del cargo de dipu-
tado, usó de la palabra Orense, que dijo:




DEL ULTIMO BOBBON DE ISPAÑA. 593
«Esta cuestion, senores, es preciso examinarla bajo diferentes


puntos de vista: no puede traerse como argumento lo que sucede
en naciones extranjeras respecto á este punto. En Inglaterra dura
el parlamento siete anos, pero no se considera eso como una per-
feceion de la Constitueion inglesa; todo lo contrario, en todas las
peticiones que se dirigen para reformar la Constitucion se solicita
el parlamento anual.


.Por otra parte, ¿cuál es :Ia idea dominante que se debe llevar
cuando se reforma una constitucion? C3rregir aquellos abusos que
la práctica ha hecho ver son perjudiciales;y cuando todas las cortes,
desde que se restableció en Espalia el gobierno representativo, han
muerto de mano airada, de modo que el abuso ha procedido solo
del poder, ¿á qué 83 esa reforma? Dice el selior ministro de la Go-
beruaeion, que para que continúen las cortes si son buenas: ese ar-
gumento es manco, seliores, porque si los diputados son buenos,
Jos pueblos los volverán á mandar aqui. ¿No ve el señor ministro
que esto tiene un grave mal? Si unas cortes se vendiesen al poder •.
¿qué remedio quedaria al pueblo? O sufrir aquellas cortes ó hacer
UDa revolucion; he aqui por qué es conveniente que las cortes se
renueven anualmente: y, senores, no es una cosa imposible que
unas cortes se vendiesen al poder, porque en Francia lo hemos visto
en las cámaras llamadas .ntrovables.


lOCinco anos además en este siglo es una duracion inmensa, es casi
la mitad ó la tercera parte de la vida parlamentaria de un hombre.


lOPero hay otra consideracion, seliores, y es que nosotros hemos
sido elegidos por tres anos, y no seria decoroso dar lugar á que se
creyese que votábamos este articulo solo por durar cinco afios mas
en nuestro encargo. lO




CAP1TULO LXX ..


SUMARIO.


Contiúa la discusion sobre la reforma constitucional.-Enmiendas presentadas al artí-
culo referente al matrimonio de Isabel.-Discusion del articulo sobre la regencia,


I.


En la misma sesion á que nos hemos referido presentó Oren se
una enmienda que estaba concebida en estos términos:


«Pido al congreso que d~spues del articulo ~6 de la Constitncion
se ponga otro concebido aSÍ: «No se podrán suspender ni cerrar las
sesiones de las cortes, ni disolver el congreso de los diputados, sino
despues de que el ministerio baya presentado el presupuesto de
gastos para el afío siguiente y la cuenta de los gastos públicos del
anterior. »


En los sistemas constitucionales, la única intervencioD positiva
que puede tener el pueblo en la marcb& de los negocios es la de pri-
var ú otorgar recursos al gobierno; y si la corona fijase bien su
atencion en ese punto, si no perfecto, podria haber sido realmente un
sistema de transaccion, un puente legal entre la monarqufa y la re-
pública.


y Oren se con su buen criterio comprendia perfectamente que el
medio de evitar la reaccion y hacer innecesarias las revoluciones era




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 595
practicar sinceramente aquel articulo constitucional que proponía y
defendió asi:


«En once años que llevamos de gobierno representativo, toda-
vía DO se han visto unas cuentas, y solo tres presupuestos se
han presentado á las cortes. Es, pues, preciso corregir esta mar-
cha, porque si no, el gobierno representativo degenerará en una far-
sa. Los ministros, cuando abran las sesiones deben tener arreglados
los presupuestos, y formalizadas las cuentas para presentarlas á los
representantes de la nacion, y conviene mucho que se establezca en
la ley fundamental, que mientras no.cumplan con este requisito, no
puedan cerrar ni disolver las eortes. Esto es una especie de apre-
mio; ya que el ministro de Hacienda ó sus delegados y subalternos
hacen Hover tantQs apremios sobre los pueblos, justo es que yo pida
que se haga este pequefio apremio al ministro de Hacienda.


»Yo digo que no puede ejercer el gobierno la prerogativa de cer-
rar las cortes, sino despues de haber presentado los presupuestos
y las cuentas, y no exijo mas sino que las haya presentado; ¿qué.
resultará de esta dísposicion? Resultará que para tener expedito su
derecho, presentará las cuentas del afio anterior y los presupues-
tos del venidero. Este es el único medio que he discurrido para traer-
le á manda m iento.


» Ya que por los medios parlamentarios no se puede obligar á los
ministros á que cumplan con este deber sagrado, forzoso es que
ideemos un recurso para conseguirlo en adelante.»


Orense era entonces verdaderamente conservador, y los minis-
tros y la mayoria que se llamaban monárquicos cerraban aquella
válvula de seguridad, dejando solo abierta la puerta á la revolucion
armada como medio de opon~rse á las demasías del poder.


11.


Llegábase elltonces al verdadero objeto de la r'Jforma.
Ibaso á discutir el artículo referente al matrimonio de la reina.
Roca de Togores presentó una enmienda que decia aSÍ:
«Pido que en la reforma de la Constitucion se suprima toda ]a


alteracion introducida en el título 6. o»
Defendiendo su opinion decia este diputado;
«¿Hay algnn candidato que por su situacioD y cualidades persona-




596 B18TORJ.! DEL RmADO
les pueda asegurar ]a tranquilidad en lo interior y el decoro y las
consideraciones en lo exterior? Si lo hay, ,qué inconveniente puede
haber en presentarle á las cortes? Se dice que borremos ese articulo
de la Constitucion porque es una desconfianza;¡,y no desconfia el que
nos quiere quitar el derecho de discutir aqui esa cuestion~ ¿No des-
confia el que no quiere que levantemos nosotros aqul un principe
como levantaron á Pelayo los espalioles~ Si se tratara, seriores, de
hacer una Constitucion nueva, yo seria el primero que diera todo
ese ensanche á la potestad real; pero tratamos de reformar]a que te-
nemos ; asi la desconfianza está en aquel que quiere que desapa-
rezca lo que existe, no en aquel que quiere defenderlo.


»Pero se dice que no se trata ahora del matrimoniodenuestrareina,
sino de reformar la Constitucion; es la moda del dia reformar; refor-
mamos la Constitucion, reformamos el reglamento, reformamos tal
vez la dinastia. Pero ¿por qué se reforma ese artículo y no otro~ ¿la
reforma de este articulo se os ,ha venido á la imaginacion al caso y
por accidente en esta ocasion, cuando la Reina llega precisamente á
la edad núbil, y no se os ha ocurrido reformar los demás? ¿qué ale-
gais para esto? ¿decís que se da mas prestigio al trono? ¿pero cre-
eis que amengua la dignidad del monarca el necesitar permiso
para enajenar una parte del territorio? ¿amen gua la dignidad de


. monarca necesitar permiso para firmar tratados de pad Nada de esto
ereeis que amen gua la dignidad del monarca, ó al menos nada
de esto proponeis que se reforme, al paso que quereis introducir la
reforma en un tratado mas importante que los tratados de paz, en
UDa enajenacion que vale mas que la enajenacion de un territorio.
¿Qué importa que para enajenar las islas de Fernando PÓ y Anno-
bon se necesite una ley hecha en cortes, si no se necesita ley para
enajenar la mitad del tálamo real, la mitad del trono? ¿Qué importa
que se necesite una ley para pasar un mes fuera del territorio, si
no se necesita para introducir en el pais y en el trono un principe,
cualquiera que sea?


«Pero no es ]a variacion tan importante, se nos dice: lo que se
propone no es mas que una euestion de órden; antes se comunicaba
el proyecto de matrimonio con antelacion y ahora se comunica des-
pues. Pues si tan pequeña es la variacion, ¿por qué la haceis? Si es
importante, decid por qué es importante. ¿Es por asimilar esta Cons-
titucion á otra de un país vecino? Seilores, si pud~ran asimilarse




DIL ULTUIO BORBON DE ESPAÑA. 597
las sociedades, yo comprenderia la asimilacion de la Constitucion.
Aquf se nos presentan unas veces ejemplos de Francia é Inglaterra,
y otras se rechazan eso~ ejemplos. Se dice que ni en Inglaterra. Di
en Francia existe esa garantía, y que por qué ]a hemos de exigir aquÍ,
Senores, ¡,y qué comparacion hay entre nuestra sociedad y las de
Francia é Inglaterra? En Francia existe la ley sálica, no busca la
persona colocada en el trono mas que una companera. En Inglater-
ra sabido es cuán escasa influencia ejerce el consorte de la reina en
el m8llfjo del gobierno: el actual esposo de la reina Victoria, á pe-
sar de las altas prendas que le distinguen, ni aun el título da rey
tiene. ¿Sucede lo mismo en nuestra patria? ¿No fué rey Felipe el
Hermoso, y con él no solo se introdujo una dinastía, sino tambien un
régimen nuevo de gobierno? ¿qué comparacion hay entre uno y otro
país? ¿qué comparacion hay entre el órden social de una nacion yel
de la otra?


111.


Deseehada la enmienda de Roca de Togores, se leyó otra de Pena
Aguayo, y sosteniéndola, dijo:


« Yo apelo al buen juicio de los senores diputados. Si viniese UDa
persona de catorce años pidiendo al Congreso su consentimiento para
casarse sin el de su familia, ¿se le concederá sin atender á razon al-
guna? ¿No se negaría á ello cOllsiQerando que era una pretension
disparatada? Pues si asf pensara el Congreso con respecto á una
persona particular, ¿por qué ha de pensar de otra manera con res-
pecto á la persona que ejerza el poder supremo del Estado? Este es
un absurdo que no debemos admitir.


»¿Cuáles serian las consecuencias de esto para el pais y para la
Europa entera, siendo dona Isabel II reina en una nacion que tiene
1'1 millones de habitantes y posesiones en las cuatro partes de!
mundo?


»En Francia y en Bélgica se pueden casar los royes sin el consen-
timiento de las cortes. En Inglaterra ya he dicho que hay un medio
indirecto de conocer la opinion del parlamento. Y en Inglaterra
mismo cuando se contrajo un matrimonio que repugnaba á los in-
tereses del pais, el matrimonio de la reina Maria con Felipe 11,
¿cuántos disturbios no sobrevinieron?Cuatrocientos individuos sufrie-


TOMO JI. 76




598 HISTORIA DEL REIl'UDO
ron la pena de muerte dentro de los muros de Londres y otros cua-
trocientos fueron condenados á priiion perpetua; y cuenta que se
tomaron todas las precauciones para que se pudiera disminuir esa
repugnancia.
~Pero en esos paises, que he citado, ¿se pueden casar las hembras


y los varones á los l' anos~ Allf, serIores, la mayor edad está fija-
da á los 18 anos; en Inglaterra por el reglamento de Enrique VIII,
en Francia por la ley de Regencia; en Bélgica, en el Brasil y en
Portugal por sus constituciones respectivas.


»Hay mas; en Francia y en Bélgica rige la ley sálica y de consi-
guiente no pueden reinar las hembras sino solo los varones. Yo no
tendria inconveniente ninguno en que un varon se casara á los 18
arios, porque no lemo la ir.fluencia entre esto y las influencias que
puede ejercer en una reina de menor edad su esposo. Yo dejo á la
consideracion de los diputados que saquen las consecuencias de es-
las premisas. o


IV.


A.I comenzar la discusion del artículo, habló en contra el sellor
Pacheco; y como sea interesante que los lectores conozcan cuá.nta
era la influencia de las circunstancias sobre aquellos legisladores,
vamos á dar tam bien algunas de las frases que expuso.


«El artículo que nos ocupa es en efecto superior en importancia
á todos los demás, pues al cabo de esto se debate la Constitucion de
la monarquía que conforme se refurma hoy puede reformarse ma-
rIana, y en el artículo puesto á. discusion discutimos la suerte del
país, no solo por diez ó veinte años, sino por toda la duracioD del
porvenir. El selior ministro de la Gobernacion manifestaba ayer que
al discutir el punto gravísimo del matrimonio de los reyes estába-
mos todos preocupados por las circunstancias de actualidad y no
podiamos prescindir de eUas. El stñor ministro tenia raZOD, pero
hay una diferencia entre la opioion de S. S. y la mia, yes que S. S.
cree que esta preocupacion es un mal que pone obstáculos á nuestra
resolucion, que nos desvia de la que debíamos adoptar, y yo por el
contrario entiendo que esta preocupacion de los intereses actuales
es una necesidad, y una necesidad legítima, un hecho del cual no
puede ni debe prescindirse.




DEL ULTIMO liORBON DE ESPAÑA • 599
• Cuanito se trata de discutir Jeyes poUticas, creo que es un error


quererlas santificar con el titulo de leyes perpetuas. La Jegislacion
que rigió al pueblo romano rige en el dia á todos los pueblos de Eu·
ropa; pero las leyes politicas son y deben ser leyes de circunstan-
cias, y basta que por algun tiempo puedan hacer el bien de la na-
cion para que llenen su objeto ..


»Fijado el punto de vista bajo el cual he de considerar )a cues-
tion, voy á entrar de lleno á discutirla. Se ha reconocido ayer en te-
sis absoluta el derecho de la nacion para intervenir en el matrimo-
nio de sus reyes; no es esto que los reyes sean de peor condicion
que los particulares, sino que están colocados en una posicion ex·
cepciona1. No es, señores, una novedad de la ley el intervenir en los
matrimonios de los reyes; si en los gobiernos absolutos es la volun-
lad del monarca la que interviene, en los gobiernos constituGionales
es la voluntad de la ley. Cuando el monarca era por si el soberano,
su autoridad intervenia en los casamientos de los individuos de su
casa, y no necesito recordar la pragmlitica de] reinado de Carlos lIT '.
por ]a cual quedaban excluidos al derecho de ]a corona los prfnci-
pes que se casaran sin su consentimiento, derechos que por haber
cometido esta falta perdió un pariente suyo, el infante don Luis.


»Cuando la potestad legislativa se ha trasladado, cuando no solo
el reyes soberano, se ha dicho que se necesitaba, no una autoriza-
cion, yo rechazo tambien esta palabra, sino una ley para hacerse el
casamiento. Se ha dicho que esto era indecoroso para la persona á
que se destina para ocupar el solio; yo, seriores, no veo en qué pue-
da consistir lo decoroso. Pues qué, seriores, y repito lo que dijo ayer
el sellor Roca de TogDres, ¿no está en la Constitucion un articulo en
que se prefija que el rey ha de necesitar una ley especial par á dife-
rentes materias~ Ha de necesitar, por ejemplo, una ley especial, y
esto no será indecoroso, para introducir en el reino un regimiento
de tropas extranjeras, y ¿ha de ser indecoroso que se necesite una ley
especial para introducir en el reino un prfncipe extranjero~ Yo re-
conozco, seriores, que haya dos escuelas en este punto. No soy par-
tidario de la escnela de los medios directos, de que la desconfianza
se manifieste de este modo: prefiero los medios indirectos; pero, se-
liores, esta cuestion, tal como se halla colocada en el dia, no consiste
en si han de ser directos ó indirectos los medios; esa cuestion exis-
tia ayer entre )a enmienda del seríor Roca de Togores y )a del sellor
Pefia Aguayo; pero la eueslion de- hoy consiste en si ha de preferirse




600 HISTORIA. DEL REINADO
el medio de la intervencion ó el de ]a no intervencion, que es lo que
propone el gobierno. Permítase me , seno res , que en este punto sea
partidario del articulo de la Constitucion de 1837; pero ya que el
sistema de la Constitucion de 1837 está desechado, vengo solo á
oponerme al articulo tal como está presentado por el gobierno yadop-
tado por la comision; vengo á sostener el derecho de intervencion,
directa ó indirecta, ó como sea, pero positiva ó eficaz, que debe cor-
responder á los cuerpos colegisladores en un acto de la soberanía de
Espana.»


Así los primeros oradores, los mas autorizados y genuinos repre-
sentantes de la escuela moderada luchaban en defensa del Código
fundamental, y señalaban los peligros y las vicisitudes que debian
sobrevenir.


v.


Despues de este articulo venia el de sucesion á la corona, en el
cual tambien se introdujeron reformas. Y naturalmente, la cuestion
de regencia vino tambien á dlscusion.


Respecto de ella, y como acababa de verse cuán grave é irnpor-
·tante era el asunto, puesto que en diez ai'íos habia habido dos re··
gencias, una de la familia del rey y otra de eleccion, se dijeron
grandes cosas, se hizo larga historia, y el entendido Seijas Lozano
mostró su vasta erudicion en un discurso que tuvo que dividir en
dos partes.


Tambien tomamos de esa peroracion algunos párrafos:
«No me ocuparé de la monarquía visigoda ni de la invasion de


los sarracenos. Pero despues, ¿qué es lo que encontramos? En la ley
tercera al mulo quince de la Partida segunda dijo el Rey sabio que
era tlDtigua costumbre del pueblo espai'íol que cuando moria el rey
dejando rey niño, y disponía en el testamento la guarda y tutela del
niño, se observase esto: que si no lo disponia as!, se confiase á la .
madre del rey niño, y que no habiendo ni una ni otra cosa, enton-
ces se reuniesen los ricos hornes y los hornes honrados de las villas
y lugares para elegir administrador ó administradores en una, tres
Ó cinco personas.


lDNuestra legislacion, nuestra historia está compendiada en esa ley
de Partida, en esa ley vigente hasta nuestros dias, y que ha cons-




DBL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA.. 601
tituido el derecho relativo á la regencia. En ella no se dió una dis-
posicion nueva, no fué una institucion creada por el Rey sabio: él
mismo dice que esa habia sido la costumbre y la jurisprudencia de
Jos siglos pasados. Cuando yo consulto esta ley de Partida, cuando
veo que se apela al pais y á sus representantes para Henar esta fun·
cion sagrada, cuando veo que esta se realiza en el siglo XIII, y que
el sabio monarca dice que lo mismo sucedía en los anteriores, y
comparo esta disposicion con lo que el gobierno quiere que se con-
s'igne en la Constitucion del siglo XIX; de este 'siglo en que las cIa-
ses medias han adquirido cierto porvenir, en que las cortes no son
las de aquellos tiempos, sino un verdadero poder; ¿será posible que
se quiera retroceder á no sé qué siglo? ¿Podremos desentendernos de
tanlos antecedentes? La historia de todas las naciones nos dice 10
contrario de lo que aquí se quiere, la historia de nuestro país]o re-
chaza, nuestra Iegislacion lo condena.


XI El senor ministro de la Gobernacion decia que la regencia de-
bia estar entre los parientes para que esta estuviera en armonia con·
la sucesion de la corona. He dicho antes que la institucion de la re-
gencia es de diferente índole que la del trono. Este no Hene mas re-
lacion que con el país, y la regencia la tiene con el trono y con el
pais; y por esta diversa índole es por Jo que no se puede adoptar en
buenos principios lo que el sefior ministro desea. ¿ft dónde iriamos
á parar si aceptásemos las ideas emitidas por el sefior ministro de
la Gobernacionif ¿Por ventura, ni en la Constitucion, ni en ninguna
de las leyes se ha establecido que suceda el padre al hijo en la co-
rona? No, ser.ores, al contrario, la misma Constitucion que se está
reformando, ¿no establece el órden regular en la sucesion segun lo
establecia la ley de partida? Yo he buscado en las constituciones eu-
ropeas ese principio que aquí se quiere consignar, y á pesar de que
e! gobierno dice que las ha consultado, no he podido encontrarle.»


El sefior Puche esforzó tambien los argumentos para probar que
era necesaria ]a intervencion de las cortes en el asunto de la re-
gencia; presentando como grave dificultad la de que el marido de la
reina que por la Constitucion no tiene derecho á intervenir en los
negocios, era el que debía en casos semejantes, muerta su mujer,
encargarse de la regencia. Dicho sefior hizo presentes los graves
peligros que podian sobrevenir atendiendo á las ambiciones que pu-
diera despertar, en la mujer especialmente, la esperanza de llegar á
la regencia.




6 O! mSTORIA DEL REINADO
Tambien habló Rios Rosas, que sostuvo el principio de eleccion


prefiriéndole' consignar los colaterales, porque da ocasion á que el
que se encargue de gobernar el reino trate de usurpar la corona al
niDo. Calificó de subversivo el criterio de llamar á los colaterales,
pues por mucho temor que pueda inspirar un particular elevado á
regente por el voto de las cortes, mayor es e] de nombrar al pró-
ximo heredero. Inconsecuencia llamó al adoptar el principio heredi-
tario para la regencia, mientras que en la dignidad de senador, en
el cargo de diputado á cortes provincial y miembro múnicipal, se es-
tablece ]a eleccion, y no es conveniente retrogradar á la Edad me-
dia, por lo cual debe ser electivo el cargo de gobernar el Estado;
pues si no, alIado de la dinastfa de los reyes se establece la dinastía
de los regentes.




CAPITULO LXXI·


SUMARIO.


Proclama de la Junta de Hecho.-Discurso de Orense tratando de la regencia.-Lega-
lizacion y publicidad del matrimonio de Cristina.-Orense en la. cuestion de la mi
licia nacional.-Decreto antiliberal del ministro de Hacienda.


1.


Aquella revolucion que se habia iniciado al mismo tiempo en Lo-
groilo y en Jos valles próximos al Pirineo fué un fugaz relámpago,
una explosion sin eco que murió apagada bajo la pesadumbre in-
mensa del poder, enterado sin duda por alguno de los altos conspi-
radores de los detalles y pormenores de la insurrecciono


A.si que los batallones, los escuadrones, la artilleda se hallaban
situados en los puntos convenientes, y pudieron maniobrar con ra-
pidez; mientras que Jos gobernadores, celadores y polizontes tenían
las listas de los comprometidos y pudieron prender y deportar, des-
terrar y perseguir á quien bien les pareció, impidiendo por estos me-
dios que los insurrectos engrosaran sus filas y lograsen su propósito.


Casi no tuvieron tiempo de desplegar su bandera; dificil se hizo
que sus proclamas fueran conocidas, y la curiosidad pública que
distraían á la vez el congreso y las operaciones militares, no halló




60' BlSTOBIA DEL REINA.DO
satisfecho su deseo. Por esto insertamos á continuacion una procla~
ma circular de la Junta de Hecho, que dice aSÍ:


o.Seccion política y administrativa de la Junta central.-Circu-
lar.-Dos poderes que pugnan hace muchos anos por sostener sus
abusos y sus privilegios contra los intereses de los pueblos, son los
directores del pensamiento politico de Madrid, el cual no solo se ha
complacido en rasgar uno por uno todos los artículos de la Consti-
tucion de 1837, de ese pacto celebrado por el voto nacional en tre
el trono y el pueblo, sino que es mas, ha convocado unas cortes
ilegítimas por el modo y la forma de eleccion, y convirtiéndolas ea
constituyentes, se propone reformarla destruyendo por su base la
teoría de los gobiernos representativos y la soberanía de los pue-
blos.-Contra ese torrente de ilegalidades, contra esa tendencia á
oscurecer el brillo del trono constitucional que se apoya en un equi-
librio santo que constituye nuestra bandera, contra el cúmulo de
ultrajes de que ha sido vi.ctima el partido progresista, se levanta hoy
la nacíon omnipotente, gritando libertad y Constitucion de 1837,
con todas sus consecuencias. De esta simple exposicion podrá usted
inferir que la bandera que á estas horas se enarbola en las provin-
cIas Vascongadas, Andalucía, Galicia, Extremadura, Cataluíia, Bur-
gos, Aragon, y con rapidez cundirá por el resto de ola Peníns ula, es
.Conslitucion de 1837 y Junta central.


» y como á salvarla se dirigen todos nuestros conatos, he creído
oportuno en uso de las facultades de que me hallo revestido por el
Excmo. seflor eapitan general de este reino, y contando con la apro-
bacíon de la representacion nacionai, hacer á usted las prevencio-
nes siguientes:-l.· Como á la hora que usted reciba este oficio se
estará verificando en las provincias tan noble alzamiento, se hace
indispensable que sin pérdida de momento se ponga usted de acuer·
do con los mas seflalados patriotas y los secunde por su parte, que-
dando autorizados para obrar segun exijan las circunstancias.-
l. a Todo el que intente resistir el alzamiento, Ó que directa ó indi-
rectamente esparza ideas en contrario, dispondrá usted su prision y
remision al cuartel general de S. E. para que sean juzgados breve
y sumariamente segun exija el oaso.-3.0 Verificado que sea el al-
zamiento, cesará al punto el Ayuntamiento y repondrá al que lo era
el 12 de mayo de 1843, excepto aquellos individuos que hayan ma-
nifestado adbesion al actual gobierno de Madrid ¡ perseguido á los
liberales ú obtenido nombramiento desde la entrada de Gonzalez




DIL ÚLTIMO BORBON DE ES.N.ÑA.. 605
Bravo. Las vacantes que resulten por dichas causas, se reemplaza-
rán por votacion de Jos demás concejales y de Jos .jefe~ y oficiales
que nombrare la milicia nacional.-i.La milicia nacional se reor-
ganizará en el mismo dia que se verifique el alzamiento, compren-
diendo en ella á los que se encuentren en la edad de 17 á 50 años,
exceptuando los nuevos Ayuntamientos los individuos que DO ins-
piren confianza para que satisfagan la cuota asignada en la ley, y
procediecdo los individuos de aquella al nombramiento de jefes y
oficiales corno se ha verificado hasta abora.-5. El Ayuntamiento
armará y municionará la milicia nacional con las armas de fuego y
blancas y municiones que recogerá en su distrito, rrecdiendo y po-
niendo á disposicion del Excmo. señor capitan general cuantos hi-
ciaren la mas mínima ocultacion de dichos articulos.-6. Se de-
claran milicia nacional privilegiada todos los solteros desde la edad
de 18 años, los cuales se pondrán en marcha directamente al cuar-
tel general de S. E.-7. SJ declaran nulas las éltimas quintas como
verificadas contra lo prescrito en la COllstitueion, pudiendo restituir- .
se desde luC'go libremente al seno de sus familias, y haciendo saber
por bando (de que se mandará copia) á todos los interesados de los
mismos quintos, que por cuantos medios les sugiera su prudencia
y prevision, hagan entender esta disposicion á los hijos ó hermanos
que tuvieren en el ejército. 8. Todos los individuos de tropa del
ejército en actual servicio ó licenciados y los demás en la milicia
nacional que lomaren parte en el alzam!ento, tendran derecho á la
porcion que les quepa de los bienes nacionales no vendidos que se
propondrá algobierno, terminadas que sean las actuales circunstan-
cias, conforme se intentó en 1835.-9. Se declaran indignos del
nombre espaí'íol los que teniendo disposicion de manejar un arma
no acudan prontos á salvada Constitucion de 1837, y derechos en
ella consignados.-10. Contando el Excmo. señor capitan general
con recursos superabundantes para consumar la obra de nuestra re-
generacion política, todos cuantos se originen á los Ayuntamientos,
y cuantos recursos faciliten serán satisfechos en el acto, medhnte
una libranza con tra casas respetables. -11. Reorganizada la mili-
cia nacional dispondrá ~l Ayuntamiento que la movilizada con arre-
glo. al artículo 6, venga socorrida con quince días de haber á razon
de cuatro reales de vellon diarios pOi individuo y la racion de pan.
-No necesito recomendar á usted la urgencia de tan importante
servi~io y manifestarle que será el mayor que puede prestar á la


TOMO 11. 77




6 O 6 mSTOnr! DEL REINA.DO
causa nacional, por cuyo sosten se ha derramado tanta sangre pre-
ciosa y lihera1.-Dios guarde á usted muchos alios. Hecho 17 de
noviembre de 1Sit.-José Maria Ugarte.-Stlllor alcalde constitu-
titucional de Garde.-Es copia.» .


11.


En la cuestion de regencia pronunció tílmbien un discurso Oren-
se, en que despues de manirestar que no hablaba en muchas cues-
tiones, por creer que haria mas impresion en la asamblea lo que
dijeran los hombres conservadores, creia que no se habia combatido
una idea, y que iba á hacerlo, aunque segun la práctica de aquellas
cortes que declaraban de hecho transitoria y cambiable la Consti-
tucion, como una ley cualquiera, eso podría enmendarse fácilmente
en las cortes sucesivas.


Anadia despues:
«Se dice que el regente haya de ser español, y esta cualidad no


se exige para el rey; de modo que el ser extranjero DO es un obstá-
culo para sentarse en el trono, y sí para ocupar la regencia. Esto
me lleva á hacer otras observaciones.
. lOEn el gobierno absoluto era natural que el testamento del rey di-
funto fuera el que diera la regencia; esto tenia intima relacion con
la índole de aquel gobierno: por lo mismo me parece que en la ín-
dole del gobierno representativo lo mas lógico era que la regencia
fuese regida por el parlamento. Puede haber un extranjero digno de
ser regente, así como puede haber un espai'íol en quien no concurra
esta circunstancia. Por ejemplo, si la princesa hermana de la reina
dona Isabel 11 se casa en el extranjero y tiene un hijo, podrá ser un
príncipe lleno de bellas cualidades, y no entiendo por qué en un ar-
ticulo de la Constitucion hemos de privarle de la regencia. Si se me
dice que entonces se hará una excepcion, en ese caso no hay nece-
sidad de que en la Constitucion se consigne.


» Yo creo, señores, que todo lo que se ha hablado sobre la regen-
cia, ha sido teniendo presentes los últimos sucesos, y este modo de
legislar me parece trivial y estéril para conseguir el objeto, pues si
la constitucil)n es variable, aquel que venza la acomodará á su gus-
to. Véase como hacemos un trabajo enteramente inútil, porque el
primer dia que sea obstáculo ~ la ambicion se echará abajo.




DEL ÚLTIMO BORBON DE ISPAÑA.. 607
»Si el objeto de las nuevas constituciones es que sean lacónicas,


¡,á qué estos detalles sobre la reg8ncia? Hasta la edad me parece in-
conveniente: si hemos determinado para la mayor edad del rey ca-
torce afios, ¿por qué se ha de impedir que un jóven de diez y ocho
afios sea regente? Por un lado queremos que en la Constltucion no
se haga mas que indicar todos los objetos, y por otro lado en este
titulo de la regencia acaso establecemos mas detalles que ·en toda
la Constituci1n junta.


»Respecto á que el padre ó la madre solo podrán ejercer )a re-
gencia estando viudos, tambien me llama la atencion; pero la comi-
sion podrá entender por qué no me extiendo demasiado en este
punto.»


111.


En estas circunstancias se legalizó é hizo público el matrimonio.
de María Cris~ina, que como reina viuda venia cobrando once mi-
)Jones sf'~alados por el difunto monarca. A eso aludia Or~nse en uno
de sus periodos.
Aqu~1 hecho entró en la jurisdiccion de la prensa, que declaraba


que por haber pasado á sf'gundas nupcias perdia las consideracio-
nes potiticas y civiles, y no podía go!ar de las honras que se la ilis-
pensaban, por reclamarlo, decian los periódicos, el lustre yesplen-
dor del trono.


El Espectador invitó para que todos los periódicos emitiesen su
opinion.


Como don Fernando Mufloz no era de regia estirpe, decia el Cla-
mor:


«Ni en los actos de la famma real, y mucho menos en los oficia-
les, la señora do!!a Maria Cristina de Borboo puede tener interven-
cion alguna, ocupar el que se le da con preferencia á la inmediata
y presunta heredera del troDo, ni recibir Jas honras y homenajes
debidos á la reina viuda, porque ya DO es tal reina viuda, y ha sa-
lido de la familia real, para ingresar en la de su esposo.


»La misma razon la aleja del palacio de los reyes de EspaDa,
donde DO pueden vivir mas que los de SaD¡;!re Ó estirpe real, y don-
de el establecimiento de un particular con el carácter de marido de
fa madre de nuestra reina, podria ser origen de bastardas influen-




HISTORIA DEl. REIN!DO


cías, y de conflictos graves en el régimen y gobierno del Estado.
»Los once millones que goza por tal carácter, le fueron asigna-


dos en . las capitulaciones matrimoniales celebradas con don Fernan-
do VII, mientras se conservase viuda, y en este concepto ha sido
concedida tambien por las cortes. No dudamos que asi lo compren-
derán los hombres honrados de todos los partidos. y que en los
primeros presupuestos veremos desaparecer esta gruesa partida del
capitulo de los gastos.»


IV.


Al tratar de la cuestion de la milicia nacional, usó de la palabra
Oreose y dijo:


«No veo npcesidad en que se suprima el artículo de la Constifu-
cion de 1837, que habla de la milicia nacional, pues, como dijo
muy bien el sefior Perpiná, sin tocarla, se podia baber formado una
milicia naciooal, C·1n el fj o de que se red ujera el ejército.


»Ademá:; diré dos palabras en elogio de la milicia nacional, que
ya no existe, y DO me mueve á ello baber pertenecido á ella en es-
tos últimos anos, pues no be sido miliciano nacional de~de J 8~3; Y


.á las personas que en esta épl)ca me instaban á que lo fuese, les de-
cia que yo era casado, y que los casados no deben ser soldados ni
aun en chanza, porque creo que es oficio de solteros. Solo C~D re-
cordar los nombres de Cenicero, de Vargas y de otros puntos im-
portantes, basta para que los señores diputados comprendan que la
milicia nar.ional ha prestado eminentes servicios á la causa de la li-
bertad y del trono de Isabel n .


., Voy á hacer otras observaciones sobre la opin¡on de muchos se·
bares, que creen que si no hubi~ra habido milicia nacional, no hu-
biera habido revoluciones. Lo que ha.y de verdad es, que cuando la
nacion ha estado mal g.obernada, como en 1808 y en 1820, ha ha-
bido revaluciones sin que bubiera habido milicia. Creo que un go-
bierno que atienda á los in tereses generales del· pais, que no son los
de los partidos, se evitaría toda· clase de trastornos. Yo seria muy
tolerante con cualquier gobi~rno que reuniera estas circunstancias,
y si yo hubiera estado en las cortes cuando eran ministros los 'lue
pasan por ser de mis opi'.1ione8 políticas, les hubiera h"cho la opo-
sicion del mismo moda" plles yo no 86ato los actos del poder, por-




DEL ULTIIIO BOBBO~ DE ESPARA. 60-9
que los individuos profesen taJes ó cuales opiniones, sino porque no
atienden á los intereses genera~es.


»He demostrado que ha habido revoluciones sin milicia nacional,
que esta ha prestado eminentes serviCIos, y que el articulo de la
Conslitucion no es incompatible con cualquiera reforma: por eso me
opongo á que ss suprima, no con la idea de que mi opinion triunre,
sino de que quede consignada en este asunto como en otros,»


v.


El ministro de Hacienda, que no llevaba en su cerebro grandes
y fecundos pensamientos, pero que tenia en cambio bastante poca
aprension para faltar en el ministerio á sus promesas de liberalismo
y de fconomí~s, crey6 llegado el momento, despues de haber sus-
pendido la ven la de bienes del clero, para llevar adelante las re-,
paraciones á esa industriosa clase que vive sobre el producto de las
indulgencias, y que fija la vista en el cielo procura recoger en la
tierra los productos anticipados y el premio de sus virtudes.


Dé aqui el importante decrJto que debia poner en alarma á los
compradores de bienes nacionales:


«A.rticulo 1.0 Se decretan t 59 millones de reales para fa dota-
CiOD del culto y mantenimiento del clero en el afio de ISiS.


»Art. !.O Se aplican al pago de dicha cantidad los productos
en renta de todos los bienes, derechos. f"fOS, censos y acciones que
pertenecieron al mismo clero, y aun restan por vender, y continua-
rán del mismo modo hasta nUtlva determinacioD.


»Los productos en metálico da las enajenaciones de Jos bienes
del clero secdar que deban ingresar en el tesoro en el año que- rija
esta teyo


»Los productos de la bula de la Santa Cruzada,
»Art. S: .El gobie-rno asegurará, contratando por un ano con


uno de Jos bancos públicos, )a parte que reste aun para completar
el pago de los referidos 159 millones, deducido que sea el producto
de las partidas anteri~res,


»Alt. i,- Si no se Ilijvase á efecto )0 prevenido en el arlícul()an ..
terior, se senala al cJero, para cubrir la misma cantidad que en él
se designa, la parte que sea necesaria de las contribuciones públicas.




610 mSTOBI!. DEL RlIN!.DO
.Art. o.· La reeaudacion, administracion y distribucion de los


productos referidos lo verificará el clero por los medios que el go-
bierno sellale, reservándose á fsle la inlervencion necesaria para su
conocimiento y demás fines convenientes.


»Art. 6.- El clero distribuirá los mencionadf)s productos con ar-
reglo á la ley provisional de 21 de julio de 1838.


»Arl. 7.- El gQtierno dictará las disposiciones que convengan
para la ejecucion de la presente ley, dando cuenta de ellas á las cor-
tes en la parte que fuese necesario .•


VI.


El ministerio, confiado en las victorias que babia conseguido. des-
cubria sus torcidos intentos, derogando de un golpe toda la legis-
lacio n vigente sobre desamortizacion eclesiástica.


Bien claro patentizaba las miras de reaccion en sentido absolu-
tista que abrigaban tan insolentes mandarines; y no solo proponia
y canonizaba la suspension de la venta de los bienes del clero se-
cular, sino que se extendia á todos los que pertenecieron al clero


. regular y á las comunidades religiosas, cuyos productos debia re-
caudar administrándolos y distribuyéndolos por si mismo en la for-
ma que mf'jor conviniera á sus intereses.


El lenguaje significativo y sin ocultar sus designios, manifestaba
6 las cortes que aquello era transitorio. y que no alejaba ni impedía
la realizacion de Jos medias mas propios para mantener el decoro de
la religion y la indf'pendencia de sus ministros. Esto significaba una
promesa de devolucioD dejos bienes nacionales, y por de pronto se
confiaba la administracion á manos del clero.


y la Hacienda entre tanto se hallaba en un estado allgustiosfsimo.
y no se disminuian los gastos.
y se quebrantaba el crédito con medidas tan arbitrarias y ab-


surdas.
y se preparaba en el pais una resistencia conmoviendo á los com-


pradores que á la sombra de la ley habian adquirido fincas.
y se envalentonaba á los servidores de Roma, á los realistas ob·


eecados, creando asi un valladar al progreso, un obstáculo al des-
envolvimiento de la civilizacion y de la riqueza nacional.




CAPiTULO LXXll·


SUMARIO.


Folleto del ex-presidente Lopez.-Alocucion infame~de Breton.-Proyecto de conver-
sion de la deuda.-Reforrnas hechas respecto al culto y clero.-Antagonisrno que
~e creaba entre la sociedad y el clero.


l.


El ministerio Lopez tenia una inmensa responsabilidad por los
terribles y desastrosos sucesos que en el término de año y medio ha-
bian variado por completo la faz de España; y el presiJente de aquel
ministerio creyó conveniente publicar un folleto descubriendo las ar-
terias, maquinaciones y atentados, á cuyo favor logró enseñorearse
la pandilla dominante del poder.


Dé aquí uno de los párrafos del prefacio de ese opúsculo.
«Nadie podrá suponer con razon ó con motivo siquiera aparente


ó equivoco,· que las personas que formaron el ministerio de 9 de
mayo y despues el gobierno provisional, cedieran el campo á las
ideas moderadas ó prepararan su triunfo, ya fuese por impericia ó
ya por débil y criminal condescendencia; y si alguno en los arreba-
tos ciegos de una pasion delirante llegase á formar una suposicion
tan falsa como injuriosa, los hechos le desmentirian, y los hechos




61! HISTORIA DE\. ItKiNADO
no están sujetos á vagas y caprichosas interpretaciones. ¿Seria, por
ventura, por abjurar de sas principios sostenidQs siempre, asi en la
prosperidad como en la desgracia con tanto peligro como gloria~ No:
que esos principios han sido y son E'l alma de su vida pública, y por
ellos ha sufrido recientemente alguno, y todos están dispuestos á su-
frir la persecucion, y si necesario fuere el martirio. "Seria por ad-
quirir las gracias, distintivos y títulos pomposos que por nuestro mal
sirven tantas veces á recompensar la flexibilidad de los tránsfugas?
No: que siempre desdefiaron esos atavíos insignificantes, y los que
no quisieron recibirlos de su misma Reina, no podian envilecerse
hasta el punto de tomarlos como precio de una venalitlld asquerosa
de mano de sus enemigos. ¿Seria por mejorar su posicion y labrar
una fortuna que les asegurase contra las eventualidades de la suer-
te? No: que pobres subieron al poder y pobres lo dejaron. Alguna
de aquellas personas ha muerto ya, dejando apenas con que se le
enterrara. Las demás viven en la mediocridad, ó se han retirado á
cultivar el pequei'io patrimonio que heredaron de sus padres, en cuya
ignorada situacion pasan una vida tan lleDa de amargura como exenta
de remordimientos. Compárense estos hecbos, compárese esta con-
ducta con tantas fortunas improvisadas, con tantos trenes en que se
mira á la vez la impudencia de quien los usa, y UD sacrílego insulto


. á la miseria y á la esclavitud de los pueblos, y pronunciese despues
el fallo, abierto el libro de la justicia y de la moralidad.»


En aquellos dias el consejo de guerra reunido para ver y fallar la
causa á Jos coroneles Tajuelo y Re~giro y consortes, presidido por
el gobernador de la plaza de Madrid, don Fernando de Córdoba, fué
protestado como incompetente por prevenir la ordenanza que fuese
de oficiales generales. Los defensores abandonaron elIoeal del consejo.


11.


Despues de haber dado cuenta de los feroces asesinatos cometidos
por los sicarios del que se llamaba gobierno espanol, en la Rioja y
en Barcelona, vamos á trasladar un documento que publicaba un
periódico de la situacion, que será padron de ignominia para su au-
tor y para los que se hicieron cómplices, no sujetando á consejo al
que conculcaba toda justicia .


• Por comunicacion que en esta noche he recibido del brigadier




DEL ÚLTIMO BORBON DI ISPARA. 613
comandante general de la provincia de lIuesca y de las tropas de
operaciones en el valle de Hecho y Ansó, me participa que confor-
me á Jo dispuesto en su bando de 21 anterior, habian sido pasados
por las armas el dia 3 del corriente los individuos que pertenecien-
tes á Jos insurreccionados de dichos valles fueron aprebendidos á su
entrada en ellos y abandono de Jos rebeldes, y son los que com-
prende la relacion siguiente:


»Ambrosio Brum, Francisco ViHanua, Fermin Lagrava. Felipe
Lagrava, Juan Terreu, Mariano Gonzalez, Julian Navarro, Agustin
Lopez, Andrés Aragües, Ramon Navarro, Antonio Ravasa y Raman
Es\o.-Zaragoza 4. de diciembre de 18ii.-Breton.


»Habitantes de los valles de IIecho y Ansó: Ya babeis visto cuán
pronto se os ha impuesto el castigo debido á vuestra traicion mez-
clada con robos y asesinatos; si tuvieseis la osadia de repetir seme-
jantes atentados contra el gobierno de la Reina nuestra señora (que
Dios guarde) y las leyes, estad seguros que esas guaridas de con-
trabandistas y facinerosos dejarán de existir.


Dllonrados habitantes de Aragon: ayudad al gobierno de S. M.
para acabar con los malvados, y contad para lograrlo con la inva-
riable resol ucion de vuestro capitan general. D


Esas frases inhumanas del capilan general dli Aragon dirigidas á
una comarca entera que defendia las instituciones y la libertad de
la patria, eran una blasfemia inmunda, un borron incalificablearro·
jado en las páginas de la historia de España por aquella cuadrilla
de bombardeadores y arrastra-sables que habian sin duda jurado
en extranjero suelo, y por un espíritu de mezquina ambicion }' de
egoísmo, destruir nuestras ciudades y despoblar nuestras campiñas.


III.


El ministro de Hacienda habia convertido la deuda ofreciendo dar
cuenta á las cortes; queriendo dar explicaciones al presentar el pro-
yecto, se expresaba en estos términos:


«No se ocultan á las cortes las apremiantes y extraordinarias cir-
cunstancias que obligaron á las administraciones anteriores á em-
peliar las rentas y contribuciones del Estado para cumplir las obli-
gaciones del tesoro. Crecieron estos empeños sucesivamente, y lle-
garon por úllimo á ser de tal entidad, que, ascendiendo en el pa-


TOllO JI. 78




61' HISTORIA DIL REINADO
sado mayo á 1,113 millones sin contar con la deuda procedente de
suministros al ejército, tenían embargadas la mayor parte de las
rentas; en términos, que en la distribueion de caudales del mismo
mes, hecha en 30 del anterior, resultó solo disponible por valores
liquidos de todas ellas la escasa suma de 11.161,000 reales.


»Tal era el estado de la Hacienda pública en i de mayo del pre-
sente año, en cuyo día tomaron posesion de sus respectivos cargos
los actuales consejeros de la corona. Este estado exigia un pronto y
eficaz remedio. Verdad es que la totalidad de los empenos contrai-
dos no debia angustiar á la nacion ni menos imposibilitar la mar-
cha de su gobierno; pero no lo es menos que su pago inmediato y
ejecutivo le colocaba desde luego en un grave compromiso. Porque
debiendo reunir de cincuenta á sesenta millones de reales cada mes
para atender á las mas urgentes necesidades, y otros quince ade-
más para el pago del semestre de la deuda \le 3 por 100 que ven-
cia en fines de junio, contaba solo con los once millones de los pro-
ductos libres de las rentas, y siete millones sesenta y un mil ocho-
cientos trace reales dos maravedises e!1 metálico y pagarés que habia
existentes el mencionado dia en la Tesorería de corte. Y tambien po-
dian hacerse ejecutivos los doce millones que restaban por cobrar
de la anticipacion de cincuenta estipulada en el contrato de arriendo


. de la renta de tabacos; este medio, sobre ser insuficiente aun para
llenar las atenciones de un solo mes, envolvía en si la continuacion
de aquel arriendo que no entraba en las miras del gobierno.


» En tan critica situacion, forzoso era adoptar sin tardanza una
determin8cion que, á la par que facilitase la pronta reorganizacion
de la Hacienda, dejase desde luego expeditos los rendimientos pú-
blicos á fin de poderlos invertir íntegra y exclusivam{1nte en el ob-
jeto preciso á que debían ser destinados. Ninguno que estuvie:;e en
el circulo de sus facultades reunia las necesarias condiciones, requi-
riendo todas grandes combinaciones á que DO daban lugar los apu-
ros del momento. Tuvo, pues, el gobierno que abrazar el medio de
la conversion como el único arbitrio para poder hacer frente á las
necesidades del Estado. 'G


IV.


Antes de ocuparnos de este asunto de la conversion, queremos




DEL ULTIMO BORBON DB ESPAÑA.. 615
hacer una resefta de las distintas reformas que en Jo referente al
culto y clero se habían realizado en España, porque ellas aclararán
algo la sítuacion para comprender la torpeza de aquel ministro que
se tenia, sin duda, por una notabilidad, y era un verdadero rutina-
rio, incapaz de comprender el estado de la cosa pública.


Por una ley de 16 de julio de 1837 fueron suprimidas la contri-
buciun de diezmos y primicias, y todas las prestaciones emanadas de
los mismos.


Por otra de la propia fecha, se ordenó que se eobrasen por aquel
afto decimal todos los derechos que componían la contribu~ion co-
nocida con el nombre de diezmos y primicias, y se declaró que los
productos de dicha contríbucion, cualesquiera que fuesen su clase y
aplicacion I pert~necian excl usivamen te al Estado.


La ley de 30 de junio de 1838 previno que la comision del diez-
mo y primicia mandada continuar por el art. 1: de la de 16 de ju-
lio de 1837, siguiese por aquel año decimal, que concluiría en fin
de febrero de 1839 en la forma qua hasta entonces se habia nri-.
ticado.


Antes de concluirse el indicado afIo decimal, se presentó á las
cortes por el sellor don Pío Pita, como ministro de Hacienda, en 11
de enero de 1839, un nuevo proyecto para ocurrir al presupuesto
eclesiástico que no llegó á votarse, quedando sin consignacion estas
obligaciones desde fin de febrero. Para precaver los grandes per-
juicios que iba á ocasionar semejante abandono, dispuso el gobierno
en real decreto de 5 de junio de 1839, que los pueblos hieiesen una
anticipacion á buena cuenta de lo que las cortes aprobasen para el
sostenimiento de) culto y clero, y para las demás obligaciones á que
antes se atendia COI1 el producto de la conlribucion decimal, cuya
medida rué confirmada por la ley de !l de junio de 1840. En 13 de
setiembre de 1839 presentó á las cortes el ministro don José San
Millan otro proyecto para la susfentacion del clero y sostenimiento
del culto que tuvo la misma suerte.


Por la ley de 16 de julio de 1840, se señaló al clero el4 por 100
de los frutos de la tierra y productos de los ganados que estaban
sujetos á la antigua prestacion decimal, y al eulto Sfl destinó exclu-
sivamente el importe total de la primieia.


Finalmente, por otra ley de 14 de agosto de 1841, que es la que
regia, ~e destinaron para Jos gastos de conservacion y reporacion de
las iglesias parroquiales y los del culto, la parte de los derechos de




" t ti J!RSTORlA DEL REINADO
estola ó pié de altar, que hasta entonces se habian exigido con este
objeto, y los demás recursos que han tenido igual destino, excepto
el producto de las propiedades, derechos y acciones que las leyes
hubiesen aplicado ó aplicasen en lo sucesivo á otras atenciones, dis-
poniendo que lo que faltase para cubrir estos gastos, segun las prác-
ticas religiosas observadas en cada pueblo, se completase por un re-
parto entre todos los vecinos que tengan residencia en el mismo pue·
blo, en proporcion á sus haberes. Y para el C:.Ilto catedrRI, colegial
y abacial, para las dotaciones del clero en general, de los semina-
rios conciliares y administ:acion diocesana, se destinaron los dere-
chos de estola y pié de altar, el producto de las memorias, aniver-
sarios, obras pías y misas que debian cumplirse por la~ comuDida-
des re~igiosas, y 75 . .106,412 reGles que habian de distribuirse con
arreglo á las bases que se adoptaron para la contribucion extraor-
dinaria de 180 millones; con la circunstancia de que la cuota que
se señalara á la industria y comercio, tstuviese en la proporcion de
uno á cuatro con la de la riqueza territorial y pecuaria. En la ci-
tada ley se consideró el importe total del presupuesto del fulto y
clero en 138. 93~, O 17 rs.: de esta cantidad se dedujeroD il3. 525,605
á que ascendia el culto parroquial, quedando redlJcida la primera
á 105.4.06,ill2 rs., de la cual se rebajaron 30.000,000 en que se


. calcularon los productos ó reotas de los bienes del clero, 6 la suma
á que quedarian reducidas si se verificaba la enajl'Dacion, resultan-
do de contribucion repartible los antes figurados 75.i06,U2 cs.


v.


El ~7 de noviembre de 1812 se presentó á las cortf!S por el mi-
nistro de Hacienda don llamon María Calatrava un proyecto de ley
para cubrir el presu puesto eclesiástico en 18.i 3, el cual n o llegó á
votarse. Se proponia en él que e~ culto parroquial continuase á cargo
de los pueblos, y que reduciéndose por este motivo todas la~ demás
obligaciones de la estadística eclesiástica á 92.27'.061 rs. !7 ma-
ravedises, se cubriese su importe con '!7.3.i2,577 rs. 8 mrs. por
productos de los bienes del clero en administracion, y con los que
rindiesen los pagos á metálico de las rentas, que era, con corta di-
ferencia, la misma cantidad presupuesta en 1841, yel resto con una
contribucion sobre la riqueza territorial y pecuaria, industrial y co-
mercial.




DBL ULTIMO IORBON DE ESPAÑA. 61'
Por último, en 4, €!e diciembre de 18U., leyóe n el congrBso el S8-


ftor ministro de Hacienda don Alejandro Mon, un proyecto de ley
de dotacion del culto y elero. Consagraba 159 millones de reales
para este objeto, y pedia que se aplicasen á su pago, no solo Jos pro-
ductos en renta de todos los bienes, derechos, foros, censos y ac-
ciones que pertenecieron al mismo clero yaun restan por vender,
sino los de las enajenaciones dd los bienes del clero secular que de-
ban ingresar en el tesoro, en el ano que rija esta ley, as! como los
de la bula de la Santa Cruzada; prometia que el gobierno asegurará
por un año, CGn uno de los Bancos públicos, la parte que resle aun
para completar el pago de los referidos 159 millones, deducido que
sea el producto de las partidas anteriores, y que si no se llevase á
efecto lo expresado, se sefialara al clero para cubrir )a cantidad de-
signada, la parte que sea necesaria de las contribu~IODes públicas;
y cedía en fin al mismo clero la recaudacioo, administracion y dis-
tribucion de los referidos productos conforme á la ley provisional de
21 de julio de 1838, reservándose el gobierno la intervencion ne-.
cesaria para su conocimiento.


Al presentar á nuestros lectores, en un ligero compendio, la his-
toria do la dotacion del culto y cluo, d~sde la supresion de las pres-
taciones decimales, hemos tenid'J por objeto demostrar: l. que con-
cluida la guerra civil, los ministerios progresistas no luvieron otro
propósito que asegurar de una manera decente el mantenimiento del
culto y clero, conservando á este la posicion social que ocupa; y !.
que las dotaciJnes estuvieron garantizadas para su pago, por todas
las riquezas sólidas de la nacíon.


Con arreglo á. la estadística eclesiástica, cuyo ¡m porte se bacia
subir á 159 millones, apareci:l un aumento extraordinario en el dis-
curso de dos anos, y sobre él se fijaba el proyecto del ministro que
acababa de ser sometido á la deliberacion del congreso.


Ese proye~to estaba bien poco meditado, era una concesion tar-
día é insuficiente, era UD barril de pólvora colocado imprudente-
mente cerca de combustibles hacinados.


Un ministro de la corona manifestó á les cortes en 1Rt 1, que el
presupuesto general del culto y clero ascendia á 138.932, O 17 rea-
les, y que descartando 33. 5~5.605, importe del culto parroquial,
qUedaha reducido á 105. t06, 412 reales. Otro ministro de la coro-
na, en fin de 18i!, en su proyecto de ley, expuso á las cortes que
quedando á cargo de los mismos pueblos el culto parroquial, subia




618 HISTORIA DEL REINADO
el presupuesto general á 96.!74,061 rs. !7 mrs.; de modo que
aumentándose á esta cantidad la del mencionado culto, el importe
total de la estadfstica eclesiástica seria de 1!9."199,666 reales y !7
maravedises.


Diferencia tan enorme solo podia consistir ó en que se hubiera
eludido el decreto de 183' por el que se suspeadia la provisiml de
piezas eclesiásticas, ó en baber barrenado la ley de ! 1 de julio de
1838, optando el gobierno por aumentar las dotaciones de las mitras
y catedrales á costa del clero parroquial.


¿Tu vo presente el señor ministro de Hacienda la cantidad que
aplicaba? Nosotros se lo diremos: todos los rendimientos de los
bienes nacionales subian entonces á unos 17 millones escasos; los
projuctos en metálico de las enajenaciones á unos 2!, y los de la
bula de la Santa Cruzada á 11, cuyo total compone 50 mmanes. De
modo que para cubrir los 159 millones, necesitaba el gobierno con-
tratar con uno de los bancos 109 millones, ó bien destinar igual
cantidad del producto de las contribuciones.


Con estos datos podriamos demostrar el absurdo de aquelJa sus-
pension y devolucion, como demostraremos la falta de conocimientos
rentisticos y mas aun del estado en que se encontraba la nacion es-
pañola, recargadas las rentas por onérosos contratos y entregada la


. administracion de sus bienes al clero.
No conseguía tampoco Mon atraerse las simpatias del clero y la


benevolencia de la corte de Roma; porque vendidas ya una gran
porcioD de fincas no podrian devolverse á los que se decian sus le-
gítimos dueños, ni se ballaria indemoizacion bastante reparadora
para los antiguos poseedores. Asi es que Jo que únicamente conse-
guiaera poner frente á frente al clero y á la sociedad, dejando á
aquel descontento, y.llevando á esta la perturbacion poniéndola en
guardia para defender sus intereses, oposicion algo mas grave que
las de partido.


Volveremos sobre los planes del ministro de Hacienda.




CAPiTULO LXXUt·


SUMARIO.


Anomalías y malestar de aquella situacion.-Siguen las arhitrariedades.-Discusion
del decreto de conversion, combatiéndolo Orense y Rurgos.-Entronizacion de una
dictadura de camarilla.


I.


La reforma constitucional se habia concluido por el congreso. El
gabinete esperaba, sin duda, que el alto cuerpo no presentaria mu-
chos obstáculos á su plan, porque como el Heraldo decia, era urgen-
te y el pais esperaba con ansia todos los beneficios. ¡Insensatos! Ha-
bian votado la caida de )a dínastia; habían dado un ejemplo revo-
lucionario que si los progresistas pusilánimes y débiles lIO sabian
aprovechar, los radicales podrian aducir, para votar en cortes ordi-
narias, cuando lograsen ma yoria, la caida del trono y la reforma de la
legislacion completa; tristes deducciones y lamentables consecuen-
cias para aquellos que se llamaban conservadores.


Conservadores, y habían llevado la anarquía y la perturbacion á
todas partes; y habían cometido crímenes horribles, fusilando segun
datos oficiales en unos cuantos meses DIJSCIENTAS CATORCE PERSONAS;
desterrando y deportando algunos millares de ciudadanos.


En varias ocasiones los capitanes generales caprichosamente ha-




6!O HISTORIA DEL REINA.DO
bian, SiD formacioD de causa, puesto en prisioD y separado de su do-
micilio á Jos ciudadanos; en otras habian acudido á los consejos de
guerra. y para que todo fuera anómalo en Madrid, en la capital
entre otras muchas, la que llamaban conspiracion de julio fué some-
tida á UD consejo ordinario. Figuraban en la causa paisanos y mili-
tares.


La ley respecto á los paisanos era clara y terminante, y sin un
atentado inaudito DO podia privárseles de su fuero legítimo, ni eje-
cutarse la sentencia del consejo de guerra despues de deuunciada la
competencia por la jurisdiccion ordinaria. La ordenanza no dejaba
duda de ningun género de que los oficililes debían ser juzgados en
consejo de generales, asi estaba prescrito en repetidas reales órde-
nes, y asi acababa de declararse recientemente en , de noviembre
de aquel año en la causa célebre contra el conde de Reus. A pesar
de las protestas de los defensores y de las competencias suscitadas,
el consejo falló condenando á muchos á muerte; y Rengifo, A.bella y
Garda, fueron puestos en capilla. Es lo cierto, que en el dia en que
eso sucedió y ruando se vió la inminencia del atentado, tanto por el
tribunal supremo de guerra y marina, como por la A.udiencia, se
hicieron, segun parece, los mayores esfuerzos para que DO se coo-
sumase el gran crÍmen. La Audiencia se constituyó en sesion per-


- man:mte, conminó al juez de primera instancia por su demora en
formalizar la competencid, y no se disolvió hasta las diez de aquella
noche, despues que tuvo la seguridad de que los presos habian sido
indultados. Tambien llegó á decirse que estaba resuelta á trasla-
darse en cuerpo al cuartel de Guardias para impedir la ejecuciOl: de
)a sentencia, Ó que al menos pasasen sobre sus cuerpos, y pisasen
]a toga de la magistratura, Jos que asi atropellaban JIl justicia y sus
formas protectoras. El tribunal supremo de guerra y Diarina, DO :n-
timidado con la destitucion in moral é incalificable de su presiden te,
despues de haber elevado la acordada á S. M., para que los presos
fuesen juzgados con arreglo á ordenanza, redobló sus ges liones, ya
oficiales, ya privadas, por algunos miembros del tribunal.


11.


En todo Madrid, desde la casa del opulento magnate hasta )a mi-
serable vivienda del artesano, no se oia por aquellos dias mas COD-




DEL ULTIMO BOltBON DI BSPAÑA. 611
versacion que sobre las injusticias y nulidades de la c.ausa, que sobre
el asesinato jurídico que se iba á cometer; y todos clamaban y exha-
laban quejas, y la indignacioD rebosaba en los pechos. Imposible
era que el ministerio, autor ó patrocinador de tantos desafueros, re-
sistiese á un impulso tan incontrastable. En tan apuradas circuns-
tancias, pesando sobre sus cabezas el anatema de la opioion general


. de amigos y contrarios, buscó el recurso plausible de aparecer cle-
mente y generoso, para cubrir tanto linaje de arbitrariedades, para
paliar los males de que habia sido promovedor y causante. Tembló
á la vista de su propia obra, y sucumbió ante el grito de reproba-
cion que de todos lados se levantaba contra una injusticia tan in-
signe y escandalosa.


Porque en la causa aparecian comprometidas gran número de
personas, entre ellas los generales San Miguel y don Santiago Alonso,
Cordero. Aquellos fueron condenadlTs sin cita ni declaracion á la vi-
gilancia de las autoridades; Cordero, á quien tampoco se habia po-
dido prender, condenado á muerte, y Cardero, deportado gubernati~
vamente á Canarias, leeria con aso.mbro que un consejo de guerra
le habia condenad!) á la pena que se hallaba su{riendo sin que se le
hubiera tomado una sola declaracion.


Ya que estamos ocupándonos de arbitrariedades, citaremos el he-
cho de haber sido preso en Barajas, donde se halJaba completamente
aislado, el ex-ministro de la Gobernacion don Fermin Caballero, sin
darle tiempo para despedirse de su familia y sin decirle dónde iba
trasladado.


Los sflñores Mendialdúa y Meca, redactores del Eco del comercio,
y don Lorenzo Calvo y 1\Iateo, que era diputado cuando fué preso,
llevaban ya un a:lo en la cárcel, des pues de reconocida su inculpa-
bilidad en los hechos que se les atribuia.


III.


El decreto de conversion que seguia al preámbulo de que he-
mos dado algunos párrafos en las páginas anleriores, decia textual-
mente:


«Artículo 1. o Se aprueban las conversiones en títulos de la deuda
consolidada del 3 por 100 de créditos procedentes de contratos, de
anticipaciones de fondos, billetes del tesoro, inscripciones do la deu·


TOllO II. 7g




HISTORIA. DEL REINADO


da flotante centralizada y libranzas sobre las cajes de la llatllna pro-
cedentes tambien de contratos, en los términos y por Jos tipos es-
tablecidos en los reales decretos de 26 de junio, t 3 de setierubre y
9 de octu bre del presen te año.


»Art. 2.° El gobierno satisfará en el modo y forma establecidos
en el artículo anterior á todos los acreedores por iguales créditos
que no bayan aceptado hasta el dia la cooversion de que bablan los
referidos decretos, señalando para que se verifique el ténuino Jrn-
prorogable de cuatro meses .


• Art 3. o Q lleda autorizado el gobierno para decidir cualquiera
duda ó reclamacioo que se suscite en la ejecucion de la presente ley,
dando en sq caso cuenta á las cortes.»


DIO oca-sion la presentacion de este proyecto á que interpelase el
señor La T"ja, y esforzando esa mterrelacion dijo Orensf\:


«Procuraré explicarme con toda claridad á ver si en tiende el se-
fior ministro de Hdcienda lo qUI! qUIere el señor La Toja, ó lo que
yo qUiero, debiendo extrañar que no haya venido con el exptdieute.
A.quÍ lo que queremos es un estado de diferentes casillas para que
vean y si'par! :~.II:l diputad'Js que cuando entró el Stñor miD5tro ac-
tual á (ila!lt'jar la Hadend3, d<::bla esta tao tos millones d/:'l ;; pM) 00,
contando (dffi bien Jo que procedia de lo recibIdo en papei, en valo-


'res dtl otra espJcie y en valor efectivo. Esto debía haberlo tenido á
la vista la comision, porque de lo contrario las cortes no van á po-
der marcbar en este af.unto CJll todo conocimiento de causa. S. S.
debia sabe:' á lo que ascendmn esas cantidades cuando dijo que el
estc..u!· !,O pOJid pagarlas, y eSe) mic¡mo f&lado que S S. tuvo á la
viste';., eS el ql1e nosotros reclaman¡"s, y que ha dtbido venir con el
pr l } eL) de ley, Y que yo qUINo qle venga, pnrque de dra mane-
ra ilO hay medIO de saber qué cantIdades van á gravar tí la nacion
con la rcr¡ ta. del 3 por 1 O O.»
E~·t;\ ~~el!cio!l, que par(~cia muy justa, rué rechazada por el rri-


nistro, asegu;aodo que de los da~os que se pediall no podia dedu-
cirse ni aV':f!gua. se lo que se debla.


IV.


PÜ(})S dhs d~SpUBS y presentad!) el dictámen poda comision, se




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 6~3
entró á discutir, y despues de otros varios volvió á usar de la pala-
bra el mismo Orense que decia:


«Se ha dkho que el motivo de traer esta ley á las cortes ha sido
porque en las Bolsas extranjl'ras no se queria dar curso á este pa-
pel; dice que DO con la cabeza el stnor ministro de Hacienda; me
alegro y doy por satisfecho.


» na creidn sin duda el sfñor ministro de HJ.cienda q(]~ puede pro-
poner aquí leyes sin presentar los rlat(iS necü~arios, diciendo que asi
se bacf' en otros paises y querieado obligarnos por este medio á que
resolvamos á cil'ga ... Esto es un:\ equivncarino. lo que en otros pai-
ses se hace pnr parte del g¡\bieroo, es presea lar todos los datos que
se nece~itan para resolver con acierto los n¡'gocios. Esto es h que
hacrD po olros naises los gobiernos, y quiNo que quede así con-'
sigDado aquí para que se sepa que no e.s exacto lo que se ha dicho
sobre este punto. J)


:Muchas y muy atinadas refl'xiones siguió haciendo el señor Oren-
se, y aporlrrimdose de los datos ofrEcidos por el ~()bierno y por el
señnr 01ivan, probó sin génfro de dllda que los Té litos de los valo-
res convf'rtido¡:, dehían crecer basla 61 mil/nneg. Muy fácil hallaba
dicbe> s' ñ!lr el formar la cueda particular á cada contratista, con ar-
reglo á Jos asientos que dehia1 existir en las Contadurías de provin-
cia, notando c'm opnrtuoi~a\l quP. cuand" se trataba del punto de la
conver:,ion ~ra solo de doscif'ntos ochenta lLilIones el importe de los
contrato3 pendientes, y cU30do dp, los apuros del tesoro para real-
zar la admi!listracion del señ,)r Mon, se hacia subir hasta mil mi-
lIones.


Ya an'es que Orense habian romhatid'l el proyecto con profundos
razolJamit'ntos otrf\S oradores. demostrando cuán pequeño era aquel
que se tenia por lumbrera de la Hacienda eSDañola.


El señor Bu -gos, tan enlendid" en las materias de Hacienda como
en las administrativas, fué el qn~ primero impugnó el dictámen con
aquella lógica se vera y pureza de diccion que podrian observarse
en sus discursos.


En seDtir de este señor ascendian á mas de cuarenta y cinco mi-
llones los rédItos que drben pagarse, en cuya suma fueron fijados
por el s>'ñ'lr O!ivao en la sesion antf'rior, y se fundaba en que mon-
tando 1,113 millones el adeudo del tesoro al tomar posesion de la
cartera de Hacienda el sen!)r !ti on, segu n se bab.ia manifestado ~por
este ea un documento oficial, los réditos segun el tipo establecido,




HISTORIA DEL RBINADO


serian noventa y nueve millones. El pago de aquella ó de cualquie-
ra otra suma seria transitorio y eventual, y los acreedores no ten-
drían garantías bastantes hasta que se nivelasen los ingresos con
los gastos, y se estableciera un buen sistema rentistico, que dotase
al tesoro con recursos bastantes para hacer frente á todos los ser-
.. icíos.


Pero ante las razones y los argumentos; ante las demontraciones
los moderados han presentado siempre ]a lógica de los votos.


En balde es que se esfuercen las inteligencias en combatir uno
por uno los sofismas reaccionarios.


Los amanos electorales, las arbitrariedades proporcionan cámaras
obedientes que con sus votos autorizan las medidas mas absurdas y
las disposiciones mas inicuas. Y cuando los pueblos resisten y nie-
gan su obediencia á lo que perjudica á sus intereses, á lo que es
contrario á la ley, á lo que menoscaba su libertad, entonces forman
batallones, preparan la artilleria,aeuchillan á la indefensa multitud,
y gritan enfurecidos que han salvado la sociedad y han restablecido
el órden.


v.


En la sesion siguiente y discutiéndose por articulos el proyecto de
que nos vamos ocupando, el diputado por Palencia, el brioso y enér-
gico Orense dejando á un lado los subterrugios parlamentarios y las
llores retóricas, manifestó en buen castellano, que su conciencia no
podia permitir que se gravase á la nacio!) con sesenta millones de
renta perpetua. Armado de la tabla aritmética, probó con la infle-
xible lógica de los números, que el gabinete habia incurrido en una
eontradiccion en los cálculos, presentados al congreso, sobre el im-
porte de la deuda procedente de los créditos convertidos. Atenién-
dose á los datos del serior Mon, resultaba el milagro de que S. E.
al tomar posesion del ministerio, nada tenia que pagar fuera de las
obligaciones corrientes, en atencion á que Jos .15 millones de renta
perpetua representaban un capital de 1,500 millones en papel Ó
sean 500 en efectivo, que podrian pagarse en letras sobre la Ha-
bana, billetes y deuda centralizada; y como quiera que los partida-
rios del gabinete habian asegurado que el gobierno se hallaba abru-
mado bajo el peso de una deuda inmensa, no era fácil saber de qué
parte estaba la verdad.




DIt ULTIMO BORBON DI BSr!ÑA. 615
El sellor Mon, con la impertinencia que acostumbra, se quejaba


de que los senores diputados que opinaban contra el proyecto, re-
produjesen á cada paso sus objeciones, poniéndole en la necesidad
de repetir lo que ya tenia dicho muchas veces. A pesar de que los
guarismos presentados por el sellor Oren se exigian ser refutados
con otros guarismos, el fogoso ministro de Hacienda se limitó á en-
comiar ]a importancia de las conversiones, su utilidad y sus bue-
nos efectos.


VI.


Tales fueron los preliminares de aquel famoso sistema tributario
que resumia las teorías rentísticas del partido conservador.


No podia decirse que el partido moderado no tenia prIncipios. Con
habilidad arrancó al poder legislativo, al parlamento, sus atribucio-
nes, fijando la dictadura, el gobierno absoluto como base política ..
tos diputados y senadores quedaban oonvertidos en comparsas, y
el rey, el trono, el ministerio y ]a camarilla que le rodean á mi-
bierto de toda responsabilidad, eran duerios de servirse de la Cons-
titucion como mejor les conviniera, burlándose de]a voluntad nacio-
Dal si alguna vez llegaba á triunfar, á sobreponerse en los comicios
á toda clase de influencias y de arbitrariedades.


El preámbulo de 1a Constitucion consignaba expUcitamente que
Nos, y por esto se dejaba entender ]a monarquía, de acuerdo con
las cortes, resolvemos y decretamos ]0 siguiente.


Era la cODsagracion terminante de que en cada momento, en ca-
da hora y sf'gun conviniese á los favoritos podian alterarso las ba-
ses fundamentales de ]a ]egislaeion política; era el absurdo, el ca-
prieho, la veleidad constituida en forma de gobierno.


y cuando se trataba de una ni na mal educada que llevaba el
apellido Borbon y Borban, que descendia directamente de Fernando
el parricida, el perjuro, el lascivo, el caprichoso, y de Cristina,
aquella italiana á quien no queremos calificar porque serian duras
nuestras apreciaciones, aquella reforma constitucional, aquel preám-
bulo debia servir de arma para hacer girar la veleta del poder hácia
el punto donde la corte mirase algun nuevo Godoy, a]gun Fernan-
do Mui'ioz, Ó algun otro guardia, músico ó danzante que lograra los
favores de penetrar en la regia cámara. Despues de todo, todo el




616 HISTORIA DI!. RBINADO
secreto consistia en llegar á captarse el afecto de la mujer, y ya
fuese sacristan, ya vistiera el uniforme de ios defensores del pueblo,
podia dirigir la nave del Estado el primer advenedizo que se pre-
sentara.


Si los hombres del partido progresista, si los revolucionarios hu-
bieran decidido aprovechar este instrumento, como mas adelante
vino á formarse un ministerio absolutista que duro apenas veinti-
cuatro horas, derribando del apogeo de su poder á aquel iracundo y
soberbio general Narvaez, que se creia el señor absoluto de vidas y
haciendas, el indispensable y necesario, hubieran podido llevar á la
regia cámara un hijo del pueblo con el gorro frigio.


A todo esto, se presentaba la escandalosa obra de los moderados.
Queriendo asegurar su dominio y vincular en una pandilla la ex-
plotacion del pais, bajo la ficcion de las teorías constitucionales, y
por medio de la omnipotencia parlamentaria, borraban lodo origen
popular del pacto poHtico, y entregaban asi á las cábalas de una
orgía, á la 'astucia de un seductor la llave de las reformas, la fuente
del poder.




CAPiTULO LXXIV·


SUMARIO.


Ojeada sobre las miras de Francia é Inglaterra tocante :í España.-Fragmento de una
carta sobn) los matrimonios de Isabel y su hermana.-Intrigas palaciegas contra
Arguell('s.-~ras noticias sobre los proyectados matrimonios.


1.


Volveremos un poco atrás la vista para recordar que la base, el
pretexto y el origen de la reforma constitncio!!al y el fundamento de
aquella gran traic:ion que se manifestó por medlo de la revoluciO!1
de mayo, escogiendo con habilidad el momento de la disidrncia €loe
surgía en el campo progresista cuando Espartero provocaha conflic-
tos, guiado por los generales que siempre lo fian todo á la ordenan·
za y á las leyes de excepcion, radicaba en el deseo de disponer de
la mano de Isabe!.


El rey ciudadano, el rey de las barricadas, Luis FeJipe Igua1dad,
veía de8moronarse poco á poco aquel edificio doctrin3.rio levantado
en Francia por los Guizot y los Tbiers, esos funestos maestros de
nuestros Olózagas, de nuestros Posadas y Gonzalez Bravos. Aisla-
do, combatido por la idea revolucionaria que Larayette y otros bom-
bres populares habian conseguido dominar, creyendo porlrr esta-
blecer una monarquía democrática; tenienjo que hacer perdonar su




618 HISTORIA DEL REINADO
origen ante las potencias abs~lutistas, buscaba un punto de apoyo,
un suceso que vigorizara en cierto modo su vacilante trono. Por eso
babia acogido con tanta benevolencia á la italiana desterrada de Es-
pafia; por eso habian fraguado alli inicuos y funestos planes que
desenvolvieron contra las libertades públicas de Esparia, creyendo
sin duda ambos extranjeros que podrian vivir é imponerse nuevos
pactos de familia, y anexionarse aquello que con desenfado llaman
ciertas gentes el comienzo del Afriea.


Pero si es fácil hallar unas cuantas docenas de ambiciosos que
sirvan á ciertos planes, el espiritu independiente hace abortar siem·
pre en Esparia, y mucho mas desde que se ha in6ltrado en su seno
la idea revolucionaria, todo proyecto de extranjerismo.


y aquellas misteriosas combinaciones por las cuales se ligaba la
familia de Paris con la de Nápofes, para l1egar á Espafia; por las
cuales se buscaba todo medio para inutilizar á la familia de don
Francisco á quien halagaban tanto los progresistas; aquellas cába-
las cayeron y se desbarataron, y los Montpensier y los Trápanis con
reforma ó sin ella se habian hecho imposibles.
r~a Inglaterra, por su parte, habia resuelto oponerse como fival


eterna á todo lo que pudiera engrandecer á los dominadores de
Francia.


11.


Segun la Revista Retrospectwa, en 18i~ habia ya una carta re-
ferente á Jos matrimonios espai1oIes, de la cual s010 quedaha un frag-
mento que decia asÍ:


«He 'Visto al sei10r Olózaga. No es el ministro de Negocios ex-
tranjeros quien ha visitado al embajador de Esparia, sino el serior
Olózaga quien ha venido á ver á Mr. Guizot. De antemano se dijo,
y quedó sentado esto. Acerca de los negocios de su pais, se me ha
mostrado tan juicioso como falto de fuerzas. Hemos tocado toda cla-
se de cuestiones. ¿Durará el ministerio Bodil? ¿Tendrá la Reina, que
pronto va á cumplir doce ai1os, curador en vez de tutor, y )0 es-
cogerá por sí misma? ¿Se tratará sériamente de su matrimonio den·
tro de poco? ¿A. qué altura se hallan las ideas sobnl este parti:mlar'
El resúmcn de su conversacion, relativamente á estos diversos pun-
tos, es el siguiente: Ni el gobierno ni el público espai101 han tomado




DEL ULTIMO BORBON DI ESPA.ÑA. 619
un parlido fijo sobre oada. Se puede dirigir la opioion del público
y ]a conducta del gobierno en este ó en el otro sentido, segun se
quiere y convenga á las relaciones y á la politiea exterior de Espa-
lia. El matrimonio con un hijo de don Carlos es el único que la Es-
pana actual rechazaria resueltamente; porque en él veria á otro don
Miguel, veria la ruina de toda institucion liberal y un inmenso pe-
ligro para todos los intereses y personas que, en último resultado,
han prevalecido, prevalecen y prevalecerán, bien ó mal, en Espa-
Da. El enlace con el duque de Cadiz no será fácil; lo han echado á
perder. Varias otras ideas se han sacado á plaza, pero muy ligera-
mente: ya nadie piensa en ellas. El público espanol casi no se
acuerda de semejante asunto. La influencia inglesa ha disminuido
mucho; es gravosa á todos. Francia ha dejado á Espafia cara á cara
con Inglaterra, y esto no la ha perjudicado, ni con mucho; pero de-
bemos poner término á semejante situacion. Espana entera se vuel-
ve hoy hácia nuestro pais, el cual no debe presentarle la espalda.
Todo esto desleido en palabras un tanto oseuras, tfmidas y confu-.
sas, como de un hombre que en realidad no tiene mueho que decir,
que quiere aparentar, sin embargo, que dice algo y que teme al
mismo tiempo decir demasiado. En nada de esto veo cosa que tenga
alguna significacion. . .»


111.


No era solo Olózaga el torpe y el desatentado, y es sensible que
el periódico no diera mas antecedentes, y no hubiese podido copiar
siquiera toda la epístola que en el párrafo anterior hemos tras-
ladado.


Pero ya que estamos en esta gravisima cuestion, gérmen de mu-
chos y desagradables acontecimientos, vamos á trasladar otra carta
fechada el 23 de julio del mismo ano, en la cual se explican muchos
actos de la servidumbre de palacio en sus intrigas contra el anciano
tutor Argnelles.


« En mis despachos doy cuenta de la dimision probable de la mar-
quesa de BeJgida, camarera mayor de la Reina. Las intrigas del se-
Iior Parsent y de I~, infanta Carlota han creado en palacio UD estado
anormal sobre el cual debo llamar toda vuestra autoridad. Ya co-
nociais todas esas intrigas; os tengo contado lo que me ha dicho el


TOMO lI. 80




~30 HISTORIA. DEL REINADO
mismo senor Parsent. El regente, el tutor, el senor Heros, y lacon-
desa de Mina, notaron un gran cambio en las disposic:ones tie la
Reina respecto de sus personas. La condesa de Mina se qUl'jó yame-
nazó con suprimir las diversiones y paseos. Ejercióse la mayor vi-
gilancia, y al fin se descubrió en manos de la Reina UDa cajita de se-
cretos que ella misma abrió} que cont~~nia el retl'ato del duque de
Cádiz. Habiasela entregado el Señor Ventosa, profesor de S. M., el
cual perdió inmediatamente su destino. Descuhrióse tambieo qt!e la
marquesa de Belgida podia tener alguna parte en la nueva sitcacion
.de ánimo de la Reina, y partlce que desde entonces se trató de ha-
cer insufrible para ella el destino que ejerce.


»Sea lo que quiera de todos estos pormenores, es lo cierto que la
Reina, animada hace largo tiempo de sentimientos poco benévolos
para las personas de que la ha rodeado la revolucioD de setiembre,
aunque ha sabido disimularlos con una destreza horrorosa al decir
de algunos, se ha quitado por un momento la máscara, sin duda
por insligacion de su tia. Se ha reconocido la mano y se pretende
alejarla, haciendo al mismo tiempo algunos escarmientos ejf~mpla­
res en palacio. No cabe duda en que se separará delladu de la Rei-
na á cuaGtas personas puedan hacer sombra por su posicion y sus
op~niones. Las leyes españolas autorizan á los menores á elegir


. tutor, cuando cumplen la edad de doce añcs. E~ta época está próxi-
ma para la Reina: pocos hablan del asunto, pero basta que exista
aquel precedente para que se deploren vivamente todavía esas in-
trigas que decidiendo á la Reina á romper, siquiera sea momentá-
neamente, con las personas que la cercan, pueden aumentar los
recelos de estas, ya en lo presente, ya en lo porvenir.


»Por lo demás en cuanto comenzaron estos motivos de inquietud,
se hicieron proposiciones indirectas al partido moderado. Goazalez
sirve dd mediador. Se propone el regreso de la reina madre como
particular, prometiéndose rechazar las pretensiones del duque de
Cádiz. Los jefes del partido no se han adherido á estos pasos, y ase-
guran algunos que se trata de carlos directamente cerca de la Rei-
na. Semejantes maniobras indican el temor que inspira, tanto como
la infanta, la disposicion de ánimo de la Reina.»


Deseando la Reina secundar los deseos del infante don Francisco
de Paula para establecer á sus hijas, no menos que las in tenciones
análogas manifestadas á S. M. por el rey de EspaCia, pP'l)SÓ en el jó o
ven príncipe de Fursiemberg, que es católico y desciende d.: una d3




DEL ULTIMO BORBON DE ESPA.ÑA. 631
las primeras familias soberanas de Alemania, sin dominios hoy,
pero que conserva gr~ndes posesiones y un buen caudal, sobrino'
por /a linea materna del gran duque de Baden y primo hermano de
Ja duquesa reiDllnte de Sajonia Coburgo Para plantear eficazmente
esta id~a, escr¡bió la reina á su hija la princesa Clementina de Sa-,
jonia Coburgo, y en respuesta ha recibído ayer comuIlicacion de
una carla de la duquesa reinante de Sajonia Coburgo, cuyo tenor es
el siguiente:


«Encargué á Ernesto (el duque reinante de Sajonia Coburgo) que,
hahlase con mi lio Furstt>mberg del negocio en cuestion mientras lo
hacia yo con mi tia. A los dos ha lisonjeado y conmovido, no me-
DOS que á mi primo Máximo, la confianza de que en esta proposi-
cion les dai .. mups!ras. lIrmos conferenciado juntos sobre el asun-
to, ineluso mi primo, quien teniendo como tiene libre el eorazoo, se
alegraría en el alma de trabar conocimiento con la princesa y de
pedir su mano, en caso de que ella no se decidiera á favor de otro
priocipe. )' sobre todo si se conviniese,l mutuamente. Pensamos todos.
unánimemente quP, para conseguir est.e fin, seria preciso buscar un
sitio en que pudiera Máximo ver á la jóven princf'sa sin que se no-
tara denllsiado su presencia; París seria. quizá el lugar mas á pro-
pósito para srmejante entrevista. Pílr supuesto que en caso de ar-
reglarse este enlace, la priDCeS3. deberá tomar el nombre de su ma-
rido. »


E--ta carta ~ra de letra de Luis Felipe en su primera mitad, y lo
restanto d(~ ~LHía Arnelia¡ y revelaha bastante bien los planes que
se fraguaban contra la ind¡'p.endcncia de Espaí'ía.


Aque!/a reforma que tuvo UD matrimnDio por objf'to, despejar d
uampo y quitar ohstáculos á UD matrimonio ya combinado y discu-
tido y casi aceptado por algunos en el terreno diplomático; aquella
reforma que borraba el orfgen popular de la monarqufa, filé defen-
dida. SiD embargo, como hemos visto, á título de restaurar ant-i ..
guas leyes.


y al bahlar en rse tODO, al recorrer la historia DO podian menos
de tr0pt"zar los restlluradores con el espíritu federal, único verdad"e·
ramente tradicional é histórico en España. Así !le venia á dar fuerza
al naciente partido republicano que con mas lógica. mas verdad,
mas fe se titulaha r~deralista, y presentaba ante aquella monarquía.
caduca y manchada de crfmenes sus gloriosos antecedentes, sus tí-
tuJos al aprecio y á la cODsideraeion de todos los amantes de la li-
bertad.




632 HISTORIA. DEL BEIlUDO
Pero volviendo á la cuestion del matrimonio diremos, que plan-


teada desde muchos allos, aunque nada se dijese sobre ella, aunque
nadie descorriera el tupido velo, la verdad es que ella dió orígen al
pronunciamianto de 1840, ella á la horrible reaccion de 1843, por·
que interesada Francia en combatir las influencias inglesas, que ]e
eran hostiles, apresuró la caida de Espartero.


Este recibió, como hemos dicho, benévola acogida por parte de
aquel gobierno que le tributó los honores correspondientes agasa-
jándole con todas las muestras que saben dispensar los hijos de AI-
bion.


Las continuas derrotas del partido progresista en sus reiterados
esfuerzos; la llegada del término fatal en que la Regencia termina-
ba, y otras circunstancias, vinieron á hacer mas y mas evidente la
actitud de Inglaterra frente á la corte de España como secuela del
rey de Francia, como cómplice de sus planes de equilibrio europeo.


IV.


Por entonces se escribió otra carta muy importante respecto al
proyecto matrimonial de que vamos á dar un extracto, sin perjuicio


. de insertar otras muchas que mediaron (X) respecto á este asunto.
Decia así:


«Madrid 8 de setiembre de 1844.-Tengo una satisfaccion en
que exciteis al rey de Nápoles: está echando á perder enteramente
la posicion, y si no saca á su hermano del colegio de jesuitas, ma
veré pronto en la necesidad de escribiros que no le queda ninguna
esperauza. De resultas de una observacion muy sensata del rey al
$eftor Mélrtinez de la Rosa, á saber; que era ftece!ariQ casar á la
Reina para qu,~ar toda esperanza á los candidatos que no son acep-
tables 11 á las potencias que los sostienen para lograr mas aprisa el
reconocimiento de estas, me ha repetido el general Narvaez que no
podia acercarse á Nápoles mas que Jo habia hecho en su carta de
14 de julio al duque de Rivas; que no tenia derecho á ello; y que si
por complacerme se aventuraba, sus adversarios gritarian al mo-
mento en las cortes que habia comprometido á la Reina sin el con-
sentimiento indispensable de la nacion, no pudiendo él dar mas res-
puesta que su dimision. A faIta del matrimonio francés se muestra
propicio al napolitano, lo ha preparado y lo sostendrá; solo pide á




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 638
S. M. siciliana un esfuerzo para facilitar los suyos: tal es el de que
coloque á su hermano, dándole otro traje, llamándole á su lado, Ó
haciéndole viajar, en -una posicion que no suministre armas á la ma-
levolencia contra su carácter, y que permita á Espalia ir sin repug-
nancia á buscarle para ofrecerle la mano de la Reina y la participa·
cion en su corona. Es verdad que esta no es una exigencia muy te-
meraria. Os suplico que escribais á Montebello para que el rey Fer-
nando oiga de su boca ]a ferdad siD disfraz: vuestras palabras
tendrán mucho mayor peso que lae mias.


»¿Sabeis lo que va resultando ya de estas vacilaciones del rey de
Nápoles? Los partiJarios dol enlace francés se reaniman, incluso el
mismo Narvaez. Leed ]a carta que el general Mazarredo, eapitan
general de Madrid, me ha escrito de San Salvador, donde está to-
mando bai'Ios. Otra igual ha enviado á Narvaez, el cual me decia
antes de ayer: «Ese enlace puede tratarse y llevarse á cabo sin que
en él tomeis parte; dcjadnos solo libertad para obrar. Concedo que
Esraña en el dia sea mas bien un estorbo que un aumento de fuerzas; .
pero dadme tres años con un hijo de vuestro rey, y me comprometo
á volverla á poner en el rango de potencia de primer órden. jCal-
cu]ad en este caso de euánta importancia puede ser para Francia y
para sus posesiones de Arriea formar un solo cuerpo con ella!»


»Como es de suponer, mi querido ministro, no entro yo en la dis-
cusion de estos diferentes asertos. Trato de disuadir de ese pensa-
miento y de combatir las esperanzas en él fundadas; pero no lo du-
demos, d~ la conducta equivoca del rey de Nápoles resultará una
consecuencia casi inevitable, á saber: que oingun ministerio, excep-
to el presidido por Narvaez, se atreverá á adoptar á su hermano; y
que careciendo en todas parles de prosélitos los duques de Cádiz y
Sevilla, y teniendo los hijos de don Carlos cerradas todas las salidas,
la cuestion se planteará francamente entre un príncipe francés y un
prfncipe aleman, hasta que el mejor dia, para ahorrar á mi país
una sangrienta ofensa, tenga que retroceder catorce años y hacer
en Madrid 10 que hice en Bruselas. Pero es peligroso repetir se me- .
jaBles juegos. Vale mas todavfa proponerse un fin difícil que expo-
nerse á una sorpresa. Dedidase, pues, el rey de Nápoles, sepamos á
qué atenernos, y tomemos nuestras medidas con conocimiento de
causa.»


Firmado por el embajador de Francia este documento, reflejaba la
opinion de los cortesanos, y servia para dar llnimo en SUE proyectos.
al rey de las barricadas.




CAPÍTULO LXXV.


SUMARIO.


Situacíon CfÍtiea de la Uacicnda.-Scsion horrascosa.-Opinioll ue la prensa inglesa.
~obre el gobierno moderado.-Suspension de las sesiones.-(n conflicto parJa-
mentario.-Tristc situacion de la magistratura.-Arreglo de las desavenencias
entre España y Marruecos.


l.


En m~dio dp aquella deshecha borrasca, )a mas complicada de to-
das las cI1estiones, el mas grave, el mas trascendental de los coo-
f1icto~ era la situa{lion de la Hacif'nda cada vez mas abatida y ago-
biada; cada vez en mayor dcsórden y ruina.


Ya hemos visto e! ingenioso medio de las conversiones, con el
cual, sin tiud1., aspiraba el gran hacendista doctrinario á preparar
elementos que le auxiliasen, dando confianza á Jos especuladores en
la genernsidad del partido moderado que con sus despilfarros siem-
pre crecientes iba á abrir al juego de los aventureros de la burocra-
da un nuevo bo¡Ízon le, un medio hasta entonces desconocido de im-
provisar fortunas.


Hacia tiempo que la Haeienda espafíola se administraba en aJgun
modo por si soJa. Los ministros cubrian las perentorias necesidades
por medio de anticipos que les bacian algunos afortunados presta-
mistas. Para anticipar un millon pedian la garantia de cuatro en pa-
pel del Estado, de manera, que solo hipotecando la garantia sin ha-




DIL ULTUro BORBON DE ESPAÑA. 635
cer desembolso propio. ganaban un premio exorbitante. Un diario
francés, el de los Debates, llegó á afirmar que en EspaDa, en medio
de las revueltas de los años anteriores, no habian faltado intenden-
tes que por debajo de cuerda eran ellos mismos los prestamistas con
el propio dinero del Estado. Verdad es que los extranjeros saben ima-
ginar que entre los demás pasa lo que ellos practican; pero era pru-
dente cerrar puertas á la maledicencia, y abandonar el sistema de
salir ti toda costa de los apuros del momento, que era el único vi-
gente.


y el partido moderado que daba pretexto á esas habUlJas, que
habia concentrado en "Qna oligarqUla dictatorial todos los medios de
gobierno, debia mas que Dingun otro esforzarse en llevar á término
las reformas y la reorganizacion de la administracion pública y de
la Hacienda.


n.


Antes de entrar en la discusion de los diferentes proyectos que la
comision del Congreso pre3en tó referentes á la dotacion del clero y
refiriéndose á la conversíon de los tHulos, el señor Oren se anunció
una interpelacion en estos términos:


«He pedido la palabra para anunciar una interpelacion que hu-
biera querido evitar proponiendo otro artículo al proyecto que ayer
se discutió, pero habiéndome indispuesto y no encontrándome en
este lugar, tengo que suplir aquella falta. con una interpelacion.
Parec~ que se está baciendo una gran jugada en la.Bolsa con los ti-
tulos del [) por lOO, y el motivo que para esto se da es el asegu-
rar algunas personas inteligentes y conocedoras lo que se piensa
hacer con esta deuda del 5, convirtiéndola en la del 3; pues aun-
que parece á primera vista que se perderá, porque el 5 no se
paga y pudiera baber UDa bancarrota, se cree que hecha la conver-
sion de una vez est03 treses subirán á 31 Y realizarán grandes ga ..
nancías. Si estas fueran las intenciones del gobierno desearia que nos
10 dijera, y no se explotase esta medida como pudiera suceder. Así
mi ínterpe:acion se dirige á que el señor ministro de Hacienda diga
si el gobierno tiene la interrcion de convertir los títulos del 5 en los
de13, ó cuáles son, si no, sus pensamientos.»


El mioistl'O no quiso contestar á estas palabras, y habiéndose
leido los diferentes dictámenes y votos, á que hemos hecho referen-




636 mSTORIA DEI. REINADO
cía, se provocó una verdadera borrasca parlamentaria, acerca del
curso que debian llevar las enmiendas presentadas. La primera, fir-
mada por Viluma, Egalia y otros, tenia por objeto la devolucíon de
los bienes del clero no vendidos á sus antiguos poseedores, y el es-
tablecimiento de un , por 100 sobre los productos agricolas: el se-
gundo del señor Moron, en que proponia que 10(159 millones que
se fijaban por el gobierno para la dotacion del culto y clero, se cu-
brieran con los productos de los bienes no vendidos administrados
por el mismo clero, y que para lo que faltase se: decretara una con-
tribucion de 110 millones; y el tercero del senor Coira y otros pi-
diendo que se conservase en su fuerza y vigor la ley~de 184.0, con
solo la supresion del art~culo 5.·


lB.


En los periódicos extranjeros se comentaba la politica e~pañola,
si es que política podia llamarse la que consistía en vejar y oprimir
á los ciudadanos.


Algunos. párrafos de los diarios ingleses darán á conocer qué
opinion se tenia formada del gobierno moderado, y de las cortes reac-


o cionarias que le servian:
_Es la suerte de )a mayor parte de laG revoluciones, por justas


que sean, que la libertad de los pueblos venga á ser sofocada por
una dictadura militar. La desventurada España no ha podido evitar
esta catástrofe, de que en otros tiempos han sido victimas naciones
mas poderosas, y aun diremos mas adelantadas en el camino de la
civilizacioD. En Inglaterra y en Francia la dictadura militar fué bas-
tante duradera, merced al grande talento y méritos personales de
los osados caudillos que, al erigirse en déspotas, acumularon sobre
sus respectivos paises bienes positivos y glorias inmarcesibles. Pero
Narvaez ni tiene ni puede aspirar á tener el carácter ni las dotes de
Cromwell ó de Napoleon Bonaparle. El dictador español lo único
que tiene en su apoyo, es mayor atreVÍmiento y un carácter mas
cruel. Su reinado no puede ser duradero. Este moderno Sita está
mal consigo mismo, á pesar de que de dia y de noche le rodean los
esbirros que forman su custodia, aun en los bailes y festines, á don-
de arrastra á su jóven é inocente Reina, para aumentar con su au-
gusta presencia el esplendor de su preponderancia. Sus vigilias son




DBl ULTIMO BOD"If DI1I8PAÑA. 687
angustiosas, y las pasa en examinar las listas de proscripcion, y los
nombres de las vfctimas que le seriala el dedo de algun pérfido de-
lator. .


DEI decreto de suspension de venta de bienes nacionales es una
medida tal como la hubiera podido tomar don Carlos ó Fernando VII
en tiempos de la mas espantosa reaccion contra los constituciona-
les, y provoca la rebelion y el derramamiento do sangre. En cuanto
á las cortes y á la reforma de la Con~titucion de 1837, son cosas
que todo el mundo considera como una mera farsa ..


• En suma, es tal el estado en que el gabinete de las Tullerfas ha
puesto á la Espalia, que ya puede decirse que en ella todo gobierno
es imposible. . . . . • .


»Segun ~Ir. Guizot, un hijo de don Carlos no puede ser marido de
IsabelJJ, porque alentaría Jos intereses y las esperanzas del partido
legitimista en Francia. Un hijo de don Francisco de Paula tampoco
puede serlo, porque el partido liberal pudiera dar mayor vuelo á las
ideas de libertad entre los franceses, y no obstante, Mr. Guizot in-,
sisle que en Espana es menester que el marido de la reina sea un
Borbon. . .• ' •


• En una palabra, Mr. Guizot no sabe lo que quiere, y en esta
perplejidad ,ha impuesto á la península ibérica el peor y el mas
sanguinario de todos los gobiernos de Europa. . .•


Bajo ese prisma consideraban en el extranjero á la pobre Espalla,
que venia humillada y deprimida á caer en la postracion y en el
abatimiento.


Aquel ministerio que tenia infuJas y proyectos de colocar á Es-
palla en el rango de potencia de primer órden, servia á los intere-
ses de la reaccion, pero empujaba á la patria al abismo.


IV.


Con motivo de los votos particulares relativos á la devolucion de
los bienes al clero, el ministro Mon descargó rudos golpes sobre los
representantes absolutistas; fallándoles al decoro, insultándoles, pa-
recia un dómine, y cien voces se levantaron contra sus palabras. Ese
escándalo produjo la suspeoRion de las sesiones, creando un conflicto
parlamentario.


Despues del gravísimo cuanto inmerecido insulto que sufrieron
TOMO u. 81




taS BISTOIJ!. DEL unuDO
varios diputados; despues del voto de absolucion que la mayorla
dispensó con una caridad tan evangélica al ministro audaz y teme-
rario, el decoro, la reputacion, la honra de los agraviados no con-
sentian ningun género de tr3nsaecion y avenimiento. Persistieron,
pues, en su renuncia, y la mesa tuvo que dar cuenta de que diez y
siete diputados dimitían sus cargos, escándalo gravisimo, nunca
visto en los parlamentos d9 Espafla, y que debia ejercer mucha in-
fluencia respecto de un partid{), al que se apartó en muchas· provin-
cias de las urnas electorales por medio de la violencia y otros ma-
nejos reprobados, y cuyos representantes eran insultados despues
P(}f un consejero de la corona en el seno mismo de las cortes.


Hubiera terminado ]a sesion sin que ningun sellor diputado hicie-
ra alto sobre el importante suceso de las renuncias, cuando el senor
Orense anunció UDa interpelaeion al gobierno sobre e] mismo partí ..
eular. Poco se prestó el asuato á su designio; pero supo, no obs-
tante, sacar un buen partido, provocando explicaciones por parte
del gabinete. No se concebia cómo aquel gobierno continuase en el
mando despues de haberse enajenado de dos grandes partidos polí-
ticos, el progresista y el monárquico puro, y deseaba que los mi-
nistros desenvolviesen los plañes que se proponian seguir en los pre-
supuestos, en el sistema tributario, en las obras públicas y otras
.mejoras positivas de las que ya era tiempo de oouparse.


El general Narvaez tomó á su cargo el contestarle, pero era hom-
bre al agua en sacándole de la lealtad y de la disciplina del ejército
y de las bravatas. En frases mal coordinadas dijo que el gobitrno la-
mentaba el suceso de las renuncias y que habia hecho Jos mayores
esfuer~os para impedirlas. Pasó en seguida á tratar del motivo de
aquellas, despues de obsequiar á su colega de Hacienda con media
docena de nohle y nobleza; aseguró que los diputados dimisionarios
debian haberse dado por satisfechos con las francas y cumplidas
explicaciones del senor Mon, y que ha~ta el mismo D;l)s se hubiera
dado por aattsfecho.


v.


Triste y lamentable era la situacion de la magistratura y el es-
tado de )a administracion de justicia. Juguete la primera del capri-
cho ministerial, víctima propiciatoria, sacrificada muchas veces á las




DEL ULTIMO BORBON DI BSP AftA.


exigencias de los agentes militares y civiles, pobre, sin autoridad y
SiD crédito, carecia de independencia y de prestigio para ser respe ..
lada, y llenar dignamente las altas funciones de su ministerio. Des ....
pojada violentamente de sus atribuciones para ser trasferidas á Jos
eolsejos de guerra, testigo impasible de 14s violencias y atropellos
que diariamente se oometian contra la seguridad personal, sin me-
dios para impedidos, ó amenazada con una destitocion arbitraria si
por acaso vol viese por la dignidad de la toga, easi podria decirse
que los tribunales eran una sombra y la justicia un nombre vano.


y como si lodos eslosgolpes de muerte no bastasen para aniqui·
lar la institucion, la andacia del bando reaccionario, semejante á
una irrupcion que todo lo destruia y todo lo arrasaba, escarnecía y
hollaba con planta temeraria hasta las mismas sentencias judiciales.
Queriendo levantar ciertas teorias mas alto que las leyes y que l'os
votos de la conciencia pública, aquella pandilla no babia vacilado en
violar las ejecutorias para conferir destinos públieos á los que esta·
ban incapacitados de obtenerlos perpetuamente por sentencia del
tribunal supremo de Justicia. Con igual impudencia premiaban con
los dJstinos mas pingües in Hacienda á hombres sujetos á un pro-
ceso criminal por delito de deCraudacion ó condenados como tales
defraudadores. La accion de la justicia era nula, é ilusorias sus per-
secuciones y sus penas contra los que cuentan con la proteccion de
crierlos magnates. Hombres con causas pendientes gozaban de una
completa impuflidad, y otros quebrantaron las condenas, y de-
sertaron de los presidios en la plena confianza de que todos los es-
fuerzos de los tribunales y 8US reclamaciones, por justas que fue-
ran, se estrellarian en la prepotencia de sus patronos.


A la sazon el gobierno pidió la causa formada contra don Dioni-
sio Alcalá Galiano por falsificacion de varias reales órdenes y robo
de gruesas sumas en metálico, en cuyo proceso el reo fué condena-
do en rebeldía á la pena de muerte, con el propósito, sin duda, de
concederle indulto y destinarle á las mismas oficinas.


VI.


Ya hemos indicado qtte lIna de las cuestiones con que se contaba
para distraer la &pinio» pública era la guerra de Marruecos.


Constao1emeate las tribus que ocupan las inmediaciones de nues·




1'0 mSTORJ.! DEL RlINlDO
tras plazas en A.rrica cometen vejaciones y dirigen insultos á Espa-
rIa. Con uno ú otro motivo hay reyertas y venganzas, y muerlos y
heridos.


La guerra de Arg~l era entonces llevada con mucho vigor, ! el
desgraciado emir Abdel-Kader se veia perseguido y hostigado por el
numeroso ejército que tenia á sus órdenes el mariscal Bugeaud. Vió-
se, pues, precisado el árabe á refugiarse en Marruecos; y coincidió
este hecho con insult.os dirigidos al pabellon español ante Ceuta y
Melilla, con el asesinato del cónsul español en Mazagan, y con el
escandaloso atropello de unos navegantes espanoles, á quienes el
temporal obligó á refugiarse en la costa, donde fueron todas dego-
llados.


Los carabas de los rirenos cometieron ofras y otras infamias, y
el gobierno espanol, despues de pedir satisfacciones á las autorida-
des y al emperador, se decidió á intervenir directamente, poco sa-
tisfecho con la conduela de los marroquíes que diferian las explica-
ciones y eludian como siempre toda responsabiliddd.


Se reunieron algunas tropas en Cádiz, hieiéronse preparativos, y
pudo llegar á creerse que España iba á tomar por lo serio la con-
quista del Arrica.


Hablábase de adelantar nuestras Hneas hasta el boquete de An-
'ghera; de apoderarse de Mogador ó Rabat, y aun de llevar la guer-
ra al interior. Despues de reunir bastante malerial de guerra, y de
tener nombredos los g~nerales que debian mandar la expedicion, el
gobierno es¡)aDol recibió, por fin, por medio de Jos buenos oficios
del embajador inglés, una satisfaccion completa.


El emperador de Marruecos ofrecia castigar al bajá que habia in-
tervenido en el asesinato de nuestro cónsul; mas digno y mas justi-
ciero en este punto que nuestros gobernantes que toleraban yaplau-
dian los muchos asesinatos y depredaciones de los procónsules que
en su nombre gobernaban las provincias espaftolas, haciéndolas de
peor condicion que un pais conquistado.


VII.


Las causas que habian obligado al emperador de Marráeeos á ac-
ceder á las proposiciones del gobierno espafiol, que consiguió tam-
bien adelantar algun tanto las Hncas, y fijar ciertas condioiones que




:DEL ULTIMO JORBON DB ESPAÑA. 611
podían permitirle reclamar en ade'ante eon justicia, fueron las der·
rotas sucesivas que sufrió en la frontera y en sus plazas maritimas.


El mariscal Bugeaud llegó el 14. de agosto á la vista de los cam-
pamentos marroqufes, donde se hallaba el hijo del emperador al
frente de !4:,000 hombres. Sobre unos 10,000, entre eHos 4,600
ginetes y unas 40 piezas, llevaba el general francés, y viéndose en-
vuelto desde los primeros instantes por aquella nube de enemigos,
mandó cargar la caballería, que resistiendo la metralla y las des-
cargas, negó á apoderarse de los caMnes enemigos, cogiendo mil
doscientas tiendas, el equipaje y un botin inmenso.


El enemigo tuvo grandes pérdidas, dejando 800 muerlos en el
eampo de batalla.


El campamento marroquí se hallaba" una legua á la izquierda
del rio Isly, á seis leguas de Ouchda.


Entre tanto el príncipe de Joinville al frente de la escuadra t9mó
posesion de una isla frente á Mogador, batiendo á las tropas que la
guarneclan, y apoderándose de la artilIerla y mas de seiscientos pri-.
sioneros; y desde alli y desde los buques, fué bomblrdeada la ciu-
dad y sus fuertes.


Estas derrotas del imperio le obligaron á firmar la paz, y á ac-
ceder á nuestras peticiones. Por manera que debíamos á la Francia
J á las negoc!aciones del embajador inglés una autoridad y un
prestigio que nuestros hombres no pudieron alcanzar.


No por eso dejaron de cantar victoria los hombres de la situacion;
no por eso se resignaron á reconocer sus torpezas y su debilidad.




CAP1TULO LXXVI.


SUMARIO.


Reflexiones políticas sobre el ominoso y caro sistema de gobierno de los moderados,
y su aparente consolidacion.-Sus amargos frutos.-Triste s ituacion de la arma-
da .-Creaciones cos tosas.


1.


El proyecto de constituir la administracion por medio de decretos,
puede decirse que pasó, casi sin controversia, y Jos diputados y se-
nadores, mas ministeriales que los ministros, hicieron extensivo el
plan á otras esferas.


Como era tan frecuente en la EspalIa constitucional que los gabi-
netes legislasen de real órden , y al lado de tantas usurpaciones, la
autorizacion se habia mirado por algunos como un adelanto en las
vias legales, y por otros como un recurso cómodo y expedito para
organizar el pais como á los intereses bastardos y exclusivos de ban-
deda podía importar; objeto bastante difícil de conseguir, si se hu-
biera de haber dado publicidad, abriendo y provocando discusion
en la tribuna y en la imprenta.


El tributo pagado por tales gentes al sistema representativo, es
siempre un homenaje hipócrita y mentido, y sus bases quedaban
falseadas con una medida que, bajo otro aspecto, debía convertirse
en arma de partido, y servir de palanca para despojar al pueblo de




DIL ULTBlO BORBON DIISPAftA. 64:S
los pocos derechos que le habian quedado despues de la reforma
eonstj lucionaJ.


Toda la excelencia, toda la virtud de los sistemas modernos, se
vinculaban en la discusicm. Despojados de esta cualidad se vician,
se trastornan, se convierten en farsas miserables, que sirven de
pantallas á tiranfas tanto mas peligrosas, cuanto que se revisten con
los atavíos de la libertad. Por medio de la diseusion podian triunfar
en las elecciones, en las cámaras y en el gobierno los verdaderos y
genuinos intereses del pueblo; y aun cuando como en aquella ocasion
fuera duefio absoluto del campo poHtico, el debate les obligaba á
guardar ciertas consideraciones, y por eso querian evitarlo.


Bien puede asegurarse que si UD plan 9minoso llegase á triunfar
despues de una discusion amplia y libre, nacerá sin prestigio, y su
existencia, breve y azarosa, será una nueva prueba de que impu-
nemente no se huellan los buenos principios, ni se posponen y sa-
crifican los intereses generales á los intereses de bandería. Pero
suprimido el debate, el sistema representativo es un monopolio ver-
gonzoso, es un absolutismo disfrazado que se ejerce con el beneplá-
cito y aquiescencia de los que se dicen representantes del pueblo.


II.


Para los moderados, la vanidad ridícula de ciertos pigmeos pre-
cipitaba la accion del tiempo, y de esas cabezas henchidas de viento
y presuDcion salian las constituciones, las leyes económicas y ad-
ministrativas' y los códigos perfectos como Minerva de la cabeza de
Júpiter.


Trazando un círculo en derredor de sus insignificantes personas,
considerándose como el centro de los grandes intereses sociales, sa-
crifican el porvenir á lo presente, y creen haber fijado la instable
fortuna, estableciendo casi de real órden leyes amasadas entre tinie-
blas en los conventículos ministeriales para su provecho exclusivo.


y todo les embarazaba para lograrlo; las observaciones, la dis-
cusion, y hasta los votos complacientes de unas cámaras elegidas
en circunstancias bien anómalas, y hechura del poder ministerial.


Sobre ese provecho efímero y miserable, está el interés sagrado
de la naeíon entera, que reclama, que exige imperiosamente que en




614; mSTOBIA DEL RIINADO
estas:malerias se proceda con aquella calma y regularidad, prendas
necesarias del acierto.
No~quiere el pueblo que se hagan leyes al vapor; impórtaIe si


que sean buenas, conformes á los principios de la ciencia, acomo-
dadas á sus tradiciones, á sus costumbres y necesidades. Un error
en estas materias, un paso equivocado, acarrea las mas funestas
consecuencias é imposibilita por mucho tiempo el órden y la regu-
laridad.


Un)ombre solo, y mucho menos el sellor Pidal, tan eseaso de
conocimientos administrativos, tan nulo en el ramo puesto á su car-
go, no podia dar cima feHz á esta empresa colosal. Todas las dis-
cusiones son pocas, necesarias todas las luces, indispensable el con-
curso de todos los hombres sabios y entendidos para una obra tao
dificil, si debe llevar el sello de ]a nacionalidad, y ser enteramente
ajena de Jos intereses momentáneos de las banderías, para que sea
permanente y resista al combate de los partidos.


y aquel gobierno como haciendo alarde de cinismo obtenia de las
cortes UD voto ciego de confianza, y cerraba al siguiente dia las cá-
maras porque no tenian asuntos de que tratar. Seguramente que no
se habia dado ejemplo semejante en ningun pueblo gobernado cons-
titucionalmente.


¡Qué juicio mereceria Espalla al mundo civilizado consintiendo
semejantes desafueros!


III.


Ello era forzoso resolver todas las di5cultades. Se hacia urgente,
'Y parecian propicias las circunstancias.


La multitud callaba, y parecia someterse á la voluntad de los ti-
ranos. Los que podian hacer resistencia sa hallaban perseguidos ó
desterrados; el ejército habia sido transformado, y obedecía ciega-
mente cuando no servia de espía y delator.


En el extranjero, Nápoles que habia servido con sus simpatías á
la causa carlista, precedia á ]a corte de Roma y al Austria, recono-
ciendo á aquel gobierno que descendía de una italiana, que por ella
estaba influido.


Roma no debía tardar en reanudar sus relaciones; aunque en el
hecho distase aun mucho aquel gobierno de haber dado satisfaccion




DBL ULTIMO BORBON DE ISPAÑA.. 645
completa á los pretendidos agravios de la revolucion, observaba la
buena voluntad de aquellas gentes que señalaban los bienes del cle-
ro como de origen pecaminoso en manos de los profanos, sin atre-
verse á devolverlos haciendo una reparacion; y admitia un enviado
espanol, al secretario de María Cristina que llevaba misiones parti-
culares de dicha senora, yel encargo de establecer los preliminares
para un concordato.


y la Francia, con sus simpatías, con sus consejos, mas aun que
con sus recursos, venia tambien á aumentar la fuerza de aquella si-
tuacion.


El partido moderado se hallaba en el caso de poner en práctica
y desenvolver todo el sistema, que decia á propósito para hacer la
felicidad de Espana.


IV.


A prinoipios del siglo, y cuando no se ponia el sol en los domi-
nios de Espana, ascendian Jos gastos anuales de la monarquía á mil
cuarenta y seis millones ochocientos cincuenta mil reales. En esto
iban incluidos los intereses de la Deuda y todas las cargas públicas.


El ejército constaba en aquella época de ciento cuarenta y un mil
hombres; y la armada oslentaba en los mares que recorría un nú-
mero de doscientos cuarenta y un buques.


El comercio y la industria de Espana tenian abiertos los merca-
dos de Europa y del Nuevo Mundo á sus variados productos.


Eo 1829, perdidas ya las posesiones de América, y reducidos por
lo mismo los mercados, el presupuesto de gastos llegaba apenas á
seiscientos millones.


A.náloga comparacioo podía establecerse eo otros pueblos, y se-
ria muy curioso establecerla con toda exactitud para que pudiera
verse que los farsantes que han establecido los gobiernos medios,
solo hao comprendido un medio de arraigarlos explotando á las cla-
ses numerosas, estrujándolas, y creando un ejército de empleados, .
al lado de la milicia que era el firme sosten del órden antiguo.


Cuantas mas bocas comieran del presupuesto; cuantas mas contra-
tas y concesiones se hicieran para dar y repartir ciertos beneficios,
mas gentes alabarian á aquel que los alimentaba.


TOM:O n.




6i6 mSrOBI! DEL RBINADO
¡Frutos asombrosos del árbol de la libertad, que no debian ser


muy gratos á Jos esquilmados contribuyentes!
Pero en Francia se estaba dando un ejemplo á los pueblos que


habian adoptado el sislema repreientalivo. Era un fenómeno finan-
ciero debido á la superioridad del ingenio de los doclrin9.rios.
r~~EI gobi~rno de julio al entrar en el poder, despues de una larga
serie de visicitudes para la Francia; tras uta continuada revolucion
de cincuenta aftos, habia encontrado un presupuesto de mil millones
de francos en las listas de los gastos. Convencido de que la Europa
no podría formar un juicio aproximado de la riqueza pública de aquel
pais, se dedicó con afan á aumentarle y extenderle, y babia ido
al1adiendo partidas de trescientos millones de francos, escudándose
siempre en una máxima que han querido convertir en axiomática,
y que dice que Jos gobiernos representativos son mejores, pero son
mas caros.


y los torpes liberales no tenian bastante valor para romper con
los visionarios saltimbanquis, que hacian de )a poHtica un comercio
y UD juego de equilibrios.


v.


Martinez de la Rosa era de muy antiguo admirador rutinario de
las prácticas francesas. El habia modelado su Estatuto en las Cartas
otorgadas; él aspiraba á que Espafta fuera un reflejo de la Francia,
y pudiese algun dia confundirse con ella.


Usos, costumbres, leyes, modas, todo por entonces se arreglaba
á la francesa.


y era al propio tiempo que necesario urgente atender á la re-
forma administrativa y económica, levantar el crédito y fomentar
el trabajo.


Un escritor que no podrá ser sospechoso, expresa en estas sen-
cillas frases toda la importancia de la obra del partido moderado en
aquellos dias:


«De otra índole son los males que engendraron en el partiJo mo-
derado la prolongada duracion de su m!lndo f y la insacilble codicia
de muchos de sus afiliados. El ejemplo de altas fortunas improvisa-
das, despertó en todas las clases una sed hidrópica de enriilueci-
miento; la costc.mbre de organizarlo todo en grandes oficinas, des-




DEL ÚLTIMO BORBOl'{ DE ISPAftA.. 64'
arrolló la empleomanía; la almoneda pública de los destinos des-
prestigió la poHlica, y engendró la animadversion de las clases
pobres contra el Estado; el abuso de la centralizacion desequilibr6
las fuerzas nacionales, y ahondó mas y mas el abismo entre la corte
y las provincias. Consecuencia de todos estos males fueron las in-
termitentes explosiones del espiritu público, que el coloso, ensober-
becido entonces, tomaba equivocadamente por expresion de rebel-
dfa y por la influencia del elemento anárquico .•


Estas frases que se publicaron alguDos atlos mas tarde juzgando
la obn por sus resultados, condensaban ciertamente todo cuanto
podia deeirse del partidt) moderado y de su funesto sistema.


No pretenderemos negar que al fin y al cabo sistematizó la ad-
ministracion y la Hacienda, que puso cierto órden donde antes rei-
naba el caos; pero era tan costoso este pequeno beneficio ...


VI.


El ministro de Marina presentando una relacion para dar á 00-
Docer la situacion de la armada decia por aquel tiempo:


«Un navío en estado de servicio y dos que necesitan fuerte ca-
rena, cuatro fragatas armadas y dos desarmadas, dos corbetas, Due-
Te bergantines, tres vapores de guerra y otros tres de poca impor-
tancia, quince goletas de mediano porte y nueve embarcaciones de
Cuerzas sutiles, forman el poder marftimo de la monarqufa. Algunos
olros buques carcomidos y desmoronados, re3t08 veneratles de gran-
des escuadras, son la reserva que dentro de los arsenales espera, en
vez de aumentar la fuerza de aquel, sumergir en las hondas el pos-
trer monumento de glorias que pasaron y que n.o es dado renovar
sin lanzarse por sendero que abandonado há muehos anos, se ha
llegado á obstruir con gran copia de dificultades y obstáculos.»


Pensar con estos elementos en crear una potencia de primer ór-
cien era un sueno, una utopia, un delirio.


Atreverse á lanzar en público promesas y protestas de guerra, y
de una guerra que debia llevar en pos de si todas los necesidades
de transporte de un ejército, podia pasar por ridícula fanfarronada.


Muchos anos adelante, y cuando se habian consumido mas de
me:: '!I seis ml7 millones en cinco anos, llegó el momento de poner á
prueba las fuerzas vivas que constituian nuestro poder, y pudo evi-




"'8 mST8RIA DBL REINADO
denciarse que aun muy reforzada entonces nuestra armada no pudo
bastar á las exigencias de la situacion.


, con todo esto el partido moderado en vez de buscar prudentes
economias y sabias reformas que diesen vitalidad, {mimo, apoyo,
esperanza al productor, se empelló en la senda de las reacciones y
dió leyes costosas constituyendo alIado de las instituciones popula-
res como Diputaciones de provincia, los Consejos, oficinas de mucho
coste, ruedas embarazosas que servian de obstáculo á las mas úti-
les y ventajosas empresas.


No diremos nada de la ereacion del Consejo de Estado, que si
puede tener objeto cuando las costumbres politicas han llegado á
cierto gradn de desenvolvimiento, cuando existen instituciones y
prácticas por las cuales el pueblo, la universalidad de los ciudadanos
vive en la plaza pública, y es preciso organizar, porque los patri-
cios insignes y ciudadanos con honra, que sepan servir á la libertad,
un poder permanente con independencia y tradicional, distará mu-
cho del molde trasnochado, que copiado de las instituciones france-
sas, introdujeron en Espana los serviles agentes del doctrinarismo
francés.




CAPÍTULO LXXVII·


SUMARIO.


Lujo de gastos, copiado de la Francia.-Presupuesto de 18~!:i.-Apuros de la industm.'
y el comercio al plantearse el sistema tributario.-Agio de los capitales.-Resis-
tencia pasiva de ~Iadrid.-Alarde de fuerzas y abusos de autorIdad.


1.


Hemos visto en qué situacion se encontraba España á principios
del siglo, cuál era su presupuesto en 18!9, cómo habian acrecido
las deudas en medio de las vicisitudes y trastornos de una guer-
ra asoladora y de las continuas perturbaciones que los partidos traian
por levantarse al poder. Y como era grave la situacion; y como el
mal crecia por momentos, debia arrojarse muy pronto el cauterio so-
bre la llaga si no se convertia esta en extenso cáncer que iba á con-
sumir en breve el organismo de la sociedad espaftola. Y en ese mo-
mento, y para hacer frente á esas eventualidades, la lumbrera ren-
tútaea del gran partido conservador reunió todos sus conocimientos,
todos sus esfuerzos, y lanzó un sistema tributario que pesaba bien
sobre el contribuyente.


El seftor Mon podria investigar y hacer estudios y cálculos acerca
de la riqueza imponible. Pero la base principal para sus reformas
fué el conocimiento de los datos que suministraban las nóminas de
1as oficinas, y los estados de las fuerzas de mar y tierra.




650 .HISTOIU DEL utNA.DO
Un administraJor que quiera cumplir bien con su encargo nece-


lita menos instruccion que buen criterio y buena fe. Lo que sí se re-
quiere es actividad y trabajo, porque como debe marchar con desem-
barazo y vivir con holgura, Jo primero que conviere es tener exacta
noticia de las rentas y recursos de que puede disponer.


Con ese dato hace la cuenta y la distribucion y sabe cómo ha de
llenar las oblig«ciones que contraiga; pero los moJerados son gente
de poca aprension y no se paran en barras. Ejército numeroso, mu-
chas catedrales, muchos obispos, muchos canónigos, muchos con-
ventos de ambos sexos, grandes dignatarios del Estado que deben
vivir con lujo y ostentacion, o§cinas confortables, numerosa fa~ange
de effipleados, porteros, barrenderos y comparsas. Y sobre todo esto
para que la decoracion baga mas efecto, un trono, una monarqufa
con reyes, príncipes, infantes, reinas viudas Ó DO viudas con grandes
pensiones y emolumentos. camareras, ayas, mayordomos, genliles-
hombres, conresores, caballerizos, capellanes da honor etc. ele. etc.
que dan al cuadro una vigorosa. entonacion y á los pres1.í.puestos au-
mento considerable.


Por esta manera y copiando servilmente á la Fraccia, el célebre
lIon dijo para sus adentros: Hé aquí un sistema admirable. For-
memos UD presupuesto para 18i5.


11.


t lo hizo como lo decia, resultando lo siguiente:


PRESUPUESTO DE GASTOS DE 18i5.


Reales. 111'11.
Casa real. .


·


U.500,OOO ..
Cuerpos legisladores. 1.U2,300 ..
Estado. • . • •


· · · ·
10.213,220 ..


Justicia .. .
·


. 18.788,!19 )
Gobernacion.


· · · ·


122.610,(91 !
Guerra ..


·
.


· · · ·


sU.a3i,007 lIS
Harina y Ultramar ..


· · · ·


88.(22,681 1.
Hacienda. .


· · ·


952.755,178 1!
Amortizacion.


· · · ·


99. t 15,629 8
Clero. 125.(95,U7 1


--


1,18'.3'17,173 SO




DIL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA. 651
La recaudacion costaba S5! millones: es decir mas del veinte y


cinco por ciento.
En auxiliares y agentes en lo que se llama mantener el órden so-


cial y el principio de autoridad, pero que realmente tiene por objeto
mantener y sostener á los ministros defendiendo situaciones deter-
minadas á todo trance, se gastaban cuatrocientoJ cuarenta y cuatro
millones novecientos cuarenta y cuatro mil cuatrocientos noventa y
ocho reales y veinte y siete maravedises; y hemos hecho omision de
los ciento veiute y cinco mallonea destinados al clero; en otra clase
de agentes que venden su inlluencia y tanto se interesan por el prin-
cipio de autoridad.


¿Dónde estaba en ese sistema la teoría del impuesto?
¿Qué garantizaba á la sociedad?
¿Qué ventajas hallaba el agricultor, y el tejedor y el industrial


bajo cualquier forma, de que se gastasen millones y millones en de-
fender los intereses de los empleados, de unos cuantos propietarios
y de una familia real y otras aristocráticas que vivian en elseno de
la holganza?


y para eso mil doscientos millones, arrancados al trabajo y á la
produccioD.


y para eso cincuenta mil jóvenes separados de sus familias.
y para eso hablar de reformas y de sistemas.
y para eso ocupar el tiempo en pedir autorizaciones precipitadas.


111.


El comercio no podía estar muy agradecido á don Alejandro Moo.
Si el czar de las RU3ias ó el famoso Alejandro no tuvieron otros mé-
ritos pa:-a aspirar al reconocimiento de la humanidad, ciertamente
que DO hallaran pedestales para sus estatuas.


En Espal'1a no habia caminos, ni canales; tristes veredls abiertas
por el caminante; arroyos surcados en determinados momentos por
la corrient~, servían para que el trajinante pudiera con harta expo-
sicion pasar de pueblo á pueblo.


y el comercio y la industria debían alimentar ciento cincuenta mil
hombres para que viviesen holgando en los cuarteles, y catorce mil
presidarios que iban á malgastar su vida en inútiles trabajos.


MOD, á pesar de que rechazaba en poHtica el derecho racional y




6o! DISTORIA DIL REINADO
solo admitia el histórico, en la parte administrativa rechazaba la ha-
cienda histórica y acudia á la racional, traduciendo con muy ligeras
variaciones el plan de contribuciones francesas. Asi ponian á la
Espana un chaleco francés despúes de haberle colocado un manto
godo.


¡Cómo abrumaba al país aquella conlribucion!
Habia comerciante ~on tienda abierta cuyo capital activo no ex-


cedia de quim"enlos reales con los suaJes compraba al dia lo que po-
día vender, ganando la subsistencia de su familia con ese continuo
movimiento del numerario. Vino el senor Mon, impuso mil reales á
ese comerciante, y como no los tenia, tuvo que cerrar su tienda, que-
dando en la miseria su familia.


Parecia natural que para hacer pagar el subsidio, debia abrir el
poder nuevos manantiales de la riqueza pública. Pero nada de eso;
entre las necesidades apremiantes, era sin duda una la de estable-
cer vías de comunicacion, y poner los servicios del Estado por su
costo.


Pero el senor Mon no seguia esa práctica. En Barcelona algunos
editores imprimian obras históricas y científicas muy útiles, con lo
cual se alimentaban unas quinit:lntas familias. Los editores confia-
ban en que á semejanza de lo que pasa en Francia, Inglaterra, Bél-


.gica y Estados-Unidos, por una módica relribueion la ley de cor-
reos admitiria ·Ios paquetes, trasportándolos á los puntos mas distan-
tes y difíciles; pero de repente un director de correos comprende que
puede transformar el servicio en renta, y con suma habilidad con-
sulta al ministro, que halla admirable la novedad. Entonces se im-
pone diez veces mas á la idea que va al peso, y con una plumada
han muerto quinientas familias.


La literatura y la ciencia no podían agradecer esas gabelas, yen
esta ocasion los discípulos habian olvidado al maestro; no se imita-
ba á los franceses, porque alli las leyes daban su proteccion al li-
bro, considerándole de mejor calidad que el periódico al que se
obligaba á pagar el timbre.


Bien hubiera sido posible publicar calendarios; pero el gobierno
tenia estancado este género del cual se vendían muchos millares,
para dar á un Observatorio el monopolio abiertamente contrario á la
libertad de imprenta.


Aquí rara vez se adoptan las cosas buenas, y si acaso, se malean
al quererlas imitar.




DEL ÚLTIMO BORBON DI UPAR!. 658


IV.


El gobierno francés, muy partidario de la centralizacion, era por
lo menos racional en sus determinaciones; y si bien en los libros de
contabilidad podia decirse que los fondos se hallaban centraliza"
dos, no era asi, ni ocasionaba perjuicios á los intereses particu-
lares·


El gobierno espaiiol, que sin duda no sabia hacer las cuentas sin
que se hallasen en las oficinas las cantidades en metálico, trató de
centralizar en las arcas: y en giros y en contragiros, des pues de
grandes pérdidas y gastos, venia á ocasionar en los cambios de
las varias ciudades una espantosa perturbacion.


¿Cómo podrá creerse dentro de algun tiempo que en nuestros dias
haya llegado á verse el cambio de Barcelona contra Madrid á ocho·
dias vista al 9 por 100, cuando es ese el interés que gana el capi-
tal en año y medio~


No vayamos ahora á buscar las diferentes causas que influian en
esas pérdidas inmensas.


Sabemos bien que era el agio y siempre el agio de los capitales
lo que principalmente influía en ese quebranto de los giros.


La excesiva circulacion del papel moneda; la creacion de los dos
Bancos, que arrojaban á la plaza un gran número de billetes, venia
á ocasionar que el metálico se escondiera en la corte, para servir á
especulaciones de mal género, favorecido por el error de la opinion
pública que no veia en el papel la representacion fiel del dinero.


La adopcion del sistema tributario debía ser muy importante para
los moderados, cuando no retrocedieron ante los peligros que sur-
gian. En los grandes centros, las capitales principales como rtladrid,
se hizo UDa gran resistencia al nuevo sistema, no ya por un parti-
do, no ya por una parcialidad política.


Prescindiendo de los grandes abusos que las autoridades come-
tian; dejando á un lado las iniquidades de aquellas gentes que solo
iban en bJsca del botin, -y que solo en los goces tenían puesto su
anhelo; prescindiendo tambien de las informalidades y de las faltas
que en los detalles debían encontrarse, haciendo caso omiso de la
repugnancia que inspira siempre la novedad, lo positivo es que ha~


TOMO lI. 83




654 HISTORIA DEL RIINADO
bia en el fondo no poco de injusto en la aplicacion y práctica del
sistema tributario. '


v.


En Valencia, como en Madrid. el comercio opuso tenaz resisten-
cia á los planes del flamante hacendista.


Las tü-ndas y los taileres quedaron cerrados.
La multi.tud ávida de emociones. y no teniendo en que ocupar su


actividad, se lanzó á las calles á celebrar aquella solemne fiesta de-
bida á la intercesion é iniciativa del gran Alejilndro.


En esta clas/'! de fiestas, Jos moderados son sumamente hábiles y
excesivamen te puntuales.


Lo que vamos á referir de Madrid, y que no queremos repetir de
los demás puntos porque la pluma se resiste ya á trazar el sombrío
cuadro que presentaba España desde el momento en que Isabel de
Borbon habia empuñldo el cp.tro de sus mayores, lo que vamos á
referir, porque lo hemos presenciado, es borrible, y demuestra la
bárbara crueldad de aquellos tiranos.


Yeso mismo se reprodujo en distintas localidades; yeso mismo
atrajo sobre los moderados un odio profundo, la animadversion uni-
versal.


El 18 de agosto de 1845, amanecieron en Madrid cerradas todas
las tiendas.


Ese acto de resistencia, único que el pueblo privado de todo de-
recho y de toda representacion podia hacer, para castigar el orgu-
llo de aquellas gentes; pste acto de noble y digna oposicion pasiva
á los planes del moderantismo. que revelaba al propio tiempo que
la dignidad del pueblo, su cordura y su actitud para defender SU8
derechos, fué considerado como un acto de rebelion, y el gobiprno
y las autoridldes todas se lanzaron á púrffa en una pendiente muy
resbaladiza, fiando á la fuerza la persuasion de las bondades y ex-
celencias del sistema tributario.


Desde las primeras horas de la mallana, y á pesar de la actitud
pacifica de los curiosos paseantes, que no teniendo que hacer recor-
rian las calles, la autoridad desplegó un lujo de precauciones míli-
tares, que senaJaba como día de batalla, aquel que don Alejandro




DIL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA. 655
debia señalar como de regocijo, por la grande y atrevida reforma
que planteaba.


A cosa de las ocho y media el capilan general don Fernando Cór-
doba con una numerosa escolta se dirigió á la Puerta del Sol, ba-
jando por la calle de Alcalá, donde al ver su aspecto amenazador,
algunos grupos gritaron: «Viva la libertad.»


Como por aquellos tiempos se considerabl subversivo todo grito,
auaque fuera el de «viva la Reina constitucional,» el general Cór-
doba respnndió á aquel salüdo, mandando formar la guardia del
Principal, é impidiendo la circulacion por dicho punto.


Desde ese momento ya comenzó la alarma, y las gentes se pre-
guntabln atónitas:¿Qué ocurre? ¿qU€ significan esas arbitrarias pre-
venciones?


Las tropas salieron de sus cuarteles: en cada esquina habia UD
pe}nton: tomaron las túrres y muchas casas los soldados, y en la
Puerta áel Sol se colucaron canones.


A eso de las düs de la tarde se fijó un bando, firmado por don
Ferrnin A.rteta, en que se prevenia que en término de tres horas
quedaspD abiertas todas las tiendas de géneros de beber y arder,
bajri penas rigurosísimas.


y poco tiempo despues, el mismo jefe poHtico, al frente de la
guardia civil, paseó las calles promulgando el bando, y haciendo
abrir in continellti por la fuerza, las lonjas, los almacenes, carnice-
rías, etc. etc., sio que esta disposicion atentatoria, esa violacion dal
domicilio y del derecbo, bailase en ninguna parte el castigo y la res-
puesta que merecía. En las plazas del Progreso y de San lIdefonso
se dió el escándalo de penetrar como ~andidos por las ventanas los
guardias, y bajar despues haciendo saltar con sus CUlatas las cer-
raduras.


Mas de sesenta comerciantes fueron presos en aquella tarde, y las
tropas que ocupaban las calles, no solo impedian el paso, sillo que
sin provocacion alguna, rrpartian bayonetazos y golpes á Jos iner-
mes ciudadanos, que por sus quehaceres ó por solazarse iban tran-
quilamente por las calles.


Horrible y sangriento episodio de la situacion, que debia tener aun
mas funestos y repugnantes resultados.




656 HISTORIA DEL RilNADO


VI.


En aquel lúgubre paseo del selior Arteta, que marchaba insultan-
te y provocador entre aquella falange de sicarios, y rodeado tam-
bien por turbas de polizontes, hubo un incidente que podia consi-
derarse como una centésima protesta ante lo criminal de los actos
que la autoridad iba perpetrando, prendiendo á este, abriendo aque-
lla puerta y demás.


Al llegar á la calle de Toledo, una teja ó ladrillo rodó á los piés
del caballo del jefe poHtico.


Sin mas, los esbirros penetran en distintas casas, insultan á los
habitantes, buscan, registran, interrogan, reconocen y hallan un
desgraciado que balbucea, que no responde con entereza ...


Este es el culpable ...
¿El culpable de qué? dirá el lector.
No sabemos si hubo quien volviendo por la honra de este des-


graciado pueblo, quiso probar á don Fermin Arteta que los que ha-
bían resistido al intruso y los que habian presentado batalla en pri-
mero de setiembre de 18-10, DO debian ni podian ser impune y vi-


'llanamente atropellados y ultrajados por aquel medio. Pero lo cierto
es que allí prendieron con gran aparato, y despues de maltratarle
y golpearle, como á olros muchos, al desventurado Manuel Gil.


Hombre honrado y laborioso, aquella víctima rué llevada á la
presencia del gobernador, que en medio de la calle y con descom-
puestos ademanes lo denostó y le dirigió muchos improperios.


El consejo de guerra, que era el tribunal permanente en tiempo
de los moderados, se apoderó de aquel ciudadano, y en las prime-
ras horas del dia siguiente Madrid supo aterrado que UDa vez mas
iba á alzarse el patíbulo para matar á un inocente.


Con aquel aparato que despliegan siempre las autoridades sultá-
nicas; despues de haber hecho durante la noche innumerables pri-
siones; despues de haber violado el domicilio y haber llevado la cons-
ternacion y el desconsuelo á muchas familias; des pues de haber des-
trozado las leyes en todos sentidos, se condujo á un hombre á )a
muerte, rodeando de pompa y solemnidad aquella infame ejecucion.


¿Quiénes eran los conspiradores?
¿Dónde estaban los jefes de la sedicion?




DBL ULTIHO BORBON DE ESPAÑA.. 657
¿Dónde estaba la libertad, dónde los derechos que el individuo


practica en la sociedad?
¿Qué cuestion politica ponia en disidencia á los altos poderes con


la mullitud~ Un punado de oro que los mandarines necesitaban para
sus orgías y que pretendia arrancarse á toda costa de las arcas y
del bolsillo da los desgraciados.


¿Babia entonces la excusa de los revolucionarios y de las gentes
perdidas?


-- ._-------




CAPíTULO LXXV1U·


SUMARIO.


Ingratitud de Isabel y responsabilidad de Cristina en los males que agobiaban la ll!-
paña en ar¡ueIla época de los moderados.-Fracciones de este partido.-Celehri-
dad de llalmes.-Proyeclo de casar á la Reina con el conde de MOlltemolin.-Ka-
nifiesto de este.-Reforma universitaria.


I.


No se nos creerá tan cándidos que vayamos á negar rotunda-
mente que la revolucion ceja¡¡;e un solo momento, á pesar de talel
contrariedades COIDO sobre ella habian venido pesando, por la tor-
peza de los que se llamaban liberales, y la ambicion desbordada de
esas cuadrillas de salteadores políticos que con UDa bandera y una
excusa se lanzan en medio de la politica para fascinar á las muche-
dumbres, pero con el único fin de hacer presa, y COD el darlado pro-
pósito de ocasionar victimas.


Esa clase de bandoleros que buscan aventuras y viven explotando
la credulidad ajena, hallan en la monarqufa un poderoso apoyo, la
sirven como agen~es é instrumentos y la explotan con habilidad.


Fernando VII habia subido al trono sobre montones de cadáve-
res; Isabel desde nirla habia tenido sus piés en un lago de sangre.
Ambos habian despues pagado á los servidores leales con la horca y
el destiE:rro.


Pero Isabel era aun mas ingrata; ella lo debia todo al pueblo es-




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 659
paliol, no podia alegar ningun derecho anterior. Y sin embargo, ella
perseguia encarnizadamante no solo á aquenos que se oponían á. sus
caprichos, á sus designios torpes, á sus bastardas pasiones, sino
que creyéndose dueña de una manada de esclavos señalaba con el
dedo las victimas, como hace el ganadero que necesita algunos cuar-
tos para bacer un pago en medio de sus rebaftos.


Desde que babia sido declarada mayor de edad la hija de ]a mag-
nánima y eXCf~lsa Cristina, babia sembrado por todas partes el do-
lor, levantando en los indiferentes el odio á la dinastía.


Ni las asechanzas de Torrijos; ni los crueles martirios de Riego y
del Empecinado; ni las bárbaras proscripciones del 1 i Y del ~ 3 po-
dian compararse con los crímenes cometidos en esta época.


Aquella mujer, que todavía era una nina, seguia la ley del pro-
greso, porque esa familia, la familia de Borbon que huia del pro-
greso, seguia SU3 leyes. sin embargo, perfeccionando los suplicios,
haciendo cada vez mayor el catálogo de las victimas.


y Cristina estaba en España; y Cristina tenia influencia en pala":'
cio, y habia otros hombres, otras personalidades que ejercian en el
ánimo de la jóven Reina irresistible influjo, y que se hacian respon-
sables y solIdarios de esos crímenes y de esas infamias.


11.


En las épocas azarosas, los hombres procuran hacer que apa-
rezca su persona'idad con determinados caractéres, segun el propó-
sito que llevan; pero los moderados, que son realmente MMles in-
teligenCiaS, reunen tambien en alto grado la doblez y la hipocresía;
y como viven en el seno del escepticismo se aventuran con facilidad
y se pliegan dócilmente á todas las exigencias.


De aqui surge naturalmente un semillero de divergencias, cons-
tituyendo una serie de pandillas que se bacen entre sí una guerra
tan leal, aunque no tan sangrienta como á sus adversarios.


Por entonces bullian grandes ambiciones que era preciso conten-
tar. Y estos, aproximándose al dios de las batallas, al Marte con-
servador, al invicto de Ardoz. y aquellos buscando en el regazo de
la Madre de los españoles proteccion y amparo; los demás allá ma-
quinando en esta ó en aquella embajada como muiíidores matrimo-




660 mSTORIA DEL REINADO
niales, todos buscaban la riqueza, los honores, el poder, el fausto
y los goces.


Los Salamancas, los Gavirias, los Sevillanos, los Carriquiris, se
disponian á explotar en las evoluciones de la Hacienda espanola las
grandes elucubraciones de los rentistas.


Salamanca venia preparándose desde algun tiempo para ser émulo
de Mendizábal. Y se observaba el fenómeno muy curioso de que los
ministeriales de un ministro solian ser los mas encarnizados oposi-
tores de otros ministros; y que los que aceptaban la politica gene-
ral del ministerio solian ser decididos enemigos de las personas que
lo componian.


En resúmen, aquella situacion era una de esas esfinges misterio-
sas, uno de esos impenetrables arcanos con cuya clave podemos dar
difícilmente; y respondía el partido conservador á todas las necesi-
dades, á todas las exigencias, se prestaba á todas las fases de la
cuestiono


Habia la fraccion Viluma, la fraccíon Nocedal, hijo, la fraccion
Mayans, la fraccion Mou y Pidal, la fraccion Sartorius, la fraccion
Salamanca, la fraccion Posada, la fraccion Pacheco, la fraccion Ríos
Rosas, la fraccion Noceda], padre. Y dentro del partido moderado
habia partidarios de la Constitueion del 87, de la milicia nacional,


. de la Constitucion del 45, del Estatuto y del manifiesto de Zea Ber-
mudez, por manera que era el partido constitucional por excelencia.


III.


Isabel se hallaba bajo este punto de vista perfectamente; sin salir
de aquel partido donde estaban sus amigos y los amigos de su ma-
dre, podía responder á todas las eventualidades, á todas las exigen-
cia!) de la opinion, á todos los juegos y equilibrios de la teoria del
gobierno representativo.


Asi las luchas parlamentarias existian,
La prensa conservadora monárquico-constitucional formaba un


delicioso conjunto, un bello ideal de oposicion y de ministerialismo;
y los demás partidos eran excrecencias que debian extirparso á toda
costa.


Así es que aquellas anomalías, aquel alejamiento sistemático.
aquella persecucion tenaz contra todo lo que no era perteneciente al




DEL ÚLTIMO BORBON DE ISPAÑA. 661
gran partIdo de la inteligencia, á esa entidad que pocos meses antes
no fenia ninguna condicion de vitalidad, era ya el poder absorbente
de España, y habia logrado hacerse tan universal que excluia todo
otro partiao legal.


La nueva Constitueion se habia prcmulgado en mayo de 18i5.
Igualmente se habia completado la red despótica de los narvaistas,
que dominaban sobre todas las fracciones, puesto que todas, excepto
aquellas que formaban ya el núcleo del puritanismo, contaban con
Narvaez como coo el foco y eje de la situacion inaugurada en las
playas de Valeneia, para hacer salir del trono en que le constituia
la asquerosa plebe.


Por aquel tiempo brilló con mueho ruido un filósofo extraviado,
el célebre Balmes, que no sabia en sus elucubraciones románticas
llegar á la inmensidad de lo verdadero sino por el camino que ha-
hían trazado el sombrío De Maistre y otros célebres escritores de la
escuela católica. No era la brillante imaginacion de Donoso Cortés
coo sus sorprendentes giros y estilo churrigueresco, sino el método
frio y circunspecto del anacoreta y del trapense. Era puro realismo;'
llero realismo inconcebible é impracticable. Era pura lógica; pero
lógica nacida en un error y sostenida con gran fuerza de &rgumen-
laeÍon por aquel dialéctico que con su linteflla medio apagada debía
haber hecho ver al partido dominante el abismo que con su con-
ducta y sus errores estaba abriendo.


IV.


Los demás partidos desalentados y dispersos por la metralla, por
las intrigas, por el castigo violento de que eran objeto por parle de
la hueste Cristina, procuraban, claro es, buscaren las armas el me-
dio de abrirse paso y de hacerse .atender,por la que ocupaba el trono.


La revolucion ganaba en solidez, crecia ante el espectáculo gue
daban aquellas gentes.


y unos y otros, los hombres que pertenecian al antiguo partido
progresista en todas sus fracciones, y los que afirmaban que era in-
compatible el trono con la libertad, ~provechab.an los iocidentes di-
versos que producian descontento y animadversioo hácia el gobierno
para implantar sus ideas y sustituir á aqQeUa langosta devastadora
que habia caido sobre el pais para devorar el presupuesto. Pero esto


TOMO 11. 8i




66! HISTORIA DEL REiNADO
no quiere decir que en los sucesos de que hemos hablado y que ocur-
rieron al plantearse el sistema tributario tuvieran los partidos mas
parlicipacion que la que necesariamente tenian como agrupaciones
vivas y activas en el seno del pais.


y cuando el gobierno en la capital se atrevia á arrostrar las con-
secuencias de planteamiento de su sistema tributario; cuando no le
arredraba la inmensa responsabilidad de negarse á las justas exi-
gencias de un pueblo entero que rechazaba su sistema, claro yevi-
dente era que tenia formado el propósito de continuar ejerciendo la
dictadura, y de llevar al pais á todo trance á las mas lamentables si-
tuaciones, antes de consentir que otros hombres y otros sistemas vi·
nieran á ensayarse.


Despues de haber reformado el código fundamental contra la opi-
nion de alguna fraccion que no creian decoroso y digno abrir un
periodo constituyente, aquel ministerio se decidia á sostener y con-
tinuar el periodo de las ilegalidades y de la fuerza para resolver
con tan elevado criterio todas las dificultades.


v.


Mucho se agitaban los partidarios de don Carlos; y mientras bus-
caban algunos de los mas fieles tradicionalistas resolver la cúestion
en el terreno de las armas, la falange de los contemporizadores bus-
cando apoyo en la intriga}' en la diplomacia, pretendían llegar á
un avenimiento á la definitiva recoDciliacion de los españoles, que
tal era la forma (}on que se presenta.ba el negocio para no hacerse
hostiles á tos partidos.


Agitábase con mucho empelio el proyecto de casar á la jóven so-
berana con su primo el conde de Montemolin, que era aspirante dig-
no por cierto de aquella man:) manchada con sangre, de aquel
eorazon dispuesto á imitar las veleidades de Maria Luisa.


A mediados de mayo y con todas las formalidades y aparato que
la farsa requeria, el desterrado de Bourges, aquel que habia soste-
nido una guerra mortífera sumiendo á la España en la miseria,
aquel hermano de Fernando que se habia sublevado contra la vo ..
lunlad del pais y contra las determinaciones de su hermano defen-
diendo lo que llamaba sus d~rechog, venia á renunciarlos en el con-
de de Mon!flmolin.




.DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA.. 668
Este aceptó con toda la prosopopeya y formalidad que el caso re-


queria los derechos á un trono que se habia hundido en 1808 y que
eJ pueblo habia levantado por su voluntad, pero al cual nadie podia
alegar mas derecho que el tie la eleccion de los ciudadanos.


Que esta eleccion no era á su favor bien podia reconocerlo des-
pues del abrazo de Vergara.


En un manifiesto á los espalioles que publicó pocos dias des pues
desplegando una nueva bandera, decia asi:


«Durante los vaivenes de la revolucion, se han realizado mudan-
zas trascendentales en la organizacion social y política de Espana;
algunas de ellas las he deplorado ciertamente como cumple á un
prfncipe religioso yespañúl; pero se engañan los que me conside-
ran ignorante de la verdadera situacion <!e las cosas y con designios
de intt'ntar Jo imposible. Sé muy bien que el mejor medio de e\"itar
]a repeticion de las revoluciones no es el empeñarse en destruir
cuanto ellas han Itlvantado, ni en levantar lo que ellas han destrui-
do. ] usticia sin violencias, reparacion sin reacciones, prudente y .
equitativa trallsaccion enlre todos los intereses, aprovechar lo mu-
cho bueno que nos legaron nuestros mayores sin contrarestar el
esríritu ee la época en Jo que encierra de saludable, bé aqut mi po-
lítica. Hay en la familia real una cuestion que, nacida á fines del
reinado de mi augusto tio el selior don Fernando VII (Q. S. G. G.),
provocó la guerra civil. Yo no puedo olvidarme de la dignidad de
mi persona y de los intereses de mi augusta familia; pero desde
luego os afeguro, espal1oles, que no dependerá de I!lf si esta divi-
sion que lamento no se termina para siempre. No bay. sacrificio com-
patible coo mi decoro y mi conciencia á que no me halle dispuesto
para dar fin á las discordias civiles y a~elerar la reconciliacion de la
real familia.. Os bablo, espatioles, con todas las veras de mi corazon;
no deseo presentarme entre vosotros apellidando guerra, sino paz, y
seria para mi altamente doloroso el verme jamás precisado á des-
viarme de esta línea de conducta. En todo caso cuento con vuestra
cordura, con vuestro amor á la real familia y con el auxilio de la
Providencia. JI)


VI.


La educaeion es )a base de la sociedad, puesto que desenvuelve




664 HISTORIA DEL REIH!D()
las facultades productoras, la fuerza, la inteligencia y el sentimiento
que el se't trae en gérmen y que se vivifican, extienden, regularizan
y acomodan l\ fas leyes, usos y costumbres de la sociedad.


y en Espafia despues de cuarenta afios de innovaciones y discor-
dias políticas, nadie se acordaba de plantear ante las nuevas ~ne­
raciones la idea del progreso para que acomodasen su criterio á las
nuevas necesidades.


Habian pasado por el podét sucesivamente todos los parlidos,
todas las fracciones, todas las entidades, y la juventud no podia
dárse cuenta de quiénes eran sus amigos,quiénes sus enemigos, quié-
nes sus contrarios, quiénes los enemigos del progreso y de las re-
formas.


En 18!7 se habian abierto las escuelas de tauromaquia al pro-
pio tiempo que se cerraban las universidades. Y desde entonces,
¿por qué no hémós de decirlo? si bien se habian hecho algunos pro-
gresos, si bien se habian abierto algunas carreras, no tenia la ju-
ventud una guia, no podia hallar un criterio que la sirviese para
desenvolver con acierto y provecho propio y de la sociedad las ap-
titudes que la naturaleza le habia proporcionado.


¿En qué habian pensado los revolucionarios que no habían (or-
jado un plan breve y sencillo para asegurar mas y mas las conquis·


. tas de la re'Vólucionf ¿No comprendian que era dejar en poder del
enemigo un arma poderosa, puesto que merced á ella podia falsear-
se el espiritu que presidia á la época, haciendo de los jóvenes gene-
rosos siempre y siempre expansivos seres degradados, envilecidos
y falsos, ambiciosos, charlatanes y escépticos?


El partido moderado comprendió perfectamente la cuestion, y ha-
ciendo atrevido un plan completo, ya que estaba facultado para or-
ganizar el pais, amoldó á su capricho la generacion nueva supedi-
tando al Dios Exito y al Becerro de Oro aquella multitud de inteli-
gencias que buscaba impresiones, que deseaba verse emancipada
de las preocupaciones y de la ignorancia; y aquel plan funesto re-
tocado y remendado en muchas ocasiones ha sido perjudicial en su-
mo grado.


VII.


Tambien era importada del extranjero la reforma universitaria.




DEL IlLTDlO BORBON DE EsnifA. 665
Tambien nuestra juventud debia sujetarse al molde estrecho de


los doctrinarios franceses, y el eclecticismo, esa escuela irrisoria que
queria aplicar á las ciencias el sistema de transacciones y perpleji-
dades haciendo posible que alguno pudiera sefialar como un adelan-
to que dos y dos no hacen cuatro sino tres; el eclecticismo iba á es-
parcir en los centros sus errores y sus torpezas.


Quedaba abandonada la ensefianza histórica; adoptábase la en-
sefianza racional; pero faltos de profesores los jóvenes iban á verse
envueltos en el caos sin tener á quien dirigir una consulta.


Si hubieran tenido conciencia; sí hubieran deseado el acierto, hu-
bieran formulado un plan completo; pero lo hubieran aplicado gra-
dualmente, y desenvolviéndose con seguridad hubiera servido de ro-
busta base á aquel plantel de jóvenes que hubieran ido formándose.


A la sencillez rutinaria ó á la sencilla rutina del dómine que ense-
liaba francés y al propio tiempo la historia antigua, se sustituía
nn caos de doctrinas heterogéneas abstractas unas y otras positivas,
pero todas formando un conjunto tal que debian aburrir al nirIo y .
detenerle en la marcha progresiva de sus estudios.Porque el que to-
do quiere saberlo ]0 ignora todo, y wlo tiene en la mente vagas y
confusas ideas, sombría mezcolanza de encontradas teorias que abru-
man la inteligencia.


Así hacen los moderados; asi obran siempre, y cuando tocan UDa
euesUon, cuando debieran resolverla, lo que haeen es impedir é im-
posibilitar su formal aplicacíon.




CAP1TULO LXXIX,


SUMARIO.


influencias diversas sobre el proyectado enlace de Isabel.-Intrigas borhónicas.-Te-
nacidad de Narvaez.-Documentos de la familia del infante don :Francisco.


1.


Puesto que los partidos en sus agitaciones de aqueUos dias solo
parecian tener uc interés, el de preparar un enlace que les propor-
cionara influencias sobre la Reina, vamos á extractar algunas carlas
y entre ellas los siguientes párrafos del embajador de Francia al
ministro de Negocios extranjeros de su pais. Son de setiembre
de 1841 .


• Conservo, de conformidad con vuestros deseos, buenas relaciones
con la familia del infante don Francisco, aunque estoy muy persua-
dido de que ni él ni sus hijos pesan para nada en la balanza. mti-
mamente me recibió el duque de Cádiz con Jos brazos abiertos y
haciéndome alg'lnas insinuaciones, de vez en cuando envió á mi
esposa á ver á las infantas, las cuales le han tomado carillo, y cuya
aya, la senora de Arana, es amiga suya, etc.


«P. D. Ha llegado en posta M. de Varennes con direccion á Lisboa
y me ha confirmado la noticia del próximo enlace del duque de Au-
maleo Dirijo todos mis votos á la felicidad de los hijos de nuestro




DIL ULTUHO BORBON DI ESPÁÑA. 667
rey. Este suceso dará alas en España' á los partidarios del principe
de Coburgo y apartará de nosotros á algunos que lo son de los nues-
tros. Las brillantes proezas de monsenor el principe de Joinville han
aumentado mas y mas la popularidad y el prestigio de nuestros prin-
cipes. Para refrenar las intrigas anglo-belgas queda todavia monse-
lior el duque de Montpensier, y S. A. R. tlene todas las cualidades
necesarias á este fin. Natural era que las primeras esperanzas de
nuestros amigos se cifrasen en el duque de Aumale que se acreditó
¡¡iendo tan jóven de una manera tan brillante. Con su nombre esta-
ba yo seguro de derribar en pocas horas el edificio levan lado por
nuestros adversarios .•


Otra, dirigida ellO de noviembre al Borbon napolitano por Luis
FeJipe, encerraba estas frases:


aMi muy querido hermano y sobrino: Prontos á partir dos de mis
hijos para el sitio en que V. M. reside, quiero ante todo recomen-
darles á esa franca y sincera amistad de que tantas pruebas me ha·
beis dado.


»L1evan el encargo de hablaros detenidamente de mis opiniones
personales acerca de asuntos que son de grande importancia para
vuestra majestad y todos los suyos. Siento en extremo no poder ha-
cerlo en persona y de viva voz, reiterándoos la expresion de la sin-
cera amistad que os profeso.»


11.


Estos otros párrafos son de una carta de Cristina dirigida á Luis
Felipe en 15 de diciembre.


«La bondad con que V. M. me ha tratado siempre me anima á
presentarle mis respetos y felicitaciones con motivo del matrimonio
del duque de Aumale .


• Si mis deberes me retienen por abora junto á mis queridas hi-
jas, espero que una vez cumplido nuestro anhelo podré volar á don~e
estais para renovaros en persona la expresion de mis sentimientos.


»Tengo tambien que cumplir con otro deber, mi querido tio, yes
el de participaros mi matrimonio con el duque de Rianzares. Creo
que ya lo sabreis por conducto de mi bondadosa tia la reina; pero
faItaria á mis deberes si nO,diese yo misma este paso.»




668 HISTORIA DIL RIINADO
Hé aqui otra carta de Luis Felipe á la reina de Jas Dos-Sicilias·


referente al mismo asunto:
~Debo deciros, mi muy querida hermana, que el mensaje que el


conde de Siracusa me ha traido en nombre del rey vuestro augusto
bijo. relativo al conde de Trápani, me ha causado tanta pena como
sorpresa. Ya sabeis que antes de proceder á nada, nos cercioramos,
no solo de vuestro consentimiento, el del rey y el suyo propio, SUiO
tambien de vuestra voluntad comun para que se llevase á cabo el
matrimonio de vuestro querido hijo con vuestra augusta nieta la
reina de Espai'ia; y justamente cuando hemos logrado, no sin ven-
cer hartos obstáculos, sino por el contrario, poniéndonos en evi-
dencia con tanta perseverancia como confianza en vos; justamente
cuando hemos logrado allanar todos esos obstáculos en Espai'ia, sur-
gen las vacilaciones por vuestra parte.


»Por cierto, querida hermana, que no puedo creer en la certeza
desemejante retractacion, y me complazco en confiar todavía en que
el rey vuestro hijo triunfe de todas las intrigas con que se pretende
hacer abortar una alianza tan preciosa para su casa como para la
prosperidad de Espafia, para la paz del mundo, y particularmente
para vuestra hija tan querida (y tan digna de serlo) la reina Cris-
tina, y sus amados hijos que tam bien lo son vuestros.»


111.


En esta algarabía borbónica; en ese tropel confuso de intrigas que
movian las pasiones desencadenadas; en esas cartas íntimas donde
solo reina la hipocresía procurando ocultar la verdad, se reflejaba
cuán débil estaba ya esa rama poderosa del trono y de la monar-
quía.


Elfos, los Borbones, se desacreditaban unos á otros, se odiaban
cordialmente y daban fuerza á las candidaturas que la Inglaterra
podia tener interés en favorecer.


Pero como una prueba palpable de la degradaeion de la raza y
de la ignorancia en que vivían semejantes gentes; como un nuevo
dato para juzgar los acontecimientos futuros, vamos á insertar aqui
una carta del coronel don Francisco de Asís de Borbon dirigida al
conde de Montemolin, su primo, en los momentos mas críticos en




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 66.
que se estaba ventilando la cuestion matrimeoial de Isabel y su her-
mana.


Decia aSÍ:
.Creo que poniendo los ojos en ti se ha dado UD gran paso á ]a


reconciliacion que debes desear ardientemente, sea como cristiano,
sea como principe. Conozco tambien que para llegar á tan feliz re-
sultado se exigirán de tu persona costosos sacrificios, y jamás, ni
como hombre ni como príncipe, te aconsejaré que consientas en co-
sas que pudieran mancillar tu nombre; pero no puedo menos de ha~·
certe observar que de ninguna manera debes dejar pasen ocasiones
que una vez perd:das no vuelven jamás ... Las circunstancias te fa-
vorecen hoy. Cuentas con tm poder que ningun ser humano te puede
quitar, y jamás se mirará como una humil!acion el que cedas á la
fuerza. Si resistes, si te empellas en conseguirlo tado, todo lo pier-
des, y nada extrallo ~eria que los que hoy te apoyan, al ver tu ·obs-
tinacion se vo/riesen hácia mí, cODsíderándome el primero despues
de tí. 6Qué baria yo entonces? 6perd~r esta coyuntura y d-ejar el.
puesto libre á un extranjero? Jamás me decidiré á obrar de ese modo.
Mientras mi querido primo, en quien reconozco derecho superiores á
los mio~, esté delante de mí, me mantendré tranquilo como ahora.
Pero si tu matrimonio viniera á hacerse imposible por las causas que
indico, creo que mi conciencia (no hablo de mi interés, porque un
trono nadJ. tiene de seductor) me manda, me obliga á no exponer la
España á UD nuevo conflicto ... Resignate á hacer un nuevo sacrifi-
cio costoso, en verdad, pero absolutamente necesario. En otro caso
no me acuses nunca de haberte quitado, si las circunstancias me lo
ofrecen, un puesto que tú hrlbrias abandonado y que no quisiera
ocupase otro mas que tú, á quien amo de todo corazon. XI


IV.


La carla que acabamos de copiar es uno de esos documentos que
justifican per rectamente la aversion que en los pueblos ha sabido
despertar esa raza envilecida.


y ese hombre mandaba fuerzas en el ejército español cuando se
atrevía, con menosprecio de los decretos de las cortes, con ingrati-
tud infame hácia la señora que le habia dado el ser t con una bajeza
inJigna de un villano, á reconocer los derechos y la autoridad de


TOMO 11. 81)




670 DISTORIA. DEL RilNA.DO
una familia que habia dado pruebas de cobardEa y torpeza hasta el
punto de verse abandonada por sus amigos mas íntimos.


Las frases que hemos subrayado son sin duda las que emplearia
un doctrino delante de sus superiores.


No huelen á cuartel, huelen á convento desde cien leguas.
y si la desgraciada Carlota hubiese podido figurarse que era tao


idiota y tan imbécil aquel á quien ella destinaba para uno de los dos
puestos inmediatos á la corona, seguro es que antes de permitir su
elevacion le hubiese hecho inscribir en el registro de los sicarios del
rey Bomba Fernando de Nápoles.


Ni los convenidos de Vergara que debian á sus príncipes respeto
y acatamiento hubieran puesto su firma al pié de unos párrafos en
que se hablaba con tal descortesía da una jóven que no dejaba de ser,
aunque Borbon, una mucbacha de quince años.


¿Quién seatreveria á ceder y regatear de esa manera tan indigna
á una polla de quince abri!es~


¿Qué chulo se atreveria á usar lenguajo semejante aunque se tra·
tara de una educanda del Modelo?


Lo gracioso es que el tal imbécil hablase de e~{poner la España á
nuevos conflictos.


Conflictos, porque Montemolin excluido por una ley hech3. en coro
o tes y ratificada al discutirse la Constitucion de 18,i5 por los mismos


moderados, no quisiera quebrantar esª, ley.
¿Dónde residía don Francisco, y cómo habia olvidado los disgus.


tos y sinsabores de su madre?
¿Sabia el coronel las obligaciones que le imponian sus juramen-


tos? 60 era acaso que consideraba superiores sus deberes como cris·
tiano á los deberes que como militar le imponía su patria?


Difícil es resolver si era todo esto iniquidad ó condicion de imbé-
cil; pero como quiera que sea, es cierto que no podia negar el apee
llido que llevaba.


Si Carlota por ambicion babia podido transigir y aun aceptar de
corazon )a alianza con el liberalismo; si habia podido sostener du-
rante muchos ailos el papel de constitucional, todos los demás Dor-
bones de España podían ser mas Ó menos corrompido~; podian te-
ner mas ó menos valor para perjuJicars3 unos á otros, pero lodos
ellos rendían al fraile inmundo y á la astuta monja un culto verda-
deramente satánico.




DEL ULTIMO BORBON DE .sPAiA. 6'71


v.


En todas las intrigas matrimoniales figuraban los obispos, Jos cu-
ras y las monjas.


El palacio de Isabel estaba rodeado de canalla trailesea. De allí
partian las intrigas segun las direr~ntes afinidades de religion. Por-
que las 6rdenes monásticas forman espíritu corporativo; y asf como
tienen un santo patrono, buscan en lo temporal patronos mas ó me-
nos santos que los defiendan, los protejan, y distribuyan á la 6rden
mercedes, beneficios y riquezas.


Las cábalas aconsejaban distinta conducta á cada uno de los go-
biernos.


El fra!lcés babia deseado hacer pasar dos de sus bijos como pre-
tendientes á la mano de ambas princesas españolas. Viendo la im-
posibilidad de conseguirlo, y segun resulta de los trozos de las cartas·
que hemos publicado, pensó en contraer un enlace con los Borbones
napolitanos, preparando para Trápani el matrimonio con Isabel y
dejando á Montpensier la mano de Luisa Fernanda.


La Joglatf~rra por su parle queria llevar un Coburgo al alcázar
de Madrid; y entre los partidos españoles muchos liberales fluctua-
ban entre la candidatura inglesa, la de los hijos del infante don
Francisco, colocando á Enrique en primer término, y una combina-
cion que pudiese dar por resultado la reconstitucion de la peninsula
confundiendo eo un solo pueblo á iberos y lusitanos.


Esta:; eran las combinaciones dipbmáticas, y las potencias, mas ó
menos mancbadas del espíritu revolucionario, buscaban soluciones
para contener el predominio de Iiberalism~ y dar á la libertad mas
garanlias, cada cual segun su punto de vista.


VI.


El partido progresista, eliminado por completo de las regiones
oficiales, se hallaba en una situacion excepcional. Acusado constan-
temente como irreverente y contrario al trono, veis crecer á la jóven
princesa, y con su desarrollo los odios, las anüpatias, la anim.ad-
version en el regio alcázar.




6 '1! 1llSTORIA DEL RK1NADO
y esto sucedia cuando se colmaba de favores al folletinista del


6uirigag y se hacia teatro de escándalos y de orGías el palacio, que
desprestigiaban y hacian perder la dignidad á sus habitadoras. Y
como la Francia habia manifestado terminantemente que jamá~ con-
sentiria que la Reina de España casara con otro que no fuera Bor-
bon, se disgustaron los que andaban empeliados en la gestion ma-
trimonial.


Yel moderantismo á las demás causas de division vino á agregar
otra nueva que por cierto debía producir importantes: resultados.


Narvaez, que transigía perfectamente con todo á trueque de man-
tenerse en el poder, no supa ó no quiso consentir que se le impusie-
ran ciertas y determinadas condic:ones. Halagado por las fracciones,
dueño del ejército y ministro, no pudo soportar q3e los proyectos de
Cristina y los de algunos moderados coolrariasen Jos suyos, y resuel-
to á imponer s~ voluntad antes que á dejarse dominar, se fijó en
sus planes por mas que comprendiera la gravedad de su posiciono


Muchos, muchos incidentes, muchos detalles pudieran referirse
8JerCa de esa gravisima cuestion de los matrimonios. Y así como
don Francisco tenia la condescendencia de ceder su parh~ en el bo-
tin á los enemigos personales del pueblo y de su madre, y goberna-
do por clérigos fanáticos no debia hacer m !Jcho honor á la milicia


'en cuya corporaeioI! estaba el infante don Enrique, siempre en bue-
nas relaciones con los progresistas, que á mano armada. aueque
encubiertamente, habian sostenido su candidatura, se creia. en el
caso de explicarse al espirar el afio 18i5.


VII.


y esta explicacion era dirigida á la prensa al periódico El Tiempo.
Dacia así:
«Cuando mi nombre vuelve A ser objeto de las indicaciones de la


imprenta, cuando se sei'Iala en público mi persona como digna del
mas alto honor que caberme pudiera, y de la dicha para mi eora-
Jon mas cumplida, temeria incurrir en la nota de iGgrato si guar-
dare por mas tiempo silencio sobre los sentimientos que me animan
por la felicidad, ]a gloria y la independencia de la nacion espaliola .


• Educado en medio de ]a desgracia y de las revueltas politicas, si
algo me han hecho aprender los sucesos con seguridad, es que los




DEL ULTIMO BaRBaN DI ISPAÑA. 673
principios no deben tener predileccion por nillguD partido, ni me-
nos adoptar sus intereses y sus resentimientos. Los que olvidan esta
IDhima causan á fa ~~cion muy graves daDos, se Jos hacen á sí
propios, comprometen la paz de los pueblos, y se exponen á perder
su prestigio y dignidad. Obedeciendo á esta conviccioD arraigada en
mi ánimo, he lamentado amargamente los estr agos de nuestras dis-
cordias, derramando lágrimas sinceras sobre la trágica suerte de
cuantos espai'ioles ilustres se habían hecho célebres por sus servi~
cíos al trono constitucional. porque los únicos que he aprendido á
conocer como enemigos, son aquellos fanáticos que despues de haber
defendido la causa de la usurpaeion y del despotismo en los campos
de Navarra, no destierran sus odiós ni abandonan sus sentimientos
patricidas.


IILos sacrificios que ha prodigado el pueblo aspafioI por sa1var la
causa de Isabelll y de las instituciones la afirman contra las ten-
tativas del oscurantismo, y las intrigas de aquellos que quisieran
parodiar el reinado de Carlos n. Ni los adelantos dd siglo, ni los'
grandes principios reconocidos por todos los pueblos cultos, ni la
digDWad de esta nacion magnánima, consienten ningun género de
retroceso en la carrera de nuestra regeneracion.


»Sea cual fuere la eleccion de mi augusta prima, yo seré el prime-
ro en acatarla, persuadido de que el priacipe que merezca su pre-
ferencia, estará completamente identificado en la gran causa de la
libertad y de la independencia espafiola que abracé con entusiasmo
sin límites desde mis primeros afios, por conviccic.n, por simpatías,
por e] ejemplo de mi familia, y de que no seré capaz de separarme
mientras me dure la vida.


»Desnudo de ambicioD, solo deseo la felicidad de mi patria, y don-
de quisra que ]a Providencia me destine á servirla, conservaré siem-
pre en mi corazon, como un recuerdo precioso, las muestras de
simpatías y aprecio con que me he visto favorecido.»




CAPITULO LXXX.


SUMARIO.


Consideraciones politicas, noticias y documentos sobre las intrigas y manejos que po-
nian en juego las cortes de Europa, y particularmente Luis Felipe, tocante al ma-
trimonio de la reina Isabel y la infanta su hermana.


1.
..


La cuestioll de los matrimonios espatloles llegó á ser durante mu-
chos anos una cuestion europ'la, porque iba á decidir, y así lo com-
prendian tados los gobiernos, el rumbo y I~ marcha de fos fuluros
aC(loteci mientos.


La revolucion europea, el gran movimiento de renovacion inicia-
do por la raza latina, se hallaba incompleto, paralizado desde que
un soldado audaz habia ahogado en sangre la República francesa.


Los valerosos hijos de Espana nohabian podido vencer en un dia
las espesas tinieblas sembradas por el despotismo teocrático duran-
te la larga noche en que habian naufragado las instituciones demo-
cráticas ql!e constituian su ser, su nacionalidad.


Poco á poco, empero, los errores, los abusos de la monarquía
constitucional habían llegado á presentar de realce las ficciones en
que se apoyaba, y la desatentada conducta de los doctrinarios fran-
ceses y espanoles habia venido á corroborar, á hacer necesaria é in-




DEL ÚLTlM& BORBON DI ESPAÑA. 675
minente la caida de los tronos votada por el pueblo francés al ex-
tinguir por mano del verdugo una existencia en la persona de
Luis XVI.


y reyes y pueblos, y lo pasado y lo porvenir abrian la campana
y aspiraban á la reconquista del predominio absoluto.


Por eso, y porque en Francia y en Espaíla, paises meridionales, se
temia que la conflagracion fuese mayor; por eso el decidido empeílo
de resolver con un criterio especial la ardua cuestion de Jos matri-
monios.


El sistema parlamentario, el gobierno de las clases medias aso-
ciadas á las clases aristocráticas no habia podido prosperar mas
que en Inglaterra, merced al carácter glacial y perseverante de la
raza aeglo-sajona y á la debilidad de los normandos.


El único ejemplo de UDa república democrática medianamente
constituida se hallaba tambien en otro pueblo de la misma raza.


y los germanos y los moscovitas, 'todas aquellas hordas que vi-
niendo de las regiones heladas habian ahogado en otros tiempos á .
Roma pagana y su civilizacion, se aprestaban de nuevo para el san-
griento combate que la civilizacion nueva, la civilizacion del gorro
frigio y de la marsellesa habia provocado.


Les con venia pues á todos tomar ventajosas posiciones para la
batalla: necesitaban aliados, y esto es lo que sjgnificaba aquel tejer
y destejer t aquella fabril agitacion de los mercarleres que procura-
ban bacer caer al punto donde les con venia la balanza del ficticio
equilibrio que se babia establecido.


11.


La rama de los Borbones habia sufrido en Francia el primero de
los rudos golpes que debian hacerla caer y desaparecer de la esce-
na política.


y el Borbon de la segunda rama queria estrechar la alianza, fun-
dir de nuevo todos los relofios para realizar una nueva cruzada y
tener la resistencia bastante para evitar el próximo cataclismo.


Pero los Borbones se hallaban indudablemante en completa deca-
dencia; y era inevitable su. ruina y su descrédito.


Hemos citado una carta de cada uno de los hijos de Carlota as-
pirantes á la mano de Isabel. El mayor, el coronel del regimiento




676 mSToRIA DEL REINADO
de caballeria de Espaí'ía tenia ]a torpe complacencia de dirigirse á
su primo en desgracia, alimentando quiméricas esperanzas que no
debian verse cumplidas. Trataba al mismo tiempo con tal desprecio
á su prima, que parecía no un rudo aldeano, sino un grosero inde-
coroso que pretendia herir con los desdenes y el sarcasmo.


En aquella carta no hay nada para la mujer de quien se trata, es
UD negocio que se propone á un miserable diciéndole: CII.YO pudiera
contraer esa alianza; se me ha propuesto, ahi tienes la muchacha,
gobiérnate COD ella, y acaso serás feliz porque tomarás su dote, que
por otra parte era realmente tuyo, si ella no te hubiese despojado
violentamente.


Mas sagaces y mas dignos, como que no debiln pertenecer al gre-
mio frailesco, los consejeros de don Enrique dictaron una carta mas
galante y cariliosa. En ella siquiera se habla del corazon y se echan
de ver los buenos sentimientos.


Pero ni don Enrique ni don Francisco, ni progresistas ni mode-
rados, podían evitar que se derrumbase el trono espafiol en manos
de ]a raza borbónica; y por eso, cuantos esfuerzos se hacían eran
solo paliativos que no lograron ni aun siquiera retardar el golpe.


y antes que en España, aquellos que se creian seguros y traba-
jabail con ahinco para fortificarse mas y mas, anticiparon su ruina


. con aquella serie de intrigas que los malquistaron con poderosos
enemigos.


111.


lIé aquí algunos fragmentos de una carta de Saint-Aulaire que
refiere una conversacion interesante:


«Comencé pnr leer á lord Aberdeen algunas frases de vuestra
carta del 15, Y toda la del 14 al duque de Glucksberg. la cual me-
reció toda su aprobacion. Me dijo en seguida que en Paris se que-
jaban de Inglaterra con suma injusticia. Respondí que por vuestro
conducto nada sabia acerca de esto; pero que no extraliaria cual-
quier resentimiento en Francia, si fuera cierto «que lord Aberdeen
hubiese escrito á Viena y á otras partes para llamar la atencion de
aIgun gabinete sobre la ambicion de la Francia, y hacer que se de-
olarasen con tra el proyecto de matrimonio del duque de Aumale con
]a Reina de Espafia. Francamente, esta conducta me pareceria in-




DEL ULTIMO BOltBON DE ESPAÑA. 6'1
justilicable, des pues de la proposicion tantas veces reiterada, de
obrar de consuno con Inglaterra en la cuestion del matrimonio de la
Reina de España.»


«No hay en Inglaterra un hombre de Estado, me dijo, que no se
baIle convencido de que cuanto pasa hoy en Espai'1a es resultado
de los medios empleados para poner á un príncipe francés en el tro-
no, y cuando trato de combatir esta idea se me rien en mis barbas.
No puedo bumanarnente seguir con los brazos cruzados á vista de
un peligro que tan inminente parece á todos, y que entregaria á
Eurapa á los horrores de u~a guerra general.»


»A pesar de lo que aprecio vuestra ilustracion, mi querido lord
Aberdeen, no puedo creeros enteramente exen~.o de este pecado ori-
ginal. Pero no debeis olviJar, 8in embargo, que vos mismo fuisteis
quien rebusó las garantías que os ofrecíamos contra las probabili-
dades en favor del duque de Aumale. Estoy, pues, seguro Je que
no dpj~rei3 que nos acusen de haber maniobrado con arreglo á una
política artera y exclusiva.


lIINo dudeis, repuso lord Aberdeen, que cuando converso con otras'
personas, encarezco cuanto puedo todo lo que tienen de plausible
esas razones; pero me contestan que el enlace de la reina Isabel
con el duque de Cádiz es imposible, atendido el odio furioso que se
profesan la reina Cristina y su hermana. Seguramente que no igno-
rais esa imp)sibilidad, y cuando un fiasco completo la ponga de
manifiesto, entonces es cuando, segun dicen, presentareis seriamen-
te vuestro candidato.


»No co:nprelldo en verdad vuestro pensamiento. Quereis un prín-
cipe español, y dais por inadmisibles á los hijos de dO:l Carlos, y á
los de don Francisco de Paula. ¿Pretendei¡;; por ventura ir á bus-
car los Br)rbones á Italia?


»¿Por qué no? replicó lord Ab~rdeen precipitadamente; abi está,
por ejemplo, el conde de Aquila, de quien hablan en términos muy
favorables.


»Id spguro de que en todo este negocio de España no abrigo
ningun pensamieoto reservado. Me es indiferente la forma de go-
bierno que prevalezca: no reñIremos por eso. Y en cuanto al ma-
trimonio, quizá diría lo mismo sin excepcion alguna, si solo se tra-
tase de mí y d~~ mi opinion personal; pero no sucede asi, y cuanto
mas 10 miro, mas me convenzo de que el sefior dilque de Aumale
no subiria al tNOO de España, sino á costa de una guerra general.»


TOllO u. 86




678 HISTORIA DEL REINA.DO


IV.


Vemos, pues, que las canci1lerías trabajaban con asiduo deseo en
fomentar los intereses espaf1oles, y que tomaban gran empeño en
buscarnos Ja felicidad.


Luis Felipe, á pesar de: su avanzada edad y sus largos trabajos,
no quería ceder á nadie en actividad, y llevaba por si mismo el hilo
de las intrigas de aquel enmarañado laberinto de combinaciones.


Ni un solo dia podia apartar su mente de aquel gravísimo asun-
to; y los agasajos, las grandes cruces y las encomiendas, todo lo
que podía suavizar y humanizar y atraer, todo se: ponía en juego
para marchar por aquella vía de mutuas concesiones y: de ventajas
recíprocas.


Hé aquí algunos~párrafo(de una carta del rey ciudadano, dirigi-
da á Guizot:


«Porque be llegado á creer, que si por una parte es imposible
proceder mejor que h~mos procedido, nosotros en primer lug:lr, y
en segundo Bresson y Montebello, para lograr la realizacion del ma-
trimonio Trápani, por la otra es difícil hacer para que se frustre mas
gue han hecho mis augustos parientes; y es 10 peor que como á vos,
me plrece ya el tal proyecto tan impopular, que es posible que sea
impcsib!e, ó á 10 menos que no se efectúe sino arrostrando y vio-
lentando todo(los sentimientos españoles, y lanzándonos en gran-
des peligros para el porvenir. Estoy persuadido de que la misma
reina Cristina se ha~ asustado ya, y de que solo insiste en sus deseos
(que son muy débiles), por dos razon¡;s: primero, por su profunda
antipatía á to:1o lo que procede de su hermana, y luego porque no
se atreve, estando nosotros de por medio, á acogerse al Coburgo.
Creo tambien que la reina Cristina se ha dp.spopularizado tanto (y
lo siento, porque era digna de mejor suerte), que conoce ya que su
presencia en España mas perjudica que favorece al gobierno de su
hija, y que solo aguarda arreglar el matrimonio de esta para salir
de aquel pais, y venir á enterrarse en la calle de Courcelles con su
marido. Ir so then let it be Sffi. Pero nuestros intereses políticos y
nuestros deberes de conciencia nos mandan impedir, en cuanto de
nosotros dep€'nda, que al alejarse la reina Cristioa de Espafia y de
su hija, no baga ~ una especie de despedida de Afedea, que lo ponga




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 679
todo en combustion, y sea tan contraria á los d~seos de su corazon
como á lus cálculos de su mente.


»Paréceme, pues, que el punto principal es saber si el enlace con
el conde de Trápani seria ó no verdaderamente esa despedida de Me-
dea; y creo difícil, en la situacion en que nos encontramos, formar
sobre este particular una opinion positiva. D~bemos referirnos á los
mismos españoles, y no embarazar su peo ,amiento ni su eleccion,
con tal que se ejerza en la línea en cuyo favor nos hemos decidido.
Eatonce3 veremos si el matrimonio Trápani puede efectuarse libre-
mente; mas DO nos conviene asociarnos á nada de lo que los italia-
nos llaman prep&ten:a.»


v.


En esa misma carta, temiendo hallar resistencias insuperables
para el proyecto Trápani, bablaba de unir sus esfuerzos á los de.
los que ya reconocían peligros, é indicárselos á Cristina para que ce-
diendo en sus antipatías contra los hijos de Carlota casase á la Rei-
na con Enrique, duque de Sevilla.


Mr. Thiers no era muy afecto al matrimonio napolitano, y acusó
iiu titubear á la ex-gobernadora, diciendo que la reina Cristina bao
bia dejado crecer en su corazon un odio incalificable hácia los hijos
de su hermana, y que dominada por este trisle sentimiento, babia
ido á buscar en Nápoles al conde da Trápani para esposo de'su hija.


Como quiera que (uese, se descubre que Crístina tenia formada
firme resolucioD, y que por nada se desviaba de sus prJpósitos. Al
llegar á su noticia las palabras del antiguo ministro Tbiers, el se-
cretario particular del duque de Rianzares enderezó una filípica san·
grienta que puso á Luis Felipe en gran zozobra, creyendo que po-
drian abortar los planes que con tanto cuidado y sigilo venian ela-
borándose.


Estos pequei'ios incidentes dieron ocasioD á una serie de explica-
ciones, en que Luis Felipe declaraba qc.e no tenia nada de comun
con las opiniones de su antiguo ministro, y que extrai'iaba ver á los
amigos de Cristina tomar una actitud tan resuelta, hablando de las
conferencias de la reina Victoria como punto de partida del proyec-
to Trápani.


Luis Felipe escribió á su ministro Guizot, pidiéndole algonos da-




aso HISTORIA DEL REINADO
tos para convencer á Cristina de que ella desde muchos arios habia
fijado su atencion en la familia napolitana.


Hé aquí la carta en que Guizot resumia esos datos:
«En el verano de IS4,3 fué cuando effipezamos á trabajar confi-


denc:almente en Nápoles para obtener de aquel monarca el recono-
cimiento de la reina Isabel. En noviembre de 18i3 se decidió el rey
de Nápoles á acreditar un ministro en Madrid. El príncipe Carini
presentó sus credenciales el 1i de diciembre del mismo aDo.


»La reí na Cristina salió de Paris para Madrid el15 ó 16 de febre-
ro de 1844.


»Hasta esta manana no he podido recoger con exactitud estos
datos.


»Iré hoy mismo á ofrecer mis respetos al ¡orante don Enrique.
Ruego al rey me permita no ir á comer á Neuilly. Tengo dispuesta
una comida á la cual deseo no faltar, si el rey 10 consiente.»


VI.


El infaate dou Eorique gestionaba activamente para dar á Espa-
fía la felicidad que él no tenia, aspirando á la mano de su prima.


Ya hemos visto su célebre carta, y por consecuench de ella y por
creer que estaba en relaciones con los revolucionarios, pues siempre
don Enrique ha querido darse ínfulas de cúnspirador y hacerse po-
pulachero, bm~cando elementos en el ejército, habia sido dester-
rado de Espana;ocasionando á su padre hurto disgusto, porque este
babieca creía en las promesas de los modera.dos y en üJ apoy,) de los
progresistas.


Dirigióse á Luis Felipe el tio de Isabel para que procllrase en-
caminar á su bijo Enrique á una conducta mas sentada q1le le
diese en la corte e3pafíola mas fácil acceso y mejor recibimiento; y
Luis Felipe le contestó en estos términos:


«Hoy he r~cibido vuestra carta de 28 de julio. Vuestro bijo En-
rique salió esta misma manana para Bruselas, por el ferro-carril,
y por comig;jen te no he sido eabedor de vuestras paternAles int~m·
ciones sobre él bastante á tiempo para notificárselas antes de su
marcha. Llegó á París el martes 30 de junio en virtud del permis!l
de tres meses que, segun me dijo, se le ha concedido; vino á ver-
me aquella misma noche, y el miércoles comió conmigo en familia.




DIL ULTIMO BORBON DB IspÁÑA. 681
11 jueves y el viernes no le ví; y esta manan a se ba marchado. Han
sido vanos mis esfuerzos para detenerle y lograr que se quedara á
mi lIAdo basta que la Reina le permitiese volver á Espalia, y nada he
emitido en mis conversaciones COD él, para convencerle de que la
actitud que yo le indicaba, era la que mas le convenia en la situa-
cion en que se ha colocado. No lo he conseguido, sin embargo, é ig-
noro cuáles sean sus proyectos ulteriores.


»Mucho agradezco los sentimientos de adhesion (lue nuevamente
expresais en vuestra carta.»


Cristina al saber el cambio ministerial ocurrido en Inglaterra que
podia favorecer las esperanzas revolucionarias en Espalia, dió por
terminado el incidente Rubio y restableció la antigua armonia con el
gabinete francés.


En una conferencia, el representanta de Luis Felipe. dijo que este,
tomando en cuenta la gravedad de las circunstancias, se halJaba dis-
puesto, como testimonio de solicitud y amistad, á consentir que en
toda combinacion Borbon ocupase un puesto el duque de Montpen-
sier al lado del marido de la Reina, es decir, que los dos matrimo-
nios se declarasen á la par. Esta propuesta fué acogida perfecta-
mente por Cristina que se lisonjeaba todavía, como el duque de
Rianzares manifestó en una comida á que asistió á la embajada, de
que seria fácil presentar al mismo tiempo en Espatia haciendoles
eotrar juntos por Bayona ó Barcelona al conde de Trápani y al du-
que de Montpensier.


VIL


y en otra carta de Luis Felipe, ya de época muy adelantada, ha-
llamos lo siguiente:


.De1)emos indudablemente reservarnos, no solo en favor de Mon-
temoHo y Trápaoi, sino de todos los descendientes de Felipe V no
casados y casaderos. Conviene que usemos de un mismo lenguaje en
Madrid,' en Nápoles yen Londres. Ha sido tan leal y tan clara nues-
tra conducta, que de ella emana necesariamente esa conformidad de
lenguaje. Siempre y en todas partes hemos dicho que insistíamos en
un descendiente de Felipe V, sin singuna exclusion ni mas prefe-
rencia entre los príncipes de aquella familia, que la de Espalia y la
reina Isabel 11. Solo hemos secundado á Trápani por haberlo desea-




682 HlSTOltlA DEL RBINADO
do así la rein!l madre y la reinante; solo hemos sabido el cambio de
intenciones de la princesa respecto de Trápani (su hermano), por la
sorprendente carta publicada de su secretario, la euallenia el doble
objeto de hacer á Trápani imposible y de atribuirnos contra toda
verdad el cargo de haberle sostenido contra la voluntad de María
Cristina, y haberlo querid'1 imponer á su h,j'a y á Espaiia.


»Eso hay que deCIr en Nápoles, paia que se comprenda nuestra
verdaiera posicion y toda nuestra conducta. Cierto que pudiéramos
manifestar á aquel monarca, que sin su error de haber dejado á
Trápani en los jesuitas, de DO haberlo enviado á viajar aqui ó á
Africa, ó quizá mejor que en ninguna parle á Espana, cuando nin-
gun obstáculo lo impedia, á no ser su voluntad, no habria consegui-
do la parte adnrsa dar á dicho príncipe ese barniz desagradable,
aunque facticio, que tan impopular le hace en el dta; pero no
necesitamos acusar de nada de esto al rey de Nápoles; la desercion
de la reina Cristina y el golpe que ha dado á su candidatura con la
carta de Rubio son los que nos han privado de todos los medios de
sostenerla, quitando por consiguiente al rey de Nápoles todo dere-
cho á qUf'j:use de nosotros, porque en tal estado de cosas abracemos
la candidatura de los hijos de don Francisco de Paula.»




CAPl TilLO LXXXI·


SUMARIO.


Oposicion constitucional al ministerio Narvaez á fines de 18.i!L-Programa de Seijas
Lozano.-Resultados é inronvenientes del plan rentístico de Mon.-Discurso del
~enera) Serrano.


1.


Gravisimos sucesos se preparaban en España donde las fraccio-
nes moderadas luchando entre si para mantener el monopolio del
poder, dpjaban alguna esperanza en su misma obsecacioo, en la
intransigencia de Narvaez, en las maquinaciones de Cristina, á los
deseos de los revolucionarios y á su activídaJ, que no cejaba á pesar
de los peligros que por todas partes surgian.


Despues de ano y medio de desafueros sin que el congreso tuvie-
ra casi vida propia; despues de los atropellos de que habia sido víc-
tima la imprenta, apoderándose en su casa de los escritores y tras-
ladándolos en calesas hasta Cádiz, como sucedió á los sefíores Cor-
radí y Galvez CaDero, ya en los últimos dias de 1845 se abrió la
segunda legislatura de aquellas famosas cortes, que habían osado
poner sobre la Constitucion sus manos destrozándola con sus votos.


Por primera vez tuvo el ministerio que sufrir una verdadera opo-
sicion. Es verdad que ya habia presentado todo su programa y
que estaban funcionando toda el sistema de leyes ó decretos para
que habia recibido autorizacion.




684. HISTORIA DIJ. RIINADO
El señor Seijas Lozano en el congreso habia quedado encargado


como miembro de la oposicion conservadora de formular una cen-
sura razonada de los actos desatentados d61 gobierno.


Hé aqui cómo presentando voto particular al proyecto de conte3-
tacion al discurso de la corona se expresaba ese diputado:


c.El congreso ve con amargo dolor no restablecida todavi.a la
buena inteligetlcia que debe existir co::! la Santa Sede. Las explici-
tas manifestaciones del gobierno de V . .M., hechas en ]a anterior
legislatura, avivaron de tal modo las esperanzas de UDa inmediata
cODciliacion con el padre comun de los fieles, que la nacíon creyó
asegurado, si no verificado ya, tan fausto acont~cimiento. ¡Quiera
el cielo conceder al gobierno de V. M. mejor fortuna en ]a conti-
nuacion y término d.e estas negociaciones! El congreso espera que
en ellas se conciliarán nuestros deberes como católicos con las re-
galías de la corona, respetándose los derechos creados bajo la
garantía de las leyes.


»Las leyes orgánieas, promulgadas en virtud de la autorizaeion
concedida al gobierno de V. l\f., han principiado á producir su fru-
to. Dé) desear seria que al perfeccionar la obra de la adrni¡jstracion,
se encontrase medio de organizarla mas sencilla y económicamente.


»La enseñanza pública rec:amaba desde mucho tiempo há una re-
forma radical y completa. El gobierno d::l V. M. se ha ocupado de
este ramo importante, reconociendo en ella el valor que debe darse
al desarrollo intelectual del pais. El congreso, convencido de la ne-
cesidad de una enseñanza extensa á la par que sólida, de que se
extirpe la anarquía de las ideas para que acabe la de los hechos, y
de que se erija un profesorado digno de la nacion, espera que el
gobierno de V. M. meditará con detenimiento las mejoras que ne-
ccsit& este importantísimo ramo.


»Detenidas y profundamente meditadas deben ser las reformas en
la admimstracion de justicia. Sin embargo siéntense en la misma
necesidad apremiante, no difíciles de satisfacer. La publicacion del
Código penal asegurará la justicia de los fallos crim;nales y robus-
tecerá á la par la aecion regular del gobierno y las instituciones del
país. La reforma de los aranceles judiciales es urgente, si ha de ser
mas fácil y menos gravosa Id administracion de justicia.


»E! cocgreso ha oído de V. M. con respetuoso acataa:iento que en
los presupuestos se harán los alivios y mejoras que en el nuevo
plan de Ha0ienda han parecido desde luego necesarios. La situacion




DEL ULTIIIO BORBON DI ESPAÑA.. 685
del pais reclama economfas severas en los gasto~, igualdad y justi-
cia en Jns exacciones, regularidad y órden en Ja recaudacion y en la
inversion de los ingresos. Este es, senora, el voto de los diputados
eomo el de los pueblos, voto tanto mas atendible, cuanto que V. M.
ve á vuestros fieles súbditos llevar resignados cargas que no pue-
den soportar. El congreso espera confiadamente :que el gobierno de
V. M. propondrá á las Cortes todos los alivios y mejoras posibles,
no tan .solo los necesarios.»


JI.


El documento que vamos analizando, era juzgado por el Español
en estos términos:


«El trabajo del senor Seijas es de otra indole. La oposicinn acu-
sada de no tener principios opuestos á los del gabinete, y de que se
hace una guerra de intriga y de ambicio n , ha querido desde el prin- .
cipio de la legislatura trazar una profunda division entre sus indi-
viduos y el gabinete, oponer principios á principios, la conducta
seguida por el ministerio á lo que la oposicion hubiera aprobado, y
un sistema á otro sistema.


-Empezando por la política exterior y acabando por los arance-
les de los tribunales de Justicia, el sefior Seijas presenta un correc-
tivo ó una censura completa del sistema del gabinete. Comienza in-
dicando claramente que si el reconocimiento de las potencias extran-
jeras se ha dilatado, debe atribuirse á la politica poco franca y no
bien dirigida de! ministeri·o.


lOLas negociaciones con Roma ofrecen ocasion al autor del voto
particular de lanzar al gabinete el epigrama mas desapiadado y
cruel. Las leyes orgánicas, .el sistema tributario, el estado de las
comunicaciones intuiores, todo ofrece materia al autor para descar-
gar gol pes severos sob~e la política ministerial.


»Debemos, empero, ser justos y agradecidos para con el senor
Seijas, con motivo de la oportuna frase que ha intercalado en su
proyecto respecto al estado de la legislacion de imprenta. No 'hace
muchos dias dedicamos un artículo á recomendar la necesidad de
que esta se fijase y se pusiese al abrigo de arbitrarias interpretacio-
nes. El honor de los legisladores espanoles así lo exige, y todavía
conservamos la esperanza de que no se termine la legislatura, sin
To~!O II. 8'7




68'6 HISTORIA. DEL REINADO
que la mayorfa y la minoría reunid~s convengan'en una explica-
cioD cuando menos, que ponga bajo la salvaguardi( de:la fe del pai~
los ~agrados derechos de la libertad del pensamiento.»


111.


Por las líneas que acabamos de !razar, tanto como por los pár-
rafos que ya hemos copiado del programa de Seijas J.ozann, se ve
perfectamente que existia una oposicion bastante formal contra el
ministerio Narvaez.


El jefe de aquella situacion tenia enfrente una oposicion consti-
tucional, yen la. cámara real distintas camarillas que ponian en pe-
ligro su existencia, porque los intereses luchaban no ya respecto al
instante presente, sino á los fuluros acontecimientos que el matri-
monio de Isabel podia provoc3.r, dando ó quitando inlluenc;a á esta
ó á la otra imparcialidad.


Hé aqUl, pues, ahora otros párrafos importantes del proyecto de
contestacion de los oposicionistas que babian querido hacer un ver-
dadero programa, comb¡¡tienao una por una todas las tendencias de
aquel ministerio:


«Pero los presupuestos no son mas que parte de un todo, dirigi-
.da á satisfacer las necesidades del Estado, á llenar sus at.enciones,
y á asegurar la !egítima inversion de sus rentas é impuestos. La
presentacion de las cuentas á las corte~ es la que completa y regu-
lariza esta obra, realizando las bases de los gobiernos representati-
vos, satisfaciendo tam bien el precepto de ia ConstitucioD. El congre-
so coofia en que el gobierno de V. M. se apresurará á llenar una
obligacion tan importante.


»Lt)S males y perjuicios causado(por la ley d~ aranceles decre-
tada en 1841, son conocidos del gobierno de V. M., el cual se pro-
pone remediarlos. El congreso aguarda los proyectos que sobre el
particular le presente, esperando que se distingan por la prudencia
y por la resolucion que á la vez debe encontrar en materia de ta ~
mano interés. Del mismo modo aguarda las medidas que se enca-
minená robustecer el crédito y aumentar la riqueza pública.


,)Tiempo era ya de dotar al culto y al clero decorosa y definiti-
vamente. El pueblo esparlol 've con dolor profundo la situacion in-
cierta, precaria y deplorable de estos objetos sagrados, que lo son




DEL ULtiMO JWRBON DE ESPAÑA. 6S7
tambien de su predileccion. Consolador es, que el gobierno de V. M.
se aprestl~ á satisf&cer esta necesidad. cumpliendo un deber de jus-
ticia y el VGto unánime del pa.ís. Conveniente y aun necesario es
que el proyecto de dolacion contenga un pensamieutü de ulteriores
y fecundas consecuencias.


»El ~oogreso se dedicará con esmero á cuantos objetos someta el
gobierno de V. M, á su deliberacioD, y desearía. que entn ellos
ocupase un lugar preferente la ley, que reprimiendo los excesos de
la imprenta, asegure el ejercicio de este importante derecho. con-
aligoado en la Constitucion.


»)De esperar es, señora, que el solícito anhelo dJ V. M. por el bien
de sus reinos, y los justos deseos del congreso, encam~nad()s al mis·
mo fio, obtendrán el auxilio de la Providencia, sin el cual sun inú'
tiles todos los esfuerzos humanos. No es de temer, señJra, que nos
faite en la san'a causa que emprendemos de consulidar d trono, de
afirmar las instituciones, de reslablecer la paz y la calma en los
f~spiritus, y de hacer la Celiddad de todos los españoles. l)


IV.


El plan rentístico de Moo no habia dado los resultadas que es-
peraba su autor, y deseando centralizar mas y mas Jos fondos, ya
que en política erlo tan sencillo e! método de Narvaez, que asegura-
ba no poder gootlmar CJn las leyes y que era necesario el régimen
dictatori.il, hizo un con tratu declarando banquero al Banco español
de Sao Fernando, y cediéndole la administracion de todas las rentas;
cualquiera hilbiese podido creer que por este medio se iban á iatro·
dlieir grandes reformas, y no pequeña rebaja en los gastus de ofi-
cinas.


Pero nada de eso. Sin duda para mayor órden y mas escrupulosa
exactilll¡(j, las dependencias del ministerio de Hacienda seguian pe-
sando C¡JillO carga abrumadora sobre el contribuyente, mientras que
el Banco retiraba pingües beneficios en aquella negociacion .


.HIJtre las varias modificaciones del presupuesto se babia intro-
ducido una contribucion de inquilinatos. .


Como fundamento de esta contribucion, se decia, que habia ne-
cesidad de buscar el) algun signo exterior la riqueza de aquellos
individuos, que ya por tener 8U8 capitalc8 en paises extranjeros, ga




688 HISTORIA. DEL REINADO
por ,ro dedicarlos á n¡ngun ramo de induslna !I de comercio, gOlan,
,in embargo, de todos los heneficios, !I de toda la protecciotl del go-
bierno, sin contribuir de manerá alguna á 6U sostenimiento. Para ea·
los !I para otros que colocados por el género de su trabajo 11 de sus
eonocimtentos, ya en los grandes empleos públicos, ya en 0lr08 PU68-
lo, donde no les alcanzan las contribuciones ea:islenle8, propone el
gobierno una conlribucion de mquilinatos.


Estos considerandos eran bastante sofísticos. Solo aquel á quien
obligase la necesidad pagaria esta contribucion.


En Madrid por ejemplo hay un crecido número de personas que,
disfrutando treinta ó cuarenta mil reales de sueldo, Ó teniendo ren-
tas que les producen iguales ó mayores sumas, pagan por el alqui-
ler de su habitacion algo menos de tres mil reales, porque les gusta
vivir en los sitios retirados, donde las habitaciones cuestan poco; Ó
porque además de esa ventaja las encuentran alli mas espaciosas y
cómodas; al paso que otras personas de menores recursos prefieren
gastar un poco mas para vivir en los parajes céntricos de la po-
blacion.


Otras personas hay que, no teniendo familiá y poseyendo gran-
des recursos, habitan en un tercero ó cuarto piso, Y sobre todo esto
ie nota una anomalfa qne patentiza la falta de justicia proporcional


. en este impuesto. Para eximirse de él en Madrid bastaba pagar por
inquilinato un real menos de tres mil; y para pagar por toda esa
suma bastaba que un solo real excediera de eIJa. ¿Es así como de-
bian regularizarse las contribuciones? ¿Cuál era la materia impo-
nible?


A la Mvedad del tributo se unia la desigualdad con que afectaba
á las fortunas, en términos de que solo en Madrid se recaudarian mas
de los tres millones de reales que el gobierno babia presupuestado;
es decir, que el producto total se aproximaría á los quince millones
calculados antes para todo el reino.


y no se crea que la cuota impuesta á la renta de un edificio pe-
saria únicamente sobre su duel'io; en esto habia de suceder necesa-
riamente, que ese mismo duefto cargaría sobre el inquilino una parte
á lo menos de la cantidad que se le pidiera, por la razon tambíen
de analogía con el vendedor de un género que aumenta al precio en
que lo estima el derecho que por la venta se le exige. Cabalmente
por esta circunstancia, tan natural en el mecanismo de la economia
social, debia hacerse mas sensible la contribucion de inquilinatos en




DEL ULTiMO BORBON DI ESPAÑA. 689
el momento mismo en que los alquileres de las habitaciones habian
tenido bastante aumento.


El diez por ciento del importe de los alquileres es excesivo, y el
cuatro por ciento de la suma que producia el diez, sobre ser doble-
mente vejatorio, es en ciertos impuestos una redundancia oficinesca,
que solo servia para duplicar los asientos y complicar las cuentas.


v.


Mucho podriamos extendernos, si fuésemos examinando uno por
aDO los diversos capítulos de aquel gran libro, que Mon, sin duda,
ereia inmejorable, y que llamaba poderosamente la atencion de to-
dos, haciendo que las oposiciones pudieran fnndar por una manera
concreta y para todos inteligible la marcha absurda de aquel gabi-
nete.


En el senado, discutiéndose el párrafo referente á Hacienda, oeur-'
rió un incidente notable. Precisamente en ese dia, juró y tomó
asiento el general Serrano, aquel magno ministro universal que ha-
bia traído las cosas al estado en que se hallaban, y q"ue era cierta-
mente responsable de las desgracias de la patria; y no bien hubo
jurado, cuando pidió la palabra, ansioso de explicar su presencia
alli y acaso los misterios de su encumbramiento y las causas de su
ocultacion y oscuridad durante algunos meses.


Como quiere que fuese, Serrano se expresó en estos términos:
.Pero al oír decir á nuestro presidente que nosotros venimos aqui,


no á hostilizar al gobierno, sino á regularizar su marcha, sino á
darle ayuda, á darle fuerza, he creido que acabando de jurar, es-
taba en mi derecho y era mi obligacion conocer mis deberes, deberes
para mí muy sagrados .


• Seftores, necesito saber si he merecido á S. M. la reina dona
Isabel 11 el honrosísimo cargo de senador, para que venga aquf á
apoyar á todos los gobiernos, ó si S. M.la Reina, que yo adoro como
el mas sumiso de sus súbditos, me ha nombrado, para que venga
aqui á decir la verdad, toda la verdad, como la siento yo, senores,
en este corazon leal que late en mi pecho .


• Yo he creido que el selior presidente del senado ha estado com-
pletamente en desacuerdo con los principios parlamentarios y! que
ha dicho una herejfa poHtica, y he pensado que estaba en mi dere-




690 IUSTQRI! DEL ~r;~o
cho, repito, yen mi deber, saliendo aquí á la defensa de los prin-
cipios constitucionales: diré mas, no he venido aquí á hostilizar di-
recta y constantemente al gobierno en todas las ocasiones, he veni·
do á obrar con arreglo á mi conciencia, que creo que es pura, porque
ansio 10 mejor que pueda darse para mi pais, para el trono consti-
tucional de doiía Isabel H y para las instituciones liberales.


»Creo, pues, seiíores, que al venir aquí debo obrar de esta ma-
nera, aunque es una obligacion dura, durísima la que S. 1\1. me ha
impuesto de concurrir á este sitio á decir mi parecer, porque yo es-
taba infinitamen te mas tranquilo y corno debia estar, y no fuera de
mi sitio donde estoy hoy, porque pertenezco á una compalíía que
tiene muy pocos soldados ... ¿no es verdad? Sin embargo, señore3, he
tenido una satisfacciou en oir al señor ministro de Ilacienda rebatir
la idea sostenida por el seáor Isla Fernandez cuandJ con la-ala COll-
sideracion, respeto y veneración ha dado las gracias á los ministros
de S. M.


lllla hecho el señor marqués de l\firafiores una injusUcia á los pue-
bos' y yo salgo aquí á vind~carlos, no porque quiera hacerme po-
pular; inmenso trabajo seria para el general Serrano, para el hom-
bre del gobierno provisional hacerse popular otra vez; quizás Jo fuí
una vez, y quizás dejé de serIo por un desacierto ó por la conducta


. de muchos que ofrecieron una cosa é hicieron otra: que obraron de
distinta manera, 'de distinto modo de aquel á que se habian compro·
metido; pero sea como quiera, yo no aspiro á ser popular, sino á
hacer lo que mas convenga ai pais.


»¡,Y quién puede decir en est(época que no ha sido conspirador?
y los que se supone que fuera de aquf conspiran, ¿no serian fieles
si se les uejara venir? Sí, y mil veces sÍ, y si se les dejara ejercer
los derechos políticos, mucho mas todavia.


»Me parece oportuno decir que al apoyar la enmienda, b.a sido
mi ánimo hostilizar al gobierno, porque encuentro en ella un voto
de censura fuerte, y deseo que el señor ministro de Hacienda con
cuya amistad me honraba antes, no sé si ahora podré decir lo mis-
mo, con cuya amistad me honra, caiga de &\1. puesto con su sistema.
Por eso digo que doy mi voto á la enmienda.


»Yo que debo mi nombr~JIliento á S. M., creo que, los pueblos se
darán por satisfechos si se echa abajo el edificio, y quedan 11\$ 00-
s~ en su ser y estado, pero siQ diezmo y sin antjcitM>, y aqui t~o
que defender la memoria del ministro Ailron que en iU época DQ hi·




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 691
zo anticipo de ninguna esppcie, yeso que aquel ministerio no esta·
ba en la posicion en que se encuentra el actual.


»Concluyo diciendo que doy las gracias al señor ministro de Ha-
cienda por las explicaciones que ha dado por decoro de] senado;
mis deseos son que el sistema tributario sucumba ó se reforme com-
pletamente. debiendo añadir que he venido á este lugar á sostener
mis principios de templanza, moderacion y concordia .•





CAPíTULO LXXXU·


SUMARIO.


Artículos del Español sobre la cuestion matrimonial.-Escision que surgió entre la
mayoría del congreso o-Otro artículo del Español sobre un mensaje que dirigie-
ron á la Reina varios diputados o-Crisis ministerial.-I1umillacion de -¡\fono-Ex-
plicaciones que dió Narvaez.


I.


El ministerio era atacado implacablemente y parecia como si es-
tuviera votada y decidida su caída por todos sus enemigos.


En El Español del día ~ de enero de 1SU se leian estos pár-
rafos:


«El Castella1lo de antes de anoche contenia, un articulo bajo el epí-
grafe de Sobre el casamiento de S. M., en el que, ó nos equivoca-
mos mucho, ó se quiere empezar á preparar la (fpinion á que se re-
signe al resultado de las combinaciones que se agitan fuera del cir-
culo de las influencias legales capaces de expresar los sentimientos
del pueblo español, sobre la mas árdua y trascendental de las crisis
por que nos queda que pasar.


»Propónese este periódico demostrar, que la oposicion conserva-
dora ha elegido mal camino en la cuestion del matrimonio de la Rei-
na, é insinúa claramente, que hacen 10 que DO tienen derecho á ha-
cer, los que se muestran recelosos y asustados de las consecuencias




DEL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA. 693
probables de un enlace que repugna á la hidlJga altivez de los es-
pañoles.


»¿ y qué hará la oposicion conservadora, dice el Castellano, trasla-
dando su polémica de la prensa al seno de las cortes? "Interpelaria
á los ministros, para que exigiendo de la Reina la verdad de lo que
S. M. piensa soLre eleccion de esposo, diesen una pública satisfac-
cion sobre los sentimientos y la voluntad personalfsima de la au-
gusta jóveIl? ¿los interpelarían para que manifestasen todo cuanto
hubiese llegado á su conocimien to particular sobre el asunto?


»)Sia duda, continúa el Castellano, no se ha reflexionado bien so-
bre los deplorables resultados de la conducta que ha comenzado á
adoptar en la cuestion de matrimonio cierta fraecion del partido con-
servador. Mieülras no llegue la época, en que confórme á lo que la
CODstitucion previene, se anuncie en el seno de las cortes la volun-
tad de S. M., será arriesgado é inoportuno empeno dar á la cues-
lion de matrimr.nio ese giro que combatimos.


»! ningun lector desapasionado podrá caberle duda de que el Cas··
tellano a! ude á la boja del cGnde de Trápani, y menos duda le que-
dará todavía de que al expresarse en los términos que acabamos de
extractar, UGi:stro colega haya querido mostrarse hostil á dicha coro·
binacion, ni desagradable á los que la promueven.


»No rué este seguramente el sentido en que los hombres monár-
quicos, los que en su corazon y en su mente han unido la suerte de
la dinastía y la suerte de la nacion, votaron la modificacion del ar-
tículo constitucional.


»Creyeroü que el artículo reformado lo que hacia era sustituir al
consentim:ento, al permzso, á la au(orlzact"on de las cortes que exigia
la COl1stítuciún de 1837, la adhesion, el parahien, la sancion mora
de los representantes del pais, sin la cual todo hombre leal se hu-
biero estremecido de haber entregado desde aquel instante la mano
de nuestra querida Reina á las intrigas extranjeras y á la captacion
doméstica.


o Los que sostengan, pues, que la Reina puede y debe casarse sin
esperal' á que la opioion de las cortes le sea conocida sobre la elec-
cion de esposo, que á su inexperiencia inspiren influencias no res-
ponsables y extrañas á la gloria y á la felicidad del pais, esos se
declaran desde abora partidarios sostenedores y cómplices de la boda
napolitana, del matrimonio cuyas inmediatas consecuencias necesa-
riamente son:


TOMO n. 88




694 HISTORIA DEL R1UN!DO
»Debilitar el trono dándole por sosten á un nilio afeminado, que


será forzosamente el instrumento de los que le traigan á Espalia y
el complaciente de cuantas miras cuadren á sus protectores.


»Excluir de hecho de la sucesion á la corona á los principes de
ia dinastia reinante, convirtiendo en naturales enemigos de la Reina
y del pais á los que conservan derechos eventuales, y á quienes, si
bien haria plegar á su deber y á lo que exige el bien del reino, la
eleccion de un marido que aliadiese fuerza y esplendor al trono, la
de un príncipe napolitano, pobre, necesitado, sin prestigio, sin va-
lor, sin prendas personales, les inspiraria despecho y rabia, y los
colocaria, 6 pesar suyo, á la cabeza de todas las agitaciones que el
órden natural de los sucesos y el descontento pudieran producir .


• Colocar inmediato al trono un príncipe de gran nombre y calida-
des, un príncipe sostenido por el gobierno mas influyente y poderoso
respecto á Espafia: hab!amos del futuro esposo de la heredera de la
corona, del duque de Montpensier, destinado á la infanta dona Ma-
ria Luisa, príncipe cuyo establecimient~ constituye todo el interés
que la Francia toma en que la Reina se case con el conde de Trápani.
Dar á S. M. un marido, contra el que protestan en Espana todos los
sentimientos hidalgos del pais, y á su hermana y sucesora un prín-
cipe que reune todas las condiciones políticas y morales capaces de
"darnos un gran rey, ¿qué puede significar~ La lealtad de los espa-
noles lo ha comprendido; y como no quieren que la Reina amada, por
la que tanta sangre han derramado, sirva de and~mio para el en-
cumbramiento de quien necesita de dos matrimonios para alcanzar
los fines que no lograria con uno solo, hé aquí por qué repugna un
príncipe que vendria á debilitar y enflaquecer el trono en lugar de
aprestarle fuerza y valor.


»Pero las poderosas razones que se agolpan á la razon de todos
los buenos espafioles, amantes de su reina y de su patria, han resuel-
to ya la cuestion de los IDconvenientes y de los desastres que con-
sigo arrastra, el no decidir por consideraciones de interés público el
inmenso negocio del casamiento de la reina; crisis deeisiva y final
que ha de consolidar la paz y la prosperidad del reino, ó abrir la
puerta á nuevos desórdenes y calamidades, si el patriotismo, la pru-
dencia y la virtud no guian á los que mediata mente influyen en el
ánimo de S. M.»




DEL ULTIMO BORBON DE BSPAÑA. 695


11.


La guerra qu-a habia estallado entre los diferentes circulos del
partido conservador era como vemos inspirada por el distinto ca-
rácter que cada cual pretendia dar á ]a cuestion matrimonial.


El general Narvaez al defenderse de los cargos que la oposicion
le dirigia, hubo de tratar, entre otras cosas, del matrimonio regio,
manifestando que nada habia aun manifestado el gobierno ni la Reina
respecto al particular.


Pero la verdad es que el gobierno perseguia á ]a familia de don
Francisco, } que cuando se publicó la carta de don :Enrique que
dejamos inserta, existia ya el proyecto de llevar al jóven marino
á las remotas playas americanas á pretexto de atenciones del servi-
cio, mientras que el coronel su hermano recibiria una comision para
el extranjero y seria invitado el padre para recorrer las cortes de.
Italia.


El Español, periódico moderado de pura sangre, decia lo siguiente:
«Meses bace que se nos refirieron estas especiesl y nosotros, con-


siderándolas graves y de trascendencia, habíamos guardado reserva
acerca de ellas, para no promover inoportunamente una discusion
indiscreta. Seguiamos empero, con cuidado y ansiedad, la situacion
de la familia de S. A.. deseosos de no tomarla innecesariamente en
boca, pero persuadidos de que si respecto á ella se usaba de rigor
y se empleaba un ostracismo imprevisor y sanudo, seria negado el
momento para los hombres monárquicos de dirigir al trono y al
pais las observaciones que exigieran los respetos y las considera-
ciones debidos á personas de sangre real, cuyo sexo y eventuales
derechos á la corona les asignan un rango que la Reina es la pri-
mera interesada en hacer respetar.


exExistia y existe para nosotros algo de confuso y de anómalo en
la situacion que cabe actualmente á los infantes de Espana, sujetos
pór un lado á la rígida disciplina del régimen de familia, establecido
por las antiguas costumbres de palacio, y despojados por otra de
las preeminencias y honores de que disfrutaban bajo aquel régimen;
al paso que tambien se hallan privados de la libertad é independen-
cia de que en las monarquías constitucionales disfrutan los prfnci-
pes de la sangre.




696 HISTORIA DEL REINADO
»No querfamos promover este debate antes de tiempo; pero no


hubiéramos retrocedido ante sus dificultades, si alguna C1cdida in-
cons!derada reclamara la intervencion de la opinion pública sobre
este asunto; y desde luego hubiéramos considerado como arriesgado
y de mal efecto que toda la rama menor de la real familia se hubiera
alejado de Espana.»


III.


Entre los diputados de la mayoria surgió de repente una esci-
sion.


Como aquella asamblea estaba formada por una fOJa familia, la
feliz comunion moderada, los movimientos interiores DO sdian tener
gran importancia y trascendencia. Las ir,fluencias de l&\ personali-
dad, los consejJs de este ó el otro individuo, alguo obsequio ó apre·
ton de manos bastaban á veces para contener una tormenta.


Las cosas babian llegado, con todo esto, á un extremo, que los
ministeriales de estos ministros y los ministeriales de lo.'! otros y
los antiministeriales se descompadraron, y con ocasioD de las nego~
ciaciones que podemos lIalllRf de Trápani, se proyectó un mensaje


. á la Reina, concebido poco mas ó menos en estos términos:
«Intimamel1te convencidos los diputados que suscriben de que el


enlace de S. M. con S. A.. R. {·l condo da Trápani seria funesto al
país, á las instituciones y á la consolidacíon de la monarquía. se
comprometen á reunirse para numbrar una comision de su seno
que pase á conferenciar con los ministros de S. M. y exigirles for-
mal promesa de que no autorizarán ni aconsejarán el enlace pre-
citado .•


Esta proposicion estaba firmada por una porcion grande de miem-
J,>ros de la mayoría entre los cuales figuraban muchos altos funcio-
narios.


«Este suceso, decia el Español, relativo á la decision adoptada por
UDa parte considerable de la mayoría del congreso, de manifestar
al gobierno la alarma y la repugnancia COD que el país ob3erva los
ocultos, pero temibles progresos del arreglo del matrimonio de la
Reina con el conde Trápani, ha producido en el ánimo de los serio-
res ministros unaimprasion, que mas que otro sintoma alguno,
revela la verdadera y triste situacion á que hemos 113gado.




DEL ULTIMO BORBON DB ESPAÑA. 697
»La posicioD y calidad de los firmantes de la resolucion que tiene


por objeto uniformar la opinion de la mayoría del cüogreso, sobre
la cuestion que tiene en alarma á toda Espafía; la forma en extremo
suave que le han dado los sefiúres firmantes, y su conocido deseo,
de precaver al gobierno sobre el estado de la opinion dd pais, á fin
da evitarle dificultades y situaciones de conflicto; todo parecía in-
dicar que el gabinete tubiera recibido con reconocimiento y aprecio
UDa demostracion que partia de sus amigos, de amigos de quienes
no ha podido dudar, ó cuando menos que escuchariacon deferencia
una advertencia tan oportuna y procuraria arreglar su política á la
expresion del sentimiento de la mayoría.


»PCro lejos de esto, no cabe duda de que los ministros han sabido
con irriti;¡cion que los dipulad:ls de la mayoría tenían una opinion
prop;a y pensaban ba(:erla llegar á oidos del gobierno. Al nuevo
anu;:¡civ dl1 que Jos firmantes de la proposicion esta.ban en ánimo da
reuni rGe, los ministros han fulminado señales de anatema con tra sus
sDstenedores y apoyos, y cual si estv,s hubieran tratado de derribar-
los, han dado muestras de un encono, explical,le solo pur la supo-
sicinl] de que el consejo tIe ministros mire como un atar¡ue directo á
su política y á su sistema, las precauciones que los h,'mbrcs leales
toman para evitar al trono un desdoro y una humil1acion.


)A lJ. prohibicion dt! que ayer se habló, hecha por el gobierno, de
que se franquease un sa.lon en el edificio del congreso, para la reu-
nion que pensaban efectuar los firmantes; á las a~nenazas, ·pública.
mente proferidas, de destitucion contra los diputados empleadús que
estaban en ánimo de firmar la df!claraoion, se han seguido cosas
mas serias, hechos mas significativos,


»En un consejo de ministros celebrado anteanoche con motivo del
célebre documento que ya conoce en parte el público, se nos ase-
gura que e\ jefe del gabinete propuso las tres bases siguientes, que
parece fueron aceptadas de todo punto por sus compañeros:


»Primera .. Que si la mayoría persistiese en enviar una comision
para pedir seguridades conlra la candidatura Trápani, no se admi-
tiera, porque para nada se reconoce á los diputados fuera del con-
greso.


»Segunda. Que si se promoviese en este la discusion, el gobierno
se negará á entrar en ella, é invocará el estricto cumplimiento del
articulo constitucional.


»Tercera. Que si á pesar de esto continuase la discusion y se
adoptase una resolucion, se disolverán las cortes.




698 HISTORIA DEL REiNADO
.La gravedad de estas resoluciones no necesita comentarios .
• Si en efecto son ciertas, si se confirman, ellas pondrán fuera de


duda:
»1. o Que el gabinete rechaza toda inlervencion del pais en la im·


portante cuestion del matrimonio.
»!. o Que niega á los diputados de la nacion su incontestable de-


recho de aconsejar á la corona.
»3. o Que da claros indicios de que cuando menos no quiere soltar


prenda ninguna contra el matrimonio, que el pais, y nuestro partido
en particular, miran y con razon como una trama urdida contra la
libertad, la dignidad y hasta el patrimonio de S. M., no menos que
contra el honor, la independencia de la nacion.


»':&Que con semejante conducta, el ministerio desconoce y huella
los solemnes compromisos que contrajo al discutirse la reforma de
la Constitucion, cuando aseguró que la voz de las cortes seria o,da
M la cuest;on del matrimonio, g que el ministerio, como lalido de la
magorla, seguiría IUI mdicociones .


• 0. o Que negándose á escuchar la opinion del parlamento sobre
el matrimonio de la Reina, l' adoptando la resolucion de disolver el
congreso, si este, cumpliendo un deber sagrado, creyese deber ele-
var un mensaje á S. M., el gobierno camina á colocarnos Cuera de la
Constitucion, y á abrir un abismo de males que solo podrá conj urar
la mano de la Providencia y la dignidad y firmeza de los represen-
tantes del pais .


• Infinitas otras consideraciones se desprenden de la situacion en
que nos coloca la obstinacion y ceguedad de Jos ministros en sepa-
rarse en este negocio de la opinion unánime del pais. Pero el des-
envolverlas precipitadamente podria perjudicar á ~a calma y á la
claridad con que nos proponemos seguir tralando esta cuestion in-
mensa .


• Un hecho aflictivo resalta de ella: que el "gabinete que ejeroe la
representacion virtual de nuestro partido, se separa de él, cabal-
mente en el asunto en que el partido moderado expresa mas cum-
plidamente los intereses, las afecciones y los votos del pueblo es-
pano]. »




DEL ÚLTIMO BORBON DE ISP AM.


IV.


Natural era que la prensa toda se ocupara con emperio en esa
cuestiono


Todos los periódicos insinuaron uno y otro dia las evoluciones del
ministerio, y se llegó á temer que existian gravisimas disidencias y
aun que algunos ministros dirigian á los diputados que se mostra-
ban independientes despues de haber sido profundamente ministe-
riales.


y en efecto circulaban voces sobre discordias y desavenencias en-
tre Jos individuos del gabinete con ocasion del mensaje que algunos
diputados de la mayoría pensaban dirigir al gobierno para provocar
ciertas explicaciones concernientes al enlace de la reina con el conde
de Trápani, á quien la opinion general consideraba como el candi-
dato que trataba de imponer la Francia á la jóven Reina, contra el
voto de los buenos españoles. Decíase que el ministerio estaba di-
suelto; que dejarian la silla tres de los ministros y muy particular-
mente el de Hacienda; y que el conflicto suscitado en el congreso no
tenia solucion posible.


Algunos suponian que Mon era el principal autor de la idea de l
mensaje, y no faltaba quien aseguraba que solo quedaria en el ga-
binete el general Narvaez, bajo cuyos auspicios debía organizarse
un ministerio mas conforme á las miras de ciertos personajes rmas
dóciJ á las exigencias de la corte.


Bajo la impresion de estas noticias acudió un inmenso concurso á
las tribunas del congreso. Esperaban con impaciencia el deseDlace
de la crisis anunciada, yen todos los semblantes se veian pintadas
!a inquietud y la curiosidad. Apenas se abrió la sesion y entraron
los ministros á. ocupar sus puestos, reinó un silencio profundo. Des-
de luego se conoció que iba á ocurrir alguna de aquellas escenas de
aparato teatral, pues á cada momento los diputados entraban y sa-
Jian, hablaban aparte, disputaban con calor, fijaban sus ojos en los
bancos ministeriales y parecian vivamente afectados.


En medio de aquella agitacion Bravo Murillo se acercó al general
Narvaez y le habló algunas palabras al oido, de cuyas resultas sa-
lieron ambos del saloo . .\1 poco rato volvió el último, se sentó con
gran prosopopeya y consultó un papel que tenia sobre el pupitre de




700 DlSTORIA DEL RBINADO
]a rresa ministerial, para repasar la leccion que se proponia recitar.
Por fin, llegó el momento solemne. A la señal convenida se levantó
el ministro dfl Hacienda y con voz compungida declaró que los mi--
nistros estaban perfectamente unidos; que los que se habian pro-
puesto romper la bueoa armonía que reinaba entre ellos suponiendo
á los unos enemigos de los otros, se equivocaban groseramente; que
la responsabilidad era comun, y que marcharian con la mayor fir-
meza y concordia hasta conseguir el fin que se habian propuesto.
Por de contado que el señor ~Ion dió á entender claramente que su
objeto, al pi'~nunciar aquella extraña palinodia cuyas palabras lle-
vaba escritas, no era otro sino ofrecer una satisfaccion cumplida al
general N~rvaez sobre los manejos que se le atribuian.


Humilde, adulador, pequeño y abatido se mostró el seí'íClr Mon
como hombre, como caballero y como ministro. Toda su perorata Se
redujo á decir al general Narvaez: «No crea V. E. señor duque, los
enredos y malas artes que le han referido de su humilde pervidor.lO
Esas recíprocas aclaraciones entre unos y otros ministros á presen-
cia rel congreso; esos mezquinos tratados de paz hechos á impulso
de las circunqancias; esa humílIacion y todas esas complicaciones,
tentativas, corflirti;s, crisis y escándalos que habian pasado dentro
y fuera del congreso, ofrecian un triste cuadro de las miserias que
trabajaban á los hombres de la situacion, y acreditaban hasta la evi-
dencia que el gabinete, herido de muerte, se arrastraba COD trabajo
en medio de las convulsiones que habian provocado sus desaciertos,
sus ilegalidades y sus violencias.


Las rxplicaciom:s que dió en seguida el general Narvaez acerca
de la cuestioo del matrimonio con el conde de Trápani, estuvieron
muy lejos de ser satisfactorias. Despues de algunas salvedades, de-
claró que el gobierno no permitiría nunca que se intentara coartar
su voluntad, excluyendo á determinados candidatos, aunque su elcc-
cion debiera recaer en un príncipe de las regiones africanas. En este
concepto aseguró que habia rechazado y rechazaria siempre cuanto
tendiese á restringir la libertad de la Reina, las regalías de la corona
y Jos derechos del gobierno, si bien prometió que someteria al juicio
de las cortes tan grave cuestion cuando llegara el caso oportuno,
para que la discutiese con entera libertad. Por último, manifestó que
si aun quedaba alguna. duda Ó sOHpecha, apelaba á su hoja de ser-
vicios, á. Sil nunca desmentida lealtad, y se remitía al juicio de la his-
tQria, esperando que tlespues de su muerte se haria justicia á la pu-




DIL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA.. '101
reza de BUS intenciones. Al proferir el general Narvaez estas últimas
palabras, recordó el público perfectamente el fuego patriótico con
que S. E. declaró en otro tiempo en el seno de la representacion na-
cional, que «seria traidor y perjuro todo aquel que se atreviese á
atentar contra la Constitucion de 183'1 .•


¿Dónde habia ido aquel código politico~ ¿Quiénes habian sido sus
constantes conculcadores, y quiénes los que habían puesto su mano
sobre aquel pacto solemne para transformarle en ridicula farsa?


TOMO JI. 89




CAPiTULO LXXXIU.


SUMARIO.


En qué sentido son conservadores los moderados.-Cinismo de Narvaez.-lncidentes
de una sesion.-Opresion de la prensa.-Interpelacion de Orense.-Sistcma de
fraguar conspiraciones.


1.


La sesion á que acabamos de aludir habia dado una muestra ds
lo que son las gentes conservadoras.


¡Conservadores! Conservadores de carteras, de cruces, de po-
siciones oficiales ... conservadores de privilegios y de abusos, gentes
que viven al dia sin honra ni vergüenza.


«Los que hayan podido creer, decia el señor MOD, Ó formar los
nombres de los ministros, ó de alguno de ellos, contra la voluntad
mas ó menos manifiesta de alguno de sus companeros, han ofendido
altamente los sentimientos de los consejeros de la corona, que no
han abrigado jamás la menor desconfianza que los indujera á un
desacuerdo. El gobierno cree necesaria esta manifestacion para aca-
llar recelos, disipar temores, é inspirar la confianza en todos los di-
putados que apoyan los actos del ministerio. Digo mas; si se trata
de otras cuestiones subalternas, que puedan interesar particular-
mente á un ministro, por ser de uno de los diversos ramos de la




DEL ÚLTIMO BORBON DIISPAftA. 708
administracion, su interés es igual para los ministros, y á todos les
alcanza la responsabilidad.»


En vano trataron los enemigos del órden por dividir la responsa·
bilidad de los actos de los ministros y de loscargos que se les di-
rigian.


Ante estas palabras pronunciadas con una debilidad de que no ha-
bia ejemplo en el padamento espai'iol, se levantó el general Narvaez
satisfecho de su triunfo, y con ese escepticismo, y con esa ,sangre
fria de que ha dado des pues tantas muestras, dijo:


«Los senores diputados saben muy bien el calor con que he de-
fendido las prerogativas de la Reina en las conversaciones privadas
que he tenido fuera de este sitio; y tal vez por esta causa, algunos
habrán creido en mí un sentimien~o bastardo, y podido sospechar de
la rectitud de mis intenciones, nunca desmentidas en el curso de una
larga y azarosa carrera; como si fuera incomp:ltible amar al rey,
como yo lo amo, y defender sus prerogalivas, y amar á la nacion,
como yo la amo, y ser esclavo al mismo tiempo de la Cons:itucion 11
de las leyes! Como si no cupieran estos deheres á un tiempo dentro
de la Constitucion, y no hubiera en ella la suficiente latitud para ha-
cer la defensa de uno de los poderes del Estado, sin desconocer las
obligaciones de un buen ciudadano.


»Se trataba, senores, de dirigir on mensaje á S .. M. en el que se-
gun los ministros han podido comprender se hacia la ettclusion.d8
algun prlncipe, que IJS consejeros DO pueden de ninguna maDera em ,-
elu;r. Los diputados podrán tener alguna latitud en el uso de su de-
recho, y dar en esta materia extension á sus opiniones, pero los mi-
nistros de S. 1\-1. tienen otra sujecion y deben ser mas religiosos ~n
el cumplimiento de sus deberes. Los ministros no consentirán la ex-
elusion de principe alguno, de cualquiera de las naciones de la culta
Europa: no consentirán la exclusion de principe alguno de las po-
tencias que no son aliadas de España; y no solo no excluirán á nin-
guna de las familias que tienen relacion con nuestra Reina, sino que
no consentirán en la exclusion tle cualquiera príncipe de los estados
mas ignorados del imperio del Arrica.lD


6Qué significaba toda esa algarabía frailesca y esa hipocresía de
Jos que á todo trance querian imponerse al pais é imponerle nuevos
amos, senores extranjeros que le tiranizasen y les mantuvieran á
ellos en unos puestos que no sabia n conservar haciendo la felicidad
del pueblo?




701 mSTORIA DEL REINADO


n.


El Español reseriaba en los siguientes términos la sesion y sus in-
cidentes:


«Al terminarse la sesion del congreso del sábado último, poco
antes de votar el párrafo relativo á la Hacienda, algunos diputados
que pasan por amigos personales de ciertos ministros, se acercaron
á otros diputados de la oposicion, y les propusieron, parece, votar
en favor del párrafo relativo á la Hacienda, á fin de pacificar, segun
decían, á los que en el gabinete se oponían á la candidatura de Trá-
pani.


DLos de la oposieion, por haberse salido ya varios del salon, y no
estar preparados á. tan singular accidente, creyeron prudente abs-
tenerse de tomar cartas en el negocio, y dejaron á las dos fraccio-
nes de la mayoda que se arreglaran entre si. Votóse el párra.fo por
votacion ordinaria, esto es, sin que ~e trabara la batalla, y por el
momento no se pensó mas en el asunto.


»No asi los ministros, segun parece, pues suponiéndose reci-
procamente vendidos, prorumpieron en mutuas recriminaciones, las


. que por la noche del sábado aumentaban los rumores de próxima
crisis.


»Por último en la mariana de ayer domingo, el serior presidente
del consejo -envió á llamar á un diputado .de la oposicioD. y le rogó
le manifestase si era verdad que en la sesion del dia anterior el di-
putado fulano le habia própuesto á él Y á otros serio res de la opo-
sion votar en favor del párrafo de Hacienda, con el fin de dar en
ella una prueba de simpatia \lácia cierta fraccion del gabinete.


»EI serior diputado de la oposieion á quien se hacia esta preguta,
hombre leal y de honor, sorprendido además por lo inesperado del
caso, dijo naturalmente, que en efecto, los seriores citados por el se-
rior presidente del consejo se habian expresado en los términos de
que ya este se hallaba enterado. Entonces el serior duque de Valen-
cia mostrando grande agitaeion, como quien tiene en la mano el re-
80rte de una grande intriga, se dirigió al serior diputado de la opo-
sicion, y con acento expresivo le suplicó le hiciese un favor, como
hombre, y le diese prueba de valor moral como diputado indepen-
diente. aLo que acaba usted de decirme, ¿tendrá usted reparo,»




DEL ULTIMO !SORBON DE ESPAÑA. 705
aliadió el sellor duque de Valencia, «en repetirlo delante del consejo
de ministros?-Yo la verdad la digo en todas partes,» fué la res-
puesta del pundonoroso diputado.


»Esla escena tenia lugar en la subsecretaria de )a Guerra. El mi-
nistro rogó entonces al diputado de la oposicion se p.asase con S. E.
á su despacho donde se hallaba reunido el consejo de ministros. En-
traron Jos dos, y haciendo tomar asiento al diputado SS. EE., el
seilor presidente del consejo le reiteró las preguntas que ya le habia
dirigido en particular, rogándole que manifestara si en efecto tal se-
ñor diputado le habia dicho á él Y á sus amigos que votasen en fa-
vor del párrafo de Hacienda, y las razones que para ello habia dado,
á lo cual contastó el individuo de la oposicion lo que era conforme á
la verdad y á Jos hechos.


»No contento, parece, de haber así procurado los medios de con-
fundir, 6 cuando menos de ajar el amor propio de los que creía le
habian sido infieles, se nos asegura que tambien fué llamado al con ~
sejo de ministros el diputado amigo de los seilores Mon y Pidal, que·
habia sido portador de la propuesta á la oposicion, y sujeto al in-
terrogatorio ó confesion con cargos á que daba lugar la escena pre-
sente. »


111.


Dejando á un lado estas indignidades y estos cabildeos por medio
de los cuales pretendian unos cuantos imponer á Espaf1a su capricho
y el de los enemigos de la libertad, vamos á decir algo acerca de la
sítuacionde la imprenta.


Eo julio del 45 y como reforma á los decretos de Gonzalez Bra-
vo, el ministerio Narvaez habia publicado otro que amordazaba com-
pletamente Jos labios del escritor y ahogaba eJ pensamiento.


Los periódicos progresistas Henaron las formalidades y requisitos
que la ley exigía y continuaron sus tareas. Pero el gobierno no que-
ría tolerar la oposicion ruda que merecían sus actos.


Aquel Narvaez que con tal desfachatez decia en las cortes que él
profesaha ciego respeto á la Constt'tucion y á las leyes, ereyóse auto-
rizado para sorprender en su domicilio á Corradi y otros compane-
ros de redaccion enviándolos á viajar en calesa hasta Cádiz, donde
deblan ser embarcados para Filipinas. Para cohonestar este atenta-




706 HISTORIA DEL RElNADO
do quiso suponer el dictador que tratándose de insultos hechos á Isa·
bel y no queriendo dar el escándalo de un juicio babia acudido á ese
medio.


El general Narvaez castigaba. entonces, delitos de otro género.
Babia sido ridiculizado en el Clamor y vengaba asi sus propios agra·
vios.


Por lo demb la aplicacion de la ley y la condenaeion del Clamor,
produjeron que los periódicos progresistas insertaran el siguiente
aviso:


.Siendo de temer, vista la reciente condena del Clamor público,
que algunos agentes del gobierno se propongan llevar á cabo las
miras que encierra el decreto vigente de imprenta, y no creyéndose
por lo tanto los periódicos progresistas con las garantías necesarias
para seguir emitiendo libremente sus opiniones con arreglo á Jos
principios de legalidad que profesan, han resuelto suspender por aho·
ra la publicacion de todo articulo de fondo, esperando que las cortes
resuelvan sobre la suerte futura de la imprenta.»


Esto mismo dió ocasion á que Orense dijera en el parlamento lo
siguiente:


cxS9 me ha dicho que los tres periódicos progresistas han cesado
de publicar arUculos de fondo por no contemplarse con las garan-
tías suficientes para escribir d9 política. Esto, sEllores, indica que
hay libertad para la prensa. Yo quisiera que el serior ministro de la
Gobernacion dijese si desea matar la prensa de este color y d~jar al
partido progresista sin representacion, pues la que tiene en el par-
lamento es casi ninguna. Porque querer que en un pais tan pobre
como el nuestro, en el cual las empresas periodisticas carecen de los
elementos que hay en otros, se pueda sufrir una condena de cua-
renta mil reales, es querer que no se escriba. Esto, sefiores, es muy
grave y necesita una explicacion de parte del ministerio. Yo deseo,
que si su objeto es establecer la previa censura, que lo diga fran-
camente: de otro modo es indispensable variar de conducta. El se-
ilor ministro de la Gobernacion dijo el otro dia, que no habia hecho
uso del decreto de libertad de imprenta, y abora vemos que ha sido
condenado el Clamor público.


»Tambien se quejan de Vitoria que el jefe polftico de aquella pro-
vincia ha multado á un periódico que no tenia nada do político. Esto
senores, es un abuso, que debe reprimirse, y en ello está interesado
el crédito del gobierno, el cual no debe permitir que sus agentes se
entrometan á juzgar 10 que no deben.»




BlL ULTIMO BOIION DI ESPAÑA. '107


IV.


Como se discutia el proyecto de contestacion al discurso de la co-
rona, los individuos mas notables por su ciencia, los oradores mas
notables demostraron en una larga serie de razonados discursos, que
el mini5.terio Narvaez era inconstitucional y habia cometido infinitas
arbitrariedades.


y puesto que acabamos de insertar una parte de la interpelacion
de Orense, vamos á dar tambien algunos párrafos de los que pre-
sentó en defensa de una enmienda:


.Comparé á la Espana con la Prusia, que á pesar de ser un reino
próspero y feliz, y contar doce millones de habitantes, salo paga 700
millones de reales; luego la comparé con el Austria, ese poderoso
imperio que contando S8 millones de habitantes paga únicamente
1) 500 millones; con la Rusia que á pesar de su inmensa poblacion .
paga solamente 1700 millones; con las Dos Sicilias que siendo el
reino de mas analogía con el nuestro por se~ iguales sus poblacio-
nes, solo paga 4.00 miilones, y finalmente dije que si la Francia y la
Inglaterra pagaban 5,000 millones de reales, 5,000 millones ex-
traían de sus productos, al paso que á la Espai'ía que importa por
val~r de 300 millones, se le piden 1,!00 de carga, y que solo podía
y debia pagar de 300 á 4.00 millones. Hice presente asimismo que
en tiempo del gobierno absoluto se pagaban solo 600 millones, á pe-
sar de que en esta clase de gobiernos se saca á los pueblos todo lo
que pueden pagar, y que en el dia en vez de aJi vio se ha echado mas
carga trastornando la índole del gobierno representativo que debe
tender á que no se pague mas que lo absolutamente necesario.


:oAsi sucede en la Hungría, que en la parte regida por UDa espe-
cie de gobierno representativo, se paga menos que en las demás
provincias. Y en Espana misma se ve tambien que las províncias
Vascongadas, donde habia instituciones parecidas á las del gobier-
no representativo, nunca se ha pagado tanto como en el resto de
Espaf'ía.


»Respecto á la cuestion interior, seré muy franco: no creo posible
una reV31ucion en Espafia, si el ejército no toma parte en ella. No
tomando parte el ejército, es lo mismo tener cincuenta mil que cieno
lo cincuenta mil hombres. Solo con cincuenta mil soldados Se soste-




708 HISTORIA DEL REINADO
Dia Fernando VII: no sé por qué razon haya de necesitar mas un go-
bierno liberal mas atento á la holgura de los pueblos. Un gobierno
que no se pueda sostener en Espafia con cincuenta mil hombres,
hay que enviarle á paseo. Sí, senores, con esta claridad debe ex-
presarse el congreso de diputados.-Ustedes no sirven para gobierno
en esta tierra, pues necesitamos que nos manden hombres que g~s­
ten poco en el ejército, y entonces vendrán bien los gastos para
fomentar la marina. Es imposible que podamos gastar tanto como
Prusia: el que no es sumamente rico y quiere extenderse en un
gasto, por fuerza ha de desatender los demás, y esto que sucede en
los individuos, acontece del mismo modo en las naciones.


lOSe me dirá que se necesita fuerza armada para que en los cami-
nos no haya ladrones. Sobre esta materia de Jadrones, se me ocur-
re que nuestros antepasados tuvieron la desgracia de conocerlos;
vinieron despues los franceses y nos trajeron los pasaportes, y tuvi-
mos ladrones y pasaportes: vinieron segunda vez y nos trajeron la
policía, y tuvimos pasaportes, ladrones y policía; hace poco se ha
establecido la guardia civil, y ahora tenemos pasaportes, guardia
civil, policía y ladrones. Esta es )a maDera COD que vamos progre-
sando en pun to á seguridad en Jos caminos. Puesto que los indivi-
duos de la guardia civil son soldados, disminúyase el ejército, ya


. que no 10 necesitamos para la conquista ni para la defensa, y sal-
gamos de esa plaga de ladrones. Han desaparecido segGn se dice
en algunos puntos; en otros que yo conozco siguen las cosas como
antes, pues no se puede salir á visitar una hacienda sin riesgo de
ser cogido y llevado á los montes para exigir un fuerte rescate. Si
se sabe el remedio, aplíquese pronto y DO tendremos las cuatro pla-
gas por mí mencionadas. lO


Y.


Los moderados en )a época anterior, en 18'0. habían adoptado el
sistema de fraguar conspiraciones para perseguir á los hombres que
les hacian daño en Jos pueblos por su influencia.


En esta época habían perfeccionado el método, y en los célebres
procesos intentados contra Rengiro, Prim, Calvo y Mateo etc. etc.,
figuran los famosos barones de Bulow y Pelichy que de acuerdo con




DIL ULTIMO BORBON DI IS'ÁÑÁ. 709
las autoridades y la poliefa ponian en aprieto permanente yen cons-
tante peligro á Jos patriolas.


Bastaba la mas leve denuncia, segun resulta de las palabras que
vamos á citar:


«Por confidencias reservadas por varias personas residentes en
esta corte y fuera de ella, ha llegado á mi noticia (decia el jefe poli-
tico) que se está conspirando para mover una rebelion contra el go-
bierno legltimo de S. M.» Yanadia mas adelante, que «para comu
nicar entre sí los conspiradores usaban la remision de cartas por el
correo público, cuyo contenido, al parecer inocente, revelaba otro
verdadero descifrable, por medio de llaves convenidas, valiéndose
tambien de signos, para dicha correspondencia, en otras cartas.»


y las confidencias quedaban reducidas al eco inmundo de crimi-
nales famosos por sus delitos y de un alcaide deseoso de venganzas
y resentimientos.


En la defensa del baron Bulow hallamos estos párrafos que son
muy interesantes: .


o.Hé aquÍ todos los papeles y actuaciones que legitimaban el acto
despótico de privar á ciudadanos tranquilos de la libertad que las
leyes le garantizan!! Antes hemos dicho que volveríamos á ocupar-
nos de estas cartas, y nunca con mas oportunidad que ahora, cuan-
do se hacen servir por la autoridad para justificar su providencia.
¡Qué cuadro tan triste ofrece el expediente gubernativo hasta el fo-
lio 45, y qué aterrador, qué horroroso hasta su conclusion!! Es
preciso que ese baron de Pelichy, Quiroga y el alcalde Perez, estén
destituidos de todo sentimiento natural para poder concebir ó coad ...
yavar á un plan que habia de sembrar el lulo y la desolacioD en
toda la Península; y tanto como esto es de creer, es imposible de
concebir que haya una persona de mediana educacion y regu-
lar posicion en la sociedad que pudiera, solo por un momento,
dar crédito á tan fabulosa invencioD; deduciéndose de aquí una con-
secuencia necesaria, á saber: que aquel que creyese cierta la inven-
cion, seria un estúpido ó un perverso, ó sin creerlo lo aparentaba,
porque cuadrase así á sus ulteriores miras. Con estos an.tecedentes,
júzguese al señor jofe politico en proceder como procedió, para lo
cual conviene no perder de vista las reflexiones á que dan lugar
esas fraguadas cartas extraidas del correo, con las traducciones que


- las acompafian. Al primer golpe de vista se conoce que lodas fueron
fraguadas hasta por una misma mano; pero diestros los falsificadores


TOMO n. 90




710 HISTORIA DEL REINADO
por su práctica en esta clase de delitos, cuidaron muy bien de adop-
tar todas las medidas de precaucion que pudieran dejar algun rastro
de semejanza: mas como todo delito ofrece siempre algun pequeño
indicio que sirve de guia para el descubrimiento de la verdad, no era
de esperar que el que hoy se persigue, faltase: y prueba, la mejor
que se puede ofrecer, la tenemos consignada en los folios !O y!l,
ó sea la traduccion de la carta que se supone dirigida á don Manuel
Toro, jefe de la conspiracian ayacucha, á Uzaleti, bajo el sobres-
crito: A don Juan Pineido en Londres. En esta traduccion, que es
de jefatura y ocupa los folios 6 al 18, hallamos si no una completa
identidad en la letra de una y otra, por lo menos se ve lo que basta
para, SiD temor de errar, peder decir que la misma mano que escri-
bió la factura, verificó la traduccion.


»A la vez que esto se advierte respecto de los inocentes, se ve
en la indagatoria de Pelichy, lo que basta para considerar como
exacto el juicio de que él, Quiroga y el alcalde Perez son los auto-
res de las cartas; y cuando pudiéramos avanzar todavía mas, y con-
signar desde luego qué parte tuviera el selíor jefe político, lo de-
jamos para mas adelante, cuando entremos en el exámen de la causa,
antes del cual preciso es analizar debidamente la indagatoria de este
monstruo con tanto estudio preparado por el auto de oficio, folio 73


. vuelto, que dice: «Por antecedentes que S. E. tiene, póngase inco-
municado al baron de Pelichy, que se halla preso en la cárcel de
corte, y reconózcase]e si tiene algunos papeles, ó cosa que haga
relacion con el objeto que producen estas diligencias; para lo cual
S. E. ha hecho las prevenciones necesarias al alcaide y sus depen-
dientes.


»¿Quién no ve en este auto el mas perfecto 8cuerdo de la autori-
dad que le provee, con aquel mismo cuya incomunicacion se acuer-
da? Mas aun, ¿quién será el que deje de conocer que esta figurada
incomunicacion de Pelichy hasta era necesaria para justificar, aun con
insigne torpeza, pero á su modo, los ligeros pasos de extraccion
de la correspondencia y demás farsa de hallazgo de papeles en al-
guna de las casas de los procesados? Pues si alguno lo dudase, bas-
taria para convencerse leer la indagatoria, en la cual y tercera pre-
gunta se descubre el acuerdo del que interrogó, con el que responde;
dice así: Puestas de manifiesto las cartas, que obran á los folios 74.
al 77 (sin haberle preguntado, si al tiempo de incomunicarle se le
habia ocupado), que le fueron halladas (ni se dice tampoco cuándo




DEL ULTIMO BORBON DE ISPAÑA. "111
ó cómo), diga de quien está firmada con las iniciales M. T., dijo, que
de don Manuel Toro; y diga qué relaciones le unen con él, contestó
que há tres ai'ios y medio «vivió con dicho sugeto en compai'ifa con es-
trecha amistad; pero estas relaciones se fueron enfriando, desde que
el declarante cayó preso, hasta hace poco mas de tres meses que
volvieron á anudarse sus relaciones por conducto de un tal Saave-
dra.» Sobre el origen de la redaceion que no pudiera ser por si dic-
tada, fuese por uno de nuestros antiguos alcaldes de capa y espada,
se nota una particularidad, de suyo atendible, que pone en evidencia
el acuerdo de la autoridad y del procesado, para ir moviendo, y
dándonos á conocer los sugetos, blanco de sus persecuciones unos,
y tambien los que en union de ellos fraguaron la conspiraeion»




CAPITULO LXxxtV.


SUMARIO.


~ómo conservaban el órden los moderados.-Triunfo parlamentario de Orenso.-lte-
timas liberales en la provincia de Gerona.-Impopularidad del conde de Trápalli.
-Aspiraciones bastardas de Luis Felipo.-Reforma de la ley electoral.


l.


Hemos suspendido la defensa del baron de Bulow, porque pare-
cerá á los lectores extrano é incomprensible que en el siglo XIX, y
habiendo un gobierno que se llamaba constitucional, se diesen en
Madrid escándalos semejantes propios de sociedades bárbaras.


Pero los moderados que lo toleraban todo de sus amigos; que habian
pasado en silencio y casi sin protesta los mas rudos ataques al pue-
blo, las mas violentas agresiones al principio de justicia, decian muy
satisfechos y con aire de triunfo: La nacion no permite que se abuse
de la juventud y de la inexperiencia de ]a Reina, para imponerle un
casamiento desdoroso para su corona y humillante para el pais.


El pais, segun ellos, se hallaba abrumado por las revueltas, los
trastornos y el desgobierno; pero á trueque de tener paz, estaba dis-
puesto á hacer grandes sacrificios de libertad y de dinero. Y conje-
turaban que todo ]e era permitido al gobierno contando con )a fuer-
za para hacer cuanto se le antojase siempre que conservase el órden.


ta postracion, el cansancio y la paciencia del pueblo DO pueden








DEL ULTIMO DonDON DI ISPAÑA.. '18
llegar al punto que desean los que creen que las sociedades existen
para el regalo de unos cuantos, para el ludibrio y abyeccion de los
demás.


Por eso aquel continuo malestar, aquellos chispazos del mal
comprimido incendio que se ahogaban en sangre, aquellas pertur-
baciones, aquellos dolorosos martirios en que pueblos enteros eran
arrasados por el incendio y la devastacion de la soldadesca. Horri-
bles escenas, tremendas expiaciones, que otros traducían con esta
frase: Los españoles rehusan Ilacer el sacrificio de 8U Ilono1' 11 de '"
lea liad á la Reina, cuyo trono Ilan cimentado en raudale, de Sl4 pura
,angre.


y cuando por amor á la independencia y á la libertad; cuando
por odio á influencias extranjeras, á príncipes envilecidos} degra-
dados que pretendian imponerse, resonaba potente el rugido delleon;
cuando se levantaba potente en la opinion la idea regeneradora y se
hacia sentir el poder de los amigos de la libertad que reclamaba de
aquellas cortes faccioEas, de aquel parlamento servil, los derechos·
que habia \"ulnerado, un periódico conservador decia cQn mucha
11ema y para hacer la guerra al ridículo conde de Trápani:


el El pais no consien te en ser engañado; ni está dispuesto á pasar
por una hipócrita interpretacion del articulo de )a Constitucion re-
formada, que si bien deja á la Reina una ra~ional libertad en la
eleccioD de su esposo, jamás lo votaron las cortes para que sirviera
de pretpxt.o para poner en manos de UDa camarilla la dignidad y el
honor de la corona, la felicidad y los illter~ses privados de la Reina.


»La España no consiente en ser traspasada como patrimonio de
familia á un príncipe napolltano, al que se pretende hacer rey, para
que sancione g:-andes escándalos y menoscabos de cuenta en la for-
tuna de S. M., para que perpetúe influencias que rechaza )a índole
de un gobierno libre, para que subordine los intereses y la gloria
de un gran pueblo á la codicia y á la ambicion de reducido circulo
de personas, que se declaran ellas mismas enemigos públicos en el
mero hecho de poner en balanza sus intereses privados y los de la
nacion.»


11.


Llegó, por fin, el momento de que Orense pudiera explayar la




714 IHSTOkIA. DEL REINADO
interpelacion tantas veces anunciada sobre las denuncias fulminadas
de real órden contra los periódicos progresistas, y muy particular-
mente contra el Clamor.


Ninguna dd las razones que expuso el popular diputado, fué con-
testada por el ministerio. Con el libro de la Constitucion en la mano,
probó á los ministros que el decreto vigente sobre imprenta era
una usurpaeion gravísima, cuyos desastrosos efectos acabarian pron-
to con la libertad de escribir, si las cortes no ponian un remedio
eficaz y saludable.


Con mucha verdad dijo que la situaeion anómala, arbitraria y
violenta á que habia conducido el ministerio, tenia en alarma á to-
dos los buenos espaí'íoles, siendo, por consiguiente, necesario que
el gabinete se resolviese á proclamar el absolutismo, ó que entrase
de una vez en el sistema representativo.


La existencia de los fallos del tribunal á quien se habia sometido
el juicio sobre los delitos de imprenta, le habian parecido un aten-
tado continuo á la Constitucion y á las leyes.


No podia comprender como á vista de las cortes, y con mengua
de sus prerogativas, hubiese quien osara imponer á los periódicos
las multas que establecia el decreto sobre imprenta, cuando· el mi-
nisterio y los jueces, que tan dócilmente se prestaban á sus exigen-


. cías, sabian que la potestad de hacer las leyes residia en las cortes
con el rey.


Nulas y de ningun valor consideraba Oren se las sentencias de
aquel tribunal creado de real órden, y extraliaba que los jueces no
se hubiesen resistido á cumplir las disposiciones del decreto de 6 de
julio de t 845, porque el deber que les imponía el artículo 66 de la
Constitucion, era juzgar conforme á las leyes.


Con este motivo citó ]a nobleza y la independencia con que obró
el tribunal de casacion en Francia, cuya conduGta debia servir de
modelo á cuantos desempeí'ían el sacerdocio de la justicia. Segun él
las infracciones é ilegalidades no obligaban en razon ni en derecho;
y asi como á ningun ciudaclano le era licito obedecer una órden del
monarca que no llevase el refrendo de uno de sus consejeros res-
ponsables, asi los jueces no debieron cumplir un decreto opuesto á
la Constitucion.


y no valia para Oren se la disculpa que daba el ministerio con
ánimo de atenuar su usurpacion, de que no habia hecho mas que
reformar el decreto expedido por el redactor del Guirigay, porque




DBL ULTIMO BORBON DE ESUÑA. 715
eso equivalia á declarar que las ilegalidades de entonces autoriza-
ban las ilegalidades que despues se cometian.


A estos argumentos fundados en las leyes, el famoso ministro de
las reinas hembras se limitó á contestar que no podía racionalmente
decirse que se hubiese faltado á la legalidad con el decreto de 6 de
julio; que era muy dificil idear un proyecto de ley sobre libertad de
imprenta (yen esto tenia. razon, porque el pensamiento debe ser
libre, absolutamente libre), en armonía con el sistema representa-
tivo; y que el Clamor público habia sido justamente condenado,
porque atacaba la legitimidad de las cortes.


La réplica de Orense fué todavía mas victoriosa que su primera
peroracion. En pocas palab-ras explicó el verdadero objeto de su in-
terpelacion, y puso al ministro en el caso de confesar que ignoraba
10 que ocurria en sus ddpendencias, Ó que habia faltado á la verdad
gratuitamente.


Atrincherado en la. Constitucion, logró arrancarle la promesa da
que muy en breve someteria á la deliberacion de las cortes un pro- .
yecto de ley sobre libertad de imprenta.


Palabras, palabras de los ministros moderados, que siempre elu-
den con sus habilidades engañosas.


Pero Oren se venia sosteniendo una campaña que le alcanzó justa
fama, y que le ha dado des pues un gran prestigio, y un puesto im-
portante en el parlamento, y en el partido revolucionario.


En medio de aquella cáfila de farsantes, ya que no en la lucha
política, en las cuestiones económicas, demostró siempre á sus ad-
versarios que eran verdaderos enemigos del hombre laborioso, del
productor; que solo aspiraban á vivir en la holganza y en la moli-
cie, vendiendo su conciencia por una cruz ó por un ducado.


1II.


En el confuso torbellino de las pasiones, y aprovechando la odio-
sidad del sistema rentístico del Clinistro de Hacienda, vieron los
partidos nueva ocasion de comhatir con éxito al gobierno del gene-
ral Narvaez.


Las discusiones, con ocasion de la boda con Trápani, servian
tambien de elemento para luchar mas fácilmente.


y en la provinei:l de Gerona, en el Ampurdan, donde tantos va-




716 .ISTORJA DEL REINADO
lientes defensores contaba la causa de la revolucion, se inició otro
movianiento, que Breton castigó borriblemente como era costumbre
de los procónsules de Narvaez.


Gerona fué la provincia en donde el descontento se habia mani-
festado, debiendo haberse apoderado de la capital los grüpos que
partieron de diferentes pueblos; pero banando preparadas á las au-
toridades, muchos se volvieron á sus casas, otros se presentaron á
las (uerzas que en el acto empezaron á persrguirles, y no pocos pa-
saron al extranjero. El consejo de guerra con todo esto funcionó ac-
tivamente, y nuevas víctimas, por una tentativa, casi por un deseo
sin manifestacíon, se agregaron al largo catálogo de mártires de la
causa popular.


Este suceso casi pasó desapercibido entre la multitud de acciden-
tes é incidentes á que daba ocas ion la cuestion matrimonia1.


Todos los periódicos hacían ya eminentemente ridículo al famoso
napolitano.


Trápanas se llamaban los meaderos, Trápanis se pedian en los
cafés cuando se deseaba mondadien!es ó agua c1ara, y el instinto po-
pular habia hecho imposible ya aquel nuevo pastel de la magná:zi-
ma y excelsa Cristina que, dispuesta á cometer todo género de pe-
cados, fiada en la absolucion papal, favorecia aquel enlace, y de-


. seaba hacer una familia de la napolitana y de ]a espaftola.
Aquello era una de esas aberraciones borbónicas que llevan el


sello de ]a inmoralidad, y que el pueblo anatematiza justamente por-
que ve en ello siniestros y terribles resultados.


Casar á una niña que revelaba en su semblante, en sus acciones
y mas prácticamente aUD, un sensualismo refinado, con un jóven en-
fermizo, débil, educado en el convento, que podia servir á lo sumo
para paje da un cardenal napolitano, jesuita por afladidura, era que-
rer á ciencia cierta llevar al tálamo los desórdenes, la disipacion y
los vicios.


IV.


Luis Felipe, que con ocia estas interioridades de familia, se hizo
auxiliar entusiasta de una boda que, siendo Trápani impotente, debia
dejar el trono español como herencia á uno de sus hijos que debía
enlazarse con la hermana de Isabel.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA.. 717
No habiendo podido hacer pasar la doble candidatura de Aumale


y Montpeosier, casado ya aquel con una princesa napolitana, su in-
terés estaba en que Montpensier no hallas.e obstáculos para levan-
tarse al trono de Espalia.


¿Qué les importaba á ellos la suerte de aquellas pobres mujeres,
y mucho menos la suerte de los pueblos? ~Qué interés debia ser mas
atendib:e para el antiguo revolucionario que se veia jefe de una nu-
merosa familia? ...


La monarquía es invasora siempre, tiene sed hidrópica de domi-
nacioD; y nosotros, al censurar al avaro y miserable anciano que
ocupaha el trono de las Tullerías, comprendemos perfectamente que
la herencia, esa institucion social que tantos dalios ha ocasionado;
y la monarquía y el papado, esas otras instituciones políticas que
rapresentan el principio de la autoridad y sirven para vejar, opri-
mir, estrujar, explotar á los hombres á titulo de mantener el prin-
cipio del derecho divino y ser la salvaguardia del órden, son ]as cau-
sas de que germinen y se desenvuelvan en el corazon humano esos.
repugnantes sentimientos, y de que conozcamos tipos como el de
Fernando, Cristina y Luis Felipe.


Si no existiera el derecho hereditario en la monarquía; si solo Ja.
eleccion popular pudiera dar títulos para gobernar, 6cómo habria
habido pretendientes que disputasen á Isabel por medio de las ar-
mas lo que llamaban su derecho?


El pueblo babia decidido, y ante su fallo augusto y solemne no
cabia apeJacion alguna.


Y.


Montpensier era ya casi el candidato aceptado para la mano de
la beredera del trono, y Luis Felipe confiaba en que habria recibido
sus lecciones y eoderezaria sus pasos hácia el solio hasta apoderarse
del puesto codiciado. Europa cedia; pero Inglaterra protestaba con
firmeza.


Montpensier era tambien objeto de la anímadversion de los espa-
noles.


No en vano habian pasado sobre este país las calamidades de la
guerra de sucesion.


No en balde habia el bonapartismo procurado hacerse un puesto
TOMOIL 91




'718 HISTORIA DEL REINADO
en la vacante de Fernando, sosteniendo una guerra de seis afios,
guerra cruenta y desesperada que costó cara al opresor.


No en balde babían venido en auxilio del déspota Fernando cien
mil hijos de San Luis mandados por Angulema.


En Espana se habia sufrido mucho por la influencia francesa, y
estaban muy vivos los odios y los resentimientos contra esa pertur-
badora influencia que siempre habia pesado sobre nosotros como
enorme pesadumbre.


y Montpensier comenzaba á fijar la atencion pública, y sobre él
caian tambien el ridiculo y las burlas de la multitud, y se referian
anécdotas y se dirigian ataques.


y por entonces hubo grande alarma y comentarios, suponiendo
que ciertos movimientos de tropas eran debidos á la llegada del hijo
de Luis Felipe que venia á conocer á su novia, y que parecia bajo
este aspecto dar crédito á los rumores sobre la precipitacion con que
iban haciéndose los preparativos para el doble enlace.


No fué cierta la noticia: los asuntos no iban tan adelantados. El
pretendiente á la corona se arrastraba aun bipócritamcnte, temeroso
de las cancillerías que podian estorbar la solucion. Pero la multitud
expresó su sentir, y la prensa mostró su enérgica resistencia.


VI.


El gobierno reformando la ConstitucioD se habia colocado en una
situacion ridicula y excepcional.


Aquellas cortes seguian legislando, tenjan vida.
La Constitucion se hallaba atacada, trastornada.
Se habia promulgado otra Constitucion nueva, leyes orgánicas en


virtud de la autorizacion que aquellos diputados votaron.
y despues de mantener en suspenso aquellas cortes durante un


afio, babian vuelto á reunirse para aprobar la conducta del minis-
terio, sus atropellos, sus desafueros, sus crímenes.


¿Qué especie de legalidad existia allí? ¿Con qué autorizacion se
congregaban aquellos cu~rpos políticos que no reunian ninguna de
las condiciones exigidas por la ley vigente?


Ese fué el escándalo de Jos escándalos.
UDa monarquia ilegal, puesto que la jóven que se sentaba bajo


el solio habia sido declarada mayor de edad, quebrantando un có-




DBL ULTIMO BORBON DB BSPAÑA. 719
digo jurado por aquellos mismos que iban -á infringir sus articulos
mas esenciales, mas importantes.


Un parlamento convocado por un ministerio que habia nacido de
una intriga palaciega, y que por sorpresa, sin previa noticia del
pais, SiD consultar al cuerpo electoral habia trasformado una Cons-
titucion en sus bases, en su Corma, en la organizacion de los pode-
res, en el modo de funcionar las diferentes instituciones poHticas ...


¿ y todo eso, en virtud de qué principio? ¿Era tomando en boca,
pretextando siquiera la urgencia y la necesidad revolucionaria? ¿Era
porque las circunstancias hubiesen venido trayendo la necesidad de
una modificacion repentina? Nada de eso.


El ministerio Narvaez, Isabel, Cristina, los senadores y diputa-
dos que reformaron el código del 37 y seguian llamándose poderes
políticos en la nacíon espanola, habian cometido UDa serie de en-
menes poHticos de lesa nacion, eran traidores, oligarcas. conCabu-
lados para explotar y oprimir al pueblo, SiD otro derecho que el
apoyo de las bayonetas. Y aquella infamia, aquella traicion de Isa-.
bel y sus generales, y de los legisladores que habían usurpado el
titulo de tales para dividir el botin }' repartirse los cargos públicos,
merecían un castigo ejemplar.


VII.


Por eso entre otros proyectos sometidos pro formula á la discu-
sion, que, pasaban casi desapercibidos ante aquellos dipu'tadosque
se asustaban de su propia obra y temian no ya el castigo de su crl-


. men, sino las quejas y las acusaciones de la posteridad y de la his-
toria, llegó el turno á la ley electoral, yalli fué Troya; am el aper-
cibirse de su ridícula é ilegal posiciono


Muchos hablaron, y entre ellos tan original como gracioso estuvo
el exordio del discurso que pronunció Oren se para impugnar la cuota
que se exigia á los que aspiraban al goce del derecho electoral. Al
ver el desacierto con que se estaba tratando de una ley tan impor-
tante, indicó que el aspecto taciturno del congreso le recordaba el
gusto extrano de aquel monarca espanol que habiéndose retirado á
un convento tuvo la humorada de presenciar él mismo sus funera-
les. Pareciale á Orense que el congreso estaba asistiendo á su pro-




710 HISTORIA DEL RÉINADO
pío entierro, y se congratulaba de que muriese un cuerpo que tan
poco ha hecho en beneficio de la nacion.


Excesiva, enorme, conceptuaba la cuota que se fijaba para la po-
sesion del derecho electoral, pero al propio tiem po consideraba el
proyecto como un verdadero progreso, porque creia que se prestase
menos á la corrupcion.


Como el diputado por Palencia eshba persuadido de que el pue-
blo no habia tocado aun las ventajas del sistema representativo ni
los bienes á que es acreedor por muchos titulos, deseaba que se diese
al derecho electoral toda la latitud posible. No espenib¡", sin embar-
go, que sus consejos y sus votos serian acogido" por un ministerio
euyos desaciertos, escándalos y violencias habian dejado solo, ente-
ramente solo. Y como Dotara alJunas señales de incredulidari y des-
den en el semblante de Pidal al oir esta proposicion, le ir: vitó á que
renunciara el apoyo de las bayonetas, seguro de que no tardaria en
convencerse por experiencia de esta verdad.


y entre los párraros notables vamos á tomar los siguientes:
«Yo, senores, estoy por el sufragio univereal. Regularmente re-


sultan 7,000 vecinos por cada distrito electoral, y en los puntos
menos civilizados da Espana, saben todos muy bien quién es digno
de ser diputado, y no hay inconveniente ninguno en que se haga el
sufragio universal. Se me ha dicho por algunos, que siendo pobres


. las clases, las ganarán por una comida. Mejor, eso se ganarán: en-
tre los que no dan nada, y los que dan algo, estoy por los que
dan algo; y ¡ojalá tuvieran que hacer 365 elecciones cada un ailo!
que de ese modo, si hubiera que elegir ministros y todos los altos
empleados, tenian la comida asegurada.


»Yo no soy partidario de la presente orgamzacion social; creo que
es imperfecta y que nos ha de dar tantos dolores de cabeza eOlIO
la organizacion del sistema politico, pero ahora estamos como es-
tamos; y es preciso que el que venga aqui sepa dónde ha de ir á
comer en saliendo de aquf, ó en quitándole el empleo; y esta inde-
I'endencia que yo deseo en el tiiputado fué la que me hizo firmar la
enmienda, cosa que ha extrailado el seilor Martinez Almagro; en-
mienda que no hubiera firmado sin la ley tiránica del reglamen lo que
exige 7 firmas, y hay que hacerlo hoy por tí, mailana por mí. Pero
sabido es que el autor de la idea es el que la apoya, y el seilor Mon-
te Castro fué quien desempeilÓ este trabajo. Además, que yo opino
porque tengan que comer los que sean diputados; y si dejo los votos




.EL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 7!1
á las rejas en esta parte, las quito del otro lado. Elector todo espa-
llol, porque lo puede ser sin ningun inconveniente; pues si se me dice
que serán influidos los pobres por algunos poderosos, es lógico qui.
tar estas influencias y dejar que voten los demás.


»Sellores, ayer se trató de los funcionarios públicos, pero yo voy
á entrar en esta cuestion refiriéndome á toda clase de funcionarios.
lo veo en estos sellares mas ansia de venir á estos escallos, y no
me lo explico, porque si tratan de adquirir gloria en su empleo pue-
den adquirirla: ¿á qué ha da venir un jefe politico á hacer discur-
sos en este lugar? "Tiene mas que hacer discursos de piedra en
caminos y canales? Los intendentes ¿no pueden hacer su gloria qui-
tando esa plaga de apremios que es el cólera morhuI de este allo? Lo
mismo digo de Jos subsecretarios y de los oficiales de Sdcretaría. Mi
opinion es que al congreso deben venir los propietarios, grandes
fabricantes y comerciantes, y creo que no hay motivo para toda esa
alharaca de haherse cerrado las puertas á los empleados. Yo be las
eerraria algo mas. Pero dicen ellos, nosotros somos liberales porque.
hemos hecho la revoluciono Convengo en eso, pero ciertamente que
esa revolucion no hace su elogio. Si yo hubiera visto que se quita-
ban las quintas, que se declaraba la libertad del tráfico del tabaco
y de la sal, que se acababa con el sistema restrictivo, desde luego
hubiera dicho: sois dignos de mandar, pero como nada de esto ha
sucedido, deseo que venga otra clase de gente para que extirpe con
mano fuerte los abusos que hasta hoy se han conocido y abruman-
el pais. JII




CAPíTULO LXXXV·


SUMARIO.


Consideraciones sobre la incompatibilidad del trono y la libertad.-Continuacion dlt
las bajezas é intrigas tocante á los proyectados enlaces reales.-Caida del gabi-
nele Narvaez.


1.


Si hubiera de escribirse formalmente la historia de la monarquia
bastara sin duda tomar cualquiera de los afios de este reinado de
Isabel para comprender cuánto es atentatoria al derecho, á la jus-
ticia, á la libertad, la institucion del trono, y cuánto es difícil que
haya en ese puesto moralidad y órden.


Todas las condiciones que pueden constituir á UD ciudadano vir·
tuoso no bastarían ciertamente para hacer de él un mediano mo-
narca.


6Quién resiste á los halagos y á las seducciones del adulador?
6Quién tiene la fuerza y la energía bastante, cuando se le habla aca-
so en nombre de la felicidad del pueblo, para estudiar y discutir las
cuestiones nevando á eIJas el exquisito tacto, la prudencia y esa
atenc¡on profunda que requieren?


En medio de las angustias y agonías que rodean al hombre del
pueblo; en medio del hambre y de las torluras de la miseria que le
agobian; en medio de las amargas decepciones que sufre y de las
tribulaciones que contempla en su familia, es cien veces mas feliz




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 7t3
,


que esos seres corrompidos á quienes jamás llega la verdad y que
viven A expensas de la desgracia ajena.


Ellos hao m~nester de las bacanales y de las orgías para olvidar
sus crímenes y sus desventuras; ellos acumulan un crimen sobre
otro crimen, para apagar sus remordimientos; ellos han de vivir
dia por día temiendo que llegue el de la expiacion, pero jamás
pueden eludir el de la vergnenza y el del ludibrio ...


Con razon se ha dicho que la historia de los reyes es la historia
del martirologio de los pueblos.


La monarquía no es otra cosa que la síntesis, el centro donde
convergen y se funden todas las ambiciones, todos los crimenes,
todos los privilegios, todos los abusos.


y los pueblos han de sufrir necesariamente de esa institucion to-
dos los vejAmenes, todos los ataques, porque en estas sociedades
imperfectas el principio de autoridad que debiera ser el principio de
órden social, una de las fases de la libertad, es solo manantial fe-
cundo de tropelías y arbitrariedades, de crímenes sin nombre.


¿Y cómo Isabel habia de eludir esa ley fatal que convierte á los
reyes en verdugos? ¿Cómo ella sin educacion, ni preparacion algu-
Da, viéndose á Jos trece años objeto da la veaeracion y rodeada de
la Jisonja servil de aquellos que se decian enviados del pueblo, ha-
bia de inspirarse en altos principios filosóficos que no conocia, para
rechazar una práctica que halagaba sus sentidos y su vanidad, que
despertaba su ambicion y sus pasiones? ..


11.


Pero Isabel y su gobierno no tenían completamente los mismos
intereses. Porque las oligarquías de estos tiempos, por mas que
quieran, tienen que rendir cierto cuIto al predominio de las ideas
qu~ han surgido en la sociedad y que les dan fuerza y apoyo ó pue·
flen provocar su caida ...


y de aqui nacen todas esas vacilaciones, todas esas divergencias,
todas esas divisiones y subdivisiones, todos esos fraccionamientos
de los partidos que explotan las medianías para irse elevandQ á los
altos puestos. De aquí esos equilibrios, esas anomalías, esas esce-
Das ridícu:as que presenciamos y que considerarian ciertamente
C'lmo un desdoro los hombres que no entienden las cábalas poUti-




7!4 HISTORIA DEL REINADO
cas, que no pueden acostumbrarse á la farsa y ficcion de estos
mal llamados sistemas representativos.


¿Qué representaba Isabel en el momento á que nos estamos re-
firiendo? ¿El derecho divino, el derecho propio? Ese tenia legitimo
representante.


¿Era acaso reina constitucional? ¿Dónde estaba el pueblo, el po-
der soberano que la habia nombrado?


"Qué representaba aquel parlamento~ "Dónde se hallaba el cuer-
po electoral que le habia dado comision y encargo para reformar
Jas leyes~ Y si no tenia ese poder, ¿cómo se habia atrevido el repre-
sentante de los menos, á privar del derecho á los mas?


El atentado inicuo cometido por aquel gabinete haciendo cóm-
plice á una asamblea y manteniendo á esa asamblea durante un ano
sin consultarla siquiera, era la consagracion del absolutismo y de
la dictadura mas ignominiosa.


jY todavía se atrevian á hablar en nombre de la libertad; y to-
davía decia Narvaez que tenia un amor profundo á la Constitucion
y á las leyes!


¿Puede concebirse semejante farsa? ¿Puede sostenerse formalmen-
te que eso pudiera ser un error y no una infame viJIanÍa! ¿Qué ha-:-
cian sus cómplices cuando discutían tranquilamente? ¿Qué hacian


. aquellas oposiciones que se Hamaban de principios y que se limita-
ban á pronunciar discursos parlamentarios, cuando se necesitaban
acusaciones tremendas, cuando debia ponerse en evidencia ante el
pais, ante el mundo, que el ministerio Narvaez, que Isabel y las
cortes eran reos de un alto crimen, y que no podian seguir un ins-
tante usurpando el poder, cuando el pueblo queria revindicar su'de-
recho, y era perseguido y diezmado por los facciosos liue se habían
apoderado de la situacion?


111.


Desde que los sucesos de la Granja habian obligado á Cristina á
ceder ante el principio de la soberanía del pueblo, el despecho y el
deseo de venganza llevaron á ]a madre de Jos espalíoles á tratar con
don Carlos, cediéndole la corona, si consentia en casar su hijo con
su prima Isabel. Y lué agente de esa intriga el marqués de Lagrua
y de Amora.




DEL ÚLTIMO BORDON DE ESPAÑA.. 715
En 1838 bizo don Francisco Zea un viaje á Berlín y Viena, lle-


vando por misterioso objeto entablar negociaciones de casam!ento
con el archiduque Federico de Austria; y esa proposicion no llegó
á formularse, porque Francia, probablemente informada bajo mano,
se alarmó, puso veto absoluto. y el príncipe de Meternich, asustado
por las amenazas de ver estallar la revolucion en Italia, no dió lu-
gar á tratar de la boda.


Esrartero, con esa torpeza que le caracteriza, respondia cuando
se le hablaba Jd matrimonio de Isabel: Mientras sea da menor edad
no se ha de casar, y despues no he de s~r yo el casamentero.


y por esta manera, Guizot declaró en distintas ocasiones que no
permitida el matrimonio de las hijas de Fernando mas que con prín-
cipes de la casa de Derbon.


En Eu, hablando la reioa Victoria y Luis Felipe. se renovó la
misma exclusion, y lord Aberdeen indicó á los hijos del infante don
Francisco; pero Luis Felipe propuso al conde de Aquila, y en su
defecto al de Trápani. Y á este objeto se envió á CariDi á reconocer·
á ]a reina de Espafía, que contestó en el acto oficial estas palabras:
«Espero que los víncllos de intimidad y parentesco que me unen á
mi augusto tio el rey de las Dos Sicilias, llegarán un dia á ser in-
disolubles. »


Por esto, y á través de estas intrigas, la diplomacia francesa pro-
curaba quitar todos los estorbos que pudieran impedir la solucion
Trápani, que envolvia la de MOlltpensier; y el infante don Enrique
se vió humillado en Barcelona por las autoridades espaftolas.


tos ministros quisieron enmendar esta falta, y exageraron ]a5
atenciones hácia el comandante del Manzanares; pero los órganos
ministeriales al ver que no se convidaba al jóven marino á las fies-
tas de Pamplona en el veranú de 1845, conocieron que dirigia la
cuestion de boda una voluntad superior á la de los ministros.


A Parrlplona llegaron solo los príncipes franceses encargados de
zanjar todas las dificultades 'lue toda\'Ía ofrecia la doble boda de
Trápani y de Montpensier. Todas se allanaron ante las poderosas
razones que huLieron de alegar, y Nal'vaez, que poco antes del viaje
á Pamplona era el mas opuesto á la boda Trápani, diciendo que bas-
taría á hacer popular una revoluciún, cambió de leoguaje, y per-
suadido sin duda de que era lo mas conveniente lo que poco antes
creía lo peor, se pronunció con la mayor vehemencia en favor del
príncipe napolitano.


TOllO JI.




'1,6 HISTOJUA DEL REINADO
Mientras esto pasaba, llegaba á Eu la reina Victoria. En los cor-


tos momentos que alli permaneció, lord A.berdeen y Mr. Guizottu-
vieroD ocasion de hablar de las bodas espal1olas, y por primera vez
se sacó á co]acion la de Montpensier con la infanta. No disimuló el
ministro francés que existia ese pensamiento, mas con la cortapisa
de que no se realizaria sino cuando la Reina tuviera prole.


Incrédulos se mostraron los ingleses protestando contra semejan-
te enlace, antes y despues del casamiento de la Reina, y aun cuando
clita tuviera sucasion.


IV.


La actitud de la mayorfa en la cuestion Trápani vino por fin á
dar sus resultados naturales; y aquel ministerio, nacido por sorpresa
y mantenido por el favoritismo, cayó como merecia, abandonado de
todos.


Narvaez queria mandar solo y se rebelaba contra la influencia de
la corte, disputándola su intervencion en los negocios del Estado, y
tratando de romper los vínculos que á ella le unian, habia conse-
guido aislarse; mientras que sus companeros que le debían á él Y


. á la corte sus posiciones, fluctuaban indecisos entre las dos influen-
cias, y aunque sucumbian á sus deseos, el general sabia las censu-
ras de que eran objeto sus disposiciones, y el empeno con que pro-
curaban hacer que la odiosidad de ciertos atentados recayese sobre
su persona.


Podia decirse que ]a existencia de aquel ministerio habia sido
una continuada crisis, desde el célebre programa presentado por
Viluma.


Cada pendencia traia un armisticio pasajero, cuyos pactos redun-
da.ban siempre en mengua de nuestra libertad é independencia, 'i en
perjuicio de los intereses mas respetables de la nacion. De la pri-
mera alianza de los ministros en Barcelona salió ]a funesta reforma
de la Constitucion de 1837, presagio de todos fos estragos que la-
menta Espana. La segunda produjo la devolucioll de los bienes na-
cionales al clero. La tercera, el odioso sistema tributario. La cuarta,
la muerte de la libertad de imprenta. De cada crisis brotaban me-
didas reaccionarias, opresoras y desastrosas que llenaban de luto y
de asombro á cuantos se interesaban por la conservacion de nues-




DKL ÚLTiMO BORBON DE ESPA.ÑA.. '7!'
tras conquistas políticas y económicas, hechas á costa de inmensós
sacrificios y por la suerte de su patria. Se con ocia desde luego que
en la reconciliacion de los ministros triunfaban las malas pasiones,
y que su aparente avenencia se fundaba en nuevos compromisos
para llenar adelante la obra de precaucion y de retroceso que ha-
bian emprendido.


Pero ese estado era sobradamente violento para ser duradero. El
principio de disolucion que sacó al nacer el gabinete Narvaez, si
pudo permanecer oculto y pasivo, mientras los ministros se ocupa-
ron únicamente en perseguir y diezmar á sus adversarios con una
furia que no tiene ejemplo, debia retonar y desenvolverse tan pronto
coml) pasaran los primeros temores que les inspirara la actitud del
partido revolucionario, y se viera algun tanto satisfecha su sed de
venganza.


¿Qué significaba, si no, la repentina dimision presentada por el ge-
neral Narvaez y admitida por Isabel, que publicaba la Gaceta~ 6Cómo
se explicaba tambien la destitucion de los demás ministros, á los·
pocos días de haber asegurado Mon en el congreso que todos ellos
estaban cordialmente unidos y satisfechos? ¿En qué práctica, en qué
principio S3 fuadaba la caída del gabinete y la retirada estrepitosa
de los actuales consejeros de la corona~


Un ministerio que contaba con una mayoría numerosa en las cor-
tes, que no habia sufrido ninguna derrota,que babia salido victo-
rioso de cuantas batallas empenó contra la oposicioo f que poseia
recursos inmensos, y se apoyaba en doscientas mil bayonetas, 6CÓ-
mo habia sucumbido asi en medio de sus triunfos, entre los anate-
mas de unos, el escarnio de los otros y el desprecio general? ¡Ver-
güenza causa el decirlo!


Y.


El Español decia del ministerio, con motivo de la crisist lo si-
guiente:


«El ministerio Narváez se halla gastado; esto es mas claro que la
luz del día. Las cosas que ha hecho, no las ha agradecido el pais,
tanto como ha sentido los agravios que ha recibido: las cosas qu~
le restan por hacer, carecen de aquella notoriedad y asentimiento
que es el anuncio y la garantía de un gabinete.




'118 B1STOIIA DIL RIINÜO
»Expresion del partido moderado, el ministerio ha Caltado á los


principios, y olvidado los precedentes que ligaban á la opinion po-
litiea que representa, y además ha dividido á su mismo partido.


»Gabinete parlamentario, bajo Sil direccion é influencia se ha di-
vidido el parlamento en ]a mas importante de las cuestiunes que
preocupan al paia; en la del matrimonio de la reina. Gabinete sos-
tenido por el favor de palacio, ha perdido el prestigio y confianza
que lo hacian considerar para los palaciegos como el incontrastable
ejecutor de sus planes, planes que creian lIevaria á cabo sin resis-
tencia el gabinete, pero que ha visto que no se halla en estado de
realizar, teniendo enfrente á la opinion unánime del pais.


»Los dorados ensuenos de obtener el reconocimiento de las po-
tencias del Norte deben estar ya muy lejos de la imaginacioD de los
senores ministros, y su poHtica interior no ha sido tao acertada que
sobre sus triunfos puedan fundar esperanzas de popularidad y do
yida.


»¿Cuál será el desenlace de este imhrogliof ¿Logrará el señor duque
de Valencia deshacerse de sus companeros?


»Y si lo consigue, ¿tendremos el ministerio de hombres de pro, que
parece ambiciona S. E. reunir bajo su presidencia, ó tendrá que
~onteDtarse con un gabinete de criaturas suyas y de allegados, coa
-un ministerio de domesticidad? Lo primero seria probablemente inú-
til para todo fin politico por parte del nuevo gabinete; lo Gegundo
daria un ministerio de pocos dias, ó un ministerio de perdicion, si
para sostenerlo se apelaba á la fuerza; pues el tiempo no ha pasado
en vano, y lo que hoy puede acomodar á los intereses del selíor du-
que de Valencia, no acomoda á Jos de la nacion.


»En los dias en que S. E conservaba su prestigio y su fuerza mo-
ral, pojia serie licito creer que rl3presentaba ai gran partido del ór-
den público. al partido monárquico-constitucional; pero al presente
este partido se halla comprometido y amenazado J')0r los errores de
la administracion del seríor duque, y aunque dócil y sufrido, no
creemos que se halle resigoado á perecer por salvar el amor propio
del que escngió por jefe, para otra cosa y para otros fines que aque-
llos á que ha sido arrastrado.»




CAPITULO LXXXVI.


SUMARIO.


formacion del miui8lerio Miratlores.-Narvaez es nombrado general en jefe del ~ér­
cito.-Programa del nuevo gabinete.-Anomalía de aquella situacioll.


1.


Aquel gabinete fuerte y robusto para la arbitrariedad; que habia
variado completamen~e la legislacion; que habia resuelto por la fuer-
za 'a~ cuestiones de órden público; que habia gobernado llamándose
parlamentario. fuera del parlamento; que habia vivido una vida agi-
tada y en lucha permanente, aquel gabinete se deshizo, se disolvió
cuando parecía que acababa de obtener un gran triunfo y de obrar
en su seDO una completa conciliacion.


El general Narvaez provocó la crisis, porque decia que se hanaba
resuelto á retirarse á la vida privada. Presentó su dimision.


Los demás ministros, que en la hora del pfligro llegaron á acor-
darse de que viviamos en pleno sistema constitucional, quisieron re-
sistir y opODerse á la intriga que los lanzaba del poder. Y como
parlamentarios. contando con la confianza de las cortes, y DO ha-
biendo recibido del troDO UDa manir~stacion expHcita de desagra-
do, se permitieron continuar en sus puestos, esperando una so-
lucion á aquel confticto.




730 HISTORIA. DEL REINADO
Despues de cuatro dias de crisis la solucion llegó.
Varias tentativas mediaron para organizar distintos ministerios. Y


por fin, el marqués de Miraflores fué encargado de la secretaría
de Estado c{)n la presidencia, despues de haber sido destituido Mar-
tinez de la Rosa.


En un solo decreto fueron tambien destituidos Pidal, Armero,
MayaDs y Mon, y encargando el ministerio de Marina á Topete, del
ministerio de Gobernacion interinamente al [marqués de Miraflores,
y de los de Hacienda y Gracia y Justicia á los respectivos subse-
cretarios.


Al siguiente dia se completó el ministerio entrando en Gobernacion
Istúriz, y en Gracia y Justicia don Lorenzo Arrazola. El ministerio
de la Guerra era don Federico Roncali.


¿Qué aspecto tenia aquel cambio ministeriaI~ ¿Qué significado po-
dia darse á aquellos nombres agrupados?


El primer acto del gabinete hablaba bastante alto y revelaba el
carácter y tendencias de la situacion que se creaba.


11.


Reunido el senado para dar cuenta de la formaciou de ese minis-
terio, el general Serrano, que sin duda no ejerci-a ya en la corte
la influencia que la voz pública le sellaJaba, se levantó y dijo lo si-
guiente:


cHe pedido la palabra para anunciar una interpelacioD al gobier-
no de S. M., Y como existe fa costumbre de que pueda anunciarse
aunque no estén presentes los ministros, lo cual me parece moy con-
venient-e, porque tienen tiempo para poder contestar, si el senor pre·
sidente me Jo permite la anunciaré. .


DEl dia 11 del presente mes se ha expedido, el real decreto que
voy á tomarme la libertad de leer al senado.


-En cons'¡deracion á los importantes servicios y esctarecid()!~rito
del capitan general de ejército don Ramon Maria Narvaez, duque de
Valencia, y deseando 'consignar de una manera pú:bliea y solemne el
aprecio que me merece y lo muy satisfecha que estoy de' las reite~
radas pruebas de lealtad y adhesion á mi real persona que me ha
dado en todas épocas, pero muy especialmente durante el tiempo
que con tanto provecho para el trono como para el esta40 ha ejer-




DON FRANCISCO MARTINEZ DE LA ROSA.






DBL ÚLTUiO BORBON DI ESPAÑA. 131
cido los importantes cargos de ministro de la Guerra y presidente de
mi consejo de mini¡tros, vengo en elevarle á la dignidad de general
en jefe del ejército.


lIMi inlerpelacion se reduce á )03 dos puntos siguientes: 1.0 Si
habiéndose expedido ese deerelo cuando el ministerio estaba en gér-
men, hoy ya constituido carga con la responsabilidad, qué atribu-
ciones, qué deberes, qué derechos, qué mando, qué sueldo, qué ¡m-·
portancia tiene esta dignidad de general en jefe del ejército; á esto
se reduce mi interpelacion.. -


Aquella interpelaeion tenia por fin demostrar que frente á las
cortes, frente al pais se levantaba una autoridad; la dictadura.


El general Narvaez al renunciar á la dictadura con sus cómplices.
aceptaba nuevamente el carácter y la dignidad dictatorial.


111.


En El &pañol se Jeía lo siguiente referente á ese nombramiento
extraño:


«Se nos asegura por conducto que nos merece fe, que el señor
general Narva6z ha sido nombrado general en jefe de los ejércitos.


)OEste es un modo indirecto, pero efectivo, de satisfacer la pre-
tension, manifestada por S. E., de renovar en su favor la dignidad
de generalísimo.


»No encontramos en nuestra historia otro precedente de esta cla-
se, tratándose de súbditos de la corona, á no r~currir á los tiempos
de Godo!J.


»,Contra quién ha de militar el nuevo general en jefe? No vemos
otra campaña posible que la que pueda emprenderse contra el par-
lamento y la opinion.»


Miraflores se presentó á dar cuenta de los incidentes de)a crisis
y de la conducta que pensaba seguir.


Largo fué el discurso del presidente del consejo, y entró en con-
sideraciones sobre la canducta del general Narvaez.


Despues prosiguió asi:
«La idea dominante ó primera en el gabinete ha sido dar cima


completa á la reforma constitucional: para esto la necesidad que se
presenta en primer término es armonizar el congreso de diputados
con el senado, es decir, ponerlo en consonancia con la ley votada




'1S1 IIISTORlA bit RImADO
en 1845. Parece que este mismo pensamiento tenia el anterior ga-
binete al presentar la ley electoral: esta se ha debatido ya en el CQn-
greso, pende discusion en el senado: ya me tomo la libertad de ins-
tar á que la discusion siga basta que quede completa.


»Asunto gravísimo ha sido en la consideracion del gobierno el
enunciar un pensamiento á los cuerpos colegisladores en la cllestlon
de Hacienda. Reconocida era hace mucho tiempo la necesidad impe-
riosa de un arreglo en el sistema de Hacienda de Espana. El anterior
ministro de Hacienda lo ba entendido asi. y felizmente para él. para
el pais, ha atravesado esa época de conflicto, que trae consigo el
cambio de los sistemas económicos, en cuyo tiempo se carece de lo
que antes tenia, y todavía no se logra lo que se ha logrado.


»lndiscreto fuera el actual gabinete en volver atrás: adopta. plles,
las bases establecidas por el anterior gabinete en el sistema de Ha-
cienda; reconoce el gobierno actual como el anterior la dificultad de
la percepcion del impuesto, yen esta parte se propone aC'Jdir á to-
dos los medios, hacer economías compatibles con las circunstancias,
y regularizar las contribuciones para llevar á cabo un arreglo fun-
damental en nuestra Hacienda. Para ello emplearemos la circuns-
peccion mas exquisita, la calma mas esmerada, y con el auxilio de
103 cuerpos colegisladores, pensamos dotar al pais con una situac.ion


. ecónomica á la cual su porvenir está tan enlazado.
»Otras varias leyes hay pendientes en el congreso de diputados


y en este cuerpo. Conocerá el senado que no hemos llegado todavla
á su~ detalles, y que segun se vayan presentando, ó las retiraremos,
ó presentaremos las observaciones que nos parezcan oporlunl's.


»Ninguna ley mas importante ni mas grave que ]a de presurues-
tos. El gabinete no ha podido aun tomar en esta parte una resolu-
eion definitiva. No puede ser otra que la de retirar los presupuestos
por si consigue introducir alguna mejora ó economía despues de en-
terarse cada ministro de su parte, porque tiune la responsabilidad
de ella, Ó int~oducir esas mismas mejoras en el seno de las comi-
siones.


»Las circunstancias, mas fuertes que los hombres, obligaron al
ministerio Gonzalez Bravo á dar un decreto de imprenta, y de~J.ues
el anterior gabinete derogó con otro este decreto. El actual m;niste-
rio se propone presentar una ley que reuna las condiciones de ase-
gurar el derecho del libre pensamiento que en la CODstilurion se con-
signa coa el respeto debido á todas las cosas augustas y respetables
por la COlistitucion y las leyes.




DEL ULTIM~ BORBON DI ESPAÑA. 733
»Ha creido el gobierno qtte el órden público es la suprema ne';


cesidad de esta sociedad conmovida. Sir: órden publico no hay pros-
peridad en los pueblos, y cede esa especie de impulso que da la época
á las mejoras materiales en todos los ramos. El gobierno está re-
suelto á asegurar el órden público á toda costa, y no le arredra nin-
gUD peligro c:.Jando trata de prestar á su pais ese servicio, y cum-
plir con un deber sagrado. Cuenta para ello con el apoyo de las
cortes, á las que presentará un proyecto de ley de órden publico en
ocasion oportuna.


»Otra cueslioo hay que merece toda la atencion de los cuerpos
colegisladores y del pais todo. Quiero hablar del culto y clero. Esta
cuestion ]a mira el gabinete como una cuestion hasta de sentimien-
to; y para cumplir .su buen deseo no le arredra Jo difícil de las cir-
cunstancias, esperando de la cooperacion de las cortes poder asegu-
rar al culto y clero una asignaeion decorosa.»


IV.


Desde que se formó el ministerio DO pasaba dia sin que se nota-
sen síntomas de una nueva crisis. Parecia como si no dominara en
los consejos un pensamiento comun, en armonía con las exigencias
de la opinion pública, y que no reinaba entre Jos miembros del ga-
binete aquella. uniformidad y consonancia tan necesarias para la buena
direccion de los negocios publicos.


Su marcha anómala y desconcertada era el resultado legitimo de
la duda, de la incertidumbre y de la fluctuacion. Los ministros vi-
vian al dia, al acaso, sin atreverse á penetrar en los arcanos del
porvenir, y como temiendo resolver ciertas cuestiones de grave im-
portancia y peligro por falta de valor, Ó por uó triste convencimiento
de su impotencia. Lejos de formar un conjunto de miras y de opi-
niones poHticas compacto y homogéneo, desde luego se descubria
que cada ministro ocupaba aparte una esrera de ideas, tiene sus par-
ticulares simpatías, y se mueve ó quiere moverse dirigido por prin-
cipios que son propios de su carácter~ de sus antecedentes y de sus
compromisos. Bien se notaba que el gabinete era una máquina com-
puesta á retazos, donde habian entrado piezas de diversas clases,
cuya juntura y trabazon se hacia imposible. Falto de consistencia y
de vida propia, el meDor sacudimiento podia causar su ruina, en-


TOMO n. 93




'13i HISTORIA DEL REINlno
volviendo al partido dominante en una crisis de terribles consecuen-
cias.


Al ocuparnos de la formacion de aquel gabinete, ya hicimos ad-
vertir que -el sefior marqués de Miratlores solo habia procurado ro-
dearse de sus amigos particulares á quienes profesaba estimacion y
aprecio, como si bastase esta circunstancia para constituir un go-
bierno llamado á inaugurar una nueva época de justicia y repara-
cion. Las afecciones privadas, por respetables é influyentes que sean,
no merecen considerarse como los únicos elementos que hayan de
entrar en la confeccion de nn ministerio constitucional. Lo que de-
bió haber hecho el seilor marqués de Miraflores era fijar, ante todo,
el sistema que convenia seguirse, establecer los puntos cardinales
de su politica, trazar la línea de conducta que ]a prudencia acon-
sejaba, y buscar des pues las personas mas á propósito para Hevar
adelante la obra de sus convicciones, deseos y esperanzas.


v.


Pero por desgracia sucedió todo lo contrario. Lo único que se creyó
urgente, lo único que se creyó importante en Jos momentos azaro-
sos del conflicto que habia provocado la violenta dimision del gene-
ral Narvaez, fué reunir de pronto cinco hombres que se decidiesen
á tomar sobre sus hombros el cargo de consejeros de la corona, en
la persuasion de que seria mas fácil entenderse y concertarse una
vez formado el gabinete. De aquí nacia la inseguridad y la insigni-
ficancia del nuevo ministerio; de aquí provenia el motivo de que lle-
vase todos los caractéres de un poder transitorio, fugaz, de corta
vida y escasa preponderancia.


Tres cuestiones debió haber presentado resueltas el marqués de
Miraflores desde el punto en que aceptó el encargo de formar un
gabinete, para que sirviesen de fundamento á su política: la cues-
tion de Roma, la cuestion de legalidad y la cuestioD del matrimo-
nio. La reputacion del senor marqués, la suerte de las instituciones
y ]a felicidad del pueblo espailol exigian que esas tres cuestiones
hubieran servido de preliminar á la organizacion del nuevo gabi-
nete. Expuestas con franqueza, con energía y en un sentido bien fa-
vorable ó bien adverso á las exigencias de la opinioD yal voto uná-
nime de los pueblos, hubieran dado de todos modos una situacion




DEL ULTIIlO BORBOl'( DE ESPAÑA. 735
cIara y decisiva. Y quedaba resuelto el problema. Si el marqués, de
acuerdo con las pretensiones de la corte y sometido al maléfico in-
flujo de intereses bastardos, se resolvia á dar su apoyo al enlace
con el conde de Trápani; si se doblegaba á las pretensiones d4'!shon-
rosas del Vaticano; si consentia en servir oe miserable instrumento
á la dominacion del sable, ya se sabría por lo menos la clase de ene-
migo á quien combatir, e3 temple de sus armas y la suerte que es-
taba reservada á los Jiberales. En el caso contrario hubiera resul-
tado tambien un gran beneficio; porque ó el marqués se guia en el
poder no obstante su oposicion á todo proyecto liberticida, yenton-
ces su presencia era una garantía preciosa para Jos buenos es pafio-
les, ó se veia relevado del encargo, y entonces su retirada daba la
voz de alarma, desconcertando los planes fraguados sordamente por
Ja in triga y la ambiciun.


¿Es ese por ventura el camino que nevaron los pasos para la foro
macion de aquel gabiDete~ No. ¿Qué representaba el marqués de
Miraflores? ¿qué prometia Peña Aguayo~ ¿qué idea orrecia Roncalit
¿qué significacion tenia Igtúriz? ¿qué simbolizaba Arrazola? ¿A. qué
bandera correspondia Topete? Podrán hallarse muy unidos y com-
pactos eslos señures; pero la razon dicta que es imposible que se
encierre un pensamiento grande, fecundo y regenerador de gobier-
no en la reunion fortuita de un ex-presidente del senado, de un in-
dividuo de la oposieion, de un semi-moderado y semi-ccnservador,
de un agente del duque de Valencia, de un antiguo ministro del ano
de 18iO, y de Un marino excéntrico.»




CAPiTULO LXXXVn .


. . J'., .·~,.r


SUMARIO.


Defectos del ministerio Miraflores.-Proyecto de ley económico.-Funesta influencia
del general Narvaez.-Nuevo arreglo de la dotacion del culto y clero.-Nulidad
de aquel ministerio.-Centestacion del diputado Orense á una pregunta del He-
raldo.


1.


Si era antiparlamentario el anterior ministerio, no llenaba mejor
las condiciones esenciales del gobierno representativo el gabinete
presidido por el célebre marqués de Miraflores, puesto que no ha-
bia salido ni de la minoría ni de la mayoría de las cortes.


Si ilegalidades habia cometido el anterior, el nuevo parecia acep-
tar su responsabilidad premiando ampliamente al héroe de Ardoz,
al famoso general que habia presidido y combinado todos los planes
para llevar la situacion al puuto en que seIencontraba. y el gene-
fal Narvaez seguia inspirando, sin duda, á los nuevos administra-
dores, porque se hallaban supeditados á aquella dignidad imaginaria
y fantástica, pero real tambien, que acababan de crear.


Tambien mostraban apego al mando cuando asumian la inmensa
responsabilidad de la sangre derramada y de los despilfarros de la
época.


Dé aqui el acto mas significativo por el cual parecia como si qui·
siera enmendar en cierto modo algunos perjuicios económicos.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 737
((Previniendo el articulo 75 de la Constitucion que se presenten


todos los aÍÍo~ el presupuesto g~neral de los gastos del Estado para
el afío siguiente, y el plan de las contribuciones y medios para lle-
narlo, es evidente que los efect<>s de la ley de !23 de mayo último,
que estableció los de 1845, no pueden extenderse hasta el presente;
y no entrando en las miras del gobierno mantener un órden de co·
sas tan contrario al texto explicito del código fundamental, ha debi-
do pensar primeramente en legalizarle y ponerse en el terreno de
los legitimos y saludables principios del sistema constitucional.
Para conseguirlo ha extendido el proyecto de ley designado con el
D. o 1.- que le autoriza para continuar cobrando las contribuciones
públicas invirtiendo sus productos hasta una época determinada con
arreglo á la ley de mayo referida, si bien proponiendo la redu6cion
del importe de la contribucion inmueble en la proporcion de 50 mi-
llones anuales.


»Estos mismos 50 millones son los que el gobierno propone tam-
bien se rebajen á la cuota de dicha contribucion en el nuevo presu-·
puesto dA ingresos, conforme en este punto éon las ideas~d¿ su an-
tecesor. Cuando lo que mas le preocupa es mejorar la situacion de
los contribuyentes, y tomar en cuenta sus legítimas reclamaciones,
no podia menos de apresurarse á coger el pensamiento de una re-
daccion que tan de lleno entra en su sistema. Sus intenciones sobre
~l particular eran hacer todavía una rebaja mucho mas cODsidera-
hle en un impuesto que por las dificultades inherentes á su asiento
y distribucion, ha cargado sobre aquellos con notoria desigualdad,
y producido en su consecuencia quejas tan justas como numerosas;
mas desgraciadamente no le ha sido posible conciliar sus buenos
deseos con la imperiosa necesidad de atender cumplidamente á las
cargas públicas, y la dificultad de improvisar en estas, economias
de bastante magnitud para compensar el déficit que por aquella
~usa resultase. Luego que estas economías puedan tener lugar
sin que se resienta el buen régimen del pais, y llegada que sea la
ocasion oportuna de hacerlas con el detenimiento y meditaeion
convenientes, entonces no se presentará obstáculo alguno en redu-
cir nuevamente el impuesto en cuestion, sobre todo si el des-
arrollo natural y espontáneo de otras contribuciones acrecienta,
como es fundado esperar I los recursos del Estado y mejora satis-
factoriamenie la situacion del tesoro, Entre tanto el gobierno confia
en que su carga sea mas llevadera con la correccion de los vicios y




738 HJSTORIA DEL REINADO
desigualdades notados en el repartimiento, aprovechando para el
nuevo los datos é indicaciones que se hubiesen reunido.


»La contribucion de inquiJinatos es una de las que han parecido
que podia y debia abolirse en beneficio de los pueblos. Establecido
este impuesto con los demás que forman partd del nuevo sistema
tributario, sus rendimientos no han correspondido á las esperanzas
que al principio tal vez se formaron, ni compensan de modo alguno
los inconvenientes de su administracioD. Por otra parte en algunas
provincias, ora por su novedad, ora por sus circunstancias, ora por
otros motivos, ha tenido y tiene contra ella muchas prevenciones y
ha originado grandes clamores. En su vista se propone á las cortes
su su presion total y absoluta.


»Además de que la opioion particular del presente gabinete es que
una cuestion de tanto bulto y de tanta trascendencia como el arre-
glo de la deuda pública, necesita indispensablemente ser objeto de
una ley particular discutida solemnemente en el seno del parlamen-
to, donde tengan representacion los intereses de todos Jos acreedo-
res, donde se bagan oir todas las reclamacj!)nes, y donde, en fin,
puedan determinarse la extension é importancia de t:ldas las cargas
que de sus resultas hayan de imponerse a! pais. En vista de estos
miramientos, no ha podido menos de proponer á las cortes que desde
luego considera derogada la autorizacion de que se trata.
»~I ministerio actual, cuyo sistema será siempre disminuir la deu-


da pública en VeZ de aumentarla, DO puede acomodar una operacion
que por ventajosa que sea en la apariencia, por cuanto solo echa
sobre el Estado la carga de los intereses de las sumas adeudadas,
tiene por resultado acrecentar mas y mas, y de una manera indefi-
nida, la masa de la ya existente. Sus miras por el contrario se di·
rig9n todas por ahora á robustecer los recursos de la Caja para
aplicarlos á la amortizacion directa de cupones al precio corriente
en el mercado, que en la actualidad es proximamente de !3 al !5
por lo menos.


»Sosteniéndolos á este precio, el gobierno hace cuanto está á su
alcance hacer en favor de los acreedores que no salen tan perjudi-
cados eGmo á primera vista pudiera creerse. Suponiendo á los titulos
de la deuda de1 5 por 100 sin los cupones vencidos el precio medio
de !3 por 100; 100,000 reales de un capital nominal de dicha deu-
da, costarán en dinero !S,OOO reales, que producirán un interés
anual de 5,000 en cupones. Si esto" se vendiesen nada mas que al




BEL ULTIMO BORBON DI ESUÑA. 739
precio mismo de !3 por 100, valdrian 1,150 reales. los cuales re-
presentarian el rédito en metálico de los 23,000 invertidos. Llevada
á efecto, pues, la amortizacíon de los cupones, en términos que su
precio [JO baje nunca de !3 por 100, resultará que las cantidades
empleadas en capitales de la deuda indicada producirán un interés
efectivo de un 5 por cIento, bastante aproximado al interés ordina-
rio del dinero en EspafIa, y superior con mucho al que produ en las
cantidades impuestas en los efectos públicos extranj eros. Y si se
dice que esta ventaja podrá únicamente ser obtenida por aquellos
que compren rentas á los precios actuales, pero que no alcanzan á
los primitivos tenedores que las adquirieron á otros mucho mas
elevados, fácil es responder, que, valuando en un 50 por 100 lí-
quido el precio medio á que han sido emitidos los capitales de la
deuda espallola en las diferentes épocas, los tenedores de que se
trata tendrán siempre asegurado, mediante la venta de los cupones
al tanto corriente, un interés de un dos y medio por ciento, que es
casi igual que el que queda á los tenedores extranjeros de las ren-
tas inglesas.»


JI.


El marqués de Miraflores ha merecido siempre que todos los par-
tidos le considerasen como hombre de buena fe, y si bien entusiasta
ciego de los privilegios de la vieja monarquia y de las aristocracias,
dispuesto á aceptar las reformas que la opinion reclamase. Por eso
hubo quien creyó que la situacion se despejaria, no tomando en
cuenta que el general Narval:lz era demasiado hábil, y muy pusilá-
nime y obcecado el célebre marqués.


Volvíase ya á hablar de revueltas y asonadas; manto que oculta
muchas veces las tendencias y los planes de los opresores.


Recorriendo la historia de aquellos ominosos dias, fuera fácil de-
mostrar que la mayor parte de las medidas opresoras de los pro-
yectos reaccionarios, puestos en prática, se debía á lllS efectos del
pánico hábilmente aprovechado por aquel corto número de hombres
audaces que stJpieron monopolizar desde el célebre pronunciamiento
del '3 todos los beneficios del mando absoluto.


Bajo la impresion del miedo se efectuó la r~rorma del código
de 183'1; bajo la impresio~ del miedo se devolvieron los bienes na·




74,0 HISTORIA DRL REINADO
cionaies á la Iglesia; bajo la impresion del miedo se abolió el jurado
y se puso una mordaza á la imprenta, y bajo la impresion del miedo
se dictaron los decretos sanguinarios que han manchado las páginas
de la Gaceta, Henando de escándalo el mundo civilizado. Nada hay
mas cruel ni mas egoista que el miedo, y por eso la crueldad y el
egoismo fueron los caractéres especiales del gobierno de los mode-
rados.


La dictadura furibunda que ejerció la espada del general Nal'-
vaez no tieno otro origen ni reconoee otro fundamento. Su presen-
da al frente de los negocios! su gobierno militar, su persona y su
brazo llegaron á considerarse como una necesidad imprescindible
para sostener el edificio de la situacion. Bajo sus auspicios se creian
seguros los moderados, y á trueque de conservar un dominio iluso-
fio y pasajero sobre sus adversarios poHticos, doblaban la rodilla
ante el ídolo de la fuerza, y aiiadian con su humilde apoyo doble
peso al cetro dictatorial que al fin habia de hacérseles insoportable.


111.


Todos los conatos, todos los esfuerzos, todos los planes iban en-
.caminados á destruir para siempre los elementos de poder y de ac-
cion del gran partido nacional, á cuyo nombre temblaban los mo-
nárquicos por excelencia. El temor profundo de un trastornl:>. de un
cambio politico, era el principal móvil que decidia á nuestros ad-
versarios á sancionar las usurpaciones y los alentados que muchos
de ellos condenaban, sin prever que los golpes del despotismo ha-
bian tambien de alcanzarles el día que se atreviesen á volver por su
decoro y tratasen de contener el torrente de la arbitrariedad.


Los verdaderos conspiradores eran mas bien los agentes de la su-
persticion y del absolutismo; eran los partidarios de un matrimonio
funesto; eran los que querian labrar su fortuna á expensas del su-
dor y de la sangre del pueblo; eran esos advenedizos que viven siem-
pre y se alimentan con las intrigas palaciegas; eran los apóstoles de
la dictadura y de las medidas excepcionales; eran los apóstatas y
refractarios que lemian,el dia de la justicia y de la expiacioD.


No solo se conspira en las calles y en las plazas; no solo hay in-
surrecciones emprendidas entre el olor de la pólvora y el ruido de
las balas; se conspira casi siempre bajo dorados artesones, á la som-




DIL ULTIMO BORBON DE ESiAÑA. '141
tra de los tronos, invocando los principios de órden y dando á las
tentativas sediciosas el carácter de lealtad y de amor hácia las pre-
rogativas del monarca.


Para fijar bien lo que vamos diciendo, queremos reproducir unas
Hneas del Español contestando al Heraldo:


«El ministerio Oralia fué aun gabinete parlamentario, gobernó por
el partido y para el partido moderado. Lo derribó de UDa plumada
el general en J4e de los ejércitos de entonces, y el ministerio que le
~ucedió se vió colocado desde su nacimiento bajo la influencia de la
tOrte, entonces íntimamente unida al general.


»En vano el partido moderado, fiel á ]a corona, compacto y unido
entonces, blanco de Jos tiros y de las persecuciones que lo amena-
zaban, exponía respetuosamente los peligros, la imprudencia de se-
pararse de él y de echarse en los brazos del general. La corte se
reía de las tribulaciones del partido moderado, de sus servidores los
mas probados, y cediendo á las indicaciones de la influencia militar
que habia de perderla, decretaba los levantamientos de los estados'
de sitio y esas otras medidas que recuerda El Heraldo.


»Entonces fué cuando profundamente afligidos de ver que la co-
rona, cabeza natural de nuestro partido, se separaba de nosotros,
exclamamos en el Correo Nacional: ClNo nos queda otro arbitrio que
el de bajar la cabeza, pues en las filas do un partido monárquico,
á nadie es dado mostrarse mas realista que el rey . .o


»Esto fué lo que sucedió en la época que cita Et Heraldo. Una
influencia militar avasalló al trono, y la excelsa persona que en re-
presenta:::ion de su augusta HIJA DOÑA ISABEL lo ocupaba, dió la ra-
zon á aquetla influencia en contra de sus propios intereses y de los
nuestros. »


IV.


El ministerio habia entre tanto preparado la continuaeion de sus
mezquinas reformas económicas, y publicó un decreto para atender
al clero.


La esencia del proyecto de Peña Aguayo se reducia á separar las
atenciones del culto parroquial, de las del culto provincial ó dioce-
sano. Estos, así como la dotacion de todo el clero secular, queda-
ban á cargo del Estado: el culto parroquial al de los pueblos.


TOllO n. Sí




74! HISTORIA DEL BBINADO
El total de ambas atenciones lo fijaba el ministro en la suma


de 150 millones. De estos, li! millones y pico cargaban sobre el
EstaJo. El resto destinado á las necesidades del culto parroquial, lo
debían abonar los pueblos por medio de repartos vecinales.


La suma para atender á la dolacion del personal del clero y al
culto de las catedrales, colegiatas, abadías, etc., _proponia el minis-
tro que fuese cubierta en la forma siguiente; •


Con los productos de los bienes devueltos al clero s(Jcular.
Con los productos en metálico de las enajenaciones de los bienes


del mismo clero secular que debía parcibir el tesoro por algun
tiempo.


Con el producto de la bula de Cruzada.
Con el de los censos que cobraba el Estado.
El ministro graduaba todos estos rendimientos en 60 millones de


reales, y el resto, que estimaba en 62 millones aproximadamente,
lo habia de pagar el tesoro mensualmente.


Como se ve por esta ligera exposicion, no tenia el ministerio gran-
des proyectos quete~lizar. Mas, con todo esto, en la estrechez de
miras y en la falta de iniciativa de los moderados, ese proyecto yel
que se le atribuia de disminuir la fuerza armada, eran ya algo des-
pues de los rudos ataques que la bolsa del contribuyente venia su-


. friendo de aquellas monárquicas y aristocráticas administraciones,
que habian hecho del ministerio Lopez un instrumento, y de los ca-
dáveres una escala para encaramarse á las regiones del poder.


Por desgracia el generalísimo debia ser impedimento para que
desenvolviera sus planes aquella colecoion de nulidades políticas.


Era grande el despilfarro, y DO habia iniciativa ni audacia bas-
tante para poner un dique á las exigencias siempre crecientes de la
turba presupnestivora.


y por lo demás, ¿cómo babian de atreverse aquellas pobres gen-
tes á tocar á la única autoridad de la época, cercenando á los ar-
rastrasables lo que llamaban necesidad absoluta y perentoria para
sostener el órdent "Cómo habian de atreverse aquellos servidores
del trono á ponerle en peligro contrayendo una inmensa responsa-
bilidad~


v.


El Heraldo entretenia sus ocios, ya que no podia elogiar á sus




DEL ULTIMO BOllBON DB ESPAÑA. '43
patronos, en deprimir, censurar y calumniar á sus adversarios.
Aprovechando, pues, la ocasion de ser marqués el diputado Orense,
le dirigió acusaciones injustificadas, sangrientas pullas, denuestos é
improperios que aquel defensor de los principios democráticos re-
chazó en un comunicado que decia asi:


«Mi educacion no me permite dejar SiD contestacion la pregunta
que usledes me hacen en su número tl U. En efecto, mi familia
tenia derecho á los tercios diezmos de varios pueblos. Esto es bien
público, pero ciertamente nadie es reprensible porque sus antepa-
sados comprasen á la corona el derecho á percibir una parte de los
diezmos, y pidan una indemnizacion cuando se lo quitan. Pero no
tengo bijos en disposicion de ser soldados, ni marineros, y voto con-
tra las quintas y matrículas; no espero mercancías, y voto contra
el sistema restrictivo de comercio; no vivo en ciudades, y voto contra
los derechos de puertas; apenas fumo, y voto contra el estanco del
tabaco; no tengo pesqueras, y voto contra el estanco de la sal. Ni
soy periodista, y he defendido la imprenta. Confieso, sin embargo,.
que ni tellgo el sublime desprendimiento de los hombres de! Heral·
do á quienes hemos visto salirse del salon cuando se votaban los
1,800 millones para los contratistas, y cuando se trataba de los
sueldos en que personalmente estaban interesados; personas de tal
abnegacion es natural les ofenda hasta la sombra de egoismo. Cuan-
do entienda justa una cosa la votaré siempre, y como he votado lo
que tanto pesa á los amigos del Heraldo, votaré contra las Lanzas,
y votaré en favor de los pueblos q.uemados, y votaré cuanto en-
tieoJa justo, tenga ó no interés; me bastará ser superior á mis in-
tereses cuando lo requiera el bien público, pero 00 cuando el ob-
jeto sea tan noble y desinteresado como el que movia estos di as á
ciertos amiguitos.»


r




CAPITULO LXX XVtu·


SUMARIO.


Publicacion de gastos, ~obranza y distribucion de fondos correspondientes á enero d,
18~ !i.-E5tado precario Je nuestra marina de guerra en dicha época .-Un artí-
culo del Español sobre el estado crítico en que se encontraba la Hacirnda.-Ma-
les inherentes á la monarquía.-Fingidas é infamei! conspiraciones.-Procflsos ar-
hitrarios.


J.


Deseoso, sin duda, de publicidad, el ministerio insertó f'n la Ga-
cela Jos estados de gastos, la cuenta con el Banco de San Fernan-
do, cobranza y distribucíon de caudales correspondientes á enero de
1846.


Al examinar ese documento se comprendía perfectamente como el
ministro del sistema tributario trataba de encubrir ]0 que en los pri-
meros dias de su mando se creyó en el deber de publicar. El ex-
ministro lemia con sobrado fundamento presentar á la vista de todos
el triste cuadro de las contravenciones á la ley de presupuestos, de
las desigualdades repugnant~s, de las preferencias injustas, de las
demasias intolerab'es, de sus desastrosos manejos rentisticos; temia
dar nuevas armas á la oposicion, que si bien sospechó en las causas
de su silencio, jamás pudo prever que el desórden fuese tan grande,
y el abuso tan escandaloso. Muchos creian que el misterio (uese hi.
jo del deseo de ocultar lo exiguo de las rentas pública~, y su desni-
vel Ó desprop-oreion con los gastos: otros manifestaron el recelo de




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 145
bue en el gobierno de la Hacienda no se siguiesen los preceptos le-
gislativos, y dominasen la arbitrariedad, la injusticia y el des-
concierto. Aquellos verian que los ingresos del erario habian sido
cuantiosos, superiores en mucho á las obligaciones votadas por las
cortes.


La prim9ra idea que ocurria al leer los estados recaia sobre las
enormes sumas satisfechas en el año anterior por esta nacion de-
vastada 'j empobrecida. 1 ,~OO millones, sin contar los rendimientos
de la instruccion pública, los d~ correos correspondientes al mes de
dieiembrp-, y varios ingresos en A.lava, las Baleares, Canarias y otras
provincias era una suma muy superior á los recursos de la Espafia,
la que bajo este tipo venia á resultar mas gravada que ninguna na·
cion de Europa. Ras te decir que descontadas las aduanas, nuestros
contribuyentes pagaban mas de la tercera parte del presupuesto in-
glés con la misma rebaja, cuando la riqueza de España no se ha-
llaba con la de Inglaterra en la proporciJn de veinte á uno. No es
de admirar por tanto que los apremios hubiesen sido tan duros y las'
vejaciones tan insoportable~. Para sacar á los pueblos esta can tidad
que parecia casi fabulosa, se neeesitaban los esfuerzos aunados de
Ja violencia, del egoismo y de la insensibilidad.


Interesantes eran tambien las verdades que se desprendian com-
parando las cantidades pagadas á cada ministerio ó ramo con las
respectivas en el presupuesto de 1845, ó en la ley de ~3 de mayo
del mismo afio. Este exám~n descubria bien á las claras que el mi-
nisterio Narvaez habia distribuido los caudales segun sus caprichos,
sin respetar la resolucion de las cortes, sin cuidarse de la equidad,
de la igualdad y de la justicia. Descubria tambien la postergacion
de todos los gastos reprod~ctivos de los caminos, de los canales, de
la marina y demás obl'a~y 'mejoras que pudieran aliviar en algo la
miserable condicion de los pueblos.


Mientras tanto el ministerio de la Guerra tomaba dp. las arcas
públicas nueve millones y medio mas de lo que hubieron de conce-
derle las cortes.


No habian andado tan omisos en sus intereses Jos cuerpos colegis-
ladores, que DO teniendo votados para sus gastos mas que l.U~,300
reales, habian percibido hasta 3.478,934 reales y 1 mr., es decir,
!.336,63i realps y t mr. de exceso. Era natural que con el lujo
oriental que reina en esos salones legi~lativos de los conservadores,
costaria á la nacion e§pafiola bastantes miles; pero no.creíamos que




'146 IUSTOInA. DEL REINADO
subiese á tanto. Por lo demás habiéndose permitido los padres de la
patria en sus gastos un aumento de mas de las dos terceras partes,
¿podria extrañarse que el gabinete se creyese autorizado para al-
terar los presupuestos?


11.


El ministerio de Estado habia recibido todo su contingente con
un pequeño déficit de 381 reales, 17 mrs. Restaba averiguar si es-
taban cubiertas en la misma proporcion sus obligaciones peculiares,
si estaban atendidas las clases que cobran por este ramo, las sumas
consumidas en imprevistos y demás fines. Las cuentas claras de la
distribucion harán enmudecer á los quejosos, y quitarán todo pre-
texto á la maledicencia.


La administracjon de justicia resultaba atendida con generosidad
nunca vista. Su presupuesto de 18.788,219 reales, estaba paga-
do con la demasía de 1. 276,11 O reales 1 i mrs. Pero cuando era
de esperar que se hallasen cubiertos íntegramente los haberes de
los empleados en ella, obras y demás gastos de la misma admi-
nistracioD, supo el pais con dolor que sufrían aquellos un atraso de


. alguna importancia, y que por falta de fondos no habian podido ha-
cerse en algunas Audiencias reparos de necesidad. ¿En qué consistia
esto? Como no se Henaban 18 con 20 es un problema superior á los
cooocimientos matemáticos.


El déficit de 36.807,96<1 reales !6 mrs. solventados de menos al
ministeiÍo de la Gobernacion, se enjugaba co(15 millones por los
réditos del empréstito, para la construccion de caminos que no ha-
bia llegado á contratarse, con los 10 para las universidades y con
los fondos que debieron invertirse en los puertos y faros. Estos gas-
tos de órden infer-ior ó secundario se han descuidado: los otros;e8-
tarian cubiertos con religiosidad y esmero.


Hasta en las distribuciones de fondos debia resaltar la preponde-
rancia militar que dominó en el consejo presidido por el· duque de
Valencia. La asignacion del ministerio de la Guerra, importante
311.334,097 reales !5 mrs. estaba pagada íntegramente, con mas
9.469,155 reales 21 mrs.; y si se consideraba el completo aban-
dono de las fortificaciones y del material, que la fuerza de los cuer-
pos no estaba completa y las bajas naturales en las tilas del ejér-




DE1 IJLTUlO BORBON DE aSPAÑA 'U7
cito, podia deducirse que alcanzaba el tesoro á la Hacienda militar
en sumas considerables. Así se creia por lo menos gen 3ralmente, y
deber era de los interesados rebatir este juicio, no siendo cier!o por
medio de las cuentas. La nacion debia tener derecho á saber cómo
se habian gastado 331.803,169 reales 12 mrs., cuya sumaconsti-
tuia la tercera parte de los ingresos.


III.


En el largo espacio de cinco años transcurridos desde la concIu-
sion de la guerra civil, nuestro ministerio de Marina solo habia po-
dido equipar una fragata y un bergantin con destino á Montevideo,
empresa que se halla al alcance de una casa de comercio con el
fondo de seis millones, y bajo este aspecto parecen mucho los
'8.8~9,987 rs. !9 mrs., percibidos á cuenta de los 88.4!!,681 .
reales 16 mrs. de su presupuesto. Sensible era, sin embargo, que
se desatendiera así el fomento de nuestra marina, que era la peor
librada en el reparto; pues apenas habia tomado la mBad de la (¡uo·
ta que le fuera asignada. De cualquier modo importaba averiguar
qué sumas se habian consumido en la construecion de buques den-
tro ó fuera de España.


Bien puede decirse que el presupuesto peculiar de Hacienda, ex-
cluidas las clases pasivas, ascendía únicamente á !OO millones. Las
sumas que habia percibido en el año, ascendian á 3'26.911,!!8
reales 5 mrs., de manera que des pues de cubiertas integramente
las atenciones, le resultaba un sobrante de mas de 1!6 millones
para los haberes de aquellas clases. Pues bien, estas alcanzan al
tesoro en mas de 70 millones, á los que deben agregar los adeu-
dos á las activas, correspondientes á tres mensualidades. Misterios
son estos impenetrables para los profanos.


¿Qué destino, qué Ínversion se habia dado á treinta y siete mi-
llones quinientos veintiseis mil ochocientos ochenta y seis reales un
maravedí que la Caja de amorlizacion tomó de mas sobre su presu-
puesto de 99.1l5,6!9 rs, y 8 mrs.~ No pueden haberse consumido
en pagar los intereses de ]a flamante conversion; lo uno porque los
mulos se emitieron al concluir el año, y lo otro porque el aumento
de los réditos sobre los calculados, apenas llegará á ocho millones.




748 HISTORIA DEL REINADO
Tampoco lo habrán sido en el arreglo de la deuda por no haberse
hecho. ¿En qué se habían gastado, pues?


Las obligaciones del culto y clero aparecian satisfechas con mas
7. 775, ~96 rs. y ~8 mrs., comparando su presupuesto particular
de 1!5. 495,447 rs. y un maravedí, y las sumas entregadas que
ascienden á 133.~70,7i3 rs. con !9 mrs. Calculando en 30 millo-
lles los derechos de estola y pié de altar, resulta que esta clase está
pagada tIe todos sus derechos con bastante exceso. ¿Por qué enton-
ces exhalaba tan sentidos clamores? Ocúrrenos una duda. El minis-
tro Mon babia leido pocos dias antes en el congreso un estado de
la I!lisma contaduría de valores, en que se demostraba que su-
bían hasta 153 millones las entregas hechas al clero, cuya afirma-
tiva dió márgen á protestas y reclamaciones sin número. "Cual de
los dos estados era el cierto, el verídico y positivo? ¿Ninguno acaso?
La Hacienda espaiíola se iba convirtiendo en un logogrifo; marcha-
ba á la bancarrota.


IV.


En el Espai'iol de 18 de marzo se leía lo siguiente:
«Hace dias que se nos habían comunicado datos que inducían


fuertes sospechas de que los que tienen interés en desacreditar la
libertad, los que necesitan persuadir al trono y á los hombres pa-
cificos, de que no se puede gobernar á Espaiía SiDO por medios de
fuerza, y sujetándola al capricho de ¡os que quieren darDOS sus pa-
siones por leyes; que los que se hallan heridos y mortificados por
los ataques que la prensa independiente ha dirigido á su desastroso
sistema, mantenian por ciertos conductos y de cierta manera sola-
padas y siniestras relaciones con escritores conocidos por su celo
ardiente hácia doctrinas exageradas; y qúe los medios puestos á dis·
posicion de algunas empresas periodísticas, provenian, sin que tal
vez lo sepan los qu~ se sirven de ellos, de arcas donde se calcula
colmar la merma que estos y otros análogos dispendios puedan oca-
sionar, privando al pais y á. los hombres honrados de los medios
legitimos de senalar los abusos y los desmanes de un mal gobierno.


»AI principio alribuimos á cavilosidad Je nuestro comunicailte
las noticias sobre la probable inteligencia entre los comanditarios y
banqueros de los periódicos exagerados, y los enemigos de la. pren-




DEL ULTIMO BORBON DIISUÑA. ''1i9
sa moderada y circunspecta. P@ro en vista de lo que estamos pre-
senciando, del extravio y de los excesos á que pérfidas excitacion8s
y seducciones arrastran quizá á hombres irritados, de la procacidad
con que otros se anuncian como dispuestos á eonyertir á la imprenta
en calamidad y azote de la decencia y del decoro privado de las fa-
milias, un rayo de luz hiere nuestra confundi~a raZOD, y nos des-
cubre 1a mano fatal que recurre al gastado medio de desacreditar á
la libertad por los medios que debian hacerla grata J apetecible á
los pueblos.


»La moral pública, el crédito de las opiniones poHticas, y el de-
coro de todos, exigen que ya que el Estado paga una policia, esta
policia se emplt'ara en averiguar de dónde salen esos medios impro-
visados con que se fomentan publicacionQs que no tienen condicio-
nes naturales de existencia, que alienta, que protege á los que apa-
recen como sostenedores de las mismas; de donde ha partido el in-
flujo que de repente ha traido á figurar con tanta audacia á hombres
que hace pocos meses eran blanco de las persecu.iones de la jus- .
ticia.


»Esto tiene obligacion de saberlo el gobierno; que con que I~
sepa basta para que nadie se atreva á decir manana que semejantes
excesos son la consecuencia natural de la libertad de imprenta.»


No nos explicamos las aberraciones del Español, eonsignadas en
las lineas que preceden respecto á que la policía pudiese inquirir y
tomar intervencion en la forma y vida de las publicaciones periódi-
cas; pero si creemos que los hombres funestos, los generales del
moderantismo, los cortesanos de aquel nuevo Parc-aua:-Cerfs,
donde reinaba el sibaritismo y la mas refinada sensualidad, debiao
tentar todos los medios por inmorales é infames que fuesen para
hacerse necesario á esas gentes que viven en el indiferentismo y se
quejan de la marcha gubernamental, euando sus intereses padecen
y los negocios se paralizan, por hacerse perpetuos en palacio, don-
de la venganza y los odios forjan siempre el castigo di los súbditos
oomo el ideal del gobierno.


v.


Monarqu(a, despilfarro, desórdeo, inmoralidad y corrupcion son
palabras correlativas, que no pueden considerarse separadas; que


TOAlIII.




750 HI.8TORfA. DEL RIINAiH;
soo, digámoslo así, atributos esenciales á la institucion, esos vicios
profundos y arraigados que degradan y envilecen á los pueblos.


No desconfiemos ni queremos hacer responsables á las personas:
el mal está mas hondo, está en la institucion, yesos mismos reyes
que los constitucionales citan como un modelo perfecto, ¿no prue-
ban con su dulce far niente que la institucion, que el trono ó es·
perjudicial ó inútil? ¿Qué significa LeopoJdo de Bélgica ó Victoria de
Inglaterra, obedeciendo al parlamento? ¿Es ese un tipo de monar-
quia?


¿Pero era en Espada posible realizar ese suei'io habiendo en pa-
lacio tales hábitos de despotismo y agentes ambiciosos serviles? De-
jemos á un lado esta hipótesis y prosigamos.


Para completar el cuadro de la inmoralidad que reinaba en aque-
llos tiempos calamitosos, aiíádase á las mismas conspiracioDés fra-
guadas por los barones de Bulow y Pelicby para perder á hl)nrados
padres de familia y á beneméritos ciudadanos, la historia de los
procedimientos en que se habian visto repentinamente envueltos los
sei'iores Crespo, Sagasti, Riego, Esainz y otros. La causa promovi-
da contra estos apreciables patriotas debía mirarse, en cuanto á su
or ígen y á sus principales incidentes, como la que se formó á los
senores Cortina, Madoz y demás compai'ieros; como la que ocasio-
nó la prision del sefior Gamindez; como la que se desprendia de las
falsas delaciones é infernales intrigas de los agentes del general
Chacon, y como la mayor parte de las que, desde la infausta domi-
nacion de los moderados, sembraron el escándalo y la consternacion
en los ánimos, convirtiendo á los tribunales en un recinto de reve-
laciones vergonzosas. El término .que habia tenido aquel proceso
monstruo y las elocuentes defensas que se pronunciaron en el con-
sejo de guerra celebrado el 11 de marzo, revelaban á los ojos de la
razon y de la filosofía el cáncer peligroso que corroía las entranas
de la sociedad esparíola. Era un fenómeno nuevo en la crónica de
nuestros tribunales, la aceion permanente y contagiosa de esas tur-
bas de delatores que asediaban las avenidas del hogar doméstico,
que inventaban fábulas absurdas, que atribuían á los hombres pa-
cificos palabras y hechos subversivos, que derramaban el veneno
de la calumnia sobre las reputaciones mas respetables, y que se
arrastraban como la culebra al rededor de las autoridades consti-
tuid9.s, para sorprender en sus ojos ó leer en su semblante un de-
seo de venganza. Difícil fuera hallar una época en que se haya visto




DEL ULTIMO ROARON DI BSPAÑA. 751
semejante pervei'sidad en materia de delaciones. Luego se dirá que
el gobierno de los moderados no habia corrompido los sentimientos
nobles y generosos, despertando pasiones bastardas y criminales.


VI.


El proceso que nos ocupa es un testimonio evidente de esta ver-
dad. Considerado bajo el aspecto legal ofrecia un tejido absurdo
de informalidades, supercherías y abusos que no tienen ejemplo.
Por un se dice, se prendía violentamente á los expresados ciudada-
nos, se les sepultaba en un calabozo inmundo, se les ponia inco-
municados, se les tenia dias y días sin tomarles declaracion en un'
encierro riguroso, se les hacia sufrir insultos y vejaciones, se les
tendian asechanzas, y por último se los arrojaba á la calle con la
misma arbitrariedad con que se habia procedido á su prision. El
fiscal de la causa) faltando á sus deberes y profanando la santidad
de su ministerio, saltaba por encima de todos los trámites estable-
cidos en las leyes y órdenes vigentes, promovía delaciones vejato-
rias, y no encontrando mérito contra los encarcelados en los he-
chos y antecedentes que resultaban del proceso, proponía la singu-
lar especie de que se pidiesen noticias é informes acerca de las per-
sonas de los señores Crespo, Sagasti y demás encausados, á las
autoridades de todos aquellos puntos en que se suponia la existen-
da de planes sediciosos para derribar aquel órden de cosas.


D3sde luego se conocia que no se trataba de probar por los me-
dios lícitos y regulares un delito, sino de buscar un indicio, un pre-
texto, un medio cualquiera de hacer que apareciesen culpados los
que resultaban inocentes. Asi lo acreditaba el que despues de jus-
tificada plenamente su inocencia por los informes adquiridos y por
los interrogatorios verificados, tuvo el fiscal la osadía de pedir que
la causa se elevase á plenario, decretando el eapitan general de Ma-
drid su conformidad, sin flasarla siquiera á consulta de su auditor.
Horrorizaba semejante desprecio á todos los buenos principios, á
todas las garant[as que las leyes consagran en el órden judicial para
que sirviesen de escudo y de proteecion á la sociedad. Las autori-
dades y los agentes del gobierno, que con tal dospotismo trataron á
los patriotas Crespo, Sagasti, Riego, Esainz y otros, eran reos de
prision arbitraria y merecian un ejemplar castigo.




751 mSTORIA DEL RElNADO
No bastaba que estos dignos ciudadanos hubiesen sido absueltos


como lo reclamaba Ja justicia, importaba á la moral y al órden pú-
blico que sus perseguidores respondiesen ante los tribunales de Sil
conducta. ¿Pues qué, habria de darse el caso de que se pudiera te-
ner impunemente á los ciudadanos cincuenta dias en rigurosa. ineo-
municacion y sesenta. en estrecho encierro, para declarar luego que
resultaban limpios y exentos de todo cargo? ¿Pues qué, habia de
serIes permitido á un capitan general y á un fiscal disponer á su an-
tojo de la seguridad, de la suerte y de la vida de los espafíoles, bajo
la reposicion de suprimir conspiraciones fraguadas por la procaci-
dad y la malicia? El fallo absolutorio del consejo á favor de aque-
llos, era una aeusacion tremenda que venia á pesar sobre la cabe-
za de Jos que decretaron su arresto y encarcelamiento; porque
demostraba que se habia preso, maltratado, escarnecido, y hecho
sufrir una pena, ó mejor dicho un tormento inquisitorial á hombres
inocentes. Por eso los partidarios del sable preferian los fusilamien-
tos de real órden y los juicios verbales de comisiones ejecutivas.
Temian que la voz de la verdad se hiciese oir y descubriese las
malas artes que se ponian en juego para satisfacer no pocas veces
agravios y venganzas personales, sometiendo á Jos procesados al
juicio público y solemne do los tribunales legítimamente consti-
tuidos.


Considerada la caosa de dichos ciudadanos bajo el punto de vis-
ta moral, todavfa ofrecia mayores motivos de censura y de asom-
bro. Todo el edificio de los procedimientos descansaba en el dicho
de un sargento, de un sastre y de un impresor. Pero téngase en
cuenta que ese dicho no fué ni siquiera voluntario, espontáneo,
hijo de una mala tentacion del momento, sino sugerido, inspirado
por enemigos ~cultos de los mencionados patriotas, ó por persona-
jes interesados en dar á e~ta causa cierto aspecto favorable á sus
miras y esperanzas. La representaeion que elevaron al gobierno los
sastres, que hacia n en aquella farsa el papel de delatores, y por ella
se sacarán las consecuencias. Sin el menor embozo reclamaban es-
tos miserables en tan notable documento la construccion de vestua-
rio de las tropas del ejército que guarnecia á Madrid segun se les
habia ofrecido en premio de 8U delacion. Igual inmoralidad y cri-
minal abuso resaltaban en la conducta del tercer alcaide, á quien se
encargó la custodia de los presos. No satisfecho con los malos tra-
tamientos que hizo surrir á estos ciudadanos, se excedió en bárba-




J)XL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 753
ra ferocidad hasta el punto de querer asesinarlos, llevando á su es-
tancia fa guardia del cuartel y mandándola cargarlos á la bayoneta.
Pero lo mas notable de este infame atentado era, que al verse de-
puesto de su empleo á virtud de las repetidas quejas, pidió perdon
á sus viclimas, y les aseguró que no había hecho otra cosa que
cumplir con las órdenes y demás instrucciones que tenia, anadiendo
que en lalea casol el último mono 88 el que Be ahoga.


Por fortuna nada lograban en su safta mas que demostrar sus
ruindades, pero siempre tenían abierto el camino para inutilizar á
sus adversarios, prenderlos, hostigarlos y desbandar las huestes,
previniendo sucesos que ellos provocaban con sus desmanes y
robos.


Asf, por entonces, dispersaron á la familia Asquerino, y aquel
ministerio pantalla secundaba y proseguía la marcha de sus ante-
cesores, manteniendo los procónsules en las provincias.




CAPITULO LXXXIX.


SUMARIO.


Continua crisis en que se bailó el mini~tel'jo Mil'aflores.-Inc:ucnles de una sesioll
horrascosa.-Voto de confianza al gohíerno.-Extracto de la ses ion del 17 de
marzo de 1816.-Un artículo del Español sobre la caida del gabinete !\Iiraflores.


l.


Las monarquías no son otra cosa que medios de explotacion de
los pueblos.


Una porcion de gentes advenedizas, con espada ó ropoD, Ó sayo
ó toca, se agrupan en torno de un jefe y forman una monarquía
distribuyéndose los ministerios, el mando de las fuerzas, las mitras,
las abadias, el gobierno de las provincias, y todos los puestos que
forman la complicada red gubernamental.


Han llegado los tiempos de las monarquias constitucionales; la
farsa no ha variado. Ligeras modificaciones han hecho necesario el
aumento del personal; por eso tambien se han acrecentado los gas-
tos. Por eso tambien el peso es mayor, y lo que llaman sistemas
constitucionales ha caido en el ridiculo, y apenas hay un pueblo
donde se haya constituido gobierno que respete durante un alío las
máximas y principios parlamentarios.


Como empieza por ficciones el sistema constitucional, se convierte
por último en ridicula y repugnante comedia, y los actores viven allí




DEL ULTIMO BORDON DI ESPAÑA. '755
con antifaces, procurando siempre engariarse, siempr~ hu~eDdo de)
traidor qua los acecha.


En Espat'ia donde los principios demosráticos germinan espolitá-
Deameule y han servido de base á la monarqufa; donde esta ha te-
nido que luchar constantemente ayudada de la Inquisicion y de las
bayonetas extranjeras para imponer la tirania, debia ser muy difi-
cil que arraigase esa planta exótiéa é hibrida, la monarquía eons-
tituciona], y se hizo imposible desde que Fernando VII regresó de
su cautiverio para imponer á la multitud, en virtud de un derecho
que habia perdido, que habia vendido, sus caprichosas veleidades.


Gracias á los generosos esfuerzos; gracias al patrIotismo, probi-
dad y dignidad de los ciudadanos que compusieron las cortes del1!
y las del 20, el gobierno representativo pudo sostenerse á pesar de
las villanías y de las conspiraciones del rey; á pesar de los manejos
y decepciones de algunas gentes turbulentas y llenas de impacien-
cia, de aquellas que tienen por norte las aventuras y que necesitan
adular y ser esclavas para vivir, en la holganza y en la deshonra,
una vida de goces, cueste lo que cueste á sus conciudadanos.


11.


Miraflores era considerado, como ya hemos dicho, como un tipo
caballeresco. Queria á todo trance ver reinar á aquella jóven en me-
dio del caririo de sus súbditos. No conocia las instituciones repre-
sentativas, pero se hacia la ilusion de que podian plantearse en Es-
paila como en Inglaterra; y aquí no habia ni monarquía, ni aristo-
cracia, no habia educacion política, solo existia el sentimiento de-
mocrático inspirado en los antiguos fueros y casi sofecado por las
bárbaras torturas de la intolerancia religiosa, y por el estúpido fa-
natismo que el clero habia pretendido imponer.


Colocado entonces como pantalla del general Narvaez; soriando
con el Estatuto ó con el manifiesto ,de Zea Bermudez; en medio de
la situacion angustiosa de ]a Hacienda; frente á UDas cortes que pre-
tendian la vida parlamentaria, y que exigian en nombre del pueblo
cuando vivían una vida prestada é ilegal; envuelto en las intrigas
palaciegas y diplomáticas que se urdian para resolver la cues\ion
matrimonial, aquel ministerio se hallaba en crisis permanente, y
cada hora y cada minuto hallaba un tropiezo y una ~ificultad.




756 HlSTOlllA DIL BlINADO
Llegó, empero, una ocasion en que la enfermedad que le ago-


biaba tomó el aspecto agudo.
Quién atribuia la crisis á la ley de imprenta; quién á la ley elec-


toral; otros á las consecuencias de una combinacion bursátil; mu-
chos á la cuestion de casamiento.


Llegó un viernes, dia de despacho, en que el ministro de Ha-
cienda expuso ante los distraídos y poco inteligentes oídos de la que
ocupaba el trono, la tristisima y deplorable ¡ituacion en que se ha-
llaba el pais, manifestando que se hallaba dispuesto el gabinete á
retirarse si no contaba con el regio agrado. Segun los periódicos de
aquel tiempo, Isabel indicó con cierta benevolencia que deseaba la
continuacion de aquel ministerio.


y alarmados á consecuencia de estos sucesos los diputados, se
reunieron en número considerable en el salon de conferencias para
discutir una proposicion declarando que el, ministerio merecia la
confianza de las cortes. Esa proposicion rué combatida por los ami-
gos de Narvaez y no llegó á votarse; pero en medio de los alterca-
dos propuso Nocedal que se hiciera una invitacion al presidente para
convocar á sesion pública con toda nrgencia, llegando á reunir 50
firmas y nombrando una comision de diez individuos, cinco de la
mayoria y cinco de la minoría, para que propusieran lo mas conve-
niente des pues de enterarse del giro de los sucesos.


111.


El día 16 de marzo, á consecuencia de las excitaciones dirigidas
al presidenle, Be celebró una sesion.


La noticia de que al3unos diputados tenian resuelto pedir al ga-
binete explicaciones sobre la crisis de que tanto habian hablado los
periódicos, atrajo como era de esperar un inmenso concurso al pa-
lacio de Oriente. El gentio que ocupaba las tribunas, avenidas yal-
rededores del congreso, la presencia de todo el cuerpo diplomático y
la inquietud del auditorio, indicaban bastante la importancia que se
atribuia á la sesion.


Hubo un momento en que podia creerse que la sesíon se desen-
volveria pacHicamente al ver la satisfaccion retratada en el sem-
blante de los individuos de la mesa y de los muchos diputados que




15'7
se acercahan á ella, entre los cuales pudo Dotarse á los dos céle-
bres cuñados Mon y Pidal.


Empezó entonces el despacho. LeyéroDse varias peticiones y se
anunció de oficio al congreso la saucion de las leyes electoral y de
indemnizacion á los partícipes legos. Tambien se presentó el dictá-
men sobre el proyecto de dolacion de] culto y ciero en que figuraba
el voto particular del señor Mon. Monstruoso, absurdo y reacciona-
rio por demás era el nuevo engendro del funesto autor del sistema
tributario, y aspiraba nada menos que á constituir la Iglesia en un
Estado independiente, adjudicándola todos los bienes DO vendidns del
clero regular y secular, y reconociendo su capacidad para adquirir
nuevas propiedades.


Apenas habia terminado su lectura el ex-ministro de Hacienda,
cuando tI señor Egaña anunció una interpelacion al presidente del
congreso para recoDveDirle por haber convocado aquella sesion.
Fundado en el artículo !5 del reglamento, el señor Egaña pretendia
que el presidente debió haber fijado con veinticuatro horas de aati-
cipacion en la sala de conferencias, el6rden del dia. En su concepto
el presidente babia faltado á su deber, infringiendo la Constitucion
y las leyes. Ilegal, nula é improcedente consideró la reunion del
congreso, y acalorándose mas y mas á medida que hablaba, llegó á
calificar como un ataque á la corona el objeto de la sesion. Estas
palabras produjeron el mayor escándalo. Los diputados se levanta-
ron de sus asientos, y con voces, gritos y protestas en diverso sen·
tido ahogaron por algunos instantes la voz del oradqr. Era tal el es-
trépito, que las bóvedas del salon retumbaban como si estuviesen azoo
tadas por UDa furiosa tempestad. En vano el presidente llamaba al
órden, en vano agitaba la campanilla, en vano se esforzaba en res-
tablecer la calma; su voz se perdia entre los clamores del congreso,
y su autoridad quedaba desobedecida. De cuando en cuando sucedia
al tumulto una pausa, pero muy pronto volvia á empezar con mas
fuerza. Entre las alternativas mas ó menos violentas de la agitacion
que reinaba, aprovechó un intervalo do silencio el senor Pezuela
para decir al presidente: «Celebrar esta sesion es cometer un aten-
tado contra S. 1\1., infringiendo abiertamente la Constitucion y las
leyes, »


Su porte, además descompuesto, su acento terrible y su actitud
provocativa, tenian el carácter de un desafio becho al prel'idente y á
los diputados que habian promovido la convocatoria de la sesion.


TOMO n. 96




758 RlSTORIA DEL RlINA1)í¡
A~i lo hubo de comprendl:'r el serior Ca~tro y Orozco, como lo indica
el que diese órdeo á los porteros de detener al senor Pt'ztif~la y de
DO permitirle salir hasta que diese 8atisraccioD al congrt'so de sus
palabras. Esa muestra de energia revolucionaria rlió origen á nue-
vas quejas y recriminaciones. Entre tanto el selior Egana logró ha-
cerse oir, y despues de haber manifestado que no p;:¡dia en manera
alguna reconocer la legitimidad de aquella se~ioD, anunció que ps-
taba resuelto á aus~Dtarse, como lo verifL.:ó, dejando encendida á su
espalda la hoguera de la discordia.


Al contemplar nosotros esos desastres, al ver ese desencadena-
miento de las pasiones, al presenciar esa guerra facciosa que se ha-
cen los doctrinarios, no se puede menos de reconocer en ella la ley
de la expiacion. Los mi~mos hombrEs que domh.lados de un espiritu
funesto expulsaron á los progresistas de L1 escena púhlica para re-
troceder en la carrera de nuestra regeneracioD, se veian expuestos á
ser expulsados á su vez por otr:lS que pretendian ir mas atrás to-
davia. volviondo á los tiempos de derecho di vino. Tal es la lógica de
los sucesos.


El senor Posada, amigo siempre de figurar en las srsiones bor-
rascosas, presentó una proposicion para que el congreso declarase
que aprobaba la conducta de su presidente. Leida y tomada en con-
sideracion por 111 VOt03 cootra \26, hablaron en contra los señores
CaJonge, Sartorius y Beno.vides, y en pro Nocedal y Pa~heco. Los
dos primeros sostuvieron que el presidente se babia excedic10 man-
dando detener al se:ior Pezuela, cuya órdeo debia considerarse como
un insulto, como un ataque á la inviolabilidad de las opiniones y al
respeto que se debe á 103 diputados. Sartorius, en particular, se ma-
nifestó pobre, incongruente y declamador de mal género. La grati-
tud que profesaba á cierto personaje cuya infheocia creyó ver me-
noscabafia, le hizo rebajarse á ciertas inculpaciones mas de lo que
el decoro permite. En cuanto á Denavides, procuró bacer ilusoria la
proposicioD, suplicando que la retirase su autor, bajo el pretexto de
qne si el congreso la aprobaba, iba á darse un voto dtl censura. á dos
dlrmhdos apreciables.


Antes de usar de la palabra Nocedal y Pacheco, el presidente dió
algunas explicaciones acerca de lo ocurrido, y sostU\O que habia
cumplido con su deber.


Casi abundaron en las mismas ideas Nocedal y Pacheco. Sio em-
bargo, el primero auo estuvo mas explícito, pues no solo trató de




DIL TJLTUfO BoaRON DE ESPAÑA. '759
justificar la conducta del presidente, sino que indicó que el objA,to
que alguoos se propnniao era que se levantase la sesion, p"ia:-.o
dar mol: V~ á. ciertas explicaciones sobre la crisis ministerial.


Declarado el punto suficientemente discutido, se pasó á votar
la proposicioD por bolas, quedando aprobada por 111 votos con-
tra 46.


Acto continuo anunció y explanó una interpelacion GODzalez Ro-
mero sobre los rumores de crisi3 que circulaban, exponiendo á la
par que la doctrina constitucional en punto á la formacion y caida
de los gabinetes, los temores que algunos abrigaban sobre las cau-
sas mas ó menos probables que pudieran ocasionar un cambio de
miOlsterio. Contestj el presidente del consejo asegurando que el go-
biaco disfrutaba de ~a confia.nza de la Rdna, obteoia el apoyo de las
cortes y estaba perfectamente unido y compacto. Y como si lo hu-
biera creido npcesario para tranquilizar el ánimo de los diputados
reiteró sus promesas de gobernar con arreglo á las leyes, y á Jos
principios de tolerancia y lealtad que habia cOD!ignado en so pro- .


. grama, concluyendo con rogar á los seno res diputados que reti-
rlisen una proposicion hecha para que el congreso declarase que el
gabinete merecia su confianza. Sus súplicas fueron por fin atendidas,
y despues de unas breves observa.clOnes di,) Pacheco, la proposicion
quedó retirada..


IV.


A 1 hacer la crónica de esta sesion todos los periódicos auguraban
la caida del midsterio y la disolucioD de las cortes.


tos monárqt:icos, en el parlamento, como en la prensa en todos
sus maticfls, se rebelaban contra el vicio ingénito del sistema absurdo
qUI~ querian implantar en Espaila.


Por lo demás tornamos un ligero extracto de la sesion del 1 '7 que
es muy importante para explicar los sucesos que se preparaban:


«Glande era la curiosidad con que se agolpaban la!'! gentes á las
tribunas del congreso, hallándose llenas desds muy tempran/), tanto
la tribuna pública, corno las galerías reservadas y las tribuDas de
los taquigrafos. Desde las dos menos cuarto empiezan á entrar en el
saloD Jos sol'íores diputados, tambien en bastante número: durante




760 HISTORIA DEL REINADO
algunos minutos, las conversaciones entre unos y otros se confunden
con los murmullos de las galerías, que expresan á un mismo tiempo
la curiosidad y la admiracion.


»El banco de los ministros estaba desierto. Detrás de él, en los
asientos destinados á la comision, aparece el brigadier Ortega ,de
uniforme.


»A! entrar en el salon el general Concha, se acercan á él varios
señores diputados como en ademan de felicitarle. Al mismo tiempo
se di"jgen á sus asientos los sellores Moo y Pida!.


»Abierta la sesioo á las dos, se lee el acta del anterior y queda
aprobada.


»El señor Oren se (movimiento de atencion): Pido que se lean los
artículos 75 Y 7 G de la Constituciúil.


»El senor Vahey (leyendo: profunda atencioo): Artículo 75. To·
dos los años presentará el gobierno Él las cortes el presupuesto ge-
Deral de los gastos del Estado para el ano siguiente, y el plan de
las contrihuciones y medios para llenarlos; como asimismo las cuen-
tas de la recaudaríon é inversion de los caudales públicos, para su
exámen y aprobacioD.


l/Articulo 76. No pudrá imponerse ni cobrarse ninguna contri-
bucion ni arbitrio que no esté autorizado por la ley de presupuestos
ú otra especial.


»(50 leen en seguida los d;;cretos de separacion y nombramiento
de ministiOs. Al llegar al del general Narvaez, se oye de repente en
todas las tribunas y galerías una explosion de toses y rumores de
desaprobadún. Muchos sello res diputados participan tambien de la
inquietud del público,)


»El señol' presidente (agitando fuerlementé la campanilla, y con
la voz muy ronca é inteligible): Orden, señores, órden.


»A. los campuniliazos del señor presidente, sale una voz chillona
de la galería de señoras.


»)Et selior presidente: ¿De dónde ha salido esa v!)z?
»( Algunos señores diputados le indican que ha salido de la tribuna


de señoras. Concluida la lectura de los decretos mencionados,
dice: )


»Se da cuenta. de una comunicacion del señor marqués de Mira-
flores trasladando otra del señor duquo de Valencia, é fin de que de
órden de S. M. pusiera en conocimiento de los presidentes de ambos
cuerpos colegisladores que suspendieran la ses ion de hoy.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 761
» El sef'or presidente en su consecuencia levanta la sesion, anun-


ciando que para la primera se citará á domicilio.
»Eran las dos y media.-


v.


El Bspañol que queria pasar por muy monárquico, decia lo si-
guiente:


«La Gaceta de hoy ha confirmado en su totaJidad el nombramiento
de los nuevos ministros, que á úilima hora anunciamos en nuestra
edicion de Madrid de esta mañana. Solo al señor Sabat~r le ha ca-
bido no entrar en la combinacion para ]a que era designado.


» Ya tenemos, pues, descifrado el secreto del papel que el lunes
representaron ante la nacion dos de los nuevos ministros. La elec-
CiOD de los senores Egaña y Pezuela, despues de lo ocurrido en la
sesion de antes de ayer, es indicio suficiente del significado que para
los autores de la formacion del gabinete tienen los nombres de los
individuos que Jo wmpanen.


»No sin razon, cual lo ha demostrado la experiencia, sefialába-
mos la sed hidrópica de poder que aquejaba al señor duque de Va-
lencia, cuando teniendo la pretension, al decir de su órgl!DO en la
prensa, de ser tenido por hombre que respeta los principios consti-
tucionales, escoge para formar su gabinete á los que en mas abierta
oposicion se han presentado contra estos mismos principios, á los
que hao, ó denegado al parlamento su legitima influencia, ó com-
prometido su dignidad y su decoro.


»Suponemos que habiendo sido nombrado el nuevo gabinete á
consecuencia de haberse rehusado el anterior á disolver el congreso,
el s~ñor Narvaez y §us colegas apelarán á este medio.


»Si fuera posible que el ministerio se despojase de la actitud reac·
cionaria que está en su esencia y en la naturaleza de los elementos
que lo han (ormado, nosotros modificaríamos el carácter de nuestra
oposicion, para reducirla á los limites de una oposicion de sistema,
ó solamente de medidas. Pero esto no será posible sin cerrar los
ojos á la evidencia de los peligros y de la situacion á que hemos
venido.


»El actual gabinete no puede ser tolerante ni reparador; no po-
drá buscar su apoyo en la oposicion conservadora, sin mostrarse




76! HISTORIA DEL RBINADO
perseguidor de los bombres monárquicos, sin proscribir á los que
proscribió Espartero, sin pasar sobre el cadáver del partido de cuyo
Reno han sdlido, de este partido conservador, cuyas doctrinas repu~
dia, cuyos compromisos rompe, cuyos hombres quizá se prepara á
perseguir.


lDAguardémonos, pues, á días de prueba y de amargura. No se-
rán nuevos para nosotros, ni entibiarán nuestra fe en la defensa co-
medida y legal de las opiniones que hemos sostenido toda nuestra
vida. »


--_ .. _---




CAPíTULO XC·


SUMARIO.


Como Narvaez volvió á ocupar el poder.-Su~ primera»' arbitrariedades.-Aprecia-
ciones de la prensa.-Cándido articulo del Clamor.-Como se iba preparando una
illsurreccion moderada.


l.


¿Qué significaba a1ueHa evolucion? ¿Quiénes eran los que babian
asaltado los puestos arrojando al ministerio Miraflores?


¿Qué fenómenos habian dado ocasion á toda aquella marejada que
traía perturbadas á las fraceiones conservadoras?


El general Narvaez babia podido obstlrvar como se levantaba con-
tra él poderosa la sombra de la revoluciono No se agitaba ya á im-
pulsos del partido republicano; no guiaban á los conspiradores los
antiguos jefes progresistas, las nuevas capacidades revolucionarias
estaban dentro del gral'i partido moderado, que habiendo aprendido
de su jefe y siguiendo las prácticas de Cristina, buscaban en la In-
surreccion Jo que las pr&.cticas parlamentarias les negaban.


Ciertamente babia ea el seno del partido dominante los Pacbecos,
los Seijlls, los Salamaocas, los Posadas y otros que no obedecían de
huella voluntad á aquel improvisado jefe que se les babia sobreput'so
lo, y que no acep!aban tampoco los planes de la napolitana que fa·




76i HISTORfA DEL REiNAOO
bricaba ministerios para uso de la monarquía constitucional de su
hija Isabel.


Ellos llegaron á minar el ejército á pesar de la severa disciplina
que queria introducir en él el famoso héroe manchego ..


Ellos consiguieron poner en derrota y hacer vacilar á aquella au-
toridad que se creia indispensablemente necesaria, y el único salva-
dor de la monarquía y de la patria.


Quebrantaban con la discusion á aquel ídolo de bano, que mien-
tras ejerció la dictadura en medio del silencio y con los estados de
sitio, pudo sostener su despótica arbitrariedad como ley única, como
base y fundamento de poder. Y mientras tanto, viend.o su obcecacion
y tenacidad, convencidos de que no respetaria los votos de un par-
lamento que ca recia de autoridad y de vida, transigian, comIJinaban
elementos, buscaban auxiliares en el antiguo campo revolucionario,
soltaba!'! prendas.


y en la prensa, y en el parlamento, y en el club hablaban de le-
galidad comun; referían planes de constitucionalismo; indicaban la
necesidad de tolerancia, de órden, de turno en el poder de los par-
tidos legales.


As} cayó fatigado, porque en el seno mismo del gabinete nació la
divergencia, el ministerio Narvaez.


11.


El hombre de Loja, el vencedor de Torrejon tuvo la astucia, la
habilidad y la fuerza bastante para impone¡' un ministerio de tran-
sicion á la corte, á las camarillas extranjeras y frailnnas, á las opo-
siciones parlamen tarias.


y en aquel mioisterio de transieion dominaba Roncali, dictaba
sus órdenenes Narvaez.


Pero las oposiciones tampoco se dormian, proseguian su obra: en
el parlamento y en la prensa se presentaban constitucionales deci-
didos, eran eco aunque débil de la oposicion progresista, y era de
ver aquellos artículos, aqutlllos discursos en que con habiiidad suma
se iba disponiendo la opioion para sucesos muy graves.


En el extranjero se proporcionaban elementos á los emigrados. y
algunos generales se ponian al servicio de acaudalados banqueros,
de agiotistas y mercaderes poHticos que iban ya en busca del mi-




»ZL ULTIMO BOBBON DB BSUÑ.l. 765
nisterio tle Hacienda para robustecer su fortuna J adqu.irir una po-
sicion sólida para en adelante. .


Eran muchas las intrigas que se cruzaban: inmensos los intereses
que estaban en juego; pero nadie á la verdad iba á servir la causa
del progreso, la causa de la revolucion, la causa del pueblo.


Por eso los partidos y los periódicos tenian ese lenguaje, aunque
como El Español y El lJniv~raal se cobijasen bajo los pliegues de la
bandera del moderantismo.


El ministerio MiraDores cuando salió del congreso, despues de la
renida batalla en que tan malparados quedaron los fueros del par-
lamento y las regias prerogativas, fué llamado por Isabel que habia
decidido la disolucion de las cortes.


MiraDores que era débil! pero que seguia el precepto de no ha-
cer mal á otro, comprendiendo que no era prudente despues de re-
cibir un voto de confianza pagar al bienhechor como la vibora, de-
cidió no dar su asentimiento á la órden de su soberana. Se vió pues
obligado á resignar el mando, y Narvaez recogió la herencia que
ambicionaba.


El nuevo ministerio estaba formado por Pezuela que entraba en
el ministerio de Marina, EgaDa que venia á desempeDar el de Gra-
cia y Justicia, Orlando el de Hacienda, y Burgos el de ]a Goberna-
cion; ocupando los de Guerra y Estado con la presidencia el héroe
de Ardoz.


IIJ.


En El Español al siguiente dia del nombramiento de ese ministe-
rio se leian los siguientes párrafos:


«Ha sido separado del mando del regimiento Reina Góbernadora
el brigadier Turon, y nombrado para reemplazarlo el de ¡guaIdase
don Jaime Ortega.


»EI comandante Mendoza que mandaba un bataBon del Príncipe,
oficial conocido por su moderacion y ejemplar disciplina, recibió
anoche, á las tres de la mañana, esto es, dos horas despues de te-
ner vida e] gabinete, la órden de pasar arrestado á Vicálvaro. El
delito del senor Mendoza es el de ser primo de don José de Sala-
manca y vivir en casa de este caballero.


»EI general don José de la Concha fué á presentarse esta mallana
Ten 11. !l7




'766 HISTORIA DEL REINADO
al nuevo ministro de la Guerra, y á ofrecerle la dimision, que lle-


. vaba extendida, de su mando de capitan general de las provincias
Vascongadas. El senor duque de Valencia se sirvió manifestar al ge~
neral Concha, que, anticipándose á su deseo, lo habia relevado de
aquel mando.


»Leemos en El Tiempo de anoche.
»Esta manan a á las tres y media recibió el serior Arteta, jefe po-


Jitico de Madrid, un pliego escrito en papel ordinario y con mem-
brete manuscrito, en el que se le decia que S. M. habia tenido á
bien exonerarle del cargo de jefe político, firmando el oficio Javier
de Burgos. .-


»En los prímeros momentos dudaba aun de la veracidad del pliego
y legitimidad de la firma, el señor ARTETA; pero en efecto ha sido
exonerado y nombrado en su lugar el general D. TRINIDAD BALBOA.»


No fueron estas solas las destituciones y nombramientos. Calon-
ge, un famoso Calonge á quien veremos figurar mas de una vez,
ascendió de corODe~ á brigadier y tomó el mando del regimiento de
San Fernando. Urbistondo fué investido con el cargo de capitan ge-
neral de las provincias Vascongadas. Y así do otros.


Los ministros salientes recibieron honores y títulos; Roncali con-
siguió al fin el condado de Aleoy. Mayans, Armero, Mon y Pidal,
antiguos compañeros de Narvaez, obtuvieron cruces y calvarios.


IV.


El Tiempo declaraba que aquel ministerio era el primero al cual
hacia la oposicion desde su nacimiento; porque sus antecedentes, sus
primeros pasos y su significacion no podían menos de ofrecer peli >
gros para las instituciones y para los principios liberales.


El Español en un artículo titulado uSomm.LA PRERUGATIVA CONS-
TITUCIONAL DEL ~IONA.RCA, hacia los siguientes curiosos comentarios:


«La corona nos quiere á nosotros,l) es el título que eo su favor
invocan, «y elegidos por ella, dicen, ii nadie es dado criticar nues-
tro orígen, ni desvirtuar nuestro poder.» «Para ser ministro no se
necesita otra cosa que ser del agrado de S. 1\1.»


»Nosotros aceptamos de todo punto este principio, y aquí entra-
mos en la parte doctrinal de la materia que nos ocupa. La Reina
puede libremente destituir y reemplazar sus consejeros responsa-




DEt ÚLTIMO BORBON DI ISPAi(.\. '61
bies; ninguna Jimitacion ponemos á este derecho: llevando su apli-
caeíon hasta el último extremo, concedemos que nadie rehuse obe-
decer, como ministros responsables, á hombres que debieron su
encumbramiento al favor, á los caprichos de cOi'te,~á la privanza
que señaló los tiempos en que los negocios del Estado se decidian
por CONSEJO del AlUDA DE CÁMARA. CIlA~IORRO, Ó de la COSTURERA TE-
RESITA.


»Habíendo admitido tan lamentable principio el de la libre elec-
cion, no creem~s que en cambio se nos deniegue la reconocida fa-
cultad del parlamento de votar ó desechar las leyes presentadas por
los ministros, y en virtud de ello, preguntamos á nuestros flaman-
tes realistas, si su fervor llega hasta el punto de considerar tam-
bien como atentatcrio á la regia prerogativa, que ministros de tal
estofa encontraran repulsa en el parlamento.»


Es difícil combinar el respeto á la monarqufa y el amor á la li-
bertad. Por eso Borrego qua queria conservar su independencia,
decia tonterías y vaciedades cuando llegaban circunstancias críticas ..


Atacar á Narvaez, como intrigante ambicioso; suponer que ejer·
eia una influencia extralegal en el ánimo de la. corte, y decir que
merecía respeto y acatamiento 10 que la fuerza y la coaccion impo-
nían á la Reina y ~l pais, era un absurdo ó una puerilidad.


v.


El Clamor Público con esa candidez progresista no queria reco-
nocer que el mal estaba en la institucion del trono, en conceder á
una niña la facultad de jugar con el pais, y se expresaba en estos
términos: .


( i A.h, con cuánta razon declamos en uno de nuestros últimos ar-
ticulos, que los males de Espafia no tanto deben atribuirse á Jos
hombres que mandan, como á la s,tuacion vergonzosa y funesta
creada á consecuencia del célebre pronunciamiento de 18481 Inúti·
les serán los buenos deseos, infructuosas las tentativas para resta-
blecer el imperio de la ley, estériles los esfuerzos de los hombres
honrados, y superfiuos los votos de la nacíon, mientras subsista en
pié el edificio monstruoso que ha levantado fuera de la órbita cons-
titucional una influencia ilegitima, de acuerdo con los cálculos inso-
lentes de un poder extranjero. Lo que sucede en Espana es]o que




768 UlSTORli DBL RBIJUDO
debe suceder en todo país gobernado por el cetro de UDa camarilla,
donde solo dominan y prevalecen los intereses bastardos de un pu-
nado de ambiciosos. Abusando de la inocencia y de la juventud de
una reina inexperta J los hombres que á toda costa se propusieron
vivir y medrar á expensas del trabajo de los pueblos, han desnatu-
ralizado las condiciones del gobierno representativo, convirtiendo á
esta nacion desventurada en un teatro sangriento de intrigas, ase-
chanzas, escándalos, miseria!!, malversaciones, desastres y atenta-
dos. Lo que pasa á nuestros ojos, lo que ocurre en el seno de los
conciliábulos secretos, lo que vemos y oimos, todo anuncia, todo
indica que la aceion de las prerogativas de la Corona no se ejerce
con aquella completa libertad que la conveniencia pública reclama.
Aliado del trono existe una influencia maléfica que perturba el jue-
go regular de la máquina política, é introduce el caos y el desórden
en todos los ramos de la administracion. A sus cOD8ejos, á su as-
cendiente, á su preponderancia deben atribuirse esas crisis repen-
tinas que ponen en grave conmocion al cuerpo social. La Constitu-
cion, las leyes, las prácticas parlamentarias, los principios mas res-
petables han desaparecido de entre nosotros para ser reemplazados
por el favoritismo, la cábala, la arbitrariedad y la tiranía.


»Por fortuna el protagonista y la comparsa del drama horrible que
se está representando, acaban de arrojar la máscara y de salir á la
escena cansados de dirigir la funcion entre bastidores. Solo falta que
se dé tambien á conocer el autor por su verdadero nombre, para
que el público no se pierd'a en conjeturas. La' vuelta del general
Narvaez al ministerio, bajo cualquier concepto que se considere, es
un golpe de Estado, es un insulto becho al parlamento, es ua de-
safío á la opinion. Nosotros, sin embargo, consideramos su presen-
cia al frente del gobierno, como una ventaja; porque nos gustan las
situaciones elaras y decisivas. Ya sabemos que una fraccion del par-
Udo dominante, compuesta de los hombres que sirven á la cama-
rilla y al general Narvaez, ha hecho alianza con los absolutistas de-
clarados, y que se prepara á restablecer en toda su fuerza y vigor
el principio del derecho divino, apoyada en las bayonetas y soste-
nida por el poder oculto que domiaa en p81~cio. En vez de mandar
sin responsabilidad á la sombra de un ministerio débil y coartado,
es preferible para nosotros f(Ue el general Narvaez obre contra las
instituciones, suprima la libertad de imprenta, atelle á la seguridad
individual, y huelle las prerogativas de las cortes. El combate se




DIL ULnalO BORBON DI.ESPAÑA, 769
empeñará de esta llanera cara á eara, frente á frente, y cada cual
irá á buscar el puesto que mejor convenga á sus principios y á sus
compromisos.


»Desde este instante puede decirse que TODOS LOS PARTIDOS SE HAN
DISUELTO I Y que perdiendo sus antiguos nombres SOLO AD!1ITEN YA LA.
CALlFICACION DE LIBERALES Ó serviles, de partidarios del absolutismo
ó de defensores de la monarquía constitucionaL No hay término
medio posible, ES PRECISO ELEGIR ENTRE LA CAUSA DEL PUEBLO, Ó los
INTERESES de una PANDILLA. FUNESTA; entre un sistema parlamentario,
ó una dictadura ominosa; entre un gobierno español, ó un DO)IlNIO
EXTIANJBBO.»


VI.


El Clamor, como los progresistas, en todas ocasiones se dejaba
llevar por sus deseos, cedía á sugestiones, á presentimientos que no
debian realizarse.


Aquel ministerio pertenecía al partido moderado, en él figuraban
Moo y Pacheco, como Salamanca y Concha, y todas estas gentes
vivian para el presupuesto y por el presupuesto, para los goces y
para la dominacion. Podían hacerse la guerra, podían apelar á las
intrigas, á la difamacion y á la calumnia, poner en juego las in-
fluencias de cada cual; pero en familia, cuando estuvieran segurOi.de
que sus enemigos se hallaban fuera de combate. Contra estos' no
habia mas que exterminio y horribles é implacables odios.


¿Cómo pretendia El Clamor, que aunque dispersos y disueltos los
partidos pudiera llegar á reorgan·izarse, en odio á la dictadura, aso·
ciándose á los progresistas para sostener el sistema constitucional?
¿No eran tránsfugas los Istúriz, los Galianos, los Martinez de ]a
Rosa, que por medrar y comer habian vendido su opinion conser-
vando siempre para las oposiciones, para cuando se les arrojaba del
festín, aquellas frases pomposas en que se prodigaba mucho la li-
bertad y el derecho, y se hablaba de dictaduras y de tiranías?


Pronto iba á venir un desengafío cruel á herir á los hombres ob·
cecados que nada aprendian, que no sabia n estudiar las situaeio-
nes, ni conocer cuánto importaba defender francamente la causa del
pueblo, la causa de la libertad, haciendo rodar el manchado trono
por los lagos de sangre con que habia manchado el suelo de la pa-
tria.




".. mSTOlUA DBL REINADO


En aquellos instantes supremos, cuando todo era dudas é incer-
tidumbre, los Salamancas, los Conchas y los Pachecos tomaban una
actitud revolucionaria; habían provocado á los palaciegos, á las ca-
marillas, al mismo general Narvaez, porque tenian contados sus ele-
mentos, porque sabían que podian dar la batalla, y que una vez
convencida ]a corte, una vez cerciorado el general de Ardoz de su
miserable impotencia, sucumbirían ante ellos, mas bien que permi-
tir que la revolucion se desencad8nara castigando como merecian á
aquellos farsantes, á aquellos criminales explotadores.




CAPITULO XC1.


SUMARIO.


Dec1aracion del nuevo gabinete.-Decreto cohibiendo la libertad de imprenta.-Muer-
te de la prensa liberal.-Malestar de aquella siluacion.-Sublevacion de I.ugo.- .
Caida y confinamiento de Narvaez.-Iztúriz queda encargado de formal' el nuevo
ministerio.-Proceder arbitrario deljiohiQrno y $US a¡¡-entes ton motivo de la in-
5urreccion de Galieia.


I.


El nuevo gabinete expresaba en estos términos su actitud:
«tos restos de obediencia y de santo respeto al solio de nuestros


reyes, que por milagro se libraran hasta ahora del huraesn revo-
lucionario, han empezado á ser combatidos por muchos de aquell08
mismos que en tiempos no muy lejanos, con noble abnegacion y pa-
triótica energía ayudaron á salvarlos. Esta eonspiracion, no encu-
bierta, contra todos los poderes y todas las reputaciones, necesaria-
mente habia de producir amargos frutos. Intrigas cautelosamente
conducidas han inoculado, aun en personas entendidas y sensatas, la
ponzoi'ía de la desconfianza y de ]a divisioD. Falsedades, calumnias,
escándalos, nada se ha perdonado para despopularizar al trono, si
aquí se pudiera, y extender la animadversion á cuanto le rodea.


»En corto plazo dará rápido impulso, bajo su responsabi,Jidad, 11
Jo que el curso vario y tempestuoso de las irritantes discusiones po-
liticas ha imposibilitado por el espacio de tantos arios, y de cual-
quiera disposicion que traspase ellfmite dé sus facultades constita ...




771 DlSTORIA. DE.L REINADO
cionatas dará cuenta á las cortes, sometiéndose oportunamente á su
fallo, defendido por la necesidad, y escudado eon el éxito.


»Este es, francamente explicado, en sus motivos, en sus medios
de ejecucion yen su objeto final, el pensamiento del ministerio. Para
llevarlo á cabo, evitando al pais perturbaciones lamentables, en-
tienden los actuales consejeros de S. M. que es indispensable vigo-
rizar el poder, y á vigorizarle se encaminarán sus esfuerzos.


»Decididos á combatir sin tregua la anarquía moral y material que
asoma su frente por todos Jos ángulos de la monarquía, no retroce-
derán ante medidas salvadoras por duras que puedan parecer en
tristes ocasiones. Ningun desman, nmgun conato de desórden que-
dará sin escarmiento.»


El general Narvaez presentaba ya de nuevo 1a horrible faz de la
dictadura. Pretendía ensangrentar mas y mas nuestros campos y
nuestras ciudades. Y cual siniestro vampiro, solo á expensas del
jugo precioso de nuestra riqueza podía vivir tranquilo ayudando á
los Borbones en sus planes de exterminio, en su tarea de desolacion.
Creyéndose fuerte y robustecido cuando tenia los piés de arcilla,
aquel coloso desafiaba imprudentemente todas las ambicíones, todas
las cábalas que surgian en el seno del gran partido del órden, en
aquella faccion que constantemente atentaba contra las libertades y


. los derechos del pueblo.


11.


El mayor enemigo de las tiracias es la publicidad. En tenebrosos
conciliábulos urden las maquiyvélic8S intrigas que dan por resul-
tado la esclavitud de las masas. Y cuando hay quien descubra sus
planes y maquinaciones; cuando hay quien con firmeza y constan-
cia denuncie sus arterías, estas se estrellan·ante la enérgica resis-
tencia de los oprimidos. Por eso las mordazas, la previa censura,
los tormentos, la Inquisicion, il carcere duro para contener los vue"
los del pensamiento y ahogar 'en la garganta los ayes del dolor.


Hé aquí un famoso decreto que venia á impedir toda discusioD:
«Mientras que COn la detencion debida se forma un proyecto de


ley que arregle convenientemente el ejercicio de la libertad de im-
prenta, he tenido á bien mandar, de conformidad con el parecer de
mi consejo de ministros, que SiD perjuicio de lo dispuesto en mis




DXL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA. 773
reahs decretos de 10 de abril de 18i40, y 6 de ,julio de 18(5, se
observen para la mas eficaz represion de los extravios actuales de
la imprenta las disposiciones que siguen:


»Articulo 1. o tas invectivas ó dicterios que se estampen en Jos
periódicos contra mi Real Persona ó familia, ó contra los soberanos
extranjeros, ó los príncipes de sus casas, ó contra la Constitucion y
las leyes del Estado, ó contra el libre ejercicio de mis prerogativas
constitucionales, ó contra el presente decreto, mientras llegue el caso
de Sér juzgado por las cortes, se castigarán en adelante con la su-
presion inmediata y definitiva del periódico.


Art. 2. 0 tas injurias contra los funcionarios publicos, ora sean
relativas á los actos de su vida privada, ora consistan en su supo-
sicion de malas intenciones que se atribuyan á sus actos oficiales,
~e castigarán con la suspension temporal del periódico.


»Art. a. O La misma pena se impondrá á los impresos en que se
incite á la desobediencia ó al desprecio del gobierno ó de sus dispo-


, siciones .
. »Art. 1.° El editorre3poDsable cuyo l'eriódico quede suprimido


ó suspenso, no podrá firmar otra publicacion hasta que las cortes
resuelvan sobre el hecho.


»Art. 5. 0 La supresion definitiva ó la suspension temporal de
que hablan los artículos anteriores, se adoptará en consejo de mi-
nistros bajo la responsabilidad mancomunada de todos, con obliga-
cioo oe dar cuenta á las cortes del uso que hayan hecho de esta fa-
cultad.


»)A rt. 6. o La supresíon ó suspeDsion de] periódico se entenderá
sin perjuicio de las demás penas en que con arreglo á mis dos de-
cretos de abrílde 1844 y julio de 1845 hayan incurrido los autores
ó editores de los artículos incriminados.


»Art. 7.° Si los delitos especificados en Jos arts. 1:, 2.° y 3.°
fuesen cometidos en folletos, hojas volantes ó escritos de otra espe-
cie, el consejo de ministros dictará ejecutivamente y bajo su res-
ponsabilidad las disJlosiciones convenientes para reprimir ó castigar
el escándalo.


»Dado en palacio á 18 de marzo de 1846.-Está rubricado de ]a
Real mano.-EI ministro de Ja Gobernacion de ]a península, Javier
de Burgos.»


TOMO D. 98




" 774, HISTORIA bi.L lUtlNAIlO


111.


Al inserlar los periódicos la incalificable elucubracion de aquel
ministro, qu~ habia sido arrojado del primer parlamento con men-
gua 'Y baldon, podian leerse en El ESp01101 las siguientes Iírieas:


«Habiendo cesado en virtud del anterior decreto las condiciones
en que la CODstitucion de la monarquía considera y coloca á la prensa
periódica, nos vemos en la necesidad de suspender nuestros traba-
jos, protestando contra la fuarza qua á dIo DOS obl1ga. y reserván-
donos hacer uso de nuestro derecho cuaodJ se restablezca en Es-
paría el imperio de las leyes.»


En el mismo día publicaron los peiiódicos progresistas la siguiente
advertencia:


«Articulo ~. o Todos los españoles pueden imprimir y publicar.
libremente sus ideas SiD previa censura, con sujeciou á las leyes.


»Art. 1~. La potestad de hacer las leyes, reside en las corles
con el rey.


»A.bolidos de hecho los anteriores articulos por el decreto que
acaba de publicar el gobierno del general Narvaez, los periódicos
'progresistas, consecuentes con sus principios, suspenden sus tareas
y abandonaD un puesto que DO pueden defender dignamente bajo
una jurisdiccion que las leyes rechazan.»


El Tiempo quiso continuar sus tareas, y no pudo luchar¡ vivió
UDa vida enfermiza.


El Unaversal, que debia sustituir á El Español, tampoco pudo sos-
tenerse. Y El Espaiiol, por su parte, juzgando el manifie"to y des-
pidiéndose de sus suscritores, decia lo siguieo te:


«El manifiesto de los ministros es un débil tejido de sofismas.
En él toman por punto de partida la fingida suposicion de que se
ven en la necesidad de combatir el) favor de )as prerogativas reales,
contra el desbordamiento de uoa revolueioll que no existe, y que
solo podrian provocar sus desafueros y sus violencias. La única lu-
cha que ha existido es la del partido moderado contm el corto mi-
mero de Ilombres que quiere¡~ eobreponersp. á sus principios.


»Con igual falacia pretenden Jos autores del manifiesto, que la
monarquía se ve empeñada en una lucha que amenaza su dignidad
y su poder. Estos se hallan asegurados por Ja Constitucion del Es-




OKL ULTIMO BÓRBON DE BSPAÑA. 775
fado, obra de la iniciativa del trono, y cuya observaDcia por los
hombres de opiniones canstitucionales mas templadas se quiere ha-
cei pasar por un desacato. Las pretensiones que Jos ministros cali-
fican de anárquicas, no son otras que los deseos manifestados por
los hombres de principios, de que el gobierno se sujete á las con-
diciones, propias de las institucIOnes que nos rigen.


»Para legitimar la misio n. que emprenden y que proclaman ser
de energía y de fuerza, los ministros invocan la debilidad del poder.
¿Y quiéu lo ha hecho tal, si en efecto lo es? ¿Quién ha mandado en
España desde que la revolucion fué vencida? ¿Quién era el alma del
gablnete GONZALEZ BRA vo, quién ha presidido el ministerio, que su-
cesor de este, ha continuado en el malldo hasta hace muy pocos
dia8? ¿Por ventura los escasos momentos que ha durado el gabinete
MIR,uLORES han desorganizado la vigorosa situacion que dejó plan-
teada el general NARVAEZ? Absurdo fuera pretenderlo, cuando los
ministros salientes DO han tocado ni á una sola de las hechuras
de S. E.


-oHombre de principios p,l fundador del Espaj"iol, que hasta ahora
ha sido ta m bien ~!1 único redactor de política, uo podia en esta cir-
cunstancia crítica observar una conducta media.


l¡ Hombre dA órden, no podia presentarse en lucha con la autori-
da.d fjue se en bre con el augusto norn bre de la Reina.


'11 El primitivo Espafír,l acabó el memorable dia (13 de agosto de
183H) en que la revolucion entronizada holló en la Granja Jos de-
rechos y los respetos de) troDO.


\lEI segundo E<~paílol termina el dia en que se ven proscritas las
Íoslitucioues, hollada la ley política del pais, y puesto un obstáculo
material á la libro emision del pensamiento.»


IV.


El parti~o moderado pretendia en vano rechazar la responsabili-
dad de los actos del duque de Valencia.


Iba á comenzar una de esas camparías rudas en que los hombres
de guerra tanto han abusado del poder para hacinar víctimas sobre
victima'., y obtener del terror la sumision de todofi sus adversarios.


Aquel ministerio se hallaba resuelto á pasar por cima de todas




776 HISTORIA DU REINADO
las contrariedades, á. no detenerse ante ninguna cOGsideracion, á ser,
vir á un plan que podia juzgarse muy bien antinacioDal y prove-
choso para los extranjeros.


El silencio y el vacío y la muerte reinaban en torno ~e aquella
situacion. Solo se oían los cantos de triunfo, los aduladores acentos
de los periódicos asalariados; y aqu'el silencio era indudablemente
presagio de horrorosa tormenta, de desencadenados v~ndavales.


Quince días pasaron de amarguras, de sinsabores, de oscllacion
.é incertidumbre. Quincfl días en que todos los ciudadanos tembla-
ban por su seguridad, en que todos los partidos temian por las ¡os ~
titucioncs y la in tegridad de la patria. '


A. los quince dias de haber firmado aquel documento que podia
ser la acusacion del ministerio, estallaba en Logo un muvimiento
revolucionario que amenazaba extenderse en breves instantes á to-
dlS Jas capitales de Galicia.


El batallon de Zamora se habia adherido á la insurreccion, levan-
tando la bandera de Junta central, y mezclando entre los gritos los
de viva Enrique, Espartero y otros.


/. penas llegó á ~Iadrid la noticia de aquella ingurreccion, el ge-
neral Narvaez presentó ia renuncia. de sus cargos, que fué aceptada
desde luego.


El general Narvaez recibió órdall para salir de Madrid, y el día
7 de abril tomaba el camino de Francia.


Istúriz fué nombrado presidente y ministi'o de Estado del nuevo
gabinete, y el general Armero ministro de Marina.


Así terminó aquel breve periodo de interinidad y de dictadura.


v.


El Español, que habia variado de director, y por consecuencia
de carácter, despues de haber hecho su reaparicion en forma dando
razon di] quejas y agravios á los ministros que acababan de caer,
al observar lo laborioso de la crisis, se expresaba así en su número
del 1 ~ de abril:


«La nacian continúa siil gobierno. Los partidos, toJos los parti-
dos se encuentran en un estado de completa dislocacion. Los áni-
mos, ya inquietos con los actos del último gabinete, se han alarma·
do en presencia de los amagos revolucionarios de tugo; y si esta




DEL ULTIMO BORBON DB ESPAÑA. 1'1
situacion dolorosa se mantiene por algunos dias, no es ya una crisis
mioisterialla que nos atormenta, será una crisis social que puede
comprometer tOUOG los intereses, que puede lastimar á todos los
partidos, que puede debilitar el prestigio de las instituciones, y que
nos envuelva á todos en una comun ruina.


»Esta dilacion injustificable que se advierte para completar un
ministerio; esta tardanza, ahora mas que nunca inmotivada para
formar un buen gobierno, ¿en quién consiste? 6de quién depende?
¿Qué obstáculos se presentan? ¿Qué designio se proponen los que
pueden fomentarla? Nosotros no alcanzarnos á resolver este proble-
ma. Nosotros no queremos adivinar estos misterios, aunque son
misterios fáciles de adivinar.


»Pero de lodos modos, nosotros tenemos que discurrir sobre tan
extraña situacioD; y nosotros tenemos el deber de aconsejar en me-
dio de esta gravbima crisis, para que cuanto antes se resuelvan las
contiendas pendientes, y se entre otra vez por el camino conocido,
para salvar la monarquía constitucional, amenazada y sin defensa,
porque no cabe niogun género de defensa cuando no se conoce y
cuando no funciona niúgun género de gobierno. r>


Eran claras y explícitas hs palabras del Español. Habian l1eeado
las situaciones respectivas á un punto en que era de temer.un ca-
taclismo.


Pero los hombres del bando moderada tenian III clave de todos
a¡luellos misterios. Aflojando ¿ apretando los hilos, podian dar vida
Ó muerte á las instituciones representativas; podian hacer pálida ó
dar color á la esceoa.


Así que al estallar los sucesos de GaHcia, al anunciarse estruen-
dosos y amenazadores, Narvaez¡ y con Narvaez la corte y quizá la
misma Isabel, que á pesar de sus pocos arios sabia ya hacer distin-
tos papeles, comprendieron que babia llegado una crisis verdad;
que aquel hecho, que aquel acontecimiento merecia ser tomado en
consideracion, y estudiando á fondo si se habia de salvar por el
momento la actitud respectiva en que estaban colocados.


Buchental, célebre banquero, babia sido deGterrado; diremos me-
jor, extrañado del reino. Y 1\1 ver levantarse ahora una insurreecion
que contaba con muchos elementos militares¡ se preguntaban todos
con cierto aspecto de asombro, cómo habia podido pasar desaperci-
bido semejante complot, cuando tantos otros sargentos habian sido
en diferentes puntos y ocasiones delatores oficiosos.




778 HISTORIA DEL REINADO


VI.


Hallábase de capitan general en Galicia aquel (amoso ViHalonga,
tan conocido en el Maestrazgo. ¿Cómo ese general babia descuidado
hasta tal punto sus debl'res, que se dejaba soq:reoder por una vasta
y bien dirigida cOD:;piracion que ohraba combinadamente, y tenia
ramificaciones en el interior y en el exterior?


Durante muchos dias, y á pesar de los aparentes esfuerzos de don
José da la Concha para reJucir'á Jos inl)urrectos, el movimiento no
perdió su carácter de gravedad.


AHi habia distintos y encontrados elementos, allí se veían luchar
distintas iDfluencias; no faltaban recurws en los primeros instantes,
y cuando Narvaez hubo sucumbido, y cuando se creyó que la si-
luacion pod.ia encaminarse á determinado objeto, entonces todo va-
rió de carácter y se modificó completamente el aspecto de las C08as.


¿A dónde se encaminaba todo aquel movimiento, toda aqueila ac-
tividad extrafia?


Difícil era decirlo, difícil explicarlo, porque en el seno de la rr.is-
teriosa.conjuracioll muchos debieron fallar á sus jurameolos, ven-
der los secretos que se les habia confiado, dejar de ser caballeros y
dignos.


En dif~rentes puntos pudo Dotarse cierta agitacion; pero las au-
toridades se agilaron aun mas, y el eslauo- de sitio con todas sus
consecuencias fatales, con todo el peso de la arbitrariedad apartció
nuevamento por doquiera.


Fulgosio en Málaga publicó unos bandos dignos de los tiempos
de Neron. El art. 5.° decía: «Los que desde la publicacion de este
bando formen grupos ó reuniones en las plazas ó parajes públicos ó
fuera de poblado para alterar el 6rden legal ú oponerse á la acoion
ó mandatos de las autoridades, serán disueltos por la fuerza armada
y castigados á muerte .. » Y el 6.°; aLos que sean aprehendidos hu-
yendo despues de haber esta.do reunidos con los sediciosos, sufrirán
la misma pena.»


En otro bando el lliismo Fulgosio decia: «Ninguna persona osará
embarcarse 6 desembarcarse clandestinamente y sin el correspon-
diente pasaporte; lus quo lo hagan, ó desembarquen armas ó efectos,
serán juzgados por la comision militar y pasados por las armas.»




[lEL ÚLTIMO BORBON DE ~SP A'ÑA 779


VII.


A los pocos días de saberse en Madrid la noticia de la subleva-
cion de Galicia, fueron presos don Alfonso Escalante, Velo y otros
varios. A consecuencia de estas prisiones dec.ia El Clamor:


exCuando vimos puest{)s en comunicacioD á los srñores Escalante,
Velo y demás presos en la noche del jueves último, despues de re-
cibirles una inquisitiva burlesca é insignifirante, nos lisonjl'amos de
que la autoridad política se apresuraria. á enmendar los tristes agra-
vios de UD celo indiscreto ó d0 un error lamentable. Con nosotros
creyeron todos, que desechada al parecer la primitiva idea de su
confinamiento, y que abierta una sumaria con mas ó menos moti-
vo, Ó bIen se acordada su libertad sobreseyendo ('o las diligencias,
6 bien se pondrian con la causa á disposicion del tribunal compe-
tente.


»EI honor del señor jefe politieo se interesaba mucho en acredi-
tar qu~ no procedió SiD causa legítima, ni se dejó arrastrar del re-
sentimiento y del miedo que en el alma inquieta de los enemigos del
partido progresista despiertan hoy ]os sucesos de Galicia. Las voces
esparcidas COIl b::tslante favor de que las prisiones hechas reciente-
mente en esta corte eran una precaucion, un ardid de guerra, y un
efugio tan injusto como vergonzoso para poner fuera de toda accion
á ciertos h(}mbres, afectaLan muy hondamente al decoro del minis-
terio y de sus delegados para que se hubil'sen desentendido de lo
que, sin mediar tales circunstancias, I'xigian de e!los todns los prin.
cipios y todas las conveniencias. A hora que arde en va¡jas provin-
cias el fUí'go de la guerra civil, ahora que se alzan algunos alegando
esc~nda\os. usurpaciones y violencias, el gobierno estaba en el caso
imperioso de patentizar, que moviéndose en el ancho circulo que la
ley le traza, respeta los derechos de los españoles, y no se entrega
á las violenta" demasias, cuyos frutos amargos estamos recílgiendo.


» En Madrid, en Barcelona, en Valencia, en Murcia, en Zaragoza
y en mucbas otras capitales y pueblos, nuestros amigos políticos
sufren otra vez el azote de esa cruda y sangrienta persecucion que
los hombres de la épo~a se trasmiten de unos á otros como el atri-
buto mas precios~ del poder, y como el remedio mas eficaz en to-
dos los conflictos. J)




" '~}fTULO 'KC' 1 C-l¡~ t ~ t.


SUMARIO.


Organizacioll del ,ministerio Istúriz.-Elementos qUB constituian el movimiento de
Galicia.-Espíritu rutinario tIe aguel gahinctc.-Yíclimas y oprcsion.-Insurrec-
CiOll portllg\1c~a.--Proyccta el gobierno espaiíoJ intervenir en Porlllgal.-:\Igu-
nas explicaciones de las ex,JunlDs de Galióa.-Banuos de llrel.Oll.


I.


Seguía entre tanto la crisis desenvolviéndose, y sin poder orga-
nizarse un ministerio.


Dé aqu[ cómo explicaba El Español algunos detalles de esa tra-
bajosa formacion del gabinete:


« La crisis ministerial se halla resuelta; han entrado en e] gabi-
nete los señores MON, PIDAL, CANEJA y el general don LAUREANO
SANZ, los dos primeros para Hacienda y Gobernacion, e] señor CA-
NEJA para Gracia y Justicia, y para Guerra el actual capitan general
de Granada.


»Pod'3000S asegurar del modo mas positivo que en esta e]eccÍon
no ha influido la corona de otra manera sino aceptando las personas
que le hall sido propuestas por los señores ISTÚRIZ y AmIERO.


» Pero si la corona no ha tomado olra parte que la que constitu-
cionalmente le correspondía en la definitiva formacion del gabinete,
no asi la influeneia extraiía é incompetente de un gabinete extran-




DEL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA. 781
jero cuyo representante se ha mevid:J eL todos los sentidos pan:. alla·
nar la entrada en el poder del seTíor Mon. No es un secreta en :Ma-
drid el interés que el embajador de Francia ha tomado en el asunto,
en términos que en los círculos diplomáticos se considera como de-"
ciúva )a especie de infervencion que ha tenido aquel en el desen-
lace de la crisis .


• No debemos ocultar que ha influido decisivamente en que la
combinacion se completara ayer, el plazo que parece babia fijado Su
Majestad para que dentro del dia quedase completado el gabinete,
habiendo dado fA entenoer que de ]0 con !rario se creeria en el caso
de ha~er uso de su prerogativa , encomendando á otras personas la
formacion del ministerio. En vista de esta situacion, las personas que
desde el ~iguiente día de la caida del general NARVAEZ mostraban
grande empeño porque el señor MON entrase en el gabinete, ban
precipitado e] desenlace y presentado á S. M. la lista de los nuevos
ministros que la REINA se apresuró á aceptar, pues en esta circuns-
tancia la corte no ha puest!} el menor obstáculo á ]0 que le ha sido
propuesto por lag personas á quien babia revestido de su confianza.


»¿Cuál 1mbiera sido, empero, el resultado del uso definitivo que la
cilrona hubiera hecho d~ su prerúgativa, si se hubiese visto en el
cas~ de ejercerla en el sentido indicado? A nadie es licito penetrar en
el santuario de la conciencia del monarca cuando ejerce sus altas
funciones constitucionales, pero no por eso deja de ser permitido fun-
dar juicio acerca de probabilidades indicadas, y los mejores datos
autorizan á creer que si ayer no se hubiera completado el ministe-
fio en Ja manera que 10 ha sido, hoy hubieran sido llamados los je-
fes de la oposicion parlamentaria, y el pais tendria un gabinete que
creemos hubiera estado mas en armenía eon las necesidades de )a
situacion .»


II.


El nuevo director del Espatiol seguia casi )a misma política
que el antiguo. Era UDa situacion &.nómala, y los distintos actores
cambiaban á menudo de papel en aquellas combinaciones ridículas
y sangrientas á la vez.


El drama se desenvolvia marchando hácia un lúgubre desenlace,
mientras la comedia tomaba todos los caractéres de bufa ó sainete.


TOMO 11. 99




78! DISTORIA DEL REINADO
Los ambicioses cruzaban sus planes, contenían, detenían, varia-


ban los planes de sus contrarios, y cada cual atento á su negocio
bullia y se agitaba en medio de aquella corrupcion, en medio de
-aquel desconcierto.


Solís, Iriarte, Rubin de Celis, muchos y muchos patriotas en
Orense, en Vigo, .en Pootevedra, en Santiago, e:l la Coruña, en
Oviedo respondian de corazon al grito de Lugo; mientras que los
batalJones comprometidos titubeaban, vaciií!ban y {aitaban por com-
pleto á sus compromisos segun subia ó entraba en descenso el ba-
rómetro de esperanzas que los egoístas y los infames habían llevado
como prúpósHo único á aquel alzamiento, verdadera teccioll para los
que buscan en inmorales coaliciones una solucion á los males de la


t • pa-.rla.
No pod~mos ni queremos seguir paso á paso las peripecias de Ja


crisis y los detalles del movimiento de Galicia. Habíamo3 de entrar
en largas explicaciones á que no se presta la indole de esta obra y
que SJn además bastante graves para necesitar muchas pruebas si
habia de resalter la justicia qlliJ será siew pre nuestro norte y la
verdad que es nuestro guia.


Mucho dinero habia costado á los agiotistas mezclarse en aquellos
planes preparados por los patriotas contra la domina~ion Narvaez.
No costó menos contener un movimiento ya iniciado que debía ser-
vir determinados intereses.


Como en el campo de la corte se agitaban planes diversos: en el
de los pron~mc¡ados habia el elemento democrático, el elemento pro-
gresista favorable á don Enrique, el elemento moderado reformista
que hacia la guerra á Trápani. Ca.ido Narvaez, rrUC'daTon solos el
elemento progresista y el elemento democrátICO; desa¡Jureció mucha
parte del elemp-nto militar, y el oro, la intirnidacion, el eonocilllien-
to de los planes que Concha sabia perfeclao:ente hicieron lo demás.


Por eso fracasaron en Zamora, en Val1a:l0lid, ('D L4'-on y en otros
puntos distantes, las intenton~s que se repitieron. Y el ffilJvimienfo
de GaJicia, como hemos repetido, quedará como padron de infamia
y se consignará en la historia como una de las páginas mas san-
grientas y mas sucias de aquella endécada que comienza en el !,
de julio de 18.13 con el desarme de la milicia de Madrid, y termina
en 19 de julio de 1844 con la sumisión de Isabel, la fuga de Sar-
torius y las quemas de los palacios de Cristina y los ministros.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 788


IlI.


Blaser fué ascendido á mariscal de campo, y destinado á GaBcia
como segundo de (}mcha, y en tanto el vacilante ministerio se veia
combatido en dil'ccciGllPS diversas pOI' los intereses opuestos que li
c,~.;mp¡)nian. Esh-; obedecjan y se inspiraban cilla embajada francesa,
aqudlos anhelaban transigir con el clero y con Roma, otros preten-
dían que volviese Narvaez, y en la cuestion de reprimir hubo mas
de uno de los mini&tros que censuraban á Concha por DO haber fusi-
lado inmed¡~itamente á los 160 prisioneros que cogió en el primer
encuentro,


El gobierno que nada habia dicho 1 y parecia aceptar las doctrinas
del ministerio Narvaez, vino á dar explicaciones en ulla circular no
muy r.oDform:~ eün los buenos principios.


Hé aqui una parte importaotfsiroa de ese documento:
aFMa c1lOseguir tan importante y principal objeto. S. M. auto-


riza á\'. S. para LonliH en esa provincia t(¡das las medidas extraor-
dinarias que PXijil la CtHlservacio:l del órden público, inclusa la de
deeh¡¡ar, pU]liéo(hSt' de acuerdo t.~on la autoridad militar, en csttldo
excepcional, los puehbs y distritos en que no basteD las leyes co-
munes, Ó S~l conceptúe necesario para prevenir eficazmente las ma-
quinaciones d¡~ los walévolos. ¡Jorque tan dispuesto está el Gobier-
no á' encerrarse dentro da Jus límites de la legislacion coruun y de las
cO¡ldiciones naturales del régimen cODstitucional, asi que la tran-
(iuilidad y el ó"deo público se hallen restablecidos, tan decidido se
encuentra, mientras arda la rebelion, á valerse de loda la amplitud
de las leyes excepcionales para sofocarla. y á posponer á la conse-
cucion de tao privilegiado objeto, consideraciones que una vez le-
vantada la bundera de la insurreccion, deben ser siempre tenidas y
re,mtadas corno subalternas y secundarias.


»Firme, pues, en este propósito sabrá contener las revueltas y
abogar la rebe.lion ent.re las ruinas de sus cómpliees y fautores. Para
esto cuenta con la fuerza que te d a la justicia de la causa que tie-
fiende, cuenta con la lealtad del ejército interesado en acabar con
los que han querido echar un infame borron en su fidelidad y dis-
ciplina, y desconocer sus sentimientos de eterno respeto al trono
de sus, reyes; y cuenla en fin con la decision de los pueblos que si




78' HISTORIA DEL REINADO
desean tener instituciones libres, análogas á las de otras nacione~
cultas de Europa, tambien detestan las rebeliones que las imposibili-
tan, y los trastornos y rJvueltas que han traido á la naciun los ma-
les que todavía deploramos.»


IV.


La reina Isabel iba cngal¡;.nándose y prep/:trar.do su ánimo para
el estado matrimonial. Quería regalar sin duda &1 futuro e:\poso un
pueblo sometido h los hárbarr·g rigores dt'l ¡Migo y de la di5ciplíl1a
militar, y disponer para sus hijos aquellas agradabks sorpresas que
Neron disfrut::tba quemando 8U:-: ciudades.


Una atmósfera de sangre, un ambietlte de impurf'zas yde c;-Ímetes
circundaba á aquella desgraciada jóven que DO tenia UDa sola pala-
bra de gratitud para el puebb que la babia colocado en el trono.


La re volucion de GaHcia fué ahogada en sangre. y despues de
las Ilumerosas víetimas inmoladas pr,r Concha Ji Víllalon¡la. ('D to-
das las provincias se hizo sentir la barbarie de las autoridades bor-
bónicas, que apaleaban á los ciudadanos, Jos p e;;dran J los deporta-
ban, llegando Roncali á abofetear eu las calles á los que tenían la


. inadvertencia de no quitarse el sombrero.
y como si DO bastara á la desgraciada Isabel la animadvers!on y


el odio del pueblo español, tomando pretexto de que en Portu5al ha-
bian estallado algunos desórdenes, se pre:;araba 'á inlerveriÍr ~uxi­
liando á aquella corte, y á' aquel impopular ministerio que recar-
gaba con injustas gabelas al pueblo lusitano.


El movimiento insurreccional cuyo origen habia q:1erido envol-
verse en las sombras de! misterio, atribuyéndolo unos al pUltido de
don Miguel, otros alli~ral, y algunos á tendencia~ socialistas, aca-
baba de poner en completa evidencia sus fiDrs, que no eran otros que
sacudir la odiosa domin8cion de los hombres que tiranizaban á Por-
tugal, y librarse de! duro yugo de exorbitantes impuestos, q'le lle-
vaban la ruina y la miseria al seno de las familill.s, Débi! en su orí·
gen, se habia propagado y crecido en medio d'e los contratiempos,
favoreciendo á aquella causa pueblos y provincias, cuyo paisanaje
se batia con desesperacion contra las tropas, generales, y divisiones
enteras que habían representado á la Reina suplicándola respetuosa-
mente que accediese á los votos, y se apiadase de las desgracias




DEL ULTIMO BORB0N DE ESPAÑA. 785
públicas, la oposicion en ambos cuerpos colegisladores, que hab1a
hecho-- oír su voz y protestado contra la violencia, titulos y grandes
magnates, y hasta los mismos deudos de dona María de la Gloria,
amenazaios de prisiones y atropellos.


Con tales elementos era probable, por no decir casi seguro, el
triunfo de la sublevacion, bien fuese por los medios de fuerza, ya
porque la Reina se apresurara á satisfacer las exigencias de sus súb-
ditos, exonerandij á los consejeros autores de tan graves conflictos j
y prometiendo en los impuestos las mejoras y alivios qGC reclamaba
la siluacion tristísima del pueblo portugués. Bien calculaban este
resultado los hombre~ que sostenian en España aquel órdell de co-
sas, y uniendo su causa á la causa perdida del vecino reino, y los
intereses del gabine!Q lusitano á los del ministerio Istúr¡:~-Mon, pro-
ponían que las tropas españolas, reunidas con motivo de los sucesos
de Galicia y que habian causado no pocas zozobras, puesto que se
creia al ministerio decidido á dar un golpe de Estado, pasasen la
frontera para ahogar en sangre el movimiento, y para imponer con'
las bayonetas á la nacion portuguesa el yugo que la oprimía, yes-
taba dispuesta á sacudir.


v.


Llenos de sobresalto, presa de un remordimiento, y temiendo
siempre que se desmoronase el alcázar de su poderío, asentado so-
bre falsas bases, ha1!aban un peligro en el triunfo de e5ta Ínsurrec-
cion, y para conjurarlo aconsejaban I en nombre de sus bastardos
designios, un atentado escandaloso contra los (ueros de un pueblo
independiente, una violacion manifiesta del derecho internacional,
una liga odiosa que echaria sobre la Espafia el borron mas inde-
leble.


Duefios los Cabrales y sus colegas de todos los recursos de la au·
toridad, apoyados en las cámaras portuguesas por una mayoría in-
mensa, é investidos además con facultades extraordinarias, unas
concedidas y las otras usurpadas, el triunfo del movimiento era una
prueba inequívoca de que la nacion rechazaba su ominosa dictadu-
ra, y se levantaba para anonadarla con su fuerza soberana é irre-
sistible.


6Con qué titulo, con qué derech() iba á intervenir el gobierno es-




'186 HISTORIA DEL REINADO
paiíol en este negocio doméstico de los portugueses? Qué tratados,
qué pactos lo habían ligado ni podian ligarlo á sosteoer en el man-
do de aquel pueblo, á los hombres, blanco de sus anatemas, yob-
jeto de sus maldiciones? ¿Qué interés tenian en las reformas que des-
truian su fortuna y causaban su ruina? ¿Quién lo constituia juez de
los medios alli empleados? No se atentaba en Portugal contra el tro-
no de doiía Maria de la Gloria, ni contra la esencia del gobierno re-
presentativo: se aspiraba tan solo á privar del mando á los malos
consejeros que lo habian comprometido con sus violencias, y que
adulteraron las instituciones con sus intrigas y sus fraudes.


Si la Esparia se mezclaba en esta euesUon exclusivamente pi1rtu-
guesa, justificaba la intervencioD armada de la Francia en 1823
para arrebatarnos la libertad>


¡Qué escrupulosos, qué amigos de la legitimidaJ constitucional
eran los hombres que dominaban en Portugal y en Espat'ia! Esos
hombres que subieron al poder en virtud de)o que antes apellidaban
gloriosos alzamientos, y entonces motines asquerosos; esos hO~Hbres
que no lograron la victoria fU las u~Das (:electorales, ni en la tribu-
na parlurn:;ntaria; esos hombres cODspiradores siempre que no ejer-
cían el poder, eran dentro y fuera de su patria los ¡;aladines de las
forma~ representativas, y DO llevaban con paciencia que se atentase
COi] ira su rígida observancia por los mismos caminos que ellos aten-
turon.


VI.


Terminados los sucesos de Galicia y despues del cruento sacrift-
elt) de So!ís, Vela~co y los ocho capitanes, las Juntas revolucionarias
debÍ'm dar algunas explicaciones.


Los periódic~s publicaron la siguiente carta:
«Muy seiiores nuestros: En esta isla, casi incomunicada con el


resto de Europa, á donde nos destinó el gr¡bierno portugués, no he-
mos conseguido ver ningun periódico de Espatía, por lo que igno-
ramos absolutamente el juicio que ha formado la prensa periódica
de la revolucion de Galicia.


»A. nuestra reputacion, al pueblo gallego, y á todo el partido li-
beral interesa sobremanera que este jl1icio lleve el ~eHo de la ver-
dad; y por 10 tanto esperamos de usted, que le suspendan hasla que




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_EL ULTIMO BORION DE ESPAÑA. . 787
las circunstancias nos permitan narrar los sucesos que tuvieron lu-
gar desde el día 2 de abril hasta el 26 del mismo, y los anteceden-
tes qu, los prepararon.


»Colocados en el poder directivo de Galicia desde el dia 4, qe abril
hasta que todo se hubo perdido, meno, el oonor, pudimos observar
y conocer mejor que otro alguno los elementos con que contaba
aquella revolucion formidable, y los extrarios motivos que apresura-
ron su fin.


»Ofrecemos, pues, presentar á la meditacion del pais una histo-
ria sincera y detallada de los acontecimientos que tuvieron lugar en
Galicia; de la verdadera índole y tendencia de la revoiucion; reye- r
lando con franqueza quiénes (ueron los cobardes que, faltando á sus
juramentos, nos ahandonaron en el peligro; quiénes los malos ca-
baBeros que vendieron 114 espada, y colocando, en fin, en el lugar
que se merece el nombre del precipitado pero pundonoroso y va-
liente don Miguel Solís y Cuelos.


DMientras les saludan sus compatriotas Q. B. S. M.-Antolin de .
Faraldo, secretario de la que fué Junta central de ~alieia.-Anto~
Dio Romero, secretario de la que fué Janta de gobierno de San-
tiago. »


VII.


Hemos hablado de los atropeHos y de mas fas de las autoridades.
El gobierno dejába pasar sin correctivo tantas iniquidades; solo se-
paró á Balboa, pero Breton seguia gobernando á su antojo sin que
nadie le pusiera obstáculos.


La desgraciada Catalufía ha vivido siempre bajo el régimen del
terror. Los gobiernos han delegado alli todas sus facuItades; mas
aun las facultades legislativas que no corresponden seguramente al
gobierno de) pais.


Hé aquí unos bandos horribles que súlo los sicarios de los Borbo-
nes pueden permitirse porque se los tJleran sus seriores:


(Soldados del ejército de Catalufía.-Si al tener noticia de las des-
agradables ocurrencias de Galicia os hubiera dirigido la palabra, ha-
bria creido ofenderos: seguro de 1a acrisolada lealtad que profesais
á la Reina nuestra sefíora (Q. D. G.) Y de la rígida disciplina que
tanto os disHngue, he contado siempre con vosotros, como creo con·




188 HI8TORIA DEL REINUut
tais conmigo en defensa del regio trono tan combatido por el hura-
can revolucionario: vuestras punzantes bayonetas y afilados sables
10 librarán de sus encarnizados enemigos.-Soldados, modelo de
lealtad y disciplina, decid «Viva)a Reina,» con vuestro capitan ge-
neral,-Manuel Breton.-Barcelona 3 de mayo de 1846.»


«Habitantes de Catalulla.-La crisis que acabamos de pasar en
nada ha alterado el órden en ,este Principado: para conservarlo no
omitiré medio alguno, por fuerte que aparezca; y si la necesidad Jo
exige, pasaré por encima de las leyes, para salvar el trono que tan
gloriosamente ocupa la Reina nuestra sellora (O. D. G.), y este pais
que S. M. se ha dignado poner á mi cuidado. Esta será la divisa de
",uestro c3pitan general.»




CAPtTULO XCIII·


SUMARIO.


Marcha débil é indigna del gobierno.-:-Triunfo de la insurreccion portuguesa.-Pro-
clama de la reina de Portugal.-Quejas de la prensa de esta nacion.-Un comu- .
nicado sobre los acontecimientos de Galicia.-Discurs.D de Mr. Thiers respecto á
España.


1.


La corte espanola marchaba entonces desbordada al abismo.
La prensa gemia bajo el peso de las recogidas y de las denun-


cias, y la llamada ley por los decretos solo serviapara aulorizar las
caprichosas determinaciones de los gobernadores. .


Las cortes vivían en un sueno letárgico, y ElI gobierno no tenia
valor para disolverlas, ni para reunirlas. Temia la reunion porque
debía mostrar el fraccionamiento del partido conservador, y la poca
fuerza de una situaeion que solo se apoyaba en las bayonetas y en
los esbirros, que carecia de prestigio, que solo contaba con el au-
xilio del presupuesto violentamente arrancadu al contribuyente. Des-
prestigiada lá situacion y humillada por sus propios desaciertos, '
¿cómo habia de reunir y congregar á los representantes del pais que
habian violado y desgarrado el código del 37 para formar la carta
de 1845, que no habia sido observada un solo dia?


Conocía perfectamente cuán peligroso era convocar los comicios,
que no podian sancionar ni apoyar á ninguno de sus hombres, por-


TOMO 11. 100




'790 H(STOItlA. DEL REINADO
que el contribuyente si no entendia ni se cuidaba de los derechos
políticos, queria por lo menos rebaja en las contribuciones, y esto
DO podia hacerse por aquellas gentes que necesitaban vivir en el
despilfarro mas absoluto.


Por eso negaron en distintas ocasiones el permiso que solicitaban
algunos electores progresistas para reunirse y con,cerlarse acerca de
Jos candidatos, y acerca de la condueta que debían seguir; porque
¿cómo habian de apelar á los contribuyentes los autores del famo-
so sistema tributario~ ¿Cómo habian de acudir á buscar apoyo para
sus planes los que habian vendido la patria al extranjero, los que
conspiraban con los diplomáticos y con las camarillas para entro-
nizar los principes absolutistas y reaccionarios que imponia la san-
ta alianza?


11.


Otra cuestion surgia, como hemos anunciado, tan impopular, tan
indigna como todas las que querían llevar adelante aquellas gentes
desatentadas, Esa cuesUoD era la de intervenir en Portugal.


Los Costa Cabrales, los Narvaez de aquel pueblo eran mirados
con odio por la multitud. E~talló una insurreccion que fué domina-
'da; pero des pues de muchos trabajos se reprodujo mas extensa, mas
pujante, mas vigorosa, y triunfó por fin; consiguió su propósito, la
corte portuguesa cedió, y el duque de Palmella quedó encargado de
formar un nuevo ministeriu.


Pero la insurreccion habia aumen~ado sus exigencias, y el duque
de PalmeUa no satisfacia por completo, toda vez que pasado el peli-
gro podia ser lanzado de su puesto.


Publicóse una proclama firmada por el duque y por la reina, que
decia a3r.


.Portugueses: Los males que afligen á la nacion portuguesa, tan
digna y merecedora de ser libre y feliz, lastiman profundamente mi
corazon.


»Las quejas del pueblo no pueden dejar de ser atendidas por mi,
desde que han llegado á mi conocimiento.


»EI estado de la nacíon exige imperiosamente la aplicacion de
remedios prontos y eficaces, acerca de los cuales va á ocuparse mi
gobierno.




DIL ULTIMO BORBOl'f DI ESPAftA. 791
»Las sesiones ordinarias de las cortes serán cerradas inmediata,...


mente.
»Las leyes de seguridad pública y de reforma del sistema tribu-


tario serán abolidas por un real decreto que en tiempo oportuno
se presentará á la deliberacion de las cortes.


»La opioion pública ilustrada, el mejor consejo de los gobiernos
representativos, servirá de norte á nuestro gobierno, y ]a imprenta
será libre desde ahora.


»j Portugueses! El restablecimiento del órden y el restablecimien-
to de las leyes es hoy la primera necesidad, y mi mayor deseo con-
siste en que cesen los desastrosos efectos del desasosiego púbUco.


»Esta condicion es indispensable para que el gobierno pueda
ocuparse con urgencia, y al mismo tiempo con desahogo de cuantas
providencias son necesarias para que los pueblos gocen realmente
de los benéficos efectos de la carta constitucional.


»Mis actua;es ministros están encargados de formular los proyec-
tos de ley que mas puedan contribuir á proporcionar economías en.
la Hacienda pública, y á satisfacer las principales necesidades de la
administracion de justicia.


»Se Mnvocará la representacionnacional apenas lo permita la
tranquilidad del pais, pues solo entonces podrá ser esta represen-
tacion verdadera y tratar competentemente de los negocios públicos.


III ¡Portugueses! confiad en mí, así como yo confio en los esfuerzos
de esta nacion que con tanto denuedo y lealtad restauró mi corona.
y las libertades patrias, cuya custodia y conservacion son objeto de
"mi mayor solicitud.»


IIl.


La proclama que acabamos de trasladar estaba lechada el !1 de
mayo.


Pero como se habia dado tanto tiempo; como se habia hecho tanta
resistencia; como se habia penetrado la multitud de la astucia y
malas artes del ministerio y de la corte, á pesar de que la reina
habi!l admitido las propuestas de las Juntas, los periódicos se ex-
presaban asf:


«Nuestras voces no fueron oidas, las súp1icas de los ciudadanos
fueron despreciadas, los cuerpos electivos que representaban la ver-




79! SUTORIA DEL RIlNADO
dadera opioion del "país fueron disueltos; ni las lágrimas de 108 po-
bres, ni las exigencias de los propietarios fueron atendidas; se es-
carneció á esta nacion" generosa, se negó su poder, se ofendió su
pundonor, se suprimió su libertad, se erigió en principio un sistema
bastardo de corrupcion.


»Clamamos, y clamamos en desierto. Apelamos al trono, y el
trono no nos oyó. ¿Estaba lejos del pueblo? ¿Quién se puso de por
medio? ¿Dónde está el pérfido que se rió de nuestras lágrimas?


lDCorrió la sangre portuguesa, se exaltó ]a tirania, y los verdu-
gos se alegraron en su entusiasmo feroz. Por cada noticia de fusi-
lamientos $e celebraba una orgia, y hombres salidos del polvo y de
la nada, viéndose elevados á tamana altura, saciaron sus crimina-
les instintos con toda clase de venganzas.


»La corona se ha acordado de poner remedio al oir el 8struendo
del canon. ¡Sea enhorabuena! Ya era tiempo, pero qué tiempo! La-
mantamos su ceguedad, y desearemos que aprenda en la desgracia.
Es una calamidad que el poder moderador pase de las manos de la
ReiDa á las manos de} pueblo, lo cual en estas ocasiones no puede
meno~ de hacerse sino por medios violentos, y es todavia mas sen-
sible que la majestad real quede vencida y ejerza sus prcrogativas
por un mero favor. Con esta reflexion respondemos á Jos que nos
han acusado de enemigos del trono.


»La prisa con 'que escribimos estas líneas no nos permite exten-
dernos en mas consideraciones. La voluntad del pueblo está mani-
festada, ahora es preciso satisfacer lealmente todas sus exigencias.


»La ciudad está en la mas completa anarquia. El poder caido
conspira en los cuarteles, el pueblo se agita en las calles y tienen
lugar conflictos parciales. Se siente, se percibe un terrible murmu-
Iro precursor de las grandes crisis.


»La nacion está toda revolucionada. Toda en masa.
»¿Qué son para ella media docena de hombres armados?
»La nacion desconfia y tiene razon, porque ha sido mucbas ve-
e~s enganada.


»La Reina nos ofrece un gobierno de amor. j Lisonjera promesa!
Lo que queremos es que se realice. Conviene que al punto separe
de su lado á esos hombres prevaricados, sedientos de sangre y trai-
dores, que han puesto al troD~ al borde del abismo.


»Y tú, pueblo, acuérdate de que la causa es tuya, que nadie ve-
lará por ella si tú no velas. Ya que has derramado tu sangre, apro-




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. '793
véchate de ello. Estás ahora al lado de la corona y defiendes sus
prerogativas y tus derechos. Los que conspiran y los enemigos de
Ja patria son nuestros ad versarios. XI


El programa de las Juntas, que significaba la voluntad del pue-
blo, pedia la disolucion de las cortes, la organizacion de la milicia
yla derogacion del sistema tributario, que alli como en Espana pa-
bia producido inmensos males de suma trascendencia. .


El pueblo estaba justamente irritado y no soltaba las armas; yel
dia i! al notar los Cabrales que en Lisbo3, único punto obediente
á la reina, se notaban sin tomas de perturbacion, huyeron al cuar-
tel donde tenian sus polizontes y guardia pretoriana. Pero no en-
contrándose aun seguros, y creyendo que las iras populares habian
de castigar su osadfa y sus crfmenes, acudieron á Gonzalez Bravo,
que con su carácter diplomático les acompañó hasta un buque fran-
cés con esa desvergüenza propia del que habia comenzado por lla-
mará Cristina la gran prostituta 1 para pasar á ser su agente de con-
fianza, y mas adelante el que provocase la caida de ]a dinastía,.
accediendo complaciente á sostener los caprichos de una corte li-
cenciosa. Asi identificaba el embajador espa1'íol ]a causa de ambos
gobiernos, y comprometia al gobierno francés en aqueIJa cuestion que
]03 portugueses teDian derecho á resolver á su gusto.


IV.


Los escandalosos acontecimientos de Galicia, donde palpitaba ]a
traicioD, dieroD motivo á diferentes comunicaciones, y en otro lu-
gar insertaremo~ alguna de importancia; haciéndolo ahora de un co-
municado que uno de los jefes del movimiento creyó necesario dar
para distraer la opinion pública de las acusaciones que le dirigía:


«Muy seriores mios y apreciables amigos: A. los del Eco dije con
fecha 1! del actual lo siguiente, que espero se dignarán insertar en
su apreciable periódico an lugar preferente, á Jo que les quedará re-
conocido S. S. S. Q. B. S. M.


»Muy senores mios y apreciables amigos: Desde el momento que
la revolucion de Galicia ha dejado de existir, me be propuesto diri-
girme á la prensa periódica con el objeto de que se suspendiese la
opioioo relativamente á las causas que la motivaron, y las que pu-


. dieron con tribuir para su desgraciado é inesperado término; pues




794 HISTORIA DEL MINADO
me será fácil con documentos descorrer el velo de los sucesos, pre-
sentándoles con imparcialidad, y como verdadero historiador, á fin
de que mis correligionarios politicos y compatriotas puedan con cal-
ma y con fundamento emitir su opinion con respecto al asunto in-
dicado. De esta manera quedarán recha:adas laI imputaciones que
villanamente se me atribuyen, !I desmentidas la, reputaciones que á
mi cOlta intentan algutios creúrse !I 80stener. Nada, sin embargo, me
aflige, porque tengo _ una vida pública sin mancha; pero las lágri-
mas corren por mi rostro al recordar las ilustres víctimas del Car-
ral y la suerte de cerca de trescientos oficiales que se encuentran en
este d~pósito condenados á sufrir en la mayor miseria una emigra-
cion, dcspues que los mus han peleado con denuedo en los campos
de Navarra, Aragon y Cataluna por la santa causa de la libertad,
de la Constitucion y de la augusta Isabel que ocu pa el trono de Cas-
tilla.-Con ésta ocasion tiene el honor, etc.-Leoncio de RubiEl.»


v.


Por este tiempo pronunció Mr. Thiers un discurso en el cual se
.refirió á Espana en los términos que vamos á reproducir:


«Hace muchos años que no he fatigado la ateneion de la cámara
hablándole de ese pals, á euyos destinos he estado por mi parte lar-
go tiempo unido, únicamente porque los veia idénticos á los de Fran-
cia. Permítaseme hablar de él en el momento en que se agita, como
no ha cesado de agitarse de trece anos á esta parte; permHaseme
manifestar brevemente lo que en él ha pasado estos trece aríos, en
los cuales me parece que nuestra política se ha rdlejado en sus
acontecimientos como en un espejo tristemente veridico.


»Cuando esa desgraciada España -se preparaba para hacer su re-
volucion, en la cual no ha encontrado mas que desgracias, vacila-
ba. Yo he oido á Jos hombres mas ilustres de ese pais repetirse mu-
chas veces que vacilaba; pero no vaciló desde que le fué concedida
la proteccion de Francia, y desde que el reconocimiento de la Reina
fué apoyado con promesas de auxilios eficaces.


»Sefiores, cuando la Francia reconoció á la Reina, la Espana no
vaciló; se arrojó en brazos de la revolucion; se dió una Constitu-
cion de cámaras; un ministerio semejante al que existe en Francia,
J logró mantener el órden, el cual si se hubiera consolidado, tal




DEL ULTIMO BORBON DI ISPAÑ'A. '795
vez habría dado un gobierno á ese pais. Pero habia una dificultad
queno era posible superar, la guerra civil. Dirjgióse la Espana á
nosotros: nosotros la habiamos impulsado por la senda de la revolu-
cion: nosotros la abandonamos diciendo: Es muy dificil. Y sin em-
bargo, 1, tOO ingleses en Bilbao probaron, sosteniendo la revolu-
cion. si era ó no difícil. Nosotros dijimos: Es preciso que un pais se
8alft á si mismo: salvaos vosotros mismos. La Espafía se salvó por
si sola.


»Sabido es como esfuvoreducida á sostener una triste, mezquina
y sangrienta guerra civil, no esa gran guerra, esa guerra extran-
jera que reproduce los grandes' hombres como Enrique IV, como
Napoleon, sino la guerra en pef¡uefío, la guerra civil en la cual to-
dos los jefes tienen la pretension de ser grandes militares. De esa
guerra en pequeDo salió primeramente Espartero, y dijo: Yo he
vencido la rebelion, yo he salvado á Espafia, yo soy quien debe go-
bernar. Pero no tuvo la cordura de conservar á )a reina, y la des-
pidió, aunque le hicieron ver que ~ometia una gran falta. Por mi
parte jamás me he hecho ilusion acerca de su mérito, porque sé
cuál es su origen, porque sé á qué clase de guerra lo debía. Pues
bien, ese salvador gobernó algun tiempo, pero gobernó mal y cayó.


»Su caida produjo un nuevo salvador, Narvaez. Este dijo: Yo os
be salvado del hierro de un soldado y de la revoluciono Asocióse por
algun tiempo con hombres no militares, ilustrados, respetables, bien
intencionados, pero despues se separó de ellos y qui~o"gobernar con
su pretendido sable. rnfringió la Constitu~ion y cayó tambien.


»Hoy están en el poder esos hombres no militares que han pu-
rificado el gobierno. Tienen buenas intenciones, ¿pero serán bas-
tante (uertes~ ¿No se verán obligados á recurrir á algun nuevo sal-
vador?


»De todos modos, esa Espaila á quien nosotros dijimos que se
salvase por si sola. todavia no ha podido conseguir su objeto, toda-
vía se agita y se agitará por largo tiempo, faltándonos á nosotros,
á la Europa, al equilibrio europeo.


»Pero nosotros, seilores, nosotros, ¿qué parte hemos tenido en
sus desgracias? ¿hemos tenido únicamente al menos la de haberle
negado el auxilio que nos pidió en 1836? Si no hubiéramos tenido
mas que esta, no dina que me consolaba, pero mi dolor no seria tan
grande .


• Senores, despues de habernos negado á socorrerla, despues de




796 DISTORIA DEL REINADO
ese acto de debilidad, hemos tenido la debilidad de quererla socor-
rer y hemos aumentado sus agitaciones. En todas las circunstancias
en que hemos querido prestar nuestro apoyo á su gobierno, en vez
de hacerle vivir, hemos contribuido á su caida .


• Cuando triunfó Espartero DOS feJicitábamos. con él y le dimos
condecoraciones; él nos dió otras; le dimos tambien consejos, y se
lós dimos hasta tal punto, que su vanidad quedó ofendida. En una
cuestion de etiqueta Hegamos hasta á poner en duda sus derechos,
y tuvo necesidad de romper abiertamente, lo cual le debilitó mucho.
Despues abrimos la frontera y dejamos pasar hombres y agentes .


• Narvaez triunfó: nosotros llamamos á sus partidarios el partido
francés, y es preciso haber estado en Espafta para saber el efecto
que produjo esta palabra en una nacion orgullosa, desconfiada yee-
losa .


• Pero no es esto todo. Debiamos haber evitado á este gobierno
las cuestiones difíciles, antes que creárselas. Una habia seguramente
que no era posible evitarle, pero que podia habérsele hecho menos
grave, y es la del casamiento de la Reina.


»8010 un candidato agradaria á los espaftoles: este no se le con-
cedemos y con razon; hablo de un príncipe francés.
, .A falta de este hay uno que' sin entusiasmarlos les pareceria con·
venienle y le aceptarian, y es un sobrino de la reina Cristina, un
hijo del infante .


• Pues bien, esa reina Cristina á quien yo he querido socorrer en
su desgracia, á quien jamás, mientras ha sido desgraciada, he ofen-
dido con una sola de mis palabras en esta tribuna; esa reina, ahora
que ha vuelto á ser poderosa, me permitirá decirle la verdad: esa
reina ha dejado nacer en su corazon un odio incalifieable á los hijos
de su hermana: bajo el imperio de este triste sentimiento ha ido ...
ha ido á buscar ¿á dónde~ á Nápoles al conde de Trápani. .. haciendo
caer el ridículo sobre este candidato. Pero, de todos modos, cual-
quiera que conozca lo que es Espafta, semejante eleceion es impo-
sible en el dia, porque el conde de Trápani se ve rechazado por to-
dos los partidos, y es odioso particularmente al partido moderado.


»Pues bien, seftores, nosotros que no hemos sabido socorrer á esa
reina, hemos sabido lisonjear sus pasiones; hemos dado apoyo á la
candidatura Jel conde de Trápani, y hemos' agravado la cuestion;
esta euestion ha dividido en el presente afto al partido moderado.


»Sin duda ha habido miserables detalles personales que han po-




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 797
dido contribuir á la caida de Jos moderados, á su division al menos;
pero la cuestion de matrimonio con el conde de Trápani es de esta
]a principal causa.


»Hemos llevado adelante esta cuestion, de suerte que además de
haber contribuido por otros medios á abreviar la existencia de esos
poderes efimeros, hemos agravado en cierto modo las cuestiones que
los han hecho morir. De aqui ha resultado que despues de haber te·
nido la debilided de abandonar á España, hemos tenido la vanidad
de querer socorrerla y dirigirla: que hemos aumentado sus agita-
ciones, que hemos hecho aun mas caducos los poderes que en ella
han procurado elevarse, y hoy se nos presenta ese pais como un
espectáculo que nos acusa, como una fuerza que podría sernos útil
pero que se va disolviendo de dia en dia.


»SefIores, esta es la verdad dicha, por mas que se pretenda lo
contrario, con imparcialidad rigorosa.. J)


A este discurso que tan interesante era, y que revelaba la degra-
dacion de los ministros espanoles que servilmente obedecian las íns· .
piraciones de Luis Felipe, correspondia otro pronuncia~o por Guí-
zot, no menos irritante y depresivo para España.


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TOMO 11. 101




CAPiTULO XCIV.


SUMARIO.


Disolucion del partido moderado.-Incalificable manifieslo del gohierno.-IntrigM en
la corte romana para nombrar sucesor á Gregorio XVI.-Sucesos de la provincia
de Gerona.-ProCIama del jefe político.-Exposicion á la Reina de] coronel Mi-
lans del B05Ch.


J.


El abandono de Jos buenos principios lleva siempre á las aber-
raciones mas extrafías. Y el partido modera~o espatiol, que no te-
nia principios buenos ni malos, que solo obedecia al capricho de las
circunstancias y á su deseo de mantenerse en el poder, se hallaba
en disolucion completa, sin que (uera posible que llegaran á enten-
derse las diferentes fracciones.


La situacion de la Hacienda, la cuestion matrimonial y los com-
promisos contraidos con los cabralistas, además de la actitud de los
partid~s y del país, ponian á cada momento en peligro la vida del
gabinete en que figuraban los dos cunados asturianos.


Tratóse, pues, en palacio de atraer á algunos de los jefes de la
oposicion conservadora que robusteciese durante algunas transac-
ciones momentáneas aquella situacion.


Exploróse, pues, el ánimo de diferentes p.ersonajes , indicándose
en- palacio que seria conveniente formular una especie de programa
elástico y confuso que no pudiera considerarse como ataque severo
á la conducta de las administraciones que habían pasado por las re-
giones _oficiales en Jos últimos meses.




DII. ULTIMO IsORBON DI ESPA.ÑA..
ReuniérODse en conciliábulo, hubo cabildeos, juntas para acor-


dar ese programa, y por fin se llegaron á avenir en las formas, ya
que en el fondo no pudiese haber avenencia ni desavenencia, puesto
que no existia.


Despues de la guerra cruda é implacable que habian hecho al
ministerio Narvaez ciertas notabilidades parlamentarias; d~spues de
los desafueros perpetrados en mengua y desdoro de la justicia, en
perjuicio efectivo del sistema parlamentario, parecia que aquellos
hombres que habían visto burlados sus consejos, desatendidas sus
advertaccias, no querrian contraer la responsabilidad de aplaudir
aquello mismo que con tal energía condenaron.


Pero nada hay imposíble, ni difícil, ni extraño en las legiones
y en los círculos del partido conservador.


Los Mones y Pidales, que tenian la sarten por el mango, con-
siguieron, haciendo vislumbrar ante los ojos de sus adversariosamis·
tosos las codiciadas carteras, que estos se humanizaran.


II.


Dé aqui ercélebre documento, que no podemos dejar fuora, por-
que revela perfectamente todos los manejos de los unos, toda la dé·
bil condescendencia de los otros.


«Para fijar con conocimiento la Unea de conducta que deberia
seguir hoy un nuevo gabinete, es .indispensable volver ]a vista há-
cia la que se ha seguido durante dos afios, y considerar la situacion
en que, por consecuencia de el1a, nos vemos.


»No se trata de censurar ni juzgar á los ministerios ant':!riores,
sobre todo, al primero del general Narvaez. Se trata de ver impar-
cialmente lo que hizo, y qué resultados tuvo lo que hizo.


»EI trono y la familia real estaban á cubierto, y hoy no lo están
tanto como debieran en la opinion pública: creiase que las iostitu-
ciones en que el poder monárquico ocupa el lugar preferente, ha-
bian de ser una verdad, y hoy no se tiene fe en su permanencia; el
partido mo~erado se hallaba compacto, y hoy está disuelto; los
partidos extremos eran impotentes, y hoy amenazan y nos desbor-
dan. Acaba de ocurrir una insurreccion la cual pudo ser muy séria.
Si continúa la misma política; y se hacen las elecciones bajo su in-
flujo, puestas en juego las pasiones de todas clases, podrán traer




800 HISTORIA DEL REINADO
un parlamento revolucionario. BI ~esalient() está en todos los espí-
ritus; el peligro en todas las conciencias.


-He aqui la verdad de la situacion.
»Hemos venido á ella por una política á la verdad violenta y débil:


por una política demasiado obsequiosa ante litio potencia extranje-
ra: por una política que desconfiando de las instituciones de) país,
mostránduse exclusiva respecto á las personas, harto cUidadosa del
poder ministerial, y bien po~o int~resada en la dignidad del trono,
ha exagerado sU aceion hasta llevarnos á un verdadero peligro: por
una política inactiva para los negocios y poco celosa de los intereses
comunes; por una polftica en fin, que no habiendo hecho nada al
parecer, en la cuestion mas grave de estos momentos (la del matri·
monio), ha dejado caer sobre la CORONA todo el mal consiguiente á
uoa canditiatura impopular .


• Hé aqu( la verdad de las cansas de la situaeion .
• Estas considt1raciones sumarias indican bien oláro el espiritu que


debiera presidir á la formacion de otro gabinete, y los principios de
sistema y de conducta que este otro deberia adoptar.


»Habiase antes que todo, de poner enteramente á cubierto al trono
y á la real familia. Es necesario que la responsabilidad de cuanto
se haga pese sobre el ministerio. Al pAlacio no han de subir sino
adoraciones. Para esto es indispensable que aquel obtenga una pIé*"
na confianza que nadie pueda tener en duda. .


lOLa cuestion del matrimonio de S. M. es la gran cuestion de la
épboa presente. Se ha dicho ya que es necesario consultar dos cosas:
el real (mimo y los intereses nacionales. Unidos el uno y los otros,
y hecha por S. M. la eleccion oportuna que se concilie plenamente
con aqu.ellos, deber será del ministerio el realizarla con lealtad y
con energía, sia detenerse ante obstáculo alguno. La naeioa y sus
representantes le ayudarán y sostendrán en ello.


»En la conducta respecto á las potencias, se ha menester una pru·
dencia y una dignidad extremadas. Buenas relaciones, bueoa amis ..
tad, reprocidad de buenos servicios con todas; mayor estrechez,
deferencia que nos rebaje á Questros propios ojos, ó que aJarme •
los demás, con ninguna. Afortunadamente, ni tenemos en vigor
ningllil paoto. ni DOS hallamos en posicion que nos obligue á sufrir
semejallte Ínfluebcia.


»Es Ileoesvio gobernar COIl el concurso de las cortes, dar fstima ...
oion y realce á ese gran cuerpo nacional, baeer entender que es una




DEL ULTIMO BORBON DK ESPAÑA. 801
verdadera ley toda fa Conslitncion integra, sincera y monárquica,
liberalmente entendida y practicada. La absoluta legalidad debe ser
el desideratnm 'del gobierno: mientras que por excepcion, fuesen
necesarias algunas ilegalidades, es indispensable reducirlas, esca-
timarlas; hacerlas pasar pronto, dar á entender que no se adoptan
por complacencia, sino que se sufren solo provisoriamente y por
necesidad.


»Con los nombramientos de los ministros deberia publicarse UD
decreto volviendo á llamar á las cortes suspensas. Se necesita y ob·
tendria de ellas: 1.· Un voto político que regularice la situacion del
ministerio. 2. 0 Un voto de Hacienda, para dar valor á Jos presu-
puestos presentados.


»Seguidamente se procederá á las elecciones, las cuales no ofrece-
cerian de seguro, ni dificultades ni peJigros, una vez adoptada la
conducta que se indica en esta memoria .


• EI espiritu de ella es el del constitucionalismo y la conciliacion.
Cuanto se ha disuelto de dos aftos acá t y aun mB8, Bi es posible,
todo es neoesario reconstituirlo. Gran imparcialidad; gran toleran-
cia debe haber con las opinioD9s inofensivos, severa justicia, y no
odio ni pequeiieces con las adversas y peligrosas. Es ocasion de en~
sanchar los partidos legales; y seria un absurdo y un crimen él re-
pelet á los que pueden acogerse á ellos.


»Serian necesarias algunas destituciones 6 separaciones, no mu-
chas.


»Serian necesarias algunas mas prevenciobeS, para reformar ma ..
los hábitos, yesos hábitos fe reformarian en sintiendo firmeza el
los gobernantes. Es necesario levantar Ja autoridad civil, y reducir
poco á poco la militar á su verdadero destino.


Proponiéndose como un objet:o del mas alto interés el conseguir
la uDion del partido moderado, se hace indispensable facilitar, en-
frente de él, la existencia de otto partido que funcione legalmente:
de aqui la necesidad de que vengan á la acciaD y movimiento de
nuestras in~tituciones los hombres notables y pacUicOJ del partid.
progresista. El mismo obj~to de union entre los U DOS y la l\leba le-
gal con los otros, persuade á qU6, así los ministros salientes, dG
cuya honradez y buena fe no se duda, COblO muchos de los que lo
han sido en otras ocasiones, deben recibir colooocion, p06icion po-
litica, y una cODsideracion que sea á )a vez de justicia y de uti-
lidad.




SO! IIISTOBU DEL REINADO
Dta imprenta es una dificultad inmensa, pero al mismo tiempo


una necesidad imprescindible en los gobiernos de esta clase. Sn me-
jor ley seria el no tener precision de denunciarla nunca. Algo, y
mucho de esto, puede conseguirse hoy, si se verifica un cambio en
sentido liberal, y se adopta una política de cODciliacioD. Sin embar·
go, durante muchos anos no dejará de haber entre nosotros denun-
cias y dificultades de este género, siendo imposible imaginar que
la escoria de los partidos cese en sus hábitos, ni deponga sus ma-
las armas. .


DSerá, pues, necesario preparar una nueva ley para la siguienta
legislatura, y en ella, tomándose ante todo las precauciones conve-
nientes para que el trono quede fuera de discusion conforme á los
principios constitucionales, podrán además atenderse y discutirse
todos los sistemas ensayados y que se imaginaren acerca de los tri-
bunales de conciencia, que son exclusivamente propios para estos
delitos. 'En el día es indispensable y urgente revocar el decreto del
serior Pidal, y dejar en pié "el del sefior Gonzalez Bravo, que puede
decirse sancionado por la aquiescencia de las cortes. A.ctualmen~e
los efectos de este último DO podrían menos de ser mas saludables
que los del primero.


»Debe asimismo ser objeto de meditaciones muy detenidas, tanto
el presupuesto general, cuantO' la dotacion particular de la Iglesia.
Sobre estas materias, ni puede improvisarse, ni es ocasion de indi-
car abora ninguna idea resuelta y determinada. Para las cortes pró-
ximas, y afio de 47 á 4.8, seria preciso acordarlo definitivamente.
Hoy, como presupuesto provincial y para el servicio de 46 y 4.7,
es de todo punto necesario atenerse, haciéndolo aprobar en globo,
á lo últimamente propuesto .


• De mas 'estaría decir que un nuevo ministerio habrá de dedi-
carse á los negocios con alguo mayor celo y actividad que los em-
pleados de dos arios á esta parte. En un pais en que hay tanto que
hacer, el impulso material seria por si solo una de las mas benéfi-
cas innovaciones.


»Si estas ideas encontrasen aeogida, si en virtud de ellas, y para
realizarlas, se organizase un gabinete, si la corona le concediera
una confianza franca y eficaz, bien puede asegurarse, sin temor nin-
guno, que para la misma corona y para la nacion serian la felicidad
y la gloria.»




DIL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 80S


III.


¿Qué significaba aquella evolucion, aquel cambio radical de pen-
samiento en los hombres que iban á realizar lo que llamaban prin-
cipios de partido, demostrando la bondad y superioridad de sus doc·
trinas?


¡A.hl Habian comprendido perfectamente que las puertas del al-
cázar estaban cerradas para todos los que .DO sucumbiesen á las
exigencias de las camarillas; para los que no supiesen sacrificar su
conviccion y su conciencia en aras del interés de los favoritos, re-
yes absolutos de la Hacienda y de la vida de los ciudadanos.


/, y qué les importaba á los moderados la cuestion de principios,
si ellos no tenian dogmas, si las circunstancias los arrastraban cons-
tantemente, yen su elástico proceder lo que les interesaba era aten·
der á los caprichos C9n tal de vivir en los goces y en la opulencia?


Tratábase además de reconstituir el partido moderado, da unir
sus diversas fracciones, y no era extral10 que ellos, hombres que se
Jlamttbande legalidad y de doctrina, se doblegasen ante los hom-
bres de la violencia, ante el militarismo. Lo contingente se conver-
tia en absoluto; la fuerza, el despotismo, la dictadura tenian mas
su perioridad.


y para eso habian gastado tantos afios en luchas estériles, para
consagrar en un documento incalificable unas teorias absurdas y ri·
dfcllJas. .


¿Creian que la corona se dejaria seducir por aquella docilidad,
por aquella apostasía? Mal con ocian entoDCliIS á Isabel de Borbon;
poco habian estudiado el carácter de Cristina, y no se daban euenla
de la importancia que tenia para ella la cuestion matrimonial, que
era la clave de su influencia en )0 porvenir.


Si aquel documento tonia por objeto buscar en el pais el apoyo
de )a opinion, si debia servir de bandera á un partido, todavía era


- grave el error de los que en un momento de alucioacion cedieron
torpemente á levantar el idolo que habian combatido.




804 HISTOIl.l4 DEL ftll)4ADO


IV.


El primero de JUDio y desde luego oomenzarol como es QQnsi-
guiente las luchas y las intrigas en el colegio de cardenales.


Siempre es de gran importancia para todos IQS gobiernos ejeroer
influencia en estas elecciones; pero en aquel instante de descompo ...
sicion y renovacion, de luchas é incertidumbres,',todavía se le daba
mayor, porque amenazaban muy próximos grandes cataclismos.


Las influencias de Austria y las de Francia luchaban enronces, y
á la verdad que podian temer una derrota; porque aplazadas hacia
tiempo las soluciones de la gravisima cuestion que se agitaba en
Europa, débil y achacoso el jefe de la Iglesia, el nuevo pontífice iba
á dar UD sesgo favorable ó adverso á los intereses de unas y otras
parcialidades.


Acababan de ocurrir sangrientas escenas en las legaciones, que
habian sido sofocadas; se habian inaugurado negociaciones con el
autócrata para arreglar los intereses de los católicos rusos; se en-
traba en relacion para los asuntos de Espafia; las persecuciones con-
tra los cristianos de Oriente iban mitigando, mientras se reconocian
los derechos del clero católico irlandés á la proteccion del gobierno
de Inglaterra. Tal era la situacion del momento en que Gregario XVI
sucumbi.ó, despues de haber mantenido durante muchos anos en
manos de sus ministros las cuestiones que él ya no podía resolver.


Por esta cau·sa importaba mucho la nueva eleccion.
La siluacion de Italia era violenta. En Nápoles, en Roma, en las


provincias dominadas por el Austria, iba á ser la senal de grandes
conmociones, porque la sangre derramada en los patíbulos, las per-
secuciones y venganzas que se habian permitido los tiranos de todas
especies, la tenaz y porfillda resistencia del papado á traQsigír yad-
mitir las ideas nuevas, habian amontonado y exacerbado las pasio-
nes, y podía s\1rgir un rompimiento que pusiese en conflagracion
el mUlldo en~ro.


La Compania de Jesús, disuelta por Clemente XIV, habia conse-
guido influir en la eleccion de Pío VII, el cual cayó en sus redes
dando nueva vida á la Congregacion. En las tres elecciones de pon-
tifice que ha habido des pues los jesuitas lograron inclinar la primera
en su balanza. Deseaba acaso que llegara nueva eleccion, yel mo-




DEL ULTUIO BORBON DI ISPAÑA, 805
mento era oportuno, señalándose como aspirante á un individuo que
habia trocado el capeJo por la sotaDa de la Compañía. Las calles de
Roma al efecto fueron testigo bien pronto de escenas horribles; cor·
rió con abundancia la sangre.


v.


En Catalufia volvió á alterarse el órden, y como siempre las au-
toridades quisieron mostrar su fuerza y su vigor. ~


Dé aqui UDa proclama del jefe político de Gerona:
«Gerundenses: A las cinco de la maiíana de hoy ha aparecido un


putlado de revolucionarios introducidos del vecioo reino y han lo-
grado por sorpresa ocupar momentáneamente la villa de Baliolas,
que luego han abandonado, despues de haber cometido varias tro-
pelias.


»La fuerza pública marcha con rapidez y decision á exterminar
esta banda da foragidos que desearan arrebataros la paz y sumiros
en los horrores de la anarquía.


»Yo parto en este momento sobre ellos, y bien pronto sufrirán el
castigo de su subversion y hostilidad al trono y á las leyes.


»Cuento con vuestra sensatez y cordura, y no imagino siquiera
que pueda alterarse el órden y tranquilidad en esta ciudad leal y
modelo de obediencia y respeto á las leyes.


»Dejo autoridades celosas y decididas que vigilarán por el man-
tenimiento y sosten del reposo á todo trance si fuera menester.


»Descans.en en esta seguridad los hombres pacificos y honrados,
y tiemblen los malvados y trastornadores, que al menor asomo ó
desliz en su proceder, sufrirán el pronto y eficaz castigo á que las
leyes sujetan á los enemigos de la Reina y de las instituciones.


»A.I mismo tiempo se han adoptado y ponen en ejecucion las mas
fuertes, activas y enérgicas medidas para el exterminio de los tur-
bulentos.


»Contad con esta seguridad y la decision y energfa que desplega-
rá vuestro jefe político, para conseguirlo hasla morir, si necesario
fuere.»


Ciertamen te que todo podia esperarse de aquellas autoridades,
siempre que se tratara de verter sangre.


TOMO 11. 102




806 HISTORIA DEL REIN'-DO
Aquella insurreccíon I por lo demás, fué un verdadero relámpago


que no tuvo resuHado alguno, mas que algunos fusilamientos y per-
secucion nueva á los patriotas en todas las provincias.


VI.


El eoronel Milans del Bosch, procesado como conspirador, pre-
sentó por aquellos dias la siguiente exposicion á Isabel En ella verá
el CUrIOSO interesantes noUcias para juzgar de los hombres y con
especialidad de los hombres de guerra:


«Pronto hará un afio, s,·ñl1ra. que llegando á noticia del intere-
sado que se le formaba una causa clandestina, sin habérselo puesto
en su conocimiento cual t¡;nia derecho de esperar, segun el texto de
la ordenanza y de los inmutables príncipios de ley y de equidad, y
sabiendo, bien que extrajudicialmente, que la acusacion contra él
levantada era de deslealtad!l alta traicwn, espontáneamente se pre-
sentó á la autoridad competente, quien dispuso su arresto. En la
cárcel de Guardias y en la de San Francisco el Grande, sufrió una
prision de un mes, y despues de haber deshecho las acusaciones que
contra él aparecian, motivadas por el solo y único dicho de un mi-
serable delator, quien no conoció al acusado a~ presentársele en rue-
da de presos, fué puesto en libertad, sin condicion ni restriccion, de
alguoa especie. Y poca seria, en efecto, la apariencia de criminali-
dad en el incalificable delito que se le imputaba, Señora, cuando
tomando en cuenta- las graves heridd.§ que en defensa de S. M. tiene
la gloria de haher recibido, el mismo gobierno que fe mandó prender
le autorizÓ á salir de la Peniosula á' disfrutar cuatro meses de real
licencia con objeto de tornar baños en el vecino reino de Francia.


:oPero ¿cuál no habrá sido la sorpresa del interesado al regresar
á su patria, Señora, viendo que aquElla causa no ha dado aun ni n-
gun resultado, á DO ser (-'1 de prívarle de sus derechos como ciuda-
dano, y el de in babilitarie de seguir su carrera como militar? Mas
como si alguna vez V. irl. creyera opm'tuno sert'irse, corno en otras
circunstancias, de los humildes pero leales sertJicios de este soldado,
ó :i la e'ecci:ln IJOpular le llamdra COtilO otras veces á prestarle su
cooperaeioD, ese proceso le Imposibilitaria para lo uno y para lo
otro; el exponente, Señora, que está dispuesto á todos los servicios
que de "él puede exigir su país, á V. M. con respetuosa instancia




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 807
ruega Sfi dj~lJe disfwner S~ le forme el competente consejo de glJf~r­
ra, ro donde í~n defensil oropia y fuprh' d" su raz'c'o y de sus ~nt~­
ceden les p;ll!ti~(}s y mtlitares, "alílra como Sít'!1l¡le (\Wí~;O y justIfi-
cado de esa nueva lucha y como siempre tambien orgulloso de creer·
se digno de su patria y de su ReiJta.»


,




CAPITULO XCV.


SUMARIO.


'IramM ma.quiavélicas de Gonzalez Bravo en POl'tugal.-Son rechazadas las candidatu-
ras del conde de Trápani y de don Elll'ir¡ue para maridos de [sabel.-Portugal
amenazado de una invasion española.-Ojeada sobre el papado al ser elegido
Pio IX.


l.


No faltaba el el cuadro sombrío de horrores que aquellas gen-
tes desatentadas venian tejiendo ningun género de crímenes, y la
dinastía de los Borbones que se hallaba amenazada por la destruc-
cion, queria mostrar que en Espalia iba tan allá en fanatismo, su-
persticiones, liviandades y crueldad, como en los pueblos mas des-
venturados de Italia y Alemania.


La gran dificultad del matrimonio dejaba en algunos momentos
ocasion á los hábiles politicos y entendidos diplomáticos Gonzalez
Bravo y su jefe para preparar en Portugal UDa de esas aventuras
que debían costar tan caras á la patria de los Cides, de los Lanuzas
y Padillas.


Gonzalez Brayo, además de permitirse y permitir á sus amigos
calaveradas á lo Tenorio, que ultrajaban la moral y escandalizaban
á los portugueses, segu:a con empelio decidido un sistema de herir
y despreciar las leyes y costumbres portuguesas, favoreciendo oon




DIL ULTIMO BORBON DI ISlA"! 809
desfachatez increíble la causa de los Cabrales, y acompanando pú-
blicamente á sus agentes cuando con~piraban para salvarles de la
vindicta pública, del castigo que merecian.


Procurábase á toda costa preparar un conflicto, y dar motivo á
una iotervencion presentando el país como sumido en la anarquia, y
á este propósito sirvió bastante bien un desembarco que hicieron
'unos trescientos deportados á Ultramar como complicados en los su-
cesos de Galicia. Subleváronse en alta mar, lograron apoderarse
del buque poco despues de salir de la Coruna y pidieron el amparo
de Portugal.


El embajador, el c(J)-folletinista del Guirigay, aprovechó el mo-
mento y pidió la extradicion de los refugiados, entablándose largas
polémicas y disgustos.


11.


Las oposiciones combatian tan ruda y vigorosamente á aquel mi-
nisterio, y tal y tanla fué la oposicion al proyecto Trápani, que
hubo necesidad de abandonarle, aunque con pesadumbre por parte
del habitante de las Tullerías que á todo trance hubiera deseado el
matrimonio con el imbécil napolitano, para asegurar mas y mejor
las ventajas que esperaba de la boda. Con el segundo puesto que
dejaba para su hijo, confiaba llegar en breve á hacerse dueño del
pueblo espai'iol, y DO observaba como iba desmoronándose ese po-
der, realizando aquel proverbio que dice: Etque mucho abarca poco
aprieta.


y Narvaez, á pesar de su buena voluntad y de su carácter de
embajador en Nápoles, qua habia adquirido al recibir la órden de
destierro, tuvo que resignarse á ver fallidos sus cálculos, sometién-
dose al rigor del destino que le robaba sus lauros y la gloria del
vencimiento. La candidatura Trápani fracasó.


Por entonces ya habia quedado tambien rechazada la candidatu-
ra de don Enrique y se puso al tapete la del coronel de caballeria
que en pocos dias fué apoyada y rechazada por El Heraldo, por
razones muy graves. Se temia que don Enrique tuviera pactos y
artes, no con el diablo sino con los progresistas que para el parti-
do conservador eran mas temibles que Satanás. Y respecto al hijo
mayor de Carlota, aun reconocida su estupidez, temíase aun que




StO II18T:iRJA DEI, REINAD
fuese dominado por su hermano, cuando quien le guiaba era su
confesor y sus instintos brutaies, y por sospeehosa fué tamhieu pos-
tergada Zoda ¡¡ez que lo que se prdendia era allaoar á Montpen-
sier el camino del trono, ~irviendo á los planes y deseos de Luis
Felipe.


Mon debia. su cargo á las influencias de la embajada francesa, y
seguia fielmente las órdenes que se le comunicaban, y dependia de
esas misteriosas intrigas y cábalas la adopcion de estas ó aquellas
candidaturas, de esta ó la otra actitud y lenguaje de IOS?'periódicos
asalariados.


111.


Los ministeriales seguian en tanto preparando la opio ion para el
golpe de mano intentado en Portugal, y era de oir el exagerado len-
guaje con que se trazaba la situacion de Portugal, siendo digno de
notarse que los absolutistas, siempre atentos á desprestigiar el sis-
tema representativo, acogían afanosos y propalaban con júbilo los
pretendidos desmanes de la rovolucion, y se lisonjeaban por las sim-
patías que parecía despertar la causa del absolutismo, personifica~
da en don Miguel, cuyos sectario.s á la sombra de Gonzalez Bravo
se engreian y habian intentado encender la guerra civil.


Los de aquí aconsejaban al gobierno que interviniese en favor de
aquel príncipe proscrito; que apresurase el matrimonio de Isa-
bel con Montemolin; que se llegase ror fin á la restauracion, y así
quedaria aniquilada la causa civilizadora, ó como eHos la llama-
ban la causa de la anarquía.


A través de mentidos alardes de dignidad nacional, á través de
la falsa intetpretacion de los tratados y bajo el llanto de cocodrilo que
vertian los moderados y uH:ra~ realistas por las desgracias y conflic-
tos que agobiaban á Portugal, descubríase el odio profundo que pro-
fesaban á ciertas ideas JI las angustias de su conciencia culpable.


Acusaban á los liberales portugueses por DO poder dominar com-
pletamente el mO'.":miento insurreccional miguelista, mientras que
ellos favorecían y auxiliaban con eficaz cooperacion los planes reac-
cionarios y alentahan á los conspiradores preparando la invasion.


En las ~¡rovil)cias andaluzas fronterizas, como eo la raya de Ex:-
tramadura y Galicia se reunían fuerzas y se organizaban columnas.




DEL ULTIMO BORBON TlE J)SPAÑ~J.\. 811
Aprestáhanse treDes, c~duchf:da y nurne,(w' ('(,nvoy, ir:dirar,do la
firme resu!ucioü de llE~v~,r r.del.;nte un alentado cODira .la hb.?rlad é
independencia de un pueblo hermano.


IV.


Gonzalez Bravo habia reclamado Ja entrega de las pobres vícti-
mas que lograron refugiarse en Portugal, creando así un verdadero
conflicto; pero el ministerio, conformándose con el parecer del Con-
sejo real, y comprendiendo cuán mal papel venia hae¡t:lldo, des·
aprobó los pasos oficiosos del embajador, despuef. de haber desple-
gado un aparato militar ridículo, rlespues de haber camado gastos
infinitos que venían ti. aumentar las cargas onerosÍsimas que sobre
el pueblo español recaian.


Pero El Heraldo, encargado por entonces de enaltecer y poner d~
relieve la personalidad de Sartorius, que á toda costa adulando al
de Ardoz se proponia llegar al midstArio, complicó otra vez la cues·
tiOD denunciando hechos de que nadie tenia noticia. Se sup(¡nia que
en la frontera habia reuniones de emigrados que invadiao cootinua~
mente el territorio espatlol rara saquear los pueb!us indefensos. lle-
nando de terror á todos los que se kallabat~ cerca de la escena de es-
tas correrlas.


Esos hechos no pasaban de ser los que ordinariamente ocurren en
todas las fronteras, y el llera Ido señalaba aquellos mientras dejaba
en el olvido las verdadi3ras agresiones, las no interrumpidas irrup-
ciones por la frontera de Navarra, cuyos perpetradores habían sido
reCientemente puestos en libertad, sin dar pretexto Íl reclamaeion
alguna. aunque cogidos infraganti.


Pasaba en silencio el órgano de la reaccion, el defensor de Trá-
pani, de la doble boda antiespañola, de la dictadura omnipotente, las
contestaciones entre los gobiernos, y atribuía á impotencia del go-
bierno lusitano su conducta, negándose á servir las reclamaciones
del mioisterio español qu:' tenia herméticamente cerrada la frontera
con numerosas fuerzas, y por esto se adivinaba que todo aquello no
6l'a mas sino pretexto para disculpar ante Europa su conducta.




81! IlISTORIA DEL REINADO


v.


Inglaterra no podia tolerar impasibl~ aquellos alardes intempes-
tivos de fuerza, y dispuso que la fragata de vapor Bulller perma-


, neciese en Oporto mientras anclaba en Lisboa un navío de tres puen-
tes á las órdenes y é disposicion del embajador de Inglaterra en
aquella corte.


Era natural que la soberbia Albion se preparase á toda eventua-
lidad, cuando veia al ministerio espano] y á la corte borbónica dis-
puesta á repetir aquel famoso sainete que Godoy representó con tal
descaro, y que Fernando supo interpretar á gusto del emperador de
Francia, aunque sin c.ontar con la voluntad soberana del pueblo,
que puso su veto majestuoso. Ahora Luis Felipe dominaba en Es-
pafia, y los hombres del moderantismo esquilmaban al pueblo, ejer-
cian la mas odiosa dictadura, diezmaban las filas del partido progre-
sista, perseguian á los defensores del pueblo, hacian enmudecer la
prensa y habian suprimido la tribuna como innecesaria, despues de
haber hecho pasar á los legisladores por la humillacion del perjurio
para cercenar el mismo parlamento sus propias facultades y dere-
chos.


Inglaterra no podia dormirse viendo á su rival adquirir prepon-
derancia y buscar su engrandecimiento, aspirando á enlaces que en
lo futuro podian alterar el equilibrio europeo, dorado sueño de los
estadistas y politicos de vista corta.


lnglaterra, á pesar de las atenciones que entonces perentoria-
mente llamaban su atencion, se decidió á usar de la perfidia, pro-
testando enérgicamente entretanto contra los proyectos de las cortes
de Paris y Madrid.


VI.


La subida del nuevo pontifice Pío IX era para algunos una espe-
ranza.


El papado decaia visiblemente. Las nuevas ideas, el progreso
cientifico é industrial, las reformas poHticas que la revolucion ha-
bian introducido, habían dado al catolieismo un golpe mortal, y al




DH\, ULTIMO BORBON DE BSPAÑA. 813
indiferenti::;mo, que era la religion dominante en Espafta, donde solo
la rutina'Y no la devocion llevaba á algunos á las prácticas incom-
pletas de esa secta, que teniendo por fundador al humilde Jesús,
buscaba á todo trance dominar el uDiverso; que fundado en el amor
del hombre para el hombre, sembraba la division y los odios y las
enemistades profundas entre los hijos del Dios verdadero, y aquellos
que no habian llegado á oir siquiera hablar de la existencia .del
MaesLro.


Ei lujo de Roma, el fausto de aquella corte licenciosa, sentina de
vicios donde los cardenales y el papa escandalizabah -al mundo, hizo
por fin comprender á la multitud que Satanás habia introducido
suavemente su dominio sobre las conciencias, y que era hora de vol·
ver á la verdad, y olvidar tantos errores y aberraciones como los
pretendidos sucesores del hijo del carpintero hablan pregona.do.


El último papa habia hecho alianza con los déspotas, y como los
otros, generalmente se oponía á todo progreso, 1legando en su deli-
rio á condenar y maldecir todo descubrimiento útil como los cami-
nos de hierro, etc., etc.


Era UD instante supremo, y Mastai al levantarse á la alta digni-
dad debía comprender los peligros que le cercaban.


Transigir era perderse.
Resistir casi era imposible.
Lo único que podia salvarle era aceptar la situaeion; proclamar


que la ciencia es la antorcha inextinguible que fortalece y auxilia
á ]a fe, sondeando los misterios de la naturaleza, y acercando al
hombre al conocimiento de lo infinito. Asf y despojando el dogma
de sus excentricidades y las prácticas del ridículo, podia baIlar me-
dio de prolongar su existencia.


Pero Pio IX fué débil é irresoluto.
Quiso cortar abusos, y se adquirió enemigos formidables que le


declararon la guerra mas encarnizada.
Inlentó mostrarse generoso, y su amnistía, saludada con júbilo


por la multitud, exigia de los desgraciados la abyeccioD para ad-
quirir un perdoo por delitos imaginarios.


P;o nono comenzó su reinado haciendo concebir esperanzas, des-
encadenando la revolucion que germinaba, y en realidad, mostrán-
dose siervo sumiso de los inmovilistas.


Cincuenta libras de carne comía SI antecesor diariamente, mien-
tras hay millones de católicos que no la prueban; él redujo el nú-


TOMO 11. 103




814, HISTORIA DEL REINADO
mero. Pero esto no era bastante para contener una revolucion, un
movimiento que desbordaba ...


y la influencia de los sucesos de Roma debió sentirse en el mun ...
do: y la muerte de Gregorio XVI era un acontecimiento, y el adve-
nimiento de Pio IX iba á seftalar UD periodo largo é incomprensible
para muchos, pero esencialmente necesario para que madurase y
fructificara en el corazon de todos los pueblos la semilla ,de la revo-
lucion.


Frente á Pio IX estaba esa figura colosal: Mauini.




CAPíTULO XCVI.


SUMARIO.


ComunicacioD de Olózaga sobre los proyectados enlaces l'egios.-Poder de las camari-
llas.-Ansiedad pública.-Como apoyaba el Clamor la candidatura dIO los bijos de
don Franciseo.-Opinion del Ileraldo.-D{\c1aracion del partido rtogresi~ta.­
Opinion del Español y del Tiempn.


1.


En la polémica sostenida, con ocasion del regio matrimonio, hu ..
bo de haber quien desfigurase algunos hechos, y El Heraldo, en
su afan de desfigurarlo todo siempre que pudiese sacar alguna uti-
lidad la genle á quien patrocinaba, mezcló el nombre de Olózaga
como uno de los que habian ejercido su influjo en favor de Trápani.
El hombre de la Salve, con esa hábil diplomacia que le caracteriza,
dirigió al Clamor una comunicaoion de la cual tomamos algunas
frases:


«Supuesto que ha llegado el día en que desechada por todos la
candidatura Trápani se sepa la parte que ha tenido cada cual, yo
diré á ustedes, y á todo el que quiera saberlo, Ja que á mi me ha
cabido.


JIIComo embajador era mi deber averiguar con toda la certeza po-
sible, lo que en una entrevista muy notable se. habia hablado de la
Boda de la Reina, á quien tenia el honor de representar en Paris.
Para depurar mas la verdad, cotejando varias relaciones, salí de




816 HISTORIA DEL REINAD€¡
aquella capital el 9 de octubre de 18i3, y por cierto que en aquel
cotejo no salió muy bien librado el principe napolitano á quien se
suponia cierto apoyo que nunca ha tenido de este lado del canal.
Exploradas las opiniones que debia conocer con toda la exactitud,
sin que para esto admitiese la posibilidad de ninguna influencia ex-
tranjera en cuestion que tan de cerca toca á hi independencia de
Espana, y comunicado al gobierno provisional el resultado de mis
investigaciones, terminó la parte que en este asunto me tocó como
agente diplomático. Con este carácter ni manifesté ni podia manifes-
tar opinion ninguna . sobre una cuestion que mi gobierno no habia
tratado.


»Por el contrario, como ministro de la corona debia tener y tuve
una opinion bien "decidida ... Apenas tomé posesion del ministerio da
Estado llegó á ~fadrid el príncipe de Carini, enviado del rey de
Nápoles, y en vez de la comunicacion acostumbrada participándo-
me su llegada y pidiéndome día para la entrega de la copia de cre-
denciales, recibi la visita de otro diplomático extranjero, cuyo nom-
bre me abstendré, miehtras pueda, de publicar, que me dijo la difi-
cultad que hallaba Carini e;) seguir la marcha establecida para los
casos ordinarios, porque no habiendo aun el rey de Nápolos recono·
cido á la Reina de Espaila, necesitaba que esta senora al recibir á su
enviado, y su primer ministro al recibir copia de las credenciales,
anunciasen en los términos que se fijasen de antemano su intencion
favorable á la boda. Rechacé esta singular propuesta ... Cnando au·
sente de la patria leí en la Gacela que la Reina de Espaf1a, contes-
tando á Carini, le ofrecz'a estrechar las relaciones ya existentes con
la familia de Nápoles, con vínculos ó laloa indisolubles; cuando vi
que se habia logrado que se rebajase hasta este punto nuestra Rei-
na, y que ofreció así su mano, su mano que es el patrimonio y es·
peranza de la nacion, sentí que los que empelaban por· deprimir la
majestad del pueblo español, contribuian á que este desechase un en-
lace tan ignominiosamente propuesto .. . »


Esta comunicacion de Olozága no era bastante explícita ni venia
á traer nuevas noticias del continuado embrollo que llevaban los
agentes matrimonialis para llegar á una soluc}Íon satisfactoria.


Como hombre de estado, Olozága caminaba con cautela, y su es-
crito valia mas por lo que callaba, que por lo que decia.




DIL ULTIMO BORDON DI ES'AN!. 81'


n.


Los ministeriales esparcieron por entonces la noticia de que don
Enrique, despues de haber tomado gran parte en el alzamiento de
Galicia, acababa de contraer nuevos compromisos con 108 hombres
principales del partido progresista reunidos en Bélgica.


Esto tenia por objeto desautorizarle cada vez mas y hacerle odio-
so é imposible en la combinacion, sobre todo en el matrimonio de
Isabel.


y Luís Felipe por su parte con su conducta habia contribl1ido á
alejar á aquel rival temible.


En palacio llegó á haber una reuníon á que asistieron varios
prelados, los presidentes de los cuerpos colegisladores,' el duque de
Bailen, los ministros y algunos consejeros de Estado.


En aquel consejo se estableció la base del nuevo arreglo matri-
monial, en aquel conciliábulo se decidió la suerte de Isabel. Se ba-
bia borrado de la Constitucion como innecesaria la intervencion de
las cortes, y las camarillas debian resolver los enlaces de la familia
real. A los pueblos no les tocaba mas que pagar los gastos, yoja-
lá que solo á los gastos aun excesivos se hubiese limitado li codi-
eia gubernamental. •
~ero los pueblos querían intervenir directamente en aquello que


debia influir sobre su suerte, porque ciertamente no era escasa la
influencia de aquella cuestiono


Era tan profunda la ansiedad póblica con respecto á la cuestion
matrimonial, que en vano se hubiera pretendido apartar de ella la
consideracion. Todos los hombrés influyentes, todos los partidos
comprendian que atendidas las graves complicaciones el enlace de
Isabel podia inaugurar una era de paz y de libertad, transicion ne-
cesaria para organizar los partidos y preparar el ponen ir sí se re-
soIvia conforme á los votos de la nacíon, ó ser ona piedra de es-
cándalo y de desórdenes. Espana se hallaba muy atrasada todavfa
en la práctica del gobierno representativo, y el matrimonio de la
Beina no llevaba solo el carácter de uno de aquellos sucesos ordi-
narios en la vija de las monarquias constitucionales. Merced á· la
conducta reaccionaria, desatentada y violenta de los hombres que
gobernaban desde 18i3, la eueslion del matrimonio habia venido á




818 .!IiSTORIA DEL RElNiDO
,


convertirse en una cuestion de vida ó muerte para la libertad y la
independencia espaftola. No se discutia ya si tal ó cual príncipe era
mas ó menos aceptable, sino el géuero de sistema politico que de-
bia raKir en la península. Las distancias iban estrechándose de modo
que cada uno de los candidatos posibles simbolizaba un órden de
cosas, una Unea distinta, un pensamiento de gobierno.


111.


El Clamor se expresaba asi:
aPero ¿quién podrá rechazar la doble candidatura de los infan-


tes don Enrique y don Francisco de Asis, fundada en los principios
mas sanos de independencia y nacionalidad1 ¿Por ventura habre-
mos de cometer el absurdo de presentarnos á pedir como las ranas
de la fábula, un esposo para nuestra Reina á la corte de las Tulle-
rias, ó al gabinete de San James? ¿Qué candidatos reunirán nunca
en su favor las simpatías que merecen unos príncipes espanoles, á
quienes conocemos desde que abrieron los ojos á la luz del dia, y
á cuya madre animosa debe en gran parte Isabel lila corolla que
cine sus sien8s1 Bueno fuera que despues de los servicios, de los pa-
decimientos, de las eseaseces y hasta de los agravios que ha sufrido
esta benémerita famnia en el transcurso de nuestras vicisitudes
politicas, llamáramos abora á unos príncipes- extraños, para de-
fraudarla del único premio que puede ser grato á su corazon. Muy
recomendable será tal vez un bijo de la casa de OrIeaos: exc91ente
el Coburgo á que algunos se inclinan; pero digasenos cuáles son
los títulos que ambos pueden presentar para exigir el amor, el res-
peto y la gratitud de los españoles. Cuando ardia la guerra civil en
nuestros campos, cuando el trono constitucional vacilaba, ¿qué ha-
cian en beneficio de nuestra patria el Coburgo y el francés? ¿Qué
debemos á los extranjeros? A la Francia todas nuestras desgracias
y calamidades, á la Inglaterra una amistad equivoca y un apoyo
no siempre desinteresado. La primera faltando á todos los deberes
que imponen el bonor, la lealtad y la fe de los tratados, invadió dos
veces la penfnsula, la una para usurpar un trono, la otra para res-
tablecer el despotismo. La segunda, aunque unió su causa con la
nuestra para derrocar á Napoleon, dejó invadir el territorio espaftol
por las tropas de un nieto de San Luis, presenciando impasible los




DEL ULTIMO BORBON DE ISUÑA. 819
furores de una restauracion fanática y sanguinaria, parodiada lue-
go en 18'3 por el partido francés. De manos de la Francia siempre
hemos recibido la deshonra y la esclavitud: de manos de la Ingla-
terra no siempre nos vinieron la gloria y la libertad. La mejor san·
gre espaflola fué derramada por extranjeros, y lo que podemos
prometernos del casamiento de Isabel 11 y de su augusta hermana
con principes extrafi.os, lo acreditan los. funestos esponsales cele-
brados entre dona Juana y Felipe llamado el Hermoso.


»El doble matrimonio es la llave que abre la puerta del campo
legal á todos los partidos. Pero téngase presente que su bondad
consiste en que se lleve á efecto sin omitir ni desnaturalizar nin-
guna de sus legitimas condiciones. El enlace de S. M. y el de la
Infanta deben ser simultáneos, porque forman juntos un solo y úni-
co pensamiento. Todo otro designio haria mas bonda la divisioD de
los ánimos, atizaria el fuego de la discordia, y provocaria una ca-
tástrofe terrible. Si la diplomacia francesa se lisonjea de hacernos
pasar por las horcas caudinas, empleando un fraude y un engallo,
mucho se equivoca. El principe Montpensier no pisará nunca, con
el beneplácito de los buenos espanoles, la tierra regada con la san-·
gre de las, victímas del dos de mayo y de los mártires de la libertad,
ni como consorte dlt Isabel 11, ni como esposo de la Infanta su Iler-
mana .•


IV.


El Heraldo en el número correspondiente al 18 de agosto decia
lo siguiente:


«Tenemos que anunciar hoy á nuestro pais una noticia tao
fausta como importante, S. M. comunicó anoche al Consejo de mi-
nistros su resolucioD de casarse con el duque de Cádiz; y segun
parece, el Consejo de ministroi contestó anoche mismo, que acata-
ba la voluntad de su REINA, y que hoy mismo se reuniria para tra-
tar de este suceso importanUsimo.


»Con efecto, á las <loce de hoy se ha convocado el Consejo de mi-
nistros, el cual está todavía reunido, y segun tenemos entendido,
una de las primeras medidas que adoptará el gobierno es la reu-
nion de las actuales cortes con el único objeto de darles cuenta del
matrimonio de i. M., como la CoDstitucion previene, disolviéndo-




8tO HISTORTA DEL REINADO
las en seg~ida y convocando para diciembre el nuevo parla-
mento.


»¿Qué hemos de decir en estos momentos que sea mas elocuente
que el grande y feliz suceso que anunciamos? Los redactores del
Heraldo ven cumplido el mas caro, el mas ardiente de sus votos.


»A las cinco de la tarde sigue el Consejo reunido; pero se nos ase-
gura que está decidida la convocacion de las cortes para el 14. del
próximo setiembre, y que el decreto saldrá mallana en la Gaceta
anunciando el motivo de la convocacion.»


Los mismos que habian negado la reunion riel gran conciliábulo
casamentero dando por pretexto á la reunion, que mas arriba de-
jamos anunciada, el carácter de una fiesta de familia, venían ahora
á explicar las contingencias y resultados llenos de júbilo porque iban
á sorprender al pais coa la grata noticia.


El candidato elegido era el primo de Isabel; pero no Enrique á
quien se temia no poder hacer instrumento dócil, una vez conse-
guido el objeto que se proponian contando con las probabilidades de
la falta de sueesion y las enfermedades de Isabel.


¡Terrible es que las ambiciones conduzcan á taJes desvaríos! ¡ Las-
timoso que se juegue con la independencia de Jos pueblos y con las
libertades públicas por aquellos que en muestra de agradecimiento
debieran consultar sumisos la necesidad de las poblaciones que ri-
gen! La vanidad humana, empero, llega á las mayores aberracio-
nes; y el rey de las Tullerias se habia dejado arrastrar á deliciosos
suelos.


v.


Al siguiente dia se publicó el decreto convocando las cortes para
el 14. de setiembre, y los órganos del partido progresista publicaron
la siguien te declaraeion:


«El partido progresista, que constantemente ha sostenido el en-
lace de S. M. la Reina y de S. A. R. la infanta dolla María Luisa
Fernanda con príncipes espanoles y liberales, se promete que sus
votos no quedarán defraudados, y confia en que las augustas per-
sonas no se apartarán del feliz camino en que han dado el primer
paso. Lamenta, como amante de las instituciones liberales, que asunto
tan vital y en que va librada la ventura de la patria, no pueda ob-




DEL ULTIMO BOIBOre DI ISPAÑA. 811
tener la sancioD de todos los partidos en unas cortes hijas de la ver-
dadera y legitima voluntad de los pueblos .. Y no duda que un su-
ceso tan importante inaugurará una época de legalidad, de toleran-
cia y de justicia, que borre hasta las huellas de un gobierno de
violencia y arbitrariedad.


»En su consecuencia:
-El partido progresista acata la voluntad de la Reina, considerando


su eleccion en favor del infante don Francisco de Asfs, como un bo-
menaje pagado á la opinion pública .


• EI partido progresista, animado del espirita de nacionalidad que
le distingue, espera ver cumplidos sus deseos con el enlace simul-
táneo de las dos hijas de Fernando VII y los hijos mayores del in-
fante don Francisco.


lIlEI partido progresista, como espaDol y como liberal, está deci-
dido á rechazar por cuantos medios licitos estén á su alcance, la
candidatura de Montpensier, impuesta por el gobierno francés para
la mano de la infanta.»


KI partido progresista tomaba entonces con empelio la actitud con·
veniente para rechazar la candidatura Montpensier.


VI.


Pero no era solo el partido progresista el que preveia las com-
plicaciones á que podia dar lugar la boda de Montpensier, contra la
cual protestaba fundado en el tratado do Utrech el embajador de ID-
glaterra.


El Español, contestando al Heraldo, decia el ! de setiembre:
ClPara contradecir los principios y las consecuencias del derecho


patrio, tal cual este emana de las leres fundamentales de la monar-
quia, era preciso haberse colocado atrevidamente en el terreno del
derecho público constitucional; baber descartado la legislacion de
Felipe V y de sus sucesores, para sustituirle la legislacion revolu-
cionaria; oponer á la omnipotencia de la corona 108 fueros de )a so-
beranía popular. Fuera de este campo I no hay salvacion para los
que pretenden eludir las consecuencias en que su imprevisicn los ha
colocado, entre )a ley internacional y la, ley politica ~el pais .•


El Tiempo, periódico moderado, tambien demostralta con razo-
nes inoontestables que estaban excluido¡ de la sucesion de la corona


TOllO H. 114




Si! HISTORIA. DEL REINAnO
los descendientes de la segunda rama. borbónica, los de la casa de
OrJeans, y que siendo esto asi, no podian enlazarse con la heretlera
inmediata.


«Supongamos, decia, que despreciando la letra clarisima del ar-
tículo de la Constitucion, é interpretándola á favor del espíritu que
se le supone, se casa el duque de Montpensier con )a infanta, ex-
cluidos como están los Orleans de la corona de Espana. Suponga-
mos un'caso funesto, peto posible, muy posible; que la actual Reina
de este pais muere sin sucesion, y que la Infanta muere tambien
pero con ella. ¿Se ha pensado maduramente en el gravísimo con-
flicto que podria nacer entre quienes quisieran que la renuncia del
duque de OrIeans se cumpliese, y los que pretendieran quebrantar-
la? ¿ Tan imposible seria entonces una atroz y nueva guerra de su-
cesíon? ¿Tan llano, tan digno seria para la Espalia y para los bijos
de aquel matrimonio, la circunstancia de tener que ceder su puesto
á otros mas lejanos del trono por los derechos del nacimiento'! Yes-
tos, ¿no se lo disputarian probablemente por toda clase de medio~?
¿La Francia ni la Ioglaterra permanecerian por ventura pasivas ni
de acuerdo en esta contiendah




CAPtTUl.O x CVU+


SUMARIO.


Reunion de la~ corte~.-Comunicacioll que leyó Isturiz.-lllterpelacion de Ol'ense.- •
-Vaticinios del Español.-Réplica de Pastor Diaz al ministro Pidal.-Protesta de
don Enrique sobre el matrimonio de la Reina é Infanta, y arbitrariedades del go-
hierno.-Poca dignidad de aquel parlamento.


l.


Reuniéronse por fin las cortes. Las tribunas del congreso estaban
ocupadas por multitud de espectadores que deseaban ver la actitud
de los diputados al hallarse frente á aquel gabinete que habia ul-
trajado la majestad del pueblo.


El sefior Istúriz, presidente del Consejo de ministros, se expresó
en estos términos:


.S. M. me ha mandado poner en conocimiento de las cortes la
siguiente comunicaeion:


.S. M. la Reina, cumpliendo con lo que previene el articulo' '1
de la Constitucion, nos manda poner en conocimiento de las cortes,
que despues de largamente discutida )a cuestion de lo mas conve-
niente á la monarqufa, ha determinado contraer matrimonio ton su
augusto primo el infante don Francisco de Asis Maria de Borbon .


• Igualmentg nos ha mandado S. M. participar con el mismo ob-
jeto á las cortes, que su augusta hermana la infanta dona Maria
Luisa Fernanda de Borbon tiene concertado contraer matrimonio




814. IIISTORIA 1m. BBl.l'U..DO
con S. A. R. Antonio Maria Felipe Luis de Orleans, duque de Mont-
pensier. S. M. espera que este enlace podrá contribuir al bienestar
de la monarquía y á la felicidad de su augusta hermana, conven-
cida como lo está de que las cortes, que tantas pruebas tienen da-
das de adhesion á su real persona y familia, y á las instituciones,
con tribuirán por su parte á que se realicen las consoladoras espe-
ranzas de la nacion, haciendo que se abra una nueva era de paz y
felicidad. Madrid 14 de setiembre de 1846.-Siguen lastirmas.lI\


En la misma sesion, despues de este solemne acto, tuvo el dipu-
tado palentino la ocasion de interpelar en estos términos:


«El senor Orense: Deseo que el gobierno me diga, si no tiene in-
conveniente, si el matrimonio de S. A. la Infanta con el duque de
Alontpensier se ha de ver ¡ficar simultáneamente con el de S. M. ó
despues de estar asegurada la sucesion de la Reina.


DEI senor Istúriz: El matrimonio de S. M. la Reina de Espalla y
el de S. A. la inmediata sucesora, se verificarán simultáneamente
cuando S. M. determine.


lIIEl senor Orense: En vista de esta contestacion, me reservo ex-
tender esta interpelacion cuando se dIscuta el proyecto de mensaje
en respuesta á la comunicacion de S. M .•


11.


·EI &pañol al dar cuenta anticipada de aqueHa sesion, se expre-
saba así:


«Esa nueva era será la domin8cioD exclusiva de las influencias
quo hasta ahora han pesado sobre nosotros.


»Esa nueva era será la concesion de un centenar de grandes cru-
ces y de otro medio centenar de entorchados y fajas de generales.


»Esa nueva era será unas elecciones de real órden .
• Esa nueva era será una mayoria como la del congreso actual.
.Esa nueva era será la humillacion de la administracion civil


ante el poder militar, los estados excepcionales, la inseguridad in-
dividual, el desprecio de todos los derechos, la cODculcaeion de to-
das las garanUas, la continuaeion de un sistema de fuerza; de fuerza
contra los partidos, de fuerza contra los contribuyentes, de fuerza
contra ·Ia imprenta,rde fuerza contra todo y para todo.»


Al_siguient(dia y:eoo.ocasion de una reeleccion y habiendo ha-




DIt. ULTIHO bORBON DI BSPÁNA.. S!~
blado Pastor Dial manifestando que era extrallo que se sujetase á
reelecion á dos diputados cuando habia medio centenar en el mismo
caso, Pidal le contestó dando ocasion á la siguiente réplicaJ en que
el diputado de oposicion volvió por los fueros del parlamento ho-
llados por aquellos ministros que al parlamento debían su eleva-
cion y posiciones .


• EI senor Pastor Diaz: El serlor Pidal me ha hecho una gravisi-
ma inculpaeion, que yo no puedo permitir, la iDcuJpacion de diri-
gir diatribas al parlamen to, la ipculpacion de pretender ensalzar la
dignidad del parlamento, rebajando su dignidad. ienores, en esto
no hay pruebas que aducir ni argumentos que presentar. El curso
de las sesiones, el curso de la política, toda nuestra vida, en fin,
está ahí para contestar. Los que queremos la dignidad parlamenta-
ria, los que buscamos todos los medios de enaltecerla y queremos
cúrtar los abusos que pueden rebajarla, no ultrajamos al parlamen-
to, no. El sellor Pidal se ha equivocado, y ha ido mas allá de lo que
era de esperar de la diserecion de su senoría en la exageracion de
sus ideas, pues ha manirestado que queremos rebajar la dignidad
del parlamento, los que queremos que en este recinto esté congre-
gada, no diré la soberanía, palabra que está fuera de nuestras doc-
trinas, pero si la opinion nacional.


- Yo ruego al senor Pidal que diga, que sella le la palabra, la ex-
presion, la frase, la intencion, la peroracion I el dia, la ocasion en
que de estos bancos haya salido semejante idea. Senores, no somos
nosotros los que dirigimos esas diatribas, otros son, y reeuér4ese
que cuando en un dia, y no muy lejano, se puso en pugna la pre-
rogativa parlamentaria con la acusacion fulminante de atentar al
parlamento, el señor Pidal votó contra el parlamento.


»euando se ajó públicamente al parlamento,. cuando se anate-
matizó el principio de la libre discusion del parlamento, y se dijo
que era un obstáculo para las mejoras, de esos bancos salió el vili-


, pendio y la diatriba contra el parlamento.
-Ahora me queda que rectificar una palabra que ha sido dema-


siadamente repetida. Ha dicho el sellor Pida), despues de haber iB-
terpretado como el senor Ponzoa la frase de parlamentos ministe-
riales y no ministeriales, que lo que yohabia sentado era una vul-
garidad. A esto no tengo mas que decir que el seAor Pidal ha hecho
el mas cumplido elogio de mis opioioDes. Las vulgaridades son siem-
pre el sentido comun, y este es precisamente el que aquf venimos
á repreientar.»




BlSTOIU& DBL 1lI1N&DO


111.


Ya DO cabia duda; dOD Enrique quedaba completamente excluido,
Un príncipe extranjero iba á venir á sentarse en las gradas del


trono, y los hombres monárquicos que se llamaban liberales, cuao-
do son incompatibles la libertad y la monarquia, lamentaban pro-
fundamente este acontecimiento. .


Los progresistas, los moderados de oposicion, todos combatian la
candidatura Montpensier que el país rechazaba como á los Cobur-
gos, á los Trápanis y á todo prÍDcipe extranjero.


En EspaDa el principio monárquico no tiene vida propia; y si el
principe no procura deber á su personalidad la fuerza y el presti-
gio, si no despierta entusiasmo y admiracion en la multitud, es di-
ffcil, muy difícil que llegue á sostenerse SiD acudir á los medios vio-
lentos. .


Sea como quiera, don Enrique al recibir la noticia formal y oficial
de la entrada en la familia regia de un vástago extrano quiso for-


. malizar su protesta fundándola explicando su conducta, su posicioD,
sus relaciones, los pasos que habia dado cerea de la corte espaDo·
la, etc. Y el hijo de Carlota, ciertamente, llegó á interesar por al-
gun tiempo la opinion de los liberales ciegos y de los indiferentes en
su favor.


Dé aquí la protesta:
«Las cortes se hallarán en breve reunidas y á ellas debe dirigir


su voz desde el destierro un príncipe perseguido. Al gobierno seria
ya excusado, á la nacion podria parecer peligroso. Las cortes so-
lamente conciliarán lo que se debe á la tranquilidad del pais, al de-
coro de sus principes y al porvenir de la familia real.


lOVivía yo muy lejos de la corte y exento de toda mira ambiciosa,
exclusivamente dedicado á mi profesion de marino, cuando á fines
del afto 45 fui á Madrid con Real licencia para ver á mi venerado
padre. Creyó este en su carillo paternal, y mas ó menos fundado
en lo que conocía ó presumia de la voluntad de la Reina, que me
hallaba en el caso de tomar cierta iniciativa en la importante cnes-
(ion de su matrimonio. Creí yo en presencia de la opinion pública
manifestada unánimemente por la prensa de todas 'las opiniones,
que no podía hacerse esto sin consignar por escrito y del modo mas




DIL ULTIMO BOl\BON »1 ESPAÑA. 827
solemne los principios polfticos que debían tenerse presentes en tan
grave caso para asegurar el trono constitucional y la independencia
de la nacion espaílola. Mi tierno y bondadoso padre se encargó de
presentar en mi nombre áS. M. la expresion de estos sentimientos;
y lo que ocurrió con este motivo en el real palacio, me obligó á
publicar mi manifiesto del 31 de diciembre, qne no ha podida ser
debidamente apreciado, ignorándose el motivo que produjo su pu-
blicacion.


»Desde aquellos dias comenzó la époea de mi persecucion, sin
que apenas haya pasado uno en que no pueda contar un nuevo
agravio. No descenderé á enumerar tantas vejaciones como he su-
frido. Bastan las mas públicas y notables para que las cortes vean
si deben ó no tomar alguna resolucion por lo pasado, que evite para
en adelante que los príncipes como los demás espanolessean vícti-
mas de la arbitrariedad de los ministros.


»Hllbiéndoseme hecho salir precipitadamente de Madrid, fuf re-
cibido y tratado por las autoridades de Galicia de una manera que
me hizo conocer las duras pruebas á que los ministroshabian re-
suelto sujetarme. El aprecio de aquellos naturales que no les era
dado demostrar, compensaba, sin embargo, tantas vejaciones, J
nunca he gozado de una paz del alma y de tIna tranquilidad inte-
rior tan completa como en aquella primera época de mi persecu-
cion.


»No pensé siquiera en adquirir una posicion en que tuvieran que
respetarme los mismos que me perseguian. Al contrario, anhelaba
en el fondo de mi alma eomo ]a mayor felicidad para la Reina y la
patria, que la eleccion de S. M. recayese en la persona de mi que-
rido hermano, como mas digno de ocupar tan distinguido y alto
puesto, lo que he manifestado con lealtad siempre que la ocasion de
hacerlo dignamente se me ha presentado.


»Despues de tan sinceras muestras de abnegacion como di en
aquel tiempo, y viviendo tranquila y absolutamente aislado, no po-
día yo comprender entonces cómo ni por qué se me habia de perseo
guir de nuevo; cuando hallándome en el Ferrol reeibf la órden de
presentarme sin pérdida de momento en la Coruna ante el capitan
general de Galicia, quien me comunicó la órden que acompalio con
el número 1.41 para que en el término de cuarenta y ocho horas sa·
liese del reino, á pesar de cualquiera causa, aun la de enfermedad,
circunstancia eonsi¡nada en la comunicacion del aobiern(j que me




8!8 I1STORtA DEL RIIN.A.DO
entregó para que me enterase, pero que no obra en mi poder.


»Y por respeto á la Reina y por amor á la paz, consentf esta tro-
pelia, y escribiendo á S. M. en los términos que resulta del papel
nú.mero 1, me embarqué para Bayona, negándome al dejar las pla-
yas de mi patria los honores debidos á mi rango, y siendo objeto
de crueles prevenciones hechas al comandante del buque que me
conducía, á quien se exigió además recibo de mi persona.


»Basta donde ]a accion y el poder de los ministros podía hacerse
sentir en el extranjero, experimenté los efectos de su ira.
. »No pubiendo comprender el verdadero motivo y el objeto que se
proponian, hasta que en París, donde tan bondadosamente fui reci-
bido por mi augusto tio el rey de los franceses, vi claramente que
no se castigaba en mí el baber aspirado un dia á la mano de S. M.,
sino el no continuar en este deseo sometiéndolo á cierta influencia y
combinándolo con cierta condiciono Nunca pensé decir. esto, pero á
la representacion nacional le debo yo toda la verdad, y no be de
faltar á este deber como no falté en París á los que me ligan con
mi -"atria y con mi familia.


»Sali precipitadamente de aquella capital para este pacifico reino
donde he vivido retirado y tranquilo, si bien calumniado, esperan-
do el desenlace de la cuestion que debia inauir en mi suerte. Se
me han heoho proposiciones por el conducto para mi mas respeta-
ble para volver á Espana. Consultando un interés personal hubiera
debido tal vez admitirlas, pero atento solo á mi dignidad y á mis
severos principios, las he desechado declarando que puedo exigir y
debo obtener mas tarde ó mas temprano una reparacion cumplida
tan honrosa, como fué grande la injusticia al extraDarmedel reino.


»El silencio que siguió á estas comunicaciones debia ser precursor
de algun gran suceso, y lo ha sido en efecto: el casamiento solem-
nemente anunciado de S. M. con mi querido hermano, y el de la
Infanta con el duque de Montpensier, que se ha acordado al mismo
tiempo, aunque no se haya publicado del mismo modo en Espala.
El primero colmará mis deseos repetidamente manifestados, yel se·
gundo descubre á la Espana y á la Europa lo que comprendí du-
rante mi brevísima residencia en Paris.


-Del uso que la Espala y la Europa hagan de este descubrimien-
to, Dada &engo que decir, ni me loca examinar si puede ó no opo-
Derse á este enlace una cláusula que en el aDo A5 se insertó en la
Constituoion. Lo que me toca de derecho, y lo que hago movido




DEL ULTIMI BOUON DI BSPA.ÑA. ., 8
menos por miras é intereses de familia que por el deseo de evitar
la posirnlidad de euestiones difíciles, y acaso guerras de suoesion
que t8ft funestas han sido á la Espala, es protestar contra todo de-
recho eV60wal á la corona que pudiera cODcederse á los"hijo8 del
duque de Montpensier si llegara á uairse con la Infanta. La renun-
cia que la familia de Orleans hizo por el tratado de Utrech anularia
de antemallo ,todo derecho de esta espeeie que pudiera declararse Ó
suponerse; y siendo mi familia la mas directamente perjlldieada,
protesto ante las eortas oootra t@do perjuicio que pueda seguirse.


»Asi este doc.tmento que respetuosamente dirijo ai Gongreso, stf-
virá al mismo tiempo para que las Cortes puedan adoptar' las me-
didas convenientes, para que en el porvenir se respeten por su ór-
den los derechos preferentes de todos y de cada uno de los individuos
de la familia real, en lo que estriba la tranquilidad y la indepen-
dencia de-la nacion, que donde quiera que yo me halle, es y será
el ídolo de mi eorazon, como el de todo buen espafiol sin distincion
de partidos.


:cGante 9 de setiembre de 18i6.-Enrique Maria de Borbon.»


IV.


La protesta de don Enrique era un capítulo de cargos contra el
ministerio; era un resúmen metódico de las arbitrariedades, de los
desmanes, de los crímenes que el bando moderado venia cometiendo,
desde que arteramente y merced á la mas inicua de las traiciones
el abuso de la fuerza se habia impuesto en palacio y habia mb-
yugado al pueblo. Aquel cuadro hábilmente bosquejado por diestra
mano, aunque representaba las torturas que cada ciudadano expe-
rimentaba, no tenia toda la verdad, toda la virilidad, las fuertes
tintas negras que hacian mas horrible en los otros ciudadanos el in-
fame yugo de aquella cohorte de ambiciosos que se habian propues-
to explotar la situacion.


El gabinete Mon-Pidal, el ministerio francés, aquella coleccion de
personalidades que desde mucho tiempo venian imponiéndose por su
flexibilidad, á pesar de las protestas de una porcion de ~oderados
que hacian profesion de legalidad y constitucionalismo, aquellos que
se consideraban hombres necesarios en los momentos mas criticos y
solemnes, vioieron por fin á quedar en la mas completa evidencia


TOllo JI. 195




830 mSTOIlIA. DEL RtlNADO
confundidos bajo el peso de las demás acusaciones de un preten-
diente á la mano de Isabel. No habia medio para ellos de eludir la
responsabilidad; no podian responder con los hechos porque en cada
familia, en cada bogar se sen tia la barbarie de los dominadores, el
peso tremendo del impuesto, la degradacion y la miseria.


Los diputados á quien don Enrique se dirigia, no estaban la la
altura de las circunstancias, no sentian el látigo del contramaestre,
y á fuerza de humillaciones babian perdido el sentimiento de su
dignidad. Aquel parlamento estaba completamente desautorizado;
elegido en una época de terror bajo la presion de las bayonetas, era
mas bien una oficina del ministro que una corporacion indepen-
diente.




CAPiTULO XCVIII·


SUMARIO.


Discurso de Pastor Diaz combatiendo los proyectados matrimonios reales.-Continúa
la discusiol1.-CÓmo recibió el gobierno la protesta de don Enrique.


1.


Algunos hombres incomprensibles, por cierto, porque luchaban
para realizar imposibles, querian hacer ver al pais sus necesidades
y los medios de satisfacerlas. Guerrillas destacadas en el seno de
aquel partido que se distinguió siempre por su homogeneidad y dis-
ciplina cuando se trata de recoger el botin y repartirlo, esas indi-
vidualidades proclamaban la integridad de los principios que decian
ser del partido moderado y que este conculcaba y despreciaba uno
y otro dia.


En la sesion siguiente á la que Pastor Diaz censuró la conducta
del gabinete; cuando se presentó á discusion el proyeeto de mensaje
el mismo Pastor Diaz se expresó combatiendo la idea de los enla-
ces proyectados en los tér'minos que verán Jos lectores, puesto que
los juzgamos altamente importantes para que se vea que solo las ca-
marillas, solo la familia de Isabel, solo la gente de sotana han de-
cidido las cuestiones importantes.


Decia así:
«Seriores: esta cuestion ha tardado fuera del parlamento en deli-




SS! H[STOklA. DEL REINADO
herarse cuatro anos~ yo no quiero mas sino que tarde cuatro días
dentro de estos muros. Lo que ha tardado cuatro arios en traerse
á este recinto, para el diputado que habla hace veinte y cuatro horas
que está sobre la mesa. Es verdad, seriores, que antes podía haber
meditado sobre este asunto: habia meditado, si, como todos los es-
panoles, sobre un acontecimiento tan anunciado, tan previsto; pero
la resolucion que yo habia encontrado á mis meditaciones, y que
afortunadamente coincide con la resolucion del mismo mensaje en
su parte mas interesante, no me habia dado nunca motivo para pen-
sar en que hubiera cuestion en el parlamento.


»La resolucion á mis ojos debia ser unánime cuando viniera de
mensaje á las cortes, y debiera haber merecido un arrebato de entu-
siasmo. Pero esta cuestion no viene sola, esta cuestion despues de
DO veoir integra como se habia prometido, viene complexa, viene
complicada, esta cuestion son dos cuestiones, ó por mej or decir,
hay en ello una cosa que no es cuestion, y otra que lo es y muy
árdua. El selior ministro do Estado acaba de decir una verdad de
que tengo que tomar testiJOODio en este mismo momento. Su sen~
da ha dicho que por muy alta, por muy excelsa, por muy elevada
que slIa una persona, está siempre debajo del trono, como súbdito
de S. M •


• La deelaracion que ha hecho el senor ministro de Eslado es un
argumento oontra la forma oon que se presenta ese mengaje al con-
greso. En una misma página, en una misma comunicacion, en un
mismo mensaje, en UDa misma deelaracion se presentó el anuncio
del enlac& de dos personas tan distantes entre si como S. M. la rei-
na dolla Isabelll y S. A. R. la serenísima seriora infanta dona Lui-
8a Fernanda, como si estos dos enlaces fueran una misma cosa,
comO' si conviniera á unas mismas personas, como si pudieran tener
un mismo grado de popularidad y entusiasmo, como si el uno no
fuera UDa reso)ucion y el otro una autorizacion t como si represen-
taran unos mismos intereses, como si el uno no fuera el enlace eon
un príncipe espafiol y el otro el enlace con un príncipe extran-
jero •


.. Pero sa60res, JO no leparo en este ayuntamiento, en esta amal-
g3ma., esta. es la obra del gobierno, esta es la obra de los minis-
tros: yo que en esta cuestion no pienso dirigirme á los ministros,
JO que pienso tratarla por encima de los ministros, voy á. ha-
blar del meDsaje que no se dir~e al miDisleM, qae se dirige al




DEL ULTIMO BOBBON DE ISPAÑA 893
trono, aunque sea en sus gradas, ó por mejor decir, detrás de ese
trono bay una cosa que no es el gobierno ni el trono y ante el cual
no puedo prosternarme tan humildemente. Esa cosa que no es el
trono, es sin embargo el porvenir del trono; pero al porvenir del
trono pertenecen los cálculos y las previsiones políticas, asi como
al pasado pertenecen el exámen y los juicios de la historia.


XlSeñores, no babíamos creido, Ó al menos yo por mi parte DO
no lo creía, que se trataba mas que del porvenir de S. M., de ase-
gurar por ahora su felicidad, su enlace, su legítima descendencia.
Si de esto solo se tratase, nada tenia yo que decir del mensaje que
se discute: el enlace de S. M. satisfacía mis humildes deseos como
que satisfacia ]a opinion nacional del mismo modo. En las condicio-
nes de este enlace, en la vida preciosa de S. M. en el caso en que su
descendencia esté asegurada, esta cuestion no es cuestion, á esta
parte del mensaje repito que me adhiero ciega y lealmente. Pero
cuando se trata de la eventualidad del porvenir del troDo; cuando
al mismo ,jempo se trata deJa eventuaJidad del porvenir del pais,
¿tenemos la misma seguridad, estamos todos convencidos, setiores,
de que se han logrado esa ventura,esas condiciones de estabilidad
y de gloria para nuestra patria, de que se hace mérito en el men-
saje? ¿Estamos seguros de que no legam6S á la posteridad ningun
gérmen de discordia, ninguna semilla de peligro, ninguna de revo-
lucilln' Si doscientos espartoles de Inees, si doscientos diputados de
la nacion con la mano sobre el pecho me dicen que no tienen duda
de este convencimiento, desde abora mismo renuncio la palabra;
pero si hay duda, si hay incertidumbre, si hay probabilidad de que
ocurran esos accidentes, mis deberes me imponen otra cosa.


»En vano parece que no se nos pide m as que adhesicn por el men-
saje, en vano las cuestiones que suscita se tienen ya por resueltas;
despues de' ~objernQ y del trono lodavia tenemos los diputados obli-
gaciones para e) pais que puede pedirnos cuenta de los votos, y obli·
gacion mas inmediata,. y es que cuando vamos á decidir sobre cues-
tion de tanta importancia busquemos en la razon y en la conciencia
el cooveocianiento. Yo he buscado esta conviceion intima con siD-
ceridad, la he baseado !e8 el porvenir de mi patria, la h& busca-
do en la decision de las cuestiones pendientes, la he buscado en
la diptomacia, la be buscado en el curso de los asuntos interiores,
en las eventualidades de la paz, en los incidelltes de la guerra, en
las oODdicioaes del gobierno y 6D los peligros de las revoluW>Des; y




8U, HISTORIA DEL RElNADO
esa eventualidad, sellores, esa alianza en que se funda esa parte del
mensaje á que no puede adherirse de la misma manera, no me da
garantfa, seguridad, ni certidumbre acerca del nebuloso porvenir
que se presenta delante de mis ojos.


»Pase en buen hora en el ánimo de los diputados y de gran parte
de la nacion que este enlace tiene por el contrario un gran sigoifi-
cad~ diplomático; yo quisiera que fuera para mi de tan feliz agüero,
pero esa influencia diplomática que representa esta alianza está le-
jos de satisfacerme para lo futuro, como está lejos de haberme sa-
tisfecho cuando examino el tiempo pasado. lO


n.


Despues de estas gravisimas frases que arrancaba á la concien-
cia del diputado lo anómalo de la situacion y lo solemne de sus de-
beres, hizo la historia de Jos pactos de familia, y abordó con ánimo
resuelto las complicadas cuestiones que encerraba el porvenir.


Con habilidad suma, con precision notable fué recorriendo los he-
chos, resumiendo en e] menor número de pahras la verdadera sig-
nificacion de todos aquellos acontecimientos.


y despues prosiguió, como si se hallara dotado de un carácter
profético, en los términos que recomendamos á la meditacion del lec-
lector:


«Esta conducta no cesó con la revolucion francesa. Napoleon
enaltecido, Napoleon embriagado con sus triunfos, olvidó sus prin-
cipios para venir á parar en este mismo terreno, se creyó heredero
de la política de Luis XIV: ¿y qué sucedió, seDores? que queriendo
hacernos sus aliados, los aliados de la Francia, preferimos tambien
para rebelarnos y para .sacudir este yugo hacernos aliados de otra
nacíon, y en esta última página se malograron Jos esfuerzos hechos
por los españoles, sacrificios hechos anteriormente por la causa fran-
cesa. 6Y qué mucho que Gravíaa, y qué mucho 'fIJe Churruca hu-
bieran hecho el sacrificio de sus vidas, ofreciéndolas en holocausto
á la Francia que hizo perder á Carlos V su corona?


»Eo aquellos tiempos en que nuestros padres (y digo nuestros pa-
dres porque yo entonces no babia nacido), en aquellos tiempos en
que nuestros padres eran idólatras de ]a monarquf8, .la naciona-
lidad puesta en pugna COD la monarquía, la monarquia sucumbió.




DEL ÚLTJM"O BORBON DI ESPAÑA. 835
Esta es Ja polftica francesa.· Si en aquellos tiempos hubiera habido
una política nacional, Ja nacion no se hubiera aunado á esta politi-
ca, á esos hombres de estado, á esos gobiernos. ¿Qué encontrÓ
Napoleon? Napoleon encontró una España que no era la de los Bor-
bones; una España que no era Carlos IV.


»La nacion, señores, estaba hechizada con Carlos 11, y perdida en
Villaviciosa, pero la España la habia heredado; la única heredera
de nuestra nacionalidad, fué la nacion. La nacion entonces eligió un
rey; Fernando VII fué un rey revolucionario, tan revolucionario
como Luis Felipe, y en virtud, en nombre de esa nacionalidad subió
al trono; sin embargo, señores, de baber pasado al pueblo la na-
cionalidad perdida, nada conseguimos, sin embargo nos, desangra-
mos estérilmente con tantos sacrificios, con tantos esfuerzos.


»Aquella época fué]a mas oportuna para recobrar nuestro territo-
rio~ aquella época fuá la mas á propósito para conseguir este fin
lento pero fijo, indeclinable de los gobiernos españoles. Este prin-
cipio santo, este principio que Fernan Gonzalez y Pelayo dejaron
vinculado á ~us descendientes, tuvo una ocasion magnífica para sa-
car de manos ajenas las minas, los veneros de nuestra riqueza y de
nuestra prosperidad. En aquel tiempo pudimos recobrar nuestra in-
dependencia que estaba en poder de los extranjeros. Pero lejos de .
eso no obtuvimos compensacion alguna del tratado de Paris, no tu-
vimos ninguna representaeion en el congreso de Viena: ¡,y por qué
fuimos los mas desgraciados?


»Esla alianza que no es provechosa, que da la razon á nuestros
adversarios, que no da simpatía eon 10,8 gobiernos del Norte, que
no procura nuestra reconciliacion, que lejos de proporcionarnos in-
tereses no tiene otro que el de tenernos cada vez mas escondidos
detrás de esa panlana: si quiere hacer aqui lo que no se habia he-
cho nunca, antes habia sido Ja alianza con el asentimiento de los
ministros, de los reyes á quienes pudo por ello exigirles la respon-
sabilidad; pero ahora se quiere UDa cosa que no se ha querido nun-
ca: ahora se quiere el asentimiento del parlamento y del pais. Si es
esto lo que se quiere, si es esto lo que sígmfica el mensaje en la parte
que alude al parlamento, yo exhorto á los seDores diputados á que
calculen toda la trascendencIa de esta singular declaracion.


»Si todavía, serIores, las consecuencia~ de esta desgraciadaalian-
za y ]a desgraciada eventualidad que cabe en todo lo posible, com-




836 mnOR.lA DII. RBINADO
pensaran los males que puede traer1 yo ladaria mi franco asentimien·
too Si las cireunstancias del país, si las circunstancias de la Euro-
pa, si los intereses actuales hubieran variado esta posicion, yootor-
garia sin el menor inconveniente lo futuro, por la historia lastimosa
de lo pasado; pero yo veo en las consecuencias Jo mismo que en los
precedentes, ora los examine en circunstancias de pai, ora en cir-
cunstancias de guerra, ya en nuestro gobierno interior, ya en nues-
tros disturbios políticos. ¿Qué es lo que nos da una alianfaestrecha
francesa en la opos:cion Mtual~ Yo veo la imposibilidad de ensan-
char Daestro t€uitorio, la imposibilidad de tener una marina, la
perpetua ineertidumbre sobre nuestra posicion con Inglaterra. La
Ioglaterra se creerá firme y fuerte apoyada en el derecho de gentes
contra la alianza fnl,Ocesa; la lngfateua nos ayudará en la guerra,
pero no nos dejará la paz. ¿Es este el porvenir que pueden esperar
los diputadas del mensaje~


»Las interiores que aguardábamos que quedarían ¡ManteaOaseon
este enlace no lo quedarán. Selíores, es preciso decir todo lo qoo se
pueda pensar decorosamente. Nosotros podemos dejar una eventua,.
lidad desgraciada á la posteridad. Tres pretendientes á ta coro Da dt
Espala, son tres partidos á Jos que se J.es unirán tres potencias ex-
traoj-eras 1Jue es Jo peor. El congreso acaba deoir la primera ma-
nifestaeion de una de esaspretoosioD6S.


»Estos parecerán cálculos exagerados, pero son hijos de la medita ..
cion fria. He sido por desgracia en otras ocasiones profeta de aven-
turas que haR parecido augurios, y se han cumplido como arti-
culos de fe.


»Yo no quiero hoy que se eumplao los mios. Al dirigir las últimas
palabras desde estos bancos, porque los últimos dicen los bG'mbres
que se inutilizan, no las tengo por dogmas, ni por ciertas, pero hago
el homeDaje que puedo hacer á mi patria, á mi Reina, y á la repre-
sentacion nacional: al dirigir las últimas palabras á Jos diputados,
solo les suplico que recuerden una cosa, que en este agitarse COD-
tinuo, -que en estas divisiones de los partidos, nosotros lo hemos 01-
vidade todo, nosotros nos hemos prometido amnistías, hemos echa-
do un velo sobre lú pasado, unas veces hemos sido carlistas, otras
II.oderados, otras progresistas, otras anárquicos, DinogUDO hemos
perdido la nacionalidad I todos nos bemos perdonado m.ieotrasque un
solo partido ha quedado proscrito para siempre, ese ha ~ido el par-




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 887
tido afrancesado. Yo tengo deseo de que no sea verdad Jo que en las
tribunas extranjeras se dice de los partidos espanoles, cuando á al-
guno se le califica con el nombre de partido francés. Es preciso que
se sepa que en Espafta no hay partido francés ni inglés; podrá haber
individuos, pero grandes masas que forman parte de la nacion, no.


lONo las hubo en tiempo de Bonaparte, en tiempo del hombre mas
poderoso de la tierra; ¿cómo ha de haberlas, cuando los que domi-
nan hoy son pigmeos allaJo de aquel gigante?»


111.


Hé aquí una peroracíon brillante que hemos insertado por su
oportunidad en los grandes sucesos que se vienen desenvolviendo
desde esa época, y porque fija perfectamente la influencia del do-
ble matrimonio dando á cada parcialidad la razon de su existencia
y de su actitud respectiva en las evoluciones sucesivas.


Por lo demás, aquel parlamento agonizante, aquel congreso que
sobrevivia á su deshonra, que era evocado de la tumba por otras
momias ministeriales petrificadas tambien, era muy á propósito para
sancionar un atentado contra la independencia de la patria como ha-
bía firmado lA muerte de la libertad. Y como el objeto no era otro
que fijar sus posiciones individuales; como no se trataba de defen-
der la causa de la patria sino de los intereses de] momento, lo pre-
ciso era concluir en término breve y cerrar la discusion en la tri-
buna, como se habia ahogado la voz de la prensa e~ el periodo de
incubacion de aquellos proyectos liberticidas.


Antes de empezar esta discusion se habia dado lectura de la pro-
testa de don Enrique, y el ministro de' Estado habia combatido la
publicidad que se le daba y el honor que se le hacia llevándolo á las
cortes.


Para el presidente del Consejo, don Enrique se rebelaba, y de-
claró que por alto que estuviera un súbdito, jamás podia llegar
hasta compararse con la persona que ocupaba el trono. Y esto lo
decia Istúriz tan extemporánEameote, que el gobierno acababa de
nivelar á las dos hermanas haciendo figurar en una mism3 eomu-
nicacion los dos matrimonios.


El senado, complaciente hácia el ministerio, y teniendo por pre-
sidente á MiraOores, que era capaz de todo tratándose de evitar dis-


T'M'.. tti




838 mSl'Oar! DEL REINADO
gustos á Isabel, no pudo escuchar oficialmente el documento en que
don Enrique exponía sus quejas á la representacion del país.


El marqués de Viluma se mostró en esta oeasion m.as constitucio-
nal, mas parlamentarÍo, sosteniendo el derecho del pretendiente á
quien se habia dado calabazas; pero no por esto consiguió que fue-
sen atendidas sus razones, y que el senado dejase consignar en sus
actas aquel documento digno de pasar á la posteridad para formar
contraste con otros documentos firmados por el mismo Enrique, en
que mas adelante debia mostrar las veleidades y los caprichos á que
está sujeta la raza borbónica degradada y envilecida.


Pero ni el senado ni el congreso dieron consecuencia II aquella
manifes~acion que el despecho siD duda babia arranoado al hijo de
Carlota.


Don Francisco, el favorecido, el que babia sido llamado por Isa-
bel á compartir con ella las dulzuras del poder, no halló tampoco
una frase que amor:iguara y debilItase la importancia de aquel des-
precio desdefíoso con que se castigaba al marino por seguir los con·
sejos, la tradicion y la conducta de su madre.


Don Francisco no tenia sentimientos, y solo la habilidad de la cle·
rigalla pudo despertar en él las sensaciones para convertirle en ins-
trumento de su sensualidad y de sus miras ambiciosas.


No pudiendo sobreponerse á la voluntad del pais éxpUeitamente
consignada; no pudiendo traer al desterrado de Bourges á visitar las
orillas del Manzanares, los frailes y las monjas transigieron con Mont-
pensier siem pre que se les dejara en el cuarlo de la Reina á su edu-
cando el fanático y degradado primogénito de Carlota.


Pronto veremos las consecuencias de aquel enlace falal; de aquel
doble matrimonio que debia traer á la EspaDa liberal complicacio-
nes sin cuento, desgracias y des01acion.




CAPiTULO XCIX·


SUMARIO.


Nocedal haciendo la 0po5icion al gobierno.-Conclusion del debate ~obre 108 enlaces
r9gios.-Notable discurso de Orense.-Articldo del Español.-Crítica situacion
de la prensa.-Empieza el congreso lAS felicitaciones ti los futuros esposos.


1.


En la apRriencia formularia de aquella discusion solemne habló
Donoso Cortés des pues del presidente del consejo, mostrándose digno
campeon de la alianza francesa. Entre las rimbombantes metáforas
del orador mojigatócrata era difícil hallar razon alguna para legiti-
mar el exagerado panegírico que hizo de Luis Felipe. Y Nocedal
pudo muy bien rebatir aquellos sofismas floreados, dirigiendo de paso
al ministerio terribles apóstrofes y acusaciones.


«Sellores, decia Nocedal, ¿se nos trae esta cueslion para que re-
- so!vamos en ella? ¿Se nos trae siquiera para pedirnos nuestra· opi-


Dion? ¿Hay a/gun medio de deshacer alguno de esos enlaces en caso
de que el congreso lo creyera funesto? No, no hay ninguno, y esto
significa que la cuestion no ha venido integra; que se nos ha en-
ganado. ¡, Y sabe el congreso por qué se nos ha engallado? Pues es
preciso decirlo claro aunque no se nos pregunte.


-No se nos ha cumplido lo prometido porque se tiene en poco al
parlamento, porque se desdeJ1a al congreso, porque no se hace caso




8tO mSTORIA OEL RIIIUD.-
de él, ¡,y por quién, serIores? por los que todo lo deben al congreso,
por los que no serian nada sin las instituciones liberales.
- 'O¡, Y cree el gobiernQ que si se hubiera traído esta cuestion ínte-


gra al congreso como se habia prometído, se contentaria con decir,
como abora, que se felicita por ]a eleccion? Acaso entonces todo el
oongreso se habria levantado á decir: tened en cuenta lo que vais á
votar; vais á votar peligros para boy y una guerra para el porve-
nir. »


Nocedal fué interrumpido diferentes veces por los ministros que
se mostraron descompuestos y amenazadores, diciendo el ministro
de Hacienda que habia cumplido todas las promesas, olvidando sin
duda las infracciones de la Conslitucion y de las leyes.


El sellor Posada, abogado constante de todo gobierno, quiso de-
fender tambien el dictámen del mensaje, y los bancos quedaron de-
siertos. tal era la popularidad y simpatías que despertaba.


11.


En la inmediata sesion hahló Pacheco rechazando la candidatura
Montpensier, porque, como todos los conservadores liberales, veia
grandes peligros para lo porvenir.


Este discurso dió ocasion á una réplica de Donoso Cortés, con lo
cual quisó darse por terminado el debate.


Esta era la discusion amplia y extensa que deseaban los minis-
tros y sus parciales, y la que, en su concepto, correspondía al asunto
mas grave y mas importante de que se habian ocupado las cortes,
al asunto que envolvia el porvenir de nuestra patria..


Previendo el golpe Orense, tuvo la feliz advertencia de presentar
una proposicion incidental para que no se diese por discutido el
asunto mientras hubiese pedidas palabras en contra. El diputado po-
pular coronó dignamente sus tareas parlamentarias, correspondiendo
á la confianza que en él depositaban sus amigos politicos. Dijo con
nobles y mesuradas palabras cuanto le cumplía, cuanto era conve-
niente.


Comenzó quejándose de la poca sinceridad de las promesas he-
cbas por el gobierno en puuto á lo amplio y extenso del debate, y
reclamó contra el propósito de ahogar la voz de un diputado como




D1!!L ULTIMO .BORBON DE j(~PAÑA. 84.1
él, qua se halla en un caso especiaJísimo, y en el deber imperioso
de hablar á nombre de su partido.


En buenos principios constitucionales sostuvo, que atacando el
mensaje, comba tia el mal consejo del ministerio, que se hallaba en
completa libertad, y que votaria contra el enlace de la Infanta con
el duque de Montpensier, y contra todo el proyecto, si por intole-
rancia no se dividiese en partes.


Afirmó que en estas cortes no podia conocerse la voluntad nacio-
nal, porque los grandes partidos estaban excluidos de su seno, y
porque no eran rigorosamente legales despues de promulgada la
Carta da 18'0. Opinaba Oren se que los casamientos debian haberse
sometido á las nuev.as cortes, y que haciéndolo á las actuales, el
minis'terío debió nombrar senadores progresistas si .hubiera deseado
escucbar los votos de este partido.


Ya se consultase á la imprenta víctima de los atropellos, aun
abiertas las cámaras, ya se atendiera á las expósiciones que se di-
rigian al trono contra la boda de la Infanta á pesar de los ataques
que sufrió este derecho, no cabia duda en su concepto de que la
opinion pública la combatia y rechazaba.


lu.


Orenso quo deseaba mostrar al partido moderado que marchaba
al suicidio, habia querido usar de la palabra, y para ello aprovechó
UD incidente, y como hemos indicado siendo notables entre otros los
párrafos que trasladamos á continuacion:


«Habrá conocido el congreso que yo hago discursos mios, no de
partido: yo doy mi opinion en todas las cuestiones: si un partido
se conforma con ella, santo y bueno, si no se conforma, me es indi-
ferente. Pero en esta cuestion no es -así; en esta cuestion, serlo ...
res, tengo que cumplir un deber de conciencia, porque no quiero
que mallana un partido numeroso y que yo creo que está en mayo·
ría en la nacion, me reconvenga por mi conducta y diga que no he
tenido valor cuando debiera haberle tenido en este sitio.


»Tres partes tiene esta cuestion: una la cuestion de la voluntad
nacional; otra ]a cuestion diplomática y otra la cuestion ministerial;
l' digo cuestion ministerial aunque no pienso ocuparme del minis-
terio con ralacion á sus actos administrativos, porque, seDores, esto




IIlSTOltlA DEL REINADO


es en lo único en que estoy eonrorme con el sefior Bravo Murillo,
en que S. M. no entra aquí para nada; en que aqui solo vemos al
ministerio, solo al ministerio atacalIlos, en que ningun diputado, no
digo oponiéndose al segundo matrimonio que es al que yo me opon·
go, sino aun oponiéndose al primero cometeria ningun desacato á
la Reina. Resulta, pues, que estamos en plena libertad, que pode-
mos decir lo que tengamos por conveniente, y que diciéndolo en na-
da faltamos al decoro del trono.


»Trátase de saber cuál es la voluntad del país: y sefiores, estas
cortes, ¿sirven para saber cuál es la voluntad del pais? No trato de
ofender á los sefiores diputados; pero unas cortes en que un partirlo
numeroso está representado solamente por mi humilde persona, DO
puede decirse que son la expresion de la opinion del pais.


»Pero hay otra consideracion que hice el año pasado, y que no
fué rebatida por ninguno de los individuos del gobierno, y es q 'le
estas cortes ni aun son legales. Digo legales ...


»Digo que este congreso está modelado con arreglo á la Consll-
lucion de 1837, Y la Constitucion actual de la monarquia es la de
1840; por consecuencia este congreso está nombrado por una ley,
que no es ley del reino, yen este concepto dije que no era ~gal.»


IV.


Breve habia sido la discusion en el congreso donde el mensaje fué
aprobado por ananimidad en )0 que se refería al enlace de Isabel con
su primo: volando en contra Oren se y absteniéndose de tomar parte
en la votacion relativa al matrimonio de MontpeD8ier, veinte ó vein-
te y cinco diputados conservadores. Pero mas breve fué en el se-
nado, donde los votantes tenian prisa, sin duda, de cumplir su com-
pro,miso, y donde solo levantó, débil y apagada como la de UD jóven


ln su primera declaracion, la voz del general Serrano, que, amaute e su Reina, creia no poder oponerse á sus caprichos, no serie dado
hacer la mas ligera observacion referente á lo que habia propufsto
su soberano.


El Español se expresaba en estos términos:
«Grande ha sido la responsabilidad que ayer aceptó el congreso


de seriores diputados, cerrando la discnsion del mensaje, apenas
estuvo llena la fórmula del reglamento, relativa á que por lo me·




DIL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 848
tlOs hablen tres oradores en pro y otros tres en contra en cada dis-
cusion.


XlCual si la de ayer hubiese sido un asunto ordinario y trivial, la
mayorfa se opuso á que hablasen mas que los oradores que no pudo
excusar de oir sin faltar al reglamento, privando del USI) de la pa-
lobra al seiior Viahondo, al señor Negrete, representantes únicos de
una opioion, de ]a opioion de un partido que por haber permane-
cido fuera de las instituciones hasta el dia, no tenia menos derecho
á ser oida; al seiior Orense, único orgllDo en aquel recinto de un
partido numeroso; al señor Seijas Lozano, cuya voz instruye y per ...
suade en todo debate de importancia.


lODespues de no haber querido oir á la oposicion, nada debe sor-
prender en la conducta de la mayorfa. Por lo mismo que esta se
compone de solo un partido, los que lo representan en la actuali-
dad estaban obligados á consultar con mayor moderacion y pruden-
cia el uso que de su peder hicieran, y ya que iban á votar en re-
presentacion de todo el país, d~ber de lealtad y de conciencia era no
proceder con precipiiacion ni con parcialidad.


»Pero ed achaque siempre fatal en Jos partidos victoriosos, abu-
sar de su posicion, preparando con el exceso de su engreimiento
inevitables reacciones.


»Todavía tenemos presente la época en que los trescientos espar-
ta!ws de Mr. de VileHe legislaban en menosprecio de la opinion de
la Francia entera, que repugnaba los excesos de la restauracion.


»Baciendo alarde aquetlos conservadores reaccionarios de su su-
perioridad numéricG, ponian en ridfculo á la corta mi noria de siete
diputados de que se componia tan solo en aquella cámara el partido


. liberal. En votaciones por cierto menos importantes que las de ayer,
los corifeos realistas soltaban grandes carcajadas, mirando al banco
de la oposicion, y un dia uno de ellos creyó confundir al célebre ge-
neral Foy, que elocuentemente exponia cuanto debia herir los sen-
timientos de la Francia la resolucion que iba á adoptar la cámara:
Mirad, Ion siete, dijo el diputado de la mayoría.


»Indignado de tanta audacia el gran Casimiro Perier, se levantó
y exclamó: Sí, aqui no somos mal que siete, pero detrá, de nosolrol
hag treinta millones de franceses.


»Esto diremos nosotros, esto podrán dignamente decir los dipu-
dos de la minoría que ayer se abstuvieron de votar.


»Con tanta y oon mayor se&uridad que Casimiro Perier, dirán




8U, BlSTOIU .. DEL REINADO
los opositores á la boda de Montpensier: Aqulaomos IS~, fuera de
aquí está con nosotros la magoría de la nacíon.»


v.


La situllcion de la prensa era en aquellos momentos muy grave.
El Eco del comercio desde el 14 al 18 de setiembre tenia cinco


denuncias. El Español fué recogido, detenido en Correos y multado
tres días seguidos. El Espectador publicaba suplementos con las se·
siones de cortes. El Clamor públtco tuvo tambien muchas recogi-
das, y todo esto no impedia que creciera el disgusto en todas partes
contra el futuro consorte de la presunta heredera.


En el momento de ir á felicitar á Isabel el congreso, solicitÓ pre-
sentarse tambien á Cristina, á Luisa Fernanda y al hijo de don Fran-
cisco.


Este último que se hallaba en el palacio de San Juan con su ·pa-
dre, al escuchar 1(1, felicitacion, des pues de manifestar su agradeci-
miento al congreso por la honra que le dispensaba, declaró que e,ya
español liberal, que desde sus primeros años habia recibido de sus
padres estas ideas, y que cuando tuviese la honra de sentarse aliado
de S. M. daria pruebas de que siempre sabria conservar estos mis-
mos sentimientos.


No recordaba, sin duda, entonces que muchos de los que tenia
delante habiao contribuido á imponer humillaciones á su familia, y
que su hermano se hallaba acusado por los ministros como perjuro
y traidor.


El gobierno inglés por su parte, multiplicaba y mantenía sus pro-
testas contra el matrimonio de Montpensier, que babia diferido su
viaje porque pen~aba el gobierno francés dar gran aparato y solem-
nidad al acto.


Las cortes, agotada la eueslion política y su vitalidad, debieron
entrar en la discusion de la autorizacion pedida por el gobierno para
cobrar las contribuciones.


Los diputados aprovecharon la ocasion para dirigir algunas in-
terpelaciones. y el serlor Pastor Diaz dirigió una sobre la libertad
de imprenta.




CAPíTULO c.


SUMARIO.


Juicio de aquella situacion pOI' el Español.-Anomalías é inslabilidad de aquellos
gahinetes moderados.-Fúgase de liranei,l l\lonlemolin, y llega con CaLrera á
Londre~.-Con[estaciollc:i entre el emlJajaJor ipiíle~ y Serrano, sohre loi' J'egÍocí
"IlInrf""


1.


Hé aqui cómo El Español, periódico que se llamaba moderado,
juzgaba á a~uella sÍllJu0ion, á aquellos ministm~, y daba cuenta.. oe
ulJa sesion importantíshnn:


- GSf:'gun todos los síntomas de la sesiorí dI? ayr.r, la legislatura se
halla en sus últimos. Estos síntomas snn por uoa parte ese afan de
hacerlo todo de prisa. como si )a paciencia de los diputados S~ hu-
biese agotado con la amplia., extema, inconmensurable discusioD del
mensaje, que se despachó, cinéndose la !oDganim;dad del congresl)
á lo que-estrictamente exige cuando menos el rf'glarr:~fJto.


»Otro de los síntomas de muerte es la aglomeracion de ln{prpeJa-
ciones. Cuando se pr('suml~ que resta poco tiempo para ~')der ha-
blar, todos quieren aprovecharlo con aran; todJS quieren dar al pais
'Y á sus comitentes UDa prueba de que no se o!vidan de los intereses
que les han encomendado. ~


»Pero los seriores ministros, que estos dias deben de estar de jol-
gorio y regodeo por haber saoado de las cortes aquella sustancia q'1P




8i6 HISTORIA DEL REl~ADO
han querido destilar por el alambique de la esponjosa y clara con-
ciencia de la mayoría; lossel'iores ministros, que DQ ven llegado el
momento de huir el cuerpo á las estocadas y aguijonazos de la mi-
noria; los senores ministros, pues, contestan con el mayor desem-
barazó, contestan de prisa y secamente á cuantas interpelaciones se
presentan, ó no se toman ]a molestia de contestar, que es lo mas
breve, lo mas sencillo, y sobretodo lo mas constitucional y parla-
mentario. Y como en punto á constitucionalidad y parlamentarismo
nadie raya tan alto como los actuales secretarios del Despacho, cIa·
ro es que despachan á los diputados á las mil maravillas, aplazan·
do las contestaciones para el dia del juieio, que allá en sus doradas
ilusiones se imaginan que nunca les ha de llegar.


»Asi ha sucedido con la interpelacion anunciada antes de ayer y
repetida hoy por el sefior Pastor Diaz sobre la libertad de imprenta.


>lAI observar el escándalo con que Eeestá ejerciendo la censura
previa con los periódicos independientes; al ver que por espacio de
meses seguidos apenas se ha pasado un dia sin que se haya prohi-


. bido la circulacion de algnn diario; al ver que antes de ayer fueron
secuestrados cuatro, y ayer el nuestro por la traduccion de un ; "H-
culo que se ha reproducido en casi todos los periódicos de Pafls, y
se traducirá muy pronto en todas las cortes civilizadas; al ver que
ha llegado el afan de prohibir hasta tacbarse en El Español unos
párrafos copiados literalmente de un folleto que se ha publicado con
permiso de la misma autoridad que luego lo prohibe en nuestras
columnas; al ver este escándalo, este colmo de arbitrariedad, estos
absurdos, estas groseras contradicciones, estas infracciones de la
Constitucion repetidas sin necesidad, por capricho, por deleite,
cuando se han estado ventilando las cuestiones mas importantes, mas
vitales para el pais; al ver todo esto, repetimos, era muy natural
que el señor Pastor Diaz, diputado conservador y escritor acredita-
do, levantase una voz para atajar el torrente de arbitrariedad y de
funestos abusos que debe inundar y tragarse en su seno la libertad
del pensamiento.


)DEslo era muy obvio, muy natural; pero natural y obvio era
tambien que en seguida se levantase el señor ministro de la Gober·
nacion y dijese: «El gobierno queda enterado y aplaza la contesta-
cion para dtro dia ... » Como era muy natural y muy obvio que el
susodicho senor mInistro se volViese á sentar y se sonriese ufano y
satisfecho por la descomunal fazaría de habérsela jugado al interpe-




1)f~L VLNIIO llORBON DE }~SPAÑA. 817
JaBle. Ese otro día será probablemente el siguiente-al dia en que se
cierren ¡as cortes: de esta gracia debió sin duda sonreirse todo un
sellor Pida!.


»Despues de este incidente que debió parecer muy cltuBeo á los
mas acérrimos ministeriales el serior Orense con el pretexto de de-
fender su proposicion del dia anterior, habló acerca de la autoriza-
cion solicitada por el gobierno. P~dia el serior diputado por Pahmcia
rebajas en la contribucion de inmuebles, y un selíalamiento de dia
fijo desde el cual habia de principiar á ser una verdad la ley fun-
damental del Estado. Parco anduvo en pedir su señoria, pero mas
lo fué el ministerio en conceder, pues no despegó sus labios siquie-
ra para engañarnos con nuevas promesas, que tal es á veces la des-
dicha que aun con los mismos conocidos engarios se consuela.


»Reunió el senor Orense casi todos los cargos que se pretenden
hacer al ministerio, formulándolos de una manera clara, sencilla,
al alcance de todas las inteligencias; pero con UDa franqueza y na·
turalidad que con bastante frecuencia excitaron la hilaridad del con- .
gr:~o.


»Pocas veces ha estado mas lógico su selloría; pocas veces mas in-
cisivo; y si quitásemos á su peroracion ciertas expresiones que no
tienen lugar muy propio en el congreso, podia casi aspirar á los
honores de un buen discurso parlamentario.


»lndudablemente el serior Oren se adelanta mucho en Al uso de la
palabra, y si procurase menos hacer reir, tal vez haria Horar mas
á los ministros y á su disciplinada falange.


»La proposicicn del señor Oren se fué retirada por su autor.
lO El dictámen del gobierno fué aprobado en votacion nominal por


13i votos contra 1~ ...


11.


La situacion de los conservadores era cada dia mas ridicula. Se
hacían una guerra vergonzosa y degradante. Reíltan, se conciliaban,
se maltrataban y se volvian á adular; como siempre se asesinan y
se abrazan.


Alternativamente pasaban de las filas de la oposicion á las de )a
mayoría; y unas veces se mostraban amigos del gabinete para vol-




SiS
ver desT !les á cOrl!'iderarse como sus mas encarnizados y furiosos
ad vers ari o~.


Hé aquí la fazon de que demos cabida al articulo del periódico
Bl E~'pañot, en que reflejaba perfectamente la política guberna-
mental.


Decia así:
«Tanto es el regocijo que inspira su vic!oria á los creadores de


,la nueva situacian fUDChtda en el matrimonio francés y en la con-
solidacion del poder ministerial, Gue se hacen á sí mismos la ilusion
de creer 'lue la adhesion y el apoyo moral del pais acaba de coro-
lHlr su obra.


»¿No han icgrado, en efecto, 'que una inmensa mayoria de los
cuerpos colegís/adores se asocío al pensamiento de casar á la Infan-
ta heredera con un hljo del rey de los franceses? El voto dado ayer
ror el congreso y que autoriza al gobierno para cobrar las contri-
buciones, ¿no equivale á UDa declaracion de confianza ex~licita en
el ministerio?
. »)Si foiois hombres monárquicos constitucionales de buena fe t nos
interpelan! ¿podreis prescindir de acatar el fal!o de las mayorfas par-
lamentarias? Toda resistencia, toda protesta, anaden, contra la vo-
luntad legal del pais, expresada por el órgano legitimo de &US re-
presentantes, es un atentado contra los principios constitucionales,
un acto propio de revolucionarios y de facciosos.


»La inteligencia y la legItimidad del gobierno representativo no
descansan únicamente en estériles fórmulas, por mas que sea nece-
sario acomodarse á ellas como razon y expresion de Jos hechos. Los
fallos de las mayorías son siempre respetables; pero las mayorías
suponen una relacioD, una identidad de voluntad y de sentimientos
entre los representantes y los representados.


»Para que esta reladon y esta analogía no se desvirtúen ni ca-
duquen es de la esencia de los gobiernos representativos, no solo
revalidar la autoridad de Jas asambleas póliticas por medio de elec-
ciones periódicas, que renuevan, modifican y cambian el espiritu de
la represent!lcion"'nacional, sino que se ha dejado á la corona la pre-
ciosa facullad de disolver los parlamentos y de cODsultar la opioion
no solo cuando existe disidencia ('otre los ministros y los represen-
tantes del pais, SiDO siempre que algún aconteciruienlo grande y de
interés nacional, como el de un nuevo reinado ó alguna circunstan-
cia capaz de haber modificado la opinion, aconseja recurrir al cuer-




po electoral para comprobar si subsiste la confianza depositada en
los últimos que obtuvieron los voto" de los colegios electorales.


»Ahora bien, 8i alguna situacion política en el mundo ha podido
considerarse como nueva y distinta de las que la ban precedido, Jo
es sin duda )a situacion en que nos encontramos, relativamente á la
época en que S3 verificaron las últimas elecciones. Cuando en 1SU:
se convocaron por primera vez las actuales cortes, se trataba de or-
ganizar el pais y de asegurar la victoria en manos de UDO de los
partidos que habian compuesto la coalicion; se trataba de reformar
la' Constitueion y de fundar un gobierno, fuerte sf, pero al mismo
tiempo legal.


lilUn solo p!.\rtido concurrió á las elecciones, y el ('xclusivü triunfo
que obtuvo le impuso el deber, Ó de gohernar de manera que pre-
parase los ánimos para. qu~ sin peligro de la monarquía ni del ór-
den, las demás opiniones pudieran en una época cercana entrar á
tomar parte en los negocios; Ó ~a que la ambicion y la fortuna de
los dominadores los favoreciesen basta el extremo de que conserva-
ran el poder por largo tiempo, era entonces su mision, su deber,
gobernar en el interés de la nacion entera, respetando y tomando en
cuenta las opiniones y los sentimientos de los partidos excluidos. lil


111.


En cuestion de teorías, en el culto platónico á la libertad, todos
los partidos ban estado compleiamente de acuerdo; todos ellos han
hablado del respeto que se debe al pensamiento, á la razon huma-
na; todos han pr{¡curado hacer ver á la multitud que se iba á entrar
en UDa era de felicidad y ventura, de respeto á las garantías y de-
rechos del ciudadano, que se iban á plantear grandes economías
fomentando la industria y la agricultura, y colocando al pais· en el
puesto primero por su marina y sus grandes beneficios á las colo-
nias, que en cambio de labrar su riqueza emanciphdolas del pesa-
do yugo de la tirania nos recompensarian ampliamente con sus ex-
celintas productos, que el comercio espanol repartiria en los mer-
cados de Europa y del mundo entero.


Pero en la práctica, ¡cuántadecepcion!
En el momento á que nos referimos, la oposicion publicaba arti·


culos como el que acaba de leerse; pero UD dia, UDa hota, un minuto




850 HISTORIA i~EL RRINADj
bastaba para realizar un cambio completo; y fallos de principios re-
presentando solo )0. suma de ciertos intereses, no hallan reparo en
defender hoy con entusiasmo lo que ayer combatian violentamente.
La. menor esperanza de engrandecimiento les trastorna, el mas leve
favor les embriaga y catequiza.


Asf se expli'caban las crisis, modificaciones y mudanzas repetidas
y anómalas; sin el menor escrúpulo de conciencia, los moderados se
sacrificaban unos á otros cuando con venia á sus cálculos. Fundados
cuantos gabinetes se venian sucediendo en el espacio de Jos últimos
tres anos, sobre el temor y la desconfianza, el gobierno fué una fá-
brica perene de intrigas y de cábalas, fraguadas unas veces contra
los mismos correligionarios poifticos de los ministros, dirigidas otras
contra los enemigos de la situaeioD. Bajo el fuego de esas baterfas
ocultas cayó el ministerio Bravo-Carrasco; perdieron las sillas do-
radas los Armeros, Mones y Pidales; desapareció el gabinete Mira-
flores; sucumbió el que formara el general Narvaez bajo su presi-
dencia, y serán tambien inmolados como víctimas expiatorias el ge-
Deral SaDz y el desdichado Caneja. El héroe de Ardoz no titubeó en
sacrificar primero á su protegido, el antiguo redactor del Guirigay,
y luego á sus carísimos aliados Mon, Pidal y Marlin8z de la Rosa.
Estos á su vez aprovecharon lambien la primera oportunidad que
les deparó la suerte para sacrificar á su sacrificador, y con el auxi-
li~ de Dios y UDa embajada extranjera, dieron al traste con el du-
que de Valencia, haciéndole salir desterrado de los dominios de Es-
paña.


Si se preguntara á los farsantes que dirigían y ensayaban seme-
jantes maniobras, la causa, el motivo, el pretexto siquiera de uti-
lidad pública que habia dado pié á esas crisis y mudanzas de mi-
nistros, ¿qué podrían contestarnos? Hemos visto caer unos hombres
y subir otros al poder; pero el sistema sanguinario y despótico es-
taba á la órden del dia, y no variaba jamás.


IV.


Por entonces se anunció la modificacion ministerial, suponiendo
la entrada de Concha y Bravo Murillo en representacion de las frac-
ciones adversas y para no dar entrada á los desgraciados puri-
tanos.




VIL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 851
y por entonces tambien al conde de Montemolin pudo escapar de


su prision de Bourges, y con Cabrera llegar hasla el pais donde la
libertad vive en buenas relaciones con la monarquía; porque hay
una aristocracia previsora que para mant-ener sus privilegios hor-
ribles por otra parte porque revelan un gran vicio social, sabe ce-
der oportunamente en los momentos crÍlicos.


Pero lo mas importante de aquellos días, aunque todo se relacio-
naba con ]a cuestion matrimonial, aunque resuelta muy dificultosa
aun, porque las influencias inglesas se oponian de frente, era una
carta dirigida por el embajador inglés en contestacion á otra de Ser-
rano que se vió desmentido en pleno parlamento por, el presidente
del Consejo.


Serrano habia escrito lo siguiente:
«Sr. D. H. L. Bulwer.-Mi apreciable seííor y amigo: Contes-


tando el sefior presidente del Consejo de ministros en la última se-
sion del Senado, al discurso en que expuse mi opinion relativa al
mensaje sobre el casamiento de S. M. y A., se expresó en los tér-
miDos siguientes:


»¿Pero qué pensaria su señoría si yo le dijera que el casamiento
que mas resiste el ministro de Negocios ~~xtraDjeros de S. M. B. es
el de S. M. la Reina~ ¿Qué diria si yo añadiera que el deseo y la in-
tencion da aquel gabinete, era presentar por único candidato á la
mano de la Reina á otro príncipe en discordancia hoy con lo que es ...
tá pasando?


XI La creencia en que hasta ahora he estado de que la oposicíon
hecha por usted y por el gobierno de S. M. B. se referían única-
mente al matrimonio de S. A. la Infanta heredera con el duque de
Montpensier, y la importancia que la opioion del país atribuye á co-
nocer las verdaderas disposiciones del gobierno de una nacion ami·
ga de España, en negocio que tan de cerca afecta nuestros intereses
y nuestra nacionalidad, me ponen (deseoso de formar mi propio jui·
cio y de contribuir á rectificar el de mis conciudadanos) en el caso
de dirigirme á usted en la esperanza de que si no halla reparo en
ello, tendrá la bondad de manifestarme lo que juzgue prudente, y
que conduzca á poder aclarar el enigma que en el ánimo de Ja ma-
yoría del público espanol deben crear las paiabras del setior presi..!
dente del Consejo de ministros.


lOJ.O que principalmente estimaria á usted es que me dijese cuan
explícitamente le sea posible, cuáles han sido Jos principios genera-




So! IlISl'ORIA IlRL RE\NAlW
les que han conducido á su gobierno en el asunto del matrimonio
de S. M., Y cuáles juzga usted sean en la actualidad sus miras con
respecto á la eleccion de_ esposo definitivamente hecha por S. M.
Siendo el objeto de esta comunicacion dictado por un principio pu-
ramente de interés publico, espero que no me limitará usted el uso
que crea yo deber hacer de la respuesta con que usted se sirva hon-
rarme .


• Con este motivo se repite de usted atento y seguro amigo, Q. B.
S. M.-Francisco Serrano.


nMadrid 20 de setiembre de 18~6.»)


v.


y á esto contestaba el embajador lo que sigue:
«Excmo. Sr. D. Francisco Serrano.-Mi querido general.-No


conozco nada dentro del espiritu de la verdadera y honrada diploma-
cia que pueda indueir á un ministro represen taL te de Inglaterra en
mcmentGS y en ocasion como los presentes, á envolver las opiniones


. de su gobierno entre el misterio de las formas.-Ei'!te gobierno es leal
y franco, y yo hablo á UD caballero igualmente franco y leal. Contes-
to, pues, á usted desde luegü, diciendo que el gobierno inglés, res-
petando la eleccion de S. M. la Ueina de España, cualquiera que fue-
se el principe que escogiese por esposo, ha deseado siempre que re-
cayese aquella en un príncipe espafiol, juzgando que semejante elec-
cion seria la que mejOl" podria conservar las feiaciones existentes en
Europa y la independencid de esle país, y la que siendo ma~ VtrJ3,Ío-
sa para los intereses de España, tenia mas probabilidad de merecer la
aprobacion del pueblo español. La manifestacion que nc hace mucho
tiempo se hizo POI: todo;:; los partidos en favor de las pretensiones de
S. A. R. el príncipe don Enrique, y el carácter varunil é indepen-
diente de este príncipe, junto, debo decirlo, con las objeciones hechas
por personas en esta corte. com peten tes para hablar de semt'jan te
materia respecto de S. A. R. doü Francisco de Asis, indujeron al go-
pierno británico á creer que don Enrique podia reunir mejor que
ningun otro candidato, las cualidades que era de desear adornasen
a\ consorte de la reina Isabel, y esta opinioD pudo expresarla. como
un amigo puede dar un consejo á otro amigo sobre una materia im-
portante.




DEL ULTlllO BORBON Di ISl'AÑA. 853
»No puedo afirmar lo que ha podido pasar en semejantes conver-


saciones; pero la protesta formal que be presentado de parte de mi
gobierno, las notas que yo mismo he escrito al Excmo. sE'fior mi-
nistro de Estado de S. l\I. C., en las cuales no ha sido de ningun
modo cuestion de S. A. R. el infante don Francisco de Asfs, y esta
sencilla narracion, justifican plenamente, me parece, su creerwia de
usted de que la oposicion hecha por mi y por el gobierno de S. }1. B.
se referia únicamente al casamiento de S. A. R. la Infanta; y sea lo
que quiera lo que en contrario se diga. tengo la satisfaccion de ma-
nifestar, con la confianza de una persona que sabe que su lenguaje
es el de la verdad. que el gobierno de S. M, B. verá con gusto la
eleccion que se ha hecho de un priocipe espafio!; y si este príncipe
sobre el cual ila recaido abora la eleccion de S. M. C., corresponde
á la opinion que se manifiesta ahora en su favor, l' obra con los
sentimientos propios de la sangre que circula por sus venas, es de-
cir, como príncipe real y verdadero espanol, demostrando amor á la
libertad, respeto á las leyes, y una firme adhesion á la indepen-
dencia de este pais, no solo será mirado con justa y favorable sim~
patía por el gobierno británico, sino que reunirá á su alrededor la
aprobacion afectuosa y ardiente de todo el pueblo inglés, que mira
á los espat10les como hermanos, con quienes compartió los peligros
y las glorias de la guerra, como aliados con quienes ha estado Eiem-
pro ansioso de cultivar las amistosas relaciones de paz, como hom-
bres dignos de gozar de los beneficios de la libertad y de la indepen-
dencia, y por último, como amigos á quienes, como usted puede ver
por esta comunicacioD, puede su representante hablar con sinceridad
y sin rebozo.


»Con este motivo tengo el gusto de ofrecer á ustc-d las segurida-
des de mi distinguido aprecio y amistad, quedando su muy atento
servidor Q. B. S. M.-B. L. Bulwer.-Madrid 21 de setiembre
de 184:6.»




CAPiTULO el.


SUMARIO,


Manillcsto de lHonlemolin á los espaiíolcs,-I'royec.tos de erenr mOllarquías en Améri-
ca,-La quinta ímpugnada por Orcose y Pcralta,-Juicio de aquella polilica por
un periódico inglés,-Fl'io recibimiento (Iue se hizo en Madrid á los príncipes
1'1'<1ncc50,,:, --~\ rlltulr¡ del Es¡¡nií r)/ soJJl'C la oprl'~ion de In prensa,


l.


La fuga de MontemoJiD; en aquellas cirCUDs(ancias era un misterio
que nadie sabia explicarse, atribuyéndola unos á planes de Luis Fe-
lipe y otros á sugestiones de Inglaterra. La verdad es, que comió el
dia 1 ~ con las autoridades francesas del distrito en que residia, y el l' por la noche salió para Orleans despues de haber publicado un
manifiesto á los espafioles, entrando el 16 en Londres donde debían
reunírsele algunos de sus adeptos.


En la proclama hablaba del desenlace matrimonial, de su deseo
de conciliar á los partidos, y de que sus esperanzas habian quedado
burladas.


He aqui algunos párrafos-de ese documento histórico.
«(Espaiíoles, el momento que con tanto cuidaJo he procurado evi·


tar á costa de vuestros sacrificios y de los mios, ese momento ha lle-
gado por fin; seria una desgracia para vosotros, y un borron para


. mi, el ser hoy menos que lo que fuimos hasta ahora en la opinion
de Europa.




»No conozco partidos, no veo mas que españoles. todos capaces
de contribuir poderosamente conmigo al triunfo de la gran causa que
la Providencia divina me reserva. Os llamo, pues, á todes á mi, es-
pero en todos, de ninguno desconfio. . ,o,.


»La causa que represento es justa.., ninguD obstáculo debe impe-
dirnos sarvarla; el triunfo es cierto, porque estoy seguro de que
\'osotros acudireis todos á mi llamamiento, con celo, actividad y
valor.


»05 ruego y os encargo que DO penseis en lo pasado. La era que
va á comenzar no debe parecerse en nada á la precedente. Entre
todos los espai\oles debe establecerse la concordia; cesen 'los epHe-
tos de partido, y sepúltese en el olvido el odio y Jos recuerdos.


»Instituciones conformes al espíritu de la época actual, la santa
religion de nuestros mayores, la libre administracioD de justicia, el
respeto á la propiedad y á ]a amalgama cordial de los partidos; ta-
les son Jos principios que os garantizan la felicidad que anhelais.»


Esta ~vasion al siguiente día de publicar semejante proclama,
quitó por algun tiempo el sosiego á las gentes creyendo inminente
la guerra.


En realidad la Inglaterra podía tener UD elemento mas para cas-
,ligar ]a afrenta que acababa do recibir.


11.


Muchos eran los descabellados proyectos que el moderantismo se
proponia, y entre otros suscitóse durante mucho tiempo la creacion
de monarqufas en A.mérica, para colocar á los hijos de Maria Cris-
tina.


Los ambiciosos de aquellas comarcas, los aventureros que impe-
dían alJi la cODstitucioD formal de las repúblicas, colonias a/gun
tiempo de España, buscaban en la familia de Borbon recursos para
encender la guerra civiL Prometían en cambio someter á sus com-
patriotas y hacerles aceptable la monarquía para colocar a/Ji los
príncipes de dudosa procedencia.


Ros de Olano interpeló al gobierno acerca de una expedicioD que
el general Flores preparaba contra la república del Ecuador. Mu-
chos jefes y oficiales del ejército espafiol se babian comprometido á
servir en esa tentativa de conquista; y el ¡nterpalante DO pudo sa-,




85ü HISTORIA OEL REINADO
ber, porque el ministro dijo ignorarlo, al estado en que se encontraba
~I armamento de aquellas gentes ali~tadas bajo una bandera deseo·
nocida para atentar contra la independencia de un Estado con quien
se hallaba en buenas relaciones.


En esta sesion se trató tambien de UDa autorizacion para hacer
UDa quinta de 25,000 hombres, complemento natural de la que le
autorizaba para cobrar los impup.stos y cortejo muy natural y digno
del matrimoaio Montpensier., pues siempre los pueLlos deben pagar
con su sangre y con sus tesoros esos b~neficios incalculables de la
monarquía.


Los seiíores Orensa y Peralta impugnaron la idea de la quinta,
pues creian que el mejor obsequio que pudiera hacerse á los pueblos
en celebridad del matrimonio de nuestra Reina, era aliviarles de su
nuevo contingente de la contribucion de sangre.


Orense, sobre todo,demostró el,gravámen que envolvia el siste-
ma de reemplazo establecido entre nosotros. De vicioso y de inicuo
le calificó, no sin fundamento, probando que la Espalia JOantenia
uo ejército tan numeroso como el de Prusia, en un estado de paz
exterior, y de tranquilidad interior que lo hacia innecesario, cuando
no perjudicial. El díputado por Palencia indicó que era preciso me·
jorar la condicion y aliviar la SUf::rte de las clases proletarias, por-
que- á nadie se le ocultaba que las ideas llamadas socialistas iban
hacienc!o muchos prosélitos en Europa, siendo de temer que pro-
moviesen mas ó menos tarde una revolocion general, si no.se tra-
taba de precaverla con medidas prudentes y regeneradoras. Además,
habiendo convertido el gobierno á nuestra patria en un satélite de
la Francia, no veia el objeto de mantener una fuerza tan exorbi-
tante.


Poco ganó el pueblo con estas discusiones; pero Orense como
siempre se mostró celoso defensor de sus derechos é intereses.


m.


Aquel gabinete creyó asegurada su victoria por las votaeiones en
que el senado y el congreso unánimes le autorizaban para prose-
guir la dictadura, y la prensa extranjera, la prensa inglesa juzga-
ba la desatentada polUiea del gabinete espaliol y @us glorioso. triuo·
fos en estos términos:




«Sin embargo, todos los esfuerzos de los afrancesados no bas-
taron para sofocar la expresion de los sentimientos que animan á
UDa gran parte del pueblo espanoJ, y algunos hombres indepen-
dientes que han sabido levantar su VCiZ contra la conducta de los
ministros en este asunto estrepitoso.


lDCuando un lazo mantiene á cuatro ó cinco ministros cuya exis-
tencia en e r poder depende de la fuerza militar, y este lazo lo aprieta
con sus manos un diestro intrigante extranjero, bajo la condicion
de que entreguen la patria al influjo de la pl)tencia á quien sirve, á
pesar de la voluntad de la naeion y de la fe de los tratados, los ór-
ganos del gobierno francés califican esta conducta de justa, patrió-
tica y honrosa. Hab~ar de las consecuencias que ocurririan si la
ReiDa de Espana no tuviera sucesion, no ofrece DiDgun reparo; pero
atribuir á miras interesadas el proyectado matrimúDio de Montpen-
sier, se considera como cosa jntolerable, como una suposicion que
traspasa los límites de la prudencia. Conducir una negociacioo para
consumar un matrimonio entre los miembro~ de dos familias reinan- .
tes secretamente y bajo el velo del misterio para ocultarlo á UDa
poleDcia amiga, hasta el momento en que se presume que esta po-
tencia DO podrá oponerse á elJo, se llamará siempre falt:lr á la bue-
na fe de las relaciones Jnternacionales, por mas que el gobierno .
francés gradúe esta calificacion de una falta de miramiento.


»Basta ya de puerilidades. La verdad es que el senor Istúriz en
las cortes siguió la pauta que le trazara el Journal . des 'Débats del
dia 16 de setiembre, cuyo periódico anunciaba que los despachos
que Mr. Bulwer habia recibido del gobierno inglés, contenian en
sustancia la órden de no comprometerse porque el gobierno no apro-
baria su conducta. El presidente del consejo de ministros, levan-
tándose de! puesto que ocupaba, faltó á la verdad sobre el contenido
de las notas que le habia pasado Mr. Bulwer. El señor Istúriz dijo
que Mr. Bulwer declaraba en su última nota, que siendo ya públi-
co el matrimonio de la Infanta, suspenderia su correspondencia ofi-
cial con el gabinete de Madrid y esperaria instrucciones de su go-
bierno. Mr. Bulwer no aventuró ninguna expresion de este género
en la nota á que aludió el sel\or Istúriz. A pesar de todo, es de pre-
sumir que el Déhala disculpe al ministro español, y haga un cargo
á la Inglaterra por haberle desmentido.»


El periódico que esto decia, era órgano de lord PalmersloD.




S58 HISTOli.U. DEL HlHNAI>O


IV.


El día 6 de octubre, la víspera del 6. o aniversario de aquella fa-
mosa jornada en que los monárquicos sectarios de Cristina habian
invadido el palacio en son de guerra, entraron en Madrid los prín-
cipes franceses despnes de haber paseado triunfalmente desde la
frontera, gracias al celo de las autoridades y á sus buenos· (\ficios.


En Madrid fué recibido con las muestras de simpatía que reco-
mendaba el célebre tribuno Mirabeau. La ausencia de la mayor par-
te del público que acostumbra acudir á las fiestas de este género;
el sepulcral silencio de los· pocos espectadores que se decidieron á
ir á conocer á los hijos del rey de las barricadas, eran muestras 08- _
tensibles del desprecio con que ]a nacíon recibia al duque de Mont-
pensier, del odio instintivo que la raza borbónica en todas sus ramas
despertaba ya en este pueblo, que veia en 10 porvenir cernerse fa-
tídica la sombra de los Orleans, como un nuevo peligro para la in-
dependencia y para la libertad.


Ni la novedad del suceso, ni las influencias gubernamentales lo-
graron Hevar á la multitud, Di siquiera pudo organizarse á peso de
oro aquena comparsa de judíos de baja estofa que con ramas de
olivo y palmas habian solemnizado pocos meses antes la entrada
triunfal de la italiana Cristina.


El pueblo español comprendiá que en maleria de reyes, aun las
nacionales son bastante exfraños á los intereses del pais que los al-
berga; y al observar el sistema corruptor de Luis Felipe importado
á Espal'ia por los agentes de su polftica, iba á tomar en delanta rua-
yQres proporciones. Pero caballeroso é hidalgo y generoso siempre,
respetaba la desgracia y el aislamiento de aquellos dos hombres
Aumale y Montpensief que sin séquito, sin escolta, arrostrando la
impopularidad de que eran objeto se entregaban en brazos del pue-
blo cumpliendo la voluntad de los ambiciosos excitados acaso tam-
bien por el demonio de la vanidad.


Los que habian acusarlo á nuestra patria de vivir cual las ,bordas
salvajes del Afriea, pudieron comprender que en los Pirineos no co-
menzaba el Africa, sino que existia un pueblo digno, noble y va-
liente que sabia mostrarse culto y civilizado.


Excepto la policia que habia recibido su consigna y su premio




· S5tl
para vocear, solo se oyó en la calle de Fuencarra) frente al Hospi-
cio una voz que gritó: ¡Vivan los espaiíoles! Tal fuéla entrada de
Montpensier, que debió quedar satisfecho, por otra parte, del reci-
bimiento que se le hacia oficialmente.


v.


El gobierno en efecto dispuso de las tropas, da los generales, de
Jos empleados traspasando los límites establecidos: llevó su compla-
cencia hasta el punto de establecer un notable contraste entre aquel
recibimiento y el de los príncipes españoles á quienes faltaba sin
consideracion ni respeto á toda clase de atenciones. El rey de las
barricadas no pudo jamás recompensar debidamente á sus adulado-
res; pero como el eutusiasmo no se ordena, Di se puede imponer de
real órden, como la opioion pública no puede disfrazarse, aquel ga·
binete que con balagos é intimidaciones obtenía mayorías compac-
tas en el parlamento, no pudo evitar que un pueblo meridional, in-
flamable, de exaltadas pasiones, qu e se deja con mover y arrastrar por
nobles y generosos impulsos, que en otras ocasiones hervia de gozo
y entusiasmo, apifiándose en las calles victoreando y babiendo reso-
nar sus aclamaciones, permaneciera mudo, frio é indiferente al ver
atravesar á aquellos extranjeros que venian á traer la perturbaeion
á la patria. .


Montpensier era simpático, se deshacía en saludos, buscaba vilo-
res y aplausos; pero España babia sido castigada horriblemente,
gemia bajo 01 yugo del despotismo del sable Y- habia sido engañada
en sus mas dulces afecciones y esperanzas.


Diremos por último que los principes franceses llegaron á Madrid
en día aciago. La prensa fué p9rseguida con encarnizamiento, reco-
giéndose en el mismo dia de la entrada de Montpensier y en el si-
guiente la mayor parte de los periódicos.


El b'spañol ocupándose de las condiciones á que se hallaba su-
jeta la prensa por la legislacion, despues de hablar de la censura y
del sistema penal, aberracion funesta de los enemigos de la publi-
cidad, se expresaba asl:


«Esta es, sin embargo, por mas difícil que parezca creerlo, la
conducta que se ha propuesto seguir el gobierno y que aparece
comprobarla por la del ministerio fiscal en dos de las denuncias que




860 HlSTORIA DEL RElNADJ
hasla ahora van juzgadas, entre las muchas que liene pendientes el
Eco del Comercio.


»Este periódiéo se ha conformado puntualmente con el ilegal man-
dato de no poner en circulacion sus números hasta despues de tras-
curridas las tres horas, dentro. de las cuales el jefe político manda
recoger los número.s que no quiere vean la luz pública. Mas ha he-
cho. todavia el Eco, segun nos refiere; pues antes de proceder á la
tirada de sus números ha estado. en la co.stumbre de imprimir dos
único.s ejemplares, uno. de prueba, que no ha salido. de su redaccion,
y otro. para el senor jefe político, habiendo constantemente aguar-
dado aquel periódico. la espiracion de las tres horas, para proceder
á la tirada ó re,nunciar completamente á ella y dejar de publicarse
en aquel dia, segun lo ha di~puesto. la auto.ridad.


»Ahora bien: ninguno de los números denunciados del Eco ha
visto la luz pública, nioguno. de sus artículos ha podido producir el
menor dano, ninguno de sus pensamientos causar el menor trastor-
no en la opioion. Sin embargo. el fiscal que representa el gobierno
ha acusado de delito al Eco del Comerdo, y ha requerido contra él
la apliclcion de penas d~cretadas contra escritos que hubieran te-
nido publicidad. Tres han sido las denuncias del Eco, juzgadas ante
el tribunal amovible y dependiente de: gobierno. En una ha sido ab-
suelto, y en las otras dos condenado, UDa vez á 50,000 Y la otra á
'0,000 reales de mulla. No acatamos el rallo del tribunal ni el es-
piritu que lo La guiado.. Estamos considerando el sistema adoptado
por el gobierno respecto á la imprenta y las consecuencias que de él
se siguen, en un sentido puramente constitucional.


»La censura con tra la libertad; las penas modifican y reprimen
el uso de esta libertad; pero la censura y las penas constituyen una
cosa tan inaudita, que no bay n~mbre para ella, porque carece de
ejemplo en la historia de los paises libres.·


:oSi, como no es improbable suponer, todos los periódicos man-
dados recoger y que no han circulado, son sometidos al juicio del
tribunal especial y condena'(}os por este, no obstante la no. publica-
cion de los e~critos, las multas que pesarán en breve sobre los pe-
riódicos de la corte subirán á un capital muy superior t no solo al de
las fianzas de lodos les periódicos de la oposicion, sino probable-
mente á sus recursos.


»Y téngase en euenta que el párrafo 3.0 del articulo !. o del de-
creto dado en Barcelona en julio de 18'5, y por el que se abolió el




DEL ÚLTIMO BORBON DI iSPAlU .. 861
jurado y se completó la esclavitud de la imprenta, ha previsto y
prohibido el caso de que se promuevan suscriciQnes para venir en
auxilio de las multas impuestas á los periódicos.


»En presencia de semejante e-stado de cosas los mas optimistas no
podrán menos de confesar cuán precaria tiene que ser de hoy en
adelante, si el pais no le viene en ayuda, la última de las garantias
constitucionales, el único decreto en que habia venido á refugiarse
la defensa de las instituciones y de las leyes, impotentes ya para
poner coto á un género de absolutismo que no descansa en princi-
pió alguno, y cuya existencia es la derision de todos los principios,
el desafío mas completo queiamás se ha hecho á la opinion y á la
conciencia del pais.»


rO,'!) 11 lO!)




CAPITULOGtl·


SUMARIO.


Matrimonio de Isabel y su hermana.-Gracias que se concedieron.-Triunfo de la
influf1ncia francesa en España.-Se prepara el gobierno español ¡\ ayudar la reac-
ciuu en Portugal.-Artículo del Español dirigido á la Reina.-Opinion de Lamar-
till(l sJbre el célebre enlace.-Persecucion de la prensa.-Sucesos de Portugal:
proclama de la Junta revolucionaria de Oporto.


1.


LI~gó por fin ellO de octubre, cumpleaftos de IsabeJ, que JJ6va-
ha tres anos de mayoría y diez y seis desde su nacimiento. Su her-
mana contaba apenas catorce años.


En tal estado celebraron su matrimonio respectivamen te con ar-
reglo al ceremonial fijado de antemano. Las cárceles, los presidios
se hallaban atestados, en el extranjero consumían lentamente su
vida multitud de ciudadanos espanoIes que habían levantado á Isa-
bel defendiéndola contra la agresion de los absolutistas que la ro-
deaban. Urbistondo mandaba entonces en las provincias Vasconga-
das; los curas y frailes cODsbjeros de don Carlos habraose trasladado
al palacio de Isab!'l; una monja impúdica que l)osteoia relaciones
intimas con su confesor era recibida con agrado en la regia cámara.


Todo eran contrastes; ~odo eran misterios; la corte de Isabel,
reina constitucional, en nada diferia de la corle de un monarca ab-
soluto. .


Pero los reyes cuando. llegan ciertas ocasiones, como cuando en




DBL ULTlMO BOlUlON DE ESPAÑA. 863
8q~el dia significan una solemnidad en la, vida doble bajo e~ punto
de vista de recordar: Ia,entrada~ e,n el mundo, y el PtlOto de,'partida
para una evolucion nuevos désPo,tas y v~rdugQ~, suelen, mostrar
ma;gnanimidad y nobles sentimientos.


Isabel nada quiso, recordar, nada quiso olvidar. AsistiÓ al acto,
p~ro es dudoso que se fijase en lo que hacia ni en las consecuen-
cias que debían surgir.


La nifia Luisa fué entregada brutalmente á los capr.i~~o~ d.~, un
desconocido, á quien ap~nas. ~altia ~isto cu~tr,o v~e.$ a~te$ de ha-
Jl~rsfl encadenada ~ajo su yQgo.


N,i una, lágrim,. s~ enjugó; pero en cambio llovieron sobre la lur-
ba d~. cOQquistadores 18$ gracias, las distincione$, los honores, lru;
recompens~.


La conspiracion fraguada en las Tullerfas desde el 3'1 aJ· 4;3., p~­
ra derrocar en Espatla la libertad y matar la independencia, habia
tenido un éxito completo.


El partido. de los extr~Djeros, el partido de Cristina, el partido de
los Orleans habia triunfado. No habia podido p!'ostituir á Monte-
molia que desechó las proposiciones que se le hacian; no h~bia
logrado manchar con la nota de traidor al débil dOD Enrique; no
habia hallado eco en ningunl pl\rciaJidad, p~ro pudo compr~r dos-
ciento~ dip~~dos. J ot(OS ~ntos senadores, PQ~O f~scin~~ ~l ~jérQito
cop lo~, d3bere~ de la orde~anza, y bllUÓ. cÓ[Il,plices werc~D,ar,os ~n:
tre 10& fra~lrls y los banqueros, esa d·¡bJe lepra de' la ci~ili~acion
moderna. Asf pudo imponerse; asi pudieron Luis Felip" y sus mi-
nistros llegar á disponer de los destinos de Espana.


11.


Se temia á la Inglaterra. El parUdo fraQeés querill¡ desconcer4.\rla
á todo trance.


En Portugal á pesar de las alharacas y amenazas del gobierno
español que habia cerrado las fronteras I,lmenazando COIJ la iQy,a-
sioo I seguía el ministerio y Ja sÍtulcion creada por la voluntad po-
pular en odio á los Cabralislas.


Era preciso á todo traoce cQmplelar la ()br.~. Y los cOllspiradores
del Sena, y los intrigantes miserables del Manz~nares, rraguar~)Q un
molin en Lisboa sublevándose algunos cuerpos del ejército que echa-




864 HISTORIA DEL REINADO
ron abajo el ministerio, firmando una proclama los nuevos minis-
tros que autorizaba tambien la Reina en que se hacian promesas
hipócritas y amenazas ridicu,Ias.


El ministerio Palmella fué preso, mientras los conjurados realiza·
ban su plan. Pero el coronel Vasconcellos y algunos otros patriotas
lograron fugarse y armar algunas partidas que constituyeron el nú-
cleo de la resistencia á la reaccion.


El Heraldo, al dar cuenta de estos sucesos se lisonjeaba de que
establecidos en bases sóhaas y duraderas gobiernos conservadores ell
Francia, España y Portugal, podrian presentar una barrera conti-
nental formidable á los que halagando en la apariencia mezquinas
pasiones quisieran introducir en el seno de nuestro país el gérmen de
los desórdenes que destruin"an nuestra paz, nuestra prosperidad y
nueslra nque:a.


Por esto se puede comprender el carácter del movimiento que se
iniciaba en Portugal.


El gobierno espanol dispuso que las tropas volviesen de nuevo á
la frontera, mientras iban sublevándose contra la situacion impues-
ta al pueblo de"Lisboa todas las poblaciones de importancia.


El ministerio Mon se preparaba á proteger la restauracion, á in-
tervenir directamente en los asuntos interiores de Portugal, llevan-
do su auxilio sacrilego á los tiranos que querian explotar como pe-
culio propio el presupuesto de aquel pais. No le bastaban los crf-
menes cometidos en Espana, necesitaba aun hacerse cómplice de
nuevos atentados. •


.111.


Aquella boda que debió inaugurarse con la amnistia como prenda
de reconciliacion para los· partidos, fué por el contrario causa de
muchas persecuciones.


El Eapañol al dirigirse' á Isabel en el dia de su cumpleafios, de-
cia entre otras cosas:


«Senora, os han puesto una venda fatál delante de los ojos para
que no veais el estado del pueblo. Pensais que vuestros súbditos,
vuestros hijos, mas bien, que han hecho tantos sacrificios por vos,
tienen seguridad individual, y ciudadanos inocentes, indefensos, son




DEL ÚLTJMO BORBON DE ESPAÑA. 860 .
trasportados fuera de su hogar, ó son desterrados de su dulce
patria.


»Pensais que despues de terminada la lucha civil no es el poder
militar quien domina, quien impone las leyes; pensais que para ba-
ceros obedecer de .unos súbditos que os aman y que ban dado la mi-
tad de su existencia, no necesitais mas que dejar oir vuestro. acento;
pero los que os rodean os hacen el agravio de no creer en la per-
suasion de vuestra palabra, en la omnipotencia de vuestro manda-
to, y vuestras órdenesr senora, se imponen por la fuerza de las
armas.


»Pensais, sin duda, que vuestros mas fieles servidores, los que
han colocado mas de una piedra para reconstruir un trono amasado
con su sangre, son considerado. s por el gobierno; y el ser liberal,
senora, el haber sido defensor vuestro, es casi un motivo de perse-
cucion ó de recelo.


»Pensais que la Coostitucion que Vos, de acuerdo con las cor-
tes nos babeis otorgádo, es fielmente observada, y' el primero que
infringe la ley fundamental todos los dias, en menosprecio vuestro
y en menosprecio de la nacion, es vuestro gobierno.


»Pensais que la imprenta que tanto ha contribuido á la defensa
de vuestra causa, la imprenta que extienda las ideas civilizadoras,
y va todos los días arraigando el trono constitucional, es respetada
siquiera como la única garantía que ha quedado á los pueblos, y la
imprenta, senora, está sufriendo una previa censura contra vuestro
expreso mandato, la imprenta está pagando delitos que no comete,
la imprenta sobre vejada está calumniada, la imprenta no dice toda
la verdad, y vuestros consejeros no consienten que se os diga sino
lo que les conviene que sepais, y la escasa verdad que se escapa
por entre los resquicios del claustro en que la tiene sepultada el
gobierno, esa escasa verdad, setiora, quizá no ha llegado hasta Vos.


»¿Pensais, senora, y es el mayor crímen de vuestros consejeros,
pensais que vuestro pueblo es rebeldf,l, es indómito, es turbulento,
que 00 merece ser libre, que está dispuesto á rebelarse, y que es
preciso que viva con todos estos grillos, con toda esta opresion para
que viva en paz? Senora, os engañan: vuestro pueblo os ama, es
fiel, es leal... Hablad, senora, hablad y vereis si os seguimos. Mos-
tradnos el peligro, y veremos quién se precipita á él mas pronto, si
vuestros consejeros ó nosotros.»




DISTORIA DIL RIIN.UO


IV.


Lamartine, el célebre poeta, decía refiriéndose al célebre enlace:
«j Extraila politica, la que abandona por espacio de diez ariOs Í\


Espaila, á susealamidades, á su deseomposicion, á su diluvio de san·
gre civil, á su subordinacion á Inglaterra, á las oscilaciones terri-
bles. que oerribaroD sncesivamente el trODQ y la Jiberlad, y qU9 la
reclama de pronto justamente en el dia en que brilla en un falso ho-.
rizonte, no sé qué eventualidad matrimonial! .


»Eo este critico momento dispierta la adormecida politica del ga-
binete francés, SGS consejeros cobran audacia. y su prudencia se des-
miente. No arrojó Sislo V con mas resolucion su muleta el dia en
que creyó lograr el objeto Ile su ambicioD, que arroja á susespal-
das el consejo de ministros la pluma con que ha firmado en los úl-
timos quince ailos tantas condescelJdencias á Inglaterra, tantas de-
ferencias á Europa.


»óLo hace por consideraeion á ventajas verdaderamente france-
sas? Veámoslo.


-La revoluoion de julio tieDe dos. sentidos: la libertad y la paz.
o Al pnebloque babia conquistado la primera tocaba velar sabre ella


y desarrollarla. ¿Lo hl\ hecho así? Este es uegocio suyo. Si la c(\r-
rompe ó la pierde, á si mismo debe echarse la culpa En euanto á
la paz, á la prudencia y habilidad de su gobierno tocaba conservar·
la y consolidarla sobre las mfljores bases posibles, es decir, sobre
intereses mutuos bien entendidos y bien ligados entre las grandes
potencias, sobre un equilibrio europeo en que ]a Francia tuviera todo
su peso natural, y en que el honor nacionJll tuviese toda su esCera
y toda su dignidad.


»Tal vez nos equivoquemos, pero hablamos de buena fe: siem-
pre hemos elogiado y elogiaremos siempre al gobierno de julio por
no haber abierto en 1830 la mano que con tenia ]a guerra europea
y todos sus estragos. Siempre hemos dicho y siempre diremos: «Si
este reinado tiene un titulo en el porvenir, será el ,\tulo de reioado
de la paz.» Y en nuestro sentir es el mas hermoso. La sangre brilla
mas en la historia, pero mancha; además la guerra y la libertad se
excluyen. El tiempo vuelve las espaldas á la guerra y marchl há-
cia la libertad. Hemos, pues, aprobado en general todos los actos




DEL ÓLnMOBOR!Oft ¡DE ¡ESPAÑA. 867
de moderacion y de prudencia de la política de julio, excepto dos:
el olicurecimiento vergonzoso y ruinoso de Francia en 1839 y lO,
cuando la cuestion de Oriente, en que tres ministros franceses con-
secutivos arroja!"on el Mediterránto y el Oriente enteros en manos
de nuestros rivales insulares y continentales, y la DO intervcncion en
Espafía de 1836 á 39. cuaudo la contra-revolucion, la anarqufa y
]a dictadura militar anonadaban bajo nuestras propias manos la li-
bertad de una nacion, y la nacionalidad de un pueblo á quien de-
bía mos socorrer por dos razones: por razon de humanidad, I y por
razon de·la li~ertad. La Europa nos desafiata á bacerlo; debióse ar-
rostrar su enojo y obrar entonces. La causafera digna, el derecho
evidente, el ocrviciodesinteresado: Francia hubiera conquistado por
)as armas la actitud de que carece en Europa y que no. ha; teaido
ocasion de ocupar desde 1830, circunstancia que le hace· pesada la
paz .


• Obsérvese ahora que tratándóse de la doble causa del interés, del
derecho y de la dignidad nacional, el gabinete francés se bizo el pe-
quéfi!}, y no se arriesgó á niDguna de esas gloriosas temeridades;
abandonó á Espalia al grito de «sálvese quien pueda' » Tuvo, como
vulgarmente se dice, las contras de sus buenas cualidades;·fué débil
á fuerza de 3er pacífico. tímido á fuerza de ser prudente. Compró
la alianza inglesa, algo destruida por los esfuerzos'oontrarioshechos
en 18{0; con humillantes concesiones en Asia" y\'en "'Olr8S\pértes.


»¿Qué deduciremos de aquí? ¿Que la nacion y,"la dinastla son ra-
(Hcalmente IDcompatibles? ¿Que' es necesario 'separarlas violenta-
mente una de otra, si DO se q·uiere que'la una acabe de absorber ála
otra, ó que perezcan ambas ahogándose en un abrazo mortal? No:
conocemos ias dificultades extremas, pero no declaramos la imposi-
bilidad siniestra de lll" coexistencia de lamonarqu'a hereditaria c(Jn
la nacionalidad soberana y la politica nacional de Francia. Mas' si
estaeoexistencia que quiso establecer la 'revolucion de julio y que,
como nos complacemos en esperar por el ,descanso ,de Jos pueblos,
es posible. no loes, mas que con una condicion;, á saber :' que el
espíritu de familia y din8s:tia se borre y desaparezca· completamente
ante el 'espIritu y aote el ¡nteré-s·nacional (oronados por'larevoln-
cion t' Ó que el espiritu y el in terésDacional desaparezcan yse sub-
ordinenante los pensamientos y ambicioaesde famUia. Solode esta
manera habrá :paz .


., A bora, pU('s, 6eo; fIlvor de :quiélJest8is' eo: estaeoestioD, como




868 HISTORIA. DEL RlUNADO.
eo todas las de Francia? ~Cuá! de los dos intereses quereis que se
sacrifique~ ~Elde Francia? Felicitad al gabinete de las Tullerías por-
que ha casado á un hijo del rey. ¿El de la dinastia? Afligios é in-
quietaos con nosotros porque el gabinete de las Tullerlas ha rela-
jado las alianzas de la revolucion, compromelido á Francia, aven-
turado la paz, sembrado rivalidades, cebado la guerra civil en Es-
pana, amontonado nubes sobre el continente, ennegrecido el porvenir
y sacado la espada diplomática, no por una causa, sino por un dote ...
de dificultades.


»Este dote pesará tanto sobre el gabinete de las Tullerfas como
sobre el porvenir. Toda la euestion se caracteriza para nosotros con
dos palabras: una temeridad desgraciada y un fasgo de atolondra-
miento iluso.»


v.


Aquella boda habia llegado á ser un acontecimiento europeo. Torlo
eran temores; todo eran angustias, y las fiestas con que se celebró
pasaron casi desapercibidas ante los siniestros vaticinios que podian
hacerse á consecuencia del estado tristisimo que habían creado las
ambiciones desordenadas.
- El Eco del Comercio, como toda la prensa, venia perseguido in-


cesantemente, y su redaccion tuvo que dirigirse al público dando
noticia de su muerle violenta. ClSe nos han cerrado, decia, todas las
puertas. Nuestros artículos no publicados se denuncian y condenan.
La Audiencia territorial ejecutoria los fallos, y lo que es mas, nos
multa por los recursos de nulidad que interponemos. Nada esperá-
bamos y nada nos sorprende;' todos hemos quedado en evidencia.
Desde hoy abandonamos el campo; desde hoy puede el tribunal es-
pecial, que tan bien nos ha tra lado, tener por desiertos los. estrados
del foro, y por excusados los emplazamientos y fórmulas de trami-
tacioo, pues no queremos que se pierda en el espacio la elocuente
voz del ilustre jurisconsulto que con tanta conviccion . como maes-
tria ha hecho ver basta aqut nuestra inocencia. Tras de este tiempo
vendrá otro en que la opinion y la historia hagan justicia á cada uno
de los que juegan é intervienen en tales negocios. Nosotros espera-
mos una época que en nada se parezca á ]a que atravesamos. Eo-
tretanto, y hasta que vuelva á ver la luz pública nuestro perseguido




DIL ULTltiO BORBON DI ISPA.ÑA.. 869
periódico, rogamos á ustedes se sirvan dar cabida á esta declara-
cion. »


Al par que esto sucedia se retrasaba la publicacion de la amnis-
tía, y cuando llegó á darse apareció en toda su desnudez la deplo-
rable torpeza, el cinismo de aquellos hombres que hablaban de con-
ciliacíon, de nuevas eras de ventura, de reparacion Y olvido. Olvi-
do, sf; olvido de los beneficios que recibieran euando se llamaron
liberales! cuando Be deciaD defensores del sistema representativo.


VI,


El cambio verificado recientemente en Portugal se debia á la in-
fluencia de tres personajes, de don Fernando Coburgo, marido de la
Reina, de su maest.ro antiguo y consejero el alJman Dietz, y del em·
bajador de Francia.


Por medio de los agentes Cabralistas que tenian en alarma al
pais. y con anuencia de la corle espaflola, obtuvieron la roopera-
ciaD de} duque de rerceira, é instaron á la Reina para que sancio-
nl\~tl el pIaD concertado por ellos. Hubo de resistirse al principio,
pero cedió á las instancias de sus nuevos consejeros.


En Oporto se constituyó el centro de re~istencia. El duque de
Terceira, nombrado lugarteniente por los revoltosos de la corte, tué
hecho prisionero por la Junta establecida en Oporto, en que figura-
ban SIl-da-Bandeira, el !Jonde das-Antas, el conde de Boncin y el
marqués de LouJé, pariente de dona Maria de la Gloria.


El Rey, que se babia hecho nombrar generalísimo, saliÓ á la ca·
beza da )a guarnicion de Lisboa eon direccioD á Oporto,


Dé aqui la prociama dada por la Junta provisional establecida en
Oporto:


«Portugueses: Los extranjeros que viven en palacio y los faccio-
sos secuaces del ministerio Cabra', han cometido el mayor de 105
atentados. Han cercado á la Reina, la ban violentado, le han arran-
cado su real firma, han preso al presidente del Consejo para exone·
rar á los ministros que tan lealmente han servido sus cargos, y han
nombrado otros cuyas intenciones bien claras están á juzgar por
sus actos .


• EI ministerio suspende las garantías de Ja libertad de imprenta,
y disuelve la guardia nacional,




870 HISTORIA DEL REINAM
»Este es el gobierno que puso en:boca de.S. M. palabras de men·


tira, y que acababa de fJrometer que la mudanza verificada DO era
una reaceion del movimiento popular! ¡ A.sí con su primera obra des·
mienten estos fementidos sus últimas palabrasl ¡Asi estos conseje-
ros dan honor á la palabra rea]!


:oDoña María 11, la heredera de 103 Enriques .y de los Braganzas,
la reina constitucional, está prisionera en su palacio en la tierra
portuguef:a.


»¡La Reina ha sido obligada! ¡La libertad está en peligro! Hay
un deber sagrado para todos; correr á las armas. ¡ A las armas en
nombre de la libertad y de la reina!


»¡Portugueses, á las armas hasta vencer! Nacion heroica y brio-
sa, alza tu brazo, y caigan tus enemigos.


lO j Viva la Reina! j Viva la carta constitucional! j Viva el pueblo
portugués! ¡Vi va el ejército nacional! lO





CAPiTULO CIU


SUMARIO.


Crisis ministerial.-Males que Francia, Portugal y España reportaron del moderantis-
mo.-DimisiOD del gabinete.-Los pt'ogresistas en la campaña electoral.-EI Cla-
mor pilblico sobre una reunion popular.


1.


En medio de los regocijos en qUd se entregaba la corte, surgió
de repente la fatídica palabra crisis, que en tre los moderados y
desde que las camarillas dominaban no tenia significado real. Lle-
góse á creer en UD;} modificacion que haciendo entrar á Casa-Irujo,
Bravo Murillo y Donoso Cortés, daría la presidencia al célebre as-
turiano reformador de la Hacienda,


Los conservadores se creían invulnerables, invencib!e3; los di-
chosos mortales' á quienes la Providencia había encomendado la
gloriosa tarea de reerlificar las sociedades desquiciadas, asentando
sobre sóJidas y robustas bases el gobierM de Jos pueblos. Ea su
orgullo ridicu]o creian ya completa la derrota de las ideas exagera-
das, declaraban concluida la mision exterminadora de las mismas,
y tomaban sobre sus hercúleos hombros con el mas noble desinle-
rés, el penoso encargo de presidir á los adelantos del espíritu hu-
mano y al desarrollo de los modernos intereses, aunque pesase á




S1! RISl'OR1A. mu:. REINAlJ •
los partidos extremos condenados á no sacar ensei'ianza alguna de
las lecciones de la adversidad. Decían ó fingian creer que los pue-
blos estaban cansados de ruinas, y que ellos eran los hábiles arqui·
tectos qua sobre los mon tones de escombros que dejara tras si el
buracan revolucionario, estaban llamados á construir el majestuoso
edificio de las libertades públicas hermanadas con el órden.


Mucho engreimiento se necesitaba en los flamantes redentores
politicos para discurrir de esta manera. Cual si formasen una secta
nueva que se presentara impecable y sin mancilla en la escena del
mundo; cual si numerosos desaciertos y grandes excesos no hubie-
ran demostrado lo absurdo de sus creencias y lo desastroso de sus
planes; cual si fueran unos optimistas que hubiesen tomado dl', to-
dos los dogmas políticos las máximas mas saludables, se recomen-
daban á la Jierra como los apóstoles de la reparacion, de la to'e-
rancia y de la tranquilidad, cuando no fueron nunca mas que los
falsos profetas de la rutna, de la venganza y de la revoluciono


Contemplando los males que habia producido la administraeion
de los seudo-conservadore, en Jos pueblos, cuyos gobiernos es!a-
ban llamados á constituir la formifiable liga continental contra el es-
piritu de innovacion y reforma, ¿qué beneficios, preguntamos, re-
portaron la Francia, el Portugal y la Espana, sobre todo las dos


. últimas de la administracion moderadd
Eo Francia, cuyo yuelo industrial y comercial reconocia otro orí·


gen, no babia hecho mas que falsear ]a revolucion de julio en sus
inmediatas y legithnas consecuencias que adulteraron y corrompie-
ron el sistema representativo hasta convertirlo eD un engai'io, que
arrojaron sobre esta nacíon tranquila en la apariencia los gérmenes
de futuros conflictos, que sujetaba y comprimia la hábil mano de
Luis Felipe.


11.


En Bspalla y Portugal la misioD de los moderados habia sido re-
volucionaria en sentido. absolutista, misioD de retroceso, de ilega-
lidad, persecuciones y suplicios. A. duras penas habian conseguido
los dos pueblos el inestimable bien de una Constitucion, y aquellos
mentidos regeneradores la habian aniquilado con sus reformas, y la
babiall destruido con sus desafueros: COD sacrificios inmensos al ...




canzaron precif¡sas conquistas sobre el monopolio y los privilegios
antiguos que el furor reaccionario de. tales bombres les arrancó para
resucitar instituciones perjudiciales y desacreditadas. Cún un des-
precio cinico de todos los principios, con un atropello violento de
todos los derechos, los temerarios que entonces pretendian usurpar
el titulo de reparadores, conmovieron en sus cimiefitos los dos pue-
blos, rompieron el freno á las pasiones apenas calmadas, lanzaron
en los extremos á los partidos políticos, y abrieron ancba puerta á
la revolucion y á Jos trastornos. ¿QM babia sido su miserable exis-
tencia mas que una serie continua de agitaciones, peligros y catás-
trofes? Aquellos movimientos abogados en lágrimas y en sangre,
aquellas quejas coda dia mas fuertes y legítimas, aquel descontento
que crecia por instantes, aquella alarma que cundia con asombrosa
rapidez y as! atosigaba al rico como al pobre, al grande como al
plebeyo, aquella inquietud, aquel malestar que sufrió la nacion por-
tuguesa y que se nos habia impuesto, ¿DO eran la prueba infalible
de que eorriamos en direccion contraria al camino de la justicia, del
desagravio y del sosiegú~


No eran estos los caractéres de los partidos y de los gobiernos
reparadores. Cuando tras largas revueltas y triunfos populares, las
naciones buseaban el reposo en el seno de la paz, las reformas que
ganaran con su valor y sus sacrificios, no lo encontraban echándose
en brazos de hombres fanáticos y reaccionarios que les arrebataban
sus conquistas y que erigian en sistema la arbitrariedad y la fuerza.


Se ecbaba de menos ya, y hacia pocos dias que se ce~ebrara el
doble matrimonio, la poderosa alianza de los Estados constitucio-
nales que babia creado la Bélgica spsteniendo en España y Portugal
el sistema representativo.


Los gabinetes de San Petersburgo, Viena y Berlín se alentaron á
combatir de frente, y el duque de Burdeos se casó con una archi-
duquesa, mientras quedaba extinguido, contraviniendo á las termi-
nantes estipulaciones del tratado de Viena, el último vestigio de la
Racionalidad polaca.


111.


y )a tan an uDciada crisis llegó por fin á ser un hecho.
Las cortes fueron cerradas, y entre otros el sefior Pacheco que-




814 HlSTORlA DEl. RMNADO
fiendo hacer alarde de su independencia puritana y viendo en aquel
ministerio un verdadero peligro para la conservacion del órden I UD
obstáculo para la era nueva, se decidió á renunciar la fiscalía del
Supremo tribunal de Justicia, que sin consultar la voluntad de Isa-
bel fué ac~ptada por el consejo de ministros. Presentóse el de Gra-
cia y Justicia con el decreto, y la caprichosa soberana, fuese por
inspiracion ó por consejo, se negó á firmarlo, viéndose precisado el
sellar Caneja á enterar á sus compaiíeros de aquel contratiempo.


Ellos consideraron el asunto' de tal importancia que merecia ha-
cerlo cuestion de gabinete, y se presentaron en cuerpó á ofrecer Sil
dimfsion.


Isabel oyó esta manifestacion sill alterarse, ni mostrar por ello el
menor indicio de desistir del pensamiento que motivaba la salida del
gabinete, y contestó á los individuos de este lo que en semejantes
casos dicen los reyes constitucionales, y que enuivale á una acep-
tacion formal de la dimision ofrecida. .


Los ministros salieron de palacio á las once de la noche en aqueo
lla disposicion de ánimo que no deja duda á los consejeros de la co-
rona de que han perdido la confianza de esta.


Fué llamado el marqués de Viluma, y segun los mejores datos
desaprobaba la variacion del gabinete en tales circunstancias.


Instruida Cristina del suceso en la misma martana tuvo una con-
Cerencia con su hija, y despues acudió á palacio el conde de Bresson,
quien tuvo que esperar largo rato antes de lograr entrada en la real
cámara. La audiencia del embajador francés Cué bastante prolonga·
da, y no se Ha limitado la intervenciün del conde de BressoD en este
asunto á su conferencia con la .Reina: tambien quiso hablar y habló
en efecto con su esposo haciendQ los esfuerzos para salvar el mi-
nisterio.


Ioterin duraban estas negociaciones en fávor de hombres que evi·
dentemente habian perdido la confianza de palacio, las mismas in-
fluencias trabajaban sin descan~o cerca de los ministros para que
no insistiesen en su dimision, habiendo logrado que se presentasen
de nuevo en 12. real cámara, y con protestas de lealtad y celo pro-
curasen conjurar la crisis.




DEL ULTUIO BORBON DE ESPAÑA. 815


IV.


Como la campaña electoral se'acereaba, los progresistas que ba-
bian perdido en el terreno de la fuerza sus medios y su cohesion;
que acababan de dar un trist~ eje;nplo, aventurando el Espectúdor la
idea de que Serrano, LOtJt:z y Caballero, y por lo tanto otros mu-
chosno pertenecian al partido liberal avanzado, decidieron reunirse
para contarse y reanimarse. Se congregaron llamados por la prensa
el dia 5 de noviembre en el salon de) Museo, donde acudieron hasta
unos mil, mostrandJ á sus ad rersarios que á pesar de las persecu-
ciones y del ostracismo á qac viviancondenados, encerraban aun
elementos de vitalidad, porque el partido popular vivificaba j daba
animacion frente á-los parUdos reacciünarios á los antiguos jefes del
liberalismo.


Ordaz A.vecilla, el que mas adelante habia de ser uno de los ver· .
daderos iniciadores del partido republicano espdiol, el infatigable
escritor revolucionario manifestó de un modo claro y conciso el ob-
jeto de la reuníon, y los medivs ideados por los autores del pensa-
miento para que se cumpliese el fin de que el partido progresista
tomase en las elecciones la parte digna y activa que le correspon-
dia. Estos medios eran la organizacion de una mesa que dirigiese
la discusion. cuyos individuos designaran diez electores de los pre-
sentes, que á ~ll ,"ez propusiese·n á la asamblea los miembros de
UDa Junta general directiva para dar impulso á las elecciones en lo-
dos los distritos.


Disuelto, perseguido, fraccionado basta lo sumo el partido popu-
lar, debía aprovechar la primera ocasioD que se le presentaba para
procurar su organizacion.


Acogido por la reunion el primer extremo de esta propuesta,
fueroll designados para presidente Tenorio, y para secretarios Lu-
zaró y Galvea: Cañero, que ocuparon sus respectivos asientos. .


Tratábase de º-esignar )a comision nominadora, cuando ,por al-
gunos,de los concurrentes se i[¡dicó la duda de si la Junta estaba ó
no conforme en que se tómasé parte en eleccion. Gomez de la Mata
reclamó este acuerdo previo, y en. igual sentido se presentó una
proposieioD del mismo ~Iector y de lr,s .;¡pl'iores topez, Monti,jo y




876 HlSTüRIA DEL REINADO
Robledo, CORde, Gonzalez y Montejo, para que .e resolviese ante
todQ esta cuestion, y en caso afirmativo se adoptasen ciertas me-
didas.


Abierta discusion usaron de la palabra varios electores, entre ellos
el conde de las Navas y Madoz, quienes merecieron grandes aplau-
sos por sus conceptos. De notar era que ninguno de los preopinan-
tes combatiese el designio de tomar parte en la eleccion, acuerdo
que se adoptó por unanimidad de votos. • .


Orillado este punto, se suscitó un largo debate sobre si se nom-
braria una Junta general directiva de las elecciones de toda Espa-
Ila. Muchos fueron los electores que hablaron sobre el particular,
ilustrándolo con juiciosas y atinadas observaciones. Entre otros Oro
daz Avecilla, Fuentes (don Juan José), Zafra, conde de las Navas y
Madoz que luvo la fortuna de fijar clara y brevemente la cuestion,
logrando el asentimiento unánime de toda la concurrencia.


Una vez acordado que se crease la Junta, hubo diversos parece-
res acerca de la manera que debia adoptarse para su eleccion. Ul-
timamente prevaleció la idea propuesta al principio por Ordaz Ave-
cilla, de que la men designara diez individ uos dE' los presentes, que
propusieran á la reunion para que esta aprobase los miembros de
la directiva. En consecuencia se eligieron por la mesa los seftores


. Merino (don Vicente), conde de'las Navas, Lerin, E~e(}ríal, Gaseo,
Fuentes, Avecilla, Estrada, Mendialdua y Sagasti.


Retirados estos á una pieza inmediata despues de habérseles au-
torizado para que- decidiesen el número de vocales de que debia com-
ponerse la Junta directiva, acor~aron no proponer á ninguno de en-
tre ellos mismos, y vl)Jvieron al poco tiempo sometiendo á la reunion
la lista de las personas siguientes, que sin oposicion alguna fueron
acogidas oon muestras inequívocas de aprecio: don Alvaro Gomez
Becerra, don Manuel Can!e-ro, don José Landero y Corchado, don
Evaristo San 'Miguel, don Francisco Serrano, don Mariano Carsi,
don Claudio Anton de Luzuriaga, seftor marqués de Camacbo, don
Pascual Mudoz, don Pedro Beroqui, don Antonio Tomé.y Ondarre-
ta, don Matías Angulo, don Vicente Sancho, don Fernando Corradi,
don Agustin Fernandez de Garnbo3, don Eusebio Asquerino, don
Francisco Lujan, don Rafael Almonaef, don Ramon Crook, don Do-
mingo Velo, y don Ramon Calatrava.




DIL tJLTfMO BORBON DI ISlA"!. 8"


v.


Aquel era el primer acto despues ele UD largo interrego.o én que
revelaba su existencia la gran masa liberal. Desde )a ejecucion de
Zurbano y los sangrientos episodios de la iwmrreccion gallega, el
partido como tal no habia dado saJiales de vida, agotado por las de-
cepciones y por la incesante persecueWn.


En 31 de octubre habian sido disueltas las cort~s convocáudose
para ~l !!a de diciembre.


El gobierno no babia pernútido reuniones electoraJelS, pues como
recordará el lector, fué negada la licencia .que $plicitaroQ en Madrid
algunas persOJlas influyentes.


Estas habian sido co.ofeeeionada.s b. gustll de IflS autorjd~de,s, .que
espe,raban 'Obtelll~r la saneion d~ todos sus . .Q.tr.op.ellos sjrvlendo á .
aquel gobierno corrompido y corruptor, á aquella corte prostituida
y tiránica;


¿Podian esperar un triunfo los hombres que se congregaban para
aquella desigual pelea en que ellos se presentaban inermes como
blanco al fuego de sus enemigos, bien parapetados y dispuestos á
la batalla? '


Juzgando ese acontecimiento, ocupándose de la reuníon á que nos
hemos referido decia el Clamor público:


«Cada partido tiene su bandera, su política y su carácter espe-
cial. En unos predomina el espíritu de aduIacion y de servilismo,
propio de cortesanos: otros obran movidos por una especie de su-
persticion fanática. Los bay que nada saben hacer sino entre tinie-
blas, confiando siempre el éxito de su causa al fraude y á la intri-
ga. y no faltan algunos para quienes la publicidad yla franqueza
son el alma de las mas fecundas acciones. En el número de estos
figura el partido progresista, á quien siempre le agradó combatir á
la luz d.el dia, en campo raso, y cara á. cara con sus enemigos. Ge-
neroso y magnánimo, desdefta el uso de esas armas vedadas que
forjllo en silencÍo la perfidia y la traicion para herir impunemente
á los objetos de su saila, manifestándose en todos tiempos mas dis-
puesto á perdonar las ofensas que á vengarse de sus agresores. Aun-
que perseguido, diezmado y víctima de la opresioo, su aliento so-


TOMO U. 111




878 HISTOIUA DEI. REINADO
breviv( al infortunio; y nunca, nunc(se apela en vano á su pa-
triotismo.


»Hé ,a.'Jof otras reflexiones que, además de las expuestas, nos ha
sugerido la reunion popular celebrada el jueves último en el Museo.
Tan pronto como se hizo un llamamiento público y solemne al par-
tido Jíberal para que saliese de su inacoion en obsequio de ]a gran
causa que defendemos, los resultados dejaron satisfechas y colma-
das todas las esperanzas. Compactos, unidos, llenos de abnegacion
los hombres del progreso constitucional, acaban de dar una prueba
e10cuente de' que saben sacrificar los resentimientos y las afecciones
de su amor propio en las aras de la patria, cuando lo exige la sal-
vacion de Jos principlos. Aun cuando de ]a resolucion adoptada so·
bre tomar parte en las próximas elecciones, solo debieran conse-
guirse el acuerdo unánime y ]a union que reinó en el recinto del
Museo, cuyos saludables efectos se extenderán á las demás provin-
cias de la monarqufa, nadie negará que habremos dado un gran paso
en el camino de nuestra regeneracion. El partido r,atlcés recibió el
jueves un golpe de muerte.»


-'~._----




CAPiTULO C1V·


SUMARIO.


Manifiesto del partido progresista.-In!1 uencÍa del gobierno francés en la política es-
pañola.-Continuacion de la crisis ministerial.-Artículo del Español.-Asunlos de •
Portugal.-Artículo del Clamor sobre la crisis y las elecciones.-Bajezas del in-
("ntc don Enrique.-Programa electoral de Asqucl'ino.


I.
.


El despertar des pues de un profundo letargo daba al partido pro-
gresista cierta influencia en la opinion, 'y sus adversarios aun sa-
biendo -que era un cadáver llegaban á temer que pudiese alcanzar


, algun triunfo.
La organizacion, la union de los dispersos elementós, ese y no


otro podía ser el trabajo de las juntas electorales que iban estable-
ciéndose en Madrid y en las provincias para dar unidad otra vez al
partido, harto fraccionado.


Destruida la milicia nacional, donde se concentraban y ponían en
contacto muchos de los ~Iementos revolucionarios; arrojados del mu-
nicipio, donde podían llevar la estadística y confrontar y hacer pes-
quisas sobre la confeccion de las listas, ¿cómo podian contrarestar
los hombres de ]a oposicion los trabajos, los amalios y las intrigas
del poder que en todos sentidos les dominaba?


Pero al raunirse por barrios y distritos, al congregarse á la som-
bra de la legalidad, Jos progresistas, en el momento á que vamos
refiriéndonos, hallaban un gran element(} de fuerza, y se preparaban




880 IIISTORIA DEL REINADO
para acontecimientos fuluros, volvian á encauzar y encarrilar ~us
esfuerzos á un objeto comun.


La Junta nombrada en la reunion celebrada en el Museo dirigió
su voz á los electores, y entre otros babia en el maDifiesto los si-
guientes párrafos:


«Pero si estas vienen á ser las condiciones y consecuencias na-
turales del gobierno representativo, por desgracia la intoleranoia sis-
temática de "nuestros adversarios politicos y la persecucion que su-
fre el partido progresista hicieron vano, ilusorio, J aun expuesto el
uso del derecho electoral. Ahora mismo en las presentes elecciones
han escogido á su arbitrio el campo y las armas; han aumentado
sus filas y á su arbitrio (ambien disminuido las de sus adversarios,
preparando por todos los medios una victoria que nUDca alcanzarian
en buena lid y con armas iguales ..


»La reuniOD electoral de Madrid fué tan franca como numerosa. En
ella dominó un solo pensamiento, una sola voluntad. Un ion del par-
tido liberal: tQmar parle en las elecciones: flombraruna comilion para
dirigir los trabajos eleclorales. Los nombres de las personas que me·
recieron su confianza y la cordial armonía de todos, demuestran del
modo mas evidente que las diferencias del partido liberal quedaron
borradas en el infortunio comun, y que hasta los recuerdos se han


. sacrificado en las aras de la patria. . •.
»Para llegar á los altos fines á que aspiramos, trabajaremos co-


mo )0 hicieron los que nos han precedido, y lo harán los que nos
suoodan en esta contienda, de cuyo éxito dependen la suerte de las
inslituciones y la grandeza de la nacion espaiíola.


»La juventud aprenderá en esa escuela de trabajos y sacrifieios á
conquistar el ascendi~nte que de derecho le corresponde en nuestra
regeneracion politiea. La patria espera de ella días de gloria; el par-
tido liberal no se cansa ni se gasta. Hace tiempo que combate el
sistema de envejecidos abusos que DOS legaron largos siglos de opre-
sion, SiD que nunca desmintiera la fidelidad á sus principios seUada
con la sangre de sus mártires.


»Unas veces vencedor, otras vencido, oada dia adelanta un paso
en el camino de las mejoras sociales á pesar de las trabas que in-
venta el espíritu reaccionario para detener su marcba. En el allo
de 1808 v~,iamos sujetos al yugo del despotismo teocrático y Cilil:
hoy han de6apareeido la InquisicioD, las manos muertas, los seno-
rios, los diezmos, los mayorazgos .•




DEL ÚLTIMO BORBO" DE ISPAÑA. 881


11.


La influencia del gobierno francés se hacia sentir perfectamente
sobre todos los actos de la poJítica gubernamental.


El ministerio portugués, aprovechando las buenas disposiciones
de Gonzalez Bravo, habia: solicitado formalmente la intervencion de
nuestros soldados en las contiendas civiles que provocaba 000 su
tiránico procedimiento. !


La corte de Isabel hubiera accedido sin duda gustosa á proteger
Jos proyectos del tránsfuga Saldaoha y de Maria de la Gloria; pero
el gabinete de las Tullerfas por no chocar con Inglaterra se opuso á
esa intervencion.


Asi lo declaraba el lJiario de los lJebales, órgano reconocido del
gabinete francés. Asi es como, á pesar de haberse simplificado la .
voluntad de nuestro gobierno poniendo en movimiento las tropas
hácia la frontera, y haciendo otras demostraciones aun mas com _.
prometidas, luego qUI3 llegó la órden de Francia cambió la actitud
hostil y amenazadora que antes merecia el beneplácito de Guizot,
cuya primera idea fué SiD duda favorable.


Otro hecho muy significativo fué la depo~icion del capitan gene-
raJ duque de Zaragoza del cargo de comandante genarál de alabar-
deros. Y tambien puede citarse como muestra de la degradacion gu-
bernamental el empello del embajador francés que reclamó se per-
siguiese al Tiempo y al Español por haber insertado articulos en que
apreciaban la conducta politica de Mr. de Bresson sin zaherirle ni
calumniarle.


El gobierno no rechazó; como era su deber, lan extralla suges-
lion, y los periódicos aludidos se vieron envueltos en persecuciones
poHticas cuando el embajador tenia expedito el camino para proce-
4er á titulo de calumnia ó injuria ante los tribunales- ordinarios.


111.


La llamada crisis ministerial no fué mas que una de esas deplo-
rables escenas que los caprichos de las camarillas presentaban á




88t HISTeRIA OJl. RIJNADO
menudo en aquella ridfcula farsa de gobierno representativo que los
moderados habian tenido empeno en establecer.


Un mal paso en el rigodon, una mirada indiscreta, una repulsa
dada á los recomendados del favorito baslaban para crear embara-
zos al ministerio qua se creia asegurado por tenal la mayoria par-
lamentaria á su devocion, y porque en el pais no hallaba la resis-
tencia bastante para dejar sin efecto sus órdenes.


Por eso cada ministro~ hacia su política personal buscando in-
fluencias para sostenerse, y combatia á suscompafteros creando an-
tagonismos y rivalidades y llegando á fraccionar hasta' lo infinito
los partidos.


La camarilla gobernaba á su antójo, é Isabel que gozaba en bra-
zos de las amistades aduladoras que la rodeaban I 'no se paraba á
contemplar, ni tenia capacidad bastante para comprender dónde
estaban los verdaderos intereses del pueblo, y los intereses de su
propia cODservacion.


El ministerio, pues, estuvo vacilante, pero las elecciones comen-
zaban. Creyeron que una mudanza en semejante mom,ento podia ser
peligrosa y dar ánimo á las opsiciones, y la crisis se aplazó y pudo
el gabinete seguir adelante y exclamar sus amigos: o.la patria se ha
salvado.» Porque así, fué cierto; y el Español que anhelaba recoger
la herencia decia lo siguiente:


«La patria se ha salvado, l) han exclamado sin embargo ayer y
anteayer los admiradores y panegiristas de la administracion ac-
tual, como si se tratase de alguno de aquellos gobiernos que en
épocas de gran perturbacion social aparecen en el mundo de la po-
lítica para ser los salvadores de las naciones, como si se"tratase, no
ya de uno, sino de media docena de aquellos hombres que, cuando
todo es anarquía y desorganizacion en las sociedades, vienen á ser
como los instrumentos de que se vale la, Providencia para cerrar con
su mano el abismo de las revoluciones.


»Los seis napoleones se lo llamó ya en otra ocasion al primer mi,,:,
nisterio NARVAEZ, del cual formaban parte muy principal dos de
los actuales 'ministros; y este crudo sarcasmo que entonces provo-
caron con sus énrasis y con sus exageraciones los cortesanos de
aquel ministerio, no parece sino que la prensa ministerial quiere
tambien provocarlo abora sobre la cabeza de sus nuevos patronos.
NAPOLR0N -IsTÚRIZ I NAPOLEON - CANEJA ... ¿Qué tal suena la conjuncion
de esos nombres á los oidos de nuestros lectores? ... A lo menns no




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 883
nos podremos quejar de que nuestra revolucion no ha producido
grandes hombres.»,


IV.


En Portugal seguia :&faría de la Gloria amontonando nuevos com-
bustibles á la hoguera vivfsima de la revolucion. Proclámó con des-
enfado la dictadura y se dispuso á ejercerla. Entonces empezó á cir-
cular la siguiente proclama:


«Ya es tiempo de salir de esta falsa posicion, y la gloriosa revo-
lucion en que nos hallamos empefiados, prueba que la nacíon abor·
rece la sucesion hereditaria en el trono. Las testas coronadas soo
las sanguijuelas del pueblo. Seamos nosotros los que demos el ejem-
plo al Mediodia de )a Europa gritando: «Abajo los tiranos. »


»No nos amedrenta )a revolucion francesa y su suerte desgracia-
da. Aquella briosa naclon sucumbió á las ,bayonetas extranjeras. .
Pero porque un balel naufrague no dejarán de navegar los otros.


»Adelante, patriotas. El progreso es nuestra bandera: los gastos·
del estado, el sostenimiento de la soldadesca y el clero y la despro-
porcion en el repartimiento de bienes son la causa de nuestros ma-
les. Todos los hombres son y deben ser iguales.


»Viva el noble conde nas-Anlas, viva la república Lusitana,
vivan los verdaderos patriotas, viva la libertad de cultos. Abajo los
tiranos.-Lisboa 1~ de núviembre.-La comision de salvacion pú-
blica.» .


Las tropas titubeaban; la agitaeion en el pais era inmensa. Arras-
trado por las diferentes inlluencias_el pueblo proclamaba en los di-
versos distritos distinta bandera.


Los Cabralistas habian sembrado por todas partes la division y
la desconfianza; y aqueno era una situacion anárquica hábilmente
preparada para acudir en todo evento á la intervencion, como se hi ...
10 efectivamente despues de muchas peripecias para mantener á
doria Maria de la Gloria en el trono constitucional que tambien
babia manchad~, queriendo convertirlo en poderoso elemento de
ambiciones.


Por aquellos momentos, el pueblo, el elemento liberal estaba en
mayorla. Y despues como veremos, á pesar del apoyo malerial que
la division Concha llevó á los reaccionarios, el principio de )a re-




88' HISTORIA DEL REtNADO
volucion, la idea de progreso ha crecido aHí potente y vigorosa dis-
putando el triunfo á los traidores y á los apóstatas.


v.


El Clmnorse ocupaba fambien de la crisis ministerial en estos
términos:


«Dias hace que el público sospechaba por motivos muy justos,
que los ministros. no obtenian la confianza de la Reina, debiéndose
su mantenimiento en el poder á consideraciones especiales y funes-
tas: dias hace sabia n todos que el gabinete, producto de una intri-
ga palaciega manejada por extranjeros, debía su existencia, como
debió su nacimiento, á semejante 'patrocinio, Este juicio, calificado
no pocas veces de temerario y falso, acaba de ponerse en evidencia
al contemplar la causa y los accidentes de la flamante crisis que ha
venido A sorprender al ministerio en medio de sus indignas tareas
sobre la próxima eleccion.


»¿Cuál fué, pues, el motivo de que S. M. repugnase el admitir la
renuneia del senor Pacheco? Jefe este de la oposicion conservadora
que tan cruda guerra hace al gabinete, y puesto en el caso extremo
de abandonar su destino ó el campo de su- eleccion combatHla, optó
por la renuncia, colocándose en hostilidad abierta con los ministros.
La cuestion era por lo tanto esencialmente poJftica, un litigio entre
la oposicion y el gabinete, que )a Reina en los primeros~mpulsos
de su voluntad espontánea y libre de eItraftas influencias, resolvió
en favordeaquelJa y en contra de sus actuales consejeros.


» Y no ha sido esta la vez primera en que S. M. ha significado al
ministerio que no se encuentra satisfecha de su sistema y de sus ser-
viei&s.Meses antes, enando ningun contratiempo ó suceso extraor-
dinario exigia la mudanza de gabinete, fueron llamados á palacio
los jefes de la ()posieion conservadora, cuyos tratos avanzaron has-
ta el punto de someter al trono un programa de gobierno, sin dar6e
no oltstante p()r entendidos los ministros, que para vergüenza suya
sufrieron con abnegacion y humildad evangélicas este desaire. Tra-
tándose de otros hombres menos apegados á las sillas ministeriales,
una dimisiM decorosa y resuelta hubiera coinCidido con la noticia
de las ~egooiaciones entahladas entre el palacio y loscenservado-
res. Mas tlO sucedió asf, porque antes que abandonar el mando,




DIt UUUIO :rsORBOl'4 DI ESPAÑA. 885
pasarán por todas las humillaciones' y sufrirán todos los agravios
imaginables el sel10r Istúriz y sus colegas.


-Lo seguro parece que al concurso de estas iafluencias extra-
constitucionales deberemos la conservacion del ministerio, no siendo
extrafio que el odio que este inspira á la nacíon entera, refleje sobre
sus patronos y sostenedores. A los labios de los contribuyentes ar-
ruinados de los ciudadanos presos, fugitivos y proscritos, de las
victimas todas de esta época infausta, vendrán sin quererlo ciertos
nombres que no debian estar asociados mas que al recuerdo de las
bondades y de los beneficios.»


VI.


El infante don Enrique que con tanta arrogancia habia sostenido
su candidatura, que habia presentado una protesta en son de queja
enumerando los agravios que se le habian inferido y á Sil familia;
aquel oficial de marina ajado y. vilipendiado ante las tripulaciones,
que habia sufrido el desprecio de las autoridades y la humillacion'
de ser despedido por los ministros; que se habia visto bajo la vigi-
lancia de la policfa francesa; aquel infame don Enrique que queria
representar la política libera), vino á firmar un documento indigno
que insertó la Gacela para baldon y oprobio de los Borbones, porque
rebajaba tanto al que estampaba su firma, como á la Reina á quien
se dirigia.


Es cierto que por este medio dejando en libertad á sus opresores,
á los opresores del pueblo retractando sus acusaciones, y declarán-
dose culpable aspiraba á ser repuesto en sus grados, honores y con·
decoraciones.


Pocos dias despues~ este Borbon se paseaba por las calles de Ma-
drid~ era recibido en el seno de la real familia y conseguía ser ele-
vado á la categoría de almirante de la armada.
. Como los ministros deben ser en determinadas circunstancias de


cierta estofa, el general Armero que habia perseguido constantemen-
te al candidato á la mano de su prima, tuvo la serenidad suficiente
para firmar el decreto de su rehabilitacion y presentársele al nuevo
jefe de la marina espanola.


Los, cortesanos tienen la conciencia muy elástica, para ellos no
hay principios de ningun género, solo hay un fin, enriquecerse y


TOMO Il. tU




888 HISTORIA DEL R1UN.lD8
gozar; por eso pasan por todas esas am.r~ra8 de la vida prietiea
SiD dolor y sin temores de niogun género.


La Reioa, el Infante y ~l ministro no pGdiaD mirarse cara á cara
si. s.nrojarso. Cada clIal tenia SU8 pecados; coda cual tenia 8U' pen-
samientos OCUltOI, pero entonces convenil disimular, y DO se rom-
pieron las Meba. relaciones de aquella trinidad incomprensible ..


VII.


Entre los diferentes programas electorales figuraba el de Asque-
rino dirigido á los del distrito ~e Guadalajara, como uno de los mas
expresivos, segun puede verse por los. párrafos que insertamos:


«Úrden, moralidad y economfa en laadministracion.
:oResponsabilidad efectiva á los depositarios de la autoridad pú-


blica desde el alto consejero de la corona hasta el mas humilde Cun ..
cionario del Estado.


:oLibertad de comercio, sin Ja cual no puede desa¡'rollarse 18 ri-
queza pública.


. »Respeto y seguridad á los derechos adqairidos, y cemplellento
de Ja desamortizacion civil y eclesiástica.


·»AboJicion de la contribucion de sangre.
·»Deseslanto de la sal.
»Hacer una verdad práctica la igualdad de todos los ciudadanos


aote la'ley.
»Extension del derecho electoral, y destrueeion del censo de ele-


gibilidad. .
.Libertad de imprenta con el jurado.
»Organizaeion da la milicia nacional, de modo que sea un ver-


dadero sosten del órden y la mas firme garanUa de la libertad .
• Extender nuestras relaciones exteriores ~in subordinar nuestra


politica á la influencia de Francia ni de Inglaterra. Independencia
nacional.


.Inslru.ooioo del pueblo: mejorar su oondicioftmateribl y moral.
Derramar los tesoros de la inteli~Deia en esta clase la mas des~ra­
graciada y numerosa de la sociedad: ilustrándole se le moraliza; mo-
ralizauo podrá ejercer los derechas politicos que le pertetleten.


»L. desmomlizaeion es el cáncer que cOlTOe á la sociedad; com ..




DEL ULTíUO RORBON Di ESPAÑA. 887
batirla enérgicamente es el servicio mas grande que puede hacerse
á la humanidad.


»Proteccion decidida á los hombres de bien de todos los parti-
dos: guerra sin tregua á los especuladores politicos, cualquiera que
sea la máscara con que se cubran.


»Lo pasado no basta: ha sido estéril é infecundo: se inaugura
una nueva época que debe brotar ideas nuevas: el partido del pro-
greso que se ha purificado en el crisol del infortunio, ha aprendido
que debe rejuvenecerse, y está regenerado.


»Tolerancia con todas las opiniones. justicia y libertad para todos.
-Sobre todo, simplificar la administracion, reducir considerable-


mente los presupuestos y libertar á los pueblos de las enormes con-
tribuciones que los agobi.an.


»Combatir el funesto sistema tributario, y procurar radicales eco-
nomías, es la mision mas sagrada de un diputl\do.»




CAPITULO CV·


SUMARIO


Triunfo en Madricl de los progresistas en la~ elecciones.-Artículo del Español sobre
su re.sultado general.-Gravedad de la siluacion.-Caos en que vegetaba el partido
progresista. -Crisis parlamentaria.


1.


Las elecciones dieron en Madrid el triunfo al partido progresista.
En tres distritos venció á sus adversarios; en otros dos triunfaron
los ministeriales; pero con tan escasa fortuna, que el célebre autor
del sistema tributario logró un solo voto de mayoría absoluta, yeso
con muchas dudas.


Debfase verificar nueva eleccion en otró distrito, y resultaba que
en la totalidad de la votacion Madrid habia dado 300 votos mas á
los progresistas que á los moderados.


Dé aquí cómo El Español juzgaba el resultado gencral de'las elec·
ciones:


«A.I considerar el rápido cambio de una situacion en la que los
mas distinguidos jefes de la emigracion van á pasar del destierro á
los bancos de los legisladores, nace la duda de si semejante nove-
dad procede de algun acontecimiento extraordinario capaz de haber
producido en el pais una completa reaccion moral, ó solo es conse-
cuenoia natural y sencilla de la renovacion del cuerpo eleeti vo y del




.DIL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA. 889
libre uso de la voluntad de los ciudadanos, quienes en el ejercicio
de sus derechos poHticos no conocen otras reglas ni otros limites que
los trazados por su confiaDza y por su opinion.


»Por fortuna no es dudoso el hacernos cargo de que el pais se ha
libertado de UDa de aquellas fuertes conmociones que violentamente
derriban lo existente y ensalzaD Jo que se hallaba eaido. No ha so..;.
brevenido, y de nuevo nos felicitamos por ello, una revolucion para
corregir por la fuerza los efectos de la fuerza, y por consiguiente no
podemos atribuir la eleccion del serIor Mendizábal, del serior Oló-
zaga ni del serior Cortina, á uno de aquellos sucesos que de la no-
che á la manana cambian la suerte de un pais .


• La eleccion, pues, de estos jefes del partido progresista, de es-
tos hombres que abandonaron el suelo de la patria porCiue no se
creian seguros en él, tan solo ha de atribuirse á un estado de co-
sas, á UDa tendencia y á disposiciones en la opinion que existian la
v[spera como al dia siguiente de los escrutinios. Ahora bien, bajo
el régimen de gobierno seguido por los actuales ministros, los que
van á ser mandatarios legales del pais, eran tenidos y tratados como
enemigos del reposo público; hasta tal punto, que un reciente y so-
lemne acto, el de la amnistía que debia abrir las pU13rtas de la pa-
tria á cuantos no fueran ó criminales 6 temibles, lejos de lIaÍnar ex-
cluyó á estos mismos sugetos á quienes hoy reviste de un elevado
carácter público el voto de sus conciudadanos.


»Decimos esto, porque para juzgar de uDaplumada el sistema de
los hombres que han tenido la preteosion de condu cír á nuestro gran
partido por un camino de sabiduría y de prudencia, basta traer á la
memoria que hace poco tiempo se hizo de la exclusion.del congreso
del sei'1or Cortina un asunto en que se libraba la salvacion del Es-
tado y el crédito de nuestro partido, sin reflexionar que era impo-
sible que bajo un gobierno de la clase del nuestro, las primeras elec-
ciones generales dejas90 de enviar á las cortes á este y á los demás
jefes del partido contrario.


»Esto y lo inesperadamente que en muchas provincias y en mu-
chos dislrjtos las candidaturas de oposicion han prevalecido sobre
las candidaturas ministeria\es, aunque apoyadas estas en un aparato
de coace¡on moral capaz de haber triunfado de la debilitada resis-
teneia de un pais cuyo espíritu público se hallaba privado y can-
sado él mismo de las agitaciones de la vida pública, prueba con
cuánta s~guridad podia haberse preparado el triunfo completo de la




890 HISTORIA. DEL REINA.DO
oposicion, si con tiempo se hubiera organizado ]egalmente el pais,
y preparádose á buscar en las elecciones el remedio de Jos males
que la aquejaban.


»Así no hemos cesado de publicarlo durante todo el verano últi-
mo, íntimamente persuadidos de que el estado de la opinion sumi-
nistraria los elementos de sustituir una iDfluencia coastitucional á la
influencia reaccio!laria de que han sido inslrumento el actual gabi-
nete y sus predecesores.


»Pero bajo la primera administracion del señor Narvaez, nadie
daba importancia al uso de los medios legales, en vista de la impo-
pularidad con que el gobierno hacia gala de menospreciar las leyes
y de alterarlas á su placer .


• EI segundo gabinete presidido por el mismo general. encare-
ciendo todavía la obra de su predecesor, proclamó el derecho CODS-
tituyente en favor de los ministros, yavanzó hasta el ensayo de rea-
lizar la teoría de la monarqufa consultiva .


• En vista de estos d~smanes, de esta ceguedad por parte de los
ministros, tanta los hombres de prevision como los hombres de pa-
siones fuertes, vieron asomarse una revolucion, y los mas pruden-
tes se cruzaron de brazos, y todos des:nayaron en su confianza há-
cia el remedio que pOOia buscarse en la opinion y en los medios
constitucionales.


»La caida del segunJo gabinete Narvaez y la insurreccion de Ga·
licia, antes justificaron que corrigieron el desden hácia los lentos y
pacíficos medios que podian buscarse en las instituciones, porquo
ínterin los unos hacían votos por el triunfo y la propagacion de la
rebelion armada, otros esperaban que una reaccion de corte diera
direccion á los negocios, y nadie pensaba, excepto los ministros, ni
en las listas ni en las elecciones.


»Este estado empeoró todavfa, en un sentido electoral, con mo-
tivo de las bodas reales, pues la animacion y el empeño con que se
agitó el matrimonio de la señora Infanta distrajo los ánimos, lle-
vándolos del cuidado de la política interior á los temores y á [as
complicaciones de la política exterior.


»A todo esto los ministros que para consolidar su obra contaban
con la futura mayoría, confeccionaban las listas incluyendo en ellas
á todos sus amigos, y las mas veces excluyendo á los ciudadanos
que sabían les eran contrarios, confiando en la apatía de los ánimos
y en la desorganizacion de los partidos, al paso que los agentes de




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 891
la adminislracion presentes en todas partes apercibidos, y en todas
partes combinaban elementos y preparaban medios para ganar las
elecciones.


»A despecho de estos inconvenientes y de estas desventajas, en
medio de las cuales se ha abierto la lucha, sus resultados van dando
á conocer cuál era el verdadero estado d~ la opinion y el imponente
trionfo que las opiniones constitucionales habrian alcanzado, si con
mayor Inticipacion y concierto se hubiera hecho un llamamiento al
cuerpo electoral.


»No es ya dudoso que en las nuevas cortes los partidos tomarán
una actitud diferente de la que han tenido hasta aqui, pues bastará
que el gabinete se cambie para que pueda verificarse la uDion del
partido monárquico-constitucional, al cual bastará volver á la ob-
servancia de sus principios y á la práotica de sus acreditadas doc-
trinas, de aquellas doctrinas que hicieron su fuerza y labraron su
autoridad, para que tengamos UD gobierno respetado y fuerte que
corrija los abusos existentes, conserve la paz, y dé á l&s Ínstitucio- .
Des todo el ensanche y todo el desarrollo de que con beneficio pú-
blico son susceptibles de recibir.


XlEI partido progresista, tratado con rigor é injusticia, adquirirá
en el parlamento la posicion que ha de senir de base á la legítima
participacion que en los negocios le corresponde; y todas estas ven-
tajas serán debidas á la fueria de un principio, el de haber conser-
vado, aunque solo haya sido de Rombre, el gobierno; pues en un
solo dia, y por la virtud de este, y sin el menor trastorno, se verá
modificada la situacion del pais, situacíon que nos parecia tan ne-
gra y de la que apenas se creía poder salir por medios paclficos y
regulares. XI


11.


Venia á orearse UDa situaeion muy dificil paraJa corte. EU. habia
elegido una fraccion en la cual giraba CCtmo por darecho propio la
órbita gubernametltal.


Complacientes instrumentos de las variadas exigencias de la cí-
nica y desenfrenada familia borbónica, los ministros desde algunos
aríos ,eniaa gobernando el país á usanza de los déspotas marro-
quíes. No empalaban á los súbditos de la raza borbÓDica, pero de-




89! 9JSTORIA D.I!:L REINADO
portaban y fusilaban sin formacion de causa á quellos á quienes la
naturaleza habia investido con derecbos ilegislables, y á quienes la
Constitucion daba garantías de esos derechos.


y decimos que era grave y difícil la situacion, porque acostum-
brada la corte á gobernar sin que censores ridjculos vinieran á pre-
sentar obstáculos á sus captichos, iba á verse embarazada hasta
cierto punto, porque debían resonar en el parlamento quejas de agra-
vios inferidos y acusaciones bien justificadas contra los opresores que
valiéndose de la traicion habían sido bastante ingratos y muy des-
leales para confundir en sus persecuciones á los que sirvieron de
escabel á su ambicion.


Una de las mayores dificultades con que tropezaron aquellos mi-
nistros que en materia de escrúpulos legales podian apostárselas con
la monja mas remilgada, fué la de saber si Olózaga podria penetrar
en el santuario de las leyes despues de las escenas en que jugó el
papel de protagonista con tan sangrienta satisfaccion el folletinista
del Guirigay.


Aquellos monárquicos asustadizos tenian demasiado respeto á su
senora para no mantener vivo el odio á aquel hombre que despues
de todo venia á personificar un partido al cual debia mantenerse
alejado de las regiones del poder.


111.


El partido progresista era indudablemente un caos. Allí existia
en gérmen el principio revolucionario que tiene por fórmula nece-
sariamente la república. Pero como partido de gobierno que aspi-
raba á vivir dentro de la legalidad constitucional, rindiendo culto á
la omnipotencia parlamentaria, aquel partido se desautorizaba siem-
pre que subia al poder porque negaba en su vida práctica lo que
afirmaba en su vida especulativa é ideal.


En aquellas cortes iban á verse representadas la8 dos fases del
partido progresista á que acabamos de referir.


Sus hombres notables, los Olózagas, los Sanchos y los Cortinas
eran la representacion genuina del constitucionalismo inglés, que
da mucho á la forma exterior; pero que mantiene al pueblo á la mul-
titud en la degradacion moral, intelectual y material, privado del de-
recho que hipócritamente prociaman.




DIL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 8.98
El partido progresista debia, sin embargo, en aqueBas circuns-


tancias mostrarse enérgieo. vigoroso y guerreador. Lo exigia osi la
serie no interrumpida de tristes y dolorosos sucesos que se habían
cumplido mientras permaneció alejado de la escena pública. Yaun·
que la multi~ud de iojusticias que habian hecho de él un mártir no
hubiesen obligado al partido progresis~a á mostrarse enérgico y de-
cidido, la circunstancia de tener á su lado una oposicion moderada
cuyos principios diferian poco de los que en el poder practicaba,
como hemos indicado, hubieran hecho necesario que se agitara y se
moviese en una esfera distinta á la en que acostumbraba hallarse,
tomando ejemplo del popular adalid Orense, que acababa de luchar
con tanta ventaja contra los hombres y las instituciones de aquella
falsa mooarqufa consti tucional.


¿Podia esperarse semejante conducta, esa actividad que no da
tregua ni reposo al enemigo en los diputados electos'!


¿Podia prometerse el partido liberal una campana de grandes
consecuencias y empuje que obligase al enemigo en sus trincheras .
y le desalojase del poder?


¿Habia la habilidad, la audacia y el teson bastantes para arran-
car la careta á los traidares y juzgarlos como se merecian?


¿Se .bailaba decidido el partido liberal y aquellos representantes
suyos á arrojar los obstáculos tradicionales á un lado si continuaban
sirviendo de estorbo á la felicidad d~l pueblo'!


La reciente lucha electoral demostraba paladinamente la impo-
tencia y la impopularidad de un partido que en tres anos de tenaz
y sangrienta persecucion no habia logrado arredrar á sus adversa-
rios; de un partido que desde el poder con todas las influencias,
cometiendo toda clase de atropellos, toda especie de maldades, no
habia conseguido impedir que vinieran á lanzarle acusaciones tre-
mendas aquellos á quienes habia arrastrado á los calabozos y á la
emigracion y á la muerte.


Esa era la sítuacion desgraciadamente.


IV.


El ministerio se hallaba profundamente dividido. Mon, Pidal y
Armero querían permanecer á todo trance duelos de la lituacioD.
AcudíeroD á toda especie de cábalas, á todó género de intrigas, á


TeMO n. 118




894 HISTORIA DEL RElNADO
toda clase de cabildeos; ya transígian, ya amenazaban, ya hacian
nuevas concesiones á la fraccion Viluma, ó á los amigos de Bravo
Murillo. Pero en todas estas evoluciones no habian logrado combi-
nar bien sus planes, y la crisis proseguía, las dimisiones estaban
presen ladas.


Entre tanto se acercaba el fatídico día de la apertura del parla-
mento; entre tanto habian sido nombrados cuarenta diputados pro-
gresista$; entre tanto habia una numerosa fraccion puritana que por
su número y mucho mas aun por el carácter de sus individuos, te-
nia una gran influencia en el seno del partido moderado; entre tan-
to la ma yoria, los candidatos aceptos al gobierno se hallaban sin
jefes, yeso que los jefes eran muchos.


¿A. quién debia apoyarse? ¿A quién iba á hacer la guerra aque-
lla mayoda cuando se dividiesen los hombres dd poder? ¿Sostendria
á los dos cunados que en palacio parecian gastados ya, ó se pondria
alIado de Ist(¡riz y Caneja, cuya política era desconocida y cuyas in-
fluencias no se podían medir~ Este era un punto de dificultad, un
eSGOlIo que el gobierno ni la situacion sabían huir.


En tal estado el gobierno se propuso sacar partido ganando tiem-
po, es decir, perdiendo tiempo.


Por primera vez se dió el caso de prorogarun parlamento antes
de reunirle.


El ministerio tenia cinco dias mas, porque en su respeto profundo
á la ley constitucional, decidió que las cortes en vez de reuIJirse el
15 de diciembre Jo verificaran el 31.


La situacion se habia salvado. Cinco dias en aquellos supremos
momentos eran un siglo. jCuántas combinaciones, cuantos pasos po-
dian darse en aquellos cinco dias!


El pretexto para aqueUa suspension fué lo riguroso del invierno.
La circulacion estaba casi interrumpida, los carruajes no podian
atravesar el puerto, las Bieves favorecian á los dos cunados.


v.


En 'el mismo dia en que la Gaceta puhlicaba esta extraila combi-
nacion políticó-atmosférica, se reunieron los diputados ministeria-
les, acudiendo 55 miembros de la mayoría.


Et objeto de la reunion, segun manifestó el presidente serior Caba-
. .




DEL ULTIMO BORBON DE ISPlÑA. 895
nUlas, era ponerse de acuerdo respecto á los individuos que habian
de componer las dos comisiones de actas, la de los cinco que, exa-'
minaba los poderes y la de los siete que á su vez examinaban los
poderes de todo el Congreso. Al mismo tiempo que el objeto de la
reunion, y como quiera que casi todos los CODCU.I.'rentes estuviesen
comprendidos en el número de los ministeriales, se anunció que
aquel paso no tenia ninguna significacion determinada ni ministe-
rial ni antiministerial, ni de mayoria ni de oposicion, y que se habia
dado únicamente con el deseo natural de aunar las voluntades y los
votos de una cuestion preliminar de tanta importancia.


Procedióse en seguida á la designacion de cinco individuos que á
su vez designasen los candidatos para aquellas dos comisiones. Los
cinco individuos fueron Bravo Murillo, Gonzalez Romero, Vazquez
Queipo, Sartorius y Tejada, habiéndoseles reunido tambien elsenor
Cabanillas; los cuales despues de haber tenido su deliberacion en
lugar separado, volvieron manifestando que para la comision de los
cinco habian convenido en cuatro y para la de los siete en cinco
candidatos, habiéndoles parecido conveniente dejar uno en la pri-
mera y dos en la segunda, para que la fraccion conservadora los
designase entre sus individuos.


Movióse con este motivo una discusion en alto grado interesante.
Ningun representan te tenia alli la fraccion conservadora. GODzalez
Romero, antiguo miembro de aquella fraccion, se habia separado ya
de ella al concluir la anterior legislatura. Suscitada, pues, la cues-
tion de de si efectivamente habian de esperar á que los conservado-
res designasen Jos candidatos que se les reservaban, ó si aquellos
candidatos habian de ser designados desde luego por la junta de en-
tre los mismos conservadores, se ofreció naturalmente una ocasion
para que los hombres de la antigua mayoria manifestasen las dis-
posiciones en que se hallaban respecto á los hombres de la antigua
oposicion.


Semejantes disposiciones no habian podido ser mas amistosas,
mas satisfactorias. A juzgar al menos por el lenguaje que allí se
tuvo, el pensamiento que dominó á la mayoría era el de la recon-
ciliacion, el de la fusion de todas las fracciones en el seno comun
del partido. Tomaron )a palabra Bena-vides, Arrazola, Concha, Bravo
Murillo, Sartorius y Moroo, y viniendo á convertirse en cuestion
principal lo que solo se presentaba como un incidente del debate,
fueron conviniendo todos sucesivamente en que las distancias que




896 HISTORlA DIL BlllUDO
habian separado á unos de otros no alcanzaban á relajar 19n vfneu-
10spolfticos, y en que aquellas distancias debian sobre todo des-
aparecer ante la necesidad de hacer frente á la nueva mi Doria pro-
gresista.


No falta en verdad quien, prevaliéndose de la circunstancia de
que ningun diputado conservador asistiese á la reunion, se figurase
hallar en esto un indicio de que los conservadores no se hallaban
en ánimo de transigir ni pactar con la mayorfa. Tampoco empero
faltó quien h~ciese observar que no habiéndose pensado con antici-
pacion en celebrar la junta, y no habiendo habido tiempo de poner-
se de acuerdo con los miembros de aquella fraccion, nada de extra-
lio podía haber en su ausencia. Muehos de Jos diputados presentes
acababan de leer el aviso en los periódicos, y algunos miembros
notables de la mayorfa, tales como Castro y Donoso, tampoco ba-
bisn concurrido.


Por esos caminos andaba ]a diseusion, cuando Bravo Murillo,
recordando el decreto de la prorogacion de las Cortes que apareció
el dia anterior en la Gaceta, hizo observar que aun se estaba á tiem-
po de convocar una nueva reunion á la cual fuesen tambien invita-
dos los conservadores. Asf se acordó, quedando seDa lado el do-
mingo.


Los cinco diputados que habían entendido en el asunto de las
comisiones quedaron en el encargo de redactar un aviso que se pu-
blicase en todos los periódicos del partido.






CAPITULO CVI.


SUMARIO.


Ojeada sobre la política general de Europa, en especial de Francia y Portugal.-Intri-·
ga!l reaccionarias.-Contradicciones entre los moderados.-Su antagonismo con
los pl'ogresistas.-La revolucion portuguesa vencida.-Buena acogida que halló en
I.ondres ~IontemoIin.-Discurso que hizo en una reuníon notable.-Influellcias
abBolutislas en la corte de Madrid.


l.


La doble boda babia comenzado, como hemos dicho. á producir
sus naturales efectos. Las potencias del Norte habían hecho caer su
indignacion sobre la desgraciada Polonia, y una vez deshecha la
alianza anglo-francesa, la causa de la civilizacion y del progreso pa-
recia comprometida basta tal punto que el gobierno de Luis Felipe
temió verse envuelto en las redes de aquella diplomacia oscura y
embrutecedora.


Los acontecimientos de Portugal donde el partido migueJista apro·
vechaba la division profunda y la guerra que habian provocado los
monárquicos de Maria de la Gloria para armarse y levantar su odio-
sa bandera, la bandera de la Inquisicion, hicieron ver á las monar-
quias nacidas de la soberanfa popular que se trataba de una re8-
tauracion completa arrojando á Luis Felipe y á Isabel, como á la
hija de don Pedro, del puesto que ocupaban.


Luis Felipe habia visto demasiado tarde el peligro, y al ha1larse




898 IIlSTORIA DEL REINADO


aislado comprendió cuán imprudente era provocar por mas tiempo
conflictos con su n"atural y antigua aliada. \


Imposible era deshacer lo hecho; imposible evitar los actos á que
habia dado ocasion aquella fatal mania de entroncar á todo traDce
con la familia espanola. Pero esto no desalentó al rey ciudadano. '!
decidido á pasar por las humillaciones necesarias preparó una evo-
lucion resignándose á admitir la condií}ion impuesta por el gobierno
del otro Jado de la Mancha.


Esta condicion consistia en la renuncia lormal y categórica de los
derechos eventuales á la corona de Espana por parte de la hermana
de Isabel. Sobre este tema discutieron ampliamente la prensa y los
embajadores.


Esa era la condicion bas,lante dura por cierto, puesto que anu-
laba desde . luego el fin principal que habia movido á los codiciosos
Orleans para tomar con tal empeno, con tanta constancia y teson la
marcha de los asuntos espanoles hasta coronar la obra, llevando al
seno de la familia reinante en Espana al duque de Montpensier.


11.


La crisis no daba un solo paso, y los esfuerzos de unos y de otros
quedaban contrarestados en medio de aquellas evoluciones, marchas
y contramarchas, cábalas é intrigas de los agentes de la reacciono


Verificóse la segunda reunion de los diputados acudiendo a!gu-'
nos conservadores. Eran unos ciento, entre ellos los ministros de la
Gobernacion y de Hacienda.


Lo mas notable que hubo lué un discurso del senor Pacheco, en
que este diputado protestó en nombre propio y en el de la fraccion
que le reconocia por jefe, que en las cuestiones pohticas y de prin-
cipios los conservadores eran entonces, como habian sido siempre
moderados; pero que de ninguna manera podian ser ministeriales
de un ministerio al cual habian hecho la oposieion durante dos anos
y cuya existencia mas que nunca les parecía contraria á. los verda-
deros in tereses del partido.


Este discurso lué muy bien recibido por su auditorio.
El senor Pacheco dió tambien gradas á los diputados que habían


concurrido á ]a reunion anterior por haber reservado una plaza en
cada una de las comisiones para la fraccion conservadora.




DBL ÚLTníO BORBON DI BSPA~A. 899
Por 10 demás, la discusion se redujú á puntos incidentales sobre


el objeto principaT de la reunioD, á saber: el nombramiento de las
dos comisiones de actas.


Uno de esos incidentes fué UDa proposicion del serior Carriquiri
para que se admitiese un progresista en cada UDa de las dos comí-
siones, la de los cinco yla de los siete. Esta proposieion fué des-
echada, habiendo sido los señores Bravo Murillo, Arleta, Benavides,
Gonzalez Romero, Sartorius, Vahey, Nocedal, con otros cuyos nom-
bres no recordamos, ]os individuos que quedaron designados para
formar las mencionadas comisiones. El' serior Olivan, que habia sido
asimismo designado, se excusó por tener una protesta en su acta, y
pensar en hacer á sU: vez una protesta contra la eleccion de otro dis-
trito de su provincia.


Tratóse asimismo de la presidencia y de las secretarras de edad,
siendo designado para la primera el serior Cortazar, y quedaron los
seriores Benavides y Sartorius en averiguar cuáles eran los cuatro
diputados mas jóvenes rara constituir la mesa interina.


111.


¿Qué significaba aquella aglomeracion de individualidades, aquella
reunion de representantes del pais, lIamáranse ministeriales ó de
oposicion, para estudiar los medios de impedir el desenvolvimiento
de la minoría progresista y marchar en la misma senda que" hasta
entonces habian caminado~


No damos grande importancia á la a venencia transitoria entre mo·
derados y conservadores. Con sorpresa pudimos ver que del seno
mismo del bando dominante nació una oposicion que se proclamaba
constitucional, condenando los graves excesos de sus amigos, y sin
sorpresa tambien que despues de haber serpenteado en el campo po-
)jtico, viniese á morir bajo sus antiguas banderas. Y no procedia
esto seguramente de que no existiese un antagonismo completo en-
tre las doctrinas que sustentaran los unos y los otros, sino de que
nada sorprendia en aqaella época tan fecunda en contradicciones y
apostasías. ¿ Qué valdría una defeccion mas alIado de los muchos
escándalos que hemos presen"ciado con dolor y vergüenzd


La manera como se iba elaborando esta amalgama era muy cu-
riosa y digna por varios titulos de fijar la atencion pública. Las dos




900 HISTORIA DEL R¡INADO
racciones moderada y conservadora se acercaban y ponían de acuer·
do, sin formar un solo partido, sin convenir en un sistema político,
ni en las personas mas idóneas para plantearlo en la esfera del go-
bierno. Parecia una coalicioo de bandos que profesando distintas
opiniones se juntaban para conseguir un fin determinado en que le-
nian interés comun.


Las juntas habidas en la direccion de Minas habian dejado intac-
tas las cuestiones entre conservadores y moderados para resolver un
punto solo, el de constituir las comisiones de actas con exclusion
absoluta de la minoria progresista. Si en la primera reuníon algu-
nos miembros de ella dieron alllamamienlo de los conservadores el
aire de un indulto magnánimo, y si en la segunda el jefe de los di-
sidentes se afirmó al parecer en su propósito de oposicion al mmís-
terio, puntos fueron estos que se tocaron como quien camina sobre
carbones encendidos y acerca de los cuales no hubo ni el amplio de·
bate que requerian por su gravedad, ni el acuerdo indispensable
para que pudiera considerarse á las dos fracciones como un partido
compacto y homogéneo.


No es así como se deciden tales desavenencias, sino dilucidanJo
con franqueza y buena fe los negocios en que consistaD. Si se que-
ría que la alianza entre puritanos y ministeriales tuviese un carác-
ter respetable de moraHdad y un sello de permanencia, forzoso se
hacia provocar en vez de evadir las cuestiones, manzana de la dis-
cordia, y objeto de la lucha. 6 Acaso se lisonjeaban de que tales
cuestiones no iban á surgir en aquellos debates parlamentarios, para
romper Jos frágiles vinculos formados por un interés pasajero de
bandería? En la eleccion de la mesa, en la respuesta al discurso del
trono, en la organizacion de un nuevo gabinete, yen otros asuntos
donde no caben transacciones ni disimulos, ¿dejaría de abrirse la boca
de ese abismo que se cubria con flores?


La nueva mayoría inauguraba dignamente sus tareas, negando
un solo puesto en las comisiones de actas á la minoría progresista.
En este asunto que es de ley y no de partido, que altos motivos de
justicia y decoro aconsejaban que hombres de todos matices fuesen
llamados para calificar el valor de las actas y la aptitud legal de
los nombrados, facilitándose el breve despacho que en otro caso
tendria que sufrir entorpecimientos irremediables .





DIL ULTIMO BOIBON DE ESPAÑA. 901


IV.


'El conde de Montemolin habia llegado á Londres despues de su
evasion, y todo el partido carlista se habia agitado mostrándose dis-
puesto á renovar la lucha que habia sostenido en Espalia.


Mas de treinta generales y jefes de graduacion huyeron el mismo
dia que Monlemolin de sus respectivos depósitos; mas de ochenta
oficiales y jefes de partida fueron presos del 30 de noviembre al 3
de diciembre en el acto de ir á penetrar en Esparia.


Se decia que VilIarreal habia llegado al vecino reino lusitano y
que mandaba un gran número de sectarios de don Miguel. En ese
desgraciaJo pueblo los ministros de doria Maria habian logrado por
la corrupcion desorganizar las fuerzas populares que el patriota
Das-Antas, Vasconcellos y otros habían logrado reunir; y )a ¡nsur- .
receion comenzada en Oporto que llegó á ser amenazadora, mante-
niendo encerradas las tropas de la reina en la capital, que aislaron
del territorio durante muchos días, llegó por fin á verse aniquilada,
consiguiendu Saldan ha derrotar en un formidable encuentro á los
revolucionarios; penetrando en Oporto y obligando á huir á los bue-
nos liberales. ,


La situacion era, pues, aflictiva bajo muchos aspectos para los
patriotas. Y como hemos manifestado, Luis Felipe se hallaba ex-
puesto á graves contingencias.


Decíase públicameDte que ~Iontemolin era apoyado por Inglater-
ra y que conlaba con muchos jefes militares en las islas Baleares,
Cataluña, Galicia y el Maestrazgo. Deciase tambien que se presen-
taria como defensor de la Constitucion del 37 y que con esto reci-
biria apoyo del partido progresista. .


Todo esto eran voces lanzadas para desautorizar á los adversa-
rios; porque la verdad es, que si el carlismo podia mostrarse en-
valentonado, solo á los actos injustificados del )Jamado partido con-
servador podia atribuirse. Ellos habian trabajado en el descrédito
de las instituciones posponiendo los grandes intereses nacionales á
cálculos mezquinos de ambicion, y ahondando las divisiones en el
seno del partido liberal habian contribuido á par aliento á Jos que
habían defendido la causa de la Inquisicion con sus vergonzosas


TOJU) 11, tU




901 IIISTORfA DEL REINADO
transacciones sus intrigas y los cabildeos preparatorios para el ma-
trimonio de Isabel.


v.


Fundábase alguo tanto la alarma y no parecía tan descabellado
el decir de los que acusaban á Inglaterra como cómplice en estos
desvaríos, si se tomaban en cuenta las noticias que el Times del 17
de diciembre insertaba.


Decia asi:
«El conde de Montemolin salió ayer á las dos de la tarde de su


residencia para ir á visitar á Old-Badey, recibiendo el scheriffKen-
nard y sus subordinados: el conde ha viGitado las dos cárceles, cuyo
órdan interior, al parecer, le ha interesado mucho. Al eotrar en la
sala de audiencia, le invitaron para que se sentase en el banco de
los aboga'dos; oyó con suma atencion los debates que tuvieron lu-
gar en su presencia, y manifestó su admiracion por el modo como
veia administrar justicia.


»A. las cinco, el lord corregidor, los juces, muchos municipales
y otras notabilidades fueron presentados al conde de Montemolin, al
cual acompafiaban el serior marqués de Villarranca y el coronel Mer·
ry. Al punto se reunieron en el salon de convite. Despues de los
brindis de costumbre á la reina, al príncipe Alberto y toda la real
familia, el lord corregidor brindó por la salud 'del ilustre principe
huésped de Inglaterra, contestándole á él el conde de Montemolin
en estos términos:


»Milord corregidor, miJores y sefiores, os suplico me dispenseis
si al procurar expresaros mi reconocimiento en vuestra lengua, no
me es posible manifestar todo cuanto siento. Lejos de mi pais y en
mi situacion actual, se halla conmovido mi corazon por la afectuosa
hospitalidad con que un pueblo magnánimo dulcifica mis infortunios.
Reconocido al pueblo y á su bondadosa soberana, me uno á vos-
otros con todo mi corazon para brindar á la salud de S. M. la reina
Victoria, que Dios conserve muchos aftos.


»En un pais cuyas instituciones garantizan la observancia de las
leyes, los derechos de la libertad, la proteccion á las artes, á la in-
dustria y al comercio (y admiro á este pais y le respeto por sus ins-
tituciones), tengo la satisfaeeion de brindar á la salud del lord cor-




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 903
regidor, del Ayuntamiento de la ciudad de Londres, scheriffes y
adermanes y de los sabios jueces de este reino .


• Concluido este discurso, se disolvió Ja reunion, con sellaladas
pruebas de satisfaccion entre los convidados y la reina.»


VI.


¿Podia considerarse despues de esto y cuando tan alarmada se
hallaba ]a opinion, que era prudente nombrar á Pezue]a y otros ab-
solutistas senadores, y encargar al marqués de Vil urna de presidir
el aIlo cuerpo?


¿Cómo se atrevia aquel ministerio á proseguir en esa marcha dan-
do al carlismo influencia y destruyendo al partido liberal, despre-
ciándole siempre despues de haberle desconcertado y deshecho?


Parecía como si un vértigo fatal trastornase á aquellos consejeros
de Isabel en los momentos criticos en que debian inspirar confianza.
y aliento al partido constitucional.


Era tanto mas extrafio ese nombramiento, cuanto que despues del
público agravío hecho en pleno parlamento al marqués y sus par-
ciales, por el reformador de la Hacienda, parecía como si existiese
un abismo entre esas personalidades, y venia á ser, despues de las
negativas de Vlluma á recibir satisfaccion, como si fuera una pali-
nodia que venia á cubrir de ludibrio y oprobio al hombre que por
mantenerse en su puesto suscribia á todos los caprichos de la corte.


Sospechábase que habia sido impuesto por la corte que previno
al gobierno formara una terna en la que figurase el famoso abso-
lutista. Los ministros le colocaron en tercer lugar, y quedaron sor-
prendidos al ver que se le preferia al marqués de Miratlores y al
principe de Anglona.


El favorecido pudo jactarse que siendo conocidos sus principios,
formu!ados en Barcelona y hechos públicos en la famosa memoria
de Tejada, era aceptado por el gabinete el propósito nunca desmen-
tido de variar la ley fundamental por reales decretos.


Dé aqui en qué estado se encontraba la siluacion en aquellos mo-
mentos.




CAPiTULO evit.


SUMARIO.


Entrada de ülózaga en España, y su arresto.-Detalles y eonsideracioll~s sobre dicha
prision sacados de un periódico ministerial.-Cómo se ocuparon de dicho asunto
el Español y el Clamor.


1.


La corte no sabia cómo atender á su ruiga; no sabia cómo pre-
cipitar los sucesos, extender los agravios y dar escándalos inmen-
sos, desprestigio y deshonra del sistema representativo.


Firme en su propósito, cruel y vengativo, corlaba los nudos cuan-
do no podia deshacerlos. No habiendo bastado la guerra á todo
trance hecha en Jos distritos á las capacidades progresistas, y ha-
biendo llegado á conseguir su nombramiento Olózaga, los progre-
sistas creyeron cándidamente que sus adversarios respetarian el
fallo del cuerpo e!eetoral y darian así muestras de que era cierto lo
de la nueva era que se inauguraba con el matrimonio regio.


¿Qué esperaba aquel ministerio arrostrando la oposicion formida-
ble que debia venir sobre él? Esto era incomprensible, y mas incom-
prensible aun que en los supremos momentos de la reunion de coro
tes se atreviera á aiiadir al largo catálogo de sus crímenes uno de
esos atentados que solo cabian en la mente del folletinista del Gui-
ngag.




DIL, ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 9Ó5
Olózaga recibió las actas de la Junta de escrutinio del distrito que


acababa de nombrarle representante, y provisto de este documento
se presentó al embajador de Espalia en Paris, que era Martioez de
la Rosa, el cual Je indicó que debía consultar al gobierno. Compren-
dió el hombre de la Salve, que aquello no era mas que un pretextO'
para retrasar su entrada en Espaila, y se trasladó á Bayona donde
obtuvo del cónsul lo que el representante de primer órden le habia
negado.


Púsose eo camino; atravesó la frootera, venia en uo coche de las
Peninsulares, y excepto el frio y las nieves que hacían algun tanto
dificil y peligroso el camino, parecia que el viaje debia ser feliz.


A la salida de Buitrago subiendo la cuesta fué alcanzado por una
siBa de posta, den tro de la cual iban dos oficiales y dos individuos
de la guardia civil, los que previnieron al conductor del coche de
Peninsulares que hiciese alto y les manifestase la hoja de viaje. Ve-
rificado esto, y reconocida aquella por los mismos, llamaron y pre-
vinieron al selior Olózaga que les siguiese en dicha silla.


Como este les manifestara su extralieza, pues venia provisto de
pasaporte en regla y traia las comunicaciones oficiales de las auto-
ridades de las provincias porque se le babia nombrado diputado, fué
contestado por los referidos guardias que obraban en virtud de ór-
den del gobierno, y qu~ solo les tocaba cumplirla, y que al efecto
era necesario que se despachase. Habiéndoles observado que le era
preciso tomar algo de su equipaje, quiEieron obligar al mayoral á
que volviese á BuHrago, á lo que este se opuso, consiguiendo que
la silla viniese basta Lozoyuela donde fué preso.


Ni Olózaga ni los demás viajeros comieron á pesar de ser la fon-
d8 destinada al efecto, pues el disgusto que produjo esta novedad'
les impidió hacerlo. Olózaga soto pudo escribir con lápiz en la car-
tera del mayoral dos líneas para su familia.


11.


La explicacion de este ultraje tao descaradamente hecho á las in-
munidades del parlamento; de esta violacion de las garantías que la
Constitucion concede á los ciudadanos; de este atentado siD nombre,
la daba uo diario ministerial de la tarde en los siguientes términos:


«El senor Martinez de la Rosa, embajador en París, consultó al




906 1118t'0BIA. DEL BIINA.D8
gobierno si en el caso de pedirle OJózaga pásaporte se le daria; yel
gobierno, des pues de una madura deliberacion, decidió que no, pies
la eleccioll de Albacete no alteraba en nada la situacion legal de
emigrado excluido de la amnistia que tenia el seno~ 016zaga; y asf
-se lo comunicó al embajador.


»Entonces el senor Olózaga se presentÓ' en Bayona con un pasa-
porte belga, no visado por la embajada espaliola en Paris, y fun-
dándose en la eleccion de t\lbacete, pide un pasaporte para Madrid
al cónsul español de aquella ciudad. El simple sentido comun babria
aconsejado á cualquier agente ¡cferior lo que el mismo embajador
creyó que debia bacer sin ser excitado por nadie, es decir, consultar
al gobierno y aguardar su resolucion.Pero el eónsul de Bayona,
faltando á todos los reglamentos y consideraciones, por s( y ante sf,
da pasaporte para Espana á un emigrado político que no venia ni
estaba en regla, y no le detiene siquiera las pocas boras necesa-
rias para consultar al gobierno por el telégrafo, eomo babia becho
desde Paris el mismo embajador.


»Notícioso el gobierno de una falta tan grave y de un aconteci-
miento que podia dar lugar á grandes escán'ialos, destituyó inme-
diatamente al cónsul de Bayona, anulÓ el ilegal pasaporte que habia
dado á Olózaga, y dispuso el arresto de este en la ciudadela de Pam-
piona para ser juzgado con arreglo á las leyes por el tribunal com-
petente. »


111.


Acerca de este asunto tan grave y trascendental publicó un arti-
culJ el Español firmado por Borrego, que teoia por objeto allanar to-
das las dificultades. y resolver en lo posible decorosamente el con-
flicto suscitado por los ambiciosos que babian puesto frente á frente
á Isabel de Borbon y al ministro Olózaga, creando asi un antago-
nismo entre todo un partido y lo que llamaban troDO constitucional.


En esa actitud, en ese acto radicaban todos los sucesos posterio-
res, todos Jos martirios, todas las infamias cometidas por la corte
para mantener alejado del poder al partido progresista.


Dé aqui, pues, el artir,ulo en sus princip·ales párrafos, y lo inser-
tamos porque nos gusta haeer justicia á ciertos bombrEs que por
obcecacion y por circunstancias especiales figuraban en un partido
donde no cabian seguramente. Decia as(:




DIL ULTIMO 10RBON DE ISPA"A. 907
.EI senor Olózaga traia pasaporte del cónsul de España en Ba-


yona, y por consiguiente su regreso debia inspirarle la doble segu-
ridad de venir competentemente autorizado y de hallarsi revestido
del carácter de diputado, inmunidad que en todos los paises donde
se respetan l&s derechos políticos es la mas sagrada de que puede
verse revestido el ciudadano.


»Por consiguiente este suoeso presenta varias y graves complica-
cioces. En primer.lugar se ha cometido un "acto arbitrario privando
de su libertad á un ciudadano espafioi; en segundo se ha faltado á
la C'JDstitucion, prendiendo á un diputado el~cto sin causa ni mo-
tivo aparente para ello. Pero no es esto lo mas reparable que en sí
ofrece el arresto del señor Olózaga. Evidentemente se ha querido
proceder contra el ex-ministro, contra el hombre acusado bace dos
afios, de violencia y desacato á la corona.


»Cuanto mayor sea la indignacion de los que se hayan propuesto
resucitar la acusacion de que fué objeto ante el Congreso el ex-pre-
sidente del consejo de ministros; cuanto mayor sea la saria que con- .
tra él abrigan los que crean llenar un deber público ó satisfacer
odios personales,· cebándose en el proscrito, mayor debería ser su
escrúpulo y su cuidado en someter el presunto reo á los trámites in-
dispensables para traerlo á responder ante sus jueces naturales, de
su conducta y de sus actos. "


.Los que crean que el sefior Olózaga cometió el repugnante de-
lito de que le acusó el senor Gonzalez Bravo, los que se hallan im-
pacientes porque este negocio se siga y se castigue al culpable, de-
bian haber dado gracias al cielo de que la presencia del acusado en
el territorio espafiol vioieraá suministrar el único medio hábil y de-
coroso que existe, de legitimar el terrible cargo que pesa sobre la
cabeza de un español, que no por haber sido hombre público y mi-
nistro, debe estar privado de la proteccion de las leyes que alcanzan
al último y mas miserable individuo .


• EI .señor OIózaga no ha podido ser preso sino por la presuncion
del delito de que fué acusado, y como este delito consistia en un acto
que se le atribuye en calidad de ministro, para proceJer contra él era
indispensable que el congreso, único juez en la materia, hubiese de-
clarado que habia lugar á formar causa al sefior OJózaga, en cuyo
caso el senado, único tribunal competente, habria procedido á la 00-
lifieacion é imposieion de pena .


• Pero prender al acusado, no dejarle llegar á Madrid donde única-




908 IIISTOIllA DEL BELIIi,iDO
mente puede ventilarse cuál es su situacion legal y consumarse con
arreglo á derecho el trámite esencial, indispensable para proceder
contra él (la declaracion del congreso de haber lugar á la formacion
de causa), revela un carác'te.r de persecucion safiuda, de injusticia y
de abuso de la fuerza, que causará asombro y repugnancia en el mun·
do civilizado.


"


»Es imposible decir mas claro ni en términos mas inteligibles,
que se rehuye y se rechaza el único medio constitucional de proce-
der contra el señor Olózaga, el de dejarle venir al congreso y reno-
var la acusacÍon; y que se escoge un medio tiránico yescandalosa-
mente arbitrario, el de alejar de 'la corte á un hombre que, prescin-
diendo de sus demás títulos al amparo de las leyes y á la conside-
raeion del país, se halla protegido por el carácter de acusado que
para quien ha estado revestido de cargos públicos, y lieue que rendir
cuenta de ellos, debía servirle de escudo y de garantiacontra la me-
nor agravacion de la terrible posicíon en que ya se encuentra,


"El haber nunea llevado la cuestion á este terreno, fué un grande
escándalo constitucional, liD verdadero delito de lesa monarquia,
pues DO es posible discurrir mayor atentado contra el trono que el de
hacer descender á la persuna que le ocupa á una acusacion perso-
nal, á una denuncia'que envuelve la perdicion de el que es objeto
de eUa.


»Jamás bajo el régimen que descansaba sobre la teoría del dere-
cho de vidas y I,acie"das ejercido caprichosamente por el príncipe,
se dió el triste ejemplo de emplear toda la autoridad, todo el presti-
gio de la soberanía, realzado por la influencia de la gracia y de la
inocencia, para confundir y perder á un súbdito, á un particular,


»Por fortnna de nada de lo que se hizo en 184,3 en el asunto del
setior Olózaga, es responsable doria Isabel Il.


»Los aetos que aparecieron en su nombre, son obra de sus con-
sejeros responsables, de los ministros. Para atribuirlos á la Reina
seria menester declarar que no existia entonces en Espana el gobier-
no representativo; que no habia leyes, que la sociedad se hallaba
entregada á merced de las pasiones y de la fuerza,


»De otra manera la acusacion del seDor Olózaga es un actQ cuya
responsablilidad legal y política solo alcanza al seDor Gonzale~ Bravo
yá los que le ayudaron en 108 trabajos de aquellos dias, así como




DEL UUJMO BORBON DE ESPAÑA. 909
la responsabiJidad moral es exclusiva del entonces eapitan general de
Madrid.


»Este ruidoso asunto no pasa de ser, considerado bajo su aspecto
constitucional y legal, una cuestion ministerial tIesde el principio
hasta el fin; entonces como ahora .


• Es, pues, impolítico y forzado querer dar á este negocio una
duracion de que en si carece, Y' que no está en la naturaleza de las
cosas darle con perjuicio del respeto debido al trono, de las inmu-
nidades constitucionales, de la justicia y de la razon.


»La situacion t el motivo, los intereses y las pasiones que engen-
draron el drama de 18iS, se hallan ya muy lejos de nosotros, y el
desacierto de los ministros que ahora quieren darle una vida que ha
perdido, nI} podrán tr~unfar de la razon y de la conciencia pública,
que en todo este terrible asunto no verán mas que el sacrilegio de
haber hecho intervenir personalmente á la Reina en UDa querella de
ambiciones; la audacia feliz por un lado, y la excesiva confianza
burlada por otro .


• Todas las frases, todos los discursos, todos los decretos del mun-
do no bastarán para dar otro colorido á los ojos del público, á un
suceso que todos debieran tener un interés sagrado en borrar para
siempre de la memoria del pais.


»Pero procediendo como lo ha hecho el gobierno, esto es, resuci-
tando el asunto sin renovar la aeusacion y sin traer al sefior Olé-
zaga donde pueda oir la declaracion que le envíe ante el senado; per-
siguiéndolo sin ponerlo en estado de dar aquellas explicaciones que
bastarian para terminar el asunto sin desdoro para nadie, y que-
dando la corona en el alto lugar que debe ocupar; lo que se hace es
empeorar, envenenar un incidente de por si embarazoso y difícil, y
en el que acabarán por hacer del acusado una víctima, la que aun-
que careciera de otros antecedeLtes y de otros méritos, quizás apa-
rezca un día como un mártir, y por consiguiente un objeto de inte-
rés, tal vez de entusiasmo para la multitud.


»Tantos desaciertos por parte de los ministros no pueden proceder
únicamente de error. La sospecha de que algun interés personal,
alguna pasion mezquina motive esta conducta, viene involuntaria-
mente al pensamiento. Los ministros, que en tales circunstancias
deberian haber aconsejado á la Reina que no se diese á los sucesos
pasados otro carácter que el de un acontecimiento polftico al que
correspondia á S. M. permanecer enteramente extrafia, habrán qui-


TOMO 11. 115




910 mSTORU. DEL RiINADO
zás creído dar prueba de celo y de lealtad aconsejando que con ti-
tinuase mostrándose parte, y que por lo tanto debia alejarse de la
corte la persona que habia sido acusada eD nombre de la corona.


»Si tal hubiese sido el consejo dado por los ministros, seria un
cODsejQ insano, un consejo fatal.


.Ni el tronQ como institucion, ni Ja Reina como soberana, nece-
sitan bacer viclimas, ni fundar su prestigio en él quebrantamiento
de las leyes, en la Degacion de los fueros de la justicia.»


IV.


El articulo del Español era un dardo acerado dirigido al ministe-
rio que sucumbia bajo el peso de sus desaciertos.


¿Se proponia provocar el ministerio escándalos con 8US retos y
herejias para tener un pretexto de suspender y prorogar indefinida-
mente las sesiones de las cortes?


¿Pretendia acaso que los diputados de la minoria se presentasen
llorosos y contritos, como pecadores que se acogen al perdon de sus
culpas1


¿Habia formado el intento de ahogar bajo el peso de una mayoría
complaciente y sumisa todas aquellas cuestiones que por su natu-
raleza habian de poner en evidencia los crimenes politicos que ve-
nian cometiéndose desde tres afios á esta parte?


Despues de los grandes escándalos que ocurrieron en Espana; des-
pues de los raptos en calesa y otros atropellos semejantes, era una
locura pensar que las discusiones en aquel período habían de ser
tranquilas.


Dé aquí cómo juzgaba El Clamor Públic9 el arbitrario atentado
cometido con Olózaga :


«Por de pronto acaban de empezar su tarea con la prision de un
diputado electo, que provisto de su correspondiente pasaporte se di-
rigia á esta capital á ocupar en el congreso el puesto que debe á la
confianza de sus conciudadanos. Es muy probable que á este hecho
sigan otros de igual género, cuya perpetracion ha de poner en efer-
vescencia los ánimos para el dia en que se empefle la lucha parla-
mentaria. Quizás se quiera persuadir á ciertas influencias que en
España es imposible el gobierno representativo, haciendo que el con-
greso se convierta en un caos de desórden, anarquía y confusion;




DIL ULTIMO BORBON DI BSPA.ÑA, 811
en UDa fragua ardiente de donde brote continuo fuego. Todo lo te-
memos de UDOS hombres á quienes nada arredra ni contiene en el
camino de reaeeion y venganza por donde corren desbocados, como
si una fatalidad aguijonease sus instintos despóticos para empujar-
los con mayor preeipitacioD hácia el abismo que ha de tragarlos des-
pues de grandes desgracias y desastres.»





CAPiTULO CVH1·


SUMARIO.


Cómo se inaguraba infaustamente el año ~7.-Critica posicion de Lu.is Felipe.-Ridí-
cula y embarazosa posicion del gobierno español.-Escandalosa cuesticn de pala-
cio.-Separacion de los reales eónyuges.-AI ministerio Istúriz sustitúyele el del
duque de Soto mayor, y á este el de Pacheco.-Cómo habia este apreciado la cues-
tion de palacio.


l.


El afto 47 se inauguraba tambien fatidico. Negrosnubarrones
corrian por los horizontes, 'Y cada dia aumentábase ]a electricidad
en la atmósfera polftica hasta el punto de amenazar un gran cata-
clismo.


Los conservadores de todos los paises, aquellos que procuraban
explotar la fuerza de lo antiguo para apoderarse de lo nuevo; aque-
llos que vivian de las i1uliiones y candidez de los unos alimentam{o
las esperanzas y la credulidad de los otros, vejan comprometida su
obra y próximo á desmoronarse el edificio lenta y trabajosamente le-
vantado.


Sus crimenes no excitaban en ellos remordimientos, pero les re-
cordaban que era posible hallaran castigo severo é inflexible.


Luis Felipe comenzaba á comprender lo critico de su posicion, y
sentia desmoronarse bajo sus plantas aquellós cimientos que él creia
imperecederos.


Pero ciego y obcecado, en vez de romper con su ministro mas




DD. ULTIlfO BORBON DIISPARA • 913
ciego y obcecado aun, se oponia constante á todo movimiento pro-
gresivo. En el parlamento la oposicion viéndose combatida por el
peso del mundo oficial donde Ja corrllpcion se ejercia en gran esca-
la, comenzó á agitar la irlea de la reforma electoral ensanchando el
circulo del pais legal para hacer menos sensible la accion de las au-
toridades.


La prensa perseguida y vejada habia levantado hacia tiempo la
bandera de la reforma, y durante el afio 4,7 los curjosos procesos
contra los pares y ministros dilapidadores y asesinos acabaron de l1e-'
nar la medida de las amarguras que el pueblo venia sufriendo, y
prepararon la expiacioD natural, el tremendo castigo que la justicia
popular tarde ó temprano impone.


y cuando el jefe de los doctrinarios, aquel famoso rey de las bar-
ricadas que desoia todas las advertencias, las amistosas de sus an-
tiguos cómplices los Tbiers y los Odilon-Barrot, y las severas y enér-
gicas de los hombres del pueblo que UDa y otra vez atentaban con-
tra su vida sin temor á los castigos que les imponian los tribunales
de excepcion que los juzgaba; y cuando el inventor de las farsas
temblaba viendo próxima su ruina, ¿qué iba á suceder de toda aquella
falange de sectarios que no comprendian mas que un objeto, ele-
varse y mantenerse sobre la multitud á toda costa? -


- 11.


El ministerio comenzaba su marcha parlamentaria en malas eon-
'dieiones, y para que nada faltase al ridfculo veia I~vantarse frente
á su poder el antiguo pretendiente casi apoyado ó muy obsequiado
por 10 menos en Londres, mientras que en Roma' recibía un nuevo
deseDgsiio.


En muchas ocasiones aseguraron los ministros que las negocia-
ciones con la corte pontificia e~laban á punto de terminar satisfac-
toriamente, y que la recoDciliacion se iba á realizar arrancando con
esta!; medidas y pretextos, medidas reaccionarias.


Recientemente la noticia dada por algunos periódicos de Paris,
de que Pio IX enviaba al seftor Marini á la corte de Rspana en ca-
lidad de nuncio para el arreglo definitivo de las diferencias, bastan·
te adelantado, habia hecho estremecer de gozo á los hombres y á los
diarios.que persistian en su errado sistema de abrir los ojos con las




ti , HISTORIA .DEL RBINADO
duras lecciones que recibieran hasta aquí. Mas esta alegria se cam-
biaba en pesar, porque informes mas verídicos denunciaban que )a
tal nunciatura era una humilde demanda del sei'íor Castillo y Ayenza,
hecha con l~ ligereza é imprevision que todas las suyas, y de las
que solo podían sacarse desaires y humillaciones para la dignidad
nacional.


En efecto, parecia que la nota de nuestro hábil diplomático fué
sometida á una congregacion de varios cardenales, donde se denegó
rotundamente la exigencia, declarando que ante todo era indispen-
sable, no como término sino como preliminares de la negociaeion,
que el gobierno espai'íol asegurase al culto y sus ministros UDa do-
taeion honrosa é independiente, dotacion que los mismos cardena·
les reconoeieron como imposible en aquel estado.


Ni las condescendencias de nuestros ministros, ni la cobarde acep-
tacion de mil hechos ofensivos al decoro y. la independencia de un
pueblo libre, ni la radical mudanza que habia habido eu las ideas
y en la política del Vaticano, ni la tutela de la Francia que tanto
valía cerca del nuevo Papa habian podido mejorar el aspecto de
aquellos tratos eternos, donde habiamos recogido y nos quedaba
por recoger cosecha tan opíma de mortificacion, oprobio y ver-
güenza ..


111.


El ministerio no habia logrado ni siquiera un aplazamiento de
p~lrte de la oposicion conservadora que estaba resuelta á conquistar
el poder, creyendo por este medio formar una mayoda compacta
trayendo al partido moderado á la práctica de los principios cons-
ti tueionales.


El rey consorte se habia ocupado, segun decían las crónicas, en
inlr<ldueir eierlas eeoDomias en el regio hogar, habiendo dispuesto
que solo se dieran luces hasta las once de la noche á los cuartos de
la servidumbre, oon lo cual, es decir I disminuyendo las luces ó au·
mentando la osearidad se rebajaban doscientos reales diarios del
presupuesto.


Por entonces ooineidiendo eon esla medida oscurantista cQlllenzó
á brillar ell aquellas regiones la famosa monja de las llagas.




flBL ÚLTIMO BORBON DE ISPAÑA. 9J 5
6Qué signifioaba todo aquel embolismo y qué influencia ejercía en


palacio el hijo de Carlota?
Montpensier habia vuelto á Francia arrancando violentamente á


la nirla de 14. anos del sitio donde nació.
Algunos supusieron que don Francisco con todas sus ínfulas de
a~o de casa, llegaría á dominar en palacio, y supusieron mas que
si dominaba, que si ejercia alguna influencia seria en beneficio del
sislema constitueional. Poco conocedores de ]a familia de Borbon
eran los que alimentaban semejantes ilusiones; poco habian estu-
diado las lineas salientes de la fisonomia y del cráneo del coronel
de Esparia que habia llegado solapadamente á obtener la mano de
su prima.


Solo Carlota por eircnustaneias especiales, habia mostrado aIgun
valor, y para eso, segun dicen malas lenguas, habia en los últimos
momentos de su vida renegado de aquel acto.


Por lo demás, nadie podia ignorar que aquel hombre, el hijo de
Carlota, era el mas inepto, el mas ignorante de los pretendientes. .


El Rey, sin embargo, llegó á comprender que Isabel seguia las
huellas de $U abuela Marfa Luisa. Existia un valido, una persona
que gozaba de la confianza de Isaool y que dominaba en palacio.


IV.


El ministerio Istúriz no pudo resistir por mas tiempo al empuje
de las oleadas; y las cortes vieron sucumbir á los dos curiados nom-
brándose un ministerio de transicion que presidia el duque de So-
tomayor.


El Rey reclamaba su derecho á intervenir como potestad domés-
tica, y viéndose abandonado en su demanda, decidió abandonar el
palacio, retirándose al Pardo. Decia que no volveria á palacio mien·
tras su esposa DO hubiera saUdo para San IIdefonso; pero el minis-
terio que babia recibido las órdenes de la Reina, se lo impide, ma-
nifestándole por medio del ministro de la Guerra que debe desistir de
su determinacion, pues hallándose su esposa en uno de los sitios
reales, su presencia en el palacio de Madrid seria en alto grado pero
judicial y escandalosa.


El asunto es grave. El pais presenciaba con disgusto estas esce-
nas propias y peculiares de Jos Borbones, pero que afectaban á la




916 HBTORIA DEL REINADO
honra y al decoro nacional. Y por esto ocultando la verdadera cau-
sa' la prensa se ocupó de los conflictos de palacio.


El ministerio Sotomayor quiso intervenir para matar en su orí-
gen la discordia que reinaba en el matrimonio; y con este propósi-
to dió órden para que el supuesto favorito saliese de la corte para
evacuar una comision del servicio público. El valido rehusa la co-
misiono que se le da; pero Soto mayor insiste, y negándose de nuevo
aquel, se ve procesado por desobediencia al gobierno


Aquí comenzaba otro conflicto: como militar debia obediencia á
las órdenes del ministerio, como senador no podía ser obligado contra
su voluntad á aceptar comision ni cargo alguno para cuyo dese m-
peno fuera necesario dejar los bancos del senado. El ministerio, pues,
queria un absurdo. Y sin embargo, el gobierno no pudo conseguir
su intento, y des pues del proceso Sotomayor y sus colegas fueron
destituidos. Era lógico.


v.


Pacheco, el pontifice de los puritanos, subió al ministerio, 1')0 por
los medios constitucionales, no por una batalla parlamentaria, sino
porque era necesario favorecer á la camarilla que entonces tenia
visos de liberal.


Con este motivo comienza UDa lucha ensangrentada, porque en
palacio se comprende el gravisimo peligro que corrian los reaccio-
narios.


El bando cortesano adicto al Rey se sale de sus casillas, está po-
seido de la luria y de la indignacion; el periódico órgano de sus as-
piraciones se convierte en UDa trompeta de difamacion é injuria; no
perdona en sus ataques al ministerio ninguna circuostaneia que pu-
diera convenirte para conseguir su descrédito y su desprestigio.


Pacheco considera necesario descubrir el pun lo capital de la disi-
dencia en el real matrimonio, y ocullando la cuestion de sOllpechas
bajo la euestion de potestad doméstica ó de economías ó despilfarro,
dice en el periódico:


«La cuestion de palacio no ha sido nunca esencialmente, ni es en
el dia otra cosa que una cuestion de poder. Si el Rey está separado
de la Reina, si vive á dos leguas de la corte, si no quiso recibir un
dia á los actuales ministrús, si se niega á cuan te le haD suplicado




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DIL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 917
mil personas de suposicion y carácter, que viendo en el estado ac-
tual un peligro para la monarquía, le han pedido repetidas veces
abandonase la senda por donde ha entrado, l' volviera á estar y pre-
sentarse y vivir en eompania de S. M., todo ello' no consiste ni tiene
otra causa que la de que el Rey pretende ser el jefe de palacio, man-
dar y gobernar en él, administrar el real patrimonio ... Ahora bien;
esa euestion de mando, de autoridad, de prerogativa, ¿cuándo nació
y por qué naciói ¿Quiénes han sido causa de ella? ¿Quiénes han te-
nido la desgracia ó la poca suerte de verla estallar en sus manos?
¿Qué parte ba tenido en ella el presente ministerio? .. Debió, y no
pudo menos de nacer á consecuencia de un matrimonio para el cual
no se trató nada, no se preVIDo nada, no se capituló nada. Cosa fa-
bulosa, cosa increible, segun todo~ los cálculos de la razon humana,
y sin embargo, cosa cierta que lodos hemos presenciado: la Reina
de España y su augusto primo se casaron sin ninguna capitulacion,
SiD ningun concieito, sin ninguna avenencia acerca de las reglas por
donde se habia de ordenar su estado futuro. Lo que no se realiza.
jamás entre dos personas medianamente acomodadas, eso se realizó
al contraer sus esponsales doiía Isabel n y don Francisco de Asís ...
En cualquier otro matrimodo, las capitulaciones son usuales y con·
venientes, pero en ningun modo S9n necesarias; en su defecto ahí
está la ley comuo que regula todo lo que es indispensable ... Pero en
nuestro caso, la ley comun era ociosa porque no se podia apJicar á
personas puramente políticas como los reyes ... y sin embargo, no
se hicieron, y sin embargo, el ministerio que entonces regia los des·
tinos públicos concluyó el casamiento sin pensar en ellas, y, absor-
bido en su inefable beatitud, vió que era bueno lo que habia hecho,
y batió las palmas y se proclamó á si mismo héroe, triunfador, in-
mortal!-¿Fué esto, por ventura, ignorancia y obcecacioD vergon-
zosa? ¿Fué algo mas que obcecacion é ignorancia? Nosotros diremos
lo que fué. El ministerio, á pesar de su numerosa mayoría, recelaba
y recelaba con razon de las cortes. Sus yerros, sus discordias, su
debilidad íntima le habian traido á tal estado, que no le era suficiente
vencer con los votos, sino que necesitaba sustraerse á todo género
de discusion. En particular, el negocio de los regios enlaces debia
ser llevado por las cortes á galope, reduciendo al menor tiempo po-
sible la discusion que habian de tener sobre él. Ahora bien, el asunto
de las capitulaciones es todo lo que estas pudieran teser de grave,
de importante, de político, cosa segun la ~onstitucion bajo la auto-


TOllO IJ. 116




918 mSTORlA DIL REINADO
ridad de] parlamento: hubiéranl0 las cortes discutido largamente,
hubiéranse mezclado por ocasion de 'eBo en lo que el ministerio no
queria que se mezclasen. El remedio, pues, no podia ser mas ob-
vio ni mas eficaz; para que no se discuta una cosa, nada mejor
puede inventarse que el que no exista aquella cosa; para evitar todo
debate sobre capitulaciones, se cortó por medio y no hubo capitu-
laciones ... Concurría tambien otro motivo para aconsejar á aquellos
estadistas el mismo resultado. Las ideas del futuro rey eran sospe-
chosas de mas liberales que lo que cJnvenia al ministerio. La des-
confianza respecto á su poder y á su influencia era general en los
dueños de la situaciQD. El porvenir se les presentaba como engen-
drador de sobresaltos y temores. «A.nulemos, pues, al rey (dijeron
en su sabidoria), suprimamos esta causa de rp.celo, no le demos po·
der, no le demos influencia, no le demos PQsicion. Para esto supri-
mamos las capitulaciones, y con esto no será mas que un rey ho-
norario.» Tales fueron los motivos de que no se celebrasen eapitu-
laciones. Vengamos ahora á las consecuencias.-Vasado un término
muy breve, la idea ó el deseo de la potestad doméstica y matrimo-
nial surgia en el ánimo de los regios cónyuges. El marido quiso ser
jefe de la familia: la esposa, que no lo habia dejado de ser, resistió
lo que miraba como usurpacion de sus legítimas facultades. El dijo:
«la autoridad pertenece al hombre,» y ella replica: «la autoridad
pertenece al soberano." f\:Gobierna tú el Estado, le replica él, pue~
que la ConstitucioD me priva á mi de este derecho, mas en lo que
no pertenece al órden politico, en la esfera del palacio, en la admi-
nistracion del patrimonio, la ley civil debe regular nuestras re!acio-
nes.-No, oontesta ella, el que es soberano en el Estado no puede
ser súbdito en la familia; el derecho comun no habla nunca con nos-
otros; mi existencia corresponde toda entera á la ley constitucio-
nal. »-Estalló la lucha, y emprendióse abiertamente el debate du ,-
rante el ministerio del duque de Sotomayor. Este ,ministerio enten-
dia que la mujer aunque soberana habia de ser súbdita en la familia.
De aquí los hechos que eutonces se vieron en palacio; de aquí la
lucha abierta, cuyos primeros lances se remontan al mes de febre-
ro, y que tanto y tan deplorable desarrollo adquirió en el siguien-
te ... Los ministros actuales han conocido que la SitUªCÍOD del Rey
era mata y difícil ,por la falta de capitulaciones, por falta hasta de
dotacion en que le dejó el ministerio de la boda. Deseosos de reme-
diar ~ln ! o posible este desacuerdo, ban dicho al Rey: «V. M. tendrá




DJU. ULTIMO IsOllBON DE ESP A.ÑA. 919
su cuarto con su especial servidumbre, V. M. tendrá su dotacion
propia, y en su dotacion y en su cuarto V. M. dispondrá como pla-
gue á su gusto.» ¿Quién tiene la culpa de que estas proposiciones
no hayan bastado á S. M., Y que, contestando á ellas, haya insis-
tido como antes en que quiere administrar el patrimonio, en que
quiere mandar y disponer en palacio? Los ministros no podrán con·
sentir en ello sin abandonar los derechos de la Reina, y semejante
abandono, cuando existe, no tiene en el mundo otro nombre que el
dó traic¡on.»




CAPITULO CIX.


SUMARIO.


Falta de fibra revolucionaria en los jefes del partido progresista.-Situacion de fuerza
y de arbitrariedad.-Inutilidad de la oposicion parlamentaria.-Cuadro de los
beneficios que reportó á la nacion el gobierno moderado en cuatro años.-Torpe-
za de las eminencias progresistas.-Incalificables párrafos del Clamm'.


I.


El partido liberal habia hecho un gran esfuerzo, y llevaba sus
adalides á la lucha de donde hábilmente y por inicuos medios los
habia arrancado tres aftos antes la desatentada reacciono


¿Comprendian los hombres que dirigian las huestes del progreso
su posicion y sus deberes? ¿Sabian cumplir con lo que de ellos se
exigia, la crisis tremenda en que se encontraba el país? ¿Iban á mos·
trar la energía necesaria en medio de aquel cataclismo de las ins-
tituciones, en medio de aquella profanacion de la honra de la patria,
en medio de aquella degradante corrupcion que se habia erigido en
sistema?


No; DO tenian los hombres del progreso el temple ni la fibra de
revolucionarios. Algunos habían adquirido por la costumbre y por
]a práctica hábitos de conspiradores; muchos tenian el valor nece-
sario para arrostrar los peligros de la lucha por desigual que fuese;
otros se hallaban dotados de la sangre fria, de la serenidad que exige




DEL ULTIIIO BORDON DI ESPAÑA. 921
en circunstancias dadas el carácter del hombre publico; pero DO ha·
bia allf, lo repetimos, la fibra revolucionaria.


y sin embargo, solo con el escalpelo, con el hacha podia aspi-
rarse á destruir los obstáculos amontonados por la corte, solo con
la antorcha destructora reduciendo á pavesas el mal fraglJado edifi-
cio de la reaccion, podia pensar en llevar á la práctica sus principios
el partido progresista.


Habia tenido bajo la dependencia y sujeta bajo la direccion de
sus hombres en Jo mas tierno de su edad, en la edad de las impre-
siones, á la niña Isabel. Sus hombres tambien la babian halagado
declarándola mayor de edad, satisfaciendo esa ambicion pueril que
el nino siente aspirando á convertirse en hombre, aspirando á salir
de la tutela. Esa ambicion que en los reyes tiene un significado mu-
cho mas lato, y que Isabel vió cumplirse cifiendo UDa corODa en
medio de las fiestas, en medio de las felicitaciones, en medio del
servilismo y de la bajeza con que los cortesanos saben acompanar
estas escenas.


/, y qué habia sucedido~ ¿Por qué manera aquella oifla habia mos-
trado su agradecimiento á los unos y á Jos otros, á los que la edu-
caron y á los que la hicieron adelantar un afio en la vida natural?


11.


La mas inicua de las ingratitudes, el desprecio y el descoco mas
cinico acompanaron á la evolucion comenzada con, el ejercicio del
poder, por aquella Reina en miniatura.


Tres aflos de despotismo palaciego; tres aflos de reaccioo ¡oh.me
y sangrienta; tres afios de mreasmos dirigidos al pais liberal; tres
anos de insultos al pueblo aherrojado; tres aflos de orgfas en que
todas las instituciones habian naufragado. en que todos los derechos
habian sucumbido, en que se cercenaban todas las garantías, en
que se vertia 19. sangre á torrentes por el capricho de UDas mujeres
y para preparar el desenlace del matrimonio como meJio de conti-
nuar en adelante escenas odiosas, escenas de escándalo, escenas de
degradacion incalificables.


No negaremos que el sistema tributario bueno ó malo era una
reforma y que en la administracioD de todos los ramos se habia pues-
to cierto método que no- existia. Pero ¡cuánto dinero, cuánta sangre,




9 ~ i HISTURIA DBL RBllUDO
cuánta infamia habian costado esas insignificantes reformas cuya
utilidad era muy contestable!


En cambio el país estaba dominado por la dictadura militar; en
cambio DO existian la Constitucion ni las leyes, y el parlamento no
habia sido consultado en las mas graves cuestiones que se habían
promovido; Isabel estaba casada con un principe imbécil, fanático
é ignorante, sujeto al hecbizamiento como Carlos 11, y reducido á
ser el instrumento de la canalla clerical, que no otro nombre puede
darse á las que fingiéndose milagreras abusan del sacerdocio y de
la autoridad: religiosa para convertir en lupanares inmundos las
easas que crean para el recogimiento y la meditacion ...


¿Cómo era posible poner remedio á aquella situacion de fuerza.
cuando cada general en su distrito y cada jefe político en su pro-
vincia y cada alcalde elegido de real órden al frente de su munici-
pio se creian otros tantos reyes cuya autoridad nadie podía contra-
restar? ¿Qué importancia tenian los discursos en que se demostraran
las arbitrariedades cuando las autoridades podian tapar los oídos de
los ciudadanos, cuando el gobierno se permitia atacar de frente la
inviolabilidad del diputado arrancando al parlamento sus preroga-
tivas y burlando á Jos electores en el ejercicio de su derecho?


A.bsolutamente era impracticable é impotente la oposicion parla-
. mentaría para luchar contra los que no morian, ni se dejaban ven·
cer por empacho dH legalidad.


111.


y los progresistas se bailaban entonces dispuestos á proseguir
una campana legal contra aquellas gentes que vivian en el seno de
fa arbitrariedad y del despotismo; papel que habian desempei'íado
sin gloria ni provecho los moderados de oposicion, y con mucha ha-
bilidad en estilo festivo el ciudadano OreDse; pero que ningun re-
sultado babia obtenido mas que provocar la hilaridad y á veces los
insultos de las mayoríasfaeciosas y facticias, que la corte sabia traer,
como en -el parlamento de 1 Si 7 habia sucedido.


Repetimos, pues, que el partido progresista debió aprovechar
aquellos momentos de lucidez para organizarse como lo hizo, y para
llevar al parlamento la energia y la firmeza y la actividad del espí-
ritu revolucionario. Pero coofiar en la legalidad de sus adversarios




DIL ÚLTiMO BORBON DE ESPAÑA. 913
y batirles con nobleza, cuando elJos acudían al arsenal de toda clase
de armas vedadas, era candidez y necedad notoria. Por eso no nos
detendremos en la oarracion de aquella campaña; por eso pasaremos
por alto los primeros meses del año 47, que ya en breves frases
hemos dado á conocer.


El ministerio Moo habia cedido su puesto á Soto mayor. Sotoma-
yor dominado por las influencias palaciegas del rey consorte, no
pudo resistir á las influencias de la camarilla de Isabel que levantó
el ministerio Pacheco, Salamanca, Pastor Diaz, Mazarredo, Benavi-
des y demás compafíeros puritanos.


Las cortes DO habían ejercitado su influjo, y aunque algunos pre
tendían ver en la elevacion de los puritanos un paso para el lIama-
miento de los progresistas, lo positivo es que el poder camarillesco
que dictaba á Isabel su voluntad aun faltando á sus antecedentes
iba acaso á resolver la cuestion en favor de los mismos moderados,


IV.


6 Y qué representaba. en el poder aquella. parcialidad que desde
largo tiempo venia reclamando la gestion de los negof3ios públicos~


Representaba la duda, la incertidumbre, la vaguedad de la es-
cuela. moderada. relajacion de todos los vínculos políticos; y como
eran mas débiles y menos audaces que las otras fracciones mode-
radas, les era preciso mostrarse mas expansivos con los partidos
liberales. Y si el partido progresista no sabia, no queria, ó no po-
dia aprovechar las circunstancias, forzoso era conocer que no podia
culpar á nadie de iU desgracia~ patentes pruebas tenia de que Isa-
bel no era favorable á sus jefes; que en Palacio no podia hallar ca-
bida; que los moderados habian burhtdo una vez su credulidad para
hundirle en el polvo,paramancharle oon raudales de sangre.
. ¿Debía mostrarse generoso y leal cuando todos le habian vendido
inicuamente?


¿Podía decirse ignorante de todos esos hechos?
fié aqut cómo recapitulaba .el Clamor Público los sucesos; for-


mando to que llamaba el cuadro sinóptico de la situacioD.
«Por toda respuesta al cargo absurdo que el Faro de ayer y al-


gunos otros periudicos se atreven á dirigir al partido progresista de
haber traído las cosas al lamentable estado que tienen, presentare-




92' HISTORIA DEL REINADO
mos un sucinto cuadro de Jos beneficios que proporcionaron á su
patria los moderados en cuatro aftos de absoluta y exclusiva domi-
nacion.


FAMILIA REAL.- Bajo el gobierno de los moderados ocurrieron
en menoscabo del prestigio del trono desde 18i3 basta el dia, los
hechos siguientes:


Prz'mero. El escándalo sin ejemplo de la acusacion de Olózaga.
Segundo. La publicacion del matrimonio de conciencia de doña


María Cristina con don Fernando Muñoz, por cuyo fausto suceso
se obligó al pueblo español á pagar tres millones de reales á la viu-
da de Fernando V!1.


Tercero. El destierro violento del reino del infante don Enrique,
para privarle de la mano de Isabel 11, atentando á su persona y á
su clase. '


Cuarto. El matrimonio de nuestra Reina celebrado con el único
candIdato designado por la Francia.


Qw:nto. La boda simultánea de la infanta doña: Luisa Fernanda
con el duque de Montpensier, á pesar de las protestas de todos los
partidos, excepto el afrancesado.


CON5ECURNC(-\S l.l& ESTOS RECRos.-Regreso de Olózaga Hamado
por S. M; expatriaeion voluntaria ó forzosa de dona Ala ría Cristina;
casamiento desigual del inCante don Enrique con pérdida de sus dc-
rachos á la corona; separacion de los regios consortes de un modo
público y estrepitoso; salida violenta del iofante don Francisco y de
su bija de palacio, coo visos de destierro y de resultas de desave-
nencias misteriosas; viudez y aislamiento de S. M.; rotura de la
cordial inteligencia entre Francia é Inglaterra y shltomas de una
próxima guerra europea.


Nota. Hé aqui el resúrnen de los bienes y las felicidades que de-
be la familia real al gobierno de los moderados.


ORDEN POdTIco.-Seguridad individual.-Eo el mismo periodo
hubo cerca de dos mil destierros gubernativos, quinientas prisiones
arbitrarias, y un gran número de fusilamientos sin forma de pro-
ceso.


USURPACIONES DE LA POTBSTAD LEGISLATIVA.-Los ministros mode-
rados legistaron de real órden sobre Ayuntamientos, milicia nacio-
nal, imprenta, conversion de créditos, pensiones, bienes naciona-
les, impuestos, quintas y reemplazos, Bolsas, sociedades anónimas, .
subsistencias, sistema monetario, organizaeion del ejército, derecho




DIL ULTIIlO BORBON DI ESPAÑA. 9io
de hipotecas, venta de encomiendas, subasta de Jos azogues y em-
préstitos, etc. etc.


INFRACClúN DE LA CONSTlTuGloN.-Ascienden estas á mil cuatro-
cientas sesenta y una, porque ni un solo dia se ha oDservádo en
cuatro anos.


URDEN ADMINiSTRATivo.-Cada ministerio ha sufrido en estos cua-
tro años cioco arr~glos y un sinnúmero de transformaciones. Los
Ayuntamientos están convertidos en oficinas ministeriales; las Dipu-
ciones provinciales reducidas á cero; los Consejos de igual clase solo
sirven de estorbo; el presupuesto de gastos asciende á niil trescien-
tos millones; los contribuyentes pagan impuestos exorbitantes; el
pueblo no tiene pan.


ORDEN MORAL.-Las fortunas improvisadas, las compras y ven-
tas de conúiencias, y la rehljacion de las costumbres que se nota en
todos los dominios de la situacion, prueban los adelantos que hemos
hecho en punto á moralidad.


RESULTADO.-El goLieroo de los moderados ha dado en cuatro
anos por resultado, un divorcio en perspectiva á los cuatro meses
de casada S, M., la mas lamentable discordia en el palacio, una
completa anarquía en el gobierno, y la mayor reIajacion en todos
sus vínculos sociales.»


v.


La fotografía era exacta, ia situacion se reflejaba con todos sus
caractéres; los progresistas ponian el dedo en la llaga; pero menos
audaces que Gonzalez Bravo. faltos de tino y de energia no se atre-
vian á cortar por lo sano, no buscaban un remedio radical y se con·
tentaban con paliativos.


El mal radicaba en la familia de Borbon; el cáncer que debia de-
vorar á España, que la aniquilaba paulatinamente, consumia su
sangre y sus tesoros, era aquel trollO caduco, institucion exótica en
España conJenada por la razon y por el progreso á desaparecer, y
que los progresistas, aquellos hombres sobre quienes tendia el lá-
tigo, cuya lengua amordazaha, pretendian sostener haciéndole acep-
tar uca fingida libertad que no podia servir al pueblo de garantía,
porque siempre estaba á disposicion del poder de aquella monar-
quia á quien se dejaban á título de decoro y prestigio prerogativa8
que Hacían infecunda é infructuosa la eleccion popular.


TOMO Il. llí




916 HISTORIA. DEL REINADO
Nada habian aprendido los hombres eminente" las capacidades


del partido progresista.
Olózaga soiiaba aun con aquella sociedad á la inglesa que de-


bia levantar una aristocracia en el siglo XIX cuando el hacha ni-
'Veladora de la r~volucion habia segado dos millones de cabezas para
concluir con todos los privilegios, para exterminar todos los abusos,
para proclamar el reinado de la fraternidad, para hacei posible el
restablecimiento de ia justicia y del derecho.


Cortina vivia aun y debia vivir siempre en esa esfera ideal del
equilibrio de los poderes.


Los Madozes y comparsas no tenían ni podian tener nociones cla-
ras de 10 que es el progreso y ]a libertad. Como los conservadores
vivian al dia, aceptaban Jos errores de la escuela doctrinaria, y en
el bando progresista que habia proclaILado y practicado en 1812 el
gran principio de la soheranía nacional, única fuente del derecho,
única legitimidad posible para el poder; en el bando progresista,
que cercenaba cada vez mas las garantias populares y transigia con
la corona á trueque de subir á la gestion de los negocios públicos
hasta el punto de aceptar primero la Constitucion del 37 I Y ahora
la radical reforma de Narvaez, ¿era lógico seguir la conducta que
habia adnptado?


VI.


¿Podia comprenderse, en verdad. que en el mismo número del
periódico que tan claramente exponía la situacion se hallaran los si·
guien tes párrafos?


«Sobre los intereses de banderia están los principios para decidir
constitucionalmente la cuestioD, sin que sea bastante para declinar
su fallo el que favorezca á uno ú otro partido. Si los progresistas
saliesen victoriosos de la lucha, será una prueba palmaria de que
sustentan las sanas doctrinas del gobierno representativo, y de que
sus contrarios pugnan por infringirlas y anularlas.


»Brevemente recapitulamos en nuestro número del martes las ra-
zones constitucionales que aconsejan la disolucion. El desacuerdo de
las cortes con fa opinion pública, su organizacion opuesta á todo
ministerio de cualquier matiz polftico, su pugna abierta con la vo-
luntad de la corona, son motivos bastantes y sobrados para consul-




DEL ÚLTIMO BORBON DI ISPAí.,\. 9!7
tar de nuevo el voto de Jos electores, buscando la única solucion po-
,ible y legal á los intrincados problemas y graves conJJictos de la
época. !


.Si las invectivas de nuestro colega recayesen sobre una medida
violenta y anticonstitucional, fazon le asistiria para dirigirnos tan
duro cargo; pero nosotros proponemos UDa cosa que se halla en el
circulo de las facultades de la corona, el ejercicio de la prerogativa
consignada en la carla, y 108 moderados que en 1889 disolvieron
unas cortes recien elegidas bajo el imperio de un gabinete de su ma·
tiz politico, no debian escandalizarse de que sus adversarios aboga-
sen hoy por una determinacion semejante respecto á otras que en
los cuatro meses de sus tareas legislativas han puesto bien en evi-
dencia todos los inconvenientes y obstáculos que suscitan al buen ór-
den y régimen del Estado.


»Para que resalte mas la inconsecuencia de los progresistas, ob-
serva el periódico de la mafiana que desaprobaron la clausura de las
cortes, y ahora critican su anunciada convocacion. Este cargo es in- .
fundado respecto al Clamor, que desde un principio aprobó que se
suspendiesen las cortes, considerada esta providencia como precur-
sora infalible de la disolucion. Lo que nosotros reprobamos enton-
ces y condenaremos siempre, es que continuasen interrumpidas in-
definidamente las tareas legislativas, flue se prescindiese del con-
curso de las cortes para gobernar, y que el ministerio, prevalién-
dose de la suspension, usurpara una dictadura injustificable. Por
este motivo se concilian perfectamente nuestras quejas enérgicas
contra las usurpaciones del gabin9te, con nuestra resistencia á la
reunian aplazada para octubre. Queremos cortes que funcionen en
la plenitud de sus prerogativas parlamentarias; pero otras distintas
y compuestas de diversos elementos que las actuales.


:nQue hubo manejos ilícitos, fraudes y violencias en las últimas
elecciones, lo prueban las denuncias justificadas de los periódicos y
los anales del congreso. A ellos remitimos al Heraldo para que se
conv~nza de una verdad que está en el corazon de todos los espa-
fioles y que en vano se empelia en negar por espiritu de partido.


»Resultado necesariJ de estos amafíos fué que la apioion pública
no estuviese nunca fielmente representada en el congreso. Provin-
cias hubo donde no se presentó á votar un solo elector progresista,
y otra donde los hombres de nuestras doctrinas tuvieron que aban-
donar el campo cediendo á coacciones irresistibles. ¡, Y nada ha ocur-




918 msTORIA b:ll. RlINADO
r~do desde entonces para cambiar la faz de los negocios públicos, y
para ilustrar la conciencia de los electores? ¿El regreso de los emi-
grados progresistas no alcanza influjo? ¡,Las escenas escandalosas
que hemos presenciado no tendrán ningun peso en el juicio de los
electores? ¿Las benévolas disposiciones de fa corona no han cerrado
la puerta al régimen de las venganzas y el terror? Esos hombres que
piden la reunion de las eortes y la organizacion de un ministerio se-
gun la mayoría que aseguran haber en ellas, ¿se atreverán á decir
de buena fe que puedan volver al mando Jos Narvaez, Mones y Pi-
dales, sus jefes y representantes legítimos? ¿Que pudiera volverse
de nuevo á su sistema sin correr gravfsimos riesgos?


-Aunque se prescindiese de todo, y por eontentar la ambicion de
ciertos hombres fueran. llamados al poder aquellos personajes fu-
nestos, se verian muy luego obligados á dimitir el mando, Ó á di-
solver las cortes, porque serian impotentes para resistir la oposicion
combinada de puritanos y progresistas. ¿No fué esta oposicion la que
derribó á los senores Mon y Pidal? ¿No fueron sus votos reunidos los
que salvaron al gabinete Pacbeca en la sesion del !9 de marzo?
¿Y quién responde de que no se reproducirian las mismas escenas,
eaiJo el ministerio Pacheco, y despechados mas y mas sus parciales
con este suceso?


-Contra argumentos tan concluyentes se invoca en vano la vo-
tacio!) del 16 de marzo en favor del ministerio Sotomayor. No te-
nemos tan infeliz memoria, ni los acontecimientos se bailan tan le-
janos para haber olvidado la fndole de aquel voto suspicaz, que mas
que de apoyo, debe calificarse como de censura al gabinete que ya
se divisaba en el horizonte. No rué la conducta del ministerio Casa-
(rujo la que mereció el favor de la mayorfa, SiDO sus principios po-
líticos, y las dudas que pudieron dejar los términos ambiguos de la
proposicion, se encargaron de aclararlas los seriores Pidal y Sarto-
rius dirigiendo al ministerio cargos gravisimos. Sin temor de ser
desmentirlos aseguramos que la combinacion mixta, obra de) mar-
qués de Gerona, fué reeibida por el congreso de un modo desfavo-
rable, que á ella se mantuvo bostil constantemente ]a parcialidad de
los célebres cunados. y que el apoyo condicional que esta le prestó
fué en odio de los puritanos, sin renunciar á sus designios de su-
plantarla á beneficio de una modificacion parciaL ó de un cambio
completo, que entronizase otra vez la política, que en lugar de re-
sistencia se ]Jamaria mejor de agresion y de exterminio.»




CAPiTULO ex·


SUMARIO.


l\esultados escalldaloso~ del matrimonio de [sabel.-Ministerio puritano.-Esperanzas
de los pl'ogresistas.-Intervencion española en los asuntos de Portugal.-Capitu':
lacion de Oporto.-Ataques al ministerio Pacheco.-Peripecias en la cuestion de
palacio.


1.


El partido progresista habia creido mas prudente que evccar los
recuerdos de los grandes crimenes cometidos por el poder, ampa-
rados por la niña candorola en cuya defensa habian vertido tanta
sangre, andarse en cabildeos y transacciones.


La niña Isabel disgustada de los casamenteros que restringiendo
!os honestos pa.~atiempos en que se ocupaba habian llevado al lecho
un compañero imbécil y fanático, procuraba en aquellos momentos
aplazar su obra de destruccioD, y renunciaba al placer de amonto-
nar víctimas por el capricho del momento.


Ya hemos visto en anteriores capitulos la gran cuastion de pala-
cio; ya hemos visto que aquel contrato matrimonial hábilmente ela·
borado con una paciencia exquisita, con una constancia sin ejemplo
por las grandes notabilidades de Europa; aquel matrimonio en el que
todos los diplomáticos habian fijado su ojo perspicaz durante cinco
allos de angustias y sobresaltos, habia sido violado por Isabel, el
ángel puro, de UDa maDera implacable en tres meses y medio.




930 HlSTOIUA DEL REINADO
El marido de la Reioa de EspaDa, como el hijo pródigo, babia


huido del palacio donde tantos pretendían penetrar temerosos sin duda
de las corrientes del Guadarrama que azotan las paredes del edificio
llevando envueltos en los pliegues-del céfiro que arrastran la muerte
y el exterminio.


Isabel salia todos los dias á pasear por las calles de la capital en
companía de una cunada suya, j6ven é inexperta tambien; y estos
paseos viéronse interrumpidos porque un senor, La Riva, tomó cierta
tarde un carruaje y le mandó detener cerca de la fonda de Penin-
sulares. ¿Qué podia motivar la estancia en aquel sitio de aquel car-
ruaje durante algunlls minutost La policía pudo averiguarlo. Su-
púsose que una bala habia atravesado la calle haciendo impercep-
tibles señales en una fachada frente á la fonda antedicha.


Hablóse por algunos días de este misterioso suceso; pero los acon·
tecimientos se precipitaban, y nadie por otra parte dió crédito á Jos
rumores, ni á las denuncias de la policia.


Pero el Rey habia creído ver sombras y las habia huido. Su fa-
milia aposentada en palacio fué nuevamente dispersada.


Un periódico publicó para escarnio y vergüenza de aquellos mo-
nárquicos de ocasion, la siguiente comuDicacion:


«Ministerio de la Guerra.-Excmo. sañor.-He puesto en cono-
cimiento del Consejo de senores ministros el oficio que desde el real
sitio del Pardo se sirve V. E. dirigirme con esta fecha, noticián-
dome que S. M, el Rey ha determinado trasladarse en el dia de ma-
ñana á esta capital, para que yo disponga que á las nueve de dicho
dia se halle establecida (en palacio sin duda) la guardia de costumbre.
El Consejo de ministros, en cumplimiento de las órdenes que tiene
recibidas de la Reina (Q. D. G.) se ve en la precision tle 'manifestar á
V. E. por mi conducto y en respuesta á su citado oficio, que siente
esta determinacion de S. M. el Rey, y que desea vivamente se dig-
ne desistir de ella, trasladándose á cualquiera otro de los sitios rea-
les si DO quiere continuar en el Pardo; pues por las obvias razones
que no pueden ocultarse á su penetracion, esta venida seria sobre-
manera perjudic.al en las circunstancias presentes. Si á pesar de Jo
dicho insistiese el Rey, no podria el Consejo prescindir de exponer á
su real consideracion con todo el respeto debido á su augusta per-
sona, que S. M. la Reina no le da su consentimiento para venir al pa
lacio de Madrid, abora que la misma augusta señora se encuentra en
el real sitio de San llde/onso. Sírvase V. E. hacerlo así presente á




DEL ULTIMO BOIlBON DI ESPAÑA. 931
S. M. el Rey, y trasmitirme su resoJucion.-Dios etc. Madrid 18 de
julio de 18i7.-A las once y media de la noche.-Mazarredo.-
Excmo. sellor marqués de Alcallices, mayordomo mayor de S. M.
el Rey.»


JI.


La gran cuesUon de palacio habia hecho caer al ministerio Mon.
Esa cuestioD habia provocado la caida del ministerio Sotomayor le-
vantado el ~8 de enero, y que habia tomado' cartas resolviendo á
favor del Rey la cuestion de autoridad doméstica.


y entretanto aquellas cortes babian quedado en suspenso; y los
progresistas creyendo en las buenas sellales de los tiempos, y en la
benevolencia é intimidad de la nilla, que no habia sabido impedir
)0 destruccion de )a familia de Zurbano, se lisonjeaban de subir al
ministerio, tras de aquel ministerio Salamanca-Pacheco.


¿Qué haciau los puritanos en el poder? ¿Qué plan, qué proyectos
beneficiosos al pais venian desenvolviendo?


Orden pura que el Banco de San Fernando admitiese el depósito
de acciones del, ferrocarril de Aranjuez, del cual era casi único em-
presario el sellor Salamanca, abonándose la diferencia por el Te-
soro en provecho del banquero puritano: hé aquí el ministro de Ha-
cienda.


Circular disponiendo que los Ayuntamientos se suscribiesen á la
Coleccion de Gódigos que iba á dar á luz la Publicidad, de cuya em-
presa era presidente y principal accionista el serior Pacheco: bé aqui
el ministro de Estado.


Editor responsable de las órdenes que anteceden: hé aqui el mi-
nistro de Instruccion pública.


Circular á los obispos para que renunciasen sus mitras con men-
gua y desdoro de las regaifas de la corona: hé aquí el ministro tia
Gracia y Justicia.


Regalo de cincuenta millares de cigarros á los jefes y oficiales de
la guarnicion: hé aquí el ministro de la Guerra.


Regimentacion de la policía pública fJ reservada por brigadas y bao
tallones: hé 'aqui el ministro de la Gobernacion.


Cero al cuociente de todas estas disposiciones: bé aqui el minis-
tro de Marina.




93! HISTORIA. DEL REINADO
Gracia de la banda de Maria Luisa para las esposas de los sello-


res Pacheco, Salamanca y Mazarredo: hé aquí el ministerio.
En el asunto de palacio los puritanos se dejaban mecer blanda-


mente en el lecho de espinas por las influencias q.ue los habían ele-
vado. Dajaban aumentar el escándalo, se imponían al Rey y daban
á los infantes carta blanca para contraer matrimonio, as' como los
moderados habiao escatimado y regateado los aspirantes ma~rimo­
niales.


HI.


El ministerio Pacheco habia seguido tambien otro tilon de gloria
descubierto por el partido moderado.


Era ese fi!on el prurito de intervenir en Portugal para sostener á
dona María de la Gloria y á sus desgraciados consejeros. Porque los
Cabralistas habian conseguido que la hija de don Pedro comprome·
tiese Sil corona, presentándose hostil completamente á los :deseos
del pueblo liberal y reanimando á Jos Miguelistas, que se prome-
tiaD segura la rt"stauracion.


El general Concha fué el encargado de la expedicion que se ve-
rificó de acuerdo con Inglaterra y Francia. Nuestros soldados no ga-
naron grandes batallas; pero tampoco conquistaron el aprecio del
pueblo portugués. Esa antipatia natural entre dos pueblos que sien-
do hermanos han llegado á dividirse, iba borrándose gracias al es-
piritu liberal y al progreso de las ideas; pero nuestros políticos, que
son gente de vista corta y de malos instintos, han ido creando siem-
pre nuevos motivos y ocasiones nuevas para impedir que se es-
trechen los lazos que rompió la ambicion y la perfidia de los reyes
y de los favoritos.


y los puritanos no desmintieron tos antecedentes, no retrocedie-
ron del camino trazado por los ministerios que habían autorizado al
embajador Gonzalez Bravo para comprometer la honra del pueblo
español.


La guerra civil que íbamos nosotros á destruir en Portugal de-
vastaba nuestras campirias. Los matinés pululaban por las monta-
nas de Cataluña, por las campiflas de Valencia y las llanuras de
Cast.illa.


Los liberales portugueses que bacia mas de medio ario ocupaban




DBL UI,TIMO BORBON nE ESPAÑA 933
la ciudad de Oporto y una gran parte del territorio portugués, re-
sistian toda interVtlncion extraíla.


Pero habiendo llegado las tropas espaílolas que Concha mandaba
á acampar en las inmediaciones de la poblacion, antes que hosti-
lizar á sus antiguos hermanos los patriotas portugueses, el baron
de Loulé en su nombre, aceptaron el siguiente tratado de capitula-
cion:


Art. 1.0 El fiel y exacto cumplimiento de los cuatro arUculos de
la mediacion, y garantido por los gobiernos a1iados.


Art. ~. o La ciudad do Oporto, VilIanova de Gaya y las fortale-
zas de uno y otro lado del Duero serán ocupadas porlas fuerzas del
ejército de S. M. católica, las cuales recibirán las armas de los cuero
pos de línea y voluntarios que obedecen á la Junta, entregando un
pase ó pasaporte gratuito á las personas que tuviesen que salir de
Oporto para los pueblos de su residencia, y dándose de baja á ]os
soldados de linea que hubiesen cumplido el servicio, y tambien á los
que se aHstaron durante esta lucha para servir hasta su conclusion ..


Art. 3. 0 Las fuerzas de S. M. Católica ocuparán exclusivamente
desde el dia 30 la ciudad, Villanova de Gaya y los fuertes y reduc-
tos de UDO y otro lado del rio hasta que la traDlJuilidad esté com-
pletamente restablecida y no haya recelo de que pueda ser alterada
por su ausencia, y mientras las fuerzas aliadas se conservaren en
Portugal, habrá una fuert~ gl1arnicion de ellas en la ciudad de Opor-
to. En el mismo tiempo el castillo de Foz será ocupado por las tro-
pas inglesas, y en el Duero se establecerán algunos 'buques de
guerra de las tres potp.ncias aliadas. La época d¡; ]a entrada de las
tropas pnrfugUf'SAS en la ciudad será mareada por las potencias
aliadas.


Art. 4. 0 La propiedad y seguridad de los habitantes de Oporto
y de todos Jos portugueses en general, quedan confiadas al honor,
proteccion y garantía de las potencias aliadas.


Art. 5. 0 El ejército de la Junta será tratado con todos los hono-
res de la guerra, siendo conservadas sus espadas y los caballos de
su propiedad á los oficiales.


Art. 6. o Se concederá pasaporte á cualquiera persona que quie-
ra salir del reino, pudiendo volver á él cuaado le convenga.


Art. 7,' Las tres potencias aliadas emplearán sus esfuerzos
para con el gobierno de S. M. Fidelísima, á fin' de mejorar la con-
dicion de los- oficiales d~) antiguo ejército realista.


TOllO n. 11&




934 mSTORI! DEL REINADO
Art. 8: Los comisionados declararán fielmente su sentimiento


de que no quepa en sus facultades el tomar conocimiento del arti-
culo abajo trascrito, pues lo juzgan de toda justicia; y confian que el
gobierno de S. M. Fidelisima tomará este asunto en la debida con-
sideracion. Los oficiales de la primera línea al servicio de la Jun-
ta serán equiparados en las promociones hechas ya para el ejér-
cito de Lisbna, y en las que en lo sucesivo se hicieren, con los
oficiales de aquel ejército segun su resl'J8ctiva antigüedad.»


IV.


La cuestion de palacio siempre sobrenadaba entre todas las cues-
tiones; á los artículos de la prensa, en que los monárquicos por
excelencia se permitian revelaciones acerca del interior del hogar,
en el alcázar de la plaza de Oriente, sucediail comunicados de los
ministros de las administraciones Moo-Pidal y Bravo Murillo-San-
tillan, Unos y otros negaban que el Rey hubiese pretendido interve-
nir ni administrar los bienes patrimoniales; yel Faro acusaba á los
.progresistas de que se proponian explotar el apoyo de Ja influencia
extralegal que dominaba á la inca"la ióven que regia los destinos
del pais.


Los progresistas reclamaban contra esta suposicion pidiendo al
Tiempo y al Far() que fuesen completamente explicitos, que descu-
brieran dónde exisUa esa influencia para atacarla de frente como lo
exigia la severidad de sus principios, anatematizándola entre tanto
y exigiendo que en caso de ser cierto el hecho, la persona á quien
se atribuyera aceptase la responsabilidad de sus actos ó se conde-
nase al ostracismo para acallar la maledicencia.


Así pues, todos protestaban sumo respeto á la monarquia, 'todos
querian darle brillo y decoro, todos anhelaban que terminasen cuan-
to antes las diferencias suscitadas entre Francisco é Isabel de
Borbon.


Pero entretanto y como si los Borbones tuviesen realmente enemi-
gos en todas las esferas, era lo positivo que cada decJaracion de Jos
aduladores ó de Jos que pretendían evitar la maledicencia venia á
encubrir mas y mas con nuevas nubes aquel misterioso suceso.


El Bspectador del dia t9 de junio de 184:7 publicó una última
hora en que refiriéndose á la verbena de San Pedro noticiaba que




DEL ÚLTIMO BORBON DI BSPAÑA. 935
Isabel habia bajado á gozar en esa fiesta campestre, obsen'ándose
que una persona muy conocida acompañaba á esta senora.


Algunos interpretaron esta noticia y el Espectador tuvo que su-
frir grandes reconvenciones, viéndose obligada la Ju nta de gobier-
no y directiva á declarar en el mismo periódico que vista la indigna
composicion que habia producido en todos los hombres del partido
progresista profundo sentimiento, habia adoptado las siguientes me-
didas:


Primera. Publicar que el autor del suelto referido era don Feli-
pe Diez Robledo.


Segunda, Separar al señor Robledo de la Junta directiva del Es-
pectador, de que ha sido miembro.


Tercera. Devolver al mismo seilor las cantidades que como ac-
cionista haya desembolsa~o para el fondo de la sociedad.


v.


Tales y tan graves eran las acusaciones, tan violentos los ataques
que se dirigian al ministerio, que á pesar de los brillantes triunfos de
Concha en Portugal; á pesar de las medidas salvadoras del crédito .
que con aplauso del Banco Espanol adoptaba Salamanca; á pesar de
la prodigalidad con que se premiaban los servicios concediendo la
gra adeza de Espafía al genbral vencedor, la cuestion candente de
palacio traia asendereado al ministerio, y los artículos de ministe-
riales y opositores todos moderados dejaban al gobierno en berlina,
dando ocasion á que el Clamor uno y otro dia acusara á l('s puri-
tanos de estar supeditados á una influencia ilegítima para sostener-
se en el mando, infringir las leyes, usurpar las prerogativas de las
cortes y atentar contra la Constitucion.


Bien es cierto que los ministros, muchos generales y hombres po-
Hticos se distraian en el real sitio paseando por los jardines y go-
zando de la frescura y de las diversiones que el campo proporciona
en la estacion calurosa,


AlU Isabel no se veia subordinada á los figores de UDa etiqueta
suspicaz; y mientras su esposo lanzaba quejas y amenazas, veia con
menos disgusto las perturbaciones de la política.


El Clamor insertó un día las siguientes líneas que debian tran-
quilizar á los que tanto hablaban de influeneias ilegitimas:




936 HISTORIA DEL REINADO
ClCA.yer á última hora se aseguraba como un hecho positivo, que


el general Serrano seria llamado para formar un nuevo ministerio.
Si esta noticia fuese cierta, ia celebraríamos mucho, pues estamos
convencidos de que la situacion creada por el actual gabinete en-
cierra grandes peligros y tra:;tornos. Al punto que han llegado las
cosas, despues de una serie de calamidades urge uo cambio de ga-
binete que ponga término á los conflictos que nos rodean. Nada im-
porta la opinion de los que hayan de reemplazar á los actuales mi-
nistros con tal de que nos snquen de la Babilonia en que nos hao
metido los puritanos por excelencia.»




ChP1TULO CXJ.


SUMARIO.


Rejuvenecimiento del partido liberal.-Organizacion de la Tertulia.-Propaganda·
democrático-social.-Consideraciones político-sociales sobre aquella corrompida
situacion.-Artículo del Correo sobre la cuestion de palacio.-Adulaciones de la
corte francesa.-Correspondencia del Clamor.


1.


Los progresistas habian desperdiciado el tiempo parlamentaria-
mente. Esto es innegable. La demostracion de las ilegalidades mons-
truosas cometidas en las elecciones, algunos recuerdos respecto á
los hechos que precedieron á ]a expulsion del partido progresista y
de los que habian ocurrido mientras se hallaba alejado del poder,
no podian llamarse triunfos, ni derrotas.


Alguna ventaja positiva habia obtenido el partido liberal con 008-
sioo de haber variado el personal en las ,Itas regiones guberna-
mentales. Su organizacion era mejor porque no estaba desbandado
y sin jefes.


Por aquellos dias, mientras los moderados y puritanos resolvian
en las cámaras de palacio quién habia de regir y explotar la mina,
la juventud se agrupaba al lado del partido progresista formando la
vanguardia revolucionaria é inspirándose en los grandes principios
republicanos.


Bajo este punto de vista los moderados y puritanos, tanto como la




938 IIISTORIA DEL REINADO
minoría progresista que fué al congreso ea los últimos días de 1816,
como las influencias palaciegas, y las pretensiones del Rey y de la
Reina, eran una leccion severa que debia producir en el seno de la
multitud enseñanzas formales y radicales, alejándola de las teorias
de la ficcion y el disimulo.


Así se organizó la famosa Tertulia del 18 de junio en la cual an-
daban confundidos y mezclados todos los antiguos elementos de la
revolucion, desde los casi puritanos Madoz y Cortina hasta los repu·
blicanos mas ó menos declarados, Ordax Avecilla, Abdon Terra-
das, etc., etc. "\


y en esas reuniones, mientras los decanos del partido buscaban
el poder casi por el poder y por los medios mas tranquilos, inten-
taban otros organizar las huestes de accion para aprovechar, si se
presentaba oportunidad, los medios de arrojar formalmente de la pa-
lestra á todos los explotadores de la cosa pública.


La prensa progresista adoptaba todos los tonos, pero no satisfa-
cia por completo aun, á pesar de la tolerancia que desde algunos
meses se notaba en las regiones oficiales, á lo que las circunstancias
exigian.


11.


Kl progreso de las ideas habia hecho comprender á los pensado-
res, y era ya por todos reconocido que las formas políticas, siendo
muy importantes, puesto que dan los medios de lucha, no afectan al
fondo de la cuestioD; y que al pedir derechos y garantías, lo que re-
clama el ciudadano es el medio de realizar reformas sociales, qui-
tando abusos y privilegios que impiden el desenvolvimiento de la in-
dividualidad, el desarrollo de la riqueza y de la produccion. Por esto
se habian hecho y formulado doctrinas referentes á los objetos de
que nos ocupamos, y al observar el profundo malestar que agobiaba
á las multitudes, habiaosa propuesto infinitos medios y se estudiaba
en todas formas y sentidos esta cuestiono


Publicóse por el mes de marzo de este ano un periódico titulado
La Atraccüm, redactado por Garrido, que tenia la mision de defen-
der y propagar la ciencia social.


Con el auxilio de esta revista viéronse muy pronto agrupadas di-
ferentes personas que poco tiempo ao tes no se conoojan; tal era la






DOi Si\TO CÁM~RA.




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA, 939
avidez de estudiar, de propagar los problemas pavorosos, las sal-
vadoras soluciones de la ciencia, entonces mas que nunca necesa-
ria, porque la terrible cuestion de subsistencias en toda Europa, pero
en Inglaterra especialmente, ocasionaba muchos millares de vícti-
mas que sucumbian á los rigores del hambre y de la miseria.


Ordax Avecilla, Sixto Cámara, Francisco Javier Moya, Félix Bona,
un americano llamado Arcos, Federico Carlos Beltran, algunos otros
cuyos nombres no recordamos y el autor de estas líneas, celebraron
una reunion para concertar los medios de formar una sociedad pro-
pagandista de los principios democrdtico-sociales que formaban el
dogma de la filosofía del siglo XIX.


Ordax Avecilla yalguo otro, mas coneados en Jas palabras de los
prohomhres del. progresismo que ~n Jos hechos que revelaban su nu-
lidad y sus torpezas, pidieron que se susp8ndiera por alguD tiempo
la coustitucion de la sociedad, porque en aquel momento se trabajaba
activamente en conspirar y organizar el partido de accion, y podia
ser muy imprudente ir á perturbar la propaganda revolucionaria .
llamando al pueblo y á la juventud al estudin de las graves cues-
tioues que se proponian.


Sus palabras hallaron eco, no porque la mayor parte de los indi-
viduo~ ni el mismo Ordax creyeran en la actitud marcial de aquellos
qU8 solo han buscado siempre en el pueblo un medio de intimida-
cion para que la corte accediera á sus exigenciae, sino porque qui-
sieron mostrar la nulidad é impotencia de los far~a[!tes que siempre
han vendido la causa popular.


Aplazóse por tan to la organizacion de la sociedad; pero se cons-
tituyó entre la mayor parte de los que habian aeudido á la caBe del
Baño un lazo de identidad de principios, un núcleo qUe mas arlelante
debía ejercer poderosa influencia en ia organizacion y progreso del
partido republicano-democrático.


HL


La política aventurera de los moderados, sus continuas vacila-
ciones, su cinismo y la inmoralidad que procuraban arraigar esta-
bleciendo el mercado de las conciencias, dieron sus naturales frutos,
llevando al propio tiempo con los famosos planes de estudLJs l\ las
universidades la perv~rsion, el desaliento y el escepticismo de que




940 HISTORIA f>EJ" REINll)ü
blasonaba una gran parte de la juventud. Este gérmen impuro, in-
filtrándose en la generacion que se levantaba, debia producir un gran
retraso en las ideas, una perturbacion en los ánimos, males y tras-
tornos sin cuento, odios y animosidades.


Aquella sociedad descreida, aficionada á los goces, esclava del
becerro de oro, servia como materia dispuesta para ejercerse sobre
ella la presion y el despotismo. Los goces sensuales, la codicia, el
deseo de amontonar, la costumbre de ver que el dinero abre todas
las puertas y allana todas las diti~ultadesj la satüfaceion de la va~
nidad y la consideraeion que ridículamente se concede á Jo~ cinta-
jos, á los titulos y á los pergaminos, venian á formar un nuevo di·
que ante el progreso, que combatia todas ('s as preocupaciones que
la malicia humana ha inventado para levantar entre los hombre5
que nacen iguales, es decir, igualmente dispuestos ú desarrollar sus
facultades desiguales, sus fuerzas y su actividad, y que deben á la
naturaleza, no á la sociedad, su jerarquia segun conviene al desen-
volvimiento del destino que les ba marcado en la esfera donde van
á agitarse.


La idea de justicia, tal como la entiende la filosofia en el si-
glo XIX, reclama la constitncioll de ia familia h!lmana PO UD solo
cuerpo, en una unidad que lleve la vida á todas las regiones del
globo, que cree la industria y extienda la produccion, llamando al
trabajo lÍtH sin atacar la autonomía de cada ser, sin herir su dere-
cho que gira independiente en su órbita, como los innumerables glo-
bos que pueblan el espacio marchan en su respectivo camino sin
chocarse ni oponerse, obedeciendo á la atracciol1, no al temor ni á la
fuerza. Para realizar este objeto se hace preciso que cada individua-
lidad se complete en vez de mutilarse y viciarse, como sucede con
la educacion subversiva y egoista que recibe; se hace preciso que
abra su inteligencia á las verdades, que ejercite sus fuerzas produ-
ciend.o, que forme sus sentimientos en medio del goce puro que pro-
porciona la satisfaccion de las necesidades j y que naturalmente per-
turba y vicia la ansiedad, el desasosiego, las escaseces que se su-
fren en estas sociedades imperfectas donde reina el caos y lo arbi-
trario.


IV.


Nos íbamos engolfando en alta~ consideraciones que no sientan




DIt ULTDlO BOIUION DI ESPAÑA. 94,1
bien, sin duda, y que se encuentran fuera de su sitio al descender
fJ. la viria prá~tica, al volver á tomar el hilo de los sucesos bajo el
reinado de la familia borbónica.


Hé aqui un articulo del ministerial Correo, que hace perder to-
das ¡as ilusiones en que nos mecíamos:


«¿Quiere ahora saber El Faro quién fué el primero que pregonó
con las cien trompetas de )a fama las tristes disidencias entre S. M.
y su augusto esposo? Pues fué el ministerio, que cediendo á moti-
vos respetables, si se quiere, pero completamente equivocados, llevó
á las cortes dos cuestiones que no eran evidentemente lo que se pre-
tendió hacer que pareciesen. Aquell~9 cuestiones, presentadas con
tan poca habilidad como fortuna. fueron uoa voz de alarma arro-
jada RI país, en que se le dijo: vuestros Reyes están en completo
desacuf'rdo; 10 cual dió ocasion necesariamente para que á los po-
cos tlias se supiese en todas partes la causa de la desavenencia,
¿Fué acertado aquel paso? Dígalo su ninguna eficacia para conse-
guir el objeto que S~) propusiera: díganlo sus deplorables CODsecuell-.
cias para la situacion.


»8i el ministerio Sotomayor fué el primero que ob¡'ó de manera
(lue el país comprendiese que habia gran desavenencia entre nues-
tros Reyes, es claro que en su tiempo estallanm las diferencias que
hoy se deploran y que nadie contribuyó mas que aquel ministerio á
publicarlas y á darles, en cuanto era posible, la autenticidad. oficial.
Esto no es una noticia, no es una cosa llueva, es un hecho olvidado
casi de puro sabido. y si El Faro hablara alguna vez con sinceri-
dad, no podría menos de c~lDfe3arlo así. Pues cuando nosotros he-
mos anunciado este simple hecho, clama nuestro colega con la buena
f8 que le distingue: ¿Cómo os alreveis á decir semejante cosa? ¡In-
juria, calumnia, detraccion, falsedad! ¡qué escándalo, qué injusta
acusacion!


»¿Quiere ahora. El Faro que le recordemos lo que sucedió en el
real palacio despues que los ministros hubieron anunciado á España
y al mundo las desavenencias en el real matrimonio? La pluma se
nos resiste á estampar tan delicados pormenores; habíamos hecho
propósito de callarlos aun á trueque de despojarnos de una arma
poderosl, pero ya que se nos provoca á ello con lanta impudencia.
ya que se nos arroja el guante con tanta temeridad que raya casi en
delirio, nosotros le recogemos. Despues que se llevaron al parla-
meato las cuestiones á que hemos aludido, y en los últimos dias del


TOMO JI. 11 9





IDSTORIA OEL REINA])'}


ministerio Sotomayor, tomó el Rey el mando de hecho dentro de pa-
lacio, y usando de él no permitia que persona alguna entrase en la
real cámara sin su permiso. S. M. la Reina no fué libre para dis-
poner de su estancia, y' dejó de mandar por lo tanto dentro de su
casa.


»No tuvo la Reina á bien confcJrmarse con las órdenes de su au-
gusto marido, fundándose para eH\) en el derecho que le daba la
declaracion es(~rita que precedió á su matrimonio, y de la cual tie-
nen ya noticia nuestros lectores. El Rey hubo de insistir en su pre·
tl3nsÍoD; ¡,y qué hizo entonces el ministerio? Nosotros no diremos lo
(!ue bizo, pero si lo que no biza: el ministerio, por motivos que no
califica l"{1os, no sostuvo en esta oc::¡sion la voluntad de la ReiD~1. ¿Son
ó no son cier.tos estos hechos? Públicos fueriln en Madrid en la épo-
ca á que nos referimos; público fué que el Rey negó la entrada en
palacio á cuantos no eran de su agrado; público fué tambicn que
e3[0 se hizo sin el acuerdo y beneplácito de S. M. la ReiDa. Y esta.
disidencia entre los reyes, ¿qué era si!}') una cuestion de mando y
autoridad? Y si los ministros no sllstuVÍerún en esta conlit'nda la vo-
luntad de S. M. la Reina, ¿no es claro que favorecieron directa ó
indirectamente las pretensione~ del Rey? Helll0s dicno y repetimos
que no calificamus su conducta en esta parte, ¿perJ) DO es evidente
el hecho que anunciamos?


»Si examinamos ah&ra de parte de quién estaba el derecho en
aquella triste cuestion, tampoco se puede desconocer que del lado
de la Reina. No puede ser súbdito en su casa quien es sob6rano en
una nacíon: luego nadie sino la Reina podia mandar en jefe dentro
de su palacio, Por otra parte, segun I!.\ dec!aracion escrita de S. M.
á que hemos aludido y cuya sustancia publicamos ~n el número ~3
de nuestro periódico, S. M. la Reina se reservÓ la direccion y ad-
ministracio!1 de su palacio: luego S. M. el Rey !lO podia ejercer con
arreglo á dicha declaracion los actos de autoridad referidos anterior-
mente. Los ministros de entonces no sostuvieron en Esta parte el
derecho de S. M., puesto que no se opusieron á las pretensiones
del Rey: luego nuestras aserciones no han sido infundadas, ni mu-
cho menos calumniosas.


»¿ y qué es lo que tiene que responder El Faro á estos hechos?
Improperios, calumnias, frases vacías de sentido, acusaciones tan
falsas como indignas .


• 6Pe~o si no han sido estas las causas de la separaeion en el ma-




DIL ULTIMO BORBON DE J!SU.ÑA. 9,iS
trimonio real, digamos nosotros, ¿por qué DO nos decís cuáles fueron~
A esto nos respondeis que no poJeis decirla; pero os replicamos: y
si no podeis decir esa causa, ¿para qué provocais 'semejantes discu-
.siones~ Si vosotros no podeis hablar, ¿con qué fin nos provocais á
que hablemos? ¿Hay por ventura nobleza en tal provocacion? os re-
petimos á nuestra vez nosotros: No hay nobleza, no, y lo que es
mas, no hay ni siquiera habi!idad. Tanto os 'ciega la cólera.


»Hemos demostrado, pues, basta la evidencia la verdad de nues-
tras aserciones; negarla ya seria delirio. Todas nuestras pruebas
pueden resumirse, por lo tanto, en tres hechos, cuya autenticidad
abandonamos al buen juicio del público.


»Primer hecho. Que las votaciones en el congreso y en el sena··
do aprobando extemporáneamente los principios del gabinete Soto-
mayor, y auton~ando la formacion de causa á un general nohle, RE-
VELÓ á los ojos de todo el mundo un TRISTE DESACUERDO entre núe8·
Ir08 Reyes.


»Segundo hecho. Que con mntivo de este desacuerdo se arrogó'
S. M. el Rey el mando de fa real cámara, no permitiendo entrar en
ella SINO Á LAS PERSO~AS DI SU AGRADO, con cuya resolucion no HUBO
DE CONFOR~IARSE S. M, ja Reina .


.. Tercer hecho. Que en esta contienda el ministerio que presidia
el duque de Soto mayor no sostuvo la voluntad de la Reina.


»Apelamos á la conciencia pública sobre ]a exactitud de estos he-
chos, y si no lleváramos ya tantos desengaños, imploraríamos hasta
la buena fe del mismo periódico á que contestamos. D


v.


Mientras caía asi el descrédito sobre Isabel, y se ponian en evi-
dencia Jos escándalos y las rencillas del palacio, alzábase del otro
lado de los Pirineos un coro de alabanzas que ahogaban eJltre el in-
cienso de la adulacion á la bija segunda del déspota Fernando. Pon-
derábanse sus virtudes y su precoz talento; y es que sin duda tras-
ladada á la corte francesa, y merced á los ensayos del hábil alqui-
mista politico Luis Felipe, y de las lecciones del digno bijo del rey
de las barricadas Montpensier, habia adquirido ese bailo brillantísi-
mo que caracteriza á la joy~r[a frallcesa. No aumenta su valor, pero




9U, HISTORIA. DEL REINADO
)a da una visua1idad que deslumbra y ha dado (ama al arte con que
disponen la bisuteria para aparentar lo que no es.


Por de pronto, lo positivo era que adulando bajamente y poniendo
en alto predicamento las singulares dotes de la pareja afrancesada,
y rebajando por contraste y disolviendo y relajando todo vínculo en
la pareja que habitaba el palacio de Madrid, se formaba atmósfera
ante la Europa, y se pretendía ensanchar el circulo de los aficiona-
dos á modas extranjeras en Espalía. Iba inoculándose desde enton-
ces el virus montpensierista, que mas tarde podia y debia llegar á
ser un peligro para el progreso y el desenvolvimiento de la idea re-
volucionaria.


Los corresponsales de los periódícos creyeron procedente y nece~
sario ocuparse del 8sunto con toda formalidad, temiendo que lus
agentes afrancesados, y la prensa que recibia inspiraciones de las
Tulledas, trasladasen párrafos como el siguiente: .No es dable
manifestar mas gracia1 mas conveniencia, mayor nobleza que las
que todos admiraron en S. A. R. en medio de una fiesta, cuyos bo-
nores la perteneeian, y de los cuales hacia partícipes á mas de tres
mil convidados: Su he~hicera sonrisa encantaba á cuantos tenian la
dicha de acercarse á ella l llegando hasta el corazon de los concur-
rentes, aquella dignidad soberana que revelan todas sus acciones.»


y para formar el eontraste de que hablamos, el Faro, órgano de
Jos Narvaez, Mones y Pidales, despues de describir el magnifico
baile dado por el duque de Montpensier en el bosque de los Míni-
mos, pintaba el aislamiento y orfandad de Isabel, suponiéndola
amenazada de próximos peligros en estos términos: «De poco, de
muy poco servirían esos hombres á la corona el dia en que se echase
encima un conflicto que nosotros conjuraremos siempre, pero en
cuya funesta posibilidad no se negará el derecho de creer. Xl


VI.


A todo esto se referia un corresponsal del Clamor que desde Lon-
dres dirigia los siguien tes párraTos:


.Cuando en mis anteriores comunicaciones he manifestado á us-
tedes los planes que se fraguan contra nuestra patria y los preludios
flue los confirmaban, no ,ensaba que la ejecucion estuviese tan in·
mediata, ni que los peligros fuesen tan inminentes como hoy dia




DIL cumo .BORBON DE J[SPAÑA.. 945
aparecen. ¿Qué significa esa reconciliacion ae Narvaez y Crisitna
por intercesion de la duquesa de lIontpensier? ¿Qué ese gran ban-
quete en Mahnaison á dondi asistió loda la embajada española, y
toda la familia real de Francia? ¿Qué quiere decir este iris de paz
nuevamente establecido entre los mas altos personajes de dos na-
ciones vecinas aunque de opuestos intereses? ¿No parece que ha
querido simbolizarse aquf un nue~o porvenir~ ¿Qué indica ese gran
campo militar que va á estableGerse en Compiegne, á donde asistirá
toda la familia real de Francia, y en donde el duque de Montpen-
sier tendrá el mando de una division militar? ¿Qué dan de si los an-
te\;edentes de los dobles casamientos hechos con obstinada precipi-
lacion, contra el torrente, ó por lo menos sin el beneplácito de la
Europa? ¿Puede creerse que Luis Ftlipe no tuvo otru objeto que
proporcionar un buen dote á Montpensier con exposicion de sus in-
tereses y de los nuestros propios? .No es de creer que desde aquel
mismo momento se propuso un plan mas trascendental y mas aná-
logo á sus miras políticas? ¿Cómo, si no fuese aSÍ, la causa de Des-.
pau, Cuviers de Teste, y el incidente entre Girardin, Guizot y Dua-
chatel no hubieran producido un cambio ministerial en Francia?
¿Cómo es posible que es], enfermedad corrosiva, esa corrupcion es-
pantosa del gobierno y de LA sociedad francesa, contra la que tanto
ha declamado la prensa y todo hombre sensato, no hybiera dado con
el ministerio Guizot por tierra? ¿Cómo es posible tanta obstinacion
por parte de Luis Felipe en conservarlo, en medio de tantos escán-
dalos y de tantos ciamores? ¿Cómo se explica esto?


»Esto se explica fácilmente, dicen los sabios poHticos, los hom-
bres profundos de este pais: Gaizot y todo el gobierno francés están
iniciados en los altos planes, en los grandes misterios de Luis Feli·
pe, y estos planes y estos misterios versan todos sobre la Espafta y
el Portugal.»


¿No era el mayor de los escándalos esa conducta do los monár-
quicos borbónicos, esas intrigas de ambicion de baJa estofa que Luis
Felipe y su familia urdian y alimentaban para ensanehar su poder
y perpetuarle? Infamia, infamia siempre en la raza de los Borbones.




CAPITULO CX!t-


SUMARIO.


Cuadro que ofrecía la Europa en aquel período de trlnsicion.-EI Dim'iode los De-
bates hablando de la degradacion de la corte de Luis Fclipe.-Oposicion de la
prensa liberal francesa.-Correspondencia sobre la situacion de Portugal.-
Preludios revolucionarios en Roma.-EI Clamor sobre la escandalo~a ruestion de
palacio.


I.


Apartemos por un momento la vista de todas estas pequelias mi-
serias, y fijémosla en otros asuntos de mas alta importancia y tras-
cendencia observando la marcha de los acontecimientos en el mnn·
do que no obedecian por cierto Jos impulsos que les trazaba la vo-
luntad de desvergonzados ambiciosos ni el capricho de las parciali-
dades que vivían sobre el presupuesto.


Mucho y muy gravemente se tomplicaban las cosas en el árden
politico de Europa, si hemos de juzgar de ellas por los actos de sus
gobiernos, por el tenor de los periódicos, y lo que es mas decisivo
aun, por la actitud que tomaban los pueblos á vista de los sucesos
de que eran con frecuencia testigos. Dé aqui el cuadro que presen-
taba la Europa en aquel periodo de transicion.


La Rusia adquiria con sus tesoros por medio de préstamos y es-
peculaciones con el crédito público de olras potencias. UDa prepon-
derancia alarmante en Prusia, en Inglaterra y en Francia. Luchaba




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 9"
en el Cáucaso; fijaba sus miradas en Constantinopla; influia en los
Principados y sujetaba á Polonia.


El pon tifice romano babia hecho en toda Italia uua verdadera re-
volucicn política, despertando el sentimiento liberal, aunque se le
veia irresoluto plegarse á las exigencias jesuiticas y detenerse ante
los deseos del AU9tria.


La Suiza reformando sus instituciones á despecho de los pactos
de la Santa Alianza de 1815, para erigirse en República indivisi-
ble, habia modificado la constitucion de sus cantones y vencido las
maquinaciones clericales.


El Austria y la Francia unidas para coartar la independencia de
la federacion helvética, y divididas eil la euesUoD política de Italia
y en la dinástica de Espana.


La Inglaterra mas que nunca desviada de la Francia por resul-
tado de las bodas franco-espafiolas, por los sucesos de Grecia y por
la gran cuestion de preponderancia en el Mediterráneo.


La Espaí1a y el Portugal destrozadas en civil discordia, tan pron-·
\0 por las intrigas de la Francia como por las maquinaciones de ia
Inglaterra.


La Francia miSLUJ amenazada de reaecíon en sentido monárquieo-
absolutista por el gobierno de Luis Felipe; y amenazada de un
próximo pronunciamiento en sentido republícano por todos los par-
tidos que componían la oposicion en la imprenta y en las cámaras.
La inmoralidad. los crímenes del mundo oficial alejaban de aquel
gobiemo 3 todos los que querían evitar la nota de infamia que so-
bre él caía irrecusable.


De modo que bien podía decirse que el campo de la política es-
ropea era el de Agramante, y que en breve de aquella Babilonia
babia da surgir un principio nuevo y salvador de los intereses po-
pulares, ó una guerra general que desquiciaria el órden establecido
sobre bases tan precarias comó lo eran en efecto aquellas en .que
descansaba la paz de Europa.


Respectivamente á la Francia la situaciw era crítica y grande la
animosidad del gobierno contra los partidos que trataban de poner
coto á sus demasías, á su arbitrariedad y á su ambicion politica.




9(8 HISTORIA DEL RlINAD/)


11.


Luis Fe1ipe que habia andado á caza de un trono durante mu-
chos anos, logró, fingiéndose débil y achacoso y recordando sus an-
tecedtotes revolucionarios, apoderarse por sorpresa de las gimpatía~
de Lafayette, y con auxilio de este, de las de Ulla gran parle de la
poblacion de Paris, que vió escandalizada y llena de asombro levan·
farse una monarquía donde no existian mas que sentimientos y as-
piraciones republicanas,


Despues de esta trabajosa y bien urdida trama, Luis Felipe buscó
alianza en la reaecion; compró á pem de oro algunas eminencias y
notabilidades políticas; redujo al silencio y ahogó en ~aDgre á los
que pedían el cumplimiento de sagrad~s promesas, á los que recla-
maban la libertad y la honra de la Francia. Y LioD, y Paris, y
Marsclia,I.tuvieron batallas, y la emigracien y Jos calabozos fueron
el premio á los patriotas.


Presen túse la farsa con toda su deso udez y halló ministros com-
placientes que sirvieron como esclavos viles á sus capricb0s desor-
denados.


Las bodas españolas que gastaron cinco anos de actividad diplo-
mática, de cábalas y combinaciones, consumieron lentamente su
prestigio, le arrancaron las escasas simpatías que aun con s!';rvaba ,
atemOrIzaron á sus mas complacientes amigos, colocándolos en di-
sidencia y.,dieron ocasioD á que se levantasen fuertes y terribles las
oposiciones.


He aquí como el órgano de su antiguo:ministro Thiers, observan-
do aquella degradacion, queriendo eludir la responsabilidad de Jos
crímenes que en las regiones ofichles se cometian; bé aquí, d¿cimos,
cómo el Diaria de los Debates daba cuenta de importantes aconte-
cimientos.


»La asistencia de los diputados del centro izquierdo de la Cámara
al banquete republicano del 9 de julio en ChateaN-Rouge, ha pro-
ducido en el parlamento UDa sensacion profunda. El Constitucional,
deseoso de sustraer á sus amigos del peso de tamana respoDsabili-
dad, vierte sobre nosotros un diluvio de locas injurias y chanza5
pesadas. .


»¿Por qué mentir cuando la verdad resalta? No so brindó por el




D&L ULTIMO bORBON DI Bsr AÑA. 94.9
Reyaollstüua;onal, porque los convidados republicanos de Mr. Du-
bergier de Huraune y de Mr. Leon de Maleville no lobabian per-
mitido.


»EI diario de Mr. Guizot cita en corroboracion el lenguaje acre
y destemplado del NationfJl y otr03 de la oposicion liberal francesa,
sobre el que hace pueriles comentarios. Pero todos los esfuerzos son
vanos, y no bastan á ocultar una verdad funestisima para la dinas-
tía reinante, Entre el pueblo francés y Luis Felipe se va abriendo
un insondable abismo. El día en que este monarca deje de existir,
Ja continuacion de la familia de Orleaas en el trono de la Francia
de julio no será tan favorablemente recibida por la mayoría de los
franceses, como se complacen en creerlo los hombres que hoy diri-
gen los neg\}cios públicos de la monarquía que se fundó en el Hotel-
de- Ville.»


Esas previsiones del periódico doctrinario debian realizarse muy
pronto. Las tormentas revolucionarias como las admosféricas se
dejan sentil' mucho tiempo antes de- estallar; y el que no está. preo-
cupado distingue en la ffias ligera nubecil1a, en la direccion del vien-
to, en el empaliado de los cristales ó al simple tacto del hierro las
señales del temeroso cambio.


1l1.


El gobierno español habia tomado la gravisima determinacion de
intervenir en Portugal, donde las fuerzas de los partidos que lucha-
ban estaban en equilibrio haciendo presentir larga ~ enconada guer-
ra. Aconsejaba el derecho público dejar que los portugueses diri-
miesen sus propias contiendas; pero como Inglaterra hubiese man-
dado al coronel Whylde para enterase de los que hacían frente al
gabinete hombrado últimamente por dona Maria 11 respecto· á los
propósitos que abrigaban; y como á consecuencia de esto vieran los
moderados franceses y españoles comprometida su situacion, supo-
niendo que la Gran Bretalía iba á prestar su influencia á la revolu-
cion, de comun acuerdo determinaron tomar á cuenta del gobierno
espaliol el encargo de pacificar aquel reino. Merced á la prudente
conducta qUr3 el general Concha observó en aquella ocasion, los doce
mil expedicionarios sosegaron ó templaron la agitacion sin disparar
\In tiro.


TOllO 11. 120




950 HISTORIA DEL REINADO
Pero na era todo desarmar á los que se oponian al dominio de los


Cabrales, y estos cuando vieron la campaíia terminada sedecidie-
ron á seguir sus manejos y provocaciones.


Así se juzgaba en una correspondencia de aquellos tiempos.
«Por de pronto yeO suspendidas las garantias de la corte por


todo este mes, á pesar de los articulos impuestos por lord Palmers-
ton, y de que el país está enteramente~tranquilo. Aquí por otra par-
te sale todos los dias el llamado Boletin oficial, diciendo CUánto le
da la gana como cuando se titulaba Diario de los ,'Pobres, mientras
que toda la imprenta de la 0pGsicion está herméticamente cerrada:
sin dejarla respirar siquiera para que pudiese avisar á los aliados
de los eXCfSOS gubernativos que á su sombra se cometan. Emplea-
dos no quedan ni los que respetaron los mismos Cabra les en los seis
aftos que no dejaron piedra por mover.


XI Uno de los hermanos del conde Das-Antas era procurador de nú-
mero de esta A udiencia hacia ~o afios. Los C9,brales no se atrevie-
ron á sacrificarlo, respetando sus relevantes servicios, y otras con-
sidenciones sagradas, para quien no nutra ó esté decididQ á nutrir
sentimientos puramente migue:istas. Una de esas consideraciones era
el haber sido sentenciado dicho hermano del conde, por don Miguel,
á dar vueltas á la horca en un día aciago, que ninguno que conser-
've pretensiones de liberal, puede recordar sin horror, y haber sido,
des pues de sufrir la impresion horrible de aquel acto digno de an-
tropófagos, deportado á las mortíferas playas de ArricR. Nada de
esto se ha respetado ahora, ni nada se respeta, ni respetará. Si las
naciones que han querido pacificar este desgraciado pais, no tienen
tanta constancia en conseguirlo constitucionalmente, como la que
tuvieron por via de las armas, si las cosas siguen asi, si no se sus-
tituye el ministerio por otros hombres que realmente no sean ca-
bralistas, y si de cualquier modo no se modifica el sistema de go-
bierno que Jos señores llamados moderados por excelencia tratan
de desenvolver, aseguro á ustedes que tan pronto como salgan las
tropas españolas de Portugal, es inevitable una anarquía social, cu-
. yos resultados serán ó el triunfo Je don Miguel ~segun vayan los
negocios de Montemolin, Ó la disolucion de la independencia de este
pais impuesta ó voluntaria.»




Dll ULTIMO IOABON DI ESPAÑA. 951


IV.


Comenzaba en Roma la agitacioa preludio de la campai'ia revo-
lucionaria que iba á. inaugurarse. Con motivo de una circular del
cardenal Rizzi fecha 2! de junio, el descontento habia aumentado
hasta el punto de temerse una conflagracion. La agitacion habia cre-
cido de tal suerte, que sin la intervencion de personas respetables,
muchos cardenales y prelados considerados como enemigos del pro-
greso, habian sido víctimas del furor popular. El día de San Pedro,
debía celebrarse una comida en casa del cunde Lutzow, embajador
de Austria; con este motivo se habian reunido muchos centenares de
transtiberinos en la plaza de Venecia, delante del hotel de la emba-
jada, dando repetidos gritos de muera Austria, y esperando la lle-
gada de Lambrus~bini, Vannicelli, Garboli, y otros dignatarios para
arrojarlos en el Tiber; pero afortunadamente el ilustre predicador·
Ventura, el conde Rossi, embajador de Francia, y Cicernachie, tri-
buno del pueblo, llegaron á la plaza de Venecia y pudieron calmar
los ánimos.


Lambruschini, Vannicelli y otr.os personajes senalados por la
animadversion pública huyeron de Roma; pero la agitacion conti-
nuaba, sei'ialándose la ira popular contra los judíos y contra los
obreros extranjeros, especialmente contra los cocheros napolitano~;
la policía DO ~e determinaba á intervenir, y la ciudad, por decirlo
aSÍ, se hallaba abandonada á sí misma. Entonces se cele~ró ona
reunion numerosa de liberales en el Circo Romano; se propuso en
ella dirigir al Papa una peticion. la cual fué redactada en el acto
por el marqués de Azzeglio y firmada en el mismo dia por 5,000
personas.


El programa que eon tenia la peticion era el mismo adoptado en
Rimini, pues abrazaba lo siguiente: 1.0 Secularizacion de los em-
pleos gubernativos. !. o Libertad de imprenta mas amplia. 3: Guar-
dia nacional. 4: Reorganizacion de los consejos comunales y pro-
vinciales sobre las bases de la elec~ion popular, y la convocacion de
UDa asamblea de dIputados que deberán reunirse en épocas deter-
minadas en Roma, y cuyos individuos debian ser elegidos por los
consejos comunales y provinciales.


Pio IX, queriendo contentar y transi¡ir con su pueblo, habia de-




9H! DlSTORI! DEL REINADO
cretado inmediatamente la formacion de la Guardia nacional. Esta
reforma. aun no se habia llevado á cabo, no obstante haberse pro-
metido hacia mucho tiempo, por tanto el decreto se babia redactado
apresuradamente y solo contenia las bases mas esenciales de la nueva
institucion, que en realidad era la misma de Francia. El conde de
Rossi, embajador francés, habia apoyado la peticion de los libera-
les. El decreto se publicó el 5 en Roma, y en el mismo día se ex-
pidió á Bolonia, Ancona, Ferrara y las demás provincias.


La publieacion del decreto habia sido acompafíada en todos los
puntos de la ciudad por grandes demostraciones populares. El par-
tido retrógrado se hallaba aterrado.


v.


- Los disgustos palaciegos y las causas que les daban origen ve-
nian una y otra vez á la prensa, que en todos los tODOS y bajo dis-
tinlas formas presentaba y explicaba lo que todos veian. .


Mientras Isabel gozaba de absoluta Jibertad en la Granja, su con-
sorte seguia en el Pardo pasando muchos dias á Madrid con el ob-
jeto ó pretexto de cuidar de sus hermanas jóvenes abandonadas por


. el destierro de su padre y con motivo del matrimonio de flU her-
mano Enrique .


. Citamos ahora al Clamor, periódico progresista, que no era mas
monárquico, ni respetuoso, ni circunspecto, que sus colegas mode-
rados á .quienes censuraba ordinariamente:


«El regio esposo no se presenta en las calles de Madrid como era
regular si se atiende á los derechos debidos á su posiciono Pareee
mas bien un proscrito que el consorte de la ReiDa de Rspafía, sobre
todo desde la prohibicion de su entrada en palacio. ¿Será cálculo,
por parte suya, indiferencia ó conformidad la resign8cion inexplica-
ble que aparenta en medio de sus conflictos~


»A.unque algunos quieran separar el órden político del órden mo-
ral, y cerrar los ojos á !a luz de la amarga realidad que se toca en el
palacio, no será menos cierto por eso que no puede ejercerse COD regu-
laridad la accioD del gobierno y de las leyes en un país donde empie·
za la perturbacion de los vinculos sociales en las regiones del trOD() •


• A. falta de otra prueba contra el sistema deSlorganizador-que do-
mina entre nosotros desde hace cuatro afIos á esta parte, nos bas-




DEL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA..
taria lo que vemos, 10 que oimos y lo que ocurre por desgracia en
palacio.


:nEn vano quisieran suponer nuestros adversarios que el mal de
que nos dolemos se debe á incidentes fortuitos, imprevistos y de una
indo le especial. Con el libro de la historia en la mano, les demos-
traríamos que la vida privada en sus infioitos accidentes, tiene una
relacion intima con los actos públicos del gobierno, y que allí, donde
cada deber se halJa definido, cada principio respetado y cada ga-
rantía protegida, nunca ocurren en las altas regiones de la monar-
quia escenas semejantes á las que presenciamos. Solo cuando se 're~
lajan los vinculos soeiales; solo cuando se agita y se conmueve el
equilibrio de la maquina política con continuas oscilaciones; solo, en
fin, cuando la arbitrariedad y el desenfreno de los gobernantes lle-
van á todas partes ]a licencia, pueden perturbarse de un modo tan
violento el órden y el sosiego en la morada de los reyes.


»A.si hoy en vez de las ventajas prometidas, solo hemos logrado
ver entronizada la discordia en la corte, separada la Reina de su es-
poso, amenazada la sucesion directa, y entregados al' dominio del
público ciertos aclos que debieron siempre permanecer cubiertos con
un velo impe()etrable.


»Eo obsequio al decoro de nuestra Reina y al respeto que merece
la nacion, urge poner término á este estado insoportable, que cada
dia a.liade una nueva piedra de escanJal0 a las muchas que forman
el edificio de la situacion. Malos espafíoJes serán para nosotros Jos
que permitan que 'continúe y se prolongue el entredicho de los au-
gustos esposos, dando márgen á murmuraciones indiscretas y a co-
mentarios ofensivos que á cada paso adquieren mayor gravedad y
trascendencia. Ni el Rey, si estima en algo su decoro, puede seguir
un dia y otro dia en el Pardo, contentándose con hacer visitas al
palacio de San Juan y mirar desde lejos las torres del Real Alcázar,
donde no le es permitido entrar; ni á la Reina le conviene por el alto
magisterio que ejerce en UDa nacion de catorce millones de habitan-
tes, vivir indefinidamente en ese apartamiento anómalo, objeto de
indiscretas conjeturas dentro y fuera de Espaiía. Si los 'actuales mi-
nistros no saben, no quieren ó no pueden resolver esta cuestion co-
mo cumple á buenos y leales súbditos, abandonen el puesto á otros
mas habiles ó afortunados, y no se expongan á que la opinion pú-
blica crea que fundan su existencia ministerial en una calamidad do-
méstica, en un peligro politico~ y en un escándalo social.»




CAPITULO CXUI·


SUMARIO.


~ille la situaciQJl sin mejorar .-Compáranse los sistem.~ rentieticos de Mon y de Sa-
lamanca.-Collsideraciones sobre los partidos medios.-Lamentos de los progre-
Iiltu.-Propósito» de coalicion.-Las oposiciones y la prensa francesa.


1.


La situacion no mejoraba bajo ningun aspecto; ardia la guerra
en Catalufla, Aragon, Valencia, Toledo, Castilla; 'seguia la Hacienda
en el estado mas lastimoso, porque la Hacienda ha sido siempre el
escollo donde han naufragado lo que se llamaban inteligencias emi-
nentes.


Si se establecia un paralelo entre las administraciones de Mon y
Salamanca, podia encontrarse que el primero c"bró además de al-
gunos créditos atrasados, mas de mil trescientos millones anuales,
cantidad suficiente para cubrir con ereces el monstruoso presupuesto
de gastos. Su sistema tributario por el método de cobranza lué la
muerte de los agentes de la produccion; quedaron sin pagar mu-
chas mensualidades á las clases activas y pasivas, J en descubierto
otras atenciones sagradas; y legó al tesoro público á su salida un
déficit á favor dal Banco de doscientos seis millones de reales, que
debían pagarse eon el producto de los titulos del 3 por tOO, pro-
cedentes de la liquidaeion de contratos que componian noventa mi-




DEL ULTIMO BORBO~ DE BSPANA. 955
llones vendidos en ! 9: con cuarenta y tres millones de libranzas so-
bre la Habana de difícil realizacion: con cincuenta millones de pa-
garés entregados por los compradores de bienes del clero que ven-
cian da 18i8 á 1853, Y con UtÍllos del a por 100 procedentes de
los bienes de las comunidades por el saldo.


Ese era el sistema rentfstico del seDor Mon.
Veamos lo que sucedía con Salamanca: Al tomar la direceion de


los negocios habia:un déficit de setenta millones, comprendiendo el
pago del semestre de Jos títulos del 3 por 100. y para desemperíar
al Tesoro, aliviar á los pueblos y poner los cimientos de una admi-
nistracion moral, econóinica y justa, habia adoptado estas disposi-
ciones: Mandar se satisfaciera el déficit de setenta millones con se-
senta de los azogues, consumiendo así anticipadamente los recur-
sos: exigir á Jos comisionados recaudadores el adelanto de un mes
en los productos de todas las rentas é impuestos; lo que venia á ser
un anticipo de ochenta. millones en recompensa de comisiones lu-
crativas: vender los bienes de las encomiendas; aumentar con ochenta
millones el presupuesto de gastos tan recargado ya: emitir cien mi-
llones contra bonos del tesoro á un interés de 9 por 100, Y con gra-
vfsimas condiciones. Debe tenerse presente que con todo eso se ha-
llaban desatendidas todas las cargas, especialmente las procedentes
de sueldos, cesantias, retiros y pensiones.


Ese era. el hacendista Sa1amanca.
Resultando que Mon con su inolvidable sistema tributlllio y enor-


mes impuestos dejaba de realizar el presupuesto de gastos y una
deuda de doscientos seis millones de reales; mientras que Salaman-
ca en unos cuantos meses de dictadura rentística consumia los im-
puestos gene.rales aumentados, sesentlJ. millones del contrato de azo-
gues, ochenta de las encomiendas y ciento en bonos contra el
Tesoro, ó sean doscientos cuarenta millones además de las contri-
buciones y las existencias que debia haber, puesto que no se paga-
ban las obligaciones.


Este era el camino de un desastre; era marchar á )a banca-
rota.


11.


l Pero la crisis se levantaba siempre amenazadora ante los gabi-




956 HISTORIA DiL REINADO
netes moderados que se sucedian, sin tener en cuen ta para nada la
opinion pública.


Por eso el gabinete que entonces ocupaba las poltronas, temien-
do su dísolucioD, queria mostrarse parlamentario. Todas las frac-
ciones moderadas cuando se hallan en el poder piden el respeto á
las leyes y á las prácticas parlamentarias, y los puritanos que en-
tonces lo ocupaban no faltaron á esta regla general, á esta especie
de universal consigna.


Vuelvan de nuevo al poder y se les verá entregarse á sus anti-
guos atropello~, bajo el pretexto de tramas y conspiraciones seme-
jantes á las inventadas por los célebres barones, bajo el patrocinio
de las 8cJoridades políticas, y se les yerá prender, desterrar, per-
seguir y tiranizar. Encuéntrense frente á un parlamento hostil y una
y otra vez clamarian por su disolucion, hasta que consiguiesen
falsear el sufragio electoral. Consigan el favor del monarca siquiera
sea por influencias ilegítimas, y atronarán nuestros oidos con la
idea de que la soberanía reside en el rey, de que es el principio de
toda autoridad legitima, de que goza de completa independencia en
el ejercicio de sus facultades, de que para nada debe consultar el
voto de las cortes. Gobiernen, en fia, y se lanzarán otra vez en las
vias del retroceso, y pondrán en duda y modificarán y destruirán
fas reformas hechas, que no se recatan en calificar de prematuras y
nocivas.
, Porque es vicio inherente á todas las fracciones de los partidos
medios, esa ambicion de poder qua no tiene un objeto definido y
marcado, un propósito real que á todos interese.


Así progresistas y moderados en sus distintos matices, faItos de
una doctrina que realizar, pasan por las regiones superiores sin sa-
ber á dónde dirigir sus pasos para labrar la venlura del pueblo que
rigen. Como colectividad no tienen mas que una teolÍa mas ó me-
nos concreta que consignan en la ley fundamental; pero las indivi-
dualidades modifican la apiicaciou de los principios seutados con
arreglo al carácter de cada uno, y segun la ambicion mas ó menos
desenvuelta.


Por esto las evoluciones que asombran; por eso las transforma-
ciones que desmoralizan y trastornan, desconciertan á los partidos.


En el órdsn de los hechos no hay ni puede haber mas que dos
principios: aquel en que faltos de inslruccioD los ciudadanos no
comprenden sus deberes, no conocen Sus derechos y necesitan guiai




DEr. ULTUIO BORJF~N DE *$PANA 957
direccion que someta los movimientos de cada uno á la voluntad,
al órden que se les impone de grado ó por fuerza; aquel en que los
ciudadanos se constituyen tales, comprenden sus derechos y sus de~
beres, ó lo que es lo mismo su derecho propio y el derecho del otro,
estableciéndose asi la armonía y el Órden por el mutuo respeto que
se profesan. En el nrimer caso reina el órrlen varsoviano, ]a opre-
SiOD, en el segundo Ja a.rmonía y el órden verdadero, la libertad.


ni."


Los prugresistas "enlrabtlll entonces -en el camino de las camari-
llas y se decidían, atendiendo á que era el medio mas seguro de lle-
gar al poder á aceptarle anHparlamentariamente.¿Qué les importaba
sus protestas si lograban salir de la precaria situaeirD del destierro,
del ostracismo á que se Jos Labia condenado? Engañados con esta
esperanza habían recibido como prenda pretr,ria la declaracion de .
Isabel r(lspecto á Olózaga, la entrada de Jos rmilanos como transi-
cioo, yal saber ahora que Narvaez dchia volver tras de ja crisis por
consejo de Jos mismos gobernantos, se Jamentfl~an el:! In prensa.
~Qué significaba aquella agitJlcion? ¿Qué signí6caba aquel parén-


tesis en que los puritanos gestionaban por sostenerse en el poder ;\
todo trance y de acuerdo con las influencias palaciegas des pues de
pedir al rey que cesase en su oposicion y v)lviera á palacio para
evitar el gran escándalo, RECONOCIAN la NECESIDAD de la dictadura,
y buscaban el apoyo do Narvaez, ctlmisionalld;j á Ros de OIano para.
que le persuadiese de tomar el timon del Estado? ¿Qué significaban
aquellos propósitos de coalicion que denunciaban los periódicos mo·
derados, y que eran cási aplaudidos por los progresistas?


Todo eso ponia en evidencia lo que ya hemos dicho, que los mo-
derados seguian siendo pérfirlos y ambiciosos; q~e los progresistas
no habian aprendido nada y continuaban tambien ambiciosos y cán~
didos en manejos9 en concilihbnins, en transacciones con sus crue-
les enemigos.


La palabra coalicion habia sonado y asustaba á ciertas fracciones
del moderantismo.


Tambien en Paris se trataba de eo'!licion; hmbien en Francia
acusaban á la oposicion porque simpatizaba en los banquetes con
Jos republicanos, con las fuerzas vivas del pais.


TOMO JI. Ul




958 HISTORIA DEL RIlNA.DO
Habia una diferencia notabilisima de UDa á otra coalicion. Los


progresistas en España han buscado siempre para asaltar el' poder
como auxiliares á los conservadores y reaccionarios.


En aquel mismo instante y cuando debian exigir de las influen-
cias ilegitimas como justa reparacion del engaño en que cayeron,
cuando ~e les tendió el lazo de Dios salve á la Reina, se sometían á
b()chornosas condiciones, á pactos y tratados denigrantes antes que
aprovechar el general disgusto y la debilidad de aquel gobierno para
tomar una actitud enérgica y revolucionaria organizando y concen-
trando las fuerzas de la revol ucion,


¿Quiénes eran los que habian dirigido aquellas ambiguas insi-
nuaciones ofreciéndoles el poder? ¿Cómo habían escuchado propues-
tas, ellos partidarios de la soberanía del pueblo. ellos que se decian
monárquicos, si esas proposiciones no partian de un voto de la re-
presentacion nacional, ni de lo que se llamaba prerogativas de la
corona?


Los hombres eminentes del partido progresista, ayacuchos ó co-
ligados, que des pues de los sucesos del '3, des pues de las infamias
del moderantismo y de la dominacion real de Isabel, la digna hija
del cruel Fernando, se atrevian á pactar. á entrar en combinaciones
cabalísticas, eran unos imbéciles ó unos traidores, ó ambas cosas á
la vez.




CAPITULO C1ClV.


SUMARIO.


11IcapMidad del ministerio ~checo.-Politica elástica y atrevida de Narvaez.-Sala-
manca sube al poder.-Manifiesto que puh1icó.-Primeros actos del nuevo minis-
terio.-Oposicion modcrada.--Contestacion de Espartero á su nombramiento de'
senador.-Otra vez Narvaez al frente del gabinete.-Diversas influencias.-Como
quedaron burlados los~progresistas.


L


El ministerio Pacheco, formado el !8 de marzo para hacer cesar
la dictadura y restablecer e!J todo su esplendor 10$ principios mode-
rados, se hallaba completamente gastado en su estéril lucha sin
obtener otra cosa que las ventajas personales que pudieron sacar
sus miembros. Pacheco al presentarse en el Senado, habia dicho:
«Llamados al gobierno para servir de garantía á los resultados legi-
timos de la revolucion gobernaremos en el inferior con las leyes y
por las leyes, y en lo exterior procuraremos mantener paz yarmo-
nia con todo el mundo sin intimidades que nos rebajen; y respecto
de las personas nuestra política será ancha y fecunda.»


Tales promesas habian sido completamente burladas. El ministe-
rio se disolvia, agonizaba. Nada habia realizado, nada habia re-
suelto: Y para morir como mueren todos los ministerios en las far-
sas constitucionales, renegaba por completo de sus antecedentes, se
declaraba incapacitado para gobernar constitucionalmente y pedia
el rer,tablecimiento de la dictadura, la entrada de Narvaez como úni·




960 HISTOR1A DEL REINADO
co medio de dominar la CUeSUfJD de palacio y las intrigas y maqui-
naciones de los partidos~ taJtn como de vencer al carlismo que se
enseiloreaba }'a de la mayor parte de las provincias ..


y efectivamente Narvaez que contaba en el ministerio con algu-
nos desus amigos y antiguos compañeros, que habia observado una
conducta especial desde que ~e le confiriera la embajada en Paris,
quesobre todo y ante todo amuicionaha figurar en todas las fraccio
Dt;)S del moderantismo como m ces ario ó irreemplazable, tenia la des-
fachatez y la elli~ticidad baSflute para transigir en determinadas
circunstancia;¡¡ y para imponerse no ya al Rey consorte que podia
creerse deudor del puesto que ocupaba, á las gestiones y á los tra-
bajos diplomáticos y habilídows de! general, sino á la misma Isabel
sacada de la menor edad por la revolucion y amalgama de aquellos
politicos envanecidos y desvar.;ecidos, torpes y miopes y criminales
que formaron el parlamento CJ 1814,.


Dificultadljs intnensas ofreci;;, la situacion .producida por los que
fomentaron y dieron publicida 1 á los escándalos de palacio.


Los hombres que por su po ~icion, hábitos, carbcter ó-convenien-
cias con ocian los secretos de aqw)j!a situacion; los que sabian las
intrigas, manejos y an:.mñü3 q w hervian en el recinto de los minis-
terios, atribuían á la Bolsa, á los trcses y á los cincos, al agiotaje,
mas influencia en la crisis que á las cuestiones poUticas y pala-
ciegas.


Los cuerpos beligerantes en 1& campana bursátil obedecian á las
órdenes de Riallzares y á los decretos de Salamanca que se hallaba
sitiado por aquelios. SahunaU"R a\Jdaz hasta mostrarse temerario se
oponia. á la entra.da del héroe de Ardoz, que casi se habia resueIto
á volver grupas ante tantos obstáculos.


La política de la Bolsa le era hostil en alto grado.
En aquel reto que Salamanca bahia dirigido á los antiguos mo-


derados, triunfó por fin momentáneamente, encargándose de la pre-
sidencia del ministerio, separándose de Pastor Diaz, Benavides, Ma-
zarredo, Vahamonde fine fuer'm reemplazados por Córdovl:t. en Guer-
ra, Esc:)sura en Gobernacion, y Ros de Olano en Instruccion pú-
blica, quedando en Marina Sotelo y sin proveer las carteras de Es-
tado y Gracia y Justicia.


Hé aqui algunos párrafos mas importantes de la exposicion que
á guisa de manifiesto publicó el ministerio para justificar un decreto
de indulto:




DIL ULTIlfO BUlBON DI ESU."A. 961
«v. M. llamando cerca de si á los que suscriben, no se propuso


confiar el gobierno de la monarquía á un solo partido, ni excluir de
la intervencion en los negocios públicos á ningun otro. Desde el
trone de san Fernando, colocado por dicha en region exenta de pa-
siones y rivalidades mezquinas, el alma grande de V. M. ha visto
con dolor profundo que deplorables disensiones, encarnizadas lu-
chas y rivalidades tan ambiGiosas como enconadas, trabajan hon-
damente á sus súbditos dividiendo á la nacíon en partidos, á estos
en banderias y fraccionando en fin basta las banderías mismas.


»Los ministros ven, senora, como V. M., que encerrar la go-
bernacion del Estado dentro de los estrechos limites de un partido
ó bandería, es á un tiempo fecundar el gérmen funesto de la dis-
cordia, atizar el fuego de los rencores, perpetuar los odios, y pri-
var al trono y al pais de servidores leales, queá su vez, y por efec-
to de la injusticia con que se los trata, suelen convertirse, mal su
grado, en motores ó instrumentos de intrigas y trastornos.


»Y ni á las personas se limita la deplorable exclusion que la- .
mentamos; las ideas, las teorias de gobierno, los adelantos mismos
de la. civilizacion se han convertidoen cuestiones de"partido, negan-
do cada cual á su contrario el derecho de hacer el bien, declarando
siempre el uno vituperables los esfuerzos del otro.


»No volverá el gobierno de V. M. los ojos á lo pasado, sino para
c·icatrizar en cuanto lo alcance las heridas que en el cuerpo social
causaron luchas cuyo perpetuo olvido importa al bien del pais.


:oDonde quiera que encuentren honradez, aptitud, mereoimientos
y lealtad al trono y á la Constitucion, allí irán los ministros á bus-
car servidores del Estado. Hombres probos, capaces y leales quie-
ren: lo que pasó, no importa repetirlo, pertenece á la historia, y no
mas que á la historia.


»La reforma de impuestos perjudiciales, el fomento de la agri-
cultura y de la industria, la remocion de obstáculos embarazosos é
inútiles en el comercio, la puntualidad en el eumplimiento de las
obligaciones, como base fundamental del crédito, el impulso á la des-
amorlizacion de la propiedad que S6 pierde estancada en manos del
gobierno, la bien entendida organizaeion de la fuerza pública, de los
tribunales encargados de aplicar las leyes, y de la administracion
civil, son objetos á que con preferencia atenderá el gobierno.


»Mas ante todo, seriora, el Consejo de ministros que ha oido siem-
pre en los augustos labios de V. M. palabras de amor y reconcilia-




96! IIISTORI! DEL RKIN.A.DO
cion, no vacila en proponer como base, programa y muestra del
sistema que seguir se propone, un olv,do amplio, completo de lo pa-
sodo, que hacil3ndo á todos los espoftoles de igual condicion ante el
gobierno, borre, si es posible, hasta la memoria de las pasadai di-
sensiones.»


11.


Uno de los primeros actos del nuevo ministerio fué nombrar á
Espartero senador del reino, abriéndole por este medio las puertas
de Espalla que desde su embarque como regente del reino habia
abandonado. Y como si se procurara buscar amparo en aquel acto
reparador para eometer una nueva violacion flagrante de la ley fUD-
damental, inmediatamente despues del deoreto de que hemos hecho
meneion, venia otro declarando fuera de discusion para la imprenta
la persona de la Reina.


Tambien se varió]a autoridad militar d9 Catalufta enviando al
general Concha en reemplazo de Pavia.


Estos actos aunque poco significativos levantaron en el seno del
moderantismo una gran oposicion, y las protestas surgieron de to-
das las fracciones que reclamaban el poder para su idolo el duque
de Valencia, que habia sido llamado á Espafía, por no se sabe qué
influencias, y habia sido chasqueado en sus planes y proyectos.


y pasaban dias y mas dias y la reaccion se envalentonaba, los
progresistas seguian en actitud espectante, yel ministerio aplazando
toda medida, porque sen tia hundirse el terreno bajo sus plantas. Ha-
blábase de cartas y comunicaciones dirigidas á Cristina por el duque
de Valencia, pidiendo proteccion para arrojar á Salamanca de sus
posiciones, y leventarse á salvar la patria y la situacion compro-
metidas por los escisionarios del moderantismo.


Entretanto la contestacion del duque de la Victoria por su nom-
bramiento, que dicho sea de paso, dió mucho en que pensar á los
moderados, á quienes los dedos les perecían huéspedes, fué publi-
cada en los periódicos, y decia asi, teniendo el colorido de todos los
documentos que proceden del pacificador de Vergara:


«Al recibir el real decreto del dia S, mi primer impulso ha sido
manifestar á V. M., no solo mi agradecimiento por la gracia con
que se ha dignado honrarme, llamándome á ocupar un puesto en el




DEI. ÚLTIMO BOBBON DI ISPAfiA. 963
senado, sino mas particularmente la viva satisfaccion que me causa
al considerar que ya me es permitido dirigir Ja palabra á V. M.


»IncJinada V. M. á conciliar los ánimos de los espaftoles, divi-
didos hasta aquí por las oscilaciones políticas, la mayoria de la na-
cion apoyará oon entusiasmo un deseo tan benévolo como es gene-
roso; mas si por acaso hubiera obstáculos que vencer, déjese V. M.
llevar de ]os impulsos de su corazon magnánimo, no abandone
V. M. el valor que inspiran las acciones sublimes, Ji no recele que
los que con tanta constancia combatieron, aun antes de que V. M.
pudiera comprender sus sacrificios por defender el trono apoyado en
la CODstitucion del Estado, abañdonen á V. M, en la hora del peligro.


»La nacion, seriora, espera mucho de V. M., Y V. M. contando
con un apoyo tan esforzado como patriótico, no olvidará que es Ila·
mada á restituir su esplendor á la monarqufa, y que el galardon
que espera á V. M. es tan grande como la obra que ha emprendi-
do: un preclaro renombre, y la bendicion de Jos pueblos.


lOSeñora, al expresar con tanta franqueza los sentimientos de que
me hallo poseido, lo hago con la esperanza de qu.e V. M., conven-
cida do mi respetuosa veneracion, ha de acoger benignamente las
palabras de) que con lealtad sirvió á V. M. y al Estado, del qué aun
lejos de su patria, no ha cesado de rogar por la conservacion de
V. M., en que ve cifrada la conservacion de la independencia espa-
nola.»


Este acto de Espartero venia á probar mas y mas la candidez de
los progresistas, que veian en aquella jóven la esperanza de la pa-
tria.


111.


El ministerio se decidió por fin á obrar, y á pesar de su purita-
nismo, á pesar de su amor á la Constitucion y á hllegalidad, en vez
de decidir lo primero si debian continuar ó disolverse las cortes, se
resolvió á legislar por decretos, levantó la suspension de venta de
bienes nacionales, decretó la de otros muchos de propios, encomien-
das, etc., etc., y dió infinitos decretos que la prensa apenas podia
analizar: tantos y tan en breve plazo y de tal trascendencia llegaron
á ser.


Seguian las conferencias y las cábalas de los reaccionarios. tos




964. HISTOllIA. DEL IlBINA.DO
ministros generales Córdova y Ros de Olano tuvieron distintas con-
ferencias con Serrano y Narvaez, y Salamanca, que se acostó minis-
tro, se encontró destituido y por tierra el edificio que tan trabajo-
sámente habia levantado.


Entre las t.inieblas de una noche de fortuna, sin causa legitima,
sin preparacion de ningun género se habia cambiado como por en-
canto el ministerio, despertando el vecindario de Madrid bajo ]a es-
pada del antiguo dictador, cual suele acontecer en los tenebrosos
consejos de la corte otomana, Ó en ]as terribles intrigas de un ser-
rallo. Atónitos y confundidos los habitantes de la capital, circulaban
por ca1les y plazas preguntándose ll~nos de amargura y consterna-
cion, á qué nuevo escándalo se debia el repentino cambio verificado
en las aItas horas de la noche, como esas tramas que no pueden
sufrir ]a luz del dia. En vista de semejante desórden, ~habrá aun
quien se atreva á decir que en Espafia regia el gobierno represen-
tativo? Esa pugna de ambiciones desenfrenadas, esas rivalidades que
se acechaban y asesinaban á traicion, ese juego ridiculo é ignomi-
nioso en que se gastaban y prostituian todas las facultades de la
vida polftica, solo prosperaban bajo un régimen arbitrario é inqui-
sitorial. Plantas venenosas nacian y crecían en las lagunas infesta-
das, para contagiar con sus emanaciones cuanto grande, noble y pa-
triótico se encierra en el eorazon humano.


Los ministros que aeompatiaban al nuevo presidente eran Córdova
y Ros, que permanecieron en sus mismas oficinas, Arrazola que en-
traba en Gracia y Justicia, Orlando en Hacienda, Sartorios en Go-
bern.acion , encargándose del ministerio de Marina el ministro de la
Guerra.


IV.


En el mismo dÍll quedaron convocadas las cortes para el 15 de
noviembre.


Los periódicos extranjeros daban alguna luz respecto á aquella
metamórfosis nocturna sefialando, como ya hemos dicho, á Jos ge-
nerales Serrano, Ros y CÓl'dova como principales autores de un plan
que debía hacer recaer en provecho propio una situacion donde po-
drian impunemente hacer servir á todos los partidos de yictimas,
juguetes é instrumentos de miras personales y perniciosas.




DIL ULTIMO BORDON DB BSPAÑA. 965
Como esa triple influencia unida por un vinenlo, que no quere-


mos calificar, veia un estorbo en el gobierno representativo, traba-
jaba incesantemente á fin de constituir un órden de cosas especial,
aCQmodado á su carácter, á su género de vida, á sus pasiones y á
sus compromisos secretos. Hácia cualquier parte que se volviesen
los ojos, se veia la mano del famoso triunvirato moviendo los resor-
tes de la máquina politica para darle la direccion mas útil á sus pla·
nes. Llenos de confianza en la fuerza oculta que les sostenía, se ba-
bian propuesto sin duda imponer á los progresistas con los ·mode-
rados; á los moderados 60n los progresistas; á la Francia con la In-
glaterra; al palacio con la revoluciono En ese juego doble en que
todo se posponía á las afecciOnes privadas y á la prolongacion de un
favoritismo de nuevo género, los partidos constitucionales se gasta-
ban en una lucha estéril, las cortes quedaban condenadas al des-
precio, las prácticas parlamentarias permanecian en desuso, las ins'
tituciones perecian, y todas las facultades de la vida constitucional
presentaban el triste espectáculo de la perturbacion mas desastrosa ..


En torno de e~as notabilidades militares y por efecto de ciertas
combinaciones vino á situarse el general Narvaez con sus huestes,.
despues de haber combatido por espacio de algunos meses con mu-
cha furia aqlffillas influencias ilegales que subordinaban á sus cál-
culos los poderes del Estado. Era una liga cuya adnlacion no se po-
dia prever.


v.


Los progresistas quedaron burlados nuevamente, y despues de
hablar de las declaraciones de los periódicos franceses y de ]a su-
bida al poder de Narvaez, el Clamor Público decia estas palabras:
«El general Serrano, cuyo nombre corre asociado á todo lo que ha
ocurrido desde cinco meses á esta parte, tiene una inmensa respon-
sabilidad ante el tribunal inexorable de la opinion pública. Su suerte
y la de sus compatieros que forman el núcleo de esa influencia re-
probada á quien la Europa atribuye Jos deplorables conflictos que
ocurran, no tardarán en experimentar los efectos de ]a mas terrible
expiacion. »


y luego para dar mejor idea de los deseos .del partido progresis-
ta, atiadia: «Al cabo de einco meses de una espectativa dolorosa y


'¡'MOJ:[. tU




966 lriSTORU DEL REINADO
de UDa serie de derórdenes en extremo trascendentales, venció]a in-
fluencia francesa sin que siquiera .saJiese de la confusion babilónica
donde ha padecido basta el prestigio de la corona; nada grande,
nada útil, nada glorioso para la nacion, en cambio de tantas mise-
rias, escándalos y defecciones.»


El Diario de los Debates y otros periódicos franceses anunciaron
el !6 de setiembre lo que habia de suceder en Madrid el 4 de oc-
tubre. Dé aquí en qué términos:


((L3 reconciliacion del general Narvaez con el general Serrano,
provocada por este último~ y las conferencias secretas que han me-
diado entre ambos personajes en los dias 18 y 19, demuestran que
las dos fracciones Narvaez y Salamanca han entablado negociacio-
neR con el fin de llegar i1 un arreglo ministerial que reuna al par-
tido moderado antes de la convocatoria de las cortes. El general Cór-
dova, ministro de la Guerra, y el general Ros de Olallo, ministro de
Instruccion pública, han emprendido con todo su corazon esta obra
meritoria. Sin duda se separarán de buena gana de sus actuales co-
legas para verlos reemplazados por Narvaez y algunos de sus ami-
gos.»




CAPITULO CXV.


SUMARIO.


Politica reaccionaria del gabinete Narvaez.-Vuelve Cristina á España.-Reconcilia- •
cion de Isabel con su esposo.-Ohservaciones crÍtIcas.-Fomento de los intereses
del Patrimonio real.


1.


No podian decir los moderados que debian el poder á ]a Reina ni
á la opio¡on. Sabíase por todo el mundo que la influencia palaciega
contra ]a cual se sublevaba el Rey, y que habia sido calificada por
los moderados de torpe y liviana; aquella influencia que ejercia el
general Serrano en los elementos palaciegos habia jugado el prin-
cipal papel en la tenebrosa combinacion del 4, de octubre.


Se decia de público quién llamó y se entendió y negoció con el
héroe de Ardoz; quién le introdujo en las altas horas de la noche en
]a real cámara, y el precio y términos de aquel contrato clandestino,
fruto de la ambicion y lazo pérfido que se tendían uno á otro los se-
nores de la época.


y los progresistas al ver estrechada esa union clamaban: jSacri- .
legio! jsacrilegio! y lanzaban al general omnipotente que regia los
destinos del pais terribles amenaza's, hablaban del descrédito, del
deshonor y de la ruina, de las dominaciones transitorias y de las
camarillas subterráneas.




968 BIS'1'tlRIA 0111. REINADO
La verdad es que los Borbones, por entregarse á caprichosas ve-


leidades, han prestado á muchos hombres medios de enriquecerse y
de adquirir importancia.


Salamanca y sus amigos habian preparado una gran evolucion,
una combinacion estratégica que vino á fracasar porque Narvaez se
resistió á admitirle en el gabinete que presentaba cuando fué lla-
mado de Paris. ..


Concha fué separado del mando de Cataluna; los decretos de Sa-
lamanca quedaron casi todos suspensos; y por muchos dias circuló
entre la muchedumbre la noticia de que el general Serrano iba á
ser nombrado príncipe y grande de Espalla. Los periódicos progre-
sistas refiriéndose á esta última noticia, preguntaban en qué cam-
panas habia hecho méritos para adquirir tales trofeos, puesto que
en los últimos tiempos solo se ocupaba de eoncurrír al Circo y di-
vertirse con sus amigos. Pero no tenia razon la opioion pública.
Serrano fué nombrado simplemente eapitan general de Granada.


11.


Ya se hallaba Narvaez en el ministerio; ya era necesario que la
tropa se pusiera sobre las armas las mas de las noches. A. los ocho
dias de haber sido nombrado aquel gabinete, permanecieron los ge·
nerales Narvaez y Córdova en Correos hasta el amanecer. En la
Puerta del Sol se habian situado tambien dos escuadrones de caba-
Heria.


Se dieron órdenes aquella noche á los jefes de los cuerpos de la
guarnicion para que no obedeciesen ninguna que no fuese perso-
nalmente comunicada por el ministro de Estado ó el capitan gene-
ral. Esas eran las consecuencias del contrato d~ las tinieblas que ha·
bia elevado al ministerio.


Otra consecuencia natural del cambio realizado fué la vuelta á
Espana de Cristina. Y al cabo de cinco meses de separacion se re-
concilió el matrimonio volviendo del Pardo el Rey consorte.


Lo que ocurria en este desventurado pais desde algunos allos á
esta parte, parecia uno de aquellos suenos fatídicos y caprichosos
que engendra la imaginacion de un delirante. La máquina politica,
impelida por cierta fuerza misteriosa, giraba incesantemente en el
circulo vicioso de las reacciones, trazando cada dia un nuevo perío·




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 96.
do de escándalo y confusion, En vano el hombre pensador se afa-
naria en indagar el origen y la causa de los fenómenos que ocurrian
~ajo el imperio de 108 afrancesados; en vano trataría de explicar
satisfactoriamente esos cambios repentinos, esas transformaciones
teatrales que hacian variar la decoracion. Misterio impenetrable para
los que observaban desde lejos y á la altura de los principios el jue-
go de las intrigas maquiavélicas y pasiones bastardas, que se agi-
taban y fermentaban en los dominios de la situaclOn, como los im-
puros vapores encerrados en las entrañas de la tierra. Repentina-
mentd caian y desaparecian en la escena pública Jos personajes mas
influyentes, para volverse á presentar al poco tiempo con aire de
triunfo, sin -que su elevaeion y su caida alterasen en lo mas mínimo
las tristes condiciones á que la sujetó este pueblo degradado. En esa
v.tacioD pereone y perturbadora turnaban en el poder los patronos
de la parcialidad dominante, pasando alternativamente á ser amigos
y enemigos, companeros y rivales, sacrificadores y víctimas.


111.


La situacion que crearon los puritanos, S8 habia hundido vergon-
zosamente' y las cosas habian vuelto por medio de una reaceion in-
calificable al ser y estado que tenían en los aciagos tiempos de la
dictadura afrancesada. A.I cabo de seis meses de apartamiento y des-
vío, el Rey consorte renunciaba á su vida solitaria y regresaba al
palacio, de donde se alejó. Y tambien despues de un período casi
igual de ausencia, habia vuelto repentinamente Cristina de Borbon,
para recuperar sin duda el influjo que antes ejercia en los consejos
de la corona. Con muy poca anterioridad á estos sucesos, y como
para. servir de prólogo ó iótroduccion al drama que se eslaba ra-
presentando, se hizo dueña del poder el general Narvaez, á lavor
de la apostasía y de la traicion de unos cuantos refractarios mise-
rables, cuya codicia no vaciló en sacrificar la honra á los cálculos
del interés personal.


Si se examiná' con estudio la coincidencia v simultaneidad de es-
tos hechos, se advertirá fácilmente el hilo de"la trama urdida DEN-
TRO Y fuera de Espana para restablecer en toda 8U plenüud el órden
de cosas fundado á consecuencia de la boda francesa.


Pero al mismo tiempo que tiene para el pais una explicacion fá-




970 mSl'ORIA DEL REINADO
eH y sencilla el desenlace que acababa de presenciar, era un enigma
la conducta que habia observado Cristina antes y despues de su sa-
lida de EspaDa, en punto á los conflictos ocurridos en estos últimos
meses. ¿Por qué abandonó á su hija voluntariamente, cuando su
presencia se consideraba por sus parciales mas necesaria que nunca
para afianzar los vinculos que uDian á los regios esp~sos~ ¡,A. qué
causa debia atribuirse su fuga precipitada y sn alejamiento miste-
rioso, que solo pudo cesar con la exaltacion al poder del general
Narvaez? No eran estos por cierto los momentos en que mas nece-
saria y apremiante debia considerarse la presencia de Cristina en
la capital. Resueltos todos los conflictos, despejada la situacion,
y vencidas las graves dificultades que hubieran justificado la venida
de una madre solicita y penetrada de la santidad' de sus deberes, el
regreso instantáneo de Cristina envolvia una anomalía y una es-
pecie de contradiccion inexplicable con el silencio que guardó du-
rante su permaneneia en Francia.


IV.


Cuando Isabel se hallaba sola y combatida de encontrados afectos,
cuando la discordia habia logrado introducirse en el regio alcázar,
cuando, en fin, la jóven huérfana podía necesitar de los consejos de
uoa madre, 6por qué no voló á su lado Cristina para restablecer la
calma y la tranquilidad en el corazon de su hija? ¿Cómo se expli-
caba la impasibilidad en que se mantuvo mientras duraron las des-
avenencias del palacio? ¿Qué falta bacia su presencia cuando estaban
unidos los regios esposos?


Semejante arcano no dejaba de dar motivo á coojeturas aventu-
radas y á temores vagos, como sucede siempre con todo aquello que
no tiene UDa fácil soluciono El ánimo perplejo de la multitud y de
los partidos dudaba y recelaba, DO sabiendo si el regreso de Cris-
tina iba á ser el fin de un drama l ó el principio de otro cuya ca-
tástrofe pudiera costar muchas lágrimas y mucha sangre á la nacíon
española. Con la venida del general Narvaez, con su entrada frau-
dulenta en España, con la reconciliacion en palacio y con el regreso
inesperado da la duquesa de Montmorot, se habia resueIto acaso la
continuacion de la influencia ftancesa debilitada por la marcha po-
litica que itabian seguido los gabinetes puritanos.




DEL ÚLTIMO BORBON DI ESPAÑA. 9'71
Dentro del alcázar iba á constituirse nuevamente aquella funesta


camarilla monji! que palro -¡naba la mujer de Muñoz, poder oculto
que turbaba per eompletr, á Isabel y la arrastraba á cometer crime-
nes halagando sus pasiones y otorgándole indulgencias para todos-
los casos.


Narvaez podia ereeJ:se seguro d e su triunfo, y para inspirar al
pais temores y seguridad para decirse guardador del _ órden habia
alejado á su rival en el poder tomando grandes precauciones mili-
~ares el día de la salida de Serrano, de$terrando al propio tiempo
al general Alaix en un plazo de seis horas, á pes\\r de su cualidad
de senador y nombrando á Espartero embajador en Londres para
evitar que se presentase en el senado.


v.


No solo se dedicó el ministerio á borrar por completo las buellas
del puritanismo. Tambien se ocupaba en fomentar los intereses del
patrimonio real. Ya antes de la salida. de Salamanca se adoptó una
medida respecto á CIENTO SESENTA MILLONES que se decian
atrasos de la casa real, operacion que el ex-ministro explicaba en
estos términos en un comunicado dirigido al Clamor:


«El hecho es, que _habiendo acudido al senor intendente de S. M.
la Reina, ex.poniendo los cuantiosos descubiertos de su consigna-
cion y las apremiantes obligaciones que pesaban sobre la Tesoreria
del real Patrimonio, y reclamando que. pues no era posible aten-
der á aquellos, ni satisfacer en efectivo las libranzas del Tesoro, de
que era poseedora S. M., se declarasen estos créditos centraliza-
bIes y en disposicion de ser convertidos en títulos del S por 100,
segun se habia practicado con los de igual naturaleza y proceden-
cia, pertenecientes á parti~ulares con arreglo á los decretos y dispo-
siciones vigentes en la materia.


»Esfa reclamacion pasó á infMme á las direcciones generales de
contabilidad y del Tesoro, las cuales convinieron en la identidad de
los créditos; y luego á la junta de liquidacion de créditos contra el
Tesoro, con cuyo dictám~n me conformé como ministro, declarando
centralizables las cantidades recla.madas que no llegan siquiera á la
tercera parte de los atrasos que alcanza S. M., Y que no figuraban
como tales, sino como obligaciones del Tesoro no satisfechas.




972 HISTORIA DEL REINADO
»Cuando S. M. se dignó aceptar mi renuncia del ministerio de Ha·


cienda, el expediente seguia su cnrsc j y por la comision de Jiqui-
dacion no sehabia todavía eXpíe'dido á aquella fecha los mandatos
-para la entrega de los títulos al senol' intendente de la real casa.
I~o que haya ocurrido des pues me es enteramente desconocido.»


A estas aseveraciones contestaba el intendonte de palacio asi:
«Acabo de ver en su apreciable periódico un artículo del Clamor
Público~ de que no tuve conocimiento ayer en que se dice -que se
han capitalizado todos los atrasos de la casa real en renta del 3
por 100 etc. etc.,» y usted afiade «que parece que el papel produc-
to de ~sta conversíon que debia. haber entrado en las arcas del Pa-
trimonio y haber servido á cubrir las obligaciones ó atrasos de la
casa, no ha tenido, se dice, este destino sino en cantidad tan redu-
cidá, habiéndose quedado lo demás no sabemos en manos de quién.:o


Es imposible denunciar á la opinion pública dos hechos mas gra-
ves, el uno que afecta directamente al crédito de la nacion, pues se
supone que sin autorizacion de la ley se han creado nuevas inscrip-
ciones de la deuda pública, y el otro es altamente ofensivo á la
moralidad de las personas que mas¡ Ó meJOS directamente han me-
diado en este negocio, Por fortuna no hay verdad ni exactitud en
ninguno de los dos hechos; pues no se han pagado todos los atrasos
de la casa real con titulos del 3 por 100; sino que la parte de atra·
sos que consistia en libranzas protestadas, han sido invertidas con
arreglo á la ley del 14 de febrero de 1845. El expediente que al
efecto se ha formado en la secretaria de Hacienda, puede ir á las
cortes á peticion de cualquier senador ó diputado, y aUi se podrá
aclarar si la conversion se ha hecho con arreglo á la ley, ó si por
mi parte he hecho bien ó mal en reclamar en nombre de S. M. el
pago de una parte de los considerables atrasos de su consignacion.


»En cnanto al segundo hecho respectivo á la malversacion de una
crecida cantidad de títulos bastará decir, qu~ los que el gobierno ha
dado hasta ahora han ingresado en la Tesorería de la real casa, de
donde durante mi adminislracion no ha salido ni saldrá un solo ma·
ravedí sin la debida intervencion de la Contaduría general, y SiD
llenarse todos los r~quísitos y solemnidades de la ordenanza.»




I)!L ULTUtO BORBON ItE ES1'AÑA. 913


VI.


Era innegable que se habia cometido una ilegalidad de la cual
eran responsables, y que se eludia en ambos escritos fijar la can-
tidad á que ascendía la conversion.


De todos modos resultaba que los Borbones y sus secuaces y sus
agentes y los qaa sirven para satisfacer sus caprichos cuestan á los
pueblos cantidades fabulosas y arrancan de la produccion capitales
que podrian emplearse útilmente, no en vanid~des pueriles, DO en
goces superfluos, no para alimentar la vagancia de los que viven
en el sibaritismo.


y como tras de UDa cosa viene otra, y como un delito arrastra
otro delito, y como una arbitrariedad sigue á otra arbitrariedad, en
aquellos mismos dias el gabinete Narvaez que a Jtorizaba semejan-
tes despilfarros para premiar servicios particulares con perjuicio del
Tesoro y gran quebranto de los contribuyentes; el héroe de Ardoz
que alejaba una influencia peligrosa, viendo que se levantaba otra
influencia, no dudó un punto en violar la ley para evitar que sus
proyectos se desvanecieran como el humo.·


Habia un cantante que por su voz y por sus buenas formas lla-
maba la atencion de las mas elevadas damas. Ese cantante se lla-
maba Mirall; y segun parece fué llamado á palaoio. donde la corte
quería escuchar, sin duda, mas de cerca los armoniosos ~ ecos que
pro4.ucia.


Acaso tambien Isabel queriendo imitar á algunos de sus prede-
cesores, premiando el mérito artishco del cantor, se proponia ente-
rarse bien de las circunstancias que en él concurrian.


Pero Narvaez que temia las rivalidades artisticas, sorprendió á
aquel hombre á la salida del palacio como si fuera un malhechr¡r, y
sin.darle tiempo alguno ni permititle moverse del carruaje donde le
enjauló la policia, hfzole desaparecer de la escena como por arte de
magia.


Eo los primeros días nadie habia sabido fa ruta que habia toma-
do aquel favorecido cantante, que fiaba sin duda su seguridad per-
sonal en las leyes, y no pudo llagar á creer que se emplearan aquf,
en la Espatia constitu'Jional, procedimientos que rechazaria el em-
perador de Marruecos y las hordas salvajes del Riff.


TOMO 11.




97i HISTORIA DEL RKINADO


VII.


Por lo .. demás, la prensa tomó con gran calor la cuestion de los
atrasos de la real casa, yel Español se permitió hacar las siguienle~
observaciones:


«Por todo Madrid se dice y se comenta que ,'esta conversion ha
sido objeto de un trato vergonzoso, en el que el Patrimonio ha de-
bido sacrificar Ulla tercera parte de sus atrasos en libranzas ósea
56 millones de reales en títulos del 3 por 100, para recibir 100
millones en igual cIasa de papel. Estos 50 millones, se refiere, han
sido distribuidos entre diferentes personas, en perjuicio de los inte-
reses de S. M., y abusando de su inexperiencia y de .su confianza;


»Pero deseosos nosotros de venir en ayuda al celo del senor in-
tendente, debemos advertirle que de público se refiere que á la época
de la salida del ministerio autor de la operacion, no se habian con-
fecdonado mas que unos 60 millones de titulos. Si el señor Pena se
refiere á esta entrega, su dicho coincide con nuestros informes, pero
queda siempre en pié la grave objecion de poner en claro de una
manera auténtica, que igualmente ingresarán en la Tesoreria de la


,real casa los cien millones restantes, sin que despues de haber en-
trado en arcas para llenar un requisito de contabilidad, bayan sa-
lido para otras atenciones que las corrienles y legítimas del real Pa-
trimonio, pues en este asunto, desagradable á todas luces, se habla
de órdenes autógrafas para cubrir enormes exacciones, que si bien
pueden dejar á salvo la responsabilidad de un administrador ó de
un lesorero, no resguardan la probidad y el honor de los que ha-
yan podido ser instrumentos y parte en el intento de legalizar un
inicuo despojo.


»Ayer se decia que temerüsos de las resultas de un asunto .que
tanto ha despertado la atencion pública, se babia becho la restitu-
ciou da 40 millones de titulos. No sabemos qué grado de certidum-
bre merece esta noticia que oimos de boca de un senor diputado:
pero sea que en efecto hayan parecido los 4.0 millones y que solo
falten 10, ó que aun estén por entrar en las arcas del real Patri-
monio los 50 millones de títulos, el honor de las personas que ma-
nejan 105 intereses de S. ~1. y la vindicta pública reclaman que se
completen las oportunas explicaciones que ha empezado á dar el se-




DHL ULTiMO RORRO!\! DI.\ &SPAÑA, 975
fíor intendente de palacio, á fio de que á nadie pueda qu~dar duda
de que la ifdgalidad de la conversion no ha servido para cubrir un
orímen aun mayor.»


. Asi hablaban Jos amigos de la monarquia; así preparaban la evo-
luc!on que debía verificarse; así encubrian los vicios y defectos de
sus amigos.




CAPtTULO CXYt


SUMARIO.


Como Narvaez se hizo la situacion exclusivamente suya.-Oiscurso de la Reina al
abrirse las cortes.-Como no cumpliron los progresistas su mi~ion.-AnomaHa8 y
aberraciones.


1.


Las cortes iban á abrirse. Debian presentarse ante ellas los mi-
nistros que las convocaran; pero á los quince dias de publicado el
decreto cedió el ministerio de Estado el jefe del gabinete al duque de
Sotomayor: despues se entabló UDa larga. lucha entre Narvaez y los
ministros Córdova y Ros de Olano á quienes á lodo trance quería
arrojar de su lado por temor de que éllos á su vez no se valiesen de
las. influencias que depusieron á Salamanca. Por fin, despues de muo
chas tentativas insertaba la Gaceta los decretos por los cuales se re-
levaba de sus puestos no solo á estos ministros, sino á Concha de
la direccion de caballería, y á Blasar de la de infantería. Entonces
pudo respirar el general Narvaez, que puso sobre las armas la guar-
nicion de Madrid durante muchos días, y se nombró ministro de la
Guerra. '


Pocos dias despues se nombró senador, confiriéndole la gran cruz
de Carlos 111, al general Córdova, y embajador en Portugal abo-
nándole diez mil duros para viaje y veinte mil para ostablecer yamue·






DEL ULTIMO BORBON n;¡SSP.iÑA 9'11
blar la casa á Ros de Olano; volviendo el general Concha á la di-
reccion de caballería. Todo esto, en verdad fué despues de bien
medidas y pesad.as las fuerzas, influencias y secretos que poseia cada
uno de los actores en estos sucesos .


. En palacio tambien hubo grandes variaciones para afianzar mas
y mas la poHtica personal del héroe de A.rdoz. Babia variado por
completo en un mes el aspecto de las cos'as públicas. Narvaez, con
esa audacia y ese empuje y esa habilidad que le habian puesto en
el caso de ganar batallas como la de Ardoz y mil1isterios antes que
estuvieran vacantes; con esa tenacidad que le caracterizaba y que
podia descubrir todo el que le vió permanecer en el destierro du-
rante siete arios para ascender desde la roca Tarpeya al Capitolio~
el general Narvaez se decidió á arrostrar todas las responsabilida-
des, triunfando de todo género de obstáculos, y constituyendo una
situaeion que pudiese llamar exclusivamento suya.


11.


Entonces llegó el momento de consolidar aquel régimen dictato-
rial.


Abriéronse las cortes.
El gobierno puso en boca de Isabel un discurso en que despues


de hablar de nuestras buenas relaciones con todas las potencias y
de las negociaciones pendientes con Roma; despues de asegurar que
se gozaba de inalterable tranquilidad, cuando los pueblos eran sa-
queados, y en Cataluila se. presentaban gruesos batallones de car-
listas, se explicaba de esta manera:


.Persuadido mi gobierno de que solo asi podrá dedicarse con el
debido aCan y preferencia al necesario fomento y desarrollo de la ri-
queza pública, mejorando y reformando aquellos ramos de la admi-
nistración general que Jo reclamen, y firmemente resuelto á obser-
var un régimen legal, que así proteja al ciudadano pacifico, como
contenga y deprima al que de cualquier modo intente sobreponerse
á la ley, someterá desde luego á vuestro exámen, y aprobacion los
proyectos que creyere indispensables para conciliar la acerlada apli·
cacioD del principio de legalidad con la accion desembarazada y li-
bre del gobierno, tan esencial para la conservacion del órden, como
para el desarrollo pacifico de UDa bien entendi~a libertad.




978
»AI mismo tiempo os serán presentados Jos presupuestos de in-


gresos y de gastos para el afío de 1848, si no con la reforma radi-
cal que medita mi gobierno, y un dia someterá á la aprobacion de
las cortes, con las mejoras y economías que han permitido y per-
miten el estado de la administracion, las circu nst~ncias del pais, y la
premura del tiempo.


»Sucesivamente lo serán tambien otros proyectos de reconocida
importancia y urgencia, como el que ha de proveer definitiva y dig-
namente á la dotacion del culto y del clero; el que determine el de- .
recho de la imprenta con sujecion á los mas seguros principios y
doctrinas constitucionales; el relativo á la organizacion judicial con
las mejoras y reformas posibles en cuanto á la administracion de jus-
ticia, con otros igualmente reclamados por las necesidades del pais,
y que las cortes examinarán con el cele y actividad de que tienen
dadas tan honrosas pruebas.


»Por este medio llegará al fin el anhelado momento de la reeon-
eiliacion de todos los espaí'ioles, y en que extinguido hasta el re-
cuerdo de las pasadas discordias, DO se vean en derredor del trono
sino espanoles hermanos, igualmente dispuestos á cooperar a] afian~
zamiento de ]a paz pública, á cuya sombra solo se arraigan y pros-
peran las instituciones, hay garantias para el ciudadano, y dicha y
libertad para los pueblos .


• Senores senadores y diputados: esta es la grande obra á que
hace tiempo están llamadas las cortes con el trono.»


111.


El ministerio babia sido completado, entrando en el de Instruc-
cion y Obras públicas don Juan Bravo Murillo; asi la batalla podia
organizarse perfectamente. Y con efecto, en el primer momento pudo
verse el resultado producido por la táctica del héroe de Ardoz sobre
las distintas fracciones del congreso. '"


185 diputados dieron sus votos para presidente del congreso á
Mon, que acababa de llegar de Paris con órdenes de Guizot; siendo
nombrados vice-presidentes Rios Rosas, Gonzalez Romero, Arteta y
Tejada, con lo cual quedaban representadas las parcialidades di-
versas.


Los diputados progresistas se hallaban en UD compromiso muy




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA.
·9'79


grave. En la anterior legislatura habian faltado por completo á 8US
deberes; habian callado cuando su deber les obligaba á denunciar
con severidad y energía lo que causaba el escándalo del mundo ci·
vilizadQ, la ruioa y la despoblacion de Espafta.


Lo que parecia una transaccion vergonzosa en vírtud de menfi.-
das promesas de llegar al poder, fué defenrlido por algunos dando
por causa á la conducta débil y meticulosa de los dipulados, la ne-
cesidad de mostrarse prudentes cuando sus contrarios se dividian y
fraccionaban, preparando un triunfo electoral que debía hacer ne-
cesario su llamamiento á las regiones del poder. Los desgraciados
progresistas cayeron en el lazo y obedecieron la consigna.


A.hora ya no cabia disculpa; aquel/o en que fiaban para subir al
poder; aquello con que deshonrosamente habían pactado se bailaba
lejos y perdia su influjo. Tenian frente de si al implacable héroe de
Ardoz; y los que hacían la guerra á esa personalidad; las fracciones
que parecian dispuestas á sostener la legalidad contra los' abusos
dictatoriales, habian caido á las plantas del vencedor, habían ven-
dido por un plato de lentejas su derecho de primogenitura.


Era llegado el momento de hablar sin excusa ni contemplacion.
La nacíon entera á cuya noticia habían llegado los manejos iHci-


los y las operaciones clandestinas que la casualidad habia hecho
descubrir, confiaba en que los diputados del partido progresista cor-
responderiao dignamente á los altos fines de su encargo, profundi-
zando en ese oscuro laberinto, descubriendo los misterios bursátiles
de la situacion. y arrancando la máscara á los prevaricadores que,
validos de la impunidad, osaron malversar los caudales públicos
para favorecer intereses personales ó proyectos desastrosos, sin
reparo ninguno á la opinion, clase y categoría de los que resultasen
complicados en ellos directa ó indirectamente por malicia ó por ig-
norancia.


La menor contemplacion, la menor debilidad en este punto era
un crimen imperdonable, una traicion escandalosa á los principios
que representaban.


Ante la falange compacta de los apóstatas y de los perjuros, de-
bian oponer la rectitud de miras, la verdad, la acusacion formida-
ble de la moralidad política.




980 IllS'fORU DEL REINADO


lV:


Si hasta entonces habian hecho basar su retraimiento en ciertas
cuestiones de alta moralidad, por temor de incurrir en la nota de
perturbadores y revolucionarios con que solian imponer los apósto~
les del partido francés á los espiritus demasiado circunspectos ó so-
bradamente pusilánimes, por este motivo quedaron envueltos en
las tinieblas varios hechos que nadie acertaba á explicar satisfacto-
riamente, y acerca de los cuales era preciso que se abriese una dis-
cusifJn concienzuda y UD juicio solemne. Todavía no se sabia á punto
fijo de qué arcas salieron los fondos empleados en la expedicion al
Ecuador, yen la tentativa infructuosa para establecer en Méjico la
monarqu[a bajo el cetro de un príncipe espafíol. No eran menos dig-
nos de escrupuloso exáqten la conversion de los atrasos de la real
casa, el compromiso firmado por Isabel para otorgar á la duquesa
de Montpensier treinta y dos millones de reales en calidad de dote,
la extraccion mensual de varias cantidades de los fondos de la Reina
con objeto de formarle un capital en pais extranjero, y la inversion
de otras sumas de gran cuantía, cuyo paradero se ignoraba.


Sobre todos y cada uno de estos puntos, los diputados progresis-
tas tenian un deber imperioso de provocar explicaciones claras que
resolviesen las dudas y desvaneciesen hasta la menor sombra de
sospecha.


Los progresistas tenian el deber de preparar la revolucion, mos-
trando ante las miradas de Europa el asqueroso cáncer que iba á
extirpar con su escalpelo; la infamia erigida en sistema que era pre-
ciso borrar con actos de tremenda é inflexible justicia.


Bajo el aspecto politico como bajo el aspecto moral, una vez que
las fracciones moderadas pedian contra el puritanismo y sobre todo
contra Salamanca acusaciones; una vez que se trataba de cerrar la
era de los desvarios y depredaciones, era necesario que con solici-
tud incansable los hombres'que se decían amigos del pueblo lucha-
ran para sostener en toda su extension el derecho para reclamar
todos los expedientes, todas las responsabilidades, para descifrar to-
dos los misterios, para buscar en l.os recónditos pliegues del labe-
rinto palaciego á los ladrones y á los asesinos de la honra y de la
vida de los ciudadanos.




lJtL ULTIMO BOR.lWN DI ESPAÑA. 981
Pero era difícil, era imposible que cumpliesen con este deber los


que habian tenido complacencias, los que habían recibido distincio-
nes, los que debian deferencias, los que llamaban sus amigos á los
asesinos y á los opresores del pueblo.


Era difícil, era imposible que los que ambicionaban el poder y se
llamaban progresistas sin saber siquiera que el progreso conduce á
la anulacion de los privilegios, á la emancipacion completa de todos
los ciudadanos, quisieran ni pudieran realizar un acto de solemne
justicia, una medida de reparacion á los agravios hechos á la hu-
manidad.


v.


En aquel revuelto mare magnum, en aquella continua oscilacion
de las individualidades y de las pandillas, los sucesos se repetian,
las situaciones se complicaban, los amigos de ayer eran hoy indife-
rentes y hostiles, la licitacion estaba abierta, el mercado siempre
permanente, Jos compradores y vendedores de conciencias en ace-
cho de una falta, de una debilidad, de una ccasioo, el pueblo siem-
pre en la miseria y la abyeccion, los traficantes comerciando con su
ignorancia y l'roporcionándose goces á costa del sudor de la mul-
titud. '


La reaccion buscaba sus agentes entre los hombres mas popula-
res, y la plebe asquerosa, como decian los moderados, contemplaba
atónita aquella horrible farsa y desesperaba da su salvacion. "Qué
significaban despues de todo esto las quejas de los unos y las inju-
rias de los otros? Serrano habia violado sus juramentos y su fe. Lo-
pez acababa de ser nombrado representante de un distrito, y el que
no habia tenido valor para sostener los intereses de la revolucion,
se atrevió á protestar sosteniendo su derecho contra ilegalidades
electorales.


«Este hecho, decia en una exposicion á las cortes, produce una
cuestioD previa, á la vez que importante, que debe tratarse y re-
solverse antes de entrar á examinar en el fondo la indole de la elec-
cion. El jefe político obró con notable abuso, y sus actos ilegitimos
no pueden perjudicar, cuanto menos prevalecer sobre el escrutinio
y solemne proclamacion que yo obtuve en la junta general, única
reguladora _ por la ley.


TOllO 11 121




98~ JiUSTOltlA DEL RlUNADO
»Yo ruego al cúngreso, que dejando sin valor alguno el abuso


incalificable del jefe político de Almeria, me tenga por diputado
electo, y como tal me permita presentarme á sostener mi eleccion. JI)


¿Quería el ex·miniatro del gobierno provisional, el que habiacon-
tribuido tan poderosamente á la derrota del progresismo á falsear la
voluntad nacional y al entronizamiento de los sicarios de Cristina, y
del despotismo de los Borbones, un puesto de peligro para luchar
contra los opresores, ó le guiaba el espiritu de vanidad p!lra lucir
las galas de su florida diccion en sus poéticos discursos?


VI.


~ Entre las combinaciones variadas de grupos y pandillas políticas
que merodeaban agregándose á este ó al otro campo, agrupándose
en torno de esta ó aquella indívidúalidad, asociándose á esta ó á
aquella influencia, hubo por. alguo tiempo una amalgama indefinible
en la cual figuraban Salamanca y Ros de Olano, Prim y Ortega,
Gonzalez. Bravo y Miguel de los Santos Alvarez, Escosura y Serra-
no, etc., etc.


Ya hemos observado que el gabinete Narvaez al recomponerse
eliminando las individualidades repulsivas Córdova y Ros de 0lano,
habia comprendido en el anatem,a á los Conchas y otras personas,
desterrando y depon-iendo autoridades que creía hostiles. Tambien
hemos visto que en breves horas, exceptuando á Alaix que quedó
en su destierro y Blaser que no quiso admitir la salisfaccion y las
indemnizaciones que se le ofrecian, se reéonciliaron y congraciaron
los que parecian enemigos.


Prim, que des pues de desatentadas persecuciones que él hacia
conocer con gran ostentacion, despues de haber pasado muchos
tiempos en extranjero suelo, habia regresado á Espana, vivía come
un principe, hasta el punto de que habiendo asistido á uno de los
bailes de la corte se hiciese acreedor á figurar en fas revistas serna·
nales, no como en otros tiempos por sus hazanas y su heroico va-
lor, sino por la riqueza inmensa de la botonadura de brillantes que
ostentaba en el pecho; Prim que babia exagerado sus opiniones sir-
viendo des pues á Narvaez y á Cristina contra sus antiguos amigos;
Prim que habia figurado como conspirador, siendo preso y perse-
guido como tal; Prim fué nombrado por esta época, y gobernando




OEI. ULTj~1O l\ORIlON IHi r:SPANA 983
UOD R:unoll María Narvuez, capilan general ue Puerto-Rico.


Su amigo y compafiero, uno de los del grupo que hemos citado,
que estaba sirviendo á los moderados constantemente desde lSt4,
cómplice en todas las maldades y desafueros que se cometielOD por
ellos, mandando en todas ocasiones regimientos cuando se premiaba
al siempre progresista Prim con la capitanía general citada, era per-
seguido y desterrado y acudia á las cortes en esta forma: '


o;Hallándome en esta capital con objeto de asistir á las cortes con·
vocadas por real decre~o para el dia 15 del corriente, recibí el 11 y
con fecha 10, una real órden, cuya copia acompaiía con el número 1,
en la cual se me prevenia que en el término de 3' horas emprendiese
la marcha para la Coruiía á recibir órdenes de aquel eapitan ge-
neral.


l>EI exponente, sin embargo de su carácter de diputado y de fal-
tar, cuando recibió la órden citada arriba, solos cuatro días para fa
reunion de las cortes, queriendo conciliar con sus obligaciones po-
líticas la severa disciplina militar. ofició al eapitan gener~l, rogán-
dole consultase al gobierno á cuál de aquellos deberes debia de aten-
der con preferencia (copia número ~). Pero ]a autoridad militar no
creyó conveniente acudir de nuevo al gobierno, y repitió al que ex-
pone la órden de salir de la capital, segun aparece, del papel nú-
mero 3.
, »En "tal estado acudió el exponente en derechura al sei'ior presi-
dente del consejo de ministros, insistiendo en lo que habia manifes-
tando al eapitan general; mas no recibiendo resolucion y llegado el
plazo seiíalado, emprendió y prosigue su 'marcha á la Coruña.


»La simple y fiel relacion de los hechos que preceden, hará ver
al congreso que en la persona de Ortega se han atropellado sin ne-
cesidad ni pretexto los fueros del parlamento y la independencla
de los diputados de la nacion.


» El congreso en su alta sabiduría decidirá en el caso lo mas jus-
lo; al exponente le basta haber cumplido como militar obedeciendo,
y como diputado reclamando el respeto debido á las inmunidades
de un individuo del parlamento.»


Estos misterios, estas anomalías) estas inconcebibles aberracio-
nes solo pueden presenciarse cuando reina la familia de Borban bajo
el patronato de Luis Felipe de Orleans, que es'como si dijéramos UDa
sola é indivisible familia destinada á odiarse y venderse con la mis-
ma cordialidad que odian al pueblo á quien explotan y esquilman.




CAPiTULO CXVH·


SUMARIO.


Humilla()ion del pal'laruelllo.-Dúcumento chistoso de llios Rosas.-Dchate~ parlamen-
. tarios.-Discurso de Salamanca sincerándose de varios cargos.


1.


El parlamento habia sido vilipendiado por el moderantismo, se
le habia puesto en el ridiculo espantoso de suicidarse primero dero-
gando y aboliendo todas sus facultades, arrojándole despues á )a
fosa, ó mejor dicho, dejándóIe insepulto, y cuando ya habia ,viciado
la atmósfera con los miasmas de su corrupcion I levantándole, galva·
nizándole para que asistiera como un mercenario lacayo á la con-
sumacion de la venta hecha por aquellos consejeros ó aconsejados
de la política francesa ... Despues habian vuelto á despedirle, y esta
vez habia sido enterrado con todos los honores, con toda la pompa
y solemnidad, aunque no para siempre como hubieran deseado los
que le ultrajaron, los que provocaron en su seno conflictos y esce-
nas desagradables é indignas.


El parlamento habia vuelto á vivir en virtud de una nueva ley
en condiciones distintas y el ensayo babia traido nuevos personajes á
la. escena. Pero como los que le convocaron eran de la falange que
la odiaba. y como los que debían haberse moslrado intransigentes






DON ANTONiO DE LOS P!CS ' ROSeS




hU UUIMO hORGON DI RSPA~A 98:)
se presentaron débile~ é irresolutos en los cortos días en que vivió
UDa vida precaria, no supo regenerarse y enaltecerse.


11.


Rios. Rosas, uno de los adalides del puritanismo alababa á Isabel
por su alta prevision y maternal solicitud al arrojar de su lado á
Salamanca para sustituirle con Narvaez.


Hé aquí algunos párrafos cbistosisimos de ese documento:
«El halagüeño anuncio qu.e V. M. se ha dignado hacer á las coc-


tes de este doble beneficio al indicarlos la inmediata presentacion de
los presupuestos correspondientes al ario próximo, empeñará mas
y ma!) el celo del congreso para cooperar al generoso propósito de
V. M., examinándolos con detenimiento y castigándolos con rigor
hasLa donde lo consientan la seguridad del Estado y las necesidades
del servicio público.


»Con igualesmero.estudiará el congr~so los demás proyectos de
ley que se propone someter á su deliberacion el gobierno de V. M.
Entre {odos ellGs, los que por su mayor importancia ba ,tenido
á bien mencionar V. M. le merecerá UDa atencion mas asidua y
profunda, -ya para organi~ar competentemente el órden judicial;
ya para proveer, cual cumple á UDa nacion culta y á un pueblo
morig~rado y católico, á la dotae:oD del altar y de Jos ministros del
Sefior; ya para constituir la imprenta, esa funcion vital y poderosa
del espíritu público, en amplios y sólidos fundamentos; al modo. que
se abre un dilatado lecho y se alzan márgenes robustas á un tor-
feElte caudaloso para convertirle en manso y fec11Ddo rio .


. »A.l ele\far, senora, en esta ocasion solemne el, congreso de los
diputados á los piés deltrono de V. M. la reverente expresion de
sus votos y d~ sus sentimientos, no puede menos de congratularse
con V. M. Y con la nacion entera por el venturoso sesgo que desde
el ~dvenimiento del actual gabinete ha comenzado á tomar la ges-
lion de los negocios públicos. Merced á la alta prevision y maternal
solicitud de V. M. se han podido atajar á tiempo los males que ar-
rastraba consigo aquella funesta política que tendía á erigir en sis-
tema la conculcacion de todos los principios.


»Plegue al cielo, Sefiora, colmar los afanes de V. M. apartando
de su trono y de su pueblo nuevos peligros y desdicbas l para que




986 HISTOIiIA mu. RJUN !B(¡
restablecida donde quiera la paz pública, extirpadas las facciones
que aun la combaten, y asegurada la concordia entre todos los ciu-
dadanos, no haya mas movimientos en la region de Id. política que


.la lucha de los partidos legales en la noble y fértil arma de la mo-
narqufa constitucional.


».'\ dar cima á tanta empresa se promete concurrir bajo los auspi-
cios de V. M. el Congreso de los diputados confiando en el auxilio
del Todopoderoso para responder dignamente á los deseos de la
nacion que deposita las mas altas esperanzas en el suave cetro d(~
V. M., yen la libertad política que ha rescatado juntamente con él
á precio de su sangre.»


IlI.


Aquella era la época de las emociones; y la mayoria moderada
decidida á no olvidar ni perdonar, aprovechaba la ocasion de tomar
á mano una víctima para vengar en ella todos los errores, todas las
injuslicias, todas las arbitrariedades, todos los crimenes con tanta
profusion amontonados en los últimos tiempos.


Lanzados del poder los célebre~ asturianos que tan servilmente
habian obedecido á las influencias y órdenes del monarca francés,
no pudieron resistir con calma la eonjuracion puritana, y á pesar de
Ja repugnancia de Narvaez y de Jos consej(}s da aquellos que tenien-
do el tejado de vidrio, temian Que empezara la pedrea, quisieron
vengar sus agravios y dieron expansion á sus ímpetus acusadores
contra el ex-ministro que p.uso en riesgo inminente los intereses de
la congregacion.


Rios Rosas era tambien de los miembros de la mayoría que debia
acaso á su condescendencia en prestarse al papel de acusador el
puesto de vice-presidente del Congreso; y Tejada, miembro de la frac-
cion Viluma ó absolutista, hacia coro á los ex-ministros Seijas, Ro-
mero y Pidal, en aquella inicua confabulacíon para perder á un
hombre.


En el mismo dia 20 de noviembre en que se habia leido el dictá-
men de la comision, se presentó una proposicion famosa en oJio al
ministerio eaido, reclamando que el gobierno r~mitiera cinco expe-
dientes importantes, á saber: los relativos á la conversíon de las li-
branzas de la casa real, á la~ cuentas con Ardoio, al ferro-carril




DEL ULTiMO BORBON DE ESPAÑA. 9S7
de Aranjuez, á la contrata de los vapores y á los titulos del 3 por
100 expedidos por la Caja el 17 de febrero del mismo ano.


Tejada recibió el encargo de combatir al célebre puritano. Y los
ministros de Estado, Gobernacion, Hacienda, Marina, y Comercio,
ocupaban el banco negro para presenciar aquella junta, cuyo cam-
peon no profesaba gran respeto á la ley fundamental que iba á de-
fender.


Cuando llegó el caso de votar, los ministros quedaron sentados
mientras se levantaban todos los diputados,decJarándose aprobada
por unanimidad la proposicion; y habiendo 'objetado Olózaga que el
gobierno permanecia sentado, contestó Sartorius que los ministros
diputados no votaban, faltando asi á lo que prevenia el reglamento
que prohibia abstenerse de votar á los individuos que se hallaban
en su asien to.


¡Triste y lamentable papel desempeñaron todos en aquel dia ma.-
morable! j triste y lamentable porque se conculcaban las leyes, y
pretendiendo hacerlas observar se consagraba la mas terrible do las
injusticias.


IV.


Salamanca quiso hacer la defensa que correspondia; pero al pe-
dir la palabra despues del violento ataque en que el orador absolu·
tista habia envuelto hábilmente pérfidas alUSIones de lodo género
contra la moralidad del ex-ministro puritano, hubo necesidad de
acudir al reglamento para pedir para una alusion la palabra que se
le negaba; y aun así necesitó la autorizacion del congreso, porque
el presidente des pues dé oir UDa terrible filipica del diputado Tejada
consideró improcedente la peticiono .


Salamanca entre otras cosas dijo:
el Yo no me hp metido para nada en la poHtica, y sin embargo si


se quiere, mi persona está pronta á ser una víctima; pero en los
actos do moralidad yo hablaré muy aItó, porque quiero que solo
haya justicia y justicia muy severa.


»No quiero molestar mucho la atencion del congreso. Pero por si
alguna circunstancia me separase de estos ba.ncos, quiero hacer una
ligera resalia sobre esos expedientes que se piden; y no porque ella
sea bastante: es necesario que se les dé mas publicidad, y yo pediré




988 HISTORU DEL REINADO
al gobierno su impresioD, porque no quiero que sea solo aqui donde
se examinen, sino en todo el país. '


»Elprimer expediente que se pide es el relativo á la conversion
de las libranzas de la casa real. La casa real, selores, se hallaba
con gmndes descubiertos; ó mejor dicDo, la cODsignacion de S. M.
tenia grandes descubiertos; pero tenia contra el Tesoro libranzas por
valor de 105 millones de reales. La casa real se acercaba al go-
bierno de S. 1\1. reclamando la efectividad de aquellos créditos; pero
las circunstancias no permitian que se realizase su pago. El inten-
dente de palacio, conocedor en materias de Hacienda, creyó que unas
libranzas que habían sido entregadas por los anos 89, 40 Y U es-
tallan en el caso que otros créditos de la misma naturaleza, que en
virtud de UDa ley habian sido convertidos en títulos del 3 por 100;
Y en su consecuencia hizo una exposicion al gobierno pidiendo la
cODversion de dichas libranzas en renta del 3 por 100. El ministro
de Hacienda pasó la exposicion y 108 créditus á la junta liquidadora!
y con el informe de esta, pasaron á la junta calificadora que era á
quien correspondia ejercer aquella funcian legal. E~a junta, seiío-
res, en un largo informe con vino en que aquellas libranzas eran con·
vertibles. ¿Qué era en este caso lo que debió hacer el ministro de
Hacienda? ¿Ponerse en contradiccion con estas juntas, acaso por pri-
mera vez y en un negocio en que hubiera sido ponerse en contra la
casa real? La casa real tenia grandes compromisos á consecuencia
de los gra'ldes gastos que babia tenido que hacer' con motivo de fa
boda de S. M., Y el ministro co podia menos de tener en cuenta to-
das estas circunstancias, y por lo tanto yo puse mi conformidad con
el informe que habia dado la Junta. Y ad viértase, señores, que el
día'! de setiembre fué cuando yo puse lUi conformidad: el dia 3 se
pusieron las órdenes para que se procediera á la conversion, y el
dia t dejé de ser ministro .


• Estas órdenes tenia n que ir á las oficinas, y hasta el 9 del mis-
mo mes no se habían extendido los titulos. No digo esto por librar-
me de la responsabilidad, sino porque los hechos se comprendan
bien. Vengan, pues, esos expedientes, examínense todos y hágase
justicia.


»No hablaré mas de este particular, y voy á ocuparme del se-
gundo expediente que se pide en la proposicion.


»Es este el relativo á la liquidacion con la casa de Ardoin.
l) Yo DO diré mucho sobre un negocio que para venir al congreso




DIL ULTIMO BOl\BON DR F.SUÑA. 989
habrá que conducir en dos carros los papeles y expedientes que com-
prende; pero sí diré que ha.blando un dia con una persona respeta-
ble que ha sido ministro, y que se sienta en estos baneos, me dijo
que en Sil juicio pesaba una responsabilidad inmensn sobre todos los
qué habian sido ministros de Hacienda, por haber dejado f;n el es-
tado en que se encontraba un negocio en que habia créditos contrá
el gobierno que pasaban de 40,000 libras, y que tenia en manosde
un particular por valor de 600 millones de reales, con los cuales se
padia comprometer el crédito de nuestro pais. ¿Qué procedia en este
caso~ Nombrar una persona que se entendiera con la casa de Ar-
doiD para verificar la liquidacion. Yo, seriares, no he hecho contrato
ninguno como se dice: no he hecho mas que Dümbrar una persona
que fnese á París y pi:liese la liquid~cion á la casa de Ardoin, para
si esta se negaba, consultar h que debería hacerse. Ese comisionado
fué á París, desde allí hizo una comunicacion á la que se le contestó
por la oficina correspondiente, y el negocio no ha adelantado mas.


-En medio pliego de papel viene todo lo que yo he hecho en este .
negocio; en dos carrQS no vendrá ]0 que han hecho mis antecesores.


»Rl tercer expediente que se pide es el relativo al camino de
Aranjuez.


"ORo este negocio tengo yo una responsabilidad grande, y por eso
debo ser muy explícito. Yo acometí, senores, Jft empresa de hacer


. en España un camino de hierro. cuando en todas las naciones de
Europa ya los habia, y en Espat'.ía pineda que habia de pasarse aun
much9 tiempo, Yo pensaba muy bien los negocios para no calcular
que este pudiera ser una especulacion: sin embargo, lo empecé, y
puede decirse que está ya realiza.do. Todos recuerdan cuando se pre-
sentó la crisis financiera en varias plazas de Luropa, y como esta
circunstancia podia producir la paralizacion del camino en que fal-
taba todavía un ano de trabajo, porque la dificultad en estas em-
presas consiste en lo que hay que adelantar, promovi la cuestion en
el Consejo de ministros Estas obras, señores, en ninguna parte se
hacen sino ayudadas por el gobierno, y por e::o propuse un medio
en que sin gravar al Tesoro se ayudase á la emprem autorizando al
Banco para que abriese sus arcas ft. los tenedores de acciones del ca-
mino; pero con una fiscal¡zaciof! para que no se pudiese abusar de
esta medida. Esto fué únicamente lo que se hizo: yo no sé si en su
consecuencia el Banco habrá hecho algun descuento. Pero, seriores,
¿qué perjuicio3 podían haber resultada al gobie. JO de esta medida~


TOMO 11.




990 HISTORIA. DEL RÉINADO
tener despues una participaeion en ese camino. No eomprarlo como
se ha querido decir; sino solo tEmer una participacion en él. ¿Y no
se habian v()tado ~oo mmones de reales para la construccion de ca-
minos? Pues ¿qué perjuicio habia en que una parte se dedicase á este,
con lo cual el gobierno adquiriria una participacion en él, y al mis-
mo tiempo se evitaba la ruina de los que estaban comprometidos en
la empresa? Bajo este concepto solo creo que es como debe mirarse
este negocio.


l!I El cuarto expediente que se pide es el relativo al contrato de los
vapores.


»Este expediente no es mio, senores; nació en el ano 44: pasó
despues al Consejo real, y yo tuve la fatalidad de que viniese des-
pues á mí. El Consejo real proponia una transaccioD; los árbitros que
se nombraron despues propusieron lo mismo. Y estando yo ligado á
)a persona interesada por vínculos de amistad, me negué á adoptar
sobre él una resolucion. Se nombró una junta que hiciese ]a tran-
saccion propuesta, y en seguida yo llevé el expediente al Consejo
de ministros. De alli pasó al ministerio de Gracia y Justicia, des-
pues á todos los demás, y por último se aprobó ]a transaccion.


»EI quinto expediente que se reclama es el relativo al indulto de
los comprendidos en la causa formada á los de la aduana de Ali-
cante. En este negocio yo no estoy bien enterado, porque mas bien
que á mi pertenece al ministerio de Comercio .


• EI documento que por último se pide es una certificacion de la
Caja de amortizacion en que se acrediten las emisiones hechas de
titulos. Sobre esto no tengo mas que hacer una protesta, y es que
yo no he hecho emision ninguna de títulos.


»Por esto tengo mucho deseo de que el gobierno envíe aqui no
solo los expedientes que hoy se piden, sino cuantos haya relativos
al tiempo de mi administracion.


»En otra ocasion defenderé la manera con que yo habia montado
mi administracion, que era tal, que para el 15 de cada mes ya te-
nia yo formadas las cuentas del mes anterior.


Esa ruidosa acusacion que dió márgen á la débil defensa, en que
Salamanca "parecia mas bien suplicar que defenderse, era la expia-
cion tremenda de los crímenes del partido moderado que á pesar de
no arrepentirse ni enmendarse pedia el castigo de la inmoralidad, y
declaraba por boca de los firmantes del proyecto de mensaje que la
politiea seguida hasta entonces, habia sido funesta, ofensiva á ]a
razon y viotacion flagrante de las leyes.




CAPiTULO CXVUt.


SUMARIO.


Ácta \le acusacion de la administracion Salamanca presentada á las cortes.-Di~cIIrso
de Escosura en su defensa.-Incalificable discurso de Negrete.-Rectificacion acu-
satoria de Pida1.-Escándalo parlamentario.


1.


Cuando los hombres que se llaman conservadores tienen entre
manos un proyecto; cuando han decidido alguna cosa es dificil apar-
tarlos de su marcha, y corren sin notarlo hasta el abismo que abrie-
ran ciegos y desatentados.


Gonzalez Bravo habia dado la sefial y el ejemplo para establecer
la dictadura; Narvaez habia aceptado la herencia sin titubear: aquel


. habia hundido el punal alevoso en el corazon de sus contrarios
contribuyendo al desprestigio del trono, como fiel mandatario de
Isabel.


La legislatura casi podia decirse que no habia tenido otro pro-
pósito, que no tenia otro encargo que purificar con el cauterio de
la discusion aquella atmósfera pesada, llena de miasmas corrupto-
res, que esterilizaba el campo de la política, dejando salo retoftar,
aunque débiles, los plantas que Bastando la vida y los residuos fe-




99! HISTORIA DEL RE1NADo.
eundantes venian á matar por co.mpleto to.da esperanza de pro.due-
cion.


¿De dónde habia nacido aqual deseo. de sineerarse, aquella come-
zo.n de legalidad tan repentina, aquella impaciencia por condenar á
un hombre y reducirle al silencio.?


No. creemos equivocarnos al decir que aquel verdadero cisco,
aquella po.lvareda que se levantaba~ aquella co~licion de fracciones
divergentes .:;o.nlfa una entidad, DO era mas que UDa red tendida á
la buena fe del público, una diversio.n preparada para distraer el
ánimo, Una habilidad digna de Sartorius y compañeros afraocesa-
dos para tener en suspenso á la multitud é impedir que se fijase en
sus planes y en lo.s trascender.tales pro.blemas que venian plantean-
do.se po.r los agentes de Luis .'elipe.


Si en palacio., si en lo.s conciliábulos de la templanza y en los
clubs de anilleros y jovellanistas se babia decidido. que el banquero.
á quien Escosura llamaba espléndido y generoso, á quien sus ami-
gos tanto debian, á quien el pU0blo no calificaba tan duramente como
á o.tros de los explotadores y especuladores, fuese condenado. y sir-
viese en los altares de la concürd;a de todos Io.s españo.les como la
víctima expiatoria, no faltaron ddensores d d.sgraciado; aunque,
sentimos decirlo, los pro.gresistas sirvieron de comparsas é instru-
mentos en ese drama de espectáculo, que sojo debia tener un re-
sultado, embaucar á todos, nacio.nales y extranjero.s, proporcionar
malos ratos á Salamanca, rendirle, arruinarle, y conseguir que bu·
millado se prosternase á las plantas de la deidad y se so.metiese á
los caprichos de la duquesa de Rianzares.


lI.


y con efecto, los delegados de esos clubs, los agentes de esos
odio.s, lo.s puros é intachables diputados que habian reclamado. la
investigacio.'n de ciertos expedientes firmaro.n un acta que J,resen- .
taro.n al congreso., y co.menzaba así:


-Los diputados que suscribimos hemos examinado con el mayo.r
detenimiento. los expedientes que por acuerdo del congreso ha re-
mitido al mismo el go.bierno de S. M. Cuando pedimos al congreso
)a remesa de aquello.s documentos, abrigábamos la esperanza de que
ellos desvanecerian lo.s grave:;¡ cargos é imputaciones que la prensa




998
habia dirigido á las adrninistrllciones últimas, excitando la OpIOlOn"
pública, que no pudo dejar de fijarse en revelaciones tan importan-
tes. Por desgracia, lejos de podei calmar la alarma el resultado de
esos expedientes, exige este que se abra un procedimiento público y
solemne, en el cual s~ depure la verdad de los hechos y asegure el
acierto de una resolucion definitiva .


• PMa que asi suceda, ni la Constitucion ni el reglamento sefialan
otro medio que el de una proposicion de responsabilidad, que ad-
mitida, abra ese exámcn, dé ingreso á la instruccion delprocedi-
miento y ocasion al públi~o debate, por el que el congreso, con to-
dos los datos apetecibles, pueda resolver si ha de acusar ante el se-
nado á los que aparezcan responsables, ó que no hay méritos
para ello.


»Despuesde examinados los expedientes por los senores diputados,
de publicados sus méritos y de ser conocidos de todos, no es posi-
ble dejar de abrir el procedimiento, de esclarecer la verdad y de
presentarla íntilgra y desnuda ante el país, impresionado por tantas'
y tan graves manifestaciones. A.un las personas mismas cuya repu-
!acion se ha puesto por lo menos éU duda, están interesadas, Ó de-
ben estarlo, en que se abra ese juicio público, porque si fuesen
inocentes, como lo deseamos, 8010 por ese medio pudrian reintegrar-
se en la opioion, hasta hoy desfavorablemente prevenida. Y cuéntese
que la reputacion de los que han ejercido la administracion supre-
ma del Estado, es en cierto modo el patrimonio del pais, interesado
en el prestigio del poder, sin el cual este no puede llenar los altos
fines de su i!.lstitucion.


»EI congreso tampoco puede olvidar que una de sus mas impor-
tantes a~ribucioDes es la de celar la adminislracion del Estado, ga-
rantía principal de los grandes intereses del pais. Los deberes que
esta prerogativa le ¡"m pone son tan sagrados como severos; y el
congreso no los Ilenaria cumplidamente si en vista de esos docu-
mentos no abriese una investigacion que, sin prejuzgar cuestion
alguna, prepare UD fallo in el cual se condene el delito, si lo hubo,
ó se proolame'la inocencia, si no so cometió.»


Seguia despues la enumeracion y clasificacion de los expedientes,
y terminaban los acusadores:


«Los diputados que suseribimos, hasta cierto punto eontrajim6s
un compromiso con el cbDgreso y con el pais al pedir los expedien-
tes: el procurar el eselarecimhmlo de la verdad en ne¡ocio di taota




994. HISTORIA DEL REINADO
,.


trasoendencia, cumpliendo con ese deber penoso, nos 'vemos hoy
en el sellsible y enojoso caso de ejercitar un dera.ho que la Cons-
titucidn nos concede, pidiendo la responsabilidad del ministro que
fué de Hacienda don José Salamanca.


»Los cargos que van indicados son grave~, grávisimos J de tal
naturaleza, que no permiten que este cuerpo se manifieste pasivo
sin usar de la facultad que se erige .n deber en sen¡lladas circuns-
tancias.


»La resería que va hecha de esos expedientes demuestra que si en
alguGo di ellos el Ctnsejo de ministros intervino COI acuerdos cier-
tamente censurables, los datos que hasta hoy arrojan los expedien-
tes ni los que nos hemos procurado son bastantes para fundar una
acusacion ni peticion de responsabilidad contra los otros ministros,
pudiendo ser muy peligroso el mas Jigero abuso ó falta de círcuns-
peccíon en esta parte. Obrando asi y dejando á la eomision y al
congreso, en su caso respectivo, que si mas adelante, encontrando
méritos para illo, puedan extender la responsabilidad á quien al-
cance, creemos dar una prueba de prudinte imparcialidad, combi-
nada con el Gelo de los intereses públicos. Por ello, y atendidos los
cargos que van expuestos,


»Pedimos al cODireso se sirva declarar que hay lugar á exigir la
responsabilidad al ministro que fué de Hacienda don lose Salaman-
ca, y á producir ante el senado la acusa.ion correspondiente, nom-
brándose en su caso los comisarios que hayan de producirla y sos-
tenerla ante el otro cuerpo colegislador, con arrcilo todo á la
Constitucion y al reglamento.»


IIJ.


Era la tercera vez que en las corles espailolas se planteaba la
acusacioD. ministerial.


El conde de Toreno se hallaba en París, yel serior Seoane, dipu-
tado en las Cortes de 1838, pidió que se procediese á un juicio de
investigacioD respecto á los actos de aquel ex-ministro de Hacienda
en atencion á que circulaban rumores bastante desfavorables, contra
aquel. Pidal se levaltó diciendo: «Desee que se ventile esta .uestion
y quiero que el congreso se convenza de que no hay motivos para


,tales rumores.» Y la cueslioD no pasó de ahí, porque habiindo re-




DEI.. ÚLTUíO BORBON DI ESPA~A. 995
clamado Toreno mas adelante que Si extendiera la alusaeion, el
congreso rechazó la propuesta.


Otra de las veces en que babian sido llamadas la Cortes á enten-
der en acusaciones fué cuand. el célebre Ibrahim Clarete se presen-
tó á ~osten.r la trama urdida en los conciliábulos palaciegos y que
se decia dictada por Isabel; dispues d, todo el escaDdaloso debate á
que dio ocasion, vino á terminar con una satisfactoria de.laracioD á
favor del acusado que el gabinete puritano hizo para evitar nuevos
conflictos y mas terribles consecuencias.


A.caso esa acusacion se Iiaaba. con la que ahora pretendía en-
tablarse.


Seijas fué el encar¡ado de explanar la acusacion; habló despues
Salamanca; y hacemos gracia al lector de los argumentos que hi-
cieron, asi como tambien del discurso de Pidal; pero en la sesion
siguiente usó de la palabra Benavides como compañero de Sala-
manca en el ministerio, y se extendió en largas explicaciones en los
expedientes sobre que se fundaba la proposicion de los siete di- .
putados.


lV.


Saijas Lozano rectificó; y Escosura, que tambieo habia sido mi-
nistro con Salamanca en la última época, pronunció un discurso apa-
sionado del cual tomamos algunos párrafos:


«Es verdad q?e el señor Pida!, campaoo implacable de la acu-
sacion, la ha considerado de inmoralidad, y yo voy á probar que
esta acusacion es esencialmente política.


»Siempre que se trata dA cuestiones polítiias, de dogmas y de
principios, antes de venir á dilucidarlas eo este recinto cáda uno se
coloca en su haodo. Yo no sé, setiofas, que en Espatia en ninguna
reunioo de hombres haya un partido de moralida.j y otro de inmo-
ralidad, y por eso extrafio qpe en la rennioo que tuvieron los se-
nores diputados de la mayoría, no se contase con los demás. Estos
señores se reunieron fuera dI), este lugar. y si D:) se propusieron mas
que escudriftar los hechos de las anteriores administraciones, ¿por
qué se reunieron solos? Pues qué. ¿l;)s demás diputados han cerrado
alguna vez los oidos al tratar de averiguar la conducta de los mi-
nj~t~rios y de juzgarlos por lodicios mas ó menas gravas? No. Esto




HISTORIA riEL ilRINADO


prueba que la cuestion que iba á tratarse en la referida reunion -era
polítiea; si hubiese sido de moralidad debimos ser llamados todos, y
cuando digo todos, rlO quiero incluir á mi persona, pues hablándose
en aquella reunion de acusar al serior Sala~lla[lca, yo no debia asis-
tir, porque yo soy un amigo suyo, y nunca podia ser su acusador
ti su juez. La aeusacíon, pues, es una acusacion poli tic a , DO solo
por lo que acabo de manifestar, sino por Jos antecedentes que la
han precedido. Yo apelo á ia conciencia de todos los sefiores dipu-
tado~; yo estoy seguro que no habrá ninguno que puesta ]a mano
en su corazon no diga 'que esta es una acnsacion política.


»Ha venido aquí el selior Salamanca en la creencia que esta acu-
saeion no podía ser sino política; peru el señor Pidal quiso se qui-
tara hasta este consuelo á la víctima. El señor Pid¡tL Inflexible en
sus doctrinas, severas por demás, y en sus palabras.' decia ayer:
«No, no, esta acusacion no es poHtica, es de inmoralidad.» ¡Una
acusacion de inmoralid~d1 ¡, Y á quién? ¿Y por qué? _


lIIHe dicho que ,\lO voy á entrar á examinar en 01 fondo los car-
gos que en la acusaciún se hacen, porque ya lo ha hecho el seftor
Salamanca desvaneciéndolos completamente. Uno de estos es el re-
lativo al camino de hierro de Aranjuez, acerca dlll cual roe han pa-
recido tan claras las demostracioo hechas por el selior Salamanca,
que no 'veo medio de que pueda atacársele sobre este particular.


»Se habla tambien del expediente relativo á las libranzas de la
casa real. En este expediente eonsta, que la casa ,"eal pedia aquella
conversion, y que uoa Juota creada al efedo antes de que el seilor
Salamanca fuera ministro calificÓ esa~ libranzas de convertibles con
arreglo á la ley; el lllinist¡'o, conformándose con el parecer de esa
Junta y con el de las oficinas generales, dijo que se conformaba con
la propuesta de esas oficinas, y convirtió esas libranzas.


»En la cuestion de las libranzas hay cosas graves que no existen
en la acusacion, que salieron de los labios del señer Pidal. Dijo su
seliol'ía, entre otras razones, que habia oido un rumor, que decia
que el ministro de Hacienda habia recibido ~5 millones de reales
proctdentes de la conversio'l de esas lihranzas. Al hablar de esta
materia necesito yo, lo mismo que cualquiera otro diputado, escu-
char muy detenidamente los consejos rlo la prudencia, y hacer pre-
sente que ni del señor Salamanc'a ni de sus amigos ha salido nunca
UDa sola palabra sobre estlJ asunto. ¡Hablar de un rumor cuando se
va á detir quesa ha comprado un ministro por !6 millones!. ..




DIL ULTIMO BORBON DIISPAÑA. 99'1
lOEnvidio el valor de quien se ha atrevido á semejante co!a. No


seré yo nunca quien juzgue por rumores; porque ¿qué honra, qué
reputacion estaria á cubierto si por rumores solamente, en una épo-
ca tan deagraciada como la nuestra, hubieran de formular!e acu-
saciones tan graves? ¿Contra quién, en medio de la tempestad que
atravesamos, no ha rugido la voz de la calumnia? ¿De qué minis-
tro, de cuál, de qué empleado público no se han dicho cosas seme-
jantes á las que ayer se dijeron aqul? Nosotros, no; esos rumores
no deben penetrar en este recinto, á cuyas puertas debemos dejar
las pasiones del hombre y penetrar solo con la rectitud del legis-
lador .•


v.


Despues de Escosura habló Fernandez Negrete cuya oratoria es
del género tremebundo y terrorffico y cuyas doctrinas absolutistas
revolucionarias dieron al discurso un aspecto incalificable. A veces
parecia que se inclinaba á favor del acusado absolviéndole libre ..
mente, y de pronto indicaba que se debia admitir ]a acusaaion, lle-
varla al senado y abrir un juicio solemne. Dijo, que en medio de los
conflictos y borrascas que corremos, el pa.rlamento era la única án-
cora de salvacion: alguno habló de trono, '! Negrete declaró que le
consideraba como parte integra del parlamento.


Ré aquí uno de los párrafos que pronunció:
«He dicho que las instituciones habían sido holladas, el parla-


mento escarnecido, la nacion in8ultada por un ministerio que vio-
laba las leyes bajo una bandera cuyos afiliados 5e preciaban de pu-
ritanos: he dicho mas; be dicho al serior Salamanca mismo que para
imponerle una pena n~ se necesitaba mas que hacer un relato de
los actos de su administracion; he dicho que su ministerio habia he-
cho aun mas méritos para ser condenado que el de Polignac, y que
las cámaras francesas no soJo habian condenado á destierro á Poli-
guae, sino que hasta habían lanzado á Carlos X del trono de Fran-
cia. Y no tengo inconveniente en decir todo lo que veo que pasa en
todas partes, suput'sto que en todas partes se habla y se glosa lo
que aqui pasa; en todas partes !la pasado ya el tiempo de Jos capri-
ch08 del poder; y pues que ya no hay ni pueblo armado, ni pro-
nunciamiento, ni Dada que se le asemeje, claro es que todos los


TOllO 11. 126




9t 8 HISTORIA DIL REINADO'
partidas deben estar aquí, y aquí luchar. ne hoy mas solo quiero
ser juzgado por lo que"voy á d~eir: digo, serIores, que la tormenta-
que corremos, las tinieblas que nos cercan y los planes que de ellas
se desprenden solo hay para evadirlas un áncora de salvacion, yes
el parlamento.»


VI.


Pidal que habia hablado con gran calor y como hombre puro é
intachable, como amigo del órden y de la legalidad, pidiendo fervo-
rosamente el castigo á que se habian hecho acreedores los CODCU-
sionados, 19s que habian erigido en sistema la dictadura; Pidal con-
tando con la benevolencia de su curIado que presidia, abusó en las
rectificaciones para remachar la acusacion.


Si en su discurso habia sido agresivo y violento, en estf} dia fué
aun mas allá en la dureza del ataque y en ~a acritud de los térmi-
no~. Era aquel un pugilato entre los celosos defensores de la mo-
narqufa, cuyas excelencias pretendian hacArnos comprender, de-
mostrándonos ]a bondad de los principios que formaban el credo
doctrinario.


Pidal se distinguió en esta campafiacomo buen agente de po-
]fu~. .


Dé aquí alguna parte de su pequefía rectificacion:
.. Decia el seríor Escosura si la pre'sente era Ó no cuestion poli-


tica, y yo repito lo que dije ayer: que la cuestion politica quedó
terminada en la contestacion al discurso de la. corona y hecha la
conveniente separacion: que la cuestion política en nada afectaba al
buen nombre de las persoaas, si bien quedaba intacta la acusacion
que pudiera tener lugar. Separóse, pues, la cuestion poJitica de la
presente; porque, ¿dónde está la política que se enlaza con cupones
ni con titulos? ¿Qué tiene que ver la política con que el seí'íor Sala-
manca se autorizara á si propio para cobrar cupones en el Banco de
San Fernando~ Estl no es política, sino la cuestiou de si las perso-
nas á quienes se alude abusaron ó no de )a posicíon en que se en-
contraban.


»Yo declaro que he oido decir á mas de cien personas, algunas
de las cuales debian estar bien enteradas, personas de veracidad,
personas que me IDP,recen fe y crédito, y lo digo bajo la garantía de




DEL ULTUIO BORBON DB ESPAÑA. 99.
mi veracidad; el que me quiera creer que me crea; el que no, que
no 10 crea; digo, seilores, que he oido decir á mas de cien personas
que de los 50 millones de libranzas de la casa real habian entrado
en el bolsillo del serior Salamanca !5 millones, que despues habian
sido devueltos por este seilor á palacio. Esto lo he oido á personas
veraces. Pero sin embargo, en [a proposicion prescindimos de estos
rumores.»


VII.


A tan rudo ataque respondió Salamanca profundamente ·conmo-
vido y agitado, que desde luego abandonaba su defensa en la acu-
sacion, y que rogaba á los hombres de todos los bancos que le au-
xiliasen con sus firmas para que se abriera un juicio en que fuera
al patibulo si aparecía culpable del crimen que se le imputaba, Ó
quedase como caiumniador el sellor Pidal. Estas frases promovieron
en el congreso una escena tumultuosa de las mas terribles que nun·
ca hemos presenciado. Quiénes se levantaban para ofrecer á Sala-
manca sus firmas: quiénes se acercaban á la mesa para que se to-
mara nota de las palabras. Las calificaciones mas duras, los insul-


o tos mas graves se cruzaban de banco á banco y de persona á per-
sona, perdiéndose entre el ruido y el clamoreo la voz del presidente
y el sonido de la campaniHa que agitaba con toda su fuerza. En
esta confusion acometió al sanor Salamanca un accidente que vino
á aumentar el trastorno y la indignacion de sus amigos.


l\establecida á duras penas la calma en aquel piélago de pasiones
embravecidas, invitó el presidente á Pidal á que fijase el sentido de
sus palabras; pero mientras mas esfuerzos hacia para despojarlas
de su carácter ofensivo é infamante, mas crecían los quilates de la
ofensa. Basta decir, que en la última rectificacion aumentó Pidal
hasta doscientos el número de las personas bien enteradas á quie-
nes habia oido la especie de la entrega de los veinte y cinco mmo-
nes á Salamanca. Este asunto por decoro del congreso no podia
quedar asi, y era absolutamente forzoso que se citasen nombres y
que se aclarasen los hechos para que la reputacion de cada uno
quedase en el lugar correspondiente. .


La mayoría revuelta, infamándose y destrozándose sus miembros
con la mayor furia: el ministerio frio, vacilante, pasivo, sin saber




1000 HISTORIA DIL REINA.D'
qué camino tomar, y adoptando el peor, cual era el del silenoio, ver-
gonzosa y cobarde transaecioD, hé aqui los caractéres de la sesion
de este dia, cuyo recuerdo doloroso vivirá eternamente en la me-
moria de los que se interesan por el triunfo de la libertad.




CAPITULO CIIlC.


SUMARIO.


Nuevo aspecto que fué tomando la cuestion Salamanca y principales incidentes á que
dió lugar.


l.


Cada día tomaba nuevo aspecto la acusacion intent ada contra el
senor Salamanca, descubriendo en sus infinitos accidentes los odios,
los temores, las esperanzas y las rivalidades que agitaban á los
moderados. Espejo fieL donde se reflejaban las malas pasiones de.la
época, ofrecia á los ojos del hombre observador la imágen del ban-
do moderado en toda su desnudez. Con admirable exactitud repro-
ducia las diversas actitudes que tomaban el ministerio, la mayoria
y los puritanos, segun el interés de partido, las intrigas puestas en
juego, las transacciones momentáneas y las encontradas miras que se
cruzaban. Cuadro movible y animado, en su lienzo se pintaban con
sus verdaderos colores los episodios de la triste historia que empezó
con la influencia del general Ser.rano y acababa con el advenimien-
to al poder del duque de Valencia, á quien franquearon el mando
la apostasía y la traicion en medio de las tinieblas de la noche y
bajo oondiciones que eran un misterio para muchos.




lOO! !tlSTQRIA DEL RMl'4ADIJ


u.


Por una fatalidad que era de prever, atendidos los excesos del senor
Salamanca, el intrépido banquero á quien abandonó la suerte, ba-
bia venido á ser. el centro de infinitas complicaciones politicas. Des-
pues de tanto como se habia dicho y- se habia dejado entrever en el
congreso, la persona del senor Salamanca habia desaparecido, por
decirlo asi, á los ojos de todos, para ser reemplazado por una cues-
tiOD de suma trascendencia en que estaban interesados la moralidad,
las leyes, el prestigio de las cortes, el buen nombre del gobierno y
hasta el decoro del trono mismo. Cualquiera que fuese la intencion
de los diputados que acababan de suscribir la propuesta de respon-
sabilidad, el honor de todos exigia que se abriese un juicio solemne,
donde se presentasen los acusadores con las pruebas, y dar garan-
tías á los acusados para defenderse ampliamente.


En el estado en que estaban las cosas todo el que pretendia eIu·
dir ó paralizar por metlios frauduleQtos ~y gestiones ilícitas la acu-
sacion, se declaraba cómplice de los abusos que se atribuian al ex-
ministro de Hacienda. La concíencia de todos presentía que en Jos
expedientes sometidos á la deliberacion del congreso, sobre el ferro-
carril de Aranjuez, la conversion de libranzas de la real casa, el
indulto de Jos defraudadores de Hacienda en la causa de Alicante,
y la célebre contrata de los vapores, se abu3ó á sabiendas para fa-
vorecer intereses personales con notoria infraccion de las leyes.


Faltaba saber cuáles eran los verdaderos Gulpables, pues en al-
svnos de los expedientes, Salamanca pal'ccia exento de toda res-
ponsabilidad; si la acusacion se babia de limitar á un solo ministro
por acuerdos tomados en pleno consejo, y hasta qué punto tendrian
derecho á negar que se ampliasen las pesquisas los que promovie-


I ron este importante juicio.


111.


Tanto vamos hablando ya sobre la acusacion , sobre sus trámites
y sobre su verdadero objeto, que poco ó nada nos queda que anadir.


En el negocio del ferro-carril de Áranjuez, el ministerio entero




o!t 'fJLTfMO BOltMN »1 Bsuih 1008
faltó como lo reconocia la misma comision acusadora cuando de-
cia: Por este acuerdo del Consejo de ministros, indudablemente se hi-
cieron responsables los fondoR pllblico" de los empeños de los accio-
nistas de la empresa, si el Banco se prestaba ti este servicio. Ahora
bien, si la g~acia concedida en favor de la empresa del ferro-carril
para que los pagarés de sus accionistas fuesen admitidos á descuen ..
fo en el Banco de San Fernando por un valor convencional, fué
acordada en consejo de ministros, ¿con qué justicia se fulminaba
solo contra Salamanca un anatema que debía alcanzar á todos sus
compaHeros? Poco importaba que Salamanca introdujese luego al-
gunas mod~ficaeionp.s en el convenio primitivo ó en la concesion
hecha por el Cosejo de ministros en obsequio de Ja empresa. La
responsabilidad no radica jamás e[! las circunstancias mas ó menos
agravantes, sino en el acuerdo del Consejo, cuya medida se consi·
deraba onerosa para el Erario y opuesta á los rfgídns principios de
delicadeza y moralidad. Desde el momento en que los coleglls de
Salamanca convinieron en (avorecN sus intereses por dehilidad, por
dflferencia ó por cualquier otra cau~a, acepllindo todas las conse-
cuencias de semejante acuerdo. Así al. metl05 in dictan la razon y la
justicia.


En cuanto al indulto concedido á ciertos defraudadores por la in-
troduccion de géneros en Madrid con guias suplantadas de la A.dua-
na de A.licante, que es otro de los puntos sobrA que versaba la aeu-
sacion, la principal :responsabilidad debja afecta.r ~al ministro de
Comercio. El) este negocio, el mas fl~O, el mas sospechoso de cuan-
tos se imputan á la anterior administracion, aparecia en extremo
solicito y fllr,ra del órden regular el rnÍnislro de Comercio, luchando
contra el dictámen de todas las oficinas y contra las leyes y dispoi.
siciones vigentes. A primera vista se descuhría una afinidad, una
inteligencia singularlsima entre los dríraudadores y el ministro de
Comercio, cuyas apasionadai! recümendaciones al de Hacienda para
que resolviese fl\voralJlemenle el negocio, iban sirmpre acompana-
da!'l de la IVi1rl~gr¡!1a cláusula de que estaba d¡~p\lesto á conceder
fElal gracia de índulto. Los oficios de Pastor D:az sobre ese asunto
podian casi considerarsA como obtígat!\rios fllml Salamanca, pue8to
que en todos ellos se invocnha el nombrd de Isabel, suponiendo que
habia un empeño formal pilr parte de la corona en conceder el in-
dulto. ¿Por qué, pues, no pedia la cnmision acusadora la responsa-
bi lidad de Pastor Diaz?




1004, HlSTORlA DEL RIUNADO
No hay ejemplo semejante en ninguna nacion; Perdonar á los


defraudadores las penas corporales, eximirles del pago de la. pecu-
niaria, mandar que se les re~arza de los daríos y perjuicios, dis-
poner la devolucion de los géneros aprehendidos, y contentarse· con
que estos devenguen los derechos de arancel, es gracia que no pue-
de atribuirse á ningun motivo legitimo.


IV.


Entre la conversíon de las libranzas, la responsabilidad alcanza-
ba á los ministros pasados y presentes, porque si Salamanca la de·
cretó, Orlando la llevó á efee to con anuencia y beneplácito de sus •
colegas. Todos infringieron igualmente las leyes, y no sabemos con
arreglo á qué principios se pretendía hacer recaer la culpa y el cas-
tigo única y exclusivamente contra Salamanca. Por una érden ex-
presa de Orlando, los empleados en la caja de Amortizacion estu-
vieron trabajando toda una nache para ]a confeccion de los titulos
que habian de entregarse á la Tesorería de palacio, cooperando asf á
llevar á efecto UDa operacion tan ilegal como sospechosa por las
circunstancias que la acompaiiaban. Eso de separar á las personas
que pertenecian á la élientela ultra-moderada para ensa1iarse con
mayor furia en un enemigo personal podria ser muy cómodo, pero
arguye la mayor injusticia y animosidad.


¿Y qué diremos del contrato de los vapores, último punto de la
acusacíon? Salamanca en esta parte aparecía relevado de toda res-
ponsabilidad. A quien habia que exigírsela muy estrecha era al
seilor Portillo, ministro que fué de Marina, bajo eu}a administra-
cion se celebró aquel contrato fraudulento; oneroso é inmoral. Lo
mas feo del caso no consistia en la mayor ó menor utilidad que ha-
bia de proporcionar al contratista, sino en la trampa inventada por
Portillo para eximirle del pago de Jos diez millones en metálico que
estaba obligado á depositar en la Tesorería de Marina. Una vez in-
coado el negocio, y pendiente de transaccion en virtud de recla-
maciones hechas antes por nrios tenedores de las libranzas que
jugaron en el convenio, Salamanca no podía prescindir de resolver-
lo con mas Ó meDOS perjuicio de los fondos del Estado. Pero como
entre fos individuos de la comision acusadora figuraba Gonzalez
Bravo, á quien comprendía y alcanzaba en rigor la responsabilidad




DEL ULTIMO BORBON ,DE ISPAÑA. 1005
del atentado cometido por Portillo, habia tenido la grandeza de al-
ma de descargar todo el peso de su severidad sobre el ex-ministro
puritano, cuya sentencia querian que fuera memorablJ.


v.


La proposicion de responsabilidad que en un principio tenia úni-
üaméllte los caractéres de una venganza personal, habia ido ele-
vándose á. medida que se entraba en materia para convertirse en un
caso de alta moralidad, cuya solueion se esperaba con ansia y so-
bresalto. La cuestion no se limitaba ya á. Salamanca y á. sus acu-
sadores, sino que envolvia á la mayoría, á la minoría, al gobierno,
á las cortes y á la nacioo. Se trataba de saber si una vez promo-
vida la responsabilidad ministerial por abusos en que se suponia
co llcusion, ~abia de el udirse el proceso por debilidad, por espiritu
de partido ó· por temor de que abierta la página de las acusaciones.
saliesen á la luz del dia otros muchos escándalos que oeuItase la
sangrienta dominacion de cuatro años en sus tenebrosos anales. Con-
vencidos estamos de que la fioimosidlld que mostraban con el ex-
ministro puritano los hombres que ni se arrepentían ni enmendaban,
reconocía por único móvil el amor propio ofendido y el odio á un
sistema de política mas toleran te y conciliador_


Habia llegado el momento en que se dibujasen y personificasen
con sus verdaderos colores los hombres y los partidos en el cudro
político de la situacion, donde hasta entonces se deslizaron como
sombras, sorteando las cuestiones mas delicadas, tantos ministros
moderados, á quienes elevó la ínt.riga, sostuvo la violencia yapa-
drinó un poder extranjero. La vida pública de todos ellos, sus ac-
tos, sus compromisos, sus miserias y sus ilegalidades debian traer-
se á un exámen escrupuloso, y á una apreciacion justa y severa.


En cuanto á la conducta que seguia el gobierno en este ruidoso
negocio, no tenia nombre. Tan pronto parecia que se inclinaba á
favor de los acusados; tan pronto parecia que se mostraba propicio
á la proposicion de responsabilidad. Muchos creian que el general
Narvaez ponia en práctica los grandes recursos que poseia para de·
tener el golpe airado de la mayoda capitaneada por Mon y Pidal.


En vista de estos antecedentes irrecusables, habia que suponer
lógicamente que, ó el general Narvaez obraba con doblez yengafto.


TOMO TI. 1 ~'7




1006 HISTORIA DEL REINADO
aparentando en público una conducla y siguiendo en secreto otra
diversa, ó que no tenia ni independencia, ni (uerza, ni valor, ni vo-
luntad, ni alientos siquiera para subordinar y dirigir á la mayorfa.


VI.


Otro de los incidentes que llamaron la atencion pública, en los
primeros dias del año 48, y precisamente cuando se debatía con mas
empeño la propuesta de acusacion, fué el regreso de Espartero, que
se presentaba á ocupar su puesto en el senado.


En las poblaciones del tránsito recibieron con muestras de defe-
fencia al pacificador, aquel que habia acertado á poner fin {¡ las dis-
cordias de siete años.


En Madrid supo despertar el entusiasmo de muchos liberales,
mereciendo, aunque silenciosamente, una gran ovacion; por maDera
que el dia que se presentó en el senado arrastró aIH una inmensa
multitud, siendo recibido en el seno de aquella aristocrática corpo-
racion con las ficticias muestras de aprecio y respeto que exigen las
costumbres cortesanas y los hábitos de esa educacion pueril, de ese
barniz de urbanidad que se adquiere en las antesalas de los pala-


. cios y en los salones del gran mundo. i Política afectada, política de
relumbron y apariencia que sirve para engafiar á los inocentes, que
se dejan seducir por la exterioridad!


El duque de Valencia, aquel hombre sin corazon, que en la Man-
cha habia perpetrado horribles crímenes que la pluma se resiste á
transcribir; que babia hecho la mas infame alevosia en 18.i3 para
apoderarse del mando y hundir á Espartero; que desde entonces
habia perseguido con ensañamiento y crueldad á todos los hombres
del partido liberal, vertiendo la sangre que llamaba vil y traidora
con abundancia, rué uno de los primeros que acudieron á felicitar al
proscrito tendiéndole su mano. ¡Sarcasmo horrible! El que se habia
opuesto á su venida, el que habia permitido en su periódico los ma-
yores ultrajes y hasta las acusaciones de asesino ó pagador de asesi-
nos, y de ladron ó dilapidador de los fondos públicos dirigidas en
diversas ocasiones á Espartero, iba á estrecharle entre sus brazos.




DIL ULTIHO BORBO" DI UUjA. 1007


VIL


Era aquella conducta en público afectaci0n y disimulo, en secreto
y por la espalda odio y dolo profundo, la táctica de los moderados
tanto hácia los otros como en el seno mismo de su comunion. A.si
mientras llevaban su solicitud hácia el nuevo senador los hombres
politicos hasta el punto de presentarse aduladores, hacian que la
oficialidad de los cuerpos de la guarnicion con sus jefes á la cabeza
pasara á saludar al general cuando no se hallaba en casa, sin pe-
dirle dia ni hora, ni avisarle con anticipacion. Y en ese mismo dia
y en esa misma hora los periódicos de aquella banda arrojaban el
sarcasmo y los insultos y las sátiras para poner en ridfculo á Es-
partero y á sus partidarios. Pero como hemos dicho, en el pecado
llevaban la penitencia, y unos á otros se desacreditaban y mordian
aquellos escépticos ambiciosos y desenfrenados. .


,La fraccion capitaneada por Mon y Pidal se proponía dar la ba-
talla al ministerio en la acusacion intentada contra Salamanca, yel
general Narvaez y los suyos habían acordado provocarla en el voto
para la cobranza de las contribuciones.




CAPiTULO CXX.


SUMARIO.


Estado de la guerra de los matmés en Cataluña.-Como las cortes perdían miserable-
mente el tiempo.-Sociedades revolucionarias.-Ley de imprenta de Sartorius.-
Carácter de perpetua opresion del gabinete Narvaez en medio de aquel caos polí-
tieo.-Reflexiones sobre el ominoso sistema de los moderadoR.


1.


La guerra civil proseguia en Cataluiia á pesar de las promesas
que Narvaez habia hecho, creyendo poder exterminar á los carlis-
tas que en diferentes provincias se presentaban orgullosos con su
bandera desplegada, aunque sin baber aprendido nada nuevo, y ve-
jando como es consiguiente á los pueblos con exacciones y con tro-
pelías que ocasionaban desgracias y víctimas.


Novaliches habia dispuesto para los últimos dias de diciembre
un somaten general, que no pudo verificarse por la intensidad del
frio y los rigores de la estaciono


Sin ~mbargo, pocos dias despues todos los vec:nos de muchos
pueblos, especialmente del Ampurdan, salieron con arreglo á las ór-
denes recibidas, y la faccion por fortuna no fué hallada ni extermi-
nada. Hemos dicho por fortuna, puesto que desarmados como iban
se hubieran visto expuestos á perecer y desorganizarse aquellos nu-
merosos grupos á quienes las autoridades debían proteccion y am-
paro; á quienes su derecho les permitia armarse para la defensa.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 1009
Los moderados lo entendian de otra manera, les recogían las ar-


mas, violaban y registraban el domicilio para sacar hasta el último
cartucho, y despues, inermes, dispersos, asediados por le poJicfa
que no les permitia ponerse de acuerdo para darse ánimo y entu-
siasmo, los lanzaban á una muerte segura si habían de conseguir el
objeto que se proponian.


Pavía, por lo demás, no era tampoco el genio ~e las batallas; y
Jos facciosos burlaban la persecucion ocultándose y rehaciéndose
cuando les convenia.


En las otras provincias parecian mas afortunados los agentes del
gobierno, y si no la calma completa, pudo Narvaez lisonjearse de
que era la época mas tranquila en que habia gobernado. Por su-
puesto que los carlistas y los isabelinos diferian poco en sus opi-
niones, y acaso una gran parte de los antiguos defensores del pre-
tendiente no quisieron privai á Isabel y al gobierno, que á su nomo
bre regia Jos destinos de la patria, de su apoyo ine,clivo, y se limi-
taron á ver cómo desenvolvía sus maquiavéHcos planes.


Los earlistas que habían acudido á la lucha eran los que hallán-
dose en ]a emigracion seguían paso á paso las tramas de Luis Fe-
lipe, y veían venir el imperio de los franceses. En odio al extranje-
rismo creían sin duda lIue el pueblo español recibiria á Monte::nolin
si ellos conseguían imponérnosla.


n.


Las cortes gastaban su vida en discutir un proyecto de Notaria-
do, en buscar una solucion satisfactoria, si satisfactoria podia en-
contrarse, á la cuestion Salamanca, en odios y recriminaciones, in-
trigas y cábalas que prepararan la subida de estos ó aquellos cori-
feos; y desde los últimos días de enero suspendieron las sesiones,
pasando muchos días esperando asuntos de que tratar.


Senadores y diputados perdian lastimosamente el tiempo en me-
dio de aquella crisis que se preparaba. Las oposiciones, privadas del
tacto político y de la conciencia de la situacion, seguían á remolque
los impulsos que recibian del gobierno interesado en aque1 negocio
y que buscaba con habilidad cuestiones entretenidas para distraer y
disipar á sus contrarios.


La Tertulia del 18 de junio, por mas que, como hemos dicho en




1010 mSToRU DEL REINADO
otra parte, habia mostrado á 8US adeptos que se preparaba para la
eventualidad revolucionaria, no habia sabido explotar con acierto el
paréntesis del puritanismo; y ahora sufria de nuevo la dictadura de
Narvaez, que se hallaba dispuesto á dispersar esa y otras socie-
dades. .


Habíase formado á la sombra de esa Tertulia otra sociedad de la
juventud, titulada Academia del porvenir, que despues de muchas
dilaciones habia conseguido abrir cátedras donde explicaban los Coro
radis, los Lopez, Terradas, Moya y otros varios.


Estas sociedades vivian en buena amistad y habitaban en la Car-
rera de San Jerónimo en el sitio que despues ha ocupado y ocupa
hoy el café de la Perla. Allf tambien se reunia la juventud, la nueva
generacion en contacto con Jos antiguos adalides del progreso. Por
entonces vivian confundidos los que daban .al principio de la sobe-
ranía nacional interpretaciones muy distintas; los que creian posi-
ble el advenimiento legal del partido progresista al poder, y los que
aspiraban á la revolucion y amaban la república.


Además de estas sociedades se preparaba y organizaba olra mas
modesta, de menos pretensiones, pero de mas intencion y acaso de
mas utilidad y trascendencia en aquellos momentos.


In.


En las doctrinas elásticas del moderantismo caben todos los ab-
surdos, todas las monstruosidades, y no era extrafio que cada minis-
terio de aquellos que proclamaban el órden, la legalidad y la esta-
bilidad cemo bases de su sistema político, trajese á la eonfeccion de
las leyes un progreso nuevo, una reforma mas acabada.


Sartorius periodista vino á aquel Congreso que no sabia en qué
ocupar sus talentos, á presentar una ley de imprenta donde se en-
cerraba y reproducia el arsenal de disposiciones contra los derechos
del pensamiento que sus antecesores habían establecido, modificado
en cierta manera para darle novedad.


Halló nn medio de hacer algo original para aquel documento cu-
rioso, organizando una especie de jurado ó que su autor llamaba
tal. Así como en el proyecto referente á casos de reeleccion Sarto-
rius tuvo la humorada de derogar un artíeulo en]a Gacela, en el
llamado de Hbertad de imprenta se dignaba alladir un titulo nuevo




DEL ULTIMO BORBON DI EStAÑA. 1011
dando á los cuerpos legislativos mayores atribuciones y una inter-
vencion en punto á la imprenta de que carecian. Sin duda de que
Sartorius se proponía que su nombre pasase á la mas remota pos-
teridad entre admiracion y aplausos, demostrando como el genio
humano puede modificar y refundir el código fundamental de los
Estados por medio de leyes orgánicas. Los cuerpos colegisladores á
quienes por la carta de 1845 solo tocaba hacer leyes de acuerdo
con las corunas, debían tener en adelante, aprobado el engendro de
de Sartorius, la incumbencia de nombrar los miembros que habían
de componer'el jurado.


Sartorius organizaba ese cuerpo anómalo con arreglo á los pro-
fundos estudios teórico- prácticos que tenia hechos sobre materias
administrativas que debian ser muy variados, y despues de consul·
tar detenidamente acerca de una manera mas á propósito de hacer
que hubiese un tribunal, que bajo el nombre de jurado se compu-
siera de individuos de su comunion política.


Bajo este punto dijo para si: «Daré á la mesa de cada uno de los
cuerpos colegisladores, producto de la mayoria que siempre obten-
dremos por los medios que nos facilita. la ley electoral, el encargo
de nombrar jueces de hecho. Así se conseguirá que todo artículo en
que se agravie ú ofenda,' esto es, en que se diga la verdad respecto
á la bandería afrancesada, será irremisiblemente condenado .•


Con tal método pretendia lograr hacer que alcanzasen las multas
y las penas á esos artículos en que se censuraba las miserias, los
escándalos y los atentados en nombre y con el apoyo de todo un
partido político. Convirtiendo al jurado en juez y parte, era mas fá-
cil conseguir que condenasen los impresos cuyas continuas revela-
ciones los tenian inquietos.


IV.


Aquel tribunal que Sartorius ex-periodista se habia imaginado,
era una burla, un sarcasmo, un insulto hecho á la conciencia pú-
blica yal sentido comun, atendidos su extravagante organizacion y
los delitos en que habia de entender. Y para que los individuos de
las mesas del senado y del congreso escogiesen á satisfaeoion sus
IBas acérrimos partidarios, solo deberian entenderse con el gobier-




1 01 ! I1STORIA DEL REINADO
no, sin consultar á su nombramiento mas regla que su capricho Ó
sus afecciones privadas.


Si de la organizacion del jurado, uoica novedad que habia intro-
ducido Sartorius en su escandaloso proyecto, pasáramos al exámen
do los demás tribunales propuestos, veríamos la mas monstruosa y
disparatada division.' Conculcados y subvertidos todos los principios,
se fiaba á la competencia de la cámara el juicio desfavorable que
podian publicar los periódicos sobre las sesiones de las cortes. De
modo que el dia en que á un periódico se le antojase describir COn
SiJ.S verdaderos colores a.lgunas de las escenas escandalosas ocur-
ridas en el parlamento, seria llevado ante el alto cuerpo, bajo el
pretexto de que desfiguraba maliciosamente los hechos.


Respecto al jurado y los tribunales ordinarios, á quienes se atri-
buia la facultad de juzgar por delitos ilusorios, incongruentes é in-
vtJ!Jtado3 por el espíritu de reaccion de que se hallaban poseidos los
minist .. os. ¿qué podríamos decir~ Hasta en algunos casos Sarto-
rius queria someter la imprenta á los tribunales militares, para que
se formase consejo de guerra y se juzgase COD &rreglo á los bandos
Bretonia.nos.


Parecía imposible que cuando en Italia los príncipes se veían
ebligadüs, obedeciendo al espiritu de la época, á declarar libre la
imprenta, en Esparia se tratase de esclavizarla de un modo inau-
dito, privándola de todas las garantías de :que goza en los paises
mas libres: Por el descabellado proyecto de Sartorius, la imprenta
quedaba sometida á la fórmula del partido dominante sin amparo,
sin defensa, sin proteecion. Los conatos de Sartorius ,de aquel mi-
nistro improvisado que lo debía todo al periodismo, se dirigían á
multiplicar las trabas, á. agravar las penas, á inventar nuevas ca·-
tfgorfas de delitos, y á entregar en fin á discrecioD de los mandari-
nes á los escritores públicos, como víctimas expiatorias. En medio
de tantos tribunales, penas, medidas de coaccion y armas de doble
filo contra la imprenta, ¿cuáles eran las garantias que Sartorius le
ofrecía? Ni una sola, ni una se encontraba en el proyecto. Sartoriu8
no babia pensado mas que en oprimirla con invenciones absurdas y
y tiránicas, sin cuidar de proporcionarle la menor compensacion.
V) que deseaba era ahogarla, privándola del aire y encerrándola en
el estrechísimo recinto de una urna funeraria.




DEL ÚLTIMO BORBON DI ESPANA. 101 S


v.


Este fué el proyecto político mas importante que aquel ministe-
rio sometió á la deliberacion de las cortes. Por lo demás nadie to-
mó las cosas bajo el aspecto conveniente para desembrollar aquel
caos y preparar la opinion á una forma nueva.


¿Qué signif3caban los oradores del progreso en sus distintas esfe-
ras y especialidades, cuando se conmovían y agitaban, cuando se
limitaban en su conducta al sistema dfJ negaciones y no sabian for-
mular una serie de proyectos que dispertasa el interés reconcentrán-
dole en objetos útiles, en vez de seguir vacilante y disgustado por
aquella tortuosa vía en que le conducian los moderados?


La misma acusacion de Salamanca fué uno de esos accidentes
parlamentarios que una oposicion sagaz y previsora puede apro-
vechar perfectamente para anonadar á los adversarios cuando ponen .
en evidencia sus miserias, sus divisiones, sus odios y animosi-
dades.


Estaba visto; Jos modtlrados tendían á. disolverse, á desvirtuarse,
á desaparecer si aquella minoría hubiera sido dirigida con fe y per-
severancia, con acierto y con celo. Constantemente aparecía la cri-
sis á desautorizar y confundir ~ héroe de Ardoz, constantemente en
la camarilla de palacio se fraguaban nuevos ministerios, se presen-
taban nuevos candidatos, y solo faltaba que hubiera habido quien
cen interés 8e dedicase á mostrar que el pais no podia tolerar por
mas tiempo al húmbre desautorizado de la Mancha y á sus incapa-
paces compañeros.


Ee vez de cumplir el programa de Narvaez, en vez de seguir una
línea mas liberal, en vez de satisfacer las exigencias de la opinion
pública con reformas útiles y progresivas, parecia que aquel gabi-
nete se habia propuesto imprimir un carácter de perpetuidad á
cuan tas medidas opresoras adoptaron los legitimos apóstoles de
la política de resistencia.


VI.


Vencida la oposicion en las elecciones parciales por los amalios y
TOMO 11. as




tOl.\ mSTOlUA DEL REINADO
la coaecion, eliminada en las listas electorales la mayor parte de los
hombres que podían influir, y disminuido por consecuencia el nú-_
mero de sus campeones, ¿qué esperaba aquella cohorte y á dónde
la conducian sus desatentados jefes?


Los hombres del progreso, ni en e] parlamento, ni fuera de él, sa-
hian bacer converger todos los esfuerzos y voluntades al único punto
liosible, á la revolucion, que se cernia y se manifestaba en toda Eu'
ropa.


El .general Narvaez y sus amigos no se baIlaban dispuestos á
transigir con el espírItu de la época, y DO manifestaban intenciones
de entregar el poder á sus adversarios por mas que en una de [as
vdeidades propias de una reina como Isabel, esta niña se decidiese
á llamarlos á sí.


Poseidos de un espíritu mezquino, no veían) no oian, no compren-
dían lo que pasaba en Italia, en Suiza. y en otrüs puntos de Europa
donde las ideas del progreso conseguian cada dia nuevos triunfos.
¿c\caso se figuraban que bablan de ser eternos en el mando? ¿Se li-
sUiljeaban por ventura de que nada podria hacer \'ariar aquel mo-
nopolio opresivo en que vivian á costa de catorce millones je babi-
tantes? ¿Tenían la demencia de considerarse bastante poderosos para
ahogar siempre los clamores de la opinioll, detener el curso de los
sucesos y bacer que el gobierno turnase incesantemente entre su
desacreditada clientela?


Creyó el partido progresista, cuando el general Nan'aez se mani-·
festó dispuesto á emprender un camino diverso del que babia se-
guido en otras épocas, que procurada enmendar sus antiguos )'er-
rus con actos de reparacion y de justicja, Del general Narvaez solo
dcbia quedar el recuerdo de sus excesos y violencias, sin que la na·
eion tuviese que agradecerle ninguno de aquellos actos de magna-
nimidad que rehabilitan á los hombres en la escena pública, ha-
ciondo que se borren sus atentados con grandes servicios.


Vil.


El único objeto de los moderados desde su advenimiento al po-
der habia sido constituir un monopolio tan lucrativo para sus adep-
tos como ominoso para sus contrarios. Yerdaducs ateos en punto á
polHica, fastuosos 8ibaritas en cuanto á los goces de la vida, par-




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 1015
tidarios de la inamovilidad tocante á reformas, todo su conato se di-
rigió á estableoer un sistema personal cuyas condiciones perpetua-
sen en sus manos el gobierno del Estado. Por su gusto, por su afi-
cion, y por sus compromisos hubieran desde luego preferido el
absolutismo de derecho divino, á no haber supuesto que consegui-
rian sus deseos bajo las apariencias de una farsa representativa, sin
concitar contra sí la reprobacion general.


Colocados entre Jos progresistas y Jos antiguos partidarios del abo
solutismo, procuraron desde el principio ue su dominacion Imscar
en los segundos el apoyo y la fuerza material que necesitaban para
hacer frente á los primeros. Apenas empezó ]a restauracion de 1843,
poblaron el ejército y aun muchas oficinas del ramo de la guerra,
de oficiales carlistas, procedentes unos del convenio y otros de la
emigracion; al paso que separaban del servicio á miJi~ares benemé-
ritos, cu)'o único delito consistia en haber sido fieles á las banderas
de Isabel y de la libertad. Así consiguieron dar al espiritu del ejér-
cito una direcc¡on hostil haciendo que volviese sus armas contra Jos
hombres del progreso, á quienes por espacio de mucho tiempo fué
permitido insultar y oprimir impunemente. Para afianzarse en el
mando les era preciso comprimir por este y otros medios la opinion
pública, contra la cual desplegaron el aparato aterrador de los es-
tados excepcionales y los fulminantes argumentos de la política de
resistencia.


VIII.


Cuantos miuisterios se organizaron en los tres primeros años, no
tuvieron otro encargo ni se impusieron otros deberes que luchar
contra los hombres del progreso para reducirlos á la postracion.
Los decret()~, los reglamentos, las reales órdenes y todas las medi-
das, en fin, que adoptaban, venian á ser otras tantas armas de guerra
y de combate. El odio hácia el partido popu!ar era el principal ti-
tulo que podían alrgar los pretendientes para hacerse recomenda-
bles á los hombres de la situacion. Con €st~ motivo se entabló una
emulacion bárbara entre las autoridades de las provincias, sobre
cuál habia de excederse en sus atropellos y violencias. De aquí na-
cieron esos bandos tiberianos, esos edictos vandMicos, oprobio y
afrenta de la civilizacion moderna, y esas alocuciones ridículas en




1016 mSToRU. DEL REINADO
que se piotaba á los liberales con los colores mas negros y extra-
vagantes. Fieles á su consigna los agentes de aquel poder furibun-
do, dominaban á. beneficio del terror, procurando mantener los áni-
mos en un estarlo de anonadamiento para que nadie intentara opo-
nerse á los proyectos del partido afrancesado.


Entre tanto, sus jefes legitimos y fieles representantes construian
á favor de la intimidacion, uno por uno de los andamios sobre los
cuales se proponian levantar el edificio de su fortuna y perpetuo do-
minio .. En sus conciliábulos secretos meditaban y discutían los me-
dios de hacer imposible la vuelta al poder del partido popular, fi-
jándose en los proyectos mas absurdos y restrictivos. Para nada te-
nían en cuenta ni los principios, ni los adelantos de la época, ni las
exigencias de la opinion, ni la conveniencia pública. A sus ojos la
mejor disposicion gubernativa ó el proyecto de ley mas útil, era
aquel que interceptara completamente las avenidas del mando á los
progresistas, creyendo en su desvarío que les seria posible contener
y ahogar la revoluciono


Pero tan pronto como cayó el ministerio Goyena-Salamanca,
merced á una alevosía que no se borrará nunca de la memoria de
los buenos espat'ioles, volvieron á engastarse los eslabones de la ca-
deea, restableciéndose en toda su plenitud la antigua organizacion
dada por los ultra-moderados, como la mas eficaz para continuar
en el monopolio del mando. El gabinete Narvaez, dócil á las tra-
diciones de sus antiguos compaiíeros babia anadido nuevas trabas á
esa jurisprudencia ominosa que se fundó en odio al partido del pro-
greso por los proyectos sobre casos de reeleccion y de libertad de
imprenta. Detrás de sus falaees promesas y de su programa pom-
poso, ocultaba la firme y resuelta inteneion de agravar el peso que
oprime al partido popular, estrechando cada dia el espacio en que
le era permitido defender sus doctrinas.




CAPíTULO CXXt.


SUMARIO.


Conflicto entre el alcalUe de Madrid y los propietarios.-Ojeada sobre el estado gene-
ral de Europa.-Reflexiones politicas.-Preludios de una revolucion general.-
Decadencia del horbonismo.


1.


Los partidos polfticos siguen en sus movimientos y evoluciones
una conducta especialisima; y todos los que no viven en la vida de
la humanidad, todo,s los que representan intereses parciales, todos
los que no abarcan ni comprenden la extension de las relaciones que
fundan el derecho y la justicia caen en tal con tradiccion, se en vuel·
ven en una red tal de delirios, que apenas se comprende que hem-
bres de sentido comun defiendan absurdos y teorias tan injustifi-
cables.


Lo hemos dicho y repetido muchas veces, las reformas, el pro-
greso político no son mas que la base, el andamio para edificar el
gran monumento social donde han de cobijarse y vivir espléndida-
mente en armonia al amparo del derecho todos los intereses legiti-
mos, todas las fuerzas vivas de la produc.eion, formando de la hu-
manidad una familia que goza ejercitando sus facultades, sus fuerzas
y sus sentimientos.


Hé aquf la causa de que en todas las cuestiones cada uno de los




1018 HISTORIA. DEL REINADO
partidos políticos mire solo una faz de los problemas y no halle me-
dios hábiles de darles solucion porque cree lastimados los intereses
que representa.


Hé aqui la causa ocasional de esas extrafias divergencias, de esas
inexplicables aberraciones en que por sistema, por egoismo, por cál-
culo los que se dicen defensores del progreso, los que se llaman ar-
dientes patriotas, los que se creen defensores de doctrinas avanzadas
se atrevali á sentar proposiciones que no tienen aplicacion, que He·
van el absurdo, que extienden el malestar y el antagonismo.


Hé aqui tambien como hombres que defienden el privilegio mons-
truoso y la perpetracion de los abusos, tienen en momentos dados
que sostener verdades incontrovertibles, por que se fundan la justicia
eterna y la inflexibilidad del derecho.


Yen ese caos confuso, en ese laberinto sin salida combaten á todo
trance cada cual por su raZOD, sin que lleguen á entenderse en me-
dio de esa algarabía ruidosa qúe los agita.


11.


Surgió por aquellos tiempos en ~Iadrid un conflicto que rajicaba
. en UD bando de la autoridad local. Por desgracia. para el gobierno


y para la medida la autoridad que habia tomado la disposicioD, era
una de aquellas que los moderados habian erigido contra el espí-
fitu y tendencias predominantes en el sistema municipal tan anti-
guo en España. Por esto eran sus disposiciones impopulares y no
alcanzaban el prestigio que hubiera sido conveniente para hacerse
respetar.


La fatal manía de la centraliz!lcion absurda, porque la jerarquía
ordenada d>.l las instituciones populares que relaciona lodos los Ór-
ganos autonómicos de la vida social llevando del individuo al Am·
phicitiollado del globo la corriente de las ideas y pensamientos que son
útiles, no excluye, antes afirma la libertad en el órdeo, la variedad
dentro de la unidad: la centralizacion, decimos, tal como la com·
prendeD y practican las escuelas autoritarias, se hace odiosa y se ve
rechazada pur la multitud que siente el enorme peso de sus deter-
minaciones y el freno de su opresion y lo encuentra ofensivo á su dig-
nidad.


y es el caso, volviendo á nuestra narracion, que en Madrid ha-




DIL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 1019
bia un alcalde corregidor, que era el famoso conde de Vistahermosa
que podía ser, y en efecto mas adelante lo veremos, un agente bor-
bónico, un instrumento de la reaccion, un moderado en fin; pero
que con muy buen ojo al observar las deformidades de las casas y
los peligros de Jos transeunt::s quiso cortar de raiz algunos abuses,
y entre otras cosas dictó el bando, á que nos hemos referido," dis-
poniendo que desaparecieran los canalones (Ine banaban despiada-
damente á todo individuo que pasaba por la calle, y que se reme-
tieran las rejas donde el distraído paseante podia dejar muy bien una
ceja ó las narices si tal era su mala ventura y su desgracia.


Sobremanera irritó la susceptibilidad de los propietarios que se
creyeron con derecho á oponerse á semejantes dispcsiciones. Y hu·
bo juntas y reuniones, y acudieron en queja al gobierno, y se lanza-
rOI1 á los tribunales para que amparasen su propiedad, y buscaron
el apoyo de las cortes, y ... un bando de un alcalde de monterilla
llegó á crear al gobierno gravisimas dificultades, y una cuestion de
canalones ocupó la atencion durante muchos meses, y dictó á los pa- .
triJtas progresistas articulos furibundos que no habia sabido arran·
eBrIes el fusilamiento de Zurbano, ni los atropellos inauditos de que
el pueblo espanol babia sido víctima durante muches afios.


IIl.


El conde de Vistahermosa se mantenia inquebrantable en su pro-
pósito.


y la ola subia, y los propietarios gestiunaban, y la prensa toma-
ba mas y mas una actitcd amenazadora.


Entonces, tambien el conde de Vístahermosa halló algunos pro-
pietarios que CREIAN fundada la disposiCion del alcalde, y firmaron
UDa exposicion que contradecia la que los propietarios oponentes ha-
bian elevado á las cortes.
Fund~baDse estos propietarios obedientes ¿ Yistahermosa en ra-


zones que, debemos decirlo, si no justificaban su derecho de propie-
d~d, daban mucha fuerza de razon y de lógica á sus argumentos.




10!O HISTORIA DEL REINADO


lV.


Los acontecimientos que pasaban en Europa habian llegado á
fijar la atencion de los hombres pensadores. Nadie ignoraba que nos
hallábamos abocados á grandes y trascendentales evoluciones.


Desde el advenimiento de Pío IX cada dia y con ocas ion de los
aclos del nuevo pontífice, se agitaba en Roma la multitud, ya en uno,
ya en otro sentido.


Los príncipes y principillos y principotes que formaban aquella
especie de confederacion subordinada al Austria, vacilaban en sus
tronos á cada vaiven que imprimia el gran sacerdote del catoli-
cismo.


Los jesuitas veíanse perseguidos por doquiera alzándose UDa ver-
dadera cruzada para que se estableciese en Roma la secularizacion
del gobierno. Y ciertamente que aigo se consiguió, pues por prime~
ra vez un militar entró en el departamento de la guerra.


En Nápoles comenzaron las manifestaciones hostiles al gobierno
de Fernando, mientras el rey de Cerdería otorgaba una carta y pro-
metía reformas radicales.


BI Lombardo-Veneto hervia como la lava de los Ivolcanes; y en
Milan los austríacos pudieron apenas ahogar en sangre una inten-
tona revolucionaria.


En Baviera el rey habia llevado á palacio á una célebre bailari-
na, á la famosa Lola Montes, haciéndola condesa y casándose con
ella morganáticamcnte. Y cierto dia, porque el pueblo no podia sUG
frir algunas impertinencias de aquel soberano, se .hubo de dar una
órden contra los estudiantes que en revancha se sublevaron cogíen-
do á la famosa condesa y azotándola en la plaza pública.


Tan inaudito desman produjo eS'cenas terribles y persecuciones
escan dalosas.


En otros puntos diversos y en la misma capital del imperio aus-
triaco fermentaban los planes revolucionarios, y parecia próxima á
estallar la senal de una nueva crisis.




DEL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA.. 10U


v.


El Borbon de Nápoles venia siendo objeto de los odios de la mul-
titud, porque allí mas que en ningun otro punto se habia manifes-
tado la raza con todas sus condiciones.


La SiciJia desdd antiguo anhelante por verse independiente y li-
bre, habia diversas veces levantado la bandera da la insurreccion
para no gemir bajo el yugo degradante que la infamaba. Yen esta
ocasion todas las poblaciones importantes se habian sublevado ne-
gando su obediencia al gobierno de Fernando que mandó una ex-
pedicion con el propósito da bloquear los puertos y arruinarlos, ya
que no pudiese hacerse dueño de ellos.


El 19 de enero se presentó la escuadra napolitana delante de Pa-
lermo, y habiendo empezado el bombardeo, el cónsul inglés mani-
festó al jefe de las fuerzas, que si 'se disparaba una vez mas, los bu- .
ques ingleses darian cuenta de la armada que obedecia al tirano,de
las Dos Sicilias.


Las manifestaciones, como hemos dicho, de simpaUa que en Ná-
poles mismo hi~ieron retroceder á los polizontes, y el convencimien-
to de que no podia dominar la sUuacion colocaron á Fernando de
Nápoles en la dura necesidad de transigir y entrar en la via de )IS
concesiones y de las reformas.


Prometió una constitucion basada en la carta, y habló de libertad
de imprenta condenando los desmanes de la policía que quiso signi-
ficarse mas realista que el rey.


VI.


En situacion tan apurada se hallaban los reyezuelos de Italia. El
papa habia dado la señal de las manifestaciones que la amnistía ha-
bia arrancado, nació un nuevo espiritu que se propagó por todos los
pueblos, poniendo en peligro y conmoviendo hondamente á aquella
península que despojada por sus opresores y cruelmente dividida se
hallaba á merced del t;aprichoso imperio del Norte.


A. los disturbios de Milan, contestó el gobierno austríaco, que-
riendo imponerse aunque extranjero con el siguiente bando:


TOMO 11.




lO!! HISTORIA DEL REINADO
«s. M. el Emperador, habiéndose dignado declarar que estaba


resuelto á no permitir ni tolerar que se hagan demostraciones po-
pulares, siqu!era no tengan significacion alguna política, habiendo
además, por su decreto imperial de 9 de enero último, dispuesto que
todas las autoridades procedan oficialmente, conforme á sus respec-
tivas atribuciones, y empleen su energía en impedir todo lo que pu-
diese turbar la tranquilidad pública, y queriendo en fin S. M. que
no se permita ningun regocijo popular extraordinario, y que vigo-
rosamente se probiban todas las fiestas inusitadas d~1 pueblo, espe-
cialmente de noche, el gobierno se cree obligado á dar conocimiento
al público de estas soberanas disposiciones, firmemente persuadido
de que todos los habHantes de la Lombardía se conrormarán con
ellas en un todo, porque en caso contrario, aquellos que mal acon-
sejados se atrevieren á contravenir á estas órdenes soberanas, se-
rian irremisiblemente castigados segun las leyes vigentes. Milan á
11! de febrero de 184,9.-EL CONOS DE' SPAUR, gobernador .•


VII.


Por lo que antecede pueden formar Idea n.uestros lectores de los
grados de libertad que disfrutaba el Lombardo-Veneto subyugado
por la feroz tiranía de los austriacos.


Italia habia gemido durante muchos sig10s bajo la opresion ex-
tranjera. Nuestros tiranos, los tiranos de Espana cuando se rego-
cijaban en su orgullo satánico, exclamatdo que no se ponia el sol
en sus dominios I habian llevado á Italia los tercios espaí'1oIes para
aumentar el poder de los tudescos desmembrando y fraccionando
aquella poninsu!a.


Hombres que hablaban el mismo lenguaje, y quo tenian las mis-
mas costumbres, que habian sufrido las mismas viscisitudes, llega-
ron á no entenderse, á vivir en la esclavitud, á degenerarse y em-
brutecerse, porque los déspotas eran fuertes y llamaban en su auxilio
á los cosacos, á los hombres qu~ vivian en el desierto yen ]a miseria
y no podian sufrir los resplandflres de la civilizacion.


Italia iba á renacer. Italia habia recordado los tiempos en que la
repúbliea habia dictado leyes, yeso que aquella república era la.
república de los patricios y de los plebeyos, la república de los
privilegios, la república que conservaba la esclavitud. Pero la idea




DEL ÚLTIMO BORBON DIISPA"A. 1023
,habia madurado despues de dos mil arios, y la nueva evolucion pro-
melia tener en cuenta la justicia y respetar la personalidad humana.


I


VIII.


Los sectarios del despotIsmo no daban muestras de conocer la si-
¡uacion que atravesábamos.


Habian marchado con tal desembarazo en sus planes y con tal
fortuna al parecer, que no podian presumir que aquella obra ma-
jestuosa ¡)Odiese caer como un castillo de cartas al leve soplo del
viento, hundiendo en el cieno los planes que la ambicion habia con-
iliderado bastante á propósito para lograr al fin la opresion de todos.


Las potestades religiosas, las aristocracias y las monarquías for-
maban una vasta red, tenian sus servidores, su ejército, y parecia
que no habia en el pueblo elementos de resistencia.


El gran sacudimiento de 1793 quedó al parecer abogado en su'
propia satgre, y desde que los déspotas pudieron contemplar á Bo-
Daparte que vestia la púrpura, creyeron acaso en su orgullo que el
pueblo era incapaz de constituirse y organizarse.


Babia, con todo, al otro lado de los mares, la República-transi-
cion entre -los modelos de la antigüedad y las nuevas formas que iba
á tener en el porvenir. Y ]os pen8adores veían claramente dibujarse
el edificio ea todo el antiguo continente por medio de la gran con-
federacio!l de Jos Esfados- Unidos de Enropa.


Los mismos esfuerzos intentados e~ los úllimos arios para bastar-
dear y corromper el sistema representativo, utopia mezquina que
algunos soi'iadores quisieron creer posible, habian acabado de con--
vencer á los hombres de buena fe, que era impracticable la union
de esas dos soberanias; la soberania de uno, por una parte1 que sin
mas derecho ni mas poder que el que los demás le concedian, que-
ria letitimar su mando yendo á buscar el orfgendivino, y la sobe-
ranía de todos que celos\!s de su derecho y amantes de su dignidad
pretendían hacer imposible todo abuso, toda ilegalidad, todo lo ar-
bitr~rio, todo lo injusto y abusivo.


La familia de los Borbones se baIlaba amenazada.
En todas sus alianzas buscaba apoyo, procuraba fortificarse. En.


todos sus actos presumia echar profundas raices, sin comprender
que el terreno estaba movedizo, el terremoto iba á abrir una sima




lO:!' HISTORIA DIL REINADO
profunda donde debian abismarse lodas sus esperanzas, todos sus
trabajos, todos s~s desesperados esfuerzos.


IX.


La confianza extemporánea del gabinete de las Tullerias, el len-
guaje cínico de aquel rey que habia sido conspirador permanente
hasta llegar al trono, manchado con todos los crímenes, regicida y
traidor al pueblo que le habia elevarlo, corruptor y apóstata, que
obedecía y aceptaba, como única fe. la fe cartaginesa, debia recibir
un tremendo castigo, una expiacion ...


La revolucion se encrespaba, el borbonismo decaía: en Nápclcs
se retorcia en las convulsiones de la desesperacion, comenzaba á ce-
der ante la fuerza de las circunstancias.


En Madrid se prostituia y degradaba, representado por una niña
mal educ!lda, que se veia envilecida y dotada de ese espíritu faná-
tico, de ese orgullo, de esa rebeldía que infunden los lacayos ser-
viles, aduladores y egoistas en el señor ante quien se prosternan y
anodHlan para explotarle y explotar al pueblo. la orgía y los pla-
ceres eran la distraccion ordinaria de la j¿ven casada contra su vo-
luntad con un imbécil, y aconsejada por una turba de' frailes ca-
suistas y monjas milagreras que hallaban para sus vicios y extra-
víos bulas é indulgencias en la corte de Roma.


En los pequeños estados los Borbones mas débilui no tenian tam-
poco suficiente fuerza para resistir el embate; y á pesar del Austria,
á pesar del apoyo moral de los equilibristas y de los farsan tes veíase,
mirándolo desapasionadamente, como se derrumbaba aquel edificio
tan costosamente elevado sobre las ruinas de la libertad.


Cada dia, cada hora que pasaba marcaba un triunfo para los pue·
bIos y acercaba la gran expiacion, el tremendo castigo de los
reyes.


FIN DEL TOMO SEGUNDO.




CA)
PI'oyecto de conlestacion al discurso de la Corona leido en el congreso de


señores dipntadoi en la sesion del día 13 de enero de 1842.


«Serenísimo señor: el congreso de los diputados ha experimentado la mas
pura saLisfaccion al ve¡' á V. A. abl'ir por primera vez las cortes del reino en
virtud de las facultades que la ley CUlldamenlalle concede, y al contemplar
en este solemne acto, realzado por la augusta presencia de nuestra amada
Ueina, felizmento pasados los peligros que en el intervalo de sus sesiones
han corrido los objetos mas caros de la nacion e:;pañola, que tantos s a Cl'ifi- .
cios ha hecho en defensa del trono con~titucional, mas que nunca firme y se·
guro des pues de vencida la escandalosa revolucion de octubre,


»Grato ha sido tambien al congreso oir de boca de V. A. el buen estado
de nuestras ¡'elaciones extel'iores; y si los hechos oculTidos en el año ante-
rior, que V. A. recuerda, lejos de alterar las de algunas potencias amigas
han sido objeto de explicaciones tan satisfacti)rias como se indica, el con-
greso puede esperar que termine del m:smo mudo todo incidente que pudie-
ra turbar fa armonía entre los gobiernos de dos grandes naciones flue, en
cuanto no latisme su independencia y su buen nombre, se aman y se respe-
tan, y no pueden jamás desconocer las inmensas y comunes ventajas que las
llevan espontáneamente á estrechar los vínculos naturales y políticos que
las unen.


»Los españoles saludan igualmente, no solo como amigos sino como her-
manos, á los pueblos de los nuevos estados de América que el gobierno de
S. M. va l'aconociendo y con quienes forma tratados que fundándose en las




10:26 fllSTSllIA DIL RtJ~ADI)
bases bien reconocidas de recIproca conveniencia, al paso que faciliten la
exportacion de nuestros frutos y artefactos, deben prometernos que con el
aumento consiguiente de nuestra marina lle~ará un dia en que como en otros
mas felices, sea conocido y respetado en todo el mundo aquel glorioso pa-
bellon que guial'a á los primeros descubridores de tan apartadas é impor-
tantes regiones, .


,Mas cercano y no menos lisonjero se presenta ba el pOI'venir de nuestra
patria en el inlerior, cuando terminada la guerra civily restablecida la confian-
za ofreeian los campos y las ciudades tal vida de animaeion que parecia que
al contemplarse la regeneracion política del pueblo español descubria nueva-
mente los elementos de su prosperidad,que siempre ba encerrado en su se-
no, y que pOI' tanto tiempo habían esterilizado los errores y abusos de un
gobiel'Jlo absoluto, Pero cuando apenas se dejahan sentil' los beneficios de
la paz y de las grandes reformas aprobadas por las cortes, cua ndo reg¡'esa-
han tranquilamente á sus b')gares los pI'oscritos españoles que llevaron hasta
tierras extrañas la fe que malamente juraron alreLelde don CarIos, otros
rebeldes y ambiciosos tramaban bajo la proteccion de las leyes constitucio-
nales una vasta conspirarion que habia de des.truir la libertad 6 encender de
lluevo una guelTa civil, acaso mas sangrienta que la que felizmente babia
concluido,


,Por fortuna la actitud imponente con que la naeion récibi6 las primeras
nuevas tIe tan extraordinarios sucesos, la deci~jon de la milicia nacional y
la leallad que en general mostl'ó el ejército, á pesar de los esfuerzos que con-
II'a su fidelidad se habian hecho, permitieron al gobierno. ahogar en pocos
dias tan grave rebelion, De lamentar es que su prevision no alcanzal'a á im-
pedil' que estallase en la capital misma y dentro del palacio de nuestra Rei-
na, donde BU preciosa vida y la de su augusta hermana habian forzosamen-
te de con'e¡' algun peligro, que llorará siempre la España, tan amante de
sus reyes como de su libertad; pero ya que sus anales hayan de referir un
atenlado semejante, hasta entonces sin ejemp10 enlre nosotros, dirán tam-
bien :cl Doble comportamiento de la milicia de Madrid, de la que se ha
mostrado émula dignamente la de todos los pueblos donde la ocasion 10 ha
permitido; y dirán sobre todo que los pocos leales veteranos que guardaban
mas de cerca las reales personas lIev3ron su valor y su heroismo mas allá
de lo incI'eible, aun en la patria de los que con tantas proezas ilustraron los
tiempos mas gloriosos de la España,


»Sensible era, pero inevitable, que sufriesen el rigor de las leyes los jefes
ostensibles de la rebelion, como es de esperar que la ,justicia que debi6
aprovechar oportunamente ]os primeros momentos, descubra sus principales
autores y cómplices para que no se repitan crímenes tan escandalosos, alen-
tados con la Í1l1punidad los conspiradores, ni sufran, en lugar de estos, al-
gunos que la opinion pública podl'ia calificar con variedad, y que los tribu-
nales acaso deberian absolver.






DIL ULTIMO I,ORnDN DI ESPAÑA. 10!7
'1) Por la misma razon y porque nunca deben sostenerBe con mas firmerza


los principios de legalidad y de justicia que cuando son mas fuertemente
combatidos, siente el congreso que el gobierno de S. M. creyera necesario
apela¡' á las declarariones de estado de sitio; sobre lo inconstitucional de es-
ta medida, que tan funestos recuerdos despierta, bay que lamentar en esta
ocasion no solo las consecuencias ilegales que ha ya podido producir, sino su
absoluta ineficacia, pues no ha bastado, al menos en Barcelona, ni á repa-
rar prontamente los graves excesos que allí se cometieron, ni á restituü' á
aquella ciudad industriosa la calma y segul'idad que necesita y á que es por
tantos títulos acreedora.


II En medio de tanta agitacio~ y tales trastornos se han preparado y em-
prendido algunos importantes trabajos que reclamaban imperiosamente el
mal estado de nuestras comunicaciones, se ba fomentado la explotacíon do
nuestras minas y el establecimiento de las fábricas de fundicion; se han pro-
yectado ó ensayado otros que deben ser muy beneficiosos á los pueblos, y se
nota por todas partes un mO"imiento que no puede menos de ser prEcursor de
los grandes progresos que en nuestra civilizacion y riqueza debemos esperar.
El congreso ve con suma complacencia estos anuncios y muestras de pr.os- .
peridad, y contribuirá en cuan lo sea posible á su desarrollo, pura lo que,
ante todo considera indispensable la perfecta seguridad que deben encontrar
no solo las personas, .sino tambien los capitales que se dediquen á cualquier
género de industria 6 de comercio. Los recuerdos de la arbitrariedad de otros
tiempos y algunos ejemplos mas recientes, son poco á propósito para tran-
quilizar y estimular á los capitalistas, pr.ro el congreso espera que no se re-
petirán en adelante, y cree que el gobiel'Do sab¡'á inspirar la confianza ne-
cesariL\ para que se promuevan y continúen tantas empresas útiles, como fe·
lizmente se anuncian.


»El ejército y la marina, que tan jnstamente han llamado la atencion de
V. A., ocuparán tambien la del congreso, que fijará conforme á la Constituo
cíon j' segun las circunstancias del pais, las fuérz3s de mar y tierra que es·,
te debe Sus tener; así como está dispuesto á coopera¡' eficazmente á cuanto
tienda á la mejor organizacion y fomento de la milicia nacional.


») El congreso ha oido como siempre con satisfaccion que se tI'abaja con
celo y perseverancia en la formacion de los códigos, pero viendo que sn
presentacion se retar'da de un año en otro, y que la confusion que nace de
legislaciones de épocas tan opuestas la hacen indispensable y urgente, cree-
ría no pone¡' de su pade cuan lo debe para facilita¡' tan interesante reforma,
si se limitara á espera¡' corno en otras ocasiones que el gobierno presentase
los trabajos tantos veces anunciados. Para que estos se hagan con el deteni-
miento que su importancia y su dificultad requieren, es necesaria la coope-
racion asidua y no intel'l'umpida de los eminentes jurisconsultos que deben
legal' á su pall'Ía la obra de Ja filosofía y la experiencia en el libro de sus






10!8 HISTORIA DEL REINADO
leyes. Pero este importantísimo servicio y la gloria que en él pueden adqui-
rir ni consiente atenciones particulares que los distraigan, ni permÍte acaso
otras de la vida pública de que por cierto tiempo pu~ieran prescindir. Co-
nociéndolo así el congreso está pronto á votar todos los recursos que el go-
bierno considere al efecto necesarios. En este supuesto exnminará el pro-
yecto de ley para la organizacion de los tribuDale~ y juzgados y las demás
reformas parciales que se anuncian, y verá si puede 6 no sacrificarse su ur-
gencia á la unidad y al sistema que deben prescindir á la codificacion ge-
neral.


»Con igual solicitud examinará el congreso los pl'esupneslos y cuanto
concierna á la administracion de la Hacienda pública en que tanto importan
el órden, la economía y principalmente aquella sevem moralidad por la que
claman con razon lodos los pueblos de España; así como alenderá al com-
plemento de los aranceles y á todo lo que pueda contribuir á elevar nuestro
crédito y facilitar la enajenacion de los Lienes nacionales que tantas venta-
jas debe pl'oducil' al mismo tiempo que vaya amortizando la deuda del Es-
tado.


»El congreso se ocupará asimismo con el mayor esmel'O y cuidado de to-
das las Jeyes que se vayan sometiendo á su consideracion, yen particular de
la que debe modificar los fueros de las provincias Vascongadas, de las or-
gánicas que deben reformar, completar y acomodal' al espíritu de nuestras
instituciones la administracion de todo el teino y de la libertad de imprenta
procUI'ando en esta hacer compatible el ejercicio de tan precioso derecho con
el respecto profundo y religioso que deben todos los españoles á la Constitu-
cion, y contra la cual no pueden ser permitidos ni toiel'ados alaques impo-
tentes é insensatos, pero no por eso menos sediciosos y criminales.


»La Constitucion de 1837 que la nacion se dió con entera libertad y des-
pues de madura discusion de sus cortes constituyentes, aunque ha sido res-
petada y r..un elogiada en público por los mas opuestos partidos, ha sido en
seCl'eto atacada en uno y otro sentido.


»El instinto del pueblo español ha adiyinado prontamente el riesgo que
corria, y su sensatez y su decision la han salvado siempre, contribuyendo á
ello en los momentos de peligro V. A. con su nombre, su prestigio y la per-
sona, que con l'azon declara estar rlel todo consagrada á su patria. A su jus-
to reconocimiento debe V. A. la mas alta confianza que puede dispensarse á
un ciudadano; V. M, corresponde á ella dignamente, y todo hace creer que
el dia que termine su regencia, hallará nuestra inocente Reina mas firme que
antes y respélada dentJ'o y fuera del trono de sus mayores la nacion, afian-
zada su libertad, y los pueblos el goce tranquilo de las mejoras ruatel'iales
que les deLe procUI'ar el sistema represen Lati vo. Para esto, solo se necesita
justicia y energía, y la coopel'acion del congl'eso no Callará jamás al gobier-
DO que haga por estos medios la felieidad de la nacióo española. Palacio del




DEL ULTIMO BORBON DE-¡SPAÑA.. t O!9
Congreso 13 de enero de 18i2.-Salustiano de OI6zaga.-Pedro Antonio
Acuiía.-JosÓ Manuel de Vadillo.-Manuel Corlina.-Francisco Cabello.-
José de Gal vez Cañero. -Manuel de la Fuente Andrés.»


Proyecto de contestacion al discurso de la Corona, leido en el senado en
la sesion del día 11 de enero de 18a.


«AL REGENTE DEL REINO, EL SENAoo.-AI abl'ir V. A. la presente legis-
tura ha dado á las cortes con la ingenuidad y decoro propios de su carácter
y de la ocasion una idea sumaria del estado en que se hallan nuestras cosas
publicas, y de las mil'as generales con que 8uxiIiado de la representac:on
naci::maI se propone atender á la consel'vacion y prosperidad de la monar-
quía. El senado en consecuencia, con la satisfaccion qu~ le cabe por todo
cuanto en esta manifestacion hay de agradable y lisonjero para el Estado,
ofrece á V. A., al mismo tiempo que sus respetos, sus deseos y PI'opósito de
coadyuvar franca y lealmente á las justas intenciones y espel'anzas del go-
hierno. Esta satisfaccion se ha aumentado sobremanera con el realce r¡ue ha
dado á tan gl'allde soleminad la presencia de nuestra jóven é ¡bocente reina
doña Isabf'1 U.


No es esta la primera vez que la I'epresentacion nacional ha tenido el .
honol' de recibirla en su seno; y entonces, como ahora, la ha considerado
con el interés y los sentimientos deLidos á la heredera concedida por el cie-
lo á los votos de los españoles, alumna de la libertád, educada á la sombra


. de sus leyes protectoras. Allí se la contemplaba como si es tu vise en medio
de todo su pueLlo, acompañada y dé'fendida de la lealtad española, y acos-
tumbr&ndoiie ya al sitio en que se"escuchan los deseos de la nacíon y se
atienden los cOllsejos de sus representantes para concurrÍ¡' con ellos á la fe-
licidad del país.


El senado se felicita de la buena armonía que existe entre nuestro gobier-
no y las potencias que han reconocido á nuestra excelsa Reina; y se compla-
ce en la justicia que se ha(~e por ellas á la Pl'overbial lealtad española, bien
acreditada en el cumplimiento de los trados aun á costa de dolorosos sacri-
ficios. Nuestra ingenua política, desnuda de cautelas y de astucias, no debe
inspirar celos ni desconfianza; y los tratados con las nuevas republicas de
América, unos concluidos, y otros innovados, manifiestan la seguridad que
aquellos estados tienen en la consecuencia y buella fe de nuestro gobierno.


En (manto á la suspension y reserva en que se mantienen los demás, nada
dirá el senado á V. A. Puesto por la voluntad publica durante la menor tdad
de nuestra augusl\i Reina al frente de esta monarquía, sabrá guardar con
esas potencias aquella cil'cunspeccion y decoro que corresponden á una gran
nacion, valiente sin espíritu de conquista, comercial sin monopolio, y que
respetando la independencia ajena, no reconoce en ninguna, ni consentirá
jamás el derecho de controvertir ]a suya.


Digna de alabanza ha sido la actividad y energía desplegada por el go-
TmlO 11. 1<30




t 030 HISTORIA DEL REINADO
bierno para -contener y castigar la cosnpiracion C1'iminal que estalló en el
mes de oclubre,


Estremncese aun la imaginacion considerando las circunstancias al.roces
que acompañaron á esta agresion escandalosa contra el palacio de nuestros
reyes, sin que fuese bastante á detener la ferocidad de sus autores, ni el sa-
grado de la míljestad, ni el respeto debido á la inooencia, ni los miramien-
tos usados aun por los corazones mas duros con el sexo y con la niñez. Así
es que un grito de indignacion y de borror se-levantó en todas partes contra
tamaño atentado, á que correspondieron á porfía el ejército, la armada, la
milicia nacional y el pueblo todo. Desgracia ha sido que para atajarle y re-
primirle fuera necesario verlel' alguna sangre española; pero en la economía
y legalidarl con que se ha procedido tí este triste sacrificio, ve el senado con
satisfaccion que el gobierno ha sabillo hermanar perfeclamente la clemencia
con la justicia. '


Los suceso:'J de Barcelona se han presentado con diferente carácter, yaun-
que el estaao excepcional en que se puso aquella ciudad rica y populosa haya
excusado {'{usion de sangre, violencias y castigos, todavía desearia el sena-
do, y para el gobierno fuera mas glorioso, que se evitasen del todo esI.3S
medidas excepcionales, y que la )'epl;e~ion y 'al'l'eglo de tales excesos no sa-
liera nunca del camino que tienen tl'azauo las leyes.


Vuelta la monarquía al estado de tl'anquilidad qu~ antes gozaba, altet'ado
por pocos momrntos con estos sucesos deplorables, el gobierno ha podido y
puede en adelante emplear todo su celo y actividad en las inmensas mejoras
que la nacion necesita y á que tan fácilmente se presta la naturaleza de sU
clima y de su suelo.


El senado tiene suma complacencia en ver que el gobierno, á pesar de las
dificultades y escaseces que le rodoao, dedica su alcncion al progreso de to-
dos los ramos que ptlrfecdonan la existencia social. Medios de comunicacion,
de que tanto carecemos; industria agrícola, fabril y minera, susceptibles de
tantos grados de aumento y de mejora; oJ'ganizacion del ejército, aumento
de la armada, administl'acion civil, legislacion, instrnccion pública, hacien-
da, crédito, todo lo aba¡'ca y comp¡'ende V, A, en illl discurso, ya como ele-
mentos de civilizacion que se halhm en un estado conveniente ne progreso,
ya como objetos administrativos que esperan el beneficio de leyes ya pro-
puestas para su arreglo y adelantamiento, ó de leyes que van inmediata-
mente á presentarse á la considel'acion y deliberacion de las corles.


Al cuidado que merece al gobierno la organizacion del ejército y de las
, milicias provinciales, espera el senado que se añada el que, reclama la mi-


licia nacional, de cuyo fomento y ol'ganizacion acel'tada dependen en taMo
grado la tl'anquilidad pública y la conservacion de nuestras libertades.


No es de dudar tampoco que el gobierno se esfuerce á levantar la marina
española del abatimiento en que la cO::lside¡'a, A las medidas que ya tiene to-




DIL ULTiMO BOftBülll DR I!SfA~A. 10,1
madas en razon de este objeto, tan necesario para nuestro comercio y comu-
nicacion con las posesiones de Ultramar, deberán seguir las que exigen las
Ilecesidades creadas por el actual órden de cosas en que se hallan aquellas
regiones. En vano nuestl'os agentes diplomáticos y consulares recibidos ya y
reconocidos en diferentes puntos del nuevo mundo, cuidarán de nuestros in-
tereses y vigilarán el cumplimiento de los tt·atados .. Sus gestiones serán por
lo comlln ineficaces si al fin no pueden contal' para su apoyo con alguna
fuerza naval convenientemente estacionada,


Así se remediará el desamparo en que se ven los buques mercantes espa-
ñoles cuando navegando por aquellas costas inmensas de una y otra parte de
la América, y alargándose á veces basta los mares de la China, no tienen el
consuelo de hallar una vela amiga y protectora á quien saludar como hel'-
mana, y ñ quien pedir proteccion, de quien recibir un socorro.


y est') no solo es conveniente y necesario en aquellos paises apartados,
hasta en nuestros departamentos fuera de desear que hubiese en cada uno un
buque de guelT3 al menos, que acudiendo á donde fuere menester evitase'
disputas é incidentes espinosos en nuestros puertos, de que ya por desgracia
ha ocunido algun ejemplo desagradable.


No es menos de atender la marina mercante, aunque á pl'imera vista apa-
rezca que 110 tiene la misma importancia y b"iIlo que la militar. La una, co-
mo dice V, A., es la hase de la otra, y por lo mismo es preciso protegerla y
lomen tarla, libr'ándola de las trabas y molestias á que en la situacion ac-
tual de las cosas se ve expuesta con frecuencia.


R\ senado se felicita por las mejoras hechas y las que el gobierno se pro-
poné hacer en la Hacienda pública. No hay duda que mo¡'alizal' la adminis-
tracíon es UIlO de los medios mas eficaces de perfeccionarla; y es de esperar
que á este 1111 Pl'ocure el gobiel'llo en cuanto pueda abandonar el funesto sis-
tema de vivir siempre de prestado, de atender á cualquiera costa á las ne-
cesidade:; del dia COIl recursos efímeros del dia, sin olvidarse lampoco de que
es preciso hacel' menos precaria y variable la suerte de los empleadoi.l, causa
inmediata, y puede decil'se que exclusiva, de la desillOl'alizacion personaL


El aumento que el gobierno expresa habar recibido algunas rentas del Es-
tado, es muy de desear que pueda exlenders.e á las demás por medio de una
sabia adminislracion y prudente economía; y que las disposiciones tomadas
para la centralizacion de fondos y para la de la deuda flotpnte sirvan á reali·
zar cumplidamente uno y otro pensamiento, y no dén ocasion á resultados
contrarios al fin que se ha tenido presente para estas operaciones, El etámen
de los presupuestos presentados ya por el gobierno. á la delibe¡'acion de las
COl'tes establecerá y fijará de UD modo conveniente y esencial ese y otros
puntos de administraciou.


Bien supone el senado que el gobierno empleará todos sus esfuerzos en que
se cumpla y ejecute la léy de culto y clero, como tan influyente cosa en la




103~ HISTORIA DEL RKI!'CADO
mOl'al pública, y que importa tanto al decoro do la religion y á la tranquili-
dad del Estado. Hasta ahora 00 parece que se haya hecho efectiva en todas
las partes la exaccion acordada para atender á este objeto j iDconvenieDt~
grave que es de esperar remedie el gobierno, arreglando sus instrucciones
para la ejecucion al texto literal de la ley. Igual atencion y cuidado reclama
el sistema que rige en la venta y administracion de bienes nacionales para
desvanecer á lo menos las dudas y prevenciones que hay en la opinion pú-
blica acerca de él.


No insistirá expresamente el senado en otros extremos señalados en el dis-
curso de V. A., los cuales segun la ocasion tendrán su debido lugar en la
eonsideracion y discusiones de las cortes. Solo sí dirá que en el conjunto de
objetos, de miras y de mejoras que comprende el discurso, va envuelta la
idea consoladora de ser llegado el periodo para completar la regeneracion
política de la monarquía y de poner en accioD todos los elementos de su pos-
teridad futura.


Dificil sin duda, y complicada tarea, pero otro tanto gloriosa, y á que el
senado ayudará por su parte con todo el celo que le anima por el bien de la
patria, y á que le estimula tambien el noble ejemplo que de ello da V. A.


Sí, ciertamente: llegada es ya la época de recoger el fruto de tan largos
sacrificios, á despecho de las maquinaciones insidiosas de los enemigos eter-
nos de nueslro bien. El senado no ignora, y V. A. lo sabrá mejor aun, que
subsiste mas encollada que nunca esa conspit'acion antigua para no dejarnos
reposar, para tenernos envueltos siempre en inquietudes y en recelos, para
no darDOS lugar á tomar en nuestras cosas interiores un arreglo estable y pro·
"echoso. Y como si esto no fuera una obra de inquietud exclusivamente suya,
nos acusan pérfidamente des pues ante la opinion de la Europa de lIO ser ca-
paces de gobiet'no, ni tampoco de libertad. Aun no escarmentados con la ig-
nominiosa derrota que suft"Íeron estos dias, meditan sin duda nuevos atenta-
dos, traman asechanzas nuevas. Pero todas se estrellarán en la entereza y en
]a vigilancia del gobierno, y en la decision resucita de los españoles que
quieren ser libres y felices.


Los destinos de la nacion se cumplirán, y los de V. A. tambien. Llegará
el dia en que declarada mayor la reina Isabel II, V. A. dep~ga en sus ma-
nos la autoridad que hoy ejerce en su Qombl'e. Y cuando 13 entregue un reino
pacifieado y defendido con su valor y su espada, ilustrado y enriquecido con
los beneficios de una ~abia y vigorosa administracion, y que entOI:ces el carro
de la pl'ospel'idad pública, des pues de habel' superado tan ásperilS cuestas,
vaya l'od3ndo por el llano ain que nada le pueda detener, V. A. habrá lIe-
nado admirablemente el a Ito y arduo encargo que tomó sobre sus eombrosj y
la gt'atitud española y el respeto de la posteddad le darán un lugar bien poco
oomun en la hislol'ia del heroismo, pero digno ciertam<inte de los eminentes
servicios de V. A., de sus virtudes cívicas y de su fortuna. Palacio del se-




DIL ÚLTIMO BORBON DI ESPANA... 1033
nado 11 de enero de 1S42.-Alvaro Gomez, presidente.-Bernardo de Borja
Tarrius.-Ramon Maria Calatrava.-D~onisio Capaz.-Manuel José Quin-
tana. »


(B)


Cdmara de diputados.-Sesion del .f 8 de agosto de .f 842.-Discusion del
proyecto sobre regencia .


Se abre la sesion á la una y media.
,M. Carnal; Pido la palabra. Señores, tengo el honor de dejar sobre la


mesa una peticion firmada por un crecido número de habitantes de Paris. El
objeto de esta pelicion es declarR r que la cámara traspasaria sus podel'es vo-
tando una ley de regeucia. (Risas y murmullos.)


El señal' PresidenlfJ; Tiene la palabra en contra del proyecto M. Ledrn-
RoHin.


M. Ledru-Rollin: Señores, anles de discutir esta ley ante la cámara, ne-
c.esito examinar su carácter. .


Pocos dias hace que nadie le acel'taba á definir. Unos suponian que era
una ley orgánica; otros sostenian por él contrario que era una ley especial,
que no era mas que lil ejecucion lisa y llana de la Cal'ta.


A mi juicio, la cU9slion no podia ser séria considerando el objeto de
la ley.


En efecto, su objeto era crear ,una regencia, es decir, un reinado tempo-
ral, y junto al derecho hereditario directo un derecho colateral.


Luego, por solo este concepto, para cualquier persona concienzuda, estaba
juzgado el carácter de la ley. Hay mas, señores: esta discusion seria super-
flua: porque el honorable relator ba reconocido que esta leyera fu!'damen-
tal, or;;ánica, que sentaba ciertas reglas generales que podian extenderse de
un ca30 á otro. En GOnsecuencia, señores, si la ley, por confesion misma del
gobierno y de la comision, ,es una ley orgánica y fnndamental, yo pl'egunto,
sefíores, ¿quíén la puede hacer? (Vivos rumores.)


Las dos cámaras, reaponde la mayoría con el asentimiento de la corona.
tos defensores de la ley añaden que no se puede mo'ver el pode¡' constitu-


yente: segun ellos este poder es solo una utopia vana, un recuerdo añejo del
último período del pasado siglo. Nacido en época borrascosa, ha sido efí-
mera su existencia; jamás ha estado reglamentado, y ya·no es sino una doc-


• trina antigua, olvidada en el caos de nuestras leyes. Se añade que la revolu-
cion de julio lo ha simplificado todo.


Ya no ex~ste podel' constituyente que sea superior á las cáma!'as ni fuera
de las cámaras: ellas solas y el rey tienen derecho para acomodar la Consti-
lucion al curso de los sucesos, modificarla, desen vol verla en lo que juzguen




10;¡ í HISTORIA DEL REiNADO
en bien de la nacion,> Ya veis que no debilitO' la objecion que se ha hecho con-
tra los defenscJ)'es del poder constituyente,


A vanzais mas vosotros, porqus decís que los que le invocan no son hom-
bres de gobierno, no tienen la práctica ni la inteligencia real de los negocios:
que son los enemigos del gobiemo representativo encubiertos bajo la más-
cara y la Bombra de los principios cacIu00s, Os atreveis á decir que el poder
constituyente no existe, que necesitais textos, Ru~go á la cámara que escucbe
por un momento el análisis rápido de las leyes que justifican la existencia de
este pocIm', No hablaI'é de la ley de 1791; mejor que yo sabeis que la asam'
blea constituyente habia recibido mandato especial, como su nombl'e lo in-
dica, y que no necesitó someter la declaracion de derechos {¡ la apl'obacioIl
dei pueblo. La Conven<:ion estaba revestida del pode¡' de haceI' una Constitu-
cion, y sin embargo, quiso que la ratificara el pueblo,


Igualmente se sometió -al asentimiento del pueblo la Conslitucion de 1795,
Y no ignorais que la del año VIII obtuvo la sancion de los sufragios popu-
lares.


El consulado de por vida fué sometido "al voto de la nacion, y cuando quiso
Bonaparle vestir la púrpura imperial, cuando quiso disponer de una regen-
cia é institui)' un regente, defirió esta ley constitutiva que le saludaba empe-
radol', y p)'evios todos los casos posibles de una regencia, á los sufragios del
pueblo,


Vemos, pues, señores, volviendo una mÍl'ada á lo pasado, que todas las
leyes constitutivas, todas sin excepcion han sido ratificadas por el pueblo, El


. orado)' continuó apoyando su aserto en otros datos, y resumiendo dice: La
necesidad no existe, y ya os he mostrado el podel' constituyente, permanen-
te, intacto, reglamentado de 1791 á 1830: os le he mostrado repelido al-
guna vez; pero inexorable en sus expiaciones, Negarle, es negar la luz: es
aten tal' á los derechos del pueblo.


Protesto, pues, contra vuestra ley, que á mis ojos no es mas que una usur-
pacion, (A plausos en la izquierda: prolongada agitacion.)


111. l/ello se empeña en establecer la dema)'cacion que existe entre el po-
der constituyente y el poder legislativo, El orador reconoce que bay actos
que no puede hacer el poder legislativo: pero que t!e puede conformarse con
que el voto del proyecto de ley sobre regencia sea un acto del poder consti-
tuyente'


M, de Larochejaquelein: Señores, es de tan alta importancia la ley que se
os propone, que cada cual ha debido examinar con mas detenimiento que
nunca, y en esta situacion nueva en que nos hallamos, no solo cuáles son sus •
deberes, sino tambien sus derecbos,


El gobierno monárquico fué derribado en 1830, (Viva oposicioD,)
El Presidente: La Francia ha conservado el gobierno moná¡'quico-consti-


tucional,




DEL L'LTUlO EOllBO~ DB ESPAÑA. j 035
¡Y. de Larochejaquelein: Diré, pues, que fu¿ derribado el gobierno mo-


nárquico que existia en 1830. La cámara electiva hizo una Carta, hizo un
rey, disminuyó el número de pares, y yo prGtesté CGDtra estos actos, aban-
donando la cámara de los pares á que pertenecia.


Se habian proclamado muchos principios: la soberanía nacional, la om-
nipotencia de la cámara electiva y por fin la necesidad por el concepto del
interés general. Vivimos bajo el imperio de principios nuevos, y estos prin-
cipios me dan derecho ~a tomar parte en los negocios de mi pais y enh'ar
en la cámara electiva para combatir, como hombre honrado, todo lo que
pueda sel' nocivo á la FI'ancia, para apoyar cuanto juzgue bueno. (Rumores
diversos.) .


¡Ahora se os viene á pedir un acto constituyente!. .. y yo que no quise
contribuir á la creacion de un reinado nuevo, ¿babia de hacer un reinado
temporal? ... No, señores, no he reciLido semejante misiono Comprendo que
se ba ya querido ver la expresion de la voluntad nacional en una insuITeccion
triunfante (¡al ór'den, al órden!), que sin embargo se hizo solamente para
el mantenimiento de la Constitucion; comprEndo que se haya querido vel'
la expr'€'sion de la voluntad nacional en el concurso de la guar'dia nacional
de Paris y ... en el silencio de las provincias (mas murmullos), en el silen-'
cio de las provincias asombl'adas de la caida de un tI'ono que victorioso has-
ta la vispel'a, parecia indel'l'ocable. (Nuevos gritos de: al 6rden.) Dejadme
concluir' mi pellsamiento. En la decJaracion de los 21-9 diputados de una
cámara ... (crecen la confusion y el vocerío) donde el voto doble había in-
troducido mas de 175 miembros.


El-ministro de Negocios extranjeros. No es posible tolerar un lenguaje S6~
mejante.


JI. de Larochejaquelein: No puede ser tal vuestro pensamiento, señores,
se opone al buen sentido: no es la verdad.


Además que nó quelTiais consagrar el principio de insurreccioD: no decís
qne es resultado de ella la monarquía actual, sino que lhme por ol'Ígen la
voluntad nacionaL (¡Al ól'den! ¡aI6rden!)


Llamado al órden el orador por el señor presidente, dice que se le in-
teIT,umpe por palabras mal comprendidas. Yo creo que la l'evolucion de ju-
lio no solo consiste en el voto de los 219 diputados, sino en una insurrec-
cion victoriosa. (Confusion, voces.) A la voluntad nacional señores, (y no-
tese la diferencia que Day entre los principios de M. Ledru Rollin y los mios:
él apela al pueLlo y yo á la nacion.) (Risas y murmullos.) A la voluntad
nacional, pues, es á quien habria que dirigirse: pero entonces no sois vos-
otros quienes puerlen hacer una ley constituyente; 200,000 electores no son
la nacion.


Si pidierais á la Francia poderes que no teueís, reuniriais una fuerza que
os falta y al menos seria una verdad la representacion nacional, y yo me da-




1036 HISTORIA. DEL REINADO
ría el parabien pOl'que estaria seguro de la casi unanimidad de las poblacio-
nes que representa, ¡No os admire oirme invocar aquÍ el pl'incipio procla-
mado por vosotl'OS mismos! Las juntas de España y las cortes de Cádiz ha-
bian proclamado el principio de soberanía nacional durante la cautividad de
su rey: todos los partidos se habían unido bajo la bandera de este príncipe
para defender su territorio: á ella debi6 su buen éxito la guerra de la Inde-
pendencia; á ella el rey su corona, Unicamente así en los paises verdadera-
mente monál'quicos es como se puede comprendel' el ejercicio de la sobera-
nía nacional. (¡Bien! ¡bien!)


Pero en lo que hoy se os p¡'opone hacer DO reconozco principio alguno.
No eslais en la soberanía nacional, pues en esta circunstancia extraordi-


naria, no ha sido llamada la nacion á el~giI;os,(Se remueve el tumulto,)
No estais en la soberanía de la asamblea electiva, pues lo!! otl'OS dos po-


deres legislativos están asociados á este acto constituyente,
Vuestra ley no es monál'quica porque haceis una ley hereditaria." se os


presenta una ley constituyente dejando al porvenir el cuidado de completar
la 6 destruirla,


Se hace un regente inamovible é inviolable, y una ley de regencia irre-
vocable. (A pl'obacion en I(Is extremos,)


¿A.nte el príncipe de la regencia hereditaria 01 vidais que en todas las cla-
ses de gobierno el regente fué siempre objeto~de una eleccion especial? ¿Ol-
vidais que el príncipe mas cercano al trono puede ser el mas indigno ó el
mas inepto?


En las cl'isis extraordinarias, ante lodo hay que atender á los principios.
Si no lo naceis, establecei:3 de nuevo que la Francia puede verse entregada
á los caprichos de las mayorías parlamentarias, disponiendo con 6 sin la co-
rona de la suerte de la nacion y de todas sus instituciones: otro principio
revolucionario que quedará consagrado por los tI'es poderes,


La historia nos dice lo que son las regencias, pero no nos presenta una
situacion igual á la nuestra, ¿Qué porvenir nos espera con tal presente? Se-
ñores, lo que mas me intimida es el debilitamiento del espíritu monárquiC()
en Francia, Es el des6rden moral suscitado por las r! validades ambiciosas
de algunos hombres. Lo que me asusta son los resulLados pi'oducidos en el ..
espíri tu genel'al de la nacíon por el sistema de astucia 6 violancia que para
cambiar sin cesal' de recu!'sos, no es nunca el mismo, (Agítacion, t'Umol'es,)
Lo mismo digo de la humillacion progresiva con que se nos al'l'astra á la
faz del extranjero. La imposibilidad en que nos vemos de contraer alianza
alguna, y me pregunto, ¿qué será de la Francia con una regencia estableci-
da bajo tales condiciones?


Tal es el resultado de las leyes fundamentales del reino á una supuesta
necesidad nacional, sobre cuya realidad no se consulta á la nacion, (Gritos
fuertes de: al órden,)




Bit ULTDlO BORBON DI ISPAÑA.. 1037
Señores (continúa el orador en medio del tumulto), creed mas en el po-


der de los principios que en el porler de las voluntades humanas. El día en
que se proclame la union de entrambas fuerzas, la Francia no tendrá nada
que lemer.


M. Lal'ochejaquelein continúa hablando en este sentido, interrumpido por
fogosas voces y la mas estrepitosa confusion: por último concluye con estas
palabras: Protesto en nombre de los derechos de todos contra la ley que se


. os hlpresentado. '
Reina en la cámara la mayor agilacion.
M. de Labounlonaye: Se quiere ahogar la libertad á la tribuna.
M. de Larochejacquelein: Queria hablar de la ley en nombre del derecho


monárquico, me habeis quitado la palabra en nombl'e del del'echo revolu-
cionario.


M. Schntzemberger, despues de restablecido el ól'den, habla en pro de la
totalidad del proyecto. (Casi todos los diputados abandonan sus asientos y
no cesa un punto el ruido.) Aunq1le conforme con la totalidad, critica algu-
nos pormenores. Se queja de que es incompleto, insuficiente, que no se ocu-
pa de la posicion financiera del regente.


M. de Lamartine: Señores, vengo á circunscribir la cuestitD; se ha ex-
traviado' me parece, en la esfera del poder constituyente. Vengo á rebajar-
la á la esfera del hecho eminentemente actual, eminentemente práctico, Al
principio babia resuelto el traer silenciosamente un voto de mas á la poten-
cia de la unanimidad que es necesaria á una ley fundamental. Pero despues
de haber meditado el espíritu y extensiondel pl'oyecto: he comprendido que
el raciocinio no podia debilitar la autoridad de la raza, y que una unanimi-
dad de circunstancias nunca constituia, una verdad. (¡Muy bien! ¡muy
bien!)


No ocultaré á.la cámara que no trai go aquí esa firmeza, esa plenitud de
conviccion que pudo animarme en otras circunstancias; reconozco que la
cuesLion es grave, espinosa: y que tal es quizás la fatalidad de las cÍl'cuns-
tancias, que no nos 6S fácil mas que la eleccion de las dificultades y de las
faltas. (Murmullos en el centro.) No debe la cámara dudar ni del sentido de
mis palabras, ni de la lealtad de mi,; intenciones. Sí, si algo puede añadir
un luto de corazon, al luto sincero que Hevamos todos con esa familia real
herirla en su rama principal, es precisamente esa indecision de inteligencia,
esa inquietud de los ánimos, es esa necesidad en que estamos de convenir
en que no hallamos l'emedio donde se le ha bus;~ado.


Hay tres puntos sobre los cuales presentaré observaciones á la cámara;
hablaré del acto inmediato, de la designacion nominal, por mas que digan
que estamos obligados á hacer á fin de subvenir á las necesidades que sur-
girian si la Providencia no proloDgase la vida del rey bastante tiempo para
sacar al pais ,de tantos peligros. Hablaré de la investidura permanente en


TOMO n. 1S1




1038 mSTORIA. DEL REINADO
favor del príncipe mas cercano al trono y de la exclusion eterna del derecho
de las madres.


En cuanto á la designacion actual, sí, lo reconozco, la apreciacion feliz
cívica de las circunstancias, el estado en que se encuentra la Francia,
la Europa, la misma dinastía, todo esto exige del ministedo, del gobierno,
del pais, una grande reserva. El regente debe ser el fundador continuo de
la dinastía. Lo reconozco, el pl'Íllcipe ha de estar á la cabeza del ejército;
en las circunstancias en que nos hallamos, hemos menester de una dinastía
armada, de una dinastía á caballo; la transicion deuno á otro l'einad~ de-
bel'á bacerse en cierto modo debajo de la espada, la transicíon ha de tener
lugar bajo una bóveda de bayonetas. Si no se bubiese tratado mas que de
sancionar esta verdad general, hubiera ya traido un voto silencioso pero le-
gal; hubieril hecho justicia al espíritu que ha excitado el proyecto de ley y
á la generosidad de la cámara.


Pero si hay en el proyecto de ley otra cosa mas que una designacÍan ac-
tual y nominal, hay todavía el principio de herencia colateral, sl'gtln la
oportuna expresion del honorable M. Ledl'U Rolliu; ha y además la exclu-
sion perpetua del derecho de matemidad, derecho que ninguna legislacion,
en pais algulJo se ha tratado todavía tan desdeñosamente como os lo pro-
ponen hoy, (¡Muy bien! jAdhesionl)


M. Passy: jPido la palabra!
l~I, al/izo!: i Pido la palabra!
M. de Lamartine: En cuanto al principio de la investidura perpetua en


primer gt'ado en la carta, y que no ha beis hecho mas que escribirlo en se-
gundo grado en vuestra ley; pero si SeJlejailte lógica llegase á prevalecer,
si Ja llevaseis hasta el cabo, ¿dónde os conduciáa? Puesto que la eleccion os
espanta á este punto, puesto que no I'epl'esenta á vuestros ojos mas que tur-
bacion y desól'llen, ipor qué la suprimís enteramente en. todas partes? Si
obrais con consecuencia, ireis hasta deshacer vuestra resolucíon toda entera,
(¡Muy bien! ¡muy bien!)


Decís que pOI' analogía con el derecho heredital'Ío escrito en la Carta ha-
beis escrito la investidura permanente en el pI'oyecto de ley. ITe querido ma-
nifestaros mi parecer sobre los moti vos que os han hecho escl'ibü' semejan-
té disposicion: en ningun monumento hist6l'jco he encontrado rastros de
semejante analogía entre el derecho he:'edital'io y esa dictadura temporal de
la pl'erogativa real. (iMuy bien! ¡muy bien!) "


En ninguD monumento, en ninguna inslitucion emanada del espíritu mas
animado de monarquía absoluta, he encontrado analogía alguna entre •
pl'incipio hereditario y el que quereis facultar á un regente, personaje ex-
clusivamente de circunstancias 6 temporal ó del momento. (¡Muy bien!) Los
publicistas antiguos os Jo dirán, Bossuel os lo enseña igualmente, el rer
reina de derecho di vino; el regente tiene su título del derecho. y de la elec-




DEL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA, 1039
cion de su nacíon, Iré ds lejos: al rey po se le pide mas que su derecho;
en cuanto al regente hay una cualidad suprema, dominante, que ]a nacion
debe exigir, y es la aptitud, es la capacidad moral, intelectual. (Aplausos,)


El rey era de derecho divino: al regente se pudiera decir, sois de ayer,
vuestros poderes os los hemos dado; os hemos dado un encargo temporal;
ejerceis un podet' que no es superior á toda discusion; pues está subordina-
do á la eleccioll,' y á condiciones de capacidad,


Examina en seguida el orador las objeciones que se pueden oponer á sus
doctrinas, Las regencias, dicen comunmente, son épocas borrascosas, exi-
gen manos firmes para que puedan resistir á los ataques, y las manos de una
mujer no tienen esa fuerza indispensable, La re~encia en manos de una mu-
jer es una minoría sustituida á otra minoría, y no podrá resistil' á esa poten-
cia de la prensa que nada respeta de cuanto puede atacar, Reconozco esas
g,'aves dificultade~ y dije al pl'incipío que la presencia de un príncipe ar-
mado delante de las turbulencias que pueden amenazar á la soberanía pue-
den parecer indispensables, A.un voy mas lejos y presp.nto una observacion
que toda vía no ha sido pl'eséntada; quiero hablar de esas gl'aves discusio-
nes que la I'egencia de una madre puede suscitar en el mismo palacio en el
lieno de la familia real.


A.sí es que, lo reconozco, hay sin duda peligro para la monarquía y so-
bre todo para una monarquía militar como la FI'ancia, en que no tenga un
jefe armado en gene:'alísimo en el re,~ente; pues no hay prestigio para un
ejército, para 500 mil hombres, si no existe la confianza. Pero figuraos tam-
bien que nunca ha habido bandeI'a alguna mas poderosa para un poder ar-
mado que una mujer y nn niño. (Movimiento.) ¿Habl'é menester, por ventu-
ra, citaros algunos ejemplos? esa princesa que hace reconoce¡' á su hija á too
do un pueblo; esa reina, cuyo nomb¡'e está en todos los ánimos, María Te-
resa, á cuyas palabras responde un pueblo entero por este grito magnánimo:
«jMuramos por nuestro rey, ~Ial'Ía Teresa!»


Si, lo repito, p3lfl'án suscita¡'se disensiones, riyalidades, esas disensiones
saldrán del palacio, se pI'opagarán por la prensa en el parlamento, en el
pais, no niego ninguno de esos inconvenientes; pero ¿qué haceis con la ley
actual? Dais el poder político, la pl'el'ogativa real all'egente, y por otra par-
te dais á la madl'e la custodia, la tutela y la educacion del rey, j Pues bien I
II.bl'id la historia y vereis como puede nacer una verdadera empeñada lucha,
en la cual estas dos influencias contrarias se disputarán la educacion, el co-
razon, las pasiones mismas del j6ven monarca. Sucederá lo que ha revelado
iaint-Simon en un estilo digno de Tácito con motivo de la regencia del dw-
que de OrJeans,


El'a el momento en que el mal'iscal de Va Ilel'oi , ayo del jóven rey, aca-
baba de ser destem'ado, porque infundia sospechas al re~ente, á aquel prín-
oipe que si era capaz de cometer faltas y errores, era incapaz dQ cometer un


,




10iO HISmRIA DEL R'EI:'/ADO
crÍmen. El nii10 resistió por la fue~za misma de su debilidad: resistió por
sU'31ágl'imas, y juró que se dejaria mol'Ír de hambre si no le devolvian su
ayo, y fué preciso devolvérselo: y cuando se lo hubieron devuelto, se arro-
jó en sus brazos. Supongamos, señores, que en lugar de ese anciano, hubie-
se sí do una mujer, una madre ambiciosa, y que hubiese llevado á su hijo á
la presencia de un ejército pidiendo proteccion y venganza... llubié¡'ase
trastornado el reino. (Rumores en el centro. Agitacion.)


Todavía se presenta otra dificultad, la de confiar la regencia á una mujer
extranjera; pero pregunto á los que hacen esta objecion, si en todos los es~
tados de Europa los príncipes de la familia real no toman por la mayol' parte
esposas extranjeras. No hay en eso peligro.


Ya recOl'dareis la alusion ofensiva, injuriosa, presentada en semejante
circunstancia por la asamblea constituyente; pero no puede tenerse hoy una
alusion de esa especie. Se han violO m[!jere~ hacer lraicioD á sus esposos; se
haD visto hijas vendel' á sus padres; pero no cita la historia mas que un he-
cho de UDa madre que haya vendido á su hijo y traficado con su reino. Se
habla de la religion de la regente, y se dice que las influencias religiosas
sedan quizás un pretexto á cuya sombra se suelen minal' las monarquías.
(Rumores.)


M. A. Gasparin: Pido la palabra.
M. de Lamartine: Pregunto á los que hacen de este hecho un obstáculo


para la regencia de las mujeres: ¿Qué es lo que entendeis por influencia re·
ligiosa en un Estauo? ¿Pensais que se haga de este mÓvil sagrado un instru-
mento de gobierno? Si lo entendeis así, confieso que no hay nada de comun
en mi pensamiento con semejante lenguaje. (¡Muy bien!)


¿Pero entendeis que la mas preciosa conquista que ha hecho el espíl'itu
humano desde hace cincuenta años es precisamente la independencia, la ple-
nitud completa de este sentimiento que debe vibrar sin obstáculo en la inte-
ligencia? Si así lo entendeis, diré que esta diferencia de l'eligion es la con-
dicion mas dichosa para la dignidad y el podedo del sentimiento religioso,
tal como ha de comprenderse. (¡Muy bien! ¡fiUy bien!)


Señores, estos aplausos me prueban que á vuestros ojos he atinado en el
sentimiento público; la religion debe ejercel' su influencia sobre el Estado en
su independencia completa. Colocar esta independencia en la cumbre, es ha-
ceda mas evidente. Y para citar un ejemplo, preguntad á ]a Délgica emi ...
nentemente católica si tiene por que quejarse de tener un príncipe cuya reli-
gion difiere de la mayoría de sus súbditos, y si con una voz unánime no se
alaba de esa influencia religiosa que ha menester el ser independiente para
no ser sospechosa.


Quédame ]a última objecion. Es la de la licencia de la prensa; sé que
hay en la mujer á la vista de la libertad de la prensa algo que debe hacer-
me respetar mas, porque hay en ella una virtud mas; pero tambien hay una




DEL ULTUIO Bf;BBON DB ESPAÑA. 10H
conciencia pública en el espíritu de un pais libre, algo que domina, que re-
siste á la perniciosa influencia de la prensa. Desde el momento que se sabe
hay un oficio infame, cuyo fin es alterar toda probidad, toda majestad, de-
gradar toda superioridad en el mundo; en cuanto se ha dado á conocer esta
verdad en los ánimos; si la imprenta ataca á las mujeres, si las persigue en
el hogar doméstico, la prensa se hace mas odiosa, mas despreciada, pero
tambien se hace menos peligrosa. (Murmullo en el centro.)


Yo mismo lo he dicho: no pretendo atenual' graves dificultades, no pre-
tendo refutar lo que es refutable, solo presento con lealtad por otro lado las
ventajas, y por otro los inconveniente~. Quédanme por someter á la cámara
dos razones que ine parecen determinantes: la primera si bien no es política
se aproxima un tanto. La naturaleza es la que hace que la mujel' no tenga
otro interés posible; que tenga, sí, una conformidad completa de vida) de
poder y de destino para con su hijo: esto hace, no lo dudeis, que la perso-
na, la vida, la seguridad dell'ey menor, en ningunas otras manos podrán
estar mejol' colocadas que en las de su madre.


Dícese que no nos hallamos ya en los tiempos en que la ley constitucio-
nal, lf! prevision pública tenia n necesidad de armarse contra los criminales.
que felizmente hansa hecho ya imposibles, considel'ado el estado de nuestras
costumbres y de nuestras leyes. Estos sangrientos cl'Ímenes, esos crímenes
infames, felizmente han dejado ya la alta esfera que mancharon: sí, el crí-
men ha descendido ya á las regiones inferiores abyectas de la sociedad.
Pero la ambicion, pero el sentimiento que hace que deseemos involuntaria-
menle una situacíon de que nos hallamos muy cerca, ¿subsiste aun? Los crÍ-
menes si bien no tendrán la misma naturaleza, tendrán el mismo objeto: no
se envenenará la copa, no se aguzará el puñal, pero se corrompérá el espí-
ritu público, se alterará la forma y la esencia de los cuerpos políticos. Con-
siderad un regente de 25 años y un rey menOr de 5, ¿qué acontecerá, du-
rante estos 1'( años de regencia?


Cuando mas dotado se halle el regente de cualidades elevadas, superio-
res, tanto mas sentirá la necesidad de esperarlas. Si sobrevienen guerras,
crisis peligrosas, el regente e-xtenderá las fronteras del imperio, y aumentará
las atribucioneg políticas de los ciudadanos. El ejército, el pueblo será suyo.


Jl. de Mornay: ¿Y las cámal'as?
M. de Lamarline: No olvideis que una de las prerogativas del regente


será disolver los consejos políticos. Digo que por espacio de largos años,
seducirá á la nacion, al ejército, al parlamento mismo... (Murmullos.) Me
asombran esos murmullos, porque ábrase la historia y se verá que de
veinte y ocho regencias, ha habido veinte y tres usurpaciones. (Sensacion.)


¿Y cómo le han usurpado? Por asesinatos, por destierros, por ostracismos
cuya pintura me avergonzaria de haceros aquí. (Nuevo movimiento.) Dé
aquí lo que la historia os responde por mi boca.




104.~ , HISTORIA DEL REINADO
M. Vatout: No es la historia de Francia.
M. de Lamartine: Es la historia de Europa. Es un campo mas lalo, por


consiguiente mas veddico que la historia de Francia.
1l/. Vatout: Mas lato sí, pero no mas vel'Ídico.
M. de Lamartine: R2spondo á M. Vatout que me dice que no es la his-


toria de Fruncia; le respondo que es la historia del mundo.
Lo repito, y M. Vatout debería saberlo mejor que yo: no es la historia


de Francia; pero es la historia del mundo, la historia del eorazon hu-
mano ...


En la izquierda: ¡Muy bien!
M. de Lamartine: Es la historia del corazon humano que ha sido tan co-


nocida y de tal manera presentida por vuestros legisladores civiles, que es-
tos legisladores, mas cuerdos, mas prudentes que vosoh'os, pretendidos le-
gislador'os polítICOS (violento~ murmullos), han reconocido ...


Os pido perdon, señores; no es mi ánimo dar á esta palabra pretendtdo$
legisladores el sentido que le daba há poco un digno preopinante, M. de La--
rochejacquelein. Creo en la Constitucion, y me honro con verme aquí entre
sus ó¡·ganos. (¡Muy bien! ¡muy bienl)


Hablo, señores, por alusion al sentido que le daba há poco M. de Lal'o-
chejacquelein. (Albol·ozo.)


Digo que para un legislador prudente bay un peligro que no puede siem-
pre evitar, que no debe nunca al'rostr'ar sino cuando circunstancias excep-
cionales no lo exijan; digo que en el 6rden general de la prevision y de la


. sabidul'Ía humana, no debe condenar, como lo haceis en vuestra ley, al país
al menos, á la reina y á su naIu ral protectora. Me apresuro á salir de estas
consideraciones puramente históricas, y por consiguiente secundarias, para
decir de una vez la razon dominante que desde luego ha inclinado mi ánimo
á la regencia de las mujeres. No, la ley que baceis no es ni conservadora,
ni dinástica, di~a lo que quic¡'a el apreciable relator; se la llama conserva-
dora, y está preñada de revoluciones; se la llama dinástica, y está preñada
de usurpaciones. Echa á la madre :de la cuna y coloca junlo á eHa al com-
petidor y al rival. (Sensacion.)


No, no es solo una ley imprudente y odiosa, contra naturaleza. Es mas;
es una ley de timidez 'política. (VaI'Íos movimientos.) Sí, de timidez política
}' de desconfianztl en nuestras propias fuenas. (Mu y bien en la izquierda.)


Me explico. Sí; en las grandes y nuevas situaciones en que el pais se en-
cuentra colocado de cincuenta años á esta parte, en la fundacion mi¡¡ma del
gobierno represenlativo que en proporciones iguales debe conciliar las in-
fluencias de la prerogativa. sagrada de la monarquía, y el franco y libre
ejercicio de la libertad nacional, cuando se presenta una ocasion fatal que
habríamos rechazado con toda la fuerza de nuestros sentimientos, pero aJ
cabo mas fuerte que nosotros como dada por un destino cruel; cuando se




Dlt ULTIMO IsORBON DI ESr AÑA. 1043
presenta ocasion de tomar momentáneo el ejercicio regular, pacifico, nor-
mal, padamentario de este gran poder nacional, digo que hay vergüenza
para nosotros en no tomade. (¡Muy bien! ¡muy bien!) Digo que desertamos
de la mision grave, audaciosa algunas veces, que hemos recÍllit!b de nues-
tra época, de nuestro tiempo y de todas las revolucioncs cuyo espíritu pru-
dente y moderado, pero progresivo, representamos en este recinto. (Muy
bien.) ¿Deberemos detenernos en el camino? No, (Muy bien!)


Yo no soy, ya lo sabeis, pal'tidal'Ío de las revoluciones. Las detesto, y
combatil'é con vosotros y con toda la energía de mis sentimientos de repl'o-
bacion contra aquellos que las fomentan. Sí, las revoluciones violentas, las
revoluciones á viva fuerza! Pero cuanllo se presentan á una nacion revolu-
ciones regulares, es decir, de transformacion natural y graduada del poder;
cuando solo se trata de abril' las manos para ellas y de admitir el ejercicio,
el aprendizaje, esta es la paIab¡'a propia, .el aprendizaje del gran poder que
el destino os da cn este momento, dig~ por mi parte que es una ley ti mida
la que no acepta valerosamente á su país, aun cuando no fuera mas que
para sabe¡' si era digflO de ella! (Muy bienl)


He combatido con vosotros, con los apreciables indi viduos del medio de
esta cámara las usurpaciones parlamentarias, y doy gracias á mis dignos
amigos por haber tenido á Lien abrirme entonces sus filas para que comba-
tiese con ellos; si otras usurpaciones Ae presentasen, les pedida otra vez que
me recibiesen en ellas, Pel'o, cuando pOI' un acontecimiento fatal y superior
á nosotl'oS, el poder parlamentario es llamado á la here ___ , ' rClClO, á
la posesion de uno de estos derechos que la nacion no puede encomendar á
nadie sin despojarse; cuando se presenta el caso de una sucesion fatal, pero
imperiosa, digo que hay vergüenza í debilidad en abdicar la nueva y sobe-
rana mision que fatalmente impone. Digo que refugiarse tímidamente y á
toda priesa en semejante caso en brazos del solo poder diná~tico, es declarar
{¡ la fa~ de la Francia y del mundo que no se cree al pais capaz y digno de
gobel'l1arse á sí mismo, (Bravos en la izquierda).


Ahora bien, la regencia de una mujer es el poder del país, es el go-
bierno en el parlamento, es la dictadura de la nacion en su lugar, (Aproba-
cion en los extrcmos,-Deteneos! Descansad.)


¡l!. de Lamartine: No, tengo priesa de acabar por vosotros y por mí.
Desde el primer dia en que esta cuestion se ha dilucidado en los 6rganos


de la opinion pública; fuera de esta cámara me he admirado de ver á hom-
bl'tls eminentes y dinásticos en una crisis_tan decisiva, en una crisis, no lo
disimulemos, que precisamente por lo que tiene de imprevista no volveI'á á
presentarse en siglos, desertar, abandonar las filas de esta oposicion, no
mas liberal, Lodos ~omos defensores de la libertad, pero que se titula á sí
misma apoyo de las ideas mas progresivas, mas parlamentarias, que tiene
la pretension de defender especialmente en el pais, abandonar, digo, sus 6-




1044 HISTORIA DEL REINADO
las para consagrarse exclusi vamente al interés dinástico.


Yo sé, y el apreciable M.· Ledru-RoBin me lo ha recordado DO há mucho,
citando la discusion de 1788 en Inglaterra; que esle mismo fenómeno se ha
presentado otra vez en un país constitucional. (Sensacion.).


Sí; en Inglaterra, señores, y parad en ello la atencion, porque es una
coincidencia que debe tener dU enseñanza para nosotros; en 1788, cuando
la primera demencia del rey de Inglaterra, se manifestó en el parlamento la
misma renuncia de la oposicion á su papel natural. Vióse á M. Fox, jefe de
la oposicion liberal de los ingleses, á cuya cabeza se encontraban con él
MM. Fox, Sheridan y Burke, vióse, digo, á los representantes de la jóveu
libertad inglesa de 1640 Y 1688 combatir por la regencia otorgada de dere-
cho al mayol' de los hijos del rey demente, invocar los misterios del derecho
di vino para ocultar en ellos el orígen del poder; á aquellos representantes
que en todas las demás circunstancias no habian tenido bastan les rayos en
sus palabras, bastante poder en su lógica nacional, baslantes invectivas é
ironía en su elocuencia para lronar contra estos dogmas añejos y establecer
los del poder popular sobre las pretensiones del nacimiento y de la herencia.
¿ y qué se vió no menos sOl'pl'endente, no menos extraño, al lado de estos
hombres transformados de este modo?


Vióse á lo~ defensores naturales, ordinarios, oficiale!! de la prerogativa
de la corona y del principio hereditario absoluto en la familia dinástica,
adoptal' el papel de sus adversarios acostumbrados, rechazar el derecho de
la I'egencia hel'editaria, atribuir su posesion absoluta al podel' parlamentario
y soslt'ner poI' la voz del mas monárquico, del mas ab!!oluto de todos los
ministros, el menos revolucionario de los hombres de estado, ~1. Pitt, ese
dogma atrevido que haria venir abajo la bóveda con nuestl'Os mUl'mullos, si
álguien se atl'eviel'a á enunciarlo en vuestra presencia despues que tantas
revoluciones han elegido tantas veces la soberanía: qUé el parlamento in-
glés en caso de ausencia, de locura, de desfallecimiento de la prerogatha
en manos de la corona, tenia en virtud de la Constitucion el derecho de ele-
gir por regente de la Inglalcna, no solo á uno de los príncipes de la casa
real, sino á cualquiera ciudadano del reino.


¿No os parece á primera vista inexplicable este cambio de papeles entre
los hombres de la oposicion? Pues se explica sin embargo; y como todas las
vel'satilidades de l"s hombres de estado) se explica por la historia de las pa-
siones personales y las ambiciones intel'esadas, pido aquí un momento de
atcllcion para explicaros este enigma histÓl·ico.


El pdneipe de Gales, llamado poI' su clase, por ese derecho hereditario
que quereis crear; el príncipe de Gales, llamado á la regencia, era un prín-
cipe en la oposicion) rodeado de una corte en espectativa, por decirlo así,
de los grandes oradores de la oposicion, del partido wigh, enemigo de los
ministros y del gobierno de su padre á quien no veía siquiera.




DIL ÚLTUIO BORBON DE ESPAÑA.. 104.5
M. Pitt sabia ya el sentimiento que le profesaba el pl'ÍDcipe de Gales, y


queriendo ponerse en guardia contra el reinado del príncipe, quiso domi-
narle por el parlamento ó excluirle de él, quiso que se dijese en su tlLulo
que tenia solo su nombramiento de sus manos. M. Fox, por el contrario, te-
nia pOI' intermedios entre el príncipe de Gales y él á M. Sheridan y á M.
Burke. Entre el ilustre jefe de la oposicion y el príncipe de Gales habia una
negociacion oculta, y el ministerio era la prenda de !lU reconciliacion y de
BU influencia. lié aquí como la historia ba señalado y acusado esta defeccion
de la cabeza de la oposicion inglesa; pero la oposicion, austera y severa, no
siguió á M. Fox y á sus amigos en esta renuncia de sus doctrinas. Se
mantuvo firme, pura, y la Constitucion se salvó.


Dé aquí, señores, la llave de este enigma. Nada semejante ocurre en la
situacion en que nos encontramos. (Risas.) Son 01ros sentimientos mas no-
bles, mas patrióticos, les que arrastrarian hoy fuera de su opinion natural á
los prillcip::des fundadores de la dinastía. El interés de esta es lo único que
los pl·eocupa. Lo sé, y honro en ellos este sentimiento natural á aquellos que
quieran afirma:' , consolidar, al'l'aigal' á toda costa la obra qúe han creado.
No confirmo esto, sino lo explico. (Sensacion.)


Su santo y seña en los periódicos y aquí es fuerza á la dinastía. Pues
bien, tambien quiero yo fuerza para la dinastía, para Jársela á mi pais.
(Movimientos diversos.)


Solo que C¡'eemos que la fuerza no está donde la buscan siempre, en la
esfera de lo pasado, en la esfera del prestigio, en la esfera de las ficciones;
buscad la con nosotros en la esfera de las realidades nacionales.


No; la fuerza no está ya en el pl'estigio, sido en la razon, en la utilidad
nacional de los poderes. (.M u y bien en los extremos.)


POI' Dios, señores, que yo no niego la necesidad de dar esta fuerza á la
dinastía. Pero afirmo que á mis ojos hay mas en una regencia de mujer COil
su hijo, entregándose á los poderes parlamentarios naciona!es con confianza,
y no excitando celos ni sospechas, mas bien que en la regencia de un prín-:-
cipe jóven, activo y militar; pJrque sé cuán celosos son los poderes popu-
lares, y cuán funestos los conflictos á los dinastías.


Sí; la fuerza no está en el regente, en su cspada, en su sangre, en su
clase, sino en vosotros; no está su fuerza sino en' donde la nacion la tiene.
(¡Muy bien! muy bien!)


No, la verdadera fuerza del gobierno no está en estas leyes excesivas con
que dotais á la prerogativa dinástica como para abrumarla bajo el peso de
las atrihuciones de lo~ sacrificios que le habeis hecho: (Murmullos en el cen-
tl'O:) e~tú Dll otra parte. Sé, io repito, que es una buena suerte, una condi-
cion de estahilidad para un pais tener UDa dinastía contemporánea de su re-


. volucion, su l'twolucion y su dinastía de la misma fecha, nacidas á la pa!",
dCí1lioaua8 ¡j moril' juntas (Sensacion), y pór esto, por esta razon cívica, es


TOMO 11. U2




10.16 HISTORIA nu REINADO
dar la que ma he adherido, me adhiero :í ella; pero si quiero asociar la na-
cion y la dina$tía como vosotros, no quiero subordinar la una á la otra. Nos-
otros DO queremos deslizarnos, por nuestra parte, del gobierno nacional al go-
bierno exclusivamente dinástico. Hé aquÍ los principios de todos.


Pues bien! aquí hay hombres eminentes, patriotas fieles, que alguna vez
lo 01 viJan arrastrados de su mismo patriotismo y que nos llevan demasiado
lejos. En el régimen de la fuerza dinástica hace diez años que veis nacer
este sistema, yen todas las crisis le habeis visto reproducirse. Si, siempre
ha beis visto el mismo sistema: cuando los fundadores principales de la re ~
volucion de julio estaban reunidos en el poder, ha beis tenido las leyes de
setiembre; cuando han estado separados, tuvisteis las fortificaciones de Pa-
ris; cuando por último se reunen otra vez por un nuevo y grande interés,
abandonais, abdicais para siempre la autoridad nacional, las leyes mas emi·
nentemente constitutivas que hubo jamás al Cfear esa dictadura presente, di·
recta que qoel'eis al'l'eglar anticipadamente para casos ignorados y colocarla
en cabezas que tal vez serán las mas indi~nas del reino! (Basta! e3 dema-
siado! Muy bien!)


Pues bien: nosotros somos aquelIos á quienes se acusa alguna vez de estas
tendencias, á nosotros que en todas las ocasiones decimos: Cámara de los
pares hereditaria, leyes de setiembre, fortificaciones de regencia! ¡Oh! el
tiempo cunde lentamEnte, pero él nos fortificará.


Si, hé aquí lo que se está renovando de siete años á esta parte. ¿Y qué
haceis exagerando así las concesiones al principio dinástico que solo puede
ser fuerte con nuestra fuerza? Haceis decir á los enemigos del gobierno á
quien comprometisteis, que el ~obierno, que los amigos de la dinastía se lo
sacrifican todo, que se aprovechan de la emocion de la crisis, del dolor mis·
mo de este generoso pais, para despejar, para sorprender á este pueblo;
(Vivas reclamaciones en el centro. En la izquierda: sÍ, sí, es verdad.)


Digo que dais así pl'etexlos á los malévolos, que haceis decir que os agar-
rais á las emociones, á los temores, á las aflicciones mismas del país para
despojarle sucesivamente de los derechos, de las facultades, de las atJ'ibu-
ciones que le han conquistado y legado cincuenta años de revoluciones, de
marchas, de progreso hácia la libertad! (Muy bien! muy bien!)


Sí, que hay una fatal, una ciega tendeneia á usurpar, á cobrar siempre
mayor fuerza, hasta que la nacíon se pregunte: pero ¿ha babido revolucio-
ciones? (Violentos murmullos. Interrupcion en el centro. Muy bien, en la
izquierda. )


9s señalo estas quejas, estas acusaciones; temeria que obligasteis así al
país tan sensible, tan impregnable á volverse receloso y á desconfiar de stm
mas nobles impulsos. Sí; lo temo tambien por la dinastía á quien desacredi-
tareis enajenando de ella á los amigos verdaderos de la libertad constitucio-
nal, (~furmullos e(er centro.)




I


DI:' ULTIMO IlORBON DI ESPAÑA. 1047
Pero lejos de mí la idea de acusar de esta intencion á los ministros, á la


mayoría en este recinto; pero vivamos prevenidos, no exageremos estas
fuerzas que enervan el POdfll' cuando se las prodiga mas de lo justo. A este
precio nos encontrareis dispuestos á conceder todo el apoyo necesario.


No, por nuestra parte no dejaremos alterar estos sentimientos leales, esta
fidelidad puramente nacional que profesamos al poder monárquico yal trono
que quereis asegural', como nosotros, sobre la base sólida y lata de la li-
bertad.


Demos, diré á la cámara y á mi pais, nuestras respetuosas simpatías á la
dinastía; démosle nuestro dolor, nuestras lágrimas, las de este pueblo enle-
ro que mira como pública cada p~rdida que sufre en su seno esa augusta fa-
milia! Pero no le daremos, 6 mas bien, no le daremos á sus consejeros; por
fieJes que sean y por puras que tengan su intenciones, nosotros no le 'dare-
mos ni las garantías, ni los derechos, ni las libertades de nuestro tiemp'> y
de nuestI'os hijos. (En la izquierda, Muy bien.)


y sobre todo, señol'es, pensadlo bien, no hagamos decir á la Francia, á
la Europa, á la historia que nos contempla en este grande acto constitutivo
de nuestra monarquía nueva; no les hagamos decÜ' que la dinastia liberal,
que la monarquía constitucional, que la libertad en Francia no ha podido'
vivir, establecerse, conservarse sino bajo las condiciones de regencia de las
monarquías absolutas de los tiempos mas bárbaros. (En la izquierda: Muy
bien! muy bien!


M. de Larnartine: Y que para afirmarla, para perpetuarla, para arrai-
garla en el territorio, ha sido preciso la ley que se os propone, es decir, la
abdic3cion del poder nacional sobre nosotI'os mismos y en todos 109 siglos
que seguirán la exclusion odiosa del derecho di vino de la maternidad; que
ha sido necesario, en una palabra, echar á la madre y á todas las madres,
si no de la cuna, á lo menos de las gl'lldas del trono, y borrar de nuestras
instituciones los últimos vestigbs del derecho electivo en la regencia. Voto
contra la ley que me pide semejantes sacrificios. (Nueva y vi~'a aprobacion.)


M. Guizot: Señores, al entr8r en este debate quiero ante todo separar lo
que han querido comprender en sus discursos algunos d~ los señores preo-
pinantes; quiet'o decir, esas perspectivas de partidos, esos presentimientos
¡Íniestros que han visto muchos en el momento en que nos ha herido la des-
g¡'acia. Nada semejante debe traerse aquí: sin duda ]a gravedad de la cues-
tion, las dificultades posibles del ponenir, deben preocuparnos fuel·lemente.
No permita Dios que yo diga una palabra, una sola, que pueda debili-
tar la impresion del vacío inmenso que ha dejado entre nosotros el noble
pl'Íncipe que hemos perdido. (Muy bien.) Las mejores leyes no le reempla-
zarán jamás. Pero constlrvando todo nuestro dolor podemos y debemos tener
una entera confianza.


Yo apelo, para los que lo duden, al espectáculo á que asi~timos de un




1048 mSTCRIA DEL RJiI7\!DO
mes á esta parte, Este sentimiento nadonal tan profundo, tan rápido, tan
unánime que ha aparecido con nuestra desgl'acia, ese sentimiento europeo
que ha correspondido tambien al sentimiento nacional, ese duelo por nues-
tro pdncipe real mostrado con un dolor tan verdadero por toda la Franci3,
aceptado con una emocion tan sincera por toda la Europa, es nuestra res-
puesta á las alarmas, á los temores, á las esperanzas siniestras,


Sí, la dinastía de julio ha sufrido una desgl'acia espantosa; pel'O de su des-
gracia misma ha surgido en el instante la demostracion mas eridente de su
fuerza, la consagracion mas tel'minante de su pOI'venil" (Muy bien,) Mientras
mas grave ha parecido la prueba que acaba de sufrir, mas viva y univer-
salmente se han sentido la necesidad de su presencia y la gl'andeza de su
mision, Por tolias partes ha recibido, en Francia y fuera de Francia, el bau-
tismo de las lágrimas de los reyes y de los pueblos, (Viva sensacion.)


El noble príncipe que nos ha siJó arrebatado, ha Jemostrado al mundo
al dejarnos para siempre, cuán profundos y firmes esfán ya Jos fundamen-
tos de ese trono que él pal'ecia destinado á consolidar, (Movimiento de apro-
hacíon.) Esa aprobacion que demostrais es digna tambíen de su grande al-
ma y del amor que profesaba á su patria, (Adhesion casi unánime.)


Dejo, pues, completament.e las perspectivas siniestras y las preocupacio-
Des extrañas á la cuestion misma, No, no necesitamos nosotros dal' á la di-
nastía que sostenemos fuerzas extraOl'dinarias, fuerzas prestadas, contrarias
á los intereses y á las libertades del pais. Nosotros pensarnos r creemos co-
mo vosotros, que en los intereses, en las libertades del pais, de he única-
meute afirmar y en ellas ba afirmado ya sus raices. AIli tan solo es donde
nosotros las buscamos. (Muy bien! muy bien!)


Nosotros nos sentimos pel'Íectamente libres para bliCe¡' una ley sin hacer
ninguna preocupacion extraordinaria. El porvenir no.~ pertenece; la ley que
nosotros bagamos servirá de pauta, ¿Será esa pauta s,abia y pr~denle? Hé
aquí toda la cuestiono Que la cámara obre libremente como nosotros.


Nosotros no pedimos á nadie ni concesiones, ni deferencias; nosotros in-
vitamos á la cámara á votar esta ley tan libre, tan severamente como cual-
quiera otra medida política, sin dejar pasa!' nada, sin cünceder nada á las
exigencias del illQmento; nada de e3to nec(lsitamos. (Nueva aahesion.)


¿Tenemos el derecho de hacer esta ley cuestion extraña si no se consul-
tase mas que la sola razon? Cuando sobl'eviene en la vida de un pueblo al-
guna circunstancia extravrdinaria, alguna gran cuestion imprevista, ¿por
quién debe, segun la 80la razon, ser tratada y dE:cidida? Por los poderes
mejor instruidos de los iñtereses de la sociedad y los mas eje¡'citados en go-
bernarla.


Las pl'imeras condiciones de un buen gobierno, señores, son la experien-
cia y la autoridad que da la experiencia probada. Cuando se tienen en la
mano poderes que reunen estas condiciones, prescindj¡· de ellos en el mo-




1049
menlo en que mas se les necesita para apelar á un poder extradinario l á un
podel' nuevo, eso es estar locos!


Si de los poderes pasais á l!ls negocios en sí mismos, vel'eis idéntico re-
sultado. Cuando un asunto extI'aOl'diuario se presenta, ¿cómo debe sel' tra-
tado? ¿cómo debe ser resuelto? Debe ponerse en cuanto sea posible en ar-
monía con el estado regular y permanente de la Sociedad; debe adoptarse
tan pronto y completamente como se pueda á lo que era ayer, á lo que será
mañana, El espíritu de consecuencia, el uso prudente de las transiciones, la
conservacion de este vínculo que debe unir todos los actos, todos los dias de
la vida de la sociedad, es ~ntonces una necesidad imperiosa, Solo los pode-
res permanentes, los poderes habituales de la sociedad se hallan en estado,
en disposicion de resolver los asuntos con meSUl'a, con discernimiento, te-
niéndolo todo en cuenta y adaptando sus decisiones á las necesidades di vel'·
sas y permanentes de la sociedad. (Muy bien,)


Nosotros mismos somos el ejemplo mas palpable de lo que acabo de decit'.
Se ha hablado mucho de la revolucion de 1830, ¿Por qué se hizo con tanta
prudencia? ¿POI' qué se ha consumado políticamente con tanta rapidez y con
tanta eficacia? Preci:;amente porque entró al momento en la esfera y bajo el
dominio de los poderes regulares y pel'manentes de la sociedad, (Muy bien.) ,


Suponed des pues de los tl'(;S dias una asamhlea especial, una convencion
nacional, convocada para completar políticamente la revolucion de julio,
¿Qué hubiera sido de la Francia?


No vacilo en decirlo; la manera con que la ¡·evolucioy. de julio se empezó
y completó por los poderes constitucionales ordinarios tales como podian sel'
entonces, ha salvado á la Francia y hará su gloria en el porvenir, (De todas
pal'tes: ¡Sí! ¡sí!)


y hoy ¿no tendríamos el derecho, nosoh'os poderes constitucionales esta-
blecido3 y experimentados doce años hace, no tendríamos el derecho de es-
tablecer una ley de regencia, cuando aquellos han fundado un trono en 1830?
(Movimien tos di versos.)


Señores, esto repugna á la simple raZOll) esto es contrario á las mas claras,
á las mas evidenteg pruebas de la experiencia del mundo y de la nuestra,


Háblase de principios, de la soberanía nacional, de límites marcados al
derecho y á la accion de un gobierno libre y constitucional. Si quiere de-
cirse con eso que la sociedad y el gobiel'no no son una sola, una misma cosa
que el gobierno aun siendo libre y constitucional no tiene el derecho de ha-
cel' todo lo que quiera, que puede llegar un dia, una ocasion en que la so-
ciedad tenga derecho y g¡'aves razones para separarse de su gobierno, se
dice una gran verdad que yo por mí admito plenamente, y que en nuestros
dia!!', des pues de lo que ha pasado en 1830, no hay gran mérito en repro-
ducir ni es de este momento su aplicacion,


Pero si se dice ó se oye decir que hay en el seno de la sociedad dos pode·




1050 HISTOIlIA. DIL RlnNAD~
res, el uno ordinario y el otro extraordinario, el uno constitucional y el otro
constituyente; el uno para los di as de trabajo (permitid me esta expl'esion),
y el otro para los dias de fiesta (sonrisas), en verdad, señores, que se dice
una necedad llena dt:l peligros y fatal en todos conceptos. El gobierno cons-
titucional es la soberanía nacional organizada. Fuera de él no hay mas que
la sociedad fluctuando entre el acaso y la revolucion.


Las revoluciones no se organizan; no pueden designárseles ni su lugar ni
sus procedimientos legales. En el curso regular de los sucesos de las socie-
dades, nillgun poder humano gobierna tales acontecimientos; ¡pertenecen á
un podel' mas alto: Dios solo dispone de ellos! y cuando llegan á ~slallar,
emplea para reedificar la sociedad destruida los medios mas di versos.


Yo he "isto en el curso de mi vida tres poderes constituyentes. En el
año 8, Napoleon; en 1814, Luis XVIII; en 1830, la cámara de diputados.
Hé ahí la ve¡'dad; todo eso de que se os ha hablado, los votos, los llamamien-
tos al pueblo, los registros abiertos, todo ello es una ticcion, un simulacro:
eso no es cosa seria.


¡Pues bien! esos tl'es poderes constituyentes que hemos visto, los únicos
que ha yan constituido verdaderamente alguna cosa de uUl'acion, ¿babian sido


'pI'evistos, habian sido organizados de antemano? No: han sido instrumentos
en manos de un gran maestro.


Tranquilizaos, señores: nosotros, 108 tres poderes constitucionales, nos-
otros somos los únicos órganos 1 egítimo8 y regulares de la soberanía nacio-
nal. Fuera de nosotros no hay, lo repito, sefiores, sino usurpacion ó revolu-


. cion. (Voces numerosas: Es cierto.)
He prescindido de todas las preocupacioMs de partido. lle prescindido de


todas las prelen6iones de una falsa ciencia; voy á ocuparme ahora de la ley
misma.


Se le tacha de ser incompleta. Yo responderé que ella lo ha querido así,
y que al quererlo así ha creido obrar con sabiduría. Es una vana y peligrosa
pretension querer prever y arreglar de antemano en semejante materia to-
dos los casos posibles, todas las hipótesis imaginables; créanse así dificulta-
des que nadie tiene obligacion de resolver y se resuelven mal. No se trata la
política por medio de la profecía apartándose de la necesidad y de los hechos:
bastante es tenel' la pl'Udencia necesaria cvn el peso de la responsabilidad
sobre los hombros y la antorcha de los hechos ante los ojo~. (Por todas par-
tes: ¡ Sí! 1 sí!)


¿Resuelve la ley todas las cuestiones que la necesidad actual de los nego-
cios y de las circunstancias de la sociedad nos manda resol ver' ¿La resuel V<8
de una manera conveniente á los intereses del país' Hé aquí todo lo que hay
derecho de exigirle y todo lo que ella debe hacer; yo afirmo que todo lo hace.


Dos cuestiones dominan aquí sobre todas las demás. ¿La regencia sOl'á con-
ferida de del'echo y en virtud de un principio general, ó bien por eleccion y




DEL ¡¡unJO BORBON DE ESPAÑA. 1051
00 virtud de un acto especial de los poderes constitucionales? Hé aquí la pri-
mera cuestiono


Vamos abora á la segunda: En una ú otra hip6tesis, ¿á quien será confe-
rida la regencia?


Yo propongo las dos cuestiones completamente desnudas; voy á hacerme
cal'go de ambas sucesivamente.


Es menester· que quede bien establecido que la regencia conferida no de
derecho ni en virtud de un principio genera 1, sino en cada caso de una mi-
noría y pOI' un acto especial de los tres poderes; es la regencia electi va.
Ahora bien: Dósotros creemos que la regencia electiva no está en armonía ni
con nuestro 6rden polftico, ni con nuestro órden social.


Digo que la regencia electiva no est~ de modo alguno en al'monÍa con
nuestro órden político. Señores, el mérito y la verdadera eficacia del gobier.
no constitucional consisten, como decía muy bien el honorable rel3tol' de la
comision, en la buena distribucion de los papeles y de las fuerzas entre los
poderes. El trono tiene por mision especial en este ré.;imen dar al gobierno
accion y fijeza; es poder ejecutivo y podel' perpetuo. Yo no vacilo en decir
que en el conjunto de nuestras instituciones y de nuestro estado social, el'
trono no tiene demasiada Cuerza para llenar esta doble misiono


Cuando el reyes menor, ineVItablemente es mas débil el trono, como po-
der ejecutivo y como podel' perpetuo; en realidad ó en la opinion es mas d¿-
bil que como lo prevé y lo exige el régimen constitucional. ¿Iríamos nos-
otros á debilitarlo mas, iriamos á fortificar el principio inmóvil á cosla del
principio estable, á acrecentar la fuerza de impulsion á costa de la fuerza de
accion fija? Eslo es lo que se os pide, al pediroil que hagais la regencia elec-
tiva.


Nosotros estableciendo 1a re~encia de derecho, conservamos á los diver-
sos poderes sus papeles respectivos, su situacion, su fuerza, tales como la
Carta 108 ha previsto y arreglado: nosotros conservamos la distribucion de las
fuerzas entre los diferen tes poderes del Estado, tal como lo ha establecido el
régimen constitucional, completo en todo su vigor.


Vosotros estableciendo la re~encia electiva, tened presente que cambiais
la distribucion de las fuerzas entre los poderes, y que alterais el equilibrio
constitucional; tened presente que lIerais al seno de uno de esos poderes una
nueva fuerza, y que la lJevais en el momento mk-;mo en que el podtr real
está mas debilitado.


Y no es solo esto, sino que el honorable M. de Lamarline os pedia poco há
hacerlo, diciéndoos lo que era, explicándoos como en ello encontrabais un
medio de aumental' vue8tro poder, un medio de romper el regular equilibrio
constitucional.


No supongo, y estoy persuadidi de que nadie sostendrá, que cuando la
carta ha arreglado las funeiones y fuerzas de los poderes, ha hecho mas por




1052 HISTORIA. DEL REINADO
el trono 6 por la cámara de diputados; no, yo respeto demasiado la Carta, yo
creo que los poderes eslán bien y legítimamente distribuidos; yo quiero iOS-
tenel' esa distl'ibucion, y vosotros mismos, ¿quereis romperlo en favor del po-
der electivo, del poder m6vil? .. , (Murmullos en los extI'emos.)


A la verdad me admiro de esos murmullos; creia que vosotros proclama-
bais así en alta voz esa intencion, por la cual os elogiaba poco bá M. La-
martine. (Re~lamaciones á la izquiel'da.) Nosotros no empleamos ni reticen-
cias ni hip(lcresía. Nosotros decimos las cosas come en sí son; ¡pues bien:
Nosotros creemos que el equilibrio establecido por la Carta es bueno, nosotros
queremos consel'varlo, y vosotros quereis alterarlo dUl'ante el tiempo de la
menoría en beneficio de uno de los poderes."


Nosotros no creemos bueno eso, y así decimos que la regencia elec ...
liva no conviene á nuestro órden político ni tampoco á nuestro estado
social.


Se habla mucho, señores, de la democracia moderada, y cuando se hacen
leyes para ella se olvidan con frecuencia su naturaleza y sus verdaderos in-
tereses,


Está en la naturaleza, en el interés, en el honor de una gran sociedad de-
moc!'ática, obedecer á principios generales, á del'echos fijos y previamente es-
tablecidos.


En la sociedad la democracia da una larga parte á las voluntades indivi-
duale~; en el gobiel'llo por el cJntrario, restringe en cuanto es posible su im-
perio y su accion, y un profundo instinto de su naturaleza é interés es lo que
la hace obrar así.


En las monarquías absolutas hay una voluntad individual, gl'ande, alta.
fuerte, que puede abusar mucho del poder, mucho; pero que al fin es capaz
de ejeI'cerlo.


En las sociedades aristf'lcráticas hay un cierto número de voluntades indi-
viduales, dedicadas á los negocios públicos, y que fácilmente se convienen
para dirigirlos con inteligencia y bu:m éxito; pueden abusar tambien, pero
al fin ellas son allí capaces de empuñar y ejercer el poder,


. En las grandes sociedades democráticas todtls los individuos son peque-
ños, débiles, poco estables, Hé ahí por qué la democracia en su justo instinto
les da una pequeña parte en el gobie1'llo. La democracia tiene razon, Ellos
lle7arian allí su pequeñez, su movilidad y flaqueza.


La democracia quiere principios generales, leyes fijas, inmutables, á que
pueda obedecer con segUl'idad, con dignidad. Así es como las grandes so--
cierlades democl'áticas modernas quieren y pueden ser organizadas.


iY bien! Lo que se os pide que hagaie es, que en medio de la mayor so-
cieciad democl'íÍlica moderna introduzcais en el elemento monárquico en su
repl'eseutacioll temporal, el principio e!ectivo,' es decir~ que deis á los de-
fectos y á las imperfecciones de la democracia una gran racilidad para pene-




DEL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA, 1053
Irar hasta en esta parte del gobierno que está destinada á contrabalancearlas
y combatirlas ...


¿Tengo ó no razon para decir que lo que se os pide es tan contrario á los
intereses de la democracia, como á nuestro estado social, como á nuestro 6r-
den político, como á los de la dignidad real? Se os pide que debiliteis el trono
durante la menol' edad del rey, para rebajar y comprometer la democracia
en el mismo tiempo y con la misma pruebá; ¿esto es bueno, señores?


Yo por mi parte no dudo en rechazar con la mayor confianza la regencia
electiva, como una mala instilucion, mala para nuestro gobierno, mala para
nuestra sociedad, y no vacilo en sostenel' la regencia por derecho como con-
secuencia natural de la Carta y del estado democrático de la Francia.


Ahora bien: admitida la regencia por derecho, ¿á quién deberá conferirse?
¿Qui~n será el regente?


La respuesta es muy sencilla. El mismo que seria el rey si el trono se
hallase vacante.


Una VOl á la izquierda: Eso es resol ver la cuestion por la cuestion
misma.


M. Guizot: Yo no puedo dar otra contestacion mas que esta. Aquel que
seria el rey si el trono estuviese vacante, es quien pOI' nuestras instituciones
está designado por la presuncion como el mas capaz lIe ejercer el poder real.
El es tambien al mismo tiempo el mas interesado en que este poder sea bien
ejercido, y en que permanezca intacto; porque á él es á quien naturalmente
debe pertenecel' algun dia,


Asi, pues, las grandes razones, las razones simples que dominan la polí-
tica, todas SJn uec15ivas en favor de la regencia masculina, ¿y las mujeres?
¿y las madres?


Sefiores, la cámara me permitirá que trate esta cuestion sencilla y seve-
ramente. Yo profe3o un profundo respeto á la noble princesa cuyo recuerdo
está ahora en todos nuestros cor3zones, y tiene un alma demasiado elevada
para que yo no crea rendirle el homenaje mas digno de ella, diciendo lo que
considero mas exacto y mas favorable al interés de sus hijos y al del pais,


Echemos una ojeada sobre las leyes providenciales del mundo, sobre esas
leyes que pueden llamarse de institucion divina, por lo general y constante-
mente que son adoptadas por los hombres,


Dé aquí una de ellas. Las mujeres son siempre dedicadas á la familia: su
destino es el desarrollo individ,ual en IOil efectos de la vida doméstica y las
relaciones de la vida social. El poder político naturalmente no entra en esto.
En todos los tiempos y en todos los paises, salvo un corlo ~úmero de excep-
ciones, se ha adoptado' y practicado este principio. (Voces de la izquierda:
¡Al contl'ario! La regencia de las madres ha sido siempre la regla.'


Decia solo un corto número de excepciones. Los honorables preopinantes
no deoen suponer que yo las ignore. (Risas en el centro.)


TOMO 11, 133




1054 BlSTORIA DEL REINADO
'!j Voy á deciros cuál ba sido en mi sentir la causa y ol'Ígen de esas excep-
ciones, de esas derogaciones de derecho comun.
tilEllas han dimanado precisamente del imperio de los principios y de las
ideas de familia, del respeto á los derechos y existencias de familia. De que
el trono era considel'ado como un patrimonio, y de que el principio real he-
redilario era llevado á sus últimas 'consecuencias, ha dimanado que las mu-
jeres hayan sido en algunos, aunque escasos países, llamadas porexcepcioD;
y puedo aiiadir que por casualidad, a] pode!' político y á la dignidad real.


Pero ahora que esos motivos de excepcion no existen; ahora que han ce-
sado tales causas, ahora que la dignidad real DO es un poder patrimonial
sino un poder público, ahora sigue el principio del trono hereditario, no se
lleva basta la extrema consecuencia de ser aplicable á las mujeres, ¿ iriais
vosotros por vía de excepcion, por via de eleccion á dar á las mujeres el po-
der pj)lítico, contra el derecho comun, contra el buen sentido humano, con-
tra las leyes providenciales que rigen al mundo?


Ré ahí la cuestion fijada bajo su verdadero punto de vista, y á mi enten-
der el haberla fijado así es haberla resueIto.


A esta idea general, simple, que ha sido, lo repito, la regla ~ener'al del
mundo, se le oponen consideraciones históricas, prácticas y morales. No las
refutaré yo; pero sí indicaré otras mas fuertes, á mi ver, y que hacen for-
mal' un juicio opuesto.


M. de Lamartine mismo os ha citado algunas; él ha hablado del espíritu
militar, propio para conserval' en un gran pais continental y que segUl'amente


- no admite el poder político en las mujeres. El ha hablado de nuestras insti-
tuciones, de nuestras libertades, de la libertad de la prensa. Yo acepto )0
que él ha dicho: pero confieso al mismo tiempo que no tengo como él la es-
peranza de que la licencia de ]a imprenta se contenga ante una mujer: qui-
siera engaiill.l'me; pero no lo espero. (Profunda sensacion,)


Hay además otras consideraciones que se han escapado al honorable M. rle
Lamartine, y que no por eso dejan de tener algun peso.


El espíritu cortesano se ha debilitado mucho entre nosotros, no me quejo.
Siento el hechj) tal como es. Pero sabeis, sei'iores, lo que ha constituido la
fuerza de los gobiernos femeninos en Francia, y casi puede decirse, lo que
ha conservado y establecido la regencia de las mujeres. Pues es el poder feu-
dal primero, y el espíritu cOl'tesano mas tarde. Donde hay un castillo ó un
palacio, el podel' de las mujeres es posible; pero donde ni castillo ni palacio
hay, cesa de serlo_


Ré aquí otro motivo. Hay ejemplares del poder político en manos de las
mujeres en las monarquías absolulas, en las sociedades aristocráticas ó fede-
rativas; pero en las democráticas nunca, El espíritu y costumbres de )a de-
mocracia son muy rudos y no se acomodan con semejante especie de poder.


Paso á exponer otro motivo. Considerad nuestra situacion en Europa, el




DEL ULTIMO BORBON DI Esr AÑA. 1055
lugar que ocupamos y las relaciones en que podemos encontrarnos. Por una
casualidad bien singular, el poder político, excepto en Rusia, que está en un
extremo de la Europa, en ninguna otra parte puede hallarse en manos da
mujeres mas que en Inglaterra, en España y Portugal. Suponed que en FI'an-
cia tambien, admitiendo las mujeres á la regencia, el poder político se ha-
llase en manos femeniles, sucederia entonces que todo el Occidente de Eu-
I'opa sel'Ía gobernado por mujeres. (Risas prolongadas.)


Yo hago juez á la cámara del sentimiento que se manifiesta. JI
Despues de e"e discurso los oradores Guizot, Berryer, Thiers y otr08 va-


rios prOClll'aron borral' el efecto de las palabras de los diputados radicales cu-
yos discursos hemos copiado.


(C)


'( Efegidos pOI' El Espectador como uno de los blancos de la cuestion ca-
maleónica que provocó acerca del mal,rimonio de S, M" Y que tal llamamos,
al ver que cada dia la presenta con un nueíO color, procuraremos corres-
ponder á la predileccion que nos dispensa, si no con la fuerza de lógica y cuI:
tas frases de nuestro colega, al menos con los hechos palpitantes, para que el
pueblo juzgue entre estos y las galas oratorias de nuestro cofrade,


Pal'a que la ¡'azon ocupe su lugar, bueno es que sepa la nacionentera que
cuando loda la prensa se contentó con repetir ligeramente los obsequios que
se habían hecho á S, A, R, el infante don F¡'ancisco de Paula en Zaragoza,
como se han mencionado los que ha recibido en otros puntos, pero sin hablar
cosa alguna de los deseos manifestados por aquel pueblo de héroes, sohre el
matrimonio de los augustos pI'irnos, fué El Espectador el único, el primero
que se lanzó á la arena tocando una cuestion, inoportuna hasla cierto punto,
pero que no podia dejarse consentida, por cuanto atacaba las bases de nues-
tro derecho político, y tenia cierto sahol' á tiranía y absolutismo contra la ino-
cente prenda de nuestras esperanzas; y esto tan inmotivadamente, que basta
ver la causa sobre que basó aquel periódieo su ataque para calificar su celo
y su prisa pOI' sofocar el español instinto de los independientes zaragozanos,


Aunquo pequemos de difusos, creemos conducente á la dilucidacion de este
ne¿;ocio (célebre por causa del Espectador) la insercion de la carta á que alu-
dimo!l, y que sil'vi6 de motivo ó pretexto, al menos ostensiblemente, para
trabal' UDa polémica que ni aun para repeler á Cabrera se habria adoptado
con mas premura y decision,


Cllalquiera que juzgue imparcial y friamente la comunicacion que antece-
de, conocerá que debió dejarse sin comentos, porque si á algunos da már-
gen, es á atenuar manifestaciones que pinta, y persuadir que los zaragoza-
nos, como nosolt'03, estarán por lo que decidan las cortes, y se acomodarán á
lo que decida el inte¡'és general, sin que por ello les esté proh ibido emitir sus




1056 HISTORIA DEL REPiADO
afecciones y for'mular sus deseos; confirmándose mas nuestra opio¡on, por la
cualidad de juicioso que concede el mismo Espectador á su corresponsal, el
cual no encuentra nada de extraño en el objeto de los aragoneses. Sin em-
bargo, nuestro colega toma otl'O rumbo y se lanza á un campo de que habia
huido cuidadosamente el resto de la prensa, estampando «que fdltan aun dos
afios enteros para que nuestra inocente Reina pueda contrael' matrimonio,» y
eomo El Heraldo atacase tan escandalosa asevcracion, se disculpó con que
un descuido matel"Íal de los cajistas la habia dejado incompleta, pues debia
añadirse «sin el consentimiento del tuto!";» con lo cual quedaron mas palpa-
bles sus falsas doctrinas 6 su herejía política, segun la llamó su amiga La
Iberia.


Imposible era que El Eeo permaneciese mudo en cuestion tan inmensa y
trascendental por su Índole y consecuencias. Así es que entró en ella del
modo que nuestros lectores habrán visto; mas como de sabios sea el mudar
de parecer, hé aquí que El Espectador deja su segvnda línea y se acoge á un
tercer atrincheramiento, que esperamos no sea el último, pues nos propone-
mos desalojarlo d-3 sus derruidos parapetos, sin conlcsI3l', en gracia de la
brevedad, á su 3rLÍculo del 21, en que dice: que el p:.lI'lo de la prensa hi:
sido el de Igs montes, siendo así que debia 3plicarsc el texto, pues que su
declamacion y bambolla se reduce á canlar la palinollia y desnaturalizar 911
pl'imer aserIo, y á descender' de la elevada eúspide, de los absolutistas tra-
tamientos al lado de la ehocalTel'Ía, llamando SODen;na á la Reina y tr3 yendo
luego á cuenta la chavacana hipérbole de que ni un par de zapatos com-


. pra S. M. sin anuencia del tUlor, cuando nosotros, estúpidos profanos, creía-
mos que la soberanía reside únicamente pn la nacion, sin que nunca nos hu-
biera ocurrido la idea gmnde, sublime y diplomático-tutorial de que en el
equipo de S. M. dejará de consultarse su gusto y aun conciliarse sus capri-
chos juveniles con la etiqueta por sus camareras y senicloras, cuanto mas
que todo un señol' Argüelles hubiera de poner el ejecutar al artículo de obra
prima. ¡Salve, amigo Espectador! ¡Salve un;:¡ y mil reces por la oportunidad
de tu lenguaje y por ese lesoro de noticias con que despiertas y enriqueces
nuestro dormido entendimiento! Mas volviendo á la cues1jon, solamente des-
cubrimos que el ídolo de los españoles se halla ultrajantemente coartada basta
en aquellas cosas de que es dueña cualquiera niña pilrtieular de reducida me-
dianb. Este sí que si no es el parto de los montes, es cl descubrimiento de
las humillaciones reales, y el desbarl'O de Jos eS:':l'itorcs públicos. Pero siga-
mos á nuestro asendereado compílogo.


Dice este, «que si durante la menor edad de S. 1\1. se tratase de su en-
lace, se entenderian las cortes y el gobierno con el tutor y no con la excelsa
menor en derechura; añadiendo que en este scntido usó la frasA estampada
aniba. » Nosotr'os apelamos á todos los diccionarios de nuestl'o idioma y á los
sabios académicos y redactores del Panléxico para que nos digan, qué hay de




DEL ULTIMO RORBON DE ESPAÑA. 1057
comuo entre dar un consentimiento, ó ser el órgano por donde se pida, con-
ceda 6 niegue; nosoh'os invocamos la sana lógica y el buen sentido de los
hombres todos, para que juzguen de la del Espectador y su buen sentido,
pues solo así podrá apreciarse el valo¡' que merecen las palabras que nos di-
rige sobré habel' vulnerado innoblemente su ¡'eputacion é interpretado de un
modo siniestI'o su frase, cuando esta por sí misma revela mas intencion ó mas
pobreza de ideas, que no hemos pcrmitido demoslt'al' y suponer.


Mas, añade nuestro colega: Si durante la menor edad se llegara á tratar
del matrimonio regio, ¿nada diria el gobierno ó la Reina al tutor? ¿no expli-
c31'ja Ell gobierno de un modo prudente las razones de política que le condu-
cían á negociar el casamiento, para persuadir al tutor y reclamar su auxilio,
cooperacion y cOlisentimiento? La inocente Reina, si algun dia llega á sentir
las impresiones de un corazon amoroso, ¿nada dirá al lutor, que representa
]a paternidad doméstica?


¿Y qué tiene que ver, decimos nosotros, ese raudal de palabrería y ese
borbollon de hacinadas especies y suposiciones con el objeto que nos ocupa?
La tesis que ventilamos se reduce á que 1:] Espectador dijo, que basta pasa-
dos dos años enteros, no podia S. M, conll'aer matrimonio sin el consenti- .
miento del tutor, Esto es absurdo, monstruoso y eontrario al código político
y á la ley comnn, y mientras nuestro coleba ni) prueLe lo contrario, serán
SllS divagaciones el parto de los monles,., Pero, aun siguiendo nosotros ese
cambio de mano que se ha dado á la al'~umentacion, ¿quién bl dicho que no
puede S. 1\1. dirigirse en determinados casos á las cortes sin la voz interme-
diaria del tutor? Esto seria negarle lo que el derecho concede á la última pro-
Jetal'Ía. Porque, supongamos que desalTollada su inclinacion amorosa, encon-
trase resistencia en ese su gmll'dadol', ¿no podria hacer llegar sus deseos pOl'
otro conducto y otros medios á la I'epresentacion del pais? ¿no le seria dado
llamar en su ayuda y defensa á los presidentcs de los cuerpos deliberantes,
á los padres de la patria, pal'a sustl'aerse de aqurlla tiranía dictatorial, para
impetrar la ley especial de que habla el artículo 48 de la Constitucion? y por
el contl'al'io, si el casamiento era negociado por el gobierno, ¿no merecia la
elevada clase de S, ~f. Y lo glol'Íoso y trascendental del asunto! que pasa-
se S. A. asociado de una comision de las cortes á indica¡' con decoro y ¡¡in la
mas r~mota coaccion, su irlea, dándole tiempo para que lo pecsase y respon-
diese? ¿No era esto mas noble, que reclamar el auxilio y cooperacion de un
homb¡'e á todas luces irresponsable, y cuya mision tienen muchos por aca-
bada, ya que su consentimiento sea incompetente é innecesariú? Si no se
quiere falsear la verdadera voluntad de la augusta huérfana, si no se aspira
á sorprender su inexperiencia, ¿por qué en vez de 13 luz y 1& publicidad, se
quiere y se aconseja que se auxilien contratos y;¡ negociarlos y que se coopera
á arranear un sí entre la oscuridad de la!! tinieblas, ent¡'e la seduccion de los
halagos y la peli~l'osa persuasíon, que en vano probaría á resistir un alma




1058 > HISTORIA DEL REINADO
angelical y un corazon desapercibido? Desen~áñese El Espectador, la naciol1
está muy sobre aviso, y como por fortuna no puedan ser un misterio ciertas
negociaciones, es de esperar que repela esas teorías, que aunque mudan de
faz á cada momento, siempre se dirigen á un fin dado, Han aprendido mu-
cho los pueblos para cae¡' en los lazos que otras veces habrian pisado sin sos~
pecha; ha costado mucho el conservar á la segunda Isabel el trono de sus
mayores, para que lo huelle un uy que la nacion repela; es muy sagrado el
texto constitucional para que se ne~ocie la regia mano pOI' otro conducto que
el de las cortes. Lo contrario seria banenar la ley fundamental y traer so-
bre el país las guerras que otras veces supieron sostener los españoleB con
tanto leson y terquedad, contra monarcas importados contra su voluntad.


En cuanto á la urgente oportunidad de estas cuestiones, dijimos que no la
veíamos. Cúlpese, pues, El Espectador, si por ligereza ó por probar fortu-
na, ha obligado á la prensa á entrar en ella, y no piel'da de vista que todos
los matices atacan sus doctrinas y disienten de sus teorías, lo cual debe ha-
cerlo muy cauto por no aparecer ron col01'es tan poco favorables á un perió-
dico de su g¡'avedad, á no ser que se proponga provocar una crisis nacional,
y una colision entre los poderes públicos, lo cual no es dable ni lo creemos,
pues seria inicuo, indigno y honoroso.»


(D)


(El señor conde de las Navas: Lastimoso es que la primera sesion de esta
legislatura tenga lugar en circunstancias tan críticas, y hayan de ocuparla
sucesos tan tristes para el pais.


El congreso ha oido, y la nacion entera, las ocurrencias habidas en Bar-
celona: pero no podrá ni la nacion ni el congreso formar Ull juicio exacto de
ellas por el relato de los partes que se han leido. Ningun diputado, ni espa-
ñol que bien estime á su patria puede dejal' de lamentar sucesos que ensan-
grientan las páginas de la historia de esla nacion que ya respiraría mas ven-
tUl'osa si hubiera tenido hábiles gobernantes. Ninguno' podrá dejar de dar un
voto á la proposicion que se discute porque ella encierra todas nueslr'us efu-
siones. En ella se dice: (Lee.) ¿Quién de nosotros reunidos aquí por la Cons-
titucion y las leyes, no se une á los deseos del regente del reino para 808-
tenel' pura esa Constitucion? Yo no hu hiera tomado la palabra si á esta pro-
posicion no hubiese precedido una especie de adicion 6 posdata que el señor
ministro de la Guel'l'a puso á los partes que acabo de leel', á los incompletos
partes, señores, á unas copias que dijo su señoría que iba á leer. Puso la
adicion, 6 terminó la lectura diciendo: El regente del ¡'eino va á salir para
Cataluña á hacer entl'ar á los revolucionados en el órden. Son palabras que
he copiado, y sin duda á ellas aIudia mi amigo el señor Prim al decir que la
euestion se prejuzgaba, Pero no, no se pI'ejuzga la cuestiono Indudablemente




DEL ULTIMO BORBaN DI ESPAÑA. 1059
se ha alterado en Bar~elona el ól'den, la tranquilidad; las leyes se han
hollado.


¿Quién es la causa de esto? El seflor ministro de la Guerra dice que los
evolucionarios, y :yo no les conozco: el señor Prim dice que el gobierno, y
eso sí lo conozco yo (risas): el simple relato de los partes va á demostl'arlo.
Dice el jefe político y el capit:m ~(Jl1eral en su parle, que el dia 13 una dis-
pula ocasionada en la puerta de tal sobre la intl'oduccion de un poco de vino,
ocasionó un desórden en el cual el pueblo ó individuos de él trataron de aco~
meter á un guarda de puerta porque queria hacer su deber. ¿Son estos, pOI'
ventura, los revolucionarios? De ahí, dice el parte, pasal'on grandes grupos
á la plaza de San Jaime, á donde se dirigió á dispersarlos la autoridad: re-
fugiál'onse en el cuartel del tercer batallon de la milicia nacional. ¿Eran es-
tos revolucionados, ó eran celosos ciudadanos que se dirigían al cual'tel te-
miendo se alterase la tranquilidad pública? Del cuartel pasó el jefe político á
la cabeza de un batallon y 50 caballos á la redaccion de un periódico. Voy á
detenerme un poco en este hecho.


Tiempo hace que la imprenta es un obstáculo para los que no saben go-
hernaI', y la quieren hac'l' callar: La imprenta al~una vez comete demasíasj
¡pero quél un gobiel'llo fuerte que debe apoyarse en la Constitucion :Y las le- .
yes, ¿no tiene bastante con la ley vigente para conservar en su verdadero
equilibrio la sociedad española? Y si juzga que no tiene bastante, ¿por qué no
acude á Jos cuerpos colegisladol'es? Pero apoyarse en ella para atropellarla,
¿quién ha autorizado al gobierno para eso? Bueno fuera que en tiempo de la
ominosa década el gobierno pudiera permitirse eso; peroabora, ¡qué! ¿no hay
jurado? El jurado cuando juzga r absuelve es malo, segun los ~obel'nantes,
el jurado cuando juzga y condena es bueno segun los mismos. No, las dema-
sias de la imprenta cuando traspasa los límites de la vida privada no merece
indulgencia; pero leyes comunes hay además del jurado. Qué, ¿la calumnia
no tiene castigo segun nuesh'a legislacion? Sigamos al jefe político á la ca-
beza de la fuerza armada. Lle;a á la redaccion y extrae de ella á individuos
á quienes dias antes se les designaba con el nombre de republicanos, de hom-
bres pertenecientes á ese partido, cuyas doctrinas no !le quieren dejar discu-
tir, como puede hacerse segun el órden de cosas establecido, Hay y ha ha-
bido much!J deseo de exterminar á esa juventud bulliciosa, sí, pero de pecho
gallardo; se desea ponerla una trampa en donde por efecto de su inexperien-
cia tll()piece y caj~a para sablearla y castigarla á placer, ¿Es esto lo que se
quiere? Esto es lo que dicen los antecedentes, Sacáronse tres ó cuah'o indivi-
duos de la redaccion del Republicano, periódico de Barcelona. Se encontra-
ron armas dice el parte, ¡Armasl iA1fí se enconlt'aron al'mas! Muy bien ha
contestado á esto el señor Pl'Ím. Esos jóvenes son todos milicianos naciona-
les, y no podian menos de perlenecer á las filas da la milicia, sOiten de las
leyes y de la libertad de la patria. ¿Y dónde tienen los nacionales las armas,




1060 HISTORIA. DEL RU~A. 00
en su casa ó en dónde? ¿Y cuántas armas se encontraron? jSe dice que se en-
contl'aron armas prohibidas! .. , En la casa de campo de un ciudadano que se
ha sentado en estos escaños se encontró una carabina y una bayoneta, y se
formó causa; hablo del señor Beltl'an de Lis. ¡Armas prohibidas! ¿Qué armas
prohibidas se encontraron? La carabina de AmLrosio. (nisas.) Se necesilaLa
acumular algun crímen á esa juventud para castigada luego. ¿Son esos los re-
volucionados, ó lo son las autoridades que no respetando las leyes ni la Cons·
titucion det Estado, la ciel'\'an siempre que conviene á sus interesei? ¿Son
esos los revolucionarios, ó el gobierno que sabiendo la conducta de e~os agen-
tes los sostiene en sus puestos? Yo dije que conocia bien lo que habia dicho
el señor Prim; pero es necesario echarle la culpa de todo al pueblo que pa¡;a,
sufre y calla. ¿Será el pueblo el revolucionario ó el gobierno y las aulorida-
des, cuando en todas partes se ha cerrado la Conslitucion á su antojo y d~8-
pues se nos viene á pedir que demos un voto para sostener la COllstilucion
del Estado? j Pobre Conslitucion del Estado, como sirve de ju~uete cuando
quieren los fuertes contra los débiles!


Dijo el gobierno que no habia p,'ejuzgado la cuestion, ¿pues no ha dicho
terminantemente que pa,'a hacel' entral' en órden á los revolucionarios? ¿No
es esto prejuzgar la cueslion? ¿Eso no quiere decir nada para su señoría? La
prejuzgó solemnemente desde este sitio. No tengo fuerza para seguíl' porque
estoy débil, en otra ocasion haré una reseña de la administracion del actual
gobierno, y se deducirán las consecuencias mas legítimas para demost/'ar que
este golpe mortal dado en Cataluña es por culpa del gobierno. Su imprevi-
sion, su nulidad para gobel'Dar es la causa e"Iclusi va de todos los males que
pesan sobre el pais. Uno mi voto, pues, á los autores de la proposicion para
sostener la Constitucion y las leyes, y quiero que quede sentado que de nin-
gun modo admito esas palabras del señor ministro de la Guerra por las cua-
les parece que se prejuzga la cuestion en contra del pueblo. l.)


Despues de una breve réplica del ministro de la Guerra y de un discUl'sO
del señor Mata, habló Gonzalez Bravo, y pronunció don Pedro Mendez Vigo
el siguiente discurso:


uSeñores: he pedido alseú&l' presidente que M sirva mandar leer el úl-
timo párrafo de la intel'pelacion que en el año de 1840 hice á aquel gobierno
en medio de un congreso que era retrógrado, que así se llamaba, (Se lee el
párrafo citado que era un discurso pronunciado por su señoría en la legisla-
tura de 1840, en una interpelacion que dirigió al gobierno respecto al viaje
de SS. 1\11\1. á Barcelona en dicho año.) En medio de aquel congreso que lo
he calificado como he dicho antes, dije lo que acaba de leerse sin que nadie
se escandalizara, y nadie se hubiera escandalizado de oÍl' decir que un hom-
bre como yo necesitaba pruebas grandes para tranquilizarse, porque yo soy
amante de la república, es decir, republicano,


Nadie debe escandalizarse de que yo hable de esta manera, porque todos




DEL CLTmO B0RilON DE ESPft.ÑA, 1061
;,¡aben el rc:~pelo que yo profeso á las instituciones y á las Jeyes del pais. Yo
respeto la P!';¡po:,irion de! señor Serrano, y veo que se llama la atencion
siempi'" e;1 favor de las instituciones, y nunca en favor del pueblo. Yo veo
que ('~le necorio ('s sumamente grave, que las autoridades han falt''ldo á sus
deberes) Ijue 11 na po!;),1cion Je 1 (j O, O O O almas como es Barcelona se ha puesto
en moyirninntr.; estn 8i¡¡¡[lC'ion, señores, es muy seria, pOl'que no se trata de
un purbh s:¡lvaje¡ sino de un pueblo ilustrado, del primer pueblo de España.
Antrs (le qll~ sncediera, debiel'on haberse pl'evenido y no melerse á ocupar
una imprenta porque era de un periódico republicano; otras imprentas podrian
mejo\' destruirsc y ocuparsc j aunque yo no aprobaré nunca estos actos, y no
ensañarse contra los que haG sido sie.npre las atalayas del partido progre-
sista. Yo no sé, señores, pOl' qué se ha de tener siempre una pl'evcncion con-
tra estos hombres. Lo repito, señores, yo no daré mi volo para que se dé
fuerza al gobierno, SillO CUJ¡j~lo este tenga toJa la cil'cunspeccion que debe
leuer, ni mueLo mt3no~ pUiJdJ aprobar la conducta de una autoridad que ha
tomaJo respecto á una pJblocion ilustrada una actitud imponente, y que con-
tinúa aun en esa misma actitud.


Yo respondo de que do!)(le yo mande DO se cometerán esos desó¡'denes,'
porque yo sabria prevenirlo;, y esto es 10 que deben hacer los agentes del
gobil~l'l1o, pl'cvcnü esas situaciones. Siempre, señores, que se trata de estas
cuestiones, se ve al trono y al g(lbierno, y nunca se ve al pueblo. Yo, seño-
res, como ciulladar.o y r!omo l'epl't'spntante del país tengo derecho á reco-
mendar que se mire la situacion presente como cOlTesponde y como debe mi-
rarse. Barcelona no es un pueblo que se sed!lce con facilidad, y donde pue-
den conmover la poblacion 200 republicanos: no son 200 republicanos como
ha dicho muy bien el señor Mala los que han causado aquellos acontecimien-
tos, porque si hubieran sido 200 republicanos, tendl'Íamos que confesar que
estos duscientos hombres tenían muclla fuerza, y que acaso podrian tambien
conmover á la nacion entera. »


(E)


Auténtica '~:arracion de los sucesos de Barcelona.


(Del ilJorning-Post.)
((La irritacion de los catn13tJcs por las severidades militares del general


Zurbano, y los proyeelos de negociaciones comerci[tles atcibuidos al 50bif:>í"nO
de Madrid, pueden considcr(\r~e como la verdadera causa de la insurreccion
de Barcelona. El e,t3blecimienlo de la quinta contribuyó al enojo público.
Es nolo!'io que los C!ll~:];¡¡lCS en todo tiempo han manifestado abiertamente su
deseo Je verse C'xcntos de in, lüyes de la española monarquía, y pueden re-


TO\IO 11. 11'1




106! mSTOnIA DEL RECUDO
cordarse muchos ejemplos para probar que el pueblo de Barcelona ha sido
siempre turbulento y propenso á revoluciones.


El alboroto empezó por una riña popular. En la tarrle del 13 de noviem-
bre treinta jornaleros quisieron introducir por una de las puertas de la ciu-
dad algunos cántaros de vino sm pagar derechos. La guardia de la puerta
quiso rechazarlos; pero habiendo llegado gran mnltitud de pueblo en ayuda
de los jornaleros, la guardia fué desarmada y un soldado muerto. Envi6se
inmediatamente un refuerzo de tropa al lugar de la riña; fué dispersada la
multitud y presos algunos jefes del tumulto. En la noche del 13 las autori-
dades mandaron que las Casas consistoriales fuesen ocupadas por fuerzas del
ejército, y en la mañana del 14 se puso preso al editor del diario llamado
El Republicano.


Este arresto fuó la señal de insurrecciono Hacia ya tiempo que El Repu-
blicano habia procurado con furiosas declamaciones excitar el odio del pue-
blo contra el regente, á quien llamaba el gran traidor. Cuando Jos <lJlesanos
y jornaleros supieron que el editor estaba preso, reunióronse en grandes gru-
pos en todas las partes principales de la ciud<lll. Como cerca de diez mil de
ellos pertenecian á la milicia nacional, y habian r~cibido <lrmas de~de el le-
vantamior:to de julio de 1840, el ejército insurreccionado se encontró bien
pronto formado, si bien en un principio tan solo 1,400 ó 1,500 hombres to-
maron las armas. Una vez empezada la accion el número CJ'ecia por momen-
tos, y cuando al general Zurbano se le oyó exclamar en meuio de un grupo
de oficiales 8cnerales ... : «Bien puede existir la España sin Cataluña,» la


. exasperacion se hizo general. El rumor de que el ejército deseaLa destruü'
la ciudad cOlTió de boca en boca como fuego, y la poblacion entera se lanzó
con toJas sus fuerzas á la pelea.


En la noche del 15 las tropas se vieron obligadas á encerrarse en la Ciu-
dadela y en el fuerte de Atarazanas. El 16 la Ciudadela fué siliaua por el
pueblo. En la noche del 16 el eapilan general Van-Halen evacuó esponta-
neamenle la Ciudadeb, y los fuertes capitularon el 17.


El alboroto fué obra del partido popula¡· y republicano. La Junta directiva
que bien pronto se vió fué compuesta de artesanos y hombres del pueblo. El
presidente de la Junta, Manuel Carsi, era un antiguo oficial de cuerpos fran-
cos, y conocido por sus opiniones revolucionarias. El primel" comandante ge-
neral colocado á la cabeza de la milicia, Llinás, habia sido jefe de la Junta
de vigilancia formada en octubre de 1841, con objeto de resistir el movi-
miento moderado de MadriJ y de las provincias Vascongadas. La noticia de
que el partido moderado-cristino tuvo parle en los principios del alboroto es
falsa.


Algunos individuos de este pal'lido figuraron despues en las diferentes Jun-
tas que se sucedieron unas á otras; pero la cueslion habia ya cambiado con
la victoria del pueblo. Cuando los republicanos se vieron dueños de la ciu-




DEL ÚLTI:i10 BORRON DI J.SPAÑA. 1063
dad, buscaron una ayud!1 en las otras dases de la poblacion para resistir á los
alaques cón que se les amenazaba. Ellos se esforza¡'on en reunir en lorno suyo
á los descontentos de todas las opiniones y comprometer en el acto de la re-
sistencia á los hombres mas considerados de Barcelona. Esta fué la razon del
establecimiento de la Junta de Barcelona, Era de grande importancia en
aquellos momentos hacer respetar la vida y ]a propiedad en ciudad tan po-
pulosa, y no entregarla á un populacho vencedor. No es sorprendente por lo
tanto que hombres que el'an los mas interesados en el mantenimiento del ór-
den, aceptasen las funciones provisionales que se les ofrecian; yel resultado
de esta medida (ué que en los quince dias que duró la insurreccion no se co-
metió la mas leve ofensa contra las pm'sonas ó las propiedades.


Debe además notarse que todo el tiempo que los moderados ejercieron al-
guna influencia, la ciudad estuvo siempre inclinada á la sumision.


El venel'abl3 obispo de la diócesis aceptó ]a Junta mediadora, y esta Junta
llevó sus medidas conciliadoras hasta el extremo de desarmar los cuerpos
francos que se organizaron el día des pues de la batalla, á costa de que el
partid.o republicano acusase á la Junta de haber aceptado la direccion de los
negocios con el fin de acabar con la insurrecciono


El nombre de la reina Cristina, que en vano se ha querido abora mezclar
en estos excesos, fué tan solo pronunciado en el dia y en la noche terrible
del bombardeo, cuando los insurgentes no sabian qué nombre invocar en me-
dio de su desesperacion. Los CUeI'pOS francos que habian recobrado las ar-
mas en los últimos ml>mentos, y cuando no les quedaba mas 1:)bla de salva-
cion, gritaron: j Viva Cristina! como para indicar que no habia extremidad
que ellos no prefiriesen á la autoridad que iba á restablecerse pronto por la
fuerza. Estos cuerpos estaban compuestos de los mismos hombres que se le-
vantaron en 18.íO contra la reina Cristina, y los que en octubre de 1841
opinaban que el gobierno existente no era suficientemente severo contra los
partidarios de la ex-regenta,


Se hübia dicho tambien que los generales cristinos O'Donnell, Narvaez y
Concha habian abandonado la Francia para aparecer en Barcelona á las pri-
meras n~ticias del levantamiento, Esto es tambien enteramente falso. Nin-
guno de estos tres generales ha dejado por un momento su residencia, y ni n-
gun español del partido mo~erado ó de cualquiera otro ha marchado de Fran-
cia con dii'eccion á Cataluña. El solo hombre ausente de Barcelona que mar-
chó á reunirse á los insul'gentes fué el célebre Abdon Terradas, conocido por
sus violentas opiniones republicanas, y merced á ellas condenado por el ac-
tual gobierno.


Es indudablemente cierto que la insUI'reccion de Barcelona ha sido esen-
cialmente popular y republicana, y que los hombres de otros partidos que
accidentalmente se mezclaron en ella 10 hicieron con el objeto de mantener el
órden público, negociar con las autoridades militares para salvar la ciudad,




1064 HISTORIA DEL REINADíJ
Y preparal' la sumision desarmando á les voluntarios, Toda otra version es
falsa.


En cuanto á la conducta del cónsul de Francia, ha sido dictada por ]a jus-
ticia y la imparcialidad. Ocupándose tan solo de poner en seguridaJ las vi-
das de sus conciudadanos y de prestar á todos el mismo servicio de huma-
nidad, el cónsul no ha traspasado por un solo momento los limites de una
neutralidad leal y bumana, y lo mismo puede asegurarse respecto á M. Ga'-
\i¿r comandante de las fuerzas navales francesas delante de Barcelona.


Se ha acusado á M. de Lesseps de haber teniJ0 comunicacionc3 con la
Jn., popular. Esta aseveracíon ha nacido de lo siguiente: El día 16, en
medl (lel fucao mas mortífero enlI'e el pueblo y las tropas, M. Lesseps suro
que, va.,s se;oras y niños que se consideraban pertenecer á las .familias del
capllan g~(\l'al del general Zabala y del jefe político, haLian Sido arresta-
das por la hi\i~ia en los momento3 en que se iban á ombarc<ll' á bordo ll~1
bergantin fral\~s el Meleagre.' El cónsul francés se arroja al instante en lo
mas fuerte de la ~elea' \leaa á donde está el presidente de la Junta revolu-
.. , o . .


Clonana, y rcclam ... con energía la entrega de las personas que haluan manI-
festado su intenci()tl Ile aCOffel'se bajo la proleccion del p3hellon rrancés. El
presidente dió oidos á e%ta ;eticion, y M. de Lesseps, en medio de un peli-
gro inmir,rote, marcha al allio, liberla las familias prision{,l'i¡S fjlle esl:1\1an en
la mayor inquietud, y no !a~ deja h3sta verl:.:s enJ':HCi)rlas J U\ ,(bul'id~~d.
y no para aquí todo. Pensando que el bcncra\ V <lH fL:t'i1 puuiel a e"lar in-
quieto sobre la suerte de sus hijas, corre á la Ciudadela á anunciar al gene-
ral que están en sal vo.


El general le manifiesta difel'entes Veces todo su reconocimiento, tanto de
palabra como por escrito. Mas tarde, es verdad, habielldo pedido él general
Van-Halen que su familia fuese tl'a3lada(la !lel bi'i'ganli:: Jlcl,'ogrc d rapo\'
español Isabel JI, M~L Lesseps y G;:¡lier re~p()ndir"of\ que r,[r pi\SO dado 5
la vista de toda la pobJacion insul'I'cccionada podria !rnél' bi' mn~ graveS
consecuencias, provocar las hostilidades de la ciudad ('onlra el ¡l{{'1f':ngre y
comprometer la "ida de los franceses re3ir!enles en Barcelona. Las familias
refugia(13s estaban en tanta seguridad bajo el pahellon tricolor como bajo el
pabelton español. Se estaban esperando vapores franceses (llf'garon el dia si-
guiente) para embarcal' secretamente á su bordo á los refugiarlos lIue serian
conducidos al puerlo de Tarragona. Se ha truncado esta respuesta para con-
vertirla en una negativa de l'estituÍt' las hijas á su padre, y en prueIJa de la
intencion de conservarlas como rehenes á bordu del lU eleagl'e. Inútil es dis-
cutir esta acusacion que se desvanece en presencia de los hechos, Al salvar
M. de Lesseps con peligro de su vida la familia del beneral Van-Halen, es-
taba lejos de esperar que seria recompensado de este modo.


Tal fué la primera comunicacion del cónsul de Francia con la Junta po-
pular. Veamos lo que hizo despues, El 17 de noviembre mand6 esta á soli-




DEL ULTIMO nORBON DE ES? AÑA. 1065
citar de los cónsules de Francia é Inglatefl'a que tuviesen con ella una con-
ferencia: en ella les rogó que interviniesen con el general Van-lIalen que
amenazaba bombardear la ciudad. Su respuesta fué que su posicion oficial
les permitia ponel' á los delegados de la ciudad en comunicación con el capi-
tan general; pero que en virtud de su caráctel' de extranjeros no podian asis-
tir á negociaciones entre españoles, Admitióse su intervencion bajo estas con-
diciones: pasaron, pues, con los diputados de la Junta al cuartel general de
Van-IIal~n y se retiraron. Despues el cónsul de Inglatel'l'a, que habia reci-
bido sin uuJ3 instrucciones de Madrid, trató de establecer una dibtincion en-
tre su conducta y la del cónsul de Francia; pero de hecho los dos cónsules
habian obrado hasta allí juntos y acordes entre sÍ. Tambien habian obrado
de concierto con toJos los cónsules extranjeros residentes en Barcelona, y
con su beneplácito escribió ~r. Lesseps al capitan general pidiendo se le a vi-
sa3e veinte y cuatro Utlr3S anles ue que volvieran á empezar las hostilidades
para tener tiempo de embarcar á sus compatriotas, de 3 á 4, 000 fl'ancese~
residentes en Barcelona y sus cercanías. Esta dilacion era, pues, necesaria y
razonable para poner á lodos en seguridad. M. de Lesseps desplegó una rara
actividad (Jara proporcionarles á todos prontos medios de trasporte. El cón-'
sul no se contentó con pedÍl' vapores á los p~el'tos de Francia ma;; inmedia-
tos, sino que fletó á g"andes precios muchos buques mercantes que se en-
contraban en el puerto de Barcelona.


POI' Jo que bace á la capitulacion del fuerte de Atarazanas, es falso que se
haya verificado á instigacion directa Ó indirecta del cóusul de Francia. El
general Paslors, que mandaba las tropas encerradas en el fuerte, se trasladó
á las seis de la mañana del 17 á una avanzada militar establecida en un ter-
raJo cerca del consulado do Francia para hacer entrega¡' una nota á M. de
Lesseps. En ella rogaba con insistancia al cónsul que pasara á verle. llabién-
dose presenta(lo ~L de Le3sep~ á las puertas del fuel·te, fué recibitlo pOI' el
estado mayor ante el cual hizo la declaracion acostumbrada de que perma-
necería completamente neutral, y que no tomal'Ía pal'te en negQciacion al-
guna. Pero accedió al deseo que se le manifestó de ponel' al comandante del
fuerLe en comunicacion con la Junta. La guarnicion del último capituló
cuando tuvo la seguridad de que la Ciudadela habia aÍllo evacuada pOI' el
capitan general. Habiéndose negado á adhel'Ír á esta capitulacion dos ge-
nerales, un coronel y cuarenta oficiales tIe todos g¡'ad(ls, pidieron permiso
para embarcarse {¡ bordo de un buque fl'ancé8, y les fué concedida pOI' M.
de Lesseps. Así los primeros que se aprovechal'on de la hospitalidad del pa-
bellon francés fueron los oficiales de las tropas de la reina y sus familias.
Entre estos se cuentan el general Chacon, el presidente de la Audien-
cia, etc. etc,


El primero de los insurgentes que se refugió á bordo del lJ1eleagre fué
Llinás cuando el pueblo le privó de las funciones de la fuerza armada, El




1066 HISTORIA DEL REINADO
brigadier Durando que le sucedió en el mando siguió pronto su ejemplo,
Despues se refugiaron sucesivamente los miembros de la Junta popular y su
presidente Carsi. A medida que esta emigracion se aumentaba, disminuia
en Barcelona el partido de la resistencia, y bajo este punto de vista la faci-
lidad que encontraban los que pedian la proteccion del pabellon francés,
mas bien perjudicó que aprovechó á la causa de la insurreccion, De todos
modos seria superfluo justificar al cónsul de Francia y al comandante de la
eslacion naval por haber dado asilo á los proscritos de todos los partidos,
Es igualmente falso que el cónsul ni ningun otro agente del gobierno fran-
cés hubiese alentado de ningun modo la insurreccion, El 2 de diciembre los
comandantes de los cuatro batallones de la guardia nacional se trasladaron
al consulado y declararon que estaban comisionados pOI' sus colegas para
preguntal' si podl'ian contar con el apoyo de la FI'aneia, en caso de que
proclamasen la regencia de la reina Cl'istina, l\'I, Lesseps les contestó en
presencia del cónsul de Holanda que no estaba encal'gado sino de proteger
los intereses franceses en Barcelona; que en los primeros momentos de la
conmocion popular h~bia hecho todo el bien que habia podido sin distincion
de partidos; que no se mezclaria en los asuntos políticos; que la Francia era
demasiado poderosa y demasiado lea! para no obral' abiertaménte contra el
gobierno del Regente si tuviera quejas contra él; pero que nunca seria cóm-
plice de una insurreccion, En aquel momento dos vapores franceses, el Gas-
sondi y el Veloce sacaban al navío de guerra el Formidable de los bajos que
hay á la entrada del Llobregat y conseguian con alguna averia de su parte
hacerlo flotar; y en este momento se dijo que el buque habia venido á ha-
cer fuego sobl'e la ciudad. En fin, es falso que en ninguna ocasion, ni en
ningun caso, los buques franceses hayan permitido desembarcar á ningun
individuo de la Junta popular refugiado á su bordo, pOI' mas qu~ lo baya
asegurado el jefe político en su parte publicado en la Gaceta de Madl'id,
Todo lo contrario, El 3, dia del bombardeo, habiendo el partido ¡nsUl'gente
triunfado por un momento envió 500 Ó 600 hombres de la guardia nacional
al muelle, á distancia de un til'O de pistola del Meleagre, Estos hombres
pedian á voces que desembarcaran los refugiados pal'a colocarlos de nuevo
á su frente, El comandante Gatier les contestó qúe el Luque dispararia so-
bre ellos si insistian en una pretension á que no podia dar su consenti-
miento,


Esta es la pura verdad sobre la conducta de la Fraucia y de sus repre-
sentantes en la insurreccion de BarQelona,


Echemos abora una ojeada sobl'e los grandes partidos que existen en Es-
paña.


Pl'imel'amente el carlista que no ha tomado parte ninguna en los negocios
desde la conclusion de la guerra civil en Navarra,


En segundo lugar el pal,tido moderado, es decir el de los liberales con-




DIL ULTIMO BORBON DE ESPA~A. 1061
servadores y que fué derrocado del poder con la exclusion de la reina Cris-
tina.


Tercero: el partido llamado progresista cuyos matices se extienden desde
la oposicion parlamentaria á los repubJjcanos extremos.


Cuarto: el ayacucho 6 partido militar que está personificádo en el regente
Espartero y los generales que con él sirvieron en América,


La revolucion de setiembre de 1840 fué obra del partido ayacucho mili-
tal' unido con todas las fracciones del progresista contra la reina Cristina y
los moderados: des pues de su comun victoria, los ayacuchos y progresistas
empezaron á separarse cuando los conservadores ensaya¡'on en octubre de
1841 recobrar su antigua posicion por medio del levantamiento de las pro-
vincias Vascongadas y el golpe de mano de Madrid,


Esto causó la nueva coalicion de los dos partidos quienes alcanzaron uni-
dos una completa victoria sobre los cristinos. Pero desde el mes de octubre
de 18 i 1 nuevas di visiones han surgido entre las conquistadores, La fraccion
repul¡licana dd partido progresista ha sido la primera en sepal'arse del go-
bierno: la desafeccion ha ganado terreno, El partido moderado no cesó de
conspirar por su propia cuenta uniéndose contra el p;.U'tido milita¡' con
los progresistas moderados, Formóse una coalicion en las cámaras y en la
prensa, y los ayacuchos se encontraron aislados sin otro apoyo que el ejér-
cito, Tal era el estado de las cosas cuando la última insurreccion, El go-
bierno aguijoneado pOI' la coalicion, vió con júbilo este alboroto que le daba
la oportunidad de descargar un golpe sobre sus enemigos y recobrar así por
la fuerza su perdido aSCl!ndiente, Habiéndose declarado una poderosa oposi-
cion en las Cortes fueron estas prorogadas. El I'egente abandonó á Madrid
colocándose él mismo á la cabeza de las tropas que iban á obrar sobre Bar-
celona.
Desplf'g5.¡'on~í) grandes fuerzas militares: proclamóse altamente la necesi-


dad de un gran ejemplo; y Barcelona que estaba ya casi sometida, fué bom-
bardeada para intimida¡' al resto de la España y particularmente á la oposi-
cíon parlamentaria,


Despues da esto gl'.1ll (fo/pe, el partido ayacucho ha recurlido á la táctica
que tan provechosa le fuera en 1840 y 1841. Ha queddo per'suadi¡' á la
nacion y á la Europa que el partido moderado habia sido el que fomentara
la insmreccion, abriéndose camino á una restaul'acion, reuniéndose así otra
vez en lorno suyo á Jos disidentes progresistas. Empero ha sido dificil pro-
bar que el paI'lido republicano obraba por inspiracion de los moderados, El
partido progl'esista se halla ahora atacado por' una de sus mas avanzadas
f¡'acciones, y tüdo el mundo sabe perfectamente en España á qué opiniou
pertenecian los hombres que fueron presos al entra¡' las tropas en Bar-
celona,


El partido moderado pasa en España por tener gran simpatía hácia la




1068 DlSTORIA DEL REINADO
alianza francesa, y este ha sido uno de los grandes medios empleados
contra él en las dos derrotas que ha sufrido. lIa sido acusado de querer en·
tregar la España á una influencia extranjera, y así el sentimiento de Ilacio~
nal independetlc;a, que tan ardiente es en los españoles, ha sido t~'XCitado en
contra su ya, Esta es la acusacion que se ha querido renovar ahora indicando
al partido moderado como partícipe en los sucesos de Barcelona.


Pero la verdad es demasiado evidente para admitir la posibilidad de los
españoles tan excitada en los últimos años contra la Francia; se vuelve ahora
contra atta pais, No es la influencia francesa, sino la inglesa la que hoy se
teme, El par'lido milital' Ó ayacucho está acusado de haberse arrojado en
brazos de la Inglaten'a, y cuanto mas pl'ovoca el antiguo odio contra la
Francia, mas y mas excita la desconfianza pública,»


(G)


A los electores:


(¡, Llamado. el pais á decidir la cueslion poli tic a en la próxima contienda
elecforal, interés, y aun deber es de los partidos exponerle sus doctrinas,
demostrándole el gümen de prosperidad que encielTan y que debe ser el re-
sultado inmediato de su aplicacion. Otra circunstancia particular decide hoy
al partido verdadel'3m~nte progresista á dirigir su voz :l los electores. Des-
pue8 de babel· pasado por la amargura de ver desertal' de sus filas á muchos
hombres, que abjurando de sus principios han pretendido conserval' hipócri·
tamente su enseña, pudiera suceder que en la natural y justa impaciencia
por el bien, producida por la esperanza, tantas veces burlada como crédu-
lamen I,e concebida, en el recuerdo amal'go de tantos desengaños, se creyera
que las doctrinas del progreso son estériles é infecundas, confundiendo los
que así pensasen, con las teorías que nunca engañan, los errores de los que
solo las invocan para desacreditarlas. Funesto seria para el pais que esta
equivocacion se arraigase é influyera en el ánimo de los electores, La apos-
tasía de los hombres no daña uunca á la santidad de los principios, ni sobre
esto debe recaer la celJSura que refleja entera sobre la frente de los impos-
tores.


Comi3ionados los que suscriben para desempeñar este tI'abajo en una re-
union de progresistas envanecidos con este titulo, firmes y consecuentes en
sus cr~encias, se limitarán á exponer los hechos de la manera mas desapa-
sionl1da r se!lcilla, porque la historia que ha vivido con nosotros, hal'lo des-
consoIJd01'3 de suyo, no necesita comentarios, y porque para condenal" e,e
padron do decepcion é ilegalidad que encierran sus páginas, basta el im-
pulso, y aun el instinto del patriotismo y de la lealtad.


Publicada en 1837 la ley fundamental que nos rige, y que mas de una




DEL ÚLTmO BORBON DE ESPAÑA. 1069
vez ha sido para los hombres del pode¡' el objeto de un culto hipócrita que
de una adoracion sincera, empezóse á bastardear por leyes secundarias in-
conciliables con su espíritu, y pOI' una marcha tortuosa que acabó con el su-
frimiento de los pueblos alzados en masa para venga)' tantos ultrajes en pri-
mero de stlliembre. En aquel dia se pr0nunció la condenacion Qlas solemne
contra las ilegalidades y los abusos: en aquel dia se preiientú la nacion im-
ponente á la par que generosa con sus opresores; en aquel dia se postró todo
ante la decision heróica del pueblo; mas cuando debia creerse que en aquel
dia se incardinara tamLien una llueva época de libertad, de justicia y de
desarrollo intelectual y material, tan anhelado por 108 que acababan de ha-
cel' tan costosa conquista, pronto pudo ad vel'tÍl'se que Sólo se habia mudado
la decoracíon por cortos instantes, y que nuevos aclores se encargaban de
continuar los mismos ptlpeles y el mismo drama que habia dispertado el odio
y la cólera popular.


Una reilla IwLia dimiti!lo de Lecho la regencia de que estaba encargada;
los ministros que hasta allí la habian aconsejado, se yeian dispersos y fugi-
tivos, la nacion tocaba una de esas grandes cl'i~is en que el instinto de con-
sel'Vacion descuella Sf)Dre todas las con ~'enciones; pedia Je todas partes una·
Junta central que reasumiese su pensamiento y lo materializara; pero los mismos
hombres que poco antes proclamaban el principio de la soberanía nacional
en todo tiempo y circur.stancias,entonces no v3cilaron en negarlo 6 eludir-
1o, y los pueLlos, cco esta primera aunque durz. leccion, pudieron conven-
cerse de que cuando creian haber trabajado pOI' las doctrinas, no habian he-
cho otra cosa que levantar personas.


Nombrada á poco la nuova regencia, se empezó faltando á todas las re-
glas padamentari~.s en la eleccion de su primer ministerio. Repetidas yaca-
loradas cuestiones en el cuerpo popular habian hecho conocer bien el espí-
ritu que en él dominaba: mas cuando se escogieron individuos de su seno
para llevarlos de los bancos de la discusion á la silla ministerial, no se sa-
caron de los que pertenecían á la opinion triunfadora, sino que se buscaron
entre los que mas notablemente habian sido vencidos en aquella asam-
blea.


y no se prctenua que otro fué el e~píl'itu que dominó en la reunion de
ambos cuerpos sobre la resolucion decisiva: aquelia reumon limitada por la
ley al ceñido acto á que se contrajo, ni determinó la fisonomía del pensa-
miento legislati 10, ni pudo llevarse en la significacion de su acuerdo mas
allá del punto aislado é ímprorogable á que terminantemente habia de redu-
cirse. No imitan.Íil aquí los que suscl'ib311 el peli[;l'oso ejemplo que tantas ve-
ces han dado los i:1JJ\el'~idi]s órganos del poder, presentando en escena á
una persona sagrllda, y col(lcándola al alcance de la discusion y de la cen-
sura, Fieles á sus l!eclriuas, miran al poder supremo del Estado muy ~obl'e
el nivel de la diseuBÍon, como lo está sobre la esfera de la responsabilidadj


TOMO ll. 135




1010 lIISTORlA. DEL REINADO
y hacen recaer sus observaciones en los ministros que aconsejan, y que de-
bieran ser, aunque no lo son, responsables por su consejo.


Pasando el poder á las manos de los nuevos ministros, se envolvieron es-
tos en su obcecacion y en la esterilidad de sus concepciones. El campo de
las ideas se convirtió en un terreno fangoso en que lucharon las ambiciones
individuales, el exclusivismo y el egoismo se pusieron á la órden del dia; y
encenándose el gobierno en el reducido cÍl'culo de pocos y favorecidos adep-
tos, consagró el acta de deshe¡'edacion para la nacion entera, respecto á los
bienes y ventajas que le daban derecho á reclamar el dogma de la igualdad
ante la ley y sus sacrificios. Los que así explotaron y monopolizaron el al-
zamiento mas desinteresado y noble, acaso sin haber concUl'rido á él, cons-
truyeron sobre el magnífico edificio que aeababa de levantar el pais, la man-
¡ion de su poderío, y desde aquella altura no miraron al cimiento sino para
tacharlo de irregular y tosco, y tal vez para escupirlo. No es extraño, pue~,
que aquel acontecimiento haya sido el blanco de las acriminacione8 de sus
adversarios, cuando se ba visto tambien negado ó escarnecido por los mis-
mos que le debieron su importancia y elevacion.


Aquí empieza la lastimosa crónica de que todos hemos sido espectadores
ó víctimas: aquí empiezan las aberraciones que el partido verdaderamente
progresista rechaza y condena para que jamás se le acuse de contemplacion
ni menos de complicidad. El sirve á la causa de las ideas, y en ella á la causa
del pueblo, y no á las miras de eng/'andecimientos personales, trátese de
amigos ó de enemigos. Aliados suyos serán siempre los que defiendan la li-
bertad y trabajen por los adelantamientos y mejoras sociales; los que baio
el mentido nombre de progresistas quieran el poder para sÍ, la esclavitud, la
degradacioa y la miseria para el pueblo, no aspiran á otro bautismo que al
de desertoreg y apóstatas.


Entre todos los artícu los fundamentales de la religion del progl'csO, puede
colocarse al frente como lema de sus creencias su decidida oposicion á los
estados de sitio. Los estados de sitio son la muerte de todos Jos derechos y
de todas las garantiag; y el filó~ofo como el político los llamarán siempre
instrumentos de la arbitrariedad y no log reconocerán nunca por medios d~
gebierno. Iguales milximas habian profesado y sostenido en los cuerpog co-
legisladores los que des pues formaron ei pl'Ímer ministerio de la actual re-
gencia; mas eon a80mb/·o y e5cándalo se les vió capitular con sus convic-
ciones y arrojal' sobre pro\'incias enteras la ealamidad de un régimen excep-
cional que e8 el baHon de la época y el insulto mas osado á las teorías re-
eonocidas. La Constitucioll de 1837 dice en 8U art. 9.": « Ninglln español
puede ser proc'3z~rl(\ ni I'enteneiado sino por el juez 6 tribunal c(\mpetente en
virtud de leyeg antel'i0l'eS al delito, yen la forma que estas prescriben. 1J Los
jueces naturales ccsnn y enmudec~n (:In ]!)S eS!éJd03 de sitio, y 80n sustituidos
por otros de circunstancias, y no T)ocas veces de animosidad. La misma




DEL ÚLTlMO BORBON DE ESPAÑA. 1071
Constitucion añade en el art. 7. e: «No puede ser detenido ni preso ningun
español ni allanada su casa sino en los casos y en la forma que las leyes
prescriban.1J En los estados de sitio se desencadena por lo comun un poder
feroz, nada se respeta, la seguridad individual queda á la merced de 108
odios, de la dilacion y del espionaje que se proclaman como virtudes. ¿Pue-
den ser compatibleíJ el imperio de una fuerza ciega y el de la ley serena é
impasible? Pero se nos dice que en circunstancias críticas se necesita echar
mano de este medio duro para salvar el Estado.


Inconcebible parece que en el gobierno de los pueblos cultos y por mas
espinosas que sean sus situaciones, se alcance con el olvido y condenacion
de los principios lo que no pueda lograrse con su rígida observancia. Esta
falsa teoría es una evocacion completa de los sistemas despóticos. Y aunque
esta funesta necesidad fuera alguna vez admisible, podremos nosotros toda-
vía oponer á los insensatos apologistas de un régimen ilegal y destructor:
¿No está en la Constitucion el medio de proveer á ella al prevenirse en su
artículo 8.", « que si la seguridad del Estado exigiel'e en circunstancias ex-
traordinarias ]a suspension temporal en toda la m@narquía 6 en parte de ella,
de lo dispuesto en el art. 7. o, se determine por una ley? ¿Pueden hacer le-
yes los depositarios del poder ejecutivo, ni ha de ser tan triste la condicion
de los pueblos que vi van y gocen de sus derechos segun el antojo de sus mi~
nistros? Pero estos nos dicen: En tales circunstancias no puede goberna r
con la Constitucion, ni concilial'se con su observancia la conservacion de la
tranquilidad y del pais. Pues bien, les contestaremos: tomad para vosotros
la responsabilidad y las consecuencias de vuestra doctrina. Desde el mo-
mento en que se dice á un pueblo que no puede gobernársele con el pacto
que lo liga,. se le autoriza para respondel': Ese pacto es insuficiente, pala-
bra impía que no es sino el eco fiel de la blasfemia, escapada de la boca del
poder, y que tarde 6 temprano viene á caer sobre su cabeza.


¿Y han parado aquÍ pOI' ventura las contradicciones de los que militaron
bajo la bandera del progreso, hasta que la desconocieron y negaron en el
humo Je su elev3cion? Si echamos una mirada sobre sus actos, hallaremos
que los que con tanto empeño sostuvieron los fueros é independencia de las
municipalidades, pI'esentaron des pues á la deliberacion legislativa un pro-
yecto de ley de Diputaciones mas depresivo é inconstitucional que el de Ayun-
tamientos, que decidió el alzamiento de 1,0 de setiembre, Hallaremos que
los que repetian la palabra mágica de economías y arreglo en la adminis-
tracion, se han opuesto despues á rostro firme á las reformas acordadas por
las cortes, despreciando su poder, continuando tr'ibunales, oficinas y depen-
dencias que se habian sup"imido, y pagando de imprevistos, sin atrasos ni
descuentos, lo que antes se pagaba del presupuesto, con notablé retardo y de·
ducciones: hallaremos que los que proclamaban como el paladion de la liher-
tad y el freno de las arbitrariedades la facuItad del congreso en votar los




1072 HISTORrA DEL fUU:'i'ADO
presupuestos, despues se han mofado de ese paladion y han roto ese freno!
suspendiendo y disolviendo la representacion nacional, sin cuidarse para
nada de aquella autorizacion que creyeron SUplil' con su voluntad omnipo-
tente: hallaremos que los que hacian alarde de nuestra independencia, han
venido despues á comprometerla, presentándola en el mercado de las espe-
culaciones europeas, no de otro modo que como se presenta una mercancía:
hallaremos que los que en 1840, fundados en la Constitucion que hny rige,
predicaban á los pueblos desde la tribuna la resistencia al pago de contri-
buciones no votadas por las cortes en medio del peligro de la guena civil
que bacia urgente la necesidad de los sacríficios, ahora en el seno de la paz
apremian con dureza al pago de unos impuei1tos que no cuentan con la au-
torizacion legal porque el gobierno ha dispersado el poder público que de-
bia acordarla,


y así se obra, sin record3r siquiera que los nombres estampados en la
votacion en que se consignó aquella resistencia, son la condenacion mas in-
declinable de la conducta que hoy se sigue: bailaremos, por último, que los
que levantaban el grito hasta el cielo contl'a las contl'atils de pr~stamos y
anticipaciones engendradas en la clandestinidad, despues han redoblado esos
mismos contratos tan oscuramente tejidos, y acaso con mas perjuicio para el
erario, que debe sentir Sil enorme peso. El partido progresista condena es-
tas deplorahle-s inconsecuencias: niflga como producto de sus doctrinas uno!!
hechos tan inconciliables con ellas; pOI' eso merece ¿ sus adrersarios el nom-
bre de inquieto y perturbador. Nada le importa; abl'azado con su concien-
cia, no inciensa jamás á los falsos ídolos, no transige con sus convicciones,
y oye en calma que se le acuse de que no :leja gobernar, cuando sabe que
lo que no permite en su linea es despotizar,


Tocarnos el último período de los sucesos. El ministerio actual, heredero
de los errores del que le precedió, CGmo de su pensamiento, ha procurado
realizado; y el tl'3nce de una disolucion por que ha tenido que pasar, ha
corrido de todo punlo el velo á sus designios. Igual vicio é igual desprecio
de las prácticas padamentarias se nota en su ol'Ígen: igual, y aun mas es-
candaloso atropello de todas las garantías sociales; igual ó mayor desórden
en la adminisll'acion económica; pero todavía estos males, por gl'3ves que
sean, pierden de su impol'tancia cuando se comparan con excesos de mayor
monta,


Pronunciando un grito de alzamiento en la capital del antiguo Principa-
do, emporio de nuestro comercio y centro de nuestra industria, grito que
sin duda contribuyeron en gran manera á producir los repetidos desmanes
del régimen que allí se ejercía; el gobierno acudió á sofocarlo, aconsejando
que fuera á presidir una catástrofe al que imágen de la divinidad en la na-
cion, solo debe dejal'se ver como un genio tutelar y benéfico. El congreso
de los diputados, que seguramente conocia lo inconstitucional de este divor-




DEL ÚLTIMO BORBON DE ISP AÑA. 1078
cio entre el poder real y parte del ejecutivo, no menos que lo inconciliable
con los principios en el aventurado paso de rebajar hasta la esfera de accion
al que en el lugar que ocupa es irresponsable y sagrado, al paso que pre-
sentó esta justa idea en una proposicion que quedó sin discutir, ofreció al
gobierno la cooperacion mas franca y leal, aunque con la cláusula expresa
de que se obrase dentro del círculo de la ley; y el poder, como si quisiera
bacer alarde de desmedida arrogancia, como si quisiera dar en cara con aire
de escal'Dio á la representacion nacional, ha declarado estados de sitio, ha
impuesto y cobrado por sí pesados tributos, abrogándose atribuciones judi-
ciales en la aplicacion de las penas, y ha consumado con sus ilegales dispo-
siciones en el triunfo, los irreparables daños que antes produjeran sus bom-
bas en el fUI'Ol' de la hostilidad. Sin miramiento alguno á su palabra, so-
lemnemente empeñada, de que ]a suspension de las tareas legi~lativas solo
duraria el tiempo que durasen aquellas circunstancias, ha concluido pDr aca-
llar la voz de los representantes del pais, para que este no pudiera oir la
verdad de labios independientes, á través del eco de ciegas parcialidades,
y de 103 arrullos de la lisonja.


Una nueva escena se prepara, y en ella no hay que esperar ni mas mo-.
ralidad, ni ma8 justicia. Para dominar en las elecciones fal~eando el voto
público, la opinion acusa a] poder actual de que remueve, traslada y nom-
bra empleados con el solo objeto de que sirvan á sus fmes, Nada importa
que el funcionario público encuentre su ruina y la de su familia como único
premio á la rectitud y á su celo; nada importa que se comeLa un delito con-
tra la nacion, imponiéndole una voluntad que no tiene, con la seduccion ó
con la fuerza; nada importa que se desmoralice al pueblo enseñándole la hu-
milde dtfel'encia de los esclavos ó el tráfico fin de su con¡;iencia; es necesa-
rio que el poder triunfe y que el pais entero se incline para levantar solJre
sus hombl'os el sistema que lo arruina y los hombres que lo desprecian.


Tal es la situacion, electores, La lucha que va á empeñarse es legal, es
tranquila: es lucha de los derechos que la Constitucion os declara, y de la¡;
opiniones en que nadie puede haceros violencia, Esta vez; mas que ninguna
otra, ]a uma electoral puede sel' la tabla que os sal ve del naufragio, pero
pensad tambien que puede convertirse en otra funesta ceja de Pandora. Es-
tamos cansados de oir promesas vacías y palabras sin cumplimiento. Some-
ted esas palabras con que todavía se intenta alucinaros á la prueba de la
experiencia y del exámen, y decidid en vuestro cOI'azon qué encontrais en
ellas de realidad.


Se nos dice que bay Constitucion, y la Constitucion se ha convel,tido en
una medida elástica que se acomoda á los designios de los que con ella en-
cubren y excusan su arbitrariedad. Se nos dice que bay seguridad personal,
y se prodigan los estados de sitio, los encarcelamientos, los destierros y las
persecuciones, Se nos dice que hay respeto por los cuerpos deliberantes, y




107! HISTORIA DEL R8INADO
se les suspende y disuelve cuando Jo difícil de nuestra situacion hacia mas
indispensables sus trabajos y su concurrencia. Se nos dice que hay Milicia
nacional, á quien está encargada la conservacion de los derechos y garan-
tías, y la Milicia es desatendida en todas partes, y desarmada en muchas
por la sola voluntad de 108 que la aborrecen porque la temen. Se nos dice
que rige el dogma santo de la igualdad ante la ley, y la nacion toda es la
herencia de una familia favorecida y privilegiada. Se nos dice que este es
un sistema en que está abierta la puerta al mérito y á la viI,tud, sistema de
capacidades y de desal'l'ollo, y el mérito y la virtud son postergados, cuan-
do no perseguidos, en tanto que parece buscarse de propósito por lo comun
para los destinos públicos las mediocridades mas insignificantes, ó las nu-
lidades mas completas.


Se nos dice que se trabaja por la dicha y prospel'Ídad del pueblo, y el
pueblo paga hoy tal "ez miJs, y sufre mas que cuando la guerra civil lleva-
da á toda su pujanza y eUCl'udecimiento, reclamaba inmensas exacciones y
costosos sacrificios, en tanto que se patrocinan y perpetúan los abusos, ne-
gándose á la~ economías que debieran aliviar la suerte do los contribu-
yentes,


Deteneos un momento, electores, en esta considemcion para calcular la
trascelldeneia de vuestro voto. Sí, este es el cuadro exacto, aunque doloro-
so, de los hechos, y si así obra el gobierno habiendo tenido contra sí la opio
nion de los cuerpos deliberantes, la de la imprenta casi en su totalidad y la
del público, cuyo clamor se levanta de todas partes contra una marcha tan
inconstitucional y funesta, ¿qué sucederia si falseadas las eleccione!!! por el
podel', llegase este á contar con unas cortes deferentes y dóciles á sus insi-
nuaciones, que pusieran el sello á todos su" desmanes?


¿Y es para esto para lo que hemos atravesado un período de desastre~,
señalado en todas sus partes con la sangre de tantos mártires que hicieron
aJ país el sacrificio de sus vidas? ¿Es para esto para lo que los pueblos han
visto desaparecer sus familias, destruir sus fol'tunas, y penetrar el hierro y
las llamas en el hogar tranquilo en que se albergaba la felicidad doméstica?
Entonces se trabajaba con la esperanza de un porvenir dichoso: hoy solo se
lloran amargos desengaños, y como consecuencia suya se han debilitado las
creencias, se ha amortiguado la fe, se ha concentrado el entusiasmo, sin que
los autores de esta trasformacÍon advie¡'tan el peligro, ni quieran conocer
todavía que si un sistema se destruye por el odio, tambien puede caer po,' la
indiferencia,


No deis vosetros, electores, muestras de este síntoma infalible de muerte,
Acudid á las urnas, y elegid homb¡'es que no deseen empleos, condecora-
ciones ni favores que muchas veces sacrifican á la vanidad personal el inte-
rés de los pueblos: hombres que en la discusion miren siempre al pais, y
nunca á sí propios: hombres, en fin, qlle profesen las ideas del verdadero




DEL ULTUMO BORBON DE ISPAÑA. 1675
progreso, reducidas á sostener la Constitucion en toda su pureza y en la mas
escrupulosa y rígida observancia, el trono de Isabel 11, al cual deben servir
de escudo todos los pechos leales, y la regencia del duque de la Victoria
basla el momento mismo en que termine la minoridad. Este es el único me-
dio de parar el golpe que tan de cerca nos amaga; de constituir un gobierno
verdaderamente nacional; de asegurar á los principios el respetv que hoy no
se les tributa, y de hacer que esta gran nacion, elevada al rango que le cor-
responde, salga del vergonzoso estado de patrimonio de algunos, para per-
tenecer á todos, y ser libre, independiente y feliz.


Madrid 20 de enero de 1843.-Joaquin María Lopez.-Joaquin Fran-
cisco Campuzano.-Antonio Gutierrez Solana.-Pio Pita Pizarro.-Juan
Bautista Alonso.-Vicente Collant~s.-Pedro Mata.»


(H)


A los españoles.


(1. En la ardua y complicada posicion á que el conflicto de las pasiones, los.
artificios de la intl'iga y 61 carácter mismo de los acontecimientos han traí-
do nuestras cosas públicas, la voz del Regente del reino dirigida á sus con-
ciudadanos, y hablándoles con la ingenuidad que acostumbra de los grandes
intereses que afectan ahora al Estado, quizá sirva á disponer conveniente-
mente los ánimos para que reunidos cuantos de veras amen el bien de su
pais, se encaminen á un solo fin y se penetren de un solo pensamiento.


Porque la fuel'za que produce esta generosa conformidad de miras y de
esperanzas en los buenos es irresistible, españoles. Con ella se desvanecen
las dudas, se allanan las dificultades, se ahuyentan los peligl'os; con ella
espero yo que conjuremos este nublado de contrariedades con que la ma-
1evolencia nos amaga, y que al impulso de vuestra volpntad unánime y re-
suelta se disipe prontamente como el humo.


Vosotros habeis visto con qué teson, con qué ahinco nuestros enemigos
reproducen y continúan su plan maquiavélico y cruel de dividirnos, de fa-
tigarnos, de que no podamos dar asiento á nuestros negocios, de que tome-
mos, en fin, odio y hastío, primero á los hombres, des pues á las co.,as mis-
mas. De aquí el desenfreno de la imprenta, la disfamacion personal, la COl"
rupcion llevada á todas partes, la division introducida entre los vencedores
de setiembre, tan acordes en los gl'andes objetos políticos, tan exlrafia y las-
timosamente hostiles en puntos secundarios de adminislracion y de 6rden.
De aquí tambien esos dos acontecimientos escandalosos y graves que han
perturbado la paz de la monal'lluía en estos dos años últimos, y en que los
enemigos de nuestras instituciones han apurado su odio y most¡'ado á las
claras su incesante perversidad.




1076 HISTORIA. DEL RKINADO
El uno fué el atentado de octubre, en que llevando sus alevosos intentos


hasta el sagrado del regio alcázar, y cargando SU8 minas destructoras deba-
jo de los cimientos del tI'ono, presumieron volar con él de una vez nuestras
mas dulces espm'anzas, y sume/'gimos de pronto en la mas espantosa anar-
quía, El mundo ha visto cuál {ué el éxito de tan abominable designio, que
tuvo su término en la ruina y oprobio de sus ejecutores, cual cOl'fespondia á
su intento tan sacrílego como temerario,


No esca¡'mentados aun, permaneciel'OD en su propósito, pero variaron de
plan, Sin dÍl'igÍl' el puñal como la vez primera derechamente al corazon,
tratal'Oil de envolvernos en una guerra civil, esperando que se prolongase
tanto como la que se terminó en los campos de Vergara, y escogiendo á la
rica y populosa Barcelona para centro y púnto de apoyo en su pérfida agre-
sion, allí establecieron su arsenal de intrigas y arterias; y alli acudieron co·
mo auxiliares suyos los vagamundos de Europa, escoria de todas las nacio-
nes, que sin patria, sin hogar, sin vínculo social ninguno, son siempre viles
instrumentos de la mano alevosa que los paga. A ellos y á sus crueles insti·
gadores es debido el inminente peligro que ha corrido aquel emporio de
nuestra indush'ia, y los males que ha tenido que sufrir pOl' su mal aconseja-
da temeridad, Debet' era del gobiemo reprimir vigorosamente una rebelion
declarada y castigada con severidad para escarmiento en lo futuro, Fuerzas
le sobraban para ello, h ocasion ya era suya del todo, la resistencia impo-
sible, Con qué miramientos sin embargo haya procedido á la l'eprüsion, con
qué templanza haya usado del castigo, la España\ la Europa lo sabe, y
contra la notoriedad de los hechos no es posible que prevalezcan las vanas
declalLaciones, las groseras imposturas: esas armas quédense en buen hora
para los fautores, para Jos cómplices del alzamiento, que se desquitan con
!lIlas de las esperanzas que han perdido,


Pero si bien en estos accntecimient08 la causa nacional ha triunfado del
peligro, y se ha sobrepuesto gloriosamente á él, no pOI' eso su influjo moral
en el espíritu público deja de ser tan efectivo como evidente, Ellos han pro·
ducido nuevos intel'eses, nuevas pasiones, dificultades nuevas, El aspecto de
nuestros negocios es hoy enteramente diverso y presenta muy diferente ca-
l'ácte¡', que el que tenian cuando se reunieron en marzo de 41 las cortes
que han cesado, Conveniencia pública, ó mas bien necesidad, el'a convocar
una nueva repr{lsentacion en que se pusiese bien de manifiesto cuál fuese la
voluntad nacional respecto de las necesidades y de los remedios que la nue-
va süu3cion de las cosas exigía de los poderes del Estada, Animado de es-
te cspÍl'itu, y con este objeto solo, he usado en esta ocasion de la facultad
que me da la Constitucioo, y con acuerdo del Consejo de ministros he disuel-
to el congl'eso de diputados y están convocadas nuovas cortes,


GI'é1nclea son pOI' cierto, á par que nobles y gloriosas, las tareas que van
á ccuparla,; inmensos los servicios que pueden hacer á su patria, los llue-




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 1017
vos legisladores, si llenan los destinCls á que en este momento crítico y vi-
tal son llamados, Sistema trihutario, ol'ganizacion de la fuerza pública y del
poder judicial, códigos, crédito publico, p¡'esupuestos castigados con la mas
seyera economia, nÍ\"elacion aproximada de ingl'esos y de gasto!!, recursos
para llenar el déficit en el cumplimiento de las obligaciones, Ayuntamientos,
Diputacione", Gobiernos polHicos, imprenta, Milicia nacional, instruccion
pública; á tanlo es fuerza atender con las buenas leyes orgánicas que estos
objetos requieren y que ya la Constilucion neceRita para consolidarse y pro-
ducir sus naturales consecuencias: objetos de la mas alta importancia, deli-
cados lodos, y todos difíciles, si es que puede haber algo difkil á una vo-
luntad firme y cGustanle, á la genuidad, á la buena fe, á un ilustrado y bien
dirigido palriotismo,


Necesario es pues que al acercaros á la mna electoral considereis bien el
nombre que vais á deposita!' en ella, y si el ciudadano que le lleva es capaz
de desempeñar tao grave.;; atenciones y de defender tan caros intereses, No
pretendo yo, ni de ningun modo me CúlTesponde, séñalaros la clase, la opio
uion, el partido á que hayais de acudit, para acertar, No, españoles: todos
los partidos, todas las opiniones, todas las mil'as que se comprendan en los
límites de la Conslilucion pueden ser útiles al servicio del Estado; en todas
se hallan personas de saber, de servicios y de vil'ludes que merecen este ho·
nor, y en quienes podeis depositar debidamente yueslI'a confianza. Para mí
son respetables toJas, y para ei propósito de que ahora se tr3la, igualmen-
te necesarias y convenientes, Lo que importa es que los elegidos, cuales-
quiera que sean la opinion y COIOl' constitucional á que pertenezcan, sean
hombres de Jispierta razon, de buen consejo, sufieientemente instruidos en
las necesidalles y I'CCursos d8l pais, de virtud y probidad reconocida, áspe-
ros á la intriga, impenetrables á la corrupcion, inaccesibles al miedo, No
soy yo ciertamente quien tale3 condiciones exige; lo que es la patria, lo
es la virtud, lo es la llP,cesiJad de las cosas, Estos hombres son los que han
de mostral' al mundo que los españoles saben gobernarse á sí mismos; ellos
los que han de probar que una nacion de catorce millones de habitantes,
libremente constituida, y con una fuerza pública bien organizada, se siente
con derecho á tener una vohmlad, y está resuelta á tenerla,


En cuanto á mí, que elevado por la confianza y benevolencia nacional á
un puesto tan alto, revestido de una autoridad tan extensa, no puedo estar
animado de las miras y pasiones que tienen tanta cabida en los debates par-
lamentarios, yo Oil doy eslos consejos r,on la mas perfecta imparcialidad,
con la mas pura buena fe, Ya, ¿qué puedo yo desear? Mi destino empezó á
escribirse en los campo:; de Vel'¡.;ara, y la Pl'ovidencia le acabó de determi-
nar con los sucesos ele scli~,llb¡\~ en Cataluña, y con el puesto á que me al-
zaron IJs corles en ~IJlli'iJ. Bien sé que mi responsabilidad es inmensa¡ pe-
ro tengo abierto y bien trazlido el sendero en la naturaleza de mi encargo,


TOMO n. !:le




1078 HISTORIA DEL RRINADO
en los sucesos de la fOI'luna, en la lealtad de mis principios, en la moderll-
cion de mis deseos. Cien veces lo be dicho y jurado y otras ciento lo repe-
tiré y juraré; conservar, cúnsolídar la libertad política y civil de nuestra
patria, mantener iles9 el trono constitucional de Isabel JI, y deponer á sus
piés la autoridad que ejerzo en su nombre en el punto mismo que lo dispo-
ne la ley fundamental, tales son mis deberes, Clm'os, precisos, determina-
dos, no necesitan de explicacion ni de ir. terpretacionesj menos para mí que
pura nadie, y estad seguros de que los llenaré.


A este fil'me propósito de mi parte es consiguiente la enconad:l contradic-
cion que experimento. Yo, hombre del pueblo, soldado de fort.una, favore-
cido por la suerte con sucesos militares, debidos menos á mi c8pacidad y á
mis talentos que al valor de las tropas que mandaba, y á la hnena causa
que defendia; pacificador de la guerra civil; aSl:'gul'ador de la Constitucionj
encargado por la voluntau nacional de r<'gir el Estado durante la menor edad
de nuestra Reina, y defender su trono y nuestras instituciones polític;}~, ¿có.·
mo era p(,siLle que los encarnizados enemigos de estos objetos sagl'adg8 no
hiciesen blanco de SU!! iras al que vosotros habíais pt1{13to delante por su es-
cudo? Tramas, conspiraciones, aménaza3, denuestos, injurias, calumnias,
improperios, todo lo apuran para desau tOfizarme con yo:,otrGs, y con la Eu-
ropa, para desviarme de mi noble prop6sito¡ y si fuera po~iLle, para intimi-
darme. Ellgáñanse mucho en ello: alguna vez ha Ilrgí\do <Í mi notiria ('ste
vil é indigno clamoreo, pero como llegaba en pI ('ampo de h~!~P3 :1 mi? oi-
dos el silbido de las balas disparadas por los enewigo¡;\ de la lldn:.l, que no
me arredrabl'an para ir den9dadamente 3 encontrarlos y tremolar triunfante
el pendon nacional en medio de sus dl)stl'ozados batallí\!1f'3.


Que no se equivoquen: allá donde salto la mns !eH) chi;;p't dr discordia
civil, donde se dispoLga la meno\' lJ'nma contra los de]'ceho~, de IS:Jbel JI, ó
cantra la Con~titucion que hemos jurado, doede se forme cual'1ui("'(l conspi-
racion contI'a el honor y la independencia españolo, allá .,.oI8r(~ yo, fuerte
con la opioion nacionnl, apoyado en la genr,l'o~a Milici:l ciudar':::Ga ~.' srgui-
do del ejército, modelo de lealtad y patriotismo como de valor y disciplina.
Allá volaré, repito, y destruiré y castigaré severamente cualquiera intento
que conciban esos ale\'cs españoles indignos de tal nombre. Así han sido es-
carmentados en octubre delante del real alcáz3i', así en Nayarra, nsí ~lbora
últimamente en la extraviada Bal'celon~. Y esta fortuna que el cielo ha ron-
cedido hasta aquí á las armas nadonales encomendarlas á mi dirccion, yo es-
pero que se la cc.nsene y me la conserve en adelante para confusiun y rui-
na de esa incansable perversidad, que se está festejando tanto tiempo hace
con nuestrcs males y se ha propuesto esclavizamos y destruirnos.


y esta seguridad, españoles, no nace de una vana confianza en mi fuerza,
en mi acierto, en mi fortuna. No: ¿qué soy yo solo sin vosotros? Pero por el
raudal de los acontecimientos, que no ha estado en Jamano de nadie ni di-




DEL ULTIMO BOREON DE ESPAÑA. 1079
figir ni contener, yo he renido á: ser en algun modo el representante de
aquella opinion y voluntad popular que hace 3 O años se levantó á defender
su honor y su independencia contra la agresion espantosa de Napo:eon, y á
despecho del abandono de sus príncipes y del desaliento y tristes auspicios
de Jos poJilicos, puJo mas que aquel coJoso. De aque}}a vo]unl;¡d que quiso
tener libertad polílica y civil para que la España no fuese expuesta otra
vez á tan ignomio,o ullI':..je; que reconquistó en el año de 20 la libertad que
pOI' un exc('so de lealtad habia perdido; que despojada de ella por una in-
"asion extraña auxiliada de nuestras discordias, la volvió á proclamar con
el nombro de Isabel lI; que la ha defendido heroicamente contra los esfuer-
zos de don L:arlus, y de sus parciales; que la ha sostenido en setiembre con·
tra las inLrioas y tramas interiores; que la ha sacado triunfante en estos úl-
ti¡:nos acontecimientos. En esta voluntad está mi fuerza, en ella mi confian-
za; y si los ICtiisladores que vais á nombrar vienen penetrados de los mis-
mos sen tjwientos, la grande oLra, ya tan adelantada, será coronada por su
cima. As! cuando llegue la época que prescribe la ley, en que nuestl'a reina
Isabel Etntada en el trono de sus mayores torne en sus juveniles manos las
riendas del óobiel'ilo, vosolros le entregareis un reino tranquilo dentro, res-
petado fU;~i'a, defendido por vuestro "alor, regado con vuestra sangre, cons-
tituido j' ordenado por \uestl'a sabiduría, y nada habrá quedado por hacer
á vuestro patriotismo, nada á vuestra lealtad.


Madrid () de [re!Jl'úro ele 1843. -El duque de la Victoria, regente del
reino. -El presidente del Consejo de ministros, ministI,o de la Guel'J'a, José
Ramoll Rodil.-E1 milli~ll'o de Estado, I1defonso Diaz de Rivera.-E1 mi-
nistro de Gl'aeia y Jllstida, Miguel Antonio de Zumalacal'l'egui.-E1 ministro
do Milf'ina, COUli:lr~io y Gobel'nacjon de U1tl'amar, Dionisio Capaz.-E1 mi-
nistro de 1Ii.l0icliJ:1, Ramon María Calatrava.-El ministro de la Goberna-
cion de la Península, Mariano Torres y Solanot.»


(1.)


«El Ayuntamiento de Barcelona ha dirigido una expos!cion al Congreso
pidiendo fol' fiule una acusacion contra el go~ierno que bombardeó é incen-
dió á aquella infeliz ciudad, lló aquí este notahle documento:


A las codeso - A consecuencia de los últimos aciagos acontecimientos
de noviemhre del ario próximo pasado, el actual ministerio holló con sus me-
didas bárbaI'as y caprichosas, escandalosamente la Constitucion y las leyes.
Barcelona rué víctima de la mas atroz injusticia, de la emeldad mas des-
medida. El cor:lzon se estremece de horror al recordar las d~sastJ'osas y san-
grientas escenas de que fué teatro la segunda capital del reino, debidas á la
impl'evision y perfidia del gobierno á quien en mal hora y conll'a todas las
prácticas p'lrlamentarias se le confiaran los destinos de esta nacion magná-




1080 HI5TQRIA DU REINADO
nima, No se contentaron nuestros hombl'es del podel' con el tenible y es-
pantoso bombardeo del dia 3 del último diciembl'e que dirigieran desde
Monjuich contra los edificios de esta poblacion y con asombro de las nacio-
nes menos cullas y civilizadas de Europa: no, sino que des pues de mirar con
sardónica sonrisa y con la mayo!' san.;re fl'ia, desde aquel castillo, las lla-
mas que devoraban un respetable número de casas de propietarios que ni
siquiera habian tomado parte en el movimiento deplol'able, y muchos de los
cuajes no tu\'iel'on tan solo noticia de él hasta trascurrido un lal'go periodo,
acabaron de hacer tl'izas nuestro pacto político, quisiel'(1ll consumar la obra
mas negra que allá en un mezquino consejo concibieran pura escarnio y befa
de un pueblo que t\lntos sacrificios ha prestado á la causa de la libertad.


A manera de conquistadol'es entraron las leales tropas tlel ejército en esta
capital solitaria en aquel entonces, y cuya vista cubria de amargura el co-
razon al contemplar mas de 400 casas destl'uidas por mil y tantos pl'oyc~­
tiles de toda especie que se arl'ojaran, causal~du á la~ lincas un pprjuido de
cuatro millones de reales y de ocho millones á los efectos y muebles, segun
datos fidedignos, y á manera de país con'luistrtc!o fu(~ tratada Barcelona du-
rante un tiem po determinado con toda clase de vejaciones y atropellamien-
tos, y sin rmb31'go Barcelona no se resistia, y sin embargo Bal'c31ona á la
sazon mas tranquila por los esfuerzos da sus dignos alcaldes de barrio y
otras personas sensatas, de reputacion y de pl'pgtigio , babia ofrecido el li-
bre paso 31 gobierno de S. III. que siempre recor.iJció como tal, sin que de-
muestre otra cosa el grito que se diera por unos cuantos incautos.


A su entrada en esta capital, siguiél'onse ban(!os avasalladores y despó-
ticos que cubren de oprobio é ignominia así al gr¡hiB!'no que los sancionara,
como á los agentes que los autorizaran, El haberse ocupado de ellc.s la pren-
sa periódica de todos los matices políticos con hastante aeierto, releva el esta
corpol'acion del penoso trabajo de reproducirlos y de COlllentar!0s, Despues
impúsosp por ese ministerio fatal para la pobre y l'squilmada España, una
contribucion, prC'piamento bablando) de doce millonf's de reales, condeco-
rada con el título de multa, usurpando las f:.¡culladé~ dt.l lag cortes, y exi-
giéndola por los medios mas arbitrarios de todos Il18 habitantes de esta nu-
merosa poblacion y con la doble é inimaginable injusticia de no distinguir
los inocentes de los criminales, cuyas calificaciones no resultal'on previa-
mente por no haberse procedido á su averiguaríon.


Esto hubiese retardado la reeaudacion del dinel'o, de esa cantidad exor-
bitante é incompatible con la I'Íqueza de esta capital abatida ya pOI' tantos
golpes de muerte como ha recibido desapiadadamente, y semejante retal'do
no con venia á las ambiciosas miras quizás que presidieran, 6 á los mezqui-
nos sentimientos que á tales atentados condujel'an,


Luego una comision militar conocia de los delitos que anteriormente se
perpetraran, cuya creacion fué tan ilegal, segun nuestra legislacion, como




DEL ULTIMO BORBON DE lSPAÑA. 1081
lo era el dar (uerza retroactiva á sus fallos 6 disposicion, del mismo modo
que si una ley del dia de hoy pudiese aplicarse para castigal' un exceso co-
meíido en el dia de ayer.


Pl'escindiendo aun de la improcedencia, de lo anti-constitucional de ese
tribunal improvisado por la fuerza, ¿en qué pais se establecen leyes para cas-
tigar delitos perpell'ados con anterioridad, como acontecia en Barcelona?
Fueron en seguida amenazados por ]a autoridad militar los vecinos ausen-
tes de esta ciurlad con derribal' las puertas de sus casas si in:nediatamente
DO se pl'esentaban, y allanáron~e en efecto habitaciones! si no á consecuen-
cia de esa merlida, al menos á causa de resistirse pasivamente sus dueños
con la ley fundamental en la mano, al pago de las cuotas señaladas con las
puntas de las bayonetas, y con el objeto de "apagal' la excesiva sed de los
doce millones de reaies que á todo trance se demandaban,


Atropellóse por toe!o; el sagrado del domicilio, que la Constituci'on gua-
rece, fué asimismo profanajo, POI' úllimo, las mas preciosas garantías ciu-
dadanas fU~I'on groseramente escarnecidas y pisoteadas por seis hombres
calificados de imbéciles é incapaces, y que esta corporacion no quisiera que
fuesen españoles, ¿Qué importa que hayan jurado guardar y hacer gU:J['(~ar,
la Constitucion de la monarquía española, si las mas hermosas páginas de
esta misma Conslitucion pueden rasgarlas con el mayol' escándalo é impu-
nemente á cada paso? El ministerio vale menos incomparablemente que ]a
Constilucion y el pueblo, y á pesar de esto el ministel'Ío, cuando le place,
veja é insulta al pueblo á su albedrío, é infringe abiertamente la Conslitu-
cion poniéndola debajo de sus plantas, La ley fundamental, pues, será una
solemne mentira, y á la nacion española se la habrá engañado tambien so-
lemnemente, si desde luego á los ministros actuales no se les exige por las
cortes la mas severa responsabilidad, «Son responsables los ministros» dice
el art. U de nuestro código, y esta responsabilidad fuerza es que se haga
efectiva en satisfaccion á la vindicta pública, No mas atentados pOI' parte
del gobiemo; el congreso acusando y el senado juzgando I'ectamente deben
poner coto á tantas demasías,


Ha de haber llegado ya el dia de la expiacion de tantas infracciones
constitucionales, Y ya que durante las terribles circunstancias á que este
Ayuntamiento se refiel'e, nada valieron al mismo protestas razonadas, oficios
y comunicaciones llenas de raciocinios indestructibles, porque no existían
para los babitantes de esta capital la Constitucion y las leyes á voluntad de
unas cuantas personas que los sujetaban con la fuerza, solo con la fuerza; y
ya que durante aquellos días de general conflicto, repite esta corporacion,
ni los lamentos ni las súplicas seguidas á las mas constitucionales obsel'va-
ciones ningun efecto produjeron, antes fueron despreciados altamente con
amenazas que revelaban los peligros positivos reservados á la misma que
]as dil'igia, levanta ahora la voz en nombre de sus representados en este mo-




1082 HISTORIA IlEL REI1UD!)
mento en que ha sonado la hora del general desagl'avio pal'a que el con-
greso de señores diputados formalice desde luego la mas rigürosa acusacion
contra el ministerio, yel senado despues juzgue tambien con rigor al mismo
ministerio, Responda este siquiera pOI' una vez de habel' despedazado en
Barcelona los arlÍculos 2,°, 7:, 8:, 9.", 12, 63 t Y 73 de la Constilucion
vigente segun queda demostrado y )0 justifican las publicacioms oficiales,
Esta es la SUPLICA. que dirige hoy esta municipalidad á los padres de la
patria, no dudando qlle será ella favorablemente acogida, pllesto que la na-
cion española lo demanda y tiene pOI' otra parte derecho á demandarlo,
Con esto paga este Ayuntamiento al pueblo que representa el trilmto que
merece, y rinde tí la causa pública el homenaje mas solemne,


Casas consistoriales de Barcelona á 7 de abl'il de 1843,» -(Siguen las
fiJo m as , )


(M)


A los españoles todos, los ciudadanos que suscn:ben,


«Tal vez no lo creais, conciudadanos, y sin embargo es cierto, La histo-
ria de nuestras fatales deEavenencias políticas ennegrecerá otra página con
su relato, Aun humea la incendiada Barcelona; palpitan aun Jos centena,-
res de mutilados cad~vel'es que en sus calles se tendieron; el eco alerrador
de la repl'obacion pública con que la Europa y el mundo entero ha sellado
aquel suceso no se ha acallado aun, y otro pueblo, el mas rico, el segundo
en Cataluña; la fabril, la agrícola por excelencia, la patriótica villa de Reus,
morada de treinta mil españoles, ha sido ayer el teatro de aquellos renova-
dos crimenes,


Desde la instalacion de )a Junta, se preveia un choqlle; pero nunca podia
persuadirse esta ni nadie que llegase á ser de semejante naturaleza, mayor-
mente cuando toda la pl'ovincia, la de Barcelona y Lérida l1abian levantado
y seguían levantando las demás de España la bandera de justicia enarbolada
allí.


Ya el dia 2 del que rige unos batallones, al mando del general Osorio,
vinieron á intimal' la rendicion: paso infructuoso, Tuvo aquel jefe que reti-
rarse~ y su aparicion sirvió solo para probar la justicia de la causa que desde
el primer dia y á todo trance nos decidimos á defender. Así pasaren dias,
y cada nuevo sol veia aumentar el número de los que se unian á los princi-
pios que con seguridad llamamos nacionales. Continuábase recibiendo por ]a
via pública manifiestos y proclamas de pueblos y ciudades que se pronun-
ciaban contra la Regencia actual, y en la mañana de ayel', con las pruebas
del pronunciamiento de TOI,tosa, Bel'ga, Cardona y otros puntos vimos llegar
tambien al ya públicamente calificado Zurbano con diel ú once batallones,




D~L ÚLTiMO BORBON DE ESPAÑA. 1083
bastante (uerza de caballería y una fuerte batería de cañones, obuses y mor-
teros. Al ver ese aparato hostil, y como el dia anterior se hubiese roto el
fuego á una columna nuestra, sin que ella contestara, Cl'eimos con funda-
mento que ibam6s á ser atacados, y al ver que las baterías se disponian y
que la fuerza se desplegaba de un modo nada equívoco, el coronel Prim,
nombl'ado por la Junta comandante general de la provincia, envió á un ofi-
cial para saber lo que aquello significaba. Fuéle contestado por el que mano
daba la batería l que tenia órden de establecer aquellos trabajos, pero que
sabia que el general Zurbano queria oficial' antes ~e rompel' las hostilida-
des. Contestóle el coronel Prim, que puesto que así era, parase los trabajos;
y á la contestacion categórica de que tenia órden terminante para ejecutar-
lo, el caronel Prim mandó romper el fuego. Principió la batalla. Los dos
batallones de nacionales de Vich, y algunas fuerzas de la misma arma, que
de los pueblos comarcanos acudieron, COil muchos oficiales del .ején'ito con
dos comp3ñías de varios cuerpos que se adhirieron, pocas armas y menos
municiones, eran los medios que teníamos de defensa. Sin embargo de esta
debilidad l'elativa con la fuerza que atacaba, se defendió heroicamente aquella
poblacíon cuyo entusiasmo crecia á medida que la destmccion aumentaba.
Pero ya habian trascmrido seis horas sin que esos hOl'l'ores tan inútilmente
provocados tuviesen treguas, y forzoso fué ponedes un término. Mas de
seiscie.nto3 proyectiles habían ca ido ya sobre aquel pueblo noblemente desgra·
ciado, 3nlian dlJ veinte y cinco á tl'einta casas, mas de setenta eran ya rui-
nas, y á pesar de esos espantosos desastres el valor CI'ecia y aumentaba por
la justa indignacion, y nadie de los que ,odian tenerse en pié de cualquiera
edad, sexo ó condicion que fuesen, dejaba de prestar el senicio á que e1'a
requerido en beneficio de la causa comun.


A las tres de la tarde con corta diferencia cesaron los disparos de la ba-
tería establecida en la carretera de Zaragoza y tambien disminuyó de un
modo muy nolllb[e el luego de fusilería.


Entonces que para el mas escrupuloso estaba salvado el brillo de las ar-
mas, pues tácitamente la victoria nos pertenecia, se aprovechó aquel mo-
mento favorable para hacer una orgullosa transaccioD. Se tuvo en cuenta
para ello que la causa no podia comprometerse, ni siquiera perder nada y
sí ganar mucho en el convenio que se hiciese, pues asi se evitaria el sensi-
ble encarnizamiento entre españoles. Presentáronse pues al general Zurbano
proposiciones de tal naturaleza que nadie creía pudiese aceptarla!l. Las ad-
mitió do lleno, y aunque teníamos la gente armada y la demás que quisiese
salir diez y seis horas de tiempo para verificarlo, el coronel Pl'im á la ca-
beza de los dos batallones de nacionales de que se ha hecho mérito y de la
demás fuerza, previa seguridad de que no se vejaria en lo mas mínimú la
poblacion, respetando los heridos, personas é intereses con todas las garan-
tías de la mas honrosa transaccion! salió en columna cerrada, batiendo mar.




108t HISTORIA DU, RE1N! DO
cha y á banderas desplegadas con direccion á este punto, El entusiasmo rei-
naba en todos los corazones; el recuerdo de mas de treinta muertos de bala
rasa, é igual número de mujeres y niños enlel'f3llos en los escombros; de
setenta y cinco heridos tendidos en el hospital y de cien españoles fuera de
combate de la division de Zurbano, era 10 único que empaJidecia aquella im-
ponen te escena.


A paso reposado llegamos á este punto, Aquí, desde donde en nombl'e de
la patria, de la Constitucion y de la Reina os dirigimos la \'oz, españoles.
Desde donde os decimos la lerdad, áspera y descarnada como estas mon-
tañas en cuya cúspide hemos plantado el estandarte de la ley.


Bien cODoreis nuestros principios, nuestras creencias, la fe de nuestros
corazones: escuchadnos, pues, con nuestro corazon os hablamos ...


Despues de acriminar la conducta y las miras del duque de la Victoria,
anaden:


No litubeeis, levantaos unánimes y de una vez si en algo estimais la pa-
tria, la Constitucion y la Reina. Cuidado que la tardanza puede ser funesta
á la causa geueral, porque esos hombres de maldicion, esa funesta pandilla
no omitirá medio de fortificarse si tiempo le dais para ello, y si dormídos
en brazos de la confianza aguardais á mañana, tal vez será inútil el des-
pertar.


En cuanto á nosotros, cuya suerte está ligada á la de los valientes Su-
bit'á, Martell, Castro, Maluquer y otros y otl'OS hombres de justa nombra-
día, fuer les con nuesh'a razon y apoyados por miles y miles de valientes es-
pañ"les sostendremos la lucha, si luchar debemos, pues así lo ofrecimos y
así lo cumpliremos.


En estas montañas tremolará el pendon de la libertad y de la ley. Desde
estas montañas os lo ofrecemos, haremos guerra á muerte al poder dictato-
rial que os amenaza, y desde estas rudas asperezas haremos temblar en su
asiento á ese funesto poder, cu ya época llamará la historia de destruccior! é
t·ncendio.-Juan Prim.-Lorenzo Milans del Bosch.-Prades 12 de junio
de 1813.»


En la provincia de Gerona al secundar el movimiento la capital el 1 i de
junio dió la Junta la siguiente proclama:


«Gerundenses: Constituida esta Junta provisional hasta que se establezca
en la capital de la provincia la suprema en la misma, cree de su deber
diI'igiros una voz amiga á la par que enérgica.


El pronunciamiento que acaba de verificarse secundando el que resuena
por todos los ángulos de la Península, lleva el sello de la Justicia, pues se
encamina únicamente á al'l'anCar la nacion del borde del profundo pl'ecipicio
á que la han conducido pérfidos manejos, y á salvar las libm'tades patrias
por las cuales tan costosos sacl'ificios han prodigado los pueblos que hasta
ahora ningun beneficio positivo han alcanzado; pero un acontecimiento tan




DEL ÚLTHIO BORBON EE ESPAÑA, 1085
sublime y grandioso ya por su patriótica tendencia como por los fuertes obs.
tácnlos con que ha tenido que lucharse dentl'O de estos muros, es preciso no
se empafie con Dingun acto innoble que desdiga de la cOl'dura y honradez
que caracteriza á los habitantes de esta inmortal ciudad.


Decidida la Junta Ínterin subsista á sostener á lodo trallce la causa que
ha abl'azado, está de otra parte resuelta á hacer que se respete la seguridad
individual, y que ningun desacato se cometa á las leyes para lo cual queda
en adoptar las providencias conducentes,


La mayol' parte de los empleados de las oficinas de esta capital se han
apresurado á manifestar su adhesion al pronunciamiento, habiéndolo tam-
bien verificado el Ex.cmo. señor comandante general de esta pl'ovincia coa
su estado mayor, los brillantes batallones de infantería Africa y Córdoba,
el bizarro escuadron de caballería del regimiento de Castilla y demás par-
tidas sueltas que la guarnecen, como igualmente las partidas del ejército y
mozos de la escuadra que existen en la misma. Late en ellos un corazon es-
pañol, y no podian dejar de simpatizar con los que solo anhelan el esplendor
del trono constitucional, y el bienestar y libertad de la nacion, por cuyos
adorados objetos ban del'l'amado preciosa sangre en el campo de batalla,


Gerundenstls; dad libre expansion á esos sentimientos que con amal'go do-
lor habeis estado ahogando en vuestros pechos de fuego, celebrad ese fausto
dia que ha esparcido la calma y alborozo en la ciudad, y dad al olvido todo
resentimiento particular, contribuyendo de este modo á formal' de los espa-
ñoles una sola familia, labrando con tan halagüeña union la prosperidad de
la patria, bajo la enseña de viva la Constitucion de 1837, viva Isabel Il
reina constitucional, y vi va la verdadera independencia nacionaL»


En Barcelona el general Cortinez viendo la irritacion de los ánimos, y
atendidas las cÍI'cunstancias, se decidió á tOlI!3r parte activa disponiendo que
las tropas del distrito de su mando fraternizasen con el pueblo,


En virtud de esto los cuerpos de la guarnicion se adhirieron y el gober-
nador de Monjllich prometió entregar el puesto y salir con la guarnicion en
el momento en que se dispusiera su relevo,


La corporacion municipal hizo presente al público en un manifiesto estas
favorables noticias.


Decia así:
«Barceloneses: Pel' fin, á la agitacion y á la zozobra ha sucedido la cal-


ma y la confianza, Ya no existen los motivos de hostilidad entre los bravos
soldados de la patria y el pueblo que empuñara las armas para defender la
~onslitucion de 1837, doña Isabel 11 y la independencia nacional. Unos y
otros han derramado su sangre para conservar ilesos tan caros objetos, y
unos y otros pOI' doquiera se abrazan con fratemidad, llenos de júbilo, de
entusiasmo y de indecible satis{accion. VuestI'o Ayuntamiento está poseido de
placer, y an'ebatado de gozo al ver tan apetecible y feliz desenlace, se da la


TOMO JI. 137




1086 HISTORIA OIL nE[~ADO
mas completa enhorabuena ann cuando baya sufrido en extremo, como es de
suponer, durante la terrible crisis que va disipándose como el humo, diri-
giendo todos sus conatos y esfUel'Z03 á la salvacion de esta rica capital, y de
las vidas de sus honrados moradores, Ha logrado por último vuestra muni-
cipalidad lo que tanto deseaba: vuestl'a municipalidad, pues, en cambio de
sus desvelos y sacrificios, no ambiciona mas que el aprecio de sus repre-
sentados, de sus conciudadanos. Ella, que tomó la inicia ti va del pronuncia-
mien to, ella Id primera en lanzarse en la arena del combate, menosprecian-
do gra ves compromisos, será la última, sin duda, en entregarse al descanso
para que no se la halle desprevenida y se la haga sucumbir en su demanda.
S], esto hará vuestro Ayuntamiento.


» Regocijaos, barceloneses, con tan plausibles sucesos, y al hacerlo, re-
cordad que el Excmo, señor capitan general, cuyos sentimientos son gene-
rosos, hidalgos y españoles, ha dispuesto que los valientes soldados de su
digno mando secunden solemnemente el majestuoso pronunciamiento de e@!a
provincia, y cuyos soldados no podian dejar de haber hecho los m3S vehe-
mentes votos en favor de la bandera que lremolais. Saludadlos, barcelone-
ses, y entregaos á los inocentes regocijos que se os profesan, y expresen
vuestros actos lo que vuestl'oS cOI'azones dllmostraban, Reine la paz, la fl'a-
lernid3d y la alegría entre las leales tropas y el sensato pueblo barcelonés.
Todos al rededor de la bandera enarbolada, digamos con entusiasmo: ¡Viva
la Constitucion de 1837! ¡viva doña Isabel JI! ¡viva la indepnndencia na-
cional! jviva la suprema Junta de esta provincia!


»Al expresal'se así vuestra municipalidad debe consignar en este docu-
mento un recuerdo de gratitud hácia las personas de don Marcelino Valldu-
vÍ, diputado por la provincia de Tarl'agona; don José L1etjet, ex-alcalde 1.'
constitucional de la villa de Reus, y don Juan Vergés, capitan que fué de Jos
valientes cuel'pos francos, por los servicios que han prestado en esta capital,
como comisionados por esta provincia, ayudando á la cOJ'poracion que os di-
rige su voz y distinguiéndose con los rasgos patrióticos que les caracte-
rizan.


}) Para solemnizal' este dichoso dia, que bien puede llamarse así, vuestro
Ayuntamiento ha acordarlo la funcion siguiente:


» 1, o Se cantará en la Santa Iglpsia Catedral á las seis de esta tarde un
solemne Te Deum en accioD de gracias por tan feliz suceso, á cuyo acto
quedan convidadas todas las autoridades civiles, militares y eclesiá~ticas con
sus empbados, del mismo modo que los señores cónsules y cuerpos diplo-
máticos, sirviendo este aviso de esquela de convite, á causa de la premura
del tipmpo, esperando el Ayuntamiento que dichos convidados se dignal'án
acercarse á estas casas consistoriales á las cinco de esta tarde para acompa-
ñade.


» 2: La municipalidad se dirigirá por las calles del Call, Duque de la




D~L ÚLTIMO BOflBON DE ESPARA. 1087
Victoria, Rambla, Puertaferrisa, Boters, Plaza Nueva y regresará por la ca-
lIe del Obispo.


l) 3,· Se invita al vecindario á que ilumine esta noche las fachadas de sus
respectivas casas.


» 4, o Se daI'án dos reales á cada soldado, tres á cada cabo, cuatro á ca-
da sargento que pertenezcan á la guarnicion de esta plaza,


1)5." Habrá salva y repique general de c3mpanas.
1) 6: Quedan invitadas las empresas de los teatros de esta dudad á que


iluminen en la [uncion de esla noche las casas, y á que se canten himnos
alusivos á los sucesos del dia,


»7, • Se procUl'ará que algunas músicas recorran las calles en esta
noche,


l)Barceloneses: disfrutemos de estas diversiones que todos anhelábamos,
y repitamoil todos: ¡Viva la Conslitucion! ¡Viva doña Isabel II! ¡Viva la in-
dependencia nacional! ¡Viva nuestra Junta suprema! Nada de mueras, nada
de insultos, Confiad en vuestro Ayuntamiento y en las demlÍs autoridades,
aquel y estas vela¡'án por vosotros.»


Merece tambien citarse en este sitio la p¡'oclama del general Cortinez que
decia así:


AL PUBLICO,


«Deseando que desaparezca hasta la mas remota idea de desconfianza y
animosidad que pudiera haber entre unos españoles y otros, á consecuencia
de los acontecimientos pasados en que el ejército acantonado en este disli'i-
to, siguiendo los principios de la estricta disciplina milita¡', no ha tomado
parte, y sí esperado las órdenes de sus su periores, me ballo en el caso de
manifestal' al público cuálJS son mis sentimientos y los de mis subordi-
nados,


» Desde el momento en que mi ánimo se ha convencido de que los princi-
pios proclamados por la Junta suprema de esta provincia, son la expre3ion
del voto unánime de los pueblos, y los mismos que siempl'e ha abrigado en
su cOl'azon basta el último de los individuos de este ejército, á saber: Trono
consti lucional de Isabel n, Constitucion de 1837, é Independencia nacio-
nal, objetos que hemos defendido tantos años, no be vacilado un momento
en pone¡' término á los males que podian sob,'eveni,' en lluestra in~ierta po-
sicion, y que ya empezaban á sentirse. Las armas de la patria no deben es-
grimirse c(}ntl'a los pechos de sus conciudadanos, cuando estos expresan el
voto general y los sentimientos que á unos y otros nos animan, De consi-
guiente declaro aceptar los antedichos p¡'incipios, y adhel'irme á la Junta
central y voto de los pueblos.


»Barcelona 13 de junio de 1843.-Cortinez.»




1088 HISTORIA DEL REINADO
Como documentos importantes no hemos querido omitir los siguientes:


EL REGENTE DEL REI)!O A LA NAClON,


«Españoles: Tres días han pasado desde que os dirigí mi voz, la voz del
jefe del Estado, atento solo á su bien; la de un soldado que ha combatido
por su patria; la del que juró consagraríle lodo á la conservacion de ~us le-
yes, de su independencia y libertades. Desde entonces el mal cunde: cada
dia invocando melltidamente el nombre de estas leyes, se aumenta la auda-
cia de los que enarbolan el estandarte de la rebelion, y se obstinan en abrir
un abismo bajo nuestras plantas. ¿Me contentaria hoy con hablaros otra vez,
con haceros ver la since¡'idad de mis principios, de que Dingun hombre de
bien duda? lloy mis deberes son mas grandes: hoy me inspira su concien-
cia política que no cumpliré con el: os sino saliendo á combatir en person:: á
los enemigos de mi patria, á del'l'ibar ese sacrílego pendon bajo el que se
abrigan los enemigos del sosiego público, j Ya están conocidos sus designios
é intenciones!


»llombres de la libertad, de la Constitucion, y libel'ales de buena fe, que
aspirais á la regenel'acion completa de vuestro pais, ya habeis visto mas da-
ro que la luz del dia que estos movimientos son todos de reaccion y de ven-
ganza; que se os quiere arrancar el fruto de la gloriosa revolucion de setiem-
bre de 184.0; que se os quiere precipitar en la anarquía para allanar así el
camino de la se¡'vidumbre, ¿Y estaría el Regente del reino en la inacciou
cuando ruge tan negra tempestad sobre el horizonte politico de España? Es-
to quisieran los enemigos de mi patria, los que se complacen en su humilla-
cion, los que le pl'epal'au sus cadenas, En dos ocasiones parecidas dejé la
capital; la actual es mas crítica: mayores son los peligros que va á alTostrar
este soldado, mas crecerá su valol' y constancia, crecerán el ánimo, el alien-
lo de los que con justicia me consideran como la bandera de nuestras liber-
tades. Voy á merecer hoy mas que nunCl tan hermoso título. Sí, valientes
liberales, no defraudaré vuestI'as ellperanzas,


»Españoles, hoyos vuelve á prometer el Regente constitucional que no
entregará á la rebe!ion, á la anarquía las riendas del Estado; hoyos juro
del modo mas solemne hollar con pié firme cuantos obstáculos se opongan á
la libertad, á la gl'audeza, á la gloria de esta nacion tan digna de ser feliz
y venturosa, En derredor de mí, patriotas todos, i Vi van la libertad y la
Constitucion! ¡Viva doña Isabel 11, reina constitucional de las España~, J


EL REGENTE DEL REINO AL EJERCITO Y Á LA. l\ULIClA NACIONAL
DEL REINO,


«Soldados de la patria: La tea de la discordia vuelve á encendel'se por




DEL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA. 1089
los enemigos de la paz y de la ventura del pueblo español, amenazando los
intereses y las vidas de todos los buenos, y conspil'ando contra el-Trono
constitucional de nuestl'a inocente Reina. Esos apóstoles de los montes, esos
Proteos, esos hombres en fin dominados por las pasiones mas innobles, des-
garran la Constitucion que hemos jurado, comprometiendo á los incautos pa-
ra que sirvan de instrumento que sacie sus miras ambiciosas, Sin moralidad
ni fe,en sus principios, ellos se amalgaman para hacer la guerl'a al gran
partido liberal, que honrado y virtuoso marcha por la senda legal. Sin con-
ciencia en la justicia de la causa que proclaman de tantos modos, ni espe-
rama de tl'iunfo por los medios que la ley determina, ellos la ultrajan con-
duciendo la suerte de la nacion á la mas espantosa anarl]uía, porque de ella
solo se prometen Il)s resultados liberticidas que se ban propuesto. ¿Y cuál es
el motivo, dónde está el pretexto de tanto escándalo y de la profanacion del
culto nacional? Si yo juré solemnemente (¡ne habia de guardar á nuestra Rp,i·
na y regi!' el Estado durante su menor edad acatando la Constitucion, ¿po-
drá pl'obál'seme, ni aun de intencion, ]a menor falla de cumplimiento? Mi
re~peto ha sido tan profundo, que de él se han prevalido nuestros enemigos
para conspiral' abiertamente. Pero existe todavía un COl'azon de bronce que.
sirva de escudo á los buenos, y sal ve las instituciones conquistadas con
vuestra sangre y con sacl'ificios de los pueblos.


Soldados de la patria: yo cuento con vosotros pal'a esle nuevo triunfo tan
íusto como glorioso, que afiauzará la Contitllcion de 1837, el trono de Isa-
bel I1, y la independencia nacional. Yo salgo á ponerme á vuestro frente,
á la cabeza de unas tropas que siempre llevé á la victoria. Ella coronará
tambien esta vez el noLle cuanto sensible sacrificio que ofrecemos en las
aras de la patria, Y cuando los pueblos respondan á mi voz, protegidos por
vuestro esfuerzo, huirán despavoridas las pandillas que han procurado es-
clavizamos.


Solda(los del ejél'cito y milicia pac!onal; seguro de vuestl'o patriotismo,
decision y valol', la paz volve/'á á ser con nosotros, y la ventura de esta na-
cian combatida pOI' sus malos hijos la afianzal'emos para siempre. l)


(N)


1 ESPAÑOLES!


«Cuando un militar se encuentra en la posicion en que yo he venido á co·
locarme, ofl'eciendo mis servicios á todas las Juntas populares que hoy se
oponen al gobierno de Madrid, entiendo que debe someter los motivos de su
conducta al fallo de la opinion.


Hubo una época en la cual contribuí eficazmente á la elevacion legal del
doque de la Victori3, porque pensaba que su gobierno seria conforme á los




1090 HISTORIA DEL REiNADO
principios y prácticas constitucionales, El duque de la Victoria no una sino
mil veces habia prometido, empeñando su honor delante de mí, ajustarse
en todos los actos de su magistratura á las necesarias condiciones del go~
bierno representativo,


Juzgaba yo además que dUl'ante la regencia del conde duque se podria
orgaoizar el pais, cimentando la paz y dando cabida á ideas de tolerancia y
concordia que templasen la aspereza de los resentimientos, á qUe no babia
podidl) menos de dar origen la violencia de nuestras disensiones intestinas,


Con tan buena esperanza no vacilé en apoyar franca y enérgicamente al
duque de la Victoria, y este es el motivo de mis volos en la legi8latma
de 1841.


Todos cuantos hayan leido las sesiones del congreso saben las causas grao
vÍsimas en que se fundaron los representantes de la nacion, para formular
la leniLle censura aprobada en !8 de mayo de 1842, y tambienes público
que yo entonces voté con la mayoría parlamentaria, sacrificando intereses y
consideraciones respetables, Empezaba á vislumbrarse un tanto la triste
verdad que despues se ha descubiel'to enteramente; pero nadie se atrevia á
culpar al jefe del Estado en quien todos recJnocian sinceddad y patriotismo,
La culpabilidad de los actos gubernativos pesaba, pues, como debia de pe-
sal', sobre los ministros responsables,


El duque de la Victoria empezó á tomar sobre sí esta responsabilidad con
la formacion del gabinete presidido pOI' el general Rodil. Al dar este paso,
cuya calificacion creo excusada, se puso el Regente en pugna con el elemento
popular de las cortes y con aquellas personas uolables á quienes debia mas
que á otros la eminente investidUl'a que le distinguia,


Hiciéronse nuevas elecciones; la nacion confirmó el fallo de sus l'epl'esen-
tes, y el nuevo congreso significó sus tendencias en la {ol'ma mas parlamen-
taria posible, El Regente hubo de conformarse á la voluntad del pais legíti-
mamente representado. Despues de algunas conferencias con personas muy
conocidas logl'6 formar el ministerio presidido por D, Joaquin María Lopez,


Habían transcurido cerca de dos año!l des¡ie la elevacion del duque de la
Victoria á la Regencia, y en este espacio de tiempo, lamentables traslol'fiOS
habian sembrado en todas partes la desconfianza, el terror, quizás el odio
á la pPl'sona del jefe del Estado, Quedaban algunos meses hasla la mayor
edad de doña Isabel II, y en cortos dias el'a indispensable hacel' cosas dig-
nas del porvenÍl' á que tiene derecho la España,


El ministerio Lopez se propuso ol'ganizal' el movimiento del gobierno
constitucion&l, dotar á la nacion con leyes uniformes, generales y claras,
establecer definitivamente los tribunales segun el espirilu de la época, poner
ól'den y asegurar la moralidad en la administracion de la Hacienda pública,
reorganizal' el ejército sin perjuicio de los intereses creados y con descanso
de las clases pobres, extender las relaciones diplomáticas, y para lograr todo




DEL ULT¡~IO BORBON DI ESPAÑA. 1091
esto no ha1l6 base mas segura que la conciliacion de los aDlmos ni medio
mas eficaz que el de bOITar las huellas de anteriores luchas, abriendo las
puertas de la patria á todos los esp3ñoles que quisieran defender á la Reina
y so~tener la Constitucion del Estado.


El ministerio Lopez, para decido en breves palabras, se propuso dar
unidad y consistencia al gobierno espafiol , llamando á todos los partidos y
haciendo Vel' que en el terreno de la ley pueden lograr el triunfo de sus
dogmas sin necesidad de acudir á recursos trastornadores. El pensamiento
del ministel'io Lopez el'a por consiguiente un pensamiento general y fecundo
á que solo podian oponerse los que jamás miral'on pOl" el bien de la nacion.


Diez dias duró este ministerio, dias de lucha y agitacion incesante con el
duque de la Victoria. Se trataba de remove¡' á una 6 dos personas funes-
tamente conocidas por sus OSCUl'OS manejos ó por sus violentas resoluciones,
y no parecia sino que en la magistratura de esas personas consis tia el por-
venir de España, segun el extraño ardimiento con que los apadrinaba el Re-
gente.


Los secretarios del despacho que entonces éramos, comprendimos la gl'an-
de importancia de la situacion en que nos hallamos, y yo particularmente,.
como ministl,o de la Guerra, llegué á penetrar que en este ramo el duque de
]a Vicloria y sus amigos íntimos tenian planes y apoyaban pretensiones no
muy difíciles de presumir, pero que su deber como español que ha jurado
defendel' á la Reina y que ha combatido por la causa de la libertad, me obli-
gaba á conlrareslar. Con franca resúlucion, encenando en el fondo de mi
alma la amargura de no leves indicaciones que me ultrajaban, hice presen-
te al duque de la Victoria en pleno consejo de ministros mia presentimien-
tos, y nada se nos contestó qu~ pudiera satisfacemos, nada que no fuese
formulado en violentas declamaciones impropias de la sensatez y sesudo co-
medimiento con que deben discutirse en tan elevada region los negodos pú-
blicos,


Conocimos que las miras del duque de la Victoria estaban separadas de
las nuestras pOI' un abismo, y volviéndonos á las cortes, en cuya mayoría
nos apoyábamos, seguros de nuestro proceder, sin pronunciar una sola pa-
labra de acusacion, renunciamos al cargo que se nos babia confiado: el Re-
gente aceptó la renuncia y nos reliramos de la escena pública.


Los ac~ntecimientos se agolparon, como todos han visto, sin dar tiempo
á la contienda eleclol'al. Gran número de provincias se pusieron en actitud
de resistir al gobierno del duque de la Victoria, y torlavía esperaba yo que
ese poder pasajero, al contemplar los males que su pertinacia podia ocasio-
nar, cederia a] torrente de la opinion y por medios conciliadores logral'ia
aquietar la creciente agitacion de los partidos; cuando la destruccion de
Reus y la órden de bombardear á Granada me convencieron de que el hom-
bre que arruina las ciudades y enciende la gUeJ'fa civil por sostenor su tran-




1092 HISTORIA OIL REll'4ADO
sitorio mando, merece ser lanzado del pais que tan largamente pagó SUB
servicios.


Ejemplos dignos de imitacion tenia el duque de la Victoria, no solo den-
tro, sino fuera de España. Napoleon prefirió el ostracismo en la roca leja-
na que siJ'vió largos años de sepulcro á su gloria, IDas bien que seguir en
lucha desesperada regando con sangre francesa los campos de su patria.
Carlos X, al frente de un ejército respetable, abandonó el trono por no des-
truil' la prosperidad de su l'eino; y no hace mucho que lJDa ilustre señora,
á quien sostenía un partido numeroso, dejó la España y las gl'andezas del
solio, á que estaba acostumbrada desde que nació, antes que concita¡' la pe-
lea entre sus gobel"Dados. Sin embargo, entre estos personajes y el duque
de la Victoria hay una inmensa distancia: que ni es hijo de reyes el soldado
de fortuna, ni la fortuna que le encumbró, premió en él, al elevarlo, crea-
ciones parecidas á las del genio de Bonaparte.


AlTuinar la patria por manda¡' quince meses es un delito sin ejemplo en
los fas los del mundo, Arruinar la patria por mandar mas allá de los quince
meses que pOI' la ley quejan de menor edad á la reina, es una usurpacion
intolerable. De todos modos levantadas la mayor parte de las provinciali, y
sometida la cuestion á la suel'te de las armas, los que tuvimos ánimo bas-
tante para esgl'imarlas contra un principe de la familia real, con mas razon
podemos empuñarlas contra un hombre que no es príncipe, ni tiene tHulos
á nuestra gratitud, ni merece ya la confianzu del pais.


Empezada ya la lucha y convencido de que los huenos españoles deben
contribuÍ!' á que cese pronto, consulté mi conciencia, examiné las pretensio-
nes de los pueblos y hallé un fenómeno que rara vez se ofl'ece en la historia
de las revoluciones.


Vi á la nacion sublevada no para destruil' las instituciones existentes, ni
el órden social establecido, sino para conservar ese ól'den, para fortalecer
esas instituciones, anhelando tranquilidad, paz y descanso, deseosa, en fin,
de ser gobernada con tolerancia y justicia: y pOI' otra parte vi al gobierno
del duque de la Victoria derribar las cosas que existían, apoyarse en la "io-
lacion de los principios constitucionales, desconsiderar las jeralquias en el
ejército, turbar el órden administrativo de la Hacienda, malbaratar sus pro-
ductos venideros, someler8e al influjo exclusi vo de un gobiel'Do extraño, des-
truir materialmente basta las ciudades que respetó en otros tiempos el ca-
ñon de los extranjeros, y todo para prolongar unos cuantos meses de exis-
tencia.


Estaban trocados los papeles: el gobierno cuyo mandato consiste en or-
ganizar y proteger los elementos sociales, los trastornaba; el pueblo süble-
v?do que generalmente desorganiza y destruye, pedia ól'den y proleccion
legal. Imposiblo era que yo vacilase un momento: la causa del pueblo era
la de la Reina altamente amenazada y comprometida, la de la Constitucion




DEI, ÚLTI~1O /lORRON DE ESPAÑA. 1093
despreciada en sn espíritu mas fecundo, era mi causa; aquella pOI' la cual
he derramado mi sangre, aquella que durante siete años ha defendido con
ber6ico esfuerzo el pueblo español.


Porque es pI'eciso que sepa España que no ha prodigado sus tesoros ni su
sangre para que un duque sea regente, sino que el duque de la Victoria fué
regente para utilizar en pro del pais los tesoros prodigados y la sangre
derfl'amada en mil combate& pOI' los españoles. Desde el momento en que
ese regente pide nuevos tesoros, quiere otra guerra y desea verter mas san-
gre, ni es R(lg~nte, ni es ministro compatriota.


Penetrando de estas razones, deseoso de contribuir á que acaben los ma-
les públicos he llegado á esta ciudad, y por primera vez me he puesto á
disposicioD de las Juntas populares.


La decision que me anima es inflexible: no hay medio de retroceder: la
~uerte de la E~paña consiste en la expulsion de ese hombre cuyas ambicio-
sas miras 10rll1s conocen ya: preciso es vencer el obtáculo que se opone á la
paz, á la concordia, á la libertad de nuestra patria.


Aquellos qlle vean el porvenir como yo lo descubro, que vengan á unirse
conmigo, que acudan á defender al pais, á la I'eina, á la Constitucion.


Quédense con ese hombre que tantas lágrimas hace derramar y tantas
convulsiones ol'igina, solamente 3quellos que habiendo contribuido con él á
la pérdida dI] nue~tl'o poLlel' colonial, quieran servil' de instrumento pal'a
que la España SO:l bOIT:Jda rlel catálogo de las naciones independientes.-
Francisco Serrano.-Barcelona 28 de junio de 1843.»


(P)


Exposicioll del Ayuntamiento de Barcelona.


«Sermo. señol': Reine en buen hora el silencio de las tumbas, cuando deje
de existir la libert:1d Je nuestra patria, mas resuene un grito aterrador de
;á las armas! contr3 los tiranos y traidores, mientras lata el cOl'azon de
todos los buenos españoles.


Barcelona casi ,,¡ampre ha sido la primera en lanzarse al combate así que
ha visto arnenaz3,los el código jurarlo, su Reina, la independencia nacional,
y abora últimamente la Regencia que este esforzado pueblo depositó en las
manos de V. A. Nunca jamás la segunda capital del, reino ha desmentido sus
principios p1liticos, y e~te Ayuntamiento constitucional se envanece al poder
asegurar lo mismo en este instante.


Se acerca esta municipalidad á V. A., no ya para suplicar un beneficio
para sí aisladamente, ó para la ciudad que representa, sino para manifestar
siempre con fl'anqucza, que teme por la Constitucion, por la Reina, por
V. A., y por su cara libel·tad. Sí, serení8imo señor, esta corporacion tiene


TOllo 11. 138




1094 HISTORIA DEL llEI~AD)
una conviccion íntima, una certeza mas que moral, que se conspira en la
actualidad con el mayol' ahinco y actividad para hacer desaparecer aquellos
objetos de interés privilegiado, para entregar á la viuda de Fernando lo que
quiso perder en la ciudad de Valencia, y para sumirnos en consecuencia en
el último extremo de degradacion y de amargura, en la esclavitud y en la
misel'ia á los que tuvieran la fortuna de escapar del horroroso cadalso que
se les tiene preparado.
~ñálaDse ya las víctimas, se fija el exterminio de nuestras vidas y de


las instituciones que nos rigen, no lo dude V. A. Existen aun las raices de
la conspiracion de Ü'Donnell y otros pérfidos y perjuros: el estandarte de la
rebelion ondeará olra vez en el alcázar español, si la mas refinada prevision
no la anonada desde luego. Teme este Ayuntamiento que se reproduzcan de
otra manera mas sang¡'ienta las últimas catástrofes; y hé aquí la razon de
denunciarlo á V. A. como á primer magistrado de la patria. ¿De qué hu-
biese servido el habel' regado los campos de batalla con la sangre de tantos
ilustres márti,'es? ¿De qué tanto valor y tanta desgl'acia sufdda con el mas
grande heroismo y abnegacion? De nada absolutamente, de nada, como no
sea el morir con ignomillia ó comer el acerbo pan de la emigracion. Este
es el cuadro doloroso, triste que debe pintar á V. A. este Cabildo, copiado
de nuestro horizonte polílico, con la única mira de hacer un bien á la na-
ci(ln, y de que pOI' consiguiente se la provea de remedio eficaz para salvar·
la. Preciso por lo mismo é indispensable se hace que se eche una Ojeada por
el gobier'Do á todas las provincias de España, dándoles la mas decidida
proteccion en cuanto necesiten por tan sagrado y grandioso objeto, Barce-
lona la reclama muy particularmente de V. A. en estos dias que considera
de peligro, para que se entreguen las armas con las calificaciones necesarias
á I.)s oatallones 2. o, 3, o y 8, (\ de la milicia nacional, desarmados por los úl-
limos sucesos de octubre, sin haber hecho mas que la restante fuerza ciuda·
dana, obedeciendo lo que las autoridades dispusieron, Así podrá ponerse en
gua/'dia esta capital para resistir p¡'emeditados ataques; así se reanimará el
espíritu de esta poblacion sensata y liberal, y solo así la milicia nacional
recobl'1!rá aquel fuego patl'Ío amortiguado por una cadena de inmerecidos
desastres.


Esto es lo que suplica este Ayuntamiento constitucional, se digne V, A,
disponer, y Barcelona será como siempre agl'adf;cida.


Barcelona 12 de febl'ero de 18-i4.-José [\Jada de Freix3s.-Paciano
Masadas.-José Ribot.-Ramon Feixó.-José Agustí y Palés.-llilarion
Bordeje,-Pedl'o Má.rtir Golferichs,-Luis Depares.-José Pas:ll'ans.-Mi-
gueI San Ortega.-Gabl'iel Marlí.-Ramon SelTa y Oriol.-Mariano Va-
llés,-Fidel Lliurat.-Pablo )lol'aló.-Vicente Sole¡'.-Jorge Escofet.-
Joaquin Martorell.-José Solanes.-Juan Ballesté,-José de Jesús Puig.-
Miguel Pujol y Padró.-Mal'iano Pons, secretario.»




DEL lLTDIO II RliON DE ESPAÑA, 10~5
«Sermo, sefior: Los individuos del tercer batallon de la milicia nacional


de esla ciudad se dil'igen á V, A. no para sincerarse de las calumnias que
sus deli'act')res les han prodigado, ni para acusar á los que enemigos de la
milicia ciutl:ldané1, han solicitado hace pocos dias su desarme y disolucion
en esta capital. Otro objeto mas noble y sublime les hace elevar su voz al
Regente de la nacion española,


El movimiento reaccionario del vecino reino portugués, y las intrigas
que, emanadas de altas regiones, pl'etenden hace tiempo acabar con I1ues-
tl'a independencia y nuestras libel'tades públicas, reclaman una medida vi-
gorosa y enérgica que haga respetar, como en tiempos mas gloriosos, el
nombre del heróÍco pueblo castellano, La patria está en peligl'o, y es pre ....
ciso que sus hijos, que todos los que encierran en sus pechos corazones de
verdaderos españoles, se lancen decididos en la arena para salvarla de sus
enemigos,


Por' eso: los que componen el lercer batallon de milicia de Sevilla, jóve-
lles todos, que llenos de amor patl'io han sabido otra vez despreciarlo todo,
cuando el pais reclamó sus brazos, creen que oscurecerían las glorias enton-
ces adquiridas, si en una época aun mas azarosa, no le ofrecieran de nuevQ
su apoyo quP aunque débil algo yale, porque es el fruto del mas ardiente
entuHiasmo,


Acepte pUflS V, A" á nombr'e de la patria, el sacrificio que ante sus aras
hacen este corto número de sus hijos: no tienen ellos otra ambicion que verter
su sangre los primeros por defender su independencia y su liberlad,no aspiran
á otro galardon que á la gloria de habel' contl'ihuido á salvarla, y que sepa
la Europa entera que si los españoles esptl'eos rasgan las entrañas de su
patria y la vendún á 105 extranjeros, no fal tan tampoco oh'os que dispo-·
niendl) sus rencillas y sacrifir.ando todas sus con ,ieciones polí ticas Se apres-
tan gozosos á la lucha pal'a morÍ!' en ella entes que ser dominados por el
oprobioso cetro de los tiranos.»


(R)


Comunicacion acerca de lit mayoría.


«La comision nombl'ada pOI' el congreso de diputados pal'a iofol'mar acerca
de la impol'tante comuoicacion pl'esentada por el gobierno provisional, la
ha examinado con la atencion que reclaman su gravedad y trascendencia; si
bien es de tal índole, que la resolucioo que en ella se propone no puede dar
márgen á dudas é incertidumbre.


Públicos son y notorios y tan recientes que mal pudieran haberse borrado
de la memoria de los pueblos los graves acontecimientos que nos han traído
á la actual situacion; siendo de notar que desde el pt'imer momento en que




1096 HISTORIA DEL REINADO
lile alzó la nacion contra el poder interino que la regia (no CI'eyendo ya se-
guro en sus manos el depósito de la autoridad real, ni respetados suficien-
temente los del'echos de la nacion), aclamaron unánimemente los pueblos á
nuestra augusta Reina, como si quisiesen contrap'lner á una autoridad tran-
sitoria, expuesta por su propia naturaleza á inspirar recelos y temores, una
potestad estable, protectora, unida en vínculos indisolubles con el cuerpo
mismo del Estado.


Tan clal'amente se manifest6 pOI' todos medios, y á cual mas espontáneo,
la voluntad de la nacion, que el gobiel'llo provisional, nacido en medio de
aquellas azarosas circunstancias, y única tabla de sal vacion en tan deshecha
tormenta, el'eyó propio de su debel' celebrar el acto solemne, que se veri-
fic6 en el real Palacio el dia 8 del pasado agosto, Semejante manifestacion
fué ya una especie de iniciativa tomada por el gobiel'llo en materia de ta-
maña importancbj )' si bien no di6 un paso mas adelante por respetal' es-
crupulosamente las prerogativas de las cortes, próximas á reunirse, apenas
se han visto estas congregarlas, se ha apresUl'ado á someterles la decision de
un punto de tal tl'Uscendencia, que sin temor puede afirmarse que ningun
oh'o le sobrepuja, ni siquiera le iguala.


Elegidos en votacion libre, á la par que sosegada y numcrosa, acabando
de recibir su encargo y de ver y tocal' pOI' sí mismos las necesidades de los
pueblos, á los diputados y senadores toca declarar solemnemente cuál sea
el voto de la nacion; quitando aI'mas á los partidos, pretexto á los descon-
tentos, motivos de nuevos disturbios y calamidades.


La declaracion de la maY0l'Ía de S, rtI, es, en concepto de la comision,
la solucion única que ofrece la situacion pl'esente: ni se puede volver atrás
sin exponer el Estado á reacciones y peligros sin cuento, ni caminar hácia
adelante, al acaso y á ciegas, sin aventural' la paz dél reino, cOlTiendo mil
azares y dando tal vez márgen á una nueva guerra civil.


La declaracion de la mayoría de S, 1\1. desata fácilmente el nudo que pa-
recia indisoluble; con ella se condenan de nuevo las infundadas pl'elensione¡¡
d.e un pl'Íncipe qU9 os6 disputar el cetro; con ella se cortan de raiz las es-
peranzas que pudim'a tal vez alimental' en tiel'l'a extl'anjel'a el que desem-
peñó interinamente el poder supremo, sin ejercerlo con acierto, ni defenderlo
con dignidadj por este medio, en fin, se acallan los clamores de partidos
bastardos, se hacen caer las al'mas de las manos de los ilusos, y se entl'3 de
una vez en la senda legal tI'azada por la Constitucion y resguardada por la
sombra tutelar rlel trono.


Ni es un medio nuevo y desusado el que el gobiel'llo provisional indica
y la comision propone al congl'eso: en todos tiempos y naciones se ha solido
acudü· á él para evitar los males inherentes á las minorías de los reyes; y no
há muchos años que en dos monarquías que se han hallado en un caso muy
semejante al nuestro, se ha apelado á este recurso, y en ambos casos con
buen éxito.




DEL ULTIMO BORBO!lí DI ESPAÑA. 1097
Sin salir de nuestra Espafia, no faltan en sus anales repetidos ejemplos


de príncipes que han lomado las riendas del Estado, sin haber llegado, ni
con mucho, á la edad designada por la ley; y lo han hecho con acuerdo y
beneplácito de las cortes, celebrándolo la nacion con inequívocas muestras
de albol'ozo,


Siga el congreso actual la misma senda; y esté seguro de que le saluda-
rán unánimes las bendiciones de los pueblos, Nunca han sentido estos mayor
necesidad de descans/}: diez años van tr'anscurridos desde el fallecimiento del
último monarca; y de entonces acá apenas ba disrrulado España ni un solo
dia de paz y de ventura. Una guerra dinástica, encarnizada y sangrienta,
una reyolucion política, apenas terminada, frecuentes revueltas y .,'astol'nos,
que solo deben recOl'darse para borrar basta su huella, han llecho que la na-
cion vuelva impaciente sus ojos hácia el trono; :mhelaodo el fausto momento
en que lo vea ocupado por' la excelsa hija de sus reyes.


Apr'esúrese, pues, este plazo, ya que tan cercano está el sefialado por la
ley fundamental de la monarquía; de este modo evitaremos extraviarnos en
un laber'into de rfifícil salida, si nos empeñásemos malamente en constituir
un gobierno interino, que habia de contar por dias su débil existencia; de'
este modo es de es~erar que ceso de correr la sangre que aun se está der·,
famando por desgracia en algunas ciudades del reino; y satisfaciendo los
votos manifiestos de la nacioo, ÍnaugUl'aremos con el nuevo reinado una el'a
de prosperidad y de gloria.


POl' todo lo cual, la comision opina que el congreso debe aprobar la si-
guiente resolucion, acorde con la propuesta del gobierno,


las cortes declaran mayor de edad á S. M, la reina doña Isabel II."
Al discutir'se estas conclusiones que fh'maban los señores MaJ·tinez de la


Rosa, Islúriz, Madoz, Quinto, Olivan, Posada Herrera y Gonzalez Bravo,
usó de la palabra, entre otros, Posada Herrera:


«Señores: todos los individuos que han tomado la palabra en contra del
dictámen de la comision, han inclinado el ánimo del cong¡'eso á que los se-
ilores diputados respeten su juramento. La comision no propondrá al con-
greso que le inf"¡nja, porque ya sabe muy bien que los diputados al jurar
en este sitio la observancia de la Constitucion, jurlAn tambien procurar por el
bien del pais; sabe que los diputados cuando juran hacer guardar la Cons-
tilucion, juran procurar por todos los medios posibles que esta Conslitucion
sea salva y poneda al ab!'igo del furor de los partidos; y este juramento, se·
tiores, es el que yo, pobre individuo de la comision, me atrevo en su nom-
bre á recordar á los señores diputados.


Se dice que las corles no tienen facultad para declarar mayor de edad á
Isabel n; se dice que las cortes inC¡'ingirán el artículo de la Constitucion de,
clarándola; se dice que esta declaracion no es conveniente al pais ni á la
Raina; la comision contestará á cada uno de estos argumentos,




1098 fJlSTiJ!tl \ ()EL 1l~INADO
Yo creo, señores, que todo poder público que tiene el encargo de dirigir


la nacion, que tiene el encargo de dar las leyes, de llevada por ese camino
lleno de escollos y pI'ecipicios por donde marcban los pueblos, tiene tambien
el podel' de modificar esas leyes cuando la necesidad pública lo exige, De
otro modo, el poder público que se da al pueblo para su bien, y los gobier-
nos que se crean para procurar la sal vacion del pais, vendrían á ser unas
instituciones inútiles en los momentos en que mas se necesitaran; y seria un
contrasentido cree¡' que en tiempo de paz y cuando la nacion está en c~lIma,
cuando el pais tiene poco que pedil' á los diputados y al gebierno, y tuvie-
sen estos CUerpos bastante fúerza para hacel' las leyes y dictar las disposi-
ciones que apeteciesen; y cuando peligrara la libertad, cuando dejaran sin
resolucion un punto importante, y pudiera bacer:le la uesgl'acia, no solo de
las generaciones presentes sino de las venideras, estuviéramos con las ma-
nos aladas y sin poder dictar las medidas que el bien del país exigiese. »


Sigue el orador haciéndose cargo de varios argumentos, y continúa:
«Ha dicho el señor marqu(;g de Tabuél'niga, que declarar mayor de edad


á S. M. es infringit' el artículo 56 de la Constitucion,
Señores, el país ha declarado ya mayol' de edad á la reina doña 1sa-


bellI: nosotros venimos á reconocer este hecho. Habia un Regente nombrado
y legalmente reconocido; ese dejó de existit, PO)' la fuerz'l. No há mucho que
el señol' Crook ha propuesto, que antes de entrar en la cuestion de mayoría
nec!::lralle el congreso vacante la Regencia, de suerte que es necesario supo-
ne¡' que las CGl'tes no tienen poder bastante para declarar vacante la Regen-
cia del reino, ó lo tienen ue sobra para declara¡' la mayoría de S. M. ¿Qué
arbitrio nos queda sino el de nombl'ar un Regente ó el declara)' mayor de
edad á la Reina? Ya se adopte uno ú otro medio, ¿no seria una infraccion
de esa letra malerial del articulo de la Constitucion?


Pero, señore,;, sapongamos por un momento que bay esta ínfraccion de
Constitucion, que vamos á ataca¡' la voluntad del pais; ¿podemos hacer otra
cosa? ¿Está en nuestro arbitrio el no dedarar mayor de edad á la Reina, y
r,ombral' á un regente del reino? No lo está: creo que torio el podel' de las
cortes no es bastante para crear un regente del reino.


Se teme que la declal'acion de la ma yol' edad de la Reina sea de malas
consecuencias, ¿y por qué, señoreS? Unos hombres, se dice, están ya apode-
rados del palacio de nuest¡'os reyes, yesos podrian influir en el ánimo de
una Reina inocente de una manera reprobada por la opinion, é irán á diri-
gir los destinos del pueblo que despues de tantos sacrificios recibirá bien
triste recompensa. Yo tengo otras esperanzas, creo que la suerte del pais no
pende ni puede pender de una ó dos personas que respiren en los salones de
Palacio: la suerte del país está en la imp¡'enta, en la discusion, en las ideas;
-y mientras esto no muel'a, no temeré que el pais se pierda.


Concluyo, pues, señores, diciendo: que somos poder legal para altera¡' ese




DEL ULTU:O 1l01WON DE ESPAÑA. lú99
artículo de la Constitucionj que esa infraccion es una necesidad, que la ne-
cesidad es mas que disculpa, un hecho contra el cual no hay fuerzas que se
opongan; que nada tenemos que temer de la declaracion de la maY0l'Ía de la
Reina, pues todos los partidos tendrán una al'ena franca y abierta donde sos-
tenel' sus opiniones y defendel' sus principios, y que con la mayoría de la
Reina se abi'irá una era de reconciliacion vel'dadera y efectiva, por mas que
algunos pOI' su interés personal Ó por oh'as razones quieran que no se verÍ-
fiqu(l. »


Despues de este discurso, en que el célebre escéptico Posada ponderaba
las excelencias de doña Isabel, á cuya caída, primero con sus consejos, y
mas tarde con su oposicion, debia contribuir algun dia, dijo el célebre tri-
buno, presidente entonces del Consejo, lo que sigue:


« Si el ól'gano de la comision á quien acaba de oÍl' con tanto gusto el con-
greso, ha dicho al empezar su discurso, que entraba con de3ventaja en la
cuestion, porque el campo estaba ya espigado, con mas motivo podré yo
quejarme de esta circunstancia desfavorable, puesto que su señoría lo ba
rebuscado con su talento, con su rara sagacidad, y con su reconocida elo-
cuencia, La cuestion, señOl'es, que hace dos dias nos ocupa, es de suyo gran-
de y de inmensa trascendencia. Vamos á abrirnos un camino en el poneni!':'
vamos tal vez á fijar hoy los destinos futuros de la patria; necesario es, pues,
que caminemos con sumo tino y circunspeccion.


El gobierno no ba querido tomal' hasta ahora parte alguna en el debate,
porque deseaba abandonarlo á la conciencia de los señores diputados, á quie-
nes casi exclusivamente pertenece. Agotado ya el número de los señores que
habían pedido la palabra en pro y en contra, el gobiel'llo no puede dispen-
sal'se de decir algunas aunque pocas palabras, pal'a que no se crea que deja
abandonado y huérfano el pensamiento de mayoría que produjo la solemne
ceremonia de Palacio del 8 de agosto último.


¿Qué hemos tenido hasta aquí en esta última época? ¿Qué tenemos en la
actuaiidad? Un gobiel'llo provisional. Un gouiel'llo provisional, señores, que
basta el nombre mata: porque todo lo que sea provisional y por consiguiente
tl'an8itorio, ba de ser por necesidad débil; y los gobiernos débiles no pue-
den servir en manera alguna para dominal' y dirigiI' situaciones tan difíciles
y tan complicadas como la presente. Bajen, si se puede, ángeles del cielo;
éntren en el gobiel'llo personas de corazon ardiente, de animo esforzado y
de inmensos recursos; yo estoy bien seguro de que no podl'án hacel' fl'ente á
la situacion mientras tengan el carácter de transitorias; porque solo la idea
de la perpetuidad, solo ese quid divinum que reside en la monarquía, puede
imponer silencio á todos los intereses y conciliar todas las voluntades. He-
mos corrido una tempestad deshecha: el iris de serenidad está solo en el
tl'ono; é inú·til e81 señores, que lo busquemos en ninguna otra parte.


Si, pues, lo que hoy existe no puede continuar, porque es un gobierno




1100 Iíl:iTúlllA DEL REINADO
que no está en la Constitucion, que está en la necesidad, en esa fuerza su-
perior á las leyes mismas, pOl'que aunque el señor marqués de Tabuérniga
dijera ayer que la necesidad solo sirve de excusa, ella basta á dispensar hasta
del cumplimiento de las leyes naturales; si lo que eliste, pues, repito, no
puede continuar, veamos qué es lo que deberá sustituírsele, No hay mas que
Jos caminos; ó el nombramiento de una regencia, ó la ueclaracion de ma-
yoría de nuestra Reina: lo primero \lS imposible y absurdo; luego debemos
adoptar lo segundo, por mas que se nos presente rodeado de algunos incon-
venientes,


He dicho que el nombramiento de una regencia es imposible. La mayol'
calamidad de los pueblos está en la minoda de sus reyes; porque entonces
se desan'ollan todas las pasiones, se ponen en guelTa abierta todas las am-
biciones, y á pl'opOrCioD que el choque y el embate es mayol", es mas débil
y menguada la resisteRcia de parte de un poder que DO tiene cimientos só-
lidos, que no cuenta sino una existencia prestada, y que 1:0 se ve halagado
por ningun género de porvenit', Y esta es, señores, una verdad tristemente
confirmada pOI' la experiencia de todos los tiempos, Aquí se ha hecho dete-
nida reseña de las turbulencias, de las agitaciones y de las calamidades que
han acompañado á todas las minorías, Solo se nos ha presentado como punto
consolador la de don Alfonso VIII, yeso por la circunstancia notable para
nuestro casu de haberse anticipado la declaracion de su mayor edad, y des-
de aquel momento se vió á ese rey guerrero desplegar sus talentos militares,
y dar batallas, y alcanzar victorias, y ceñirse una corona de gloria ¡nmal'-
cesible, que solo los rígidos y severos moralistas, los hombres que no tienen
COI'aZOD, han podido creer empañada por los idólatras amores que aquel rey
sensible y desgraciado tuvo hasta su muerte á la hermosa judía de Toledo,


¿Y para qué cansarnos, señores, en ir tan lejos para probar los males que
siempre acompañan á las minorías y á los gobiel'llos transitol'Íos? Recordemos
10 que nos sucetlió en el nombramienLo de la última R~gencia; recordemos
las interminables disputas á que entonces nos entregamos; recordemos que
!QS hombres que hasta entonces habian caminado de acuerdo se dividieron
en la opin¡on, y se dividieron no por lo~ diferentes rumbos que en las deli-
beraciones humanas suele tomar el entendimiento, sino pOI' otros motivos,
que yo no quiero ahora calificar; recordemos que por último se levantó al
poa€\' al hombre á quien antes se habia levantado sobre el escudo; al hom-
bro f:.t voreciJo por la fortuna y pOI' la victoria; al que era aclamado por la
nacion culera; al que habia dado su sancion y colocádose á)a cabeza de un
alzamiento nacional que lo contempló por mucho liempo il'l'esoluto, fija siem-
pre la vi~ta sobre su espada; y recordemos que apenas creado ese poder,
empezó á de3moronarse, pasando el pueblo que habia proclamado alldolo,
de la idolatría al entusiasmo, del entusiasmo á la adhesion, de la adhesion al
r¿~petJ, del respeto á la indiferencia, de la indiferencia alodio, y del odio




D.IL ULTJ!fO BOBBON DB BSPAÑA. 1101
á lanzarlo á tierras extrañas, donde pudiera entregarse al olvido de sus fu-
nestos errores, ó al melancólicu recuerdo de su pasada grandeza.


¿ y quién es el hombre que puede aspirar á sustituido, contando en su
origen con igual asentimiento y con igual prestigio? ¿Quién es el animoso
atlante que se ah'eva á sostener el peso enorme de la situacion? Que se pre-
sente el canJidato; que se dé su nQmbl'e odioso; y Ilámole odioso, porque
sel'ja la verdadera parodia de la caja de Pandora, y porque la cuestion sola
producida disturbios y desavenencias, acaso la guerra civil, y el hundimien-
to para siempre de nuestra libertad.


Si, pues, no es posible ocuparnos del nombramiento de una regencia, en-
tremos de lleno en la cuestioG de mayoría.


El señor Ovejero con cuya amistad política y particular yo me Lonro, nOil
ha dicho que la declaracion de mayoría no es conforme al voto nacional,
porque levantada esta bandera en Reus, no hubo ninguna voz, 6 hubo muy
pocas que la apoyasen. Yo diré en primer lugar á su señoría que el dato en
que se funda es inexacto, porque son varias las manifestaciones que se han
hecho con este motivo; y aunque así no fuera, yo le di da todavía que la
verdad política como la filosófica no descansan sobl'e el clamor universal,.
sino sobre el asentimiento universal; yo contestaria á su señoría que hay co-
sas que no se piden, porque se sabe que se han de hacer, porque están en
todas las ideas, en todas las e~pel'anzas, en todos los deseos, en todas las
cabezas y en todos los corazones.


Sel'ia necesario, señol'es, que la nacion, tristemente amaestrada por la
experiencia y por los desengaños, quisiera abandonar de todo punto sus
provechosos recuerdos, para entregarse á los azares de un nuevo nombra-
miento, y á lluevas cuestiones sin objeto y sin resultado, pOl'que once me-
ses que faltan son un átomo, son nada en la inmensidad del tiempo y en 'la
vida de los pueblos, y 1013 desastres y las calamidades que llamáramos sobre
nosotros con esta cuestion imprudente, serian el baldon de la civilizacion y
el azote de la humanidad.


Se ha dicho y se ha repetido mucho que la declaracion de la mayoría de-
bió haberse hecho revolucionariamente. No es esta mi opinion, y yo espel'o
que tampoco lo sea la de la mayor pal'te de los señores diputados. Una de-
claracion tan grave, tan solemne, tan trascendental, no debia ser por cier-
to el eco de la gl'ita de las pasiones, aunque fuera de las pasiones patrióti-
cas, nobles y generosas, sino el resultado y el producto de una deliberacion
madura de la I'azon tr'anquila y fria, robustecida por la voluntad omnipotente
de los cuerpos colegisladol'es.


Pero 3qllÍ se dice: « ¿POI' qué el gobierno no hizo antes esa declaracion?»
Triste condicion la de un gobierno á quien de una parte se acusa de que ha
Caltado á la ley, y de otra se le tacha de que no haya faltado mas. El go-
bierllo no hizo esa declaracion por dos motivos; uno constitucional y políti-


TmlO n. 139




1102 HISTORIA DEL REINADO
co, y otru oaballeroso, El constitucional y político, porque el gobierno sa-
bia bien que ~sta l'esolucion era de la exclusiva pertenencia de las cortes;
porque no queria LOcar á esta elevada prerogati va, porque queria llegar solo
á donde pudiera, significando su pensamiento y nada lllas; porque deseaba
por último pagar el hómenaje de ¡'espeto y cOllsideracion que debia á los
representantes del pueblo, Motivo caballeroso: porque el dilema que se pre-
sentaba era demasiado claro; ó las cil'Clmstancias mejomban, y entonces no
habia pa¡'a qué hacer lujo de arbitrariedad y de indiscrecion, ó las circuns-
tancias se complicaban, y entonces cualquiera hubie¡'a dicho que nosotros
habíamos buscado nuestro provecho, puesto que cesábamos en el acto de de-
clararse la mayoda, compremeliendo al poder real; hubiérase dicho que de-
jáhamC's la mal' 0n medio de borrasca tan deshecha, y que habíamos toma-
do puedo seguro, arrojando en medio de la tOI'menta á una indefensa niña,
y fiando solo su seguddad á un frágil y miserable eaquife,


El sflñor marqués de Tabuérniga (y su señod" es muy digno contrincan-
te para que yo no me ocupe de su contestacion) ha dicho que nosotros no
podemos alterar la Constitucion, No lralamos por eierto de hacer ninguna
alteracíon, No tratamos de sustituír al artículo constitucional que dispone
dure la minoría de los reyes hasta la edad de calorce años, otro artícule en
que se dispone que la mayoda empiece á los trece 6 á los doce, Lo único de
que tratamos es de corlsignal' el hecho de que es lal el podel' de las circuns-
tancias, tal el Cfj¡jílicto de la situacion, que necesitarnos opouor al embate de
las pasiones el prestigio de la majestad, No queremos m:\lar, pues, la Cons-
titucion, 'como no quiere matarse al enfermo á (Juien se amputa, precisamen-
te para que viva, aunque sea á costa de algun dolJI' y sacrificio,


Pero el señor marqués de Tabuérniga teme que la Reina sea el juguete
de los partidos, en vez de ser el arca de la alianza, Yo no temo, señores,
á 10s partidos, luego que instalado el poder real empiece en el pleno ejer-
cicio de sus atribuciones, Entonces lo~ partidos son el emblema de las olas
del mar, que vienen á estrellarse sl¡bre la roca (1ue las domina y las de~a­
tia, contentándose con retrocedor deshechas, y COil eseupil' en su furol' sus
impotentes espumas. .


¿Y no conoce el s~ñol' marqu,'s de TaDuérniga en su talento que estos
mismos males son tanto mas posibles de realizarse en el uño próximo, cuan·
do la Reina sea mayor por la Cons:ituti0n? ¿No conoce su señoría que se
realizarian próximamente y (:'11 mayor e3eala ~i 0ul rásemos en nomLrar una
RegeneiJ? Y digo en mayor escala, porque eulonces [,e desarrolliJrían t0das
las aalbicionesj y pensemos, señores, que para un Wa,~hiugton que nos 0[1'6-
ce la historia, uos presenta en contrario sentido un César, un Cromwol y un
Bonaparte,


Mas si tal fuese el desgraciado destino de nuestro paid, que estuviera con,
denado á sel' un dia de campo de la3 ambiciones y teatro de tentativas con~




DEL UI.TI~I0 BOllS')'" DE ESilAÑA 1103
tra la libertad, todos la defenderíamos, y si nuestl'a muerte era morir por
ella la saludaríamos como el gladiador romano: «Morituri te salulant;»
«los que estarnos destinados á morir por tí, le diríamos, ó libertad santa,
te saludarnos, y tú eres nuestI'o último pensamiento, envuelto en el último
suspiro que exhala nuestro labio muribundo, »


Dijo el señor marqués de Tabuérniga que la corona era demasiado gran-
de pal'a la cabeza de una niña, Esta es una bella frase; pero no una buena
l'azon: y eontestando á su señoría en su mismo lenguaje, le diré que si la
corona era demasiado grande para la cabeza de una niña, su peso es inso-
portable para los hombres que no tienen ni pueden inspira¡' el prestigio de
la dioa~tía.


Se insiste en que la Reina es jóven, Yo reconozco que es un grave mal
por lo comun que los monarcas sean jóvenAs, faltos de la experiencia que
dan los años; y que este inconveni ente sube de punto, cuando sobre ser jó-
ven el monarca, t'ldavía tiene que dispensársele la edad que reclama la ley
fundamental. ¿Pero desconocemos nosotros estos incon "enientes? No, que los
confAsamos eon lisura. ¿Deciillos, por ventura, que vamos á hacer el bien
mayor, ó que vamos á hacer el menos mal posible? Esto decimos y no otpa
cosa; y yo pido á los hombres pensadores que cotejando inconvenientes,
pues esta es toda la cienCIa y perfeccion humana, me digan en dónde los en-
cuentran mayores: en la declaracion de la mayoda, ó en el establecimiento
de un poder efímero, débil y pOI' lo tanto impotente,


¡Que la Rüina es jóven! pues jóven será en el año próximo, porque poco
puede adelantarse en solo once meses: puelS jóven es el senado, porque l'e-
no\'ado en su tot::llidad, apenas se principia ahora el primer período de su
vida p3damentaria: pues jóven es el congreso, porque jóvenes son la mayor
parte de las personas que le forman, Y en todo esto, señores, yo no veo otra
cosa que la luz de renovacion y de lozanía que preside el siglo: porque á la
juventLld estáu agregadas las llaves del porv.:nir; pOl'que ella es la deposi-
tal'ia de los destinos de la patria; porque solo la juventud puede conocer
bien el siglo en que ha nacido, el siglo que es su yo, el siglo que le pertene-
ce; porque llena de ardimiento con un corazon víf'gen de aeeion, con una
alma rebosando fuego, se lanza en las gl'andes empresas con el grito de ~fe­
dea de « yo me basto á mílmisma,)) si¿ndole indiferente ceñirse la corona del
triunfo, ú obtener la palma triste y funeml del martirio.


No, señores, no: no lo esperemos todo de la edad maclUl'a, que á fuerza
de pensar nada hace, ni menos de la vejez que de todo recela, que de todo
desconfia, inerte y fria corno la muerte que la aguarda, sin fe para acome-
te¡' las empresas, ni valor para coronarlas, Nuestras instituciones son jóve-
nes, y jóvenes y nuevos deben ser los elementos que las desarrollen, No se-
rá nuestro trono la encina carcomida, gastada pOI' los años, expuesta á caet'
al primel' empuje del huraean: será la planta tierna y lozana que levanta




1104 RLS'fORlA }EL iU,IN ~D(}
eu tallo al benéfico influjo del sol y del aura bonancible, y que pronto ex-
tenderá su ramaje, para hacer amiga sombra á las instituciones y á la feli-
cidad del pueblo.


Se dice por último que vamos á poner á la Reina en primer término, que
vam(>s á comprometer su dignidad, que vamos á rebajar su prestigio; y á
esle propósito se cita el ejemplo de las anteriores regencias. Estos ejemplos
á nada conducen, porque aquellas personas no desempeñaban el poder á
nombre propio sino delegado. Yo n{) tengo ese temor. Las oscilaeiones y las
revueltas podrán reproducirse ínterin los hombres que ocupan el poder sean
nacidos entre nosotros, tratados, manoseados, si cabe valerme de esla pala-
bra; eslas oscilaciones cesarán en el momento en que se constituya un poder
caido de regiones elevadas, que reuna en su fav.or el prestigio de su orígen,
el brillo de su existencia, y la I'eligion, pOI' decirlo así, de su vejez. Me di-
lalara mas si el interés de no proloLgar la discusion y el estado de mi saluJ
me lo permitieran. Creo haber recoITido los principales argumentos, r ha-
ber dicho lo bastante, para que los señores diputados volen el dictámen de
la comisiono 1J


En el congreso la discusion fué algo mas extensa que en el senado, co-
IDO han pJdido ver nuestros lectores en los trozos que hemos ~opiado, tanlo
en el fenjo de la obra como en los disCUI'BOS que preceden.


En el senado lo mas importante, lo mas caracterizado y lo mas ingrato
fué el di6eurso de quien habia ido á combatir las insurrecciones de Barcelo-
na con el Regente, yendo despues á buscá!' allí con promesas, que podían
costal' mucha sangre, el podet, que ejel't~ia. Ese era Sen'ano,


Para mí el argumento queda todo en pié: yo creo, me atrevo á hacer esla
inculpacíon al señor senado!', que si su señoría tiene la menur duda de que
una nacian extraña reconoce de hecho y de derecho al gobierno de la Re-
gencia, ha debido veni¡, á acusar al gobierno, i;orque pprmilia tal mancilla.
Yo, señores, de mí sé decir que como diputado de la nacion, en cualquie¡'
caso, en cualquier parte que me enco~trara, y de cualquiera manera, cnan-
do por medio de un periódico ó de otro modo llegase á mí la noticia de una
cosa semejante, no perderia un momento en flclal'arIa á la luz de la nacíon,
á la luz Jel mundo.


Ya que estoy en pié, debo decir que ni de hecho ni de derecho hay na-
cion que reconozca como l'egente al du~ue de la Victoria. Hubo q11izá al-·
guna potencia que dijo que embarcado en el MalaLal' el duque de la Victo-
ria, si bien no era regente de hecho, de derecho aun podia serloj pero esta
potencia es nuesh'a amiga y aliada, y no hallándose ya en aquel caso el du-
que de la Victoria, ha reconocido que ni de hecho ni de derecho es regen-
te, Por consiguiente, quede sentado liue desde el momento que la omnipo-
tencia nacional lanzó á ese hombre de las playas españolas, ninguna nacion
del mundo ha puesto en duda que ha dejado de existir como hombre pú-
blico.




DIe ULTIlI-tO /SORBON DI ESPAÑA, 11 05
El senado me dispensará que me haga cargo de algunas inculpaciones li,


geras que el señor senador que acaba de hablar se ha servido hacer al go-
biel'no,


C¡'eo, señores, que no estamos de manera alguna en el caso de declarar
vacante la ¡'egencia, porque además de ser una cosa que nada significaria,
seria deshace¡' Jo que ha hecho Ja nacion pOI' los l'epresenlantes de la nacion
misma. ¿Quién hizo el último movimiento? La nacion. ¿Quién lanzó de Es-
paila al ex-duque de la Victo¡'ia? La nacion, ¿Y hemos de reprochar á la
nacion lo que hizo? ¿tenemos poderes para ello? Señores, no podemos decir
nosoli'os que la regencia no está vacante; no tenemos atribuciollt's para du-
da¡' de quo lo está, ni nosotros seríamos ministros, ni los senadores senado>
res, ni los diputados diputados. si la regencia no estuviera vacante; luego
nuestra existencia Lien lógicamente dice estar vacante la regencia, luego es-
ta LO existe, luego es una cosa completamente pasada, enteramente perte-
neciente á la historia,


Dice el señor senador que acaba de hablal', permílaseme un dicho vulgar,
parece que su señol'Ía quie¡'e lavarse las manos, que las cortes no han in-
Íl'Íngído ningun artículo de la Constitucion y que todo lo ha hecho el go- '
bierno. A esto diré yo que supongo que los actos de infraccion constitucio-
nal ó lega 1, que el gobierno se ha visto en la dUl'a pero precisa necesidad
de hacer, habrán merecido el- asentimiento del señol" senador cuando á es-
tas Lora~ no ha recibido el gobierno el voto de censura que debia esperar
de su señoría; pero si no han merecido su asentimiento, el gobierno está
dispuesto á rC8ponde¡' de todos sus actos, pOl'que el gobierno está satisfecho
y tranquilo en la conciencia de que todas sus disposieiones han sido dirigi-
dae al bien del pais, y que eu materias de infracciones de ley ha hecho to--
do lo menos posible, porque ha sido parco hasta el extremo que ha podido;
pero tenia la mision, la alta mision de salvar al pais, de salvar la Conslitu-
cion, de salva]' á la Reina, y ha debido adopta¡' los medios que á tan gran-
dioso8 fines conducían, ¡Ojalá que en ciertas cosas no hubiera partido por
medio si huLiese seguido el voto de algunosl A estas horas no sonada el ca-
ñon á que se ha aludido, ese cañon que no suena por la voluntad del go-
bierno, porque el gobierno, lejos de ser cruel con los rebeldes, ha siJo con
ellos demasiado considerado: dígalo, si no, la capilulacion de Z3ragoza. El
gobierno quisiera enlI·ega¡' á S, M. doña Isabel 11 una nacion t¡'anquila, sin
disensiones interiores ni extel'Íores; el gobiemo ha hecho cuanto ha podido
para lograrlo, y no es culpa suya si suena el cañon¡ la culpa la tienen los
revoltosos de lodos los tiempos y de todas ocasiones, los hombres ambicio-
sos é indigoos ahora y siempre del nombre españo 1.


Dijo el señor Carnpuzano que no se crea que la voz fantástica de la mayo-
ría de la Reina es un talisman: sefiores, yo no quisiera hablar de esto: yo no
creo que aquí hay. fantasía: yo creo que no es un talisman, sino una verdad




1106 lHSl'.'RIA DEL REI:"iADO
evidente y cl<lra que la mayoría de S, M, hal'á cesar las disensiones polih-
cas, acabará con las revoluciones, hará que marchemos á la tranquilidad, á
la pacificacion y al desarrollo de la Conslitucion y de las leye~, y abrirá
una nueva era de paz y de conciliacion verdadera, de amistad íntima y de
prosperidad que no hemos visto hasta ahora en la revolucion que estamos
pasando, El gobierno no cree imposible que se elija una regencia para diez
meses, porque el gobicl'llo seria cl'iminal pn traer aquí la cucstion de uno,
tres 6 cinco, cuestion intm'minable y que despues que se decidiera nos lle-
varia á otra cuestion de personas, que nadie designa, que nadie conoce y á
quienes nadie da el suficiente prestigio para gobernar,


POI' consiguiente, téngase entendido que no se infringe la Constitucion,
que se dispensa por poquísimo tiempo, porque 10 meses en la vida de una
nacion son un minuto, un instante en la vida de un individuo, Diez meses
se dispensa á la reina doña Isabel 11 que ha de ser reina de España basta
que deje de existir por la voluntad de Dios, y de estos diez meses aun hay
que rebajar lo que se tardal'ia en determinar si la regencia babia de ser de
uno< tl'es Ó cinco, en elegir al regente 6 regentes, en nombral' el ministedo,
yen otra multitud de cuestiones que suscital'se pudiel'an y que tal vez au-
mentarian los males que afligen á la nacion. El gobierno pues cree que trai-
cionaria al pais, que traicionaria á la nacion, que traicionaria á la Reina
misma, si no hubiera propuesto esta cuestion con fl'anqueza y lealtad.


Debo haeerme caJ'go de una indieacion que ha hecho el señol' general
Narvaez, y aunque creo que no aludió al gobierno, quiero aclarar este pun-
to, porque las cosas deben ser de esta manera, Dijo su señoría: «Ya es tiem-
po da que cese el gobierno provisional.» Creo que su señoría aludió á todos
los gobiernos que han existido desde que murió don Fernando VII hasta
ahora, ))


(S)


«El teniente general de los ejércitos nacionales don Laureano Sanz, ca-
pitan general del segundo distritf) milita\' y general en jere del ejército de
operaciones, á nombre de S, M, doña Isabel 11, reina de las Espafias, yen
celebridad de su dia en el primer año de su reinado, usando de las faculta-
des que la misma le ha coneedido en real ó\'den de 11 del actual; y los se-
ñores don Antonio Rius y RoseJl, vocal secretado de la Junta de Barcelona;
don Tomás Ver!, de la de armamento y defen.saj don Manuell\Iontoro, ma-
YO)' de la plaza; don José PI'als, segundo comandante del escuadron de hú-
sares de la milicia nacional; y don Ignacio Costa, capilan del cual'lo bata-
llan dé la misma, debidamente autorizados pOI' los c,omisionados de todos
los puntos y corporaciones que se hallan dentro de la plaza, acuerdan el si-
guiente convenio:




DEL ÚLTnlO BORBON Di ISPAÑA. 1107
ArLÍculo 1.0 Como los defensores actuales de Barcelona reconocieron


siempre á su Reina constitucional, y siendo ya público que empezó á gober.
nar los des linos de la nacion desde el dia 10 del corriente, excusado es de-
cir que su lealtad la obedece~ respeta y acata.


Art. 2. o La milicia nacional conservará sus armas, teniendo cada indio
viduo de ella la libertad de dejarlas si le acomoda, y toda sujeta á reorga-
nizacion con arreglo ¿ la ley.


Ál'1. 3. 0 No siendo necesaria la fuel'za restante pOI' la eutl'ada de las
tropas en la capital, quedará disuelta, y recibirán sus licencias para mar-
charse ú donde mas les convenga.


AI't. 4.° Los empleados civiles y militares de toda clase y categoría que
se hallan dentro de la plaza se acogen espontáneamente á la benignidad de
su Reina, y seguros de la rectitud de sus actos recibirán desde luego los
pasap0rtes que soliciten á fin de esperar la resolucion definitiva de S. M.,
prévia recomendacion y súplica que le elevará en su favor el Excmo, señor
capitan general.


Art. 5. 0 Serán respetadas las opiniones politicas y bechos de armas
para sostenerlas que con mas ó menos desalTollo se ha yan manifflstado desde
el dia 1. o de setiembre último, pero quedará libre y desembarazada la
accion de los tribunales ordinarios pal'l.' satisfacer la conduela pública en los
delitos comunes.


Ar!. 6,0 D",sde el momento en que quede terminado y ratificado este
conyenio, no se enlabIará procedimiento alguno ni se exigirá responsabili-
dad pOI' causa de infidencia conll'a los que á él se acogieran, Si alguna se
hubiera entablado contra los que se hallen dentro de los muros de Barcelo-
na, se sob"cseerá libremente.


Art. 7. o Los prisioneros que en el dia se hallen en los depósitos, que-
darán bajo la proteccion de su Reina; una comision de milicia nacional pa-
sará á Madrid á poner en manos de S. M, la peticion del Excmo. st'ñol' ca-
pilan general en beneficio de los empleados eÍviles y militares, y en golici-
lud de la libertad de RUS compañeros de armas.


A)'t. 8,° La misma comision impetrará de la benignidad de S. M. la
liLel'lad de 108 penados que pOI' las circunstancias ha yan ingresado en las
filas, y mientras se reciba su resolucion, formarán un depósito en donde se·
rán socorridos.


Art, 9. o Será examinada la recaudacion y ocupacion de fondos y su
distribucion eon la d('bida escrupulosidad, para inquirir su legítima ¡nvel'-
sionj del m¡~mo morto se examinará la ocupacion ó dis!ribucion de met¿lico,
géneros y efectos que se hayan hecho en la ciudad desde 1.0 de setiem-
bre, ~in que pueda hacerse cargo á los indi viduos de la Junta por los que
hubiesen invertido debidamente pat'a el sostj-~nimiento de la situacion cre3da
desde la referida época. Los p3I,ticulares y las cOI'pol'aciones que tengan de-




1108 HISTORIA DEL REINADO
recho á la indemnizacion, serán resarcidos por los medios que señalará el
gobierno con la Diputacion provincial.


Art. 10. La Diputacion p,'ovincial y el Ayuntamiento serán renovados
en su totalidad con arreglo á las leyes,


Art. 11. Este con venio deberá ser admitido y ratificado brevemente
para que en el dia de hoy en razon de su celebridad cese la situacion de
Barcelona, entrando las tropas del ejército en el día de mañana á encar-
garse de los puntos de la plaza, relevando:í la milicia nacional que los
guarnece,


Art. 12, Toda peJ'sona que hallándose actualmente dentro de los muros
de Barcelona desee marcharse al extranjero ó á otro cualquier punto de Es-
paña, el Excmo, señor capitan general le librará en el acto el cOl'l'espon-
pondiente pasaporte. Si la persona que lo pidiese hubiese de rendir cuentas,
dejará los libros ó documentos justificativos á otra pe¡'sona encargada de
'rendirlas á su nombre.


Art. 13. Todo el que despues de firmade y ratificado este ccnvenio se
opusiere directa ó indirectamente á su cumplimiento, altel'a¡,e el órden
público, no respetase la propiedad ó atentase á la seguridad personal, sea
de la clase ó categoría que fuese, se declarará fuera de la ley y entregado
á los tribunales comp~tentes.


Art. H. Las tropas del ejército no entran en Barcelona como hostiles:
desean estrechar á sus hermanos, y despues de haber defendido á la Cons-
titucion y su Reina juntos en la lucha de siete años, anhelan vivamente un
olvido general de todo lo pasado, lO


La Junta que habia sostenido la bander'a de la Central al despedirse del
pueblo lo hizo en los términos siguientes:


«Desde que estalló la revolucion en 2 de setiembre último, hemos arros-
trado con faz ser'ena los mas inminentes peligros, y comprometido nuestra
existencia á cada paso; hemos visto perecer centenares de víctimas sacrifi-
cadas á impulsos del hierro que vomitaban las fortalezas enemigas; hemos
visto del'ruil'se nuestros mas bellos edificios y a\'l'uinarse nuestras fortunas;
hemos corrido una crisis borrascosa y sangrienta; y en medio de tan difícil
y complicada situacion, nos hemos mantenido firmes en los puestos á que
fuimos llamados poI' los votos de este gran pueblo.


La historia tiene prepar'adas unas páginas muy hermosas para trasmitir á
la posteridad los esclar'ecidos hechos de armas que ban tenido lugar en este
recinto desde que enarbolamos la bandera de la Junta central, la historia
refe¡'irá con imparcialidad los incruentos sacrificios que hemos hecho para
sostener' una causa que creimos justa; la historia empero revela á las gene-
raciones futuras, que abandonados á nosotros mismos, sin esperar auxilio
alguno en lo humano,nuestros esfuerzos hubieran sido inútiles é indefectible-
mente habrían producido la ruina y destruccion de esta industriosa capital.




DEL ULTUIO BORBO:"l DE ESPAÑA. 1109
Tiempo era ya de que se concluyese esta situacion angustiosa, y convoca-


dos ¡jI e{eelo por medio de comisiones, todos los cuerpos de e.,(a guaruicion, -
se acordó tratar con el genet'al de las fuerzas enemigas soLi'e una capilula-
cion siempre que fuese honrosa, La proyectada ayer entre S, E, Y los co-
misionados que eS!;J Junta acepta desde ahora, es dec()ro~a y conveniente á
los interese;, de esta capital; pero el genio de la discordia que dr~gl'aciada­
mente se ha introducido en nuestras filas, ha conseguido exlr'l\iar la apinion
bien formada anteriormelllf3, seducir á les incautos con ¡as apal'ieil('ias de un
mentido patriotismo, pi'pseatal'les un cuadro lisonjero del ést;Jdo de la na-
cion, cuando en realidar! es sombrío y funesto, y llevar las cosas á un tér-
mino desastroso é imposible.


Planes maquiavélicos é infernales se preparan conll'a la heroiea Barcelo-
ua: pr()yeclo~ de déstruccion y de espantoso desórden se ban fraguado sin
duda por algunos hombres turbulentos, que sin fijarse en .la cueslion p(llíti-
ca, ambicionan algunas horas de mando para satisfacer la hidrópica codicia
y cebarse en las ftlrtunas de nuestros compatriotas, Nacionolf's, m!lcha'3
prueLas habf'i8 dado de sensatez y cordura en todas épocas, y si algo valen
]~s t<impalÍas que nos unen con vosotros, os I'ogan:mos que permanezcais,
como hosta aquí, unillos y compactos, y marcheis de frente contra los per-
turbadores, no consintiendo pOI' niogun motivo el robo y el pillaje.


Vuestra Janta se retira de la eS0ena política con la Íntima conviccion de
babel' hf'cho 10'108 los sacrificios posibles en defensa de la causa nacional, y
os aconseja que pronto, pronto os 3cojais á la honrosa capitulacion proyec-
tada con el genJral en jefe de las fuerzas enemigas, como único medio de
sah3l'os. J)


La Jun ta no podia ser mas explíeita ni mas digna, Imposibilitada de con-
tinua:' la defen¡:a, se resignaba á transigit· no en su nombre: no en su bene-
ficio; en nombre y en beneficio de muchos millares de ciudadanos,


El general Sanz en el momento de ent/'ar dió el siguiente bando:
q,Don LaureaLJO Sauz, teniente general de los ejércitos nacionales, c<:pi-


tan general del segundo distrito militar y general en jefe del ejército de
operaciones de Cat:.duña, etc.


Habienllo ocupado las tropas del ejército de mi mando en la tarde de hoy
la plaza ue Barcelona, y tomando en consideracion el cúmulo de intereses
que la separación de muchas familias roba á la industria y bienestar de
las mismas, he tenido por con\'eniente ordenar lo que proscriben los artícu-
los siguientes:


1. o Desde mañana se permitirá la libre entrada en Barcelona, empe-
zando á regit, esta concesian desde las dos de la tarde del propio dia.


2. o La salida de b plaza quedará tambien expedita, observándose úni·
camE:ute en e\l~8 las reglas que están marcadas en las leyes.


a. o Las tI'opas que forman la línea del bloqueo vendrán á la plaza, y
Tmro n.




1110 HISTORIA DEL RElNADO
el señor comandante general de la línea dará las órdenes oportunas al cum-
plimiento, reconcentrando antl3s las fuerzas para que enlrtn reunidas.


Por convellÍl' al mejol' servicio y para que lenga el mas exacto cumpli-
miento el artículo 2. 0 del convenio celebrado el 19 del presente para la
entrada de las tropas del ejército en esta plaza, he venido en ordenar !
mandar lo siguiente:


Articulo 1, o Todo miliciano nacional que desee entregar su arma podrá
verificarlo en Atarazanas ó en el ex-convento de Belen (EsluJios) á los ofi-
ciales de artillería que con este objeto se hallarán en aqupllos puntos, los
cuales tomarán una anotacion del nombre, compañía y batallen á que perte-
nezca el individuo que la entrega, á fin de de"centar des pues del total de
responsion de cada batallon las que les conesponda.


Art. 2,0 Toda persona que no perteneciendo á la milicia nacional tenga
en su poder armas de fuego C:e cualquiera clase, inclusas la8 escopetas de
cazar y las licencias para su uso, las entregará,en el preciso trrmino de 24
horas en los mencionados puntos.


Art. 3. 0 La8 armas blancas prohibidas por las leyes se entregarán lam-
bien en los puntos que marca el art. 1. 0


Art. 4. 0 Traseunido dicho plazo se harán las visitas domiciliarias que
la autoridad juzgue cODvenienles, y el dueño de la casa ó sitio en que se
halle algun arma de fuego no perteneciente ~ la milicia nllciunal, blanca 6
prohibida, ó la persona á quien se encuentre, será d( slillada en el tl·rmino
de 12 horas á uno de los presidios de Africa por 10 años.


Art. 5. 0 La persona que denunciase un arma de fuego no pertenecienle
á ]a milicia nacional será rec0mpensada con 25 libras catalanas, cuya mulla
sin perjuicio de la pena detallada sufrirá en este caso el denunciado, si tu-
viese bienes, y si no, pagará el erario esta gratificacion.»


Hé aquí una proclama de despedida que el que habia sido gobernador de
Barcelona dirigia á sus compañeros.


Insertamos algunos párrafos:
« Fieles y bravos camaradas: como he permanecido en vuestra ciudad por


cuatro fuerles comba tida, y cañoneada con el lujo t,lI'rible que tedos sabeis,
debel' mio es al despedirme de vosotros el expresaros mi mas cordial y pro-
fundo agradecimiento por la pl'lldencia, honradez y disciplina que iucEsan-
temente en lodos los lances obsel'Vasteis. No os hablad de vuestro valor,
cuyo g;'ado pueden determinar propios y extraños, contemplando á Barce-
lona destrozada por doscientos cañones con el fin de inutilizar vuestra bra-
vura.


»Adios, nacionales de Barcelona; adios, hermanos noLles de a:'mas; si al-
gun dia creeis qlle mi eangl'e pueda contribuir al afianzamiento de la liber-
tad, solo por vosotros apreciada en lo que rale; acordaos de mí, pues;
mientI'as respiraré, cumpliré con el juramento de dJfender á todo trancp; los




DEL ULT,MO BORBON DE ESPAÑA. 1111
derechos populaJ'es, juramento que será inviolable, prest3do como es en pre-
sencia de mi generoso padre, pocos momentos antes de ser asesinado ~Ol
TOfTijos POl' hombres, quienes, ó no hay justicia en el mundo, ó deben pa-
gar lal'de ó temprano su bru!a inmoralidad.


»Nacionales, está bastarlte arraigada en España la creencia de que son in-
subordinados los catalanes, pero he podido convencerme de lo contrario,
mientras he tenido la insigne honra de estar entre vosotros como goberna-
dor de vuestra índita ciudad. He conocido que los catalanes pueden ser y
son insubordinados, solo pal'a batallar en favor del despotismo, pel'o mu!,
dóciles y sumisos para seg1lir impertérritos á un jefe que en nombre de la
libertad les conduzca á la muel'te Ó á la victoria. C:wfio en que nadie co-
mentará de un modo injurioso mi partida á tierra extranjel'a: puro entré r
puro salgo de la ciudad gl'ande, porque me es imposible presencial' escenas
sobrado cmeles pal'a mí. No dudo que el geneJ'al Sanz sabrá cumplir con lo
que en el convenio ha ofrecido con tanta solemnidad, pero si debiais ser
víctimas de nuevas maquinaciones, entonces pI'onto volverá á hallal'se en su
quel'Ída patria vuestro compañel'o y gobernadol' que para siempre admirará
vuestl'a virtud. -A bordo en la bahía de Barcelona 21 de noviembre de'
1843.-Gregorio Villavicencio,»


Pretextando desórdenes que podian muy bien haberse evitado y corJ'e-
gido, aquel mismo general que bí1bia firmado la capitulacion que se habia
comprometido Lacer respetar la libertad de aquellos va/ien les, publicaba el
siguiente bando:


('(Don Laureano Sanz etc, -La tranquilidad pública se ha visto amena-
zada en la tarde y noche de ayer, pOI' grupos armados de la milicia nacio-
nal de esla capital. En la plaza del Rey y el barrio de Gracia se han dado
vivas á la Junta central, provocando Jos alborotadores con insultos á las gen-
tes pacíficas y entonando canciones alal'manles á riesgo de promovel' esce-
nas que pOI' todos títulos debo evital'; á este fin ordeno y mando.


1. o La milicia nacional de Bar.celona entregará las armas, con"eajes,
municiones, cornetas y cajas de guerra dentro del preciso término de seis
horas despuos de publicarlo este bando, al comandante de artillel'Ía que al
efecto se hallará en Atarazanas.


2,° El miliciano nacional que no cumpla lo prevl'nido en el al'Urulo an-
terior, será pasado por las armas,


3. o Se dispondrán visitas domiciliarias, y el inquilino de la habitacioD
donde se encuentre un fusil, sufl'irá la pena de sel' pasado por las armas, si
el dueño del arma no se encuentra en ella: mas en el caso contrario, el
dueño del fusil será pasado POI" las armas, y el inquilino de la babitacion
pagará cien libras de multa, y si no tuviere con que satisfacerlas, será
destinado pOI' aois años á un presidio.


4, o Castigaré con penas proporcionadas la ocultacion do sables, pistolai,




un HI~T{lR[A D~t RKINA 0(\
bayonetas, correajes, municiones, cajas de guerra y cornetas.


a. o Dt)sal'mada la milicia nacional, quedará disuelta en consecuencia
para ser reurganizada en oportunidad conveniente, y con arreglo á la ley. »


(V)


:En la Revista de ambos mundos, periódico de Paris, se publicó un artícu-
lo que, 3unWle no es muy exacto, traza los aeontecimientos de la ~poca y da
algunas UOlicias ar,erca de la cuestion Olózaga.


De él tornamos lo siguiente:
«Los esfuerzo3 de Olózaga para USUl'pa¡' el favol' real, su conducla con el


t';enera! NUl'vaez, el resentimiento de este, no eran un mi~tel'io ni en Palacio
W en los círculos polÍli('os de Madrid. Todo el nJUlldo se e~peraba á que el
general Sanano menoí1preciado ta':lbien por el jefe di" g<luinete, apl'Ovecl'a.
ria la primera o('asion para romper con él. En esta situacion, el señol' Pi-
d.al fué nombrado pl'esidente del Congreso, y el jóvcn ministro ue la Gue¡'-
ra creyó el ff;omento favorable para su intento. En efecto, buscó á Olózaga
y le dijo que la eleccion de Pidal era una denota para el gabinettl, que en
su opiuiun deLia retirarse,


Olózaga no se alarmó empero y respondió á Senano, que en el estado
eo que He E'ncoGlraban las dos grandes fracciones del Congreso, chstinándose
los progr~sistas en una reserva poco favorable, mientras que los model'ados
apoyaLan francamente al ministerio, el nombramiento de PHhl era una bue-
na fortuna para este. S3rrano no podia rep!ir,al' nada á razones tan conclu-
yentes; pero en vez de darse flor vencido manift'slÓ altamente el di,gusto que
le inspiraba la marcha de los negocios públicos, terminaDdo pOI' declarar que
si Olóza¡;a no se creía amenazado en su eXI~trncja mil.islerial por el nOlll-
b!'amiento de Pidal, él no consel'V<uia igual serenidad si N<lrvaez dejaba de
ser capitan general de Madrid, Preguntándole aquel lo ~ue etitas palabras
~jgnificaban: «Pues bien, lo qlle esto quiere decil', añadió SelTano, es que
l~ngo en mi cartera la dimision del capilan general de Madrid, » Olóz8ga al
oir esta nueva manifestó la mayor calma, pl'únunciandD estas cortas pala ....
hl'as: « La dimi..,ion de Nanaez, decís; pues bien, dádmela.1J El ministro de
la Guerra se nt'gó á esto, y como insistiese en que era un asunto sumamente
grave, el presillente del Consejo alzando la voz, le interrumpió bruscamente,
4iciéndole: «Basta, estamos cOl'dentes, y aconsl:'jal'é igualmente á ía Reina
'Iue acepte vuestra dimisiún si quel'eis darla.» A un alaque tan directo Ser-
rano no pudú contenerse lJlas, y asiéndole fuertemente del b"azo, le gritó!:
,Nddi~ ha pretendido engañarme sin habérmela pagado.» Y salió inmedi.a ..
tamente del despacho de Olózaga ...
~l general Serrano se habia negado á l'elirar su dimision y Olózaga se




DEL ÚLTIMO BORBON DI ESPA"A. 11 13
encontraba en la situaeion mas crítica. Tenia en contra suya á 101l dos per-
sonajes mas notables de la coalicion; el ministro de la Guerra y el capilan
general de MaJrid: y jamás hombro alguno de Estado se habia ,islo mas
cl'uelmente castigado en su egoismo: habia querido sel' absoluto en el poder,
y se miraba solo eo su abandono.


Si el Wíuiemo I'Ppresentativo hubiera estado mas ~ólidamenle establecido
en la Península, Olózaga hubiera sin duda dejado el poder; pero en un pais
como Espalia un hombre de su carácter DO podia resolverse á hacer ebte sa-
crificio, pOI' pocas e~peranzas que tuviera de luchar. Es la suya la historia
del guerrillero que acosado pOI' todas partes descarga su escC'peta á la cara
del pi imero que le intima la rendicion. No le quedaba mas que un medio
6le aplazar el peligro por desesperado que fuese, y tíl ministro Sé 3~ió á él
ton ansiedad: este medio era 13 diw!ucion de las cortes, y véase ahora co-
Vj.n la eleccion de Pi:lal para presidente del Congreso no decidió á Oló-
zaga, como lo flan dl:C/¡O muchos perwdicos, á tomar esta medida ca-
¡Xtal.


Una vel. decidida en su ánimo la di~lucion de las cOI'letl, vióse condena-
do á seguÍl' la marcha que todos co.nocen. La tlimision de SeJ'l'ano le fué en ...
tregada por el brigadii)I' Gallego en la noclw del 27, y al dia siguiente ha-
cia que firmara S. M. el decreto ue disolucion. ¿Durante el corto tiempo que
medió entre ambas cosas, pudo reunir el consejo de ministros para tomar el
parecer de sus colegas? POI' poco que en eIJo se reflexione se verá que ni
aUil pensó en esto, ¿cómo sino eu la 3uae.ncia del señOl' Serrano, el solo
lJ.ierubro popular del gabinete, se hubiera atnrfido á proponer semf'janle
medida? Otros dos ministros, los seilores Luzuriaga y Cantero, amigos Ínti-
mos de Olózaga, han insinuado luego en la [ribuna del Congreso que ¡¡Igu-
Ila vez se habia hablado en el consejo de disolver las cortes; pero lo qua se
debia probal' era que des pues nel rompimien\o entre los señores Olózaga y
Serrano se habia tratado y decidido esta cuestwn; y si los companeros del
ministro caido se bubieran atl'evido á alinnar en el padamento su testimo-
nio, babda sido Lies p:'onto desmentido. Sallíase públicamente en Madrid
que á la primer noticia de la disolucion, Jos colegas del señal' Ohzaga, co-
mo todl) el mundo, babian rnanifesLaílo la mayor sorpresa. llé aquí un he-
cho que dará una idea e'íacla del desconeicl'to y admiJ'acion que en ellos
produjo la brusca determir.acion de su jefe. El señor de Ca.Jvet, senador é
íntimo amigo de Serrano, n{) pudiendo creer que el Coosey. de miD:i~tros DO
tuviese pal'te alguRa en el paSQ d.ad/) poI' su presiden.te, se quejó en el mis-
IDO dia 29 al minüiro de Gracia y JLI~ticiJ de W1 acto titIl incon~id(-,l'ad6. A
los cargos severos del senadvr" el señor LuzuriJga conwstó enérgicamente
q.uil él no tenia la menor noticia de tal cosa. Cal vet insistiendo 0bsen·@ que
era imposible que una me(ljda lan grave no hubiese sido tomada cún acuerdo
del Consejo; pero ell'espetable mi[Jistl'o, ofendido por estas sospechas, negó




11 ti HISTORiA DaL REII'UDO
nuevamente que se hubiese tomado lal resolucion, facultándole á declarar-
lo asÍ.


OJózaga babia tomado tal imperio sobre la voluntad de la Reina, 1}1l8
cuando entró en su gabinete para someter á su firma el decreto de diso)u-
cion, no se esperaba seguramente una seria resistencia. El embarco del mi-
nistro no rué por lo tanto de larga duracion¡ pero no obstsnte, en el primer
momento era tan visible, que la Roina á pesar de sus cortos años no pudo
menos de notar!( •. Mas de una vez desdA la enlr'ada en Palacio del señor 016-
zaga, habíase tratado del regl'eso á España de S. M. la reina Cristina: la
jóven Isabel no lenia una sola conversacion particular con el jefe del gabi-
nete en la que no le instase á que hiciese por ver satisfecho cuanto antes este
tan justo deseo de una ~ija cariñosa. En la noch~ del 28 de noviembre fué
tambien este el objeto de la conferencia por parte de S. M.; Y como esta vez
sus instancias eran muy vivas, Olózaga, interrumpiéndola, la dijo: Bien:
volverá la reina Cristina; pero ¿qué me dará por esto Y. M.? No habiendo
hecho caso la Reina de esta interpelacion y reiterando sus instancias, replicó
bruscamente el ministro: Basta ya de peticion, puesto que nada me quereis
conreder por ella. Reducida al silencio y profundamente sorprllndida por tan
extrañas palabras !lronunriadas con un tono mas extraño aun, la Reina miraba
fijamente á su primer ministro. Entonces, sin preparacion alguna Olózaga
sacó de su cartera el decreto de disolucion escrito todo de su puño, y le di·
jo: «SeñJra, el Consejo de ministros, no pudiendo avenirse con las actuales
cortes, ha decidido su disolucion y yo me he encargado de ptmel' á la firma
de V. 1\1. el decreto que con roca un nUAVO parlamento.» Todo el mundo sa-
be como fil'm6 S. M.


Tal es la conduela del señor Olózaga pal':l con la Reina, conducta que ha
levantado en España una indienaeion general y profu·nda. Y no podia ser
otl'a cosa en el pais de Felipe V y Carlos 111, donde á consecuencia de la
impopularidad que llevaron tras sí los últimos actos de la regencia del con-
de-duque se ha verificado una gran reaecion en favol' de las ideas monár-
quicas. La acusacion de le3a majestad se ha debatido asaz largamente en la
tribuna para que tengamos nada nuevo que decir sobre ella; pero existía otra
que en medio del ruido y de los clamores de los partidos ha pasado casi des.
apercibida, y de la cual creemos debieron ocupal'se especialmente los ora-
dores y publicistas del partido moderado. Debieron ellos haber mostrado los
desastres que dAbia lleva" tras sí la loca campaña que meditaba el jefe del
mini~terio conh'a la Constitucion y contl'a las cortf's. Elegidas durante la
guerra civil en un pais cansado de reacciones y motines las actuales cortes
habian recibido la alta migion df1 acabal' para siemp,'e con los regímenes ex-
cep~ionafe3 y los gobiernos revollJcionarios; habíanse reunido en Madrid re-
suelta su gran mayoría á ahogar el gérmen de agitaciones y desórdenes qua




1115
era ya un mal crónico, pOI' la aplicacion sincera y leal de la CODstitucion
del 37; querian empl'ender la l'eorganizacion administrativa, y colocando á


O/6zaga al {rente del gobierno esperaban que él cifraria su gloria en dil'igit· sus
laboriosas deliberaciones, en abrirles una senda en ese dédalo inmenso de ins-
tituciones y leyes que necesitaban crearse Ó destruirse. No se podia faltar
mas miserablemente á tan nobles y legítimas 'esperanzas. Cuando Espartero
decretó la disolucion de las anteriores cortes, Olózaga rué quien dió la se-
fíal de la insul'reccion excl&mando en el Congreso: (( Dios sal ve al pais, Dios
salvl3 á la Reina; 1) y seis meses despues, porque se veia e.menazado en Sil
existencia ministerial, ¡el mismo hombre era quien reproducía en sus mas
tristes excesos la política de Espartero!


El decreto se habia firmado á las nueve y media, y basta el mediodia del
aiguiente nada se supo en Palacio. Podíase ya desde temprano conjeturar
por las personas que rodeaban á S. M. que habia pasado una escena extra-
ordinaria entre ella y su primer mini8tro; durante toda la noche S. M. ha-
bia permanecido obstinadamente en una profunda y silenciosa tristeza. Ape-
nas salió del lecho mandó se colocara en su despacho una campanilla que
diese á las habitaciones inmediatas, y S. M. misma cuidó de que esta órden
fues6 inmediatamente ejecntada. Pocas boras doras despues el general Nar-
vaez vino á hacer su visita oficial y á tomal' el santo. El general hacia ya
Itlgunas semanas se retiraba tan luego como recibía la órden; pero este dia
permaneció algunos momentos mas para preguntar á la Reina si habia juz-
gado conveniente admitir la dimision al general Serrano. «¡La dimision de
Serrano! exclamó la Reina, ¿y por qué quiere Serrano retirarse?) « Es bas-
tanle extraño, replicó Narvaez, que yo sea quien dé esta noticia á V. M.;
pero bace ya mas de veinte y cuatro horas que Ol6zaga debió someter á la
delibel'acion de V. M. un asunto tan grave ... » ( ¡ Olózagal exclamó la Rei-
na echándose de repente á llorar, ¡Olózaga! ... » pero la emocion la impidió
cor.tinuar. Narvaez esperó á que se calmal'a la afliccion de S, M., Y cuando
pudo explicarse le contó lo que habia pasado la noche anterior entre ella f
el presidente del Consej{).


A las primeras palab¡'as de la Reina, Nal'vaez se irritó de tal manera, que
en el primer arrebato quiso j¡. á buscar á Olóz;¡ga, traerlo á los piés de la
Reina, y obligado á implorar su perdono Logróse sin embargo contenerlo, y
como algunas persenas le dijeran que esto era portarse como un cadete, ex-
clamó: «Tienen ustedes razon, la Reina de España necesita GIra clase de sa-
tislaccion; pero jUl'O que la obtendrá. '/) Momentos despues se dirigia á casa
del general Serrano, ..


No habiendo encontrado á Serrano el general Narvaez volvió á su casa,
desde donde se disponia á lIama¡' á algunos de sus amigos, cuando lo allun-
daron la visita de los jóvenes diputados Gonzalez B¡'avo, Ros de Olano y
Gonzalo Moron, que á aquella hora ignorabau todavía la acusacion formulada




11 16 HISTOltlA DEL RtaNADJ
pOI' la Reina contra el presidente del Consrjo. A penas se habian cambiado
algunas frases cuando otro diputado, el señor Carriquiri, entró agitado y
conmovido. Este sabia ya la gran noticia y la comunicó á sus colegas. El
general recorria la sala con precipitados pasos, exclamando ds tiempo en
tiempo: «¿Somos españoles? ¿Sufriremos el ultrllje que acaba de hacerse á
Due.o[ra Ikina?n PeJ'o DO bastaba hablal', y todos conocieron que se l\ecesita-
ha obr,)!' con presteza. Habiendo preguntado Na)'\':l.cz á bs per~oníls allí re-
unidas lo que debia hacerse, Gonzalez Bravo I'e~pondió fria y tri:lnquilamen-
te: «Arrílneanoo Olózaga un decreto dH tal naturaleza á S. M. nos ha pueslo
en la imposibildad de calcular nuestras resoluciones: á los grandes males
grandes J'e:nedios.» [)ecidióse entonces que se denunciaria á la nacion la
conducta de Olózaga, y se acordó que el presiden te del Congreso pasase á
palacio á hablal' á S. M.


El seliol' de Pidal es uno de los hombres del pal·titlo conservador que mas
hOl'l'or tiene á los medios extremos y á los bruscos S;tcuJimienlos que las
ambiciones particulares pueden imprimir á la marcha de los negocios públi-
cos: a~í {¡ue cuando fuó llamado á casa del general Narvaez no quiso dar fe
á lo que sus amigos le decian, pero declaró, ~in embargo, que la Reina po-
dia contar basta con su vida. Pocos momentos despues el presidente (!el Con·
greso se !1allaba en la presencia real y S. ~I. le repitió con voz intel'l"umpida
por 103 s0110zos lo que pOI' la mañana habia dicho ni general Narvaez.


Oda tan grave dcclarl.lcion, el presidente del Congreso rogó á S. M. se
digoase hacerla por tel'cera vez ante los vice-presidentes del mismo, y ha-
hiendo accedido S. M., se señal6 la hora de las si:lle de la noche para es\a
solemne audiencia, á la que fueron convocados tambien los ministros de Guer-
ra y Marina ...


A l volver Narvaez á la casa del general Serrano, se encontró en su despa-
cho con el señor Donoso Cortés, quien saLedol' de todo habia venido de
cuenta propia á buscar al jóven ministro de la Guerrfi para somete¡' á eu apro-
baciotl la minuta de un decreto separando :í Ol6zaga. Donoso Cortés fué por
lo tDuto el primero que propuso la destitucion del antiguo mini~tro y el ge-
neral Serrano quien acogió primero esta pl'oposicion.


En esta entrevista decisiva Narvaez habló con una energía elocuente: ma-
nifestó JI mini.~tl'o que por un hecho cuya responsabilidad toda debia caer
sobre un solo hombre no podia disolverse la coa;ieion, y que era debe!' del
general SE'IT3no calmar las ala/'mas de los progresistas, enemigos de Olózaga
triunfante, y que riéndole caido iban á tomar su defensa. No quedaba mas
que uo mCl.lio de prevenir sus ataques, y era formal' un ministerio en que se
vie~en dibnamente representados; y sin duda alguna se calmarian sabiendo
que el solo pei'sJuaje político de ellos que ejercia un doble prestigio en el
ejército y en las cortes se encargaba de la presidencia del gabinete por él
formado. El general Serrano aprobó completamente las miras de Narvaez, y




DtL tl;mlO BOllBON DE .ESPAÑA, 1117
sonaban las seis cuando recibió el mensaje convocándolo á la audiencia de
S, M. ~(Pdrlid, mi gpnCl'al, le dijo Nanaez; va á decidirse ]a suerte de la
Reina de España, á quien sois deudO!' (le tantos favores, y que hoy apela
nU8\'amenle á vuestra lealtat!.)) Serrano eSlab;;. ya en la puerta de su gabi-
nele cuan.lo \al'vaez le dirigió este vehemente ;..póstl'ofe: permaneció un mo-
menlo pelHati\o é inmóI il; Y despucs, vol viéndoF6 bruscamente hácia Do-
noso Cur[,;s, le diJO: « Déme usted ese decreto.» El jóren diputado se lo en-
treGó en efl'clo, y el b{'neral S¡lrrano marchó á palacio.»


La escl'n:J r(Ile allí aeonlel'ió es conocida de todos, y en el artículo que
extractamos IlO se dan sobre ella nue\(¡~ pormenorcs, si Lien sus noticias son
complctamente exactas. El escrilor francés refiere luego lo aconlecido en la,
reuniu!I ~f;¡(l(lz, y <JI h;::cerse cargG del acuerdo en ella tomado sobre defen-
der al sl'ñ(lr lI(' O:ózaga, dice eslas palabras:


«Los pro;;icsistas cometian una falla irreparable; la guerra que iban á
comenzar no (~ra con[ra Ull n.inislcrio ó una fraccion del Congreso, sino que
sus atarjnes se dirisian contra el lrono mismo. jCómo en un país tan pro-
fundamente rnonilrquico, Corlina y sus amigos no veían que emprender se-
mejante lueha era jugar á un albur desesperado el porvenir de todo su par-
lido! .


POI' su parte t';arvaez, siempre de acuerdo con Serrano, se preparaba ac-
livamer;te ti la ImJ;a. Desde pOI' la mañana se hallaba en casa del ministro
de la Guerra á t!oll(!e ri!Jicl'on á reunirse el general Concha, Gonzalez DI'3-
vo, Ros oe Olanu, Patricio de la Escosura y otros, En la confereneia de la
noche del 2~, la Reina despues de haber decretado la uestitucion de Olózaga,
habia ellctlrgado ~¡J gencrill Serrano la formarion del nuevo ministerio; y co-
mo NarrileZ le iustase á que extendiese la lista de los hombres que debian
compouerlo; le contestó, cogiendo una pluma: «No la esperareis mucho tiem~
Po,» y formó la ¡;i1:)uiente combinacion ministerial. Serrano se reservaba el
departamento de la Guel'l'a con la presidencia del Consejo; confiaba las car-
leras de E,tado, Gobernacion y IIacienda á tres progresistas, los señores
Gonzalez Bravo, Moreno Lopez y Ceriola, llamando solo á dos moderades los
señores don Icnaciu Chacon y Mayans, á los que entregaba las carteras de
Marina y Gracia y Justicia. Ilabiendo escrito Serrano estos nombres en un
pedazo de papel, lo pasó á manos de Nal'vaez, diciéndole: «y bien, ¿qué os
parece, mi general?» « Excelente, respondió Nal'vaez, despues de haber echado
sobre esta li~;!a Ulla rápida ojeada; pero lo que importa, añadió, es que el
gabinete sea formado pOI' usía y que os ueclareis su jefe.») Narvaez entonces
mostró la lista á sus amigos, quie:1es la aprobaron sin la menúr restriccion.


Acordada así la composicion del gabinete no quedaba mas que publicar
los nomhl'es de los ministros; pero en este momento, la estrecha alianza que
ha~ta en lonees ha!.>i;} existido entre Serrano y Narvaez recibió una herida
profunda, y plliJO preyerse desde aquel instante que 00 tal'daria mucho en


TOllO n. 141




1118 HI~TORrA DEL RfT, \ ;)1)
romperse. Habirndo obsenado uno de los :1n,i;os del\T2 "Y:1I'Z que rra urgente
envi:lr la lista del nuevo ministerio á la Gorila de M¡ldrid, le ir1trr/'llmpió
Serrano diciendo: (,Un instant!'; e~o es conveniente q"J!~ nn nrgocio tan im-
portante marche con tanta precipitacion: M'jeserue tiempo p;.r;¡ rdl,'xionar.»)
«¿Pero qué reflexionN! teoeis que h3cer, fX('bmó N~I"\'~rz, hemos nosotros
puesto la menor cbjecion contra ninguno d,· los hombres que nos acahais de
proponer? Un ministerio del que sois jefe, y rn el {,\1;1\ de seis mirmbros
cuatro progresistas ocupan todos Jos puest(l~ poJilic(,~, ¿I,U('fh Irfíf'r algo de
alarm:lDte para vuestro partido?») Y C0IDO Senano no hi,:i('se ('280 de estas
razones: « Esper'ad, añadió NaJ'\'aez, aun !f'nf'm08 ti('mro; lnm~d esta lista J
formad el g;lbinete como r¡tlf'1'3is; pero form;¡dlo pronto » Sena no Empero
permaneció impasible, y [0I'ZO"'O fué conee~prle el 1irmv, fllll' p:'dia para re-
flexionar, convinipndo :m!I'S en ,'cunirse aquella misma MeLe pn casa de
Nm'vaez donde el mini.;;tro de!a GUf!ITa pl'l!senlnl'ia ~ll ullim;lt'lm.


Tan luego como Narv(Jt'z y sus amigos salit'ron de 8U galJinete, Serrano
envió á llamar á Cortina fJue arudió inml'diat;;menle á 1:1 cila, ncomp3ñ3do
!le los srñOJ'M Moreno Lopoz y Madoz.


En el estado á que haLi:m lll'gaclo las CDsa3 no bahia ya que pensar (ln
que los progresistas !'c!I'()~'(l(liescn en la m31'cha pOl" ellos .:mprendida, y no
era por lo tanto COl,tina quien d,'bia veril' ¡) ayuda!' á S')l'rano, sino este
quien serviria la C:lU~a de Corlina. El djpllla~lo pOI' S,)vilh ]'rro:·¡Jó enérgi-
camente al señol' Serrano la solidaridad que eslnbkcian ~nlre los dos sus
precedentes y sus pdncipios; le Jemostr6 que consisticorlo su fuerza en las
cortes, en las simpatías de los progresistas, seria inevitable !In cailla en el
momento que ie combatiesen viv2m('nte; nesvnncciru rlo nl pre,tigio, el ma-
yor interés de los modl'radns; seria rleshacerse de él. Yrnrir.o con f3cilidad
por estos argumentos, el genr!'al Serrano nbandonó comp!el;¡mcnte la línea
de conducta que hnbia spguiflo con !'csolucion ha~la entO!l('es. Antrs qne
Cortina, Madoz y Moreno Lopez hllbiesen snlido ¡JPI Ir'::i~~I'],¡", r"ni6 á su
sllbsecl'etario á casa del gen!'!'al Nm'vaez. POI' mrrlio del s(·Ílnr GJl!r¡:;o! Ser-
rano declaraba c:I capilan gl'neral que no asistiria 3 la cita convenida para
las siele de aquella noche, y que le era imposible unir.'ll ron N:::rvaez ni con
ningun otro jefe del partido moderado para form;)!' un nuevo rninisterj();
que deseaba vivamente retiral'se por algnn tiempo de los nl'gorios púhlicos,
pero no por eso dchill dr.i:me de contar con m rle~eo dC~:1c!'ificarse pOI' la
R~ina y por la Constitncinn.


No le bastaba esto al jde del partido progresista. n~jo la innupncia rlel
señor Cortina, Serrano r!rbia fle.;plrgal' igual activi!lnd T1(~ b;ljo b l':1érgiea
impulsion de Nar'vaez. Aun no hahia llegarlo á C;1~:1 d~ ,,~t('. último Gallego,
cuando Ser'l'ano rué :l ver 3 la Reina, y drspues: de dc·~il':í S. M. r¡UI' l!n mi-
nisterio de coalicion el'a completamente imposible, le hizo (ln!rever las 3(,l1-




1119
Ilaciones, que al ti'dré" del partido modürado lIegarian tal vez á la corona,
si se preseo t¿¡se ea su nombre á la cortes un ministerio conservador; era
urgente para desarmar al Sr. Cortiníl y sus amigos formar una adminislra-
eion exc!usivaml'nle progresista, y confiar la eleeeion de los ministros al
Sr. Lopez, ultiUlo presidente del Consejo. El general Serrano no /le detuvo
aquí. Estaba convocado el Congreso para el dia siguiente, y el'3 pOI' lo tan-
to preciso que aquella mi6ma noche se constituyese el gabinete encargado de
sostener eu lal> corles la declaracioll real, y reunirse en palacio los hombres
deeididús por la Heina, En este instante decisivo, SelTano anunció que no se
hallaria presenle á la reunion, y para aconsejarles que no fuesen á ella,
visitó sucesivamente á algunos de los que ueLian concurrir con él, y parti-
cularmente á los progresistas, que alTastraJos por él y Gonzalez Bravo ha-
bían aurazado con ardor la cau~a de la monarquía. No tardó, sin embargo,
en notar que pJI' este I¿¡do trabajaba en vano, y ni aun cOilsigui6 convencer
á Cal ret, ljUe rompió con él deeidjJamenle para no abandonar á Narvaez.
Rechazado en todas parles, SelTano volvió precipitadamente á su casa, y
temiendo sin duda la::; resoluciones que podria tomar en un momento tan
crítico, se encerró en su cuarto, dando árJen de que no se dejase pasar á,
nadie; y despues, fuerza es decirlo; jel señol' Serrano se acostó!


A pesell' de b defeecion de este, luvo lugar la reunion en el cuarto de la
Reina; era souro media noche cuando la declaracion quedó autorizada con
las [orm;¡lid;¡d"s indispensables; pero "ióse entonces cuán poco adelantada
f>staba la formacion del nuevo ministerio. A aquella hora no se podian es-
coger homores; lus señores Gonza!ez Bravo y Pidal Cuel'On los que se encal'-
garon de constituir el gaoi:.lete. Pronto se espantaron ambos del cargo que
aceptaoan, y sin teuer en cuenta los ullimos acontecimientos del dia, cor-
rieron á casa del r;enel'al Sena no , forzaron la consigna y penelraron has la
su alcooa. Allí touas las solicitaciones se estrcllal'Gu contra la firmeza incon-
trastable dd ¡.;cneral, que ues,le la cama les declaró pOl' última vez que no
accedia ni á firmar el gauinALe ni á entral' en ninguna comoinacion como
presidente del COllsejo, Urgia el tiempo, importaba no perder ni un minuto
en conferenci ... " la iuG.tilcs, y Pidal y Gonzalez Bravo vol vieron al lado de
la Reina.


Ya en palacio, Pid,d declinó COl'malmenle la mision de que se le habia
enCal gado. Era preciso, deeia, para dirigir las deliberaciones del Congreso
un homLl'c profuodamente decidido pOI' la corona: por otra parte haLia acon-
sejado la dcslilucion de Olózaga y extendido el acta de acusacion que iba á
discutirse en las cortes; su pundonor, pues, estaba comprometido en no re-
~mplazal' al ministro caido.


Habian ya dado las dos, y la Gaceta de llIadrid esperaba los nombres de
los nuevos ministros, Por la primera vez en España, íbase á tratar en las




l1~O HISTORTA riEL mUNADO
cortes, no de las formas de la monarquía, sino de la monarquía mi~ma; pOI'
la pr'imera vez la inviolabilidad real se ponia á merced de un volo )egislati.
vo. Si no se presentaba ningun ministro pa I'a apoya r la deelal'acion de la
Reina, ¿qué iba á pensar de esto el público? El 3 O de novipmhre, la agita-
cion de los partido!!! se habia comunicado á la poblacion, y si los parles que
recibia Narvaez de los cuarteles le tranquilizaban sobre el ¡.JUen espírilu de
las tropas, aun esto mismo era un peli5ro para los an¡alltes de la Reina, á
quienes el partido progresista acusaba ya de querer dominar por la fuerza
de las bayonetas.


Corria la noche con t~rrible rapidez, y hallábanse casi solos en pI palacio
de Carlos III, Narvaez y Gonzalez Bravo, « Es prerisv terminar' esta situa-
cion, dijo al fin el general, y que uno de nosotros dos se encargue de pre-
sentar á las cortes la dedal'acion de S. M. fJ «( Yo me encargaré, dijo Gon-
zalez Bravo; y como uno de sus amigos le hiciera prcsrnte el peligro in-
menso que iba á arrostrar; sí, yo me encargaré, repitió el jóveo diputado:
en este dia ó me pierdo ó lo consigo torio.» Algunas horas despues, el nuevo
ministro de K;tado estaba en el Senado, llevando en sus manos la declaracion
real. »


Los sucesos han venido á justificar que Gomalez Bravo se salvó hundiendo
la monal'quía que Veinticinco años mas tarde ha caiJo r-strepi tosamente en-
tre sus manos,


(X)


«A LOS SEÑORES REDACTORES DEL HERALDO.


Madrid 6 de junio de 1841;'


Muy señores mios: Cuand,o las palabras vertidas en la cámara de diputa-
dOi de Francia el 27 de mayo pOI' ~Ir. Thi ers, uno de SU¡¡ rr:. as ilustres
miembros, podrían ser ocasion de que resucitasen con nueva fuerza entre
n080tl'OS antiguas é injustas acusaciones hácia la ,'eina madl'e, que nunca
han tenido otro fundamento ni oh'a disculpa que la ignorancia de bechos
que por su natul'aleza no se prestan á la publicidad, es ya imposible callar
por mas tiempo, puesto que además del peligro de que la comun opinion,
entregada á sí propia, siga vagando y per'diéndose pOí' el campo de las con-
jeturas, la rdina madre se ve atacada en sus sentimientos personales ante
un cuel'p,) respetable, cuyas discusiones tienen y merecen un eco europeo.


MI', Tbiers ba asegurado sin titubea.' y sin el corlés !'obozo que el objeto
y la ocasion !'equerian, «que la reina C,'istina ha dejaJo nacer en su cora-
zon un odio incalificable hácia los hijos de su hermana, y que dominada por




DEL ULTIMO nORBON DE ESPAÑA.. l1!t
este tris!9 sentimiento ha ido á buscar en Nápoles al conde de Trapani
para efoposo de su hija.


Mientras el encono de los par,tidos ha achacado á S. M. la reina madre
en tan importante asunto estas ó las otras miras fundadas en cálculos polí-
ticos mas ó menos prudentes, eu afecciones de familia mas ó menos discul-
pables, el encomendar la respuesta al tiempo, y el pl'or undo sileneio de
parte de quien con pocas palabras podia defender á tan augusta señora, ba-
bia tenido, si se quiere, por grave inconveniente el inevitable extra\Ío de la
opinion, pero descansaba en razones atendibles de régia dignidad.


Hoy, que tratándose en una cámar'a extranjera del matrimonio de la
reina de España, que no por ser cueslion diplomática deja de ser esencial-
mente nacional, Mr. Tbiers afirma que su mas funesta complic3cion es pro-
ducida por un odio que la reina madre abriga en su coraZOIl, cnmple al de-
coro de aquella princesa, y al de los que nos honraml>s siénd.)IH toda vía
leales, no tolel'al' por mas tiempo esa injusta acusacion de un sentimiento
mezquino y vulgar, hecho á quien tan distante está de mel'ecer:a como
reina y cuma señor'a.


Piénse como quiera sobre conveniencia ó imposibilidad de cada uno de
los candidatos para la mano de su hija, en lo cual es enteramente libre,
como madre y como reina únicamente atiende y atenderá al bien del pue-
blo que ella tambien rigió un dia. Solo muy altas consideracior.es de inte-
rés público /a harían apartarse de determinadas candidatul'as; pero nunca,
gracias al cielo, vendr'á á aumentar pstas dificultades diplomáticas y polí-
ticas, esos o~ios implacables que no caben en la ilustre princesa, á quien
ni un célebre infortunio hizo arrepentir de su clemencia. La razon de esto
es tan sencilla como honrosa, pOl'que esta señol'a no sabe abol'recf1l',


Amaestrada por lar'ga y dolol'osa experiHncia, asistiendo desde tanta al-
h1l'3 al espectáculo de nuestras miserias, y viendo y tr'atando á los prime-
ros hombres que en altel'Dativas vicisitudes cada opioion ha enVIado cerca
del trono como su mejor expresion y su símbolo, no podia escaparse á su
penetracion, que en todas los partidos ha y doctri nas y personas a provecha-
bIes; que todos han tenido en su di:l aciertos, faltas y desgracias; que en
todos cabe buena fe, y que donde esto último sucede, el ciego rencor de los
parciales solo es un error mas, que en el vulgo ocupa la plaza de las
creencias políticas, y es por otra parte el fácil recurso de ambiciosas me-
dianías, Y cuando esta augusta señora tiene esa idea de los encontr'ados par-
tidos que hoy traen tan desasosegado el reino, y de los cuales apenas habrá
uno que no la haya agraviado alguna vez, siquiel'a con la desconfianza, ¿es
eI'eíble que haya reservado sus odios y sus iras para que ellas, y no altí-
simas consideraciones de gohierno, vengan á inclinar su ánimo en la grave
cueslion que ha de hacer la felicidad personal de su hija, yen que libra el
pais un lal'go porvenir de gloria? La respuesta no es dudosa; sobre todo




HlSTORL\ DEL REINAOO


cuando no se espera del diputado francés, sino de la sensatez espai'iola.
Quien con tan poca honl'o~a explicacion moti~'a el desvío pOI' parte de


S. M. de la candidatura de que habla, no hay qu:' admirar que no sea
mas exacto en su rotunda afirmacion de que la reina madre ha buscado
con empeño para su hija un candidato napolitano. De extrañar es que el sa-
gaz historiador, enterado bien á fondo de la política contemporánea, haya
venido á buscar tan lejos el orígen y el apoyo de la candidatura que deplora.
1'al vez ese grave negocio, que tanto ha quebrantado por desgracia la nece-
lIaria union de la opinion moderada, é impedido que á estas horas hubiese
renunciado ya al nombre de « partido» que necesitó en dias de combate,
tendrá pronto un solemne esclarecimiento, y entonces cesará para aquella
augusta señora un singulal' martirio, que solo se sufre junto al trono, el de
ser calumniados sin defensa.


Distancia hay, y muy grande, entre el ilustre diputado francés y la per-
sona que suscribe estas líneas; pero cuando tengo la verdad de mi parte, y
el corazon me dice qu~ es aoble y generosa la causa por que abogo, no re-
paro jamás ell la calida(l de mis ad versados.


Soy de Vds. etc. A:'íToNJO MARIA RUBIO,»


«A S. M. LA REINA CRISTINA.


Neuilly 16 de junio de 1846.
Mi carísima hermana y sobrina: Con asombro acompañado de un senti-


mientO' que mi amistad hácia vos me impide expresal' ccn mas claridad, he
leido la carta qye el secretario particular del duque de Rianzares ha pu-
blicado con ~u' firma en los periódicos de Madrid. Nadie ha pO'dido dejar de
conO'cel' el objeto de las insinuaciO'nes que este documento encierra, sobre
el orígen de lO' que llaman la candidatura de nuestro hermano el conde de
Trapani pam la manO' de la Reina ~uestra augusta hija. En efecto, las dis-
cusiones que la publicacion de esta carta ha ocasionado en lO's periódicos,
prueban que ha sido bien comprendida, y que el fin que se proponian esas
insinuaciones era, no solo el de atribuir el ol'Ígen de la candidatura á mi
personalmente, así cO'mo á mi gobierno, sino tambien el de hacer creer que
os babia sidO' impuesta pOI' nüsotl'os y contra vuestros sentimientos ó volun-
tad. Estas aserciones sO'n demasiado falsas para que yo las pueda tolerar, y
vengO' á pedil'Os justicia.


Creo, pues, mi querida sobrina, que debo consigna¡' aquí hechO's con
cuya perfecta exactitud no pO'dríais negarme vuestra conformidad.


CuandO' 0'8 bailabais en esta, y aun antes que tuviésemos con vos aquellaiJ
frecuentes conversaciones, aquellas expansiones que nuestros mutuos senti-
mientos nos hacia n tan dulces, nO' ce~abais de manifestar el deseo de que




DEL ÚLTnIO BORBON DE ESPAÑA, tUS
uno de mis hijos fuese esposo de la reina doña I~abel 11, Me decian, que
esta union era apetecida por la gran mayoría de la nacion española. Pero
vo.~ sabeis, que á la par que os manifestaba cuár. reconocido estaba á esos
deseos y cuánto apl'I.leiaba los sufragios de una nacion á la que toda mi vida
he tenido tanto afecto, os exponia detalladamente las razones que impedian
acceder á esos deseos, y que me obligaban á rogaros los dl'secbílrais COill-
plettlmenle de vuestro pensamiento. No olvido ellrabajo que me costó ba-
cel'os aprecial' dichas razones; pe¡'o sin embargo, logré convenceros de que
era [Ir/3ciso busear otra combinacion, debiéndose preferi]' la que emanara
de entre los pl'Íncipes descendientes de Felipe V. Estos príncipes eran en-
tonces ocho en estado de casarse. Habiéndose casado despues Jos, su número
se rediljo á seis, de los cuales, tres (los hijos de don Carlo~) se hallaban en
una posicion deplorable, condenados por leyes que no permitiendo se pen-
sase en ellos, privaban á España de las ventajas políticas que se hubier2n
podido esperar de la fusion de los partidos que tan cruelmente la han
agitado.


PO!' lo tanto, para que el esposo de la Reina fuese elegido entre los prín-
cipes de raza española, que ninguna ley, ninguna renuncia, ninglln tralado.
hubiese privado de sus derecho~ eventuales á la sucesion Jcl trono de Es-
paña, la eleccion de la R,~ina (interin que la exclusion de los tres hijo~ de
Carlos estuviese vigente), debia hacerse ent¡'e el dur¡ue de Cádiz, el duque
de Sevilla y el c0nde de Trí:lpani. Vos sabeis, mi cara sobrina, que lejos de
haber procurado desviar vuestra eleccion y la de la Reina vuestra hija, de
los dos prirneros, constantemente he dicho que creia que su calidad de es-
pañoles~ naciJos y criados en Españ:t, les daba alguna ventaja; qll~ habien-
do yo visto de cerca y tantas veces á estos jóvenes pí'Íncipes Jurante su
permanencia entre nosotros, les creia dignos de que la eleccion de la Reina
y la vuestra roca yeran sobre uno de ellos; pero contestabais siempre que
era natural prefirieseis á vuestl'o propio he¡'rnano, y habiendo ~abido tam-
bien que e3ta preferencia habia sido rxpresada por la Reina repelidas veces,
desde lupgo hubiéramos creido faltar á nuestros deberes de aliados, de pa-
rientes y de at:ligos, si no hubiésemos contl'ibuido en todo lo que nos fuera
posible á facilitar una union de que o~ manifestabais deseosa y que nos pa-
recia tan satisfactoria bajo lodos conceptos.


Pero la idea de imponeros nada á vos, á la Reina, 6 á la España, no me
ha ocurrj,io jamás ni tampoco á mi gobierno, y des;¡fiamos á cualquiera que
sea á que la funde en ningun antecedente. Sin embargo, no concluiré e3ta
carta sin llamar de nuevo vueslra atencion, segun lo he hecho ya otras mu-
chas veces, sobre las peligrosas consecuencias que ocasionaria elllamarniento
de un príncipe, (lxtl'año enteramente á España, á compartir el tropo de la
reina, vuestra hija, 6 á hacer pasar la corona que lleva á otra (¡¡milia que
no fuese la suya.




1ni HISTORIA. DEL REINADO
POI' su interés, por el vuestro y por el de España, os n'pito solemnemente


este eonsl'jo. ~o está menos interesada la Francia, tanto en la grandeza y
y pl'o~peri(bl de E~paña, como en la conservacion de esa bpnóvola amistad
que ~n el dia las une, y que e~ á la vez tan preciosa á los dos paises, y tan
necesaria al mantenimiento de la paz y del reposo del mundo.


Dignaos, mi quclida sobrina, ser mi intérprete cerca de la reina y de la
infanta, Y\le~ll'as queridas hijas, y manifestal'ie8 de mi parte todos los voto~
que hago pOI' su (elicida,J; y los sentimientos de afectuosa amistad que les
pro{f'so CI)U ludo :ni corazof;, y creed siempre vos en la sinceridad de los
sentimÍentos con que soy, mi queridisiffia hermana y sobrina, de V. M. el
mas apasionado hermano y tio.-Luis Felipe.»


«A S, lU, el rey de los franceses-
Madrid 23 de setiembre de 1846 .


.Mi qlleriJí~imo tio: Ayer recibí por conducto de MI'. de Bresson la carta
que V, M. ha tenido á bien dirigirme con fecha 16 de tsle mes. Si siempre
que recibo esta muestra de vuestra bondad experimen to la mas vi va salis-
faccion, no puedo ocultaros, mi querido tio, que ahora he sentido al mismo
tiempJ una ruezcla do amargura, porque descubro en vuestras palabras que
vuestro corazon estaba irrÍlado y herido por las expresiones y por la polé-
mica suscitada en difel'entes periódicos, á consecuencia del artículo escrito
pOI' mi secretario el señor Rubio. Su intencion al escribirlo ha sido pura, Ja-
más lo hubiera escrito, si un diputado que ha tenido la dicha de estar cerca
de vos, y de ser vuestro mini.~tro, no se hubiese atrevido á pronunciar en
la cámara de Jiputados de Francia, ciertas palabras flue pueden ser aquí in-
tel'pretadas en un sentido poco satisfactorio para mí.


Vos sabcis, mi querido tio, la preferencia que se habia dado á mi her-
mano Trapani; era el l'esuItado de las conferencias de Eu, y á este hecho
demasiado conocido, es el que ha querido refel'Íl'se el señor Rubio, y no á
otro ninguno) pól'que sabe respeta¡' á los reyes y las personas reales como
verdadero y buen español.


Teneis, mi querido tio, la bondad de recordarme nuestras diferentes con-
versaciones familiares acerca del casamiento de mi hija, Entonces se espon-
taneaban nuestl'os corazones; vuestra sobl'Ína hablaba con la franqueza que
le permitian vuestra bondad y vuestra amistad. Sí, recuerdo con pena que
allí fué donde se me hizo ve¡'la grande imposibilidad de un matrimonio en-
tre mi hija y uno de los príncipes de vuestra familia,


Yo creia hallar en tal union la felicidad de mi Isabel, pues solo esto y la
felicidad de España es lo que he procurado y procuraré en su casamiento.
Un príncipe que hiciese felices á mi hija y á la España; tal ha sido y tal es




DEL ULTI~I(\ BORBON DE ESi:'AÑA
mi principi!>. Si un Borbon reune estas cualidades lo prefiero, y si no pre-
feriria á otro príncipe, porque mi deber es miral' esta cueslion como madre
y como española. No dudo que vuestro excelente corazon de padre y vues-
tro amor á la Francia os harán mil'al' corno muy confvrmes estos senlimien-·
tos con el cOl'azon de una madre y de una española, y que est~H'eis seguro
de que ni!lglln otro interés, ninguna enemistad mueven á vuestra sobrina,
como se ha querido suponer.


Un príncipe católico, bueno, religioso, moral é instruido; hé aquí lo que
deseo pal'a mi Isabel, siempre que ella esté contenta con la eleccion, por-
que yo no concibo que una madre lenga derecho para quilal' á su hija ]a li-
hertad en semejante caso. A pelJ á vuestro excelente corazon para que me
digais si pueelo hacer otra cosa,


Me decís en vuestra carla que ni vos ni vuestro gobierno habiais pensado
nunca en imponer nada á la Reina, nI á la España, ni á mí, y que solo por
vía de consejo, y por vuestro interés, pOI' el interés de España y de Fran-
cia, deseais que el matrimonio de mi bija se baga con en Borbon. Yo seria
muy dichosa si pudiese V.el' conciliados estos intereses, porque no cedo á na-
die en deseos de ver á estas dos naciones prosperar siempre unidas.


Doy gracias á V. M, por los sentimientos que me expresa en {avol' de mis
queridas hijas, cuyos homenajes le ofrezco, Creed, mi querido tio, en IOi
sentimientos afectuosos que os profesamos, con los que soy, mi muy quel'ido
tio, de V. M. la mas apasionada y obediente sobl'ina.-.illaría Cristina,»


'1'01-:0 Ir.






ÍNDIOE
DE LOS CAPITULOS CO~TENIDOS EN ESTE TOMO.


f:APITl:LO I.-Oposicion de ambas camaras al gobierno de Espartero en 18i2,
por su ineptitud y doctrinarismo.-Division del partido progre-
~iSla.-Trabajosa existencia del ministerio Gonzalez.-Espartero
y su malhadada camarilIa.-Amhigiicdad de Olózaga. . :¡


II.-.\Ialeslar y agitacion en varias pl'oyinci:!s.-Tentativa reaccio-
naria en Portngal.-Rrlarion detallada de los sucesos de dicho
reino. . 12


IIJ.-Como iha creeiendo la hostilidad al gobierno del Regente.-
Cambio de ministerio en Portugal en sentido reaccionario.-Pre-
caria situ3cion económica de España.-Planes carlistas ycristinos. \!()
I\·.-Rel~plos y temorrs rlrl gobierno.-Crisis ministerial.-Como


desconfiaba Espartero de los verdaderos liberales. 26
V.-Espartero débil con los reaccionarios, y fuerte con los libera-


les.-Extraña circular .-La Diputacion de .Barcelona.-Supuesta
conspiracion de Rllrg;os. :14


\'I.-Continuacion de la crisis ministel'ial.-Exposicion del muni-
cipio de Barcelona contra el gobierno caido.-Partidas facciosas.
-Constitución del nuevo gabinete.-El (,Correo nacional» yel
«IIeraldo.)) . ~o


VII.-Presentacion del ministerio Rodil en las corles.-Su progra-
ma.-Prisiones en Barcelona .-Adicion coercitiva á la ley de im-
prenta.-Disgusto generaL-Fallo de la causa formada a los cons-
piradores de octuhre de las Provincias. . r, S


yrrr.-Artícnlo notable dd Eco dI'! CmnAl'cio-Desconcier!o general y
cómo sr, iba cargando la atmósfera política.-Circular ruriosa.-
Elecciones en Porlugal.-rn incidente en Inglaterra.-EI infante
don Francisco y Espartero. ;i~


IX .-Ojeada sobre francia é Inglaterrá.-Zurbano en Calaluña.-




1128
Situacíon critica y de,alienlO ,lel partido libend.-Polémica~ y
espiritu de la prensa en a(luel entonces.. ti{


X.-Cómo se iba agravando la situacion, y haciéndose mas viva la
polémica entre los periódicos de diferrnte color poJitico.-Pro-
yectos que se atrihuian al Regente.-Significacion políli('a de
una serenata dada en Zaragoza tí la familia del infante don Fran-
cisco. . 73


XL-Polémica periodistica.-Sucesos de Barcelona.-Se;;ion de cor-
tes en que se trató de dichas ocurrencias.-Resolucion del He-
gente. . fH!


XlI.-Continúa la sesion sobre los acontecimientos de Ilarcelona.-
Discurso de üposieion y un comunicado del coronel I'rim .-Vic-
loria del pueblo barcelones.-Proclama de la .Junta re,olucio-
naria. . !, I
Xlll.-Considpraí~iones sobre lo~ SlH'esúS Je Ilan:e1ona.-Coalicioues


contra EsparU'ro, origincí1cts y alimentadas 1'0]1 "\lS desaciertos.
-Aislamiento de Barcelona sublcvada.-Ojeada sohre Francia '!
Portugal. 1 HU


XiV.-Yiaje del Urgente á llarcelona.-Consideraciones políticas.-
Carta dé don Manuel Car"i, ex-presidente (le la Junla de Barce-
¡onu.-Triste dcsenhíce de los SllC'esos de dicha ciudad. ¡ üS


XV.-Impopularidad del gohierno del I1egenle á principios de 1fWL
-Articulo del Eco del Comercio sobre la liberlall de imprenta.-
Coalieion de la prellsa.-AlglJnos párrafos del [[C)'aldo.-Reunio-
Des de progrei'1isla;;.-Proclama de la Dipulacion provincial de
Zaragoza. I ¡ 7


XVI.-Oposicion dfl la prensa y adhesion de la milicia nacional de
Madrid al Regente.-rn documento importante en sentido con-
servador feebado en Paris. - Bel1exiones políticas. - Trabnjos
preparatorios para las elecciones próximas de di¡llllados.-Artí-
culo notable del Heraldo. . ¡ U


XVII.-Collsideraciones po!íticas.-·.~hsurdJs () inúlil¡o, persecuéiones.
-Notahle exposicioll á la Diputacíon proYÍJjciul de Cúdiz.-Re-
flexiones sociales. i 4 ~


XVIlI.-Gravrdarl de la silllacion de E,pctña en víopenH clp Ja~ pkreio-
ncs de 18í:3,-Seoane en Rarct'lona.-Articulo del llcl'aldo.-
Munílipsto de Espartero comentado pOI' el Eco del (;omacio.-
Uostilidad del Gobierno de Luis Felipe hüeia el Reg0:1 te.-Triun-
fo moral de Barcelona sobre las disposiciones dd gobiprIlo.-Ma-
lIi!ieslo ele(~toral de la Diputaríon proyincial tic la Coruña. . ¡;) 1


XIX.-rltimos trabajos clcctorales.-Folleto de Gonzalez Bral'o.-
Candidatura~.-Prodama del jefe político dr ~ratlrid.-l'lOgrama
electoral de .Iacll.-Proclama del Ayuntamiento de Lugo. 1 ti,


XX.-Importancia de la coalicioll.-Artíeulo del J/mddo.-Los mo-
derados y los liberales oposicionistas.-Discurso de Espartero al
abrir las cortes.-DisClJsion tic aclas.-rlla carta del jefe polí-
tico de Bad~joz. . I tlg
IX1.-Di~cusion de aelas y llomhrnmicnto de la mcsa.-Derrota del


gobierno.-Contestacion del scnado al mensaje de Espartero.-




INliICE. 11 !9
Crisis tlIini~tcrial.-Don Joaquin María I.opcz rué el encargado
de formal' el nuevo gabinete. . 1'17


XXII.-Descrédito de la camarilla de Espartero.-Renexiones políti-
cas.-Con~lilucion del ministerio Lopez.-Proyecto de contesta-
cion de la Climara popular al discurso Je Espartero. 18;;


XXIII.-Discurso de don Joaquin Maria L0l'ez al in,augurarse su mi-
llisleriO.--Sns primeras medidas desagradaron al Regente.-Su
t1imision.-Proyecto de amnis¡ia.-Entllsiasmo general. 192


XXIV.-Ohsláclllos con que tropezó el ministerio Lopez.-~lensaje de
desagrado al Regente por haberle admitido la dimisioll.-Yoto
particular do dOIl Juan Prim.-Gravedad de las cireulIi'tancias.
-Interés de arruellas sesiones.-Formacion llelnuevo ministerio.
-Notahle discurso de Olózagu.. 2M'


XX V.-Efervescencia en la corte y ('~píritu de la prensa .-~Ue\'O pro-
grama de los minist\'riales.-Motin en Yalcnci:I.-Adividad -je!
nuevo mini:;terio,-Agitacion en Zlragoza.- Pron unciamiento de
las principales ciudades (le la peninsnla.-ArEnga de Espartero. '21:t


X X VI.-AnúlOala posicion de Espartero.-Sll candidez.-~Tallilleslo que
1mblicó. -Incremento de la revolucion.-Disposiciones f¡Ue tomó
el gobierno. . 't~~,


"XXVII.-Siguo la narracion de los SIlCCS03 de junio de 18 'i:L-Sale
Espartero de Madrid.-Comunicacion ue Zurhano á Prim.-Los
generales modcra<los en V:¡lencia,-EI gencral Serrano ministro
uni\crsaL-Desarrollo de la sublevacion.-Zurhano y S('oune se
dirigen a Madrid, cuya milicia, como la de Cadiz y Zaragoza, se
malltl'nia lid al lll'genie.-rn;Jccion de este en .\lbacelc, mar-
chamla con Van-Uaten á Allllalucía.-Narvuez delante de :\Iadrid. 2:HI


XXVlIf.-Comnnicacion de Narvaez al capitan general de Madrid.-
Alocueion de esle.-Noble actitud de la corte ante las fuerzas
sllhlev<ltlns.-llalalla de Ardoz.-Parlo r¡ue dió Narvacz. 238


l:. XIX.-Vietoriosa la revolucion, se manifestaron di\ersns aspiracio-
ne".-.\locuciol1 de la Junta de Barcelona.-Manificslo del Go-
hierno á la naeion.-r("(~domillio del bando moderado.-Heroica
j¡ercn~a de Sevilla contra E;:parlero, fllIP tUYO flue pmharcarse
para el pxlranjc!'o.-Comunica¡·ioll que le l!:Ibia dirigido el go-
hinTlo.-NllC\l1 actilud de Zilragoza y Barcelona.-ficticia oon-
f:ili:wioll de los partidos. . ~U~7


X X X .-Falsa POSieiOll del rlI illisterio Lopcz.-Cuán poco rcvoluciona-
rio fUt;.-Cl1es!:on de mayoria de la Reilla.-Hccelus de modera-
dos y pro~resistas. !l:¡\;
XXXI.-De~eos de los progresi:;tas (le reunir una Junta cenlr::l.-Oifi-


eultades que ~urgian.-Di~curso del presidente del ministerio.-
Desarmo general de la milicia nacional.-Protesta, de E~part('ro,
-Comitc cPlltral de elpcciones. ~6/)


IXXIl.-Cómo se desnaturalizó el objeto de la revolucion de 18.13.-
Comunicacion al gobierno de la .JlInta de Barcelona.-,\ctilud de
varias .Junlas de provincias.-Politica reaccionaria del ministerio
Lopez.-ReIlTlion elecloral. ~:~~


XXXIII.-Ojeada retrospectiva sobre el código constifucional de 1812,




1130 1NDlCE.
1820 Y 1831.-Divergencias entre los liberales.-:\ctitUlI de la
Junta de ,Barcelona.-Manifiesto ministerinl.-Proclama deAmet-
Jler á los catalanes. 2R!


XXXI\'.-Prim y Marlell cuando los 5ucesos de la Junta central de Bar-
celona .-~otable documento que esta publicó contestando á otro
del gobierno provisional.-Violenta cruzada de la prensa mode-
rada.,..-Malestar de aquella situacion .-Consideraciones politiMs.
-Agitacion general.-Reaecion y tiranía. '2~S


XXX.\'.-Luchas eledorales.-Adi,idad y osadia del partido alJsolutis-
ta.-Pohlaciones que secundaron la illsurrcccioll de Barcelona.-
Alzamiento de Zaragoza.-Efcr\'Csccllcia en Galicia.-Telldencia
arbitraria y despótica del gohierno.. '!!H¡


xxx n.-~fatliliesto del Ayuntamiento de Santiago de Galieia.-Conti-
núa la reseíia de los principales acontrcimieJltos (le Catalníia du-
rante la revolucion de la .lunta centra1.-Desastre tIc MalarÓ.-
Cómo secundó Alldalueía el movimiento centralista.-Bombardeo
oe Barcelona. :1 () 1


XXXYH.-Triunfos del gobierno en Cataluña.-Suble"at;ion de Leoll.-
Apertura de las cortes.-Anomalía (le aquella situacion.-Con-
tradicciones del gobicl'llo.-Yicisitudes del alzamiento centralis-
ta en diferentes provincias.-Cómo se aprovechaban los modera-
dos.-Dedaracion de la mayoría de la Heina.-Impolílica de se-
mejante acto.-Tentatiya de ~sesinal' á Nanaez.-Dccaimiento
del movimiento centralista.-Torpeza del ministerio topcz. :l/Ij


XXXYII!.-Persecuciones politicas.-Felicitan á Isahel los diputados por
haher sido declarada mayor de edad .-Complicaciones de aquella
situacíon. :l19


XXXIX.-Gran reunion política en Palacio.-Minislerio Olózaga.-Cues-
lion de la milicia nacional.-Un tlia tle lulo para Madritl.-Con-
venio del general Sanz-con Rarcelona.-Entran las tropas en di-
cha ('iudad.-Principales disposiciones y proyectos riel gobierno.
-Gravt:dad de aquellas circunstancias. . ;lM


XI..-Caida de Olózaga.-Lo que decían PI Heraldo y la Gacela so-
hre dicho acontecimiento.-Yindicacion de Olózaga fuera y den-
tro del Congreso. ;tH


"LI.-Continúa la cuestion Olózaga.-Discurso dlJ Pidal.-EI nuevo
mínislerio.-Proposiciones de arusarion qne presentó el señor
Posada.-Discun;os de Lopez y Serrano.-Incidentes y fin de di-
cha cuestion. :1 \ ~


XLi!.-Despre:itigio d(~ la dina~tia borbónÍca.-Perversidad de Cristi-
na é ineptituu de Espartero.-Juicio de la situacion al comenzar
su reinado efectivo Isabel n.-Servilismo y yillanía de ciertos
políticos.-Expatl'iacion de Olózaga.-Extrafia declaracÍon de la
Reina. . ;l'l!


AUH.-Ametlle!' en el castillo de Figueras.-Capitnla con el baron dI'
l\Jeer.-Qué podia esperarse de los modr,rados.-«El Eco» ata-
cando ~ Gonzalez Rravo.-Critica situacion de la mayoría de
aquellas cortes. . :H¡I


X U Y. -Suspension de las cor[es. -Tcmoff's de los progregistas.-Po-




lND!CE. 1131
lítica antiparlamentaria del gobiorno.-Plallcs ilegitimistas.~
Ba,es para la reorganizacion del partido progresista.-Cómo
La Postdata y El Espectador juzgaban aquella situacion. :JiO


XLV.-Triste cuadro que presenta España al empozar Isabel á reinar
por sí mism:l.-Consideraciones políticas. . :Ji6


\ L VI.-Situacion an:in¡llica y antilibcral con que termin,¡ba el año
18 ~;I.-Triullfo paulatino y completo del elemento doctrinario
y cOlIserrador sobre el progresista. :l8/\


\ LVI[ .-Qué podia esperarse de Isahel al empuñar las riendas del Es-
tado.-.\Ianifestaciones contra el gohierno.-Restablecimicnto de
los derechos de pucrtas.-Ell\alentonamiento del partido mode-
rado.-Cuatro palabras sohre la capitulacion del castillo de fi-
gueras. :l!l:;


X'L \ III.-Política reac!'ionaria con qne Fe inauguró el año 18U.-Luis
Felipe oeupándose de España.-Eleccionos pareiale,; en ,radriJ.
-\'irlllc'ntos atar¡ues qne tu\icron que sufrir los progresistas.-
Cuatro palaJll':ls ,;ohre la ,~api(ulacion del castillo de Figneras.. '¡ o:)


\LlX.-Alocucion de la comi8ion dirccti\a á los eleelores.-Cinismo
dc los modcrados.-E:\posiciones pidiendo la vuelta de Cristina
-Protestas contra la ley de Ayunlamiento~.-Guerra que se ha-
cia :i los [!rogrcsistas.-,raHifiesto de los diputados de Alicante.. 1ol!!


L.-Dr;;(·Olltcnto general.-Desarme de la milicia de Zaragoza.-
HcCOmpCJl8a (le la aposta~ía.-Amarguras de uf[uelIa situacÍon.
-Po!íti('a de los moderados.-Sublevacion de Alicante. ~20


LI.-Bal1!b neroniano de !'\an aez.-Concesiones á la reaccic.n.-
Circular en forllla de pastora1.-La prensa progre~ista y mode-
I'ada.-'fadritl declarado en estado de sitio.-Arhitrariedad y
de~potismo.-Cinisl11o de un periódico ministerial. 'l:!í{


UI.-Continúa tratándose de la suLlevacion de Alicante y Cartage-
IIn.-Sucesos de AIcoy.-ell periódico reaccionario.-)Incre la
infanta Carlota.-El infante uon l~rancis('o ofrece su apoyo al go-
Lierno.-rreparativos para la vuelta de Cristina. í:j;)


tlll.-Trágico fin de la insurreccion de' Alicante.-Perlidia de los
moderados.-Lista de las víctimas inmoladas en afluelIa ciud,!d
por el feroz ll.oncali.1" 't


LlV.-Vuclta de Cristina á España.-Cini~mo dellleraldo.-Proyecto
de conquistar Marrllecos.-ProcIama de !'Iarvaez á la entrada de
Cristina"en !.\1'Hlrid.-l"arsa rentistica.-l.a suhl8vaeion de Carta-
gena \'('I1t:ida.-Creacion de la guardia civil. . H¡2


L V.-Disidencias que se vislumhraban cntre el gabinete Gonzalez
Bravo y la corona.-Preponderancia del militarismo.-Represiva
ley dn irnprenla.-De~malles de aquel gobierno reaccionario.Ui ¡


LV!.-R('aninwcioll de la prensa progresista.-Cuerra que la mode-
rada hueia al gohierno.-Lrgislacion capriclioca.-Crisis ministe-
rial.-Creacion del ministerio !'Iarvaez.-Ojcac!a ~obre aquella si-
tllucion.-Primeros actos de aquel gabincte.-Rllmores sobre el
proyectallo matrimonio de Isabel. 't.; 1


LYII.-lnaccion tlcl gohicrno.-Hetraimiento de los progresi"tas en
la~ elecciones mllnicipnlcs.-Salidu de la corte para Barcelona.




1132 lNDlCE
-Ambicion y orgullo de :."\arvaez.-I'racciones en que se di\'idia
el partido moderado.-Polémica periodística, y cuestiones en que
se ocupaba.-Horrores del Maestrazgo.-Politica palaciega escan-
dalosa. . UI


LVIIl.-EI elemento absolutista en el IJoder.-lteflexiones sobre el
co[]sti~uciollalismo.-lngraLitud de los moderados.-Su odio!
sed de Yellgallza contra los \Cnladeros liberales. . UQ


UX.-Senilismo de la magistratur~.-Yiclimas dell\Jaestrazgo.-
Escandaloso nombramiento del gener«lllalboa.-Dcspolismo del
baron de l\1eer.-Cristina en Barcelona.-Crisis ministorial.-Per-
secuciOll de palriotas.-neconcilíanse los l:U1'!istas y el doro con
el gobiel'llo. . ~ U


I.X.-Proyecto de reformar la COllstitueion de 1837 en sentido reac-
ciollario.-Disolucion de las corles.-lSueyas elccciones.-Indig-
nacion del Clamo?" púú/¡co.-Inflnencia del hando absolutista!
teouútico. !lOS


LXl.-Degradacion de los gobiernos doctrinarios.-Aborto de un
plan inicuo.-Tropelías y desafueros.-Prisiones arhitrarias.-
Manifiestos electorales absolutistas. !Hj


L\JI.-Planes reaccionarios.-Despotismo en el cohro de las l:olllrÍ-
buciones.-Yllelve la corte ;í Mallrid.-Divofeio entre Isahel y
el puchlo. -Sistema rentístico de Mon. . :-;!Ii


LXlil.-l'lallteamiento del malhadado sistema rentístico de l\Ion.-Sus-
pellsion de la wnta de hienes l1[lcionalf'~.-Vundadas esperanzas
de Jos carlistas. . !:í;¡4


L . ¡ y .. _-;'i' lleras clecciollcc'. - Helrai mielJ io del partido pr()gresi~!a.­
Elementos reaccionarios de aquella situdcion.-Collfu~ion entre
las autoridades.-folIeto de Ariball sobre la reforma de la Con~-
titucion. ~,~ 1


LXY.-Di\isiones en el bando moderado.-Apre('iacione~ de diferen-
tes periódicos.-Apertura de las cortes.-Discurso de la corona.
-Dualismo en el gahinete.-Espíritu de la prensa. !'I!:lfl


l.X\'I.-Fracciolles del parlamento.-l'reómbulo del proyecto de refor-
ma cOllstitllcional.-Documellto oficial rcacciollario.-Protesta
de E~rJartero. ciflO·


LX VlI.-Conseeuencias de la politica mezquina de Jos progresistas.~
Tirantez de aquella situacion .-I'risiOllcs de liberales.-Energia
del ciudadano Orcllsc.-Proycetos sobre ti matrimonio de Isabel.
-Tendencias absolu ti,.tas, :)63


L \ VIII.-Ilcnclicios del moderantismo: persecuciones y scmgrc.-Des-
contento general.-Síntomas l'erOlllCionarios.-Lertllra y lliscu-
sion en las eortes del dictámen sobre la n'forma constitucional.
-Causa y condena de Prim y otros mililares. 1)71


L\IX.-l\Iotincs reprimidos.-Leyuntallliento y proclama de ZlIrhano.
-lillsilamiento de este general y sus eompailel'Os.-Plalll'S rero-
luciollarios frustrados.-Follcto de La S¡¡gra.-l}criot!o funesto
de tropelías y arlJitrariedades.-Orelíoc atacundo la rerorllJa cons-
tituciollal. !í;:¡6


LXX.-Colltinúa la disemion ~ohre la reforma constilucional.-En-




INDICE. 1138
micnuas rre~clltadas al artículo referente al matrimonio de Isa-
bcl.-Discusion del artículo so111'e la regencia. l19í


LX XL-Proclama de la Junta de Hecho.-Discurso de Orense tratando
de la rcgeneia.-Legalizaeion y publiciuad del matrimonio de
Cristina.-Orcnse en la cuestion de la milicia nucional.-Decreto
antiliberal del ministro de Hacienda. 603


L \XII.-rolleto del ex-presidente Lopez.-Alocucion infame de Breton.
-Proyecto de conversion de la deuda.-Reformas hechas res-
pecto al culto y clero.-Antagonismo que se creaba entre la so-
cieuad y el clero. 611


LXXIlI.-Anomalias y malestar de aquella situaeion.-Siguen las arhi-
traricuades.-Diseusion del decreto de conversion, combatiéndo-
lo Orense y Burgos.-Entronizacion de una dictadura de cama-
rilla. 6111


IXXIV.-Ojeada sobre las miras de Francia é Inglaterra tocante á Es-
paña.-Fragmento de una carla sobre los matrimonios de Isabel
y su hermunu.-lntrigas palaciegas contra Argüelles.-l\Ias no-
ticias sobre los proyectauos matrimonios. tJ'2i


LX\Y.-Situacion crítica de la Hacienda.-Sesion horrascosa.-Opi-
nion ¡Je la prensa inglesa sobre el gobierno moderado.-Suspen-
sion ue las SCSiOJJCs.-Ln conflicto parlamentario.-Triste situa-
cion de la magistralul'a.-Arreglo de las lIes3vcnencias entre Es-
paña y ~ralTuc(,os. fj:l í


I.\XYf.-RcOc'\ioncs políticas sobre el ominoso y curo sistema de go-
hiel'llo de los moderados, y su aparente consolidacion.-Sus
amargos fl'lItos.-Triste situacion de la armada.-Creacioncs
costosas. 642.


I.X\\'II.-Lujo de g'ustos, copiado de la Francia.-Presupuesto de 1SUi.
-Apuros lIe la inullslria y el comercio al plantearse el sistema
trilmtario.-Agio lIe 105 capitales.-Resistencia pasiva de Madrid.
-Alarde de fuerzas y abusos de autoridad. . tiB


LXX \Ill.-Ingl'atitud de Isabel y responsabilidad de Cristina en los ma-
les que ag0biahan la España en aquella rpoca ue los moderados.
-Fracciones de este parlido.-Celehritlacl de nalmes.-Proyecto
de casar iÍ la Reina con el conde de Montcmolin.-i.\Ianifiesto de
e,;te.-Re[orma universitaria. . Ii :iS


LX\.IX.-Tnllllencias diversas sol)l'c el proyectado enlace de Isabel.-'-
Intrigns horbónica<;.-Tcnacidau de Narvaez.-Documentos de la
fam;lia del infante don I!rancisco. 661¡


L\\X.-Consideraeiones polítiens, noticias y documentos sobre las in-
trigas y manejos que ponían en juego las cortes de Europa, y
particularmente Luis Felipe, tm'aute al matrimonio de la reina
Isabel y la infanta Sil hermana. . 6i í


J,X'Xr.-Oposir·ion eon,;titucional al ministerio Narvaez á finrs de 18~;).
-Programa de Seijas Lozano.-Rcsultauos é inconvenientes del
plan rentístico ue :\IOll.-Discurso del general Serrano. {i8:1


LXXXll.-.\.r[Ículos del Espaiio! sobre la cllcstion matrimonial.-Escision
que surgió entre ):¡ mayoría del congl'l'so.-Otro artículo del
Español sobre un mensaje que dirigieron a la Reina varios di-
To~1O fl.




1134 INDICI.
putados.-Crisis minisleria!'-I1umillacion de 'Toll.-Ex/,Iica-
ciones que dió l\arvaez.


tXXXIII.-En qué sen ido son conservadores los moderaclos.-Cinismo
de Narraez.-Incidentes de una sesion.-Opresion de la prensa.
-Interpelacíon de Ol'ense.-Sislema de fraguar cOllspira('iones.


LXXXIV.-Cómo conservaban el órden lós moderados.- Triunfo parla-
menlario de Orense.-Víctimas liherales en la provincia de Ge-
rona.-Impopularidad del conde de Trápani.-Aspiracioncs bas-
tardas de I.uis Felipe.- Reforma de la ley declora!.


LXXXV.-Consiucraciones sobre la incompatihilidad del trono y la li-
bcrtucl.-Continuacion de las bajezas é intrigas toc3ntcú los pro-
yectados enlaces renles.-Caida del gahinete ~a1'Yaez.


LXXXYI.-Formacion del ministerio 'Iiraflores.- :'Iarvaez es nombrado
general en jefe del ejército.-l'rogl'ama dd nuevo gabinete.-
Anomalía de aquella situacion ..


LXXXVII.-Defcctos del ministerio :.\IiraOores.-Proyecto de ley económi-
CO.-Funesta influencia del general Nanaez.-~(]('\'a arrrglo de
la dotacion del culto y clero.-NlIlidad de aquel ministerio.-
Contestacian del diputado Orense á una pregunta del llera/do ..


L'XXVIlf.-PubLcaeion de gastos, cobranw y distrihucion de fondos cor-
respondientes á enero de 181:;,-Estado precario de nuestra
marin,\ de guerra en dicha ep0c'u.-[n artículo dd &¡wiiul so-
hre el estallo crítico en r¡ue se encontraba la IIal'ienda.-~Iales
inhen'lltcs á la DlonarrruÍ:l.-Fingillas e infame:; (·ollspiraciollcs.
-Procesos arhitrario~.


LXXXlX.-Continlla cri"i" en fIue se halló el tllini,tcrio 'tril'atlorcs.-Inci-
dentes de Ulla sesio!1 horrascosa.-Yoto de cOllfianza al gobier-
nO.-Extracto de la sesion del li de marzo de 1 ill¡i.-L'n artí-
culo del E1lwiio{ sohro la caida dd ¡;ahinctc ~IiralloJ'C".


XC.-Como Narvaez volvió á ocupar el roder.-Sus primrras arb:-
trarietlndes.-Apl'eciaciones de la pl'ensa.-Candido artículo del
ClamoJ'.-Como se iba prepal'anllo una ill~urrel'('ion llloUcrada ..


XCI.-Deduracion tlel nuero gabinele.-Dccreto cohihiendo la liber-
tad de imprcnta.-:.\Iuerle de la prem:a lihcral.-:'<Ia!csfal' de
aquella ,;itllacion.-Suhlcyacion de l.ugo.-Caida y C0nflnnmicll-
to de XUJ'rilcz.-[stlÍriz queda encargado de formal' el nueyo mi-
nisterio.-I'l'oc(·del' arbitrario del gobierno~' ,1I~ agcntes con mo-
tiyo de la inSl1rreccioll de GaliC'ia. .


XCTI.-Organizacion Jel Illinisterio Istúriz.-Elementos que cOll~ti­
luian 1'1 moyimiento de Galicia.-Es¡Jirilu rutinurio de arruel ga-
binete.-Víctimas y oprcsion.-InsllJ'l'cccion portll{;uc"a.-i'ro-
yecta el gobierno espaiíol inlerrcnir en I'ortug;d.-Algunas ex-
plic2.cioncs (le la ex-Junta de r.ulicia.-Tlallllos de heton ..


XCIII.-jlarcha débil é indi{;ntl dd gobierno.-TriIl1lfo t]n la im;nrrce-
cion portllgucsa .-Proclmna de la rrina de Portllga!.-Qupjas de
la prensa de esta nacion.-(n comunicado sobre los ac01l te('i-
mientas de GaJicia.-Di'('l1J'so ¡fe ~rr. Tbicr" re"pecto ;Í E"p:liía.
XCIV.-Di~ol!lcion dd partido mOl1cratlo.-Tncalifl'·ahle maniCJ('sto del


gohicrno.-Intrigas en la corte romana para nombrar sucesor ¡\


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INDICE. 1130
Gregario X n.-Sucesos dc la provincia de Gerona.-Proclama


úel jefe llOlilico.-Exposicion á la Reina del coronel Milans del
Eoseb. . 79S


XCY.-Tramas maquiavélicas de Gonzalez Braro en Portugal.-Son
rechazadas las candidaturas del conde de Trápalli y de don Enri-
qtlC para maridos de Isabel.-Portugal amenazado de una inva-
sion española.-Ojeada sobre el papado al ser elegido l'io IX.. 80S


XCn.-Comunieacion de Olózaga sobre los proyectados enlaces re-
gios.-Podet· de las camarillas.-Ansiedad pública.-Como apo-
yaba el Clamor la candidatura de los hijos de don Francisco.-
Opinion del Ileraldo.-Declaracion del partido progresista.-Opi-
nion del Español y del Tiempo. . su;


XCVIl.-Reunion de las cortcs.-Comunicacion que leyó IslÚt·iz.-In-
terpdacion de Orense.-Vaticinios del Español.-Réplica de Pas-
tor Diaz al ministro l'idal.-Protesta de dOll Enrique sobre el
matrimonio de la Reina é Infanta, y arbitrarilldades del gobier-
no.-Poca dign:dad de aquel parlamento. 82:1


\CrllI.-Discurso de l'as~or Diaz combatiendo los proyectados matri-
monios reales.-Continúa la discusion.-Cómo recibió el go-
bierno la protesta de don EnriC(lle. . 831


\ClX.-i\oce\hl haciendo la oposicion al gobierno.-Conclusion del
debate sobre los enlaces regios. -Notable discurso de Orense.-
Artículo del Español.-Crítica situacion de la prensa.-Empieza
el congreso las felicitaciones á los futuros esposos. 83!'


C.-.Juicio de aquella situacion por el Español.-Anomalías é ins-
tabilidad de allueJ[os gabinetes moderados.-Fúgase de Francia
Montemolin, y llega con Cabrera á I.ondres.-Contestaciones cn-
lre el embajador inglés y Serrano sobre los regios enlaces. 8 Hi


CL-Mallifiesto de Montemolin á los espaiíoles.-Proyectos de crear
monarqnÍas en América.-I.a quinta impugnada por Oren se !
Peralla.-J uicio de aquella política por un periódico inglés.-
Frio recibimiento que se hizo en Madrid tí los príncipes Mmce-.
ses.-Artículo del l'spañol sobre la opresion de la prensa. . 8;;'
f:1I.-~fatrimonio de Isabel y su hermana.-Gracias que se conce-


dieron.-Triunfo de la influencia francesa en España.-Se pre-
para el gobierno español tí ayudar la reaccion en Portugal.-Ar-
tículo del Español dirigido á la Heina.-Opinion de Lamnrtine
sobre el célebre enlace.-Persecucion de la prensa.-Sucesos do
Portugal: proclama de la Junta revolucionaria de Oporto. . 8(0)2


CIlI.-Crisis mini"terial.-:\IJles que Francia, Portugal y España re-
portaron del moderantismo.-Dimision del gabinete.-Los pro-
gresistas en la campaña electoral.-El Clamo!' público sobre una
reunion popular. . Sil


CIV.-l\Ianifiesto del partido progrcsista.-Influencia del gobierno
francés en la política espaiíob.-Continuacion de la crisis minis-
teri.al .-ArtÍculo del Español.-A:;untos de Portugal.-Artículo
del Clamor sobre la crisis y las elecciones.-Bajezas del infante
don Enrique.-Programa electoral de Asquerino. . 81ft


eV.-Triunfo en Madrid de los progresistas en las elecciones.-Ártí-




1136 INJ.CE.
culo del EVP(lñol sobro su resultado genoral.-Gravedad do la
situacion.-Caos on que vrgetaba 01 partido progresista.-Crisis
parlamentaria. >{~x


CYI.-Ojeada sobre la política general de Europa, en especial de
Francia y Portugal.-Intrigas reaccionarias.-Contradicciones en-
tre los moderados.-Su antagonismo con los progresistas.-La
revolucion portuguesa vencida.-Buena acogida que halló en
Londres l\Iontemolin.-Discurso que hizo en Ulla reunion Ilota-
ble.-Illfluencias absolutistas en la corte de )Iadrid. . :->\li


CVIl.-Elltrada de Olózaga en E~paña, y su arresto.-Detulles y con-
sideraciones sobre dicha prision sacados de UIl periódico minis-
terial.-Cómo se ocuparon de dicho asunto el ESpOilol y el Cla-
mol'. ~IIH


CUn.-Cómo se inaguraba infaustamente el año ~ 7 .-Critiea posicioll
de Luis Felipe.-Ridicula y embarazosa po:,icion del gobierno es-
paiiol.-Escanualosa cueslion ue palacio.-Separacion de los rea-
les cónyuges.-AI ministerio htúriz slIstitúyde el ud uuque de
Soto mayor, y {¡ este el de Pacheco.-Cómo habia este apreciado
la euestion de palacio. ~II :!


CIX.-Falta de fibra revolucionaria en los jefes del partiJo progresis-
ta.-Situacion de fuerza y de arbitrariedad.·-Illlltilidall de la
oposicion p"rlamentaria.-Cuadro de los bendlcíos que reportó
{¡ la nacion el gol)icrno moderado en cuatro aiio~.-Torpeza de
las eminencirlS progresistas.-lncaJifieables párrafos del Clamo/'. !l211


CX.-Resullados escandalosos del matrimonio de lsabel.-~linisterío
puritano.-Esperanzas de Jos progrcsislas.-lnlcfI'cncioll espa-
ñola en los asuntos de Portllgal.-Capitulacion de Oporto.-
Ataques al ministerio Pacheco.-Peripecias cnla cueslion Je pa-
lacio. !!1~1


CIl.-Rejuvenecimíenlo del partido liberal.-Organizacíon de la Ter-
tulia.-Propaganda democrático-socjal.-Consideracioncs polí-
tico-sociales sobre aquella corrompida situacioll.-Articulo del
COl'reo sobre la cuestion de palacio.-Adulaciones ue la corte
francesa.-Correspondencia uel Clamol'.. ~q,


CXII.-Cuadro que ofrecía la Enropa en a'luel periollo de transicion.
-El Dia1'l'o de los Debates hahlando de la drgradacioll de la cor-
te de Luis Fclipe.-Oposicion de la prcnsa liberal fl'uncesa.-
Corre~pondencia sobre la situacion de Portugal.-Preludios re-
volucionarios en Roma.-El Clamo)' sobre la e,eandalosa cuestion
de palacio. . ,,,, ¡;


CXIlI.-Sigue la situacion sin lllcjorar.-Compáranse los sistemas ren-
tísticos de Mon y de Salamanca.-Consiueraciones sobre los l!af-
tidos medios.-Lamentos de los progresistas.-l'ropósitos de C03-
licion.-Las oposiciones y la prensa francesa. !l:i \


CXIV.-Jncnpucidad del ministerio Pacheco.-Politica elástica y atre-
vida de l\:arvaez.-Salamanca suhe al pouer.-Manifiesto que IHI-
blícó.-Primeros aclos Jel nuevo ministerio.-Oposicion mode-
rada.-Contestacíon de Espartero á su nombramiento de sena-
dor.-Olra vez Jlíarvaez al frente del gabillete.-Oiversas in-




1:\ OleE 111'7
f1ucllcias.-Como quedaron burlados los progresistas. . :l:¡H


ex r.-Política reaccionaria del gabinete Narvaez.-Vuelve Cristina á
España.-Reconciliacion de Isabel con su esposo.-Obsenacio-
Hes crílicas.-Fomento de los intereses del Patrimonio real. !lii,


CXYI.-Como Nnrvaez se hizo la situacion e~dusivamente suya.-Dis-
curso dc la Rcina al abrirse las cortes.-Como no cumplieron
los progresistas su mision.-Anomalías y aberraciones. lljti


CXYlI.-Humillacion del parlamento.-Documento chistoso de Rios
Rosas.-Debates parlamentario~.-Di"curso de Salamanca since-
rándose de varios cargos. . ~I))"


CXVIII.-Ada de acusacion de la administracion Salamanca presentada
á las cortes.-Discurso de Escosura en su defensa.-Incalificable
discurso de Negrete.-Rectificacion a..:usatoria de Pidal.-Escán-
dalo parlamentario. . '1:1 i


CXIX.-Nuero aspecto que fué tomando la cuestion Salamanca y prin-
cipales inciJentes á que dió lugar. . I no 1


CXX.-Estado de la guerra de los matinés en Cataluña.-Como las cor-
tes perdian miserablemente el tiempo.-Sociedadcs revoluciona-
rias.-Ley de imprenta de Sartorius.-Caráctel' de }lerpetua
opresion del gabinete Narvaez en medio de aquel caos polítko.
-Reflexiones sobre el ominoso sistema de los moderados. . IIlOS


e XXT.-Conllicto entre el alcalde de Madrid y los propietarios.-Ojea-
da sobre el estado general de Ellropa.-Reflexiones politicas.-
l'rellldios de !loa revolucion genera1.-Decadencia llel borho-
nismo. 10\/
~I)/as. . Ion






PAUTA
PARA LA COLOCACION DE LAS LAMINAS DECESTE TOMO.


\rgiidle~.
:Uartin Zurháno.


. ".
Tentativa dc asesinato contra :-;arvaez.
Olózaga.
Cristina.
~arvaez.
OrcllsP.
Marlilwz tic la no~a.


o




Fm:ilnmicnlo ¡le '"pinta ,;al'genlo- en el Cal'l[ll ••
',nhel y Fl'allci~!·o. ~
Si\.to támara.
Rio,; Ro~ns.


Pág@.


71:1
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4' •


. -r.-


-IDSTORIA
DEL


. REINADO DEL ULTIMO BORBON DE ESPANA.
,


.......


. I


I


,


,











SALVADOlt MANERO,. EDITOR.


HISTORIA


~flNA~O ~EL ~L TIMO ~O~~ON
'" - ..


DE ESPAÑA.
DE LOS CRfMENES,


APOSTASfAS, OPRESION, CORRUPCION, INMORALIDAD,
DESPILFARROS, HIPOCRESfA, CRUELDAD y FANATISMO DE lOS GOBIERNOS QUE HAN REBllla Á·


. ESPAÑA DURANTE EL REINADO DE ISABEL
DE BORBON,'


POIl


FERNANDQ GARRIDO.
lel


- \ EDICION DE LUJO
iluJij1;rada con ló.:m.ln8Jij sueltas .


..


TOMO Uf.
--


BARCELONA.
ADM I N ISTRACION. LIBRERIA.


Ronda del Norte, número U8. Plaza d(ll Teatro, número 7.
MADRID: Librerfa de !¡¡lonio de san MartiR, Pu6rta del sOl, 6.


1869.




ES PROPIEDAD DE SAtV ADORMANERO •




--




HISTORIA


REINADO DEL ULTIMO BORBON DE ESPANA.
\


LIBRO TERCERO.
101


CAPíTULO PRHViERO.


SUMARIO.


Ojeada sobre el reinado de Ltlis Felipe.-Rllflexiones sobre la revolucion francesa _
deIS!! y sus consecuencias con respecto á la razahorbónica.-Revolucion del U.
-Párrafos q"C pronunció Narvaez al saberse en Madrid la caída de Luis Felipe.
-Imbecilidad de los progresistas.


J.


. En 1888 un descendiente de aquel rey que babia subido al pa-
tlbulo vióse cercado en su palaeio por )a muchedombre d~ Paris que
)e pedia cuenta de S08 libertad.es~ de su derecho, de so independen-
cia y de su honra. Temeroso de .la justicia. abrumado por fUS ~rf­
menes hoyó á escondf}r su derrota, y "los ciudadanos franceses que- "
daron en libertad completa para elegir un gobierno que los' salvara
del caos á donde se les conducia.


Un hombre sagaz que formaba parte de laJamilia borbónioa, pero




6 HlSTOIUA ~BL RIINA.DO
á quien su ambicion habia arrastrado á divorcjarse de ella com-
prando l~ confianza del pueblo con una finOa al pié de úna senten-
cia de muerte, acechaba ese momento, y poniendo en 'juego sus
amistades é influencias se atrevió á soli~ital" la vacante que su pa-
riente dejaba. .


Grandes y. terribles oscilaciones hubo entre los hombres de la re-
volucion. Algunos cedieron por compromiso, muchos temiendo IQ~
azares y escollos en que. Repúlllb babia chocado en 1798, acep-
taron eomo íransicion el reinaoo de Luis Felipe.


tos indiferentes, ese gran ejército de la reaccion, los inconscien-
tes Yilos escépticos se agruparon en torno del nuevo sellor. Luis Fe-
lipe fué proclamado al fin, logrando el éxito mas completo de sus
maquiavélicos .planes.


La revolueion triunfante vino, instanláneameQte á fOfjar sus cá-
~nu. ~. -


Luis Felipe comenzó desde luego su tarea de demolicion; se hizo
déspota, pero manejó con habilidad sus asuntos, y la inmensa mu-
chedumbre creia ver en el nuevo rey la encarnacion del principio
revol ucionario.


En la cámara, sin embargo, hubo hombres que se atrevieron á
confesar su error, y Luis Felipe que les debía un trono pagó á esos
hombres con la mas negra in-gratitud. .


Los republicanos formados en la verdadera escuela de la libertad,
representantes genuinos de la santidad del derecho" dieron muy
pron to )a selial de alarma y combatieron al tirano. Pero fueron ven - '
cídos en Lyon, en Marsella y en el mismo Paris.


11.


En ~iez y ocho allos aquella monarquía' que llamaron sus adep-
tos democrátíease habia convertido en un centro oligárqoico de am-
bieiones que obedecía á todas las autocracias y , la teoeraeia ro-
maDa. A. trueque de sostenerse en &1- poder Luis Felipe y sus seidés
pactaban todas las iniquidades,servian á la mas degradante de las
causas, al brutal despotismo de los ezates y de los papas.


y en esos diez y ocho aftos, cuando se acereaba la mitad del si- -
glo XIX, el progreso sellabia hecho sentir en todas las sociedades;
minaba á la raza slava, eomo á la germana y latina. Apenas podían




DIL UfiTnfO BOBJiOIt DB .AÑA.. 7
resisUr el movimiento renovador los grandes ejércitos del cesa.:
quismo. ..t


L1)s Borbones,Jeran los mM inmediatamente amenazados, se ha-
lI_n en ·el mas inmin~nte peligro; habia sonado la hora de su des-
aparicion.


y por muchas que fueran las maniobras de la diplomacia, .ante
sus errores y S'bS crimenes~)a monarqufa eondenada históricamente
por.Ja razon, veiaaeeroal'*e;elfatal 'Plato 'de su castigo.·


El gran tirano Napoleon lohabiadicho (mando reflexionaba, aher-
. rojado 'como Promeleo en la roca de su ambicion,8cerca de la ins-
tabilidad de los poderes: Dentro de cincuenta allos ]a Europa~rá
republicana ó cosaca.


y Napoleon ponia esa disyuntiva porque DO conocia el valor y la
fuerza de la ola que sube; porque su elevacion rápida y su larga
dictadura, y su falta anterior de educ~cion política le habían en-
graido y no le dejaban ver con claridad que es imposible la reac-
cion:, 'qtie eSidiftoil·v&}ver,ll. poner UD .dique al torrente' que',se des-
borda .
. y Napoleon no conocía realmenle el progreso, porque habia des-


echado, babia retrasado. torpemente el desarrollo de esa gran poten·
eia de la civilizacion, el vapor, y -era para él desconocido ese'otro
agente invisible, la eleclricidad.


UI.
-


París habia dado en ,1789 el gran ejemplo da la nueva evolucioD
en que entraba la humanidad; Paris habia agitado al mundo; Paris
habia'Sido el foeo ctel gran ineendioque ponia en combustión al '
mundo para purificarle. .
.", I ti>dos los. elemen,tos que se ereianhei'idos, todos los intereses


egóistas que tem,ieron ser sorprendidos y observaron como desapa-
recia su poder, se agitaron con la vidlenta sacudida, y formaron
convergentes sus esfuerzos para impedir la propagacion del incendio.


La Europa entera y. parte del1\sia arrojaban sobre. la-hoguera las
legiones. Y el choque rué horribh~, y la idea, por cima de las ba-
yonetas y de los caftones, se abrió paso llevando la luz á los óbce-
cltlfos,y dando- á la conciencia de los oprimidos un' aliento y una
aspérauza. ..... ..'
(~
'.'




8 - HISTORIA DBL ll&\lUDO
. 'l 'a.tiS eu.\S,"S, C()u.deu.%a.ud() \a.YI \l,\;~\~a~\.oo~s t\\l.~ ,~ ~t\\\,:a


en,aquella atmósfera-candente, venia de nuevo á agitar, á poner el
incendio, á dar calor y vi,orizar el sentimiento humanitario que se
despertaba. Venia á robustecer y dirigir el movimiento civilizador,
á explicar lo que estaba en la conciencia de los pueblos, lo que to-
dos presentian, lo que ninguno babia aun proferido.'


Yen aquel rapto de entusiasmo, y en aquella gran emocion que
el suceso debía ocasionar, venia á cumplirse la prediccion del gran
poeta. la revolucion del desprecio.


Tal debia ser el castigo de los Borbones, porque tan grave habia
sido la ofensa que de ellos habia recibido la razon humana.


IV.


En los últimos días de febrero hubo en la Bolsa de Madrid un
pánico terrible; tremendas oscilaciones y muchas familias vieroq 8U~
. mergirse allí su fortuna y su honra, su capital y su crédito; mien-
tras que algunos especuladores levantaron una fortuna en medio de
aquella catástrofe. .


¿Qué es lo que habia sucedido?
Mandaban los moderados y proseguian su inmoral sistema. Mien-


tras les. quedaba un soplo de vida, mientras les quedaba una espe·
ranza, ellos rendian tributo al becerro de oro, y en cábalas y com-
binaciones y en agiotajes pretendian reGlizar el último fin de sus
esfuerzos, la riqueza y los goces.,


En las cortes se hicieron interpelaciones que no tuvieron satisfac-
cion alguna.


Circulaban por todas partes fatidicos rumores. Las gentes habla-
ban de graves traslomos ocurridos en Paris.
. El gobierno callaba cuando reinaba la zozobra en todos, y me-
ditaba en silencio el medio mejor de asegurarse y perpetuar su do ..


. minacion.


v.


Terrible era la ansiedad que se notaba en tod~s partes. Los ha-
bitantes de Madrid se acercaban. unos á otros sin darse nadie cuenta




DEL U~¡JlIO BORBON DE ESPAÑA.. 9
exacta de los graves sucesos que en la capital de Francia debian
pasar.


Los periódicos del !7 insertaron las siguientes noticias:
.. Paris ~2 de fibrero á las ocho y media de la mariana.
-Las medidas adoptadas por el gobierno en virtud de un mani-


fiesto publicado en nombre del comité del banquete han hecho que
la Qposicion determine renunciar al banquete y al proyecto de 'de-
mostracion, lO '


.. Paris !! á las dos de- la tarde .


.. Esta manana ha habido algunos grupos, pero. no desórdenes
graves .•


«París !3 á las nueve de la' manana.
»Desde media noche se ha restablecido completamente la tran- .


quilidad. Se han adoptado todas las medidas necesarias para impe-
dir que se repitan los desórdenes.


-Los amotinados construyeron ayer tarde barricadas bastante
numerosas. La guardia nacional y la tropa d~ linea las destruye-
ron iomédiatamente.»


El correo que traia estas noticias fué detenido en Burgos, por un
parte telegráfi"CO qae llegó á Bayona, y alli lo alcanzó otro correo
portador de los siguientes partes:


.Paris 21 defebrepo á la una de la madrugada .
• _r. Odilon Barrol me an uncia que el ministerio se constituye


con su cGoperacion. El general Lamoriciere ha sido nombrado 'co-
mandante general de la guardia nacional de Paris .


• Todo aquí se encamina al restablecimiento de la tranquilidad y
de \a moderacion .•.


o: Paris i4 de febrero á una y media de madrugada.
»EI rey ha abdicado. La duquesa de Orleans ha sido' nombrada


regente. lO
Estas noticias produjeron gran sensacion en Madrid; interpelado


el gobierno sobre ellas en las eortes. el general Narvaez pronunció
un discurso del cual tomamos los siguientes párrafos:


o; Yo no puedo desenténderme como jefe del gabinete de algunas
especies que se han vertido en esta discusion: se nos ha dicho que
se nos declilra la guerra, y al mismo tiempo se nos han heeho alu-
siones á los ~echos importantísimos de una nacion yecina, y el go-
bierno tiene que declarar que no porque se declare la guerra FAL-
fABÁ A. LA LEGALIDAD Y á los principios de órden y justicia que ha


TOMO 111.




18 ' RISTOltlA DEL WNADO
.


proclamado; perotambien debe decir que si fuera de este sitio (lo
'cual no espero) se quieren hacer barricadas y se trata de mudar la
di nas tia, el gobierno :no lo consentirá de modo alguno •


• Cuando esté seguro de que el órden público no se alterará, de
que la dinastfa no será por 'nadie atacada y de que todos los objetos


, sagrados serán respetados, el gobierno no sentirá que se le haga
oposicioll alguna, porque todos estaremos unidos para defender la
libertad. ~ ., .


Cuando el general:Narvaez arengaba á aquella legion I de espa-'
fioles escogido, que se llamaban diputados del pais; cuando con fer-
vor ! defendiendo el pres upuesto hablaba de la dinastfa y de sus
peligros, un general que se "amaba progresista 1 que aeni, sal Ul\
gran apóstata, declaró con solemnes vociferaciones su adhesion á la .
dinastia de Isabel.


Las palabras de Infante que era el general á quien hemos aludi-
do, se oyeron cuando Narvaez manifestó que no podia consentir un
cambio de dinastfa. Dijo lo siguiente: .Si se trata de defender la.
dinastfa y el órden púftlico, nosotros seremos los primeros •..• Y bu-
bo imbéciles que se sentaban á su lado, y que en una sesion dondtl
se habian evocado los tristes recuerdos del martirologio del puebl6,
en que se habia habla'lo con desden del desgraciado Zurbano, apo-
yaron á ese hombre.




CAPtTULO l(,


SU'MARIO.


:lelaeion detallada tle la revolueion de Paris en febrero de 18'8, que derrocó la mo-
aarquia de Julio.


I.


Luis Felipe habia decidido jugar aquella partida, -confiado, como
hemos dicho, en las vacilaciones y debilidad de "la oposicion, pero
esta habia llegado ya baslante lejos de su objeto primordial, que era
derribar al gabinete Guizot sustituyéndole con un ministerio ThiersO'


Aquella oposicion, despues de agitar la Francia, celebrando ban-
q~etes en diversos punto$, determinó que en Paris, en el duodécimo
distrito, se organizase un banquete monstruo, un banquete final,
verdadera manifestacion del espíritu público hostil al ministerio. Y
al negar el dia seftaJado, el gobierno publicó un bando que firmaba
el prefecto de policfa, prohibiendo el banquete y la reunion que de-
bia verificarse el martes 2! de febrero.


En la mailaDa del ! 1 habian publicado los periódicos una carta
firmada por Doventa y dos diputados, en que estos aceptaban la in-
vilalion de asistir A aquella ÍD8nifestacion legal y pacifica. Habién·,
dose negado por el ministerio, decian, al discutirse la contestaeion
al mensaje de la corona, el derecho de celebrar reuniones politicas




1! DISTORIA DEL REINADO
sin previa autorizacion, -vemos en este banquete un medio de sos-
tener un derecho constitucional contra las pretensiones de la arpi-
trariedad, y de consagrar al mismo tiempo aquel derecho de una
manera definitiva.


IL


El gobierno publicó en la tarde.del lilas leyes que prohibian las
reuniones de la guardia nacional como no fuese por órden expresa
de sus jefes respect¡.¡os. El ~! por la madrugada el prefecto de po-
licIa mandó situar muchos regimientos en las cercanias del paraje
donde habia de celebrarse el banquete con órden expresa de que no
permitiesen que nadie se a~ercara. En los Campos EUseos, en la
plaza de la Concordia y en la de la Magdalena habia tropas prontas·
para acudir, dada la senal convenida, á dond~ fuesanecesario; todo
el resto de la guaroicion estaba en los cuarteles con las armas y lal
municiones listas. En los doce distritos municipales de Pal'is estaban
Jos tambores de la guardia: nacional por si era menester tocar gene-
rala y reunirla. .


Los duques de Nemours y Montpensier, vestidos de uniforme,
permanecian aliado de su padre para ponerse á la cabeza de las
tropas á la primera senal que para ello recibiesen. El comandante
general de la guardia nacional, con su estado mayor, esperaba las
órdenes del ministro del1nterior para montar á caballo y dirigir las
operaciones del cuerpo que estaba á sus órdenes. si se necesitaba
como auxiliar del ejército I caso que fuese necesario restablecer el ór-
den público. .


Desde el amanecer una inmensa multitud de ()breros comenzó á
penetrar en las calles procedentes de loS arrabales de San Marlin,
San Dionisio i-San Antonio, y se dirigian á los Campos EUseos. -A
las doce tanto estos COIDO Ja plaza de la Concordiá estaban lIen9S de
gentes. en térmi&9s de ser 8uma~ente dificil transitar por ello •• A
la una, la multitud era cada vez mas humerosa; tanto que no pu.-
dieDdo penetrar 6D el paraje deslinado para el banquete, le replegó
háoia la plaza de la Magdalena,'· donde habia muchos éuerpos de
eaballerfa de gu.ardias municipales encargados de conservar el ór ....
den, l de impedir la 19\olIlfraei&n Oe 8en~.


Pero entonees muchos de 108.que comp'ODian los grapas empe-




Bit ULTIIIO BORBO" DI EStARA. 18
zaron á silbar á los guardias, y aunque al principio estos 16 sopor-
taroD, al cabo dieron una carga sin hacer uso del sable ni de nin-
guna de sus armas, y marchando luego unidQs despejaron en breve
la pJaza de la Magdalena.


Parte de los grupos se dirigió al taller de un almacen de madera,
y armándose de pajos en vez de fusiles, se encaIrliDó por calles ex-
cusadas á Ja plaza de Ja Bolsa, donde muchos de ellos, viendo las
patrullas de guardia nacional, arrojaron sus armas improvisadas,
sin que la policla tratase de inquietarJos.


A las cuatro de la tarde habia en los boulevar~s y en los Cam-
pos EUseos infinidad de gente que iba y venia en todas direcciones;
muchas tiendas estaban cerradas. Mr. Odilon Barrot debi,.. presen-
tar en b cámara de los diputados la acusaeion contra el ministerio
que habia prohibido el banquete reformista. El presidente habia
dado órden para que no permitiesen entrar en las tribunas públicas
mas que á los que llevasen billete personal, Jo que equivalia á de-
cir que la sesían era poco menos que secreta.


. .


IlI.


La sesion del día ! 1 habia empezado cuando la agitacion que
reinaba en la capital hizo que 8e suspendiese la discusion de una ley
sobre Bancos, y muy Juego perdió su carácter pacifico cuando Odio
Ion Barrot empezó á usar de la palabra, interpelando al ministerio;
le reconvino por haber dado motivo con sus prevenciones á que una
manifestaeion pacifica se convirtiera en turbulenta demostracion.


y al siguiente dial! se reunieron tambien los diputados, aunque-
DO en gran número, y duró algunos minutos; pues que el presidente
ne dejó Jeer las proposiciones presentadas. Odilon Barrot pidió qúe
se diera cuenta, y la mesa declaró que no podia menos de cODsul~
tarse á las secciones, para que declarasen si debía procederse á la
lectura. .


Esa proposicion firmada por 51 diputados, estaba concebida en
estos términos: . .


.Proponemos que se acnse al ministerio como culpable: '
» 1. • De baber vendido en las relaciones exteriores el honor y los


intereses de la Francia.
»!.o De haber falseado los principios de la ConstittIcion, vioJado




u, JlISTORU »EL l¡IN.UO
las ¡arantlas de la libertad, y atentado á los dereehos de los ciuda-
danos. '


»S.- De haber intentado por'medio de una corrupeion sistemá_~ .
tiea sústituir , )a libre expresion de la opinion pública los eileulos
del interés privado, 'pervirtiendo el gobierno representativo.
»i~· De haber traficado por intereses ministeriales con los desti-


nos públieos y con todos los atributos :y privilegios del poder ..
• 5.0 De haber arruinado por el mismo motivo la Hacienda del


Estado y comprometido las fuerzas y grandeza nacional.
JI G. o De haber despojado violentamen te á Jos ciudadanos de un


derecho inherente á toda constitucion libre, y coyo ejercicio estaba
garantido por ]a Carta, por las. leyes y por los precedentes.


»'1. 0 De haber, por último, puesto en cuestion con ulÍa poHtica
abiertamente contrarevolucionaria todas las "onquistas de nuestras
revoluciones, promoviendo en el pais una perturbacioD profunda.»


IV.


A eso de las 11 de la maliana del mismo dia, gran número de
obreros y estudiantes desembocaban en columna en la plaza 'de la
Concordia, dirigiéndose al palacio de los diputados, donde se reunió
con otra formandJ una masa de unos 6,000 hombres que llegó hasta
]a fachada de la cámara de los diputados, gritando: i Viva la reformar
¡abajo Guilot! Muchos llegaron hasta la columnata, y nO habiendo
podido forza{]as puertas rompieron los cristales. Algunos trataron
de penetrar en el salon de las sesiones, invadiendo las t~ibunas púo
blicas y las de la guardia naeioDal. La multitud continuó su mar-
cha ha3taIa p!aza dd Borbon donde se repitieron los mismos grit~St
Los empleados de la cámara que formaban parte de la guardia na-
cional, vi)stidos de uniforme, se colocaron delante de la puerta prin-
cipal, des pues de haber luehado fuera del salon de sesiones con va-
rios obreros que se habian introducido en él.


En aquel momento llegó el general Tiburcio Sebastiani, coman-
dante de ,la primera division militar, á la cabeza de ,un batallon del
69 de linea,' y un escuadron del 6 de dragones, ton cuya fuerza
dejó inmediatamente despejadas las cercaoias de la cámara. Recha-
zados los revolucionarios .b.ácia la plaza de la Concordia; trataron
de hacer alguna resistencia arrojando piedras á la tropa que ocupó




DEL ULTIMO BORBON DE ISPAjA.. 15
militarmente la plaza y las avenidas de los Campos RUseos. Despues
de haber hecho los comisarios de policfa las intimaciones para que
se disolvieran los grupos, la caballería dió una .carga sable en ma-
no, disipando los grupos que se esparcieron por los Campos RUseos,
la calle Real. la de Saint-Honoré y la de RivolL


Entretanto una gran masa de .personas que no pudo peaatrar en
la plaza de la Concordia n~ en los Campos RUseos se esparcieron
por las cercanfas de las iglesias de la Magdalena y dé la Asuncion.
Este grupo hizo la primera tentativa de barricada en la calle de
Duphon, pero se lo impidió la guardia municipal.


Una cl)lumna de amotinados se dirigió al ministerio de negocios
. -


extranjeros gritando: I Viva la reforma! ¡abajo Gu;.rot! arrojando
piedras á las ventanas. . -


A las cuatro de la tarde el movimiento se babia circunscrito en
-el faubourg Saint-Honoré y á la calle de este mismo nombre hasta
el real palacio y ~aUes contiguas.


v.


A la una de la tarde del !! y en el momento de llegar los dipu-
tados á la cámara, él puente de la Concordia estaba enteramente
ocupado por compai'ifas de guardias municipales á caballo, drago-
nes y cazadores que no cedian el paso mas que á los diputados.
Pronto estos destacamentos de caballería intentaron disipar los gru-
pos que llenaban la plaza de la ·Concordia. En estas reiteradas ten-
tativas ocurrieron algunas desgracias. Sin embargo, la tropa ape-
nas hizo uso de sus armas, dando solamente algunos sablazos de


, plano. '
Desde la c~lIe Montmartre hasta la Magdalena se extendía Ja


multitud por los boulevards, y despues de haberse detenido un rato
delante del ministerie de Negocios extranjeros se encaminó á los
Campos RUseos, donde los municipales se hallaban cercado3 por
los grupos. Sin embargo, algunas cargas de caballeria bastaron
para recbazarlos, aunque sin dispersarlos y no sin ocasionar algu-
nas desgracias. El pueblo invadió y ocupó por algunos instantes un
cuerpo de guardia, pero al fin tuvo que cederlo á la tropa.


Entretanto se hicieron tentativas erl diferentes puntos. En la calle
de Rivoli, en la de Richelieu y sobre todo en la de San Hónorato




16 mSTOR(! DEL REINADO
habia ya volcados, interceptando. el paso, carruajes particulares y
omnibus; pero la llegada de varios destacamentos de tropa resta-
blecieron pronto 11} circulacioD.


). las cinco de la tarde las rejas de las Tullerias, hasta entonces
abiertas, estaban' 'ya cerradas. La plaza dei Carrousel se hallaba.
ocupada militarmente por el quinto regimiento de infantería ligera,
un escuadron de aragones y otro de cazadores. Las patrullas á pié
Y á caballo circulaban en todas: direcciones. En la pl~za Maubert
fué herido un paisano de un bayoneta~o:dado en los riñones, y lo
trasladaron á la sala de clínica de la escuela de medicina.' En la
calle de Rívoli hubo muchos herido&.La liendade Le Page babia
sido allanada, asi como otras casas de armeros en-la calle de Mont-
martré, y sin embargo, visiblemente afectada la tropa por el pa-
pel que le imponia la disciplina, conservaba en todas partes la mis-
ma moderacion y los mismos miramientos en el ejercicio de· su doloM '
roso deber. En muchos puntos se vieron raramente manifestados es-
tas sentimientos de fraternidad por medio de apretones de mano entre
el pueblo y )a tropa.


En aquel instante tan critico no se vei~ en las calles Ilingun
guardia nacional. El ejército solo sostenía el órden, y á su excelen·
te espiritu y ardiente patriotismo, aunque comprimido, se debió
que no hubiesen ocurrido grandes catástrofes.


En la plaza de la Escuela politécnica habia ~ambien numerosos
~ grupos de estudiantes que cantando la Marsellesa y el himno de los


girondinos invitaban á los alumnos de ]a Escuela á saUr á la calle
como en 1830; pero sabidas son las precauciones que habia toma-
do de antemano ~a autoridad para evitar este acontecimiento; asi
pues los alumnos de la Escuela politécnica á quienes habían quitado
sus uniformes y espadas y estaban además custodiados por una
guardia numerosa, 110 pudieron responder á este llamamiento de otro
modo que cantando los mismos himnos.


La noche vino á suspender aquella agitacioD dejando á unos y á
otros el tiempo necesario para cordinar sus esfuerzos y medir el al-
cance de su potencia combinando los planes.


VI.


GuizOI vió su impotencia: y arrastrado por los acontecimientos,




DIL ULTUIO· BORBON DI ESPAÑA. . l'
el rey de las b!,rri~adas hubo de .a~eptar un cambio ministerial de-
signando á Molé como sucesor de su ministro favorito. Semejante
concesion nada pudo influir, asi que á las siete y media de )a ma-
nana del la se tocaba llamada para reunir la guardia nacional. El
poder que la vfspera se habia contentado con llamar á la po1icfa y
á la guarnicion, volvia sus ojos á la milicia nacional á la cual habia
negado terminantemente el derecho de reunirse pacificamente.


Aquel poder se equivocaba, siD I embargo; creyendo que podia
satisfacer sus caprichos y jugar ese doble juegQ para salir triunfan-
te en sus iniquidades. La guardia nacional nó olvidó ciertamente
la doble injuria: el banquete suspendido por la poli~ra, y la vaeita-
cion, la duda, la sospecha que hábia impedido su convocacion co-
mo elemento de órden.


Beunida la décimalegion en la plaza de Taranne, S1l coronel Le-
mercier quiso manifestar fnfulas de autoridad impidiendo á uno de
los individuas que gritase como todo Paris Viva lare/orma; pero
sus compatieros al oir la órden ds arresto le cercaron manifestando
al coronel que aquel grito era la expresion de sus sentimi,entos.


Las demás legiones de la guardia nacional concurrieron á sus
puestos, y por doquiera que los fuertes destacamentos de la mili-
cia civica surcaban las calles, encontraban al pueblo entusiasmado
y fraternizaban con el ejército. Solamente la guardia municipal pro-
siguió en esa triste tarea de ensangrentar las calles de Paris.


Al mismo tiempo que la guardia. nacional se reunia fraternizando
con el ejército al grito de i Viva la reforma! se levantaron muchas
.barricadaseo las calles del Cuadrante, de Clery, San Dionisio,
Nuevo San Eustaquio, del Petit Cnrreau, etc. Una barricada de la
calle Monlmartre fué atacada por los guardias municipales soste-
niéndose con efusion de sangre. El punto que mas habia sufrido
era la calle de San Dionisio donde los guardias municipales para-
petándose en las esquinas, asestaban sus tiros contra las ventanas.


Este sistema habia indignado á la generalidad, hasta que aforfu-
nadamente un jefe de batallon, á la cabeza de sus guardias nacio- .
nales, hizo cesar esta eace.da de hombres. Una escena admirable de
union y rrat~rnidad se verificó en este punto entre la guardia na-
cional y la tropa de línea. .


,Hn la plaza de Petits P~res, en donde se habia reunido la multi-
tud compacta que gritaba: I Viva la reformar habiendo tratado de
car8ar al pueblo ulÍ escuadron de coraeeros, la guardia nacional les


. TOllO lIJ. . ~




18 IDSToaa DIL IW1'UDO
I


aguardó con bayoneta calada, é hizo retirar á los m~nicipales hasb
sti cuerpo de guardia. Hechos semejantes tu vieron lugar en otros
muchos puntos.


Durante la maftana, la actitud de la tropa de línea fué por lo ge-
neral neutral y pacífica. .


A. las dos, al volver la quinta legion de la guardia nacional al
Corre¡imiento, calle de Vendome, y preparándose para salir otra vez
anadia unánimemente el grito de t Viva la 'Repúblical En toda la ex-
tension del baluarte, los guardias Dacionales individualmente ó en
par.tidas s~ paseaban fraternizanda con el pueblo. En el mismo mo-
mento un alumno de la Escuela politécnica pasaba por delante del
Ambigú capitaneando un grupo que cantaba la marsellesa.
, El general Aupik, jefe de la Escuela politécnica, permitió bajo su
responsabilidad, salir á las calles á sus discípulos.


Entretanto, la guardia na~ional debía hacer mas que fraternizar
con el pueblo en la calle: debia advertir a) gobiarno sus intencio-
nes. A las tres unos 500 :guar~ias ,nacionales de la cuarta legion sin
armas, precedidos de 15 oficiales, se encaminaban á la cámara de
diputados en medio de las mas vivas simpatías, para presentar UDa
protesta contra la conducta de los ministros; protesta firmada en
pocos minutos por mas de 800 firmas. MM". Cremieux, Marie y
Baaumon_t de la Somme, despues de enterarse del. manifiesto, feH·
citaron á los ci,udadanos por su pacifico y patriótico paso.


Hé aqui el documento:
ClSellores diputados :. Los insfrascritos ciudadanos del cuarto dis-


triLG declaramos, para prestar homenaje á la verdad y á nuestras
COD vicciones personales, estar prontos á sosteper en las filas de la
guardia nacional su ensena de libertad· y órden público, y al efecto
que no vacilaremos en tomar las armas para mantener el órden y la
tranquilidad en el distrito. Pero CGn esta manifestacion 'no es nues-
tro propósito constituirnos en defensores de un ministerio corruptor
y corrompido, cuya política y actos rechazamos con toda la fuerza
de nuestras convicciones, deseando con toda nuestra alma su aou-
sacion é inmediata salida.»


A las cuatro y media, un ofieial de estado mayor de la guardia
nacional, seguido de una escolta, recorría los baluartes saludando
al pueblo y anunciando la retirada del ministerio. Un general _68-
«soltado de Bna ordenanza llevaba la misma noticia á los grupos de
la calle de San Honorato.




Dlt ÚLTIMO BOBBON DE ESPAÑA. 19
Desde este instante fué cesaldo el encarnjzamiento: la retirada de


los ministros fué el triunfo de la opiOlon p6.blica' sobre la fuerza ar-
mada, triunfo que habiá costado caro.


En la Morgue á las dos habia seis cadáveres, uno de nillo. Uno
de estos tenia un balazo en el 00razon. Figuraba entre los muertos
un hijo del generál Saint-Bilair". ,


A las cinco, se fueron retirando los municipales, e6~tra quienes
era grande la irritacion de las- masas que los perseguian á pe-
dradas. .


Sin motivo y sin provocacion 108 municipales hirieron á dos pai-
sanos en el arrabal de San Martin. En el boulevard Bonne-Nouvelle,
un grupo se abalanzó á libertar á unos SO prisioneros, y lo logró,
apoder!ndose de las armas de los soldados, sin que :estos opusie-
ran resistencia. Tambien á la Prefectura acudieron á libertar á todas
las personas presas. .




CAPiTULO ni.


SUMARIO.


Acaba de relatarse la revolucion francesa de febrero del U.-Qué hicieron entonces
Jos partidos moderado y progresista españoles.-Debilidad de los progresistas.-
Energía despótica del gobierno.


l.


El rey habia revistado en la noche del II las tropas que estaban
próximas á las Tullerlas. Le acomparíaban Montpensier y Nemours;
y no consiguió despertar el entusiasmo que esperaba. Por esto ha-
bia cedido t como hemos dicho,. nombrando á MoJé, el famoso mi-
nistro que dió el rotundo jamás á los moderados esparíoles coando
le reclamaban la ocupaeioo de las provincias Vascongadas ,por un
ejército francés.


En e .. dia 11, 4eque hemos hablado ya, se presentó Guizot en
la cámara, donde habia muy pICOS diputados, y no se permitia acer-
earse al público. AlIi dió cuenta Guizot de la formacion del nuevo
ministerio, asel.rando que él estaba dispuesto á mantener el órden
aUlque fuera preciso anegar en sangre las calle. de la capital. Por
la noche y no habiendo podido formar el gabinete Molé, se encarga· .
ron Odilon"Barrot, Thíers y Lamoriciere; pero tampoce estaeomfii-
naeion debía tener resultado porque ocurrió un incidente gral(simo
que. dió de nuevo pibulo á la interrumpida batalla.




DEL nTtMO aOUON DlliPUA. !1
La poblacion estaba iluminada; las calles llenas de tropa y cafto-


Des; la guardia nacional en sus puestos, y la multitud recorriendo
aquel vasto campamento. Al pasar algunos jóvenes que cantaban )a
marsellesa por delante del ministerio de Negocios extranjerts, un
oficial que oyó los gritos de jlJJuera (}ui~ol y viva la República! qui·
so impedir la eirculacion. Un tiro partió: el oficial cayó en tierra: la
tropa hizo fuego. Aquello rué una horrible carniceria: hembres y
ninos, mujeres y ancianos fueron retirados des pues de aquella des-
earga. Los redactores de Já Rtforma J el NaczDnal, periódicos re-
publicanos, arengaron á la multitud: los muertos y heridos fueron
paseados en carretal.al fulgor de las antorchas por toda la ciudad.
Las masas se indignaron: las campanas tocaron á rebato y en cien
puntos á la vez se renovó el combate, encaminándose las masas po-
pujares háciael palacio con ánimo de castigar aquel horrendo cri-
men. La noche pasó en Qna terrible agitacion. Todos los esfuerzos
se dirigian á invadir las Tullerlas donde se baIlaban conferenciando
muchos hombres importantes-.


11.


Desde las seis de la manana del !4, Paris estaba cubierto de bar-
ricadas. tOI ciudadanos mas paeificos concurrieron á desempedrar
y forjar pieoll: se hicieron trabajos gigantescos. A las ocho vol'fióse
á toear ¡ensrala para reunir la guardia nacional.


Millarea d, e¡údadanoi, armadoa di fusiles, de sables, de picas
y pistolas 8e apostaban sileneiosamente de tris de las barricadas,
sobre las euales ondeaba la bandera tricolor.


'En l •• primeras hora. de la manana SI hizo .¡reular por entre
)" fil .. de) pueblo armado Ja noUeia de la nuna combinaeion mi-
nisterial que se preparaba.


Thitrl y Odilon Barrot habian aeeptado la mision de restablecer
Ja traBquUidad en la capital, pidieron que flesen despedidas lastro-
pas, y fueron eIlol milmos áanunsiar á la ¡uardia nacitnal! á los
grupos de ciudadanos esparcidos por todas partes la misiel d •. '1ue
,estaban eneargados.Barrot, á caballo y acompanado de UD .fieial
del estado mayor, fué á la puerta de 8a. Dioni.io, areniando á to-
dos: los grupos que encontraba, y procurando restabl ... r la tr'1I-
quilidad.




! I mSTO.IU! D»L lIIN!DI
Sin embargo, los esfuerzos de Thiers y Barrot no tuvieron buen


éxito, y la situacion se hizo eada vez mas grave; á las ODce y me-
dia Luis Felipe, perdida la esperanza de que la traaquilidad se res-
tableciera, se decidió á firmar una abdicacion en favor de su nieto,
el eonde do Paris, 000 la re~eoeia de m$dama la duquesa de Orleans.


En ese dia circularon por Paris multitud de impresos, y entre otros
la siguieote proclama de la Demo~r(,lcia pacifica:


«DESEOS DEL PUEBLO.


»Relormal para lodo8.


»Amnistia general; se exceptúan los ministros acusados.
»Derecho de reunion sancionado por una m~nifestacion próxima.
»Disolucion inmediata de la cámara, y convocacion de las asam-


bleas primarias.
»Guardia urbana á las Mdenes de la, mUllieipalidad. Abolilion de


las leyes de setiembre. libertad de la paJabra;)ibertad de impren-
ta; libertad de peticion; libertad de asociacioD; libertad de eJeceion.


»Re(orma electoral. Todo ¡uardia nacional es elector y elegible.
»Reforma parlamentaria. Retribucion á los dipafados. Los fun-


oiolarios públicos lO sus puestos.
»Reforma de la cámara de, los par". Nada de nombramiento real


ni de herencia aris,toerátiea.
»Reforma administratifla. Garaotfas para todos los funcionarios '1


empleados contra el abuiO de los favores y de las influencias .
• ta propiedad respetad~, pero ,araofido el itere.ho del trabaje.·


Asesurar el trabtjo al pueblo .
• Uuitn y aso.iacion frl!tenal ~mtr8 los jefes de industria y los


trabajadores. I¡ualdad de derechos por medio de la edaeacion dada·-
á todos; casas de asilo, escuelas rurales y urbanas. No mas opre-
sion ni explotacitn de la infancia.
~Libertad absoluta de cultos. Ildependeñ.ia absoluta de las con-


cienoias. La I,lesia independiente del Estado .
• Proteceion á los débiles, mujeres y nillos. Paz., saota alianza


,,\re todos los ~ueb\os. A-boUcion de la suena. \ndependendenei'
para JbJU )a.9 DaejoDa)jJAtle... la Pr.aDDja goaróatlora de \'01 "-¡te-


chos de los p.eblos débiles. El órdeo fundado sobre la libertad".
Fraternidad universal ••




DIL ULnMO BORBON DI urili. !S


111.


A lal doce dil dia, y cuando ya todo est8:ba perdido para la mOa
narqufa; euando se dirigía la duquesa de Orleans con su hijo á pre-
sentarle á los diputados, el combate arreciaba; se oia en todo Paris
el eeo di la fusilada, y el Palacio real era ásaJtado por las fuerzas
del pueblo, á pesar de la en.arnizada resistencia de los defensores
del fiy.


Poco á poco fueron haciéndose eonver,entes los esCunzos de
aquellas masas que iban ganando terreno y aproximándose á las
TIllerias.


Destrozada la 'proclama ID que St daba cueota del nombramien-
to del ministerio aconsejando á los ciudadanos á que esperasen 1,
reorganizacion de los poderes públicos; que se habia mandado sus·
pend~r el fuego y que se iba á disolver la cámara, Emilio Girardin
volvió precipitadamente-á las Tullerfaspara que se ,firmase una
proclama mas explIcita con la abdicacion y la amnistia .•. La mul- •
titud adelantaba siempre; el combate iba debilitándose; las tropas
entregaban las armas al pueblo, y el palacio de las TuBenal fué
asaltado por la guardia nacional, pudiendo apenas Luis Felipe y su
familia salvarse marchando en direccion de la cámara de diputados.
mientras que )a multitud victoriosa penetraba en los aposentos que
la Camilia de Orleans 'dejaba abandonados.


Todos los muebles fueroa arrojados por las ventanas; las bode-
¡as y almacenes destrozados, quemándose los coch6s en los patios
del palacio y arrojándose á 6SlS hogueras todo el mueblaje.


Esas mismas escenas se reprodujeron on e) Palacio real, yexcep-
to )a casa de Guizot donde se habían puesto letreros desi¡nándola
como la casa del pueblo, propiedad nacional y hospital de sangre;
fueron respetadas todas las personas y propiedades, á pisar de los
81ravios y odios que ell diez y siete al10sde oprobio y degradacion
habian podido formarse.


IV.


Así cayó aquella dinastia rama del borbonismo que' renegaba de




· '1 al'STOBlA DIL I.IlN!.De
su odgen en los momentos. critico», y que hacia ya muchos anos ve·


, nia contrayendo nuevas alianzas y estrechando mas y mas Jos la-
zos de familia con ]al lasa. de Nápoles y de Espana;·


Así se· hundia por segunda vaz en el espatio de sesenta anos el
trono d8nde se sentaron CarIo mago·. y Luis XIV.


Así recibia un castigo proporcionado á sus'· faltas el antiguo du ..
que de Orleans, el proteetor de los moderados e.panoles, el que ha-
bia contribuido á 'Ja restaufaeion de las dictad.ras en Espana.


¿Qllé hicieron sus cómplices losbombres~del partico afrancesado,
Jos que venian sacrificando al pueblo espallol para . conquistar la
benevolencia del rey de las barricadas?


En los primer9s momentos estremecerse y dudar; en seguida
procurarse ese gran elemento, el nervio de la guerra por medio del
agiotaje de la_Bolsa. Despues al ver á Lamartine en el ministerio
de Negocios extranjeros y tranquilos respecto á propaganda armada
de la nueva República, armarse con Ja dictadura, arranear á la ma-
yoría dócil y complaciente que les servia de instrumento leyes hor-
ribles y concesiones de dinero.


Mas tarde en fin disponerse á ]a lucha y lanzar retos y desafios
á sus contrarios amedrentados. .


¿Qué hacia la oposicion progresista sino ~medrentarse y rehuir
una bataUa formal donde hubiera podido dar pruebas de energía
acelerando-]a caida de aquellos Borbones que desbonraban la pa- .
tria?


Solamente Orense supo presentarse á la altura de las circunstan-
cias. Los demás, asustados de su propia situaeion, apenas se opu-
sieron á los plilDes de dictadura, á los inicuos proyectos de despojo
que aquellos hombres audaces sostenidospór una reina, á quien
llamaban candorosa y magnánima los mismos progresistas, supie-
ron formular hallando la aprobaoion del Congreso y del Senado~
lJien sabemos que Olózaga y Mandizábal acababan de sufrir des ..
gracias en la fami~ia: aquel ]a esposa, este á su padn!; pero no
obsta todo esto para que en el fondo, ya que no en la forma y so-
bre todo en su conducta como jefes de partido, como hombres que
deciansostener la causa del progreso y el principio de la soberanía
nacional, hubiesen dado el conveniente eJllpujeá la oplnion par~
luchar como era preciso con la tirania que se levantaba.




v.


A aquel reto del moderantismo, á la ciDica descompostura de
aquellos rtiDistros, á )a torpe ingratitud de aquella jóven que debia
la corona á Jos hombres de sangre vil y traidora, era preciso COD-
testar con UD castigo tremendo. con una expiacion segura; 'comple-
tando la revolucion del desprecio que arrojaba un troDO en las ho-
gueras, con una revolucioll grande que escarmentase para siempre
á los farsantes, á los agiotistas y á los especuladores polftieos.


El diputado Jaen mostró algo mas de habilidad y de valor. Pro-
nunció una frase alusiva á los caprichos del mODarca y á las velei-
dades de los ravoritos; y el presidente del congreso quilo abogar
aquella voz; pero el representante ,del pueblo se sostuvo, yexpli-
cando sus palabras dijo que se referia á Godoy y á Carlos IV. La
atusion sin embargo era demasiado tf8sparente, y quedó en toda su
fuerza aquel dardo dirigido á la familia borbónica.


Uo diputado progresista recien convertido hizo como tal su pri-
mera campaDa en estos debates; era Eseosura que se alejaba del
puritanismo para tomar posicion en las filas del partido proscrito.
Habló, pero no con la energ(a propia del asunto. Con todo esto era
quizá una de las mejores adquisiciones por la energía y actividad
del personaje.


En el periodismo no era fácil, ateadidas las condiciones i que
estaba sometida la prensa, tomar la actitud revolucionaria que con-
venia. Con to~o esto El Siglo, El Eco y El Espectador hicieron al-
gunos esfuerzos; El Clamor fué denunciado, y la prensa no dejó de
contribuir al desenvolvimiento de las ideas.


Otro periódico apareció en el mes de marzo que representaba los
intereses de la revolueion que se iniciaba. Era La Organ;Jact'on del
tmhajo, periódico redactado por Federico C. Belirao, Silto Cámara,
Joaquin Martinez, Juan Sala y Garrido; mienlras que Ignacio Cer-
vera comenzaba otro semanario titulado: El Amigo del plleblo.


VI.
..


.-


Hemos hablado de una reunion en que Ordax Avecilla babia pe·
TOMO 1II. 4,




!f ! ~ IIISrOMAOf:DEL BlINAJ)O
dido que l,a juventud aguardase el resultado de los trabajos revolu-
cionarios que tenia pendientes el partido progresista. Rabia trans-
currido un ano y nada se traslucia referente á aquellos trabajos.


La revolucion francesa viua á reanimar á los tímidos y á los d;S -
bíWSFY"si" ostensiblemente los jef~s del progresismo en las cortes
faHar-Ond, loquedeeJlG5'cxigia' el deber en las críticas circunstan-
cias, en~els~DAul&tipilrtido. én'lasintimidades, entre la juventud y
los: Qbreros el'entusíasID,(J se acrecentó, las trabajos se, ampliaron!
S6 perfeccionaron y, flleron mas' precipitados; ,yen pocos días la
organiZaoioífquedó compacta y dispuesta para lanzarse al combate
en caantó hubiera una oportunidad."


Creia MISO: el' gobierno que iban á tlesencadellarse los elementos
revóluciónar(os:;'y. 'en lúgubres y llaléticos'discursos habia procu-
radoinfündir ell'las 'gentes de órden el temor á lo desconocido, la
desco~fiaDzt\ háeia lO'· 'que' podía ocasionar graves trastornos en el


, tn:odo de serd~ un'a sociedad imperfecta. Y·la prensa del gobierno
reproducia 'noticias l'andoo6tllsde' Paris, y hablaba del pánico y
ataques á la propiedalf y de mil desastres debidos al desórden es-
pantosoque'teinaba entra' lasolases trabajadoras. Pero El Befaldo
bájo:tá:paternat'adníinistrácionde su amo Luis Felipe se guard&ba
muybitm~tfe 'manÍfestarque' la ,deuda babia subido en siete anos
S;6{)'i) 'mit km es' de reates\ y que los' presupuestos á pesar 'de aumen-
tár'progresiVáírr~tte, 'habieódoérecidp en diez y siete anos 100 mi-
llones, drjaban un déficit en siete afios de otros '100 millones. Tam-
¡1óeli'se hacilí óafgó el órgano de San Luis queJa. deuda flotante
que- á ta 'Subida 'déi re'y de fas barricadas no t1egabaá ~50 millo-
neSi,' lisé~dia entiade:su caida' á ,670 millones de francos, sin con-
tal' é>Wo¡§, ~Mic;mmenéspett~Iieeientes"'lllas reutas de las Cajas'de
aborros.':' J


. En' lO's"~68' últimos días de su existencia aquella monarquía
corrottlpida gastaba un; millon cien mil franMs diarios ,ó sea en ese
periodO' détrempo 1!,'tU.8 iniHo'nes de francos: todo esto además de
ros~re(nftk6k .ótdinarÍos: . 1. ' •
Pá~lhfUntentlirgast{)S tanaxórbitantes qüe demostraban el des-


concierto y el despilfarro en su' mas alto grado; el gobierno del ex·
rey se valió de bonos, reales, empréstitos y de las Cajas de ahor-
ros. Desde 1~ de abril de 1847basla 26 de febrero del 48 la can-
tidad de bonos emitida aumentó desde 86 millones á SiB. Del em-
pr6stí tose hablan ,reCibidoS! millones, y eradiffcil que se recau-




DIL UL'fIMO BORBON DI ESPAÑA. 27
dara .el resto por mas que el g(}bietno tuviera,que,satisfacer.,1os
bonos del Tesorow " '¡" ..... ,.,'<, ,:,.;?",.,.


En hs Cajas,deahorros era' imuyJa~eDtabledo:iqua:.Oeunja","EI
gobierno habia reeibido·Sa5miUones·· de. francos! y. b&bill dejado
disponibles en dinero 6!) millones. _ .'


¿Qué podia hacer aquel gobierno ante una catástrofe semejante,
cuando el malestar de todas las clases, la paralizacion del trabajo
y la guerra que los intereses caidos le hacian, ocultando los capi-
tales, venian á imposibilitar la marcha normal y ordenada de los
sucesos? Adoptar medidas radicales; y á este objeto se dispuso la
enajenacion de los bosques, selvas, tierras, haciendas, etc., ete.,
pertenecientes al patrimonio de la nacion; la venta de Jos diamantes
de la corona y de la conversion en moneda con el cuño de la Repú-
blica, de la plata y metales preciosos procedentes de las TuJledas,
palacios y residencias destinadas á la dignidad real abolida, excep-
tuando los objetos artísticos.


Todo esto es lo que se callaba la rren~a asalariada del gobierno
cQn el fin de infundir entre los españoles el terror á la révolucioD
francesa, que calumniaban \'manam~nte.


VII.


En el mesde marzo las cortes continuaban discutiendo proyectos,
y una vez armado el gobierno de lo que necesitaba declaró sus-
pensas l~s sesiones á peticion' de la mayoría que consideraba útil
descansar de sus fatigas.


Tambien corrian por aquellos tiempos, y no sin fundamento las
mas veces, noticias de crisis; porque no todos los miembros de
aquel ministerio tenian tanta energía eomo ambicion, y desconfia-
ban en ciertos momentos al ver como se propagaba por Europa el
movimiento revolucionario. Sartorius, de la misma escuela y de la
misma estofa que Gonzalez Bravo y Narvaez, el general ambicioso.
el sanguinario verdugo de la Mancha, eran los únicos que á todo
trance y contra viento y marea procuraban' asirse á la corona de
Isabel para hundirse con ella, ó con ella mantenerse á flote.


Borrego y algunos olros conservadores habían visto y señalado
los peligros de aquella situacion para el partido moderado y para
la dinastia. Pero ni los consejos de sus leales amigos ni la reciente




18 maTOBl! DIL UlNADO
eDseDaaza llist6rica que la caida de Luis Felipe acababa de dar á
las monarquías, sirvieron para contener á los desbordados cortesa-
DOS, á los camarilleros, á aquella Reina que marchaba al abismo
cerrando los ojos y Jos oidos á toda palabra de consuelo y de sal-
vacioD. ' . ~




CAPITULO lV.


SU.MARIO.


Cart.a de Mor.temolin :í ~fontr(lnsiel'.-Exrosicion proyectada de los progresistas.-
rna pelicion tle la prensa lihe!'"l al gobierno.-Felícitacion del infante don Enri-


flllll al gobierno provisional franCl's.-ültillla \olunta!l de Carlola.


J.


La revolucioD agitaba. toda la Europa; y los Borbones empena-
dos en hundirse, ó comprendiendo sin duda que la justicia popular
iba á dar el castigo merecido á sus desafueros, procuraban eludir
el cumplimiento de las mas solemnes promesas; y el rey de Nápo-
les se decidió á cambiar el mio.isterio que habia aceptado.


En Bélgica-Leopoldo, mas cuerdo y mas sagaz, se arrojó en bra·
zos de su pueblo prometiendo continuar la senda de la legalidad
constitucional con aquel rigorismo que acostumbraba, y que hacia
de ese pais el único tipo digno de citarse por el· respeto que la mo-
narquía pro,fesaba á los derechos populares.


Desbandada la familia de Luis Felipe y habiendo tenido que huir
la hermana de Isabel como todos los príncipes franceses,Montemo-
Iin que se bailaba en Londres á la-llegada de Sil prima, creyó con ..
veniente, no sabemos si en S9D de burla, dirigirla una carta, ó
mejor dicho, escribir al ex·embajador francés algunas Hneas refe-
rentes áaquelinfortuDio.




SO HISTORIA DEL R1UN!DO
Dé ·aquf algunas frases de esoe extrarIo documento.
«Adorando los designios da la divina Providencia, no me toca


por ahora ver en los fugitivos de Paris mas que las víctimas y náu-
fragos de una grande tempestad .


• Nadie mejor que el que ha sufrido puede tomar parte en las des-
gracias y grandes infortuni~s. De estos acaban de ser víctimls prín·
cipes que me están ligados por estrechos Jazos. Entre ellos hay una
infanta de EsparIa, prima mia, hija de mi muy querido y augusto
tio el serIor don Fernando VII (Q. E. S. P. D.) .


• He encontrado en esta nacíon hospitalaria y iie libertad un asilo
generoso en mis desgr2cias y proscripcion. Suplico á usted, senor
conde, ofrezca muy partlCularmenle á mi prima mi persona, este
asilo y cuanto de mi dependa para aliviar sus penas .


• Tenga igualmente la bondad,de prevenirla que tan luego cemo le
halle repuesta de las angustias que, soJa y desamparada, ha debido


o- sufrir para salvar su vida, pasaré á ofrecerla mis cariflOsos afeclos,
pues que yo no puedo olvidar jamás que S. A. R. e.s mLprima é
hija y nieta de reyes .• : '


11.


El único acto de intencion que puede hallarse en aquellos dias
fué una exposieion proyectada por el partido progresista dirigida á
Isabel para que negara su sancion á los proyectos que sediscutian


- para suspender las garantías constitucionales y levantar un emprés-
tito de tOo millones. 'Pero esta exposicion fué denunciada por el go-
bierno, y no pudo reproducirse ni firmarse COmO estaba anunciado
por todos los periódicos progresistas.


En vez de esto los rp.dactores de los periódicos se reunieroB con-
viniendo en reiterar la petieion j puesto que no podían reconocer en
el gobierno la facultad de anular el articulo S.o de la Constitucion.


Dé aquí los principales párrafos de la exposieion prohibida:
el Las cortes, segun todas las apariencias, apr.obarán un proyecto


de ley que el gobierno les ha presentado, y cuyo objeto es revestir
á los ministros de V. &1. con el tremendo al par que ilimitado poder
de suspender las garantías constitucionales de los ciudadanos y cop-
traer por cualquier medio un empréstito de 1'00 millones.


»Lo uno I senora, es ejercer en nombre de ~. M. UDa autoridad sin




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 81
límites: suprimir la ley fundamental del Estado: borrar del sistema
de gobierno que nos rige el principio de legalidad en que se funda,
y escribir en su lugar el de dictadura. Lo otro, mas ó menos dir'ec·
lamente, es imponer al pueblo una contribucion forzosa sobre las
muchas que ya le abruman.


">Para cohonestar estas medidas, ¿qué motivos se invocan?
»El de conservar á V. M. la corODa que el pueblo espatol colocó


en 'sus augustas sienes al precio de su sangre, derramada profusa-
mente en siete anos de cruelísima guerra. _


»¿Pero quién ha concebido el proyecto de derrocar, ó tan siquiera
debilitar el trono de V. M.?


, »¿EI pais que lo cimentó con pedazos de sus enlranas?
»¿EI partido que por amor á V. M. abrió sus venas y formó aJ


pié de vuestra regia CUDa, cuna lambien de la libertad espanola, un
lago de sangre donde quedó sumergida para siempre la' usurpa-
cion?


»Para mantenerse en el poder contra el voto de la opinioD general
del pais, muchas veces habrá V. M. oido decir á sus ministros que
el pais está tranquilo y usted es feliz.


»Abora que temen· ver escaparse de sus manos ese infausto poder, .
y quier6n á toda costa seguir gozando de sus embriagadoras dulzu-
ras, levantan la voz y dicen: el pueblo se conmueve inquieto y de-
saso.5egado, que vale, señora, tanto como decir: el pueblo es in-
fe1iz.


»¿Servirá de escudo á 1a tirania, erigida en ley, el nombre de V. 1.1. ~
»Sellora, la libertad se defiende y conserva con la libertad, no con


la tiranía.
»El órden se defiende y conserva con el órden, no por m edio de la


arbitrariedad.
»EI trono se defiende y conserva por el amor: lo atacan y socavan


quienes contra él concitan el odio de 'los pueblns .
. »EI bien, señora, no se compra jamás con el mal; ni la virtud con


el criJllen. ,
»Mienten los que enserian que puede el leo n hambriento velar con
pat~rDal solicitud por la vida de una oveja medrosa que palpita en·
tre sus garras.
. »8erIora, nos dirigimos á V. M. suplicándole que en uso de su


real prerogativa Iliegue la sancion á esa ley fatal, cuyo infalible re·
sultado será el de provocar, so pretexto de evitarlo-, un peligro que
hoy no exisle.




S! " HISTORIA DEL RnNADO
»Mucho podriamos anadir para inclinar el ánimo de V. ~1. á lomar


t'sta medida de salvacion; pero hoy que todavía se hallan húmedos
los ojos de V. M. con las lágrimas aerramadas por la infaasta suero
te que ha cabido á tantas augustas personas de su sangre, ¿necesi-
taremos esforzar razones, alegar ejemplos, invocar ensenanzas?


1)Cada UDa de esas lágrimas os dice, seilora, que el amor de los
pueblos es el mejor eseudo de los troDos; y que el despotismo y la
corrupcion son "el arÍAte que los derriba en el" momento en que la
Providencia, para perderlos, los ciega ó les hace ver cubierto de
flores el abismo en que caminan á hundirse.


»Medida de salvacion hemos llamado, senora, la que á V. M, res·
petuosamente proponemos; y creemos haberle dado su nombre
verdadero.


»Diosjuzga de las int-enciones, sel'iOra, y las nuestras están paten·
tes á sus di vinos ojos, aun antes de haber nacido eo tuestra men-
te; Dios jtlZgc\rá d:l las de aqudlos que esconden cobardemente su
paquenez detrás d e la grandeza de vuestro nombre l' de vue.stra
dignidad.


» y la historia, que es la voz de" Dios en su comercio con la hu-
manidad, dirá algun dia quiénes, de ellos ó nosotros, hemos dado
pruebas de verdadero amar á V. M., á" las instituciones y al pais.»


Los directores de los periódicos obtuvieron permiso para presen-
tarse en palacio! y dJlante del presidente dal Consejo presentaron
una corta paticioo firmada por todos los redactores de los mismos
Esa petieion venia á ser uno de los últimos párrafos de la que he-
mos transcrito. Corradi, uno de los firmantes dirigió algunas pala-
b~a) á "abJI c'Jusignando el derecho de decir la verdad á los reyes,
tan antiguo, en su opinion, como las tradiciQnes de la monarquia.


UI.


La repú blica francesa fué desde luego reconocida I)or todos los
'bombres importantes, y Bugeaud como José Bonaparle, hermano de
Napoleon, y Luis Napoleon, que debia ahogarla mas ad~lante, como
todos los generales, prestaron su apoyo y adhesion argobierno de
Francia. El duque de AumaJe y JJinville, bijas de Luis Felipe, que
estaban en Argel, mandando aquel como gobernador, sin esperar á
Cavaign8c, abandonaron el territorio franrés.




DlL ULTIMO BORBON DE ISPAÑA. 33
Por manera que no encontró enemigos senos aquella revolucion,


aun cuando muchos de les que éntonces la rendian culto vinieron
posteriormente á socavar con hipocresia sus cimientos.


Entre tos mas notables documentos dirigidoJ al gobierno provisio-
nal hay uno de que no queremos privar á nuestros lectores. Enrique
de Borbon desterrado por Narfaez, que babia hecho tantas evolu-
ciones, se hallaba en aquella época en Tolosa, y mal aconsejado por
sus ambiciosas pretensiones, aquel Borbon, al ver desmoronarse un
trono, se expresaba en los siguientes' términos:


«Sellores: Acaba de ocurrir en Francia-un acontecimiento gran-
de y glorioso. La nacion acaba de recobrar de nuevo sus derechos
hollados, y los ha consagrado por me~io de una nneva revoluc,io.~
que la hace digna del gran nombre que siempre ha tenido ~n]a
historia y de las simpatias de los pueblos. A una mayoría liberti-
cida y corrompida, que, midiendo al pueblo francés por su propia
estatura, trataba de cerromper las costumbres honradas y demo-
cráticas del pais, la Francia ha contestado por el US9 imprescripti-
ble de su soberanía. ¡Gloria á ella!


.Paltaría á tos principios que siempre he profesado y á mi mas
intima conviccion, si en una ocasion tan solemne, yo, victiffia cons·
tante de una faccion que todavía oprime á mi pais, pero cuya hora
llegará muy pronto, no me apresurase á ser de los primero$ en sa-
ludar al gobierno nacional que la Francia acaba de darse á si mis-
ma, y á aplaudir altamente la era de la felicidad que va á inaugu-
rarse para todos los pueblos, y particularmente para Espalla.


»Mi deseo mas ardienle es ver á Francia y á Rspalla íntimamente
unidas, y que los lazos que ha formado la naturaleza misma sean
para siempre indisolubles. Tal es mi mas ardiente deseo; y de ello
estoy seguro, tambien el del partido democrático español, al que
me glorio de pertenecer, y de cuyas filas no he desertado jamás. "


DAsi es que estoy en la firme necesidad,de no aceptar empleo al-
guno en mi patria mientras que mis esperanzas no se realicen. Y
si quiero sustraerme al anatema que el pueblo ha fulminado con
muchisima razon contra la mayor parte de los reyes, latnbien quie-
ro hacerme digno de su afecto y de su confianza, á fin de que, sin
espanfarCle de mi estirpe, me considere siempre como uno de sus
hijos mas amorosos y como uno de sus mas ardifmtes defensores.
No ambiciono nada mas que el titulo glorioso de ciudadano.


»Recibid, seÚllres, mis sentimientos afectuosos y sinceros.»
TOlio IlI.


"




34 mSrORIA DIL RBINADO
Así hablaba el primo de Isabel, el hermano del rey consorte de


Espana; aquel que para venir á gozar algunos dias de .Ios restos
del festín matrimonial habia hecho acto da contricion declarándose
pecador arrepentido, y dispuesto á servir á los planes de las ca-
marillas.


Don Francisco su hermano parece que estaba destinedo á cum-
plir la última voluntad de Carlota,.que ya exánime y moribunda
habia firmado una manifestacion en forma de codicilo protestando
contra la legalidad del testamen lo de Fernando que ellahabia con-
tribuido á formular en circunstancias análogas, y reconociendo que
eran Jegítimos los derechos de don Carlos al trono de Espafta. Eo-
cargaba con tal motivo con mucha especialidad á sus hijos que
procurara~ por todos los medios posibles que el cetro de Espan~
fuese á parar al antiguo pretendiente' ó á sus bijos.


A ser cierto esto que parece cuenta, aunque nada puede ex"tra-
narse en los Borbones, .no negaríamos que el marido de (sabel He-
vara al cuello, como dicen, ese codicilo, guardándolo comQ reliquia,
y que obrase con arrf'gl0 á 135 instrucciones en él cODteDid~s.




CAPiTULO V.


SUMARIO.


Síntomas revolucíonarios en España.-Insurreccion en MadI' id vencida.-Consejos de
guerra. -Prisiones y destierros.


I.


La bora de la revolucion había sonado.
Los tronos se conmovian.
A las concesiones de los príncipo3, tardías ya, y arrancadas por


ElI miedo, sucedian las exigencias mas y mas caracterizadas, mas
imperiosas é incontrastables de los pueblos.


El !3 de marzo lué cuando el gobierno suspendió las cortes, aque-
llas cortes que parecían tan sumisas, pero que se hallaban dividi·
das desde la caida de su antiguo senor, el tirano de la Francia.
Unos pretendían mantener la dictadura, y alguno mas audaz se ha-
llaba decidido á provocar una restauracion coro pleta olvidándose' de
todo miramieato, dejando aparte toda prudencia. Narvae'z debiá ser
vlatima de sus companeros; y Bravo Murillo comenzaba ya á ma-
nifestar sin empacho sus pretensiones, que no eran ciertamente
modestas.


Los sectarios del absolutismo disfrazados ó con barniz con stitu-




36 HISTORIA. Dlt RRINADO
cional, no podian entenderse; y se vió el fenómeno de que unos
cuantos hombres dominasen el pais sin tener en cuenta su peque-
nez y sin que el pueblll hicler~ justicia en ellos como merecian. Y
en tanto que las regiones oficiales por consecuencia del vértigo de
la rabia reconcentrada y de los sobresaltos que les habia ocasiona-
do se hallaban en completa consternacion, comenzaban á notarse
en diferentes puntos visibles síntomas del gran movimiento que se
preparaba.


En Catalutía aparecieron algunas part~Jas que proclamaban la
república; en Andalucía hubo algunas voces en el mismo sentido,
y hasla en la provincia de Ala va cerea de Vitoria una porcion de jó-
venes pasearon las calles de la poblacion entonando canciones
amenazadoras para Montpensier.


La célebre mayoda de las cortes se reunió tambieo, declarando .
Martinez de la Rosa que atendido el órden que reinaba en la Repú-
blica francesa, la excitacion que habia ocasionado en EUf9pa, la
situacion de los partidos y el peligro que ~odia correrse resistien-
do con tenacidad, creía prudente sustituir una política conciliadora
á la dictadura que el gobierno pensaba ejercer. Pida), el afrancesa-
do Pldal, y Rios R!)sas, el puritano, elliberalísimo, se constituyeron
en defensores de la política resistente, sanguinaria, dictatorial. Lle-
gó en estas alternativas el dia 26 de marzo.


11.


A pesar de las graves disposiciones que, el gobierno tomaba,
aunque se con ocian perfectamente los ¡as tia les sanguinarios de
Narvaez; aunque las gentes veian cernerse sobre sus cabazas la
tempestad horrible en ese dla, mas que en I(IS anteriores de carna-
val, y á pesar de los augurios que desde la matíaaa se hicieron,
las calles, las plazas, las afueras, el Prado, t'ltlo se bailaba ates-
tado de gentes que iban á disfrutar de los encantos de la primavera .


. Las sociedades secretas, mucha parte de la Tertulia del 18 de
junio, la Academia del Porvemr, la Velada de artistas y artesanos,
todos los centros, todos los hombres de actividad y de energía,ta.ju-
ventud, los antiguos batalloDC's de la milicia nacional reorganizados
y citados para el momento, esperaban la señal que debia darse des"
pues de las dos de la tarde.




DEL ULTIMO BOBB01'4 DE ESPAÑA 87
Ni la exquisita vigilancia, de Chico, ni las fanfarronadas del


Rodondo, ni el buen olfato de los poli~ontes que formaban las
diversas rondas adictas á cada ministerio, co~siguieron descubrir
las reuniones, los abastecimientos y distribucion de armas y mu-
niciones; por mas que con mucho bombo anunció el Heraldo el dia
!5 que habían sido sorprendidos algunos hombres que se ocupa-
ban en conspirar.


El gobierno habia mandado acercar fuerzas piaiendo artille da á
Valencia y trayendo á los ingenieros de Guadulajara. Presentia el
golpe, notaba el temblor de la tierra bajo sus plantas; pero no sa-
bia dónde acudir ni qué medios emplear para detenerlo.


En las primeras horas del dia á que nos referimos, hubo algun
infame qua vendió el secreto, y el gobierno y la policfa quedaron
advertidJs. Todas las gentes hablaron desde entonces del gran su-
ce30; los grupos acudieron á sus puestos; pero con motivo de este
descubrimiento hubo de suspenderse la realizacion de un plan que
el kobierno conocia detalladamente.


111.


Mas de diez mil.hombres, sin contar las fuerzas del ejército que
estaban comprometidas á secundar. el movimiento, debieron retirar-
se, des pues de haberse eongregldQ en los puntos donde habi¡Ln de
operar. No todos, sin embargo, pudieron decidirse ·uQa vez arma-
dos y puestos eu contacto e()n numerosos companeros á esa retira-
da que creyeron injustificada, camprendiend() apenas qne se halla-
ran seres tan envilecidos que vendieran la. sangre de sus hermanos
por un. puflado de oro. Juzgóse mas bien que era un ardid de los
pusilánimes, que era un nuevo aplazamiento de los tibios que se
asustaban siempre al ver al pueblo armado.


Muchas veces recurrimos aquel dia las calles de~ la capital, y co-
mo en los anteriores visitamos d!ferentes grupos. No hallamos á
nadie desalentado; el pueblo siempre se halla dispuesto á los actos
heroicos: los ciudadanos siempre quieren batirse cuando se trata de
conquistar la libertad. \


. La policfa estaba si en acecho, las guardias reforzadas y algunas
patrullas re~orrian las calles.


En la calle de Toledo, plazuela de la Cebada y barrio de Lava-




'8 HISTORIA DIL RBINADO
pida se hallaban armados bailantes paisooos á las cualro ó cuatro y
media de la tarde.


En la cálle del Oso habia depósitos de armas que debian entre-
garse á los que se pr~Dtar&B á buscaTlas. Los Escosuras se ba-
Ilaban al fteáfe de 'aquel distrito y tle am partió ta iniciati~a; salien-
do de la calle de la Comadre como unos treinta hombres armados
al encuentro de las rondas de polic(a que mandadas por Redondo
'habían llegado á la plaza del Pro·gl'~o. Por la calle del Meson de
Paredes desembocaron en dicbo punto los sublevados haciendo fue-
go á 10& agen1eS', dejando á Redondo mal herido. En la plazuela de
la Cebada se dió casi á la roismahora una pequeria batalla, mien-
tras posesionados de la plaza del Progreso algunos grupos iba ex-
tendiéndose la alarma al cenlro de la poblaeion.


En la Tertulia de/18 de junio habia tambien depósitos de armas
yalli se hallaban Orensa, Dominguez, Luzaro, Ordax y otros.


Hallándonos en la Puerta del Sol á eso de las 'cinco y media de la
tarde oimos dos detonaciones, la gente OOlrió, la guardia del Pñn-
cipal se puso en armas, y durante un gran espacio de tiempo todo
aparecia alli sombrio y amenazador. Las gentes se retiraban á to-
da prisa, y pocos momentos despues pasó Isabel que se hallaba pa-
seando en el Prado, donde tambien estuvieron Narvaez y otros mi-
nistros.


En )a piazade SltOta Ana· habia á esas horas unos trescientos
hombres procedentes en su; mayor parte de la Velada de artistas 11
artesanol, donde tampoco faltaron las armas y municiones. Se dis-
tribuyeron en las calles del Lobo, Prado, Bario, Visitacion y Prin-
cipe, apoderándose del Teatro y de la casa de Concha que (m"o que
escapar disfazadQ. Frente á las Cuatro calles se formó unaexcelen-
te barricada con los bancos, mesas y sillas del caré, y por las inme-
diaciones de la, Puerta del Sol los que se armaban en el Porvenir
formaron algunas barricadas.


IV.


El fUego empezó en los momentos en que anochecia en la Pnerta
del Sol. Mucho valor y eoergia manifestaron los defelisOcr~'de las
barricadas; - pero la traicioD y el número debian ahogar en saligre
aquel movimiento en que cesi por primera vez resonaban en la
corte. de Espalla los 'gritos de ¡Viva la República!




BARRICADA EN MADRID EN LA CARRERA DE SAIi JERÓNIMO EN 1848.






DIL ULTIMQ llOllIOJC DE ISURA. 39
La tropa acudió con presteza, y fuergn ~istr¡buyéndose los bata ...


HOQes, 108 escu!;\drones y la artillerfa,mientr@s la guar~ia eivil, 10$
agentes y las rondas procuraban impedir 'los progresos de la iosur·
recehm.
De$pu~s 4e luchar cop heroismo lps que se bali~ron ~l lado del


Buen Sqceso desde los balcones y ventanas de h, Te, tulia,'en las
Cuatr9 calles, en I~ del Priqcipe, eQ ·Ia·~~l Blpoh\lbiemQde dis ...


. pe .. s~rje Ó caer prisi9D~ eQ el Tealro,últilllo atrincheramiento,
que les qlledabil á las once de h~ noche.


Ea el R¡1stro, en la calle de Toledo, en la plazfl Mayor, $1 Ja de
la Cebada y en la de SIlQ Miguel, debieron lucbar denodadamente
durante largaª boras, sufriendo eargas de eallaJleda y bastantes
disparos de Ql~lralla.


Algunos grJlPQS se ~itigieron lambien á. IQS cUilrt.eles en bosca de
la trO,pa eOlJ)pr~lI;Il,ati4a que faltó á la coohnza del pueblo, aunque
la batalla h~bjª cQ~enza~Q siq ~r~QQ y (W,nU'a la, voluntad de los
directores del movimiento.


Quizá murieron en aquella terrible noebe ó fueron heridos mas
de cien padres de familia. Ea el ejército) eQ esa institueion qU'3 de'\"
be ser la salvaguardia del ciudadano y et valladlJ," de h~ indepeD~
den,cia nacjonal, dQnde see~trellen lasinvJ$iones eltranjeras; en el
ejército, q\1e.los tiranos utilizan para so.~lener SU$ depredaciones y
come.~~r a m~Dsalva grandes y terribles crimepes, en el6jérej.to hu-
~o tambien pérdidas l~unenlables.


Narn.ez dió ID'1estras de valor y. sere9idlJ,d ca~gaDdQ COl su e~­
eolta en la calle de Toledo, donde la mayor partIJ de los sublevado}
estaban aftnados de trabucos.


v.


Terrible fué la jornada; pero pudo comprenderse desde luego que
no se babia decidido la campai'iQ. Cada cual se replegó á su campo;
los grupos para reorganizarse y cubrir las bajas. que la muerte ba-
bia hecho en las filas. .
E~ gobi~rno al dilJ. siguie~t~ puso en vigQr las, ~eye$ 'l,ne tenia


pre,paradas, deQJQraqdQ la capiti}.l en .est~ d~ s~ijQ, ~ ~ollleUéndQla
,liJa le¡ delli de a,triJ. " '


Absurdo incpQcebi ~Je que cre~b41: ijQ duaJism,o, pUe$t9· que' al




HISTORIA DIL REINADO


someter á los consejos de guerra como lo hizo á los prisioneros,
quebrantaba la misma ley de abril faltando á sus mas solemnes pro-
mesas.


Los epftetos mas denigrantes dirigidos á Jos revolucionarios figu-
raban en las circulares que el gobierno expidió á las autoridades de
las provincias. Grandes promesas hechas al ejército rodian vnse
aHi, y entre tanto jas caHes y plazas estaban ocupadas militarmente,
habiendo al siguiente· día en la Puerta del Sol canon es y caballerla.


Además de los presos durante el combate, fueron allanadas las
casas de Corradi, Lerin y Luzaró, á quien lograron prender, con-
duciéndole A la Jefatura polltiea. Tambien fueron buscados ir.fruc-
tuosamenle los diputados 016zaga, MendizAba), Orense, Ordax
Avecilla y Sagasti, y los senores l:ialamanca, Asquerino y otros. En-
tre los presos figuraban tambien Bautista Alonso y Escosura.


El general Van- Halen fué confinado A la Coruna, Ruiz A Puerto
Rico, lriarle y Nogueras á Badajoz; y Leymerich y OIIOS varios su-
frieron igual pena.
: Desde Juego comenzaron las visitas domiciliarias, y la casa del
Banco de la Union fué allanada como otras muchas, registrando 108-
armarios con escrupulosidad.


Tan suspicaz estaba la policia, tales eran los resentimientos y el
encono, que en las primeras horas de la manana del !7, pasando
algunos paisanos por la plaza Mayor donde babia muchos polizontes,
al intimar á alguno que se detuviera acompañaron las órdenes casi
instantáneamente con el uso de fas armas produciendo desgracias ,Y


,la consiguiente alarma.
Numerosas patrullas recorrieron durante varias dias las calle(de


la capital, introduciendo en todas parles los temores y los disgus-
tos, al paso que se obligaba en muchos barrios i cerrar las tiendas
en las primeras horas de la noche.


VII.


El consejo de· guerra sentenció á muerte· desde luego á dos de Jos
presos euJa rloche del !6; pero esta sentencia que autorizaba don
Trinidad Balboa quedó en suspenso:auuque la persecucion fué roda,
pues'las prisiones se multiplicaban·, habiendo dado de baja en el




DEL ÚLTIMO BORBON DI ISPA.ÑA.
. .


ejército á algunos generales y confinado á muchos diputados y hom-
bres importantes del partido progresista. .


Pero el mas grave de los actos de aque1 ministerio fué una cireu-
lar dirigida por el célebre Sartorius á los jefes políticos, en la que,
hablando del carácter eminentemente socialista que distinguia á la
revolucion que agitaba á Europa, llamaba la atencion hác!a aque-
lla clase de hombres que sin arraigo de ninguna especie cífraban
sus esperanzas en los trastornos y en la conculcacion de los princi-
pios sociales, y disponia que considerándose como vagos á todos
aquellos que se haHaran comprendidos en la ley de 9 de mayo de


. 1845, se les instruyera el correspondiente sumario poniéndolos á
disposicion de los tribunales, ú obrando gubernativamente segun
las circunstancias.


Hasta la Esperanza se vió obligada á reclamar que se tuviesen
en cuenta las .Ieyes de la humanidad ahorrando vejaciones y des-
tierrosquepodr~an hacer sangr.ienta y terrible la revolucion;y dis~
eutiendo acerca de aquel conflicto, decia á los moderados. con mucha
oportunidad y gracia, que puesto que se venia encima, los sabios,
que le habian producido, verian el modo de salir de él, 'U que de-
~ian satisfacerse las exigencias de .la época, ya que nada resiste al
ímpetu de liJI ideas ,. 8iendo preciao confesar que la nueva época y las
nuevas ideas no fafJorcc;an mucho al bando dominante.


To~1O IlJ. 6




CAPiTULO Vl.


SUMARIO.


Hipocresra de Narvaez en medio de su crueldad.-Víolencia de . aquella sittÍacion.-
Carta de la magnánima Isabcfá un jefe de policía.-Trlunfo de la revolucion en
Viena, Berlin, Baviera y en el reino Lombardo-Veneto.-Bases de la Constitucion
romana.-Agitacion en'lJarcelona y Yale~cia.-PrisioneSJ arbitrllriedades. '


l.


La fuerza de las circunstancias era efectivamente tal, que Nar- .
vaez, despues de haber nombrado á su cómplice ea los asesinatos
de la Mancha, presidente del trÍbunal de sangre, reflexionó que era
prudente retroceder en la tarea de exterminio, y tomando un aire de
proteccion y magnanimidad que cuadraba muy mal con los instin-
tos borbónicos y la constante práctica del bando moderado, publicó
con mucho ruido y pompa en el periódico oficial una exposicion á
Isabel para motivar el indulto de la pena capital concedido gra-
ciosamente á los ciudadanos que gemian en las mazmorras expues-
tos á las venganzas de los opresores.


Pero desde- que se hallaban suspensas las garantías nadie podía
coneeptuarse seguro en su hógar, todos dependian del capricho del
poder, y el domicilio lejos de ser un asilo sagrado era una hacienda
expuesta á ser asaltada á todas las horas del dia y de la noche; ni
la posicion, ni el caráoter pacifico, ni la inocencia ,eran obstáculos
que detenian á los perseguidores. La ley de sospechosos se llevaba




DEL ULTIMO BORIION DE ESPAÑA.
á cabo con todo rigor. Las cárceles se llenaban de vfctimas; no ha-
bia ya calabozos para tantos desgraciados como caian bajo el látigo
de la persecucion. Los que podian escapar se veiar/obligados á ocul-
tarse como· verdaderos delincuentes, y huian á un pais extrano
donde pudiesen hallar la tranquilidad y la justicia que en España
se hallaba convertida en privilegio de los mandarines.


Aquella era situacion violenta á todas luces é incalificable la
conducta de un partido que, diciéndose de 6rden, aceptaba la res-
ponsabilidad de tamanas crueldades.


11.


Isabel no podía ignorar la situacion de Madrid. No tenia ya la
excusa de ser una nina; los aftos habían pasado sobre ella, y su
juicio debía halJarse bastante formado para discurrir acerca de las
cosas. Era, pues, doble crimen, tratar de eludir la responsabilidad
de sus actos apareciendo magnánima 'cÓn los vencidos que solo pe-
dian su derecho, la libertad~.que solo reclamaban la justicia.


y para que la befa y el escarnio fueran mayores, se dió el es-
cándalo inaudito de '1ue despues d~ premiar profusamente á los
ases~nos del pueblo; aquella mujer embriagada por el triunfo y por
los miasmas de la sangre que en torno de ella se vertia siempre á
torrentes, tuvo la audacia de dirigirse á uno de los jefes de aquella
horda tumultuaria que llamaban policía, de aquella turba que apa-
leaba implacable á los liberales persiguiéndolos con salla para agra-
dar á sus amos.


Aquel era un desgraciado que én aquel momento lacia en el le-
c,ho, héri,lo mortalmente. Pero esa desgracia no justificaba la carta de
Isabel que por lo lacónica y expresiva trasladamos aquf:


«Redondo, te mando la cruz que deseabas y que tan bien has me-
recido. Es lo que puedo darte para consolar tus atlicciones. Dios, á
quien lo pido, te dé lo demás como lo desea,-Isabel.»


El Heraldo explicaba esta anomalía porque habiendo sabido que
se hallaba en una situacion desesperada el segundo de la policía
Redondo, y que deseaba llevar al sepul(}ro como una prueba del apre·
cio de su reina la cruz de Isabel la Católica, la hija de Cristina no
babia vaoilado en concedérsela, y con tal premura que á hora avan-
zada de la noche escribió á Narvaez recomendándole este asunto,




" mSTORIA OIL UHUDO


porque, decia, no podl,a dormir niestar tranquila mientras no estu-
viese satisfecho el que kabia derramado IU sangre por ella. ¡ Irritante
sarcasmo! en cambio dormia tranquilamente sin que fuesen á inler ...
rumpir su dulce sue~o los lamentos, los ayes, los gritos de dolor y \
de desesperacion que arrancaba á los millares de víctimas el despo-
tismo que autorizaba con su nombre. Quizá gozaba como su padre
viendo sufrir á la humanidad (A). .


-lIt


Casi en el mismo dja en que se verificaba en Madrid aquel des-
graciado movimiento, se batian en Viena, logrando la juventud y el
pueblo un triunfq completo sobro las tropa~, y obligando al empe-
rador á que separase de su lado aquel antiguo ministro y diplomá-
tico que tanta influeD~it\.habia ejercido desde los célebres tratado$
de 1815, MeUernich... .


El· rey de Baviera se vió precisado á separarS8 completamente de
la famosa condesa ~e Landsfeld, y ab~j~ar Ja corona pocos dias des-
pues en su hijo. i. •


En Berlip, el rey que en los momentos de la gran insurreccion
que terminó por el cansan~io de los combatientes babia tenido que
saludar á las víctimas, á los bijos del pueblo, asistió á· sus fUD.erales
celebrados con magnifi~ncia en la capital, acompanado dejos nue-
vos ministros, llevando á su lado á los parientes y d~udos de los que
sucumbieron por la causa de la Iiber\ad, concedió el armamen-
to general é hizo salir las tropas confiando su perso~a y la tranqui-
lidad pública á ]a proteQCion de los ciudadanos, .


y Milan, la cjudad de los héroes, se levantó tambien e] !! lucban-
do cuatro días contra las fuerzas austriacas que debían por fin re-
plegarse á la ciudadela, dond6 quedáron por fin sitiadas, recibiendo
~n la pohlacioD grandes .refu~rzos de to~a$ partes.


Brescia, Bergamo, como casi todas las poblaciones, al grito de
¡mva la libertad y Pio IX! arrojaban filos austriacos que en breve
debian verse obligados á abandonar el Lombardo-Veneto.


Muchas tropas piamontesas y ginebrinas marchaban el 13 sobre
la frontera del Lombardo-Venetóá auxiliar á la heroica ciudad de
Milan.


Pavia, que se mantenia aun por los austriacos, al fin se habia




sublevildo. Parma esta.ha tambien libre; el duq,ue se habia fugado, 'ji
el pueblo estableció ungQbi~,~n.9 PfQvisional. '


Gui murió en MiJan peleando en las calles como un leoo. La
puerta del Tessino y el polvorin estaban en manos del pueblo.


Las tropas encerradas en la ciudad~la b,i~¡eron ~\W' nIJeva splida,
perQ fueron rechs,zAdas victoriosamente y mqrieron muchos ;lle-
manes en la refrie·~. . ',k ' . . .
¡\ :La juventud milane$8 logró cQlo~ar u~ caliooeoSAo Celso, y lo
lJ)as encarnizado del combate era siempre en la ciudadela. Muchos
combatientes. murie~Qn en aqu~l p.Uf}Sto y eran r~empla~dos inme-
diatamente con admirabJe tenacídad. Los sitiados enviaron uo »ar-
lamentario para entrar en tratos ~n el jefe de la ~nsurreccioQ Ca~ati.
~~te generoso ciudadano respondió que no se abriria llinguna ne-
gociaei9n q¡ientr~s Jlue los alemanes no saliese~, y que antes de ca·
pitular~ejarian que se derribase hasta la última p_edra de]a ciudad.


Los aldeanos de los alre,dedóres esperaban .la oportunidad de ep-
trary Uap!aban eJ} su auxilio á las tropas piam,ntesas.
, Un asalto infructuoso ~ostó mucha sangre al pueblo que se arro-
jó á esta gloriosa empresa. á pesiJ.r de las instancias de sus jefes.


Los jefes eran el podestá' Gasati y Rugero Sétimo de Milan, Rosi
de Alejandría. Croce de Vigevano y José Abogrado, que se encon-
traba en Milan por casualidad.


IV.


Pjo 11 habia prometido una Constitucion en todo favorable ~ la
liber~ad.


Dé 'aquf las »ases fuooamentales de ese código político:
«Un colegio de cardenales electores del soberano pontifice, y un


senado ins~parable de ese colegio.
»Dos cámaras legislativas, la un~ titulada alto Consiglio, cuyos


miembros serán nombrados á vida por el papa, y la otra compues- .
ta de diputados elegidos por la nacion, bajo el tipo de un represen-
tante por cada 30,000 almas.


»Los electores han de ser ciertas capacidades y salir de varias ca-
tagarias designadas en el cellso de la poblacion que posean un ca-
pital de SO() scudi (6 ~ 000 rs.), ó que 'paguen 1 i fcudi (140 r~.) de
contribucion anual.




46 HISTORIA DEL REINADO
. »Para ser eJectores'menestertener !5 allOS de '~dad y parl', ser


elegible 30 con un capital.de·SOO scudi, ó 'pagar 100 8cudi de con-
tribucion Al allo, :


»Independencia del poder judicial. .
»Guardia Ó milicia nacional.
. »Libertad individuál garantitlá por la Constitucion y las Jeyes .


. »Liber,lad de imprenta (abolicion de cepsura):' , , •
»La iniciativa en los pri"yetWs de ley pertenece indistintamente á


los minist~os, ó á los diputados, siempre que el proyecto vaya apo·
yad~ y firmado por diez miembros del gobierno ó de )a cámara po-
pular. '


»Se reconoce el derecho: de peticion.» : . , .
En PoloBiatambien se agitabán las pasiones, y los polacos resi-


dentes en Berlin con ocasion de la amplia' amnistia dada por el rey
enviaron ~na diputacion al presidente del Consejo de ministros pi-
diéndoleque sus compatricios sentenciados por los tribunales pru-
sianos fueran puestos inm~diaíamente' en libertad, 'El ministro les
'recibió :bien, y en aquella misma tarde (ueron puestos en Jibertad, y
reunidos, pasaron con Mieroslawsky que fué _llevado en triunfo al
palacio. \


v,


En Barcelona, donde se habian infiltrado con lentitud, pero con
gran fuerza, las ideas republicanas, se agitaba la juventud electri-
zada por las relaciones que se recibian de los sucesos ocurridos en
todas las capitales de Europa. Obreros y escolares leian con interés la
historia contemporánea y esperaban con ansiedad la hora del c.om-
bate que indudablemente se acercaba.


Despues de los sucesos de Madrid; despues de la lastimosa derro·
ta; mas que nunca entusiasmados los enérgicos hijos de Barcino, se
concertaban, y se pudo notar· que en la Universidad habia eferves-
cencia.


En la tarde del 28 de marzo principió la jarana por haber bor ...
rado el profesor del 5,- ano de filosofia á cinco alumnos. Hubo al-
gunos silbidos, y unos cuatrocientós estudiantes, formados en grupos,
marcharon por la calle del CArmen con direccion á la Rambla, donde
se dispersaron.




DIL ULTIMO BORBON DI BSUÑA. 41
Al siguiente dia se reunieron como unos mil quinientos cerrando


las puertas de la Universidad y pidiendo. al gobierno: 1.0 Rebajas
de matriculas y revalidas. 1: Supresion de los derechos de exáme-
nes. o: Libertad en los vestidos. ,: Separacion de ~los catedráticos
de real órden ó siD oposicion. 5.0 Fuera programas. 6. 0 Suspension
del exámen dellÍltimo afto. ,: Suspension de la ampliacioD. 8 .. La
libertad de tres estudiante~ que. baJ,iafl, sic\oarreslados. .


El capitaQ general puso, toda la fuerza en movimiento del modo
sigu~nte: ' . '


Enflente de la Universidad un batallo n de tropa de linea 'J dos
mas repartidos por las calles de A.ngele~, Xuclá y Misericordia, y
toda la fuerza de guardia civil de infanteda y caballería.


En la Rambla de San José dieron una carga 4e caballería é hi-
cieron dos disparos, ocasionando la muerte de upa pobré mujer
verdulera, heridos dos paisanos y tres criaturas,una de ellas de un
balazo en l~ boca. . ,


El jefe politico Gibert se portó ~stanle bien con los,.estudiantes,
COD Jos que habia parlamentado varias veces, recibiendo de ellos
una exposicion para pedir al gobierno superior las reformas ya in-
dicadas, diciéndoles que solo queria la paz· y elórden, de lo que
dió pruebas por la modestia con que habló á los sublevados; pero
el general gobernador Larrocha los ,amenazó brutalmente, SiD que
por esto se intimidaran ni permitiesen la entrada en la Universidad
mas que al jefe politico. .,


Entre el aparato de fuerzas que, la autoridad militar presentó no
faltaroD los cariones, habiéndose situado cuatro de grueso calibre en
la embocadura de la calle del Clarmen; pero los estudiantes con su
buen sentido comprendieron que no era ocasion de dar una batalla,
y se retiraron despues de haber tenido en jaque á las autoridades
durante todo el dia.


Por esto se comprendia muy bien que se agitaba en todas partes
la opinion, y el gobierno se hallaba desconcertadó á pesar de su apa-
rente tranquilidad.


VI.


En Zaragoza y en Valencia comenzaron 6. sentir muy pronto los
efectos de las medidas gubernamentales .. Las guarniciones estuvie-




48 BISTO!UA. DEL REINADO
ron sobre las armas y8e encarceló á una porcion de gentes. Ban-
dos inicuos, visitas domiciliarias se reprodujeron en todas partes; y
en Valencia, como en Barcelona, los estudiantes ea número de unos
600 se reunieron en la Universidad pidiendo la rebaja de los dere-
chos de matricula y otras· ooncesiones¡Viéndose sitiados tambieo
por las fuerzas del ejército y IápoHcfá que hizo ntúchas prisiones.
Entretanto, por todas p&ttes; de'Catalutla se armabaft los trabu-
caires, y tenian en cónsternáC~ arpáiS'; Sbt'pren'dioodo á menudo los
destacamentos de los pueblos pequeíios y eludiendo la perseeúci(}n
que leshaeian difurentes ebltirnnás. .


Los presos en Madrid, Escosura, Galv&! Caliero, Van-Halen etc.,
salieron para el castillo de Santa Catalina én Cádiz, desde donde
debían pasará Ultramar. Pero Olózaga al llegar á Córdoba se fin-
gió :enfermo: iba esCfJltad<t" por un capitan y dos &8tgentos .de cora-
ceros, y en la fonda se dispuso un bailo. Pasaron á visitarle el jefe
político y el diputado Jover. Despues de algunas horas de detencion
se engancharon los caballos para salir á su destino, pero no pudo
dejar Ja oama, repitiéndose dos veces esta operacioD";


Por fin despues de las cinco de la tarde el capitan que habia es-
tado entretenido subió" á la habitaeion 1 bttscó el pt~~o por ,todas par ..
tes y habia desaparecMlo. Se; registraron en lonees todas las 'casas de
los progresistas y otras muchas, se cerraron las puertas! la policía
no pudo dar COD él.


Pocos dias despues buia tambiendel castillo de Sailta Gátalina
el diputado Escosura, á quien se tenia eom~etamenteiilCOínunicado.




,


CAPíTULO vu.


SUMARIO.


Triunfos populares.-Entusias.mo en Paris.-Tramas reaccional'ia~ contra la República
france~a.-Simpatías que esta inspiraba en todos los pueblos.-Insurl'eccion en
Venecia y proclamacion de la república.


I.


La revolucion marchaba majestuosamente; en todas partes triun-
faba el pueblo, si bien en las grandes poblaciones donde la monar-
quía tenia ejércitos poderosos pudo luchar y contener en cierto pun-
to la insurreccion; pero siempre transigiendo, siempre haciendo
concesiones importantes.


En Berlin y en Viena la lucha fué terrible y el éxit~ v~ntajoso
para el pueblo. Toda la Lombardia se hallaba sublevada, y los aus-
triacos eran rechazados del Lombardo-Veneto con grandes pérdidas,
yeso que procuraban reconcentrar sus fuerzas. El virey de Lom-
bardia estuvo prisionero.


El gobierno francés entretanto tomaba grandes medidas; habia
convocado la !samblea constituyente para elIde mayo despues
de oir á muchos de los delegados que habia elegido en los depar-
lamentos. Todos los dias se hacian_ manifestaciones y fiestas en Pa-
riS" donde reinaba el mayor entusiasmo entre el pueblo, aunque po-
día "distinguirse la conspiracion que se lramaba por los reacciona-
rios que bipócritamente fingian un amor entrañable á la Republica.


TOMO III. 7




50 HISTORIA DEL RKINADO


11.


De todas las nacionalidades, basta de Espana, acudieron comi-
siones á estrecbar el lazo de alianza con ]a República francesa, que
debia llevar á todos los pueblos la emancipacion y el progreso; que
debia con su ejemplo sublime l' con su autorizada voz despertar Jos
nobles sentimientos que dor~itan en el corazon de la humanidad.


Las ambiciones del rey de Prusia que procuraba el engran-
decimiento de su poder y el dominio completo de la Alemania,
hallaban su contrapeso en Austria, y desde el momento en que va-
cilaban sus tronos; desde el momento ;en que Polonia resucitaba y
pedia su independencia, parece como que debia renunciar á su sueno
Fedérico-Guillermo.


Carlos Alberto tambien aparecia ya entonces como el protector
de los pueblos que se emancipaban f y alia1lia una amargura mas á
las que pesaban sobre el emperador austríaco.


1lI.


En Venecia empezó tambien la insurreccion popular el 17 de
marzo. ElIS, despues de una noche muy agitada se bailaba la pla-
za desde muy temprano llena de gente que gritaba: Viva la Italia,
viva la Libertad. Los soldados invadieron fa plaza de nuevo, y al-
gunos intentaron derribar .la bandera tricolor que estaba en el gran
estandarte; pero no pooieron l<lgrarlo. Entretanto la multitud que
rodeaba á las tropas silbaba y gritaba: Vivan los granaderos italia-
nos, viva Italia, y una nube de piedras caia al mismo tiempo so-
bre las tropas austríacas, las que comenzaron á bacer fuego cayen-
do algunos muertos.


Los granaderos italianos no quisieron hostilizar á sus hermanos,
pero los croatas y bohemios ocuparon toda la ciudad. Entonces un
grupo de mas de trescientOB ciud·a.danos se dirigieron al palacio de
ia Ciudad pidiendo la formacion de la guardia cívica, 'f I~ munici-
palidad fué en cuerpo á pedirlo al gobernador, en tanto que ocbo
personas se ocupaban en bacer el reglamento.


El gobernador de~pues de una larga resistencia accedió á la de-




DEL ULTJMO BORQON DE ESPAÑA. 51 :
manda, y esta noticia circuló instantáneamente por todas partes, lo
que bastó para restablecer la calma en Ja ciuda<l.


La lucha habia sido corta pero'-terrible. El regimiento de Vinsk
fué deshecho por el pueblo.


El !! á las cuatro y media de la tarde fué proclamada la repú-
blica por Manin. Entretanto los piamonteses, mandados por Carlos
Alberto, entraron en Lombardía; llegando el !7 á Milan la van-
guardia del ejército italiano.


IV.


Si encontraba graves dificuHades la corte de Viena para vencer
las continuas insurrecciones á que se entregaban los pueblos suje-
tos á su dominacion, no las ha~laba menores para resolver las gra-
vWltuas c~\iQJlef; PQIUiea, qIJ.6 surgían.


ne.p«es de la promesa heeba por el emperador respectº á IN l~yes
fundamentales que debían regir al país, era preciso adoptar alguna
solucion, y el dia 13 de abril quedaron acordadas en Viena las ba-
ses de la Constitucion.




CAPITULO tlUI.


SUMARIO.


Inútiles esfuerzos del pueblo español para sacudir el yugo que lo oprimia.-Aposta-
siadel generallnfante;-Incremento de las facciones de Cataluña.-Consejos del
gobierno inglés al español.-Maló~ro de (Iua ¡ran sublevacion en Madrid.-SulJ
trilites consecuencias.


l.


Mientras ]a Europa entera se modificaba por completo; mientras
se rehacia el. mapa del mundo y se presentaban sobre el tapete ame-
nazadoras todns las cuestiones de razas, de nacionalIdades, de or-
ganizacion política. económica y social, confundiendo y anulando y
haciendo torcer los planes IDas hábilmente combinados y con mas
perseverancia seguidos por unos y otros, en Espala bajo el impe.·
rio de don Ramon y siendo reina la: magi,ámma Isabel, vivfamós en
el desconcierto mayor, nos agitábamos en el vacío. La revolucion,
sin embargo, hacia su curso, y. perseguidos y diezmados y depor-
tados los hombres del progreso, luchaban aun por derrocar aque-
lla tiranfa opresora.


Los moderados son gente de cábala y muy propia para descon-
cer-tar mas y mas sus contrarios á pretexto de hacer justicia; mien-
tras deportaban y daban dd baja á algunos generales progresistas,
dieron el ascenso á teniente general á don Facundo Infante. Este
aeto tenia la doble ventaja para el gobierno, de desautorizar aquel




DEL ULTIMO BORllúN DE ESl'AÑA. 53
hombre entre los suyos y de atraerse una simpatfa. Tambiea tenia
la no menos apreciable de poder cacarear en sus periódicos, que
el gobierno no distinguia de partidos. Por su parte el agraciado no
titubeó en presentarse con las insignias del nuevo empleo ant6
la asombrada muWtud, que se preguntaba escanda1izada qué signi-
ficaba todo aquello.


y entre la debilidad y las apostasías de ciertas gentes; y la au-
dacia cinica de otras, se formaba tal conjunto de desórdenes, una
situacion tan anormal, que al contemplar aquello, era vergonzoso
para muchos haber nacido en este desgraciado suelo.


El ministerio y sus gobernadores se mostraban á la misma al-
tura; aquel reconcentraba toda su inteligencia, toda su atencion,
toda su actividad sobre lo que le convenia para mantenerse á todo
trance en el poder. Olvidado de la administracion de justicia y de
los intereses del pais, como siempre lo habia estado de la libertad
poUtica daba ocasion á que tras de una surgiera otra crisis mone-
taria y mercantil. Los bilJetes de Banco se negociaban con pérdi-
das escandalosas¡ mientras bajaban en la Bolsa todos las valores
públicos, despues de aquella terrible baja y oscilacion que en los
dias de febrero habi(costado tantas lágrimas.


11.


y tal era el estado de las cosas, que los capitanes generales dis-
puestos á sostenerse á todo trance reconcentraban en las capitales
de Jos distritos respectivos todas las fuerzas del ejército por manera
que enCatalufia las facciones habian podido verse libres de la per-
secucion, organizarse y tomar brioso .


Los trabucaires dominaban la montalia de Cataluña, y como en
la frontera empezaban á reunirse emigrados, era muy posible que
la guerra civil tomara en breve un carácter alarmante. Por esto
quizá, y porque la llegada de Cabrera á Perpift.an indicaba bastan-
te bien que se llegaba á tomar con empeno la ruina de la situacion,
los embajadores francés é ioglés creyeron necesario dirigir Dotas
al gobierno espallol en nombre de los que representaban. Palmers-
ton decia entre otras cosas: .


«Tengo el honor de invitaros á que reoomendeis eficazmente al
gobierno espaltolla adopoioD de un sistema legal y constitucional.




54 fflSTfJ RIA nEL REINADO
La reciente caída del rey de los franceses y de toda su familia, as!
como tambien la expulsion de SUS" ministros, deben hacer compren-
der á la corte y al gobierno español la inmensidad del peligro á que
se exponen, tralando de regir el pais de una manera tan opuesta á
los sentimientos y á las opiniones de la nacion. La catástrofe que
acaba de ocurrir en Francia, basta por si sola á demostrar que un
ejército, por numeroso y bien disciplinado que sea, no es defensa
suficiente para la corona, cuando el sistemf adoptado por esta no .
se encuentra en armonia con el sentimiento general del pais.


»En el estado critico que hoy tienen los negocios, la reina de Es-
palla daria una gran prueba de oordura si tratase de robustecer el
poder ejecutivo ampliando las tiases de la administraeion, y lla-
mando á su consejo á algunos de los que poseen la oonfianza del
partido liberal.»


111.


El duque de Hontpepsier, que era puede decirse el orígen de la
catástrofe s~Dgrienta que tan precipi&adamente habia dado por tier·
ra con la monarqufa de j olio I llegó á Madrid hácia mediados del mes
de abril instalándose en Vistalegre, mientras preparaba su viaje á
Andalucfa. Como quiera que sea, resueltos aquellos hombres cOn el
beneplácito de Isabel á jugar el albur, proseguian impávidos su mar-
cha. El !4 de abril estuvo á pique de estallar en Valencia un movi-
miento, y cuando hubo fracasado, aunque el gobierno no conociese
bien 108 detalles, prendió mas de cuarenta personas, y oogió aun-
que pocas al,unas armas, cacareando mucho el triunfo, la activi-
dad de sus hombres por salvar al pais, etc., etc. Pero si los minis-
tros trabajaban, si legislaban cada dia abasteciendo de circulares
las provincias todas ,justo era, y así lo entendieron, recompeDsar dig-
namente tantos servicws; el Popular por esto anunció con senci-
llez luma, que habian sido agraciados COD la eruz de Carlos UI SIIS
de kts ministros que "'AUN no la tenian.


Con estas y otras medidas salvadoras iba el gobierDo llenando la
copa de los sufrimientos, preparando un nuevo sacudimiento J ter-
ribles desgraoias al pais.




DEL Ut1'DlO BORBOR DI BSPAÑA __


IV ..


Asf debía suceder. Llegó el siete de mayo. En las primeras horas
de la madrugada se presentó Dominguez, que se hallaba ya iniciado
en los sucesos de marzo con algunos otros amigos, en el cuartel deSan
Mateo, donde estaba el regimiento de Espana,.Varios sargentos que
habian adquirido compromisos y que eran afectos á la revolucioD,
le franquearon las puertas, acompatlándole al cuarto de banderas
donde se hillaban reunidos los jefes y oficiales. Sorprendidos ya, é·
imposibilitados de hacerse obedecer, se formaron las eompafiias y
salieron por la calle de Fuencarral, separándose Dominguez que era •
uno de los jefes mas princjp~le5 de aquel movimiento para buscar
en su casa algunos objetos que necesitaba y dar algunas disposi-
ciones.


El regimiento siguió hácia la Puerladel Sol, y cuando Dominguez
quiso volver á incorporársele, al salir por la calle de la Farmacia,
los CAlzadoros de Baza que salian ya en persecucien de los subleva-
dos, tanta era la vigilaneia que se ejercia, al ~r un grupo,lticieron
una descarga hirielldo mortalmente á Domioguez. Quizá este suceso
al parecer insignificante, esa casualidad, hizo abortar la revolucion,
porque los sublevados no encontraron medio de ponerse en relacion
con los otros jefes, y qttedaron casi á merced de los sargentos, que
no supieron concertar bien la defensa. .


Al llegar á la Puerta del Sol el regimiento qua marchaba en si-
lencio comenzó á dar voces g vIvas á la lihe'rtad alarmando á la guar-
dia del Principal. El regimiento de España llegó á la plaza Mayor
donde concurrieron algunos paisanos y donde se hallaban Ordax Ave-
cilla y muchos otros patrio las que esperaban con ansia la Hegada de
Dominguez. .


Muchos otros grupos de paisanos armados que se hallaban reu-
nidos en diferentes puntos y algun otro regimiento que debia con-
currir al triunfo de la revolucion, se hallaron aislados slnrecibir ór·
denes, y perdieron muchas horas en la mas angustiOM inaooioD.


Quizá no haya habido un movimiento mas acertadamente eom-
binado, ni mas sigilosamente desen'luelto; DO costaba coa los gran·
des elemeDtos que el del ~o de marzo; n~ hahia aquellas inmensas
masas que debian concurrir al desarrollo de la conspiracioD; paro




56 HISTORIA DIL RlINADO
por esto mismo pudo verse la fuerza de aquella combinacion que t
aun abortada desde el principio, y á pesar de Ja actividad que des-
plegó el gobierno, puso en peligro y tuvo comprometido durante mu-
chas horas el trono de EspaDa.


v.


Formados en la plaza y distribuidos en las diversas embocaduras
por donde podían ser atacados t los soldado$ del regimiento de Es-
paDa apenas tuvieron tiempo de tomar aIgun refrigerio que cordial-


_ mente les ofrecian los amigos de la libertad.
Libres ya los onciales que habian quedado detenidos en el cuar-


tel;reunidas las autoridades; agrupados los batallones, pudo el gobier-
no eomenzar el ataque del punto ocupado. Y con ~fecto se rompió el
fuego sosteniéndose vigorosamente por ambas partes. Horrible y te-
nebrosa la noche; pero mas horribles y tenebrosos aquellos gobernan.
tes sIn miramiento ni consideracion alguna á lapobJacion, que ellos
decían ser fiel á la causa del órden y del trono de Isabel t acudieron
desde los primeros instantes á poner en ej'ecucion todos los resortes
del arte de la guerra. El canon tronó llevando á los sobresaltados
vecinos de Madrid el.pavor~y la angustia.


La policia, la guardia ciyil, los que se Jlamaban guindillas, por-
que llevaban un plumero encarnado de esa forma, ayudaron al go-
bierno dando muestras de su actividad.


En la calle de Toledo, algunos grupos que se aventuraron, des-
pues de comenzado el combate, á tomar parte en la insurreccion,
fueron diezmados horriblemente. Breves horas duró el combate;
pero aquel gobierno tiránico -Y opresor no perdonó ninguno de los
medios destructeres, ningoDo de Jos ardides hipócritas, ninguna de
las asechanzas que la guerra ofrece.


Los soldados de Espalía, aquel pollado de valientes que por to-
das partes se vejan acometidos á la vez, que tenian enfrente á BUS
jefes y oficiales que con fa bandera les llamaban á cumplir los jf1-
lamentos prestados, e110s que faltaban al juramento de respetar
las leyes .y que hacia n armas contra la voluntad del pueblo ex pre-
s~da lel!jt~lDam(JIlt(J por la opioioIl proIlunciada unánimemente con-
tra el goblerno que defendían; los soldados de Espatía se defendie-


ron y u¡(J,.~/rllron 1'0/01' y sOjonidad. SI cadoo abria (JO sus lilas io-




DE.L ULTIMO llORRON DE ESPAÑA. 57
cesante brecha: caia en la plaza. una granizada de balas; pero no
por eso se desanimaban, no por eso retrocedían en su empresa. De
repente suenan dentro de la plaza voces que parecen amigas: re-
piten sus gritos de batalla: la corneta toca alto el fuego y contra-
selia: algunas culatas se vuelven indicando una tregua: tal vez son
amigos: un hombre aparece á caballo, tal vez sea el jefe á quien se
esperaba ...


Vaeilantes por un momento y sorprendidos los hombres valerosos
que defendían la libertad, cesan en la resistencia.


La perfidia y el engaño han conseguido 10 que no habia podido
alcanzar el inmenso peso de los batallones y de la artillería. La in-
surreccion está sofocada.


VI.


Un episodio habia ()currido, episodio sangriento y horrible que
entusiasma y entristece, que evidenciaba lo bien combinado del plan,
la serenidad, la audacia, el empdí'io,_la actividad de los encargados
de ponerle en ejecucíon.


La Puerta del So) se hallaba desierta. Desierta decimos, porque
era impenetrable á los profanos; porque allí no podían llegar mas
que los polizontes y los numerosos soldados que la defendian.


El capitan general se disponia á marchar á los "puntos para di-
rigir e) combate y animar las tropas que ya sitiaban la plaza ma-
yor. LI~mábase Fulgosio. Habia estado en la faceion, se hallaba ca-
sado con una hermana del marido de Cristina: era el paladin de las
damas rebosando vida y robustez. Al tiempo de ir á poner el pié en
el estribo entre el ruido de las descargas que á lo lejos se sentían,
se confunde el de un trabuco. Fulgosio se detiene en su movimien-
to, vacila, se halla mortalmente herido.


Infinitos era lós agentes de todas clases y de todas las rondas que
se hallaban allí: imposible el tránsito por las calles: el que tuvo la
audacia de herir á aquel hombre, se salvó, sin duda, aunque esto
parezca inexplicable.


TOMO ur. 8




58 BlSTOlllA DEI. REINA DO


VII.


El triunfo habia sido costoso para el gobierno! pero las represa-
lias fueron terribles. Los vencidos sin pasar por el consejo de guer·
ra, 10 fueron por las armas en'eJ acto de la manera mas feroz.


Dos jóvenes de origen italiano hijos de un cónsul, que se babían
unido en la plaza ~fayor á los sublevados, y que fueron sacados de
una casa por los soldados para:conducirlos presos al Principal, fueron
asesinados por sus conductores á balazos y bayonetazos en la calle
Mayor, frente á la casa de Oñate. Los dos hermanos al ver que les
apuntaban y al oir las palabras de sus verdugos, se abrazaron estre·
chamente y juntos murieron.


No fueron estos solos los asesinatos cometidos aquel día por la
soldadesca y por los esbirros del gobierno.


Al siguiente día el consejo de guerra condenó á muerte trece pa-
triotas, cinco de ellos civiles y ocho militares, y al tambor mayor
del regimiento de España lo fusilaron el dia nueve.


La policla no se dió un punto de reposo, prendiendo á diestro y
siniestro cuantos podia sospecbar que profesaban ideas liberales.
Narvaez no.se paró en chiquitas para librarse de revolucionarios.
Ocurriósele sacar del Ayuntamiento los libros de la Milicia nacional,
disuelta en 18i3, Y á todos los que en ellos figuraban con el carác-
ter de jefes, oficiales y sargentos, en ntímero de mas de dos mil, los
mandó prender, cargar de cadenas y conducirlos á los puertos desde
donde fueron embarcados para Filipinas. Nunca se habia visto en
Madrid proscripcion tan tremenda.


Las cuerdas de presos salian del Saladero á las altas horas de la
noche, sin que las víctimas fuesen prevenidas de la marcha, ni sin
{Iue supiesen dónde iban. Las escenas de desolacion, de angustia
que tenian lugar en aquellas negras horas al rededor del Saladero,
recordaban las de los dias mas terribles del Terror en Francia, en
1 '193 Y 94.. Las familias, temerosas de que de la noche á la ma-
fiana desaparecieran sus jefes, Plesos arbitrariamente, pasaban la
noche en torno de la prision examinando á los q~e salian, desoladas
y llenas de angustia.


Madrid se encontró de este modo sometido á la horda de foragi-
dos de que se componía la policía de Narvaez. Hijos que se lIama-




DI1. ÚLTUíO BORBON DI ESPAÑA. 59
ban como sus padres ya difuntos, fueron á la deportaeion á que el
gobierno habia destinado al padre; y muchas personas enteramente
ajenas á la política, se vieron deportadas á Filipinas con las peores
condiciones imaginables, sin mas delito que haberse negado á sa-
tisfacer la avaricia de los esbirros, que estafaban descaradamente al
que se dejaba intimidar y engallar.


Las rauias se extendieron á las provincias en las que no quedó
per Jona conocida por sus opiniones liberales.


De esta manera los destructores de la sociedad decían que se pro- .
ponian salvarla.




CAP1TULO lX.


SUMARIO.


Sublevaciones y partidas revolucionarias en varias provincias.-Aborto de un movi-
miento militar en Sevilla.-Prisiones y deportaciones.-Despedida ignominiosa
del embajador inglés.-Deferencia del gabinete Narvaez para con la República
francesa.-Politica poco revolucionaria deesta.-Adulacioll y bajezas de Sala-
manca y de don Enrique.


l.


El movimiento progresista-republicano abortado en Madrid el '1
de mayo tuvo eco en varias provincias, y las persecuciones del go-
bierno no amedrentaron á los revolucionarios basta el punto de ha-
cerles abandonar la empresa. Cendra é Ibars se sublevaron en Pego,
pueblo de la provincia de Alicante, reuniendo mas de dos milhom-
bres, corriéndose hácia Valencia con estas fuerzas imponentes. Los
hermanos Merinos se suble\'aron tambien, levantando otra partida
en la provincia de Jaen, en las inmediaciones de Despenaperros,
mientras~. en ,Cataluna las partidas de Bellera, 8aldrich, Batllori,
Ametller y otros, sostenían la guerra en las provincias de Gerona,
Barcelona y Tarragona; pero estos movimientos y esta guerra de
guerrillas no eran el camino por donde el partido revolucionario
pudiera llegar á derro~ar la tiranía. La historia ha demostrado que
en Espana, si en los montes pueden vencerse las invasiones extran-
jeras sirviendo de escudo las ásperas bren as á la independencia na·
cional, es en las ciudades donde están las garantías de la libertad




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 61
contra la opresion, siendo en eUas por tanto donde pueden con
éxito iniciarse los movimientos revolueionarios contra la opresion.


y como si esto mismo pudiera haber entrado en los cálculos de
los conspiradores, al propio tiempo que en los campos sucedió lo
que dejamos expuesto, en Sevilla, con ocasion de reunirse las aulo-
ridades en el besamanos con que se celebraba la llegada de Mont-
pensier y los cumpleaños del marido de Isabel, se in~ció un movi-
miento militar, que, cóntando con fuerzas suficien les para dominar
Ja siluacion y apoderarse de todos los jefes y personas reunidas en
palacio, por torpeza se desconcertó desde los primeros momentos.


n.


El comandante Portal auxiliado por otros oficiales y el ayudante
Rios sacó el regimiento de Guadalajara de su cuartel, dirigiéndose
al que ocupaba el de caballeria del rDfante que se les unió, á las
órdenes del coronel Gutierrez, perdiendo entretanto el tiempo y los
medios de inutilizar á los que podian perseguirles y organizar la
resistencia. Fuese error ú otra causa, Jas horas pasaron, y despues
de sacrificar algunas víctimas:sin objeto, abandonaron la pobJacion
de Triana al amanecer, para verse envueltos y perseguidos en su
retirada á Portugal donde penetraron (JI 18.


Los agentes del gobierno tomaron' brios despues de la primera
sorpresa, y aunque el movimiento fué puramente militar, segun los
relatos oficiales y lo que en público apareció se bicieron numerosas
prisiones, entre ellos magistrados. abogados, sastres y el catedrático
de ciencias Pello n 'que fué puesto en estrecha incomunicacion. El
duque de Montpensier, con su probado "alo", se trasladó al vapor
Rápido, en vez de unirse á las autoridades para defender el trono
de su cuñada: bien es cierto que en Paris no hizo grandes esfuerzos
para sostener á su padre. Proclamóse el estado de sitio inmediata-
mente y el terror blanco reinó en Sevilla, como en todas partes. y
Valencia y Andalucía y Cataluila y Aragon mas que otras provin-
cias hubieron de sufrir las terribles consecuencias de la derrota.




6! HISTORiA DIL RBU~ADO I


111.


La situacionera horrible. Los esbirros y los guindillas llenaban
las 'cárceles de liberales á pretexto de que eran vagos. Cada dia sa-
Jian nuevas cuerdas á Filipinas de sugetos bien conocidos, y como
si el gobierno reconociese]a necesidad de atenuar la impresion que
sus crueldades producian en Europa, sus órganos hablaban de mag-
nanimidad y de amnistías, cuando el exterminio y la deso]aeion cu ~
brian de luto á EspaDa. Con mucho ruido se indultó á cinco des-
graciados sargentos del regimiento sublevado en Madrid, exigién-
doles antes una declaracion ignominiosa en que ofrecian humilde-
mente coadyuvar á la persecucion de los enemigos del trono.


La prensa habia enmudecido espontáneamente segun los perió-
dicos ministeriales;' pero la verdad era que los capitanes generales
y Pezuela, dando el primer ejemplo, habia llamado á los escritores
amenazándoles con los rigores del consejo de guerra si hablaban de
los acontecimientos ó se permitian exhalar una queja.


La inmunidad del diputado era respetada como hemos visto, y los
buques no podian contener ya el número de las victimas. El infante
don Enrique era, por entonces, nuevamente degradado y excluido
de la familia reinante, que jugaba con los vínculos de la sangre como
-con las prerogativas del parlamento y con los derechos populares.


la hemos dicho que la política inglesa, es decir, que aquel pue-
blo y aquel gobierno anatematizaban de consuno á los afrancesa~
dos españoles, deploraban las arbitrariedades y los excesos del go-
bierno tiránico de los Borbones, protestando contra su conducta. El
embajador Mr. Bulwer fué intérprete de esos sentimientos, alli do-
minantes, cerca del gabinete Narvaez, que contestó enérgica y des-
templadamente, llevando su exasperacion hasta el frenesi. Entonces
Mr. Bulwer fué arrojado ignominiosamente en un breve plazo por
el despótico Narvaez.


Acto tan inaudito halló disculpa en los obHgados defensores de
aquella oligarquía, que quisieron justificar el acto suponiendo que
era tan grande contra el embajador inglés la indignacion de los ha-
bitantes de Madrid, que difícilmente hubiesen logrado por otro me-
dio salvarle del (uror de las turbas.




DI~ ULTIMO BOBBON r,E aSPA Ñ A . 63


IV.


Para que no faltase por otra parte su lado ridículo á aquella
época de horrores y anarquía, mientras ese gobierno moderado nos
llevaba al caos del terror premiando las delaciones, y el espionaje y
castigando á-inocentes y desventurados padres de familia, las clases
privilegiadas prim6ro,' y UDa porcion de personas aterradas por las
autoridades despues, acudian presurosas en todas las provincias á
poner sus firmas para librarse de persecuciones, en una famosa ex-
posicion en que se ofrecian las vidas y las haciendas para sostener
el vacilante solio. ¡Cuadro repugnante que indigna y que envilece-
ria á Esparla si semejantes arterias y amaños no fuesen bien cono-
cidos, y hubiesen logrado exasperar como pretendieron á otros que
no fuesen de las mal llamadas clases conservadoras!


Por un calculado egoismo, aquel gobierno, que aparentaba firmeza
aote el gabinete británico, se mostró complaciente casi con el nuevo
gobierno instalado en Francia que le inspiraba mas temor, y cuyos
enojos no hubiese podido resistir, mientras que ofendiendo á Ingla-
terra creia ballar gracia ante la República democrática que gober-
naban los Dufaure y los Odilon Barrot.
, A. pesar de todo esto la monarquía hubiera caido en Espalla en
184:8 si la revolucion francesa hubiese adoptado la polftica exterior
que correspondía á su dignidad y á sus intereses.


Lamartine con su manifiesto de marzo tranquilizó á los déspotas
de Europa que se bamboleaban en sus tronos, reconociéndolos en
nombre de la República francesa y proclamando la polftica de no
in tervencion.


Respecto á España todavia hizo mas Lamartine: en logar de man·
dar un republicano que intimara al gobierno español á que gober-
nase eón la libertad mas amplia, so pena de romper toda clase de
relaciones y de reconocer como gobierno legitimo de Espalla á la
primer junta revolucionaria que se estableciese en una ciudad ó
plaza fuerte, amenaza que en aquellas circunstancias hubiera ase-
gurado el triunfo de la naGion espallola, mandó á Espalla de em-
bajador á M. de I~esseps, moderado, amigo del gobierno español y
de sus sostenedores, y enemigo declarado de los republicanos desde
hacia ya mucho tiempo, porque siendo cónsul 'de Barcelona en 184!




6' HISTORIA DIL RBINADO
y 43, épocas en las cuales se babian sublevado los barceloneses
proclamando la república, cerró sus puertas, negándose á .proteger
á los fugitivos vencidos y perseguidos contra la salla de los reac-
cionarios vencedores.


Nada contribuyó tanto á desalentar á Jos revolucionarios y á alen-
tar al gobierno reaccionario como el nombramiento de este embaja-
dor; pudiendo asegurarse que la politiea de Lamartine respecto á
Espafta (né en gran parte responsable de la conservacioo del trono
de los Borbones y de las desgracias que tal conservacion ha pro-
producido para España, durante los últimos veinte alios.


En realidad, hasta que Narvaez no vió dibujarse de manera tan
reaccionaria la polftica exterior de la República francesa, no des-
plegó todo el lujo de persecuciones y de terror á que debió su salva-
cion aquella sUuacion tan funesta para Espana.


v.


Cuanto mas arbitraria y violenta era la poHtica del gobierno, ma-
yor era el número de sus enemigos, y hasta despues de que vencida
la revolucion francesa, en junio de 1849, 'cuando Ledru Rollin y
los hombres mas importantes del partido republicano que aun no
habian sido presos ó expatriados á consecuencia de los sucesos de
mayo y junio de] ano anterior, tuvieron que expatriar, quedando ya
desde entonces solo de nombre la República, y los reaccionarios man-
dando por su cuenta para destruirla, nadie dudó en Espana de que
aquella situacion se consolidase. Solo 88i se explica que una porcion
de aventur,eros políticos de los que siempre están dispuestos á irse
al sol que mas calienta, de ambiciosos, de los que no van á las re-
voluciones declarándose contra el poder constituido mas que cuando
esperan que su conducta les produzca posicion y fortuna, se decla-
raban entonces republicanos; unos como Salamanca, ofreciendo y
aun dando dinero á las Juntas revolucionarias (ormadas en Perpi-
nan .y Bayona, para tener la gloria de derribar el trono de aque:,a
Isabel 11 de que habia sido ministro y á cuya conservacion debia
contribuir despues, cuando ella no tenia ya necesidad de su ayuda
para sostenersé. Esperando recibir de ella el tHulo de marqués con
la grandeza de Espalla, Salamanca se aliaba con Orense y otros pa-
triotas.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA, 65
El mismo infante don Enrique que se habia deolarado republica-


no, se alió á la Junta de este partido establecida en Perpiiian donde
publicó un célebre manifiesto (B), en el cual renegaba de su familia
y trataba de tal manera á su hermano don Francisco y á su cara pri-
ma la reina Isabel, que podria decirse, adoptando su propio lenguaje,
que los ponía de chupa de dómine. El gobierno, como hemos ya di-
cho, respondió al pretendiente á la presidencia de la, república por un
decreto exonerándole de todos sus grados, cruces, y lo que era mas
extrafto y sorprendente un miembro de ]a familia, quitándole su
título de infante de EsparIa, y con él sus derechos eventuales.


Los derechos de don Enrique, como miembro de la familia real,
estaban eODsignados en la Conslitucion y otras leyes hechas en cortes
referentes á la sucesion de la corona, y por consiguiente el decreto
de Narvaez era un acto arbitrario, ilegal y nulo; pero que al fin pro-
dujo su efecto, porque agregado al mal éxito de las tentativas de
los republicanos espafioles, y á la marcha de los revolucionarios
franceses, consiguió que el infante cantase la palinodia, escribiendo
algun tiempo des pues UDa cartá á su prima y curiada, una carta tan
humilde, baja y aduladora, 'como insolente, desvergonzado y altane-
ro habia sido su manifiesto.


En esto, don Enrique no' se di ferenciaba en Dada de todos Jos de-
más miembros de su familia, que nunca descollaron por la dignidad
y entereza de carácter .


..


TI))IO !/l.




CAPITULO X·


SUMARIO.


Ojeada sobre el estado deplorable de nuestras Antillas.-Cuba bajo el mando y ad-
ministracion de O'Donnell.-Trágico fin del poeta Plácido y de varios filibusteros.
-Vuelve O'Donnell rico á España.-Su importancia política.


l.


Como es natural, en las Antillas espai'i.olas; en lo que los hombres
de lo pasado llamaban posesiones de los reyes en .vez de llamarlas
provincias de Ultramar; en estas vastas extensiones de territorio
donde nuestros capitanes generales, antiguos vireyes, han hallado
camino para sacar honra y provecho; en esas provincias, que tienen
sus raices en América y en Asia, seguiase poco mas ó menos la
misma conducta que en Espana; habia la misma oscilacion y suldan '
como nosotros el peso de la arbitrariedad y del despojo. Solo que
allí, nunca, en ningun momento era permitido exhalar una queja, y
los isleños se veian menospreciados por la colonia peninsular que
se renovaba casi tan á menudo como los capitanes generales.


Aquella lepra horrible de la,eselavitud, base primordial, casi úni-
ca de la riqueza; medio indispensable para la vida en aquellas abra·
sadas regiones, si el blanco ha de disfrutar, si ha de ensei'i.orearse
del globo, da ocasion á la lepra moral, el egoismo, que envilece y
degrada Jos cal'aetéres y rebaja todos los vínculos y convierte al




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA, 67
hombre en ase~ino de su hermano. El negro, ciertamente, ar-
rastrado á esas lejanas provincias de España por la codicia d.e los
aventureros, forma allí el instrumento de la produccion! sus-
tituyendo á la máquina y al bruto, que en otros puntos auxilia al
hombre en las operaciones agrícolas. Por eso el interés mas im-
portante para los terratenientes y especuladores, para toda la
cohorte explotadora que ha tomad.o aquella isla como su propiedad
y domicilio, consiste en aumentar mas y mas los brazlJs serviles, á
medida que la avaricia acrecienta el número de los que buscaa en
Cuba un medio de reparar su (ortuna, ó do conquistarla si no la tu-
vieron.


y á pesar de los cambios políticos, y á pesar de la emancipacion
de las colonias, Cuba mantenida por el egoismo de los propietarios
de esclavos, en la obediencia de la metrópoli ha seguido sirviendo
para saciar la vanidad y las ambiciones de los jefes que los gobier-
nos han mandado allá. Las Constituyentes del 12 dejaron incom-
pleta su tarea, y razones de conveniencia, quizá el temor de un de-
güello general imposibilitaren que se consagrase ese principio
de eterna justicia, la igualdad de las razas. Pero siJa esclavitud
quedó en el hecho mantenida, el grande y fecundo resultado de la
libertad proclamada no podia menos de tener eco en donde quiera
que ejercian influjo nuestras costumbres y nuestras leyes.


n.


Muerto Fernando, y cuando se debatian inter~ses dinásticos, al
propio tiempo que luchaban los principios de despotismo y libertad,
en aqucHos pueblos la reace¡on\ llamó en su apoyo los elementos
existentes, y el famoso fray Cirilo de la Alameda fué el alma de una
vasta conspiracion que hubiese podido poner en peligro los intere-
ses de España, si el célebre obispo no tratara siempre de huir el
bulto á los peligros, limitándose entonces á tomar un buque que le
trasladó al cuartel general del pretendiente.


No es oeasion por lo demás de ha¡:er la historia, y solo hemos
querido con estos apuntes explicar como los personajes se disputa-
ban el privilegio de pasar á Cuba con mando, cuando tan mortifero
y malsano es aquel clima, que en cinco años puede asegurarse que
han perecido 90 por ciento de los que llegaron juntos. Y con esto




68 HISTORIA DiL REINADO
vamos á nuestro propósito, que es tratar de dos sucesos, enlazados
con nuestras AntiJIas, que simultáneamente casi llamaron la aten-
CiOD pública en aquellos días, á pesar de las graves preocupacio-
nes que á todos asediaban.


A.mbos sucesos eran importantísimos bajo todos puntos de vista.


111.


Era uno de ellos la vuelta de Cuba, donde habia permanecido al-
gunos afios, del general O'DonDell. Agente de Cristina comprome-
tido en los sucesos de octubre de 1841, mostró en la ciudadela de
Pamplona que era capaz de todo para triunfar, que era enérgico y
constante en sus empresas. Emigrado desde entonces, la reaccioD
del 43 le proporcionó los medios de elevarse, y habiendo entrado
con los demás generales moderados, Narvaez, queriendo alejar un
rival temible. le confió el mando tan codiciado por todQs.


O'Donnell comprendió perfectamente el objeto de este simulado
destierro; pero al dirigir una ojeada por la península ibérica, al ver
en ella las pasiones desencadenadas, los partidos en terrible lucha
y descomposicion, juzgó prudente alejarse por a1gun tiemp9 de la
escena política, y no gastar sus fuerzas ni perder su tiempo en reor-
ganizaciones de lo quo él no habia contribuido á desorganizar. Ba-
bia por lo demás logrado tal ascendiente el general Narvaez, que
hubiera sido difícil, y antes bien comprometido en aquellos momen-
tos luchar con él. Y como don Leopoldo aspiraba nada menos que
á la jefatura del partido, y como en la banda moderada todos que-
dan aspirar á ese puesto, ya que todos eran eminencias rentisticas,
ó científicas, ó literarias, ó militareS'icomo se dibujaba perfecta-
mente la sombría figura del caos formado al rededor de un trono
vacilante; como al lado de ese trono iba á estar Cristina; como por
bajo y por encima de esa institucion y de aquella personalidad que
no tenia volunhd propia por entonces, ni edad para distinguir, iban
á cruzarse las influencias extranjeras, el célebre don Leopoldo quiso
guardarse intacto para ocasion mas oportuna. Dejó por eso al héroe
de Ardoz en sas famosas combinaciones.






DON LEOPOLOO O'OON
NtLL.






DEL ULTj~1O BORBON DE ESPAÑA. 69


IV.


Marchó, pues, á Cuba y desde los primeros momentos se propuso
aprovechar el tiempo enriqueciéndose, fuera cualquiera el medio que
debiera emplearse. Ni) descenderemo~ en esta parte á detalles que
todo el mundo conoce.


La administracion del conde de Lucena ha dejado en aquella isla
recuerdos indelebles. Hábil y cuerdo, procuró atenerse á las formas
para dirigirse al fondo.


Los esclavos que por término medio, á pesar de los cruceros in-
gleses, órdet¡es del gobierno espafiol y de la vigilancia de los capi-
tanes generales, entraban en la isla en número de diez mil cada afio,
subieron por aquel tiempo á fabulosas sumas. Los dueños de los in-
genios con no poco ingenw supieron ocultar este fraude, que acre-
centaba su prosperidad y sus fortunas. M uchos deudores pagaron
por aquel tiempo sus deudas, aunque los acreedores no' llegaran á
perc¡hir sino escasa parte de sus créditos.


La codiciada isla fué tambien objeto entonceS de la atencio n de
los Esta'los-Unidos que armaron expediciones en grande esc(ila para
apoderarse de ella; y por último los negros y los mulato3 creciendo
con eSflantosa rapidez, creyeron llegado el momentó de dominar
aquel suelo que h'abajaban en provecho de los otros.


Todo eso dió lugar á quejas, acusaciones, disgustos grandes y
terribles luchas, y escenas horribles ante las cuales no frunció sus
cejas el héroe de Pampiona.


Entre las conspiraciones diversas que se descubrieron, hu.bo una
muy notable en la que figuraba. el desgraciado Plácido) esa nota-
bilidad, qua demostró cuán falso es el dictámen de 105 que cafiside-
ran inferior á la raza negra é indigna da g.nar los derechos de la
personalidad. Y cuando la cOllspiracion babia abortado; y cuando no
habia motivo alguno que justificara la neeesidad de escarmientos
hortíbles, el bombardeador d~ Pamplona entregó al verdugo la
cabeza de Plácido y ahogó en gérmeü las inspiraciones del poeta
ilustre.




70 HISTORIA D1'L REINADO


v.


Una de las expediciones filibusteras estaba mandada por un' ge-
neral que habia servido en la guerra de Espafia, y que desgraciado
en la famosa accion de Jadraque, fué prisionero de Cabrera logran-
do escapar con vida de las garras del Tigre. Ese general que se ha-
bia distinguido siempre por su liberalismo, obcecado acaso, que
no queremas disculparle, pero acaso tambien con el noble propósito
de contribuir á Ja libertad y emancipaeion de los esclavos, mas bien
que al cambio de amos y al triunfo de los Estados-Unidos; ese ge-
neral espafiol, decimos, cayó en manos de O'Donoell, que menos
compasivo que Cabrera, no supo respetar ninguna clase de consi-
deraciones.


Los conspiradores y Jos rebeldes, los acreedores y los deudores,
los blancos y los negros, todos, y en esto se prueba la justicia y la
imparcialidad del gobernador general de la isla durante aquel in-
fausto periodo, fueron (ratados por el mismo método, fueron medi-
dos por el mismo rasero. O'Donnell tenia buen golpe de vista; supo
aumentar la riqueza de la isla, y na perdió en ello seguramente.
Volvió á Espana cargado de botin bonrosamente ganado, y desde su
aparicion, que coincidió con la nueva subida de Narvaez y los acon-
tecimientos que vamos relatando, fuá sefialado en Europa como ému-
lo, como competidor de Narvaez y Espartero.


Opulento y espléndido debieron verle los periódicos extranjeros
cuando asi le sefialaron, y por tal concepto le caiificaron.


Forzoso es confesar que no tenian malojo los que adivinaron, tras
la sonrisa del conde de Lucana, al jefe futuro de un partido nuevo
que debia imponer su voluntad durante muchos años al trono y
al pueblo espafioJ; al que debia asociarse con escépticos como Po-
sada Herrera, con hombres como Luzuriaga y Cantero; al que de-
bia contribuir al completo descrédíto del gobierno parlamentario, y
servir á los Borbones en su empeño de marchar al abismo en que
Jos tronos deben caer en este siglo de progreso y libertad.


No tenemos tampoco que decir que el desconcierto de los parti-
dos, las arbitrariedades de Narvaez, los odios y las antipatias que
su dictadura babia provocado en el seno del moderantismo entre
aquellos hombres que se llamaban tolerantes y de gobierno, y




DEL ÚLTIMO BORBON DI ISPA~A. '7 t
que babian visto con disgusto la alianza matrimonia] formando
aquel famoso partido puritano tan torpemente representado por sus
jefes naturales: un tenemos que decir, repetimos, que todo esto te-
nia perfectamente preparado el terreno para dar entrada al conde de
Lucena en la escena potitica.




CAPiTULO Xl.


SUMARIO.


Gobierno de Filipinas. -Expedicion del capitan general Clavería contra los piratas de
aquel archipiélago.-Sus triunros.-Cual es el mejor mcdio que deberian adopta!"
las naciones para conservar tranquilamente sus colonias.


1.


En Filipinas no era menor la importancia que se daba á las au-
toridades espái'lolas. Tambien am tenían empei'lo las notabilidades
politicas de prestar sus servicios y mostrar su habilidad. Pero como
el Archipiélago no se presta con tanta facilidad á los manejos y á
las especulaciones, casi se puede decir que el primer elemento es
la guerra y la conquista.


Los piratas infestan los mares, y aunque ya muy dificilmentc,
porque el vapor deja muy atrás las embarcaciones de los habitantes
de aquellas comarcas, tortavÍa forman sus expediciones, molestan al
comercio y tienen en continua alarma á las guarniciones, perjudi-
cando á nuestros soldados.


Clavería, otro de los complicados en los sucesos de octubre, era
capitan general de Filipinas, y dispuesto á hacer algo en obsequio
de sus administrados, allegó recursos, formó sus planes, preparó las
tropas, reunió un considerable numero de buques y ·dió á Espan~
un nuevo triunfo, el triunfo de BaloDguingui.




DIL ÚLTIMO IORRON ))B! ESPAÑA. 'S
Importantes fueron Jos resuItarlos de aquellas victorias; pues mu-


chos de los b6rbaros quedaron sometid:Os, y otros bastantemente es-
carmentados para atreverse en mucho tiempo á tratar de sus acos-
tumbradas correrlas.


No nos dejamos llevar, sin embargo, hasta tal punto del senti-
miento patriótico, que vayamos á justificar el abuso de la fuerza
que la civilizacion emplea para hacer entrar en razon á las hordas
que no acierta á atraer por los beneficios que dispensa y por las
ventajas que ofrece; pero lo cierto es, que dadas las circunstancias
y tomando en cODsideracion los perjuicios que ocasionaban los pi-
ratas, aquel acto y aquellos esfuerzos de Clavería, secundados por
las tropas, fueron bastante ventajosos porque durante algun tiempo
hicieron mas fáciles las comunicaciones con China y con la Metró-
poli.


n.


Si las colonias hubieran de conservarse por aIgun medio, seria
adoptando para e1las un sistema liberal que garantizase franquicias,
libertades y garantías de bienestar, desenvolviendo la· industria y
dando al trabajo, á la actividad medios bastantes para ser recom-
pensados con la riqueza. Pero las razas conquistadoras, cuando se
han apoderado de un territorio, en vez de atraer á sus moradores,
los han oprimido y vejado pretendiendo esquilmar en pocos anos el
territorio como si no trataran de permanecer en él.


A eso ha eonducido siempre el egoismo de los jefes de las expe-
diciones, 'J los gobiernos han visto indiferentes como la muerte y el
incendio y la depravacion devastaban aquellas comar~as que se
anexionaban. Error indisculpable en los que han pretendido guiar
á los pueblos; entre los que han hablado de difundir la civiJizacion
y defender el progreso.


y ese error no es imputable solo á Espafta, en él han caido to-
dos los pueblos, y la Inglaterra como la Francia han ejercido la mas-
violenta dictadura y han despojado inicuamente á las colonias para
enriquecerse, llevando el exterminio y la matanza á todas partes.


Lo que la Fl'8llcia ha hecho por medio de sus prooonsu]es y ge-
nerales, y la Inglaterra por sus factorías y agentes comerciales, Es-
pafia 10 realizaba por medio de sus misioneros que aterraban por el


TOMO 1lI. 10




7' HISTORIA DEL REINADO
fuego de las hogueras inquisitoriales y con amenazas del infierno á
los desgraciados ignorantes de América. yde Asia. En todos casos:
unos y otros han procurado el exterminio yel anonadamiento de los
indígenas.


1I1.


La revolucion entretanto llevaba por Europa sus legiones -victo-
riosas; paseaba las banderas en que inscribia los grandes lemas de
la regeneracion humana; parecia caminar de conquista en conquis-
ta al triunfo -definitivo, constituyendo el nuevo dogma, la sociedad
nueva apoyada en el órden que nunca pueden destruir las tiranias
de niogun género.


Pero bajo aquella admirable actitud que presentaba como impo-
sible el retroceso levantando majestuosa la estatua de la República,
sobre los pueblos todos como su única esperanza, la revolucion lle·
vaba en sus enlranas, como el famoso caballo de Troya, la perfi-
dia y el crimen de los que traidoramentese llamaban apóstoles para
venderla en un momento dado.


La complacencia, la debilidad, el espíritu meticuloso de los unos
ponian ,en conflicto permanente á los ciudadanos que buscabaucon
avidez é impaciencia la verdadera solucion al problema planteado:
los otros, sagazmente envueltos en el manto generoso de la liber-
tad, fingian hipócrita entusiasmo ó temores'ridículos para amedren-
tar á los UIlOS y hacer sospechosos á los otros, jugando con esa do-
ble baraja para llegar á su propósito, la destruccicn de la libertad.


Mientras muchos de los estados europeos luchaban en su inte-
rior para recuperar ó aumentar sus derechos perdidos, otros com-
batían en el exterior ó sostenian guerra con los extranjeros para
defender su]propia independencia. Nunca la Europa se vió tan con·
movida y agitada. Ni cuando el gran cisma de Martin Lutero segre-
gó de laJglesia de Roma á tantos millones de creyentes; ni casi
ouando los bárbaros del Norte invadieron y subyugaron transitoria-
mente los estados meridionales, experimentó la Europa tan grave
perturbacion.




DEL ULTIMO BORBON DE ISPAÑA. '75


IV.


Ese fenómeno era el resultado forzoso y necesario del' atentado
cometido en Viena por las potencias absolutistas que intentabas
oponer su veto á la marcha del progreso, al movimiento natural de
regeneracion que en los esclavos de todas elases se hacia. La reac-
cion en sentido opuesto, producida por aquel atentado diplomMico,
se desenvolvia entonces con toda la gravedad y rapidez de que eran
capaces los pueblos y los gobiernos. Peleaban los unos contra la
distribucion arbitraria que se habia hecho del poder politico de los
reyes, protestaban los otros contra la injusta y caprichosa .demar-
cacion de limites territoriales que trazara la diplomacia de la Santa
Alianza, y todos apelaban á las armas como última razon y argu-
mento.


De las cinco grandes potencias que compusieron en Viena la A.lian·
!la Santa, solo:una, )a Inglaterra, se habia conservado libre en medio
del cataclismo, por confinar sus límites con el mar y por el tacto y
prudencia de sus gobernantes, tanto como por la cordura de los ciu-
dadanos. Su misma constitucion poHtica habia ido reformándose,
fortaleciéndose asi para la hora del peligro.


La Rusia, ese dilatado imperió de los moscovitas, solo debia la
paz interior de ,que hacia alarde á la semi-barbarie oriental de sus
dispersas tribus de cosacos. Y así y todo :no se hallaba libre por
completo teniendo enfrente de su inmenso poner á los valientes mon·
talles es del Cáucaso que le disputaban la dominacion de aquellos
desfiladeros. Disponiase el czar, siempre vigilante y expiando oca-
siones para engrandecerse, á luchar en el Vfstula hostilizando á los
vecinos que proclamaban las excelencias del gobierno representa-
tivo.


La Prusia pugnaba en las calles de Berlin contr~ un monarca que
regateaba el cumplimiento de formales y merecidas ofertas de dere-
ehos y garantias populares, desde mucho tiempo conculcados 'f abo-
lidos por el despotismo de sus reyes.




76 lUSTORlA DEL BRIN ADO


V.


El Austria, ese conjunto de razas anómalas, tenia que hacer freno
te á un tiempo al Leo n de San Marcos, á una anarquía central, y
á 1a re belio n de -sus muchas provincias. Sin poder llevar ni sostener
el péso de una múltiple corona; perdida la de hierro de la Lombar-
día, derrotados sus batallones aguerridos y sitiadas sus fortalezas
casi inexpugnables por las improvisadas huestes italianas, queria
apoyarse tenazmente en el territorio de Hungría y en el de la reina
del Adriático ...


y Hungría acababa de lanzlf un reto y bus:;aba su emanclp:l-
cion pretendiendo escapar al dominio de los Hapsburgo y mante-
Gerse fiel á sus tradiciones; mientras los bohemios se sublevaban
tambien sin formar lazos entre si y con los rumanos y polacos para
poner en combnstion y dar un golpe decisivo, respetando su respec-
tiva autonomía, á los tiranos orgullosos f{ue vivian en perfecta in-
teligencia.


En cuanto á las potencias de segundo órden, presentaban igual-
mente un cuadro animadísimo.


Roma, en primer término, esa ciudad qu~ conservaba tan glo-
riasos antecedentes en la historia antigua y que se:veia ocupada á la
sazon por el que se titulaba representante de Dios en la tierra, du-
daba y vacilaba porque Pio IX despues de haber firmado en el Va-
ticano declaraciones de guerra contra el imperio de Austria, pro-
clamado la libertad del mundo católico y encendido la antorcha del
amor patrio, al cabo 'de dos anos temblaba al medir las conse-
cuencias inevitables ya en su propia obra, y quería. la paz, YWe-
,tendia cercenar la libertad de los pueblos, y procuraba entibiar -el
amor de patria q~ supo despertar en ellos, y dfjaba al cuidado del
Omnipotente la defensa y el mantenimiento de la independencia de
,Italia.


En Toseana leopoldo 11 confundia los derechos de su dinastia con
los de la ;nacionalúlad itaJiana, daha una oortStitucion, y armaba á
sus súbditos para sacudir el yugo de sus progenitores.


En Turin Carlos A.lberto, para eludir los riesgos de una revo)ucion
en sus pequeftos Estados y sofocar el grito de una sedicion en Gé-
nova, proclamaba una guerra nacional, hacia concesiones á sus súb-




DEL ÚLTIMO BORBOW D:I ISrAnA. 77
dilos, proscribia á los jesuitas, y erigiéndose en redentor de los ita ....
lianos, aumentaba sus dominios y conseguia un trono para su hijo
en Sicilia.


Para colmo de extralleza puede citarse á Nápoles, cuyas tropas
ocupaban á un mismo tiempo las márgenes del Adige para hacer
frente á los austriacos y las escarpadas montanas de la ealabria
para o'primir á los que querían ser libres rompiendo las cadenas,
las bárbaras cadenas de ,la superstion y de la ignorancia, que la
corte borbónica venia forjando desde muchos tiempos. El Borbon
napolitano fluctuaba, sin acordarse ni tomar en cuenta cuán peli-
groso es querer Hevar el balancin en determinadas circunstancias
y entrar en la via de las concesiones con pérfidos intentos.


VI.


En Francia desde la apertura de la asamblea que se verificó con
gran pompa y en medio del mayor entusiasmo, casi en los mismos
instantes en que se luchaba en las calles de Madrid, y precisamente
en el día en que debia haberse inaugurado la regeneracion de las
sociedades, pudo descubrirse ya el gérmen vicioso de la:reaccion, la
horrible perspectiva de sangrientas catástrofes.


Esto se comprendió perfectamente en los clubs; esto lo llegaron
á entenJer los revolucionarios porque todos los intereses del privi-
legio estrechaban alianza ~goista para oponerse ti la marcha de la
sociedad, para servir de obstáculo al progreso, para traer nuevas y
grandes complicaciones al problema planteado con tanto valor por
la generacion que empujaba ya á las decrépitas y gastadas que si-
guieroná las heroicas del t8.


Y en efecto, al obsenar la vacHante marcha del gobierno pro-
visional cuando todos los pueblos tendian sus miradas á la Repú-
blica francesa, al ver que los anliguos ministros de Luis Felipe, los
oorrompidos dQctrinarios de todas las escuelas, los satisfechos de )a
v'ispera, los hartos del día siguiente venian á confundirse en aq~e­
tia asamblea de dónde debían partir radicales 'reformas base de un '
mundo nuevo, de un mundo de igualdad y de justicia, al observar
la in!JaliftcabJe frialdad con que eran acogidos los lastimeros ayes de
Polonia pisoteada por los déspotas, toda la parte viva, toda la gente
re'folueionaria, pocos diasdespues de la apertura de la Asamblea, el


,




'78 mSTORU DEL RlINADO
.dia 15 de mayo se reunieron para pedir al gobierno de la Francia
que cumpliera sus compromisos y salvara á la infeliz Polonia.


Barbés, Blanqui, Raspail, muchos otros empujados por la in ..
mensa muUitud, mas de doscientos mil obreros, penetraron en la
Asamblea y dieron el espectáculo de un pueblo que delibera enfreno
te de sus delegados. Pero los gobiernos revolucionarios no com-
prenden su mision, J cuando se hallan en el poder los hombres que
parecian mas ardientes, no aciertan á definir la autoridad ni la com-
prenden; y en vez de imponerse por la razon y por la justicia que
todo el mundo acata, que todos obedecen, toman empelio en que sus
caprichos tengan fuerzo de ley y sean por todos respetados, valién-
dose de ]a fuerza si la razon no es bastante.


y Blanqui y Barbés J muchos otros patriotas y hasta miembros
del gobierno provisional fueroD perseguidos y acusados al siguiente
dia como perturbadores, formándose un nuevo gobierno y tomando
la Asamblea un carácter eminentemeDt~ reaccionario.


VII.


Un mes despues, en ii de junio, el nuevo ministerio provocaba
un conflicto disolviendo repentinament~ los tálleres nacionales. Una
inmensa agrupacion de obreros que torpemente J quizá conJines si-
niestros se habia hecho venir de todos puntos de Francia para herir
mortalmente á ]a nueva idea, para impedir el~desenvolvimiento de la
jóven República. Y á esa horrible amenaza del hambre, y á esa in-
cóncebible y brutal disolucion, los obreros respondieron con un lla-
mamiento' á las armas.


París no fué Paris durante cinco días; Paris fué una morada de
caribes, de antropófagos; de salvajes. La Asamblea depositó en Ca-
vaignac la dictadura, y este generalJuvo bastante valor para em-
plear el plomo, el hierro, el incendio, la metraUa, todos los horrores
de la guérra contra los hombres y contra 108 edificios de una pobla-
cion civilizada.


Aquello fué una horrible, una espantosa carnicería-hecha en nom-
bre del órden y de la sociedad, para castigar á las legiones de se-
res hambrientos é ignorantes á quieoes se habia -prometido la ven-
tura y la dicha. Aquello fué uoa infamia, aquello no tiene nombre, y
ha sido Decesario que viniera posteriormente un Napoleon para ba-




DIL úLTIMO BORBOJe DIISPAÑA. 79
cer que se olvidase afrenta semejante, tamarlo ultraje á la huma-
nidad .


. ;m, Mas de !O I 000 muertos, barrios enteros destruidos, mujeres, ni-
rlos, ancianos, generales, soldados, hombres del pueblo, hombres
de ciencia, el arzobispo, todos cayeron bajo el plomo mortifero en
aquellas jornadas que el ! de diciembre ha borrado, pero que en
las nuevas excavaciones y cuando se limpie esa mancha ignominio-
sa del imperio; aparecerán de nuevo con todos sus horribles deta-
lles, con todos sus repugnantes episodios, con todos sus crímenes,
con todas sus moldades.


Si la reaccion y el despotismo no contaran en sus anales la Saint-
Bartbelemy y la multitud de crímenes espantosos que la historia re-
gistra, bastaría este nuefO atentado, ese atentado de ayer para con·
denarlos y maldecirlos.


VIII.


Todos los egoismos reunidos en infernal consorcio, todas las amo
biciones luchando por ahogar en sangre la república democrá-
tica que, noble y generosa, no habia hecho verter una sola lágri·
ina, y que anhelando la paz no habia dudado en sacrificar á los
pueblos sus hermanos antes que provocar conflictos entre las nacio-·
nalidades; todos los egoísmos reunidos lucharon y se hicieron respe-
tar encharcando con sangre la villa de París.


Al consagrar esas páginas en que la infamia, la hipocresia y la
traicion quedaron triunfantes; al recordar esos hechos; al trasmitir
á las futuras generaciones los acuerdos de aquella Asamblea que
decia representar al pueblo francés; al sefialar los castigos impues-
tos cuando se hablaba de libertad, cuando se habia hecho una re-
volucion para poner en práctica grandes princ~pios y acabar con las
farsas y las tiranias, será forzoso echar un velo muy tupido sobre la
conducta de los que obraban así en nombre de la República.


Deportaciones numerosas que los consejos de guerra decretaron,
persecuciones horribles en que Jueron envueltos muchos miembros
de la Asamblea, el terror blanco en perspectiva, el predominio de
los aventureros políticos y de los farsantes, tal fué el result~do de
aquel combate sangriento que la Europa entera llegó á saber con
escándalo y con indignacion.




80 I1I8TORU DEI. RIINADO
Muchos dias; pasaron, y toda, la Francia gimió bajo el peso de los


consejos de guerra, bajo el yugo de la dictadura, mientras se pre-
paraban en las eleeeiotles de la Asamblea l06elemeofos y las bases
de la nueva CODstitueioD •.


Tal era el cuadro que presentaba la Europa, que en breves días
-iba á cambiar especialmente, en Italia, bajil el fúnesto influjo de la
carnicerfa y de la D)atanza de Paris.




CAPJTU LO xlt.


SUMARIO.


Vuélvese á hablar de la candidatura de Narvaez, despues de haber dado una ojeada á
los asuntos generales de Europa.-Desfalco del Banco de San Fernando.-Aumen";'
to de las facciones.-Arbitrariedades y aberraciones.


1.


Ya lo hemos dicho, las intrigas de todas clases se urdian en aquel
semillero de ambiciones llamado partido moderado, y el ministerio
vefase apenas libre de asechanzas, ya de Jos que se llamaban sus
amigos, ya de los que mas francos se declaraban en abierta oposi-
cion y le hacian una guerra sin cuartel. Narvaez, sin desatender los
golpes que se le dirigian por la revolucion, activo y laborioso para,
poner en práctica los salvadores principios de la dictadura omnipo-
tente, del desenfrenado despotismo, despues de perseguir-y deportar
á los liberales, todavia hallaba algunas horas que dedicar para com-
batir y trastornar los planes que las camarillas fraguaban contra él.


EntJ;'e otras cuestiones graves que surgieron hubo una harto es-
candalosaque se llamaba el desfalco del Banco de San Fernando. El
diputado Fagdaga hizo dimision de su destino inesperadamente, y
comenzaron por todas partes á circular alarmantes rumores que
desquiciaron por completo el crédito de aquel establecimiento. Su-


TollO llJ. 11




82 HISTORIA DEL REIN!.DO
ponlase que habian sido extraídas sumas fabulosas, y fueron pre-
sos el cajero y el tenedor de libros, con cuyo motivo los billetes
del Banco sufrieron un des_cuento terrible, perjudicando directamente
al comercio, que su fria entorpecimientos para Jos pagos.


La prensa no pudo menos de llamar ]a atencion hácia un suceso
tan escandaloso que venia á complicar tambien de una manera no-
table la ya no muy favorable situacion económica en que estaba e]
gobierno colocado.


Mas ruidoso aun que por sus consecuencias, era aquel hecho por
orIgen que se atribuia á la ruinosa operacion que llevaba á la car-
cel á célebres banqu3roscuyas relaciones eran bien conocidas.


Como en otros muchos crímenes, la opinion acusó á Cristina que
estaba relaci'onada con el director del Banco, y Jos procedimientos,
la causa oscúra y larga, que dió por resultado la condena de Fa-
g08ga, algunos aftos mas adelante, no han dado bastante luz, no
han hecho resplandecer con el brillo que naturalmente ostenta la ver-
dad en ese intrincado laberinto.


11.


Las facciones catalanas engrosaban cada dia, y Cabrera pudo ren-
Dir huestes numerosas, mientras que Elfo penetraba en Navarra y
en Extremadura,.se levantaban grupos bien armados recorriendo el
pajs en todas direcciones exigiendo los impuestos con regularidad,
y dtijando conocer que era ]a guerra civil con todos sus desastres á
pesar de las promesas, á .pesar de Jos continuos partes en que el
gobierno manifestaba la próxima des aparicio n de los facciosos.


Llegó la audacia de los carlistas hasta el punto de que una par-
tida de 140 hombres que mandaba un tal Martore)), se atrevió á
acercarse á Barcelona invadiendo el barrio de Gracia y llegando á
las mismas puertas de la ciudad.


En las plazas fronterizas á nuestros presidios de Arriea habian
los moros tambien llamado la atencion de las tropas, y el gobierno
desautorizado, falto de recursos, vacilante, en medio de las ambi-
ciones que le rodeaban, aumentaba en cada momento el rigor contra
los liberales que salían en cuerdas todos los días, y que todos los
dias eran buscados en sus casas con inaudito rigor, con terribJe sus-
picacia.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPA.ÑA.. 83
Parecía ciertamente que Isabel, que se entregaba á todo género


de excesos celebrando continuas y suntuosas fiestas en su palacio,
se habia propuesto borrar de la historia las crueldades de Fernando
con otras nuevas, mas terribles, que llenan el ánimo de espanto; y
por eso millares de infelices arrancados en medio de las tinieblas
de la nl)che del seno de sus angustiadas familias, salían atados codo
á codo sin que la enfermedad fuera bastante causa para que se les
tra~se con consideraeion. ¡Cuántos de aquellos que iban á ser ar-
rojados en las bodegas -de los buques dispuestos á transportarlos á
Filipinas daban la última despodida á sus padres, á sus hijos, á sus
esposas y amigos! ¡Cuántos no volverían á ver el sol de la patria,
arrojados de ella por el desenfrenado bandalismo de la corte de Isa-
bel, é iban á morir en el fondo de los mares!


Asi¡ así se ha engendrado el odio, así ha germinado el desprecio
hácia los Borbones, y por esto el pais ha visto con indiferencia como
abandonaba ella, que babia nacido en nuestro clima y en medio de
nosotros, el lujo y las comodidades de su palacio.


111.


y entre los deportados como facciosos, como enemigos del órden,
como perturbadores y anarquistas, llegó un dia, el !8 de julio, en que
cierta notabilidad, el Excmo. Sr. don Luis Gonzalez Bravo, ex-
presidente del Consejo de ministros, ex-embajador de Espana en
Lisboa, ex-capilan de cazadores de ]a Milicia nacional, ex-folleti ..
nista del Guirigay, ex-demagogo y entonces diputado á Cortes, con-
docorado con varias grandes cruces y con la pequeña de setiembre,
moderado furibundo, y sobre reaccionario, enemigo acérrimo del
general Narvaez, se vió á disposicion de la policía.


Dijose que la desgracia del célebre Ibrahim Clarete, uno de los
votantes y mantenedores de la autorizacion para suspender las ga-
rantias individuales, reconocia por causa legitima una intriga que se
estaba fraguando para echar abajo el gabinete, en la cual figuraban
ex-ministros, altos funcionarios, generales vergonzantes, dignata-
rios de Palacio, y si la crónica no era infiel, personajes de alto co-
turno, y algun diplomático extranjero. .


Segun fama, MOD, Pidal y el mismo Martinez de la Bosa trabaja-
ban, manipuleaban y se desvivian para vO,lver á' ocupar el leello tle




8' HISTORIA DIL RIINADO
elpina8, todo por puro palrioIiImo. Pidal habia vuelto de la Granja
pocos dias antes, y su cullado se trasladó inmediatamente á la corte
creyendo ya madura la breva que iba á coger; pero ¡cuál no seria
su sorpr~sa, y cuáles no serian los amallos púestos en juego, para
frustrar la bien combinada tentativa de los émulos de Narvaezt En
vez de la cartera ansiada y perseguida, pudo ver á su presidente, al
que debialevantarle de nuevo para gloria de la Hacienda y prospe-
ridad de Espalla t 6010cado en una silla de posta por don Francisco
Chico, y escoltado por un jefe del regimiento de América que par tia
con direccioD á las islas Marianas, segun de público se decia.


IV.


C~si en el mismo dia en que se cometia esa justfsima arbitrarie-
dad castigando al ambicioso Gonzalez Bravo; mientras este cami-
naba por sus maquinaciones con los célebres cullados contra Narvaez
háoia la deportacion, se verificaba en las altas regiones un gran
cambio. Verdadera comedIa de magia, aquel órden de cosas á cada
momento cambiaba]a decoracion ministerial, como por encanto, y
á la sellal del tramoista los actores se trasformaban, entraban. sa-.
lian, desaparecian, renian, se_ abrazaban, se hundian, se elevaban y
variaban incesantemente de rostro. de vestido,.de lenguaje.


La Gaceta del 81 de julio de 1848, dos dias despues de la pri-
sion de Gonzalez Bravo, era un documento curiosfsimo bajo cual-
quier concepto que se considerara, ora se fijase la atencion en el
parte oficial pasado por el gobernador de Palacio á la presidencia
del Consejo de ministros en que se anunciaba UD aborto, consecuen-
cia probable de un gran disgusto en la regia Cámara, ora se tuviera
en cuenta la dimisoria estupenda del sellor"Casa frujo, ora se tomase
en consideracion el nombramiento de Pidal para el ministerio de
Estado, ora se meditase sobre el relevo del general Concha del cargo
de embajador de Espaiía cerca de la vecina República, entre cuyos
sucesos todos mediaba intima y estrecha relaciono


¿Cómo se atreviao los moderados, los hombres que se decian de
parlamento á sostener que era aquello un gobierno Constitucional'
Aquí si qu~ resaltaba evidentemente la violencia cometida en Pala-
cio descubierta por un aborto; aqul se podia ver claramente la lucha
de las camarillas; aquí se evidenciaba además la inmoralidad de




DIL ULT"O BORBO" DIISUÑA. 85
aquellas gentes cuando se asociab~n para un mismo proyecto y ca-
bian en un sacó Concha, Pidal, Gonzalez Bravo y Mon, héroes res-
pectivamente del Carral, del sistema tributario y de los saogrieBtos
episodios de Alicante.


y Lo absurdo, lo inconcebible, lo rastrero consistia en que abor-
tada despues del aborto regio, pudiera asociarse Pidal á los perse-
guidores de Concha y del Guirigay. Inmenso sacri6cio que pocos
dias des pues fué recompensado dignamente sacrificando. al empirieo
Orlando, par-a que luciera nuevamente sus profundos conocimientos
el célebre asturiano don Alejandro. .


v.


¿Qué significaba todo aquello, las bruscas desapariciones, las ele-
vaciones súbitas ,Jos arbitrarios arrestos y deportaciones de aquellos
agentes moderados á quienes se significaba el dia antes el mayor
aprecio y las mayores distinciones?


Los que han hablado de las altas dotes del general Narvaez, los
que le han tenido por hombre eminente al ver semejantes aberra-
ciones, no podrán seguramente defender que fuese mas que. UDa nu-
lidad hinchada de ambicion, que gastaba su tiempo y su inteligen-
cia en cábalas y conciliábulos, en intrigas y devaneos pata rodearse
de sectarios complacientes y poder imponerse en Palacio.


A la entrada del conde de la Romera en el ministerio de la Ha-
cienda, habían dicho los periódicos moderados que iba á salvar la
situacion; pero como tantas otras veces, aquellas promesas se con-
virtieron en decepciones. J el lacayo de Narvaez, aquel ministro
interino que nurica podia calentar el puesto, pasó esta vez tambien
como un relámpago deslumbrador. Para consolarle se le lisonjeaba
esta vez con aquello de los especiales conocimientos, verdadero sar-
casmo en lenguaje figurado ú oficial. ¿Por qué se arrebt}taba ]a di-
reccion de la Hacienda al hombre de 108 especiales conocimiento"
cuando sus planes debían surtir los resultados mas brillantes? ,Por
que se ]e sacrificaba en el altar de una reconciliacion bastarda á se-
mejanza de Gonzalez Bravo? - ,.


Entre las medidas aC~)Dsejadas por el célebre rentista Orlando, en
los breves días de su ministerio, descollaban como mas importantes
las de un empréstito forzoso de cien millones, en beneficio del Ban- .




86 msTOlUA DIL REINADO
co, y la suspension de la venta de bienes nacionales, ambas funes-
tas y desastrosas.


Para los moderados, las cuestiones económicas eran cuestiones
del momento, y con tal de cubrir su ruinoso presupuesto y soste-
ner su ejército formidable y pagar una policía numerosa y recom-
pensar pródigamente los servicios de partido, no temian devorar en
un dia todos los recursos futuros en que la nacion cifraba el soste-
nimiento de sus obligaciones.


Con estos remiendos, aqueÍ ministerÍo que recibia el apoyo de lo
mas floreeientes del pais, que se apresuraba á llenar las listas de
la ca:posicion de vidas g haciendas con nombres como el del serior
Fagoaga, preso por desfalcos en la caja del Banco de San Fernan-
do; sugetos de arraigo por el estilo del ex.-director del Iris, huésped
en aquella ocasion de ]a cárcel de la corte por su conocida aficion á
disponer de la hacienda ajena, y personas de probidad intachable
parecidas al diputado de las cucharillas, podia marchar desemba-
razadamente á su propósito y hacer la ventura y dar la libertad al
pueblo espallo!.




CAPITULO XlIl·


SUMARIO.


Conflictos que rodeaban al gobiemo.-Esperanzas que se concibieron de un cambio
de politica.-Nuevos desengaños.


1.


El ministerio que aparecia en locha con el parlamento sufriendo
la mortificacion de doblegarse á los caprichos de una mayoria capi-
taneada por los cunados asturianos; el ministerio que débil y vaci-
lante ante los afrancesados y los puritanos tuvo que zurcir" volun-
tades diversas para gobernar delante del presidente del Congreso,
don Alejandro; que debió su fuerza al peligro que despertó la caida '
de Luis Felipe y á la alarma de las elases cODservadoras, venia á
asociarse ahora con los (unestos hombres de la doble boda, con los
que habian logrado introducir en Espana al elemento de perturba-
cion Montpensier, y podia darse por muy satisfecho y robusteci-
do despues de tan horrenda persecucion como hacia' sus adversa-
rios.


Graves conflictos le rodeaban: el primero prod 1 cia cQmo. resulta·
do inmediato el descontento y la miseria de las clases que vivian de
sus sueldos ó pensiones, el descrédito del gobierno, la caja de los
titulos y la paralizacion consiguiente en todos los ramos del servi-




·88· HISTORIA DIL RBlRADO
cio público: del segundo procedian el descuento enorme de los bi-
lletes, la desaparicion de la moneda, la crisis mercantil, las quiebras
yel pánico que mataba la industria y entorpecia las transacciones
comerciales.


A.unque complexas, podian fácilmente señalarse las 'principales
causas que habían traido al Erarío á tan deplorable situaoion. In-
dudablemente el desnivel entre los ingresos y los gastos traia su
origeo del aumento escandaloso 'que habian tenido estos últimos
desde la dominacion moderada, aumento á que no pudo hacer fren-
te la reforma tributaria por mas que se duplioaran las rentas y se
creasen otras nuevas.-Nó poco habia contribuido .tambien á ello la
organizaoion administrativa, complicada y dispendiosa; hasta el
punto de que su misma balumba trastornaba, confundia yadultera-
ba el servicio, contando una parte muy considerable de las rentas.
Por último las conversiones llevando hasta uña cifra muy ~alta los
intereses del S por 100, habian agravado el conflicto, poniendo un
obstáculo casi invencible al arreglo de la .deuda, base del crédito,
de la confianza y de la prosperidad.


n.


y aquel ministerio, como hemos dicho, tenia en perspeotiva gran-
des cosas que haoer, grandes reformas que realizar, se perdia en el
vacio, no sabia ni podia.agitar~e sino para la destruccion, para el
desórden y para la matanza; y tanto era asf, tao débil y tan im-
potente se encontraba, que sus adversarios aun dispersos, aun he-
ridos y alejados por los satélites de la resccion, le aterraban, y no
tenia ánimo para buscar nuevo apoyo en el seno de aquel parla-
mento que le habia armado con la dictadura. El descontento era
grande, comenzaban los atrasos en la satisfaccion de las cargas, J
todos los esfuerzos del Necker astoriano no habían bastado para
levantar un nuevo empréstito de SO millones de reales con que
atender á los gastos mas perentorios, á las fiestas y á los saraos de


_ Palacio donde se derrochaba grandemente aunque quedaban sin pa-
gar las mas justas pensiones, la servidumbre y demás dependen-
cias, habiendo tenido que cerrar la h~rrerfa y otras. Y para colmo
de irrision, aquel gobierno que no podia realizar aquel empréstito,
aun satisfaciendo el 40 por 100 Y aun empeliando las rentas pú-




DEL ULTIMO BORBON DI ISPA.NA.. 89
bJicas se veia amenazado de la crisis, de esa terrible eofermedad
crónica, y se citaban los nombres de O'DonnelJ, Seijas Lozano, Rios
Rosas y Arlela, como los que debian volver por el brillo del siste-
ma parlamentario, dando solucion á los grandes peligros que en la
Hacienda se dejaban sentir sacando al Banco del apuro en que se
encontraba. Por este modo venia á justificarse )a evolucion que
tanto asombro causara la entrada en el ministerio de Mon y Pidal,
tan gastados ya, y tan impopulares; y explieaban algunos el re:-
pentino regreso del ex .. folletinisla del Guirigay que llegó á la Granja
en 25 de agosto ~espues de un viaje á Cádiz, en cuyas cárceles
habia permanecido.


111.


Un decreto que publicó la. Cacela llamando á elecciones para sus·
tituir á los diputados que habian admitido empleos, hizo creer á
muchos que se hallaba próximo un cambio ó una modificacion 7 y
que iba á cesar el régimen de excepcion que tan funestos resulta-
dos habia darlo y tantas desgracias y tantas persecuciones habia pro-
vocadó:. Pero Narvaez queria formarse una mayoría si no mas com-
placiente, mas intima y mas personal, y para esto y para eliminar
á los progresistas necesitaba acudir á la disolucion, mientras que
Mon y Pidal temiendo perder votos pretendian que continuase inde·
finadamente aquella situacion anómala en que el ministerio era se-
ñor de vidas 11 haciendas, no ya de los que se las ofrecian volun-
tariamente, .sino de los que pretendia considerar como enemigos.


y en su furor de perseguir, no contentos con trasportar en un solo
buque á Filipinas, apifiados y contra todas las proscripciones hi-
giénicas, 324 hombres honrados, muchos de ellos enfermos porque
en las traslaciones por tierra se les habia cargado de cadenas como
presidarios, sin haberles formado causa, sin haberles oido, tenían
la prensa sometida al mutismo, prohibiendo exhalar quejas á los
desgraciados.


En Madrid gobernaba ya el célebre Breton ',que habia sustituido
al general Pezuela, despues de haber estado algunos dias interino
el conde de Mirasol, que cayó en desgracia y fué desterrado á Cuen-
ca; pero estos cambios influian bien poco, y la policía aprisionaba y
los consejos de guerra juzgaban y sentenciaban á los desgraciados


TOllO III.




90 HlSTORI.l DEL RIINADO
que por sus antecedentes liberales ó por renoilJas privadas tenian al-
gun enemigo en aquella benéfica institucioD.


FI que se propusiera escribir la historia de las crisis ocurridas du-
rante el mando de los 'moderados, tandría abundante tarea con que
aleccionar y entretener á las generaciones futuras. Siendo cierto que
en la vida ínterior de Jos partidos es donde mas brillan la abnega-
cion, la lealtad, la consecuencia, y las virtudes toda~ que constitu-
yen el vfnculo mas fuerte de las sociedades poUticas, no podemos
formar el juicio mas favorable sobre la comunioD moderada: En ella
se ha visto un semillero de cábalas, aSf'chanzas y miserias, que re-
conocían el orígen mas vergonzoso.


Nosotros no extrafiamos que los partidos se fraccionen por una
cuestion politica, qUé se considera y resuelve de buena fe, bajo un
punto diverso de vista, ni tampoco nos admira que lleguen hasta
hostilizarse las parcialidades en que se ha dividido una hueste antes
compacta tratándose de principios; pero si nos sorprende mucho que
los hombres que en público profesan unos mismos y aceptan ó se
mancomunan todos en los desafueros mas vituperables, se hagan en
secreto una guerra sorda, y aspire cada uno á labrar su fortuna
sobre las ruinas del amigo á quien adula y basta se abraza para
herirlo por la espalda. Esto quiere decir que si hay rigor inflexible
para Jos contrarios, hay tambien doblez y falsia por los amigos:
esto quiere decir que la cuestion politica dentro del partido mode-
rado fué siempre una cuestioll de personas, fué siempre una lucha
de ambiciones bastardas, donde vence el mas hábil, el mas intri-
gante, 'ó el mas osado.


IV.


Un acontecimiento inesperado y súbito vino á poner en evidencia
lae profundas escisiones del partido dominante. A. los pocos dias de
haber caído Salamanca, Narvaez habia creado el eargo de goberna-
dor de palacio para complacer á sus parciales, que pedian á grito
la abolicion de la intendencia de la real casa, en odio sin duda á
ciertas persQnas que la habian últimamente desempeftado.


El bombre que entonces pareció el mas á proposito, digno, ca-
paz y llamado para obtener un cargo de tanta confianza, fué el mar-




DEL ULTIMO BORBON DK ESI'~A. 91
qués de Mirafiores, como se prueba en la real órden de!8 de oc-
tubre de 1847.


La fümosa idea del ministerio en punto al gobierno de palacio y
al nombramiento del citado marqués, sacó de sus easillas al Heral-
do, como suele vulgarme~te deeirse, quien se apresuró á exhalar
los vapores de Sil entusiasmo.


En aquellos momentos de expansion en que se se acarician las
risuenas realidades del poder, el Heraldo bo habia vacilado en su-
poner que el gobierno habia cortado con mano firme y' prudente
cuestiones y habia resuelto dificultades no solo de aetualidad, sino
muchas que podrian presentarse en el porvenir con grave mengua
de los intereses del' trono, y con sentimiento de los que simboliza-
ban en él las mas gratas esperanzas de la monarquía.


Asi hablaba el periódico de Sartorius, asi veia las eosas, y la
creacion de un gobernador de palacio equivalía, á su juieio, á la de
un ministerio exclusivo de la real casa, bajo cuya responsabilidad
se manejaban intereses que, entregados á diferentes manos, no po-
dian vigilarse y se hallaban mas fácilmente expuestos á desfaloos y
malversaciones.


Las teorfas del periódico narvaista se fundaban en que el rey no
puede atender á sus in tereses; pero la práctica y la historia demues-
tran con bastante exactitud, por desgracia, que lo queJos reyes des-
euidan, haya ó no ministros afectos á la casa del emperador, no es
sus intereses, sino los intereses del pueblo que derrochan y malgas-
tan y dilapidan sin compasion, sin piedad, por mas que arranquen á
las madres desgraciadas el bocado de pan que debía alimentar á sus
hijos, yesos mismos hijos, para llevarlos á oprimir y estrujar á sus
hermanos.


v.


Son muchas y muyextranás las contradicciones del partido mo-
derado, y grande ó inmenso el respeto que tiene á la ley y á los
principios constitucionales, y por aquel tiempo se trataba de dar un
alto ejemplo de moralidad, porque Sartorios preferia á todo la QlO-
ra1idad, castigando á Salamanca y Pena Aguayo, moralmente se en-
tiende, por los enjuagues que se 'suponia habian producido segun
constaba en la famosa acta de acusacion que los sucesos de febrero
habian dejado sin efecto positivo pendiente ante las cortes.




9t DISTORIA. DBL IlIIlUDO
Llegó el gobierno á suponer al hacerse el nombramiento de Mi-


raflores para gobernador de palacio, qce bajo el aspecto politico la
creacion de ese cargo podia dar origen á resu'ltados ventajosos para
la tranquilidad del pais, pues sometidos á esta autoridad los pala-
ciegos debian quedar inefiGaces las camarillas. ¡Ridículo y sangrien-
to epigrama en boca de aquellas gentes! ¡Funesta decepcion! por-
.que el desórden, los gastos sup~rfluos, los saraos y las orgías se re-
pitieron; y las crisis, y las·conjuraciones, y las iDflu~ncias camari-
1lescas, hicieron vacilar al héroe de Ardoz, mal que pesara al sobe-
rallo ministro de la real casa.


Poco tardaron en comprender aquellos aduladores sempiternos
que no estaban mas seguros con la tal institucion; yen 18 de·octu-
bre de 18481 esto es un afto menos diez dias despues -de la tan ca-
careada reforma, corren ciertos rumores, se babIa de crisis, yapa-
rece en la Gaceta un decreto en el que se admitia la dimisioD del al-
tisonante· gobernador que no podia soportar mas -los placere, que
tan elevado puesto proporcionaba.·


El marqués de Miraflores decia hallarse enfermo; y al siguiente
dia aquellos que odiaban las camarillas y querian evitar SUg peli-
gro~, nombrando, á semejanza de las grandes naciones., un ministro
especial de palacio, encargaban al rey consorte, al fugitivo del Par-
do, )a direccion y gobierno ~el real patrimonio, á quien se dig-
naba Isabel al mismo tiempo dirigir una carta autógrafa; nombrando
intendente de palacio al famoso conde de Vistabermosa, célebre en-
tonce$ por la cuestion de canalones, por sus excelentes medidas tau-
ro~áquicas, y á quien mas adelante debia coronar la victoria por
sos lanzadas en los campos de Vicálvaro.


VI.


El general Narvaez habiatenido que ceder, habia tenido que re-
plegarse anle lacrec!ente influencia del partido del rey, esto es, del
partido absolutista puro que dominaba en los conciliábulos del'ma-
rido de Isabel. Alli los clérigos iban preparándose á ocupar legal-
mente el poder, desconcertando por completo al partido moderado, y
llevándole de error en error y de concesion en concesion, á constituir
en derecho lo que solo como práctica ejercian, la dictadura, el des-
potismo. Ellos fingian hipóeritamente amor á la libertad; ellos que-




DIL ULTDrO BORBOn DI BSPA.~A. 93
rian pasar por constitucionales, y 1010 para evitar elltravíos sacrifi-
caban inhumanamente á los hombres de la revolucion que iba á des-
cadenarse y á mancharse con crímenes inauditos.


Asf pretendían excusar sus desafueros, su egoísmo y su ambi-
cion; asi pretendian dominar constantemente en Espalla los explo-
tadores de todas las soberanias, los oligárquicos, los verdaderos
anarquistas, los audaces y cinicos demagogos.


y am comenzó para ellos que decian temblar ante las camarillas,
cuando solo á las camarillas, Eunca á su mérito, nunca á las prác-
ticas parlamentarias, debían su elev8cion; aquf comenzaba, decimos ,
la infloenca real de aquel Quijote frailesco y monjil, que como dice
el festivo escritor Quevedo pasaba por todo hasta por el Casar, con
tal de satisfacer sus inmundos caprichos y la criminal avaricia de
los que le rodeaban. ,




CPtTULO XIV·


SUMARIO.


CQnvocácion de cortes para e115 de diciembre de 18~8.-Indulto raquítico.


l.


El gobierno se decidió por fin á poner término á aque))a horrible
crisis. Despues de cinco meses de lucha constante, de persecuciones,
de episodios sangrientos ó ridículos, el ministerio Narvaez-Sartorius
volvía al campo de la libertad, de aquella legalidad farsa en que los
moderados hacian consistir el sistema representativo, de aquella le-
galidad hipócrita que debia hacer mucho dano á la causa del pro-
greso, acostumbrando á la juventud al vicio y á la corrupcion, y
preparando nuevos diasde escándalo, nuevas ocasiones de perver-
sion de los nobles instintos, de los sentimíentos hidalgos que siem-
pre habían dominado en Espana.


No se resolvian las cuestiones pendientes; pero el gabinete gas-
tado en la vaguedad de su aislamiento, viendo naufragar delante de
si todas sus esperanzas, temeroso, débil, quiso correr aun el riesgo
de presentarse ante lo que se llamaba la representacion nacional.
Iba á espira.r el. plazo que la Constitucion marcaba, habia llegado
la época de arrojar la careta y declarar paladinamente que eran ab-




DIL ULTIMO BORBON DIISPAÑA. 95
solutistas; y Narvaez, Mon y Pidal y toda aquella cohorte de des-
venturados que teoian valor bastante para abusar de la fuerza diez-
mando cOn la metralla á sus contrarios y perseguirlos con encarni-
zamiento, haciendo verter lágrimas á numerosas familias, se encon-
traron pequenos en el momento de la crisis y vieron que se desliza-
ban al abismo de la reaceion clerical abierto bajo sus plantas. En-
tonces publicó la Gacela la convocatoria del parlamento para el 15
de diciembre.


11.


Esa medida venia á alterar por completo la situacion política mo-
dificando respectivamente las posiciones de los partidos beligeran-
tes. Aquella especie de concesion hecha por Narvaez y Sartorius al
sistema parlamentario venia á cambiar la marcha de los sucesos en
medio de la grave crisis que Europa atravesaba. \


Cierto es que el partido dominante, el bando moderado, habia He·
gado á adquirir tal flexibilidad de principios que sobrenadaba
siempre.


Nada hay en politica mas absurdo que esos partidos universales
que mandan en todos tiempos y circunstancias, con unos principios
6 los opuestos, y que ast se calan el gorro frigio como sirven á las
órdenes de un tirano; verdaderos suizos que venden sus creencias y
las modifican y las cambian por el salario del mando y de las ri-
quezas. Ninguna asociacion de hombres merece el nombre de parti-
do polftico, ni puede ostentar sus tUulos siempre respetables, si no
tie~e doctrinas fijas que ensaye con fe en el gobierno y sostenga con
firmeza en la adversidad, doctrinas que formen UD sistema comple-
to y se acomoden á los buenos principios. .


111.


y lo mas extrafio, y 10 mas anómalo era que, el partido mode-
rado prometia siempre templanza y legalidad, haciendo seguir estas
promesas de safiudas persecuciones, de brutales arbitrariedades y
de escandalosos desafueros. Como quiera que fuese, se sospechaba
que el gobierno dando por terminado el periodo de fuerza daria




96 HISTORlA DEL RIINADO
cuenta á las cortes del uso que habia hech& de la aut6rizacion coo-
cedida para suspender las garantias consignadas en el articulo '1 •• de
la ConstitucioD. y era de ley y de necesidad la reunion de las cor-
tes, porque además de los articulos violados quedaria infringido
el 16 no reuniendo el parlamento en lo que quedaba de afio como'
aquel prescribia. Era tambien urgente volar los presupuestos
ptesentados en la sesion de 18 de diciembre de 18i7 respectivos al
mismo afio, y no podia seguirse mas tiempo en aquel violento sis-
tema que duraba hacia ocho meses.


Algunos esperaban que en las cortes se exigiría responsabilidad
al gobierno, toda vez que habian sido separados de su domicilio y
deportados á las posesiones de Ultramar millares de ciudadanos,
siempre que el gobierno no justificase de una manera indudable
que sus agentes no habian cometido excesos, y que entre el excesivo
número de 'confinados no los habia. por satisfacer agravios y ven-
ganzaspersonales. No era, cosa de repetir el ejemplo de 1844, en
que se absolvieron las mayores iniquidades, á posar de probarse en


- plena sesion que muchos diputados habian sido arrastrados á los
calabozos permaneciendo meses y meses con rigorosa incomunica-
cion, lo mismo que otros muchos ciudadanos, por la deJacion oculta
de un agente de policía, á quien se pagaba por este servicio, pre-
miándole en proporcion al buen desempeno de su cargo.


IV.


El dia en que se publicó la convocatoria era el de celebridad
para Isabel, y quiso senalarle tambien con un acto de clemencia
,concediendo un indulto, que no alcanzaba ciertamente á .los ciuda-
danos presos, deportados y desterrados por sus sicarios que contra
]a misma absurda autorizacion de suspcnsion de las garantías, se
habían hecho arbitros de vidas y haciendas para in eternum. Cuan-
do Luzuriaga habia preguntado al gobierno si con arreglo al texto
del articulo de la autorizacion quedarian sin efecto los acuerdos de
)a autoridad en el momento en que hiciera la convocacion de la le-
gislatura, Brabo Murillo habia contestado, que al terminar la legis-
latura comenzaba á estar en vigor la autorizacion, cesando desde el
momento en que empezara la siguiente, porque ~Ios términos de la
leyeran terminantes; pero que si las circunstaneías exigían deter-




DEL ULTIMO BOBBON DI ESPAÑA. 91
minsciones cuyos efectos pasaran á tres, cuatro ó mas meses des-
pues de comenzada la siguiente serie de sesiones, eso era inevitable.
Con lo cual queria decirse, que desde el mismo dia 19 de noviem-
bre debia empezarse á poner en libertad á todos los . presos guber-
nativamente, dejando á deportados y confinados que volviesen al
seno de sus familias. Pero en vez de esto el Heraldo insertaba es-
tas líneas significativas:


«Los periódicos progresistas nos preguntan si los diputados po-
drán regresar libremente á Espafta de resultas de la convocatoria á
cortes; y nosotros respondemos que esta es cuestion entre el go-
bierno y ellos; entre el gobierno que tiene en sus manos las prue-
bas de todas las eompUoo.ciones, y ellos que deben saber basta qué
punto están complicados.»


Ni indulto, ni cumplimiento de las ofertas.


TOllo 1lI.




CAPITULO xv·


SUMARID.


IneptiLud de varios generales para acabar con las facciones de Cataluña.-Por qué
medios se puso fin á aquella lucha bajo el mando de Concha.


l.


Las facciones carlistas y republicanas domiaaban toda la Catalu-
lia. En diversos encuentros habian acabado con los jefes de colum-
nas y penetraban en las poblaciones, sitiaban los fuertes, sorpren-
dian los destacamentos, exigian contribuciones y llevaban el pánico
y el desconcierto por todas partes.


Cambiáronse los generales y se ensayaron diversas tácticas sin
conseguir mejores resultados.


Córdova, despues de permanecer muchos meses en la capital del
Principado, mientras Cabrera organizaba sus huestes y los republi-
canos tomaban incremento, se decidió por fin á salir á campatla
anunciando que no regresaria hasta acabar con los enemigos; pero
como todos los otros generales, mas atento á contener el espíritu re-
volucionario, que á procurar la destruccion de los carlistas, limitó-
se á demostraciones poco gratas cjertamente para los pueblos que
se vieron favorecidos con ellas. .


El sistema del gobierno se reducia á procurar atraerSe los jefes




DIL UU'JMO BOBBOll'DB BSPAÑA. l'
dIa la$ par'~ por eualquier medio, y asi lo consiguió ea la liaD ..
qha donde Royo y Peco se presentaron con sus fuerza.s en Ciu4ad ..
~. aoegiéndQse á los beneficÍQs que se les dispensaban.


En Aragon y Cataluila, lo mismo que en las otras pmvilQias:,
DlQatráronse ma.s ~Dérgicos y consecuentes, IGS jefes y generales du-
rante mUQh() tieflt¡po. y Cabrera cuya deslruooioo se creyó asegura·
da, pudo en los primeros dias da Doviembre derJotal' una colomna
basfante f«elle mandada por Manzana, consiguiendo remlirla y ba-
C6t prisioneros á, tedos los que la cOOlponian. El general fué además
herido en el desesperado encuentro, y hubo no p080S m1lertos. Así
respoodia Clilirera á las bravatas de los generales; así desbarataba
ns combinaciones; y Córdova, mobioo y asendereado, tuvo que re-
gresar á Barcelona, á donde Cabrera le mandó algunos sargentos y
s~. eumplidQS de la columna de Ha.nzano, y un Q:ficial hijo del
¡en.eral Loreuzo con el encargtl de manifestar que se hiciese la guerra
r~8ular, ai 1)0 querian que pasase á cucbillo á lodos los prisioneros.


1\1 gobierno W:VQ qua relaar al geaeoal Córdova, para sustituirle
por cWll Maluel de la Concha que se propuso emplear nwevas y fe-
cWld4S combinaciones estratégicas, que habia estudiado en las so-
ledades del ostrMismo.


Baldrich consiguió tambien algunas ventajas, y las tropas no po-
dian resistir )as marchas y contramarchas, mientras los pueblos eran
vejados por unos y por otros, sufriendo repetidas multas por dar y
dejar. de dar los partes respectivamente. Aquello, pues, era insos-
tenible, y debia atajarse en breve el mal si no se qu eria exponer el
pais á UDa completa disolucion.


11.


La negada del general Concha para tomar el mando de las fuer-
zas que operaban en Cataluila, que dicho sea de paso pasaban de
cuarenta mil hombres, siempre en agitacion y movimiento, siempre
en actividad pero sin resultado, puesto que todos los correos eran
detenidos en el Bruch ó en el Ampurdan, la llegada de Concha, de-
cimos, coincidió casi con la presentacion de los cabecillas carlistas
Pons (Pep del OH) y Posas. El eapitan general de Catalalla habia
manifestado que Posas se hallaba dispuesto á incorporarse á las tropas
de su mando con todas sus fuerzas. Efectivamente, el dia 5 de di-




180 mSToRU DEL REIN!DO
ciembre hallándose con su cuartel general en Esparraguera, Posas
se acercó dejándose envolver por las fuerzas que le esperaban, y
obligando asf á su gente á rendirse, no sin que alguDos volvieran
grupas é hicieran resistencia.


Concha recomendaba vivamente áPons por los eficaces trabajos
que hacia, pues ya se hallaba en relaciones con otro jefe que al
mando de trescientos hombres debia someterse.


Se ve, pues, las habilidades de este famoso general que con dul-
zura y calma llevaba la guerra en mejor estado que los antiguos
jefes de Catalufta.
, Con estos parciales arrancados al carlismo formaba su estado
mayor al entrar en Barcelona, donde se recibia al mismo tiempo la
feliz noticia de la nueva quinta de !5,000 hombres, que el gobierno
anticipaba algunos meses para atender á todas las eventualidades,
sin esperar la reunion de las cortes que ya estaban convocadas. Y
el general procuraba economizar la sangre, mientras los ministros,
que sin duda consideraban muy costosas estas pacificas manifesta- .
ciones de los trabucaires, buscaban elementos de fuerza y querian
prodigar la sangre del pueblo, en vez de buscar en una polHica Ji-
beral y firme los medios de establecer la paz y el órden verdadero.




CAPITULO XVi·


SUMARIO.


Crisis ministerial á fines de 18,i8.-Tendencias cada día mas reaccionarias del go-
bierno español.-Progresos del espíritu de reforma en las principales naciones de
Europa.-Con.cesiones que á los pueblos hacian varios soberanos.


l.


Mientras que en Espana marchaban por este camino los aconte-
cimientos; mientras que aquel gabinete pretendiendo salvar la so-
ciedad, el órden, el trono y las instituciones, llevaba á todas partes
el caos y la anarqufa, la desorganizacion y el despilfarro; mientras
que los pueblos se veian hoy amenazados por las facciones, que di-
cho sea de paso, fuera de la cobranza de los impuestos, mostraban
mas respeto á las personas que los agentes del poder constituido,
y mas deferencia á los liberales que los qae se llamaban gobierno
tle una reina constitucional; se agitaban en Europa, en todos los
pueblos las masas y los ejércitos produciendo un conflicto univer-
sal, que la infamia de unos y la debilidad de otros hacian mas pe-
noso desde que en las jornadas de junio los republicanos franceses
por UDa mala inteligencia y dominados por la reaccion se degollaron
unos á otros con encarnizamiento horrible.




101 HISTORIA DIL REINADO


11.


Pero antes de dar cuenta en globo de los acontecimientos exterio-
res, permftasenos hablar de una de las repetidas tramas del mode-
rantismo, que puso en peligro la existencia del ministerio. Dos días
antes de la apertura de las cortes, los amigos y paniaguados de la
situacion amanecieron cabizbajos y mohinos, considerando perdido
el puesto que tantos sudores les ocasionaba; mientras que sus ad-
versarios declarados y ocultos celebraban el feliz suceso, formán-
dose entre los noticieros cálculos y conjeturas y dando versiones
distintas á la improvisada crisis. Peco duró siD embargo aquella
marejada, y apaciguándose la borrasca solo dejó en pos de si algu-
nas destituciones, entre ellas las del conde de Cumbres-altas, Vasallo
y marqués de Santiago, caballtU'. ,mayor el primero, gentil-hom-
bre el segundo y caronel de granaderos de la Corona el tereero.


nI.


Con mayoria en las cortes, y favorecido por la fortuna en las jor-
nadas revoluoionarias, aquel gabinete debia estimarse asegurado,
sobre todo en vfsperas de abrirse el parlamento, donde habria de
dar cuenta de IUS actos y donde obtendría ciertamente un voto ab-
sruutorio. Sin eIlhargo, 6S&S 'hombres que se habían .ostenido ea
dias de peligro, y que gozaban en aparieneia de todas las venttJ.jas
que afirman y consolidan Jos gobiernos, estaban bajo el imperio de
crisis continuas, ,apeDa$ pasaba di. sin que se anunciase la reti-
rada de algunos ministros, ó que todo el Consejo babia presentado
la di mIsio n y recibido su despedida.


El ministerio se habiaeolocado &0 Qna situacion absurda. Hostil
, las ideas liberales, fijo ea medio del movimiento general de la Eu-
ropa, enemigo de lo" ~ncesiOA legítima, estaba empellado en nna
lucha desesperada, ,donde agotaba sus fuerzas inúJilmente para lo-
grar un imposible. Los triunfos paroiales que habia obtenido tur-
baban su razon y la ofuscaban, balta el punto de imaginar que con




DIL Ut"I'1i10 BOllIIOI( DIBSPUA. 10S
el auxilio de algunos miles de bayonetas podria contener el torren·
te y ser el paladin victorioso de la reacciono Para él eran inútiles y
perdidas todas las lecciones de la historia contemporánea. En vano
habia visto que los gobiernos de Holanda y Bélgica se apresuraron
á conceder las reformas exigidas pór la épooa, asegurando u~ so-
sleg& envi~iable en medio del trastorno general: eb vaoo miraba qua
el etnperador de Austria abdicabadespues de un 1riuDfo sangriento,
y que el ~y de Prusia acordaba una CObs1itucioD democrática tnts
unadisolueion atrevida: en vano fué testigt) de aqueUos terribles
eatiWlismos en que Se habianhundido tantos tronos y dibastfas. Co·
mo debilidades calificaba la prudencia y p1'&lision de los prillcipes
y de los gobiernos, y asegu·raba arrogante que la resistencia 1Ie---
vada á cierto punto, hubiera contenido y anonado al espiritu inno-
vador.
~te y no otro ()rigen reconocía la t1aque~a del ministerio. Babia


-declarado la guerra á. las ideas, y estas lécercaban, le estrechaban,
le coofuM;an y le ahogaban. Ou(ft<ié; "iet arbitrario cuando todos


. suspiraban por la legalidad , ¡njaslo euando todos :estaban sedientos
de justicia.


IV.


Mucho cuidado y atencíon ponian los gobiernos moderados en
contrariar el espiritu de la época, y en tanto que llamaba al rede-
dor de su pendon á los partidarios del ant1guo régimen proclamando
la reaccion á-la mU81'ti, vencedor en Austria y '6n Prusia el espiritu
de reftJrma; obligaba á FernaiJldo I·áabdicar en elarcMduque Fran-
cisco Carlos José Ja e~l'OD18 imperial, (ln nembre del sentimiento re-
'oItIoifmario, y al rey Federico Gomermo á dar una Constitucion al
pueblo prusiano mas democrática qué la establecida en Espalia por
la ley fundamental de ta mODllrqu(a. Mas fuerte qae la reaccion, el
espiritu de reforma triunfa de sus enemigos declarados y encubier-
tos, supera cuantos obstáculos le oponen las preocupaciones invete-
radaa y la afieioná los 8/ltiguos abusos, deSlifia Jos cadalsos y fu-
silamielltos, rompe las Cadetl8S que amarraban á la g~neraeion mo-
derna y dicta ley~ á los mismos qtle armaron SU brazo con el hier-
ro y el fu~go para combatir 10:5 ndélanto8.




101 HlSTORIA. DEL REINA.DO


V.


¡,! qué atribuir que el emperador de A.ustria, despues de haber
vencido i canonazos .la insurreccion de Viena, se despojase de la
corona que parecia haber clávado en sus sienes la sangrienta vic-
toria conseguida por el Ban de Croacia~ ¿Cómo se explicaba que el
rey de Prusia, habiéndose sobrepuesto á la asamblea constituyente,
se apresurase á moderar su autoridad y privarse de los privilegios
tradicionales que heredó de sus antecesores, con el otorgamiento de
una CODstitucion, formada bajo los principios latos del derecho po-
litico moderno? ¿Cuál era la causa impulsiva que movió tan eficáz-
mente el ánimo de uno y otro monarca para imponerles semejantes
sacrificios en los momentos mismos en que ]a suerte de las armas y
el ascendiente de su autoridad, parecian dispensarles de toda con-
eesion en sentido popular? ¿Quién pudo inspirarles esa abnegaeion
generosa en perjuicio de sus intereses, de sus prerogativas y de su
poder hereditario? Para encontrar la clave del enigma basta echar
una ojeada sobre los sucesos contemporáneos y comprender la in-
fluencia irresistible que vienen ejerciendo las nuevas ideas, donde
quiera que la civilizacion ha penetrado.


VI.


Conmovida toda la A.lemania por la resolucion de Francia, que
solo fué la senal de un sacudimiento inevitable en aquella inmensa
congregacion de Estados, centro de saber é ilustracion empezó como
era natural una lueha porfiada entre los partidarios del absolutismo
y los amigos del sistema liberal, acompanada de todas las com·
plicaciones consiguientes á la violenta lransformacion de tantos in-
tereses, castas,. pueblos y nacionalidades diversas como contiene el
antiguo territorio germánico, considerado en la mayor extension de
sus limites naturales. Unas veces tomó la reaccion por instrumen
fo la antitipatfa de los croatas contra los búngaros, sus antiguos do-
minadores; otras sublevó á las demás razas de origen eslavo contra
las alemanas; otras ictrodujo la discordia en la asamblea de Franc-




DIL ULTIMO BORBON DI iSPAjA. 105
fort convocada para echar los cimientos de UDa confederación res-
petable y homogénea, que enlace á-los diferentes pueblos que ya
agrupados bajo el cetro del Austria ó de la Prusia, ya divididos en
estados independientes, aspiraban á gozar de 10.s beneficios del ré-
gimen representativo.


A.unque algunas falanges de croatas, á las órdenes del ban lella-
chich, se prestaron momentáneamente á ser el azote y el cuchillo de
los demócratas de Viena .. los veinticinco millones_de eslavos que
bajo el nombre de bohemios, esclavones, y otros, forman una in-
meDsa cadena al rededor del trono imperial de Austria, llenos de
intrepidez y vida habian abrazado los principios reformadores que
les abrian las puertas á una regeneracion fecunda en derechos po-
liticos y en ventajas positivas: aunque las tropas de Federico Gui-
llermo obedecieron la órden de disolver la Asamblea reunida en
BerHo, los pueblos del reino de Prusia parecian dispuestos á con-
quistar la libertad á todo' trance, si la corona se proponia volver al
antiguo régimen, despues de los compromisQs solemnes que le obli-
garon á .contraer el volo unánime de la nacion y las imperiosas ne·
cesidades de la época: aunque algunos otros príncipes de la Alema-
nia encontraron tropas mercenarias y satélites ambiciosos para res-
tablecer la autoridad absoluta en sus estados, la fuerza de la opi-
Dion les obligó á transigir con las reformas, haciéndoles dar cada
vez mayores garanUas á la causa constitucional.


VII.


El espiritu de reforma y progreso habia detenido el curso de la
reaecion que en un momento de ceguedad y egoísmo quisieron em~
prender el emperador de A.ustria y el mal aconsejado rey de
Prusia. Los vencedores en medio de su victoria se vieron precisados
fa declararse vencidos por ese coloso de la opinion que condenaba
los antiguos abusos, proscribia la usurpacion y se levantaba contra
la tiranfa. Mas poderosa que la cuchilla del ban de Croacia, mas
activa que los proyectiles incendiarios, arrojados contra Viena, mas -
penetrante que las bayonetas de Federico Guillermo, habia conse-
guido por trofeos la abdicacion del emperador de Austria y)a Cons-
titucion prusiana. Sin duda que una y otra nacion eran acreedora.
á mucbo mas, despue! de haber significado su voluntad; sin duda


TO»OJu. 11




106 HISTORU DEL REINADO
que una Carla otorgada no podia satisfacer á los pueblos que tenian
el derecho indisputable de formarla como mejor conviniera á sus
necesidades; sin duda que los asesinatos de Windischgraetz no se
reparaban con una abdicacion y la promesa de instituciones adecua-
das á la c¡vilizacion del dia. Pero siempre resultaba evidentemente
que el emperador de Austria y el rey de Prusia se habian visto pre-
cisados á conceder reformas y derechos, 'por- no creerse bastante
fuertes para llevar adelante los planes de una restauracion absolu-
tista.


Aturdido el emperador de Austria, sintiendo hundirse la tierra
bajo sus piés por efecto del temblor próducido con el bombardeo de
Viena, dejó caer su corona de la cabez8;El rey de Prusia, asustado
al contemplar la actitud imponente de la representacion nacional,
quiso cQntemporizar promulgando una Constitucion aceptable. Uno
y otro, sin saberlo y á despecho suyo, obedecieron á la influencia
de las ideas liberales, y á ese espíritu de reforma que invadía los
estados t que modificaba las costumbres, que destruia los privile-
gios seculares, que regeneraba á las sociedades humanas. '


Vergüenza y enojo causa que mientras las necesidades del siglo
se dejaban sentir en los tronos de origen despótico, hubiese en Espa-
na q~ien se constituyese en defensor del antiguo régimen, atrevién-
dose en un rapro de frenesí á proclamar una cruzada contra los par-
tidarios del progreso en nombre de la reaccion Ó la muerte. Parece
mentira que ~uando el emperador de A ustria subyugado declaraba
en el acta de su abdicacion que la necesidad !J urgenCia reconocida$
de fina completa transformacion en sus estados..ellflgian el impulso de
ftler~as mas jóvenes para llC!ar adelante esta grande obra; parece
mentira que cuando su sucesor Francisco José I decia en su mani-


- fiesta dado en Olmutz, que convencido del- gran valor de las instit,,·
ciones liberales en armonía con el espíritu de la época, iba á empren-
der resueltamente la regeneracz·on de la monarquía, los hijos de la
revolucion tuvieron valor para predicar entre nosotros la reaccion ó
la muerte, para manifestarse adictos á la obediencia pasiva y para po-
Der maliciosamente en duda las ventajas de los derechos poUticos.




CAPíTULO xvn.


SUMARIO.


Dictadura de Cavaignac.-Presion reaccionaria del jesuitismo en el ánimo ,de Pio IX.
-Sangre fria y cinismo del gobierno español.-Propagandistas republicanos.-
Division de los progresistas.-Una nueva sublevacion.


1.


La Asamblea francesa habia discutido ampliamente la cuestion de
]a dictadura; y Cavaignac quedó convencido de su impotencia y casi
de su perfidia en las sangrientas jornadas de los talleres nacionales.
En vano Dufaure intentó una defensa ante las bien razonadas acu-
saciones de Ledru-Rollin y otros oradores que con Julio Favre con-
currieron á hacer patentes los actos del general y aun citaron las
palabras que se le atribuían, para no haber intentado en los pri-
meros momentos oponerse á que se hicieran barricadas.


En aquel dia el poeta Lamartine, el antiguo aristócrata, el orador
d(las imágenes brillantes vió humillados á sus antiguos compatie-
ros: él habia levantado á Cavaignac para representar el papel de
dictador, y á sus indicaciones á la mayoría, quiso dar un testimo-
Dio de su amor al órden, aprobando complaciente la conducta del
dictador. Lamartine se jactó tambien de ha.ber dominado al pue-
blo (e). '




108 mSTORIA DEL RBINiDO
Igual éxito tuvo una interpelacion de Julio Favre referente al en-


vfo de una escuadra con fuerzas de desembarco á Cívita-Vecchia,
para auxiliar al santo padre.


Pio IX que habia marchado al frente de la revolucion, cuando
vió al pueblo italiano dispuesto á colocarle en el seno de una -gran
República retrocedió asustado bajo ]a presion del jesuitismo que tra-
bajaba por presentar obstáctIlos á la idea revolucionaria y despres-


-tigfar á los hombres. Esto hizo que los hombres de la revolucion
que habia tomado en Roma doble vuelo por el carácter que teoia ~e
emancipar una nacionalidad del yugo extranjero, y á la socieJad
de ]a tiranfa de Jos reyes, se presentaran mas audaces y enérgicos
cuantas mas trabas se oponían ~ cuantas mas cortapisas iban hacien-


. do de la resistencia que la reaccion presentaba.


11.


Llegado el dia de la reunion de cortes, en medio de las vacila-
ciones de los unos y de las severidades de los otros, aquel gabinete
tuvo bastante osadfa para presentar un discursa en que se pasaba
como sobre ascuas por todos los desafueros, por todos los crimenes,
por los fusilamientos, por las deportaciones, por las prisw:mes de los
diputados, de los generales, de los alcaldes de los municipios y toda
esa serie de hechos arbitrarios que uno puede y debe impedir (D).
Como si nada pasase en Europa; como si fuera Espana modelo de
gobiernos libres, como si la abundancia y la felicidad rebosaran
por todas partes; como si dentro de su.seno no se hubieran verifi-
cado en aquel gabinete importantes modificaciones, aquel ministe-
rio se presentaba ante las cortes con la calma y la sangre fria que
dan una conciencia tranquila y el sentimiento de que ha cumplido
uno con su deber. -


y con todo eso, habia diputados perseguidos, emigrados, depor-
tados, pres.os, mayorfas que se reunian, envidias y ambiciones, ren-
cillas y miserias. El dia 1 i se habian congregado los amigos del
ministerio á propuesta de Cortazar presidente se trató del nombra-
miento de la mesa, y cuando ya se habia nombrado una comision, y
cuando habia ~ado su dictámensenaJando á Rios Rosas, al fogolo
orador parlamentario, al excéntrico y vacilante puritano para el
puesto de presidente de .la cámara popular, Mon, con garganta seca




DIL ULTIHO IsORRON DI ESPAÑA. 109
Y voz trémula, usó de su dere6ho, ya era tiempo, para declarar que
el gobierno tenia su candidato que era Seijas Lozano; bien que le
unieran los lazos mas estrechos con Rios Rosas, á quien aplanó con
una descarga cerrada de piropos. No quiso quedarse atrás en tan
galante contienda Rios Rosas, y á su vez hizo otras declaraciones
almibaradas por el estilo, en términos de que todos los corazones se
enternecieron y todos los ojos derramaron lágrimas á vista de tao
fraternal y sincera concordia-o -


Esta no evitó que se armase una zambra nunca vista con la de-
claracion del ministro. Individuo hubo de la comision que declaró
contrito que ha_bia sido sorprendido, y la comision entera retiró su
dictámen bajo el gestoimperioso del Necker asturiano. Entonces fué
el eonflicto, porque no habia proposicion ni candidato que votar,
hasta que uno de los concurrentes, perito en el-reglamento, ordenó
aquello como pudo, y se acordó que se nombrara presidente y que
este lo fuese Seijas Lozano. En vano se observó que el candidato se
hallaba sujeto á reeleccion, y que si no era nombrado en segundas
elecciones, sufriria el congreso un cruel desaire. El mandato minis-
terial prevaleció sobre todo.


111.


El marqués de Santiago que habia sido separado del-mando como
coronel de un cuerpo pocos dias antes, con ocasion de UDa crisis
ministerial, quiso vindicarse del cargo que algunos periódicos le
dirigían suponiendo que como militar entendido y subordinado, sus
faltas mas que de servicio podrian ser polfticas. Dirigió, pues, un
comunicado en el cual se leian frases como estas:


«No es cierto que yo me haya mezclado en negocios politicos,
como se supoDe en el articulo de usted á que me refiero, ni que yo
haya comprendido ni dejado de comprender la necesidad de un cam-
hio en sentido mas tolerante !J conciliador. -


lIEs muyextrafio que al hablar de una persona como yo tan co-
nocida, y que por sus servicios á la causa de la Reina (servicios tan
desinteresados como que ban contribuido á la pérdida de su casa)
merecia otra consideracion ... he derramado mi sangre en la pasada
guerra, y que jamás he faltado, por grandes- que fueran los sacrifi-




110 HISTORIA DIL REINADO
cios, á cuanto mi Reina y mi patria han exigido de mi; debian sa-
ber que como coronel mandando un regimiento, hubiera perecido
mil vedes obedeciendo las órdenes del gobierno de S. M. cualquiera
que este fuese ... y para seguir otra conducta no conservan un puesto
militar hombres de honor tan probado y conocido.»


El marqués de Santiago conspiraba algunos alios despues en com-
panfa de Hore: este fué asesinado por los granaderos, de la Corona
en Zaragoza á cuyo freÍlte se hallaba dicho marqués, que recibió la
faja de general por conservar el h6nor de la milicia.


Esos soo tipos aristocráticos y militares que revelan lo deforme,
lo inicuo de otras edades en que la ignorancia, la supersticion y el
orgullo formaban seres abyectos y degradados que sometían la so-
ciedad á sús brutales caprichos formando bandas de aventureros que
ejercitaban el robo en cuadrilJa como los salteadores de épocas mas
modernas, repartiéndose los despojos de los vencidos sin mas dere-
cho que el de la fuerza é imponiéndoles la obligacion de trabajar
para ellos.


Imposible parecerá á los que lean en lo futuro la historia,que en
el siglo XIX en que se habla de justicia haya habido hombres que
se suponen instruidos, que sostengan por una parte, y se glorien
en llevar titulos mobiliarios que debieron informar Ja organizacion
vieja fundada en la iniquidad, y reclamar por otra el castigo de los
malheohores, la persecucion del robo.


IV.


En Espalla como en el resto· de Europa se debatía entonces la
cuestion social, y la filosofía del siglo XIX que pide la eonsagracion
de la justicia, la realizacion del derecho iba poco á poco encarnán-
dose en las conciencias, preparando la evolucion que ha de hacer
práctica la libertad y la igualdad constituyendo á los· bombres en
una familia de hermanos.


SIXto Cámara, como Garrido, Monturíol, Moya, Beltran, Cue-
llo y Abdoo Terradas y muchos otros jóvenes propagaban los grao-
des principios de los pensadores modernos y hallaban eco en la
multitud, mientras que se acercaba el instante en que del seno
mismo del parlamento surgiese activa, fecunda, vivificadora la idea
revolucionaria, la idea democrática.




DE ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 111
Orense habia dado en Francia un manifiesto fecundo y progresi-


vo marcando nueva ruta á la revolucion, manifiesto que era acep-
tado por la Junta de Bayona y sostenido por las partidas republica-
nas en Cataluna. Esto podia dar ocasion á que se desmoronara y ,
descompusiera el partido progresista; y por esto los jefes y santo-
nes se~apresuraron á rodear á Espartero que escribió directamente,
siendo portador de la carta el ayu~ante Gaminde, ofreciendo á Oren-
se el segundo puesto en la pl~na mayor- del partido liberal. El cé-
lebre tribuno)evoluciooario contestó sencillaménte que allí estaban
senalados sus principios, y que si el partido progresista aceptaba el
programa {E), no el segundo ni el tercero, sino el último puesto
para la gloria aceptaría él de buen grado ccn tal que fuesen admi-
tidas y practicadas las doctrinas que proponia.


v.


El partido progresista quiso trazarse nn plan ya en lo referente
A)as cuestiones politicas que surgian, ya con relacion á la suerte
que el gobierno habia hecho.á algunos de sus miembros procesan-
do á Olozága por ~l crimen de fugarse cuando se le llevaba preso
por órden gubernativa, y se reunió en la noche del 18 para deba-
tir y prepararse,


Senadores y diputados acudieron, y hubo motivos bastantes de
divergencia porque el santonismo aferrado á las viejas prácticas y
á las rancias teorias constitucionales no se hallaba á la altura de las
circunstancias; mientras que' los mas jóvenes despues de la revolu-
cion francesa habian comprendido la necesidad de poner nuestras
instituciones y nuestras costumbres en armonfa con las institucio-
nes y las costumbres que )a Europa regenerada iba adoptando.


La idea revolucionaria se cernia sobre el papado y sobre el Ct-
sammo, sobre la aristocracia y los senorios feudales; intentaba mo-
dificar la propiedad adoptando la verdadera ley del trabajo, y todos
los abusos, privilegios y monopolios estaban heridos de muerte. Un
mundo nuevo se levantaba so~re los escombros de las caducas y
gastadas sociedades donde la civilizacion habia creado maravillas y
riquezas que formaban extraDo ,contraste con la po-b'reza y el atra-
so y el envilecimiento que por todas partes reinaba, como resto de




ti! HISTORIA. DD REINADO
las imperfecciones y de los errores que habian dominado antes el
globo.


y esa idea germinaba f~cunda y se habia infiltrado en el seno
del partido progresista. Por eso no tenia nada de extrafto que aque-
lla sesion fuese borrascosa y difiriese. notablemente la opioion en-
tre unos y otros. Llegando en último término á convenir en pre-
sentar al pais en conjunto los principios politieos administrativos y
económicós que el partido progr~sista venia sosteniendo ligeramen-
te modificados. •


El antagonismo quedó bien claro y evidente: unos sostenian la
monarquía y la dinastfa con la farsa constitucional, otros acepta-
ban la República con sus consecuencias de reforma social y de pro-
greso; y aquella fraccion del pueblo hispano se subdividió á su vez
desde ese momento, porque hay hombres que á trueque de satis-
facer ambiciones fingen lo que no sienten, llegando en los momen-
tos decisivos á ser rémora y obstáClllo para los otros; mitmtras son
para si propios descrédito, ludibrio y ridiculez.


Los periódicos negaron la division que acababa de surgir; pero
la opinion pudo reconocer perfectamente que no cabian transaccio-
nes ni avenencias entre los que despues de tantas desgracias se
atrevian á sostener la hipocresia del sistema representativo como
un beneficio, como una ventaja, y los que proclamaban principios
absolutos reclamaban derechos y garantias conformes á la jus-
ticia.


Las transiciones habian concluido: entre la verdad y el error no
hay término medio, y la poHtica era ya una ciencia de aplicácion,
sencilla práctica, comprensible para todos. Era necesario la libertad
para que por medio de la discusion amplia y fecunda se diesen á
conocer todos los vicios, todos los males sociales, y se p~sieran de
acuerdo los bombres para remediar los perjuicios que todos sen-
tían con el menor gravámen y trastorno posible.


VI.


Casi con la apertura de las cortes hizo coincidir el gobierno una
nueva sublevacion de aquelJas que fraguaban con tant~ habilidad
los siearios de Narvaez, los agentes del moderantismo. Termi-




DIL ULTIMO BORBON DI ISPAÑA. 118
naron algunas causas, y era preciso que los tribunales no hallaran
tregua ni descanso. Asi es como en la tarde del 19 en Sevilla y
como á las cuatro de la tarde se citaba á los progresistas por hom-
bres desconocidos y sospechosos para que se reuniesen al anoche-
cer en fas inmediaciones de la Maestranza, y se aseguraba que un
repique de la Catedral seria la selial convenida para que fos paisa-
nos acudieran á varios puntos á proveerse de armas, pues que la
tropa ya habia dado el grito en los cuarteles y entonces nada habia
que temer. •


Corrían los mas absurdos rumores suponiéndose que debía nar-
cotizarse ó envenenarse á una parte de la guaroicion, y un grupo
debía dirigirse al cuartel de Artillería donde iban á unírsele dos
compañías manda~as por los sargentos, pues se contaba con el de
guardia. Despues se pasarían oficios á todas las autoridades para
reunirlas y apoderarse de ellas. Este plan fraguado en las oficinas
del jefe politico tuvo exacto cumplimiento.


Con efecto, á la hora convenida se apostó algunafuerza de cara-
bineros disfrazados, mandados por su comandante Sartorius y la de
seguridad pública mandada por un celador. El grupo de agentes
del gobierno que representaban erpapeJ de amotinados, Begó, se
arrojó sobre el centinela á quien amenazaron con puliales; enton-
ces los de la guardia acudieron con su brigadier don Lorenzo Gui-
llermi y su hijo, en cuyo momento los que acechaban acudieron;
pero en medio del desórden y del fuego, lograron escaparse todos.
Despues prendieron á un almacenista de papel de la calle de las
Sierpes y á UD barbero de la Feria.


Aquella conjuracion hábilmente urdida venia ine6peradamenle en
auxilio del ministerio que podia exclamar cuando se le hicieran car-
gos por sus arbitrariedades: -Nuestras medidas justas y prudentes.
nuestra decision y energta no han bastado para que desistan de 5US
planes los eternos enemigos del reposo público, los hombres que se
proponen destru ir el trono, establecer la república, fundar el so-
cialismo, repartir todos los bienes y entronizar el robo, el saqueo
y el asesinato.»


Con este fracasado molin, y los proyectos que el gobierno pre-
sentó pidiendo autorizaciones para seguir las causas á los diputados
Orense, Escosura y otrog, dió fin el ailo 48, 'continuando las sesio-
nes tranquilas sin que las minorías dieran muestras de la vitalidad
y energia que era preciso desplegar en tan solemnes circunstancias.


TOMO UI. 15




CAP1TULO xvnt.


SUMARIO.


Descáro de Sartorius.-Cred·ulÍdad de los pro'gresistns.-Proyectos de ley que presentó
él gobierno en enero de 18(9.-.;.Jnterpelacion de Galvez eallero sobre varios
atentados oficiales. -Reflexiones.


1.


Sartorius, que por su actividad en formar cuerdas da honrados
patriotas para poblar nuestras posesiones ultramarinas habia reci-
bido de Isabel un titulo de conde, tuvo la horrible desfachatez de
decir que entre los perseguidos políticos no babia ninguno que tu-
viese importancia, salvo algunos diputados que estaban en la emi-
gracioG; y que casi todos eraa ladrones y asesinos. Ante esa oalifi-
caeÍoa indigna,podian quedar impaSibles tomo quedaron diputades
qlle se llamaban liberales, sin arranca, la lengua que tates 'palabras
habia plonuDciadof¿Mostraron toda la energfa necesaria en tales
circunstancias~ Ciertamente qoeno.


Un gobierno que en nombre de Isabel oon su autnrizaeionhabia
obrado deja manera que dejamos expresada, fusilando y persiguien-
do 11 muchos que habian defendido el trono constitucional, que se
presentaba' anadir el insulto y laealumnia 6. los crimenes proca-
ces de Cloe se babia pechO' cómplice ,estaba juzgado. Vaun hubo mas:
ese gobierno habia: abierto las puertas de la patria á los carlistas, y
mientras dejaba en la miseria á benémeritos oficiales llenos de ei-




DIL ULTIMO BOABON IIB IStA"A. 11&
catriees, revalidaba grados y honores á los defensores. de don Gar-
los, á ]08 eDemigos de la libertad que aprovech~ron esta ocasion
para aumentar las filas de los que ea Catalulla y otras provincias
defendian la causa del pretendiente.


lusto hubiera sido, pues, que los diputados progresistas huhie-
sen mostrado la entereza necesaria al condenar los órimenes hor-
rendos que Isabel de Borbon como su padre comelia impunemente
oprimiendo y degradando al pueblo espallol.


11.


Despues de algunas escaramuzas, y esto lué lo mas (uer-le del
debate en que tomaron parte Galvez ,Callero, Mendizábal, Sanchez
SihJa y algun otro diputado progresista, llegó el turno al magistral
Cortillaque hizo una pr()fesion de (e, un programa especial que
aceptaban los progresistas, como siempre cándidos, como siempre
confiados en la bondad de aquella soberana que con gracia especial
sacaba partido y dividía hondamente á los hombres que se llama~
ban liberales. '


Cortina creía ó fingia creer que sus relaciones con la madre de
. Isabel debian proporcionarle, presentando con prudencia y tacto un


programa constitucional templado, el medio de formar una situa-
ción dando al traste con los moderados. Como él opinaron muchos
progresistas, y el dogma de la soberanía nacional, base sobre que
descansaban todos los principios del partido progresista, quedó mer-
mado y desconocido para facilitar el ascenso , las regiones oficiales
de los hombres del progreso.


lU moderantismo debió reirse solemnemente á carcajadas de li
credalidad de aquellas gentes, y Cortina y los progresistás azota-
dos, persegaidos con el oprobio del insulto, hicieron un papelridi-
culo, modificaron 8U credo en vez de haberse mostrado enérgicos
perseguidores ante la opinion de aquellos qge les infamaban y les
berian. 'Fuese torpeza 6 mala fe aquel acto (ué impradente, aquel1a
oonducta desacertada y peligrosa.


fA eo~dueta gu:bern&Dlental fotS, pues, aprobada por t t'l1.iyetos
contra 4.0, yel mundo 'vió .con escándalo qlle el país 'legal, la ma-
yorfa de los cuerpos colegisladores se asociaba á los crfmenes co-
metidos en nombre de la sociedad por una cuadrilla de explotado-




116 tIIS'1'ORIA Dft RS",!DI
res ql1e sermo al borbonismo en todos sus excesos. Aquella ma-
yorla facciosa porque se revelaba oontra el principio de justicia y
centra la voluntad popular, se declaraba satisfecha, mientras gemian
millares y millares de vfctimas, mientras los tristes é infelices huér-
fanos y las desconsoladas viudas tenian que mendigar el pan de la
caridad pública.


111.


Las éortes no servían mas que para aumentar al crimen el es-
cándo. Desde que se reunieron debían haber cesado los efeetos de la
. autorizacion, debiendo en su conseeuencia quedar en completa li-
bertad cuantoll habian sido objeto de medidas arbitrarias y perse-
cucionea gubernativas, y el ministerio en 16 de enero de 1849 hizo
ese acto de justicia en cumplimiento de la ley de 18 de marzo de
1848.


En una sola sesion, cuatro ministros, el de la Guerra, Hacienda,
Gobernacion y Comercio, ocuparon sucesivamente la tribuna para
leer once proyectos de ley: el de Guerra uno para aprobar las pen-
siones concedidas á las familias de los que incurrieron defendiendo
el órden en los dias !!6 de marzo, 7 y 13 de m~yo últimos: el de
Hacienda dos, el primero sobre la dotacion del culto y clero, y el
segundo para que se aprobara el empréstito de los cien mmones,
hecho en virtud de la autorizacion que al efecto dieron las cortes al
gobierno: el de Gobernacion cuatro, el primero aprobando los lla-
mamientos de quintas decretadas por el ministerio, que correspon-
den á los anos 48 y 49, el segundo sobre organizacion de las pri-
siones, el tercero sobre beneficencia pública, y el cuarto sobre mon-
tes de piedad; el de Comercio, InstrucciGn y Obras públicas cuatro.
el primero sobre traveslas por los pueblos de Jos caminos provin-
ciales, el segundo sobre caminos vecinales, el tercero sobre el ca-
nal de San Fernando, y el cuarto sobre el ferrocarril de L8ogreo.


Ninguna fe debia tener en si mismo un gobierno que apoyado en
un ejército de ciento sesenta mil hombres, sostenido por uoa ma-
yoria icmensa en las cortes, y duefio de todos los recursos de la na-
cion, no se att~via á ser clemente con los vencidos.




DBJ. ULTDlO BOIlBGN DIISUfiA. 11 '1


IV


Bizo una interpelacion sobre fosilamientos verificados en ViIla-
real, provincia de Castellon, Galvez Cariero, manifestando que des-
pues de anunciada habia r~cibido nueV08 datos, segun los cuales,
además de aquellos fusilamientos, habian tenido lugar otros en la
misma provincia hasta el número de veinte y ocho ó treinta.


Defiriendo Jos hechos expuso que al brigadier don Joaquin Llo-
rens de Nios se habia conferido la comision de perseguir vagos, mal-
hechores y revolucionarios, la de hacer una limpia semejante á la
que Sartorius anunció en 108 debates sobre el mensaje.


Importa saber que el Llorens habia sido comandante de realistas
en VilJareaJ; que con todo su -batanon se pasó á las filas de don
Carlos al estallar la guerra civil; que hizo la campana en aquel ter-
ritorio, bajo el nombre del alcalde de VilJareaJ, y que despues emi-
gró á Francia hasta que hacia unos cuatro meses, el gobierno le
reconcedió el grado de brigadier contra el dictámen del Tribunal
Supremo de Guerra y Marina, destinándole á Valencia con órden al
capilan general, para que lo empleara activamente, cual asi acon-
teció, confiriéndole el mando de la columna llamada de la Plana.


En virtud de esta comision, el brigadier Llorens se presentó en Vi-
lI~realla noche del 31 de diciembre anterior, y sin impetrar el au-
xilio de las autoridades locales, prendió á once personas, de las
que sacó ocho atadas en la mallan a del ! de enero bajo una fuerte
escolta, y sin forma de proceso, sin los auxilios espirituales que no
se niegan á niognn cristiano, los fusiló desapiad8damente en las in-
mediaciones de Villareal en cdos parajes diversos, y no satifechó
aun, cuando por disposicion deJa autoridad local eran trasladados
los cadáveres para darles sepuHura en el Campo Santo, dispuso que
se pasearan por toda la poblacion.


Para poner en evidencia que en estas sangrientas ejecuciones,
que en tan horribles asesinatos intervinieron odios ó resentimientos
,oHticos, leyó Galvez Callero una exposicion dél Ayuntamiento de
ViUareal al jefe polftico de Caslellon, en la que se denunciaba el
atentado con los mas vivos colores. Se exponia que dos de los pre-
sos no merecian tan dura pena, que se habían libertado algunos de
los mas notados por haber sido campalleros J espfas del Llorens,




118 BISrOBU .... BlllfAeO
cnando combatia la cansa constitucional, que todo eran venganzas
y resentimientos de los carlistas, únicos de que se rodeaba y cuyos
consejos seguia el jefe comisionado, y que parecía llegada para los
Jiberales la infaustareaccion de 1814.


Otro atentado re6rió Galvez .caftero que lIeBóde .oorror! de
indignadon , tocios loseorazones seo&ihles. P0008 dias Bntes de las
sugrientas ejecuciones de ~iIlareal babia sioo pN8e en .castel~n
Vilaroig, -qW80 ea la malana del S de enero ;fuó sacado de la ·di ...
cel pública pw dos companÍa~;mas .~omo re~ase que ¡"ha á sufrir
la misma suerte qae los del citado pueblo, se resistió desesperaaa-
IMIlte, gritó y aJ.b&rmó ca términos que para evitar UD eseáodalo,
la-escolta lo eonduje de' DGave á la ,cárcel. AlU 'Jué·oeiecado solare
ODa esealera, ;¡ la q-ue ,se le 'alit fuertemente, y despuesde ponerle
una mordaza, lo cubrieroD con mantas, yen hombros de algunos
,soldados, se le condujo fuera de ]a ciudad, presenciando consterna-
da la poblacioo este espectáculo y oyendocol1 espanto los sordos
suspiros que exhalaba Ja v(oti-ma. A ]os pocos minutos entraba en
Castellon el cadáver óde V-ilaroig.


Bajo la fiecion de los absurdos estados de sitio, de esas dietaduras
monstruosas, se habian cometido los desafneres mas horribles ,se ha-
bia despojado á los espaiíotcs de su Juero legitimo, fe habian alte-
rado las penas y es,tablecido comisiOlles privilegiadas '! 8u'primido
las formas y reemplazado el juicio verbal J>Or el escrito, é impuesto
la -última 'pena flOI' 61 f'eeoDocimientf) de la persona. 1 en 'testimonio
de estos excesos leyó un bapdodeljefepolítico cómandante general
de Ciudad Real, prometiendo un premio da ~,OOO rs. al quepresen-
tase la cabeza de los foragidos .que vagaban por la provin., sin
expresar sus nombres ni haber precedido el juieio de encartacion
que previenen las Jeyes.


Este suceso horriblemente eseandaloso Coincidía oon 1a circuns-
tancias, qwe 'ya dejamos mdi6ada mas arrllta, de que ciento 'ein-
eneota 1 te,ntos jefes '/ oficiales -carlistas indultados se ilabiBil' 1tm-
00" 1M mootemolipistas dflSptreS de haber prestado juratnente,re-
nlidáodose BUS t8i1pleos. 'l'ambien ,babia disgustado 'mucho y
Pavia hizo oargos 'Meros'algoltierno en eiiSenado~ poi' 'el llom-




DEL 'ÚLTIMO BOOlBOft' H'~.SP1.Rl. lHr
bl'amt~llto ,de Posas y Pep del OJipara malldar celumnas,.ponlmldo
á 'Ias órtlefles' de .nos 'tramore&"á hotnados '1 beoem.~ritus Gficial •.


VI.


MientfasNarvffez bU1il,ba¡cam~letamente .. fiparlaÓl~ntb·1s8ma­
tllbal., OpiIJiOD', traté-le tM.lWat,·Wtta~ tis 'elatfJs 'prit'ilegiada
,·.tre·el"s(aI';elMr~ .. "Cm18ft@ prapóBito liabia pr~entado~l pro-
yeúfb' ~ ~y á que nos:Jlijmos 'r~ferido, oreandfnecurlos par&' que
el clero <ftO ,se Viera 4esaUndido.


Be ¡aqul UD ligero 'resúmtm de la ¡maneta ;eoo que se all~aban es·
tos ·reeul'Be&:


1/ El 'producto lIelos bienes 4evueltos al ~1ero'porila·l&y~~
abril de 1845. Segun UD estado de' t,. Con·m.doria ge1ieratd'elreiao,


. ascendian en 18'~ al capital de mil ciento cuarenta y ocho millo-
nes, cuatrocientos cincuenta y cinco mil nuevecientos un reales onoe
maravedises, cuya renta, deducidos cuatro milJones cuatrocientos
veinticinco mil doscientos sesenta y tres reales veinticinco marave-
dises por cargas, arrojaba un liquido de i7.811,4.46 reales.


!.o El producto de la bula de Santa Cruzada, que segun el úl-
timo presupuesto aprobado por las corles, importaba 11.600,000
reales.


a.· De una renta sobre las- propiedades rústicas y urbanas, y
sobre la riqueza pecuaria, cuyo importe se rébajaria de la contri-
bucion de inmuebles, despues de tomadas en cuenta las anteriores
cantidades asignadas, debiendo ascender á 114.599,900 reales
para que en union con las otras compongan el total estampado en
el proyecto del gobierno de 163.111,346 reales.


El principio de la desamortizacion era ya uo axioma en la cien-
cia. Si se atiende al derecho con arreglo á las leyes civiles y á los
cánones de la Iglesia, la posesion de bienes por manos muertas solo
se debió á la tolerancia de nuestros gobiernos: si se atiende á su
conveniencia, todos los economistas de algun saber han probado
hasta la saeiedad los Olales que resultan de estancar asi la riqueza.
Consignado, pues, este principio en el proyecto de ley para la do-
tacion del culto y clero, el ministro de Hacienda habia cometido el
mas reprensible anacroojsmo. Por él se echarian los cimientos de
UDa nueva preponderancia teocrática que pugnaba con los adelan-




tlt"· mSTOBIA DIL RllNUO "
tos del siglo, con la pureza de la religion y con el decoro del go-
bierno. Se destruia lo mejor que habia hecho la revolucion y se
preparaba de nuevo el dominio temporal del clero. Afortunadamente
para la humanidad, el mundo no retrocede jamás en sus adelantos,
pero el aran de constituir un estado dentro de otro, debia hacer per-
der al clero toda su influencia.


Los moderados, ~iopes.en politica, miopes en ,las ciencias, mio-
pes en lodo, creian sostenerse buscando un apoyo en los viejos tor-
reones de un antiguo edificio que se hundia, sin calcular que lo mas
probable era que quedasen sepultados bajo sus ruinas. Probable-
mente se 'lisonjeaban de que el elemento teocrático era bastante po-
deroso para detener la marcha de lacivilizacion, á pes,!lr de que
los sucesos contemporáneos demoslraban que la preponderancia sa-
cerdotal babia perdido el antiguo cetro con que en otros tiempos
dominó á los soberanos de la tierra.




CAPITUl.O XlX·


SUMARIO.
,


Cortes de 18<i9.-Sesiones horrascosas.-Res(fOnsabilidad de los progresistas.-In-
moralidad de aquella dominacion moderada y sus tristes consecuencias.


l.


Gfay.e~t y b6rra$~QS8s.sesiones ,con dramáticos éinteresantes inci-
dentes,.se presen.ciaron~'pero. no. por eSQ .. la,oposieion·,cumplió con '.
sus deberes, no por eso estuvo en el puesto eon,veDiente"ysi·á v&o '
ces las cuestiones se agriaron, mas bien que al interés público, mas
bien que á la indignacion por los padecimientos yJas desgracias de,
la p~ma, debíóse á la susceptibiliJad, al amor propio y á la vanidad
herida. .


Habiendo pedido .Sagasti en union con otros diputados, que el
gobierno presentase un extracto de cuenta .de tod() lo recaudado é
invertido en el afio 18i8, con expresion de los objetos ó ramos á
qUt). habia destinado y aplicado las cantidades cobradas, los minis-
tros como picados de la víbora lanzaron denuestos y acusaciones Bin
cuento, ,queriendo tacharles de ignorancia á 108 autores de la pro-
posicion.


Sagasti heridQ.,deolaró.\CoD firmeza que no toleraba insultos ni en'
el congreso como dipu.tado, ni fuera como caballero. Tales frases


TOMO III. 16




tI!! mSTORIA DEL REINADO
exaltaron al general Narvaez que sin concedérsela usó de la palabra
para decir en tono destemplado, que el ministerio sufriría cuantos
cargos se le hicieran, mas no insultos de aquella naturaleza. La
8gitacion del congreso era extrema, sin que la campanilla del presi-
dente bastase para calmarla. Voces en diverso sentido se oian por
todas partes~, y por algun tiempo el congreso se asemejaba al mar
tampestuoso, que la borrasca revuelve, encrespa y embravece.


El moderantismo ha abusado fatalmente de esas prácticas coo-
virtielJdo á menudo en plaza de mercado el santuario de las leyes.
AlIi han resonado los improperios, las delaciones, am los ministros
Dejándose arrastrar por fa pasion han rebajado eso que llaman prin-
cipio de autoridad, encharcándose.en el fango de las recriminaciones
.como débiles mujerzuelas.


11.


y entre muchas otras citas que pudiéramos hacer y que mas ade-
"lanle habremos de registrar para que DO haya duda alguna 'de la
responsabilidad que cabe á Jos representantes del partido progre-
sista en el mantenimiento de las dominaciones moderadas, DOS ocu-
paremos tambien ahora, ya que de escándalos parlamentarios se tra-
ta, de )a evoluclon de algunos hombres de la Íninor[a, y por esto de
la conducta del general Infante, tan mimado por Rspartero.


Este famoso liberal se atrevió á sostener que las orosicwnes d~hen
siempre c~mceder á los ministros responsables de la corona 108 medios
de gobí'erno que necesiten.


El ente moral llamado gobierno no es nada por si en la. práctica.
Confiado su ejercicio á ministros que se llaman responsab\es de~
gobierno de un Estado, viene á ser el sistema, método, regla ó régi-
men seguid~ por los depositarios del poder en la suprema direccion de
los negocios públicos. Seria una locura ó una utopia imperdonable
separar la insmlcion abstracta de los hombres á quienes esta con-
fiaba para conceder á la una lo que negaria á los otros. Conforme
A este nuevo catecismo constitucional, vendrá á resultar que la opo-
sicion estaria siempre obligada en buenos priocipios á conceder á
todos Jos ministerios, cualesquiera que fuesen su origen y sus ac-
tos, cuanto pudiesen, en el concepto de que no se debian·nunca ne-
gar á una autoridad constituida, los medioJ de gohierno.




DIL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 113
Esta aberracion, mejor dirfamos, esta infamia perturbadora del


entendimiento preparaba nuevas evoluciones, y parece inconcebible
que ohidado de esto hubiera quien diese algunos ailos mas tarde
su confianza y sufragios al que presidia la sesioo de la Asamblea.
constituyente que en Espana se ha disuelto á calionazos, y decimos
aberracion, porque cabalmente lo que á una oposicion de principios
corresponde, es privar por cuantos camir~os encuentre asequibles á
todo ministerio adverso y perjudicial de los medios de existencia con
que cuenta para prolongar su infausta dominacioB. Si está conven ..
oida de que su permanencia en el mando solo ha de producir des-
gracias y desa~lres, no tiene otro remedio que lanzarse á paralizar
su accion para reducirle á la imposibilidad de obrar, ora negándole
los subsidios, ora desaprobando los presupuestos de gaslosé ingre-
sos, ora reslstiendo el aumeuto y reemplazo del ejército. Los dos
únicos elementos que tiene todo gobierno para poner en práctica su.
sistema, son las contribuciones de dinero y la'fuerza armada. En el
momento, pues, que se le condena, se le autoriza á perpetuarse en el
mando con todas sus consecuencias. Todo esto dentro de -la legali-
dad y sin perjuicio de apelar á la insurreccion cuando los derechos
se violan y la libertad se aniquila.


111.


Uno de los rasgos mas notables que caracterizan aqueíla situa-
cion, era la inmoralidad, que de los centros administrativos y de las
regiones oficiales se desbordaba á las clases todas y creaba UDa at-
mósfera corrompida en que el hombre honrado sentia asfixiarse y
ocasionaba en las familias incalculables trastornos, tremendas ca-
tástrofes, pérdidas irreparables y disgustos sin cuentO.


Lassí>ciedades anónimas, las de minas al amparo del agiotaje de
la Bolsa, dode los fondos públicos S5 cotizaban con fraude manifiesto.


En esas sociedades, en esa baraunda venian á agotarse los re-
cursos de mil familias honradas que-, seducidas por el cebo tle una
ganancia pingüe, veian perderse en la sima sin fondo de esos antros
inmundos, donde la avaricia reina y domina la usura, todas sus ilu-
siones y el porvenir de sus familia~. Aquello era uo escandaloso
juego, una repugnante tnmoralidad que con su silencio autorizaba


. el gobierno y con su ejemplo lo 80slenia. i Cuántas y cuántas vfctí-




1!( HISTORIA. DEL REINADD
ma~ lloran aun en la D\iseria 'lasJ'co1nsecuencias de aquella funesta
6poca~.!r.,. "j '1 ",.,\ J' 1,. , ,~.,,¡. ~ '.


o·, ¡ -Las bandidos 'lue salen al camino tienen siempre pendiente sobre
Sil cabezalad0Urhilla deJI&';leY~:;piero'eondoJor hay queeonsignar-
~Io,. 'porqU&6s:vergoozosopara eli país duranle ciertas administTa-
1 eioDeS, cuaod:&ban ;Dl6Ddado eiertoS' grupos de esos que lIamltirá la
" multitud Gaoallaf4l, 1000hO\nbres'-que pitten reformas, niveladores,
"an.n¡uilllJ', )tlt!InlJgogoS\lIltmt1tliglJs ;de' la propfer1ad. Se bao presen-
ciado ataiJues inicuos, violentos despojos de que' los bandoleI'OJI'se
av'tlr.goDzarian SiD duda·jamentando sus resultados ..
~ ,Pareeiaeomo si el gobi'&rooy temeroso de que se le arrojaran al
rostro-sus crfmenes, pre~Ddiera- hacer cómplices á todos y pervertir
:el.sentimieoto. de la digtl'idad deshonrando al mayor número posi-
·bl~; ¡i Ceguedad, lamentabl e, abuso horrible que debia llevar su 1n-
~tlueneia á, las entrafias mismas de la sociedad, y que contrariaba la
..e6pPieDte d.lla ;idea 4emocrátioo que ennoblece el trabajo y tiendé'á
.elsvarolo,:cMaelál'es!n '- LJ H 'J', . t.' n; ,1 .! ',,; ".<1"~ "


IV.


La gran revolucion europea que entonces se realizaba suminis-
. traba nuevos datos en apoyo de lo que venimos sustentando. 6~ qué
debió Luis Felipe su destronamiento~ Al criminal anhelo de convertir
la Francia en patrimonio de su familia bajo la apariencia de un sis-
tema representativo. No atreviéndose á parodiar la célebre frase
4e.IEslat/JJsoy yo "".quiso subrepticiamente realizar este dicho en ~x­
elusivo provecho dti luna dinasUa que vino al mundo sobre las bar-
riead,s q,Q julio. Conl"este fin, false'óJla libertad de imprenta, aduUe-
ró.tl",$U{r'8\Q ele,ctoral~~ prostituyó la, representacion del pueblo
irancés y supeditó at JlQder judicial. La canta, esa.carta q.ue..&n . .les
primeros mo~ntps de...su elevacWD aLtroDo de Carl~-Magoo habia
jp'r~dQ QU,~ a~rw. U.na JJeJ:¡lad.¡ ~e88.ner.ó muy pronto en una.mentira
arr~~osa •. El pu~blo qulsQ.tener- UD igoóierno verdad ¡y. abolida la
mqnArqgia ,pr,p.cl$mó .la·" Repúblic&J Pero alli encontró á Jes hom-
br~s de Ja mQoarquía gue ¡fmallOS~ hipócritas ,y traidores querian
maJlt~Íler.el. J.ta,l,l~e,,¡ Ja.-.op,resioJl y. eLpr.ivJlegio. ,Desde~1 pri merma
COlDen~arQ),l 4 f~J"earla c.omo; lo habiílD hecho, ao.test,con la.mooar ..
quia.,IQ,s .. unO!f¡ PPf. temQr ~ los otros . por odio ¡hácia. ·el -poder-del
pu~~lo. '. "v.;,;;. "




DR ÚLTIMO BORJON DE ESPAÑA.. 115
Crearon la dictadura, pero faltó valor, talento, fuerza, voluntad


y apoyo al dictador para constituirse en un Cromwell ó un Napo-
leon. La suerte y la voluntad de un pueblo ansioso de hombres
nuevos la derribaron para reemplazarle con Luis Bon8part~. Pero
aliado de este y con él subían á la silla presidencial de esa Repú-
blica farisaica la reaccion, el espiritu oligárquico y la tendencia á
retrotraer las cosas á un órden poHtico opuesto á los principios re-:-
publican os.


Asf lo ha demostrado con s~s obras el nuevo presidente. Muchos
de sus consejeros sonaban con el poder colosal y omnimodo de Na-
poJeon, cuyo despotismo quisieran resucitar para enaltecerse.




CAPITULO XX.


SUMARIO.


Como se iban extendiendo las doctrinas democráticas.-Ruinoso sistema de contratas.
-Prodigalidad de Isabel.-Orgias y conspiraciones absolutistas en Palacio.-Ojea-
da sobre ell!ecliodia de Europa que tendia á emanciparse.


1.


El liberalismo con sus vacilaciones, con su empeftoenconciJiar
los extremos para explotar á la aristocracia que se hundia y al
elemen to de progreso que habia manifestado su virilidad y su pu-
janza' á ]a vez que su inexperiencia en 1790 como en 1848; elli-
liberalismo venia de nn~vo á ser un obstáculo, un peligro para la
libertad que proclamaba, para el progreso de que se decia amante,
para la paz y la armonia que torpemente buscaba.


En Espafía, entretanto que los gobiernos luchaban á mano ar-
mada, habían ido extendiéndose las doctrinas que la democracia cien-
tifica iba explicando. Propagandistas celosos como Cenera reunian
en escuelas especiales á los trabajadores: Sixto Cámara habia pu-
blicado su espíritu moderno: Garrido, la derrota de los viejos par-
tidos; y reuniendo y concentrando las fuerzas, el Amigo del pueblo
del primero, y otros dos perIódicos que publicaban Cámara y Gar-
rido se refundieron en la Asociae,on dirigido por Ordax A.vecilla,
suoumbiendo á los pocos númeras porque no era pQsible resistir la




DEL ÚLTIMO BORBO" DI ISPAÑ.l. 11'7
presion del gobierno que violaba y conculcaba los derechos consig-
nados en las leyes que él mismo hacia.


Ibase preparando por este medio la evolucion de la extrema iz-
quierdaque rompia al fin con el progresismo, esa turba de santones
que sin duda por ambicion egoista -mas que por divergencia de
principios se separaba del partido moderado, se agitaba en el vacío,
vivia alejada de las regiones oficiales y solo podia aspirar á hacer-
se UD puesto en la gobernacion del Estado, cuando los excesos de la
corte arrancaban al moderantismo de la cámara regia excitando las
pasiones populares y la revoluciono


11.


El sistema de contratas que seguia el partido moderado y que con
los empréstitos forma la base de todas las teorlas renlfsticas de los
partidos doctrinarios, habia dado ocasion por entonces á una nego--
ciaeion escandalosa entre las muchas que con asombro presenciaba
el pais: el empréstito de los azogues con las casas de RostchiJd y
Baring en que se calculaba el precio á cincuenta duros quintal, por-
que la crisis habia hecho decaer el precio y se concedia un interés
crecido á los usureros.
j"¿:La casa de Rostchild habia dado en otras ocasiones una parte del
adelanto en letras sobre Londres á 90 dias, de forma que solo habia
ganado el gobierno dos ó tres dias; y en las de 60 y 30 dias era
este el Gue verdaderamente anticipaba el dinero por los 30 y 60 dias
de diferencia. Y como prueba del desconcierto en que Mon mante-
nia la Hacienda, al hacerse la subasta de unos censos procedentes
de bienes nacionales que fueron rematados nominalmente en Valla-
dolid por valor de !:OO,OOO duros cuando su tasacion erade30.000,
lo que parecia dar una gran ventaja, vamos á demostrar que en esa
operacion insignifieante que se presentaba como beneficiosa al Te-
soro habia pérdida r~l.
¡".,Sabido es, que vcndiénd()s~ los bienes nacionales á papel, se pa-
gaba un tercio en deuda ¡in interés y los dos restantes en titulos del
5 por 100. Sabido es, además, que se pagaba un quinto de la can·
tidad rematada en el acto, y el resto en ocho plazos durante el pe-
riodo de ocho alios. Ahora bien tiel tercio de los euatro millones que
eorrespondia pagar en d9uda sin interés ascendia á 1.333,333 que




HISTORIA DEL REINADO


al precio en 'que se cotizaba de 8 8[' pór' 100 representaba un 'vá-
lor efectivo de' , ,49,999 98


Los dos tercios restantes suman !.666,667
" ,', ' <-


que al precio~otizado de un 10 118 por 100
daban' un valor efectivo de , !70,000 8


Ré'sli'l,ta, pues, qu~ el verdadero, capital e~ ,
que se"vendieron los censó's e~a ~.~, , ' 3!0,000 1
desde cuya cantidad hasta Ja~ de!ÓO mil d~ros hay l~ ,dife,-,,
renCia dé ciento ochenta y cuatro mil duros menos. ,La verdad~,~
cantidad que el tesoro percibia en el acto era el de tres mil doscien-
tos duros que importaba el quinto de la cantidad rematada, cobran-
do luego durante ocho arios mil seiscientos duros cada uno, los cuales
ni aun llegan á ser el 5 1/. por 100 de 30,000 duros en que esta-
ban tasados.


Se ve, pues, que M~n y ,sus amigos seguian impertérritos en la
pendiente 'de la bancarrota,' prócuran~o enriquecerse unos, y otro~,
hásta el punto de' que lleg6 á tnlt!:'fse en altas regiones de conceder
al general Narvaez, al hombre necesario, al vencedor de Ardoz, al
héroe de la Mancha, al que se habia atrevido á perseguir con saDa
á los Jiberales llamando vil y traidora la s~ngfe que circulaba por
~... o ;- i . .'. ',. .. ,


las venas de los habitantes de la poblacion del! de ~ayo y del 7 de
julio; llegó, decimos, á pensarse en otorgar al hombre funesto de Lo-
ja y á título de recompensa nacion,aluna pe~sion vitalicia de 40,000
duros anuales. Isabel queria á costa del pueblo pagar amplia y dig-
nament~ ~ quien la proporcionaba los goces y I~s dulzuras que tiene,
para la· 'familia de Borbon la forma del despotismo.


111.


ft'astábase á pesar de todo la energía y la influencia del famoso,
jefe del partido moderado. Levantábanse en torno de él las ambi-
ciones descompuestas; y O' DonneU aprovechó la ocasion de discu-
tirseJas quintas para pronunciar en el Senado un discurso de opo-
sicion que tuvo su eco preparando al conde de Lucena nuevos triunfos
parlamen tarios.


Acaso por eso Isabel que veia levantarse tantas eminencias en el
partido moderado" procuraba jubilar al duque de Valencia, dejando
accesible al poder' á las capacidades nuevas.




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 1!9
El borbonismo quiere multiplicar sus servidores, y los recompensa


ampliamente, ya que nada le cuesta.
En palacio proseguian los bailes, ]as diversiones y las orgías: se


multiplicaban los favoritos, y proseguian los frailes y las monjas
ejercitando su influencia en los asuntos politicos, llevando por par-
tida doble la conspiracion absolutista, ya en los consejos del Rey, ya
en la cámara de la Reina, ya en el campo de batalla donde continua-
ban con ardoroso entusiasmu les defensores de Montemolin que des-
obedecian á' la consigna del presidente del Consejo y de las autori-
dades de provincia. Muchas veces se anunció la terminacion de la
guerra, yotras tantas quedaron frustrados los buenos deseos de Nar-
vaez y compañia. Pero los jefes carlistas que iban sometiéndose re-
cibian mandos importantes, y creyendo hallarse en Jos dominios de
su seDor, se aventuraban á fusilar á los ciudadanos, como lo hizo el
famoso jefeViIlareal, y como lo realizó tambien en Sarriá el no
menos famoso Montserrat que quiso castigar á una pobre mujer por
haber criticado, en union con otras, los antecedentes de su esposa.
El castigo era severo. El monstruo pretendia vengar un agravio per-
sonalfsimo fusilando á aquella desgraciada mujer, y lo hubiese lle-
vado á cabo, si el pueblo en masa no se hubiera presentado en la
plaza pública para arrancar al piquete su presa que yacia casi exá-
nime y presa de convulsiones horribles. Y tantos y lantos crímenes
quedaban sin castigo, cuando no eran recompensados.


IV.


Era un espectáculo magnifico el que presentaba el Mediodía de la
Europa, caminando majestuosamente á su completa émancipacion,
á despecho de los obstáculos que le oponían el odio y la indiferencia
de la mayor parte de los gobiernos. ¡Qué distancia tan inmensa en-
tre ]a victoria de la democracia y de la reaccion! Pueblos entregados
á si mismos ejerciendo de hecho una autoridad sin limites, sabia n
conservar la tranquilidad y el órden en medio de su entusiasmo, J
respetaban religiosamente la propiedad y la seguridad individual, al
paso que los poderes que se llamaban moderados apelaban siempre,
aunque inútilmente, á la dictadura, á la arbitrariedad para abogar
el espiritu público que les atemorizaba. j Vanos esfuerzos! La me-
tralla empleada en las calles de Viena, y los sables de Jos croatas


TOMO IlI. 17




ISO HISTORIA. bn R~["AD0
en Milan no habian apagado la boguera revolucionaria de AI&mania,
ni hecho nuevos partidarios en It~lia á favor de la dominacion ex ..
traojera.


y sin embargo, gobiernos que se Hamaban liberales pr8tendiao
detener la mareha majestuosa de los aconfeeímieirtos, pObiend& SO
veto á la voluutad explicita de pueblos que nó querían hallarse bajli
el dominio de la '¡rania. En los proyectos de intervéncion, en las in-
trigas de la diplomacia, en toJo cuanto sucedia al otro lado de los
Alpes no se veia mas que una mano y un objeto: el Austria y 111 es-
clavitud de la Italia.


6Qué derecho se invocaba para intervenir en aquella contienda
por las potencias reaccionarias y por las que se llamaban liberalesY
¿Quién debía sacar provecho de aquellas divisiones~ Si preguntabais
al gabinete de Viena lo que le convenia, hubiese respondido que una
reaccioo provechosa, es decir, la vuelta de Pío IX y de Leopoldo n
con el auxilio de las bayonetas del imperio ó de sus aliados; la oeu-
pacion militar de la Toscana y de los Estados romanos, para arro-
jarse despues sobre el Piamonte y devorarlo~ Dé aquí el verdadero
fin de la política austrhlca, á que servian de instrumento algunos
gabinetes ilusos, hipócritas ó ignorantes.


V.


Solo esta consideracion hubiera bastado para que niogun gobierno
cooperase ni permitiese la intervencion en los asuntos de Italia, no
renunciando antes al nombre de liberal y proclamando sin rebozo el
absolutismo de peor género, el absolutismo de la fuerza. Porque no
hay que hacerse ilusiones, la fuerza y no otra cosa se invocaba al
cometer semejante atentado. ¿Dónde estaba el derecho~ ¿No lo te-
niaa por ventura el pueblo de Roma y el toscano para darse las ins-
tituciones que les pareciesen convenientes en uso de su soberaDfa~
¿No lo habia ejercido antes la Francia sin contradiccion~ 6No lo ejer-
cia en aquel mómento la Alemania? ¿En qué consistia entonces la
diferencia? En que la Francia y la Alemania eran dos naciones po-
derosas, y Roma y Toscana dos estados de poca importancia numé-
rioo; en que la reaccion, suficientemente medrosa para atacar á los
fuertes, sé mostraba tan injusta como cobarde amenazando á los dé-
biles é indefensos. ¡Grande hazana por cierto-la de cinco ó seis po-




, ~
DEL WLTIMO BORBON DE ¡SPANA. 18t


tenoiu eoligadas para combatir á dos pueblos que eontaban apenas
6 oIltl)OIMS de habitantes! Vergonzoso era para Espana y UD nuevo
edllen para el borbonismo que asociásemos nuestros esfuerzos á los
de las potencias reaccionarias para restaurar el papado, esa institu-
cio. que domina al hombre y la conoiencia, que es un borron para
eJ Pl'o~reso y un ataque á las oivilizaciones progresivas. '


y el pa pado, si los católicos Jo consien ten, silla y aun quien dé eré-
diMlá la divinizacion de UD hombre _porque las irttrigas y jas cába-
1. leooloquen en tales Ó Guales posiciones, podrá existir para los
que voluntariamente le obedezcan y acaten; pero pretender que la
fuerza material Je auxilie y le haga respetable, es el absurdo, no ya
para los incrédulos, sino para aqueJlos mismos que pretenden poseer
la verdad y quieren imponerla á los otros con el auxilio de la fuer-
za bruta.


VI.


Pio JX, que parecia haber reconocido en los primeros momentos,
que n~ hay otro poder legitimo sino el fundado en la soberanía po-
pular, habia logrado captarse la estimacion de todos, y pudo, que-
dándose como ciudadano de la República italiana, hacer fácil la tran-
sicion entre el mundo antiguo y el mundo nuevo,- quitando á los
déspotas el baluarte de Jas supersticiones que la ignorancia respeta
y enaltece. Pudo mas en él la torpeza de la ambicion, y quiso auxi-
liar en sus planes tenebrosos á los oscurantistas, alejando la hora
de la reconciliacion entre los hombres y la creacion de los Estados
Unidos de Europa.


No bastaba, para probar que asistiese la razon á los gabinetes fIue
proyectaban la intervencioD armada en la Italia central, que llama-
sen motines á las revoluciones, hiciesen alarde de ideas religiosas
que no salían del corazon y hablasen en tono compungido de la
suerte del PontHice. Lo que era preciso probar, y cabalmente no lo
probaban los reaccionarios, era que los pueblos de Roma y de Tos-
eana eran de condicion distinta que los del resto de Europa; que les
estaba vedado todo género de progreso, porque sus monarcas eran
el jefe de la cristiandad y un archiduque de Austria. Respecto á las
calumnias que vomitaban diariamente contra las personas y los acon-
teoimientos de la península, merecian en vez de refutaeion, despre-




/11 lICITOlf' DiL REINADO
Dio. ~o se cometian asesinatos ni robos en Roma ni en Francia: la
democracia perdonaba hasta á los soldados sediciosos sentenciados
por UD tribunal competente, mientras que los conservadores fusila-
ban á los diputados sin respeto á la inviolabilidad. Las escenas van-
dálicas eran privilegio exclusivo de los Radetzky, de los Welden !
de otros satélites del despotismo. Afortunadamente, los demócratas
italianos estaban dando numerosas pruebas de la mayor cordura en
'momentos harto dificiles, para que pudiesen alcanzarles los tiros em-
ponzoftados que les lanzaba la rabia impotente de los enemigos de
la libertad.




CAPITULO XX!·


SUMARIO.


Progresos de la democracia, y problema qúe debe resolver.-Progresistas demócratas
y progresistas reaccionarios.-Cómo desapareció el carlismo de Cataluña.-Socie-
dad poHtica La Jóven España.-Comité progresista.


1.


Los partidos se dividían y subdividian á medida que avanzaba la
revolucion en su camino. Lo que poco antes aparecia utópico, lo
que se juzgaba delirio y aberracion era estudiado y discutido por la
juventud y por los hombres que no querian quedarse á la zaga en
]a anchurosa via del progreso, en el camino que conduce á la uni-
fieaeion y armonias de los contradictorios intereses de las heterogé-
neas instituciones que rigen en esto que ]Jaman sociedades y que no
pasan de ser agrupaciones sin fin alguno, sin plan y sin concierto.


La idea democrática, llevada al terreno filosófico por las capaci-
dades y los hombres pensadores del siglo XlX, habia sido estudiada
bajo todas sus fases, y á los antiguos sistemas republicanos, yaun á
los que 'regian ya en diversos Estados, se sustituian nuevas escuelas
que proclamaban la absoluta libertad del sér dentro de la sociedad
regida por leyes naturales; por manera que no se quebrantase en lo
mas minimo el principio de justicia: esto es, la armonia de todos los
intereses convergiendo al gran objeto que el hombre debe realizar,




19' HISTORIA DEL REINADO
que es la produocion, utilizando todas sus fuerzas activas, múscu-
los, inteligencia y sentimiento para aumentar la riqueza, los goces
y la ventura en el seno de ]a sociedad.


Sustituir á las instituciones que la fuerza, los accidentes, las con-
veniencias del momento, los egoismos reinantes en los periodos de
subversion han levantado dividiendo á Jos hombres en amos y es-
clavos, en explotadores y explotados, en dominadores y siervos, en
conquistadores y oprimidos, en ricos y pobres, en sabios é ignoran-
tes, en holgazanes y parásitos que comen mientras mueren de bam-
bre los que gastan el sudor de su frente en amasar los goces y las
riquezas que se reparten en razon de la casta y de la clase, no del
trabajo empleado para producirlas; sustituir la justicia á la arbitra-
riedad: la verdad á ]a infamia, ese es el problema que debía resol-
yerse.


{l.


y la democracia social, la democracia organizadora, científica del
siglo XIX, ha hallado los medios de realizar el deseo de todos; la anar-
quía ó la carencia de gobierno en medio del órden mas perfecto. La
propiedad distribuida á sus legitimos duellos; todos los vicios des-
terrados; las sociedades viviendo en el seno de la abundancia; cada
~ér girando en su órbita como el astro sin chocar, herir, ni perjudi-
car á sus semejantas; la jerarquía natural, la que sus facultades, sus
fuerzas, su actividad establecen entre los hombres funcionando sin
que nadie se resienta ni se crea perjudicado, la unidad de la especie


. humana bajo todas las formas; porque la ciencia conduce á la ver-
dad; y asi como nadie puede dudar que dos y dos son cuatro, que
la linea recta es el camino mas corto que va de un puesto á otro;
asi en el órden moral, las leyes naturales que rigen la produccion y
la distribucion Je las riquezas son inmutables, y cada sér lleva en
su organismo la medida de sus necesidades y las fuerzas que debe
emplear para producir lo suficiente á satisfacerlas.


y en Espalia las circunstancias venian á poner de relieve la in-
suficiencia de los viejos sistemas; Ja incapacidad de los partidos que
venian disputáQdose el poder, la torpeza de los que se llamaban
j.efes populares y se dejaban siempre arrebatar el poder y no cum-
plian jamás en el gobierno lo que en la oposicioD con urgencia re-




DEL ÚLTlMO BORB~ DE ESt»AÑA. 13t'S
clamaban; yen Espana la idea republicana era-democrática federal,
porque en sus hábitos se hallaba lo mismo que en sus necesidades
poner pronto remedio á Jos males que incesantemente venian el
agravándose.


111.


El partido progresista creia poder contener á los fogosos, alentar
á los tfmidos y descorazonados y dar garantias de órden, de ese ór-
den que es cobardía é indignidad, no del órden que fundado en fa
justicia es la base indestructible y firme de ]as sociedades, á los
consejeros de Isabel, á las clases llamadas conservadoras. Begando
por este medio á las regiones oficiales fuerte y compacto despues de
las persecuciones y de la proscripcioo. Pero el partido progresista
no queria confesar que se hallaba en descomposicion, marchando
los unos en busca del poder á toda costa y con cualquiera Gondicion,
y prosiguiendo los otros la idea revolucionaria en sus. desarrollos: .
crecia á cada momento el antagonís,mo entre estas dos tendencias
y parecía abrirse una sima debilitánd9se cada vez mas los que bus-
caban el poder, Jos hombres de parlamento que hacian frecuentes
concesiones y transigian vergonzosamente con las administraciones
y con los gobiernos mo4erados. .


y el pueblo, las masas, la multitud, las clases trabajadoras, los
jóvenes sobre todo, asistían á las escuelas de obreros, habían apren,
dido el catecismo democrático, habian escuchado la voz de los pro-
pagandistas; y el partido republicano, en una palabra, habia absor-
bido los elementos vitales y activos, la fuerza y la energia revolu-
cionaria.


Asf, mientras Cortina hacia declaraciones reaccionarias á titulo
de hombre de gobierno, hervia en el seno del partido progresista !a
levadura de la nueva, idea que iba repentinamente á presentarse.


lAs antiguos jefe& del partido republicau{), proscritos, ó reti-
rados ó fugitivos, no por eso habian abandonado la bandera que aun
sostenían en Cataluña Baldrich, Bellera, Ametller y otros obede-
ciendo á la Junta revolucionaria de Bayona en que figuraban ade-
más de Orense, Monturiol, Terradas y otros activos jefes del parti-
do republicano.




186 IIISTORIA DBL BBIIUDO


IV.


En ese momento y coincidiendo con la desaparicion del carlismo
que huia de Cataluña ante las defecciones de muchos de sus secta-
rios que se habian vendido al oro, y con motivo de la prision de don
Carlos en Perpignan (Francia), se publicó un documento notable que
exponia y desplegaba al viento la bandera revolucionaria (F).


Antes de ocuparnos de esa importante manifestacion diremos al-
gunas palabras referentes á ]a guerra de Cataluna.


El sistema del general Concha, fuese por habilidad ó por suerte,
vino á producir resultados: y el general que se habia mantenido
hasta entonces puro en medio de la corrupcion, vió diezmadas sus
filas y convertidos en perseguidores algunos de sus mas antiguos
y conocidos jefes. Esto tenia receloso á Cabrera y á los facciosos
Tristanys: y la detencion del conde de Montemolin vino á hacer ya
imposible la resistencia.


Los Tristanys aprovecharon estos últimos momentos para dar al
gobierno español un soberano consuelo. Trataron con los agentes
de compra y venta, y cuando el gobierno confiaba arrancar á la cau-
sa del oscurantismo á aquellos jefes, ellos efectuaron una sorpresa
que en otras circunstancias hubiera podido traer funestos resul-
tados.


Los periódicos ministeriales no hallaban epitetos bastante duros
para condenar la felonfa de los Tristanys, que asi llamaban al acto
de no querer aceptar infames proposiciones que se les hacian para.
variar su opinion.


Aquel gobierno que habia puesto en práctica el principio utilita-
rio, creia que todos los hombres debian ceder á las promesas, ya que
se sublevaban contra las amenazas y persecuciones. En este caso,
los Tristanys, que realmente eran feroces bandidos, estuvieron á
mucha mayor aUura que el gobierno de Isabel, que el general Nar-
vaaz y sus satélites.


v.


Los diputados Rivero, Ordax Avecilla, AguBar y Pnig que fir-




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 181
ruaban el manifiesto de la extrema izquierda, dieron sesgo nuevo á
las cuestiones políticas, y mostraron que no era exacto que el parti-
do del progreso viniera en aquellos instantes á reconstituirse modi-
ficando el dogma de la soberanfa nacional.


Si habia individualidades, muchas en número y de llas mas ele-
vadas, que suscribian bochornosas declaraciones y se prestaban á
lodo siempre que lograsen el objeto codiciado, el poder; el partido
en masa seguia fiel al principio generador, al dogma de la soberanfa
popular, y caminaba en pos de reformas radicales que eran las úni·
cas que podian contrarestar las tendencias, los afanes y los " traba-
jos de la reaccion.


Entonces comenzaban á darse la mano los disidentes del mode-
rantismo y los santones del progreso; todas esas ambiciones que
Isabel despreciaba y que aspiraban siempre al dominio. Entonces se
dibujaba ya la union liberal, y los iPosadas y los Rios Rosas se
acercaban al caudillo que mas adelante debia dar prestigio y au-
toridad al plan parlamentario.


y en tanto los diputados de la extrema izquierda adoptando elle-
ma de progresistas-demócratas proclamaban los derechos individua-
les con cierta anfibología; pero la multitud aceptaba entusiasta ese
programa, y Sixto Cámara al frente de mas de cuatrocientos jóve-
nes de las escuelas yen" un ion con muchos propagandistas dirigía
felicitaciones á los diputados que se habian Janzado en el camino
der progreso.


En tonces se verificó una reunion en casa de AguiJar, á la que
asistieron mas de trescientas personas, y alli figuraban al Jado de
los Olavarrias, Ayguals de Izco, Asquerino, Garcfa Uzal, Velo,
Calvo y Maleo, Calvo de Rosas, Garrido, Becerra, Martos, Ochoa,
Coronado, y muchos y muchos otros, entre los cuales no omitiremos
los nombres de Cervera, Moya, Beltran, Ferreras, Siro Perez y otra
porcion de miembros miembros de Ja lóven España, sociedad pro,:"
pagan dista que se habia creado ya para "auxiliar al comité que de-
bia nombrarse en aquella relmion.


VI.


Este comité fué muy numeroso; debia dirigir al partido, organi-
zarle y hacer que se presentase potente y educado para la lucha


TOMO 111. 18




;1'8'8 HtST6RIAbu aÉUfADO
eieritífica tanto como para las circunstancias de fuerza que pudieran
s6brevenir. Presidia ése comité el serlor Calvo y Mateo, y fué digno
sectétario el malógrado Sixto Cámara. Muchos trabajos comenzó;
muchas gestiones hizo buscando en provincias agentes activos y de
inteligen'cia que diesen gloriosa cima al anhelo de todos. Formá-
ronsenumerosas secciones de jóvenes y personas inteligentes entre
aque1Ja numerosa falange que presentaba el gran núcleo del parti-
'do'del porvenir, con el propósito de estudiar bajo todas sus fases
las 'cuestiones trascendentales, proponiendolun plan general de or-
ganizacion política, económica y social que formase de Espal'ía una
sociedad modelo.


Diferentes grupos tambien tomaron la organizacion de fuerza, y
pudo darse por formado un: partido nuevo que comenzaba á dar
'muestras de virilítlad, y que des pues de haber tremolado su bande-
ra republicana en los campos con bastante'buen éxito, despues' de
haber mostrado teóricamente en la prensa las ventajas de la forma
republicana, venia á completar su obra dando en todas las manires-
taciones de J~ vida política, tono á los actos de los demás partidos.


tas circunstancias especiales, la tegisJati'on vigente :que pesaba
rudamente sobre la inteligencia é ;impedia la manifestacion de toda
id~a dé prógre'so, siempMque saliera del mezquino patron del mol-
de'repúgnante, en"que los parlamentarios habían rotUlado su ¡de'al,
impidieron que 'el partido republicano se presentara con franqueza
y como su lealtad le aconsejara; pero con esto nadie 'podía tener
duda que la monarqu(a, cOmo todas las illstitUÓiónes opresoras, de-


-biao ser arrolladas por Ja nueva escuela que con su silenciodeéia
mas que hubiera podidoexptesar con 'lasacuSllciones mas ~t'erri­
bies.


VII.


y mientras se organizaba secretamente el partido republicano;
mientras iba tomando fuerza y consistencia en el país, el partido
progresista luchaba en vano por reorganizarse y fortalecer su esta-
do mayor para presentarse digno de la corte y de los palaciegos sin
mancha revolucionaria.


Por esto tos periódicos progresistas pl'ocurarOli' de'S\Yirlúar el ma
nifiesto de la extrema izquierda tachándole de vago é ináplicable,




DEL ULTIMO BORBON DE ISPAÑA.. 189
porque, decian, costaba trabajo concebir siquiera la existencia de
ese sistema en que el jefe hereditario del Estado, convertido en pre-
sidente de república, solo siniese para ejecutar los mandatos de una
Asamblea omnipotente como pudieran hacerlo Jos ministros amovi-
bles y asalariados.


No comprendían que prohibiendo la ley del Estado, y sobre todo
la fuerza dominante, discutir la monarquia, era forzoso contar con
ella en las discusiones, si bien en el áoimo de todos estaba que las
objeciones de la prensa progresista eran exactas, y que ante ]a ma-
jestad del pueblo, ante su derecho, no cabe ni puede caber otra
majestad.


La república era pues la base, era la fórmula, yal hablar de de-
mocracia públicamente Jos que se Jlamaban progresistas demócratas,
no podían pretender que el trono quedase en pié por ser una ins-
titucion que representa en absoluto la negacion de la soberania po-
~?1~~, ~ul~a( ~r~" I!.u~s~. y.l? hemo\s ;d~~h()~. de. los do~trinarios es~.am·
~~~~adi «l~L p~P8r~IIl~' ~~o ~ll"qr"mop';árqulco qqe se,daba, e~ el al
gran principio consigna~o.




CAPITULO XIn·


SUMARIO.


Los progresistas divididos en republicanos y en monárquicos.-Como fovorecian al
gobierno moderado las divisiones de los progresistas.-Triunfo de la reaccion
en toda Europa.-Expedicion española á Roma y oposicion que encontró en la!!
eortes.-Consecuencias de una dictadura ministerial.


1.


ta tradicion" del partido progresista; la tradicion monárquica, que
casi podia decirse su gran traicion al principio de Ja soberanía po-
pular, habia quedado rota, yen adelante dentro del seno del pro-
greso figuraba como elemento primordial el gran partido repu-
blicano.


Habfase hecho necesaria esta evolucion porque la mi noria frente á
las circu:Jstancias extraordinarias creadas por la revolucion fran-
cesa habia flaqueado y se hallaba completamente aDulada, cuando
debia mostrarse fuerte y vigorosa para hundir en el polvo aquella
situacion tiránica, aquella corte de aduladores.


Los mismos periódicos progresistas reconocían la vaguedad y la
impotencia y el miedo que se albergaba en la falange de los hom-
bres que representaban ea e) parlamento Jos principios del bando
derrocado por el moderantismo (G).


La divergencia aun entre Jos que abrazaban la bandera mo-
nárquica, y no se atrevian á romper con los Borbones, raza espú-
rea de tiranos que ha traido sobre Espana todas las cahimidades; la




DBJ. ULTIMO BORBON DIISPAftA. 141
division en el seno del partido progresista era patente, y los hombres
desapasionados, aquellos que atienden mas á ,las ideas que á las
personas pudieron ver que se realizaba el fenómeno de deseomposi-
cion, quedando aisladas unas cuantas individualidades, algunas de
las cuales eran dignas de respeto y habian hecho servicios á la cau-
sa de la revolucion.


11.


Así en la prensa como en el parlamento vino á surgir la division y
lie presentaban distintos grupos capitaneados por diversos santones.


Solo asi podia vivir un gobierno que no contaba en el pais con
niDgun género de defensa: solo asi podia la corte de Isabel impo-
nerse al pueblo altivo é independiente que sabia desde muchos siglos
apreciar lo que vale la libertad; solo asi el partido moderado hon-
damente dividido.por sus ambiciones y en perpetua lueha de carte-
ras podia resistir los embátes de la opinion que le desautorizaba y
le abandonaba hora por hora.


Las- traiciones, las apostasias, Jas debilidades de los jefes del par-
tido popular constituian la fuerza rte la reacciono


En cambio del gran desbarajuste de la Hacienda que correspon-
dia perfectamente al sistema politico de los moderados, la dotacion
del clero era uno de los escollos en que naufragaba toda reforma,
toda idea de reduccion del presupuesto, hastiel punto de que en
este solo ramo invertían algunas provincias mas de lo que satisfa-
cian por toda clase de contribuciones (8).


En vano, se revelaba en los datos á que vanimos refiriendonos la
monstruosa desigualdad, la iniquidad injustíficable de UDa situacÍon
que venia pesan:lo sobre el erario y contribuyendo á la bancarrota;
en váno en la cuestion del ejército se podia observar lo propio; el
clero, el ejército y el verdugo son tres condicionee indispensables á
la monarquia borbónica y acaso no podria manifestarse ni sostener·_
se sin ellas.


La política europea despues de la derrota de la revolucion en las
calles de Paris vino nuevamente á quedar reducida á mero cambio
personal, y el desastre de Novara preparado por las traioiones y por
Ja pusilanimidad de Carlos Alberto, abrió á la Santa Alianza las puer-
tas de Italia que debia volver á gemir bajo el yugo extranjero. Es-




1 '. ; BISTPRIA DEL BllNADO
to produjo qU(} se llegaran 11 entender todos Jos gobiernos reaccio,-
Darios, para derrocar ep, RQma el gobierno., republ\cano que gober-,
Daba majestuosamente la asamblea. mas digna y el triunvirato mas
escogido de que hay memoria en, las anales de la humanidád.


El gobierno espanol qU\io,contdbuir tambien á la restauracion del
papado y á la caida del gobierno popular haciendo Ja guerra á Maz-
zini el célebre agitador, el activo revolucionario. Dispúsose una ex-
pedición, y contra este proyecto que debia llevar doce mil soldados
espafioles á besar las sandalias del descendiente del pescador, pre-
sentaron una proposicion los individuos de la extrema izquierda que
en sus principales párrafos decia así:


«Los diputados que sus,criben, fieles,al principio de reconocer, J
respetar en las demás naciones la perfecta independe.ncia que, .aman
y sustentan para su patria, sientea con el maIJ profundo dolor que
tomen consistencia 108,rU01ores de que el gobierno de S. M. dispone
y apresura el embarque de una e.xpedi~ioQ. militar con tra el gobierr
no de la República romana.-DemQstraciones y resoluciones de esta
espe9i~ solo put3dcn justificarse en casos muy seftalados, y por cir~
cunstancias que no reune la que parece tomada por el gobierno de
S. M., siquiera se presente bajo la apariencia de un homenaje cris-
tiano ofrecido al jefe visible de la IgJesia católic8.-Menos se justifi¡-
can todavia cu~ndo en v¡ez de solicitadas son resistidas por el pue-
blo que ha de experimentar sus efectos, y menos, en fin, cuando
este pueblo se organiza y gobierna por principios y máximas de
derecho universal, dando un ejemplo de moderacion y tolerancia que
ja~ás habrá de esperarse de los gobiernos impuestos por la fuerza.
-Intimamente penetrado~ los que suscriben de esta verdad, y de
que la silla del pontífice tiEme hoy por precio la libertad de la ilus-
tre Roma: Al congreso- piden se sirva declarar que verá con su\'"'
~o desagrado la s!lHda de una espedicion militar para los Estados
Pontjficios, asi como cualquiera otro género de demostraciones que
dificulten la reconciliacion del Soberano Pontifice con sus amados
hijos 108 ciudadanos de la ciudad eterna. lO


IV.


<;Iaro es qqe aquella Asambl~a y aquel gobierno no habían de
autorizar ni aprobar las Pfe1eDsioues de Jos diputados de la extre-




DEL "ÍLTIMO BORBON Dl: ISPAÑA.. 143
ma izquierda; y á pesar de los es' uerzos de Ordax Avecilla que
demostró la iniquidad del atentado que contra Roma se cometia,
que hizo patentes los derechos del pueblo romano .. al gobernarse
como quisiera que demostró que el papado como poder espiritual
é independiente puede sobrevivir por la fuerza moral, por- la obe-
diencia y acatamiento que le presten los sectarios, jamás por la
imposicioD de la fuerza; á pesar' de las torpezas del ministro de
Estado, el famoso Pidal, la mayotia rechazó la propósicioupor 155
votos contra 11.


El general Infante, que como siempre se hallaba en disidencia
con los hombres amantes de la libertad é independencia de los pue-
blos, explicó su voto para Jecir, que creyendo que la proposicion
envolvia un ataque á las prerogativas de la corona, él, Cortina, A.r-
güelles, Mendjzábal y. algunos otros votaban contra ella,


i Hablar de las prerogativas de la corona cuando se trataba de
un ataCfue á la lib'ertad, á la d!gnidad é independencia de un pue-
blo! ¡Qué hombres eran aquellos que viendo á Isabel persiguiendo
Y'diezmando al partido liberal, unirse con los déspotas de Europa
para Bevar nuestros soldados, verter la sangre espallola y gastar
Jos millones que el pueblo trabajador necesitaba para satisracer el
hambre de sus familias, venia n á aprobar su conducta, á dar fuer-
za á su gobierno, y entre la monarqufa y el pueblo cedian á lo tran-
sitorio, se prosternaban ante la infamia y lamían serviles la mano
que manejaba el látigo!
, Solo 1'7 diputados tuvieron valor para aprobar aquella proposi-


cion, protestando en nombre del puebloespatiol contra la sacrHega
til'aoÍa'que iba á imponer en Roma el gobierno clerical. Esos 17
diputados sellámaban Huelves, Galvez Canero, Alzina,Cala'ttava,
Martin, Garcia (Mauricio),iSan Miguel, Alonso Cordero, Gaseo,


,Madoz, Perez, Laborda, Sardá, Ordax, Rivero, Aguifar y Paig.


v.


No ya para nosotros que, radicales, Ijuzgamos la monarquía como
un instrumElD to in útil, 'perjudicial y' gravoso; p~ra hombres· del
temple' del sellor Madoz, p8ra'~etiodistas'\"c()mo' los' hambres del


'O/amor Ptlhlico,· rué Un verdadero es'eándalo aquel voto de cuasi
'aprobacion á los' piunes reaccionarios de los enemigos de la liber-




114, HISTORIA DIL RIINADO
tad, que nueve diputados, -nueve eminencias del progresismo se
atrevieron á dar. El contexto y la inlencion de la proposicion se
dirigia á significar por medio de un voto de reprobacion cuin des-
acertado y ,ruinoso consideraban los firmantes el uso que los mi-
nistros responsables aconsejaban á Isabel hiciese de su prerogativa
en UDa cuestion de tanta gravedad y trascendencia. Porque' aun
constitucionalmente ]a teoria del famoso general que debía alguna
vez faltar á 8US deberes en la presidencia de las Cortes constituyentes
era completamente falsa; pues que todos los actos del gobierno se
derivan mas ó menos directamente de alguDa de las prerogativas
de la corona. Y no obstante, si nombra un gabinete compuesto de
personas sacadas fuera de la mayorla del parlamento, los diputados
y senadores tienen el derecho indisputable de darle un voto de cen-
sura.
~Qué prácticas querian introducir los Olózagas y Sagasti al vo-


tar en aquel dill con los amigos del ministerio? ¡Olózaga! ¡el ene-
migo de la dinastia, tratándose de un crímen, de una usurpacion,
de una violencia internacional, se prosternaba ante el trono que ab-
dicaba su derecho 1


6Dónde estaban los revolncionarios? ~no era aquello sancionar y
aceptar los obstáculos tradicionales?


Siempre, en todas ocasiones, cuando reinaba el :absolutismo fué
saludable costumbre hacer las cortes mociones ó dirigir al jefe del
Estado mensajes en circunstancias crfticas, y cuando temieron an-
ticipadamente que por alguna medida desastrosa pndiera compro-
meterse la suerte de la patria. ~Cómo ignoraban Olózaga y su.s ami-
gos, cómo desconocían ese derecho~ Inmensa filé la responsabilidad
en que incurrieron los que llamándose representantes del progreso
y del pueblo, por el temor pueril.de ofender Ja prerogativa real san-
cionaron la declaracion de una guerra injusta y ruinosa.


VI.


La expedicion marchó á Roma. Y terminada por aquellos días la
guerra civil prodigarónse las gracias al ejército promoviendo en un
solo dia á cinco tenientes generalc, con universal escándalo, mien-
tras que para hacer pasar tales y tan horribles injusticias se otorgó
una amnistía, que preciso es confesarlo, fué amplia, y volvia al seno




DBL ÚLTlllO; B9ROON Dl·Bif'ARA. 11&
de sus familias muehos desgraciados que tenian para con los Boli-
boD6s un delito imperdonable: eran libera/u. Y tanto era de ex ...
trafiar para los moderados este aoto de generosidad, que juzgaron
necesario da.r un voto de gracias en pleno parlamenlo,


tas hab~lidades monárquicas de los progresistas, 8US r eq,uilibrios
y yacilaeiones lograron el premio; en tanto que Jos moderados es-
quilmaban al país votando los impuestos y reformando los aranceles.


Estas grave! discusiones, estos problemas lIamahan la atencioR
de J.a.generalidad; pero se resolvían á gusto de aquella facticia ma-
'yorfa que habian creado á su antojo y bajo la presion terrible de
inauditas persecuciones los generales moderados.


No por esto cejaban un punto I~ ambiciosas pretensiones de los
caudillos de la mayoria. No por eso faltaba en palacio la animaeion
de las camarillas que en cada momento variaban la faz de las cosas
y provocaban disgustos y entorpecimientos á la situacion.


Mientras las entidades distintas luchaban por hacerse fuertes y
dominar á sus adversarios; mientras los cuñados procuraban hun-
dir á Sartorius y Narvaez; mientras Narvaez queria la disolucion de
aquel congreso, otros elementos bullian al lado de Isabel para dar
un golpe de gracia al gobierno representativo.


y aquella marejada, aquel conspirar continuo, aquella permanen-
te conjuracion de intereses bastardos debia muy pronlo resolverse
en hechos apreciables demostrando á todos cuán frágil vida es la vi-
da de los gobiernos constitucionales, cuán terrible es la lucha que
sostiene el monarca pllra anular y hacer ilusoria la soberanfa del
pueblo.


VIL


La arbitrariedad en el órden era la ausencia de todo sistema, era
el reinado del capricho, era el desenfreno de .,las pasiones, era eIl
abuso de una voluntad omnipotente que no reconocia respetos, ni
obedecia á reglas, ni atendía á consideraciones de ningun género.
La arbitrariedad constituye en cuanto á la polftica, el peor de los
despotismos. Alli donde )as afecciones privadas, el humor ó el ca-
rácter personal de un corto número de hombres prevalecian y se
sobreponían á las leyes, no podia haber órden ni libertad.


Con aplauso y entusiasmo habia acogIdo el bando moderado las
TOllO 111. 19




146 HISTORIA. DEL RlmUDO
medidas discrecionales y los castigos de real 6rden que en varias
épocas se fulminaron contra los hombres del progreso, sin prever
que pudiera llegar un dia en que les alcanzase tambien la arbitra-
riedad. En los momentos de la mas cruda persecucion no hubo una
voz, ni una soJa, entre los partidarios del moderantismo, que se le-
vantase en defensa de Jas Jeyes infringidas y de la seguridad indivi-
dual atropellada. Todos, unos mas, otros meDOS, eran responsables
de las injusticias cometidas durante seis aftos de dominacion. Todos
hieieron causa comun con la dictadura, en la confianza de que nunea
les lIegaria la hora def desengafto y de la expiacion.


Pero sucedió que muy pronto algunos de los favoritos de la si-
tnacion recibieron un cruel desengafto. Entonces SI3 quejaron amar-
gamente de que la seguridad y la suerte de los hombres estuviesen
i merced de la omnipotencia ministerial: entonces reconocieron la
necesidad de que Jos ciudadanos fueran protegidos por el escudo de
garantfas sagradas.




CAPíTULQ XXXU1·


SUMARIO.


Honrosa caida de la Rcpublica romana.-Triunfo de la l'eaccion en todas partes.-
Fugaz ministerio Cleúnard-Bálboa.-Aspiracioncs de Bravo Murillo.-Disidencias
enlre J'."arvaez y Mon y Pidal.


l.


Cayó Roma despues de veinte y tres días de sitio, tras una por-
,fiada lucha en que los valientes hijos de la República, un día senora
del mundo, vertieron su sangre generosa sin esperanza de triunfo,
porque enfrente tenian cuarenta mil soldados franceses; Ancona bom-
bardeada; Bolonia destruida por la metralla de los austriacos; 101
espanoles en Gaeta; los napolitanos dispuestos á ejercer sobre sus
hermanos la opresion que ellos sabían soportar de la familia borbó-
nica ... y Roma díó un grande ejemplo al mundo aun en los momen-
tos de su agonia;porque despues de agotadas sus fuerzas supo to-
davía mantener su dignidad preparándose para la resurreccion y el
triunfo.


Los que dudan del pueblo; los que desconocen la marcha de los
acontecimientos; los que no lIe'gan á comprender las leyes del pro-
greso, habian calumniado á Roma y creían que el Papa era el que
vivificaba )a ciudad eterna; pero el Papa huyó, la clerisalla, esa fa.
Jange de estafadores que venden el cielo para gozar en la tierra de




1 '8 HISTORIA DEL REINADO
todos los privilegios, pudieron ausentarse de la capital de Italia, y
el órden y la armonía reinaban, y aquella multitud se regeneró como
por encanto.


Luis Napoleon, el faccioso de Bouiogne y Strasburgo, tuvo la glo·
ria de hundir el punal en el seno de la jóven República, preparán-
dose á clavarle en ]a madre patria.


Los soldados espanoles fueroo á presenciar y autorizar el despojot
trayendo en cambio del auxilio moral que habian prestado al pre-
tendiente destronado, al fugitivo de Gaeta, medallas y bendiciones.


¡Roma habia caido! ¿Pero cómo habia caido? Como el soldado fiel
que al morir saluda su bandera; como el héroe que cercado de ase-
sinos y suplicios recibe con ánimo entero el golpe que no puede evi-
tar ~ encomendando al tribunal de la posteridad la sentencia de sus
verdugos.


Nunca se vió en la historia un ejemplo tan elocuente de valor y
moderacion, de sencillez y pompa, de entusiasmo y seguridadt como
el que babia presentado el pueblo romano en el último periodo de
su soberania.


11.


La reaccion avanzaba. Luis Bonaparte habia puesto al servicio de
los déspotas el influjo que le daban tres millones de votos.


La República francesa servida por traidores, gobernada por UDa
a.sambk!a de ego.istas, llegaba,á convertirse en una red tiránica que
envolvia entre sus hilos á los amigos de la libertad. Por eso inler-
venia en Roma con los austriacos; por eso abaAdonaba á HWllda;
p9f ~ vimos .sucumbir á los valientes polacos que hicieron VIl es-
fuerzosupremo; y á ,Bem y á KOS8Ulh abandollados y perseguiOOs .•
Era un aborlo revolucionario. Los traidores imperaban. iRl gran:sa-
cudimiento de 184,8 babia conmovido á Europa; pero Bb()rdando
cuestiones muy difíciles, la ,reaOtCiOD supo ,aprovechar el pánico qae
la idea revolucionaria habia puesto en las clases conservadoras.


Por es.ose alentaban los partidarios ele la restaura.cion y marcha-
ron ,en todas partes á salvar las bases sociales que dedan ·conmo-
verse en medio del inmenso cataclismo.


Por eso los .Jibe¡alea, Jos QUe se habían sublevado en 1790 coa-
tr¡¡ la infamia de les ariilocra.cias l lGs 'loe r&voluoionariameate ha-




DEL ÚLTIMO IOBBON DI ISrAÑA. '149
biao despojado á Jos sefíores feudales sustituyendo á la aristocracia
tradicional con la monarqnia del 3 por 100, que jugaba á la Bolsa,
"i llevaba el balance de las soeiedades mercantiles, hieieron causa eo·
mun con los hombres del antiguo régimen para seguir explotando á
la multitud é impetlir la completa emancipacion del obrero, del pro-
dúctor que g~me como siempre aherrojado. '


y de ese nefando consorcio nació el imperio; y de esa coalicion
males inmensos é irreparables para la humanidad.


A.si conspiraron audazmente las potestades clericales; asi los prín-
cipes destrona.dos creyeron posible su rehabilitacion.


IU.


Asi Jos moderados españoles se vieron un dia sorprendidos, y
Narvaez que se acostó ministro el 18 da octubre de 1849, hallóse á
)a manana sorprendido con una destitucion.


El Jance fué entretenido y grotesco; pero dió la medida segura-
mente de Ja audacia y el empello que muestran esas gentes para
hacerse á todo traoce duelios de unasituacion.


El padre Fulgencio, confesor" de Francisco é Isabel de BorMo, la.
monja milagrera y algunos otros agentes subalternos, fraguaron un
plan de campana, y emboscados en la antecámara de palacio lograron
destituir á aquel ministerio y levantar cinco ó ~is nu!idades que co-
mo erfmero relámpago brillaron algunos instantes en las regiones
del poder. .


Como el mini&terio Narvaez no vivia mas que por el favor, como
DO sacaba su fuerza de las instiluciones, como la opioion publica no
le servia de escudo, se desplomó apenas le faltara el apoyo arlifi-
eiaJ que le sostenia. Levantado al poder en 1847 por medio de una
intriga, á impulsos de una cábala palaciega habia caido. Intriga por
intriga, tanto valía la una como la otra, y era UDa leccion severa
para 16s que llamándose defensores del sistema parlamentario oada
día hollaban las leyes, y ávidos de mando solo al capricho de go-
hernar readian eulto, por mas que debieran sus puestos á las mas
vergonzosas combinaciones.


Los nombres de aquellos ministros que por su audacia, 'mllS que
por su heroismo, merecen eonsignarse y pasar á la posteridad, eran
dOD Serafio Maria de Sotto, conde ,de elaanard, ministro de la Guar-




150 HISTORIA DEL REINA.DO
ra y presidente del Consejo; don Salvador Cea Bermudez, ministro
de Estado; don José Manresa, ministro de Gracia y Justicia; don Jo-
sé Bustillos, ministro de Marina; don Vicente Arnesto, ministro de
Hacienda, y don Trinidad Balboa,- ministro de la Gobernacion' é in-
terino del de Comercio, Instruccion y Obras públicas.


lV.


Don Trinidad Balboa era famoso por sus hazanas en la Mancha á
las órdenes del general Narvaez. Se hallaba acostumbrado á fusilar
mujeres y nifios. Podia suceder dignamente al duque de Valencia.


El presidente del Consejo, conde de Cleonard, hacia algunos arIos
que vivia retirado despues de haber servido, como han visto nues-
tros lectores, en el horrible plan del moderantismo para acabar COD
los liberales. ,


Cea Bermudez era aquel famoso ministro cuyo programa habia
agradado tanto á Cristina que no anhelaba olra cosa que realizarle,
dejatdo á un lado Constituciones y Estatutos.


Manresa, abogado desconocido, 'ocupaba un ministerio de favor
por servicios hechos sin duda en la oscuridad á la causa del clero y
de la monarquía absoluta.


El ministro de Hacienda tendria sin duda grandes planes; pero ni
como capacidad ni como hombre de negocios era conocido en los
circulos financieros.


La Marina tampoco era importante sin duda para Jos nuevos ex-
plotadores que aparecian en escena, y por eso la encomendaron á
Bustillos.


Apenas constituido este ministerio, circularon voces alarmantes
respecto á la actitud que debia tomar, suponiendo algunos que de-
bia abolir el sistem~ parlamentario; pero aun suponiendo todo lo
malo, ¿qué podía realizar que no hubiese sido ya hecho por Narvaez
y sus eompañeros?


Las famosas deportaciones á Manila, el desprestigio de los cuer-
pos colegisladores, las mordazas para la imprenta, debían ser teni-
das como reformas ordinarias y métodos naturales de gobierno en
aquella époea. El imperio del sable y de la arbitrariedad eran el es-
-tado normal en aquellos dias aoiagos, y el ministerio Cleonard-Bal-




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 151
boa no podia introducir grandes perfecciones en el ya erisayado sis-
tema de los moderados.


La Hacienda desquiciada y descompuesta no tenia mucho que
perder en manos del nuevo ministerio. Y por )0 que toca á la ins-
trucciOn pública, á las comunicaciones y demás adelantos naturales,
inútil é ineficaz habia quedado la accion del gobierno popular.


v.


Caminando de sorpresa en sf1rpresa, los mismos que habian bun-
dido á Narvaez para colocar aquel prospecto detallado de )a reac-
cion frente á la opinion pública, los que habian dirigido un reto for-
midable, se asustaron de su obra, y pusieron las cosas en el mismo
ser y estado en que se hallaban.


El conde de Clonard d-espues de esperar cuatro horas qué duró la
conferencia entre Narvaez é Isabel, fué llamado á presencia ~e esta
para firmar y autorizar la destitucion de su compai'iero Balboa. Bal·
buceaba apenas alguna pregunta para saber el significado de aque-
1Ia determinacion, cuando Narvaez que se hallaba preflente le impuso
silencio, advirtiéndole al poner la firma que la colocai'a muy cerca
del respetable Yo la Reina, que es el capricho y la elucubracion y el
delirio erigido en forma de gobierno.


No menos fué la sorpresa del desgraciado Balboa cuando se vió
arrestado en casa del duque de San Carlos; porque Narvaez reservó
á sus enemigos el placer de sufrir las consecuencias del método gu-
bernamental que todos ellos creian perfecto y aplicable.


Pocas horas vivió aquel ministerio, estrambótica concepcion de una
borrachera traBesea. Los héroes de la fiesta no estuvieron á la altura
de las circunstancias; y testaferros de UDa pandilla que trabajaba
desdemucbo tiempo en trastornar por completo el régimen repre-
sentativo, no supieron ó [lO quisieron mostrarse enérgicos para lle-
var á sus adversarios la ,duda, la incertidumbre y el apocamiento.
NarvaEz aprovechó la coyuntura y cortó decididamente por lo sano.


¡Qué escenas, qué frases, qué escándalos presenciarían las bóvedas
del palacio durante aquellas horas en que chocaron las ambiciones
de aqubllos monárquicos desinteresados!


tos que conocieron al general, los que le han oido en s_us ea:pli-
cacione, con Isabel, los que ban leido atentamente sus discursos re-




15t HISTORIA. BU. BIIDe!.D'
lerentes á las diversas crisis, pueden juzgar del respetuoso lenguaje
que usaría con aquella enlodada majestad, él, que tenia el cinismo
de insultar á la alta y noble majestad del pueblo.


VI.


El ministerio Narvaez que dos meses antes se habia modificado,
apareció completo otra vez dispuesto á hacer la ventura y la felici-
dad de la patria.


Cierto ~s que entre aquella modific8.cion y la trasformacion reciente.
existia UDa relacion intima é ineludible, porque entre los elemen-
tos de aquel gabinete, don Juan Bravo Murillo irguiéndose y cre-
ciendo á medida que veia y obfervaba la pequeDez y nulidad de sus
colegas, habia llegado á ooncebir planes y esperanzas de ser un dia
eje principal del movimiento político de Espana.


Aprovechando, pues, el abogado Bravo MuriHo las disidencias '1
hostilidades de las fracciones Pidal, Mon y Narvaez,dióse traza para
pasar del ministerio de Comercio, Iostruccion y Obras públicas al
de Hacienda que era la clave principal de la bóveda.


Sucede en los paises regidos por el sistema representativo, don-
. de como en IDglate.rra, la opinion pública es fuerte y la autoridad


real está ejercida por personas que conocen las eoodiciones del po-
der que ejercen, que los ministros tieoen marcados los anos, los,
meses, los dias y hasta las h'oras G:ue han de permanecer en el po-
der. Gobierno de opinion, en esa pais, la opioion les sostiene ó les
mata: si cuenta con so apoyo, continúa al frente de la adminislra-
cion del pais; si les abandona, ellos abandonan SUB carteras y se
retiran de sos puestos para que vayan á ocuparlos aquellos qut S()n
eleeo de la opinion general.


Surgen á veces en los consejos de gabinete diversidad de pare-
ceres en las cuestiones que se agitan; si no hay aveneneia, sucede
la crisis que se resuelve con la salida de algun ministro. Estas soo..
las causas naturales "/ legitimas que en todo país producen los cam-
bios ministeriales.


En EspaDa ningun gobierno podia eontar con Jaseguridad de vi-
vir un dia aunque tuviese las simpatias de toda la nacion: 110 ha


sido la apinion pública la que dooidia si un ministerio iba ó DO á
contiauar al frente de la administracion. Ministros eon el apoyo de
la mayorfa inmensa de las eortes desaparecieron sin que existiera




DEL ÚLTIMO BORDON DE ESPAÑA. 158
razon alguna legitima que autorizara su caida. Ministerios elegidos
por la corona entre una exigua minoría de] congreso, mas parecia
juego de niríos ó comedia de mágia tan repetida mudanza que cosa
séría y trascendental. Repentinamente y cuando menos lo esperaba
la multitud, abriase una trampa por la que bajaban con una preci-
pitacion fantástica el hombre ó ~los hombres que un minuto antes
disfrutaban de la confianza en palacio, mientras que satian de la
oscuridad y de la nada otros que iban á ocupar los ~puestos va-
cantes.


VII .


. Bravo MurilJo aspiraba á ]a jefatura. Mon' y Pidal querian des-
hacerse de Narvaez contando con la mayoda de la cámara. Narvaez
por su parte queria alejar á unos y á otros, y:aquello ero una lucha
sin tregua, que dió por resultado la salida de Mon del ministerio de
Hacienda, y la entrada de Bravo Murilloeomo especialidad desco-
nocida.


Ante las amenazas de Mon y Pida', el general Narvaez debió pie·
garse, y lo cierto fué que su intervencion como presidente del Con ~
sejo no llegó á ser ni eficaz, ni resuelta, ni terminante, ni decisiva,
faltándole prestigio ó valor, ó consecuencia para hacer que todos se
sometiesen á su política, dejando triunfantes los principios que pro-
clamó á la faz de la nacion.


La reforma de los aranceles quedó suspensa y anulados los efec-
tos de la amnistia. Cuando hacia falta ese aliento que tanto vuelo
habia cOllseguido dar á la reaccion, solo se encontraba el débil eco
de un .ho.mbre que desconfiaba de si mismo, ó que anteponia á con-


. sider3Ciones subalternas la realizacion de proyectos plausibles. Fue·
ra cltlculo ó debilidad, inconsecuencia ó temor, se postraba y pedia
capitulacion á aquellos á quienes parecia desafiar con sus palabras
ó con sus obras.


Como era Mon el capilan de la mayoria pudo imponer condicio-
nes aun vencido; y el gabinete fluctuaba á pesar de la buena vo-
luntad del que manejaba la Hacienda, que se manifestaba dispuesto
á acometer grandes ecoDomias.


Ya iremos viendo por qué medios y con qué resultados pudo ha-
cerse la evolucion que habia comenzado el 18 de octubre con el en-
sayo del ministerio Cleonard para ruina y desprestigio de todos.


TOMO III. 20




CAP1TUl.O XX1V·


SUMARIO.


Apertura de las cortes.-Proposicion que presentaron llos progresistas.-Discurso frÍ-
volo de Olózaga.-Contestacion de Narvaez.-Prevenciones del rey contra aquel
ministerio.-Sesiones borrascosas.-Cuestion política.-Elecciones de Ayunta-
mientos.-Ilegalidades.-Carta de Eusebio Asquerino.


l.


Abriéronse, por fin, las cortes. Pudo desde luego verse que la ma-
YOrÍa estaba deshecha, y algunos diputados progresistas (altaron
tambien á su puesto.


Los ~inisteriales no consiguieron reunirse en la ses ion prepara-
toria, y al constituirse el congreso obtuvo Mayans 95 votos para
presidente; mientras que nios Rosas reunió S8 y los progresistas
!6. Tres vice-presidentes reunieron los votos bastantes, mientras
que hubo necesidad de votar el cuarto contraviniendo al reglamen-


, to y dejando á la oposicion sin representante alguno en la mesa.
Moron interpeló al gobierno que habia procurado eludir.la dis-


cusion de sus actos en el interregno parlamentario no pronunciando
discurso de la corona; y los diputados progresistas se dieron por
satisfechos presentando una proposicion firmada por Olózaga, Es-
cosura, San Miguel, Galvez Cariero, Gomez de la Serna, Sagasti y
Sanchez Silva.


Moron habló acerca de si el gabinete tenia el proyecto de some-




DEL ULTIMO BORBON DE ISPAÑA.. Ui5
ter á la aprobacion de las cortes las leyes de libertad de imprenta,
de incompatibilidad de ciertas funciones públicas con el cargo de
diputados, y de órden público, poniendo coto á la omnipotencia mi-
litar. El habilidoso Arrazola se encargó de eludir toda contestaeion
burlando como acostumbraba el bulto, y dando las seguridades que
acostumbraban los hombres del moderantismo,


La proposicion de los progresistas que se leyó á instancia de,Oló-
zaga y no podemos atinar por qué la daba importancia, decia' asi:


«Siendo el primer deber del congreso de los diputados examinar
Ja situacion del pais y Jos principales acontecimientos ocurridos
desde la última legislatura; no teniendo en ]a presente la ocasion'
oportuna que pua ello of:'ece genel'almellte ia discusion del pro-
yecto de coutestacÍJn al discurso de la corona, pedimos al congre-
so que se sirva aoordar se pidan al gobierno los documen tos y no-
ticias q,ue á juicio suyo puedan comunicarse y servir para ilustrar
la opinion del congreso sobre el estado del pais y sus relaciones con
las potencias extranjeras.»


Esa proposioion dió pretexto á unas cuantas frases en que Sarto-
rius mostró su cínica desenvoltura.


, ,


n.


Olózaga, tan hábil con su táctica prudente, con su frivolidad
acostumbrada hizo un brillante discurso de esos que entre huecas y.
sonoras palabras ocultan la vanidad y la soberbia del ambicioso, en-
ganando al propio tiempo á la multitud á quien seducen y al poder
á quien adulan.


Como siempre y tratando de mantener su fama de diplomático,
trató las cuestiones exteriores rindiendo culto á la voluntad popular
que quiere á todo trance la un ion de la península, ya que están des-
tinados á formar un solo pueblo los lusitanos y los espanoles. Para
satisfacer su amor propio, despues de tratar de las cuestiones de
Inglaterra y de Italia, condenando la conduela de Narvaez y la ex-
pedicion á Gaeta entró en las cuestiones interiores, y hablando de la
amnistía, recordó la revalidacion de los grados dados por el Regen-
te que él habia decretado en los cortos dias de su mando, y que los
moderados habian dejado en el olvido. A esto se redujo la famosa
peroracion del guia y jefe de la minoria progresista.




t 5 6 HISTORIA DEl. RllftA"
Alg.unos toques intencionados, aJgunos giros oratorios de esol


que bieren personalmente, pero que no son comprendidos entre la
multitud, dabas á ese discurso el vigor que le faltaba en buenos
principios de prog'reso. Pero entc.mces como en Jas anteri6res legis-
laturas dislinguíase allf la oposicion parlamentaria; pero no la opo-
sicion radical que era preciso sostener frente á un ministerio ilegal
y faccioso, frente á una corte corrampida y corruptora, y cuando Jos
derechos del pueblo y la Hbertad y las conquistas alcanzadas á
costa de tanta sangre se hallaban en gravisimo peligro.


Al ocuparse de la crisis y oonvencido de que los ministerios mo-
derados, aquellas situaciones de fuerza; 80JO podian sostenerse fin-
giendo y venciendo insurrecciones f y autorizadas por la oposicion
vacilante y débil con apariencias de fortaleza é intransigencia, Oló-
zaga como si quisiera servir á Ja corte y hacer traicion al pueblo
declaraba que si el ministerio entraba en las vías de la legalidad,
si renunciaba á perseguir á sus contrarios, él le ofrecia un apoyo
sincero, retirándose en otro caso á la vida privada. 6Era prudente,
era digno ofrecer á los asesinos de Zurbano, á los bombardeadores
de Barcelona, A!icante y Cartagena, á los deportadores y persegui-
dores del partido liberal en masa un apoyo en nombre del partido
del progreso? 6Era hábil siquiera en boca del presidente del consejo
que habia sido acusado por Isabel de Borbon y condenado sin ape-
lacion por una cámara de serviles aduladores? 6Era propio del hom-
bre de estado echar un velo sobre las faltas de sus adversarios, que
no solo influian en los asuntos interiores sino que nos deshonraban
ante el mundó civilizado? -


lII.


El duque de Valencia entre satisfecho y compungido, como siem-
pre descompuesto y bravucon, fué el encargado de contestar á aque-
lla. lumbrera de la oratoria; y si no lo hizo con acierto, mostró al-
guna energia que era el rasgo saliente del célebre héroe de Loja.


Bena'Vides usó tambien de la palabra en esta cuestion, pronun-
ciando un largo discurso en que condenaba la conducta de los que
habian abandonado el ministerio sin razones plausibles, puesto que
si la disidencia lué formal 110 debió salir solo el ministro de Hacienda,




DEL ULTIMO BORBON DI. mARA. 15'7
y si no habia motivo verdadero, Mon debió quedarse aliado de Pidal
y de sus amigos.


Muchos otros diputados mas ó menos oradores, y entre ellos San
Miguel, Escosura y Rios Rosas, que apoyaban la proposicion, pro-
BUDciando el último severas y tremendas acusaciones contra los
moderados sus companeros de siempre; y Sartoriua, Estéban Co-
lIantes, Mon y Pidal, que rechazaban los cargos que la proposicion
envolvía, dieron ~ este debate la animacion necesaria para que la
ateacion pública se fijase en el congreso. Pero en último resultado
lué desechada la proposicion por 107 votos contra ! 9.


Como por incidencia habian tocado los oradores el mas grave y
trascendental de los sucesos acaecidos durante el interregno parla-
mentario; y despue.s de háblar Escosura, el deportado que pudo fu-
garse desde Cádiz, era natural y lógico deducir como imposible toda
transaccion y miramiento en tre los que profesaban doctrinas libe-
rales.


La aparicion repentina del ministerio relámpago habia venido á ser
el principal de los acontecimientos, y al pedir explicaciones, el mi-
nisterio no se atrevió á confirmar Jo que sus órganos tan imprudente
y temerariamente habían ya dicho desde mucho tiempo.


Los que atronaron al mundo con sus alardes de constituciooalis-
mo; los que en las veinte y cuatro horas que se hallaron desposeídos
del mando llamaban á grandes voces la revolucion en su auxilio; los
que intentaron pasar á los ojos de la EspaAa por víctimas de su acen-
drado liberalismo y de su firme propósito de establecer un sistema
de justa reparacion, no podían esquivar una polémic~ amplia y cons-
titucional.


IV.


Una de las cosas que segun se decia tenian prevenido el ánimo
del rey contra el ministerio Narvaez, era la injusticia notoria con que
se mantenía desterrados á su padre y hermanos, mientras que á los
que fueron enemigos irreconciliables del trono y de las instituciones
liberales se les acogia con una amnistía amplia, devolviéndoles todos
los honores y grados que gozaban en las filas del conde de Montemo-
lino Y como, segun parece, el rey consorte se habia cansado de repre-
sentar el papel pasivo que la CODstitucion le senaJaba, ya fuese es-




158 HISTORIA DEL REINADO
pontáneamente, ó por sugestiones de la monja, ó de sus confesores,
se decidió acabar con aquella para él degradante tutela, y quiso ensa-
yar aquella farsa dando al traste con las influencias que sostenían á
Narvaez y sus companeros.


Poco mas ó menos, todos ellos giraban en la misma órbita de arbi-
trariedad, que tan contrario era el orígen del ministerio Narvaez á
las buenas prácticas constitucionales como su sucesor. Si á esto se
anadia que todas las hechuras del general, todos los partidarios de
aquella situacion bullendo y agitándose, y haciendo renuncias, y pro-
firiendo amenazas con el intento de asustar á Isabel, creando atmós-
fera desfavorable á los improvisados ministros, se habia logrado ha-
cer que apareciesen como dispuestos á realizar un plan que en reali-
dad no existia, se tendrá completa la historia de aquel ridículo cam-
bio ministerial.


Los acontecimientos que despues se sucedieron; el violento des-
tierro con que se procuró imposibilitar á todos aquellos que hubie-
ran podido hacer patente la verdad de los sucesos; las reformas que
CleoDard iba á proponer; la tranquilidad con que principió su mar-
cha de gobierno, comparada con el lenguaje astuto y subversivo de
]os periódicos que giraban en rededor del astro caido, mientras te-
mieron que el partido liberal reconociera lo intrincado de la trama
y se convenciera de ]a falacia de las promesas que el alejamiento del
poder arrancaba, todo esto se pretendia hacer valer como causa bas-
tante para determinar á don Francisco á influir con Isabe] en aquel
cambio. Pero~no se ve aquf lo grosero de la tramaY ¿Cómo escogia
personas desconocidas, hombres de escasa importancia. tildados por
sus antecedentes y por sus compromisos con la reaecíon, para in-
troducir reformas, cuando tenia á los antiguos amigos de su madre,
conocidos é influyentes, y dentro de la misma órbita constitucional,
si hubiera sido en tal sentido ]a modificacion hl.lcha en las regiones
oficiales?


v.


Despues de estas borrascosas sesiones y de otras no mas tran-
quilas, en que se debatió un asunto puramente personal del duque
de Valencia, llegó por fin su turno á una cuestion poHtica, suscitada
por Sanchez Silva. Antes de decir alguna cosa respecto á ello, con ve-




DEL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA. 159
niente es que hagt mos observar, de qué manera un reto por faltas de
educacion pudo elevarse á alta cuestion politica. Diaz Martinez que
tenia pendientes algunas reclamaciones en las oficinas, quiso ver al
duque de Valencia para enterarse del estado en que se encontraban,
y pedir apoyo para sus pretensiones. Dirigió una carta á Narvaez
pidiendo una entrevista; no fué escuchado; se amostazó y escribió
otra nueva algun tanto desatenta, como desatenta habia sido la res-
puesla que recibió. El de Loja despreció aquella carta, y otra nueva,
en que se exigian reparaciones en tono agrio, vino á dar al duque
pretexto para suponer que se pretendia cohibirle en el ejercicio de
sus funciones. El asunto pasó al Consejo de ministros; y UDa real
órden entregó á don Jorge Diaz Martinez á los tribunales señalando
al juzgado el artículo 189 del Código, que decia así:


«Los que con violencia acometieren ó resistieren á la autoridad
pública, ó á sus agentes en el acto de ejercer su oficio, seráQ casti-
gados con la pena de prision menor.


»Los que cometieren este delito contra una guardia ó centinela,
incurrirán en la pena de prision mayor si negaren á impedirles el
libre ejercicio de sus funciones, y en la de prision menor en otro
caso.»


Esta incalificable arbilrariedad que colocaba á un ciudadano en
lucha abierta con todos los poderes, exasperó al general Arm.ero que
tomó la defensa del procesado y consumió tres sesiones dando un
escándalo parlamentario que rebajaba al pueblo espanor en la coo-
sideracion de las gentes. El gobierno triunfó con todo esto, como era
lógico y natural...


y se consumia asi el tiempo, y se desprestigiaba todo, y se co-
me Han abusos indignos, y el pueblo veia pasar como por una lin-
terna mágica aquellas escenas de farsa, aprendiendo que ]a monar-
quia bajo ninguna de sus formas puede ser beneficiosa, y siempre
trae consigo gravámenes y costumbres de despotismo.


VI.


Por aque]Jos dias en que el gobierno babia hablado de legalidad
y de órden 'se verificaron las elecciones de Ayuntamientos, y fué tal
el cúmulo de arbitrariedades cometidas en la formacion de listas, tan
excesivo el número de personas incluidas sin derecho, que bubieron




160 BISTOBU Da REINADO
de protestadas en todos los dis&ritos de Madrid, alejándose de las ur-
nas despues de una tentativa imítil para hacer que se observase la·
ley.


Patente era con esto que el gobierno persistia en su emperio de
dominar, y que se 'hallaba dispuesto á sacrificarlo todo con tal de
sostenerse y gozar de las dulzuras del poder.


Asf, bajo todos aspectos, aquellasituacion se mantenía sin cam-
biar nada radicalmente, y era posible que obligara á los partidos á
retraerse por completo entrando en otras vías, ya que ]as legales se
veian frustradas, yera un engafio y una ilusloD el pretendido de-
recho electoral. No habia bastado al poder la mgdificacion completa
de las leyes, cercenando y reduciendo el cuerpo electoral. Sus agen·
tes intervenian eficazmente en ]a formacion de Jistas, y aUf tambien
la coaccion y la violencia venían á dar el triunfo al gobierno que-
brantando toda justicia y todo derecho.


Eusebio Asquerino, que habia sido invitado por algunos amigos
de Befanzos para representar el distrito en el congreso, convencido
de la importancia del derecho ante los violentos amafios del poder,
publicó una carta que revela perfectamente hasla dónde llegaban las
arbitrariedades y abusos de los moderados.


Dé' aquf algunos párrafos que por su signi6caeion nos parecen
dignos de ,consignarse:


«Debo manifestarles mi profundo reconocimiento por la señalada
honra que quieren dispensar á mis escasos merecimientos; pero sa-
biendo que las autoridades han empleado todo linaje de amarios pa-
ra falsear la eleccion, es seguro el triunfo ficticio del gobierno en un
distrito en que el partido del progreso cuenta con la victoria, como
ha sucedido en las elecciones pasadas, y sucederá. siempre que no
se violente la opinion del cuerpo electoral; asi creo de mi deber ex-
plicar á. mis amigos políticos que no gasten sus fuerzas en una lu-
cha desigual, y que, Jas conserven para tiempos mas bonancibles,
en que las elecciones sean una verdad; porque los partidos se sui-
cidan cuando sancionan con su voto farsas electorales .


• Po;- mas que me sea sensible no poder defender hoy en el Con-
greso los principios altamente democráticos que forman mi convic-
cion mas. profunda é inalterable, me consuela y fortalece la espe-
ranza de que del caos de las reacciones saldrá. la luz que guie á la
democracia triunfante por los majestuosos senderos del porvenir.»




CAPITULO XXV


SUMARio.


Inutilidad de luchar legalmente con el bando moderado.-Prision de los directores
de la ilociedad «Los hijos del Pueblo)) .-Asuntos palaciegos.-Como cumplió Sil
objeto nuestra expedicion á Iloma.-Sucesos de Cuba.-Di~olucion de las cortes,
elecciones y apertura de las lluevas.-Disellciolles y rivalidades entre los gober-
nantes.


I.


La situaeion se agravaba mas y mas cada dia. En vano bubiera
sido sostener la lucba legal con partidos eomo el moderado, que su-
primia la vida de t~dos los que le eran contrarios, antes de resignar-
se á obedecer la ley y ceder ,á las exigencias de la opinion. En va-
no se hubiera pretendido alcanzar un triunfo euando el poder des-
armaba por completo á sus adversarios, y dejaba toda puerta cer-
rada eludiendo la responsabilidad de sus actos.


Puesto que la violencia se babia erigido en sistema, solo la guer·
ra, solo la lucha, solo la fuerza podia triunfar. ¿Qué significaba un
triunfo moral en el parlamento, una victoria electoral en un distrito
cuando el gabinete podia asociarse mayorías complacientes por los
mil medios que Ja ley ponia en sus maDo~?


Esto lo reconocian muabas notabilidades del partido progresista,
y casi estaba de ello convencido el pais. Por e.sto se conspiraba; por
esto faltaban en el congreso mas de la mitad de los diputados de


Tovo 111.




16! HISTORIA DEL REINADO
oposicion que no querian autorizar la marcha del gobierno con su
presencia. Por esto, como hemos visto, habian renunciado Asque-
rino y otros á la lucha electoral.


y los conspiradores se multiplicaban, porque el gobierno, cada
vez mas aferrado á su sistema, parecia dispuesto á no dejarse arre·
batar el mando bajo ningun concepto. Y puesto que la oposicion
parlamentaria queria ser aun cortés, transigente y habilidosa; pues-
to que conservaba esperanzas de llegar al gobierno por las vias pa·
cificas ó legales, ó mejor dicho, puesto que temia á la revolucion
mas que á la reaccioD; puesto que Jos Olózagas, Madozes y Corti-
nas quedan á todo trance salvar lajevolocion, evitarla y crear obs-
táculos al progreso llamándose progresistas, era lógico, muy lógi-
co, que se viese claramente el eogarío y la perfidia, la doblez y le
falsía de aquellos hombreS que pactaban con el poder, y que le hos-
tilizaban con tanta frialdad y tantas contemplaciones.


11.


En Madrid, entre otras sociedades, se organizaba desde a1gun
tiempo la de Los kb'os del Pueblo, que dirigían Garrido, AguiJar,
Ferreras, y algun otro. Esa sociedad contaba con bastantes afiliados
y no pocos recursos, habiendo establecido ramificaciones en pro-
vincias.


Por desgracia, á pesar del exquisito lacto y prudencia que todos
mostraron, los moderados, Jos hábiles siempre, lograron introducir
en su seno un famoso coronel car!ista~ ciego, y que por lo lanto supo
BO inspirar sospechas, el cual llegó á sorprender á la direccion asis-
tiendo á una revista general de las fuerzas afiliadas en el Prado de
Madrid. Algunas frases intencionadas, y los ofrecimientos de armas
que el pretendido coronel hizo, pusieron en guardia b. ¡os jefes de la
sociedad; pero esto no impidió que Jueno el gobierno del secreto pu-
diera seguir por algun tiempo los pasos y la marcha en la organi-
zacion de ella.


Un folleto publicado por Fernando Garrido, titulado: Cartas d,l
apóstol socialisla á Juanon el Bueno, (o) Pueblo español, fué denun-
ciado; y en el dia en qúe se vió la causa que defendió Ordax Ave-
cilla, y fué condenado, se pusieron los carteles de un folleto ante-
rior, que fueron destruidos porlos agentes de la autoridad.




DEL ÚLTIMO BORBON DI ISPAÑA.. 163
El gobernador don Alejandro Castro impuso además la multa de


cuatro mil reales al autor promoviendo una queja de este, que tuvo
una entrevÍsta con dicho senor. En ella el gobernador dijo á Garri-
do, que efectivamente no babia delito en anunciar por medio de car-
teles un folleto de libre circulacion; que no se hahia eq-uivocado su-
poniendo que fuera el folleto cuya denuncia estaba pendiente el que
se anunciaba, sino que la pena era á consecuencia de las noticias que
tenia de que entre los afiliados de la sociedad Los "y'os del Pueblo,
se babia n distribuido los anunciados folletos. Fernando Garrido bizo
observar que tal proceder era absurdo é ilegal, y como se bailaba
condenado á cuatro aftos de prision por su último escrito, bablando
de las circunstancias especiales en que se encontraba, el gobernador
le dió la mayor seguridad de que no seria molestado, pero á las cua-
renta y ocho horas de esta conversacion, Garrido, como Ferreras,
AguiJar y otros fueron conducidos á la cárcel, como directores de una
soc!edad secreta, que tenia por objeto destruir el trono y las institu-
ciones vigentes.


111.


Así respetó aquella autoridad la promesa que habia hecho: así co-
menzaba á recrudecer la activa persecucion contra el elemento jó-
ven del partido liberal, contra el partido republicano.


Como hemos visto, el partido progresista seguia en sus errores
decidido á luchar en el parlamento contra el gobierno que se burlaba
de todas las deliberaciones, que falseaba la opinion. que violaba la
ley, que cada vez imponia contribuciones mas onerosas é introducia
ea la administracion el desbarajuste y el desconcierto.


y la lucha entre los elementos moderados tomaba cada vez ma-
yores proporciones. Y en palacio seguian las intrigas, y el marido
de Isabel se rodeaba por completo de clérigos estúpidos; Isabel bus-
caba en los placeres la tranquilidad y la ventura que le negaba su
conciencia, y que no podia obtener por la satisfaccion del cumplimiento
de sus deberes.


En 'el mes de julio de 1850, aquel matrimonio, estéril hasta en-
tonces, vió llegar un principe que podia hacer fundar esperanzas de
que se arraigaba la dinastía; pero aquel vástago sucumbió á los po-
cos momentos en presencia de Cristina, que se hallaba aliado de su
hija para auxiliarla en aquel trance doloroso.




16t HISTORIA DEL REINA.DO
Horrible y tremenda escena que dejó en confusion á todos, y casi


desconcertó á los moderados, ellos que tenían ellagrado depósito de
)a monarquía; ellos que debian velar por su conservacion y engrano
decimiento.


En cuanto á los individuos de la familia, no sabemos si llorarian
mucho la pérdida de aquel sér que venia á Jlamar en mal hora á ¡as
puertas de la vida para ser descortesmente despedido. Mil y mil cál-
culos, mil y mil versiones se hicieron de aquel suceso que por la
costumbre adquirida de hablar de las cosas y de los hechos de la
monarquía, llamó por algunos dias la atencion pública.


El párvulo fué llevado con gran pompa al pantenn del Escorial,
y asi tuvo fin aquel misterioso y natural acontecimiento.


IV.


La expedieion espat'ioJa á Roma habia cumplido su objeto. La van-
guardia, compuesta de dos fragatas, dos vapores y otro buque de
menos porte, á las órdenes del jefe de escuadra Bustí!los, habia lle-
gado delante de Terracina el !9 de abril de 1849, y al ver flotar en
uno de los fuertes que defendian la ciudad por la parte del mar la
bandera tricolor italiana, formáronse tos buques en linea de batalla
y se disponian á romper el fuego cuando desapáreció la bandera,
siendo reemplazada por un pabellon blanco. Saltaron en tierra al-
gunos oficiales, y despues de conferenciar con las autoridades, se
izó la bandera de Pio IX sin oposicion, efectuando su desembarque
las tropas espaDolas que quedaron duei'ías de las fortificaciones. El
!7 de-mayo, casi un mes despues arribó á la vista de Gaeta otra
escuadra española que zarpara de Barcelona, llevando á su bordo
ocho mil hombres al mando del general don Fernando de Córdoba,
que Íué recibido por el Papa con muestras de afecto y consideracion
que se hicieron extensivas al ejército, á consecuencia de la revista
4 que asistieron el rey de Nápoles y otros príncipes y priDcipillos de
los pequeños Estados de Italia. Pio IX salió de Gaeta para Portici el
4. de diciembre, escoltado por buques espai'íoles, franceses y napo-
litanos; y la expedicion regresó cargada de bendiciones y medallas.


Hacia ya tiempo que los radicales de los Estados- Unidos amena-
zaban la isla de Cuba, yen el mes de setiembre de 1849 dispusieron
UDa expedicion que fué detenida y disuelta por el gobierno de aque-




Dl!L ULTIMO BORBON OE ESPAÑA. 165
lIa República, sin que por esto cejasen ni se desalentaran los ane-
xionistas. Antes bien en los primeros meses de 1850, y despues de
flefado el vapor enolto. desembarcaron en Cárdenas quinientos hom-
bres que debieron ceder ante la fuerza, retrocediendo á tiempo que
el Pizarro se presentaba ya á darles caza, como lo hizo apoderán-
dose de dos barcas cargadas de gente, y persiguiendo activamente
al vapor citado que se refugió en Key-West. Esta expedicion fué
causa de que el gabinete espanol adoptase enérgicas medidas para
poner á salvo la codiciada perla de las Antillas: compráronse en
Londres vapores para el servicio de correos entre- la Habana y la
Península; reforzóse la escuadra de aquellos mares hasta hacerla
constar de mas de 300 cañones, y en el mando de la isla fué reem-
pIl.lzado don Federico Roncali por el general don Jose de la Concha.


v.


ToJos estos acoo fecimienfos se oponían á los deseos que el Due-
vo ministro de Hacienda manifestaba de bacer economías.


y las cortes, con cuya mayoría no contaba el gabinefe con aque-
Has condiciones de sumision que deseaba, babian sido prorogadas
el 18 de febrero de 1850, obtenida por el gobierno la autorizacion
de percibir las contribuciones, segun el presupuesto presentado en
el cual se calculaban los gastos ordinarios en 1,206 millones, y los
extraordinarios en 60. Una vez mas quedaba ilusorio el derecho de
las cortes y el articulo de la Constitucion que prevenia el voto de
los presupuestos por los cuerpos colegisladores, como venia siéndolo
desde que existia el gobierno representativo.


Las cortes, en sus ratos desocupados, habian seguido discutiendo
leyes de poca monta, y entre otras fueron la del franqueo previo de
la correspondencia por medio de sellos _ sueltos, ofreciendo una eco-
nomía en los portes, y al mismo tiempo se abrió camino para fisca-
lizar la renta de correos; ]a apertura de líneas telegráficas (sistema
de torres, que ya se hallaba abandonado en todas partes); un tratado
con Francia que rebajó á la mitad el porte de la correspondencia, y
otro de extradicion con aquel mismo gobierno.


Las discusiones del partido gobernante hicieron necesario adoptar
una disposicioD, y apareció el decreto de 5 de agosto, por el que se
disolvía el congreso, llamando á los colegios electorales para el 31




166 HISTORIA DEL REINA.DO
de dicho mes, debiendo reunirse la nueva asamblea el 81 de oc-
tubre.


Singular espectáculo dieron los que se llamaban amigos y repre-
sentantes del gobierno constitucional. Ducho ya el conde de San Luis
en estas farsas electorales, desplegó toda su actividad y travesura,
dejando fuera del congreso todas las oposiciones. El partido progre-
sista vió excluidos á los santones mas autorizados como Olózaga,
Mendizábal, Cortina, Lujan y otrllS, siendo únicamente elegidos al-
gunos de estos, como Madoz, Domenech y el general Primo Lo pro-
pio sllcedió á la oposicion llamada puritana cuyos hombres, Pache-
ca, Rios Rosas, Gonzalez Bravo y Benavides, no hallaron asiento en
los escaftos del congreso.


VI.


Jefes sin ejército, su defeccion no habia alterado sensiblemente
todavfa )a integridad de la masa del partido moderado, pero aque-
llas disidencias individuales y únicamente de conducta mas ó menos
expansiva, por decirlo asi, revelaban ya su descomposicion pró-
XIma.


Tal era el estado de los partidos cuando llegó la solemne ocasion
de la apertura que se hizo con pompa, llamando la atencion en el
discurso respecto á la necesidad de contribuir al desarrollo de la ri-
queza pública, fomentando las empresas y obras de utilidad gene-
ral. ¡Palabras huecas y vacías de sentido en boca de los que venian
malgastando el tiempo y destruyendo el erario, poniéndonos al borde
de la bancarrota con sus malversaciones!


A pesar de las protestas y esfuerzos de la minoría, el gobierno
obtuvo una victoria completa y un voto de confianza para proseguir
en la senda que habia emprendido. Pero, lo que no pudo cODseguir
la opioion hostil del pais; lo que DO alcanzaron las oposiciones, vino
necesariamente á reaUzarse por las divisiones intestinas, por las agi-
tadas corrient~s que se chocaban en el campo de la situacion.


La cuestion de economias, especialmente en el ministerio de la
Guerra (elevábanse á cien millones de reales, y de estos los veinte
pesaban sobre el ramo de guerra), babia n producido en los últimos
dias de noviembre la discusion de Bravo Murillo, , quien reempla-
zó Seijas Lozano, y este hecho, que tué en el congreso objeto de




DEL ULTIMO BORBON DE ISPAÑA. 167
largos comentarios, junto con la actitud tomada por don Juan Do-
noso Cortés, uno de los miembros eminentes del partido conserva-
dor y adicto hasta entonces al gabinete, revelando las nuevas ten-
dencias que comenzaban á dominar en ciertos espíritus, fué prepa-
rando la solucion del cónflicto que amenazaba.


No habia hecho dimision Bravo Murillo para encerrarse en sus
tiendas, SiDO que se hizo atrás COD ánimo de tomar empuje para
lanzarse mas adelante. Veia que al ministerio Narvaez le faltaba la
flexibilidad conveniente para resolver unas cuestiones sobremanera
delicadas, mas que par su índole, por sus rozaduras y en cuya so-
lucion estaban empeñados algunos deseos poderosos. Veia asimismo
que tratando de halagar á Sartorius le habian ensoberbecido hasta
el punto de malquistarse con las primeras notabilidades del mode-
rantismo, por manera que el ministerio vivia en el aislamiento de
su pequeñez y de su impotencia. Todo eran quisquillas, todo riva-
lidades en aquel campo de A.gramante, en aquella turba, en aqueUa
horda de aduladores.




CAPITUO XXVI.


SUMARIO.


Narvaez sustituido por Bravo l\Iurilto en la presidencia del gabinete.-Su programa y
plan de Hacienda.-Disolucion del Congreso.-Apertura de nuevas cortes.-Apro-
bacion del proyecto arreglando la deuda.-A que vino á reducirse aquel sistema
cconómico.-Propaganda republicana, y persecucion que sufria.-Santones del
progreso.-Triunfos del as armas españolas en Cuha y Filipinas.-Tendencias reac-
cionarias del ministerio Bravo Murillo.


1.


Una diferencia suscitada en palacio con ocasion de la reina ma-
dre vino á dar por tierra nuevamente con aquel ministerio que ya
UDa vez habia caido á impulso de las intrigas cortesanas. El gene-
ral Narvaez presentó su dimision y marchó en el acto al extranje-
ro, donde le sjguieron por cierto Diaz Martinez y otros con quie-
nes tenia cuestiones personales que arreglar, y que fueron detenidos
por la policJa francesa anles de llegar á darle alcance.


El .10 de ellero de lSli1 cayó Ntlrvaez, acompañándole en la
eaUa sus colegas de ministerio,siendo el conde de San Luis objeto
preferente de los ataques de las oposiciones. Brav·o Murillo le suce-
dió en el cargo de presidente del Consejo, encargándose además de la
cartera de Hacienda, despues de UDa vana tentativa del marqués de
Pid?' para formar gabinete, y fueron DombradoH ministros de Es-
tildn don ManUel Beltran de Lis, do Gobernacion don Fermin Ar-
teta, de Gracia y Justicia don Ventura GODzalez Romero, de Guerra




DEL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA. 169
el general Lersundi, de Comercio, Ir.struccion y Obras"" públicas-don
Santiago Fernandez Negrete, y de Marina don José Maria Bustillos.


" Uno de los primeros actos del nuevo gabinete que desde su princi-
pio sufrió diferentes transformaciones, en una de las cuales entró el
marqué3 de Miraflores en el ministerio de Estado, fué sancionar la
promesa hecha por su antecesor de presentar Y' discutir el presu-
puesto antes del mes de junio,' mediante la cual le concedieran las
cortes autorizacion para cobrar las contribuciones en 1851.


Al presentarse á los cuerpos colegisladores el 16 de enero Bravo
Murillo, expuso su programa, en el que colocaba en primer lugar el
órden y la economía en la Hacienda, el arreglo de la deuda, las re-
formas administrativas y el fomento de las obras públicas para al-
canzar el aumento de los recursos del Estado con el de la riqueza
nacional; nada en él era contrario á la po~ítica conservadora; pero
en breve hizose evidente que el nuevo ministerio, contrariado por
la mayoria del congreso, á cuyos miembros, encarii1ados con el
anterior gobierno y espeúialmente con el ex-ministro de)a Gober-
naC,OD, se daba el nombre de polacos, y por los jefes parlamenta-
rios mas eminentes, no podría vivir por mucho tiempo con aquel
parlamento, haciéndose inevitable la caida del uno ó la disolucion
del otro. Los debates sobre el proyecto ministerial para el arreglo
de la deuda descubrieron abiertamente la animosidad que en~re los
dos existia.


11.


El plan de Bravo Murillo se reducia en este punto á lo siguiente:
«La nacion, decia él, debe trece mil millones y bay que pagar


sus réditos; nada mas justo: solo que muchos desean que el pun-
donor no excluya una fiscalizacion completa, y haga pagar mas de
lo debido. Queda arreglada 1\1 deuda, y sentado por principio que
ahora pague la Espai1a de réditos anuales unos noventa millones de
reales, cantidlld que dentro de veinte ailos llegará subiendo gra-
dualmente á la de unos doscieptos cincuenta y ocho millones. Para
llegar á estos resultados, es necesario aumentar los ingresos del
presupuesto, los cálculos para el de este año son satisfactorios: en
mil ciento ochenta y ocho millones cuatrocientos setenta y cuatro
mil setecientos sesenta y dos reales están calculadaS' las entradas;
en mil ciento cincuenta y seis millones setecientos sesenta y un mil


TOMO JlI. 22




170 mSTORIA DIL REINADO
cuatrocientos cincuenta y seis las salidas; de manera que queda
un sobrante de mas de treinta millones; á cuyo paso desparecerá
en breve el déficit flotante de doscientos millones, y el gobierno
nadará en la abundancia.»


A juzgar por los flamantes proyectos iba á renacer desde luego
la edad de oro.


El 5 de abril hubo una sesion muy tumultuosa, y por consecuen-
cia de ella el congreso fué disuelto con la notable circunstanCia de
que el ministro Fernandez Negrete votó contra el ministerio de que
formaba parte y tuvo por consecuencia que retirarse.


El resultado de las elecciones fué, como de costumbre, favorable
al gobierno. La oposicion progresista volvió al congreso en la per-
sona de sus principales jefes, y representaron á la oposicioB mode-
rada unos cincuenta miembros entre los cuales no se contaba el
conde de San Luis; el resto elegido bajo los auspicios del gabinete,
entró en la representacion nacional con la voluntad de apoyar su
polftiea. Ya entonces pudo conocerse mas y mas que se precipitaba
la descomposicion de los partidos existentes, y con verdad bosque-
jaba Pacheco el estado de las opiniones en España cuando decia en
el congreso: «Busco los partidos, y DO los encuentro ni aquí ni
fllera de aquL Los prineipios y las doctrinas les dieron vida, y los
intereses los han desorganizado y-disuelto, no alcanzándose á ver
sino grupos distintos, sin un principio comun que los dirija. 6Dónde
está el partido moderado~ ¿Con la mayoría ó con la oposicion con-
servadora? ¿Dónde el partido progresista? 6Con don Salustiano de
Olózaga, ó con el marqués de Albaida, Ó bien con don Manuel Cor-
tina, nuevo Aquiles retirado en su tienda? Los partidos mueren de
ioanicion porque no se hace la politica con recuerdos, buenos ó ma-
los, sino con lo presente. y lo porvenir ... »


IIJ.


Tal era la situacion cuando Stl abrieron las cortes (31 de mayo);
y despues de la discusion de actas que dió causa, como ordinaria-
mente sucedía, á recriminaciones duras y vergollzOSiJS personalida-
des, se discutió á paso de carga d flamante proyecto del ministro
referente al arreg:o de la deuda, y fué aprobado por una inmensa
mayoría, promulgándose por fin como ley ~l 1. f) de agosto.




DEL ULTIMO BORBON DI BSPAÑA. 171
El ministerio completó su obra firmando en Roma un Concordato


que venia elaborándose desde mucho tiempo, y que se habia po-
dido preparar con buen éxito en virtud de la afectuosa correspon-
dencia que medió al enviar la expedicion espaiio]a. Por supuesto
que el tal Concordato era digno de los reaccionarios que le llevaban
á cabo; y el Papa pudo muy bien dar bulas especiales á Isabel á
trueque de las concesiones que al clero se hacian.


Otras le}es referentes á la deuda llamada del tesoro y A la deuda
flotante, el S y 5 de agosto-, completaron el arreglo de la situacion
financiera de Espana. preparando muchos agios, ya que no dieron
solucioll á la gravísima situacion en que se encontrabl nuestra Ha·
cienda. Con lo cual se suspendió la legislatura, que.estorbaba mu-
cho á aquellos ministros la discusion y la luz.


Bravo Murillo habia levantado la bandera de economías; y si no
supo ó no pudo realizarlas, buscó en el mayor rendimiento de las
rentas públicas el medio de acrecentar la prosperidad del pais. Mo-
dificóse el subsidio industrial y de comercia y la legislacion refe-
rente al papel sellado y á los derechos de aduanas. Y para dar mas
bombo á toda aquella batahola reformista, como si el nombre hi-
ciara á la cosa, se cambió el del ministerio de Comercio, etc., por
el de Fomento. Creáronse (as acciones de caminos de hierro para
subvencionar la construccion de estas importantes vias; decretá-
ronse otras otras públicas; y se pretendió hacer ver al pais que en-
traba en un estado floreciente, cuando en realidad solo existia el
despilfarro y la inmoralidad, como lo revelaron mas tarde los su-o
cesos.


. IV.


El partido democrático republicano iba poco á poco desplegando
su bandera, y en la Universidad y en el taUer adquiria cada dia
nuevos reclutas que servian activa é inteligentemente á la causa del
progreso.


El proceso inlentado contra Garrido y demás compalleros de LOI
/liJos del PuehlfJ no habia dado otro resultado· que mantener en las
cárceles á las vfctímas, hasta que á la subida al poder de Bravo Mu-
rillo, en un día de buen humor, fueron puestos en libertad los que
contra el trono atentaban despues de once meses de cautiverio.




17! HISTORIA. DEL REINADO
Garrido aprovechó esta libertad para recorrer los provincias de Ca-
taluna donde encontró numerosos prosélitos y amigos. Entretanto
en Madrid reunidos Cámara, Pi, Moya, A. 1. Cervera, Becerra,
AguiJar, Juan Sala, Federico BeltraD, Joaquin Martinez y algun
otro, constituyeron la redaccion de la Tribuna del Pueblo, periódico
revolucionario que fué sucesor de El Sueco, otro diario que publi-
caba Bernal BaldovL El primer número de La Tribuna del Pue-
blo (1), que fué muy bien recibido por la opinion, causando por el
radicalismo del programa que contenia una gran sensaeion, mere-
ció la suerte de ser denunciado, y tras él diez y siete de los treinta
y cuatro que se pcblicaron; ~recayendo ocho condenas sucesivas, á
pesar de las brillantes defensas que Ordax Avecilla, Juan Bautista
Alonso y otros oradores notables hicieron ante el tribunal especiál
de imprenta.


Brillante y gloriosa fué la campana intelectual que sostuvo el
ardie8te adalid de la causa republicaoa, y agobiado por la perse-
cucion, consumidos tres depósitos por las enormes multas que se le
impusieron, á pesar de 16s esfuerzos de su infatigable director Cá-
mara y de las ofertas que de todas las provincias se le hicieron,
sucumbió en la pelea gloriosa que babia emprendido.


Era imposible en medio de aquella arbitrariedad, en medio de
aquel caos inmenso, que· pudiera sostenerse un periódico digno que
venia á sostener con nobleza los principios de justicia y de verdad,
la causa del derecho que la naturaleza ha encarnado en el hombre.
Eero no por eso desmayaban los defensores de la razon humana,
antes bien continuaron en la tarea iDfluyendo en medio de la des-
composicion total de los partidos, de que se quejaba tan amarga-
mente Pacheco, para constituir esa gran falange de los desheredados
en un poder que ensene á los que viven del privilegio y del abuso
cómo se realiza el órden sin menoscabo de la libertad.


v.


·Don Manuel Cortina, uno de los mas notables é iDfluyentes miem-
bros del partido progresista, como hombre de los que llaman de
gobierno, publicó un manifiesto en el que iDculeaba á sus amigos
que se declarasen abiertamente contra toda tendencia al socialismo, á
la república y hasta el armamento de una milicia; como si les ense·




DEL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA. 178
liase los senderos por donde seria posible su restauracion en las altas
regiones politicas; y no siendo atendido por sus antiguos amigos, di:'"
joles que se encerraba en sus hogares. Evolucion tan extrana y tan
iLldigna por parte de aquellos que venían defendiendo y proclamando
el principio de la soberanía nacional, y que á él debian su ioflujo y
su posiciono halló sin embargo mas adelante como cómplices á Ma-
doz, á Infante, y á otros de los mas caracterizados en el santonismo
del progreso.


La corte, haciendo concebir esperanzas á aquellas gentes, pro-
curaba degradarlos, envilecerlos, bacerles perder toda populari.:fad;
y ellos, por su impaciencia, caían en el lazo que se les tendía. No
sabemos á quién admirar mas, si á la corte, ó á aquellos cortesanos
contrahechos.


Por fortuna el partido progresista verdadero, el que se cuidaba
de los principios y despreciaba los idolos, proseguia su marcha sin
tomar en cuenta para nada esas defecciones que no abrian un hue-
co en sus filas, porque mil libres pensadores iban á ocupar desde
luego un puesto que vacaba; pero que tampoco engrosaban las fil~s
del enemigo, porque en eUas no cabian ya las ambiciones y la co-
dicia.


VI.


Los fugitivos de Cárdenas, sabedores de que en Puerto Príncipe
podrían halJar buena acogida yauxilioCJ poderosos, volvieron á con-
gregarse en número de mas de quinientos, y embarcados en el va-
por Pampero se presentaron en Bahia·Honóa, isla de Cuba, apode-
rándose del pueblo de Pozas. Acuden desde luego tropas, y empellan
un combate sangri!lnto; resistiendo con el vaJor que da la deses-
peracion, se dividen: el grueso se interna en el país, y Jos demás
guardan el punto de la costa por donde desembarcaron. Cincuentll
de Jos últimos, entre ellos el coronel americano Crittende, sobri-


. no de UD mioistro de los Rstados-Unidos, caen prisioneros, son
conducidos á la Habana y allí son despiadadamente flJsilados. Los
que se habian internad() son acosados sin descanso, sostienen e n-
carnízadas rerriegas en una de las cuales muere el general Rnna,
son derrotados, perseguidos, cazados, hasta con perros, muertos ó
hechos prisioneros. Ninguno de los expedicionarios pudo volver á




17' HISTORIA. DIL BlIIUDO
dar cuenta de) desastre: todos habian muerto, ó eran enviados á los
presidios peninsulares.


Otro senalado hecho de armas habia ilustrado este afio á los es-
pafioles en remotas regiones. El !8 de febrero el ejército de Filipi-
nas, mandado por el general Urbistondo, marqués de la Solana,
acometió al del sultan de Joló, madriguera de los piratas del archi-
piélago de este nombre. Vigorosa fué la defensa; pero al fin salió
triunfante el denuedo de los espafíoles, y tomado el fuerte yavasa-
llada la isla, fué enviada á. Madrid la bandera cogida á los piratas,
que como trofeo conserva el museo de artillería.


Así marchaban los acontec\mientos mezclándose los prósperos
con los adversarios; y Bravo Murillo procuraba sacar partido de
aquella situacion para sus ulteriores planes que acariciaba esperan-
do una oportunidad. Habia logrado reanudar las buenas relaciones
con Nápoles, que tuvo por conveniente irritar á Isabel enlozando con
Montemolin á una de las princesas de la familia alli reinante. En su
marcha azarosa hácia la reaccion, des pues de nombrar embajador
al marqués de Viluma, intentó tambien hacer que la Rusia saliese
del desvío que venia manifestando hácia Espafia.




CAPITULO XXVlt·


SUMARIO.


Temores y aspiraciones de Bravo Murillo.-Golpe de Estado en Pari!J.-Atentado del
cura Merino.-Su interrogatorio y ejecucion.-Proyectos de refórma conf-titucio-
nal.-Cuán critica era aquella situacion.-Disolucion de las cortes.


l.


Abriéronse de nuevo las cortes en o de noviembre, y á pesar del
cuidado exquisito que se tenia en hablar de in tereses materiales ale-
jando toda cuestion politica, no faltaron ardientes discusiones en las
cuales si el gabinete logró mayorfa, pudo eonocer tambien que los
partidos; permanecian frente á él en actitud hostil.


La fraccion conservadora disidente era entre todas la que ofreeia
para el ministerio el mas inmediato peligro, y por un momento llegó
á creerse en la posibilidad de la eaida de Bravo Murillo.


Por aquellos dias regresó á Esparia el general Narvaez, verificán-
dolo tambien Istúriz, que se hallaba de embajador en Londres, eon-
siderado como el hombre de las situaciones neutrales y el lazo de
union entre las diversas fracciones del partido moderado, de modo
que ya en las conversacionils privadas se daban como ciertos varies
Bombramientos, cuando llegó á Madrid la notieia del golpe de Esta-
do realizado en Paris en 2 de diciembre por Luis Napoleon, erean-




176 mSTORIA. DEL RIINADO
do para Francia y para la Europa toda una situaeion nueva con ·di-
ferentes influencias lo mismo que con nuevos peligros. "


Primera consecuencia de este hecho que afirmó en su puesto al
gabinete, el cual se apresuró á reconocer á la autoridad reciente~
mente establecida en París, fué suspender las fesiones de las cortes
el 8 de diciembre. Acaso sonaba Bravo Murillo con hacer una se-
gunda edicion del golpe que el aventurero de Boulogne babia dado
con tanta audacia; acaso era para él la suspirada selial de llevar a
. término los dorados suei'ios que le habían hecho)rovocar la crisis á.
que debia su elevacion.


La verdad es que eJ buen éxito con que Napoleon acababa de po-
ner término á la lucha empeñada contra \a A.samblea y la Repúbli-
ca, podía servir de estimulo al ambicioso abogado que queria hun-
dir el predominio militar.


11.


El parto de Isabel que dió.á luz una niila el !O de dicjembre~vino
á coincidir favoreciendo el plan de Bravo Murillo, puesto que daba
cierta estabilidad á eso que llaman el árbol secular de la monarqufa.
Desgraciadamente pocos dias despues este mismo suceso ,estuvo ~á
punto de volver~e en cOlitra de todas las cábalas y de todas las in-
trigas que se cernian sobre la desgraciada Espaila.


Un clérigo llamado Manuel Martin Merino que no aparecia liga-
do con ninguno de los partidos politieos, pero qúe se hallaba dota-
do de grande inteligencia y de valor, penetró en p_alacio en el mo-
mento en que Ja mujlilr de don Francisco de Borbon se disponia á
salir al templo de Atocha. Al paso por Jagaleria derecha que hace
espalda á la sala de columnas, recibió una herida, rozado antes el
antebrazo derecho, en la parte media y anterior del hipocondrio del
mismo lado. Oyóse una voz que decia: Toma, !la tienes bastante, yal
mismo tiempo exhaló Isabel un grito agudo, exclamando: «Mi niila,
mi nina .•


Inmensa era la concurrencia y graodisima la confusion que rei-
naba en aquel momento dentro del alcázar. ¡Todos huyeron en los
primeros momentos, cayendo Isabel azorada y trémula en brazos
de algunos aJabarderos, mientras que Merino que se habia inclinado
para dar el golpe mas certero, se mostraba tranquilo sin soltar el




EL CURA MERINO.






I'EL ÚUIlIO BORBeN DE ESPAÑA. 177
pnñal que acababa de blandir. Aquel anciano de 63 allos, vestido
con el traje talar, permanecía impasible y estoico, y hubiera podidp
salvarse si lo hubiese intentado,' porque (ué.grande el pánico que
que se observó entre los laca'yos de aquella corte.


La poblacion entera se conmovió, porque era uno de los días de
invierno, 2 de Cebrero de 185~, en que-el sol se muestra puro} ra-
diante, convidando á los goces de la naturaleza, y como las tropas
cubrian la carrera, era grande el alarde m ilita'r , hasta el punto. de
temer un terrible conflicto.


La herida fué leve, porque los bordados del manto embotaron
el pullar.


lIt


Pasado el Ilstupor da la primera impresion fué atropellado Meri-
no, y muchos lla los caballeros dehéquito de Isabel quisieron ven-
gar á su soberan.a.


La justicia se apoderó de él y su primer interrrgatorio fué como
sigue:-Preguntado por su nombre, edad y patria, «dijo cómo se
llamaba, de q,ué pueblo era y que tenia sesenta y tres años. J>-Pre-
guutado con qué objeto babia ido á palacio, «dijo que á lavar el
oprobio de la humanidad, vengando en cuanto esté de mi parte la
necia ignorancia de los que creen que es fidelidad aguantar la infi-
delidad yel perjurio de los reyes. »-Preguntado que cuál Cué su ob~
jeto cuando se arrimó á la Reina, «dijo que el de quitarle la vida. »-
Preguntado si tiene alguna persona que esté en connivencia con él,
«dijQ que nioguna.»-Preguntado qué destino tenia, «dijo que es
sacerdote ordenado en el arlo 13, Y que de halla en esta hecho un
saltatumbas. »-Preguntado, qué motivos habia tenido para atentar
contra la vida de la Reina, y si tenia algun resentimiento particular
con ella, «dijo ninguno persona1. »-Preguntado que con q~ién
babia entrado en palacio, «dijo que habia entrado solo.»-Pregun-
tado qué arma llevaba cuando trató de matar á la reina, «dijo que
un puilal.»-Preguntado si es el que tenia delante, «dijo que si,» y
parece que es de los llamados de Albacete.-Preguntado que' con
qué objeto se hizo con este puñal y dónde se lo faGilifaron, «dijo
que le compró en el Raslro, hallándole á propósito para matar al
general Narvaez, la reina Cristina, ó la Reina, cuando Cuera mayor,


TOMO IU. 23




118 mSToRU DIL BE1UJ)O
que ento.nces no lo era aunque estaba declarada mayo.r de edad.»-
Preguntado. si sabe si con su puftalha muerto. ó ha herido á la Rei-
na, «dijo saber que la ha herido y que ignora si morirá de la heri-
da.»-Preguntado. dónde vivía y el tiempo que hacia estaba en
Madrid, «dijo. vivir en el Arco del Triunfo, número !, cuarto. !.o,
y que hace que estaba en Madrid díez aftos. »-Preguntado si tenia
algo. mas que decir, «dijo que do. tenia mas que decir;» y leida que
le fué esta declaracion se ratificó en ella y la firmó junto con el fis-
~al y el escribano.


IV.


Este hombre extrafto fué interrogado directamente po~ Arrazola
que tuvo con él largas co.nferencias, y se negó á toda defensa, po.r-
que co.mprendia perfectamente ridículo un juicio de aquella especie.
A los que fingian aS,ombro y le llamaban en su aturdimiento per-
verso, les contestaba con una serenidad y un aspecto de lástima que
demostraba su superioridad. Hablando de la .Biblia que tenia él en
su casa, por cierto CGn muchas 'notas y observaciones de su propia
mano., decia que pasando. algun tiempo seria considerada como una
mitología. Fué condenado breve y sumariamente por el tribunal or-
dinario á mo.rir en garrote, previa degradacion y demás penas acce-
so.rias; y se ejecutó la sentencia el día 1 de febrero: es decir, cinco
~lias despues del gran suceso. Madrid entero acudió á presenciar
este bárbaro suplicio, pues muchos querian conocer al héroe que
marchó con toda la fortaleza que da la conviccion intima de haber
cumplido un deber.


Era entonces gobernador civil don Melchtu Ordo!iez, y lpmeroso
sin duda, de que los discipulo.S de Merino hiciesen lo que los apósto-
les con Cfislo, decidió añadir á lo. brutal del castigo la ferocidad de
la venganza contra un ca1áver mutilado .
. En el patio del campo santo tuvo lugar una escena propia d3 lo.S
pu.ebl~~ salvajes. La Inquisicion habia acabado en Espafta, pero. una
especie de vértigo se habia apoderado de ciertos hombres, y como
si.setratara de cometer U11 crímen propio de los antropófagos, el re-
,giqidaf~,~~g,u~erJlativamente sentenciado despues de muerto á des-
apa1~~~.r 'e»Ja)~a»~la, ,.s»s ~~»}2aS 5mm)}} a)J»»ladas, ni)J'J'}hl~ ~s­
pectaeulo. quepreseoció el mismo gobernado.r con la calma y la tran-
quilidad mas extral'Ía en una autoridad.




DEL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA. 1 '79
Queria borrarse todt) vestigio del crimen; pero la historia siem-


pre conoce y condena á los verdaderos asesinos; y el pueblo de Ma-
drid hizo desde luego justicia á todo.


v.


Pocos dias antes habia ocurrido en los cuarteles un conato de
sedicioD. Con motivo del parto llegaron á concebir esperanzas de
que iba la concederse un afio de rebaja la los soldados; pero como el
gobierno no se decidiera á otorgar semejante gracia, circuló de bo-
ca en boca que el general Prim y su amigo Ortega se hallaban
decidides á levantarse contra el general Narvaez poniéndose á la
cabeza de algunos regimientos. Los que estaban acuartelados en
San Francisco, la p~sar de las precauciones adoptadas lograron sa-
lir en tropel, auilrtue sin armas, llegando hasta)a Plaza Mayor, don-
de fueron alcanzados por sus jeres, que. ~ sablazos los condujeron
al cuartel. Un cabo de artillería, UD soldado del mismo cuerpo y
uno de los cabos del regimiento á que hemos aludido, perecieron dos
días despues fusilados por la implacable sana de la disciplina mi-
litar.


El genera) Prim recibió una comision, y no se volvió á hablar
mas del asunto. Parecia pues que aquella nina estaba destinada á
traer grandes perturbaciones sobre la familia. Su nacimiento cansó
muchas lágrimas.


El gobierno se decidió por fin en vista de estos hechos á mostrar-
se inexorable y rudo para pflvenir y garantirse del contagio revo-
lucionario. La tribuna estaba muda, la prensa vivJa bajo un régi-
men que equivalia al silencio, y el gabinete sólo en frente ,del psis
gobernaba por reales decretos, reorganizaba la administracion ge-
neral, arreglaba varias deudas provenientes de antiguos créditos in-
gleses y fraoceses, alterabá la legislacion sobre los extranjeros,
modificaba la ley del ario anterior sobre la deuda, y hacia concesio-
nes de caminos de hierro. Sin embargo, en medio de todo esto, era
indudable que el gobierno abrigaba proyectos de reforma en la Cons-
titucion del Estado y en las principales leyes políticas, y esta im-
portante cuesUen habia quedado planteada en el interior del Conse-
jo, ante el pais, ante la opinion pública, y ante los partidos; aunque
de un modo vago é indeterminado la reforma estaba en todas partes




1801IBrOlRIA MtlllTNADh
,


-yen :nloguna. A 10 que parece ~l mismo gobierno ignoraba le ¡que
hoctia y cómo 'lo haría; él pais observaba impasible aunque recelo-
BO lo que sucedería; pero al ver 'fue lomaban cuerpo las tendencias
generales del ministerio, que la, opiniones se conmovian yagrupa-
ban, que las adhesiones ó las resistencias se manifestaban confusa-
mente, era claro que la cuestionse habia empeliado y G,ua produ-
ciria UDa próxima lucha.


VI.


El gabinete fiando en utilizar la fuerza quecreia tener la monar-
'quia, y en hacer mas y mas indifeten.te al pais por las cuestiones
pDlíticas llevándole al eufto de los iotereses materiales, en la des...;
composiriion da los partidos y en ~el auxitio de cierta frllCCion con-
'servadora,se decidió á 1a 4'flcha. tos partidos, aunque fraccionados
al infinito y sin fe ni cOBciert~, dud380S srempre estrecharon ,momen-
táneamente sus filas, y ayudad&s del eleru:ent-o militar., aleual el
presidente del Consejo queria despojar de su omnipotencia en I{)s
asuntos del gobierno, se,coligaron esfJrzadamente para parar el gol-
pe de estado que se suponía en la mente de Bravo Murillo. Si por
este -medio pudo pensar este eh llevarsús proyeot~ adelante1 es
poSitivo que abandonó su id8a,pll~S por decreto de 5 de 'noviembre
'fueron ce1l:'Voeadas laseortes para el t.- de d,ioiembre. Nunca legis-
latura alguna habia sido con tanta impaciencia esperada, ni se ha-
biaabterto b&)'O auspicios mas 8oIemD~s y quizás en condiciones mas
dif{eiles.


:.La agitacion 'D~ era 081eo&ible ni rnid9Sa; la prensa segu.ia bajo
fa preSion del p~der mltda, 1 61"a preoisoque el} la kilmna se IDa-
nif~shse la -vitalidad pararecoomr al ~migo que habja ocupado
las alms posí~ibtles. roOr primera vez desde :el * 1!! la hueste Ji ...
b'etlll reutre todas las Iraeciones,todas las series, todos los matices,
en fin ·soto objettt, en Ub 8010 J»'Opósito, en uo 'concierto unánime
eontlil la mMlaNJtlia que quiere reconqmstar so antiguo poderfa 'Y
qneh'a izado al pendon COD la eDselta 1Ie otros tiempos, el trono 'Y
el ¡¡lar. l el1riunfo era iBdudable. Enefeete, reunidas las 'Cortes
el t .e-de diciembre, empe1ló!e sin pérdida de momento la locha en
el congres&.




DEL ULTIMO BORBO~ DE ESPAÑA. 181


VII.


Bravo Murillo habia designado á Tejada para la presidencia; pero
fué completamente derrotada esta candidatura, fij~ndose en Marti-
nez de la Rosa los votos de las oposiciones liberales.


A.l ocupar su puesto en vir-lud de esta coalicion accidental, el
poeta granadino, el famoso aulor del Estatuto erigido entonces en
Arbitro de los destinos de] partido liberal, dirigió al congreso la pa-
labra poco mas ó menos en términos que consideraba el honor que
se le habia dispensado al alto puesto de dirigir las sesiones de la
cámara, DO como deferencia y homenaje á su persona, sino como
un testimonio público y solemne de aprecio á su larga carrera par·
lamentaria y á la constancia ooo'qu6 ~iempr8 habia sostenido y sos·
tendria las instituciones que son el mas firme apoyo de las prero-
gativas del tr~no 'Y la 881vaguatdiade lros derechos nacionales.


Este 8'ctb de hostilidad á sus proye'ctos -y ta adrttrd dél senado
hicieron comprender á los reformistas que no podrian viVir ante
aquella fuerza parlamentaria. Por eso al siguiente día! de diciem ~
bre, aniversario del golpe de estado de Luis Napo]eoD, disolvió las
cortes convocando para elLO de marzo de 1853 otras elegidas con
arreglo á la ley vigente.




CAPITULO xX:ViU.


SUMARIO.


Publicacion de los proyectos reformislas.-Fomento de la marina.-Miras de los Es-
tados-Unidos sobre Cuba.-Inmoralidad del programa~economia8.-Caida de Bravo
Murillo.-Ministerio de transicion.-Ojeada sobre la legislatura de 1853.-~linis­
terio tersundi.


l.


A la agitacion provocada en el parlamento sucedió la perturba-
cion en el pais.


Las oposiciones se reunieron, formaron comités electorales y pu-
blicaron manifiestos al pais explicando las circunstancias en que se
encontraba la causa del progreso comprometida por los excesos de
la reaccíon (J). Firmábanlos, el de 108 progresistas Gonzalez, San
Miguel, Infante, Olózaga, Mendizábal, Lopez, Escosura, Domenerh
ete., y el de Jos moderados, Mon, Pacheco y Rios Rosas con otros
muchos llevando al frente al duque de Valencia.


El gabinete se apresuró á disolver los comités, prohibiendo las
reuniones electorales é impidiendo la eirculacion de los manifiestos. •
Sel1aló al duque de Valencia, que era considerado como el jefe de
la oposicion en aquel momento, UD plazo de !4 horas para salir de
Madrid, comisionándole para que pasase á Austria á hacer estudios
sobre el estado militar de aquel imperio; y al mismo tiempo pu-




DIL ULTIIlO MBBON DE ESPA~A, 183
blicó los tan anunciados y cacareados proyectos que se le atribuian
y que mantenian viva la ansiedad desde muchos meses atrás. Eran
en número de n oeve y versaban: el 1. o sobre la Constit~cion del Es-
tado; el !. o sobre la organizacion de la alta cámara; el 8. 0 sobre las
elecciones de los diputados; el 4. 0 sobre el r~gimen interier de los
cuerpos colegisladores; el 5. o sobre las relaciones de estos sobre
sÍ; el 6. o sobre la seguridad de las, personas; el 7.· sobre la invio-
labilidad de la propiedad; el 8~O sobre el órden público; y el 9. o so- .
bre los grandes titulos del reino; formaban' juntos un nuevo código
fundamental (K) que abrazaban Jos diversos ramos de la situacion
política. Al eotregarlos asi á la publicidad, el gobierno prohibia
su discusioo para que, decia, .la vivacidad de las pasiones no per-
j udicase su imparcial estudio. lO


11.


En ese afto, á través del vehementisimo deseo que animaba á los
reformistas de hacer creer en la prosperidad de Espana, y como
medio de poder explotar la situacion á vueltas y revueltas con las
conversiones y compeosaciones de la deuda, llegaron á fomentar la
marina espanoJa. ComponJanJa tres navios de liDea, aUDl}uemucbos
echaban de ver que en los dos que todavía estaban en construccion
no se colocasen tornillos, como se praeticaba en el extranjero. para
dar á aquellas poderosas moles las ventajas á la vez de los buques
de veja y de los vapores; además cinco fragatas, seis corbetas, tre-
ce bergantines, veinte y seis goletas. seis vapores de ruedas de la
Cuerza de quinientos caballos cada uno, y otra escuadrilla de buques
tie vapor mas pequelios, de la fuerza juntos de tres mil seiscientos
caballos. Los cañones de la escuadra ascendian á nuevecientos vein-
te y siete. Todo este formidable apresto llamó la ;atencion de los
Estados-Unidos que seguian buscando ensanche y aumento para su,
territorio. Pues si el sangriento episodio del ario anterior habia po-
dido enfriar los ánimos de los mas ardientes anexionistas. no podian
olvidar la máxima de Monroe: América para los americanos. S1I8
jefes procuraban por todos medios buscar pretextos para que hu-
biese un rompimiento entre Espana y los Estados-Unidos. Y alguno
que h!l bebido en buena fuente afiade, que UDa famosa expedieioD
preparada en los Estados-Vnídos para ir á los mares del Japon, es-




HISTOlU.L DEL REINADO.


taba destinada en los principios para. dar un gplpe sobre l~ co.dicia-
da per la de las Antillas~ mas rastreánd.olQ la Francia yla Inglater-
ra, y pareciéndoles que ~I luego. se emptDaba demasiado.~ enviaron
buques de guerra á- la Daban a, y pasaron en el mu de iulio u~a
no.ta á lo.S Estados- Unidos, signi.fieándgles el deseo de que: garallti-
zaseu de man~o.mun co.n ellas á la &pana la posesioo de la isla. de
Cuba. Curio.sa fué en extremo la contestacion del ministro. de los
EstadG'S- Unidos (L}.


Por entonces acaeció la .muerte del dnque de Bailen, uno. de los
recuerdos gloriosos de la guerra de la Independencia, que siempre
vivié alejado. de las luchas Po.liticas; y se dispuso. que se hicieran
honras regias al antiguo. veterano.


UI.


A:lgunos periodistas daban entonces muestras de un talento. fa-
tal. Ebrio.s en el triunfo, pretendian que debia establecerse una mor-
daza para todo.s lo.s o.tros y encadenar el pensamiento, dejando. para
ellos So.los la facultad de elogiar á sus Mecenas. Con énfasis y pro.-
sopopeya exclamaban: Los crímenes se multiplican; las cárceles se
llenan; en los presidios hay veinte mil penado.s y ya no. caben- ma8;
es menester, ya que nos vamos acercando á la grande desmo.raliza-
cion del siglo. XVI, volver tambien á los remedios que entonces se
practicaron; un auto de fe en cada pueblo, y adóptense nuevamente
las galeras en donde eran ent~Dces sepultados los penados á :mi1la-
res; y si esto. no basta, muévase otra guerra co.mo. la de los moriscos
de Granada, aunque sea á riesgo. de despoblar la Espana entera,
que así á lo menos tendremos la famosa paz de TácítO t la paz de
los desiertos.


y tanto ruido, tal batahola, aquella estudiada franqueza con que
se ponían al desnudo lo.S vicios del parlamentarismo, aquel descocado
cinismo con que se mostraban las llagas hediondas de la sociedad,
eran aslucia y habilidad para encubrir lo.s crimenes que se perpe-
traban. Po.rque si la inmo.ralidad habia existido. siempre en todos los
hechos del partido mo.derado, habia llegado en aquel momento al
apo.geo, y el programa econom{as podria traducirs~, para algun mi-
nistro, en compensacion de una deuda da treinta y tantos millones
pagada con cinco mil duros"




DIL ULTDlO BORBON DE BSPAÑA. 185
El gran reformista de la Hacienda pública cayó entre el estrépito,


porque lo que buscaba era el escándalo para ocultar entre la vacie-
dad de las acusaciones poJiticas que le dirigian los grandes homhre,
de la época, su verdadero objeto, el objetoque le habia Hevado á las
altas regiones que era servir intereses propios y ajenos, no .realizar
~u. .


6Para qué se necesitaba la reforma? ¿Para vigorizar eÍ poder eje-
cutivo? decia el desdichado autor del Estatuto. ¿Para no obligar al
poder ejecufívo á echar mano de medidas ilegales? Este supondrá
que eran escrupulosos observadores de la ley los ministros modera-
doS. Pero 600 han tenido, en el largo y no i.nterrumpido espacio de
once afios, bajo la opresora influencia de una feroz y salvaje dicta-
dura á toda la nacion?


IV.


¡,A qué pues la reforma? ¿Para qué la necesitaban el célebre ar-
reglador de la deuda y el DO menos célebre compensador de la
suya?


,Cayó pues aquel ministerio el 14 de diciembre, cuatro días des-
pues de publicarse los manifiestos de los comités á que antes nos he-
mos referido. Aquello~ agentes de la dinastia borbónica; aquellos
cómplices de Cristina en la explotacion del pais, se huúdieron, sien-
do reemplazados por el· conde de Alcoy, don Alejandro Llorente,
don J uao de Lara, don Federico Vahey, don Gabriel de AristizábaJ I
ministerio de transicion destinado á cruzar el periodo de las eleccio-
nespara conjurar la borrasca que amenazaba. Poco despues entró
Llorente en Hacienda por renuncia de Aristizábal, siendo reempla-
zado en Goberoacion por don Antonio Benavides.


La mudanza ministerial no significaba por manera alguna cam-
bio radical polftico; en el fondo seguia la misma situacion, pero mas
moderada, mas hipócrita y con un barniz mas liberal. Sus tenden-
cias se revelaron en diversos actos que tenian distinta significacion;
el t de enero de 1853 se dió un decreto sobre la prensa; en el mis-
mo dia se dió una satisfaccion á Martinez de la Rosa, que volvió la
la presidencia del Consejo de Estado; se alzó el entredicho que pe-
saba sobre el manifiesto de la oposicion moderada, y al propio
tiempo contestaron enérgicamente á Narvaez manifestándole que


TOMO 111.




186 mSTORIA. DBL BlINADO
habia incurrido en el desagrado de Isabel por los términos en que
estaba concebida la exposicion que desde Bayona había elevado, y
se le mandaba al propio tiempo que obedeciese la real órden en la
que se le prescribía marchar al extranjero.


v.


No por ser anómalo é insostenible dejaba el nuevo ministerio de
representar una politica que Benavides expuso en una circular di-
rigida á los gobernadores de provincia (LJ).


«Los ministros, decia, creen que no pueden ponerse en duda la
conveniencia, la oportunidad y ha$ta·la necesidad de reformar en al·
gunos puntos las leyes politicas del Estado. La experiencia de todos
los ministerios que hán gobernado el pais en los últimos siete aDos,
compuestos de hombres de opiniones y partidos políticos distintos;
las repetidas ocasiones en que esos diferentes ministerios, no obs-
tante su deseo de conservar intactas las leyes, se han separado de
su texto para no faltar á la ley mas imperiosa de la salvacion pú-
blica, son á la vez la prueba y la causa de la necesidad que existe
de modificar en ciertos punti>s las leyes fundamentales para poner-
las en armonia con la situacion real del pais.»


Entre el gabinete que regia entonces los destinos de la nacion y
su antecesor no habia, pues, sino diferencias de formas y de cir-
cunstancias, resaltando de ahi que no podia encontrarse en situa-
cion mucho mas desahogada. El nuevo ministro de Hacienda, en
efecto, halló que el déficit se habia acrecentado de una maDera es-
pantosa, y creyó que no era posible dirigir bien el gobernalle del
tesoro sin recurrir á un empréstito que anulase la deuda flotante y
diese á los mintstros un respiro. Originóse de ahí un grande movi-
miento y polvareda, de suerte que por espacio de algunos dias pa-
reció que la cuestion política, suscitada para encubrir miserias, iba
á quedar eclipsada á su vez por la contemplacion del verdadera-
mente calamitoso estado del erario.


La situacion de Roncali-Benavides, por las tendencias mas tole-
rantes de Sil política, babia atraido á si gran número de miembros
de la oposicion moderada, pero continuaba teniendo delante á la
poderosa fraccion de este bando opuesta á todo proyecto.de reforma
constitucional y al partido progresista.




DEL ÍLTIMO BORBOR DE ESPAÑA. 187


VI


Una y otro continuaron en su eoalicion, y unidos se presentaron
en el campo electoral, recomendando los co.nservadores candidatos
progresistas y los progresistas candidatos conservadores. El go-
bierno, que no permanecia inactivo en la lucha, llegó á prohibir
toda reunion electoral y vió coronados sus esfuerzos con una ma-
yoria inmensa, si bien no faltaban en el nuevo congreso, y sobre
todo en el senado. fuertes y vigorosos elementos para hacer su po-
sicion aun. mas dificil.


Llegó con esto la hora de la apertura de las cortes el 1. o de mar-
zo, y tanto en el congreso como en el senado la oposicion se alzó
tremenda é irresistible. En este último punto existía desde slgnn
tiempo nna oposicion militar, que contaba en sus filas á los generales
Concha, O'Donnell, Serrano, Ros de Olano y otros: redójose en UD.
principio toda Ja polftica á dos cuestiones principales, relativa la
una al general Narvaez y la otra á Jos caminos de hierro, ambas
bajo formas diversas, pero llevando impreso el sello de una violenta
oposicion. Muy pocos votos dieron en la primera razon al gabine-
te, y en la segunda, que parecia acreditar la idea universal de
grandes escándalos en las concesiones de vias férreas verificadas
hasta entonces, pronunciáronse vehementes discursos, y entre ellos
uno por el general don Manuel de la Concha, acusando no solo al
banquero Salamanca, sino tambien al duque de Rianzares, afir-
mando que el gobierno estaba dominado por influencias extrale-
gales~


El congreso, despues de consagrar las primeras sesiones á cons-
tituirse, se lanzó con ardor á la lucha politica que provocara el go-
bierno presentando el 29 de marzo sus proyectos de reforma, los
cuales pasaron á una comision que se componia de tantos ministe-
riales como oposionistas. La facultad de cobrar las contribuciones
en 1853 dió lugar á irritantes debates y aun amenaias de resisten-
cia armada por parte del general Prim, que se hallaba entonces des-
contento y amostazado. As[ se descubrió perfectamente la lastimosa
situacion del tesoro púhlico que caminaba á la bancarrota.


Don Alejandro Llorente, digno émulo del famoso Mon, proponia
una emision de la deuda pública del 8 por 100 de treinta milleDes




188 HISTORIA OIL BEUUJ)O
de reales de renta anual, representando un capital de mil millones
con destino á mejorar )a condicion de los acreedores extranjeros te-
nedores de deuda diferida y á la extincion de la deuda flotante.


Con mayoría en ambas cámaras veía el ministerio que su situa-
cion empeoraba, que iba perdiendo el ascendiente político, que las
peieiones se envenenaban en torno suyo. Sobre todo, el discurso de
general Concha habia causado viva sensaoion, y de todo ello resultó
que a) siguiente día, el 8 de abril, fueron de nuevo suspendidas las
cortes, declarándose á poco terminada la legislatura de 1858.


VII.


Despues de todo esto, el gobierno destituyó á Jos senadores em-
pIcados que habian votado contra él en el asunto del duque de Va-
lencia, entre ellos á don Lorenzo Arrazola, presidente del tribunal
supremo de justicia y sentenciado á vivir por el abuso de )a fuerza.


Volvia por tanto á renovarse la anómala é insostenible situacion
en que se habia visto Bravo Murillo tres meses antes, y todo parecia
conducir á un golpe de Estado. IdénticasolucioD tuvo esta vez la
crisis, puesto que el ministerio hizo dimision.


Sucedióle otro compuesto de Lersundi para presidencia y'Guer-
ra, Egaí'ia para Gobernacion, Bermudez de Castro para Hacienda,
Doral para Marina, Govantes para Gracia y Justicill é interino de
Fomento, y Torre Ayllon, que se hallaba de representante en Viena,
para Estado.


Las inútiles tentativas bechas cerca de Jos hombres polfticos mas
eminentes de la oposicion retrógrada, pusieron de manifiasto los prQ-
péMIos lW(JI'altlJ y conciliadores del nuevo ministerio, que se presén-
taba á realizar des pues del gabinete de RoneaJi lo mismo que este
hiciera despues del de Bravo Murillo. Calmár las pasiones, desar-
mar el encono de les partidos, restablecer en lo posible Ja un ion de
los ánimos tan violentamente alterada; desenvolver los recursos y
MB elementos de prosperidad del pais. tales eran las miru que re-
5llmia el programa ministerial del 16 de abril.




CAPITULO XXiX.


SUMARIO.


Incremento del partido republicano.-Sus propagandistas.-Sus principales tareas y
sus persecuciones.-Asesinato de Cuello.-Como se iba ilustrando la clase obre-
ra.-ojeada sobre la Francia.-Sufragio universal.-Como se complicaba nuestra
situacion.


l.


El partido republicano que se haJlaba freote á frente á estas ini-
quidades, que veia la debilidad y la torpeza de los que 1Iamándose
liberales servian á Cristina y á la reaccion, con su ,condueta vaci-
lante y sus gravisimos errores, extraviando además la opinion pú-
blica; el partido republicano, decimos, crecia y se desarrollaba sien-
do objeto constante de las persecuciones de sus enemigos, y mere-
ciendo á los santones del progresismo calificaciones duras, preludio
del futuro encarnizamiento que con él habian de mostrar.


Rivero, Ordax Avecilla y muchos otros fueron presos como eons--
piradores contra el órden existente.


Cuando llegó el conflicto con Bravo Murillo y se nombraron co-
mités diversos. el partido republicano, reunido en casa de Sixto Ci-
mara, aunque en corto número, designó tambien un comité com-
pu esto de tres individuos, que eran Cámara, Ordax A ncilla y Be-
cerra, para los trabajos electorales. Claro está que ese com~té elec-




190 .ISTOBIA DEL REINA.DO
toral no era mas que un centro directivo para obrar con arreglo á
las circunstancias, ya que en aquel momento la iniciativa. de los
partidos medios podia dar orígen á eotrar en un periodo revolucio-
nario.


En todas las provincias se a~itaba la apinion y se aumentaba la
propaganda, siendo ya numerosos los partitlarios que contaba en to-
das las clases, en todas las esferas de la vida social.


La idea democrática, que es la regeneracion de las sociedades
por medio de la abolicion de los privi!egios, y la CODstitucion de la
igualdad por medio de la consagracion del derecho en el seno de la
libertad, es la idea dominante en el siglo XIX. Y cuando sus enemi·
gos han querido herirla; cuando ban pretendido ahogar la voz de
sus oradores y de sus escritores; cuando ban calumniado á sus bom-
bres y han atribuido á los principios republicanos la cualidad de di-
solventes, las personas sensatas y el pueblo, que en Espana tiene
buen juicio, ban hecho justicia, han meditado, han comparado, yal
ver el caos y el desórden dominantes ban deducido que los explota-
dores, los saltimbanquis, los rebeldes, los perturbadores, los ambi-
ciosos, los egoistas, eran aquellos que un dia y otro dia intrigaban,
apostataban y vendian sus conciencias y faltaban á sus promesas
por adquirir un punado de' oro, un destino ó una cruz.


11.


Entre los mas ardientes propagandistas, entre los servidores mas
modestos y mas activos de la idea revolucionaria, podemos citar al
malogrado Antonio Ignacio Cervera, que con asombrosa fe, dedicado
al estudio de los problemas sociales de la época, babia logrado es-
tablecer UDa imprenta, y sostuvo durante muchos alios ]a Escuela
del trabajador. AIli llegaron á concurrir mas de 1,500 obreros de
Madrid que aprendian en las distintas clases á leer, escribir, dibu-
jo, higiene, francés, matemáticas, etc., etc. Auxiliares celosos en
esta empresa como profésores, amigos del pueblo y propagandistas
de la ciencia social, los ciudadanos IldefoDso Lozano, Benigno Joa-
quin Martinez, José Siro Perez, Juan Sala, Francisco de Sales Vich,
Alberto Campos, Valdés, Pi y Margall y Federico Beltrao, contribuian
á la gran obra que dió por resultado, además de la escuela, la pu·
blicacion de un periódico, diferentes veces suprimido, y que por esta




DEL ULTIMO BORBeN DE ESPoliA. 191
razon varió sus nombres en los:le El Trabajador, El Taller y El
Amigo del pueblo, llegando á reunir 14,000 suscritores, y formando
asociaciones de obreros en Barcelona, Málaga, Figueras, Reus, An-
tequera, Valencia, Sevilla, Cádiz, Almeria, etc., etc. El periódico
costaba! reales al mes, publicándose dos números, y solo cobraba
la empresa tres cuartos, quedando en las distintas localidades, para
atender á las enfermedades de los socios, á la instruccion y á los
demás objetos que les conviniera, toda la cantidad restante.


Esa empresa humanitaria publicó tambien algunas obras, aso-'
ciándose á ella como impresor que prestó reiterados servicios de
gran importancia, haciendo trabajos de compromiso en las distintas
épocas azarosas por que atravesó el pais,á Tomás Nuí'icz Amor.


Referir uno por uno los mil proyectos que de Jos asociados al Ta-
ller partieron, explicar los peligros que corrieron Cervera y sus ami-
gos, la laboriosidad y constancia con que acudieron durante muchos
afios al puesto de honor sin arredrarse ante las persecuciones, sin
retroceder aote las privaciones, como sucedió á Cervera que en mil
ocasiones pasó con una rosca un día entero para que pudieran com-
prarse las luces de las clases de dibujo, fuera prolija tarea impropia
de este sitio.


UI.


En las provincias catalanas los propagandistas Abdon Terradas,
Monturiol y Cuello, habian con Montaldo, Borrás, Pito1, Carlets, Pla,
Tutau, Armengol, Alsina, Roca y otros, creado grandes centros de
aeeion y enseí'ianza, y en las elecciones lucharon con ventaja, tra-
yendo á las cortes á Figueras y á Miguel SuTis y'Baster, el primero
de los cuales ha Hegado á figurar. como eminente orador, honrado
político y carácter entero, al frente de! partido republicano, aunque
carezca de iniciativa y energía revolucionaria.


Pero en el afio de 1851, y con ocasion de la campafia electoral.
Francisco de Paula Cuello, que trabajó con empefio para alcanzar el
triunfo en favor de la candidatura republicana, y combatiendo las
de 108 progresistas con encarnizamiento, fué acometido en la ver-
bena de San Juan, cuando pasaba por la Plaza de San Pedro de
Barcelona en compania de Pontanals y otros amigos suyos, por un
numeroso grupo; le asestaron infinidad de pullaladas, ácuya.s resul-




19! HISTORIA DEL RlINADO
tas falleció. ¡Horrible suceso y sangrienta escena que conmovió al
pueblo barcelonés! Reviváronse los odios, acrecentáronse las recri-
minaciones, y el partido republicano pudo conocer que debia ce n-
siderar como enemigos igualmente temibles á los hombres de todas
las escuelas doctrinarias, que antes transigian con la corte astuta y
corrompida que les despreciaba, que con el noble pueblo de cuyas
filas habían saJido.


IV.


La ola de la revolucion subia siempre por mas que pusieran obs-
táculos y tranquillas, los celos, las ambiciones, las vanidades, los
vicios de los opulentos holgazanes que querian continuar en 108 abu·
sos y en la disipacion, dejando en la abyeccion á la multitud.


La clase obrera comenzaba á ilustrarse, pretendia defender sus
intereses, asegurar el trabajo, impedir que el capital se hiciese ár-
bitro y selíor de su obra, del producto que elaboraba, amasado con
el sudor de su frente, y que en muchas ocasiones no bastaba para
cubrir sus mas perentorias necesidades. Buscába en Ja asociacion de
los esfuerzos de todos un remedio contra la usura que le agobiaba,
contra ]a tiranía que se le queria imponer.


La asociacioo, ~a prensa, la enseDanza que se difundia por todas
partes iba variando por completo la actitud de aquellas masas que,
antes inconscientes, seguian á los jefes por el nombre y no tomaban
en consideracion las ideas ó principios que representaban. El espi-
ritu de la democracia" esa gran palanca del siglo XIX que ha des-
cendido á todas las conciencias, que ilumina con los rayos vibran-
tes de su poderosa luz las negras sinuosidades donde se albergan Jos
crímenes de las sociedades antiguas, ejerce hoy influjo en todos los
actos de los pueblos del antiguo continente.


La revolucion francesa de 1848 abortada, sujeta al carro del
triunfador, se babia impuesto á la dictadura; y el cuarto estado, el
envilecido, el hambriento, el siervo, el esclavo de ayer, el pueblo
trabajador. en fin, habia conquistado el voto, ejercitaba el sufragio,
quitaba y ponia reyes ... Y el conquistador, de atU en adelante de-
bía hacer sancionar con Jos votos del pueblo los triunfos debidos á
]a ariiJIería y á la espada.




D:D ÚLTIMO BOBlON DB ESPAÑA. 198


v.


Napoleon, que ya se creia de derecho divino, tuvo que acudir al
plebiscito despues de levantarse sobre los cadáveres, despues de la
traicion infame del I! de diciembre, despues de la horrible matanza
de Paris; y~ el pueblo impuso condiciones, y Bonaparte tuvo que
procurar al obrero una vida mejor, jornales mas elevados, el bien-
estar, la abundancia.


Desgraciados los poderes que no tomaran en cuenta esta evolu-
cion, que no reconocieran esta necesidad, que no alendieran al pue-
blo, que quisieran continuar como amos absolutos cuando han ab-
dicado por completo ante el gran principio de la soberanía de todos.


y en Rspa!ia, los gobernanles no veian ni escuchaban, se dejaban
llevar por las corrientes del negocio, del agio, del envilecimiento en
que aquella corte vivia. Y creaban asi un abismo insondable que
ellos no distinguian, desvanecidos por los vapores de la adulacion.


A la Tributlo del puehlo siguió muy luego El nuevo ohserMdor ~
cuyo propietario era Cervera, y en cuya redacciQn tomaban parte
Roberto Robert, Federico BeUran, Francisco Vicb, y mas tarde Su-
ris, que se hizo propietario y director, cambiándole el nombre en


, La vo: del pueblo. Folletos clandestinos que se repartían en las so-
ciedades secretas y en los clubs de los trabajadores servían para
mantener viva la fe y esperanza en lo porvenir, de que renegaba.
los antiguos jefes del partido liberal.


La situaeion iba complicá.ndose cada vez mas; los amigos de la
libertad, los apóstoles de la idea nueva solo aspiraban al martirio;
pero servían fieles al principio generador y permanecian intransi-
gentes en medio de aquella corrupcion que los rodeaba.


Lo! hombres que habian pretendido regenerar la patria propo-
niéndose imitar á Francia' ó Inglaterra, ó aclimatar en Espana el go-
bierno constitucional, cuando estaba demostrado para todos que es
impotente para hacer el bien, seguian en su error, persistian eo su
obstinacion y buscaban en nuevas combinaciones dinásticas la 80-
lucion completa al problema.


TeMO IJI.




194. HISTORIA. DIL REINADO


VI.


Los comités debian dar origen y ocasion á futuras evolucionea den-
tro del partido moderado. La fraccion militar dirigida por los genara-
es y entre ellos por O'Donnell habia visto cuán efímero erasuipo~er
y con cuánta facilidad podria un gobierno popular Hevar á térmip9 el
desarme de esa oligarquia, de ese genizaliato que pone á disposicion
de unos cuantos la máquina poderosa que al toque de una corneta
derrama sobre las poblaciones el hierro y el plomo, llevando al seno
de las familias el luto y la desolacion. . .


Serrano, los Conchas, Mesina, Ros de Olano, Dulce y otros hom-
bres de armas que con O'Donnell á la cabeza se dieron á si propios
el pomposo titulo de hombres de corazon, se reunieron con el fin de
imponerse á la corona y al pueblo, reservándose· el derecho de cam-
biar la dinastía si á sus fines podla convenir.


Isabel cada vez mas ciega, cada vez mas enlodada durante aque-
llos años en que Bravo Murillo y Beltran de Lis enjugaban sus de u.:..
das, habia tenido expansiones diabólicas, llegando á decir en son de
burla en los jardines de ·Ia Granja rodeada de sus intimos: Voy á po-
nerme los guante, con permiso de las Corles. ,


y el cataclismo se acercaba, y la tempestad empezaba á rugir
porque cada dia eran mas grandes las distancias, porque la corte y
sus lacayos se empeñaban en desconocer que vivimos .. en pleno si-
glo XII, y que la sociedad antigua, el despotismo, ha muerto para
siempre.


Pueden aun acaso los farsantes Y. equilibristas sortear las fuertes
oleadas del tormentoso mar que se a~ita; pero la verdad es, que
ante las sacudidas violentas de la opinion caen en polvo las monar-
quias seculares, y huyen avergonzados todos esos privilegios que se
coaligaban para la, explotacion de la plebe.


No han podidQ ma.ntener en el embrutecimiento á las masas, Y los
cañones caen muchas veces ó vuelven su punterla contra los alcá-
zares de Ja reaccion.


VII.


Como hemos dicho, en todas las provincias habia asociaciones, y




DEL ÚLTIMO BORBOJ( DI ISI'AÑA. 195
la democracia espafiola nacia socia1ista porque los jefes y propa-
gadores de las doctrinas nuevas habian hecho entender que las cues-
tiones politicas son de pura fórmula, y sirven únicamente como me-
dios para llegar al fin que es el desarrollo de la vida social, y que
el problema consiste en crear, en producir, en consumir mucho, dis-
tribuyéndolo con equidad, no arbitrariamente eomo hasta aqul, por·
que de ahí oacen las injusticias y las horribles desigualdades! lo ini·
cuo, lo criminal de lo existente.


'Grandes y terribles habian sido las persecuciones; pero solo ha-
bian servido para fortificar mas y mas la los amigos de la libertad y
del progreso en sus creencias sal vadoras.


La juventud de las universidades que durante algunos afios habia
venido sucumbiendo la la tentacion de Jos goces sensuales, comen-
zaba á sacudir el letargo, despreciando al Becerro de oro, dios que,
se pretendía presentar la su adoracion. Porque habia sido una reve-
lacion la caida de Luis Felipe y )a proclamacion de la República en
Paris, porque habia sobrexcitado á la muchedumbre la eontempla-
cion del cuadro que habia presentado Europa 'durante los últimos
cuatro aDoso Y el atrevido golpe de estado de Napoleon que por ;~l .
momento le daba el triunfo, iba á ser la eonfirmaeion de la necesi-
dad de reorganizar pronto el mundo social y poJítieo sobre bases nue-
vas é indestructibles.




CAPiTULO XXX .


. , .................. .


SUMARIO.


Crisis econ6mica.-Carácter conciliador del gabinete.-Nuevas divisiones.-Dimisio.
del ministerio Lersundi.-Fallecimiento de ~Iendizábal y de la reina de Portugal.
-Ministerio Sartorius.-Sus primeros actos.-Notable documento del ministerio
de Gracia y Justicia.


1.


ta gravedad de ]a crisis económica la babia demostrado L1oren-
te, diciendo que se elevaba la deuda flotante á cuatrocientos treinta
y nueve millones de reales, lo cual costaba á Espalla treinta y nueve
millones de intereses. Por esto el nuevo gabinete decia: .. Una p()litica
prudente que, consagrándose á los grandes intereses sociales, vivifi-
que sus actos con un espfritu de justicia y los caracterice con el sello
de la tolerancia, puede hacer compatibles con el interés del gobierno
todas las opiniones, cooperar á extinguir los odios y las prevenciones
injustas, á volver á su estado normal los partidos legales, sin atacar
en Jo mas mínimo su vitalidad y su independencia.» Podia obser-
varse, si embargo, que entre las promesas de respetar escrupulo-
samente la legalidad, de multiplicar las garantias de una buena ad-
ministracioD, y dejar á la discusion suficiente latitud, el gabinete
hacia caso omiso de la reforma constitucional, de la euestion de los
caminos de hierro, del asunto del general Narvaez que se hallaba




DEL ÚLTIMO BORBON DÉ BSPARA. 197
aun pendiente, ni de una nueva convocacion de cortes; llamando
mucho la atencion en el programa ministerial ciertas frases que re-
velaban claramente la inlencion «de consultar siempre en las leyes
Jos sentimientos inmutables, las costumbres tradicionales y las nece-
sidades permanentes del pueblo espanol, con tanta frecúencia des-
conocidas ó violentadas por los innovadores en la efervescencia de
las contiendas politicas.»


Anfibologia, petulancia, deseos de llamar la alencion Mcia un
punto para herir en otro, hé aM Jos verdaderos caractéres de aquel
documento. A pesar de todo, el nuevo gabinete no dejaba de mos-
trarse fiel en la práctica á la mision tolerante y conciliadora que pa-
recia haber impuesto sobre si.


JI.


Egafta, que era considerado como mas reaccionario, y el alma de
aquella situacion por sus relaciones con palacio y con Cristina, ma-
nifestábase benévolo con le prensa, suprimía la institucion de los cor-
regidóres, y dió dos decretos ímportantrsimos, que han quedado en
desuso. creando dos instituciones sociales de importancia suma, la
de las salas de asilo para )a infancia, Ó creche, y la de los lavade-
ros públicos.


Bermudez de Castro, aunque no podia pasar como una notabili-
dad financiera, quiso hacer esfuerzos para hacer ver que deseaba
las reformas empezando por los aranct>les y dando un giro especial
y derogando la disposicion de Bravo Murillo,admitiendo á los tene-
dores de d ... uda diferida al cambio inmediato de sus titulos bajo cier-
tas condiciones.


La enestioD de los caminos de hierro, una de las mas candentes y
espinosas, fué arrancada á la discusion y diferida al Consejo de Es-
tado para que los cuerpos colegisJadores no hiciesen de ella un arma
de partido y poder vivir mas sosegadamente en las dulzuras del le·
cho de espinas. El gabinete por estos medios procuraba alejar el dia
de la lucba, atrayéndose á todos los hombres animados de espiritu
conciliador. ~Podia lograr eso? ¿Podia vivir mucho tiempo en si-
tuacion semejante? Ciertamente que el gabinete de l' de abril se
hallaba al abrigo de las dificultades parlamentarias que asaltaran al
anterior y le precipitaran en UDa senda sin salida; pero se hallaba




198 HISTORIA. DEL RÉINÁDO
destinado.á. perecer tambien por una lenta impotencia, por sus di-
visiones, por sus crisis interiores siempre que se trat~se de una cues-
tion decisiva, y por ía imposibilidad de completarse.


El primer tropiezo, la primera crisis ocurrió en junio, con ocasion
de haber de nombrar sucesor á Torre Ayllon que no habia admitido
la cartera de Estado.


Pensaba Bermudez de Castro ser ante todo necesario resolver las
cuestiones principales, planteadas en el campo de la política, formu-
lando con mas claridad las aspiraciones del gabinete; sus colegas
por el contrario querian que con preferencia fuese este completa-
do, sin entrar en peligrosas discusiones, y de ahí 1a renuncia del
ministro de Hacienda el 1!1 de junio y su reemplazo por don Luis
María Pastor, quien, junto con don Claudio Moyano, á quien se dió
)a cartera de Fomento, habian figurado en la oposicion organizada
contra los ministros anteriores. Calderon de la Barca, ministro ple-
nipotenciario de Washington, se encargó de la cartera de Estado.


III.


Reorganizado ya el ministerio parecia haber adquirido cierta es-
tabilidad; y con todo esto apenas transcurrido un mes se reprodu-
jeron en el consejo los disan timientos interiores con motivo de la
cuestion de los ferro ·carriles, sobre la cual el Consejo de Estado ha·
bia emitido un dictámen muy complexo. Pretendia Moyano, yen esto
daba muestras de honradez, que el exámen de todas fas concesiones
de vias férreas se reservase á las cortes, y los demás ministros opi-
naban ser este un hecho de gravedad suma, atentatorio á la au-
toridad de las transacciones y á la confianza de los capitalistas ex-
traojeros.


Enemigos de la publicidad como siempre, aquellos ministros mar·
chaban desatentados borrando t~da senal del sistema parlame.tario, y
dieron ocasion con estas disidencias á la retirada de Moyano, que fué
reemplazado por don Agustin Estéban Collantes, resolviéndose por
UD decreto lacuesUon batallona y declarándose válidas todas las
concesiones hechas hasta entonces. (7 de agosto.)


El pensamiento poHtico que babia dictado esta medida firmada
por lOdos los miembros del gabinete, se resumia en el siguiente pár-
r~f(),'de la exposicion que la precede.




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 99
«AlIi donde se presenta un pacto garantido en nombre de la Rei-


na bajo la firma de un ministro, aHí existe un compromiso solemne,
sagrado é irrevocable, qu.e es preciso respetar: alli existe un acto
oficial que no puede anularse sino por la libre voluntad de los con-
trayentes; allí, en fin, está la salvaguardia de la fe pública, del cré-
dito y del honor del pais. Si el contrato ha perjudicado los intereses
generales, si el ministro que lo ha firmado ba abusado de su posi-
cion y violado las leyes, exijasele la responsabilidad, pero cúmp!ase
lo que ba sido objeto del pacto, porque solo así puede subsi&tir un
gobierno, porque la fuerza de un contrato entre el poder público y
una tercera persona no depende de la individualidad transitoria de
este ó del otro ministerio, sino que descansa en la identidad perma-
nente é inmutable del gobierno, personificacion de la sociedad en-
tera. »


IV.


Tan repetidas crisis debilitaban y desconceptuaban al ministerio,
que carecía tambien de la influencia que podia prestarle el apoyo
de las cortes; así que, aun cuando recoDstituido, pudo apenas sos·
tenerse algunos dias y estalló de nuevo la division. La cuestion
de ferrocarriles se alzaba siempre, aunque resuelta, porque no babia
bastado la explicacion dada para acallar las dudas que en el pais
existían. Otro becho vino á despertar nuevas sospechas: un contrato
celebrado por el ministro de Marina para el transporte de carbon de
piedra á Filipmas, causó tal escándalo por las pérdidas ocasionadas
al Estado, que don Antonio Doral abandonó el ministerio el ! de se-
tiembre, y pocos di as despues, al presentar Lersundi á Isabel á
Calderon de la Barca, recien llegado de Wasbington, para la pres-
tacion del acostumbrado juramento, la Reina aplazó el acto hasta
tanto que le fuese presentado un nuevo ministro de marina. Vió en
esto el general una muestra de desconfianza, y consultados sus co-
legas presentó la dimision el 18 de dicho mes, abandonando el poder
despues de cinco meses de penosa existencia.


Por aquellos dias falleció en Madrid uno de los hombres mas po-
pulares del partido progresista, el único que habia beeho reformas
radicales, llevando á término la desamorlizacion eclesiástica y la ex-
tincion de las comunidades religiosas. Fácilmente se comprenderá
que aludimos á Mendizábal.




100 HISTORI! nIJ. UUUDe
Pocos meses des pues falleció tambieo de parto dona María de la


, Gloria, á quien Mendizabal habia prestado tambien grandes y des-
interesados servicios. Dejó siete hijos de su segundo matrimonio con
el príncipe Fernando de Sajonia-Coburgo, sucediendo)a en el trono
su hijo mayor Pedro V bajo la: tutela de su padre, pues.)e faltaban
dos anos para cumplir la mayor edad ..


Mendizábal. que habia salvado dos dinastías, contra los preten-
dielltes don Miguel en Portugal y don Carlos en Espana, murió po-
bre, perseguido y vilipendiado.


V.
En táles circunstancias, despues de la crisis laboriosa que el pais


iba atravesando y como medio de conjurar la tormenta revoJucio ..
naria, llamó Isabel á la presidencia del Consejo el dia 18 de setiem-
bre ª Sartorius, ministro que habia sido de la Gobernacion. Encar-
góse además el jóven conde de la (jartera que antes habia desempe-
nado, siendo sus colegas don José de Castro y Orosco, marqués de
Gerona .• en Gracia y Justicia; don Jacinto Félix Domenech en Ha-
cienda; el general don Anselmo Blaser en Guerra; y don Manuel
Roca de Togores, marqués de MoHns, en Marina. Calderon de la
Barca y Estéban eollantes, miembros del anterior ,ministerio. que-
daban en sus departamentos. Compuesto de elementos contradicto-
rios el nuevo ministerio se abstuvo de publicar programas: sus actos
habian de revelar su política.


En 13 de setiembre un real decreto relevó definitivamente al du-
que de Valencia de la'mísion que se le confiara y le devolvió com-
pleta libertad; los generales Córdova, don José de la Concha y Ros
de Olano, que tanto se habian distinguido por su oposicion, fueron
investidos de altas funciones; se convocaron las cortes para el 19
de noviembre, el l' de octubre, y para desarmar en lo posible las
oposiciones sobre un punto DO menos grave, derogóse en parte el
decreto de 7 de agosto. sacando á licitacion pública el camino de
hierro del Norte en 31 de octubre.


Asf quedaba el partido militar satisfecho á medias, porque el
conde de San Luis, como Bravo Murillo, estaba dispuesto á hacer pre-
valecer el modesto frac sobre el uniforme y los colorines, cortando
el revesino á aqaella feudalidad nacida en los campamentos y orga-




DON LUIS SARTORIUS.






BIL ULTIMO BORBON DE ISPAÑA. 101
nizada en los cuerpos colegisladores yen las antecámaras de pala-
cio para dar la ley á tirios y troyano l.


No se distinguia tampoco por sus altas dotes de moralidad el fla-
manle gobierno; pero resuelto á bordear y á hacerse aceptable, apar-
tando de sí la nota que ya las oposiciones habian justamente con-
vertido en arma de guerra, hubo de hacer eoncesiones, decidiendo
entre otras cosas la derogacion de la ley que hemos citado.


VI.


Atento siempre á su propósito, aquel famoso conde supo apro-
vechar los momentos preparándose á las eventualidades; y para ello
desde,el dia siguiente al de su elevacion, presentó á la firma de su
soberana un decreto estableciendo las cualidades necesarias para la '
entrada y ascenso en los empleos administrativos; el ministro de
Marina ordenaba la construccion de a1gunos buques de guerra de
~élice en los arsenales de Cádiz y el Ferrol; y el nuevo ministro de
Gracia y Justicia entraba en una via de innovaciones y .reformas,
cuyo atrevimiento sorprendió á no pocos. Suprimió en varios casos
la prision preventiva, que siempre habia de contarse: como parte de
la pena; prohibió la intervencion personal de los magistrados en los,'
pleitos, y publicó una instruccion del procedimiento civil con res-
pecto á la jurisdiccion ordinaria en 30 de se~iembre.


Notable bajo muchos conceptos era este último documento, y Cas-
tro mostróse atrevido estampando entre otras las siguientes frases:


.EI verdadero cáncer de nuestras instituciones judiciarias, por las
deformidades ruinosas, el despilfarro y desbarajuste de la sustancia-
cion, máquina de guerra asestada contra la fortuna del infeliz liti-
gante' ó inmoral juego de suerte y azar donde frecuentemente triun·
fa de la razon la malicia, de la legalidad la astucia, de la mas sana
intencion, el fraude y la codicia.»


Tales se presentaban ante el público los actos de aquella atrevi-
da hueste; y el ministro de Gracia y Justicia, como todos los demás,
obedecía sin duda á un pacto, á una resolucion tomada de acuer-
do comun para fascinar á las' gentes, y hacer caer dudas y vacilacio-
nes aun en los mas decididos adversarios.


TOlllo 1Il. 26




CAPITULO XXXI.


SUMARO.


Extraña situacion del ministerio Sartorius.-EI republicano l\liralpeix.-Actos im-
portantes internacionales.-Oposicion en las cortes.-Derrota del gobierno.-Sus-
pension de las sesiones.-Estado de la cuestion de Cuba ..


1.


La mas refinada hipocresía dictaba empero aquellas frases yaque·
lIa conducta.


Nunca se vió un ministerio que se presentara mas puro en admi-
llistracion, mas organizador, mas ardien te partidario de las refor--
mas, mas liberal práctico, mas aisJado empero, ni mas combatido.


¿Qué significaba aquel logogrifo? ¿Qué queria decir aquella apa-
rente resoJucio,n de marchar á reformas radicales por el camino del
progreso? ¿Qué significaba aquel lujo de moralidad que siempre se
preGooaba Y qU/J /JO IODOS Jos IOOIOIJOJb,j 38 pleJco¡Jj/J jJ)f)}))f)/JI'
¿Qué aquel espiritu conciliador con que tanto ruido se hacia?


Ese era un enigma~ ese era el secreto del conde de San Luis y de
sus colegas.


y con todo esto, despues de tantas promesas y de tan febril ac-
tividad, ¿podia prometerse el gobierno, llegó siquiera á sospechar,
que visla fa actitud hostil con que le recibieron, llegaría á desarmar
á las oposiciones!




DEL ULTIM.O BORBON DI ESPANA. !03
No hablemos de los demás partidos; no tomemos en cuenta el


disgusto y la envidia de los ministerios reformistas que habian pre-
cedido al conde de San Luis. Porque para comprender la situacion
aislada en que se encontraba, es menester que atendamos mas bien
á la actitud de los que podian Jlamarse sus amigos. ¿Y qué encon-
traremos? ¿Los periódicos moderados habian declarado cruda guerra
al conde de San Luis y á su Iegion polaca. Acusaban á Estéban Co-
llantes y querian hacer caer sobre él la responsabilidad de los ne-
gocios de caminos de hierro que parecian ser: otras tantas cuestiones
de moralidad ...


Otro de los iocomprensibles era Domenech, que pasaba de las filas
progresistas á formar parte de un ministerio abigarrado cuyos pro-
cedimientos nadie se explicaba. Contestando á esta objecion pudo
observar este algunos días des pues que se hallaba alIado del conde
de San Luis, con los mismos titulos que el general Concha, conser-
vador, y el general Infante, progresista, se hallaban juntos en la opo-
sicion; pero además de ser esta una explicacion que solo servia para
poner en descubierto la situacion falsa de todos los partidos, nunca
para justificar amaJgamas y alianzas que estábamos acostumbrados
á ver, aun cuando con escándalo y disgusto.


Origen, composicion, tendencias, todo era sospechoso en el nue-
vo poder. y bajo estos auspicios verificaron las cortes la apertura
de sus sesiones el 19 de noviembre.


11.


Antes de pasar adelante enumeraremos algunos hechos acaecidos
en diversas épocas, que son unos ouriosos y otros'importantes. En-
tre los episodios curiosos, citaremos uno, que aunque cparece per-
sonal era altamente político, al menos eD la mente de los que pre-
senciaron la escena y con ocian los personajes.


Uno de los mas bulliciosos agentes del partido republicano era
un tal Miralpeix, malagueno, carpintero de profesion, que habia
servido en francos en el escuadron de la muerte. Propaganifista ac-
tilO, corria de circulo en circulo predicando siempre, levantando el
espiritu público y combatiendo sin tregua ni descanso las supersti-
ciones, como que su libro favorito eran Las Ruinas de Palmira. No
habia agitacion en que Miralpeix no se encontrara; y tuvo la suer-




DISTORlA DIt REINADO


te de librarse de los calabozos. Exaltado hasta Jo sumo concibió un
dia el proyecto de abofetear al conde de San Luis; y decidido á lle-
var su propósito para inutilizar á aquel hombre, que por entonces
se hacia ver en las cortes pronunciando discursos altamente exage·
rados, se colocó en uno de los días en que debia hablar frente á Ja
puerta de salida de Jos diputados en el teatro de Oriente; haciendo
tiempo y como pasaran las horas fué bebiendo algunas copas que le
afirmaron mas y mas en su plan. ¡Salió, efectivamente, Sartorius
hablando' con otros, y Miralpeix violento y exasperado se acercó al
grupo y sin ningun preparativo comenzó á golpes con el ex-minis-
tro que estaba haciendo méritos para volverlo á ser.


Acudió el piquete, y vióse muy apurado para sujetar á Miralpeix
que hizo ohstinada resistencia. Preso y encausado el carpintero
pudo probar que 'en aquella matiana habia tomado UDa medi-
cina dispuesta para un caballo en casa de un veterinario, y que sin
duda le habia puesto en un estado nervioso y delirante. Quedó con
todo eso el hecho consumado. y Miralpeix prosiguió su activa pro-
paganda durante muchos años, hablando siempre de las famosas
Ruinas de Volney.


III.


Uno de los actos importantes á que nos hemos referido, fué debi-
do al ministerio Lersundi, á consecuencia de haber fijado los ojos de
la Europa toda en los paises de Olie'nte la guerra que Inglaterra y
Francia haeian á Rusia en auxilio de la amenazada Turquía, el en-
vio. de un ministro á Constantinopla y el establecimiento de un con-
sulado en Jerusa]en. para ponerse de acuerdo con los religiosos
franciscanos españoles residentes en Palestina, con el pretexto de
sostener los intereses del Estado y de la religion y velar por los
antiguos derechos de ]a corona de Espana, que tal fué la fórmula
empleada por los diplomáticos en ese asunto, hueca fraseologla
propia para encubrir ambiciones y miserias.


Otro de los hechos internacionales de trascendentales conse-
cuencias, fueron,· y sin duda importantes, el convenio celebrado con
Francia sobre )a propiedad literaria y artística, y sobre todo el tra-
tado firmado con la república de Méjico resolviendo las cuestiones
á que diera lugar el estipulado dos años antes; por el último el go-




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 105
bierno mejicano reconocia como deuda legítima todas las sumas re-
clamarlas por súbditos espaiío]es y Jiquidadas conforme al tratado
de 1851, reclamaciones que databan del ano 1821.


IV.


Con la reunion de las cortes acrecentóse el furor de ]a cruda
guerra que se hacia al gabinete Sartorius, sin que consiguiera ha-
cerla debilitar á pesar de sus esfuerzos para parecer templado y
conciliador, acentuando aun mas su polftica en este sentido.


Retiró desde las primeras sesiones los proyectos de reforma cons-
titucional sometidos á los cuerpos colegisladores por el ministerio
RoncaJi, llevando al propio tiempo al congreso un proyecto en que
se solicitaba la sancion legislativa de todas las concesiones de fer-
rocarriles hasta aquel dia otorgados, y se formulaba á la vez una
ley orgánica de vías de comunicacion, regularizando lo pasado y
preparando mayores formalidades para lo porvenir.


Por el ministerio de Hacienda se presentaron proyectos referen-
tes á las operaciones del Bolsa y á la lleuda flotante. Queriendo el
anterior ministro Pastor cubrir esta deuda, producto de los descu-
biertos sucesivos acumulados desde 1849, propuso una emision de
bonos del Tesoro al interés anual del 6 por 100 en la cantidad su-
ficiente.
, Domenech, en cuyo tiempo ascendia ya la deuda flotante á qui-
nientos diez y seis millones, pidió autorizacion para emitir ocho-
cientos millones de reales de deuda consolidada, en licitacion públi-
ca al precio de 44 por 100, con destino á la.extincion de ]a mayor
parte de aquella.


Tambien introducia en el presupuesto de 1854 modificaciones,
de forma que dividia los gastos públicos, 1.· en gastos generales,
tales como los de la casa leal y los de la deuda del Estado; !: en
gastos especiales por ministerios, y S.- en gas'tos de administracion
económica ó de percepcion. En su conjunto estaban repartidos del
modo siguiente:


Gastos generales del Estado.
Gastos especiales por ministerio.
Gastos de administracion económica.


TOTAL.


466.838,718 reales.
698.!77,031 »
306.03!,145 »


1.471.147,894 »




!206 HISTORIA. DEL REINADO
Los ingresos, agrupados tambien de un modo nuevo, compren-


diendo 30 millones de reales retenidos como los al10s anteriores so-
bre las clases activas y pasivas, ascendian á 2,474.!20i,5!2 reales.
A este presupuesto ordinario iba adjunto otro extraordinario de 115
millones de reales que debía ser cubierto con las acciones de car-
reteras, creadas en virtud de decretos anteriores.


v.


Las oposiciones recibieron est.as medidas con gran desconfianza,
mostrando su cello contra aquella situacion.


En el Senado se empellÓ la batalla eligiendo )a cuestion de vias
férreas, tomando motivo de lo que se calificó de cuestion de eti-
quetá entre el alto cuerpo colegislador y el gobierno. Quiso darse
un combate para derribarlo á todo trance. Entablada la discusion
en la cual tomaron sucesivamente la palabra casi todos los ministros
y los senadores mas notables, fué en vano que el conde de San Luis
en ún discurso habilidoso y extremadamente hostil quisiera llevar
la guerra al campo de sus adversarios; ellos supieron eludir este
peligro que se les presentaba, y por un acto de energía crearon UD
conflicto, en que la prerogativa del senado se hallaba enfrente de
la del trono y de la del congreso. Llegó realmente el conflicto, y
entre otras declaraciones explicitas, el general Concha manifestó
que la oposicion hacia la guerra al ministerio por su origen, pues
habia nacido fuera de todas las condiciones parlamentarias, por sus
actos y por las tendencias que manifestaba, en las cuales se descu-
bria el sello de la mas refinada'inmoralidad, y aviesos proyectos po-
Iiticos. La cuestion de moralidad, sobre todo, representaba gran
papel, y todas las alusiones, todos los discursos condenaban termi-
nantemente los actos ministeriales. Llegó la hora de la votacion y
105 votos contra 69 dieron en tierra con el ministerio condenándo-
le á la faz del mundo el día 8 de diciembre.


Al siguiente dia fueron suspendidas de nuevo las sesiones, por-
que fuó aprobada la proposicion de tres senadores que habian pro-
puesto que no se verificara concesion alguna de camino de hierro
sin acuerdo legislativo, y el gobierno queria que el senado no deci-
diese nada hasta saber el resultado de la discusion en el congreso
del proyecto de ley relativo al mismo asunto,




DI" ULTIMO BORBO" DI ESPAÑA. 107


VI.


Como no estaban votados los presupuestos el gobierno los puso
en vigor por un decreto recha 18 de diciembre.


A ]as complicaciones de entonces vino en los primeros dias de
1854. á unirse otra que aumentó las dificuHades entre EspaDa y los
Estados-Unidos, planteando de improviso la cuestion de Cuba. En
febrero se impuso un:¡ multa al vapor americano Black- Warrior
por ocultacioD del cargamentoj y eon esto las autoriJ.ades de la Ha-
bana irritaron el orgullo americano hasta el punto de que el presi-
dente en un mensaje á la Asamblea de los Estados-Unidos empleó
cierto lenguaje duro respecto al gobierno de Madrid, que daba á los
capitanes generales amplios poderes para ofender y no les autori-
'zaba á desagraviar, haciendo preciso que se buscase en otro hemis-
ferio )a reparacion de las faltas que ellos cometian. SouJé, embaja-
dor, presentó reclamaciones exigiendo en primer término la desti~
tucion de todas las autoridades superiores de la jsIa de Cuba, y una
crecida indemnizacion pecuniaria; y mientras en la República Ame-
ricana se hacían suscriciones y alistamientos para invadir la isla, el
gobierno español aumentó la guarnicion y reforzó la escuadra para
dar al marqués de la Pezuela los medios de defenderse.


En Ostende celebraron UDa conferencia los embajadores america-
nos que residian en Paris, en Londres y en Madrid, para examinar
en comun la política que debian adoptar respecto á España, y en
ella decidieron ofrecer en cambio de Cuba l!O millones de duros,
con cuya cantidad podia segun e\1os'la peninsula cruzar el territorio
de vias férreas y comunicaciones fluviales, y levantar su crédito.
Pero el gobierno amerieano no aprobó las soluciones de sus minis-
tros en Europa, y aunque de acuerdo con ellos en la conveniencia
de la anexion de Cuba, rechazó todo medio viole,nto y no admitió la
necesidad de una intervencion en la isla, sino en el caso de una in-
sorreccion ó de la abolicion de la esclavitud.




CAP1TULO xxxtt·


SUMARIO.


Arbitrariedades del gabinete de San Luis.-Persecuciones notables.-Conspiraciones.
-El malogrado Hore.-Desprestigio del gobierno.-Situacion rentística.-Insur~
reccion del Campo de Guardias.-Combate de Vicálvaro.


l.


Cerradas las cortes, el gabinete arrastrado por la fuerza de las
circunstancias y por sus propios errores, na podia ya detenerse en la
senda empezada, y le era preciso llegar hasta el lin del rigor y de
la arbitrariedad. Siguiendo la eseuela de sus antecesores, Sartorius
tuvo la audacia de destituir á los senadores que habian usado de su
derecho votandQ contra él y condenando sus actos. Despues, der-
cargó furioso sus golpes contra los que le hacian la guerra yespe-
cialmente contra los militares, siguiendo en esto la táctica que habia


. 4ado motivo á que no haJIase para ministro de la guerra otro jefe
que el brigadier Blaser.


Desde mediados de enero en :que comenzó esta lucha terrible,
aquel gabinete envió ~e cuartel fuera de la penfnsula ó á lugares
distantes de la corte á los generales don Manuel y don José de la
Concha, O'Donnell, Infante, Armero, Serrano, Zabala, Nogueras y
Manzano.


fl..a mayor parte prestaron obedieneia á las disposiciones que ve-




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 209
DÍan á herirles; pero Concha al llegar á Zaragoza burló la vigila~­
cía de los que le acompanaban y se escapó al extranjero, mientras
que O' DODnell se ocultaba en Madrid.


La suerte estaba echada, el albur iba á jugarse en aquel duelo
á muerte provocado entre los ambiciosos; tenia algo que ganar el
pueblo.


La revoluoion iba á levantar su cabeza. Los elementos de órden,
el partido conservador, el moderantismo iba á luchar, á desgarrar
su propio seno, que era el único medio de hacer posible el triunfo
del partido del progreso. . -


No solo era el partido militar el perseguido; otros hombres de in-
fluencia y de accion, fuertes y osados, fueron tambien envueltos en
Ja persecucion. Contábase entre ellos á Gonzalez Bravo y á don Ale-
jandro tle Castro.


11.


La revolucion era inminente; todo lo hacia presagiar; todo la lla-
maba, todo la abria el camino, y no comprendemos ni nos ex-
plicamos que Sartorius pudiera conflar en que podria llegar á ser
dominador ante aquella multitud de circunstancias que hacian ne-
cesario el sacudimiento.


En todas partes se senalaba' á la hija de Isabel con el nombre de
la Araneja, porque se tenia por muy intimo en palacio á un coman-
dante llamado Arana. Tal era el prestigio que rodeaba á esa alta
institucion, que quiere remontarse basta las regiones celestes y traer
su origen de la divinidad. l~os moderados mismos venian conspiran-
do desde la cuestion de los comités contra la monarquia, contra la
dinastía, contra I~abel. Ellos eran Jos que tenian acceso á la cámara
régia, y en la plaza pública se sabia que el favorito cobraba mil
duros diarios, que la que ocupaba el trono gastaba pródigamente!
con ese y otros co~tesanos, el producto de las contribuciones, y gra-
vaba con enormes deudas á las generaciones futuras.


Sabiase tambíen que se improvisaban fortnnas, que se malgasta-
ba por los hombres del poder el producto de agios y contratas rUÍ-
nosas.


y estas cosas se imprimían en Jos periódicos de los conspirado-
. res; y estas noticias circulaban casi de oficio, por manera que se


TOllO m. !-'1




!10 HISTORIA. DEL llBINADO
habia I!egado á una situaeion á que era aplicable aquella frase cé-
lebre: apartad los OJOS con horror 11 el estómago con asco.


1 eran altos dignatarios; y eran hombres del gran partido de la
moralidad, del gran partido del órden los que inspiraban y redac-
taban el famoso Murciélago.


y la tormenta arreciaba; y la prensa su fria terribles persecucio-
nes; y la conspiracion se ensanchaba y ~dquiria prosélitos, y mi-
naba la disciplina invadiendo el ejéroito, y como' ha dicho Sartorios;
en una sesion célebre, hubo generales qué tuvieron que acercarse
al sargento, tenderle la mano y decirle: vas á fallar á tus deberes,
vas á romper tus juramentos, vas á romper IOlla/loS que te unen con
las leyes militares ...


y hubo compromisos solemnes y pactos, y se dudaba y se diseu-
tía si la Íamilia de Braganza, ó la de Coburgo ú otra podria susti-
tuir á lahíja de Cristina, que con su madre, los favoritos y los
frailes se reía á carcajadas de esos planes tenebrosos, y mandaba
borrar del cuadro de generales á O' Donnell y á don José de la
Concba.


lIl.


Las distancias iban acortándose. ta guarnicion de Zaragoza se
hallaba dispuesta á dar el grito, como efectivamente lo hizo en 'lO
de febrero el regimiento de Córdoba que tenia á su cabeza al hri-
gadier Hore. El regimiento de granaderos de la Corona, mandados
por el noble marqués de Santiago, en vez de responder á los compro-
misos, recibieron al jife de la insurreccion que se adelantaba á. aren-
garles con uná descarga que le dejó cadáver. Esta proeza vaItó al
cor.onel de granaderos el ascenso á brigadier.


El ministerio por su parte se veia obligado á poner en accion
todos los medios que están al alcance de una autoridad arbitraria, y
á estudiar en secreto las cuestiones de reforma que habian quedado
abandonadas, aun cuando por esta vez no tomaba la modificacion
constitu~ional el carácter que se le habia dado.


Debia ser el senado electivo, nombrando eada distrito tres eandi-
datos entre los cuales la Reina elegiría uno. Introduciase en- el sis-
tema electoral la volacion por grados, aplicables al congreso lo mis-
mo que al senado; redueiase el número de diputados, y haciase




DEL ÚLTIMO BORRON DIISPAÑ!. !H
incompatible este cargo y el de senador con los empleos judiciales y
administrativos.


Tales eran, al decir de las gentes, las bases del arreglo fundame-
tal de (os polacos: y con tales elucubmcíones se prometía Sartorius
destruir la influencia de los partidos, apoyarse en la masa indife-
rente que llamaba monárquica y perpetuarse en el poder. Sin em-
bargo, si el conde de San Luis se hubiese fija~o en lo que pasaba á
su alrededor, hubiera visto que era inútil su sacrificio. Pero no á
todos los ministros alcanzaba el anatema popular. MoHns, ,Blaser
yCalderan de la Barca eran mas ó menos apreciados; los demás, Y.
principalmente el presidente del Consejo, el ministro de Fomento
Estéban Collantes y el de Hacienda Domenecb eran objeto de la ani-
madversion universal. Acusábaselea, como hemos visto, de ser los
cómplices, encubridores y serviles esclavos de la corte, y de recibir
por esto el favor de Isabel para perpetuar aquella explotacion hor-
renda. En vez de adquirir fuerza desplegando lo que él creia ser vi-
gor, el ministerio se veia completamente aislado, perdía fuerzas y se
desprestigiaba mas cada dia.


IV.


Como siempre, la situacion rentística ahogaba bajo su enorme
déficit, y las rentas disminuian, las operaciones del tesoro se hacian
con mas dificultad, y la deuda flotante, por un momento contenida,
iba tomando iocesante vuelo. El gobierno, que habia introducido
reformas serias en el precio de la sal y en el porte de]a correspoD-
dencia pública uoa notable reduccion, emprendia por otra resolver
de "DUeVO la cuesUon de aquella deuda.


Como un error trae en pos otro y otros, hubo de adoptar el pro-
yecto de su conversion en deuda consolidada cuando el 3 por 100
estaba á 33 Y tU; era una operacion -ruinosa en extremo, y para
ello recurrió á un empréstito forzoso bajo la forma .de anticipo de
un semestre de las contribuciones territorial, industrial y comercial,
lo que seguramente no habia de conciliarle la voluntad del pais, en
vfsperas de la inminente lucha.


Por ser muy curioso y útil haremos notar las oscilaciones que ha-
bian sufrido lo! valores en el mercado: Al caer el duque de la Vic-
toria y el partido progresista el afto 1848, elS'por lO&estabaátoj
en 1845-46 despues de la reforma del sistema tributario, á 35 Y 38;




!I! HISTORIA Dlm REINADO
en 18 '8 bajó á 19, Y desde 1819 volvió á subir para llegar á 85
en 1850, á 38 en 1851, y á '6 Y &, en 185!, época de la caida
de Bravo Murillo. Desde entonces volvió á bajar pOCO á pOCO, l' en
1853 estaba á '4 Y 45. En 1854, antes de la revolucion, se coti-
zaba á 35, Y á fines del afto á 31 ..


La dictadura y los conspiradores se hallaban frente á frente. El
pueblo iba á decidir esta contienda.


ta caida del ministerio que la oposicion no pudo obtener en el par-
lamento, era procurada por todos los medios secretos de que los par-
tidos disponen; circulaban noticias alarmantes, propagábanse las
excitaciones, la guerra se organizaba en todos puntos y bajo todas
las formas, yse complicaba hasta el punto de que la prensa, mos-
trando su desagrado y desafeccion, callase y pasara en silencio aetos
tan importantes en la vida de un pueblo constitucional como el na-
cimiento y la muerte de una princesa que acaeció por aquellos dias.


v.


O'Donnell era un hábil conspirador; disponia de grandes elemen-
tos; se hacia servir por la policía de Sartorius; y aquel desgraciado
poder mantenia en las oficinas, en todos los departamentos, en pa~
lacio los agentes que obedecian al ]Jamado comité liberal; Barrantes,
Cánovlls del Castillo, casi desconocidos en aquella época, fueron rue-
das muy importantes en la máquina demoledora de aquella situa-
cion.


El escondrijo donde se albergaba el ex -general, llegó á ser cono-
cido por a1gunos, y hubo necesidad de abandonar la calle del Car-
bon para ir á buscar un refugio en la de la .8allesta, n.O S; por
manera que pudieron verle muchas veces los vecinos de las casas
1, 3 Y 5 de la travesía del mismo nombre. Con diligencia y pres-
teza suma se expedian allí las órdenes, y Fernandez de los Rios y
otros secundaban admirablemente el movimiento que debía traer
segun algunos como resultado inmediato la union de Espafta y Por-
tugal.


No quiére decir esto, que hubiese toda la unidad necesaria y que
obedeciesen todas las oposiciones que bullian por Madrid á una sola
voz; pues formadas de desmembraciones sucesivas del partido con-
servador, dominaba en ellas el elemento moderado. El principal pa-




DIL ULTIMO BORBON DIISP!ÑA. !13
peI era, sin duda, el de los jefes militares que desde hacia dos arios
se hallaban á la cabeza de todas las campanas que se habian sos-
tenido contra todos los ministerios. Y lo que habia comenzado por
un simple cambio de carteras, llegaba por una porcion de circuns-
tancias á poner en peligro la monarquia.


Las quejas de los partidos se resumian en dos puntos: pureza del
régimen constitucional y reivindicacion de la moralidad en el gobier-
no. Y obsérvese que el partido pr-ogresista habia permanecido du-
rante mucho tiempo ajeno á estas cábalas y pandillajes, porque no
veía que se tratase de un cambio radical en la polftica seguida du-
rante los diez últimos anos.


tos generales, por su parte, contaban casi exclusivamente 60n ha-
cer una sublevacion militar; y dejaban á un lado como peligroso el
movimiento popular. Pero los republicanos seguian de cerca la vasta
red que se tejía; y muchos, muchos, tanto en provincias, como en
Madrid, procuraban concertarse para burlar á los que engreidos por
su orgullo despreciaban por tal modo la opinion pública y solo as-
piraban á imponerse á t()do trance.


VI.


Bastábale á O'DonnelJ, segun sus cálculos, que la multitud per-
maneciese en aquella hostilidad pasiva, en aquella inerte resistencia
á que ]a habian condenado las terribles persecuciones y )a conti-
nuada explotacion de las fracciones diversas que habian ido suce-
diéndose en elevadas regiones.


Cervera, Becerra, Coronado (Manuel Maria), lo mismo que Fer-
reras y otros muchos, entre ellos el ya famoso Miralpeix, agitábanse
en Madrid, ponfanse en relacion con los centros para proporcionarse
armas y recursos, 'fingiéndose auxiliares, euando lo que pretendian
era ver si conseguían dar UD golpe de mano y suplantar á los que
se creian ya árbitros de los destinos de Espana.


De esos clubs, de esa agitacion nacian aquellos rumores, aque-
llos vaticinios' de insurrecciones militares que tardaban en cum-
plirse.


O'Donnell, oculto como .hemos dicho, anudaba relaciones con
Mesina, con el brigadier Echagüa, y sobre todo con el general Dulce,
el que acababa de ser elevado á las funeiones de director del arma




11 j I1STORLl Dar. RBU¡l\DO
de cabalJeria, sondeándose igualmente las intenciones del general
Córdoba director de infantería, el cual vacilando mas que los otro..;
se mantuvo en una espécie de equilibrio entre la conspiracion y el
gobierno.


Hubo momentos en que todos esos trabajos hubieron de ser tan
pú.blicos y repetidos, que el gobierno quiso cerciorarse de la fidelidad
de sus delegados, y habiendo llamado Blaser al director de caballe-
ria, recibió de Dulce tales seguridades, palabras y promesas tan enér-
gicas, que se convenció de que las noticias que se le habian dado
eran infames calumnias, y le mantuvo en su puesto.


Entretanto eran presos y perseguidos los ciudadanos, y el propa-
gandista Cervera fué á visitar la cárcel del Saladero, donde perma-
neció incomunicado cuarenta y dos dias.


En este estado las cosas, llegó el 13 de JUDio que era la fecha se-
Dalada para dar el golpe decisivo. El general O'Donnell fué á Ca-
nillejas donde debia reunirsele toda la guarnicion de Madrid; pero
un contratiempo impidió que se le presentasen, y todo quedó sin con·
secuencias. .


p.,ro el dia !8 del mismo mes por Ja mai'iana, el general Dulce.
rompiendo abiertamente con el gobierno, llevó la_mayor parte de la
cabalIeria de Madrid al Campo de Guardias y la puso á las órdenes
de O'Donnell, á quien secundaban en la empresa, además de aquel
que le daba un ejército, los generales Ros de Olano, Mesina y Reha-
gue. Tres regimientas de caballería y un solo batallo n del regimiento
de infanteria del Principe constituían la fuerza de la insurreccion en
número de unos dos mil hombres. Se contaba con las demás tr{)pas
de la guarnicion que por diversos accidentes no pudieron Ó no qui-
sieron secundar el movimiento.


En el mismo dia, y fechada en Vicálvaro, dirigieron UDa exposi-
ciouá Isabel en que manifestaban no tener por .objeto mas que der-
ribar al ministerio, restablecer el imperio de la Constitucion y apar-
tar del lado del trono influencias que le comprometían.


Ballábase la corte en la Granja, y aqu~l1a misma nocbe ya bas-
taate tarde regresó á Madrid, dispuesta, segun decian sus parciales,
bi~ escasos ,P~r cierto, á castigar severamente á Jos ingratos que
pretendian dictarla órdenes despues de haberla colocado y sostenido
en el trono.


Al siguiente dia, que era el de San Pedro, se presentó con la ma-
yor desenvoltura á revistar las tropas fieles~ poniendo al frente de






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DEL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA. ! 15
banderas la charretera de oficial á un cabo del regimiento del Prio-
cipe que contuvo á algunos soldados lmpidiendo que fueran á en-
grosar las filas de los redeldes. Esta ridícula cereml)nia presentada
con gran aparato por aquel poder caduco y agoni~ante, hizo pensar
á las gentes de buen humor que aquella buena sellora se pondria al
frente de los batallones para ir á disputar su corona y su libertad.


El dia SO, por fin, des pues de haber hecho proposiciones á
O'Donnell para que retrocediese en su camino, en la tarde salieron
las tropas de que se podia disponer al mando del conde de' Vista-
hermosa. Llegaron á las inmediaciones de Vicálvaro donde se ha-
llaba la caballería de O'DonneJl, desplegáronse en batalla, y cuando
parecia natural que ambos ejércitos se unieran, despues de ama-
gar algunas cargas que fueron rechazadas por la artillería, O'Don-
nell reconcentró sus fuerzas, y Vistahermosa temiendo las sombras
de la noche retrocedió á Madrid, donde entró ¡la columna en com-
pleta dispersioD, porque se creyó cortada por la caballería ene-
miga.


El pueblo de Madrid presenew impasible estos divers8S acoateci-
mientos.




CAPiTULO xxxttt·


SUMARIO.


O'Donnell en retirada.-Planes revolucionarios de los republicauos.-Programa de Man-
zanares.-Sublevaciones de Barcelona, Zaragoza y Valladolid.-Revolucion en
Madrid.-Triunfo del pu~blo.


,


l.


Mientras por consecuencia de la batalla de Vicálvaro quedaban
unos y otros contendientes en la incertidumbre del éxito, pronun-
ciándose O'Donnell en retirada sin que nadie se atreviera á moles-
tarle, algunos hombres que miraban las cuestiones desde un punto
de vista superior se concertaban para dar verdadera forma á aquel
informe y desordenado movimiento.


¿Qué significaba toda aquella agitacion, todo aquel azoramiento,
todos aquellos esfuerzos de tantos meses que daban por resultado
. des pues de alzarse en armas, despues de las diatribas,de El Mur-
ciélago, despues de las amenazas y de los complots, y de las ofer-
tas á la dinastía portuguesa, una exposicion á Isabel para que se-
parase el ministerio y se apartara de las camanllal que la deshon-
raban? ¿Dónde habia ido la fiereza del partido militar que se con-
tentaba con las migajas del festio, despues de los agravios que Isabel
in sus caprichosas veleidades babia inferido á muchos de sus miem-
bros?




lit ULTIMO BORBON DI ESUÑA. 117
Ordax Avecilla, Cámara y aIgun otr.o $e reunieron para fijar un


plan de eondllBta.en aquellos criticos .momentos. nespues de ,uu
detenida delibel!acion y .de ,maduro exámen" se fijaron en un plan
aeacillo. pero quepedia tener SOIqa influen.cia e.Del desarrollo de la
NtQIUCiOD; yconsistiaen proporcionarse una entrevista con Isabal '
á '4uitm debian :expoBer con luda lranqueza y severidad Jagravi-
lima .ituacion del pais, los peligros que la cercaban y el medio jn-
falible de reconquistar el cariftodel pueblo f Ja :popularidad perdi-
da, -creando una; situaeion~inentemeDte democrática que viniese á
satisfacer las exigeocias del pueblo, respondiendo por lo ,eAérpco ,J
por )0 viril á Jos sacrificios que aohabian im¡mesto • .la J»A11-
titud.


Tomada esta resolueion y ,aprovechándose de la multitud de ¡pa.-
pel, docuQlentos yproolamas, periódicos y boletines del ejército que
circulaban, Cámara y sus amigos hicieron llegar .á .manos de Isabel
todos esos documentos, predisponiendo su Úlimo ,á .escuchar COD
ateneion aquello que p\ltliBJ:a J:onjuBrla .amenazadora crisis. Y 0,1'-
dax penetró en palacio;y conferenció largamente con la hija de Cris.-
tina, y llegó á hacer pentltrar 6D.acp1ellaalma corrompida y fre-
cuentemente .adulada lospode.rosos·ecos de 18 verdad sin velo.


11.


Ordax salió de palacio seguro de que sus palabras habian con-
movido á aquella mujer que por primera vez .habria escuchado las
teorías salvadoras que deben emancipar al hombre y realizar ,soble
la tierra el reinado de la justicia.


·O'Donnell durante estas escenas habia lIegado á ,Aranjuez, :Y
61Hlque nadie le hostilizara, se vió con todo aislado. y,no res¡pón-
diendo á su grito en parte alguna, muchos oficiales que le seguían,
,Boceta que llevaba algunos centenares de paisanos, se preienta ...
IOn en .el cuartel general pidiendo que se aclarasen por .completo
Wdas las dudas, y se levantara uu estandarte popular. Entonces se
publicó el manífiest~ de Manzanares, llamando á cortes constilu-
-,entes, y pidiendo á los progresistas su auxilio. ClQueremos, ana-
dia el jefe del movimiento revolucionario, que désaparezca la cen-
traüzacion de modo que tengan los pueblos la necesaria indepen-
cia local para la gestion de sus propios intereses, y como garantía


TollO IIJ. !-8




118 HISTORIA. DEL" REINADO
de todos queremos el establecimiento de la milicia nacional sobre
Bólidas bases.» No se pedia ya un cambio de ministerio; ]a revolu-
cion tomaba carácter saliendo de ]a esfera de una sedicion militar.


Con mucho trabajo logró el ministro de la Guerra algunas fuer-
zas á cuyo frente se puso para marchar contra JOB rebeldes, porque
no tenia confianza en ninguno de los generales del ejército es-
pallol.


El ministro de la Gobernacion~publicaba partes falsos y amalla-
dos, suponiendo que los generales del Campo de Gu~rdias corrian
con el mayor desaliento á ganar la frontera de Portugal para eludir
'él castigo á que se habían hecho: acreedores. Por supuesto que to-
dos fueron exonerados de real órden con caHficaciones muy acres.
Pero á pesar de la:habilidad del ministerio, cada momento que pa-
saba sin obtener un triunfo decisivo, se acrecentaban Jos peligros
de la situacion que ya era insostenible.


En todas partes bullian ya 108 descontentos, y vista la actitud de
las tropas se disponian los pueblos á:lanzarse á la pelea. Un escua-
dron del regimiento de Montesa que habia recibido )a órden de mar·
char en persecucion de los sublevados, se pronunció en rebelion á
las puertas mismas de Madrid, como lo hizo el regimiento de caba-
lIeria del Rey y todas las fuerzas de la misma arma.


111.


En Barcelona donde se habían notado sintomas de descontento)11
marzo porque los fabricantes se negaban á accederá las justas pre-
tensiones de los obreros, se mostró el pueblo agitado, y el coman-
dl\nte Manso al frente del batallon de su mando, atravesó la Ram-
bla tocando elihirnno de Riego, . 'Y fué á situarse á la plaza de San
Jaime. Al pasar por frente a) cuartel de la Guardia civil donde se
hallaba reconcentrado casi todo e) tercio correspondien~e á las pro-
vincias catalanas, la Inultitud alli reunida prorumpió en gritos vic-
toreando áVa!libertad y al progreso. La guardia civil cerró las
puertas del edificio, pero no hostilizó á nadie.


tas calles:~inmediatas á la plaza, el Ayuntamiento y la Rambla
fueron invadidas por los amigos de la revolucion, mientras el ca-
pitan general La-Rocha enterado de) suceso envió algunos mozos
de escuadra que hubieron de retirarse entre Jos silbidos de la mul~




DIL ULTIMO BORBOre DI BSP AÑA. t 19
titud, y ordenó á Manso que se presentara en su palacio. Se orga-
nizaba entonces una Junta en la casa del Ayuntamiento, y Manso de
acuerdo con los ciudadanos que le rodeaba~ contestó, que si el ge-
neral tenia algo que comunicarle, podia presentarse en el Ayunta-
miento donde le aguardaba. Audaz La-Rocha y confiado en la no-
bleza del carácter catalan, no titubeó en acce~r á la invitacion pe-
netrando solo en la plaza donde habia millares de personas, que,
como en tales casos acontece, se hallaban en turbulencia y anima-
das por las pasiones.


En los primeros instantes La-Rocha quiso hacer respetar el prin.
cipio de autoridad reprendiendo á Manso; pero vista la actitud del
pueblo y queriendo dominar la situacioD: se puso al frente del mo-
vimiento como presidente de la Junta revolucionaria adhiriéndose
con todas las fuerzas de su mando.


Esta noticia y las de las sublevaciones de Zaragoza y Valladolid
llegaron casi simultáneamente á la corte el 17 de julio por la ma-
nana, sin detalles, pero lo bastante amenazadoras para excitar al
pueblo madrilerio y desalentar á les ministros que comprendieron
por fin su impotencia.


IV.


Al esparcirse por Madrid la notioia de la dimision del ministerio
Sartorius, comenzaron las gentes á agitarse, y coincidiendo la cir-
cunstancia de ser día de toros, pudo preverse desde luego que no
tarminaria sin trastornos aquella tarde. Efectivamente, todos los pe-
riódicos, aun los que se hallaban suspendidos desde mucho tiempo,
publicaron suplementos que eran verdaderas proclamas.


Ya antes de la conclusion de la corrida comenzaron á formarse
grupos que fueron engrosándose, y se descubrieron algunas bande-
ras oyéndose gritos contra la situaeion eaida y vivas á la libertad.


AlguDas personas se dirigieron á las casas de los ministros, J
apenas cerró la noche fueron quemados los muebles del conde
de San Luis, de Estéban Collantes, de Domenecb, de Quinto, de
Vistahermosa y de Salamanca. Otros grupo~ se dirigieron á la cár-
cel de donde salieron Cervera y otros para tomar parte en la. san-
grientas j/}rnadas que se preparaban.


Eo la plaza Mayor se reunieron inmensas IIN,lsas mientras que




110 HISTORIA DEL IlIIN1DO
Perreras con algunos otros penetraban en el Gobierno Civil desar-
mando á los guardias y apoderándose de muchas armas recogidas
poco tiempo antes que estaban alli depositadas.


Tambien invadió la multitud.!a casa de Correos donde se hallaba
el ministerio de la Gobernaeion, fraternizando Jos soldados con el
pueblo que se apoderó de la mayor parte de los fusiles.


Otro de los puntos á que afluian los revolucionarios era la casa
de Ayuntamiento donde se hanaban las notabilidades del periodis-
mo, antiguos.diputados, Rivero, Corradi, etc. etc., pero en todas
partes reinaba el desconcierto sin que pudiera organizarse nada
en medio de aquella barauoda. Diversas proposiciones se discutie-
ron en medio del tumulto, adoptándose por fin dllspues de muchas
horas'la reso!uc~on de enviar un mensaje á palacio para hacer pn.-
seDte á Isabel que no se reconocía otro !obierno que el que em"a-
Base de la voluntad del pueblo espresada por los medios hábiles se-
gun fueran constituyéndose las Juntas en las diversas provincias.
Esta proposicion ó mensaje debia ser llevada por UDa comision de
la cual formaba parte Rivero.


v.


En Palacio todo era cODsternacion y espanto. La dimision del Mi-
nisterio habia venido á hacer salir Ja corte del estupor en que se
encontraba; y solo entonces· pudieron comprender Is-a'bel y su ma-
dre, y los favoritos y las camarillas que era peligroso jugar así con
los derechos y las libertades de un pueblo.


Habia sido Córdova llamado á ponerse al, frente del gobierno
formando un nuevo gabinete y se esforzaba en reunir algunos
hombres que quisieran ayudarle á salir:del atolladero. A este pro-
pósito se asoció con el duque de Rivas, Mayans y Rios Rosas,
miembros de los diversos matices del partido conservador que figu-
raban aliado de Gomez de la Serna, Cantero y Roda que eran· COD-
siderados como progresistas. -


El palacio de Cristina que estaba frente al Senado fué tambien
acometido por las turbas; y se destrozaron' é incendiaron muchos
muebles de los que pertenecían á la madre ,de Isabel; pero como se
hallaba próximo á Palacio, cuya guardia se habia reforzado opor-
tunamente, acudieron tropas, y sin previo aviso ni intimaeion, solo




DEL ULTIMO BORBON :DlllSUiÁ. !Il
por haber recibido algunos insultos, descargaron sus fusiles sobre
la multitud inerme. Esto dió ocasion la que algunos hombres ar-
mados, luego que se despejó la caite, ocuparan las esquinas de la
plazuela de Santo Domingo y comenzaran el ataque que debia du-
rar mas de cuarenta y ocho horas.


Los palaciegos no sabían qué resolver, y era tal el aturdimien-
to, que al publicar la Gaceta extraordinaria en que anunciaba la
dimision de los polacos, decia Isabel con la mayor frescura que
quedaBa altamente satisfecha de la inteligencia, ce]o y lealtad con
que' la habian servido unos consejeros á quienes el pueblo arro-
jaba entre silbidos de las regiones oficiales.


VI.


A:l' salir del Saladero donde habia formado vastos planes revolu-
ciO'llarios~ el propagandista Cenera se dirigió á la casa del Ayunta-
miento; revistó las fuerzas que Becerra organizaba enbatalJones en


., l.' plaza Mayor, y fuése inmediatamente á la imprenta de Nuftez
donde redactó una proclama que fué impresa en muy pocas horas.


Cuando quiso volver á los puntos ocupados por el pueblo para
distribuir las proclamas, se vió sorprendi~o antes de llegar á la
Plaza oyendo nutridas y reiteradas descargas. Por fin pudo atrave-
lar hasta la plaza donde ya quedaban muy pocos, porque desar-
mados los ciudadanos se habian visto bruscamente acometidos y
dietmados l por las balas.


La reunion del Ayuntamiento se habia d;suelto porque DO habian
dejado pasar los comisionados á Palacio, antes bien se habia deci-
dido Córdova á obrar con alguna energfa tomando por lo serio ti
nombramiento que le hacia ministro.


Con todo esto si. en medio de la sorpresa pudo hacer efecto en la
multitud la actitud de las tropas que avanzaron en órden de ba-
talla r haciendo descargas basta Platerfas, los que habian conse- '
guido apoderarse de una'arma c'Qntestaron al fuego de las tropas, y
por aquella parte'como por la phíza de' Santo Domingo comenzó Ja
'pelea.


Al 'maoécer circulaban por la mayor parte de las calles fuertes
patrullas que eran recibidas en alguD9s puntos como enemigos.


Nadie se explica cómo se organizó el ataque. Pocos saben que




II! HISTORIA. DEL REINA.DO
Cervera buscando algun amigo llegó hasta la puerta de Bilbao donde
habia cuatro hombres armados que quitaron su arma á un carabi-
Ilero, y todos juntos se apoderaron de un carro de munieiones que
venia del polvorin. Con estos elementos, Cervera, que habia for-
mado su plan en las oscuridades del· calabozo, se dirigió á la calle
del Olivo, y tomando á derecha é izquierda la calle de Jacometrezo,
la hizo desempedrar, subió á los balcones las piedras, y desti-


_nó por pelotones, á los que no tenian armas, para hacer la de-
fensa desde los balcones por medio de ellas. Tomado un extremo
de esta ealle por los que se batian hácia la plaza de Santo Domin-
go, llegó hasta )a calle de la Montera, donde aquella tarde (dia 18
de julio) tuvo que batirse aunque por pocos momentos con la co-
lumna de ~fata y Alós que fué rechazada y no se atrevió á penetr~r
en I~ cane tan hábilmente defendida.


Durante todo ese dia'el pueblo se batió en diversas o~asiones yen
diferentes puntos: la plaza Mayor, la del Progreso, la de la Cebada,
la de Bilbao, la de Santa Ana y la del Angel fueron teatro de san-
grientos combates en que hombres desconocidos luchaban por
defender la libertad y por impedIr una mistificacion que esterilizara
,1 movimiento revolucionario.


Terrible y lúgubre fué la noche que siguió á ese dia, reinaba el
silencio y la oscuridad por todas partes, parecia que las calles esta-
ban abandonadas y solitarias, y á pesar de todo esto, al amanecer
del 19 se habían levantado muchas barricadas, y la Puerta del Sol,
donde se hallaban algunas fuerzas del ejército y la calle de Sevilla
donde habia guardia civil, y la plaza Mayor y la de las Descalzas,
se eonvirtieron en verdaderos campos de batalla, donde se peleó con
denuedo durante catorce horas.


VJI.


1I general San Miguel, Ordax Avecilla y otros, se reunieron en
casa de Sevillano, donde se organizó una Junta compuesta de ele-
mentos heterogéneos, y habiéndos~ encargado el general de pasar á
Palacio, pudo llegar á obtener una conferencia con Isabel, y como
consecuencia de ella, foé llamado Córdova para que resignara el
mando.


No quedaba á la eorte mas que ulla salida, un recurso supremo,




DON EVARISTO SAN MIGUEL.






DEL ULTIMO BORBON DI ISPAÑA.. !!I
el nombramiento del duque de la Victoria, y San Miguel para apa-
ciguar los ánimos recorrió las barricadas, manifestando que Espar-
tero, el cual se hallaba al frente de ]a insurreccion en Zaragoza,
era el designado para formar un nuevo ministerio.


El combate cesó en todas partes; el ministerio de )a Gobernacion
fué ocupado por la Junta revolucionaria, y desde aquel momento
pudo darse por consumado el movimiento, que se inició en el Campo
de Guardias, vencido el poJaquismo dominante •.


4,




CAPITULO xxxtv·


Como Espartero rué el sosten del trono, y el gran obstáculo en que encalló la revolu-
cion.-Cuánto debió á San Miguel la reaccion.-Reflexiones sobre aquella revolu-
cion.


l.


La monarqufa tuvo que buscar un escudo, UDa salvaguardia.
El hijo de un carretero vino á senir de pedestal de aquella si-


tuacioD, J el héroe de Luchana, el ex-regente, á quien Isabel se ha-
bia complacido en ultrajar, á quien los moderados calumniaban to-
dos los dias, tuvo en su mano los destinos de Espana y pudo á vo-
luntad inclinarse al pueblo á al trono, porque fué victorioso en todas
partes. El, resguardado por la revolueion que le empujaba, pudo
sostener con empelio aquella famosa frase, cúmplase la voluntad no-
Iional.


Era tal, sin embargo, la sobrexcitacion de las pasiones, que fuá
preciso toda la popularidad y los hábiles subterfugios y todas ,las
pequeliaS'Cábalal del general San Miguel para contener la impa-
ciencia de la multitud que hubiera arrollado el trono y hubiera he-
cho morder el polvo á las inmundas camarillas que le circundaban.
Fué preciso, además, que hubiera un hombre como Puchela, torpe y




DEL "ÚLTIMO BORBON DI·ISPAÑA.. !15
débil instrumento de los reaccionarios, para dominar aquella crisis
que era ciertamente peligrosa y difícil.


Esparlero recibió la noticia de su nombramiento, pero sea que
temiera las veleidades de la corte; sea que aspirase realmente á ver
cumplida la voluntad nacional, que era sin duda la caida de la mo-
narquia; sea que realmente le detuvieran sus amigos contra su vo-
luntad, es positivo que el general dejó pasar los dias, dejó trascur-
rir las semanas sin presentarse á enviando fYl su nombre, Allende
Salaor para. que se cerciorara por si propio de la verdadera situa-
cton de las cosas.


El partido progresista habia sufrido mucho, habia sido vilipen-
diado; pero al recordar las horas amargas que debió pasar Cristina
y los terribles sustos de Isabel en aquellos días, cuando su palacio·
era saqueado, cuan~o se incendiaban sus muebles, cuando la mul-
titud se acercaba en tropel y se detenía ante los halcones pidiendo coa
desaforados gritos venganza por tantas vfctimas inmoladas, y califi-
caba á madre é hija con epítetos y denuestos, los hijos del pue-
blo, estamos seguros de ello, lamentaban la ceguedad y los extravíos
de aquella mujer.


Terribles fueron en efecto los episodios ,de aquel movimiento po-
pular; y sin Pucheta que se decia partidario de Espartero, acaso
eS.\e hombre afortunado" hubiese visto desaparecer antes de su lle-
gada los obstáeulos . tradicionales que debian hundirle muy pronto
ene} olvido á que se habia condenado.


11.


San Miguel estuvo incansable, transigiendo y conciliando; parecia
enérgico cuando era prudente, parecia liberal cuando servia los in-
tereses de la reaccion; su único propósito parecia ser aUanar el ca-
mino, quitar todas las dificultades para que Espartero pudiese ser-
vir de nuevo de juguete á la hija de Fernando.


El Círculo de La Union, club patriótico que presidió. el conde,de
las Navas, procuró cODjurar los peligras que las chocheces d.eliVQ~
terano ministro de, las Notas iban cr~ndo en \ aquellos. m~~.
Por eso á la negada de Allende Salazar se procuró haral~A~9~P.l''''·
der bien que el deber de Espartero eral el de no. a4mitir el C8tE8P
que la rmna le oonfiaba, pu~to que tenia.compromisos, mas sagli8,.~


TollO la. U




!t6 HISTORIA DIL RIINADO
dos que le ligaban al pueblo y era preciso acabar de una vez con
aquella raza de viboras. Y Allende Salazar escuchó otros consejos y
se presentó en Palacio y comprometió á Espartero.


Pocos dias des pues llegaba á Madrid el vencedor de Luchana.
¿Cómo hemos de describir la acogida que mereció del puebl01 ¿cómo
hemos de explicar la significacion de aquella gran fiesta, en que la
multitud armada y desarmada, los hombres, las mujeres, el pue-
blo, las clases todas aoodian á recibir al solitario de Logrorlo, mien-
tras habian insultado y ultrajado á la hija de cien reyes lanzando
en los alrededores de palacio gritos de exterminio y de venganza'
¿Dónde estaban los sentimientos monárquicos del pueblo espaftol'
¿dónde el amor á sus reyes del pueblo de Madridt Aquel acto gran-
dioso por su significacion, aquel recibimiento concedido á un mo ..
desto ciudadano que habia sido blanco constante de las iras del po-
der, tenia una alta significacion; era una prote~ta contra la monar-
qufa; era una prueba de que el pueblo se reconoce duerlo y senor de
su suerte.


Si Espartero DO· supo apreciar ni comprender lo que aquello
significaba, si cediendo á exigencias interesadas de aduladores ser-
viles, llegó él mism~ á co~vertirse en esclavo y en juguete de aque-
nas hipócritas mujeres que le tendian un lazo para desprestigiarle,
eso vendrá á traducirse sencillamente diciendo que Espartero jamás
ha estado á la altura de las circunstancias, y que estas, no sus mé-
ritos, no sus cualidades, lo han hecho elevarse. Pero quedará inelu-
dible la significacion que dejamos expuesta, y demostrado, por con-
siguiente, que en 1854., el !lO de julio, el pueblo de Madrid, que
habia tenido la irreverencia de llamar piojosa á Cristina y prostituta
á Isabel, no era, no podia ser monárquico, recibiendo en ovacion tan
solemne al general Espartero.


111.


Olra significacion si no mas práctica y perentoria, tan clara y tan
evidente tenia aquel hecho. Significaba la condenacion explicita de
la insurreccion de O' Donnell, que, con sus perplejidades y vacila-
ciones habia dado motivos bastantes para sospechar que solo se
movia á 'impulsos de la ambicion, y que tomaba muy poco en cuenta
los intereses del pueblo y las fórmulas del derecho. Babia pues dos




, -
DBL ULT1MO BORBON DE ESPiNA. !I'


revoluciones; la del Campo de Guardias, y la de Zaragoza, Madrid
y Barcelona. La primera se iniciaba por unos cuantos generales, la
segunda se hacia por los pueblos en masa levantando frente al
trono y sobre el trono á un hijo del pueblo. ¿Dónde estaban los mo-
nárquicos cuando esto acontecía? ¿Podian contrarestar la fuerza de
la ola asceQden te é im pedir el paso á la justicia popular? En el es-
tado de desmoralizacion del ejército, y cuando un director del arma
y muchos capitanes generales acababan de apelar al derecho de in-
surreccion quebrantando la disciplina, ¿tenian autoridad ni presti-
gio_ bastante ni parciales suficientes para dominar en el ejército y
oponerse á que se consumara la revo/ucionf. ...


Si Espartero hubiese comprendido la situacion verdadera en que
se encontraba, si ambicioso como se presentó,·· permaneciendo en
Zaragoza dias y dias para que el pueblo de Madrid hubiera arro-
jado por la ventana la dinastia, como dijo Allende Salazar, hubiera
tenido la audacia de proclamar algo concreto ó se hubiera abstenido
de venir á Madrid ó de presentarse en Palacio, ¿quién se oponia,
quien podia acudir en defensa de aquella mujer abandonada por to-
dos, por todos odiada?


Pero la ambicion del soldado de fortuna era de esas ambiciones
vulgares que se resignan á todo y que se complacen con exteriori-
dades ruines.


IV.


San Miguel con ocia acaso el terreDo, y decidido á servir de es-
cudo á Isabel, manifestó á Espartero que la conveniencia aconsejaba
transigir, porque O' Donnell reunia tropas en Andalucfa, y era ade-
más injusto privarle de la parte de botin que merecia, cuando él ha-
bia sido constan te conspirador, cuando habia reunido tan tos ele-
mentos, y cuando habia fomado la iniciativa en un acontecimiento
de tan trascendentales consecuencias.


No eran revolucionarios ciertamente, no amaban al pueblo, no
tenian la conciencia del poder de la idea, solo vivian al dia para
elevarse, para engrandecerse, para satisfacer vanidades pueriles
aquellos poHticos San Miguel, Espartero y sus adeptos. Mas ,saga-
ces, mas astutos, mas rastreros los que habian levantado banderas
contra Ja inmoralidad y la tirania de la corte, sabían plegarse i to-




U8 HISTORIA. ]).L RBlNÁDO
dastas circunstaacias y modificar sus caractéres mintiendo hipó-
critas lo que en su conciencia no podian sentir.


Los aventureros del Campo de Guardias no habian hecho la
guerra á la corte por. sus excesos, no habian combatido al polaquia-
moporsus robos y sus depredaciones, sino porque esos excesos ¡y
esas depredaciones no refluian en su provecho; sino porquesentian
escapárseles el poder de-entre las manos y perderse la influencia de
los arrastrasables bajo la influencia del hábito talar de la curia y de
lasacristfa. Ya los veremos mas adelante, derramando á -ml- -
nos llenas el oro, dilapidando la fortuna del país en orgías sibariti-
cas, haciendo capa á las caprichosas voluptuosidades de una reina
disoluta, y llevando el cirio hipócritas y compungidos en lasproce-
siones de San Pascual.


¿No conocian aquellos hombres al rebelde de Pamplona, al tai-
mado Serrano, á los Gonchas, parientes de Espartero, á Dulce que
se aliaba monstruosamente con los antiguos revoltosos ..del "1 de oc-
tubre, San Miguel y el héroe de Morella? ¿No sabian que aqueBa
turbamulta carecia de principios y hacia la oposicion para alcanzar
los puestos oficiales? ¿Có-mo, pues, si eran decentes, si trataban de
desarraigar los males que afligian la patria, iban á asociarse con los
que tanta participacion tenian en ellos? ¿Pues qué, Serrano el mi-
nistro bonito podía alargar su mano á Espartero y presentarse con
faz serena ante sus antiguos amigos los hombres del progreso á
quienes habia hundido en 184,3? ¿Podia eludir la responsabilidad de
Jo que habia ocurrido desde la mayoría de edad, hasta)a entrada
de Narvaez en el poder en 18i'7~ ¿No era á su intimidad con la
Reina, á sus .influencias, á lo que debieron lospurítanos su asoen-
sIDo y su descens.o? La acusacion de Salamanca y de Olózaga, ¿no
habian sido preparadas con su cODsentimient01 ¿No habia halagado
á los progresistas prometiéndoles que detrás de los puritanos subi-
rian ellos al poder, y no cambió en pocas horas esta brillan te pel'J-
pectiva por la elevacion de Narvaez que persiguió sarIudo á los ami-
¡OS de la libertad? ..


v.


San Miguel que buscaba la conciliacion arriba, que procuraba
impedir el desenvolvimientO natural de la revolucion, que era eon-






ABRAZO DE ESPARTERO Y O·DONNELL.




DEL ULTIMO BORBON DE BS~AÑA. 119
servador, en una palabra, tal como lo entienden las escuelas reac-
cionarias,· fué presidente deja Junta de Madrid, eapitan general del
primer distrito y ministro de la Guerra, mientras llegaba el duque
de )a Victoria, y atento saLvar á Cristina y á Isabel, hasta el punto
d~ ·no dormir ni descansar recorriendo las calles todas, dejó sin em-
bargo indefensos á los ·agentes 'secundarios de las administraciones
moderadas. .


El jefe de la policia, Chico, fué arrancado de la cama donde ya-
cia enfermo y moribundo, para perecer en medio de la plaza pú-
blica á manos de la multitud frenética, y Pucheta que organizaba
aquellas matanzas porque Pomo fué tambien asesinado en la calle
de Toledo, Pucheta se constituyó en defensor obligado de Cristina,
en principal agente de San Miguel, y en centinela de Espartero y de
la Constitucion del 87, de manera que un matador de toros se tras-
formaba en eminente politico, y á pretexto de defender los intereses
del pueblo, venia á decir osadamente á la revolucion: de aqul no
paaará,.


Hubo en los primeros momentos en Madrid alguna agit aeion por
haberse constituido, además de la Junta de casa de Sevillano, otras
dos Juntas, una en el Norte yotra en el Sur, pero muy luego se
refundieron todas y AmetlIer quedó nombrado ayudante para orga-
nizar las fuerzas populares que en todos los distritos, en todos los
barrios, en todas las calles se habian constituido, levantando barri-
cadas para adornarlas con retratos, luces y banderolas, bailar y
cantar himnos patrióticos, mientras la reaccion se enseríoreaba en
las altas regiones y se burlaba de sus alharacas y amenazas.


Con esto negó el !8 de julio que fué el de la entrada de Espar-
tero en Madrid, y pudieron rodearle é inceDsarle, marcándole las


_ nuevas camarillas que hablaban .-del órden, como la primera ne-
cesidad á· que debia atenderse.


El 80 se constituyó un ministerio en esta forma: Presidente sin
C$rtera, el de Luchan&; ministro de la Guerra, O'DonneJl; de la Go-
bernacion, Santa Cruz; de Gracia y Justicia, don José Alonso; de
Hacienda, Collado; de Estado, Pacheco; de Marina, AUende Sala-
zar, y de Fomento, Lojan. Y hé aquf como la revolucion :se habia
consumado, como quedaba hecha en el poder aquella coalicion que
durante tres ó cuatro arios habian intentado en vano estableeer para
derrocar los gobiernos moderados y semi-absolutistas que Isabel ha-


- bia establecido.




180 BISTOau. DEL unUDO
No era, con todo, muy sólido el edificio, porque en Barcelona yen


Zaragoza -durante aquel interregno se -habian levantado grandes obs-
táculos á la continuacion de lo existente. La Junta de Zaragoza, es-
pecialmente, se habia constituido como gobierno provisional, nom-
brando á Espartero generalisimo con facúItades para dar y quitar
!rados y empleos. y illender Salazar no habia cedido, basta el pun-
to de que no quedaran en pié ciertas condiciones humillantes para
Isabel.




CAPITULO xxxv.


SUMARIO.


Política antirevolucionaria del gobiemo.-Propaglmda republicana.--Grados y as-
eenso!l.-Dualismo en el gabinete.-Convocacion de cortes constituyentes.-Ex-
trañamiento de·Cristina.-Exaltacion del pueblo.-¡Triunfo del gobierno sobre la
demagogia !-Movimiento electoral.


1.


1I 19 de julio habia terminado el combate; el ti publicó Pi una
hoja revolucionaria en que reclamaba las mas parentorias . medidas
que debian tomarse para dar á la revolucion hecha en nombre del
órden de la moralidad y de las economfas el tono nrdadero que ne-
cesitaba para DO perderse, eomo tantos otros motines, en el vaefo J
en la esterilidad. Esta hoja dió pretexto á Puchela J á sus agentes
para maltratar á los vendedores y proceder contra la persona del
autor á quien se acusaba como reaccionario.


In esa misma tarde:lIegamos á Madrid del extranjero, yal ver
en una de las proclamas de la Junta UD extemporáneo: ¡ Vi.,a la Rei·
na! nos pareció prudente mostrar nuestra opinion, y borramos con
el lápiz aquella aduladora y denigrante frase. El eenbnela de la
barricada inmediata frente al callejon de San A.lberto, nos hubiese
maltratado si los amigos que por allf pasaban, no hubiesen' hecho
comprender al desgraciado iluso, que no el oro de la reaccion sino




IS! mSTORI! DEL REINADO
el amor á la 1ibertad y al pueblo nos inspiraba para combatir á
los reyes donde quiera que los encontrasemos.


Becerra, AguiJar y los hermanos Escobar, que venian desde mu-
cho tiempo organizando fuerzas y preparando los ánimos para la
revolucion, vierónse en aquel10s dias arrinconados ante la preponde-
rancia de Pucheta, á quien Pefiasco, Vale~a, Huertas y otros pro-
gresistas del barrio de Toledo autorizaban como tipo del pueblo,
para que sirviese de contrapeso al elemento democrático. Como las
teorfas de Becerra, consistiao en que el pueblo ;no necesitaba ense-
fianza sino fusiles, resultó que sus partidarios, no teniendo ideas
políticas especiales que defender, y viendo armarse una gran masa
para combatir al Gobierno, fueron. absorbidos por ella; quedando
burlados Becerra y AguiJar, y sin influencia alguna despues de ha-
ber corrido grandes riesgos, llegando al punto de verse amenazados
de muerte.


En la madrugada del !! de jtdtoftié preso tambien don Eduardo
Chao, porque, publicando entonces una biblioteca popular y tenien-
óo imprenta, creyó, oportupg imp,rimil'. C1JAtro p'roclapul,S distintas
que 8~ eomple,taban, 13$ unas á lasolras paraeJf;j>,OJlM laa,Q.eeesi.da-
des del pueblo, y las exigencias de la revolucioD'. La.luota'revolu-
cionaria hubo de dar al ciudadano Chao las explicaciones necesa-
rias para mostrar á Pucheta y sus amigos que no en balde se pro-
clama la libertad.


Todos estos incidentes podrian hacer que se creyera dominante
elllladridJalr.ea~onr~Usta.de Isabel, pero fuese porque el Clr",-
lo ."u. U.. JJefJl)¡ .. intlJ1ir: CAl .. .sus aC\lerdo$.¡rftvolu"iODari~.
fuese pnrqu8 ~tretrup de, Kspartero, y las. rwticia4.de, prQviaeias, \
hioierao. mediJal¡· á IDooboa" la. var.dAd ea; qu, si, alg.upos hQP1hr~
vendidos á la, corte, 0.0. hubiesea.lij;r8s1rad.o á.lr.-par.leto á:p¡eSafttafr.
se, delaJl~e. de Isabel. J.a¡JQonarq.ni~ hQ»i" ~nahudo e.G., Espan,.e(
!S'de:jWio,.de 185t.


Basta observar, para. oorrvenqftue <le,Ja. e¡¡ctiJ,ud da: QPeBlra$,
asertos, el grM.!, hAQho ~ la; reee¡lGÍJ)~ 4e.¡ Espa,r,erQ., y,la.avW.z
c0i1q\\e OOlll:leidos·IA$,oMJJler.o.s daJ, BOJa.la& barricada4;qp.e
p@.li~mo8.,~ uniQI.l COIl C¡;,:r;veta, Yi de. lps Alue ~ vendian en Mal'\"


,drid, dft. IIlSQuevf3,dl' l&noAA~.la U~(~J,,¡maJlan~,,~bQ¡ yi
diez. 1J,l,\I ej~RlPJ.t.r~1.


Rolas prQYÍA\eil\f¡, t~~u Sj publicabaR ta.lnIliOR perióQWQJ.. de:-
moorjticos"eJ pue~(,,~ w:m,,~,ys-e,dis~ti~ pliblicaQlenteeo tQ¡-




DIL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA.. !as
dos los clubs, acerca de la conveniencia de unirse Esparía y Porto-
gal y abolir la monarqufa.


Isabel habia quedado olvidada en el bullicio de las pasiones agi-
tadas, yel pueblo no se acordó de ella, hasta que apareció su céle-
bre manifiesto.


11. ,


Como acontece en estos casos, los primeros actos del Gobierno
.e reducian ála:reparticion del botin. San Miguel y O'Donnell fue-
ron promovidos á capitanes generales, y Dulce fué propuesto para
el ascenso, aunque se resistió durante mucho tiempo por pudor á
aceptar ninguna gracia. .


Otros siete mariscales de campo recibieron el mismo grado, y
cinco brigadieres pasaron á marisca!es de campo. Los generales que
tomaron parte en el movimiento, entraron, en las direcciones de las
armas; todos 10'8- grados y distinciones concedidas por el ge-
neral O'DonneH.'desde el 28 de júnio hasta el SO de julio quedaron
confirmados; los oficiales todos recibieron inmediatamente el grado
superior, y rebajóse á la tropa de dos aftos el tiempo de servicio.
En etórden civil hubo un torbellino de destituciones y de nuevos
nombramientos, distinguiéndose entre sus colegas, que no se daban
vagar, el ministro de Gracia y Justicia. Bajo un punto de vista mas
politieo, el primer acto del gabinete fué someter las Juntas provin-
ciales á atribuciones meramente consultivas, y. suspender espe-
cialmente las supresiones de tributos. Con ,esta disposicion llegaba
el:gobierno á desembarazarse de los obstáculos é inutilizaba á las
Juntas en sus tareas, dominándolas por completo.


Lo que habia podido ser una majestuosa revolucion con tenden-
cias claramente definidas con un objeto prá~tico, iba á convertirse
en un pronunciamiento raquitico, en una de las muchas insurrec-
ciones militares que tan frecuentemente habíamos presenciado en
EspaDa para levantar unas cuantas personaJidades y agravar el des-
concierto de fa HaCienda y ~e ]a Admini~tracion.


¿Cuál e~a para los gobE'rnantes el sentido de la revolucion que
acababa de consum3rse? ¿Cuál era en realidad el régimen 'que so-
brenadabá en aquel naufragio?


El decreto de 11 de agilsto por el que se convocaba á Cortes




IIl8TOBIA. DEL BllNAnO


constituyentes significaba que nada existia ya, que lodo estaba por
hacer, que era llegado el momento de fijar las bailes de la soeie-
dad nueva. Mas con asombro universal y como prueba evidente y
palmaria del dualismo que exisUa, de la contradiccion que reinaba
en altas regiones, podia leerse en la exposicion que precedia al.de-
creto firmado por todos los miembros del Gabinete, que las cortes
estrecharian aun mas los lazos entre el trono y el pueb10, entre ]a
libertad y la dinasffa, «objetos que no pueden ser puestos en cues-
tion, y sobre Jos cuales el Gobierno no admite duda ni debates .•
Dé ahi el resultado funesto del abrazo entre' Jos dos .béroes~ de ]a
campafta.


La cOllvocacion de Cortes constituyantes era obra exclusiva de
Espartero y de sus amigos, que no tenían otro objeto ni propósito
que el sibilitic) programa cúmplase la voluntad rlacional, grito lan-
zado en Zaragoza; y las restricciones' y las palabras ambiguas, y
las embozadas frases de la exposici6ll procedían de O'DonneU y sus
amigos de la (raccion moderada del gabinete, que DO logró sin em-
bargo ver abandonada la idea de poner á discusioD"elJrono y la di-
nas\ia.


Las elecciones debian comenzar en , de octubre, con arreglo á la
ley de 1837, Y habian de reunirse léls cortes en Madrid el 8 de no ..
viembre .
. En cada uno de estos acuerdos, en cada uo(de esas decisiones,


se veia clara y evidente la mano de la reaccion forjando otra vez las
cadenas y preparando las mordazas, y presentando en perspectiva
las hogueras, las prisiones y los cadalsos para Jos amigos de ]a
libertad.


\ UI.


lucbas y graves eran las dificultades de aquella situacion. Es-
pinosa se presentaba para todos y grandes debian ser los esfuerzos
para desenmarat'iar lo que la revolucion habia arruinado, y lo que
la reaccion pretendia levantar.


Cristina, que (u~ expulsada ignominiosamente en 18iO, babia
concitado contra si tantos rencores y tantos odios, que se bailaba
prisionera en Paiacio expuesta á las iras y á las venganzas de la
mnltitud, y'en caso necesario, si se abria un juicio, si los tribuna-




DEl. ULTIMO :80RBON DE ISPAÑA ! S:S
les ponian la mano sobre ella, registrando los archivos con esoru-
pulosidad, no podia creerse tan exenta de culpa que pudiera desa-
fiar los falJos de la justicia. El pueblo de Madrid habla exigi~o so-
lemnemente ercastigo de aquella mujer, y en el Circulo de la Unian
se firmó una exposicion rt'dactada por don Pedro Mala, en la que
se hablaba de los crímenes cometidos en Palacio, politicos y no po-
liticos, que la voz pública atribuia á la madre de Isabel. Con esto
se babia hech·) necrsaria una solucion. _
" Espartero en diversas ocasiones recibiendo á 'os que iban á lle-


varle petieione~, babia Itegadl} á prometer que esa seliora no sal ..
dria de Madrid, ni furtivamente, ni de dia ni de noche.


Era aque'!() nna afrfmta para la revolueioD; podia y debia servir
en adf31ante para su desarrollo completo, pue§ que juzgando á la
duquesa de Rianzares, condenándola é infamándola como no ptldia
menos de suceder, se arrojaba al propio tiempo del trono á su hija,
que nopodia sa.DI'lionar lo que lIamaria un ultraje hecho á su ma'"
dre y á 1& alta dignidad que representaba. Asf lo comprendieron los
moderados; en este sentido vió la cuesUon O'Oonoell que consid&-
raba como un gravis;mo peligro, oomo una amenaza constante la
permanencia en Madrid de la mujer de Mullo!.


Dedidióse, por fin, que Mldria escoltada por el célebre Garrigó,
berido en la aceion de Vicálvaro, y el !8 de agosto public6 la Ga-
ceta un ~deereto secuestrando sus bienes, suspendiendo el pago de la
pension que gozaba, y llevando á la d~cision de las cortes este asuU'"
lo, que" por cierto no tuvo otro resultado que el nombramiento de


" una comision, para conocer y concretar los cargos que se la dirigian:
don Manuel Cortina fué el defeD~or nombrado por esta augosta cri ..
minal, "y aotes que la Gacela hubiese podido llevar á conoeimiento
del público las determinaciones del glJbierno, Cristina acompanada
de Garrigó y de un er4enadron de cabaUerfa marchó .con direeeio& á
Portugal, ello e§carnio y menosprecio de las promesas que Espar-
tero ham(becho solemnemente al pueblo de Madrid.


IV.


Ape1!1lS llegó á noticia de los habitan les de Madrid aquella fe-
solo~ioll del gobierno, con la rapidez del rayo se organizaron gru-
pos que retlMendo al Circulo de la Unton, y llevando á Orense al




laG HISTORIA. DII. llBINAD'
frente, se dirigieron á casa de Espartero para pedir!e cuentas de su
palabra.


El general que no sabia cómo responder á las gravisimas acusa-
ciones que podian dirigírsele, recibió con malas formas y con peores
palabras á los descontentos, y pocos instantes despues aparecían
muchos hombres armados, mientras iban reuniéndose los batallo-
nee de la milicia y se ponian en movimiento todas las autorida-
des.


El 1.· de ligeros daba el servicio de plaza, hallándose Sandino, que
era considerado como demócrata, en Palacio con su companfa, y ocu-
pando el Principal la mandada por Cachela, donde dominaba por
completo el espíritu democrático.


A la.s once de la manana despues de muchos discursos pronun-
ciados en el Círculo de la Union, se fijó en las esquinas una pro-
clama llamando al pu~blo á las armas, y proclamando la caida de
aquel ministerio y la ruptura de aquella infausta coalicion.


Todo era agitacion. las gentes parecian indignadas ante el en-
galio de las autoridades, y Becerra, AguiJar y Ferreras y muchos
otros que guiaban las masas y habian conspirado durante los once
allos de opresion de los moderados, hablaban de levas lar barricadas,
proyectaban marchar en seguimiento de la fugitiva, mientras Oren-
se y el Círculo de la Union exploraban la voluntad de los batallo-
nes y recibian de algunos coroneles muestraS' inequívocas de adhe-
iion.


Cámará, Cervera, Garrido, Chao, muchos y muchos se multipli-
caron en ese día que debió ser el del triunfo definitivo de la revo-
lucion. Milans del Boscb, muchos oficiales dirigian la cODstrucclon
de las barricadas que protegian elloesl de los Basilios, donde es-
taba permanente el club de la Union.


¡,Qllé es lo qU!3 pasó, qué es lo qlle pudo inflllir en el aborto, en
el mal éxito de aquella jornada revolucioDaria~ Difícil ,seria querer
buscar las causa3 que dieron el triunfo á la reacciono El gobierno
le reunió en pleno en el ministerio de la Gobernacion que se halla
en la antigua casa de Correos. AlIf faeron convocados todos los co-
mandantes de la milicia; alli acudió Orense para exponer los deseos
del pueblo.


Hubo episodios de mucha trascendencia; los generales O' Donnen
J San Aliguel estuvieron muchas veces en peJigro; no pocos diri-
gieron contra sus pechos los fusiles y las bayonetas, pero una vez




DEL ÚLTl110 BORBON DE ESPAÑA. 137
reunidos dentro del Principal, O'Donnell declaró que era imposible
retroceder, que el gobierno no revocaria su órden, que la reina
no volveria lt Madrid.


Becerra y Aguilar estaban am como individuos de la Junta; Or-
. dax tomó tambien no pequeila parte en lás deJiberaeiones, y la ma-


yoria, la unanimidad casi de aquellos hombres declaró que el go-
bierno habia obrado acertadamente, que la solucíon se habia dado,
y que las promesas hechas al pueblo pueden quebrantarse impune-
mente.


La revolucion. los progresistas, Espartero, habian abdicado si
esta opinion triunfaba; y el triunfo de la reaccion era seguro si se
consumaba la derrota de los que ped!an la vuelta de Cristina á Ma-
drid, de los que rec!amaban el cumplimiento de un empeno so-
lemne.


v.


Los comandantes de la milicia volvieron á sus batallones; se ha-
bló alli, al arengar á las companias, de las exageraciones de los're-
publicanos; se evocó el fantasma de la anarqufa; se recomendó la
necesidad del órden y se dió en todas partes UDa explicacion ,atis-
factoria á las palabras enigmáticas del general Espartero; quitando
un ni, que todos habian oido, quedaba la frase referente á Cristina
en esta forma: no saldrá furtivamente de dia ti; de noche. Y cierta-
mente que así se habia cumplido. Cristina habia marchado á ban-
deras desplegadas, bajo la proteccion de las autoridades, custodiada
por Garrig6; y la Gaceta anunciaba algUlras horas des pues aque!la
marcha. Nadie podía dudar, pue8, que se habia procurado dar apa·
rato y solemnidad á ese acto; pero la explicacion era UDa sutileza
escolástica, no Il~gaba á ser una razon, tenia todas las apariencias
de ona ridlcula y casi sangrienta puerilidad. Y realmente nadie
lospechó de la'S intenciones de Espartero, pero todos vieron en aquel
acto la abdicacion completa de ese hombre y su partido, la prepon-
d6laneia de O'Donnell, el trinnfo de los moderados. .


¿Dónde rll:'jaba el general sus compromisos de Zaragoza, y cómo.-
entendia el cúmplase la voluntad nacional? ¿No babia visto la gran
perturbacion producida en Madrid al simple anuncio dé la salida de
aquella mujer, cuya conducta merecia un castigo severo, para dar




!S8 IDSTORU DIL BEI!UOO
un ejemplo de moralidad y redocit 6. la impotencia á las faceiones
ambiciosas? ¿No habían lIeglHo á su noticia los conatos para herir á
San Miguel y al jefe de la insurreecíon vicalvarista? ¿Y nada signi ..
ficaban todas estas enérgicas protestas, nada el entusiasmo de Za-
ragoza y el recibimiento de Madrid á los ojos del ex-regente~ ¿Qué
funestos consejeros le rodeaban tao ciegos y tan obcecados ó tan
pérfidos que QO supieron aprovechar la oeasion para desprenderle
y desasírle de las garras deja faccion militar que se proponia la
explotacion del pueblo por medio de ]a dictadura~


El !8 de agosto quedó aniquilada y vencida la revoluciono A.I
an,ocheci~r, la actitud de Espartero hizo cambiar completamente 'la
opinion de los batallones que fueron concentrándose como un e(r ..
cülo de hierro, ocupando todas las calles contiguas al cuartel gene-
ral de la insurreccion.


Algunos 1ndíviduos de] Circulo, que aun permanecían en el local
de las sesiones. fueron presos al amanecer del siguiente dia, y entre
ellos pod~mos citar á D. -Gaspar Nunez de A.rce que fué trasladado
con otros á San Francisco.


Cámara publicó el dia 30 una hoja titulada La Verdad, en que
comentaba y explicaba los sucesos de ese dia, rechazando las ca ...
lumnias que contra 01 partido democrático se habían propalado. Fié
tambien preso po-r este motivo y envuelto en el proceso que 5e abrió
para esclarecer los hechos.


VI.


. Triunfante O'Donnell (Ha parciales ea aflGeRa jornada, se cer-.
raron]os clubs, comenzaron las persecuciones oontra la prensa, y
]legó á creerse fuerte el partido de la corte, el partido de ]a restau~
racion que a] salir al Campo de Guardias no pedian otra cosa que
un cambio de personas, la destitllelOB de los ministros.


¿Qué teDiao que 'eller' Espartero, que tenia el apoyo y el carilo
del pueblo, iba á servirles de maniqui~ de iDStrumento para do mi· ...
Darle en situaciones dificiles. Con aquella careta de liberalismo e.-
ganaban á la multitud que sol, se fija en fas apariencias, , so~­
nandQ á los homm-~ qtle ~OzabaD de cierta popolari4ad, preteA'"
Ilian, como lo consiguieron, hacetse M-tnibles y aeeptables en l.
corte, y obtener la áquiescencia . y la amistad de ciertos elementos.




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 199
que querian pasar como radicales, aunque eran eminentemente coo·
servadores.


La demagogia, la anarquía, los turbulentos habian quedado ven·
cidos, y O'Doooell habia conquistado, salvando á Cristina, una
amnistía por el acto de rebelion que acababa de cometer. El habia
enredado la madeja, él podia en adelante irla desenredando y lran-
sigir con Isabel en cuanto fuese compatible con el mantenimierto
de su esrlera.


Desde aquel momento las elecciones atrajeroD la ateocÍon gene-
ral. Cada partido tuvo sus reuniones, su comité, su manifiesto, y
y aunque para los conocedores de la historia contemporánea de Es-
palia no podia ser dudoso que los que habian vencido en la in sur-
reccion vencerían tambien en las urnas, era interesante saber hasta
dónde llegaría esa victoria.


En el extremo mas avanzado, el partido demoorático reclamaba
en su. programa, en nombre de la revolucio"o triunfante, el sufra-
gio universal, la libertad ilimitada de imprenta, la libertad abso-
Juta de conciencia,el derecho de asociacion, la enseñanza gratuita
y obligatoria, la abolicion de las contribuciones indirectas, la su-
presion de las quintas, la descentralizacíon administrativa etc. Pero
la expresioll mas verdadera de aquella sitoacion estaba en una re-
nnion que bajo el nombre de Union liberal publicó tambien un ma·
nifiesto y que se habia formado para dirigir el movimiento de las
elecciones.


Era en cierto .modo este comité un pacto de alianza entre cierta
fraccion moderada, la de los" antiguos conservadores liberales y
otra pr~resista, intentando ya formar un nuevo grupo para cUYQ
fin en su programa hablaba muy alto en fAvor del trono de Isabel,
y pedía ante todo y sobre todo garantías de órden, y sin olvidar
por supuesto ciertas frases de efecto en favor de la libertad.


Entre otras reuniones electorales, la del teatro del Príncipe, pre-
sidida por San Miguel, pudo considerarse como la mas importante
entre las que no tuvieron color determinado. Hablaron allí don Joa·
quín Maria Lopez, Bautista Alonso, Orgaz y Sixto Cámara, que en
muy poeas palabras bosquejó la fisonomía de la situacion .• Si para
publicar mi pensamiento, dija, me exigís dos mil :duros de depósi-
to, si para ser elector me pedfs la papeleta de subsidio, si mi ap-
titud y mi conciencia pura é inmaculada, si mis fuerzas agotadas
por el trabajo, si mi inteligencia ha de quedar inactiva y no me




110 HISTORIA. DEL RBlNA.DO
conceden derecho alguno estos titulos dentro de la sociedad, lo que
vais á representar es una farsa, pero desde aqui protesto contra la
ConstitucioD y las Jeyesque han de formular vuestras Cortes cons-
tituyentes. Y conmigo protesta el pueblo que ve levantarse UDa olio
garquia tan opresora y mas repugnante que las feudalidades opre-
soras de lo pasado.»


Otra reunion importantisima fué la del teatro Real en que el par-
tido democrático, numeroso y_fuerte, dió á conocer que sobraban en
su seno la inteligencia y la virilidad. AJIi quiso acudir Prim que no
fué escuchado, pero en cambio apareció por primera vez una lum-
brera de la elocuencia, Emilio Castelar que arrebató y promovió
con' su brillante discurso un frenético entusiasmo entre la apa-
sionada multitud.


El gobierno permanecia, al parecer, neutra), en medio de aquella
agitacion, SiD saber eómo dominarla y dirigirla, toda vez que si la
victoria del 28 de agosto pudo servir para robustecerle, cayó de
nuevo en las divisiones y luchas intestinas .. en los antagonismos
que se reflejaban luego y. trascendian al organismo político del
pais.


Los moderados que al dividirse por las ambiciones mostraron su
flaqueza y cf)mprometieron )a existenc:a del trono, relajando hasta
los vinculos de la disciplina y desmoralizando el ejército, único ele-
mento de poder para ellos, pretendian ahora reorganizarle, consti-
tuirle con jefes adictos, y O'Donnell, que era su representante en eJ
poder, proüuraba resolver en eEte sentido la cuestion y tomar laini-
ciativa en el proyecto de la nueva ley fundamental.


Espartero queria permanecer fiel al famoso programa de Zarago-
. za y eludia en cuanto leeia dable adquirir compromisos nuevos eon
Ja reaceion. Por)o demás, tampoco supo mostrar ,la eoergia bas-
tante para romper en mil ocasiones la alianza con Q'Donnell que
tan perjudicial debia serIe.


Débil, o:::curo, enigmático siempre, permanecia en actitud espec o
tanteo y Allende Salazar, ministro de Marina, uno de sus mas ínti-
mos amigos, venia á dar'nueva~ prendas á la revolucion, dando á
entender que las palabras y los actos -de Espartero en favor de la
m.(}nar~lía. ~ de la. dina.stla. soto debian atribuirse á cortesía, 'Y en
una alocucion dirigida á los electores de Vizcaya, decia á sus com-
patriotas que d~eran poca importancia á lalorma política Ó á la di-
nastía qU'J el pueblo espafiol estableciera. .




CAPITULO XXXVI.


SUMARIO.


Apertura de las Cortes constituyentes de 18M.-Extraño discurso de la Reina.-Es--
píritu raquítiúo de aquelIa Asamblea.-Los puros y la Union libera l.-Astucia de
O'Donnell é ineptitud de Espartero.-Modificacion ministerial.-Progre~islas fu-
nestos.-La conlribucion de consumos-Crítica situacion de la Hacienda.-Madoz.


\


1.


En medio de aquella indecision que todo lo paralizaba, notábanse
perturbados los ánimos en todas partes, y el descontento crecia con
la falta de trabajo y con la miseria que mas que nunca se hacia
sentir, porque los capitales habian huido y el gobierno no sabia
adoptar resoluciones que pusieran fin á aquelJa prolongada y esté-
ril interinidad.


Hechas las elecciones, para las coales agotaron los partidos reac-
cionarios todo género de inftuencias é intrigas, llegó por fin el 8 dé
noviembre, sefialado para la reunion de la Asamblea, que iba á de-
finir aquella revoluciono


Grave y solemne fué aquella ceremonia en que el Gobierno con-
tra el torrente de la opioian general (!juiso hacer tomar parte á Isa-
bel, como. si fuera exacto que despues del terrible sacudimiento de
julio, despues de los grandes crímenes que habia cometido y de los
sangrientos espectáculos que habia dado, pudiera con bajezas é in-
dignidades borrar de la memoria de) pueblo la larga 11 no interrum~
pida serie de SUB equivocaciones.


TeMO IR.




· HISTORIA OIL RKU'UDO


Como quiera que sea, en medio del silencio de ]a multitud que
practicó aquel dia el consejo de Mirabeau, atravesó la hija de Fer-
nando la distancia que media entre el palacio de Oriente y el de las
Cortes. En las inmediaciones de este último, como en toda la car-
rera, la concu~rencia era grande, y los representantes del pueblo
eran saludados por los grupos á lós gritos de ¡Viva la libertad! ¡vi-
va la soberanía del pueblol


El local de las sesiones no podia contener la gente que se api-
fiaba y prorumpia con alborozo en freneticas demostraciones de
amor á la libertad.


La llegada de la Reina apagó por completo todo aquel júbilo, yen
medio de la mas glacial indiferencia, que debió servirle de .ter-
rible leccion, leyó un discurso hábil y amañado, de esos que solo
pueden salir de los labios de UDa raza envilecida y degradada como


·'la raza de los Borbones. Despues de declarar que respetada siempre
la libertad y los derechos de la nacion," ¡sarcasmo terrible! y que
siempre habia estado dispuesta á secundar el desarrollo de sus in-
tereses, excitaba á los representantes del pueblo á consagrar y ga-
rantir unos y otros. Luego continuaba. «Vuestra resoludon será,
no lo dudo, el fallo de los bu~os y de los nobl~~s: digoa de ser
aceptada por vuestra Reina, digna de ser defendida por vues-
tros comitentes, digna de ser bendecida y aclamada por la pos-
teridad. Los sucesos pasados no pueden borrarse ni desapa-
recer de en medio de los tiempos. Pero si el corazon se comprime
y los ojos se llenan de lágrimas al recordar desastres é infortunios,
saquemos de ello, señores diputados, ejemplo y enseñanza para es-
ta vida política que ahora se nos abre. Quizá hemos errado todos:
acertemos todos de hoy mas. Mi confianza es plena y absoluta: que
vuestro patriotismo y vuestra ilustracion 'sean tan altos y tan fe-
(mndos como lo ha menester nuestra querida España. Y ya que esta
ha asombrado á la Europa tantas veces con sus destinos providen-
ciales, arranque tambien su admiracion ahofiJ, presentándola el cua·
dro consolador, que hará á. la vez nuestra gloria y nuestra ventu-
ra: una Reina que se echó sin vacilar en los brazos del pueblo; y un
pueblo que, asegurando sus libertades, responde á la decision de su
Reina como el mas bravo, el mas hidalgo, el mas caballero de los
pueblos todos.»




DEL VLTIMO BORBON DE ESP.iÑi.


11.


La Asamblea reflejaba el estado de la opinion del pais, si bien no
en la proporcion verdadera, puesto que los amanos y las influen-
cias habian traido una gran mayorla realista y dinástica, cuando en
el pueblo se habia enajenado la corte todas las simpatías y perdi-
do la monarquía todo su prestigio, toda su autoridad.


Los folletos El Plleblo !J el Trono, ESpartero y la Revolucion del
au to r de estas líneas, planteaban sencillamente las cuestiones, y el
favor con que el público los acogió, como tambien las Hojas de las
barricadas y los periódicos dirigidos por Cámara y en : que Castelar
tomaba parte, eran una prueba evidente de que el sentimiento de-
mocrático vivificaba á la inmensa mayoría, y que solo por circuns-
tancias especiales seria posible restaurar' aquello que abandonado
á si propio, entregado á sus fuerzas, hubiese sucumbido ~indefeeti­
blemente.


Apenas babia en la Asamblea m .. s que algunas personalidades
audacps y turbulentas como Nocedal, Castro y Moyano, que perte-
necieron al moderantismo. El grupo dé la extrema izquierda, no
muy numeroso, pero fuerte por la importancia da sus hombres, de-
bia agitar-y c:>nmover mas de una vez á aquella corporacion que
iba á impregnarse del mezquino espiritu de lo pasado, cayendo en
absurdas contradicciones y haciéndose cómplice de las indign;dades á
que debia poner térmIno. Unes cincuenta ó sesenta diputados for-
maban un grupo independiente, llamado de10s puros,~que apoyaban
ó combatian al gobierno segun las ocasiones. esforzándose 'por
constituir una situacion formada exclusivamente por los hombres
de sus opiniones. Se daban el nombre de puros par8: denotar el nin-
gun enlace que tenian con aquellos de sus compal'ieros á quienes se
llamaba resellados por haber entrado á formar parte del núcleo de
un tercer partido, la Union liheral, compuesto de hombres de todas
las fracciones y de to das las escuelas que, á pesar de su . distinto
oriseo, se habian reunido para explotar el pais, estableciendo un
órd6l1 poHtico que bajo apariencias liberales robusteciera el poder.


Formaban en el'te grupo los generales don Manuel de la Concha,
Ros de 0lano, Dulce, Serrano, Echagüe, Pacheco, Cortina, Rios
Rosas, Roda y Gomez de la Serna; sus votos que excedian de cien-




!4' DISTORIA DEL REINADO
lo, estaban en favor de la monarqufa cónstitucional 'y de una polf-
tica conservadora fundada principalmente en la presencia simultánea
en el poder del duque de la Victoria y del conde de Lucena. En
esta falange podia apoyarse el gobierno para dar á la Asamblea el
impulso de que carecia, é impedir que las minorías quedasen due-
lias del campo parlamentario; pero incoherente el gobierno lo mis-
mo que 'las cortes, apoyándose O'DonneH en la Union liberal y flo-
tando Espartero con su ambigua divisa á merced de los embates
de las distintas fracciones, pudo comprenderse bien que aquella
Asamblea no lIegaria á constituir na.da estable y sólido, tal era ]a
incoherencia é incertidumbre que reinaba en elJa.


A las cábalas y manejos del nuevo partido que andaba en conti-
nuo cabildeo para poner de acuerdo los intereses y las opiniones de
las distintas personalidades que se habian agrupado, no supo opo-
ner la izquiérda una politica digna, franca, enérgica, ni mostrar la
actividad conveniente para organizar definitivamente el congreso y
hacer frente á los amalios y á las intrigas de la corte.


nI.


Siguiendo la poUtica mezquina de pacotilla, los puros para luchar
con la Union liberal, que reunia algo mas de cien votos, y á fin de
que no fracasara la revolucion de Zaragoza, quisieron elevar á Es-
partero á la presidencia de la Asamblea, creyendo que así le colo-
carian en Jlosicion independiente,neutraJizando la influencia de to-
do ministerio que se formara sin tenerle en cuenta, quedando tam-
bicn libre por este medio para formar UD ministerio esencialmente
progresista, eliminando todos los elementos extralios, todos los in-
trusos que habian venido fllera de propósito á imponerse por la
fuerza de, las circunstancias, y mas que todo por la torpeza y la de-
bilidad de aquel hombre funesto. De esta debWdad dió entonces otra
prueb~ evidente, pues no supo insistir en la dimision que babia
presentado y que Isabel se negó á aceptar.


Era aquella una forma excepcional de gobierno. Espartero habia
tecibido el poder directamente del pueblo, puesto que en Zaragoza
habia llegado á- obtener muestras de simpatía, felicitaciones J la
adhesion de muchas Juntas, mientras que el recibimiento que ob-
tuvo en Madrid era la sancion unánime, la aclamacion de la dicta-




DEL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA. li5
dura revolucionaria. Si Isabel le llamó tambieo¡ si aceptó ó no las
proposiciones que por medio de A.lIende Salazar le había presenta-
do~ lo positivo quedaba siempre, que en aquel momento, el único
poder legal, el único poder fuerte, porque representaba la voluntad
nacional, era el del general Espartero.


Desde que hubo divergencia en las altas regiones, desde que
OóDonnell quiso poner su veto y hacer girar en contrario sentido la
marcha politiea, desde que la majestad del pueblo vino á oponerse,
no ya la majestad de los BorboDes enlodada y escarnecida y degra-
dada desde muchos tiem'pos, sino la voluntad de aquel grupo de
aventurero" que se llamaban los hombres de corazon , claro está
que Espartero debia manifestar clara y terminantemente ante la
Asamhlea los hechos, pedir una decision de los representantes del
pueblo y hacer caso omiso de la corte con quien nibgun vínculo le
ligaba ni podia ligarle. Pero ni los progresistas, ni su desgraciado
jefe tenian empuje revolucionario, porque han temido siempro mas
á la muchedumbre que los levanta, que los sostiene, que vierte por
ellos su sangre, que á la corte que los escarnece, que los insulta,
que Jos diezma y los arroja á los calabozos y á la deportacion.


Esto pareceria increible y absurdo si no se repitiera una y otra
vez, si no se trasmitiera de generacion en generacion, entre los que
se llaman liberales esa conducta débil que pone á merced da Fer-
nando VIl al desgraciado Riego, á Jos Lacys, á los Porlier, á los Tor-
rijos, y que por herencia tambien permite á su hija Isabel er.sa-
Jjarse con los que sostuvieron lo que llamaba su derecho á la corona
fusilando á Zurbano y á toda su familia, arrancando de sus hoga-
res para conducirlos á ¡ejanas tierras á millares de ciudadanos.


Lo único que pudieron conseguir los pequelios intrigantes, una
vez fracasada su combinacion, fué que la Asamblea nombrase pro
formula á Espartero y á O'Donnell presidente y vice-presidente pri-
mero, selialándoles asf, como unidos en la fórmula política, para
formar la base del nuevo ministerio. j Lamentable aberracion que
daba á O'Donnell una gran fuerza y que coloeaba á la Asamblea
bajo ]a depenooncia del trono, á los piés de Isabel sobre cuya suerte
acababa de rallar!


La modificacion ministerial se redujo, puel, á la salida de Pache-
co y de Alonso, que cedieron sus puestos á Luzuriaga y á Aguirre!
Acaso los progresistas se dieron por satisfechos, viendo entrar á
Luz u riaga , antiguo progresista, en el sitio que habia ocupado Pa-




'46 HISTORIA. DEL REINADO
checo, que era de origen conservador, Pero el ejército, esa potencia
que se emplea con tanta profusion en Jos pronunciamientos, esa pa-
Janca de primer órden que sirve para poner en accion los reso~tes
del movimiento poHtico, esa hueste que hábilmente dirigida fürma
de ciudadanos geofzaros y eunucos de la política, que sirven simple-
mente á los placeres de su seftor, el ejército quedaba en manos
del bombardeador de Pamplona, y"ni aun tuvieron]a habilidad de
oponer á una máquina destructora nn hombre activo é inteligente
en el departamento de la Gobernacion, que con los Ayuntamientos
y ]a milicia nacional hubiese podido servir de contrapeso y aun do-
minar á la gente de los insurrectos de Vicálvaro.


Allende Salazar, que por su carácter y por su aptitud en los pa-
sados dias tenia cierta significacioD, lué sacrificado tambien algu-
nos días después, entrand~ á reemplazarle don Antonio Santa Cruz.


IV.


La Asamblea habia perdido toda su fuerza moral. Al hacer la
eleccion de la me8a, no solo como cuestion política babia rebajado
su dignidad, sino que con el nombramiento de O'Donnell sobre
quien pesaba una acusacion terrIble que La So6eranía Nacional
bizo pública en el mismo dia de la eleccion, se babia hecho cóm-
plice y aceptaba la responsabilidad del inmoral sistema de los mo-
derados. (M.)


La acusacion efectivamente era de esas que incapacitan al hom-
bre público para toda gestion, para todo cargo. No vaIia rechazar
como calumnioso el escrito en que se revelaban los manejos y ma-
las artes con que se suponia adquirida la colosal fortuna del ex-
eapitan general de Cuba, porque conociendo todos en España á la
familia de O'Donnell antes de ocupar aquel alto puesto, y habién-
dole visto volver inmensamente millonario, era necesario que pro-
bara como por medios )fcitos habia amontonado tal fortuna; y solo
por esta manera podia acallar toda sospecha y Javar aquella man-
cha que destruia su reputacion.


Los progresistas con todo esto, los puros que podian haber he-
cho arma de guerra formidable ese documento, no se atrevieron á
blandirla, y Espartero, vencido y humillado, aSGció elhombre á qui~n
se acusaba de crimenes espantosos al sUyQ para quitar todo pres-




DEL ÚLTIMO BORBOre DI ISPAÑA..
tigio, toda fuerza, lodo valor moral á la obra revolucionaria.


Un ministerio que aceptaba como persona influyente en sus ac-
tos á aquel que señalaban con el dedo las gentes; una Asamblea
que recibia en su seno el bombardeador de Pam pIona, al capitan
general de Cuba, al misterioso conspirador del Campo de Guardias;
bien podia restaurar aquel trono c~ido y establecer la dinastia de
los Borbones sobre la sangre y las víctimas qne ella habia sacrifi-
cado á sus veleidades y caprichos .


. De poco .sirvieron los esfuerzos y la agitacion de aquel punado
de revo\ucionarios que logró . pasar por el tamiz electoral de aque-
IJos escépticos liberales; sus proposiciones fueron incesantemente
desechadas, y despues de negarse á asumir toJos los poderes, la
Asamblea tenia grandes dificultades para hacer que se rechazase
del reglamento que se discutia lo tocante á las relaciones entre el
trono y las cortes porque prejuzga.ba la cuestion monárquica.


Benidas fueron las batallas que se dieron, y Olózaga, San Mi-
guel y otros presentaron una proposicion declarando que una de
las bases fundamentales del nuevo código politieo era el trono CODS·
titucional de Isabel y su dinastía, Olózaga, el antiguo tribuno sen-
tenciado á muerte por Fernando, perseguido, calumniado y arrojado
ignominiosamente del poder por su hija, el vanidoso Olózaga que
habia hundido á Espartero por celos pueriles y que se preparaba á
hacer una guerra subterránea, una guerra de mala ley á aquella
situacion, Olózaga y sus amigos levantaban otra vez delante del
partido progresista los obstáculos tradicionales.


¿Y se llaman hombres de gobierno los que cometen esos crime-
nes polfticos? ¿Y encuentran quien los escuche y quien les siga? ¿Y
alucinan á las gentes hasta el punto de conducirlas al sacrificio y á
la muerte para servir innobles ambiciones y cábalas de un dia? Los
que ha~an seguido la historia de los sucesos y recuerden á Oló-
zaga en todas sus actitudes, los que le hayan visto sirviendo em-
bajadas para hacer la guerra á sus amigos cuando ellos man~aban,
y preso, perseguido con la mordaza en los labios venir á ahogar su
oratoria tribunicia para dar en el congreso espectáculos forenses
que ayudaban á sostener la farsa de los moderados, ¿ban'podido to-
davia conservar la fe en ese hombre funesto? ..


y San Miguel, el ministro de Estado de 18!3, el que se mos- .
traba arrogante ante la Europa absolutista coligada, el que habia
podido seguir paso á paso las intrigas camarillescas en aquel arse-




!48 mSTORfA DEL REINA.DO
nal de erlmeneg espantosos que llaman Palacio, ¿cómo se afrevla'
sostener la necesidad de ona rehabilitacion para aqoella:qo(se ha-
bia manifestado con tan cinico descoco imperniteilte y:contumaz?
.Fuera del trono de doDa Isabel 11, decia el veterano, no hay otra
cosa que ruinas, sangre y anarqufa ... en aUa voz lo digo: quiero
un trono constitucional porque él es el gobierno que está en nues-
tras costumbres, porque eseI solo que puede labrar nuestra pros-
peridad, porque este pensamiento politico domina en el ánimo de
todos.» Semejantes palabras en boca de ua extranjero, de- un re-
cien -llegado e la China hubieran podido pasar, pero en los labios
de un ex-ministro d~ Fernando VII, de un diputado permanente en
la época constitucional inaugurada con el reinado de Isabel t eran
un sarcasmo, una aberracion, producto de las extravagancia(de la'
edad, y no podian tomarse seriamente. ¿No conocia el [general: la
historia de los últimos aDos? ¿No estaba en Madrid el día de laen-
trada de Espartero l ¿Cómo y dónde habia vivido?


:ta verdad es que 19' votos aprobaron la proposicion, votando
19 contra la monarquía y uno contra la dinastfa. (N.)


v.


El parto habia sido laborioso; las Constituyentes de 1851 des-
pues de la derrota material de la corte, despues de ]a destruccion
del partido moderado, habian aceptado todos sus crímenes, la res-
ponsabilidad de las dilapidaciones, de los robos, de las inmorali-
dades, de los agios, de las contratas, de los empréstitos:Corzosos 6
voluntarios. Habían abdicado á los piés 'del trono y ante la dinas-
tía borbónica, haciendo traioion á su mandato y prostituyendo su
investidura,


Una vez constituido el congreso y para entretener el tiempo en
aquella que debía de ser larga é infecunda legislatura, algunos di-
putados de aquella fraccion bulliciosa que llamaban de los puros se
deoidió, por amor á ]a popularidad, á pedir ]a supresion de la odiada
eontribucion de consumos. El ministro de Haeienda que no era
ciertamente una notabilidad rentística y que vivia dentro de la es-
cuela de lo pasado, que uo se inspiraba en el sentimiento reforma-
dor, con humos de capitalista y banquero, no podia prescindir en-
sus cálculos de las cantidades que debían ingresar en el tesoro.




DIL ULTDlO BOBBON DE ESPAÑA. !4.'
Opúsose, pues, tenazmente á la proposicion que debia privarle de
165 millones de reales, librando á los pueblos de una gabela que
les costaba mas ae 600. .


La contribueion de consumos no debia desaparecer por entonces,
pero la Asamblea que no queria chocar de frente y especialmente
en esta materia, con los deseos del pueblo, hizo pasar á una comi-
sion especial el proyecto, y esta votacion vino á conmover la exis-
tencia del ministerio, dando ocasion á una larga crisis que no pudo
resolver un voto de confianza politica dado el 4, de diciembre á· fa-
vor del gabinete. Collado, que era un advenedizo, hombre de nego-
cios y que debia su posicion política como sevillano á contratas ce-
lebradas con los gobiernos anteriores y su puesto en aquellas cir-
cunstancias á los anticipos hechos á les revoltosos del Campo de
Guardias, no se determinó á ceder, y la comision del congreso hu-
bo de imaginar una transaccion aboliendo ,desde 1.· de enero de
1855 la contribucion de puertas y consumos, y declarando que en
el presupuesto s~ fijarian los medios de cubrir el déficit ;que pudie-
ra resultar. Se autorizaba tambien al gobierno para contraer un
empréstito que DO excediera de 40 millones de reales, pudiendo emi-
tir 1!0 millones de títulos de renta al 8 por ciento.


Esto contrariaba por completo el plan del ministro presentado á
las cortes en 17 de diciembre, que consistia en una operacion des-
tinada á extinguir la deuda flotante, (esta se elevaba ya á unos 650
millones) y en el presupuesto de 1855. Lo primero debia verificar~
se por medio de una emision de renta de 8 por 100 en cantidad bas-
tante para producir 500 millones efectivos. En cuanto al presu-
puesto, el ministro bacia grandes :esfuerzos para alcanzar una es-
pecie de 'equilibrio, y fijaba los gastos en 1,567 millones de reale~
y los ingresos en 1569 millones; sin embargo, para obtener este
resultado debió recurrir á medios extraordinarios, los que se ele-
vaban á 270 millones. Entre los ingresos figuraba la suma repre-
sentapdo el producto de la contribucion de consumos.


No supo, pues, Collado baIlar combinaciones aceptables, yá pesar
de que los demás individuos del gabinete transigieron, se retiró el
~9 de diciembre porque veia un déficit de mas de iOO millones de
reales.


TOMO III.




HISTORIA DU RBlJU:DO


VI.


El célebre presidente de la Junta revolucionaria Sevillano, que sin
elida tenia afecto y habia suministrado dinero á los héroes de Vicál·
~aro, ,porque habianennoWeado y hecho importante en )a historia
l4fuel pueblo dtnde él hahia nacido, fué el sucesor de ~llado; pero
OOIDO sin duda no tenia por objeto su elevacion mas que darle una
muestra de deferencia por tUi servicios prestados, pasó como un
meléoro por Las regiones oficiales. Un episodio, sinlembargo, le hizo
célebre: discutian sobre algun punto ,escuro, y para dar á conecer
lo profundo de sus cODocimientos'y su despejada inteligencia, dijo
Wl día en medio de las estrepitosas carcajadas. de los concurrentes:
«¡Teorías, teorías! yo he leido en cierta ocasion un libro en que se
decia una l:osa; pooo df&Pues leí otro en que S8 hacia la contre, y
desde entonces los eerré para no volver á .abrirlos. nunea mas.» Dé
aqw ltls candidatos·de aquella situacion para salva.r~un(crisis ter-
rible y evitar la bancarrota. Hé aquí los hombres que debían con-
ducirnos á la prosperidad y á la ventura. Hé aquí los lumbreras que
debian iluminar -el camino ·tie la revolucion, que debian despejar
el laberinto de la Haciendaespariola.


Entonces ¡apareció don Pa$cual14adoz á quien el partido pr~gre­
sisla consideraba como el digno sucesor de aquel (amoso revolu-
monario qlle babia echado has bases de la renovacion agrícola que
ya empezaba á sentirse, ,por mas que lo estrecho de las miras y
mil y mil ciccunstancias hubiesen r,educido á un corto número de
agraciados los beneficitlS de la desamortizaoion.


A su llegada al poder elauevo ministro DO trató de ocultar la
gr.avedad de la situaeion:6o la sasion del .~4· de enero de 185~
confesó ante las cortes que la deuda flotante en su conjunto seeb-
vaba á 8!O millones, y que en las arcas del tesoro solo habia en-
oontrado en fonuos disponibles la suma d3 i32,805 reales. Madoz
aceptó la situacion, tal y conforme se encontraba, y dió muestras de
arrogancia suponiendo que ante las hábiles combinaciones de su
ciencia caerian todos los obstáculos y se abririan todas las bolsas;
pero los recursos d8 Madoz, como todos los de la escuela progresis-
ta, no llegaban ni con mucho á vencer las dificultades que presen-
taba una crisis como la que habia provocado el moderantismo con




DON PASCUAL MADOZ.






DEL ÚLT11l0 BORBON DE ESPAÑA. 151
sus despilfarros y sus métodos de impuesto que agotaban todas las
fuentes de la riqueza. Uoa parte de su secreto consistia en un em-
préstito de 500 millones de reales que la Asamblea autorizó el t!
de febrero. El gobierno podia emitir en garantia Utulos del 3 por
ciento hasta el valor de !,OOO millones; mas esta operacion. como
la anterior del mismo género de 40 millones, dió tristísimos re-
sultados, porque los capitalistas, la Bolsa, los fa-u lores del agio, esa
feudalidad inmoral .que ha sustituido á la,; an.tigua feudalidad nobi-
liaria, esa Ceudalidad de los tres es que como los Gavirias, los Co-
llados, los Sevillanos, los Carriquiris y tantos otros ejusdem lurfu,;,
viene haciendo pesar su influencia sobre la marcha de los gobier-
nos imponiendo su voluntad que es el enriquecimiento, ó negando
su apoyo, retirando los capitales, arrojando el pánieo por medio de
operaciones ficticias y de estu~iadas cábalas; esa aristocracia de los
escudos, que ha abolido todas las religiones para adorar como los
antiguos judios en el desierto al becerro de oro; esa gente sin pudor
ni" conciencia. lW puede jamás transigir siu-o, ron los que la sirven
de rodillas y no la exponen á oscilaciones que pudieran algun día
conducir á consecuencias para ellos desastrosas.


Ese proyecto, mezquino fruto de los largos estudios estadisticos y
geográficos del autor del famoso diccionario, no dará gran fama al
partido progresista que 10 aprobó sin obtener mas resultado que
grahar al tesoro con la treacion de una carga nueva y permanente,
dejando en pié el déficit causado por la supresioD de los derechos
de puertas á los consumidores 00 general, sin ventaja alguna; y á
aquellos á quienes favorecia la medida con la perspectiva de q1l6 el
bell.eficio no seria duradero.


Precisameate en la cnesUoD de Hacienda está· el quid de la difi-
cul~d. El plGblema es económ.ieo y soeial, y la poHtica, la libertad
no puede ser mas que el medio de Clue estudiemos, propaguemos y
tengamOs abierto el camino para salvar á la multitud de la igno-
rancia y de la miseria para realizar ]a justicia.




CAPíTULO xxXVtt·


SUMARIO.·


Restauracion de la monarquía borbónica y doctrinarismo de las Constituyentes del 5~.
-Base 2.a de la Constitucion.-Ley de desamortizacion.-Debilidad y falta di
fe d~ los progresistas.-Contradicciones y torpeza de Espartero.-Conflicto en
loma.


1.


Una vez restaurada la monarqufa borbónica, aquella Asamblea
no era otra cosa que la continuacion de tantas otras asambles y
cuerpos deliberantes como ,ienen sucediéndose desde el ano 87.


Aquella evolucion no significaba nada, ó significaba la caida de
los Borbones, el establecimiento de]a unidad ibérica y e] plantea-
miento de tooos los problemas sociales y económicos que la época
y la situacion particular del tesoro bacian de urgentfsima soluciono
No hablemos de la dec]araeion de derecbós y con tal moti vo de la
libertad de cultos y de todas las otras libertades que el pueblo ya
reclamaba, como lo reconocian muchos verdaderos progresistas.


Ese programa, ya que no el establecimiento de la~república ibé-
rica, que era la aspiracion del partido democrático, debia y podia
ser el propósito de los insurrectos de Vicálvaro tanto [como el del
duque de la Victoria que á su salida de Logrorlo y al tomar parte
en los actos de la Junta de Zaragoza habia contraído el compromiso
solemne de llegar hasta tocar las últimas consecuencias en e] ca-
miDO del progreso.




DIL cumo BORBOR DI ESPAÑA. 15S
¿Qué significaban desde entonces aquellos ministros de Hacienda


y)quellos votos arrancados á la Asamblea, para sancionar lo que
las influencias reaccionarias inspiraban, sino la abdicacioD comple-
ta de la Asamblea y Espartero, DO ya en el grupo de 108 hombre:
th cora:lOn, que parecían dispuestos al comeDzar la campalí~ á lle-
var por delante los obstáculos tradicionales, antes bien en el 'gene-
ral O'Donnell y en sus seides, serviles aduladores de la corte.


Quedaba pues muy poco bajo de su mision la Constituyente del
5i, y no debemos extrallar que presentara, despues de largos dias
de discusiones incoherentes, un conjunto de bases beterógeneas. ta
comision que no podia entenderse respecto á los atributos de una
monarquía, que el pais rechazaba y despues de las, recientes ex-
periencias en que se babia visto á la dinastía borbónica hacer un
escandaloso abuso de las prerogativas que la Constitucion les con-
cedía, dió un lastimoso espectáculo presentando contradicciones in-
finitas y explicando por muy distintos modos los princjpios senta-
dos en las bases del código fundamental.


11.


La base segunda, que trataba la cuestion religiosa, fué objeto de
discusiones acaloradas, y Olózaga, enemigo personal de Espartero
como Alonso Martinez, jóven abogado que asistia á la tertulia del
conde de Lucbana, y por este mérito debia ser mas adelante mi-
nistro, se mostraron en aquella ocasion verdaderos católicos, apos-
tólicos romanos, yendo en pos de los obispós que pedian la integri-
dad d~ la fe religiosa y las declaraciones de la ¡Asamblea, consig-
nando el dogma como cues,ion polftica indiscutible é ilegislable. En
vano Ruiz Pons reclamó para Espaila lo que Roma consentía, esto
e~, ]a libertad de los cultos, si bien no la igualdad á que tienen de-
recho; en vano se propusieron algunos términos conciliatorios tran-
sigiendo con ciertas preocupaciones y ciertos escrúpulos; en vano
se limitaba por algunos el ejercicio de la libertad de cultos á las
ciudades de mas de 30,000 almas ó á las capitales de provincia y á
los puertos; lo po&itivo es que se pretendía dejar á Espalla la mas
atrasada de las naciones, para que fuese el ludibrio y el escarnio de
los pueblos civilizados.


Suponian los que tenían interés en que la reforma no se hiciera,





15' HIStORIA DIt BIINAJ>O
que exis. aun el espiritu SUp6FStwioSG de épocas aoteriores,y para
demostrarlo, provocaron motines en Sevilla, donde' algunos ingleses
quisieron reunirse j}fivadamente para eelebrar su elllto. El gober ..
naOOF, en vez de pro-tecer á. los que usaban- de su dereclJo, prom-
bió a'lueDas reuuiooe8 y eoDCulcó -por este medio la libertad de )0&.
ciudadaBos, que n(} podiaD ni debiaB sujetar su conciencia al capri ...
cho d.3 los otros.


La base aprobada, sostenida y defendida por los conservadores,
y por los jefes mas auttrizaOOs del progresismo, decia as(: -La na-
cion se obliga á manwner y proteger el culto y los ministros de la
reJigion católica que profesaD los espalíoles; pero ningun espalí{)1 y
extranjero podrá ser perseguido por sus opiniolies y creencias re-
ligiosas, mientras no las manifieste por ac10s públicos contrarios á
]a Eeligion.»


Era UD vetdadero retrtceso, despues de las-discusiones y de los
aetes permitides en los últimos tiempos, dedicar estas frases en la
Conslitucion, para definir uno de esos derechos que nadie, ningun
poder, mnguna autoridad ha conseguido destruir, porque radica en
el fondo de la individualidad y no está sujeto á la vigilancia ni á
las miradas de la mas suspicaz política. Y tratar de cohibir Ja ma-
nifestacion de lo que existe dentro de nosotros y pretender que el
hombre adore ó no adore ciertas imágenes en determinadas formas,
es uno de los erimenes que ofenden á la naturaleza y que deforman
y degradan al individuo, porque w ponen en el caso de hacersehi-
pócrita, indiferente y escéptico.


111.


Los gobiernos, débiles en todas las escuelos del doctrinarismo,
buscan la fuerza. de que carecen en los elementos que constituyen
ya. cierto poder t que están inerustrados en la soeíedad. Por eso to-
dos ellos transi~n, vacila., todos rinden obediencia y acatamiento
á Il;lS preocupaciones y á los abtiOs; y el clero y la monarquia,
esos. dos abusos, envejecidos, se mantienen: fu&ttes ¡l(tl' la debilidad
que mueslrlUl los que se llaman innovadores.


A la aprobacion de la base segunda, tan inco)()ra, tan insipida
como esa, los obispos representaron y protestaron en nombre de la
integridad de ta fe religiosa. Toda~-las penitentes firmaron peticio-





DEL ULTIMO BORION DE ESPAÑA.
nes contra la base constitucional, y se metió mucho ruido con el ca-
tolicismo de los esplfloles, cuya generalidad no profesan en el fon-
do religion alguna y desprecian altamente al culto y sus ministros.


La cuestion religiosa tomó un aspe~to de gravedad cuando lIe-
guon los detalles entre la Jey de desamortizacion que presentó Ma-
doz 'como medida revolucionaria y medio rentÍstieo para crear re-
cursos.


Allí fué donru, los elementos conservadores, los hombres del vi- ,
calvarismo, los ·aliados secretos de la reaccion lucharon y pertur-
baroa el pais seguros de qua la ley pasaria, de que se pondría en
práctica, y que ellos como Jos moderados 'se aprovecharían por com-
pleto en el poder de los recursos que proporcionaba al tesoro; como
particulares, del agio y de las rentas <¡ue debían producir las fin-
cas rústicas y urbanas que debian venderse.


DecretUase en ella la venta inmediata de todos los bienes perte-
necientes al Estado, á los municipios, al cl~ro y á los eslableci-
mienles de bene6ceacia y de iostruceion 'pública, y aparte de ]0 que
Bilia de sufrir el sentimiento Jocal por este absoluto derecho que
el Estado se atribuía, el asunto ofrecia grave importancia al tratar-
se de lo~ bienes del clero por mediar en ello el concordato de 1851.
Bu presencia de sus estipulaeümes el gobiero6, segun se le dijo, po-
dia elegir entre tres sistemas de conducta; si las reconocía habia de
respetatlas, ó entablar negociaciones con Rt)lla para modificarla;
si n.o las reconocía, debía obrar revolucionariamente repudiando to-
da obligacion. Niliguno de estos sistemas siguió el gabinete, ó
por mejor decir los siguió todos á la vez; por un lado don Pascual


, Madoz declaraba que serian v~ndidos inmediatamente todos los bie·
nes del clero sin que Espalia necesitara permiso de nadie, y por
otro el ministro de Estado decia que estas cuestiones no podían re-
solverse asf, y en efecto don Joaquín Francisco _ Pacheco salió para
Roma, con encargo de negociar. Reconocian les ministros el con-
cordato como ley del Estado, solo que por una nueva interpretacion
querian hacer tan .extensiva la autorizacion de venta estipulada para
cierta clase de bienes á todas las propiedades -eclesiásticas. De es-
tas contradicciones y ligerezas resultó lo que fácilmente podia
preverse; mientras los prelados protestaban unánimementé contra
la ley, siendo por ello desterrado el obispo de Osma, la presenta··
cion de la medida á la A.samblea neutralizó las negociaciones, y su
adopcion acabó por producir un rompimiento entre Espafta y Roma.




156 HISTORIA. DEL IlElNADO


IV.


Ese es el resultado de las debilidades, tal ha sido siempre la con-
dicion y la situacion de los progresistas; faltos de confianza en su
fuerza, exagerando la de sus contrarios, en lucha permanente con
su deber y con las conveniencias, jamás han planteado una refor-
ma útil al pueblo, jamás han consignado los derechos, porque te-
men mas á la revolucfon, se ofuscan como las aves nocturnas ante
la claridad de los rayos de la verdad, y buscan ¡en las ambigüeda-
des, en las frases sin sentido, en los hechos á medio consumar
transacciones imposibles. DIsgustan á la multitud, dan ocasion á
que los intereses se alarmen, y no hallan nunca el equilibrio que
buscan, agitándose en un vaiven continuo.


Si hubiésemos de poner á la vista del lector los discursos de los
corifeos del antiguo' partido progresista; si quisiéramos hacer cons-
tar las contradicciones en que cayeron en el periodo constituyente
de 1854 á 1856; si comparásemos sus palabras y sus actosoon las
palabras y los actos de los moderados, hallaríamos tal semejanza
que podria creerse que eran los mismos, los mismísimos hombres,
que profesaban idénticos principios, pero con la ventaja para los
conservadores de no quebrantar, como los que se llamaban radicales,
el principio fundamental de su credo, la soberanía nacional. Asi, si
los moderados falseaban las elecciones, si ponian mordazas á la im·
prenta, es porque ellos ante todo y sobre todo debian hacer respe-
table el principio de autoridad representado por un monarca de de-
recho divino.


Pero aquellos que consideran el principio de autoridad bajo otro
punto de vista, los que solo pueden consignar que se debe respeto
á la verdad y á la just~eia, ¿cómo se atrevian á proclamar princi-
pios absurdos y heterogéneos 1


Es verdad que no faltaron oradores que defendieron la soberanía
del pueblo y que levantaron el programa democrático frente á to-
das esas argucias del doctrinarismo, frente á los sofismas y á las
ficciones de las escuelas constitucionales, y cierto tambien que,
fuese por ambicion Ó por olras eausas, el grupo capitaneado por
Olózaga dió en repetidas ocasiones batallas campales para derribar
á O'Donnell y desconcertar los planes del vicalvarismo.




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. !5'7
Esto, sin embargo, solo vino á mostrar la incapacidad de És-


partero, que separado de sus amigos, viviendo en el aislamiento,
ó por mejór decir, rodeado de aquellas influencias fascinadoras, en·
ganado por Isabel uno y otro dia, venia á defender --ante la Asam-
blea á su mortal enemigo de las acusaciones que se le dirigian.


v.


~spartero, que babia proclamado y sostenido aquella frase cúm-
piase la fJOlunlad nacional, se presentaba uno y otro dia en la
Asamblea á torcer y violentar la expresion de esa voluntad na-
cional que pedia á gritos la caída del vicalvarismo, cuya per-
manencia en las regiones oficiales no podia menos de ser un pe-
ligro constante para la libertad. Lo que se amanaba en los
conciliábulos, lo que se decidia en secreto entre los tertulianos de
Espartero, venia á fracasar ante la inconstancia y veleitlad del ge-
neral que ante todo queria conservar su 'fama de modesto y no po-
dia sufrir que se le creyese ambicioso. Abusaba pues de su popu-
laridad y hacia traicion al partido progresista, sirviendo de puntal á
O'DonneIl contra los embates de la ola revolucionaria.


Los que han asistido á las sesiones de las Constituyentes de 185';
los que han presenciado aquellas borrascas y han visto la actitud
altanera del hároe de Vicálvaro, cuando debia morder el polvo por-
que representaba am la apostasía y el crimen, la doblez y la falsfa;
los que han sido testigos de aquellas escenas y de los terribles pu-
gilatos en que se empenaban los puros y los hombres del nuevo
partido que presidia el de Lucena, pudieron comprender bien lo
que significan las farsas constitucionales y parlamentarias, y cuán
necesario es que de una vez para siempre se salga de esos sistemas
oprobiosos en que todo se hace por cálculo sin tomar en cuenta la
justicia y la severidad de los principios.


Con todos esos defectos qlte perjudicaban á las individualidades
presentándolas como inconsecuentes, veleidosas y poseidas del vér-
tigo de la ambieion, y á los grupos diversos desconcertados, sin
plan fijo, marchando al azar en medio de las tinieblas, de las du-
das y de la incertidumbre, las Constituyentes hubieran podido dar
cima á una obra trascendental si la impaciencia reaccionaria no
hubiese conspirado para detenQr en su obra á aquellos legisladores
que debían mostrar entre otras incapacidades la de la imprevision.


TOllO 111. 33




158 HISTORIA. DEL BBIN!DO


VI.


El cardenal Franchi, encargado de negocios de la corte romana,
reclamó ya en los últimos dias del afio al contra el articulo del pre-
supuesto que establecia en provecho del Estado un descuento sobre
la dotacion del clero, 10 mismo que sobre el sueldo de todos los em-
pleados. Esto, empero, no era mas que el principio, y el gobierno
presintiendo que iban á snscitarse grandes cuestiones, en cuyo nú-
mero contaba la desarmotizacion, y queriendo á ]a vez seguir el im-
pulso de la revolucion y evitar á ser posible.un rompimiento, envió,
como hemos dicho, á Pacheco como ministro plenipotenciario cerca
de la corte pontificia, prnisto de detalladas instrucciones relativas
á la venta de los bienes del clero, á la disminucion de los dias fes-
tivos, á las dispensas matrimoniales, á las jurisdicciones eclesiásti-
cas, etc. En una palabra, el gabinete aparecía como pidiendo mu-
cho para obtener algo; que tal era el sistema de aquellos volteria-
nos con jesufticas maneras é hipócrita máscara.


En aquel momento tomaba el conflicto un carácter de gravedad
suma: los debates sobre la base segunda y su adopcion alarmaron
á la corte de RQma, la cual veia en ella una infraccion del pa~to
primero del concordato que consagraba ]a unidad religiosa en Es-
pafia, diciendo que aquella sustituía á una prescripcion general,
obligatoria y perpetua, la mera enunciacion de un hecho despro-
visto de toda sancion.


A esto contestó Pacheco 'con una nota por demás habilidosa,
preten<\iendo que la base adoptada por el congreso no hacia mas
que reproducir las prescripciones de las antiguas constituciones en
S\\ -primer&. ~,rte, ~ f.e\\\\if en la s~g\\\\da \as displJsicioues del e6-
digo penal contra el que el pontifice no habia protestado en lo mas
mínimo, relativo á los delitos en materia religiosa.


La desamortizacion suscitó cuestiones si no mas gra ves, á lo me-
llOS mas delicadas, y á pesar de la moderacion, del espiritu polí-
tico y del pretendido talento de don Joaquin Francisco Pacheco que
procuraba ante todo disculpar al gobierno de toda intencion de
hostilidad contra la Iglesia, la contienda se envenenó mas y mas
por las medidas de rigor adoptadas contra varios prelados y en es-
pecial contra el obispo de Osms.




DBL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA. J89
La promu/gacion de la ley desamortizadora provocó IÍDa-protesta


del pontífice, y mientras el cardenal Franchi pedía sus pasaportes,
fundándose en la inutilidad de sus reclamaciones, Pacheco salia de
Roma. Poco despues el general ZavaJa, ministro de Estado, dirigía
á todos age.ntes diplomáticos espartoles una circular reproduciendo
los medios de defensa del gabinete, y deplorando la suspension de
relaciones que acababa de notificársele. El tribunal de la Rota quedó
cerrado; pero esto no obstante, levantando el destierro al obispo de
Osma, manteniendo la severidad de las leyes contra todas las ma-
nifestaciones contrarias á la religion, el gobierno revelaba su deseo
de permanecer sujeto á las caprichosas determinaciones de la fa-
milia clerical. .




CAPITULO XXXVU1.


SUMARIO.


Desenvolvimiento democrático en las Constituyentes del !)~.-Propaganda republicana
entre los proletários.-Reflexiones sociales.-Momentánea libertad de imprenta.-
Temor hipócrita de los conservadores.-Alianza funesta.-Escepticismo de los
unionistas.-La Reina y O'Donnell.


1.


Asf en la Asamblea constituyente y en las regiones gubernamen·
tales continuaba como siempre la atonia, la incertidumbre y la
contradiccion que siempre ba podido observarse cuando el partido
progresista ba sido poder; si ese estado se babia agravado aun por
haberse incrustado en el seno de esa fraccion constitucional aquella
familia que se desprendia del moderantismo para formar una nueva
rama, en verdad no podemos decir que la revolucion de julio bu-
biera quedado infecunda.


El sentimiento democrático que venia desenvolviéndose desde
muchos afíos, se babia presentado entonces invasor, y la votacion de
noviembre y la discusion que habia precedido pudieron hacer C()m-
prender á los que dudaban que hubiese republicanos en el país, que
Espalia era esencialmente democrática, ,que si habia alguna insti-
tucionextrafta, era la monarquía implantada siempre por la fuerza
y sostenida por medio del látigo y de los cadalsos, ahogando una
por una todas las libertades, todas las franquicias, todos los dere-




DIL ULTIMO BOBBON DI Isuib.. !61
chos. Y si el pretendido árbol secular era ciertamente una planta
exótica, no er& menos indigesta y contraria á las costumbres la
centralizacion que el sistema constitucional habia pretendido esta-
blecer.


Dé aqui cómo se explica que el federalismo, la autonom[a de las
provincias y de los antiguos reinos se hiciera adoptar como com-
plemento de la idea republicana. No era neee.~ario que hubiesen
existido los Estados-Unidos de América, ni que se citara el ejemplo
de Suiza, ni que Proudhon razonase y demostrase las ventajas del
federalismo, para que en Espana al destruir ese lazo ficticio de la
monarquía se pensara en adoptar la forma republicana federal.


El Huracan, como hemos visto, desde 1840 habia predicado uno
y otro dia la necesidad de e~tablecer la república federal si habia
de llegar el momento de que la libertad fuese práctica en Esparia,
venciendo é imposibilitando las cábalas de los farsantes equilibris-
tas poJiticos que solo por la Cuerza y coaccion violenta pretenden
imponerse.


La propagacil)n de estas doctrinas ha sido como no podia menos
bastante rápida, y en los pueblos todos ha renacido el deseo de con-
quistar su antigua independencia, de volver á regirse por aquellas
instituciones que constituyeron su grandeza y esplendor en otras
épocas. Las Comunidades de Castilla, el Justicia de Aragon, los
Concelleres de Cataluna aparecian ya en lontananza vivificados y
"i transformados por el sentimiento democrático. del siglo XIX en
instituciones populares y libres que auguraran el pleno ejercicio
de los derechos que radican en el ser.


No caía la semilla de la nueva idea en mal terreno, y fructificaba
fácilmente, porque la cizaria, el trono, las preocupaciones nobilia-
rias y religiosas, estaba(casi completamente desarraigadas, y mas
bien podíaD servir de abono para que creciese y fructificase en breve
plazo.


H.


La clase productora, el trabajador, con especialidad en los gran-
des centros, habia recibido con entusiasmo las nuevas ideas lle-
vando á la práctica el principio de asociacion, creando grandes ma-
sas que se instruian y auxiliaban mutuamente en las grandes ad:-




!6! mSTORlA DEL REIN!DO
versidades, preparándose para luchar por la reconquista de su de-
recho á una justa reparticion de los productos.


La ciencia social ha abordado todas las cuestionas y 108 pensa-
dores dd siglo XIX han escrito gloriosas páginas referentes á los
problemas de laproduceion, de la reparlicion y del consumo. Los
economistas liberales han pretendido dejar producir~e los hechos,
suponiendo que e-l equilibrio vendría por si propio á establecerse
en el campo de la industria; pero no se han detenido á examinar la
situacion respectiva del obrero y del capitalista, del fabricante y del
comerciante, del consumidor y dal productor. Cuando ha surgido
una dificultad grave la han resuelto como Malthus en su frase des-
consoladora y lúgubre: «El que no hallase un asiento en el ban-
quete de la vida, que tenga paciencia y sufra.» Para esa escuela,
las fiebres, las epidemias, las guerras, los trastornos de toda espe-
cie, son medios que la Naturaleza emplea, como el bambre y todas
las otras plagas, para detener el aumento de la poblacion nivelán-
dola con las subsistencias.


La ciencia social no puede aceptar una teoria absurda que hace
responsable á la Naturaleza de las debilidades é inconsecuencias y
de la ignorancia en que el hombre vive. Prescindiendo de que el
cálculo de Malthus respecto á la progresion aritmética en las sus-
tancias alimenticias y la progresion geométrica en el aumento de la


. poblacion sea mas ó menos exacto, en las actuales circunstancias,
en las condiciones en que hasta él habia vivido la humanidad, se
prueba fisiológicamente y los animales y los vegetales, lo demues-
tran á todas horas, que cuando las razas y los individuos están á
punto de perecer adquieren grandes virtudes, grandes medios di
propagacion, mientras que cuando tienen robustez, salud y muchos
elementos de vida, pierden esas virtudes y apenas son aptos para la
reprod uccion. .


En las clases ricas y acomodadas, am donde el lujo y los place-
res hacen agradable la vida, donde los al~mentos son sustanciosos
y de peso, se hallan familias que:se extinguen; mientras que se ob-
serva en las capas inferiores de la sociedad, alH donde la miseria y
las enfermedades vienen á diezmarla periódicamente, que se au-
mentan el número de los hijos de una manera prodigiosa y que pa-
receria extrallo si no obedeciese á una ley natural.


En las razas animales que se educan y ceban con esmero para
la alimentacion pública, disminuye tambien la fuerza prolífica, y




DEL ÚLTIMO BORBON DI ISPA.ÑA.. 163
en el reino vt1getaI los órganos reproductores están en razon inver-
sa de ]a fuerza y gallardía de ]a flor, mientras que la semilla caí-
da en logares pedregosos crece y adquiere en los órganos repro-
ductores lo que le falta en belleza, ]0 que no puede ostentar en ro"
bustez y hermosura. ,


Como quiera que sea, las ciencias sociales eran objeto constante
de estudio, y en Espana al estallar la revoIucion de julio, el cuarto
estado se presentaba á reclamar su parte y pedir intervencion en
las lides poUticas.


Ul.


La prensa que se habia visto bajo la presion de las leyes horri-
bles que en los once anos habian elaborado los· ministerios mode-
rados, se .creyó libre por un momento, cuando se hubo lanzado el
grito de insurrecciono La Junta de Madrid, arrogándose un derecho
que no podia fundar lógicamente; restableció ]a legislacion antigua,
y el depósito y Ja penalidad y los editores y todas las trabas que
impiden la manifeJ)tacion del pensamiento vinieron á oponerse al
derecho del ser.


Aparecieron, á pesar de las trabas, multitud de escritos, y la agio
tacion electoral dió ocasion á publicar diversas profesiones de fe,
programas y folletos que no dieron el apetecido resultado, porque
la Junta yel gobierno provisional, definiendo y limitando lo que era
indefinible é ilimitado, llevaron sus instrucciones hasta el punto de
dejar subsistente el censo, es decir, de dar á la moneda la capaci-
dad para decidir y legislar. Que en estas aberraciones, en estos
dislates solia caer con frecuencia el partido progresista, amante
platónico de la libertad en la oposicion, y servi~or obediente de la
reaccion en el poder.


En Barcelona, en Valencia, en Zaragoza, en Gerona, en aIgnn
punto de Galicia, en Palencia y Andalucía lograron triunfar de tan-
tos obstáculos algunos distritos electorales, reuniendo en la Asam-
blea una minoría republicana que pudiese mantener enhiesta la ban-
dera, que' demostrase 1a incapacidad de sus contrarios, que pusiera
de relieve los vicioa de la antigua sociedad y la necesidad de extir-
parlos.


y en Catalulia los obreros comenzaron la lucha vigorosa para




!S' mSTOBU DIL RIIlUDO
obtener el alza de los salarios, formando numerosas asociaciones, al-
gunas de las cuales lI~gó á reunir 11 ,008 asociados que tenian por
divisa: Pan 11 tra6aJo. En Burgos se opusieron algunos pueblos á
la salida de cereales, y !se formó gran atmósfera contra las tenden-
cias de la agitacion que se notaba en Andalucfa, donde haY7grandes
injusticias que reparar y terribles desigualdades que irritan:y con-
mueven. Lo mismo enmotes que en 184.0, aJ. sentirse los eCectosrde
la revnlucion, el sentimiento público queria destruir 10-:; abusos, y
señalaba los peligros de que el privilegio continuase· en la alianza
con lo que se llamaba libertad.


Los conservadores. los privilegiados, los alarmistas gritan en-
tonces: ¡anarquia! desórden! y como los amigos del pueblo, los que
tal nombre adoptan no se atreven á arrostrar responsabilidades,
quedan indefensos actos que si puéden ser en la forma vitupera-
bles, tienen en el fondo en su favor la justicia y la equidad.


IV.


Desde la salida de Cristina hasta la reunion de la Asamblea, se
babia mantenido viva la atencion, creyendo en la posibilidad de un
cambio radical ó cuando menos de un aumento de fuerza por la
cous\i\uc\on de la peninsula ibérica, lo que hubiera ocasionado en
Europa UDa verdadera perturbacion. Pero á medida que la Asam-
blea fué aceptando la sitoaeion, tal como se la presentaban los di-
rectores del movimiento, que eran ya los revoltosos del Campo de
Guardias, todo el mundo dejó á un lado la esperanza de ver á Es-
palla libre y próspera salir del abatimiento en que yacia, y es que
los elementos vencidos se fundieron con. los elementos vencedores
para impedir el progreso, para oponerse al desarrollo de la idea
regeneradora.


Esa funesta alianza hizo prever el, completo aborto del movi-
miento de julio, y el partido democrático solo pensó ya en organi-
zarse .para la próxima batalla, puesto que en el terreno de la fuerza
debia decidirse mas tarde ó mas temprano la caida ó la continnacion
del órden de cosas existente. Con este propósito se trabajó para orga·
nizar en fos batallones de la milicia alguna fuerza que tuviera mas
conciencia de la situ8cion, y que estuviera dispuesta á imposibili-
tar los planes maquiavélicos de la reaction que lo esperaba todo de




DEI ULTIMO RORRON DE ESPANA. '05
los motines y de las asonadas, por el cansancio y la timidez de las
clases comerciales esencialmente egoistas, como los pro'Pietarios que
viven fuera del órden poHtieo en el indiferentismo y en la negacion.
. Mientras el partido revolucionario procuraba mantener el órden
material y aconsejaba á sus adeptos una conducta enérgica, pero
dentro de la legalidad, el oro de Cristióa y sus agentes procuraban
excitar turbulencias, su prensa vociferando contra la tiranía exis-
tente, contra las leyes y contra los hombres de la situacion, pre-
paraba el terreno para otra nueva serie de acontecimientos, valién-
dose del ridículo, haciendo de la calumnia un arma, formando con
denuestos é improperios una argumentacion esencialmente neo-ca-
tólica digna para emplearse en servicio de una mala causa.


v.


Con sus confidentes y relaciones en Palacio, aprovechando los
escrúpulos religiosos que la hipocresfa volteriana y el escepticismo
refinado de los hombres de la Union liberal manifestaban, provoca-
ron un conflicto gravísimo tratándose de Espartero y sus, débiles


, amigos en el gabinete.
Parece que en los primeros dias de febrero, al pedirse la firma


de la Beina para la presentacion de la ley, Isabel, sinceramente re-
ligiosa y creyéndose en conciencia obligaba por el concordato, re-
chazó en un princ.ipio su asentimiento. Hizosela observar que an-
tes de la adopcion de la ley las negociaciones abiertas con la corte
de Boma habrian podido llegar ya á un desenlace favorable, y que
por otra parte quedaria libre de otorgar ó negar su sancion, y la
Reina con este y otros argumentos acabó por ceder, protestando
contra el acto que se le imponia.


La táctica progresista á que asintió en esta ocasion el general
O'Donnell, era conseguir el objeto con la, mayor suavidad posible.
No se hubiera atrevido Espartero, yeso que se le ha llamado ir-
respetuoso, ni Olózaga, yeso que fué acusado como autor de vio-
lencias y desacatos en la régia cámara á acometer las indignidades,
porque deben calificarse asf, que Narv.aez anteriormente y O'Don-
nell, y el mismo general de Loja, cometieron en distintas ocasiones.


Una vez conseguido el objeto y discutida la ley, llegó el momen-
to de presentarla á la sancioo; durante este tiempo los periódicr.s y


TOMO III.




!66 mSTellIA. BRL REINADO
el episcopado fingiendo un celo católico que jamás probaron prác-
ticamente sintieron, levantaron sus voces enérgicas y procuraron
conmover al pais lanzando excomuniones aquellos clérigos de tra-
buco, que dirigían con mas acierto las operaciones de una banda
en la montana, que los negocios pacificos de la Iglesia católica.


VI.


El gobierno habia previsto la resistencia que debía encontrar en
aquella corte imbécil donde las monjas milagreras y los frailes te-
nian una autoridad irresistible. Y contaba vencer á todo trance, por-
que dependia de aquella solucion, tanto la salvacion de la Hacien-
da como la vida del ministerio.


Muchos diputados de las fracciones avanzadas se prestaron á un
plan convenido para imponer á la inocente huérfana, á la candoro-
sa Isabel que volvia á caminar por la espinosa senda de las equi-
fOeaciones y de los desvados. Y lo que Narvaez hubiera consegui-
do con bravatas andaluzas, con amenazas de cuartel, Espartero y
O' Dannell se propusieron alcanzarlo presentándola á los represen-
tes del pueblo, dispuestos y decididos á plantear la ley sin necesidad
de ta sancion de una Reina que ellos hábian nombrado, que ellos-
habiall'irldultadO' despues de la 'humillacion á que el trono se babia
sometido. ¡Y estos hO,mbres se llamaban monárquicos y pretendían
levantar una monarquía digna de presentarse ante el mundo civili-
zado! .


Pidióse en efeclO' elJ UDa retrnion de constituyent@s, que se cele-
braba la vispera de pasar á Araojuez Espartero y O'Donoell en
busca de la apetecida sancion, que. ta Reina fuera depuesta en caso
de negar su firma al proyecto aprobado por la Asamblea. Y Ja hija
de Cristina que poco antes discutía con sus ministros la convenien-
cia, la oportunidad y la justicia del proyecto de ley, se hallaba ya
completdmente convenoida al presentarse los iudividuos de la mesa
del congreso ante su improvisada majestad.


El clero, que nO' pudo arrastrar á babel hasta el punto de impe-
dir 'que aquel proyecto se convirtiese. ·en hecho con todas las apa-
riencias de legalidad, disponia entretanto otros medios que debian
fracasar tambien. .


El elemento carlista dió este alfo nuevos senales de vida. MuerCo




DEL "ÚLTIMO BOR'BON DE BSPAÑA. .7
don Carlos en Trieste el día S de marzo, los jefes EUo y Cabrera
que rodeaban á su hijo el titollldo conde de MontemoJin, creyeron
llegado el caso de tenta,. nuevamente fortuna. Creian que la Reina
lo era por voluntad de la nacion <'bnstiluida en cortes, mas no por
lo que ellos llamaban derecho divino, el oualles pareeia radicado ea
la persona de don Carlos, por haber nacido este ea 1788 3n tes de. que
las cortes de 1189 derogasen ]a Je.y sálica; , desp-ues de él en la de
sus herederos. Creian que la aetitud del obispo de Roma que debia
la potestad temporal y el mantenimiento de su silla en la ciudad
eterna á los ejércitos extranjeros, podía s~r]es fav6rahle, y trama-
roo, apoyados en esta confianza, UDa vasta y profunda cODspira-
cion.


VII.


Buscaron elemento.s en el ejército, y ~n el.mes de mayo tres sec-
ciones del regimiento de caba)wría de Bailen, y algon destacamen-
to de infantería se sublevaron en Zaragoza al mando de un capilao.
1& milicia nacional y alguna tropa salió en so persecocion, y Gur-
rea y algunos nacionales de oaballeria consiguieron darles una
carga, reoibiendo un morUtero fuego que puso fuera de ~eombate
é hizo perecer á muchos nacionales de la siempre heróica.


Esto dió ocasion á que se exacerbasen las pasiones populares en
la liberal ciudad. y hubo momentos en que la tranquilidad :se halló
muy comprometida, y. en que el obispo y los clérigos fanáticos que
habian coadyuvado á la empresa de don Carlos, se hallaron ex-
puesto$ á recibir ona leccion severa.


El gob~rno pidió á las cortes facultades extraor~inarias, y en tres
de junio se declaró en estado de guerra el principado de Cataluña.
Coincidió con esta intentona una huelga de los obreros que aban-
donaron las fábricas de IguaJada con gran estruendo, yen Sans su-
cedió lo propio asesinando al jóven escritor Sol y Padrfs. En Bar-
celona los obreros recorrieron la pobLacion, obligando á los maestros
y oficiales de varios gremios y oficios, á bacer vacaciones. La mili-
cia contemporizaba, y el jefe militar, que como todas las autorida-
des y gobiernos, solo saben manifestar energia cuando se trata de
impedir las manifestaciones en sentido avanzado y liberal, recon-
centró Jas tropas en las poblacio6es, dejando.desguarnecida Ja fron-




168 HISTORIA. DIL BillUDO
tera y la montana, donde la gente = de sotana ejercía aun alguna in·
fluencia.


Aprovecharon estas circunstancias los carlistas formando parti-
das en el interior, mientras que Marsal y Estartús penetraban con
algunos grupos de emigrados por la parte de la Junquera. Los
nacionales de esta poblacion y de los pueblos inmediatos sos'tu'fieron
dos enencuentros con las bandas montemolinistas, les causaron mas
de cincuenta bajas, los pusieron en dispersion y consiguieron recha-
zarlos al otro lado del Pirineo, dejando el Ampurdan libre de las ca-
lamidades de la guerra.


Los hermanos Trisblny lograron sostenerse algunos meses en la
montaí'ia llevando el terror y la desolacion por la comarca, hasta
que Bassols determinó por fin organizar un somaten que dió muy
buenos resultados. La faccion de .sorges sostuvo en la provincia
de Lérida la reputacion del guerrillero que la mandaba, dando ma-
los ratos al ejército: sorprendió una partida de veinte hombres y la
hizo rendir las armas, y cayendo algunos dias des pues sobre una
columna de l!O hombres la hizo prisionera. Esta fué la última ha-
zaná de los carlistas que perseguidos sin descanso, y acosados por
todas parles huyeron á Francia, se acogieron á indulto ó fueron
implacablemente fusilados. Marsal, que tanto habia trabajado en las
anteriores campanas, cayó en manos de las tropas y tuvo un fin fu-
nesto.




CAPITULO XXXIX·


SUMARIO.


Ojeada sobre la guerra de Crimea, dada clIenta anteriormente de una intentona car-
lista.-Difere~cias entre España y Méjico.-Iteconoce España la independencia
de Santo Dommgo.-Aborto del plan de Hac~nda de Madoz.-Modificacion ininis-
teria1.-Situacion crítica.-Suspension de las sesiones.-Trabajos vicalvaristas.


J.


Napoleon una vez concluida la gran revolucion europea y resta-
blecido el equilibrio ficticio, la paz de los sepulcros, el órden var-
soviano; una vez sentado en el trono imp¡;,rial de su tio que con ar-
tera mana babia levantado sobre los cadáveres de los republicanos
franceses, y des pues de haber [despoblado los arrabales de Paris y
muchos departamentos para llevar á la Cayena y á la Guyana in·
numerables víctimas, procuró entretener el ocio de sus genízaros y
no se le hizo esperar la ocasiono


Rusia, donde por tradicion venia radicando el centro de todos los
despotismos y de todas las reacciones, Rusia colocada en esas re-
giones heladas de donde partían en épocas remotas las hordas inva-
soras de la barbarie para caer sobre los pueblos civilizados; Rusia
quería proseguir su bárbaro proyecto extendiendo su poderlo y su
influencia.


La Tarquia, ese otro refugio de la barbarie, que está enclavado




170 HISTORIA. DBL RIINA.DO
tambien en el A.sia, y es vecino á la Rusia, goza por su posicion es-
pecial en los mares de alguna influencia que los cosacos sabrían
aprovechar para adelantarse hácia el Occidente. Por eso los Czares
tienen siempre fija su mirada en Constantinopla, y no se dan punto
de reposo por lo que respecta á sojuzgar el islamismo para tener
en jaque á la Europa occidental.


Con un pretexto cualquiera, y como castigo de haber dado hos-
pitalidad á los poJacos que emigraron despues de las derrotas, el Czar
pasó el Prutb, invadiendo la Turquia á pesar de las protestas de
Inglaterra y Francia, que por reciproco interés tomaron la defensa
del Sultan. El emperador Napoleon mandó aná sus legiones y sus
generales y temeroso de suscitar dificultades, ó de alentar nueva-
mente las pasiones politicas, on vez de prontos, atrevidos y certeros
golpes que podía dar, oponiendo á las pretensiones del autócrata el
lema sacrosanto de la independencia de los pueblos y de la libertad
de los individuos, se limitó á estudiar los modos de herir á la Ru-
sia en su propio territorio, aunque fu~se á costa de grandes sacrifi-
cios en hombres y dinero. Por esto la infecunda campalla de Crí-
mea, á la cual concurrió el Piamonte con aIguo contingente, habién-
dose llegado á creer que Espalla podria servir tambien á los planes
napoleónicos, mandando algunos batallones á las heladas regiones
donde anidan las águilas que aniquilaron y destruyeron al coloso
del siglo humillado ya por el leon hispano.


11.


La verdad era que el gobierno franoés en aquellos tiempos pro-
curó captarse las simpatías de Espalla, terminando satisfactoria-
mente el tratado del sellalamiento de las fronteras pirenaicas, mien ..
tras que el gobierno de Espartero estipulaba otros con diferentes
naciones. Entre estos, uno de comercio y navegacion con el reibO
de las dos Sicilias, y UDa convencion que colectivamente estabJe....
cieron Francia, Bélgica, Cerdella ,y Suiza para la ()rganiz8CioQ del
servicio internacional telegráfico. Firmóse un convenio sobre los
consulados con el Piamonte. ,Restablecióse tambien por oompleto la
armonía con los Estados-Unidos de A.mérica, mediante una indem-
nizacion pecuniaria pagada á los propietarios del Blach WarrÜJr,




DI!.L ULTIMO BOBBON DE UUNA !71
pero al mismo tiempo el gabinete de Malbid vino á hallarse casi
en ¡hostilidad abiert6 con la república de Méjico.


El arreglo de las' deudas espanolas era la hase de unas dificulta-
des que existian desde ¡largo tiempa, y 'eran resultado de varios tra-
tadGS firmados entre ambes gobiernO'S. En 18i' habian obligado
el gebierno de aquella repúWioa á' erear un fondo especial para
hacer frente á las reclamaciones ·elevadas y á las que se elevarao;
fondo 4ue habia de consistir eo uosparie del producto de las adua-
nas, y que habian de aumentar proporcionalmente á las reclama-
ciones. Las deudas anteriores á la independencia iban 'Comprendi-
das en aquella liquldacion general, y habian de hacerse reglamen-
tos especiales acerca de los créditos de carácter privilegiado, resul-
tantes de la oeapacion arbitraria de propiedades 6spanolas y de
empréstit6s forzosos. Las dificultades que sooce ellQ se suscitaron
fueron allanadas por nuevos,co&venios en 18'9 y en ,1853.
'N~ian las -tlifef6tlCias 'que habiu .dado oeusion Ji tan largos de-
ha~s, Já liu.1lIS 'Y,perplejidades, de que los mejicanos consideraban
ilegitimas muchas deudas d~ fas'admitidas á liquidacion que pro-
cedian de crédihts de origen vicioso; y eS de 'suponer que entre los
negociadores diversos, y cuando se trataba de crear conflictos para
dar pretexto á guerras y plaaes de reslauracioft monárquica en he-
nefioio de los hijos de Cristnm, debió ·hacerse un agio escandaloso
que el ;gQbierno mejicaoG'se resistía ,ásanoionar rechazalido como
dudosas muchas sumas.


Suta Ana en los últimos dias de Sil dictadura se había negado
ya á recibir al representante del gabinete de Madrid, tachándole por
haber figurado en !es tratados espalioles, y despues del triunfo de
hH'e.olucion tMiicana (\1 nuevo gobierno se paso á :estudiar la
cuestion para aoallar :quejas 'cada velmas violentas. A.ntes de nego-
oiar C{}D España propuso al congreso la revision de los tratados,
ordenando á los tenedores,de vales que;los depositaran en la Caja de
la Tesorería y secuestrando bieDes pertenecientes á españoles. De
tal 'manera se habian enmaJlftñado las cuestiones por los agentes de
los ,especuladores. intrigantes que las camarillas españolas habían
protegido, que era dificil y peligroso el arreglo de la díscordia pro-
vocada.


En las Coostituyentes se hicieron diversas interpelaciones, y al
mismo tiempo que salia de Cuba para Veracruz una division naval


,fué nombrado don Miguel de tos Santos A.lvarez para negociar con




!'1! HISTORIA. DEL RÉINA.DO
aquena república. Un nuevo convenio preparado por la interven-
cion oficiosa de Francia; puso fin por entonces á la crisis que ame-
nazaba poner en guerra á los dos pueblos, y que mas adelante de-
bia reproducirse con caractéres d(mucha gravedad.


Tambien por aquellos dias celebró Espana un tratado con la
parte espanola de la isla de Sánto Domingo, Jlamada república do-
minicana, reconociendo su independencia y estableciendo las rela-
ciones de comercio y de navegacion.


UI.


En la Asamblea proseguian aprobándose las bases de la Consti-
tucion, y Madoz, que habia visto abortar su plan de Hacienda, y
que á pesar de la ley de desamortizacion se hallaba delante del dé-
ficit progresivo y del tesoro exhausto, bajo el peso de las fulminan-
tes acusaciones de los reaccionarios qúe se desgaftitaban gritando
contra sus soluciones, habia aprovechado para retirarse el pretex-
to de un disentimiento acerca de la milicia nacional, y de las me-
didas mas conducentes á reprimir la insurreccion carlista.


La crisis que al ~rincipio era parcial, ganó casi por completo al
gabinete, y Luzuriaga; Santa Cruz, Agu]rre y Lujan acompaftaron
en su desgracia á Madoz, porque, en verdad, dieron muestras de ser
verdaderas nulidades que no pudiendo servir en momentos tranquilos,
mucho menos en las azorosas circunstancias que corrian. En ju-
nio, pues, desaparecieron de la escena entrando á relevar á los di-
misionarios don Juan Zavala en Estado, don Juan Bruil en Hacien-
da, don Julian Huelves en Gobernacion, don Manuel Fuente Andrés
en Gracia y Justicia y don Manuel Alonso Martinez en Fomento.


El eje poHtico, es decir, los generales que representaban el dua-
lismo de la siluacion, quedaban en las mismas condiciones, y en la
Asamblea las fracciones no perdian su aspecto respectivo, quedan-
do siempre opuestas y rivales, lo que significaba su impotencia,
aquellas dos entidades revolucionarias en torno de las cuales gira-
ban impasibles todas las ambiciones sin decidirse á una 801ucion
práctica.


Gozábanse con estas peripecias los enemigos del pueblo, y mitln-
tras O'Donnell se aferraba mas y mas en las esferas gubernamen-
tales, h debilidad, el desaliento cundian por todas partes 'i los odios
se reavivaban amenazando una eatástrofe sangrienta.




DBL ÚLTIMO BORBOI( DIISfA.ÑA. t'l8
Antes de retirarse Madoz, habia presentado un nuevo proyecto


exigiendo á los contribuyentes que pagaban mas de quinientos rea-
les de contribueioD una anualidad anticip{1da. Y como la llacienda
era la piedra de toque, y como el genio que se necesitaba para sa-
lir de apuros no aparecia,. Bruil que era tambien empírico curande-
ro, presentó su plan que consistia en mtdid,s fiscales para aumen-
tar los ingresos. '


La Asamblea procurando huir del ,suicidio, rechazó el diabólico
proyecto; pero no dejó de votar un empréstito de iDO millones de
reales voluntario ó forzoso, bajo la form(de anticipo sobre los con-
tribuyentes; porque los partidos que no son populares necesitan ante
todo el presupuesto, la policfa y las tropas bien pagadas para sos-
tenerse y hacerse obedecer.


IV.


Iban ya pasados ocho meses de legislatura. Dorante ella la Asam-
blea habia agitado todas las cuestiones, desde las mas grandes y
trascendentales, como fueron las de la religion y la monarqufa,
hasta los mas humildes asuntos de intéres local ó persooal;pero
babialo tratado todo coo, aquel espiritu mezquino de inseguridad y .
violencia que acumula los desórdenes y la confusion en la vida de
un pais. Las leyes voladas por ella en esta. primera parte de su
existencia, fueron en número de noventa y una, y entre ellas la mas
importante quizás es la de desamortizacion. Tambien ocupa el primer
lugar de estos trabajos legislativos la preparacion de una nueva
ley fundamental; pero al disolverse ahora solo sus bases habian
s\do discutidas.


En el órden administrativo habian sido casi abolidas las leyes de
orgamzacion municipal y provincial, para reemplazarlas con una
legisJacion provisional de 18U. En Hacienda habia introducido el
desconcierto y cargas aun mas onerosas que antes sin remediar cosa
alguna, }' finalmente podian contarse unas treinta leyes destinadas
solo á satisfacer pasiones de pandillaje ó intereses personales. El
partido progresista se vengaba de lo pasado, á expensas de la na-
cion, y se daba generosamen te á si mismo el premio de la victoria.
Olorgóse por una ley una indemnizacion á cuantos hubiesen sido
deportados con motivo de los sucesos revoluéionarios de 1848, y otra


TOMO JIl. 35




17' HISTORIA DEL REINADO
disposicion contó eomo servicio activo á los empleados progresistas
destituidas en 1843, Jos once anos que estuvieron en la inaccion ó
en otras ncupaeioneg. Análogas medidas fueroD votadas en favor de
los militares progr~i8tas, que se considerasen perjudicados en su
carrera por la dominaeion modarada.


Por )a "8nuDciacion 'que acabamos de hacer resumiendo, aun-
que mu} ligeramente, los trabajos de aquel cuerpo deliberante-
puede compr8Bderse perfectamente que aquella mayoria no te-
Dia la conciencia de la situation que debía fortalecer, y que 1')8
progresistas entonces como siempre seguian viviendo al dia, sír-
vieRdo intereses individuales Ó :de pandillaje, pero sin tomar en
cuenta para nada los intereses del pueblo, las necesidades de la ma-
yoria, los probl~mas pavorosos de la época.


v.


Babia )Jegado, pues, el 15 de julio; la legislatura acabó, y los
problemas quedaron entonces como . siempre sin solucion, porque
como siempre prevaleció la política personal, el egoísmo de unos
cuantos que se llamaban jefes, directores, hombres de Estado, y
eran realmente saltimbanquis y titiriteros, desventurados equilibris-
tas, charlatanes sin pudor ni fe.


Esta suspensioo de las sesiones venia, por fin á dar algun res~i­
ro al gobierno que se veia continuamente asediado por los rompi-
mientos y las crisis, á consecuencia de las discusiones ardientes que
provocaba. una pregunta, una proposicion ó una interpelacion de la
mi noria democrática, y de algunos de los avanzados que se sujeta-
ban á la disciplina establecida por los santones. Babia delante una
tregua de dos meses, y esperaban los hombres de la reaccion apro-
vechar aquellos momentos para trabajar activamente en el silencio
y oscuridad, llevando sus planes á la práctica.


En el quietismo, por otro lado, en el silencio y en el desbanda-
míe.oto de la fraccion revolucionaria, perdia esta sus fuerzas y se
desvirtua'ba porque el espiritu público decaia, y la vida política
carecía de la actividad, del calor que la da una fisonomía especial.


Hacfanse amargas criticas y severas censuras de la conducta de
lo~ constituyentes que en tan larggespacio habían llevado á térmi-
no tan pequeila tarea, faltando á los deberes que les imponía lo




DEL ÚLTIMO BORBON 111 BSPAÑA. !1'ti
grave de la crisis y lo inminente de un cataclismo. Y como dejan~
do de ser eco yexpresion de la grao masa revolucionaria del pais;
absolviendo á la monarquía de sus crlmenes y aceptando casi la
misma táctica de los moderados, habia perdido tod. su fuerza mo-
ral, aquella Asamblea quedaba á merced de las iras reaccionarias,
y por todas partes se levantaban quejas y se hablaba de la necesi-
dad de una dictadura; y el comercio egoista, y el fabricante y el
propietario desprovistos de aboegacion, pedían á voz en grito que
cesara la interinidad y se entrase en un órden nOlmal que pudiese
dar ocas ion á que la indllstriay el trabajo renaciesen.


VI.


Aunque despacio, las negociaciones para formar un nuevo par-
tido iban adelantando, y el jefe de los vicalvaristas contaba ya con
su corte de aduladores, lo cual le servia de consuelo, porque á
trueque de algunas concesiones que se veia obligado á hacer en la
Asamblea iba consiguiendo su propósito al comenzar el movimiento
del 54, que era crearse una posicion personal para dominar á la mo-
narquía, y con ella al pueblo y á sus jefes.


Espartero habia perdido toda la iniciativa; los que se llamaban
sus amigos, habian ido paulatinamente cayendo en las influencias
del ~inistro de la Guerra, y si aun conservaba la primera posicion,
O'Donnell con una pasmosa actividad y secundado por todos los
unionistas levantaba cada día mas su personalidad y llevaba real-
mente todas las cargas del poder.


¿Era posible que se prolongase durante lUuchotiempo una exis-
teDl~ia en que podia notarse semejante dualismo? ¿Qué consecuen-
cias podia traer: una crisis que separase violenta y repentina-
mente aquellos elementos heterogéneos? Fácil era preverlo si Espar-
tero y sus amigos no se convencian del peligro y no se disponían
oportunamente á conjurarlo.


Pero cuanto mas arreciaba la tormenta, cuanto mas graves )ban
sieudo las circunstancias, mas evidente era que Espartero no salva-
ria la situacion, y que en aquella época como en 1840 se hundiria
con estrépito el partido progresista, y los obstáculos tradicionales,
la dinastia, el trono volverian nuevamente á impedir la entrada en
el poder del partido liberal. Comenzaban ya los desarmes de la




"16 1IlStGau. D'-L l\tlN1.DQ
milicia. 8. pretexto de leolganilaclon, ., tlt\ue\\()s t¡ue mas \nftuencla.
habian conquistado por medio de las masas nmadas, esos eran sus
mas decididos adversarios. Madoz y Cortina, que, por haber figura-
do al frente de los batallones de la milicia naciona), teoian una posi-
cion poIftica, lo mismo que los Nocedal y Gonzalez Bravo, des-
preciaban la institucion y aplaudian á los jefes militares que apro-
vechaban el:mas ligero incidente para provocar un desarme. ¿Con
qué elementos, pues, resistir á la reaccion cuando presentase en
batalla sus formidables legiones?




CAPITULO XL' .


..... ~ .... ,... ...... .


SUMARIO.


La Asamblea constituyente reanuda sus trabajos.-Plan de Hacienda de Bruil.-Triun-
lo parlamentario de O'Donnell.-Proyecto revolucionario frustrado.-Crisis mi-
nisterial.-Centro parlamentario.-lnminencia de un cataclismo.-Como el doctri-
narismo de los progresistas iba á ser su anulacion y muerte.


1.


Abrióse otra vez la discnsioB en los primeros dias de ectubI:e, y
despues de cuatro meses de vacaciones, la Asam~lea comenzó de
nuevo á tejer aquella red de antagonismos, luchas permanentes,
crisis ministeriales, sediciones y alborotos provocados desde las es-
feras oficiales para dar pretexto al Padre Cobos á que repitiese ona
frase célebre, caida de los labios de un ministro que con cinica can-
didez expresó las condiciones esencia!ef de aquella situacion indefi-
finible. Esa frase era: «Cada dia que pasa sin que haya un molin,
es un tri unfo para el gabinete.»


El plan de Hacienda presentado por Bruil, restablecía la odiada
contribucion de consumos. El presupuesto estaba calculado por diez
y ocho meses comprendiendo el alio 1856 y los tres primeros meses
de 1851. Los ingresos habían de ser de 1, '700.!38,408 reales, y
los gastos de !, 186.!38,408reales, pero teducido el presupuesto á
una anualidad, la de 1856, se elevaban los mismos á 1,186.365,116




• 1'78 HISTORIA DEL REINADO
reales, y los segundos á 1,4:60.965,116 reales. Para cubrir el défi-
cit resultante de 3!!' millones, Bruil proponia el restablecimiento de
los derechos de puertas y consumos que habían de dar 1 'O millo-
nes; un aumento de 34 millones en ]a contribucion territorial, una
reforma en los araD celes que habia de aumentar la renta de 40 mi-
llones, un descuento de 36 millones sobre los sueldos de los emplea-
dos l y 74 millones que se calculaban haber de ser los productos de
las provincias de Ultramar.


No era semejante proyecto á propósito para calmar 108 ánimos
ni dar confianza á los pueblos que veian subir y erecer los gastos
y pagaban cada ario mayor cantidad sufriendo vejámenes escanda-
losos, porque el capital no circulaba, los trabajos se hallaban para-
lizados, cerrados los talleres, las vias de comunicacion en el mayor
abandono, y las decantadas y anunciadas economías no JlegabaB á
realizarse jamás.


Ante situacion tan angustiosa y puesto que ~el ministerio no se
arrepentia ni enmendaba, la. oposicion, que habia declarado la guer- .
ra á la polftica conservadora y humillante de O' Donnell y sus amigos,
propuso un voto de censura contra el ministerio, exceptuando al
duque de la Victoria, que no tuvo consecuencias importantes.


Mas adelante, los sucesos de Zaragoza y una enmienda propues-
ta por los demócratas al articulo sexto de la Constitucion, declaran-
do que no eran necesarios los títulos de nobleza para optar á los
empleos palaciegos, dieron ocasion á otra nueva censura.


Olózaga habia presentado su dimision de embajador en Paris para
colocarse frente á aquella situacion, y Gurrea, amigo intimo de Espar-.
tero l se vió obligado á dejar la capitania general de A.ragon porque
se le reconvenia agriamente.


A.tendidas las favorablej circunstancias-que los sucesos venian á
proporcionar, llegaron á sospechar algunos que Espartero romperia
el encanto, las cadenas, los grillos que le sujetaban, esclavizándole,
á la corte, y Orense con otros presentó un voto de censura contra
el ministro de la Guerra que diópor cierto ocasion á que este pro-
nunciase palabras inconvenientes y ofensivas buscando escándalos
parlamentarios. Esta proposicion, como la anterior, fué rechazada
despues de presentarse en el congreso á defender pública y so-
lemnemente 10$ aetos del ministro de )a Guerra el desgraciado con-
de de Luchana, juguete de su debilidad, del orguHo de su modes-
tia y de las promesas falaces de Isabel. Ciento treinta y dos votos




DIL ULTIMO BORBON DI ISPAÑA. 179
rechazaron en tres de diciembre la proposicion de la minoda re-
publicana que solo recogió ocho, habiéndose abstenido de votar la
fraccion de los puros. ¡Maniobras é in trigas de los hombres que sir-
ven á las miserias de la politiea de pacotilla!


11.


PUdb d8S1le aqllel momento comprender la oposicion de los puro,
que era inútil atacar directamente á aquel intruso que, por haber
echado so espada 'en la balanza al frente de un grupo de generales
queria mantener su inOuencia y servia como una cufia, como un
espía dentro del¡partido progresista al que constituía en permanen-
te irritaci()b. Hubieron d~ limitarse pues á una llestilidad sorda y
encubierta, aprovechando las oe'8siones que se presentasen de pro-
ducir disidencias y conflictos entre los principales .miembros del
GabiBete.


El 7 de enero, con todo esto, lué un dia que podía haber 'sido de
verdadera iniciacion revolucionaria si los que concibier&n el pro-
yecto hubieran tenido la serenidad y la audacia bastantes para per-
sistir en la realizacion. Entrabá de guardia el 1: batallon de lige-
ros, y la compafiía que daba el piquete en el congreso contando con
algunos otros elementos extraftos, pero sin haberse puesto en inte-
ligencia con las notabilidades del partido republicano, quiso dar UD
golpe ab irato dejando encerrados dentro del local de las sesiones á
todos los que habian penetrado en la Asamblea.


Preparada esta escena con el mayor misterio apenas llegó á traslu-
cirse en el exterior, y muy pocos consiguieron, apercibirse de los
graves sucesos que dentro del palacio, de las Cortes se preparaban.
Lo real y positivo fué que durante dos Mras los centinelas coloca-
dos en las diferentes puertas mantuvieron en completa incomunica-
cion á los representantes del pueblo que habian caído en una rato-
nera.


Disidencias que surgieron por motivos que se ignoran; la falta de
personas caracterizadas que pudieran tomar verdaderas disposicio-
nes revolueionarias; 'la vacilacion de atgunos de los comprometfdos
y el estado de embriaguez en que se pusieron algullos nacionales,
todas estas circunstancias vinieron á hacer qle se frustrase uno de
los mejor combinados proyectos revolucionarios, una de las mas




180 HISTORIA. DIL REiNADO
audaces tentativas de golpe de Estado popular. Aprisionando á todos
los miembros de la Asamblea querian quizá los autores del pensa-
miento poner en libertad á las fracciones desenmascarando á los que
realmente hacian alli traicion á la causa revolucionaria, yarroján:-
dolos ignominiosamente del templo de leyes, que manchaban con
sus impurezas, salvaban acaso la idea revolucionaria.


Como quiera que fuese, Espartero, que' tué como de los que in-
tenfaron salir y se halló detenido por la punta de la bayoneta del
centinela, logr6 entonces, como en muchas otras ocasiones, salvar
á sus implacables enemigos, é hizo abortar el proyecto de los mili-
cianos arengándolos y convenciéndoles, despues que por gracia par-
ticular pudo lograr evadirse del salon y pasar al cuerpo de guardia.
Un sargeuto llamado Mayor, y otro nacional, fueron presos á con-
secuencia del atentado que se atribuyó á algunos jefes y oficiales deÍ
3.·, del 1.° y aun del l.er batallo n de ligeros, y al que coadyuvaron
y se prestaron todos los nacionales que veian germinar en el seno
de aquel cuerpo legislativo, elementos perturbadores y hostiles á la
institucion de la fuerza ciudadana. No faltó quien atribuyese á Cá-
mara y á Ordax esta combinacion, pero casi estamos seguros que
si ellos hubieran tenido intervencion direeta, no se hubiera deshecho
como la espuma, y se hubieran hallado en su puesto para auxiliar y
secundar á los que aetuabaD; toda vez que sobró tiempo para rea-
lizar, si la energía y la actividad hubiera presidido á los hechos.


La concepcion sola del proyecto daba á entender que era grande
la irritacion pública y bastante notable el desprestigio de la Asam-
blea. Por los mismos dias en las regiones gubernamentales presentó


. Fuente Andrés un proyecto al Consejo de ministros, aprovechan~o la
ausencia de O'Donnell, -que se haUaba enfermo, con el fin de que la
corte de Roma sancionase el matrimonio civil. 'rambien dió lugar á
acalorados debates una exposicion del, Ayuntamiento de Zarago-
za dirigida al congreso, y que fué rechazada por la Asamblea.


Esto y la circunstancia de haber surgido en el seno del ministe-
rio graves divergencias, por opinar algunos ministros que los nacio-
nales presos por hallarse de guardia el dia 7 de enero, debian ser
juzgados por los tribunales ordinarios, mientras que opinaban otros
que debian sujetarse A la jurisdiccion militar, dió motivo á una cri-
sis. Huelves, Fuente Andrés y Alonso Martinez abandonaron sus
puestos, entrando en Gobernacion Escosura, en Gracia y Justicia
Arias Uria, y tujan en Pomento.




DEL ULTIMO BOBBON DI ESPAÑA. 181
Esta crisis fué seguida inmediatamente de Ja retirada del ministro


de Hacienda, que se creia desairado por haber transcurrido tres
meses sin decidirse nada acerca de sus planes rentísticos. El 7 de
febrero entró á reemplazar á BruiJ, don Francisco Santa Cruz.


IV.


Bien revelaban· estas crisis _Rermanentes el estado incierto del po-
der, y mucho contribuían á engendrar y aumentar su i.mpotencia.
El gabinete al ser hostigado muy de cerca por Jos partidos extre-
mos, se defendia y momentáneamente triunfaba; los esfuerzos contra
él intentados le robustecian por un momento; el ~eligro parecia
alentarle y reunir á su alrededor varias fracciones del Congreso,
pero luego que queria obrar se hallaba delanle del desórden de las
pasiones y de los dictámenes contradictorios.


, A sus divergencias interiores correspon4ia la Asamblea con UDa
incoherencia no menor, fatigados ya los partidos y casi equilibra-
dos. De situacion semejante quiso aprovecharse la reacc¡on, y nació
una tentativa para crear una mayorfa en las cortes, formándose en
Madrid bajo el nombre de Centro parlamentario un circulo politico
que disenaba los contornos de la antigua fraccion puritana, y queria
hacer revivir la idea de lo que se IIMOará la Union liberaL


El Centro parlamentario que comprendia á hombres notables de
los diferentes partiJos, tales como don Manuél de la Concha, Rios
Rosas, Gomez de la Serna, Cantero, Collado etc., tenia el objeto de
organizar una fuerza compacta en el congreso, que pudiera servir
al gabinete de invariable punto de apoyo. Su programa polftieo era
la alianza de los generales Espartero y O'Donnell, y en la cuestion
de Hacienda que habia llegado á ser la dominante, apoyaba el plan
presentado por Santa Cruz, del cual se habia hecho cuest\on de ga-
binete.


La impopularidad de la contribucÍon de consumos era tal, tanta l.
aversion que inspiraba porque llevaba tras si una porcion de me-
didas fiscales ridículas, enojosas y degradantes, que el nuevo mi-
nistro se vió obligado á proponer que fuese reemplazada por un (ri-
buto especial sobre la misma materia imponible rE\Partido entre las
provincias; el nombre era distinto: Ja sustancia, la cosa, la injusti-
cia quedaba en pié, continuaba del mismo modo.


TOMO IIJ. 36




1St JIISTORIA DIL RlnUDO
El Centro parlamentario no era mas que la organizacion de la


mayorfa, la sumision de los grupos que la formaban á la disciplina,
al tacto de codos para formar UDa máquin~ de guerra unánime en
los grandes contlictos para defender al senor, al protector, al.héroe
que distribuia el presó'puesto con profusion y largueza. Formado
por las eminencias que habían. figurado en distintos puestos de 1 a
administraeion, todos ellos tenian un intéres comun, como puede
comprenderse, en realizar economias entre los contribuyentes para
que pudieran satisfacer mejor las cargas del Estado.


Era una garantia verdaderamente para el pais legal; era la res-
tauracion del polaquismo. Y los empréstitos, y las contratas, y los
agios que mas adelante veremos desenvolverse en una escala muy
superior á la que tanta fama habia conquistado á los ministros del
moderantismo, hallaban su base y su punto de apoyo en aquel cen-
tro politico que era tambien una asociacion de explotadores de la
riqueza pública. y si alguna cosa pudiera extratiar en todo eso, se-
ria que mientras los puro, se disgustaron y pusieron en alarma al
constituirse ese centro, Espartero le dió su aprobacion.


v.


iras de esa agrupacion parlamentaria vino la necesidad de un
centro que eontrarestase su influencia, y los ;p"rol con su [notoria
habilidad pusieron al frente del nuevo grupo á los generales Gur-
rea y Allende SaIazar, que como amigos intimos del presidente del
Consejo, esperaban conseguir que este se inclinara á adoptar y apro-
bar la marcha politica trazada por los hombres' del partido :avan-
zado


La cuestion de Hacienda fué la primera que puso uno enfrente
de otro á los partidos que asi habian querido reorganizarse. Los
progresistas puros presentaban un plan muy distinto del de Santa
Cruz: mant~nian las decisiones anteriormente adoptadas por la
Asamblea acerca de la contribucion de consumos, y trataban de cu-
brir el déficit aumentando la contribucion territorial, elevando el
descuento que sufrian los empleados, fijando en mayor suma el
producto de las provincias ultramarinas, y estableciendo con el nom-
bra de derrama general, una contribucion equivalente á la mitad
de lt que rendia anualmente la de consumos, es decir á 80 millo-
nes de reales. .




DEL ULTIMO BORDON DE BSP!ÑA.. 18S
f Apoyado el gobierno por el Centro parlamentario, no parecía
dispuesto á abandonar su plan; pero en breve agravada la crisis,
operó una espacie de movimiento de conversion, y á pesar de las
explfcitas declaraciones del duque de la Victoria, acabó por aceptar
parte de las proposiciones de los puros, especialmenre la derrama,
mientras que estos admitian por su parte lo demás contenido en los
planes de Bruil y Santa Cruz.


Seguia. como se ve la misma lucha, la misma incertidumbre, el
mismo vaiven, la politica de las transacciones, de la 'contempori-
zacion, esperando cada cual una oportunidad que le di~se el triunfo
delinitivo.


VI.


En el mes de enero habian terminado los debates acerca de la re-
daccion de los artlculos constitucionales, eonjunto incoherente de
prescripciones doctrinarias é impraeticables, que no llegaron á te-
Der un instante de vida.' Una vez votada la Constitucion (O.)
¡uscitóse la inesperada dificultad de si debía ó no ser inmediatamente
promulgada. El gobierno queria que asi se hiciese inaugurando nn
régimen normal, y los progresistas puros de la comision constitu-
cional opinaban porque fuese sometida á la aceptacion de la Reina,
y reser,ándose designar la época de la promulgacion. Por este me-
dio creían acaso conseguir ligar á la monarquía, reservando á la
Asamblea la plenitud de sus prerogativas y la facultad de prolon-
gar su existencia, mientras lo creyera conveniente. Y lo que vino
á resultar con esto fué que la ley fundamental no se sometiera á la
aceptacion de Isabel ni se promulgara, quedando desprovista da
todo carácter legal.


En estas condiciones de turbacion y"desasosiego, euando el peligro
DO venia de los ataques de las oposiciones, renacia á consecuencia
de disensiones repentinas de los miembros del gobierno. Asi pues,
al poco tiempo se sabia haber surgido una nueva crisis ministerial
COD motivo de desemperIar el general Ros de Olano, otro de los ami-
gos de O'Donnell, la direccion de infanteria. El presidente del Con-
sejo reclamaba su separacion, oponiéndose á ello el ministro de la
Guerra; y esta crisis militar hubiera terminado por la disolucion del
gabinete á no mediar, como siempre, una tráDsaccion, segun la cual




tS, mST&l'fA 1111 RIJfA"{t
el' general Serrano, director de artilleda, cedió su puesto á R~s de
0lano; el general Hoyos sucedió á este en la direcci0D de infanterfa,
y Serrano fué nombratfo capilao general de Madrid. Una y otra po-
tencia habían logrado su desee, pero ganando en la transaccion el
dlinisfte de la Gaerra que consiguió mantener á su lado á sus., mas
fieles J decididos amigos.


Estos y 9tros incidentes presentaban ocasion á que los republi-
danOS pudieran seftalar la torcida y vacilante marcha de los progre-
.istas en todas sus fraeeiones. .


Ro eran estos ó aqu611os, una ú otra individualidad, Espartero
ni Olózaga, ni Escosura, ni Calvo ~Asensio ni ZavaJa; era todo, el
partido que inficionado de doctrinarismo hasta la médula de )os
hu.esos, veía impasible como la reaccion se adelantaba, y no se
atrevía, no queria entrar con franqueza en el movimiento revo-
lucionario, en la senda única que podia verdáderamentl3 salvar á
Bspalla de UDa catástrofg, impedir el denirmamiento de sangre y
ffevar basta sus últimas cODsecueoeialf, aunque hubiese sido panl8!-
tinamente, el movimiento de julio que era muchú mas radical y de·
finido que la nebulosa y oscura insurreccion de Vicálvaro.




CAPITULO XLI.


SUMARIO.


Molimiento de la idea democnitica.-Los progresistas ante el dualismo gubernamen-
tal.-IndefinibJe conducta de Espartero.-Desórden administrativo.-Sucesos de
'alencia.-Medidas arbitrarias.-Progresos de la reaccion.-Un desafío.


El partido republicano se Or8anizaba Y recontaba sus huestes.
Il aator de estas líneas habia publicado en l.érWa na folleto titu-
lado, La Repúhllca democrática federal universal, en el' que coMea.-
.ba y explicaba todas I~ cuestiooes de aplicacion que podia pro-
•• ula DHMa doctr.ina. Yué denuaciado yabaelto pir el jurado
leridano.


Eatre taolo Cámara prOMguia la. publicacion Qe lA SoIJeratÚ8,
Üllraudo con eaérgioo entlMiasmo l maDO firme la bandera revola-
""'ria, y Cerv. coa un grupo de antig98 de, lo', qua siempre
hahieo ostado uBitlos por liD _mo peDfllDientOi (el triunfo de tas
_8 democrátioas sociales del siglu. XII,) publicaba, La YOJ,'¡'1
Pae6lo 9105 últimos mese. de 185>.5, teniendo queeeder á las ptW.
seeuoiones, como pocos meses antes 001 haltíamos vilto obligados á
suspender La Hoja rk las barrieadfJI rojo la presioa aseal, y porque
]a cárcel era la morada habitual de nuestros editores y de oosotlos
mismos.




186 HlSTORU. DEL unu)()
En principios del a6, cuando llegué á Madrid, comenzó la pubJi-


cacion Cervera de La Democracia, 'Y en ella escribíamos habitnal-
mente con Beltran, Joaquin Martinez, Garcfa Criado 'Y EHodoro del
Busto, que publicó un articulo denunciado como otros muchos, J
como otros muchos defendido brillantemente por Castelar.


El jurado, esa t~mible arma que por aparecer liberal el gobierno
usaba contra la prenta, se convertia en un medio de propaganda
activa, 'Y alJi puede asegurarse que alcanzó importantfsimos triunfos
la idea democrática.


11.


La minorfa, que en aquellos momentos babia defendido palmo i
palmo el ~terreno, que babia luchado con fe 'Y constancia, aceptando
todas las batallas, dilucidando todas las cuestiones, llegando á con-
'vertit lo que era una aspiracion en una verdadera necesidad, por-
que la prensa 'Y la tribuna democrática, si no a1canzaron el triunfo
podemos decir que le merecieron; y esto aparte de que nos consi-


, ~ ,


deremos todos como meros soldados en' la cruzada g1oriosa; la mi-
norfa babia con patriótico celo setialado los riesgos 'Y los escollo.,
poniendo Eln Elvidencia las intrigas, los manejos, las arterias de Pa-
lacio, y presentando en toda su desnudez el triste cuadro que pre-
sentaría Espalla si la cODspiracion fraguada de acuerdo con los tro-
nos de Europa conseguia imponer sus caprichos y desarmar al
pueblo.


Continuaba entretanto el dualismo en el gobierno y el desórden
en las cortes, las cuales por aquel tiempo, habiendo pasado los Pi-
rineos el viento que reina en Europa hace algunos alios, habiaD.
Totado una ley sobre las sociedades anónimas de crédito, datando
de aquel allo las primeras concesiones. Sometido el poder á las dos
influencias que tan repetidamente hemos designado, una que tendia
á la union de los· dos generales como prenda provisional de segu-
ridad, y ofra que se esCorzaba por alcanzar la retirada dEl 0'Doo0811
para formar bajo la presidencia de Espartero una situacion del
todo progresista, siempre que se ¡nteDtaba dar un paso en uno t.
otro sentido, algun disentimiento interior ponía en· peligro al ga-
binete. '
~os progresistas que permanecian en torno de la bandera y no




DEL ÚLTIMO BOBBON DI ISUÑ.\. 28'7
se decidian á entrar en amalgamas vergonzosas, pretendian formar
una situacion 'exclusivamente propia, hacian constantes esfuerzos
para alejar del poder á aquella banda que habia caido sobre el pre-
supuesto y tenia la pretension de repartirse el botin por completo;
J cuando su propósito era colocar á la cabeza al duque de la Vic-
toria dejándole franco y despejad~ el terreno, el general, como nillo
mimado, con esa terquedad propia del que está siempre acostum-
brado á hacer su gusto, llegaba á incomodarse con sus amig9s y á
reprenderlos en secreto, despues de desairarlos y hacerles perder
sus posiciones y sus trabajos ante la Asamblea.


111.


Excéntrico, antimonárquico, irreverente con aquella niña á quien
habia educado, como habia sido irrespetuoso é insubordinado COIl
Cristina en 1810, Espartero permaneciendo en Zaragoza doce días
gritando en todos los tonos, cúmplase la voluntad nacional, cuando el
pueblo de Madrid se agrupaba en las inmediaciones del palacio de
Oriente pidiendo que la mujer de Muñoz fuera severamente castigada,
habia dado pruebas sufi~ientes de la fortaleza de sus sentimientos mo-
nárquicos y dinásticos. Es porque en tonces el aura popular, el frenesí
de aquellos pueblos que le victoreaban entusiastas, le hacian espe-
rar una presidencia ó un directorio; pero hombre irresoluto, débil,
incapaz de hacer sacrificio alguno ni de exponer su reputacion apa-
reciendo como ingrato, el hombre que enviaba comisionados que·
decian ante la multitud que le interpelaba y exigia de él que no
fuera á Palacio: -¿por qué no ha beis arrojado todQ aquello por las
ventanas?» hacia ahora alardes de monarquismo, y entraba en esa
puja que habia establecido el general O'Donnell, cuyo respeto á la
dinastia y el trono no bIe hubiesen impedido traer un Pedro V ó
aceptar la alta magistratura del pais si este hubiera podido consen-
tir lamana afrenta y doblegarse ante las ambiciones del irlandés.


Nada de particular tenia y no era posible extrafiar la conducta
que siguió por aquellos dias Espartero, ese tipo extrano é indefini-
ble de los politicos espanoles, y por eso pudo verse como se mostr6
decididamente monárquico en el viaje que hizo á últimos de abril á
Valladolid, Burgos y Zaragoza para inaugurar las obras del ferro-
carril del Norte. Rodeábale entonces otra atmósfera; 101 aduladoras




188 DISTORIA. DIL BElN!DO
interesados le presentaban uno y otro dia las cariftosas deferencias
de Isabel como otros tantos titulos á su aprecio, y suponian que á
él solo deberia ]a hija de Cristina su trono, que á él le reservaba
altas muestras deagradecimiento, y la historia una página brillante
por su abnegacion 'i sus virtudes. Trocaba entonces sin escrú,pulo
el papel deWashNlgton por el de Monk~ no queria ser tildado de
ambicioso y le seducía el·papel de Lafayette.


El partido progresista que habia fiado en aquel hombre, ~podia
y debia guardarle contemplaciones despues de su ambigua y du-
dosa conducta? Es cierto que tambien figuraba en las falaDg~ de
los puros aquel famoso Olózaga, aquel cantador de salves, aquel
hombre perseguido por ]a satlá de los Borbones, cuya conducta era
aun mas misteriosa y encerraba mas peligro~, mas dificultades para
el progreso del partido progresista, y este continuaba escuchándole
y le seguia cuando le llevaba ál abismo y á la ,proscripcion.


IV ..


A través de este penoso trabajo de elahoracion que manifestara
en definitiva la incoherencia de las opiniones y la indecision del po-
der, nació la ley de Hacienda que abraza, como hemos dicho, el allo
de 1856 y los ~eís primeros meses del 57. Sin embargo, las pre-
visiones de las cortes y del gobierno relativamente al aumento del
producto de las aduanas DO se realizaron por quedar en proyecto
la reforma arancelaria; la derrama no llegó ni con mucho á dar lo
que se esperaba, y;61 ministro Santa Cruz hizo una nueva emision
de renta para procurarse en adjudicacion pública una suma efecliva
de !OO millones de reales. .


Muchas fueran las leyes orgánicas formuladas y discutidas en
esta legislatura figurando entre el1as las de diputaciones provincia-
les, munimpalidades, milicia nacionar, tribunales y prensa. En todas
ellas dominaba el espirilu contradictorio y suspicaz del doctrinaris-
mo, no el levantado y expansiyo de la democracia. La de milicia
dió ocasion á grandes agitaciones porque estaba dictada por el SeD-
timiento mas reaccionario y hostil eomo la de la prensa. Algunas
solo fueron votadas, quedando la mayor parte en suspenso, como la
ley electoral por ejemplo.


Sin plan fijo, .sin ·criterio formado, producto de enmiendas y d~




DEL ÚLT1UO BORBON DE ESPAÑA. !89
momentáneas impresiones, todo aquel eúmulo de actos legislativos,
pretendiendo variarlo y reformarlo todo, introducia verdaderamente
el desó rden y la confusion en tedos los ramos y ~ llevaba el sello del
desconcierto, de la arbitrariedad, de la impericia, _ del- antagonismo
que Jo creaba. La incertidumbre, la irresolucion dominaban en po-
litica como en materias rentisücas ... aquel estado era insostenible
y no podia fácilmente definirse.


V.


Como los consumos, la quinta, la contribucion bárbara y veja-
toria que arranca el hijo del seno de la familia, de los talleres J
ocupaciones productivas, para ponerlo en la esclavitud, en la ab-
yece¡on y convertirle en instrumento, en máquina opresora, Jiene
el odio del pueblo, y en todas ocasiones se levanta como protesta vive
la opinion contra ese tributo injusta. En 7 abril bubo gran agita-
cion en Valencia con ocasion del sorteo, y el ministro de Estado,
general Zavala, lué al teatro de los sucesos con plenos poderes y
refuerzos militares para dejar sin menoscabo el principio de autori·
dad, el órden, por mas que quedase hollada y escarnecida Ja jus-
ticia.


Como era práctica constante, la milicia nacional fué desarmada,
y siguiendo el uso estableci~o, como en ]a mayor parte de las grall-
des capitales, se dejó su reorganizacion para las ca/enda, griegas.
Ese mavimiento comenzó el 7 de abril, y cuando hubo terminado,
la oposicion demoorática, viendo como se hollaban las libertades y
como se desconocian los dereehos, presentó ua nuevo voto de ceD ...
sura explicito y terminante que alcanzaba á todos los ministros.


Zavala, aquel antiguo progresista, cuando se atacaba al general
O'DoDnell; cuando se le increpaba; cuando Calvo Asensio eon VOl
de trueno le tlirigia una pregunUl par(qu~ respondiera categórica ..
mente, sin ambages ni rodeos, consiguiendo solo que el ministro de
la Guerra tomara su sombrero y satiera del salon murmurando pa-
labras inconvenientes, ZavaJa, decimos, que ya no era mas que un
apóstata, contestaba con arrogante fiereza: «El general O'Bennell
es tao progresista como yo.» Esta frase era cierta, y podia compa-
rarse tal respuesta á la del fraile á quien se preguntaba si habia


_ TOllO m. S7




!90 HiSTORIA DEL REINiDO
visto pasar un hombre, y que con la mayor socarronerfa contestó
metiendo la mano en su ancba inanga: .Por aquf no pasó.»


El voto de censura solo obtuvo 18 votos favorables, reuniendo el
ministerio, des pues de algunas palabras pronunciadas por Espar-
tero, 175 votante,s.


VI.


Adelantaba mucho cada dia la reaccion en sus propósitos, y la
conspiracion fraguada en los conciliábulos de las asociaciones reac-
cionarias iba extendiendo sus redes por todas partes, preparándose
el general Q'Donnell á dar el golpe de graoia á los partidos revo-
lucionarios, creando un conflicto tras de otro con su compaliero
aquel á quien habia abrazado con tanta efusion en los balcones de
la cane de Espoz y Mina. Con UDa paciencia y actividad, dignas de
mejor causa, reorganizaba el ejército á su manera, expulsando á
los sospechosos, premiando á los amigos que servían con celo, y
alen~ando á los indiferentes sectarios de la discip1ina con la pers-
pectiva de una situacion estable en que podrian hallar ventajosas
eondíci~nes, glorias y honores.


ereia estar seguro Q'Donnell de la eooperacion de los generales,
que en su mayor parie eran moderados, aunque debiesen sus as-
censos á los motines y á las insurrecciones.


En estos trabajos de zapa, los moderados fingían hacer guerra al
ministro de la Guerra, y este hacia como si persiguiese á los mo-
derados. Recordamos, entre otros, un hecho extralio. El famoso
Beriberlo Garcfa de Quevedo que habia tenido la honra de haber
sido admitido en compaliia de Estrella Vedmar y otros en los 'pe-
queños detalles de la vida doméstica, y en las intimidades de las
orgfas de palacio, escribió una maríana, ó una tarde, porque La
.lpoca lo publicó por la noche, un artículo furibundo coutra la re-
volucion y los revolucionarios en que decía entre otras cosas: «Los
vergonzosos días de julio.» La Democracia arrojó sobre el escritor
imprudente el veneno que sus diatribas envolvían, yel realista de, ..
interesado contestó 'en La Epoca que los que habían contradicho sus
asertos merecian estar en presidio, porque eran unos criminales y
unos descamisados.




DIL ULTIMO !sORBON DI BSPAÑA. !91
F"; El periódico La Democracia"no tenia director, nos hallábamos tan
identificados los redactores, que eó cinco meses de existencia, aunque
fuésemos varios, conservó toda la unidad necesaria. Cuando el que
habia escrito la eontestacion á las temerarias frases de Quevedo leyó
el desatentado insulto del que pocos dias despues era cazador de
Madrid, replicó de nuevo que honrados nos crefamos con merecer
el presidio á los ojos del que se arrastraba, esclavo indigno, en el
fango de la prostitueion de los palacios. Y en aquel inslante el co-
laborador de La Epoca acompaiiado del coronel Reina se presentaba
en la redaccion de La Democracia, preguntando por el director; en
la Administracion le manifestaron que no habia director, y que Cer-
vera que llevaba la parte activa del periódico no se baIlaba entonces
en el local. Dejaron una carta quedando en volver al día siguiente.
Yo, que precisamente estaba enfermo, tuve que abandonar la cama
porque quise dar una leccion á aquellas personas. Al siguiente dia,
en verdad, los seno res Garcla y Reina se presentaron de nuevo en-
terados ya de 10 que nosotros opinábamos. Larga fué la conferencia,
y durante ella se convencieron de que los redactores de 'La Demo-
cracia, los hombres qüe quieren la emancipacion del ser, los que
sostienen la bandera de la justicia y del derecho, no merecen el des-
precio ni la animadversion de las gentes, no son dignos de los cas-
tigos reservados al criminal. En los primeros momentos les indiqué
que la redaecion era solidariamente responsable de todo lo que el
periódico contenia, manifesté nuestros nombres, nuestras ocupacio-
nes habituales, y el sitio á donde concurríamos; dijeles que no nos
batiríamos, porque eso seria tanto como exponernos á las iras de
cuálquier espadachin que quisiera abusar de su fuerza ó de su des-
treza en el manejo de las armas, pero que si querian mostrarse re-
sentidos y buscarnos en ese terreno, podian acometernos en cualquier
sitio y circunstancia, seguros de hallar una respuesta digna y con-
vincente. Que por lo demás á nosotros no nos inferia insulto alguno
llamándonos presidiarios y criminales por defender la causa del pue-
blo, mientras que nosotros sin duda no le ofendíamos diciéndole que
se arrastraba por el fango y por el lodazal inmundo de los palacios,
porque él se creia honrado acereándose á su soberana.


En los diferentes giros que llevó la conversacion, Reina sé quejé
de que hubiésemos insertado su firma al pié de la carta de desafio,
porque esto podía dar pretexto á O'Doonell para hacer mas activa
la persecueion que contra él se ejercia: que él era moderado, impla-




19! B1S10RIA. DIt REmAD"
cable enemigo de O'Donnel1, y que atlles S8 calaria el gorro frigio
.fflt obedecerlB g servirle •. "_Tres meses despues el brigadier Reina
mandaba una de las ~olumuas de ataque que por sostener las pre-
tensiones de O'Donnell se dirigian contra la Asamblea. ¿Y habri
quien orea aun en la cojera del perro?


-----




CAPíTULO XLU·


SUMARIO.


Repugnantes apostasías.-Importancia política de La Iberia y La Discusion.-Repu-
hlicanos sinceros.-Conflictos entre liberales.-Desórdenes en varias capitales.-
Sucesos de Valladolid.-Misterios.


1.


Cámara habia publicado en La Sobsrania UD articulo en que eal-
culaba detallada y minuciosamen~ las fuerzas de la revolucion, las
fuerzas de la reaceion, encontrándolas casi en equilibrio, y scllalanoo
UD plazo de seis á siete meses para la gran bataIla.- Esto lo escr.ibia
ea noviembre de 1855. Recomendaba que se acercaran, se uniesen,
se eonocieran y confundieran todos los elementos afines que habian
contribuido á la revolucion de 1854, y que se preparara todo para
la próxima lucha.


Esta idea germinaba ya en muchos, aunque bajo diferente as-
pecto; pues Cámara no queria, ni podía querer fundir el partido re-
publieano en aquellas masas de ,doctrinarios inconscientes que no
.eo.tian mas que un vago amór á la ¡¡hertad sin conoeer .~I verdadero
carácter de la revolucion iniciada ,eD 1793 para levantar el cuarto
estado, la clase productora sobre todas esas clases de zánganos y
parúitos que viven en la -colmena social del robo y la depredacion.
Sois aristócrata de nacimiento, hayais visto la luz en el infecto rin-




tU mSTORIA DEL REINADO
con de una cuadra ó de un desvan, si vuestro trabajo, vuestra ac-
tividad os proporcionan los medios de manteneros siendo útil á la
sociedad, produciendo con vuestra inteligencia, ó coñ vuestras fuer-
zas, Ó Ion vuestros sentimientos, beneficios á los otros hombres, se-
guramente estais dentro del derecho, sois igualmente dignos para
disfrutar los derechos y los beneficios que la sociedad establece.
y estas máximas dan tal seguridad en la conciencia, que distinguen
perfectamente á los que las han grabado en ella, de aquellos otros
que solo viven en el vacio, en )a incertidumbre y en el escepti-
cismo.


Aliado de Cámara, es decir, en el seno del partido republicano,
habia unos cuantos hombres que viniendo de las eseuelas doctrina-
rias, ó manchados y pervertidos en medio de la atmósfera corrom-
pida, sacrificaban muchas veces ante el 'becerro di oro y no podian
mantenerse fieles al pacto jurado.


En los primeros di as despues de la constitucion del gobierno Es-
pa~tero-O'Donnell, Rivero y otros habian admitido posiciones ofi-
ciales, yendo aquel de gobernador á Burgos. Martos, que era uno de
los secretarios del Circulo de la Union, y Ortiz de Pinedo su amigo,
admitieron destinos importantes en Gobernacion, con la circunstancia
de que Martos habia tenido )a debilidad de vociferar mucho contra la
empleomanía, comprometiéndose solemnemente á no aceptar destino
alguno cuando tenia ó poco menos la credencial en el bolsillo.


Estas gentes son capaces de llevar la disolucion á los partidos me-
jor organizados, porque la multitud se desconsuela y desalienta al ver
tales contradicciones y tan repugnantes apostasías. Asi adquieren
fuerzas las reacciones porque pueden desacreditar á los hombres, y
mostrando que son utopias impracticables las pretendidas constitu-
oiones de los gobiernos representativos.


11.


LOI puro. tenian por órgano á La lb"w, periódico que en la época
de mayor d~sa1iento para el partido progresista, y cuando sus hom-
bres estaban diezmados y parecian abatidos por las persecuciones y
los reveses, habia sido fundado por Calvo Asensio y seis ú ocho ami-
801 mas, con tal fortuna y acierto, que logró reunir en torno de la
bandera á muchos de los que deseonfiaban del santonismo y se re-




DEL ÚLTIMO BORBON Di ESPAÑA.. !95
tiraban al hogar para no presenciar escándalos y defecciones.


Calvo Asensio y sus amigos Sagasta, Massa, Carreras, etc., llega-
ron á ejercer grande influencia en los sucesos, y pocos días antes' de
la revolucion de julio del 54, La Iberia el) primer término habia he-
cho sonar el nombre de Espartero.en los oidos de Isabel, presentándo-
le como el único que podia dominar la situacion. Imperturbable esta
fraccion en su marcha no tuvo valor para lanzarse decididamente
en las filas republicanas, aunqne pretendia sostener eomo punto
capital de su programa la reconstitucion de Iberia, uniendo Espala
y Portugal.


En todas las batallas, en todos los encuentros con el vicalvaris-
mo dentro de la Asamblea. puros y demócratas parecian estar de
acuerdo, pero los puros por respeto á su jefe, por deferencia á Es-
partero, se replegaban siempre en el momento de decidirse las vo-
taciones.


,C1)n. todo, entre ellos y los hombres que como Rivero habían es-
tado dentro del partido progresista completamente, existían ciertos
lazos de compallerismo que no era fácil romper y podian reanudar-
se en· determinadas ocasiones. Para preparar el terreno á esta eoali-
cion especial que no era lo que proponia Cámara, pero que conve-
nia hasta cierto punto á los intereses de Rivero, como puente y cír-
culo de concordia, apareció La Discusiotl, periódico democrático que
llevaba un programa al frente, algun tanto ambiguo para hacer
compatible la monarquia con el espiritu republicano de que I debian
hallarseposeidos los que contra ella votaron en noviembre del 51.


En la minoda republicana, entre los que votaron contra la mo-
narqufa, habia algunos que tuvieron mas adelante la desfacha- .
tez de apostatar públicamente, y otros que entonces y despues
llevaban en su conciencia la apostasfa, y la ocultaban hipócri-
tamente. Figueras, Orense, Chao, Sorn!, Garcfa Lopez, Gatell,
Garcés y el malogrado Suris y Baster fueron robustos campeones
eo aquella cruzada, y aunque concurrieron á la fundacion del nuevo
periódico, no intervenian ni ejercian influencia alguna en su mar-
cha mas que con sus articulos, que con los de Pi y Margan y otros
pueden hallarse en la colecciono


Otro periódico se publicaba tambien, titulado La A,osiacion,
propiedad de don Pedro Gutierrez Solana, que dirigia el diputado
republicallO Garcia Ruiz.


La Discuaion venia á colocarse en esta escala con las fnfulas 'de




196 BJSTORIA. DEL RIINA.M
6rgano del partido, paro en realidad como representante de intere-
ses de transicion y para dar el tono en la conducta en aquel10 que
los hábiles llaman política de apJicacion. -No lardó mucho, empero,
en surgir la desavenencia, y La Soberan{a que tenia pretensiones de
conservar intactos los principios, viendo las miserias y la corrupcion
extenderse por todas partes, publicó cierto dia un artículo en el cual
se proeJamaba la necesidad de extirpar por el cauterio y por la cu·
chilla el cáncer roedor. Este articulo era de Castelar. Pocos dias des-
pues pubJicaba otro en el cual haciendo la historia de la situacion y
proclamando los principios democráticos como únicos salvMores, se
decia que acaso fuera necesario cortar cincuenta cabezas, ó ciento,
ó mil.


Grande fué el fiagido terror que se apoderó de los hómbres pú-
blicos, muchos aspavientos hicieron, y tanto y tanto fué el escán-
dalo, que La DiscU8ÍOn tomó cartas en el negocio rechazando la res-
ponsabilidad de semejantes frases, y haciendo declaraciones ofensivas
oontra su autor. Cámama recogió el guante y publiCó un artícnlo
contra la personalidad de Rivero, á quien consideraba como un rar·
sante y un aventurero político; dando por resultado un lance que no
tuvo consecuencias graves.


Tambien La Iberia habia levaBtado su voz contra la demagogia
que se desbordaba; y deslizándose en la polémica algunas frases
ofensivas, uno de los redactores del afortunado periódico que vivia
en la oposicion y tenia sus hombres en los ministerios, fué baslante
audaz y descortés para abofetear á Cámara en el teatro, recibiendo
dos días despnes una bala que leatrav6só el antebrazo y el brazo,
viéndose expuesto á perder aquella mano que habia sido tan precí-
pitada y tao insolente. Lo peor de estos incidentes fué que Castelar,
redactor aliado de Cámara, pasó á escribir en La Dia.usion.


III. -


La lucha y la excitacion de los partidos era, como vemos, muy
viva, y estas cuestiones trascendían á todas partes, y en los bata-
llones de la DHlícia de Madrid ardia el cisma, Burlian conflictos hasta
el puntó de que el 3.° de ligeros, donde eran capita~es Cámara y
Becerra, se hallara casi en disolucion por la guerra constante que le
hacian el Ayuntamiento y las influencias oficiales.




DEL ULTIMO BORBON DE iSPANA. 297
Ordax Avecilla, UDO de los diputados republicanos, habia con-


traido, á consecuencia de los excesos del trah8jo revolucioDario,
una enfermedad en la garganta que le imposibilitaba para la tri-
buna y para el foro; y O' DonneIl que buscaba m~dios de desacre-
ditar á los hombres que descollahan en el partido republicano, por
creer que asi hacia caer en desaliento á Jos hombres de la revolu-
cion, hizo proponer al consecuente y enérgico orador la embajada
de Méjico donde en aquellos momentos iban, "como dejamos dicho
en capítulos anteriores, á ventilarse cuestiones muy difíciles. Ordax
consultó con alga nos amigos, que atendido el estado de impoten-
cia para ~ervir á la causa de la libertad en el seno de ]a Asamblea,
y siempre que el gobierno no considerase como necesaria )a cuali-
dad de servidor de la monarqu(a en el que representase á Espalla
en UDa república de América, ellos ]e"aconsejaron que aceptase una
eomision que podria llegar á convertirse en medicina alejándole de
la lucha activa y de las vicisitudes y contratiempos que trae consi-
go. Pero aquello habia sido un lazo, y 10 que podia ser la salvacioD
de la existencia del diputado republicano, vino á convertirse por la
indignidad del ministro de la Guerra en causa de agravacion y de
aceleraDiiento de ]a enfermedad.


IV.


As! estaban las cosas á últimos de junio de 1856; las cortes, lle-
gadas al último grado de debilidad y descrédito, querian prolongar
su vida é iban de nuevo á suspender las sesiones sin promulgar la
Constitucion por no abdicar su vaga omnipotencia; el poder estaba
mas que nunca trabajado por divisiones interiores, y á todo esto se
sen tia en el pais una agitacion incesante y enervadora, un deseo
universal de poner fin á semejant~ situacion. La politica revolucio-
naria que Jos partidos tenian siempre suspendida sobre él, Jos tra-
bajos de ]a democracia, las excitaciones partidas de ]a tribuna, la
aotilud en cierto modo hostil de las autoridades locales y :da l~ mi-
licia naciona], y la incertidumbre que descendia de las altas esferas
politicas, creaban este grave estado que se revelaba eninsurreccio-
nes y motines.


En todas partes se alteraba el órden; á los sucesos de Barcelona,'
de Zaragoza y Valencia habían sucedido conflictos en Badajoz entre


TOMO JI/. ~8




198 HISTORIA. DEL REINA.DO
el ejército y la milicia naciona1. El gobierno se babia armado de
poderes extraordinarios, y á pesar del estado de sitio proclamado en
varias provin9ias, conocíase que Jos pueblos, viendo claramente que
la reaecíon llevaba trazas de entronizarse, se preparaban al gran
suceso, á la batalla que Cámara habia previsto y predicho algunos
meses antes.


A todo esto' seguia la oposicion cruda y vehemente contra el
hombre que simboiizaba la reaccion, á quien se presentaba como
futuro dictador; logrando solo al dirigirle este cargo, sin derri-
barle, porque le amparaba el general Espartero, engrandecerle y
hacerle tomar confianza para arrojarse de lleno en la seoda que de-
bía recorrer. -


Así estaban las ~{)sas, volvemos á decir, y la mas leve circuns-
tancia podía producir el estallido de la mina, ya demasiado carga-
d!. La reaccion acumulaba materiales para la hoguera, y se mos-
traba audaz y cfnica en medio de aquellas oleadas en que pllrecia
debian peligrar todos los intereses, porque el reto era formal, y casi
podia asegurarse que era imposible toda transaccion cuando los ani·
mos se hallaban exasperados en distintos sentidos.


v.


En Valladolid! en Riosaco, en Palencia, con pretexto de la escasez
de subsi~tencias y de la falta de trabajo, estallaron grandes desór-
denes, llevando el incendio, la devastacion á las fábricas de harina,
á Jos depósitos de grano, sembrando la consternacion y al espanto
en la comarca.


¿Qué es lo que habia ocurrido en aquellas poblaciones?
¿Qué vértigo habia acometido á la multitud para arrastrarla á


ex.cesos semejantes, privándose del alimento que necesitaba y crean-
do para lo porvenir mayor desqnilibrio entre las necesidades y los
medios de satisfacerlas~


El ministro de la guerra con su habilidad y su prudencia acos-
tumbrada descifró luego el enigma, explicó clara y categóricamen-
t,'J el origen del mal, Llevó una nueva luz á aquel misterio que pa:
recia incomprensible. Por de prGnto, para restahlecer el órdeo'> m'a:
terial, fueron implacablemente fusilados por 'grupos aquellos des-
graciados instrumentos de los planes que aquel y sus amigos pre-




, -DEL ULTIMO BORBON DE ESPANA. !tt
tendían desenvolver, para reconquistar por completo las posiciones
oficiales. Y despues con UDa bárbara crueldad, despues de haber
matado á las individualidades, quiso matar á un partido, quiso ha-
cer responsable á uca idea de los sucesos, de los atropellos, de los
crímenes que habia comprado el oro reaccionario. El general
O'Donnell 'acusó públicamente al partido democrático, á los hom-
bres de la revolucion, de haber ,reparado con sus predicaciones
aquella~ tumultuosas y bárbaras esoonas; se entretuvo en sefialar el
mal, en hablar de la minoda republi0ana y de la prensa, y DO qui-
so r.ecordar que las provincias de Castillar donde los incen,dios ha-
bian estallado, eran acaso las mas atrasadas de Espafta, aquellas
dODde el clero, las preocupaciones, el fanatismo y el espiritu rea-
lista lellian su apoyo mas eficaz.


Con tal seguridad, con tar acento de conviccion y en términos tan
hábiles llegó á expresarse el ministro de la Guerra, tales pruebas
supo aducir y presentar y con tal .arte fueron amañadas las actua-
ciones que se abrieron, que el misme Espartero llegó á vacilar y á
caer en Ja incertidumbre.


VI.


El ministro Escosura pudo dar á la revolucion ánimo y garantias;
oreyeron algunos que iba á ser bastante poderoso y bastante enér-
g,ico para combatir las ifJfluencias del ministerio de la Guerra, opo-
niendo con los gobiernos de provincia, y la milicia uDa organizacion
poderosa que en el trance fatal supiese dar oportunamente vigor y
tono á. la obra" revolucionaria.


E'Scostua, sin embargo, no sUpG, no quiso, tal vez no pudo opo-
ner con su actividad un obstáculo insuperable á tos planes de la
reacciono Como Fspartero, y como los otros ministros que se llama-
ban progresi¡¡tas como ZavaJa, presenció y autorizó los desarmes
'de los Dacionales y la desorganizacion del ejército revolucionario.


is( pasaron Jos meses en la ¡naccion, y cuando llegó la hora del
peligro la sorpresa fué grande.


Como era extrarlo é inconcebible In que pasaba en Castilla, el
gabinete, que pretendía pasar como imparcial y justo, quiso inqui-
rir la verdadera sitoaeion de Castilla; y E!cosura partió con plenos
poderes llevando entre otros oficiales del ministerio á Ortiz del Pi-




lOO HISTORIA. DIL BEINA.DO
nedo. La opaea luz que el ministro de la Guerra habia Hegado á
hacer, forzando ciertas explicaciones, negó á anularse y á perder
su carácter ante los rayos esplendorosos del sol de la verdad que
Escosura pudo encontrar.


Las cortes, á pesar de los disturbios,,! calamidades que amena-
zaban, habian suspendido sus sesiones, dejándolo todo en incuba-
cion sin definir, y el país en profunda conmocion porque veia que
se acechaba por lo. vicalvaristas una nueva ocasion para salir á la
palestra.


En tal estado las cosas, llegó como hemos dicho Escosura á Ma-
drid plenam~nte convencido con pruebas y documentos fehacientes
de la verdadera causa, del orígen positivo de las tumultuosas aso-
nadas de Rioseco, Palencia y demás puntos, No podremos decir si
eomunicó á sus compal1eros todo lo que sabia, todo lo que pudo
averiguar; no sabemos si exhibió aquellas pruebas que en él pro-
dujeron una cenviccion profunda yarraigada, pero su mas preferen-
te cuidado fué someter al Consejo de ministros en la primera reu-
nion á que asistió un decreto sobre imprenta, cuyo preámbulo era
una especie de manifiesto político. En él se declaraba mas que nunca
adicto á la poUlica revolucionaria, haciendo ver que de las contempla-
ciones habidas, de las vacilaciones, babia resultado que creyendo Jos
hombres del partido conservador dividido y exánime al partido pro-
gresista, se habian envalentonado llegando á provocar con mafia af-
tera los conflictos que se deploraban. Porque, en efecto, y así lo
expresaba el ministro de la Gobernacion, las influencias clericales y
los manejos jovellaoistas, el dinero de los Borbones, habian sem-
brado en las provincias de Castilla la desolacion y el luto.


El ministro de la Guerra se hallaba enfermo, aunque no en tal
sitnacion que se creyese dispensado de concurrir á las reuniones
ministeriales. Enterado del proyecto de su colega dióse por aludido,
"J como es natural, procuró parar el golpe, provocando la eri"is tan
esperada: rechazó enérgicamente las imputaciones del ministro de
la Gobernacion, y vino á declarar en último término que no podía
permanecer un momento mas en el gabinete, porque se habian he-
eho incompatibles é irreconciliables sus opiniones.


Eo aquel y otros 'consejos, Espartero y otros individuos procura-
ron conciliar las cosas, pero la contienda se envenenaba mas y mas,
lJegando á ponerse en lucha abierta Espartero y O'DonnelJ, quienes
16 dirigieron palabras bastante lignificativa~.




GAPITULO XLIU.


SUMARIO.


lompimiento del dualismo.-Como faltaron á su palabra varios jefes del ejército.-Ell-
carga Isabel a O'Donnell la formacion de un nuevo ministerio.-Prepárase la mili-
licia de Madrid para la lucha.-Audacia dé O'Donnell.-Crítica situacion de la.
Asamblea.-Principia el combate.


I.


Graves eran las circunstancias. El partido progresista iba á ju-
_ lar UD albur en el que probablemente solo la apelacion al pueblo po-


dia salvarle, puesto que (sabel, repuesta ya de sus terribles sustos,
amaestrada por los hombres de la camarilla y fiando en la palabra
de O'Doonell, se hallaba dispuesta á despedir bonitamente á aque-
llos hombres que se le habían impuesto por la fuerza de las bayo-
~~. -


Bajo la residencia de la Reina debía dilucidarse aquella cuestíon,
y reunido el Consejo en palacio el 13 de julio persistió Espartero en
mao tener al ministro de la Goberoacion. declarando que en otro ca-
so él, como el ministro de la Guerra y todo el ministerio, debían re-
tirarse. Alguno propuso que se quedaran los dos generales retirán-
dose colectivamente los demás miembros para que pudieran hallar
una nueva combioacíoo; y Espartero en esta ocasion supo mante-
Berse con entereza y dignidad, rechazando toda.aveneocia á pesar
de los hipócritas ruegus y de las falaces palabras de la hija de Cris-
tin a.




SO! HISTORIA DBL RBINADO
Sostuvo SU dimision y Ja de todo el ministerio para el caso en


que fuera admitida la presentada por Escosura.
Grande era la agitacion en todos los circulos politicos. Se dibuja-


ba ya en lontananza la nube tormentosa, y durante aquella noche,
verdaderamente lúgubre para la Jibertad, por la inercia, por )a tor-
peza, por la indecision de Espartero y de sus amigos, lodo el mun-
do esperaba con impaciencia las resoluciones de los palaciegos.


Despues de largos y profundos debates, despues de una discusion
ardiente y arrebatadora, el Consejo se disolvió, quedando Isabel en
avisar su determinacion ante aquel inopinado rompimiento.


11.


Debemos decir, para aclarar los sucesos, antes de pasar adelante,
Ifue comoeD el 18 de agosto los coroneles de los c.\l8l:pG8 babiaD ido
á ofrecer so eooperacion y apoye at Circulo de la Union en j;as pri-
meras horas de la jornada, 881 tambien ahora previendo el éxito de
la contienda, es decir, convencidos de que iba á estallar la lucha
en las regiones oficiales, muchos coroneles, casi todos los de la
guarnicion, habian ofrecido sus servicios, sus espadas y las bayo-
netas de sus batallones al general Espartero para sostener la Ii-·
hertad. -


¿ln:lluyó en su condllCta, pudo tener ;alguna parte en su actitud, _.
ese unáaime apoyo con que contaba en el ejército~ ¿Pudo presumir
que iba á ser derrotadQ por el faccioso de Pamplona? El tiempo ha
podido demostf.arlo.


lA> que enloooes ocurrió fué que apenas habian pasaoo algunos
minutos, apenas Isabel perdió de vista á sus consejeros, mandó lla-
mar á O'Doonell encargáDd{)le ,la formacion de u,n nuevo ministerio.


Nosotr.os vilÍlos á Escosura cuando llegó al ministerio de la Go·
bernacioD para telegrafiar á provinoias, porque aUí estaban reuni-,
dos Rivero, Becerra, Ordax ymtlcbGs 01ros amigos de la revolu-
cioD que contemplaban con dolor como se perdían los momentos
aieDtras q_ el enem,igo se aprestaba á •• lucha; 1l0sotros ·oimos las
palabras ilel ex-miah;tro que rápida y elocuentemente n08 hicieron
comprender lo q~ ya sabiamos., que la traiei!lD y la infamia de
Isabel se babia oonsuanatlo. ,Eran las cuatro de la madrugada; to-
davía habia tiempo para organizar la resistencia, todavía podía dar-




DiL ÚLTIMO BORBON VB ESPAÑA.


se la ley á Palacio; pero Espartero confiaba SiD duda en los corone-
les del ejército y tenia poca fé en las huestes populares que en
1843 no habian sido poderosas para defenderle. Espartero no ha
sido nunca revolucionario, por mas que en diversas ocasiones haya
dejado ver que es un ambicioso como muchos otros.


Esco.sura nos dijo:' oNadie se mueva; el ejército habrá levantado
antes de muchas horas la bandera revolucionaria: nuestro triunfo es
seguro.» -


Despues telegrafió á provincias, y solo en Zaragoza hallaron eco
sus órdenes: en las principales capitales Ja milicia estaba desarma-
da. El famoso Escosura, ministro de la Gobernaciol.l, tenia un ejér-
cito disperso; desarmado, sin municiones, mientras que O'Donnell
al provocar la batalla habia tomado posieiones y organizado las re-
servas y las vanguardias.


111.


No obedecieron todos las 6rdenes de Espartero: se reunieron
muchos milicianos en diferentes puntos. Las gentes corrían azoradas,
y Madrid presentaba una fisonomía particular, mientras que O'Don-
nell organizó en las primeras horas un gabinete en el que entra-
ban Cantero y Ríos Rosas, ametralladores· del pueblo en 1854" Paso
tor Diaz, Collado y Bayarri. Subia al poder la Union liberal, la ban·
da vicalvarista representada por los tránsfugas del moderantismo y
del progreso; es decir, que despues de dos afios de dualismo, se
iba á consolidar la insurreccion militar del Campo. de Guardias, de-
jando fuera los elementos que el pueblo habia llevado al poder des-
pues de una lucha prolongada y de nna brHlimte victoria.


Los fugitivos de Víe{Ílvaro, los que marchaban á Portugal perse-
guidos por Blasser, que solo habían podido volver grupas con su
numerosa caballería por los esfuerzos de Zaragoza y de Madrid; los
que se habían sublevado para derrocar á Isabel y traer la dinastía
portuguesa, firmaban nn pacto con los Borbones para sacrificar á
Esparter/) y sus amigos, mf,\tando las libertades públicas.


Las horas corrian y el gobernador de Madrid; que era nada me-
nos que un antiguo tertuliano de Espartero, el ingrato adve-
nedizo Alonso Martinez, envió sus agentes á las redacciones de los
periódicos republicanos para impedir la eireulacion, por no haberle




BOl HISTORIA. DEL REINA.DO
presentado. como de costumbre, los ejemplares. El administrador
de La lJiscusion contestó al agente que dijera al intruso que no le
reconocían como autoridad, y que se anduviera con tiento porque
iba á recibir un merecido castigo.


Los coroneles de los cuerpos DO se movieron á pesar de sus pro-
me sas; Espartero se encerró en su casa ó :'mejor dicho en casa de
Gurrea, y renunció á defenderse; dejó en completo abandono la c&usa
de la libertad; no quiso esgrimir la espada de Luchana contra los
traidores sectarios del borbonismo que se proponian ~esclavizar al
pueblo espanol. ;


y con todo esto, O'Donnell pudo prepararse, excogitar los me-
dios y pesar perfectamente los recursos y los elementos con que
contaba.


IV.


El pueblo, que jamás se rinde cobarde, que no ceja ante el nú-
mero de sus enemigos, se reunia en son de guerra, y los grupos re-
corrían la poblacion, buscaban en las redacciones consejo, en las
corporaciones populares direccion, en los comandantes de la milicia
iniciativa revolucionaria.


y se pedía á la Asamblea una conducta enérgica ante la situacion
gravísima en que Isabel quería volver á hacerse árbitra y senora
absoluta de las vidas J haciendas de los ciudadanos españoles. Pero
en el seno de la Asamblea habia entrado el soborno. Entre los co-
mandantes de la milicia se encontraba O' Donnell que al tomar el
mando del 3.0 batallon habia dicho con fina sátira: «Yo me pondré
á vuestro frente para deslru;ro8.»


Calvo Asensio, Pascual Madoz, Valdés, Sagasta, tenian el doble
earácter de comandantes y diputados, tenían tambie.n periódicos;
uno de los Escosuras mandaba una.batería de)a milicia, y por fin á
las dos y media de la tarde, se congregaron los batallones forman-
do el B.O de ligeros á que~ como hemos dicho, pertenecían Cámara
y Becerra, en la cuesta de Santo Domingo, y reuniéndose como
punto acostumbrado en el teatro Real el batallon de zapadores que
dirigia el ingeniero Sagasta. .


O'Donnell que babia tenido apenas tiempo, por mas que estuvie-
se de muchos días preparado, para firmar las órdenes y conferir los




DIL ULTlBO BORBON DB EStAÑA. S05
mandos de las tropas y organizar eJ gobierno, tuvo aviso de que la
milicia se reunia, y desde Palacio observó que el batallon de Sagas-
ta ocupaba una posicion que debia molestarle sus proyectos. Cen
la serenidad de un irlandés que juega su cabeza á un albur, si no
hemos de hacer juicios temerarios, él mismo en persona con una
pequelia escolta se dirigió al sitio en que se reunia el batallon de
zapadores, preguntó por el comandante" y con tono de autoridad
dispuso que aquella fuerza desocupase el local que necesitaba para
colocar al\( los cazadores de Madrid. Semejante rasgo de audacia
halló frente á frente la debilidad ó la traicion, y los milicianos que
ocupaban ya los balcones desde donde podían molestar á los defen-
sores de palacio, tuvieron que pasar por la humillaciun de ceder el .
puesto á los defensores de las prerogativas reales, abandonando una
posicion de honor que hubiera podido, bien defendida, ser ]a Have
del triunfo en aquellas circunstancias.


Los demás batallones fueron ocupando los puntos de la pobla-
cion, pero durante toda aquella tarde los batallones del ejército
transitaron libremente por todoMadrid para ir á ocupar las posicio-
Des que les designaba 'el ex-ministro de la Guerra.


No habia verdaderamente autoridad alguna en la villa, y las ba-
.terias se dis!ribuyeron sin plan fijo y sin concierto, así como empe-
zarOD á levantarse barricadas en diferentes calles desde la mitad de
la tarde.


Casi al propio tiempo se reunian en el Congreso hasta noventa
y un diputados de la Asamble que á propuesta de Madoz, y como
UDa medida conciliatoria, como una medida de transaccion con la
pérfida mujer que ocupaba el trono, declararon que el ministerio no
merecia la confianza de las cortes. Solo entre los diputados presen-
tes el marqués de Tabuérniga S6 atrevió á votar en contra de aque-
lla proposieion, y á defender en abstracto ante aquellos monárqui-
cos de conveniencia lo absoluto de las régias prerogativas.


v.


En Palacio fué recibido el mensaje con bastante frialdad, y la Rei-
na, como era natural, envió á su ministro responsable O'DonBell,
á aquellos diputados en vacacion. El general por pura deferencia se


TOMO 1JI. 39




806 mSTOBIA. DEL RBINA.DO
limitó á contestar que el gobierno no reconocia carácter legal en
una reunion donde faltaban la mayor parte de loa diputados ausen-
tes entonces de Madrid y que se hallaba deliberando bajo la presion
de una asonada y de los cuerpos populares en armas.


La razon y la legalidad, si la razon y la legalidad pueden residir
en las caprichosas combinaciones que forman los hombres sin aten-
der al derecho y á la justicia estricta, estaban de parte de palacio.


El período era revolucionario, no habia ley fundamental en vi-
gor, la Asamblea era soberana, y-desde el momento en que babia
tolerado que el trono ejerciese lo que llamaba su soberanfa y se in-
teresara en las transformaciones ministeriales, habia abdicado por
completo.


El momento, pues, era crítico y era preciso decidirse, ser revo-
lucionario ó sucumbir, llevar adelante el programa de Zaragoza,
considerarse representantes del pueblo, constituir el poder supremo,
ó ir á echarse á los piés de aquella Reina y deshacer en una hora el
edificio que habian levantado durante dos alios. No habia mas ar-
bitraje que el de los cañones, y era preciso imponer al dictador, al
rebelde de Pamplona, á la hija de Fernando VII, la voluntad del
pueblo.


No era necesario que los diputados fuesen en gran número, no
era preciso que estuvieran legalmente reunidos; quince, veinte,
cuarenta que hubiesen comprendido la situacion, que hubiesen
aceptado la responsabilidad, que hubieran obrado con energía, hu-
bieran salvado seguramente la crisis. Porque O'Donnelllo habia di-
cho, las cortes estaban suspensas, la reunion no era lc>gal, y Jo que
impJrtaba era que las decisiones llevasen el sello revolucionario,
que fuesen prontas y unánimes, en nombre de la soberania del
pueblo, en nombre de la Asam~lea cuya majestad querian hollar los
insurrectos de Vicál varo.


VI.


La situacion era revolucionaria, y así lo comprendieron algunos,
pero no supo inspirarse en ese sentimiento levantado y patriótico la
Asamblea constituyente. Muehos de los congregados estaban man-
chados de unionismo, servian al hombre de Vicálvaro, y Facundo




DEL ULTIMO BORBON DE ISPAÑA.. 807
Infante, que presidia ]a sesion permanente, lué el verdadero eje, el
verdadero centro de la reacciono Ante lo que parecia vacilaciones é
incertidumbre; ante lo que se )Jamaba prudencia y moderacion para
traer ál buen camino al jefe del Estado, se perdió miserablemente
el tiempo, se consumieron las horas 'mas preciosas, quedó todo sin re-
solver, y O'Donnell con la celeridad y la actividad suplió lo que le
faltaba en prestigio y fuerza moral, concentrando perfectamente sus
soldados y levan~ando sacrilego las baterlas frente al templo de las
leyes.


Contra la opioion y los de~eos de la mayor parte de los diputa-
dos que se habian reunido en el antiguo convento del Espiritu
Santo, hácia la mitad de la tarde y como intentaran pasar atrope-
llando á los centinelas del tercer batallon de ligeros algunos desta-
camentos de cazadores de Madrid por ]a euesta de Santo Domingo,
se rompió el fuego por aquella parte, mientras que. casi al propio
tiempo, comenzaron á oirse disparos por las Platedas donde se ha-
llaban Jos batallones de artilleria.


Llegó con todo la noche, y el combate no se generalizó aun
cuando llegaron á ponerse á la vista las tropas en ademan hostil.
Los batallones 0. 0 y 8: ocuparon las inmediaciones del Congreso,
tomando los palacios de Medinaceli y Villahermosa que dan al Prado
donde se concentraban algunos batallones de cazadores y se esta-
blecían baterlas al mando del general Serrano, que no titubeaba en
declararse defensor de su intima protectora de otros tiempos.


En Palacio daba servicio la milicia, y como .no se comunicara
ninguna órden, quedaron como prisioneras las dos compai'iías que se
hallaban de guardia en medio de la columna concentrada allf á las
órdenes de D. Manuel de la Concha.


Esta anomaHa de no tener jefes la milicia se explica perfecta-
mente por lo que hemos dicho anteriormente. Ferraz era el inspec-
tor de la ruerza ciudadana, tenia un numeroso estado mayor, pero
como todos 103 generales, tomó aquella cuestion por el lado conve-
niente á 105 intereses palaciegos, obedeció la legalidad preexistente,
desconoció la legalidad revolucionaria, faltó á la Asamblea, faltó al
pueblo.


El gobierno intruso, aquella pandilla de hombres reunidos en
torno de una mujer que algunos meses antes hablaba de I~ ,erie
lamenlaóle de 'quivocaciones que la habian hecho perder el earifto
del pueblo, ese grupo de individualidades que por haber arrastrado




aMI B1STOI.IA DIt BEINAJ>O
ton el prestigio y Ja autoridad de la ordenanza algunos regimientos.
pretendia hacerse obedecer, pudo decir en los partes oficiales abu-
sando torpemente dellengaaje, que algunas fuerzas de la milicia
habian quedado separadas de sus companeros y obedientes al go-
bierno ..




CAPITULO XLiV.


SUMARIO.


f!onfu5ion entre los elementos populares.-Inaccion de Espartero y de la Asamblea.-
Peripecias de la lucha.-Heroismo del pueblo.-Movimiento de resistencia en di-
ferentes ciudades.-:;Triunfo del gobierno.-O'DonneIl despue!! dela victoria.-Rell-
tablecimiento de la CODstitucion de 18,15.-Acta adicional.


1.


La noche pasó en preparativos y la Asamblea no lomó determi-
nacwn alguna, por mas que varios diputados de la minoría repu-
bUcaea presentasen una tras de otra proposiciones dignas. AlU an-
daba la lraicion: al" estaba el foco principal de los planes reaccio-
IlBrios, 'J solo con mantener inactivos Jos ánimos, solo con impedir
soluciones se lograba que el pueblo llegase á desconfiar hasta de
sus propios amigos, para lo que se cuidó de que falta~n las muni-
ciones; y el Ayuntamiento no daba seDales de vida, hallándose los
combatientes sin comer, SiD órdenes, sin relaciones entre si, sin sao
ber lo que pasaba en los otros puntos de la poblaoioo, ni lo que se
determiD~ba en la Asamblea.


No puede formarse idea del desbarajuste y desórdeo que reinó
en aquellas boras solemnes, sino presenciándolo! buscando IUS
causas en la infamia y en la villania de los que venían arteramente
preparando los sueesos.


En las primeras horas de la mallana la Asamblea llegó á tomar




810 mSTOBIA. DEL BINA.DO
un acuerdo, nombrando á Espartero protector de la libertad y ge-
neralísimo de las fuerzas populares.


Entonces se procuró dar aviso de esta determinacion al general,
que despues de muchas instancias, se dirigió al local de las sesio-
nes, recibiendo en el tránsito las mas ruidosas ovaciones. .


¿Qué sucedió dentro de aquel recinto y por qué Espartero volvi6
abatido á su retir01 ... El presidente de la A.samblea, Infante, habló
algunos momentos en secreto con el de Luchana, y aquella espada
y aquel brazo que debiaD estar consagrados, como lo habia ofre-
cido solemnemente, á la defensa de la libertad, permanecieron en
la inaccion cuando se desconocia la voluntad nacional.


11.


Breves instantes permaneció Espartero en el palacio de la Asam-
blea; agradeció mucho el favor que se le dispensaba, pero no quiso
aceptar el carg;) y rechazó la responsabilidad de los sucesos. La
batalla comenzó despues de retirarse Espartero, y el dia 15 de julio
fué verdaderamente un dia de excitacion y de conflicto para la po-
blacion de Madrid.


Casi simultáneamente abrieron Jos fuegos las baterías de San Je-
rónimo, otra formada en una trinchera construida por los ingenie-
ros en la calle de Alcalá frente al palacio de Buenavista, y otra en la
parte de Platerías frente á los Consejos. La metralla, Ja~ balas rasa.
'l' las granadas causaron en pocas horas grandes destrozos y no po-
cas víctimas. En el pal~cio del Congreso dieron algunas baJas ra-
sas, y mientras se discutia una proposicion, penetró una granada
por una de las ventanas altas arrojando al interior muchos casco-
tes. El general Infante aproyeehó este momento de cODfusion para
declarar cerrada la sesion porque IiO se podia tJeliberar.


Muchas fueron las proposiciones presentadas y en proyecto. pero
ninguna llegó formalmente á discutirse, porque Infante tuvo la ha-
bilidad de deseoncertar por completo á los diputados, y no habia
bastante energía revolucionaria para adoptar la solucion que con-
venia; asi fué tristisimo el papel que desempeftó durante aquellas
horas de angustia.


Espartero por su parte se retiró á su escondrijo evitando com-
promisos, esperando como la Asamblea que la victoria ó la derrota




DIL ULTUIO BORBON DIISPAÑA.


pusieran en claro su posiciono El gobierno contaba sin duda con
todas estas peripecias que debian facilitar su triunfo, porque sus
fuerzas no eran ciertamente bastantes para acometer )a empresa si
entre Jos milicianos hubiese habido hombres de empuje, y sobre
todo, y mas que todo, atinada direcciono '


Poco tiempo antes de disolverse la reunion de diputados, el pre-
sidente Infante enVIó un parlamento al jefe de las fuerzas que ocu-
paban el Retiro y el Prado manifestándole que la Asamblea estaba
deliberando y que debía respetar el augusto recinto. La contesta-
cion fué que él tenia órden de penetrar en la poblacion, que se le
hoslilizaba y que necesitaba por tanto atacar. Concedió entonces
media hora de tregua para que los milicianos se retirasen' á sus
casas.


111.


¡Cómo explicar lo que entonces sucedió'
Los milicianos se habían batido en toda la Unca con admirable


denuedo y bizarría. Muchos rasgos heroicos pudieran citarse si qui-
siéramos hacer la bistoria detalJada de aquella jornada.


El 3,· de ligeros sostuvo en la cuesta de Santo Domingo un fuego
incesante con los cazadores de Madrid, batiéndose en muchas oca-
siones á pecho descubierto y llegando á penetrar en la plaza de Isa-
belll, hasta las piezas que fueron abandonadas por los artilleros.


En la calle del Arenal contestando á los fuegos del teatro Real
desde las casas de la calle de la Escalinata y de las Fuentes, se ba-
tieron con tenacidad los milicianos de artillerla, que con los del 1. o
de ligeros cubrian lambien la plaza Mayor, Platerías y cane de San-
tiago basla la plaza de la Cebada.


Con tan buen ,éxito empezaron los artilleros, que desmontaron al
segundo disparo la pieza enemiga colocada en los Consejos; y allf
continuó la lucha hasta la madrugada del 16, porque los que esta-
ban eu fuego no supieron siquiera lo que pasaba en el resto de la
poblacion.


El ! .• de ligeros, célebre ya porIos hechos del sargento Mayor,
ocupaba la casa de la Aduana en la calle de Alcalá, que entonces
servia para el ministerio de Hacienda. Alli habia mas de tOO millo-
nes de reales en efectivo que abandonaron en su tiel!lpo á la rapa-
cidad de los vencedores.




8li ilISTORU DI.L REINADO
En todas partes faltaban municiones: el inspector de ]a milicia y


el Ayuntamiento, ni aun siquiera quisieron cubrir las apariencias,
comunicando órdenes por medio del numeroso estado mayor que á
sus órdenes tenian. Parecía que aquellos monárquicos contrahechos,
imitandíJ á su jefe, temian perder su popularidad poniéndose al
lado del gobierno, y mezclándose en ]a insurreccion, que se dijera
de ellos que atacaban el trono. Es el juicio mas favorable que pue-
de hacerse de su conducta, porque ciertamente es punible lo que
entonces sucedió. Abandonaron los representantes del pueblo el lo-
cal de las sesiones, desapareció Madoz, muchos jefes y ofíciales de
la milicia se retiraron, tocaron á órden las cornetas, bajaron de los
balcoDes los sargentos y cabos, y no baIlaron quien les comunicase
noticia alguna; solo si la certeza de que estaban completamente ais-
lados, completamente solos.


IV.


Confundidos los batallones en medio de la Carrera de San Jeró-
nimo y caUe de Alcalá, aquellos mismos que habian sufrido duran·
te algunas boras sin titubear el fuego destructor de las baterías
enemigas, vieron enfilados los caliones y comprendieron la trru-
cion infame de que eran víctimas. La ira, la zozobra, el terror,
la desesperacion fueron despertándose sucesivamente entre aquellos
ciudadanos que habian salido valerosos á luchar contra un enemi-
go poderoso, tangible, que divisaban yal cual habían hecho frente;
sino que no podian combatir á ese enemigo invisible que les atacaba
por )a espalda, que les dominaba t que hacia pesar sobre ellos su
influencia llevando el desaliento y la muerte á las filas.


Los jefes y oficiales pu~donorosos ó patriotas viéronse entonces
-expuestos á gravÍsimos riesgos. Las voces de traicion, infamia, ale-
vosía, venta, circularon por todas partes, y parecia seguramente
peligroso llevar iniignias en aquellos momentos de confusioD y des-
asosiego.


Desorganizados los batallones, fueron reuniéndose algunos en
grupos para prolongar la resistencia, ó mas bien, para morir, de-
mostrando á )o..~ tiranos que el pueblo aun en los momentos de apuro
sabe mantenerse digno y noble. En la plaza Mayor, y especialmente
en ]a plaza de la Cebada y calle de Toledo, reconcentraron algunos




DBL ÚLTIMO BORBON DI IS'AÑA. S 1 S
grupos la artillería de la milicia, tomando parte en este movimiento
espontáneo las mujeres, los ancianos y los nírlos.


Durante toda la noche, los trabajos de resistencia continuaron, ba-
ciéndose cartuchos, barricadas, pero sin órden:ni!concierto, porque
aquella multitud á nadie obedecia, tan reciente estaba el cruel,.des·
enga!i.o. Solo Pucheta pudo hacerse entender en algunos momentos
consiguiendo poner en buen estado de defensa la plaza de la Ceba-
da, y colocando algunas piezas en direccion á la Puerta de Toledo,


Las tropas, con todo, no penetraron en las calles de Madrid; pero
sabedores Concha y Serrano de que toda la poblacion estaba en su
estado Dormal, se prepararon para comenzar)imuItáneamente el ata-
que al amanecer del dia 16. Y efectivamente despues de seis boras
de encarnizadas luchas, de horribles escenas y de' asesinatos sin
nombre ni calificacion posible, las tropas penetraron en la plaza de


. Ja Cebada donde todavia un punado de héroes desconocidos recibió
una muerte gloriosa. Pucheta pudo escapar en medio de ]a:confu~ion
y pereció tres horas mas tarde en el camino de VilIaverde.


Asf terminó aquel sangriento drama que dejaba á Espartero yal
partido progresista (uera del 'poder , . á la Asamblea vencida y humi-
liada, al pueblo espallol en ]a opresion y el envilecimiento.


v.


O'Donnell no se mostró orgulloso de la victoria; aquel nuevo mi-
nisterio metralla habia conseguido el triunfo en Madrid, pero era
necesario saber si el pais aceptaba las tristes condiciones del venci·
miento.


En Barcelona, aunque pocos los elementos, ]Jegó á entablarse la
lucha. En la parte de Junqueras comunicando con el barrio de Gra-
cia, y por las calles del Hospital, Conde del Asalto, San Pablo hasta'
el Padró se levantaron numerosas barricadas defendidas con obsti-
nado teson. En Junqueras, y Gracia especialmente, hubo raSgos mil
de heroísmo.· La tropa cometió excesos desde Jos primeros instantes,
fusilando á algunos nacionales y paisanos, y tanta fué la irritacioD
que esto produjo, que habiendo conseguido aislar á do. compaftfas
que se resistieron hasta quemar el último eartueho dentro de una
casa, penetraron en ella á viva fuerza y fusilaroD sin piedad tambien
á los oficiales.




814. 8ISTORIA. DR IlBIIUDD
Un episodio que viene á probar el poder de la imaginacion ocur-


ri' allf. Desplegando numerosas fuerzas el capitan general para ven-
ser J sofocar prontamente el tumulto, no hubiera conseguido su
objeto, porque era grande el entusiasmo que reinaba en las filas de
los amigos de la libertad, y arrollaron á las tropas formando como
veteranos, con sorprendente actividad, cuadros cuando la cabaUeria
les acometia. De repente, y cuando habian ya avanzado bastante
terreno, llegaron á notar que nó ocasionaban baja alguna en sus
contrarios. Una idea cruza por la mente de alguno, se reconocen los
cartuchos y llegan á convencerse de que no tienen bala. Por algu-
nas instantes titubean; pero el jefe que 108 mandaba les convence en
breves y sentidas frases de que es preciso mostrar mas que nunca
)a serenidad. La retirada fué digna de los tiempos fabulosos; con un
órden admirable y sufriendo el mortífero fuego del enemigo y algu-
na carg~ de caballería volvieron á refugiarse en la villa de Gracia,
sucumbiendo al número, por fin.


En Jaen, gracias á la apostasfa del diputado Rubio Caparros, que-
no quiso llevar la milicia de Ubeda, y que entregó todas las fuerzas;
en Murcia, en Granada,en Teruel, en Alicante y en otras muchas
ciudades, se manifestó la resistencia al nuevo gobierno.


El movimiento mas formal, empero, el de mayor importancia, el
que debió derrocar )a situacion, fué el de Zaragoza, donde el general
Falcon con las tropas que allí habia se puso al frente de la Junta
revolucionaria. Despues de muchos dias pudo llegar al frente de Za-
ragoza el general Dulce custodiando apenas un tren de batir que se
habia organizado con muchas dificultades. No contaba sin embargo
el general O' Donnell con los elementos mm tares para vencer á los
insurrecto.; que hubieran poilido hacer una salida en número de 8,000
hombres, y caer sobre el campamento del general Dulce rindiendo
í su pequeOa hueste; contaba, antes bien, con Brnil como agen~e y
hombre de dinero, contaba con las traiciones y las apostasfas.


Cámara iba á dirigirse á aquella poblacion; Romuald~ Lafuente
y otros lograron penetrar para ser presos por 108 que inlentaban
entregarse á la dictadura. Y por fin, el 31 de julio despues de al-
gUBas Begociaaiones, entró Dulce en Zaragoza,' quedando restable-
cida por oompleto en todas partes la tranquilidad y el órden material.




Dlt lJLTIIIO BORBOI( DI ESPAÑA.. 815


VI.


Bn los primeros momentos, O 'Donnell que no persiguió á nadie
en Madrid, y que no podía distraer fuerzas de ningun punto, por-
que temia en todas partes la insurreccioD, anduvo vacilante y sin
saber qué partido tomar des pues de haber declarado en estado de
sitio á toda Espana. ' •


Mas luego que estuvo asegurada la situacion, publicó.un decreto
¡"eluctable en 15 de agosto, verdaderamente doctrinario, supri-
miendo la milicia nacional. Habia hallado para esto grandes razones,
y especialmente poderosos auxiliares, porque en provincias muchas
autoridades que pasaban por ser progresistas, y aun demócratas, se
resellaron, cambiaron de grupo, cedieron. á los encantos y á los
filtros de que disponia el vicalvarismo. Velo, antiguo republicano,
gobernador de Granada y otros muchos, cayeron en la tentacion.


En ! de setiembre ya se atrevió O'Donnell á cerrar el templo de
Jas leyes; las Constituyentes fueron despedidas por haber obrado
(acciosamente, segun el ministro de la Gobernacion. Habia adop:"
tado una politica de conciliacion en los hechos, aunque bastante
agresora en los documentos oficiales.


Si las autoridades de provincias mostraban celo excesivo y los
Ayuntamientos tomaban un tinte exclusivista, el gabinete dirigia
circulares en que recomendaba la cordura, porque no queria ser
confundido con el poder á quien reemplazaba, ni con los antiguos
ministerios del moderantismo.


Vencedor á medias, teniendo enfrenta banderas opuestas, y que-
riendo tr~nsigir y aparecer como liberal, conciliando lo que llama-
ba las necesidades ~el órden, )a dignidad del trono y las preroga'-
tivas de la libertad constitucional, buscaba fórmulas seductoras por
una parte, mientras que 'restablecía con una torpeza sin ejemplo,
pero en virtud de una inflexible lógica, la Constitucion de 18'5.


El nuevo órden de cosas era ciertamente una situacion creada
eon lor elementos mas afines de los partidos progresista y mode-
rado, como lo explicaban consignando «que, no se oponia el resta-
blecimiento de la Constitucion de 18i5 á que S. M. de acnerdo coa
las cortes, sometiera el código en lo que fuera absolutamente in-
dispensable, á un trabajo complementario que corrigiera IUS defec-


,




816 .mSTOBIA DIL RIINADO
tos, llenase algunos vacios demostrados por la experiencia, eerra-
se la puerta' peligrosas y abusivas interpretaciones, robusteciele
el principio parlamentario, y cegara en lo humanamente posible la
fuente de lamentables conflic(os.»


El min!sterio proponia, llamándola Acta adicional, una serie de
proposiciones que debían ser obligatorias como parte integrante de
la Constitucion en t~nto·que decidían las cortes. AlU se consentia al
juradolacalifieacion de los delitos de imprenta; se limitaba la pri-
mera creacion de los senadores y se fijaba el derecho de nombrar-
los en ade1i'nte; se sujetaba á reeleccion á Jos diputados que ob-
tuvieran empleos, seftalando cuatro meses para cada legislatura.
Se prevenía tambien que el soberano no pudiese contraermatrimo-
Dio sin autorizacion de las cortes; que se propondria una ley orgá-
Dica de tribunales, y que los presupuestos se presentarían dentro
de 101 ocho días siguientes al de la apertura de las cortes.


;."-




CAPiTULO XLV.


SUMARIO·,


Situacion embarazosa de O'Donnell, vencida la revolucion de 18 !l6.-Como la Union
liberal era la desunion de los partidos.-Mal estado de la Hacienda.-Otras difi-
cultades con que tropezaba aquel incomprensible gabinete,


I.


No podia llamarse vencedor el general O'DonneIl, aunque si po-
día declararse vencida la revolucion, disuelto y disperso el partido
progresista, diezmados los demócratas y perseguidos los que habian
sido los únicos sostenedores de la honra revolucionaria. Decimos los
únicos, porque el partido progresista, vista la aetiturl de su jefe
Espartero, habia retrocedido rindiendo las armas sin saber en quién
fijar ]a vista, tantas y tales fueron las defecciones, tan escandalo-
sas las apostasfas.


A pesar de todo esto, si tuvo O'Donnell la habilidad de gestionar
con fortuna y de llevar la conspiracion palaciega á buen término,
DO pudo dominar la situacion que cada momento era mas peligrosa
y precaria.


¿Qué significaba el héroe del Campo de Guardias, amparando á
una Reina cuyos despiIrarros é inmoralidad habia pregonado, y lu-
chando frente á frente contra la soberanfa del pueblo que habia
proclamado alguno~ meses antes?




318 HISTORIA. DEL REINA.DO
¿Qué pretendia el general O' Donnell disolviendo las Cortes cons-


tituyentes, cuando en el manifiesto de Manzanares figuraba la con-
vocacion de la Asamblea como el desideratum de los vicalvaristas?


¿Qué representaban en aquel ministerio de confabulacion pala-
ciega, antiparlamentario en épocas normales, mas antiparlamentario
y nacido en las tinieblas de un golpe de Estado audaz, cuando no
funcionaban las Constituyentes y no eXistía ningun poder legal,
aquellos dos hombres de tan diversas procedencias, Rios Rosas y
Cantero, que habian naCido en medio de la metralla en t 854. Y que
sobre la metralla fundaban su dominio en 1856?


¿Qué autoridad prestaban á )a situacion Jos Pastor Diaz, los Ba-
yarri y los Collado'


Todo lo mas podia ser una escuadra de gastadores que caía sobre
el país para destruirlo todo, instituciones, partidos, libertades, la
honra y la dignidad de la patria. Eso si, los hombre, de corazon
mostraron cierto tacto, cierta habilidad, no presentándose como
acostumbraban los moderados, á formar un gobierno de arrastra·
sables yen que no pocos elementos militares formaban el núcleo de
12 nueva parcialidad poHtica. Porque realmente aquellos hombres
venian á realizar en el poder Jos suenos del puritanismo, las elucu-
braciones del excéntrico Moron, del antiguo socialista Pastor Diaz,
del jurisconsulto reformador Pacheco, del solitario Borrego, que so-
Ilaban un parlamentarismo 8uí generil en que ciertas eminencias in-
teligentes, é insidiosamente hipócritas, pudiesen llevar la direccion
de la vida poJitica del pueblo espallol.


11.


O'Donocll era el gran ejecutor de los pensamientos que nacian
en aquellas cabezas, que se creían sin duda notables. Venia á ser
el resúmeo, el prospeeto, el ensayo de una evolucion, y el general
habia tomado la batuta y se creia acaso mas digno, mas noble, mas
elevado que todos ellos. Lo que con muchos esfuerzos, y durante
largos allos, habia quedado en las esferas de la utopia para todas
las notabilidades que hemos citado, venia á hacerlo práctico el ge-
neraIO'Donoell.


Aquello venia á· ser, segun una frase gráfica que despue! se ha
usado mucho, la Union liberal que significaba la desuníon de todos




, -DEL lj"LTJMO BORBON DE ESPANA. 119
los partidos. Y la Union liberal que no correspondía á unir, sino á
dislocar, á disolver, á disgregar, á destruir I era en lo liberal todo lo
vaga, todo lo incomprensible, todo lo ·indefinida que pudiera imagi-
narse.


El alzamiento del Campo de Guardias iba á berir y babia beri-
do en efecto al trono, iba á hundir la dinastfa; y ametrallando las
Constituyentes, el general de Vicálvaro habia consumado el suicidio
del nuevo partido. le habia hecho nacer sin condiciones de viavili-
dad. Eran dos hechos que constituian una afirmacion y una nega-
cion, constituian una antinomia, una contradiccion.Eran dos actos
de rebeldía., rebeldía contra Isabel, rebeldía contra el pueblo.


¿Qué fuerza, que apoyo, qué prestigio podia tener semejante si-
toacion? ¿Dónde estaban sus parciales? ¿Qué intereses, qué princi-
pios venia á servir y á proclamar? .


El general O'Donnell, que era buen calculador, no habia conta-
do con esta regla de falsa posiciono No babia tomado en cuenta que
al recorrer sus etapas volvia á colocar -las cosas en la misma for-
ma y en el mismo órdan que se hallaban cuando el ministerio Sar-
torius: una Constitucion quebrantada, violada ~ desprestigiada,
que tirios y troyanos consideraban letra muerta; una Consli-
tucion, hecha de encargo para realizar un matrimonio impo-
pular, para servir á un rey extranjero; una CODstitucion que He-
vaba ya dos ai'íos en el polvo del olvido; una Reina que tenia
agravios que vengar y costumbres y antecedentes dignos de la fa-
milia de Borbon; u04l;Iteina que habia entrado en él ejercicio de las
prerogativas por la aocha puerta de las ilegalidades y de los capri-
chos, que habia dado vuelo á su imaginacion para extender sus go·
ces y hacer valer su vanidad; una Reina que tenia por padre á Fer·
Dando VII, y por madre á la mujer de Mui'íoz, que se habia edu-
cado en los vicios y que habia crecido en la sensualidad, en )a or-
gia y en el misticismo de UDa corte frailesC8.


¿Qué debia suceder y dónde encontrar apoyo, donde, fijar con
seguridad la 'planta despues de destruido el andamio de la revolu-
cion?


In.


Rl ministerio levantaba la bandera de la conciliacion~ porque
O'Donnell habia seducido unas cuantas individualidades, porque los





8!0 HISTORIA DEL RIIN!DO
desesperados y los impacientes de todos los partidos habia id(á
rodear el presupuesto, creyó sin duda que bajo los pliegues Ite:la
bandera desplegada cabian todos los espaJioJes; porque habJaba.:de
órden, porque hablaba de estabilidad, creyó que encontraria á:su
lado á esas masas indiferentes que por su inercia forman el núcleo
del gran partido conservador. Y Q'Donnell no veia, y sus ciegos
compaft.eros no llegaron á adivinar que' habían hecho el vacío ren
torno de aquelJa situacion. No pudieron convencerse sin duda de que
fuera de la personalidad de Espartero, y arrollada la bandera deJa
revolucion, caian en el abismo de su impotancia.


Despues de reshlurados la Constitucion y el trono, no era posible
otra cosa que Sartorius y comparsas. En vano Rios Rosas, despues
de sus ineluctahles documentos, confeccionó aquella Acta adicional
para dar cierta fisonomía burlesca, para colocar UDa careta, para
dejar en el incógnito lo que aquella situacion significaba. Todos:co-
nocieron la farsa.


ta masa de los partidos progresista y moderado desatendió el
llamamiento que se les hacia y rechazó la transaccion propuesta.
Paralos moderados el presidente del Consejo constituia un obstácu-
lo invencible para el plan concertado de alianza: el recuerdo de Vi-
eálvaro era mas elocuente que todos los programas gubernativos.
Para los progresistas el ministro que en primer término s,uscribia:el
Acta adicional, era el que habia zapado los cimientos del órden de
cosas establecido en 1854, el que habia~abolido la milicia nacional,
disuelto la Asamblea constitayente, ametrallarl) á los que procla-
maban al duque de la Victoria y restablecido el código de 1845.


Los unionistas, los ministros de origen progresislaCantero y Bayar-
ri, pareee como si se avergonzaran y resistieran algunas reformas que
Rios Rosas proponía, especialmente en los detalles, y la disolucion de
las Constituyentes fué acaso de las primeras medidas que produjo esci-
sion en el seno de aquel gabinete .. Vino despues la ley de desamor-
tizacion acerea de la cual no era fácil la avenencia entre aquellas
beterógeneas parcialidades.


IV.


Cantero, como ministro de Hacienda, á pesar de haber encontrado
desahogadas las arcas del teioro, tenia que hacer frente á tan apre ..




DEL ÚLTIMO BORBON Di ESPAÑA. 311
iniantes necesidades, que necesitaba recursos y buscaba arbitrios,
para lo cual expidió circulares con objeto de apresurar la venta de
Jos bienes comprendidos en la ley, presentando en setiembre al Con-
sejo un proyecto de decreto para obtener un crédito de 30 millones
de reales destinados á la restauracion de templos, suma que debia
tomarse de los productos de 'Ia venta sucesiva de los bienes ecle-
siásticos.


Ese proyecto que tenia bastante alcance, puesto que significaba
persistencia en la desamortizacion de los bienes del clero, cuando se
conspiraba por los miembros influyentes del gabinete en hacer
transacciones vergonzosas para adquirir apoyo é influencia en la
pandilla clerical, halló en el ministro de la Gobernacion tan furi-
bundo adversario que Cantero, despues de enseriar la oreja, despues
de haberse alejado de sus antiguos amigos haciendo traicion á la
causa popular, tuvo que resignarse á dejar la poltrona que en 10
de setiembre· en tró á ocupar el que habia de ser el famoso don Pedro
Salaverria.


Este ministro venia sin duda con su plan bien trazado, puesto que
á los tres días suspendió la venta de los bienes del clero, dando esa
prenda á los hombres de la reaccion, preparando y allanando difi-
(mitades para que esta recorriese su camino sin estorbos ni peligro.


Otra dificultad grave, entre las muchas que habia suscitado la
revolucion, era la del secuestro de los bienes de Cristina que como
desagravio á la opinion pública se habia impuesto en 1854 cuando
fué extrañada del reino con aquella pompa y solemnidad que ya di-
jimos al tratar de la jornada del 28 de agosto. Las cortes, como de-
jamosindicado, fuese por deferencia á su defensor don Manuel
Cortina, fuera por no abordar los peligrosos incidentes que envol-
via, fuera por otras causas, la verdad es que dejaron pasar los
meses y los arios sin acordarse que babia crimenes que castigar, .
que habia medios eficaces de imponer á los traidores á los rebeldes,
á los dilapidadores de la Hacienda pública, á los enemigos del
pueblo.


¿Dónde estaba la energía, la actividad y y la astucia, dón-
de las convicciones de aquellos que se llamaban revoluciona-
rios, que no hallaron medios de comprometer á la Asamblea para
investigar las causas de- los males que habia sufrido la patria, per-:'
siguiendo criminalmente á Cristina y á los ministros de Isabel du-
rante los once atlos, ya que con la hija de Fernando querian guar-


TOMO 111. tI




822 HISTORIA DEL REINA.DO
dar deferencias y consideraciones? Pues qué, si hubieran hecho jus-
ticia; si hubieran puesto en evidencia los robos y las infamias, ¿creen
que las clases conservadoras, esa masa inerte de que hemos habla-
do, que sirve á los gobiernos todos porque teme á lo desconocido,
ltubiesen d6jado de aplaudir esta conducta digna y enérgica? 6&
habia gritado O'Donnell: inmoralidad, abajo los criminales, y no
venia proclamando Bravo Murillo las economias desde muchos
anos? ¿No se habia asombrado el pais de las fortunas improvisadas,
y no se proclamaba por todos la necesidad de concluir con los agios
castigando á los contratistas que se habian servido del favor y del
soborno para hacerse duenos de los servicios públicos y estafar á la
multitud? ..


1..0 hemos dicho; las Cortes constituyentes, el partido progresista
en masa se habian desconceptuado, casi habian llegado á ser cóm-
plices de tantos robos, de tantos crímenes como la concieQcia pú-
blica habia presenciado. Y O'Donnell, restaurando la situacion de
185', llegaba á ser mas criminal aun qU8 los mismos perpetradores
de tantos desafueros.


v.


El ministerio incomprensible que habia sucedido á la siluacion
revolucionaria del ominoso óiemo, era UD gobierno provisional; no
podia ser estable, no podia ser efectivo, era un ministerio demoledor,
era como hemos dicho la escuadra de gastadores que va desem-
barazando el camino, quitando la maleza, abriendo la. brecha por
donde han de penetrar los pelotones, el gmeso delejéreito.


y el general que habia sonado con er poder, y aquellos desgra-
ciados companeros que sin poder dominar su ambicion, aprove-
chaban el primer momento para asirse al banco ministerial, iban á
quedar reducidos al trisle papel de guias, y la suerte les reservaba
el suplicio de Tántalo.


I..eccion que debieran aprovechar no pocos para huir de esas si-
tuaciones tristes en que se colocan. Olózaga conspirando siempre,
persiguiendo un sueno de toda la vida, llega' despues de muchos
afanes, de muchos ardides á la presidencia del Consejo, y desde fa
presidencia del Consejo, pasando por las amarguras y tragando la
hiel que Goozalez Bravo exprime sin compasion sobre ,sus labios,




DEL ULTIMO BORBON DI ÉSPAÑA.. 819
se ve fugitivo en la grupa de un caballo fpor entre riscos solitario.
hasla ganar la frontera de Portugal.


Rios Rosas que ha estado anatematizando constantemente las de..:.
masias del moderantismo, que ha condenado los atropellos, los fu-
silamientos, que habla de órden y de principios y da legaJidad, se ve
obligado á aceptar el poder que ambicionaba; no llegó á ser siquie-
ra presidente del Consejo, y ha de fusilar inútilmente á Jos grupos
que le disputan el poder, que le arrojan de Palacio con ignominia ...
para volver algunos meses mas tarde á cerrar el periodo revolucio·'
narío, á gobernar con el auxilio del sable, á destruir el parlamento
y á entregar á los moderados el gobierno del pais casi en las mis-
mas condiciones en que Jo habian abandonado algunos meses antes.
Extralía é incomprensible lógica de los sucesos, encadenamiento na-
tural que arrastra invenciblemente á los hombres y áJas cosas.


y eomo esos ejemplos, hay en el vecino :imperio u~ escritor fa-
moso que aorre tras del poder, que 10 busca á todo trance, que se
empella en llegar á la cumbre por tedos los medios, y siempre des-
pues del sacrificio inmenso do contradecirse, tras de esfuerzos ma-
ravillosos de ingenio, solo consigue el ridículo y el aislamiento en
que se encuentra á pesar de sus habilidades y de sus excéntricas
salidas.




CAPITULO XLVt.


SUMARia.


Importancia de la minoría republicana enlas Constituyentes del bienio.-Persecucion
de republicanos.-Apostasías de progresistas.-Conspiraciones palaciegas durante
el ministerio O'DonnelI-Rios Rosas.-Proteccion moral de Napoleon.-La mo-
gigatocracia en Palacio._Ministerio Narvaez.-Mal estado de la Hacienda.-Em-
préstito Mirés.-Rcflexiones.


1.


La revolueion del 54 se babia disipado como el humo. Aliándose
Espartero con O'DonnelJ, y sometiéndose á la voJuntad de Isabel,
aquel esfuerzo supremo del pueblo se babia convertido en una de-
eereion terrible. Y aquellos hombres que parecian conspirar al mil-


, mo fin debian ciertamente sufrir la misma suerte.
El pueblo entre tanto" engafiado un momento por las pala-


bras seductoras que escribían en sus programas algunos hombres
qne le parecian simpáticos, llegó á convencerse un día de que toda
la farsa de conciliacion solo podía servir de rémora al progreso, y
que no habia mas salvacion que reaUzar la bandera democrática.
Por eso el partido progresista perdió en aquellos dos afios toda su
fuerza, toda su popularidad. Por eso la minoría republicana, aun-
que' escasa en número dentro de la Asamblea, fué bastante potente
para tener largo tiempo á raya al héroe de la reaocion, y á las
hueltes que acaudillaba.




DEL ULTIMO BORBON DE BSPAÑA.. 3!5
Llegado el trance supremo, evidenciada la crisis, aquella minoda


quiso aun luchar; quiso aun sostener á Espartero que se derrumbae
ba; pero Espartero y Escosuia, como todos sus amigos,habian des-
armado la revolucion, habian visto impasibles como se fortificaba
el elemento militar, y no habian tenido en cuenta que el clero,
esa falange organizada para el mal, dispuesta siempre á servir á
todos los poderes, siempre qu~ le dén una parte en el botin, te-
nia, si no intluenci amoral, medios de resistencia, ciertos elementos
materiales para servir á la causa de la reacciono


y la democracia, el partido republicano, que hubiera continuado
todavía dando apoyo al hombre de Luchana si se hubiese decidido
, romper lanzas con la monarquía, no pudo por sí solo sostener
la campana, porque habia perdido sus fuerzas, agotado su sangre
y estaba desarmado. Sus hombre(estaban en las cárceles y en los
destierros. Abdon Terradas, Clavé, Roberto Robert, Cervera, el que
escribe estas lineas como Cáma.ra, y otros, babian visitado tambien
las cárceles, y el primero continuaba preso en Madrid mientras Jos
demás buscábamos en la emigracion un consuelo, una esperanza d~
ver lucir mejores dias para nuestra querida patria.


¿Qué funesta obcecacion habia llevado á los progresistas á per-
s'luir con tal encarnizamiento á sus aliados naturales~


n.


El partido republicano debia volver á su antigua costumbre, á su
práctica constante, debía volver á la propaganda activa, al elub, á
la eonspiracion.


As! lo entendió Cámara que pasó muchos meses oculto en Anda-
lucia preparando la caída de aquel gobiernQ hipócrita que segun Sil
expresion era degradante y vergonzoso. Por todas partes empezó á
agitarse la opioion; en todas las poblaciones se reorganizaron los an e
liguos circulos, las sociedades que habian contribuido á los diferen-
tes movimientos que se realizaron en la época del moderantismo.


La frace¡on de los puros capitaneada por Calvo Asensio, Sagasta;
Abascal y otros, pasó los primeros meses en el estupor, y DO sabia
cómo explicarse la conducta de Espartero que pasó á su retiro de
togrono, y menos aun las defe~ciones, las apostasfas infames de los
Infantes y de los Lujanes, de Jos Luzuriagas y)os Alvarez, de los




B!6 DISTORIA DIL nUUDO
Gonzalez etc." y despues que pasó esta época de anonadamiento,
tambien los Sagastas y los Calvo Asepsios entraron en la via de las
conspiraciones sin prescindir por eso de prepararse á la lucha le-
gal.


En la prensa hubo transformaciones, y los perióJicos radica-
les desaparecieron, aunque la Diseusion prosiguió su comenzada
tarea.


Era una situacion extrana. El poder se ejereia por un faccioso
en nombre de una ley que habia combatido, en nombre de una Rei·
na contra quien se habia sublevado, eo representacion de un par-
tido que no existia; y partidos y corte y Constitticion, todo era hos-
til, todo era adverso al hombre de Vicálvaro, todo le pres8gia~a una
derrota sangrienta, UD castigo,' UDa expiacion.


Hábil piloto,.escéptico, digno heredero del Dombre de aquel fa-
moso general que vendió la libertad en 18!3, pero menos conse-
cuente que aquel O'Donnell encerrad6 en la ciudadela de Barce-
10Da como prisionero oarlista, qué supo ir á arrostrar la muer-
te sereno y tranquilo, el irlandés conde de Lucena, no supo prever
la catástrofe, y solo fué á desempenar en las jornadas contra la
Constituyente una comision odiosa que otros debian aprovechar de-
ándole responsable del acto inicuo del horrendo atentado.


111.


Los palaciegos no perdian tampoco el tiempo; alli tambien se
conspiraba; aquella Reina que no podía vivir sino en la intriga y
por la intriga, en el fango y en el envilecimiento, veia ahora gente
extral'ia, advenedizos ciertamente, en torno suyo; reclamaba, pedia,
exigia que volviesen los tolerantes consejeros, los corruptores agen-
tes del orleanismo, los que habian querido traer á Espana poHtica
francesa de la monarqu(a de Julio, los que sol'iaban con golpes de
Estado como el del imperio francés. Y el imperio se mostraba agra-
decido, y el imperio hacia demostraciones aeercando á la frontera
hasta cincuenta níil hombres, y haciendo publicar en el MONITOR un
articulo en que se decia que jamás )a peninsula ibérica habia sido
lan bien gobernada como cuando moró en ella una princesa ahora
desterrada, y que nunca estuvo tan rebajada de S!1 dignidad la Ibe-
ria como durante la administracion del que puso 6.n á una guerra
en lergara.




DEL ÚLTIMO BOBBON DIISPAÑ.l. S!7
La corte recibia, pues, la proteccion de NapoJeon el chico; podia


Isabel contar con el advenedizo de allende los Pirineos, pero en Ja
opinion, aquel nuevo insulto venia á arraigar mas profundamente los
odios á la dinastfa, convenciendo á la multitud, de que no hay nada
divino en esas familias de explotadores que solo pueden sostenerse
por medio de la artillerfa, haciendo vfctimas, consumiendo inútil-
mente la sangre del productor y llevando ]a miseria y la esclavitud
al taller, al campo y al hogar.


Los frailes y las monjas volvían tambien de nuevo á asediar á
aquellos débiles y apocados espiritus que no tenían otras manifes-
taciones que las del placer, que no sentian por nada ni por nadie,
que no sabian siquiera que existiese la inteligencia, tal ffi'a el des-
tino á que la habian relegado.


y estas intrigas y estos conciliábulos venian á ejercer presion so-
bre el ministerio que no podia resistir á las opuestas corrientes que
1. combatian zapando lo que creia sólidos cimientos.


Cristina enviaba sus emisarios, Isabel escuchaba de nuevo los
consejos de aquellos célebres italianos que habian logrado captarse
las simpatfas del pueblo de Madrid! com'o Jo manifestó el ,!8 de
agosto.


En medio de aquel caos, un dia apareció el general Narvaez en
Madrid; era legitimo representante, el hombre autorizado para la
politica de resistencia; el autor de la Constitucion que venia rigiendo,
y fácil fué prever que aquelJa apariencia ha,bia de ser funesta á
aquel famoso conspirador que tan pronto luchaba desde la ciudade-
la de Pampl4lna como desde los campos de Vicálvaro ó desde las
fuerles posiciciones de Palacio. Como en 1848 venia de las Tulle-
rias el hombre de la corte, el mas refinado andaluz que sabia lle-
var la adulacion hasta los límites mas "extratios.


IV.


Dióse un baile en Palacio y á él asistió el célebre duque de Va-
lencia. Concedió Isabel la honra á O'Donnell de admitirle á su lado,
y algunos momentos des pues el hombre de Loja tuvo la fortuna de
bailar un vals con la Beina de Espal'ia. Al siguiente día 11 de octa-
bre, el gabinete O'Donnell-Ri05 presentaba su dimision di8i~ulan-


..




318 HISTORU. DEL REIlUDO
do su forzada caida con un disentimiento entre sus individuos. Su-
bió á formar el nue\'o ministerio el general Narvaez.


Entraron á tomar puesto en la restauracion algunos hOQlbres
nuevos, de diferentes procedencias tambien, porque aliado de Mo-
yano y de Seijas, figuraban Urbistondo, antiguo carlista, como mi-
nistro de la Guerra, y el autor del padre Cobos, el cínico y descarado
.Nocedal, que saliendo de las filas de la milicia para tomar un puesto
entre l~s perseguidores del pensamiento como fiscal de imprenta, y
habiéndose distinguido como acusador de los periódicos republicanos
y carlistas desde el ano 41 al 43, venia desde su ingreso en el par-
ti40 moderado, al mismo tiempo que el hombre del Cuirig.ay cuna-
do suyo, pasando por todos los matices desde el puritano constitu-
cional hasta el rnogigatocrático frailuno. Este desventurado escéptico
que adoptába todas las formas de la hipocresía y del servilismo, ha-
bia arrostrado audazmente las iras populares, insultando con des-
caro los mas venerandos objetos y vertiendo la calumnia á raudales
sabre el pueblo espanol en los dos anos que acababan de transcur-
rir. Sus discursos en la Asamblea, sus trabajos especiales escribien-
do y haciendo l!ls defensas del Padre Cobos, le daban ciertamente
derecho á una posioion, y, como Gonzalez Bravo habia bailado una
coyuntura en las difersas fases de la famosa insurreccion militar de
18'3, para encaramarse á la presidencia del Congreso, sobre la
reputacion y la honra de un hombre, Olózaga, este cinico incrédulo,
verdaderamente el jóven mas aprovechado de la escuela neo-católica,
venia tambien como de molde á poner el sello á la última etapa del
movimiento iniciado en el Campo de Guardias, á ciencia y pacien-
cia de todos los generales moderados, que veian con disgusto domi-
nar el frac y la sotana en los consejos de Isabel. I


O'Donoetl se colocaba en la jerarquia poUtica éntre Jos polacos
y los mogigatócratas.


Completaban ese ministerio el marqués de Pidal, BarzanaHana y
Lersundi. Ya podia comprenderse la' significacion del cambio ope-
rado y quedaba fijado irrevocablemente.


Si el ministerio del general Ü'Donnell habia vuelto la revolucion
á su pUllto de partida, al movimiento de 17 de julio de 185'. y las
ideas de lo que se llamaba Un ion liberal, el gabinete de 12 de oc-
tubre de 1856 no habia de detenerse en aquel punto: formábase para
borrar las huellas de la insurreccion de 1854,. para U~var pura y
sencillamente á Espana al órden existente antes de la revolucion.




DIL ULTIMO BOIBON DI ESPAÑ!. 819
y .in pérdida de momento y con claridad se reveló esta-política res-'
talradora.


Cuantas disposiciones se adoptaron en aquellos dos arIos por los
,obierno. sucesivos tendiendo fa Jebílitar la autoridad del concor-
dato de 1851 fueron anuladas; y la ll!)' de desamortizacion quedó
definitiva y absolutamente suspendida en todas sus partes, la Cons-
titucion de 184.5 fué confirmada y despojada del Acta adicional,
y fueron puestas otra vez en vigor las antiguas leyes sobre el
Consejo real y sobre la administracion provincial y municipal. Un
real desreto revalidó 108 empleos, grados y demás gracias concedi-
das por el ministro Blaser á Jos militares que combatieron el movi-
miento del Campo de Guardias; restablecióse la legislacion de 1845
sobre la prensa, senalando muy estrechos límites á la discusioD pe-
riodfstica, las contribuciones suprimidas por Ja revolueion fueron
restablecidas, y, en una palabra, Espana volvió á encontrarse casi tal
como la dejara el gobierno moderado,con todo su régimen politico
y administrativo.


VI.


La cuestion de Hacienda no se habia resuelto á pesar de los es-
fuerzos de los progresistas. Habían ellos ensanchado sin duda la es-
fera de accion y planteado las bases para que se pudiera mas ade-
lante desenvolver en cierto modo la riqueza pública; pero debian
pasar aun graves apuros, y el presupuesto no podia menos de cre-
cer en espantosa proporcion, dadas las circunstancias y la politica
cara que necesariamente iban á seguir las escuelas doctrinarias qno
16 habían apoderado de la situacion.


Muchos curas, mucho ejército, una numerosa fala!1ge de emplea-
dos, no pueden sostenerse sin contribuciones onerosas, aun cuando
los gestores de la cosa pública no ayudasen con sus agíos, , sus
contratas, sus dilapidaciones á que se malverse la hacienda nacio-
nal; y el gobierno de O' DODnell habia comenzado ya gastando
cuanto existía en las arcas del tesoro para sostenerse y destruir á sus
adversarios.


T el gobierno de Narvaez venia á completar la obra cegando por
completo las fuentes que apenas comenzaban á dar recursos para
sobrellevar las cargas públicas.


TOMO 1II. t,




830 IISTORIA DBL REINÁDO
AlIado ~ esta crisis 'y cuando el gobierno no podia hacer fren-


te á las mas perentorias necesidadés, surgió otra crisis, la crisis de
sllbststencias, que en pocos dias tomó alarmantes proporciones, ya
que no solo faltaban en Espafia iino que toda Europa .entia los pera
siciolos efeetos de la miseria, las terribles consecuencias del ham-
bre.


BarzanaUana, pues, tuvo necesidad de exprimir y aquilatar la
ciencia económica, y estudiaba unos presupuestos para 1857, ya que
se habia abolido la innovacion de comenlar en 1.e de julio del afio
eaonómico.


Tenia necesidad de completar y poner en armonia todo su sistema
aquel ministerio restaurador, y por eso restableció deide 1.· de ene-
ro los derechos de puertas y consumos refundiendo esos dos tribu-
los en uno solo. Por lo demás, ya que el camino estaba trillado
volvió de nuevo á los empréstitos, y. realizó uno adjudicado al ban-
quero M~rés por valor de 300 millones al tipo de l!'56. Esta ope-
racion con el flamante rentista del imperio tenia muchos inconvenien·
tes y se prestaba á todo género de críticas.


El banquero Mirés halló en la prensa espal'iola los primeros ata-
ques, que por fin dieron en tierra con su prestigio y su fortuna
algunoi anos mas tarde. '




VII. -


Habian pasado los tiempos en que el general Narvaez ejercia un
influjo casi irresistible sirviendo de 'eje á las fracciones conservado-
ras que se agrupaban en torno de la bandera por él levantada, acep-
tando casi todas sus soluciones por conducir mas Ó m~DOS directa-
mente á los fines que se proponian.


La teoría constitucional admite como axioma el gravisimo error
de que se necesitan dos partidos, progresivo el uno y reformador,
mientras que el otro viene á aplicar y á conservar las conquistas
hechas, madurándolas y poniéndolas en práctica. Da este error par-
ten cODseeuenciall gravisimas, porque se supone que el rey, como
moderador, atiende á las exigencias de la opinion pública que se
cansa á veces de caminar y pide un momento de descanso. Y la opi-
Dion siempre es progresiva, siempre exigente; por cada satisfaccion
aloallzada nacen necesidades infinitas que es preciso satisfaeer tam-




DEL ÚLTIMO BORBOJ( DE ESPAÑA. S31
bien. El reposo seria la muerte, la reaccion, el retroceso es aun nn
estado mas grave que la muerte, es la descomposicion, la destruc-
cion del cuerpo social. .


¿Quién, pues, se atreve á declarar en estos tiampos que es nece-
sario ese vaiven continuo, esa agitacion incesante para el progreso
J la marcha de las ideas~ .Por qué al movimiento revolucionario si-
gue la reaccion violenta? ¿Por qué viene esta á inutilizarlo todo y á
producir perturbaciones peligrosas?


En algun tiempo, en ciertos períodos, ha podidQ la sociedad ha-
llarse en un estado semejante al de las épocascrfticas en la vida
del hombre. y haciendo extensivo á las épocas normales lo que pue·
de ser síntoma propio de los períodos anómalos, pretenden los cu-
randeros politicos decir y sostener que las reacciones han de ser
constantemente proporcionadas á la acciono No toman en cuenta
lIue las crisis producidas resuelven por mucho tiempo los virus de
que está impregnada la economia y que so pena de declarar que la
sociedad está enferma por completo, que arrastra una vida lángui·
da, deben confesar su impotencia ('mando provocan tan s810 innece·
sarias y violentas crisis.


Lo que si es preciso apresurarse á hacer, es completar la serie
de matices diversos en los partidos, y comenzando desde lo existen·
te ir progresivamente avaDzando de reforma en reforma, marchan-
do hácia el ideal, hácia aquello que se llama utopia, hácia aquello
que solo descubre tal cual inteligencia privilegiada. Lo que urge,
pues, es hallar el estado de equilibrio entre las necesidades que ni·
cen y los privilegios que mueren para marchar atrevidamente há:"
cia lo porvenir sin riesgos, sin vaivenes, sin trastornos, SiD saDgre.


lbamos alejándonos de nuestro prop6sito que era indicar el frae-
cionamiento, la subdivision, la descomposicion de los partidos que
ya por entonces comenzaba á ser tan evidente que ninguna fraccioll
podía decirse bastante poderosa para dominar á las otras. El partido
progresista se escalonaba desde los republicanos á la Union Iiberat t
y desde esta partia una serie difusa que se perdia en el carlismo .,
.. la teocracia, formando aquella eSGuela de 101 mogigat6cratas.




iAP1TULO XLVlI.


SUMARIO.
. ,


Diversas aspiraciones entre los palaciegos.-D es6rdenes en algunas ciudades.-Nue-
vas elecciones.-Discurso de la Corona á la apertura de las Corles.-Lucha empe-
fiada en el senado.-Triunfo parlamentario del gobierno.-Sus arbitrariedades í
injusticias.-Sixto Cámara.-Política restauradora.-Penuria de la Hacienda.-
Rigor contra la imprenta.-Disgusto general.




l.


Aquella aspiraeion que entró en Palacio ó que se hizo sentir mas
fatimamenle con el esposo de Isabel, era ya, y cada dia se notaba
mas, un elemento de fuerza, un retolio bien senalado del antiguo
régimen inquisitorial y despótico. A su sombra, alentados por los
palaciegol,bullian y se organizaban los ambiciosos de capucha, los
escépticos 'beatos, aquellos que llevando en su éoncieneia todos los
I~rmenes del vicio, querian vivir en medio de los goces aparentande
aUlteridad COD refinada hipocresia.


I.os que luspiraban por estas restauraciones monárquicas ¡magi-
laban el taJamiento de la princesa de Asturias con uno de Jos jó-
venes infantes de la familia de don Carlos; deciase que un agente
.. rlista 16 hallaba en Madrid, y que altos personajes ajustaban la
eombinacion. A]go de esto habia de ser verdad cuando el general
marqués de la Pezuela, cuyo nombre iba mezclado á estos rumores,
.reyó deb.r protestar públicamente y declarar que los derechos de




DIL iLTIHO BORBOl'( DI ESPAÑA.. 888
la Reina eran para él indisputables, que no habia sido ni seria ja-
más absolutista ni enemigo de un sistema politico representativo, J
por fin 'tue se honraba de secundar á todo gobitrno jUito y fuerte
que mereciese la confianza de su soberana.


Isa pandilla tenia su representante en el ministerio, en aquel
mozalbete llamado Nocedal, y aun cuando ]a experiencia habia de-
mostrado á los .onservadores cuán peligrosa era la division, de he-
.10 habia casi tantol matices en el seno del moderantismo, como
ministerios habían existido; y vicalvaristas, liberales conservadore.,
Iravomurillistas, polacos~y los agradecidos de esta ó aquella pirso-
DaJidad que habían obtenido el mando antes de la crisis del 5', sin
declararse en franca oposicion contra el ministerio Narvaez, se abl-
tenian de prestarle apoyo decidido, le aislaban evitando comprÓme-
terse por él y censuraban los actos de a)guDoi de sus' miembros pre-
parándose para lo porvenir.


El ministerio caminaba entre tanto entre escollos que procuraba
salvar, contentando alternativamente á unos y á otros.


Convocó eortes en 16 de enero de 1857 para el primero de ma-
yo, procurando satisfacer á los constitucionales, mientras que pro-
metia á los amigos de innovaciones reaccionarias, á los que habian
apoyado·' los diversos ministerios reformistas hacer ciertas modifi-
caciones, cuidando de no chocar con las influencias camarillescaJ que
ya se mostraban altivas y poderosas .


.En los últimos meses del 56 estallaron algunos desórdenes en Va-
lladolid, Lérida y Málaga, que si no fueron bastantes para derribar
al gabinete, servian para ensenar al pais que el autor del Padre Co-
bOl no habia estado en nna cuando acogió con vebemencia tal, y
quiso presentarla como escarnio, aquella frase pronunciada en el
bienio: cada dia que pala sin un molin, etc. Tambien el disfamador
del Padre CobOl, como el antiguo folletinista del Guirigay, veia el
desoontento crecer y manifestarse contra su administracion. TambieD
se sucedían en su época las sublevaciones y los alborotos, sin que
bastara la elpada del héroe de la Mancha á tener á raya los descoD-
t .. tos.


11.


Llegó el periodo electoral, y don Cándido sirvió, como todo. los




384 IISTOIlIA DEL REINADO
ministros antes que él, para violentar la opinion creándose una ma-


I yor(a y excluyendo por completo al partido democrático, dejando
penetrar muy escaso número, y ese de los escogido" del partido pro-
gresista, y haciendo tambien en el vicalvarismo ancha. brecha.


Aquella cámara fué una nueva saca de hombres desconocidos que
representaban las diferentes fracciones aliado de los antiguos jefes
del moderantismo, y el ministerio puso gran empelio en formular
una polftica que pudiera atral3r todos aquellos maticei y opiniones
sueltas que bullian en el estadio polftico para formar ua núcleo y
dominar por completo.


No pudo asistir la hija de Cristina al solemne acto de apertura
porque IU estado de preñez la molestaba, y Narvaez recibió el en-
cargo de leer el discurso de la Corona, en el cual se exponia la si-
tuacion de EspaJIa bajo sus diversos aspectos, con esa cautela é hi·
pocresía refinada qne forma uno de los principales caractéres del
partido moderado.


uMi gobierno, se decia en ese documento, os propondrá una im-
portante medida, la reforma del senado, dirigida á Hmitar las con-
diciones de admision, á hacer inherente la dignidad de senador á los
cargos mas elevados de la Iglesia y del Estado, á introducir la BU-


• cesio n como elemento de estabilidad y de fuerza, y como medio de
conservar y perpetuar los gloriosos nombres que en los tiempos pa-
sados y en los presentes han ilustrado al pais .•


Era pues reformista el nuevo ministerio. No habia renunciado á
las tradiciones del partido conservador, es decir, á las tradiciones
destructoras y desorganizadoras.


Como expresion de la idea política general, el discurso del trono
inyocaba la conciliacion é invitaba á los represe~tantes del pais á
borrar el recuerdo de los sucesos pasados y á trabajar en comun
por el bien público, relegando al olvido antiguas causas de division
y discordia; lo eual era llevar el cinismo hasta su último limite y
ocultar bajo el velo de una hipocresía estúpida" inicuos planes de
retroceso.


Ironia sangrienta, la eonciliacion y el bien público en· boclI de los
moderados, y para interpretar los sentimientos de aquella Reina tan
degradada como criminal y facciosa. Porque si entonces existia al-
Bun faccioso, era aquella que permitia aetos contrarios á la sobera-
nia popular, despues de haberla levantado un trouo. despues de ha-
llarla indultado !enerosamente cuando humilde habia venido á su ..




JEL ULTIMO BORBON DIISPAÑA. 815
plicar y á prosternarse de rodillas ante los hombres de ]a revo-
lucion.


Aquel ministerio, con todo esto, lué recibido en el congreso eon
cierta especie de frialdad, y pudo convencerse de que no dominaba
ya los vientos, de que estaba expuesto á zozobrar al primer embate
si no llevaba con tino la brújula en los azarosos mares. Aquella ma-
yoria inquieta y bulliciosa, aquel manojo de ambiciones é intereses
egoistas que formaban la hueste ministerial, no podían sujetarse á
la severa disciplina que deseaban los prohombres; y las zancadillas
de Palacio, aquellas divisiones intestinas, aquellos intereses perso-
nales que siempre habían provocado crisis sobre crisis en la ante-
rior época, iban de nuevo á presentar obstáculos á la marcha nor-
mal y sosegada de los sucesores de O'Donnell.


Uoa frace¡on habia fuera de la escena relegada al olvido, por to-
dos despreciada, en el seno del partido conservador. Victhna sacri-
ficada en aras de la moralidad, el polaquismo, es decir, los minis-
tros de 1854. Permanecían aturdidoe aun por el golpe fatal y balla-
ball en Plllacio y en la hipocresía de muchos hombres tenaz y porfiada
oposicioD.


111.


En el senado, que como antigua institucion habia dormitado du-
rante dos aríos, y volvía de nuevo á la vida con sus mismos elementos,
con su mismísima organizacion, seotábanse casi compactos los ciento
cinco que en nombre de la moral habían combatido á Sartorius y á
sus eomparíeros. Y entre e~os hombres probos y leales se hallaban
los generales de Vicálvaro, y era mucho mas dificil que en el congreso
la obra del gobierno, y en él se empeliÓ la lucha, tanto mas inevita~
"ble cuanto que entre la fraceion vicalvarista y el gobierno existian
muches gérmenes de irritacion.


El general O' DonnelI, visiblemente ofendido por haber sido reem- .
plazado tan pronto en el poder por Narvaez, llevaba con impacilJllcia
la especie de amnistía que al parecer se le daba, en atencion á los
servicios recientes prestados á la dinastía, y por otra p~rte, estos
servicios, por grandes que Cuelen, no podían hacer olvidar á los con-
seJWadore8 el suceso de Vicálvaro. T.odos Jos moderados tenian en su
conducta tal ambiguedad, tan elásticos procedimientos, tantas oon-




836 mSTOllIA. DEL RBINADO
tradicciones, que podian temer volver ]a vista atrás ó hallar enfrente
UD espejo· que pusiera en evidencia sus deformidades.


Una enmienda presentada por el general Calonge, al discutirse la
eontestacion al discurso del trono, contra el espiritu de insubordina-
cion militar, fué la mecha aplicada á]a mina. El presidente del Con-
sejo se presentó á combatirla levantando la bandera de ]a reconcilia-
ciod: y queriendp cubrir con ella irritantes recuerdos; pero el conde
de Lucena recogió el reto y aprovechó la ocasion para defender su
conducta, para explicar la politica de su ministerio, y sobre todo para
acusar al general Narvaez de complicidad en los sucesos que habian
llevado á la revolucion.


La lucha adquirió en breve grandes proporciones; Jos ministros,
los generales vicalvaristas tomaron sucesivamente la palabra, y en
las discusiones, en las que dominó por completo el amor propio sin
entrar para nada el amor patrio, se fulminaron por unos y otros gra-
vfsimas y fundadas acusaciones.


Obtuvo, á pesar de estas contrariedades, el gobierno una gran ma-
yoria á su favor en la votacion á la respuesta al regio discurso. En
el congreso, á cuya presidencia habia sido elevado Martinez de la Ro-
la, el debate revistió formas puramente .politicas, y Rios Rosas, esa
famosa lumbrera del moderantismo que acababa de hacer su evolu-
cion hácia el Campo de Guardias, pasando dos veces por el ministerio
con notable descrédito de,su ineiuctahilidad, pronunció un discurso
de oposicion al gabinete Narvaez, en que defendía á sus recientes
comensales, haciendo caer elivilipendio sobre Narvaez y sus amigos.
Ampuloso y vago como siempre, se cernió por los espacios imagina-
rios sin lograr que fijase nadie La atencion en sus palabras á pesar
de lo excéntrico de la forma. Yen este cuerpo colegislador, como en
el senado, los hombres alH reunidos que se miraban con asombro al
contemp1ar vigente aquel código fundamental que dos ailos antes fué
abolido por la voluntad del pueblo, reunió' tambien el gobierno una
gran mayoría para aprobar su poUtica.


IV.


No aceptaban seguramente los partidos el vencimiento, y se dis-
ponian á luchar, ya que no en el terreno legal que les estaba ~
dado, entrando en las conspiraciones para,derrocar por medio de la




DIL ULTIMO BORBON DIISPAÑA. 887
fuerza Ja tiranfa. Progresistas y republicanos conspiraban ya, y los
yicalvaristas alentaban á Jos conspiradores con su conducta reser-
vada, y COD su hostilidad á Palacio, con sus ataques á Isabel que
babia vuelto h ser para ellos el enemigo comUD.


Cámara proseguía sus trabajos en Andalucía, visitaba las aldeas, y
escribia proclamas entusiastas, llamando á las armas á los andalu-
ces en frases sentidas y bien meditadas. Otros trabajaban en distin-
tos puntos, y el gobierno arreciaba las persecuciones eonvenc,ido
de que los revolücionarios no podian transigir con sus eternos y
rencorosos enemigos, no podian hacer traieion á la idea del progre-
so cruzándose de brazos ante aquella reaccion que se desbordaba
ciega llevándonos al abismo y á la deslruccion.


La imprenta especialmente era como siempre objeto prefer~nte de
la sana de los hombres de la suprema intelIgencia. Todos ellos, co-
mo los carlistas y neo- católicos, usaban esta poderosa arma mieD-
tras habia libertad; de 18tO al 48, de 1854 al 56, los periódicos
moderados con esa audacia y ese cinismo que caracteriza á las gen-
tes sin té, sin pudor y sin vergüenza, habian arrojado la babaide la
maledicencia y de la calumnia sobre los mas sagrados objetos, so-
bre las reputaciones mas puras y acrisoladas.


y cuando se levantaban ]os poderes que invoeaban por lema y
programa, olvido y reconciliacion, entonces sin pretexto alguno ha-
cian leyes arbitrarias, daban decretos injustos, perseguian á los es-
critores, exigian condiciones inaceptables para la publicacion de
periódicos,) mataban desde luego la libertad de] pensamiento fis-
calizándole.


A.penas desembarazado el gobierno de la interminable y violenta
discusion de la respuesta al discurso del trono, presentó el anuncia-
do proyecto de reforma constitucional, que comprendia dos partes:
la primera tenia por objeto robustecer la autoridad moral del sena-
dor, sustituyendo el de regio nombramiento por una asamblea mix-
ta en que entraban unos individuos por derecho propio y otros por
nombramiento del monarca; la segunda se re feria á la manera ín-
tima de funcionar los cuerpos legisladores; el articulo de la Consti-
tucion que atribuia á cada uno de ellos la ~facultad de formar su
respectivo nombramiento, se sustituyó por el precepto de que los
reglamentos de ambos cuerpos serian objeto de UDa )ey.


TOMO Ir! (3




188 BISTORLl DIL BlIN.Ue


v.


ta euestion de reforma 'folvia á aparecer como siempre en el sen-
tido de dar pre.potencia al elemento aristocrático y nobiJiario, como
si en Espalla hubiera sido posible restaurar la nobleza que desde
luengos tiempos habia quedado veneida y humillada~ por sus pro-
pios vicios, por la propia conviccion de su nulidad, como'si pudie-
ra sustituir la nueva nobleza que se alimentaba del;prasupuesto y de
la trastienda á la antigua jerarquía del nacimiento, á la cohorte de
los conquistadores que habian recibido en premio~de sus hazaOas,
las recompensas feudales. Terrible ceguedad de los hombres, es-
cándalo poUtico de gran signifieacion.


Era singular que unos cuantos advenedizos pretendieran haeer
un acto de reparacion, cuando los padres de ;esos advenedizos ha-
bian vertido su sangre combatiendo los privilegios y los abusos. Pe-
ro así sucedía, as! se realizaba y el fenómeno iba pareciendo menos
extrafio, tanta era la obcecacioD, tan grande el número de los ob-
cecados.


Segun el proyecto? debian ser senadores por derecho propio los
arzobispos, el patriarca de las Indias, los presidentes de los tribu-
nales supremos de Guerra y Marina, y de Justicia, los capitanes ge-
nerales del ejército y de la armada, y los grandes de Espafta que
acreditasen tener la renta de 200 mil reales procedentes de bienes
inmuebI.es ó de derechos que gozasen de igual consideracion. tos
últimos habian de ser senadores hereditarios, y á fin de perpetuar
su dignidad en su familia, recibian facultades de vincular sus
bienes.


¿Como aquellos hombres pretendian deshacer la obra de medie
siglo y constituir una monstruosa desigualdad en esta Espana de-
mocrática, en este pueblo que tolera apenas la diversidad, y que
se halla tan acostumbrado á los hábitos de fraternal eompafíerismo?
Aberracion semejan~e solo podria caber en el ánimo de los Nar-
vaez y de los Nocedal que habian tomado ya como juguete estas
cosas y resolvian sin otro criterio que su capricho los mal arduos
problemas de la politiea. .




DIL ULTIMO "BORBOn DI ¡SrAÑA. 319


VI. '


Muchos y poderosos argumentos se opusieron á la proyectada re-
forma; pero el gobierno que contaba en las cortes con una mayoria
dócil, subordinada y adicta, como mayoria nueva de un gobierno
nuevo, logró hacer adoptar esta y otras leyes muy trascendentales
J aleanzar autorizacion para poner desde luego en vigor, aplazan-
do la discusion para la próxima legislatura, una nueva ley de im-
prenta sumamente represiva. que despertando la irritacion en las
esferas politicas, hizo quizá mas diffcilJ la eonciliacion entre todas
las fracciones del partido moderado.


Rn la discusion de esa autorizacion se dió á conocer por vez pri-
mera como hombre poHtieo y como orador parlamentario un jóven
literato y poeta que debia con el tiempo aspirar á ser reputado co-
mo militar valiente y como ministro de una situacion revoluciona-
ria. AyaJa levantó alli su voz en defensa del periodismo, y durante
largas horas, el ministro de la Gobernacion, el antiguo fiscal de im-
prenta, el ex-teniente de la milicia, se vió batido en brecha y desme·
luzado, hecho trizas aquel proyecto que tanto acariciaba en su
mente el antiguo progresista.


Los ataques á la imprenta Itienen siempre graves inconvenientes
para los gobiernos. Cuando: el pensamiento, esa ebi~pa de la:divini-
dad, es demasiado potente para que puedan sujetarle las mordazas
'i los prisiones; cuando ha sabido pelletrar por entre las hogueras
de la Inquisicion; cuando ha resistido las iras de los poderes tradi-
eionales; ¡cuando en la lucha titánica que sostiene, ha derrumbado
UDa por una todas las preocupaciones, no puede negarse que es co
.0 la electricidad y el calórico, incoercible y digno de la JilDertad.


Asi adquiria el ministerio nuevos y terribles compromisos; así
11 alejaba mas y mas de los partidos liberales, y se comprometía en
la senda de la reaccion, sin lograr por esto las simpatías de los reac-
cionarios qne:consideraban tímidos, mal calculados y puestos el
práctica con)oca firmeza aquellos proyectos de restauracion' mo-
nárquica, ensayos desgraciados segun ellos, que debian llevar el
descrédito y:e1 aburrimiento á los que todo lo esperaban del trono y
el altar.


Consecuencia de todo era que en el momento de cerrarse las cá-




"0 HISTORIA DIL RIINnO
maras reinaba en todas partes una especie de inquietud: el gene-
ral Narvaez podia ver declinar su ascendiente de día en dia. Noce-
dal por sus disposiciones rigurosas contra 'a imprenta, habia atrai-
do justamente sobre si y sus colegas la animad~ersion de los par-
tidos y del pueblo entero, y en vano quiso eontrarestar este mal
sfecto con alguna que otra disposicion de utilidad pública como la
regularizacion del correo por ejemplo.


Que los gobiernos pretendian hacia muchos tiempos apartar la
opinion de las cuestiones políticas, y con todo esto los hombres de
inteligencia y de recto corazon proclamaban cada vez con mas fe
J con mayor entusiasmo, la divinidad del derecho y la líbertad co-
mo base esencialisima é ineludible de todo progreso. Ellos procla-
maban muy' alto la necesidad de atender á los intereses materiales y
á los goces; pero al pueblo 6qué le importaba todo eso, si en vez
d, ¡oces &010 sentia privaciones, disgustos y malestar'




CAPITULO XLVUl


SUMARIO.


Aislamiento de Narvaez.-Mal éxito de una sublevacion republicana en Andalucía.-
Crueldad del gobierno.-Sibaritismo y perversidad de la Reina.-Precaria situa-
cion rentistica.-Por qué se rompieron las relaciones diplomáticas con Méjico.-
Qué vienen á ser las crisis ministeriales.


l.


il poner término á la legislatura, el gabinete Nocedal-Narvaez po-
dia decir que contaba con mayoría numérica, ya que habia' traido
con habilidad y empelio una multitud de nulidades que hacian coro
á sus soluciones y aprobaban sus proyectos sin exámen y sin cui-
darse de las consecuencias; pero todas las influencias, los hom-
bres eminentes, los antigues eorifeos del moderantismo de esta
Ó aquella fraccion, de uno Ó de otro matiz, se habian apartado del
general Narvaez que se hallaba en el mayor aislamiento, sujeto al
capricho de las intrigas cortesanas, de las camari1las que en el alío
anterior le habian elevado al poder.


En aquellos momentos eriticos para Isabel, vino á estallar un
movimiento formidable en las provincias meridionales. Cámara y
.DO~ cuantos amigos habian preparado los ánimos en Andalucía, y
en los primeros dias de julio se lanzaron á la batalla~ apareciendo
repentinamente en la provincia de Jaen Dumerosas bandas mientras




.t! HISTORIA DIL BiNADO
otras partidas ocupaban Despeliaperros, y la Carolina, indicando en
IUI actos y en IUI proclamas y manifestaciones el carácter repubJi-
81DO y locial de aquella revolucion. En Sevilla la conmocion fué
~rande, y despues de algunas horas de fuego abandonaron la po-
blacion, dirigiéndose á Utrera y á A.rahal donde los revolucionarios
di~ron muestras evidentisimas de su entusiasmo, por mas que en
alguno de estos puntos .se cometieron algunos excesos propios de las
épocas en que la pasion domina, y que dieron pretexto á los hom-
bres de la reaccion ,ara intimidar á las clases conservadoras pre-
sentándoles el fantasma de la bandera roja y el bú del socialismo,
arma de que ya se valiera Napoleon para conquistar un trono é im-
poner la dictadura.


Heroicos fueron los esfuerzos de aquellos valientes que se vierol
acometidos por fuerzas superiores, y hubieron de refugiarse en Por-
tugal cayendo muchos en manos de sus perseguidores.


Horrible y sangrienta es la página que escribió entonces Narvaez
8n el manchado libro de sus crimenes. Velase reflejar am la salia mo-
,igatocrática de Jos ihquisidores que destrozaron implacables cuanto
hubieron á la mano. Aquellos feroces sicarios del despotismo, que
llamaban vándalos y salvajes á los insurrectos porque en un momento
de ex~ansion algunos desgraciados ignorantes pudieron cometer un
dlsman, sacrificaban con todas las formalidades del procedimiento
militar, ciento doce individuos, despues de haber destruido en el .
campo de batalla inneGesariamente muchas otras existencias.


Cámara, que puede decirse fué el alma de aquella agitacion, lo-
gró á duras penas, pasando muchos dias sin comer, burlar la cruel-
dad de iUi adversa.,ios. Bernardo Garcfa y los Merinos y muchos
otros jefes de las partidas consiguieron tambien ocultarse, y en Gi-
braltar hallamos un refugio para poder preparar nuevos elementos
y lombatir otra nz en defensa de la mas jUlta de la. causas.


11.


Esta intentona era el primer chispazo en que la democracia ensaya-
ba IU vitalidad sin compromisos, ni mezclas, ni cábalas. Las perse-
auciones del gobierno llevaron á todas las provincias la conslerna-
cion y el luto; y el despues célebre Marfori puso en planta en Madrid
aquellas bárbaras deportaeionesque habian merecido al ministerio




:DEI. 'ULTIMO BORBeN DIISlAftA. 34.3
Sartorius-Narvaez el apodo de ministerio de las cuerda •. Formáronse
depósitos en Leganés y alIf eran conducidos 105 sospechosos, los va-
l0s, los criminales, y colocados en salas donde apenas podian per-
manecer de pié. Mantenianlos alllsemanas y semanas, llenando las
enfermerías y los hospitales con los restos escuálidos que sacaban 4e
aquellos podrideros, verdaderos depósitos de infeecion.


La monarquia sel'ltia hundirse bajo ~us plantas el terreno, y pro-
curaba formar balsas de sangre donde pudiese sobrenadar en medio
del universal naufragio, entre los borrascosos vaivenes del cataclismo
amenazador.


¿Qué le importaba á Isabel la ajena desgracia, si podía prolon-
sar un día mas sus orgias y sus goces? ¿Qué importaba que llega-
sen á sus oidús los ayes de las viudas y de los huérfanos, si la ha-
bian enseñado desde la ,infancia que, paratcolocarla en el trono,
muchos y muchos millares de hombres habian sacrificado su exis-
tencia ó mutilado su cuerpo, dejando en la soledad y en el abandono
á sus familias? ¿No debía vengar los insultos hechos á su madre, y
las humillaciones que habia sufrido? ¿No debia castigar á aquel pue-
blo que sen alaba con el dedo á sus amantes, que había levantado el
velo que cubria los crímenes y las infamias con que estaba manchado
el trono? ¿No sabia que las afrentas se lavan con sangre en esta so- .
ciedad? ..


Baciala ella verter en abundancia y queria exterminar "á sus ene-
migos hasta la 'quinta generacion ... No se ensayan sin embargo estos
sistemas de crueldad con tan buen éxito ~omo parece. Las clases con-
servadoras pueden agradecer que se las conserve en el goce de sus
privilegios, pero la conciencia se subleva ante las iniquidades, y aquel
gabinete debió hallar el castigo que merecia. Vió levantarse contra
él liD grito unánime de reprobacion que debia muy en breve consu;"
mir su precaria existencia. Las farsas duran poco tiempo, y aquellos
farsantes debían venir abajo entre los silbidos de la muchedumbre.


¿Puede haber algo fijo y estable con esas teorías absurdas del
lonstitucionalismo, (maRdo no se atiende á la equidad y á la justi-
cia, euando el poder lucha constantemente contra las innovaciones,
J quiere sustituir caprichos veleidosos á leyes inimitables, privile-
gios y abusos á las reglas normales del desenvolvimiento del ser en'
el seilO de la libertad?




I1iTORIA DEL IBllUDO


lII.


Tampoco la situaQion renlistica era favorable kl ministerio. Los
presupuestos publitados por el ministro de Baciendft antes de la
.ouvocuion de las cámaras, solo presentaban un equilibrio ficticio,
"J el déficit estaba en el fondo de los cálculos rentisticol de 1857 ni
mas ni menos que lo estuviera en los alios anteriores. Los gastos or-
dinarios y extraordinarios se elevaban á 1,808.300,5912 de reales;
101 ingresos ordinarios no pasaban de 1,56!.631,lOO reaJes, á 108
que le anadiaron _los 'lO millones que quedaban del empréstito
Mirés.


Los presupuestos fueron aprobados por el congreso tal como los
formara el gobierno, y para llenar el déficit en el siguiente ano,
Barzanallana preparaba diferentes reformas referentes á hipotecas,
al papel sellado y á las eontribueiones territorial y de subsidio.


Los gastos habia. ,reeido escandalosamente con el aumento de
dotacion de la casa real, con la deuda flotante, jl;on' la reforma del
ejército y con una ejecucion mas estricta de las estipulaciones d~l
eoncordato, mientras que los ingresos disminuian relativamente por
haberse mandado cesar desde 1.· de marzo el descuento que $ufriaD
todos los militares, asi como' el de los empleado! públicos de todas
los ramos y demás clases que cobraban del tesoro.


No podian, pues, bastar los recursos ordinarios para eubrir las
ollligaeiones que de un modo tan escandaloso, y sin atender al 61'-
tado precario del pail, habian hecho creeer aquellos hombres sin
pudor ni conciencia, tan solo para satisfacer los veleidosos caprichos
de una Reina sibarita, las exigencias ambiciosas de turbulentos ar-
raltrasables, y la vanidad y codioia insaciable de la gente de iO-
tana.


Esperaba sin duda aquel pullado de vampiros poHhco! prolongar
su existencia en el poder halagando á toda esa gente que disponia
de Ja fuerza material; pero, ¡loco empelio! detrás de todo estaba la
opinion de! pais vejado y saqueado, y no podia contrarestar el go-
bierno aquella poderosa corriente que amenazaba arrastrarle al
abismo.


Los poderes sacrifican siempre á su vanidad la felicidad del pais,
y matan en ¡érmen muehas veces las empresas nacientes, cargando




DEL rLTIMO ROnDoN DE ESPANA. 345
con inmensos impuestos, como sucedió en aquel momento en que
las empresas de ferrocarriles, gastando cuantiosas sumas? enterrando
tesoros inmen!os, abrian medios de comunicacion, vías circulato-
rias, verdaderamente inútiles, cuando los centros de produccioo se
hallaban paralizados, cuando nuestra agricultura empobrecida y ru-
tinaria no tenia medios de acudir ni mantener constante el tráfico,
y se hallaban en abandono completo las carreteras y los canales de
riego y de transporte.·


IV.


A.quel gobierno, obedeciendo á la poJitica dominante en Europa,
se hallaba ea buenas relaciones con todos los gobiernos; ratificaba
con Francia el tratado de limites firmado en Bayona, y seguia con
Roma negociaciones que cada día presentaban mas favorable aspec-
to, puesto que en su sistema de concederlo todo hallaba un recurso
ventajoso para tratar con el Papa, dispuesto á tragarse y engullirse
tojo. Tambien el czar Alejandro Il dió muestras evidentes de reco-
nocer á Isabel, nombrando su ministro plenipotenciario en Madrid
al priocipe Galitzin, mientras recibia á Isturiz en San Pefershurgo.


No era este acto tan espontáneo como pudiera aparecer, ni tenia
el propósito de favorecer la causa de la hija de Cristina; pero el mos·
covita qu~ria fortalecer el principio monárquico, se había conven-
cido de la impotencia del carlismo, y buscaba alianzas y amistades
para lo porvenir, por lo cual ya en 1850, durante la guerra deCri-
mal.con Francia é Inglaterra hlbia permitido que se inscribiera en .
el almanaque imperial de San Petersburgo el nombre. de Jsabel en-
tre los de los soberanos de Europa.


En cambio de estas ventajosas condiciones con los otros pueblos,
se habían roto las relaciones diplomáticas con la república de Méjico
á consecuencia de algunos hechos graves aili a.caecidos, indirecta-
mente provocados por los·mismosgobiernos de Hspafia."


;,Etgabinete O'Donnell no quiso sanciona(el convenio celebrado
por don Miguel de los Santos Alvarez que se habia mos~rado menos
exigente de lo que hubieran deseado los cómplices en agiotajes y fal-
sificaciones bases de indebida reclamacion;y del embrollo que rei-
naba en aquel asunto .. Aun cuando por de pronto no hubo un rom-


TOMO III. H




BiS HISTORIA ]}EL REINAOO
pimiento formal, los discutimientos y diferencias entre España y
aquella república continuaron.


El gabinete que sucedió á O' Donnell dejó las cosas en tal estado
y continuaba sin resolver nada, cuando en diciembre del ano 56 en
los alrededores de Cuernavaca, pobJacion situada en Tierra Calien-
te, provincia de Méjico, hubo agitacion contra los espalioles alli es-
tablecidos.


La hacienda de San Vicente fué saqueada y asesinado el propie-
tario lo mismo que varios criados espafloles. En el distrito de Cuantlá
se 'reprodujeron escenas semejantes; debiendo advertir que estos ex-
cesos fueron cometidos por partidas que pertenecian al ejército del
general Albarez, quien se habia sublevado contra el gobierno y mar-
chaba hácia la capital.


v.


Como quiera que fuese, y obedeciendo á un plan premeditado, se
procuró hacer mucho ruido, excitar las pasiones, alarmar á los es·
pafloles, con lo cual se conseguían dos cosas principalmente; man-
tener la antipatía contra nuestros antiguos hermanos, y poder hablar
de la anarqufa, del desórden, del desconcierto de las repúblicas. Asi
lo hizo el marqués de Pidal dirigiendo al cuerpo diplomático extran-
jero una ciroular en que explicaba y comentaba los ~ucesos. oNo
abrigamos, decia "despues, el designio de imputar los asesinatos al
pueblo mejicano, ó á su gobierno, y de esperar es que la república
de Méjico se esforzará en lavar esta mancha, y en apartar de si la
odiosidad de que se cubriria á los ojos de Jos pueblos civilizados, de-
jando impunes semejantes crímenes por mala voluntad ó impotencia
de castigar ejemplarmeD te, á los culpables; pero el gobierno de S. !J.
tiene sobre si el deber imperioso de salir á la defensa de los súbdi-
tos espaííolts, y de exigir la reparacíon necesaria para que no se
repitan en adelante atentados de esta naturaleza. El representante
de S. M. ha recibido órdenes terminantes para pedir al gobierno de
la república el inmediato castigo de los culpables, y una indemni-
zacion por los perjuicios causados, debiendo abandonar el territorio
mejicano en" CIJ,SO de no obtenerlo .•


m gobierno espafiol no tenia plena seguridad de poder conseguir
satisfaccion, y reconocía las dificultades en que podria encentrarse




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 3i7
el gobierno de la república para castigar á los culpables. Mientras
tanto el embajador espalíol Sorela, viendo que no se daba pronta y
cumplida satisfaccion, pidió sus pasaportes y tomó el camino de Es-
palía, y detrás de él vino tambien un comisionado del gobierno me-
jicano, á lo que se dijo con facultades suficientes para arreglar el
desagradable asunto, negociando directllmente con Espai1a, ó valién-
dose de la mediacion de Inglaterra y Francia, interesadas en evitar
un conflicto en las aguas de Méjico.


El enviado mejicano, por nQmbre Lafragua, llegó á Paris en el
mes de marzo, y antes de pasar adelante quiso resolver con el ge-
neral Serrano, entonces embajador de Espana en el vecino imperio,
la euestion de cómo seria recibido en Madrid. Pretendia que su ad-
mision co~o ministro plenipotenciario precediese á la transaccion,
pero el gobierno de Narvaez se oponía diciendo que las garantias
ofrecidas no eran suficientes si no habia actos positivos, y por con-
secuencia que estos podian solo ser la base de la admision oficial.
Instado Lafragua por el general Serrano y por los gabinetes:de Pa-
ris y. Londres, llegó á Madrid sin conseguir objeto alguno, puei se
exigían tres condiciones: castigo de los asesinos de Cuernavaea, in-
demnizacion á las víctimas y ejecucion del tratado de 1853 relativo
á los créditos reconocidos por Méjico en favor de súbditos espafioles.


En absoluto el enviado mejicano aceptaba, como era natural, la
necesidad de reparar los danos cuando lo declarasen los tribunales,
y respecto al tratado mal podia llevarse á cabo cuando el gobierno
espanol no trataba de la revision de los créditos como se habia es-
¡pulado. -


En este asunto han medi~do tales complicaciones y hemos tenido
ocasion detenterarnos tan á fondo, que podríamos llenar muchas
páginas insistiendo en detalles, si no hubiera otras gravisimas ma-
terias que son tan vergonzosas, pero que nos atanen mas de cerca
y excitan mas nuestro int'~rés. Ya hemos hablado tambien de este
asunto y volveremos mas adelante á ocuparnos de Méjico con moti-
vo de gravísimas cuestiones que surgieron mas adelante. Por ahora
anadiremos que fué inútil que Turgot y Howden, embajadores de
Francia é Inglaterra, quisieran intervenir oficiosamente, pues Lafra-
gua se vió obligado á salir de Madrid en agosto de 1857, despues
de aJgunos meses de negociaciones.


Francia é Inglaterra comenzaron entonces á practicar negociacio-
nes oficiales que aceptó EspaDa, y que en ~féjico no hallaron aco-




3t8 HISTORIA DEL HKINA DO
gida. pues se hallaba en plena revolucion que duró convertida en
guerra civil bastantes afios, y no pudo constituirse un gobierno con
el cual pudieran tratar las potencias mediadoras. En ese mismo afio
se hICIeron tambien: un tratado mercantil con la confederacion Ar-
gentina, otro con Inglaterra sobre propiedad literaria, y otro con el
gobierno Sardo para la Gxtradicion de delincuentes.


VI.


Para aquellos parlamontarios no era el parlamento lo que podian
temer, porque en las épocas del moderan lismo I las votaciones en el
congreso y en el senado no -significan otra cosa que una opinion
emitida por unos cuantos amigos sin otras consecuencias.


En la política espaftola, la verdadera clave está en Palacio.
Las camarillas, la mujer del aposentador, una monja, los confe-


sores, un visilante del rey, sirven para derrocar una situacion que
cuente con la mayoría de los cuerpos colegisladores; así como un
general descontento .si tiene la suerte de tener aIgun prestigio y IIl-
gra arrastrar algunos batallones, puede imponer hU voluntad á la
Reina y al país, por poca actividad que despliegue y por poca am-
bicion que tenga.


Suena á lo mejor en esas épocas la palabra crisz's, y un.dia y otro
dia se van amontonando las dificúltades yel ministerio no logra ha-
cer frente á sus enemigos. que le rodean por todas partes, formando
en torno suyo el vacio y sembrando entre sus amigos la duda y la
desconfianza.


Esto acontecía entonces; cerrado el parlamento,'Y solo el gobierno
dueño aparente de la situacion, comenzaron á aparecer senales de
nuevas dificultades interiores. Desde el mes de agosto la existencia.
del ministerio ne fué mas que UDa crisis intermitente que habia de
prolongarse por espacio de dos meses á través de muchas y ob~cura
alternativas. No dejaban de conocerlo los ministros y procuraban
neutralizar el trabajo que á su alrededor se verificaba; poro cuautos
mas eran los trabajos que hacian para afirmarse, mas sentian huir el
terreno debajo de sus piés. I.a destitucion de varios emplados dé la
servidumbre de Palacio, el proyectado relevo del capitan general de
Cuba don José de la Concha por Lersundi, y UDa propuesta de se-
nadores de la cual la Reina.borró tres nQJllbres, uno de ellos el del




Dn ULTIMO BORBOA !JEISPA~A. 349
padre del ministro de la Gobernacion, vinieron á demostrar al mi-
nisterio que habia perdido la confianza de su Reina.


En tan grave apuro y obedientes aqueilos servidores' al principio
que proclamaban, pusieron sus carteras á los piés de Isabel.


Dícese que asaltaron á la hija de Cristina graves remordimientos,
que llegó á temer que llegase el fin de su embarazo, y que los hijos
de Lóyola aprovecharan esa momento para cumplir las profecías de
cierta mODja y levantacá sus primo~ s~bre.,~l trono vacante.


Lo cierto es, que aquenn tué una de ·lás iDas laboriosas crisis, y
que don Cándido y sus compaiJeros tuvieron la honra de estar de
cuerpo presente y desempel1ar interinamen te sus cargos durante vein-
te y seis dias. Lo cierto es, qUIJ Isabel apeló á los hombres mas
importantes de1.moderantismo, y que en Palaeio se reunió un gran
consejo compuesto de todas las notabilidades políticas presentes en
Madrid.


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CAPITULO XLIX.


SUMARIO.


Ministerio Armero.-Su tolerancia.-Apertura de las ·cámara!!.-Liga blanca.-Rctro-
_ cesO.-Derrotas del miuisterio.-Ittinislerio Istúriz y su programa.-Debates par-


lamentarios. .


1.


. El Daevo ministerio que tomó el nombre de ministerio comadron;
puesto que se hillaron alli reunidas una porcion de individualida-
des que bramaban de verse juntas, estaba así constituido:


Guerra COD la presidencia, el general A.rmero; Gobernaeiou, Ber-
mudez de Castro; Hacienda, Mon; Estado, Martinez de Ja Rosa;
Fomento, don Pidro Salaverria; Gracia y Justicia, Cacaus; y Mari-
na, Bustillo.


El primer acto del nuevo gobierno fué aplazar la coavocacion de
las cortes que debian reunirse el 30 de octubre con objeto de po-
nerse de acuerdo, si era posible, y elaborar un programa, si nece-
sitaba ese carácter una situacion transitoria y vacilante.


Como era costumbre, y para que no se exacerbasen los ánimos,
aquel gabinete vino' deshacer en gran parte lo que el de Nocedal
habiarealizado, ateouando las consecuencias de los crimenes cometí-
dos por Jos anteriores ministros de Isabel. El ministro de la Gober-




DEL ULTIMOlJOBBON Di iSI'AÑA. 851
nacion puso término á las prisiones arbitrarias, dej() sin presos las
cárcel de Leganés y sin objeto 101 destierros y confinamientos im ..
puestos gubernativamente.


Hizo mas el ministerio del parto, que fué mostrarse menos terrible
contra la imprenta; y los periódicos· gozaban de lo que podia lIa ..
marse UDa libertad moderada. .


Consignaremos tambien, porque es buenoaprQvechar las ocasio ..
nes y favorecer, sin faltar á la verdad, á 108 adversarios, qneel
estado de sitio 80)0 subsistia en algunas provincias; especialiDente en
Catalutla, y que al nombrar empleados bailó la U"ion liberal buena
parte en el botin. ¿Podia pedirse mas para la dicha y la ventura de
la patria?


MOD, el famolo bacendista, estudiaba desde la poltroD1l, porque
~ en la oposicion, obligado á prestar servicios al pad., eritieando la
obra de.,lus advenario'l no tenia tiempo para dedicarse á ello, es-
tndiaba, decimol, ciertas combinaciones profundas y misteriosas,
hacia eábalas pira rebajar el U, por 100 de la<contribueiOn: terri-
torial, aumentando al mismo tiempo los ingresos del erario, y se pro-
ponia alí establecer el equilibrio en el presupuesto •




11.


Por aquellos dias, el !8 de noviembre, nació un nuevo Borbon
bajo Jos auspicios de aquel ~ientifico ministerio que debia baber si-
do para el nitlo de feliz augurio.


Lo cierto el, que un suceso vino á contrariar los planes de algunos
ilusos que sollaban oon la rusion dinástica, J pudo Isabel coneebjr
esperanzas serias de ver perpetuada su din8stia, por cuya razonfir-
mó Dn decreto de amnistfa, otro de indulto y otro de gracias al ejér-
cito.


El ministerio habia desempetiado bien y fielmente BU mision an-
mentando la real familia.


Los partidos no daban tregua ni 'reposo 6 sus proyectos; y mien-
tras la Un;on liberal zapaba por su base la orgaDizacion de 108
partidos fusionando y aceptando Inividualidades, proporcionándose
en las antecámaras del palacio servidores celosos y llevando á to-
das partes la destruClion y la ruina, aproveehando el ean.!lancio y
el desaliento de la multitud para seguir lanzando aquellas palabras




BISTOllA DIL JliElHADO


que reyelabane1,mas"1'lefinado .escepticismo: ¿qué pedfuo de pan le
dail,alpueb,lf);ctlando .. ·le {;otlcedeil derecho8~ en el seno. de aquel si-
mil de representacion Dacional hullian y se agitaba.n, las fracciones
modtradas (uDdiándDSe ásu vez en odio ,al vicalvarismo, en un solo
o.l:ú~t9;Lderrºpar almilli8t~rio de transaeeion, el !1linist~rio del parID
daba visibles mnestras de inclinarseiIIÓ. losprincipiol'l, es deoir. al
~q~rijlo,~pltJitloo;q:tu~.&maton do~triQas los hombres de la Uníon
fller(¡l. .'


., .. ¡ .


¡c"M ~Qrirw, ,por 19 tanto, las cámarasdespues de un nuevo apla-
M~~t{t" d.lQ de enero, todas las .pandillas se hall abaD coligadas
~rI\M4ºJjl:I;!Ji! l!JM¡;a.par~ combatir al poder.


Presidió Isabel gOlosa y satisfecha, porque habia atravesado el
JM¡I1b:-p~¡Jg~~,dq vJW¡eiQlle$ parlalBentariis con toda felicidad. y su
g¡s<m.f~jh,!lQ.~ ~@rft .. It:,r.amleaj'AsgQSh .. blaba de 101 asllDtos diplo~
~ti~~l~~h~~, ID~tqria,.Ja Jluion,: ¡psistiendo principal:men ..
!~ [q Wft. prRb1e~~¡ de ;pqliüeajmerior J ,puede resu Olirse en estos "r-
ÜlÍM9':11q~~l! ;go.l)i~fDº ;pr.e~entaria un proyecto par~ indemnizar al
e\~r,()pOl' .t()~~jep',Qs,.veD~dosJ . condicioll.con la coal e.1 papa .acee ..
deriil á sanear las. veJltas para traflqu1lidad: de cOPciencia de los com-
pradores; que se presentariatambien otro proyecto para devolver al
mismo clero Jas fincas que poseía en propiedad yen adrninislracion,
dejándole además el derecho de a~quirir; que asimismo se somete-
ria á las cortes un plan para que con arreglo á la Constilucion re- .
~~,r.~~9a twtj~§5ct~ ~,¡IIi\D;la1l()S. á.~j~r~er·' Jas~Qadurfa hereditaria
pp,di~~~¡ vJ,pppl~r.; ~U:'Ápjpp~s;: qqe.6ftbflJian. n.~eYas . leyes orgánicas,
comenzando por la de AyunlamientAA l\Jcabaudo.-por.la del cQ;nse-.
i~i~~,;~~9~;ar;¡ep-t~fHdl~~a; í:llec\º~al.. yJ.a. ~e ~pr~u\a.; y ,qut5 se
~~~r"~f l~ sp,e~lei d@: Ip$: ~.st~~~cyPi,ent~s. d~ lxlnefic~neia é iQslrucoi4)Q\
pu~llca cQJ,l arreg.~ ~ lo~.bQ.e~9~ priJloipi~seoallÓmic()s. '.


, .. ".,.'::' ; . .,; ~ .. . . - ,


~.Se ~o91pr~J,l~e,perf~cJ~~qte que, todo es'~pr()ir~ eraUDlluto-
pía desconcertada, una mezcla de frases inconexas que ponia en prác-
!!~ 4p.~t!i~as ,e,p~~o~ri~t' ~ten't~qlle PI'901amft~'principios li-
berales. . .:.:: ,:J), ..: ~ .' '\ ~ ,:.:':'


" ;", ',j.


. ':IÜ r~tr~c~'s~ ~~~,evideJ¡te; la (/llwnjiber4J;.es'o.e,§, mucbos que
h41bj~~'$ido' prQgfQsistas y.coautores de las I~yes de desamortizaeion,




DIL ULTUlO BORRON DE ESPAÑA. S53
aceptaban ahora la vinculacioo, ese error económicrJ y poHtico, ese
vicio antisocial y aotiprogresivo que venia contribuyendo al empo-
brecimiento, á la despoblacioD, á la ignorancia delos unos, al vicio,
á la inmoralidad, á la holganza de los otros, creando enormes desi-
gualdades, el despotismo y las arbitrariedades.


Los Borbones querian realizar en Espaila un- feudalismo constitu-
cional vinculando el poder y la riqueza en unas cuantas familias
que en agradec;miento de tales mercedes servirian á sus proyectos
desor gan izartores.


Pero contra toda probabilidad, contra todo cáloulo prudente, la
b~ndera enarbolada por el ministerio que significaba algo menos
que lo que deseaban en otro tiempo las eminencias del moderantis-
mo que decian representar el espiritu conservador, no consíguió
atraer bajo sus pliegues á las falanges acaudilladas por Nocedal- y
comparsa, , aquella hueste que habia venido á sentarse en los es-
canos de la representacion nacional por eleccion indirecta del minis-
terio Narvaez.


La lucha se hacia cada vez mas personal, y en aquella zaburda
parlamentaria, en aquella batahola, en aq-uella inconcebible censu-
rada política donde se coreaban todos los desacuerdos, todos los to-
nos desapacibles, todos los ruidos, formando solo unidad sonora en
el presupuesto, aquella oposicion contó sus fuerzas, y segura da la
victoria, riilÓ la batalla, lo mas pronto posible, en la eleccion pre-
sidencial.


Martinez de la Rosa y Moyano, como Armero, eran considerados
del género anfibio y respetados por las distintas sectas, habiendo
llegado en ocasiones á reunir los votos todos del elemento liberal, y
el gobierno pudo entonces recoger á don A. Mayaas como su candi-
dato, creyendo que podia-contrarestar los esfuerzos de los antiguos
reformistas de todos los tipos y categorías, ya que aceptaba como-
base de su política aqueHa tendencil reformadora de la :época que
venia atravesando.


Las oposiciones se fijaron en Bravo Murillo que quedó elegido
presidente aunque por insignificante -mayoría.


IV.


No solo en el congreso fué derrotado el ministerio, tambien en el
TOlIIO [11




354 HISTORIA. DEL REINADO
senado halló triunfante á la oposlcion orgullosa y amenazadora,
dispuesta á conquistar el poder antes que se entronizase la union.


Aquel Calooge, que procedía de los insurrectos del 7 de octubre
y que se habia atrevido á condenar las insurrecciones militares, .
arrojando punzantes y envenenados dardos á los vicalvaristas, y pro-
vocando un escándalo parlamentario en tiempo de Narvaez, que-
daba olegido secretario en el senado disponiéndose á la' celebridad
funesta, que, mas tarde, debia acompañar á su nombre para que
llevase como castigo por su barbarie y sanguinarios hechos, el
derprecio de las gentes, el olvido y el perdon de las victimas.


El ministerio no podia titubear, no podia (ormarse ilusiones; con
la aperura del parlamento podia comprenderse que los antiparla-
mentarios eran dueños de la situacion y que la erisis se hacia ine-
vitable.


Segun ]a teoria constitucional, dos caminos quedaban abierto~ al
ministerio, de$pues de signrficada la voluntad popular: . disolver las
cortes ó presentar su dimision. Segun dijo uno de sus miembros en
pleno parlamento, parece que logró de la reina, muy complaciente
á la saZOD, el decreto de disolucion; pero desconfiando del resultado
de las elecci.ones, c.ombatido sin tregua por influencias clericales
y palaciegas, si bien c.ontaba aun c.on la confianza de Is~bel, el
decreto no salió de la cartera, y el gabinete presentó su dimision
el 11 de enero, frustrándose por tercera vez las tentativas que se
hicieran 'desde 1854, para reunir las dispersas fuerzas del partido
moderado, dando cobesion á la abigarrada cohorte ..


Isabel, que, sin duda alguna, tenia á su lado alguna de esas in-
fluencias que los jefes de las fracciones procuraban acercar, para
dar consejos cuando l.oS han menester, á-esos mnniquies que se lla-
man reyes, advirtiéndoles los peligros que les rodean, Isabel, deci~
mos, seguia aun bajo la impresion de ciertos terrores que habian
hecho posible aquella evolucion antimojigatocrátiea; y tanta fuerza
.y tal solidez, acaso mas fuerza que la insurreccion del Campo de
Guardias, debían tener las razones del agente odonellista, que es-
fando indicado Bravo Murillo co·mo genuina representacion de las
oposiciones, para encargarse de la formacion del nuevo minist~cio,
esta vez tambien siguió la antigua costumbre de no atender LJas
que al capricho, que podía ser fundado hastacierlo punto, y llamó
al presidente del senado, Islúriz, para que buscase á los que de-
bian salvar la patria en el peligro •.




DEto ULTIMO BORDeN DE ISPAÑA 353
El 16 de enero, despues de algunos tanteos y trabajos, pudo dar


por 'terminada su tarea quedando de presidente sin cartera, y fue- .
ron nombrados ministro de la GobernacioD, don Ventura Diaz;· de
Hacienda don José Sanchez Ocana; de Gracia y Justicia don José
María Fernandez de la Hoz, de Marina QlIesada; de la Guerra Ez-
peleta, y de Fomento el conde de Guendulain.


v.


El programa del nuevo ministerio fué muy sencillo, pero poco
decisivo; aceptó la poJítica formulada en el discurso de la corona con
las modificaciones qne introdujeron las cortes, y desde los primeros
momentos, esforzándose en conciliar las divergencias yen evitar los
choques y las luchas, pudo predecirse el mal de que habia de mo-
rir, que no habia de ser otro que el de debilidad.


Compuesto fuera de Jos grupos influyentes y activos del parla-
mento, debia tener una autoridad poco' eficaz sobre partidos, igual-
mente burlados é inclinados á no ser mas que un medio de cir-
cunstancias en la combinacion que acababa de triunfar.


Era para todos UD poder de transaccion que vivia por ]a condes-
cendencia general, que bajo la pena de desaparecer en una ú otra
de las dos grandes fracciones que habian combatido en la eleccion
de presidenta, eslaba obligado á . mantenerse en una especie de
equilibrio. La prueba que este desenlace nada resolvia está en que
al dia siguiente de la crisis, la cuestion esencial no existia en 10
que pndiera pensar el gobierno, sino en el combate que continuaba
entre los partidos, y que pasaba, por decirlo así, sobre la cabeza del
ministerio.


En los acalorados debates á que dió lugar la lucba, Bravo Muri-
llo, que era el blanco de todos los tiros de las opo6:ciones, rompió,
al fin, el silencio, y en un discurso que era todo un plan de gobierno
dió las explicaciones con tanta instancia pedidas. Para salir de la
embarazosa posicion en que le colocaran sus J1dversarios, el minis-
tro de ISo! apeló a su habilidad consumada, y queriendo contentar
á unos y á otros, acabó por disgust~r á todos.


Bravo Murillo dijo queria la reforma como en 180!, pero no aque-
lla misma reforma, 1a cual no consideraba tan urgente como ent~n­
ces, y por si esto, que no bastaba á contentar á los reformistas, po·




356 HISTORIA DEL REINADO
dia desagradar á los anti-reformislas de la liga, anadió que queria
gobernar con presupuesto subido y recurriendo á UDa desamortiza-
cion general y absoluta, lo cual introdujo la perturbacion, en el
earo po, neo-calólico.


El antiguo reformista, el hábil escritor de estadistic8, mostraba
tambien la incertidumbre, la vaguedad, la vacilacion, y proponia
abora reformas á su reforma, cambios bruscos, vueltas de frente in-
justificadas, porque la situacion de Espafia no habia variado desde
1802 en que habia presentado sus proyectos reaccionarios.


y en medio de esta confusion, en medio de esta lucha en que el
bando moderado ponía de relieve sus condiciones' de mando, su
táctica, su prudencia, su habilidad organizadora, la fijeza y unidad
de sus miras, el ministerio que se esforzaba por tomar una actitud


. enérgica, reivindicando la independencia de su politica, se hallaba
. dominado por los. sucesos, sin vida propia, expuesto á cada mo-
mento á verse arrollado por el torrente.


Yeso, que ya pudo observarse en la discusion del mensaje, se
repitió en cuantas ocasiones se presentaron, especialmente cuando
el ministerio hubo de acudir á los cuerpos colegisladores pidiendo
8utorizaciün para cobrar el impuesto que debia 8er y tomó las pro-
porciones de cuestion de confianza.


Los presupuestos de 1858 elaborados por el ministro Sanchez Oca-
í'.ía, ofrecian igual cantidad en gastos yen ingresos: 1,'7'75.155,393
reales. La contribucion territorial se aumentaba en 50 millones. El
presupuesto extraordinario que ascendía á !09. 000, 1 00 reales era
cubierto principalmente con el producto de la venta de bienes na-
cionales. LBS clases pasivas absorbian una suma demas de 14:'7 mi-
Iones, casi la décima Iparte de) presupuesto total.


VI.


El antiguo folletinista del Guirigay era uno de Jos sostenedores
oficiosos de aquel ministerio, y en uaa de las sesiones que ocupó el
debate sobre los presupuestos, dijo ent;e otras cosas: «Hay minis-
terios y ministerios; unos son la personificacion clara y vigorosa de
un órden de cosas, otros son poderes de transaecion y de transicion,




DEL Í'LTIMO BORBON DE BSPAÑA. 85'1
y á estos no les es dado plantear á todas horas cuestiones de con-
fianza.»


Paia suplir la iniciativa política y cambiar el torrente de la opi-
Dion, los ministros presentaron á las cortes varios proyectos que
tenian cierta importancia, como ]a ley del notariado, la reforma de
]a ley hipotecaria, un plan de reorganizacion de los consejos pro-
vinciales, concesiones de caminos de hierro y una ley acerca de la
imprenta que aflojaba los tornillos, que, segun la expresion gráfica
de Nocedal; era preciso apretar.' .


Suscitóse por entonce3, y esto produjo diversos incidentes bas-
tante picantes, la cuestion acerca de la estatua de Mendizábal.


tos moderados no querian ser como los moros vencidos por el
Cid Campeador, despues de muerto, y llevaban su sangriento encono
hasta perseguir á los muertos, habiendo prohibido Nocedal que se
pronunciasen discursos en los cementerios; y llevaba su safta tan
allá que no respetaba ni las efigies, temeroso sin duda de que la
estatua de Mendizábal pudiera desde la plaza del Progreso marcar
á los vivos la senda revolucionaria de la desamortizacion absoluta.


Otro incidente produjo tambien UDa borrasca en el congreso
acerca de la interpretacion del reglamento interior, y don Ventura
Díaz dejó el minis,terio de la Gobernacion para ser reemplazado por
Posada Herrera, poniéndose en evidencia la debilidad del. gabinete
y su incapacidad ante las lu~has parlamentarias',


Esto vino á dar por resultado que se suspendieran las sesiQnes
el 6 de mayo, declarando cerrada poco tiempo despues aquella le-
gislatura. De esta !.llanera el ministerio Istúriz, que no tenia ele-
mentos de vida, que no contaba con re~ul'!OS para baeer frenle á
los partidos, que babia vivido á. favor de la tolerancia, rompia con
la mayorta del congreso, se aislaba y queria mostrarse fuerte ante
los acontecimientos, dominando á los parlamentarios nocedalistas.




,


CAPITULO L .




SUMARIO.


Organiwcion de sociedade6 secretas en l\Iadrid.-Propagllnda l'evolucionarül.-El vi-
calvarismo conspirando.


Cámara habia pasado á Lisboa donde vivia con LaCuente, Ber-
nardo Garefa y otros que habian sido perseguidos mientras seguían
en Francia, á pesar de las amnistías, 108 mas ardientes propagan-
distas.


Las provincias andaluzas, . Galicia, Aragon y Catalufia, fieJes
siempre á la causa del progreso, recibiancon afectuoso carillo los
consejos, los escritos, las advertencias de Jos emigrados y de otros
quo en la penfnsula á pesar de )a suspicacia de las autoridades y de
los estados de sitio, seguían trabajando en secreto, ya que pública-
mente no era fácil, porque la prensa estaba muda, y en los actos
constitucionales nada podia represen tu un partido á quien se eli-
minaba de las listas, se le vejaba y se le oprimia.


Por eso hubo de acudir el partido republicano, como en otros
tiempos, á las sociedades secretas, y entre las diferentes formas y
ealre las distintas organizaciones, habiendo negado Tresierra á Ma·




DEL ÚL'l'UIO BORBON DE ESPAÑA. 359
drid recientemente iniéiadó en eícarbonarismo, prepuso á un grupo
que siempre habia conspirado y propagado y al que nos hemos re-
ferido varias veces, la formacion de una organizacion revoluciona-
ria que tuviese por base la forma y los reglamentos carbona.rios.
En una casa de la calle de las Minas donde habitaba Vich se reu-


, nieron cierta noehe, Tello, Lozano, Juan Sala, Federico Beltrao,
Cervera, Quiles, Guisasola, y constituyeron la primera chola con
todas lal formalidades y accesorros; acordándo que se diesa entrada
á otras personas de gran importancia en el partido.


Desde aquel momento comenzaron los trabajos con actividad tal,
y con tan buen éxito, que en menos de dos meses se reunieron tan-
tas ventas y e/¡olas qne en todos los ángulos de Madrid habia reu-
niones de diez individuos, todas las noches, para recibir á los nume-
rosos adeptos, comunicar órdenes y explicar las doetrinas republi-
canas.


El primer grupo que se babia fundido en el Falansterio, Directo- .
r;o de la Asociacion, compuesto de. treinta personas donde figuraban
Figueras, Chao, etc, etc., el primer 'grupo, repetimos, babia tenido
en su primera reunioD el buen acierto de eliminar á don Nicolás
María Rivero como indigno de pertenecer á esta asociacion; pero
por circunstancias especiales, por esos lazos de companerismo que
unen á los diputadCts constituyentes, hubo formal empeno en que el
director de la Discusion entrase en el carbonarismo. Orense fué nom-
brado presidente, y se invitó á Cámara y á Garrido, considerándoles
como miembros natos, á pesar de hallarse ea el extranjero.


Bien pronto extendió á provincias sus ramificaciones esta sociedad,
y en Cataluña y en Andalucía la propaganda fué inmensa, llegando
en el último punto á constituirse mas de 86.00(} asociados.


11.


Todas las cholas, todos los cen tros del carbonarismo quedaron
en perfectarelacion; el Falansterio se reunia periódicamente y for-
muló un programa revolucionario que se discutió ampliamente, en
el cual-.se delaraba que la única forma aceptable para la democracia,
era la república. Se consagraban naturalmente ws:dereehos indivi-
duales como inherentes á la personalidad humana, y se explicaban




860 BJSTOIUA DBL REINADO
en frases entusiastas los deberes de los republicanos para llegar á
la realizaeion del universal deseo, el goce absoluto de la libertad,
la emancipacioncompleta del ser y todos los demás principios que
siempre han formado el credo democrático.


Una cuestion estuvo á pique de dividir á . las escuelas diversas,
porque se hablaba del Estado dándole. tan peque na ¡m portancia y
presentándole con tan negros colores. que se le comparaba al caba-
Ho de Atila bajó cuya planta ibá secándose todo. Ese documento
lirmado por todos los individuos con sus verdaderos nombres" que-
dó archivado en manos del vicepresidente Constancia.


Un incidente:grave surgió tambien respecto á ]a cuestion de Cá-
mara. Habia eontestado este á la invitacion hecha, que su salud
no le permitia, por entonces, dedicarse activamente al servicio de Ja
causa, y que no juzgándose útil para la sooiedad, declinaba la hon-
ra de ser miembro del Falansterio.


Mientras tanto que esto sucedía, Cámara, á pesar,de su enfer-
medad, no pudo olvidar sus deberes, y-reanudando y prosiguiendo
sus trabajos, llevaba desde Lisboa activa correspondencia con -los
agentes revolucionarios de todas las provincias. Hubo, entre otros
puntos, de dirigir cartas á Cataluna, .y desde Barcelona remitieron
una de sus comunicaciones al Falansterionacional. En esa carta
Cámara decia á los revolucionarios. ~é1'talanes que tuvieran cuidado
e-specialmentecon lo que se llamaba Directorio del partido, en el
cllal figuraban algunos farsantes· y aventureros que inutilizarían
todos los esfuerzos, todos los sacrificios que el pueblo se impusiera,
porque venian desde mucho tiempo fraguando la traicion y la apos-
tasia, y debian ser, c()nsiderados.como viboras;que calentadas en el
pecho morderianá su bienhechor entregando el cuerpo democrático
exánime á los piés de sus enemigos.


Becerra y Rivero acusaron entonces á Cámara ante el Falanslerio
aduciendo los documentos y queriendo hacer que recayese sobre él
la nota de traidor. Vich, Cervera, Beltran y algunos otros recha-
zaron aquella acusacion; y.á no mediar Figueras que se dis-
ponía á pasar pocos dias despues á Portugal, y que ofreció llevar
á "Cámara 'una exacta relaaion de lo que pasaba; 'declarando 'por lo
demás que le creia digno y noble ant88 que sospechoso, la cuestion
hubiese tenido gravisimas consecuencias, porque en el seno de la
junta se descubrieron por la primera· vezaeaao aquellos ambiciosos
que, ya atiniciarse el carbonanrismo; habiansido sellalados como in-




DEL ULTIMO lJOltBON 1)E ESPAÑA', 861
dignos de pertenecer á él Y de militar en las filas del partido repu-
blicano.


nI.


El espiritu público iba entretanto levantándose, porque no llega-
ban á las cho~as', las miserias de los elevados alcdJares; 'i como si
Rivero hubiese querido dar]a razon á Cámara encargado por au-
sencia de Orense de ]a presidencia y formando con Tresserra la co-
mision de correspondencia, cayó en tan punible incuria, que de to-
das las provincias lJovian comunicaciones preguntando qué hacia
aquella autoridad suprema que no aprovechaba los momentos para
organizar, dar vigor, cohesion y unidad al partido repubJicaco,
disponiéndose á las eventualidades, y aprovechando la debilidad de
los gobiernos, y la desorganizacion y divergencias del moderan-
tismo.


Tresserra publicó por entonces su famoso Cuadro sinóptico del de-
recho democrático que fué denunciado y recogido de real órden, á
instancia del obispo de Barcelona despues del término legal que
marcaba la ley, pero que á pesar de esto se vendía subrepticia-
mente (1),


Poco tiempo antes, había asombrado á la Francia y al mundo el
célebre conde Orsioi con sus magn-fficas bombas empleadas en las
inmediaciones del Teatro de la Opera contra la persona del advene-
dizo- Napoleon, y el retrato de Orsini se vendía tambien en los cen-
tros republicanos. -


Fuese por esta ó por otra causa, no por la actividad que desple ..
gaba la comision organizadora del carbonarismo, la policia comen-
zó á olfatear buscando una presa.


Ya hemos dicho que todos los dias se celebraban en Madrid in-
finitas reuniones donde iban los oradores y los antiguos propagan-
distas á explicar las doctrinas republicanas, fortificando la fe, y
anunciando la proximidad del triunfo á los numerosos adeptos.


Entre los amigos de Cervera habia un cajista que se babia lle-
gado á penetrar tan intimamente de la idea revolucionaria, que fué
uno de los mas decididos campeones de la sociedad carbonaria. En
los mas apartados corredores de las calles del Ave Maria y de tava-


(4) Barcelona 4859, Manero editor. Una lamina de gran tamaño, 6 reales,
TOMonr. iG




.a. lijjTQRf! QiI.. ~IIIA~Q
pié$, en J$S bubar4i1lfl$, en cll4rtos ~wgaD.t(JS, en las imprentas y
en algunas tabernas, pero apartados del bullicio y recogidos en pie-
zas interiores, se recibia á los neófitos con las formalidades del rito,
asistiendo los miembros del Falanslerio con peligro muphas veces de
caer en poder de los agentes del gobierno. Yeomo era natural, lle-
garon' por fin á deslizarse en estas reuniones, hombres de la poli-
ciA, que esperaban una ocasion para hacer valer sus servicios, y
que S8 mostraban 8in embargo activos y exagerados para conquistar
el aprecio y la eoBfiaaza de los republicanos.


IV.


ldemás de esbis sociedades, lQs earbonarios 4ue habia reunld6
y agrupado la mayor parte de las influencias y la de Cámara que
tentaba eOD muchos hombr~s de aooioa ytJU6 eslabonaba tambien
con algunos que llamándose progresistas tenian sin embargo el ins-
tinto republicana, se estableeió otra soeiedad en Madrid dirigida por
PanzaDo, que es UDa individualidad muy apreciable eGn altas dotes
é inteligencia, y que secundado por Garef. Tejare, antiguo progre-
sista J ot,OI varios, allegó hasta seiscientos ú ochocientos p8reiales.


Unas y otras sociedades contab$n en el ejército con auxiliaNI y
esperaban muy pronto el triunfe de la revolucion.
Elvicalvari~o ne era extrafto á todos estos SUCMOS, alentando,


como hemos dioho, con su acti~ud y poniéndose en contacto oon mu-
ches de los hombro,8 que activamente trabajabaD.


O' Donnell, hábil y experimentado conspirador, S8g1tia efeetiva-
melte todas las fases de esta agitacion, y en la. clases altas del
ejércite contaba con lumerosos parciales, mientras que los sargen ..
tos entraban en las filas del carbonarismo ú obedecía. á las infloen ...
cías pmgresistas ó á los .gentes de Cámara.


Asi marchaban las cosas en el pais, mientras el g1)bierno andaba
desatentado por las regiones ofioiales SiD darse cuenta d. los nce",
80S, sin observar que se llallaba en el vaoio y que no contaba ni el
partido moderado, ni la misma monarquía qae representaba, con
raices en las fuuzas vitales de la sociedad espaftola.




DEL 'OUmf BOIUlaN DI '8PAÑA.. • 1,'


v.


CaDsados de esperar inútilmente los agent~s provocadore't los
polizontes que habian ingresado en la sociedad carbonaria se deci-
dieron á dar una acometida brasea, sorpreodieudo un dia UDa cho:a
eODstiwida para la recepmon. :Santaoana, el o.jista, á. quien antes
hemos aludido, loé sorprendido por dos agentes de la antm'idad al
salir de UDa casa del Ave Maria, teniendo apenas tiempo de tirar el
gorre frigio, el cristo yel punal que llevaba euvueltos en Gil pa-
lIuelo. ED el mismo dia se hieieroD varias prismneB eD< otros pU.B-
tos, y habiendo marchado Tresserra á Barcelona en la SeBJHa sil.
gtlieute, lué registrada la redaccion de la lh8cusion donde le busca·
bao indicios y eomproban,les de la existencia del carbonafismo. Los
aajoBe. de la ... de Roberto Bobert, que .ra re~áelor, los de la
que ,cupaba T.esserra y otros, flteron descerrajados por la poJicia
que 08 logró pODerse en l. pis" ni adquirir mayores dati)s. Tresser ....
ra fué sorprendido al desembarcar. en Barcelona, preso y trasladado
á Madrid, quedando en el Saladero incomuDicadodespuesde haber·
le reoogido JoS' retratos de Orsioi y los cuadros sioópliloSl de los de-
recoo"! OODKro;áticos, que recielliernente habia pllbJiCld$.


Lo que entonces ocurrió es lastimoso. Rivero qu.e debia convocar
el Falansterio ante una situamn tan grava; pareeS' 'loe llegó, á 01-
yidalr 19d1! lf)lS lagos que le Hgabaa, coli el eatDoDorisDlo, y fl.ejó
perderse, anaJarse y disolverse aquellos grupos, introcl.nciende on
elhJs además la du.da y la desconfianza.


La prision de trece miembros de la sociedad produjo su completa
dispersion, y privada de cabeza, sin direccion alguna, abandonados
á su suerte los presos, aquella asociacion que debia ser potente y
hubiese podido en los próximos acontecimientos llevar grande in-
fluencia para impedir los planes de la Union liberal, quedó nula,
desconcertada.


Este dato puede explicar algunas evoluciones y metamórfosis que
posteriormente han ocurrido, y confirma la previsioD de los que des-
confia.ban entonces como siempre de aquel á quien se consideraba
por algunos como jefe."del~pa rtido.




804 HISTORIA. DEL REINÁDO


VI.


to que era de esp~rar sucedió enfonces; los grupos dispersos
buscaron á sus s(miles, algunos miembros mas activos, mas con-
secuentes, menos medrosos se asociaron; en provincias los jefes de
siempre, los que mil veces habian luchado contra el opresor, to-
maron la iniciativa, y aunque falta de unidad, débil por consecuen-
cia, ]a sociedad carbonaria, prosiguió sus trabajos revolucionarios.


Cámara podia entonces decir que no se babia engañado, que ha-
bia visto con claridad, que conocia á las personas y ju~gaba bien
de los sucesos.


La agitacion continuaba 'en tadas partes, y mientras en Palacio
marchaban directamente á su objeto, habia elementos de vicalvaris-
mo que pactaban con la revo)ucion, y preparaban una situacion
nueva, ya que debiUtado el poder no podia sostenerse y se hallaba
desconceptuado entre los mismos que debian ser sus amigos.


Los pobres ilusos que se limitan á vivir en los dias presentes,
que temen fijar su mirada en los horizontes por donde aparece ]a
aurora, se gozaban -ávidos en nuevas angustias que en la corte co-
menzaban á sentirse y contemplaban con alegria las rlefecciones que
provocaban.


Ellos llevaban entonces el timon del Estado, porque tenian en
Palacio un pié; ellos moderaban ó avivaban el impulso revolucio-
nario, porque contaban con influencias y agentes en el campo re-
volucionario. Conspiraban por partida doble y adquirian doble com-
promiso; engañaban á unos y á otros.




CAPITULO Ll·


SUMARIO.


Excursion real.-Como volvió á ocupar el poder la rnion liberal.-Política de tira y
aJloja.-Viaje de la corle á Asturias y Galicia.-Escepticismo de aquel gohierno.
-Su sistema corruptor.-Oposicion moderada.


l.


Como si el gobierno ignorara todos estos sucesos; como si se ha~'
liara en epócas bonancibles y normales, pasaba sus dias en expe-
diciones campestres, é Isabel deseosa de hacer una excursion á las
provincias de Alicante y Valencia salió, el 23 de mayo de Aranjuez,
acompanada del presidente del Consejo, para inaugurar el ferro-car-
ril del Mediterráneo, inauguracion que se verificó ~asi por los mismos
dias que la del ferro-carril de Toledo, y en !!. de junio siguiente,
la gran fiesta de la llegada de las aguas á Madrid despues de mu-
chas dudas y perplejidades y de crecidisimos gastos que habia oca-
sionado la mala direccion facultativa.


tos ministros del gabinete se habian dispersado, y pareoia como
si la politica hubiese entrado en el periodo de vacaciones; pero al
regreso de la corte en 5 de junio, Posada1aerrera, que babia con-
servado hasta entonces una actitud pasiva, vino á provocar la tor-
menta en que debian naufragar sus compai'ieros. Decia el ministró




S 6 6 IISTORlA. DIJ. RBINADO
de la. Gobernacion que era extemporáneo el deoreto cerrando la
legislatura si no iba seguido de la disolucion inmediata del congreso,
y en un consejo celebrado ante Isabel, .pidió esta medida ,previa
la revision de las listas electorales, arbitrariamente formadas segun
su opinion. .
. Pareci(Istúriz dispuesto á aceptar las soluciones de Posada que


tenian tambien el apoyo. del general Quesada, pero Ezpeleta y
Guendulain resistieron tenazmente, por creer que se trataba de em-
pujar al ministerio fuera de las vias conservadoras, entrando en dis· .
tingos y apreciaciones sobre los actos del poder, y debilitando la
fuerza del gobierno con esos cambios de conducta tan contradicto-
rios é ilegales.


La crisis, pues, se hizo inevitable, y entre tanto se influyó en el
áBimo de Isabel haciéndola comprender que habia llegado la hora
del cataclismo. Efectivamente en la noche del 17 al 18 de junio y lo
mismo que cuatro aftos antes, 11& ltuestes revolucionarias estuvieron
dispuestas á lanzarse á la pelea. Los agentes de La Ra:zon reunidos
en. gran númefO en la calle de Alcalá y adyaeentes tenian su cuar-
tel general en un establecimiento de ViflOS de la misma caUe. Por
alli habia hasta trescientos hombres armados; muchos grupos del
carbonarismo que Qlliles habia logrado reorganizar, se reunieron
tambien, y mas de cincuenta ó sesenta sargenJos de la guarnicion
se comprometieron en aquella noche á sacar las compaftias para
hacer una revoluciono


O'Donnell, ~omo hemos dicho, sabía todos estos proyeeto8't y Po-
sada entre eompuRgiJO' y azarado, que sirve perfectament+J para es-
t&8 papeJies el entonces lAinistro as la Gobernaci61i; acv<lió á Pala-
cio, tUO&l'rélfldo el voteall abiar lo ya y oiffpue9to & vomitar la". por
SU! enUe1t4S si no se daba sa~ída & los gases iBtlao»ad08·.,


Se Ilabiíi hecbo. ne_saria esta es1ratllfJema ~r4UiO ISIf~él que
pllreuia decilt·ida <lesd. mucho tiemp!), y habia prd~do á lo. vi-
ealvaristas posici&lloS- ffi.!ñalet , la3 dabat. dél miJ1U', hdbia cam·
biMfi <Ñ paree., f al admitir .. d~.isi(JQ; tW m.ilteria s& ¡acliaa-
ba á formar UD gabinete parlamel4'Itio; ptlM! era DlI'CIIo él teBpelo
que 3fJueUa ReiDa tenia á la. COtJititooioD 001 Esl«d&J .Ia veftntad
'ot'ular~ Pw-es'o S~ destJBoadenaroD los Tient05 y 9& arrelfinnarOB
htt' flublJl; ptnJl O'DonoeU" ~ 1Il0derDot Eolo, tenia, ea~u .. DlIfiOS
la tdats·, J CJGO uda. miradw .Ja, ser_se- el . cielo" J)os am.,. de
btrFasoa deElapM'e<>ieroti .•




DEL UJ.TJMO BORllON D~ ISPAÑA. 817 '


11.


KI .0 de junio, cuarto 8niversario de la batalla de Vicálval'o, ~n­
tM en el poder con todos sus atributos y prerogativ8S la Union li-
beral. Q'Donnell se encargó de la cartera de Guerra y Ultramar y
de la presidencia del Consejo; le acompDliaban: como ministro do
Gratis y Justieia, Fernandez Negrete; de Hacienda, S81averria; de
Estado, Calderon Collantes; de Fomento, el marqués de Corbera;
quedando Posada Herrera en Gobernacion y Quesada en Marina.


Por UDa serie de contradicciones é inconsecuencias, O'Donnell
que se habia levantado en armas para derrocar la dinastia y la mo-
narqufa si era preciso, que con sus amigos habia contribuido á la
tarea de las Cortes cons\if,¡yentes, que habia restablecido despues
la GOBstitucion del 15 con una acta adicional confusa, inexplicable
y extralit, aceptaba .hora la reforma neo-católica de Nocedal y
aquella l~y de imprenta que hubiere parecido retrógrada á Calo ..
marde y aun al conde de Espolia.


I comprendiendo su posicion, buscando amigos en todas partes,
su primer pensamiento, eomo viene sucediendo de mucbo tiempo
en nuestra patria, fué la distribucion de empleos, en el eual quedó
desfavoreoido el elemento militar de Vioálvaro. En ella parecieron
guiados los ministros por un sistema general de Cusion; conserva-
dores y progresistas se repartieron en lo posible los puestos admi-
nistrativos, y eo \Ula promoeion de nuevos senadoras figuraron
Cortina, Gomaz de la Serna, Cantero y el general Prim aliado de
Paclwco y Pastor Diaz.·


Revelándose luego la politica de la Union liberal, por actos mas
graves y significativos, adoptó la providencia de que Posada Her-
rera tomara la iniciativa y que fuera causa de la caida del anterior
gabinete; decretóse la rectificaoion de las listas electorales, lo cual
recibido con gozo ..por los pregresistas y mirado por los moderados
con ~{)stil desconfianza, venia á resolver Jmplfcitamente la cuestion
de la existencia del congreso,


El mioisterie acusaba muy gravemente lo pasado y aparentaba
quer~lo todo luevo en la situaeion que creaba. «Por desgraeia.
decia, J por UDa consecueQcia de causas cuya elluQleracion y exi-
meo 00 son de este lugar, es opioioD gewal que desde la iDtro-




368 HISTORIA DEL RlINADO
duccion entre nosotros del 8islema representativo, ]a voluntad del
cuerpo electoral, por mas que hayan variado las doctrinas políticas
de los partidos que se han sucedido en el poder, ha sufrido fre-
cuentes y funestas restricciones, siendo constantemente de~natura­
lizados Jos elementos que segun la ley debian componerlo. Los con-
sejeros de S. M. creen llegado el dia en que ha de desaparecer un
abtlso que miDa la existencia de las instituciones, que tiende á fa-
vorecer ]a usurpacion de uno de los derechos mas preciosos que la
Constitucion consagra, y á falsear en su origen la expre&io'n de la
verdadera opinion pública .•• »


III.


No fué tan completo el triunfo para la Union liberal que no te-
miese á cada momento verse su,lantadapor los diferentes partidos;
J siguiendo sus mafias presentaba ~ los progresistas las intrigas de
Palacio y la cabeza del monstruo de )a reaccion, mientras que co·
nocido el flaco de Isabel, procuraba distraerla con orgfas y nuevos
placeres.


Aplazada la disolucion del congreso, salió la corle con algunos
ministros con direccion á A.sturias y Galicia, donde los ministros de
la Union liberal que la acompariaban, quisieron deslumbrar con su
popularidad á su -soberana preparándole fiestas y ovaciones en todo
el tránsito. Así habian logrado apartarla tambien de las influencias
palaciegas, destruyendo sus escrúpulos, que no eran pocos, para di·
solver el congreso que -habia votado la reforma constitucional.


Este acontecimiento se llevó á cabo por fin, firmándose en la Co-
rufia el 11 de setiemb.'e un decreto mandando proceder á nuevas
elecciones y fijando para el primero de diciembre la reuníon de las
cortes.


Los progresistas entretanto, que habían quedado absortos ante
las nuevas combinaciones ministeriales, no supieron hacer otra cosa
que seguir una política espectante. En vez de aprovechar los prime-
res momentos de vacilaciou par~ llevar la duda y la desconfianza
contra los farsantes iniciadores de aquella política de tira y afloja,
la prensa calló alabando algunos de los actos del nuevo gabinete,
como si fuese permitido á las entidades politicas llevar tan alta la im-
parcialidad que se entreguen á la muerte y al suioidio.




,


DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 8&9
Esta actitud por largo, tiempo sostenida, permitió á ¡los ,icalQ--


ristas hacer un juego, y desde entonces pudo darse por concluida la
evolucion y cimentada esa banda de expoliadores que venia á la
sombra del presupuesto á completar la desmoralizacion, disólvien-
do los partidos.


El partido republicano, sorprendido tambien por estos sucesos,
no podia tampoco agitarse en aquellas horas con éxito, porque la
torpeza de ios llamados liberales habia preparado la opinian al dol-
ce far niente, á la paralizacion y á l~ atonía.


IV.


La politica ministerial vino á dibujarse con sus earactétes mas
distintivos, ya que no habia de temer en Palacio ]a resistencia ni po-
dia serIe perjudicial la actitud de los partidos avanzados, puesto que
poseia el mando y habia extendido por las provincias hábilmente
su red de gobernadores y funcionarios colocando el ejército eomo le
convenia para mantenerse en caso de ataque.


Dos actos aparecieron casi simultáneamente,y en ellos se reflejaba
el escepticismo de la Duevaescuela. Fué el uno un decreto hacien-
do revivir la ley de 1855 sobre la desamortizacion civil dejando
intactas las cuestiones .de la desamortizacion eclesiástica y que
debian ser objeto de una nue,va negociacion con la corte de Roma, y
el otro de una significacion mas genera), fué la circular dirigida
por Posada Herrera á los gobernadores de provincia en !21 setiem-
bre, en la cual, so pretexto de señalarles la conducta que habjan de
observar en las próximas elecciones, entregaba al juicio de la. na-
CiOD el programa del gabin.ete.


Declarábase este abierlay perentoriamente por la CODatitueion tal
como existia con las reformas recientemente verificadas, si bien- re-
servándose DO presen tar la ley sobre vinculaciones, consecuencia
de estas reformas, y la idea de la tusion de Jos partidos, ó sea de la
creacion de uno nuevo, libre de toda solidaridad con lo p(lsado,
se ~esenvolvia en estas palabras: -Los actuales ministros no cesarán
de secundar las intenciones de S. M. contribuyendo pOI ,su parte á
restablecer la antigua grandeza de la monarquia sqbre los sólidGS
fundamentos dc la prosperidad pública, de ,una moralidad iQiacha",
ble en la ~~tioD de los negocios, y del leal ejercicio del sistema


TOllO J/l. 47




870 HISTORIA DIL REINADO
representativo, bien inestimable que deberá EspaDa é la actual di-
nasUa ... el gobierno no se cree en la obligacion de favorecer á par-
tidos que "retenden fundarla monarqufa cada uno en una Constitu-
cion distinta yen un diverso sistema administrativo segun sus par-
ticulares miras, y que tienen personal propio y exclu~ivo para todos
los cargos del Estado, y no cree tampoco que semejantes partidos pue-
dan llamarse constitucionales, ni que la nacion pueda esperar de ellos
otros frutos que el despotismo Ó la anarquia. Por esto, aceptando el
apoyo de cuantos quieran asociarse de buena fé á una politica que,
teniendo por punto de partida las instituciones actuales, reconoce por
primerobjeto la consolidacion de su ejercicio, se conformará V. S. con
los deseos del gobierno. Haga V. S. abslraccion de las denomina-
ciones cuando los que las llevan no tengan acerca de la dinastía,
de la Constitucion y de las principales cuestiones poHticas, opinio-
nes contrarias á las del gobierno. 'En todas partes existen hombres
distinguidos que conservan por tradicion ciertas denominaciones que
nada real significan ya en la mayor parte de los casos. Hay tambien
una juventud obligada hasta ahora á alejarse de los negocios pú-'
blicos, ó á fundirse en los antiguos partidos abdicando toda liber-
tad, y cuando_V. S. haya obtenido el apoyo de esta clase de per-
sonas, puede desafiar la intempestiva cólera de los partidos extre-
mos ..••


v.


La exposicion del proyecto que abrigaba la pandilla vicalvarisfa
se reflejaba perfectamente en la circular del ministro de la Gober-
nacion .. La conciencia de Posada Herrera con todos sus artificios,
con todos sus pliegues y sinuosidades, aparecia en ese dl)cumento,
tan descarado y tan cfnico que no podía dejar á nadie dudas, y que
hacia entrar la poHtica en una nueva fase de inmoralidad J de des-
órden que no hallaba semejante en ninguna de las épocas ante-
riores.


Ya no era ocasion de que los partidos pudieran Juchar 'con éxito
contra el invasor; ya no era momento oportuno para poner un cor-
rectivo á la maquiavélica táctica de la Union liberal; envueltos en
sus redes los hombres que parecian mas probos, los antiguos ami-
gos de Espartero, cedieron á la tenlacion: y Ja Union Jíberal pudo




DEL ULTmo BORBON DE BSPAÑA.. 871
resellar casi en masa á la gente del santonismo en los partidos mi-
litantes no solo en Madrid, sino en los distritos y en las provincias.


La pretension de atraerse la juventud, como habia hecho el par-
tido moderado en todas épocas, se veía bien clara, y el ministro DO
escatimaba nada para conseguir el objeto.


Rídicula tambien la circular en algunos puntos, demostraba per-
fectamente que el gobierno se proponí~ matar todos los partidos,
descomponerlos, asfixiarlos por medio de la corrupcion que iba á
extender por todas partes.


Al'iadiase en esa circular, para hacer mas risible y ofensivo el
sislama parlamentario, que no se impondrian candidatos á los dis-
tritos; el triunfo habia de ser del que tuviese mas popularidad; pero
los ministros que decían tener té en ~u política y firmisima convic-
cion de que solo con ella podía prosperar el pais, no renunciaban á
ejercer en las elecciones el influjo legal que su poslcion les permitia
mpidz'endo que oyeren los electores la vo,: apasionada de las oposi-
CIones. Vano charlatanismo, estúpida palabrería de un partido que
venia á representar en el seno de la sociedad polftica á los hijos de
Loyola, Casuistas de nuevo culio, los hombres del vicalvarismo fia-
ban en la influencia moral, en ]a infamia su triunfo. ¡Triste de-
gradacion de las conciencias; padron de ignominia para la civiliza-
cion y el progreso!


Ya veremos cómo se desenvolvió esa pandilla que no tenia mas
fin que 131 presupuesto, y que supo aventajar á los antiguos mode-
rados en el arte de la depredacioll, sin dejar de conquistar un pues·
. to histórico como hombres de sangre y exterminio.


Los tusilamien tos hechos á consecuencia del movimiento en A.ra-
hal y Utrera, que babian borrorizado al pais, volverán á reprodu-
cirse mil veces con circunstancias mas terribles y crueles .




VI.


Despojado del artificio del lenguaje, este sistema carecia de toda
novedad; no era mas que el equilibrio que tantas veces se habia in-
tentado establecer. Con la rectificacion de las listas electorales y la
disolucion del congreso, lo mismo que con el celo de los empleos
públicos, esforzábase el gabinete en hacer suyos á los progresistas;
con sus declaraciones decisivas en favor del mantenimiento de la




87! 'HHlTOBIA DIL iRlINAJ>'
Constitucion reformada, pretendía calmar los temores y recelos.


Todo estaba, pues, en ~l grado de vitalidad de esos partidos que
O' Donnell pretendía imprimir ó absorber, y desde el pdmer momen-
to, pudo oonocerse que si su fuerza era nula para constituir un go·
bierno, era aun mucha, aunque fraccionados y divididos, para hacer
la oposioioD.


S.,lo la revolocion habia ganado lo que p6l'dian en vigor y en
fuerza las distintas fracciones; y como es :oatural, los mas lastima-
dos, los grupos del moderantismo, se lanzaron á censurar con vi..,
~r08oBrdimiento aprovechando la circunstancia de estar en desu-
so, 'aunque vigente, la famosa ley de Nocedal, para perseguir al
ministeriolcon dardos-de acerada ironía, Ó con implacable y anima-
tia ,'dialéctica.


Los tperiódicos conservadores aeusaroD:al poder de.contribuir mas
que 'nadie·á la descomposicioD ;,del pa'tido moderado t 'i de haberse
hecho oolpable .. deun ,verdadero golpe de Estado,con .}a disolucion
del congreso y la rectificacion ilegal de las listas electorales, dejan-
do en ,la historia un precedente que todas las fracciones podían in-
vocar ásu vez.


El general O' Donnell no era para ellos el salvadfJr del órden en
1856".ino elgeneral rebeldl3 de 185', el faccioso de Vicálvaro á
quien se recordaban todas las contradicciones de su .yida" un ambi-
cioso llegado al .poder disfrazando los intereses de .unapandilla 8e-
mi-politiea, semi-militar, bajo el nombre de Uníon liberal.


,Despues -del ,presidente del Consejo, era Posada Herrera el minis-
tro mas atacado como principal autor de la crisis de que naciera el
gabinete de 30 ·de junio, y hasta el mismo don Alejandro Mon no
era mas respe&ado desde que se aliara con O' Donnell .





CAPITULO LU·


SUMARIO.


El vicalvarismo en su apogeo.-Los moderados y los puros suplantados.~Negacion
de la democracia como partido legal.-Nueva legislatura.-EI Gran Elector.-Pre-
supuestos de lS¡j9.-Causa de Sanlaella.-Debilidad de las oposiciones.


L


Los óons\ituciQnales debían estar ,altamente ~atisfechos porque
habian log~adpcreare.n España, ~o ya dos partidos para alternar
en el poder "sino tres; ,r abrigaban la confianza sin duda de absor-
ber Itodas las ,patcip,lidades para que ,girasen d,ntro de l~; órb~tadel
gobieroo,representl\tivo. Todo ~sto, sin embargo, era pur.a Uusion;
y los,mQd.er_dos, aup-qlle,en ,alianza, con los aatiguos ca~listas, re-
pr-esentab~n"i~D)Pfe)9 qlleUa¡qan espiritu,conservad9r las ,gentes
que cifran¡~u¡,eIPP~ftoen que lasoQiedad esté ,constituida sobre a~u­
sos,y privilegios; y ,lo,s ,progr~,i,stas qQ.e nO,queri~n aceptar el radi-
calismo, fundiéndose con lademocrllc,ía republicana J sQcjal, los 1{fI·
r08, se,balla~an\l\estin,dos; á d~saparecer, qlled,ando sol~8 algunas


,in4iv.iduJ1lidades de aquel~a (aJllo~a pandilla, ,to~a vez ,que :erap. su-
planta4o,s 4Apt~o d~1. cpDstitucion,alispiopqr .los ,ic~l:varistas. anti-
lUOS y; lpo4_rQos. .


: Acaudill"doJ, Dor J)JQzaga, EscQ~ur~, .Me.,~z ,. Gqrra~i" Calvo A,en-




874. HISTORIA. DEL RBUUDO
cio, Sagasta, etc., y armados de irÓnica severidad contra los rese-
llados, sin tener la audacia necesaria para combatir de frente en
nombre de la libertad y del progreso, la ridícula farsa que se repre-
sentaba, veian con todo en el conde de Lucena al hombre de 1856,
y empezaron contra él, aunque tarde, una cruzada activa. «La cir-
cular del ministerio de la Gobernacion, decia Eseosura, es una de-
claracion de guerra no solo al partido progresista, sino tambien á
los moderados, á los demócratas, á los absolutistas, á cuaato no es
el general O'Donnell. Esta es la verdad, esta es la situacion: los es-
palioles hemos lJegado á 'un punto en que se nos dice: escoged; eo-


• tre odoollellísta y faccioso 00 hay medio.»
El deber de los progresistas, y esto lo aconsejaba el espíritu de


conservacion, era, como hemos dicho, combatir de frente lo que mas
tarde habían de llamar obstáculos tradicionales, lo que desde muy
antiguo ven'ia manifestándoles odio y repugnancia; y prefirieron sin
embargo, aunque reducidos" á mUl insignificante número, aunque
diezmados por las defecciones y abandonados por la~ masas inteli-
gentes y trabajadoras que engrosaban el partido de la revolucíon, el
partido republicano, se empenaron ensostener su puesto, mante-
niendo viva la perturbacion que O'Donnell habia introducido.


u.


Como era achaque ya viejo en todos los ministerios, suponiase
tambien que en el gabinete O'Donnell existia el dualismo de ten-
dencias, y se decia que la fraccion llamada Monista representada por
Posada Herrera y Quesada, trataba de suplantar al general'O'Don-
ne)), y llegó un instaate en que las oposiciones creyeron haber con-
seguido desbaratar al gabinete, cuando el general Quesada, que sin
saberlo .1 presidente del Consejo habia logrado la firma para el nom-
bramiento de un general de la Armada, tuvo que dimitir.


No tuvo, sin embargo, otras consecuencias el suceso, y Mac-
kroon eltró á reemplazar al dimisionario.


La tusion de moderados y progresistas dentro de la falange mi-
nisterial no era tan sólida que dejaran de mirarse recel.sos contra
la bandera que los cobijaba, hallándose cada cual dispuesto á reco-
ger la herencia de una situacion que cada eual consideraba bajo
distinto aspecto, solo que no tomaban en cuenta que aquella situa-




DEL ÚLTIMO BORB01'C DIISPAÑ!. 3'15
cion se habia formado por Ja voluntad de un hombre obstinado, ter-
co y dificil de desconcertar, cuya fórmula sencilla era: que no mo-
riria de empacho de legalidad; y que al subir al poder parecia deci-
dido á ni retroceder ante nin¡un medio por arriesgado que fuese
para conservarlo.


Iba adelantándose el tiempo, la situacion permanecía siempre
envuelta en nebulosidades y nadie se hubiera atrevido á definir lo
que aquello representaba; nadie hubiera osado explicar si ]a situa-
cioD. se dHerenciaba en algo de las anteriores, aunque pudiese creer
por u'n momento que se hallaba presa de un vértigo, viendo senta-
dos en el festin á Jos hombres que por el presupuesto, mas que por
los principios sin duda, se habían combatido encarnizadamente, y
que vivian entonces en buena amistad y relaciones.


y llegó con esto el período electoral, y los progresistas celebraron
una reunion de la cual solo salieron pomposos discursos, vagueda-
des y declamaciones, quejas, invectivas, pero ninguna fórmula nue-
va, ningun principio digno, ninguna muestra de haber aprendido en
Ja escueJa de la desgracia.


IlI.


Los que han supuesto que O'Donnell y sus amigos habían con-
tribuido á la formacion del partido democrático, como elemento vital
necesario é imprescindible que viene ejerciendo su fuerza en todas
las crisis politicas, 10 se han equivo~ado sin durla, porque necesa-
riamente, para satisfacer sus ambiciones desatentadas ba obrado en
sentidos diversos, segun que su interés se lo aconsejaba, y fata]-
mente, la. disolucion de los partidos viejos, .el escándalo, la desmo-
ralizacioo., ban abierto los ojos á la muchedumbre, han preseltado
en su ridícula desnudez los defectos, los vicios, las infamias' que da
ocasion esa comedia que llaman co~ énfasis Monarqu{a constitu-
cional.


Mas asegurar que la Union Jíberal ha protegido á ]a democracia,
creer que O'Donnell hubiera vivido en una república democrática es
un error grovisimo y UDa infundada calumnia de sus adversarios, de
sus enemigos personales, de Jos am bkiosos que aspiran como él á ca-
pitanear, á regentar, á ejercer la dictadura.


Negóse á los demócratas permiso para celebrar'una reunion, por-




376 HISTORIA UEL RUIN '-DO
que segun decian no era un partido legal, no cabia dentro de la ór-
bita constitucional el partido democratico. Esta fué una torpeza de
Po.ada Herrera, una necedad de la UniolllibeJal, porque los repu-
blicanos, ba~tante fuertes ya, no necesitaban del amparo ~e la ley
para constituirse y organizarse; y en el período electoral no podian
hacer otra cosa que manifes-tar la opinion de las grandes masas obre-
ras, toda vez que el censo, el privilegio daba el derecho, toda vez
que la personalidad, la inteligencia, la honradez, no tenian titulo al-
guno ante la ley fllndameatal.


Lo que se busea en esas leyes que bacen los partidos, no es conocer
la opinion pública, sino mandar, gobernar, triunfará todo trance de
las otras parcialidades; y las elecciones dieron entonces 00100 siem-
pre un resultado favorable al gobierno.


La oposicion moderada llegó á reunir treinta votos en el congreso,
contándose entre ellos Moyano, Pidal, Egalia, San Luis y Gonzalez
Bravo; y los purol llegaron á formar una falange de veinte individua·
lidades, figurando Olózaga, Madoz, Calvo Asencio, Sanchez Silva,
Saga sta y Aguirre. La mayoría, compuesta de heterogéneos y con-
tradictorios elementos, era bastante numerosa.


Abrióse, por fin, la legislatura el l. • de diciembre como estaba in-
dicado, y en el discurso regio se hablaba del levantamiento de los IS- •
lados de sitio; de la ejeeucion definitiva de la desamortizaeion civil;
de nuevas negociaciones con Roma para llegar á la desamortizacion
eclesiáslies; de uoa ley de impreota para reglamentar la discusion de
los negocios públicos, bajo la llamada garantia deJjutCio por ;urados,
que es siempre la tiranía cerniéndose sobre el pensamiento y luchando
contra la libertad. Tambien se anuÍlciaban medidas rentisticas; y si-
guiendo la táctica nueva para apartar al pais de las cuestiones poli-
ticas, se prometia un plan completo de mejoras materiales.


En uno de los párrafos se resumia el pensamhmto gubernamental;
decia asi: «Una politiea previsora que mejore el presente SiD destruir,
que reatice un 'progreso seguro, aunque lento, en todos los ramos del
gobierno del Estado, conciliará al fin las opiniones de los espafIoles
todos, y les permitirá afianzar juntos la prosperidad de la naeion y
)a práctica sincera del régimen constitucional.»




DIL ULTDlO DOBlO" DI ESPAÑA.


IV.


Pre¡isores 108 hombres del owdMaatisme conoeian qile la UniOll
liberal á tflulo de partido equilibrista, deltruyendo los particlos, CODS ..
titucionales, abriendo brecha en el parlamentarismo podia llegar á ser
peligrosa, y dar á la revolucion una fuerza que no tenia, selialando
p~rfectaminte los vicios, la impoteneia yel desórden de-aquel sistema
tan alabado, en el cual unos cnantos charlatanes medraban y se en-
riqtecian embobando á la mudhedumbre. Por esto fueron los prime-
rt8 á romper eUoego 101 moderados reealcilfaD1es, abriendo la cam-
pala ellllarqwés .re Molins yel duque de livas en el senado, Gon-
zaIeg DrlJO Y ~n&eI el eongreso.


Corno el punto mas interesante, ~ cargo mas grave se fundaba
In las destituciones de empleactes; que no era seguramente propio
inlrodu.eir semejante oonfU'Sion en todo. 408 ramos de la administra-
eioD pública para ftllilM' un pro~reso seguro J lent&. TamMen te
ac1l8Ó el moderaottBJIDO poria I'efJti1icacien de listas electorales que
le ha roa e6ostituido atbilrariamer1t& la amo del cuerpo electoral, y
desde eotoDC8s pud8 -optar fosada Berrera á ese titulo que le' ba
hecho tan 'flmOlo, 'el de c'an ElectfJr. .


Hallaban los oradores del partido moderado, que el ministerio
le manifestaba irrespetuoso hácia 'Roma, no haciendo siquiera men-
mOD del concordato al hablar de las negociaciones pendientes; y de
todo esto detfucian que se encaminaba sin que'rerlo ó sin saberlo'
I.polftiea dél partido progresista.


Como la Union liberal babia proclamado desde luego que los an-
lilUo'Spal'tidoshabian muerto, no solo tos moderados, sino tambien
los progresistas se negaron á considerarse cadáveres, y acusaban al
ministerio de hacer lo mismo que los otros ministerios moderados,
tiendo como ello5 violento, arbitrario y restrictivo, con úna careta
bipó~rita en que se reflejaban las promesas ilusorias .


.ca1YO Asencio decía con este motivo: «La Unian liberal tiene la
mision de destroir; nadaba ereado ni puede crear, y 80)0 vive para
aliment~r esperanzas en los ilusos, para ofrecer un lugar de refu-
gio á los cansados y un cebo á los ambiciosos. ta Uníon liberal no
tiene tradiciones, historia ni principios, y tampoco puede tener
porvenir.»


TollO in,




178 mTOBli Dn unUDO
Semejantes aeusaciones que no llegaban á desenvolverse con to ..


da sus consecuencias lógicas~ quedaban embotadas ante la imposi-
bilidad del ministerio, el estoicismo de los afiliados en la mayoría J
al escepticismo del millistro de la Gobernacion, pudiendo, eon la
habilidad forense de e.tos sellores, hacer, que se .ontestasen unos á
otros los oradores de las oposiciones •


. V.


Como el gobierno no tenia un plan fijo y su parcialidad era tan
dilatada, habia de huir Decesariamente de las cuestiones de princi-
pios que podían comprometerle el debates y definiciones que des-
compusieran aquella frágil y compleja mayoría. abandonando toda
iniciativa J haciendo alarde de culpable y vergonzosa indiferencia.


Al abrirse el parlamento el min~terio habia presentado los pre-
supuestos del 59. Salaverria no hacia mas que continuar la pro-
gresion ascendente siguiendo la division introducida de dividendos
de dos elases. El ordinario presentaba en gastos 1, 786~662, 787
reales y en ingresos 1,79'.731,800 reales: el extraordinario era
de 165. ~58, 000 reales, equilibrándose los gastos y los ingreso ••


El presupues. ordinario se desO(jmponta del modo siguiente:
Gasto ••


Obligaciones generales del Estado.
Presidencia del Consejo de ministros ..
Ministerio de Estado. . . • . .


» de Gracia y Justicia. . . . .
» de Marina". . .
» de Gobernaciol •.
» de Fomento ..
» ae Hacienda.


Total.


551.629,477 rs.
3.670,000 XI


1'.392,94.0 »
202.4.10,245 »


9'.612,218 »
87.928,367 •
80.147,4.10 »
''I0.887,~28 XI


l,786.66!,787 rs.




DEI. íLTillo BORBON DI ESPAÑA. ·1'7'


Ingreso ••


Contribuciones direetu. . • • •
Id. indirectas y recursos eventuales. .


'Papel sellado y rentas estancadas. .
Propiedades y derechos del Estado. . .
Próductol de Ultramar. • •. • .


513.360,000 r8.
UO.615,000 ~
655.608,800 »


89.94:8,000 •
1!5.!00,000 »


Total. . . 1,794..781,800 rs.


El ministro propuso á las cámaras, y estas lo aceptaron, un pre-
supuesto aun mas extraordinario fjue el otro de 1,000 millones de
reales, que en el espacio de ocho dias habian de consagrarse á gran·
des empresas de utilidad nacional, tales como fortificaciones miH-
tares, construcciones de buques, restauratioil d~ edificios públicos
y apertura de vias de comunieae~n. A.quella suma habia de cubrirse
ton el producto de ]a desamortizacion civil t con el fondo de la sus-
titucion militar que ascendia á 30 millones y con una emision de
1,000 millones que se propuso hacer el gobierno.


VI.


ta crudeza de la oposicion moderada dió lugar á algunas escara- .
mueas é incidentes melodramáticos sacando al rostro, si no la ver-
güenza y el rubor, Ja ira y la rabia, y creando entre los que vivíau
juntos por la gracia del presupuesto una especie de desconfianza y
antipatia. .


El de Lúcena, Jnteresado como se hallaba en no volver la vista
atris, manifestó, eon todo, osadía baslante para despertar irritantes
recuerdos, entablando persecuciones que el partido progresista debia
haber entablado algunos alios antes para inutilizar á todos Jos pro-
hombres, incluso el mismo general de Vicálvaro, haciendo justicia
levera é inexorable.


O·Donnell, pues, para sincerarse de los cargos, para justificar el
movimiento insurreccional del Campl) de Guardias, para distraer Ja
opinion pública de la poUtica de actualidad, y por encono personal
tambien, bizo formar causa á Santaella, famoso presbitero que sieode




8110 IIlS'IOR~ ,JlBL BBlNl\IDO
comisario de la Santa Cruzada habia asombrado. á las gentes, der-
rochando caudales, manteniendo Itumerosas queridas, llevando en
su séquito á las partidas de caza, las amazonas y los caballeros en
gran número, provocando escándalos en todos los pueblos de }a
prQ;Tincia.


i6le OOI'locitkf polaco, unido en aai8tad y en orgías t\ la diolsfta
BorWnioa, á los ministerios moderados, hu~ del seDado 'fUe 'se
dec)aróilcempetente para juzgarle, y los tribunales le han reqM-
'ruto mil veces como malversador de los caudlles que los beatos en-
.tregaban á cambio de bulas para que gozaran y se divirtiesen unas
cuantas meretrices.


Entró el afto 59, Y prosiguieron las diseusiones iatetnpes1i.as é
inútiles, porque no llevaban el sello de la -energía y de la firmara,
ptrftue no se babia decididG el ministerio á afirmar Dad ... , POrtfO.e
las oposicionescawbatilitl en detalle, y nol61'a"taban tos progre-
*8:5 la terdadera y s.lvad'ora docft'itI' que podia obtenar el apt&-.o
y fa aquiescen'C'ia de los hGmbres de la revolueion.




CAPITULO Lln .


.. , ...... , ......... ,-


SUMARIO.


e-ilestmn de 10s 180,000 targos de piedra.-Uncrímen y una ejecucion.-Opiníon de
Prim en la cuestion mejicana.-Guerra de Italia, y cómo la consideraban ws mo-
derados y los progresistas.-Cuatro palabras sobre O'Donnell.-Aborto de una re·
volucion.-Trágica muerte de Cámara y de Moreno.


L


Ante aquel cuadro repugnante, ante el espectáculo asqueroso de
defecciones, apostasfas,debilidad38, cinismo y audacia, la revef.l-
cian, los hombres que proclamaban principios fijos é iooootroverti-
bies, lQS que QMoD.aban al poo.Wola. verdad y le ha~1abaD en nom-
"re del derecho, Jos que rechazaban toda maooomunidad con los
partidos viejos, acudían como u n&tural á]a oonspiracioD, y debían
un día oponerse á . teda toobltiva reaccionaria eD nombJre de e8e
principio que tbdos invocaban, la libertad realizando el órden.


Porque los hombres del poder para hallar tregua y para matar
en Palacio ciertas intrigas y ciertCJS manejos, á la acusacion de San-
taeIla. hicieron seguir la de Estéban Collantes. Este famoso ministro,
q;1Ie fué de los derrQCados el 1851, habia autorizad& ciertés pagos
y compensaciones para los favoritos intimos de Isabel, y en el mi ....
Qisterio de Fame.', se habia descubierte UD expediente respectt á
"loa ooIllrlÚ& de 180,000 carg-os de piedra 4uedebiaB ser acopiar-




SS! mSTORlA DII. REINA.DG
dos cerea del eanal de Manzanares con destino á reparaeion de eár-
reteras, y no habian sido recibidos por mas que constase satisfecho
sn importe, resultando por esta manera una defraudaeion -de un
millon de reales en perjuicio del Estado.


Collantes compareció ante el.senado, y despues de largas y bo-
cbornosas sesiones, tras vergonzosos debates, probado evidente-
mente el robo, que no era el único que en aquellas y en todas las
épocas anteriores habia contribuido á formar colosales fortunas,
permitiendo á ,iertos hombres gastar en liberalidades y dádivas
para conquistarse posiciones.


y fué lo peor del caso que la Union liberal queriendo dar una
muestra de su honradez, queriendo presentarse como la garanti.
de moralidad y de órden, y habiendo llevado-al alto cuerpo la cues-
tion de responsabilidad ministerial, vino á convertir en sainete ridi-
culo y lastimoso aqueno que 4ebia ser un gran acto de justicia.


Estéhan Colla1ites fué absuelto por' el 8m1ado. Estéban eollantes
era el ministro, nombraba todos los empleados de su departa-
mento, firmaba lo; negocios de entidad y debia estar enterado de
ellos ...


El qUé en aquella época era director de obras públicas, don Jo~
Marfa Mora, residente en Londres, fué declarado responsable de ese
robo y sentenciado á presidio, mientras se ponia en libertad al ex-
ministro.
. y para que la cuestion tuviera mas eco, y para que la injusticia
resaltase, y para que fuese mayor el oprobio de acusador y de acu-
sadores del tribunal y de las vfctimas, Mora publicó en Inglaterra,
y en Espana existen los escritos que los periódicos todos reprodu-
jeron, largas cartas en que se defendia de laquel alevoso ataque.


Lejos estamos de defender á Mora, tuvimos ocasion de conocerle
como hemos conocido á todos los héroes del grap drama que desde
treinta anos acá se viene representando á nuestra vista •




11.


Uoa coincidenoia cxtrana vino á dar mas- realce, mayor gran dad
á este sucelo.


Un crimen cometido en la calle del duque de A.lba, habia llevado
aate los tribunales á una .riada ctnocida por la Baroaola. Las cir-




DEL ULTlMO BORBON"DE ESPAÑA. S83
cunitancias del delito llamaron la atenciOD de las gentes, y los tri-
bunales que tomaron mucho en cuenta las emociones de la multitud
que como ella se afectan y apasiouan, llevaron con toda rapidez el
proceso y dieron al hecho grandes proporciones.


Tratábase de un robo, yla Barnaola que servia en la casa, ha-
~i& abierto la puerta á Jos ladrones, ,permaneciendo fria especta-
dora" del saqueo, y abandonando á sus amos en la agonia, euando
todos huyeron con la" presa. La policfa descubrió pocos momentos
despues este crimen, euando casi estaban calientes los cadáveres.
Reconocidas las víctimas, resultó que habian muerto á consecuen-
cia de asfixia, por haberles introducido en la boca un patiuelo
con un nudo, hábil, horrible é (infame inveneion de los ya afa-
mados bandidos, verdaderos autores del robo. Presa lalBarnaola, y
un amante suyo, se les encontraron algunas prendas, que habian
sido extraidas de la casa de préstamos donde aquella habia servido:
no podian pues negar la complicidad en el hecho ...


I:.as declaraciones vinieron á comproba.r lo expuesto, y el tribu-
nal en último caso condenó á muerte í la BarDaola y á su amante,
escapándose los cuatro verdaderos a"atores del robo y del asesi-
nato.


Pocos días despues, la; poblacion de Madrid. acudia en masa á
presenciar la ejecucion de la Barnaota y Cabezudo. ¡Cuántas perso-
nas establecerían desde el Campo de Guardías al contemplar aquel
horrible drama, comparaciones terribles entre proceso y proceso!


Estéban Collantes habia eludido el castigo, siendo así que habia
nombrado voluntariamente sin coaccion ni violencia, los empleados·
que habian intervenido en la defraudacion. "


I:.a Barnaola lacia inerte en el caldalso por haber dado entrada
en casa de su amo, á los que perpetraron el crimen ... El senado
y el tribunal ordinario, la situaeion, la sociedad entera que cQDsentia
todo aquello, quedaban juzgados.


111.


Entre otros asuntos que llamarón la alencion del c9ngreso, el
,eneral Prim lostuvO contra todos la razon y la justicia en la cues-
lion mejieaila, analizando las causas del disentimiento que existía
entre aquella república y su antigua metrépoli, y ~probando que se




3 Si W.'l'o1U~ DI!. Jl.ElJU,¡QQ
habia negociado con torpeza y mala fe por 'parte de los gobiernos
espaDoles.


La guerra de )talia, que habia estalladó entre,Cer.dela y Austl'ia,
llevó á las huestes de Napoleon á atravesar los Alpes, para hacer la
cam,paDa contra los tudescos. Esto ctió oQasion á que se aumentase
el ejército en Espalla á pesar de la .uutralidad para prepararse á
laS6yentu~Jidades, y ¡:aspecto de .esa guerra que durante algunos
ma.ses mantuvo en.,speetativa á la Europa, haciendo acariciar n-
sü~as esperanzas á los amigos del ,progreso, los partidos que esta ..
han en el parlamento profesaban ideas di,ersas.


Los progresistas creyendo que la revolucioo se dispertaba otra
vez, y volvía á encontrar fuenas para avaeaUar las naciones todu,
se manifestaban elltisiastas por la causa del PiaIDonte que era real ...
m~nte el principio de la emaDcipaeioB de Italia, y por un momt\DlG
llegaron á manifestarse benévolos con la ,olitiea ¡rape'ial ffucela.;


No era esta consideraeionnada i propósito para que la indepen-
dencia italiana, bandera elegida por los franco-sardos foese vista
con agrado por la católica corte de Espana, y á este modo de ,erla se
ioclinaban tambien l~s moderados, quienes, recelosos, miraban eo
todo ello una máquina de guerra preparada para realizar desconoci-
dos designios. '


Inire ambos puntos de ",ista, el ministerio y 8US 4efensor~~ la,"
mosos equilibristas, vagaban alorados lIevabclo mOlalmenté todas
su~ simpaUas hácia la .causa de la independencia Ualiana, J por
otr. parle le atenian á-le que ,considerabandebeJe5 delgobiemo
que representaba UDa ftlonarquia católica de ¡}a f¡ama primogéDita
de la casa de BorboD. Temian qne ,*loella .guel'ira llegaseí ocasio ..
nar UDa eooflagraciollen Europa debilitando á lulria y.prdueim-
do el trastorno completo de (as relaciones internacionales. Asi loes-
presó Pachaco en el senado, diciendo en la sesion del 11 de mayo:
«No trato de ocuItarlo, mi deseo es que Italia sea independiente, que
haya una nacion italiana, y no concibo que exista un espafiol que
no abrigue igual sentimiento, . Deseo que un pais unido á nosotros
por tantos tecuerdos históricos, por la semejanza de institucioDes
(hablo de ~erdena), y por tantos otros lazos, deseo, digo, que este
pais salga Jiatorioso de)a lucha; pero deseo tambien que Austria
quede poderosa iY fuerte, ~p.oFque es necesario que·eli el centroille
Eurqpa exista UDa llran" potencia que r.euna·conlliciones de tstabiti ..
üd _~ -flle$~.. -




DEL ULTIMO .BORBON DE ESPAÑA.
l'


385
~;. r ,.


IV.


Lo positivo era, pues, que la Uníon liberal, amando platónica-:-
me~~e· ]a l~~rtad, servia materialmente al despotism,~ y mostra~~
su ~It~ sohClt~d ~n ,avo~ d~ !os ~~st.i.nos t~m~or~)e~ del ~apa~o para
)~ contjD~e~ias, protestan4o ~Il ~avor del dDqÚ~ deP~tm~. ~
mIentras esto sucedía aquel gabinete hal1aba tregua porque la ~pi­
nion se distraia con los sucesos de Italia, y los partidos, temerosó'iÓ
esperanzados, caIJaban y dejaban de agitarse espe'rando que la guer-
ra viniese á decidir en uno ú otro sentido.


Con anhelo esperaria el gabinet~ el respiro que había de propor-
ei~n~rle el silenc~o da lo;; cuerpos colegisladores: despues de seis
meses d~ luchas parlamentarias, el general O'Donnell se encontra-
b~ ~~ l~ misma posicion de combat~ y de incertidum~re, habiendo
vIvIdo SID haber ganado moralmente cosa alguna, tenIendo delante
de si oposiciones cada vez mas vivas y ardientes, ~pero sin fuer:'
zas para derrocarle, y siendo sostenido por una mayoría que, si no
le habia abandonado, tampoco habia llegado á ser un partido nue~
vo, y conservaba la incoherencia de sus distintos caractéres primi-
. ..., ;. ;.
~I vo~. .
I~~a'p~z el partido pr~gresist{1 de elevarse al· gobierno, dividido
~l p1oder~do que no habia ~abidosostener tres ~inisterios ~alidos
~e ,us fil~St y al cual reuniones tenidas en Madrid y en Paris' bajb
~a ipfluencia de Cristina, no podian devolver la union, . que destru':'
yeran personalidades antipáticas, rivalidades, ambiéiones y odios
nacid~s ~~ el ,s~~o del ¡po~~r, la Union liberal co~tinuó en el íná~tlo',
~unq~e, corpo ~eIÍlOS dicho, hllbiese quedado desnaturali~ada en ídea
c!mentativ~ y pud~era c,onocerse que .~abia fr~casad~ P?r completo
laJ,~nt8:~iva 4e reconciJiacion.


Las oposiciories la habian rechazado, y el gobierno no compren.;.
di~"do los"principios que habi~ de ~i~ÍloÍizar, careciendo ,de fe' l
confianza en la bandera que habia enarbolado, tampoco ~stuvo, til
q~n ,mucho, á la ~ltur.~ de la ambiclon que ,e~ u.~ prin~ipio des~le~
garp .. ~~biguosiempre y sin inic~~tiva; mantuvo ma~ q~e o~ro a)-
gqJlO en ~~ politi~a ~n c!lrá~t~r p~rs~!1al. .. .
.' La situacion, si era so~~~~a ,por lo. v~!~pt~,d ~~é~6~C~ y tes~~l!~
~e) 46 LU,cena, era tamblen domlDada con exceso po:f su persoQ.alI-


1 " • • i r, . r· ~ ~ ....;. , •• ~ ¡, ~ ~ f' ... - • " J' -, ~ "
TOMO rn. ' 19




386 HISTORIA nu RBlJ(!DO
dad,yel hombre de Vieálvaro tenia su brigada irlandesa, como hu-
bo en otro tiempo~los polacos del.conde de San Luis. En una pala-
bra, considerando¡la generalidad de actos, O'Donnell parecia preo-
cuparse menos de)enovar formalmente el cuadro y las condiciones
de la polftica espanola, que de crearse una !ituacion en que él solo
pudiese gobernar. una de aquellas situaciones peligrosas cuya fuer-
za y cuya debilidad reveló el mismo cuando dijo un dia en el par-
lamento: «El hecho es que despues de nosotros no sé quién pueda
,ellir».


v.


Esa sentencia jactanciosa del general O'DonneJl, parodia ridicu-
a de otra frase célebre, revelaba perfectamente al hombre yal par-
tido que representaba. Era la expresion concreta de los sentimiento.
de aquella parcialidad que á trueque de mandar, siempre que pu-
diese gozar de las dulzuras del presupuesto, todo lo sacrificaba, 1&
honra propia y la felicidad, la independencia hasta la integridad de
la patria. .


Por esto tambien, porque el carácter espanol no suCre semejantes
,aniedades pueriles, aun cuando habia modificado sensiblemente las
condiciones de la prensa y ostentaba en sus actos cierta tolerancia,
le creía humillado el pueblo, y el partido popular, los hombres ac-
liTOS de la revolucion hallaban elementos para la lucha y podian
cODspirar contra aquella situaeion hipócrita que habia seducido á
muchos. .


Prescindiase ya de los prohombres, porque la reciente defeccion,
aqual abandono completo por parte del Directorio del carbonarismo
había enseftado á todos los que podian esperar de ciertos hombres.
Como hemos dicho ya, Cámara y sus amigos proseguian activamen-
te .us trabajos desde Portugal penetrando algunas ,veces en Ex~
tr~madura, á pesar,de la activa vigilancia ~de la policía, que fija-
balus ojos en la frontera.


ta eleyacion de O' Donnell habia dado nuev·os brío! al escritor
republicano, y parecía como si existiese un duelo á muerte entre Cá-
mara y O' Donnell, J el movimiento propagandista se acreeentaba,
merced á la toleraDcia forzada de la Union:


BaUábt\llle yo por entonces en Cádiz y hacia cuanto era posible




DEL ÚLTIMO BORBON DI ISPAÑ.Lo 887
por conseguir la victoria para la causa de la libertad. En dieba pla-
la daba la gu!'rnicíon un regimiento de artillería, y algunos sar-
gentos vinieron á conferenciar conmigo en diferentes ocasiones.


Los agentes revolucionarios, nuestros amigos, iban por una y otra
parte preparando los ánimos, y en Alicante y en Cartagena, como
en Sevilla y Extremadura y en algun punto del interior, se habian
Bacinado combustibles, y solo faltaba encender la mecha para pro-
ducir una gran explosiono


Todo esto revelaba perfectamente que el partido republicano era
ya fuerle, que contaba con la opio ion del pais, que habia llegado su
bora á los Borbones. Porque, debemos deeirlo tambien, la Uni()D li-
beral en aquel tiempo, prescindiendo de )a inmoralidad que desen-
volvia y de su sistema corruptor, promovia grandes empresas y
dejaba .ver en lontananza una época de desarrollo para las obras
publicas que debian dar á la clase trabajadora elementas de vida


. acrecentando la riqueza del pais. Por cálculo tambien, amainaba en
las persecuciones y 'dejaba á la prensa bastante latitl!d.


Por eso, lo repetimos, si el pueblo desconfiaba, si el pueblo re-
chazaba aquellas halagüeDas promesas de ventura, es porque cono-
cia su fuerza, es porque estaba ya en posesion de su derecho y que-
ria realizarlo en todas las esferas, no deber al favor lo que era de
justicia suyo.


Un dia negaron á avisarme de que se consideraba necesaria mi
presencia en Sevilla, donde diferentes grupos y los sargentos de .va-
ríos cuerpos querian oirme. Pasé, con efecto, allá, conferencié con
algunos y regresé á Cádiz donde me ocupaba en pintar para soste-
ner á mi familia y á mi anciana madre.


VI.


La revolucion iba á est'állar. El 8 de julio penetró Cámara en Es-
paDa, muchos aseguran que llegó á Badajoz, y en la noche del'
al 10 cónferenció con Jos sargentos y algun oficial del batallonpro-
vincial de Badajoz "en Olivenza.


La traicion entre tanto habia extendido sus influencias., Mucho.
hombres importantes del partido republicáno que habian.condenado
los anteriores movimientos, condenaban y procuraban impedir á to-
da costa que estallase la ira popular.




1.88 BÍSTORIA ,DEL R'BINADO
lPot¡.'esos dias 'SUpO ,el gobiel'nomuchtJs de los detalles del plan


frNgúáao, , las aiitbri'dadesde Andalucía y Ex'tremadura, 'como la~
de Alicanfe 'folros puntos recibieron fóformes, si no completamente
exacto~, bastanfes para disponerlo nécesarioá neutralizar é impe-
dIrlel tinen 'éii'tó del movimiento'revolucionai'io, que todos véian in-
MineD'te.
'ftn~ra 'ma1iana del 10 de julio, cdando esperaba Cámara noticias


de la sublevacion de Badajoz, recibió aviso de qoe la policía ¡tia á
I)uscarte. Tuvo apenas tiempo para vestirse,y salió en companill de
Yln 'litriigo '(fe la plaza de Olivenza c'teyeódo poder 'alcanzar la fron-
tera 'porluguesa. El' diaes'taba hdrriblemElD'te ealuroso, y descobo-
ci~iiao el terreno, 'deispue~ de lHiberse1apartado algun tanto de la po-
bláCíon y andando por la abrasada lIanu'ra llegaron á unos mator-
ra't'es qUe apenas d¡itiáñ 'sombra, y aquelsol'danicular, el sentimf~nto
ite ver aoorflrse un pfan 'tan bien meditado y con 'tanta 'constancia
següido,'lk 'convicciOn de que sólo por inicuas traiciones podía ha-
berse descubierto el proyecto; vinieron á producir en Cámara fina
congestion, que se agravó sin duda por haber bebido agua corrom-
pida en i.(i'nos charoos que á su pa'So enc'ó'tilraron.


lIoreno, que'éra'el 'áinigo de Cámara, se ha'llaba tambienfati-
'gado 'Y abfhoiaao I,or el cansancio y él calor; pero á pe'sar del pe-
ligro que corria, al ver enfermo "á aquel digno ciudadanb, le'(iógió
éh stlsf>razos y te ébíliftijo larguishno trtreno hastadepositatlb en
Ub~ 'era~ Iqüe [halló aJpasb.


tCisi'almisfuo fíémpo:la 'polícfa'qtte habia ido á buscar los fugi-
tíVÓs"áqstt :pósl{{fa éh OlivetJia, 'se pÍ'esentih~D el mismo punto'jla-ra
recogir el ultimo suspiro deld~sgr8ci'ádo revolucidilario que quiso
negar á sus enemigos la gloria de acabar con su existencia.


VII.


lfor@Ho, 'y Cámara ya~adáver, fueron trá'Slatfados á'la plaza ''de
Olrtébza. En K1ieanIfe, 'sordeadas las'p~itidasque'aparec'i:éron, fu~~
ron presas muchas personas; en Sevilfa~ge q'eft'ár~n ;las óArcelas, 'y
.,o:ruf'art8h~l1dl1lde mi caSa y ctJnducido á Sevilta donde tU'v'e el dis-


_ 'gusto 'hói'ri~lff \te 'ter dar gárrote á 'ini delatnr que 'no se att~\iió '.
sosten\fr' su' tlétidücm deSo'on'oeiérldtHtle en la 'rl1'étl'a de' pr~os. Hór"
ribles é inhumanos sacrificios, ftIigtientas ejecuciÓnesvinieroD eh-




DBL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 889
tonces á manchar las enlodadas páginas del periodo en que domina-
ba la Union liberal.


El desgraciado Moreno fué condenado á morir en garrote por haber .
sido fiel á la amistad, . por haber cumplido con un deber auxiliando
á un compatiero enfermo. Y aquel primer ministerio de los vicalva-
ristas no podrá borrar nunca ese hecho de su historia; y aunque fue-o
se solo, que desgraciadamente fué seguido de mil y mil infames ase-
sinatos, bastaria para juzgarle •


. Yo compareci ante el consejo de guerra y me defendí logrando
arrancar mi absolucioD. Muchos otros tuvieron meDOS suerte, y no
pocos hubieron de emigrar, sin:que por eso consiguiera el gobierno
tregua, pues exisUa un duelo á muerte entre la república y la mo-
narquía, y mal podíamos cejar cuando las arbitrariedades multipli-
cadas é incesantes de los realistas de todos tipos y los vicios de la
corte venian á hacer mas y mas patente la justicia ~e nuestra causa.


, .................. .




CAPITULO ttV·


SUMARIO.


Consideraciones sobre la Union liberal.-Lo que debe la propiedad á la revoluciono -
-Injusticias de la Union liberal con la pequeña propiedad.-Concesiones de la
corte de Roma.


I.


1 loa Union liberal!
No una, tres admiraeiones merece ese engendro de los partidos


medios en disolucion. Partido árido condenado á la esterilidad; for-
ma la mas genuina de su liberalismo que es la negaeíon de la liber-
tad; de ese monarquismo, qu~ es la negaeíon de Ja monarqu(a, Ja
Union liberal entró en e! poder en 1858, ofreciendo á los amigos del
progreso lo que sabia que no habia de cumplir, para continuar bajo
)a careta de falso liberalismo y de tolerancia la reaccion que los
neos no pudieron llevar á cabo de frente.


Las apariencias fueron al principio liberales como las promesas;
en el fondo y sin ruido, la obra de O'Donnell fué tan reaccionaria
como la de Nocedal: eJ fin era eJ mismo, aunque los artistas y los
procedimien tos di ferian .
. Para el historiador imparcial que observa desapasionadamente los


sucesos, aquella evolucion de los partidos medios es un hecho no-




DEL ÚLTIMO BORBOI( DI ISUÑA.. SOl
tabilfsímo, porque revela, patentiza su decadencia; como esta la de
la causa que les dió vida y vigor, para fraccionarse enJa época de
so: apogeo, y gobernar sucesivamente éada uno con su poHtica pro-
pia yen lucha con sus rivales.


Bsta union de fuerzas heterogéneas que olvidan sus antagonismos
porque perdieron sus esperanzas, es eJ resultadQ del acrecentamiento
de los partidos extremos, contra los cuales ya no podian luchar J
conservar el poder aisladamente, y gracias si lo lograron uniéndose~
Pero para llenar su objeto durante aJgun tiempo, aquella union de-
bía ser sincera, y esto es justamente lo que faltó á la que O'Don-
nelJ capitaneaba. En verdad correspondia • una necesidad del es-
piritu conservador t pero no debió ser imperiosa y bien sentida cuando
no fué mas sincera ..


Posada Herrera y O'Donnell, que fueron el alma y el brazo de
aquel tristemente célebre ministerio, mas parecía, y ellos mismos lo
decian, que querian disolver, ~eabar con 101 partidos medios, que
fusionarlos en un eclecticismo constitucional y doctrinario; pero en
realidad solo lograron crear un tercer partido que, debilitando á los
otros dos, moderado y progresista, no pudo destruirlos, siendo el
resultado la flaqueza del nuevo, que no podía sostenerse contra la
coalicion de los otros, y que soJo coligándose con uno de ellos podia
escalar el poder. . .


11.


y la Union liberal, que en polftica nada representaba, sino que
como un parásito venia á absorber el jugo y la vida activa de los
otros partidos, al propio, tiempo que devoraba el presupuesto, no
supo realizar en hacienda reforma alguna importante.


Como veremos en cuadros sucesivos, y á medida que vaya des-
envolviéndose el periodo de su dominacion, sus pretendidas glorias
son debidas á otras condiciones externas no á su acoion é influencia,
al'paso que ha dejado por sus despilfarros una inmensa deuda, y
por su falta de sistema reotistico, el mismo desórden, la misma ar-
bitrariedad, la eterna losa que gravita sobre el contribuyente,que
mata la produccion é imposibilita el consumo.


Siguiendo los caminos trillados, ka querido hacer gala y atribuirse




M,I BIJTOBI~ ~I!t .~~~D4f
~lllurgepJo iJ,qJici9' h,asJI} p~rlo m~~~9 flue ~~ (~ prQpiedad ~~ teQm~
IU YaJ9,.f~ Q(UI).Q pP4reQlp,' i~en;t,~.str~r~() Jácihnen~.


toa PfAPi{}d~4 i~~~eW~ ~l1é §iempr~ ~J IJj~o !lliIJJ8~O ~e 19,8 p~r\~­
dos conservadores: reconociendo en I()~ Rr.qpietarjp~ ~~ tierras y ~.
~~~ I~ fu.~r~a ó ,~Je,~~1Mo ~pcjaJ mfl~ p.f~pqn~~faº,~,'pu"s ~J;lntJl'~te,
IHaQ qJ#'~Mlo "tr~6rs~Jq ~q.~iéQdQle P~~~.j()~es de q"e ~o h~n ~~i
(rum~q otr'l$ plase~ sPQi,J~,. ~ ~stp ~" re§Hl~a49, q~e ,4em~s dp
g(:\W ~()~ I~ r~fqJ,c.\f)P m,8~ ,q~e O\rfl:c1ase ,.!~p~,~, ~a acp,mu!~~o
I~ 4v(),r:~~ 4.e IQ~ r~~~~Á9n~fios, ~Ilos q~e le b~bjll h~c~9 ~ revql~
OipQ, r se ha cqp"erYiQ ~n el w,~~ro~e lo~ poder!l~ socia¡les" y
cuya jnflJleQcJa~s jp'p()rprMJ,It-l>le.~
~ prQPi~d~d ,dM~ J t" ,revolucioI;l:
:ta supresion de diezmos y primicias; carga onerQsfsima qtt~ ~e:-


prestlntaba los ben~ficios lle~~s, en l~s lllWllQs anQ.s~ Y Ja f,\l!~a en l 1 . .' . ~~ mQ9~;
ta J}~Qlioio9 ~~ Jos p,rlv,n~giqs ~e lagl~~~t Ó g~n~derí~, q~ r~·


duci1ln et>lJsid~r~bl"m~Je, ql VAl9r y .los p,rodqcto,s de in~ni~"s U~r.~~~;
~a slJpre~iQP d~ las ,g,Qpla$"que oh~trui~n eJ ~r~fiqo illteriqr Ó ~e


provincia á prQviJ)eia, y que ,redu~jendQ por la 4ifiQultad d.s la ~~~
por!acion á merqD-dys €le fáci,1 ~c~es~, á vil prec\o los fr.pduc!o~ 8,9,:-
brn.otes ,en lqs J;l~en9$ ~~.q¡s, ~Il\ip.or!lJ>an ~,n la .tpi~.ma pr9porci9n~1
valor de las tierras; . .


ta supresion de mayorazgos, supresion que ha convertido en pro-
pietarios libres á l{ls que solo eran poseedores', y cuyo número no
bajaba de 400,000 á principios t\el siglo;


La desamortizacion de todos los bienes de manos muertas que re·
presentaban incluyendo los censos la mitad de la riqueza agrícola y
w~an.;


La ley de inqOiiliutqs ~ ,~_, 1.,pw J .. \\Ualial fW d~ c¡,Wa \ér.m\~9
los ,propietarMs pue.4eJ subir ~l ~lqJYleJ' de h\s ca~s; ley de I~ cm~
se han aproveoha4a'laB ¡billp 9"e }la\l ~rjpJjc~dp ~s~ew,s;
:tasupretiQnblj~OO c9»VQBtQ,$ gue ~A\pa~g~~Jm~p~ los


mejores .sitios de las ,ciu.dad~i, ,y qpe' Jr.forlll8dqs hoy ,ell PMe,qs
pú.~lioos, ,mellcados, teatras,~Q.~lasóber~Q$as ~aQzap,.~ ·4p ~:::'
.as; thaD dado DUev.o -valor ,. R}.~Qlt~m.iles ¡d~~~s pe ªntOlAla.
4Siao,~ aplastadas Ir oMM'reéid~lfbajp lAS :Deg~.\al\\" ª~ l~~
eopveotos ,qu 11u sodeaha.o.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 893


111.


y cuando la revolucion habia hecho tanto en beneficio de la pro·
piedad, la Union liberal podía decirse que venia á anular para el
mayor número, siguiendo en esto las tendencias de la escuela con-
servadora, estos beneficios.


y cuenta que no hablamos de IOFi indirectos; de los derechos po-
líticos concedidos á los propietarios por ejemplo como electores y
elegibles; derechos que la revolucion ingrata ha negado á clases en-
teras y Dumerosisimas, y DO de las menos útiles á la sociedad; de
las leyes arancelarias que equivalen casi á una prohibicion absolu-
ta de importar cereales y otros productos agrícolas, que hagan con-
currencia á los de nuestros propietarios, y de todas las leyes y re-
formas que sin dirigirse expresamente á )a propiedad han contri-
huido á aumentar su importancia y valor.


Veamos ahora lo que ha sucedido con las disposiciones de los
conservadores que han dflclarado sagrada é inviolable la propie-
dad.


LilS Jeyes de los revolucionalWls en 18t!!, en 18!O, en 1836, en
184.0 y en 185', todas tendieron á aumentar el número de pro-
pietario!o', á hacer asequible á un gran número de arrendatarios, ar-
tesanos é industriales la adquisicion de la propiedad; al mismo tiem-
po que á desembarazar á esta de las trabas que la oprimian y
auulnban, en tanto que los conservadores en cuanto han podido han'
tendido á su concentracion en pocas manos, á su acumulacion; á
crear ó aumentar la clase de los ricos propietarios.


Ellos han arrojado de los comicios á cuantos propietarios no pa-
gaban lO duros de contribucion directa; ellos han aumentado y ex-
tendido los derechos de traslaciones de dominio de la propiedad, lo
qua difi~ulta su division y fraccionamiento; y falseando el espi-
ritu y letra de las leyes de desamortizacion, han vendido en grandes
lotes tierras que debian venderse en pequellas fracciones. Y en su
deseo de engrandecer á los propietarios atrayéndolos á su causa han
dictado muchal leyes, como la de aprovechamiento de aguas, por]a .
que él Estado abona la tercera parte de gastos al que convierte sus
tierras de secaDO en tierras de regadío; y así con el dinero de los
pobres, de los industriales y explotados mariDOS y navieros se ayu-


TOllO III. 50




39' HISTORIA DEL RilNADO
da Él que los propietarios se hagan mas ricos pagándoles las mejo-
ras hechas en sus tierras.


IV.


Tengan en cuenta sin embargo que de 1.100,000 propietarios
que hay en Espalla no llegan á 80,000 los que tienen propiedades
de secano bastante grand~s y recursos para emprender obras de re-
gadio, y, por consiguiente, que esta ventaja se reducirá á un pe-
querío número de ricos, que harán luego pagar bien cara el r.gua
que les sobre á sus vecinos pobres, que habrán sin embargo con-
tribuido con su dinero como contribuyentes al aprovechamiento de
aguas que su vecino rico disputa.


En nombre y por cuenta del Estado se orrecian por la ley de] ro·
mento de la poblacion rural grandes privilegios á los propietarios que
aumentaban el valor de sus tierras, eslableciendo en ellas habitacio-
nes para Jos que las cultivaIl Ó para ellos mismos si las habitaban:
exencion de contribuciones, de quintas, etc.; todas por supuesto con
perjuicio de los demás, que no siendo propietarios no pueden dis-
frutar de ellas. _


Es muy buen estimulo sin duda, el de librar de la quinta al que
viva en el campo con casa nueva reuniendo ciertas condiciones; pero
es muy malo que los jóvenes del distrito que entran en quinta vean
disminuir su número, eon los que gozan. del privilegio, porque en
la misma proporcion aumenta su riesgo de ser soldado. Pero, ¿qué
importaba esto á los conservadores? El caso era dar mayor valor á
la propiedad, favorecer á los propietarios á expensas del pais.


En la discusion del presupuesto de 1857 se probó con buenas
razones en el parlamento que la renta de la propiedad ha pasado
en veinte anos de ~,OOO á 6,000 millones, y que las ocultaciones,
es decir, las rentas cuya existencia ignora la Hacienda pas~n del 50
por 100 del total.


y por causa del desarreglo de la Hacienda, la Union liberal pro-
seguia-ese terrible sistema que hace pesar sobre la pequefia propie-
dad todas las cargas, haciendo gozar á los grandes propietarios de
todos los beneficios, puentes, carreteras, caminos de hierro, puer-
tos y muelles; y lo que en realidad no puede ocultarse, que es k.
tierra, para la Hacienda está oculta, pero descubre, sin que sea po-




DEI. ÚLTiMO BOi{BON DE .G'PAÑA. 895
sible escapar lI. sus pesquisas, la mas minima industria. No hay


. aguador ambulante que pueda ocultar su modesto oficio ni librarse
del subsidio industrial; y que si lo oculta no lo pague bien caro, sin
que la Hacienda inflexible le teoga la menor considerarÍon.


Pero la propiedad. territorial es otra cosa; los propietarios han
podido hasta ahora hacer á la llacienda ocultaciones por valor de
mas de 3,00 O millones de renta al afio, haciendo que sea una men-
tira lo de que la contribucion directa sobre la propiedad se eleva al
14: por 100 de la renta cuando en efecto no llega al 7.


Y para que la injusticia sea mayor, no son generalmente los po-
bres, que poseyendo poco mas de nada, nada pueden ocullar, cosa
que sucede.á un millon de propietarios, sino los ricos los que gozan
á sus anchas de este privilegio; resultando que pesa sobre )a pro-
piedad UD impuesto progresivo' en sentido inverso. Pobre gallego
hay cuya tierra apenas le produce !5 duros anuales de renta, que
paga el 16, y á veces mas, por ciento, mientras que ricos propie-
tarios de su provincia y otros que cuentan sus rentas P9r miles de
duros pagan apenas el siete.


Esla injusticia tiene todavía algo peor que ella misma, 'Y es que
hace cómplices suyos á Jos que la sufren, porque siempre que se tra-
ta de recargar la contribucion Mirecta, los propietarios pobres que
forman una masa impotente, temerosos de que sean ellos quienes la
pag!leo, hacen contra la innovaciGn causa comun con los ritos que
se aprovechan del desórdeo actual, para pagar proporcionalmente
menos que los propietarios pobres.


v.


Sofocada,. pue8, la iDsurreccion republicana, el gabinete de O' Don·
nelJ que biciera de la venta de los bienes del clero y de la realiza-
cion de la desamortizacion civil y eclesiástica uno de los puntos de
su polftica, hallóse en el caso de pedir á la corte de Roma que des-
hiciera lo mismo que verificara la víspera ..


El nuncio, monsefior .8arilli, negóse terminantemente á entablar
negociaciones finalizadas ya con el ministerio Narvaez á principios
de 1858, y entonces fué cuando Rios Rosas marchó de embajador á
Roma. Esta corte, que se veia amenazada por los sucesos de Italia,
y que deseaba no apartar de si el apoyo de un gobierno· católico,




896 HISTORIA DEL REINAD')
consintió en ese momento, qtle tal es la táctica de los papas y de
todos los poderes? en firmar un nuevo tratado por el cual la Iglesia


"espanola habia de transferir al Estado todas ,Sus propiedades y reci-
bir en cambio inscripciones de rentas intransferibles; se obligaba
además el gobierno á aumentar en el presupuesto la suma 'destina-
da al clero.


Gran triunfo era mita para el gobierno: desarmaba aparentemente
á los progresistas con la desamortizacion efectiva; y á los modera-
dos por medio de un tratado con el papa. Pero en realidad estas cá-
balas y habilidades de la Union liberal y esas forzadas concesiones
de la corte romana. vinieron á demostrar la impotencia del pontifi-
ce, y la debilidad, la elasticidad del partido que dominaba en Es-
pana.


¡ '~;



..


-,~_._-




ClPITULO LV·


SUMARIO.


Ojeada sobre la situacion exterior.-Egoismo de la Union liberal....-ol'ígen y prelimi-
nares de la guerra de ~larruecos.-Negociaciones.-Daclaracion de guerra.


I.


. La situacion exterior era ciertamente grave. Acababa Ja guerra
de Italia y Austria, el Piamonte habia ensanchado su territorio, se
vislumbraba ya la unificacion de Italia, y el mismo Mazzini y sus
agentes se preparabaIí para la evolucion que debia dar por resultado
]a unidad, el destronamiento de los Borbones y de muchos prínci-
pes alemanes, y mas ó menos tarde ]a salida del papa y la capita-
lidad de Roma como eje principal de la revolucion italiana, y nece-
sario complemento en l.a vida de aquella península.


Francia, el imperio se habia visto arrastrado á esa guerra para
impedir las manifestaciones del sentimiento democrático incrustado
en las masas y que tan activamente se mostraba, que con tal ener-
gía iba desenvolviéndose en Italia.


y Napoleon, colocado entre Scifa y Caridbis, habia, sin titubear,
lanzado sus legiones en Italia contribuyendo fatal y necesariamente
á la desorganizaeion de la antig.ua alianza de los pueblos del Norte




398 HiSTORIA DEL RUNA DO
á la caída inevitable ya de muchos príncipes y del poder temporal
de los papas. .


Esta nueva faz de las cosas denotaba un cambio en la marcha
regular de los suc~sos, y prometia grandes progresos y cambios
tanto e~ las nacionalidades diversas, como en l~s instituciones que
regian á los pueblos.


y sin embargo, la Uóion·liber.al que debia y podia haber levan-
tado entonces el espíritu público, que debia y podia, ya que se lIa-
mab3 un partido nuevo dispuesto á realizar todo progreso útil y
necesarios preparar los medios de llegar á la unidad de la penfnsuJa
espafiola, como Italia babia llegado á su unificacion, la Union libe-
ral, decimos, permaneció enterrada en su egoísmo, en su vida, de
negacion; mejor diríamos encerrada en su tumba, fTorque no era vida
no llegaba á formalizarse mientras no cumplia un gran objeto, mien-
tras no bosquejaba 00 cuadro completo, distinto al que los-otros ha-
bían trazado ya.


n.


La Union liberal, con todo, si no tuvo carácter, energía y habi-
lidad suficientes para lanzarse con ocasion de la guerra de ltalia, á
hacer pesar su voto en la balanza del concierto europeo, buscaba
ocasiones nuevas de distraer la atencion pública de todas aquellas
arbitrariedades que para saciar su ambicion cometía. .


Babia en la vecina costa africana continuas invasiones, amena-
zas, excesos, asesinatos, y llegó la audacia de los riffeiíos en mu-
chas ocasiones basta acometer á las guardias y establecer un fórmal
sitio á Ceuta, Melilla y demás plazas espafiolas.


Como ya hemos indicado, en otras ocasiones y en tiempo' de. Es-
, partero estuvo á pique de, romperse la paz con el imperio de Mar":


ruecos, y cuando Prusia, Inglaterra y Fran~ia castigaron sucesiva-
mente los actos de piraterfa de· los obcecados hijos de Alá, casi He-
garon á las manos.las güarniciones de 10$ posliones espanolas con
aquellos bárbaros. " . .'


Pero los gobiernos habian comprendido que debía ser costoso en
dinero y sangn, el rompimiento, y se Iimitaron'á obtener satisfac-
ciones y promesas del emperador marroqui que apenas podia con-
tener á las desordenadas kabilas.




DEL ULTUlO BORBON DE ESPAÑA. 399
Despues de terminada la guerra de A.rgel, y de incorporarse á la


Francia aquella importante comarca, el emperador de Marruecos
veía inminente la invasion de su territorio, y ciertamente que la in-
fluencia civilizadora debe penetrar en Africa, y que la Europa ha de
oumplir sus deberes arrancando á la barbarie sus guaridas para
lanzar en la via del progreso á esa raza que ,parece refractaria.
Mientras solo tenga que en,senarle una religion tan falsa como la su-


, ya, ocioso será despertar el 'odio y el fanatismo de los unos y de los
otros, y pretender imponerles un Dios que desconocen y que recha-
zan con )a misma razon que nuestros abuelos rechazaron las inva-
siones agarenas que pretendían hacerles rendir culto al Koran. Fal-
ta, pues, auoque nosotros tengamos una concepcion superior reli-
giosa, y no es esta faz la que debe presentarse cuando se entablen
cuestiones en lo referente al territorio africano.


Espana coloeada frente .por frente de la~ costas africanas tiene mas
deberes y puede mostrar como Francia á los secta riosde, Mahoma, .
que la civilizacion europea por sus ferrocarriles y su industria lleva
la bandera del progreso; pero esto no autoriza á estos pueblos para
llevar la guerra y la desolacion á aquellas comarcas, sino para per-
suadir á Jos africanos, presentándoles esas poderosas máquinas, esos
poderosos inventos, del atraso en que se encuentran, y del benefi-
cio que pueden soportar adoptando esos adelantos.


Por eso los pensadores. los hombres de inteligencia han recha-
zado siempre la guerra, si tip,n reconocen que en el dia de la.cru-
zada del progreso, España, libre ya, fuerte, contribuirá con Europa
en idéntic~s condiciones á llevar la vida y la fertilidad á las regio-
nes donde la incuria, el abandono y las preocupaciones de un pue-
blo estúpido han ocasionado la devastacion y la muerte.


111.


En esa ocasion surgió un nuevo conflicto en las inmediaciones de
/ Ceuta, porque los riffeños hicieron una nueva intentona. A<lababa,


de firmarse con Marruecos un tratado en que se consignaba la re-
presioD por parte de aquel gobierno de todo atentado contra nues-
tras posesiones, y se aseguraba en lo posible la defensa de la plaza
de Melilla, cuando los de Anghera, violando el territorio de Ceuta,
destruyeron algunas obras avanzadas que levantabas los ingenieros




400 HISTORrA DEL BIUNADO
espanolts en el mes de agosto, haciendo rodar por el suelo el escudo
de armas que les daba proteccion. Entonces comenzó una serie de
escaramuzas y hostilidades entre las tribus africanas y la g9arni-
cion de Ceuta convenientemente reforzada.


La Uníon liberal vió en est~suceso un medio de llamar la aten~
cion pública distrayéndola de la politica interior, y anunció con pom-
pa y ruido el suceso pasando notas á todas las potencias, entablando
negociaciones diplomáticas y preparando un ruidoso desenlace aun-
que sin tener intenciones de aventurarse en una campaiia formida-
ble que debia agotar el tesoro sin resultado alguno.


Inglaterra presentó objeciones sérias y dificultades sin cuento para
todo lo que pudiese ser ventajoso materialmente; y desde entonces
la Un ion liberal pudo prever, como lo vieron todos, que cuantos es-
fuerzos se hicieran debian quedar inútiles. Era por lo tanto prudente
limitarse á reforzar las guarniciones,enviar una division que talase
y devastase castigando á los invasores, y pedir al marroqui que en
adelante cuidase mejor de la observancia de los tratados.


No era fácil con todo retroceder ya. El asuntQ habia tomado pro-
porciones, Europa nos eontAmplaba, -el espíritu público se habia
sobrexcitado, y los partidos, sobre todo, habian hecho arma de
guerra de aquellas baladronad~s odoñnellistas.


La Iberia, con su lacto progresista,' c~mbatió ru~amente á O' Don-
nell porque dejaba hollar la dignidad nacional sin exigir ]as repa-
raciones convenientes; y La Iberia sabia la oposicion de Inglaterra
y los contlictos diplomáticos que podían sobrevenir en aquella lucha
de tao complejos intereses. . '


lV.


El gobierno entre tanto habia reunido para hacer yna demostra-
cion 40,000 hombres en Málaga, Algeciras y Cádiz, y al mismo
tiempo el representante de Espana en TaDger, Blanco del Valle, re-
cibió encargo de reclamar de Marruecos satisracciones y nuevas ga-
rantfas de seguridad.


Empezó entonces la negociacion, y en ella las pretensiones de
EspaDa, que tomó la actitud de UDa potencia ofendida que aprovecha
Ja ocasiOD de reclamar eficaces garantias, parecían crecer á medida
que se sueedian los despachos, yá su vez las concesiones decisivas




DEL ÚLTIMO B(,RBÓl'4- DE BSPANA. tOl
en apariencia, hechas en un principio por Marruecos, disminuir en
importancia y eficacia á medida que se las estrechaba de cerea.


El representante espanol comenzó por pedir que las armas de Es-
paría (uesen colocadas solemnemente en el mismo lugar de donde
fueron derribadas, y saludadas por las tropas" del sultan marroqui;
que los culpables del insulto fuesen ejemplarmente castigados; que
quedase reconocido el derecho de Espana para levantar fortificaciones
'para la defensa de) territorio de Céuta, y que se tomasen en comun
las medidas necesarias para evitar la repeticion de aquellos agresi-
vos actos.


El plenipotenciario del sultan marroqui en Tanger, Mohamed-el-
Ketib, áccedió á estas cuatro demandas, pero cuando todo parecía
terminado, la muerte del emperador Abderrahman y la resistencia
que para sentarse en el trono encontró suhijo Sidi-Mahomed retardó
las negociaciones. ~


Reanudadas estas, Blanco del Valle precisó la naturaleza de las
'garantias reclamadas por Espana, consistentes en la posesion de las
alturas avanzadas que aseguran la defensa de la linea de Ceuta, y
lambien el representante marroquí accedió á la peticion, aunque
aparentando no comprender toda su importancia. La diplomacia es-
panola dió entonpes un paso mas y designó como punto extrem(de
la nueva frontera la linea de Sierra Bullones, á algunas leguas de
Ceuta, para cuya cesio n de territorio el embajador imperial, á pesar
de los plenos poderes que recibiera, declaró careeer de instrucciones
suficientes. '


v.


Durante estas negociaciones largas y penosas, con el acompafia-
miento de incidentes que á cada momento surgian, moderados y
progresistas eODfiaban ver la eaida del ministerio O' Donnell gastado
en aquella inmensidad de cuestiones que surgian á cada paso. La
muerte de Abderrahmao yioo á favorecer los designios de las ()PO-
siciones, porque trastornaba por -completo toda avenencia obligando
, su sucesor á hacer la guerr& antes que consentir en la ratiflcacion
de los tratados.


y la actitud de Inglaterra que no cejó ni por UD momento en sus
cábalas venia á ser para los progresistas excelente apoyo, porque


TmlO 1lI· 51




40! HISTORlA OEL REIN A DO
jamás creyeron qtíe se consiguiera llegar al punto de romper las
hostilidades al general O'Doooell. En este punto coincidieron tam-
bien los demócratas, y La DiscfAsion vino á defender con escándalo
de muchos aquella guerra que debía ser, mas que una gloria, una
horrible saD'grfa para Espana, y un padron de ignominia para aque-
llos que profesando ciertos principios querian sin necesidad expooer
nuestras tropas á los ázares y eventualidades de un clima insalubre
y nuestros batallones á una lucha que debia ser en detal.le y no po-
dian por consecuencia alcanzar ventajas de importancia.


Logróse. con todo esto, y en virtud de una combin8cion de cir-
cunstancias extratlas,"hacer popular y nacional aquelJa guerra, que
en tiempos normates, sin las cábalas y conveniencias de Jos partídos,
sin los intereses' de los hombres polfticos, se hubiera limitado á un
paseo militar de UDa brigada para fortificar ciertos puntos y arrojar
á las kabilas hácia el interior. .


Como quiera, el gobierno habia dispuesto las cosas de otro modo,
y al observar el general clamoreo y al contemplar su inevitable caida
si llegaba á retroceder, se decidió des pues de algunas dilaciones que
fueron prorogándos6, á romper diplomáticamente. Siete di as rles-
pues, el !! de octubre de 1859, el jefe del vicalvarismo, árbitro de
los destinos de Espana, y cual otro jefe de cruzada.., declaró la guer-
ra al islamismo. '


La empresa era ardua, peligrosa, y exigia gastos de mucha eon-
sideracion. Si no estaba lejos de nuestras playas el territorio ene-
migo, era necesaria una poderosa marina, porque el Estrecho DO es
fácilmente navegable en todas ocasion~s, y era preciso asegurar bien
las comunicaciones y el abastecimiento del ejército y trasladar con,
facilidad las tropas.


Para obviar todos estos inconvenir:mtes, y la escasez de buques,
hubo necesidad de fletar algunos de la marina mercante.


VI.


Las cortes se hallaban abiertas desde 1.0 de octubre, y O' Donnell
se presentó á dar cueóta del gran suceso diciendo entre otras cosas:


«El Dios de los ejércitos bendecirá nuestras armas, y el valor de
nuestros soldadoS'" y de nuestra armada hará ver á los marroquies




DEL ULTI~O B'!RBON DE ESPAÑA. 40S
que no se insulta impunemente á la nacion española, y que iremos
á sus bogares á buscar la mas cumplida satisfaecion.»


O'Donnell y sus amigos habian retrasado el gran acontecimiento.
Comprendían perfectamente cuántas dificultades y cuántos peligros
debian arrostrarse para llegar en último término al vacio y á la nu-
lidad. Pero ciegos los partidos que confiaban en el descrédito y el
desprestigio de aquel gobiernQ, despues de haber visto que siguiendo
su impulso, el general vicalvarista emprendia la guerra, todavía
persistieron con obcecacion y tenacidad en el error; y con tono hi-
pócrita y mintiendo alabanzas se expresó Olózaga en estos términos:
«Hoy, boyes día de sentir la indignacioD que causa ver á un bár-
baro y obcecado gobierno negarnos las justas satisfacciones que po-
demos tomarnos por nuestra mano; es dia de sentir el entusiasmo
que esto despierta _ en el pueblo español; es día de sentir la alegría
que causa el vernoa todos unidos, y estos sentimientos, señores,
elevan el alma á tal' aHura, qqe de~de ella no podemos pBrcibir las
hondas divisiones que han existido y que aun volverán á existir en-
tre nosotros. Es dia de sentir el placer inmenso de que seamos to.;.
dos espal'íoIes y nada mas que espai'loles, comparando los buenos
lieropos de la antigua monarquía con la monarquía constitucional,
y llevando la gloria de nuestras armas al territorio de Arriea, donde
tanta alcanzamos en otra época y donde hace siglos que nos está
esperando. »




CAPITUf..O LVl·


SUMARIO.


Pequeñez de los progresistas aplaudiendo la guerra con Marruecos.-Entusiasmo y
generosidad de los españoles.-Reflexiones sobre O'DonneH.-"'Cábalas de Ingla-
terra para impedir aquella guerra. .


I.


La obeecacion y el error de todos hacia entrar á Espafia en un
camino de aventuras que no podian lev;antarla de su postracioD, pe-
ro que por el mas ligero incidente podian arrastrarla á su despres-
tigio. á su ruina y anonadamiento.


Olózaga, el fámoso Olózaga, el que habia cantado una salve para
excitar á los pueblos en favor de la dinastía Borbónica, y de la tierna
Isabel su representante, logrando por este med io arrojar del poder
al partido progresista, proscribir á Espartero y entronizar al mode-
rantismo, para obtener de aquella magnánima princesa en muestra
de ágradecimi~nto una acusacion capital, Olózaga con su destreza
acostumbrada, con su elocuencia parlamentaria acababa de echar
las bases para el triúnfo seguro de la Union liberal, creando y r.o-
busteciendo . aquellos obstáculos tradicionales que veoÍan alejando
de las regiones oficiales al partidó progresista .
. Tal es constantemente la sábia y entendida combinaeioD de los




DEL ÚLTiMO BORBON DI 'SPAÑA 405
hombres menguados que se llaman jefes del partido que se quiere
llamar popular.


Esos hombres que permanecen fieles en apariencia á los dogmas
y á los principios progresistas, son verdaderos obstáculos tradicio-
nales para el desenvolvimiento de la actividad revolucionaria. Yen-
tonces, como en muchas otras ocasiones, dieron muestras de su pe-
quenez, de su ignorancia, de su perseverancia en el error, y de su
n'uUdad absoluta.


Con semejantes apóstoles, la causa del progreso, la causa de la
humanidad, la bandera de la revolución rodará siempre por el fango,
'porque si son incapaces de contrarestar las intrigas de sus adversa-
rios, si son siempre impolentes contra las camarillas y contra los'
caprichos de la corle, tienen siempre audacia y habilidad bastante
para halagar á las masas, para entusiasmarlas adulándolas y lle-
varlas de error en error hasta el precipicio. '


n.


O'Donnell, empnjado en la vía por los partidos, entró con paso
firme y aprovechó los momentos para sacar de aquellas cortes que
se dejaban llevar por las pasiones á una pendiente fatal, toda clase
de recursos en armas y dinero, á fin de suplir con los sacrificios del
pais lo que faltaba en tacto, en prudencia, en energfa formal y ver-
dadera á todos aquellos gobernantes de pacotilla.


Casi sin discusion se voló una quinta 'de cincuen\a mil hombres,
yJa autorizacion para elevar el ejército á ciento sesenta mil, lo mismo
que para imponer varios tríbutos extraordinarios, á ·Ios cuales no
hubo necesidad de recurrir. Y con tales muestras de arrebato, con
el excesivo fuego de los que blasonaban de patriotas, la nacion, lle-
na de verdadero entusiasmo, corrió en masa á ayudar eon todas sus
fuerzas á los gastos de Já guerra. Y mientras el hijo del pueblo ofre-
cia su sangre y el fruto de su trabajo dejando hambrienta y desola-
da á su familia, aquella muje.r que ocupaba el trono se limitaba á
ofrece¡ que venderiá sus joyas en caso necesario ... Burla sangrienta
y borrible blasfemia que ponia en evidencia á aquel miembro de la
raza borbónica.


La preD~a toda hizo treguas con el gobierno; las provincias, las
ciudades, los pueblos de mas escaso vecindario, las universidades,




i06 HISTORIA DIL BRlIUI>O
las corporaciones todas se apresuraron á aprontar dinero, caballos
y efectos. Numerosas suscriciones se abrieron en todas las el ases de,
la sociedad par,a socorrer con pensiones vitalicias á los soldados que
se inutilizasen en la próxima campana, para socorrer á las familias
pobres de los que muriesen, para erigir hospitales, et~


El ministro de Hacienda tenia presentados con nntelacion los pre-
supuestos de 1860 que ascendian á 1,834. millones de gastos y
1,841 millones de ingresos. Habia como siempre un presupuesto
extraordinario de 30! millones, y el máximum de la deuda flotante
se "fijaba por aquel ano en 640 millones. Pero este presupuesto es-
taba.formado en tiempo de paz y para circunstancias normales, y
el gobierno, al estallar la guerra de Marruecos, recurrió á diferen-
tes combinaciones para hacerle frente.


Ante el inevitable aumento de los gastos públieos, presentó Sa-
laverria á las cortes un conjunto de disposiciones modificando los
derechos de hipoteea, los de eonsumos, de timbre y de registro, es·
tablecien'do un aumento de 12 por 100 en las contribuciones di-


. rectas, del 1 O por 100 en las de subsidio industrial y de comercio,
y además un descuento de 8 y 10 por 100 en las clases que cobran
del tesoro, cambios todos que sancionados por una ley de 25 de
noviembre, hacian ascender el presupuesto de ingresos ordinarios á
1,892 millones.


La ,deuda flotante podia ser elevada á 74:0 millones, y para bacer
frente á gastos extraordinarios é imprevistos'se autorizó al gobierno
para disponer de los créditos abiertos por la ley de 1.0 de abril á los
ministros de la Guerra y de Marina.


111.


Grandes é importantes consecueneias debian nacer de todo esto.
Imponfanse excesivos sacrificios, y si bien la empresa era arries-
gada, se la queria acumular todo género de reeursos. ,Se habian
medido bien las ventajas que podia reporlar EsparIa de toda aquella'
baraunda en que sin plan y sin concierto, sin un fin determi~ado y
concreto se llevaba á nuestros soldados, á lo mas florido de la ju-
ventud esparIola, á perecer bajo el plomo del enemigo, ó, lo que es
peor aun, diezmada por las epidemias ó por las influencias ahnos ..
féricas~ Ciertamente que no; lo que se procur~ba era salir del paso




DEL ÚLTIMO BORBON DIISPAÑI. ~07 .
porsosfener el poder entre las manos, y aprovechar Jos esfuerzolJ
heroicos, los sacrificios generosos que se imponian los espanoles de
todas clases y condiciones.


La ciudad de Tarragona ofreció cincuenta mil raciones de aguar-
diente é iguál cantidad de ViDO; un rico capitalista, don Juan Man-
zanedo, se comprometió á costear una compailía del ejército todo el
tiempo que durase la guerra y á anticipar sin interés alguno dos
millones de reales; las provincias Vascongadas entregaron en las
cajas del tesoro un donativo de cuatro' millones de reales, y se' dis-
pusieron á organizar los tres mil hombres de que se habian de com-
poner sus tercios. ' .


Catalnlía, además de tener en el f'jéreito el contingente que la ley
le impone, organizó quinientos voluntarios vestidos y equipados por
la provincia, y montó y sostuvo un hospital de sangre establecido,
en el Campo de San Roque; la ciudad de Zaragoza hizo un dona-
tivo de varias brigadas de m.ulas; el ele~o de Palencia aprontó ciento
o~benta mil reales; la Junta ,de Comercio de Cádiz doscientos mil, y
setenta mil la c~udad de Ecija; la re~1 Maestranza de caballeria de
Sevilla costeó veinte -y cuatro piez8-s rayadas de montaña, eón sus
montajeB, cajas de municiones y bastes, y casi todos los Ayunta-
mientos votaron donativos y recompansas al ejército en diferentes
formas.


¿Qué se hicieron todos esos donativos, dón~e se gastaron esas
cantidades arrancadas al entusiasmo nacional para realizar un gran
objeto, y consumidas torpemente por aquellos que tienen la misio n
de ahoear los gérmenes de todo sentimiento noble?


¿Cómo correspondieron á la deferencia, á la confianza del pais, á
los deseos del pueblo aquellos que aceptaban la responsabilidad in-
mensa de ponerse 81 frente en tan crÍlicos momentos de una em-
presa tan ardua que debia ser gloriosa á inmortalizarlos levantando
el crédito de Espaiia, ó mezquina empequelieciéndoles, degradán-
doles, haciendo del pueblo ibero objeto del ridículo y del escarnio?


IV.


O'Donnell, aquel general que desde el otro mundo, enriquecién-
dose y meditando vino ya con el propósito decidido de escalar las
alturas del poder, aquel general que con p~rseverallcia y mana 10-




408 HISTORIA DEL REINADO
.gró asociarse y poner á su lado tantas y tantas notabilidades; ~quel
hombre que habia servido á Cristina bombardeando sin piedad las
poblaciones para llevarla al palacio de su bija, y que sin escrú-
pulo de conciencia, él, militar~ él, senador, él, colmadodemercedes
por el trono, desmoral~zaba el ejército, seducia á los generales que
desempeftaban puestos de confianza! combatia en -Vicálvaro con-


- trala dinastía de los Borbones, aquel ministro que tuvo la audacia -
de disolver á cañonazos una Asamblea constituyente para erigirse en
dictador, ¿no tenia algun plan. no habia formado algun sistema que
realizar en sus ratos de ocio y de retiro? ¿Pues por qué aspiraba,
vertiendo sangre y haciendo derramar lágrimas, á ocupar un puesto
en la historia si habia de morir manchado con todos los desaciertos
llevando á la tumba el odio de las madrils y la execraeioD yel des-
precio de las gentes honradast


Si no val¡amas que Narvaez, que'pasó-otros siete alios en el si-
lencio yen' la oscuridad para traer al poder solo el espiritu' de ven·
ganza y la necesidad de saiisfacer pueriles capriéhos é innobles am-
blCiones, ¿por qué no permanecía en su retiro gozando de las ri-
quezas que habia acumulRdo~ •


Si no valia mas que Espartero, contra el éual se babia sublevado
en Pamplona y á cuya caída vino á contríbuir cuando la salve de
Olózaga; y cuando Prim y Serrano desgarraban en Catalulia las
entrarias del progresismo; si no sabia otra cosa que-- obedecer ser-
vilmente las ley~s borbónic;1s y vivir á la sombra de la mODarquia,
¿para qué arrojar la perturbacion en los partidos é introducir la
desconfianza entre'los desgraciados espaftoles?


Pretender el papel de dios ó semidios, y ser un misero mortal, DO _
es propio de las almas bien templadas.


y O'Donnell que conocia la gravedad de la situacion, quiso ana·
dir á todas las responsabilidades la responsabilidad inmediata de la
direccion de la campai'ia, y obrando como dictador aquel gobierno
constitucional monió á caballo, se rodeó de un estado mayor de
hombres de corazon y sin corazon, atravesó el Estrecho y pasó al
otro continente en busca de aventuras.


y O'Docnell sabia sin embargo q~e solo iba -á representar una
comedia con grande aparato teatral, pero sin argumento alguno. Y
O' DonDell sabia que la guerra de Arrica, por numeroso ·que fuera
el ejército, no podia dar ningun resultado ventajoso.




DEL ULTJMO BORBON DEISPAÑA. 409


v.


Uno solo es el interés de casi todas las poteBcias de Europa en
ver el litoral arricano libre de la pirateria berberisea que amenaza
todavía sus buques y su comercio; pero no sucede lo mismo con In-
glaterra, la que duela de Gibraltar, está jDteresada ó así 10 cree á
lo menos, en preferir en la costa de Marrúecos una dominacion se-
mi bárbara á otra civilizada, y se inquieta por ]0 mismo de los esta-
blecimientos que puedan formarse delante de sus posiciones. .


Por esto desde el primer momeqto multiplicó sus esfuerzos para
impedir á Espa«a que desenvainara la espada, y despues, viéndolos
inútiles, para circunscribir su circulo d. accion y colocar bajo su
salvaguardia la independencia del litoral d. Africa.


" este propósito decia lord John Russell á su repres~ntante en
Madrid: .Con motivo"de los aprestos que se hacen en Esparta para
abrir las hostilidades contra Marruecos, deseo que hagais observar
al presidente del Consejo y al ministro de Estado que si el gobierno
espanol solo pretende vengar los agravios que se le han inferido y
obtener reparacion de los perjuicios que se le han causado, si no
trata mas que de defender y hacer respetar su honor, el gobierno
de S~ M. no se opondrá á sus deseos; pero que si los actos de inso-
lencia de las tribus moriscas han de ser un pretexto para empren-
der conquistas particularmente en 1a costa, el gobierno de S. M. se
veria o~ligado á tomar disposiciones para la se¡uridad de la forta-
leza de Gibraltar.~Ql1edais, pues, encargado de solicitar UDa decla-
racion escrita expresando que si durante las hostilidades .las tropas
espanolas ocupan la ciudad de Tánger, esta ocupacion será tempo-


. ral, y no se prolongará mas allá de la ratificacion de un tratado de
paz entre Espana y Marruecos, puesto que si la ocupacion hubiese
de durar basta el pago de una indemnizacion,. podria llegar á ser
permanente, y á los ~jos del gobierno de S. M. una ocupacion per-
manente seria incompatible con la seguridad de Gibraltar ... »


Algunos dias despues. el 18 de octubre, al saber lord John Rus-
sellla demanda de cesio n territorial hecha por "el gobierno espallol
al de Marruecos, escribió de nuevo á su embajador: «Direis al mi-
nistro de Estado que -el gobierno de S. M. desea ardientemente que
no se 'introduzca cambio de posesion territorial alguno en la costa


TOJlo 1lI. 52




'10 mSTORIA DIL RIINADO
morisca del Estrecho. La importancia que aquel da á este punto es
mucha, y lo mismo que ál8s demás potencias marftimas le seria im-
posible mirar con indiferencia la ocupacion permanente por Espana
de una posicion semejante en aquella costa, p·osicion que le permi-
tiria interceptar en el Estrecho el paso de los. buques que frecuen-
tan el Mediterráneo para las operacienes mercantiles.»




CAPITULO Lvn.


SUMARIO.


Innoble conducta de Inglaterra para con España cuando la guerra de ·Marruecos.-
Preparativos.-Cómo se abrió aquella campaña.-Critica situacion del primer
cuerpo.-La ferocidad de los marroquíes vencidá por la disciplina del ejército es-
pañol.-Batalla de CastilJejos.


I.


A pesar de las contrariedades y obstáculos que dejamos indica-'
dos, aquel ministerio qne unia la sagacidad á la perseverancia y
formaba asf un conjunto repugnante por emplear estas cualidades
en el mal, en satisfacer su egoismo, en marchar á su propósito, la
ambicion, el poder, aceptaba la guerra á que le empujaba la opi-
níon extraviada.


éNo hubiera sido mejor renunciar á las eventualidades y limitarse
á obtener la reparacion como habían hecho las otras naciones, por
medio de una demostracion en la costa, lo que si es bárbaro y re-
pugnante, era hasta cierto punto mas humano porque ahorraba
victimas y sacrificios de todos géneros?


ta Union liberal, el vicalvarismo, los hombres de corazon y el
general O' Donne~l representándolos quisieron castigar á los partidos
hiriéndoles con sus propias armas y buscando un engrandecimiento
por aquello que debia ser la causa de su caída y anulacion.




41 ! HISTORIA Dn RIIICADG
Si la opinion pública veia en el suceso, despues que los partidos


hubieron agotado los argumentos para mover las fibras generosas
del sentimiento patrio, la realizacion de una idea civilizadora; si se
comprometia en la guerra, alborozada contra aquel enemigo que
habia hollado nuestro ~uelo durante tantos siglos, y creia que po-
dria obrar desembarazadamente sin mas Umites que la honra yel
interés de Espafta, el ministerio no podia ignorar su posicion, y
apoyhdose en el sentimiento público en el que tomaba su fuerza
para marchar adelante, se hallaba- al propio tiempo limitado por
otros intereses, otras condiciones y otra politica que teoian su asiento
fuera de Madrid.


Era por lo tanto un crimen ocultar la verdad, alimentar vapas
esperanzas, engat'iar á la multitud con ilusiones quiméricas; y este
crimen tomaba ca~actéres mas repugnantes cuando se podia obser-
var que solo -en vista delluqro y de sóstenerse en el poder toleraba
aquel ministerio vergonzosas ofrendas y se sujetaba al misero papel
á que se le reducia.


Si ultraje habia podido haber para el pabelIon nacional en ]a ac-
titud de los moros, mayor era y de consecuencias mas trasoenden-
tales el que venían á inferirle los documentos y los vetos de las can-
cillerjas europeas.
. y si se habia determinado á llevar la guerra al territorio africano
porque unos cuantos salvajes, ebrios acaso, indómitos siempre é
irascibles, habian cometido algunos excesos, mayor razon podia
haber para castigar el insultante lenguaje con que se nos prohibia
usar de nUestro derecho -y se nos marcaba hasta el itinerario que
debíamos seguir en la eampalla contra Marruecos.


Il.


El gabinete esparIol escribia en efecto, como se le pedía, que en
caso de ser ocupado Tanger solo lo seria -temporalmente hasta la
ratificacion de la paz; y aunque prucurando paliar esta parte de ]a
cuestion y reservándose cierta ilusoria independencia general de ac-
cion, e] ministro de Estado don Saturnino Calderon Collantes, en
una circular á los agentes diplomáticos espalloles, declaró, si bien
bajo una forma general, las obligaciones que habia contraido .• Sea
cual sea, dacia, el resultado de las operaciones militares y la natu-




DEL ÚLT1HO BORBON DE ESPA.ÑA. 413
'tareza de las garantías que exija el gabinete de Madrid para evi-
tar la repeticion de los actos cometidos, el gobierno de S. M. fiel á
8US intenciones, respetará los interese.s existentes y los derechos de
todos los pueblos. Espana &0 ocupará de un modo parmanente
punto alguno cuya posesion pudiera darle una superioridad peli-
grosa para la libre navegacion del Mediterráneo. lO


Díjose por entonces, y en verdad con cierto fundamento, que el
gabinete O'Donnell no contrajo esta obligacion hasta despues de
haber tomado constjo de Francia y adquirido la certeza de que nO
podia contar con el apoyo de esta potencia.


Como quiera que sea, Inglaterra se dió por satisfecha; pero la
opi~ion pública espanola, viendo en la conducta del gobierno una
afrenta hecha al orgullo nacional se sublevó contra tal bajeza di-
vor~iándose por completo del gobierno. .. ".


Entonces Se empezó á ver claramente lo arriesgado de aqueHa
campana J sobre todo lo improductiva que habia de ser despues de
tantos gastos y sacrificios; .y se acusó públicamente al gobierno de
que al propio tiempo que elevaba los preparativos al nivel ~e Jos
grandes designios, permitia que se le impusiera de antemano un
resultado diplomáticamente restringido circunscribiendo la contienda
á una mera reparacion de )a injuria .
. A alcanzar esta se vió reducido el conde de Lucena, so pena, en
caso de seguir el impulso nacional, de confiar la interpretacion de
sus compromisos á los azares de la guerra y de ]a victoria con riesgo
de renovar una crisis europea.


No pararon aquf los obstáculos que opuso el Reino Unido á la
elpedicion espanola; por UD lado prohibió á los maquinistas ingle·
ses que sirvieran en nuestros buques de guerra, y por otra envió
una numerosa-escuadra á Gibraltar como una evidente amenaza
para Espalla.


Francia, á su vez, como una protesta y una contra-amenaza, si-
tuó sus buques en Algeciras, y si no pasó mas adelante la hostilidad
de Inglaterra, no por esto cesó el tono insultante y provocador de
iU prensa.


El gobierno inglés despues de otras mucbas manifestaciones de -
hostilidad contra el gobierno que llevaba á so término la guerra,
reclamó por fio una deuda de cuarenta y cuatro millones proce-
dente de la guerra civil; y O' Donnell entonces, haciendo de la ne-
cesidad virtud, mostró alguna entereza,. sin que por ello queramos
nosotros deducir que estuvo á la altura de las circunstancias.




414 mSToRU DIf.. RRINAD6


111.


La campana de Africa comenzó eon todas las grandes pretensio-
nes que puede tener el gobierno á caballo; y O' Donnell, merced á
los inmensos recursos que se habian puesto á su disposicion, pudo
Qrganizar en breves dias un ejército de cuarenta mil hombres divi-
dido en tres cuerpos y una reserva, mandados respectivamente
por Echagüe, que tenia el mando del regimiento del Principe cuando
la sublevacion vicalvarista; por ZavaJa, aquel ministro del bienio
que con razon sobrada contestaba. á los ataques de la oposicion al
conde de Lucena- diciendo que este era tan progresista como él; por-
Ros de Olano, el cronista de los hombres de corazon~ digámoslo
asi, que llevaba por asistente á un fogoso periodista que buscaba
con mucha necesidad hacerse oir y á quien conoceremos de dipu-
tado con el nombre de Alarcon; por elgeneral Prim, el famoso re·
volueionario de 18'3, el s'ervidor de Narvaez y de Cristina en 18";
el conspirador eterno y eternamente premiado por sus conspiracio-
nes, el conde demócrata del bienio, el constante amigo y compallero
fie Jaime Ortega.


El general en jefe era O'Donnell que partió cargado de reliquias
y acompafiado de un numeroso séquito de generales.


A juzgar por los preparativos, .hubiérase creido que se trataba de
eclipsar al héroe de Marengo y A usterlitz; que cual Artajerjes, Atila
ó Carlomagno, iba el jefe de los vicalvaristas á habérselas c·oo le-
giones aguerridas, ó que se trataba de ponerse frente á frente de los
ejércitos prusianos.


Mas con todo su prestigio y con toda su previsioo, tal fué la bra-
vura de los desorganizados hijos de Mahoma que faltó muy poco
para comenzar siendo una catástrofe lo que debia ser -dia de gloria.


Echagüe llegó á ]a eost~ africana en 19 de noviembre sufriendo
ya los rigores del cólera, y teBiendo que pasar por graves contin-
gencias, efecto de la mala estacion y de la inexperiencia de la ma-
rina militar.


Poco despues de saltar en tierra y al querer tomar las alturas
qqe dominan á Ceuta para establecer su campamento, se abrió el
fuego contra el e~emigo que las custodiaba y que huyó despavorido,
dejando acampar al primer cuerpo en la casa llamada del Renega-










C>'


, ECHAGUE.




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 415
do yen el antiguo y arruinado palacio del Serrallo delante de la
formidable Sierra Bullones. '


Estos primeros pasos encontraron oposicion y hubo rudos com-
bates, anunciando que los marroquíes no estaban dispuestos á ce-
der sin resistencia el terreno, y en los días 2!, !4, !5 Y 80 de
noviembre, los moros, afanosos de pelear antes de que el ejército se
ha]Jara completo, se precipitaron contra las lfn~as españolas con in-
oreible encarnizamiento.


El general Eehagüe fué herido en una de estas acciones en que
los moros penetraron blandiendo el arma blanca en las mismas trin-
cheras disputando á los artilleros las piezas, pero las tropas espa-
nolas quedaron dueñas de las alturas, las cuales se procuraba poner
al momento al abrigo de un ataque peligroso por medio de un sis-
tema de fortificaciones.


IV.


La situacion de Echagüe llegó á hacerse demasiado critica. La
incesante pelea sin poder descansar las tropas, la epidemia que diez-
maba los batallones, las molestias consiguientes á un viaje en que
habian debido sufrir mucho por el estado de la mar, y sobre todo la
absoluta in_comunicacion en que quedaron durante muchos dias lle-
gando á escasear los viveres, pusieron á la primera divisioD en un
inminente aprieto.


Por fin pasaron el ~ .. cuerpo y'la reserva uno en pos de otro';
pero el tercero, acantonado en Málaga, no pudo llegar hasta el 1!
de diciembre cuando la guerra habia ya empezado, puesto que co-
mo hemos dicho, esta empezó desde. el momento en que saltaron á
tierra los espailoles y quisieron apoderarse de las alturas que domi-
nan á Ceuta.


Apenas habia empezado la lucha y ya podían presentirse los tra-
bajos y fatigas que habían de acompaliarla. En tanto mientras se
esperaba la concentracion del ejército, los cuerpos se iban formando
y se tomaban las disposiciones para abrir formalmente la 'campalia.


En primer lugar trataban de estudiar hácia qué parte se dirigirían
las tropas para dar un golpe. decisivo, y aunque .una marcha sobre
Tanger parecía la mas natural para alcanzar del emperador marro-
qul cODcesion!~~ proporcionadas á. los sacrificios hechos, razones po-




U6 HISTORJ.! DEL RRINiDO
liticas mas que estratégicas hicieron adoptar el camino de Tetuan.


Forma esa parte septentrional de! continente africano un conjunto
de montallas que corriendo paralelamente hasta Tetuan, y dirigién-
dose al Mediterráneo van declinando hácia el mar hasta unirse con.
Sierra B~rmeja, presentando en la parte de la costa profundísimo~
barrancos y tajadas penas, que dejan paso á torrentes impetuosos ó
se hallan obstruidos por una vegetacion lujuriante y salvaje. 'Viene
á ser una especie de cuadrilátero en cuyos cuatro ángulos se hallan
Ceuta, Tatuan, la elevada posicion del Fondac y Tanger; y paralle-
gar á Tetuan se presentaban dos caminos: los montes de Anghera
donde era probable hallar algunos senderos directos aun cuando pa-
recia peligroso penetrar por un pais añsolutamente des'conocido, cor-
fiendo el riesgo de sucumbir sin defensa en Jos desfiladeros bajo los
fuegos del enemigo. Tambien podia el ejército marchar por la cosla
lo que hacia un camino de nueve leguas de extension, y se 'adoptó
esta via por ser fácil mantener la comunicacion con el mar, y ,por
consiguiente con Espana, aun cuando en .realidad tampoco carecía
de inconvenientes.


El tiempo era ya muy rjguroso: llegaba la estacion de las tem-
pestades y de los vientos en el ~strecho, que se prolongan á veces
por muchos días, y hacen casi imposible el paso; y era además ne-
cesario abrir el camino lleno de malezas y vegetacion, montalloso y


. quebrado, y defen~ido por un enemigo audaz, activo, y que moles-o
taria continuamente los fla~cos.


v.


La epidemia habia hecho muchas bajas y desmoralizado á las tro-
pas que sentian el rigor de la naturaleza mas que las penalidades,
mas que los ataques de la morisma. Esto tambien habia reducido
mucho la fuerza efeetiva, por manera que contando las fuerzas acam-
padas en Sierra Bullones para custodiar las alturas de Ceuta, solo
quedaban unos quince mil hombres efectivos para marchar sobre
Tetuan. Tampoco funcionaba con regularidad la administracion mi-
litar. --


En tales condieiones se abrió con formalidad la campalla el 8 de
diciembre, marchando al frente, encargado de operar y abrir cami-
no, el general Primo A.l siguiente dia los marroquiesquisieron opo-




DEL ULTIMO RtRBON rE ESPAÑA.
- nerse á los trabajos y se empelló un combate sangriento. Renovóse


el 15, y en ese dia el tercer cuerpo que llegaba de refresco, man-
dado por Ros de 0lano, se vió gravemente comprometido, y sufrió
no poco en medio del encarnizamiento con que luchaban los defen-
sores de aquellas brelias.


Puede asegurarse que no cesaba un momento el fuego en aque-
llos dias, y la marcha era lenta y penosa, teniendo que suspender
los trabajos á cada momento para acudir ~l combate. A veces se em -
peliaban graves acciones y durante los dias 25 y 30 de diciembre la
lucha se hizo general y terrible.


Era llegada la ocasion de abandonar la actitud defensiva que no
daba resultado alguno, y todo el ejército lo comprendía así, sin po-
der atinar la causa de que no se emprendiera resueltamente el mo-
vimiento ofensivo. ~or fin, el 1: de enero de 1860 se decidió adop-
tar este partido,. y Prim partió al amanecer con su division, com-
puesta de ocho batallones, dos escuadrones de húsares de la Prin-
cesa, y dos baterfas, seguido de cerca por el segundo cuerpo donde
estaba el cuartel general, y marchando á retaguardia el tercero.
Llegó aquel al valle de Castillejos que ensanchándose hácia el mar,
form~ por la parte del monte una profunda garganta, que bien de-
fendida por los marroquíes, hubiera sido inexpugnable seguramente .


. En aquella reducida llanura, y en los inmediatos collados que la
dominan, se empeñó el primer combate de decisiva importancia, y
uno de los mas brillantes de la campana, aun cuándo pudo ser, por
impremeditacion y ligereza, terrible catástrofe, horroroso castigo á
las ambiciones desenfrenadas de los que asi comprometian la hOilra
y los destinos de la p.atria. Por fortuna, los marroquies, valientes,
mas aun que valientes, fanáticos, nQeran gente subordinada ni sus
jefes capaces de dirigir con acierto á Ja~ masas ni de concebir pIa-
nes estratégicos.


El terreno fué disputado palmo á palmo, coa tal obstinacioil, que
]Jegó á temerse, á creerse incierto el resultado; y Prim, viendo cejar
por un momento la línea, con el valor sereno que le distingue, co-
giendo la bandera de Un bafallon, se lanzó en medio del fuego arras-
trando á sus entusiasmados soldados, y decidiendo la victorja.


En esa batalla que hizo dueno al ejército del valle de Castillejos,
arrojando á los marroquies con grandes pérdidas por ambas partes,
habia» combatido por primera vez el ejé~cito regular y la famosa
guardia negra en medio de las indisciplinadas y belicosas kábilas,


TOMO 111.




4,18 HBTGRH. DIL nE[~ADO


en todo· unos veinte mil hombres al mando de un hermano del em-
parador, el principe Mulcy-Abbas.


El ejército espanol rué á acampar á las alturas llamadas de ]a
Condesa el , de enero, disponiéndose para pasar el Monte Negron.




CAPITULO LVIII .


. ;..,r .............. -


SUMARIO.


Terribles pruebas por que pasaron las tropas españolas o-Los 'marroquíes son rechaza-
dos en todos los ataques o-Batalla de Tetuano-Esta ciudad abre sus puertas á los
españoles o-Negociaciones de pazo-La cesion de Tetoau imposibilita el arreglo.
-Los españoles se dirigen á Tanger o


1.


Tres días pasó el ejército en aquenas alturas descansando de tan-
tas penalidades y fatigas, yeso que hasta. entonces casi' no habia
perdido de vista la costa sirviéndole los buques de almacenes, hos-
pitales, y de poderoso auxilio en los combates.


Esperábale con todo muy en breve una nueva prueba. Apenas
babian emprendido su marcha estalló la mas espantosa tormenta que
se prolongó por. tres dias, reduciendo á Jos hombres al mas deplo-
rable estado. El frio, la lluvia, el viento que arrebataba las tiendas,
el. cólera que seguia implacable escogiendo sus vfctimas, eran ya
temerosas calamidades. Y lo mas lastimoso, lo mas grave era que
alejados de la costa los buques que debian proporcionarles el ali-
mento, quedábanse sin viveres 'Y completamente aislados porque el
camino seguido en la marcha quedaba abandonado á medida que se
pasaba adelante. No era posible volver á Ceuta sin empellar nuevos
y sangrientos combates, porque los moros disputarian el paso y ha-
rian perder quizá muchos dias durante los cuales el ejército quedaba




~no HISTORIA DEL RElNA 00
expuesto á perecer; y con todo esto llegó á pensarse en ese medio
extremado.


Prim habia ya recibido órden de abrirse pasó á todo trance para.
volver en busca de viveres, cuando afortunadamente se restableció la
calma y se serenó el cielo. Por este modo pudo abandonarse el cam-
pamento del hambre continuando la penosa marcha hasta llegar al
valle de Tetuan el t 5 de. enero, habiendo sostenido antes muchos
combates, especialmente en el Cabo Negro, cuyo paso, yeso que'
tampoco estaba defendido con inteligencia, costó muchas v!ctimas.


Casi al propio tiempo que el ejército llegó á la vega de Tetuan
una nueva division procedente de Espai'ía mandada por el general
Rios. El fuerte establecido sobre la ria que atraviesa el valle fué bao
tido por la artilleria de la marina;y sus defensores hubieron de aban-
donarlo,asi como el edificio llamado la Aduana, para que lo ocupa-
ran las tropas que se establecieron en la vega, ocupándose en Jos
trabajos preliminares para establecer el sitio de la plaza enemiga.


, 11.


Próximo á la ciudad santa, y dividido en dos campos atrinchera-
dos, establecidos á desigual altura en los primeros estribos de Sierra
Bermeja, acampaba el ejército marroqui en fuerza de unos cuarenta
mil hombres muy decididos y alentados con la llegada del segundo
hermano del emperador que mandaba uno de los campamentos.


Desde el !S de enero, habiendo cobrado nuevos brios, comenza-
ron los hijos del profeta á renovar sus ataques descendiendo al llano
para impedir que los espanoles concluyeran sus fortificaciones. EIS1
intentaron otro ataque formal, y fueron tambien rechazados.


Entretanto O'Donnell, terminados los preparativos, se disponia á
tomar )a ofensiva. No se nos esconden las graves dificultades y los
terribles contratiempos que tuvo que vencer, pero aun considerados
militarmente los hechos, y dejando á un la~o toda consideracion -po-
Htica, no puede atribuirse al general UDa pericia consumada, ni las
dotes que caracterizan á los hombres de guerra; es decir, que si era
pequefto en lascampatlas parlamentarias, como hombre destructor,
como guerrero, no pasaba de ser una mediania, qu~ no supo com-
binar los elementos para dar cima á la grán empresa en que se ha·
bia empeliado.




D);L ULTIMO BORBON DE ESI'AÑA. 4! 1
Frente á Tetuan, no podemos negarle que estuvO feliz en sus pla-


nes: antes de pensar en el sitio era preciso apoderarse de las posi-
ciones que ocupaba el ejército marroquf, y tal fué el objeto de la
batalla del 4. de febrero.


Prim mandaba el segundo cuerpo, porque Zavala se babia reti-
rado tullido, y debia marchar por la derecha al asalto del campo
mas inmediato; Ros de Olano con el tercer .cuerpo debía atacar por
la izquierda, y en el centro se situó la artillería, apoyada por la ca-
ballerla, manteniéndose por retaguardia hácia el mar el general
Bios, dispuesto á ·caer sobre el enemigo si intentaba envolver al
ejército por los flancos.


Empenóse el combate desde por la mariana, sosteniendo durante
algunas horas un vivo fuego de carioD, y á las dos de la tarde se
lanzaron al asalto las columnas conquistando el primer campamento
despues de un combate cuerpo á cuerpo que duró media hora, y en
que se luchó con desesperado esfuerzo. Poco despues quedaron due-
l10s del segundo campamento, y los moros se-dispersaron por todas
partes, dejando considerable número de muertos, experimentando
por su parte grandes pérdidas.


Como despojos de la batana quedaron en poder del vencedor ban-
deras, cariones, infinito número de tiendas, entre eIJas las de los
principes enemigos, camellos, municiones y efectos de guerra.


111.


La plaza inmediata contempló con asombro aquella victoria de
los infieles, y suf~ió durante muchas horas los efecto~ de la desmo-
ralizacion de aquel indisciplinado ejército, que despues de su der-
rota cometian mil tropelfas en la poblacioll de Tetuan, maltratando
á los judios especialmente.


O'Donnell dirigió una intimacion concebida poco mas ó menos en
estos términos: «Dabeis visto á vuestro ejército mandado por los


, hermanos del emperador, batido: su campamento con artiHerfa,
municiones y tiendas, y cuanto contenia ocupado por el ejército es-
panol. Entregad la plaza y obtendreis condiciones razonables, entre
las qM e~tarán el respeto de las personas, de vuestras mujeres, de
vuestras propiedades y de vuestras leyes y costumbres. Debeis co-
nocer los horrores de UDa plaza bl)mbardeada y tomada por asalto:




HISTORIA. DEL REINADO


evitadlos á Tetuan, y de otro modo cargad oon la responsabilidad
de verla convertida en ruinas y desaparecer la poblaeion rica y la-
boriosa que la ocupa. Os doy veinte y cuatro horas para resolver:
despues de ellas no espereis otras condiciones que las que imponen
la fuerza y la victoria.» .


A consecuencia de esta comunicacion se presentaron á O I Donnell
parlamentarios- de la plaza, y desalojada por los enemigos, entró el
6 de febrero la division del general Rios, mientras que Prim fué á
situarse en el camino de Tanger con el general Echagüe que aca-
baba de llegar de Ceuta. El tercer cuerpo donde estaba el cuartel
general acampó en las huertas al pié de las -murallas.


Esta victoria tuvo gran eco, y todas las poblaciones de Espalla se
estremecieron entusiasmadas al recibir la noticia del feliz aconteci-
miento. Nadie creyó que aquella ocupacion seria temporal, tanto mas
cuanto que el jefe del gobierno, el que mandaba las fuerzas y' diri-
gia la campana, OIDonnell, fué creado grande de Espana con el ti-
tulo de duque de Tetuan. Muchos otros grados y condecoraciones y
titulos se repartieron con este motivo, recibiendo Ros de 01ano y
Prim respectivamente los titulos de marqués de Guad-el-Getú y de
los Castillejos.


El general Rios por su parte miraba la ciudad conqu~stada..como
cosa propia, y encargado de su gobierno la transformó por completo
derribando barrios, abriendo calles y plazas, convirtiendo en igle-
sias las mezquitas, etc., etc. ,


Alarcan, asistente de Ros de Olano, Nuñez Arce, redactor de La
Iberia, encargado de escribir las correspondencias en el cuarlel ge-
neral, y otros, publicaron pocos dias despues un periódico titulad(j
El Eco de Tetuan, en el que se declaraba muy alto que la ciudad
santa tan apreciada por la morisma, pertenecia ya á E'spafta, y que
nadie podia arrancársela. ¿Qué objeto tenian aquellos furibundos
articulos publicados 'en el cuarlel general con la aquiescencia del
gobierno y de~ jefe de las fuerzas, lo que les daba autoridad suma,
y á qué plan obedecian aquellas seductoras y halagüefla8 promesas_
que debían producir y produjeron en efecto indescriptible entusiasmo
despertando la fibra del egoísmo nacional? ¿Cómo se" atrevían á
proclamar tales cosas los escritores, y por qué consentia O'Donnell
que se extraviase la" opinion en aquellos momentos críticos? ¿No
comprendia el batallador de Vicálvaro que tales alharacas y tanto
ruido si por el momento podian serIe ventajosas, debian cuando los






LLOPI~
-~~ ~- ----


- -----


-


, MUlEY ASBAS .




DEL ULTIMO BOl\IlON DE ESPAÑA. '23
. hechos y la realidad pusieran á descubierto el engaño, traer sobre ,-
nosotros la befa y el ridículo de la Europa "queno( contemplaba?


IV.


Aquella batalla perdida ante los muros de Tetuan, habia hecho
comprender á Muley-Abbas y á su hermano su impotencia y su
d~bilidad relativa. Y fué grande el terror de las kabilas y angustiosa
para los sectarios del Koran la ocupacion de aquella ciudad santa
que todos veneraban y bendecian. Sea por esta causa, sea por ganar
tiempo y levantar un poco el espiritu del ejército, los jefes de las
huestes agarenas enviaron parlamentarios siete dias despues de la
batalla de Tetuan, que se presentaron á las avanzadas de Prim en-
cargados por MuleJ -Abbas de ver al general en jefe para inquirir
las condiciones con que podria terminarse la guerra.


El general contestó que no podia tratar respecto á este punto, y
pidió cinco dias, pasados los cuales entregó á un nuev.o parlamen-
tario los pactos que podia antorizar; decidiendo al propio tiempo
para dar un carácter mas solemne y decisivo á las negociacioues que
se celebrase una entrevista entre los jefes de ambos ejércitos.


Tambien los ingleses habian ofrecido su mediacion con el fin de
restablecer en Marruecos su prestigio que no quedaba muy bien pa-
rado, pero rechazada por O'Donnell, y puesto que nada decidia la
conquista de Tetuao, pareéia que solo en Tanger se Ilegaria á un
resultado P9sitiVO.


El ejército, despues de tantas penalidades y de los horribles dias
en que luchaba contra la intemperie sin tener siquiera donde ase-
gurar su planta, parecia repuesto con la reciente victoria, descan~
saba de sus fatigas, y ~eforzado con los tercios vascongados que
-acababan de llegar, se disponia á emprender nuevamente la marcha
mientras se reunia en Málaga otro cuerpo de reserva á las órdenes
del general Pavía, cuando de repente empezaron á circular los ru-
mores de paz en virtud de las negociaciones á que hemos aludido.


Hemos olvidadó al ocuparnos de la batalla de Tetuan de hacer
mencíon de los voluntarios catalanes, que llegados algunas horas an-
tes de romperse el fuego se portaron con-·heroismo, y dejaron como
siempre bien puesto el pabellon nacional.




,1l3'fORlA DBL .REINADO


v.


El la de febrero, á legua y media de Tetuan, y en el camino de
TaDger, se celebró la entrevista proyectada entre los jefes de los
cuerpos beligerantes. Iba O'Donoell acompanado de los generales
Prim, Garela, Quesada, Bios, Bustillo y Ustariz; y. Muley-A.bbas
del anciaco Mohamed-el:-Ketib, ministro de Estado del imperio. El
hermano del emperador se hallaba trisle hasta cierto punto, y hu-
millado por las derrotas deseaba la paz con mas ahinco que el an-
ciano Mohamed, con lo cual aaaso se hubiera llegado á un resultado
definitivo, y á la aceptacion de las condiciones si no hubiera figu-
rano en tre ellas la cesion de Tetuan. .


Separároose Jos generales sin _llegar á decision alguna, pero esa
entrevista revelaba perfeetamente la existencia de UD hecho que de
día ea dia iba modificando la situacion respectiva de los combatien-
tes á medida que tomaba la lucha mayores proporciones~


Porque la verdad es tlue habia surgido la idea de la paz, y que
~n ambos campos iba ganando proséhtos, con la circunstancia es-
pecial de que en el campamento espallol entre los militares que se
hallaban en Afriea, se deseaba el proyectado arreglo, mientras que
en la Península el espíritu público, cada vez mas entusiasmado p~r
las vrotorías y sobrexcitado tambien por el recien te desastre, que por
las imprudencias temerarias y la torpe conducta del brigadier Buceta
habia experimentado la guarnicion de Melilla, se manifestaba cada
vez mas entusiasta y decidida por la continuacion de la guerra.


No se comprendia en Espana que' pudiera firmarse la paz sin ha-
ber llevado nuestras armas á Tanger, y aun á Fez; y para muchos,
para lodos aquellos que no podian convencerse de las elasticidades
y pliegues del unionismo, . de su volubilidad é inconsecuencia, la
guerra no era otra cosa que el comienzo de la civilizacion del im-
perio de Marruecos por las huestes espai'iolas, llegando hasta tal
punto la divergencia, que es!aHó un conflicto entre el presiden le del
cQusejo general en jefe y los ministros residentes en Madrid, pues
cada enal consideraba las cosas bajo distinto aspecto.


y los marroquies se hallaban tambien en el mismo caso, y entre
ellos habia partidarios de la guerra á todo trance, y otros qúe de-




VIL ¡LTUIO JORBON DI ISU"A.. 4.i5
seaban la paz aun á costa de concesiones, para evitar mas terribles
desastres. '


La idea de la paz habia nacido, repetimós, y unos y otros se ha-
llaban entre el pasado ardor belicoso y la nueva tendencia pacifica,
y negociaban aun emprendiendo otra vez las hostilidades. Despues
que el general Bustillos al mando de la escuadra hubo sembrado el
espanto en Larache y Arcilla, el ejército fué atacado el 11de marzo
en las posiciones Samca por las tribus recien llegadas del interior
del imperio, si bien Muley-Abbas reprobando la condueta de las
kabilas, se apresuró á enviar nuevos parlamentarios para sesuir las
negociaCiones.


Como antes, la cesion de Tetuan fué la grande é invencible difi-
cultad, y decidida por fin la marcha sobre Tangar, diferida ~asta­
entonces, l~s tropas se. pusieron en movimiento el 13 de marzo.


/


TOllO JIl. 5i




CAl'ITULl) LtX·


SUMARIO.


Batalla de Gualdrás.-Como debía y podia evitarse, este sangriento combate.-Fírmas8
el tratado de paz.-Sublebacion de Ortega en la Península.-Retlexiones.


l.


Ese dia fué el de las grandes soluciones, el de fas grandes inspi-
raciones, el de los hechos trascendentales. Hubo sus momentos de
indecision, púdose llegar la temer un gran desastre, y si mostraron
valor las tropas, ó no hubo en el plan de la batalla la debida uni-
dad, ó las columnas faltaron en Jos momentos oportunos á las órde-
nes recibidas.


A. poco de ponerse el rjéreito en' marcha encontró un formidable
-obstáculo en la cordillera del Fondack, que se eleva al extremo d'lI
valle de Guad-el-Gelú y corta el camino de Tanger, pero antes de
lo que creia vió al enemigo salir á bataUa en el reducido valle de
Gualdrlas que se encuentra antes de llegar al Fondack.


Marchaba el ejército espanol en )a disposicion siguiente: á]a ca-
beza el primer cuerpo del general Echagüe, despueR el segundo á
las órdenes de Prim, con la baterla de cohetes; en seguida el ter-
cero, del general Ros de 01100, .y detrás una division del cuerpo de


,




, -DIL ILTlMO BOIlB'jl\ »:& ESPANA.
reserva acaudillada por el. gene!',l Mack~nAa, mientras que Rios,
marchando por la derecha, a.vanzaba paralelamente por una serie de·
collados.


A las nueve. de la malana rOOlpióse, el fuego en toda la linea, de-
lanle de la cual se hallalia el ejército,marroqui robusteeido con nue-
vos contingentes y casi rehecho de sus pasadas derrotas. La pelea
fué larga y encarnizada; durante tu h&ras d6 eombate-muchl5 ma,.,.
dres perdieron inútilmente á sus hijos. Aq416l1a. batalla no fué un;
hecho ® armas notable, lo. que pudiera discolparia; DO fué la: 4e-
mostracion d@ la capaeklaa militar del jefe uDiooi&ta, y por lo. mil-,
mo, puesto que en ]a guerra y StlS, consecuencias no podía eje.oer·
influencia alguna, fué un acto de verdadera.. crueldatt> que á nada
conducia.


¿Para qué cailonear diezmándolaa aquellas,masasde desgllaeiades
ritrenos, y para qué exponer nuestros bataUunes á v-erse, wezmados,
y env'aeltos por la cab811ería Degra, si, segun conlesion del gener.al
en jefe, J eOIDa fué demct8trado por les heches pO&teI'Mr~Sr, la. paz
estaba hecha ya y el general convencido de la imposibiJid.ad de lle-
var mas adelanle aquella lucha?


¿No se conooian anteriormente ya las condiciones de la plaza de
Tetuao1 no· se sabia que seria caslosa. su ocupaeiQ,o, y mUldificil da
obtener el asentimiento. do los contrarios para- que la cediesen? ¿p-()l>
qué entonces Ja batalla, de. Gualdrás:que ~ debia dar por re.ultado
la oeu'p8cion de las posicione& del enemig9 t Y UDa oue" demostra-
cion de que era inferior en la lucha aun eua-ndo ocupase. POSiciell68
ventajosa&- y fuese- muy' superior en· número!'


¿No, estaba convencido tani,'ieo ~I general' O' DODDell d610s oom-
promiso~ que contraia· tHIlpeftáfldoie en·ll~gar á' Tangar COIl' peligro
de hacer ostensible l e,jdente la. enemistad" de Inglaterra?' Pues en,~
tOMes, ¿por qué no haber aoepttdo las'cofldiciones del i&. de lebrero.
y dar oC8sion á la entravisba del l" de marzo, mien:tras gemiaa en
,1 lecho del dolor Ó· eraD arran_al de) camp& de batalla las vísti-
mas del cruoo'to' sacrificio hecha al OI'gulro. J á la ,anidad d& aquel
hombre que se llamaba de COr8'lOn cuando en realidad DO: le teni ... ,


11 .


.Jamás hemtscomprend~o, ni podemo~. cOQlpr.ender, que la vio-




I!8 IISTOIUÁ DEL UI1U,DG
lencia, la fuerza, la matanza lleguen á ser- representacion del dere-
cho y de la justicia. Vemos, sin embargo, todos los dias, que los reyes
apelan á ese bárbaro argumento que se llama el canon para impo-
Der su voJuntad. Este es un hecho indiscutible; mas cuando no pue-
den obtener la satisfaceion de Ise capricho; ni pueden explicar la
matanza. como mía necesidad, euando puede fácil mente demostrarse
que es un crimen y una ofensa á la moral, suelen abstenerse de esos
actos atroces y. repugnantes-.


Destruir por destruir z perseguir el cadáver en su tumba, herir al
que agoniza, Di es digno, ni suelen hal1arse muchos que se atrevan
á realizarlo por temor de compararse con los tigres y los chacales.


y lo que podia hacerse en IS de febrero vioo á realizarse en !5
de marzo, dia en que se firmaron las bases preHminares de paz,
suspendiéndose las hostilidades, y convirtiéndose des pues de un mes
de negociaciones en el tratado de 16 de abril.


Por esos mismos dias ocurrian graves acontecimlentos--en Bspana.
Los partidos ilusionados un momento con la idea de la gloria, y mas
aun eon ]a de fa inevitable caida del ministerio, empezaban á ver
deshechas sus previsiones, sentian todo el peso de 105 gastos que se
originaban, se horrorizaban ante el espectáculo desolador de aque-
Jla campana sostenida contra el cólera y contra las mortíferas ma-
lezas, no contra un enemigo ostensible, y llegaron á convencerse 'de
que ninguno de los resultados que se prometían debia obtenerse.


El descontento cundia, se propagaban los temores, el comercio
veia en baja sus géneros, debilitábase la produccion, faltaba el tra·
bajo, y era de esperar que e] hambre, inseparable companero de Ja
suerra, viniera en auxilio de la tarea horrible que esf.a desempella.


El pueblo, pues, ¡as clases todas se hallaban disgustadas, y en
las regiones oficiales no reinaba el mejor acuerdo, pues, como he-
mos indicado ya, loa. ministros de esta parte de] Estrecho no veían
las cosas bajo el mismo prisma que el general, cuando este 80D-
servaba su carácter de jefe y representante del gobierno .


• No existia en efecto una gran divergencia, un profundo antago-
tismo, algo inexplicable é illco.prensible en aquella situacion?


111.


Cierto dia llegó al campamento una sellora, pudiéndose decir que




DEL ULTIMO BORRON DÉ ISPAÑA. 4'9
en Madrid J en Espana no se tenia noticia del suceso hasta que pu-
sieron las correspondencias del veoino continente en relieve la no-
table visita al campamento.


AquelJa mujer era la esposa del hombre de la situacion, que acu-
dia con pretexto de saludar y felicitar al general por sus triunfos, á
ponerle al corriente de tenebrosas maquinaciones, de subterráneos
manejos de las camarillas palaciegas. contra él fraguados, yen per-
juicio de Hspalia, próximos á desenvolverse.


Los Borbones existentes .ntonces, los que fingian reinar en Es-
palia, y los-que pretendian hacerlo. conspiraban juntos aprovechan-
do el momento en que los partidos llamados liberales se embelesaban
persiguiendo una utopia, para realizar esos planes inmundos con-
cebidos en Roma, bajo el amparo de frailes y monjas prostituidas,
planes de.dominacion y despotismo, de restauracion de lo pasado
que es el suello ó la pesadilla de todo rey en toda circunstancia.


Un rey dió motivo á la invasion agarena; otros muchos cometie-
ron mil traiciones; .Fernandó el Deseado cedió la corona á los Bona-
partes, mientras los pueblos combatian por s~stener· su ind.epen-
dencia y conquistar su libertad, é Isabel, su marido Francisco,
Montemolin y su hermano FernanJo, venian á restaurar la inquisi·
cion y el d.·\Spotismo mientras se derramaban torrentes de sangre
por lavar lo que se creia una mancha en el honor lacional.


Esfas páginas repugnantes de la monarquia, ese episodio de Jos
Borbones que los retrata perfectamente, ¿no es suficiente motiyo
para rechazar sus instituciones tan depremvas de la dignidad hu-
mana que solo sirven para producir contlietos~


Triste, desgraciada Espafta que tenia en un lado á los Borbones
como agentes del privilegio y de las supersticiones, del antiguo ré-
¡imen, y al otro una turba de adyenedizos' qué querian explotar
con la capa de reformistas las ideas de progreso y civilizacion sub-
yugando en su nombre á Jos pueblos.


Esos hombres que decian formar un gran partido de conciliaeioB
y de órdeD, que pretendian resolverlo todo por el criterio da la li-
bertad, á trueque d. no soltar el poder, habian cedido á las exi-
¡encias de. )a opinion cOllprendiendo Jos azares y los peligros .qué·
debían correr, y hallaban en cambio frente á frente en aquellas re-
giones dondd se creían asegurados, el dolo y la falsía para voleár-
les é imposibilitar su marcha y desarrollo. '


La condesa de Lucena debió Heyar, pues, grandes é importantes


:




HiST0'lUi DRL RlilNA.DO


noticias y d'l.Jies de la c9ltspifaoion palaciega.; aéa50 esas noved.i-
dus influyeron tambien para precipitar los acontecimientos en' el
teatro de Ja guerra.


IV.


Hacia algun ti~mpo qoo se' notaban al otro lado de los Pirineos
eJ:traria agitacioD: y sintomas· sospechosos entre la emigracion car-
lista, dandGlocasioo' y- consistencia á vagos rumores. Montemolin ba~
bia ret:orridO' algun{)s puntos inmediatos á la costa y se le babia
visto en Cettel con álgllno8 otros personaJes, y con esto se dió oca-
sioo á suspechar que se trataba de UDa nueva intentona, llegando á
asegurarse que 08Dtab!l' eon genera,les investido'.:. de mando superior
que debian poottrseal frente de fuerzas del ejército levantando ha
bandera de tos insurrectos:.


La polieia del gobierno imptriat llegó á descubrir alguna cosa, y
anunció al gabinete de Madrid que se preparaban los agentes del
bando carlista á una pueva campaíla.


Los ministros á quienes no debia coger de nuevo, no hicier.
mérito ni dieron importancia á semejantes prevencilmes. porque
acaso sabian perCeetalMnte, hallá.dtie en el foco de las intrigas, t.


, verdadera. situacian de las cosas. Sea com8' quiera, todo aquello
continuÓ en las sombras del misterio y nadie sospechaba que- nos
haltábamos al bor~ del abismo.


Al frente de las Bateares áparecieron unos buques quo no aban-
donaban su posicio., y dieron -m'reen á comentarios por partade
loS' que tuvieren -oeasion d& observarles; y Ortega, capitan general
de las Baleares, que sin duda tenia n'oticias exaetas del- significado
de aquellas apariciones, á pretexto dtl Ófdeoos recibida8, embargÓ'
e: !'1 de marzo por su propia autoridad dos vapores, uno fletado en
Mar~la y otro que haeia el servicio de correo con el puerto dé Bar- .
celona, y renn.iem-do otros medios de- traS"porte, embarcó unos tres lIÍiI
hiJllbres de la gnarnicion de Palma y Mahon, y poniéndose á la ca-
beza, siQ haber divulgdo el secreto de sus desigoios, abaodoné
aquenas aguas.


La misteriosa e-xpedieifJD debió á lo que parece diJ,igirse á Valen·
cia, donde no habia entonces tlomandante militar y las tropas eran
poco Damerosos; pero d¡;sviada de aquel p\lntlJ por una causa




D1U ULTIMO BpBB,'N DE ISPÁ~A '81
desconocida, rué á desembarcar mas al Dorte en San Carlos de la
Rápi4a.Su jefe se ,apederó de la poblacion, 0611pÓ todos los ,:eami-
nos, corlÓ ,las lineas teJégra6cas, 4lCopió NlcurSGS y 'se dispuso á
obrar.


Los soldados que formaban ~a expedicion ~staban tsnsorprendi-
dos como los habitantes de la costa 'que los vieron ,desembarcar, y
como los -moraOO-res :tle las ,Baleares que Jos babían visto partir.


v.


-Indignado su'po :el país el inteflótado movimiento 'en oeasion ~n
que desguarnecido de troptls se hallaba empenado su honor en 'una_
c8ntifmda extr8nje~a, y en -los primel'OSmOOfentos ,lo atribuyó al
partido moder.ado, afanoso por _vol~er al poder . Poco á ¡POCO sin
embugt>~~.,*,cmse FumoresaeellC& de 'su 'Verdadera 10001e, que
como ,d._os dicho era tla~on.1inuacioD ,del pI aa ioiciado con la '.le-
vaeÍon d8J. ministerio Cleonard, 'to'D,tinuado despues por :10$ pro-
yectos de Bravo Murillo, y madurado nuevamente 'para llegar á
aqU'0Ha horrible y Iflf1gcolÍe8rtada~am8Igama Borbónica, cuyo verda-
dero objeto apenas se ¡com.prende. to que si 'flOdemos ¡asegurares
que Itremos NO á diferentes plfrSonas 'Y Sll,bemos 'positivamente 'que
algunas autoridades recibi¡;ron en mas de UDa época avisos extra-
nos que partiaD siD duda de ese club tenebroso que tenia en Pala-
cio sus rafees y que extendía por todas partes sus- ramas. •


En Jos momentos en que el pu'nal de Merino llegó á introducirse
en el seno de Isábel, existia precisamente en vias de ejecucion pró-
xima uno de esos planes que Si) fraguaban en la cámara régia; y se
babia comunicado á provincias por el correo la siguiente 6rden: cÍEn
breve tendrá usted noticia de un grave suceso que ha de ocurrir en
esta: inm0diafamente proclamará usted como jefe del Estado al rey
eonSl)rte, »


Estas y otras circunstancias bacían muy posible, y por eso sin
dificultad llegó á ser general Ja creencia de que toda la familia
Borbónica habia Ilecho eausa comun para combatir la. libertad y
lfJstablec.er el oscurantismo.


Verdad es tambien que por mas que tuvo todo el aspecto de nn
movimiento carlista, muchos y muchos elemeBtos activos del par-
tido que combatió en Navarra, Catalutia, ~ragon y Valencia esta-




.KISTORIA. DEL RRIlUDO


ban en la mayor ignorancia del movimiento que se desenvolvia, y
rechazaban indignados la imputacion, atribuyendo á sus enemigos
Ja invencion de una calumnia con que intentaban arrojar una fea
mancha sobre el partido en cuyas filas militaban.


Con todo esto Ja duda no era posible. Er conde de Montemolin,
su hermano Fernando y el general carlista Elfo, se alzaron acom-
paliados de Ortega, y casi á un tiempo verificábanse otros alza-
mientos en Baracaldo y en los alrededores de Palencia. Fueron sin
embargo de tan poca importancia, que bastó para sofocarlos la in-
tervencion de la guardia civil, y Ortega, que sin duda contaba con
ellos, púsosé en marcha al dia siguiente de un desembarque con di·
reccian II Tórtos8, de cuya ciudad esperaba apoderarse.


Pero sus soldados murmuraban; un oficial se habia atrevido á,
pedir explicaciones estando ya en el eamino de Tortosa; el general,
que vacilara en descubrir sus planes, dió por fin el grito de ¡viva
Carlos VII la tropa contestó con voces de ¡viva la Reinal Ortega en-
tonces huyó á escape con sus ayudantes; el eonde de Montemolin;
su hermano, Elfo y algunos otros tomaron tambien la fuga y todo
quedó terminado.


Veinte y cuatro horas despnes de su desemb~rco en Sin Carlos
de la Rápita, la insurreceion, que tan temible y misteriosa apare-
ciera en los primeros momentos, dejó de ofrecer el menor peligro •


• , . ,




CAPITULO LX.


SUMARIO.


Situacion de la Union liberal despues de la guerra de Marruecos.-Trágico y ridículo
desenlace que tuvo á la vez la intentona de San Carlos de la Rápida.-Aislamiento
y falsa posicion en que quedó el gabinete .


.


l.


La Union hberal se entronizaba en Espalia de una manera san-
grienta, haciendo derramar-muchas I6grimas y consumiendo en em-
presas inútiles cuantiosos millones, recursos amontonados para ha-
cerla feliz y floreciente, para dar vida á la agricultura, abrir ca-
nales y caminos y servir asi á la produccion en vez de arrancarle
la savia que necesita para alimentarse. .


La UnioD liberal que se habia extendido al calor de la bandera
del progreso y que vivió de la influencia de Espartero; la Union li-
beral que habia tenido valor para herir al que la habia alimentado
}' vivificado; la UDion liberal que suplantada por Narvaez y Noce-
dal, una vez dueña del poder, se habia propuesto imponerse á todo
trance por mas que debiera abrir las venas de la patria é imposi-
hUitar su engrandecimiento. -


La guerra de Arrica babia inutilizado mas de veinte y cinco mil
hombres, y no queremos apreciar, porque parecería demasiado es-
candaloso, el precio, los valores, las cantidades que consumió.


TollO ID.




13' HISTORIA DEL REINA.DO
, 6 Y qué ventajas habia sacado el pais de semejantes despilfarros


• iniquidades? ¿Dónde estaban los beneficios que habia reportado á
la civilizacion y al progreso aquel cruento episodio?


El tratado de paz se podia resumir en pocas palabras. El em-
perador de Marruecos cedia á Esparía perpetuamente y en pleno
dominio y soberanía todo el territorio alrededor de Ceuta compren-
dido desde el mar, siguiendo las alturas de Sierra Bullones hasta
el batranco de Anghera. Concedia además, en la costa del Océano,
en Santa Cruz Ja pequefia, el territorio suficiente para la creacion
dé un establecimiento marítimo como el que antes tenia allí Espa-
na, y se obligaba á ratificar á la mayor brevedad el convenio rela-
tivo 4 las plazas de Melilla, el Períon de la Gomera y Alhucemas
estipulado en 1859, Espafia habia de recibir como indemnizacion
veinte millones de duros hasta cuyo completo pago ocuparian sus
tropas la ciudad de Tetuan con todo el territorio de su antiguo ba-
jttlat!). Para evitar en adelante' SlI~SOS como los que ocasionaran la
pasada guerra, el representante de Esparía en Marruecos podria re-
sidir en. Fez ó en er punto q!l6 mas conviniere para la proteccion
de los intereses de Espana; estipuJósa que en dicha ciudad, podria
establecerse una casa de misioneros espanoles como la que existia
en Tanger y en Tetuan, lúego de evacuada la ciudad, UDa iglesia
en la cual sacerdotes espanoles podrian celebrar el culto católico,
conviniéndose finalmente en aelebrar un tratad\) de comercio en el
que; Sft coooed'á,ian á Espaiia las ventajas de la nacion' mas t'avo-
retida ..


11.


labia terminadu.,· pue8J, la guerrat, 'y 18 Uili6Jlliberaf' llegaila á
Espana repl'esentada por so. jefe. MI ocasian- O'pertona pira despejar
pesadamente- Ja; situMion, y da, UD golpe' verdaderamente decisivo
al BorboDismo. Sigamo. pues, aunque eo' brevesftases, consfgnan-
do, las consecmencías: de la inteD,tona iniciada en Sin €81'los.


Mientras en la oorte y en Cataluna se '~mabaD pt'ecauci~: y
medidas rápidas p~ra oponerse á Ortega, es~; qu~, eoBle hemos' di!'"
cha, habia abllllftnado sas trepas, fUé preso el' ~arando', tres' diu
despues de su fuga. ,OIT ~illera vaz tUI· aquel trance funesto' dió
muestras de tener coralol, '/ selló sus'labios\ante las autoridades y ,




DEl. ULTIMO BORBON DB BSPAÑA. ¡35
el consejo de guerra que le sentenció á muerta, llevándose á cabo
el acto con toda precipitacion como si se temiera que brotase de
sus labios alguna revelaeion fooesta, sin otr~ incidente notable
que un alarde jactancioso del reo que recusó el consejo de guerra
ordinario. ~


Pué ejecutado Ortega en Tor&05a .el 1800 abril, y el mism~ .dia,
ó mejor dicho, el 21 fueron detenidos en Ulldeoona y conducidos á
Torlosa Monteme1in y.su hermano. EI.o babia llegado tambien al
mismo pun t6 .


·Entonces presenció el mundo 110 fenómeno extralio; entonces de-
mostró evidentemente el general O'Donnell que no entendia_de le-
yes; entonces la Union liberal cometió una seri~ de iniquidades
euand6, obrando en justicia y mostrándose esclavos de la ley, hu-
bieran los hombres del gobierno podido arrancar de Espana la ma'a
semilla del borbonismo '1 pllrifioar la atmósfera polftica por medio
del cauterio, por m~dio de 'las atDlputaeiones dolorosas, ya que en
BaraeaIdo y en Castilla babian ensangrentado los campos con los
desgraciados instrumentos de la política r.eaccíonaria.


¿Qué hizo O'Donnell en medio de aquella tormenta y cuando ru-
gia furioso el vendabal de las pasiones? Aquel que habia conducido
á la muerte SiD gloria y sin objeto mas de cincuenta mil bijos de .
Espafia, para vengar UDa supuesta afrenta, J decimos supuesta,
porflue babia sido obra de algunos centenares de salvajes ebrios y
descontentos; aquel partido que se hallaba resuelto á todo y que
babia arremetido sia titubear despues de UDa tenebrosa eonspira- .
CiOD de dos a,Iios á fa oabeza de Bnos cuantos regimientos, convocó
la Asamblea constituyente, oponiéndose á la voluntad del pueblo é
imponiendo por medio de la metralla su voluntad; aquel par-
tide, aquel hombre retrocedían abora, se empequeliecian y haclan
traiti.oo á la patria, porque era. preciso, si 1M! tribunales prosegulall
so eDra, llevar al cadalso á los príncipes de k1 familia reinante COIIi9
traidores á la patria, como enemigos de la libertad y del reposo pú-
blico.


1I1.


Pensando y dilcurriendo el gobierno qué b~ria con los priDcip~­
les caudiJIos. de. la insurreccion, cuando habla comenzado persl-




,HISTORIA DEL REINADJ


guiendo inhumanamente á sus agentes, encontró la mejor solucioD
la propuesta de un decreto de amnistía general y sin excepcion para
todas las causas polftica., que dió elt.° de mayo de 1860.


Antes empero de mostrarse tan generoso con los obcecados jefes
del carlismo, quiso, ya que les perdonabsla vida, entilecerlos y de-
gradarlos; y aquellos miserables que pertenecian á esa raza que se
arrastra cobarde á las plantas del Napoleon para venir á oCllpar
luego un trono renunciado COl insistencia, que juran la CODstitu-
cion para enviar á los pocos meses á los patibulos y á los presidios
á los que habia nombrado sus ministros y sus generales, que cons-
piran con la guardia real, y cuando la ven acuchíllada por los es-
cuadrones de la milicia pronuncian frases que la pluma no puede
transcribir ... aqueHos m!serables Borbones firmaron una renuncia
concebida en estos términos: • Yo don CarlQs Luis de Borbon y de
Braganza, conde de Montemolin, declaro pública y solemnemente á
la faz det mundo que ,persuadido intim'amenté de la ineficacia de
las tentativas hechas en favor de ,los derechos que creo tener á la
corona de Espal'ia, y deseoso de que en lo que me concierne ó al
abrigo de mi nombre no sean turbadas la paz y la tranquilidad de
mi patria, de mi propio movimiento y de mi libre y espontánea vo-
luntad, renuncio desde ahora para siempre á los derechos preeila-
dos, protestando hacer este sacrificio en el altar de la patria, con-
vencido por la ultima abortada tentativa de que cuantos esfuerzos
se hicieren en mi favor solo llevarían á UDa guerra civil que quiero
evitar á toda costa. Empeno, pues, mi palabra de honor de no con-
sentir nunca que mi bandera sea levantada en Espana, y declaro
que si por de~gracia se hanare en el porvenir quien invocase mi
nombre, le tendré por elemigo de mi honor. Declaro isualmente
que en seguida de haber recobrado mi .libertad, ratificaré esta re-
nuncia voluntaria para que .en tiempo alguno pueda ponerse en duda
la espontaneidad con que ha sido hecha. Sea el premio de este sa-
crificio Ja libertad de mi patria .. »


Despuei de acto tall vergonzoso, Montemolin, su hermano y Elfo
fueron puestos en libertad, aunque este ultimo supo mantenersa qon
antera dignidad, y no consintió poner su firma en el do.umento que
se le exigia renunciando para siempre á tomar las armas· contra la
dinastía d9 IsabeL




DIL ULTIMO BOBRON DE ESUfi'A. tI'


IV.


Por tales medios y tan ridículam.nte acabó aquelJa extrana, mis-
teriosa y tremebunda confabulacion, en la que seguramente se ha-
llaban mezclados altos personajes dé la corte de Madrid. Y aquí dió
comienzo una nueva era, para el partido earlis~a, era de disensiones
J de lucha.s intestinas en la que se vió al tercer hijl) de don Carl~s,
el infante don Juan, que permaneciera extralio á los sucesos de San
Carlos de la Rápita, protestar contra la abdicacion de sus hermanos
y rejvindicar en adelante para si las pretensiones dfnásticas que re-
nunciaron el conde ti" Montemolin y su hermano don Fernando en la
cárcel de Tortosa, mientras que estos, recobrada la libertad, retras-


, laban en Colonia en .15 de junio la renuncia que firmaran.
De aqol una serie de incidentes que empezada con los singulares


manifiestos de don Juan en los cuales convertido en pretendiente
liberal, invocaba rll sufragio universal, y prometia á la. península
toda clase de bienes, mientras renunciaba generosamente á fos de-
rechos eventuales de su familia á la corona de las Dos Sicilias, ter-
minó á poco con una catástrofe de fal;llilia, con el fallecimiento en
breves dias del eonde de Monlemolin, de su esposa, y de su her-
mano don Fernando, lo cual dió aun mayor fundamento á la creen-
cia general del horrible misterio que envolvia todos aquellos su-
CBIOS.


¿Quién I'odria explicar los tratos y los contratos, las concesiones
y las trímsacciones, los pactos que mediarian enionees para hacer
que se acallase la conciencia, para impedir qué se descubriese la
18rdad en su horrible desnudez?


Pero si los reyes, si los palaciegos, si algunos ministros pudie-
ton tener parte en la traicion, despues el Bobierno en masa, la ma-
yoría, todos cuantos figuraban en la época se hicierora cómplices
de aquel crimen de lesa nacion.


Lal cortes, que habian suspendido sus tareas, se reunieron el ti
de mayo, y el gobierno se presentó á dar cuenta de sus actoi, du-
ralte el interregno parlamentario. Como antes de la ¡uerra y des-
vaneeidastodas las esperanzas que en ella habian podido fundarse
por 101 partidos, el¡abinete volvia á encontrarse el la incertidum-
bre y mas qu~ nunca descompue.to y receloso, Dotando que aUD en


.




(18 JIISl'OAIA DIL BEU'UDO
el seno de la mayoría habian surgido .omplicaciones con motivo de
los graves sucesos que venian desenvolviéndose.


Veían unos en la paz un desengai'io, un acto de sumísion á las
imperiosas exigencias de Inglaterra, UDa forzosa retirada diplomá-
tica á pMar 4e la victoria de las armas espallolas. O'ros, los pro-
gresistas sobre todo, eslabaD alarmados de lo que se d~cia de fusron
diDástiea á collftCUencia de la insni'receion carlista y de la amnistía
que la terminara, y en euanfIQ á las oposiciones declaradas, otra vez
con la paz esgrimian todas .sus armas contra el gabinete, á quien
acusaban como antes de carecer de poIitita,de vivir al día, de no
atreverse á haeeroosa alguna, y de absorberse por completo en ala
personalidad que cubria con su ascendiente todas las debilidades y
eclipsaba las mismas instituciones.


v.


Lo positivo, lo indudable era que aquel gabinete se hallaba en
medio de UD mar de ,.confusiones J tenía enfrente á los partidos que
no podian transigir con -sus multiplicados desaciertos, O(Hl lo que
eran ó pareman eviden.telMn~ Beractos de traicion y de poquedad.


La mayoria del congl'8so 88 mostró consecuente c()nsi~ misma
respecto á la guerra de Africa, porque el tratado de paz que habia
dis¡ustado á todos se hallaba justificado para los que habian que-
rido -dar á la guerra .mezquinas proporciones, considerándola como
un medio de rehabilitarse y sostenerse, no con el carácter de UD
hecho glorioso. para Espala. Por eso se leian en el mensaje párra-
fos laudatorios, por eso se diG un voto de gracia. al ejército y al
general que dirigia las operaciones, por eso tambitm encerraba es-
tas palabras: .AI aplaudir uo generon olvido, el con¡reso DO 1e-
vaatará el ve16 que V. M. ha ur{)jado sobre los acontecimientos,
ni s. lanzará á inquirir hechos pasados: pero al examinar el porve-
nir, al instruirse por medio de la historia secular y de las palpitan·
tes lecciones de la historia ,olltemporínea,no puede menos de ad-
mirar la prevision y sabidurfa con que Ja' primeras cort.s relllidas
bajo el r.¡Dado de V. M. dictaron -la memorable, ley de " <l, oetu-
bre de 183(~ Los diputados, yuestros fieles súbditos, creen en COIl'
cietwia que deJ maotelimiento de le integridad y de Ja observancia
permanente de esta ley, dependen la Hguridad d.1 Estado, ]a sal,,·






DON NICOLÁS MARIA RIBERO . ·




DEL ÚLTIMO' BORBON DE ESPAÑA. 4:89
guardia de los sagrados dereehos de V. M. y de su augusta descin-
de-ncia, la paz inlerior, )a concordia J ta libertad poHtica de la mo-
narquía. »


Rios Rosas, el hombre teórico d. fa Union liberall, presidia)a co·
mÍlion del mensaje" y en fa redaccion de este documento é ,él debi-
da, se observó, que sin ser un aoro de hostilidad eontra el minisfe-
tet'ÍO', era UDa excitacrion á seguir adelante, un programa de gobier-
n'O, y por es(o'mismo hasta cierto punto la enumera.ídb de lo que
babia lleeliO' el gabinete.


Rn el discurso con '1ue apoyó aquel documento, decia Rios Rosas
hablando del ministeriO': «Hste ha gobernado por espacio de _ dos
alIos, y se le bacen cargos porqw no ha dado ciertas leyes; mas á
mi mod'o de ver la aeusacion no estará en su rugar SiDO de aqui á
algun tiempo, en caso de no' atender á est&! necesidad. Es cierto que
ha si® hasta aqui mr gobierno €fe uegaeion~ si bien ha resuelto grao
ves cuestiones, ha gobernado con faS' ~or(es y ha diseutido los pre-
supuestos; pero despues dé todo esto llegaremos á la situacion, en
Ja cual practicará Jo que ha de esperarse de hombres constituciona-
les. Despues de un periodo de política negativa, vendrá, asi lo es-
pero á lo menos, otro de política afirmativa, de actos positivos, y,
entonces podremos juzgar al gobierno. XI


VI.


Si O'Donnell habia aceptado 6D los primeros momentos de su
triunfo Ja cooperacion de ciertos hombres teóricos que habian for-
mado, digámoslo asf, las bases del nuevo partido, del partido de la
Union liberal, al ascender nuevamente tras del ministerio Narvaez,
procuró formar un conjunto mas homogéneo, y como él no podia
estirarse hasta los Rios Rosas, Paohecos y Pastor Diaz,' buscó por
companeros aquellos que se hallaban á su altura ó que sabian pIe.
garse y replegarse y doblegarse, segun lo exigieran las eventuali-
dades y los éaprichos de la corte. Tambien encontró por eso quienes
se asociaran á los planes abortados en San Carlos de la Rápita, y
que 'merecieron la amnisUa, basta el punto de continuar desempe-
liando sus carteras.


Logró por estos medios hallar en esos hombres oposiCion formal,
y uno de los prim~ros aet&s fué sin duda el que acabamos de indi-




110 HISTOR1A DEL REINADO
, car, expresando el disentimiento y la queja de aquellos célebres pu-
ritanos qge sostenian de muches alios atrás la campáfla contra aque-
Itos á quienes llamaban sus amigos.


1 el grupo que habia empezado como disideneia del partido mo-
d~rado, que en un momento da~o creyó llegar á constituir un par-
tido agrupando en torno suyo algunos centenares de ambiciosos Y-
muchos ilusos, volvia á quedarse en su aislamiento y en su impo-
tencia, mareando una disidencia nueva en el seno del vicalvarismo.


La Union liberal, pues, no estaba constituida, quedaba como
cuerpo inerte, sin dogma, sin fe, sin principios esenciales, músculos
y esqueleto, que de cuando en cuando galvanizaba la enérgica vo-
luntad del caudillo de la guerra de Africa.


Era, pues, verdadero vicaJvarismo lo que quedaba en las regio-
nes del poder. Aqueno .que pretendia llamarse Union liberal era solo
un grupo, un man.ojo de ambiciones que servian -á merced del ca-
pricho d. unos cuantos generales. .




CAPITULO Lxt·


SUMARIO.


Ojeada sobre los sucesos de Italia.-Vano empeño de la Union liberal ensáIva~ á 101
Borbones italianos.-Mal estado de la Hacienda.-Inercia de los u nionistas • .....:Agi..;
tacion de la democracia europea.-Víctor Manuel defrauda las esperanzas de los
liberales.-Tcmores por nuestra independencia.-Defectos de nu estra marina de
de guerra.


1.


Mientras que los Borbones espalioles congregados, y puesto de
acuerdo, pensaban sériamente en una restauracion imposible, sur-
gian en Europa grandes y tremendas luchas que de strnian por com •
plelo las esperanzas de los miembros de esa familia anunciando que
habia llegado la hora de su caida.


Garibaldi, que en la campalia contra el A.ustria habia logrado de
Viclor Manuel una autorizacion para recoger unos cuantos volun-
tarios, recibiendo en verdad pocos elementos y recursos para hacer,
la guerra, se habia ingeniado tan bien que ~nvadiend() el Tirol pudo
distraer numerosas foerzas del poderoso enemigo de Italia, Qonsi-
guiendo asi grandes resultados para la causa de la revoluc;.ion, puesto
que supo hacer suplir lo que le faltaba de con~oeimientos pQr la ac·
tividad y el valor de los hombres que conducia.


Durante la campalia adquirió nueva fama y popularidad, ya que
á. pesar de la inferioridad de sos fuerzas tuvo ocasion· ~e adquirir


TOllO 111. 66




,t, llISTOR1ADEL REINADO
ventajas, y con esto amistades que debia mas tarde utilizar para la
unidad de la penfnsu]a italiana.


Efectivamente; mientras t'l Papa se preparaba á la defensa de so
territorio haciendo cueslaciones en todo el mundo para subvenir á
los gastos de la Iglesia, es decir, á Jos armamentos d. un ejército
numeroso' reclutado en las naciones católicas y mandado por un ge-
neral francés, Garibaldi reunia mil hombres escogidos. y con en os
nvadia la Sicilia, logrando vencer y hacer embarcar casi todas las
tropas de] Borbon de Nápoles, para embarcarse de nuevo y marchar
sobre Nápo]es, donde aun quedaban grandes masas" del ejército na-
politano que so~tenian al rey'Bomba y á su hijo, que transigia y
aceptaba los programas liberales en Jos últimos momentos.


Como todos los Borbones, el jóven rey de Nápoles cedia á la pre-
sion de las circunstancias, y estaba quizá mas que nunca dispuesto
á ganar tiempo, creyendo que podria conjurar la tormenta y volver
despoes á su papel de verdugo, pasando primero por el de victima.


y el dictador Garibaldi enttaba solo en Nápoles despues de haberlo
evacuado los Borbones que reconcentraron tlUS fuerza~ en las in-
expugnables posiciones de Gaeta.


Toda Europa babia fijado sus ojos y su eonsideracion en las
evoluciones de la moderna Italia que se emancipaba por completo
de las cadenas, é iba arrojando unos tras otros todos los reyezuelos,
todos los principes de la familia funesta de los Borbones.


11.


La Union liberal, que no habia servido aqui á la causa del pro-
greso y de la libertad, cuando pudo desembarazar por completo el
terreno y castigar con justicia en esa desventurada familia los cri-
'menes con que manchaban las páginas de la Penfnsula ibérica; la
Union liberal, que babia alzado bandera contra )a dinastia en 185 i,
se disponia ahora á gestionar en Europa para ~aJvar á los Borbones
,italianos de su inminente ruina. Protestas, comunicaciones oficiales,
protocolos, enviados extraordinarios, conferencias, súplicas y ame-
naza~, todos los medios que tenia á su mano, menos el de la fuerza,
porque )e bastaba apeu! el· ejército para sostenerse en el poder, y
sabia que Esp~fta no podria consentir que se n;talgastara la sangre


/ .de sus bijo. en sostener la causa del papado ó la de ]a duquesa de




DEL ÚLTIMO BORBON Di BSPAÑA.
Parma, ó la de,-Alberto de Oaviera, ó la de cualquiera otro de los
asendereados príncipes que servian de obstáculo á la unidad y .al
progreso de la gran Península, nuestra hermana, todo., todos los
medios fueron agotados á pesar de que aparecia aquel ministerio en
ese equilibrio instable á que conducen siempre las indecisiones yel
deseo de servir á dos amos.


BI duque de Tatuan, temerOlo de alejar de si á los progresistas,
. al propio tiempo que de exponerse á las hostilidades de todas las
fracciones del partido conservador, seguia en este punto tIna polftica
reservada, y muchas veces ambigua; si llamaba á su embajador en
TurinJ cuando Garibaldi invadia el reino de Nápoles, dejaba alli un
encargado de negocios, y puede decirse- que su tácticiÍ durante al-
,un tiempo consistió en evitar las explicaciones públicas, en impedir
las manifestaciones del parlamento •.


Bl senador Tejada propuso una enlflienda al mensaje del senado,
'diciendo que este cuerpo veia con el mas profundo pesar las amar-
gas atlicclones causadas al Papa por sucesos que la conciencia de
Europa habia ya juzgado; pero el ministro Calderon Collantes con-
sideró esta manífestaeion inútil y peligrosa, diciendo que nada podía
hacerse para apoyarla de un modo eficaz, y que seria sumaimpru-
deneia por parte de EspaDa, aventurar una opinion sobre acaeci-
mientos ante los cuales Europa enmudecia.


111.


Los unionistas debian tambien sufrir ataques en la cuestioo' eco-
nómica; y el ministro de Hacienda, que era hombre de cálculos y de
cifras, no se arredró' ciertamente, y presentó con la anticip8lion con-
veniente los presupuestos, para que fueran examiDados detenida-
mente.


Esos presupuestos eran los de 1861, Y relativamente á e11os, di~
Salaverrfa, otro de nuestros ,célebres hacendistas, las siguientes ex-
plicaciones: «Espafta ha atravesado el periodo único en muchos aftos
de una guerra exterior, y los efectos que ha producido en el tesoro
puedeó resumirse asf:'en la imposibilidad de calcular de antemano
los gastos de toda especie que la guerra habría de exigir, el gobier-
no abrió un crédito colectivo al cual se imputaron todos los gastos
relativos á las necesidades de un ejército que se elevó en momeltos




IIIST&IU DBL ¡!RIINADO


··dados á ciento cuarenta.y seis mil'hombres, de los~uales cincuenta y
íSiete mil ¡estaban en campafta. Estos pagos se efecmar{)ncon )0 que
. restalla de ingresos de 1859 yean la realiz.ion anticipada de'lasren- .
tas de .1860. ,Los oiudades del Estado estuvieron abundantemente
·pro,istas, tanto que despues de haber iVllocido un lsemestre de la
deuda tuvieron en caja á lo menOs doscientos millones. La den ••
1lo&aote~ue podia elevarse,á "0 . millones, no pasaba de 711 á
fines de mayo,y,en la misma épooa las caje,s del tesoro encerraban
6n ·valor~ 816 millones.»


Mi ,pudieron las cortes examinar la politica de aquel ministerio,
es ,decir, la falta de ,oUtica,1a vaglledad1el 'VIcio en que se encon-
traba, mieñtras que, los acontecimientos 6X\teriores senalal:lan un
,nIl6VO manto y 1Darcaban''1ln 006VO periodo de crisis en sentidore-
volucionario.


1,la UnioD ,Jiberal, que ,pudo ser en ,aquel momento 'Un 'lazo de
union ent~e los par~idos si.se hubiera inspirado en las .ideas de tIa
época, si hubiera .tendido á proclamar la marcha 'segura y prog~
siva en el eami60,de la libertad, si hubiese comprendido 'que tedo
impeJia á los pueblos á .co_nsapse, i unificarse, descentralizando
ála ,par, ,y creando las diversas autonomia; ]a Union Jiberal cayó
en ,la ¡nereta, quedó en la inaceion, se dejó toda idea y todo senti-
miento aparte para vivir en la iVida del presupuesto, para aferrarse
al poder incrustándose en la monarquia de los Borbones. .


Si todos los partidos, el moderado por su inmoralidlld~ el progre-
sista por su candidez estúpida J sus contradicciones y temores á la
libertad, han sido fatales á los intereses de Espala, la Union Jibe-
",al que ;8obijóá dos tlláasfugas ,detodesJosipamdos, es responsable
mas -que todos eNoa, por.que adolecia' de los defectos y de 108 'Vicios
que eA·ellos .eraningéoitos. .


rJV.
/


tIor entonces reinaba ,ciertamente granagitacion en la democ.
cia ~europea. Creyése por UD ímomeB'to que el :rey gala"tNomo iba \
1'ealilar en Italia 'la ,grande "na, 'Y que ,renunciando fa ~us ambicio-
s. ,pretensiones slIrgiM da -república • todas partes al iaflujo 1Ie
aq1J.8l1a evoklKen 'en .¡ue un puéblo degra, .. do y ¡envilecido por la
.rvpcion de las moauquias salia de la tumba, arrojlba el '8mta-




Bit ULTIMO 10RBON DE ISPAÑA.. "'5
ria y se presentaba ante el mundo con su potencia y 8U té, oon -su
energía y virilidad, á tomar el rango que le correspondía entre las
grandes nacionalidades y la direccion de los pueblos oprimidos que
debia emancipar. .


No sucedió esto sin embargo: Victor Manuel se aprovechó de
aquel movimiento para hacerse un monaroa poderoso, y pretendió
hacerse aceptar en las:~des combinacñonesde los Czares como
elemento neeesario. Y él "que )o tdebia tedo ·al pueblo, que ''Parecia
<teuer á·Garibaldi intima y ¡fraternal .amistad, arrancó al-dictador
'elmlmdo del ejército;y siguió las huellas y :t. ~lfOnssJos del parri«rida
francés, de·aquel que habia privado á Italia de su capital aboganllo
la -repúbliea romana, de aquel CjQe habia asesinado en su patria -la
Iibe'ttad.


Tales alianzas bicieron creerque:el .imperio -habia jurado él 61J[-
terminio de ,tos Barbones, y hUDO quién sospechase que los viealva-
l'istas habían Olido ppoposiciones de NapoJeon y que estaban de acuer·
,'do'oon él·.


Creiase'que volvia á resucimr')os suellos imperiales de 1808,-y
se temia la anuracion y desmembracion de Espana cuando todos los
.'roslse engrandeoian, ya que la anexion de Niza y Saboya daba
tiertocolorido -de verdad á esta suposicion; y no dejó de turbarse
en algo, con todas estas consideraciones, la conciencia pública, que si
no pretendia defellder elborbonismo, aspiraba-á deft!nder su libertad
,'su ibdepend~Dcia.
¡C~n o~siGn de eltos proyeetos, la atencionpública se fijaba fYIl


los Bonapartes, que por la astucia napoleónica llegaban á entron-
car con las'famiJias ~ei.nt.s, y se colocaban en el apogeo'eollfb en
'tiempos mas felias p ... ·.el reapitan del siglo.
, Demócrata~ y pMlgresiJtMi 'conspiraRn mientras tanto, 'tcmveJl~i­
dos est08 de 'baber caido ea 81 lazo que ellos mismoshabian tendi-
do i la Uoion liheral. Por eso qaisieron preí&ttar á los odolnellis-
tasJfgados con .1 imJRlrio, siendo :sumisos esclavos del hombre del
t de diciembre. Por eso cunclté coo tal rapidez la ooticia de que se
agregaria Portvgal ··á ESPllfta, ®lociDdose en el trono la familia
alli reinante, '1ue cederia al imperio ~ta el Ebrb, y procurafldo
hact!l"que 'E~pana entrase '~n 1M llonsejes europeos eOnlO uba de IIU
grandes poteJJcias.


Laprens& ministerial d,l imperio contribuía 110 'poco con su ten-
guaje y actitud á mantener vivas la8 sospMhas: '




~U6 mSTORIA DEL RIINA.DO


v.


La Union liberal proseguia con toclas estas cosas su horrible ca-
mino, aumentando su filas con nuevos adeptos y sembrando entre
sos contrarios el escepticismo y la inmoralidad.


A la vuelta de Arrica, aquel eampamento de aventureros politi-
cos que habiaD ido á presenciar las operaciones, hasta los mismos
redactores de La Iberia, volvió entonando alabanzas al hombre de
Vicálvaro , derendiendo el desastroso tratado de paz, que desastro-
so era como ha podido observar el lector, por las condiciones que
distaban mucho de hallarse en relaeion con los sacrificios hechos J
mueho melloscon las esperanzas que se habían dejado entrever.
~sto aun entre los indirerentes habia ocasiolado disgusto, y aquel


entusiasmo que habia llevado á las pro,incias todas á iniciar una
¡ran suscricion para colocar nuestra marina de guerra á la altora
de una potencia marítima, recibió un ,olpe fatal y se resfrió como
por encanto convirtiéndose en ilusion lastimosa.


La Union liberal tuvo, pues, porque reconoció nuestra debilidad
en este punto, que aoudir á los arsenales extranjeros, reclamando
buques y máquinas. Y si hubiera puesto en esta tarea. aquel cuida-
do, aquella diligencia, aquella actiTidad que mostraba pafa mante-
nerse en el poder, seguro es que nuestro poder y nuestra ¡nnuencia
en Europa serian hOJ mucho mayores, y habria tenido titulos í la
considéracion del pais.


Porque Esparla necesitaba mas que el ejército, la marioa, porque
el yalpr de sus naturales sine mal qlle las plazas fuerles y lu
grandes masas para contener los Ilerlos ambiciosos de los déspotas
que pudieran venir á perturbar nuestro sosiego con ¡ntencion hostiÍ.


El déspota Fernando dejó solo alguDos buques podridos; la yer-
ba crecia en los arsenales; los tallerea abaD donados se arruinaban,
y para tener pretexto de emplear alguna gente y de que pasaran
por sus escuálidas manos algolos riales, los hacian derribar, J
vendian para lerla sus techumbres y puertas, lo mismo que los bu-
ques que aun quedaban en los dit(ues: á tal extremidad redujo el
despotismo á los marinos y á tal postracion á la marina.


Todo habia marchado en torno nuestro en )a marina, como en
lo demás, mientras nosotros habiamos retrocedido; asi fué que al




DEL ULTIMO BORBON DE ISPAÑA. 'A'
querer restaurar la marina, hubo que crearlo todo; hombres y co-
sas. Instrumentos, máquinas, operarios, ingenieros, talleres y diques
adecuados i las nuevas necesidades de las construcciones modernas~
todo faltaba, y á costa de inmensos sacrificios se ~reó algo en el es-
pacio de poco mas de veinte alios.


Pero desde un principio se marchó sin plan ni concierto, domi-
nando la inmoralidad en muchas obras, en adquisiciones de made-
ras, en construcciones y eompras de todos géneros.' ¡Cutntos jorna-
les se han pagado por obreros que nunea hao trabajado! ¡Cuántas
madera. se han pagado que no existieron mas que en las cuentasl
¡Cuántos objeto. se han comprado por doble y triple de.su valor
lerdaderof ¡Cuántas maderas podrida. han pasado por buenas!
¡Cuántos buque. inútiles se han &onstruido, unos que se han des-
guazado antes de salir del astillero, otros sin hacer el tercero ni aUD
el segundo viaje! No cientos sino miles de millones vale lo que pa-
ra tener una marina han pagado·demás é inútilmente el pueblo es-
,paliol.


VI.


La Union lib,eral no hizo nada, yeso que tenia elementos sufi-
cientes para poner coto al mal; lo que consiguió fué aumentarlo y
hacerlo irremediable, porque en parte alguna como en EspaDa se
observan los fenómenos extralios, que aqui vemos como consecuen-
cia del desbarajuste, de la desmoralizacion de las ambiciones, de
las cábalas polUicas y del filibusterismo revolucionario, de esa pi-
ratarla que aspira al poder por el solo gusto de ejercerle en pro-
-vecho propio.


Entre nuestros marinos haylol inteligentes y dignos, pero en su
generalidad no existen genios organizadores, no tienen dotes suficien-
tes ni estudios baitantes para abarear en su meote un sistema de re-
habilitacion de nuestra armada) y además se ha dado tan poca impor-
tancia á este ramo, que, creando un ministerio especial, ha venido
á confiarle su desempelIo al primer aventurero á quien babia que
contentar, no al hombre experimentado y ducho.


Como si EspaDa necesitase hoy una escuela cual en otros tiempos
la tuvo, se empeliaron los hombres de la Union liberal en conservar
lOS tres arsenales de la penfnsula además de los de la Habana y




"(8 BISTOJUA,I)IL IIIl'UDQ
Cavite en Filipinas; t~tQ.sCOlQP Inglaterra y Francia, á pesar de
que ,su conser'lacion,exigia miles.-de millones para renovarlo~ de
modo que sirvieran para 18$ nuevas. construcciones. Aunque Espo,-
lia renovase todo, su material, y adquiriese ó construyese cioQuenta
ó sesenta buques blindadQs, no tend,ia necesidad de tres arsenales-
en la península, ni los gastos de· su conservacion estarian en rela-
CiOD con el número derbuques.


Por su posicion, y grlindeza; por S4l fortaleza nalura) y por la ba-
ratura relativa de los jornales en el norte de Espalia, debia conser·
var,.el arsenal del Fer,rol, para construir máquinas y buques, ven:-.
der á la industria particular el de la Carraca, que bien es necesario .
para alimentarla, quedando con la preferencia que los buques del
Estado que neces.itasen carenarse, y ceder tambien el de Cartagena
con, el propio objet9-, aunque reservándose el derecho de carenu y_
tener lós depósitos necesar.ios, para la escuadra del MediterráDtlO.


As! los productos del' ambos arsenales compensarian los gastos
del de el Ferrol, pues en 'el de 'la Carraca no habia gasto a)gtmo.,. y
l~ marina mercante nacional y. extranjera encontraria en Cádiz yen
Cartagena diques donde limpiar sus fondos y carenar, lo que hoy debe
ir á buscar á Marsella y otros puntos extranjeros aun ,mas lejanos,
perdiendo tiempo, paciencia y dinero ..


Cartagena ganada mocho mas de lo que gana si su arsenal fuese
mas del comercio que del· Esta~Q, porque aquel' constr~ ye y con su -
me siempre; y este en llegando á cierto punto no puede pasar ade-
lante, oi ,lo necesita aunque pueda. .


¿Pero por qué nos esforzaríamos en probar las ventajas, que re-
~ortaria el comercio con una reform$ .bien meditada en este ramq
de vital interés para el pais? El comercio, la prospeddad. y la co~


, modidad de la marina mercante, no importaban nada para aque.llos
desatentados gobernantes; IQ que hacia falla eran ciento~ y miles
de empleos lucrativos que dar á los amjgos,~ parienlt's ,y p8l1iagua-
dos, aunque en ellos se consumieran iD~tilmente los millones que
deberían servir para buques, conslguicndo como resultado no tener
marma, por mas que para tenerla se gastasen fabulosas cantidades!,


1#




CAPiTULO LXIi.


SUMARIO.


La Union liberaÍ agrava los males de la marina de guerra.~Re8eña de su sistema reIl-
tíctico.-Ojeada retrospectiva.-Cuadro cf;lmparativo' de la Deuda pública desdo
1724 á 1866.


l.


Entre los planes propuestos por la Union liberal, el que se refe-
ria á la marina era sin duda lo mas descabellado posible. Los di-
reetores de la marina espanola, en 1860, juzgaban' conveniente for-
mar una escuadra de 156 buques, de los cuales solo 18 servirian
para la batalla, 86 corbetas, 60 búques, menores de hélice, SO va-
pores de ruedas y 1! transportes de vela como auxiliares de 6 navios
y 11 fragatas, constituían una marina llamada de guerra, que solo
podia servir para los tiempos de paz. Cuando ya se habían vi,to
en los puertos espanoles la Merimak y otras grandes fragatas norte-
americanas é inglesas; cuando Napoleon construía fragatas aeo·
razadas como la Glorio, era el colmo de la insensatez el plan pro-
puesto por el gobierno espanol.


En todas las naciones se han construido buques blindados de tres
categorias; en Espana se comenzaron por aquel tiempo despues de .
muchas reclamaciones y apremios de la opinion 6 buque$ de pri-
mera clase, y la Union liberal no pudo ver concluidos en su pri-
mera época mas que dos, SiD haber formado planes para hacer cor-


Too IU. !t'1




450 HISTORIA DEL RIINA.DO
bat~ ni batedas blindadas. Y cuando surcan Jos mares los monito-
res americanos y SI construyen á toda prisa en Inglaterra, nuestros
marinos no se dignan estudiarJa cuestiono No por esto puode de9irse
que cueste poco, porque en gastos estamos en tercer lugar, aunque
en realidad seamos la séptima oaeion respecto á fuerza maritima.


Intre otros vicios que vienen á recargar el e~ste d. nuestra ar-
mada, hay el absurdo sistema de dar en América á los marinos
ooho reales ó sea un peso fuerte por eeho reales vellon.


y tal es el despilfarro y tales los abusos, que componiéndose el
personal de la armada de1!5,000 hombres, haypoeo mas de 11,000
embarcados, hallándose el las oficinas y en los destinos pasivos,
comandancias de Marina, generalatos, almirantazgos, ete, el resto
del personal, cobrandó pingües sueldos hasta el punto de que la mo-
derna aristocracia dedica sus hijos á esa carrera que ofrece grandes
probabilidades de fortuna y de-vida feliz, organizada como está aris-
tGeráticamente á pesar del ejemplo de otras naciones como Francia
y Estados-Unidos, en dónde fácilmente se pasa de simple marino á
los primeros y mas altos puestos.


Pues bien; en vez de remediar estos males vino á agravarlos la
Un ion liberal, siguiendo el mismo sistema de incoherencia y despil-
farro, aunque explotando, para sostenerse en el poder, que preten-
día acaparar durante ocho anos el público aplauso de ver surcar
los mares poderosas escuad.ras, con la adquisieion y construccion de
buques, y con 101 trabajos de los arsenales que haciao oreer al pue-
blo en la resurreooion de Espalla coma gran poder maritimo.


Ya hemos visto que en esto, como en todo, la Union liberal fué
una decepcioD; y que para el pueblo, la restauracion de la mariDa
nacional ha sido una i1usion mas. "


JI.


tos hombres que se habían apoderado de ]a situacion por sor-
presa y con sorpresa del pais, no sabia n cómo ordenar la lIacien-
da que estaba por cierto eO,lamen.table estado y que despuea de


. grandes exacciones, despues de agotar todo socorro y estrujar al
contribuyente, debia quedar mas arruinada, en plena bancarrota.


Ningunpartido de los que han mandado en Espana desde que
Espalla exíste como nacion bajG el mando de un solo gobierno, des-




DIL ULTIJI() BOIBON DI BSPAjA. un
de fines del siglo xv ha sta hoy, ha gastado en igu~l espacio de
tiempo tanto dinero como la Union liberal.


Empecemos por presentarlo en resúmeo y en números redondos
para que el lector fOlme una idea aproximada.


Presupuestos ordinarios del
Estado en cinco aDos 1859 á 1863.. 10,700.000,000
Pr~supuestos extraordinarios del


Estado en los primeros cinco aDos. .
Deuda flotante, aumento en cinco arios.
Recibido del gobierno de Marruecos. .
Presupuestos municipales y ~provineia-


les en los mismos cinco aDos.
Presupuestos d. las ;provincias de Ul-


tramar en 101 mismos cinco aDos com-
prendiendo sus déficits respectivos ..


1,800.000,900
1,200.000,000


!!O.OOO,OOO


S,!50.~00,OOO


5,000.000,000
-------Total general. . . . !1,178.000,000


Esto hace cerea de 6,000.000,000 al afta.
Repartidos en todos los habitantes de Espana y sus provincias m-


Iramarinas corresponde á 1,053 reales por individuo, ó sean 5, ljO
reales por familia; suponiendo estos gastos á cuatro y media pese-
tas por término· medio, y divididos en cineoanos,haceB 1,()!8 rea-
Jes al afto, por familia y t05 Y medio por habitante.


Seria un error creer qUI la deuda pública enorme cantidad, que
pasa ahora de !~,OOO millones, represente lo gastado mas de lo
recaudado desde que principió esta plaga que los economistas lIa.
man manantial de riqueza; y no menor equivocacion fuera suponer
flue 10 gastado es el conjunto de los presupustos de ¡agreso., mas
el total de la deuda; pues á lo desem,bolsado directa ó indirecta-
mente por los contribuyentes. deben agregarse las inmensas lumas
reunidas d. América, desde el princip;,de la casa de Austria, y que
durante el reinado de Felipe 11 ascendieron í la suma de 181 mi-
1l0Des de reales, y en el de Carlos IV, á l,909, millones, pudieudo .
• uponerse, á pesar de que faltan datos, que pasan de ',100 mi-
Uones de reales.


y sin embargo, esos reyes que dispusieron de las miaas del" Nue·
'o Muado, se entramparon é hicieron. sucesivamente bancarrota t




15! 'HISTORIA. DEL RÉINADO
legando tan pernicioso ejemplo á sus sucesores y i la Espalla cons-
titucional. '


Las sumas pagadas para amortizacion de la deuda, y los crédi-
tos anulados siD_pagarlos, Ó reducidos de su primitivo valor' por


. conver~iones sucesivas: .formin reunidas UDa suma mayor que la
deuda actual.


Las circunstancias favorables en que I~ union liberal subió al
poder, y los cuantiosos recursos 'de que pudo disponer, le ofrecie-
ron ocasiOD favorable para reformar la Hacienda pública, y asegu-
rarse COD la popularidad el poder, y sin embargo, su poder, 8U po-
pularidad y la fortuna·del pais los arrojó en el abismo que la poU-
tica del catolicismo, de quien era instrumento, abrió ante ella .




111.


Lo que se ha dado en llamQf las rentas públicas de tabacos, 10-:
terias y papel sellado, han venido siguiendo en una serie de aftos
un aumento, que revela en verdad el desenvolvimiento de la pros-
peridad ó de la riqueza. El papel sellado desde 1850 á 1861 se ele-
vó de t, á 87 millones" lo que hace casi un aumento de 300 por
100. El tabaco llega á constituir un gasto por eada familia de 85
reales anuales. Y la loteria, que es un juego de azar donde el go-
bierno figura como banquero, da como gastados anualmente por fa-
milia otros (6 reales; demostrándose perfectamente, que' un pueblo


-que gasta en loteria y tabaco 500 millones anuales, no puede con-
siderarse pobre, y esto sin contar los gastos que el contrabando
ocasiona.


La loleria y el tabaco son perjudiciales á la moralidad y á los in-
tereses del padre de (amilia, y al progreso social y político, porque
distraen al hombre del cumpUmiento de sus deberes.


Un direetor de loterias de 1861 decia en el parlamento defen-
di.ndo la renta, que se mandaban al extranjero por valor de ~O
millones anuales, y que segun dalos estadisticos exactoi, mil y cien
jugadores habían empleado sus ¡anancias en haciendas, contribu-
yendo asl á aumentar 101 goces de la propiedad; y'ese senor nO en-
contró quien le respondiera que un gran número se habian arruina-
do, y otros hubieran podido comprar reuniendo lo que ¡astabaD en
lotería.




DEL ULTIMO BORBON'DE ISPAÑA.. 453
La Union liberal dió á esta fuente de inmoralidad una grande ex-


pansion procurando hacerla atractiva con premios de dos, tres J
cuatro millones.


Otro de los estancos mas odiosos es el de la sal, que Espana pro-
duce con tanta abundancia, y que ha aumentado en 85 años cerca
de 8i millones de reales. Puede notarse una anomalia monstruosa
en el monopolio de este articulo, y es que los· espalloles compran la
sal á medio real la libra y los extranjeros á real y medio el quintal.


y si fuéramos examinando las rentas de aduanas y de consumos,
donde tan á poca costa hubieran podido introducirse ventajosas re-
formas que hubieran dado cierta popularidad á la Union liberal ya
que se llamaba partido práctico, demostradamos su incapacidad ren-
tfstica que corre parejas con sus errores y aberraciones politicas, y
que la incapacita como partido gubernamental" para llamarse el
.partido de gobiernó que puede satisfacer las necesidades de la época.


Las contribuciones todas, las gabelas pesan sobre la clase pobre,
y en últiD!0 resultado el trabajador, el productor paga todas las.
contribuciones que parecen pesar sobre la industria, sobre el co-
mercio y sobre la propiedad. En 1857, la renta media de cada pro-
piedad rústica era de 130 reales. En 1861 de 160. Entiéndase que
bablamos siempre segun la riqueza declarada. En 1857 la renta
media de cada propietario urbano era de 800 reales y en }861 de
816. En 1857 la renta media de cada propiitario de ganado era de
'18 reales y en 1861 de 186 l/l'


IV.


A. pesar de la reduccion constante de la gente. de iglesia desde
hace siglo y medio, todavía Espalla es la que entre todas las nacio-
nes que por cristianas se tienen, paga mas personal t y el presu-
puesto de obligaciones eclesiásticas es oneroso para la nacion t co-
mo vamos á demostrar solo con reproducir las cifras oficiales.


Verdad es que en parte ese presupuesto es resultado de un con-
cordato celebrado entre el gobierno espanol yel paFa; pero el go-
bierno no poqia adquirir semejantes compromisos por contrarios á
la CODstitucion de la monarquía, segun la cual las cortes tienen la
facultad de fijar todos los allos en Ja cantidad que estimen conve-
niente los gastos públicos; y al fijar parte de ,Ues llara lo Cuture




45' DTOal!. DIL' .IlIIN!DO
obligándose eon el papa , conservarlos siempre en la cifra conveni":-
da con él, se comprometia á una cósa de que no puede responder;
porque las cortes al votar cada ano los presupuestos tienen ~I de-
recho de modificarla .en mas ó menO! ó' de suprimirla, sin que ',al-
ga el decir que ese cOIlveaio fué oonvtrrtido In ley del reino -por
unas ,cortes, porque otras pueden suprimir ó modifiéar la ley con la
misma autoridad q.ue fuédeclarada tal por sus predecesoras. ,Pero en
fin, el concordato entretanto .. ley y ,onvenio á un tiempo entrl
dos. poderes, J esos mismos poderes que lo hicieron, pueden desha-
carlo ó modificarlo, y sabido es que los papas no se niegan á esal
modificaciones, cuando el poder con quien tratan las quiere d.
veras.


Los tres grandes paises católicos de Eurepa son Italia, Espalla
y Fraacia. Espana el menos poblado y el mas pobre de los tres, y
es no obstante el que mas caro paga el culto y el sacerdocio.


Dé aquf los presupuestos eclesiásticos de Italia, Francia y Espa-
na en 1864.


Italia. • .
~rancia.. . ,
Espafla ..


Espana paga, pues, mal que Francia.
D mas que Italia. .


98,!09,OOO
15!.500,OOO
177.15!,081


11.651,081
78,952,081·


La opinion públicl\ habia condenado el concordato de 1851 de la
manera mas unánime, por considerarlo contrario á la dignidad de
la nacion y á las tendencias .de la época; y sin embargo no puede
menos de convenirsl In qua si ese concordato tal como es, hubiera
sido propuesto por Felipe V á la corte pontificia hace siglo y medio,
el rey mas católico hubiera sido excomulgado por el papa como he·
reje y enemigo de la reli,ion cató liea apostólica romina, y su coro-
na hubiera corrido peligro de caer á impulso del fanatismo religio-
so de sus propios súladitOfl. .


Apenas habian pasado tres allos, desde su promul¡acion" tuand.
la revolucion d. 1851 pasó por encima de él, sin que todollos es-
fuerzos de la parte del clero 'Iue tomó su d-efensa, oonsiluiésen otra
cosa que exponerle ilas iras populares que se re,olvian cOltra '
ellos. Los prtlados tuvieron, d.buena ó mala gana, que devolver




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 455
alIstado los bienes que los moderados les habian devuelto algunos
anos antes, y los labradores que hasta entonceS se abstuvieron de
comprar los bienes de la Iglesia, temerosos ~e las excomuniones,
acudieron en gran número á participar de los beneficios; y todo es-
to hizo que se acercase el momento de que la Union liberal remen-'
dase aquel concordato que la ,revolocion habia desgarrado, modifi-
cálldolo y aceptando los hechos- coniumados con la sancioJl de la
obra revolucionaria de la desamortizaeion.


v.


La Union liberal,' como vemos é iremos demostrando sucesi,a-
mente1 recibia el pais floreciente bajo cierto punto de vista, pero so-
brecargado de deudas y abrumado de contribuciones.


¿Hilo algo útil para emanciparle In este sentido, satisfaciendo la
necesidad' de igualar las cargas y rlpartirlas' con mas equidad, po-
niendo al alcance de las clases mimerosas' que trabajan las como-
didades que la ciyilizacion proporciona, para arrancarlas brutales
preocupaciones y elevarlas gradualmente á la educacion á que tie-
n.n' derecho?


¡Dónde estan, pues, los titulos con que se engalana, y en qué se
fundan los que dicen que ha contribuido á fomentar el partido de-
mocrátiGo, sirviéndole, en las esferas del poder, de eco y amparo'


La verdad es., y esto no puede negarse, que esas pandillas del
moderantismo, pretendiendo sostener las tradiciones y mantener los
privilegios y abusos de las clases conservadoras, de las clases que
viven, en lo pasado, n,o hacen otrSJ. cosa sino mostrar la impotencia
que las hiere, su debilidad, los gravámenes que ocasionan, pero es-
to. graéias' al sistema de publicidad que no pueden impedir, porque
de todas partes brota la queja y bajo todas formas viene á setialar-
se lo inicuo de sus procedimientos.


Bajo este pun·toda vista, claro está que debilitándose I}las y mas
los conservadore,s, la democracia, al presentar sus principios de jus-
ticia, al propagar sus doctrinas, gana en cada momento, se eosan-
cH y se robusteee.


La deuda y sus intereses son para el pueblo espanol un cáncer
devorador de que solo un remedio heroico podria librarlo~ es la pla-
ga de las plagas y !a mas· dificil de curar.




'56 HISTORIA DEL REINADO
Aunque no neguemos que, lo mismo para las naciones que para


los individuos, en momentos apurados, encontrar recursos es condi·
eion indispensable, y que bajo este punto de vista, el crédito es una
gran COS8, no podemos menos de establecer una diferencia entre el
crédito de los individuos y el de los pueblos. El individuo no en-
cuentra erédit<;t mas que segun-Io que pos(le. El que presta á un
hombre, no espera que sus descendientes durante una larga serie
de generaciones pagarán con su traba;' las deudas de sus antepa-
sadas, y por esto el crédito individual es limitado.


No sucede lo mismo con los pueblos. Una generacion contrae
deudas que no ha de pagar; pesada carga que lega á las genera-
ciones futuras: el importe de sus deudas lo gasta con frecuencia en
cosas de que sus descendientes no disfrutarán, y con esta confianza
nunca faltan concursos para explotar á las naciones.


y ¿qué diremos de las deudas contraida$" no por los pueblos, le-
gftimamente representados.,' sino por los gobiernos opresores que
para nada cuentan con la voluntad del que ha de pagar las deudas
que contraen? ¡Cuántas veces las naciones pagan durante ,muchas ge-
neraciones Jas cadenas con que sus tiranos las esclavizan!


Nosotros no creemos en la obligaeion que se supone tienen los pue~
blos de pagar las deudas de sus opresores; y seria bueno por el bien
de la libertad y de la just.icia, para impedir en lo futuro que go-
biernos opresores encontrasen crédito y recursos para abusar de su
poder, que los pueblos emancipados dijesen á los judios prestamis-
tas de tales gobiernos: Que os paguen alJuellos á fu;ene. Ilabeis pres-
tado. Porque en efecto, semejantes deudas no han sido contraidas por
ellos SiDO contra ellos,


Una de las consecuencias del crédito de los gobiernos es la renta
perpétua: monstruosidad económica que debe figurar como una de
las primeras causas de la miseria y atraso de los puebles


VI.


Para mejor oprimir al pueblo espanol encontró Fernando VIl quien
)e prestase cien millones al diez por ciento de !nterés, recibiendo
en cambio de tft1l10s del tres por ciento por -un valor nominal de
trescientos millones, noventa millones efectivos en metálico; y Jos
portadores de esos titulos, mientras Espana exista, recibirán eada




DEL ULTIMO BORll0NDl ISl'AÑA.


ailo diez millones de reales, que pagarán un siglo y otro siglo los
descendientes del pueblo oprimido. Desde 1814, en' que Fernando
restab1eció el despotismo y empeió á tomar prestado, hasta hoy, los
intereses de los primeros cietl miHones suman la friólera de quinien-


. tos treinta millones. ¡Seis veces el capital recibido sin que por esto
deje de estar en pié la deuda, pues el titulo no envejece; y dentro
de otros cincuen la y tres aft.o~ habI:emo~ pagado por -aquellos ID.al
empleados noventa millones, mil sesenta millones, y dos mil ciento
veinte millones dentro de otros ciento seis anos, sin que por ~sto
nuestros descendientes estén mas adelantados, porque la renta es
perpétua! ...


ita razon y la conciencia se sublevan contra tamaBa monstruo-
~~!. >


Lo racional seria que toda deuda llevase .la amortizacion, "y que
prescribiese en una época dada. . .


¿Cómo es posible- que acreedores que dieron noventa millones, y-
que han recibido quinientos treinta no estén pagados? ¿Cómo es po-


. sible que noventa míllonés dados ·de una vez, dén con justicia de-
recho á recibir cada siglo mil millones, sin que jamás, á pesar -de
pagar mas 'de nueve veces la suma recibida, no solo no se quede en
paz, sino que la deuda no se haya disminuido en lomasmfnimo?


El simple buen sentido, el instinto·bastaba para declarar ·leonino
este contrato.


, Compáradas veinte y una naciones, forma Espal1ala octava, porJo
que corresponde á cada habitante ,de la Deuda nacional, yen veinte
y seis aftos ha amortizado cerca de once mil millones, sin disminuir
la Deuda que en 1837 ascendia á doce mil millones, y que en 1861
,babia aumentado basta diez y seis mil; con lo que se demuestra que
habiéndose amortizado desde 1836 á, 1861 esos once mil millones,
y habiéndose aumentado hasta diez y nueve mil millones ~uando la
Union liberal salió del poder, lo gastado desde dicho afta, además del
producto de las rentas públicas, asciende á diez y ocho mil millones,
ó sean setecientos millones de déficit anual.


¿!dónde llegará nuestra Dauda y los intereses que el pueblo ha
de pagar, si no se pone remedio? Puede c"alcularse por el incremeGto
de la Deuda desde principios del siglo XVlII en que se entronizó en
Espafta la dinasUa de Borbon.


58




HISTORIA [)E!. RGIN!-DO


Cuadro comparativo de la Deuda pública de España en varias épocas,
desde 17~4 hasta 1866.


Años.
Capital de )!l Deuda en rs. Aumento.


1721 1,266.521,566
1"J76 2, OH. 962,890 En 24 afios. . 798,Ul,324
18-08 7,194,.266,809 En 32 afios. . - 5, \29.303,919
1837 12,021.815,272 En 31 años. 4,827. ¡H8, 4.63
1844 16,227.474,922 En 7 años. 4,205.659,650
1866 19:300.000,000 En 22 años. 3,072.525,078


Por manera que desde 1837, en veinte y nueve años, durante el
periodo constilucionar, y cuando los presupuestos han ido aumen-
tando progresivamente, el último Borbon', que ha pagado:mas de
catorte mil millones, ha aumentado la Deuda en mas de siete mil
millones; un cuare.nta por ciento próximamente de la Deuda total.


Asi inverUamos' en pago de intereses de la Deuda mas del veinte
l cinco por ciento de las rentas públicas. y si antes de desamorti-
zar los bienes de la- Iglesia y de los conventos podian hacerse]a Hu-
sioll los estadistas espalioles y extranjeros de que bastaban para
pagar, los bienes se hanvendido1 y la Deuda se ha aumentado hasta
el punto de que solo los in.tereses pasarán muy pronto de .setecientos
millones de reales. .




C¡\prrULO Lxut.


SUMARIO.


Responsabilidad de I~ Ullioll liberal im"muchos atentados y desaciertos de Isahel.-:-
Viaje de la Réina á las Baleares y Cataluña.-Particubridades de su entrada y és-
tancia en Ilarcelona.-Reflexiones.-Regreso de la -corte á Madrid.-Varias cau-
sas que desautorizaron aquella sit,uaci(jn.


I.


Si la Unjon liberal no supo, no pudo, no quiso reformar elpre-
supuesto. y tomar las enérgicas disposiciones que reclamaba el es-
tado de la Hacienda;' si vino á servir á la dinastía Borbónica y man-
tuvo eo ~quHibrio durante alguo tiempo á)sa1lel, que -desde los
tiempos- de Bravo Murillo, mejor dicho, desde el ministerio Cleonard
se hallaba repudiada por todos los partidos, caso extrafio será, pero
por cierto que DO podrá eludir mucha parte de la resprmsabilidad de
muchos de 108 crímenes y atentados cometidos por Isabel.


y como (uera tarea prolija. y volveremos mas tarde al asunto,
presentar UD cuadro acabado de la situacion' en aquella, época, re-
nunciamos á ello para volver á Jos asuntos del dia. -


Cuando tanto se hablaba del,odio..napoleónico hácia eJ IJor.bnnis-
mo, debió sorprender á muchos que la Union liberal,autorizase y
preparara una entrevista de b(lbel COD NapoleoD 111 gue- habia pa-
sado á Argelia.




460 ilISTORl.l DEL RElNADO
Mas sea lo que quiera, esto dió pábulo á muchas conversaciones,


Isabel se dió á viajar y pasó á Barcelona é Islas Baleares, donde ha-
bia desembarcado por algunas boras el jefe del vecino imperio, y
bubo incidentes que parecieroq accidentes, y la Union jiberal debió
ver frustrados sus planes ante la actitud de las poblaciones.


Napoleon debió conocer tambien que no era el momento oportuno
. para agitarse en busca.de cesiog.6S territoriales, y que podía ser una
quimera su dorado sueiio sino; obraba con circuDspeccion y ma-
durez. . .


Nadie acertará á explicarse cómo accedió el emperador á una en-
trevista con Isabel, si no observa ]a precipitacion con que abandonó
las Islas.· .


En Barcelona babia hecho tambien poco tiempo antes su entrada
triunfal el vencedor de Africa, el general Prim, á quien sus parciales
quisieroB recibir ostentosamente, hallando en la severidad catalana
obstáculos casi insuperables p~ta· t~jovacion.


L9S recuerdos que habia dejado en 184Sy 1814,) cuando se puso
aI,senici() de Cristina, abandonando la cau,sa popular, le habian des-
prestigiado hasta tal punto,que se habia levantado contra él una
cruzada de odios y recriminaciones, de justfsimas quejas. Su persis·
tencia como ¡agente de la corte, sus continuas conspiraciones, su'
conducta parlamentaria, bacian que se' le considerase como uno de
los perturbadores ambiciosos que á semejanza de aquellos oficiales
aventureros de otras épocas ponia su brazo al servicio de todas las
camaé'srempréqoobubiese botin que'·récoger, sin tomar en cuenta
las vIctirnasyproc'iltando, eltldir'el·castigo que recaia sobre sus des-
graciados agentes subatterno~.' . "


Por 'esta causa apenas pudo borraren hftroa, daittlo Ültiestras de
falorheróico'y de imperturbable serenidad, los recuerdos de 8U an;"
terior conducta. Por eso encontró en mucbas poblaciones J~ indife-
rencia, y en Mataró el castigo digno del crimen perpétuoen que vi-
via. Por eso en Barcelona debió recordar, al pasar bajo los arcos
que-sehabian'levantado parlsu recibioiiento, las desgraciadas épocas
ique:Pbsa\emos referido, en que el acusador de Espartero se habia
convertido en bárbaro y feroz incendiario contra los que acababan
dearrbjat' al héroe de'tuehan8" y' Guardamino de la alta posicion de
jefe del E~tado} ,


Había'habido uo moméú(o'60 que los generares de Alriea Hega ..
ron á disentir, quedando á punto de disolverse la Union liberal, sao




DEL ULTIMO BORBON DÉ ESPAÑA. t6t
liendo de ese grupo el general P~im; pero despues de muchas expH'"
ca,ciones Prim aceptó la direccion de ingenieros, siguiendo comouno
de tantos entre los hombres de corazon.


Tampoco fué notable la entrada de Isabel en la libre y culta B¡F-
'celona que tenia grandes y terribles agravios·recibidos de la "IDO'"
narqufa casteHana en general, de la dinastfa Borbónica y de' Isabel
en particular.


La hija de Cristina, que habia recibido un golpe en )a cabez~' .
~ordo del buque que la condujo de Malwrca á BareelonU',quedébia
llegar disgustada por no haber celebrado la entrevista con -él audaz
aventurero del t de diciembre, 'det.ióJOOIt'fodo' e$to entrever en ·Ia
actit~ddel pueblo barcelonés que no tenia las siÓlpatilis11.na mul·
titud, y quiso conquistarlas' paseando á pié pot las callespribéipa~
les de la poblacion. Bien conocían lós que taIfa' aconsejaronet ;ea-
rácter de aquel pueb~ tan indignamente cahimniadb:, vfetidl~siem·
pre de las arbitrariedades y de la opresion, siempre como rebelde
tratado. . -


y aqui podemos hacer justieia á la Union liberal y al general
Dulce, que levantó el estado de sitio, demostrando á progresi~tas y
moderados que no es la fuerza ni la violencia, 'que,nosOll' lafp~r­
setuciones ni la comisionmilitar las que asegunh oef'órden:fman-
tienen la tranquilidad en 'Catalufta~ AquellasmlSlis :de' obreros' in-
teligentes é ilustradas comprenden perfectamente lo que 'se' debe
á)a sociedad, y aman'· eltr~bajo, fuente de' riqu:eza, lo bastante
para comprender que es necesario el . órden 'Y el respet(} , 'las le·
yeso Lo que hay es que los gobiernos reaccienarios abusando siem-
pre yen todas formas vieneB á perturbarla tranquilidad con medidáS
arbitrarias oponiéndose al progreso, desnaluralizando,etsistema~re..¡;
·presentativo, quebrantaod() los derechos populares, y entonOel' :Ia
multitud se arma, y entonces fa revolucion ·toma'étearáetérdé,fuer-
za para restablecer el principio de justicia. ..~, ,':' O;O'J'¡(


y como en Catalunll por su carácter'industrill'l 'f¡\&t1w~ibfengen.
cia las ideas han cundido con mas' 'rapidez; (,i¡g(: 'b'áW1 quéridtf tos
reaccionarios ejeroer una presion indigna, allÍ han querido exlermi-




4.6i HISTORIA DEL REINADO
Dar las familias creyendo que podrian ahogar en gérmen los prin-'
cipios democráticos.


Con la llegada de Isabel coincidía en Catallll1a la formacion de
batallones republicanos que debían ir á Italia á auxiliar á sus her-
manos de aquella penfnsula para concluir con el borbonism.o y es-
tablecer la libertad.


Grande era el entusiasmo que reinaba, y muchos los que se alis-
taron tanto alli como en otros puntos para ir á defender la causa de
la civiliz!lcion, y á la verdad sin grandes esperanzas de lucro, sin
aventuradas promesas de grados y condecoraciones. Por desgracia
Ó por fortuoa no hubo ocasion de que prestaran servicios á la cau-
sa de los pueblos los decididos defensores de la emanoipacioD de la
aran familia humana.


y hemos cib!do este bechoporque r~yelapor si 8010 el verdade-
ro cará~ter de.aq_ueHu pob,la~Q.e~ dQDde la ~itacion y el ent~­
~iasDl().,poU~ieo lJegaba baa\& el punto ·de orgimizarse companias y
~lll,loDe~qqe' tflniaD el buen sentido de DO comprometer la tran-


. quilidad del país, y que esta bao. sin e.mbargo, decididos á la I ucba
haSl(lelpU:Dlo. de abandonar sus famiiias para ir lejos de sus hoga-
res á sostener la causa del derecho.




111.


Isabel, pues. permaneció tranquila en roed,io de aquél volcan, y
pudo conocer con todo, que si en el pai~ DO hallaba simpatla el bor- ..
bunismo, si la monarquia era cdnsiderada .como merece, babia sin
embargo cierto respeto á las convenieocias socia:es, y que el nume-
roso partido republicano si bien procuraba aumentar el número de
sus adeptos y propagar sus doctrinas. si era eminentemente revo-
lucionario, DO fraguaba con todo eso. motines, no perturbaba iDútil·
mente la tranquilidad, no a¡;piraba á conquistar por la violeocia. no
pretendía impaciente llegar al poder como todos esos ambiciosos que
bl)~D·elpresupuesto al) te todo y se arrojan como demeD·les ~ lo-
cas ip~WnasparacoDsefluir su objeto. !


Circuló entonces y llegó á ~anos de la sueesora de Fernando una
especie de preclaroa. en que se recordaba á lós catalanes los favores
debidos á la monarqufa •. dando ocasioD á al'guDos atropellos pJr parte
de la autoridad.




Dlk ULTHIO BORBttN DE ESPAÑA


De estas correrías y de viajes semEljantes, pudi~ran los jefes de Jos
Estados sacar provechosas ensenanzas, si en vez de considerar toda
esa vida fictici~ del mundo oficial desj~ndiesen á los talleres y pro-
curasen conocer y asegurarse de la situacion respectiva de los que
llaman sus súbditos. '


6Pero cómo Isabel, entregada á-los placeres, podía perder su tiem-
po en pequffieces descendiendo á ,detalles que seguramente no la
inleresaball~ Si en Barcelona hubiese reeorda~o las palahras que
oyó en su cámara en la entrevista con Ordax: si bubif'se lemo con


• atencion la proclama á que hemos aludido, y hubiese 1Jledilado u~'
poco sobre la '~erie de infamias que sus antecesores hablan come-
tido en aquel suelo; si hubiel'e tomado en cuenta que, de~pues de
los estados de sitio y de las barbaries cometidas en nombre de su
padre .y en su propio ,nombre por el conde de Espana, el baron de
Meer y otros sultánicos bajáes. babia suftido aqueJla poblacion en
cuatro anos tres bombardeos; si hubiera olvidado por un momento
las orghis y los interesados elogios de aquena eortaque UI' ~Hé~
diaba, habria podil1o convencerse de que el pedestal de los' troDos
estaba carcomido y solo podía consolidarse por alguo tiempe desha-
ciendo la larga m~deja de iniquidades y reparando los perjuicios oca-
sionados, devolviendo al hombre lo que por derecho reclama si ha
de mantener la dignidad que corresponde al ser humano.


IV.


Esto le aconsejaba yo en 1851 en el folleto El pueIJlo 11 el trono,
yeso hubiera sido mas digno persistiendo en su resolucio~ una vez
tom~da, que aquella fatal manifestacion en que cobarde y fem~ntidai
falaz é hipócrita reconocía la larga-lIlamenlable serie'aelus equivo-
caceones.


No pensó seguramente Isabel en esas Ion/dría" y aun cuando hu-
biesen asaltado su Imaginacion los terrores y las angustias que de-
bian necesariamente evocar remordimientos, alli estaban en' torno
de ella no solo los confesores y los amantes del esplendor del trono,
sino los hombres de la Union liberal que con su hipocresia, y con-
siderando solo lo presente hubiéranla disuadido á p~ea costa de sus
buenas intenciones, si en ella hubiesen podido caber. '


Los hombres del gobierno solo buscaban en esas expediciones UD




t6i BlS'IQRlA DEL R&BUDa'
medio de adormecer mas. y.mas á la señora, rodeándola del fausto
y ostentacioo y del ficticio entusiasmo que despuntaban algunos mi-
les de reates hábilmente repartidos, sin llegar jamás á hacerla co-
nocer el verdadero estado de la opioion; pues si esto hubieran he-
cho, difícilmente hubieran conseguido seguir ~explotando la mina.
porq~e el terror hubiera sid() ta~en Palacio ante la magnitud del
abismo y la inminencia d~ la eaida, que hubiese huido Isabel des-
alada ante la perspectiva de un justo castigo.


En aquel viaje quisieron mostrar á Isabel las fuerzas marttimas
de Espan~" que., como ya hemos dicho, cuestan muy caras y nos
colocan en un rango, .no 8010 relativo ni no absoluto, muy inferior al
de las .otras naciones, .cuando nuestras costas nos obUgan á dismi-
D,uir Elu~strG ejército manteniendo un~ escuadra eobuenas .condi":
cwnes, qu~ podria hallaroc'\lpacion v:isitando las. Antillas y8s'0-
ei4ndos~·á.es~;gr~Qdes .empresaa. que Franciá é Inglaterra han
aco~eti~o 00 los mares del Japon·y de la China. No sabia entonces
sin duda la Union liberal que ja marina debi/,\ ser, pasando dias, la
piedra en que chocase, el escollo que la hundiera.


v.


La corte se decidió por fin á regresar, y como si las circunstan-
cias se empefíaran' en trastornar las planes de la Union liberal, hubQ
entonces un desgraciado que, acometiera la empresa de corlar el
árbol de la monarquía por su rama reinante. Y efectivamente, en fa
Puerta del Sol, al tiempo de hacer su entrada" halló el coche de Isa-
bel un recibimiento ruidoso. Un ijóven que esperaba la llegada de
log cortesanos, amenazó con una pistola á la hija de Cristina, sien-
do preso ea el acto para desaparecer algun tiempo despues en el
olvido sin aleanzM' otra cosa que el epíteto de locO'.


Ellñ de octubre se reunieron nuevamente los cuerpos coJegis-
ladores, se bailó el gobierno frénte á las mismas dificultades intes-
linas, acompafíado de la misma mayoría, dócil indudablement~ en
las. ci,l'Cunstancias.críticas, dificil de manejar en los detalles y acci-
dentes- da--cad.adia, mientra.sque las oposiciones moderada y progre-
sisla se esforzaban en' presentar al gabinete ya ,desconcertado nue-
vos. y nuevos motivos de disidencia que ponian á los ministeriales
en puglla Y recelosa inquietud, aumentando las dificultades que




DEL ULTlMO BORBON DI ESPAÑA, 465
O' DonnelI hallaba á cada paso para marchar en su peligroso ca-
mino.


Como si no bastara á desautorizar á lasituacion el excesivo coste
de todos los servicios públicos~ como si no arrancasen al contribu-
yente grandes cantidades, en los presupuestos presentados reclama-
ba el gobierno entre otros aumentos el del·presupuesto de la casa·
real, para atender al nuevo vástago borbónico y satisfacer la codicia
desenfrenada de aquel que babia com"partido con la Virgen de los
Doldres el mando de los ejérci.tos carlistas. Porque, con efecto, don
Sebastian, ya acbacoso y visjo, inútil para las campanas, si bien á
decir v~rdad, siendo generalfsimo de los ejércitos de don Carlos dió
muestras notables de su cobardia y de su impericia en el arte de la
guerra, aunque ha querido mostrarse siempre protector é inteligen~
te en artes liberales; convencido de la5 imposibilidades que el tiem·
po del carlismo, de la barbarie y de la superstieion hallaba en las
circunstancias y en el espiritu de laepoca,se.decidió por 611. á to-
mar una actitud tranquila,' 'una vez desbaratada lacombinacion
misteriosa de San Carlos de la Rápita y muertos Montemolio y su
hermano.


Vo)vióse pues al Palacio de Madrid, dispuesto siempre á intrigar
para mayor gloria de Dios con los fanáticos clérigos que podían con-
tar con él como una nueva cuna para vencer las resis~ncias si aI-
gllOa vez se oponian en las camarillas palaciegas. Don Sebastiail,
viendo la tormenta encima,volvia á incrustarse dentro delliberalis-
mo condenando los esfuerzos borbónicos que bien lo necesitaban. Y
co,mo medio de ganar voluntades don Sebastian Gabriel reclama-
ba, des pues de indultado y perdonado, la indemnizacionpor el ma-
yorazgo que le correspondia, y 'que habia sido vendjdo á consecuen-
cia de la ley adoptada por las Constituyentes que privaba á los jefes
de la rebelion del derecho á la sucesion y á la consideraeion de
infantes de Espana.


La Union liberal no se paraba en barras,-y en su deseo de en-
sanchar la base y de aumentar la familia foliz, accedió sin reparo
alguno á las pretensiones del tio de Isabel, no sin hallar vastante
oposicioo en el congreso. •


'1'0110 lIJ.




466 HlSroRlA D.&L RE1~AiJO


VI.


Los delitos constituyen la escala en que puede fijarse el grado de
moralidad de los pueblos; pero como en la moral existen tantas y
ta'es variaciones, bacié'ndose delitos en UDas partes lo que en otras
Sl.ln acciones indifereates y aun gloriosas, no podemos suponer que
sea exacta la idea que podamos formarnos al comparar un cuadro'
estadistico de la criminalidad de un pueblo re~pecto á otro.


En los paises en que existe la lIbertad de cuItos, Ja ley no cono-
ce crímenes conlra la religion, y en 1860 figuran en Espaíia por·
"18 en el cuadro de los delitos castigados.


La vagancia y la mendkidad no son tampoco delitos ante la mo-
ral; de la mendicidad la religion católica haceuDa virtud; y ni uno
ni otro SOD condeóados por las leyes de muchas naciones cultas. En
el cuadro de Jos delitos castigados en 1860 en Espaíia, mendicidad
y vagancia figuran por 800 condenas. Lo mismo puede decirse de
los juegos y rifas.· .


En Espaíia se hallan oficiahnenle establecidas loterías y rifas que
son verdaderos juegos de azar; y sin embargo vemos 4. 1 actos de
esta especie castigados como delitos en 1860.


Tampoco donde no hay quintas puede existir el delito que con-
siste en mutilarse para eximirse del servicio, y nada menos que 19~
espaíio]es fueron castigados en 186 O por tal crimen.


6 Y qué diremos de las penas impuestas á los escritores por sus
opiniones manifestadas en la prensa? ¿Para quién son criminales (a-
les condenados? Los mismos jueces que los condenan en unas cir-
cunstancias los absolverian en otras:


Por eso no hay leyes mas variables y que mas se modifiquen y
cambien que las de imprenta, ni delitos para los que se dén tantos
indultos y amnistías.


Dé aquf los delitos de imprenta castigados en los anos de 1859
y 1860.


Periódicos condenados en 1859. . '8
» 'O en 1860.. • • 14


El afto 1860 puede contarse como uno de los mas felices para la
prensa periódiea. .




DEL ULTIMO ]lORRON DE ESPAÑA. 467
Los que siguieron hasta la _caida de 'Isabel han sido verdadera-


mente terribles.
Para apreciar en su justo valor la monstruosidad de la legislacion


en virtud de la cual los periodistas y editores de los periódicos eran
condenados á grandes multas y á prision de muchos al1os, baste ci-
tar algunas de las clasificaciones que da ]a estadistica oficial á las
condenas.


q Publicacia,n de máximas ó doctrinas encaminadas 'á turbar la
tranquilidad pública. »


Qné máxima ó doctrina no puede ser condenada por encaminar-
se á turbar la tranquilidad pública~ Si dijera que turhase el 6rden
púhlico se comprenderia algo; pero condenar ideas que están en
marcba, que se encaminan, antes de que Beguen, cuando no se sa-
be si llegarán, ni si turbarán la tranquilidad pública, era una sus-
picacia, una ambigüedad con la cual un juez escrúpuloso podia
condenar basta lo mas inocente, penetrando en las intenciones.


Pero la legislacion de imprenta iba mas allá que las otras, y
condenaba la caridad cristiana baciendo de la compasion un crimen.


Si por un delito comun un hombre es condenado á una multa, y
sus amigos se suscriben ó colizan para pagársela á fin de impedir
que se arruine ó que pase tantos días de cárcel como escudo~ tenga
la multa; la ley no tiene nada que decir en contra; pero si el con-
denado era un periodista, era un delito previsto en la ley el socor-
rerlo, reuniendo entre su~ amigos los recursos necesarios para pagar
la multa que le arruinaba ó le privaba de su libertad .
. Los legisladores habian becho en fin todo lo posible para conver-


tir al escritor en un gran personaje, su proresion en un sacerdocio
tanto mas respetable cuanto mayores eran los pelig~os que corría
al ejercerlo. _


La Unron liberal babia mantenido la ley nocedalinaj pero en su
aran de aparecer digna ante los partidos liberales, usaba á periodos
alternados la tolerancia, llamando á esta conducta extravagante
resolver las cuestiones por el criterio de la libertad.




CAP1TULO LXIV·


SUMARIO.


Espíritu de la prensa periodística.-Interpclaciones en los cuerpos legislativos.-Cua-
, tro palabras sobre la desmoraliza,ci(tll y desbarajuste del vicalvarismo.-:-Evolucio-


nes de Q'DQnneU.-Reformas .'


1.


ta Unio~ liberal á pesar de todas estas circunstancias favorables
par;a hacerse PQPular, puesto que á poca costa. podian borrarse 198
abusos y disminuirse las gabelas, no supo ni pudo adoptar una ac-
titud que la hiciese menos odiosa á una masa indiferente que busca
solo la economfa~ la baratura, sin cuidarse de la bondad del género,
y que pide gobiernos baratos, porque degradada y envilecida mira
solo el negocio, el mercantilismo, la utilidad, sin cuidarse de prin-
cipios ni de derechos que no comprende.


Esto hacia mas fácil )a propaganda democrática que continuaba
activa demostrando los vicios, los errores de los partidos viejos
y doctrinarios.


Esto facilitaba tambie.o los ataques de la prensa progresista y de-
mocráac~ que dem }stró coa cifras irrecusables que .. del presupues-




DEL ÚLTiMO BOimON OE ESPA~;\. 4.69
lo de t 856 'para el servicio personal al de 1860, habia una diferencia
de aumento de !21 millones 606,941 reales.


Seguia vivísima tambien la polémica entre las fracciones del mo-
deran lismo, y III Horizonte y El ReinQ y La Verdad y El Diar; o Es-
pañol, periódicos todos vicalvaristas, discutían y mostraban 1a uni-
dad de miras de la familia feliz que regia los destinos de la patria.


El viaje de Isabel y la famosa entrevista habian dividido en tanto
grado los ánimos de los hombres de la situacion, que ninguno de
ellos sabia dónde ni cómo dirigir sus miras, ni con quiéc podia
contar para desarrolJar los planfls diversos que cabian dentro de la
Uníon, en el programa elástico de O'Donnell.


Mientras que babel en aquellos aciagos momentos para el bor-
bonismo se veia chasqueada por su primo verdaderamente politico
el gran NapoleoD, mientras el gabinete O'llonneH recibia con esto
UD nuevo desengalio, El Horizonte publicó unos articulos en que
decia que el gobierno no debia estar en aquello, momentol en su cen-
ero de ~cczon ·preparándoaeá resistir el rechazo que NO PUEDE MENOS
DE TENER EN ESPAÑA el golpe mortal que acaban de rec,ihir en N dpoles
los Borbones. Estas palabras produjeron en el órgano autorizado del
ministerio El Diario Español cierta molestia, pues las consideraba
como proféticas, y exclamaba: «¿Dónde está ese peligro para la di-
nasUa que tan claramente ve El Horizonte? ¿No n03 reeuerda la
desenvoltura del Guirigay cuando dice que el gobierno de la Reina
·no es tan católico como esta señora se TITULl, y estampa las siguien-
tes Hneas cuya irreverencia no tiene ejemplo ni encontrará imita-
dores:-Habfamos hablado a S. M. no como quien prefiere conser-
var el poder á todo trance y para lograrlo transIge con las FLAQUE-
ZAS del espíritu puramente cortesan(), sioo 'como quien estima mejor
conservar el Cenguaje austero y varonil de la verdad?.,


La Iberia con este motivo decia que si El Dzario Español 00 ser-
via realmente al trono, cOillnlacia por lo menos á aquellos unionis-
tas que por el afan de mando deseaban presentar á aquella fraccion
como el único gobierno monárquico y dinástico.


Era por eotonces ciertamente la época de las grandes manifesta-
ciones dinásticas del unionismo; y como habia hecho la guerra en
Africa para adquirir popularidad adulando las pasiones y los odios
religiosos y de raza, y como se arrastraba á los piés d~ Isabel para
no perder su p.osicion y sus destinos, así tambien· habia servido al
imperio francés enviando nuestros sflldados á Coehínchina para ob-




410 lll:STORIA DEL RM~Á 00
tener la benevolencia de Napoleon, que acababa de arrojar sobre la
Unían liberal el desprecio que merecia cambiando de horas y ·&n-
ticipando su visita á las Baleares.


11.


y en tales circunstancias, hemos dicho, se abrieron las sesiones.
Apenas reanudados los trabajos legislativos, Galiano en el sena- '


do y en el congreso Bahamonde interpelaron al gobierno sobre Jos
sucesos de Italia y sobre su política general. Pero aun despues de
prepararse durante algunos dias, el célebre orador de la Fontana no
supo, ó mejor dicho, no quiso levantar la cuestion del terreno de
las trivialidades, y si dió mal rato á los unionistas, lambien halló
O'Donnell pretexto,para declarar la.elasticidad de su politica,y que
despues de haber solicitado de los gabinetes extranjeros la ¡nterven-
eion en Italia,se habia resignado á permanecer en la neutralidad, de
la que no saldria, decia el ministro, mientras estuviese en el poder.


Acaso por entonces estaba incomodado el jefe de los unionistas
porque la prensa extraojera hablaba. de la ,diD.lision del marqués:de
Jos Castillejos.


Tambien Aparici Guijarro t'resentó una proposicion ... ¿Qué pre-
tendia? ¿Que el gobierno enviase una intervencion armada á recon-
quistar para los príncipes italianos los pueblos que habian perdido
tan desairadamente? ¿Que eJ gobierno protestase contra la unidad
de Italia, diciendo en pleno parlameo'to que Espafía, para quien po-
cos días antes se pedia un diploma de nacion de primer órden, no
podia hacer nada p~r falta de fuerzas? '


Pero en cambio el paladio de los neos al sostener su proposicion
que calificó de humana, declaró que Roma no era un reino extran-
jero sino la propiedad de todos los católicos. Dijo que debía intere-
sarnos cuanto contra ella se hiciese, como cuanto se hace contra
Ceuta (6se acordará de que Ceuta es un presidio~); renegó de Na-
poleoD; disputó1á Victor Manuel su titulo de cabálIero; se airó con-
tra Cavour; se airó contra Garibaldi; proclamó á Atila como muy
superior al rey del Piamonte; auguró la caida de todas las monar-
quias para el dia en que el papa perdiera el poder temporal, que
taotos siglos no ha tenido, pero que él creia inseparable del ponti - /
ficado, y afirmó, por Bo, que los que piden apoyo para el rey de




DEL ULTIMO BQRBON DE ESPAÑA. 411
Roma no son los neos, pues el papa lo pide y no se puede llamar
neo-católico .
. Asi el famoso Aparici comenzaba su tarea' de jeremiadas y de


profecias que el tiempo vino por fin el dejar realizadas.
Retirando el señor Aparici la proposicion que habia presentado


con objeto de acudír e~ auxiiio del papa, impidió á OJózaga com-
prometerse á pronunciar uno de esos discursos que ya le habian
desprestigiado ante las gentes honradas.


. 111.'


En la sesion siguiente se recordó de nuevo un suceso baslante.
frecuente en aquellos tiempos. Un diputado aparecia· acusado ante
los tribunales por abusos en el empleo que-desempenaba en el mi-
nisterio de Hacienda, y en el debate que se promovió por. este inci-
dente, habia la coincidencia de que ese diputado, des pues de
serlo, habia recibido un alto destino, por lo cual quedaba sujeto á
reeleccioD, mientras que se le proponía candidato en otro distrito y
se veia obligado á ren uneiar á todas estas honras porq uc el minis-
tro hubo ne encontrar vicios en el manejo de su cargo.


Tambien Bahamonde explanó su inter¡:oelacion en ese dia, apos-
trofando al jefe de-la Union liberal con estas frases: «Senor presi-
dente del Consejo, no se hace pollUca dos años sin decir qué opinion
se profesa. No hay medio: ó con la causa del órden, ó con la revo-
lucion.»


y el célebre caudiIJo replicaba, que la política del gobierno era
bastante franca, puesto que desagradaba al senor Vahamonde y sus
amigos. La verdad es, que entonces, como siempre, la politica de
los vicah'aristas disgustaba á todos, no por su franq ueza, sino por
las vacilaciones, el embrollo y las inconsecuencias. O' Donnell no se


I atrevió entoilces á aceptar la batalla que le presentaba Sartorius;
que siempre tuvieron miedo los unionistas de que se hiciese la luz,
porque sus compromisos les impedían romper pactos y alianzas que
la ambicion debilitaba, pero que los crfinene,$ y los desafueros come'-
lidos en com un asociaban mal.


Se habia llegado á la época de los alardes de apostasía reaccio-
naria; lo que siempre ha sido y es repugnante pretendia verse glo-
rificado. Los órganos del gabinete declaraban en el intervalo de




HISTORIA. DEL REINAD'J


veinte y cuatro horas que tenian simpatías por la revolucion de Ita-
lia y que renegaban de ella. Gonzalez Bravo exhibiacon una espe-
cie de fruicion la bistória de sus evoluciones para consolar á los
neófitos del vicalvarismo, si tenian alguo escrúpulo. Podia decirse,
por último, que el-vicalvarismo en cOllsorcio funesto con los Bor-
bones habia llevado al apogeo la desmoralizacion y la desvergüenza,
la infamia y'la desbonra ,de Espana, sin ceder á los moderados en


, bajezas y en crueldades.
Prescindiendo del desbarajuste de los partidos, pues en aquellas'


elecciones de ayuntamiento los distritos no podían distinguir casi
quiénes eran Jos consecuentes, los manchados él los verdaderamente
puros y leales, en el seno mismo de la reaccion, entre los modera-
dos babias'3 establecido puja para recorrer hácia atrás una escala
horrible y'lastimosa de defeeciones y retrocesos.


IV.


En medio de esta carrera retrógrada, que seguian desatentadas
todas esas agrupaciones rivales, pero con una razon da ser comuo,
la (fel interés personal exclusivo, no habia mas que ese pensamiento
unánime: el monumento en construcción debia ser coronado con la
estatua del general O'Donoell representado por u'na figura múltiple
en que apareciera á la Vl'Z. niño aun, pero como absolutista por los
liberales de Peftafiel y Tordesillas; niño todavía, presentáQdose en
Bufgos á compartir las glorias de la invasion francesa de 18~3;
vestido de general moderado, insurreccionándose en Pamplona; en
traje de conspirador, organizando la revolución; revolucionario de
hecho y derecho, pidiendo en Mnnzaliares cortes generales, y decla-
rando des pues de eIJas, que seria traidor el que no respetase y cum-
pliese cuanto ellas en uso de ~u soberano derecho hicieran; con el
uniforme de comandante de Ja Milicia Nacional, minando Jo que ha-
bia creado; con la casaca de ministro constitucional, ametrallando
las cortes que él habia .invocado, de las que formaba parte, y cu-
yos acuerdos deseaba respetar; derribado iD una contradanza pa-
laciega, jurando á los dioses que no puede vivir sin el sistema re-
presentatifo; pontifice de)a Union, declarando que todo )0 que existe
en este mundo, incluso él, es nada; que todo lo que parece algo es
una negacion.




DIL ULTIMO BORBOl'( DI ISPAÑA.. 473
Uno de los caractéres de aquella época, el que mas la reflejaba y


la ha~ia comprender mejor, era siñ duda la cínica descompostura y
la soberbia hipocresfa con que todos los sectarios del vicalvarismo
se presentaban imprudentes sin tomar .en cuenta sus antecedentes y
sus compromisos.


Por distraer la ateneion pública, habian atacado rudamente á Es-
téban Conantes. Por armar nuevo escándalo, desafiaban ahora al
conde de San Luis, aunque procurando no darle ocasion para qué se
expresase con claridad. Y los órganos del moderantismo polaco, el
1,eon E8pOñol, que habia sustituido áEI Bori~onte, en primer tér-
mino, recordaron á algunos sostenedores de la situacion compromi-
sos y deudas de agradecimiento que les debian hacer enmudecer.


Un diputado influyente en La Corre'Pondencia, entre otros, se
halló tan claramente aludido, que acudió á Gonzalez de la Vega y á
Sartorius para pedir los comprobantes de las acusaciones que se le
dirigian; y entonces recibió una de sus cartas, dirigida al ministro
polaco despues de la votacion de los ciento cinco, en cuya carta. re-
cordando Jos beneficios que en otro tiempo habia recibido, se ofre-
cia, á pesar de los peligros y escollos de la situacion, para defen-
der en un punto de peligro el órdeo y el trono; tanto era su patrio-
tismo y su amor á los sagrados objetos.


v.


La Correspondencia, despues de suscitar esa ~arta, decia que el,
sellor 'Escobar confesaba ingenuamente que DO era bastante estoico
para contemplar 101 padecimientos de 8U familia, y que necesitando
vivir y no siendo hombre politico, ni diputado, ni conspirador si-
quiera, sino un simple cesante, eseribió esa carta, yallailia: 6 Y QuÉ?'


¿Nada significaba pedir un puesto de peligro al conde de San Luis,
despues de la yotacion del senado, aunque ese puesto fuera el de
perseguidor del general O'Donnell, cuando estaba oculto y exone-
rado' ¿Qué significaba 'aquello de estar donde estaban el Trono g el
órden' ¿Qué el ser barricadero cuando se habian concluido 101 tiros?
¿Qué el pretender Ber empleado durante el bienio? ¿Qué el ser se-
cretario del gobierno civil de Madrid durante el ministerio Narvaez·
Nocedal, al lado de Marfori, en la época de las cuerdas á I.eganésf


1sMOm.' • 68




17' BlSTORIl. DIt RlINAIYO
¿Qué4er en aquel Dlomento diputado ministerial, y periodista üel
mi.isteño, Y'8D1pIeIllClo '811 el'de GobeTDaoiao?


rCu.ánlos '! oUintos ~ipH comewne habiwanlallJnion:liberal, que
á Sll'Ve% 'DO t era 'mas 1fIU8 el relejo, el resúmen, digámosloasf, de
aquella corte Borbónica, de aquella decrépita monarqnfaf 'Porque 101
agmdes, -tedas ,las ¡f.lladas d8óafJuell&máquingubernamental, indtu-
so el paú: oficial, ~l leuerpode elecrtf>res privilegiadfJs, formaban un'
oligarguia y se com,.lekibau unos oon OtllOI y participaban de los
mismos v~ios,seh8I1aban enlodados hasta la$édula de los ·ltueSOl.


,Ior 10' demás, <hasta aU().Dge8 la situacion viealfiarmB, qu8"tan
actWa<, emprendedora se mostraba en el exterior, habia tomado tam-
bien la Iniciativa -eD.¡estas grandel é iutpM1anfX1s reformas:


1.' le~ de iDpI'6l1ta; <nguia Ja ,&le NocedaJ;
!.' leal órd.6n \OOlcedieado;á los párro0<!S el derecho de negar


la sepukilra ·eclesiástica; ~
1: R6Iorma de la Oonstitueion hecha 'por Narvaez en su última


época;
4. • Amnistia á los car.lislas;
5.' El Concol'dato;
6.' A1llmenlo del.presupuesto en favor de Ja última infanta y de


don Sebastian de Borbon; 7" Una ley de Ayuntamientos mas reaccionaria que la < que
~~ .'


8." Ley de Diputaciones provinciales en el mismo sentido que la
anterior.


g.' Ley electoral ídem;
1 (). A.umento dt! empleados y aumen'to de sueldos;
11. Acrecentamiento de la deuda t10tante mas aUll del límite


marcado;
y si 'siguiéramos enumerando veriamos que tanto en el interior


como >en 'el exterior, en A'crica haciendo la paz, como en Méjico en-
viando embajadores á Miramon; en Italia retirando su embajador de
Turin y 'protestando contra el destronamiento de la duquesa de Par-
ma, como en 'rancia pidiendo la reunion de las potencias católicas;
eD ~da$ 'Partes estaba demostrando 'su liberalismo y su aptitud para
interpretar tM upiraciones de la noble y desgraciada Iberia..




CAPtTULtlLXV·


SUMARia. '


Impopularidad de Ja Union liberal.-EJ neocatolicismo en Pallliio..-Alarmante SUOOIl&
de San Francisoo el Gr.ande.-Derrota de la reaccion religiosa .




l.


Si el régimen doctrinario hubiera podido echar raicés en Bspa-
la, aclimatándose, por decirlo asf, ninguna época le fué mas favo-
rable que aquella en que imperó la Un ion liberal y que se encon-
tró en su a pogeo en 1861; mas para ello fuera necesario que las
cll'S88medias .vierao, UN ioiciativ&d& que .reoia., q«e fueran
8lf.IUlttUe aimad"Nh un e~ lIbaM impdlieran, á Ja¡ eo-
ron _ Jt1gimeD CfD6\ solo e f1d.tia' apoyado en' ta espalla de' O. JJen-
MM.


Para eompnDdtreJ: pe, qué la Unión 1t000a~ DC1JMldo ~
681 Bspalla el, régimen. _trinario, del que' fué la\.s 88DuMa el. ...
pt'UiaD-, ,peSlIt del Ju¡ci'louost8DOias,. eDtap8rienlias-faV81'8b1e~ que
1tabiao rodeado, SUJ attvemmiuot()¡al poder, debe te.r .. ea· MI.a
qottlaSlotase.matias BOiÁteP'On~ D.callf Rspalta'o. ftlelR190íal
l'QU y efeetiva separad •• de las masas populues., "t que á COllBe'-
ouencia de, este llivorcie, en' aquel perjodols."'pr.mlatt !'SU poU-
wa, DOI Il'an e+ resaltadG de: su propia, fuer. sinQtel de -MI servilis-




'76 IUSTORIA. DIf. REINA.DO
mo palaciego: su liberalismo era una careta con la que no enga-
naba á nadie, porque todo el mundo sabia que no pasaria de los
limites que convinieran á los consejeros extralegales de la corona
neo-católicos y reaccionarios. El divorcio del pueblo y de la Union
liberal entregaba á esta á mereed del trono, y solo á fuerza de ba-
jezas y de humillaciones, conservaba un mando precario depen-
diente de la voluntad de una monja ó de un favorito, á quienes se
veian obligados á hacer la corte los mas graves y encopetados per-
sonajes de hr situacioD. Por eso la époea del predominio de la Union
liberal'ué para Isabel 11 el mas brillante periodo del reinado, la
edad de oro, de ilusiones y de deslumbramiento en la que creyó
cosa mas real, sólida y estable su soberanía y el prestigio de su
trono sobre la nacion espanola.


Todo parecia sonreirles: la nacion se creía en vias de prosperi-
dad, y los compla-ºientes'ministros de Hacienda .tenian á su dispo-
sicion las arcas del tesoro pú~lico, eon lo cual gastaba mucho mas
que lo que permitiera, á pesar de ser cuantiosa, su dotacion. A. sus
favoritos y las igq,sias y conventos repartia á manos llenas con
proverbial largueza los millones que sin legal autorizacion le ade-
lantaban ministrO,$ complacientes. Llegando á tal extremo estos
abusos, que despues se vieron obligados á descontarle cada mes
diez y seis mil duros de su asignacion personal, para reintelrar en
parte al Erario de los anticipos ilegales que le habian hecho.


11.


El ultramontanismo conocídoen Espana en los tiempos moder-
DOS con el nombres de neo6atolÜJi8mo y de mo;igatooracia, imperaba
en Palacio, explotando los vicios de la Reina y haciéndola instru-
mento ridiculo de sos miras interesadas. Bntonces era cuando
O'Donnellllevaba cirios de las procesiones de San Pascual, cuando
mostraba sus simpatias por el Borbon de Nápoles y por el papa,
contra la revolucion italiana, que como consecuencia de la expul-
sion de los austriacos del Veneto, se extendía bajo el impulso irr6-
sistible de Mazzini y de Garibaldi de la· Sicilia á las Romanias; en-
tonces era tambien cuando el pueblo de Madrid les salia al paso
en su retrogada carrera hácia el predominio de la teocracia, les
advertia ql1e no representaban eon esta politica sus aspiraciones é




DEL ULTIMO BORBON DE ISP AÑA.. '77
ideas, y les obligaba aun á pesar suyo á dar satisfaccion cumplida
á la opinion pública.


111.


Habiao construido uaa capilla en la iglesia de San Francisco el
Grande, á expensas, en todo ó parte, de la Reina, y el dia en que se
inauguraba en ella el culto púbJico rué Isabel invitada á la fiesta.
Acudió en ella con toda la corte, el.ministerio estaba tambien re-
presentado por su presidente O'Donnell y otros ministros, y una
nomerosa guardia de honor de alabarderos le daba mayor realce.


Varios de los curas adscritos de aquella iglesia eran frailes fran-
ciscos secularizados, y tenian á su frente al padre Riesco Legran,
fraile que habia sido del convento, luego progresista radical qUI
en 1813 publicaba un periódico titulado La Tardnlula, y que es-
tuvo tambien al frente de una sociedad secreta titulada Lo. Tem-
plan"oa. ,


Cambiando los papel9s, aunque acaso sirviendo la misma cansa,
dejó el club y la escuela de instruccion primaria que regentaba en
la ealle de la Paloma, y se volvió al convento en cuyo pórtico
recibió á la Reina con otros antiguos frailes vestidos con el hábito
de la suprimida órden de San Francisco á que habian pertenecido, J
que por su edad Isabel no podía recordar ya. Complacióse mucho
la Reina y fué bien recibida por sus aduladores la ocurrencia de los
ex-frailes; pero corrió la noticia por los barrios del Su~. «Los frai-
les han vuelto,» decian las gentes alarmadas eo las puertas de las
tiendas y puestos de la plaza de la Cebada .• ¡tos frailes' han vuelto!.


Cundió la alarma, y' en grupos entre curiosos y amenazadores
acudieron á Sao Francisco, y como no pudiesen entrar en la iglesia
llena de gente cortesana y guardada por los alabarderos, subfanse
UDOS en hombros de otros para penetrar con sus miradas en el ilu-
minado templo y cerciorarse de la presencia de aquellos monjes,
que creian fantasmas de otros siglos aparecidos del otro mundo.


De boca en boca corria la noticia: .Sf, alli los veo, 'son frailes,
los frailes han vuelto,. y á estas seguían las voces mas significati-
vas de «fuera los frailes, mueran los frailes,. J pasando de las pa-
labras á los actos arrojaron dentro de la iglesia tronchos, patatas y
piedras.




''18 ms_a, B&L REINA"


IV.
, .


La confusion y la alarma cansada por aquel suceso fueron gran·
des; acabóse antes de tiempo la funcion: reina, corte y gobierno se
reüratoB¡ ,lotegidolf por los alabardbros quel tenian en respeto las
muos si no las len~ del, puebl.. Biesco Le8l'lD" sus fraites se
apr_ur.artn 'á cerrar las puertas de,. iglesia y tTocar el hábite'par-
do por la lle9f& sotaDa.


tos corrillos y los eamentarfoS'4uraroa en' los!barrios bajos hasta
las. altas horas der la noche. La alarma lué tan gran«M, que el go-
bierne se cre;(t oWigado i pUicllr en la GIIctJ1a ona circular d'iri-
8idaá los prelhd01 recOlDendllidoles 'qtl6¡intimaseg i sus subordi-
nad<i\ que respeofD al usade hábilloS' de: fra!le, se at'vieran á· la.
real árden dé l"''Iu. haltla iesu 1JS&en Espala.


Aqael suceso, espoo'áneo, sin impertaooia aparente, era no 01>8-
taote una derrota de la reaccion religiosa que saliendo de la alcoba
de la Reinat trataba de· extenderse. por todos los ámbitos de la na-
cioa.




-CAPITULO LXVI.


SUMARIO.


Desprestigio completo de los unionistaa.-Escandalosos lranoos durante su adminis-
tracion.-Una reclamacion de Napoleon 1II.-Debates dél senado.-Como iban,des-
apareciendo los Borhones.-Doblez é hipocresía de la Union liberal respecto de la
revolucion italiana.


1.


tos que por aquella época regian en nombre de Isabel de Bor-
bon y á susto de la hija de Cristina el :poder, habian tenido la babi·
lidad d~sgraoiada de perder enalguDos meses el prestigio :que las
circunstancias y la ceguedad de sus adversarios les habian dallo en
Jos primeros meses del alo 1810; y la eampafta de hfrica,que'ha·
bia servido solo para 4mamar inútilm611tetaDgre icuando<d&IM ser
el esealon iJupl'emoen qM la Unian liberal se babia encaramado,
vino á dar al traste con se ¡influencia y popularidad, :recibiendo el
castigo allí por ,donde habia pooado el ambicioso y desatentado mi -
niske.


A laaotividad, al eBtusia8DN) que reinaban en los ¡primeros días
del afio que !Iumia concluido, ¡fl!la ebnegacion de que daban mues-
tras ·todos los espaftoles, ¿qué lhabia noeditiof


¿Quién no recuerda el espectácllllo queofreciaMadrid ,el dia en
que el estampido jel cafton _umó la <toma de T:etuanf.Aquellos vi-
V8S, aquellas Uuminaciones, tquel!as músicas,aqaella al~grfa -00-




'80 HISTORIA D11 RBlJUDO
llioiosa, aquel delirio, aquel frenesi no pu~de describirse; y aun
hoy, á tanta distancia del suceso, nos conmueve.


¡Oué diferente hubiera sido' todo si al pueblo que aquel dia gri-
taba: «á Tánger, á Tánger;» si al puebJo que aqoel dia encargaba
decoraciones para iluminar el dia en que Tánger fuera tomado, se
le hubiera dicho que Tetuao habia de volver á poder de los 1Qoros,
y que se habia de ajustar la paz contentándonos aeaso con menos
de lo que antes de la guerra ofrecian los mismos moros al senor ~
Blanco del Valle!


11.


y la paz habia venido á devolver el sosiego y la tranquilidad á cua-
renta mil familias que no tendrian ya la zozobra de perder á algu-
no de los suyos; y el ejército volvia victorioso y la paz consignaba
la superioridad de Espana y la justicia de sus reclamaciones ...


Con todo eso, fué recibida con tal disgusto la. noticia, como ya
hemos indicado en su lugar' oportuno, que las poolicaciones minis-
teriales y el mismo gobierno se vieron obligados á calumniar al
ejército exponiendo que Jos deseos del cuartel general eran Jos del
soldado, y que la atmósfera que sé respiraba en los consejos áulico!
era la misma que se hacia en torno delcampameoto donde los hijos
de Iberia, valerosos y sufridos como siempre, si pudieron ver con
dolor lo estéril de sus esfuerzos, si podían presumir las tristes con-
secuencias de la lucha, deseaban ante todo las glorias y ventajas
positivas para la patria y para la civilizacion •.


Dejando á un Jado la guerra de Afriea, en esta brevísima ojeada
que nos permitimos sobre sucesos :ya juzgados, y las disidencias


. que produjo en .el gabinete, y las alteraeiones que en las cortes se
hicieron, en la parte esencial de ese tratado de paz á consecuencia
de la embajada marroqui, diremos' solo que esa cuestion y la de
San Carlos de la Rápita que pudieron dar á O'Ddonnell la ocasion
de manifestar su dinastismo ó su antí-dinastismo, su amor á )a li-
bertad, ó su deseo de poder y de engrandecimiento personar, habian
.ido para la fraecion vicalvarista las piedras de toque donde babia
venido á estrellarse la Dave de su fortuna.


El vicalvarismo siempre habia errado, y cuanto mas levantaba su
voz para hablar de patriotismo y de moralidad, mas parecían los




niL ÚLTIMO BOBBON DÉ ESPAÑA. '81
hechos venir á contradecir ~us deseos y aspiraciones tanto como sus
palabras y sus promesas.


111.


En 1858, apenas llegó á los umbrales del poder comenzaron los
escándalos: el administrador interino de rentas estancadas ~e Tuy·
desapareció llevándose. '19,000 reales de los fondos del Estado que
obraban en su poder. Fué robada la administracion de bienes na-
cionales de Lograno; el robo consistió en 5,000 reales y se prendió
al portero por sospechas.


En 1859, un empleado del correo central extrajo de una carta:de
Zaragoza un bilfete de loterfasque se presentó á cobrar en la ad-
ministracioncorrespondiente. Desaparecieron 14,000 reales de las
oficinas de recaudacion ~e contribueiones de Granada. Se fugó el
cajero de la tesoreria de tugo llevándose 48,000 duros. Desfalco
de 90,000 reales de los fondos públicos en Cáceres. Desfalco en la
fábrica de ci/arros de Madrid,...por el que fueron suspensos el ce-
lador y administrador interinos. Se fugó el administrador de lolerias
de Tudela con algunos fondos.


En 1860, desfalco de mas de 100,000 reales en ]a~ rentas de
tabacos de Cáceres. Robo de SO,OOO reales en la administracion de
rentas e~tancadas de Guadix, y de 51,000 reales de depósitos judi-
ciales que obraban en poder del mismo ad min istrador de rentas es-
laDcadas. Rooo de 50 0,000 reales de la tesoreria de Toledo. Es se-
parado el director general de consumos, por acusacion de estafas
descubiertas en la provision de destinos. Se descubren grandes abu-
sos en las oficinas de Hacienda de Soria. Se cita á un pagador de Ja
fábrica de tabacos de Madrid para hacerle saber la sentencia recai-
da en UDa causa que se le seguia por desfalco de caudales. Prision
de un empleado de la administracion de fincas del Estado en Sevilla
por estafa y cohecho. Se fug.a ,con todos los fondos que tenia en su
poder el oficial encargado de ell,os en una de las órdenes. Fraude
descubierto en la administracion de propiedades del Estado en Ma-
drid, habiéndose quedado un empleado con la suma de 11,400 rea-
les que recibió de un interesado para hacer el pago de unas obliga-
ciones. Fraude descubierto en la venta de unas tierras en Jerez per-
tenecientes _á los propios que resultaron con l!, 000 árbnles y se


TOMO IlI. 61




4181 IU~élnA. 'DÉL WIUDO
saear~n á la súbasta senatándotts solo !80 árboles. Se denunciaron
aetos de inmoralidad ejecutados en la venta de papel selJadu en fa
provincia de Oviedo. D~sfalco de 95,31' reales en la tesorería de
Lérida. Defraudacion de ~5 á 30,000 duros en [as rentas de con-
suníos de la Corulla. Se emplaza al administrador que fué de 10-
terias don Juan Diego Pelayo para que pague 25,545 reales que
le han resultado de alcal1te. Es preso un empleado de l1lcomision
de 1entasde bienes nacionales de Sevilla, por haberse descubierto
que lomaba dinero por despachar los e'Xpedientes. Fraude deseu-
bierto en la administracion de bienes nacionales de Córdoba. Se ex-
trajo del correo una tarta con dos biltetes de banco importantes
~,OOO reales remitidos desde Madrid á Ciudad ReaL Vasto plan de
defraudacion en Puerto-Rio$, descubierto al fallecimiento del Íntan-
trente sellor Velo. Se descubre en Cádiz un escandaloso fraude he-
000 á )a Hacienda -el el ;ramo depa~l sellado. En la visita girada
á las -escribanias de Medina y Alcalá resulta ,baber dejado deper ..
cibir la Baeienda la eill1rme suma de 1.3S!,OOO reales.' De un ex-
pediente formado sobre exportil'CiOD de azúcares en la Habana apa-
recen 49,000 cajas de menos que las confesadas por los almacenis-
tas oficialmente. Separacion del gobernador de Trinidad (isla de
Cuba) por haber entrado por aquellos surgideros una expedicion de
bozales. Pérdida de las -aetas de Villajoyosa.


IV.


Entre los grand$ negooios, esos ¡grandes negocios de primo car-
tel/o que se hacian en esos tiempos ~n que la di1!lastia de los Boroo'"
nes llegada al período de su decadencia matetial, porque el espi-
ritu dol siglo minaba y destruia las monarquias, reflejaba los im-
puros y hediondos caractéres de su degradacion moral, uno de los
mas desgraciados, de los mas oscuros, de los mas viciosos y repug-
nantes, debió ser sin duda (porque todQ eran negocios en aquellos
tiempos), el de la reclamacion por parte del emperador de ws fran-
eeses,del pago de la deuda contraitta por Fernando con motivo dQ
la inva'Sión-1le lSt3.


Porque si no era uo negomo .,"ara el u$arpadorUraO& de 11 Fran·
Gia, si no prometiaalguna utilidad á fos que "Se htllabllnal frente
de la administracion espafióla, 60ÓIOO se atrevia el que,combatia con




DEL "6LTUIO BORBON DE ESPAÑA. 488
tanfa tenacidad á los Borbones á reclamar cantidades gastatlas para
reflmurar su poder. el pleno ejefCMio de los UamadQs derechos re ...
les 8n favor del Eorbon Fernando? ¿C4mQ la Union liberal prestaba
oidos á e88$ reclamaciones y queria int:\emnizar con Los millones 81-
rancados al pueblo los servicios prestados en obsequio á la persona
de un monarca por otrQ mORarca' No era esto un negocio. entre' dos
personalidades, y puesto, qu.e sol~ en beaeficio de Fe~do,. para
satisfacer. su amllicion y su laaidad 1iDierOl los: eieQ. mil niet~s de
San Luis, ¡,oo el'tl justo que de los bieues pa~rimpniQ.le& y de ~s bi&r
nes'p"trimoniales tllmbhm de los obispos y del c]er&. que babia.»
visto con gran gozo aquella bárbara invasion, se pagasen los gu,-
tos oeasionados~


¿Tenia algo que ver el pueblo con esa deuda l1e que se habiu
servido para amenguar su libertad y atacar su ¡adependencia'


Áun habia otras razones poderosísimas para qu~ no se hubiesell
ocupado un solo instanle hombre$ flue fla IIQmQban de Estado y li,,-
berales, de'remamaeion tan injustificada Qomo eJ.wm.PQráQea.


La opioion, al solo anulcio de estas negoeilCion~, habia reelul ..
zado indignada la pretension napoléonica; y el republicano GarGia
Lopez, a[\tiguo constituY¡¡lte, formuló un memorandrtm (P) en que
ooa documentos f)fielales é irreb~tibles cifras comprobadas, demosij'Ó
que la Francia'de Napo}eon 1 debe á Espalla una respetable cantk.
dad de millones que Napoleon UI, tan eelQso de la memoria ~e su
tio, 110 podria menos de apresu.rarse á pagar.


81 desgraciado don Alejandro, el gran refQrmador de nuestra Ha ...
cienda, aquel que babia logrado imponerse á Narvaez, y que ioten,.,
ta~a suplantarle, y llefJó á ser preSIdente del Coosejo, l\abfa tenido
)a desgracia de poner mano en este negocio hallbdpse de embaja ..
dOleD Paris, embajador de la Unian liberal, incrustado en e~ MJlcl~
y su digno representante en la .corte del aventurero de Strasburgo.


-v.


El senad/}, donde abundaban por cierto los hombres del arta llli-
litar, venia ocupándose en ]a ley de ascellSOS militares. en cuya
disCIl,tü.on tomaban parte, y combatian con arrojo aquel famosogooe·
ral Cal®8ft (J~ ~ebi3 U~ ~ia fortalecer al tlni,ai$lI1Q y otrotl :y ot~
a~lid6$ dal mod,eran\islOO cootra los p"y~~ del gabinete y d~$
comisiono




'8i HISTORIA. DIL RBnUDO
Al llegar á uno de los articulos, el general Prim, que venia des-


de mucho tiempo mostrando su esquivez y alejamiento, sin dejar
por eso su posicion oficial, llegó á entender, y la noticia «cayó so-
bre él como una bomba,» que tanto el ministro de la Guerra como
la comision no solo no aceptaban una enmienda que él habia pre-
sentado, sino que ni aun siquiera estaban de acuerdo con su pen;.,
samiento por ~as que antes le dijeran otra cosa.


Consignaba el articulo en cuestion el ascenso por eleccion en las
vacantes de sangre, y el conspirador eterno, el Proteo politico, el
antiguo progresista marqués de los Castillejos, combatió esta doc-
trina con muchas y poderosas razones."


El general Ros de Olano defendió ,1 artículo con argumentos dé-
biles, pero así y todo y aun dejando de tomar parte en el debate el
presidente del Consejo, sin duda por no aparecer su oposicion y di-
sidencia con aquel brato instrumento que tanto coadyuvaba á los
fines de la familia feliz, elfarticulo fué aprobado sin que constase
otro voto en contra que el del serlor Calonge, mas consecuente y mas
digno en aquella oCRsion. que el general de Africa y el antiguo jefe
de patuleas. _


ta familia Borbónica entre tanto iba dtsapareciendo bajo los gol-
pes de la revolucion, de los tronos, bajo la guadana de la muérte,
del seno de los palacios donde se hospedaban.


Aquellos desgraciados y débileslprincipes que, contandQ con buena
acogida en el palacio de su(primos, desembarcaron con Ortega en
las playas de la Rápita, que¡huyeron en su tartana por lomas y ve-
ricuetos cuando desengariadas las tropas del constante amigo y com-
parlero de Prim, desobedecieron al famoso Ortega, aquellos bijos
desventurados que dieron oidos , los antiguos ojalateros de la corte
de OlIate y á las promesas deh1a clerigalIa de la corte de Madrid,
para verse en presencia de los consejos de guerra y deber su vida
al profundo silencio del general aragonés y á la magnanimidad de
O'Donnell tanto como á la complicidad de sus augustos primos, en
la rebelion contraJa seguridad~del Estado y contra las institucjones
liberales, mientras estaba Espana en guerra con la morisma, aque-
llos hombres, decimos, sucumbieron en quince dias de la misma
enfermedad en muy lejanos sitios. •


Sospechosa apareció esta simultaneidad en aquellos momentos en
que don Juan, otro hijo del pretendiente, recogia con avidez la he-
rencia J protestaba contra las renuncias que sin titulo alguno, á '11
juicio, habían hecho sus hermanos.




DEL ULTIMO BORBON DI BSPAÑA. 185


VI.


Isabel con beneplácito y aquiescencia de la Union, ó don3 Leo-
poldo, accediendo lambien magnánimo á los deseos de Isabel, t'pro-
curaban auxiliar á los Borbones sitiados en Gaela que, sin:otro~ob­
jeto que derramar sangre y ocasionar desastres, mantenian su cam-
pamento y disputaban al pueblo italiano su derecho, luchando te-
nazmente contra las fuerzas de Vfctor Manuel, ellos que habian huido
cobardes ante el invicto Garibaldi que se presentó soI0¿~en1 Nápo-
les, en aquella ciudad donde tantos crfmenes habian cometido, y
donde pretendian tener simpatías y numerosos amigos .


. La prensa- extraLjera denunciaba uno y otro dia verdaderos aten-
tados, indiscreciones y actos de la'armada espallola que servi(con
toda clase de recursos á 108 sitiados, llegando al punto de indicar
por sellales convenidas los medios de perjudicar mas directamente á
las tropas piamontesas.


y la Union IiberallJevaba tan allá su desenvoltura, que mientras
esto acontecía, hacia publicar en los periódicos que la escuadra se li-
mitaba á defender los intereses espalloles en las costas de Ualia~y en
caso necesario á ofrecer un decoroso asilo á la familia ~destronada.
¡Siempre las mismas ambigüedades, siempre las vacilaciones, siem-
pre esa conducta de doblez y de hipocresia en aquellas 'gentes'




CAPITULO LXVtI.


SUMARIO


Oposiciones ambiciosas.-Peripecias é incidentes.-EI Ptto.-Oligarquía ....... Resul~dos
que tuvo la campaña de Africa y el tratado de paz con Marruecos para la Union li-
beral.-Un incidente desagradable.


1.


No cesaba con todas estas peripecias la lucha sorda entre las di-
versas ambiciones que se habian asociado para dar (uerza y cohe-
sion á aquel anómalo gobierno.


Hoy asomaba la imponente figura de Rios Rosas, que despues de
su desaire ó derrota diplomática creía necesaria UDa reparacion para
su personalidad ofendida, y parecía dispuesto á reclamar constante-
mente un puesto en las regiones gubernamentales. Y como hombre
que se media y se pesaba, como hombre que comparaba sus cua-
lidades con las de los otros agentes servidores de aquella situacion,
reconociendo su superioridad, claro es que venia decidido' comba-


1


tir lo que creia perjudicial y funesto para ulteriores proyectos, para
el entronizamiento de' aquella Union liberal que él h\\bia sonado, y
que no era, á su decir, legítimamente representada por O'Donnell.


Mariana aparecian Jos periódicos moderados como fiscales se-
veros defensores de la moralidad, y denunciaban públicamente, 00-




DEL ULTIMO 'B(JBOOK H BSPAÑA. 18'
hecbos, estafas, dilapidaciones, abusos administrativos; reeontábaD8e
las tramitaciones de la causa seguida al director de consumos, que
cada ftez se -complicaban mas y mas, haciendo aparecer otras cnl-
pahiJidades que la de Yaftez Rivadeneira.


Aparecia tambien Marfori trayendo á su Vtllln nuevo mQtivo de
escándalo, presentando á :Escobar·en toda su repugnante desnudez
como 'moderado, servidor celoSQ de los Nocedales, Narvaez y Sarto-
rius, como digno agente de ¡>oficia tab fogoso y exagerado en de ..
terminadas circunstancias cuando habia cuerdas que enviar á f..ega-
nés ó cosa semejante, que el mismo Marfori, tan amante de la di-
nastia y de Ja persona de Isabel, debia reprimir los ardorosos ins-
tintos del delegado.


y venia don Juan con nuevos manifiestos hablando de sufragio
uor.ersal, 00 religion y de libertad y de tradiciones, mientras que
1a Epoca procuraba ensanchar el circulo de la Union liberal lla-
mando al oarlismoá vivir bajo los anchos pIregues de la bandera
despl~gada por QlDonnell en grata conoordiay feliz armonio.


11.


y acontecía tambien que sonaba destempladamente un Pito sil-
bando aquella farsa, y ese Pito pasaba de Mano en mane en los ca·
fés y se leia en todas parles. Y la policia ereia encontrar el rastro
y fijaba sus miradas en un tal Z1lné natural de Barcelona, pero des-
cendiente de italianos, á quien había elogiado ~a¡gtanle La !heria por
cierto ~olleto publicado con oeasron de los acontecimientos de lt'a~ia.
y prosiguiendo sus investigaciones tropezaba tammen la policía con
11n \al 'Narvaéz y cOn don Serafin Ctme que leniabastante intimidad
en Palacio.


Las au1oridade~ de Madrid, desplegando su acostumbrado celo,
-daban con estos hombres en la cárcel y los hacian 'viajar sin 'Curarse
de ley""s ~:¡ de engorros.


Aquello era una revancha. 'la pitad aparecía haber salido de lo
mas intimo del Palacio; significaba acaso que la hija de Cristina sil-
baba á sus servidores.


y la euestion tomó realmente grandes proporciones hasta el punto
de que se interpelase en el congreso para saber si los personajes
qu'e hemos citado en El Ptto podian ten~r relaeion con las cartas




¡SS H1ST01W. DEL BIINA.DO
atribuidas á un alto personaje del Palacio que se hallaba en corres-
pondencia directa con el entonces revoltoso don Juan. ,


y el gobierno enmudeció ante las observaciones del diputado, de-
jando el negocio tan á oscuras como antes, porque los ministeriales
y los ministros ni sabian, ni querian saber lo que en Palacio se tra-
maba, lo que los moderados urdian para ir despues hábilmente"
publicarlo en el seno del parlamento; todo en honra, se comprende
bien, de la pandillaeotonces dominante.


111.


Entre los varios incidentes de la cuestion africana, entre las di-
versas fases que aquella gran cuealian iba presentando desde que
la goerr~ habia terminado, atendiendo á que los moros no podían
cumpJir los compromisos por elÍos contráidos en el tratado, resul-
taba que despues de las modificaciones, á que ya hemos aludido, y
con oca8ion de la venida á Madrid de Muley-el-Abbas, se habia fra-
guado una especie de compromiso nuevo, otra relajacion del trata-
do de paz. Aludiendo uno de los diputados á este suceso y estre-
chando á Q'Donnell para que explicase ese convenio mientras cen-
suraba que no se hubiese dado noticia y pedido autorizaeion al
congreso, el general Q4Donnell contestó: -que el gobierno no habia
querido hacer intervenir á las cortes en este convenio, porque, á
su juicio, era muy conveniente para el pais.»


Acaso no faltó quien pensara al oir estas palabras, que el gene-
ral Q4Donnell solo reservaba al congreso la fae~ad de decidir en ,
los asuntos arduos, dudosos y graves y á todas luces perjudici~les,
para eludir su responsabilidad y hacerla caer sobre sus auxiliares
y cómplices.


i Magnífica y sublime táctica de los héroes viealvaristas y de lo.
moderados, que formaban en el pais dos castas, la gobernante y la
gobernada, la de los explotadores, caciques, electores influyentes,
delegados de la administraeion, polizontes, comisionados de apre-
mios, contratistas, capataces, banqueros, negociantes, propietarios
ocultadores de su riqueza, generales, ministros y altos funciona-
rios, toda esa escala jerárquica que tomaba por asalto el presupues-
to y sus avenidas, y esa otra masa de productores asalariados que
vivian (uera de ]a legalidad; pues el gobierno arrancaba á lo mejor




DIL ULTIMO BORBON DI ISPAÑA. 489
concesiones para privar á los poeós que ejercitaban su derecho con
independencia de su fuero, y deportarlos y encarcelarlos segun le
conviniese.


Tal era la oligarquia existente con el nombre del derecho consti-
tueional, tal era el gobierno que se llama representativo y parla-
mentario. .


IV.


Por manera que la guerra de Africa, que debia ser UD monu-
mento-de gloria para la patria, que habia servido á todos los par-
tidos como arma de guerra y á O'Donnell de asidero y de medio para
-afirmarse e.n el poder, se habia convertido en un manantial de dis-
gustos, y cada día denunciaba la prensa graves y terribles sucesos,
mucho mas graves aun que los que habían dado pretexto á O'Don-
nell para fijar sus miradas en el continente de que nos separa el
Estrecho.


la eran las faltas de pago por parte del gobierno imperial, ya
los obstáculos puestos por los gobernadores del mismo gobierno á
los comisionados para marcar los limites, ya las kabj.las poseidas
del bélico ardor que las anima insultaban á nuestros soldados y los
acometian implacables en su odio, ya en el seno mismo de las po-
blaciones llevaba á los indigenas el fanatismo musulman á buscar
ocasiones en que herir á mansalva á los que se extraviaban por las
calles. Y bajo todas forglas los insultos ir las agresiones, las demo-
ras, el desprecio á Jos tratados, revelaban la impotencia del go-
bierno de los Borbones, y la incapacidad, la debilidad de aquella
situacion donde parecia dominar el elemento del militarismo.


La simple comparacion de la campana de Africa mandada por
don Leopoldo, con la campana emprendida por Jusúf con igual pro-
pósito, el de castigar los insultos hechos al pabeUon francés, bas-
taria para probar la inferioridad del jefe del vicalvarismo, advir-
tiendo que como presidente del Consejo y autorizado por las cortes
y por el pais que le prodigaron toda género de recursos, podia tener
preparado y combinado perfectamente cuanto fuera ñecesario para
llevar á feliz éxito y con ventajosos y rápidos resultados la guerra.


Jusur no tuvo en la Argelia mas que un pequenorefuerzo para
castigar á los moros.


ToltO 111.




HlSTORIADRL 'BIIN!.DO


O'Doonell tuvo casi todo el ejército espanol.
Jusuf llevó á cabo la campana en 14. días.
O'Donnell tardó en llegar á Tetuan dos meses y 18 dias, y en


terminar la campafta s'eis meses. .
Jusuf tuvo "bajas.
O'Donnell tuvo por lo menos 10,000.
Francia no hizo donativo- alguno para obtener el resultado que


obtuvo.
Espana dió para la guerra cerca de 14.000,000 de reales.
Francia no tuvo que conceder sino un pequenisimo número de


recompensas.
Espafia recargó su presupuesto con algunos millones de gasto


anual, que empezó por el nombramiento de 9 tenientes generales,
11 mariscalas de campo y !'1 brigadieres.


Francia no coa cedió titulo alguno á los generales; verdad es que
alli la gran campana de Italia no dió de si mas que uno.


ta' dadivosa Isabel hizo duque á quien como Martimprey se limi-
tó á batir á los marroquies sin adquirir la poblacion que le sirve
para el titulo, y creó además un conde y tres marqueses, todos
grandes' de Espafia de primera clase.


Francia no ensanchó su territorio en Africa porque no se lo pro-
puso.


Espaí'ia no ensanchó su territorio en África, aunque 'asi lo deseó
y lo estipu.ló.


Francia impuso á los marroquies una eontribucion de algunos
millones que cobró sin demora. . ' '


Espafia no habia logrado en un afto el cumplimiento de los pla-
lOS fijados' para la indemnizacion.


Francia no se puso en ridículo mimando embajadores moros y
colmándolos de obsequios.


Espalla los llevó -hasta el punto de velar Il\ estatua del Cid, para
que este emblema de nuestras pasadas glorias no desmintiese á los
ojos de los bárbaros africanos la pretension . de que don Leopoldo
era el único que habia coronado de laurel el pendon de Castilla.


'Quedaba pues muy mal parada la fama del general vicalvarista
en'todosselltidos. '




DIL ULTIIIO'BGllBOJ( lJI'II8PAÑA. 4.1


v.


Los pretendidos parlamentarios, Jos que hablaban en todas oca'!'"
siones de la soberania de los cuerpos colegisladores, debian mostrar.
lo ridiculo de sus promesas y de sus palabras~ haciendo presenciar
escenas como aquella á que dió lugar el debate sobre un incide,nte
extrano.


Un nuevo/vástago se anunciaba ya que venia á consumir parte
deJ presupuesto cuando acababa de aumentarse la consignacion
de la casa real; y al dar cuenta á las. cortes de este suceso,-latma ..
yordo,nía mayor de Palacio participaba á los cuerpos colegisladores
que Isabel saldria á dar gracias al cielo por el nuevo favor recibido
en la tierra, y que debiendo algunos diputados y senadores acudir
á A.tocha para el mismo objeto, lo ponia en conocimiento de las cor-
tes para,el eteaclo cumplimiento de esla soberana resolucion.


Este hecho al parecer tan sencillo llegó á ser un verdadero aCOD-
técimiento, no porque se aumentase la familia de los Borbones, sino
porque se demostró una vez mas, y como si obedeciese á UD plan
preconcebido, que aquel gobierno constitucional en apariencia era
8010 un gobierno monárquico que tenia unas cámaras I consuItiva$,
dependientes del poder ejecutivo. .


En este sentido se expresó el diputado Ballesteros, que exclama-
ba refiriéndose á los términos de la comunicacion que hemos sub-
rayado: «No necesito llamar la atencion sobre lo depresivo de este
lenguaje. El presidente del Consejo, el jefe de un gabinete constitu-
cional, considera á este cuerpo como dependiente suyo. Pregunto,
pues, á la mesa, si está dispuesta á rechazar comunicaciones de esta
clase, y á hacer entender al gobierno que no debe tener á este cuer-
po por dependiente del poder ejecutivo, y que sobre los cuerpos
eolegisladores no hay soberanfa !de ninguna especie, pues aun con
las doctrinas que hoy rigen la soberania reside en los cuerpos cole-
gisladores con la corona, .


El general O' DODnell 'hubo de reconocer la inconveniencia de'
aquel lenguaje, pero con su poca aprension habitual salió del paso
diciendo que aquello era simplemente una cuestion de forma.


La mayoria debió darse sin duda por satisfecha de este desacato,
y asl seguian desprestigiándose por su falta de dignidad los cuer-
pos colegisladores.




492 HISTORIA DBL REINADO
No fué este el único incidente en aquel dia, y como si obedeciese


todo á un plaó en que el general O'Donnell y sus companeros quisie·
ran demostrar el servilismo y la rastrera adulacion á Palacio á que
debian sus puestos, al paso que su desden hácia los cuerpos cole-
gisladores, hubo un centinela de oponerse al paso de la comision
del Congreso, cuando, terminada:la farsa religioso.politica en ACocha,
se retiraba ya. El Sr. Millan y Caro hubo de lamentarse del hecho
que era harto grave y significativo .


• Los agentes de la autoridad, decia ese diputado, desconociendo
hasta los distintivos exteriores del congreso, obraron en virtud de una
consigna superior escrita que prohibia la circulacion de carruajes sin
erecepcion hasta que hubiera de$filado la tropa. La comision no pre-
tend~ culpar á las autoridades, no quiere extrañar que sus agentes
desconociesen las consignas exteriores de los maceros tan conocidas
del público; pero la comision cree de su deber venir á protestar con-
,tra este desman que afecta al decoro tlelcongreso y rogar al gobier-
no que tome las medidas oportuDas para que DO se repita.»




GAPITULO LXVIII.


SUMARIO.


Hiras reaccionarias de la Union Liberal sobre Amérie~.-.lbuso de las influencias mo-
rales.-Independencia de Permanyer.-Escándalos y arbitrariedades.-Como se
iba eclipsando la estrella de Vicálvaro.


l.


Como ya hemos visto en diferentes oeasiones, babia tratado el
moderantismo, ó mejor, Cristina, 1a familia de Mulloz, y los demás
Borbones servirse de las fuerzas vivas del país, de la influencia que
les daba su posicion, y hasta de nuestros soldados para reconquis-
tar la parte americana quealgun dia -estuvo sometida á Espalla, con
el propósito de restaurar alli pequellas monarquías y distribuirlas,
como por via de donacioD, á los hijos y sobrinos, príncipes ó ex-
tranjeros, de toda aquella raza.


Nb se cuidaban seguramente de los perjuicios de las víctimas, del
escándalo, de la falta de fe y de pudor que esto envolvía: DO se de-
tenían tampoco ante la ruindad de los medios; y hoy aqui, mallaDa
allá, se buscaban confl!ctos, y como vamos á ver muy en breve, se
procurabas forzadas anexiones, ó se armaban expedicíonesque te-
nían todo el carácter de filibusteras, de pirátIcas.


En Méjiéo especialmente era muy marcado el abuso de la fuerza




-'9i JHISTOBlA DIJ.. BIINA.»O·
y se ponía al servicio del ~lero, de los hombres mas reacciQnarios,
de los criminales aventureros que insultaban á Dios y al hombre,
invocando la necesidad de órden y de paz, cuando se convertian en
perturbadores de oficio para robar á mansalva y esquilm~r aquel
desgraciado pais en nombre de la religion y del principio de auto-
ridad. ,


En Méjico se habia procurado oponer obstáculos á la revolucion,
que sin disputa iba á concluir con la dictadura odiosa de los pa,rti-
darios del clero; y despues de las importunas reclamaciones respecto
á la deuda, se procuraba mantener vivo el antagonismo de los par-
tidos favoreciendo á los que tenian interés en el triunfo del partido
clerical.


Recientemente nuestro embajador habia sido rechazado porque
Miramon contaba escasos parciales, y las gentes que obedecian á
luarez le estrechaban muy de cerca. Por este tiempo, en fin, llegó
la noticia de la entrada de Juarez eilla capital y la caida por consi-
guiente de Miramon y del clero.


Tambien en Venezuela, donde los ánimos andaban agitados, fo-
mentaba el gobierno espanolla rebelion; las disensiones, y prepa-
raba odios inextinguibles para la que fué ó debió ser madre patria
de los americanos, y habia llegado á' ser codiciosa madrastra, ter-
rible enemigo, despues de haber sido durante muchos tiempos ex-
plotadora de las riquezas que encierra aquel suelo virgen.


11.


Por doquiera que se moviese la Uníon liberal parecía llevar en su
séquito la desgracia, parecia hacer secar el suelo bajo sus plantas'y
convertir en abrojos las fragantes rosas del camino.


No mas que los moderados' respetaba el gobierno las buenas
prácticas y el prestigio del parlamento.


En cierta sesion que presidia el seftor Monares dióse un gran es-
cándalo parlamentario, llegando la discusion á convertirse en dUdo-
gos, á pasarse los oradores de unos á otros baneos y otras infor-
malidades por este estilo .
. Bubo un ministro que dijo públicamente queh~bia muchos hom·


bres en Espana que hacian de la poJitica UDa industria. Y efectiva-
mente, á semejanza dttFrancia, importada de alli, porque ni en 1'SU.




DBL ÚLTiMO. BORBON DE ESPAÑA. 4: 1'5
ni en 18!O al !3, habil) podido ser considerada la politiea sino como
un peligro constante de .perecer á manos del verdugo, habia ven¡(Jo
esa,jndustria que Luis Felipe, el famoso rey de las barricadas, habia
logrado establecer en Francia.


Todo el mundo·recuerda la pendiente fatal en que se colocó aque-
lla monarquia popular, desde que, renegando de su origen, fundó el
rey' ciudadano casi un titulo de orgullo en contradecir la opinion mas
les(tima de aquel pais; cada dia ensayaba una usurpacion de los
principios conquistados á costa de dificiles y gloriosas pruebas; aque-


.llo parecia un desafío á la nacion, complacientemente secundado por
los ministros y por UDS mayoría que el abuso de las influenci{l8, como
entonces se decia, habia ligado estrechamente á su politica.


Ese sistema de influencias era la base ~e toda la 'ciencia guber-
namental; y las cínicas intrigas de la administracion constituian el
medio de dar al gobierno tan notables triunfos sobre la opinion -de
la Francia, lleganrlo las eléeciones generales á ser completamente
inútiles, pues á nadie se ocultaba que los doscientos mil ciudadanos
llamados á votar no podian pacificar y legalmente advertir al go-
bierno sus errores. Disuelta una cámara y convocada de nuevo, re·
sultaba siempre la misma mayoría obligada por diferentes clases de
soborno, á servir al que pagaba con destinos, con negocios ó con
ambas cosas á la vez ..


De allí, pues, se trasladó á Espafia, y en todos los partidos hubo
mercaderes politicos, Begando la Uníon liberal á reunir .en su her-
moso centro de comercio á todos los desconteatos de ambos bandos.


111.


y que el sistema era el mismo lo prueba el siguiente hecho. Ha-
bia eotrado en ei congreso un abogado de Barcelona, que indepen-
diente y rudo, aunque formando parte de la mayorfa, se presentaba
en dertos momentos con la austeridad del que tiene una conciencia
propia, ocasionando disgustos á los ministros y rompiendo lo que
llaman la disciplina del partido. Llamába~ este diputado Permanyer,
y ya hemos citado su nombre en otra ocasiono


Dirigió el senor Permanyer una pregunta á • mesa sobre 101 ~i­
putados que elegidos por dos distritos no han optado por uno de
ellos; .yal hablar do estos diputados se ocupó de la posicion que en




.('96 HISTORIA. DIL BElIUDO
]a cámara ocupan t de cómo' votan, de la signifioaciony conducta de
las fracciones á que pertenecen y descendió á personalidades y nom-
bres propios. Gonzalez Bravo y Madoz ]e replicaron que si estaba
en el congreso ]0 debia al gobierno que tanto interés tenia en com-
batir la candidatura del que fué ministro de la Gobernacion en el
gabinete de Espartero.


La mayoría, que ya llenaba el salon, y la gente de las tribunas,
se interesaban en el debate, y se gozaban en los trabajos del que
COD su ruda independencia se habia hecho el blanco de todos los ti-
ros. Viéndose de tal manera ataeado, dijo el sellor Permanyer con
cierta valentía, que no hubiera venido al congreso á tener que ve-
nir como habia venido la mayoría; y aqui lué Troya.


-¡Que se escriban esa~ palabras'
-¡Eso es ofensivo para el gobierno de S. M.I
-¡Que calle el orador!
-¡Que nos dé, una satisfaccionl
-¡Eso es un escándalo!
El presidente agitaba la campaniHa, los diputados se levantaban,


se volvian á sentar, gesticulaban y hablaban á la vez ...
E!l esto el general O' Donnell presentándose como un Neptuno sin


tridente á calmar la tempestad, tomó la palabra, y dijo: .Por nin-
gun candiJato ha hecho mas el gobierno para traerle al congreso
que por el selior Permanyer.B


Lo peor del caso es que en medio de esta batabola, de este barullo,
de esta gran farsa, todos teoian razono El diputado Permanyer, que
babia ofrecido ser ministerial á la catalana, poniendo en ridiculo el
juego escandaloso de los mercaderes politicos, merecia bien sin duda
del pais y de sus electores. Era á cuanto podia llegar la desfacha-
tez, el cinismo del general O'Donnell, aquella sublime confesion de
que nombraba los diputados. Era el.epigrama mas sangriento, la
burla de todos los principios, la inmoralidad llevada á su término.


El representante de Barcelona no podia permanecer en su puesto
desde que se le negaba su cualidad de tal, reduciendo su papel al de
mero representante del gobierno. As! lo comprendió presentando el
siguiente dia su dimision ....


IV.


El gobierno, á vueltas de estos sinsabores, se proporcionaba sus




DEL ULTIMO BORDON DE ESPAÑA.. .19'
.. -


goces acostumbrados fingiendo y soilando conspiraciones, prendiendo
y deportando repubJieanos que constituian el anima vili.de experi-
mentacion paraJodos.


Para realizar con mas desembarazo esta operacion, se es parcia
de cuando eil cuando en provincias la noticia de conspiraciones,
coaliciones, etc., etc., haciéndose eco tambien algun periódico de
e8~os rumores. .


La Correspondencia lanzaba amenazas, prodigaba cuatro frases
huecas y campanudas d~ efecto, y entretanto el gobierno, fiel á su
soberana, y respetuoso y tolerante con los hombres que servian á
~ios, dejaba que los jesuitas penetrasen en Espana, y se establecie-
sen en Balaguer, ciudad de Catalufta, sin recordar el fiasco que ha- "
bia tenido en San FranCisco el proyecto frailuno.


Por aquellos tiempos tambien, y como acertada disposicion para
las eventualidades que pudieran surgir, empeióse á hablar de la
formacion de un- campamento enTorrejon de Ardoz, probandoasf
los vicalvaristas que tenian fé y genio militar, tanto como tacto po-
Iitico. .


,


Por 10 demás, si alguno intentaba saber el estado de nuestras re-
laciones con Italia, Ó si se habian tomado las disposiciones conve-
nientes para impedir que una autoridad volviera á extralimitarse,
como frecuentemente lo hacian, el gobierno, que sujetaba á la pren-


. sa con el fiscal, sujetaba á lo.S interpelantes en las cámaras Po.r me-,
dio del reglamento.


Esto dió ocasioD, despues de diferentes tentativas para interpe-
lar, anuladas Po.rque el gobierno aplazaba indefinidamente la con-
testacion, y de algunas proposiciones que la mayo da ahogaba, á un
discurso del director de La Iberia don Pedro Calvo Asensio. y á las
quejas de un diputado de la mayorfa, el senor Alfaro Sandoval, que
violando la consigna, despues de haber preguntado diferentes veces
cuál era el pensamiento del gobierno, respecto á la reforma del mi-
nisterio Nocedal, anunció que iba á presentar una proposicion de-
clarándola derogada.


Pero el fo.go.SO orador de los puros, y el disidente unionista, que-
daron igualmente satisfechos, ó lo que es Jo mismo, el prestigio
del parlamento con.1inuó hundiéndose y debilitándose merced á las
exigencias de la situacion.


Con todo, la proposioion del senor A.lfaro Sandoval dió oeasion
á que Posada Herrera, el escéptico, quedase tan desconoertado, que


TOMO m. tll




19ft 1III'l'nr.t: DBL IInuoo
hubo necesidad. de aadir á la iOTeneion de partes telegráficos alar-
maRte. par~u1istfae"la atenmon de' los dfpmados. Y el congreso se
bailó durante algunos minuLos en plena confusÍOIl, pol'qll6 pedida la
exbibieion de 1 .. partes originales, Pasada; 06 supo qué decir, y"a-
lero' y S. prepuse iucideatalmeme. que el congreso declarara; ha ..
ber v- coa disgusto' que el: mioi.,de Ia;Gohernacion, el mismo
que tantas veces bahia condenado y becho condenar á Jos propa"
gadoms de notieiU' f¡.~sas, elí Dismo que, prte8ll'lra.OQD\tll entani-
zamiéMOi á la'prensa por baeerse eco 00 rumores mUió menos exOO"
tos, viDim'a áconlBO'fer ul públice expooi9Ddot*ieia!'8videotemer:t-
te falsas.
. La sesioo terminó' sin embargo satisfactoriamente, despues:de vo-
tar unidos los resellados la continuacioD de aquella ind~fiDida situa-
cioo con la referma de los DeOS;. peomente siem pmt de- ejecucioD, lo
que equivalia1á mamenerr uo código fundamental. en al d&1Obre y lo
arbit_io< lit la práIItita. '


v.


TaBtos ~ tantos 8scáodalos ibaR datldo su: natural resultado~ y el
gobier.ne MIlen8zaba, ya en vista de las DQticias que recibia, an~ 1«
aetitud de Catalufia, que eB todas ocasiones se ha manifestado la
primera en el terreno revolucionario, con volver á\ los, estados de si,;.
tio, ¡W, régimea militar.


Es verdad: qUEt en su! propésito de g<iliel'nar á todo trance' durao te
oobo arios, se dejaba. llevar haslti tal puat6; y multiplicaba tanto las
a~bit,arieda.des., que se: lmtal1tahal contr&\ ~ UDli m~ribhl'cro.zad8>.


Jl.a prensa ele prGvincias se pl'onooialHl ahiertameB,te COfrtra, el
gobielno, y le, echaba en 6uaá Ada momento qae no habia CUlll-
pUdo niD8una de sus< promesas. Algunos de los periódicos ministe-
riales d(t, Madrid empez~t.an á'hajar l~voz con· que cantaban las ex-
celencias de la situacion y presentaban alarmantes síntomas; de re-
traimiento. Las cM'poracioaes pHvinciales que se creiall umdas al
gobiérll&, represeataban contra lflS pMyectos de, ley que este pre'"
sentabw á los Cuel!pOSl eolegisladoras. Las. proviooias enviabaG feli-
citaciones á las minodas. Un diputado acusaba aL gohierDo por su
inmoralidad p()lítica~ f el: gGbierno DO s.bia defender.se.


1 eo tank) la deuda fltManle ereei& eleaUdal()Samente: de euatro Al




DEL ULTIMO BORBON DB ESPAÑA. 499
lÍdIIlos millones que sumaba al subir al poder el vicalvarismo se ha-
bia elevado á mil doscientos millone,.


Pacheco volvia tambien de Méjico completamente desahuciado, y
la actitud de los vicalvaristas tanto en Espana como en el extranjero
era verdaderamente lastimosa. Sus desaciertos, su empeno en pres-
tarse á todos los planes reaccionarios, á todas las peticiones de Isa-
bel, eran la causa real de tantas derrotas, de su postracioD, y de la
postracion de Espana. .


Comenzaba ya la desereion en las fIJas del vicalvarismo; ec~ipsá­
base la estrella de Vicálvaro, é iba á dejar tras si ruinas y lágrimas
SiD cuento. -




CAPiTULO LXtx.


SUMARIO.


Influencia jesuítica en la corte.-Retractacion y muerte de Gil de Zárate.-Escánda-
los parlamentarios.-Algarabía política.-Sor Pa trocinio y el cirio de San Pascual.
-Recrudencia de la cuestion mejicana.


L


Habiamos llegado por la gracia de O'DonneU y la intercesion de
Isabel, en cuyos consejos tanta influencia ejercían los confesores, Jos
obispos, la monja de las llagas, los jesuitas y toda esa caterva de
im'pios de Satanás, á la degradacioD y al envilecimiento de aquella
corte del famoso Carlos 11 el Hechizado. Los curas y los frailes po-
nian en juego' las claras todos los medios de corrupcion, todas las
argucias para conseguir el propósito firmisimo de sostenerse ricos
y potentes aunque gimiese en la ignorancia y la miseria la vil mul-
titud.


Un drama representado en los últimos tiempos habia puesto en
evidencia los intimos misterios que habilln conducido al deplorable
~stado de un' idiota' aquel rey que no reinaba ni gobernaba, que
era un niDo imbécil, fiel servidor de los planes inicuos del jesui-
tismo.


Ese drama, que llevaba por titulo Cario. JJ el Hecm::ado, habia




DBL ÓLTlMO BORBON DE ESPAÑA. 501
sido esorito por don Antonio Gil y Zárate, siendo representado mu-
chas Teces, y aplaudido en todas ocasiones, porque era un cuadro
vivo, bien delineado de la sombrfa y tenebrosa época á que se re-


. feria, y evidenciaba las maquinaciones y las ruinas intrigas de los
cortesanos de Roma, de los agentes del Papa, que dominando las
eonciencias llevan el escepticismo y la hipocresía hasta los últimos
limites, procurando imponer á sus v'ctimas el silencio- y la inmo-
vilidad del cadáver. .


Cierta semejanza habia entre el cuadro de aquella corle y el de
)a cortesana Isabel. Hábiles eJi aprovechar todos los resortes, lo que
fray Froilan ¡ntontaba conseguir atarrando al visionario Carlos., se
buscaba con el hijo de Carlota y con la hija de Fernando, halagan-
do sus pasiones y permitiéndolés vivir en la orgia y en )a disipacion
mas desenfrenada para apartarlos de la vida politica, de sus debe-
res en la direccion de los negocios públicos.


11.


y por esto acaso fijaron su vista los frailes y los agentes del je-
suitismo en esa obra para procurar un escándalo, el mayor de los
escándalos que pueden presentarse como acusacion de aquel gobierno
que toleraba y prestaba audacia á Jos eternos enemigos del progreso
para intentar semejantes crfmenes.


Un dia llegó á saberse que el ex -director de instruccion pública,
autor del referido drama, habia fallecido; y comenzaron á correr
ciertos rumores que mas tarde llegaron á convertirse en realidades.


El presbitero don Mariano Gil Lopez dirigió á La Esperanza un
elcrito fechado el ,& de enero, y en el cual don Antonio Gil de Zá-
rate confesaba con sentimiento ser el autor del drama Carlos 11 el
RedIlado, y repetia que le habia pesado en muchas ocasiones el
haberle escrito, y que si hubiera estado ó estuviera en sus laculta-
des recoger los ejemplares todos de él, de muy buen grado y á costa


. de cualquier sacrificio los hubiera recogido y los habria inutilizado,
para, acreditar asi su deseo de borrar hasta la memoria de haberlo
escrito.


Declaraba en el mismo documento el sellor Gil y Zárate que si en
,sus doctrinas, escritos ó en cualquiera de sos bechos en relacion á
esta punto hubiera algo que pudiera eonsiderarsecomo atentatorio




1'1 4UST.ORll DIL J\811W>O
'6 CQnlrlU1lo ,á las doctRnas ~ la Iglofja ,6 á a,",-s derecbos, sea y se
lqa.ga como ¡¡lO difJlo »i e¡Qfilo., 7J ~ \6110 se al'l'epiaate y se ;retracta
e~presa, formal y 4bsolutamanle, í86D,)a mismallillre y ,eapontuea
voluntad f Ct)pv.,enoimieQto.


La ,pran. lomó,caraslln est'3 IBgGcie jan rid. como ,JSC.-
. dalosO,., y los tribul\aJ~s iRJ'~uraron esclu~ws~bos', ¡J)Orotue
aq.u.eUadeclaraciQo, aquellas ·fiJ!mas babian :sido vrM10adas .n los
momentos de la agonia. A.si lo hicieron constar los;par~ntas ,delfi· .
uado que dirigieroDwaaifeslaciones áJa.prOOii', y siprespet~s 'á la
mamoria.del que fué ¡directar de j~truc.ciQn ;pitblkla" los periédicQS
absolu\istas ;a~obJt,ron la ,I:oaducta ,del .etmfeSOÍ' que nopu406ll
rev.Uda.d·s6r ,mas,iJJdigna &anto con §31~nfel'mo 'al ;e..¡igide' vio~
mente eaas 'retractaciones, ,c.ODlO·'OJl ¡Su ,familia en el mOlDen fo de ir
á.I"Q~r,á la~_IUtiQD. , ,


Los periódicos liberales y La lAeriIJ ~tr,· e\los_n~\Wi.eroa al ...
guna polémica sobre este acontecimiento que era en verdad mas im-
portante y triste de lo que parecio.


Hemos dicho que esta cuestion ,del serior Gil y Zárate fué una de
las mas graves y de las que mrjor bosquejaban la situacion, porque
ciertamente ~n loa i.nGi4eiltes 1 cue&1ionesqu lSeprevocaron se'po-
dia 4istiDguir cuán '9~aleatoDlldQs sehaJJabf¡o ltsoombres tflle-
~os del-,. ,negJ'D.


111.


y,cuanto8lN,8e18ferrUaILa ¡jJoiotI iíb8ral al polar., cuafiomas .
pretendia momrse SlHQjsa f ~ieDte ¡{Jn Jalacio, tanJo m881tH6-
lit. ~efA1tiva! lsoberbia en el 'parlam •• , ftBIIUanoo de
.aqJlf que si la «i8isao l.e ale6nzaba per amba, se deslizaba por
alJa}o, lulla f otra voz -ja .pimoa se 'p~ocupaba ·cr8Jando 'VerS8-
parado4FI á Zavala, ora!á Po.de lIerrera, or.aá 4Gdosdolaim-
bias del gabinete .


. 'Creiase por la¡geoo ..... idad ituwmpaüblH aieÚDS hombr-es y cier~
.• nombres, "bubo enfos ftlÜ1nJt ·dias de ¡febrero largas h()ras de
a~ para i:81 ,mittiBteti.,coinoidieooo ,eoDios . diSklrbios 'interioRs
una enfermedad del general O'Donnell, quien despues de falm 'mu-
chos días ái.s debales .parlameniariDs se pr.¡Jl6ntó,aun fJIlWaleeiente
parador cDbasioJl' .. djVetJ06 grapos de la m&.7orfa é mtpirarles
liD acto de gl'.aodeal'OOODOiliáadoso.




DEL UL'fflfO BORBON DllSnWA. 5&1
EtDlinistro de la Gobernacion, aprovechando' tambien las cir-


cUDslIlncias, dit, CO'mo qo.~riendo distraer á sus amigos, un' brusco
ataque á fa' lIlinorflr. y O' DODneU despues de hablar Calfo Asensio,
se atrevi~ á llamar'r.wolficionaria, casi faeciosa á)a minorfa, oca-
sionandu un grt\v~ tumufto en: que se cruzaban estos diálogos:


--Yo tengo la mayoria, gritaba el general'O'Donnell.
-Tambien la tenia Se Ltlis~ le' cUdtes~ban. '
~! mi na me' asustlln: las veces' .
....... Ni á uosotrO$ las espada&';
":"'Yo no retract<1 nm'guna cf&"mis plllabra'S.
-Que se cumpla el reglamento.
-Que se nos deje defendernos.
-Se "meade á IW mayC1J'fa.
-A la minorht es á: quien se ofende.
-Vosotros sois revolucionarios.
-Vos&tros s0Í9 t ttánsfugM'.
m prt!sidenfe' ~1l\1l" Vega Atmifo' quiso l~vaMal'll sesion; per'O'


Sagastá exigió que, e~ arreglo al reglamentf>, se escribiesen fu '
palabras de1 general' Otf)onnelt; y ro consiguió por' fin, absol'ieírdo
al gerreral O'Donnellla mayorfll á "Cuyo fallo se encomendó. ,


IV.


Algunos dias despu~8, .llandonada ya Gaeta por los parciales del
rey Bomba, y at,aides á la c&rte romana el desgraciado Fnmcis.--
ca n y n.1JestlO repreiRt3nte en Nlp&les, tlue habia; adquirido el
titulo neminal de prfneipe~ italian<1, se trató en, el congreso la enes:..
tion, ilaliana desenvol'ieodo1SlISast8:la,interpelaoioD de mtlCl1l ttem-·
po atrás anunciada y aplaAdal petrel' ~ que DO queria qui-
taIl al destronado Borbon la itdllfencia, que le daba nuestra actitud,
y qoo aguardó el momento' de su absoluta desgracia para que apa-
reciese meDOS digna, tnenOBt generosa la discusion sobre un: asunto
ya lermigaoo.,


DueIkJJ ya; lictor Mauuref de todo el territorio, disufAó el ejértito
reaJis", 61fUé ob~to' "odia. tener aquella. ojeada retrospectiva- SiDO
eonmlt' l.oosacier1O$ del unionismo? Nttl podia ejercer iot1uencia
alguna sobre la mareba de los, aeoaütittlieatos.


Pel'01 con aw&, el sellor Sagasta bizo observar que todas las ten-




504. ~HISTORU DEL REINADO
dencias de la politica espailola debian dirigirse á ]a realizacion de
la unidad ibérica,á la union en una de las dos naciones que ocu-
pan esta península, y que jamás debieron haberse separado, y de-
mostró que oponiéndose el gobierno á las anexiones~italianas, com-
bate implícitamente esta polftica; la union de Esparia y Portugal cer-
rándonos las puertas del porvenir.


Demostró des pues el derecho de Víctor Manuel para trabajar en
favor de la unidad italiana; y trazando el cuadro de la conducta del
gobierno respecto á la revolueion italiana y á aquellos príncipes que
no tuvieron fuerza en sus hombros 'Para sostener la.púrpura, des-
pues de haber crucificado á sus pueblos, hizo resaltar el contra-
sentido latente en todos los actos diplomáticos del gobierno, que
atacaba la soberanía nacional en el exterior, siendo representante
de una reina que ocupaba el trono por la soberania nacional, y so-
lo por la soberanía ileLpueblo.
'~a mas furiosa tormenta estalló entonées en aquel congreso de


monárquicos contrahechos, que una vez mas quisieron venir á mos-
trarse en su repugnante desnudez yen su fatal inconsecuencia.


Aquellos diputados, aquel gobierno que debian su existencia po-
litica, como ·la hija de Cristina su trono, á la voluntad del pueblo
espanol, que con sus votos y derramando la sangre pura y.genero-
sa de sus hijos habia~ vencido al hermano de Fernando que fundado
en su derecho tradicional quiso ,oponerse á la manifestacion de ese
penlamiento, se levantaron como energúmenos protestaodo tumul-
tuariámente contra las palabras de Sagasta. Ni la campanilla pre-


. sidencial, ni la voz de algunol que reclamaban órden, bastaban para
dominar el escándalo, porque O'Donnell pedia que se escribieran las
palabras, otros ministros llamaban faccioBo al orador, y aquella
congregacion pres.entaba el cuadro ridículo de una turba de barate-
ros cuando acaba de levantarse un muerto.


Los monárquicos vicalvareftos, cansados de clamorear, de gesti-
cular y de estar de pié, se sentaron exclamando los que siempre ser-
vian de comparsa para pronunciar si ó no: «O somos ó no somos,-
terminando entonces Sagasta á quien contestó como acostumbraba
el general O'DonnelJ, quien reclamó que Sagasta retirara sus pala-
bras, acusando á la minoda de revolucionaria~ Quiso apelar á la ma-
yoría diciendo que no se debia atacar á un gobierno constituido, y
San Luis le recordó el ario 186i y los mil ochocientos caballos. Su
desespe~acion llegó al colmo (mando habiendo conseguido que se




D&L ULTIMO BúRBON DE ESPAÑA. 505
presentase una proposieion contra Sagas"a, para demostrar un sen~
timiento personalmente monárquico á Isabel,quellevaba por primera
firma, la de don Enrique O'Doone11, carlista resellado por el con-
venio, demostró GODzalez Bravo que era antimonárquico y hubo de
retirarse con deshonra del gobierno vioalvarista ..


Por lo demás, como siempre. la interpelacion contestada en la se-
sion siguiente en un larguisimo discurso por el ministro de Estado
no tuvo consecuencia alguna positiva, porque aquella mayoria fac-
ticia y verdaderamente facciosa no quiso legar á sus patronos su
apoyo.


v.


Olózaga habló tambien en esa cuestion que ocupó algunas se-
siones, y el ministr~ de Italia senor Teco,. á quien se prodigaron' por
los concurrentes á la sesion muestras de·las simpatias que existen
entre pueblos hermanos, pudo escuchar un discurso notable de Ri-
vero que á grandes rasgos so ocupó en el asunto, y mostrando las.
inconveniencias de la conduela del gobierno, su nulidad, su in-
consec~encia, colocándose" al lado de los que no quisieron recono-
cer la legitimidad de Isabel, por su origen popular; pasó revista á
los actos oficiales en el exterior, examinando el estado de Italia, sus
aspiraciones, el objeto de la reforma, y haciendo ver la necesidad y
sus deseos de ver á la peninsula ibérica formando un todo uni-
forme.


Los oradores ministeriales, entre los eu~les el mas notable fué
Martinez de la Rosa, sostuvieron con mucha p6lla el debate, que por
fin terminó por una proposicion encaminada á que la mayorla die·
se un voto de confianza al gobierno. .


Contra esta proposicion usaron de la palabra Calvo Asencio y
Figuerola, y la mayería unionista aceptó la responsabilidad' de la
poUtica ministerial.


Rios Rosas y algunos de sus amigos mostraron que no les era
muy simpática la conduela ministerial.


Apenas terminado este debate se presentó el sellor Ruiz Zorrilla
para interpelar al gobierno acerca de )a política interior, conteBla-
cion que naturalmente quedó aplazada durante muchos días; pues
el gobierno necesitaba reposo para ir paliando sus debilidades yar-


TO:,lO lH. 61




506 BISTORlADEL RllNAOO
reglar las diferencias que surgían á cada instante en el seno de
aquella masa informe que gobernaba tan constitucional y liberalmen-
te, y con tanto acierto que, en Marruecos como en Venezuela y Mé-
jico é Italia, I'eeibiabochornosas réplicas á sus insolentes y descon-
certadaspropuestas.


VI.


La' actitud de los disidentes era ya tan osada y tal era la insis-
tencia con quePacheco y Rios Rosas se proponian explicar su si-
tuacíon y su conducta, y la conducta y la situaciondelgobierno para
con ellos, que, como ya hemos dicho, amenazaba cada dia con la
disolucion al congreso y se vieron entonces las mas vergonzosas
transacciones.


Unas veoos era el ministerio que cedía bajo la impresion de los
SUOOS08', y otras eran Jos ex-embajadores y embajadores Rios, Mon
y Pacheco, quienes retrocedieron ante el peligro de uoa divisioo cIa-
ra y manifiesta para los destinos presentes y futuros que tanto am-
bicionaban.


y en medio de aquella degradante serie de decepcio[]es la prensa
fluctuaba, y se dirigian los mas repugnantes apodos aquellos ambi-
ciosos adornados, que por el presupuesto se habían unido y por el
reparto del botin se unian á cada momento.


y como: lógica consecuencia de todo esto, giraban tornadizos en
infernal algarabia aquellos pretendidos politicos, aquellos indiscre-
tos capitanes de una hueste insubordinada, transigiendo tambien
en Palacio, postrándose á las plantas de los Borhones, besa'ndo
contritos las sandalias y las llagas de la célebre Patrocinio, que
abría uno tras de otro conventos y mas conventos, para enseriar en
ellos á las novicias y edilcandas, á mas de los intimos de Isabel,
las buenas formas del rey consorte.


El general O'Donnellllevó mas de una vez en estas solemnida-
des de familia el cirio de Sao Pascuál. Y las gentes llegaron á per-
suadirse de que el escándalo habia llegadoá su colmo, de que la
degradacion moral y material podía apenas concebirse en mas ex-
tensa escala.


En esas transacciones estuvo {¡ punt~ de declararse la guerra á
Méjico por evitar las éxplicaciones con el reciente embajador Pa-




DEL ÚLTIMO BORBON DI lSPAÑA. 50'7
checo, altamento disgustado de que el ministro hubiese declarado
en plena sesíon que no se habia iaferido insulto á Espatla poniendo
toda nuestra legacion en un buque con encargo expreso de hacerse
á la vela inmediatamente. Es verdad que Pacheco llevaba su orgu-
llo hasta creer que su personalidad representaba á Esparia y que
podía acoger á los traidores, á los agentes'clericales, á los crimina-
les que hostilizaban á la república mejicana, hollando los derechos
de aquel pueblo; es verdad que Pacheco habia facilitado la fuga de
Miramon, que tantos danos habia causado en aquel pais, y que era
acogido con pompa, con honores inusitados en la Habana por aquel
general Serrano que tanto amaba á su Reina, y á quien esta, por
puro carino, habia entregado la perla de nuestras Antillas, para que
ensayase en ella sus facultades gubernamentales que tan alta gloria
le habian alcanzado en Espana.


Entre los embajadores que no podian estar descontentos de la si-
tuacion, podia contarse B'ermudez de Castro que habia pasado á Ro-
ma con la corte del destronado rey de Nápoles Francisco 11, á' quien
O'Donnell confería grandes cruces y honorfficas distillciones po-
niéndose en ridículo ante la vista de Europa.




CAPiTUL o LXX·


SUMARlO.


Maquiavelismo y contradicciones de la Union liberal.-Oposicion de Rios Rosas.-Las-
timoso cuadro de aquella situacioll._Preparativos para la anexion de Santo Do-
mingo.


I.


Si en la tribuna procuraba el ministerio O'Donnell aplazar las
discusiones, intimidar á los oradores con los chicheos, las interrup-
ciones de la mayorla y sus frases impremeditadas y sus sonrisas
sardónicas; si procuraba ahogar en las votaciones toda cuestion gra-
ve, valiéndose del rodeo oratorio del presupuesto para convencer á
los que se dejaran seducir por frases mas ó menos arUsticas, por
hechos mas ó menos vituperables, con la prensa el ministro de la
Gobernacion se entendia fácilmente dejando á los gobernadores que
resolviesen por el sentido comun toda dificultad que pudieran hallar
en las apreciaciones de los periódicos.


Regia aquella famosa ley nocedalina de los tornillos, y cada au-
toridad interpretaba á BU gusto las frases y las palabras; y aquello
de la libertad del pensamiento, y aquello que consignaba el artículo
de la Constitucion, quedaba relegado como utopia; en la práctica
veíase solo que era imposible denunciar las arbitrariedades guber-
namentales, hacer patentes los abusos y los errores de la ádminis-




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 509
tracion, examinar las cuentas, las tarifas, lo~ gastos, las reformas
de la Hacienda, hacer alusiones á las embaucadoras que tenian en-
trada en Palacio, ó á los favoritos que servían á la corte, y criticar
la conducta que en Europa y en el mundo hacia formar de Espana
un concepto bastante malo. Hablar de derechos, de franquicias, de
libertades, hacer la historia de los déspotas y de los inquisidores,
mostrar que el papa no tenia derecho alguDo , ser jefe temporal
ni á mezclarse en los 8suntos :de ningun pais, era absolutamente
prohibido por el lápiz de la fiscalfa.


El obispo de Barcelona en la cuestion italiana llegó á ser mas
liberal, mas despreocupado que aquella turba de hombres de cora-
zon que cedian siempre á los caprichos y á las supersticiones de una
visionaria. Contra lo sentada por el papa en una famosa alocueion,
declaraba el obispo que no era de fe la creencia 'en el poder tempo·
ral del papa, ni esencial al pontificado residir en Roma ó en otra
parte.·Y los generales vicalvaristas habiau tleobo llamamientos á
Europa para defender á todo trance la silla d~ San Pedro en Roma,
que los revolucionarios pretendian arrancar de allf para unificar la
Italia con su capital que tantos y tan buenos recuerdos ténia en la
antigüedad.


El criterio, pues, de Posada Herrera que era el de la libertad, se-
gun expresó mas adelante, resolvia todas las cuestiones en favor de
]a reaccion, y en cada instante se conmovia y bamboleaba mas
aquel edificio tan penosamente levantado por los tránsfugas.


11.


El gobierno, que Babia querido mostrar su iniciativa en la eues-
lion de imprenta, presentó un proyecto por decir que babia variado
la ley nocedaJina en que suprimia la recogida y disminuia el depó -
sito, pero con tales condiciones y fraguando tan enmaraftado labe-
rinto, tal red de penalidades, que aun cuando establecia el jurado,
quedaba el escritor á merced de los caprichos gubernamentales y la
libertad del pensamiento herida y destrozada. _


y ]a comision, mas liberal que el gobierno, modificó aun~sepen­
samiento que debia discutirse y completarse todavía.


Por lo demás las sesiones y las discusiones tenian cierta gracia
en aquellos ti0ÍnpOS; la Union liberal y la mayoría agotaban Jos re-




501 IISTORU DEl:. REINADO
cursos del pais; pero en honor de la verdad, agotaban tambien IQS
de su ingenio para proporcionar sorpresas agradables á tirios y á


. troyanos, y resolver con cierta novedad las cuestiones mas arduas.
Así fué en cierta sesioD; discutiéndose una enmienda acordó la


mayor!a rechazarla sin reclamacion de nadie porque el autor no se
hallaba presente. A.I otro dia se leia el acta y el diputado firmante
de la enmienda reclamó contra aquella indignidad, puesto que se le
habia prometido por la comision y' por el gobierno que seria acep-
tada.


Viito el caso con detenimiento, y para formar jurisprudencia,
comision y gobierno que habian abandonado ]a cuestion á la mayo-
ría, decidieron doctoral mente que la cQmisionde correccion de es-
tilo corrigiese aquella faHa ... y por este estt10 notenian inconve-
niente aquellos hombres monárquicos y parlamentarios en desacre-
ditar sucesiya y simultáneamente todo lo que deeian defender, todo
]0 que querían conservar.


¿Qué prestigio podia tener un cuerpo deliberante que sin recla-
macion alguna toleraba que sus acuerdos fuesen contradichos por
los compromisos contraidos á nombre de algunas individualidades
en las versiones definitivas? ¿Cómo se jugaba así por los ministros
con la palabra empefiada, y qué poder era aquel, y qué diputados,
que se envolvian en contradicciones y en distingos y no acertaban
á distinguir lo bueno y lo justo, lo útil y lo eon,eniente~


Podia ser en el caso á que aludimos de poca sígnificacion el asun·
to; pero, ¿cómo se excusa abandono semejante en actos públicos, en
apreciaciones que se traían á discusion sin duda para resolverse de
)a mejor manera posible? Pues qué; ¿as' variaba la opinion de una
colectividad respecto á un hecho concreto?


Para juzgar á un hombre debeis tomarle en las pequel1eces, en
Jos detalles; para juzgar á aquel cuerpo legislativo bastaba obser-
var ese hecho y el desenfado con que todos, mayoría, comision y
ministros obraron, para comprender que si el asunto hubiera sido
de gravedad; si la cuestion hubiera sido importante; si hubiese po-
dido decidirse de la vida ó de la muerte de aquella situaeion; 6no se
hubiera empleado el mismo recurso, y no se ha empleado muchas
veces esa conlradiccion en los apuros y e~tremidades?




DEL ULTiMO BORBON DE ESPAÑA. 511


IH.


Llegó por fin á estallar ]a tormenta; los vientos se desencadena-
ron. Rios Rosas no pudo tolerar por mas tiempo aquel aborto unio-
nista que le desacreditaba y se decidió á hab]ar. Combatió ruda-
mente la conducta del hombre que pretendiendo representar 1as doc-
trinas que Rios Rosas y otros habian esparcido, solo representaba
una situacion de fuerza que se bamboleaba y se torcia á cada ins-
tante á impulso_s de uno ú otro interés que la empujaba y solici-
taba.
Difí~iI, imposible fué al caudillo fundador del unionismo, al dos


veces ministro ametrallador la tarea que se habia impuesto; porque
á lo que verdaderamente era conducta, pues no se sujetaba á reglas
ni á principios fijos, á lo que solo era vida politica del momento,
azarosa combinacion de individualidades, asociacion y agrupaCion
de ambiciones que tenian enfrente partidas políticos, y por línea de
conducta una Cí.ínstitucioD negada y desconodda por muchos, vio-
lada por sus autores, muerta durante dos arios, recompuesta por
Nocedal y compaí'iia despues de resucitada por Rios Rosas, ¿qué pe-
dia oponer quien se llamaba liberal y constitucional, quien conde-
naba las insurrecciones y se habia atrevido á ordenar el bombardeo
de las Cortes constituyentes?


Si hablaba de fuerza y de violencia y de ilegalidades y de arbi-
trariedad y de inconsecuencias, ¿hacia otra cosa que retratarse á si
propio?


Empero Rios Rosas se atrevió á dar el espectáculo. Desenvolviendo
su propia.conciencia, reflejándose en todaBa fealdad pudo el céle-
bre disidente hacer una pintura verdadera y repugnante del estado
de la situacion y de la situacion del Estado.


No faltó quien le recordase su complicidad en lús actos del vical-
varismo; no faltó quien le recordase su nulidad, su inconsecuencia
y su falta de principios, así como su amor al presupuesto, á cuya·
sombra babia coiocado gran parte de su numerosa familia. Yaque-
lla discusion que produjo una profunda herida en el seno del vical-
varismo, que reveló claramente la nulidad de toda aquella comparsa
que habia venido agrupándose en torno de los héroes del Campo de
Guardias, y la carencia de principios y de doctrinas, terminó como




51 i BISTORIADIL REINADO
todas sin consecuencias ni 'resullados inmediatos, y pre8entándose
una proposicion para aprobar la marcha del ministerio firmada por
muchos ex· progresistas y combatida por Polo, Gonzalez Bravo y otros
que demostraroD la inconveniencia de dar un voto de confianza á
aquel miD~terio.


IV.


En tanto que-así se veia combatida la poUtica del gabinete en el
interior y en el exterior; en tanto que se gastaban millones y millo-
nes en superfluidades, y se consumía inútilmente el producto de la
desamortizacion levantando cuarteles, como el situado en la montaría
del Principe-Pio en Ma,drid frente á Palacio, que costaba veinte mi-
llones) para alberg~r mil soldados, sin llegar por esto á constituir,
como era el delil80 delgobierJlo, una fortaleza inexpugnable; en tan-
to que se abrian nuevos conventus, y se esquilmaba al contribu-
yente, faltaba en muchos puntos el trabajo, y las poblaciones indus-
triales por la guerra de 103 Estados-Unidos so veian en la inaccion,
multiplicándose los motivos de crisis que afectaba ya todas las for-
mas y preparaba en toda Europa, y con especialidad en España,
largos dias de angustia y de miseria ..


Nada, nada hacia el gobierno para conjurar la catástrofe; porque
si es cierto que algunos caminos de bierro y algunas otras empre-
sas recientemellta organizadas venjan: ~ atenuar en cierto modo en
algunas comarcas l~gl'avedad de la situaeiQn, podía verse en cam-
bio en muchos otros puntos la descarnada mano del hambre arran-
cando numer.osas viclimas. \


y los patronos y aduladores de la corte, y los panegiristas obli-
gados del ministerio" hablaban del eslado floreciente y de las liber-
tades de que disfrutaba el pais.


y se fraguaban planes y se buscaban complicacio'nes en todas
partes, cuando nuestros arsenales se veian desiertos, y los buques
q.ue,~e construían, porque la Unjon liberal, atendida la expansion
que se<había manifestado durante la guerra de Africa, y observan-
do durante- eU~ ~ flaqueza de nuestras fuerzas sutiles, construia
buques en el extraDje~o, costaban mas de lo que podía gastarse, sin
dar animacion ni ocupar á jos desgraciados übrcros que abandona-
ban los talleres para ir á mendigar el pan de sus familias. Cuadro




DEL ñLTIMO BORBvN DE ESPAÑA. 518
verdaderamente desolador é indigno que la Union sabia bosquejar
perfectamente á (uerza de audacia, y aprovechando la imbecilidad
y el desconoierto que babia promovido entre sús adversarios.


No sa&isfecho con )as alternativas cómico-serias del gran drama
representado en Africa, con los desaires recibidos en Europa por la
.ueslian napolitana-romana, fijaba todaviasu visla en Méjico y en
Venezuela, en el Ecuador y en el Perú, como teatro digno de sus
travesuras, y como codiciadas presas del agonizante borbonismo que
en los últimos momentos de la tisis pensaba como todos esos enfer-
mos en lejanas expediciones, en el porvenir risuello de la futura pri-
mavera que no debía ver.


v.


y como á manera. de in de fiesta-, ó sainete, coino complemento
II tedas aquellas mistificaciones, proseguia la Union con entertJa,
con ánimo resuelto y atrevido, un cabo, que si no era el de Euena
Esperanza, no era tampoco suelto, porque el general Serrano, aquel
acuartelado senador por la voluntad de.lsabel, que habia sido mi-
nistro con Qlózaga, á quien habia exonerado, tenia echado un ca-
ble fuerte y resisteQte desde la isla de Cuba, á donde )e habia lle-
vado su mala ventura y los buenos deseos del general O'Donnell,
cable que debía arrastrar la nueva Bspalla á su antigua posicion
poIftica, ó lo que es lo mismo, la república Dominicana á los piés de
la mOBarquia de Isabel ó del vireinato de) duque de la Torre.


No fijaremos la época en que estas negociaciones habian comen-
zado, porque no pretendemos quitar la gloria á los célebres diplo-
máticos y equilibristas que aprotécbaban las diSensiones infestinas
de los habitantes de la isla de Santo Domingo para buscar algunos
aventureros 9ue se prestasen á desempellar un papel patriotero aun:
que antipatriótico.' Pero es la verdad que desde algun tiempo. hai-
tiaDos y dominicanos eran objeto de alencion preferente por parte
de la Union liberal, que queria extender á aquellas comarcas los
beneficios que dispensaba con tanta profusion á Espana, y que se re·
flejaban, á DO dudarlo, en Cuba donde debian guardarse muy bue-
nos recuerdos del general O'Donnell.


Aquella isla, Cuba, babia servido de base al enriquecimiento de
muchas de nuestras Dotabilidades que sufrían Un simulado destier-
TO~lO JII. "c' <l,)




514. HISTORIA D.J. RKIlUDO
ro, un, alejamiento de la lucha astiva, UDa pérdida de posicion ao-
tiva de las situaciones polfticas para descansar alli t meditar acaso y
madurar, bajo la influencia de los ardores tropicales, Duevos pla-
Des de elevacion. Y volver como O'Donnell á realizar las aspiraeio-
nes t los sueflos de engrandecimiento y dominacion tanto mas inten-
sos cuanto mas comprimidos, tanto mas deapiertos cuanto que la
independencia y la costumbre de mandar en absoluto t sin sujecion
á ley alguna y por mero capricho, puede decirse que trastornaba á
los hombres despues de haber ejercido aquella dictadura durante
algunos aflos.


y colocada en un punto de escala entre ambos mundos, en el ca·
mino de ese continente que se ha engrandecido y poblado y vivifi-
cado bajo la atmósfera de la libertad, Cuba oprimida, vejada t des-
preciada, esquilmada por los vireyes, por los generales, mantenida
en los vicios y la émbriaguez de la esclafitud, en la ignorancia y el
envilecimiento de las supersticiones, era codiciada, presa para los
unos que la brindan paz, progreso, prosperidad, independe!lcia y
justioia, mientras que sufría todas las abyecciones, todas las pros-
tituciones, todos los ludibrios del paria y del desheredado.


La Española, que no distaba mucho y se hállaba en idénticas con-
diciones, como centinela mas avanzado hácia el antiguo mundo, en
medio de las soledades del mar, mas feliz y afortunada comarca, vi·
via desde primeros de siglo libre y sin dueno, gracias á la ener-
gía de sus habitantes y á la revolucion frilocesa que babia dado la
sellal de emancipacion para todos; negros y blancos vivian am al
amparo de la República, y si aun no podia decirse que fuesen feli-
ces, si no podian considerarse en el seno de la 'libertad y de la ci-
vilizamon, marchaban con todo esto por el buen camino y babian
olvidado ya las torturas que les habian impuesto sus antiguos do-
minadores.


VI.


Sobre esta isla. como hemos dicho, se habian fijado las miradas de
las autoridades de Cuba. Y Serrano habia prestado á Pedro San lana .
todos los elementos que necesitaba para preparar la anexion de esta
isla y su nueva sumision á Espalla.


Hombres, dinero, recursos de todas clases, promesas de grados




DEL ULTIMO BORBON DI 1l:SPAÑA, 515
y honores para seducir y comprar cómplices en este plan inicuo y
atentatorio, todo se puso en juego, todo pudo aprovecharlo el ge-
nera) presidente de aquella República que con sorpresa del mundo
y con mayor sorpresa de los dominicanos llegó á realizar el plan
concertado con las autoridades de Cuba.


Contaba SerraBo que seria grato á la antigua sellora que tantos
favores le babia prodigado, llamarse de nuevo reina de aquella po-
sesion que había entrado en los dt»minios espalloles en tiempos de
otra Isabel; y no perdoóó sacrificio alguno, no ahorró medio que
pudiera cond.ucir al buen éxito de una empresa que nada podia pro-
ducir á Espana sino gastos, sobresaltos, inquietudes, fundadas re-
clamaciones de Europa, y un peligro constante si aquella multitud
tiln torpemente vendida llegaba á hacer justicia de sus opresores,
conocia á tiempo el engafto y tomaba aliento bastante para rechazar
la injustificada agresion.


Serrano pudo tambien persuadirSe de que, nuevo Colon, podria
entregar las llaves de aquella isla á la nieta de Isabel 1.


y como quiera que sea, el representante de la Uníon liberal que
parecia dispuesto á desafiar las iras de todas las repúblicas ameri-
canas, renovando la larga serie de maldades que empezaba en Pi-
zarro para concluir en la batalla de Ayacucho, pasando por aque-
llos famosos Pizarros y Cortés, se dió buenas trazas en el asunto, y
con sigilo digno de Dotarse preparó todo lo que creyó bastante á
esta nueva intervencion, haciendo acaso con este propósito gran
ostentacion y ruido en las recepciones de los emigrados de Méjico.




CAPiTUl.O 1.X8:t.


Sigue la reseña cooipeud,iada de la malhadada anexi()u de Sanlo QQmingo.


Un dia, ya lo hemo$ dicho, los periódioos de Madrid copiaron
parles telelráfioos en que se daba la estupenda llueva de haberse
uoidt.peatáo~te la parte espallola de la isla de Santo Do-
mingo' su antigua metrópoli.


Hsta noticia veoia á coincidir con el quebrantamiento moral y
material en que se hallaba el gabinete O'DoDnell; y pudo servir per-
fectamente para establecerla concordia entre los vicalvaristas, por-
que era un acto demostrativo de la bondad é influencias del minis-
terio y mostraba cuánta era la confianza que debia inspirar en
aquellos que le venian á rendir homenaje.


Con todo, el observador imparcial pudo comprender que todo
aquello era una farsa ridieuJa; y quizá por esto, la Europa que pre-
senciaba asombrada tan misteriosos sucesos no protestó oon la enero
gia y severidad que acaso hubiera usado si hubiese tomado por lo
serio aquella vicalvarada de los amigos de Santana.


¿Cuándo, cómo y por quién se habia hecho el milagro de aquella
espontánea conversion?




DEL ÚLTiMO BORBON DE ESPAÑA. 517
Ya sabemos cuanto trabajaba el cJero y qué influencia ejereia en


]a camariJIa palaoiesa: ya sabemos gue Isabel á truegue de las bu-
/8/ de ¡olefaooia {Jafa 606 eXCe6QS f'8rdaderalDeole dema~ÓKieos f
para sus intemperancias carnaJes, abria su bolsa (que era la bolsa
de los contribuyentes espaftoles, de esos desgraciados que producen
con su sudor euanto es neoesario á la ¡Miedad y lo consumen ter-
riblemente recargado por el fisco y las gabelas), y derramaba su
inagotable munificencia sobre aquella cáfila de vampiros que llaman
)as bendiciones del cielo eon tal de gozar ellos los beneficios de la
tierra.


Ellos sin duda, la clerjgalla, influyeron poderosamente en todo
este verdadero tinglado que co presentaba solidez alguDa; y como
depeadientes de Boma, como antiguos aliados de los Borbones, qui-
sieron auxiliar al único Borbon que sobrevivia en medío de aquella
catástrofe. .


11.


to cierto es que Santaga, presidente de la república, ó mejor di-
cho dictador, porque se banaba investido de plenos poderes, ha-
biendo dado coloeacion en los cuerpos á oficiales y sargenti)s del
ejárcito de Cuba que se le habian ido sucesivamente presentando,
consiguió que esto,~ se dirigieran á él con exposiciones en que re-
clamaban la incorporacioD de Ja República á la monarquia espa-
Ilola.


Blt8 de marzo, hallándose ya á la vista los buques mandados
por Serrano con tropas de desembarco bien aleccionadas, se decidió
á representar la gran tragedia que debia traer infinitos desas-
tres para espaftoles y dominicanos.


Todo se verificó con el mayor órden, y cada cual representó su
papel con gran propiedad, asistiendo las tropas y algunos curiosos á
la procJamaeion del nuevo gobierno.


¡Estólida pequellez la de aquel dictador, que á pretexto de librar
á la patria de un enemigo peligroso, lo entregaba á una reina des-
conceptuada y á un clero fankUco é ignorante que iba á pesar con
pesadumbre inmensa sobre aque1las gentes sencillas!


Una serie de ceremonias, proclamas, lecturas de amaladas ex-
posiciones y una arenga ó sermon del arzobispo con músicas y fes ..




518 HISTORIA. DEL REINADO
tejos formaron el conjunto de aquel acto incalificable. ta multitud
permaneció pasiva é indiferente, sin cuidarse de escuchar siquiera
al dictador que contaba por lo demás con algunos jefes y genera-
les del ejército.


Los términos mismos de la alocucion de Santana explican perfec-
tamente toda la espontaneidad de aquel acto que no pasaba de ser
UD s~nete bien ensayado.


Anunciaba en esta proclama el dictador, que los dominicanos go-
zarian de los beneficios de las leyes de Espafia. ¿Hubiera podido ser
mas desgraciado aquel pueblo bajo el dominio haitiano~ Difícil es
que hubiesen podido perder en el cambio.


¿Cómo y con quién habia. tratado Santana para suponer que se-
rian admitidos los dominicanos en el seDO de la sociedad espa-
iiola~ ...


Cuando los agentes dominicanos llegaron á Cuba manifestando
oficialmente que estaba aceptada la procIamacion de Isabel eomo rei ..
na, ya el previsor general Serrano lo tenia todo dispuesto y las tro-
pas espaftolas viajaban con el propósito de impedir una agresion por
parte de los haitianos. Díjose por entonces que todo ello era obra
exclusiva del capitan general de Cuba, que sin consultar á nadie,
sin tomar la vénia de la Union liberal, acaso excitado por Isabel ó
por su madre, que de cuenta propia han armado muchas veces ex-
pediciones piráticas para sojuzgar ya estas, ya aquellas islas, habia
combinado esta solucion que dejaba á San lana en el poder fuerte y
terrible á sus adversarios, y que venia á agregar un territorio feraz,
una posieion de escala útil para el comercio y casi necesaria para
planea ulteriores.


111.


Asi la UnÍon liberal echaba el muérto á Serrano, se lavaba las
manos y recibia sin embargo á beneficio de inventario aquena nue·
va muestra de apreeio que recibia de antiguos súbditos de Espafia.
y O'Donnell con una flema estoica y su acostumbrada sonrisa res·
pondió á las interpelaciones que se le dirigian, que .el gobierno no
tenia noticias oficiales de Jos acontecimientos.


El coronel Rizo llegó á Madrid el 17 de abril cuando era ya pú-
blico y notorio el suceso que por cierto no excitó el entusiasmo de la




DEL ULTmO BORIiON DE ISPAÑA. 519
multitud acostumbrada á las decepciones y tan burlada en la guer-
ra de Africa.


La mayoría y la minoría quedaron completamente desconcerta-
das ante la sublimidad de aquella heroica locura. No todos conocían
ni comprendian las consecuencias posibles de aquel fausto sueeso;
pero muchos sabian cuán faci! era á los americanos influir en Baiti
para provocar uno y otro dia obstáculos y dificultades al gobierno
espartol, dado caso que fuese tan generalmente aceptada nuestra
dominacion en la república dominicana; .no pocos conocian tambien
el estado de aquella sociedad tan heterogénea, sabia n lo que alli pa-
saba y cuánto debia costarnos la posesion de unos puertos, cuando
DO teníamos marina que abrigar y podíamos excitar mas y mas la
codicia de peligrosos vecinos.


Ante estas razones sin duda hubo de retroceder el general O' Don-
nell vacilando durante mucho tiempo y sin saber á cuál quedarse.


Al ver la actitud del pais todas sus esperanzas se frustraron,
y conoció lo peligroso que es jugar con fuego. Los sucesos se pre-
cipitaban; los peligros iban en aumento; el tesoro iba quedándose
exhausto; las disidencias se multiplicaban; cada dia se hacia n mas
exigentes los ambiciosos congregados, y cada dio. que pasaba sin
una crisis era un triunfo para el gobierno.


Cruzáronse tambien algunas notas referentes á esta cuestiono
La venida de Rizo si no habia aumentado las probabilidades de


existencia de la situacion, si no llegó á despejar la incógnita res-
pecto á los sucesos de Santo Domingo, vino á tiempo de crear em-
barazos y dificultades nuevas, porque habiendo enviado Serrano cerca
de cuatro mil hombres y algullos buques para auxiliar á Santana en
su·s patrióticas demostraciones, dejó desmantelada la isla de Cuba y
casi en cuadro la guarnicion de Puerto-Rico.


Esto significaba que era necesario enviar desde luego fuerzas de
refuerzo para atender á todas las eventualidades, y fuese ó no del
agrado de O'Donnell la reincorporacion, fuese ó no cierta la disi-
dencia con el general que mandaba en Cuba, hubiese ó no oposi-
cion de Inglaterra ó de otras potencias, la verdad es que podia te-
merse un desenlace funesto á aquella calaverada que, como todos los
golpes de Estado, solo podio. atribuirse á una borrachera de la sol-
dadesca, ya que solo con amafios y violencias logró desarmarse á
Jos que querian conservar la independencia, que fueron presos ó tu-
vieron que emigrar al territorio haitiano.




5~O HISTORIA DIL RllNADO


IV.


Otra dé lt8 versiones para explicar la anexion precipitada por
Santana, indicaba que perseguidos los partidarios de Baez babian
logrado influir en Haití para excitar la intervencion, y que aproxi-
mándose un ejército á )a frontera no babia tenido el dictador mas
medio de salvarse que acudir á Serrano con. quien mantenía de lar-
go tiempo relaciones, y anticipar la union con Espana. Y llegó á
anadirse por los noticieros que al saber esta resolucion los baitianos
tuvieron tambien sus tentaciones de seguir el lastimoso ejemplo de
sus vecinos.


Por lo demás la prensa ministerial no sabia cómo cortar tan pe-
ligrosa crisis·de los marroquíes que' uno y otro dia seg\lian hostili-
zando nuestras poblaciones de Africa, y las noticias referentes al abas-
tecimiento de Gibraltar que segun los periódicos iba á recibir víve-
res para cinco afíos, debieron bacer que la Union se biciese ilusio-
nes acerca de su fuerza y poderío.


Dé aqui por lo demás para desvanecer dudas un documento pu-
blicado por los periódicos de Haití el 9 de marzo, siete días antes
de la ceremonia de la anexion:


«Dominicanos: El pais está en peligro y nosolros no podemos
salvarle sino por una' revoluciono


.Sanlana ha vendido á la república. El la entrega á Espana en
cambio de alguDas pueriles dignidades y del oro que se pondrá á su
disposicion para distribuirlo entre sús principales cómplices.


»¡Manana seremos esclavos! No podremos dejar á nustros here-
deros ni patria ni gloria, ni honor ni prosperidad, ni aun la segu-
ridad y el recurso del hogar doméstico.


»Nosotros no podemos conservar nuestra naciobalidad conquis-
tada á fuerza de tantos sacrificios, sino por medio de una revolu-
cion. Una revolúcion santa, justa y grande, puesto que tendrá por
objeto la salud de nuestra patria y nuestra libertad.


«¡Patria! ¡Libertad! Este grito heroico ba precedido á la reyolu-
cion de 185': que preceda á la revolucion de 1861.


»¡Dominicanos, á las armas! Vergüenza á los que manifiesten te-
mor; que todos los ciudadanos se conviertan en soldados. Levanté-
monos todos en nombre de la libertad al grito de ¡viva la nacion!




DEL "ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA. 5!1
Es preciso vencer ó morir, porque la muerte es preferible á la de-
gradacion. »


Esta proclama se habia hecho circular secretamente por ser im-
posible su publicacion, y estaba firmada por José María Cabral co-
mandante en jefe del ejército dominicano.


v.


Los órganos de aquella famosa situacion no se daban por satisfe-
chos en los primeros instantes de la conducta de Serrano, qua como
vamos viendo tuvo que admitir todas las contingencias de un cons-
pirador contra la seguridad de un Estado y tomar los sucesos como
vinieron, pues descubierto por Cabral el plan de los conjurados y
comprometido plenamente el desgraciado dictador, hubo de echar
pecho al agua y salga lo que saliere.


La Inglaterra seguia manteniéndose en reserva, los Estados-Uni-
dos daban seguridades respecto á su política pasiva en los asuntos
de Santo Domingo, el consejo de ministros no acertaba á definir por
una frase gráfica sus deseos de anexion y Baez procuraba suscitar
nuevas complicaciones ofreciendo á Francia el protectorado de la
República dominicana. Por manera que la anexion tenia casi tantas
ventajas como inconvenientes para aquel ministerio vacilante que,
en su ambicion de mando y en su constante propósito de sostenerse
ocho aftos, buscaba cuestiones que entretuviesen la pública curio-
sidad distrayéndola de los acontecimientos interiores y llevándola á
risueftas y quiméricas ilusiones donde cada imaginacion podia ex-
tenderse y solazarse á su antojo.


Porque la poUtica de los gobiernos reaccionarios, el secreto de su
vida está en ese juego, en esa continuada sueesion de impuestos
que por algunos momentos distrae al público y satisface la curiosi-
dad. Esto hace olvidar las arbitrariedades, separa la vista de la mi-
seria genera), se olvida la situacion de la Hacienda, DO se fija la
atencion en los desaciertos administrativos, y las oposiciones se de-
jan coger en esos lazos y marchan en la pendiente, se arrastran
por los precipicios á donde el gobierno las conduce y malgasta~ sos
fuerzas y su actividad.


En esa lucha estéríl se pierden los días y los meses, cuando la
• 11· TfllIO III~ v




511 818TOR11 DEL REINADO
opinion cree baber derribado á un gabinete, se convence de que se
las babia con~un fantasma y queda siempre en pié la verdadera es-
finge, el problem~ eternolqu6 parece renacer y rejuvenecerse y ha-
cerse mas pavoroso á cada momento. .


VI.


Tres grandes dificultades habia suscitado la Uoion liberal, aparle
de su poHtiea, que era el logogrifo por excelencia. Tres grandes
cuestiones babia iniciado para hacer creer á los ilusos que procu-
raba el engrandecimiento de la patria, la moralidad y el órden de
la administracion. Fué )a primera aquella aeusaeíon famosa contra )a
admioistraeioo de San Luis, euestion en que el Senado, des pues de
inauditos rodeos, arroJóef peso de su innuencia, si influencia podla
tener aquel cuerpo gastado, muerto durante dos afios, sacado de la
tumba por O'Donnell despues de la famosa batalla contra las Cons-
tituyentes; castigando á los ausentes, á los instrumentos, y dejando
salva la persona, aunque 00 la honra de los famosos ministros cai-
dos en 1854.


Vioo en pos ]a guerra con Marruecos, que tomando las propor-
ciones de un acontecimiento europeo. de una trascendencia civiliza-
dora, se quedó reducida al simple castigo de unas kabilas que ha-
bian insultado al pabeHon espaftol, y que con dos baterías y una •
columna de cazadores al mando del primer calavera con plenos
poderes, hubieran visto mas que suficientemente castigados su fe-
chorla y desacato.


La guerra de Afriea fué una nueva decepcion, pero mas costosa
que la de )a absolucion de Estéban eollantes, porque esta no hacia
perder en realidad al pais SiDO lo que ya tenia perdido, algunos mi-
llones, mientras que la guerra de Arriea, infructuosa como habia
sido, habia ocasionado miles de vfctima¡; y grandes cantidades que
DO era necesario gastar. En el primer caso quedaba desconceptuado
el alto cuerpo eolegislador, quedaba con )a indeleble mancha de la
inmoralidad consentida aquella institucion decrépita. En el segundo
Espana perdía á los ojos de] mundo tanto cuanto hubiera podido
ganar si la guerra se hubiese hecho en el verdadero sentido que de-
bía darse' uo acontecimiento de esa especie.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 513
Surgia ahora la cuestion dominicana, nueva válvula de seguri-


dad para el unionismo,. porque debia entretener largamente á los
hombres que se ocupan en la vida política.


Ya vemos como va desenvolviéndose esta cuestion con evidente
perjuicio del pais.




CAPITULO LXXtI.


SUM~RIO.


Discusion de la ley de imprenta.-Progresos del ca rbonarismo en Andalucía.-Des-
crédito de las instituciones dominaates.-Defensores de la prensa.-Ventajasilu-
sorias de la anexion de Santo Domingo.-Tropas españolas en Cochinchioa.-Ga~
rantias constItucionales falseadas.


1.


Llegóse por fin á tratar de la cuestion de imprenta; y en la dis-
CUSiOD de aquel código infame establecido para delitos imaginarios
usaron de la palabra Calvo Asensio y Rivero, directores de perió-
dicos que tuvieron que habérselas con otros periodistas que forma-
ban la comision y con el fiscal y el ministro que habian confeccio-
nado la ley.


El orador de la democracia se hallaba ya entonces bastante atra-
sado en sus pensamientos, porque reclamaba la aplicacion de la ley
comun para Jo que se ha llamado delito de imprenta, cuando debía
negar, y esto hu~iera sido ser perfectamente conocedor de la cues-
tion, la ·existencia de semejante delito.


La idea que todo lo envuelve y arrolla no puede jamás constituir
delito; ó es una verdad, en cuyo caso agrandándose, ensanchán-
dose llegará á convertirse en hecho, en realidad práctica, ó es un
error I en cuyo caso la discusion, el debate que ha de provocar la
reducirá á la nada, la anulará por completo, puesto que nadie




DIL ULTDlO BOBBON DE ESPAÑA. 5t5
querrá aceptar un error, y el mismo que 10 baya sostenido se con-
vencerá ante los argumentos de sus adversarios.


Las apreciaciones diversas sobre los hechos y sobre las perso-
nas, serán tambien verdaderas ó falsas; si fuesen verdaderas,
no hay para que esforzarse en demostrar que es útil y conveniente
que se publiquen para conocimiento de todos; si fuesen falsas, esa
misma publicidad que se las da permite establecer bien la defensa
y demostrar )a fragilidad de las bases en que la denuncia se apo-
ya. Asi que, puede decirse, y hoy casi lo aceptan todos los publi-
cistas, por mas que parezca una paradoja, que la imprenta no puede
calumniar ni difamar jamás.


Sea como quiera todo esto, )0 cierto es que Rivero queria enton-
ces el derecho comnn para el periodista y no un fuero privilegiado
y especial.


Calvo Asensio se habia encargado de hacer la historia del marti-
rologio de la prensa, y demostró perfectamente la progresion siem-
pre creciente de Jos delitos y de las penas en las leyes que iban so-
cediéndose para regular, segun decian, el ejercicio de ese derecho.


11.


Hemos notado ya que los periódicos ministeriales seguian, como
siempre, hablando de rumores revolucionarios, suponiendo que se
fraguaban planes en Aragon y Andalucia para trastornar el órden.


Lo que la policfa hubiera podido descubrir acaso, interesándose
mucho, era los progresos y desenvolvimiento de ]a sociedad carbo-
naria que en Andalucia se extendia por todas partes y lo invadía
todo. la ciudad como los campos, el llano como la montafta.


Ya veremos tambien que despues de trabajar asiduamente mu-
chos jefes republicanos con esperanzas da buen éxito para dar á la
asociacion revolucionaria todos los elementos indispensables, He-·
garon á poner en coomocion al gobierno que fué sorprendido ante
la magnitud de los acontecimientos.


La idea iba germinando, iba extendiéndose por doquiera, y ese
era el verdadero coco, el verdadero enemigo á quien babia de temer
el gobierno; sus propios desaciertos, la conducta de aquella Reina
ingrata y descreida que se arrojaba en brazos del placer bus-
cando en la falsa religion de los sacerdotes dependientes de Roma




5!6 HISTORIl DIL RllNADO
amparo á 8US orgías y á sus crápulas, la escandalosa eleva-
cion de los favoritos palaciegos, cómicos, oficiales del ejército ó ad-
venedizos de otra parte, que se encumbraban y enriquecian por
haber sido recibidos en la eámara régia de Isabel ó de su marido,
ponía todo esto, decimos, unido á jas arbitrariedades, las violencias
y las exacciones, ponia en evidencia á los ojos de la multitud la
farsa y el escándalo, servia de leceion provechosa, é iba minando
eon rapidez los fundamentos de las instituciones que llamaban sa-
grada!!\ é inviolables.


111.


La discusion de la ley de imprenta dió ocasion tambien á otro
discurso de Olózaga que vino easi á cerrar el debate,~diseurso que,
como todos los suyos, llevaba el sello de la vaguedad y le servia
para enaltecer su persona, fin constante y objeto predilecto del ora-
dor progresista.


Demostróse en esa discusion, que, como han visto¡los lectores, la
ley de la Uníon liberal, sobre viciosa é inútil, era mas depresiva y
mas opresiva, mas difusa y mas casuística que la)ey de Nodedal, y
que tendia á hacer inviolable la administracion, á impedir la crítica
de los actos y los abusos que se cometian y á poner un freno in-
digno á los hombres cuya conciencia no .podia tolerar la opresion y
las arbitrariedades.


Todo ese cuidado exquisito venia á refluir en beneficio de la in-
moralidad que podía desde entonces hallarse segura de ob~ar impu-
nemente y no eX¡Jonerse á percances ni á denuncias de los curiosos
y perturbador-es de goces.


La prensa agradecida á sus defensores quiso mostrárselo, y se
celebró un banquete al que concurrieron Rivero, Calvo Asensio, Bar·
roetl\ y Gonialez Bravo que tambien habia desde la oposicion echado
en cuarto á espadas en defensa de una instítucion á la que debía el
puesto que ocupaba.


Corradi presidió la fiesta como antiguo periodista~ y pronunciaron
discursos Castelar, Fernandez Cuesta, Palacios y otros, y estos fue-
ron los resultados prácticos de aque.JJa nueva legislacion que pre·
tendia amordazar á los defensores de la nueva idea que penetraba
sin embargo por todos los poros en el seno de la sociedad.




DBL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA.. 51'1


IV.


Otro banquete se habia celebra.do en Paris por aquellos dias para.
celebrar la anexion de Santo Domingo, banquete á que asistieron
los diplomáticos y que sirvió sin duda á los proyectos de la Unioo
que preparaba sus resoluciones.


El consejo de ministros aceptó, por fin, tras largas dudas, la
propuesta de los dominicanos concediendo ampliamente gracias á los
genfzaros de Santana que habian vendido la patria y la subyugaban
para ponerla á los piés de una dinastia como la Borbónica.


Santana debia ser elevado á teniente general y á la categoría de
titulo de Castilla, mientras que Serrano veria recompensados sus
servicios con la grandeza de Espalla.


Ponderábanse entonces los beneficios que debia reportar Espalla
de esta reincorporacion, las ventajas de la bahía de Samaná para 01
caso de una guerra con losEstados-Unidossi persistían en los ata-
ques á la isla de Cuba, y llegaron á hablar los periódicos ministe-
riales de los intereses de la raza latina en América, de las repúbli-
cas americanas espallolas, y se forzaron los argumentos para ha-
cernos creer que la felicidad se entraba por nuestras puertas gra-
cias á Serrano y á Sanlana.


No todos participaban de semejante oplimismQ; y aun cuando
para dar mas viso de autoridad á las cosa, quiso suponerse que
Haiti seguiria el ejemplo que Santana habia dado, muy luego el re-
presentanle haitiano hizo desmentir en los periódicos semejante
aserto.


Por tal manera aquella famosa anexion, aquel triunfo de la Union
liberal, aquel ensanche del territorio espallol venia á quedar achi-
cado á pesar de los esfuerzos que se hacian para producir entusias-
mo y hacer comprenderlas ventajas del reciente atentado de San-
la.na.


v.


En Cochinchina tambien se batían las tropas espallolas con hon-
ra y gloria de la bandera, pero en provecho exclusivo del imperio




5~8 HISTORU DEL REINADO
francés que cimentaba con la sangre de nuestros hermanos su in-
fluencia y su poderío distrayendo al ~propio tiempo á las oposi-
ciones.


6Qué interesesdefendian 311i las tropas que combatian á los ana-
mitas á las órdenes de Palanca? ¡Llevaba la Francia una mision
civilizadora, ó era la ambiciosa personalidad del emperador la que
malgastaba hombres y dinero para entretener como siempre la aten-
cion pública en expediciones leja Das?


Los resultados demostraron perfectamente la significacion de esa
campana.


Como muestra tambien del estado en que se encontraban las ga-
rantías constitucionales, trasladamos á continuacion la proposicion
presentada en la sesion del S de mayo por los diputados Sagasta,
Calvo Asensio, Forges y otros; decia asi: «Pedimos al congreso se
sirva decl3r~r que ve con sentimiento la falta de respeto por parte
del gobierno á la seguridad individual y extralimitaciones de ciertas
autoridades en el ejercicio de sus cargos.»


Esa proposicion,- despues de un acalorado debate, fué retirada por
su autor que comprendió perfectamente que siempre las mayorias
se convierten en dóciles instrumentos, mucho mas cuando se trata
de cuestiones en que sus patronos, las autoridades y los ministros
son acusados por delitos cometidos con el propósito de violentar á
los pueblos y sacar de su nulidad y del oscuro rineon lllos que vie-
nen al parlament~ á labrar la felicidad del país.


Otra proposicion siguó á esa concebida en estos términos: .Pe-
dimos al congreso que se sirva recomendar al gobierno de S. M. la
necesidad de 'lue no se concedan con tan fa profusion, empleos, gra ..
cias y honores á los diputados á cortes, y excitar su celo para que
se cumplan vigorosamente los preceptos de la ley ',sobre casos de
reeleccion. »


Esta proposicion sostenida por el famoso Belda, moderado recal-
citrante que cnnocia á fondo todos los resortes del presupuesto, to-
das las argucias, todas las sinuosidades parlamentarias, dió Jugar
á curiosas revelaciones, y salieron á relucir muchos nombres pro-
pios acompanados de sus sueldos respectivos que votaban y revota-
ban decidiendo los destinos de la patria, como lo hicieron entonces
desechándola en votacion nominal 101 diputados contra 4,0 que la
dieron su voto.


Entre las frases diversas y cnrioias que allí se dijeron, el minis-




DEL ULTIMO BORBON DE ISPAÑA.. 529
tro de la Gobernacion pronunció las siguientes: «El sellor Belda, no
solo comprende en las gracias las concedidas despues de reunidas
las cortes, sino tambien fas que el gobierno habia dado á sus ami-
gos antes de las eleceiones ... ¿Qué se ha propuesto con ese cuadro
que se ha presentado? ¿Desautorizar al congreso? pues el congreso y
la mayoria est~n baslante autorizados para que los desautorice la
voz de S. S. Se lamentaba el sellol' Belda de que habia muchos di-
putados que no eran C&noeidos en I~ distritos. pues yo diré á S. S.
que desde que tengo la honra de ser ministro, no se ha admitido
ningun candidato ministerial que no haya sido propuesto por un
número mayor ó menor de electores. Ya se acabaron los diputados
que se elegian por una comunicacion de ]a secretaria de Goberna-
cion.»


Esto lo decia el escéptico Posada Herrera, y esta aprovechada
sesion refleja perfectamente á la Union liberal, sus vicios, sus de-
fectos' su osadía, su cinismo.


Tambien puede por ella conocerse al moderantismo que en
]a oposicion pretendia encontrarse celoso defensor de las buenas
práctioas constitucionales.


VI.


Con ocasion de reclamaciones del Ayuntamientl de Murviedro se
llegó á discutir el patrimonio real cuya desamortizacion pedian Jos
habitantes de la célebre Sagunto.


Rivero y Aguirre tomaron parte en esta cuestion, y el ministro de
la GobernacioD se encargó de dar la razon á los que tal decian, pro-
bando que solo producia, á Isabel la inmensa masa de bienes de-
tentados por la corona cien mil reales anuales para la que se decia
su usufructuaria. Muchas familias se enriquecían segun el ministro
ó vivian holgadamente con la administracion de esos bienes; pero tal
aserto que parecía una razon era una sinrazon completa, puesto que
á los ojos de todos estaba perfectamente demostrado que los ad-
ministradores no hacia n mas que esquilmar los campos ó mantener-
los yermos; no pertenecían generalmente á la clase de agriculto-
res, explotaban por consecuencia á una gran masa de trabajadores
que podian haberse hecho propietarios contribuyendo á la riqueza
nacional; y asi se perpetuaba la injusticia y se protegia la inmora-


TOMO III. 6'1




530 mSToRIA DEL REINADO
Udad sin que Isabel obtuviera productos, sin que el pueblo disfru-
tase de ventajas, puesto qne debia pagar una contribucion excesiva
para mantener los gastos de la real casa.


Por lo demás el menosprecio de unos y otros, de progresistas,
unionistas y moderados, resaltaba perfectamente; y solo Rivero to-
mando la cuestion bajo el punto de vista republicano iba derecho al
bulto y podia hablar con conocimiento de causa en este asunto
gravísimo porque perjudicaba muchos intereses, porque ,dejaba en
el empobrecimiento á millares de famiJias que podrian hacerse pro-
pietarias con una razonable desamortizacion.


VII.


Entre tanto, Hegaron noticias nuevas del espontáneo movimiento
de Santo Domingo en cuya capital se levantó el acta de proclama-
cion de Isabel. Dice asi:


«En la muy noble y leal ciudad de Santo Domingo á los 18 dias
del mes de marzo de 186 t. Nos los abajo firmados, reunidos en la
sala del Palacio de justicia de esta capital declaramos: qne por nues-
tra libre y espontánea voluntad, en nuestro propio nombre y en el
de los que nos han conferido el poder de hacerlo por ellos, solemne-
mente proclamamos como reina y señora á la excelsa princesa dolia
fsabelll, en cuya.manos depositamos la soberania que hasta aho-
ra hemos ejercido como miembros de ]a República dominicana. De-
claramos igualmente que es nuestra libre y espontánea voluntad,
así como la del pueblo, á quien por nuestra presencia en este lugar
representamos, que todo el territorio de la república sea anexado á
la corona de Castilla á que perteneció antes del tratado de 18 de
febrero de 1855 en que S. M. C. reconoció como Estado soberano
el que hoy por espontánea voluntad de todos los pueblos le devuel-
ve esa soberania y como va dicho la reconoce por su legitima
soberana. Kn fe de lo cual lo firmamos y rubricamos con nuestras
propias firmas.-Pedro Santana.-Antonio A. Alfau.-Jacinto de
Castro.-Felipe Fernandez de Castro.»


Asf empezaba aquella farsa que debia terminar y convertirse aI-
gun dia en drama sangriento donde nuestros desgraciados soldados
iban á sufrir privaciones, martirios, horribles enfermedades, y á
morir sin gloria como en las costas africanas, y mas aun que en las




DEL ULTIMO BORBON DE ISPAjA, 581
costas africanas privados de consuelos, de recursos y de auxilios.


Terrible es la responsabmdad que pesa sobre el general Serrano
que autorizó aquellas traiciones, para el gobierno que le mantuvo
en su puesto, para aquella mayorfa que sancionó un violento des-
pojo.





GAPITULO LXKIIt· •


............ ,....-.. .. --


SUMARIO.


Opresion de los liberales.-Conspiraciones.-Movimiento !repuhlicano en Andalucía.
-Reflexiones.-Sucesos de Loja y su trágico.desenlace.-


I.


. Corrieron los meses siD otras particularidades que la persecucion
activa por parte de las autoridades de todos aquellos que eran ta-
chados como liberales consecuentes, como sostenedores de la idea
de progreso. .


Aquel reinado de ambiciosos que intentaba formar un partido
80nstitucional no era otra!cosa que una coleccion de hombres sin fe
ni creencias, dispuestos á sostenerse á todo trance en el poder.


No era pues de flxtralIar que, cuando gemia la prensa por-
que la mordaza sellaba sus labios y no habia medios de denunciar
los crimenes cometidos por los agentes del poder; cuando á las in-
terpelaciones contestaba el gobierno con desdefioso orgullo; cuando
habia alcaldes de monterilla que se atrevian á poner notas por eS,te
estilo en las cédulas de vecindad: -Este individuo es un temible re-
publicano anarquista y le recomiendo eficazmente á la vigilancia de
las autoridades-Firmado-Herrera;» no era de extrarIar, repe-
~imos, que se conspirase, que los hombres honrados se unieran en




DIL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 589
nD pensamiento comUD, se organizasen para laDzar de sus puestos
á aquella pandilla que deshonraba al pais: que lo desmoralizaba y
lo oprimia.


A las causas qua hacian odioso el reinado de Isabel desde mu-
chos tiempos, agregábaseahora la odiosidad que exeitaban estos
nuevos merodeadores del presupuesto, estos agentes de la reaccíon
con eareta de liberales que habian venido á perturbar la marcha de
Jos partidos y á sumirnos en una verdadera anarquia.


y ciertamente, ya )0 hemos dieho, se conspiraba; el partido re-
publicano ganaba terreno; en los campos como en las poblaciones,
sus agentes y propagandistas eran bien recibidos.


11.


Ua ~ia apareció en La Correspondencia )a siguiente noticia que
puede calificarse de logogrif.o: «Es.ta tarde se han recrudecido los
rumores de próximos tras tor.oos, parándose á senalar que estos de-
ben empezar por algun pueblo de Andalucía donde delgraciada-
m~nte han hecho numerosos prosélitos las ideas democráticas. Tanto
se afirma, que 110 DOS atrevemos á contradecirlo.


»Pero nosotros que nunca hemos negado que se conspire para
turbar el órden, estamos completamente tranquilos; ,porque si fuese
cierto, eegun cuentan, que se ha visto discurrir hácia este ó el otro
puntoaJgunos hombres con armas, eomo conocemos las medidas
adoptadas por el gobierno, estamos seguros de que los revoltosos
recibirán instantáneamente un terrible castigo. Lo decimos con toda
la sinceridad de nuestra alma: en el caso de que hubiese verdad en
lo que se cuenta, deplor.amos solo la suerte que cabrá á los trastor-
nadores,»


Muchos rumores circularon en Madrid y se hablaba con vague-
dad acerca del sUio, de la hora y del objeto que podian proponerse
los que se decian sublevados. Cada cual anunciaba y comentaba á
BU capricho aquellos sucesos desconocidos, y era grande la inquietud.


A,lgunas horas des pues de haber ,alarmado el espiritu público el
enigmático suelto del órgano ministerial que dejamos copiado, apa-
reció en La Gaceta el siguiente parte: «El capitan general de Gra-
nada en telégrama de las doce de la noche participa á este ministe-
rio con relerencia á un parle del alcalde corregidor de Loja, que en




584 HISTORIA DIt RBlJUDO
el cortijo de la Torre se habian sublevado como unos doscientos 6
trescientos republicanos, veinte de enos monlados, al mando de Ra·
fae] Perez, albéitar de la última de las ciudades citadas, y que la
comunicacion telegráfica entre Granada y Loja habia sido interrum-
pida. Se han adoptado apremiantes y :enérgicas disposiciones para
que los sublevados sean perseguidos sin descanso por las tropas del
ejército y guardia civil.)I)


¿Qné habia sucedido y á qué se referian todos estos rumores, to-
das esas noticias?


111.


En su afan de perseguir y dejar á los pueblos cuando era impo-
sible evitar las manifestaciones de la opioion y el progreso de las
deas, que al decir de La Correspondencia habian desgraciadamen-
te cundido por todas partes. veíase á todas las autoridades mostrar
indiscreto celo por Hevar mas y mas adelante la obra de la reaccion
prf'ndiendo y desterrando sin dato alguno á los ciudadanos.


Uno de los agentes mas activos del partido republicano en las
provincias andaluzas era el albéitar Rafael Perez del Alamo que
viajaba continuamente y habia estado en Madrid en los primeros
dias del mes de junio de 1861.


Celebrábanse por los afiliados numerosas reuniones, ya para re-
cibir nuevos adeptos, ya para confirmar mas y mas en la doctrina
democrática á los ya inscritos en el carbonarismoj y recelosas las
autoridades, andaban en busca de nuevos mártires sin poder hallar
verdaderas pruebas legales.


Perez del Alamo, que habia conferenciado con Rivero, volvió á
aquellos pueblos para consolar á los que se veian oprimidos bajo la
presion de los procónsules.


Narvaez tenia en la provincia de Granada agentes muy activos,
muchos intereses, y en toja precisamente su familia y las de Mar-
fori y Fonseea que venian explotando la ignorancia y la miseria de
aquellas gentes, se habia atraido la animadversion de las e\ases tra-
bajadoras que recibian un inismo jornal mil veces interrumpido por-
que aquellos seriores pretendian siempre mantenerlos esclavos de
sus caprichos.


En las provincias andaluzas, donde la naturaleza ha prodigado




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 535
SUS dones, donde el terreno es fértil, abundantes y variadas las co-
sechas, es precisamente, y á todos extrllrIará sin duda alguna, donde
la cuestion social se presenta grave, amenazadora y pide urgentes
soluciones. Alli, persiguiendo sin duda las huellas de la morisma se
ha despojado únicamente á la multitud que ha quedado convertida
en pária, viéndose obligados á trabajar como criados y cortijeros jas
tierras que sus antepasados poseian como propietarios y que en vir-
tud de donaciones incalificables se han reunido en muy pocas ma-
nos, habiendo serIor terrateniente, Osuna, Medinaceli y otros que
poseen grandes extensiones del territorio I muchas y muchas 'leguas
en aquellas fertilisimas comarcas.


IV.


Cuando ha llegado pues la época revolucionaria, alli precisamente
han surgido las complicaciones sociales, y allí las doctrinas socia-
listas han podido hacer progresos preparando elementos para pedir
la derogacion de todas las injusticias que pesan sobre la muchedum-
bre y crean, allí donde debiera reinar la abundancia y la felicidad,
la miseria, la holganza, el crimen.


AlIi cuando llegan los momentos supremos, las crisis, cuando la
revolucion estalla, fijan su vista los reaccionarios, y en 18tO como
en 184,3 como en 1854 y en todas las épocas en que los ambicio-
sos por mero cambio de personalidades quieren perturbar· la vida
normal, se pretende hallar )a anarquia, el deseo del despojo, el es-
pectro'de la revolucion comunista, cuando lo que existe es el anhelo
de que se restablezca la justicia y la equidad, y que los verdaderos
expoliadores, aquellos que se han hecho duelios de muchas here-
dades se limiten á poseer lo que legHimamente les pertenezca, lo
que su inteligencia, trabajo y actividad hayan podido producir.


Allí Jos reyes y los municipios han sido pródigos para premiar
servicios de camarilla, para satisfacer caprichos de favoritos ó de
cortesanas; y cuando las clases medias han sacudido el yugo 1 han
procurado arrancar Jos privilegios y abusos de las clases aristocrá-
ticas y libertarse de las gabelas con que se las arruinaba, ¿puede
censurarse ese sentimiento que nace fuerte y vivo para .reivindicar
su derecho en las clases desheredadas?


En la provincia de Almerfa, en las de Granada y Sevilla" los Ríos




1)36 mSTORlA. »11. REINADO
Rosas, los Romero Robledo y otros han falseado toda nocion de jus-
ticia impidiendo que se realizaran Jos buenos deseos del duque de
Osuna que quiso mejorar la suerte de mucha~ poblaoiones. Y como
se hallan trocadas todas las cosas, estos verdaderos defensores del
antiguo despojo llaman enemigos de la propiedad á los jornaleros
que quieren reivindicarla. .


En Linares por ejemplo y en Almaden y otros puntos los penosós
trabajos- de las minas inutilizan en breve á los hombres que sir-
ven á la sociedad extrayendo de las entrarlas de la tierra Jos meta-
les preciosos que vienen á enriquecerla prestándose á los diversos
usos de la industria. ¡Qué :mucho que esos obreros tambien que
exponen su vida y dejan en )a orfandad á sus familias pretendan
menos horas de trabajo, jornales que les permitan recuperar las fuer·
zas y contrariar la entoxicacion por medio de alimentos y de des-
canso oportunamente co~binad06!


v.


Fácilmente se explica, pues, como en esas provincias se acogen
benévolamente las nuevas ideas que traen una esperanza, una so-
lucion á las grandes injusticias! á las iniquidades que se cometen y
que se hallan tan arraigadas y que por tantos siglos han constitui-
do lo que no era otra cosa bajo el nombre de derecho que la violen-
cia soportada por la debilidad y Ja ignorancia.


AlU, decimos, las palabras guerreras de Jos apóstoles de la re-
dencion hallaban eco, y Perez del, A.lamo y los demás activos agen·
tes que con incansable celo organizaban las huestes populares pu-
dieron reunir muchas fuerzas y allegar inmensos recursos.


En la atmósfera que se respiraba conocian los seides del poder que
aquel pueblo se ~ncaminaba á su regeneracion y arreciaron las per-
secuciones basta el punto de que, sorprendiendo algunas choJas, cre-
yeron bailar el rastro de una vasta conspiracion.


Perseguidos Perez del Mamo y otros no vieron otro camino de
salvacion que ponerse en armas en número de cincuenta ó sesenta
y avisar á los amigos de los pueblos comarcanos del peligro que
corrian. Entonces ocurrió una cosa extrafta. La multitud viendo á
sus amigos, á los propagandis.tas expuestos á perecer ,se lanzaron al
campo, yen pocas horas Perez del Alamo acaudiHaba mas de 30,000




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 5S1
hombres que penetraron en Loja proclamando la caida de] gobierno
y declarando su jefe á Perez del Alamo, á quien desdefiosamente
llamaban los periódicos oficiales el albéitar de Loja. Y era tal la ig-
norancia del gobierno y tan vagas y contradictorias las noticias que
recibia, que podemos asegurar que en los primeros momentos se


. halló en terrible aprieto sin atinar dónde y cómo habia surgido aquel
conflicto qlle parecía tan amenazador.


Por lo demás, como aquello era un suceso accidental, y como no
existia plan alguno, puesto que los insurrectos de~Loja solo obede-
cieron á un sentimiento de conservacion, á un acto de defensa pro-
pia que Jíegó á conmover el edificio social, en todas partes causó la
misma extrarIeza y la sorpresa natural, y en el seno del partido re-
publicano, en los circulos mas activos, se:ignoraba verdaderamente
lo que ocurria, llegando algunos á atribuir el levantamiento de toja
á sugestif'nesdel gobierno. Y aquí es donde conviene que recorde-
mos lo que al hablar del carbonarismo hemos dicho en capitulos
anteriores.


VI.
,


El desastroso fin de Cámara, las persecuciones que sufrió por
aquel tiempo el partido republicano, la desorganizacion en que se
hallaba en los momentos á que DOS vamos refiriendo, ¿se debian á
otra cosa que á la condueta del presidente del Falansterio Nacional,
el ciudadano Constancia, conocido en el siglo con el nombre de Ni-
colas Maria Rivero, cuando presos algunos individuos en Madrid y
Tresserra en Barcdona disolvió el Circulo central y dejó á laspfo-
vincias sin cohesion ni enlace, y obedeciendo por tanto á planes par-
ciales, puesto que con aquel deseugano se introdujo la division y la
desconfianza e.n las filas? ¿Quién prestaba oídos ni alencion des pues
de abdicacíon tan cobarde á planes que nacieran de Madrid? ¿Cómo
podíaD fiarse los hombres de accion, los revolucionarios de quien
habia abandonado tan cobardemente los intereses de la causa re-
publicana?


Si lus sucesos posteriores no hubiesen venido á confirmar lo que
sentamos aqni, hubiera podido creerse que solo el temor habia 'ins-
pirado aquella dispersinn del carbonarismo. Pero par!), quitar po-
texto á toda duda, La Disczesion que tenia por director á don Nico-


TOMO 111. 08




538 mSTORLl Dlf.. REINADO
lás Maria Rivero, y eu cuya época no se ignoraba la situacion de
Andalucia y el verdadero aspecto de aquella sublevacion, condenó
entonces á los sublevados é hizo sospechar que era débil la insur-
receion, cuando se presentaba potente y enérgica, desorientando asi
é impidiendo en otras partes el partido Lrepublicano, y en cuyas
oficinas pudiesen prestar moral ó materialmente auxilios -á los de
Loja.


VII.


Por esta manera servia don Nicolás Rivero á la Union liberal,
llevando á las provincias la noticia desfigurada de los sucesos y
alentando al gobierno para que continuase en sus calumnias, y á los
carlistas para que escribieran en sus periódicos, que habian sido
fusilados veinte y cinco facciosos entre ellos el jefe, y á La Epoca,
famoso organillo de todas las situaciones, para enmendar estas fra-
ses con este sacrílego correctivo: Todavía no es exacto ...


Desgraciadamente tambien NI Pueblo, dirigido )or Garcla Ruiz,
aunque se llamaba periódico democrático, calificaba de calaverada
la insurreccion de Loja.


y corrian las noticias mas contradictorias y absurdas, y en todas
partes, y en Barcelona, dondó el partido republicano podia, si pre-
ciso hubiera sido, por su número y por su verdadera fuerza y aeti~
vidad, haber respondido alllamamieoto, hundiendo aquella situacion
de farsa, los mas ardientes llegaron á quedar perplejos ante las de-
claraciones de la que se llamaba prensa democrática.


lHorrible y desconsoladora situaeion!




CAP1TULO LXXIV·


SUMARIO.


Traicion de Rivero á la democl'acia.-Continuacion de los lamentables sucesos de.Lo·
ja,y sus tristes resultados.-FusiJamientos y deportaciones.-Ojeada sobre la si-
tuacion de Santo Domingo.-RecIamaciolles del gobierno italiano.


1.


Grandes son los deberes de los hombres púbJicos; y en esos mo-
mentos solemnes en que pueden decidirse con la energia las coos-
tiones graves que se agitan, la debilidad y la vacilacion, la duda y
el error pueden convertirs'3 en verdaderos erimenes. ¡Qué diremos,
pues, de aquellos que con toda conciencia y fin resenados, mistifican
situaciones tales, procurando llevar á los-demás el desaliento, ya
que ellos se hallan poseidos de graves _. preocupaciones y olvidan
siempre su verdadera posicion!


Al abandonar Rivero á los desgraciados carbonaríos que gemian
en la cárcel,disolviendo los centros de Madrid y dando ocasion á que
los de provincias continuaran cada cual á merced de sus caprichos,
habia expuesto al partido republicano á las contingencias l' evenA
tualidades que entre otras consecuencias mas ó menos graves se re-
velaban por fin en Jos sucesos de que DOS ocupamos.


El gobierno que hablaba en los partes oficiales de desórdenes, de
castigos, de persecuciones, de aislamientos de los insurrectos, del




54,0 mSTORIA DEL REINADO
cerco de Loja, y de otras muchas cosas, no queria exhibir las ver-
daderas noticias oficiales de gravedad, ni se atrevia á comunicar á
nadie cuán aflictiva era la siluacion dé ,las autoridades que temian,
y ~o siD' fundamento, ver estallar en cada poblacion análogos suce-
sos á los ocurridos en Loja. ..


y en medio de aquel caos de ,'contradicciones pasaban los dias,
los insurrectos no eran batidos, y unos abultaban, otros iban achi·
cando aquel acontecimiento. La verdad era que Andalucía iba to-
mando ya un carácter eminentemente revolucionario radical, cuan-
do en la misma poblacion de Loja, pueblo importante y residencia
ordinaria del jefe del bando moderado, porque allí babia nacido y
alli tenia su familia, se levantaba la mas formidable, la mas au-
daz de las revoluciones, la protesta mas enérgica contra las -iniqui-
dades sociales.


11.


Allí habia cundido mucho la propaganda socialista que habiamos
emprendido en 184,8 con Cervera, Beltran y otros, y continuada
postllfiormente por Cámara con tanta fe, alielto y energía.


AH se habian predicado todas esas criminales utopias que dicen
los satisfechos: y cuando llegó á traducirse en actos la cólera po-
pulM", cualldo se vieron dueftos absolutos de una poblacion donde
se hallaban las personas y los bienes de sus enemigos, de sus ca-
lumniadores, de los que entonces mismo Janza.ban sobre ellos el
anatema tratánlloIes como foragidos desenfrenados, no hubo que,la-
mentar desmanes ni atropellos; y cuarenta mil hombres que por no
fallar á su juramento abandonaron sus hogares y sus familias, pa-
saroo días y d.ías en medio de privaciones y sin dar ocasion á que
Jos reaccionarios pudiesen sacar partido de sus excesos para con-
denar como anti~sociales y perversas esas doctrinas que DO cono-
ceD, y que son la traduccion exacta. de las leyes naturales en lo re-
ferente á la produecion y repartimiento de las riquezas.


No pétr eso un dejado siempre de clamar los g{)biernos y esas tur-
bas de ambicioBi)s que los sostienen contra esas teorías; no por eso
han faltado demócratas J revolucionarios de pega, que,' como Rive-
ro, hayan faltado á todo deber de prudencia anatematizando á los




DEL ULTIMO BORB('!N DIISUÑA. 541
desgraciados y provocando escisiones en el seno del partido repu-
blicano.


Por estos tiempos ya habia conseguido Rivero provocar la di-
sensionentre socialistas é individualistas, empujando éOrense en esta
lucha fratricida, y obligándome á lomar la defensa de las teorias de
redencioD, sosteniendo una campana que debió dar mucha compla-
cencia á los que des pues debian ser amigos de don Nicolás Rivero.


La debilidad de Orense~ que se prestó á defender las teorias eco-
nomistas, aun á trueque de perder su popularidad, nos engolfó en
una larga controversia en la que hubieron de terciar algunas nota-
bilidades del partido republicano sin gran provecho seguramente
para nadie sino para el director de La Discusion, qu~ se desligaba
asi de ciertos vínculos, rompia ciertas tradiciones y se asociaba á
Cuesta y á Martos indisolublemente, volviendo paso á paso á sus
antiguos centros, á la bandera progresista oficial é histórica de don-
de procedia, y de donde solo la ambicion y la rivalidad con Calvo
Asensio le habían arrancado.


III,


La insurreccion de Loja entre tanto recorrió todos sus periodos.
Casi todos los pueblos inmediatos enviaro'n su contingente; en


muchos hubo verdadera revolucion congregándose todos los hom-
bres capaces de llevar las armas, formulando UD programa J mar-
chando reunidos al cuartsl general de la insurreccioD.


De Granada salió UD batallon, y de Almeda y Málaga otras· fuer-
zas que se detuvieron á alguDas~eguas'.4istaaeia, tlestaeando al-
gunas companias.como vanguardia',' pero' sin atreverse á operar,
porque bubiera sido verdadera locura, para conlener los progresos
de Ja iosurreccion.


Perez del Alamo esperó durante algunos dias que se presentarian
á auxiliarle con su consejo é infi.uencia las notabilidades del parti-
do; quizá confiaba en promesas recientes de su amigo y abogado,
porlJU& debemos· notar aqui, que enwnces ya, y desde entonces- tlu-
rante mucho tiempo, tuvo que sostener pleitos y f»D·tiendas COil Ja
familia de Nal':V~z "f sus allegad&s, que se pr6p&tMan arruinarle y
hacerle abandonar la poblaeion y la puroq.uia inutilizándole com-




54,! HISTORIA. DEL REINADO
pletamente; por ]0 cual tenia como abogado á don Nicolás Maria Ri~
vero.


Nadie, sin embargo, acudió en medio de aquella incertidumbre y
oscuridad que proouró á hacerse respecto al objeto. planes y signi-
ficacion de aquel movimiento. Y Perez del Alamo que tenia un ejér-
cito á su disposicion, no sabia dirigirle, organizarle, ni podía ar-
marle ni mantenerle.


La posicion que ocupaba era inexpugnable. y si hubiera emplea· .
do los dias que pasó en Loja SiD tener tropas á ]a vista, en hacer
fortificaciones y disponerse para el ataque, teniendo tan inmediata
la sierra y habiéndose preparado con grandes repuestos de víveres,
seguramente que hubiese dado mucho que hacer al gobierno y al
general Q'Donnell.


Por desgracia lo que ]e:sobraba de buena fe y activid8d ]e falta-
ba en conocimientos especiales, en genio, en táctica; y ocupado en
evitar conflictos y desórdenes que¡hubieran podido tener oeasion ya
por las circunstancias del pueblo en que se encontraba, donde tantos
resentimientos podian engendrarse, ya porque la inmensa muche-
dumbre no hallaba viveres y raciones, atento, decimos, á la cuestion
de órden públi eo, mientras sus contrarios ]e calumniaban impután-
dole brutales instintos y pasiones desordenadas, calificando á sus
sectarios de foragidos, no podia atender á la defensa y al ataque ni
descansar siquiera en medio de aqnella continua agitacion.


Todas estas circunstancias reunidas, el cansancio y el hasUo que
se apodera de las grandes masas cuando se hallan en inaccion y se
han perdido los primeros momentos de entusiasmo,la facilidad con
que el gobierno podia introducir sus agentes y emisarios en la po-
blacion por enos ocupada. los trabajos de zapa que tosaseasos adep-
tos de Narvaez podian indirectamente emprender, vinieron por úl-
timo á disolver aquella gran reunion, y mas que las tropas y las
hostilidades, produjeron el desaliento en las filas de la revoluciono


.IV.


Cuando huboellegado este caso, cUIndo ya las grandes masas iban
retirándose de aquel gran centro, cuando vieron que se habia hecho
imposible toda orgaoizaeion y resistencia formal, las tropas adelan-
tarOn estableciendo efectivamente una especie de bloqueo siempre á




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 543
respetable distancia. Y al cabo de cueotas pudo respirar el general
O' Donnell para convertirse despues de vencida 1a insurreccion en
tirano y asesino, en opresor indigno.


Perez del Alamo á pesar de los inmensos recursos con que aun
contaba para prolongar la resistencia y llegar á encender la guerra
civil, no quiso hacerlo resignándose á la derrota, ya que cierta-
mente no habia buscado una victoria ni un choque, ya que solo ha-
bia aceptado hechos consumados procurando impedir desgracias y
extravios.


Las tropas tio tuvieron necesidad de sostener mucho fuego, y el
gobierno pudo felicitarse por la fácil victoria que habian alcanzado
las tropas salvando una vez mas esa sociedad siempre en peligro,
constantemente á los bordes del abismo, y que halla tan generosos
y desinteresados salvadores como Narvaez, O'DonneJI, GODzalez
Bravo y mil otros de este jaez, siempre dispuestos á jugar su vida
por el sostenimiento 'de los balamemos flrmísimos que ell~s socavan
y explotan á la vez, el trono, la religion y la familia.


y cuanllo hubo terminado todo aquello, cuando las tropas se hi-
cieron duefios de la poblacion, comenzaron las persecuciones. Co-
gieron aquí y allá á los individuos, y sin respeto á las creencias, sin
tomar en cuenta la conducta que habian observado aquellos extra-
lios revolucionarios, sin atender á sus actos, por puro capricho, 108
jefes de las columnas, el capitan general y los consejos de guerra
se disputaron la gloria de fusilar, de deportar, de encarcelar~ y mas
de dos mil individuos tuvieron que sufrir los rigores de la guerra,
mas de dos mil familias quedaron SiD amparo en esas terribles jor-
nadas.


¡Y luego se llaman hombres de gobierno, y luego se dicen de-
fensores del órden, y luego &eeogalan&D eoo el nombre de amantes
de la familia, los que viven y medran 8010 en medio de los abusos
y de los privilegios!


v.


Sangrientas ejecuciones, inusitados castigos, escenas que la plu-
ma se niega á transcribir, tales fueron los rel'Ultados de la campana
de Loja, cuyo jefe, Perez del Alamo, podo burlar todas las pesquisas
retirándose al parecer á Gibraltar, pero refugiándose ,erdader~-




HISTORIA. DA RKIIUDfJ


mente en Madrid hasta que mas adelante y obtenido su indulto por
el seilor Rivero I pudo volver al seno de su familia á recibir allí D ue-
vos castigos. molestias, persecuciones de Mar(ori y otras indivi-
dualidades, insultos y aun quejas multiplicadas por parte de los
comprometidos en la intentona de que élhabia sido jefe.


La prensa se ocupaba a)gun tiempQ despl1es de estos incidentes,
y recordando con horror las tropeHas y arbitrariedades de Sartorius
y de N~rvaez, hallaba que el generalO'Donnell y sus sicarios iban
mas aJlá en materias de represiones que Marfori y Nocedal.


Mas de trescientos individuos fueron condenados á presidio, y los
veciDos de Loja pudieron declarar que jamás habian sido molesta-
dos durante los dias de la insurrecciono ¿Qué se castigaba, pues~
¿El acto de la rebelion~ Pero Ja.rebeJion podia considerarse casi como
una reunion de individuos que van á deliberar, puesto que no opu-
sieron resistencia, ni bostilizaron á las tropas, y las condenas eran
á veinte a~os de presidio. Podremos aftadir aquí que las sentencias
de muerte fueroD asesinatos legales, y que, al penar á algunos
desgraciados con la cadena perpetua, se cometió un horrible abuso
por puro lujo de arbitrariedad.


Necesitaba O' Donnel! ganar á su competidor Narvaez en arbitra-
riedades, y pretendió ser sanguinario vertiendo sangre cuando la in-
surrección de Cámara, y mucha mas cantidad cuando la cuestion de
Loja ... cuando no habia pretexto siquiera.


La Union liberal reivindicaba su historia, ·Ia historia del partido
en que babian militado sus jefes, porque Jos progresistas entraron
en el grupo como auxiliares y. comparsas y no tenian· voz ni voto
en el capitulo. Tal era su abnegacion, que lo sacrificaban todo
á la concordia de la familla feliz, y veian con fruicion las persecu-
ciones de sus antiguos amigos, el abatimiento del pueblo.


VI.


Los haitianos, entretanto, que no podian hallarse tranquilos ante
un vecino que tales habilidades habia puesto en juego para sobor-
nar presidentes y generales forjando ficticias anexiones, se mostra-
ron descontentos. y aun llegó el caso de invadir la nueva posesion
espaftola una 8xpedieion organizada en la repúblieade Haiti.


Tristes consecuencias de la famosa ane~.ion, estos sucesos lIeva-




DEL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA. 545
ban á la conciencia del unionismo )a perturbacion y servian para
recordarle sus ,grandes injusticias.


Pero no eran solo estas las contingencias y los desastres que ex-
perimentaba. ta ambigüedad, la oscura y tenebrosa marcha de la
diplomacia española que queria servir á todo trance al BorboDismo
contra las exigencias y necesidades de los pueblos que rechazaban
su oprobiosa dominacion, habia levantado con el gobierno de Vic-
tor Manuel dificultades gravisimas, y encargándose el gobierno de
los archivos napolitanos SURcitó rechlmácioóes vivisimas y funda-
das de parte del que, por la voluntad del pueblo de las Dos Sicilias,
habia sido considerado como °rey. El ministro de Estado español se
haUaba en una crud alternativa; y era difícil, muy difícil para el
que tenia que doblegarse ante el padre Cirilo y la monja de las lla-
gas, para el que se prosternaba á los piés de Isabel y de sus favo-
ritos, mantenerse en el poder algunos dias mas, salir con honra y
con dignidad de tan aflictiva, situacioo.


Realmente Víctor Manuel era un rey como otro cualquiera, que,
afectando constituciof.lstismo, habíaembaucad-o 6 Garibaldi y al
pueblo italiano dándole esperanzas que debian ser ilusorias. Pero
los pueblos le habían adamado, y el gobierno espanol, que se decia
liberal, que á la soberania nacional debia su origen, contradecia en
el exterior el principio de· la soberania popular. Triste y menguada
posicion de esos hombres que quieren contemporizar poniendo una
vela al diablo y otra á san Miguel. Pobres desgraciados ilusos que
caen en graves errores y se hunden mas pronto, cuantas mas pre-
cauciones toman para sostenerse y perpetuarse en el poder.


'I'olrom.




CAPITULO LXXV·


SUMARIO.


Dificultades de la situacion.-Trámites de la cueslion mejicana.-Ruptura de las re-
laciones.-Ojeada retrospectiva sobre planes reaccionarios de la vieja Europa
contra aquella república.-Tratado entre O'Donnell y Miramon.


I.


¿Qué poJitica era la de aquellos gobernantes que se colocaban en
una situacion dificil para si mismos, tanto ó mas difícil para sus su-
cesoresf ¿Cómo se íba á resolver la red enmaraliada de contradic-
ciones en la politica exterior~ ¿Cómo pretendia la Union liberal salir
de tantos y tan terribles apurosY


Ellos que llamaban ingobernable al pueblo, ellos que llamándose
liberales se mostraban desconfiados bácia el pueblo, ¿tenian acaso
dotes para gobernar en el sentido que dan á esa palabra los doctri-
narios de todas las escuelast ;,0 pretendian, como se decia entonces,
hacer impo~ible otra cosa que el diluvio cuando dejasen el mando?


Los entendimientos mas vulgares comprendian basta qué punto
debiera ser previ~ora nuestra conducta en América; interesaba que
Espalla ,olviera á parecer una nacion respetable y respetada á Jos
ojos de)quellos pueblos que mostraban una tendencia marcada á
volver los ojos á la madre patria. Habiamos tenido coo. Venezuela
difereneias que produjeron un rompimiento SiD lograr la reparacion




DEL ULTIlIO BORBON DE ESPAÑA.. 5"
pedida; hablamos tropezado con un conflicto en Haiti; Méjico nos
babia inferido mucbas y muy repetidas ofeosas, se ajustó un tra-
tado que no las reparaba y se envió un embajador; el tratado no
se cumplió, el embajador fué despedido de la llepública, y el go-
bierno decia que la cosa no tenia gravedad hasta que de pronto se
le ocurrió pensar en una expedicion.


n.


La cuestion de Méjico efectivamente iba por entonces enmara-
liándose, y aquel gobierno, aquella pandilla que habia tenido la ha-
bilidad de involucrar todas las cuestiones, que buscando en Europa
un puesto enviaba á Cochinchina nnestros soldados y recibia con
gran pompa las embajadas marroquies que venian á dar satisfac-
ciones con el principe Muley-~l~Abbas á la cabeza, despues de ha-
herlo preparado y solicitado por medio de negociaciones y transac~
ciones vergonzosas, aquel gobierno que en ~l interior no sabia sos-
tener el órden material ni la)eguridad de Jos ciudadanos cuyo de-
recho quebrantaba y conculcaba á cada momento, habia espiado
una cuestion oportuna que creia habérsele presentado.


Bueno será que recorramos por un momento los trámites de esa
peligrosa cuestion de Méjico, que la Union liberal quiso explotar,
obrando asi como siempre contra los i'ntereses del progreso, de la.
libertad y de la justicia.


Vivíamos en paz COD aquellos naturales~ desde que el reconoci-
miento de su independencia nos devolvió el titulo de hermanos que
nunca debiéramos haber perdido. Cuestiones de intereses que tan
COOUlDe& son en tooo"arregle de familia-comenzaron á ' ... bar muy
pronto Iluestra baena iDWigenQiat. y, mien tras nosotros alegábamos
la fe de los tratados DOS oponian ellos vicios de nulidad, que son de
atender y considerar en todo lioajede contrataciones.


Empero cruzáronse en el camino excesos y crímenes que vinie-
ron á entorpecer y dificultar el curso y término de nuestras dife-
rencias: mezcláronse en el arreglo de nuestra deuda las cuentas de
nuestros agravios, y al reclamar SU completa satisfaccion alzÓSe'
deshora UD diplomático de raras condiciones, que imprimiendo tér-
miDos precisos y perentorios á:las averiguaciones judiciales y peñas
marcadas para reos desconooidos y cuya-culpabilidad dependia de




548 HISTORIA D:IL BEIlUDO
la sustanciacioD del proceso, anunció el' rompimiento de nuestras
relaciones con Méjico, )8uzand~ amenaza semejante al ministro de
Relaciones extranjeras de un gobierno constitucional.


Imposible es ,;notar en una todas las extravagancias, todas las
torpezas, todos losabsurdmrilue aquella nota-diplomática cóntenia;
pero nues~ras relaciones con la República méjicana se rompieron al
apoyo de tan grave resolucion. Nunca exigencia semejante se ha-
brá conocido en los fastos judiciales, porque ni el esclarecimiento
de los hechos de un proceso depende exclusivamente del celo, inte-
ligencia y buena voluntad de su juez instructor, ni la aprehension
de los criminales está siempre al afcaoce de la persecucion del go-
bierno, ni es posible para otro que para el tribuDal competente, la
desigoacion de las peDas en que hayan incurrido los reos, sujetos
aun á los procedimientos de un sumario.


Sin embargo, nada de esto etavo tn cuenta por el representante
espallol, aieno -sindllda .. foda'notion de derecho penal, y muydts-
taDteademásdel buen sentido que en estas cosas suele dirigir la
condueta de los mas imperitos, yjpor todo atropelló para fijar la tre-
gua de una ruptura que sin duda se apetecia y que por tales y tan
insólitos medios se alcanzó.


Reanudáronse no obstante nuestras relaciones ante el presidente
Miramon, pero lanzado este~del mando supremo por la revolucion,
Juarez, que le sucedió en el cargo y ante quien segun parece no
estaba acreditado nuestro embajador, y que por otra parte no tenia
los mismos motivos que so antecesor para contemporizar con ]a5
exigencias de Pacheco,' I08Xputsó de la República.


No examioaremos aquila mayor ó menor gravedad del agravio
inferido á nuestro decoro CMI es'ta expulsion, ni recordaremos la si-
tnacioo ridicula en que colocaron á Pacheco' los deseos de favorecer
á Miramoo; pero si importa consignar que sobre todo esto sehabia
echado tierra, y que el gobierno del general O'Doonell aguardó oca-
sion en que los agravios foeran mas generales para tomar en serio
lo que llamaba agravios.


1lI.


Juarez, que teriia' una actividad asombrosa, que se babia dedicado
en cuerpo y alma á la causa de la libertad de su patria, que lucha-




DEL ULTIMO BORBON DE ISPAÑA. 549
ba hacia mncho tiempo sin descanso, habia)ogrado vencer todos los
obstáculos, . todas las fuerzas de la reaccioD, penetrando en Méjico
despues de cien combates y procurando desarmar á sus contrarios,
anular la influencia del clero é introducir grandes y profundas re-
formas que fuesen dando al país ventajas positivas para interesarlo
en el triunfo de la idea revolucionaria.


Dotado de gran energia, con el &rmfsimo propósito de no ceder
en su plan, marchó en este camino sin· respeto ni consideracion nin-
guna.


Casi con esto eoincidió la guerra civil entre los Estados del Norte
y del Sur de la gran República americana por la cuestion grave de
la escla vi tUlI.


El clero, que se veia atacado de frente, buscó todas las tretas,
movió toda clase de registros, ejercitó su influencia en Europa para
evitar que se vendieran sus bienes y qué se llevaran adelante los
planes de descentralizacKm de :JuaTez. porque venian á aniquilar su
prestigio matando el fanatismo allí 'dominante.


En Francia, en Espana, en todas partes los agentes de Roma pro-
curaron concitar las iras de los gobiernos y hacer que prevaleciese
el odio y las pasiones antes que la justicia. Asi se Begó á esas ab-
surdas determinaciones, á esas negociaciones secretas, á esos pac-
tos, II esas combinaciones ridiculas que alimentaron por mucho tiem-
po las esperanzas de Cristina y de Isabel de ver levantado en Méji-
co un trono para alguno de los individuos espanoles de su famiJia.


El Borbonismo, empero, habia caido en desgracia, y no era Na-
polean quien habia de preparar su triunfo al otro lado de los mares.
Otros planes acariciaba ya, y las negociaciones S8. proseguían acti-
vamente pero con mucho sigilo, esperandotambien ocasion propicia
paramarehar cd~seguro isuobjeto.


IV.


Irresoluto é incierto, procurando ganar horas y días, habia deja-
do-el gabinete O "Don nell que los acontecimientos se precipitaran, y
como recurso llegó á determinar que el eapitan general: de Cuba,
mas cerea del sitio de los acontecimientos, mejor reselado, resol-
viera lo que creyese mas acertado, y disposiera,sicoavenia, alguna
expedicion que aprovechando los disturbios, la guerra civil de Mé-




550 HISTORIA DEL RIINADO
jico, pudiese d 1r algun golpe de mano apoderándose de alguna po-
blacion importante.


Espana, pues, en el gobierllo de O'Donnell, queria á todo trance
la intervencion armada en aquel pais. ¿En qué forma., bajo qué
pretexto queriailD~etell'ugo de&Q. VQluntad á aquellos nablra-
les? ¿Se tralaba por ventura dell~varles. como en otro tiempo los
beneficios de la civilizacion, ~ó de invadir por segunda vez en son de
conquista aquel infortunado continente?


Escasas simpatfas podian hallar en aquel país nuestras tropas, J
solo los sectarios del fanatismo encontrarian interés en auxiliarnos,
y aun estos muy disminuidos de lo que antes fueron, porque ni una
sola voz se habia levantado en medio de sus discordia¡ para pro-
clamar un nuevo órden de cos,as, ni menos para pronunciar en tono
serio el nombre deningun prfncipe de esos que parecia querérseles
regaJar en prenda de su buena fortuna.


¿Quién nos llamaba de tan apartadas regiones para que de tal
modo int~rviniéramos en sus negociost Se trataba de restaurar el
trono. ¿Qué partido politico de aqu,el pais habia levantado la ban-
dera monárquica para que fuéramos á. prestarle nuestro apoyo~


Ninguna raza, ni americana ni espaliola, tendrja representacion
propia en semejante lucha, y por esto ,mismo y en el tono que me-
jor les parecía, ciertos periódicos proponian nombres extralioscon el
propósito de dotar de reyes propios al sollado trono de Méjico, co~
pudieran hacerlo los mamelucos ó fariseos.


v.


No era ya nuevo el empelio de los Borbones espaftoles de flevan-
tar tronos en MéjICO por una manera tal, que casi podia instituirse
un. antiguo adagio, el de levantar castillos en el atre.


La poUtica de Espalia en A.mérica estaba trazada: era la de atrae-
cion. Pues, bien; allá en 181! se hallaba reunido el congreso de
Verona, de tan gratos recuerdos para esta situaeion, cuaodo la In-
glaterra manifestó su inlencion de reconocer los gobiernos de "echo,
establecidos en las colonias que acababan de separarse de Es palla ,
la Francia concibió el proyecto de levantar algunos tronos en aque-
llos pedazos separados de la madre patria, para colocar en ellos al-
gunos prfncipes de la casa de Borbon.




DIL ULTIllO BOBBON DE ESPANA.


óPor qué aquel congreso se levantó sin que le fuera sometido este
asunto? ¿Por qué Luis XVIII tuvo que renunciar á sus miras y los
Estados-Unidos y la Inglaterra pudieron reconocer las nuevas re-
públicas?


Antes que esto, durante la primera legislacion de 1810, los di-
putados de Nueva -Espalia dieron pasos para levantar un trono que
habia de ocupar un principe de lafamHia réal de Espana.


¿Por qué encontró tan mala acogida aquel pensamiento que no
logró siquiera preocupar la atencíon y que hizo sospechosas las pre-
tensiones?


Pero no pararon aquí los suenos del trono mejicano. y el senor
Martinez de la Rosa, ministro de Estado en la época citada, y á la
sazon presidente del congreso, podia decir al general O'Donnell lo
que le pasó al general O'Donoju.


«Causó no poca sorpresa y pesadumbre, dice en su BOlquejo Itis.,
tórico de la política tk España, la noticia de lo que habia acontecido
al general O' Donoju, enviado á Méjico; el cual, en vez de conseguir
el objeto que se le habia encomendado, celebró con el caudillo de
los insürgentes general Iturbide lo que se lJamó Tratado de Córdoba,
cuya base capital consistia en erigir un trono en aquel reino para
que lo ocupase uno deJo(hermanos del monarca.


»Mas no solo este ceJoso de su autoridad, y poco inclinado á se-
mejante sacrificio, recibió con desabrimiento la propuesta, sino que
la opinion pública se declaró abiertamente contra ella, y se consideró
poco menos que como traicion y alevosia el paso que habia .dado el
comisionado espaliol sin estar autorizado para ello y faltando mani-
fiestamente á sus instrucciones .


• Fueron por lo tanto inútiles CU30tas gestiones se practicaron
para que se adoptase aquel proyecto que es fama apadrinaba aJgu~
no de los miembros de la familia real, asi eomo 108 diputados de la
Nueva-Espana; y á pesar de sus esfuerzos, las cortes pronunciaron
su fallo, condenando la conducta del general O'Donoju, declarando
nuJo y de ninguD valor cuanto habia practicado.»


VI.


Para mejor terminar este paralelo que realmente lo era, entre los
hechos pasados y los hechos presentes, alladiremos que el general




lio! DISTORIA DIL RBlIUDO .
O'DODOjU, en vez de conseguir el ~bieto que so le habia encomen-
dado, celebró un tratado con el caudillo de -los insurgentes Iturbide,
cuya base principal consistia en erigir un trono en aquel territorio.
l el general O'DoDnell, en vez de conseguir reparaciones y dinero
para Espana, que era el objeto que le estaba encomendado, celebró
con el caudillo de los insurgantes, el general Miramon, un tratado
que no tenia base capital y que tuvo por última consecuencia el pen-
samiento de erigir un trono en aquel pais.


y parece imposible que aquel gobierno se olvidase hasta tal pun-
to de sus compromisos y de lo que representaba, que quisiera servir
los intereses particulares de familia exponiendo al pueblo espanol á
una catástrofe, á un ridícul~ espantoso.




CAPITULO LXXVI.


SUMARIO.


Rápida ojeada sobre la guerra de los Estados-Unidos, y cómo seguian las negociacio-
, nes y preparativos para la expedicion de ~Iéjico.


l.


Conviene ahora que expliquemos perfectamente las circunstancias
en que se encontraba la .cuestion mejicana y los planes Dapoleó-
nicos.


La guerra que como hemos dicho ardia entre los diferentes Esta-
dos de la Union, llamaba toda la atencian á los dominadores de
Europa, tanto bajo el pu.nto de vista politico como bajo el aspecto"
social que tenia, puesto que se trataba de la última evolucion res-
pecto á la esclavitud.


Abraham Lincoln, que era el presidente de los Estados-Unidos,
tenia una gran represontacion, un objeto elevado en su mente y 'as-
piraba á concluir con esa lepra asquerosa, la esclavitud, con esa
indigna explotacion, con ese comercio infame en que el hombre se
convierte en c(}sa y en mercancía.


Los numerosos propietarios de esclavos, los que comerciaban con .
la raza negra, temieron que iba á acabar su dominacion, y se apre-
suraron á tomar las armas, ya que legalmente derrotados. perdian


TOllO In. 70




554. UISTORlA DEL REINAD O
cada vez terreno y se iba á consumar Ja emancipacion del ser hu-
mano Jegal y pacíficamente.


Los europeos, las clases gobernantes que no ven mas allá de sus
narices, creyeron llegada la ocasion de arruinar y disolver aquella
gran agregacion de Estados, anulando la república, y restableciendo
los imperios y las monarqufas.


Desde ese momento la Inglaterra tambien, que queria reconquis-·
tar su antiguo ascendiente sobre las colonias emancipadas, se pro-
puso un plan especialfsim9 para levantar un trono.


Por esta manera confesaban y comprendian los gobiernos euro-
peos que solo al abrigo de las instituciones monárquicas puede sos-
tenerse el infame tráfico de la carne humana.


ta clerigalla, las clases aristocráticas y burocráticas, la monar-
quia, el czarismo, los privilegios, los abusos de todos órdenes se'
coligaron para dar el triunfo á los se·paratistas del Sur. Y Espana, la
Uníon liberal, el Borbonismo, no faltaron á ese gran conciliábulo
de lo que llaman intereses conservadores, del despotismo brutal, y
quisieron tambien oponerse como era de prever al derecho y á la
justicia, represen1ados en la bandera enarbolada por Abraham Lin-
coln y los federales del Norte.


u.


Méjico por su atraso y por las supersticiones y la ignorancia que
habian germinado bajo el imper.io de las familias borbónicas y del
fanático clero espanol, fué considerado sin duda como un buen pun-
to de escala para llegar de nuevo á hacer caei' de su riqueza y en-
grandecimiento al vigoroso atleta de la civilizacion y de la libertad,
á esa activa pobIacioD que en pocos años ha creado un poder ro-
busto que desafia á los antiguosl;JJoderes sostenidos por el mo-
no~olio y por la fuerza.


AIlf se excitaban turbulencias, se apoyaba al clero, se ponían
obstáculos al gobierno y á los partidos liberales, y cuando se encon-
traron ante Juarez, ese tipo de energía y de virilidad que defendia y
sos tenia contra todos la libertad y el órden, entoncps los pactos se-
cretos recibieroQ publicidad y la embajada francesa é inglesa salie-
ron con estrépito del territorio de la República en son de amenaza
buscando pretextos especiosos para inutilizar al hombre, para rom-




DEL ÚLTlMO BORBON DE ESPAÑi. 555
per definitivamente con aquel gobierno que representaba )a volun-
tad del pais. ,


targos y entretenidos fueron los preparativos, porque desde al-
gunos alios antes, Napoleon iba explorando la voluntad de los prin-
cipas en disponibilidad para formar su combinacion como habia hecho
con-Viclor Manuel á quien habia obligado á ceder Niza y Saboya .


.El elegido del! de dieiemb.re, eligió tambien á su vez á un her-
mano del emperador de A.ustria para el trono mejicano; y aunque In-
glaterra tenia tambien como candidato á un prfncipe de la familia rt!al
y los Borbones espalloles sollaban con aquella vacante, creyó qtte
manteniendo ocultos sus proyectos podria servirse de las influencias
y de los soldados y de la escuadra para penetrar en aquel territorio,
desde donde, dando la mano á los separatistas, envolveria fácil-
mente al gobierno de Washington.


Como lo habia pensado sucedió, segun vamos á ver conforme vaya
desenvolviéndose el terrible drama que: comenzando en sainete llegó
á un trágico desenlace.


111.


Un negociante, un tal Jecker, se prestó á servir de piedra angu-
lar de todo ese edificio, presentó reolamaciones absurdas de fabulo-
sas cantidadea al gobierno de Juarez, y este, que no queria tolerar
un robo ~scandaloso, se negó á reconocerlas, porque no se fundaban
en documento alguno y eran solo ficticias aseveraciones para llegar
al resultado que se pretendia. En esto 'i en las reclamaciones de al-
gunos ingleses pudo fundarse la retirada de los embajadores.


Las- tropas enviadas por el gobierno espallol en reemplazo de los
que habian salido de Cuba para Santo Domingo, fueron el.núcleo
primero, que con los buques por el mismo motivo am reunidos,
sirvió á Serrano para formar la expedicion que se presentó deJante
de Veracruz. La poblacion no tenia medios de resistencia, y con las
protestas convenientes dejó paso á los expedicionarios que se pose-
sionaron de la ciudad.


Francia é Inglaterra organizaban entre tanto sus fuerzas, envian-
do los ingleses solo algunos hombres de desembarco, mientras que
albergaban, en sus buques una division bastante numerosa del ejér-
cito francés.




556 nSTORIA. DU REINADO
Todos obraban de concierto ya, y Prim con mayores fuerzas lle-


gó aIgun tiempo despnes, á la Habana trasladándose á Veraeruz don-
de esperaba el resto de la expedicion, organizadlll por las potencias,
que debian obrar de comun acuerdo segun el convenio celebrado en
Paris des pues de muchas vacilaciones, de muchos vaivenes, de mu-·
chas humillaciones, de no pocas y escasas reticencias.


Porque durante algunos meses la prensa ministerial aseguró, para
dar bombo y dirigir felicitaciones al gabinete por su firmeza, que
Rspafta iria sola á Méjico sin peijuicio de obrar en comun con las
otras potencias.


IV.


Un dia declaraban que el gobierno reclamaba de Méjico amplia
satisfaccion por la salida de nuestro embajador, pretendiendo que vi-
niese á Madrid un enviado extraordinario de la República á presen-
tar sus excusas; el reconocimiento explicito del tratado de Mon-
Almonte, comenzando por satisfacer los créditos devengados en el
período que habia corrido desde que en los tiempos de Comonfort
se suspendió el cumplimiento de estas estipulaciones, ó en equiva-
lencia UDa suma alzada de diez millones de reales; el castigo de los
atentados contra súbditos espaftoles y la indemnizacion por la cap-
tura de la fragata mercanre Concepcion. Habrían de darnos garantias
para el exacto cumplimiento de este arreglo, y en el caso de que el
gobierno meRcaDO no accediera en el término de doce dias á estas
reclamaciones, fa escuadra y el ejércitll espaftol al mando de los ge-
nerales Serrano y Rubafeaba deberian apoderarse de Veracruz ó de
Tampico. Como los fuertea de San Juan de Ulua tenian algunos ea-
liones de ochenta, las fragata~ Concepcion, Lealtad y otras de nues-
tra escuadra llevarían caiiones rayados de igual fuerza y mayor
alcance á fin de asegurar el éxito del ataque.


Entre tanto debian seguir mas activas que nunca las. negociacio-
nes entre Madrid, Paris y Londres para la accion colectiva de las.
tres potencias.


, Y.


Mientras esto acontecía, el gobierno se presentaba ante las eor-




DEL ~LTIMO BOR'BbN DE ESPAÑA. 557
tes, y en el discurso de la corona hablando de otros diferentes asun-
tos, de otras cuestiones de que 'vamos en breve lL ocuparnos, con-
sagraba un párrafo especial á la cuestion mejicana. Dé aqui el texto:


«Mi gobierno tenia preparados los elementos necesarios para este
fin (dar á los mejicanos un ejemplo de rigor y generosidad), cuando
fueron objeto de UDa nueva violencia dos grandes naciones, coya
tolerancia con aquel pueblo no pudo atribuirse jamás á debilidad.
Los agravios eran comunes. La accion debia ser colectiva. Mi Go-
bierno la deseaba. Sus esfuerzos para combinárla habian sido ante-
riormente' eficaces y activos; pero el resultado no correspondió
entonces lL sus deseos. Si ahora hubiera sucedido lo mismo, su reso-
]ucion habría sido enérgica, su accion instantánea y decisiva.»


Expresábase en ese párrafo que como todo el discurso venia re-
bosando cierto desden mas bien que generosidad hácia nuestras
antiguas provincias de América, y el gobierno casi seguro de que la
intervencion seria ahora eficaz, completaba el pensamiento de esta
manera:


acLa Francia, la Inglaterra'y la Espafta se han puesto de acuerdo
para alcanzar las reparaciones debidas á sus agravios y las garan-
tfas necesarias de que no se repetirán en Méjico los intolerables aten- .
lados que hao escandalizado al mundo y afrentado á la humanidad.
De este modo se reali::ará el proyecto á cuya eiecucion hahía dz'rigi~
mi gobierno todos sus esfuerzos. Oportunamente se os dará cuenta
del convenio que con este objeto se ha firmado por los representan-
tes de fas tres potencias.


-La presencia de sus foerzas navales y terrestres en los puntos
mas importantes de las costas de Méjico no podrá menos de traer á
la reflexion á los partidos que despedazan aquel desgraciado pais.
Si la paz renaciera en él á la sombra de un Gobierno sólidamente
6onstituido, nos felicitariamos de haber contribuido á darle una vez _
la e:mstencia de la civili::aczon y otra la del órden con la indepen-
dencia y la libertad. Espana deseará siempre que los pueblos del
continente americano acierten á proporcionarse el goce de tan ina-
preciables ventajas.»


..


VI.


En las frases de la UDioD liberal se expresaba perfeotamente el pen-




558 HISTORIA DIJl, BBUUDO
samiento que los Borbones venian prosiguiendo con empello para
dominar nuevamente ~n aquel pais donde habiamos llevado los be-
neficios de la civilizacion inquisitorial, destruyendo con las cuadri-
llas de aventureros y fanáticos aquella desgraciada raza india que
despues de haber acogido con ~nevolencia y aun con respeto á los
conquistadores, habia tenido que tomar la resolucion de defenderse
acosado por las indignas explotaciones, por el mal trato, por la per-
fidia de los jefes militares y eclesiásticos que Espafta les mandaba.


Increible pareceria el lenguaje de ese discurso si no estuviéramos
acostumbrados á oir en labios augusto8 yen el tecnicismo de los
partidos doctrinarios, palabras cuyo sentido se tuerce y se desfigura
y que es necesario descifrar para darse cuenta de su verdadero sig-
aificado.


Si por la civili~acion que habiamos llevado á aquellos pueblos
habia de juzgarse el órden que pretendiamos establecer, podiaD es-
tar satisfechos los mejicanos, pues debian gozar del silencio de las
tumbas y ver caer sobre ellos, como aves de rapifta, pandillas de
famélicos cortesanos, de clérigos sin fe ni conciencia, dispuestos á
ejercer am las venganzas que en Europa llegaban á ser un verda-
dero anacronismo. '


Para el que medite alguna vez en lo porvenir lá historia del rei-
nado de Isabel, para el que desentrafie los archivos y se inspire en
todos los planes referentes á esta página, á esta sola página, la
cuestion de Méjico, quedará plenamente demostrado el carácter del
Borbonismo, y podrá juzgar con acierto de todos los do más hechos,
de todas las abominaciones que han formado la vida politica de los
partidos que servilmente han obedecido las inspi.raciones de las ca-
marillas. Porque lo que se llama época constitucional, ha sido COns-
tantemente el reinado de las camarillas, la lucha sorda de ambicio-
sos, que á trueque de explotar el pais se prestaban á todas las in-
dignidades que les proponia la corle de Isabel.




CAPrrULO LXXYtl •



SIHt'lARIO.


Viaje de la corte á Santander.-Discnrso trivial de la corona en la apértura de la\
cortes.-Contestacion del congreso.-oposicion de Pacheco.


I.
- ,


POCO antes de los acontecimientos de toja se habia terminado la
legislatura, y distraido el gobierno con aquellos sucesos, que real-
mente llegaron á poner el espanto en su ánimo, gozándose por tan-
to en vengar tamafta osadia, encarcelando, deportando, y poniendo
aóte 108 consejos de guerra á multitud de ciudadanos inofensivos los
mas, no por eso se olvidó de que llegada Ja época veraniega, era
conveniente distraer el ánimo de la bondadosa 11 aNguta Prince'fJ,
que siD duda era hija legítima del paternal Fernando, y se hastiaba
en las 8o/edad81 del regio aloázar.


Emprendió pues su acostumbrado viaje á las provincias, y cúpole
en suerte á Santander recibir la visita de 8U ,oherana que olvidaba


. en las alegres playas ]a ingratitud de los aluCl~:dos andaluces que se
sublevaban pretendiendo derruir el trono de cien reyes.


Mientras morian á cientos las hacinadaS' vfctiinas de toja, Isa-
bel paseaba su persona por ]a costa cantábrica; y rodeada de sus
amantes cortesanos, del famoso Puigmoltejo y todos sus demás hi-




560. HISTORIA. DEL REINADO
JOS. Fiestas y músicas y bailes, iluminaciones y todo ese aparato
oficial que tantos millones cueda á los pueblos, respondían á los
ayes de las viudas y de los huérfanos que dejaban en Andalucfa
los consejas de guerra. Horrible espectáculo, monstruoso contraste
que las monarqufas ofrecen y de que el reinado de Isabel' presenta
tantos ejemplos.


n.


Cumpliendo por lo demás el gobierno con las prácticas parlamen-
tarias, apresuróse á la vuelta del viaje á convocar los cuerpos cole-
gisladores para, darles cuenta de la situacion del pais durante aquel
interregno.


Ya hemos visto lo que decia referente á la euestion de Méjico que
vamos á ver desenvolverse muy prlftlto. Daba tambien por termi-
nadas las diferencias con Venezuela; y por lo referente á la famosa
-t.nexion de Santo Domingo, se expresaba asi:


CkEI pueblo dominicano amenazado de enemigos exteriores, fatiga-
dos de intestinas discordias, invocó en medio de sus confl(ctos el
nombre augusto de la nacion á qUIen debió la civilizacion y la vida.
Contemplar impasibles sus' desgracias, desatender sus votos, inspi-
rados por altos recuerdos y por on amor jamás ,extinguido hácia
Espana, hubiera sido indigno de nuestra nobleza. Convencida de
que eran UNÁNIMES, ESPONTÁNEOS, no vacilé en aceptarlos, atenta á la
lwnra MAS QUE A LA CONVENIENCIA de mi ptleblo.»


Confundir la honra de Espana con la vanidad, de los' Borbones y
postergar á esa soberbia la conveniencia de la nacion, convirtien-
do una conspiracion fraguada en Cuba contra la independencia de
un pueblo, en deseo unánime de los dominicanos, para volver á caer
bajo las garras de los advenedizos, hubiera sido ridículo si no fuese
sangriento tratándose de la Union liberal; si no se reconociese tras
ese cínico lenguaje al famoso ministro escéptico que tenia á su car-
go la gobernacion del Estado.


Otre pluraro dedicaba tambien el discurso á este asunto, en que
se reflejaba perfectamente la e'pontaneidad con que los dominica-
nos habían recibidoá las -numerosas tropas y á la escuadra que des-
de Cuba habia ido á favorecer la emision de los sufragios anexio-
nistas.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. ~61


111.


Viniendo á las cuestiones interiores decia Isabel estas palabras:
.Sucesos graves por sus tendencias alarmantes para la sociedad,


turbaron _el órden público. en algunos pueblos de las 'provincias de
Andalucia. Para restablecerla y castigar á los culpables de tan cri-
minal tentativa, NO FUE PRECISO ll..ECURRIR A MEDIDAS EXTRAORDlN,ARIAS.
Mi Gobierno dejó expedita la accion de los tribunales que parG e8-
IDa CasOl establecen las leyes.»


Una insqrreccion, cualquiera que fuese su carádter, que habia
respetado las propiedades y la vida de sus enemigos dominando en
una poblacion sin obstáculo alguno, era' tachada con feos colores,
y el gobierno se· habia encarnizado terriblemente sometiendo á los
consejos de guerra delitos anteriores á la publieacion de )a ley mar-
cial. Y lJamaba á esto no tomar medidas extraordinarias y someter
á los sublevados á los tribunales que las leyes establecen para eslol
easos.


Recientemente hemos hablado con una persona, que es magis-
trado, despues de la revolucion de setiembre, y que siendo entonces
juez de Málaga recibió una órden del ministro de Gitlcia y Justicia
para que no entablase competencia con los consejos de guerra. Ha-
llándose en un grupo donde hablábamos mas de diez personas, ha .
dicho, que declaró que él por su parte no estableceria oompetencia,
pero que si alguno reclamaba su proteccion y se amparaba del de-
recho comun, él Je sostendría; hubo alguno que )0 hizo, y donde el
consejO de guerra habia hallado delito para imponer veinte año<t de
presidio, él solo halló'mentos para. devolver la libertad al acusado.
¿Era ese el tribunal. era esa la justicia de la Uníon Iiberalt Eso po-
dia llamarse la inf~mia suya, y un sarcasmo contra toda ley, contra
todo derecho.


IV.


Por lo demás, en el resto del discurso se hablaba, con la refinada
hipocresia de costumbre, del respeto á la libertad, de la extension
del derecho electoral, de la imprenta, de las r~formas en la admi-:
bo~ . '1




56! HISTORIA DIL REINADO
-


nistracion de justicia, anunciándose tambien la reforma constitu ...
cional.


En suma, el discurso era largo y desleido, fecundo en promesas,
J como producto de las notabilidades unionistas, consagraba gran
parte á hablar de intereses materiales, seduciendo con halagüetlas
esperanzas de desamortizacion, acrecentamiento de la marina y cans·
truccion de las grandes vias circulatorias.


Esto se "prestaba al agio, y debia mas adelante, despues de enri-
quecer á algunos, postrar mas y mas las fuerzas aclivas y produc-
toras que vivian entonces una vida ficticia y efímera.


Estos eran los milagros que sabia hacer el unionismo que reem-
plazaba la libertad por la tolerancia, que sostenía el órd,en con los
canones, no con leyes justas, que aumentaba el número de los bu-
ques, pero no la- potencia naval de Espalla, lo mismo que buscaba
conflictos euando hablaba de anexiones y metia gran ruido con las
embajadas marroquies, con los tratados de Venezuela, con nuestros
triunfos en Cocbinchina y con la famosa expedicion de Méjico.


Volvemos á repetirlo, cuando se estudie en lo porvenir este pe-
riodo en que la Union liberal ha mandado, los hombres imparcia-
les consagrarán á la execracion toda esa farsa hipócrita tan mal
representada.
~.


v.


Aquellas cortes que pueden decirse de larga vida, porque iban
pasando legislaturas y votando presupuestos, acogieron palmas con
las declaraciones del gabinete, y tanto el senado como el congreso
se felicitaban por aquella gloriosa epopeya que habia desenvuelto la
Uníon liberal en Africa, en América, en Asia, por aquellas refor-
mas que, segun decian, eran un semiller(de riquezas para en ade-
lante,de venturoso y próspero adelantamiento para la patria.


El congreso se asociaba á la politica gubernamental, que debia
tener tan desastroso fin etl la cuestion mejicana, en los siguientes
términos:


«Roto en aquella Repóblica un convenio semejante por la mano
desgarradora de la anarquia que está destrozando ~aquel desventu-
turado pais, y haciéndole objeto de escándalG y de lástima al mundo,
la repetícion de" criminales excesos contra los espanoles ,obligó al




DEL ÚLTIMO BORB{l!N DI IS'AÑA. 563
gobiJrno de S, M. á tomar la severa éimponente actitud de quien,
apurando el sufrimiento, deja de ser el demandante de razonables
satisfacciones, y se trueca en vindicador de intolerables agravios.


-En tal estado, dos grandes naciones, aliadas muestras, reciben
tambien ultrajes en aquella infortunada república: comnn ya la
ofensa, comun debia ser la demanda de reparacion, comunes yacor- .
des los medios de exigirla y obtenerla. Grandemente se complace el
congreso de los diputados en que Francia, Inglaterra y Espana se
hayan 'entendido y concertado tan felizmente en este punto. De
esperar es que la presencia del triple pabellon de las fuerzas com-
binadas, maritimas y terrestres de .1as tres potencias en las costas
mejicanas, ¡espectáculo grandioso y en aquellas regiones nunca y
en ningun tiempo visto! hará entrar en reflexion y en deber á los
hombres y á los partidos que traen despedazado aquel suelo. Si por
resultado de esta accion colectiva se restableciese la paz, y con e1la
un gobierno sólido, independiente y digno, Méjico que deJ:)e á Es-
pana su primera civilizacion, le deberia tambien en .'muºha parte
otro inmenso beneficio.»


VI.


La discusion provocada por esta euestion Jo mismo que las re-
ferentes á los otros puntos que en el discurso· se hacían resaltar,
fué algun tanto animada, y Pacheco se expresó con tal energfa,que,
como remate de su discurso, refiriéndose al ministro de Estado y á
su conducta en la cnestion mejicana, pronunciaba estas sQlemnes y
graves palabraRt mas graves y solemnes por" salir de boca del
embajador que con tanta templanza habia tocado la euestion: «S. E.
podrá continuar siendo ministro de la .corona; pero no sé si conti-
núa siendo ministro de la corona de Espai'la.:o


tos ministros recibieron esta desearga á. quema ropa con su acos-
tumbrada imparcialidad. La sonrisa proverbial de don Leopoldo aso-
maba en los labios de Posada Herrera animando aquella fisonomfa
volteriana, y don Saturnino que veía en Pacheco un particular agra-
viado, no nn embajador despedido de la República, rióse tambien
como sus companeros, dando oeasion á que el antiguo jefe de los
puritanos consignase aquella risa que él creia peligrosa para la hon-
ra de EspaDa.




CAPJTULO LXXVUL


"--


SUMA.RIO.


Reflexiones sobre el nombramiento de Prim para mandar la expedicion de Méjico.-
Escisiones y contratiempos que experimentaba la Union liberal.


1.


La legislatura anterior se babia cerrado precipitadamente por los
temores que abrigaba el gobierno á dar explicaciones de ,todos los
puntos de su politica, y la nueva legislatura no se presentaba muy
tranquila, porque fuera de los cargos y censuras que habia de oir
el gobierno en las' cuestiones que ponia sobre el tapete al discurso
de la corona, habia otras de bastante significaeion como la referente
al último viaje de )a corte á Santander que habia coincidido con una
excursion de Cristina á Asturias, contra los terminantes deseos del
ministerio O' Donnell que habia puesto por condicion de su perma-
nencia en el poder, la de Cfue la antigua regente, la madre de Isa-
bel, no volviera á Espana. Siempre las mismas reticencias, las mis-
mas contradicciones.


,Proseguian entre tanto las negociaciones con las otras potencias
respecto á la cuestiono de Méjico. Miramony, Almonte, antiguos ge-
nerales y presidentes de la República, iban y,venian por las cortes
europeas, y el primero habia brindado algunos meses antes por Es-




DEL ULTIMO BORDON DE ESPA.ÑA.. 565
palla cuando creyó que se preparaba á llevar la g~erra á su patria,
y que seria él el verdadero jefe de ]a expedicion que debía restau-
rar el poder absoluto. de los clericales. Era en efecto el gobierno es-
paftol del general O' Donnell el mas á propósito para defender los
intereses del partido neo-católico. 1 cuando se habian enviado
órdenes á Cuba para detener la salid(de los buques, lo que habia
disgustado á Miramon, ¿no se comprendia desde luego que ibamos
á servir intereses extranjeros yend() supeditados y á remolque, y
que aun asi, se descubria perfectamente que representábamos la
tendencia oeo-católica y que harfamos lo .posible para afianzar el po-
der de Miramon, creando' acaso un trono que Francia é Inglaterra
deseaban para sus respectivos candidatils?


n.


El nombramiento del general Prim:en semejantes momentos como
jefe de la expedicion, se prestaba á muchos comMtarios. Prim ha-
bía declarado en el alto cuerpo que si Espafta iba á Méjico, DO te-
Dia toda la justicia de su parte, puesto que solo por una serie de
errores y de exigencias injustas se habia hecho posible el rompi-
miento, pues respecto de las reclamaciones ¡pecuniarias, declaraba
desde luego que eran excesivas. Pero el conde de Reus habia tenido
recientemente durante ~el· ver8DO- entrevistas COD Napoleon, siendo
obsequiado por parte del emperador que se resignaba á ver man-
dada la expedicioD por UD general espaftol. á quien sin duda habia
inclinado á sus planes.


Con general asombro fué nombrado Primo ¿Cómo, pues, podian
compaginarse sus deseos con su mision? El general Prim condenaba
las restauraciones absurdas, y ad verUa que no habia en E'paña prin-
cipe. de ,obra que enviar á j(J' m6JICanos. Esto hacia esperar á al-
gunos que siendo Prim el jefe de la expedicion, consecuente con los
principios que habia expuesto, destruiría por su base cualquier ab-
surdo proyecto que pudiera existir. Pero se tralaba de imponer un
gobierno á Méjico y hasta de constituir un trono en aquella Repú-
blica alegando la misma razon que daba Europa para intervenir en
Francia en 1793: la razon de que estaba Méjico desgarrado por la
guerra civíI; la misma razon que daba Francia para intervenir en
Espafta en 181a~




566 HISTORIA DEL REINADO
y si Prim creia que Méjico lItaba en 8U derecho no pagando,


¿por qu'é aceptaba el doble carácter de jefe de la expedicion y mi-
nistro plenipotenciario? No era fácil averiguar qué iba á pedir alli
el general Prim cuando resolvia entre España y Méjico á favor de
este República; y si, fuera de esta cuestion, los españoles residen-
tes en Méjico habían tomado parte en ]as cuestiones interiores de la
República, afiliándose á uno ú otro partido, no era causa bastante
para que España armara una guerra porque aquellos sufrieran las
eonsecuencias de su conducta?
L~s que habieran podido suponer que el general Prim opinaba


corno re público y obraria como representante del Gobierno, cuyas
órdenes obedeceria ciegamente, no sabernos si injuriaban ó ensal-
zaban al general, pero debian recibir un soJemne desengaño.


111.


Así iba av:anzaltdo esta c'ueslion á la par que las demás, creando
nuevos conflictos y diarios disgustos á )a feliz familia de los hom-
bres de corazon, cada uno de los cuales era alternativamente vitu-
perado ó elogiado segun las diferentes combinaciones que se fra-
guaban.


El general literato Ros de Olano esperaba sustituir en Cuba al
duque de la Torre; pero de repente comenzóse á hablar de que se-
ria Prim quien lograria aquel mando para dar mas unidad á las
operaciones y previendo que la campaña de Méjico, no seria de larga
duracion.


Serrano entre tanto recibía rudisimos ataques de los periódicos
moderados,y la Union liberal se descomponia y debilitaba por mo-
mentos. Mil veces habia ofrecido el gabinete O'DonoelI, para mos-
trar su homogeneidad, que ninguno de sus individuos caeria sin
que arrastrase en pos á sus companeros, y una noche apareció en
La Correlpondencia la estupenda noticia de haber presentado la di-
misioD el seftor Corvera, ministro de Fomento, y que inmediatamente
había sido aceptada.·


Tam bien las discusiones del senado y del congreso dieron oea-
sion á las dimisiones de unos cuantos consejeros de Estado de pro ..
cedencia progresista, lo cual revelaba el hondo antagonismo que
iba despertándose entre los ~iversos grupos que se habían asociado




DiL ULTIMO BORBON DI BSPAÑA. 567
al general O'Donnell para realizar la ventura de la patria.


Como un medio de desvanecer ~odas estas peque1ias diferencias
y hacer frente á los contratiempos. anunciaba La Corrcsponderlcia
que algunas kabilas fronterizas á Malilla se habian decidido á so-
meterse á Isabel anexionando el territorio á Espana. El gobierno
era pues feliz: á todas partelse eomunicaba el entusiasmo, en to-
dos los pueblos se recopocia las altas dotes de nuestros gobernan-
tes, y hasta la magnanimidad de Isabel, pretendiendo hacerse súb-
ditos de tan interesante y bondadosa reina.


Todo esto no disminuia la gravedad de las circunstancias, las
profundas escisiones y los gravísimos compromIsos en que á cada
momento se encontraba.


IV.


A grandes comentarios se prestaba la salida de Corvera y las
pretensiones de los 'lue querian reemplazarle -en el ministerio de
Fomento. Hablábase de la trascendencia de la dimision por el gran
apoyo que el serior Corvera tenia en sitios donde á los demás mi-
nistros con venia tener amigos; de lo que significaba en el ministe-
rio y de la conducta que seguiria despues de haber dimitido.


Todos los hombres políticos que del asunto se ocupaban, conve- .
nian en que la situacion del ministerio habia 6ambiado mucho, y
no para bien, en punto á seguridad, con el resultado de la crisis.
Creian que, aparte de las natúrales complicaciones que habia de
producir la provision de un puesto que tantos deseaban, la separa-
cion del senor Corvera habia de, ocasionar disgustos al ministerio, y
que desde aquel momento la situaeion estaba herida en el punto
que se creia menos vulnerable.


Guardábase vacante el ministerio de Fomento como un ardid
para obtener mayoria, y acaso el hábil Posada Herrera, conociendo
lo débil que se hallaba el gabinete para resistir los ataques de las
oposiciones, habia querido salvarle jugando una broma un poco p~­
sada á los ministeriales; y todo indicaba que se queria retener á Jos
resellados con una esperanza. Cada frsecíon ministerial iba á votar,
no el mensaje,sino su elevacion al ministerio. Y todo esto se bacia,
por supuesto, para devolver su pureJa al Gobierno representativo.




568 BISTORI~ Dn REINADO
Los periódicos ministeriales habian dicho que el sellor Corvera


para hacer frente á las atenciones de su ministerio pedia doscientos
millones mas sobre los sesen\a y tantos que eomo créditos extraor-
dinarios habia pedido recientemente al oongreso, y que el señor
Salaverrfa no quiso aoceder á esta petioion.


V.


El texto del conveBio celebrado· por Francia é Inglaterra con
nuestro embajador en Londres con tenia cinco articulos y unas con-
sideraciones preliminares. En el preámbulo se anunciaba que «la
conducta arbitraria y vejatoria de las autoridades de la República
de Méjico» babia obligado á las tres potencias á demandar de ellas
una proteccion mas eficaz para sus súbditos y el cumplimiento de
las obligaciones contraidas por Méjico con las altas partes contra-
tantes.


En el primer artículo las tres potencias se obligaban, despues
de la ratifieacion de la" convencion, á hacer los preparativos nece-
sarios para despacbar á las costas mejicanas las fuerzas navaJes y
militares que convinieran los aliados en enviar despues, y cuyo total
debía ser suficiente para ocupar las fortalezas y posiciones de las
costas mejicanas. Los comandantes de las fuerzas aliadas podrian
ejecutar además las operaciones que creyeran mas conducentes á la
conclusion del deseado objeto.


En el articulo segundo se comprometian los aliados á DO adqui-
rir territorio ni á coartar la voluntad de los mejicanos en la eleccion
de la forma de gobierno que desearan adoptar.


Por el articulo tercero se estipulaba la formacioo de una comi-
sion compuesta de Jres comisionados, uno de cada potencia contra-
tante, eon plenos poderes para decidir las diferencias que pudieran


. surgir en la recaudacion y distribucion de los fondos que se recau-
daran~ para los acreedores extranjeros.


Por el artículo cuarto se invitaba al presidente de los Estados-
Unidos á. que entrara en la eombinacioDbajo las mismas' condicio-
nes; pero teniendo cuidado de estipular al mismo tiempo que no se
aguardara á que tomase aquel una resolucion para empezar las ope-
ramones.




DEI ULTDWO BORBON DE ESPAÑA. 569'
El articulo quinto y último se reducia, en fin, á estipular que la


convencion seria ratificada en Londres dentro del término de quin-
ce días.


VI.
• La Union liberal continuaba en el interior su desastrosa po-
litiea, mostrando en Méjico su profunda amistad con el neo-ca-
tolicismo; en Itaha, despues dé una serie tortuosa de dilaciones; llegó,
por fin, á romper eon Victor Manuel por la celebérrima cue~tion de
los archivos napolitanos, y cuando los periódicos habian asegurado
que se habia hallado una solucion, el baron Teceo, embajador de
Italia, salió de Madrid llevándose las simpatías del pueblo espafiol
que condenaba la torpe conducta de aquellos ministros.


y mientras Pacheco recibia terribles Insultos de la Union liberal.
se aguardaba á Mon, al antiguo moderado, al compafiero de Narvaez,.
para defender al ministerio en la critica situacion en que se encon-
traba.


Habia ya arreglado el embajador en Francia el modo y forma de
pagar la deuda contraidapor Fernando con Angulema en 18~3 para
sostener sus infamias como tirano de derecho divino. Y en tan mala
sazon se habia terminado el arreglo, que encontraba á Salaverria sin
los recursos que tanto estorbo hacian en los sótanos de la que fué
aduana en otro tiempo; y lJegaba hasta tal pucto la penuria y era
talla desconfianza del público, que la Caja' de Depósitos satisfacía
diariamente muchos millones á los imponentes que se retiraban asus-
tados, lo que hizo determinar que se verificara la entrega en pese-
tas y monedas de dos reales para.despachar'soIQ dos ó tres perso-
nas en cada dia. '


TOllO ID.




CAPITULO LXXIX.


,.. rel


SUMARIO.


Apuros del tesoro.-Signe la reseña de la expedicion de Méjico.-CI'Ílica situacion
de O'Donnell.-Discursos parJamenturios !'Obre maléficas influencias de raJario.


I.


Bastaria á comprobar la actitud del gobierne; de la Uníon libe-
ral cualquiera de sus actos poHticos ó financieros; y la ambigüedad
misma, la contradiccion que en cada uno se reflejaba eran el signo
mas evidente para explicarlo.


El acto de la iocorporacion de Ja isla ·de Santo Domingo,' tan es-
pontáneo y unánime como se hacia aparecer, se explicaba perfec-
tam~nte por los periódicos ministeriales; y La Correspondencia. de-
cia asi: «No es cierto lo que dice El Reino de anoche respecto á que
se han dado por una simple Real órden dose mil duros al general
dominicano seilor Alfau. 1.0 que ha hecho el gobierno ha sido re-
solver el voluminoso expediente formado en la isla de Cuba, y en
el que aparecen justificadisimos todos 108 GASTOS hechos para reali-
zar, despues de iniciada e8pontá~eamente por los naturales, la rein-
corporacion de Santo Domingo, y mandar pagar esos gaslos á quien
de su propio peculio habia adelantado los fondos para satisfacerlos.»




DIL ULTfHO BOBBON DE ESPAÑA. 511
Y tanto era el apuro del Tesoro con estos y otros exorbitantes


gastús, que el'capitan general de Cuba hizo entender al gobierno
que no podia desembolsar mas, ni pagar letras ó giros porque se
haUaban exhaustas,1as cajas, habiéndose mermado ya el millon de
duros que como fondo. de reserva debia 6onservarse. Y Salavetria
declaraba con todo esto que el Tesoro espai'iol se ballaba en UD. es-
tado. floreciente. Y se disponian grandes gastos. pata la e-xpedioion
de Méjico; y se creaba una alta administracion en Santo D(}mingo
que debia costar muchos miles de duros; y se modificaba el tratado
con Marruecos reduciendo á unos, cuantos millones. anuales el pago
que por indemnizacioD debían satisfacer de una sola vez.


y como siempre., en estas cuestiones de HacieDda, el ~o,bierno,
comenzando la discosion del mensaje en el senado, inutilizaba al
congreso para discutir los pIesupuestos en tiempo oportuno, I(}. que
debia dar ocasion á que se concediese autorizacion, pucipitadam,en.
te votada, para cobrar y distribuillos fondos. de los contribuyentes.


11.


Mientras todo esto pasaba, Inglaterra y Francia se disponian á
interv~nir directamente en Méjico) á pesar de que el gobierno de Jua-
rez habia dado al embajador de la primera de estas dos potencias
todas las explicaciones que reclamaba.


Otro incidente notable amenazaba tambien la paz entre Europa y
América; porque los gobiernos inglé$ y francés favorecian á los Es-
tados separatistas del Sur, DO considerando suficiente el bloqueo que
por parte de los Estados del Norte se habia declarado en aquellas
costas. Un bnqee inglés rué reconocido por un navfo Dorte-ameri-
cano, que prendió dos de los pasajeros comisionados ó delegados de
los Estados del Sor que JJevaban despachos y encargo especial de los
confederados.


y este suceso dió ocasion á grandes alharacas por parte de Ingla-
terra, que envió Dotas, hizo grandes preparativos, reunió sus escua-
dras, iDvocando el derecho internacional, la libertad de los lI:lares, y
suma alegrfa al Imperio que veia en la actitud de Inglaterra un
elemento para sus ulteriores propósitos.


La cuestion de Méjico entre tanto formaba para las autoridades,de -
Cuba constante objeto de preocupaciQD;




57! HISTORIA. DIL RBINADe
pna junta de autoridades se oeupó en preparar los medios para


cumplimentar las órdenes que sobre el particular se comunicaban á
la autoridad superior de Cuba. En su consecuencia se alistaron los
buques de guerra que debian tomar parte en la expedicion, á saber:


Fragatas de Ml.ce.-Princesa de Asturias.-Concepcion.-Leal-
lad.-Blanca.-Berenguela y Petronila.


fapor81 de ruedas.-Isabella Católiea.-Francisco de Asis.-Ve"
lasco.-Blasco de Garay .-Pizarro.-Guadalquivir.


TRA"sPoRTBS.-De hélice.-Ferrol, núm. S.
lO -De tJela.-Santa María.-Marigalante.


BUQUES MERCAftTES fLETADOS POR LA ADMINISTRACION MlLITAR.


De Mlice.-Cubana:-Almendares.-Maisf.
De ruedas.-Pájaro del Océano.;..-.Cuba.
De vela.-Liooiers.-Teresa.-Favorita.-Paquita.-Palma.
La expedicion se componia de las fuerzas militares siguientes: los


regimientos de infantería del Rey, Nápoles y Cuba, y los batallones
de cazadores de Bailen y la Unioo; una batería de á lomo, otra ro-
dada, dos escuadrones de caballería, trescientos artilleros, doscientos
ingenieros, con las correspondientes escoltas, guardias civiles, etc.


Se conducian para abastecer al ejército 800,000 raciones; tam-
bien se llevaban hospitales de ambulancia. La marina llevaba repos--
tados sus buques para tres meses, y las raciones necesarias para
mantener un mes el ejército á)u bordo.


Las tropas iban mandadas interinamente por el general Gasset,
segundo cabo de la capitanía general de Cuba, mientras llegaba
Prim, nombrado, como llevamos dicho, por el gobierno, general en
jefe de aquella expedicion. El general Rubalcaba mandaba la es-
cuadra.


111.


Las discusiones habidas en el congreso referentes á la cuestion
mejicana habian dado á conocer las ambiciones y combinaciones de
l«>s unionistas, que por satisfacer uDa, Ú otra personalidad habian
creado infinitos cargos y altos empleos, como el de embajador en
Méjico para deshacerse de la oposicion tenaz y porfiada de don Fran-




DEL ULTIMO BORBON DE BSPAÑA. 573
cisco Pacheco. Ese nombramiento recargó el presupuesto; y como el
embajador de Esparta se encontró rechazado por todos los partidos
al principio en la República mejicana, y tuvo el mal acuerdo de ha-
cer ciertas transacciones con el bando reaccionario, llegó á ponerse
en evidente ridículo, y al pais tambien., debiendo ser considerado
por el nuevo gobierno como un agente perturbador, y expulsado
de la República por J uarez.


El general reacoionario obligado á escapar, y protegido por Pa-
checo, llegó á Cuba, y todo fueron quejas hasta que el gobierno
hubo tomado parte activa en favor de los clericales.


Miramon en estos mome.ntos corria,como hemos dicho, de una á
. otra capital, y pretendía llegar á ser segundo jefe de la expedicion


espartola, saliendo el !8 de noviembre de Paris para dirigirse á la
Habana y Veracruz, despues de varias entrevistas con Napoleon y
O'Donnell, y de conferenciar en San Thomas con el general Santa
An$, antiguo presidente en Méjico.


IV.


Grave era, pues, en aquellos momentos la situacion del general
O'Donnell, que, debiendo hacer frente á las complicaciones del ex-
terior, recibia en el congreso rudos ataques y se veia en la terriUe
alternativa de contestar á los argumentos de los unos con los ar-
gumentos de los otros, probando asi que no tenia conciencia pro-
pia' que era una negacian permanente.


Algunos concejales del Ayantamiento de Madrid se habían visto
obligados á hacer dimision de sus cargos por agravios terribles. El
A.yuntamiento de Zaragoza, victima tambien de otro desafuero por
parte de un magistrado, presentó sa.dimision, renunciando tambien
el alcalde primero limenez á sus condecoraciones y obligando al
gobierno á trasladar á Canarias al magistrado aludido.


La crisis perseguia constantemente al ministerio, y tras de Cor-
vera habia entrado Vega Armijo como representante de aquella frac-
cion que SiD procedencia de los antiguos partidos era verdadera-
mente de pura Union, es decir, un logogrifo andante.


A. las dimisiones de los antiguos progresistas con~ejeros de Es-
tado debian suceder otras, y como la cuestion personal ahogaba
constantemente á a·quella situaoion, no se oia muchas veces hablar




574, BISTOlllA D~, REUCADO
. de cuestiones políticas, sino de cuestiones pura y simplementa de


nombramiento.
La provision de quinientos registros de hipotec~s vino á consti-


tBir una gran perturbacion en el seno del ministerjo; y la., coloca-
cion da Bugallal, famoso fiscal de imprenta, dió márgen 'á muchas
discusiones en el seno de la familia feliz,
, Hé aquf, porlo demás, cómo habían definido" la Unjon liberal en
esas discusiones los oradores parlamentarios.


Posada Herrera: La Union liberal es simplemente la Ímrifteaeion
del partido moderado.


Luzuriaga: Ya sabemos que la Union no es progresista, es con-
servadora.


Don Cirtl0 Alvare:: La Uníon libaral es el cent.ro parlamentario
de las Constituyentes; es la Cusion del partido progresista y mode-
rado.


Rios Rosas: La Union liberal es la negacion.
San Luis: La Union liberal es la voluntad de ... 1800 caballos.
Apariei: La Uníon es un matrimonio que Dios no bendijo, de que


es tutor el duque de Tetuan; que anda del brazo en público, pero
que disputa en el interior del hogar doméstico.


O'Donnell: La Union liberal la constituyen doce hombres de co-
raZOD que van á estar ocho afios en el poder.


Ros de OZano: S. E. ha dado dos definiciones: UDa positiva y otra
negativa que ha atribuido' alguDos. El pais sabe quiénes soo eS08
algunos.


Defimcion positIva: La Union es UD . hecho providencial, nacido
como la chisp~ del choque de los partidos.


Definicion negatirJa: La Un ion liberal no es, como dicen algunos,
lo reunioo de hombres de diversa procedencia, movidos por el es-
t6mago, ,


v.


I antes de proseguir resellando la euestion de Méjico, qua fué
para la Uníon liberal otra. nueva y terrible demestl'6ciQn de su im-
potencia, vam9S á dar un ligero resúmeo de los discursos pronun-
ciados referentes fi las influencias maléficas que desnaturalizaban'
por completo en aquellos dias y que reflejaba la politica iniciada en




DEL ÚLTJMOBORBON 'DE ESPA.ÑA. 575
San Carlos de la Rápita, fuerte siempre en los consejos de Palacio,
mas que nunca dominante.


Camaleño habia dicho que el gobierno seguia en los asun'tos ex-
teriores UDa politica dinástica pero anti-española, la cual no era
ciertamente exacto, pues las alianzas intimas con Rusia, Austria,


Roma y NápoIes, favorecedoras de los planes y de las pretensiones
carlistas, no debían ser muy dinásticas, aunque si anti-liberales y
ao tí-españolas. '


Segun Olózaga, si Montemolin hubiera triunfado, no era posible
que hubiera tenido por primado de las Españas á otro que al que
abandonó su grey por ir al cuartel de su padre: si por confesor hu-
biera encontrado algun soldado de Cabrera que se hubiese hecho
obispo, no hubiera nombrado á otro; si para la casa real se hubiera
permitido dar á alguno considerables pensiones y á que á su lado
tuviera privanzas y ,preeminencias sobre los demás de su familia,
hubiera sido el que 'mandaba la vanguardia de don Carlos cuando'
osó presentarse á las puertas de Madrid. Isabel, la famosa bija de
:Cristina que tantos millones y 8angre costaba á Rspana, se hallaba
rodeada de todos esos antiguos y fieles servidores de Don Carlos y
con ellos conspiraba contra la libertad.


¿De qué se ocupaban los tribunales en!5 de noviembre de 1836,
pocos di as antes de Luchana? De,sentenciar «á sor Maria Raraela
»del Patrocinio que se prestó á la impostura y artificio de la im-
»presion de .las llagas que ha sufrido.» ¿De qué se ocupaban las
Cortes en diciembre de l861? -De una monja, de una religiosa, de
»la abadesa de un convento: .. á quien habian calificado de ímposto-
»ra, de e~baucadora y criminal. Es mucha lá extraíieza que me
»causa, decia un diputado observando lo que esa monja ocupaba al
»congreso, ver que aquí no se da importancia mas que á las cues·
»tiones que se refieren á cierta persona que no quiero nombrar.»


Un aiputado de aquella bandería que se llamaba UlJion liberal t
el senor Rios Rosas, decia por aquellos dias: «Hay una fraccion
descreída, atea, ingrata aun para la misma Reina; esa fraccion que
rodeó á Fernando VII en su-lecho da muerte, trabaja constantemen-
te. Muerte el rey, acude á las armas, para conseguir contra la hija
'la usu'rpacion que intentó contra'el padre en 18!7. Es vencida: ¿y
qué nace entonces? Trata de imponerse en Madrid y viene 'á pro-
curar la intentona de 1814 .. Es tambien vencida y vuelve á serlo en


, 'la cuestion :ae los matrimonios; y apela de nuevo á las armas ,en




576 nISTORIA DEL REINA DO
1849. Nueva derrota y despues nueva sublevacion en ,Aragon, vol-
viendo á la fórmula ¡viva Carlos VI! y sin que yo ofenda á los hom-
bres de t85!, vienen á dictarles aquella poHtica, sin que ellos mis-
mos lo sepan. Anda el tiempo; Isabel n tiene hijos; el Trono y la
nacion se respetan en Europa, y hace la infamia de la Rápita para
volver á traer UD régimen que no volver' nunca, porque siempre
habrá Cortes, porque como ha dicho muy bien el digno presidente
de esta cámara, esas puertllS se cierran, pero no se tapian.»


, . . .- - .


«Estos son los servicios que la Reilla y el pais se pueden prome-
»ter de esa fraccioo; . «fraccion mas mala al lado del Trono y de mi
»Reina procurando conseguir con su hipocresía, lo que no ha po-
»dido conseguir con las armas.» Y no quiero esto, senores, porque
me enselia la historia antigua de Inglaterra y la moderna de Fran-
cia, que los monarcas. que no han sabido resistir á ese partido, han
muerto destronados como Jacobo n y Carlos X, legando á la poste-
ridad una raza proscrita.»


Olózaga denunciaba tambien otros escándalos en estos términos:
«¿Pero es un hecho aislado, es el único en que se puede m8nifes~
tar' hasta qué punto llega el apoyo que se presta á esa reaccion, lla-
mada religiosa por mal nombre? No: á donde quiera que volvamos
la, vIsta encontramo(hechos mucho mas lamentables todavia: por-
que la quema de los libros no pru~ba mas que la rabia impotente
de los inquisidores del dia, y la debilidad de Jos que toleran ó con-
sitlnten; y el PIal olor inquisitorial que. se esparce por todas partes,
desaparece con el humo~ de. los libros, que se queman .


.oPero hay, seilores, otros sentimientos, los mas nobles, los mas
gratos, los mas profundos en el corazon de los hpmbres y de las
familias, á las cuales se atenta Mrbaramente por los mismos, fa-
vorecidos de esa suerte por el gobierno.


llNo creo tampoco, decia el mismo orador hablando de los minis-
tros, que tengan el mayor gusto eo que se apoderen los jesuitas de
los mejores edificios de Espafta, por ejemplo, el de San Marcos de
Leon, en donde he visto mas de cien jesuitas; no creo que esa mon-
ja á que he aludido antes, sea fundadora de conventos y se -gasten
millones, si encuentran quien se los dé aunque sea á cuenta del Es-
tado, para fundar un convento en cada uno de 108 sitios reales;
todo esto no creo que lo hacen por oonviccion ni por gusto; pero lo
hacen ó lo dejan hacer. Y ese partido, sellores, esa inftuencia que




DEL ULTJMO BORBON DE ESPAÑA. 577
yo no quiero calificar, que yo no determino, que yODO serialo, y
de la cual no digo nada, ni me importa que sea de su confesor, que
sea de sus amigos ó que sea de quien quiera, es ~el carácter tipico
de esta situacioD'sostenida con tanto y tanto entusiasmo.»


Claramente demostraba OJózaga el punto á donde dirigia sus ata-
ques, que era sin duda el foco de las consoiraciones, el palacio de
Oriente, eterna guarida de malhechores politicos, teatro de farsas
sangrientas. .


y los que prestaban su apoyo á esas fundaciones de conventos
cuatro arios antes escribian estas frases:


«En la actualidad, cuando tantos elementos de perturbacion hay
en nuestro suelo, cuando los intereses creados por nuestra revolu-
cion política y social no han recibido toda esa estabilidad que da el
transcurso de los tiempos, «cuando están aun recientes los recuer-
»dos de una guerra dinástica en que, por desgracia, tomaron parte
-en contra del Trono constitucional ciertos elementos de la Esparia
»antigua,» y cuando la tolerancia en las ideas no ha hecho los ne-
cesarios progresos, lo que la minoría del Consejo Real queria y lo
que defienden con taJen to sin duda La España, El Eslado y otros
periódicos, <lproduciria graves males para los intereses mismos de la
Iglesia y retardarla el dia de esa libertad de asociacion que nosotros
apetecemos para tiempos en que no veamos en ella ni.pgun peligro
para él Estado.»


Tras este recuerdo de La Epoca y como complemento á. las citas
que anteceden, preparacioD de la futura actitud que iba á tomar el
partido progresista declarando guerra sin tregua II aquello que tan-
to habia respetado y enaltecido, en justa reciprocidad del odio que
.la hija de Fernando atesoraba con;ra los que habian declarado loco
á su padre en cierta época, .arrojando á su madre de la R~gencia y
obligándola á ella misma á firmar aquella peticion humilde de las
lamentables equivocaciones l siempre monárquicos con todo y reve·
rentes sostenedores del solio tan manchado como exótico en esta pa-
tria de las Comunidades; como signo de la evolucion de los que
acaso, mas que al bien del pueblo, atendían á sus ambiciones,
puesto que solo se atrevian á combatir la personalidad de Isabel de-
jando en pje la institucioD, citaremos un párrafo del discurso de
Ol6zaga en que se habla de los OBSTÁCULOS TRADICIONALES. Dice así:


«Habeis hecho caso omiso de aquella decJaracion tah triste en
que un anciano virtuoso, tan respetable, de tan merecido prestigio,


TOMO m. '13




578 BISTORIA DEL REINADO
,


de opinionesltan templadas y de tan esclareeida lealtad, hizo tan
solemnemente declarando que para él estaban cerradas las puerta!
del poder. ¡Ah, sellores, que no se ha oido cosa mas grav;e y tras-
cendental en el Parlamento espanoH No, senores. ,Conque ni la vir-


_ tud, ni el saber, ni el talento, ni los sacrificios, ni la posicion, ni
~l mereeido~prestigio reconocido por todos, pueden hacer esperar á
un hombre asf que se le abran las puertas del poder, y las ha de
encontrar siempre ce~radas! ~Qué ~pecado ha eometido? Que ha pro-
fesado y profesa eonstante~ente de la manera que cree conveniente
las opiniones progresistas. ~Conque un hombre asf, y no hablo de
un partido, deseo evitar todo lo que nos concierne personalmente,
es imposible para gobernar, y esta imposibilidad se reconoce por el
silencio forzado de todos? ¿Es asf posible la monarqufa constitucio-
nal? As( no puede existir, senores; ejemplos bien recientes que de-
ben tenerse _:en cuenta, hacen ver que no ha existido ni puede
existir ningun monarca, ni ninguna dinasUa que no se conforme con
los individuQs de todos los partidos que obtengan predileecion en la
opinion pública, que está representada en la mayoría de los cuer-
pos colegisladores. Y como si no bastara esa tan grave declaracion,
como si no tuviera toda la inmensa trascendencia que tiene, toda-
vía esa voz respetable os decia, (valor de la ancianidad que ve cer-
ca la muerte y no la teme), lo que JO me avergüenzo de no haber
dicho con tanta claridad: «Que hay OBSTA.CULOS TRA.DICIONA.LES
que se oponen á la libertad de Esparia .•




CAPITULO LXXX.


SUMARIO.


Ocupacion de Veracruz por los españoles.-Miras diferentes de las tres potencias
aliadas ..


.. 1.


Hechos ya los preparativos, decidida por Jos gQbiernos europeos
la accion comun en Méjico, vino la ejecucion formal de 11:' interven-
cion armada. Los expedicionarios estuvieron alguo tiempo deteni-
dos; el jefe principal, Prim, no llegaba, estaba disponiéndose, ma-
durando quizá los planes, organizando el estado mayor; y las es-
cuadras, los contingentes francés é inglés iban tambien despacio.


la se hablaba, por supúesto, de Maximiliano; ya· empezaba á
descorrerse el velo que para Jos profanos ocultaba el plan tan mis-
teriosamente fraguado; ya se veian claramente las intenciones del
Imperio, y surgia horrible en su deformidad el trágico espectro de
las catástrofes y cataclismos que iban á provocarse.


El ocho de Diciembre por ]a maftana la ciudad de Veracruz se pu-
so en movimiento, á causa de la presencia de una division naval
espaftola compuesta de dos fragatas y de nueve transportes de va-
por. La impresion prod.ucida por la entrada de estas fuerzas en la
rada de Sacrificios fué tanto mas viva, cuanto que se tenia la fundada




. 580 mSTORIA DEL REINADJ
esperanza, si no de evitar la intervencion extranjera que amenaza-
ba, al menos de aplazarla aun mediante negeciaciones diplomáticas
que hubieran dado tiempo á prepararse para defenderse.


Estas ilusiones debieran desaparecer ante la realidad, y un ver-
dadero pánico sucedió de repente á la inexplicable confianza en que
se hab~a permanecido. Desde luego se temió un ataque inmediato:
se cerraron las verjas de hierro del puerto; y mientras la pobJacion
se precipitaba háeia las puertas que dan sobre el campo, la autori-
dad disponia apresuradamente la recogida del material de guerra.


La ciudad se puso en estado de sitio y la guardia nacional fué
convocada á toda prisa, La agitacion se calmó a/gun tanto cuando
se vió á la escuadra espanola ir á tomar en buen órden el fondea-
dero de Anton Lizardo á doce millas de I(ciudad; SiD embargo. por
]a noche hubo una especie de motin, y el gobierno habiendo hecho
traer al muelle )a barea espanola Maria, Concepcion, cogida el afio
anterior, la multitud la prendió fuego. Durante el dhl y los siguien·
tes, se continuó el desarme del fuerte de San Juan de U1ua. De las
lS! piezas de artillería que contenia, se calculaba en 50 Ó 60 el
número de las que fueron desmontadas.


11.


El dia t O por la manan a fué á unirse con la division anclada
en AntonLizardo la segunda division espatlola, compuesta de lS
buques de guerra y dé varios transportes de vela. Al dia siguiente
el senor Rubalcaba 'anunció á los capitanes de los buques france-
ses Le Foudre y L' Ariadlle anclados en la rada de Sacrificios, su
intencion de intimar al gobernador de Veraeruz que le entregase )a
ciudad y el fuerte de San Juan de Ulua, declarando que si en el
término de veite y cuatro' horas no se recibia respuesta satisfacto-
ria, tomaria la plaza á viva fuerza y haria recaer la reponsabilidad
de los hechos sobre quien le correspondiese. Al misma tiempo se
convino entre e) jefe espafiol y el comandante de Le Foudre que
hasta la llegada del comandante en jefe de las fuerzas francesas,
las tropas espafiolas tomarian bajo su proteccion á los súbditos fran-
ceses y sus propiedades en todos "los puntos del pais mejicano ocu·
pados por el ejército espanol.


Quedó convenido además:




DEL ÚLTIMO BORB<JN DI ISPAÑA. 581
1.· Que el cónsul de Francia y el comandante en jefe francés re-


cibirían anticipadamente aviso de cualquier ataque á viva fuerza
proyectado contra la ciudad, de modo que tuviesen tiempo para
atender é. la seguridad de los franceses segun las circunstancias.


i, o Que aun despues de la toma de posesion de Veracruz en nom-
bre de la Reina de Espafta, el comandante en jefe de las fuerzas
francesas podria á su llegada hacer penetrar en la ciudad y en el
fuerte un número de tropas igual al que tuviesen los espaftoJes.


3. 0 Que las cantidades encontradas en las cajas públicas, asico-
mo las percibidas en la aduana ó en las diversas administraciones
durante la ocupacion espafioJa, serian verificadas por una comision
mixta, designada al efecto por los ministros de las tres potencias
aliadas y puestas en depósito hasta la ~lIegada de los comandantes


, en jefe, sin que pudiera disponerse de ellas por motivo ninguno.
4. o Que ningun fuerte, fortificacion ni establecimiento público se·


ria destruido á men()s de absoluta necesidad y por la precision de
la defensa. '


5. o Que el bloqueo establecido delante del puerto contra los bu-
ques mejicanos por el comandante espat'iól, no alcanzaria en mane-
ra alguna á los bJlques franceses, los que quedarian en libertad de
fondear en los puertos de Méjico, haciendo en ellos el comercio como
ante:dormente.
6~ o Que el comandante en jefe de las fuerzas espaftolas, aun po-


sesionado de la ciudad y de los fuertes de,VeraeruI, no avanzaria
al interior y no concluiria tratado alguno con el gobierno mejicano,
sin la participacion del gobierno francés.


y 7. o Que todos los derechos d~ Francia le quedarian reservados
como si concurrie~e á la toma de ]a plaza.


_ El eapitan Vandonop, -comandante de L'Ariadne, se asoció tam-
bien .respecto á su pais á las condiciones estipuladas por el coman-
te de Le Foudre, y ballándos6 como este falto de instrucciones preci·
sas de su gobierno, creyó deberse abstener de unirse á las fuerzas
espaftolas para el ataque de Veracruz.


111.


Este ataque sin embargo no debia tener efecto, pues el día mismo
que habia tenido lugar la entrevjsta á bordo de Le Foudre, una




581 HISTORIA DEL REINADO
proclama del general mejicano anunció el próximo abandono de la
ciudad y prohibió á Jos habitantes que suministrasen víveres á los
espafioles.


Obligado dos dias á la inlOOvilidad á causa de un viento Norte,
el general Rubalcaba no pudo hasta el dia 14, hacer llegar. al go-
bernador de la plaza la intimacion de que se rindiera. Asi que este
documento fué conocido en la ciudad, se apresuró la evacuacion. El
general mejicano Uraga, nombrado hacia poco tiempo compndante
del ejército oriental, se habia apoderado la vispera de todos los ca-
ballos, y habia obligado bajo pena de muerte á todos los propieta-
rios de ganados de los alrededores á que los internaran á ocho le-
guas al menos de Veracruz.
- tos caminos estaban cubiertos de carros y de fugitivos que huian


con un terror ireflexible. En el interior de la ciudad las casas esta-
ban defendidas por barricadas, y los extranjeros esperaban ser sa-
quéados á cada momento,


El día 15 fué trasmitida al comandante espanol por mediacion del ~
cónsul de Francia y del comandante de Le Foudre, la respuesta de
las autoridades mejicanas á la intiinacion. En eUa se decia que la
ciudad y los fuertes quedarian evacuados á las doce del mismo dia.


En cuanto recibió esta respuesta el comandante espanol abando-
nó el fondeadero de Anlon Lizardo, y á las cuatro de la tardee ancló
delante de Veracruz, cuya poblacion agrupada en los terrados de
las casas esperaba con una especie de inquieto deseo la lle-
gada de los espafioles~ Una diputacion del Ayuntamiento se dispo-
nia á ir á abrir las puertas de la ciudad: pero el tiempo que duran·
te el dia habia sido favorable se .cerró, y no pudo efectuarse el des-
embarco.


El 16 el comandante espanol se adelantó hasta ponerse debajo dfll
fuerte de San Juan dé utua, á bordo del vapor Isahel la Católica,
al que se unió por la tarde el Brancisco de Aal" en el que iba el
general Gasset.


El 17 por la mariana los espanoles entraron en la ciudad. En
ella y en el fuerte encontraron canones que ni aun habian sido cIa-


. vados, municiones y un material considerable. A las li del di~ el,
pabellon espanol, izado sobre Veracruz, fuésaludado con ~1 ca-
fiQnazos por el navio comandante.




DEL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA. 588


IV.


Desde entonces Jos españoles trabajaron en organizar~e y desem-
barcar poco á poco sus tropas y municiones; pero la proclama del
general Uraga, que declaraba traidores á la patria y amenazaba
con pena de muerte á todos los mejicanos que quedasen al lado del
enemigo, hizo salir á la mayor parte de los habitantes fuera de la
ciudad.


Los caminos quedaban llenos de carros abandonados, de cafto-
nes arrojados en Jos fosos, de bagajes y de soldados sin armas, sin
vestido y sin pan.


Bajo la influencia de esta miseria y de la irritacion que produce,
todo el mundo esperaba ver levantarse partidas de guerrillas que co-
metieran toda clase de excesos, y contra los que la llegada de las
fuerzas francesas é inglesas era, á juicio de Ja poblacion, la ga-
rantia mas segura y mas de desear ..


La posibilidad de una modificacion en el régimen polftico del
país s3.'presentaba á muchas personas como el único medio de li-
brarle de la anarquía que solo la práctica .sincera de los principios
republicano s y el anonadamiento de las fracciones que deseaban
una restauracion monárquica y la sumision al clero podia evitar.


V.


No era e&.te, con todo, el objeto de la expedicion. Francia contaba
con subordinarlo todo á sus caprichos dirigiendo hábilmente las'
operaciones y,haciéndonos servir de comparsas como en Cochin-
china para la corte de los austriacos que pretendia elevar sobre el
derruido trono de Iturbide.


Poco faltó, sin embargo, para que el general Serrano no ecbase ~
á perder el plan de concesiones, adelantando la expedicion y dando
al general Gasset órden de que se apoderase de Veracruz y se in-
ternase en el territorio mejicano. Poco faltó tambien para que la
Francia J la Inglaterra hiciesen sentir su desagrado por aquel ade-
lanto; pero el gobierno creyó que con dar órdenes para que las Iro-




584 HISTORIA DEL REINADO
pas se detuvieran en Veracruz hasta qne llegaran las aliadas, esta-
ba el asunto arreglado á pedir de boca.


El clima de Veraeroz es malsano, las tropasespafiolas podian
tufrir grandes pérdidas permaneciendo en dicha ciudad; es mas:
desde Veracruz no podían cumplir su mision de proteger los súbdi-
tos espaftoles que existian en toda la. repúbli~a de Méjico, que era
]a capsa principal de haberse anticipa~o la expedicion; épero eso
qué importaba~ Los soldados espaftoles esperarian en Veraeruz á
pesar del vómito, hasta que los gobiernos francés é inglés hu-
bieran concluido sus tratados con Méjico; y si estos salian mal,
luego que llegaran las tropas de las dos potencias citadas, se pon-
drían en marcha á las órdenes de sIgan general francés. Que todo
podía esperarse de aquel gobierno tan celoso por la honra y digni-
dad de la nacíon.


VI.


En este estado las cosas, y como Francia aumentase sus fuerzas
destinadas á la expedicioD, en una proporcion mas considerable de
lo que se habia indicado, la Inglaterra que veia claramente los pro-
l8Ctos del Imperio, encaminados á la proteccion del Sur, y que es-
peraba hallar en la masa obrera, hambrienta y sin trabajo á con-
!ecuencia de la guerra de Jos separatistas, eficaz apoyo, llegó á de-
clarar que auxiliaría á la FrancÍa en toda circunstancia, y que no
veria con desagrado la ocupacion de Méjico durante un largo pe-
dodo.


La muerte .del rey consorle en Inglaterra habia producido tam-
bien alguna sensacion, como la de Pedro V en Portugal ,que dejaba
á Luis 1 en busca de un enlace que algunos creyeron llegaría á ser
con ]a in~anta Isabel, hija mayor de Isabel de Borbon,y que en rea-
lidad se gestionaba con la familia del rey de Italia.


El gobierno espafiol pretendía pedir explicaciones sobre ese au-
mento de fuerzas y especialmente acerca de los proyectos que el
emperador manifestaba, presentando como el elegido á Maximilia-
no, en perjuicio de los otros candidatos al trono de Méjico.


y las escuadras combinadas salieron de Jamaica, mientras que
Prim, despues de tocar en Puerto Rico y en Cuba para conferenciar,
se dirigia á tomar el mando de las fuerzas, y Miramon, conferencia-




DEL ULTIM.O BORBON DI ESPAÑA. 585
ba con Serrano con el propósito de reunir los restos dispers~s del
partido neo-catóJico mejicano, subir al poder con la cooperacion de ,
las fuerzas esparíolas y llevar en seguida adelante los designios mo-
nárquicos y de conquista que desde tanto tiempo venian acariciando
los gobiernos españoles.


El general Serrano ante todas estas combinaciones y transforma-
ciones habia visto naufragar todas las prome&1J.s que se le habian
hecho, puesto que el nombramiento de Prim le quitaba el mando de
la expedicion mejicana, le baeia perder sd prestigio é inutilizaba
todos sus tratos con los rebeldes, que por matar la libertad l' com-
batir á Juarez reclamaban un sellor, un tirano, un Borbon para
implantarle- en aquella República.


El gobierno tuvo necesidad de satisfacer en algun modo la vani-
dad del capilao general de Cuba, y fué entonces cuando recibió el
título de duque de la Torre con 111 grandeza de Espalla de primera
clase.


TmlO JII. t '






CAPITULO LXXXI·


SUMARIO.


Como se.menospreciaba á la representacion nacionaI.-Prepa/'ativos del gobierno me-
jicano para rechazar la invasion extranjera.-Manifiesto de Juarez.-Contestacion
de los Estados-Unidos á la invitacion de las potencias aliadas.


1.


Como en el afio anterior, ocurrió un hecho en la formacion que
se verificó cuando Isabel fué al templo de Atocha acompafiada de
las diferentes corporaciones del Estado, hecho que tantas veces re-
petido venia á constituir un sistema de insultos á la representacion
nacional. El Contemporáneo, periódico de los Fabié y Gonzalez Bra-
vo que era entonces eminentemente liberal, explicaba así el lamen-
table suceso: «Acababa de pasar Ja comitiva de palacio de vuelta de
Atocha, y los jefes de la tropa que formaba la carrera dijeron sin
duda: el que ve"ua detrás que arree. Pero es el caso que detrás ve-
nia la repres6ntacion nacional. Un coche huia de los carlones; el
otro se daba un encontron con las cureñas; el barro salpicaba á los
representantes del pais; los correos de gabinete pedían misericordia
yenao de aquí para allá; y nosotros que lo presenciábamos decla-
mos entre dientes: ¿Por qué á la comision del Congreso no se le ha-
cen los honores, y se aguarda á que pase entre las filas, y se le
presentan las armas como á uno de los primeros poderes del Es-
tado~




DEL ULTiMO BOÁBON DE ESPAÑA. 581
»Aquj nos sale al encuentro la Correspondencia y exclama: ex El


presidente del Consejo que previó que la confusion del desfile de las
tropas y de los curiosos pudiera detener en su marcha á los repre-
sentantes de la nacíon, envió á tiempo á uno de sus ayudantes pa'·
ra que. se les dejara franco el paso.»


»jQué premsor es el presidente del Consejol El presidente del Con-
sejo preVIó, des pues que habían detenido y casi atropellado á los
representantes del país, que podian detenerlos y atropellarlos.


»En fin, afortunadamente hoy tropezaron con las Cories los ca'-
liones vacíos, á diferencia del ano 56 que tropezaron las Cortes con
los canon.es cargados. Para otra, ya dispondrá el capitan general lo
que debe hacerse y ... Dios sobre todo.» -


¿Qué importaba todo esto al general O'Donnell cuando se trataba,
no de la representacion del pais, sino de una mayoría que le obede-
cia servilmente con una ceguedad inconcebible?


11. .


El Ayuntamiento de Veracruz habia recibido bien al general Gas-
set, marchándose despues, como todos los empleados, por manera
que el general espanol tenia que ocuparse en reorganizar la admi-
nistracion de aduanas, correos, etc., etc., ayudado de los espalioles
alli residentes.


El !6 de diciembre ya se hallaba alli el ministro francés Saligni,
y se esperaba de un momento á . otro al plenipotenciario inglés y á
los generales Uraga y Degollado que debian traer algunas proposi-
ciones de arreglo. .


Habian desembarcado en Veracruz 6,800 soldados espanoles, y
Prim salió de la Habana el ! de enero despues de un banquete con
que le obsequió el general Serrano. A ese banquete asistió tambien
el vice-almirante francés que partió al mismo dia con su escuadra.


Las tropas mejicanas se organizaban y reunian en Orizaba al
mando de Uraga, y las cámaras mejicanas, des pues de autorizar á
Juarez para que adoptase las medidas extraordinarias que creyera
convenientes, se habían suspendido el 15 de diciembre. El !4' de
enero salió de Cherburgo el general Laurencez que debia rennir en
Veracruz 8,000 hombres de tropas francesas.


Segun los últimos arreglos, cada ouerpo de tropas seria mandadd




588 J;USTORU. I}Rt. R~N4DQ
• por 1;1n jefe, debieQ.d.o ponerse, de acuerdo )08 de las tres columnas


para emprender operaciones en el inlerior d~ la República, con arre-
glo á las instrucciones dadas. los plenipotenciarios y jefes de las
armas. .


Los partidarios de la reaccion en Méjico 1){) dormian en aquellos
momentos, y una dipqtacion de los que se titulaban las personas mas
importantes de aquel país, visitó Madrid, LOlldres, Paris y Viena
solicitando que se les designara un monarca.


El gobierno español que públicamente no se atrevía á presentar
ninguno, aconsejó que se fijaran en el archiduque Maximiliano que
parecia agra,dable á los gobiernos de Londres y París.


Despues ne grandes vacilaciones el arohiduque austriaco hizo
presente que no teniendo el emperador mas que dos hijos muy jÓ-
ve~es, y estando tisica la empefatri.z, era muy posible que fuese
llamado á ocupar ellroQo, por lo que.hawi,a esta reserva irnpoftapt~ .


. 111.


~ presidente Juarez~ al tener notiaia de" la entrftda de las fuerzas
Qspanolas en Ver~ruz, publicó. una man~festacion, de la que toma-
mos algunos párrafos importantes; decia así:
«~Qerzas espafiolas hltoo invadIdo nuestro t(lrritorio; nuestra dig-


nidad naci~nal se halla ofendida y en peligro quizá nuestra indepen.
dencia: en; taQ angustiosas circunstancias el gobierno de la Repú-
hlica (¡rea cumplir con uno de sus·pri&1cipales daberes, poniendo á
vuestro alca{We ~I PEll,1samienln c*\rdin,ll q\l6 deberá ser la base da
su política en este negocio.


»LQS fundamentos de esta agresioo son inexactos, á saber: los
agravios inferidos al gobiern,o de S. M. C. por el gobierno de la
República, y la cieg~ obstinacion con qu.e el gobierno de Méjico se-
ba neg~dQ constaQ.,temente ~ dar oídos: á las justas reclamaciones de
~p~~a~


.La conducta in~ariabl$- del gobierno mejicano no permite, á los
ojos imparciales de la. justicia, dar asenso á semejantes impulacio ....
nes. Al gQhierno español desde &l tratado de paz de 1836 siempre
se le ha considerado CO~,Q el de u.na . potencia amiga. JI relacionada
COQ Méjico por Uledio de viocQlos especia-les, sin que contra esta




DEL ULTIMO .ORlON DE ESPAÑA. 589
verdad pueda emplearse hoy, como una objecion- fundada, el hecho
de la expulsion del embajador espallol, pues que bien sabidas son
ll's cirounstancias especiales de ese caso, y bien sabida es no me-
nos la disposicion que el gobierno tuvo y tiene aun de dar sobre el
particular las explicaciones -mas racionales y convenientes, reduci-
das en pocas palabras á la necesidad de separar del territorio na-
cional á un funcionario extranjero que vino decididamente á, favo·
recer á los fautores principales de la rebelion contra las autoridades
legitimas de la República.


,


olas violencias cometidas contra súbditos espaftoles no son tam-
poco hechos que se puedan presentar en contradiccion del propósito
hecho de mantener la mejor armonía con aquel gobierno, porque
esas violencias solo han sido las consecuencias inevitables de la re-
volucion social que la nueion inició y conSUmó para extirpar los
abusos que habian sido la causa perenne de sus infortunios; conse-
cuencia que á 8U vez han sufrIdo nacion~les y extranj~ros sin nin-
guna distincion de su respectiva nacionalidad. Y si alguna mayor
parte de esas desgracias ha recaido sobre súbditos espal'ioles, ¿DO
ha podido esto provenir de que el número de los residentes en la
República es tambien mayor que el de los de otra nacionaJidad? ¿No
ha podido provenir de que los espal'ioles mas que ningunos otros
extranjeros, han tomado y toman parte en nuestras disensiones, en
laseuales muchos de ellos han desplegado un carácter sangur-
nario y feroz?


"Con mucha anterioridad al reconocimiento de nuestra ind'epen-
cia, el congreso mejicano hizo nacional la deuda contraida por el
gobierno espali'ol, aunque gran part~ de su monto se habia emplea·
do en combatir nuestra misma independencia, y otra parte no me-
DOS considerable se babia destinado á los compromisos europeos del
monarca espaftoI. _'


.Con posterioridad !'le dió el carácter de convencion al arreglo de
las reclamaciones espal'ioIall; pero aclarando despues que algunos
. de'los súbditos espai'ioles interesados en ellas, abusando de la bue-
na disposicion del gobierno de la República, introdujeron créditos
cuantiosos que ~videntemente no tenían las calidades exigidas por
la convencíon, el gobierno mejicanG ha hecho esfuerzos en solicitud
de que se rectifiquen esas operaciones, reduciéndolos á términos
justos y equitativos.»




590 HISTORIA OEL RBINADO


IV.


Los Estados-Unidos á quienes se babia invitado para formar par-
te de la expedicion contra Méjico, habian contestado que ellos nada
tenian contra la República; y como por otra parte, la cuestion pen-
diente'con Inglaterra respecto á la prision de los separatistas en un
buque inglés habia enfriado necesariamente I~s relaciones, dieron
una contestacion categórica á las notas dirigidas por las potencias
europeas, y en ella los siguientes párrafos.


«Los Estados-Unidos tienen grande interés, y se complacen en
creer que ese interés alcanza en comun á las altas partes contra-
tantes y á los demá.s Estados civilizados, en que los soberanos que
ban concluido el convenio, DO traten de obtener ni ensanche de ter-
ritorio ni otra ventaja alguna de que no participen al propio tiem-
po los Estados-Uunidos ú otra nacion civilizada, y que no traten
de ejercer influencia alguDa en perjuicio del derecho que asiste al
pueblo mejicano para elegir y establecer libremente la forma de su
gobierno.


".
I •


»Los Estados-Unidos prefieren todo lo posible conservar la polí-
tica tradicional, recomendada por el padre de su país, y confirma-
da por una feliz experiencia que les aconseja no contraer alianza
con naciones extranjeras.


»Siendo Méjico un vecino de los Estados-Unidos en el continen ..
te, y poseyendo algunas de sus mas importantes instituciones, un
sistema de gobierno análago al nuestro, los Estados-Unidos abri-
gan sentimientos de amistad bácia esa República y toman un vivo
interés por sú seguridad, su bienestar y su prosperidad. Animados
de estas intenciones los Estados- Unidos no están dispuestos á ape-
lar á medidas coercitivas para pedir ~atisfaccion de sus agravios, en
momentos en que el gobierno mejicano está profundamente conmo-
vido á consecuencia de las disen'siones intestinas y en que les ame-
naza una guerra en el interior. Estos mismos sentimient.os inpiden
á los Estados-Unidos. con mas razon todavia, tomar parte en una
alianza hecha para emprender una guerra contra Méjico.


lO El abajo firmado está. autorizado ad~más para probar á los ple-
nipotenciarios, para que lo participen á los soberanos de Espana,




DBL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA. 591
Francia y la Gran Bretaíla, que los Estados-Unidos desean tan sin-
cera.mente la seguridad y la prosperidad de la república mejicana,
cuanto han dado plenos poderes á su ministro acreditado cerca de es-
te último gobierno para formar un tratado con dicha República,
con objeto de auxiliarla, y que confiamos la pondrán en estado de
satisfacer las justas reclamaciones de los mencionados soberanos,
evitando de esta suerte la guerra que quieren emprender contra
Méjico.»


v.


Como se ve pues, la gran República americana presentaba la
cuestion en su verdadero terreno; y los que querian empequeílecer
al gobierno de Lincoln, los partidos doctrinarios, los constituciona-
les y los absolutístas, los monárquicos en una palabra, pertenecie-
ran á una ú otra escuela, divididos solo por cuestiones de rivalidad
y de mando, por cuestiones de influencia, pero todos monopolizado-
res, toaos continuadores de privilegios y abusos, no atreviéndose á
defender la esclavitud de frente, atribuian la guerra entre los Esta-
dos del Norte y del Sur á las mismas causas, á las miserias de la
politica de pacotilla que ellos ostentaban.


Así, acogian con fruicion los periódicos espaíloles, como france-
ses é ingleses, toda oportunidad para poner en ridiculo el gran mo-
vimiento libertador representado por los verdaderos civilizadores,
que solo e~ defensa del derecho humano se habian lanzado á una
guerra horrible que debía ocasionar grandes disgustos, enormes
pérdidas, haciendo correr torrentes de sangre. Y cuando llegaban
las batallas como la de BuU-s-rum, bajo el punto de vista militar
ridiculizaban á los héroes que combatian por la justicia absoluta y
que iban á buscar la muerte para redimir una raza degradada y
abyecta y sometida al capricho de los que, mas degrados aun, abu-
saban de su inteligencia y de su fuerza para someter al hombre· á
la dependencia del hombre, considerándole como cosa y convirtién-
dole en parte de un rebano.




CAPITUl.O LXXXII.


SUMARIO.


Entusiasmo de los mejicanos por su independencia.-Contrariedades que experimen-
taban los aliado~ en sus planes respectivos.-Nobleza de Prim.-Esperanzas de uu
arregla. -Preparati vos por ambas partes.


1.


Juarez, des pues del manifiesto que hemos dado á cono~er, enejer-
cicio de la dictadura que se le: habia confiado para salvar la patria, ha-
hia cambiado el ministerio. Y en el uno de Jos partidos, como acon-
tece siempre que hay una invasion extranjera, se operó UDa trans-
formacion favorable á la independencia y regeneracion de Méjico,
como se desprende de los documentos, proclamas y manifestacio-
nes de muchos jefes y gob-:rnadores de Estados.


En la exposicion del:generaJ Artiaga al. congreso decía:
«El primero que os pido es el de abrir lo~ brazos á nuestros nerma-


flOS extraviados fue militan et. las banderas de la reacciono
»8enor, no os sorprenda mi peticion, miradla en su verdadero


. punto de vista, pesad las razones que voy á daros, y estoy segu-
ro que la eoncedereis. ¿Qué quereis hacer en la guerra extranjera
de esos mejicanos extraviados á quienes no les abrls las puertas
para que concurran á la defensa de su nacion~ 6Los arrojareis ~ Ja
triste posicion de traidores? ¿Podreis acusarlos de eJlo cuando no les
brindais con derechos y garanlias que deben tener como mejicanost




DEL ULTIMO BOIlBON DE ESPAÑA. 598
Si traicionan tllá patria, ~podreis culparlos cuando la misma patria
Jos ha lanzado á la traicion? Direis que ya son traidores porque no
deponen las armas espontáneamente, y ~quereis dar ]a gloria de es-
te paso á los que teneis fuera de vuestra ley, y no á la nacion que
es á quien representais? Al gobierno de mi cargo se han presentado
pidiendo indulto varios reaccionarios, y los mas de los que arrastró
á la revo]ucion el espallol LarraurL»


El coronel Noriega dirigía tambien ]a siguiente peticion:
.Cuerpo de lanceros de Sierra Alta. Habiendo llegado á mi noti-


cia de que el gobierno supremo ha autorizado á varios jefes del
ejercito constitucional para que levanten y organicen fuerzas para
atender tlla defensa nacional en el caso de que la Espana pretenda
consumar el bárbaro proyecto de traer hasta el centro de la Repú-
blica sus mismas aguerridas huestes que humillaron á los impotentes
marroquies, me veo en el indispensable caso de pedir á V. E. igual
aulorizacion para organizar en los minerales de PachuC8 quinientos
hombres de las dos armas.»


Otros muchos documentos por este estilo pudiéramos citar, por ..
que el peligro que amenazaba al pais y la injustificada agresion
hicieron callar las pasiones en algun«1s, poniendo convergentes en
el interés de la existencia y de la eonservacion del hogar los intere-
ses que con encarnizamiento luchaban ..


11.


El nuevo ministerio mejicano se· hallaba presidido por Doblado,
y figuraban en ton ces en las regiones oficiales como notabilidades
personas emparentadas con los jefes de la.expediei6n.


Como hemos dicho, Prim habia partido ya de la Habana 'levan-
do tras si nuevos refuerzos al ejército espallo!. Y mientras Uraga
reconcentraba treinta y cinco ó cuarenta mil hombres en las fron-
teras de Ja Tierra Caliente, por las eventualidades que pudieran.
surgir, habia muchos que llegaban á confiar en la posibilidad de
UD arreglo; atendiendo precisamente tl las simpatias que los espa-
noles podian despertar y las circunstancias del parentesco de Primo


Este general des pues de su salida de Vichy habia meditado sin
duda y recibido de Isabel nuevas instrucciones, grandes promesas
y reiteradas súplicas de que se constituyese un trono para principe
espallor. Pero la apatia de Inglaterra en esta cuastion, la calculada


TOMO JIl. 75




594 HlSTORlA DEL REINADO
• indiferencia de los ingleses y las exageradas pretensiones de Fran-


cia, venian á neutralizar por completo, á imposibilitar los planes
que el conde de Reus hubiera podido concebir.


Mucho le babia contrariado tambien en sus propósitos]a activi-
dad del entonces duque de la Torre, porque se hallaba ya ocupada
la poblaoion de Veracruz y habían llegado las avanzadas espaftolas
á tirotearse con las fuerzas mejicanas que circunvalaban la plaza
á algunas leguas de distancia.


Pero sea cálculo, malicia, despecho por la ambician frustrada,
ó tacto especial en ]a cuestion, la verdad es, y en esto puede ha- ~
cerse justicia al general Prim, que en todos sus actos referentes á
aquella expedicion, en toda su conducta, desde que~prestó el territo-
rio de Veracruz, dió muestras de gran cordura, prudencia, energfa,
dignidad y liberalismo. No era ciertamente ese el agente qne nece-
sitaban lps hombres de la Union liberal; no se 'prestó por cierto á
ser instrumento del emperador de los franceses, y los mejicanos
pueden agradecerle taftto como á su propio valor, consecuencia y
dignidad, y á la entereza con que supieron defender la independen-
cia de su patria, el buen éxito de la lucha,




IIl.


El ministro de Prusia babia quedado encargado cerca del gobierno
de Juarez, de representar los intereses de las tres potencias cuando
los ministros de Inglaterra y Francia abandonaron á Méjico; y á él se
dirigieron las tres potencias invasoras, rogándole que emplease to-
da su influencia cerca del gobierno de Juarez para evitar la efusion
de sangre, estando decididas las tropas aliadas á marchar en los
primeros días de febrero sobre Jalapa y Orizaba, camino de Méjieo,
á fin de adelantar la pacificacion del pais y dejar además sitio en
Veracruz á los nuevos refuerzos que ya se sabia debían llegar de
Francia y de la Habana.


En Jalapa y eo Orizaba habia al mando del general ,Uraga una
fuerza como de diez mil hombres, compuesta en sus tres cuartas
partes de guardias nacionales y con pocos elementos y pertrechos
militares, y todos Jos esfuerzos del gabinete presidido por el gene-
ral Doblado tendian á ver de limitar la accion de las tres potencias
aliadas á la cuestion finauciera y á la satisftlccion de los agravios




DEi, ULTIMO BORDON DE ISPAÑA 595
recibidos, impidiendo que llegando á la capital sus ejércitos y sus
plenipotenciarios, fuese impuesta á Méjico una forma de gobierno
en que se eliminase á todos los hombres de la revolucion amantes de
la libertad.


Con este objeto se negociaba con los Estados-Unidos para con-
seguir un empréstito garantIzado con nuevos territorios mejicanos;
se ofrecia á ]a Francia y á la Inglaterra satisfacer desde luego to-
das sus'reclamaciones legitimas, pretendiéndose dejar aislada á Es-
pafia para entenderse con ella mas tarde, ó emprender una lucha á
nombre de la independencia nacional, porque conociendo á fondo
las intenciones del gobierno espanol, suponian con fundamento que
vendría á ser el mas temible aliado y agente de la influencia cle-
rical.


ta amnistia concedida por el congreso, las ventajas ofrecidas á los
principales jefes y caudillos contraríOf á Juarez, los castigos im-
puestos á los que en Guadalajara, la Puebla y otros puntos habían
cometido atropellos en las personas de súbditos de potencias alia-
das, la imposicion de fuertes contribuciones extraordinarias. de
guerra, y la movilizacion decretada de 5 t, 000 hombres de la guar-
dia nacional perteneciente á los ~1 Estados de la República, ten-
dian al doble objeto de mostrar á la Europa que habia propósito
firme de satisfacer por un lado sus reclamaciones, y de defender por
otro la libertad é independencia de la patria contra los planes de
dominacion que veian de parte de la Espana.


IV.


Todo este edificio, hábilmente preparado, habia venido á tierra
desde el momento en que declaraban 108 invasores que no pacta-


• riaD aisladamente, y que todos estaban de acuerdo en no li-
mitar su intervencion en Méjico á una cuesUon de dinero, antes
bien decididos á construir un gobierno estable en Méjico.


As( fué que conocida esta actitud, se enviar-on órdenes á Vera-
cruz para que no se defendiese, se desecharon todas las medidas de
destierro contra los espanoles, y hasta en algunos puntos se repri-
mieron los desórdenes contra nuestros compatriotas y contra los
fraDceses.




596 HISTORIA 81L REIIUDO
Doblado, que mandaba en Guanajato, lué llamado inmediatamen-


te al poder por Juarez, accediendo á todas sus exigencias en cosas
y. en personas.


Gonzalez Echevarria, tio de la esposa del general Prim y á quien
ya hemos aludido, fué llamado al ministerio de Hacienda. Uno de
sus primeros actos lué el decretar UD aumento de i5 por 100 de
toda clase de capitales existentes en la República.


Esparcianse entre tanto los maS absurdos rumores, presentando
el estado de la República con los mas negros colores, suponiéndola
en la anarquia mas espantosa, y hablando de los excesos y tropelías,
que solo en la mente de los forjadores de noticias existian.


Almonte y Miramon se dirigían 8:) cuartel general haciendo pa-
tente y ostensible su ingratitud y traicion para con la patria. Prim,
Saligni y el plenipotenciario illglés, conferenciaban dfsponiéndose á
concertar los medios de ataque y procurando cada cual informarse
y sondear la predisposicion de los mejicanos, especialmente Prim
que anhelaba á todo trance salvar ]a expedicion e$paiíola de las in-
cOQlodidades que el clima de Veracraz y el territorio de Tierra Ca-
liente debian ocasionar, produciendo numerosas bajas entre los alia-
dos. Y era tanto mas urgente resolver este asunto, cuanto que lle-
gando nuevo. refuerzos cada dia, iban á amontonarse en los cuarte-
les y caotones muchas fuerzas, sin preparacion en su mayor parte,
paralresistir el pernicioso inftujo atmosférico.


v.


Para mostrar el entusiasmo producido por el amor á la indepen-
dencia y á la libertad en los ciudadanos mejicanos, citaremos una
proclama del ciudadano Vicente Casarin, que habiéndose alistado
como soldado de artilleria, formulaba un plan para armar á todos .
los ciudadanos y hostilizar enearnizadamante á los invasores. De-
cia 8si:


-.Os invito á que formemos una fuerza con la denominacion de
batallones ó soldados de hierro. Su armámento provisional se com- .
pondrá de cajas inútiles de fusil que hubiere en la maestranza, á las


, cuales se adoptará sólidamente una alma ó caiíon macizo de hierro,
y en cuyo extremo se formará de una pieza la bayoneta. A la cade-




DEL ULTIMO BORBON DE ISPAÑA. 697
ra llevará el soldado un puftal ó cuchillo de monte, sostenido por
UD cinturon tejido con cerdel de cánamo para que le sirva de lazo
en caso necesario; y por mandil ó delantel hasta el bajo vientre una
ligera cubierta de hierro laminado con una calavera pintada en el
pecho. El objeto de esta fuerza, como se ve, es el dar cargas á la
bayoneta, y digno y valiente será el mejicano que en ella se
aliste.


»Barto conoceis que el recurso de las cajas viejas de fusil es es-
caso por si solo para armar una fuerza respetable; pero tenemos
maderas de sobras y bastantes carpinteros y armeros que nos las
hagan nuevas con prontitud, con una ranura en la parte superior
para colocar en ella el hierro, y que tenga la forma de la del.fusil
por ser la mas cómoda para el manejo del arma .


• Tambien tenemos en los balcones, ventanas y atrio de la cate-
dral miles de quintales de hierro de Vizcaya, con que podremos
fabricar en medio de la plaza principal, para alentar el entusiasmo,
el armamento de que se trata; y no mas el acero para calzar las
puntas y filos, y el hierro laminado para los mandiles será lo que
tendrá que darnos el supremo gobierno, á quien es de creer ayuda-
rán con donativos vQluntarios los enemigos de la invasion que ten-
gan de estos efectos. Mas si así no fuere, me comprometo á presen-
tar un pequerío proyecto para que ersupremo gobierno se haga con
el acero y hierro laminado que necesitemos sin que le cueste un
ochavo .


• Os propongo además, que para mas inflamar el espiritu nacio-
nal y para que el supremo gobierno conozca la parte sana de la
poblacion con que pueda contar para defender tan sagrada causa,
se coloquen voluntariamente en las casas particulares banderas pro-
visionales de guerra, bechas con manta ú otro lienzo blanco, en las
cuales se pondrá con letras grandes por un Jado: ¡VIVA MEJleO
LIBRE! y por el otro: ¡MUERA LA ESPARA AGRESORAI


»Acostumbrados los mejicanos por tres siglos y medio á que nos
mande la fuerza armada, cuidado con que alguno de Jos jefes veDce-
dores en una ó mas acciones de las que habrá que dar, se crea digno
por si de presidir la República en recompensa de sus servicios mi-
litares, y que para lograrlo prescinda del enemigo exterior, y se
sirva, como es costumbre, de los soldados del pueblo. Los verda-
deros liberales, los patriotas debe mos oponernos con las armas por
principios de pacifiC'acioD á repeler con tanto ahinco á los agre-




598 HISTORIA BIL BlINA.DO
sores exteriores, como á sostener en su periodo constitucional á
cualquiera administracioD instituida por el voto libre de los pue-
blos .•


A esto contestó el presidente Juarez con una bre-vfsima carta en
que daba las gracias al digno ciudadano.




CAPITULO LXXXln .


.. - ...


SUMARl,o..


Sigue la reselía de la invas!on de Méjico 'por las tres potencias aliadas.


1.


Los partidos poHtieos espalloles, inclusoslo"progresistas, DO com-
prendian las evoluciones poUticas y sociales que se verificaban en
el mundo moderno, revelándose por 108 actos de la guerra de suce-
sion en los Estados-Unidos y que en Méjico habian ocasiona1io ya
un progreso notabiUsimo, poniendo allrente de aquella República
á luarez que constante, enérgico y decidido babia logrado dominar
todas las dificultades, todas las intrigas, todos los esfuerzos de la
corte de Roma y de los jesuitas.


Los discursos, los artioulos de los periódicos, las corresponden-
cias, estaban llenos de absurdas noticias, de apasionados y huecas
declamaciones, y aun los mas liberales, aun aquellos que rayaban
en la democracia ó se apellidaban demócratas, pero que no tenian
la conciencia del movimiento redentorista de que eran dignos
apóstoles Lincoln y luarez, se ponian en evidente ridiculo, llegando
á publicar La iberia el , de febrero los siguientes parrafos:




'01 , . BISTORIA DJr. RBINADO
Juarez y Uraga, y dejar á los aliadoji dueños del pais iguálmente
que del gobierno civil... ' .' .


lOEn tanto que los franceses y españoles obrarán asi en el inte-
rior con nuestro8;Senliniíento, limitaremos nosotros nuestra coope-
racion militar á mantener una escuadra poderosa en el golfo de Mé·
jieo, y pondremos una guarnicion', en elfaerte de San Juan de Ulua.
Esta guarnicion inglesa, cuando llcguela eslacian insalubre, SERÁ RR-
BMPLAZADA por tropas aclimatadas procedentes de Cuba.


»La expedicion actual nos costará asi muy poco. Es probable que
la intervencioD tendrá por resultado dar al archiduque Maximiliano
el titulo de rey de Méjico.lO / ,


Las fuerzas inglesas, como se ve, no tenian grandes,intereses que
debatir; dejaban á otros los peligros, y se exponían á cO'nseguirlos
frutos de la victoria.


111.


, El 14 de euero salieron de Veraeruz para la ciudad de Méjico el
brigadier Milaos y dos capitanes de navio, 'el uno inglés y el otro
francés, portadores del ullimatum. Además del ultimatum comun, ca-
da potencia fo.rmulaba en nota separada sus reclamaciones.


El ultima/um añadía que la misio n de las potencias interventoras
se exteudia á ayudar á Méjico, sin humilJarle, á salir de su la-
mentabe post,n.acipn.


El el mismo sentido dirigieron UDa proclama á los mejicanos los
jefes de las fuerzas aliadas que, al mando del gen~ral Prim, habian
ocupado la Tejaria y Medellin.


El !3 llegaron á la Habana cuatro fragatas de guerra francesas
procedentes de Varacruz, y antes habia llegado nuestra fragata de
guerra Blanca, esperándose otro buque, como tambien al senor Ru-
baleaba que se bailaba indispuesto.


A. la entrada de la expedicion en Veracruz, el comandante geDe-
ral de la division autorizó á la marina española para que ocupara el
castillo,de San Juan de Ulua, y los oficiales de la armada y lain-
fanteria de marina que se. nombró para este servicio,ocuparon
aquella 'fortaleza hasta entonces, que fué relevada la guarnicion por
infantería del ejéreito.


tos jefes de estado mayor se ocupaban en hacer lQS estudios ne-




DEL ULTIMO BORRON DE ESPAÑA. 6ft3'
cesarios sobre el mismo terreno, par.a levantar los pltmes de todos
Jos alrededores de la plaza de Veracruz.


Las reelamaciones formuladas por Espana en el ultimatum á que
nos hemos referido, podían reducirse:


1.· Nombramiento de un representante mejieano cerca de S.M. C.·
11 fin de que dé las satisfacciones eODvenientes por los agravios re·
feridos por la oacioo por la expulsion del embajador, despues de
haberse posesionado el actual presidente del gobierno supremo de
la nacion en la capital de la República.


!.O Cumplimiento inmediato del tratado de Mon-Almonte.
B.· Indemnizacion de los parjuicios inferidos á los espanoJes en


diferentes pun tos que se consignan, y por la destruccion de la fra-
gata Concepcion, '0,000 pesos.


IV.


La proclama de Prim, al tomar el mando de las tropas, decia asi:
«Vuestras primeras operaciones han sido afortunadas, y sin te-


ner que lamentar la pérdida de sangre os encuentro en posesion de
Veracruz y San Juan de UlUIl,á las órdenes de un general distin-
guido.


»No embargue vuestro ánimo la importancia conseguida. Si la·
bravura es proverbial en las armas espaftolas, hijos son lambien de
espanoles los que tal vez aquí tengamos que combatir.


»Si sus discordias in testinas, si sus disensiones los dividen y per-
turbao, no por eso merecen menos la consideracion de los pueblos<
que por su dicha disfrutan paz y sólido g9bierno.»


Todo iba bien en los primeros momentos y las notieias eran sa-
tisfactorias, llegando á creer algunos que seria. un paseo militar mas
que una campana aquella famosa y batallona cuestiono


Empezaron á correr de pronto fatídicos rumores, que aunque al-
gun tanto desfigurados. demostraban' que alguna co~a pasaba en
aquellas remotas regiones y que DO todo marchaba viento en popa.
Divulgáronse partes en que se anunciaban derrotas; se hablaba de
cartas en que se daban pormenores de los campamentos y de las
continuas reyertas que se convertían á veces en formales batallas.


Los periódicos ingleses se habían lamentado en distintas ocasio-
Desde que la expedieion espaftola se hubiese adelantado, dando éon




604 HISTORIA D"I.f. RBlJtADO
eso márgen á ciertas dificultades, y en el parlamento de Inglaterra
no habian faltado voces que se expresaran en idéntico sentido; y
por último, de los documentos diplomáticos que mediaron entre 108
gabinetes de Madrid y L.Gndres con respecto á este asunto, se dedu-
cia tambien que las relaciones de ambos:gobiernos se habian resen-
tido, y que el ministro inglés habia usado un lenguaje duro y hasta
poco diplomático en sus comunicaciones ..


Llegóse á decir que con motivo de la proclama del general Prim,
el almirante Jurien de la Graviere habia publicado otra en la que
se trataba de neutralizar los arranques belicosos de la primera.
Nuestros lectores ban visto parte del texto de una proclama del ge-
neral Prim, yen toda ella reinaba el mismo espiritu, sin que hu-
biese palabras duras ni ofensivas p~ra nadie, por lo cual debe creer-
se, ó que la susceptibilidad francesa rayaba en lo ridiculó, ó que
existia alguna otra proclama desconocida. Y cuando esto era real-
mente asi; cuando el almirante la Graviere habia estado algo in-
conveniente; cuando nuestras tropas, cansadas de verse en último
lugar, llegaron á las manos con las francesas, que podian partici-
par ·del mismo espiritu que su almirante, ¿era prudente que los dia-
rios ministeriales insistiesen uno y ,otro día en que en el territorio
de Méjico todo marchaba perfectamente~


v.


Entre los plenipotenciarios francés é inglés surgieron de repente
gravisimas diferencias, porque el francés sostenía exorbitantes re-
clamaciones por delitos no justificados ciertamente.


Entre tanto seguian en Paris y cerca de Maximiliano y del em-
perador de Austria las conferencias y conciliábulos que dirigian con
perseverante empeno los generales mejicanos Santana y Almonte y
el obispo de Puebla, Labastida. Estos intrigantes procuraban cap-
tarse á todo trance la benevolencia en los grandes centros de la


. reaccion europea, y vendían á su patria .con la mayor abnegacioD,
mientras que sus cómplices se dirigian á Méjico, despues de baber
trabado amistad intima con el eapitan general de Cuba para buscar
agentes dóciles, circular noticias falsas, desmoralizar mas y mas á
la poblacion y al ejército mejicano.


No contaban empero estos hombres con las divergencias que na-




DEL f1LTIMO BOBBON DE ESPAÑA. 605
turalmente debían surgir entre los heterogéneos cuerpos que com-
ponían la expedicion', y que, aun cuando unidos en el interés co-
mun de penetrar en el seno de la Union americana, llevaban cada
cual su banderin dispuestos á enarbolarle en la primera ocasion
propicia ..


Los comisionados que habian ido á la oopital de la RepúbJica por-
tadores del ultimatum regresaron á Ver8¡cruz en los últimos dias de -
enero. Juarez tes habia recibido con gran consideracion y nohabiao
sido molestados en .el interior, por mas que 'se prettlndiera hacer
creer lo contrario. Entre las condiciones que este queria obtener es·
taba la de que se embarcasen las tuerzas aliadas dejando una guar-
nieion de !,OOO hombres.


VI.


Una carta de la Habana explicabla asi la situacion en que se en-
conlraba la cuestion de Méj ico en los primeros dias de febrero:


... Los negocios de Méjico siguen siendo un drama misterioso y
casi incomprensible, puesto que de oficio nada se sabe, siendo las,
noticias que se dan por la prensa puramente confidenciales. Sin em-
bargo es un hecho que han regresado á la Habana mas de cuatro-
cientos enfermos de las fuerzas espafloJas, y flue en Veracruz existen
unos do, m.l soldados en los hospitales. Nuestras tropas nada' han
avanzado, y es casi segura la noticia de que el Norte se apresta á
conferenciar coolos embajadores europeos sobre la in~onveniencia
de Ja ocupacion militar de varios puntos maritimos de la República
hermana, y lo fatal de dejar establecido con ello un precedente que
será siempre funesto á la dignidad y decoro dl3 los pueblos ameri-
canos. Este heoho hace presagiar lo que pareée lógico é indispen-
sable,es decir, que si las potencias aliadas se niegan á las preten-
siones de 108 gankéea, la guerra se recrudecerá y concluirá por ser
una ~ontieDda de mundo á mundo. Yen esta hipótesis, ¿cuándo ter-
minará la lucha' Tarde, muy tarde. Y entonces, ¿qué sesgo tomará
la cuestion europea, la gran cuestioD de principios, la cuestion que
lleva por base la libertad de las sociedades? Yo lo ignoro ciertamen·




606 HISTO.IA DEL REINADO
te; pero me parece indudable que la negativa de los aliados acredi-
taria de. una vez que sus miras al venir á Méjico DO· han sido otrall
que las de aplazar indefinidamente dicha euestioa, y continuaropri-
miendo á esos pueblos cansados ya de sufrir contratiempos y cala-
midades.»




CAPITULO Lxx¡tív.


SUMARIO.
Ojeada sobre la política inierior ....... Prepondemncia del militarismo.-Vanidad de 016-
zaga.-~lllertedb Martinez de laR9sa.-Política teaccionaria.-Abolicion de la
lotería primiti va.


1.


Otros gravisimos sucesos alternaban 000 estos en los primeros
centros de la politica espaDola; y todos ellos venían á influir y á con-
verger en el propósito unionista que era el enaUecimiento de la
~u. '


Hubo un sellor Frontaura que tuvo la ocurrencia de escribir una
piececita titulada El hijo de don José. La censura cambió un agente
de policía en un ofici\\I de) ~jército, y la empresa qU(l babia adqui-
\'ido, fd d6(echo de repres6:D.tar 'la pieza no queria admitir aquella
lUetamórlosis, aquella careta con que se habia disfrazado á uno de
.us perIJonajes; pero el gobernador intimó á la empresa la órden
de .que representara El.hijo de don José, tal como le habia meta-
modosea~o la c_ura. No sabemos si.el personaje era ridículo, pero
de seguro lo' era el gobernado!'; y sobre ridwulo era arbitrario y
til'ánicp.


El pó-blico rió de los chistes, y los. oficiales de la guarnicion lo
fDmaron á pecho y quisieron convertir el sainete en Ulla tragedia.
Hubo voces y silbidos y alboroto; hubo {ueras y disputas, y los
arrastrasables, por espiritu de .cuerpo, quisieron acabar con los pe-




608 HISTORIA DIL REINADO
riodistas que censuraron agriamente la conducta incalificable de
aquellos genizaros.


El capitan general don Enrique O'Donnell dijo en el congreso al
siguiente dia, que los oficiales habian estado muy comedidos hacien-
do uso de un derecho que habian comprado á la puerta,


La verdad es que cuando se repitió la funcion el mismisimo pre-
sidente del Consjo tuvo que abandonar sus ocupaciones, vestirse
el uniforme y presentl)rse en ,el 'palco d~l gobernado civil.


Este incidente, que revelaba á las claras la preponderancia del
militarismo, hubiera dado ocasion á disgustos si no se hubiera cor-
tado la diseusion á que dió origen en el congreso por la muerte del
presidente de la cámara:


Efetivamente, al oir las manifestacio~s del capitan general que
con tono imperturbable daba carta blanca á sus subordinados
para que vistiendo el uniforme- 'Y formando corporacion, pudieran
atacar á las olras clases del estad() , Gonzalez Bravo pidió la pala-
bra, y Latuanta que presidia se -la negó, dando ocacion á una serie
de escándalos, ruidos, hasta que salieron del salon muchos diputa-
dos mientras continuaba )a discusion de Jos presupuestos en medio
del ruido que formaban Jos corrillos y las conversaciones de fuera.
Hubo por fin nec,esidad de levantar la sesion pública, constituyén-
dose el congreso en seguida en secreta para dilucidar ydesliodar los
8gravios.


11;


En ella Olózaga; el siempre desgraciado y desacertado Olózaga,
el hombre que solo combate rudamente á los liberales que le basen
sombra como sucedió con Espartero, 'el que sabe lanzar á Gonzalez
Bravo en la senda reaccionaria, el que durante los once aftos del
moderantismo habia hecho tantas evolucionesl tantas transacciones
y tantas mistificaciones, el que desde 1854 á 1856 se habia esta-
cionado enParis dejando á los conjurados realistas nevar á cabo
sus planes de restauracion y ayudándoles con sus famosos discur-
sos y reticeD~ias sobre la base religiosa, Olózaga, que co'mbatia en
1843 con ahinco el militarismo progresista, viendo desconcertada
á la mayorfa y casi postrado al ministerio imprudentement'éempe-
gado en defender lo insostenible, lQ absurdo, aprovechó el incidente




DII. ÚLTiMO BORBON DE ESP!Ñ.... 009
de la m,uerte de Martinez de la Rosa para calmar aquella' batahola
i[)Vitando á todos á que depusieran sus resentimientos ante la tumba
recien abierta; y consiguió un triunfo de vanidad, cuando pudiera
haber conquistado para ,8U partido y para el pais la victoria sobre
el militarismo. . ' ,


Tal es el tacto, tal es la habilidad [de los prrglesisfás, que acep-
taron como un triunro y un mérito~ la c()ndu~la de OJózaga,que
vino á servir" tambien par. autorizar al fgobierllo á[quemantU\',ie~
se preponderante el militarismo sujetando á la ordenanza á 108 di-
)HItados, toda vez que hizo constar que se harian al cadáver del
presidente del congreso Jos honores de capitan general, punto en
que Ja ¡berza bailó ridícula, inconveniente y ,absurda la determina-
cion del gobierno, porque tratándose de aquel hombre exclusiva-
mente civil y presidente de uno dellos cuerpos legislativos, debia
haberse propuesto á las oortes Ull proyecto de ley para este y otros
casos análogos.'


La muerte de Martinez de la Rosa, por lo demás, ocurrió en un
dia en qUA el congreso debia ocuparse deila interpelacion de Can-
dan sobre los escandalosos abusos2de que~la prensa era víctima, y
al final de una sesíon en que se habia denunciado la escandalosa
preponderancia de la oligarquia militar.


m.


Martinez de la Rosa, que Ilbabia llevado el grillete despues de
haber presidido los consejos de ministros, todo por órden y bajo el
reinado natural de Feroando¡Vli, habia sido en el último periodo


. constitucion~l desde la muerte de Fernando el alma del bando mo-
derado, el consejero de Cristina, el desgraciado confeccionador del
Hstatato, mezquina y ridicula concesíon concertada con Cristina,


. para atraer al partido liberal á la defensa de lo que llamaban dere-
chos de Isabel al trono de Castilla.


Poeta, mas bien que politico, el que murió en el ejercicio del mas
alto de los poderes parlamentarios, habiavaciládo muchas veces
durante su larga carrera. pública, y no faUa quien le orea conspira.
dor con los Borbones contra el progreso y la· revoluciono Era mi-
nistro .el '1 de julio de 18i2, y su conducta, débil e~ aquellos mo-
mentos, dió origen á acusaciones, porque si DO se probaba la traicioD,


'rOMO 1m. '11




,610 HISTORll DEL RliNADO
.


estaba para todos demostrada la, impotencia ante un peligro que
podía hundir la Constitucion si, mejor dirigida la guardia real, ex-
citada por los agentes de Fernando, hubiese logrado dominar á la
milicia de Madrid d,onde hubieran ocurrido horribles y desgarrado-
ras esceo_as que los fanáticos é ignorantes sectarios del clero espe- ,
raban provocar.


Con todo esto, Martinez de la Rosa era tan poco amigo de os-
tentaciones, tan poco codicioso, que no llegó á alcanzar, como los
Torenos y otros famosos hombres del moderantismo, )a fama de
concusionario y dilapidador. Por esto ante su cadáver, apagadas
las 'rencillas, y los odios pudieron congregarse las fracciones todas,
ya que en los últimos aflos de su existencia pareció como si hu-
biese querido borrar la oprobÍosa marca de reaccionario, presentan·
dose como el lazo entre las fracciones ,que tendian á mantener el
sistema parlamentario.


IV.


El ministerio 'que habia pretendido hacer la apoteosis del parla-
mentarismo llevando las honras á Martinez de la Rosa hasta el
punto de colocar al príncipe consorte, al conspirador de San Carlos
de la Rápida, al auxiliar de la monja de' las Hagas y del padre Cla-
ret en la conspiracion permanente contra la Constitucion y los de-
rechos del pueblo espaflol, en la presidencia del duelo, no quiso
sin duda olvidar que á las influencias clericales mas que' al apoyo
del parlamento debia Sil permanencia en el poder, y asi como man-
tenia el apéndice constitucional de los Nocedales y Narvaez, man-
tuvo para este caso concreto, á pesar de la solemnidad, nna órden
del escéptico neo-católico Nocedal, 'referente al silencio. de las tum-
bas.


Los neo-católicos no se contentaban con mantener el espfritu amor-
dazado en la"prensa, sujeta la palabra en la tribuna á una regla-
menlacion opresiva que impedia toda discusion séria, toda manifes-
taeion del sentimiento público, sino que se prelendia ahogar en to-
das las formas el ¡ayl de la Tictima~ la queja del herido y las-
timado .....


A trueque de conseguir este resultado, los hombres de la reac-
cion acogieron sin titubear la peregrina idea de considerar como




DEL ULTIMO "BORBO" DI BSPAÑA. - 61 t
profanacion de los cemernteríos la oracion fúnebre que los amigos
del finado iban á hacer ante el cadáver de quien se despedian.


Este ultraje á los vivos y á los muertos fué mantenido por la
Uníon liberal que se doblegaba á todas las exigencias. 'Y cuando lle-
gó el caso de Martinez de la Rosa, que quizá hubiera sido excep-
tuado de tan rigurosa medida, acaso por la presencia del rey y pa-
ra tranquilizar sus escrúpulos, fué mantenida en vigor la disposi-
cion nocedalina.


Acerea de este punto hizo la prensa observaciones, y ta DJeria
consignaba afgunos párrafos,en1re los cuales tomª,mos los siguientes.


«Hace algunos ailos, cuando la reaccion se enseftoreó última-
mente de este país y aspiró á borrar todas las costumbres y con-
quistas introducidas con el nuevo régimen, se dictó una disposicion
en la cual, á pretexto de celo religioso, se prohibió pronunciar p'a-
negiricos á la vista de los cadáveres de hombres distinguidos, euyos
merecimientos debieran servir de estimulo á las generaciones ve-
nideras, á la vez que de gloria para-la patria.


»Respetando lodo Jo que cóncierile á fa religion y hecha ya la
despedida con que ia Iglesia ácoge á los fieles, hay argo quehacer
aun con aquellos cuyos ejemplos deben quedar en la memoria de
los vivos, ya para una noble emolacion, ya para el tormento ycasti-
go de los que pensando solo en su presente, prescinden de sus SQ-
mejantes, de su patria y de su porvenir. No hay, pues, lucha entre
la Iglesia y el Estado, entre la religion y la sociedad, entre la bon-
dad del que es acogido como justo por Dios, lel que.en este mundo
es reconocido como virtuoso y como patricio. ¿Por qué pues esa
disposion oficial propia de los tiempos en que no se permitia al
hombre dudar siquiera de la infalibilidad de los poderes profanosf
6Y por qué durante un gobierno que se llama restaurador del siste-
ma representativo, esa. real órden' está subsistente? Todos creian
que el' gabinete actual la hubiera derogado, permitiendo que ante
los restos de Martinez de la Rosa se hubieran pronunciado algunas.
frases sentidas propias del sitio, y de la ocasion con que se decian;
pero se han visto transcurrir dos días sin que -esa pesada losa se
haya removido, á pesar de que hay quien asegura que alguD miem-
bro del gabinete lo ha intentado, y ha tropezado con graves obstá-
culos que no ha podido vencer.


" \.




GI! HISTOBU Dlt &'BINlD()


v.


Lo .positivo en este ptrticular debiór ser que, como tan acciden ..
tada. la vida del célebre poeta granadioo á quien debia rendirse el'
homenaje por lo que entonces significaba y por su representacion'
en las cortes de Cádiz, pudieran haberse deslizado alusiones contra
el, Be.rbonJ,mo elt presencia del marido de Isabel, la hija del, perju-
ro, la continuadora digña de Cristina- en 101'1 odios á las institucio-
nes Jibnes, en las persecuciones al pueblo; y previendo esto sin (fuda
el ministerio O'Donnell, no debió gestionar con tanto ahinco que no
-hiciese inútiles sus esfuerzos an1e lás influencias palaciegas.


Uno de .]os· accesorios mas extrafios de la sesi.oD celebrada des pues
del entierro., para. hacer en· el seno del palacio esos honores que la.
monarqufainquisitorial y la clerigaUafanátiea habian prohibido ea
el cementerio, fué SiD duda la excitacion dirigida por Gonzalez Bra-
vo al hombre de la Salve para que dijese alguna cosa en aquel me-
morable dia. GODzalez Bravo recordó que no cruzaba nunca su pa-


. labra con la de Olózaga y no sabia expHcarse el porqué. Olvidaba
sin dada que en nombre de Isabel, y por acuerdo de los sanguina-
rit}S clubs del jovel/anismo, habia. acusado pocos aftos antes á 01ó-
zaga como violador de la majestad.


El famoso orador progresista no titubeó á pesar de todo, y dedi-
có frases de gr:an. ~fecto á la. honradez -y laboriosidad del antiguct .
miembro de las cortes gaditanas ..


VI.


En ese mismo dia, el de la muerte de Martinez de la Rosa, como
si el ministerio quisiera acumolar una: serie de medidas reacciona-
rias, inmorales y falidicas, publicó la Gacela una real órden abo-
liendo la loterfa primitiva, suspendiendo la exlraccion pendiente.


Sobre 68ta ruidosa euestion decia:on periódico ministerial: .Es po-
sitivo que la Direccion· general de loterias se ocupa de dar diferen-
te forma á la primitiva, á fin de que pudiendo Ínleresarse, como
hasta el preseD.te, LAS CLASES POBRES, les ofre::ca mayores!l maf pro-
hables gananCIas; de modo que si ahora con una cantidad por ejem-




DEL ULTIMO JORiON DE ESPAÑA. 618
plo de , ó 5 reales solo pueden esperar de 8 á 10,000 reales, en
adelante optarán á l8 ó !O,OOO .•


Pero bé aqui que otro diario, tambien ministerial yen grado su-
perlativo, anadia al pié de la real órden que disponia la suspension
de jugadas: «Esta real órden ha sido motivada por las muchas ju-
gadas de á mil reales que habia pendientes, y lobre todo por una de
mUduros á terno seco que, en el @6S'O de' salir premiado, hubiera
costado á la renta ochenta y einco millOlies de reales.»


Esa cuestioD grave eraconsideradá~ cómé se ve, por los mismos
periódicos ministeriales, bajo diversos aspecto~, porque es dificil
explicar UD absurdo semejante. La loterla, juego inmoral, perse-
guido por el gobierno cuando se trataba de que los particulares
quisiesen fiar á los azares de la suerte su fortuna, no tenia incon-
veniente alguno si era el gobierno el que habia de utilizar esos dis-
pendios, esas combinaciones azarosas en que los mas se privaban
por una remota esperanza, de 'Ía reaUdad que poseian. Y se llama-
ba tenta del estado, y se ha . continuado mll~ando' p(JsteriorIilenle~
aquello que sumia en el luto innumerables familias, y que tantos
perjuicios ha ocasionado en cambio de escasas ventajas que algu-
no& han llegado á conseguir.


Como quiera que todo esto fuese, la autoridad gubernamental
habia rescindido un contrato contra la voluntad expresa de UDa
de las partes que se alz6 en queja contra el abuso, no querien-
do consentir un escándalo que hacia perder el crédito al tesoro pú-
blico harto' desacreditado ya. Pero el senor Salaverrfa manejaba la
Hacienda espanola, y puso sin vaeilacíon so firma al pié de un do-
cumento que nadie en otro pais se hubiera atrevido á patrocinar.


El senor Safaverrfa, que se habia lisonjeado de haber hecho pro-
ducir á esta renta mas de un 50 por ciento desde que se hallaba al
frenle de la Hacienda, se ,eia precisado á suprimir este joego, qui-
zá cOñtra su voluntad, apremiado por las repetidas manifestaciones
de la opio ion pública, expresadas hasta eillos diarios ministeriales.




CAPITULO LXXXV.


SUMARIO.


Torpeza!! del Unionismo.-CausR de Ruiz Pons.-Como iba embrollándose la cueetioll
. de Méjico.


-1.


-


Parecia ,eomo si el gobierno se entretuviera estudillndo lós me,-
dios de combatir contra si propio, cometiendo 19rpeza sobre torpe-
za, aun en aquellos. puntos en que no era indispen.sable para sus
usos salirse.de,la,. Jeg~lidad y el manifestarse, digno y conseeuénte
con sus patronos. '. '. '.'


Si la loteria le pareei~ perniciosa para los particulares ó para 'el
tesoro, despues de.correr el.albur pendhmte tenia, medios de supri-
mirla; y si en el entierro de Martinez de, la Rosa pQdian qir los Bor·
bones, lanzadas frente á frente, sus' propia~ indjgnid"des~ no era
justo venir á. hacer con el ca~tigo de .un muerto la servil cootioua-
cion del ministerio Nocedal. ridfculo partidario de la mor~aza y de
la hoguera.


¿No habia visto el ministerio, por otra parte, el espectáculo que
habían dado sus contrarios mas que generosos, mas que cándidos,
ridiculos y necios, en las circunstancias mas criticas y solemnes? .No
habia oído á Olózaga suspender la batalla polftica eon aplauso de
los periódicos de su comunion, y evitar las discusiones que tan mal
parado podían dejar al elemento de los arraslrasables? Pues ¿cómo




DEL ÚLTIMO BOnBON DI titAÑA. 615
DO pudo concebir que guardarian todas :Ias consideraciones que se
merecia un marido de la hija de Fernando?


Si se echaban velos tupidos sobre tan graves cuestiones, si ante
una desgracia, ante un cadáver cedian los hombres del partido li-
beral cuando se hallaban en posiciones inexpunables, ¿cómo el go-
bierno proseguia desatentado y siempre cinico su tarea de equili-
brios y satisfacciones á la reaccion? Triste y menguada eondicion de
aquellos hombres' que vacilaban y temian y se asustaban de su
propia obra, que no tenian mas fin que el presupuesto ni mas glo-
ria que la de mangonear , y ejercer el poder aunque solo sirviesen
de editores responsable~ante la voluntad firme y decidida de las ca-
marillas palaciega~. Secuaces desgraciados del Borbonismo, agentes
ciegos de las arbitrariedades venian uno y otro dia conculcando las
Jeyes, destruyendo los pactos, desorganizando las huestes revolu-
cionarias, y llamándose con todo esto amigos de la libertad y de-
fensores sinceros del sistema representativo.


11.


Otro incidente no menos notable, no menos ruidoso, vino por en-
tonces á patentizar mas y mas )a verdadera tendencia del unionis-
mo, que solo se mostraba en ciertos casos antidinástico y antimo-
nárquico para lograr sus fines.


El partido republicano continuaba sus trabajos de propaganda y
de conspiracion. Orense, que siempre reclamaba programas gace-
tables, es decir, concisos, claros, y susceptibles de ponerse en for-
ma de decretos para transformar con pócas disposiciones el régimen
existente, halló en RuÍZ Pons, diputado constituyente tambien en
las corles del 5i, un anxiliar poderoso que cop fe y ardimiento tra-
bajaDa en defensa de la idea revolucionaria, y que publicó una hoja
titulada Decretos de la democracia en que excitaba á los búenos ciu-
dadanos para que se adhirieran á los principios democráticos con-
signados brevemente en decretos.


Comenzaron á circular esas hojas en diferentes puntos y espe-
cialmente en Zaragoza llevando al pié las iniciales E. R. P. '


Las autoridades empezaron á gestionar fijándose desde luego en
el catedrático cuyas ideas no eran para nadie desconocidas, y des-
pnes de muchas indagaciones se formó causa á Ruiz P008 y á los




-616 BISTORIA Da BBllfUO
cajistas y duefto de una imprenta que existia en la capital de Ara-
gon algun tanto sospechosa para los hombres del gobiern€)o


Esas prisiones lIaoiar~n mucho la alencion, y todo el mundo
comprendía que era un medio que el~"gobierno buscaba para conti-
nuar su sistema de persecuciones, porque ciertamente el impreso
no era otra cosa que -la reproduccion de lo que Orense habia dicho
y esc'rito en mil folletos con algunas ligeras modificaciones referen-
tes al Borbonismo.


La causa fué pu~s ruidosa, grande el empelio de las autoridades
para proceder contra el ex-constituyente y sus amigos. Ruiz Pons,
des pues 1e haber agotado todos los medios de defensa que tenia en
su mano, hubo de apelar á Rivero que marchó tá Zaragoza y Bar-
celona donde fué muy obsequiado por ]a juventud republicana, por
los obreros y demás, dándosele en Barcelona, en los cortos dias que
permaneció, UD banquete al que asistieron mas de ciento cincuenta
personas.


La defensa de Rivero fué brillantísima, ]a autoridad del oradór
republIcano consiguió un gran triunfo, y ,Ruiz Pons y sus amigos
podían esperar que se decl-arara su inocencia. Y hubiera sucedido
esto, á no dudarlo, si e] gobierno no:tuviese ya previamente forma-
do el propósito de hallar un criminal donde se habia supuesto un
crimen.


La causa empero se prolongó, y los procedimientos volvIeron á
empezar, no ya en persecucion de UD impreso clandestino, sino de
un delito cometido por via de la prensa, ,pero con especiales con-
diciones' y por consecuencia sujeto al tribunal que ellos seftalabav,
no al jurado.


Ruiz Poas tuvo por fin que fugarse, y el gobierno le privó de Stl
cátedra.


111.


Las noticias de Méjico se multiplicaban que era UD portento; el
gobierno nunca tenía datos, nunca recibia partes oficiales, pero la
verdad es que corrian mu.has y estu'pendas nuevas.


El general Prim obsequió en Veracruz el 18 de febrero con un
gran banquete á los representantes de- las potencias aliadas, y con
ese motivo pronunció un brindis que extractamos por no ser difu-




DEL ULmíO BORBON DE ESPAÑA. 61'7
sos: .Sei'iores, el destino á traido ha este país á los soldados, decia,
de tres grandes naciónes; y cuando soldados leales se hallan reu-
nidos á t90 larga distancia de su;patria, á ella y á so soberano per-
tenece 'de derecho su primer pensamiento .


• Creo, pues, ser intérprete de vuestros sentimientos y de vues-
tros deseos, proponiendo este brindis: i A. la salud de la reioa Vic-
totia y á la fehci~ad de Ioglaterra:á la salud de la reina Isabel y á
la prosperidad de !spaftil: á la salud del emperador Napoleon y á
la grandeza de Francia'


»Y si en esta ocasion coloc6 en segumlo término á Espalla, es
para rendir homenaje á JagaJaoterJa de S. M. el emperador de los
franceses: trátase de la Doble senora que hoy rige los destinos de la
Espana, y estoy seguro que con su galanteria francesa le cedería su
puesto. .


.La mision que trae á los ejércitos aliados á estas playas es no-
ble y generosa; es, en una palabra, digna de Jos soberanos y de los
gobiernos que nos mandan: brindemos, pues, tambien por el' buen
éxitó de nuestra empresa, pues de él depeoderr la tranquilidad y la'
dicba de este desgraciado pais.»


IV. ,


En los campamentos mejicanos, Jo mismo que en Veraeruz, pro-
'curaba eada cual ocultar sus designios y mostraban unos Mcia otros
benevolencia suma, avanzando en el interior del país para evitar la
aglomeracion de fuerzas, sin evitar por eso las enrermedades que
en los primeros dias de febrero tenían ya postrados á mucbos,~ha­
hiendo tenido que retirarse el general 6asset y pasar á bordo· de
los buques algunos batallones.'


Los rumores de la coJision tenian por fundamento un altercado
gravísimo, provocado por los zuavos y algunos espai'ioles que to-
m~ron la defensa de los mejicanos, resultando algunos heridos, y
en esos momentos de efervescencia y acaloramiento la muerte de
un capitan del regimiento del Rey y de un paisano.


El causante de la muerte del capitan, de~pues de sentenciado por
el consejo de guerra á la última pena, fué indultado por el general
Prim, que explicaba así su determinacion:


TOMO .1. '71




U 8 HISTORIA.QEL REINADO
-Los representantes de las naciones aliadas y sus ministros han


acud.do en nombre de sus potencias pidiendo gracia, y ante seme-
jante súplica, ]a severidad de la ley cede el paso á los sentimientos
de humanidad.»


Pero no sucedió lo mismo con el que causó la muer Le del mejica-
no, cuya sentencia fué ejecutada por las circunstancias del caso y los
malosan teceden tes del, acusado. '


. Los mejicanos nQ hostilizaban. á las tropas, pero se mantenian
firmes y dignos hasta el punto de abandon~r sus propias casas si
se veian obligados á recibÍ» en ellas á los incómodos huéspedes; su-
cediendo lo propio cuando S6 adelantaban hácia el interior, en cu-
yas poblaciones y caserios no encontraban á nadie, retirándose las
tropas de la República para no llegar á las manos, y ocupando Jos
franceses, al amparo de la expedicion espanola, ciertos puntos á que
de otra manera no-hubieran tan fácilmente ;llegado.


El ejército y.estado mayor de Uraga, lo mismo'que los oficiales'
y generales de la division,da Prim, se visitaban con frecuencia, dan-
dQ ocas ion á creer que no habría lucha, y que podrían penetrar los
aliados hasta la capital sin obstáculo alguno.


Uoa correspond~ncia publ ¡cada en el Monitor explicaba perfee-
tamente la situaeion yla8 futuras complicaciones que no tardaron
en llegar. Hé aqui algunos de sus párrafos .


.. Cuando se supo en Méjico la determinaeion de las tres poten-
cias de enviar una expedieion, fué extremada la eonsternacion de
los hombres que han arruinado un pais y despojado á los extranje-
ros.- Preparábanse estos á bacer todas las concesiones posibles;
pero cuando ~os espalioles anticipándose é Francia é Inglaterra se
apoderaron de Veracroz, sucedió un sentimiento de odio y de dés-
confianza al abatimiento del pri-mer momento; porque, preciso es
decirlo, si la intervencion francesaoé inglesa es popular, elodio á
los espanoles es aquí casi general. Sin embargo, la llegada de los
franceses y de los 'ingleses, las proclamas benévolas y significativas
de los aliados restablecieron un tanto el espiritu público. Pero des-
de entonc~s han surgido graves dificultades, y permitid me anadir
que se han co~etido graves faltas.




DEL ULThWO'BOBBON DB _SPAÑA. 119
»Los gobiernos de Europa' parecen hallarse de acuerdo, y Sus


representantes en Veracruz parecen tener miras ·opuestas. Como loS
espatloles son aquf los mas numerosos y tienen á su frente un ge~
netal conocido por su·Cogoso ardor y su intrepidez, el almirante
Juden, á la cabeza de 3,000 (ranceses, contaba con ese geBera1
para dirigírel 'movimiento y principiar sin perder tiempo'una mllr-
eha hácia el interior.


-Esta marcha 'era indispensáble para asegurar nuestra iofluen-
eia'politica,paraoegóeiar con ventaja y para retirar la'S tropa~ del
litoral que forma esta ZODa tórrida inhabita·ble desde el mes de ,
abril. Pues bien, con grande asombro nuestro, el general Pri'rn no
es el hombre cuyo Mpfritu aventurero parecía tan temible, sino un
negociador prudente y casi meticuloso.


-Por su influjo los comandantes inglés y francés han sido arras.ra-
dos á un camino que no merecerá la aprobaeion de Londres, Paris
J Madrid; porque no dejará de pensarsé por allá que está compro-
metido'el pr98ligio de las tres potencias, cuando quinee mil bom ... ·
bres que han arribado á un territorio enemigo, en vez de intimar
al gobierno que atienda en justicia á sus quejas, principian no solo
, entrar en parlamento, sino tambien á pedir permiso de subir "
Jalapa y Orizaba en busca de saludable campamento.


, .


.. Por último, conviene decirlo porque es verdad, Espalla anima-
da de tina idea elefJada U que debia proporcionarle grande gloria,
quiso hacer una expedieion en Méjico, pero no preparó ningun me-
dio eficaz. Sus tropas son a~uestas y distiplinadas, pero carecen de
medios de trasporte para ir adelante. Al frente d~ ellas se ha man-
dado un general de tecoDocidoy brillantes cualidades, pero el cual
parece que URIGA. IDUS OPUBSTAS A LAS 61 su GOBIERNO.


wlyar, sin ir mas lejos, llegó aquf Zamacona, enviado de lua-
rez, y fué -recibido de una manera que no se concilia con el fin á
que debe aspirarse. El general Prim le obsequió COD un banquete,
y luego hizo que le dieran una serenata.-


VI.


La actitud de los aliados habia Jlegado á ser. tan amistosa, que
era mas fácil hubiese entre ellos un rompimiento que con el ene-
migo comun.




610 BISTORIAVIL REINADO
. Los plenipotenciarios franceses que habían Hevado á Méjico el
firmisimo propósÚo de crear ,un imperio, veian con disgusto que si
habian de adelanb:~r algo,~ necesitaban obrar so108, porque ni . Prim
ni los ingleses se prestaban á ser a¡¡;entes del archiduque Maxi-
miliano.


Prim por su parte, habiendo mandado á Milans del Bosch, y te-
niendo noticias fidedignas de lo que pasaba en el interior, veia ya
cJaraménte que solo ocupando ellerritorio con ejércitos numerosos
podían imponer á los mejicanos una monarquía europea. A esto po-
dia atribuirse lo que el corresponsal francés llamaba excesiva pru-
dencia; esto habia dictado su conducta frente á las autoridades
mejicanas, y sus opiniones en los consejos de los aliados, que,
guiándose únicamente por las declaraciones de Almonle, Mira-
mOn, Estrada y otros, creian,degr.ada~a la raza mejwana, ydis-
puesta á sufrir el yugo que se q!1isiera.imponerle. ,


Un periódico ministerial francés, queriendo mantener en Francia,
'la ilusion, agregaba á las noticias de la carta inserla en el Monitor
estos otros párrafos que, como aquellos, estaban dictados por trai-
dores y ambiciosos:' .
lO~1 general Lorencez que salió de Cberburgo el 18 de enero:


en una e~celente corbeta, habrá Jlegado á mas tardar á' Veraeruz
el !8 de febrero para ponerse. en camino el 15 de marzo con el
resto del ejército. De -lo que se infiere, que todas las tropas habrán
dejado a Veraeruz antes del mes de abril, época en, que esta eiudad
se hace insalubre para los europeos~ , .


»Despues de. la llegada del. general Loreocez los aliados ocupa-
- rán. independientemente de Y'eraeruz y Jalapa, las ciudades de Pue-


blll., Odzaba y Méjico, y poseerán asi ·todos~los puntos estratégicos .
del país. Los habitantes, seguros de¡s!3r protegiQos eficazmente,'
podmn proceder entonces libremente á la organizacion de un go-
bienlo definitivo. •


»Aftadamos que se considera como probable el reemplazo del ge:'
Deral Prim que seria llamado á otro punto. Los tropas espafíolas
serian mandadas entonces por el general Gasset, que se ha enten-


. dido siempre muy bien con los fruceses é ingleses, y que mostró
al principiar tanta moderaeion como fir~eza .•




· ~ . ,-


CAprrULO LX)tXVf.


SUMARIO.


Peripecias del embrolló, y disensiones entre las potencias invasoras de ~Iejico.


1.


Iba pues desarrollándose la cuestioD de Méjico sin que aquí con-
siguieran arreglarse los gabinetes, sin que en el campamenlo pu-
dieran conciliarse las aspiraciones distintas, Jos proyectos de ambi-
cion de cada una de las personalidades que tenjan sus compromí-
cos eontraidos, y no querian dejar ,que se frustrara por una peque-
nez el proyecto madurado y los sacrificioshecbos.


Por eS9 se mandaban ór~enes á Graviere, y las llevaba termi-
nantes,oon refuerzos que· no justificaban las declaraciones del go-
bierno mejicano dispuesto a hacer justicia y á atender á las exi-
gencias de 10B acreedores de Méjico; para lo cual negociaba con
los Estados- Onidos empréstitos cuantiosos. :


.Contestando el ministro de las Relaciones exteriores de,Méjico ·á
las reclamaciones de los plenipotenciarios de lasp'oten~iasaJiadas,
decia: que á juicio de su gobierno, earecia-ya de objeto la presencia
de las fuerzas aliadas ene! territorio mejicano para contribuir á la
regeneracion del pais, toda vez que este habia entrado en la ver-




62! IISTORIl DII. RlnUDt
dadera via de la regeneracion con sus propias fuerzas, y caminaba
y seguiria caminando por ella, basta terminar la obra en un dia
poco distante; que todos los estados mejieano~ babian reconocido
como único gobierne> al que actualmente regia, y todos se afanaban
de CODStInO para afianzar aun mas las bases en que descansaba.
Por lo demás aseguraba que las poten~ias aliadas podian estar per-
suadidas de que el gobierno mejicano tenia la voluntad y los me-
dios necesarios para salir de los .c.orqpr,omisos que con ellas tenia
pendientes, y tambien para rebábilitar su crMito en el extranjero.
Pedía, por fin, que se entablaran cuanto anies las Qegoeiaciones en
Orizaba, donde mandaria comisionados plenamente autorizados para
entenderse con los plenipotenciarios, los cuales podrian tener am una'
escolta .de 2,000 bombres, reembarcándose cuanto antes las demás
fuerzas.


JI.


Asi se convino, y como veremos, se llevó á cabo el famoso con-
venio de Soledad que debian ratificar inmediatamente los gobiernos
respectivos.


Al llegar la noticia á Veracruz de·lo~considerables refuerzos que
se reunian en Francia para marcbar sobre Méjico, corrieron tu-
mores de la posibilidad de un rompimiento entre Jos aliados, y en-
tre tanto avanzaban las tropas espalt01as que se dirigianá Orizaba
y las francesas á Tehoacan, retirándose igualmente los ingleses á las
Bermudas.


Ratificados por el gobiern·o de Méjico -Jos preliminares -acorda-
dos entre el ministro de Relaciones extranjeras y el general en jefe
de las tropas espáftoJas en representaeion de los aliados, 'las fuetzas
iban á situarse en Córdoba, Teh uaean y Orizaba, donde el primero
de abril iban á empezar las 'Conferencias.


Milaos dió un convite á los oficiales de las marinas británica y
francesa' que le habian aeompa1iatlo á la capital· de Ja República,
al que asistieron varios jefes del ej~rcito, pronunciando Milans eo
su brindis las siguientes frases:' .


• Sellores: las obras de 'la ra~OD y18 filosoffa son las mas glo-
riosas del género humano: las de la guerra, por brillantes q1l6




DEL ÚLTIMO BORBON DB BSP~A. 618
sean, tienen siempre una sombra tristfsima, y dejan en pos de si
amargos recuerdos, porque están manchadas de sangre: las obras
de la guerra duran poco porque la guerra es la fuerza, y esta solo
puede someter los cuerpos queperecEm; pero las de la paz son
eternas, porque la paz es la razon, y esta subyuga las almas, que
son inmortales.


»Por eso nuestro sigio ha consagrado como un principio huma-
nitario y filosófico, que solo la necesidad puede justificar el empleo
de'la fuerza, y que la guerra sin necesidad es un crimen. Brindo,
senOl'eS~ por la paz, porque la Europa t)ccidental agregue á sus
glorias la gloria de salvar á Méjico sill derramar sangre; y brindo
sobre todo, para usar de las palabras que al daspedirme de él 'me
dijo el presidente de esta República, porque esta paz sea honrosa,
honrosa para todos.»


Lorencez en una alocucion dirigida á una 'comision de los habi-
tantes de Veracruz que se le presentó el 6 de marzo, les expuso
las ideas de la Francia en la cuestion de Méjico j y aseguró que de!
1i al15 de marzo se encontrarian en Méjico todos'los refuerzQs.


111.


Francia se desentendía ya de todo, el emperador veia las difi-
cultades y se hacia fuerte contra la probable eventualidad· de ha-
1larse aislado en medio de las complicaciones que por todas partes
le rodeaban.
. La campana de Méjico iba á ser una prueba que podia ell ade-
Jante servirle á Luis Napoleon, ú obligarle á retroceder en su ca-
mino.


Ré aqui algunas noticias que, acerca de la situacion de Méjico,
publicaba el Diario de los Debates:


«Nadase conoce menos entre nosatros que la situacion verdade-
ra de Méjico: se ignora hasta la cifra de su poblacion, que es de
seis millones- y no de ocho como se cree generalmente. Estos se di·
viden en 5,4,00,000 iodios puros ó mestizos, muy morenos, y
600,000 individuos de raza blanca mas ó menos pura. Los indios,
esto eSí lagran masa de. la poblaeion,. tienen UDa ignorancia é in-
difer6llcia casi completas eo politi.ca, hasla el ponto de que no es






6!t HISTORIA DIL IlIINADO
raro encontrar en ciertas regiones quienes se cr~en todavfa súbdi-
tos de Espana.


»Apenas algunos millares d~ individuos arrancados á sus faenas
por las guerras civiles, ó que han salido de una esfera por" cual-
quier evento, toman una parte activa en las luchas que hace tanto
tiempo desgarran al pais en provecho de quinientos ó seiscientos
caciques, de Jos qóe la mitad dicen ser liberales y la otra mitad
reaccionarios. El resto, que es el verdadero pueblo, no aspira mal
que á trabajar y vivir en paz, y constituye la base sobre que de-
berá apoyarse el gobierno definitivo y estable que se espera sea el
resultado de ]a crísis actual..


IV.


En otra correspondencia de Veracruz, que publi'Caba el mismo
diario, se (eian los siguientes párrafos:


.A nadie se há ocultado que e] convenio laboriosamente conc]ui-
do entre las tres potencias interventoras, cuidaba mas de precisar
lo que no se hará, que de. indicar ]0 que se lrará en Méjico. Sin
embargo, cualesquiera q1]e puedan ser las dificultades de la em-
presa, es de creer que dos potencias como Francia é Inglaterra,
quetienen además otros asuntos graves entre manos, no se ha-
brán puesto en campana con grandes gastos, ni habrán empe-
nado ligeramente sus pabellones en una empresa inútil ó impo-
sible .


• En cuanto á ]a tercera potencia, la Espalla, al "traer á este
asunto un ardor particular, no debia causar á nadie extrafieza. La
expedicion de Méjico, improvisada por Francia é Jnglaterra, esta-
ha de mucho tiempo prevista por la Espalla, queJa preparaba sin
misterio en Cuba y ]a tenia dispuesta á partir en el momentQ en
que se firmaba el tratado de Londres. El gabinete de Madrid, si no
estamos equivocados, dejó entender que obraria por si solo si no
se ejercia la accion por dos ó tres: Es.ta explicacion del gobierno
espaliol se explica perfectamente .


• Habiendo quedado E.spana soJa y última potencia colonial en
el mar de las Antillas, desde la emancipacion de todas las colonias
esclavistas, amenazada incesantemente en la posesion de su flore,:,




DEL UIlT1MO BORBON DE ESPAÑA.
cien te isla de Cuba, invadida hasta en plena paz por los filibusteros
de la América del Norte, tiene un inlerés de primer órden en pro-
curarse en el Sur una mejor vecindad. Bajo el doble punto de vista
politico y comercial, Espana no puede sino desear á sus .antiguas
colonias del Continente, órden, paz y prosperidad. A toda costa el
gobierno de la reina Isabel debe impedir qtle Méjico en un dia de
sorpresa, y lanzadQ á un extremo por la miseria y la 'desesperacion,
se eche en brazos de la demooracia americana .


• La Europa toda entera, cuidadosa de Jo porvenir, debe velar
activamente por lo que pasa al otro lado del Atlántico, y en este
terreno es en el que b~ debido encontrar la Espala la simpatia po-
lUica del gobierno imperial y la cooperacion previsora del gobierno
británico.»


v.


En aquel juego de compadres,. procuraba cada uno arrimar el
ascua á su sardina. LOS ingleses, que habian aportado ~ la expedi-
cion bien pocos elementos, se reJ;ignaban con gusto al giro que iban
tomando los acontecimientos, porque habiendo examinado ya de
cerca las cosas, se habian con.vencido de que eran los europeos im-
potentes para resolver á su gusto aquella cuestioD magna.


Las reelamaciones de Jecker, por otra parte, sostenidas por el
gobierno francés, habian convertido la intervencion en un medio de
especular, medio que debia costar mucha sangre y muchos horro-
res, creando responsabilidades, ante la historia que los ingleses DO
querian aceptar ..


Prancia ,proseguia su trabajo de zapa; el imperio queria hacer
recaer toda la responsabilidad de los sucesos sobrt6 el contingente es-
pallol. y siguiendo su táctica constante, queria aaormecer á Ja Fran-
cia coa supuestas glorias, con ficticias y ridiculas maestras de dig-
nidad que debian -estrellarse en el vac[o y en la prudenteenergia
que en esta cuestion desplegó el general Primo -


J S Estados-Unidos, en vez de prestar su.apoyo moral á la ex-
pedieion europea, á pesar de que no faltaban á la grao, República
moti vos de queja, declaraban resueltamente su actitud, protestando
Lincoln contra la intervencio~ de las ,pQtencias para cambiar la


TOMO ÍU.' ,.




6U HISTORIA. DEL RÉINADO
forma de gobierno en Méjico, y el ministro de Negocios dirigió una
circular á sus agentes, en la cual decia que jamás sancionaría aquel
gobierno la creacion de un trono en Méjico, porque esto seria el
principio y no el fin de una revoluciona


VI.


A.lmonte y sus comparleros habian llegado á hacer saber á sus
parciales que la Francia edaba decidida á trastornar por completo
la República,restaurando allf de nuevo el trono que los pueb10s ha-
bian con justicia calificado como institucion depresiva y humillante.
y el oro de la Francia que representaba en aquel momento todas
elas ambiciones de los pueblos del ,Nor~é,' no las ideas de progreso
que la Europa proclamaba, halló miserables y traidores que se pres-
táran á servir al hombre de Diciembre y á la funesta casa de A.us-
tfia; renegados sin fe, que por UD salario se prestaban á desgarrar
las, entrarlas de la patria, sirviendo como ayentureros en las filas de
la úsurpacion.


Pocos en número; ciertamente, fueron los que, reuniendo bandas
de gente perdida y capitaneados por gente de sotana y unos cuantos
guerrilleros, levantaron el ignominioso pendon inquisitorial para
esclavizar la patria al extranjero yugo.


VII.


La mejor explieacion que podemos hacer, se baila sin duda algu-
na, porque~ define claramente la actitud del cuartel general de Prim,
en el Eco de Europa, redactado por el famoso Perez Calvo, aquel
periodista que. se transformó de la nocbe á la mallan a en adulador
de ~arvaez, y que abora servia en Méjico de cronista-' la expedi-
4ion espallola.
. Como en esta cuestion de Méjico se baIlaban revueltos tantos in-
tereses y tan contradictorias aspiraciones, acertó Perez Calvo á di-
bujar el cuadro que representaba en su Terdadera luz á cada' uno
de ]os personajes ó grupos que formaban lo. distintos puntos de
vista de la cuestion mejicana.




DEL ULTlHO BORION DE ESPAÑA.
Decia asi:


«Despues del convenio de Soledad firmado por los representantes de
las potencias aliadas, ratificado por el presidente del gobierno supre:
mo de la República y trasmitido á los respectivos gobiernos de Ingla-
terra, Francia y Espana, parecia natural que la discusion de las cues-
tiones pendientes quedase aplazada hasta el día 15 del proximo abril;
selialado para dar principio á las conferencias; este era lo lógico, es-
to era lo razonable} y lo que sin hacer traicion á la recta razon no
se puede contradecir: desgraciadamente no ha sucedido aSÍ, y de-
cimos desgraciadamente, porque cuando se encuentra de por me-
dio la buena fe y la rectitud de intenciones de tres grandes po-
tencias á quienes liga una convencion como la de Londres y unos
preliminares para tratar como los de Soledad, la menor duda que
tienda á quebrantar tan sagrados lazos, es una verdadera desgra-
cia, es una calamidad.
~Las palabras mas ó menos autorizadas sobre el establecimiento


de la monarquía en Méjico~y hasta la designacion del archiduque
Maximiliano como futuro rey para el futuro trono, palabras que no
han sido desmentidas por el Monitor, periódico oficial, tan cuidado- .
so de desmentir noticias de menos gravedad; la coincidencia de r&-
formarse el ejército francés con cuatro mil hombres mas á las órde-
nes del general LQrencez, y la circunstancia agravante de haber
arribado á Veracruz poco antes que el general francés los senores
Almonte, Andrade, Haro y otros personajes expulsados de la Repú-
blica é incapacitados ~e volver á ella, personajes que han acaricia-
do en Paris proyectos tan insensatos, han sido causa de que las
cuestiones que nos han traido á Méjico, y que estaban en suspenso
para todos, las renueve cad~ cual, de que se abra la puerta á la
desconfianza, de que se entre en el azaroso terreno de las conjeturas
'J deo que se tema por el quebrantamiento de los vinculos que unen
á Ja. tres potencias.


-Es una verdad, y por cierto lamentable,.que el considerable re-
fuerzo que van á recibir Jos (ranceses, barrena desde luego la con-
vencion de Londres; es una verdad tambien que el reembarque de
las tropas inglesas en el momento en que habian reunido todo el
material y medios de transporte para ser con nosotros en Córdoba
y Orizaba, es una especie de protesta de que se faIta á lo pactado.
con el solo anuncio del arribo de 1,000 franceses mas; pero á pe-


, sar de todo esto, son tan grandes· y solemnes los·compromisos que·




6t.8 HISTORIA DBL BBINADO
hay de por medio, es tan descabellado el proyecto que: se, aDIDeia,
hay tan absoluta . falta, 00 digo ya de FaZOD, sino 00 pretexto, ni
siquiera para iniciarlo, que estamos seguros de que si á dos mil le ...
guas de distancia no han faltado quienes induzcan al erron, al pisar
el ler.ritorio de .Ia .lle.pública los eDganados~' le penetrarán de la
verdad.. .




" ~rITULO LXXXVII·


SUMARIO •


. Cómo se opinaba en el euute¡' general de Prim sobre aquella invasiOll.-Importaneia
diplomática de Mon.-Mejicanos traidores á su patria.-Ambicion y orgullo de
Napoleon.-Dignidad y firmeza de Primo


1.


Tal era eljoicio que merecia á Jos invasores la situacion. 'Bajo
ese- punto de vista, con ese criterio iba á resolver el plenipotencia-
rio espaftol la cuestion mejicana.


Pero bay mas aun; opin;ábase en el! euartel genera~ de Prim de
un modo enteramente contrario i; la idea· de establecer una mo-
narqula en Méjico y mucho menos con un principe extranjero, y
en este caso estaban en lo cierto. Pues qué; ¿8s1 se improvisan tro-
DOS en pueblos que apenas sabenao que es eso~ ¿A.si se rompe con
las costumbres, con Ja tradicion y con la independencia y naciona-
Jidad? ¿As( se imponen monaNast Hsto DO. podia, ne debia ser; el
pueblo mejicauo qo lo queria, y- PO queriéooolo'et pueblo mejicano,:
ninguna de las potencias "aliadas SiD: faltarse á si! prGipia, sin romper
solemnes tratados, sin rebajarse á los ojas del mando civilizado,sint
labrar -su propia ruila, podía intentarlo~- cuanto menos lfegarlo á
imponer. .


.Los acontecimientos vinieron á demostrar mas tarde con cuánta




680 HISTORIA DBL RlIN!.DO
sensatez obraba el general Prim en aquella oeasion salvando el ho·
Dar de Espana, á despecho del gobierno, de Isabel y de NapoleoD
que se habian prometido otra conducta del espiritu guerrero, de la
ambician y de la vanidad militar del conde de Reus.


El mismo Perez Calvo d~cia á propósito de la inconveniencia de
la monarquia mejicana:


«Ahora bien: ¿dónde están los monárquicos? ¿Es posible en este
pais la monarquia? . ¿Habrá algun temerario, que se atreva á levan-
tar esta bandera? ¿Podria 'naciOD alguna escudarla con la suya?


»Los monárquicos son los expulsados del pais; los que saben que
DO pueden volver á él sino cubiertos con las bayonetas extranjeras;
los que han desembarcado en Veracruz y pretenden pasar al inte-
nor á la sombra de esos j,OOO franceses que están á punto de des-
embarcar; los que no han tenido valor para arrostrar el peligro y
acudir al sitio mas á 'propósito ~~~ p)an y á la reunion de SUI con-
jurados; los que han dejado pasar tres meses desde que llegaron
las fuerzas expedicionárias, -sin dar e~ menor gritó ni hacer la me-
nor demostracioD; los que no han tenido presente que Ja oportuni-
dad es el gran secre,to de las revoluciones,yque todo lo que hagan
ya es tarde y ha de llevar el sello de la farsa ó de un sainete; esos
son los monárquicos; esos, los que hoy proscritos y alejados del
poder en que se ensefiorearon por ¡mucho tiempo, ni se acordaron
de la monarquía, ni pusieron en juego para plantearla los elemen-
tos de que entonces, mejor que hoy, podían disponer; "la menos hu-
bieran salvado su deeorQ, hubieran obrado como leales patricios,
como mejicanos, y no hubieran esperado á pensar en obra semejan-
te cuando expulsados de la República se introducen en ella con el
pasaporte falso de una intervenoion -extranjera.»


11.


La rJlUerte de Martinez de la RoSa habia venido á crear on ~on­
flictQpara el unionismo que necesitaba' es08 caractéres ambiguos y
aoomodatioiosque sirven como' de ,Iazb :éD'tre eontrapuestas ambi- -
aiODes y' de oontrap.6so á otras. '


La' Union liberal, que tenia que satisfáeer exigencias de diversa
indole, no podia acudir en el gremio de sus adeptos á ninguna per-
sonalidad para sobreponerla á-las otras, y como hemos visto ya, lai




DEL ULTJMO BCRBON DB 'ESPAÑA. 631 .
di6cultades para la eleccion de vicepresidente, se aumentaban mu-
ello, mas tratándose del principal puesto en el régimen parlamen-.
tario.


Habia un embajador que, despues de baber iatervenido en el ar-
reglo de la deuda procedente de la ·invasion francesa del ano !3, .
concluyó el tratado con A.lmonte que se titulaba presidente de la
República mejicana, y servia de base llas reclamaciones cuyo cum-
plimiento se qu.eria exigir' de Juarez. Era el famoso autor del siste-
ma tributario, el compallero:obiigado de Narvaez, el Necker astu-
riano don Alejandro Mon.


Ocupado en sos asuntos diplomiticos y queriendo eludir los com-
promisos polfticos para estar á todos vientos, á pesar de que habia
recibido la investidura de diputado por dos distritos, llevaba tres
allos sin presentarse á ocupar su puesto, teniendo en desamparo y
a~ndono sus distritos. A ese personaje acudió el general O'Donnell
en el grave e~ntlicto, y aquel que burlaba por completo á sus el~c­
tores, aquel que aeumulaba cargos incompatibles, prefiriendo co-
brar sueldos y emolumentos elevados á de-sempei'lar-el papel de le-
gislador, viciando asf el sistema constitucional é introduciendo cor-
ruptelas, abandonó la embajada, se presentó á jurar y fué nombra-
do efectivamente sucesor de Martinez de la Rosa, salvando en cier-
to modo al grupo abigarrado de Ja UnÍon JiberaJ de los compromisos
que le creaban las circunstancias y las exigencias de sos parciales.


111.


La llegada dd general Lorencez á Méjico fué la senal de la rup"':
tura entre los aliados. Con órdenes terminantes del imperio y ha-
biendo encontradó á los agentes mejicanos de la monatquia, A.lmon-
te, Haro, tltc., mandó que fueran escoUados hácia el interior con las
tropas de la ·Francia, abusando por esie medio de la neutralidad
ofrecida en el convenio de Soledad, que su gobierno, el gobierno de
Luis Napo]eon. debia anular mas tarde.


Custodiados como reos de alta traicion, y éranlo efectivamente,
penetraron esos hijos ~indignos de la patria de Motezuma hasta el
corazon del pais, yel general Lorencez que halló reunidos á los
representantes de las potencias y á los ministros 'de J08~Z, que casi
de comun acuerdo reconocian la falsa posicion.de los que se empe-




631 HISTORIA DIL BllN!OO
liaban en defender alli una monarquia al lado de la gran Repúhli- .
ca que entonces prodigaba generosamente su sangre por establecer
la igualdad moral; tI general Lorencez casi se decidía á retrogradar
á Veracruz, ó á reconcentrar sus fuerzas en Chiquihuite para aY8n-
zar en seguida sobre Puebla y.1a capital.


Pero las conferencias de Orilaba se prolongaron algunos dias, y
llegó la noticia de la desaprobacion del tratado de Soledad por parte
del emperador, y el general Lorencez creyó entonces prudente no
perder tiempo ni posiciones.


Prim por su parte, enterado mas á fondo de las circunstancias de
)a República. se decidió á emprender el movimiento de retroceso.


Veía sus planes, sus proyectos, sus consideraciones y consejos
despreciados, se .hallaba convencido de los peligros inminentes por
que iba á atravesar la República, y estaba convencido de que solo
á la anarqufa, al desórden y á la infamia podian conducir los ma ...
nej~s de los aliados y su permanencia en aquellas regiones.


Habia agotado todos los medios que tenia en su mano para evi-
tar la efusion de sangre', é impedir la ruptura de las hostilidades.
Valiéndose de la doble influencia que le daban su reciente prestigio
de Africa y las circunstanci{ls de su parentesco, pudo servir por
aIgun tiempo para traer á buen término, á un término honroso
la famosa intervencion armada. Pero Napoleon se hallaba resuelto
á no variar sus planes, y sus seides buscaban la guerra, no lajus-
ticia ni el órden que tanto preconizaban .


. IV.


Lorencez se convertia en iostrumento de A.lmonte y de la pandi~
Ila jesuítica, y los soldados franceses iban á prostituirse vertiendo
su sangre por alcanzar un principe austriaco y una horda de se-
cuaces de Roma y de la Inquisicion.


Podia, pues, considerarse rota la convencíon famosa, puesto que
los ingleses. habian retirado su escaso contingente, . y las tropas es-
pallolas á las órdenes de Prim no podian ni querían hacerse cóm-
plices de aquel horrible y escandalos9 atentado.


y esas disidénciasse revelaban perfectamente y no eran par J
nadie ún misterio, tanto mas cuanto que los chismes y los rumores
calumniosos y las reticencias y las quejas entre los generales de unos




DEL ÓLTIMO :BORBON' DE)'ESI'AÑA. am
,y OÚ)lS eUM'plside!laiJxpBdicion formaban una ,-atmósfera ;re~.,.
m8nteJeo'aqueLcaos, ~eD-equeblabel'into)8in 'BaJida ¡de] ejéneito"e
íOOtpaoion 'qne,~peciafh¡ohar ,por altosl ioteresM de la eiviliza'*>n,
'6u.,o lIolO!>defetldia' ,ios lDl6lq_OS ¡)in &ereses • .de llasdamiJias impe~
riales y reales de Bonaparte lJ!lo. rC8I8a¡de·A1I$JIia.


lMsIAol'pos .. emisan. In 8fOle4n ioos , 1 1.0& mejicanos ¡traidores, los
~de.,Ja~Jeaocien -b,.ianiGD88ftadiOel Mo ¡8Iltesdde{,lie~,<,
-s'6Ircpa ta'meiendescubMroni8~l]Jlanes)y!lSU de~f)s',en 0886Mm
tCllavia 'Cf89'fOdia'ser·,hQlA loportuna p6r~ despertar-tá les ,mdjiea.-
~queillu¡))i8SeD·liado &idos á)IJas'Jintna~¡8doNOOMdwas -que',.,.
Ib .. o oolérden:y oo(pmeper:idad, ,ouanílG ¡solo:buseaban la ~!.!t~
,pouoioDide·aquol:writorio. .


- .


'v.


Babia Napoleon dirigido á Prim una carta procurando halagar
su vanidad, elogiando su actividad, valor, decision y constancia,
recomendándole al general Lor6ncez, á quien, decia, adornaban las
mismas cualidades, por manera que podrian ambos ejércitos mos-
trar al -mundo que eran dignos émulos en las dotes que la guerra
exige.


En contestaéion á esta carta escribió Prim otl.'a á Napoleon, en
la cual, despues de mostrarse altamente reconocido á las bondades
del emperador, se mostraba orgulloso de mandar las tropas espa-
liolas al lado de las francesas, aunque hubiera deseado que fuese
en una campana mas gloriosa que la que podian ofrecer los solda-
dos Ó guardias nacionales mejicanos, valientes como oriundos de
raza espaliola, pero-postrados por cuarenta arios de luchas civiles,
manifestando al mismo tiempo su fundada esperanza de que el go-
bierno de Méjico consentiria en todas las garantfas y satisfacciones
pedidas por la Europa. .


Demostraba en seguida la fraternidad existente entre los dos ejér-
citos, y la buena armonia entre los generales. Pero veia una nube
en el porvenir, y era la presencia de los emigradDs mejicanos en el
cuartel general de las tropas francesas, y la proteccioD decidida
que los representantes de Francia daban al proyecto de la monar-
quia en favor del archiduque Maximiliano. Decia que por lo mucho
que estimaba al emperador y á la nacion -francesa, se creia en el


ToBO lJIt 8~




68' HISTORIA DU, RElIfADO·
deber de decirle la verdadera situacion de Méjico, y esta es, que si
bien no seria diffcillevantaf un trono para el prfncipe que tuviera
el apoyo del imperio, este trono caeria hecho ·pedazos, como otros
tronos europeos, amparados hoy por la Francia, el día en que le
faltare el apoyo de \lna ocupacion extraojera.


En apoyo de su opinion, decia que los mejicanos, gobernadospor
vireyes, no habian conocido las ventajas que esta clase de gobier;"
DO tiene en Europa: han sentido la natural influencia de los Esta-
dos· Unidos, que por todo~ los medios imaginables habrian de com:'
batir la monarquía en Méjico; que las altas clases ó los grandes in-
tereses conservadores que podian ser su apoyo, no ejercian influjo
alguno en )a República mejicana, y que cuarenta alios de gobier-
nos republicanos habian creado hábitos, intereses y hasta lenguaje
démocrático y republicano en aquel suero.


Otra carta en el mismo sentido' que la anterior t dirigió Prim á
los plenipotenciarios fraBceses, la Graviere y Saligni.




"


CAPITULO LXXXVIII·


SUMARIO.


auptura entre los aliados.-Retirada de 101 españoles y de lüt\ ingleses.-Documen&o
de Juarez.-Como lJevó'Prim á cabo su propósito. venciendo todos lo. ObitáCU-
fos.-Cómo explicó su conducta. ,


I.


Despues de los documentos que hemos extractado, era fácil co~­
prender que debia seguir inmediatamente una ruptura entre tos
aliados, porque consideraban bajo muy diverso aspecto la cuestion
mejicana.


y efectivamente, el día 9 de' abril los plenipotenciar~os de las
tres naciones celebraron Ulla conferencia que habia de decidir de la
conducta de cada uno , definiendose claramente la inteligencia
del tratado de Londres.


En esa conferencia, los plenipotenciarios de Inglaterra 'y 'de Es~
palla hicieron grandes' esfuerzos para 'reducirá- Jos francesés-áno
cambiar de polftica, á mantenerse firmes en la que al prinoipio se
adoptó, y á obrar oons~cuentemente con ella;


Distinguióse particularmente en este empelio el general Prim, que
habiendo sido ,el principal consejero y ejecutor de aqueHapóUtiea,
tomó vivfsimo interés en que DO la abandonasen los aliados, por ser
la única que podía salvar á Méjico sin derramamieoto de sangre.




636 HISTORIA DIL REINADO
Demostró el general con razones claras y patentes, que el con-


venio de Londres no autorizaba la actitud que habian tomado los
franceses; que los aliados no tenian el de¡:echo de imponer á los
mejicanos una forma de gobierno que ciertamente no era de su
gusto; que pretender hacerlo del modo que lo intentaban los fran-
ceses, no solo era abandonar 'el pensamiento primitivo de la CO&-
licion, sino infringir lo paclado con el gobierno de ]a República, y
que para cumplir religiosamente lo estipulado entre las tres poteD-
cias y Jo con venido ¡¡IU ;'ebfre ros: ~otdnetirios y el gobierno' de
Méjico, no solo era preciso atenerse á los nobles propósitos con que
se formó la coalicion, sino abstenerse de amparar á los hijos del pais
que volvian á su sombra á conspirar contra el órden existente.


Los representantes de la Francia declararon en términos claros y
precisos que estaban decididos y dispuestos á no continuar tratan-
do mas con aquel gobierno de la República, y que lejos de retirar
su proteccioná los emigradosrDNjiUmlos que se habian acogido á
ella, continuarían dispensándola, por ser personas que merecian la
eunftáo'Za del' empe'tadbrt. .


ltntonces P'rim manitest6~ qUé siendo"esto una inlracciOn\ solem-
ne del tratado de Londres, y equivaliendo á ona declaracion de
guerra á Méjico por parte de ros franceses, él estaba resuelto á re-
tirarse del pais con las tropas de su mando, porque ni queria opo-
nerse con las armas á la resolucion de Íos franceses, ni podia ser
pasivo espectadOlI de ~ luGha inmotivada. entre estos~ y los, me-
iicanes.


11 .. ·


Termisada asi la confereneiaj, Bria que,; segUD. parece,1 dtsdel
mucho tiempo atrás tenia formada esta resolt.lci&B para eLeas{t1pro~
babl¡.de qlle-lol'kanceses, ne· mudaran. de. propésito\- no, vaciló' on
QlOlilent~ y oonvocólá-kls,j~es de su tIi;viBionpara fOmUfHealJ8S'»
qne;h.bla- resuello. .. - . - . '.


En esta reunion el ~neral reoordó á sus 3Ubordinados lo estipU-
lado en-~ tiMadO de.f¡ondre8.4¡reJató los paSos que, 88' bahian.dldo
para Uevarle.á;de~id&.efeMtdesde que lIegaronlas,fuerzatt, euro.,
peas á las. playAls/de Veracrur mencionó los temores del paiw y' 1&
actitud- recelosa, con que recibió al pr.iUcipio,. los alia~os, é bizo BOí"




DEL ULTIMO BORBON DE ISPAÑA. ~ &37·
tar eJ.cambio producido en él por Ja politica conciliadora: y. suave
que adoptaron estos; refirió 108 esfuerzos que so hicieron en este
StUltid(){ hasta la celebracion del conveflig·de Soledad, y habló de
las oonsecuencias de él, de su cumplimiento. hasta. entonees, y de
las esperaazas que abrigaban todos de que, vencidas ya las mayo-
ras dific.ultadeSl, tuvieran; all fin las cuestHlles mejicanas UDa som-
oíon pacífiea.,y dicooaa. ,-. '.


DespUM viao- á oou9arse en otrós detalles, y se refirió á 'la lle-
gada- de algunos emigrados mejicaDos~con el objeto de derrocar al
gobiefDo existente.. cambiando la (()lma política del pais y crean-
do en él una moaarquia coa el archiduque Maximiliano de Aus·
tilia, proyeeto que, aunque absurdotpor una parte y contrario por
ot¡a á los objeto8-de 111 coaJmíon, porque era contra la volúntad de
Jos mejieanos t enGontraha pioteccion entre los franceses, supuesto·
que amparaba.n.á los que- pretendían rea·]izarle., á despecho del 80-
bierno, con eleul habian tratado los!&liados y de~ cual eran,bués·
pedea.,


Dió por último cueota de lo~ ocurrido en la· última conferencia y
conmuyó diciendo: «Nosotros oolpodemos adheriroos á· esa política.
por.que Rsparla no es ooa nacion que se deja remolcar á voluntad;
de natlie;, no- debemos oponernos con-la fueNa á esos proyectos; no
debemos. autorizar loa nuestra preseñoia el quebraotamiento de tO'-
do·lo que se ha convenido;. no pedemos ~mpoco ser pasivos es- .
pe.etadoresde una lucha 81dreloSffr8.DaeS8S y los mejícanos; debe-
OlOS pues retifarnos de este ·paiS'., dejamioque el, IaIUnd()- juzgue d1J:
nuestra cODduo~ y de la que nos obliga. á turnar esta reso)ucion~»


Decidióse pues 'á llevar adelante Sil propósito, y pidió al general
Serrano buques de trasporte, dando las oportunas Órdenes para la
concentracion y reembarque. del :'etl~rpo de ~jército expedicionario.


111..


Entre tBOto, enterado el. gobierB~de,Juuez de laresolueion adop,
tada, contestó con ~na comunicacion fechada el 11 de abril en Mé-
jico,. coda que ,.WaIb-,etfIosip~arOS)


.Siente pNtlundamenh eJ¡ g<ihierno mejjeano,q~ UD· suceso tan,
¡aesperado'impidaquedB6 selioreg: comisarios¡ eumplaD' las estipu-
laciones tan solemnemente pactadas en los preliminares. de' Soledad,




688 mSTORIA DIL REINADO
ya porque esa falta afecta directavnente al crédito de las partes con-
tratantes, ya porque el gobierno se liionjeaba con la probable es-
peranza de qúe las negociaciones que iban á a_brirse en Orizaba
conciliarian todos tos intereses, y producirian el bien inestimable de
la paz, objeto capital de los,trabajos del gabinete constitucional.


.Sin embargo, coma Méjico sabe apreciaren todo su valor la
condueta noble, leal y circunspecta de los setiores comisarios de
la Inglaterra y de la Espalla, y como su deseo es apurar los medios
conciliatorios, y arreglar definitivamente sus relaciones exteriores
eon las potencias amigas, está dispuesto á entrar en tratos con
los señores representantes de la Gran Bretalla y de la Esparia, no
obstante lo ocurrido en el dia 9, pues ahora come} antes tiene la
misma voluntad para satisfacer cumplidamente todas las reclama-
ciones justas de aquellas naciones, darles garantias eficaces para lo
futuro, y reanudar: las relaciones de 'amistad y de comercio que con
ellas ha nevado sobre bases firmes, francas y duraderas .


• En cuanto á la injustificable conducta de los sellores . comisarios
del emperador de Jos frallceses, el gobierno mejicano se' limita á re-
petir en esta vez lo que ya en otra ocasion ba protestado. Mé- .
jico hará justicia á todos, y satisfará todas las peticiones justas
y fundadas en el derecho de gentes; pero defenderá hasta el último
extremo su independencia y sooerania, y sin aceptar jamás el pa-
p~l de agresor, que nunca ha tenido, repelerá la fuerza con :Ia fuer-
za, y defenderá hasta derramar la última gota de sangre mejicana las
dos grandes conquistas que el pais' ha hecho en el presente siglo: la
independencia y la reforma.»


l'.
En la comunieaeion pasada á los mejicanos por los plenipotencia-


rios se expresaban en estos términos precisos:
_Por consiguiente, el comandante de las fuerzas españolas va á


tomar inmediatamente las .lÍledidas' neeesarias para reembarcar sus
tropas.


»EI ejército francés se concentra~á en Paso-Ancho, tan luego co-
mo las tropas espaliolasa.yan paNado de esta posicion, es decir,
probablemente hácia el .!O de abril,com'enzando en el acto sus.
operaciones;, .




DEL ULTIMO BORDON DE ESPAÑA. 631'
Así iban desenvolviéndose los acontecimientos, yen esta forma se


despedian los molestos huéspedes de aquel pais, que habían ido á
pacificar, segun todos los manifiestos y declaraciones de ·Ia Francia
y de la Inglaterra. Comprometfanse en esa comunicacion á colocar-
se en las condiciones que habian encontrado los franceses al desem~


. barear en Méjico.
y en medio de esta verdadera catástrofe para la Europa monár-


quica, ante esta dclaracion de impotencia, ante 6S'te reconocimiento
de la injusticia con que habian obrado yendo á invadir un territo-
rio que vivia corífiado en su derecho, bajo la salvaguardia de la ci-
vilizacioD, Jos mejicanos se mostraban dignos declarando hallarse
dispuestos á satt~facer cumplidamente á los que les hacia n justicia, á
los que sabían confesar un error con tanta dignidad. Por la cir-
cunstancia de no haberse retirado los franceses, no pudo Doblado
firmar el tratado concluido con Prim en que satisfacia las exigen ~
cias de Espana cumplidamente ..


El !~ de abril salieron de Méjico las primeras fuerzas en buques
ingleses, regresando á la Habana donde reinaba la mayor incerti-
dumbre,sin que supiese nadie darse cuenta de los misteriosos acon-
tecimientos que se estaban veri6cando.


El general Serr~no, en efecto, que habia enviado la expedicion al
mando de Gasset mucho antes de llegar el general Prim, no se ha-
llaba dispuesto á renunciar á la gloria de establecer un trono en.Mé-
¡ieo, pues en el tiempo que habia estado en intimas relaciones con
Isabel se conoce que habia adquirido grandisima aficion á la majes-
tad, y supo con tanto dolor la determinacion de Prim, que se deci-
dió á no mandarle buques, antes bien . disponer pertrechos y ele-
mentos para continuar aliado de los franceses la comenzada obra.


Coo tal objeto debia salir Gasset á tomar el mando de la expe-
dicion., dejando al conde de Reus que como plenipotenciario pudiese
der cuenta al gobierno de sus actos y opiniones.


v.


¿Qué sucedia en este asunto, y por qué serie de fenómenos venia
pasando la euestioo de Méjico? ¿Qué opinaba·e1 gobierno espaliol,
cuáles eran SUI compromisos, de qué se trataba al llevar las trop~




6&0 1H8TDBlA ! ..,EL llR BIl~IDO
á la República mejicana? 60ué interesM semÍan 11nos y ,'otros los
distintos actores de aquel ,terrible drama?


La Uoíon Iiberal,·ej general O'Dnnnell no tenia e"n esta, como
en niguoa otra cuestion,.aDa opioion determinada'y coocret8.; lo que
buseaba ,eran ,ocho alios de poder, pesara á quien pesara! costara
lo que costase I y para esto estaba dispuesto á hacertO'do génerO'oo
sa~rificios, á caer en todas las contradicciones imaginadas.


Isabel "i1a ea~rílla borbónico-neo-católica, liempre para la
magor gloria de ,D;OI, preténdtan restaurar donde quiera la monar-
.qula eon ;todoslos atribulos yeealidades que, adornaban á la da
G.rlos 11, 'ó á la del sombrfoFeJipe.
Cre~ndo por·'8stoserJ.e agradable, el ministeri.8,despues de ti-


lubear mucho tiempo. habia llegado á propoJl6l'al imperio francés
'8Linfo.nte den SebastiaD,"80rprendiendo !Casi al emperador quejuz-
gahannas á propósito ehaombramiento de kl mujer de Montpellsier,
atendiendo á que el generalisimo de don Carlos babia combatido á
su sobrina.


Todos estos asuntos confidencialmente tratados no pasaban. de
cierta 'esfera, y el vulgo no sabia á qué atribuir aquellos ambajes:y
vcailaciones que hacian un misterio profundo de la politica inter-
nacioual.


Serrano emotro . individuo :della Union Ji·beral que ~enia sin du-
daeon Isabel eiertosfC&81promisos, y 'Iue, colocado en la·capitMlia
general de'Cuba, paseaba orgulloso su mirada por el antiguo mun-
do, 'creyéldose'~1 ,estaurador,del imperio antiguo en aquellos pue-
bles que habian 6b8tlooi~há Espa~a en otros tiempos.


La UnioD -liberal, 'qu~ Itabia11evado la @uerra al rAfr.iea-sin mas
.propósito -que distraer la·atencion. debió dar carta blaneaalaotiguo
-miDistro u&iversal para 'buBCar entretenimientos á los 'oeios de )a
:.multitud y'separar laatencion ide las diseusiones. Por eso larein-
corporacion de ganto' Domingo, '1 tambien á esta causa puede atri-
buir~e la eX:pe~icion de Méjico.


Tenia mision sin duda Serrano de las camarillas para ir prepa-
rando tronos á los pr.íncipes de regia sangre, y de aquf su condueta
en .Méjico, de aqui su empeno en sostener por tiempo mas largo la
ocupacioD, auxiliando á los franeesesen su tarea.


En-suma,)'Prim:, Sel'.fttno y -el mismo -embajador de JEspallJt en
,París tenian una 'i>()'Mtma~propia en la ouestioo mejicana, mientras
'que' el ~bierno se .dejaba Uevaf:por los vaivenes de las cirouostan-




DIL UI..TDlOIOBBON DE EStAÑA. tll
cias"y no $ábian • dóade dirjgirse en el elcontrado'Y proceloso:mar
d" amWciODei -y hastardos in.tereses CfU:e se cruzabaD.


VI.


Prim, por su :pa.rte, guisoexptiear per,,fe.etamente 8\1 ,oontincta 3
amlsO$ y ~MJ~ Y~(D'S de las nar!as 1ue,y,a.hetnOs ~itad6!
de otras II\uehas, dirigió á sus ami~ .~,Qt.talana l~ $8 ••
párrafos:


.Uegan Almoote y iltr9s emigrados; van ~ ver,ale Pi me anuDciaa
que~i~eQ 6 -destrnir Ja l'epúblíca para ~Fear la Monarquia ea fa...
vor del archiduque de Austria, y 11M f.Ste plan seráapgJooo por
los aliados, y que el,príncipe está dispuesto á venir cuando conven-
ga. Desda luego ]e dije al general Al'monte que no contara con las
fuerzas espaOolas para ejercer semejante violencia, enteramente con-
traria al espíritu y á la letra de la convencíon de Londres.


,


D Los plenipotenciarios franceses añadieron que declaraban formal
y resueltamente que no retiraban su proteccion y apoyo á los emi-
grados Almonte y demás.


DLos franceses no creian que yo me atreviera á tomar la resolu-
cion de retirar las tropas. Cuando tal pensaban no sabian que el con-
de de Reus lo sacrifica todo y todo lo arrostra en aras del decoro,
de la dignidad y de la independencia de la patria. Mis instintos mi-
Jitares, mi espiritu belicoso, mi gratitud á las bondades del empe-
rador; mis afecciones por los bravls franceses; mi ambicion de glo· .
ria, todo 'esto me impelía á quedarme y aceptar la causa de los
franceses; pero como no podía quedarme sin desconocer los generO-
sos y. maternales sentimientos de la Reina, sin desconocer las ins-
trucciones del gobierno basadas en una polillca sana, generosa, justa
y fraternal para con este país, á pesar de que en mis instrucciones
no estuviese previsto el caso de tener que adoptar tan grlive reso-
lucion, fuerte en mi conciencia de súbdito leal y de Jeal espallol,
toqué retirada.


-,Se aprobará mi conducta por la Reina, por su gobierno y por el
país? Confio en que si: me lo anuncia mi alma toda espanola.


DHay quien dice que entre aceptar la politica de Francia y mar-
charse, podía escogerse el término medio de permanecer neutral.


'f()uo 111. 81




·,t HISTORIA bit UHtADO
Esto no era posible sin exponerme'á sufrir las consecuencias de las
medidas que tomen los beligerantes; Las comunicaciones quedarán
interrumpidas" y en muchos casos los franceses tendrán que sacar
viveres á tiros; yo tendria que hacer lo mismo, lo que me compro-


. meteria hoy con unos, y mallana con otros.
lI»¿Qaé papel harfamos aquf contemplando impasibles la falta de


cumplimiento de los tratados? El monarca que suba al trono empu-
jado por las bayonetas extr~Djeras, no podrá permanecer m él cuan-
do aquellal dejen de apunta/arlo .


• No dudo que los franceses forzarán el Chiquihuite, paes la po-
sicion no' vale nada tal como está preparada la defensa, y los sol-
dados franceses son bravos; pero aUf empiezan sus trabajos por ]a
dificultad de las comunicaciones .•




--; .'


.


tAflTULO LXXXIX.


SUMARIO.


TíD de la cuestion de Méjico por lo que re.!pecta á España.-Combates en las cortlli.
, -Ataques a! gobierno. '


1.


Era ciertamente grave la situacion creada. por los acontecimien..i
tos: las palabras de Prim, sus fatIdicos anuncios debian, andando
el tiempo, cumplirse. La monarquia de Méjico, si los franceses
conseguian restaurarla, vendria á tierta' con inaréible estrépito, en-
sellando por una serie de catástrofes al mondo, que no se huellan
ni se violao'impunemente los derechos del pueblo, que no se del-
~onocen la libertad y la justicia, que no se quebranta la ley del pro-
Ireso, sin que el castigo venga inmediatamente sobre los perturba-
dores aplastándoles y mostrándoles su pequeliez. '


Las tropas espaftoJas, contra la voluntad de Serrano, contra ]a
opinion del gobierno espallol que anulaba el tratado de Soledad,
volvieron á Cuba, y el general Prim' libertó á EspaDa de la ignomi-
nia, de la derrota y de las maldiciones; del .continente americano,
guiado acaso por un sentimiento de despecho, porque se creyó re-
bajado como simple agente, como imbécil·y servil criado del impe-
rio en aquella intiig~ áustro-francesa que con tenaz empelio ha-




, .


6" HISTORU DEL REINADO
hiao sostenido los mejicanos traidores y ambieiosos que eonstituian
la emigracion.


Como habia previsto el general Prim, el ejército dé Lorencez far-
dó mucho tiempo eó llegar al frente de Puebla, y hubo de sitiar for-
malmente aquella plaza, qu~ solo rodefida por cincuenta mil fran-
ces, y des pues de sufrir todos los azares, todas las desventuras de
la guerra, dió entrada al ejército europeo.


Bien saben los lectores que á pesar de ~as villantas y del oro, el
pueblo mejicano no dejó tregua' ni repdsó';¡{t ~mperador austriaco
que sucumbió en Querétaro aun aotes que llegasen á Francia los úl-
timos soldados con que Napoleon habia levantado su trono .


• Qué podríamos anadir aquí aooiea de la rectitud del. gobierno
espanol, y cómo censiderar al general Serrano que tan cerca de los
sucésos, tan próximo al lugar, pretendia mantener nuestras tropas


. en el territorio mejicano violentando la volun1ad de. aq oel pueblo
para servir intereses bastardos? ¿No bastaria la expedicion de Méjico,
mancha horrible sobre los pueMos' éivilizados, para juzgar á la
Union liberal? ¿Cómo se rehabilitan los hombres políticos que was
Ó menos ejercieron alguna influencia en aquella época? ,Fueron
víctimas de una alucinacion, de un engano, de una superchería~
Entonces son unos imbéciles que no escuchaban ni ponían atencion
á los que decían la verdad. ¿Era por calculado egoismo y fria in-
diferencia por lo que adoptaban esa conducta~ Entonces merecen
la e¡.ooraeiony e:l ca~go de los parrioidas,
EI·imp~,iof~ S6 ha cOIJQlovido, y la Union Booral debiósin


dwla SR cai~a y S6 d68Wéditoc en,gl'anparte al ridículo con que se
c1$rió en ~ aunto t pues combatida por los <I,uest.s parecefe.i da
Brim y de Serrano. ya veremos mas adelante que nO sut"ni pudo
explicar los divers08 acciden~ de esa lamentable y misterÚ).Sa his-
torÍa. .


11.


Nos Jlemo8 ~tenido erda e~pedifÍo8 mejioana porque veDia á
mostrar "'impotencia de la, UnkHt!Weral aoie todo sénmo ck di.fi-
cultades;, habia &ido. provocada mas de una vez para senir al' Dor-
bonismo, y vin&- á mostrar ~lljngUJI{) de los partidos beligerantes.
deiltro de la IOOnarquía. de Isabel, COEiocian a ,rion°las circUDstao-




DEL ÚLTlM.O. BORBON DE ESPAÑA. 6t5'
cías Di sabían respetar )a independencia y la libertad d& los pueblos'
que muchos de ellos preconizaban.


El partido progresista, en Méjico como en Alriea, observaba UDa
política espectanle, ypretendíendo sin duda r~servarse' la liber-
tad :de juzgar a pOIleriori los hechos, puede jactarse el gene-
ral Prim de haber sido mas previsor, mas:'deeidido; mas ·acertado en
sus'cálculos que ninguno de lo&>homm:es.decalt& laUa que figuta-
banen aquella época en U.na yetruparcialidáde8~ "


Les periódicos {arnceses IOOstraron muy alto el resentimiento del
emperador,y UDO y otro diadirig4an ataques á Prim que en una re--,
unian habida en la Haban8ceosuró agriamente á las notabilidades
cubanas, que escuchaban y aprobaban la linea de conducta del ge·
neral Serrano dictada por los traidores de la República.


El ministerio, que habia aprobado la eond1leta contradictoria de
ambos generales; DO sabia' cómo elidir ·1Í; responsabilidad ante la
Francia, y el embajador del mperio ,hubo .de abaldonar á Madrid.
auÍlq.e: llttVando proposiciooes par&:las Duevai'bases que debían
servir á la contlnuacíon de la alianm entre el gobierno napolMoi-
00 y el gobierno' ~ Isabel referente á ista cuestioD~


Tambien en las oá*ras inglesas se pidió cueatas al gobierno por
'haber abandonado á la Francia cuaodo· ora posiblo que surgier&n
complicaciones y desavenencias en los Estados-Unidos, y no faltaba
quien creyese conveniente estar en buenas relaciones para obrar de
concierto en ]a cuestíon americana.


111.


Llegó como era ·natura1 la llora de discutir .,n las cortes la con.-
diCta del ministerio en aqueHas ~ircO'nst8n(}ías, y tos progresistas
acbacaroD á el&vado patriotismo su extravagantl 'conducta eo aque-
IktslllOmentos, y el profunda silencio" que habían acogido todas
las negociacioB6s, todas las noticiastlejando conSUmal'll6 el eseín'"
dalo, sin protestar séria y formalmente contra las iniquidades del
gobierno háeia un pueblo amigo, hermano, que luchaba por Sil li-
bertad é independencia .
. ' Fué Olózaga el encargado de abrir los debates~· iniciar en los


secretos y profundos pensamient9s del partido progresista al des-




.','.II8T01lIA DlldlElIUDO;


graciado pueblo. qua lodavla; coDservabacierto respeto á los santo-
nes de esa parcialidad.


Ya hemos. visto en otras reacciones .al desdichado: .d1plomático del
progresismo~ al·des~enado. y perseguido Olózaga, pagar á la dina~-.
tfa borbónica con Q.fectuosasdemostracion6s. públioás el odio que le
habian maDife&ta.do 'repatidas,"VeceS.'i' ,


No porque oreamos en la::senerosidad:y' abnegacion de quien"
por satisfacer mezquinas ambicion~s, habia levantado una cruzada
contra el general Espartero, sin .midarse de los intereses del pueblo
jugados á un albur; no' porque sospechemos quisiera cumplir 108
evangélicos preceptos de volver bien por mal, Sino porque en aquel:
momento, como recurso oratorio, le convenia hablar de las dinas-
tfas espaliolas y borbÓDicas colocadas en tronos americanos. Subli-.
me rasgo, evoluciondigna. en·el jefe de un partido popular que ¡lo-
cos mesesdespues ihaá declarar solemnemente á esa dinastia cor-
ruptora, á la ilDpúd~camujer que'sehaUaba sentada en el trono'
merced á los sacrificios y á los esfuerz,os, á la sangre y á los teso-:
ros prodigados por la familia Jiberal. .


¿Pudo creer Olózagá que Isabel tomase en cuenta esas palabras
para sustituir á aquel gabinete con su Imm.lde g/cal personalidad'
Eso era desconocer por completo la raza, y error tan craso merecia .
sin duda severo castigo.


IV.


Despues de trazar la historia de ,los sucesos, pretendia el orador
progresista demostrar que el gobierno tenia conocimiento de los
planes de. Francia, y que estaba dispuesto á apoyar cualquier can-
didatura que no fuese de un prineipe espallol.


Sustituir las institueiones republicanas por un prfncipe espallo),
por un principe borbónico, acoger las indicaciones de Bonaparte
respecto de la doquesa de Montpensier, ese era sin duda elideal de
Olózaga que, por espfrituciego de oposicion, presentaba ante Ja.
muHitudel encumbramiento de los Borbones, ya imposible, para)
hacerse un arma·de guerra con,tra el ministerio, para halagar la so-
berbia y vanidad de la bija de Fernando.


Pintó la apur~da situacion del general á cuyas órdenes sé habia
puesto la expedicion, enviándoleórdeiles contradictorias é imposi-




DIL ÚLTIMO BORBON DI ISUÑA. 647
bIes, y,á quien no se habían dado tampoco medios de accion nece-
sarios; la no menos extrafta del genera] Serrano á quien no so le co-
municaban á tiempo noticias interesantes para' la consecucion de la
empresa; llamó ]a atencion sobre la actitud del espirilu público, que
en esa empresa no vió un motivo de alegria sino en la retirada de
Prim, temiendo si seguian alli las tropas Duevas calamidades para
EspaDa por las torpezas del gobierno~


COB su habilidad acostumbrada quiso, Olózaga reducir en un pár-
rafo unas cuantas frases de erecto como otros tantos cargos que vi-
nieran á aplanar al gabinete.


".Sab,d que el púelJlo español, decia Olózaga para concluir su dis-
curso, no puede considerar como contrario á su dignidad ni á sus
dérecho$, lo que solo es imputable á vosotros, porque á él no se lé
engaña, porque 'él tiene prevision mas que vosotros; él, que tiene
confianza en si mismo para no necuitar de nadie cuando torpes
ministros le entregan á lances tan desesperados; sabed que si aho-
ra habeis faltado,no sé"cómo, á la Francia; porque todavia eso está
sin expJicacion, habeis debido vuestra salvacion á Inglaterra, que
os ha seguido en esto, aun cuando no 'tenia vuestros intereses ni
vuestras miras, y el pueblo espanol no puede tener ministros ciegos;
para que Inglaterra les saqu~ del mal paso en que han debido
caer.»


Olózaga hablaba entonees del pueblo, de sus intereses, de su ca·
paeidad, de los torpes ministros que le degradan.


El ministro de Estado, á pesar de su épica gravedad, permaneoia
como extático mientras Olózaga levantaba ante él cargos, presen-
tándole sus contradicciones, y llegó un: momento en que no pudo
contenerse: al oirpronunciar una (rase de un despacho inglés, se
Jev~ntó todo convulso diciendo: «Que se le~ todo, que asi se podrá
formar sentido.» Olózaga tuvo entonces la feliz 'ocurrencia, des-
pues de esta interrupclon injustificada, de contestar al ministro:
.Puesto que elseDor Calderon Collantes tiene tanlo interés en que
$6 lea todo el documento, que le lea él mismo.»


Todos los que conocian al sellor- CaJderon Collaolés· prorumpie-
ron en una carcajada. . '




6i8 HISTORIA D&L REINÁDO
¡El documento estaba en inglésJ
El ministro de Esta40 se puso rojo como una cereza, pronunció


medío discurso, habló de lo que babia dicho Olózaga en el suyo, y
conc)uyópor decir: «Senores, yo no puedo leer el decumento por ..
qne no sé inglés: pero aquf tengo una traduccion; léala. un senor
secretuio, y si no está bien hecha, entiéndase el serior Olózaga con
la interpretacion de lenguas."


Gonzalez Bravo fué otro de los oradores en este debate á n9mbre
de .Ia minorfa moderada. Rivero quiso expresar tambien los senti ....
mientos y aspiracioEles de la democracia, y Coello y Rios Rosas vi-
nieron tambien al debate pM'a formar UQ levantado OOI'CH~9ntra los
desaciertos y veleidades del unionismo que corria desconcertado há-
'Cia su ruma.


Evidentemente la mayorfa y )a minoría, como el gobierno,'106les
estaban deseolÑOOles"Jodos, disgustados tle suSobra y de la obra de
los otros. Como en Afriea, nadie habia cumplido .consu deber. Las
pasiones políticas, los intereses de bandería habian guiado á cada
cual para alzar la voz ó permanecer en silencio; y, cosa extraria,
aquel á quien ,todos censuraban, el que habia cortad,o el nudo, era
'el ,que podia contarse satisfecho de su obra,


VI.


11 general Serrano no quedó muy bien parado en estas discusio-
Des; y Ríos Rosas, el hombre de la Unian liberal que se babia com-
prometido á callar en aquel debate para no dirigir al ministerio los
gravisimos cargos que resultaban por su conducta, Rios Rosas el •
atrabiliario, tuvo necesidad de acudir al manoseado sistema de ar-
remeter contra los demócratas para distraer la pública atencion de-
jando en paz al ministerio, harto mal ferido y magullado por 108
orad&res de )a derecha, del centro y de la izquierda, por )a mayo>-
ría y por las minodas.. I


Porque Ríos Rosas, CGn. su aparente energía y su indómita iD-
(jiseiplina, con 8US arranques de purJtano y ~u eterna permanencia
en la o posieioD, de la cuol solo sale para. ~desarmar áila milicia oja· .
dadana y ametrallar. sus conciodadanos, vale tanto ó menos que
los MOD y los Posada; y se halla muy debajo en plinto á libera-
lismo á los mismfsimos Nocedal y Gonzalez Bravo.




DIL ULTIMO BORBO" DI EStAÑA. '49
Gonzalez Bravo dirigió en una ocasion severfsimos cargos al mi-


nisterio, manifestándose tambien en aHo grado dinástico al sostener
una candidatura espaftola para el trono que aun no existia en Mé-
jico. Mas como quiera que esto servia para los progresistas de arma
de partido y no llegaba al fuero interno, porque en la conciencia de
todos estaba destronada la raza de los Borbones, pasaremos por alto
este y otros incidentes de los que se llamaban liberales y respeta-
ban aquello que habian manchado en otros tiempos, aquello que
habian llenado 'de fango y de ridiculo·cuando necesitaban de popu-
laridad para elevarse.


'fOliO ID.




ClP1TlU .. O XC


SUMARIO.


Li bandera española en Cochinchina.-Expedicion al Pacífico.-Nuevas dificultades
y-desgobierno de la Union liberal.-DualiaIDo en el gabinete.


l.


Nuestras tropas continuaban en la Cochinchina á remolque de los
franceses, haciendo el brigadier Palanca con sus soldados grandes
esfuerzos para mantener alta l gloriosa la bandera espanola en
aquellos climas insalubres.


Igual papel hubiera representado nuestro ejército al lado de la
expedicion francesa en Méjico si hubiese sido Serrano el encargado
de mandar el contingente cubano. Por fortuna, las pasiones exacer·
badas del conde de Reus, la bilis que hubo de atesorar en aquel tiem-
POI desbordandose, hicieron imposible la avenencia de los aliados.


Hay quien sospecha que se confió el mando de las tropas y el
encargo de tratar con Méjico al conde de Reus, porque se creyó,
alendida la idiosincrasia del individuo y su temperamento, que no
podria resistir el clima de tierra caliente; y si esto pudo ser así, lle-
vó cruel desengalio el autor de esa filfa. y ha debido arrepentirse,
visto el resultado de los arranques de la irascibilidad condal.




DEL ULTIM.O DOBBON .DB ISP.dA. 01


11.


Otra expedicion pacifica habia salido de los puertos de Espalla
con el carácter científico para explorar los mares que Jlevan aquel
nombre. Nuestra marina, que iba creciendo ciertamente, no debía
estar ociosa en opioion de los ministros; y por eso surcaba en todas
direcciones el Océano y el Mediterráneo, para cantar en todas par-
tes himnos de gloria á las hazafta(de los unionistas.


y esa expedicion al Pacifico debía visitar con «Jnn08fJs demos-
traciones las antiguas posesiones de Espalla, convertidas en repú-
blicas. .


En esto, como en todos los actos~de la Un ion liberal, veremos
cuán graves consecuencias tenia ese prurito de manifestar nuestras
naves en todas partes, SiD tomar en consideracion ni precaver opor-
tunamente los peligros.


Tambien en Africa surgieron dificultades nuevas que destruye-
ron toda la obra de la guerra sostenida alU con tanto empello. En
Centa y en Melilla, se oponian los moros á la delimitaeion de las
fronteras. Y respecto á las indemnizaciones, ca$i era inútil recor-
dar los tratados, y podia considerarse que tardarian muchos, mu-'
ebos alios en cumplirse.


IlI.


La situacio'n de la prepsa no mejoraba, y ~Bugallal, que venia
lIiendo de mucllQ tiempo candidato universal para todos los gran-
des destinos, fttlia mostrándose siempre inimitable en el punto de
censor, á lo cual debia sin duda su postergacion, pues acaso no
hallaba el gobierno quién supiera interpretar la ley con el acierto
que él.


tas denuncias y recogidas alcanzaban á todos, porque el go-
bierno apenas contaba parciales, y todos 108 partidos, todas las
fracciones se mostraban dispuestas á hacerle la guerra. Efectiva-
mente, cada dia podia observarse mejor la actitud del país frente
al -gobierno; y desde sus puntos de vista, pro¡resistas y modera-
nos, republicanos y disidentes, como los carlistas y neo-catélic08,




651 . RISTORIA DBL BIINA.DO
hostilizaban al general O'Donnell, y el fiscal de imprenta procura-
ba armonizar estas opiniones distintas, truncando párrafos y zur-
ciendo· oraciones. Y cuando la malla de la suspicacia se rompia,
euando llegaba l aparecer alguna frase inconveniente á los ojos del
poder,. vencia la denuncia y se castigaba eon exorbitantes multas
aquello mismo que podia parecer inofensivo al escritor, cuando el
fiscal, en su exagerado celo, le habia dado pase. Así llegó á pagar
en poeos meses la prensa cerca de un MILLON de reales.


Por lo demás los consejos de guerra, las delaciones, la policia
tenian en perturbacion y desasosiego á los ciudadanos que podian á
todas horas presenciar la violacion de su domicilio y temer los ri-
lores de la ley.


Hablar de las exacciones y vejámenes que experimentaba el
pueblo para contribuir á los gastos de sus dominadores, no seria
mas que repetir por centésima vez lo que ya hemos dicho acarca
del daiconcierto ¡ubernamental.


IV.
Un periódi&o del bando unionista, queriendo defender á sus pa-


tronos, decia que el gobierno en la didr'ibucion de los cargos pú-
blicos á nadie preguntaba su procedencia, utilizando 108 s6TfJiCÍDs
de todos los que cODsideraba capaceI de prestarlos en las regiones
oficiales, y que asf las dependencias establan plagadas de emplea-
dos nombrados en épocas de tristísima memorill, y que ellos eran
los responsables de los actos denunciados, pues, á pesar de su bue-
na voluntad, la Un ion liberal arrastraba aun las inmundicias acu-
muladas en un largo periodo de corruncion siempre creciente.


Por entonces el ministro de marina Zabala tuvo que escuchar
cargos gravisimos por un negocio de carbones para la marina de
guerra, que 108 defensores del gobierno declararon daba lo'gar á
tremendas responsabilidades para alguno. Y sobre los carbones ba-
bia otros negocios de cillamo, y sobre el cállamo y 108 carbones,
mucha pólvora para alimentar sin duda las nueve mil bocas de fU8-
go que en las fortalezas y buques defendian aquella situaeion.


Por lo demás, las cortes habian suspendido sus sesiones temien-
do la llegada del general Prim, que podia venir á disolver aquel
amigable centro polftico donde se confundiaD antiguos progresistas
J moderados que se decían partidarios de la UnÍon liberal.




BU ULmtO BOBION DE ISPAi(A. 553
Tres clases de personas habian aceptado esta palabra como sÍn-


tesis de sus pensamientos, cuando se pronunció en el mundo poll-
tico. La aceptaron una multitud de hombres, que, ajenos t la cien-
cia politica, creian de buena fe posible la fusion entre moderados y
progresistas, olvidando que las escuelas que ambos partidos re-
presentaban eran totalmente contrarias, partían de principios anti-
téticos y no podían encontrarse por lo tanto en IUS consecuencias.


La fórmula, sin embargo, la aceptaron tambien muchos modera-
dos como simbolo de la regeneracion de su partido, ó mas bien
como máscara de sus ambiciones. Conocieron que el tiempo del mo-
derantismo descaradam~nte reaccionario habia pasado; que el pais
habia marchado por la senda de la libertad; que si seguian mos-
trándose como antes eran, no podrian tener el menor prestigio, y
resolvieron revestirse de formas mas liberales, ensanchar un poco
mas de lo que antes la ensanchaban la esfera de la libertad social,
reprimiendo tanto como antes la de la libertad polltica, y tomar de
101 partidos avanzados formas que les prestasen alguna novedad,
aunque DO afectasen en nada á su esencia, para hacerse tolerar por
el pais. En este sentido la Umon liberal era una insigne y degra-
dante superchería.


v.


Al subir al poder el general O'Donnell en 1858, la Uníon liberal
formada sobre la base progresista no .se recordó siquiera; se habló
de lasion de Jos partidos, se habló de la Constitucion del 45 y nada
mas; quedaron pues en pié los dos primeros términos del proble-
ma: la amalgama absurda y la regeneraeion hipócrita, el error y la
lupercheria. En el gabinete que entonces se formó tuvieron repre- .


- .


lentacion como era natural estas dos tendencias. El general O'Don-
. nell, hombre que se preciaba de conocer la práctica y la cuestion
del dia, pero que desdellaba á los ideólogo" sin comprender que los
hechos sin las teorfas son cuerpos sin alma, cadáveres inertes, re-
presentó el deseo de que se reuniesen todas las antiguas comunio-
nel, poniendo por supuesto cada una de ellas un hombro pará SOI-
tener las andas en que él se elevara; y por esto, sin ser progesista,
fué el jere de los resellados porque fué el que mas los coDsideró .


. Posada Berrera, moderado desde hacia mucho tiempo, lué el r8-




65' HISTORIA DEL RII1UDO
presentante de la liberalizacion aparente de dicho partido. Esta era la
causa de la adhesion que la fraccionmoderada le mostraba. Esta la
idea preponderante de sus leyes orgánicas; y como ,su tendencia
era al fin mas polfüca y mas acertada que la del presidente del
Consejo, esta era la razon de su preponderancia en el gobierno.


La reunion de estas dos tendencias constituia el fondo del dua-
lismo de la situacion, de ese dualismo que todos palpaban aunque
DO todos explicaran, de ese dualismo que" los ministeriales negaban
por oficio; que el general O'DonnelI no comprendía acaso que pu-
diera existir siquiera; que Posada Herrera no confesaba aunque la
conocía demasiado; que los demás ministros confundian con una
lucha entre las creencias progresistas y las moderadas, lucha im-
posible entre los que no tenian ni unas ni otras tendencias.


YI.


El general O'Donnell, á pesar de ese dualismo, DO era un obs-
táculo para Posada Herrera y esto se comprendía bien; el gentiral
O'Donnell no tenia norte alguno politico, ca recia de plan y de ba-
se para formarle. Posada Herrera tenia un sistema, y en política,
aunque los hombres prdcticos del temple del general O' DonneU
crean lo contrario, el que tiene una idea fija suficientemente des-
envuelta, vence siempre á los demás y los Ueva, por decirlo asi,
por delante. Hasta ea la cuestion de personas estos dos antagQJlis-
las solian hallarse da acuerdo. El general O'Donnell creia que reu-
niendo á las personas reunia á los partidos y acogia á cuantos se
presentaban; Posada conocia que las personas importaban poco á
su p18ll; que los resellados, siempre que no tuvieran innuencia en
la marcha de los negocios públicos, servian para dar IQas barniz
liberal á una situeion reaccionaria, y los acogia contentándose con
no darles puestos poUticos. ,


De esta admision de gente nueva resultaba, entre otras cosas, que
la administracion se llenaba de gente desautorizada que miraba la'
polilica como UD medio de vivir y que de tiempo en tiempo daba
lugar á tantos desfalcos, negocios eto. De este sistema resultaba
tambien la desamortizacion política del pais; pero el general O'Don·
neH parecía no reparar en esto, no tener miedo á sus consecuen-
cias contando con la confianza de la corona y con el apoyo de las
Dueve mil bocas de fuego consabidas.




DEL ÓLTDlO BORDOl'{ DE ESPAlA.. 655
El verdadero obstáculo con que luchaba Posada Herrera para el


desarrollo de su pensamiento naciada la preponderancia que no po-
dia evitar, del partido neo-católico que le hacia ser menos liberal
en la forma de )0 que él deseara en ocasiones, aunque era el mi-
nistro unionista mucho mas reaecionario.


Era tambien un peligro para la vida de aquel gabinete las lú-
chas intestinas de sus secuaces, que unidos solo para medrar se re-
volvian entre si, pareciéndole á cada uno que debia medrar mas
que sus companeros.


Posada Herrera, en resúmen, era el alma, la cabeza, la personi-
ficacion de la situacion unionista, y siéndolo, aquella situacion no
era otra cosa que el antiguo partido moderado que comprendió que
presentándose desnudamente reaccionario no seria ya posible, y 8e
disfrazaba con un traje menos irritante.




CAPITULO XCI.


SUIIARII.


lorencez en Méjico.-Defensa Prim en las COltes su retirada de Méjico.-Consida-
raciones.


1.


..


y cor;¡ esto- pasaron tranquilamente los días sobre aquel verdade- .
ro cadáver, que en su inmovilismo tallo parecia; y se dispersaron
los ministros y los altos funcionarios, declarándose suspensas Jas
sesiones antes de que llegara el jefe de la expedicion mejicana. Rea-
lizándose con todo esto el milagro de que aquel cadáver se galva-
nizara, y pudiele escuchar las acusaciones del exterior y las quejas
del interior, porque terribles quejas, tremendas manifestaciones
contra la Uníon liberal hizo el marqués de los Castillejos, plena-
mento convencido de su importancia y habilidad en la famosa cues-
tion de Méjico.


:Las acusaciones parUan de la conducta de los franceses, del des-
enlace que iban teniendo todas las con binaciones intentadas, de los
esfuerzos colosales que el pueblo mejicano hacia para salvar su
honra y sú independencia.


El general Lorenee! se vió sitiado en su campamento, y pudo




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 657
comprender lo arriesgado que era dar crédito á las palabras de cier-
tas gentes, cuando tienen interés en desfigurar los hechos. Correos,
convoyes, comunicaciones de ,todas clases quedaron cortadas por
mucho ti~mpo entre el general que se habia adelantado hácia el in-
terior y las costas.


Muchos meses habia tardado en organizarse el ejército destinado
lA ocupar-el vaAto territorio, é imponer la monarqu(a de Maximilia-
no; pero mas tiempo fué preciso auo para remediar los errores en
que por efecto de la confianza habian caido los franceses, suponien-
do que las poblaciones debian abrirles las puertas y acoger carifio-
las al desgraciado príncipe austriaco.


Dejemos empero todas estas minuciosidades que solo prueban la
soHdaridad intima que une á los hombres yá las cosas, las dificulta-
des con que toda agrupacion tropieza, y la imposibilidad del retro..;
ceso, UDa vez que la ~umanidad ha reconocido el derecho, una vez
que el hombre ha llegad.o á fundar en 'verdades concretas la idea de
la justicia, reconociendo lo que se debe al ser y ,el destino de sus
facultades é inteligencia. '


11.


Ante la presion de Jos sucesos, y despuea de una serie lamenta-
ble de desengaños, ¿qué podia hacer la Union liberal, sino confesar
Sil impotencia y su debilidad?


Llegó la apertura de las cortes, y el general Prim vino á dar la
última estocada á la decaida Unian liberal. Eran ya los últimos días
del afio, y el ministerio O'Donnell, agonÍzante y trémulo, se pre-
sentó á buscar la saneion de sus actos por los brillantes servicios
que habia prestado á la civilizacion del mundo.


A vueltas de otras menudencias, y despues de dar solemnemente
cuenta del famoso tratado de paz con ,el rey de Anam, hecho á nom-
bre del emperador de los franceses, el discurso puesto en boca de
Isabel declaraba en tono compungido que habian estallado diver-
gencias entre los plenipotenciarios de Méjico. No se dedicaba párra-
fo alguno á esta euestion como en el allo interior, porque á la sa-
Ion convenía rehuir los debates y dejar por insignificante el asnnto.
Dé aquí cómo se expresaba el gobierno:


TOllO 1:1. i.




.58 BISTOlIU. DEI. BBINADO


.rola relaciones eon las, potencias extranjeras continúan siendo
amistosas. Espero terminarán de un modo satisfactorio lasdificul-
tades que el desacuerdo de los plenipotenciarios en Méjico ha
opllesto á la ejeeucion del tratado de Londres. Los obstáculos im-
previstos que lo impidieron, no alteraron su deseo de cumplirlo,
ni de realizar el pensamiento que le servia de base. • .


El senado contestaba í estas indicaciones generaMs en 'stas pa-
labras:


.Satisfactoria es para el senado la manifestacion hecha por V. M.
de que las relaciones con las potencias extranjeras sontinúan sien-
do amistosas; y al terminar las diferencias sobrevenidas en la cues-
lion de Méjico por el desacuerdo de los plenipotenciarios, el senado


. á su vez espera que el pensamiento y el constante deseo de V. M.
relativos al tratado de Londres se verán realizados .•


Diferentes enmiendas se presentaron al ,pí~rafo referente al céle-
bre tratado de Londres,' del cual hablabaa todos sin conocerle pro-
bablemente ninguno, toda vez que era un mito, mas que una rea-
lidad.


Prim, aprovechando los momentós, presentó tambien la suya que
decia así: .El senado se complace de que el gobierno de S. M. ha-
ya declarado que no consistió en él ni en el plenipotenciario deJa rei-
na de Espalla, el que se produjera el desacuerdo entre los plenipo-
teRciarios. »


UI.


Uegó por fin,la hora, y ante nn numeroso público ávido deemo-
ciones, comenzó Prim un discurso magno para sostener su exigua
enmienda. Decia el general expedicionario:


.EI senado comprenderá que al presentar esta enmienda, no ha
sido mi ánimo realizar un act9 de oposicion al proyecto de contes-
tacion al discurso de la corona.
. .


.Comprendo y aplando que los ministros hablen siempre con re-
serva sobre asuntos, en los cuales se mezclan gobiernos y sobera-
nos extranjeros: su mision es la de defender su politica, y no seria
pruden te que atacaran cuando deben evitar confl.ictos. Pero yo en




DEL ULTJMO BCRBON DE ESPAÑA. '659
* mi calidad de senador independiente, «sin pretensiones de ser PO-


»der ni antes, ni ahora, ni despues, ni nunca; sin pretensiones de
.pasar por hombre de estado, pues solo aspiro á pasar por un leal
.soldado de la Reina y de la patria,» no he de dejar golpe sin res:
pue.l1ta, venga de donde viniere; con la difereneia de que en euanto
á los hombres poUticos de mi pais que me han atacado, mi con tes-
tacion tendrá por objeto desarmarlos sin herirlos, á fuerza de r~­
zones y de hechos que cada cual encontrará en el fondo de mi dis-
curso; mientras que á quien allende Jos Pirineos me ha tirado á
matar hasta' oon armas vedadas é indignas, como lo ha hecho el
ministro imperial Mr. Billault, á ese .yo me ]e iré á fondo oon el
.fin de que sienta el efecto de mi hoja toledana,» y de que aprenda
á tratar con respeto á los generales y altos funcionarios de la Rei-
na de las EspaDas .•


Estas frases tan afirmativas no descubrian todavfa a) hombre que
iba en breve á pronunciar aquellas fatfdicas sentencias de los Cam-
pos Bll8eOl.


IV ..


y en medio del tumultuoso 0leaj8 de los conceptos, las palabras
de Prim hacian profundísimo eco en los oyentes y mas profunda he-
rida en la parcialidad que le habia acogido, en el gabinete que es-
cuchaba estúpido desden los aplausos qUe arrancaba la enérgica voz
del senador independiente. '


Con su prometida. generosidad y templanza, pero deseoso sin du-
da de establecer la verdad histórica, exclamaba ssl despue~ de que:"
jarse da la prensa neo-católica: «Lo que no se comprende es que
órganos de la Union Iib~ral cuyos redactores 80n amigos politicos
del gobierno y personales de algunos ministros hayan hecho lo que
ese periódico absolutista. Y me he pre¡untado: ¿por qué se me ata-
ca por la Union liberal perteneciendo yo á ella? ¿Es que la estorbo'
,Es que hago sombra á alguno de sus capitanes por mi origen pro-
gresista? ¿Quieren acaso que me vaya? ,Qué ganaria con ello la
Un ion liberal? Yo no me iria solo: siendo uno de esos capitanes ha-
bia de llevarme por lo menos mi compania. ¿Es que hay quien se
hala la HusIOn de creer que la Union liberal no necesita de los pro-




660 mSTORlA DIL REINADO
¡resistas que están en elfa? Entonces no seria Union liberal; seria
otra cosa que duraría lo que Dios quisiera .


• Si no fuera prematuro yo diria ahora mismo cómo entiendo que
deberia gobernar el partido progresista el dia elique la Reina le


• llamara, como !Jo creo que le llamará un dia. 11 siendo como es con-
v,niente que S8 hiciese así un ensayo 6n_ bien de la monarquía y del
palS .•


Lo que no habia podido hacer el patriotismo, lo que no le habian
aconsejado las conveniencias politicas, se lo aconsejaba ahora su
interés personal; y e~ verdadero ataque á fondo, la verdadera esto-
cada heria á la Union liberal desarmando y haciendo perder crédi- .
to, si algunl> le quedaba, al gabinete á fuien no hacia oposicion el ge-
neral Primo '


Felices evoluciones parlamentarias que convertian al tránsfuga
de las filas progresistas empujándole hácia sus antiguas banderas.


V.


Despues del ataque directo á los unionistas venia otro ataque á
los plenipotenciarios franceses por su falta de cumplimiento del tra-
tado de Soledad, en defensa del cual pronunció las frases siguientes:


.Sf, senores: si hubiéramos tenido que marchar en ~on de guerra
cuando satimos de Veracruz en SO!) de paz, no hubiéramos podido
avanzar; jnO y mil veees no! Asi pues los preliminares de Soledad
no solo fueron un aato político y conveniente, sino que sacaron á
108 aliados de la mala sftuacion en que estaban en Veracruz á causa
de las enfermedades. Si esos preliminares se hubieran cumpli'do por
los franceses, otro y muy otro hubiera sido el resultado de ]a ex-
pedicion á Méjico; porque seriores, hay que desengailarse: a cafto-
Dazos no se hacen amigos:' ya vamos viendo lo que sucede' á los
franceses eu aquella república.
, y el general seguia desenvolviendo toda la historia de los preli~


minares de la guerra, discutiendo la situacion mejicana, explicando
108 recursos con que podía contar, y entrando en detalles 1- mani-
feslaciones muy oportunas para su objeto que no debian pareeer
muy bien ni muy ministeriales al gabinete. Despues proseguia de
esta manera. .




DEL ULTIMO BORBON Di ISPAÑA. 661
. «Cuatro soluciones se presentaban á mi consideraeion: 10· entre-


garme á los franceses yéndome con ellos: ! .. echarme á un lado y
pedir nuevas instrucciones al gobierno: 3: cerrar el paso á los fran·
ceses: l.· reembarcarme con mis tropas. Ahora bien, sailores; ¿euál
era la soludon mas conveniente á Ja personalidad del general Prim?
Naturalmente' la primera, pues iba á pelear con seguridad de ven-
cer; y además una vez en Méjico, la Reina hubiera recompeúsado
mis servicios con el tercer entorchado, al paso que el emperador de
los franceses me habria honrado con la tegion de Honor, y me hu-
biera hecho duque de Méjico, y á mi vuelta á Espana nadie hubie~
ra podido disputarme la embajada de París. Tal era el cuadro se-
ductor que se presentaba á mi vista yéndome eon los franceses; pe-
ro eso no podía hacerse sin menoscabo de la buena fe y de la leal-
tad debida á mi patria; y por eso no titubeé en sacrificar mi orgu-
llo, la amistad del emperador y mis suenos de gloria en aras de mi
deber y de la independencia de mi pais .•


VI.


Echarse á un lado y pedir nuevas instrucciones al gobierno era
en concepto del general Prim lo peor en la práctica, pues de esa 80-
lucion podían surgir conflictos graves entre franceses y españoles ..
Además pidiendo instrucciones al gobierno le creaba un conflicto, el
cual tenia que resolvar. ~i el gobierno decia, «vaya V. en auxilio
de los franceses,» y la órden llegaba cuando ya estos hubieran en-
trado en Méjico, era aquello una cosa inútil; al paso que si eran
batidos tenian que restablecer la campana eo malisimas condiciones.
Si el gobierno mandaba reembarcar las tropas estando ya los fran-
ces en Méjico, el rembarque era ridkmJo, y si por el contrario los
fraoceses ~ubieran sido rechazados, no habría podido dejürlos coro-
prometidos. Era pues mas noble y leal conservar al gobierno en
libertad de accion, para que, si era preciso, sacrificara en bien
de la patria. á su plenipotenciario en Méjico; y por lo tanto de~
sechó la segunda solucion de las cuatro que á su vista se presen-
taban.


El tercer camino que podia seguir era el de cerrar el paso á los
franeeses hasta recibir órdenes de los gobiernos respectivos, siendo




661 .:JSTOIU D.L ItIIl'fAD'
esta so~ucion Ja mas conforme con su caristerbelico.o; pero no le
era permitido crear con la guerra en Orizaba, la guerra tal vez en
los Pirineos, i pesar de 'que. la ocasion no pódia ser mas redonda
para realizar los planes de ambicion que algunos le habian 8U-
puesto.




· BAPlTULO xcn.


SUIIARIO. .


Apreciaciones de La Discucion sobre la conducta de Prim en Méjico.-Critica situa-
cion del nnionismo.-Frialdad de las relaciones entre Francia y España.-Pocl
dignidad y amarguras del marqués de la Habana.


L


En la largufsima discusion ~ue la prensa y las eortes habian
sostenido durante todo el afto referente á la cuestion de Méjico, gas-
tóevidentemeilte tod~ su vigor y actitud la Union liberal, quedan-
do quebrantada y dispersa aunque se creyera vencedora. Lo propio
aconteció con el gobierno imperial, que vino á hallar desmentidos
por los hechos, cuantos anuncios y promesas habia adelantado res-
pecto al desórden y anarquia de aquellas poblaciones, y al deseo
-que manifestaban de verse regidas por las instituciones monár-
quica9.


Desventurada poUtica de pacotilla aquella que debia traer horri-
ble 4esenlace, y mostrar la impotencia de las reacciones, cuando
hay en los pueblos energfa y virilidad en los ciudadanos para re-
sistirlas.


Entre otros periódicos, La Dilsumn, que entonces. era casi el
único órgano del partido democrático, analizó esos debates, y al
referir los detalles de la cuestiOD mejicana, como se presentó en el




661 BlSTOBr .. DI!. RIIJlA.D8
senado decia lo siguiente, tomando un punto de vista algun tanto
patriotero com9 desgraciadamente lo habia hecho en la guerra de
Afriea.


lDeomo el gran Berryer, cuando desde su campo legitimista daba
gracias á la Convencion por haber salvado la independencia de la
Francia, Dosotros, adversarios del general Prim, debemos darle las
gracias por haber salvado Dueslras armas de la afrentosa súerte
que, merced á la imprudencia del gobierno, . les ha· cabido en Con-
chinchina, y hubiérales cabidolambien en Méjico· sin la generosa
decision de Orizaba. El general Prim ha hecho mas todavía: pues-
to en la necesidad de defenderse ante una cámara llena toda ella de
la manera de ver y las aficiones fraDcesas, ha tenido el valor nece-
sario para tributar un público homenaje de respeto á ese desprecia-
ble y aborrecido Juarez, que combatido á la vez por las faccio-
nes de su pai¡ y los vencedores de Magenta, que no ban desdeliado
hacerse los auxiliares de los Marquez y Almonte, ha sabido reducir
á aquellos, contener y desafiar tranquilamente á estos y mantener á
su país en el órden y el progreso,


»En este punto concluyen, sin embargo, nuestras analogfas con
el general Prim, Sostuvo su seriorla.en el senado el principio de la
.no intervencion: tal era al menos el pensamiento que animaba sus
discursos y rectificaciones, siquiera no fuese formulado explfeita-
mente, por tener aquell~s por objeto principal la defensa de sus'he-
chos como plenipotenciario, y tal fué tambien la manera como' lo
concibió, acogió y mantuvo en una forma ya mas doctrinal el se-
rior Luzuriaga Pero.esto asf, ¿por qué fué el general Pn'm en son de.
guerra á Méjico? '¿Por qué solicitó el mando de la expedicion? ,Es
que, como dijo aguda pero falsamente, soldado valeroso y habitua-
do á solicitar los puntos de honor, no pretendió en el mando de la
expedicion mas que el intento de una nueva hazaria' Pero el gene-
ral Prim es tambien un hombre politico; ha dado de si muestra!l '
frecuentes de tal; ha intervenido con su palabra y con su intluenoia
en los consejos politicos; habia transcurrido justamente muy corto
tiempo, desde que como hombre político habia combatido recia y
valerosamente, coincidiendo por mas serias con nosotros, el pro-
yecto de una expedicion á Méjico, concertada bajo iguales pretex-
tos que esta otra, y el acaudillar tras de estos precedentes, una
guerra, bajo el especioso pretexto de que se trataba de una simple
hazai'la militar (triste hazaria por cierto), era tanto como la nega-,




DEL ULTIMO DOltlON DE ESPAÑA. 6G15
cion de las teorías expuestas por el político; la absoreion del senador
por el ,soldado; descrédito, la abjuracÍon, la apostasia (bamos á decir
del hombre de Estado arrancado por la fogosidad harto intempesti-
va del guerrero. Su mision, además, era diplomática, tanto al menos
como militar: debia combatir, pero debia tambien negociar; y ¿có-
mo era posible que negociase sobre hechol contra cuya legitimidad
babia en otro tiempo protestado? Ni valga decir, como tambien
asentó S. S., que no se trataba de intervenir, toda vez que ~l tra-
tado de Londres no autorizaba semejantes proyectos. No los·
autorizaba, en efecto, expresamente; pero el Jamoso convenio,
obra -de dos diplomacias harto superiores, por desgracia, y muy
mas habituadas que la nuestra á velar discretamenle sus propósi-
tos, entrallaba el gérmen de ellos 'en la prevision que expHcita-
mente oonsignaba en uno de sus articulos, del caso en que Jos me-
jicanos intentaran cambiar la forma de su gobi~rno, y la. oportuni-
dad de que los aliados les auxiliasén en esta eventualidad: caso tan
raro, que en vano se pretenderia explicarlo de otro modo que ad-'
mitiendo que el pensamiento de la intervencion existia ya comple-
to en el ánimo de los autores de la expedicion.


-No se prevé, al comenzar la guerra con una naeion enemiga,
el caso en que esta quiera cambiar la forma de gobierno, y hasla
10 que los ejércitos invasores deberán hacer en una eveotuali-
lidad semejante, como el convenio. de Londres lo hacia, sino cuan-
do se abriga el oculto pensamiento de provocarlo: no se ha previs-
to en una guerra puramente internacional, y no se hubiera previs-
lo tampoco en esta si el bo.napartismo, favorecido por la cándi-
da ó la torpe complicidad del gobierno ,""spallol, 00 hubiese hala-
gado de antemano y procurado dar base legal á tan absurdos
proyectos. Debió comprenderlo el senor oonde de Reus á la simple
vista der ambiguo tratado; pero ya que asi no fuese, ¿DO pudieron
revelarle algo los despachos y negociaciones que precedieron á
aquel, las que lo siguieron, sus propias instrucciones, aquel eterno
y universal insistir en la posibilidad de que la nacion mejicana
quisiese cambiar de forma de gobierno, que revelaba claramente
la segurJdad que se tenia'de que el caso habia de lIegar~ Dehió ea
efecto comprender algo cuando, aludiendo á los partidarios de la
politica de intervencion, habla en su discurso de Jos que quieren
sacar partido de las ideas que pudo tener el gobierno de la reina,
Ú otro gobierno antes de que se firmase el convenio de Londres.


TOMO w. '. Si




· 686 BIS'r()RIA. Dn RmADe
lDDigámoslo ingenuamente: la democracia, que profesa. en este


punto la fijeza, la prevision y' la energía de una polftica pro-
fundamente nacional y generosa, no puede reconocer como su ya
esta otra, á la cual tiene que agradecer, si, el vigoroso acto de Orí-
zaba, y el reconocimiento explicito como buenos de los fundamen-
tos capitales de su existencia, pero que ha llevado todo el carácter
de vaguedad é inconsistencia propiQ de una veleidad poHtica.»


11.


En cada una de las manifestaciones diversas, en cada una de las
oraciones que podríamos llamar fúnebres, podía descubrirse cómo
penetraba la descomposicion en el seno del unionismo, cómo bullian
y se agitaban las pasiones y la influencia que naturalmente ejercian
en el ánimo de cada cual la ambicion y los intereses que repre-
sentaba.


No era una discusion en que se ventilaban los fundamentos en
que se basaba una politica; no eran discursos para dar explicacio-
nes y presentar clara y concreta la euesUon; atli las frases estaban
artisticamente colo~das para disfrazar el pensamiento de cada
uno, y á través de las palabras apenas podia descubrirse la verdad,
porque á las afirmaciones de los unos, respondian las afirmacio-
nes contradiotorias de los otros.


A Prim, que sostenia como decoroso 'para el país y conveniente
para los igtereses de la patria el acto áel reembarque y la decisiún
de Orizaba, seguia el marqués de Miraflores que consideraba im-
político y perjudicial todo aquello que contribuia á destruir la obra.
elaborada COD paciencia durante tantos afios. Juzgaba perjudicial
uoa ruptura entre Francia é Inglaterra.


¿Y qué significaba la actitud de Novaliohes, sino la protesta mar-
eada contra todos Jos actos de la Uníon Jiberal1


1I1.


El gran discurso que formulaba· el pensamiento de la mayoria




DEL ÚLTIMO BOBBON DE ESPA~A. &6'7
del senado, fué el del seilor Bermudez de Castro; en las formas in-
correcto y duro, en el fondo acerado y cpu el . El senador moderado
sostenia que el pensamiento de la expedicion fué intervenir en Mé-
jico, destruir el gobierno de Juarez, y fondar am una monarquia
capaz de extender la :reaooioo europea por el nuevo mundo.


Para aseutar estas conclusiones, el sellor Berm.udez de Castro s~
fundaba en las conferencias diplomáticas, en los 'documentos oficja-
les y en las notas repetidas veces cambiadas entre los gobiernos. Y
en efecto; el pensamiento público de la expedlcion no seria cambiar
la forma de gobierno en Méjico, pero no habia duda que era ese
el pensamiento secreto, el móvil de todo cuanto se habia intentado
en América. Si despues se arrepintieron, si mal de su grado se en- .
teraron del estado de la opinion, si comprendieron que no habia en
América espacio donde fundar el árbol de las viejas instituciones


_ europeas, consumido alli por la electricidad re1olueionaria, dé bese
esto principalmente á la noble actitud del p!1eblo mejicano que re;.
chazó desde un principio la reaccioo llevada á su seno por las ar-


. .


mas europeas.
Por consiguiente, la retirada de Orizaba, y la declaracion de los


franceses contraria á Almoote, yel regreso de la expedicion inglesa,
no significaban sino que Méjico, aun con. una república tempes-
tuosa, con una guerra permanente, con revoluciones diarias, con
luchas tremendas entre los elementos teocráticos y los elementos
pretorianos, ni cambiaba nÍ cambiará una república turbulenta por
UDa ordenada monarqula. SI: Méjico sabia mucho mejor que sus
curanderos de aquende los mares, cu~nto le dolian las espinas cla-
vadas en su frente, y cómo esas espinas no podrian ser arrancadas
por una monarquia, cuando al hálito de una monarquia habian
nacido, cuando. por una mODarquia se habian clavado en sus sienes.


IY.


El discurso pronunciado por el sellor Bcrmudez de Castro fué
materialmente sosten ido ¡por otro del general Concha, natural de
BuenGs Aires.


Este sellor no podia juzgar de la independencia de su patria,
sino á tra vés de un velo de sangre. Su padre fué sacrificado por la
revolucion, fué victima de la heroica resistencia empellada en el




668 HISTORIA DIL REllU.DO
imposible de sostener la dominacion española, que se venia á tierra
al soplo de las ideas del siglo.


Su discurso lué altamente contradioftorio, pues al mismo tiempo
que llamaba quimera al afan de sostener nuestra raza en América,
sostenia la intervencion llevada á cabo en Méjic(). ¡La polhiea neu-
tral mezclada con la expedicion á Méjico! No comprendemos un con-
trasentido semejante. Abstenernos de intervenir en A,mérica y apa-
rejar una expedicion; enviarla, pedir con las armas en la mano el
pago de deudas á un público afligido; amenazarle con una monar-
qufa, y dejar alli una guarnicion extranjera, todo esto constituía
una larga serie de injusticias que bastarían por si solas para impo-
sibilitar por mucho tiempo Ja anheJada union entre Espana y Amé-
rica.


Pero lo cierto es que estos dos discursos representaban el pensa-
miento del gobierno mejor que la solucion dada por el generalPrim.
tos ~inisteriales lo sa.bian y por eso clamaban contra el gobierno.


De este triste estado de los ánimos de la Union Jiberal pro venia
la crisis honda y tremenda que amagaba con la disolucion de todos
los.elementos unionistas agregados y asociados por intereses pura-
mente transitorio. que pugnaban tambien entre sí.


v.


Despues de la retirada de Mon, nuestro embajador en Paris, famo-
JO autor del tratado que se pretendia imponer á los mejicanos, fué
nombrado el marqués de la Habana; y en tan dificiles momentos el
sagaz Concha tuvo que sufrir grandes y terribles amarguras si
conservaba aun algun resto de pudor y de conciencia.


El gobierno publicó nuevos documentos, referentes á la cuestion
mejicana.


El despacho número IX _conteniael discurso que el marqués de
la Habana debía pronunciar en el acto de entregar las credencia-
les, que era naturalmente ~vago y ampuloso para ocultar baje una
nube· de palabras el fondo oscuro que pretendia explicar.


El número X era la aprobacion de dicho discurso; y en el XI se
daba cuenta al gobierno del discurso de contestacion del empera-
dor, advirtiendo que este fué leido; «circunstancia, anadia el mar-
qués de la Habana, que aumentó á mis ojos la importancia de las,




DEL ULTIMO BOR.BON DE ISP A.ÑA.. 669
palabras del emperador, puesto que se comprendia que á todas
ellas habia querido dar una marcada signíficacion: pero á pesar de
ello y atendiendo al sentido en que deben tomarse aquellas pala-
bras, creo que aun pueden sin grave dificultad restablecerse las re-
laciones bajo un pié de buena inteligencia, siguiendo una politica
digna, por su franqueza, del gobierno de S. M. y de la nacíon que
representa .•


El documento!número XUtenia laJecha de 16 de agosto y era
ctirigido por el ministro de Estado al embajador en Paris. En él se
pedian explicaciones de las palabras pronunciadas"por el -empe-
rador, en Jos términos siguientes:


«No se ocultará seguramente á V. E. que algunas de las frases
usadas en el discurso del Emperador han debido' causar tantama-
yor sorpresa al Gobierno de S. M. cuanto menos podia esperarlas,
atendida Iacontestaeion pronta y cordial con que se anunció por el
ministro de Negocios de Espalla en París que seria V. l. recibido
-antes del 15 del corríente. .


.EI gobierno de la Reina no puede pasar en silencio las pata-
bras del mencionado discurso, en las que se consigna que «de la
Reina de Espalla depende solo el conservar un aliado sincero y leal
en S. M. imperial.. Esta frase ha causado grande y profunda sen-
sacion aun en las personas que mas anhelan conservar las mas in-
timas y amistosas relaciones con la Francia; y seria de desear que
por parte' del emperador se dieran explicaciones que no dejaran
duda alguDa acerca de .su verdadera significacioD.


»Es esto tanto mas necesario, cuanto que asi podrá el gobierno
de S.M. continuar con completa libertad la política conciliadora J
amistosa que siempre ha observado respecto al . gobierno imperial
y á la nacion francesa.» _


VI.


BI marqués de ]a Habana habria debido quejarse en algun des-
pacho que no figuraba entre los remitidos á las cortes, de que los
articulos de algunos periódicos contribuían á agriar las relaciones
entre ambas potencias; y á esto contestó el mini$tro de Estado en
los conciliadores términos siguientes:


.Se ha recibido en esta primera secretaria de Estado el despa-




670 HISTORU DEL RIINA..OO
oho de V. E. núinero 81!, fecha t 8 del oorriente, en el que, con
motivo de la cuestion de Méjioo, expone V. E. algunas considera-
ciones acerca de las publicaciones que hacen algunos periódicos que
pasan por defensore~ de Ja poUtica del gobierno .


• Con este motivo debo manifestar á V. E. que la politica del go-
bierno de S. M. en lo, que concierne á las relaciones entre Espala'
l Francia, y muy p~rticularmente con respecto á la cuestion de Mé-
jico, no ha sufrido modificacion alguna, y por consecuencia debe V.E.
atenerse á las instrucciones verbales y. escritas que recibió del go-
bierno de S. M. á su salida de esta corte.


»El periódico La Correspondencia de España ó cualquiera otro
diario, llámese ó no ministerial, representa las opiniones particula-
res de sus redactores, pero de nloguo modo las del gobierno de la
Reina ni su politica .


• Por este mismO criterio ha juzgado el pobierno de S.M. lós ar-
ticulos de los periódicos franceses que pasan como órganos semi-'
oficiales de la politica impe ria! cuando han publicado, y publican ar-
ticutos poco benévolos respecto á Espalla. Por otra parte ~s un he-
cho innegable que el discurso del Emperador ha causado una seu-
sacion tlesagradable en la opinion pública, y ha sido considerado
como UDa amenaza hácia S. M. la Reina nuestra sellora .


• EI gobierDo de S. M. procura calmar la excitacion producida
con tal motivo, porque desea no envenenar las cuestiones y'lIesar
á una inteligencia amistosa y si es posible cordial con Francia, pero
sin renunciará su propia politica y sin que se rebaje lo mas mini-
mo sú dignidad y mucho _menos la de la nacion espafiora .


.. Por lo demás el gobierno de la Reina espera confiadamente del
celo, inteligencia 'y lealtad de V. E. que llevará á. feliz término Ja
mision que le ha encomendado, ·por mas que las circunstancias sean
delicadas á consecuencia del discurso del Em perador. J)




CAPITULO XCIIt·


SUMARIO.


Serenidad de Prim.-Apuros de la Union liberal y comienzo de su disolucion.-Dimi-
sion del gabinete O'DonnelI.


1.


El general Prim ante aquellas acusaciones que partian de todos
lados, ante aquella tempestad de opiniones controvertibles que le


- amenazaba en Francia yen España, permaneció tranquil. y sereno
sin dar importancia á los- dichos de los unos, contestando enérgiea-
mente á las aseveraciones de los otros; respondiendo, por ejemplo,
á Concha que pretendia censurar su retirada, q~e la creía mas dig-
na y 'mas conforme á los intereses é independencia de la patria, que
la permanencia del embajador en Paris despues de ciertas palabras
del emperador.


Babia llegado el principio del fin de Ola situacioD. Nadie sabia
dónde se encontraba en aquellos momentos de suprema angustia
para la Union iib~ral. Unos por aqul, otros por allá, otros por acu-
llá, todos se iban~


La eueslion de Méjico solo habia sido el pretexto. La razon prin-
cipal de .aquella dispersion de las gentes sin duda alguna era que
las cortes tocaban á su término y la Uníon liberal á su ocaso.




HISTORIA. DEL REINAD'


tos progresistas de la Union se marchaban con Prim que habia
hecho ya ademan de despedirse y habia sido bastantemente despe-
dido por O'Donnell.


Los" moderados se iban con Mon, con Mayans, con los Conchas
que habian _ declarado no poderse quedar en aquena vacilante sitoa-
cion.


Todos los presupuestivoros dimitian, abandonaban sus posicio-
nes, tiraban sus credenciales por la ventaba, dejaban el lanudo
turron de la Union liberal. ¿Por qué sucedia esto? ¿Qué habia? ¿Qaé
pasaba? ¿Cómo los ayer interesados, hoy tan desprendidos y gene-
rosos?


Se iban porque presentian la muerte de aquella situacion; por-
que veían que aquel gobierno caia 1L pedazos.


Los moderados des pues de haber impuesto todas sus ideas á.la
situacioD, despues de haber imbuido sus doctrinas y su espiritu
reaccionario, des pues de haberla despo.ado· con sus leyes de im-
prenta, sus vinculaciones, su refárma-Narvaez, su negacion de la
nacionalidad italiana, se marchaban porque les parecia todavia de-


- masiado liberal el gobierno.
El general Prim des pues de estar cuatro aftos con los unionistas


se iba con su compañia al partido progresista y este ]e recibia con
los brazos abiertos.


11.


El gabinete O' Donnell babia tom$do la determinacion de probar
_ todo cuanto en su nombre hicieran las diversas autoridades que


nombraba. En la Penfnsula capil~nes generales y gobernadores que-
daban fácilmente de acuerdo en cuestiones mas ó menos trascen-
dentales; pero en la cuestion de Méjico eran tantas y tan contradic-
torias las disposiciones, tantos y tales los planes que habian ido sur-
giendo, que. nadie podiá entenderse; y las aprobaciones múltiples
venian á ser otros tantos absurdas que á nadie contentaban, crean-
do uno tras de otro conflicto sobre con8.icto á 1" JJÍluaeion é impo-
sibiJitaodo una solucion satisfactoria. .


Así las pasiones de ·Ios parciales de la Union se habian sobrex-
citado, y el ministerio veia nacer bajo sus plantas el abismo de la
crisis, la sequedad de )a desconfianza. Moria por asfixia en medio de




DEL ULTiMO BORBON DE ESPAÑA. 673
aquella atmósfera glacial, 13n aqael vacío que se hacia en toroo; y
aun cuando sin empac¡'o de legalidad, se hallaba cortado en su car-
rera de los oello añol y próximo á sucumbir sin conSUflDar la obra
tao pomposamente anunciada.


líos Rosas, que formuló su pensamiento; Pacheco, que la preparó
con _verdadera insistencia; Pastor Diaz, que fué uno de los antiguos
puritanos; Concha. uno de los doce hombres de corazoo; don Círi-
Jo Alvarez ministro de Gracia 'y Justieia con O'DonneU; Cantero,
ministro de Hacieóda con Omonnell; Gomez de la. Serna, -uno de
los hombres que mas trabajaron por aquella situacion; el general
Armero, muy amigo de O'DonneIl; don Antonio Cánovas, redactor
del programa de Manzanares; Lorenzana, redactor de la le}' de im--
prenta; Mon t jefe de la. fraccion moderada que apoyaba al gobier-
no; Coello, el amigo intimo de O'Doonell; los redactores de La Epo-
ca sus eternos defensores, y otros muchos hOll:lbres de importancia,
se separaron de aquella situacion dejándola tan exánime y mori-
bunda e~mo puede figurarse el lector codslderando que no tenia
principios fijos, y que el aÚ!Dero de los adeptos no era tal que pu-
dieran separarse impunemente veinticinco ó treinta entidades polf,..
ticas.


IIl.


Dulce hab ia llegado á la Habana en reemplazo de Serrano que
debia constituir otro nuevo embarazo, una dificultad mas poderdsa
desde el m omento en que llegase á ocupar su puesto en el senado
encontrándose frente á frente de sus coatrarios. Pero el gobierno
combatido da fre.nte, confuso, con,icto de nulidad, de Impotencia,
de ctnfradieeion, de complaciente con todos, con las fracciones, ton
las camarillas, con Isabel; con sus generales, con StlS embajadores,
con el imperio; puestos de realce en los debates todos los vicios,
todas las apostasías de la situacion, llegó por fin, despues de los
discursos de Ri,eN y de Olózaga que cdlllpletaban los de Prim y
los de Moo, á demostrar palmariamente la íl1compatibili~ad, el di-
vorcio en que se hallaba coo los buenos principios·} con la volttn ...
lad del' pais.


y para llegar á este punto O¡Donnell tuvo que recordar su mo-
narquismo puesto en duda por los caballos de) Campo de Guardias y


TOlJOm. n




67' mSTORIA DEL REINADO
por los recuerdos de Olózaga que hablaba de los ocho aftos de mi-
nisterio, frase bastante ofensiva para las prerogativás de la corona.
y los que hablaban de la moralidad de la situacion se hallaban
frente á frente con la sombra de EscoBura que caminaba entonces
hácia el archipiélago filipino colmado por los favores de la Union
Jiberal, despues de haber provocado la crisis que ocasionó el bom-


. bardeo de las Constituyentes.
El ministerio habia triunfado en) las votaciones. 166 votos ba-


, bian aprobado su poHtica, aquella politica incalificable; y á los tres
días el dia 15 de enero el ministerio habia dimitido en masa.


IV.


Todos estaban esperando que ondeara la bandera· nacional en el
congreso, y hasta las tres,no fué posible abrir la sesion. En aquel
momento el general O'Donnell se dirigia á palacio á presentar sus
siete dimisiones. La noticia habia c~rcuJado por Madrid con asom-
bro de muchos. Un gobierno triunfante en ambas cámaras, que


. diariamente se gloriaba de poseer la confianza de la corona y la del
país, ¿cómo renunciaba repentinamente á tanta gloria y á los debe-
res que esa gloria le ¡m ponia'


¡Mas qué mucho! ¿No es sabido que todos los gobiernos fabrica-
dores 'de mayorfas unánimes en vez de morir á manos de la oposi-
cion mueren de si mismos?


Los diputados que comian el pan del gobierno no se atrevían á
asomar; deseaban que abierta la sesion se suspendiese por no ha-
ber suficiente número; pero al fin hubo el necesario ,en )a votacion
nominal pedida por don Carlos Latorre.


A poco el presidente del congreso anunció que el generaIO'Don-
nen no podaa asistir, y que siendo necesaria su presencia para la
discusion del proyecto de ley de ascensos militares se levantaba la
sesion.


Ardia entre tanto el salon de conferencias; improvisábanse am
candidaturas ministeriales; sabiase que todas las dimisiones menos
la del general O'Donnell habian sido aceptadas; padecia el pulmon
de los dimisionarios que no se habian atrevido á votar contra un
ministerio tan caduco, y culebreaban estallando en carcajadas los
epigramas contn los ministeriales.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 675
Aquel pensar ¡ay mi coche! aquel reflexionar ¡quién diablos se-


rá manan a mi jefe! aquel arrepentirse de una infatuacion de cuatro
anos; aquel temer la vuelta á la eterna oscuridad, sin uniforme, sin
tertulia ... ¡triste cuadro!


v.
• Tres di as habían mediado, y des pues de dós votaciones numero-


sfsimas en favor del gabinete, el gabinete habia caido ..
,Habia algun miuisterio posible? Madrid estaba tranquilo.


O'Doonell era árbitro. Tenia libertad para elegir; no habia cábalas;
no habia amalios subterráneos; no habia camarilla poderosa que
sirviera de excusa á las dificultades. Parecia que el diantre se em-
penaba en dejar á don Leopoldo, de suerte que solo á su importan-
cia, pudiera aehaca·r la di6cultad de llenar su cometido.


Prim estaba de caza, á lo menos en el sentido recto de la pala-
bra ... no se diría que estorbaba. Y con todo' esto habia mucho' de
oscuro en todos aquellos cabildeos .


• Cómo habia sobrevenido la crisis? El ministro de Fomento la
promovió declarando que no podia continuar el ministerio en el es-
tado en que se encontraba. El ministro de la Gobernaeion fué del
mismo sentir, é indicó «{ue era preciso, necesaria una reforma. De
resultas de esto el ministerio entero presentó la dimision. El presi-
dente del Congreso fué á las dos de la tarde al Palacio. A.1Ii hizo
presente al jefe del Estado la reso)ucion irrevocable de dimitir, to-
mada por el ministerio. Parece que la. Reina rogó al general O' Don-
nell que permaneciese en el poder facultándole para formar un nue-
lO gabinete. '.


Existia en Espana un gobierno que, al decir de sus órganos en
la prensa y de su mismo presidente, contaba con la omnfmoda con-
fianza de Ja corona, con el apoyo casi unánime de la nacion. Abren-
se las eortes, pone en boca del jefe del poder ejecutivo un discurso,
fiel expresion, segun él, de su política dentro y fuera de Espana;
y la corona sigue dispensando á todo el ministerio su con6anza
omnimoda, y el senado y el congreso, á pesar de los, gran-
des cargos, de las gravisimas acusaciones que de todos los lados de
las cámaras, por medio de los hombres mas importantes' de todos
los partidos, se fulminaban contra el desatentado :gobierno, el con-




6'16 HISTORIA DIL BKIIUDO
greso y el senado aprueba,. su poHtiea por una inmensa mayoría
de votos.


VI.
-


En cualquier país donde el ,régimen constitucional fuera UDa
verdad, nunca podia estar el gobierno mas lleno de salud, de robus-
tez y de vida, que despuesde aquella ..solemne votacion en que la
nacion por medio de sus representantes le apoyabacoD tan inmen ..
sa mayoría. En Espala, donde la política de pocos anos á esta par-
te venia siendo un" farsa indigna de un pueblo grande y generoso,
BOl mentira imprDpia de una nacion hidalga, una humillacion que
tan mal cuadraba á un pueblo altivo y orgulloso, una eorr\\peion
que rechazaba toda nacion digna; en Espana, donde el rágimen
constitucional era. una miserable parodia del régimen constitucional
verdadero, del de Inglaterra por ejemplo. el gobierno se hundia
bajo el peso abrumador de sus excesos politicos y de los h9rribles
remordimientos de su conciencia, cuando aun contaba coa la om&f-
moda eoDianza de la corona, y al día siguiente de una votaaioD
solemne de f.os euerpos legislativos que apro baban completamente
su polftica por una inmensa mayoría.


y entre tanto el cáncer del militarismo devoraba el corazon ~
nuestta pobre patria; y el torpe sable, siempre levantado sobre
nuestras cabezas aherrojadas, cortaba de UD golpe con su filo los
problemas poUticos y 'sOIiales, que DO pldian resolver la escasa m-
teligenoia de nuestros goheltDantes; J candia el iBdiferentismo, y la
cOIrapcioD poUtica paseaba con desearo á la faz del mundo su fren'T
te manchada con vergonzosas apostasias, y nuestra pobre patria
como Dave si~ tillHMl ni brújula marchaba á ciegas empujada por
el humean, e&tre el nloelto oleaje de los tiemtto~, á estrellarse sin
dudaoontra el escollo de su ,ruina.


Despoes d'6cinco alo. de un p()der 00 molestado, despoes que
el pais obedecia oomo la aera á la aceion del gobierno, se eDtontra·
ba con que nada habia hecho por la libertad, nada por preparar




DEL ULTIMO BORBON DE BSPAÑA. 677
las grandes reformas; elespiritu neo-católico estaba vivo, la ciza-
na de las ideas reccionarias creada, la libertad de pensamiento
menguada, los partidos mas desorganizados que nunca, las fuerzas
del pais mas mermadas y la inmoralidad mas pujante y soberbia
devorando com~ un cáncer el noble y altivo carácter V nuestra
patria. ..


y cuando el remedio á tantos males se encontraba en que ca-
yera todo el miDJster\~. todQ" el ~bje.rno, que á tal extremo
el abatimiento nos habla traido, caía todo el ministerio y se que-
daba de pié el hombre que lo habia representado, el hombre
en cuya presencia DO eran nada los demás ministros, el bomqre
sobre cuya cabeza se habia condensado todo el odio de la opinion
públi~a,


No tentamos política fija ni rumbo cierto. Pues el general
O'DoDnell tenia h culpa. ,No se respetaba á las grandes inteligen-
cias parlamentarias? Pues el general O'Donnell tenia la culpa. 6No
se habia dado un paso en el e.miDo. tle ]a libertad? Pues el general
O'Donnell tenia la culpa. ¿Nos rebajaba un (pretoriano insolente'
Pues el ~neral O'DoDfleH tenia la culpa. ¿Nos babiamos enajeaado
á un tiempo las simpatías de Francia por la conducta de Méjico,
las simpatias de Inglaterra por las persecuciones religiosas, y las
simpatias de Italia por la proleccion dada á los prf[\cipes~ Pues el
general O'Donnell tenia la culpa. ¿Cómo se explicaba que merced
á los embates de la opinion públiea, todos los ministros cayeraq y
se quedara en pié ~I prinQi.pa! c"qsante y pQl' consecuencia el prin-
eipld respoQ$aWe de t~s nu~tros male~


Eso se explicaba y se MIUprendió fáeilm6llte cuando aun el ca-
prit}ho borbóDicQ era para todns la regl", cualldo los que se llama ... ·
ban constitucionales habían oejado aale Fel! ... ude como ante Cristi,.;
na é Lsabel, transigWlldQ< CQ~ CIlmf!U1as á trlOtlue de &el' enos-Ios
llama. y los eafQ6idos.






CAPITULO XCIV.


SUMARIO.


lormacion del nuevo ministerio.-Muerte de Argüelles.-Perjurio.-Nuens compli-
caciones políticas y económicas.


1.


I..a crisis que parecia extemporánea, que era profunda, habia ido
desenvolviéndose, COJllO siempre, lentamente, y cuando estalló no
hubiera nadie sospechado que iban á agruparse tan contradictorios
elementos que parecian dispersos, que no se entendian, que lucha-
han con implacable furor pocos momentQS antes ..


Serrano babia llegado á tiempo; y Prim,que recibiera tantas mues-
tras de aprecio, dejó el campo libre á sus cootrarios organizándose
una situacion nueva, que se decia de verdadera Union liberal y que
debIó recibir desengallos tremendos.


Formaban el nuevo ministerio: Serranó en Estado; Pastor Diaz en
Gracia y Justicia; Vega de Armijo en Gobernacion; Salaverrla en
Hacienda; Lujan en Fomento; Dustillos en Marina. _


Presidia el nuevo gabinete con la cartera de Guerra y Ultramar
don teopoldo O'Donnell; y aqui debemos detenernos para insistir
en lo que llevamos dicho sobre lo incomprensible de esta soluciono




DIL ÚLTIMO BORBON DI ISPAÑA.. 679
El general O'Donnell contaba con la omnfmoda confianza de la co- .
rona, con la absol uta confianza de las cortes manifestada por una
votacion solemne en que congreso y senado aprobaron por una in-
mensa mayorfa ]a poHtica general del gabinete. Los dos polos sobre
que gira la existencia de Jos gobiernos representativos son: 'confian-
za de la corona; confianza de la nacion representada en los cuerpos
colegisladores. ¿Contaba con las dos el anterior !obierno del gene-
ral O'Donnell? Toda la prensa unionista contestaba sin vacilar que
si. Pue~ entonces ¿por qué presentaba su dimision~


y qué significaba en el nuevo ministerio su presidente el general
O'DonneB? ¿Significaba la conti~uacion de la politica del anterior?
Entonces 6Por qué no seguian sus compafteros, genuinos represen-
tantes de aquella poHtica, pueslo que fueron sus propios autoresf
¿Significaba por vantura un cambIo de frente? Entonces ¿qué hacia
en el nuevo gabinete el duque de Tetuan si el nuevo ministerio, al
adoptar otra marcha poUtica, seria la negacion rotunda y viva de la
politica seguida por el general O'Donnell en los cuatro afios de su
ominosa administraéion~ ¿Qué significaba la entrada del senor Pas-
tor Diaz, representante de la fraccion disidente de Rios Rosas, que
desaprobó con su voto la política del general O'Donnell? No podia
significar mas que una de dos cosas: Ó que Pastor Diaz babia abdi-
cado sus ideas 00 manos del duque de Tetuan, ó que este habia
abdicado en manos de la fraccion Bios Rosas y reconocido como
justos lo!! duros atá'.ques que este enérgico orador parlamentario ar-
rojó á la frente de O'Donnell y del ministerio que presidia. ~


¿Qué significaba la entrada de Serrano en el minIsterio de Esta---
do? ¿Significaba que este general habia abdicado de su poUtica en
Méjico, ó significaba por el contrario la abdicacion del general
O'Donnell en sus manos y la vuelta de hi expedicion espaftola áMé-
jico á seguir la poUtica franeesa? Si lo primero, ¡qué vergüenza pa-
ra un hombre público que á troeque de ocupar uua poltrona deja-
ba su conciencia polftica en las puertas de un ministerio! Si lo se-
gundo, ¡qué vergüenza para O'Donnell ¡Qué humillacion rpara
nuestra patria!


11.


Corrian los mas tristes momentos de la terrible reaceion de 1848.




4,80 mSTORlA DBL RBIN1DO
Un hombre eminenUsimo, uno de esos hombres qtJe Son el verbo
de un sistema, la personificacion viva d~ UlIa idea, bajaba al sepul-
cro llevándose consigo unsran ejemplo de alta~ virtoies patriótioas.
Aquel hombre era don AgusUn Arguelles. Babia le,antaoo la losa
que pesaba sobre ~. país; babia extiDgQidO' las hogueras de la Í'fl-
quisimon, habia arrojado, los :génneaes de libertad, y constante, In·
tegro, habia permanecido siempre fiel á su idea. Persooucrones, en-
carcelamientos, dolores acerbos, injurias, calumnias, nada pudieron
contra aquel verdaderamente férreo carácter, qlle era el carácter de
toda UDa generaeion templada para el combate.


Babia aquel hombre permaneoido célibe como si no hnbiera sen·
tido m~s amor que sus ideas, ni aspirado á mas posteridad que la
de sus grandes acciones y maS grandes obras destinadas á briJIar
siempre en la historia. Ninguno de los pl86er~ humanos fué pode-
roso á tentarle. Despues da &abar ejercido los mas allos cargos mu-
rió pobr~, pobrisimo. Le bastó· siempre para vi~r el tesoro de SUB
virtudes, y para trabajar el santo ·móvil del amor á la natria. Su
muerte afligió á todos los corazones que amaban la libertad y respe-
taban la virtud. . '


El entierro fué digno- de la vida de aquel hombre: el testimonio
de la aplicacion univetsal, premio de los buenos en el mundo. La
única esperanza que quedaba era que se levan1ase una generaeion
bastante fuerte para continuar la idea que lucia al través de la mor·
taja en que se encerraba el ilustre varon, gloria de la patria. Sobre
sus restos se pronunciaron discursos de esos qveson como un ju ~
ramento. Habló elocuentemeate el Sr. Cerradi que entonces fanda-
ba el decano de los periódicos liberales; Ilablaron otros muchos, to-
dos unánimes en mostrar. las virtudes y en proseguir la& ideas de
aquel hombre.


Entre los que hablaban encontrAbase un hombre que habia pa-
sado siempre por progresista ardiente. Este hombre tendiQ su mano
sobre el atand de ArgüeHes y juró que nUMa retrocederia un paso
eJl el caminó del progreso, ni 111 paso •• Podiadudarse ql~ lo cum-
pliera, cuando lo juraba con lágrimas en los ojos sobre los restos
de un ilustre patricio? ¿Podría creerse en un perjurio tan saerilego'
Pues bien, el Sr. Lujan que asijuró en ocasion tan solemne, venia
des pues á jurar su cargo de ministro en manos,del generaIO'Don-
nelI. Juró no retroceder un paso; y venia á gobernar con una Cons-
litueion que tenia senado aristaerátjco l1'inculaciones. Juró no re-




DIL ULTIMO BOBBON DB BSPAÑA. 681
troceder un paso y venia á gobernar con un ministerio que sostenía
un embajador IW lado de Francisco 11, vástago de los verdugos de los
Jiberales de Italia. Juró no retroceder un paso, y venia á gobernar COD
los opresores de la imprenta. Juró no retroceder un paso, y venia á
tender la mano al ametrallador de las Cortes constituyentes.


111.


La Union liberal habia creado una situacion dolorosa, lamentable;
habia disuelto los viejos partidos, habia premiado las apostasías; y
como hemos indicado, Escosura, aquel famoso ministro de la 60-
bernacion, era, como Lujan y mas que Lujan, una de las muestras
di la corrupcion de la época que habia dejado aturdidos á todos los
que durante algunos afios se sacrificaban para oponerle com,o can-
didato, como protesta á los planes de ]a reaccione


Los partidos, las clases indiferentes, los mismos sectarios de la
Union liberal vinieron á quedar durante esta crisis en verdadero es-
tado de anarquía. Porque, aunque constituido el gabinete, la crisis
era mas grave que nunca. Todos se hallaban descontentos, y las
fracciones que habían logrado asociar UDO de sus hombres á aque-
lla politica, se hallaban mas y mas contrariadas por toda aquella
verdadera fa.rsa que se estaba representando precisamente en el
momento de cerrarse aquena -larga legislatura y en que era preciso
coñyocar al pais electoral, consultar de nuevo la opinion, que se-
guramente no daria un faHo abSQlutorio para ]a Union liberal.


IV.


Una de las poderosas armas que esgrimia la Union liberal, apro-
vechando 1a impuaidad con que sus órganos en )a prensa podían
escribir, era la circuiacion de las noticias que podían convenirIe,
HevandI'J por este medio á todas partes si no una influencia saluda-
ble, la desconfianza y las dudas, dirigiendo ataques certeros á los
unos y á los otros, y prodigando á sus hombres las alabanzas mas


, extraordinarias.
Entre esos periódicos publicábase uno en Barcelona que recibia


correspondencias de personajes fntimamente allegados á la situa.ion,
ocultos bajo el pseudónimo de Ruparto y de N .••


TJIO 1lI.




GS! BI~fORIÁ DiL alUNADO
Para qu~ pueda juzgarse cómo juzgaban ellos mismos su obra.


qué opioio.n tenia O' DOIlMU de sus propios actos, de sus mas alle-
gados amigos y cornpaft er-os. citaremos unas fruea de uno de esos
oOJ3responsal6J q~ decian asi, refiriándose al Nsultado de la crisis:
«La situaoion se ha complicado, y francamente, Ilsted~s oonvenerán
oonmigo en que para empeorar no habia para qué provocar la cri-
sis ministerial. El general' O' Donnell, esta es mi opinion imparcial
y desinteresada, está de seguro 6. estas horas arrepentido del cam-
bio ministerial, cambio que DO inició, que sentirá no baber resisti-
do, comopodia haberlo kecho. La declaraeion politica del senor
Mon., la especlativa deslavorabledel sefiOF Cánovas, son· actos de
inlllensa gravedad que puedell influir de un modo trascendental en
el porven ir de la UnioD liberal. Si la fraccion conservadora se vuel--
ve á su antiguo campo y los disidentes retroceden al suyo, despues
d8hab.~ sufride un desensallo, ,eqUé va -á quedar de la Uníon li-
haral.» . . .


Estas y otras cartas fijaban mucho la atenciOD de la prensa que
consideraba al Diario de Barcelona como el oráculo de la Union
liberal ..


v.


A. vuelta de las complicaeiones poHticas, de los sucesos antagó-
nicos, ~e las ambiciones personales y de la general animadversion
hAcia esos ejemplos de cinism8 :y corrupcion, venian á presentarse
tambido cuestiones incidentales que ejercian en los hombres públi-
oos bastante presion para hacerles presentar en abierta pugna por
mas que el día anterior aparecieran unidos.


Como en tiempos de los moo-erados, además de las defraudacio-
nes de ja Hacienda, aparecian las contratas y agios escandalosos en
las construcciones y concesiones de vias férreas, cuarteles y demás.


El ferrocarr~ de San Juan de las Abadesas entre otros, por to-
dossoHoitado y por todos impedido, debia ser para la empresa po-
seedora de las minas y para la industria catalana un manafltiaf fe·
cundo de riqueza y bienestar, pues deberia proporcionar á los ac-
cionistas y á las poblaciones diversas y al distrito donde radicaban
las minas, grandes utilidades é inmensos servicios.


Olras minas hnlleras de la provincia de Taruel tenían tambien




DBL ULTIMO B01tION nB BSPAÑA. 683
interés en hallar medios de comunicacion para presentar sus pro-
ductos en el mereado eompitiendo con los carbones extranjeros que
venian á surtir las rábricas y los buques de su manantial fecundo


- de actividad, el combustible. Pero los intereses loeldes y deJos-pro-
¡>ietal'ios de unM y otras empresas hacian inclinar la balanza tan
pronto hácia un lado como hácia otro, neu~ralizlDdo todos 108 esfuer-
zos y matllndo en gérmen esa riqueza, QJjeando edils y antipatias
nuevas que venian á mezclarse en la lucha politica como intereses
subversivos que desconcertaban mas y mas el cuadro, ejercit80do en
las regiones oficiales influencias bastardas para impedir el triunfo de
los otros, ya que no podían lograr ser ellos los dominadores.


Enlazada esta cuestion eon la de la prodnecion del gas del alum-
brado, podia tambien observarse entonces la lueha que las empre-
sas de Madrid y Barcelona sostenian contra los respectivos munici-
pios que reclamaban baratura y ecenomia. para sus administradGs;
legando por esta y otras eaosas que seria prolijo enumerar t la
separaeion de once coneejales en Madrid t med~da dictada ia IIlJlretlil
por Posada Herrera con universal escándalo.


VI.


El ensanche de Barcelona relacionado con las -obras del puerto,
y que debia haber hecho de esa pobla"ion el centro comercial mas
importante del Mediterráneo si hubiese habido una persona, UDa
autoridad ó un gobierno que hubiese fijado con prevision su vista
en esta imporfantisima cuestion, daba entonces tambien parte abun-
dante á las reclamaciones J cibalas de todos, y la cuesUon Per-
manyer y la del gas armaban tal fiujo y reflujo en medio de la
horrible crisis algodonera que tenia paralizados los talleres y oca-
sionaba el hambre y la desnudez en fa inmensa masa de familias
obreras, que la Un ion liberal habia perdido por fin las simpatias
que habia logrado en la industriosa Cataluna, por la conducta con-
temporizadora del general Dulce que en los principios de la cri-
sis, y cuando la exacerbacion de las pasiones poUticas era grande,
habia demostrado la sinrazon éon que se motejaba á los catalanes
de insubordinados, discolos é ingobernables.


Por esta circunstancia, en las efecciones que se acababan de ve":'
rifiear, ~oda¡; las influencias oficiales, todo el peso de la administra-




18' BISTORU DEL REINiDO
cion, todas las angustias d~l unionismo no habian sido bastantes pa-
ra evitar el triunfo de la democracia que llevó eomo representante
en el Congreso, por el tercer distrito de Barcelona, al eminente repu-
bUcano Figueras.


Gran sorpresa debió causar este acontecimiento á las cam arillas
palaciegas J á las influencias de la Union liberal. Grandes y terri-
bles disgustos experimentarian, no por el vencimiento de un candi-
dato, yeso que en aquellos momentos un voto tenia para el gene-
ral O~Donnell no pequefta importancia, pero causó sin duda no
menos extrafteza á los que juzgaban que las clases conservadoras y
ricas pueden tener predominio en donde ]a industria y las ciencias
vienen á demtstrar conslantementa ]a necesidad de progreso, la ne-
cesidad de desarrollo, la urgencia de modificar todos Jos abusos,
todos'los privilegios que pululan en esta sociedad anárquica cuya
leBislacion le·· halla manchada por todos los crimenesque pretende
evitar, cuyas costumbres dan origen á infinitas combinaciones con-
trarias todas á la naturaleza del ser como indivfduo, á la organiza-
cion de esa colectividad que requiere para constituirse ]a identifi-
cacion de todos, no la guerra, ]a lucha ~ntre las clases, no el pre-
dominio de unos intereses sobre otros.






CAPITULO xcv·


IOMARIO.


Impopularidad y desprestigio siempre en aumento de la Union libtral.-Suspension
de las cortes.-Artículo de La DiscWn.


Venia la Union liberal abusando de ese titulo, pretendiendo justifi-
carle y consolidar, segun decia,la revolucion; venia, decimos, á de-
mostrar cuánto eran compatibles el 6rden y la libertad, cómo pue-
den satisfacerse 108 intereses legitimos y los intereses de todos sin
menoscabo ~e la autoridad, que es 8010 lacoDcentracion de todas
las voluntades en el principio de justicia, para todos aceptable, por
todos respetado. .


T si la autoridad no fuese ~tó, si se pretende llamar asf á la
imposicion por la fuerza de los caprichos de una individualidad 6 de
un grupo, Jo que se consi¡ue es el desprestigio, porque la arbitra-
riedad, el despotismo no pueden fundarse mas que por la fuerza, y
nunca faltará la protesta, por débil que sea, contra lo inicuo, con-
Ira lo inmoral, contra lo que avasalla y amen¡ua y empequ8fiece á
entidades que ban venido al mundo con todo su derecho incrusta-
do en su propia naturaleza, y á que no pueden renunciar porque no




686 BISTO..BlA. DEL UIlUDO
hay prescripcion, contra el derecho y en cualquier momento pue-
de y debe reivindicarse.


Desde entonces, y puesto que en ninguno de iUS actos h,bia reve-
lado el general O'Donnell que comprendiera su mision, y lo que es
mas, desde el instante en que los pensadores que habian formado
dentro del moderantismo aquel grupo'lIamado puritano, eje princi-
pal de la evolucion unionista; desde que los hombre del progresis-
mo, que habian acudido en toroo de la nueva situacion, habian
abdicado por completo todas sus teorías, todas sus doctrinas, para
obedecer á una sola aspiracion, mantenerse en el poder á toda costa;
desde ese momento, ¿qué significaba, qué podia invocar el unio-
nismo para responder á los ataqué! que desde todas partes se le
dirigianP


¿Acaso la serie de transacciones y de concesiones recíprocas he-
chas de persona á persona, acaso los sofismas transformados en le-
yes podian representar principios de justicia?


¿Acaso en el siglo XIX, cuando lit inteligencia lo eserudiila y
examina todo, cuando el sentimiento se eleva y vienen las ciencias
todas eh lluxH¡'o del liótnb'ré para é'nsel1arfe las eansas y' ell oHgerl
de la creacion, cuando }a muitituc:l IÍega á tomar parte en las deci-
siones J se la consulta para todo, ¿puede tener éxito una escuela
que todo lo niega y todo lo sanciona, que no tiene creencias, que
todo lo corrompe é ¡oficiona, que tddo lo degrada, y que considera
al hombre como un ser abyecto y miserable, teniendo como único
ter'mdm.tro aquelfo que pue~ favor~erle, aquello que ~uede ut{-
JiZát', como úniCa guia el egoit1l'fo en su acepeion mas estúpida y
repugnante?


No era p(jSibl6i, DO, no podia¡ perpetuarse en el poder aquella
fraccion que hablrt subido por medio del eh gallo y de 1& superche-
da, halasando los pasiones, hat:iend'& seductoras'prom6$8S, enga .. '
liando á los de arriba y á los de abajo para explotar II unos y ..
otros¡ y unOs í otros entre si, para sobrepoberM, para dominar,
paja llegar al goce tnaterial del oro, pará lisonjear su vanidad, para
sosteéel'1le á todo&rance y contra tudas las eventualidades, siqaie"
ran btlbieSen de 'faltar i todas las condiciones, á todas las exigen-
cias de la moralidad ..• No, no podillbanténetse, y la Untan liberal
se vino abajo por el peso'de- sus errores J crlmenes.




11.


El 17 de febrero M.drid entere pareeia :dominado por las mas
hondas preocupacionls, la agitacion se habia apoderado de todos
los ánimos.


O'Do[)nell habia cáido confundido bajo el peso de sus ¡numera-
bles errores, de su debilidad diplemática, sus veleidades neo-cató-
licas, sus concesiones antiJiberales, sus proyectos administrativos
ttn reaccionarios, su gestion tan disipadora en la Hacienda, su .$is-
tema de asimiJacioo tan inmorat, sus maneras militares tan inso-
portables, coofundido por sos errores de Africa, de Méjico, de Ita-
lia, ·de 1a Rápita, de Lota. EI,ais le habia despedido con unacar-
eajadahomérica.


A. vista de aquella 'nuliclad fasttlosa, aote aquala exhibicion per-
lletaa,de una personalidad, aquella ost6ntacion fall'farrona de una
fuerza, una duracion, una aecesidad qu.e velaban una debilidad
inconcebible, todos los hombres políticos habian previsto la posibi-
lidªd lógica de una caida gravfsima y ruidosa.


O'Donnell'habia pregonado locamente y por todas partes que era
un hombre indispensable, Decesari'O, que los timites de su vida mi-
nisterial no estaban 'marcados, que en el estado de fraccionamiento
y de~ilidad á que las parcialidades pooIticashacian llegado, solo él
podía presidir los destinos de1 régimen constitucional en Espafta.
Pero en Jos desahogos de su vanidad insensata DO habia calcuJatfo
que la servil complacencia eonque habia acatado el sistema mode-
rado reinante á su advenimiento al poder, rehuyendo formularlas
soluciones politicas administrativas y económicas del partidoeuyo
nombre 'babia usurpado, y adoptando las creencias, ·Ios hábitos y
hasta los caprichos propios de los m"derados, debia dar sus natu-
rales frufos. Gastado aquel" hombre por la accion del tiempo, con-


, sumido por aquella exposicion continua y desdichada que una idea
no amparaba, el sistema moderado que no babia osado tocar, que
habia insensatamente respetado, reoolM'ando su amortiguada energia
le lanzaba del poder como un obstáculo y lo reclamaba exclusiva-


..


mente para si.
Las circunstancias eran gravisimas; la confosion y el caos foeron


el resuttado inmediato de aquella crisis yerdaderamente' grande,




'688 HISTORU DIL Rlll'UDO
trascendental, pavorosa. Porque no era la simple crisis de un go-
bierno que cae para ser inmediatamente reemplazado por otro: era
la crisis producida por la agonia, por la hedionda descomposicion
de los partidos que habian, dado en llamarse gubernarnenlale, y que
venian mostrando su impotencia absoluta para el gobierño de' la
patria.


111.


.Qué era pues lo que habia ocurrido desde la descomposieion del
anterior ministerio, desde la separacion de Posada?


LOs disidentes que habian ingerido en el ministerio nuevo á Pas·
toro Diaz pretendieron guiar la nave del estado, y la antigua mayo-
ria no quiso abdicar su derecho, se agrupó en torno del jefe yical-
.. arista, como para demostrar que aquello era un Campo de Guar-
dias ó un campo de Agramante donde 1010 podia tener puesto y ser
considerada respetable la victoriosa espada de Vicálvaro, las per-
sonalidades de los hombres de corazon O' Donnell y Serrano que al
fin y al cabo representaban la política de la época, la poHtiea aus-
triaca y borbónica amparada por Luis Napoleon en esa fórmula: E,-
talJleeimiento del órden en la República meJicana.


Vega Armijo, resto del gabinete Posada Berrera y 'hombre nue-
vo, ministro entonces de la Gobernacion, debia encontrar la verda-
dera fórmula para armonizar las apreciaciones y exigencias distin-
tas de los grupos unionistas, y no supo explicarse con bastante.
perfeccion para consegnirlo tratándose de la ley electoral.


La tempestad que bacia tantos dias venia condensándose sobre la
pálida frente del gobierno estalló por. fin eil rayos de muerte para él
y de vergüenzas para nuestra' patria; las nubes amontonadas sobre
su cabeza se habian descompuesto en un horrible aguacero, diluvio
político de escepticismo y corrupcion en que se anegaba e] sistema
representativo; en qne yacian, luchando eon las olas que se arre-
molinaban para abogarlas, la dignidad, ]a honra, la vida misma de
la patria, y sobre las cuales flotaba solo una arca, incora de sal-
vacion en la universal ruina. Esta arca única de salvacion en
el universal dilnvio' de principios, instituciones y sistemas, ]a
formaban los hombres dignos, consecuentes y honrados de todos
Jos partidos, que por lo mis me que no renegaban de sU:eredo poU-




DEL lI'LTIHO BORBON DE ESPA.ÑA. 689
tico, que no apostataban de sus doclrio'as ni eran capaces de entrar
la incalificables transacciones, no cabian en aquel gran mercado
poHtico que se )Jamaba Union liberal, sino que seguian peteando
oon entusiasmo patrio bajo las banderas. poUticas á cuya sombra
creian de buena fé hallar la dicha y ventura de la patria.


IV.


y resenados progresistas, reseUados demócratas, apóstatas del
moderantismo, renegados de todas las esferas y de todas las condi-
ciones se codeaban y se empujaban, parecian respetarse y hacfanse
guerra implacable los unos 'á Jos otros. Rios Rosas y Mon que ha-
bian visto ausentarse al plenipotenciario de Méjico para buscar en
la eaza de los montes de Toledo el reposo perdido ea las lIan~s de
Tierra Caliente, no podian fiar en el nuevo ministro de EstaW q,ue
habia dispuesto la expedicion á 'Veraoruz. Todo eran cábalas y;ab-
surdas recriminaciones, sin que nadie lograra entenderse.


Cuando Jas mistificaciones y ocultaciones de documentos del an-
terior ministro de Estado senor Caldéron Collantes, ¿se podia por
otra parte creer que lJegaria en tiempo alguno á darse por un minis-
tro espai'iol espectáculo mas triste, mas vergonzoso que el dado an·
te el congreso l)or ellénia: de los diplomáticos? Aun, aun era posible
mas; el marqués de la Vega de Armijo se encargó de borrar el non
plUl aUra que sobre las columnas de la dignidad polilica de un mi,~
ilistro habia grabado la oposicion general con la mano severa de
la moral pública.


Decia el rozagante marqués ministro de la GobernacioD en la se-
sion del día 19 de enero: -La concordia, mal que pesc>al senor
Olózaga, ~Itá realiJada.» Y el marqués mismísimo decia en la se-
sion del 6 de febrero: «El gobierno acepta el voto de la mayorfa;
la conciliacion no se ha realizado.»


El gobierno mismo eslaya corrido de verse tan pequeiio en todas
parles. Pastor Diaz no quiso sobrevivir UD solo instante á tamana
vergüenza, y presentó su dimision. '


Los disidentes quisieron explicarse, quisieron tambien babll'r al·
gunos individuos de la minoría; pero aquel desvencijado gobierno
les puso un candado.en la boca con el decreto de suspension. Los
restos puJrefactos del segundo gabinete O'Donnellno se atrevieron


TOHO W. 81




, , &tt B1I5TORI.A. . DIL llIIr.AD'
í arrostrar las iras de Rios Rosas y 'suspendieron las sesiones de
las, cámaras. El general Serrano fué el encargado de ~er en el
congreso el mal~adado decreto, y lo hizo de tal modo yen tales eír:"
ounstancias, que al parecer mas bien leía la s6lltene1a de muerte
dada contra -elgobietno por el gobierno mismo.


'Una espantosa silba; silba tan rara en el santuario de las leyes,
como raros son gobiernos por el estilo de los presididQs por el ge-
neral O' Donnel, brotando espontáneamente de las tribunas, aho-
gó las últimas palabras del general Serrano.


v.


Dé aqui cÓmo phrla'ba La lJiscusion la repugnaD'te escena en que
la U'fll! liheral se prese~taba6gonizand~ ¡ l&. ~ontemplac~on de las
~teppara solaz del mIsmo poder á qmen odIaba yservla:


.-jAbominacion de laüesolaeionl ¿Qué Ba'bilonia ni qué Pentápo-
lis? Bicocas y monadas alIado de la sesion de ayer .


• Preguntábamos si habría algo ... jdigor Pues hubo una friolera .
• El ministro de Estado fjntró con el decreto de suspension de se-


siones. Nadie lo sabia, sí se exceptúa todo Madrid y algunos pue-
bloi del contorno. Tambien era un secreto igualmente reservado
que el Sr. Pastor Dia)! habia hecho dimision del ministerio de Gra-
cia y Justicia,


.tos escaf1()s:estaban concurridísimos; lambien las tribunas to-
das, y los pasillos y los alrededores del Congreso.


»Leida el acta vra otes de que fuese aprobada, pidió el ministro la
palabra para dar el recado á la nacion;y el presidente por ser ami-
go se la concedió sin reparo. ¡Qué gran cosa es la franqueza!


.Primer tumulto. '
lit El señor Rivero pide que se vote el acta antes de que bable el


ministro: el serior Perez Zamora pide la palabra: otras muchas vo-
ces piden lo mismo; los de la mayoría, creyendo que pedían desti-
nos, exclaman: ¡Silencio! ¡órden[


.EI presidente cobra aliento y exclama á su vez: No hay paleJbra.
1 El verbo fué declarado difunto por 'disposicioD oficial!


»E( público eristíano se estremece de horror; en vista del albo-
rot¡). de la gritería y de que donde tanto sepalabreaba no habia
palabra, croyó leer «MaRe fllecel Pilares- en las lápidas que dicen




DEL ULTIMO BOllfON DE~IStAÑA. 6'tI
~Riego y Padilla,» y los maceros se le antojaban la guardia del-"rey
~ro. '


El sellor Peraz Zamora insiste; el sell~r Salazar y MaJafletlose-
euada; un coro\ cfisident~, rehlerza·. ",


-¡Que bable Perez Zamora!
.. lli sellor Pigueras, demócraM y por consig:uiénte partidarjo d~ II


anarquia, da una pufialada al ó,d~nrecl6mando delpresident6 que
se cumpla el reglamento., ' . :- , ..'


Por fin elselior Bailésteroscomo si.entregaS81 una plaza foirte
al~.tnemig&, OoncedeieJ uso de la palabra ar sefior Pepez laniora,
mpitmacjQD euyn único artfculo consiste en que este¡ diputado ba de
hablar sobre el acta.


€ilmanselas olas, recógense los vienios. como si la camp1Wftil1a
presidencial tuvies&Jw virtud que tuvo fa dal A,tonio bendltOo .


• Habla el seftottPereziZamora:-Ayer., ..
«El Prtsidente.-Eso no es el acta.
El diputado.-Ayer se nos aludió. .,;., .
El prelidente.-.Aludió. no es el acta .. ,'" ;':"
El diputado, el presidente, la derecha, la izquierda, el público


(todos á un' tiempo):
-SL-No.-Jamás.-Orden.-jA. seis mais naranjos!
El general Serrano iba haciendo serenidad para cuando le llegase


el turno de usar de la palabra.
11 apágarse una carcajada, volvió á reinar (eo!lStitueionalmente)


eJ .silenoio.
II presidente volvió tambien á brindar al sellor Peréz Zamora


con la palabra, si queria hablar del acta.
Otro esfuerzo del disidente, otra resistencia del sellor Balles-


teros ...
Gritos, reclamaciones: ultima ratio del presidente.
-fto hay palabra: vótese el aeta.
Cien voua.-Que sea nominal.
El pruitltnte cerrando lIJa ojol. -,Lo piden siete'


- Se levantan setenta diputados, y se vota el acta entre murmu-
llos, cabildeos, predicciones siniestras y'ruidos desusados. Con seis
reales de fuegos de bengala, el aspecto del salon habria sido épi-
camente terrorifieo.


Por último, pOlI numla P¡'mbus, es decir, el general Serrano se
leyanta con Marcial resolucion y cree dirigirse á la tribuna, pero 88
... amina equivocadamente á la presidencia.




6.1 B1ST.oRU DEL RIUUOO
-Caballero, es por acá.,
-En efecto.
Sube, lee ...
¿Qu,é repentino desarrollo de catarros, qué ~pidemia el.esa' Irrf-


tanse las membranas .mucosas; el sufragio universal hace nn.~BSayo
de toses recalcitrantes: el ¡ britapo tan bonesto como grosero' llama
gr~liidos ,á esas dedicatorias del público á los hombrespúbHcos.


Se han suspenditlo la sesiones de cortes.
La conciJiacion ha muetto~la UD ion es estéril.
EI·préstamo de las madrágoras entre Lia y Raquel ha sido inútil.
El ministro de la Gobernacion va á ver al presidente. ,Qué le irl


á decir?
-No oay barricadas ni pasa un alma por el Campo de Guar-


dias. EsJamos tran~uilos: Procure usted' aliviatse.
¿Necesitaba' sndar el presldente del Conse~f' Pues & estas ,lioras


ya debe estar bueno. ,'"
. Que no haya novedad .•


y La lJiscruion explicaba perfectamente la honda crisis.
\.


• i




CAPITULO XCV1.


'1 •


SUMARIO.


Caída del unionismo con su jete O'Donnell.


I.


Asi iba poco á poco consumándose la caida del vicalvarismo; asi
iba descomponiéndose )a agropacion, y -comenzaba 111 guerr-a intesti-
la con mas rudo emperIo, cuando tanto habia saérificado su orgullo
la gente ministerial, cuandotantaseodtesiones· muiuas se habiaa
hecho disidentes y gubernamentales.


Pastor 'Diaz habia abandonado o su 'pueSto, 'y BustiJIos no quiso
ponerse'al frenté de la marina, para evitar al nuevo ministerio el
dictádo de militar.


Habia dos carteras vacantes. Solueion: UlIoa, ministr() de tfari;.;.
na; Aurioles. ministro de Gracia '1 Justicia. Con estos dos nombra-
mientos eomenzaba el divertidisimtf sainete fin de fiesta de J" mal
Bamada Union liberal.


. ,Quién era el serIor Ulloa' Un antiguo demócratas redactor de El
f'nbUNO, despues de haber sida progresista, redactor de El Clamor
púlJliGo, y últimamente un resellado director de Ultramar.


JUlIoal ,Quién habia de h~ber dicho qu"éaquel que en 18i5 ha-




694 HISTORIA Da. RllJUDO
bia acogido en s~ periódico á Casfelar, 'vendria algunos aftos mas
tarde á presentarse en escena con el alto carácter 'de jefe de la ma-
rina? "Quién habia de sospechar que lo que sus articulos no habían
conseguido, que era derribar á O'Donnell, habia de realizarlo. UlIoa
asociándose á la politiea de ese general? Por vi$onari.o hubiese pa-
sado sin duda el que se creJera autorizado pMill definir lo porvenir.


La Junta consultiva de la armada, compuesta de tres jefes de es-
cuadra y dos brigadiere,s,. se pre~ent.ó al ministro de Marina, como
es costumbre sie~pre que se nombra nuevo Jefe del ramo. La Jun-
ta, segun parece, notuvo para el sellor Ulloa sino una inclin8cion
de cabeza, en senal de que lo reconocia y Ja acataba como jefe;
pero ni una sola palabra de felicllaeion salió de Jos labios de ningu-
no de los individuos. ~


El senor Ulloa arengó á los individuos'de la. Junta, y sus pala-
bras fueron acogidas con el silencio de subordinados, pero sin de-
mostracion alguna de asentimiento. Otra inclin8cion de cabeza al
despedirme, y esto fué todo I05{ue, ~izo la Junta con el senor UlIoa.


Despues de la recepcion, el general Halcon, vicepresidente de la
Junta, dímitió su Q8rgo, y todo~ los d~.má$jn~vi~QQs anunciaron sus
dimisiones.


11 •


. CODle~aba ~f()tl't IlQeV4i fase> de la 4l'isis, fase que debia tene}'>
r6$ultados. grana para ellJ6o~.l,. y, de bastante importancia paN¡
el pais. La marina comenzaba entoaeesbJl&\.evolueion-, hacia BOJ
entrada en el movimiento polftico,. por \lD aclo .Je ÍIlsub$:relUlaQÍOni
'l~~ tenia tpdos los cara,cléres de atll(jue á la regia pl!eros,tiva; era,
digámoslo a&i, UD· pr-ospeo19 4e lo que mas tarde habia de verificall.,
La marina se hallaba en plena insurreccion, y si bien el nombra,
miepto de UHoa era, COglO todos los lombramieotos, efecto.de Una
combioacion polílica,. anll3s qu~,dispuesto para llevar á la marin1\l
etyjg~ y; las. reformas 'q. necesita_, Pu.ede decmse qUI3 aquellll!
revolucion maritima venia á oonsignar un prilMipio: el d.,.eáoo, del
]a:fll~rza. PorCfu,t,~Jltamente' ,las dlmisiooQs' pres~ntadas sim-
l'Q'~ ~lrb1.'%ve;okUdlUC~as,'Jiel ministro, á "esir de ballarS& ioh
erustado en la eor@a; 8oll101dijo felillBenee ooa muehograc&ja·,.
mi_nistro; preside~te, s~ vió combatido por .na mano ocvlta, ~in.-·




DEL UtTIlf910BJOlf IXI lSuRL 191.1
ner servidor alguno, ,sin hallar quien secundase en el departamento
nian los departamentos sus órdenes y sus planes.


Paso á paso, dia por dia, todas las eminencias de la nacion fue-
ron presentando dimisiones, siaque les detuvieran las persecuciones
d" que fneron objeto. .
~Bnto~ces se presentó una -soJucion que parecia tener por único


própÓsito salv'U' las aparieoeias y seguir adelante, que era lo -im-
portantfsimo y eserrcial para O'DonDeU y sus amigos; entonces se
iDJtentó rehaeer la 'máqtlinagubeIlnamentaI éambiando la arquitec-
tMa, suprimiendo el 'ministerio de Marina, sometiendo la armada al
ministerio de ]a Guerra, y creando Ja secretaria, de Ultramar. Ese
expediente, con todo, DO hubiera salvado la sUuacioD, y hubo de
rellunCNlrse á él.


111.


Si la repugnancia á set mandatlos por un hombre civil guiaba sus
próposítos, á nuestro juicio los marinos faltaban por inconsecuencia,
que es Ja falta menos disculpable en materias politicas. Y no dire-
mos tan solo que su inconsecuencia trascendia á las personas alu·
didas, porque en otras ocasiones hubieran servido ó no, sin mur-
murar á las órdenes de hombres ajenos á la carrera, como POD1.0a,
OlivutMolins y otros, sino que lambien envo)via un cargo gene-
ral á to\los los marinos de su propia claso, que sin objecion alguna
venian tolerando desde tiempo inmemoriat iguafes sucesos. En. su-
ma. era mostrar una mezquioapasion individual de simpatfa, 31H
donde la persona debe 'oscurecerse para 80]0 dar lugar al b~en de la
patflia. _.


rAdemás, los :mariooros, obrandtJ como decimos, á consecuencia
de -00 sentimiento individual y no muy justificable, se acrerlitahan
en nombra de la institueion que representaban de ingratos bácia la
clase civil, á Ja cual sin disputa debe la nacion esparlola de ayer,
de hoy y de .pasados siglos los adelantos y perfeMion que alcanzó y
ostenta ahora. .


¡Pero si, como se dejaba entrever por algunas palabras escapadas
á la ventura, por frases sueltas,por rumores habia otra causa la-
tente, oculta que el público no conocía, aunque la presumía cm\
mas Ó menos acierto; causa, se dijo, expuesta con mueha fra.nqup,




G96 HISTOB1A DILUIl'(A,DO
za por alguno de los dimisionarios y en momento solemne y grave,
la opinion pública debía reservar su juicio sin increpar á los mari-
nos, lamentando fuer.temente que en e&to, eomo en todo lo que ata-
tie á partidos doetrinarios, existan dos forma! de vida politica, co-
nocida la una, oculta la otra.


Por otro lado los cargos que representaban los dimisionariosnun-
ca podrian prestarse á la aplicacion directa ni indirecta de las orde-
nanzas militares, cuyo principio esencial lo constituye la obediencia,
pero absoluta, pasiva, jesuftica hablando con propiedad, obediencia
que arguye la abdicacion eterna de la voluntad y la sumision in-
condicional del propio pensamiento.


Tambien el general Duslillos habia presentado su dimision, y sin
otro requisito que la fórmula ordinaria le lué admitida. ¿Que ex-
plicacion dieron los órganos ministeriales sobre tan varia condueta
del gobierDo~ D-,cia La Corre'pondencia expliC8ndQ y aun motivan-
do la conducta ministerial: .EI general Dustillos, es senador, es
hombre político, y por eso su dimision no tiene el carácter que la de
los jefes de la armada que componian la Junta consultiva.»


"


IV.


Ex~usa por demás vana y ridicula era la del diario ministerial.
Aquello era decir que solo Jos senadores y diputados son hombres
poHtieos: que la vida politica solo alcanza á ,determinadas per-
sonas y no puede ni dehe interesar á todos y cada uno de los
ciudadanos. Circulo de hierro infranqueable donde los partidos
m~di~s se agitan y viven alimentándose de negociaciones y ar-
tificios que al fin y al cabo los envuelven y aniquilan. Niegan
á la mayor parte de los ciudadanos la vida polftica, arraBcan de
su personalidad el elemento innato de soberanía que la distingue,
para concurrir directamente á la vida pública, participar de sus
funciones é impulsarla con el curso de su peculiar fuerza, y luego
pretenden, sin embargo, cierta concurrencia de ciertos individuos
obligándolos á s~rvir á sus órdenes, pero privándolos al propio tiem-
po de manifestar su discordancia en el terreno de los prin~ipios ó de
las ideas que cada UDO representa. Error capital, fuente de inumera-
bIes conflictos, ya que no IQ califiquemos de otro modo. Solo cuando
el derecho mas expansivo y mas general á participar de la vida pú-




DEL nLTIMO BORBON DÉ BSPARA. 6"
blica como funcionario y soberano además, sea un hecho real sin
]iwitacion, pudiera en nombre del bien pública, entonces tan estre-
chamente ligado al individual como que forman un todo indivisible,
acusarse á aqueHos ciudadanos que sin excusa legitima retirasen su
necesario concurso á la vida pública, constituyéndose, por decirlo
8si, al abrigo de un derecho mal definido; para contrariar un de-
ber acaso mas importante.


Otra circuDstancia mediaba, y por cierto digna de afencion. Los
individuos de la Junta consultiva estaban mas fuera de la ordenanza
por la naturaleza de sn cargo administrativo, que un capitan general
de departamento cuyas funciones son mas que todo militares. J sin
embargo, entre el dimisionario Sr. BustilJos y los dimisionarios de
la Junta, se establecia UDR diferencia de gran monta, cuanto lo es la
que me dia de una simple dimision admitida, á una relevacion acom-
paliada de destierro.


v.


. La prensa ministerial y el gobierno hablaban de confabulacion,
'de ataque á la prerogativa indispensable del jefe del Estado para
designar libremente sus ministros. En su consecuencia aquella cla-
maba á todos vientos, y este consultaba al tribunal supremo de
Guerra y Marina. '


¡,Pretendia el gobierno aplicar las ordenanzas militares á J08 dimi-
sionarios? 6QI1eria juzgarIos~ aunque como militares, con sujecion á
la ley comuD~ Esto es Jo que los órganos ministeriales no se cuida-
ron de explicar ni dilucidar, ya que tan alarmantes proporciones
habian dado al asunto. '


Como quiera que sea, el tribunal supremo de Guerra y Marina tra·
tó detenidamente la cuestion dejos dimisionarios, para emitir el
dictámen que le pedia el senor UlIoa, deseoso de hallar en tan repu-
table carpnracion el apl)yoque le negaba el pais.


El fiscal militar opinaba que las dimisiones presentadas por los
jefes de marina no constituian por si solas nn acto' de que debieran
entender los tribunales, y que si el gobierno tenia datos para creer
que las dimisiones ocultaban algun hecho punible con arreglo á or-
denaDza., entonces podria mandar formarles causa.


!l fiscal togado sostenía que los dimisionarios eran justiciables
por el solo hecho de haber dimitido.
T~ iD, 8S




698 o , HISTORIA DEL REINADO
El tribunal acordó despachar la consulta del ministro de Mari-


na de conformidad con el dictámen d01 fiscal militar, es decir, de-
clarando que los dimisionarios habían estado en su derecho.


Asi aparecia uno tras de otro obstáculo sobre obstáculo en ]a
marcha del ministerio; así iba aislándose mas y mas el grupo que
regia los 'destinos del país, y ese grupo como las oposiciones lega-
les é ilegales, como las camarillas, contribuian al descrédito y á la
ruma de la monarqufa presentando en relieve los vicios, las ini-
quidades de Palacio, y acusándose mutuamente Francisco é Isabel,
se presentaban retratados fielmente en sus actos,. en sus frases y en
sus pensamientos.


VI.


Tanteó el ministerio. entre otros medios, el de la disolucion de
las cortes, pero á nada conducia, pues no en causas externas, sino
en su propia debilidad, en su desprf'stigio radicaba la crisis mortal
que le hundia en el fango de sus propios errores.


"Cómo apelar al pais cuando contaba con mayoria numérica y
podía verse despedido de un momento á otro por la veleidad de al-
gun amorolio personaje de la corte, por aIgun Arana ó Puigmoltó
Ú Obregon, por algun ~Iazo ó Losada, que por cuestion de cruces
otorgadas por el rey y negadas por la reina, exhibiera sus servicios
y descorriese el velo que ocultaba á la monja de las llagas, gran
sultana del harem regio, gran confidenta de los amores y liviaoda-
de la corte~


Era imposible la salida en aquel intrincado laberinto. La Union
liberal habia llegado á apurar todos sus recur.sos, y prolon-
gllndo unos dias mas su domioacion habia degradado el poder hasta
tal suerte, que el sistema constitucional y el régimen parlamentario
salían completamente desaulorizado~ en aquella campana.


La corrupcion electoral, las ficciones y los abusos se habian
puesto al alea nce de todos, y ninguno de los partidos medios' podia
seguir explotando como hasta entonces la mina del poder.


No ganaba eiertamen te con ello la monarquia, < porque Isabel re-
flejaba bas'tantlr bien, como Cristina, las liviandades de Maria tui-
sa, y no era posibJ.e olvidar lo que aconteciese á principios de siglo,
lo que en la familia de Borbon era hábito inveterado, lo que las fa-
milias regías creen siempre una necesidad de 8U existencia.




CAPITULO XCVII·


SUMARIO.


Reflexiones sobre la cftida de la Union liberal.-Don Manuel de la Concha y Narvaez ...
-Critica y enmaraíiada situacion.-Gabinete Miraflores.-Ojeada retrospectiva
sobre la política servil de la mal llamada Union liberal.


J.


J ..a Union liberal estaba en tierra; durante dos meses se bailaba
como cuerpo agonizante, expuesta sin embargo á la putrefaccíon,
con t6dos los signos cadavéricos, desconocida para todos y por to-
dos negada como temiendo mancbarse al impuro contacto de tanta
corrupcioa.


La marina en cuyo obsequio habia gastado muchos millones, ha-
bia, por agradecimiento sin duda, dado á su bienhechor el golpe de
gracia, y las camarilJas de Palacio, lisonjeando los sentimientos de
la calamidad borbónica, si sentimientos podia llamarse á lo que
realmente eran resentimientos, habia presentado en puerta, habia
llevade á las gradas de aquel poder inviolable é irresponsable á la
reaccion estúpida de Jos monaguillos disfrazados de arraslrasa-
bies.


Pareció que 'en cierto día el bombre elegido para formar el nne·-
vo ministerio era -don Manuel de la Concha. Este sellor se habia




'100 HISTORIA DEL REINADO
distinguido siempre por ser como el oráculo de la sÍfuacion vical-
varista, de la misma situacion que acababa de hundirse con tan gran-
de estrépito. Su ambicion estaba satisfecha con ejercer una especie
de ministerio irresponsable.


Sentado en la primera silla de la alta cámara como en su trono,
circuido de esa corte que tenian entonces todos los poderosos, ha-
lagado por los ministros y bien hallado con que sus aduladores creo
yer~n entrever en él un gran hombre de gobierno, el general Con-
cha era para unos cantidad de gran valor, para otros negativo
cero, para todos un enigma.


En medio de las corrientes d'e la opinion pública, en el oleaje de
esa marea de becbos y de ideas que ora asciende á nuestros hom-
bres al cielo, ora los precipita e:l los abismos, se habia mantenido
inmóvil sin tener poder en apariencia y teniendo en realidad todo
el que podia abarcar su voluntad y su inteligencia.


Pareclase algo en esto á Sila. El dictador romano descargó de sus
hombros el peso del gobierno y se retiró de la dictadura. Pero des-
de su retiro mandó mas que cuando ejercia el supremo poder. Con-
cha, organizó el ministerio O'Donnell; Concha dictó el párrafo que
en el último discurso d~ .la corona se consagraba á la cuestion de
Méjico. Concha, en la última crisis ministerial, influyó en el nom-
bramiento de los ministros, arregló todo el desarreglo que por es-
pacio de dos meses habia traido á la Union liberal á trance de muer-
te. Por eso la opinion pública, con esas felicfsimas expresiones que
suelen ser inmortales como los romances anónimos, le designaba
con un titulo que á un mismo tiempo describia su irresponsabilidad
y su alta é incontrastable influencia; llamábasele el rey de las
afueras.


Si el general Concha subia al ministerio, su posieion cambiaba
completamente. Desaparecía aquella nube misteriosa que le envol-
via, se desvanecía su irre'sponsabilidad, y tomaba sobre sus hom-
bros la cruz del poder bajo cuyo inmenso peso habian caido SiD
fuerza y sin aliento tantos repúblicos. Proyectista por naturaleza;
de esa raza de hombres que toman la. inquietud por trabajo y la
extravagancia por originalidad, y la reunion de plagios por un pen-
samiento propio, babia inventado un nuevo medio de gobierno co-
mo habia inventado una n neva táctica. Creia posible coordinar las
voluntades discordes, reunir 108 inteligencias doctrinarias que desde
1818 rodaban como aves dispersas por una perdigonada, realizar




DEL "OLTlMO BORBüN DE ESPAÑA. 701
y cumplir leyes utópicas, amasadas allá en sus noches de insomnio,
y hacer de esta suerte con sinceridad, con buena fe, el bien del pais '
que le confiaba su suerte.


11.


Madrid, el sensato y liberal Madrid presenció durante dos días
de ansiedad increible la posibilidad de que sobreviniese un gabinete
Narvaez. Como á la aparicion en el horizonte de uno de aquellos
cometas de roja y sangrienta cabellera, que sumian á los antiguos
pueblos en mil tristísimos presagios el ánimo de la gen!e, de todas
las gentes, de las populares, de las da negocios, de lus literarias,
de aquellas sobre todo consagra~as al servicio de la libertad y de
la dignidad de la patria, el ánimo de las gentes entre afligido é ir-
ritado, se interrogaba tambienpor qué especie de SiDO maldito nues-
tro pais habia de estar todavia amagado de caer á cada oscilacio!l
del poder bajo las garras de un general Narvaez.


Hombre anciano ya y ddsprovisto sin embargo de aquellos pres-
tigios tan vulgares y naturales que la ancianidad infunde, hom·
bre indocto, de talento mediócre, áspero de condicion, de historia
política antigua y tristisima, ligada como fatalmente á todo linaje
do escándalos y excesos que en la gobernacion del pais se habian
cometido; eapitan general con no haber mandado una batalla.; pre-
tendido hombre de órden, constitucional y autor de bárbaras dicta-
duras y ridículas restauraciones absolutistas; hombre de Esta~o y
operador de empréstitos ruinosos, de contratos mas ruinosos; hom·
bre, en fin, grabado en la conciencia del país por sus violencias y
errores de todo género como un surco negro y sangriento, ¿por qué
especie de odiosa impertinencia, no bien vacilaba un ministerio,
aparecía apto y presto á reemplazarlo? Qué clase de corriente tan
misteriosa y sutil era la que arrancándole de Loja ó de Paris, las
Salónicas donde divertia sus ocios políticos aquel pequeno Diocle-
ciano, lo traia disparado como una flecha, y hasta tal punto opor-
tuno que solo como por milagro nos librábamos de su repugnante
domínaeion? ¿Qué mayoría parlamentaria lo imponia? ¿Qué dote tan
singular y preciosa lo hacia necesario? ,Qué opinion lo aclamaba?
¿Qué nuevos elementos de prosperidad y de vida podia traer para el
pais'




70! HISTORIA DE REHIlADO


111.


Era imposible de todo punto imposible que el pais aceptase de buen
grado un estado de cosas semejante, Una situacion incierta, tímida,
oscura, mal definida, al cabo de la cual era posible y lógico ver la
polilica del general Narvaez; una situacion Je tal índole era un'a
interinidad de seguro la mas miserable, pero la mas desastrosa tamo
bien que pudiera imaginarse. No, no. Ese nombre del general Con·
cha, esperanza para muchos de una prolongacioQ indefinida -de In
existente, no podia fascinar ni detener á. nadie. Tras de él no babia
mas que una situaoion indefinida mas ó menos larga, pero débil,
timida, equivoca, con ,toda seguridad, al cabo de la cual,surgia
de nuevo Narvaez. De suerte que aspirando á la libertad no se co-
lumbraba mas que la reaccion desembozada mas ómenos cercana.


Viviamos bajo' una situacion de ordinario mansa, suave, pero
obstinada y profundamente reaccionaria. Ella obedecia á su natu-
raleza; y no bien le era posible moverse con alguna holgura, 'bus-
caba rá.pidamente su vieja y detestable personificacioD .. el general
Narvaez, viniendo de esta suerte la libertad á vivir por pura con-
cesioo y tolerancia.


IV,


No por esto se despejaba mas la situacion. A.rmero, Mon, Posada
Herrera, Cánovas, his entidades todas pareclan so~re el circo de la
política, y ni mayoria ni oposiciones podían entenderse. Hablábase
de la reconstitucion del partido moderado, de la reorganizacion del
partido progresista, y Olózaga habia .presentado al general Prim
como nuevo campeon que orlado con los laureles de A.fríea y algun
tanto afamado por su reciente actitud en Méjico, parecía digno re-
presentante del principio liberal.


En el afio anteri:>r el partido moderado activo, los Castros, Llo-
rentes y GOQzalez Bravo, gente dispuesta para un fregado como
para un barrido, conspiraban decididamente y prestaban su dinero
y sus influeoeias á algooos agentes revolucionarios como Morio ...
nes, Lagunero y otros, formando monstruosa alianza con Rivero, que




DEL ÚLTiMO BORBON DE ESPAÑA.. "108
se desconcertó por euestion de algunos miles de duros que se mal-
gastaron en viajes y otras zarandajas sin otro resultado positivo.


Este dato que podia hacer llegar mas fácilmente á una explica-
cion satisfactoria de lo odiada que era la Union liberal, indica tam-
bien que era dificil un gabinete reaccionario; y en efecto, apenas
se anunció la llegada de Narvaez en los momentos de crisis, la opi .
Gion pública. quedó conmovida, y siempre que 80naba el fatídico.
nombre, la multitud se agolpaba á las calles, y las genies insensa~
tas que pretcndian resucitar la funesta dominacion neo-católica, se
convencían de su impotencia ante las manifestaciones de la opioion
pública.


Huno un instante. en que citado para jurar se presentó el hom-
bre funesto de Loja con sus companeros en la cámara régia, yalar-
mad.a Isabel ante las manifestaciones de la poblacion de Madrid
hubo de retroceder despidiendo á aquel improvisado ministro.


Tambien en Barcelona }' en otros puntos hubo grandes reuniones
populare's que aunque silenciosas mostraban su abierta hostilidad á
Jos planes de la reacciono


Lo gracioso era por otra parte qu~ tratándose de sustituir á aqur -
lIa situacion que se,lIamaba liberal, todas las otras situaciones, todos
los otros gabinetes, que pasaron por las regiones gubernamentalf~s
coma misteriosos relámpagos, pretendían ser muy liberales, preten-
dian inaugurar una época en que el derecho y la justicia serian
respetados.


Por fin y postre, despues de muchas evoluciones, dudas y so-
bresaltos, quedó constituido el gabinete que presidia el marqués de
Miraflores, y que por tanto debia {ener, constitucionalmente hablan-
do, la siguificacion política del célebre insaculador. . ,


v.


La Union servil habia dado de si todo lo que podia dar: sueldos
partL los resellados y para los que no lo eran; ¡[¡fiuencia al ~Iero
foera de la iglesia, y millones para restaurar templos y palacios de
obispos cuando no los habia para escuelas; miles de millones para
cal10Des y cuarteles; n_uevos impuestos y alcaldes corregidores; un
nuevo cementerio para la juventud ~spaftola en Santo Domingo.
Babia conservado las leyes nocedalescas, que es como.si dijéramos




'10' HISTORIA DEL RIINADO
ealomardinas. Juzgó arbitrariamente á los sublevados de Loja y
no tuvo piedad de los protestantes andaluces.


Fué la Union liberal á Marruecos para sacar algunos millones t
titulos, entorchados y grandezas de Espaba, dejándose por allá seis
mil espanoles enterrados y sin enterrar, y mas millones que trajo.


Fué á Méjico dejando por allá mas de mil muertos y desertores,
y su expedicion sirvió para atraerse el ridiculo y cien complic:acio-
nes que pusieron de relieve su completa falta de plan, de ideas, de
tacto y hasta df1 dignidad.


Hizo con Roma un tratado ventajosisimo ... para el papa. Un
Concordato por el cual dió el espiritu del siglo y sus manifestacio-
nes en Espa!ia en cambio de hacerse su corredor, venderle los bie-
nes que no quiera guardar é imponer al pueblo el pago en renta
perpetua.


Mandó á Conchinchina los soldados espanoles para servir á los
franceses.


Pagó á Napoleon m cien millones por el despotismo que nos re~
galó en 18!3 el duque de Angulema. .


Quiso destruir los partidos atrayéndose sus hombres mas nota-
bles,y les bizo un servicio librándolos de su escoria, que pagó á'
peso de oro, ó llevándose hombres de quienes ya no quedaba mas
que el nombre, obteniendo por resultado una carga pe8ada; pero
decia que el pais prosperaba bajo la férula y tenia razon, solo que
progr~saba contra ~lIa y á pesar suyo.


VI.


Empeftóse en resolver un problema imposible: la conciliacion del
neo-catolicismo, con todas sus consecuencias funestas ó ridiculas,
que se imponian á los ministros desde esferas mas elevadas que sus
poltronas, con el sistema constitucional. Dar cierta libertad al bom·
bre encadenando su pensamiento, tal era el dilema de que Ja UnÍon
liberal !lO podia salir; ¡,y cómo habia de salir si era un absurdo?


Asi es que la Union liberal no logró,en definitiva IDas que ser la
continuadora de la politica de sacristía y locutorio inaugurada por
Nocedal, á pesar de todas sus espuelas, espolones y espolines de
sus espadas, espadones y espadines, y de una docena de bravos eo-
razones.




DIL ÚLTIMO BORB(1tN DIISUÑA. 705
.


La Uníon liberal Bosteniel!do para el uso del ex-rey de Nápoles
un patio de lágimas á costa del pueblo espatiol, y no queriendo re-
conocer la unidad italiaBa, bizo mas de lo que hubiera hecho un mi-
nisterio compuesto del padre Claret y de sor Patro~inio.


La razon de la larga vida del ministerio O'Donnell está precisa-
mente en haber seguido una politica contraria á la que de él "espe-
raba el país, con la cual satisfacia al neo-catolicismo, mientras que
los partidos medios, en cuyo nombre habia sñbido al poder, vivian
esperando el cumplimiento de sus promesas. Narvaez y ~ouedal,
siguiendo exactamente la misma política, hubieran provocado la re-
volucíon inevitablemente. . ,


Asf puede asegurarse que O'Donnell y sus paníaguados sirvieron
admirablemente á los intereses de la reaccíon neo-católica con me-
}ores resultados para esta, si no COD mejor voluntad, de lo que po-
dían haberlo hecho Pezuela y Bravo Murillo. Y lo mas cómico de
aquella situacion era que los intereses que habia servido no le agra-'
decían los malos ratos que le costaba y la pérdida de sus fuerzas en
una Jucha tan íncru!ante como estéril, que concluyó por convertirJa
en un cadáver. .


Oe esía manera, el vado (ormado en torno del ,náúpensa6(q fué
aumentando cada dia, basta que fué preciso buscar algnn otro que
viniera con fingida careta de liberalismo' á continuar la politica'de la
Union servil.


'lOMO HI.




· CAPITULO XCYlIL


SUMARIO.


~ri!!is del ministerio Miraflores-Concha.-Aspiraciones é intrigas de Narvaez '"! O'Don-
nell.-Trabajos progresista!!.-Folleto de Mirafloras. -Contentamiento público.-
Conspiraciones palaciegas.


l.


El ministerio Miraflores, heterogéneo y compuesto de notabili-
dades, era un verdadero puente á rlisposicion de todos los pasajeros,
vinieran de donde 'inieran, cualquiera que fuese la procedencia.


Miratlores representaba por si solo todas las evoluciones posibles;
eoncha no tenia mas antecedentes que el ataque dado á Palacio el
, de octubre y su oscuridad en Jos momentos de peligro, de lucha
activa hasta la sublevacion del Campo de Guardias.


y con todo esto el ministerio Mirallores~Concha se hallaba en cri-
sis parcial á los tres días de su advenimiento.


Don José de la Concha, en su calidad de general, se creia desai-
rado viéndose presidido por el marqués de Miraflores, y aspiraba á
suplantarle, creando una ,situacion hijuela de la Union que hiciese la
guerra á la Uníon anterior. -


Los directores de este proyecto eran los hermanos Concha que
de resultas de la crisis habian roto casi por completo COIl OIDonnelJ,
,ayudados de Cánovas, que con muy buenas dotes para el caso se




DEL ULTIMO BORRON DE ESPAÑA. '107
empeftaba en hacer respecto á O'Donnell el mismo papel que hizo
Sartorius respecto á Narvaez.


Este conciliábulo trabajaba por su cuenta y contra las maniobra.
de los unionistas antiguos, de quien nada se prometia ya, y tenia
esperanzas de enviar á descaesar á Miraflores, á Vaamonde y á Mo-
nares que no )e inspiraban confianza. Dicho se está que Cánovas se
prometia tomar un ministerio en este asalto.


No hay para que decir que lo(unionistas de O'Donnell corres-
pondian á los unionistas de Concha con un tiroteo de pullas y mur-
muraciones no todas tolerables; esta lucha á alfilerazos no se con-
vertia en guerra declarada por sus razones: porque los unionistas
do Concha, cl;1Yo número era escasisimo, comprendian :que debian
guardar por el momento consideraciones á los unionistas de O'Don-
nell, seguros de que una vez apoderados de la situacion, O'Donnell,
se quedaria solo ó poco menos y Concha tendría á su lado á los mur-
muradores: porque los unionistas de O'Donnell á su vez, si bien te-
nian interés en que Concha no lograra su objeto, habian recibido
órdenes de ser benévolos con el ministerio Miraflores, mientras se
respetara su posicion en las oficinas, mientras ~Miraflores fuera un
obstáculo á Concha y á Narvaez y se contentara con el papel de
puente por donde pudiera pasar don Leopoldo á un nuevo periodo
de mando. Esta guerra intestina en el ministerio era causa du qU8
no S6 acordara nada.


11.


El dia que Vaamonde recibió á los empleados en su departamento
empezó por declarar con franq'ueza, que el ministerio reconocia la
existencia de la Union liberal, que era decididamente eomervador,
y que por parte del que hablaba si no habia admitido hasta enton-
ces dimision alguna, despues de aquella d,elaracion, estaba dis-
puesto á admitir la de los que no la aceptaran.


O' Donnell maniobraba para volver al poder, no importa con qué
pretexto, si coa el de conservador ó de unionista, mientras Narvaez
maniobraba segun parece para alcanzarle, ofreciendo realizar elli-
beralismo de que O'Donnell no se habia acordado mas que al subir
al ministerio y al dejarle.


UDa tregua entre dos poderosas influencias que á todo .~ranee y




108 BISTORIA DEL RIINADO
por todos los medios aspiraban al poder habia producido este hete-
rogéneo engendro. Resellados conservadores y unionistas habianse
agrupado para sostener una lucha que amenazaba ser terrible; pero
eran impotentes para evitarla.


Narvaez y O'Donnell se agitaban visiblemente tras la situacion.
Ambos .taban caidos, y uno y otro abrigaban la esperanza de le-
nntarse.


Entre tanto el partido progresista trabajaba por. su reorganiza-
don, volviendo á su antigua comunion poJitica los hombres que
habian despertado del sueno ó letargo que les retenia en el lecho
de Procusto de la UnÍon. Parecía acordado no variar en nada el cre-
do politico del progresismo.


Por lo demás habia sucedido á una larga y laboriosa crisis un
momento de calma, que dejando las cosas como estaban, en nada
mejoraba la situacion, corriendo mucho peligro de empeorarla. Y
en cuanto al presidente del Consejo, ¿cómo podriamos explicar su
actitud reciente con la posicion y actitud que tomaba al encargarse
del ministerio~


111.


Un mes antes babia pubJicado un folleto, y en su prólogo se leia
10 siguiente:


.Lo que la experiencia tiene demostrado es, que en los paises
re¡idos constitucionalmente, los hombres por si solos, valgan lo que
quieran, son insuficientes srno pueden apoyarse en un partido po-
lítico, organizado, poderoso y con un credo poUtico y una bandera
determinada.. .


Ahora bien, ¿dónde estaban los partidos? El marqués explicaba
de este modo su opioioD: «Es preciso no hacerse ilusiones; en Es-
pana todo gobierno hoy tiene que optar precisamente entre seguir
la linea trazada de antemano por uno de los dos grandes .partidos,
progresista ó conservador, es decir, tiene que apoyarse en uno ú
otro, tiene en .fin necesariamente que hacerse irremediablemente
oonservador ó progresista .•


j PrWN por tanto, el marqués de Miraflores condenaba la Union
liberal, la excluia irremediablemente, para usar sus mismas frases,
de la vida politica, tanto gue al finalizar su introduecion decia:




DIL ULTIUlO BOBBON DB BSPAÑA. 709
«Tampoco me ha podido ser dado considerar á la llamada Union


liberal, como uno de los partidos politicos del siglo XIX; para ler
partido se Decesitao condiciones que no tuvo nunca.»


Veamos abora cómo se expresaba en la página 176 y si¡uieDtes
'fie) folleto: -


«Circunscrito, pues, á reseriar simplemente los partidos y su in-
flujo en los sucesos poHticos en cada época, á decir verdad 00 al-
canza mi pobre inteligencia á hallar elementos de partido en la ac-
tual situacion poUtica denominada Union liberal: yo no puedo con-
cebir la existencia de un partido politico sino como el resultado del
agrupamiento de mas ó menos individuoi al rededor de ,una idea,
de un pensamiento ó de una doctrina fija, determinada y concreta;
pero esa dia, pensamiento ó interés, bajo el cual se forme un par-
tido, ha de ser homogénea, y conforme á las opiniones de los a6-
liados: si entre estos hay desarmonia ó desacuerdo no puede for-
marse partido; la escicion misma le mata: tal debia suceder un po-
co antes 6 despues á la Union liberal.


lOEI pensamiento, por bueno' que sea, por grande la buena fe que
proceda al intento de unir principios desacordes, no puede pasar de
una utopia; que para que de simple teoria pudiera pasar á ser una
verdad práctica, era indis pensable que de una ó de otr~ manera se
abandonasen respectivamente las opiniones individuales, que por lo
comun suelen ser esencialmente contradictorias entre si; sin esto es
imposible amalgamarse con completa sinceridad.lO


y juzgando despues el pensamiento de la Union liberal anadia:
«La dificultad consistia en hacerlo práctico f y no lo fué porque era
semi-imposible que lo fuese. Dificil, grandemente dificil, era semi-
imposible pudiese ser esto dado á una reuníon de hombres de his-
toria politica desconforme. de deseos y aspiraciones diversas cuando


-no encontradas y aun ~caso inconciliables. Lo resiste la razoo, lo
impide la condicion humana.»


IV.


Pues bieo, despues de todo esto la Union liberal caia sembrando
por doquiera la perturbacion, no porque el pais temiese verla sus-
tituida por otra situacion mas angustiosa y faUdica, sino porque IUS
agentes, clamoreando al perder el punto de vista satisfactorio de .




710 HISTORIA DEL RJUNlDO
que gozaban en las regiones oficiales,hacian aparecer en peligro
todas las instituciones con la caida de sus patronos. Donde no habia
sino indiferentismo Ó .alegria, creian descubrir muestras de senti-
miento y agitaeion profunda.


Porque si en Barcelonas como hemos indicado, se hicieron ver-
daderas manifestaciones populares, annque no se diera pretexto
para snponer que eran favorables al general' O'Donnell, cuando
podo sospecharse que los de Vicálvaro podian atribuir y dar colo-
rido á estas manifestaciones para levantarse de nuevo imponiendo
á Isabel, la multitud se dispersó, dejando en el olvido que merecían
las complacencias de 108 hombres de eorazon y los criminales in-
tentos de las camarillas borbónicas.


I que se conspiraba en Palacio por llevar mas allá la restaurll-
CiOD1 creyendo acaso momento oportuno para arrojar la careta el
desprestigio del nunca bhm ponderado don Leopoldo, yen la disolu-
cion de los partidos que se hallaban en aquel momento ante una
crisis gravfsima, sin lazo, sin personal, sin soluciones, era eviden-
te é indiscutible.


La Correspondencia lo habia revelado perfectamente en estas Ji-
neas, que publicaba dos dias antes de la caida del ministerio.


«Se ha dicho, en fin, que el ministerio O'Donnell debe caer de
un momento á otro porque su majestad 88 negará á firmar el de-
creto de disolucion, y el decreto de disolucion aparecerá pasado
maliana en la Gacela .•


v.


y lo que apareció en ese dia con general asombro de los monár-
quicos, de los serviles y complacientes defensores del borhonismo,
con escándolo de los partidos mal llamados constitucionales, pero
aparente escándalo, lué la noticia de la caida del ministerio, cuyos
últimos momentos explicaba así La Correspondencia:


ex! las seis de la tarde se ha extendido por todos los circulos de
la capital que presentado esta tarde el decreto de disolucion de las
cortes á la firma de S. M. la Reina, el decreto no ha sido firmado,
y que de resultas de este aplazamiento estamos en una semi -crisis
ministeriaJ.


»Un articulo publicado hoy por La E'pafía en qne se decia que




DEL ULTIMO BOnBON DE BSPAÑA. 711
todavla no era un hecho la disolucion de las eortes; de La España á
quien se supone en relaciones mas ó menos intimas con algunos
palaciegos, hizo titubear á los que despues de leer nuestras noti-
cias de anoche tenian por segura la disolumoD.


»En nosotros sin embargo no 11110 efecto. porque no tenemos in-
conveniente en manifestar que la noticia la habiamos recibido por
buen conducto y refiriéndose á la conferencia Ilahida por la tarde en-
tre el duque de Tetuan y S. M. la Rema. Por eso no tuvimos repa-
ro en darla.


»A la una de la tarde de boy se reunió el Consejo de mini~tros
para dar la última lectura al preámbulo del decreto de la ~isolucion
de las cortes; pero á juzgar por lo que este Consejo se ha prolonga-
do y por la situacion de las cosas, no nos resistimos á creer lo que
á última hora se ha dicho de que el gabinete ha discutido sobre si
debia ó no modificarse', y sobre si podia seguir mandando sin tener
tina completa seguridad de que todas IU8 medida8 kahian de encon-
trar e1l el trono el apogo mas com pleto.


»Es seguro que S. M. DO ha firmado esta tarde el decreto de di-
solucion de las cortes, y es un rumor bastante extendido yacredi-
tado que S. M. la Reina no ha tenido á bien firmarle por lo que en
el predmbulo 8e decia de la reforma constitucional. . .


»Es un rumor que si el decreto no se ha firmado sffdehe al pro-
pósito del gobierno de abolir la reforma constitucional en lo que se re-
fiere á ¡os reglamentos de las cortes; pero es seguro, segurísimo que
si el decreto de disolacion no se firma, el duque de Tetuan resignará
inmediatamente y sin dolor nn mando qne ha querido conservar
solo para servIr á su Reina, á su pais y á la causa constitucional.


»En último resultado lo que parece probable es, que en estos
momentos pende de la sabiduría de S. M. la Reina la disolucion de
las cortes con la conservacion del ministerio O'DJnnell, Ó la varia-
cioD de gabinete y aun de situacion poHtica si no cree conveniente
decretar aquella medida en Jos términos propuestos por el duque de
,'etuan.»


VI.


La crisis venia pues como una ensenanza para tod4Js, como una




111 HISTORIA DIL REUtADO
demoslraeion pública de la impotencia de los viejos partidos para
implantar el régimen parlamentario; 1 progresistas y moderados y
unionistas y los grupos de neo-católicos, y la reforma constitucio-
nal y el aota de Rio Rosa~,y las tendencias ¡macbladoraa del que por
fin llegó á ser jefe del gabinete, todo girando en confuso y desor-
nado movimiento por las antesalas de Palacio. Todo se intentó, todo
vino á manisfestarse como el predominio de la idea liberal que se
cernia sobre las parcialidades en aquel instante supremo.


Entre otros muchos, los senores Cortina, Madoz y Moreno Lopez
fueron llamados para oir su parecer sobre la cuestion del dia y se
encontraron juntos en la cámara régia. Tomó la palabra el senor
Cortina y manifestó, segun decían sus amigos, con entereza y di¡-
nidad, que él era, habia sido y moriria progresista; que su partido
debia subir al poder si la opioion pública lo.llamaba por medio de
las urnas, haciéndose.s elecciones oon arreglo á la ley y con
entera libertad, no con el fariseismo de la Union liberal; que
O'Donnell habia destrozado los partidos perturbándolos y corrom-
piindolos por medio de los destinos, la influencia moral y otras
causas no menos dolorosas y palpables; que consideraba muy pe-
Jigrosa, como una verdadera locura, una solucion en sentido re8O-
cionario, y que la única solueion que juzgaba aoortada, dado Jo
critico de las circunstancias y la descomposicion completa de los
partidos cónstitocionales, era la formaeion de un ministerio com-
puesto de bombres de ley que disolviese luego el congreso aCloral,
llamase al pais á las urnas, '/ de estas saliese la verdadera opinioR
públrea, presidiendo en las elecciones la libertad mas absoluta.


Madoz hubo de expresarse en este sentido, y La lbri declaraba
que reinaba gran concordia en el campo progresista.




CAPtTULO XCIX.


SUMARIO.


La ¡berll! Y 81 corrcsponsaf del Diario de Bal'celona lIobre la crisis del mini.lerio JIt-
rallorll •. -Re\lnion progresista en calla de Olóza¡a. •


I.


Despues de la desorganizacion moral y política á que habia con-
ducido la cosa pública el nunea bastante calificado de funes-
to ministerio O'Donnell, era precisa una situacion clara y defi-
nida terminantemente: nada de situaciones cambalachadas, nada de
mistificaciones, nada de términos medios: todo preciso, todo cemo
consecuencia legitima de,la declaracion que hizo La Corresponden-
cia, órgano autorizado del ministerio Q'Donnell.


Aquel papel refirió detalladamente la crisis; el gobierno caia por
intentar ser muy liberal, por querer disolver aquel congreso á
quien debia tachar de reaccionario é invencible para sus miras ul-
tra':'liberales y por un preámbulo liberalisimo en que se anunciaba
que las nuevas cortes traerian la misian de anular la reforma cons-
titucional.


Los vientos que en la opinion corrían eran liberales,como liberal
se habia presentado el nonnato' ministerio C:oncha, como liberal el
nonnalo MOIl-Armero, como liberal el nonnato Naryaez-Gonzalez;


TOllO'"




7U. HISTORIA DEL REINADO
Bravo; anunciándose como garantia del propósito de este, no los
antecedentes de la reaccionaria historia de Narvaez, sino las doc-
trinas que habia proclamado en el congreso GonzaJez Bravo, y los
que en la prensa habian sostenido el periódico El Contemporáneo.


Los consejos que se habían elevado cerca del trono habian sido
en sentido ardientemente liberal, y á la vez serialando la convenien-
cia da que los hombres que constituyeran gobierno no pudieran ser
tachados de docilidad ó influencias extranjeras, para que en ningun
tiempo y en lag circunstancias actuales mucho menos se pudiera
creer que la política espariola cedia ó se subordinaba á sugestiones
ó imposiciones extrarias.


11.


La Reina habia encomendado al marqués de Miraflores la forma-
. cion del modernisimo ministerio. Este personaje politico no habia
dicho qlie hubiera variado de opiniones, que hubiera modificado
sus profungas ideas, ó que le faltara valor para ponerlas en prácti-
ca: estaba pues en vigor el pensamiento de la reforma constitucio-
nal, á \a cual faltaba todavía para que fuese perfecta el secreto de
las sesiones de cortes y la limitacion de facultad en el parlamento.


Elevado al.poder como jefe de gobierno, elevado cuando se juz-
gaba inconveniente tratar de la supresion de la reforma, su nom-
bramiento marcaba una senda franca y resuelta en los destinos de
la mlcion. En tales momentos la. situacion de los hombres y de los
partidos se aclara: los grandes grupos se unen, y se traza la gran
linea en que UDOS y olros deben girar.


Los que estaban aliado de Miraflores definian bien su situacion:
la prdnsa ministerial de O'Donnell se mostraba ya bondadosa y de-
fensora del gabia ete Miraflores: los dimisionarios de aquel gobierno
se preparaban á retirar sus dimisiones: O'Donnell y sus compane-
ros le apoyarían segun las declaraciones de la prensa.


«O su apoyo es falaz, decia La Iberia, y con intencion que no
debemos calificar, ó con partidarios de la reforma constitucional y
de cuantos aditamentos reclama el honrado marqués de Miraflores
para completar su pensamiento. Si es falaz el apoyo, ahí está ese
nuevo carbunclo con que se adorna el rostro politico del general
O'DonnelJ, y ahí está tambien la sigoificacion de todos los hombres




DEL ÚLTIMO BORBON D1~ ESPAÑA. '11 H
que siguen como atraillados el sendero que les traza con sus ame ..
Dazas Ó con sus promesas.


»Si es slncero, si ayuda lealmente á este gabinete, si sus ideas son
las del presidente del Consejo, juzgue el país los grados de convic-
cion, de liberalismo, de moralidad politica de una fraccion avarien-
ta de mando, dictadora y arbitraria en el poder, intrigante por re-
conquistarlo en cuanto se ve despedida de los destinos públicos, y
dispuesta á arrojarse sobre la mesa del presupuesto y del mando en
cuanto se descuiden los poderes de la nacion.


»Estén alerta y no se dejen fascinar los homb res honrados de to-
dos los partidos: O' Donnell es mas temible fuera del gobierno que
en el poder: aqui su incapacidad y su soberbia le anulaban: am su
ambicion y su inquietud le precipitan. Y si O'Donnell ha dicho que
él no puede ser otra cosa que presidente del Consejo de ministros;
si él ha dispuesto del poder para distribuir sus dones en todos los
que ante su ¡mágen prosternan su rodilla en tierra; si ha sido temible
cuando no disponia de tantas hechuras; hoy que tiene un reballo
de siervos en los resellados; hoy que estos temen que los arrojen
de los puntos debidos á la munificencia irlandes8;hoy que puede
vanagloriarse de baber distribuido O'Donnell solo mas gracias per·
sonales que nadie en EspaDa; hoy que, por si algo le faltaba, hizo
á su· despedida una nueva falange de coroneles, brigadieres, maris-
cales de campo y tenientes generales; hoy que aconseja l\ todos sus
agraciados que no abandonen los puestos oficiales, dígasenos si
O'Dónnell es un podér enfrente del poder nombrado por la corona,
y si los antecedentes del general O'Donnell pueden tranquilizar á
nadie.»


111.


y ciertamente el general O'Donnell, aunque detrás de la cortina,
gobernaba la mayoría, y el marqués de Miraflores que habia nega-
do la Union liberal, que la habia perseguido con sus sarcasmos, y
el general Concha el conspirador de 1854, el companerode O'Don·
nell en la expedicion vicalvanista, se lanzaban á bogar en la mar
revuelta de los disueltos partidos por en medlo de .aquel oleaje de
turbulentas pasiones que aspiraban á recoger la herencia· de UDa si·




716 HISTORIA DEL RIINADO
tuacion • fija la vista en Isabel de Borbon , la díosa dejos escollos,
que pretendía sin duda hundir todas las eminencias y aniquilar to-
das las esperanzas de los que mas ó menos directamente se habían
levantado á la sombra de] sistema constitucional.


Entre tanto los partidos constitucionalistas que habian quebran-
tado una y muchas veces sus propios dogmas, que habían faltado á
sus doctrinas y 6 sus promesas, bullian y se agitaban como si pre-
tendieran reconstituirse para proseguir ábusando de la credulidad del
pueblo harto desengariado ya de lo que vale'n esas ficciones del sis-
tema representativo.


Los progresistas resellados que figuraban entre los senadores ha-
bian resuelto abrazar de nuevo todos, todos los principios del par-
tido progresista, y se discutia tenazmente respecto á si Ja milicia
nacional, enterrada por-la ineluctable elocuencia'de Rios Rosas bri-
llantemente expresada por los cariones de la brigada que mandaba
Serrano frente á las Cortes, debia ó no restablecerse, restaurarse ó
resucitarse.


IV.


Respecto á la crisis y á la significacion del ministerio Miraflores,
la Uníon liberal, por medio de uno de sus mas autorizados hombres,
como que se suponia al corresponsal del DiaÍío de Barcelona, Ru-
perlo, directamente inspirado por O'Donnell, se expresaba as(:


.EI ministerio actual aeeptó con grande abnegacion y patriotismo
en momentos criticos un poder á que no aspiraba. Procura ejercer-
lo sin pasion y con desinterés: obra independientemente y no aspi-
ra al protectorado de nadie, que por otra parte, y dicho sea de,paso,
ninguna fraccion politica-trata de imponerle .


• Creese generalmente sin embarg9, que hombres de importancia
y grupos que se consideran organizados se agitan y afanan por he-
redarle. Lo que fuere sonará; pero conviene por de pronto decir al-
go sobre este punto de la poUtica militante .


• EI general O'DonneJl no es en estos momentos presidente del
Consejo de ministros por circunstancias muy dignas de oonsideracion
en nn hombre de Estado: ha podido serlo, y esto bastará para de-
mostrar á sus adversarios que lejos de tener ambioion de poder, ha
rehusado ejercerlo, no porque le duelan prendas ni le falte esforza-




DIL ULTIIIIO BOBBON DE ESPAÑ!. , 11 '1
do ánimo para arrostrar toda clase de compromisos, sino porque as-
pira, en bien de la Reina y de la patria, á que otros hombres de
cuyo patriotismo y buena fe no duda,' prueben CQn sus actos y su
conduela hasta qué punto son capaces de labrar la felicidad del
pais. El duque de Tetuan está resuelto á no dificultar ni embarazar
la marcha da ningun gobierno cuya polUica tenga por principal ob-
jeto conciliar los ánimos, borrar odios que no deben existir y agru-
par en torno del trono de dolía Isabel 11 los elementos constitucio-
nales que han de sostenerla y defenderla cuando la revolucioD le-
vante su cabeza, que por -desgracia no está lejos de intentarlo. La
aclitud y la conducta prudente y reservada que se propone seguir
en lo futuro el duque de Tetuan resp9nderá cumplidamenté á las
precedentes aseveraciones.


»La situacion próspera y tranquila á cuyo frente estuvo mas do
cuatro allos y medio, aparte de algunas faltas que haya podido co-
meter, pues nada bay perfecto en el mundo, es un monumento de
gloria á cuyo lado desea ardientemente ver erigido por diferentes
manos otro que le supere en magnitud y grandeza.


»Creo de buena fe que el duque de Valencia ha concluido física
y moralmente su mision política: lo dije hace mas de un alío, y hoy
tengo motivos para afirmarme y ratificarme en mi opinion de en-
tonces. Supopen sin embargo sus parciales q\1e tiene todavia condi-
ciones de fuerza para ej~rcer el poder: es posible que aciertsn los
amigos del general Narvaez, pero hasta que el tiempo demuestre
quiénes son Jos equivocados, deseo que respeten mi opinion como
yo respeto Ja suya. .


»Armero-Mon: hé aquf un doble nombre que no es posible se-
parar. Pretende ser el jefe mas autorizado y genuino ·del partido
conservador liberal: la ilusion no puede ser mas engallosa. El gru-
po Armero-Mon tendria que ser instantáneamente dominado y ab-
sorbido por el moderado. Nadie le concede vida propia: está fuera
de duda que tendria siempre que recibirla de Lersundi, de Gonzalez
Bravo, Benavides, Bertran de Lis, ete., ete.


:eRios Rosas: es lástima que este eminente hombre politico haya
venido á colocarse, mas que por su voluntad, por la fuerza de las
circunstancias, en una sitoacion que con aspiraciones de indepen-
diente, no tiene sin embargo fuerza ni condiciones bastantes para
organizar eon su splo grupo una adminiitracioD,. -


»Está, en mi concepto, condenado por mqcho tiempo á ser me-




'18 HISTORIA DIf. REINADG
ramente auxiliar de gobiernos 'J. politicas que disten bastante de re-
presentar genuinamente el pensamiento que ]e arrastró á la disi-
dencia. Deseo que Dios le dé buena fortuna, pero me temo que pa-
se por muchos sinsabores y amarguras.


»I..Q8 generales Concha se hallan quizá cual ninguno en condi-
ciones de ejercer hoy el poder. No hay contra ellos grandes odio$ ni
excitan apasionadas rivalidades, ni buscan el unico apoyo de gru-
pos politicos, cuya tendencia sea intolerante y exclusiva .•


v.


y esta carta explicita y terminante que ponia al público en anfe·
cedentes con todos los detalles y circunstancias de la crisis, termi-
naba haciendo algunas declaraciones sobre los demás partidos, y
Sanchez Bregua á quien se atribuia esa carta como la última hora
de La Correspondencia, Sanchez Bregua, esto es el generaIO'Don·
nell, juzgaba así las evoluciones del conde de Reus:


«Don Juan Prim se consagra en estos momentos á la reorganiza-
cion del partido progresista. Dudo. que pueda conseguirlo, aunque
se dice que tiene muy adelantados los trabajos y que don Baldomero
Espartero ha resignado. en aquella jefatura de su partido. Si este
hecho se confirmase, no podria desconocerse que é~tá llamado á
ejercer una grande influencia en el curso de la politica espanola.


»RI porvenir, amigo' mio, se presenta incierto y nebuloso .•
El 19 de marzo.se reunieron en casa de Olózaga la millOrfa pro-


gresista y los senadores que habian hecho una excursion de algunos f ~
aftos por el campo vicalvarlsfa. Y despues de que el duello de la
casa como presidente hubo presentado á unos y otros, díó cuenta
de las conferencias que eoo él habian tenido algunos de los senado-
res presentes por si y en nombre de sus companeros, haciéndoles
conocer que estando conformes con los principios y conducta de los
diputados de la minoría progresista, deseaban caminar de acuerdo
con ellos en todo, y para esto se habia convocado aquella reunion.


El general Prim dijo que se felicitaba cordialísimamelite de ha-
llarse entre sus antiguos companeros de quienes circunstancias par-
ticulares le habian tenido alejado, como sucedia á los senadores alli
presentes. Que hablaba como progresista ante los hombres de su
partido, y declaraba que lazos de gratitud, quepodian mucho en su




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 7J.
alma, le habian obligado hasta entonces á estar contra su concien-
cia aliado del general O'Donnell, jefe de la Union liberal. Que este
habia contado con él para la guerra de .A.frica, y esto lo consideraba
como el mas grande favor que podia desear.


Que no se hubiera perdonado nunca que cuando habia una guer-
ra contra una nacion enemiga; cuando iba á defenderse el honor de
la patria; cuando la bandera del pais iba i colocarse frente una ra-
za tradicionalmente enemiga de )a nuestra; y cuando habia grandes
rie!gos que arrostrar para defende.r nuestro decoro ultrajado, él
consideraba como el mayor lauro compartir la gloria de los peligros
alIado del bizarro ejército espaDo!. Que el general O'Donnell hu-
bIera podido prescindir de su persona, sin que nada perdiesen en
esto nuestras armas, y no lo habia hecho, y esto lo consideraba
como el mayor favor que jamás olvidaria.


Que ya habia indicado su preconcebido pensamiento en el sena-
do, y que se complacia de verlo realizado, ofreciendo cuanto era y
cuanto podia en obsequio de su partido, que era por sus ideas, por
sus tradiciones, por su historia, y por el valor de sus hombres, el
mas á propósito para hacer Ja felicidad del pais.


Que al ver la organizacion del partido, segun se demostraba por
la inmensa correspondencia que todos recibían de provincias, no
habia ninguno que contase con tantos elementos en Espana. Que el
partido no tenia prisa por ser poder; . pero que si era llamado al
mando, probaria que con sus hombres y con el planteamiento de
todos los principios de su credo, podi~ dar á la EspaDa la libertad
de que ha carecido y la st'gurídad de un órden verdadero, no del
órden mentido de otras escuelas.


Despues de Prim tomó la palabra don Cirilo Alvarez, que con una
candidez verdaderamente progresista empezó diciendo que necesi-
taba explicar aUi su conducta pasada y la de sus compaDeros del
senado alli preséntes. Olózaga entonces, temeroso dA resucitar pa-
sadas querellas, le interrumpió diciendo que aqueJlas explicaciones
eran innecesarias cuando se sabia que estaban conformes con los
diputados en sostener Ja bandera del progreso. Pero el seDor Al va-
rez insistiendo manifestó que á sus adversarios DO les daria. expli-
caciones aunq':le se las pidiesen; pero que á su partido se las debia,
y se hallaba en el caso de dárselas alli solemnemente, como solem-
nemente orrecia cumplir cuantos compromisos contraia desde aquel
instante.




710 HIS'POBlA DEL RElNÁDO
Dijo que habia tenido la desgracia de equivocarse, porque el hom-


bre honrado estaba mas propenso á caer en lazos que tienden siem-
pre los que no están dispu~stos á cumplir sus palabras; _que felici-
taba á los amigos antiguos y actuales que en este puuto habían visto
mas claro que él.


-~----




CAPITULO c.


SUMARIO~ \


Desconfianzas y dificultades que trabajaban aquella anómala situacioD.-Dificultadel en
Santo Domingo.-AJgunos párrafos del programa ministerial.


I.


Las reuniones de 'los piulidos que tenian por objeto revistar las
fuerzas y estudiar las distancias despues de la larga temporada en
que aparecieron divididos, se repetían, }' ya hemos visto que en
casa de Olózaga los progresistas, confesando mutuamente sus erro-
res, habian procurado engal'iar al pais, ocultando cautelosamente
sus opiniones respecto á algunos puntos concretos que desde anti-
guo habian hecho divergentes é inconciliables las opiniones. Y aun
con todo esto, todavia los resellados de O'Donnell, Lajan, Iriarte,
Santa Cruz, Luzuriaga, Galvez Cafiero, Sanchez Silva y algunos
otros habian permanecido fieles al héroe de Vicálvaro sin separarse


, de sus principios, que los principios progresistas, como todos los
demás de las escuelas doctrinarias, eran muy elásticos, y daban á
todos la razon cuando se interpretaban.


¿Qué objeto se proponían progresistas y moderados que tao be-
névolamente se trataban en aquellos momentos, con esas~revistas 6.
intempestivas manifestaciones?


TollO 111.




'Ut HISTORIA DIL R.BUUDO
Creían unos y otros que el ~abinete Miraflores era débil ytran-


sitorio, y cada fraccion contaba en Palacio con el sí de la niña que
jugaba con ellos y Jos burlaba escandalosamente. Por eso al hablar
de esa reuníon de los progresistas La Verdad, periódico resellado,
decia con suma gracia que se habia tratado del caso en que fueran
llamados por Isabel, designándose las personas que debían compo-
ner el ministerio.


No sabemos si Prim era engallado ó pómplice de los engaItado-
res; pero si parece altamente ridículo que hombres de la talla de
Olózaga , tantas veces burlados por las camarillas, se prestasen á
esos juegos infantiles, á sufrir ese inconcebible é insolente sarcas-
mo que les arrojaba el poder irresponsable é inviolable.


n.


y ante aquel gobierno, débil sombra, pálido reflejo de la Union
Jiberal, que renegaba de su partido, que se entretenia en hacer
múltiples y variadas declaraciones sin llegar á definirse, la Union
liberal, los progresistas y los moderados, respondian con una ba-
tahola tremenda á todas las explicaciones que querian' darse de la
situacion , que por lo demás seguía con la prensa la poHtica digna
del marqués de Miraflores, política.de desconfianza, politica pre-
ventiva, recogiendo diariamente todos los periódicos.


La mayoda antigua no sabia qué denominacion tomar ni cómo
reunirse; desconfiaba de si propia, de su aptitud, de sus hombres,
de los hombres de la situacion, porque temiendo la disolucion de los
partidos viejos, observando la nulidad é impQtencia del-unionismo,
veia inevitable su completo alejamiento de las regiones oficiales y
temblaba.


En las gestiones he,chas por los progresistas para unirse y reor-
ganizarse creyeron ver muchos la mano de Cristina, que, hábil é
intrigante como siempre, odiando á Jos hombres polfticos de prime.
ra talla que eran sus rivales en ambicion, venia proc1Jrando divi-
dirlGs y enconarlos unos contra otros para lograr en Palacio la in-


Buenda que en o/ros tiempos óaóia teuid(}, y quo OO/(}BCeS so ba-
Ilaba sustituida por la influencia de la monja, por la de los favorites
Íntimos de Isabel que se combinaba hábilmente eon la camarilla
del rey.




DEL ÚLTIMO BORBON DI ISrAÑA.. '7!3
El ministerio conferenciaba alternativamente con unos y con


olros, y para que preponderase mas á sus anchas el famoso insa-
culador, llegó la ocurrencia de un ataque cerebral sufrido por el
¡eneral Concha, que le incapacitó para muchos dias, alejándole de
los negocios en aqueJlos críticos momentos. Era tal, sin embargo,
para los Conchas la necesidad de combatir,- que se decidió á perma-
ne~er en el ministerio el marqués de 'la Habana y'logró por fin res-
tablecerse.


111.


_ Desde la entrada del nuevo gabinete comenzaron á aparecer mas
, y mas tangibles y de mas bulto las complicaciones y dificultades que


la Union liberal venia provocando. La expedicion al Pacífico man-
dada flor Pinzon , que, con el carácter de cientifica, tenia objetos
mas trascendentales y que no debían ser beneficiosos para reanudar
las relaciones con, nuestros hermanos, quedó considerada sin objeto,
y se dieron jas órdenes oportunas para su regreso des pues de ha-
ber hecho cuan~iosos gastos en un alarde ridículo. -


Por otra parte, el capitan general de la Habana, pulce, descono-
ciendo el terreno y pretendiendo luchar de frente eon inveterados
abusos, halló en la resistencia de los traficantes negreros un peligro
y un poderoso obstáculo á sus buenas disposieiones.


Alguno ha dicho que los capitanes generales de Cuba, quieran ó
no quieran, sacan pingües dotaciones y regalos; y apenas se cuen-
tao mas de dos autoridades de esta clase que hayan resistido á los
halagos é intimidaciones que se pODen en juego por ]a pandilla de


. aventureros q\ie explota el país y vive en ]a abundancia comercian-
do con los rebafios que se arrancan del !frica para lI~varlos á su-
frir .la dura esclavitud y 108 malos tratamientos en los iogenios.


La,oligarqufa que ha tomado el poder en aqueHa region es bas-
tante rica para resistir á los capitanes generales é imponerles sus
condiciones; y cuenta, además de los medios de seduccion, con 10Si
de intimidaoion para hacer que los gobiernos espailoles m~l infor-
mados de las circunstancias especiales en que se encuentra la isla,
y temiendo que los Estados-Unidos aprovechen una circunstancia
cualquiera de disgusto, cedan siempre en menoscabo de la justicia
y de los fueros de la humanidad.




HISTORIA. DEL REINADO


Ante esa dolorosa experiencia, y despues del resullado obtenido
en Méjico, parecia increible que gobiernos que se respetasen qui-
sieran enstÍ,nchar, y aumentar las colonias espaftolas, y haciéndose
responsables y solidarios de los actos cometidos por los dominado-
res, mantuvieran aun bajo la tutela de Espalla pueblos y comarcas
donde la esclavitud y el desconcierto re!nan.


IV.


Por aquellos dias, ea la segunda mitad de febrero, los pueblos de
la provincia de Santo Domi ogo, que venian sufriendo el yugo im-
puesto por unos cuantos, renegados, y organizándose para la resis-
tencia se declararon en rebelion abierta, sorprendteron algunas
guarniciones y destacamentos, y llegaron á reunir algunos caliones
poniendo en jaque á las autoridades y en peligro al gobierno.


El general Rivero tuvo que adoptar enérgicas y prontas disposi-
ciones, porque en Santiago de los Caballeros el ii de febrero la
Jloblacion en masa se declaró en rebelion, retirándose las tropas al
fuerle de San Luis, mientras que los insurrectos se organizaban y
~rmaban, saliéndose de la' poblacion en grupos numerosos. Por for-
tuna'para las fuerzas espaftolas, la actividad desplegada y los re-
fuerzos en hombres y dinero que desde Puerto Rico y Cuba llega-
ron inmediatamente, hicieron abortar el aun no bien madurado plan
de emancipaeion de la antigua República.


Pero como las causas de descontento continuaron, como el arzo·
bispo proseguia sus inteII!perantes desvarios, como las exacciones
J ahusos se multiplicaban, y como el espiritu del pais 'era hostil á


,la dominacion espaftohi, no debían tardar en reproducirse aquenas
e8cenas en mas grande escala despues de huir por entonces los in-
surrectos en direccion de Haiti, donde podian hallar hospitalidad
huyendo á los castigos é ira del vencedor.


Los gobiernos espaftoles no se preocupan generalmente de los
intereses del pueblo, y podían mucho menos conocer ni :servir los
intereses de los dominicanos. No es pues extralio que apenas pasa-
do el peligro olvidaran aquellos sucesos, mucho mas cuando domi-
naban en aquella ocasion en las regione'! gubernamentales los vieo-
tos neo-católicos, y no se babia de poner coto á las extravagancias
J abusos de la autoridad eclesiástica de Santo Domingo.




DEL ÚLTIMO B9RBON DE ESPAÑA. 7!5


v.


Llegó la oeasion de reunirse las cortes nuevamente, y el ministe·
rio se presentó ante ellas para explicar su posicion, 8US própositos,
en actitud en medio de los encontrados vaivenes que por todas
partes le amenazaban.


Contra lo que generalmente se creia y venia diciendo, el nuevo
ministerio formuló un verdadero programa completo aspirando al
poder, pretendiendo realizarle buscando el concurso de sus amigos,
y se expresaba en los principales párrafos asi:


aNuestra carrera todos 108 senores diputados la conoeeD; nuestra
historia tampoco es desconocida; creo, senores diputados, que nos
hareis la justicia de· pensar que tenemos el derecho de hacer UDa
política propia nuestra, absolutamente nuestra. Nosotros no busca-
mos patrocinio ni amparo de nadie; deseamos si la benevolencia de
todos, y muy particularmente en este ilustre cuerpo. Tenemos, creo,
señores diputados, el derecho de alzar hoy una bandera propia, cuya
divisa será legalidad y conciliacion: esta será, senores diputados,
nuestra bandera.


D Yo pienso desde hace mucho tiempo que todos los que tuvie-
ron la desgracia ó la fortuna de sentarse· en este banco procuraron
hacer lo mejor que supieron y pudieron en pró de su pais; si no lo
hicieron, culpa seria de las circunstancias,.no culpa de los hom-
bres. Pero senores, al mismo tiempo que tengo la opinioD de que
en la gestíon de los gobiernos representativos cada ministerio for-
ma una historia especial; que al nacer crea una situaeion; que el
congreso de los diputados y el alto cuerpo colegislador, en vista de
su procedimiento forman su mayorla y su minorfa; la mayoria com-
puesta de los hombres que aplauden su poHtica, la minoría de los
que la reprueban.


»Pero yo DO conozco ni mayorías ni minorías heredadas. El dia
en que un ministerio acaba su mision, concluye todo para él, pasa
.á la jurisdiccion de la historia. Nosotros empezamos hoy la gestion
de los negocios públicos. Nuestra politica será conservadora C006-
titucronal, y tan liberal como aconseja la época y el siglo. Senores,
hablar de retrogradar en el siglo del vapor y de la electricidad es
un verdadero anacronismo.




7!6 mSTORI! DEL RBIN1DO
»Un!.l cuestion 'hay, seftores, sobre la cual el gobierno debe dar


una explicacion cumplida, y es la reforma pendiente de ~a Consti-
tucían. En el ario 1807 se reformaron seis articulos,y se reforma-
ron con toda la legalidad de que necesita una ley fundamen-
tal, haciéndolo como se hizo la Constituc!on de 18'0, y bajo el
c~nservador principio de la omnipotencia parlamentaria. De los seis
articulos reformados, los cuatro no han sufrido ni controversia ni
oposicion ninguna y son religiosamente observados. Los otros dos
nos proponemos estudiarlos y presentar una solucion definitiva á las
próximas cortes.


DEn nuestra opinion, si· bien es deJicado, grandemente delicado
tocar á la Constitucion del Estado, que debe ser el arca santa de
respeto y veneracion para todos, es tambien grandemente peligroso
tener en la Constitucion articulas no ejecutados. El gobierno p'asará
y consultará con las eminencias de pais sobre esta cuestion, y ase-
guramos al congreso la' presentacion tle un proyecto, porque es ne-
cesario decidirse entre dejarlos como están, ejecutándolos, ó variar-
los. El estado de la suspension indefinida de los articulos de la
CODstitucion es un verdadero peligro.


»Natural es y preciso, seilores diputados,.despues de la conclu-
sion de vuestro mandato, venir á unas nuevas eleccioBes. El go-
bierno se propone que estas elecciones se hagan lo mas legalmente
llosible, y sean completamente libres. El gobierno condena la doc-
trina de que los co.ngresos de diputa~os sean elegidos bajo la pre-
sion del ministerio; el gobierno profesa el principio de que la li-
bertad de los colegios electorales, debe ser la mayor posible á fin de
que la expresion mas genuina de sus votos sea la eleccion. Serán,
pues, las elecciones completamente libres, pues el gobierno está de-
cidido á proteger la libertad de los electores.»




CAPlrULQ el·


SUMARIO.


Debates parlamenlario~.-Rivero y rigueras.-Discurso de Olózaga.-Réplica de Va a-
monde.-Rios-Rosas.


1.


No se satisfizo la curiosidad pública con las declaraciones del
marqués insaculador, y Jos diputados quisieron usar de su derecho
para ahondar mas y mas la llaga de ]a erisis, llaga inveterada que
corroe A todos los gobiernos y todas las dinastias y todas ]as monar-
quias de Europa, desde que estalló en 1789' el gran volean revolu-
cionario, enfermedad que gasta y envUelve á esta sociedad vieja, y
que debe modificarle por completo todo su organismo, permanecien-
do instable todo poder, hasta que se haya establecido el único po-
der, la única autoridad, la autoridad del derecho, funcionando por
la expresa y manifiesta voluntad de todos.


Rivero, que tenia la experiencia parlamentaria y que debía mos-
trar á todos como habia mostrado ya á muchos (P), que era eOIDO
aquellos á quienes criticaba un ·doctrinario veleidoso éinconsecuen-
te, Rivero se encargó de interpelar al gobierno, arrancando á Vaa-
monde algunas explicaciones respecto á la crisis y á la situacion
del pais que declaro Vaamonde hallarse en un estado ingobernable




'7!8 DISTOM! DEL REINADO
por las intemperancias y contradiclon'a6 soluciones de la Union li-
beral. Rivero estuvo_ entonces oportuno, vehemente y apasionado á
toda ]a altura en que puede colocarse el hombre de . principios, y,
como hábil táctic9, desentraDó perfectamente las cuestiones ponien-
do en movimiento y en choque á ]os jefes de los distintos bandos,
que no pudieron rehuir las explicaciones.


Vega Armijo, Alonso Martinez, Rios Rosas, esos tres ministros de
la Union liberal se acercaban alH con su palabra, pero se presen-
taban alejados en los hechos, en las consecuencias y en las defini-
ciones, resultando de todo ello que habiendo sido interpelailo el mi-
nisterio para responder de su política, la mayoría que le apoyaba,
que antes habia vivido en buenas relaciones con sus patronos, con
los hombres de) Campo de Guardias, con los que' querian vegetar
en el poder ocho afios, pero que habían agolado en cinco con sus
prodigalidades el Tesoro que debía alimentarles, se descomponia y
se ponía en contradiccion, se desvirtuaba y venia á postrarse unte
el marqués de Miraflores en virlud de no sabemos qué recelos, qué
esperanzas ó qué pactos.


11.


Vaamonde no supo tampoco explicarse cuál era su representa-
cion, cuál la representacion del gabinete Mirafll)res. Y no acertaba
lo que podian representar Narvaez ni Mon con quienes le ligaban de
antiguo vinculos tan estrechos.


El nombre de Narvaez arrojado en el debate por Rivero como ba-
bia sido traido á la escena por Isabel de. Borbon y sus camarillas


. que no podían pasarse sin sangrientos periodos, sin terribles per-
secuciones, SÍll mostrar un odio implacable alliberalismoj el nom-
bre del general Narvaez citado por Rivero y repetido con desdenosa
indIferencia por Vaamonde, dlÓ ocasion á Gonzalez Bravo para in-
tervenir en el debate.


El redactor del Contemporáneo, el que en la campana parlamen-
taria (te los 'últimos anos babia opuesto á la polftica confusa y va-
cilante del ex-moderado O'Donnell, del bombardeador de Pamplo-
na un bosquejo de polftica liberal conservadora, u~a especie de en-
mienda á 1&.3 doctrinas moderadas,una fórmula gubernamental par-
lamentaria é imbuida de constitucioDalismo, no pudo e!cuchar lo




DEL ÚLTIMO BORBON DE ESPA.ÑA. 719
que se decia por unos y por otros de su jefe, y se decidió á hacer la
apología del hombre de Loja, defendiendo uno tras otro con cinismo
incalificable todos los atropellos, todas las crueldades que en nombre
de Isabel y con su beneplácito habia cometido.


Todos los esfuerzos del.agrade.cido Gonzalez Bravo, toda su ha-
bilidad, toda su perseverancia durante aquellos combates que pre-
sentaba á la Union liberal y que habian casi hecho olvidar su acti-
tud polílica para considerar en él al antiguo tribuno habian queda-
do inutilizados, y el general Narvaez se reflejaba perfectamente en
el ministro de 18U, que fusilaba impiamente, con sana y encarni-
zamiento á los vencidos de Alicante y Cartagena.


. III. '


Calvo Asenflto vino á tomar parte taínbien en aquel debate pul-
verizando el apologético discurso de Gonzalez Bravo, con la simple
narracion histórica de los hechos contemporáneos que demostraba
]os fusilamientos de Alicante por GOIlzalez Bravo, de VilIafranqueza
y Guadalest por RODcali, de Madrid por Narvaez, del Carral por
Concha, de Valencia por Campuzano, de Huesca y Zaragoza por
Sartorius, de Cataluna por Sanz, y otras infinitas vftimas que el par-
tido moderado sacrificaba en su terrible ira y en su propósito de
mandar á todo trance.


Figueras quiso decir algunas palabras, y no pudiéndolo hacer por
la intolerancia del presidente, se reclamó en una proposicion inci-
dental que se prorog ara el debate, proposicion que fué desechada
con el auxilio de los Posada Herrera y otros que al siguiente dja
presentaron una proposicion declarando que el duque de Tetuan
habia servido leal y fielmente los intereses de la nacion espaliola.


Posada dafe nd ió su personalidad al sostener esa proposicion, y los
ministros, despues de retirada, descargaron terribles goJpes sobre su
antecesor que se habia permitido considerarlos como un gobierno
no existente é incapaz de existir.


Pudo verse entonces perfectamente el caos en que se debatia la
situaeion, y cuán difícil seria para el gobierno incoloro del marqués "
de Miratlores dominar los acontecimientos y hacerse un puerto só-
lido en medio de las corrientes que por todas partes le envolvían.


Con todo el gabinete pretendia sostenerse y se preparaba para no
TollO 111. ti!




730 HISTORIA. DEL REINADO
morirse de hambre, solicitando la autorizacion para cobrar los im-
puestos.


IV.


Contra esa autorizacion usó de la palabra Figueras que comba-
tiendo en principio autorizaciones semejantes, volvió á demostrar la
inseguridad de aquel ministerio y su extralIo nacimiento} yencare-
ció la necesidad de discutir los presupuestos.


Si el gobierno queria vivir; si queria gobernar con er auxilio de
las cortes; si se ]isongeaba con que la mayoría no ]e habia de negar
sus sufragios, que interés le movia á pedir la autorizacion? A estas
preguntas nada podia contestar el gobierno; no por falta de buen
deseo, sino porque no hay e8 el mundo réplicas satisfactorias á
tan apremiantes preguntas,


Recordó tambien Figueras ]a reveJacion, asf la llamó acertada·
mente, hecha por un ministro, de que el tesoro público habia hecho
ciertos préstamos á la casa real, con el dinero que babia exigido á
los esquilmados productores, so pretexto de que era indispensable
:para el serVIcio público, y de paso reforzó su argumento contra la
-autorizacioij haciendo presente la urgencia de investigar y discutir


. Jo que era entre nosotros la caja de depósitos, que tan enormes cré-
ditos está acumulando contra el cap.ital de la naciort.


El diputado por Barcelona, hizo presente la conducta de JQS reyes
absolutos que confiscaban -en favor. de sus arcas los bienes de los va-
sallos á qttienes malquerian; recordó las modificaciones que todos .
les partidos han introducido en la propiedad: la abo1ieion de los
diezmos, la de los senados y la, de los mayorazgos verificada. por
Jos hombres que vociferaban contr~ la democracia, acusándola de
atentar á la propiedad: Y esas modificaciones, <tecia, ¿que fueron
sino atentados á la constitucion que tenia la propiedad? ¿No vemos
hoy que por causas, no ya de utilidad sino de simple ornato públi-
co el Estado expropia á los particulares?


A. estos argumentos no hubo quien replicase, yel Sr. Figueras
mereció bien por rebatir el gastado argumento de las clases pri-
vilegiadas contra la democracia.




DBL ILTUIO BORBON DE BSPAÑ..\. 781


v.


A vueltas de los debates, y como quien explora el terreno, pre-
guntó el sefIor Miraflores si el partido progresista creia hallarse or-
ganizado para aceptar el poder y Olózaga tomó la palabra.


Hizo su historia en fácil estilo, y llano, -tranquilo cual convenia
al asunto, decorosamente epigramático á veces, profundamente in-
tencionado otras. No gustó á los conservadores el origen que creye-
ron les atribuia; no gustó á los meramente curiosos la falta abso-
1uta de programa.


A obstáculos tradicionales atribuyó repetidas veces Olózaga el no
haber ocupado su partido pacíficamente el poder; á obstáculos tra-
dicionales repitió que se debía el no baber sido llamado pacífica-
mente por la corona, dejando asi bien fija esta idea en la mente de
todos. •


Pasó despues revista á Europa, y en todas partes vió el progreso
desenvolviendo las instiluciones, dando vida poHtica á los pueblos.
Vió á los progresistas sa~vando el trono de Italia, alejando conflic-
tos de Hungría y prestando confianza y tranquilidad al Austria;
vi610s dando pruebas envidiables de virtudes cívicas en Prusia; vió-
los transformando el imperio de los Czares; vi610s por fin, en el
imperio, en el imperio francés haciendo renacer gr.atas esperanzas
de mayor independencia en la prensa, de gloria en la tribuna y :de
libertad en el pais.


Cierto que el espiritu liberal empuja á todos los paises hacia ade-.
lanle; pero en lo que índudablemente OIózaga padecía Husion era
en el íntimo enlace y casi didamos solidaridad que veia entre los
progresos politicos de que habló y el partido progresista espafíol.


El mismo á pesar suyo hubo de reconocerlo así, puesto que ana-
dió que en algunos puntos-el adelantamiento se debía, no al partido
equivalente al progresista de EspafIa, sino el partido mas avan·
zado.


,Y las glorias del partido progresista en Espalia de cuando son'
De cuapdo e~te partido era, en efecto, el mas avanzado; de cuando
le llamaban hereje y demagogo; de cuando correspondía instinti-
va y cordialmente al sentimiento y á la aspiracion popular, sin mie-
do al sufragio úniversal, sin miedo á la abolicion del diezmo, sin
consideracion á las comunidades religiosas.




-781 HISTORIA DEL RBUUDO
Olózaga como siempre hizo la apología de las instituciones in-


glesas, sin escasear elogios al imperio frances, ni acusaciones al par-
tido republicano, pues á pesar de todo, su progreso creia posible
que se concedieran derechos á los pueblos; como si la clase' media
el) 1789 nobubiese tenido que arrancar y conquistar su indepen-
dencia, como si las instituciones monárquicas y privilegiadas hu-
biesen de renunciar al abuso.


El partido progresista á pesar de regir en EspaDa instituciones
monárquico constitucionales se habia visto alejado del poder y per-


, seguido y disperso habia tenido que presenciar inmovil y amorda-
zado como se erigia en sistema la corrupcion, como se consumaba
la ruina del pais y se venian violentando el código fundamental y
la~ buenas prácticas liberales.


Olózaga, despues delfuneso ensayo de 1843, cuaodose habia'vis-
to acuflado por una reina de trece alios y veia qne á pesar de )a
seve,ralecion del 51 proseguiá Isabel su marcha reaccionaria, ¿po-
dia creer de buena fe en la virtud de las instituciones de la monar-
qufa constitucional?


Y'


VI.


Vaamonde, queriendo arrancar á los progresistas Ja confesion de
si aceptaban ó no la milicia nacional como un principio ó como una
cosa accidéntal, explicó los obstáculos tradicionales como una con-
secuencia del armamento del pueblo que quiere ir mas allá y em-
puja al poder cuando ocupa las regiones oficiales ese partido. Y
Olózaga que no reconoce el principio de la soberania del pueblo,
pues niega el sufragio universal, aprovechó hábilmente la ocasion
para declarar que no debia contestar á las sugestiones del ministro.


y en verdad ~que podía responder un ministro doctriDario á las
exigencias de la opioion que con el fusil en la mano pidiese un lu·
gar en los comicios? A eso conducen las absurdas teorlas de los
partidos medios ..


La sesíon por lo demás no fu~ desaprovechada, y Figueras pudo
tomar parte en el debate, aunque brevemente, y de entre los párra-
fos que á él dedicó tomamos los siguientes:


«Yo crela que en las discuciones de .este recinto habia una gran
lealtad, una gran buena fe; áhora empiezo á vislumbrar que po-




DIL ÚLTIMO BORBON DI ISPAÑA. 783
dia haberme engaitado. Yo no dije el otro dia que la revolucion del
10 al !3 y del Si al 40 habia sido un ataque á la propiedad, sino
á Ja forma en que fa proJtiedad estaba constituida. Dije tambien
que el principio de utilidad llevado á todas las esferas era peligro-
sfsimo.


DAsegura el serIor Bios Rosas qu'e el partido democrático, sepa-
rado del progresista habia de ser un elemento perturbador.


",Senores, el partido democrático ha sido un elemento generador
de todo progreso. En Italia ha sido el aliado mas fiel del partido
nacional; en Inglaterra ha hecho triunfar las ~octrjnas de libertad
económica, y en Francia ha obligado al gobierno á rendirle un tri-
buto de respeto proclamando el sufragio universal y la soberanía
pública,.





CAPITULO CIl.


SUMARIO •


. A.etitnd de 108 partidos.-Defensa del partido democrático por Figueras.-EI gobier-
no prohibe conmemorar el dos de mayo en Madrid.-Diicurso del general Nar-
nez.-Su juicio acerca la Milicia Nacional.


I.


La Union liberal, aun despues de difunta y diseminada, prestaba
servicios á la revolucion; y las sesiones de aquel Congreso que la
habia servido durante cuatro allos de apoyo, habian venido á descu-
brir que el doctrinarismo habia caducado en Bspalla, que la opinion
rechazaba los terminos medios,. que el partido progresista estaba
agraviado, que el moderantismo habia muerto, que la Union libe-
ral era una farsa; y alH pudo escuchar el país, y am pado aprender
Isabel que unos hablaban de sus rencores, otros de sus desenga-
Ilos, orros de apostasfas y de venalidad, otros del sistema de resis-
tencia, algunos de los desórdenes creados por la centralizacion. Y
en medio de aquella Babel donde se hablaban todas las lenguas,
donde se agitaban todas las pasiones, cada cual se reconocía bajo
el peso de la gran cat~stro fe que debia ser el signo del triunfo de
la revolucion, de la constítucion del derecho.
, Rios Rosas habia expresado todos los horrores que le inspiraba


la situacion y proponia una polftica de transacciones y de avenencias,




DEL ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA. 785
una alianza de todos los ambiciosos, de todos los escepticismos que
unidos íntimamente por ~l lazo del miedo, debian resistir el empuje
de la ola que los arrollaba con obstinacion y terquedad. Pobre re-
medio, débil artificio, mecanismo inutiJ que ante la potencia de las
ideas nuevas debia sucumbir 6 restaurar la dictadura.


Renunciaban pues los constitucionales á la doctrina qúe ostenta-
ban, ébrios por la vanidad, descompuestos y atormentados por su
impotencia; y Rios Rosas y Olózaga venian á prestar indirectamen-
te apoyo al marqués de Miraflores. mezcla hetereogénea, excéntrica
incomprensible de todos las errores, de todos los contradictorios
intereses de la clase media, de la aristocracia, del clero, de la mo-
narqufa. Y todos pedian una base ancha donde cupiesen aquellas
divergencias, sustituyendo á la polftica de Narvaez, la poHtica de
equilibrios y transacciones, la polftica de las reticencias, una póli-
tica egoísta é inmoral.


11.


Todos, todos se confundian en una sola idea, en un pensamiento
de odio hacia lo que vive en lo porvenir, hacia lo que podia salvar
tanta y tanta desventura, )a democracia. Unos la acusaban direc-
tamente, otros la negaban su autoridad y la virtualidad de sus
dogmas.


Por eso al oir ciertas frases del ministro de la guerra que decla-
raba ilegal al partido democrático, usó de la palabra Pigueras de-
fendiéndole en estos términos.


«Yo creo seriares que explicada esa idea como aqui se ha pre-
sentado, no habria en este lugar ninguB partido legal; ningun de
vosotros, ni la Un ion liberal, ni los conservadores, ni "los progresis-


_ las aceptais )a legalidad existente; la aoeptais en todo caso solo pa-
ra reformarla.


»Ademas, yo creo senores que los partidos no tienen la medida
de su legalidad ni en su dogma ni en el !in que se proponen, sino en
los medios de que se valen. Un partido, propóngase lo que se quie-
ra, sino ataca vio lentamente á la legalidad existente, no puede me-
nos de ser legal.


liMe parece esto mucho mas legal que aceptar ciertas constitucio-
nes, aceptar ciertos principios, y levantarse en armas contra ellos y




'786 BISTON! DEL MINADO
negar á sitios que debieran ser sagrados para las personas que ha-
cen gala de monarquismo, y llevar la perturbacion, la desolacion y
todos los desastres de la guerra á todos los ámbitos del pais para
satisfacer ambiciones de partido. Yo no se si el sefior Concha eo-
noce algunas de esas personas á quienes podrá aplicar mejor que á
nosotros el dictado de partido ilegal..


IU.


Con todo esto,y cuando los partidos concentraban su vitalidad y
el ministerio Miraflores pretendia mostrarse~enérgico y decidido, He·
gó un momento ordinario, normal, pero que servia de eco, de re-
cuerdo I de aniversario á un grande acontecimiento, llegó el i de
mayo.


El ! de mayo, qúe recordaba las infamias y traiciones de los Bo-
napartes, la degradacion, el envilecimiento de la raza borbónica,
el perjurio de Fernando y el heroísmo, el valor, la abnegacion del
pueblo español; el! de mayo que comenzaba con estas palabras
de VeJarde: «Mi comandante, es preci!o batirnos; vamos á batir- .
nos. Es preciso morir por la patria,» á las cuales respondia el Bor- .
bon desleal dirigiéndose á Bonaparte: « El placer que he tenido
viendo en los papeles públicos las victorias con que la Providencia
corona nuevamente la augusta frente de V. M. imperial y real, y
el grande ¡nteres que tomamos mi hermano, mi tio y yo en la sa-
tisfaccion de V. M. imperial y real, nos estimulan á felicitarle con
el respeto, el amor, la sinceridad y reoonoeimiento en que vivimos
bajo la proteceion de V. M. imperial y real,. terminaba por una
laclIa horrible en qoe se vertió mocila sangre,. en que Ílubo mu-
chas víctimas. Y refiriéndose á esa lucha como un recuerdo, no de
los odios, sino de las glorias conquistadas por un pueblo indepen-
diente y libre, se levantó un monumento en el Prado de Madrid~ y
acudian los descendientes de los héroes y de los mártires á rendir
un tributo de admiracion á sus mayores.


El gobierno habia respetado siempre esa piadosa costumbre, ha-
bia intervenido en ella para darla mas esplendor; y en el afio 1863
pretendió el gobierno Concha-Mirafiores suprimir aquella festi-
vidad.


Las gentes quisieron darse cuenta de las causas que podían in-




DEL iLTUlO ¡ORBON D& ESPiRA.. '13'1
fluir en tal determinacion, y se hallaron que el presidente del con-
sejo habia figurado en el séquito de José Bonaparte, y que don José
de la Concha, despues de sufrir las palabras de Luis Bonaparte,
«de la reina de Espalia depende», habia pronunciado en plena se-
sion del alto cuerpo colegislador el !S de diciembre de 186! estas
palabras: .Yo repetiré una cosa análoga á lo que decia Mr. Thou-
venel: siento que en mi pais se evoquen los recuerdos de 1808,
porque creo que Espana es demasiado grande y demasiado fuerte
para temer que la Francia pueda llevarla á donde no la conven-
ga ir.»


IV.


Otro grave suceso vino tambien i perturbar en su marcha á·
aquel ministerio conservador.


La defensa que Gonzalez Bravo en el congreso quiso hacer de los
actos del duque de Valencia, :no fué sin duda tan completa que no
necesitase algunos _ bro chazos para dar mejores tintas al cuadro; y
el mismo general Narvaez, senador del reino;aprovechó la circuns-
tancia de discutirse en aquel cuerpo la autorizacion para cobrar im-
puestos, que el ministerio Miraflores recJamaba, y pronunció un
largo é intencionado discurso, haciendo detalladamtlnte su propia
historia y dirigiendo al partido progresista algunas desembozadá~
aeusacione¡;. Acaso le convenia provocar conflictos y aliad ir com-
bustibles á la hoguera de las divisiones. para mostrar que era él
necesario.


V.


He aqni algunos pá~rafos importantes de su discurso:
«He dicho antes que tendria que dirigir algunas palabras al par-


tido progresista. Ya he dicho que es un partido respéltable, que ha
prestado servicios y que deseo que vuelva á prestarlos, porque solo
alternaudo en el poder con el partido moderado, será eomo podrin
salvarse las instituciones y mantenerse el órden. El partido progre-
sista tiene una accion y el partido moderado tiene otra, como to-
das las cosas de la naturaleza, desde la esfera armilar bastá la v0-


TOMO ••




138 HISTORIA DEL REINA.DO
getacion de las plantas, tienen esas dos acciones combinadas. En
todas las cosas existe la accion de márchar y la accion de contener
Ambos partidos quieren las mismas cosas eon algunas diferencias en
el modo de plantearlas y llevarlas á efecto.


, . . . .


»Se me dirá; ¿como habiendo organizado en la Mancha la milicia
nacional la disolviste despues? Seriores, yo reconozco que la milicia
nacional en circunstancias dadas ha prestado servicios importantes;
pero que ningun gobierno podrá gobernar con ella. Oigan los pro-
gresistas este consejo de buena fe y ténganlo presente. En circuns-
tancias extraordinarias, por ejemplo, una guerra en que todas las
voluntades se reduzcan á un solo pensamiento, con una organiza-
cion meditada, podrá ser útil la milicia nacional, porque así podrá
disponerse del ejército para las operaciones activas: pero de otra
. manera y como ejército permanente, repit~ que no la, acepto.»


El general Narvaez manifestaba ast en odio á la milicia nacional
esa repugnancia invencible hácia el pueblo armado, á quien los
ambieiosos explotan para arrojarlo en la lucha, desarmándolo des-
pues, y procurando impedir que conquiste sus derechos, que pueda
defend~rlos contra las invasiones de la tirauia.




CAPITUE.O CUI


SUMARIO.


Polémica de los generales Prim y Nanaez.


1.


Prim tuvo sin duda el mal consejo de escuchar las quejas de su
ambicion herida, de su vanidad mortificada, y él que como trans-
fuga venia desde 1843 de conspiraeion en eonspiracion, de grado
en grado, y corno agente de Cristina, sirviendo á la reaccion bor-
bónica, aprovechó la coyuntura para lavarse y conseguir ]a purifi-
cacion entrando en lid con el jefe del moderantismo como defensor
del partido progresista.


He aqui su respuesta •
• S. S. se queja de que en otra parte le hayan acusado por la


conducta que observó mientras fué presidente del consejo de minis-
tros en el aOo '8 y en el de cincuenta y tantos, y S. S. encontraba
mal que' hubiesen calificado á su administracion con el nombre de
a4miai&tracion dlt sangre, y encontraba mal larnbien que esto se
hiciera cuando no estaba en disposicion de contestar. Yo acepto esas
palabras que se han dicho en otra parte: admioistracion de sangre
fué aquella administracion de escándalos, aquella administracion
arbitraria, aquella administracion tiránica. -




74.0 DISTORJA DEL RElNADO
»Recordarán los serIores senadores que el arI9 4' se me prendió


y se me formó causa; t dejando aparte otros pormenores, soJo diré
que pedía para mi la pena de muerte, únicamente por lo que de-
oian un delator, un' hermano del delator y dos testigos, no falsos,
sino imaginarios, pues cuando yo pedi que se presootaran para ca-
rearlos oonmigo no se pudieron presentar porque no existian; una
deolaracion .se releria á un comerciante de 'Barcelona, yalH no habia
taloomerciante ni lo habia habido nunca; y la otra á un soldado
licenciado, que decia que pasando por mi casa y estando hablando
con mis criados, bajó un ayudante, le preguntó quien era, y ma-
nifestándole que era un soldado licenciado le dijo: pues suba usted
á: hablar al general, me le presentó y yo le dije si queria tomar
parle en una eonspiracioD; pero el soldado que era un hombre leal
y obediente al gobierno, dió una contestacion como pudiera darla
un serIor senador; y al ver que se negaba yo le dije: «vaya usted
con Dios, pero guarde usted el secreto.» Pues por esa declaraeion
y otra tan ridicula como esa, se pedia contra mi la pena de muerte.»


n.


Proseguia despues el conde de Reus relatando sus padecimientos,
él que habia banado en sangre las calles de Mataró, bombardeando
á Barcelona, y despues se revolvia de nuevo contra su adversario t
diciendo:


lOLas páginas de su administracion están escritas con 'sangre, y
la sangre cuando se derrama innecesariamente, viene de rechazo á
quedar en la frente de aquel que la ha derramado. S. S. tiene la
jactancia de no arrepentirse; siga S. S. no ,arrepintiéndose y conse-
guirá que todos los progresistas, y como nosotros todos los que
quisieran el bien del pais, la gloria de su reina, y la FIJEZÁ de su
DINAsTf.~, todos los hombres conocedores del pasado de S. S., teman
que pueda sentarse en ese banco cuando miran al porvenir. Por eso
le hará la guerra siempre el partido progresista, y no transigirája-
más con su seno ría; y cuidado que las palabras IIJempre y jamás no
están eseritas en mi coraZOD; pero en favor de S. S. hay que hacer
esta excepeion, y está escrito en los libros del partido progresista
que no transigirá jamás con el duque de Valencia.»


El hombre de las patuleas, el que seducía una y otra vez á los




4 DEL 'ULTIMO BORION DE ESPAÑ"A. 74.1
soldados para olvidarlos en el trance fatal, hablaba ya en aquellos
tiempos como uno dé los funestos reaccionarios, y se atrevió á de-
clararse franco y paladinamente dinástico y partidario de la RElNA
contra la cual se habia levantado tantas veces, contra la cual tenia
el progresismo tantos resentimientos, contra la cual Olózaga dirigía
siempre sus tiros ... ¡Exigencias de la politica!


I


111.


.l'{o quiso Narvaez dejar sin correctivo los ataques que se le ha-
bian didgido, y se levantó para dirigir. al conde de Reus tremendos
cargos, trazando una biografia á grandes rasgos del antiguo capi-
tan de francos. En esos apuntes hay datos que pesan y pesarán
siempre sobre la conciencia del general progresista y ex-unionista .


• S. S. ha tomado el nombre del partido progresista, y yo no
puédo creer que tenga ese derecho, porque este partido ni tiene la
historia de S. S. ni usa de las maneras y de la descortesfa que el
sefior marques de los Castillejos. No haré yo, pues, consideraciones
de partido á partido, ni entraré en la reseña de lo que el partido
progresista haya podido hacer cuando haya tenido necesidad de de-
fender su puesto; esas comparaciones no saldrán de mi boca; que-
de eso para el senor marqués de los Castillejos, que por sus miras
particulares y por Iá ambicion insaciable de su corazon, quiere ve-
nir aquí á enemistar los partidos.


»No contribuiré yoá eso, y,estoy seguro que los hombres sen-
satos del partido progresista no opinan como S. S. El señor mar-
qués de los Castillejos no es progresista. S. S. quiere especular de
esa manera. El señor marqués de los Castillejos se presentó en Pa-
lencia á ofrecer que organizaria el partido progresista, haciendo am
ese papel, para poder salir des pues y decir que cuenta con la voluntad
de la reina; hablar con los hombres del partido progresista, hacer ...
les concebir ciertas esperanzas, volver despues á palacio y decir
que cuenta con ese partido, representando esa farsa.


-No insistiré en lo que iba diciendo, pero manifestaré al selior
marqués de los Castillejos que no es progresista; que si allá en su
juventud quiso serlo, ha estado tan lejos de la casa paterna que. ya
DO se acuerda de ella. S. S. á pesar de las atenciones y considera-




'4! HISTORIA. DEL BIINADO
ciones que debia al senor duque de la Victoria, se sublevó contra
su gobierno, vino á Madrid despues y estuvo á mis órdenes, y fué
S. S. el que, con el brio que tiene siempre, y con la mayor deci-
sion dictó el bando para que la milicia nacional entregara las ar-
mas en el término de veinte y cbatrohoras: fué el elegido para re ...
ducir UDa plaza en que aun tremolaba el pabellon de la regencia,
y no pudiendo ó no sabiendo hacerlo, fué preciso enviar al haron
de Meer y al general Pavla para que ocuparan el punto' que tan
mal desempeliaba S. S.


lIIDespues ha servido todas las administraciones moderadas, in-
clusa la mia, hasta que se incomodó S. S. porque, deseando ser
capilan general de Puerto Rico, yo no pude ofrecerle mas que el
serlo de Canarias. Entonces me hizo la oposieion. A. S. S. le ha
gustado siempre su buena posicion y ha tenido siempre cierto re-
celo á la desgracia. Despues de haber servido á todas las adminis ...
traciones moderadas, cuando estuvo en Oriente y supo que el ge-
neral Espartero estaba nombrado presidente del Consejo de minis-
tros, á pesar de la cruda guerra que]e habia hecho, dijo que ya no
habia que temer nada y que se venia á Espafta: dejó los, laureles
que podía recoger en aquella guerra, y se vino cuando no sabia
mas que las primeras palabras del señor duque de)a Victoria, que
eran las de cúmplase la voluntad nacional. Vino muy entusiasmado,
todavia estaban las barricadas en las calles, y S. S. hizo UDa pro-


, clama en que se decia adelante. Despues habiendo sido muy prote-
gido por el duque de Tetuan ha estado en la Union liberal.


III Yo no niego á S. S. que es buen soldado, ya que es lo único
que me ha concedido á mí; pero lo cierto es que cuando ha venido
la desgracia, cuando ya no le convenia la Union liberal. se declaró
progresista.


»Yo no sé como 'el serior marqués de los Ca~tillejos ha traido el
recuerdo del consejo de guerra que se formó. Yo sobre esto solo
tengo que decir que el gobierno no tiene que ver nada en esos fa-
JIos, porque el consejo de guerra obra libremente en el ejercicio de
sus funciones. A S. S. se le formó causa por conato de asesinato
contra mi persona, y SiD duda se justificó, puesto que el consejo de
guerra le impuso siete afios de destierro en, las islas Marianas.
Cuando se dá una sentencia de esa especie contra un mariscal de
campo, no se puede venir despues de tanto tiempo á hacer lo que
hasta ahora no se ha hecho. Ah,ora 'digo yo tambien á S. S. que




DEL "LTIllO BOBBON DB BSPAÑA. 7 '8
~das las manchas de sangre se recogen y se arrojan á la frente de
aquel que ha querido· derramarla.


lDDiré solo que el consejo de guerra dió la sentencia que creyó
justa, y que S. S. me escribió desde Cádiz una carla en que me
decia que yo' era el hombre mas generoso que habia conocido, y
que me daba su mano para no apartarla jamás. Fué á verme la
madre de S. S. y al momento de v~rla entrar la di la mano, tra-
tándola como merecia una senora de su ciase: fui al momento á" ver
á S. M., y se obtuvo el indu1to para el senor conde de Reus.


ltDespues S. S. me escribió desde Francia, diciendo que queria
venir á EsparIa é ir á Cataluna; se le dijo que no podia venir; me
pidió recomendaciones para las autoridades y olros personas, y yo
se las envié, y me escribió que le habian sido mis recomendaciones
de tanta utilidad, que personas que antes no habían pasado por la
puerta de su casa, le habían visitado y le habian ofrecido sus ser-
vici()s. Esla carta la tengo. (El general Primo Lo dudo.) V. S. pue-
de dudar todo lo que quiera, no será menos cierto por eso.»


IV.


Ante semejantes ataques, ante tan rudas declaracioDes, no podía
callar el senador palaciego que veia comprometidas sus glorias de
Arriea y anulada su pel'soDa1ídad en el momento critico de la evo-
lucion mas trascendental que debia colocarI~ de un salto al lado de
las eminencias progresistas. He aquí como contestó;


1O1.0 particular es que el serior duque de Valencia diga que yo
soy un bomb,re de UDa ambicion insaciable, y que se me dirija es-
te cargo por el duque de Valencia, ea pitan general de los ejércitos,
condec6fado CODo el gran toison, gran propietario y' lo demás que
tiene S. S. ¿Me ha visto S. 'S. alguDa vez intrigar en palacio para
conseguir honores, procurar ascensos, haciendas ó milIones~ ¿Me ha
visto S. S. pedir nada de eso, ni que se me haya, dado tampeco~
¿Sabe S. S. ]0 que hecho? Pues S. S. 10 puede saber; escrito está
en mi boja de servicios, cada grado representa UDa accion, cada
cruz y eada cinta está salpicada con mi sangre. Si S. S. puede de-
cir otro tanto ... eso S. S. lo sabrá, que yo ni nadie lo sabe.


-.S. S. ha calificado de farsa mis entradas y salidas en palacio.
No se como'S. S. ~e ha permitido hablar' así .de un senador, gene-




'7ii HISTORIA DIL RBnCADO
ral y grande de Espafta y de un caballero que no ha sido guiado
mas que por un sentimiento' de buena voluntad y amor indellructi-
Me á la Reina g á 8U dinastla, y por el bien de la patria: no puede
S. S. calificar de farsa un sentimiento tan hidalgo y noble; yo he
entrado siempre en palacio cuando S. M. se"ha dignado oir mi voz,
porqu"e sabe que es )a voz sincera de un espallol leal, y en esos
casos no ha salido de mis labios una palabra que no sea tan
elevada y digna como cumple á tan augusta senora, y que no
tienda á evitar los males que puedan sobrevir. A eso llama far-
sa S. S.: yo tengo una palabra -en los labios que pudiera arrojar
á la frente del sellor general Narvaez, y no la digo porque no cum-
ple en este sitio y dejo ]a palabra farsa á S. S.


lOQue el marqués de los Castillejos no es progresista, que no ]0
ha sido nunca! Basta que lo diga S. S.«EI marques ·de los Casti-
llejos ha sido siempre progresista, lo es hoy y continuará siéndolo-
y no es exacto qu~ haya servido á las administraciones moderadas
y mucho menos á la de S. S. á no ser que S. S. lIame ser mode-
rado á haber sido eapitan general de Puerto-Rico, donde no hay
partidos, donde no hay mas que espafloles. Para ese cargo fuÍ nom-
brado por el seftor general Cordova y S. S. ratificó mi nombra-
miento. Mas tarde, creo que en tiempo del senor general Lersundi
recibí la comision de ir á estudiar la guerra de Oriente: eso no es
dejar de ser progresista y hacerse moderado, ni servir la adminis-
tracion de S. S. Entonces fué cuando al oir el cafton de Vicálvaro,
viendo qqe mi casa se quemaba, creí lo mas natural acudir á ayu-
dar á apagar el fuego en ella, que estarme estudiando la guerra de
los rusos y los turcos; de entoDces parte la proteccion del serior
duque de Tetuan hacia mi persona de que S. S. ha hablado. Si en
esto ha tenido S. S. intencion de mezclar al serior duque de Teluan
en estos debates, yo no soy de ese parecer.


«S. S. me ha llamado farsante. ha q"uerido arrojarme la sangre
de no se cuando sobre mi cabeza; y ha dicho que mi corazon esta-
ba empoDzoftado; yo dejo al juieio de Jos senores senadores y 'al
juicio del pais quien de los dos, el duque de Valencia ó el marqués
de los Castillejos, esta manchado de sangre, es farsante, y tiene el
corazon emponzonado.»




. CAP1TULO C1V·


.SUMARIO.


El general Prim pretende .la gefatura del partido progresista.-Falsa politica y fiuctua-
. ciones de ese partido.-Efectos del discurso del general Prim y de Jas interpe-


laciones de Olózaga.-Temor del partido progresista al pueblo.-Precaria situ.-
cion del ministerio Miraflores.-Cobardía de este gabinete en la cuestion- polaca.


I.


Por es\a manera entraba Prim ruidosamente en el partido pro-
grésista de donde habia escapado con Serrano y otros despues de
desarmar la milicia nacional en toda Espalia, aunque tuvo por al-
gun tiempo entredicho en el partido moderado, que, hábil y preeabi-
do, no quería entregar su suerte á un advenedizo, que por otra
parte conservaba siempre sus hábitos de cODspirador como lo pro-
baron 1as intentonas en que el héroe de San Carlos de la Rápita 'y
~1 tantas veces habian intervenidQ. __


Por esta manera buséaba la jefatura militar del partido progre-
sista el ex-director general de Ingenieros. Porque el general Es-
partero, cansado de su propia debilidad, de las astucias de ,Olóza-
ga y de los vruvenes de los L.ujanes, Infantes y Luzuriagas' y toda
aquella turba de progresistas rancios convertidos de la noche á la
mallana en sectarios de O'Donnell, parecía resuelto, despues' del
desengallo del 86, despues de las traioiones horribles y del olyid~
en que sus amigos le dejaban, despues de )a repetida ingratitud bor-


TolrO lfJ. M




14:6 HISTORIA. DEL REINiDO
bónica, que le acosaba permanente, parecia decidido á permanecer
en el hogar f dejando el campo libre á los ambiciosos y á los excép-
ticGs, á los farsantes y á Jos aventureros. Y el general Prim, vien-
do desamparado el progresismo de una personalidad militar, que
todos los Gtros partidos tenian, á pesar de sus divergencias con 016-
zaga, aspiraba sin duda alguna á este puesto importantisimo.


Olózaga y los progresistas, siempre atentos á hacer el bien dsl
p",blo y á levantarse al poder para gozar de sus amarguras, ad-
mitian sin escrúpulo todas las condiciones.


En vano era que los obstáculos tra~icionales permaneciesen eter-
namente en pié; en vano que Isabel mostrase su ,desvio en una y
otra circunstancia; en vano que los hombres hubiesen hecho evo-
luciones sin cuento, y que uno y otro deseDgarIo, y que Escosura y
otros mil vinieran á mostrar clara y palpablemente la impotencia y
los vicios que en ese como en todos los partidos doctrinarios exis-
tian, nada, nada aprendian los que guiaban á titulo de estado ma-
yor lo que aspiraba á ser un partido popular.


11.


En los conciliábulos se habia resuelto labar todas las manchas,
olvidar todos los Qdios, todos los rencores; y lo que hubiera podido
ser factible en 18" si Olózaga y sus amigos hubieran tenido la ha- -
bilida. d .. :de concentrar en un objeto determinado todas las ambicio-


, , . . .


nes, todos los intereses del progresismo, era sin duda un desatino
veinte anos mas tarde, era un -crimen contra el progreso de que se
llamaban partidarios puesto que existia el verdadero partido popu-
lar, el partido republicano, con su ideal, su dogm~, su bandera y
sus hombres, y lo que nunca hubiera sido ni moral ni digno, la
alevacion de las persoualidades sospechosas á los aIlos puestos,
porque era mengua y baldon para los. hombres consecuentes verse
J)ostergados á los farsantes y aventureros, era peligroso, muy pe-
ligr()~o ;en aquel momento de disolucion, en aquellos dias de corrup·
toras y ~aJé6cas influencias, de espantosa desorgaDizacion.


Como: qúiera que sea, el partido progresista sin soldados, sin
bandera, sin plan y sin concierto.,vivia al acas9, agonizante ya; se
hallaba en. cuadro; neeesitaba hombres, Ó iDfluen~ias, y condenados
á oscilar eatre los desaires de .Isabel y las exig~ncias de la revolu-:


J • \ '




DEL nUlIIO BORBON DE ESPAÑA, 747
CiOD, creyó SiD duda que le seria útil el marqués de los Castillejos;
como veinte afIos antes cifraba sus esperanzas en aquel ministro
universal que habia decretado la expulsion y fa exhoneracion del
general Espartero. Ante semejantes escándalos puede uno lamen-
tar profundamente no baber sido eJ antor de esa gráfica frase que
los resume y condensa: Apar(~mo, la vista cO!I horror 11 el e,tómago
con alCo.


El general Prim quiso por esto provocar una batalla, y de ahí el
temeroso juicio, el debate sangrie!lto elltre las dos personalidades,
entre las dos espadas, entre fas dos eminencias senatoriales, que
produjó un escándalo inaudito y aumentó sin duda alguna la gra-
vedad y lo ridfoulo de aquella situacion indefinible de aquel juicio
final de los partidos medios que preparaban la gran evolucion
pr6ctica al advenimiento de la república.


Prim poniendo al desnudo todos Jos vicios del moderantismo, to-
das las iniquidades del general Narvaez, que quiso en vano eludir
la responsabilidad de los infortunios que habían caido sobre el
pueblo espafIol bajo el reinado de Isabel, como bajo el reinado de .
Fernando y Jos anteriores, y solo consiguió probar que la dinastía de Borbon, que la monarquía mientras degradaba al pueblo y le
humillaba, y le escarnecía, mientras enrojecia las calles y bombar-
deaba las poblaciones, premiaba ampliamente á sus seides enrique-
ciéndolos con donaciones escandalosas, como la de 400,000 duros
otorgados al general Narvaez en pago de haberla libertado de las
cadenas del parlamentarismo, de lo que llamaba chocheces de Ar ..
gueHes, y de la presencia del héroe de Luchana que, como todos los
hombres de origen popular, la eran odiosos.


Bien es cierto que Prim, como hombre de Estado, con el tacto y
la prudencia, es decir I con la hipocresia y la desfachatez de los que
sirven á su ambicion, rindió en su discurso homenaje á aquelJa mis-
ma Isabel cuyo reinado habia producido en EspafIa tantos trastor-
nos, tantas desgracias y tanta sangre, prodigándola todo género de
atabanzas y muestras de respeto.


111..


Esta cuestion babia sacado de quicio al desventurado marqués de
Miraflores, pero coincidia con las interpelaciones de Olózaga en el




'4.8 mSTORIA Dilo RBUUDO
;congreso, por la cuestion de haberse dejado sin conmemorar el ! de
Mayo, y con los .anuncios de una manifestacion popular por esta
misma causa.


Hay en el revuelto mar de la poUtica, gentes de las mas variadas
clases y condiciones: unas pára quienes todo estriba en la bondad
de las ideas; que nada apeteoen fuera de lo que consiente la severi-
dad de sus principios, y ocultarian su rostro de vergüenza, si por
su torpeza ó malignidad entendiesen que habian comprometido algu.
na vez el nómbre inmaculado de su bandera: otras mas listas yapro-
vechadas á quienes todo esto de ideas, principios, sistema~, dejó de
embarazar hace tiempo, empenadas en hacer dichoso al pais eón
su imperio, pero menos cuidadosos de obtenerlo por su consen-
timiento que de escamQtearlo é imponérselo por medio de cautelosas
é ingeniosisimas artes, gente en sumá que aun que la echa de gra-
ve y habla enfáticamente de órden, y no desperdicia en ciertos si-
tios y ocasiones la oportunidad de dirigir sus sarcasmos .corrientes
á la benemérita y olras cosas, tampoco ignora cuan oportuno es ,
veces un motin, ni des delia por consiguienie servirse de él si asi
conviene' sus maravillas as evoluciones.


Pues han de saber nuestros lectores que esas buenas gentes de
que venimos hablando, habian dicho ya para su capote, que en el
dia 10 de Mayo del a1'.ío de gracia de 1868 tendriamos un motin ó
cosa parecida.


tos progresistas y los demócratas, toda la gente sencilla popu-
lar saldria al Prado como para desagraviar con una reparacion no·
biUsima la memoria ofendida de los Mroes del! de mayo. Con este
motivo nó habia de faltar quien quisiese llevar las cosas mas allá,
ó siquiera quien arrojase al viento algun precioso grito subversivo:
los antiguos agentes de anteriores famosas aventuras, estarian alli
si no, para prepararlo cuando la gente popular fuese algo pacata.
Despues corridas, sustos, desmayos, desbanda miento general, y
de tras O'DonneU salvando á la sociedad, para dejar á Narvaez
abierta la entrada del poder.


IV.


Así dis(¡urrian los vicalvaristas con bastante conocimiento sin du-
o •


da del pais y las gentes con quienes se las han, y su juicio no era




DEL tLTIMO IORION Da BSP!RA. '49
despreciable. Pero quiso la airada suerte que transcurriese el gran
dia y nadie pareciese por el Prado en son de guerra, cayendo un fu·
rioso aguacero que hubiese dispersado seguramente á Jos curioBos
que la novedad del anunciado espectáculo habría atraido sin duda.


La mallifestacion, con todo esto pomposamente anunciada por
Olózaga, combatida por los órganos conservadores que de todo
se asustan, que muestran gran terror ante la opinion pública, por
mas que ella les guie y les~ domine y les subyugue, por mas que
sea imposible contener la marcha de las ideas é imposibilitar el
triunfo de la revolueion, la manifestacion, decimos, no llegó á ser
otra cosa qUf' un ridículo alarde del orador progresista que estaba
¡lcaso mas temeroso de las consecuencias de la reunion popular que
sus mismos adversario~. .


.' tos progresistas de estos tiempos han sido siempre muy asusta-
dizos, muy desconfiados de su propia fuerza, de la fuerza de los
principios, de la utilidad de las instituciones que preconizan. La li-
bertad es para ellos un fantasma y un mito; quieren asustar á las
clases privilegiadas, y les presentan las masas populares vengando,
por el hacha del verdugo en Luis XVI, los ultrajes hechos á la hu-
manidad durante muchos siglos. Y esa fábula del terror, porque,
atendidas las circunstancias, el episódio s$ngri~nto de la revolúcion
francesa es, cuando se quiere generalizar, una verdadera fábula, les
llega á asustar á ellos mismos que la han inventado y propagado.
Tr~ste y desgarradora situacion de los partidos medios.


v.


El ministerio Pando se hallaba enfren~ de ona situacion oompro-
m~tida, erizada de dificultades y de absurdos; el campo de la poU·
tica era campo de Agramante; nadie sabia donde ir ni que propósito
realizar; los' partidos que se movian en el estrecho ~cfrculo consti-
tucional, sobre tener principios heterogéneos, inoonexos é inapli-
cables, habian llegado al mas completo descrédito, y hombres y cosas
en confuso torbellil1o .. ag~b. inciertos, se empujab$D, tambaleaban
y calan en el abismo, en el vacio de toda, creencia. . .


loa lDonarquia herida de muerte desde 1868, la dmastfa Borbó~l'
ca desprestigiada y perdida por sos excesos, DO hallaba amparo, no
tenia defensores; y si alguno se aventuraba como Miraflores á to-




150 HISTORIA DEL R'lNADO
mar SU defensa, era impotente para conjurar los excesos palaciegos
y las ambiciones desmedidas de los que querian medrar á toda cos-
ta. La causa de la república habia triunfado, y se iba posesionando
de todos los espíritus, de todas las inteligencias, de todas las clases
el sentimiento de la redencion, la esperanza de una renovacion com-
pleta.


A la Un ion liberal le servia de complemento el ministerio Pando
que estaba destinado á exaltar los ánimos á fuerza de prudencia,
que debia servir de instrumento para preparar la caida de aquella
á quien queria prodigar auxilios y sostener á todo tranco. Rodeado
P9r todos los conflictos que se suscitaban, sin fuerza propia pará
imponerse á los partidos, sin autoridad para hacerse dueño de la
mayoría, desprestigiado en el pais, considerado por las ü¡fluencias
palaciegas como un paréntesis, era aquel ministerio un verdadero
fenómeno político que mostraba á todos su vitalidad viviendo, pero
que en realidad era un cadáver movido por los resortes del galva-
nismo.


Cuando la historia juzgue á aquel miIí~sterio le compadecerá. Re-
chazando la herencia funesta de la Union liberal, condenando las
indignidades, las apostasfas y la corrupcion, se ahogaba en una
atmósfera mefitica y, atento á conservar el órden material, veia le-
vantarse el espectro de la revolucion triunfadora ..


VI.


El espectáculo del senado llegó á afectarle profundainente, y la
ínterpelacion del congreso vino á divorciarte por completo de la
opinion pública. Tuvo, pues, que ceder á las leyes de la necesidad,
y buscando el reeogimiento y la soledad para meditar sobre lo que
era conveniente hacer, suspendió las sesiones poniendo coto á la des-
enfrenada locuacidad de. tirios y troyanos.


As! huia Miraflores los compromisos de la publicidad, así evitaba
que se reprodujeran en el senado los horribles escándalos dados en
la prensa por El Contemporáneo y el Diario Elpañol en la historia
retrospectiva. Pero no podia huir con todo esto á sus remordimien-
tos, á sus inconsecuencias, á su ignorancia absoluta de los deberes
que le imponia la situacion; y él que se llamaba honrado é impar-
cial, él que manifestaba tanto respeto í la opinioD publica, mante-




DIL ÚLTIMO BORBON DI ISrAÑA. '751
Día á Chacon de fiscal de imprenta, que con salla y encarnjzamiento
borraba y mutilaba'las apreciaciones que le desagradaban, impidien-
do que se llegase á formar ona falange robusta que manifestara
francamente el rumbo que debía seguirse.


Porque aquel gobierno no tenia un plan fijo, UDa política deter-
minada, ni podia hacer otra cosa que mantenerse en espectativa y
guiar hácia donde le sellalaban las distintas fuerzas que le daban
impulso.


Estaba empenado el combate en toda la Unea. Los antiguos mo-
derados habian recojido algunos dispersos de la Uníon liberal; los
progresistas daban la mano á los extraviados que como Prim retro-
cedian, despues de veinte aftos de equivocaciones lamentahles, á la casa
paterna; y don Leopoldo apoyaba con todas sus fuerzas al ministe-
rio, mientras se empezaban en palacio las intrigas, las ofertas y las


. amenazas de todas aquellas parcialidades, juguetes des\'enturados
de su propia ambicion y de los caprichos borbónicos.


Ya 'comenzaba por entonces Cristina á reconocer lo grave de la
situacion, y volvia los ojos al partido progresista á quien habia vi-
Jipendiado y escarnecido en su desgracia.


VII.


Los absolutistas, los neo-católicos tenían tambien esperanzas de
conquistar por completo el poder donde el frac del marqués de Mi-
rallores parecia sostenerlos, representarlos y escuchar con benevo-
lencia sus quejas y sus lamentos.


La insurreccion de Polonia, que luchaba entonces por sacudir el
yugo mo.ovita, que ver tia á torrentes como en tantas otras oca-
siones su sangre para rehacerse y vivir eomo pueblo independiente,
Ja insurreccioD de Polonia, que excitaba simpatias en todas partes,
era considerada por Jos gobiernos bajo un aspecto muy distillto, y
nadie se atrevia á proclamar que reconocia el derecho, ni mucho
menos á auxiliar á los que tan decididamente y á pesar de Jos obs-
táculos se batian con ardoroso denuedo. .


El ministerio Miraf}ores creyó prudento intervenir en esa cuestion
dirigiendo una nota á San Petersburgo, en la euallamentaba la im-
paci8ncia de 108 polaco8. Esto daba )a medida de su liberalismo y de




'151 mSTollu DEL lBINADO
8U dignidad; ésto mostraba que debil y vacilante en el interior no
tenia, no podía tener condiciones para presentarse en los consejos
de Europa como correspondia al gobierno de un pueblo tan amante
de la independencia<. Eran esas palabras un insulto á los héroes, y
no debieron nUDca escribirse por nI! ministro espallol.





tAPITULO tV·


SUMARIO.


Crísis del ministerio Miranores.-CreaciOR de un nuévo ministerio.-Debilidad delgo~
bierno y fuerza de las oposiciones.-Ambigüedad de Jos partidos constitucionales.
-Contradicciones de la Union liberal.-Irresolucion del gahinete.-Falsas pro-
mesas de legalidad.-El partido democrático ,es declarado ilegal.


1.


Cada dia era un tropiezo para el gabinete Miraflores, en cada ins-
tante se veia expuesto á las contingencias de su situacion, y por fin
llegó á declararse en crisis. Pero Isabel, que no sabia aun que par-
tido tomar, no aceptó la dimision presentada, y Narvaez, compren-
diendo que era cuesUon de tiempo, abandonó la corte de Aranjuez
retirándose á Loja. -


El gobierno algo repuesto despues de lit declaracion exp]fcita de
la reina, de que merecia su confianza, y libre de incómodos hués-
pedes, encontró en medio de sus meditaciones profundas y como un
arbitrio salvador, ensanchar la base dé} poder, y al propio tiempo
la -base del presupuesto para que pudiesen mas cómodamente colo-
tarse los que se ]Jamaban sus partidarios.


A. esto debe atribuirse sin duda la creacion de un nuevo ministe-
fio: Porque en sus tratos, éonciliábulos y conferencias, aquel abi-
garrado conjunto de notabilidades necesit~ba aun forJDalizarse, agre-


. gar nuevos elementos á los que le constituían para presentarse ro-
Towol.. 95




751 HISTORiA DEL REINADO
busto y fuerte ante la opinion cayo faHo iba á provocar en unas
nuevas elecciones.


Era ciertamente el momento de la disolucion de los partidos; la
lucha entre los poderes viejos y la nueva idea se renovaba en todo
su vigor. El trono, la monarquia, el' privilegio se hallaba frente á
frente de la magestad del pueblo, sin trincheras, sin parapetos y
caida la careta que ocultaba hipócrita sus orfmenes sangrientos.


Se discutia todo: el ministerio era débil, el ministerio. no era un
poder; las Cortes, el Senado y el Congreso no autorizaban con una
sombra de legalidad el movimiento, la vida, la acoion de ese instru-
mento social que se liama el Estado. No habia constitucion formal;
la legislacion inicua, consagrando abusos y privilegios, pretendien-
do armonizar intereses divergentes, formaba un farrago inmenso y
contradictorio con que podia hacerse la carga de muchos oamellos,
como decian en otros tiempós.


Las oposiciones lo eran todo en aquellos momentos, trabándose
combaies desesperados por conquistar la vacante, sin hacer caso de
que los puestos ministeriales se hallasen ocupados en apariencia por
aquel monumento histórico llamado Miraflores, y aquellas otras en-
tidades politicas que, por vanidad solo y por lujo, ocupaban las pol-
tronas.


11.


La Union liberal estaba en el poder, estaba fuera del poder; se
hallaba en la oposicion, era objeto de los rudos ataques de la opo-
sicion.


Los moderados no eran moderados, porque formaban parte de la
Union liberal; los progresistas no eran progresistas, porque vivian
al rededor de O'Donnell. No existia el sistema representativo por-
que el parlamento se hallaba cerrado y próximo á disolverse. No
habia .libertad porque el gobierno ejercia presion por sus fiscales elt
la prensa, todo lo censuraba porque la tribuna se hallaba desampa-
radar porque las garantias constitucionales tenían poco valor ante
las teorias del hombre·de las Imaculaciones y ante los hábitosaven-
tureros del re!l de las afueras, dei héroe del '1 de octubre, don Ma-
nuel de la Concha.


Existian con todo la prensa y la opinion pública mas fuertes y




DEL ULTIMO BORlON DE BSPAÑA. 155
mas robustas que nunca, porque, por cima de todas estas contra-·
dicciones se mostraba claramente, como hemos dicho, la lucha en-
tte lo pasado y lo porvenir, entre la reaceion y la revolucion, entre
el trono y la República, entre el Hamado derecho divino y la solem-
ne consagracion de la justicia humana, de la justicia universal, del
derecho absoluto.


Perdidos en el abismo de sus errores, en la oscuridad de sus cá-
balas ambiciosas, los partidos medios, no acertaban, ni era posible
que acertasen á definirse á formular su transitorio objeto; y para
colmo de desventuras, la' monarquía, que hubiese podido luchar ro-
busta como en otras edades si hubiese representado fielmente el sis- .
tema de ab!)sos y de arbitrariedades que explotaban ciertas castas;
se hallaba representada por una mujer á la cual se habian negado
por sus adeptos las cualidades de mando y la direccion. Yen los dos
extremos de aquella falange politica, aparecian el carlismo y la de-
mocracia combatiendo por sus principios absolutos con la fe y el ar-
dor que la conviceion produce.


111.


Entre las diferentes COD tradieciones de la Union liberal hemos ob-
servado que, pretendiendo respetar el pensamiento, ahogaba bajo el
peso de las denuncias y recogidas la imprenta, y fingiendo hipócri-
tamente, sobre perseguir la conciencia con los halagos y las seduc-
ciones, castigaba al libro quemándole, y buscaba pretextos para
encarcelar á aquellos que manifestaban sus creencias religiosas
opuestas al catolicismo.


En Granada y otros puntos de Andalucfa se siguieron causas á
los protestantes, involucrando por supuesto, la cuestion religiosa y
Ja cu~stion poJitica, y llamando con duros calificativos á los que
gemian bajo el yugo de la justicia.


Los sucesos de Y.oja sirvieron de base para persecuciones terri-
bles, y 108 órganos de la reaccíon llamaban· irreligiosos, enemigos
de la p~opiedad y trastornadores á los que gemían en las cárceles y
-eran condenados por los tribunales.


La camarilla fra~lesca pesaba siempre sobre todos los .gobiernos;
y si la Union liberal habia podido sostenerse en el poder debfalo es-
pecialmente á sus complacencias y adulaciones para con ese poder




156 IlSTOIUA J)EL BINADO
oculto que habia anatematizado al salir al campo de Guardias. ,Qué
habia de hacer, pues, el gabinete Miraflores sino inspirarse en aque-;..
Has tendencias cuando O'Donnell habia cedido hasta el punto de ser-
vir de aeólito en las procesiones llevando el cirio en San PascuaIY


Se necesitaba una gran fuerza de voluntad para combatir tantas
preocupaciones, tantas apostasias, tantas debilidades, tantos errores
como venian á descubrirse en el fondo de aquella politica acomoda-
ticiade los partidos medios; y los progresistas, los que se decian des-
cendientes de los legisladores de Cadiz, estaban dando insignes mues~
tras de cobardía y debilidad procurando acomodamientos, y usando
reticencias indignas sobre los puntos mas capitales, sobre aquellas
cuestiones en que la soberania nacional perdia lastimosamente.


Por eso todas las evoluciones, todos los escarceos, todas las ma:"
nifeslaciones á nada conducian, y desde los primeros momentos, poco
despues de la famosa reunion en que se hallaron congregados todos
Jos elementos, vinieron protestas enérgicas contra las jefaturas de los
h()mbres desacreditados, recordando que el partido histórico, el que
quería la Constitucion del 87, Y la Milicia nacional tenia por jefe al
solitario de Logrono.


IV.


Asi marchaban los sucesos y el gabinete irresoluto, sin atreverse
á romper con unos ni con otros, continuaba en el limbo de su inde-
terminacion é indiferentismo, empujado por todas partes, y oponiendo
á todos )a fuerza de su inercia.


Llegó por fin -el momento de la dis~lucion de las Cortes y la mayo-
da parlamentaria, y ]a minoría, y la democracia, y el neo-catolicis-
mo, los disidentes. las personalidades, todos, todos se conmovieron,
todos se agitaron para buscar cada cual su solucion, para imponerse
ó exponer sus hombres y sus principios en aquella hora suprema,
en aquel momento verdaderamente revolucionario, que hubiera 'po-
dido servir tan útilmente al plan conciliador de Miratlores, ti hubiese
ebedecido efectivamente á ese declarado .propósito de respetar la opi-
nion considerándola como se'nora del' mundo. .


IDa á empezarse la gran batalla, la batalla que todos temian, la
batalla postrera que daba la dinastia de Isabel sosteniendo BUS de-
rechos caducos y desvencijados. Miraflores c8nfiaba en su prudencia




Dn iLTlIIJ BOBBON lOE ESuNA. '757
para disipar.Ja tormenta que se cernia sobre el trono de Isabe) , y
halagaba alternativamente á unos y á otros, y á unos y á otros les
aconsejaba tino' y discrecion.


Pero las pasiones se agitaban tumultuariamente, y los odios apa-
recian chocando ciegos y desalentados. .


Como el gabinete habia ofrecido libertad ámplia é imparcialidad
severa, se creian todos en situacion de luchar, entreteniéndose las
distintas parcialidades ·en calcular sus propias fuerzas y las fuerzas
de sus adversarios. Congregábanse y reunfanse unos y otros, y el
partido progresista, que habia hecho una evolucioIÍ tan importante
como la de concentrar ",us destacamentos, recogiendo á los rezaga-
dos de la Uníon, que habia alterado en cierta manera, para transigir
con Jos obstáculos tradicionales el dogma, tenia plena y absoluta
necesidad de ver sancionados sus acuerdos por las masas, fingiendo
por esta manera un respeto, que no profes,aba, á la soberania na-
cional.


Todos, pues, esperaban con' ansiedad que llegase el m'omento de
las magnas reuniones anunciadas, y sus hombres' obtuvieron del go-
bernador Ja oportuna licencia para convocar á los electores.


Tambien la democracia debía reunir sus huestes, porque si no re-
nuneia~a á los principios proclamados, y se exponía á que muchos
de sus hombres-siguiesen en la doble evolucion del partido progre-
sista á los farsantes que en circunstancias dadas, y en virtud de la
elasticidad de sus conciencias no temen proclamar ciertas doctrinas
que han de relegar despues al olvido.


v.


y cuando todos hablaban de concordia, y cuando la época pare-
cia de expansion, y cuando el gabinete venia dando muestras de gran
tolerancia y de respeto práctico al sistema constitucional, opusiéronse
dificultades á )a reunion del partido democrático, y el Consejo de
"Dlluls\toS nso\vib que se 'na))a'ba luera de )a legalidad, que no podia
por lo tanto reunirse pacfficamente, que no podia concer.tar~e para
poner á salvo sus intereses, para mostrar su fuerza, y ejerCitar su
influencia en los futuros destinos del pais.


Determinacion tan absurda cayó como una bomba en medio de
los partidos que se agitaban bulliciosos, y entonces surgió repenti-




'158 DISTO.U. DEL· DlNADO
namente en el partido progresista UDa divergencia al plantearse el
problema, problema árduo, problema diffcil y perturbador para los
que contaban ya con el a~bicioDado poder, para los que veian des-
vanecerse sus gratas ilusiones por una obcecacion inexplicable del
ministerio.




CAPITULO tVI.


SUMARIO.


Calvo .A.aenliio.-Retraimiento del partido progresista.-Actitud de la Ibe~"a.-)[uert.
de Cabo A.lensio.-Manifeltacion solemne del pueblo madrileño IIn iU IIntierro.


l.


En los misteriosos arcanos de la politica palpitante, de la politica
de pacotilla, seria dificil ~ecidir á quienes contrariaba este suceso,
á quienes agradaba acaso por libertarles de serios compromisos.
1\euniéronse, pues, los progresistas, y aunque incompleta la junta,
despues de grandes deb&tes en que tomó parte muy activa el direc-
tor de La 16mb, Calvo Asensio, vino á adoptarse la determinacioa
de retirarse del palenque electoral, consagrando entonces la 'eoria
del retraimiento voluntario lo que por tantos alios venia sucediendG,
eato es, la proscripcion y alejamiento del poder (Q).


Muchos dias duró la discusion de este punto interesante~ pero ya
por acuerdo interino habia renunciado el pertido progresista á re-
UDirse en el dia designado. Acto dignisimo, quizá el Inas conforme
á los principios que proclamaba, quizá el mas intempestivo, el mas




760 HISTORIA. DEL REINA.DO
contrario á sus intereses, y precisamente cuando al parecer, segun
ciertas ofertas y pactos t se le abrian las puertas de palacio como par-
tido histórico, como partido de gobierno dentro del estrecho circulo
de la monarquia constitucioDal.


11.


~n ese momento la fraccion de La lbena, la fraceion revolucio-
naria, el elemento jóven y activo que sostenia la lucha sangrienta
con la reaccion, la fraccion que podia deeirse continuadora de los
]egisladores de Cadiz, la fraccion inteligente y turbulenta que pro-
clamaba los principios democráticos, y pretendia hacerlos compati-
bles con la monarquia sonando obtener dentro de esa forma la gran-
deza con la union peninsular, llegó á obtener el triunfo, malogrado
acaso porque el jefe emprendedor de esa parcialidad vino á sucum-
bir inopinadameñte en medio de aquella crisis amenazadora y ter-
rible.


Calvo Ásensio efectivamente, viendo inutilizados tos esfuerzos de
tantos arios de perseverancia- cuando el eia ya próximo el momento
del triunfo, disgustado acaso de la reciente evolucion que volvia á
infiltrar dentro del partido progresista elementos nocivos, estrechado
de cerca por unas mómias que pretendian regir los destinos de su ,
partido, que se daban ínfulas :de organizadores, ellos que habian
desorganizado cuanto tocaban, ellos que no sabian ni veian otra
COS8 que el logro- de su ambicion, Calvo ÁS8Dsio despues de hablar
cuatro ó seis horas en el gran Consejo del progresismo, se'retiró en-
fermo á casa, y pudo apenas firmar el célebre acuerdo' del retrai- •
miento.


8sta inesperada desgracia desconcertó casi á- los progresistas,
dando ocasion', con todo, á una manifestacionruidosl; á-uo'SGlemne
testimonio de afecto que la poblacion de Madrid tributó á su' dipu ..
tado, laborioso, consecuente; y enérgico defensor del dogma' de la
soberanfa nacional, aunque preocupado· por la idea- dequs no' eran
posibles por el momento las instituciones republwaDas~ MiUar'3S1 de
pers~nas con verdadero sentimiento, con afectuosas muestras de res-
peto y con8ideracioll' acompanaron los inanimados restos del hijo del
pueblo que por el pueblo babia peleado, que por su cau_ babia




DEL trLTIMO 10RBON Da ESPAÑA. 161 .
.


sucumbido. Pérdida inmensa para el partido progresista y de la que
se resiente todavia.


111.


Este acontecim iento en medio del periodo electoral, vino á tras-
tornar verdaderamente todas las combinaciones; pero el partido pro-
gresista no podia retroceder, r la política iniciada por Calvo Asen-
sio y sus amigos, no tenia buenos intérpretes en los que la habian
combatido, en aquellos á quienes guiaban otros fines, otros propó-
sitos menos levantados, menos dignos, y que forzosamente habian
de practicarla.


Como quiera que sea, aqu ella situacion venia á hacerse comple a
tamente revolucionaria; hombres y cosas ~e hundian en el abismo
y solo quedaba un hecho: Isabel con el nombre de constitucional, ó
sea un despotismo enmascarado, y la doctrina democrática, la idea
revolucionarja avanzando y extendiéndose por todas partes, confun-
diendo y borrando todas las denominaciones, todos los abusos, to-
dos los privilegios para presentar su programa, la República, ante
las altas ilustraciones.


En todos los actosIde las administraciones que se sucedian, veiase
el sello del desconcierto y de la arbitrariedad. Pero, como para dar
al fin del reinado de Isabel, á las últimas convulsiones de la agonia,
el repugnante aspecto que debía extremecer á los que pensasen en
restaurar la mo aarqufa, allá en Cuba ~ ocurrian sucesos gra vfsimos
que no por permaneéer ahogados en el silencio eran menos indig-
nos del pueblo espaftol.


Los que no se atreven á defender la esclavitud de frente, los que
la condenan en principio pero consid~ran conveniente su continua-
eioB, los explotadores de carne humana han procurado siempre do-
minar á las autoridades de la isla por los alhagos y la inlimidacion,
y así han logrado acrecentar el número de esclavos á pesar de la
prohibicion de la trata.


El general Dulce persigui ó con decision á los negreros, y se ba-
lIaba en pugna con esos bandos y parcialidades que viven de la ex-
plotacion. El ministerio MiraBores, despues de resistir algun fiem-
po á. las inBuencias que le rodeaban casi se hallaba decidido en los
momentos á que vamos refiriéndonos, á destituir al general Dulce
á quien la prensa independiente _ tributaba grandes elogios. 10_" ,.




761 HlSTOIU! DEL IlEINADO


IV.


La crisis que era permanente, vino tambien á modificar por en-
tonces al ministerio que entraba en la batalla electoral y necesitaba
para poner en juego sus combinaciones, mucha elasticidad y atar
cabos y desatár ·voluntades y transijir segun fuera oportuno y con-
veniente en )a lucha. Porque se trataba de ensanchar la base y for-
mar un cuarto partido, el partido conservador, trayendo á unidad to-
das las personalidades divergentes.


Sierra dejó la cartera de Hacienda á Moreno topez, entrando en
su puesto Alonso Martinez y Permanyer en UJiramar. Asi se com-
pletó el ministerio en ~quellos dias, porque las exigencias de los
candidatos y las combinaciones de 108 distritos eran la única fuerza
de) gobierno que se veia rodeado de -dificultades.


De gobierno de transicion, de gobierno paréntesis quería pasar
á gobierno modelo, tomando fuerza de si propió, pues tan hetereo-
géneas eran las parcialidad'es que representaba, que su avenencia
era de todo punto imposible. Un absolutista, un moderado inde-
pendiente, otro moderado amigo de la Unjon, un progresista, un
disidente, un casi neo-católico y un cero; lo que venia á dar una
amalgama, una Babel politiea.


Con todas estas circunstancias el gobierno iba á entrar en 'unas
elecciones, concentraba toda su atencion en confeccionar candida-
turas, y quiso explicar perfectamente su situacion en una larga
circular que podia considerarse como un nuevo programa.


«El sufragio universal, decia,-no decidirá una contienda entre
grandes y organizados partidos politicos, SiDO las varias nebulosas
y casi indefinibles aspiraciones de los¡numerosos grupos brotados
,del seno de aquellos partidos mismos, ~partidos que hasta ahora ha-
bian llenado, no siempre sin gloria, las páginas de nuestra historia


,cónstitucional. El poder electoral sin oir el discordante clamor de
jas multiplicadas fracciones políticas que nos aquejan, habia de en-
viar al congreso una mayoria capaz de consolidar los intereses con-
servadores y liberales, ó sean los del órden y la libertad, si no
comprometidos en el dia, al menos harto alarmados por el débil
apoyo que pueden prometerse de agrupaciones, mas ó menos ilus-


?tres sin duda, pero escasas en número y faltas de la unidad y cohe-




DEL ULTIMO BORION DI ESPAÑA. '168
reacia, que son prenda necesaria de la fuerza de las parcialidades
poIfticas ...... Nuestra política que es franca, liberal y generosa, va
á ser juzgada por ]a nacion. Es de esperar que esta la acoja con
benevolencia y adhesioD. A los candidatos dignos que la defiendan
di,ptnsará V. S. el noble apogo de sus simpatfas. El gobierno no
puede Ber Ind'ferente espectador de una contienda en que van á ser
empeliados intereses inconmensurables.»


v.


A esa circular habia seguido otra mas espr~siva, mas concreta y
determinada. Como· ya dejamos anunciado, los demócratas preten-
dian reunirse para discutir su programa fijando las circunstancias y
los nombres que podrian representar sus principios. Y para el ob-
jeto pidió á los gobernadores la competente autorizacion á que con-
testaba indirectamente la circular ministerial, declarando que solo
los electores podían tener entrada en esas re~nioDes. Para llevar á
cabo esto, se disponia en la condicion 8:: «Si fuesen electores del
distrito ó distritos de la localidad donde se ce]ebre--Ia reunion, dicha .
calidad se hará constar identificando las personas y con presencia
de las listas electorales respectivas. Si se presentase para asistir á
la reunion un elector forastero, no podrá ser admitido sino despues
de identificada su persona, y con cerlificacion justificativa de su pro-
cedencia. »


Dando mucha importanc'ia á la imparcialidad y buen órden, yen
la hipótesis de que el gobierno era tan neutral, como hemos visto,
decia asi la disposicion 4,&: «La autoridad pública por si ó por me-
dio de delegado presidirá necesariamente la~ reuniones hasta el mo-
mento de quedar constituidas, y • juicio de la misma podrá conti-
nuar en la presidencia si ~atendidas las circunstancias lo juzgase
cODveniente. »


y anadiase en la 6. a: «Será disuelta ]a reunion siempre que se
discutan objetos extra nos á las elecciones ó se dé lugar al quebran-
tamiento de las leyes .6 la perturbacion del 6rden.»


Aquel gobierno débil, incoloro, quehabia prometido legalidad,
tolerancia, expansioD; que habia hablado de la omnipotencia sobe-
rana de la opioion, se contradecia, se achicaba, se mostraba mas
que ningun otro suspicáz y lejos de buscar ocasiones pina com-




'64 mS'l'OBIA ·DEL BII1UDO
prender las neeesidade. y deseos del pais, limitaba el cuerpo elec-
toral, que escasamente llegaba á 100,000 espafloles, el derecho de
emitir un juicio, de significar .una opinion acerca de lo que á todos
interesaba igualmente.


"Qué sois vosotros miserables los ,que nopagais 4~Oreales de
contrilmcioa directa~ decia el gobierno. La Bspafl8 no tiene mas que
100,000 personas con derecho á dar su opinion en materias elec-
torales, y esas son las que pagan de 400 reales arriba. A. los
16.800,000 espafloles restantes no les incumbe mas que obedecer"
callar, pagar los impuestos indirectos y los, directos que no lleguen
á 400 reales, dar sus hijos para la guerra, fabricar nuestras mora-
das, nuestros vesUdos y adornos y nuestros muebles, labrar la
tierra, limpiar nuestros carruajes, nuestros caballos y nuestras
botas.




CAPiTULO CVU·


SUIIARIO.


Exámen filosófico de la circular ministerial.-Opinion de la prensa.-Haniftesto del
partido democrático.


1.


Sublime teoria en un gobierno constitucional, despues de cien
aftos de revolucion, en que la filosofía habia demostrado, como el
sentimiento cristiano diez y ocho siglos antes, que el hombre es
igual al hombre, 'que es su hermano. Terrible confusion de ¡m-
potencia é incapacidad para los que sostenian desde el gobierno,
que deben respetarse las oposiciones legitimas y atenderse' todos los
intereses.


¿Babia JJegadó el caso de constituir nuevamente las corles~ 6 Venia
el gabinete Miraflores á restablecer ]a feudalidad y la amortizacion
bajo lodas las formas?


La prensa hizo justicia de ese documento inca1ificable y los ·pro-
gresistas se presentaron por entonces con dignidad y firmeza. Na-
die podia comprender ni por consiguiente aprotiar que la masa de
los ciudadanos, la multitud desheredada da lodo bienestar, la m.ul-
titud que habia conquistado un puesto al calor de las nuevas ins-




766 HISTORI! DEL RIINADO
titaciones civilizadoras, se viese relegada completamente del dere-
cho coman.


Fuera de las épocas del régimen parlamentario, en los tiempos
del despotismo, todavía podremos reconocer este derecho ejercido
con expreso asentimiento del poder, en los asuntos graves del mu- .
nicipio pOI' ejemplo, cuando á son de campana era congregado el
pueblo entero para decidir cuestiones de alto interés para él, aon
caando sabido es que tenia sus representantes propios, encar-
gados y delegados para la gestion de negocios y dirigir la vida co-
munal.


Pues este derechó tan natural y justo, tan habitual como arrai-
gado en Espafta, lo negaba el gobierno porque )0 limitaba y redu-
cia á la nulidad, poseido no sabemos si de un vértigo de ignoran-
cia, de una pasion inconcebible de injusticia, ó de un sentimiento
que rebosaba temor por todas partes.


El agravio era al partídó democrático, el tiro se dirigía á las
clases desheredadas, y por Rna inconcebible aberracion, olvidando
las lecciones de la historia aun~recientes, olvidando que los pueblos
reivindican su derecho cuandQ se les niega, no titubeaban en arro-
jar á la frente de un grande y magnánimo pueblo un nuevo agra-
vio, un reto satánico que debia producir gravísimos trastornos,


. .


que debia dar orígen á una gran evolucion fundiendo las oposi-
ciones, los intereses nuevos en un sentimiento comun, destruir al
enemigo que desde sus fortalezas perseguia con implacable salia la
idea de progreso.


11.


La muerte de Calvo Asensio, el retraimiento, esos dos hechos casi
simultáneos debian contribuir tambien y contrib·uyeron á hacer
que los acontecimientos girasen en cierta esfera y tomaSen sesgos
distintos.


tos partidos que habian visto levantarse frente á ellos repentina-
mente un pavoroso problema, dificultades gravfsimas provocadas
por el hombre débil que gozaba de los favores de palacio, cuya pre-
tension sin duda era fortalecerse con su misma debilidad para hacer
frente á todos los partidos,· no se hallaban dispuestos á ~iertas even-




DEL "LTUIO BORBON DE ESPAÑA., '767
tllalidades, y el director de La Di6cusion, despues de la oolebre
circular, y al recibir el oficio en que se le comunicaba el per-
miso para reunirse los electores demócratas, hubo de consultar á
los mas íntimos, reuniéndose durante algunos dias en grupos de
veinte para explorar las opiniones y decidir lo que mas conveniente
fuera.


Era ciertamente solemne la oeasion; eracr~tica por demás y ante
el espectáculo que presentaban.las fracciones conservadoras en toda
la vasta escala de los privilegiados, los partidos populares, el pro-
gresista y la democracia, casi por completo excluida por el censo de
la gestion de los negoeios, debian ser virtualmente vencidos; y cuanto
mas liberales y espansivas y legales fuesen las disposiciones del go"':
bierno, tanto mas significativa podía ser su derrota, porque el par-
tido oficial, el cuerpo electoral privilegiado, que se creja por algunos
independiente é ilustrado por el mero hecho de pagar contribucion,
debia decidirse naturalmente en favor de los opresores que, recar-
. gando el presupuesto, concedian con todo pingües sueldos, franqui-
cias, contratas, medios de explotacion y de mando á los mayores'
contribuyentes, que en realidad nada pagaban, porque recargaban á
las clases productoras en las rentas ó en la baja de los salarios
ó en el excesivo precio de los productos que ellos solos monopoli-
zaban.




111.


ta prensa, pues, dilucidaba la cuestion y uno de los periódicos
democráticos, el dirigido por Rivero. se expresaba asf:


«En resumen la absteneion significa:
»Prevision y prudencia polftica; dignidad y pureza; protesta con-


tra la eorrupcion electoral; reivi!ldicacion solemne de los principios
de libertad y publioidad; independencia del sufragio; triunfo próximo.


»La concurrencia á las urnas trae consigo:
»lmprevision y temeridad; deshonra é impureza; sancionar la


corrupcion; abdicar de la libertad y de la publwidad; coartar el vo-
to; alejar el dia del triunfo constitucional de los partidos verdade-
ramente liberales.»


La Iberia decia con referencia al mismo asunto:




168 HISTORIA DE REntADO
.Si en vista de la circulár nos retfr.amos de las urnas, si como


nosotros se retiran las demás' oposiciones, si este gobierno sin ca-
rácter politico, se encuentra, á consecuencia de esto, con un con-
greso absurdo, compuesto de hombres á él semejantes, ~i sancio-
namos los citados abusos del poder ni perdemos nada en realidad,
pues unas cortes de este género no podrian durar, y los trabajos
electorales que tenemos hechos nos servirian para las elecciones
próximas lo mismo que para las presentes.


»La poUtica de retraimiento que en este caso y por excepcion
aconsejamos, se reduce á esperar un poco con el arma al brazo, y
no entrar en la lucha en este momento, para entrar con mas ven-
tajas pocos meses despues. Con esta poHtica nada siquiera aventu-
ramos, y por el contrario, salvamos nuestros principios, ¿por qué,
pues, no la hemos de aceptar?»


A.nadia El Clamor:
.Urge é importa resolver el problema; es de todo punto indis-


pensable despejar para siempre la incógnita. Una de dos: ó se esta-
blece un gobierno representativo verdad, ó no habrá en los futuros
congresos mas diputados que los de la mayoria ministerial. Basta de
enganos y decepsiones. tos estragos que han hecho, lo dicen con
harta elocuencia el descreimiento politico, la confusion babilónica,
la inmoralidad y el mercantilismo que desgraciadamente reinan, y
hao reemplaz¡do á la fe, al imperio de las ideas, al desprendimiento
y á la abnegacion. Puesto que las oposiciones liberales no pueden
destruir la máquina existente, por efecto de mil y mil con causas ex·
tranas á su voluntad, deben por lo menos tratar de que no ande,
arrancándole con su auseneia del parlamento, una de las ruedas que
le hacen falta.»


Las Novedades, por su parte, no se atrevía á formular una opi-
nion; y los periódicos ministeriales pretendian que la abstencion era
un gran perjuicio pára los mismos partidos y para el sistema repre-
sentativo.


l\'.<.


.


tas reuniones :demoeráticas de que antes nos hemos ocupado,
.dieron por fin un resultado práctico, y no sin discusíOD, no BiD grau


. .




DEL U.'Dl1lO jlQB&ON DEISPAÑi.U9
disgusto, DO sin -perturbaoiones ry lrencillas y quijotesoas exigenoias
del ditleolor.de ~l P.,eblo 8n;un &entido,yllel director de La Disea-
aonqu.e ,vacilaba en ¡otro, se negó á, UDA1Quordo¡firmándose un roa-
nifieslo ,de Iu demócratas de -Madrid, -que eotre.,otros ·párrafos, de-
cia asi:


.Porque el mal es tan grande que amenaza la completa disolucion
de la sociedad espafiola. El espiritu público postrado; Jos mas gro-
seros. intereses erigidos en objetos de culto;)a apostasia ostentada
como titulo de honrosa distiQcion; el altivo carácter espaDol degra-
dado; nuestra patria, la nacion de Bailen y Zaragoza escarnecida é
insultada; la política un mercado; la gobernacion del pais una in-
triga de banderfa; la administracion pública un foco de inmoralidad
y de abandono; los destinos públicos patrimonio de algunas privile-
giadas familias; las cortes simulacro; las garanlfas constitucionales
nulas; el gobierno representativo un nombre vacio; las elecciones la
circular del seDor Vaamonde.


»No, no nos mezclemos en esta obra inmunda de los partidos
_ reaccionarios. Dejémosles so105, absolutamente solos, y ellos mismos


retrocederán espantados ante el espectro de su propio aislamiento .
. -Nosotros, demócratas, queremos el sufragio universal; la libertad


de la prensa ilimitada; las libertades y derechos individuales sóli-
damente garantidos; el derecho permanente de reunion y de asocia-
cion pacificas; la institucion del jurado para toda cla~e de delitos; el
municipio y la provincia independientes en sus funciones propias;
la representaeion nacional que sEla el espejo fiel de la opinion pública;
la libertad política consagrada como un derecho para todos y no como
un privilegio para nadie.


»Pues bien, seamos consecuentes con estos principios, ínterin elec-
ciones perfectamente libres no permitan al pais la verda~era repre·
sentacion de sus opiniones y de sus intereses, dejemos á los oJigarcas
de hoy la responsabilidad entera de los males de la patria' ante los
coetáneos y ante la posteridad.


»Tengamos,demócraras, confiabza en las Jeyes inmutables del
mundo y en ]a irresistible fuerza de la justicia. El pueblo espafiol se
ha vestido ya la toga viril; el puebloespanol ha comprado con tor-
rentes de purísima sangre, con el sacrificio de muchos mártires, con
esfuerzos sin ejemplo en el mundo, el derecho de decidir él solo de
su suerte, y de regir sus destinos. Y hoy, cuando todas las naciones
se agitáll y conmueven por su independencia, cuando la libertad se


TO.old. 91




770 msTOBlA DII. BEIlUDO
asienta en todos los pueblos, cuando el sentimiento de la dignidad y
del derecho bace palpitar todos los corazones; hoy pretenden los oli-
garcas de la reaccion degradarnos hasta el ponto de que no nos sea
licito reunirnos, ni en los momentos mismos de consultar, como ellos
dicen, la opinion del pais.»




CAP1TULQ CYUI.


SUMARIO •


• ,IPQimiuM ti, los partidos reTolucionarios. -l!:ntrnista de Prim con la reinl.-S.
intilidad.-'P'lllsedlld politica de Isabel r de lo. partido! doclrinarios.-!Tolucio-
.tI 4,1 partido progresista.-VaciJaciones del gabinete Mirllflorea.


l.


i La actitud del partido democrático, aunque retrasada muchos dias,
pGrque Rivero no queria dejar su puesto en el congreso, J resistió
cuanto pudo la solemne decision de retraimiento, llegó por fin á ser
.lara y determinada, ocasionando inmediatamente una crisis que se
reveló por todos los periódicos, y cuyos detalles explicaba Lo Cor-
rupondsncia en una carta concebida en esto. términos:


cA.noohe era ya objeto de todas las conversaciones en este litio lo
que " dice ocurrido en la conferencia que el domingo tovo el ge-
Deral Prim con la Reina:. Hé aquí la version que corre en bocas mas
re.petables •


• EI marquét de los Castillejos expuso á la reina cual era la si-
·tuacion de los negocios públicos bajo el punto de vista de sus opi-
Diones particulares; présentó al partido progresista como entregado
franca y lealmente al trabajo de hacer triunfar sus candidatos, todo.
tan monárquicos como· liberales, para traer el mayor número posi-
ble de progresistas al congreso; acusó á la circular del 10 de haber




'1'1t JlISTORU, DEL REINADO
paralizado esos trabajos, é introducido entre los progresistas la des-
confianza y la indignacion; pintó al partido dispuesto en lo general,
á no aceptar la lucha con semejantes condiciones; mostró temores
de que, acaso la abstencion del partido ante las urnas electorales,
fuera la primera grave consecuencia de la eircular; presentó como
remedio de situacion tan grave, que se modificara lo dispuesto sobre
reuniones ~lectorales, ó la retirada del gabinete si no creia lamo-
dificacion compatible con su decoro, J, concluyó anunciando que si
nada de esto sucedía, ni ~1 ni lo-s- demás 1i00mbres que se interesan
vivamente por la tranquila marcha de los negocios públicos podrian
impedir que el partido progresista se abstuvie.se de votar, aun que
siempre podria estar segura S. M. de que los progresistas nunca se
colocarian en una situacion extralegaJ y'rellolucionnria.


»La contestacion de S. M. fué que como reina constitucional ella
no podia tener en política otras opiniones que la de sus consejeros
responsables; que sentia el conflicto ocurrido con el partido progre-
sista, como sen tia todo lo que ahondara las divisiones de los espa-
lloles, cuya union y felicidad deseaba; que si el ministeria persistia
en la conveniencia y legalidad de]a medida, S. M. no podia provocar
un cambio cuando la clausura de las cortes la privaba de los medios
de conocer la voluntad del pais demostrada. por medio de sus repre-
sentantes; y que precisamente para realizar su deseo de marchar
siempre de acuerdo con la representacion nacional, era preciso que
Jas elecciones se verificaran p&r el actual gabinete cuya abnegaclon
y servicios merecian la régia e006anza.»


11.


El general Prim, por lo que refiere La Correspondencia, debió en
esa. ocasion aprovechar las circunstancias, y una vez declarada la
situacion del partido revolucionario, unayez eB la bretha-IoJ hom~
bres de la democracia, frente á frente al poder, descon6tiendo y
negando la legalidad existente que Jos rechazaba, debió juzgar •. y
con él los hábiles del partido progresista, . les é)¡"Yentureros 'U8, ......
de tantos tiempos- teman fija la vista ell el poder, y. qU& ui SI lla-
maban anüdinásUeos. paI'&,deteoer la prapaganda r-e.publiollta, ot-
mo se prosternaban sumiSOl!l y obedientes á las plantas de afluella.
dama que en tantas y tan lamentables equivocaciones habia incur-




. DBL ÚLTIMO BORBON D ESPAÑA.. 773-
rido, debió juzgar, repetimos, que era la hora suprema y que bien
presentado' el nunto, con el amor indedruclible á la dinastía y á la
persona de Isabel que profesaba el marqués de los Castillejos, po-
dria conseoguirse la entrada en el poder borrándos& los obstáculos
tradicionales ante la polierosa y mágica palabra del caudillo de
!frica.


A.caso, y sin acno, la actitud del director de El Pueblo, amigo
J compafiero de cacerias- del general Prim, babia sido meditada pa-
ra empujar el partido republicano'- en, la vía del retraimiento, por-
que, debemos confesarlo, si, algan gobierno merecia, por su debi-
lidad, por su docilidad y por su tolerancia, cierto respeto y consi-


deracioa, era el que', siR ser aoastitacioaal, practicaba coa cierto
escrúpulo las forlBas y obedecia á las leyes mas ó menos tirantes
que encontraba en ejercicio.


No era, no, el marqués de Mirnflores el que merecia tan ruda,
tan p or6ada oposiciolli, cuando todos les esfuerzos que para derro-
carIe se hicieran debian aprovechar al unionismO', que en medio del
desClncierto de los partidos, era para Isabel la única fraccion dis-
puesta á Hevar las riendas en medio de tantas complicaciones.


¿Hañia inreligencia entre los hombres del unionismo y el general
Prim para estas evoluciones? No lo afirmaríamos ni lo negariamos;
pero lo positil'o es, que se. habia conseguido dar una idea bien tris-
te de los hombres que, llamándose jefes del progreso, se resignaban
, admitir el poder bajo la conslitucion de 18i5, siempre por ellos
combatida, desacreditada y muerta durante dos años; despues de
UDa no interrumpida serie de flagrantes violaciones: que se habia
consegllido que muchos renunciasen á la mmcia nacional y acep-
taran las teorías de Rios Rosas. 1 una vez puestas en antagonismo
dentro del partido progreMsta las ammcioMs, el conde de Bens t
que debia conocer el caraeter de lsabel, se presentaba á hacer )a
historia completa, a confesar franeamente las veleid3des del partido
progresista, dando mucho que reir á la que venia burlandose de la
credulidad y de la honradez de las gen tes.


. . IU.


Isabelllllte esta, inlerapestiva, a uoque bien eiperada declaracion,
con esa hipocrelia borbónica, que venia haeiendo de esta familia




", DiSTOBIA DBL lllNADO
un tipo repugnante, tomó un aire de beatitud y por una ficcioo
verdaderamente constitucional se encastilló en las prácticas parla-
mentarias que siempre 'habia despreeiado y declaró que DO podia
acceder á las súplicas del de Jos CastiJIdos porque el gobierno vivia
constitucionalmente y ella DO podia tener otras opiniones que ]a de
sus ministros constitucionales.


/ .


Al general Prim no debió ocurrirsele, sin embargo, que O'Don-
neU habia eaido teniendo mayorIa en las cortes en virtud de una
manifestacion pacifica de los marinos donde ya por entonces sin du-
da venia vinculándose el poder, y donde germinaba el odio á la di-
nasUa reinante.


Como si Isabel hubiese desconocido que e] ministerio nombrado en
retazos distintos no habia tenido el apoyo de las cortes ni podia al-
canzar á ser representante de los intereses legitimos del pueblo es-
paliól. '.


Como si Isabel hubiera sido tan cándida, tan poco experta y avi·
sada, y hubiese llegado á vivir tan lejos de los negocios que no co-
nociese á Prim, y á sus nuevos amigos tanto como con ocia á Nar-
vaez y á O' Donnell, todos ellos, unos y otros fiervidorea humildi-
limos que amaban con amor indestructible á aquella dinastfa ...•.
mientras pudiera servirles para gozar, para dominar, para ensello-
rearse y satisfacer su vanidad, su ambieion y su codicia.


IV.


La Correlpondencia vino aqul á descubrir per completo los
misterios de ]a situacion. Las versiones que da.ba de esta crisis
extrafia DO era otra cosa que la explicacion de las intrigas, de
los misteriosos cabildeos y conciliábulos en que se engafiaba al


. pueblo por unos y por otros, progresistas, unionistas, resellados,
moderados y t"ti cuanti.


La opinion venia siendo sorprendida y la multitud contemplaba
absorta el celo de algunos hombres que buscaban popularidad. Tras
de ]as declaraciones amenazadoras de Prim, no habia un deseo firme
y decidido de eambiar. radicalmente las instituciones, de entrar de
lleno en la via constituéional, de dar al pueblo espaliol la libertad
que anheJaba, por la que tantos sacrificios habia hecho. Y la con-
ducta da todos aquellos hombres, aunque parecía inspirarse en




DIJo VLTIHO BOBBON DE EStAÑA. '75
fines patrióticos, aunque realmente nó podía producir otra cosa que
enseflanzas provechosas, era dictada por el egoismo refinada de las
pandillas que en aquel momento de honda perturbacion luchaban
por sobreponerse unas á otras.


Cuando la historia juzgue eslos acontecimientos, y desentraríe
perfectamente los sucesos, buscando los móviles que guiaban á los
actores distintos en aquel drama, no podrá menos de presentar con
colores muy negros la coliducta de aquellos que conociéndose per-
fectamente, ya que no estuvieran de acúerdo burlaban la creduli-
dad del público éon halagüe lIas promesas. Lo que habia de positi-
vo es que pocos muy pocos, de los hombres que rodeaban á Isabel
eran monárquicos, ni dinásticos, ni afectos á su persona. ta adu-
laban, la servian se arrastraban á Sus piés por eneumbrarse, por
servirse de las influencias y del prestigio que creian inherente ála ins-
titucion; per_o harto se dejaba ver en el despecho de los vencidos, en
los comités presididos por Nar vaez en el arío 51, como en los actos
que determinaba el retraimiento, que la monarqufa para aquellas
gentes, era solo una arma, UDa máquina, un medio, nunca una ver-
dadera institucion respetable y digna.


Farsantes todos ellos, é hipócritas como los Borbones, no sa-
bian hacer la politica digna de un pueblo libre, y entraban en cá-
balas, en transacciones, en promesas, en combinaciones, en tralos
ridículos, presentando á los partidos como fuerzas reales, no eomo
ideas que aspiraban á ocupar el poder para transformarle en insti·
luciones benéficas marcando el progreso, haciendo la ventura y la
felicidad de lodos.


v.


Como quiera que sea, la verdad es que á despecho de tantas con-
trariedades la crisis provocada por los marinos debia empujar rá-
pidamente las conciencias á su emancipacion y desarrollo. Lo cier-
to es qu~ las ambiciones y las querellas debian traer desengallos,
que las quejas y recriminaciones habian de servir de ensetianza,
que los fraccionamientos y nulidad de los partidos medios, debia.
crear foertes y potentes los intereses sociales en lucha para p~­
sentarlos frente á frente en una última batalla donde sucumbiría




776mSTORJA DIt REINADO


necesariamente tanta farsa, quedando por último triunfadoras la
ciencia y la verdad, el derecho y la justicia. .


Por esto mismo la historia, que toma en cuenta todas ,las CIr-
cunstancias, exigiendo )a responsabilidad á las individ.ualidades ó
colectividades que se extravian, puede haeer constar Jlue los ~eri­
menes y los delitos sirven tambien, aUDq:u.e ne,88tiV6m~le, ;á la
causa del progreso. Por eso optimistas .y pesimistas tjeuen nzOll
hasta cierto punto, si bien el mal.no puede ser admitido por nadie
como esencialmente necesario.


y la gran evolucion que comenzaba entonces, la transformaeion
de todos los patlidos, la lucha de ¡los.intereses y de las ideas debia
necesariamen re conducir á un ,gran cataclismo, á una moditicacioD
honda y profunda en el seno de esta sociedad espanola.


VI.
Concretándonos á los acontecimientos y volviendo a fa crisis, di·


remos que el partido progresista llegó á tener por algunos momen-
tos la esperanza de que su habilidoso jefe el ex-unionislaPrim, el
converso, el hijo pródigo que volvía·á la casa paterna, ibaá levan·
tarse á las encumbradas posiciones del poder. : faltando mny poco
para que se celebrase con bombo y platillos aquella FeSutreccitll.


Pero pasaron los dias, las sombras de la noche fueron desapareo
ciendo, el sol vino á disipar todos los celajes y en los horizontes
políticos no aparecía el mensajero de la nueva feliz. Volvieron otra
vez las dudas y los sobresaltos, los disgustos y las contrariedades;
y los que realmente apreciaban en algo los principios, aquellos que
veilian trabajando anos y afIos con fé incansable y loable esfuerzo
por reconstituir el partido progresista en la pureza de otros tiempos,
guiándola para realizar de etapa en etapa las formas que debian
producir e}. progreso seguro y ordenado, segun ellos, a-queJlos hom-
bres, se hicieron escuchar por fin y apareció el momento que hemos
ya indicado en que se consignase la abstencion absoluta, Jar.uptura
con los elementos conservadores, .la alianza egn el partido radical,
llegando la 'pl'omesa revoluoionaria ,de ·c&BcJoir con lesobs.táculos
tradicionales y oonsignandoaquella frase célebre, Iodoó.nada, que
no todos aceptaban en Ia:misma Jatitud, que. mu.cho&6xplic&ban .de
tal modo que podia ,oonfoodirse. con los acomodamien\os mez-




DIl ULTDlO BoaBoN DI uuA.... 777
quinos, con las transacciones vergonzosas, con las compatibilidades
entre la vfctima 'J el verdugo, entre ]a noche y el dia, costumbre
ya antigua entre tales gentes.


VII.


Todavia hubo otros momentos de vacilacion, porque el gabinete
Miraflores, al ver sobre si las lalanjes progresistas en son de guer-
ra se decidió á prometer distritos y distritos, llegando á sellalar has-
ta cien diputados á los progresistas, ¡Extralla y constitucional teo-
ría de un ministerio que se decia liberal y que profesaba tal res-
peto y tolerancia 6 los principios y á las leyes!


Los que agitaban la opinion pudieron por tia ponerse de acuer-
do, y, como hemos dicho, consultando en esta ocasion el respeto al
principio en armonia ahora con los intereses de los que declaraban
á la dinastia una guerra sin tregua, se explicaron ante el pais en
esta forma:


»Pero si la humanidad perdiera sus titulos, la civilizacion de ca-
da pueblo iria encontrando 'J afianzando los que necesitara para su


. bienestar y su progreso. Y el pueblo espallol desde su regeneracion
pólítica encontró en el derecho de reunion pacifica, no solo el mejor
medio para poner en práctica las instituciones que á si mismo S8
diera, sino el único para hacer conocer su voluntad y para ilustrar
su conciencia sobre el espiritu que debe presidir en las elecciones
para diputádos á Cortes. Esta es en toda su sencillez y en toda su


. grandeza la máquina conque el pueblo traslada su omnipotencia
al Par]amento: y los que quieran detener su movimiento ¿con qué
derecho se llamarán diputados de la nacion' Nadie hasta ahora ha-
bia desconocido esta necesidad; nadie habia negadó este derecho.
Babia recibido ]a aancion de los gobiernos mas retógrados que en
Espana ha habido. Aun los que querian cerrar la tribuna del con-
greso y del senado, dejaban un dia abierta la tribuna del pueblo.
y á los titulo s mas fuer les y sagrados que hay en el órden tisico y
en el mora], á la naturaleza, á la necesidad, á]a prescripcion al re-
conocimiento de todos, se ha agregado otro que no es menos legiti-
mo ni menos digno de la consideracion de un gobierno, el· de la
moderaeion y la prudencia con que el pueblo espaliol hansado de
este derecho. Ni una vez siquiera ha dado ocasion ni pretexto á


10Il10 fIl. ~ 8




'778
que se perturbe el 6rden ni á que se cometa 08 solo acto de vio-
lencia particular. ¡Y se quiere que renunciemos á este dereehof Eso
no. Protestamos de nuevo en nombre de lo DÍas sagrado y de lo mas
grande que hay para el pueblo espal'iol, protestamos en nombre de
lo pasado, protestamos para el porvenir, y ofrecemos con toda la es-
pontaneidad de nuestra alma y e6n toda la fuerza de nuestra in-
quebrantable convieeion, que hemos de consagrar nuestra vida y
todos nuestros esfuerzos dentro del terreno legal á sacar á salvo el
gran derecho que tan gratuita y tan desacordadamente se ha con-


, culeado. Y por de pronto le ofrecemos en sacrificio 'nuestras mas
queridas esperanzas. Renunciamos los unos á cojer el fruto de nues-
tros trabajos electorales, tanto mas ímprobos cuanto mas desigual
es la lucha que habfamos aceptado con el ardimiento propio de
nuestro partido; renunciamos los otros á la satisfaccion (¿porqu'
lo hemos de negar?) conque solfamos levantar nuestra humilde voz
en el santuario de las leyes, en defensa de la libertad y de la dig-
nidad de la patria. No se contará en las urnas un voto progresista,
no resonará en el parlamentó el eco de nuestra palabra.


«y aunque voluntariamente no hiciéramos este sacrificio, ten-
dríamos que hacerlo por necesidad. Dos caraeteres muy distintos
tenian las grandes reuniones electorales del partido progresista. Eran
admitidos en ellas sin distincion ninguna todos los ciudadanos. Asi
consultaban la inteligencia de lodos y aceptábamos los servicios de
los que podían prestarlos, aunque la ley no reconociera su aptitud.
No teniamos otro medio de enmendar por nuestra parte los vicios y
las fatales consecuencias 'de una oligarquía electoral. Por mas im-
portante qu~ esto sea, comprendemos que por una vez se pudiera
renunciar á ello; pero el objeto principal de estas grandes juntas
era la designacion de los que habian de componer nuestro centro
electoral, la fijaeion de la polftica que babiamos de segui~ y segun
la cual se habian de elegir Jos candidatos. 'Nosotros á semejanza de
todos los pueblos libres no tenemos mas medios que este para dar-
les 6 negarles nuestro apoyo. Donde bay un verdadero gobierno
constitucional lo mismo hacen Jos candidatos conservadores; y si en
Inglaterra, por ejemplo, cuando están en el poder fuesen designados
de otro modo, se avergonzarian de sentarse en el Parlamento. Si en
Espal'ia pasan las cosas de otra manera, si hay quienes se llamen
representantes del pueblo, sin que ni ellos hayan visto nunca al pue-
.blo reunido, ni él los conozca ni por su persona ni por su nombre




DJU. ÚLTIM.O BORBON DI BSPAU.. '79
siquiera, lo mas que podemos hacer es respetar su gusto; pero se-
guir su ejemplo, renunciar á la limpieza de nuestro noble orfgen.
hacer desaparecer la diferencia que siempre nos ha separado á los
favorecidos por el poder y á los designados por el:pueblo, si es eso
Jo que se ha querido, no se ha hecho justicia á nuestra dignidad que
e. lo único á que no renunciaremos jamás.»





CAPITULO C1X.


SUMARIO.


!lci8ion en el partido democrático.-Desconcierto de loe partidos.-Manifiesto da
la democracia madrileña á sus correligionarios.-Juicio de un periódico neo-ca-
télico.-Falia posicion del partido progresrsta.-Falta de firmeza del manifiesto.


I.


Firmaban el documento progresista todas las notabilidades, aun
coando muchos individuos habian combatido la inaceion, por juzgar
que el retraimiento y el abandono 4e S9 derecho no sienta bien nun-
ca á quien lo reconoce y,estima. Que debe el hombre defenderle
y sostenerle en todos los trances, á toda costa y bajo todas formas;
que deben los apóstoles del progreso todos sus esfuerzos, toda su
perseverancia, toda su vida á la noble causa de la emancipacioll.


En la democracia, cpmo hemos dicho, habian surgido ciertas di-
ferenoias, y La Discusio» publicó un dia ]a siguiente carta firmada
por todos los redactores: _


»Sr. Director de La Discusion.·
»Muy selIor nuestro: Motivos única y exclusivamente personales


para los que ni podemos, ni debemos, ni queremos admitir otros
jueces que á nosotros mismos, nos obligan á separarnos de la redac-
eion de su periódico, á la que hemos pertenecido hasta el dia de
ayer.




DIL tLt'Dlo. BOUON DI ]lSnitA. 181
»Y como acaso n(} faltarán torcidas ó aviesas interpretacionesacer-


ca de este heoho, cómplenos declarar aquf de la manera mas solem-
ne. aun á riesgo de insistir demasiado sobre estt punto, que en nin-
gun modo y bajo ningun conC&pte debe atribuirse nuestra resolucion
unánime, ni al propósito, indigno de nuestra lealtad, de perjudicar
en lo mas minimo á la publicacion de su periódioo, tan caro para
nosotros, aunque no fuese mas que por haber hecho en él mues-
tras primeras armas. en favor de la democracia cuando salimos al
palenque de la politica, ni mucho menos deberá conceptuarse
nuestra separacion como sintoma ó indicio de escislon en el seno
del gran partido democrático, ahora mas que siempre perfectamen. ...
te unido por la identidad de sus principios á coya defensa consa-
gramos nuestro pensamiento y nuestra vida entera.»


Como veremos en tiempo oportono, aquella insubordinacion de los
que habian hecho sus primeras armas, á pesar de las protestas de
los firmantes, ocultaba un propósito, pues La Discruion iba per- ,
diendo terreno hacia tiempo, y su director acercándose cada dia
mas á los partidos doctrinarios lL quienes' daba por muertos. En
provincias se desconfiaba de aquel hombre fu.nesto S Castelar reci-
bia excitaciones para fundar un nuevo periódico que ya por aque-
llos dias eslaba casi organizado.


n.


La retirada dé los jóvenes redactores de La Diacuiion no fué
ciertamente un becho aislado, porque en aquel momento eran tan
graves las circunstancias que uno á otro se sucedian Jos aconteci-
mientos, y todos acontecimientos de importancia, gravesé inauyen-
tes: protestas. de los unos, quejas de los otros, promesas de legali-
dad por parte del gGbierno, agitacion electoral en todas partes, sa-
lida de los que permanecen siempre á espera y que creían llegada
la ocasion de emanciparse y libertarse de, compromisos para for-
mar aquel gran partido nacional anunciado por Miraflores, mues-
tras· eran evidentes de la completa desorgan;izacion de los partidos
viejos y de la evolucion que en el seno del mismo parlido republi-
cano se,.,es&a.ba operando.
m~Gonter»po.r_o hablaba de libertades compatibles con la mo-


narquia, y queria quitar á la de'mocracia algunos de sus lemas, por-




'18! WSTORl! DIL RBUUDO
que el órden verdadero debía fundarse en el seno· de la libertad.
Aquello era realmente una algarabía y los partidos formaban una
especie de Babel desconcertada. Y la muerte de Calvo Asencio vino
á anadirse al desconcierto, por que era realmente el iniciador de Ja
politica de abstencion; mientras qae la crisis gubernamental, la
gran crisis politica y económica, la crisis fabril que manteraia en la
inaccion muchos· millares de"brazos en los distritos manufactureros,
p,reparaba elementos nuevos, nuevas modificaciones en la marcha ge-
neral del progreso de las ideas. Porque la situacion politica de Es-
paDa se relacionaba con la situacion politica de otras naciones y la
ola comenzaba á subir removiendo la superficie despues de haber
agitado los fondos sociales con la activa propaganda que por todas
partes y bajo todas formas venia haciéndose.


111.


Las manifestaciones diversas de la idea revolucionaria que se
ocultaba entre los pliegues de aquel pacifico movimiento de la opi-
nion,se reproducian, y llegó su turno, por fin, al verdadero manifies-
to de la democrocia madrilena á sus correligionarios de provincias.


En ese manifiesto se leian entre olras {as siguientes frases:
d .. a abstencion es para nosotros la revolucion pacifica en la esfera


del derecho, sustituyendo á la revolucion armada en las calles .•
• La abstencion es la protesta legal, potentísima 'de la mayoría


del pais contra la bastarda y degradante política de una oligarquía
desatentada y ciega •


• Laabstencion es el propósito noble, levantado, trascendental
de un gran pueblo de anonadar con su inmovilidad y su inaceion á
pocos é impotentes y desacreditados dominadores .


• La abstencion, es en fin, la mas grandiosa, la'mas magnífica ma-
nera de manifestar la nacion espanola que quiere gobernarse por
si misma, que quiere la verdad y la realidad del gobierno represeDo
&ativo, que quiere garantias sólidas para sus derechos y prerogati-
vas, que quiere la libertad en todo y para todos •


• Si, porque la libertad hasta ahora, salvo cuasi imperceptibles
momentos, ha sido siempre el privilegio de algunos contra el dere-
cho de todos.»




J)'BL 'lLTWO BOBMN DE ESPAlA. '78 S
Un periódico neo-católico hablando de este documento decia:


«A.unque somos adversarios no seremos nunca injustos. El mani-
fiesto está redactado muy bien, y literaria y polftieamente considerado
vale un millon de veces mas qu~ el del partido progresista. El se-
Ilor Rivero ha dado una gran leccion de filosoffa revolucionaria y de
literatura al serior Olózaga. lO •


IV.


La manifesfacion de la democracia venia como hemos visto á
precisar la significacion de aquel nuevo periodo revolucionario; era
la declaracion de guerra al pasado sangriento de iniquida.des, y de-
hemos decir que no salió completo tal como se habia escrito, . por-
que los cargos dirigidos á los partidos doctrinarios alcanzaban tam-
bien, como era natural, al partido progresista, el mas indeciso, el
mas vulgar, el mas escéntrico, el mas incapaz de todos los partidos
porque abusaba de la credulidad del pueblo, porque ]e inspiraba
confianza por sus exageradas declaraciones, porque pretendia con-
tinuar al frente del movimiento agitador á titulo de revolucionario,
y tomaba en esta peregrinacion á ¡través del desierto por guias
y jefes al hipócrita y escéptico 0]6zaga, al apóstata reealcitrante.
Prim y á todo aquel estado mayor que habia vivido en contacto
Intimo con O'Donnell y Posada Herrera, con los fonestos hombres
del Vicalvarismo. Mezcla deforme de ambiciones desordenadas y de
medianías ó gastadas· personalidades, el partido progresista habia
concluido so mision histórica desde que la Union Jiberal,aceptando
la din8stia de Isabel con sus infamias, sus veleidades, sus robos,
!US gazmorierias y preocupaciones hipócritas, pretendia constituir un
partido legal, un partido constitucional que alternase con el mode-
rado en las reglones oficiales sin parecer ~ospechoso de enemistad·
bácia la persona del monarca.


El partido progresista habia entregado sus hombres de té, de
ardimiento y de entereza, aquellas masas de ciudadanos que amaban.
con entusias~o la libertad, al partido repoblicano que sostenía el
principio de I~ soberania nacional en toda su amplWId. con todas
sus consecuencias; mientras que sus jefes desprestigiad9s, cansa-
dos de la lucha, reconociendo que no sacaban partido, que no me-
draban, que no se elevaban en el seno del progresismo, pasaban á




78' I1STOIIi DiL BIINA:DO
las filas de la Uoion Iiberal,buscaban cruces, honores, títulos "aris-
tocráticos, elevados empleos, recibian mercedes de Isabel,constan-
te conspir~dora contra la constitucion y la libertad, ó se declara-han
facciosos enemigos de la dinastfa, y buscaban en entrigas diplomá-


. ticas, en conciliábulos misteriosos otro nuevo monarca, Ó 8e encer-
raban en el hogar, en la vida privada abandonando por completo
á la multitud que 108 habia levantado.


v.


Muerto Calvo Asencio el partido progresista era uña mómia pe-
trificada ya que no un cadáver expuesto á ]a corrupcion que venia
á llenar el campo de la polftica_de miasmas pestilenciales. Aquena
gran masa que acompanó al ex-diputado hasta el cementerio, re-
presentaba la nueva encarnacio'o del partido revolucionario, una
protesta con tra todos los hombres débiles, pusilánimes, indecisos,
traidores, apóstatas y descreídos del partido progresista.


El abandono de la lucha legal y pacifica debia ocasionar la dis-
persion del progresismo, porque los caciques, esas personalidades
que se levantan en los di:stritos SID mas bandera que la de ejercer
influencia á favor de una ú otra personalidad que pueda favorecer-
los en la tribuna ó en el periódico, cerca de) gobierno. para las" con-
tratas, para los empleos, para libertar de las quintas ó de el presidio
á sos paniaguados, para marcar trazados de ferrocarriles á su an-
tojo, ó comprar las dehesas y los pastos, los caciques quedando
desautorizados y sin ocupacion, debian ponerse al servicio de otros
sellores, antes que perder su posicion, los trabajos hechos y 108 ele-
mentos acumulados.


¡Qoe significaba aquel partido progresista, aquel grupo de per-
sonalidades que interpretaban en sentidos distintos el dogma por ellos
proclamado 'Y sostenido, que iban desde la constituoion de 1812 á
la de 1845 reformada por Nocedal, 'que buscaban alternativamente
el poder en la revolueion de 1810, en el alboroto de la Granja, en
las antesalas de Palacio, en la influencia de Serr~no ó en la del
marqués de Bedmar, que aceptaban instituciones ó las rechazaban
segun placia:á la caprichosa fortuna? ¿Cómo se aunaban Prim y
Olózaga, Zorrilla y Lujap, los Ayacuchos y los hombres de la sal-
ve, los ,enemigos de Isabel y s.us escuderos para salvar la libertad




DEL ULTiMO BOltJON DE ESPAÑA. '185
amenazada, conculcada, pisoteada por las camarillas, por la familia
borbónica, por los jesuitas y las monjas encerradas en las ante-
cámaras régias~ ~Qué significaba aquella amenaza revoluciona-
ria del retraimiento y las entradas en palacio del caballero grande
di B6paña que tenia á la reina y á su dinastfa amor indestruc-
tible?


VI.


Por estas causas el documento democrático encerraba párrafos
muy significativos, declaraciones muy formales contra el partido
progresista, entonces su aliado, colocado entonces por su causa en
posicion hostil contra el poder constitucional.


Por eso, en el manifi"esto leido ante muchos demócratas en la re-
daccion de La Diacusion, se destinaban numerosos párrafos á expli-
car perfec'amente la respectiva situacion; yesos párrafos, por de-
bilidad de Jos unos, por injustificadas exigencias de Garcla Ruiz y
sus amigos, fueron rechazados, y el manifiesto, que podia haber evi-
tado en lo sucesivo gravisimos conflictos, fué causa, por lo contrvÍ'O,
de asimilar conducta á conducta, hombres á hombres, de hacer ~I­
vidar á los republicanos que durante veinte alios los jefes de la de-
mocracia habian selialado con justicia las faltas, lasapostasfas, las
debilidades, los crfmenes de que se habia hecho solidario el partido
progresista.


La verdad es de todos los tiempos y de todos los logares; la ver·
dad no conoce reticencias ni escepciones; la verdad no admite ve-
los ni ambigüedades; ante la verdad callan las pasiones; y les hechos
con su lógica irresistible se presentan en toda su sencillez elocuentes,
acusadores. Bastaba haber consignado los hechos, bastaba poner en
su evidencia las vacilaciones, las debilidades, la conducta de IDs
hombreti del partido progresista para explicar á la multitud lo que
podia esperar en adelante de aquellos hombres, bastaba, en una
palabra, hacer historia. Yel pueblo hubiese deducido las consecuen·
cias todas, y el pueblo hubiese permanecido en guardia contra las
asechanzas, contra las cábalas, contra las mistificaciones, contra la
combinacion estudiada de los que siempre atienden mas á su codicia
del poder que á las necesidad,es, deseos y venlura de sos conciuda-
danos.


10»0 IR. 99




;


'786 aISTORI! DEL RIINADO


VII.


¿Qué importaba que unos cuantos farsantes y aventureros de la
politica, por tales ya entonces conocidos, separaran sus firmas de
aquel mani6esto que debía Ber Ja expresion sincera, verb, enérgi-
ca del partido republicano, el reflejo del pensamiento intimo que le
animaba, la condensacion de sus aspiraciones. de sus doctrinas, la
declaracion ineludible de su conducta serena, potente, clara, que no
admitia rodeos ni interpretacion es? ¿No era llegada la ocasion de ba-
blar, de mostrar al mundo con virilidad que el partido republicano
espanol protestaba contra todo lo existente, y no podia ser solidario
ni responsable de la marcha ni de la conducta por los otros partidos
seguida hasta entonces, por las otras parcialidades intentada desde
esa época? ~o era necesario llevar á todos el convencimiento de que
los progresistas como los demás, dinllsticos ó antidinásticos, se gua ...
recian detrás del trono para vivir y explotar á la muchedumbre cuya
educacion 'abandonaban;o. cuyos derechos desconocian, cuyos inlefe-
ses Jlegaban?


Porque desde entonces era indispensable fijar bien las bases del
periodo nuevo para evitar confusiones, errores, extravíos á que era
ocasionada aquella mezcla heterogénea de parcialidades distintas em-
penadas en un mismo camino, persiguiendo un objeto determinado.
,Y cómo lograr esto mostrándose deferentes hácja el partido que
acababa de admitir en su seno, y l&tomaba por jefe, al general Ptim
que volvía despues de una larga serie de transformaciones, despues
de llevar muchos anos en permanente cnnjuracion contra el pueblo
y contra el~trono, buscando siempre en el éxito de un golpe de ma-
no la buena fortuna de un poder dictatorial, ó ascensos y recom-
pensas, mientras perecian en los patibulos sus cómplices, mientras
huian á~la expatriacion ó se albergaban en los presidios los que da-
ban crédito á sos palabras?


No acertamos á explicarnos porqu~ se permitió mutilar el mani-
fiesto democrático en aqúellos momentos tan críticos.




CAPITULO ex.


SUMARIO.


Taclo politico de CasteJar.-Carta de este á sus electore~.-Proposicion de Orense
para formar un censo.-Desfachatez del gobierno.-Tendencias del manifiesto de-
mocrático de Sevilla.-!ublevacion de la Isla de Santo Domingo-Pormenores.


l.


Castelar, que ya babia recorrido diferentes provincias, que habia
asistidó á banquetes polfticos en Catalulla como en Valencia y Ali-
cante, llegaba á ser por aquellos tiempos una entidad politica; y sus
amigos, los compal'ieros de su infancia, los correligionarios del dis-
trito donde babia nacido tenian preparados todos los elementos para
la lucha electoral, lisongeándose con la esperanza de poder llevar al
Congreso al que con su palabrá elocuente sabia arrastrar la multi-
tud, lo mism~ que con su pluma.


y este premio otorgado á ]08 servicios del propagandista, debia
quedar SiD objeto, puesto que las circunstancias aconsejaban al par-
tido republicano otra conducta que la de hacer triunfar algunos nom-
bres, la de comb~tir, en el Parlamento, en medio de la baraunda pro-
vocada por los partidos, á un gobierno débil y enfermizo que se ve·
Dia á tierra por sus propios esfuerzos, ó á un'as oposiciones desor-
¡anizadas que tampoco tenian fortaleza para erigirse en árbitros de
los destinos del pais.




788 JUSToBa DEL REIN!D!)
En aquellos dias Castelar, inspirándose en las necesidades! de-


seos del partido republicano, supo acaBar su ambicion de gloria,
supo anteponer á su personalidad los intereses del partido en que
militaba, y aunque todavía sin ]a experiencia necesaria á un hom-
bre politico, dió muestras de que sabia en aquel tiempo juzgar de los
hombres y de las cosas, preparando los elementos de triunfo sobre
aquellos obstáculos tradicionales que los progresistas decian com-
batir,.! ante los cuales, sin embargo, se prosternaban. ante loscua-
les plegaban su bandera, haciendo traicion al principio de la sobe-
rania popular en ella inscrito, reconociendo á aquel trono que se-
pultaba á sus hombres en los presidios y corrompia á los otros para
humillarlos despues.


11.


Despues de haber discutido ampliamente el manifiesto, defendien-
do su primitiva redaccion, Castelar, llamado por los electores de su
provincia que creian la victoria fácil, les dirigió la siguiente earta:


«Amigos mios: las senaladfsimas muestras de aprecio conque
ustedes me han distinguido, me obligan á darles públicamente las
gracias, al retirar mi nombre de la noble lucha en que se habian
empenado, p(lseidos de tanto y tan generoso entusiasmo. Saben us-
tedes que desde el pun.toen que vi renacer los antiguos vicios, en-
cerrados en nuestro sistema electoral, les aconsejé que no lucharan
vanamente con la fatalidad abrumadora, bajo la cual toda indepen-
dencia se extingue y toda energía moral se quebranta. El firme, el
elocuentfsimo manifiesto que con la democracia de Madrid he tenido
la honra de firmar, resume admirablemente los motivos que n08 im-
pulsan á retirarnos del campo de batalla, donde enemigos armados
de todas armas se gozan únicamente en vernos Juchar maniatados á
inermes. Nuestros gobiernos tomados de)na embriaguez de sober-
bia, incomprensible en estos tiempos, en que el poder de los gobier-
nos puede tan poco, se esfuerzan por aniquilar toda oposicion, como
si la protesta contra lo presente no existiera en el seno de todos lo.
siglos, y no fuera la demostracion mas cierta de esa ley del progreso
humano que es nuestro consuelo en la decadencia de hoy, y nuestra
esperanza en un manana, ¡santa esperanza que ha sostenido á lodos
Jluestros luerreros y á todos nu.estros mártires! Pero, dado que tanto




DEL ÚI.TIMO BORBON DI IsuliA. "189
porfian los partidos hoy dominantes por ahogar esta protesta natu-
ral de las sociedades, no luchemos; abracemos la triste condicion á
que nos reducen; dejémoslos sin enemigos; no turbemos con nues-
tra voz sus pobres sofismas, ni con nuestra prese~ia sus festines;
y aguardemos en el silencio que la justicia de Dios castigue tan tor-
pe y tan insensata soberbia.


-Nuestro pais, de suyo grande, dotado por la Providencia (an lar-
gamente, rico en todo linaje ,de tesoros, poblado por diez y seis mi·
1I0nes de habitantes, circundado de dos mares que han escogido SWJ
costas para abrazarse; con posesiones y colonias en Asia, Africa y
América; apto así para cenirse los verdes laureles de las artes y de
las cienoias como los sangrientos de ]a guerra; á pesar de todas es-
tas grandezas debidas á la providencia y á su historia, pesa menos,
cual si ]e hubieran reducido sus desgracias á un monton de leve pol-
YO, pesa menos en la balanza de los destinos de Europa que la Bél-
gica y que el Piamonte. Y esto se debe á que, arruinada la vieja
sociedad y no bien constituida la nueva, nuestra poHtica, viuda de
todos los grandes·elementos de progreso, está viciada por el maras-
mo nacido de la incertidumbre, marasmo que €s como el. asma de
nuestro espiritu nacional. .


• Hemos forcejeado bajo todas nuestras cadenas y no hemos roto
ninguna. El absolutismo no está en las leyes escritas; pero está ~n
las prácticas oficiales. La ciencia no ha salido aun de las tradiciones
escolásticas, y una amenaza constante,pesa sobre los que quieren
vivificar la en el espíritu de nuestro siglo. Un articulo de la Consti-'
lucion declara libre la imprenta, y otro articulo de una ordenanza
funesta extiende sobre la imprenta la nube de la censura. Todos los
espanoles pelearon por la patria en la guerra de la ,independencia;
la mayor parte por la libertad en la guerra civil; y la patria los se-
para por odiosos privilegios, y la libertad no ha llegado hasta aque-'
1108 que mas sacrificios han hecho en sus aras, Destruimos comple·
tamente todas las instituciones aristocráticas, ya quebrantadas por
la energfa de los monarcas absolutos, arrancamos de raiz la amor-
tizacioD que babia esterilizado la propiedad; y la aristocracia y la
amortizacion nos amenaza todavía en unos artículos, anadidos co-
mo con rubor á nuestro pacto fundamental. •


.




790 mTOBIA DEL III1'UDO


111.


Seguian otros párrafos importantes que desenvolvían eslos mis-
mos pensamientos y despues de una descripcion exacta y minuciosa
del sistema corruptor que á guisa de constitueional venia siguién-
dose, continuaba:


.Pues bien, ya que no quieren oposicion no la haya en buen ho·
ra. Ya que el grito de la opinion pública les incomoda reine el si-
lencio. Ya que la lucha fecundfsima de las ideas les cansa" descan-
sen á su sabor en esa tranquilidad inmóvil que se parece á la muerte.
Ya que, armados de todas armas, tratan de matar á los partidos
contrarios, aunque representen una aspiraeion generosfsima al me-
jotamiento y al progreso, de.parezcan los partidos de la escena
politica y tocaran 10$ gobiernos, con sus manos aveladas á trastor-
nark) todo, los males que enjendra el desconocer las leyes de la so-
ciedad y perturbar el curso natural de esas fuerzas que, aunque pa·
rezcan repulsivas, forman cuando obedecen á su gran centro de
atraccion, que es la libertad, una verdadera armonfa.


»En verdad han sido estos dias grandes para la democracia. El
gpbierno tiró á herirla exclusivamente con su circular, y se hirió á
si mismo. Y el partido progresista, que tanto ha maldecido á. nuestra
escuela, que tanto ha repugnado nuestra teoria de los derechos jndi·
viduales, ha venido deslumbrado por una intuicion súbita y mila-
grosa á cubrirse entre los pliegues de nuestra gloriosfsima bandera.
Abstraccion peligrosa, llamaron un dia por la voz del primero entre
sus grandes oradores á los derechos individuales, y por esa abstrac-
cion peligrosa se han lanzado al retraimiento. Si, han tenido que
apartarse de la vida pública y renunciar ~ su importante ministerio
en las asambleas donde tanto han brillado, solo por defender dos
principios nuestros; la facultad que tienen todos los ciudadanos de
intervenir en los asuntos políticos y el derecho de reunion: que nie-
guen ahora que la democracia es el aire vital de nuestro siglo. D


IV.


Este manifie sto no completaba todo el pensamiento que Castelar




DKL 'LTlMe BOllBON lDESUÑA. 791
se habia propuesto desenvolver, porque la stlspicacia gubernamen-
tal y los escrúpulos de algunos demócratas impedían el ejereicio de
la libertad.


Orense tambien tuvo que explicarse anle sus electores, y propuso
la formacion de una estadística de votantes y no votantes, para acos-
tumbrar al pueblo a cumplir con sus deberes y á tener en aprecio
sus derechos, no contando sin duda con las infinitas trabas que ade-
más de la ignorancia sujetan la voluntad del individuo, y hacen
dependiente su existencia de las necesidades que le agovian.


A pesar de todas estas manifestaciones de la opinion, el gobierno
permanecía impávido, procurando llevar á las urnas el mayor nú-
mero de electores posible, inutilizando por este medio, y poniendo
en ridf~ulo á los partidos que con la abstencion querian demostrarle
su impotencia é impopularidad.


Las cuestiones de estadística son siempre incompletas, porque no
se toman en cuenta ciertos datos que modifican y alteran el resul-
tado que se busca. Y en esta ocasion, como en otras, .compuesto el
cuerpo electoral de privilegiados, llamándose el gabinete conserva-
dor y agrupándose en torno suyo todas las parcialidades reacciona-
rias, parecia lógico y natural que, aun cuando fueran fuertes las
convicciones, habrían los intereses de arrastrar á muchos en una
pendiente fatal; y que eran grandes esas convicciones puede perfec-
tamente comprobarse por los infinitos documentos que uno y otro
dia iban apateciendó, 'J que podríamos -citar llenando muchas pá-
ginas. En casi todos ellos los demócratas de provincias condenaban
como los de Madrid la conducta de los partidos medios, 'J se reve-
laba perfectamente que solo la idea regeneradora de la democracia
acabando con las farsas y las ficciones podía traer el reinado de la
justicia y de la libertad. .


Eo el manifiesto de Sevilla hallamos el siguiente párrafo:
.Pues si ese famoso engendro fué un tiro dirigido contra la de-


mocracia, aun sube de ponto la obJigacion en que están cuantos de
demócratas se precian, de abandonar un terreno en que Ja no se
puede combatir sin mengua de la honra y del decoro de nuestro par-
tido, si consideramos que por la fndole misma de nuestros princi-
pios, universales de suyo, como lo es siempre la justicia, nos inte-
resa protestar por el medio legal de la abstencion, mucho mas que
al partido progresista, que al.cabo admite el iDjustificad~éiDjusti­
fitable privilegio del censo, bien que rebajándolo considerablemen-




'91 BISTOIfA DEL UIN.l.DO
te y baciendo entrar á mayor número de ciudadanos en el goce de
IOB derecbos polfticos.lD


v.


Un acontecimiento importante vino entonces á distraer la aten-
cion, acontecimiento que revelaba á posteriori]o que todos habian
previsto cuando la Union liberal se empeliÓ en hacer grande á la
Espafta, elevándola al rango de potencia de primer órden. '


La isla de Santo Domingo, que Seriano, en su afan de probar á
la reina de Espana su amor respetuoso, conquistó pacHicamente,
pacfficamente se organizaba para la resistencia, y los patriotas pa-
cíficamente perseguidos buscaban desde la frontera inmediata la oca-
sion y el momento de reconquistar su independencia.


Reunidos en la República haitiana, protegidos por sus hermanos,
á pesar de las órdenes del presidente, que poco valen las órdenes y
poco logra la autoridad cuando manda contra derecbo, cuando el
ciudadano conoce sus deberes, los emigrados consiguieron preparar
elementos para combatir la odiosa agresion, y en agosto alzaron
pendones, y penetraron en el territorio dominado por las fuerzas
espafío)as donde contaban con las simpatfa& del pais.


El 1 ~ de agosto salió el brigadier Boceta del Cibao con un capi-
tan de artillería, y alguna fuerza para pernoctar en Gu~yacanos.
El 18 avanzó sin novedad hasta Escalante, llegando el 1 i á ~ja­
bon, donde se balJaban el general Hungría y el teniente coronal· de
San Quintin.


Hasta el 19 practicó algunos recoDocimientos, sosteniendo esca-
ramuzas, y en este dia con una fuerza de cincuenta infantes y diez
y siete caballos, dispersó UDa columna de trescientos insurrectos que
habian aparecido hácia Guayabin. Pero babiendo recibido la noticia
de que esta poblacion babia sido invadida, y en vista de la escasa
fuerza que llevaba, hubo de tomar la providencia de retirarse á San-
tiago de Jos Cabal.leros.


En esta retirada le alcanzó una columna de insurrectos, que cer-
cándole por todas partes, dispersaron c9mpletamente, y despues de
un combate desesp,erado, su escasa fuerza, obligándole á buscar su
salvacion en los bosques acompaftado solamente de algun oficial.
Despues de muchas penalidades llegaron los fugitivos á Piliuelos




DEL ÚLTIlfO DOnON DE Bsuh. 798
donde Cueron recibidos con una descarga, logrando Buceta salvarse
retrocediendo á un monte inmediato, en cuyo movimiento pudo se-
gui rle el médico del batallon de San Quin tin, que desapareció á los
pocos minutos.


Desde las cuatro de la tarde del ~o basta la mariana del 28 per-
maneció Buceta en los bosques sin haber tomado mas alimento que
una taza de leche y un plátano, completamente destrozada su ropa
y llenas de heridas sus manos.


Una columna que habia salido de Santiago de los Caballeros, al
llegar al arroyo de Jaca Aluce hizo alto al toque de la corneta eje ór-
denes que acompanaba á su jefe. Oyó el desgraciado Buceta aquel
toque, y á duras penas, desnudo y arrastrándose enfre las agonias
de la muerte, pudo salir del bosque é ineorporar$e á la columna.


Asi comenzaba aquella campafta que debia ser tan desastrosa para
Esparia, cuanto fué funesta desde luego para el cOlllercio y la pros-
peridad de las islás de Cuba y Puerto Rico. Espafta empezaba' re-
coger los amargos frutos de la administracion unionista.


1ovo lII. 100




CAPITULO eXI.


·SUMARIO.


Elecciones.-Crísis.-Discurso de la corona.-Exámen filosófico de él.-Inconse-
cuencia del partido pl'ogresista.-Manifiesto del partido demoorático.-Su conse-
cuencia.


1.


Llegaron en esto las elecciones, que efectivamente bajo aquel
cúmulo de concausas, bajo la presion del dolor y del abandono de
los partidos, estuvieron muy desanimadas por mas que en algunos
distritos se volaron candidatos progresistas, votando solo una sexta
parte ~e los 500,000 electores privilegiados por el censo, y, cosa
tlxtrafta, el triunfo electoral produjo la decJaracion de una oculta y
trabajosa crisis, saliendo del ministerio el senor Moreno Lopez, an·
liguo progresista, que con beneplácito de sus amigos habia servido
á la administracion del conde de San Luis en la direccion de bene-
ficencia.


Por lo demás, las cortes se reunieron como de ordinario, y la
farsa constitucional continuaba con todo el aparato propio del argu-
mento, y puesta en escena por la familia Borbónica, el antiguo pa-
je de Pepe Botella, el general Concha, sublevado en octubre etc.
·c te., y demás miembros del gabinete insaculador.


Para dar mas verdad, y mas vida, y mas enfonacion al cuadro,




DEL éLTIMO BORBON DE ISPARA. '95
sobre los programa8~y circulares de los candidatos, y del gobierno,
Isabel, con esa candidez, se expresaba en estos términos al:presen-
tarsa á los legisladores que habia escogido entre sus servidores
leales:


«Grande es mi complacencia, al verme rodeada de la represen-
taeion nacional, institucion accesible á todas las opjniones constitu-
cionales que .aspiran á influir legitima y provechosamente en la go-
bernacion del Estado, y guia seguro -para el trono, gue con su auxi-
lio, resuelve pacíficamente los mas árduos problemas, y conjura los
mas temerosos co[]flictos. Continuemos pues, consagrándonos oon
solicito aran á perfeccionar nuestras instituciones. Mi gobierno to-
mará la iniciativa, proponiéndonos las reformas que aconseja la ex-
periencia en la seguridad, de que mi mas ferviente anhelo es cono-
cer la expresion sincera del voto nacional, para desempefiar con
acierto la alta mision que plugo á la providencia confiarme.»
~a pobre mujer creia todavia en su alta mision, confiando en la


candidez de los espaftoles que habian visto el descrédito y la ruina
del gobierno monárquico constitucional, y rechazaban todas aque-
llas fórmulas vanas de Üiberalismo, todas aquellas hipócritas seduc-
ciones de la que pocos atlos antes se arrepentia de sus lamentabl~s
extravíos.


11.


Proseguia luego narrando los hechos como si se dirigiese á unos
chinos que acabaran de llegar de los confines del Asia, y afirmaba
que los electores habian acudido en tropel á pesar de las complica-
ciones que lamentaba, reinando segun ella el órden mas perfec-
to, y la mas completa animacion, ,cuando era sabido por todos que
se habían ejercido coacciones en todos sentidos, y que habia dipu-
tados por 16 votos, por 20, por i6, y cuando todas las influencias
de los eonservadores no habian sido bastantes á arrancar del re-
traimiento al cuerpo electoral.


y tras la consagracion de las fórmulas de costumbre respecto á
los asuntos internacionales, venia como sie~pre la larga historia de
las reformas, ~e las mejoras, de los progresos que iban á introdu-
cirse' y entre esos párrafos, despues de los de ayuntamientos, go-
biernos de provincia y ,otras leyes, se hallaba el siguiente:




796 HISTORIA DEI. RBIN!DO
«Espero que consagrareis vuestra atencion al proyecto de ley que


os presentará mi gobierno sobre el ejercicio de la libertad de im-
prenta, y á otro de órtlen público e,n que desapareciendo cuanto hay
de incierto y arbitrario en el estado actual, se sujete á reglas fijas la
suspension de las garantias constitucionales, estableciendo, aun
para esta situacion escepcional, disposieiones protectoras para los
derechos individuales.»


111.


Aquellas declaraciones, aquellas palabras suaves y melosas pues-
tas en boca de la que sin escrúpulo vertia á torrentes la sangre de
los espanoles, sin hallar una palabra de consuelo para los grandes
infortunios, para el malestar que por todas partes se hacia sentir,
hubieran podido ser ridículas, si ya no encerraban el veneno de un
sarcástico epigrama. Mas adelante se hallaba este párrafo, que hu-
biese podido ser duro contra los ambiciosowlel' unionismo, si elor-
gullo de la mujer que vivia en el alto puesto no hubiese contribui-
do mucho á la funesta anexion:


«Solo se ha turbado esa paz tan codiciada, en la isla de Santo
Domingo, y mi gobierno se ha apresurado á mandar á ella los re-
fuerzos y fondos necesarios en tal conflicto; hay que eOnservar in-
eólume la honra de nuestro pabelIon, y estoy segura de interpretar
fielmEllíte el sentimiento nacional, enviando desde aquí el testimonio
de mi gratitud y simpatias á lo~ valientes soldados que arrostrando
mil penalidades, mantienen ileso en aquellas apartadas regiones el
honor de nuestras armas y derraman su sangre generosa, por dejar
tan alto como siempre el nombre del ejército espanol.


Respecto á los soldados, Isabel, que necesitaba la fuerza para
sostenerse. debia en público mostrar su gratitud, si bien en secre-
'to debia odiar á aquellos pretorianos, que en las circunstancias mas
~eritica8 solian volverle la espalda para encumbrar una ú otra perso-
nalidad aborrecida. Terminaba' asi aquel discurso.


«Espero, senores senadores y diputados, que Dios miserieordio~o
favorezca mis, propósitos, en beneficio de mi querida patria. Cuen-
to con vuestra cooperacion, llena de confianza en la hidalguía es-
panola. Inmensa tambien es mi gratitud hácia esa gran nacion, tan




DEL 111.TIMO BORBON DI ISUÑ!. '791
celosa de su independencia y de su gloria, como digna de ser feliz
y venturosa. Ella rodeó mi cuna y amparó mi derecho, inspirándo-
me el sagrado deber, qtle cumplo decidida, de anleponer su dicha á
la mia y á la de mis hijos. Ella en fin me revistió de la perlonifica-
clon de Stl nuevo estado social, 11 me identificó con /QI in,tituciones
con,t.tuCtotl!,les de las que seré ,iempre ucudo 11 defensora.


IV.


Hubiera podido parecer exlrafto en su conjunto, y debía sor-
prender á los diputados y senadores, aquel lenguaje siendo ministro
el marqués de Miraflores, si ya no esLuvieran todos acostumbrados
á semejantes ficcionés, si ya no apareciese como moneda corriente
el ahuso de esas palabras indefinidas é indefini.bles, de esas frases
de efecto que en circunstancias dadas se pronuncian SiD otro pro-
pósito que ocultar bastardas miras y proyectos criminales.


Isabel y el marqués de Miraflores, que querian retrotraer las co-
sas y las sÍtuaciones á una época muy anterior, que miraban -con
fruicion y carino la reconstitucion del trono y de la aristocracia
unidas ya por el comun peligro en un mismo fin, yen solidaridad
estrecha para seguir explotando las clases desheredadas, sin reco-
nocerlas otro derecho que el de pagar y servir á sus ambiciones, no
podian ni debían hablar del nuevo e~tado social. Y suponer que Isa-
bel se hallaba identificada con las instituciones nuevas, suponer que
habia de ser un amparo y hablar de sagrados deberes, la que venia
conculcando Uno tras otro todos los derechos conquistados por la
revolucion, la que habia destrozado los partidos, llevando el luto á
todas las familias y el desasosiego y la intranquilidad á todas las
clases, era indigno sobre todo en aquellos momentos en que tales
palabras cODstituian un agravio al sentido comun, porque revela-
ban uaa falsia, un esceptieismo inmenso, tan lejos se hallaban de
reflejar los hechos que todo el mundo tenia á la vista.


Por lo demás las cortes se hallaban abiertas, alU congregados al-
gunos hombres ya cfJnocidos y no pocos desconocidos, porque en
aqu~l do revuelto muchas nulidades y medianias se habian dejado
llevar por el torrente, levantándose al puesto de legisladores los que
desconocían y negaban el derecho, los que solo por el presupuesto
podian llamarse constitucionales.




"198 HISTORIA DEL RlIN!DO


v.


El gobierno habia dad,o la ley de gobiernos de provmclas J que
modificab(l en cierta manera el sistema vigente y se acercaba la
hora de elegir diputaciones provinciales y ayuntamientos.


El partido progresista creyó que no debia abandonar el campo
electoral, y por una de sus muchas Iijerezas é inconsecuencias, se
dejó arrastrar á los comicios, contra toda la lógica, contra toda le V
de sentido comun.


Los demócratas no podian seguir en estas evoluciones y circun-
loquios al partido progresista, y quisieron dar una explicacion ca-
tegórica á sus amigos, para que no se dejasen influir por la con-
ducta vacilante, propia de los que no tienen principios fijos.


Hé aquí como fúndaban su determinacion:
«La polftiea del retraimiento, no era en nosotros ni despecho D!


venganza, ni vana amenaza, ni cábala, ni impaciencia del poder, ni
memorial de agravios, que el pueblo sabe porque Jos sufre y Jos de-
vora, no; era la convicoion profundisima de que, mien tras con ti-
nuen las condiciones presentes del régimen electoral, ir contra el
gobierno es lo mismo que ir contra la ciega fatalidad; es ir, no á
franca lucha, sino á imnolacion voluntaria; es aceptar el suicidio.
Nuestra conducta nacia de motivos universales y permanentes; y al
proclamar el retraimiento, quisimos que fuera este UDa accion per-
fectameflte moral, y como todas las acciones moraJes, que se eleva-
ra á ley de nuestra vida. La circular del 20 de agosto fué la causa
ocasional del retraimiento, no la causa duradera. Esta es necesario
buscarla mas arriba, en la corrupcion electoral, en las retricciones
arbitrarias puestas á todos los derechos, en la sistemática proscrip-
cion del mayor número, en las prácticas administrativas que:desarrai·
gao toda independencia, en el desengario de los electores, en el des-
conocimiento de los derechos individuales, sin 108 que toda libertad
es incierta, y todo gobierno tiránico. Quejarse de la circular, que es
un accidente, y no del sistema que es la esencia, equivale á ante-
poner los efectos á las causas, las consecuencias á los principiQs,
los hechos aislados á las leyes universales, lo transit~rio a lo per-
manente. Nosotros que tenemos un simbolo y que estamos resuel-.
tos á conservarlo puro, ajustando á su norma nuestras acciones, '




DIJ. ULTIIIO BORBON DE ESPAÑA. 799
prometemos renunciar á Jos derechos electorales, , la satisfaccion
de representar al pueblo en el municipio, la provincia en las dipu-
taciones, la nacion en el congreso, mientras continuen los vicios del
régimen electoral, que poco á poco van convirtiendo al gobierno en
el único elector, y el ministerio de la Gobernac\on en la urna de
donde salen todos los diputados y donde yacen todas las libertades.


-Las determinaciones de otros partidos no pueden influir en las
nuestras. Nosotros somos un partido con ideas claras, con fórmulas
eoncretas, con aspiraciones definidas. Y por lo mismo, ni podemos
ni debemos someter nuestra conducta á ninguna otra conducta, ni
oscurecer nuestro dogma en ningun otro dogma. Nuestras determi-
naciones son constantes como nuestras doctrinas son lógicas. Hagan
otr08 partidos en buen hora lo que les plazca; vuelvan hoy la faz
á la libertad, y manan a las espaldas; duden, vacilen ¡en sus deter-
minaciones; sigan la polftica de retraimiento ó la abandonen, sé·
sun crezcan y menguen vanas esperanzas; nosotros unidos todos
en una misma doctrina, alentados por nuestro amor á la libertad,
fuertes en nuestro derecho proclamamos COD incansable perseveran-
cia, asf para la eleccion de diputados provinciales, como para la
eleccion de diputados á Córtes, la poJitica de retraimiento, única
que puede salvar nuestra dignidad como hombres, nuestra conse-
cuencia como partido, nuestras ideas como demócratas.»


VI.


,Qué habia ocurrido para estas inconsecuencias y estos exlravios
y estas veleidades del progresismo? Nada absolu~mente; obedecía
á su historia, á' sus costumbres y á sus preocupaciones, servia á
Olózaga y á Prim, y es natural que cayese en aberraciones, porque
aquellos hombres no tenian té ni conciencia ni principios, y el úni-
eo impulso quejes guiaba era la ambicion, y necesitaban del caci-
quismo para seguir ejerciendo influencia en los pueblos.


Acaso habia una raZOD poderosa para esos mismos hombres que
dirigian al partido progresista. Con veniales marcar una línea de
division entre el partido progresista y el partido republicano; no
podian consentir que las masas se acostumbrasen á la enérgica vi-
rilidad de los principios, que comunicasen siempre con los hombres
d8 la revolucion, y con especiosos a!hagos arrancaban, antes que




800 IISTORll DEL BlINADO
se formasen lazos estrechos, á las masas del lado de sus verdaderos
amigos.


El retraimiento era UDa cuestion de conducta, pero envolvia cier-
tamente una cueation de principios, y para ser eficaz no podia de-
jarse abandonado el principio, no podía falsearse la linea de con-
ducta, e~a preeiso ante todo mostrar severidad y fijeza; y I~s pro-
gresiatas lÍo tenian dotes para esperarlo todo de los principios; se
hallaban acostumbrados al tira y afloja, y en la ambigüedad y en
la vacilacion persistian.


"Los demócratas daban una razon en su manifiesto que era incon-
cusa, que no podía destruirse.


ClPor lo mismo, decia, que las diputaciones provinciales son hoy
una rueda mas de esta máquina pneumática donde se asfixia la liber-
tad; por lo mismo no debemos tomar parte en su formacion ni en su
nombramiento. Es necesario renunciar á toda esperanza de libertad
y de progreso, mientras no se despierten la vida municipal y pro-
vincial ahogadas por )a eentralizaeion, que todos los partidos mal-
dicen, y que niDguno destruye, porque les sirve para perpetuarse
en el poder adulterando la opinion del pais.




CAPITULO CXtl·


SUMARIO.


Evoluciones de Olózaga.-Conducta de García Ruiz.-Nueva escision en el partido
dernocrático.-Carta de Pi y Margan.


f.


Mientras el ministerio y sus parciales y los unienistas y los mo-
derados protegidos por algunos elementos del partido tradicionalis-
ta, clerical y nobiliario, que tenia interés por el momento en soste-
ner aquella sombra d~ gobierno representativo mientras se prepa-
raba por completo á arrojar el antifaz, Otózaga y sus amigos que
comprendian toda la gravedad de las circunstancias, toda la impor-
tancia del retraimiento, toda la virtud de las situaciones claraS' y
despejadas, cosa que á ellos les acomodaba poco, pues tratándose
solo de ocupar el poder á todo trance lo que intentaban era burlar
al pueblo y al trono y hacerse los necesarios, recorrian las provin-
cias, se manifestaban, se explicaban procurando seducir incautos
con frases pomposas, con e~tudiados discursos para presentar en
palacio la estadística de sus parciales, y hacerse temer y respetar,
imponiéndose á la corte para mentir despues á sus programas, para
quebrantar falaces y arleros sus enganosas ofertas.


El plan no era descabellado, porque al compararse la exigüidad
de todos los partidos que habian reunido apenas una sexta parte


TOllO 1II. 101




80! HISTORIA DEL RIUNlDO
del cuerpo electoral como expresion de la voluntad pública que ca-
bía dentr'o de la legalidad existente, yeso que el cuerpo electoral
era privilegiado, dependia en gran parte de los grandes selleres feu-
dales enriquecidos por la misma revolucion, debía necesariamente
Isabel asustarse, y entrar en euenlas consigo misma, para atender
en cierto modo á la verdadera voluntad nacional que quedaba fuera
de la situacion en gran mayorja. .


Por esto hicieron grandes esfuerzos los progresistas, se agitaron
y hubo fiestas, y recepciones, y brindis, y tées en que Olózaga abusó
de sus dotes oratorias para hacer compacta aquella muchedumbre
que los demócratas habían educado para la libertad, mostrándola
los errores y contradicciones del doctrinarismo y de los partidos
medios.


11.


El partido republicano por su parte tambien contrabalanceaba
esas influencias presentando sus soluciones, sus deseos~ su objeto;
y al lado de la falta de plan y de principios que en los progresistas
necesariamente babian de encontrar los ciudadanos que tomaban
por la cosa pública inti3rés, desde luego era presumible que se ,ie-
se· desconcertado y vencido el santonismo, dando ocasion á que va-
riase su táctica tan luego como pudo convencerse de la falsa posi-
cion en que se hallaba ..


Por eso desde los primeros momentos los partidos medios eom-
prendieron que si la revolucion tomaba proporciones, si tomaba
fuerzas, no serian los progresistas capaces de contenerla pues per-
dian en cada momento la popularidad y el prestigio.


y viendo la actitud de-l pais que recibió á Castelar eon grandes
ovaciones, que escuchó á.Orense con carino, que se levantaba J
fortificaba en la idea revolucionaria, en los dogmas bien definidos
del partido repubJieano, el partido progresista, aprovechando toda-
via las influencias que ponia en su mano el privili3gio eleetoral vi-
gente, quiso intentar nueva fortuna en los comicios, varió el rumbo
tle s.u poUtica y con especiosos pretextos se lanzó al palenque y i
la lucha contra la cual se pronunciara algunas semanas antes. Y al
adoptar esta conducla eomo hemos visto halló en el partido repu-




DEL ULTIMO »OItION DE ESPAÑA. 803
bJicano las merecidas censuras, aun cuando con cierta fraternal sua:
vidad aplicadas.


Esto vino á mostrar á los ministeriales y á la corte que no era
tan fiero elleon como le pintan y que podia esperar de los antidi-
násticos muchas contemplaciones y aun apoyo si las circunstancias
y su voluntad, )a voluntad régia, se dignaba llevarle á sus conse-
jos.


1I1.


Entre los republicanos lambien habia santonismo, tambien ha-
bia divergencias, tambien habia cábalas, tambien habia orgullo he-
rido y vanidades no satisfechas. Y prescindiendo del director de La
D;scutión que se plegaba y amoldaba muchas veces á adoptar re-
soluciones que á sus proyectos particulares no convenian, ofro de
los diputados que habian votado contra la monarquía en 1854 se
hallaba entonces si frente del periódico El Pueblo. .


Mas progresista que demócrata, mas escéptico que creyente, mas
apegado á los intereses materiales que á sus deberes como hombre
de partido, Garcra Ruiz, á quien ya nos hemos referido alguna vez
quiso singularizarse en esta ocasion mostrando agradecimiento á
los favores progresistas y sirviendo, acaso sin saberlo, á aquellos
que diariamente le protegian en sus pretensiones, en sus contratas
yen ]a multitud de pleitos que sostenia.


Como buen abogado y especulador hábil supo hallar razones y
argumentos donde solo debia encontrarse buena fe y rectitud y con-
secuencia. Y haciendo distingos se opuso á firmar el acuerdo y no
asisHó á las reuniones del partido republicano cuando se trataba de
separarse de ]a conducta que los progresistas adoptaban.


El Pueblo tenia compromisos eon el general Prim desde aquella
fecha ó desde otra mas remota. El director de El Pueblo, que hu.-
biesa debido ceder y aceptar el voto unánime de la mayoria de los
congregados en la redaccion de La Dllcusion antes que promover
conflictos y escisiones, el director de El Puehlo que no quería con-
denar á ·108 progresistas porque vjol-aban el semi-pacto contraido
con el partido democrático y renegaban de la condueta que habían
seguido en cuestiones electorales, el director de El Pu~blo sin escrú-
pulos, sin reticencias, enristró su pluma y aprovecbando sin duda




80i BliTORIA DEL ¡BINADO
aqueHa ocasion para vengar un agravio personal por ciertas acu-
saciones que se le habian dirigirto cuando se puso al frente del pe~
riódico, orremetió contro La Discusion y salió á la defensa de Jos
progresistas condenando el nuevo manifiesto republicano. Y como
prueba de que era el partido progresista muy digno de considera-
eiones, en un artfculo que titulaba La clave de nuestra conducta, de-
cia El Pueblo: '


«Pero por la prensa progresista se ha dicho sin que nadie lo con-
tradiga que el partido progresista parte del al10 37 como situacion
legal, que acepta todos los artículos de la eonstitucion nonnata del
5& y que acepta todos Jos progresos que en el órden moral y politico
reelama la' opioion desde esta última fecha hasta hoy .


• Pues bien, si el partido progresista se propone realizar todas esas
COlaS; si quiere marchar de acuerdo con sus principios de progre-
so; si desea sinceramente que se cumpla la voluntad nacaonal ¿de-
bemol hacerle fuego en medio de su carrera?


«Nó, y mil veces no .•


IV.


y no solo abogaba ast El Pueblo por el partido progresista, sino
que introducia el cisma y las disidencias dentro de la democrácia
alentando á algunos ilusos é incautos para protestar contra el acuer-
do, y el ma!lifiesto dado en La Discus;on, dividiendo ó intentando
dividir el partido, primero que volver por los principios rectosy por
la conducta firme, enérgica y sin tacha, sin contradiccion ni vaci-
laciones, ni veleidades ni caprichos.


La DlScus;on hizo ver á BI Pue!Jlo cuan falsa era la posicion en
'que se colocaba; pero persistiendo en su fatal propósito, algunos
demócratas y entre ellos el inflexible y lógico razonador Pi y Margall
terciaron en el debate, y este dirigió al periódico la siguiente carta
que por su importancia y trascendencia merece aparecer íntegra.
Decia ast.


»Sres. Director y redactores de La Discusion .
• Estimados amigos y correligionarios: veo con sentimiento que hay


aun demócratas dispuestos á vivir con el partido progresista. Si he
de· ser sincero me parece impo~ible. El partido progresista tiene una
historia ,que- no es para olvidada. No se le ha confiado una sola vez




DEL tiLTIMO BORBON DE KSPAr4A. 805
la eausa del pueblo, que no la haya comprometido y perdido. Cuan-
to mas grandes han sido sus medios de gobierno, tanto mas bor-
rascosa ha sido su vida y tanto mas vergonzosa su muerte. No ha
acertado nunca á consolidar la libertad, tampoco el órden. Ha man-
dado siempre en medio de una agitacion tan continua como estéril.
Ha sido eonstant~mente el primero en desarmar la revolucion que
le ha encumbrado, y, desarmada, la ha presentado al fin frente á.
frente lIe sus enemigos,


lD¿En qué ha progresado? Es preciso juzgarle no por sus palabras
sino por sus actos. La constitucion de 1837 fué un verdadero retro-
ceso para fa de 181!: fué obra del partido progresista. Vencedor
luego en 1840, árbitro de los destinos de la nacion espaf1ola,
du~no del poder legislativo y del ejecútivo, lejos de pensar en re-
formarJ'a la hizo su lábaro y su dogma. No la restableció ya en 18oí:
mas ¿que bizo tampoco en favor de las libertades individuales, que
nosotros proclamamos como derechos inherentes á la naturalez~
humaDa y como condiciones de progreso?


eDejó en pié para la prensa el depósito, el editor responsable,
una ley penal especial, el juicio, aunque por jurados, la multa, la
carceJ, la pri~ion en un castillo, la censura previa para todo lo que"
se escribiese sohre la moral , /a religion cristiana. Lloyjan las de-
nuncias sobre los djarios polilicos, se prohibía la continuaeion de
nuestros libros, se aprisionaba por una hoja á Sixto Cá~ara, se
condenaba por un articulo de periódico á Roberto Robert á dos aftos
de carcel. Roberto Robert, tengase muy en cuenta, no vio alzada
su condena hasta des pues de la caida del partido progresista.


»¿Que hizo tampoco ese partido por la libertad de exámeo, ni por
la de reunion, ni por la de asociacio~ ni por la de ensef1anza ni
por la universalidad del sufragio. Escribi~ un logogrifo con el nom-
bre de ~egunda base que ~izo soltar la carcajada á todos los revo-
lucionarios de Europa; dejar la filosofía bajo la férula del ordina-
rio y condenarnos á flncerrar nuestro pensamiento dentro de un
cfrculo inflexible; disolver por un firman los clubs creados al calor
de la revolucionde Julio y darnos por toda libertad de reunion li'
que permite el Código; esterilizar las asociaciones jornaleras organi-
zadas bajo el gobierno de los conservadores;. recibir con desprecio


.. una exposician en que se pedia la libertad de asociacion por trein ta
J cuatro mil obreros, y dejar en tanto crecer y desenvolverse las
asociaciones Deo-católicas; trasladar, por toda reforma en la instruc-




806 HISTORIA DIL ~ElJf!DO
cion, la enseiíanza de la teologfa de los seminarios á las universi-
dades, continuar tomando por base del derecho electoral el censo y
excluyendo por este medio de los comicios á todas las clases prole-
tarias, que busca tan solo en sus días de lucha, como instrumento
de su ambicion y de su codicia. .


»¡ Y hemos de dejar en paz á ese partido por miras de conveniencia?
"y DO hemos de desenmascararle á los ojos de las masasY Sus hom-
bres han ejercido sobre ellas un funesto prestigio y es indispensa-
ble acabar de destruirle. En eSlls masas está nuestra fuerza: ¿las he-
mos de conquistar dejando que siga seduciéndolas ese partido sin fé
con esperanzas y promesas' que no está dispuesto á realizar ni á
cumplir? No; hemos de ensellarles una y otra vez y recordarles
uno y otro dia, que uno de los principales escollos en que se han
estrellado hasta hoy sus e sfuerzos, ha sido el partido progresista;
que, partido medio y de clase media, tiende como el moderado á te-
ner á las clases infimas .del pueblo en un perpétuo desheredamien-
to y en UDa perpétua tu~ela; que no está separado del conservador
sino por diferencias cuantitativas, hijas mas bien que de fiUS prin-
cipios, de sus intereses; que en el fondo ha sido, es y será siempre
idéntico al de los moderados; que este es, por fin, su partido fronte-
rizo. su aliado natural, el rio en cuyas aguas está ya en parte con·
fundido y ha de acabar de confundirse.


»¡Nosotros en armoDia con el partido progresista! ¿Porque' Por-
que está en Ja oposicion? En la oposicion está hoy la union liberal;
en la oposicion está el partido absolutista: ¿habrá un demócrata
que quiera por esto vivir en armonia con uno y otro bando? El par-
tido progresista, se replica, está boyen la via revolucionaria: pue-
de allanar el camino al triunfo de nuestras ideas. ¿Le hemos de con-
fiar otra vez la revolucion para que al diá de nacida la abogue de
nuevo entre sus brazos? Si fuese posible que el partido progresista'
intentase una revolucion, esta riamos nosotros en el deber de impe-
dírsela. ¿De dónde se deduce luego que se haya lanzado á la via
revolucionaria? Si aceptó ayer la polftica de retraimiento porque hoy
la abandona? ¿Que confianza ha de iaspirar á nadie un partido de
esta indoleY ¿No le habeis visto en 1858 acusarnos de impacientes
porque desde el primer día de su advenimiento al poder, combati-
mos al general O'Donnell? Abrigaba todav(a dudas é ilusiones so-
bre la marcha que habia de seguir entonces el que en 1856 le ba-


. bia arrojado del góbierno á canonazos. ¿No le habeis visto despues




DIL ÚLTmO BORBON D ESPAÑA. 807
entregarse confiadamente á Prim, que en 18U, fué su verdugo,
solo porque concibió la esperanza de llegar por él á los consejos de
la corona, y dejarse llevar de sus indicaciones hasta el punto de
guardar reserva sobre si realizaría en el poder principios que habian
constituido siempre parte de su dogma? ¿No le habeis visto des pues
aun, perdidas ya sus inocentes ilusiones, querer imponerse á la co-
rona absteniéndose de tomar parte en las elecciones y combatiendo
en su manifiesto, no ya la circular de Vaamonde sino lodo el siste·
ma electoral de los gobiernos moderados y albagado poco despues
por nuevas esperanzas decidirse á volver á las urnas para )a elec-
cion de diputados provinciales donde reinan los mismos abusos?


»Imposible me parece, repito, que haya un solo demócrata que
puedá querer vivir en armonia con ese partido. Entre ese partido y
el nuestro hay y debe haber un abismo. Un partido que se ha en-
tregado al que mas le combatió, y admira y aplaude aun las tra-
vesuras de esa funámbulo politico llamado D. Salustiano 0lóz8ga,
altá ya juzgado. Ha abdicado lo último que puede abdicar un par~
tido: no es digno ni del respeto de los demócratas.»




806 HISTORIA DIL ~Bl)fADO
cion, la ensenanza de la teologfa de los seminarios á las universi-
dades, continuar tomando por base del derecho electoral el censo y
excluyendo por este medio de los comicios á todas las clases prole·
tarias, que busca tan solo en sus días de lucha, como instrumento
de su ambicion y de su codicia.


»¡ y hemos de dejar en paz á ese partido por miras de conveniencia?
"y no hemos ~e desenmascararle á los ojos de las masas? Sus hom-
bres han ejercido sobre ellas un funesto prestigio y es indispensa-
ble acabar de destruirle. En es~s masas está nuestra fuerza: ¿las he-
mos de conquistar dejando que siga seduciéndolas ese partido sin fé
con esperanzas y .promesas' que no está dispuesto á realizar ni á
cump1ir? No; hemos de ensenarles una y otra vez y recordarles
uno y otro día, que uno de los principales escollos en que se han
estrellado hasta hoy sus e sfuerzos, ha sido el partido progresista;
que, partido medio y de c.lasemedía, tiende como el moderado á te-
ner á las clases infimas ,del pueblo en un perpétuo desheredamien-
to y en una perpétua tutela; que no está separado del conservador
sino por diferencias euañtitativas, hijas mas bien que de fiUS prin-
cipios, de sus intereses; que en el fondo ha sido, es y será siempre
idéntico al de los moderados; que este es, por fin, su partido fronte-
rizo. su aliado natural, el rio en cuyas aguas está ya en parte con·
fundido y ba de acabar de confundirse.


»jNosotros en armonia con el partido progresista! ¿Porque' Por-
que está en la oposicion? En la oposicion está hoy la union liberal;
en la oposicion está el partido absolutista: ¿habrá un demócrata
que quiera por esto vivir en armonia con uno y otro bando? El par-
tido progresista, se replica, está hoy en la via revolucionaria: pue-
de allanar el camino al triunfo de nuestras ideas. ¿Le hemos de con-
fiar otra vez la revolucion para que al diá de nacida la abogue de
nuevo entre sus brazos? Si fuese posible que el partido progresista'
intentase una revolucion, esta riamos nosotros en el deber deimpe-
dírsela. ¿De dónde se deduce luego que se haya lanzado á la via
revolucionaria? Si aceptó ayer la poJítica de retraimiento porque hoy
la abandona? 6Que confianza ha de iospirar á nadie un partido de
esta índole? .No le ha beis visto en 1858 acusarnos de impacientes
porque desde el primer día de su advenimiento al poder, combati-
mos al general O'DoDnell? Abrigaba todavla dudas é ilusiones so-
bre la marcha que habia de seguir entonces el que en 1856 le ha-


. bia arrojado del góbierno á caDonazos. "No le habeis visto despues




DBL ÚLTlMO BORBON D ESPAÑA. 807
entregarse confiadamente á Prim, que en 1844 fué su verdugo,
solo porque concibió la esperanza de llegar por él á los consejos de
la corona, y dejarse llevar de sus indicaciones hasta el punto de
guardar reserva sobre si realizaria en el poder principios que habian
constituido siempre parte de su dogma? ¿No le habeis visto despues
aun, perdidas ya sus inocentes ilusiones, querer imponerse á la co-
rona absteniéndose de tomar parte en las elecciones y combatiendo
en su manifiesto, no ya la circular de Vaamonde sino todo el siste-
ma electoral de los gobiernos moderados y alhagado poco despues
por nuevas esperanzas decidirse á volver á las urnas para la elec-
cion de diputados provinciales donde reinan los mismos abusos?


»Imposible me parece, repito, que haya un solo demócrata que
puedA querer vivir en armonfa con ese partido. Entre ese partido y
el nuestro hay y debe haber un abismo. Un partido que se ha en-
tregado al que mas le-combatió, y admira y aplaude aun las tra~
vesuras de ese funámbulo politico llamado D. Salustiano Olózaga,
eltá ya juzgado. Ha abdicado lo último que puede abdicar un par-
tido: no es digno ni del respeto de los demócratas .•




CAPITULO CXIIJ·


SUMARIO.


falla de lógica del partido progresista.-Esperanzas de los rellccionarios.-Conducla
que debe seguir el partido democrático.-Escepticismo de algunas personalidades
políticas.-lbusos eIectoraIes.-Gravedad de la sublevacion dominicana.-Salida
de Permanyer del ministerio.-Conducta de Rios Rosae en el congreso.-Dignidad
de 105 periodistas.-Desprestigio del gobierno representativo.-Progresos do la
idea democrática.


1.


Esta escision honda y profunda en el seno del partido revolucio-
nario compuesto de tan encontrados y heterogéneos elementos,
cuando debia haber concentrado todas sus esperanzas, sus deseos,
t9dos en el triunfo del derecho, idea que proclamaba el partido re-
publicano, debia alentar sin duda á los reaccionarios que podían
aspirar á ver de nuevo deshecha esta reunion, favoreciendo y es-
plotando las ambiciones, los escrúpulos y la timidez de los prohom-
bres, provocando apostasfas y traiciones. Esto es innegable, en esto
DO iba descaminado El Pueblo.


¿Mas cómo podian Jos progresistas negar su participacion en ese
complot reaccionario? ¿Porqué habían de acusar á los otros de in-
troducir la perturbacion, cuando era lógico llevar á sus últimas con·
secuencias el grito que por todas partes resonaba de abajO lo ea;i,-
lente, reemplazando aquella monarquia constitucional, corrompida y
corruptora, por el verdadero sistema representativo republicano,




DEI. ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 809
única forma en que la soberanía del pueblo puede desenvolverse,
en que los derechos individuales se hallan en verdaderas condicio-
nes de existencia?


,Cómo podian los demócratas transigir con los hombres que mos-
traban tales vacilaciones, y que todo lo posponian á la pretension
de ocupar el poder, llegando á acusar aun en aquellos momentos al
partido republicano, renegando de la milicia, baluarte de ]a libertad,
porque aparte su organizacion ficticia, e] pueblo debe estar armado,
cuando el poder tiene interés en las maquinaciones contra la li-
bertad?


11.


La reaccion confia siempre en estas torpezas, en estas divisio-.
nes, en estas divergencias, y la carta de Pi indicaba perfectamente
que la mision del partido republicano no era unirse á este ni al otro
partido, DO era ni podia ser la de convertirse en auxiliar de los pro-
yectos ambiciosos de parcialidades, sino exponer, propagar y llegar
á la práctica de sus principios, para demostrar que buenos en si,
debian en todo y por todos ser aceptados, porque realizaban la
ventura y la felicidad de todos, la justicia y la armonia de los in-
tereses.


El partido republicano debia proseguir su marcha, sin atender á
las conveniencias, rechazar toda transaccion en cuanto al principio
fundamental, porque lo importante era consignar en las Jeyes las
buenas doctrinas, establecer instituciones dignas del ser .humano,
como medio de modificar la constitucion social, las relaciones de los
ciudadanos entre si, lo que se verificarla paul~tinamente iostruyen-


. do á todos, borrando los privilegios y desigualdades, quebrantando
ese inmenso cúmulo de obstáculos, que :en todos los periodos
subversivos y en la marcha anormal de los sucesos ha.n venido
creándose.


llI.


> La fijeza, el radicalismo de los principios no consiente por ma.,
TOMO liT. ltl




810 HISTORIA DIL REINADO
nera alguna las transacciones vergonzosas, con esas mezquinas pa-
siones que todo lo embrollan y que, egoistas, solo buscan la satis-
faccion de ciertos intereses, las cónveniencias de algunos' grupos,
no el interés universal, ni el desenvolvimiento de las reformas, ni
el progreso, ni la cultura.


Los partidos reaccionarios hacen, pues, bien en burlarse de la
multitud que arrastrada y seducida por las promesas, alhagada por
las ideas, y abriendo los ojos á la luz de la razon, reclama aunque
tímidamente lo que cree pertenecerle, obedeciendo mas que á su
conviccion é las exitaciones y á las promesas' que en su nombre
hacen algunos que buscan la elevacion tambien por ese camino, y
que á menudo, cuando reciben alhagos, honores, satisfacciones y
adelanto en sus intereses, olvidan su orfgen, vuelven la espalda al
pueblo y pasan de la categoría de los explotados, Ala categoria de
explo ladores.


Esos partido.s que se dividen y atacan COl! encono unos á otros,
cuando se trata de repartir el botin, se entienden, se aunan, y soli-
citan de los hombres que marchan al frente de las grandes masas,
de los que sostienen la bandera revolucionaria, vergonzosas conce-
siones, y con eso logran desacreditar las doctrinas, al propio tiem-
po que introducir el desaliento entre los hombres honrados, entre
los trabajadores que llegan á creer utópico é irrealizable lo que se
les promete.


IV.


Dé aquf porque seria en alto grado conveniente que los pueblos
fijaran su atenc¡on en tan peligrosas evoluciones, castigando con
¡;everidad á los funámbulos politicos, 'que fiados en su habilidad
para tocar registros y mover los resortes de las pasiones humanas,
se lanzan en aventuras peligrosas, y exponen al azar si columbran
un medio de llegar al punto que se han propuesto.


y como los partidos en ,semejantes circunstancias, fluctuan y se
desconciertan, bien podian regocijarse los reaccionarios al observar
que la cizaiia cundia en el campo revolucionario, que los hombres
que se abrogaban la di-reccion, los Prim,Olózaga, Rivero y Garofa
Ruiz eran materia dispuesta para darles el triunfo, para preparar




DEL ÚLTIMO BORBON D2 ESPAÑA. 811
en los sucesos, cuantas mistificaciones fueran necesarias. Y la des-
can fianza por parlé de los revolucionarios se manifestaba uno y
otro dia, hasta el punto de que La Discus;on y El Pueólo fuesen
considerados como sospechosos, juzgándose necesario que apare-
ciera otro nuevo periódico que, como tenemos indicado, debia diri-


. gir Castelar. .
Agriada la cuestion entre El Pueblo y La Di.eusion, los demó-


cratas siguieron por largo tiempo mostrando sus escisiones, y de
todas partes llovían lo! comunicados y los manifiestos, provocando',
las rivalidades y oelos de Ruil Pons y de Rivero, divergencias y di-
sentimientos, pues nosotros que conocemos la orgaDizacion y sus
aspiraciones, podemos asegurar que muchos de los que atacaban
entonces á Rivero por su intransigenéia, no hacia n mas que apro-
vechar la ocasion de desacreditarle, porque le creian mas temible,
y asi era en efecto, que el ya desautorizado director de El Pueblo,
En este concepto, las firmas de los adherentes que consideraban
útil la uóion con Jos progresistas, eran solo una protesta contra el
director de La Discusion.


Por fin, el partido revolucionario aparecía en disolucion, bien es
cierto que, naciente aun, aquellas convulsioñes podrian equiparar-
se á esos cataclismos que hacen en su crecimiento todos los seres;
era el trabajo de eliminacion y de recomposicion, para presentarse
mas fuerte y com pacto.


v.


Seguian las Cortes, a~ propio tiempo en discusiones de actas,
donde se presentaba, que si fueron pocos los electores, no por eso
se hallaron bien avenidos.· tos escindalos y Jas' tropelfas fueron en
los distritos multiplicados, la coaccion de las autoridades qüedó
demostrada, y el gabinete que pretendía presentarse como un mo-
delo de lealtad y respeto á la voluntad pública, fué tachado por
. sus parcialidades 'Y la obstinada ¡ntIuencia que sus agentes ejer-
cieron.


Por otra parte, la guerra iniciada en Santo Domingo tomó gran-
~ des proporciones, y en pocos meses el pais entero se levantaba por


todas partes reclamando su independencia, .que unos cuantos mer-
cenarios habian sacrificado.




811 BISTOlUA DEL IlÉINADO
Permanyer abandonó el ministerio de Ultramar, atendidas las di-


ficultades que fué encontrando para ser ministro á la catalana, oca-
sionando al propio tiempo una crisis casi completa en aquel gabi-
nete tan heterogéneo, combatido por tantos elementos. obligado i
aceptar el patronato de Rios Rosas, 'Y asistiendo á escenas en que
O'Donnell acusaba á Alonso Martinez, y Alonso Martinez á O'Don-
nell, en que el jóven aprovechado Cánovas buscaba una cartera ó·
la presidencia del Consejo, y todos hallaban en ello mayor descré-
dito 'Y mayor ruina. Con su tacto, con su habilidad, con su pru-
dencia y moderacion acostumbradas,. Rios Rosas despues de avasa-
llar á los diputados, despues de someter á su capricho á los minis-
tros, despues de herir. al público de las tribunas oon amenazas y
medidas violentas, que el dictador mas déspota no hubiera adopta-
do, quiso reglamen~r la tribuna de periodistas por medio de unas
ordenanzas mas depresivas y denigrantes que las ordenanzas mili-
tares.


Esto pasaba cuando era ministro Miraflores, que habia hablado
de la opinion pública como reina del mundo, cuando Rios Rosas, el
tribuno, el periodista, el que se llamaba constitucional, pero que
realmente era un ametrallador, un ministro digno de la familia bor-
bónica, se hallaba de presidente del Congreso.


VI.


ta prensa, mas independiente y mas libre, menos ligada con el
que llamaron domador, porque solo al látigo y á la barra de bierro
candente, no al razonamiento acudia, protestó enérgicamente con-
tra las disposiciones arbitrarias, y dejó aislado en su orgullo al que
se babia atrevido á dirigir insultos á la opinion y á sus órganos.
tor acuerdo unánime los periÓdicos dejaron de asistir á las sesio-


. nes, renunciaron á insertar crónicas, á apreciar los discursos y la
poUtica predominante en la asamblea legislativa, y solo reproducian
en sus columnas el extracto oficial de las sesiones, publicado por la
Gacela. .


Estas pequeqas demostraciones venian tambien á refluir en per-
juicio y descrédito de .aquella situacion, ponian en relieve su
impopularidad, el desprestigio del gobierno representativ() que los




l>:BL WLTlHO BORBON DEISPA",!·. . 813
neo-católicos, los apóstatas de todas tintas, los abusos electorales y
la incesante conspiracion palaciega habian ya consumado, hacien-
do imposible todo gobierno que no se fundase verdadera y pronta-
mente en la verdadera soberaofa popular, en la forma de la Repú-
blica democrática. Cada esfuerzo hecbo por algunos, para presen-
tar como necesarias tI'ansacciones y ensayos del doctrinarismo, ve-
Dia á ser una leccion severa para el pueblo que no podia.atinar que
se llamase gobierno, á lo que era un conjunto de rivalidades yam-
biciones en pugna, y qúe tuviesen el carácter de legisladores, cuer-
pos que gastaban su tiempo en avivar sus odios, y presentarse al
desDudo en so repugnante deformidad.


VII.


En condiciones tales, la:id~ democrática germinando en todas las
conciencias, aceptada ya por todos, bacia pesar ya su benéfico in-
flujo en la soeiedad esparIola, y aquello mismo que parecía debili-
tarla, sus luchas interiores, era ocasion para fortificarse y estender-
se mas y mas, para explicarse, para dar mas importantes solucio-
nes á todas las dificultades que surgian en medio de aquel descom-
puesto oleaje de turbulencias.


No se trataba ya de Isabel, de la dinasUa luchando con los an-
tidinásticos progresistas, no se trafaba ya de 108 privilegios, cedien-
do poco á po'eo, ó escatimando y reconquistando lo que habia per-
dido en el primer movimiento revolucionario. La familia de Borbon
en todas 8US ramas, en Espalla camo en Francia, habia d'esenga-
liado á todos, y en cuanto á la persona de Isabel, niogun partido
creia posible vivir bajo sus veleidades, bajo sus caprichosos, cam-
bios, que en amor como en polftica, dió muestras de ser voluble la
hija de F~rnaDdo VII.


Se hallaban, pues, frente á frente la revolucion y ]a monarqu(a,
la República reintegrando al ser en sus derechos naturales, y la
tradieion amortizando y acapar.ándolo para unos cuantos privile-
giados. El constitucionalismo, con las medias tintas, se hallaba juz-
gado. No era pues extrarIo ni sorprendente, que en medio de aquel
marasmo y de tanta obcecacion, por parte de los que se llamaban par-
tidos conservadores se agitase la opinion, se fortificase la idea revo·




81" BISTOBU DEL BIINA.DO
lucionaria y apareciese el partido democrático, como poderosa fa-
lange del progreso humano, influyendo en todas las determinaciones,
llevando á todas partes su sabia, su energía y su actividad, reali-
zando gravfsima modi6eacion en todos los partidos, en todas las
instituciones, eQ todas las determinaciones poUlicas y sociales .


..




CAPITULO CIli.


SUMARIO.


Nuevo periódico republieano.-Serviciol que preltó á los partidos revolucionarios.
-Desarreglo de los partidos.-Falsa posicion de Concha.-Nombramienlo de
senadoreil.-Fa8es de la discusio(de la reforma constitucional en el Senado.-
Derrota del ministerio Ifiraflores.-Su djmision.-Minilterio moderado.-Su pro-
grama.


I.


Así marchaban los acontecimientos, y para servir de apoyo á
n nestro aserto, para evidenciar la potencia del esplritu democrático I
para hacer constar que en todos los actos ¡nHuia, basta que diga-
mos, que en lo mas reliido de esas divergencias entre La Diacrmon
y Bl Pueblo, cuando los demócratas aparecian en dos bandos, pre-
tendiendo unos guerra sin tregua al progresismo y contemporiza-
cionolros, un nuevo periódico, el periódico de Castelar, publicó su
prospecto para comenzar sus tareas con el alio 1864..


La Demoerae.aapareció por fin, y puede decirse que fué un ver-
dadero acontecimiento la publicacion de ese periódico, que' reunió
en breve mnchos miles de suscritores, y que atrajo al partido de-
mocrático, arrastrados por la fama oratoria de Castelar multitud de
lectores y de elementos nuevos, ,sacando de su indiferentismo á
muchas personas que creian incompatible la idea republicana con




816 BISTOlUA DIL RBllfADO
la tradicion, y que veian en el célebre catedrático de la universidad l
una esperanza para la patria.


ta apaI'icion de ese periódico, la agrupacíon de todos los elemen-
tos revolucionarios, en medio de su discordancia fué un servieio á
la causa del progreso, porque Castelar habia sabido inspirarse en
)a tradicion revolucionaria, y en la gran tradicion histórica, y vino


, quizá sin conciencia de sus propios actos, en un momento cri-
tico y oportuno, en una situacion grave, á dar unidad á todas las
oposiciones, desconcertando los planes de los que luchaban por
transigir todavía con lo pasado y con lo existente, antes de dar sa ..
tisfaccion á los intereses que nacían, á las necesidades que reclama-
ban, al pueblo que pedia un puesto al amparo de su ,derecho.


La bandera revolucionaria, la bandera de democracia flotaba
frente á frente del poder que renunciaba á toda arbitrariedad, y
todos los partidos se mostraban débiles, destrozados~ y todas las
parcialidades veian abierta la sima' donde iba á sumergirse la so ..
ciedad vieja, y reconociendo el poder de la idea republicana, con-
templando su invasion inminente en los hechos prácticos, no acer-
taban á eludir su influencia, procurando Qon todo torcer su signi-
ficado, y dominar por medio de maquinaciones aquel torrente des-
bordado, contra el 'cual ni )a fiscalia, ni Jos calabozos, ni los cadal-
sos nada habian podido.


H.


El partido progresista no permanecia dQs dias en la misma acti-
tud, en las distintas fracciones, y claro es que hablamos del santo-
nismo, porque la masa, la gran masa inteligente avanzaba siempre
hácia la perfeccion, hácia el órden nuevo; el partido progresista as-
piraba siempre al poder, y cada una de sus personalidades tomaba
una actitud distinta, cansados todos ya de la actitud enérgica que
habian adoptado.


El pueblo victima siempre de las ambiciones, no podia atinar en
que consistia el azaroso juego de aquellos equilibristas, que iban
siempre cediendo ante palacio, y prometian' reformas, derechos y
bienandanzas.


No tardaron en aparecer divergencias y escisiones entre El CIIl-
mor y La iberia, y como la crisis era permanente, se hablaba todos




Bit ¡LTIIIO BOBBON DE EstARA. 81'
los dias de declaraciones de estos ó aquellos personajes, que se lla-
maban Olózaga, ó Madoz, Ó Prim, ó Infante, renunciando á la mi-
licia, ó buscando otras condiciones que les hiciesen aceptables y
compatibles con las camarillas frailescas, y con la famosa ex-re-
gente.


Los moderados, tambien envueltos en aquella situacion incómoda
con los unionistas, no sabia n á que atenerse, porque la situacion
que parecia suya, iba anulando en cierto modo las leyes que, CGmo


. la reforma constitucional de Narvaez, habia perfeccionado bajo su
punto de vista la constitucion del 45, y Concha, el conspirador
cristino de 1841, el conspirador del tampo de Guardias y de Zara-
goza, el eterno aspirante al ministerio, se hallaba en una posicion
tan extrafta é incomprensible, que sus amigos de todos los tiempos
le haGian la guerra, le combatían sin tregua, como él habia minado
durante muchos aftos el terreno, bajo las plantas de todos lo· que
llabian ocupado posiciónes oficiales.


111.


Las cortes, congregacion de personalidades diversas, que dentro
de lo que se llamaba partido conservador, formaban grupos irre-
conciliables, presentaban tambien un espectáculo extravagante, por-
que la mayoria y la minoda se hallaban supeditada~ á las impresio-


. Des del momento, carecían de plan fijo, de ideal político, y se mo-
vian á impulso de es ta ó aquella oscilacion de los otros partidos.


El congreso, producto de una eleccíon en que las abstenciones
habian sido tantas, era una enlidad heterogénea sin color definioo, y
el senado, donde la Union liberal habia llevado sus hombres, aca-
baba de recibir una cincuentena de miembros' para equilibrar las
fuerzas, y regularizar la marcha desembarazada del ministerio Mi-
raflores, resultando de todo aquello un fenómeno constitucional, un
absurdo importante que tenia fuera de caja á todos, é imposibilita-
ba el establecimiento de una situacion normal, yeso que aquellas
cortes eran convocadas expresamente para salir de aquel caos en
que la revolucion del 54, y las reformas posteriores habian coloca-
do al país.


El aislamiento del ministerio, su falta de homogen.idad, la aclitud
indefinida en que se hallaba respecto á los partidos militantes, la


TOMO Uf. 103




818 DISTORa DEI. REINADO
hostilidad de los partidos liberales, su falta de valimiento en pala-
oio, donde solo era aceptado como una necesidad, las preocupacio-
nes aristocráticas del marqués de Miraflores, eran otras tantas cau-
sas para hacer de aquel bello desórden una escena ridicula, un lo-
gogrifo y un enigma.


IV.


Llegó entretanto la hora de discutir la reforma constitucional,
que parecia ser el escollo mas peligroso para el gabiDete.


El presidente del consejo, echándose en brazos de las corrientes,
á que siempre opuso dique y valladar reaccionario, se suicidaba
moralmente, renegaba de su significacion, se anulaba eomo hombre
y como consecuencia política.


El duque de Valencia sosteniendo, apuntalando su obra de 1851,
Y con ella, la aborrecida memoria de su funesta dominacion, defrau-
daDa las esperanzas y las promesas que de su flamante liberalismo
venian indicándose por sus parciales, no sabemos si con cándida
credulidad, ó con insigne.mala fe.


El marqués de Molins, queriendo derivar de la nobleza el fun-
damento de las nuevas instituciones, los sacrosantos principios de
igualdad y de libertad, que donde quiera germinaQ, que arraigan
y se fortmcan donde quiera; tomando por sfmbolo de estos mismos
principios, como su mas robusto baluarte á la aristocracia; esfor-
zándose en compaginar la eterna nocion del derecho con la injusti-
cia odiosa del privilegio, tropezaba con el absurdo y con el impo-
sible.


El sei'i.or Luzuriaga, aconsejando á log grandes de Espai'i.a que no
fueran obstáculo á la revolucion, que se popularizaran que renun-
ciaran á esas mermadas y caducas prerogativas que, antes que
prestigio é importancia, les ofrecian amarguras y contrarieda-
des sin número, era mas Jíberal, mas razonador, mas lógico, y
consejero mas amigo de la nobleza, que todos los oradores que le
habian precedido, y que le siguieron en este importante y trascen-


. dental debate.
Hé aquf pues los mas notables oradores, las mas caracterizadas


tendencias, las tres distint~s fases que recorrió la discusion del se-
nado. .




DEL 'LTillO BORBON DI ESPAÑA. 819
T todos hostiles al gobierno.
La tendencia reaccionaria y anti-reformista, la tendencia conci-


liadora y anli-reformista y la tendencia abolicionista y 8nti-minis-
terial tambien; sin que en la continuacion de los debates pudiera
vislumbrarse nada favorable al gabinete Miraflores que [puso tenaz
empeno en aplazar la solucion pronunciando importantísimos dis-
cursos Alonso Martinez y terminando Concha que aseguraba con
aire de triunfo que el ministerio despues de once meses de rudos
combates contaba con mayoría en los cuerpos colegisladores y ha-
bia efectuado transformaciones notables.


v.


En medio de aquella confianza, debió quedar altamente sorpren-
dido el famoso rey de los afueras, y sus demás companeros no ve-
rian tampoco con gusto el abandono en que se encontraban. Una
votacion robusta, compacta, vino á hacer desaparecer todas las ilu-


, siones, á presentar en toda su desnudez la grave situacion, porque
era imposible constituir nada firme, nada estable cuando la revoJu-
cion rugia, cuando las ideas democráticas se mostraban vigorosas y
potentes y todo el mundo viejo, los antiguos partidos conservadores
se hallaban desquiciados.


Acaso Isabel pudo dejarse llevar por quiméricas esperanzas y
creer terminada la reorganizacion del moderantismo para dar un
aspecto constitucional á la situacion que debia inaugurarse. Acaso
pudo suponer que los antiguos servidores de su madre, despues de
aquel paréntesis que la insurreccion del Campo de Guardias babia
abierto, durante el cual habian eaido 'i levantado tantas rivalidades
tantas instituciones, durante el cual la inmoralidad aumentaba y las
apostasias y las traiciones ponian en descrédito á los partidos, acaso
Isabel, decimos, fundándose en promesas de lealtad y de adbesion
por parte de Jos antiguos servidores de su tio, por parte de los frai·
les que la rodeaban, Jlegó á convencerse de su potencia para jugar
un albur, desconcertando con audacia c(nica á todos los mantenedo-
res de la idea revoluóionaria.


Lo positivo es que los reaccionarios creyeron llegada la ocasion
de aclarar 'i definir aquella que por tanto tiempo venia envuelto en
nieblas, y el gabinete Miraflores fue arrojado de su puesto por 40




820 HISTORIA DEL RE1NADO.
votos de emeso que tuvo en el Senado la oposicion, á pesar de Jas
hornadas senatoriales que se iban arrojando en el crisol constitu-
eional.


VI.


La crisis fué algun tanto laboriosa, é Isabel, que ya tenia resuel-
ta la cuestion, procuró salvar las 'apariencias, llamando en consulta
á los presidentes de 108 Cuerpos colegisladores. Estos conferencia-
ron diferentes veces, y enaargados de una combinacion ministerial
hubieran llegado á un acuerdo, si Rios Rosas no hubiera declarado
que preferia el puesto que ocupaba en la presidencia de la Cáma-
ra á una cartera ministerial.


Hemos dicho que en palacio ya estaba previsto el caso, porque
apenas naufragó la combinacion Concha-Rios-Pacheco, y apesar
de que la Union liberal tenia sus candidatos dispuestos, apareció en
las regiones ofieiales un ministerio compuesto de las notabilidades
del moderantismo en 'esta forma; Presidencia con Estado, D. Loren-
zo Arrazola; Gracia y Justicia. D. Fernando Alvarez; Guerra: ge-
neral Lersundi; Hacienda, D. Juan Bautista Trúpita; Gobernacion,
D. Antonio Benavides; Fomento, D. Claudio Moyano; Ultramar,
D. Alejandro de Castro; Marina, Sr. Rubalcaba. '


El presidente del consejo quiso explicar la nueva poUtica del par·
tido moderado y lo hizo en estos términos: '


.Sellores senadores: despues de largos aftos de política pasiva y
puramente de hombre de gobierno, porque asi creia que con venia
al grave y severo cargo oficial que desempeliaba, hoy por la dig-
nacion de la reina tengo que hablaros desde el banco ministerial.


• En ese largo periodo sabeis cual ha sido mi respeto hácia esta al-
ta y digna cámara: yo no olvido tampoco los testimonios de consi-
deracion que la he debido. Hoy solo tengo que indicar que en ade-
Jante aun necesito mas de esa indulgencia, de eSll consideracion.


»En el día de ayer sellores senadores S. M. la reina, despues de
haber empleado otros medios para ilustrar su rectisimo sentido
constitucional se dignó llamarme á la real cámara, quiso oir mi jui-
cio sobre el estado y situacion de las cosas, me encargó la forma-
cion de un gabinete, y expuesto á su soberana consideracion lo que
en mi lealtad cumplia, acepté el encargo. El nuevo gabinete en COD-




DIL 6TI)l0 BORBON DIISfA.ÑA. 8!1
secuencia se presenta hay á ofrecer al senado respetuosalQente el
acostumbrado homenaje; y es, senores, todo lo que puedo yo expo-'
Der al senado sobre la pasada crisis.


»Ahora por lo que toca ya al gabinete, el nuevo gobierno susten-
ta Jos principios del partido moderado histórico, no como lo haya
podido retratar la animosidad poHtica, en vias de resccion, en que
nunca entró y en que nunca entrará bajo la denominaeion de este
gabinete, sino eomo partido templado, como partido de legalidad,
como el partido moderado en la segunda mitad del siglo XIX. Asi
el programa del partido moderado está en su lema y nadie puede
alegar ignorancia; está el programa tambien en la constitucion y en
las leyes que ha guardado y jura hacer guardar en loda su verdad
y vigor y asi lo ejecutará. Por este medio el gobierno se propone
ser conservador, conciliador, liberal constitucional, y dispensará
proteccion á todos los derechos legitimos, seguridad á las perso-
nas, garantia, y en su caso reparacion á los órganos légftimos de
la emision del pensamiento, y dará impulso á la prosperidad y glo-
ria del país que ha entrado en ese magnifico movimiento tiempo
hace, y tendrá tambien justicia para todos por el cero y cooperacion
dE! las anteriores administraciones .


• Por este medio el gobierno camina á la reorganizacion de los
partidos constitucionales. Asi ya todos lo saben; sus amigos para
apoyarle, sus adversarios para darle tregua ó combatirle, la opinion
pública para concederle ó retirarle su apoyo. Ahora ya se sabe de
donde viene y á donde va el gobiarno; el gobierno marcha por estos
principios á la reorganizacion de los partidos constitucionales.


Pero aun tiene que anadir una palabra: como consecuencia de los
priDcipios que acaba de anunciar, el gobierno tiene precision de re-
tirar los proyectos de ley presentados á los cuerpos colegisladores
por la administracionanterior para reveerlos y desarrollarlos con-
forme á estos mismos principios.


»Ahora, sellores senadores, al gobierno no se le disimulan las di-
ficultades que hayan de abrumarle; las espera con serenidad; los in-
di~iduos del gobierno no están aqul por ser ministros, sino por pro-
curar el bien del.pais hasta donde alcancen sus fuerzas á través de
todos los compromisos; y abriga la fundada esperanza, por otra
parte, de que no hay dificultad que no se supere con decision, con
perseverancia, con legalidad y justicia, y sobre todo con la confianza





S!! mSTIII! DIL UUU.D8
de la Corona, con el apoyo de los Cuerpos colegisladores, y con el
favor de la opioion que, COD justicia y templanza, para todos procu-
rará -tener. »


Arrazola habia sido durante muchos anos, presidente del Tribu-
nal supremo de Justicia, y habia servido bajo la Union liberal.




CAPITULO CXV +


_ SUMARIO •.


Espíritu de la prensa oeo-católica.-Circular del ministro de la gobernacion.-Si ...
tnacion anómala del ~obierno.-Imposibilidad de llevar á cabo su plan.-Disí~
dencias entre Rios Rosas y la rnion liberaI.-Gonzalez Bravo defiende á Bios Bo~·
sas.-Política agresora de los vicalvaristas.


I.


tuchaban evidentemente los dos principios, el principio de liber-
tad y el principio de autoridad, el principio de progreso y el prin-
cipio de reaccion, yen esa continuada serie de evoluciones, la prensa
realista-religiosa, y ]a prensa democrática, sostenian frecuentes de-
bates, con la circunstancia que.Ios periódicos realistas hacian por
entonces caso omiso de su eandidato, parecia como si no tuviesen
interés por la persona que debia ocupar el trono. Asf y todo daban
rudos ataques al partido democrático, denunciaban contínuamente á
la suspicacia fiscal los artículos y las doctrinas que propagaban los
republicanos, con lo que areian llevar el terror á las filas de la fa-
lange popular, envolviendo en las persecuciones á los propagan-
61istas.


llevando á todas partes la alarma, consiguieron por fin con sus
hipócritas y mentidas acusaciones, arrancar algunos centenares de
firmas á las pobres mujeres que vivian en la ignorancia y la supers-




, 814 KIIT.U DEL MINADO
ticion para apagar completamente la antorcha de la civilizacion. Y
en su frenético entusiasmo, nn dia y otro lanzaban contra la Uni-
versidad los rayDs de la Iglesia, y el episcopado, haciéndose cóm-
plice de esta misma iniquidad, levantaba su voz acudiendo al go-
bierno para que se cerrasen los templos del 'saber y se impidiera,
segun ellos, la caida en el insondable abismo de la anarquia y de la
desoIacion.


n.


En tal estado- las cosas, y con un ministerio Arrazola que alzaba
en pleno Parlamento la bandera del moderantismo histórico, ¿qué no
podia temerse? ¿Qué no podia esperarse de angustias y malestar para
el pueblo espallol? .


No bastando sin duda al ministerio las cortas frases que hemos
, transcrito referentes 4 la poHtica que se proponian seguir, publicó
,el ministro de la GobernacioD una' circular difusa é incolora, que no
decia otra cosa sino aquello mismo que callaba.


Era aquel gobierno ciertamente, si es que gobierno puede llamar-
se á la coleccion de siete ministros presididos por un anciano de larga
y poco envidiable historia, era, repetimos, mas histÓriCO que acep-
table. Tenia su sistema desgraciadamente bien conocido en Espana;
no era un gobierno huérfano venido al mundo sin antecedentes ni
propósito, era el representante de aquella sfntes~s cruel de arbitra-
riedades, violencias y traiciones que constituían la trama tradicional
del partido moderado.


El ministerio Arrazola vino como vienen todas las desgracias; sin
que nadie le d~seara, repentinamente. Y sin embargo, se creia lla-
mado á grandes y saludables destinos. Hasta se anunciaba como ga-
rantia, como firme sostén, como soldado fuerte de la libertad polf-
tica. Pero los periódicos neo-católicos formaban coro de alabanzas
y derramaban en espiral interminable nubes de incienso ante la es-
tatua de aquel ministerio.


En cambio babia de tener por enemigos á todos los hombres de
buena voluntad, á todos los patricios amantes de la libertad y de la
grandeza del pueblo en donde vieron la primera luz del-dia.




DEL 1TLTllIO DOBION DI BSPAÑA.. 8!5 .


111.


Podia decirse, pues, que aquel ministerio nacia en medio del ma-
yor aislamiento. En las Cortes hallaba la oposicion porque estaban
ínvadidas por el unionismo; no podia buscar oi proteooioo, ni siquie-
ra benevolencia en el seno de los partidos liberales; y -en cuaoto á
la opioion pública, despues de la última consulta electoral, despues
de la abstencion en masa de los mas importantes distritos, ¿cómo
habia de contar un ministerio moderado con la aquiescencia de las
masas?


Ahora bien; un gabinete que DO contaba COD el apoyo del Parla-
mento, ni con el amparo de la opinion pública, ni COD la benevo-
lencia de los partidos liberales, ¿podia ser un gabinete expaD6ivo,
tolerante, constitucional en el ancho sentido de la palabra~ Con tales
condiciones no era posible constituir otra cosa sino un gobierno ba-
taIJador, un gobierno resistente á la manera de aquellos que com-
prometieron en todas épocas la libertad y el órden, UD gobierno
moderado en una palabra.
, y un gobierno moderado frente á frente de una mayoría adversa
hubiese podido en otras circunstancias normales disolver el Parla-
mento, convocar á los electores y usar aquella benéfica influencia
que bacia triunfar á los candidatos contra la voluntad de Jos distri-
tos. Pero en aquella diso!ucion, en medio de aquel cataclismo, unas
elecciones traian envueltas dos eventualidades: el ridículo mas com-
pleto ó la cuestion de fuerza por las violencias y las ilegalidades que
era preciso perpetrar.


Siguiendo sus instintos tambien el partido moderado podia pro-
clamar la dictadura, dejar á un lado las Cortes, y legislar como acos-
tumbraba restábleciendo el poder real en toda su pureza, con todos
sus atributos. Pero, ¿dónde estaba su fuerza' ¿Dónde estaban sus
generales~ ¿DÓnde estaba su ejército, cambiado completamente des-
de la guerra de Africa por las gracias y desgracias del general
O'Ooonell,


IV.


Ante tao graves dificultades, los moderados, el ministerio histó-
TOHO 111. 10i




816 IIISTOBIA Dll. BEllUDO
rieo y sus parciales debian verse perplejos y confundidos; y con to-
da su buena voluntad para reconstituir )os partidos, con toda su
obstiriacion para dar vida al moderantismo, para restaurar una si-
tuacion que llamaban constitucional en que alternasen los partidos
progresista y moderado, siguiendo las prácticas de los paises par-
lamentarios, era imposible_que se llegase á la normalidad aunque
fuera sincero en esta ocas ion el deseo de aquellos absolutistas dis-
frazados, con que puede dudarse, atendidos Jos antecedentes y el
firme propósito de Isabel de restaurar el imperio abso)uto y las cos-
tumbres monaoales.


Luego )as entidades politicas, los antiguos moderados se habian
dividido y subdividido; y las amistades, 100s egoísmos de cada cual,
puesto que solo se bqseaba el medro y no el bien del país, ni habia
principios, ni doctrinas que sustentar, sino absurdos sistemas de
contemporizacion. y de trampa adelante, hacian no ya dificil sino
imposible esa pretendida reorganizacion, esa purificacion del siste-
ma representativo, purificacion que todos tenian en su boca; pero
que nadie era eapaz de lIeva(á término.


Mon, Rios R()sas, los Conchas, Pacheco, Gonzalez Bravo, San
Luis, aquel ministerio levantado en nombre del moderantismo, ¿es-
taban en la ortodoxia constitucional de los históricos de la Union libe-
ral, ni de ningun otro sistema1 ¿A.ceptaban la tradicion de los once
aftos, la reforma constitucional nocedalesca, ó los proyectos de Bra-
vo Murillo, ó el acta adicional? DifíciJ era descubrir las atracciones
de eada uno de aquellos personajes, dificil explicarse sus propó-
sitos.


v.


y sucedió lo que no podia menos de suceder.
La .alarma fué grande en todos al presentarse aquel gabinete de


notabilidades políticas, llamándose moderadJ histórico, y á pesar de
las declaraciones de los periódicos á la caida de la Union liberal,
habian cambiado por tal concepto las circunstancias, que los pro-
gresistas á quienes se pretendia arrancar del retraimiento para re-
constituir los viejos partidos y girar ordenadamente en las alterna-
tivas que la opinion pública senalas~, declararon que no cejarian en


.511 oondueta, y el nuevo ministerio, herido de muerte, comenzó Sil




DEL ULTlHO BORBON DI IBrAÑA. 817
vida estrafta, divorciado an el aislamiento bajo la presion de aque-
lla terrible soledad que le asfixiaba.


Rios Rosas era, como hemos visto, el presidente del Congreso~
¿Qué habia de hacer aquel atrabiliario y exeéptico disidente, aquel
gran heresiarca politico en presencia de situacion tan angustiosa~


Los que debian ser sus correligionarios, los que habían servido á
la Iglesia fundada por el gran orador, no tenian ciertamente mucho
respeto ni mucho carillo al que mas que otros habia contribuido l&
hundir el vicalvarismo, negándole el poderoso apoyo de su palabra.
Tristes y desdichados resabios constitucionales propios de las mo-
narquías, y mas aun de las monarquías borbónicas.


Hubo un día en que los debates traian dificultades al ministerio,
dificultades provocadas por los vicalvaristas, y como el presidente
negára la palabra á uno do los miembros activos de la Uníon libe-
ral, aprovecharon el incidente los unionistas, para ~sestar un golpe
certero al presidente, que permaneciendo en su sitial, amparaba y
protegia al mini!terio histórico.


De la decision presidencial, apeló el diputado llamado al órden,
al juicio de la cámara, y los unionistas Isnzaron un anatema sobre
el presidente, hirieron su amor propio, le ,arrojaron un voto de cen-
sura, concediendo la palabra por, 46 votos contra 81 al famoso Ro-
mero Robledo, que en los distritos de Andalucía, era enemigo mor-
tal y personal de la familia Rios Rosas y de sus influencias. ta SQ-
sion terminó, y en los últimos momentos, el famoso ex-tribuno
Gonzalez Bravo, aquel obligado defensor de los excesos de Narvaez,
aquel ,astuto y venenoso poHtico, que como la. serpiente buscaba
ocasiones de enroscarse en sus adversariós t para herirlos á man-
salva, presentó una proposicion aprobando la conducta y apoyando
al presidente contra sus antiguos admiradores. ¡Oué escándalo!


Rios Rosas no podia aceptar el desaire que públicamente S8 le
habia hecho. El ministerio consiguió transigir muchas dificultades
f)Q las horas que mediaron de sesion á sesion, pero la Union liberal
en masa, quiso mostrar su hostilidad al gabinete y al presidente, y
dejó de asistir á la sesion, para no deshacer su obra del dia ante-
rior, para no dar satisfaccion alguna al que en el dia anterior ha-
bian combatido y derrotado.




8!8 IIISTORlA DEL aRINlD()


VI.
/


Hemos dicho mal, la Union liberal se hallaba en el salon del
congreso, agrupados todos los individuos en torno de la' mesa pre-
sidencial, pero léjos, muy Jéjos de 'sus puestos, con lo cual, y con
la ausencia de la prensa de aquella tribuna, parecía aquellacorpo-
racion un cuerpo inerte, no un cuerpo deliberante.


Dióse lectura á la proposicion presentada en la tarde anterior,
en que se pedia un voto de confianza por la rectitud, imparcialidad
é inteligencia con que siempre había presidido las sesiones el sellor
Ríos Rosas; y al apoyarla, como uno .de sus autores, Gonzalez Bra-
vo dijo, entre otras cosas las siguientes frases dirigidas á los dipu-
tados unionistas:


.. Digan los sellores diputados que debieran venir á debatir esta
proposicion, que no se atreven á debatirla, y dirán bien, y sino
dicen eso, tengan conciencia de lo que ayer hicieron; veogan aquí.
laneen cara á cara su acusacion á la presidencia, no á )a presiden-
cia, sino á la mayoda. ¿Qué es lo que quieren? ¿Es tener enervado
al congreso, enervada á la mayoria, enervado al gobierno, con te-
ner enervado y en continua ley de sospecha al presiden'te de la cá-
mara, y á la sombra de este fraguar, no se sabe qué?


JI Yo desde, este sitio digo, que esta política, absteniéndose y no
presentándose, no es de diputados de la nacion espallola, es de fac-
ciosos. Yo los provoco; v~ngan aqui, combatan aquf, y si no quie-
ren discutir, hagan renuncia de su cargo, retirénS6 de los asientos
que ocupan, y marchénse donde gusten .


. • .lqui los representantes de la nacion, deben tener en todo tiem-
po el valor de sus convicciones y de sus votos, y si no lo tienen,
merecen esta censura qae yo desde aquf les dirijo .•


VII.


Delpues de una declaracion de guerra, hecha por el jóveD dipu-
tado Ruiz Pastor, que, gracias á los votos allegados por Becerra, á
pesar del retraimiento, era diputado unionista, usó de la palabra
Mon, queriendo rechazar como Ruiz Pastor para sus amigos ausen-




DIL ULTIlIO BOBBON DE ESPAÑA. . 8!9
. tes Ja calificacion de facciosos, II cuya interpelacion replicó GODza-
lez Bravo en estos términos:


«Mi amigo el Sr, Mon me dirige UDa reclamacion en el tono
amistoso que cumple á S. S. y á hecho bien eD dirigirmela en nom-
bre de personas que no están ausentes pero que por un milagroso
efecto de Husion se figuran estarlo. ¿Qué quiere S. S. que diga'
,Qué nojuzgo de intenciones? Es verdad. ¿Qué juzgo de actos sola-
mente? Es verdad. Pero c~~do los actos pasan de todas las conve-
niencias tienen un nombre y yo se le he dado. Yo no he querido
faltar personalmente á esos senores que están ausentes y que sin
embargo me parece estarlos viendo; pero he calificado un acto del
grupo á que pertenecen. Si estuviera en Jugar de esos senores ven-
dria á dar vigor á esta discusion. El Sr. Mon, habiendo votado ya
en esta cuestion, es la acusacion mayor que puede dirigir á esas
personas. »


Despues de estos discursos y habiendo tambien hablado el go-
bierno, sin que los unionistas por e$tQ depusieran S1J p.ctítud ame-
nazadora y hostil, fué aprobada la proposicion por unanimidad de
Jos diputados presentes y ee8ó aquel conflicto que debia reproducirse
Agrio pocos días despues, porque los vicalvaristas querian defender
á todo trance sus posiciones y sus principios, y necesitaban bata-
llar contra el moderantismo histórico cualquiera que fuese su con-
ducta.




CAPiTULO CXYl


SUMARIO.


111 .ort .. l\I,pflndfln SUi sesiones.-Circular del partido progresi~tl!..-lvolucion de
al,uno. periódicOi ...... Division del partido progresista.-La fraccion AlonsO' Harti-
JleZ apoya al miniatflrio.-Vuel,en á reunirse las cortes.-Caida del ministerio mo-
derado.-Ministerio unionilita.--Su. perionalidadel.-Su programa.


1.


Este incidente podia bien determinar cual era el estado de los
bimos en aquellos supremos instantes en que .podían considerar
obra de patriotismo la fusion y recomposicion de Jos elementos dis-
persos del partido conservador, para resistir con alguna ventaja Ja
creciente ¡nvasíon, el desenvolvimieoto del sentimiento democrático.


y la anulacion del partido moderado envolvia indudablemente la
anutacion, el descrédito, la dispersion del partido progresista, que se
agitaba fuera de sus condiciones naturales en una actitud extrafta é
inconcebibl~, puesto que sus jefes, sus guias ]e nevaban por sende-


. ros peligrosos, muy peligrosos para ellos que siempre rehujan toda
ocasion ·de definirse, de explioar su objeto, de llegar á un fin deter-
minado.


Pocos dias despues de ese gran escándalo provocado por los' unio-
nistas, se presentaba el ministerio en el seno de las corte¡ á pedir
un imposible, la anulacion del congreso, la suspension de las se-
siones. Y era talla incertidumbre de todos, y era tan peligroso y




DEL 'ÍLT)}lO IORBON DI !.SPAÑ!. 881
,


amenazador su porvenir, que la mayoda, el congreso, 'Suspendieron
voluntariamente su marcha, se condenaron al silencio, suspendieron
las sesiones para dar tiempo al gobierno de fortalecerse y convenir
en el plan que debia desenvolver en un sistema de leyes y proyec-
tos formulados con el criterio del moderantismo en aquella ocasion
solemne.


n.


igitábase entonces de nuevo la idea de establecer la legalidad
comnn, esto es, de crear una atmósfera en que pudiesen vivir los
diyersos partidos respirando desembarazadamente. Y despues de
treinta alios de lo que se ]Iamaba gobierno representativo conve-
nian todos en que no habia una ley bastante espansiva que abraza-
le á todos los partidos dentro de la legalidad.


Era natural, saltaba á la vista que el periodo eonstituyente no S8
habia cerrado, antes bien que se hallaba muy al principio, toda vez
que cada partido tenia su cODstitncion y su apreciacioD constitucio-
nal, sus práctieas peculiares, condicion propia dd ese periodo de
transicion ambiguo en que nada se define concretamente, en que
todo son vacilaciones y vaivenes. .


y á propósito de esta legalidad CGmon el partido progresista en
un manifiesto ó circular dirigida á los comités provinciales con oca-
!ion de la reetificacion de las listas electorales hizo tales declara-
ciones que El Clamor Público, muy alJegado entonces á las regio-
nes oficiales se dió aires de triunfo porque se declaraba que el par-
tido progresista aceptaba la legalidad existente como punto de par-
tida para introducir reformas y se espresaba en estos términos:


¿e y qué diran ahora los terroristas del progreso que acaban de
proclamar como única legalidad del partido progresista ]a consti-
tución de 1 S56~


»La declaracion que en una circular debe consigoar á su tiempo
por nuestros amigos poUticos, es en sustancia igual á la publicada
en El Clamor, sin olra diferencia que la de que nosotros bemos sido
m~ espHeitos colocándonos desde luego en una actitud franoa y


. despejada.
»Mas diremos: el partido progresista tieoe que coloearse fuera de


la ley en actitud sediciosa, ó aceptar de buena fé ]a constitucion vi-




832 mSTORlÁ. DIL RIUU.DO
gente, desJKljada de la reforma como legalidad comun, sin renun-
ciar por eso á mejorarla, cuando asi lo exijan las necesidades de la
civHizacion. »


Algunos días despues, reunidos los directores de algunos periódi-
cos, entre ellos El Clamor, firmaban un documento en que recono-
cian como legalidad comun la constifucion de 1845,


111.


En la actitud de todos los partidos vinieron á influir estos inci-
dentes y las divisiones se ahondaron mas y mas y los progresistas
excomulgaron á Corradi, mientras Corradi lanzaba sobre los pro-
gresistas, y sobre Olózagaespecialmente, el sambenito de las apos-
tasías y de las traiciones recordándole sus hechos.


Por otra parle El Contemporáneo y La España, órganos casi ofi·
ciales del ministerio, es decir, representantes de uno ú otro de los
ministros, dijeron cada cua1 de su antagonista cuanto pudo ocurrír-
seles y formaron un escándalo que terminó por un abrazo, de esos .
abrazos que los fariseos hacian pagar ó pagaban con treinta di-
neros.


y en el seno de la mayoría, A.lonso Martinez haciéndose eje de UDa
reunion donde se congregaron disidentes, independientes y otros, lo-
gró capitanear cincuenta y tantos diputados que decidieron apoyar
al gobierno con ciertas condiciones. . .


El gobierno habia dado amnistías, habia presentado proyectos de
ley, preparaba otros estudios, y explicaba su programa con febril
actividad. ¿Pero qué servia todo aquello, si por fin y postre no con-.
taba mas que con sus votos y los de media docena de amigos?


La reconstitucion de los partidos, era una frase muy bonita que
se hallaba en los labios de todos los constitucionales interesados en
que siguiese la farsa, para figurar y :explolar á mansalva, pero
que significaba, que podia significar en medio de las ambiciones
que se desbordaban?


La legalidad comun, era otra frase extrarta é incomprensible en
boca de todos aquellos trastornadores de la legitimidad, que d~sco­
nocian el fondo de justicia. Y con todo empeno, buscaban un cam-
po donde discutir el mas y el menos, como si en materia de dere-
chos cupiese otra cosa, que la afirmacion ó la negaeion en abso-
luto.»




DEL 1JLTIMO BORBON DE ESPAÑA. S8S


IV.
,


Reuniéronse las cortes de nuevo, el ministerio presentó sus pro-
)'ectos, el congreso se dispuso á ejercitar sus funciones de legisla-
dor, reuniéronse las secciones para nombrar las comisiones q~ de-
bian entender en los diversos proyectos de ley, y el ministerio his-
tórico, quedó en exigua y easi insignificante minada, vió levantarse
airada la Union liberal en son de guerra, y dispersos sus escasos
parciales, tu va que resignar el mando, tuvo que poner en manos
de su soberana las carteras que de ella habia recibido.


Aunque hubiera querido oponerse, aunque se hubiera decidido á
luchar disolviendo las cortes, ,qué hubiese conseguido sino provo-
car conflictos y recibir un desengalio cruel? El ministerio histórico
sucumbió, pues, despuesde algunos dias de vacilacion, Cormando
un paréntesis nuevo, y preparando otros para sucederJe porque era
Brande el caos que reinaba en las regiones oficiales.


En cinco alios de anarqufa, los partidos gobernantes se habian
devorado unos á otros: en un ano de ensayos, la anarqufa en que
yacian los partidos gobernantes, habia devorado tres ministerios.


Uoa crisis sucedia á otra crfsis, un gabinete á otro gabinete, una
aspiracioB á otra aspiraeion, pero no se consolidaba un gobierno,
no se alcanzaba un estado de cosas duradero, no se llegaba á una
constitucion poJítica definitiva, desde que, los sfmbolos perdidos,
rotos Jos compromisos, prostituidos los hombres, menospreciados
los grandes propósitos que llevan las naciones á la gloria, y llevan
la virilidad á los gobiernos, se convirtió Espana en un inmenso tea-
tro,~sobre cuya escena luchaban descaradamente ambiciones de eu:,
nucos é intereses de miserables pandillas.


Pero en fin, aquella crisis ministerial se resolvió como se habian
resuelto otras, quedando sin embargo en pié la crisis polftica que
desde tantos áfios venia pesando sobre el pais.


v.


Etnuevo ministerio se hallaba formado por las siguientes nota-
bilidades: Presidencia, don Alejandro Mon; Estado, don Joaquin


• 1"




881. DISTOBU. DBL REINADO
Francisco Pacheco; Gracia y Justicia, don Luis Mayans; Goberna-
CiOD, don Antonio Cánovas del Castillo; Hacienda, don Pedro Sala-
verria; Guerra, don 'José Marchesi; Marina, sefior Pareja; Fomento,
don Augusto Ulloa; Ultramar, don Diego Lopez .Balhlsteros.


La reconstituoion de los partidos, pues, habia fracasado; ya no
podia abrigarse la esperanza de que los progresistas turnarian en el
poder con los moderados; debia renunciarse de nuevo á,ver estable-
eido el órden constitucional, esa utopia que anormalmente suele al-
guna vez reducirse á practicar como en Inglaterra en virtud de con-
diciones y circunstancias especialísimas, porque existe am una aris-
tocracia fuerle, y que al propio tiempo es ilustrada, comprende la
posicion y extiende poco á poco el goce de los derechos á todos los
ciudadanos.


La Uníon liberal, con mas ó menos ancha base, la Union liberal
salia de entre las cenizas, y el nuevo gabinete contaba en su seno
unionistas de todas las procedencias, moderados recalcitrantes yal-
gUD individuo sin antecedentes politieos.


Ulloa habia resistido durante alguo tiempo las solicitaciones ,de
que era· objeto; pero O'Donnellle decidió á aceptar una cartera para
lograr si era posible la avenencia de todos los grupos de la Union
liberal, tarea á que Mon se consagraba.


Mon, el amigo del césar improvisado; Pacheco, el puritano; Sa-
laverria, el hacendista incapaz y el politico imbécil que habiendo
.servido á todos los ministerios jamás habia sonado en ser ministro
sino el día de la última degradacion de todos los partidos y todas las
ideas de gobierno, cuando O'Donnellllegó á ser algo mas que un
conspirador ambicioso; Ulloa, el antiguo progresista, el Quevo re-
sellado; Mayans, el moderado arrepentido; Cáoovas, el jóvén que
sale de la oscuridad en Manzanares, para servir la politica de los
cinco aftos en un alto puesto del ministerio de la Gobernacion des-
pues de haber pasado por las cortes constituyentes; Ballesteros, el
progresista converso; Marchesi, el amigo de 0'Doone1l; Pareja, el
politico iDcoloro: hé ah' todo el cuadro ministerial.


VI.


Ese ministerio debia dar necesariamente un programa, debia ex-




DEI. lI'LTIIIO lOaRON DE ISPAftÁ. 835
plicar su futura conducta, debia dar alguna esperanza, y hé aqui
sus palabras:


«En el estado eo que se bana el Mtual gabinete, la cuestion cons-
titucional no cabe mas resolucioD verdaderamente conservadora que
resolverla pronto y de maDera que pueda servir al fin la cnnstitu-


. cion del Estado, de simbolo comuo á todos los hombres de ideas
monárquicas y liberales .


• Para obtener este propósito son necesarios grandes sacrificios de
interés y de oposicion; pero él gobierno espera que al devolve~ su
integridad á la CODstitucion de 1845, diez y nueve afios hace vi-
gente, contará coo el apoyo patriótico de todos los hombres conser-
vadores, como con el de todos los liberales sensatos del pais .


• Otras dos cuestiones urgentes son la electoral y la de imprenta.
Respecto de la primera, hay que tomar medidas que repriman 108
excesos que suelen cometerse en las elecciones, y que realcen el
prestigio del Congreso, y respecto de la segunda, hay que modifi-
car algunos articulos de la ley vigente para darla el carácter que
deben tener las leyes en los gobierBos libres y representativos.


»No es necesario extenderse mucho para dar á entender cual sea
la tendencia y la conducta del gobierno. Pertenecientes todos á la
escuela liberal conservadora, vienen al poder animados de un ám-
plio espfritu de conciliaeion, y se proponen gobernar con el apoyo
de todas las fracciones constitucionales.»




CAPITULO CXVu.


SUMARIO.


lIanifestacion republicana en Zaragoza.-Propaganda democrática.-Discó.tese en el
senado el proyecto de derogacion de la reforma eonstitucional.-Actitud de la Ibe-
ria.-Falta de iniciativa en el ministerio.-Gravédad de los sucesos de Santo Do-
mingo.-Cruzada contra la civilizacion moderna.


1.


El cinco de marzo sirvió entonces á la democracia republicana
para hacer una s.olemne manifestacion ea Zaragoza donde se con-
gregaron: y reunieron los hombres mas conocidos para celebrar la
famosa derrota del absolutismo, que pudo perder alli sus esperan-
zas cuando Cabanero se vió lanzado de la inmortal ciudad, como
pudieron, en 1864" convencerse los farsantes del constitucionalismo
de su impotencia y del creciente empuje de la ola revolucionaria que
debía arrollar muy pronto su carcomido edificio y el trono, á cuya
sombra vivian los privilegiados.


La democracia, pues, se extendia por todas partes, todo lo domi-
naba, y en ese grande lj solemne acontecimiento de] 5 de marzo se
vieron congregados representantes de muchas provincias y cuatro
diputados constituyentes, asl como muchos redactores de La Di8cfI-
,ion, de La Democracia, y de BfPueblo, poniendo al gobierno en
un terrible conflicto porque los órganos de la reaccion, asustados '1
llenos de asombro, levantaron clamor inmenso acusándose unos á




BIL "ÚLTIMO IORBON DB ESP A~A. 81'1
otros de lo que realmente era la obra del progreso humano acre-
centada, apresurada por los desaciertos que todos ellos venian co-
metiendo.


Como quiera que fuese, reinó alli el órden mas perfecto, y el par-
tido progresista y sus inauencias palaciegas debieron apesararse,
porque asi como el partido moderaoo se hallaba fuera de condicio-
Des para subsistir en el mando, los que se llamaban hombres del
progreso legal no teoiall tras de sí el imponente ejército que pre-
tendian porque la opinion no se dejaba arrastrar ya por ¡nauencias
personales, y buscaban las doctrinas como fundamento de la socie-
dad nueva.


y la evolucion que se estaba verificando en las conciencias y en
los hechos, desconcertaba plenamente á los hombres hábiles de la
polilica que apenas podian darse cuenta de cómo aquel pueblo i
quien ellos magnetizaban con su palabra, subyugándole para servir
á sus caprichos y á los caprichos de la monarquia, se levantaba er-
guido y desobedecia y trastornaba sus planes y sus transacciones.


11.


A.I 5 de marzo debian seguir otras manifestaciones importantes
contrastando perfectamente con la política indecisa, vacilante del
gobierno y de fas cortes, la -actitud verdaderamente revolucionaria
del pueblo.


El Senado entró en la discusion del proyecto de derogacion de la
reforma constitucional y el ministerio Cáoovas-Moo creaba la coo-
fasion y la anarquía cuando su inteo to era poner en ejercicio una
nueva coalicion mas extensa, mas incomprensible que la proyecta-
da por el vicalvarismo. Por eso)bria á la aristocracia el postillo del
senado, mientras buscaba en lo que llamaba ensanche y ampliacion
del cuerpo electoral la vida política de ]8S clases populares. Por eso
se apoyaba lo mismo en los viealvaris~s que en los sectarios de la
\nlhclOD, 1 era Qe ver aque'l. mlnls\erio, no como la.no con dos ca-
ras y dos semblantes distintos, sino con cien caras, con cien sem-
blantes, con cien volunta.des, con cien pensamientos diversos y con-
tradictorios, apoyado en elementos antagónicos, obediente á opuestas
tendencias, sometido á heterogéneas inconciliables aspiraciones, le-
,.,u\&.do eu medio del \orbe\\iuo ele \os vaf\idos.como una. espete.uz&.




888 BISTOBIA DEL RIINADO
para todos los grupos, como uDa promesa para todas las banderfas,
eomo un acicate para todas las ambiciones, eomo un estimulo par~
todas las vanidades, irresoluto, inconsciente, débil, decrépito, sin
ofrecer á nadie confianza ni imponer á nadie miedo, y sostenido á la
vez por todas, absolutamente por todas las fracciones que consti-
luían la desconcertada fasnilia de Jos partidos medios.


La ley de abolicion de la reforma constitueional venia á mostrar
perfectamente las tendencias diversas que fermentaban en todo aquel
conjunto gubernamental, y por otra parte la ley penal para deJitos
electorales era un baruno del aprovechado jóven Cánovas que dejaba
en libertad á los grandes criminales, y entregaba á los tribunales
casi exentos de responsabilidad á los agentes subalternos.


IlI.


Respecto á la abo1icion de la reforma constitucional, decia el se-
lior RODcali en la primera sesion del senado dedicada á este de-
bate:


«Se DOS presenta, senores, UD proyecto de ley que con tenia dos
articulos segun lo redactó el gobierno; y hoy, por obra de la comi-
sion, se reduce á un artículo y á una disposicion transitoria. En él
se restablece la Constitucion del 45 integra, y se deroga la reforma
del 4'; despues vuelve á derogarse la eonstitucion del 45 por un
tiempo dado, y se deja vigente ;una parte de"la reforma del 57; de
modo que hay aquí dos disposiciones que 'están en perfecta contra-
diecion, que son una verdadera antitesis: y lo grave que hay ,aquí
es que una de esas disposiciones, es además enteramente contraria
i los principios del derech,o público constitucional, segun 108 cuales
. á la promulgacion de una ley que constituye el derecho constitu-
cional de un pais, han eesado completamente los efectos que pudie-
ran resultar de lo que se deroga, y esta es una ,doctrina que tiene
en 8U favor la sancion de los primeros publicistas de Europa, y la
saneion del tiempo y de la experiencia.lD


Despues de quedar desechada una enmienda del marqués de Mi-
raflores conforme con sus propósitos ministeriales, esto es, en be-
neficio de la aristocracia nobiliaria, el dictámen fué aceptado en el
Senado, con gran contentamiento de los qae se paran en las formas




DIL ¡LTIlIO BORBON DE ESPAÑA.. 839
sin atender al fondo, creyendo que asi resolvian aquel problema
tremebundo de la legalidad cornuo.


IV.


Eo último térmioo los viajes y correrías de los )uoos y de los otros
por las provincias, habían llegado á levantar el espiritu público y
la opinion se habia ido vigorizando hasta el punto de que el partido
progresista pudo prepararse para los grandes acontecimientos que
debían venir en pos de Jo ridículo.


La prensa progresista, La Iheria especialmente, trataba con des-
den inmenso á la que ocupaba el trono, y en sus discusiones, des-
pues de mostrar al neismo sus terribles amenazas y sus tremendos
resentimientos, hablaba como hemos dicho de todo ó nada evidente
prueba de ser irreconciliable con los que burlaron tantas veces la
credulidad de los progresistas. .


Necesitaba un desquite, una ocasion para probar que si la demo,
cracia reunió en Zaragoza tantos y tan poderosos elementos, tam-
bien el viejo partido popular conservaba aun brios é influencias so-
bradas; que era por sí solo baslante á dominar tod.o inconveniente,
todo obsJáculo, si por fal Ó por nefas llegaba á las regiones del
poder.


El purismo era activo, mas con todo, debiendo transigir con to-
das las entidades influyentes iba fatalmente fuera de. quicio, y era
forzoso resignarse á admitir como guias á Olózaga y á Prim patro-
cinados por Madoz, que se proponía algo e¡;trano aun que hubiese
necesidad de purgarse de todo contacto revolucionario. Asi sucedía,
que La Iberia llegó á decir que se paraba po~o en las formas de
gobierno, y que aceptaba la república siempre que se respetase anle
todo y sobre todo el derecho y la justicia. ¡Estrana'Y sorprendente
declaracion que hubiese podido ocasionar una ruptura con los ele-
meatos mas conservadores, si estos á su vez fija la vista en el des-
prestigio de un hombre que les hacia sombra, de Espartero, no hu-
bieron transigido con todo á trueque de hacerse adoptar y aalamar
por todas partes!


v.


tas manifestaciones de la opinion· se hallaban pues en contra ..




840 HISTeRIA DIL BBIN!»D
dieeion abiertas con los deseos y los proyectos de los jefes de los
partidos. Y aquel gobierno vivia porque DO se ~oniaD de acuerdo
sos adversarios, porque DO hallaban feo las palabras de las oposi-
ciones que giraban dentro del circulo trazado, por lo que entonces
se consideraba constitucional sui generis, )'a que condenado al os-
tracismo el partido pr9gresista y fuera de la .. ley republiGanos y
carlistas" se habia creado un pais legal ficticio, puramente ficticio
que pretendía moverse, mostrar actividad privado de todo elemento
y fuera de la atmósfera respirable del derecho y de la voluntad pú-
blica.


Por esto el partido progresista nuevamente fraccionado, pretendia
ser el cable"que sugelaba la situacioD. y llegando sus jefes á forjar-
se ilusiones, teniendo un pié dentro de la sHuacion y buscando en el
pueblo lassimpatias, el apoyo, la fuerza que todo gobierno necesita.
Pero la idea revolucionaria como hemos visto se estendia por todas
partes y el gobierno se debilitaba mas y mas, aumentándose cada
día los conflictos personales, I'as desidencias internas, la falta de
recursos, á todl) lo cualJas complicaciones exteriores y la guerra
de Santo Domingo ai1adian notable gravedad.


Hemos dicho qtie la insurreccion de los islenos obtuvo en los
primeros momentos algunas ventajas sorprendiendo destacamentos y
guarniciones. Reforzadas las tropas tomaron en breve la ofensiva,
pero ]a indignacion era general, los dominicanos peleaban por la
patria, y nuestros soldados, á pesar de su bravura tuvieron de re-
nunciar en breve á llevar la campana con regularidad, sucumbien-
do sin gloria á las penalidades y escaceses que, cereadas por todas
partes. debian experimentar las columnas.


No encontraban los generales punto de reposo, y eomedio de
aquella continua agitacion solo podian contar con- el terreno que
pisaban pues hasta las penas parecian haberse 8Onvertido en ene-
migos armados~el in vasor .


No es de este lugar, ni queremos entretenernos en referir los in-
cidentes y alternativas de aquella implacable guerra; y haremos so-
lo notar que la responsabilidad de aquellos tristes sucesos cae toda
sobre unos cuantos ambiciosos que se prestaron á ser dóciles instru-


. mentos de las. ambiciones borbónicas. 1 asi como la pérdida de
América, la separacion de nuestros antiguos hermanos, fué oFjgina-
da por el mal trato, por la codicia, por la sed de explotacion y por
la tiranía que pesaba sobre las eolonias, asi Ja reincorporacion con




DEI. ILTIMO BOnON DE ESpd.A.. 84. 1
todos sus accidentes y desastres pu~íera servir, aun cuando no hu-
biera otros motivos, para formular cargos gravfsimos contra todos
Jos que tuvie1'on en ella la menor participacion. .


VI.


Aquel gabinete. vivia en medio de las encontradas corrientes,
procuraba satisfacer todos los gustos y escuchaba alternativamente
las preces de Jos unos y los improperios de los otros, las :felicitacio-
nes de Jos amigos, las acusaciones de los descontentos, yen momen-
tos El Diario Español, órgano vicalvarista, se identificaba con la
situaoion, y en otros el clero llegaba á confiar en el patrocinio del
ministro de la gobernacion, para avasallar las universidades, obe-
deciendo á la cruzada que 108 obispos dirigían, haciendo firmar ex-
posiciones á las personas sencillas é ignorantes, contra el progreso
cientifico, contra el desenvolvimiento de la civHizaeion. Las muje-
res, que generalmente en los pueblos no sabian leer ni escribir.
firmaban muchas de' esas exposiciones, condenando las doctrinas dd
los catedráticos y la ciencia en general.


Respecto á la imprenta, -el jóvon aprovechado autor del progra-
ma de Manzanares, presentó una ley tan cuajada de distingos, de
observaciones, de eseepciones y de reglas, que era de ver al pen-
samiento luchando con el clero, con el fiscal, con los inspectores
especiales, con el gobernador, con los tribunales especiales, con el
tribunal de imprenta y con los consejos de guerra. Que tal era la
sinrazon y la debilidad de aquellas gentes, que no hallaban seguri-
.iad en los cerrojos ni en las hogueras, yacudian al cuartel, de-
mandando en el cuerpo de guardia un castigo cruel y aparato~o para
el escritor á quien no asustaban las excomuniones ó las penas infa-
mantes 6 las multas, que todo se agotaba en e! desgraciado en-
gendro. -


Así iba el progreso en este órden desventurado de actos, y ULa
ley sucedía á otra ley, y los tornillos se revolvian y se apretabau
sin tomar en cuenta la§ leyes de mecánica, sin estudiar la teoria de
las fuerzas, que explica perfectamente que violentando mucho ua
resorte puede llegar á inutilizarse ó á quebrarse.


TOMO 1lI. 10.




'CAPITULO CVXfll.


SUMARIO.


Temor de la ¿orte ante la!! manifestacione!! de Madrid.-Di8eur.o del general Primo
-Idem de Olózaga.-Manifestacion fúnebre á Muñoz Torrero en Madrid.-Supe-
rioridad del partido republicano !!obre el progresista.-Coniecueneia de las ma-
nifestaciones. .


1.


Grandes, solemnes fueron las manifestaciones que tuvieron lu-
gar en los primero~ dias de Mayo. Y el mundo oficial, la corte, los
Borbones, la desgraciada madre de los A:ranas y de los Puigmolte-
jos debieron temblar durante aquellas horas, en que el pueblo de
Madrid, se presentaba grande, potente, firme, decidido á expresar
su voluntad, con6ado en la justicia,~amante siempre de la civiliza-
cion y del progreso. .


ta circunstancia que en los anos anteriores habia exaltado el pa-
triotismo del pueblo, ó mejor dicho, el sentimiento de desprecio
hacia los Bonaparles y los tiranos de todos géneros, venia enton-
ces á condensarse mas y mas, y en la tarde del! de mayo, mas de
2,090 ctudadanos convocados por la prellsa democrática, se reu-
nieron lIevanJo coronas para presentarlas ante el monumento le-
vantado por la patria, á los que supieron rechazar los ambiciosos
.designios del capítan del siglo.




DIL ÚJ,TIMO BORBvN DI ISUÑA. 843
Esa multitud recorrió las calles por donde habia sido tenaz la lu-


cha del pueblo inerme, contra los genfzaros del imperio, y despues
de algunas frases breves que pronunció Castelar en el antiguo par-
que de Artilleda, donde habian sucumbido los oficiales del mismo
cuerpo, continuó engrosando si~mpre hasta el Campo de la Lealtad.
Era la primera vez, desde mucho tiempo, en que el pueblo ejercia
en las calles el derecho de reunion, el derecho de manifestar 8U vo-
luntad, y los farsantespl)liticos de todas las aategorlas pudieron
convencerse ya que en vano pinlaban peli¡ros y temores, que en va- .
no querían negar el progreso verificarjo en las costumbres, porque
ni el mas leve disgusto ocurrió en la travesía larga que iba recor-
riendo.


Inmensa era la influencia de las gentes en el prado de Madrid, y
muchos otros grupos acudieron alll, y la fiesta del! de mayo, no
ya como senal de odios y venganzas, sino como medio de protestar
contra tCJda clase de tiranias y usurpaciones. rué sin duda magDifica
y sorprendente.


El partido republicano de Zaragoza se asoció ta&llbien en ese dil
al glorioso recuerdo; dirigiendo una maoifestacion firmada por nu-
merosos grupos de ciudadanos que recordaban las glorias de la pa-
tria, lamentaban su decadencia y venian á anunciar la próxima r8-
surreccion.


11.


Dificil, muy dificil seria expresar aqui todas las manifestaciones
del sentimiento público que en aquellos dias por todas partes brota-
ban llevando el entusiasmo y la esperanza al ánimo abatido.


1 el mundo oficial veia alzarse frente á él el espectro de la revo-
lucioo potente, animosa y vengadora; porque para ellos que no com-
prendian la evolucion en las ideas, que solo se ocupaban de sus cá-
balas de sus intrigas, de 8US pequefias ambiciones, todo aquel es-
pectáculo venia á sorprenderles y vivian temerosos y pretendian
ahogar todavia entre las redes sútiles de su perfidia el pensamientC)
y la conciencia humana. .


El dia 8 de mayo fué el dia del partido progresista. Los comités
electorales que habia formado para mantenerse lejos de las elec-
ciones, enviaron sus representantes á esa gran fiesta nacional del




IU. BISTOltLl DIL 1I.1UNADO
partido que, rechazado de) poder, queria mostrar Sll fuerza á las
altas instituciones y á los ministros impopulares. La reunion de dos
mil ciudadanos de todas las provincias, congregados para comer,para
comulgar, para comunicarse é inspir~rse en la misma fé, era un gran
acontecimiento si realmente hubiese presidido en todos el mismo de-
seo, sino hubiera habido e~tre los banqueteadores muchas persona-
lidades que uspiraban á la explotacioD de aquel solemne acto.


El dia convidaba á la multitud, y en las inmediaciones de los Cam-
pos EHseos se estacionó gran número de personas, dando motivo á
una grandisima manifestacion de la opinion pública porque los re-
presentantes, el cuerpo oficial del partido progresista, fueron reci-
bidos con aplauso universal á la entrada y á la salida del banquete.


Largas horas de brindis y de discursos transcurrieron, y los hom-
bres del progresismo, torpes ó mal intencionados, vanidosos cega-
dos por la ambicion y por el orgullo, mostraron alli su pequetiez y
sus rencillas, dieron- al viento sus quejas, formularon protestas, pero
no proclamaron principios salvadores, no 8upi~ron acallar odios y
personalidades, ni dar al pueblo á quien convocaban, á los provin-
cianos, que en gran número venian dispuestos al sacrificio, y pre-
parados á la revolucion, la bandera, el programa concreto de sus
aspiraciones. ¿Qllé significaba en verdad el partido progresista, sino
una coleccion de momias petrificadas ya, sin fé y sin conciencia del
progreso que invocaba, que miraba con desden las conquistas del
siglo ~IX y venia á contemplar como modelos dignos de imitacion
sociedades tan imperfectas como esa sociedad erizada de privilegios,
de abusos -1 de aristocracias que se llama la Gran Bretana?


111.


Como quiera, Prim tenia neeesidad de explicarse y con esa apa-
rente franqueza que todos creen ver en el rudo soldado, haciendo
caso omiso de 8U8 apostasfas y de sus inconsecuencias, y dando al
olvido aquellas terribles escenas de Mataró, el bombardeo sacrílego
de Barcelona, los fusilamientos repetidos que sus siempre aborta-
das conspiraciones habian ocasionado, las palabras pronunciadas
al contestar á Narvaez recientemente, so permanencia en la Union
Jiberal, etc., etc., subió en el tripode, y con voz cavernosa dirigió
á los poderes establecidos esta célebre frase: «Encerrad las tropas




DII. fLTlHO IOBBON DI ESU~!. .15
en los cuarteles y podreis ver d6nde está la opinion pública.»


Mas adelante, y como profecfa, decia lo siguiente: .Damos toda-
via algun respiro para que enmienden sus errores á esos poderes
que nos son hostiles, pero, tened lo entendido, el partido progresista
habrá salido de la situacion en que se encuentra en el improrogable
término de dos al10s y un dia.»


Tras este orador de campamento, despues del héroe de los Cas-
tillejos, otros y otros, pronunciaron frases estudiadas, mas 6 menos
inoportunas, mas 6 menos vacfas de sentido; y, como complemento
, toda aquelJa gran exposicion de deseos y de ambiciones, Olózaga,
el antiguo ayo de Isabel, el que llevaba en su pecho el toison de
oro que se habia agitado muchas- veces por los latidos del corazan
de Fernando el perjuro, 016zaga, el restaurador de una aristocracia
, la inglesa, Olózaga, el hombre de la salve, el eterno embajador
en Paris, Olózaga, el horrible sarcasmo -de ingratitud, el hombre
funesto para la libertad, se ereyó obligado á lanzar la gran bomba,
el último trueno, el trueno gordo en medio de la A.samblea.


Puesto que el partido progresista no ti~ne principios, no tiene
dogma concreto y determinado, era necesario que el gran orador
definiese las fracciones, las entidades, las 'personas que debian ser·
vir de guias en la peregrinacion á través de) desierto de las oposi-
ciones, y con gran satisfaccion, con mucho desembarazo, aprove-
ch6 este momento para declarar que el partido progresista recono-
ciendo siempre las virtudes y la honradez del ciudadano de Logrofto,
del vencedor de Luchana, necesitaba otras capacidades, otras inte-
Jigencias, otra actividad, como por ejemplo la de Prim y la de su
humilde persona.


Tan audaz é inesperada declaraeion ocasionó en los concurrentes
UD efecto lastimoso, y si lo avanzado de la hora no hubiese servido
de escudo á. esta tentativa de exhoneracion de la jefatura del partido
progresista, los amigos de Espartero hubieran dado seguramente una
severa leooion al atrevido banqueteador.


IV.


Con todo esto, á pesar de la confianza que debia tener babel en
la blandura de corazon \ 1 en tos des6Qs d~ aoomodami6uto d~ \O'il
que se presentaban como intransigentes alltidináslic~; al propio




8'6 WSrIIU! DEL llBIN!DO
tiempo que seguian dóciles y sumisos las inspiraciones de la madre
de Isabel, debió causar mal efecto en las camarillas palaciegas la
imponente reunion de los Campos Elíseos. Aquel gran número de
convidados reunidos en torno de unas mesas, aquella inmensa mu-
chedumbre que acudia á saludarlos encerraba UDa leceion elocuente
para la prostituida princesa que habia desoido los consejos da la
prudencia.


y como si esto no fuese aun bastante, como si las escenas del!
y del S de mayo no (uesen bastante aun para revelar bien la actitad
del pueblo de Madrid frente á frente de la corte, en contra de aquella
cODstitucion y de aquellos cuerpos deliberantes que consignaba,
contra aquel cuerpo electoral privilegiaJo, que por satisfacer unos
cuantos escudos al erario recibia el augusto derecho de intervenir en
la legislacion, el dia , vino otra manifestacion nueva á romper por
completo el equilibrio y á proclamar como inconcuso é inalienable
el derecho de reunion.


Aquellos que creian representar la tradicion gloriosa de los do-
ceaftistas, de los inmortales legisladores de Cadíz, consagraban en
ese día un recuerdo á Muñoz Torrero, cuyas cenizas reposaban en
extranjero suelo, porque alli habia tenido que ir á refugiarse hu-
yendo de la persecucíon y de las ingratitudes de los reyes. Esas ce-
nizas acababan de llegar y se congregaba á la multitud para pros-
ternarse reconocida ante el virtuoso legislador cuya memoria era tan
cara á todos. Y alH donde unos acudían con hipócrita fingimiento,
porque desde luengos ailos habian desertado de la faIanje popular,
y 8010 conservaban la careta de liberalism(), allí acudian los que se
creian poseedores del dogma santo de la soberania popular I y el par-
tido republicano único verdadero representante del gran principio
de ]a8 modernas sociedades. .


El partido republicano y el partido progres ista, fuera entonces del
movimiento poUtico, se reunieron en la plaza Mayor, que no era
bastante á contener la masa inmensa de ciudadanos, que sin confun-
dirse venian á saludar, á dar el último adios, á rendir el último tri-
buto á un héroe de la libertad.


Si el cadáver de Calvo Asensio habia llevado tras sí gran afluencia
de gentes, las cenizas de Torrero fueron acompanadas por infinitos
ciudadanos. Pasaban de 1',000 personas las que seguian el féretro,
y la poblacion en masa presenciaba eon asombro y con entusiasmo
el recogimiento de fantas gentes que venian pacificamente á ejerci-




DEL lfLTDlO IOIBON DE ISPAK!.. 8&'7 "
tar su derecho, á reclamarle, mostrando que eran dignos de él.


La procesion estaba dividida en dos grandes grupos porque cada
parcialidad debia consignar su respectiva fuerza. Y pudo compreB-
der el partido progresista como los partidos reaccionarios qúe los
que marchaban detrás de la corona dedicada por la democracia iban
indiaputablemente en mucho mayor nlÍmero.


v.


Aquella reunion que atravesó con el mayor órden las calles de la
eapital se disolvió en medio de la mayor armonia, fraternizando, co·
mo era natural, los que siempre habian sido amigos, los que teóri-
camente defendia~ principios muy semejantes, por mas que la tor-
peza y la ambicion "de algunas individualidades se opusiera y tratase
de dividirlos sacando consecuencias falsas de pre,nisas incontrover-
tibles. Grande y terriblé enselianza para Jos que nieg~n al pueblo
8US derechos y garantías.


tos progresistas pudieron entonces comprender qne era necesario
salir del periodo histórico en que se hubiera encerrado, entrar tran-
ea y resueltamente en la revolucion, proclamar los principios, des-
envolverlos y no mostrarse como acontecía de ordinario siempre que
llegaban á las regiones oficiales, desconfiados é inconsecuentes, ca-
yendo en los vicios y en los abusos que hacian degradante el yugo
d. los opresores.


1I gobierno no supo que hacer para impedir esas manifestacio-
nes que le sorprendian y le anonadaban; no se atrevió á abusar de'
la fuerza, no se decidió á poner obstáculos á toda aquella série de
actos que le desautorizaban, y le huodian, y le desconsideraban,
al propio tiempo que servian para enaltecer la cordura, la pruden-
cia y la fortaleza del pueblo.


AqueUa revolucion pacifica, la manifestacion del ! de mayo,
como tributo á lo. béroes de la independencia que sucumbían por
conservar intrego el hogar, y sin menoscabo el principio de la so-
heranla del pueblo, y la manifestacion del dia 4. que completaba el
pensamiento, rindiendo culto á los legisladores, que en. medio de
circunstancias difíciles babia n proclamado los derecnos populares,
despedazando el cetro de hierro del gran espitan del siglo, aquella




, 8'8 HISTORIA DIL RlllfADO
revolncion pacffica derribaba una dinastfa, mas que una dinastfa,
aquel trono secular de los Recaredos y de las Isabelas.


Aquellas manifestaciones habian abierto Ja fosa donde debia bun-
dirse muy pronto ¡lo que pomposamente llamaban el trono de San,
Fernando, lo que los doctrinarios llamaban con enfasis, sistema par.
lamentarío, monarquia constitucional. '




CAPITULO CXIX.


SUMARIO.


Defensa de la enseñanza universativa por la juventud mlldrilefla.-Lo croe es la. de-
mocracia en este siglo.-Division y lucha entre los republicanos.-El!piritu 10-
eialisla de los demócratas de Europa.-Carta de Rivero.


J.


ta juventud despertaba en todas partes del oprobioso letargo á
que la condenaban las máximas corruptoras y escépticas del par--
lamentarismo, y á los ataques del clero y á las acusaciones de 108
ignorantes que pretendian atacar las universidades, y poner la mor-
daza en los lábios de los sacerdotes de la ciencia,- respondia enér-
gica é inspirada en el sentimiento de su dignidad, con escritos eomo
el que trasladamos, porque es verdaderamente digno de consig-
narse.


«La conjuracion urdida contra la enseftanza pública en todo lo
que tiene de elevada, debia producir la indigoacion de la juventud,-
herida en su conciencia, en sus ideas, en sus aspiraciones á lo por-
venir y amenazada de caer de nuevo á los piés de una clase, cuyos
derechos de ninguna suerte pueden estenderse á la ciencia, inde-
pendiente por su naturaleza, libre por su origen, llena de espiritu
propio, suyo, que ninguna coojuracion puede suprimir, que nin-


TollO _ 117




850 mSTORU DEL R1UNADO
guna negacion puede empaftar, como primera y mas ingenua ley
de la naturaleza humana. El retroceso en la ciencia seria tanto co-
mo la negacion de la vida, como la negacion misma de . Dios. Las
universidades que Dacieron para secularizar la enseftaDza, y para
educar al estado llano en la libertad, transformando el derecho feu-
dal, no pueden 'r~troceder al cerrado horizonte de la Edad media,
cuando el espiritu del siglo les abre el inmenso y luminoso hori-
zonte de la libertad. Los que ensenaban el sistema de PtoJomeo,
cuando el mundo entero habia reconocido el movimiento de la tier-
ra, los que ensenaban el ergotismo escolástico, cuando larazon hu-
mana babia recabado su natural independencia; los que se oponian
á las desvinculaciones y á la desamortizacion, cuando el progreso
habia removido hasta los átomos de la tierra; los que cerraban
nuestras fronteras á todo cambio, como nuestras conciencias á toda
idea; incomunicándonos con el mundo, al pié de ídolos rotos y
abandonados, no tieneó derecho á exigirnos, que nosotros, nacidos
para impulsar Ja ciencia, para lIevarJa mas adelante, para conti-
nuar esa série de ideas, línea .lumino8a que es como el Zodiaco del
espfritu, nos abracemos á la muerte y bajemos á sus sepulcros.


»Individuos los que firmamos esta manifestacion de todas las es-
cueJas, de todas las carreras, de todas las facultades, tenemos el
deber de salir en defensa de nuestros maestros, asistidos de alguna
mas competencia que aquellos que los ofenden sin conocerlos, y
acusan sin oirlos. Nuestros catedráticos, por tan males artes com-
batidos, cada úno en su asignatura, cada uno con sus ideas y con
sus medios, lejos de oscurecer nuestras conciencias, nos han ense-
nado á amar la patria con la virtud de ciudadanos, á amar la na-
turaleza como fieles hijos suyos, á iluminar el espiritu en la cien-
cia, á nacer el bien por ser bien, sin mezcla de interés ni de .e¡ois-
mo; á fortificar el raciocinio, á obedecer la conciencia, á cumplir
las grandes leyes morales, á elevarnos á Dios como idear de nues-
tra conduela, como luz eterna de nuestra vida.


»Tambien hemos aprendido que la ciencia no puede ser esclava;
que ningun poder puede ser superior á su poder; que ningun po-
der puede ser contradiclorio á. sus derechos. Y por. eso nosotros
creemos· que si' de algo peca nuestro régimen universitario, es da
opuesto á lo que exigen los adelantos del siglo. Las universidades
y las escuelas tienen un régimen privilegiado, estrecho, mas pro-
pio de instituciones mecánicas que de estos institutos de .nsenanz.,




DIL ULTIIIIO BORBON DB BStAÑA. 851
consagrados principalmente al espiritu y por su naturaleza libres.
Por eso, estudiantes de toda Espana, por eso os pedimos que, imi-
tando el' noble ejemplo de la juventud catalana, cuyo primer grito
ha sido tan admirablemente secundado, os unaii á nosotros para
reclamar la libertad de ensenanza. Esta debe ser la creencia de
la juventud, porque este es el ideal de lo porvenir •


• En ello ganarán todos los derechos naturales y legítimos, como
siempre que se cumple la justicia. Hoy las reformas no caen de las
manos de los gobiernos, sino cuando las ha exigido la oposicion.
Clamemos, pues, por la libertad de ensenanza; y así como nuestros
abuelos salvaron la nacionalidad en la guerra de la independencia,
y nuestros padres la libertad en la guerra civil, nosotros en esta
¡uerra pacifica de ideas, no menos grande, ni menos costosa, sal-
varemos la ciencia, siendo una generacion digna de dejar inscrito su
nombre en las eternas páginas de la historia.»


La juventud madrilena respondía asi á las asechanzas de los os-
curantistas, llamando á sus companeros á la defensa del profesora-
do y de la libertad de enselianza.»


11.


La juventud debia mostrar entonces su vigor y la fe que tenia en
la idea redentora que lafilosofia del siglo XIX acababa de formular,
concretando y poniendo en accion todos los progresos é institucio-
nes que forman el verdadero organismo social, la vida de la huma-
nidad en que" el ser forma una parte tan importante.


Queria por otra parte el gobierno evitar para lo sucesivo, COD-
tliotos como el que acababan de crearle las recient~s manifestacio-
nes del! y 5 de marzo, y mientras presentaba leyes opresoras y
coartaba la libertad de los ciudadanos para congregarse como les
convenga, siempre que con ello no ataquen la libertad de los otros,
defioicion que bastaba hacer para demostrar que eoo las leyes Ó
reglamentos municipales, y no por otras, se puede limitar en lo que
es natural y justo ese derecho, intentó castigar tambien á.esa mis-
ma juventud universitaria por haber expresado sus opiniones y de-
.eos y su cariM al profesorado y á la ciencia.


Como vamos á ver, segun vaya desenvolviéndose el movimiento
revolucionario entonces iniciado, la juventud, esa esperanza del




851 IUSTOBIA DIL 1lI1NADO
porvenir, fiel custodio del progreso en todas las esferas, en Espana
como en Francia y en Alemania vino colOl~ándose en el punto que
le corresponde, mostrando á todos la bandera de la libertad y del
derecho, trabajando con fe en la gran tarea de recoDstruccion del
gran' edificio que estas generaciones vienen levantando.


Los universidades, y en esto han mostrado su habilidad 108 neo-
católicos, han sido y debian ser los centros mas bul!iciosos y mas
potentes al propio t~empo que han venido seiialando las distintas
etapas en la via revolucionaria. AlJi confundidas las clases, mez-
clados los distintos ramos .de la ciencia constituyendo la gran unidad
unos y otros, el profesorado y los discípulos servian de palanca
para quitar la base del alcázar' de la tirania hondamente conmovi-
do ya.


111.


Como los acontecimientos marchaban precipitadamente, como la
democracia debia definir perfectamente su rumbo, su accion, sus
medios y su propósito para distinguirse de Jos partidos doctrinarios,
que no teniendo principios fijos no pueden tí pn'pri decir nada, hubo
en el campo revolucionario un movimiento de estudio, de espansion
. y asf, demostrando su fuerza, el exceso de vitalidad, pues el debate
llegó á tomar grandes proporciones, pudo cumplir tambien su ob-
jeto deslindando bantante bien las opiniones.


La idea revolucionaria, la demof1lracia moderna tiene una mision
organizadora, porque abrazando en conjunto la sociedad humana,
ha descubierto la ley de íntima sclidar~dad que rije á los pueblos
y las demás que requieren instituciones perfectas para la vida de la
universalidad. Parte de principios fijos, desenvuelve todas las con-
secuencias, estudia todos los fenómenos, descompone y recompone
las instituciones tradicionales, y de un todo informe, donde el error
y las iojusticias prevalecen, saca un conjunto ordenado y armónico
haciendo concurrir á cada cual al cumplimiento de sus deberes por
el simple .,ejercicio de su derecho. La democracia, en UDa palabra,
es en el siglo XIX el verdadero elemento de ó,rden y de conserva-
cion que reconoce plenamente la auton~m¡a, la libertad de cada in-
dividuo sin que en su ejercicio haya conflicto con la libertad de Jos
otros: es por esto social; y los que inspirándos~ en el sentimiento




DEL l!LTllIO BCRBON D.I ESPAÑA. 859
poro, llevados en alas de la imaginacion, viven en las regiones abs-
tracias y desconocen esta pretendiendo ser mas libres,_ mas indepen-
dientes, predican la anarqufa, la guerra, el desconcierto y el de~­
potismo.


lV.


Chocaron pues, demócratas puros y demócratas socialistas; y la
lucha comenzada algunos meses antes, se renovó en toda la linea
por habér dejado la direccion de La Discusion el sellor Rivero fn-
cargándr¡se don Francisco Pí y Margall, y, cosa estrana, en la re-
daccion de La Democracia que dirigia CasteJar yen cUj'a propiedad
tenia gran parte Carrascon, se bailaban don Nicolás Salmaron y
Alonso, don José Fernando Gonzalez, don Juan Uila, Garcla Rodri-
guez, que siendo socialistas continuaron impasibles, á pesar del
sesgo dado por Carrascon y el director á aquella sangrienta polé-
mica, sangrienta y terrible vérdaderamente porque educado Carras-
con en las sutilezas y fruslerias de la funesta escuela economista, y
creyendo Castelar que el pais veria con disgusto la preponderancia
socialista y que las clases con~ervadoras se agruparian en defensa
de aquel gobierno agonizante pusieron en juego toda clase de re-
cursos para desautorizar al periódico que se atrevía á proclamar la
verdad sin rodeo alguno esplicando con claridad las doctrinas en-
vueltas basta entonces en el misticismo de Rivero.


Dió pretexto á esta polémica un articulo firmado por Pí titulado: .
"Somos 8ot;alislas? en el cual contestaba afirmativamentl:', expre-
sando lo que- esto significaba.


La Democracia, cándido agelite de la reaecion y de los intereses
olozaguistas y primistas, que en sus intrigas y cabildeos pactaban
COD los enemigos del progre.so, cayó sobre estas declaraciones cun
un furor inusitado, y sueltos y artículos extemporáneos, impropios
de antiguos amigos y hermanos, aparecieron en el periódico de
Castelar que presentaba á los ftuevos bombres del antiguo órgano
de Ja deplOcracia como enemi~s de la libertad, ,


La DiscuSt'on publicó para tranquilizar al partido una declara-
cion firmada por muchos demócratas y prosiguió despues su cami-
no expresándose en estos términos:
d~a democracia ba sido socialista fuera de Espalla como en Es-




854, HISTORli DIL REINA.DO
paila. La democracia ha visto siempre en el Estado, personificacion
de la sociedad, algo mas que la garanUa de los derechos individua-
les. La democracia no le ha negado nunca el derecho y el deber de
moderar ni regularizar las relaciones económicas.' La democracia
le ha considerado, por lo contrario como el organismo por medio
del cual las sociedades se manifiestan y se convierten en institucio-
nes y leyes todos los actos de su voluntad encaminados á la satis-
faccion de las sucesivas necesidades de su vida. Podian haberlo con-
siderado de otro modo algunos demócratas y llegar hasta la nega-
eion del Estado mismo; pero la democracia ha permanecido. siempre
fier á su idea.


eEI partido que mas genuinamente representó la democracia
francesa lo mismo en 1793 que en 18i8, fue sin duda el de los
montafteses. En la famosa declaracion de derechos del 93 escribie'-
ron:


lIIÁrtfcul0 XI. La sociedad está obligada á proveer á la subsis-
tencia de todos sus individuos, ya procurándolos trabajo, yo asegu·
rando los medios de vivir á }os inválidos. 111 .


«Artfculo XII. Los socorros indispensables al que carece de lo
necesario son debidos por los poseedores de lo supérfluo. Corres-
ponde á la ley determinar la manera como debe ser pagada esta
deuda .•


eArtículo XIII. Los ciudadanos cuya renta 'no esceda de lo neceo
sario para su subsistencia están dispensados de contribuir á los gas-
tos públicos; los demás deben contribuir progresivamente segun su
fortuna. » -


Esta socialista declaracion de derechos fue luego como las -tablas
de la ley de la democracia. Pasó incólumé al través' del imperio, al
través de la restauracion, el través de la monarqufa de julio, y per-
maneció mas viva y fuerte que nunca en el corazon de los revolu-
cionarios de 1848. ¿Cuál fue entonces el caballo de batalla de la
Asamblea constituyente~ El dereebo al trabajo. 6Quiéo le defendia?
La montaiia entera con Ledru-RoJijn al frente; con Ledru-RolJin
que no pertenecia ni habia pertenecido nunea á ninguna escuela so-
cialista y era la personificacion mas enérgica del partido i"evol.-
nario.lII




DIL lJLTIlIO BORBON DIISP.iÑA. 855


v.


La Democracia al precisar las diferencias qUtl ella entendía res-
pelto al socialismo decia lo siguiente:


.. Empezamos por declarar, antes de que entremos en la polémica,
de detalles que no queremos un individualismo .egoísta; que no pen-
samos en negar al Estado sino en reducirlo á ser la garantia de to·
dos· los derechos, el organismo que cumpla y distr!buya la justicia;
que no creemos la sociedad un agregado fortuito de individuo,; sino
un ser real g orgdnico; naro un ser que realiza mejor su destino, á
medida que fortifica mas el derecho humano y la liber(ad inherente
á nuestra personalidad, cúspide verdadera de la ereaeion.»


y La lJemocraci'a con todo esto, atacaba las ideas sociales, me-
jor dicho, atacaba la denominacion ,ocialisla l¡ue parecia asustarle
tanto como á los intereses egoistas, injustos, que forman lalmasa de
privilegiados que se llama el partido conservador, partido desgra-
ciado, partido eminentemente utópico porque la estabilidad, el equi-
librio, el inamobilismo no existe, porque el reposo, segun las reyes
fisicas es la inercia, Ó sea la propiedad que tienen los. cuerpos de
permanecer en el estado que se encuentran.


Pi, director entonces de La Discusion habia manifestado que no
hacia otra cosa que desenvolver los principios proclamados en dicho
periódico, la doctrina democrática, el programa que á su frente lle-
vaba el órgano Cundado por Rivero; y este senor pretendiendo ha-
cer la guerra á su sucesor en la direccion del periódico, escribió
entonces unas cartas contradictorias é inexplicables, de las cuales
Vllmos ft tomar algunos párrafos.


»La DiscUlion y su director no hán ·creido solamente en la insu-
ficiencia de las leyes desamortizadoras para resolver las cuestiones
sociales, SiDO en la insuficiencia de todas las leyes económicas, po-
líticas y administrativas. Y la razon es muy obvia: el Estado ni
debe, ni es capaz de dar solucion Ó ninguna euestioD social. Mi opi-
nion en este punto, que solo indico de paso, pero que ha sido el
e.piritu constante de todos mis escritos, es que las funciones polf-
ticas son condiciones, medios indispensables para llegar á la orga-
nizacion social; y que las funciones sociales en su vasta complica-
cion, en su constante desarrollo y- en su progresiva perfeccion son




856 HISTORIA DEL BlUNADO
los fines dd esas grandes agrupaciones en que está distribuida la
humanidad entera: que las mas están sometidas á leyes preceptivas,
que las otras se cumplen bajo el imperio de la espontaneidad y de
la liberlad; por eso las (oociones pol(ticas ban de ir decreciendo
continuamente, al paso que laa funciones sociales llegan á su eO'm-
plemento y desarrollo, á medida qúe las sociedades se emancipan
de la pavorosa y estéril tutela del Estado. Por eso en mi concepto
la democracia, que es partido polflico acelera lasolucion dil pro-
blema social, estableciendo de un lado la completa emancipacion del
individuo y simplificando las atribuciones del otro del Estado hasta
reducirlas á los medios racionales para disminuir los conflictos, el
choque de los derecbos, ymantener unida la asociacion.


La Discusion ba dicho r yo sostengo hoy tambien, que la eco-
nomía poJitica, á la altura que boy se encuentra, no es"la ciencia
social propiamente dic~a, y ni aun puede l1amarse en rjgor~ una
ciencia. Mas de que la ·economía politica sea insuficiente, de que en
el vasto DJovimiento intelectual que hoy tiene la humanidad se lIe-
!ue á una eonstruccion eientifica de las (unciones y del organismo
social no se deduce que el Estado haya de resolver las cuestiones
sociales, que es el punto que nos separa á usted y á mi, y que se-
para en gooeral á los demócratas y socialistas.


DEn una palabra, y para condensar todo un pensamiento: yo
opino que la democracia es un partido llamado á resolver las cues-
tiones polfticas: opino tambien que existen graves cuestiones socia-
les, pero que no se resuelven por la política, sino por la ciencia y
por la libertad.


DCoDcluyo haciendo una manifestacion 'que creo importante: yo no
he tenido parte ninguna *en el nOPlbramiento de usted para director
de La Dilcua.on. Es mas: me he opuesto á él cuanto decorosamente
pude hacerlo; y sobre otros, DO sobre mi, pesa la responsabilidad Ó
]a gloria de este nombramiento. Mas por lo mismo que yo he pre-
visto y anuncié á todos la perturbacion que usted, por su falta de
espiritu p'ráctico y por ciertas aspiraciones, penosamente reprimi-
das por mi cuando era usted redactor, iba á producir en el partido,
debo ahora decir que considero beneficiosa, eminentemente salvadora
la crísis qua boy experimenta hi democracia espaliola." Estoy seguro .
que 'los principios sostenidos perseverantemente por nosotros en la
prensa y en la tribuna, saldrán victoriosos del col1lbate que hoy le .




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑol.· 857
dan el sofisma y la utopía. Estoy seguro que nuestro partido en esta
suprema lucha se depurará de elementos heterogéneos que hacian
mirar· su triunfo como temible y peligroso. Estoy seguro que la de-
mocraeia espaftola, pasada esta especie de areecíon, aparecerá mas
unida, mas ~igorosa que nunca. Lo que hoy pasa es un mal gra-
visimo; peN asi como la erisipela y la fiebre sirven á las veces para
restablecer el equilibrio perdido en nuestro organismo, así támbien
esos grandes organismos vivientes que se llaman partidos, necesitan
con frecuenoia de una dolorosa pero saludable reaccion que purifi-
que sus doctrinal, aune sus fuerzas y les preste nueva y mas ro-
busta vida.»




us




· CAPITULO exx·


SUMARIO.


Derrota de Rivero.-Complicaciones COR las república!! americanall.-Suspenllion de
las sesiónes.-Esclavitud de la prensa.-_\gitacion revolucionaria.-Desconfiama
del partido progresista.-Destierro del general Prim.-Niégase este oí salir de Ma-
drid.-Su salida.-Oopinion de la DisclIsum acerca de este.


I.


Esta lucha dentro del partido republicano, dentro de la demo·
Rracia, indicando como hemos dicho, su vigor y su fortaleza, no
era nueva en verdad, porque ya en Francia habia podido observar-
se desde m~cho tiempo la division producida entre los que busca-
ban solo lo que llamaban el triunfo de la libertad, 'Y los que pedían
la consagracion del derecho 'Y de la justicia social, el reconocimien-
to de la integridad del ser humano.


Esa constitucion constituia á los demócratas negativos, á los que •
concedian al s~timiento la virtualidad que solo puede tener la ra-
zon suficientemente ilustrada en UDa extraña situacion dentro del
partido ·popular; porque, confiaban, como no podía menos de ha-
cerlo, que el mal espuramente social y que las reformas politicas solo
tienden á quitar obstáculos, á dejar la libertad de movimientos tan
esencial para que las reformas y la reconstitucion social pueden ha-
cerse y plantearse. Es de toda evidencia, es claro qne las modifi-
caciones abstractas consignadas en la CODstitucion que solo se re-




DEI. ULTIllO BOBBON DE ISPAfü.. 859
fieren á deberes y derechos, en nada alteran las condiciones dei tra-
. bajo ni de la riqueza, y quedan permanentes é intactos los mismos
privilegios y abusos. Era conveniente proclamar por lo tanto las
doctrinas y prineipios de la escuela revolucionaria, doctrinas que
ejercer verdadera influencia benéfica en el pueblo, haciendo cono-
cer las ventajas del cambio á los mas ignorantes, con tal que tu-
viesen afic¡oD al trabajo y qui&ieran emplear su actividad. tos que
á este estudio se habian dedicado, no podian por lo tanto temer la
controversia que dejó efectivamente en berlina á los verdaderos ig ...
norantes de los fenómenos sociales. ,


Esa Jucha y esa polémica no fueron sin duda estériles. Los de-
fensores de La Democracia y de El Pu.eblo no podian . vencer á los
sostenedores del socialismo, que con razon mostraban la inutilidad
de ·todo 'progreso 'moral sino tenia inmediatos resultados prácticos y
tangibles, si solo habia de servir para que cambiasen de amos las
clases desheredadas, las elases productoras. Y esa· polémica y esa .
lucha vinieron á desautorizar tambien ciertos nombres que durante
muchos aftos á costa de hipocresías y ambiguedades habían llegado
á fijar la atencion de la multitud.


En esa polémica quedó Rivero perfectamente desenmascarado, y
en sus cartas de que hemos dado algunas muestras puede demos-
trarse, no al hombre poHtíeo de profundas convicciones sino al far-
sante sin conciencia, que busca por todos lós medios satisfacer su
ambicioD y su vanidad, 'encaminándose á los altos puestos oficiales.


11.


La revolueion bullia bajo toda esta hirviente superficie, y las po-
lémicas y las controversias entre los partidos, y las luchas y el cho-
que de las ideas apagaban el sordo extertor de la monarquía que se
hallaba agonizante y postrada, del parlamento que caminaba a cie·
gas en medio de la asfixia de )a soledad y del abandono:


El gabinete hacia poner los últimos eslabones· en aquella pesada
mecánica gubernamental que abrumaba el sistema representativo,
y en tanto la !uerra de Santo Domingo proseguia horrible, ocasio·
nªndo numerosas vfctimas que sucumbían sin gloria y sin objeto,
porque era evideñte que aquel pueblo rechazaba la opresion j se
disponía á vivir en su autonomia fuera del patronato de Espalla,


,




860 HISTORIA DEL REINADQ
patronato que unos cuantos ambieiosos habían solicitado para en-
grandecerse y oprimir á sus conciudadanos.


En el Perú levantábase tambien una querella contra la antigua
metrópoli, y una eomision cientlfica que babia ido al Pacifico á ba-
cer exploraciones, ero recibida, por la manera imprudente COD que
visitaba aquellos pueblo" de un modo que renovaba los antiguo.
odios y nos coloeaba en situac,ion grave frente á las repúblicas del
nuevo continente. -


En todas partes, en el interior como en el exterior se hacia sen-
tir la polítiea de la Union liberal, las trJstes consecuencias del rei-
nado de O' DonneU que asociado á los Borbones, formaba la mas
fnnesta de las politieas que pudiera imaginarle.


Porque en el Perú y en Santo Domingo, y en Méjico como en
Afriea, necesitábase que conocieran á la Espafta moderna, á· ta Es-
pafia regenerada, á la. Espana libre, no á la Espafta de los gobier-


. nos, no á la Espana de Isabel que mas fanática,. mas despótica y
mas prostituida sobre todo, perdía una por"una las conquistas de
Isabel' I.


IIl.


y corrian los meses y marchabjln los acontecimientos empuján-
dose' y la corte de Castilla, el gobierno de Isabel, aislándose siem-
pre aprovechaba el momento de despedir á sus amigos que le ayu-
daban á legislar, mas temeroso. acaso de las ambiciones. que de Ja
preí'iada nube revolucionaria, que á mas andar amenazaba la des-
carga eléctrica y se formaba densa y sombrfa. .


Suspendiéronse, pues, las sesiones en medio de los consiguientes
anuncios de que la legislatura iba á conclui.r para dar entrada á
elementos nuevos, si era pos~ble apartar de su actitud á algunas
fracciones del progresismo.


VI p'rensa podia apeoas discutir bajo la presion gubernamental, y
en su polémica con La Democracia, La D.scu"on babia visto borra-
das sus columnas mientras que sus adversarios la censuraban por
provocar confliotos en el seno del partido republicano, sirviendo á
les inl@reses del enemigo comun. Palabras .hueeas y vacias de sen-
tido, infundadas quejas que lanzan en ocasiones los pigmeos para
herir á mansalva al gisan~e que los amenaza.





UEI. ILTIMO BORDO", DE ESl'A~A. 86 t
Con todo esto alternaban los chispazos de la conspiracion latente


que el partido popular proseguia, y el ministerio se veia á menudo
en gravlsimos eompromisoi, sin acertar con los medios de salvar la
situacion que en cada instante empeoraba.
. Sucedía en esa lo que en todas las conspiraciones, 'i como tenia
el doble objeto de preparar elementos, de concentrarlos, 'i reunir á
. disposicion de ciertas voluntades toda la vida activa del pail, pre-
sentando en palacio lo formidable de la oposicion, no faltaban agen-
tes, ni de cuando en cuando dejaban de Dotai'sesíntomas de perturba-
cion, agitaciones y algun pretexto para que funcionaran los conse-
jos de guerra. Tan publicQ era el movimiento, tan patentes las
muestras, talla osadía de los periódicos órganos de los directores
de la trama, tan re'petidas las amenazas y los recuerdos del ban-
quete de los Campos Rliseos, que el gobierno hubo de tomar en se-
rio toda aquella superabundancia de .vida revolucionaria, y adoptar
disposiciones que pusiesen coto al desórden que amen~aba.


IV.


El partido moderado seguia inquieto todo aquella extemporbea
y febril animacion de las gentes, y, no sabia á que atribuir aquella
faz nueva de la revolueion espatiola que ,ha.sta entonces se habia
mos.trado siempre respetuosa hacia Jos grandes intereses, con las
altas instituciones, con aquellos mismos obstáculos tradicionalGs
que se oponian ciegos á toda innovaeion, á toda ingerencia del par-
tido avanJado en )a gestion de los negocios públicos y si en el
partido moderado y en la Union liberal podia' causar asombros y
dudas la conducta de ciertas gentes, en los. verdaderos revolucio-
narios existía sin duda gran desconfianza, viendo al hombre de la
salve y á don Juan Prim apoderados de la direcejon~revolueioDaria,
despues de haber procurado herir de muerte al jefe constante y con-
secuente del partido progresista que se negaba á' toda avenencia,
que no queria trato ni relaeion alguna con los que despues de mu-
chas defilcciones y de su conducta ambigua, le habian dirigido á la
faz del partido inmerecidos insultos en el gran banquete que debia
ser una demostracion y un molivo pa.ra. unir á\ partido progresista.


Entonces llegó el gobier~o á intervenir ,V sobreponiend08e á las
leyes y á )a Consti\ueion del Estado, desjlUes de haber deciJidoel




86! DISTORIA DIL RÉINADO
ministro de la guerra que el. marqués de los Castillejos saliese dé
Madrid, y habiéndose este opuesto á las órdenes de su jefe militar,
decidió que se cumpliese la_ disposicion superior.


v.


El marqués de los Castillejos como senador del reino quiso hacer
valer sus inmunidades, y el ministerio Cánovas probó UDa vez mas
que la duplicidad de las leyes es tal que en todos los momentos y
en todas los circunstancias pueden hallar apoyo las opiniones de cada
uno decidiéndose legalmente en contradictorios sentidos UDa misma
cuestiono Dijose entonces que Prim ses halJa~a enfermo y que por
esto resistia el cumplimiento de las órdenes dictatoriales; pero de
todos modos fueron tan 'reiteradas, que el general hubo de prome-
ter que saldl'ia á las cuatro de la tarde del dia! de agosto de 186 '.


Los comités de ~arrio, obedeciendo sin duda á la consigna de la'
Tertulia progresista y á los acuerdos del comité, esparcieron por
todas partes la noticia, anunciada tambien por )a prensa, y en to-
das partes se ff)r~aron grupos numerosos, llenándose como por
encanto la Puerta del Sol, las calles de Alcalá, Mayor, Arenal y


. otras que parecian indicadas para el tránsito hasta la estacion del
ferrocarril del Norte, porque hácia el Norte debia dirigirse el cau-
elillo progresista que, con arrecIo á sus padecimientos, buscaba en
Asturias hi frescura y las aguas necesarias para reponerse.


Aquella inmensa oncion que el pueblo de Madrid dedicaba al
• general Prim, no indicaba seguramente que este gozara de popula-


ridad; era simplemente una manifestacion contra el gobierno, una
muestra de respeto y deferencia á las leyes que aquel conculcaba
desaforando á Jos representantes del pueblo, de los dereehos que la
Constitucion les daba. No raltaba tampoco quien se hiciera la Hn-
sion de que los revolucionarios intentarian algo aquella tarde para
conoluir con la farsa gubernam~ntal. No contaban Jos que tal su-
pusieron, con la generosidad y altas dotes de benevolencia que el ge-
neral Prim mostraba siempre hácia su soberana.


Asi á las primeras insinuaciones que los ministros hicieron al sena-
dor progresista para que cambiase su itinerario, que los periódicos
habian publicado, á cuy~ objeto fué el mismo capitan general á
conferenciar con el orador de los ~ampos Eliseos, este se mostró




DE" 1LTIHO IORBON DI BSPAftl. 869
~ispuesto á acceder á todas las exigencias renunciando al paseo
triunfal, á los vitores y á las aclamaciones que le esperaban, y mar·
chandQ por la Ronda al paseo de San . Vicente y á ]a estacion donde
]a (uerza armada y la policía impedian entrar á la multitud.


Acaso fué preparada toda aquella escena cómica, dramática y ri-
dícula de comnn acuerdo, y el héroe de los Castillejos renunció á
los saludos de sus 8!Digos.para evitar un conflicto, que en aquellos
momentos no hubjeran podido dominar á su gusto y antojo los. que
pretendian llevar ]a batuta revolucionaria; acaso despues de la de-
terminacion de salir con gran pompaé inusitado movimiento llegó
el conde de Reus á saber que no seria su nombre el aclamado sino
los principios y los derechos populares, que no se respetarian en
medio del alborozo y de"la agitacion turbulenta las voces de mando
de los jefes progresistas; acaso se alimentaron nuevamente las es-
peraDzas de subir al poder por las vias pacificas y se dieron nue-
ns seguridades de turnar en el poder. 1.0 positivo es que, desde-
nando al pueblo á quien se citaba á las calles, el marqués de los
Castillejos fué acompanado por mas de cien carruajes donde iban
todas las notabilidades revolucionarias, donde se albergaban todas las
ambiciones que mas tarde debian caer como una nube de langostas
sobre el presupuesto del pais.


y lo que reflejaba perfectamento la situacion en el CClmpo revo-
lucionario es, que mientras los redactores de La Democracia y de
El Pueblo, diarios republicanos, bullian en torno del agitador; mien-
tras el propietario de La Discucion figuraba en el aeompanamiento
del general Prim, el director de este periódico escribia un articulo
en el mismo, articulo profético q'ue expresaba con mucha verdad lo
que era, lo que valia y aquello á q\le aspiraba el general disidente
del unionismo.


VI.


Todas las esperanzas quedaro. frostradas, y las gentes hubieron
de disper~arse permitiéndose alguno que otro Irito, especialmente en
la estaeion del ferrocarril, gritos que eran una amenaza siniestra
para aquella situacion desgraeiada que no sabia ni)odiadominar
las circunstancias porque en el fondo, en el" pueblo, en las¡clases
todas germinaba ya la idea de justioia y estaba o8Dde.oado el horri-




864 HISTORIA DRL REINADO
ble sistema de depredaeion, de inmoralidad, de cinismo y de apre-
sion que con beneplácito y apoyo de Isabel habian establecido los
moderados. . .


El conde de Reus pasó á la provincia de Oviedo á hospedarse en
calia de los hijos de Cristina, donde permaneció algunos meses real·
mente enfermo, siguiendo .adelante la eonspiracion y la union de los
hasta entonoes dispers!>s elementos del progresismo y de la demo-
cracia .. Todas las miradas se hallaban fijas en Jos hombres que ha-
bian promovido la política de abstencion, y la multitud oiega, que
no se entretiene á buscar'en el fondo de -las cosas, que no interroga
á la historia, que no busca· antecedentes, llegaba á contemplarse
satisfecha porque creía rotos los vínculos que unian hasta entonoes
á ciertos ho~bres con la union liberal, con el moderantismo bistó-
rico, con palacio, con la lituacion, en una palab'ra.




CAPITULO eX!I


SUMARIO.


Continua la conspiracion progresista.-Política de -alejamiento de Espartero.-Intel'-
viene Cristina en Palacio.-Subida dé Narvaet al poder.-Nuevas elecciones de
Jiputados.-Situacion dificil del ministerio.-Conducta anómala J vacilante del
partidQ progresista.


1.


Mientras todo esto ,ucedia, en los subterráneos palaciegos, eu los
consejos intimos de la. camarillas monjiles y fraHunas, decidlanse á
asestar el último golpe á la sombra de libertad que aun quedaba
existente quitando toda aquella pantalla constitucional, que á pesar
de .u inobservancia, era para los Borbones espanoles una mf-ngua
y un descrédito. La eorte queria responder á la actitud de fos par-
tidos revolucionarios tomando UDa actitud verdadera y francamente
reaccionaria.


Los caudillos del progresismo recorrian las poblaciones;· gasta-
ban el tiempo en idas y venidas, Olózaga quiso mostrar que no te-
nia por Dorte en su conducta ninguna pasion baja é biz~ grandes
esfuerzos para acercarse al solitario de Logr~no. Pero Espartero,
que babia sentido la herida profunda del emponzonado dardo de los
Campos Bliseos, adoptó por completo la poUtica· del alejamiento y
de la abstraccion y no quiso recibir' ninguno de los muchos-comi-


TOMO JII. tU.




866 IISTORI! DEL BIIIUDO
sionados y agentes, rechazando con particular empello la vi.ita del
ex-embajador en Paris.


La madre de Isabel, que veia despellarse toda aquella monta-
Ila soberbia de crimeaes y de privilegios que ella habia contribuido
á criar en otros tiempos, mas sagaz y previsora que muchos hom-
-bres poHticos, comprendió que era peligroso en sumo grado jugar
con faego. Extremecióse ante la idea de los azares y desgracias que
podian sobrevenir á su descendencia si retentaba la mina, y corrió
al pala.io de Madrid para prevenir la catástrofe. Entonees como
antes y como mas adelante ocurrieron en el seno de la familia Bor-
bóniea escenas terribles y dramáticas, y ambos esposos, lBabel y su
consorte, arrojaron á los intrusos con amenazas y desdenes, retirán-
dose Cristina abrumada por un intenlo dolor y d •• pue. de hacer á
su hija fatidiea. prediuiones.


11.


La crisis sobrevino: el ministerio Mon-Cánovas, quebrantado en
la lampalla parlamentaria: gastado en la lucha para saear adelante
leyes como la de iDJprenta, derrotado moralmente por la preDsa
ante los consejos de guerra donde los oficiilles del ejército leyeron
brillantisimas defensas tle los artIculos denunciados, hubo de ceder
el puesto á aquel que en las últimas crisis habia jugado siempre
como el hombre necesario, como el hered~ro natural del unio-
nismo.


Narvaez subió al poder; el partido moderado en su faz mas ruda
y odiosa volvla á ensellorearse del poder; y con todo se hablaba par
los periódicos de la comunion de libertad, de derechos, de progresos,
de constitucionalismo, de turnos en el mando, etc., etc.


El partido moderado apareeia completamente reorganizado, yape-
nas entró en posesion de lo. destinos del pais se decidió, como era
natural, á disolver aquellas cortes en que la union liberal ejercia
bastante inftuencia creyendo que IOn 108 medios legale, 11 su autori-
dad podria traer una mayorla compaota para dar cima á las tareas
legislativas que proyeotaba, y poner el sello de su potencia refor-


o madora conformándose á la nueva evolucion anunciada por los hom-
bres de El Contemporáneo y de La L.herlafl.


Dificil era el empello, tormentosa y oeasionada á azares se pre-




DIL lILTIMO BOllBGN DI 'SUÑ!. 867
sentaba la situacion; y auo cuando no hubiese sido ficticia la union
de elementos tan heterogéneos, como los que venian mezclados al
palenque á título de hombres del moderantismo, el influjo de la
UD ion lideral y la abstension de los partidos populares, con mas la
conspiracion clerical del carlismo, que ejercia en los consejos priva-
dos de la corte no escasa influencia, eran verdaderos escollos que
diffcilmente podian salvar toda la astucia, toda la sagacidad, lo elás~
tico y lo ambiguo de situaciones indefinidas como la de Miraflores
y Mon, y que debieron juzgar imposible desde el primer momento
Narvaez y sus companeros.


III.


El pretexto para la disolucion, entonces eomo anteriormeRte, con-
sistia In saear al partido progresista de su obstinado retraimiento;
y las eleeoiones se hicieron como es costumbre, y las Cortes se con-
gregaron en los últimos dias dedioiembre, y la union liberal luchó
desaforada, J!Qvando muchos de sus hombres al Parlamento á pesar
del empelio del ministro de la Goberoacion. ,.


Laa complicaciones del exterior, que habian ido aumentándose,
hacian mas precaria todavfa la suerte del ministerio, porque sobre
las eonUnuas derrotas y desgracias acaecidas en Santo Domingo,
sobr~ los cQnflietos del Porú, que habian hecho nece.ario el envio de
una escuadra, que no teniamos, al Pacifico, la corte de Roma habia
intervenido para hacer mas y mas angustioso el mando de 101 mo-
derados, publi.ando la célebre enciclica y el Sylabus, ruptura for-
mal del papado .on la civilizacion y el pro¡reso, tea incendiaria que
el clero arrojaba en el seno de las sociedades modernas con la es-
per-anza de conseguir, cemo en otros tiempos, la deminaoion de las
concienci as y el imperio absoluto de la teocracia.


Asi aquel gabinete que quería darse las apariencias de constitu-
cional, veia levantarse en la prensa formidable cruzada, terribles
antagonismos, y surgían dentro de sus propios adeptos, entre sus
huestes, entre los mismos hombres que le componian perplejida-
des, y divergencias, y dudas al vaiven de las encontradas influen-
cias, de ~s radicalel tentativas de 108 partidos extremos que pug-
naban per arrastrar al abismo todo aquello que demostraba en cier-
ta manera respeto á la libertad, siquiera fuese aparentemente.




868 nTsTQl\lA DEL l\IIlUDO
Proseguia, pues, como hasta entonces, cada vez con mas vigor


la lucha entre Jos dos principios absolutista y republicano, y por ci-
ma del ministerio, por cima del parlamento, por cima de la cons-
titucion, iban al fondo de aquella sociedad corrompida, los proyec-
tiles, los dardos que de ambos campos se arrojaban los contendientes,
! la crititca se h~cia compleja y el sistema representativo constitu-
cional, esa farsa informe se hundía con el borbonismo •.


IV.


Hn el seno del partido dominante, y por iostigaciones de la Union
liberal, surgian á ead~ momento complicaciones que hacian penosa
su marcha y provocaban continuamente crisis. La Libertad, órgano
del polaquismo hacia ostentacion y gal$ de sus afecciones 1 servi-
cios al partido moderado, y considerándose ya bastante fuerte como
cisma para excomulgar á las otras sectas, publicó un articulo. de
ataque al jefe reconocido por todas las fracciones, al general Nar-
vaez, porque en este punto el conde de San Luis y sus amigos, corno
Bravo MuriJIo y Miraflores, eraD enemigos de la preponderan-
cia militar, siquiera unos buscasen el triunfo de la sotana y otros el
predominio del frac.


Con ocasion de ese ataque volvió al "palenque la historia repug-
nante de la fraccion polaca, y los vicalvaristas lanzaron al rostro del
f!
moderantismó los cargos de piedra, los trigos averiados, los calo-
ríferos del Teatro Real, las contratas y otr~s, confundiendo en e)
anatema comun á Jos conservadores cuyos crimenes, suplicios,
cuerdas de Leganés, destierros á Filipinas etc. debian ser mas que
nunca recordados. ", ;


El duque de Valencia volvió á tener á su lado al Leon Eapañol.
como periódico genuinamente representante de su voluntad, y en
esa ansiedad inmensa de todos, en ese bullir continuo, en esa si-
tURcion desesperada é insostenible, el ministerio se presentaba en la
liza mas ambicioso de poder y de riquezas que dotado de patriotis-
mo, de amor á la libertad que proclamaba y al trono y á la dinas·
tía de que formaba un escudo para ampararse de lós certerós y re~
doblados golpes de sus adversarios. .


Hemos indicado ya que Cristina habia hecho un viaje con el pro-
pósito de hacer penetrar en ]as altas regiones al partido progresista;




DU fLTJHO )f'R:BON DI E~PA ~!. 869
Y Jos periódicos de' aquella época hicieron constar que en el palacio
se habían celebrado entrevistas harto formales, refiriendo á la esce-
na de cierto cuadro en que se representaba á la entonces Regente y
á _ su hija revistando á la milicia nacional, en los memorables dias
del sitio de Madrid por las faociones carlistas, mandadas nor D. Car-
los y D. Sebastian, que ejercia á la sazon gran influencia en el áni-
mo de Isabel. Los curiosos re ferian tambien que, atendido el des-
den con que habia sido tratada por la monja embaucadora y miJa- .
grera, la riuda de Fern!lndolJabia- mostrado gran sentimiento, pre-
sagiando que no podria reposar en el célebre panteon de su famUia.


v.


Otro incidente curioso en aquellos instantes fué el de que al ausen-
tarse Cristina fué recibida en la estacion de Logroilo por el general
Esparlero, con quien habló larguisimo rato,. quejándose amargamen-
fe de la conducta de los unionistas que todo se lo debian, mientras
que recibia muestras de afectuosa deferencia de los progresistas sus
antiguos enemigos. .


Así como en el bando moderado, habia e-n el progresista impor-
tantes disidencias que acaso se relacionaban con la conducta de
Cristina eo: aquellos momentos, He aqui como explicaba estos de-
talles menudos de la polHica de pacotilla un comunicante oficioso
de La Correspondencia que se titJllaba progresista.


«Los que dicen que el partido progresista aceptará la legalidad
existente faltan á la verdad. Los que como V. dicen que no ha
ocurrido nada en el seno del partido progresista, no estan bien in-
formados. En lo que se ha dieho no hay mas que unaeosa verda-
dera; que personajes muy r.espetables, muy liberales, muy progre-
sistas,creen que el retraimiento da su partido no puede ser indefi-
nido ni llevar envuelto en si mIsmo el antidinastismo, ui como cosa
forzosa la revo)ucion. '


Los que asf piensan no ocultaron en la última crisis ministerial
que si la corona aceptaba todas' sus condiciones, qu~ si se eompro-
metia á satisfacer todas las justas exigencias del partido progresista
fste podia aceptar el poder. Entonces se habló de UD minis~rio en
que figurarian: como presidente, el duque ae la Victoria; como mi-
nistro de la Guerra, el marqués de los Castillejos; como ministro de




810 HItSTORIA DEI. ItBINADO
la Gobernacion, el sellar don Eugenio Lopez Moreno; como minis-
tro de Gracia y Justicia, el seilor Garcia Car,nba; como ministro de
Ultramar, el sellor don Cirilo Alvarez; como ministro de Fomento,
el seDor Sagasta~ y como ministro de Marina, el sellor Corradi. No
habiendo cuajado esta eombinacion, no habiendo aceptado la coro-
na lo que verdaderamente 8reen los progresistas que es lo conve-
niente á ella y al pais, parecía que no debia .hablarse ya del asun-
to cuando los que no quieren transaccion de ningu~a especie, por-
que no tienen fé en ninguna promesa; provocaron una reu'nion
en la que hicieron cargos á los patrocinadores de la candidatura pro ..
'gresisla, de~haberl6 separado del acuerdo general de sus correli-
¡ionarios.


tos ataeados negaron que jamas hubieran obrado en definitiva
sino de acu~rdo con SltS amigos, pero sostul'ieron de nuevo tam- ,
bien la conveniencia de llegar por las fías eonstitueionale.,al mando
si la oeasion se les presentaba. De lo que pasó en esta reuníon no
pudo quedar todo oculto, y de lo que se supo hao resultado ltls pár-
rafos que V. ha visto eU' 18s periódicos y las cnestiones mas ó me-
nos calurosas que ha habido en la Tertulia progresista sobre cual
de las dos opiniones indicadas era la mas aceptable. La situaeion,
en fin, de las cosas es, en estos momentos, que las opiniones están
divididas, que los que mas se dejan oir en la Tertulia progresista
son partidarios del absoluto retraimiento, pero que en ella hay hom-
bres importantes que abiertamente ,sostienen que si las puertas del
poder. se abren legalmente al partido progresista, este d~be entrar
por ellas siempre .que sea con garantías y condiciones aceptables.»


VI.


H~bo ciertamente todas esas alternativas, todas e!as vaguedades,
todas esas vacilaeiones, tódas esas inconsecuencias en el seno del
partido progtesista. Aquellos hombres que habian figurado al fren ...
te de las huestes populares durante la guerra iban perdiendo gra-
dualmente desde 18,40' su carino á la libertad, sn aficion á la sobe-
rania del pueblo y sesentian, arrastrados á cada momento á pactar
con los jefes de los partidos eODserndores y á reconciliarse con el
trono, antes que á perseguirle como injusto, ingrato, inmoral y
opresor,




DU ILTUIO 10lBON DI ISPAftA.. 171
En la Tertulia progcesista hubo ciertamente agitacion y disen-.


ciones graves en los primeros dias de Hnero de 186~, porque Cris-
tina prometía vencer toda dificultad palaciega siempre que los pa-
dres graves del progresismo aceptasen las coódieiones exigidas. Oló·
zaga y algunos otros provocaron entonces una nueva manifestacion
de persistencia en el retraimiento J en aquella actitud enérgica "!
viril qU4!, eomo máseara de su debilidad, como mas fuerte y segura
amenaza para llegar al fin, babia adoptado. Consiguió el triunfo; la
mayoria de los sosios estaba·por mantenerse;en laJinea de eOBducta.






CAPITULO cxxn.


tuIARIQ. .


ActitUd defclero.-Circular del ministro de instruccion pública.-Ltt De»1ocracia de-
fiendeel profesorado.-Protesta de Castelar.-P.r:oyecto de ley relativo á Santo Do-
mingo.-Discurio de GOllzalez Bravo.-Explicacion de la crisis.


l.


11 ministerio Narvaez, al entrar en: el poder, tenia la significacion
de UD miniltério restaurador de las prácticas parlamentarias, y que-
ria el moderantismo entrar de lleno en la vida constitucional casi
abolida por el vicalvarismo que babia perturbado los partidos, im-
posibilitando toda cobesion, todo el artificio de los viejos bandos
deshechos, triturados, dispersos por los defecciones, las apostasias,
el cansancio y el convencimiento de su impotencia.


Entre las otras cuestiones gravisimas descollaba sin' duda como
primordial, como fundamento y base de todo progreso, de toda in-
novacion, de.la evolucion revolucionaria la cuestion de io¡¡truccioD,
el derecho del pensador. la necesidad de educar é instruir, de po-
ner al alcance de la multitud todos esos misteriosos arcanos de la
creacion que la ciencia va descubriendo paulatinamente, estudiando
los fenómenos á que obedecen para aplicarlas en todas las esferas,
para utilizarlas en el desarrollo de la humanidad.


Todas las supersticiones, les privilegios inveterados se habiao




DBL ULTIMO IORBON DE I~PAÑA.. 878
reunido, conspiraban asiduamente para contener la marcha solemne
de los pueblos hacia la conquista de sus destinos. En Roma se ha-
bia dado la selial de )a batalla :y por medio de esa red / de agentes
invisibles que ba es tendid{) por todas partes, . sublevaba el clero las
conciencias sintiendo berida- de muerte su potestad y en supremo
ri4fculo las farsas con que ha venido embaucando á las muchedum-
bres. De antiguo comb.atia el clero á la univérsidad y al profesora-
do, y con esta ocasion quiso emprendervitfsiÚlo el combate, para
lo cual la prensa acogia las exposiciones fraguadas en las sacristfas
denú.nciando )a impiedad de la ciencia, obedeciendo á la encicJica y
al Su/ab"6, padron ignominioso, insultante aberracion y muestra al
propio tiem po de la decrepitud de la iglesia-eatólica.


Millares de firmas verdaderas ó supuestas, pero ineoncientes á
no-dudarlo, auiorizaban las exposiciones que Los obispos y clérigos
fanáticos elevaban al poder para ahQgar el verbo del siglo XIX,


. como los fariseos habian ahogado en otro tiempo la voz del funda-
dor de aquella Iglesia, que ahora condenaba el dogma del bijo del
hombre, desenvolvimiento de las palabras sacramentales libertad,
igualdad, fraternidad, proclamadas tambien por la revolucion frañ-
cesa. Era, pues, preciso resolver aquella cuestion capital que ase-
diaba á la sociedad moderna, á los poderes; y el partido moderado
no habia de hallar fácil solucion para el enmarafiado problema,
puesto' que, llamándose conservaaor, viviendo la vida ficticia de los
privilegios, apoyado'por el clero, debía ind.pdablemente obedecer á
este, entregarse á sus órdenes', por mas que se hubiera propuesto
manifestarse liberal. Por eso el ministro'de instruccion pública, to-
mando en cuenta todos estos antecedentes, y queriendo por otra
parte eludif la cuestion, publicó una circular en que se recordaba
al profesorado el cumplimiento de las leyes; vacia é inútil adver-
tencia en un momento én que, á pesar de la exalt~eion del movi-
miento revolucionario, los tornillos gubernamentales apretaban to-
davía lo bastante para que nadie foera osado á exponer eon fran-
queza y lealtad sus propias ideas, ya que lo que se llama libertad
en los gobiernos constituciQnalest es ficcion pura como todas lu
instituciones y teorias que en ellos se estableceD.


TOMO 1lI. 110




874 HISTORIA DEL REINADO
,


11.


Dé aquí alguDos párraros de esa circulal'_: .
«Pero si en Ola cátedra ~l proresor está oblig~do á cu·mplir con sus


obligaciones, aun fuera de el/a debe no. portarse de un modo que
desdiga de la dignidad de maestro de que está ¡'lvestido. Por ley co-
mun de las cosas, tanto cuanto es alto un carácter, es rígido el.de-
ber que le está anejo. Lo que en un individuo particular no pasaria
de ser una imprudencia ó una témeridad, en el que está encargado
de la enseñanza, seria, cuando no un abuso de confianza, una falta
de decoro altamente vituperable. No cabe en la razon concebir que
los que en alta voz proclaman y pregonan ciertas doctrinas, puedan
con provecho coman ni con honra propia, ensenar en lugar alguno
otras muy diversas y hasta contrarias. Además, los proresores al
entrar á desempeñar su cargo, han prestado un juramento y todo
cuanto dijesen' no ajustado á él, redundaria en perjuicio público asi
como en el suyo privado. o .


-No por esto pretendo que deban estar los profesores sujetos á _
una regla que les vede declarar su sentir ruera de la cátedra sobre
materias en que están discordes los partidos legales, que en el cam·
po espacioso de las ideas políticas se hacen guerra. Pero ruera de
tan ancho campo, á un catedrático especialmente, no es licito lan-
zarse ni por uno ni por ol{o ¡ado. á los extremos opuestos. Desva-
río seria declararse en declarado ~nemigó ae nuestras institucIones
civiles y oreligiosas, quien por su cargo está dentro de. estas mis-
mas, y de ellas ha recibido la investidura de la dignidad de que con
razon está ufano. o


»NI ha de creerse que estas obligaciones del profesor se refieren
á los actos de su vida priváda. Lo que dijeren en o~ convarsaciones
particulares, aun cuando pueda hacerlos dignos de censura, está
fuera de la jurisdiccion de la autoridad. Pero en los actos publicOl
y solemnes en que se proclama la opinion en vos al/a, !J procura tI/:-
lender y propagar la propia, seria ckocante conIradiccion etJ un ca-
tedrático la predicacion de d()~trina8 contrarías á las ley e, funda-
mentales del Bstado; 11 quién asl obrare, seria merecedor de severa
censura y el descrédito personal se aviene mal con el carácter de
fuiln 8' sienlo en la cátedra, 11 desde tan alto lugar da lecciones»




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. - 810


111.


La Democracia dirigida por Castelar, tomó la delensa del profe-
sorado á quién, aunque no directamente, pues la circular no citaba
hechos ni expresaba por completo que se cometiesen abusos, sino
que se previnieran, pudo muy bien creerse objeto de UDa aJusion
por las paJab~as que dejamos subrayadas, y el catedrático de his-
toria estampó su firma al pié de una protesta, especie de reto al
poder, que debia traer consecuencias muy trascendentales en aquel
periodo revolucionario. .


Trasladando algunos de los párrafos de esa protesta, haremos ver
si~ duda cuanto era grave la situacion, y como debia desprestigiar
á los partidos reaccionarios aqueHa conducta.


caSi el g{)bierno, decia, me acusára por ideas vertidas en la cáte-
dra, yo callaria respetando su autoridad, ó pediria el competente
permiso para defenderme. Pero al acusarme por las ideas que pro-
feso como ciudadano; al herirme por lo que digo fuera de la cite·
dra, ha Caltado á todos los respetos y herido en mi persona dere-
chos sacratisimos que la Constitucion concede.á todos los ciuda·
dano!!.


lOCuando Ja idea liberal es signo de':proscripcion, yo, á la faz del
pais que nos ve á todos, á la faz' de Dios que á todos nos juzga,
me declaro reo de esta idea sublime; yo soy demócrata. Proceda el
gobierno como quiera. ¿Le faltan mas datos para condenarme? Sen-
tado en una cátedra espero á que me despOJe con mano aleve de mi
lwnrada toga, Me siento .fuerte con el auxmo de mi conciencia y el
escudo de mi derecho.»


y esa cuestion grave que suscitó mucba agitacion en'tre los es-
colares, produjo disidencias en el seno del ministerio apenas for-
mado, ocasionando, con otras con causas acerca de la poHtica papis-
ta, una ruptura con ciertos elementos y la salida del ministro de
Estado, senor L1orente, pocos dias !lntes de la réunion de las cortes.
y la universidad se conmovia, y. se agitaba el profesorado. y aquel
foco de resistencia alimentaba la hoguera de las pasiones revglucio-
Darias, y llegó á ser el gérmen activo de donde habían de brotar las
verdaderas primicias de la revoluciono


Esa cuestion llegó la ser arma terrible de las" oposiciones contra




816 DISTORIA DEL REINADQ
el ministerio, y para procurar la desuníon, el divorcio completo
entre Narvaez y Gonzalez Bravo. La UnÍon liberal, siempre caute ..
losa, atrevida siempre, quiso poner en ridiculo á los que no sabian
·hacerse respetar, y volvían· atrás sus palabras, los decretos, por la
simple protesta de un catedr~tico.·· .


IV.


EI.gravisimo conflicto de Santo Domingo, que venia pesando so-
bre el ministerio Miraftores como sobre el de Mon-Cánovas, toma-
ba lales proporciones, que segun opinion dél general Prim, se ne-
cesitaban, solo para poner en la isla.!O,OOO hombres y un conside-
rable tren, bagajes y acémilas para las conducciones, etc., etc., mas
de 100 millones de reales.


8L ministerio moderado que no habia querido aceptar los compro-
misos, y la polftica aventurera del vieaIvarismo, mal podia hallarse
dispuesto á imponer al pais e50s'~ inmenso(sicrificios .que debian
poner en mayor angustia el tesoro y aumentar su' impopularidad ..
Dé aqui pues el proyecto que sometió á la aprobacion del congreso
relativo á este asunto.


(lA. LiS CORTEs.-En la antigua Espaflola, en la primera de las
tierras que el.gran Cristobal Colon consideró digna de un estable-
cimiento imp()rtan~e, en aquella grande Antilla en que mucho~ aflos
des pues de su segregacion de la metrópoli no se ha derramado UDa
sola gota de sangreespallola, corre hoy esa sangre generosa, y los
rigores de tan morUfero clima, viniendo en auxilio de los enemigos,
hacen horribles destrozos en las filas de' nuestros valientes sol-
dados.-


Disculpaba Jespues el ácto de la anexion, y entre ottas razones
decia: .


«Por eso, despues de referir la lamentable historia:de Santo Do-
mingo, desde que en lSi 1 proclamó su independencia, á semejanza
de otras provincias del cóntinenteamericano, despues de piotar el
tristfsimo ctIadto de tan prolongado- infortunio, agofadas las fuentes
de la riqueza pública y privada, perdida pOi' bompleto su indepen-
dencia por falta de fuerzas para sostenerla, no menos su libertad
por carecer los ciudadanos de seguridad, y verse la república agi-
tada de oontinuo, invocaban todos los sentimientos de justicia, de hu-






D&L ¡LTIMO BORBON DE BSPAÑA.. 877
manidad y de honra para aconsejar á S. M. la anexion de aquella
isla desgraciada y que tan feliz debia ser atendidas las circunstan-
cias de Ja indole de sus habitantes, de la fertilidad de su suelo y del
entranable amor-que p.rofesaban, despues de pasados extravios,
causa de terribles desenganos á la antigua metrópoli.»


Todas esas ilusiones de que hablaba el gabinete Gonzalez Bravo
con tanto miramiento para no disgustar á los vicalvaristas, queda-
ron bien pronto desvanecidas y todo el juego, la trama tao bien ur-
dida, al descubierto. Seguia asi el documento.


IIPero bien pronto se desvanecieron tan lisonjeras esperanzas;
bien pronto síntomas fatales anunciaron que en la anexion faltaban
la espontaneidad y la unanimidad que eran su base. Sin embargo,
deber era del gobierno adquirir la· certidumbre de que aquellas vio-
lentas protestas, una y otra vez reprimidas, no eran hij3s solo de
unos pocos descontentos, sino expresion de un pueblo que rechaza
el poder l.egUimo por él· invocado en mom~ntos de lribulacion y
apuro.


»Creció Ja con:Oagracion, ganó pueblos y comarcas, extendióse á
todo el territorio, y hoyes el dia en que lá parte espaftola de la isla
de Santo Domingo presenta á los ojos del mundo civilizado él es-
pectáculo de un pueblo entero en :armas, resistiendo ingrato como
tiranos, á los mismos á quienes se suponia haber llamado como sal·
vadorés. »


'Entreteníanse des pues los moderados en poner al desnudo la ter-
rible situacion y analizaban las causas del terrible y angustioso es-
tado, de los sucesos, de las derrotas, de las fuerzas de los belige-
rautes, y concluia asi: '


,Por resultado de tan penoso exámen, los ministros han adqui-
rido el conveneimiento de que la euestion de Santo Domingo ha lle-
gado ya á un punto de que de ella puedan sacarse las siguientes
deduccwnes:


»Que fué UDa ¡!usion la creencia de que los pueblos dominican os,
en su totalidad ó en su inmensa mayorfa apetecieran, y sobre todo
reclamaran su anexion á Espana. Que habiéndose generalizado alH
la lucha no tiene ya el carácter de una medida tomada para sujetar
á unos cuantos rebeldes descon tentos, sino de una g'uerra de con-
quista compietamente agena del espíritu de la politica espanola. Que
anR acrecentando nuestros sacrificios para conseguir el triunfo, nos
colocarfamos en la triste situacion de una ocupacion militar com-




818 HISTORIA. DH REINADO
pleta, llena de dificultades, y no exenta de peligr9sas comptiea-
ciones.


»Que aun en la mas favorable hipótesis de que una parte de la
poblacion se nos mostrase adicta 'despuea de la victoria, el régi-
men gubernativo que en aquellos dominios pudiese establecerse, ó
habrá de ser poco acomodado á los usos y costumbres de sus natu-
rales, ó ~uy desemejante del de las demb provincias ultramari-
nas.


v.


El célebre ministerio se hallaba compuesto, al abrirse las cortes,
de Jas notabilidades del moderantismo: Benavides, Arrazola, Fer-
nandez de Córdoba, Barzanallana, Armero, Alcalá Galiano y ~jjas
tozano, que con Gonzalez Bravo y el Presidente, se hallaban ob-
je(o de los-- embates de las oposiciones y alternaban en la defensa de
SQS planes y de suS" propósitos, si es que cabia un plan y un pro-
pósito comun en los que representaban distintas tendencias, y ha-
bian jugado en diversas y contradictorias situaciones.


Al constituirse el congreso quedó elegido presidente uno de los
amigos intimos de Gonzalez Bravo, lo cual parecia dar gran 'pre-
ponderancia 4 la fraccion que representaba, á la fraccion-de El Con-
t'mp~rdneo, frac~ion de política espansiva, que tendiaá ensanchar
los limites y liberalizar el partido moderado. Como_ ya hemos dicho
la discusion del mensaje dió lugar á rudos ataques, y al defenderse
Gonzalez Bravo de las acusaciones de Calderon eollantes, que le de-
claraba indigno de pertenecer al min~terió por sus opiniones avan-
zadas, citando un discurso pronunciado en la A.cademia, se atrevia á
dirigir á los senadores estas frases: «Yo no soy demócrata, sellores
senadores; ya he dicho que no lo soy con arreglo á la fórmula po-
litiea; yo he venido aqui de esta gran masa democrática que se lla-
ma nacion espaliola, porque si en algun pais hay hábitos democrá-
ticos, es en España; he nacido en el seno de esta gran patria de to-
dos vosotros, á escepcion de algunos que cuentan con grande abo-
lengo; todos venimos de ahi, todos salimos de ese seno fecundo que
á todos ha producido, aun que no siempre la produccion sea digna
del seno. Pero viniendo de ahí, sellores, nunca se nos- ha ocurrido,
6 uii á lo meDOS nO se me ha ocurrido jamás, desde un puesto ofi-




·EL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 879
cial, desde un sitio donde la palabra es impune, apellidár asquerosa
á la plebe, que harta desgracia tiene en serlo.»


El general Narvaez, al oir estas deelaracienes de su compall.ero,
se levantó para decir, á ~xcitacion de Calderon Col/antes, que acep-
taba las opiniones de su compall.ero en Gobernacion, desde el mo-
mento en que "habia entrado en el ministerio; y explicando estas pa-
labras Gonzalez Bravo declaraba, que esCando conformes en los ac-
tos y conducta de la vida ministerial, poco importaba que tuviesen
opiniones y actos anteriormente contradictorios, conCesion extrall.a
por cierto y repugnante que conduce necesaria y fatalmente á graves
errores, á toda esa barahunda inexplicable en que los gobierdos
pierden completamente la brújula y marchan á la ventura.


VI.


Los ataques de la Uníon liberal, múltiples y varia~os, herian á
unos ministros por su espíritu reaccionario, presentaban á otros co-
mo anarquistas, y atacaron al ministro de Marina por falta de pagos
y por ciertas contratas de suministro de carbones y 'víveres para la
escuadra del Pacffico.


Entre otros incidentes notables de' la discusion, y con motivo del
nombramiento senatorial., de aquella nueva hornada de doce miem-
bros que el gobierno introducia en la cámara alta, el marqués de
Moliñs pronunció un discurso, una jeremiada, llena de signos ca-
balísticos, deduciendo ía muerte del senado hasta de las risas de los
senadores porque su padre tambien se reia cuando agonizante é hin-
chado se acercaba á la última hora. Yen esa misma sesion, espli-
cando la última crisis, el marqués de Novaliches, competidor de
Narvaez dentro del partido" moderado se espresaba de este modo;
haciendo resaltar la buenaarmonfa, la compactividad, lo que se
llaman dotes de un partido gobernante, de un partido de órden .


• EI t 5 del pasado supe con sorpresa y sentimiento, que el go-
bierno del serior duque de Valencia habia hecho dimision: á las doce
de la noche fui llamado á palacio, y S. M., despues de confirmar la
noticia, me encomendó la formacion de un nuevo gabinete.


»A.ceptado el mandato régio, pocas horas me bastaron para re-
unir á los que habian de ser mis companeros, cuyo patriotismo, al
. acudir e.D mi auxilio no necesito encarecer, y el resultado fué que á




88~ HISTORIA Dilo RBINlDO
las cuatro de la tarde del siguiente dia, ya me fué posible presen-
tarme á S. M. con el gabinete formado. Antes nos habiamos puesto
de acuerdo acerca de las principales cuestiones, y resuelto que ha-
biamos de ser continuacion del gobierno anterior,rque. habiaQlos de
seguir el criterio del partido moderado" si bien .creimos que en mu-
chfsimos casos nos hablamos separado de la manera como el minis-
terio del senor duque de Valencia:lo habia considerado; que se pro-
pondria á S. M. al general Narvaez para ]a presidencia de eslacá-
mara, y que no habria discurso de la Corona .


. • Otra resolucion fué no hacer ningun senor senador, y voy á de·
cir.por qué. No ~ra por virtud, senores, sino porque el gobierno n.o
tuviera necesidad de acudir á este sitio, y pudiera dedicarse con to-
das sus fuerzas á eonstituir e,n el congreso una mayorla compacta y
decidida. Pues bien; pasé al real p9JacJo; manifesté á S. M. los
nombres de mis companeros, y S. M., con la sabiduria que la dis,-
tingue, tuvo por conveniente relevarme del cargo que' me habia
confiado; cuya resolucion pasé en seguida á participar á las perso-
nas que me ayudaban á formar el ministerio, y á quienes, de órden
de la Reina, les dí gracias por su patriotismo.»


Despues de esta esplicacion de la-crisis que habia sufrid/) el mi-
nisterio Narvaez, babló tambien el ministro cesante Llorente, para
esplicar su actitud, y tambien Isturiz tornó en este debate para de·
cir que él lambien habia sido llamado á palacio y se le babia man-
dado retirar. Así quedó de manifiesto lo que ocurre en lances seme-
jantes, llegando á noticia de todos lo que los parlamentos quieren
saber, mal que pesare ~ los que, protestando servil complacencia'
hicia su soberana, negaban que deban revelarse las conferencias
palaciegas.





..


CAPITULO CXXUf.


SUMARIO.


Critica situacion de la bacienda.-Desairad,o papel de la Union liberal.-Descomposi-
cion del partido 'moderado.-Discurso de Valera.-Juicio de El Contemporán,o del
diiCUfiO "e Gonzalez Bravo.-Es arraitrado este por la reacciono


e .


1.


Largos dias consumió el senado en esa terrible lucha de pasiones
y personalidades, sin que el pais llegara á aprovechar otra cosa que
la leccion de que bajo aquel reinado, siendo dominadores los gene-
rales y los arbitristas, aquella lalanje de políticos adocenados, sin fe,
ni Dios, ni ley, ni dogma" ni doctrina, sin conciencia, atento.s siem-
pre á explotarlo todo en prevecho propio, era imposible toda refor-
ma, el Órden que decian mantener y la libertad á que aquel 'aspi-
raba. - ,


La cue~tion de Santo Domingo, el conflicto con el Perú, la servi-
dumbre de la imprenta, las circulares de IDstruccio~ pública, la su-
mision al Papa, los escándalos electorales, el despilfarro siempre
creciente, los empréstitos, los anticipos, el déficit, )a ruina del cré-
dito, persecuciones, sangre, horrores, inmoralidad, quejas de los
unos, apostasias de los otros, la agonia de las instituciones, aoun- ~
ciada por el marqués de Molins en el senado, y la Célebre frase 1110
.e ita, pronunciada por Apariei en el congreso, hé aqui )0 que lué
desfilando 'ante los ojos de la multitud en las sesioóes de los Cuer-


TOMO Hl. 111




18t 1IIST()l\IA. .11. RI1NADO
pos colegisladores. ¡Qué atmósfera aquella, qué espectáculo, qué
súblime escándalo en las postreras horas de la altiva monarquía es-
panola!


Ya no podian ocultarse los vicios y los crimenes de reyes y aris-
tócratas~ Todas las supercherfas, la prostitucion, la crápula, los
odios de las oligarqufas, venian" á confundirse, y el clero ignorante
y lanático~ y el carJisino viniendo como auxiliar interesado en apun-
talar el edificio que se desmoronaba, formaban un· cuadro espanto-
,so y admirable, un conjunto amenazador de disoluc.ion y de ruina.


Hagamos justicia 'con todo á los que en aquellos momentos se
hallaban al frente del gobierno. Si el partido moderado se habia.
hecho responsable de grandes crímenes, si pudo desorganizar la
Hacienda, se ha mostrado alguna vez franco y leal, quizá por pre-
sentar el contraste con el vicalvarismo. fué ,en aquellos dias de an-
gustia yde prueba. Barzanallana expuso con Sinceridad la situacion
de la riqueza.púb Hea, manifestó las cargas que sobre el tesoro caían


. abrumadoras, habló largamente de los conventos, de la falta de in-
dustria, y del im puesto supliendo á la contribucion que. en Ingla-
terra se llama de pob res, alimentando á unA gran multitud de fami-
lias que perecerian en la agonia del hambre, esplicó el déficit que
de mucho tiempo venia oeult6ndose por medio de series seductoras
de guarism os, porque los números en un p1iego de papel h6bilmen-
te combinados, pueden hacer maravillas y significar lo que se de-
see; y tras de todo eso presentaba dentro del mismo circulo vicioso,
lo que llamaba proyectos-verdad, que no eran otra cosa que la
ruina y la bancarrota.


11.


El unionismo se alteraba y se retorcia en el potro de vergüenza
donde le colocaban sus escandalosos agios y sus gastos supérfluos,
y viviendo en el lodo de la inmoralidad y de la corrupcion salpicaba
por todas partes aquel faogo, procurando arrastrar en su vergon-
.losa caída todo aquello que venia esplotando, todo aquello que le
habia elevado, todo aqueHo con que habia celebrado pactos y fingi-
do servi r.


A.quellos hombres que habian vivido en perfecta armoDia, que
babia. ggzado en el sufrimiento de los pueblos sin apiadarse de




IRI.. ULTIMO J01BON DI BSP!ÑA.. 188
. Jos ayes que arrancaban á sus .viclimas, huyendo del espectro ater-


rador que se presentaba amenazando, se disculpaban entonces, ar-
rojándose UDOS á olros la responsabilidad del mal presente y pre- -
sentándose como los únicos qne podian prevenir la inminente catás-
trofe. EJ abismo se bailaba abierto bajO las plantas de todos; sen-
tian temblar la tierra bajo sus pasos y acaso excitabaQ sus furores
y avivaban sus querellas para dO tomar en cuenta, para'huir del
remordimiento yeteapar á los siniestros augurios de que' aparenta-
~~~. .


En vano el ministerio moderado quiso hacer concesiones á los
unos y reprimir la audacia de -los otros; habia sonado la hora, era
ya demasiado tarde; el impulso. estaba dado~ las cosas, como decia
Nocedal, caen siempre bácia al lado donde se inclinan, y pesaban
en la balanza las iniquidades con tal pesadumbre que no era fácil
hallar los medios de detener la caida.


y á medida que todo esto pasaba descomponfase tambien el par-
tido moderado, renlándose las distintas tendencias basta el punto
de que la fraccion de El Conlempordneo que apoyaba las de algunos
ministros en sentido liberal, halló en Barzanallana un correctivo.
Babia sostenido Valera que la democracia era un par.tido legal siem-
pre que no se levantara en armas y no iltacara nominalmente la
monarqufa, la religion y la propiedad, y BarzanaIlana declaró que
no podia ser partido ltagal porque no era la democracia de los siglos
anteriores que apoyaba al trQno en sus combates con el feudalismo,
ni se inspiraba en San Francisco de Asis, pidiendo á Jos pobres re-
signacion y caridad á los ricos, sino que pedia derecbos para todos
J la caida de todo privilegio.


111.


Valera vino entonces á explicar su situacion y sos palabras. Be
aguf algunos periodos de su discurso.


, «Yo dije que la democracia era un partido legal, porque creo que
la legalidad existente debe tolerarla y aun ampararla mientras no
se salga de las condiciones legales. r.a democracia puede ser dinás-
tica y monárquica como ha sido uno de los periódicos que han sos-
tenido esta doctrina .


• Si -los demás no quieren la monarqu(a, presunciones ó sospechas




884 DISTORIA DEL REINADO
serán estas que no se pueden probar. porque no la atacsn. Si hu ~
bi~ra de suponerse que los de-Diócratas son UD partido que esti fue-
ra de la ley porque quieren variar las leyes fundamentales del pais,
tambiea podda suponerse que era ilegal el pa~tidoprogresista ~
los absolutistas, asi partidarios del antiguo régimen como neo-cató-
licos, los cuales propenden á destruir este órden de cosas y II crear -
otro diferente. Esto es lo que JO quise decir; pero hay mas; yo no
hablé ayer de ligero: dije lo que babia y!l dicho desde el segundo
número de El Contemporáneo y no se puede exigi( de mí que diga
otra cosa.»


El Conllmporáneo aiiadia el dia siguiente -á estas frases: «Nosotros
que nada tenemos de comuo con el partido democrático; que ]0 he-
mos combatido antes de ahora, que lo combatiremos siempre, cree-
mos sin embargo, como eres nuestro amigo y antiguo compatiero
el sellor Valera, que en las condiciones en que ese partido se ha
presentado en el campo de la politica espatio]a, es un parlid() legal.
Hemos leido, hemos estudiado uno por uno y detenidamente, los di-
versos articulos que componen el programa de La DilcuSton, que
es boy -lo que podriamos llamar el programa del partido democrá-
tico, el decálogo de su iglesia, y aunque no estamos conformes con
ellos de ningun modo, aunque creemos que su realizacion raya en
)0 imposible, no hemos podido menos de convenir en que, dado el
aeuerdo del pais entero, todo podria plantearse sin que por eso de-
jara de ser católico y monárquico y di,nástico.»


Habia contribuido River~ á estas mistificaciones en su vebemen-
tisimo deseo de presentarlas reformas democráticas compatibles con
el órden de cosas ~xistente, aun cuando mas de una vez se habia
afirmado en su peri-ódico que la democracia tenia sus formas espe-
ciales, cosa que SiD duda habia escapado á la. penetracion de los
redactores de El Contemporát¡eo.


IV.


Como quiera que esto fuese, la divergencia en punto tan esencial
no podia menos de dar sus resultados. Dé aqul como Jos' jnzgaba y
explicaba La Democracia: •


«El seDor Valera se reti~a de su di.reccion en el ministerio de Fo-
mento. Ha sostenido, tratando la cuestioD de ensenanza, que el par-




&85
tido democrático es legal. y no podía renunciar á esa creencia de
toda 8U vida. El senor Valera da una prueba' de talénto, de digni-
dad, de consecuencia muy de enaltecer en estos tiempos de bajo
imperio. ¡Qué leccion da el jóven á su pariente, el viejo enciclope-
dista! ¡Qué leccíon da el senor Valera á ese desdichado GODzaJez
Bravo, prendido en su banco ministerial como el pólipo á la roca!


.. Hl selor Alb·areda renuncia tambien su plenipotencia. Al ver las
soluciones dadas por el gobierno á todas las cuestiones, lo apartado
que se encuentra' del criterio liberal en que Albareda ha querido re-
solver todas las cuestiones 'polfticas. el propietario de El Conttmpo-
rdnco dimite su cargo incompatible can su consecuencia y de con-
siguiente con su dignidad.»


No se satisfacian con este desmoronamiento, como es natural, los
partidos, y la union liberal que luchaba entonces en el Congreso, lo
mismo que en la prensa; vino á ju~gar este suceso que, aun cuando
al parecer insignificante; debía tener trascendeIlQia inmensa en la
futura marcha de los acontecimientos.


Posada Herrera, el progresista, el moderado, el disidente, el
unionista, el escéptico, el volteriano, el _ ultracatólico, el camaIeon
politi60, el prisma que descomponía todas las ideas y todos los sen-
timientos, el hombre caos, ViDO con su sagacidad y su cinismo acoso
tumbrados al suno del Congreso á tratar en tres sesiones, contra-
diciéndose una y otra y cien veees, la polftica del gabinete Nar-
vaez.


Hablando de, las dis tintas tendencias manifestadas en 'el seno del
gabinete. de 'su irresolucion debia- naturatmente condenar su propia
poUtica, aquella polftica angustiosa y diforme para condenar todo
lo que venia haciéndose en aquellos momentos en que se asociaban
los irreconciliables elementos absolutistas, tiránicos del moderan-
tisino antiguo con el moderantismo que venia viviendo en la oposi-
cion haciendo pujo de liberal, como decia el famoso Nocedal.


v.


Ese formal ataque al ministerio Narvaez en los momentos en que
se descomponia la fraccioD de El Contemporáneo, en que los directo-
res de 105 periódicos moderados La Libertad, El Gobierno, El Leon ' ..
upañcl1 Ellndepcndi6nte, B¡ Criterio y La Elpaña se reunian,para




886 - HISTORIA OEL :lI1NADO
excomulgar á esa fraccion, incluso el antiguo redactor de El Gui-
rigay, 'necesitaba ser tomada muy en serio y el ministro de la Go-
bernaeion- se presentó ante el Congreso á hacer la relacion ~xacta
del modo de ser del partido moderado en aquel momento histórico.


Hé aquí como juzgaba E/Contemporáneo el discurso del minis--
tro de ]a Gobernaeion:


uInspirado el sellor GonzalezBravo en el espiritu liberal que es
hoy la fecunda sávia de todas las conciencias que aspiran al engran-
decimiento y á la felicidad de la patria, teniendo en cuenta la im-
potencia de la fuerza humana para resistir sistemáticamente al im-
pulso providencial que agita todos los corazones y abre majestuoso
paso á las conquistas de la civilizacion moderna, el serior Gonzalez
Bravo hll hech<t una brillante historia-de lo que ha sido, de lo que
es,. de lo que debe ser el partido conservador en EspaDa.


lDHijo del gran partido liberal que echaba en Cádiz, bajo 108 fue-
gos de las batería, francesas, los cimientos del nuevo régimen cons"¡
titucion>al, separóse, á la muerte del último monarca, de su hermano
legitimo, el progresista por una cuestion de método; pem sin re-
nunciar por esto á Ja honrosa 6liacion, á la nueva idea qoo les ba-
bia dado á ambos vida polftica, práctica razon de ser.


lDLos enemigo.s del partido conservador ó moderado, el mismo sé·
Ilor Posada Herrera, que tanto. tiempo militó bajo su bandera, habia
querido presentar á esa parcialidad como refractaria á' toda idea de
progreso, como contraria á lodo adelanto, como resistente por sis-
tema, deduciendo de -aqui que el senor Gonzalez Bravo; que tanta
gloria adquiriera defendiendo cODstantemente. soluciones liberales,
estaba fuera de su propósito permaneciendo en el que hoy ocupa,
si el gobierno debía practicar los que ~on, en co.ncepto de algunos,
los principios del partido moderado.
- »,Is el partido moderado y el gabintlte que hoy o.sten~ su repre-
sentacion, reaccionario por sistema, enemigo de toda mejora, de
todo adelanto? Entonces los que atacabali al senor Gonzalez Bravo
Po.r liberal, estaban en su derecho, sostenian una tésis perlecta-
-mente lógica.


»¿No. era el partido moderado. espallol UDa cosa distinta y aun
contraria de lo que es 'el partido cODservador en toda Europa; acep-
taba 'el gabinete actual las ideas, las áspiraciones liberales mani-
festadas por el seltor Gonzalaz Bravo en la oposicio.n como. jefe re-
eonecido de la minoda de 1858?




ni ILTflO a~1l10N DB ESPAÑA. • 881
.Entonces no habia contradiccion alguna en su conducta: desde


el asiento que ocupaba en aquella época en los escaílOS, habia ido
por la Unea mas recta al que hoy ocúpa en' el banco azul.


»EI punto capital de la cuesUon consistia. pues, en determinar lo
que era el partido mpderado y el gabinete que Iloy le representa en .
los consejos de la Corona, y á esto dedicó el sellor Gonzalez Bravo
la parte mas principal de su discurso. -


.Remontándose á los tiempos en" que aparecia ya formulada de
una manera solemne la doctrina conservadora, examinando despues
las diversas vicisitudas porque habia pasado ]a parcialidad que la
profesaba citando en su apoyó autoridades irrecusables como las de
Jos sellores conde de Toreno y Martinez de ]a Rosa, el sellor minis-


, tro de la Gobernacion demostraba elocuentemente que las teorías
sustentadas por él en épocas anteriores, eran perfectamente orto-
doxas dentro de la Iglesia'conservadora y afirmaba en un magni-
fico rasgo que si bien «el gobierno resistiria á la revolucion armada
cuando se tradujera en hechos prácticos, no se resistiria á las ideas,
si las ideas se abrian, paso y se encarnaban en la opinion general
del pais.»


.El serIor Posada Herrera en so afan oposicionista, habrá podido
desconocer ]0 que. está en ]a conciencia de todo el mundo; pero el
serior Gonzalez Bravo que conoce á fondo la ciencia del gobierno,
no podia negar lo que habia afirmado uno de sus actuales compa-
lieros de gabinete al consigna¡ en los ~ias anteriores «que la vida
de la humanidad la consLituyen una perpetua série de transacciones .•


»Hemos entrado en el partido moderado como si .dijéramos,
á. beneficio de inventario; hemos entrado en él cuando estaba en
desgracia, cuando era objeto de las iras de todo el mundo; pero al
entrar en él esplicamos sus doctrinas tal cual las comprendíamos,
tal cual comprendiamos que fuesen aplicadas, si llegaba al poder
a]gun dia; lo que pensábamos entonces pensamos hoy; dispuestos á
transigir en cuanto sea compatible con D'.Jestras convicciones, y ni
en cuinplimiento de un deber de disciplina hemos de llegar á don-
de el honor politico nos veda: y dicho esto y con copiar algunas
frases que hacemos nuestras, hoy contestamos á ciertas acnsacio~
nes, á ciertos cargos que se nos dirigen todos los dias y que DOS
va faltando la paciencia para oir con calma, cargos que envuelven
la acnsacion mas grave que puede hacerse á hombres que se es-
timaD.




188 :lIST6RU DEI. RIINADO
.Si; nosotros repetimos hoy, que si es que ahora, cuando se dice


que en la combillacion politica de los sucesos el partido moderado
está llamado al poder" vienen esos nuevos moderados á decirnos á
nosotros, que hemos defendido al partido moderado en la desgracia,
idos,nos iremos .


• Pues si para ser moderado es necesario pensar como el sellor No-
cedal y sus amigos mas Ó' menos encubiertos, ,nosotros no somos
moderados, nos arrepentimos de haberlo sido ni un solo minuto.»


. El entusiasmo con que los hombres de El Contemporáneo se es-
presaban indicaba perfectamente que hacian un gran esfuerzo, que
éreian necesaria suma energía para apartar al bando moderado, ban-
do decrépito de la corriente reaccionaria hácia donde iba á despe-
liarse. Gonzalez Bravo se bailaba en gravísimo aprieto para conte-
ner la ola y arrojaba lastre, se apartaba de sus amigos, hacia es-
fuerzos desesperados, que no debían 'tener buen éxito, que iban á
arrojarle en la ignominia como castigo de los enormes erfmenes con
que babia comenzado su carrera en el mundo oficial.


..




Cl?tTULD CXXIV.


SUMARia.


Proyecto de anticipo.-Como entendía la legalidad Gom:alez Bravo.-l\etirase el pro-
yeelo.-Cede Isabel los bienes de la eorona.-Alejaudro Castro minislro de Baci.n-
da.-Politica de resistencia.-Manifiesto progresista.


j~~
.. J.


Pocos dias despues Hurtado, de la oposieion moderada, vol.ia á
repetir los ataques á la fraccion de El Contemporáneo y en·)a pren-
sa DO daban punto de reposo á las acusaciones, gastando ese perió-
dico sus columnas en la defensa de su tema favorito, y consignando
siempré que el pattido moderado era liberal, que progresaba.


Olro nuevo entorpecimiento vino á berir ál gabinete y á conmo-
ver á la mayórfa. Ptesentábanse_ todos los dias exposiciones contra
el proyectb de ánlicipo, y en Barcelona se discutió públicamente por
la Sociedad económ,ca de Amigos dei -Par$ si podía ser tentajoso ó
perjudicial á: los intereses públicos esa medida del hacendista mo--
derado. El gobernador- comprendiendo que podria ejercer gran in-
tluencia la-decisiun de aquella sociedad prohibió la discúcion 'Y el
diputado lIJas y Vidal presentó una proposicion reclamando que se
deetaraSé que se consideraba 6tH que las s()Ciedad~ económicas
emitlera.ñ su voto, despües de maduro eximeo,' respecto 'al an-
ticipo ..


Esa ptoposiCion eiivOlvía ün voto de ~DS'Qra ál gabiríete, puesto
TOllO Ill. lU




890- HISTORIA DEL REINADO
que habia aprobado la determinacion del gobernador. Y'como si no
bastase ese ataque. un individuo de la fraceion NO,cedal presentó la
siguiente proposieion:


«Considerando' que ninguna ley del Reino prohibe á las socieda-
des económicas de Amigos del País hacer uso-del derecho constitu-
cional de peticion. ,


.Considerando que para prohibirlo estando permitido, ó pata per-
mitirlo si por yentura estuviere prohibido DO tieoe potestad el Con-
greso sino las cortes ~on el rey.


»Pide al Congreso se sirva declarar_que no ha Jugar á deliberar
. sobre la proposieion del serior lilas.» -


Puesta á votaeion fué desechada por 1'5 -votos contra 8S, oca-
siGnando con todo un conflicto al gobierno que vió enfrente una coa-
licio n numerosa y compaeta mientras que en sus filas germinaba la
diYisioB y se hallaban expuestos'¡ desmembrarse.


n.
"¡'"


La diseusion provocada por el incidente Valera y~odocida, co·
mo hemos dicho por HurtadG, dió oeasion á Jln discurso de Valera,
y de Albareda y á otra peroraeion de Gonzalez Bravo que explicaba
en estos términos de transaccion y coneiliacion las palabras de su
antiguo compatiero respecto á la democracia.


-¡De qué se trata? ¿De qué se habla? De una cosa que se llama
la legalidad de un partido. ¿Y . qué es la legalid~d de un partido?
La legalidad de un partido, segun muchos la entienden, es el dere-
cho que tiene ca4a uno, cada persona, y por consiguiente cada
grnpo de personas de obrar conforme á las leyes, á riesgo de ,~aer
en la sancion penal cuando falte á ellas. ¡Es esta la legalidad de que
se quiere hablar? Pues esta legalidad no la niega nadie. El derecho
de usar de' la ley en la medida de la ley misma, la ley no se lonie-
ga á nadie ni á los hombres ni á Jos partidos .


• Pero hay otra legalidad que en mi concepto es la verdadera, que
es la identidad de los propósitos á que se aspira y que se quieren
realizar con la ley. ~igente. Cua~quiera que sea el derecho que para
modificar la -ley 1igente. concede un sistema de libertad, esto nada
tiene que yer, absolutame,nte nada tiene que ver con )a legalidad da
los propósitos que una perso .. a ó que un partid6 pueda tener; y en




DÉL ÚLTIMO IOlBON Di ~PUA. ' 891
este sentido puede decirse que quien baya dado pruebas- Dotorias,
pruebas morales conocidas de no hallarse ni en poco ni en mucho
conformes con la legalidad e~istente, que ese que ba dado eSas prue-
bas, que ese de quien se tiene~ esos indicios y seguridades, no está


. cerca de la legalidad existente.» , -
A pesar de esta hábil explicacion del antiguo tribuno, á pesar de


sus protestas de liberalismo y de su espiritu conciliador y transac-
cionista que pedia el apoyo de todas las fraecion.,es del partido con-
servador, la situacion no mejoraba y el ministerio se veia en gra~
v(sima crisis apremiado por mil exigencias perentorias basta el pun-
to de tener que acudir á medios extremos.


111.


Eo medio de las grandes luchas del parlamento, DO porque fue-
ran en la elevada region de los principios sino porque las ambicio-
nes chocaban con emperIo buscando todos los recursos para vencer
al contrario y hundirle en el polvo, veia alzarse el gobierno sinies-
tra la sombra de la revoJucion y amenazador el cataclismo. La cues-
tion de Hacienda, esa. euestion que habia expuesto con tal franque-
za, con tal verdad Barz8nal1ána, .abogaba· y comprimía á' la situa-
cion, que buscando recursos y viendo la opinioD pública que recha-
zaba las medidas onerosas, halló por fin una importa,nte disposi-
cíOD que creyó de bastante efecto para arraigarse y dar al propio .
tiempo prestigio á las instituciones seculares.


De la noche á la mallan a cambióseel ministro de Hacienda, re-
nunció Isabel los bienes que eran de la nacion para que fuesen ven-
didos y hanase un paliativo, UDa prérroga la inminente ruina que
amenazaba desahogando al tesoro de las pesadas cargas que le
abrumaban. " .


Para hacer mas eumplida la ~atisfaccion que se daba, contra 108
hábitos del moderantismo, á la opioion pública, fué sacrificado el
ministro de Hacienda retirándose tambienel odiado. proyecto de
anticipo; y cO,n eso creyóse indudablemente que la multitud veria
resaltar en sus salvadores )a justicia y el respeto de los- derechos.
Pe¡'o la multitúd sabia que la pretendida cesion de los bienes pa-
trimoniales' de palacio no era un rasgo de generosidad, puesto que
era para los reyes onerosa carga que solo les proporcionaba el pla ..




89! HIST@l\JA ».g. IlElNAD()
cer de premiar ámpliamente á algonas familias por Jos beneficios
personales quede ellas recibian; y respecto al anticipo, basta la
prensa vicalvarista aconsejaba la resistencia pasiva, qoe ciertamente
hubiera sido uQáQime, tao laUlentable y .precaria era la sHuacion de"
los contribuyentes. .


Asi vino en un mOlQentQ á condensarse unl\ tempestad que ~irió
á uDode los miembros del gabinete, presentándose á ocupar el mi-
nis.terio de Haeiend!" despues de haber sido ofreéida esta cartera al
serior Alonso Martinez, el presiden.te del Congreso don Alejan.dro
Castro, con )0 cual parecía vivificarse y encarnarse mas en la si-
tuacion la polítioa conservadora liberal, porque Castro era en aque-
llos tiempos el amigo intimo de GonzaJez Bravo, eternos conspira-
dores ambos contra el unionismo, enérgicos y viriles adalides en la
tribuna, dotados de una gran fuerza de voluntad y al parecer dis-
puestos á sostener tontra viento y marea la campana comenzada
luchando contra todos los obstáculos que se les oponian.


IV.


En el senado se habia declarado representante del partido pro-
gresista D. Antonio Gonzalez. En tal concepto habia ha.blado en la
cuestion del mensaje; y esta conducta habia sido imitada por Can-


o dao progresista puro tambien, que elegido diputado tomó asiento en
el congreso faltando á las consigllas del parhdo, contravini,ndo á
sus acuerdos; y como existia una gran perturbacion y terribles QS-
citaciones, el partido progresista se creyó o~ligado • explicar yae-
fioir nuevaments su aotitud, á presentar de relieve sus aspiraciones
y ..;us deseos congregando á los representantes de pro~iDcias para
adoptar es\as detel'minaciones. -


Si Isabel hubiera tenido que ocuparse en los caprichos del bQg,r
en. las elucubraciones amorosas y hubiese tendido su mirada por 108
sombrios horizonte~ que podia divisar desde su palacio, segurQ e~
que en esos momentos hubiera por egoísmo accedido á todas las
exigencías de la opinion que desbordab~ potente por to.das p~rtes.
Los comités públicos, los viajes ~e las personas innuyeDt~s. ellen-
guaje de la prensa, la guerra implac~ble que eo el parlamento se
permitía llacer aquella máquina destroctrora que con uoa· fuerza de
2000 c.aballoi habia arremetido pocos ailos antes contra 13.1 trono y




DEL Ul.'l'IMQ '01\801:' DE ~PÁ~A. S.S
la dina~tía, hubi~oDla r~veladosin duda los peligros qae la cerea ..
han, la inminencia de grandes sucesos, su propia debilidad y lo po-
sihle de UDa caida sin gloria, de nn vencimiento sin defensa.


v.


En el manifiesto de los progresistas se hallaban los siguieDtes
párrafos, que servian de declaraciones y respuestas á las consultas
de muchos electores:


«El partido moderado, Jos absolutistas que bajo él se cobijaD y
la Union liberal que le desgarra, han dado ya de si todo cuanto po-
dia y debia esperarse. Hizo. una constitucion para poder mandar ex-
clusivamente, cuando calificaba de traidores á los que atentasen COD,..
tra lo que la naci~n en uso·de su~oberania había dictado en 183'].
La destrujó para plegarla á exigency.s familiares de UD prfñcip~
extranjero que no quería la legitima intervencion dé los repre ..
sentantes del pais en el matrimonio de sus reyes, y el resultado loé
contrario á los fines que intentaba. Modificó profuDdamenteel or-
ganismo d~ las cortes y el partido moderado confiesa, en el Parla-
mento que la eleccion por distritos no puede continuar porque cor-
roe la vida publica del pais. Organizó una cámara vitalicia, y las
hornadas de senadores en el mismo recinto de aquel alto 8oerpo
provocan maDifestaciones solemnes, de que la imposibilidad mate-
rial de que esa institucion pueda continuar subsistente si el partido
progresista ha de turnar. en 'el poder.


_De traidores calificaba á J08 que atentasen á la Constitucion que
dictaron las Constituyentes de 1815; y restableciendo su ley favorita
modificó luego el seDado, introdqciendo el elemento hereditario, que
por s~ mislOp. SiD 9U.8~tro qoncuriO, destruyó, co~o engendro r.qui-
tico quepr(lteD~ia perpetuarse, tal magistratura política. Los mode-
rados lo dicen, los moderados lo ban hecho, y los moderados 80D-
fiesan. que e~ sus manos se han violentado todos 10$ resortea de, la
vida constitucional por ellos creada .. Ante 'la elocuencia de tales
verdades. que se imponen á los mismos que las proclamaD, ¡tieDe
algo que hacer el.partido progresista? Bástale por ahor~ dejar que
los sucesos se desarrollan en legitimas cODsecueqcias.


»?orque DO solo el déficit existe entre lo~ ingresos y gastos pre-
supuestados. El déficit se ha provocado desatentadamente C()n em-




89' mSTo.&lA DEL llBllUDO
presas loea~, con un personalismo egoista, por querer convertir en
empleados á todos los parientes, amigos y agentes electorales, y
luego de Ber empleados empujarlos y encumbrarlos á puestos que
nunca hubiesen aleaDzado por sos propios Bléritos. El déficil es el
pretexto de esas grandes fortunas que no se explican comb efecto
del trabajo y honrada profesion, sino eomo fruto de concusiones J .
de contratos leoninos. El déficil debe existir en el Tesoro, puesto que
se convierte ilegalmente en prestamista de altos personajes que
allegan fondos en tierra extrafta, y con créditos supletorios y com-
plementarios, y con traslaciones de gastos de unos capitulos á otros
se ha hecho imposible que las cuentas del Estado puedan ajustarse
á los presupuestos, eludiendo ó retardando que se baga efectiva la
inmensa responsabilrnad que tienen muchos ministros por cantida-
des gastadas SiD autorizacion alguna. En tanto que esto acontece,
la deuda del Estado, que habia quedado reducida. á doce mil millo-
nes en 1857, sube ya á diez J seis mil millones, SiD ee.mprender
los que la Caja de Dep6sitos exige, y sin tomar ·en cuenta los prés-
tamos que, bajo todas formas y maneras, se han creado, hasta el
de las cédulas hip~teearias, votadas en la anterior legislatura. Pa-
recia imposible que á hombres sesudos que hablan de la uni6eacion
de la deuda pudiera ocurrírseles crear un nuevo titulo para ell~ bajo
el concepto irrisorio de cédulas hipotecarias, cUlnde 11 cada uno no
iba unida fa hipoteca especial que" las leyes del reino exigen, 'f ~olo
contaba con la misma hipoteca general que los. demás- tUulos de la
deuda pública.»


VI.


Despues de estos párrafos de critica, el partido progresista ex-
plicabalos medios de reorganizacion y de reooDstruccioll diciendo:
«Basta defender la Hacienda pública con teson ó con ferocidad como
dice UD re público eminente del vecino imperio; basta defender el
presupuesto nivelándolo, deseentralizar la administracion guberna-
tivay centralizar la administracion de justieia en un solo fuero"
quitar tanta direccioD que solo son puestos para favoritos; dismi..;·
nuir el contingente del ejército sin alterar sus cuadros, -atendida la
existencia de los ferro carriles; cambiar impuestos gravosisfmos en
su percepeion, . como el de consumos y puertas; mostrarnos leales




DEL VLTNO B6:lBON DI ISPA""A. 8.5
COD nuestros deudores y cum p1ir de buena fé las leyes de desamor-
tizacion dictadas por las Cortes constituyentes, .siempre eludidas por
108 mismos que tnvocan los Concordatos en' todo lo que importa'
IU8 files .


., . Nosotros decimos al pais que DO se
necesitan recursos extraordinarios, si lo que resta por desamortizar
se apliéa y se invierte como dispusieron. las Cortes C6Dsti.tuyentes
en 1855.- .


Bste documento c8Dtabanomerosas firmas de los prohombres
del partido pre,resista.





CAPITULO CXXY


SUMARIO.


Division entre démócratM y socialistas.-Nombramiento de un eomité en')fadrid.- Lo
ataca La DUclUion.-Política equivocada de Castehir.-Banquete de progresistas y
~emóerata5.-Brindis de Rivero y Olózaga.-Cini!mo de este.-Actitud del perió-
dico L. D'ma,ra"a


..


I.


!queIJa campalla de espurgo ,del partido democrático de toda
impureza socialista no tenia otro propósito que arrancar del partido
popular ciertos elementos, ciertas fracciones que perjudicaban á la
armonia hueca y ,sentimentaiista que pretendian hacer imperar los
que se asociaban á planes de conquista del;poder á todo trance, coso
tara lo que costase y aun cuando los principios hubiesen 'de quedar
lastimados.


Los Riveros y los Olózagas y otras mucbas entidades pactaban y
transigian y se mostraban complacientes entre si, olvidando en aras
del bien públiQD, por supuesto, sus resentimientos,' sus odios, aque-
llas tremendas acusaciones en que los unos hablaban con verdad de
tirania, de doctrinarismo, de ambiciones personales, y los otros
contestaban eon el dictado' de facciosos aplicado á sus contendien-
tes. Y Castelar y otros mu~hos jóvenes, fueron arrastrados á esa
poHtiqa y se constituyó un comit~ despues de excomulgar al socia-
lismo J se cruzaron mensages y felicitaciones del bando progresista




DBL ILTlMO BOUON DE BSPAÑA. 897
al bando democrático, y 10& que durante veinte allos habían 8efta-
lado con el estigma de reprovacion á los santones progresistas, los
que en la prensa y en la tribuna mostraban al pueblo los errores,
los vicios, los crímenes, las debilidades, la candidez proverbial del
progresismo, se asociaron por entonces á su obra, vinieron á en-
tenderse, á coaligarse contra los obstáculos tradicionales, contra el
enemigo comun, con la misma buena fé desiempre~,con lasmi~mas
restricéiones mentales, con el mismo propósito de imponerse al tro-
no, de conseguir que Isabel los llamase á sus consejos para reali-
zar, no un programa comun, no )a revolucion desde aquellas esfe-
ras, sino determinados planes que en la mente de los conspiradares
bullían. Porque á pesar de todo, eomo ya hemos visto, el partido
progresista en sus manifestaciones nada concretaba; nada revelaba,
ciriéndose á la critica de lo existente, sin proelamar principios sal-
vadores, los derechos y las grandes reformas que urgia establecer.


11.


ta prensa habia hecho circular la noticia de una gran excision en
el partido democrático; otros re ferian que se reconciliaban Rivero y
Castelar; otros que se iba á dar un manifiesto ~el nuevo comité, y
como realmente si era pública la divergencia de opiniones entre de·
mócratas y socialistas por la imprudencia de los que se denomina-
ban individualistas, no existian por entonces otras diferencias entre
Castelar y Rivero que las ocasionadas por la rivalidad, La Demo,ra..:.
tia declaró que no habi~ necesidad de reconciliar á nadie, puesto que
jamás hubo verdadero disentimiento entre su director y el que lo
habia sido de La Di8ctuion, anadió además que el partido no nece-
sitaba hacer nuevas declaraciones ni programas, opinion en que
abundaban El Pueblo y La Discusion.


Este último declaraba que al frente de sus columnas llevaba los
lemas de la bandera del partido, y refiriéndose á los de los nombra-
mientos de comité, decia:


«En efecto, bajo la infiúencia delselior Castelai,se ha'consfituido
en esta corte un comité contra el que ha protes~alliJyá' l(iDínensa
mayoria de la democracia madrilella, por no'tener 'otro' objeto que
derruir y destrozar las hasta abora unidas yoompactas huestes de-
mocráticas. . .


'tOllOJH. lU




89·8 aren DEI. IlIINADO
- El comité de, Madrid se ha constituido, pues, pero no habiéndole


dado vida el pensamiento de unidad, no siendo la expresion ni la vo-
luntad de los demócratas madriJenos.


»Abora bien; ¿qué se puede esperar de un comité,que no esreco-
nocido ni podrá serlo jamás por lamayoria de nuestros correligio-
Dario8~ i' ,


-¡Ah! doloroso es decirlo, pero no Plenos necesario si hemos al fin
de romper la estrechísima red de tantas miserias é intrigas como nos
rodean é impiden la marcha triunfal y revolucionaria de nuestras
ideas.


»Elllamado comité de Madrid se ha formado y constituido bajo la
influencia y torpes manejos del sellor don Emilio Castelar, que, muy
modesto y kU1l;4i1dtJ en la apariencia, viene desde hace diez al10s sien·
do un elemento ·terribh:,de discordia ea 61 seno de nuestro partido .


• EI seiior~stel~rq.ue babIa muy bien, como habló en sujuven-
tud el antiguo orador de la Fontana de Oro, el célebre senor Alcalá
Galiano, hoy ministro de Fomento y protector del neo-catolicismo,
no repara en los medios con tal de conseguir' sus fines.


»¿Cómo, pues, hemos de du.dar que el selior don Emilio para cons-
tituir un comité, haya tenido hoy que arrastrarse á los piés del selior
Rivero, del mismo hombre á quien ayer insultó públicamente en
Barcelona, Zaragoza J otros puntos, presentándole como el mayor
y mas temible obstáculo para el partido democrático?


»Ha llegado felizmente la hora de arrancar su máscara á todos los
falsos demócratas. Esta es ~uestra mision; mision terrible y dolorosa
pero D.ecasaria, si es que hemos de realizar slgun dia las ideas de-
mocráticas) que son la aspiracion y el deseo de toda nuestra vida.»


m.


Esta apreciacion del periódico democrático socialista, fué tomada
en cu~.nta por laprensa~ y el. p'eriódico. de CasteJar, atribuyendo á
la reaccion lo que era obra de su precipitacioD y de sus errores, re.,..
pe tia un~ ye. ~~~ ,qij~ .el ~0JP:U6 ~e halla~ iDJtal~do, que Ii~ daria
un maQifi~sto, (q"p.:Jp.t sQcialistas le aeusabao por cMeuto, que Ri-
vero y eldir6,q~(tr 4eJil..Pucbloeran muy dignoS,JIUe el partido de-
mocrático estaba UIildo y compacto,


Al repetir sus' excomuniones y la absoluta separaoioD de los 80-




OIL ILTUIQ BOlUlON DE UPiRA. 899
ciafistas, si hubiera sido posible, hubiese Dotado fAstelar que per-
turbadora era su marcha, y cuan en minorfa se hallaban los que
rindiendo culto á un sentimiento vago, hablaban todos los dias de
las excelencias de la libertad en los mismos términos y formas que
Ja escueJa economista. Pero estas.enseftanzas debiatraerla~ eJ tiempo
y la marcha de los sucesos. Por en!-onces Caste1ar ,debía' creerse en
terreno firme cuando atacaba con tal vehemeneia,á' los- ardientes re·
pubJiéanos que se llamaban tambien socialistas, , tanCas veeesre-
chlzabala solidaridad con el progresismo,'con esa' escuela sin' doc-
trina, con esa agrupacion de elásticas ambiciones que debia como
tantas otras veces ser el obstáculo tradicional al progreso, el impe-
dimento mayor para alcanzar Ja libertad, el desorganizador de las
fuerzas populares por Jo mismo que' usaba el Jenguaje sentimenta-
lista, eJ lenguaje apasionado' sin formular prácticas para satisfacer
las necesidades de la sociedad en esa evolucion suprema que hoy se
realiza para unificar la especie humana, para dar á los 'pueblos ,su
autoDomia, para constituir el órden estable, constituyendo los de-
rechos de todos en perfecta armonfa en el seno de la libertad mas
Jala.


Esos problemas escapaban por aquellos tiempos á los que empe-
liados en la lucha cotidiana no comprendían la grande, la fecunda,
la verdadera politica del ligIo XIX.


IV.


Llegó el 5 de marzo, y La Democracia, que, en el clia &Dterior,
contestando á los periódicos reaceionarios,habia"negMlo'por perju-
dicial y absurda la tusion de UDa parte del partido 'progresista puro
eon los demócratas, aJiadiendo que lal dosparttdOl tenian principios
distinto, y que era imposible Ja rllSíOD Iin llbdioar algtmO de ellos,
manejos reservados á los b-ombres de 108 partidos medios, que solo
van á conquistar la nómina, 00r08DzaM eldia!1 un arUculo en- es-
ta forma:


.Con ocasion de hallarse aqui todavía ,algunos demócratas que
kan concurrido á Madrid p8¡l'a la formacion da "n , comité central,
entre eijosdoD Juan P.bto,:Sorer~;de Zaragoza, SU~iÓ)aDms-,d&aym'
á última hora, entre demócratas y progre~istas, la idea)'de\celebrar
con' un banquete el aniversario del 5 de marzo. La idea fué en se-




900 IISTORU 111:. llINADO
guida aceptada por todos; se hicieron á toda prisa Jos preparativos
Decesarios, y las invitaciones para asistir, muy pocas estas, en com-
paracion de lo que hubieran sido, si la premura del tiempo no hu-
biera hecho absolutamente imposible su generalizacion; y demó-
cratas y progresistas esta vez reul}idos en un solo banquete cele-
braroD ayer la fiesta .civica de la inmortal Zaragoza.»


Entre otr05: fueron invitados directamente por comisiones que
salieron desde el local donde se celebraba el banquete, Olózaga y
Rivero, que ambos 8e excusaron, ofreciendo aquel presentarse á sus
amigos algunos momentos, y enviando el segundo un brindis que
insertaremos por~er muy interesante estudiar las evoluciones de los
hombres In esos momentos criticos. Decia ast el sefior Rivero:


«Saludo cOl,1 efusion y entusiasmo al verdadero partido progre-
,isla y en par/acular al eminente orador que con tanto acierto le di-
rigey con tanto vigor le impele por la tangente luminOla que le 8e-
ñalIJRuutro liglo.~Brindo por el pronto y grandioso triunfo de la
libertad poJUica . de los espalloles: brindo por la independencia y
gloria de la patria: brindo por su engrandecimiento moral y mate-
rial: brindo por la union sincera de todos los buenos contra todos
los malos.» .


Olózags, entonces, eomo si previese los elogios que Rivero, el
que habia levantado la bandera republicana y combatido tenazmen-
te los errores, las debilidades, las apostasfas, la vergüenza y el
baldon del partido progresista, habia de tributarle, condensó en
unas cuantas palabras significativas é intencionadas su pensamien-
to. «En el crepúsculo incierto de la mallana, decia el orador, en el
crepúsculo .de Jarazon al despertar de un profundo sueno, ninguno
duda sobre la conducta que debe seguir, porque todos tienen plena
confianza en lo que han de hacer sus convecinos: sin vacilar se
arrojan á la calle, hacen fuego sobre las huestes invasoras y les
obligan á abandonar bien pronto la ciudad de que sehabian apo-
derado ~D las sombras de la noche. Pues bien, en el día en que ca-
da uno de los liberales tengan confianza absoluta en todos los de-
más, el triunfo de la libertad es seguro. Y, segun él, progresistas
y demQoralas.c,debian inaparársela mÚ.luamente, porque sus princi-
piOlaran ;casi idénjioos y á UD mismo fin camiDaban.D~pue, del
triunfo sonó la bora d, dilGUM tranquilamentesobr8 81 mal.y el me-
no, ck libertad.




Dilo -m.1I11& BOIBON DI ESPA_. 901


v.


A ese disourso único y desvergonzado en labios de aquel que du-
rante una larga serie de,allos venia haciendo traicion á la causa del
progréso, de' actuel que· si· profesaba odio á la dinastia era por creer-
s& personalmente ; agraviado; 'en beca de aquel, que nUBea habia
rendido culto al prinCipio de la soberania· popular, era todo eso,
repetimos, un saroasmo, una afrenta, y los elogios de Rivero de-
bian extraviar grandemente la opinion. pasando como pasaron sin
correctivo. ¿Qué dirian las gentes sencillas del pueblo, , quienes
durante veinte alios se venia predicando contra el santonismo, cuando
leyesen los elogios de la tangente luminosa?


Era verdadera necedad política, ese banquete infausto debia
OIasionar y produjo resultados desastrosos inmediatamente, llevando
la confusion, preparando para lo porvenir, para despues del triunfo
peligros, escándalos y terribles consecuellcias.


Confianza reolamaba OJózoga en sus planes, discusion tranquila
y. desapasionada para despues del triunfo sobre el mas ó menos de
libertad el que iba á convertirse en miserable negociador de candi-
datos para el trono que quería dejar vacante. Eso era en aquellos
momentos ridiculo; des pues ha sido sangriento, cruel é infame ...


Castelar no cayó en el lazo y habló muy oportunamente da las
dos banderas y de la conveniencia de unir los esfuerzos para derri-
bar el enemigo; pero marchando cada cual á su objeto. COD todo,
al siguiente dia publicaba La Democracia un suelto concebido en
estos términos;


• La un ion entre demócratas y progresistas es ya un hecho des-
de la tarde de anteayer. con motivo del convite celebrado en la fon-
da Espaliola de la calle de Jacometrezo. AlIf se ha dado el abrazo
fraternal para combatir lo exist.nte, ya que no para crear juntos
un poder, que esto es imposible. Sin embargo, se trasluce de las
palabras de los mas importantes oradores y sobre todo de 108 dis-
cursos de los jefes reconooidos de ambos partidos, que el progresis-
ta se refundió enteramente en el demócrata, una vez que habia
echado á un lado por completo sus escrópulos di~ásticos •


• EI selior Olózaga, dijo sin rodeos, que ya euaodo se verificó el
suceso que se conmemoraba, los principios de progresistas y de-.




· 901 \KIS-':A G&I. aJlt(lDD
mócratas eran cali idénticos. Este can se nos figura que en el dia ha
desaparecido, y el serior Olóza¡a no nos dejará quedar mal en el
juicio que aventuramos. Por eso .nduvo tan parco en sos palabras
y no hizo mas que entenderse magnéticamente con el silior Caste-
lar. As' lo comprendió el director de La Demoeracia que collcluyó
rogando: «que sin unir banderas queeada anadebia ondear en su
respectiva fortaJeza,sin confundir principios, los partidos liberales
tuvieran una Hnea idéntica de conducla y aunaran sus esfuerzas á fin.
de conseguir el primero y mas grande de todos sus propósitos! )a
deslruecion de lbs qUe nos han esclavizado y nos han envilecido á
los ojos del mundo.»




CAPITULO CXXV¡'


SUMARIO.


lctitud de los partid08 y del gobierno.-Plan de haeiendá.-Discurso de Noeeial.-
Réplica de Cardenal.-Paz inutil con el PerÚ.-Prohibicion de la Eneíclica.-De-
bilidad del gobierno.-Perse.uciones á la prenea.-Hanifiesto democrático.


1.


Mientras todo esto acontecia, en tanto que demócratas y progre-
sislas, se unian unos con otros para desunirse entre si, asociándose
segun Castelar bajo la bandera republicana, por mas que Olózaga y


. sus adeptos pretendieran absorver todo elemento revolucionario, el
gobierno, el moderantislllo, el vicalvarismo se resentian reconociendo
la posieion falsa y delicada· so que se veían colocados 8D . medio de
aquel verdadero caos, en medio de aquella confabulaeion de ambi-
ciones per8oDa~·qUftJes devoraba y de la unifieaoion de los partidos
populares, .. que'coa ,identidad de miras y propósitos al parecer arre-
metian con' terrible empuje contra las instituciones secula.res y tra-
dicionales.


La entrada de Castro en el ministerio de Hacienda babia. producido
poco efecto y no modificaba sensiblemente la situacion, porque na-
die couoqia laaptítud y habilidad reot(stica delpreside.ote del Con-
greso. EI1lOmbrado para reemplazarle en este oargo, tué don Fer-
nando Albarez que OlKll'O 150 votos contra 93 dados á Rios Rosas
y ocho papeletas perdida.; votaeionque significaba alluna cosa,




,'0& IIISTOIUA DEI. IBIN.A.DO
puesto que la oposicion iba creciendo y se debilitaba en cada em-
puje la situacion perdiendo muchos oradores y los mas simpáticos
en aquellas emboscadas que la oposicion vicalvarista les tendia.


Si el nuevo ministro habia retirado el proyecto de anticipo, si la
prensa habia creido adormecer la fermentacion qu.e agitaba al pais,
anunciando pomposamente la régia munificencia, comparando la ce-
sion de los bienes del patrimonio con la venta de las alhajas de la
primera Isabel, lo positivo es, que bjen y detenidamente discutida
la cuestioD, el gobiernO'hubo de reproducir, aunque en menor es-
cala, sus peticiones, y los contribuyentes hubieron de experimentar
la desagradable sorpresa de verse nuevamente amenazados por los
agentes del fisco repartiendo billetes hipotecarios á cambio de metá-
lico que el Tesoro necesitaba. Pudo verse entonces cuanto eran ilu-
sorios los cMeulos, y cuán estéril lo que se llamaba el sacrificio he-
cho á favor del pueblo espanol por la Corona.


11.


Lo mas importante del proyecto, que era solo un medio de zan-
jar las dificultades del dia se reducian á los articulos 1.' y t. o que
decian 181: .


_lrt. 1.' Se autoriza al gobierno para negociar en subasta pu-
blica en ;pliegos cerrados, que tendrá lugar simultáneamente en
Madrid y en todas las capitales de provincia, billetes' hipotecarios de
los creados por la ley de !6 de junio último'eneantidad nominal de
150.000,000 d~ reales, al tipo que'prudencialmente fije el consejo
de ministros .


• Si las proposiciones que se presenten y estén dentro del tipo se-
!lalado excediesen de aquella eantidad se considerará, ampliada la
negoeiacion por una mayor suma nominal de 150.000,000 derea-
les, 6 sea hasta UD total de 100 millones.


-s. el easo de que este total no fuese cubierto en la subasta j . se
autoriza asimismo al gobierno para distribuir"lbs ¡mal .. bipdteca-
rio. sobrantes; SiD .exCeder de 150 miH01ie. entl'éi IGs'cootribuyen-
tes que satisfagan '00 Ó mas. reales anuales por la cdntribumoD de
inmuebles, cultivo y ganaderfa, ,6 por la industrial y de oomercio
COD elclasioD de los recargos para gastos municipales y)rovincia-




DEI. aruro ,ODlON DI ESPAÑA. 906
les, S'egun los repartimientos y matriculas del presente afio econó-
mico.


»Se tomará por base de distribucion la mitad de la cuota .anual ó
sea el importe de dos trimestres. Los billetes eran, cedidos al cambio
medio á que hubiesen sido . negociados en la subasta pública. Su
pago habrá de, realizarse en dos pJ~zos. proporcion,ale, mediando
entre uno y otro sesenta dias.. ,


»La parte de los 150:millon6S qnese hubieseadjudicad~ "nJasu-
basta .servirá, para, elevar la euota minima.que.sirve de base al an-
ticipo: de manera que conservando la distribucion por las mas altas
seirá.descendiendo hasta el limite que exijalacanti~~d,definitiva
que haya de distribuirse en.Jre los contribuyentes. .


»Art. 4.· Queda limitada á 1,0,00 millones·.de reales la autori-
zacion concedida al banco de Espalia por la ley de !6 de ju~io úl-
timo para emitir.hasta 1,800 millones ~n billetes hipotecarios, sin
que por esta limitacion se disminuya la Qantidad de !OO; Jaillones
anuales, ,destinada al pago ,de. intereses y 8D)orli~aciQn de los mis-
mos billetes. Se reduce á 1; !30 millones de reales el '~rp,porte que
Ja expresada ley' fijaba en 1,700 millones de las obligacio.nes. de
compradores de bienes desamorti~ados .,que han de eotregarse al
banco de Esparla. El estable~imiento devolv~,á al tesoT.o,en las obli-
gaciones delQ&s largos, veneimientos, el e~ceso que ~obre los
1, t80 millones resuUa en .Ia suma delas;q~e aclualm~nte está reci-
biendo.. ;'


. ,


In.
,;.


.. '.¡ _1-_;". >;: •


Despues de las Fecient!ls, declaraci~J)es :4tda prensa qlinisterial y
de los mismos miembros del gabio~te;, esij nuevo a.nticipq, que ver-
gODzosamente ·sepresentab_ .rodeado de prec~ucjon~ pa~a no asus-
tar al público, cayó. ·como UDa ;bomba enlrelos contribuyentes,
mientras que Nocedal, que no queria dejarse. eclipsar,po.r Apariei,


'su cólega en el neo-catolicismo, vino á ocuparse en la poUtica gu-
bernamental haciendo una diseccion anat~mica del partido modera-
do y de los partidos liberales, pronunciando frases campanudas y
misteriosas y serlalando al moderantismo la via que era necesario
recorrer para sacar á salvo los intereses de la unidad: católica y de
la monarquia heredil~ia. ' ~ . , ,


TOMO IJI. 114




906 ·1II8TORI1. DEL RmN1.DO
Con una debilidad y una desenvoltura dignas de aquel que pedia


la ereccion de un mon umento para los libertadores de Vicálvaro,
el· sellor Nooedal comenzó su discurso éon estas palabras: .Sellores
diputados: como y6 no asisto á la subasta que sigue abierta de li-
beralismo; ni lloro ausencias del progresista, como don Quijote llo-
raba las de Dulcinea; com~ yo soy adversarIO decidido de las prác-
ticas parlamentarias, se han acabado las recriminaciones personales
y por· lo tanto el interés de esta discusion. Yo llego, veo un charco
que me parece de agua no muy limpia, me levanto la ropa, piso
de puntillas como puedo, y paso al otro lado dando la mano á mi
querido amigo el sellor Aparici. y olvido ese charco de recrimina-
ciones viniendo solo á discutir principios. »


y en so afau de provocar coiltlictos y empujar al moderantismo,
él que no queria recriminaciones ui personalidades, descargó man-
dobles y estocadas sobre unos y sobre o&ros, . CIando ocasion á que
Alonso Martin:ez y Valerá tomaran parte en la discusion con motivo
de alnsiones personales, y á unas palabras de Cardenal, que repro-
ducimos: «Dije ayer que el sellor Nocedal habia concluido por ser
parricida del partido progresista, y lo dijeasi, DO ·porque extrana-
ra ni censurara que su selloda hubiese cambiado de ideas, sino
porque me parecía mal que despues de haberlo hecho, quisiera con-
denar al desprecio y al ridiculo al partido á que pertenezco.


»En cuanto á arrojar aquellas palabras al charco en que su sello-
da no habia querido mancharse los piés, yo debo decir á sus sello-
rIas que ni en esta cuestion ni en ninguna hay motivo para echar
mis palabras en un lodazal. Yo he sido un hijo respetuoso, un padre
de familia virtuoso y honrado, uo politico honrado bajo todos los
puntos de vista: no he vuelto hoy mis armas contra mis hermanos
de ayer, y no consiento que nadie diga que estoy en elfoDdo de un
lodazal, Di aqui, ni fuera 4e aquL»


As( terminó des pues de esto y de breves y contradictorias expli-
ccaciones del ministerio la discusion del mensaje en cuya votacion
tomarOD parte aprobándolo 164 diputados contra 8' que le recha-
zaron.


IV.


Si el gobierno resolvia la cuestion del anticipo de nna manera




_EL ÍLTlllOJOIJONDIISUU. 901
menos gravosa, si tenia la fortuna de recibir en aquellos momentos
partes satisfactorios del Pacifico, donde nuestra escuadra apoderada
de las islas Chinchas habia firmado la paz con el gobierno del Perú
obteniendo honrosas declaraciones que por ·otra parte no tuvieron
ulterior resultado como veremos mas adelante, la oue8tion de la en-
ciclica en cambio traia desasosegados, inquietos'J divididos Jos pare-
ceres porque las exigencias de la opinion 'J de la ·razon se hallaban
en contradiecion abierta con 108 deseos 'J 108 compromisos pala-
ciegos.


Sometida al Consejo de Estado, dividiéronse los pareceres hasta
el punto de que ]a mayoria opinase porque no se diera entrada ni
se permitiera circular la encíclica, castigando como perturbadores á
Jos obispos que se atreviesen á publicar aquel documento 'J el 8yl/a-
búa. Diez consejeros convinieron en que el gobierno tenia autoridad
para impedir la circulacion~ pero que era conveniente 'J oportuno en
el momento conceder el ,.,g"_ eIIequa'.r. Otros tres manifestaron
una opinion mas retrógrada ..


El gobiernopersistia en su silencio, la opioionreclamaba solu-
ciones, los midrstros titubeaban, tantearon el terreno, hicieron dis-
tintas declaraciones en las Cortes; Nocedal, que tenia inteligencias
en palacio, fué alli el heraldo de guerra, presentó con llanura 'J des-
caro los inconvenientes que tenia para el poder la sitoacion con los
partidos en armas, llevó el estupor á las cJases conservadoras, ex-
citó los odios de la multitud, dió pasion nueva' la espinosa cues-
!ion de eoselianza, todo para dificultar ó imposibHitar aquella evo-
lucion del moderantismo, aquel propósito de liberalizarse que en
muchos germinaba.


Nanaez, por fio, y sus oompelleros, antes que abandonar el
f puesto tuvieron que rendirse á las veleidades de Isabel, guiada por


los frailes 'J las monjas. Y con admiracion de todos, un día apareció
en la' Gacela aquel sarcasmocbntra la civilizacion, llamado Sglla-
bus, aquella eocfclica, digoa obra del renegado 'J apóstata Mastai,
que pretendia hacerse infalible "J levantarse al olimpo de los dioses.
La enciclica, pues, recibió el pase, 'J los que habian faltado al ar-
ticulo 145 del código penal publicindola, quedaron impunes. Es
verdad que era difícil, yasi lo mostrarolllos periódicos, impedir que
]a prensa, tomando estos documentos en los periódicos extranjeros,
los reprodujesen traducidos ú originales. .




908 DISTOlIA DIL',RIINADO


, t v.
''''',i "


Despues de ft',lawt~bilid~ deLgobierQo¡,debhlD venir olras yolms.
ElmiDl$&ro dQ,~. GQbera~cion"",qJlO" ,tll.ul~ d~, antiguo periodista~ y
despues de los, brillantisimos di~eursos pronunciados en defensa de
esta iOStÍtuci9n, babia asistido á un banqQete en que prometió con
solemnidad llevar á las esferas del gobierno, si algun dia iba á él,
todos sus pe{lsamie~los,.sD }podo d~ ver eola cucslion de imprenta,
ese mismo miJlistrofirlllÓ ,sin ruborizarse la aprobacion de la encÍ-
clica, y presentó ,upa ley ,,4lcompatible con el progreso"perjudicial
en extremt;), y altt'mepte atentl,\toria al, derecho augusto del ciuda-
dano que ~eqesit,., uDa gran atJPósl~fa¡donde,pueda vivirJa vida ex-
pansiva deJa .iberta~t$u cODcieooi" ,1, ~\ljnteligenc~.
, Anttu~~la: C!)ndu()ta de) g()bi~¡:no, 1& ~ayor parte de los.hombrea


que levenian sosteniendo con sus votos,. pero que querian una po-
litica ljberal,se reunieron,enla noche del 7 de,marzo para adoptar
alguna determinacion re~pectQá la q~e ellos debia~~guir. Convi-
nieroDen,ql#~, ma~todavia.quizás que en otras circunslaQc\as ep
aquel WOQlent9, se haeia nece~ario contrjJmir por todos .los medios
legitimos á que una politica liberal, ilostrada,t01erante y concilia-
dora fu.~sel~ que triunfase .al resolverse IflS cue$tiones políticaspen-
diente"JtQ!,yque pqdier~n ocu.-rrir e,n lo sucesivo. Decididosá.man-
tener .~"'P~U~ieA, \J;,~~~di4,o~ "~~ pqotQ de vista eoasenador
como \delJj~fflt qon~'HI~~~'.'-i>~Q~ ~ ~j~tar á este criterio la
conduela que siguieran en lo sucesivo, y para qQ,(~te pensamiento,
resulta«JQ A~tur~\ del~idaasprof.eEiadas ,por, 10sdiputadosCOQO\\r-
rentes á la reunion, tuv~ra una manifestacioD, positiva.J se tradu-
jera ,en la conduc~" posterior de losreqnidos, acordaron celebrar
nue~s t~uniones en }o sucesivo, á medidA~lle.lo fueran reqnbiendo
las cireunstáDcias.


y la .~i'ua~Wn. ,iba, i~n¡paran.nd08e . mas y mas eon estas y otras
peripec~i y los horizontes, cada vez mas.sombríos, dejaban en-
trevet:,I~. -H9~~ad,: ~e l4\. borl~~, qu~ ,bu biera podido tOQjurarse
sin la:iAAalifief'~J.,¡ ~p9da4-. ~¡4} ·IAS. Iw¡n~ws,que aooedj¡má todos los
caprieko~ .. de JaJlOf,~,;,¡Y;· no di vi~abWk~n :m~io. de. Sl aturdimiento
cuán próximos se haUaban ~: ~lHBn¡Q.;; ,!' ".:




DEL "TIllO 10110" DI BSP.A~.A. .'0.
VI.


Como tras de uo desacierto, tras de una concesioo"vienen por ne- "
eesidad "U1108 y otros !otro!, matcbaBdo"por la fatal pendiente, el
ministerio, prosiguiendo 8U 'obra reaccionaria, se decidi6 'ustigar
al catedrático de la universidad, direewrde La Democracia, que pu·
blic6 UII articulo titulado El RaBgo, atacando á la reina y demos-
trando que ni podia ceder lo que no era -suyo ni perdia mucho ce-
diéndolo.


Crefase que el proceso entablado serviria de base para privarle
de su citedra, y entretanto se pedía la reforma del regtlmenlo de
instruccion pública, aunque el consejo auperior de este r~mo ~
opuso á ello, pidiéndose informeBal te~(O't acerca de la colldacta de
108 profttores y pre,mi~nd8Ie"que'D<t tolerara; álol'etieafgados de
la eDseli8nl8 4ue én ~rtealguna centrayinieran á lasleyesvigtllites.


Otro procesotambietl· se incoó por enlonces por el banqttéte deMS
de marzo. habiendo sido llamados á presencia del gobernador los di~
rec,tores de los periódicos La Iberia, La, NotJtdades, La Nacíon, La
Democracia y La Soberanla Nacional, que habian -dado euentade
dicha reuDion.


Era tirante, era critica ygraye la posicion dé todos; se aoercaba
mas y mas la solneioD del gpao 'problema planteado.lbaa á"chocar
todas las fUflrzasvivas. La reVÓhleioll'"togia amen'azadOfWj:y los 'pa-
laciegos DO oejabanen su-propósito, halludoen· Narval'!; Jos d&-
mb mieBl~s del8abinele dódil., ins'tum"Dtésq~,..gos~lII":
bien, venian á contribuir á que mas pronto estallase la indignacíon
pública contra los opresores.


VII.


Como eomplicacioo nueva publicó La DMJU)cracia un manifiesto
firmado por las notabilidades democráticas y por lo~ representantes
de las provincias, que se extendía en la enumeracion de los princi-
pioJ y derechos individuales, y definia el Estado, en odio alsocialis-
mo, de cierta manera utópica y peligrosa.




910 IIISfORlA DIL IlIlNÁ.DO.
Entre otras apreciaciones que alH se encuentran tomamos las si-


guientes:
-Pero no olvidemos que un manifiesto 'J un programa son á un


tiempo mismo una norma de doctrina 'J una solucion práctica del
momento; una Unea trazada desde el punto de vista de )0 ideal, 'J
desde el punto de vista de lo real para llegar', la libertad. Como
doctriBa admitimos todos los derechos -individuales, y los practica-
remos sin ningun género de restricciones. Pero no siendo posible lle-
gar en un dia á la completa descentraliza.ion, á la completa reduc-
cion del Estado' sus naturales limites, conserval'emos por necesi-
dad al¡unas funciones improcedentes del Estado, pero las converti-
remos todas' estos tres fines primordiales: primero, asegurar todos
los derechos individuales; segundo, extender todas las libertades;
tercero, mejorar las condiciones de las clases proletarias.


-Sn priDoipios, el partido democrático no transigirá con nada ni
con nadie. ~6ro en la ápoca presente, en la hora que corre, reani-
mados los obstáculos que de antiguo se oponen' la libertad, recru-
decida la supersticion 'i el fanatismo, burladas todas las conquistas
de nuestras revoluciones, ébrias de gozo las in80lelltes camarillas
que nos degradaD, desnudo sobre nuestra frente el sable dictatorial
que chorrea por su filo sangre de liberales, huérfana la tribuna, rota
la imprenta por la mano de jueces amovibles' voluntad del gobier ..
DO, amenazada la cátedra por UDa reacci1)n mas indigna, mas hipó-
crita que la de 1818; es de justicia, es de necesidad que proclame-
mos, no la confusion que solo podria traer un caos evitable' toda
costa, pero si la union, la union firme, inquebrantable entre todos
los oprimidos para lograr la ruina de todos 101 opresores.»




CAPITULO CXXYIL


SUMARIO.


Escándalo en las cortes.-Manifestacion del periodismo.-Proceso de Castelar.-Su
destitucion.-Los Tiempos órgano de Gonzalez Bravo.-Abandonó de Santo Do-
mingo.-Desprestigio del gobicrno.-Reaccion neo-católica.


1.


Todos los ánimos se sentian agitados, todas las inteligencias per-
turbadas; los neo-católicos pretendiendo hnmillar al pueblo espanol
ante la corte de Roma; palacio convertido en una fortaleza donde se
emboscaba la reaccion; los ministros en lucha permanente para .al-
var las apariencias y complacer á su senora; el vicalvarismo disfra-.
zado de demagogo provocando conflictos eo el Senado y en el Con-
greso; una parte de los progresistas aguardando su turno en lu an-
\esalas de la dinastía; otros uniéndose á una de las fracciones de la
democracia bulliciosa y agitadora, confundiendo sus banderas y sus
propósitos, entendiéndose con las miradas, pero sin dejarse enten-
der del pais; el pais saqueado, vejado y oprimido; un gran número
de demócratas socialistas protestando contra todo y contra todos; las
ckrceles esperando el resultado de las leyes draconianas que el an-
ti¡uo folletinista del Guirigoy y el general Narvaez preparaban. Todo
esto sordo, oscuro, reconcentrado, misterioso, sombrfo~,


Alguba Tel el' miDislro de Hacieada, que· es sarcUtico, dirige
sus invectivas 1 rebaja á sus contrarios; ArdaDu recoge elpute




.11 HISTORIA DEL lLEIN!DO
y vuelve golpe por golpe con mordacidad incisiva. El ministro de
Hacienda declara entonces que las palabras de su contrario no me-
recian otra cosa que el recuerdo del siguiente verso del Dante: Non
raggionam di lor ma guarda é pasa. Ardanaz pidió la palabra para
defenderse. El presidente se la negó. Los vicalvaristas se levantaron
á UDa en tumulto. El presidente se cubrió. Los moderadosselevan-
taron vociferando. AIIi fué Troya. Gritos, amenazas, imprecaciones,
palabras mal sonantes, una vocingleria infernal, un tumulto como
no se recuerda otro semejante. Entonces los contendientes se con-
fundieron; unos se insultabsn , otros cara á cara; algunos levanta-
ron los pullos hasta hacer necesaria la intervencion de los porteros.
y las gentes se aglomeraron en las avenidas, de tal manera, que
hubo necesidad de la fuerza pública para disolver Jos grupos.


A.quello era escándalo sobre escándalo, era la monarqu(a consti-
tucional desprestigiada, agonizante, era la farsa ridieula del doctri-
narismo presentándose en toda su desnudez, era la burocracia, la
clase Diedia corrompida y corruptora abdicando, era la oligarqufa
nundiéndose para dejar paso al cuarto estado, que reclamaba con in-
sistencia sus derechos que debia establecer sobre las ruinas de todo
lo existente el palacio de la humanidad.


11.


La ley de imprenta presentada por Gonzalez Bravo provocó una
níanifestacioD del periodismo contra 188 bases en que se Cundaba. Hé
.aqui esa declaracion que firmaban los directores de todas las oposi-
ciones,excepto·los absolutistas y muchos ministeriales.


«El proyecto de ley de imprenta presentado á los cuerpos cole-
gisJadores por el actoal ministerio, es la anulacion completa de on
derecho conquistado por la civilizacion, aceptado por todos los par-
tidos polHicos, y escrito en todas las constituciones desde que en Es-
palla se inició como medio de gobierno el sistema representativo.


»Los escritores públicos sujetos casi siempre' leyes re.strictivas,
han podi.llasla ahora, arrostrando toda' clase de o&mpro~isos, pre-
dicar su"cloctrin~"y,eoddtirlat, OO1ltrat:ia,· ilOmeDO_bo de su
honra, sin detriínentode:S11 dignidad','yaull' á mqore,s sacrificios
so someterilo. si D~gO.tQsQ8;"'gaidoB, si.aUmpodárMs de nuevo
mas ckIras condicioneS Ao se pretelldiese, OOIllO ~D tan' malhadado




DEL .tLTIMO JOltMN"bl íSPAÑ!. ti 8
proyecto se pretende, la abdioaoion~mpl~4égu;i(Jéooi.'. ¡)etstmal: .
que la prensa espaftoJa, .suftida\si8IÍ1píie,' ;Ílulica;desmeralindl, sabe
sufrir con resignacion el martirio;:'l1éttiéi $aoonv'quier~; lJométerse
á la humillacion. 'í ... 'j/,q ilt ;.~ i 1' ... · ~ .. ; :ni;;ll~. -


»Felizmente t8Dabsurdo péDllMieAfoflbse .p.y.'~doslprinei­
pios de ~iDgllna de las ftadOibileSl~;poltM;(""f'.,~d86;
y n~ teniendo orfgen en lal ptáetieas!;d6f,liihguóln)sctrátar, lio:r.es-
pondiendo á las aspiraciones de. lÍingun pluUd&¡..:y ·'¡¡frpWd~ .. io, en
fin, considerarse mas que'''eomo<r~ul&attij':d& ')&mak ~ntáda
reaecion, se estrellará sin duda 'Ooblta la aetitud;'dtl ~·qu6~a:pr~.;.
ciando en algo su dignidad, no han',de eauíbiar los pl1iheipios:escri..;
tos en su bandera por los captieho'$'de la'jloberbia-ó t)tt la;eegue-
dad de un mal disimulado encono. ) I~; • ",,~


.Por ~$O los que suscribafiV 'directores \le tos p&liódtthSJ polfti-
cos-que en representacion detodos'fas;'fr&eti~e.· liberales :se pu-
blican' en Madrid, sio DÍira:;.Di~u~r d8liamiO~'_í1to.1l1016Iál
decoro del escritor, yeo defensa de los fuer.os de la prensa, protes-
tan solemnemente contra un proyecto de ley que en abierta oposi-
cion cón todas las doctrinas conocidas, en lucha con la opinion pú-
bUca, en contradiccion con nuestras costumbres y ofreciendo enga-
llosas garantias á la imprenia~ptetaodir:1ro sol~ castrgar sino infa-
mar al escritor, no solo oprimirsioódeshotrar á:láPtQnsafl1O' solo
matar sino envilecer el pellsamiélto;»· ". ,¡(O ,-cit, ',',':


, JJ.: ~ .. ;". '.~;. ~i"'· :( .. :j~1fJr<"'t'. :. (,,~;)(~,


111. '
. ,~.~~r'D nLj~':;·~.G·L~? ~::-tf.t~~ ~)¡H¡'J~511i:t) ~:~


El gobierno aote <·Mlll; '_nite~l·t próse81l~;apré.do' en
todos sentidos los toJÍtlHtlJ,.lr"moloW;¡ :;;¡.yt"I~'eli· íJaS('fraébiOIl6S
absolutistas, púesto qUé 'IBeJlqml'hdMilid. ~, totM; los! 'fjl."¡b1l_ban
alguna ráfaga de Iibel'tad~1·"<Jd¡,otfiali;·)al'18oeiedad.P8a·re,c08ian
los periódicos. En Zaragoza~1 mlsRJo:popula,'fuéHoerralio;y eO(qan-
zaron á circular rumotes deqae! Sé ',ttalaba t~ 8l!rajlir:déso :.pu,sto,
privándole de lo que htlbia adquirido bajo la proI6ccit6tlk; . fa 1&, Y
por sus propios méritos á Hmilio;'Ca.te1ll'li'~ÚIt'6hr~;·clOOno
hemos dicho, pér el ¡artiCQU"fl"Il",,',il'Guanft;e1 8ebierno.-dirigió
al ¡ector' de la 'univ8Hidad InaJ 4rdMl,ipr8lfi.DWndole ~e formara
consejo de discipfillapar.-:.lIecidir (~Ii M rcaledrá&tco podía C41DtiBuar··
al frente de su ~Medra despues de haber · prestado uó juramento á


TtllO in. 11a




9f, BISTOIU.l" DJlt 811"1.DO •.
la reina r áIIlC1)nstit~kJalr¡jlrUlento 'que despreciaba, por lo que
se podia chducir,.d~l artiendo, MI.ll",g" queremitia tambien á fin de
qne el. ,Collsej.o ,pudiera' ~inarle. .


Levantóse un coro en la prensa, .de acusaciones cQotra el¡obier-
no por aqQelltÜQDt.~, oolÜnarla.iOWiOllci" '.laintaJigencia h.Qmana.
La Cortl8pOfl~AnbDOiQa.qu"eltonsejo de InstruceioD públi-
ca iba á ~euuir"e~para ~Qparse,.AIl ·esa asnnto, y todo era luchas,
deseompotieipay ,es~cáQdalq .. i ".


El Rector. do,Ja univer8idt.d,ofi~ió.,á Castelar pidiéndole descargos
por el arlMGIo perseguido, :·anllnci4ndO$e tambien la separaeiOD de
aquel qued~biaser, sustituido por un agente de la reacciono Los
catedráticos Me re.nieroD··para, 'protesta~ SiD duda contra todas esas
violaciones de la ley.


Para CQ~eMar e"oslte:ohos-,:Jtfthaoia'creer que acompflllaria á
Cas.telar eDi Itldesgraeia'&l'OOle'-O-y.:Sol, tambien catedrático, pero
eatedrítioo¡absolulista '. la Uailleoidadde Sevilla.


"


.IV., i.
,', '


. ,


La ley de iDstruccion públicahabia deolarado )a inamovilidad de)
profesQrado previendo 101 easos 6n·,.que podian ser removidos los
catedráticos. Tal era el estado legal ¡,.que debian sugetar su con-
duc" los gobernantes, reformando la ley si les pareeia jneficáz; y
como era natural, el claustro unilersitario salióllla defensa de sus
fueros. . .tIt


Pero entretanto ,babia aparecido como muestra de la nueva 6VO-
lucion guberDamsntal. el pr:espe0t04e;w Xi.pOl; Órgano d,e Gon-
lalez Btayo, :,Hé,aquLalguDas de lOS ,declaraQiones:


o:Mientras'el miaisterio. sobierne ooQlo:gohierna hoy, le apoya:
remos con toda la decisioÍlde que iQmGa capaces.


»¿Pero c&alluién' e8taist dir~ll'<á la vez los partidarios de lo que
faé y .aovolwl'á,y-,la DO méDO! '6xclll8ivaiospiracion de Jos demole-
dores lisfemá~n. , ' ¡ ,::r~: ,; ..


»SstamG8 ~_"'istam" J,¡$li¡primer lugar COD nuestra propia
conciencia •• Qq es ,as1o?;, ,N.,.ie\!labor silO andar atado al carro
de unos, ú o!rq¡petsonaj .. ¡";para:\'iYir ,Ogu:far ;en la poUtica' Ve-
ilimos!ctD qttien veoimol, 'que s.on1l.ue&b'as ideu y con eUas dare-
mos la vuelta á la duracion corla ólarga que Diós nos permita. Es






DEL UtTlHp BORBOI{ DliSUÑA. 916
decir, que queremos en punto á personas proceder eGn absolota in-
dependencia pero oon completa leal~t _ cual fnefé el respeto que
nos merezcan y la amistad con'que nos hOlÜ'etI óleftengarnes.


», y la8 cuestiones del diaf 6 YlosJ)artidosf 6 Y elliliui&teriof
.Hablaremos de todo, DO nos duelen ; 'prendas ila ;vetán Does ..


tros lectores como en punto á, frimqueza y sincei'fliá4 iladie DOS
aventaja. '<


»Las cuestiones deldia solÍ . ',mtOhir:;'y 'moj complieadu, para
resolverlas se' necesita grand~~abl\~gaeion y ínúyal~¡patriotismo.


»Que la Hacienda púbJica se erieuenti'~'en unai intuaeiou deplo-
rable, gracias á los pasados desaóiéitos.:'PlÍe~ hien;, ao hay sacrifi-
cio que nos parezca grande para que sin volver la~ndaatrás, sal ..
vemos lo presente y nos dispongamos á mejorar lo futoro. Sin ha-
cienda no hay politica, es decir, n~ hay órden; pero sin órden tam-
poco hay hacienda. ~ f


.Qlle existen graves negocios exteriores por resolver. Conforme
vayan llegando daremos nuestra opin¡on, acerca de ellos. Todas las
euestiones varian y se modiñcao.n: 'liis eircuostanciás y hay ne-
cesidad de saber cuales son Jascircunslancias en que 88 plantean
para apreciarlas y resolverlas. '


»Qoe la imprenta neeesita salir del estado lastimoso en que hoy
se halla, obligacion es de los gobiernos aeudir á su remedio. En
este instante tonemos á la órden del día el pensamiento. del gobier-
no actual. Es un ensayo. Examinémoslo, discutámosló. Por nuestra
parte estamos dispuestos á defeDderlo':el1' pnoeipie y i 'investigar
sus consecuencias, no bajo el punto de ,¡stá de iuter~Jde los pe-
riodista" sino bajo el aspecto de1~·"ideas Ir por elprisma de la
cooveDlencia pública. La prensa' no -pl1ede--'se,Buir como eStá hoy sin
ocasionar graves conflictol .• '·Y:·' ¡ 0', :,'


') .:


V '" .


El ministerio habia quebrantádosu POIftica has~' el'pUlto de que
iban desapareciendo las diversas' 'per~ollalidades;" tfresd'e la Caida
del ministro de Haciendatinij')a salida' dél 'ministro á~ t.tt( '(Joerra
que fu'. reemplazado por ~l q~~ h~b1~ ~~d~, ~p'~~~ .,en~r~I, de San-
to DomlDgo, cuyó 'abandono iti~ pot;fla ~Hctetado"pór él Collgreso
en los primeros dias de 'abriL ·'o"\.) ,.1," ,,'




916 HlSTWlJA¡,ll'~ a~no.
, 1b§.~".ª~t«l~\ll~rOD~~(~ltl§i~ioai' J, C08a estrafta, el general


Córdobll; S&ap~'-mtAAJ A1ini~io:pp.r. su oooducta reaccionaria y
tersun4l,AQ §gJ.www.~+t_ti.Mlir.lf.:por la misma causa. Tal era la
impoPQ~jllM! I:eJ .~P.~~UBip;:qll~ tI.~bre él caian ~:el famoso
anticiP9SY*, ~~"etP.l~~Op.~f.;tlW~!,e,' !] lRl,' , prenlQ, ,.sobre eQseDanza,
f8speq1BJJ~~slica· yj,~I~ ~márcue$ÜOnes que se pres6D-
~u. .
:Hu~,~ .DA ,AMAt¡~; lPl juZB~~ Mu~,sea~re,ió' a. cumplimentar el
artfcu~Q ~~~ . .d~t~ódlg~ ,P~i~t:párroco por haber dado pu-
blicidad •. 1a.:J~qc~Jiea.,.jAu.~~~DqestoPQr el ministro de Gracia y
Justi~a.,A.~~I~~~ la aUAAqi~ ,d,.los cleritales yel predominio
de los JJlOHiM~9r~~~.:·.: ,. '


-.


Por til) l'!t~Ceio; q~~s~~~. paso tras paso á su propósito,
llegó' .creersQ bastante poderosa.ó ,á sospechar que habia sonado'
la hora; y los rumores se cumplieron, y la agitacion universitaria,
el disgusto provocado ~1l.\r~.pf:9(espres· y escolares recibió la última
mano con, la ~~.para~iOll,de ~~&f.llban y el nombramiento del mar-
qué~ de Zafra, ,neo-cj1tóJieo qepelo e~ pecho, individuo pertene-
cient~.il ~~(f~e.~~: P~u~a,;,~ispl1es~o á realizar todo cuanto fuera
,preéiso~~r~ ,uJ~~.,I~lbi~~aJ'~volu~¡qn~ria que desbordaba en 108
cfrcul()~ d~ ~~5i9~,;~ ~ ~niTersidad~l.
Cre~a,s,~ ~tÍ~ )3¡""~j aquello' .q%~oatalban ,h,abia resistido, seria rea·


lizado po,r, .. ~ ,;n~"qu~~J¡u9r,vej~, ~ii~,; ca~~ráticos sin duda seides
mas bien que hombres dignos·por su inteligencia de ocupar un pues·
to en las esferas seciales, digno de respeto y de aprecio al investi-
gar los arcanos de la naturaleza.y llevar á la multitud el resultado
de sus investigaciones, el fruto de, sus vigilias.


Bien es cierto que a~aso se sollaba por los restauradores en vol-
ver,á JO';fW~~ t~~PO~}tJWlfttJ~;.",~~e~as tauromáquic~ ocupa-
ron un.;Jup~tllli"f~t~,~\!h¡¡e~r,q\w.}o.~g\;%,~ ,bu~eaba era 'lue cupdiese
el fan'V\IP~[1 J'i~r~~'~~ e~~~p.u~~Ie,H~~ Po~.~~ explotarle á mano
881'8"1;' :i.'¡y :'" .. J:ié;a.t;~ ;:L;~ ",i.hi ~¡. i, '¡,' ' to,q9~ ~Ot~~a~ pam,ab~ ,!~i~~ ... J1S1,i~y la monarquia heredi-
taria, 'habia sido en todas épocas enemigo implacable de las ciencias





DEL ULTIMO BOllBON DI ESPA~A. 917
y el papaoo en pleno siglo XIX tenia audacia bastante para confe-
sar su ódio á todo progreso, á toda innovacion, á toda reforma.


El clero empenaba la batalla en toda la linea y sus golpes caian
á granel sobre todas las fracciones, sobretodos los hombres, comen-
zando en el ministerio Narvaez, y especialmente en Gonzalez Bravo,
para ir sobre todas las otras parcialidades. Yeso que Gonzalez Bra-
vo tomaba la actidud de héroe de sacristfa "{ exclamaba entre como
pungido y converso e,D LQI. fiempo,~: ".~adÍlos una ambicion sin ob-
jeto, sin carácter inttari~igent~ y discolo, un espfritu de aversion y
de envidia constantes, algo de ese sentimiento que impulsa á la des-
truceion, algo de ese afan inquieto jamas contento con la realidad de
las cosas; dad nos todo eso dentro de una naturaleza á la vez débil y
violenta, y ya tenemos al hombre de los partidos absurdos, el so-
fiador de las pollticas imposibles. Ahora ponedle 6 voluntad el bo-
nete de los sacristanes ó el gorro frigio de los republicanos; ·segun
lo vistais de· un modo q de otro, tendreis un neo-católico ó un de-
mócrata pero siempre el misnio'bombre.»


. t, \




· CAPITULO CXXVnl.


IUMARIO.


Oe.dtucfon del rector de la Universidad ~Madrid.-Agltaelon de los estudlantes.-
Toma posesion el marquis de Zafra del rectorado de la Universidad central.-Su
discur.o.-Interpelacionei en el senado.-Estúpida idea del órden qUi tenia 0'0011-
ni11.


1.


El dia 8 de Abril publicó por fin la Gaceta un decreto que decia
uf: .VeDlo en relevar del cargo de Rector de la Universidad Cen-
tral á D. Juan Manuel Montalvan, proponiéndome utilizar oportu-
namente sus servioios .•


Ese decreto rubricado por. la real mano llevaba para su auteriza-
cion la firma de Alcalá Galiantt.


Al siguiente dia en todos los cfrcnlos polfticos, en todas las cla-
ses universitarias reinaba la mayor agitacion, y los escolares, dis-
puestos á reparar la injusticia y la ingratitud que revelaba en su
nuevo rasgo la heredera de cien reyes. determinaron dar una sere-
nata al' Reotor, obteDiendo la oportuna licencia del gobierno civil.
La multitud que acudió desde el anochecer á las íomediaciones de
la casa de D. Juan Manuel Montalban pudo ver con asombro y so-
bresalto que se hallaban guardadas por la policfa todas las avenidas
que habia numerosos piquetes .de guardia civil en las calles de la
Amnistfa, Independencia, Espejo, Santa Clara, Santiago, Mayor,




DEL tfLTIHO BORD.ON DE ISPAÑA.. 91 t
Arenal, dando un aspecto de campamento á aquel barrio, impidien-
do la circulaoion'Y dispuestos á no tolerar la muestra de afecto, y de-
ferencia que todos le habian de prestar como premio á su entereza
en aqueUes momentos supremos.


Algunos,rupos al ver esta actitud, esta falta de palabra en la
autoridad se dirigieron entonces á 18. caUe del Prado, donde. habitaba .
el nuevo Rector t silbando y prorumpiendo en voces que manifesta-
ban el desagrado de que sehallabaa poseídos. . .


Mieatras Ja fuerza armada despejaba las calles del Arsenal é in-
mediatas, reeibieDdo alguna que otra pedrada de los ¡rupos, el go-
bierno colocó en la puerta del Sol dos batallones y bastante caba-
11eria que cargaron en diferentes ocasiones para despejar la Puerta
del Sol, durando aquena especie de motin provocada por el,obier-
no, hasta la. altas horas de la noche. El gobierno habia puesto eu
práctica 101 consejos de Nocedal que delia pOGOs dias antes en el con-
greso: -'mitad ciertas ideas, perseguidlas en lus,uaridai, hacedlas
salir" la plaza pú~lica para exterminarlas ••


11.


Asi terminaba aquel dia funesto; era la primera etapa revolu-
cionaria; las cargas habian producido algunos heridos. El siguiente
dia era domingo, y los escolares se reunieron en diversas ocasiones
y puntos notándose numerosa policía en todos los sitio. concurridos
de Madrid y suspendiéndose las clases dellúnes porque debía tomar
pos8si on de su cargo el famoso. marqués de Zafr •• :


Desde muy temprano acudieron á la universidad los jóvenes es-
colares dispuestos á Ilacer una manifestaoion ruidosa que revela,e
al nuevo Rector que cumplia mal con sus deberes aceptando el en-
cargo de comprimir Ja expresion del pensamiento, pretendiendo
ahogar la voz de ]a ciencia, y castigar, lo que nadie puede conse-
guir, á la idea en la persona de Castelar.


Previsoras y snspicaces Jas autoridades habian colocado alli fuer-
zas imponentes y las parejas de la Guardia veterana de infanterfa y
caballeria recorrian la caIJe Ancha para impedirlaformacion de eru-
pos y la entrada en la universidad. Los estudiantes dieron muestras de
cordura y prudencia ·extrema á pesar de provocacioo tan inusitada.
Pero poco á poco y reunidos en Iran masa, se pronunciaron 818u-.




110 HISTORIA DEL BIHNADO.
nos discursos y determinaron transformar el tftulo que habia colo-
cado encima de la puerta de iquellocal destigadó' las ciencias,
borrando ellelrero de Universidad Central para sustituirle con el de
Cala Cuartel de la Guardia Civil que era ciértamente el nombre mas
apropósito, visto que se prohibia' la entrada á 10$ esoolaresy viva-
queaban am lascompanfas J escuadrones de aquel cuerpo privile-
giad·o.


La exeitacion iba creoiendo y á esa manifestacion sucedieron otras,
haciendo en diferentes ocasiones uso de la fuerza los guardias para
dispersar los grupos que se 'extendieron por toda la poblaeion •


. La fuerza armada que estaba dispuesta ocupó entonces la Puer-
ta del Sol, la plaza de Santo Domingo, la de Palacio, e5tableciendo
un cordon de centinelas desde fa Universidad á )a puerta del Princi-
pal. Algunos grupos subieron á .casarle Montatban cómoeo la loche
anterior á mattifeslarle que contara coneH~arift()'~,los 'e8C&lares.
El ex-Rector salij) al batoon l arengó á la numeroslJ eoncnrrencia
que despues de prorumpir en vivas y aelamaeio!16s se dírigM hácia
palacio, donde hizo oir tambien voces y gritos en justa queja de los
actos gubernamentales que .parecian dietados por el odio á todo
progreso, á toda manifestacion de Ja inteligencia.


111.


OtrOl grupos, y el ·mismo que ·babia ,sido rechazado por la fuerza
públiCa en ·IM inmediaciones 'depalaeío, aloJeron á la Puerta del
Sol donde se hallaban multitud de' ooriosos. ' Los· estndiantes, que
venían con orden por ]a calle Mayer, .sin intimacionde ninguna
clase, fneroD per.seguidos por un piquete que cerrabll la enlrada.de
la Puerta del Sol. Algunos llegaron hasta casa del marqués de Za-
fra, en la calle del Prado, y en el colegio"' de San Carlos, á donde
acudieron los .estudiantes de medicina, S6' hicieron tambien muchas
prisiones, dándose algunas carias por la Guardia civil.


A. la. cuatro de la tarde los estudiantaase habian retirado, pero
la Puerta, del Soll6guia llena ,de faerza armada que no permitia
traDlitarmas que por la acera que está .frente al miDisterie de la
Gobernacion consiguiendo. COD ·tal aparato· manlener,.Tiv8 la agita-
cion, pues todos los curiosos sedetenian; y 18.cerraban los esta-
blecimientos por temor á las free .. entes cerrillas. .




La alarma babia sido genlH"~en todo Madrid y podemos asegu-
rar que ni los estu<tiaotes ni la ptblacion habian dado pretexto para
ello.


IV.


Entretanto S8'· babia celeb,ado á cencerros tapados el solemne
acto de la toma de posesiono El marqués de Zafra al comprender las
simpatías de que era objeto y buir de la ovación que se le prepa-
raba, se apeó del coche en la plaza de Santo Domingo tomando á
pié por calles y callejuelas excusadas basta llegar á las puertas fal-
sas de la Universidad donde penetró en medio de la poliefa de lodas
clases y favorecido por ·Ia circunstancia de que nadie le conocia.


El claustro universitario no era muy numeroso á pesar de las
exeitacionesque h8bian'~cibido,pudieldocaleularse en una terce-
ra parte el- número de prM680reS que asistieron á esa ·solemnidad.
Esto debió desconcertar at, nuevo Rector que pronunció el siguiente
discurso, repetidas veces iaterrumpido por las toces forzadas y otras
muestras dedesaprobacion de los concurrentes que en escaso nú-
mero babian logrado burlar la vigilancia de los que pretendian im-
pedir la ebtrada&n el local:


ClSenores: Al verme promovido á este preeminente rectorado des-
de el no menos honroso de Granada en cuya insigne universidad
fuf alumno y maestro; donde Mnservo mis mas carasafeceiones;
donde un deber' filial me retenia, donde pensaba descamutr de trein-
ta y dos aftos de servicios; en la ensellanla,' en la judicatura yen la
magislratura,no, he podido menos de ,preguntarme á mi mismo los
motivo&que podo haber, lelido elgobieroo de S. M ..


• 10 creo sellores queDO ba,buscado un hombre politico; y por eso
acaso baya puesto ros ojos en mi que ni lo soy, ni lo be sido, ni
tengo aspiraciones á serlo.


»Qnizá habrá querido 'un bombre práctieo; y por eso ha traido un
rector de provincia versado ya en el ejercicio de este cargo que ten-
go el bonor de desempellar bace ya cinco aftoso


• Buscaria un hombre de ley y por eso habrá eseojido entre los.
rectores el único que ha entrado en los rectorados por la puerta de
la magistratura .


• Si hombre de leyba buscado, hombre de ley tendrá en mi SiD
TOMO In. 116




9!! HISTORIA DEL REINAnf).
paSiOD, sin esperanza,· liD temor. En todos mis cargos he procurado
conducirme con benevolencia y con justicia. Col!l-justieia y bene,o-
lencia vengo. Esperad á juzgarme con imparcialidad y con justicia .•


v.


El gobierno pues, {habia quedado en el mas completo ridieulo;
su delegado se babia visto casi solo en el solemne acto, yeso que se
emplearon todos los medios de fuerza y de inlimidacion. En el día
anterior, domingo, se habían reunido los profesores de la Universi-
dad encontrándose que venia á presidir la reunion, ó á "inspeccio-
nar mejor dicho sus acuerdos, el secretario del gobierno civil, quién
manifestó que no podía permitir que se .trata6e de asuntos que ten-
diesen á censurar las causaJqlle habian Illoüvado aquellareunion.


El presidente Sr. Azofra protestó de esta manifestaeion, y algunos
de los concurrentes abandonaaon el 88100; Hablaron enseguida del
objeto principal los seriores Figuerola, Mala y Tró y se nombró UDa
comision encargada de redactar ona carta para el "lIor Montalban
manifestándole sus simpaUas, Esta comisiono se componia de los se·
lIeres Azofra, Isasa, Sanz del Rio, Mata, Sao Romí, Galdó, Arrieta,
Moret y algun otro, que representaban todas las facultades y escue·
Jas especiales.


Al dar cU6n4lo El Reino en el mismo día de los sucesos de la toma
de posesion, se expresaba en estos términos que gráficamente des-
criben la escena. . . .


«Nadie lo ha visto entrar ni salir; la Illtlza 'armada y los grupos
de estudiantes ocupaban todas las8venidas dellooal.La plaza de
Santo Domingo, la calle Ancba de SaD Bernardo y 'la Puerta del Sol
están ocupadas militarmente á Ja hora eoque escribimos estas lineas.
En todas las bocas-calles inmediatas á Duestra redaceioD hay centi-
nelas .


• Dé aqul UD acto académico solemnizado de un modo particular.»


VL


La importancia de los sucesos deltcdia se complicaba con las ex-




DIL ULTIMO BORBON DI 18P!.~.\.. 913
plícacíones que se pedían en el &enado sobre el origen que tenÍID, y
causas reales de la perturbacion y del desasosiego.


La destitucion de Mon&alvany el ataque dirigide á la enserianza
habian conmovido al claustro como á la clase escolar; era el entro-
nizamiento de la anarquía clerical, la preponderancia teocrática sobre
la sociedad que aspiraba á ser libre. Pero esta lucha podia ser pa-
cifica, limitarse á las manifestaciones_ de' disgusto, á la oposicion le-
gal-que el gobierno y acaso el mismo rector nuevo podian desarmar
con sus actos evitando conflictos graves y desgracias sin objeto.
Acuden los estudiantes á la autoridad decididos á mostrar su carirIo
al rector de quien se les. separaba; la autoridad accede á su peticion
otorgando en estos términos el permiso:


«Se autoriza al senor marqués de la Florida para que con otros
companeros suyos, alumnos de la Universidad central, den una se-
renata en la noche del dia 8 del corriente en la calle de Sanl~ Clara.
Quedan los concesionarios por virtud. de esta autorizacion obligados
á conservar el órden durante el acto de la música.-:-Madrid 7 de
abril de 1865.-Por órden.-M. Garcla Sanchez.»


y La Correspondencz'a anunciaba á la misma hora que comenzaba
la alarma, que el gobernador habia concedido el permiso solicitado
para la serenata. Al oponerse, pues, á esa manifestacion, el gobier-
no provocaba una lucha cuando sabia que la poblacion entera acu-
diria á rendir un homenaje al hombre que representaba una idea.


Nadie trató con todo esto de persistir en el propósito de la sere-
nata, UDa vez que se vió ocupado militarmente el teatro de la ao-
eion; y los grupos hubieran ido disolviéndose lentamente sin las
imprudencias de la autoridad, que á toda costa queria despejar.


Por lo demás los destacamentos empujaron la multitud hácia la
Puerta del Sol, y el duque de Valencia aseguraba haber visto re-
unidas mas de seis mil personas en aquel punto, contra las cuales
se dirigieron las cargas de caballería que ocasionaron algunas des-
gracias.


En presencia de estos hechos, el marqués de MoHns. que decia
no ser del número de los amigos ni de los adversarios del gabinete,
dirigió UDa pregunta al gobierno, y don Cirilo Alvarez una interpe-
Jacion, tomando parte en el debate el duque de Valencia, el de Te-
tuan y el de la Torre; lo que no dió otro resultado que declarar los
ministros que habian salvado el órden, en tanto que O'Donnell bizo
constar que en tales casos la caballeria toma una calle, la sigue lle-




914. 8ISTORIA DEL REINADO.
vandopór delante cuanto encuentra,y si 'resisteacüchilla despiada-
damente. :'.', ;\ '. ,; ' .. ',' .,; ,


Buena y'SOppNluleDw .·del 6rden:ea htvaje y estúpida defi-
nicion 6 método. "


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LA NOCHE DE SAN DANIEL EN MADRID .




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CAP1TULO CXXIX·


SUMARIO,


Infame y bárbara conducta del gobil1rno la ,noche de San Daniel:-Manifieiiio de la
prensa progresista y demoqrática.-Actitud de la Union liberaI.-,-Dificil sífua.C1on
,de la prensa ministeriaL-Muerte de Alcalá Galiano.-Agitacioll,ell BarC(llona.-
Infamia de lospcri'odistas neos.-'Dignísima conducta del ayuntamiento de Ma-
drid. .' .


1.


La noche se a~ercaba y em pezaba á aumentarse la concurrencia
en la Pu~rta del Sol, donde se bailaban las autoridades :y les' mi-
nistros.


Apenas se encendian los faroles, y como se hubiese ~ejado paso
franco en torno del pilon de la fuente y frente al ministerio se colo-
caron mas de 500 muchachos que silbaban incesantemente.:armando
tal batahola y ruido tan 'diabólico, que se so1taron las bocas de riego
con el propósito de bacerlos abandonar el puesto, pasando muy lue-
go las parejas á vias de hecho mas graves. Con todo esto los grupos
crecieron, los silbidos se hicieron generales, el gobierno se hallaba
en berlina. Entónces hubo escenas terribles.


Las parejas y pelotones de la Guardia civil quisieron desalojar á
bayonetazos; y como por entonces se hacia una casa en la calle de
los Negros, no faltaron algunos que se escondieron en ella guare-
ciéndose contra el enemigo, y que al verse acometidos en su eseon-




916 HISTORIA DEL R~INADO.
drijo, lanzaron a]gun ladrillo sobre los guardias. Estos retrocedieron
por el momento y comenzaron á hacer viv(simo fuego, repitiéndose
ya por todos los barrios y en todas direcoiones aqu.ella famosa ca-
ceria que se llamó eloJ80 de San Daniel.


Muchas fueron las victimas inmoladas, excesivo el número de los
que fueron mas ó menos atropellados por la soldadesca; y la Guar-
dia veterana pudo saciarse, si algo tenia que vengar, vertiendo in-
humanamente la sangre de ciudadanos pacificas, de mujeres yni-
nos. Excusamos decir que el (uerte de la calle de los Negros, des-
pues de una heroica y tenaz resistencia, fué asaltado por el briga-


oí dier Hoppe, y que el coronel de milicias de la isla de Cuba, don Luis
Gonzalez Bravo, dirigia los movimientos estratégicos de acuerdo con
el general Narvaez.


En lá calle de Sevilla resultaron tres muertos de una sola descarga.
En la plaza de las Descalzas un pai.8ano que iba solo atravesando
por en medio de las escuadras de veteranos recibió la muerte sin
que hubiese dado un grito ni hecho movimiento alguno de hostili-
dad. Y en todas partes, porque seria dificil detallar, puede decirse
que el capricho de un cabo ó de un individuo era bastante para mal-
tratar á cualquiera.


11.


Llegó á tanto el encono, que los soldados hacian fuego á las ven-
tanas, penetraban en los cafés y demás establecimientos, echaban la
gente fuera, y despues la caballería y las descargas barrian aque-
llas masas inermes.


El marqués de la Florida y Ordax A.vecilla, entonces estudiantes,
fueron del numero de los heridos, y muchos amigos nuestros reci-
bieron no pocos golpes, y tuvieron que correr porque se asociaban
á esa manirestacion.


La prensa rAvolucionaria, que habia estado desafiando al poder,
que todos los dias excitaba á la multitud contra el gobierno, en aquel
critico momento, en aquena hora suprema, cuando los estudiantes
se veian acosados por las bayonetas, cuando los pacificos traoS6un-
tes eran acuchillados, cuando los genízaros de Narvaez hacian fuego
sobre las gentes que se veian en los balcones y en las tiendas, tuvo
la feIi~ ocurrencia de dar una proclama aconsejando el órdeo, es-




DEL ULTIMO B{IRBON DB ESPAÑA. 917
parciendo por todas partes emisarios para que ninguno de los hom-
bres de accion se dejase arrastrar por la indignaciou y la ira que
debian excitar los ultrajes y las violencias de Narvaez y del escritor
del Guirigay.


¿Oué signifieaba esa conducta des pues del banquete de los Cam-
pos Eliseos, del destierro de Prim y de la reciente coalicion dellS de
mafZO y de los manifiestos progresista y democrático~ Diffcilmente
podrán explicar su conducta en ese dia, ante la historia.


Ré aqui el suplemento publicado por la prensa progresista y de·
mocrática que contrasta por cierto con la actitud que venian pre-
sentando, con el lenguaje que desde muchos meses atrás usaban:


«Los representantes de la prensa liberal, los directores y redac-
tores de los periódicos progresistas y demócratas se creen en el deber
de dirigir su voz amiga al pueblo de Madrid.


DHay quien esparce el rumor de que acaso en la noche de hoy se
reproduzca alguna manifestacion semejante á la de estos últimos
dias: y han creido indispensable hacer un suplemento que consigne
las declaraciones siguientes:


lIlt 1.· Solo á los enemigos de la libertad, solo á los partidarios de-
cididos y encubiertos de la reaccion pueden agradar escenas como
las de anoche; solo á ellos pueden aprovecharles.


»!.. No admiten la responsabilidad de Dingun género en cual-
quier suceso que pudiera ocurrir; la rechazan en nombre de sus
respectivos partidos.


-¡Alerta, pues, liberales! No justifiqueis, no deis siquiera pretexto
á nada que pudiera alhagar á nuestros enemigos de hoy, á Duestros
enemigos de siempre.


»Orden en las calles, órden en todas partes, que la libertad no
necesita para su triunfo de alardes inoportunos, ni debe aceptar tam-
poco, si las llegase á haber, provocaciones insensatas.»


111.


Despues de esa manifestacion de la prensa revolucionaria vino
otra en que, ensanchándose la esfera se juzgaba colectivamente la
conducta del gobierno en la sangrienta jornada, creando nuevos
elementos de perturbacion, echando en la·hogllera tremendos com-
bustibles y debilitando mas y mas al pnder que no sabia como ba-




9!8 HISTORIA DEL REINADO.
bérselas en el campo de la legalidad para ahogar las voces que se
levantaban á condenar aquella situacion.


Pendia ante los tribunales la causa formada á los banqueteadores
del 5 de marzo, y ya se anunciaba que cada uno de los reos habia
nombrado dos jurisconsultos, lo cual daba ciento sesenta discursos
de defensa, prescindiendo de lo que pudiesen hablar los interesados
en la cuestion de hechos; y no dejando al gobierno punto de reposo,
venia tambien la prensa y entre ella los vicalvaristas y El Contem-
poráneo, publicando una protesta en que se leian estos párrafos:


«La prensa liberal independiente faltaria al mas sagrado de to-
dos su.s deberes si no levantase su voz unánime para condenar enér-
gicamente los gravfsimos hechos que han ocurrido en Madrid· en la
terrible noche del 10 de abril.


»No es un interés de partido el que nos mueve á reunirnos para
dar fórmula á la indignacion general: es esta misma indiSDacion jus-
tisima la que nos exige el cumplimiento de un deber imperiose. Se
ha derramado sangre inocente en las calles de la capital: se ha der-
ramado cuando ningan partido estaba en armas; cuando la pobla-
cion no estaba sublevada ni pensaba en sublevarse; cuando algunas
manifestaciones que no constituian delitos, con arreglo al Código pe-
nal, no autorizaban al gobierno á sancionar agresiones violentisi-
mas que han producido multitud de desgracias personales. '


»Protestamos, pues, protestamos con toda la energia de nuestra
alma, en nombre de esa misma conservacion del órden que el go-
bierno ha invocado ciegamente, y condenamos ante el pais y la Eu-
ropa civilizada s.cesos sin ejemplo en nuestra historia patria ni en
la de ningun pueblo cuIto, y creemos que esta protesta será la fór-
mula mas exacta de la indignacion general del pais.»


IV.


Mientras esto se hacia, se organizó una comision investigadora
de los grandes crimenes cometidos en esa noche, porque la prensa
preveiaque la informacioD parlamentaria no llegarla á dar resultado
alguno.


Para esto abria suscriciones para los heridos y se constituia en
una especie de providencia revolueionaria. La prensa ministerial no
sabia cómo abordar las cuestiones y salvar á sus hombres del ri-




DlL ULTIMO IOIBON DI ISU~A.. 1I 9
dfeulo y de la oriminalidad que 8ele~ impataba. Narvaez, GODzalez
Bravo y Gutierrez de la Vega fueron los~béroe& de esa lesta,.que 6e
conoce oon el nombre de LaG malanlfU'd6 Sta Daniel.


Los veteranos. ejecutaron admirablemente la& órdenes 'IRe se les
oomanicaban, ~ el gran drama fué puestoeD escena con toda pro"T
piedad. . , .,


EBtre los episodios y peripecias que si8weron lesa horribl6 ca-
tástrofe, debemos citar la 'muerte del ministro de Fomenlo,del 80 ....
liguo apóstata Alcalá Galiano. Si el pueblo liberal tUliese las pre ...
ocupaciones de los partidos. iupersticiosos, debiera verse en esa
muerte un castigo providencial, é indudablemente los disgustos de-
bieron agtviar aquella conciencia en ese suprem~ tranee,'y las
re~riminaciones, los odios, las exigencias, la gravedad de 101 hechos,
los recuerdos de otras épocas y de su antigua popularidad, el temor
á las maldioiones de las madres" á los juicios. de la historia yal ve-
redieto de.!a epinioD; descompusieron aquella materia ya gastada al
siguiente dia de esa noche de víctimas.


Celebrábase cODseje de ministros: Alcalá Galiano, cnya razon se
hallaba perturbada por los- excesos, fué objeto de violentos ataques
por sa conducta contradictoria, las cuestiones se hicieron ágrias, y
asi como en la noche fatal y en la cuestion provocada por sus cir-
culares y disposiciones subsiguientes babia muerto moralmente, á
todas aquellas disputas, á todas aquellas recriminaciones siguió un
violento ataque de apoplegfa. Los ministros vieron entonces un ex ..
pediente, una salida del mal paso en que se encontrahan,.; ya, por-
que la opinion pública se distraia,ya porque haUaba,uD~m.uetto á
quien ec~ar la culpa, 1 que segurameDte DO habria dedésmentir ...
les. Para Ilaoer mu horrible el '0110;, -y faltando á lo que' la ~llBa­
nidad udD&eja, se colocó al enfermo en UD tarruaje, 1ruladándele á
su casa donde sucumbió á las pocas horas. Las balas y las bayo-
netas de la guardia veteran~ habian alcanzado tambien al ministro
que provocara el conflicto.


v.


AJguoos ·hu explieadoJa muer'" de Alcalá Galiano~poJ;,el.l1or­
rilde ,eooér~(),del U}¡tlg, m,uzode ;18Ie. ,.a¡Sabe La ,Epoea, decía
por aquellos días el periédico que habia servido de órgano á los que


TOItoll1. 117




93 O BISTOIlU DEL BEIIUDO
creyeron liberalizar al partido moderado, lo que puede decir esa fe-
cha, los tristes y nefandos recuerdos que encierrAl para las personas
honradas de la edad del selior Galiano, que como el ilustre orador
han pasado su juventud en Cádiz? "Qué condenaeion mas terrible
podia hacerse de 108 últimos sucesos, que recorda~ el dia lO di
mar:zof .


-Nosotros hemos oido á nuestros padres, á nuestros abuelos ha-
blar con horror del dia 10 de marzo; el dia 10 de marzo es el ma-
yor ejemplo de iniquidad del absolutismo, de la traicion y de la bar-
barie.


»No sabemos si el selior Alcalá Galiano recordó al morir ese aciago
dia, ni qué pen.samien'to eruzaria por su pensamiento al prgnunciar
semejan le frase, pero no comprendemos cómo nuestro colega no ha
adivinado la importancia de tocar tan terrible recuerdo.


»EI dia IOde marzo de 18!O, cuando salia el pueblo de Cádiz á
jurar la COBstitucion confiadamente, el batallon de Guias que es-
taba de guarnicion rompió el fuego, resultando multitud de heridos
inocentes, asi hombres indefensos como débiles mujeres é inocentes
nilios.


-La matanza duró algunas horas, y Cádiz no olvidará jamás este
acto de inhumanidad.


»¡Qué fecha tan elocuente!-
El gobierno concedió, sin embargo, á Alcalá Galiano los honores


de capilan· general, pues era el primer ministro que moria en el
desempelio de IU cargo durante la época constitucional.


Durante muchos dias se agitaron lasambicianes y las cábalas
disputándose la herencia funesta de Alealá Galiano. Y sobrevino la
crisis y enfermó el ministro de Estado antes de que se reaolvierá esta
cuestioD. Por fin pasó Orovio á este ministerio, con lo cual se com-
pletaba el triunfo de la reacciono


VI.


En Barcelona se agitó tambienta clase escolar, hubo manifesta-
ciones violen(as, y si el gobernador hubiese tenido la fatal ocurren-
cia de hacerse secundar pOr la fuerza pública para impedir algunos
excesos cometidos por los estudiantes, que rompieron y destrozaron
muebles, cuadros y puertas en el100al, cosa que nQ habia sucedido




981
en Madrid, nadie puede calcular las consecuencias que hubiera traido
en aquella capital, cuyo carácter independiente se aviene poco COD
los alardes de fuerza y con las provocaciones insensatas.


Por fortona hubo prudencia, y los estudiantes, despues de mani-
festar ruidosamente su desagrado y su aversion á los que ponian la
enseftanza al nivel de los tiempos del Borbon perjaro, padre de Isa-
bel, se tranquilizaron, enviando felicitaciones al ex-rector de la uni-
versidad de Madrid y al pfQfesorado independiente.


Los periódicos neos alabahan, como es natoral, al gabinete por
su energía y firmeza, que habia ocasionado cerca de 100 heridos,
muchos de eUos graves, t 4 Ó t 6 muertos en el. acto y un gran au-
mento en las enfermedades, por los sustos y disgustos de las fami-
lias, que vieron en peligro durante muchas horas á sus deudos, y
que se creyeron expuestas á los desmanes de la soldadesca embria-
gada por eJ furor. .


Sobrevino naturalmente un gran conflicto en el ayuntamiento y
diputacion de Madrid, que se res;stieron á obedecer 1 á tratar con
el gobernador, que para nada habia contado en los supremos ttlo-
mentos COD las corporaciones populares, hasta el punto de que se
negasen los concejales á dejarse presidir por aquella autoridad en
las fiestas que, como la de toros, acostumbra á hacerlo, oponién-
dose tambien á que aquella guardia pretoriana, aquellos genfzaros
que habian mirado la poblacion como país enemigo, fueran encar-
gados de mantener el órden. Efectivamente, gracias á ]a interven-
cion de muchas pérsonas prudentes del partido conservador, aquel
conflicto vino á resolverse como el ayuntamiento exigia, y se man-
tuvo el t'trdf;ln sin oUa intervencion que la de los dependientes del
municipio.




_ CAPITULO CIII·


.. ',.' ...... "-


SUMARIO.
" ',"- ...


. ~ ,: '.' ~ . ',. ~


IMérpe.18ibt ~ f:a1deroo(!ollaÍl.tel.~lt111til habilidad desplegada por GQnzalez Bra-
yo.~lica de, Prim.-Cinismo de el diario El gobierno--Sale el gobierno
r¡ue~rantado de la discusion del Senado.-Digna .c~nducla del Ayuntamiento.-
E~honer~cion de Castelar .'-:'Su protesta. .


1.
~ .' I


. Los ~s",.~elt~ .~~ abril, despaes de baber per·tprbado tan
b-'meate ~ ;poWtllioD, l' ,~ pais, debi~D ~er naturalmeo te oijeto
d&Ja.apl'Qti&~OD ;de los ,CU6l'pol:()Olegisladores .. EQ el Senado Cal-
deron Collantes habia anunciado una interpeJacion, J eLdi~ 19 al
reunirse, el ministro de la GobernacioD declaró que se baIlaba dis-
puesto á contestar.


SoJemne era el debate, y mas que nunca importante, mas que
otro. de interés sumo, por cuanto babia forzado á muchos senado-
res progresistas á abandonar la actitud espectante en que se encon-
traban, presentándose en su puesto en el momento en que empe-
zaba el discurso de acusacion, elconde de Reus, Gomez de la Serna,
Olalleta y Cantero.


Largo fué el proceso que abrió al gabinete el sellor Calderon eo-
lIantes. probando perfectamente que DO habia existido verdadera
agresioD por parte del pueblo, to~a vez que los grupos se limitaban




DEL ULTIMO BOUOJU)E .UÑA. 931
á silbar; .sie.,do compl~amente falsos· los partes en que eSe hablaba
de piedras lanzadas á las tropas, pues que ninguna ealle se bállaba
desempedrada y los fiscales no habían visto semejante cuerpo de
delito." Probaba JamlMen eon el testimonio de los ~uquesde Veragua
"J Tamb.mes, 'marqués de 'Molios y otros 'm1adores,que la' Guardia
v~r8Ia a~aba indistintamente á todaslasper,on8$ qUe en'"
contraba por las ctillel~ "'.


,Blgeae18típrim ,.bló pidiendo la disomcion de la Guardia vete-
raDa," y prole stand o á nombre del partido progresista oonira laeoa-
ducla del gQbiérnO que consideraba abusiva.


GODzalez Bravo, con una habilidad extrema, hizo una pintura
fantástica de aquellos acontecimientos, pretendiendo salvar al gabi-
nete sobre quien hacia recaer en pleno la respopsabilidad que al-
gunos senadotesle atribuian á él solo, como ministr-o de la Gober-
oacion.Poco pudo lograr toda la habilidad J persistencia del antiguo
tribuno paradenuar los cargos que ,se le dirigiBil. '


tuzurilga, c&mo consejero de instruceioD pública, tomó'p&tle en
el debate, rectificando Jos errores de Gonzalez Bravo respecte á la
marcha del expediente formado contra los profesores, o mejor dicho,
del proceso abierto contra la instruccion pública, que habia dado
orígená .Jos .acontecimientos, á los desmanes, á los crueles hechos,
que segun este senador, eran clasificados á UDa voz por los que los
habiu:'presencitdo, con el nombre de barbaridad.


11·
~ ,


PIÓIII ;se vió en el caso de replicar al ministro águijaOO '{aromen
por,lb iJUe I~bl&; ,diche m Gobierno (periódico):
, .SIl<lifJflonia'i"decia Prim~' Mn'aquel ~p)omo que suelé, UfÓdeoier ..
tas:l:etteepciu,qU~ 'los se'nadot'es progresistas no pedemes permitir,
y lecboJ&mosiantoiinas, euanto que ellos VieMlD de aC1Wrdo 000 1:0
que ha dicho cierto: periódico ministerial.. . .
G"11l)6IBF~0 lIáb~ dicho queJa actitud de los senadores pro-


gre6i6tas¡octt otros ~tecedentes, justibbln la condu«atlel '@o ...
bier.-.,;, .lfI8to its,que'.8u pres6dciaenaq,ueH08 bancoi;,asUo8ntendia
Prj II! f)jn:-}as- :J!& labEas del ministro y po r ti:s etX plioaciOneSJque !fatDOI
á ver lJIetpaniMicQ,.,babiBn auloriadofA gobierDÓ .par.' 'matar'.
citl"-bo5¡ inttm&JI .' é. ioofeD'iYOs. '




9" ¡-IUSTOlll DU IIIlUDO
EII)eriódico dirigido por Catalina, que aspiraba á paQf de la


direecion del registro de la propiedad á la de ioslruooieD pública,
para herir á mansalva á los profesores y prostituir la ciencia, habia
publicado las sigu\entes lineas que leyó el seoador progresista:


«En la sesioft del senado de ayer tarde \ln suceso inesperado vino
á turbar el silencio con ,que los asistentes oian la ,..sicion d8 118-
dos que iba haciendo el sellor Calderon Collantés .


• .Los murmullos y muestras de extralleza que se hicieron notar
durante algunos segundos, fueron debidos á la entrada de los sena-
dores progresistas en el salon de sesiones. Y por cierto que no habia
motivo para admirarse .


• Para el acero no hay como el imano
»Un motin era la órden del dia .
• El partido progresista no podia faltar en un silio donde la eues-


lion principal era la perturbacion del órdenpúblico,' y \iO'faltó.
»Dfgase ahora que los progresistas no son consecuentes.
»¿Qué valia la razon del tan cacareado retraimiento cuando se tra·


taba de un motin?»
Tan acerados dardos, tan intencionadas frases, hirieron, como era


natural, al marqués de los Castillejos, y dieron un verdadero dis-
gusto que necesitaba explicaciones. As( pronunció refiriéndose á este
asunto, las siguientes palabras:


«Recordando lo que decia el seríor GODzalez Bravo al dirigir un
apóstrofe mordaz á los senadores progresistas, y cuando viene luego
el periódico diciendo lo que ha oido la cámara, no se estraftará mi
excitacion al ministro para que nos explique cuales son esos otros
antecedentes que con los progresistas tengan relaciono


»En cuanto ála cuestion que se debate, el ministro aseguró eon
tono resuelto, que las tropas habian sido hostilizadas, que le habia
hecho fuego contra los soldados, y yo digo que no se ha disparado
un tiro cootra aquelJos ni contra los Guardias veteranos que no lti
son, habiendo estos sin suficiente motivo atacado, y contestado á los
silbidos con cuchilladas, y á los denuestos con tiros .


• Otra alusioo me dirigió el ministro de la Gobernadion refirién-
dose ieiertaspalabras miasen un célebre banquete. Supuso su se-
ríoria haber dicho yo: «quitadmeel ejército y no tepgoincbnveniente
en echarme á la calle .• Por entonces 108 periódicos queDo. estaban
de acuerdo con la actitud de nuestro partido nos provocaban á salir
á la calle diciéndonos que DO tenfamos favor eo palaei& oi influeneia,




DIL ULTIMO BORBON SE ItSP AÑA. 985
en el ejército, ni fuerza en la opinion, á lo cual contesté: -es verdad
que no tenemos fuerza en el ejército, y desgraciadamente que no
tenemos favor en palacio; pero tenogo la conviccion de que el partido
progresista es la gran mayoria del pais.,. Y anadi: -que se retire la
tropa á sus cuarteles, vámonos todos á la calle, y conOtémonos •....
pero no habria que eontarnos porque estariamos 8010s .•


111.


El ministro de la Gobernacion replicó procurando eludir Jas ex-
plicaciones categóricas que pedia el general progresista. Y Orovio
pretendió, citando precisamente los textos que imposibilitaban al
gobierno seguir ]a conducta que habia adoptado en ]a cuestion Cas-
telar, y acusando á Montalvan porque no obedecia órdenes contra-
rias al reglamento y á la ley de instruecion pública,. pretendió, re-
petimos, demostrar que nohabia motivo para el alboroto estudian-
til, causa mas inmediata de los graves sucesos. Pero con esto no
lograba probar sus asertos, ni disminuia la culpabiJidad de los que
á los silbidos habiaD opuesto las bayonetas y las descargas.


Don Cirilo Alvarez habló tambien en esta cuestion recordando la
triste suerte que habian sufrido indefensos ciudadanos expulsados de
los cafés para encontrarse con el peligro y los atropellos en las ca-
lles. la condicion reservada á las familias que se retiraban tranqui-
lamente á sus hogares, y en un rasgo de elocuencia comparó la
conducta del gobierno y sus agentes con un ojeo, con UDa eacerfa
organizada sobre iner~es eiudadanos que no podian escapar á las
pesquisas de la fuerza armada, escalonada y extendida'por todos'los
~mbitos de la poblacion, aun en aquellos sitios á donde no llegaron
las ondulaciones de la Puerta del Sol.


Hn suma, el gobierno, á pesar de la titánica y desesperada locha
que sostuvo el ministro de la Gobernaeion, quedó en las largas se-
ciones del senado muy mal parado, porque como la verdad'y la ra-
zon oír se forjan, ni con el estilo ni con la pasion, ni con elingeoió,
dificil era desnaturalizar los hechos ni oponerse á su lógiea.




936 HISTORIA DEL BlJN.D~.


IV.
. ; ~', .


1-" . ':, " ? ~


El ayuntaDli6llto de Madrid, que habia rechazado t008' relaeloD
con el gobernador, declaró su modo de ver en la cuestioD del 1.· de
abril por medio de la siguiente proposicion que no pudo ser apo-
yada porque el corregidor se opus') á la discusion. .


«Los conc~jales que suscriben piden al excelentísimo ayuntamiento
se sirva apoyar la siguiente deeIaracion: . . -,


IO·El ayuntamiento de Madrid ha visto con profun4o pesar los tris-
tes SU.4e50S de Jos dias 8 y 10 del corriente mes; deplQra Ja sangre
d~rramada de victimas iDocentes, contaDta maa ,amal'gura cuanto
que está convenciooqu~ siJa autoridad oivil \te la.pf9~inc¡a, d~da
so posinion y ()brando cen oportuna prevision y en~rgía, hubiese
negado el permiso que se la pidió para la serenata del dia 8, si des-
pues de concededo no lo hubiese retirado cuando ya nopodia U~gar
á noticia del mayor número de 108 que pensaban concurrir á ella,
y finalmente, si sabiendo ó previendo lo que podia sucedeI: el día 10
previniera y amonestara al sensato vecindario de est() capital á que,
caso de tumulto, no saliera de sus casas, no habriaa ocurrido . las
desgracias que tao hondamente han conlristado y perturbado. el áni-
'mo de. lodos. !t


Na po4ia ser mas explicita la mallifestacion del ayuntamiento, ui
mas clara la condena de los desatentados gobernantes que sU'mieron
á la pobJaeioa de Madrid en ellutQ y eldesqo.Bsaelo..' ..


Por lo demásfueroD por aquellos dias diversas las,ouestionelt que
surgieroD¡ en que el gobernador vió desairada complel$m_ su
autoridad, porque el ayuntamiento. acordó repartir·· fiOOo.rrtS& los
heridos,. qoedando sin disousion otra protesta de &hnerQJl:, en que
se p~ que los tenientes de alcalde abriesen u .. a infQrmacipn gu,.
bernativa·.erca de lo, heehos ooorridos 611 sos reRpeetivos cllstri",
tos,r~liendo. d~spue&.la$ diligencia.· practi""d~ I,\l;~ yqntaD)ie_to
para los ~g\lieates .1Os. :.;.';¡;n.llt::, ¡"


Otra proposicion en que se reclamaba que la suma destinada en
los presupuestos de la municipalidad al so.stenimiento. de la Guardia
veterana dejara de figurar en adelante bajo aquel concepto, intro-
duciéndose una economía. 6 destinándose en adelante con Jos au-




DEL tUfHO BORlON DE ESPAlh. 937
mentos necesarios á costear una seooion, ó compania de guardia
municipal á caballo, fué tomada tambien en consideracion.


En esta última proposicion Se consignaba además, que en todo
8cto Ó procesioD que presidiera el ayuntamiento ó los respectivos
tenientes de alcalde en Jos distrltós, no irian otras tropás que las del
ejército á pié ó á caballo yeso cuando el cuerpo destinado al ser-
vioio de policia urbana no tuviese la fuerza suficiente, ó cuando la
solemnidad fuese tal que por las costumbres ó por las leyes estu-
viese marcada ]a forma del ceremonia], haciendo presente al go-
bierno la conveniencia .de que el tercio de la veterana fuera susti-
tuido por guardias civiles, trasladándole á otro punto, si no se acor-
daba desde luego su disolueion, que mereceria el aplauso de todos
por razones bien claras y evidentes.


v.


Mientras todos estos actos veojan revelando que se hallaba heri-
da de muerte ante el pais aquella situacion y que en todas las cIa-
ses la hostilidad era completa hácia el gobierno, no faltó este á su
propósito; y asi que se hubo encargado Orovio del ministerio de
Fomento, y asi que la efervescencia de la opinion fué calmando y
que los asesinos de ]a Doche del 10 de abril se creyeron bastante
fuertes para proseguir su marcha, toda vez que Zafra se hallaba
dispuesto á cumplimentar las órdenes que se le dirigieran, volvió á
seguirse de nuevo el preconcebido plan, el plan funesto que aca-
baba de ocasionar tantas lágrimas, tal especticulo y tan sangrien-
tos episodios. • >


En vez de cejar en su propósito, en vez de reformar su conducta
ya que la muerte repentina del ministro de Fomento venia á servir
de asidero en que apoyarse, este comunicó al Rector, y el n~evo jefe
de la Uaiversidad central trasladó á Castelar la siguiente Real
órden:


«La Reina (q. D. g.)se ha servido suspender de empleo y sueldo
al catedrático de esa Facultad de Filosofta y letras, don Emilio Caso
tela, contra quien se está instruyendo expediente gubernativo con
arreglo al articulo 110 de la .. Iey de Instruccion pública, á fin de
que tenga cumplido efecto lo dispuesto en el articulo !! del regla-


TO»OIIl. 118




1138 BJlfORI'- DBL I.BlNÁDt
ment9 de universidades, decretado en t! de mayo de 1859 .•


El articulo 17t de la ley dacia asi! -Ningun profesor podrá ser
separado sino en, virtud de sen!encia judicial que le inhabilite para
ejercer su cargo. ó de expediente gubernativo, formado con audien-
cia del interesado y consulta dellWol consejo de Instruccion públi·
ca, en el cual se declare que no cumple con los deberes de su car8o;
que infunde en sus discfpulos doctrinas perniciosas, ó que es indigno
por su conducla moral de pertenecer al profesorado.»


No se habia lIellado ninguna de las formalidades que exige el ar-
ticulo que el ministro citaba y mucbo menos se habian seguido los
trámites marcados en los articulos t! y !3' del reglamento de Uni-
versidades que tamhien se citaban en la real órden; y eran eviden-
temente falsos los argumentos presentados por rOrovio an.le el se-
nado donde fueron perfectamente rebatidos por Luzuriaga, AI-
varez y Gomez de la Serna. Por eso estaba en su derecho el
catedrático despojado al responder, como lo hizo, al Rector con
firmeza segun se desprende de los párrafos que tomamos de esa
contestacion.


cRe$peto como debo, decia el digno catedrático, esta resolucion;
pero entiendo que lin faltar á este respecto, debo protestar ante
V. S. en nombre de 1a6 disposiciones legales en que la real órden
se funda .


• Pro.testo en el fondo porque no me hallo incurso en ninguno de 108
casos que el articulo 170 de la ley de Instruccion establece taxa-
tivamente para proceder contra 101 catedráticos.. . . • . .


»Protesto en la forma, porque aunque yo hubiera dado motivo
legal á que se procediese contra mit S6 ha faltado á todos los trá-
mites establecidos para el procedimiento.. . . . . . . .
• .. 11 • • • • • • •


.. A. todo esto se ha faltado conmigo: no he recibido amonestacion
por mi conducta académica ni por mis acciones; nn he sido citado
ante el Consejo universitario; ignoro Ja falta que se me imputa en
el ejercicio .de la ensel1anza; no se me ha hecho cargo alguno en diez
al10s que Hevo de ejercer el profesorado; en el ministerio consta cuan
irreprensible y celosa ha sido mi conducta académica; soy .catedrá-
tico propietario por rigorosa opo&icion; y al suspenderme ,el gobier-
no de mi cátedra, me despoja .siquier temporalmente de mi propie-
dad, ,iofriQgiende el articulo tOde la ConstituoioD; y al imponerme
P.P' .peQa sin forma de juicio y fuera de los limites de su competeD.-




tBt ULTIMO ¡()IBON DI dUÑA. 989
cia, jnfringe eJ articuJo 9 de Ja CODstitucion; y por consiguiente.,
considerando heridos todos mis derechos de catedrático y de ciu.da-
dano espanol, protesto contra la real órden, reservándome usar de
los recursos que por lo ley me correspondan .•




CAPITULO XXXI.


SUMARIO.


lIiéganse los sustitutos y catedrático~ á ocupar la cátedra de C8stQlar.-Irresolucion
del gobierno y enteresa del claustro univer¡¡itario, ayuntamiento y diputacion de
Madrid.-Discusion en el congreso.-Discurso del general Santiago.-Ataca Ríos
Rosas al ministQrio.-GlWrra de los Estados Unidos.-Muerte de Lincoln .-Abo-
lieion de la esclavitud en Norte-A.mérica.


I.


El gabinete no hallaba un momento de reposo y todo eran obstá-
culos en la marcha reaccionaria que habia emprendido porque la
apinion mas fuerte y mas potente, y las circunstancias, la atmósfera
que se respira en el siglo XIX, habian incapacitado á los hombres
del moderantismo, haciendo imposibles los propósitos de la reac-
eion.


Es claro que habia conseguido arrojar al profesor de su cátedra;
es evidente que habia levantado la bandera del oscurantismo y de
las tinieblas pretendiendo, necio, sofocar el movimiento de las gene-
raciones hácia el destino de la bumanidad. Pero no era tan sencillo
obtener que la cátedra asi prostituida bailase sacerdotes dignos entre
los compalleros de profesorado que se prestasen á contribuir á la
quimérica ilusion gubernamental. Y h, que era lógico que sucediese
vino á acaecer.


Los sustitutos de la .facultad de filosofia y letras se negaron á




DIL ¡LTlM.O BOUQN DI ISPAftl. 941
desempenar la cátedra ocupada por Castelar y todos ellos renuncia-
ron sus cargos quedando cerradas cinco clases sin que todos los es-
fuerzos del Rector, todos los amanos, todas las violencias, los de-
cretos del ministro llegasen á otro resultado que á preparar una
reunion de 108 catedráticos propietarios de dicha facultad, reunion
convocada por el ministro, que tuvo efecto bajo su presidencia el
dia II de abril, y que debia dar .al gobierno una grande y trascen-
dentalleccion de legalidad y de deooro.


11.


El senor Orovio y el director de lnstruccion pública, cuyo pa-
triotismo y amor á la ciencia 'y al profesorado se distinguian per-
fectamente en su conducta y en la perturbacion que habian provo-
cado temerariamente, conducta que revelaba tambien que pertene-
cian á aquella familia de los que ni se arrepienten ni se enmiendan,
se atrevieron á hablar á los profesores citados, en nombre del pa-
triolismo y de la abnegacion, á fin de que se prestasen á llenar el
vacio que se sentía en la ensefianza, desempefiando las cinco cáte-
dras vacantes y cerradas en la Universidad. Como era de esperar
de aquellas dignas personas, prestáronse todas gustosas á lo que se
les pedia con respecto á las cuatro cátedras que habían estado has-
ta entonces en sustitucion; pero en cuaato á Ja de historia de Es-
pafia, desempenada por el setior Castelar, ninguno de sus compa-
neros, por razones de decoro y de dignidad, fáciles de comprender
en vista del escandaloso abuso que se habia cometido con aquel tan
digno y tan apreciado profesor, se prestó á s~stituirla, exponién-
dose por cubrir una grave falta del gobierno á perder su reputacion
y faltar á los sagrados lazos del companerismo.


No hay razon alguDa para obligar á un catedrático á dejar su cá-
tedra y emplearse en estudios y enseDanzas que DO son las suyas
y mas cuando lo que se busca con esto es cubrir la impopularidad
de uoa medida, con el nombre de profesores á quienes Jos alumnos
DO han de respetar forzosamente. Pero el ministro de Fomento, en
su afan de prostituir la ensenanza y el profesorado, acudió á todos
los medios imaginables para vencer aquella resolucion: rogó prime-
ro, trató despues de excitar el amor propio de los catedráticos, ame-
nazó mas tarde, todQ fué inútil: los catedráticos se mantuvieron fir~




94-'1 HIST&RU ni BIDUDO
mes en su resolueioD; y despues de tres horas de ruegos, de ar ...
dides y de amenazas los despidió sin obtener que se doblegaran á
su indigna exigeneia.


111.


El despecho del ministro al ver contrariada S1I foluntad no podía
dejar de dar su resultado, J en efecto, el gobierno tomó una reso ..
lucion dictando varias reales órdenes, encargando las cátedras va-
cantes por dimision de los auxiliares, á los catedráticos de las asig-
naturas análogas, y confiando la de Castelar al sellor Amador de
los Rios. Pero este serlor escribió una respetuosa manifeslacion al
gobierno, exponiendo las gravisimas conseeuencras de este paso y
al mismo tiempo ofreció su dimision si se insistia en encargarle de
la asignatura de Historia.


An te esta decision, que manifestaron de igoal maDera, y uno tras
otro todos los profesores de la facultad, el gobierno comprendió que
era mejor desandar lo andado y recogió aquellas indignas reales
órdenes. y C08 esto y á pesar de las aseveraciones hechas en el Se-
nado por Gonzalez Bravo, las cátedras siguieron cerradas. Pero
dando despues una vuelta mas á esta cuestion insoluble, y obede-
ciendo á las influencias de los oscurantistas que dominaban por
completo al ministerio y á Isabel, el gobierno volvió á remitir las
órdenes á los catedráticos sin omitir la del sellor Amador, quien-
con una firmeza de carácter digna de aplauso, la devolvió al go-
bierno.


RI gobierno quedó irresC'luto, y el Rector de la universidad cabiz-
bajo ante esas muestras de entereza del claustro de Madrid; y tanto
esta corporacion como el Ayuntamiento que no quiso asistir á dar
posesion al alcalde corregidor brigadier Osorio nombrado en reem-
plazo del conde de Belascoain, como la diputaeion provincial que
quedó tambien disuelta y obstinada en no reunirse bajo la presi-
dencia del gobernador Gutiarrez de la Vega, todos dieron pruebas
de buen sentido rechazando á un gobierno que tenia por principales
méritos y. por sistema el abuso de la fuerza, la tirania.




DBL ULTIMO IORDON DE ESPAÑA.. 918


IV.


El general Narvaez no sabia, no podia vivir sino rodeado de la
policfa. Ademas de la guardia veterana que tan bien habia sabido
secundar sus deseos en la famosa noche del 10 de abril, .comenza-
ron á verse por calles y cafés, aquellas genteslde aspecto patibulario
que formaron las antiguas rondas, aquellos esclavos serviles que
por un punado de monedas turbaban sin escrúpulo alguno la paz
de las familias y llevaban al domicilio el dolor y las lágrimas.


La prensa denunció desde luego este nuevo abuso, porque como
langostas se esparcieron por todas las reuniones aquel10s nuevos
seides de la arbitrariedad y del despotismo. El gobierno queria sa-
ber lo que de él se hablaba no para atender las quejas de la opi-
nioD, sino para ahogar esos ayes con la mordazá y con la violencia.


En el congreso pretendió el miDisterio eludir el debate que se in-
tentaba provocar declarándose satisfecha ]a mayorla, pero se pre-
sentaron diferentes proposiciones entre ellas una de la mayorla que
concluia con estas palabras;


«Pedimos al congreso se sirva declarar que el gobierno de S. M.
merece toda su confianza y que dará su apoyo á cuantas medidas
vayan encaminadas á mantener á todo trance el órden público y
salvar á las instituciones del estado.»


Habló el duque de Valencia para rogar á los firmantes que reti-
rasen su proposicion porque á su juicio DO podian prolongarse los
debates sobre una cosa !a demasiado discutida y juzgada; y el mar-
qués de la Merced se levantó' manifestar la uniformidad ,de opi-
niones en .que se encontraba la mayoria respecto del gobierno; y
hecho el sacrificio, el referido diputado volvió á tomar asiento, no
SiD que antes quisiera justificar la conduela presente y futura del
gobierno con la conocida máxima salfU po pul; suprema lea: e8to.


Anunciada despues de esto una interpelacion por el señor Posa-
da Herrera, á que el gobierno rehuyó eontestar, se leyó UDa pro-
posicion en que se decia lo siguiente: .Pedimos al·Congreso se sir- .
va declarar ·que está pronto á prestar su apoyo al gobierno de S.M.
para la represion de los discolo8 '1 la proteccion de los hombres de
bieD .• Y defendida por su autor el mismo Posada Herrera, fué re-




914;
_TOnIA DEI. RlINA DO .


tirada despues de demostrar los crímenes cometidos por los agentes
de la autoridad en las calles de Madrid.


Sucesivamente fueroD discutiéndose las siguientes proposiciones:
Una defendida por el marqués de Vega Armijo en la que se pedia
al congreso se sirviera declarar que habia visto con sentimiento la
conducta observada por el gobierno en los recientes sucesos; otra
de Cánovas en la que se pedia que el congreso declarara que la
mejor garantia del órden p1.Íblieo estriba en la estricta observancia
de 1M leyes; otra del senor Candau :para que se declarase el disgusto
con que se habia visto la conducta de los delegados del gobierno y
que se aplicara á estos el oportuno correctivo; y por último otra de
los senores Rios Rosas, A.lonso Martinez y otros individuos perte-
necientes á las diversas fracciones de la cámara, para ·que el con-
greso se sirviera mandar abrir una informacion parlamentaria sobre
los sucesos del 10.


V.


En esa discusion solemne y grave pudieron notarse incidentes
burlescos. El general Santiago, de quien decia el periódico satírico
Gil Bias que por los largos bigotes y la noble apostura parecia un
Gutierrez de la Vega trasnochado, exclamaba: «He hecho mi earre-
ra paso á paso: la noche del 10 me instalé en la Puerta del Sol; ya
por la tarde veniancuriosos á tomar el pulso á la (uerza pública, y
les hice que se disolvieran por las diferentes arterias que babia á In
mano de ell08; seguian cnriosos con avanzadas de chiquillos que pi-
taban y el honor del Boldado y aquellos grupos eran mis hermanos,
por que el centinela que recibe una consigna ¿quién es el eulpable~
El paisano debe respeto, Ja ordenanza dura; bien, eh? y si on centi-
nela cumple con su deber y el paisano le silba, bien, eh~ ya veis
que el paisano, y el soldado están cumpliendo con su deber; ¿quién
es el ingrato?


-Oub{! un motio que no fué hijo del pueblo de Madrid, noble fiero,
molin sin madre, ningun partido lo prohija.»
. y asf proseguia pronunciando frases incoherentes, siD rela~ion
eon el objeto á que se referia y sirviendo solo para dif\traer el áni-
mo de la concurrencia que no podía reprimir la hilaridad á que la
provocaba tan singular oratoria. .




DEL ULTam BOBBON DI BSUÑ.A. "5
Los demás discursos pronunciados en defensa del gobierno fueron


tambien débiles y descompuestos. La mayoria iba deshaciéndose y
desconcertándose; en cada votacion quedaba quebrantada, cada
discurso abria una nueva brecha, y Rios Rosas, el gigante parla-
mentario, 6n una brillantfsima oracion puso conmovido de la cima á
la base todo el edificio gubernamentaL En ese discurso habló de los
instrumentos miserables. que deshonrahansuuniforme, y todo el
partido moderado, quizá la cámara entera, S8 veia reflejada y aludi·
da en el sangriento apóstrofe. Fué aquello una verdadera Babel; las
voces, las increpaciones, el tumulto era espantoso, y á pésar de las
amenazas, y de los ruegos, y de las instigaciones, Rios Rosas mantu·
vo sus palabras. La volacion de ese dia para que no se abriese la
informacion parlamentaria fué de 155 contra 104., que, como el se-
Ilor Rios Rosas, consideraban necesaria esa formalidad para encon-
trar los verdaderos culpables y exijirles la responsabilidad.
~


VI.


Un gravísimo suceso tenia lugar en estos momentos que distraia
no poco la atencion pública á pesar de que sucedia en el otro he-
misferio. El general Grant, siempre perseverante siempre activo,
jefe de las' fuerzas del Norte en los Estados Unidos, habia ido es-
trechando á los confederados, batiéndolos en detall cercando á su
capital de fortificaciones, 'poniendo alIado de Richmond un campa-
mento, una pobJacion fuerte desde-tIoode·-batia con ventaja al ene-
migo, cronde albergaba sus numerosas huestes y preparaba lo ne-
cesario para exterminar por completo al partido esclavista.


Por fin consiguió su propósito: despees de rudos y sangrientos
combates la poblacion que se creia inespugnable fué tomada. El
ejército confederado en desórden fué perseguido por las numerosas
fuerzas de Graot, y el general Lée transigió á pocas jornadas, di-
solviéndose desde aquel momento todo medio de resistencia. Pero la
reaccion tenia dispuesto á su vez un medio de acabar con los gran-
des hombres de la república. Los negociantes en sangre humana,
los que trafican con ganados de hombres no podian retroceder ante
crimen ninguno y creyéndose ya vencidos, desde Jargo tiempo ve-
nian preparando nn complot para vengar su derrota é impedirla si
era posible. El· asesinat!) era el medio que habian adoptado y el


TOMO 111. la




li6 BlatORJ! DIt BIUUDU
uesinato pusieron en ejecucioo. Hilos creiao que matabM á Un-
coln mataban elprogre80, ahogaban la idea de la red~ncion. Y Lin-
coln fuá sacrificado.


Guando 88 preparaba á amnistiar á ]os enemigos de la humani-
dad, ... cuaodoquerii dar esta última. prueba, reconooiendo que po-
dian por ertor, ó guiados por elegoismo haber sosteoido ·Ia causa
infamé de la trata, halló )a muerte alevosamente dada por un faná·
tico vendido á )08 separatistas.


Al mismo tiempo fué herido el ministro de relaciones extranjeras
que se hallaba lambien en el teatro, y Grant el general vencedor,
otra dI las ,icUmas seftaladas al puftal, pudo libertarse por haber
dejado de asistir á la fiesta, uo'a de las que por causa de la terJDi-
nacion de la guerra: se celebraban.


Lincoln ~abia muerto,pero la redencion del esclavo eataba rea-
lizada.






CAPITULQ ¡XIKn·.


SUIARIO.


Crisis ministerial.-Chispazol revolucionarios.-Descflbrese UDa eon.pi~ion en Va:-
lencia.-Desaparicion del general Prim.-Disolucion de sociedades en toda ~spa­
ñll.-Situacion anómala.-Caida del ministerio.-Sube al poder O'Donnell,-Su
ministerio.


l.


RumoreSCOdsistentes de erisis ministerial, diibisiones de elmdai
autoridades, acordadas destituciones de la8' corporacioIÍ6s-loeMtJs,
interinidad ea los asuntos universitarios; preSentimie~tós pavoro-
sos por UD lado, exagerados temor~s t s1tpuestospl&bespor&tro,
esperanzas 'acariciadas J)()r algunos, vótaciob sobre;elprey4teto de
abandono de Santo Oomin~ en el 'senado; ;b&a'lui-le:;qúe forma"
entonoos el objeto de- todas las CODfersactOtles y de':todO$ 'Jos Ok' ....
culos. '


Desde la noche del 10 de A.bril el ministerio podía consideratsé
en crisis permanente porque, ya una, 1a' otta'~aestr&ft' traia diwr-
géDcias, y en asuntos de import~neia'lÍo,era fkcHv8oirátuI,actter-
do cuando la m~yoria babia dado .y« muestras de iDftbol~ilratioD'
y no babi&afhtidad bastante entre sus mIembros 8¡ na' p&Utica-lle-
finida y crecian los aR',goDismos y Ila'Sexigetloia~ Imesme.gttbi ...
nete s~l'Yia á,¡a '.a®ioo San lAlis st9'poiHa_a;bostilidad· o.l.-fl'8o-
oi on de los Conchas. . ., '




~48 niSTOl\IA DEL n.IlUDo.
Nocedal ha dicho muchas veces que las cosas caen hacia el lado


donde se inclinan, yel gobierno rodaba entonces hácia los abismos
de la reaceion, arrollando al paso á los ayuntamientos, diputaciones,
á 8US antiguos amigos, la libertad d~ pensamiento y de la concien-
eia, la prensa, aquella prensa q»e habia servido de pedestal y de
escala para encumbrarse al ministro de la Gobernacion y algunos
otros de los influyentes en el poder.


Logró á duras pena~ .. , hacer, pa~ar el ~mpréstito y el proyecto de
abandono de la isla de Santo'BOmHJgo: Per()'~era dificil acostumbrar
á aquella mayoría formada para hacer entrar al partido moderado
en una nueva vida, en una nueva politica, la política expansiva, en
la nueva evolucion de represiones que se iniciaba. Y en tanto que
las oposiciones legales consumian la actividad ministerial con sus
continuados y persistentes ataques, proseguia mas que nunca activa
tambien la oposicion revolueioDariaen su tarea de demolicion por
una parte, y de organizacion para un movimiento popular pocos me·
ses antes' fracasado.


'*¡


11.


El general Prim, que ya habia visitado la Albufera con el propó-
~t() 4th4)Jl4r A ,MS~Jk ~OO,bajpor entonces con permiso, régio por
el ~anjer~j,cnaQ~~,:ci~Jo 4iaillegaron á Madrid noti,cias alarman-
tes d~ :VpleQcia,!doD~ill9,deD8yopor la poche debia estalJaruna
¡ublevacion.,'A;visadqel ~itan.gtmer~l por, el8.~rnador, se diri-
Sió al euartel, del regi mien to de Borbon, donde enC~)D t~óat CQronel
«kl :mismo cyel'p().qQD otros,jefes y oficiale~i y de donde se fugó con
gra.vep,eligro -flLg8iieraLdo, Carlo~ Lat~rr6, poni~ndo preso al co-
ronel, á tres jefes del mismo cuerpo y al segundo jeCe del regimiento
de:Vale,ncia. " ,.


Mieptr8$ tanto" el gobernador acudióaJ casino cuyo presidente
el, ,Pari, J "Valero,y.4 peiar ~ laspr~aucioQes adopJadas por los
coDjw.d~,;p;ttdQ pr~ll~el'~davía 1'.ó .. 16,illdividU()&. .


Coo' ~tas "las,,:}'. ;por, ¡*,i bastll.pte gla.Vtl$., coinei4iet,oD ,otras
del ex!ranjero. El '~F.!l\~PtlMl"habi. de8apat~cido d~ Marsella, no
se le eacop,lraba ,por UinIJQft'l,pade, Ji ~supusoque habia fletado
un buque que provisto de armas y conduciendo al :citado general y




DEL ULTIMO BORBON DE ISPAÑ!. 94.t
lL algunos otros amigos, había debido acercarse á las costas de Es-
palla para favorecer el movimiento y ponerse al frente.


En Barcelona oourrió tambien en aquellos dias otro encuentro sin·
guIar. En las inmediaei~nes de Marlorell la Guardia civil que se-
guia á un carro se apoderó de él despues de un ligero tiroteo, en-
contrando muchas bombas de Orsini, pólvora, moniciones y algu-
nos fusiles. Tambien apareció una curella, y registrada Ja easa de
un herrero se hallaron dos callones.


A todo esto el gabinete, mientras funcionaban los consejos de
guerra en diferentes partes, recibia de los representantes extranje-
ros las mas contradictorias noticias respecto al paradero de don Jua11
Primo


111.


Todos estos sucesos debían producir sus naturales consecuencias.
El gobierno adoptó una poreíon de disposiciones; separando á Villa-
looga de la capitanía general d~ Valencia, donde )e reemplazaba
Makenna, relevando tambien al segundo cabo y gobernador del mis-
mo punto, emplazando al marqués de los Castillejos en estos térmi-
nos: .La reina se ha dignado declarar terminada ]a licencia para
viajar por el extranjero, disponiendo que V. E. se presente inme-
diatamente en Madrid, entrando en Espalla por !run y encaminán-
dose directamente á esta capital por el ferro-carril del Norte.»


Lo terminante de esa órden, dirigiéndose á un teniente general,
senador y grande de Espalla de primera clase, revelaba lo grave de
lasituaeion.


Por último, y como quiera que todas estas disposiciones pareciaD
impregnadas en UDa atmósfera de oscuras tintas, reprod.ucimos otra
disposicion de la Gaceta que daba la correspondiente entonacion al
cuadro t~azado por el ministerio, lL grandes si, pero elocuentes y de-
cisivos rasgos:


.Tomando en cuenta la agitacion que produce en los ánimos la
constante asociacion de personas que difnnden y sostienen en distin-
tas reuniones. opiniones ilegales encaminadas á destruir las institu-
ciones y el sistema político vigente, la reina (q. D. g.) se ha dig-
nado mandar que en cumplimiento del art. 5.° de.la ley de !! de
junio de 1864., sobre reuniODes públicas, disuelva V. S. inmedia-




950 lIrSTORlA DIL IRINADO.
tamente todos los casinos, tertulias, reuniones 6 sociedades, cual-
quiera que sea la denominaeion que tengan y el fin aparente que se
propongan, en que se haya tratado ó.se trate de asuntos polfticos y
que á juicio de V. S. puedan contribuir á perturbar la tranquilidad
pública.»


IV.


AquelJa politiea era ya la poHtica del partido moderado hist6rico
con las reformas de Nocedal. Gonzalez Bravo ocupaba entonces dig'-
namente el puesto que habia dejado su pariente el mogigatócrafa
ex -progresista.


Las corporaciones cienUfiC88, los ayuntamientos, los casinos ahora
habian sido objeto de la salia clerical. Poco quedaba ya del parla-
mentarismo, porque la tribuna iba á enmudecer. Pero cada uno de
estos pasos lanzaba gran número de entidades politicas, y muchas
fracciones al campo de Jos amigos de la libert,ad, aislando por com-
pleto al gabinete, que por conservar el hipócrita antifaz constitu-
cional, no era apoyado tampoco eficazmente por los absolutistaff.


y asi marchaba la cuestion revolucionaria, y asi iban desenvol-
viéndose los ,periodos del movimiento, que habla empezado por la
circular Vaamonde y se hallaba ya en la circular Gonzalez Bravo.
. La desdichada mujer de don Francisco, la madre de tantos hijos
que aspiraban á heredar UD trono, á pesar de su orfgen bastardo y
de las vicisitudes de los tiempos, parecía como ignorante de todas
esas escenas, y su nombre solo sonaba cuando habia que arrancar
al contribuyente su propiedad, .al padre anciano su hijo para llevarlo
al ejército, á las familias alguno de sus individuos para llevarlos á
las cárceles, á la emigracion ó á los patibulos. Pero cuando ocur-
rian esas escenas indignas que todos los hombres honrados repro-
baban, cuando sobrevenia alguna calamidad pública como la de la
noche de San Daniel, Isabel enmudecia, decimos mal, premiaba con
largueza á los acuchilladores, sin tener para las vfctimas inocentes
una palabra de cGnsuelo, un solo real que pudiese contribuir á mi-:
ligar su angustia. ¡Tremendo castigo, expiacion severa babia de
conseguir por ese camino la que seguia imperturbable las huellas
de su padre perj~ro y de su ingrata madrel




DBL ULTIMO ~OL80N DI ESPAÑA. 91S1


v.


Ciertamente que la atmósfera iba poniéndose caliginosa; en ver-
dad que el vértigo se hacia en todas las imaginaciones, se apode-
raba de todas lasconciencias. Proseguían las causas contra los ban-
queteadores del.1S de Diarzo, contra los supuestos revoltosos del 10
de abril, contrá Castelar, contra los protestantes de la prensa. Gu-
tierrez de la Vega tenia que abandonar el gobierno civil. El minis-
terio se desmoronaba . .


El rlesdíchado marqués de Zafra no hallaba catedráticos á quie-
nes presidir, y tenia que acudirse al marqués de Morante como una
transaccion. Un senor Campillo tenia bastante valor para sustituir á
Castelar; el hambre obliga á mucho; p'ero log escolares, que guar-
daban todavía los pitos destinados para la ceneerraba de Zafra, ha-
llaron esta ocasion para manifestar su disgusto y su impaciencia, y
demostrar su buen gusto para recbazar al profesor adocenado, coan-
do tenían derecho á recibir las leceion~s de historia en el lenguaje·
brillante y profundo que distinguia al catedrático propietario.


El ayuntamiento y diputacion provincial estaban disueltos; cer-
rados Jos casinos de toda Espalla; llovian 'las denuncias sobre todos
los periódicos, y la prensa, que babia exhalado una queja y se ha-
bia asociado para socorrer á los desgraciados protestando' contra la
inicua barbarie de las autoridades de Madrid, se haHaba tambien
sometida á los tribunales.


Los misteriosos y formidables sueesos de Valencia, aunque abor-
tados, mostraban por otra parte la magnitud de) peligro; é Isabel,
que DO abrigaba compasion, y á quieo no estimulaban nunca loS
sentimientos generosos, llegó á sentir los extremecimientos produ-
cidos por la electricidad revolucionaria.


Poco importaba á aquella reina el compromiso en que quedaban
aquellos ministros que siguiendo sus caprichos fantásticos, envile-
cidos por el amor á UDa carlera, habian sembrado por todas partea
Il ruina y la desolaeion; ella procuraba su salvacion, quería evitar
el peligro, y como dejó á Narvaez con un ministerio formado, para
hacer jurar á Miraflores, y como dejó á Novaliches y á lsturiz en la
crisis última en ridfoulo ante l~s amigos que habian OOQleotido ya
en elevarSe á las poltronas, asf, haciendo escarnio de todo, llevand.




951 HISTORIA DEL REINADO.
SU ClDISQlO hasta el extremo, buscaba meramente una ocasioD, un
pretexto para deshacerse por el momento del general Narvaez que
la comprometía. Juego odioso de compadres, cábalas misteriosas de
los palacios, á que se prestan los cortesanos que no tienen decoro ni
dignidad.


VI.


Prim no parecía J,or parte alguna: acaso en paladio tenian mejo-
res noticias de su paradero. Se le suponía en Bélgica, en Orán, en
Madrid, deciase que habia ido á Caprera á visitar á Gáribaldi, y lo
positivo es que la agitacion era inmensa. Con auxilio de esta pode-
rosa palanca, el unionismo, que estaba sin duda en autos, que tenia
los hilos para salir de aquel 'laberinto, podia utilizar aquellas in-
fluencias ilegitimas contra las cuales habían desenvainado su espada
los generales de Vicálvaro. Que ouJica faltao aliado de los reyes
esos instrumentos eternos espías, que llevan al interior las noticias
que conviene, yal exterior la relacion cronológica de todos los actos,
de todas las miradas, de casi todas las palabras que allf se pronun-
cian, porque alU'las paredes oyen, y aquello que es inaccesible para
la honradez y la virtud, está á todas horas abierto para la infamia
y la iniquidad.


Isabel buscaba, como hemos dicho, la ocasioD; y habiendo el
marqués de Alcanices solicitado jubilacion de los cargos de mayor-
domo y caballerizo mayor de los hijos de su serIora, cuando los mi-
nistros, para hacer ver al pais que poseian la omnímoda confianza
de la Corona, habían designado á Novaliches, eligió Isabel al conde


\ de Ezpeleta, enemigo declarado del gobierno. Ante taoioesperada
decision, Narvaez y sus companeros se creyeron desairados y pre-
sentaron sus dimisiones. .


En la misma tarde, rota y oonfusa por el momento JacalBarilla
clerical, salió el generalisimo de los ejércitos carlistas de Madrid,
dirigiéndose á Lisboa.· •


Habian pasado poco mas de dos meses de la famosa batalla que
comenzó por el asalto de la casa que se construia en la calle de los
Negros; faltaban muy pocos dias tambíen para el aniversario de la
revista de monturas en el campo de Guardias que tambien lo era de
la elevacion al ministerio del duque de Tatuan, sustituyendo al de




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 958
Valencia; era el 11 de junio, y admitida la dimision de Narvaez y
sus amigos, juró su puesto como presidente del nuevo gabinete
O'Donnell. teniendo en esta ocasion á su lado, al indispensable Po-
sada Herrera, en GobernacioD; á Bermudez de Castro, en Estado;
Alooso Martinez, en Hacienda; Calderon Col/antes, en Gracia y Jus-
ticia; Zavala, en Marina; Cánons del Castillo, en Ultramar; Vega
de Armijo, en Fomento.


TOMO nI. no




CAPÍTULO C.xXXHt·


SUMARIO.


Cinismo de la Union liberal.-Opinion de la prensa.-Pequeñez de miras de O'Don-
nell.-Carta de Llano r Pirci.-Manifeitacion contra Gonzalez Bravo,-EI pueblo
lo insulta.


1.


El nuevo ministerio era considerado por todo~, menos por 108
parUdos radicales, como un cambio esencialmente fundamental en
la marcha polilica seguida en este último periodo por el gabinete
presidido por el duque de Valencia.


Como en 1858, Isabel, temerosa de hallarse en el compromiso de
hablar nuevamente ante las cortes y anle el pais de equivocaciones
lamentables, se entregaba al conspirador eterno, al que firmaba el
programa de Manzanares, para salvarse rlel inminente riesgo. Por-
que, como en 1858, el duque de Tetuan habia agregado S!lS ele-
mentos á todos los demás elementos revolucionarios; porque el du-
que de Tetuan mandaba una cuadrilla de aventureros, qne, por su
volubilidad y su cinismo, por su audacia y elasticidad, se prestaba
á todas las combinaciones, á todas las cábalas, y servia, como vul-
garmente se dice, lo mismo para un fregado que para un barrido.


Esa legion de advenedizos, que habia formado las fortunas aliado
del presupuesto, se hallaba siempre en disposicion de aventurarlo
todo á un albur alhagando las pasiones populares y cobrando el ba-




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 955
ríl(O ea (ílS' lIa(eS's(lIS' pa(aereg8S'. r ea f8ó8 s( (aa'o a'e (as ClI{VO
Asensio y de los Riveros, y en 1865, detrás de la toga de Castelar
asestaban sus tiros á palacio, haciendo de los cadáveres de! 10 da
abril, pedestal para elevarse y enganando arteramente á tirios y á
troyanos.


¿Qué iba á suceder entonces?


11.


La Regelleracion decia que la: caida del gabinete y el nombra-
miento del nuevo le habia producido la misma impresion que la que
produciria en UD hombre que va corriendó rápidamente un cambio
repentino de curso.


El Cmltemporáneo se preguntaba: e¿Es esto lo que demandaba la
opinion del país ya un tanto sobreexcitada? Creemos sinceramente
que si.


»¿L1ega el nuevo ministerio á tiempo todavfa para evitar sucesos
que todos consideraban como inminentes' No se puede vacilar en
contestar afirmativamente.


»¿Seria inmensa su responsabilidad si no lo hiciera? Tampoco
cabe género alguno de duda.


»¿Cuál es el camino que debe seguir para realizar la gran mision
que está llamado á Uenar~ El que los individuos de este ministerio
señalaban con nosotros desde los escalios de la oposicion. J)


y La PolltlCa formulaba la bandera del nuevo gabinete con estas
palabras: «Legalidad estricta á costa de las mayorea dificultades y
ningun miedo á la libertad.


La Democracia resumia y concretaba todos los cargos á que se
habia hecho O 'Donnell acreed()l' en todas sus exhibiciones, y termi-
naba así:


«El partido conservador ha ensayado todos los medios posibles de
transaecion entre la autoridad y la libertad, y todos le han salido
vanos, todos fallidos; no tieríe ya mas mediJs que ensayar y se per-
derá. Este es su ultimo dia, e3ta es su ultima hora. Su destino es
muy semejante al del general Narvaez; su horóscopo puede leerse
en la historia del ministerio que ha sucumbido .•




956 mS'lOIIA DEJa REINADO


111.


En esta ocasion, ni O'DoDnell quiso manifestarse tan parsimo-
nioso eomo en 1858, ni los partidos populares mostraron la bene-
volencia, la candidez de suspender todo ataque, de tratar su armis-
tieio como lo habian hecho en aquella ocasiono


El partido democrático habia pedido que la Italia una, fuese re-
conocida, y O'Donnell prometia reconocer á Italia. Habia pretendido
que la imprenta fuese respetada y libre, y la imprenta fué por de
pronto amnistiada, mientras llegaba el momento en que no hubiera
de temer mas que la accjon siempre inteligente del jurado; habia
reclamado eontra la horrible infraccion de las leyes de órden público,
J O'Donnell prometia que la observancia de las leyes seria en ade-
lante toda la garanUa y toda Ja defensa del órden públieo. ¿Qué mas?
La reforma eleetoral, la abolicion de los distritos, la modifieacion
del censo, el iagreso de nuevos ciudadanos en la vida pública.


El ministerio O'Donnell, pues, se rendía ante la opinion, procu-
raba halagarla, desarmar la revolucion cuyo poder no desconocía,
todo en provecho de siniestros planes de dominio, todo á beneficio
de las ambiciones personales que se disponian á seguir explotando
el presupuesto, y que necesitaban captarse la benevolencia, el afecto
de la multitud.


Asi la situacion se complicaba cada vez mas sin que bastasen las
tardfas concesiones á impedir la marcha de la impetuosa corriente
que se desbordaba.


¿A. qué situacion conducia todo esto' Posada Berrera declaraba en
el congreso que todas las cuestiones se resolverian por el criterio de
la libertad; era realizar el ideal de ]a democracia; era hacer la re-
volucion desde el poder.


IV.


¿Pero era, podia Ser serio todo esto? ¿No se veia alli la astucia
refinada y maquiavélicá del unionista que espera la presa para lan-
zarse á ella? ¿No se tomaban en eueBta )a hipoeresia y las cabalfs-
tieas indicaciones de los hombres de la Un ion liberal? Pues era pre-




DEL ULTIMO ¡OBRON DE ESPAÑA. 957
ciso tener bien presente que el funesto partido sabia plegarse y
amoldarse á todo siempre que le fuese. permitido.


Los partidos Hberales debian desconfiar y desconfiaban, debian
proseguir perseverantes en su odio contra las fracciones del mode-
rantismo, porque si la Union aparecia revolucionaria en la oposicioD,
al contacto de palacio se transformaba por completo y se apelJidaba
partido conservador.


Los que se habian sublevado contra las camarillas irresponsables
y llevaron despues el cirio de San Pascual, no podían ofrecer mu-
chas garantías de firmeza en la senda de constitueionalismo en que
aparecian colocados. Y toda aquella fraseologia, y todo aquel ca-
suismo, y ]as declaraciones verdaderamente liberalescas de la turba
vicalvarista, no conducían á otra cosa que á adormecer el espiritu
público, á sacar de su ahogo á la familia Borbónica para que esta,
agradecida, pudiera premiar ámpliamente los servicios y continuar
otra vez aquel diabólico turno de Narvaez á O'Donnel1, y de Noce-
dal á Gonzalez Bravo Ó Posada Herrera, ó sea de las hecatombes
de 1856 á la sangrienta noche del 10 de abril.


Narvaez marchó á Loja. los hombres de Vicálvaro explicaron su
programa, ]0 ampliaron, hablaron del reconocimiento de Italia, hu-
bo crisis, cayeron en desaliento, amenazaron, las pandillas pala-
ciegas ret,rocedieron á su vez y la conjuracion contra los obstáculos
tradicionales persistió mas que nunca porque realmente mas que
nunca peligraba la libertad en manos de aquellos facciosos hi-
pócritas, en manos de aquellos aventureros SiD conciencia y sin
pudor.


v.


Aparici y Guijarro haciendo una escursion de la ley electoral al
reconocimiento del reino de Italia se deshizo en lamentaciones pe-
nosas anunciando males graves porque el espiritu diabólico anidaba
en las universidades y el gQbierno reponia en sus puestos á Caste-
lar su primo y á Montalban el desobediente; porque tambien se
pactaba CaD el rey hereje, con el hombre que se habia atrevido á
deshacer en Castelfidardo las legiones papales.


Todo esto no impedia, sin embargo, que los miserables instru-
mentos de que habia hablado Rios Rosas asistiesen á la plaza de




958 RISTORU DIL BEINADO
toros produciendo una gran perturbacion la vista de la veterana en
los bulliciosos espectadores'y Clriginando conflictos diariamente la
no disoJucion de aquel cuerpo que excitaba recuerdos dolorosos y
repugnantes en toda la poblacion.


Con ocasion de haber dicho la Correspondencia que se queria obli-
gar á Llano y Perci á presidir la plaza, escribió este una carta con-
cebida en estos términos:


«No tenia la mas leve noticia de que se hubiese pensado en obli-
garme á presidir el domingo la corrida de toros hasta que asf lo he
leido en la publicacion que V. redacta; pero debo manifestarle, para
que todos lo sepan, que no una, sino cien varas de teniente alcalde
que tuvil3se, las cien quedarían hechas pedazos antes que resignar-
me á ocupar la presidencia en otras condiciones, que las en que presi.
d,ó el conde de BelasiJoain, y presentando la plaza el mi~mo aspeoto
que entonces.


» Yo, como mis queridos compatieros, tomé este acuerdo solemne:
yo adquiri este compromiso que es de lealtad y decoro; yo para ser
respetado de los demás, necesito empezar por respetarme á mi mis-
mo. Elegido por el pueblo, con el pueblo de Madrid estaré siem-
pre.»


y cierto es que si hubieran tomado la cuerda determinacion de no
presentar en la plaza á los verdugos del pueblo, dejándola á cargo
de la autoridad popular, se hubiese evitado el escándalo que Gon-
zalez Bravo provocó presentándose cínico en un palco á arrostrar
las iras de la multitud.


VI.


El~hecbo barto significativo, que revelaba el ódio que babia sa-
bido captarse el antiguo tribuno. el folletinista de El Guirigay, yal
propio tiempo el desprecio con que el pueblo mira á la tiraoia, pa-
gando con silbidos las cuchilladas, los mandobles, las descargas y
los bayonetazos, debió mortificar. con todo á la corte taoto como á
Gonzalez Bravo que fué objeto de la manifestacion. Despues de al-
gunas chanzonetas dirigidas desde el tendido, al llegar la ocasion
de matar el toro sonó una voz estentórea que decia: i Que lo mate
lbrahim! Y de todos los árgulos de la plaza partieron aplausos y
silbidos J voces, J aqueno hubiera acabado en tumulto, y en tu-




DEL ULTIMO BORBON DE ISPAÑÁ. 959
multo grave, si el ex-ministro no hubiese hurtado el cuerpo a las
miradas de los espeotadores. La fiesta continuó entonces sin nove-
dad; pero pocos dias despues fué Gonzalez Braw insultado en las
calles, porque.el pueblo no podía consentir que viviese á su lado
aquel hombre que babia quebrantado las leyes, que habia hecho
ludibrio de todas las creencias, que habia faltado á todos los jura-
mentos, que se prestaba á todas las exigencias de una corte prosti-
tuida, de la hija de aquella á quien habia llamado la gran prosti·
tuta, él que se habia rebajado hasta hacerse cómplice en los prime-
ros días de su reinado, cuando se la declaró mayor de edad, de crí-
menes sangrientos; él que había aceptado en los últimos meses el
patronato de la camarilla carlista que se sentaba gozosa aliado del
trono. El que transigió cobarde con los caprichos de la camarilla
que invocó antes al pretendiente don Carlos, pero que se cree dig-
namente representada, para mayor gloria de la religion, porla aN-
gUIla pareja que explotando )a sangre liberal habia santificado á los
inquisitoriales, les habia sobrepuesto, les colmaba de honores y ri-
quezas para que bendijeran sus crimenes y sus liviandades.




«


CAPITULO CXXXIV·


SUMARIO.


Conjuracion episcopal.-Persecucion contra la prellsa.-Opinion de la Epoca.-Docu-
mento democrático.


L


El reconocimiento del reino de Italia, que era el sfm~olo de la
llueva situacion, de que pretendia hacer pasar como poJiticaliberal,
como podia haber sido tambien politica del parti~o moderado si este
no hubiese tenido un Arrazola y un Seijas en las entranas de aquel
gabinete que .se habia venido abajo por obedecer á los mojigatócra-
tas y prestarse á las veleidades canrichosas de los Nocedales y A.pa-
ricis, el reconocimiento de Italia hallaba en aquellas cortes elegidas
bajo los auspicios de GODzalez Bravo cierta invencible repugnancia:
en la prensa neo-católica, oposicion sangrienta; en el episcopado,
una ardiente enemistad y todo género de protestas.


Era en verdad triste para los gobiernos en aquel momento histó-
rico verse atraidos y rechazados alternativamente, porque los dos
extremos, la reaocion y la libertad organilaban sus huestes para re-
nir la gran batalla, para hacer la verdadera campalia, la lucha de
principio contra principio, de la loz contra las tinieblas, de la fe pro-
fanda contra el escepticismo frailesco. Y los gobiernos oscilaban; y
los partidos medios, esos parásitos de la politica, esos especulado-




DlL ItTIMO DOItIO« DI MUÑA.. 961
res que solo bUBtaD satisfacer ambiciones con sus medias tintas~ con
sus conveniencias é inconveniencias, con su flexibilidad. elástica,
quedaban en completa derrota, perdian su tiempo en aplazamientos,
tomando actitudes diversas, que á fuerza de ser trágicas y de que-
rer aparecer levantadas caian en el ridieulo.


y Jos gobiernos, moderados ó unioDistas, sectarios de O' DonneIl
ó sectarios de Narvaez. habian de aparecer débiles¡ transigiendo con
la reaccion ó con la revolucion, sin poder mostrar aquella altanera
independencia que pretendian cifrar en lo que llamaban sistema re·
presentativo, teoria constitucional.


Se haHaban frente á frente entonces la majestad del pueblo '1
aquella otra ficticia majestad, que por espacio de tantos siglos se
babia arrogado indebidamente la soberanfa.


11.


Era pues patente la conjuracion episcopal, y el gobierno, que pu-
do llegar á creer que el arzobispo de Búrgos, encargado de la edu-
cacion religiosa del hijo de Isabel, seria dócil instrumento y podria
servir para oponerse como ejemplo á algunos otros, vino á hacer
perder esa i1usion, protestando corno tantos otros.


Era natural todo esto, porque los ultramontanos vanian desde
mucho tiempo fortificándose, estrechándose, extendiéndose, elevan-
do una barricada del trono contra las instituciones, contra el trono,
contra la soberania del pueblo á quien los p'arlamentarios veDian
diezm8ndo, y oponían tambien terrible resistencia. El cJero ~teia
poder batir á la Uoíon liberal é imponerse al pueblo despues. ta
UnioR liberal queria el poder á todo trance y buscaba el apoyo po-
pular para lo que llamaba medidas liberales, esperando que, una
vez destruidos los planes del poder negro, podria negociar tambien
con los clericales para imponerse al pueblo, doble juego que no de-
bia producir Jos resultados que esperaba, y que podia servir solo
á la reaecion ó á la revolucion.


Como muestra de que el general O'Donnell y la pandilla vicalva-
rista habia aprendido poeo, ó mejor dicho, de que pertenecía á la
escuela de los que ni se arrepienten ni se enmiendan, podia verse
en las correspondencias del Diario de Barulona, tan intimamente
enlazado con el general, y que tantas veces sirvieron de tema á las


TOMO ur. Uf




96! RUITOBIA DEL IlnUDO
combinaciones por revelar el pensamiento dominante en el vicalva-
rismo.


Decia en una de ellas:
.El general O'Donnell, cuya teorfa es, que el mejor medio de


evitar Ja revolucion es no dar pretexto para ella, está adquiriendo el
derecbo de tratarla con crueldad inexorable, por lo mismo que no
la provoca, y lo bará.»


111.


tos O'DonneJlistas se hallaban completamente ciegos; se creían
fuertes porque se ballahan en palacio, se creían populares, porque
salían de los clubs y hablaban cierto lenguaje patibulario, convir-
tiéndose en matones, que miraban de reojo á sus adversarios.


y entre tanto, el ejército clerical se prevenia, formaba en batalla,
bostilizaba por fin en toda la linea á los Jiberales; en UD dia, en una
hora misma, se predicaba en multitud de iglesias en todas las pro-
vincias; el carlismo se agitaba en todas partes; hablábase de una
adquisicion, de un general moderado que contaba con 30,000 hom-
bres, y habia recibido 8.000,000 para ponerse al frente de la in-
surreccion absolutista.


Por fin el gobierno despues de muchas dilaciones y de uoa resiso
tencia desesperada, logró arrancar á sor Patrocinio de las inmedia-
ciones de palacio, y O'Donnell osaba el lenguaje que hemos visto,
porque era O'Donnell el que inspiraba al corresponsal de el Diario
de Baree/ofta.


Se predicaba en todos los púlpitos, sedecidia por todos los obis-
pos, que los compradores de bienes nacionales no serian absueltos si
no se atenian á 108 mandatos eclesiásticos, empleando sus bienes en
cosas útiles, y que pudieran en ciertos casos admitirse transacciones
siempre que dejaran algo á favor de la Iglesia.


«En caso de persecucion del clero, decia alguD obispo, no tendrá
otro medio para llenar su ministerio que clamar desde la cátedra
del Espíritu Santo contra el lIberalismo condenado por la lilesia.»


E Isabél que patrocinaba la resistencia de esos magnates; et>nvi·
daba á comer á esos ministros que sedecian liberales. Caos horri-
ble verdaderamente y tremenda conducta que debia dar desastrosos
resultados.




DIt tIJ¡TIKO DonON DE IBUijA. 963
Entonces comenzó de nuevo la perseoucion contra la prensa, yel


general O'DonneH mostraba sus complaoencias á su sellora, casti-
gando á los que pedian la libertad de pensamiento, á los que reeha-
zaban la influencia de un gobierno extranjero.


IV.


¿Quá se habian hecho las teorlas proclamadas en los célebres ar-
ticulos de M;6terio6 11 med.~emol? ¿Qué aquenas reiteradas promesas
de destruir las camarillas, y de llevar adelante el pensamiento libe-
ral proclamado por el O'Donnellismo? ¡Liberal O'Donnell! Narvaez,
por lo menos, habia mandado á Inglaterra notas muy diferentes á
las que el general O'Donnell envió cuando la guerra de Afriea. Nar-
vaez habia arrojado á la camarilla una vez, y durante su última es-
tancia en el poder, dió cinco meses de libertad á la prensa, mien-
tras que el general O'Donnell, á los veinte y cuatro dias de minis-
terio babia hecho ya once denuncias, y no se atrevia á reconocer el
reino de Italia. Llevaba tortuosamente esta cuestion por medio de
notas incoloras, y creia hacer lo bastante para captarse el aprecio de
los liberales.


En una cosa quiso manifestar, bien ó mal, que era consecuente,
dando un reglamento para ejecutar la ley de imprenta de Cánovas
del Castillo, en lo relativo al jurado.


Por entonces los periódicos conservadores presentianya la proxi-
midad de sucesos trascendentales, y La Epoca publicaba lassiguien-
tes lineas: .


«Pero no es menos cierto que, á juzgar por la actitud de los par-
tidos extremos, de la prensa radical, y de la superficie de la soCie-
dad espanola, . dirfase que se ha obrado una revolocion en los senti-
mientos de nuestra 'patria, y que estamos en vísperas de una revo-
lucion como la que acabó con la monarquía en Francia. Los partidos
son solo dinásticos mientras están en el poder, y no piensan ,que el
mal que causan cuando están en las· oposiciones apasionadas, llibra
alternativamente en la nacion.. . ... ~ ,,'


Cuando tal deci~ La BpolfJ, teni"a sus. razones para hacerlo."




96j¡ BItl'OBlA DEL .¡¡NA»I


v.


En el mes de julio publicó La Democracia, los siguientes docu-
mentos:


«Los individuos del comité democrático dimisionarios, á sus co-
mitentes:


lOUlce un alio, la previsioa do acontooimieDlo! q,u6 boy pl:~iente
la mlciOQ entera, imponia al partido, oomoeráJiQo. aUQS deberes que
cumplir: debía imprimir á sus numerosas buestetda unidad, de f)en-
samiento J I:W aecion que reclamaban imperiosamente las circuns-
tanci$S, y dictaba el patrioti$mo.
lOT~es ban sido. 6,1 origen. y la, mision del pal'lidodemocrático que


se reunió en eat. (lort~ con los J;epreseptantes de.muchas provineia81
El primer aQto toé el manifies.to qUE) acaba de ver la luz pública.
dec]aracioo solemn~" unanimemente aceptada, que contiene todos
Iosprincipioa basta hoy proclamados por la dero,oeracia espanola.
al)esgraciadam~nte no (ué dado á IQS que suscriben, seguir daDdo


su débil cOQP~a~íon ª la CQl'Qun empre$a. Acuerdos tomados en las
dos sesiones subsiguientes por los miembros del comité que perma-
neciaQ el) Madrid, Ilevab.n al partido democrátiQO por UD sendero
poco qepv~ni~l).~e, el) cOPceptQ nuestro, extraviado, respetando la
opinion de los otros y salvando $ieC\l.pr,e la. pureza de las intencio-
nes, po de~eriamo$ con'ill.U~ haciendo porte del comité; antes si
dejar á la, may.Qfia. pr~J)"te, sin opo~icion ni Qbstáculos de ningun
género, seguir la marcha que creyese acertada, y dejarles tambien
]a responsabilidad del yerro, &\10 habia, (de la gloria del éxito si
lo alcanzaba.


lOPor e&Q dirigiqlOs desde luegQ á la corporaQ\QIJ nuestra renUD-
cia en 7 de abril~ y hoy, ~iQ h~ presion de aquellas circunstancias,
y pubHcadQ el D\aoifiesto q~e b~biamos suscrito como bandera de
la democra~ia, podemos ya, y debem,os dar cuenta á nuestros 00-
m.i~nte~ t ~t pais, de esta resolucion penosa. que no:¡ presc.tibia la
dignidad misma de nuestro mandato ~ el interés del RattidA, tales
euales DOSQ\tO~ los com,l,>r~ndemo.l! yap.(eQ.iIJll..~ «;l,n n~e&tra coo~ieD­
cia de hombres públicos, y'por elprisma del patriotismo. Nos hemos
retirado del comité, entiéndase bien, pero no hemos abandonado
nuestro empelio. En presencia del enemigo hemos ido á buscar el




DBL ULTJMO JOIBON DB ISPAÑA. 965
puesto de peligro que sin mengua podiamos ocupar como antiguos
y leales soldados de la revoluciono En él estaremos cuantas veces
nos llamen al combate la defensa de nuestroi prinoipios y )a salva-
cion del pais y de )a libertad.


»Voluntariamente despojados de la bonrosa y elevada vestidura
de representantes de las provincias, volvemos á ocupar nuestra hu-
milde posicion en las filas democráticas, sin suscitar escisiones, ni
promover diferencias que 6erial\ el men.oscaho y la ruina de la causa
del pueblo, unida bOJ á los esfuerzos y perseverante energia del
partido democrático.


-La union de todos los demóerat3s; la organizacion firmisima de
la democracia, hé aqui los supremos objetos que nos hallaran pron-
tos á emplear . todos nuestros derechos, nuestra incansable accion,
y hasta nuestra propia sangre, si con sangre bubieran de obte-
nerse.


-Por fortuna, la democracia, proscríla hace muchos afios de las
reuniones públtcas '. gozará al c$bo en toda~ partes de ese derecho
comun que nadie puede arrebatarle. Allí concurrieron los. dewócra-
tas en su mayor número: allf tendremos la ocasion de manifestar
nuestras opiniones y sostener nuestra conducta; alU, en fin, incli-
naron todos la cabeza aote la voluntad del partido, pública y solem-
nemente expre'sada.


-Nosotros, ~a Qual fuere· el· acue.rdo de la. mayorfa, seremos en-
\OBoes los primeros en dar ejQIDplo de $ubordinacion, de concierto,
de union ••





· .\.


CAPITULO CIXXV·


SUMARIO.


Duali~mo en el partido democrático.-Manifestacion de Figueras.-Las coaliciones son
siempre funestas.-Manifiesto de Rivero.-La gran traicion del conde Mirabeau.


1.


Ese documento, fechado el 16 de julio, qué hemos insertado en
el capitulo anterior por su importancia suma en aquello. solemnes
momentos, llevaba las firmas de Rivero, Figueras, Sornf, Garcia Lo-
pez, Chao, Rodriguez Garcia, Salmeron, Gomez Marin, Molio!, Fer-
nando Gonzalez, Modesto Blanco y Marcelino Franco.


Esa division en el seno de la asamblea republicana, revelaba las
dos tendencias dé fusionarse ó no fusionarse, de confundirse ó no
confundirse en el seno de esa coalicion informe y deforme á que se
aspiraba por algunos, y que seducia á muchos, con el partido que
tenia en su seno á la gran calamidad política á quien saludaba Ri-
yero en el banquete de la fonda Espano/a, hablando de la tangente
lominosa. •


¿Por qué se habian dividido aquellos que parecian dispuestos á
marchar hasta-los precipicios con el partido progresista guiado por
don Juan Ptim' No acertamos á comprenderlo, pero en el seno mis-
mo del partido existia una gran perturbacion, y poco des pues se
publicaba una protesta enérgica contra 108 que habían puesto el




Dír. ÚLTIMO JOBION ni ISP!U. 96'7
partido democrático á las órdenes de don Juan Prim, á quien se lla-
maba desautorizado, y en que se desautorizaba al comité por vicios
en la eleccion siendo de notar que La Discu.ion, que habia hecho
guerra á la fusion, á la buena inteligencia COD el partido que lla-
mándose popular habia causado tantos perjuicios al pueblo siempre
que ocupaba el poder, pasteleaba entonces y venia á aumentar las
tinieblas que reinaban en la conducta de losdiferéntes grupos en que
por el momento se dividia el partido democrático.


11.


Nuevos comunicados de Rivero y Figueras vinieron á mostrar
tambien las imprudeneias de los que, á titulo de revolucionarios,
pero escasos de ciencia poHtica y de conocimiento histórico, se de-
jaban arrastrar por impresiones' un concubioaje, á una alianza fu-
nesta, y gritaban en los periódicos hablando de resanados de O'Don-
neH, y de resellados del progreso. Hasta tal punto llegó la cuestioo,
que Figueras decia eo su contestacioo: «No tema usted, pues, selior
director de La Democracia, que me reselle. Vuelva usted la vista á
otra parte y procure que con motivos mas ó menos especiosos no se
subordine la aceion de nuestro partid~ á los interesel y convenien-
cias de otro, que, aun cuando sea Jiberal, puede en lDomentos dados,
que quizá ooestéo lejanos, dirigir sus fuerzas como lo ha hecho
otras veces, á combatir al que nosotros pertenecemos.» .


E8 que bajo toda. aquella marejada, en medio del turbion de ve-
leidades, en aquel caos donde los demócratas por impaciencia se
confundian con las oposiciones simplemente dinásticas, y cuando le
fraguaban las conspiraciones para derrocar á Isabel, cosa en que
convenían todos los partidos, hasta los moderados, basta los que se
habian llamado isabelinos, debíaD producirse dudas y enemistades,
porque los hombres de conciencia aceptando como necesaria la re-
volucion, comprendian como los partidos consorvaderes, segun La
Epoca lo habia revelado, que no la persona de Isabel, la institucion
del trono servida por aquellas obas instituciones, por la clerigalla,
por la aristooracia,. por todos 108 tra6cantes, era el verdadero, el
único obstáculo, el obstáculo tradicional.


y cuando el partido republieano, cuando 108 hombres de la de ..
mocracia se apegaban, se subordinaban á las miras caprichosas del




988 81ITOII! lit Illl'UJO
progresismo, revalaball en nulidad y venia n á coDfesar IIU impoten-
cia, abdicando en aquellos que podian tener por el momento resen-
timientos que vengar~ pero qUé no tenian principios fijos y perma-
nentes que oponer y que establecer, principios que el partido repu-
blicano debía oonservar integros y puros, porque eran la esperanza
y la agreola de lo porvenir.


y en totMpartiOO CfU.' se ooaliga pública y solemnemente con
otros, por mas que .,tlieran llamarse afines, ha de producirse como
se produjo entonces, un cisma, una division profundfsima que el
autor de estas )fneas y sus amigos, procuraron entonces evitar, y
que se hubiese evitado para mas adelante, permaneciendo en su
puesto con su bandera, sin vacilar un momento, porque estos pro-
metiesen ó los otros se quejaran, porque 8e temiera ó se esperase,
porque los unos avanzasen ó 1laquearan 101 otros.


111.


El retraimiento era digno; pero la prudencia aconsejaba, como ya
mas de una vez hemos repetido, que el partido democrático no diese
el triste espectáculo de asociarse á los hombres funestos del progre-
sismo, al ya desacreditado don Juan Prim, al no menos desautori-
zado Olózaga, á todas aquellas mómias ~ todos aquellos santones
que por ineptitud, por venalidad, ó por otras causas habian una y
otra vez perdido la causa de la libertad.


Claro está que en el dia del combate, si el compate llegaba, al
lado de Jos hijos del pueblo, que !!eguian !lun á los antiguos san-
tones. progresistas, se batiria la juventud que se habian renovado
por las benéficas auras y los principios de la democracia. Pero en
aquella hora suprema iba á destruirse al comUD enemigo. ningun
compromiso se adquiria, no se establecia solidaridad y rada eual
conservaba integra su libertad de accion para el dia siguiente. Pero
en la8 cábalas del conciliábulo, en las tenebrosidades del club se
contraen compromisos, se sueltan prendas, se hacen concesiones,
y los hombres y las cosas se mezclan y vienen .luego ya tarde los
arrepentimientos y las declaracione8 intempestivas.


los que lean estas palabras que escribia Rivero el 18 de Julio de
1865 no podrian comprender ni explicarse lo que posteriormente




DEL ULTIMO Bf¡RB(~N ni ESPAÑA. 969
ha sucedido SiDO por ese afan de buscar aventuras, de aumentar el
número pero aumentaado tambien las confusiones. '


«El hombre decia, que en 1856, apenas terminado el comba-
te, disperso el partido liberal, consternado Madrid, empapadas
las calles de sangre, emprendió desde su redaccion acribillada
á balazos, un combate á muerte contra la dictadura de O'Don-
nell, basta verla hundirse entre los escombros que ella misma ha-


• bia amonlonado: el que en 1858 se atrajo las iras del partido pro-
gresista, y las furibundas censuras de La Iheria porque rompió
desde luego abiertamente con la Union libera], y no se colocaba en
la procedente eapee/allva de aquel partido y de aquel periódico: el
que tuvo solo la firmeza de protestar antes de sentarse en los esca-
nos del congreso contra la legalidad de cuanto se habia hecho en
Espana desde la violenta disolucion de las cortes constituyentes: el
que, en fin, durante ocho arios ora en la prensa, ora en la tribuna
ha combatido sin descanso á O'Donnell y á la Union liberal,.créame
V. serior director, no cOlre e] riesgo de esas suposiciones tan ab-
surdas, que tan innecesariamente excitan las iras de V. Y de La De-
mocracia.


»La Union liberal, no ha sido para mi una verdadera parcialidad
politica en el sentido reeto y comprensivo de esta palabra; la Uníon
liberal es la coalicion variable y pasajera de los restos putrefactos
de los partidos medios que se asocian en momentos de inminente
peligro para impedir las invasiones de la revolucion y dt3 la demo-
cracia, De aqui esa vistosa variedad de retazos y de remiendos de
que se muestra adornada en cada una de sus apariciones: de aqui
su g,nerra á muerte, sus proscripciones, su bárbara crueldad con
los demócratas y con la democracia.»


«Mi tema, anadia mas adelante, bien lo conocen todos: guerra sin
Ir'gua á lrJ, partido, medio, ó doetnnario" á todos ,in diatincion; y
si circunstancias criticas nos llevan con alguno á contraer una coali-
cion contra el enemigo comUD, que nuestra bandera vaya delante y
desplegada, protestando asi contra esas locas tentativas de absor-
ver á la democracia con que suenan algunos iJusos.»


IV.
J,


La franqueza y la verdad de esas declaraciones contrastaron sin
TOMO 111. tU




910 HISTORIA DEL REINADO.
duda bastante con la conduela que habia adoptado en el banquete
de) 5 de Marzo y los elogios tributados en aquella ocasion al hom-
bre de la salve contra quien tantas veces habia medido sus foerzas
el orador de la democracia.


Por lo demás estas cartas, dando pasto á nuevas conversaciones
y comentarios, iban sellalando en la democracia una terrible division,
llevando á todas partes la desconfianza en los hombres, aunque for-
tificando mas y mas los prIncipios por ser evidente prueba de que
solo las ideas pueden regenerar el mundo y que es preciso hacer
que desaparezca esa idolatrfa, ese fetiquisIDo causa de tantas de-
cepciones.


tos que negaban la necesidad de la reforma social debieron con-
siderar entonces cuan grave y profundo era el trastorno y la sub-
versíon en estas sociedades si en eueslion tan sencilla como la linea
de conducta de un partido resultaban tantos pareceres distintos,
tantos modos de ver la euestion que se debatia.


Los que habian sido elegidos para nombrar lajunta represen,tan-
le de Madrid, pues que no pudo hacerse por sufragio universal pu-
blicamente y se resolvió hacerlo parcialmente estableciendo prime-
ro una junta nominadora, terciaron tambien en esta cuestion, pro-
poniéndose acaso aclararla pero llevando á los ánimos la perturba-
cion y la duda. Pretendlase quitar las armas á los enemigos y se
daban nuevos elementos acusando rudamente á estos y á aquen()s
para que )a prensa realista pudiesa asombral'se de )a identidad de
miras que reinaba en el campo de los que se decian revolucionarios.


v.


Á las cartas que insertaba La Democracia el dia !9 de Julio, des-
pues de otras pequetias escaramuzas, contestaba con un articulo ti-
tulado, La gran traicion del conde M.rabeau. En ese artículo se le(&;
«Gran popularidad alcanzaba Mirabeau, enemigo' implacable era
del trono; su palabra era duetil del pueblo entero de Paris:
su voluntad dominaba por lo patriótica y enérgica las voluntades
incorruptibles de Barnave, Dupont, Robespierre, Pelion y hasta Ma-
rat, el amigo del pueblo. confiaba en la entereza de Mirabeau. El
rey y sus ministros deseosos de dar on golpe de muerte á )a revo-
JUCiOD, encargan á Necker y á Bailly la indigna mision de corrom-




DIL VtTIMO BOllBbN DI ISUÑA. 971
per la lealtad de Mirabeau que se vende por 800,008 libras que
importaban sus deudas, por un palacio, su valor 500,000 libras
que el ministro compra en la Chaussée d' A.ntin, por una casa de
campo, su precio !OO,OOO libras, por UDas tierras que valian mas
de un millon y la biblioteca de Bufon que costó !OO,OOO libras:
ademas se le ofreció y se le pagaba una pension mensual de 50,000
libras·y enviarle de embajador cuando terminasen las sesiones de la
asamblea .•


y para que se tras paren tase bien que iba dirigida á aquel10s á
quienes se acusaba de ambiciosos, de haber pactado con O'Donnell,
de haber significado que romperian el retraimiento, citaba los nom-
bres de los que se vendían con Mirabeau y dirigió este apóstrofe:


«Es posible que haya hombres que dia y noche han luchado
desesperada y heróicamente por la libertad, es posible que esos
hombres modelos de enerjia de constancia y de patriotismo fluctueD
en estos momentos supremos entre negar á ]a reaccion el agua yel
fuego ó ayudarle en sus intentos exterminadores? ,Es posible que el
deseo fu til de satisfacer su amor propio de hombres públicos los cie-
gue hasta el punto de que, sin querer hacer traicion á la democrá-
cia, se conviertan en satélites de la reaccionh


Estas eran Iss terribles frases, en que,daba cuenta un periódico
democrático de las hablillas que circulaban respecto á una conver-
sacio n habida en Jos pasillos del congreso entre algunos ex-dipu·
tados republicanos y el presidente del consejo.




CAPITULO CXXXY1·


SUMARIO.


Vuelve Prim á España.-'arsa de los partidos medios.-RecoilOcimiento del reino de
Italia.-Cuestion con el Pirú y Chile.-Circular del Cómite central democrático.


I.


La entrada de O'DonDell en el ministerio fué ciertamente un gran
descalabro para la obra revolucionaria. y los que de buena té, es
decir, la masa de los partidos, habian llegado á creer que el vical-
varismo iria á ayudar en el campo revolucionarior y que aquellas
famosas notabilidades que se llamaban antidinásticas trabajaban
realmente por llevar al terreno de la fuerza la cuestion y dejarian
intervenir al pueblo ea ella, sufrieron un solemne desengalio,
porque todos los elementos de hostilidad fueron amansándose y el
reconocimiento del reino de Italia y la nueva ley electoral sirviendo
de tema á las transacciones, llegaron á ser consideradas por bas-
tantes, y Prim, el evaporado Prim volvió á España conferenciando
con Olózaga y Madoz que se hallaban en sus respectivas posesiones
de Vico y de Zarauz.


Tambien habia regresado D. José Maria Diaz procesado por cier-
tos articulos publicados en La Iheria y que, á consecuencia de la
amnistia dada á la prensa vino á continuar en el mismo periódico
las cartas que en son de amenaza y de promesa á la hija de Cristi-
na habian de ser documentos tan preciosos como inocentes.




n'IU. ULTIMO BORBON DIISPAÑA. 913
y era notable ver toda aquella farsa en que los partides se man-


tenian de ilusiones, vivian en el campo abstraoto de la fantas(a, cer-
raban los punos á menudo, se dirigian palabras duras y mal so-
nantes, mostrábanse furiosos para vivir luego en paz, en buena
armonia, en concordia con los enemigos del dia anterior, rompien-
do los lazos que á la vista parecian tan estrechos.


11.


El gabineta O' Donnell pudo apenas penetrar en palacio por el
boquete que habia abierto el conJe de Ezpeleta; pero halló tan ob-
truidas, las antecámaras de curas, monjas .y monaguillos que di-
ficilmente lograb~ dar un paso en su propósito de llevar á cabo el
reconocimiento del reino de Italia y solo despues de muchas confe-
rencias y de trazar un cuadro terrorHico de los peligros y de la es-
casa importancia que tenia en si mismo el reconocimiento, pudo
llegar á veDcer los escrúpulos de Isabel y la resistencia sangrienta
del episcopado. Si consiguió alejar temporalmente á la abadesa de
San Pascual de su cargo terrenal cerca de los consejos de la corona
halló en último término que era preciso soportar aquellas llagas, y
transigir con los caprichos del famoso trabucaire mossen Claret.


La corte por lo demás, apetecia distracciones, los calQres apreta-
ban, el cólera babia corrido y convenia dirigirse al DQrte antes que
llegase á invadir la capital en grandes proporciones. Marchó pues
á Zarauz donde debia encontrar encantos y bellezas dejando al
pobre pueblo que consumiera su vida eo los focos de ¡nfeccion y
que disfrutara de los ardores fulminantes del esUo que fueron cier-
tamente sofocantes. .


O'Donnell en tanto, en medio de aquella m~rea procuraba darse
cuenta de los hechos que pasaban eo torno suyo y meditar alguna
combinacion con sus amigos para salir de los gravisimos apuros
que le rodeaban. Desapareció de repente de su escondrijo la monja
de las llagas, y ~sta nueva peripecia puso al vicalvarismo en aprie-
to porque no era pequelia la responsabilidad en que incQ..rria para
con el pueblo que esperaba que la reaccion, sino vencida, seria man-
tenida á. raya por el ministerio de los vicalvaristas.




9" HISTORIA DEL BBll'(ADO.


111.


Otro nuevo incidente, otra peripeciaestrafta, otro fenómeno, vino
á complicar tambien todas aquellas cosas, porque uno de los mas
temibles elementos, que siempre los Tenorios sl)n temibles, alejado
casi á viva fuerza de palacio, pudo llegar nuevamente á su puesto
en la nueva residencia. Es el caso que habia en la eorte un don
Miguel Tenorio que, eon gran intimidad eerca de Isabel, ejercia gran
ino.uencia y servia con ella, como habian servido siempre los favo-
ritos, á hl, reaccion. Pues este Tenorio apartado como los demás del
lado de Isabel trémula -y asustada por las narraciones que se le ha-
cian, tuvo bastante audacia para desafiar las iras gubernamentales
y presentarse alIado de su seriora.


Los vicalvaristas resistian aun á su entrada al abandono de San·
to Domingo. Quizá llevaban el propósito de apoyarse en las pocas
fuerzas que aun quedaban en la isla, de cuyas poblaciones impor-
tantes habian sido retiradas las tropas, para realizar aquel plan
anunciado por Prim y gastar doscientos millones en esta loca expe-
dicion matando millares de hombres por satisfacer el capricho que
llamaban patriótico porque podia favorecer las ambiciones que pu-
lulaban en aquel bando.


La revolucion habia impedido que el convenio celebrado con el
Peró, la l)az concluida con el gobierno diera resultados; porque el
odio de los peruanos nuevamente escitado ante lo que creian humi-
llante para ellos logró cambiar el estado de las cosas y se procla-
maba en todas partes la guerra con el mayor entusiasmo. A.qui los
vicalvarislas podian ballar un pretexto para continuar 8U sistema
aventurero y llevar á aquellos pueblos nuestra escuadra á costa de
nuevos y multiplicados sacrificios.


En Chile tambien surgieron confiictos, y Tavira, representante de
Espalla recibió órden de regresar á Madrid para dar cuenta de 8U
conducta, mie~tras el almirante Pareja quedó en aquellos mares
encargado oficial de 108 negocios y del mando de la escuadra.


Así se hallaba el gobierno SiD duda en la mayoriocertidumbre,
destrozado porque le abandonaban algunas fracciones con cuyo apo-
yo habia contado, yen preseooia de UDa situacion revolucionaria que
DO podia vencer fácilmente y de las camarillas que minaban leo-




DEL lfLTIVO BORBON DK BSPiÑA.. 915
tamente eí terreno bajo sus pasos, que ]e presentaban débil y des ..
autorizado á los ojos de la corte.


IV.


El famoso comité central democrático, en vista de la multitud de
cartas, protestas y manifestaciones se creyó en ]a necesidad de ha-
blar, y entre otros párrafos de la circular que dirigió á los comités
de provincia deda lo siguiente:


«Los que esteriJizarian la democracia, los que la condenarian á
eterna impotencia, los que ob!igarilln su§ átomos dispersos á ir por
la fuerza de cohesion que preside á todas las cosas, á ir á agregarse
á otros partidos y especialmente al mas cercano de todos, serian
aquellos que opusiesen una tenaz resist~ncia á toda organizacion
democrática. Sean los que quieran los que en los pueblos, en las
provincias ó en la nacion Hevan el nombre del partido, con tal que
todos los crean leales y honrados, precisa alentarlos y sostenerlos,
siquier parezcan oscuros y nulos á las personalidades mas ilustres y
mas gloriosas. De esto nos ha dado maravilloso ejemplo última-
mente Polonia en una de las ocasiones mas tristes pero mas glorio-
sas de sus luchas. Doce jóvenes sin nombres, sin autoridad, faltos
de esos ilustres apellidos que tanto han brillado en la historia, se
congregaron en nombre de la libertad y de la patria y fueron obe-·
decidos y acatados como no lo son los primeros y mas fuertes go-
biernos de la tierra. Este grande y extraordinario ejemplo debe de-
mostrar que por preclaras, 'por gloriosas, por eminentes que sean
las persoDalidades aisladas no valen lo que vale una poderosa aso-
ciacion, no pueden lo que puede un gran partido.


-En el primer momento cuando todavia estabao recientes ciertas
lochas, el comité trabajó sin descanso para llegar á una fórmula que
defendiera Ja libertad y la igualdad, que desvaneciera todo error,
que salvara todos los derechos individuales sin escepcion alguna,
que consagrara la propiedad y que UDa vez mas demostrase cuan
superior es nuestro dogma politico al dogma de Jos demás partidos,
como fórmula de todos los adelantos cientlficos, económieo.~ y so-
ciales del presente siglo. Los mismos que de nosotros se han sepa-
rado, pueden decir si el comité quiso abusar de sus fuerzas, quiso
cODseguir uoa victoria esclusiva que satisfaciese su amor propio Ó




"6 HISTORIA D-EL RBINADO.
si quiso llegar á UDa fórmula que, proclamando definitivamente co-
mo igualmente respetables todos los derechos individuales, sirviera
de centro á las fuerzas de la democracia.


-En la eleccion de cargos hobo la misma conformidad y la mis-
ma libertad. Se votaron pública y solemnemente; y estamos seguros
de que cada uno de los volantes se inspiró en su propia conciencia.
Se atendió á unir; se olvidaron rencillas personales; se consultó con
todo esmero la opioion del partido. Y sin embargo ¡triste es decir-
lo! desde el dia de Ja votacion de los cargos, desaparecieron algo-
nos individuos del comité, sin que jamás tuviéramos la honra de
volverlos á ver en momentos tan angustiosos y supremos. Especial-
men.te habia uno á quien casi por unanimidad el comité habia dado
uno de los primeros cargos. Respetando los móviles de su conducta,
debemos decir que en vano particularmente se le rogó que asistiera
á nuestras conferencias; que nos alentara con su palabra; que ro-
busteciera nuestras decisiones en aquellos dias de grandes y supre-
mas angustias. El comité discutió sin su. presencia y decidió sin su
respetable voto .•


v.


y as' proseguía este documento presentando en público las rivali-
dades y las pequellas ouestiones de partido, y pretendiendo probar
que en principios y en conducta estaban acordes mayoría y mi-
noria.


Habian tratado en una de las reunioñes de buscar al partido pro-
gresista, y lejos entonces del lugar de los acontecimientos, viviendo
en la emigracion , 00 podemos saber qué aspecto, qué giro pudo to-
mar la discusion, ni qué circunstancias mediaron para que en vez
de nombrar una comision especial para ese encargo, se le atribu-
yese á la mesa. Respecto al modo de cumplirla decia lo siguiente
la circular:


.El comité fué á donde las exigencias de la situacion le llamaban:
fué con su programa al frente, con su bandera desplegada, con sus
medios propios; por lo demas, entiéndase bien, no recibidos' de na-
die, tal como convenia á la dignidad del partido que representaba.
Fuédecidido á obtener el respeto á la vez que la cooperacion de sus
dignos aliados, y todavfadeclara hoy que DO haria mas, ni haria




D~ UJ;TDID BOABON DI MUjA.
."


otra cosa si las circunstancias le impusiesen parecidos deberes. Es
notorio que la accion se detuvo: pero la democracia estaba segura
de su mision y como entonces obró el comité, asf obrará siempre
que semejante situacion se reproduzca. En cuanto á las dolorosas
disidencias cuyo origeo hemos tenido que revelar COD pena, baste
decir que el comité no escaseó medio alguno de llegar á una conci-
liacion, para que nunca se pudiéra dudar de su deseo inmenso de
dar unidad y fuerza á nuestro partido. En otra parte y no en el co-
mité ha habido resistencia á esta concordia- tan necesaria para la ,
causa de la libertad .


• EI comité ha demostrado prácticamente la legalidad de la demo-
cracia espal'lola: ha creado un centro que, sean cualesquiera que
lo compongan, reunirá en torno de si toda la democracia espal'lola,
cuando las perfecciones anejas á todo primer ensayo se corrijan: ha
creado si no una organizacion, un gérmen de organizacion pública
que en lo porvenir ha de dar admirables resultados: ha acostum-
brado al partido á cierta necesaria mancomunidad en sus esfuerzos
y á cierta 'necesaria unidad en sus ideas. ,


»Los dias de prueba no han concluido: la libertad peligra ahora
mas que nunca, y todo, todo aconseja á nuestro partido, que ele-
véndose de una vez sobre las reclamaciones personales se diriga
resueltamente á fundar y consolidar el reinado del derecho. Y para
esto, no nos cansaremos de repetirlo, fuerza ~s que cese la discordia
entre los demócratas. El comité lo dijo ya en su manifiesto y no es
inoportuna repetirlo ahora. Union entre todos los oprimidos para
lograr el triuafo contra todos los opresores ••




-


10110 N.




CAPíTULO CXXXYII·


SUMARIO.


Contestan lo's dimitentes á la circular.-ExCision en Zaragoza.-Luchan entre sí lo!!
periódicos progresistas.-Famoso artículo de la Iberia.-Sui declaraciones.


I.
..


A. la circular del comité central democrático, de que en el capi-
tulo anterior extractamos algunos párrafos, contestaron los dimiten-
tes que se habian separado, negando que fuese personal la disiden-
cia y para explicar su conducta daban entre otras las siguientes ra-
zones:


.La cuestion .era de principios porque se referia á las facultades
misma~ del comité, esto es, á lo mas alto é importante del sistema
representativo. En nuestro entender las faculladas de un cuerpo de
representantes 00 llegan hasta la de desprenderse de sus facultades.
Se opone á eIJo primero, la índole de sus poderes que, por ser de'-
~egados no pueden trasmitirse; segundo, su existencia misma que
desapareceria desde el momento en que se despojara de sus facul-
tades y poderes. Una asamblea ó cuerpo deliberante no puede resig-
oar todas sus facultades sin traspasar los limites de su mandato y
SiD ponerse en contradiecion con su priocipio. Si lo hace se anula,
deja de ser lo que es, muere y muere por suicidio.


-Esto es lo que envolvia la decision del comité que dió lugar á
nuestra renuncia.




DEi. "ULTIJlO llORBON n* ÉSPA~A. 979
»Las facultades de un cuerpo deliberante se determinan por su


objeto. Ahora bien; el objeto del comité no consistia, no podia con-
sistir sino en los cuatro puntos siguientes:


.1.· Definir ó formular la doctrina del partido .
• ,: . Dirigir, continuar y atender la organizacion del partido .
• 3. 0 Dirigir y organizar su acciono
.,.. Dirigir su conducta ó sea sus relaciones con los demás par-


tidos y el poder.
»Redactado el manifiesto quedaban por llenar las ólras tres partes


del objeto para que habia sido creado el comité. I Y para ello el co-
mité trasmite ó delega todos sus poderes á la mesa, se despoja vo-
luntariamente de todas sus facuItades, y confiere á )a mesa el en-
cargo flue á él solo incumbial ¿Era esto una cuestion de personash


11.


Importante era este documento en aquellos días, en que toda la
prensa, y la ministerial especialmente, para distraer la alencioD pú-
blica se babia fijado en el partido democrático, dirigiéndole agudí-
simos cargos, y haciéndole ver disuelto en su impotencia.


Hé aqui, pues, como terminaba esa manifestacion bastante signi-
ficativa y trascendental:


o. Desde aquel momento el comité dejó en realidad de existir; lo que
quedó existente fué la mesa con toda )a representacioo, con todas las
facultades del comité. Nosotros nos opusimos á tan extraordinaria
abdicacion en nombre de la existencia del comité mismo, en nombre
del partido cuyo mandato se traspasaba. No habiendo conf\eguido
que dejara de consumarse lo que á nuestros ojos era un verdadero
suicidio, niogun remedio nos qued.aba sino retirarnos de un comité
que en realidad ya no existia.


»Por nuestra parte declaramos que nadie nos aventaja en deseo de
dar unidad al partido. Todos los individuos qtle hoy constituyen el
comité, sabeo bien, que si ellos han hecho mucho para llegar á una
fórmula comuo, nosotros no hemos hecho menos. En este mismo de-
seo, en igual direccion encontrará siempre el partido nuestros es-
fuerzos .•


Al transcribir este documento en que se apelaba al juició del par-
tido que debia formularse en la próxima reuníon, decia que tambien _




980 mSTOllU DIL BBflU])(t
callaba ante las conveniencias, puesto que se sojetaban todos al fallo
de ]a opin¡on. .


Por aquf se podia colegir que ciertamente existían ambiciones in·
justificadas y pequeilas rencillas, pe re que todos comprendían per-
fectamente )a necesidad de mantener unido al partido democrático,
de continuar en el retraimiento, de rechazar la fusion con el partido'
progresista, con ningun otro partido, pues las coaliciones, sobre ser
inmorales, acostumbran al pueblo á la falsedad y al egoismo, y
producen perturbacion violenta.


111.


Con todo esto, aun babia otras y otras divergencias, otras acu-
saciones en el campo revolucionario. En Zaragoza, donde se habia
celebrado la manifestacion del 5 de marzo c~n tal aparato, habian
ocurrido ciertos inciden tes, y se acusaba á Soler, el propagandista
activo, lo que dió origen á un comunicado manifestacion qne inser-
taba La Democracia, haciéndola preceder rle algunas lineas.


«La insertamos, decia, con el mayor gusto'y la apoyarfamos ade-
más incondicionalmente, sino estuviésemos persuadidos de que no
habrian nacido semejantes acusaciones á haber procedido el seilor
Soler, con el tacto conveniente; ora para que el gran partido demo-
crático de Zaragoza no se desvaneciese en pequerias agrupaciones,
ora para que no se le pudiese atribuir un propósito hostil á la or-
ganizacion general del partidó, que segun se vé, y segun declara
además ante la comision del comité central, estaba bien lejos de su
ánimo.»


tos cargos que se habian dirigido· á Soler en la reunion celebrada
el I de agosto, eran:


1,- Haber convocado á representantes de provincias para una
reunion sin permiso del comité central.


1.° Haber convocado á los representantes de los partidos judi-
ciales para celebrar sesíon con algunos demócratas importantes, y


. tratar de asuntos provinciales y generales democráticos.
y S.- Reunirse con los representantes de provincia en Zaragoza,


para atacar al comité central.
Esos cargos debian resultar de su conducta, pero el sellor Soler


. declaraba no estar subordinado á persona alguna, yen materias po-




981
líticas ob~decia solo á su conciencia, á Ja razon, y á los intereses de
la democracia. '


e:Quien diese inlerpretacion maligna á estos hechos, alladia, es un
impostor, y si lo oyeseis, demócratas, reladle en mi nomb~e á que
sostenga su aeusacion en público. No menos infame es el que dijera
que me he vendido á la Union iíberal. Mirad á otra parte cuando se
os hable de traidores, DO sea que el que las diga las haga, como
ensellan uno de nuestros refranes.»


Todas estas cartas y explicaciones venian á ser el eco de la des-
confianza que se infiltraba en todas partes, porque en todas partes
se hallaba la duda en medio de las contradictorias solucione. que
recibi8n en la práctica los problemas pendientes. .


IV.


En Zarauz se conspiraba por partida doble,' y Cristina contaba
con algunos progresistas, mientras que Tenorio, el secretario de la
Estampilla, el intimo de Isabel, velaba por los intereses de la reac-
cion, ya que el rey consorte tenia que estar en Madrid por hallarse
gravemente -enfermo su padre.


El gabinete celebraba consejos para conjurar esas tormentas, y
en ellos, en vez de meditar sobre las necesidades del pais, sobre las
reformas que debian llevarse á cabo, y sobre ,las exigencias de la
opinion, pretendia unificarse para proceder contra las personas, para
echar abajo estos ó aquellos funcionarios que le eran mas simpAti-
cos ó mas hostiles.


Los periódicos progresistas luchaban entretanto entre sf, porque
La Nácion, órgano de Madoz, que tenia sus posesiones en Zarauz,
se obstinaba en mantener la opinion confesada por su patrono con-
traria al retraimiento.


Las NOfJedade" La Iberia, y La Soheranla, clamaron y protes-
taron de nuevo, inscribiendo en su bandera como mote de guerra:
TODO ó NADA.


La Iberia, como ligero correctivo á estas declaraciones, protes-
taba del dinastismo del partido progresista, y eil aras de la subida
al poder de sus amigos, sacrificaba sils articulo~ furiosos de otros
dias.


Era aquello un completo caos, una jaula de insensatos que viviaD






984. HiStORIA Vlt RIINADO.
cionario: que no puede subir al poder un ministerio, franoamente
revolucionario sino con la constituoion de 1856, y cortes que pue-
dan reformarla en sentido Jiberal: que ningun hombre de nuestto
partido aceptaria el poder oon otras eondioiones: que no leoian fun-
damento los rumores esparcidos estos dias acaso por los ministeriales
con objeto de tenderlos un lazo: que la reina seria muy aplaudida,
si rompiendo oon la camarilla que la rodea se pusiese al frente de
un ministerio franoamente liberal, y tomase la bandera de la revo-
luoion, nos alegramos de que no se ponga,'Y estamos persuadidos
de que ~i subiera el partido progresista de la noche á la manana al
poder, mucho! de los que hoy nos censuran acudirian á las oficinas
á mostrar un entusiasmo de que nos acusan SiD raZOD, y que¡nunca
sentiremos .•




CAPíTULO e XXXVI n


-


SUMARiÓ.


Política de balancin del partido progresista.-Espíritu ho~til de la prensa contra .11.-
. Rotura de la coalicion.


I.


¿Qué significado podia tener toda esa série de considerandos que
los periódicos progresistas hacian, que Lalberia bajo un aspecto,
Las Novedadae, bajo otra forma; y La Nacion siguiendo impertu-
bable en su antigua opin¡on, venian á presentar al público simul-
táneamente como partes distintas que se completaban las unas por
las otras formando un verdadero logogrifo, un" esfinge, un miste-
rio impenetrable? Significaba que se hallaban en Zarauz y. se ha-
bian concertado Olózaga, Prim y D. Pascual Madoz; significaban
que Cristina llevaba el hilo de aquel complot, la cJave de aq,ueUa
conjuracion, que dirigia á los conspiradores y que agitaba los re-
sorles de aquella máquina que iba muy luego á ponerse en movi-
miento para vencer la tenacidad de los reaccionarios, que conocien-
do perfectamente la trama, eran cada dia mas exigentes y se bur-
laban de la pretendida fuerza de las huestes revolucionarias.


Significaba que Olózaga, Madoz y Sagasta y otros hombres hin-
chados de pueril vanidad, ambicionando el poder á todo trance 'se
rendian á las condiciones qu~ les impoDiala madre de Isabel que con


10\10 in.




916 HISTORIA. nu lUmUDO.
tos intereses y fines tan opuestos creyeron haberse ligado en estre-
cho consorcio porqaese reunieron á comer en un célebre dia, y pro-
nunciaron brindis, y hablaron de tangentes luminosas, y quemaron
incienso ante D. Salustiano Olózaga, constante perturbador del pais,
agitador tremendo, pero nunca rev9lucionario, cuya vida ha trans-
currido en un delirio constante, la consagracion de la aristocracia
de la clase media instituyendo al poder monárquico, al poder teo.-
crático, á la decaida aristocracia, para gobernar por derecho pro-
pio á las clases proletarias.


IV.


La PolUlca, decimos, se expresaba así:
«Las importantes declaraciones que hace La Iberia, establecen de


una vez para siempre las diferencias cardinaleS' que existen entre el
partido que representa ]a última fase de la libertad CODstituciona I dd
la revolucion histórica y la escuela radical y filosófica, que partien-
do, no de la tradicion y de los hechos,sino de si misma, de sus prin-
cipios, aspira á crear una sociedad politica nueva y completa. La
democracia no puede menos de rechazar esas declaraciones ~n nom-
b:,e de sus doctrinas; nosotros las consideramos dentro del criterio
de los partidos constitucionales; los órganos de la r~volucion dtlben
saber de hoy en adelante que el progresismo se declara el último
baluarte de esas instituciones sobre cuya cima debe levantarse el
mundo filósófico de la democracia. JI)


A. todo esto respondía La Correspondencia con unas euantas )f-
neas que cierto periódico republicano calificaba de iDsolentes.


Hélas aquf:
«Con noticias respetables que tenemos hoy de la residencia real,.


podemos afirmar de nuevo que ni por un momento ha pensado abo-
ra la reina en llamar al gobierno el partido progresista, si bien este
puede estar seguro, segurfsimo de que, colocado en ]a esfera legal
de todos los partidos, pronto se desengaríaria de que no hay contra
él prevenciones ni obstáculos de ninguna clase, el diaen que usando
de 108 medios leg~les demostrara que representa la opinion del
pais .•


La Democracia hacia seguir esas lineas de las frases siguientes:
«¿Con qué usando de los medios legales he? Vea ya La Iberia




DEL _LUIIO DORlON DI BS'PAÑA.. '7'
, su parUdo lanzado desde su posicion épica hasta un abismo de ri-
dículo: vea como á la simple sospecha de que se ha podido esperar
una reparacion. se le arroja el sarcasmo de que se coloque en:aque-
lIa misma actitud que durante veinte afios le ha valido el desprecio
y el ridfculo. ¿Prepara todavía nuevas ovacion.el para determinadas
eventualidades?


v.


Refiriéndose á la exfrafla conducla de La Iheria, La DilcU8Íon
decia lo siguiente:


«Siempre lué nuestro ilustrado colega amiga de las situaciones
despejadas y claras; por esto nos sorprenden y extraftan sobre ma-
nera las contradicciones notorias en que incurre. Nosotros creemos
que no es posible rendir tributos de respeto á dos !doJos que repre-
sentan símbolos contrarios y principios antitéticos; y en nuestra
opio ion La Iberia se encuentra á la sazon teniendo un pié en todo
lo alto de palacio y otro sobre una barricada.»


Por su parte La Soberanía. NaCIOnal periódico progre~ista se ex-
presaba en Jos siguientes términos:


lD El partido progresista ha luchado en todas las elecciones J en
las legislaturas desde 1846 hasta lslf4, desde 18ñ7 hasta 1863 y
no ha obtenido nada, nada absolutamente.


«Sin 1 uchar, retraido, el partido progresista ha arrancado á sus
implacables enemigos, á sus resellados, á sus apóstatas y á sus
ametralladores, la nueva ley electoral, progresista en el fondo, que
no acepta porque no puede honrada y decorosamente aceptarla;
que no acepta porque ya no bay nada, nada absolutamente que
pueda corregir, que pueda enderezar el en.tuerto y la inmoralidad
que lalsea nuestras instituciones.


»EI partido progresista no puede plegar su bandera, no puede
rendirse, ni vfctima de una mentira, ni víctima tampoco de UDa
gran intrfga astutamente preparada.


»EI partido progresista no será nnnca llamado al poder .
• EI partido progresista no debe, ni del modo mas indirecto, ni


dietando condiciones qne nacen muertas, solicitar el poder.»




9'78


VI.


Todo amenazaba pues en el seno de la coalicion un rompimiento
estrepitoso, todo indicaba su impotencia, todo explicaba eleaos ep
que amenazaba sumergirse la revolucion. Surgian las fracciones, se
subdividian las parcialidades y cada individualidad venia á cojer un
¡iron de la bandera, proclamando como salvadores ciertos princi-
pios, proscribiendo otros, transigiendo, explorando, apoyándose en
falsos raeiocinios, mintiendo á sus amigos y á su propia conciencia


4 .


por alcanzar el puesto que ambicionaban.
Grave era sobre todo el pe1igro para la democracia al confundir·


se, al mezclarse en .Ias filas de los que se llamaban conservadores
y se revelaba con notable claridad en el lenguaje de los periódicos,
que en ]a oposicion y pocos mMlentos antes de ascender al minis-
terio los vicalvaristas habian hecho causa comun con los partidos
revolucioDarios. .


A esto 89 referían ciertas frases severas en que se declaraba que
el ministerio O'Donnell habia jurado aquello mismo que habia pro-
metido derribar. Y ante esta anarquía en ]as conciencias, cuando
los hombres sin titubear siquiera se, hacia n tan elásticos en sus
opiniones que para cada día de la semana ó para cada hora tenian
una politica de conveniencia y adoptaban una (az distinta segun el
viento que reinaba; ¿era posible que )a corte retrocediese, por maS'
empuje é insistencia, por mas emperlo que quisieran los hombres
firmes y constantes·poner en su plan de retraimiento, de hostilidad
constante. de guerra sin tregua á los poderes'opresores~ Ciertamen-
te que podian desalentarse y temer las numerosas huestes popula- ..
res. En verdad que las clases llamadas conservadoras podian estar
asustadas ante lo incierto del porvenir, vistas las circunstancias anor-
males y extraflas en que todo aquello se presentaba. Pero como de
ordinario acontece y como es imposible el retroceso, por mas que
muchas veces siga .la humanidad en so marcha vias tortuosas y
desconocidas, podia esperarse mucho en lo que se )Jama anomalias
que en el pais de los viceversas son frecuentemente, la salvacion
inopinada, resultado de las crisis mas violentas, de las mas deses~
peradas situaciones.




CAPITULO CXXXIX·


SUMARIO.


Falsa política de lo~ partidos medios.-Inutilidad de la coalicion.-JI'alta de política en
el ministerio.':-Polémica entre los periódicos progresistas.


1.


6Qué significado daban los reaccionarios 6. la conducta de los
partido. populares, cuando veían en el seno de la muchedumbre
agitarse los ambiciosos en busca de posiciones para gozar y vivir
en la opulencia? Ninguna solución ~as fácil, mas adecuada, nin-
gun castigo mas oportuno que el desprecio con que mirabaD sus .
pretensiones, y e) ridfeul0 qtle imponian á sus propósitos.


Cuando Ji corte necesitaba tregua á la lucha acudia á los parti-
dos medios que conservaban ciertas tintas de liberalismo, los alha-
gaba, los dejaba entrever una larga dominacion y por este medio
conseguia aplacar á los unos, contentar á los otros y alejar la tor-
menta, evitar la explosion, impedir la eaida del rayo, neutralizando
la electricidad-aeum ulada.


y no faltaban ciertamen te en ocasiones tales hombres que se pres-
taran á desempenar esos papeles ridiculos. Esto introducia ]a vaci-
lacion, la perpleji~ad en los 'lnos y en los otros y poco á poco iba




080 MIIiTO,U. DEI. IlIINADO
desconeeptuándose aquello que se pretendia arma de guerra, que-
brándose y deshaciéndose por la astucia, por la intrfga de los unos
por el exeeptici$mo que en los otros llegaba á crearse. Funestos
resultados do esa politica miserable de pacotilla que los hombres
mirando 8010 á 8U ambicion, instituyen a la poHtica franca, á la pO-
litica racional, á la verdadera política que pide la aplicacion de las
verdades adquirid~s por la filosofía á la gobernacion de los pueblos


De aquí las inconsecuencias de los principios proclamados. De
aqui el alucinamiento y la fascinacion, asi como el desencanto de
las masas al sentir las dolorosas impresiones del encontrado vaiven
de las ,personalidades. De aquí el desquilibrio, De aquf horribles
desgracias, sangrientas luchas. De aquí esa perpétua perturbacion
en que los héroes de ayer se convierten hoy en criminales, en que
los mártires logran el mejor puesto porque los apóstatas reciben
siempre el anatema de la historia y las generaciones hacen justicia
á las altas inteligencias que obedecen á la ley natural, al movi-
~iento eterno de Ja justicia en las relaciones de los seres.


11.


¿Era posible la union, fusion, coalicion ó como quisiera llamarse
que los hombres de la Fonda E~pañola habian proclamado y pre-
tendian sostener? Por manera alguna,_


Lo que habia sucedido sin esfuerzos y lógicamente, la coinciden-
cia en UDa misma conducta en un principio mismo eso era bastante
ya para mantener en jaque al poder, eso podia llegar á ser ocasion
de su caida. Pero uniformar la marcha, poner en contacto los hom-
bres y las parcialidades, llegaba á ser frecuente causa de disputas y
disgustos, y debia provocar rupturas, ,perjudiciales siellpre.


,Cómo los que hablaban de imposibilidades para la república,
como los que proclamaban necesaria esencialmente la monarqufa, y
la pedian tradicional con sus derechos adquiridos, poniendo sobre
la soberanía del pueblo, puesto que la declaraban inviolable é in-
discutible, la institucion del trono, podían vivir en paz con los que,
considerando al rey perjudicial, el trono un absurdo monstruoso,
la república única forma posible para desenvolver los grandes
principios de la democracia, debian protestar_ uno y otro dia contra
las tendencias conservadoras, las 801u~iones infecundas, extratlas y




DEl. ULTIMO BORBON DI ESPAÑÁ. 981
la vacilante conducta que por esto mismo han de seguir los parti-
dos doctrinarios? ~


Eran absurdas y quiméricas.semejantes fusiones; eran peligrosas
ademas y habían de amenazar la organizacion de la democracia.


¿Qué necesidad habia por otra parte de confundir banderas, si el
dia de la lucha, necesariamente, republicanos y progresistas, sin
convenio anterior, se hallarían en las barricadas contra el comun
enemigo? ¿Para qué esas ligas públicas, si bastaba la buena inteli-
gencia entre las juntas no para allegar recursos sino para fijar el
día de la batalla? ¿Porqué habia de entregar cada partido al otro la
estadística de sus recursos? ¿Porqué exponerse asf á mayores peli-
gros de que fuese descubierto en toda su extension el complot que
los partidos tramaban?


Todo era, bajo este punto de vista, irregular y anómalo, todo
peligroso y ocasionado á concluir en un aborto, en una mistificacion
y ya veremos como en esa via fueron muchas y terribles peripecias. ~


. 111.


La corte indudablemente media todas las probabilidades, la corte
seguia paso á paso los diversos incidentes, las alternativas que la
euestion presentaba, y no nos atrevemos á acusar á muchos de
cómplices de Isabel, porque en los dssarrollos posteriores han dado
muestras de odio verdadero á la dinastia.


Lo cierto es con todo que el vicalvarismo admitido tambieo, un
dia en los clubs des pues del 10 de Abril y conociendo á fondo los
elementos revolueíGDarios y su organizacion, podia desde las eleva-
das regiones poner con seguridad toda la mano en la llaga, como
mas adelante dijo gráficamente el autor de las cencerradas guiri-
gagescas.


Lo positivo es que abusaba de los secretos que con ocia y podía
introducir en las huestes revolucionarias, el desaliento, las defe.-
ciones, los odios y la muerte tambien.


Lá Democracia un dia y otro revelaba los medios puestos en j1le-
So en tal ó cual provincia para arrancar del retraimiento á ·progre-
sistas y demócratas; relataba conferencias de estos ó aquellos demó·
cratas importantes, de estas ó aquelhis eminencias progresistas, y
falsas ó verdaderas noticias tales, ¿podian producir vigor en el campo


TeMO III.




981 DISTORIA DEL REINADO.
revolucionario ó debian llevar allí el terror y las sospechas? Las po-
lémicas entabladas en la prensa, las disidencias entre los progresis-
tas, las acusaciones y manifiestos que venían publicándose, ¿no eran
por cierto evidelltes pruebas de que la cizaña presidia? ¿Quiéll era
aqui el incauto óel malvado? Difícil, muy dificil era decidirlo; solo
en lo porvenir podían venir á comprobarlo las defecciones y las apos-
tasias.


Pero las defecciones y las apostasfas se han hallado en todas par-
tes, en los grupos de los abstencionistas, como en los de los que
pretendían ir á las urnas, entre los demócratas puros, y entre los
que se decian socialistas.


IV.


El 16 de agosto insertaba La Democracia estas lineas:
«La Gaceta de ayer ha publicado el nombramiento del marqués


de Molios para el cargo de ministro plenipotenciario en Londres. A
la vez un periódico muy autorizado, de la situacion, reanuda las
tradiciones deja Union liberal, procurando indisponer al partido
progresista eo~ el senor Olózaga, é inducirle á que se so"meta al ge-
neral Es parlero , de quien se tiene la audaz esperanza de que se
convierta en instrumento del vicalvarísmo, pocos dias despues de
haber insinuado un propósito semejante respecto á ciertos hombres
de la democracia.


»Bé aquí lodo el sistema polftico vigente. Desde el arzobispo de
Burgos, basta el seilor Rivero, no hay persona de ciertas condicio-
nes en quien no se a~pire á encontrar un cómplice. Si acudiesen tam·
bien serian bien remunerados. Ved sino al marqués de MoHns. ¿Quién
hubiera creido que el ministro contra quien se alzara el general O'Don-
nell en 1854, vendria á representar la misma poHtica que aquellos
con quienes viniera á las manos~ ¿Ni como era posible imaginar que
un senador reformista y neo-católico se habia de entender tan com-
pletamente con un exrninistro del general Espartero, con un exco-
mandante de la Milicia nacional? Pero en realidad, con la misma fe
se mostraba el general 0'Doon611 dispuesto en las cortes conslitu- .
yentes á nombrar embajadores demócratas, que nombra ahora em-
bajadores neo-católicos. Porque no representa nad~, es por lo que
puede aprovecharse de todo, é incapaz de ~omprender que la fuerza




DIL ÚLtIMO BOBB('.tN DI ISPA.ÑA. 983
que sostiene á los ministerios, antes ha de ser moral que numérica,
lo que ante todo apetece es que sus cómplices sean muchos despues
de ser bien remunerados .


• Por lo demás,. ¡qué gran error poHtico! A un país en donde te-
nemos urgentfsima necesidad de desvanecer preocupaciones, que no
8010 perjudican á nuestra politica, sino á nuestro crédito, alli donde
mas debiera hacerse ver que Espana ha dejado de ser la nacion que
desde Flandes hasta América! en todas parles combatiera el progreso,
se envía un representante incapaz'de comprender la delicada índole
de la constitucion inglesa, á quien la singular distribucion de Jos
poderes públicos ha de parecer anarquía y perturbacion; á quien
Inglaterra toda con su desarrollo material·y moral, no ha de pare-
cer mas qúe error y heregia.


»Y en el interior, ¿qué significa el nombramiento del marqués de
MoHns sino el olvido de la politica de partido que el general O' Don-
nen mismo encareciera en sus primeros dias, la restauracion de aque-
lla otra, cuyo término rué la abdicacion del señor Escosura? Pero no
se repiten ciertas cosas. Si como es seguro, el general O'Donnell no
aspira con esta eleccion grosera de funcionarios públicos, mas ·que
á obtener otros cinco arios de mando, dispóngase á recibir un des-
engaño doloroso. Antes que haya alcanzado á satisfacer las innu-
merables ambiciones que le han de acosar, habrá sucumbido. El
choque de las, ambiciones impacientes y desesperadas le abatió la
última vez. Pero las ambiciones no se han desvanecido, los puestos
no son mas numerosos, y el general O'Donnell está mas y mas de-
bilitado. Ya hoy se permiten sus periódicos darle un voto de censura
con su silencio. El hecho no puede ser mas significativo.»


v.


La polémica periodfstica dió por resultado entre La Iheria y La
Soberanla, algunas explicaciones particulares, entablándose fuego
un debate en que debian salir á relucir los defectos y las. cualidades
de los distintos personajes del progresismo.


Hábiles en medio de sus torpezas, Soberanía é Iheria limitaron la
responsabilidad especial de esa euestion á alguno de sus redactores;
y Sagasta, que se hallaba fuera, pudo aparecer como irresponsable
de lo que en el periódico fundado por Calvo Asencio habia dicho




984. HISTORIÁ DBL BEINADO.
Carlos Rubio, asf eomo Servando Ruil Gomez' se encargó de man-
tener las proposiciones sentadas en La Soberan{a. Este periódico re-
plicó entonces con toda solemnidad al artículo que habia provocado
el escándalo, y entre los mas notables párrafos en la forma y en el
fondo se hallaban los sigu'ientes: .


«Hay sin embargo en todos los partidos hombres ilusos y olvida-
dizos que con facilidad abren su pecho á la esperanza. ¡Es en ef6cto
tan dura la condicion del partido progresista; es tan injusto su siste-
mático desheredamiento; es además tan perjudicialá sus mismos ene-
migos, que nada tiene de extrana la facilidad con que algunos dan
crédito á falsas promesas y enganosas esperanzas!


.Mas no por esto cejó'el partido en su propósito; antes cada vez
lo siguió con mas tenacidad y mas fruto .


• Conocidas son de todos las manifestaciones de nuestro comité
central, único órgano legitimo del partido, desde que se abstuvo de
concurrir al parla'mento; y La Iberia eouoce otros hechos en el mis-
mo comité para '"plir el silencio, é interpretar genuinamente las
palabras que por ciertas consideraciones no podían ser tan claras y
esplícitas como todos hubiéramos deseado.


»Mas en medio de esa firme revolucion, y de ese feliz acuerdo del
partido, venia á oscurecer tan clara situaeion el recelo de que el
miembro mas importante de él no pensara del mismo modo .


• Prescindiendo de lo que se decia de ciertos hombres mas ó menos
importantes; prescindiendo de las sospechas y presunciones que cor-
rian de boca en boea, sobre si estaban ó no enteramente conformes
con todas las aspiraciones del partido, porque todo esto no salia á
plaza, no podia ni puede prescindirse de lo que en la cuestion mas
eapital pensara el hombre que por su posicion y por su popularidad
debe ser considerado como el primero del partido progresista .•


VI.


Aludiendo, des pues de esas frases referentes á Espartero, á las
cartas y gestiones del célebre poeta Diaz que insertaba Lá Iberia, se
expresaba asi:


«Dice$e que la reina. Cristina, que por cierto halló un elocuente
paladin en las columnas de La Ihena, ha logrado convencer á su
hija de que el afianzamiento de su dinastia exige que sea llamado al




DBL ULTIMO BOBBON ])1 ISPA.R!.. 985
poder el duque de la Victoria; y tal crédito adquiere este rumor, que
los mayores enemigos del partido progresista aparentan darle cré-
dilO, y aun se muestran resignados con este suceso,tantas veces
anunciado y nunca cumplido.


»6 y qué bace en este caso La Iberia? Presenta á la corte ,el ale-
gre cuadro de las ovaciones que la esperan, y bace en seguida una
declaracion que no está conforme con los acuerdos públicos y pri-
vados del comité central.


.Debiamos haber roto en esta ocasion nuestro acostumbrado si-
lencio: pero pudo mas la pruden'cia que la sorpresa. Y sin embargo,
no nos ha valido el ser prudentes.»


Luego mostraba á La Iberia su proceder imprudente en el artf:..
culo á que aludimos, y anadia:


«¿Era eso )0 que debía esperarse de La Iberia en los mementos
de cundir tan acreditada )a voz dé que era llamado al poder el du-
que de la Victoriat .


-En este punto no podemos, como en el otro, adivinar los moti-
vos de su conducla. Serán de seguro muy poderosos y muy patri6-
ticos, pero son del todo incomprensibles para nosotros y para la masa
de nuestro partido.»





..


CAPlTULO eXXIX.


ItlMARIO.


Sigue la polémica.-Tereia en ella el comité.-Situacion 'de la corte en Zarauz.-Ac-
titu~ de Cristina.-Frustrase la entrevista de Napoleon é Isabel.


l.


La Iberia no podía desde entonces cejar en su propósito. y aun-
que sucintamente, vamos á dar cuenta por la importancia que tenia
en la esfera revolucionaria, de la descomunal batalla que provoca-
ron 108 periódicos progresistas.


Hé aqul la répUca de Carlos Rubio:
»Hace muchos aftos ya combaten como dos gemelos en el seno


. del partido progresista dos tendencias, ouya rivalidad le ha perdido
muchas veces, y le perjudica siempre: la tendencia esparterista, y
la tendencia olozaguista. Esta lucha produjo la caida del regeÍlte
en 18i3. Y SiD que nos metamos ahora á investigar si el regente
habia dado mas ó menos motivo á censuras, y sin que pretendamos
aquilatar los móviles impulsores de los que le derribaron, bástenos
consignar que cuando el serlor OIózaga fué desterrado á su vez, se
aClrcó en Londres al duque de la Victoria y le mostró su arrepen-
timiento por lo ocurrido, y le pidió humildemente p(lrdon por lo que
habia hecho; lo que demuestra que reconocia que el pronunciamiento
iniciado por él, con lo que se llamó la ,alve, habia sido perjudicial
, )a patria.' .




DBL 1lLTJMO BOBBON DE ISPiÑ.A.. 98'1
»Hoy, en esta polémica, se nos coloca en una situacion dificilisima.


Se nos pide que declaremos si el general Espartero es dinástico ó
aMidinástico, manífestando al propio tiempo que la fórmula del par-
tido debe ser, lodo ó nada. Si se cree que el partido es antidinástico,
diciendo que el duque de la Victoria no participa de esta opinion, se
le desacredita con el partido; y diciendo que es antidinástico se le
denuncia. ¿Puede tendérseno~ tenderse al duque de la Victoria ma-
yor lazo?»


6Qaé significaba toda esta jerga en boca de La Iberia' ¿A. qué
traia" á cuento de una manera tan clara las personalidades y las di-
vergencias, y Jas ambiciones? ¿Porque hablaba del empelio en se-
parar los dos campos dentro del partido progresista, y de los ata-
ques que se dirigían al general Prim, á quien, decia, se quiso tal
vez en un principio oponer al general Espartero, lo que no consintió
porque se hubiera hecho de él un instrumento cit'go~ ¿A. qué hablaba
mas adelante de los antidinásticos de Fernando 8onvertidos en di-
nás\icos de~I8abel?"


11.


Hablando luego de las coaliciones, proseguía:
-Recuérdese el fin de la de 1843, y hagamos uDa hipótesis: figu-


rémonos que ahora uo partido, el nuestro por ejemplo, fuera anti-
diná~tico y se uniera con otro, v. gr. el vicalvarista, para derribar
la dinastfa, que alguna persona importante, no menos que para nos-
otros, para la Soheran{a Nacional, ha dicho no &e pum:le derribar
por un partido solo. Conseguido el objeto, derribada la dinastia, ¿en
qué situacion quedaríamos? En la del bienio sin el prestigio del du-
que de la Victoria; es decir, sin que los viealvaristas el día que DOS
derribasen lemiesen que se les opusiese el pueblo armado.


»Si una fraccion del partido progresista, por el todo ó nada com-
prendiese todos nues(r08 principios, lodas rme8tras aspiraciones, lo-
das nuestras promesas de la opolicion, todas las reparacione, á fue
somos acreedores, sea con el rey que fuese, q'ue la persona poco im-
porta, y otra fraccion por el toqo ó nada entendiese, 8ustitucion de
la actual dinastla por otra Ion la const.1ucion que fJuiera, sea la de
1837 ó la de /845, ó la de /856, ó cualquier otra, cotllol Aombr"
que pla:can, sean ó no 108 ametralladores del pueblo 1 déJe,mos ó no




918 BJ810RIA DIlo UINiBO
,",elos á la '6NJidumbre, ¿cuál de las dos fracciones comprendería
de mejor manera el todo ó nada? ¿Cuál de estas dos fracciones in-
terpretaria mejor las aspiraciones de nuestro partido? Seguramente
la primera. Pues en ese caso no debemos preguntar si el general
Espartero es ó no dinástico; lo que debemos preguntar es si está ó
no resuelto á no aceptar el poder sino con la constitucion de 1856,
y con la seguridad de que se cumplirán todos los deseos, todos los
compromisos y todas lis reparaciones de nuestra comunion. .


»Terminaremos preguntando solamente: si el duque de la Vieto-
ria tiene los afectos personales que se le suponen, y se asienta que
antepone esos afectos á las conveniencias del partido, .cómo se ex-
plica su delencion en Zaragoza en 1854h


Era muy curioso este lenguaje en boca de los amigos de la sobe·
raBia popular, de aquellos progresistas que siempre vuelven atrás
la cabeza sin asustarse, por el ejemplo de' la esposa de Lot, que
quedó convertida en estátuade sal. En 1834 recuerdan]a constitu-
cion:del 1!J, en 1865 cambian las dos últimas cifras para hallar su
constitucion, nada aprenden y mienten siempre al titulo de pro-
greso.


111.


Como La Iberia.habia necesitado de la presencia de su director,
tambien La 8f)beran{a esperó la vuelta de Fernandez de los Rios p~ra
continuar el empenado debate, porque en todas estas cuestiones para
los partidos medios entra por mucho la conveniencia, supuesto que
mas que cuestiones de principios, se resuelven en cuestiones de per-
sonas.


Hé aquí por lo demás, como terminaba la Soberanía Nacional un
largo artículo, en que sentaba las bases de la polémica y la ac.titud
en que se encontraba:


«Se le dice al partido, se le dice al pais que La Soberanía Na-
cional es quien ha dado lugar á esta polémica: nos importa mucho
dejar bien sentado que; cualquiera que sean las cODsecuencias que
produzca, la responsabilidad nunea..será nuestra, la gloria de esta
campana es de La Iberia .


• Saban traido á la discusion sin motivo, sin razon, sin pretexto
.siquiera, nombres y persoDas que nada teoian que ver con la cues-




IBL ILTQlO B01tJON DE ESPAÑA. 989
. lion que sa ventilaba; hace falta poner en cJaro la necesidad de apar-


tar completamente esos nombres, y demostrar que la cuestion no es,
no puede ser de personas. '


lDSe ha distraido con esos nombres la atencion del punto qoe se
discutia, de la gravfsima cuestion que se agitaba; es pues, de abso-
luta necesidad, desbrozar esta cuestion de los accesorios con que se
la ha ido adornando, para presentarla desnuda de ellos, tal cual de ...
be aparecer ante el criterio del pais. ,


»La Soberaní'1 Nacional, el titulo mismo lo proclama, sostiene ~on e
los legisladores' de Cádlz que todos los poderes públicos emanan de
la nacion libre é independiente, que no es ni puede 8~ patrimonio
de ninguna familia ni persona.


lDEllodo ó nada significa]a resoJucion de aspirar á toda la ver-
dad del sistema representativo, y de no ceder en nada que conduzca
á una experiencia mas.


»Rllado Ó nada es fruto de la enseftanza de que tln los paises don-
de el sistema representativo ha echado raices por una larga y sin-
cera práctica del sistema representativo, pueden ser en alguna ma-
nera indiferentes. ciertas cosas, pero en Espana, donde ha sucedido
todo lo contrario desde 1810, nO.lD


·IV.


Llegando á este punto la cuestion, el comité progresista tomó car-
tas en el asunto, y dirimió la cuestion declarando gua no habia di-
ferencias de principios ni de conducta, y que era preciso cesar en
una lucha que podia producir la alegrIa de los contrarios .


. Pocos dias des pues y con ocasion de todas estas declaraciones, la
prensa democrática hizo algunas apreciaciones y tomó tal actitud que
La Soberanla recordó el banquete de la Fonda Espaftola y decia:


«La voz del serior Olózaga demostrando que no debía, que no
podía haber. divisiones cuando se trata de llevar á cabo una obra
que necesita el esfuerzo comun. .


lDLa fácil'palabra del serior Zorrilla que consideraba aquel acto
como el mas importante de su vida pública y condenaba el empelio
de que est!lviéramos formados en distintos bandos, y citaba como
modelo á los hombres que en el allo 18 mostraron su resolucion ea


TOMO 111. H6




990 HISTORIA ltl!iL lUUNADO
Sevilla, y terminaba con un brindis concreto que fué muy aplau-.
dido. . .


"Las frases, por último, con que el .sefior Aguirre brindó por la
libertad y por )a remocion de todos los obstáculos que se opongan
á su' tri un fo definitivo, ., .
. »Tales fueron los sentimientos que de una parte y otra se cam-


biaron en aquena solemnidad seguida de un ruidoso proceso con
que significó ]a reaceion Ell efecto· de aquella concordia en toda la
familia 1íberal. '


. . . . . . .


»La responsabilidad del que produjera UDa ruptura entre pro~
gresistas y demócratas no podria escusarse con causas leves, con
actos puramente individuales.


»Si fuera posible lo contrario de lo que está sucediendo; si tales
ó cuales bombres eminentes de UIl.O y otro partido, se mostraran
débiles para continuar esta penosa jornada que esta pendiente, eS08
hombres se quedarian atras pero los ejércitos deberian continuar su
marcha aliados como antes.


»Los partidos que se componen solo de estados mayores depen-
den de lo que hagan esas indi vidualidades. Los partidos que ra-
dican en el pueblo, no pueden estar suj~tos á la voluntad de los
hombres ,que los dirigen. .


»EI partido moderado es Narvaez que aun puede hacerse unio-
nista. El partido vicalvarista es O' Donnell que aun puede volver á
ser moderado.


»Los partidos-progresista y democrático son y han sido siempre el
conjunto de todas las clases' independientes, que fian su subsisten-
cia 'en el trabajo y no en 'el arte de hacer fortuna por medio de la
intriga; con la soberanía nacional que clama por el Iagro de las li-
bertades públicas.


»Felizmente ni ha habido ni esperamos que haya de una parte
ni de otra caso alguno que aconseje indicaciones de hostilidad ni
guerra, entre los que solo deben existir relaciones de amistad y de
estr'echa:~lianza. ID


v,


Mternaban con estas manifestaciones del espirita público otros




DEL ÚLTIMO JORRON DÉ ESPAÑA. 991
• ." ' ¡,


muchos sucesos y manifestaciones. En la corte, que se hanaba en
Zarauztodo eran continuadas luchas y las mismas intrigas de siem·
pre,


Cristina buscaba en UDa y ofra circunstancia vencer la camarilla
neocatólica que iba sin duda. alguna á contribuir al des\ronamiento
de su hija en el mas breve' ~érmin(} posible" empuiándole hácia el
abismo abierto delante. de ella por sus errores y por $US yelei~ades,
como antes la viuda de Fernando se habia visto arrastrada por su
codicia y su vanidad.


Era dificil sin duda la tarea -de los que intentaban disuadir á la
voluptuosa fanática que entregaba el cetro·á sus enemigos, á los
que le habían disputado él trono á trueque de gozar sin escrúpulo
de conciencia aquellos placeres que el deber y la 40nra la prohi-
bian. Era dificil si, el empeno de Cristina, era difieil sin duda llevar
el convencimiento de su verdadera situacion á aquella que solo pen-
saba en caprichosas elucubraciones y vivia en la crápula mas que
en el mundo real, dejando á las camarillas interesadas y á los favo-
ritos la explotacion de aquel poder tan ambicionado, el d<>minio de
la multitud.


Cristina llevaba empero sus planes, consultaba á los unos, pro-
curaba desarmar á los otros, aplazaba las iras de estos, pedia res-
piro para facilitar una terminacion satisfactoria á aquel drama que
podia ser,sangriento y ocasionado á catástrofes. LQs personajes de
primera fila, las' inteligencias, los hombres de accion, recibían las
inspiraciones directas ó indirectas de aquella madre temerosa por la
suerte de su prole.


VI.


Surgió en estas combinaciones de los Prim y Espartero, de los
Sagasta y Figuerola un lance inesperado. El emperador Napoleon,
el hombre del! de diciembre, el tirano de la Francia acostumbraba
á acercarse á la frontera espai'iola; y ese verano como los otros de-
bia hacer una excursion. Isabel recorria para distraerse una parte
de las Provincias Vascongadas; visitó á la invicta Bilbao y se em-
pezó á murmurar que debía conferenciar con su pariente, con el
elegido por la voluntad nacional.


,Qué significado podia atribuirse á esa entrevista? ,Quién la ha-




99! DISTORI! DEL BIINADO
bia preparado? Crefase que era una nueva red de aquella madre
ansiosa de evitar á todo trance el cataclismo. Crefase que Isabel
iba á -recibir consejos ¡consejos 1iberales! del héroe de Strasburgo,
del mantenedor del papa, del que habia ahogado entre sus brazos
la república romana y la república francesa: Misterios graves, mis-
terios incomprensibles, pero que ocasionaron gran perturbacion.


Esa entrevista con todo, como la que debia h8b~rse verificado
algunos alios antes en las Baleares, se frustró.


tos que creían á Napoleon decidido á concluir con los Borbones,
pueden apenas esplicarse los móviles que llevarian á Bonaparte al
extremo de plegarse á los caprichos de aquel Borbon, último que
quedaba imperando. " _


-'tos que conocian á Isabel se esplican dificilmente como pudo
avenirse á conferenciar con el adversario que babia unido su suerte
á otra advenediza súbdita suya. Pero fuera lo que fuera, Isabel y
Napoleon parecian jugar al escondite, no llegaron á encontrarse.


¿Qué podia pensar de todo eso la union Jiberal~ ¿Era en su pró
Ó en su contra? ¿Sabia la emperatriz á dónde marchaba por esas
intrincadas callejuelas de una polHica tortuosa, ella que pretendía
pa~ar como protectora del papa, como el obstáculo á la eODstitu-
cian de Italia con Roma por capital?




CAPITULO CILt·


SUMARIO.


Simpatia de Napoleon con los Borbones de España.-Muerte de Ruiz'~ Pons.-FoUeto5
de Aguayo.-Crísis permanente.-Epidemia en las capitales del mediodía de Ei-
paña.-c,pnducta del clero y de 16s empleados.-Indigna conducta de Isabel.-In-
fama conducta de Zapatero en Zara~oza.-Alocucion del partido democrático.


1.


110s suceS08 vendrán un dia á desentrallar completamente esos
fenómenos históricos que, como los grandes cataclismos del globo
van variando Ja faz de los pueblos, abismando una comarca Ó UD
imperio, levantando una cadena de montafias ó una serie de revo-
luciones, ·siempre obedeciendo á las fuerzas, siempre en virtud de
la mecánica que rije todos los aetos. No de otra manera el geólogo
ha llegado á formar la historia mas ó menos aoroximada del pla-
neta estudiando los fenómenos actuales para deciCrar los antiguos
fenómenos.


Hoy por hoyes casi inesplicable como un Bonaparte qué habia
visto y coadyuvado al hundimiento de los Borbones podía interesar-
se en que Isabel fuese excluida del general anatema. Doy por hoy
qneda como un enigma la conducta de la Montijo que sostenia las
pretensiones de los clericales, que favorecia en Méjico la causa de
Maximiliano, que aborrecia especialmente á la que un tiempo babia




994 1II8TOl11 DEL IEINADO
sido su reina, y parecia tolerar que se variase en Espafla el rumbo
hácia el polo liberal para evitar la caida de Isabel.


¿Era Olózaga~ ¿Era Prim~ ¿Era Cristina~ ,Quién, quién habia
inclinado á la familia reinante en Francia á mostrar aquella especie
de simpatía protectora cuando el trono de Espalia se desmembraba,
cuando los Borbones se convertian en suicidas, fraguando ellos mis-
mos con su conducta desacertada y necia, con· sus ódios, con sus
escándalos continuos la mas terrible de las situaciones, la mas pre-
caria, la mas insostenible?


Hoy por hoy, repetimos, todo indica empero que Isabel contaba
en las Tullerlas con cierto apoyo. Y fuese miedo á la revolul"ion,
fuese vanidad pueril de Eugenia Bonaparte, fuese verdadero arre-
pentimiento por los males causados á la familia Borbónica, lo cierto
es que pueden ahora considerarse hasta cierto punto sinceras las
demostraciones que no llegaron á hacerse pero que estuvieron va-
rias veces en proyecto.


11.


El temor á lo desconocido, la posibilidad de" que la república
triunfase en Espalia, la duda de si podia venir una dinastia favore-
cida por lnghiterra ó la union de España y Portugal ¿eran acaso los
móviles que impulsaban á Luis Napoleon para mostrarse galante y
deferente con Isabel? ¿O se temia acaso, y se conocian los planes del
marido de la otra bija de Cristina? Unas y otras suposiciones halla-
ban en aquellos dias apoyo en la conducta de los distintos actores
de aquel drama y alternativamente aparecian liberales ó reacciona-
rios Jos reyes y los palaciegos, ya en ver estaó aquella personali-
dad se mostraba dinástica ó antidinástica, transigente ó intransi-
gente, yendo del todo á la nada COD la misma facilidad que lo pre-
gonaba.


y los partidos andaban en desconcierto, y todo eran conjeturas
y cada cual veia·fantasmas yse acusaba al vicalvarismo de tentar por
todos los' medios de introducir la disc·ordia, aprovechando las decla-
raciones liberales y sus proyectos, para infundir cierta confianza en
la multitud. .


Declinaba ya el verano y era preeiso reconcentrar en Madrid el
peder gubernamental. Ibanse desvaneciendo las ilusiones;· todo pa-




J)EL ULTIMO IORBON DI. ESPAÑA. 995,
recia haber fracasado, é Isabei habia Gonseguido eludir los oompro-
misos que querian imponerle.


Iba á celebrarse un consejo, en La Granja, porque en a(ene¡on á
. hallarse el cólera en Madrid se habia' dete.rminado espe.rar á que se
mejorase la condieion climatérica.


Debian discutir aun, porque durante el verano el gobierno no se
atrevió á arrostrar la cuestion si er,a útil y oportuna la disolucion
de aquel congreso elegido por Gonzalez Uravo, ó si debía aplazarse
tQdavfa para preparar mejor los triunfos electorales. Porque el triun-
fo era necesario á todo trance y el triunfo con una apariencia de
lucba entre los partidos liberales, era neCesario hacer ver que el re- .
traimiento estaba abandonado, y con este propósito corrían y cor-
rian los dias sin que se pudiese llevar A desbaratar aquel baluarte
de la reaccion que aspiraba. tambien á formar un ministerio Pavia
Lersundi y creia tener de su parte la ben~vo~encia real.


111.


La muerte. de ftuiz Pnns 'que sucum~ió en el destierro á que le
habian condenado las .a~bitrariedades del poder, los folletos de Agua-
yo, escitaron tambien mucho por aquellos dias la opinion que rin-
dió un fusto tributo al ~x-constituyente republ~cano y vinQ á pro-
teger al jóve~ sacerdote que. despreciando las iras episcopales se
atrevia á proclamar los. yerdader,os principios de .la revolucion y era
perseguido teoaz~ente por 'os,faris89s g~e escitaba,n al poder civil,
al gabinete vicalvarista para que pusiese coto al desenfreno de la
prensa, al propío' tiempo que faltaban á todos sU,s\4eber~s en ~a 8n,-
gustiosa crisis qu~ por)a epidemia atravesaba ~l p~is.


y la pei'secucioncaia entonces sobre lós periodistas, y las multas,
y las denuncias se multiplicaban, y Posad~ Herrera que QO tenia
ánimos, ni resolucion, ni fuerza J'lra arrtlmeter contra la monja mi-
lagrera, dejaba pasar circular~s como la del senor Corso, fiscal del
tribunal Supremo estimulando el celo de todos losjuzga~~s para"
que si la fiscalfa de imprenta dejaba correr por descuido, por mala


. . .


inteligencia ú otra causa algun escrito. punible acudiesen alHeon
toda la severidad y todo el rigor de la ley ,se~undando ~si los pro-
pósitos ~e la reaccion· in taregada ~n apagar á ,to~o trance las luces
del pensamiento, las enserian zas de la fil()~offa, '





996 DISTOII! DEL MINADO
Ya bajo una forma, ya bajo otra, la crisis era permanenteGY las


conferencias de Olózaga y de Madoz como Jos conciliabulos de los
moderados y las amenazas de LOI Tlempo~ hacian temblar al vical-
varismo en su asiento.


IV.


La epidemia que ocasionaba tantas v{climas en todas las capitales
del mediodía era entonces ocasion para retrasar las elecciones, y
vino á servir tambien para mostrar ti los pueblos que el clero que
tanto habla de abnegacion y de virtudes, dé resignacion y amor al
prójimo, carecia de todas esás dotes y huia ~el contagio y se ne-
gaba á asistir á los moribundos, habiendo algunos obispos y ca-
bildos casi completos abandonad. su residencia en los momentos
mas solemnes y terribles.


No pocos empleados faltaron tambien á sus deberes y fué preciso
tomar enérgicas medidas para impedir que los servicios públicos
quedasen desatendidos. ¿Pero qué muclo que esto sucediese si el
jefe del Estado se habia alejado de Madrid á los primeros síntomas
sospechosos de la enfermedad morUfera y no regresaba ni por un
momento siquiera á la capital aUD cuando, segun la opinion de mu-
chos no existia en Madrid peligro alguno?


La verdad es que en aquellos momentos la pusilanimidad, la in-
quietud de Isabel diernn el último golpe, el mas funesto quizá á su
prestigio; porque comparando su conducta con la de otros monar-
cas, con la de Napoleon, con la d~ la emperatriz Eugenia que se
presentaban diariamente en uno ú otro hospital, la conducta de
Isabel fué sin duda iDdígna y se prestaba á las mas amargas cen-
suras.


Compréndese, y podria espIicarse~satisfactoriamente que )a ma-
dre hubiese tenido alejados los hijos del peligro, pero sus deberes
la llamaban tambien en medio de aquellos que padecían, de aque-
llos que habian hecho esfuerzos y sacrificios por conservarla en el
poder " de aquellos que pagaban con su sudor los goces de que dis-
frutaba, los manjares que JUS hijos comian, la misma facilidad que
de alejarlos del peligro hallaba en ocasion tan terrible.


tos que ocupan ciertas posiciones no deben eliminar ningun su-
ceso en que puedan hallar ooasion de mostrarse agradecidos, ya que




• DEL ULTIMO BORDON DE ESPAÑA. 99'7
en tantas otras hallan grandes recompensas, ya que á tan poca
costa pueden deslumbrar á las gentes mostrando abnegacion.


Isabel no debió escuchar en esa época buenos consejos, y s~ el
vicalvarismo contribuyó asustándola Ó impidiéndola. moverse á su
conducta, puede asegurarse que el vicalvarismo la trató con mucha
dureza y consiguiÓ su propósito de hundirla y anonadarla.


v.


El partido democrático seguia activamente su organizacion, y en
unas y otras provincias iba constituyendo sus comités, celebrando
grandes reuniones donde se discutia á veces Ja conveniencia Ó in-
conveniencia de permanecer en el retraimiento. En Ciudad Real ce-
lebró una de esas reuniones y alH concurrieron muchos demócratas·
importantes de Madrid y de otros puntos, pronunciándose discursos
y leyéndose .cartas importantes.


Debia muy Juego resolverse la cuestion electoral, y ya el gobier-
no habia citado la renovacion de diputaciones provinciales, como
preliminar para conocer el estado de Ja opin¡on.


Todo eran angustias é incertidumbre, cuando una cuestion local
vino á demostrar que los vicalvaristas persistian en su antiguo sis-
tema del terror, y que, como en otro tiempo, ni entendian de leyes,
ni podian prescindir de Ja ordenanza, de los estados de' sitio·, y de
los generales Zapatero ó cualquiera otro proconsul' del moderan-
tismo.


Habfase dispuesto por las autoridades de Zaragoza exigir un re-
cargo sobre las uvas, y el 1.0 de octubre, la gente del campo hizo
una manifestacion contra ese impuesto, nombrando una comision que
presentó un escrito reclamando la derogacion del bando.


El gobernador dijo que se resolveria, y hallándose el ayuntamiento
en sesíon p,resentáronse algunos delegados, llegaron á reclamar no
solo contra el impuesto de las uvas, si no contra la contribucion de
consumos, Entonces se les dijo que hicieran una exposicion á las
cortes, porque el ayuntamiento nada podia hacer en el particular,
en lo que los qu~josos parecieron convenir. Pero al siguiente día
aparecieron grupos, y algunos se situaron en las afueras prohibiendo
]a salida á todo el mundo.


El gobernador entonces, en vez de acudir á la persecucion, y en
TOMonr. 127




998 HISTORIA DEL llEINADO
caso necesario á la fuerza civil para disolver los grupos, entregó el


. mando al célebre general que en Zaragoza, Valencia y Barcelona se
hal}ia hecho tan odioso durante el bienio. Zapatero p·ublicÓ UD bando.
disponiendo que en el término de una hora se retirasen las per~onas
pacificas, porque desde ese momento serian atacados los grupos por
las tropas sin mas intimaciones, 1<1 que se cumplió con exactitud,
ocasionando por sus.disposiciones. y por]a irritacion que produjo
la ocupacion de los puntos y paseos principales por la fuerza armada
un gran número de desgracias. Los soldados hicieron fuego, como
si hubiesen tomado ejemplo é intentasen rivalizar con la veterana,
mientras divisaron á alguno, y en las ventanas, en las puertas de
las casas, en las tiendas y en las esquinas, sucumbieron muchas
personas inofensivas solo por el deseo de satisfacer una pueril cu-
riosidad.


VI.


De nada habia servido que en aquel moti n pacífico no se diera un
solo viva subversivo ni una voz; de nada tampoco que los comités
progresista y democr.ático dieran alocuciones recomendando el órden.
Hé aqui en que términos lo hacia el democrático:


«Sin acuerdo del partido, sin intervencion· ninguna nuestra, sin
llamamiento de ninguna clase por nuestra parte, se reunieron ayer
y continuan hoy varios grupos por las calles, abandonando 105 tra-
bajos, y perdiendo el jornal tan necesario á sus ,familias.


»Este estado de coS\1s no puede ser provechoso para la poblacion,
y mucho menos al partido democrático. ¿Qué conseguiriamos hoy
con esta actitud, con las consecuencias que de ello pudieran des-
prenderse~ ¿Sabeis qué? Dar fuerza á la Union liberal, dar fuerza á
la reaccion, la cual es la mas interesada en que nos precipitemos,
la cual es la única que quiere que nos comprometamos, que se dén
motivos para perseguirnos, para diezmar nu@stras filas; para debi-
litar nlestras fuerzas.


»¿ y hemos de dar gusto á nuestros eJlemigos~
»Demócratas, si alguno de vosotros estuviera en los grupos que


recorren la ciudad, si tuviérais influencia con alguno de ellos, decid
á todos que el gran servicio que prestareis á la libertad es retirán-
dose á sus trabajos, retirándose á sus casas.




DEL ULTIMO BOl\BON DI ESPA~A. 999
»Otros dias vendrán, otras formas tenemos para haeer valer nues-


tros derechos; para lograr que se satisfagan las· aspiraciones del
pueblo. La alarma de hoy solo puede favorecer á la reaccion; la
tranquilidad y el sosiego favorecerán la democracia.


En nombre, pues, de nuestro partido, en' nombre de nuestros
principios, en nombre de la libertad, os rogamos á todos que no
formeis grupos en las calles, y que os .retireis á vuestros trabajos y
á vuestpos hogares.


» Ya haremos una exposicion á los poderes constituidos.
»Babeis escuchado siempre nuestra voz, y el comité confia en


que tambien ahora la escuchareis, puesto que es 'la voz del patrio-
tismo, el acento de la Jibertad, la cual todos defendemos.»


Los periódicos hicieron constar la conducta inexcusable de las au-
toridades: del gobernador que resignaba el mando, sin que los gru-
pos hubieran dado selial alguna de hostilidad; del general que con
bárbaros alardes, y órdenes draconianas se permitia asistir á la ma-
tanza de un pueblo inerme, y ordenaba despues el enparcelawiento
de aquel10s mismos que por su 'actitud y por su influencia habian
impedido que tomasen incremento los grupos, que llevase aquella
cuestion un sesgo revolucionario.


En Zaragoza, como en Madrid, los que hablaban todos los dias
de la revolucion, se empenaron en contenerla.




CAPITULO CXLU·


SUMARIO.


Disoluci.on de las cortes.-Manifiesto democrático.-lteunase el comite Central pro-
gre~ista.-Amhigüedad de sus jefes.-Incopsecuecia de Olózaga.-Reunion inter-
nacional en Lieja de los estudiantes.


L


En medio de las circunstancias mas graves, cuando la atencion
pública se hallaba hondamente preocupada por las desgracias que
ocasionaba el cólera, el ministerio Q'Donnell se decidió á aprovechar
el pánico que reinaba en to~as partes, quizá exponiendo el tétrico
cuadro que Madrid presentaba para presentar en palacio la cuestion
de nuevas elecciones que le aseguraran una mayoda.


El 13 de octubre apareció en la Gaceta el decreto de disolucion
. de las cortes, y llamando á nuevas elecciones para el 1. o de diciem-


bre. Por manera q.ue á primeros de afto iba á reunirse la flor y na-
ta del vicalvarismo, gracias á la influencia moral de Posada Herrera,
á la actitud de los partidos populares y á la abstencion de los mo-
derados que se veian en la imposibilidad de luchar, sorprendidos
antes de haber tomado en cnenta las probabilidades ó la posibilidad
del gabinete Q'Donnell para alcanzar de Isabel el decreto de diso-
lucion.


Ciertamente fué un g~lpe hábil, UDa especie de reactivo apli-
cado á la epidemia para distraer la ateocioo de las gentes timoratas




DEL ULTIMO BORBON DE ISPA~&. 1001
ante Ja verdadera epidemia, ]a epidemia permanente del vicalva-
rismo.


Isabel, aterrada por las relaciones que se le hacian de la espan-
tosa crisis que diezmaba á Madrid, no tuvo acaso tiempo ni voluntad
bastante para discutir las ventajas ó inconveniflntés que podia acar-
rearle el voto de las poblaciones.


l.os periódicos de la Uníon liberal cantaron en todos los tonos su
triunfo, y los moderados· no acertaban á explicarse aquel brusco
desenlace de tantas intrigas, aquel corte dado á sus esperanzas,
aquella resignacion de su serIora á sufrir nuevamente las flaquezas
y las harturas del vicalvarismo.


Ef decreto de disolucion vino á ser una bomba caida en medio de
los partidos, que colocaba á Isabel en ridículo, ante aquellos mis-
mos cuyas ambiciones halagaba, y á quienes venia á herir de im-
potencia absoluta.


11.


Como si respondiera á ese Jlamamiecto el partido revolucionario
se agitó, y el comité democrático publicó tambien una manifestacion
llamando al partido republicano á elegir nuevo comité, y resignando
sus poderes.


Dé aquí en que Mrminos se expresaba:
«El partido democrático tiene ya lo mas necesario en la confu-•


. sion babilónica de los antiguos partidos; un dogma claro y concre·
to: lo mas poderoso en esta agonfa de los gobiernos doctrinarjos,
una fortisima organizacion; lo mas urgente entre las dudas genera-
les que gastan las fuerzas y envilecen los caracteres, un .fin á donde
dirigirse; lo mas popular, una série de reformas que han de concluir
con el profundo malestar social que por todas partes se siente; lo
mas digno, independencia completa de todo influjo personal, ó de
banderfa, y posesion de si mismo en virtud de la unidad de sus creen-
cias y de la fuerza poderosa de su asociacion.


»Por consiguiente, justo, mu.y justo es que resuel\Ta por si mismo
todos los problemas que hay planteados, y decida por si mismo de
todas las cuestiones que hay pendientes. Para este fin el primer do-
mingo de noviembre en reunion pública, el partido democrático de
Madrid, se congregara á nombrar el nuevo comité de su provincia.




1001 RISTORU niL RlllUnO
y seiá bien que en aquel mismo dia se hallen aquf reunidos todos
los delegados de todas las provincias, á fin de constituir el nuevo
comité central, fiel reflejo de todos los comités particulares.


-El comité declina sus. poderes con una gran satisfaccion, la de
ver los progresos inmensos que en poco tiempo ha obtenido nuestra
doctrina y nuestra organizacion. Ayer se dema que nuestra doctrina
es una utopia, y hoy se dice, hasta por los mas rstractarios á la
verdad, que nuestra doctrina es la única fórmula de la ciencia que
flota sobre la EspaDa moderna, como 10s principios de la revolucion
flotaban Hobre Europa antes de 1 '189, esparcidos por todos los que
aspiraban en su conciencia el espiritu del pasado siglo.


-La democracia es tau ámplia, tan profunda, que todas las re-
formas derivadas del principio de libertad caben en su seno, como
caben todos los mundos en lo infinito del espacio. Para todos los
males tiene remedios.»


Firmaban ese documento los que habian quedado constituyendo
la junta directi va del comité y de todas las provincias, debian res-
ponder á ese J1amamienlo, acto preparatorio electoral, práctica del
derecho que en virtud de las circunstancias hubiera podido caer en
desuso, muestra cierta de la potencia del partido republicano.




111.


Tambien el comité central progresista se reunió, renovándose los
cargos, y citando para el dia 19 de octubre la junta general del par--
tido progresista ~n Madrid.


La union comenzó en efecto el dia designado á las doce, y habló
el primero el senor Olózaga, haciendo presente que, como individuo
del último comité se hallaba alli para dar cuenta de sus trabajos, y
aceptaba las observaciones que hicieran sobre la conducta que se
habia observado.


Entrando en explicaciones, dijo que no habia en el partido pro-
gresista la unidad necesaria para llevarle al triunfo, y que por su
parle estaba resuelto á poner el remedio necesario que estada en su
mano, cual era no tomar parte en la direccion del partido.


Que decian los adversarios, q'ue la actitud en que se babia colo-




DBL íLTIMO BORBON DI ESPÁÑÁ. 1003
cado el partido, nacia de los odios personales de cierta persona que
aceptaba el partido, y que por eso trataba de alejarse. •


Que el partido pensaba seguramente como él, y cuanto habia di-
cho en el congreso lo senUao todos los progresistas.


Que los progresistas dinásticos 00 pensaban como él, Y si estos
constituian el partido, razon era de su retirada.


y terminó diciendo qua el retraimiento era una cuestion juzgada,
y no hablaba de él; y que' creía que el partido debia' continuar la


_ misma línea de conducta.
El sellor Madoz hizo uso entonces de la palabra, manifestando que


tenia valor político; que no le abaBdonaria aun cuando los aplausos
que oia suponian-que habia de ser silbado. No aceptaba las mani-
festaciones del sellor Olózaga, que segun él no debiera haber pro·
nunciado el discurso que acababa de oir. .


Estas pálabras del progresista dinástico, inspirador del periódico
La Nacion, produjeron momentos de gran confusion entre los con-
currentes.


Prim entonces se colocó en la mesa de la presidencia, agitó la
campanilla reclamando órden, y dijo:


«Sellores, yo suplico á la reunion que espere muy circunspecta.
El sellor Madoz está en su derechfJ al exponer sus opiniones, des-
pues lo hará el sellor Prim, que se permite tomar la presidencia á
falta de otro,» -


y como la concurrencia manifestara su ~probacioD, continuó el
sefior Madoz, diciendo que él conocía lo que era la frase oh$tá~"lo,
tradicionalcs, que el sellgr Olózaga no d9bia marcliarse, y que el
partido no debia ocuparse por entonces de politica, sjno de aIlelar
recursos y prestar auxilios en la calamidad que aquejaba al pais. Y
alladió que en el primer retraimiento se habia ofendido al partido,
se le arrojó 6lgúante y fué recogido; pero creia que como sistema,
el rétraimiento podia causar mucho mual, porque desacreditariaal
partido dentro y fuera de la nacion.


El general Prim usó en seguida de la palabra, comenzando por
ofrecer que diria poco respecto _ á la cuestion iniciada por el sellor
Olózaga, contentAndose con afirmar que su aspiracion única, y su
deseo constante era el triunfo del partido, para lograr lo cual, si ha-
llaba obstáculos en el camino, atropellaria por todo y los arro-
llaria.




100' HISTORIA. DEL RIINADO.


IV.


Ambiguo oomo siempre el parjido pregresista, se mostró en ese
dia mas y mas contradictorio, y sus apreciaciones fueron nuevo mo·
tivo de disturbios porque se vió la personalidad de Olózaga, desta-
carse sobre todo el partido amenazadora 'siempre, y como siempre
dispuesta á sacrificarlo todo á su vanidad y á su orgullo.


Ptim, en cambio, se presentó con esa clase de franqueza militar
que siempre afecta, para no decir nada concreto, para encerrarse en
ambigüedades y estar á verlas venir con esa calma imperturbable y
la estoica constancia que ha puesto durante treinta anos en levan-
tarse, cueste lo que cueste, á las altas posiciones y á los pingues
destinos. . .


Madoz, uno de los inspiradores ó inspirados del grupo formado
en torno del general Espartero, se presentó con toda lealtad, tal eo·
mo era, dinástico y snti -revolucionario. Su voz fué ahogada por la
reunion, pero en elJa habia muchos, que no teniendo el valor de sus
convicciones, fingían seguír la corriente y aceptar lo que ]a fuerza
de las circunstancias venia imponiendo en odio á la monarquia y á
la persona que ocupaba el sÓlio, digna por su ingratitud y por sus
vicios, de los tremendos anatemas de )a historia.


¿No debía todo esto abrir los ojos á la multitud? ~No debia aque-
lla borrascosa sesion servir al partido progresista para conocer sus
hombres, examinar los móviles que los guiaban, y escapar á aque-
lla tutela vergonzosa, á aquella idolatria injustificada de que erá


. objeto el santonismo?
La sesion fué larga y. muchos incidentes quedaron ocultos é in-


descifrables, sin poder atinar nadie si EsparlerD era dinástico ó era
antí-dinástico, si á semejanza del compromiso contraido por Allende
Salazar en palacio, cuando el famoso lema de Zaragoza, cúmpla.e
la voluntad nacional, habia contraido con Maria Cristina en la re-
ciente conferencia nuevos compromisos para el caso en que apare-
ciera la revolncion triunfante y arrollase por completo los obstácu-
los tradicionales. .


Espartero y Olózaga, Prim y Agnirre, Figuerola y Sagasta, Ma-
doz y 'otros cuantos llevaban el timon de aquella nave del progreso,
cada cual adoptando diverso rumbo paro encaminándose todos al




DEL ULTiMO BORBON DE ESPAÑA. 1005
propio objeto, dispuestos á sacrificar los intereses de la multitud y
á transigir y á retrogradar si se conseguia que el pueblo no tuviese
que tomar participacion alguna en el gran acontecimiento.


v.


Si como Espartero que habia recibido por causa de la lucha" ci-
vil todos sus grados y condecoraciones, y la alta posicion de regente,
hubieran podido los demás presentar títulos de cierta simpatia ó re-
conocimiento hácia aquella á quien conocieron niña, podríamos ex-
plicarnos, y les dispensaríamos su ardiente monarquismo y su apego
á la dinastía y á la persona de Jsabel. Pero Olózóga que habia ha-
llado las persecuciones, que estuvo -al pié de la escalera del patibulo,
condenado por el padre de Jsabel, que sufrió grandes desaires de
Cristina, y de su bija otra persecucion casi tan sangrienta como la
del padre, no podia, no debia transigir con el trono, puesto que
desde él le habian hostilizado Fernando, Cristina. Espartero é Isa-
bel. Poco importaba la persona, poco importaba que fuese de estirpe
régia ó de plebeya sangre, era la institucioD, era la monarquia que
arrojaba sus rayos sobre los que se levantaban proclámando los de-
rechos del pueblo.


Pero Olózaga era como GODzalez Bravo, como Posada Herrera, ~
como Narvaez, como Pacheco y muchos otros mas temerosos de la
soberanía del pueblo que del llamado derecho divino 11e los reyes.
El fausto de la monarquia y de la aristocracia les seducia y hala-
gaba. "Qué importaban las sentencias de muerte fulminadas contra
ellos si podían ostentar en su pecho el toison de oro? "Qué las hu-
millaciones y el ridiculo en que se envolvian, si podían llamarse ca-
balleros y cubrirse delante de su soberana? Miserables pigmeos, se
arrastraban por pueriles recompensas, y una mirada de aquella que
llamaban obstáculos tradicionales Jos desconcertaba por completo,
y dejaban caer de sus manos la bandera popular que enarbolaban.


¡Triste condicion la de los pueblos que ban vivido durante tanto
tiempo bajo la presion del fanatismo religioso y politico! Los que se
llaman grandes" hombres, "levantados del polvo, Hegan á creerse se-
midioses y desprecian á sus hermanos de ayer, y bacen traicion á
los principios, y desconocen el derecho, y se entregan á la ígnomi-
Dia para figurar en laS' páginas" de la historja eomo apóstatas y trai-


1"u ... O JlI.




1006 HISTORIA DEL REINADO
dores, traficantes de saogre humana, víctimas desgraciadas de su
ambicion, que sufren el suplicio de Tántalo, y jamás pueden llevar
á sus labios la anhelada copa de los goces que debía apagar su sed
de mando y de riquezas. ¡Tristes figuras que por brillar un dia se
entregan á las maldiciones y al escarnio de lo porvenir, y quedan
en l. ¡by.ceion y en el olvido euando buscan la gloria y los oropeles!


VI.


Suspendiendo por un momento todas estas reflexiones, consigna-
remos aqui que el mismo dia que se reunió el partido progresista,
hubo en Lieja un congreso de estudiantes, donde la juventud eu-
ropea se oongregaba para pr(}clamar la unidad humana como la
unidad de la ciencia, para senalar el progreso en las esferas
todas.


Recordaron en la sesion inaugural la conducta de los estudiantes
de Polonia, Francia y Prusia que figuran en primer, término entre
los soldados de la libertad, y la resistencia jusUsima de los de Aus-
tria que se negaban á victorear con júbilo la celebracion de nactos
internacionales, que tendian á convertir su pais en un feudo de la


• corte de Roma; y en aquella enumeracion de aspiraciones legitimas,
tambien cupo su parte y no pequeíla, á los estudiantes de la Uni-
versidad de Madrid, que en abril pasado arrostraron las iras de un
gobierno intolerante y despótico, para protestar contra la ,intru-
sioo de la barbarie neo-católica en las clltedtas y claustros) de los
establecimientos científicos. La. juventud estudiosa é ilustrada' de
toda Europa, hizo justicia á lo§ sentimientos nobles y elevados de
sus compatleros de Madrid. ¿Qué compensacion mas grata podia
ofrecerse á estos últimos despues de las amarguras y disgustos que
les acarreó su Doble conducta? Este imparcial y sincero testimonio,
y sobre todo el de su propia, conciencia, eran mas que suficientes
para contrarrestar las diatribas nauseabundas de UDas auantas Mag-
dalenas arrepentidas del liberalismo, y Jos torpes ataques de oscu-
ros aventureros que vinieran de lejanos, climas á probar fortuna,
adulando hoy á un poderoso magnate, y otro manana, conforme so-
plen los vientos.


Algunos oradores, coa lenguaj;~ conmovedor, lrazarOD á grandes




DEI. ULTIMO BORBON DI ESPAb. 100'1
.


rasgos el carácter de aquella reunion internacional y saludaron con
vehementes gritos de entusiasmo, la emaocipacion y la federacion de
la juventud de todos los paises. Este acontecimiento, dijo uno de sus
oradores, hará época en la historia de la civilizacion moderna. Cuan-
do la juventud se fortalece el pueblo debe esperar.




CAPíTULO CXLllt.


SUMARIO.


Reuniones preparatorias.-Admirable .leccien de . eomité.-DiscUl'SOS de los oradores
demócratas.-Hetraimiento del partido moderado.


I.
-


La evolucion provocada por la actitud de los partidos y las dife-
rentes mudanzas ministeriales, y las fluctuaciones politicas, iba com-
pletándose, reconcentrando las fuerzas de unos y otros en medio de
las provocaciones de] podH que cada vez eran mas significativas.


El partido democrático debia reunirse con arreglo á lo dispuesto
por el comité el 5 de noviembre, y en los dias anteriores se congre-
garon mnchos grupos para resolver las cuestiones pendientes que se
babian hecho públicas con la disidencia que surgiera en el seno del
comité.


Entre otras, se verificó una numerosa reunion á. que asistieron
mas de 800 ciudadanos en UDa fábrica de las afueras, próxima á
Chamberi. Allí se propuso y adoptó, despues de hablar Nougues,
GuisasoIa, y otros, pedir cuentas al comité por su conducta en la
coalicion, y exigir encaso necesario la responsabilidad á quien cor-
respondiese.


Tratábase del gran debat.e suscitado algunos meses. alrás entre
socialistas é individualistas, y puestoque habian sido excluidos aque-
llos sistemáticamente sin.ser convocados en muchos puntos á las re-




DEI. IUIMO RORBO~ Di liSPAÑA. t 009
uniones, era natural que á su vez mf)strasen deseos de justificarse
ante el partido, y de hacer constar el exclusivismo de sus contra-
dictores. Nougues quedó encargado de" presentar una proposÍcion en
la gran reuDion electoral que debia verificarse al siguiente dia.


Orense, el infatigable Orense, á pesar de sus aftos no titubeó en
arrostrar el peligro, y se presentó en Madrid como un gran núme-
ro de representantes dé las provincias.


·EI domingo 5 de noviembre llegó por fin y muchos temian que
iba á estallar la bomba y la discordia, pero afortunadamente la se-
sion fué tranquila y ordenada. Presidió Oreos6 en quien todos re-
conocian titulos por" su larga carrera y conocimientos y él mismo
designó la mesa interina.


Nougués debía presentar y sostener una proposicion para evitar
las excl-usiones y los compadrazgos sistemáticos. Pero ante la ve-
nerable figura del decano de la democracia y des pues que este hizo
la designacion de personas, é indícó el objeto de la reuoioo, la re-
tiró, comenzándose la v:otacion del nuevo comité provincial.


Despues de haber emitido los sufragios unos cuatro mil electores
quedó cerrada la votacion á las 9 de la noche, no habiendo faltado
nunca en el local mas de mil quinientas personas y tenisodo la
prensa un palco designado para que pudiese dar cuen~a de lo que
alli pasaba.


11.


Despues de esta operacion importantisima y contra lo que la ló-
gica y buen sentido aconsejaban, se" pronunciaron diversos discur-
sos. Esos discursos no tenian realmente objeto, puesto que no era
necesario acrecentar el entusiasmo que era grande, y si hubiera
sido eonveniente y oportuno antes de la votacion que se conocieran
las opiniones de muchos demócratas en las diversas cuestiones de
conducta que se provocaban diariamente, por lo que podian influir
en el adelanto mas ó menos rápido de la revolucioD, despues de
hecha la eleccion del comité y cuando por mayoría habria ~ste de
decidir la marcha en lo futoro, era expuesto á graves contingencias
que algunos individuos pudiesen ponerse en desacuerdo, en oposi ...
cion abierta con lo que la masa creyera oportuno. Lo natural y ló-
gico hubiese sido que cada cual exponiendo COD franqueza y leal ...




1010 HISTORIA DIL RKINADo..
lad SUS epin¡ones respecto á los diversos giros que podían darse á
la cuegtion política. solicitai'a asf y obtuviese en ese debate la san-
cion de sus conciudadanos para tal ó cual método de conducta


Como quiera que fuese, el debate póstumo comenzó, )a minoda
dal comité renunció á hacerse oir en el seno mismo del cuerpo elec-
toral que era .donde debian formularse todas )as quejas, 108 socia-
Jiltas retrocedieron tambien ante los peligros de una eseision pro-
funda, y los discursos, aun cuan~o en el fondo· revelaban claramen-
te las aspiraciones diversas, no tuvieron otro carácter que el de ex-
posiciono


Comenzó á bablar el joven Ribera, director de El Gil Dial, pro-
nunciando un discurso intencionado en su fondo, agradable en su
forma y lleno de ardiente amor á )a democracia. A Ribera siguió el
presbUero D. Tristan Medina, que en uDa peroracion muy calorosa-
mente aplaudida encareció las excelencias del Evangelio y de la de-
mocracia.


Al Sr. Medina, que .ocupaba una posicion muy comprometida
puesto que se hallaba perseguido por los anatemas de la Iglesia, y
que por esto mismo bubo de presentarse receloso y vacilante, can-
sado de una lucha sin tregua, él que no tenia las condiciones mo- .
rales ni. materiales para ser un mártir, siguió Martos pronunciando
un vehemente y apasionado discurso que, como puede comprender-
se, era de transaecion, toda vez que Martos llevaba muchos alios
entre los progresistas, y como ya dijimos en su tiempo, habia ser-
vido durante el bienio e!l el ministerio de la GobernacioD. Este ora-
dor en un arranque de entusiasmo patriótico, declaró que el pais
donde mas esperanzas podia vincular la causa de )a Iiberiad era


,nuestra Esparia .• Francia, decia, se contenta con la gloria militar;
sus hijos gustan de arrastrar sas cadenas por el mundo, y bajo la
maldita influencia cesarista ,no aciertan á ser lo primero que cons.-
tituye la dignidad humana, á ser libres. Alemania, absorta en sus
,meditaciones cienUficas, no trabaja por )a libertad práctica. Italia
sol~ se cura de ser naCÍon. De suerte que puede decirse que la es-
peranzade la libertad euro-pea es,tá hoy en Espalia.»


111.


. Habló despues Castelar y de su elocuente discurso tomamos los
siguien.es párrafos.




DEL f1LTIMO BORBON DB ESPAÑA. 1011
«La mayor parte de los que me estais oyendo son demócratas.


(voces: todos, todos.) Pues bien, todos son demócratas. ¿No recor-
dais el memorial de nuestros agravios? Se nos ha desterrado de todo
derecho. Se han calumniado nuestras intenciones, llamándonos
enemigos de la propiedad y de la familia. Se han tratado como
conciliábulos nuestras asociaciones y como criminalos nuestros her-
manos. Se han quemado nuestros libros y nuestros folletos. Contra
las ideas democráticas se mantiene, con la pitanza de doscientos
millones, un ejército espiritual; contra los pechos de los demócratas
se afilan para noches como la del 10 de abril, bayonetas como las
de la guardia veterana .


• Si MontemoJin se subleva en la Rápita, se prende al ilustre
Sr. Orense, decano de nuestro partido, en Valencia: si unos pocos
demócratas luchan valerosos en Murviedro para abrir las puertas
de} cODgresoá un gra.nde orador, se asesta al coraZOD del que J08
capitanea el pulial de un asesino: si ese grande orador entra por
las puertas del congreso, se le llama faccioso hiriendo su inviola-
bilidad parlamentaria: si se escribe un programa de gobierno en un
periódico ilustre S" denuncia; y aunque por la ley ha prescrito y
por los tribunales se ha absuelto, se vuelve á denunciar; si un per-
fecto caballero, nn ardiente tribuno, Ruiz POIlS, en cuyo ·corazon
hierven todos los sentimientos generosos, y en cuya cabeza se ani-
dan todas las ideas nuevas, es dos veces absuelto por dos tribuna-
les distintos y competentes, se violan en contra suyo todas las RO-
ciones de justicia y hasta todas las prácticas escritas y se le envia
á morir en la amargura y en el destierro: si un amigo bueno y leal
se detiene en los tristes campos de OlivElnza, bajo los rayos de un sol
canicular, II recojer el último suspiro de un gran ,demócrata, á so·
correrle en su agonia á abrigar su cadáver, esta Iceian que mere-
ce un premio en los códigos morales, por Dios escritos en nuestra
conciencia, merece una horca en el código militar de O'Donllell y
en la diáfana conciencia de sus gentes: sí uno de vosotros, el mas
humilde, yo por ejemplo, llega despues de quince ailos de una pe-
nosa carrera de una carrera de trabajos, de fatigas, de desgrtcias
sin cuento, á poner al pié sobre una cátedra, se vuélca en las
calles por la mano de un insensato esa cátedra, y para ahogar la
adhesion de la juventud entusiasta que vuelve los ojos á su maes-
tro, se sueltan hordas ébrias en una noche célebre, por las calles"
noohe de horror, que reouerda las matanzas de San Bartolomé, y




101! HISTORIA DEL !tRINADO.
que convierte á Madrid Ja ciudad de 1808 en la Varsovia del
Mediodía.


"Pero que mas? Si uno de vosotros, uno de los que prestais culo
to á la libertad de pensar, muere; cuando podiais creer que sobre
el lecho de la muerte reinara el silencio y el reposo, ya que sobre
la jurisdiccion de la muerte solo reina el juicio de Díos; cuando po-
diais creer que os dejaran al menos en :paz entre las sombras de
ese grande misterio que se llama lo eterno, lo infinito, y que en-
vuelve á J08 suyos en sagrada inviolabilidad: los neo-católicos pe-
dirán que se os niegue la tierra de la sepultura que no se niega
por la madre naturaleza ni á las fieras; y aun dpspues de enterra-
dos removerán vuestras cenizas, golpearán vuestros huesos ú bo·
ciquearán en vuestros restos para arrojarlos á un muladar si es po-
sible: que el fanatismo teocrático y realista con vierte á los que de-
berian ser imitadores de Cristo en chacales del desierto,»


Beeerra tambien tomó parte en estas manifestaciones y entre
otras dijo estas palabras:


.Diré sin embargo, con la franqueza p'ropia de un hombre que
nació para ser libre y que ac~pta la responsabilidad de sus actos y
palabras, lo mismo ante los poderes constituidos que ante los pue-
blos, que todos los hombres son elocuentes cuando tienen el valor
de sua convicciones y manifiestan por su palabra lo que su oon-
eienciá les dice y lo que siente su corazon.»


Despues Soler expresó los sentimientos de la democracia arago-
nesa y Luis Blaneh dijo tambien algunas palabras.


IV.


Merece sin duda aJguna, tanto por su importancia, como por la
significacion que en aquel momento tenian sus palabras, 'que JIa-
memos la atencion de Jos lectores hácia la circunstancia de haber
tomado Pi y ttlargallla palabra, Pi el mantenedor de la polémica,
el que con tanta precision y energía babia expuesto los dogmas
fundamentales de la democracia del siglo XIX, los grandes y fecun-
dos principios de los mas importantes pensadores, los razonamien·
tos de los dialécticos que conmovian á la sociedad moderna y le-
vantaban el abatido espiritu de la mU6hedumbre con las promesas
de ventura de órden y de libertad.




DEL ULTIMO nORBON DE ESPAÑA. 1013
El sabjo socialista en un discurso de grande severidad en 111 for-


ma, m,uy conciso y templado, pidió la libertad de pensar, y dijo
que debían reducirse á pocos los principios capital~s de los parlidós.
Para el partido democrático pidió la libertad de pensar, la libertad
de asociacion y el sufragio universal. En cuanto á las relaciones
con el partido progresista, aconsejaba que no hubiera confusion,
pues si un dia prestó este partido grandes servicios á la libertad,
habia tenido despues debilidades mil que comprometieron tan sa-
grada causa. ,


El discurso del que habia sido por lan corto tiempo director de La
biscu8;on halló muchas simpatías entre los concurrentes á la vola-
cion del Circo y es muy natural, porque así como los demas ora-
dores procuraron herir Já fibra del entusiasmo, Pi con su palabra
grave y mesurada, fué á tocar en la conciencia de cada ciudadano
exponiendo las ventajas de la república .. la alteza del principio de-
mocrático, y presentando en toda su deformidad los vicios de Jos
partidos doctrinarios.


v.


Despues de esto se levantó la sesion y en el siguiente día se ve-
rificó el escrutinio ocupando largas horas y hallándose muy concur-'
rido el Circo.


El serior Salmeron á peticion de varios de los concurrentes ter-
miliado dicho acto y proclamado el nuevo comité tomó la palabra
para dar gracias al partido democrático por el espectáculo que ofre-
cia, y le felicitaba y se felicitaba por el vuelo que iba tomando la
democracia en Espana, .porque la democracia, dijo, tiene vida
propia á diferencia de ciertas revoluciones, porque la democracia
encarna una gran "revolucion en el pleno y total sentido de )a pa-
labra.


«Ban sido hasta ahora las revoluciones, continuo, revoluciones
parciales.


«Das pues de todo, ]a democracia, si viniera á realizar una obra
parcial estad seguros que perderia el tiempo; pero ~omo estamos
destinados á realizar una obra completa, aunque fuéramos inmor-
tales, no veriamos nunca agotado el ideal de la democraéia, porque
la democracia es la renovacion de la vida. .


TOllo 1lI.




1014, HISTORIA DEL REINADO
OetJpó des pues la tribuna el socialista Nougués y dijo despues de


on breve exordio: .
« Yo creo seriores que hemos dado un espectáculo grande, mag-


nifico y sin imitacion. ¿Sabeis por que lo creo? Pues no es por la
gran tolerancia que hemos tenido, ni por la gran legalidad, ni por
la libertad qoe ha reinado; es porque aqni hoy hemos hecho uno
de esos grandes actos que. los partidos hacen una vez ·en la vida,
para no olvidarlós jamás; el acto de constituirse en colectividad po-
tente y grande, que tiene sobre la fuerza individual de los asocia-
dos la fuerza colectiva de la generalidad.»


Enseguida dijo que creia como todos los que habian hablado que
estaba cercano el dia de la democracia, y que si este dia se habia
retardado tanto era porque el partido no habia tenido hasta entonces
la gran fuerza intima y colectiva que habia recibido con aquella
reunion y aquella votacion. Abundó en las 'ideas del Sr. Salmeron
respecto á que los partidos liberales de Esparia habian cumplido
con su mision y que á la democracia le quedaba la de derribar la
mesocracia, trabajando noche y dia con la palabra y con la pluma
para que el pueblo aprendiera Jo ,que significa, Jo que debe signi-
ficar la palabra libertad en toda su pureza é integridad.


VI.


En ese mismo dia se reunian los moderados que acordaron tam-
bien combatir al gabinete por medio del retraimiento.


Tambien los moderados se habian haliado·!!orprendidos. Tam-
bien los moderados que contaban con la influencia palaciega se ha-
bían visto engañados en sus ilusiones, y se decidieron á declarar


. que debía protestarse y anular unas elecciones en que el cólera de·
bia intervenir necesariamente por mucho para alejar de las urnas á
gran número de electores, y era digno de notarse aquel ,fenómeno
extraño en que los partidos conservadores coincidían con aquellos
á quienes calificaban de reaccionarios siempre que se hallaban en
la oposicion.


Por lo demás el moderantismo ranuDciaba á una cosa ilusoria,
renunciaba al· triunfo electoral y se alejaba de las. urnas, el triunfo
electoral le estaba vedado desde que no podia servirse del presu-
puesto, desde que no podia hacer agitarse en pró de sus candidatos
esa. multítud dü agentes del fisco y deja policfa.




DEL ULTIMO B0RBON DE ESPAÑA. 1015
Sus antiguos servidores, sus seides complacientes servian enton-


ces al general O'Donnell que gozaba de la omnímoda confianza de
la corona: que así lo exijan las sutilezas y las cábalas en eso que
llaman gobiernos constitucionales~


Ridículo, ó extemporáneo, aquel alarde del moderantismo, tenia
eon ·todo esto cierta importancia, porque en sus periódicos yen sus
manifiestos los hombres que habian contribuido eficazmente al de-
sastre infamante.de San Daniel explicaban y hacia o resaltar la con-
ducta maquiavélica y rastrera- del unionismo, que aprovechaba el
pánico general para introducir mas fácilmente sus agentes en el
palenque el60toral, para eliminar todas aquellas personalidades que
le convinieran.


..




~CAPÍTUl.O CXLIV·


SUMARIO.


El partido progresista resuelve continvar en;cl retraimiento.-Manifie8tos de Figuerola
y de Fermin Gonzalez Moron.-Actitud de los partido •.


1.


Los partidos parecían organizados, activos ya, dispuestos á la lu-
cha y esperando el momento del combate, no del combate legal,
sino del combate armado.


La preasa seguiaen el calvario, y la ley casi inexorable sobre
todos los que se atrevian á oponer objeciones, sobre todos los que
no aplaudian la sabia administracioo del gobierno· vicalvarisla.
Er~ llegado el momento de que los comités se ocuparan en el ob-


jeto especial que podían tener, y muy pronto llegó á constituirse el
comité dem ocrático republicano que nombró presidente á Orense
y delegado en el comité central al director de El Pueblo.


El sufragio universal sin embargo, los votos de los ciudadanos
que concurrieron al Circo habían sel1alado el verdadero presidente
del comité provincial colocando á Salmeron y Alonso en el primer
puesto por haber obtenido mas do 3,000 votos, casi la unanimidad
mientras que los demás indivíduo3 tuvieron en contra cerca de mil
votantes que habían formado una. candidatura intransigente radical
y socialista. •




DEL ULTIMO BORBON D8 ESPAÑA. 1017
Hubo la circunstancia especial en la primera reuilion del comité


de que el conocido diputado que votó contra'la monarquia y un des·
conocidl) llamado Barroso se pusieron de acuerdo haliendo dimis\on
del cargo que se les habia conferido.


En la carta del exconstituyente se leía:
«Cierto-y digo esto muy distante de una falsa modestia-que


insignificantes servicjos prestados por mi á la causa del pueblo, no
eran merecedores de tan elevada recompensa; pero por esta misma
raZOD séame licito considerar el voto de Madrid, no dado á mi hu-
milde persona, sino á mi inalterable consecuencia polilica, pruba-
da en tantas y tan dificiles coyunturas.» .


Atíadia que no queria ser piedra de escándalo ni motivo de per-
turbacion.


Por su parte el setíor ¡arroso creia ser un error de nombre ó
que existia otro que se peUidaba de la misma manera.


«Mi formal prop ósito, decia, de continuar alejado de la política
militante, y el convencimiento que tengo de mi nulidad para el
puesto que 98 ma ha designado, y que creo deber solamente á la ini·
.iativa de algunos pocos amigos, que se han equivocado segura-
mente al apreciar mis circunstancias personales, me ponen en el
caso de renunciar lealmente el cargo de co~fiaDza que he merecido
á los demócratas de Madrid cuyas doctrinas son sin embargo las
mias.


11.


En el seno del partido progresista se mantenía viva la escitacion
y vacilaban muchos y se disponian á quebrantar el sistema de con-
ducta que se habían impuesto.


Hemos visto ya que Prim, el famoso conde de Reus, el jefe mili-
tar que en Jos Campos Elíseos habia levantado su voz potente para
intimar á Jos poderes ocultos y á Jos obaJácu'os tradioionales }a for-
mal rendicion en el término de dos atíos, el mismo que habia esca-
pado y desaparecido de su puesto desobedeciendo las órdenes que
recibiera en nombre de su reina, del jefe natural, el gue por conS-


pirador babia sido coa6aa.rJo, tÍ pesar de su dígnídad senatoríal, era
uno de los mas ardientes partidarios de abandonar el retraimiento
y retroceder en la via revolucionaria, temeroso de que el partido




1618 HIS¡ORlA VEL R.l!.tN!80
repúblicano explotase una situacion tan hábilmente preparada por
los que quieren explotar' siempre á la multitud, que solo por eso,
por satisfacer sus ambiciones trabajan incesantemente.


Pues bien; Prim como Madoz, Fjguerola, Ruiz Zorrilia y muchos
otros provocaron esa cuestion en el seno del comité central ante los
delegados de las provincias.


Allí sostu vieron con empeno sus propósitos; allí lucharon para
arrancar á sus.amigos y correligionarios del camino que Prim ba-
bia trazado y todo indicaba que debía surgir una division profunda
entre los partidarios de la dinastía y los antiguos enemigos perso-
nales de esa dinastía. Setenta y un votos decidierolI la cuestion con-
tra doce y el partido progresista no retrocedió en su carrerra.


Los que pretendian tomar parte en las elecciones, ademas del ge-
neral Prim eran: Santin de Quevedo, 4adoz, Mendoza, Ruiz Zorri-
l1a, Borrell, Moyano, Bautista, Alonso, Gonzalez de la Vega, Ugar-
te, D. Pedro Mata y Gaminde.


lit.


Figuerola no tomó pa~te en la discusion porque habia renunciado
á formlLr parte del comité y obraba por su cuenta y riesgo. Publicó
un manifiesto que comenzaba así:


«Por tercera vez el partido- progresisfa ha resuelto apartarse de
la lucha electoral para el nombramiento de diputados á cortes, y UDa
cuestion puramente de conducta, de aplicacicm estrema, reconocida
como transitoria por Jos mismos que la ensalzan, va tomando pro-
porciones que eclipsan los principios y enervan la fuerza del reme-
dio por la continuidad" de ·su aplicacion. Desde el primer momen-
to que trató de adoptarse tal medida, la combatí á todo trance
y con calificaciones severas que conocen los individuos que com-
ponian entonces la junta general del partido progresista. Sin em-
bargo se adoptó el retraimiento, y en el mismo instante, haciendo
ehacrificio de mi conviccion, oumplí lealmente el acuerdo, persua-
dido que iban á desarrollarse sucesos tales que probasen lo atinado
de la idea cual prometia resolucion _ tan extremada. Segunda vez
planteose idéntica cuestion y sufrió mas severa amenaza de mi par-
te, hasta el punto que los mantenedores de la opinion contraria con-
fesaron la importancia de mis impugnaciones y muchos delegados




DRL ULTDn 1I0RRON DE ESP.1ÑA.. t 019
do provincia que traian voto acordado previamente, mostraban su
opil1ion personal conforme con la mia. Tambien subordiné por en-
toncos mi conducta á las resoluciones de la mayoría, pero con la
solemne manifestacion hecha ante los miembros del comité, de que
si otra vez se adoptaba el retraimien'to, no acataria el acuerdo, di-
ciéndolo en frases tan terminantes y explicitas, que no daban lugar
á interpretacion de ningun género.


»EI número de los partidarios de la lucha ha crecido y no puedo
censurar en los demás el que hagan lo que por dos veces yo he cum·
plido, antes respeto las pruebas do abnegacion de los que con igual
conviccion que la mia la sacrifican al acuerdo de' mayor número,
con el patriótico fin de conservar una unidad que en mi concepto no
existe ni en la direccioll ni en las i~eas.


DSOy como el hijo emancipado que respeta las genialidades de sus
progenitores, las disimula cuanto puede á los extrai'ios pero no á los
caprichos nacidos de tales genialidades. Conservo todas las doctri-
nas, todo el dogma del partido progresista; y como es necesario pre-
cisar en formas conoretas lo que no pudo decirse en las Constitucio-
nes de 1812, 183 j Y 1856, obedeciendo á la ley del progreso y
hablan~o por cuenta propia, debo hoy consignar afirmaciones cla-
ras y radicales que siempre he sostenido y que el partido progre-
sista no ha creido conveniente hasta ahora estampar como parte
fundamental de su doctrina.


lPDeseo para mi patria la monarquia rodeada de instituciones re-
publicanas.


».Tolerancia poUtica en materia religiosa.
'OLibertad científica é industrial. .
DLibertad de reunion y 8sociacion pacifica y sin armaS.D
Hé aquí en resúmen el programa concreto que servia á Figuero-


la para presentarse como candidato para las próximas elecciones.


IV.


Otro personaje independiente, que vivia alejado de toda parcia-
lidad polltica, muy conocido por sus esoentricidades, por los ataques
que dirigia constantemente á todas las eminencias, que .sostenia una
lucha terrible contra la clerigalJa y que p:r aquellos dias elogiaba
con entusiasmo la virilidad de los partidos y la actitud de ciertos




tO!O DlSTORIA DEL REINADO~
hombres, el escritor antiguo don Fermin Gonzalez Moroo, por uno
de esos contrast~s caprichosos que constituian Sil carácter especial,
se presentó tambien á los electores de Valencia y formulaba sus pla-
nes en estos términos:
. .Creo y sostendré que la nacion representada en cortes, es árbi-
tra y única soberana de su suerte, y que su autoridad y jurisdiccion
alcanza á todos, por alta y encumbrada que sea su gerarquía.


»Quiero y sostendré la supresion del actual Senado y su susti-
tueion interina por el voto del congreso, y por un senado vitalicio
nombrado por Jos pueblos, y aceptado por la corona.


»Quiero y sostendré la rebaja del presupuesto hasla ia cantidad
de 311) Ó 400 millones de reales, la dismir.IUcioD del ejército activo
á 60,000 hOinbres, y del pasivo y la reserva á 40,000.


»Defenderé la supresion inmediata de las rentas estancadas, de
las puertas y consumos reduciendo estos últimos á un derecho mó-
dico al pié de fábrica sobre la sal. ·los licores y el jaboD, la abolí-
cioo de todos los derechos protectores y prohibitivos que uada pro.:.
tejen ni prohiben, la reduecion del servicio militar á seis aríos, tres
en el ejército activo y tres en la reserva, y la disminucion en gran-
de escala del numeroso personal de los funcionarios públicos, ver-
dadera parodia de los antiguos frailes.
. »Apesar de todas las excomuniones y gritería de los neos, de-
fenderé ·Ia tolerancia religiosa como el· único medio de que nuestro
pueblo sea verdadera y since~amente cristiano, y de que nuestro
ctero salga de la ignorancia y fanatismo que desgraciadamente aqueo
jan á una gran parte del mismo. No quiero derechos de estola y
pié de altar y todo esto debe reducirse á dones voluntarios de los
pueblos, sobre los cuales debe pesar el culto parroquial descargán-
dole del presupuesto general del Estado.


»Quiero y sostendré la libertad comercial, Ja libertad cientifica, la
libertad industrial, la . libertad de asociacioD pacifica, todas las li-
bertades. »


v.


Estaba pues próxima .la lucha en los comicios; ihan á debatirse
otra vez los intereses populares en el campo legal. Pero en lo ge-
neral, los partidos que pedian reformas permanecían fuera de la




DIL ULTIMO BOR1HIN DI lós.uru .. lO!1
lucha, y por una especie de caprichosa veleidad, quedaban algunos
hombres, que no siéndolo, se llamaban libera.les y velaban por el
prestigio del gobierno constitucional.


Ea toda aquella ó:bsurda mezcla de cnntradicciones solo r esullaba
que se defima, iba extendiéndos3 y preparando y prepnnrlerando la
necesidad de consultar al pueblo formal y eficazmente, porque solo
el pueblo, solo los principios democráticos quedaban fuertes y po-
derosos en medio del desquiciamieato de todos los intereses, de to-
das las creencias, de todas las pasiones ciegas y turbulentas, -ver-
daderamente turbuientas de los reaccionarios.


No habia, en verdad, cohesion y unidad, DO se inspirabap todos
los revolucionarios en las máximas COllcretas consagradas ya por
la fi:osofia del siglo XIX; pero guiados por su pri.lpio entusiasmo,
todos los que tomaban parte activa en la cucstion política acep-
taban soluciones radicales, y esto asustaba á los santones, y esto
tenia en ascuas á Prim y sus cómplices en la 'coDspiracion, y esto
contrariaba á Olózaga en sus desigsios y era quizá temeroso para
otros elementos que detrás de la cortina, desconocidos, seguian
anhelantes, paso á paso todas las peripecias, todos los cambios i to-
das las modificaciones que se reflejaban en la opinion.


El elemento neó-católico, domiuante en palacio; los moderados
que pretendían representarle modIficando en cierta medida sus pre-
tensiones; los vicalvaristas, que DO querían salir al Campo de Guar-
dias sin poderse cobijar á la sombra de una entidad que les diese
poder y estabilidad; los progresistas que se efitendian con Cristina,
los que conspiraban; los que, como Olózaga, lo aceptaban todo cre-
yendo dominar ~ su vez coo sagacidad y maquiavelismo tudas las di·
ficultades; los que de bue<lla fe pactaban con el partido republicano;
los demócratas que transigian con el tr·ono á trueque de ser poder;
los republicanos vergoozantes,.los verdaderos republicanos, todos,
todos temian el pavoroso desenlace d9 lo desconocido; todos tenían
la revolucion en Jos labios: los unos la desafiaban, provocábanla
los otros; y en medio de aquella inmensa J$abel, se temia el desbor-
damiento social, se presentaba siempre el recuerdo del 93, las exi-
gencias del socialismo, la necesidad de una IiquidacioD, porque es-
taban realmente colocadas delante UDil de otra la reacéion y la re-
volucion, porque eran imposibles los términos medios, porque ha-
bia pasado la hora de las mistificaciones.


¡Cuántos sustos ocasionaba en los conspiradores aqunlía actitud
i"ViliO lll.




lO!! BISTORIÁ DEL RBINADO
enérgica y sombria de las masas populares! Cristina y todos sus
cómplices ]Iamaban á la revolueion ficticia para impedir la verda-
dera revolucion; y hay que hacer justicia á la 'corte que se. mostró
en aquellos tiempos digna y perseverante sin. temer á nada ni á
nadie, sin entrar en las transacciones vergonzosas que se la exi-
gian.


El duelo era á muerte, y todos los esfuerzos, todas )as cábalas de
las pandillas iban á quedar burladas por )a eoergia de la revolucion
y deJa reaccion





CAPíTULO CXLV.


SUMARIO.


Perpetuidad de la crlsis.-Manifiesto del comité.-Adhesion ie Espartero.-Precau-
ciones gubernativo militares.-Creacion de la sociedad IIvolicionista de la escla-
vitlld.- Carta de Federico Carlos Beltran.


1.


El vicalvarismo se bailaba en el poder. El general O'Donnell,
acompanado de aquellos mismos hombres que durante cinco aftos
habian dado al mundo el espectáculo de un gobierno que sin apoyo
de los partidos sabia sostenerse y crear artificialmente UD periodo de
prosperidad y en cierto modo de grandeza, que habia hecho una
guerra costosa y sangrienta, y babia llevado á lejanas tierras for-
midables ejércitos, que se Iisongeó de establecer el órdeo, sustitu-
yendo IIr libertad con la tolerancia, el general O' DODnell, decimos,
se bailaba actualmente reducido ~ la impotencia, desconcertado, siem·
pre en perpétua crisis, y esto se evidencia por las siguientes Hneas
que tomamos de La RegeneriJcion dGl 11 de noviembre de 1865:


al.' Que el general O'Donoell presentó su dimisioD ha pocos
dias, por conducto del general Ros de-Olano.


»1. 0 Que esta dimision DO fué presentada á la reina, que por
expresa y rigorosa prohibicion d.l médico sellor Corral, DO se ocupa
nada en polftica.






1024 HISTORIA DEL REINAD')
»3" Que el rey I al recibir Ja dimision de manos del general Ros


de DiaDo. contestó que no la aceptaba.
»4. 0 Que al día siguiente recibió ü'Donnell una carta escrita por


persona bastante elevada, en la cual se le decia en sustancia que,
puesto que él babia sido causa del mal debia tambien trabajar para
remed ¡arlo,


»5: y úHimo. Que ü'Donnell se ba comprometido á variar de
política, como se varia de camisa, y á trabajar para reconciliarse
con la I~Jes¡a, como si la Iglesia (uese un Diflo cándido que se in-
clinase bácia todos vientos como las veJetas, ó se dejase prender en
toda clase de redes.


»NOS CONSTA.»
Así c(JDtestaba el periódico tenebroso á los alardes vicalvaristas


con que preteDdian hacer creer que gozaban de la omnimoda con-
fianza de la Corona.


11.


El comité central del partido p!ogresisla publicó una manifesta-
cíon que podía resumirse en estas frases:


«Si se derrochan Jos candales de la nacioo; si la bancarota llega
á ser una soluchm para nuestra Ha~ienda; SI se desploma, en fin.
el edIficio a tanta costa por nosotros levantado y sostenido;' y los
obstáculos tradicionales, siempre incompatibles con toda idea libe-
ral, siguen comunicando su fuerza á las corrientes subterráneas de
la reaccion, miraremos tranquilos y cruzados de brazos, el desqui-
ciamiento de UDa organizacion, vigorosa ayer, aniquilada hoy por
el escándalo de sus vicios, y no salvaremos del naufragio sino la
bandera de nuestros principios, el tesoro de nuestras creencias, la
dignidad española.»


El general Espartero, que babia sido nombrado presidente como
Olózagll, y que por esta circunstancia no babia aceptado. manifes-
taba al comité su sentimiento, y decia:


«Sepa ese respetable Comité, que para defender esas libertades y
ese trono constitucional á que se refiere, puede conrar siempre con
mi corazon y mi brazo. Conste pues, que tengo una verdadera com-
placencia en manifestar mi adhesioD al programa acórdado por su
('o rn ité. »




miL ÚLTIMO BORBON Dg ESPAÑA. 10!5


JII.


tas elecciones se verificaron en los primeros dias de diciembre
con gran desanimacion, pues hubo distritos donde no se constituye-
ron las mesas, habiendo logrado el vicalvarismo completo triunfo,
ya que no hallaba oposicion, y solo en Toledo .y en algunos puntos
de las provincias vascongadas triunfaron los neocatólicos, habiendo
quedado fuera del parlamento bastantes notabilidades poUticas del
moderan tismo.


Las reuniones de los comités, por]o demás, lJamaban la atencion
apartada de las regiones oficiales, y se discutia COD calor, y se ma·
nifestaban las divergencias, y todos bablaban de .unidad de mi ras y
de propósitos, y de identidad de conducta. Pero la verdad es que los
progresistas habian proclamado principios inconciliables con los de
)a democracia, y que saltaba á la vista la divergencia, y por 10 tanto
el absurdo de aquella coa licio n inmoral y monstruosa.


Entre otros incidentes, citaremos el nombramiento de don Euge-
Dio Garcia Ruiz, para la presidencia del comité central democrático
que hubo de llamar la atencion en alto grado por sus volubilidades y
afinidades progresistas, que revelaba perfectamente la con~ucta de
El Pueblo, cuando habia otras individualidades en el seno de aquella
misma corporacion.


En UDa sesion de ese mismo comité, tratándose de ciertas frases
pronuDeiadas por el decano de la democracia, el selior Orensa, en
que babia producido ataques contra los socialistas, Salmeron pro-
puso que se declarasen comprendidas en el manifiesto del 15 de mar-
zo, todas las tendencias manifestadas por la democracia, Ó que se de-
clarase que el Comité rec.hazaba las palabras pronunciadas sobre el
socialismo por don José María Oren se en la reunion de Alcoy. La
proposicion tuvo cinco votos en pro, y mas de veinte en contra.


IV.


Mientras los ·progresistas proseguian sus tratos con Cristina. y
copspiraban al propio tiempo, dispuesto el gobierno á sostenerse á
todo trance, multiplicaba las precauciones y llevaba hasta el ridiculo
]as medidas preventivas.




tmTORU DEL REINADO


En Madrid la guarnicion se hallaba en verdadero estado de alar·
ma, dormian 108 jefes y oficiales de servicio en Jos cuarteles, y se
habia prevenido rigorosamente que no se abriese por Ja noche á na-
die sin verificar préviamente la identidad de Ja persona, para lo cual,
se hallaban senaladas ciertas autoridades que tenian entrada para
inspeccionar y vigilar constantemente.


O'Donnell lo habia dispuesto ast para prevenir toda asechanza
daodo al propio tiempo ocupacion al estado mayor general del ejér-
cito.


¿Para qué se pagaban á la verdad tantos generales si nada tenian
que hacer? .


En el inmenso catálogo de brigadieres, mariscales de campo. etc.,
podia disponer la Union liberal de muchos adictos, y era prudente,
muy prudente, estar con cien ojos cuando el enemigo persistia en
su obstinacion.


Llegaron sus recelos hasta el punto de que en Burgos la policia
penetró en las casas de los oficiales cuando se hallaban ausentes
para poner en vigor la ordenanza en lo referente á los matrimonios
sin real licencia, y castigando con severidad á los contravtlDtores.
Al propio tiempo, los dependientes del gobierno civil indagaban en
las casas qué personas frecuentaban la amistad de los oficiales, y
otra porcion de menudencias y chismorreos poco dignos de un go-
bierno formal, y que se estima en algo. j Desgraciados los gobiernos
que han de mantenerse por las dejaciones y el terror! ¡Desgraciados
los pueblos que han de sufrirlos!


v.


La cuestioD de la esclavitud es en Espana tanto mas importante
cuanto que habiendo sido la primera que fué á civilizar la América,
tenia el deber de emancipar la primera á los indios regenerados, á
las razas abyectas que necesitan mas que otros la educacion y la li-
bertad para su desenvolvimiento. A pesar de todo, Espafta es el úni-
co país donde la esclavitud existe, yeso que á pocl;\ distancia de las
costas de Cuba acababa de efectuarse la emancipacion de seis millo-
nes de esclavos, por cuya libertad habian vertido su sangre un mi-
1I0n de combatientes.


Este suceso babia excitado los remordh~iento8 en Jos corazones




BJ!.L 'LTlMO HúRBON DE BSPAIU. 10!'1
generosos, y por ese tiempo se constituyó una sociedad abolicionista
que congregó sus adeptos en el teatro de Variedades. Muchas seño-
ras asistieron á esa reunion, y todas las jerarqufas, todos los par-
tidos llevaron allf sus representantes, interesándose por la suerto de
los infelices seres, á quienes una sociedad que se llama cristiana y
civilizada trata como desgraciados animales de carga.


A esa reunion asistieron muchos oradores préviamente designados
por el comité organizador que publicaba tambien un periódico.


Empezó la sesion por un discurso de don Tristan Medina. La ter-
nura de sus sentimientos, la elocuencia de sus palabras, la novedad
de sus ideas, los recuerdos de su patria donde arrastran las cadenas
tantos millares de esclavos, dieron al discurso del señor Medina ta-
les encantos, que á unos arrancó lágrimas, á otros aplausos, á to-
dos ferviente entusiasmo.


Despues del señor Medina, habló el señor Carreras y Gonzalez,
que en un discurso muy erudito pintó los gravisimos invonvenien-
tes que para el comercio, para la industria, para la civilizacion, para
]a paz de las Antillas tiene ]a infame institucion de la esclavitud, la
mas bárbara, la mas odiosa de cuantas instituciones ha legado ]a
antigüedad.


El discurso del serior Sanromá, que l!iguió al del señor Carreras,
trató profundamente la cuestiono Habló con grande lógica de la ne-
cesidad de uniformar el régimen de las Antillas con el régimen de
Espana, y demostró que la esclavitud mantiene en Cuba el odioso
régimen militar, el odioso régimen absolutista.


Usaron despues de la palabra los señores Figuero)a y Rodríguez,
resumiendo el debate el sei'ior Castelar. En un discurso bril1antisi-
mo, como sabe haoerlos, el catedrático de historia tuvo pendiente á
la numerosa asamblea de sos majestuosos periodos, inspirado como
se hallaba por ]a idea santa del derecho, por el deber de contribuir
á la emancipacion de los que gimen.


VI.


A.quella reunion numerosa á la que habian asistido, contra lo que
ordinariamente sucedia, muchas sei'ioras, fué uno de los aconteci-
mientos mas importantes de aquellos dias, y parecia que se fo~maba
la atmósfera de Libertad para codos, y que Es pana agradeCida al




tO!8 R181011 ... DEL BlKNAOO
contemplar sus beneficios, queria. romper las cadenas que aprIsIo-
naban á aquellos desgraciados á quienes la codicia de los especula-
dores arrastraba desde las playas del Africa á nuestras posesiones
ultramarinas.


Recordáronse 'los grandes hechos de los libertadores de esclavos,
prolluo'ciároose frases bellísimas pintando los horrores, las angus-
tias de la madre que v~ arrancados sus bijos del seno para cambiar
de amo, del desgraciado á quien se azota im piamente por una leve
falta, de ese escándalo horrible que toma todas las formas, que de-
grada y envilece y se llama la esclavitud.


Al siguiente día publicaron los periódicos el acta de esa sesion,
unos versos muy sentidos del conocido escritor Ayguals de Izco y la
siguiento carta que por ser bastante significativa y revelar profun-
dísima intcncion llamando la atencion de las gentes hácia las cues-
tiones eminentemente sociaies, insertamos integra. Estaba firmada
por el antiguo escritor republicano socialista, Federico Carlos Bel-
tran, y decia asi:


o: Esclavizado hoy por el dolor, y retenido en el lecho por las peno·
sas cadenas de la enfermedad, fuera para mi imposible tomar parte
en esa gran fiesta que los partidarios de la abolicion de la esclavi-
tud, celebran en este dia, porque fiesta, regocijo es sin duda, para
los hombres de fé ardiente en los destinos de la humanidad, sei'iaiar
como una tras otra victoria, las etapas que recorre en el camiü!>
del progreso. Por eso amigos, y no queriendo dejar de asociarme á
vuestro propósito, á fuer de antiguo apóstol y propagandista de los
dogmas que· la revolucion expresa en el siglo XIX con sencillez su-
blime, en la fórmula concreta liberlad, igualdad y fraternídad, he
debido acudir á ]a pluma para espresar tambien entre vosotros lo
que el alma siente, lo que el corazon ansia, lo que comprende la
inteligenr.ia.


lIjOb; y qué grandes, qué bellos, qué majestuosos recuerdos po-
demos evocar en este solemne momento! ¡Qué inmensa distancia
hemos recorrido ya, y con cuan la velocidad, si tenemos en -cuen la,
no nuestro deseo, sino lo que es factible en el terreno de Jo real y
lo positivo! Era ayer en efecto cuando el hombre participando qui-
zá, mas aun de la naturaleza del bruto, que de su propia virtuali-
dad y conciencia. obedeciendo acaso al instinto de su conservacion
mas que al desenvolvimiento y extension de su personalidad moral
subyugaba al ser semejante, sujetándole á la condicioll de aquellos




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 1029
que obedecian al látigo. Y el .hombre entonces en un acceso de or-
gullo, rendia vicioso culto al principio dé libertad, emancipándose
del trabajo, que era para él pena y castigo. y no JanQble funcion
seDa Jada al ser para su desarrollo y perfeccion, tanto como para su
bienestar y ventura. Emancipábase. del· trabajo rudo y.repugnante;
pero haciendo recaer su tarea en otros·mas débiles'ó menos inteli-
gentes. Era el reinado del individualismO'; sebuscl1ba~ las-desigual-
dades; cada hombre tenia sq dios, y,ulaquel cielo creado por la
fantasfade los hombres, el Hado efego representaba el primer pa-
pel, y la anarquía, y el caos, y los privilegios· eran patrimonio de
los dioses, como tambien de las indjvidualidades que esclavizaban
al mundo.


»Pocos momentos despues, el ser siente en lo íntimo de su con-
ciencia UDa aspiracioD, el filósofo comprende que hay un . lazo indi-
soluble enlre todos los sétessemejantes, y al proclamar la igual-
dad de razas, y al presentir la unidad humana; . predicaba al Dios
uno.


»Y aquel Dios profetizado desde el calabozo se hace de carne; y
la humanidad entera puede hablarle, puede escuchar sus palabras
de consuelo y de amor, y viene á confirmar esa ley ineludible de la
armonia y el bienestar entre los hombres, cuando se haya abolido
el error, ese error funesto que' mantiene á los unos en la dependen-
cia de los otros, y crea tantas trabas, obstáculos y dificultades, tan-
tos males, tan profundos dolores.


XlSf, amigos, nuestra bandera que es de emancipacion para todo
lo que sufre, camina de victoria en vietoria; la esclavitud está juz-
gada; la tiranfa no puede hallar defeosores, y.sin embargo, obser-
vad, cuando vencida por las armas tiene que reducirse ásu impo-
tencia, y 6 su aislamiento, acude,al crimen, acude á la' bipocresfa,
pero sus armas, sus ardides no impedirán, no, que loabechos se
cumplaD.


»La abolicion de la esclavitud en todas sus formas, siervo, es-
clavo, ó proletario es la tarea del siglo XIX.' Nuestro' trabajo con-
siste en hailar la fórmula para que la aboHcion de la esclavitud no
sea una nueva traba, un obstáeulo mas, una (uerza y una deeep-
CiOD nuevas, para que llegue la hora en que el derecho y la justieia
sean reconocidos y pracU.eados en el seno de las' sociedades.


XlLa abolicion de la esclavitud nt) consiste en' poner en libertad
algunos negros que ]a codici~ de' ciertos eRpeculadores babia amon-


TOMO 111. 131




lOSO RlSTOB1! IIL IlIIlUDO
tonado como objeto. de comercio. La abolicion de la eseJa.itud lig-
nifica que el ser humano debe ser constituido en su integridad; que
se debe procurar IU desenvolvimiento fisico iDtelectual y moral; que
es necesario constituirle una posicion en la cual pueda desembara-
,adamente hacer uso de 8U derecho sin que sean un impedimento
para ello esos obsticulos tradicionales que se conocen por los nom-
bres de ignorancia y miseria.


»Sf, amigos mios, si; emancipemos al ser, homb:-e, mujer ó ni-
110, y pisemos la cabeza de la serpiente de la esclavitud. Asi habre-
mos realizado la obra de los siglos por la cual han vertido su san-
gre tantas generaciones; asi babremos conseguido que no haya razas
ni nacionalidades de opresores ni oprimidos, que no baya clases ex-
plotadoras ni explotadas, que no haya, por fin, ese caos inmenso
que constituye las sociedades en las cuales la buena fe está pros-
crita y la astucia domiaa siempre, creando el malestar, la angustia,
la zozobra, los vaivenes, los trastornos y la perturbacion y el des-
concierto.


»¡Oh, sil amigos partidarios de la abolicion de Ja esclavitud, tal
e8 nuestro déber, á tanto obliga el mote que bemos puesto en nues·
tro escudo. El glorioso mártir de esta causa, Abrabam Lincoln, ha
realizado en cuanto le ha sido posible, el Jado material, si me es
permitido decirlo asf, de esta coestion compleja. Diseutamos, discu-
tamos y hágase la luz acerca de todas las dificultades que traen en
pos los obstáculos que contrarian hasta cierto punto que Ja eman-
.cipacion del esclavo sea UDa verdad real y positiva. La libertad DO
es una de esas cosas que se decretan y que se imponeD; el ser para
ser libre necesita estar en el pleno dominio de si mismo, que es lo
que le constituye como tal ser, libre, responsable, capaz de juzgar
sobre su propia suerte, y sobre la de los demás.


»Y ya que nos bemos referido al insigne repúbJico Lincoln, tri-
butemos á su memoria UD recuerdo, consagremos á quien supo rea-
lizar un hecho tan glorioso en el continente americano una lágrima,
que eo este solemne momento es consagrarle una ovaciono


»Y por lo demis, prosigamos nuestra marcha, busquemos en
nuestra constancia y en nuestro buen deseo los medios de llevar a
término feliz, de completar en todos sentidos lo que sollaba el filó-:-
soto en su calabozo, lo que predicaba el hombre Dios, cuando subia
al calvario, lo que A.braham Lincoln ha sellado tambien con su san·
gre; la abolicion de la esclavitud, la unidad de la familia bumana,




DEL ULTIMO BORBON DI ISURA. 1031
Ja realizaeion de la justicia en el movimiento de las sociedades por
Ja práctica del derecho en el seno de la libertad .


• y el modo de que este dia se acerque, que estos nuevos deseos
se cumplan, repetir estas fiestas, propagar por la palabra, por el
escrito, yen lo que sea dado por el ejemplo lo que aquf discutamos
y decidamos. Discusion razonada, estudio profundo, propaganda,
propaganda actlva .


• Es nuestro derecho y nuestro deber, y en esa tarea no faltará
mientras ténga fuerzas, mi pequella cooperacion, que es insignifi-
cante por su valor,- pero que será tan constante y activa cuanto lea
preciso para el logro de nuestro comun objeto .•




CAPíTULO CXL 'Ir·


SUMARIO.


Apertura de las cortes.-Frialdad del pueblo para con Isabel.-Buena acogida que
hace el pueblo á los monarcas portugueses.-Sublevacion militar de Prim.-Su
francaso . .:......Acu~a Carloi Rubio á las ma,as populares.-Causas porque no habian
tomado parte en aquel movimiento.-Movimiento de la prensa.-Falseciad revolu-
cionaria de Primo


I.


La Union liberal habia hecho durante todos aquellos días de tri-
bulacioD, gran propaganda' antidinástica. La prensa, como los cir-
culos todos, hacia resaltar las veleidades cortesanas y su conducta,
comparándola con la de otros monarcas que visitaban diariamente
las poblaciones infestadas y los hospitales.


Isabel no entró en Madrid hasta despues de muchos días que la
epidemia habia cesado por completo. .


Llegaron algunos á proponer que viniese el rey consorte, pero
mas atento este á las necesidades propias que á las desgracias age-
nas hizo oidos de mercader á semejantes propuestas: y cuando Uegó
el caso de regresar al palacio de Madrid, no sabia Isabel como pre-
sentarse ante sus convecinos, á·qrlienes habia abandonado en los
momentos de crisis. Por esto se discutió mucho si habria ó no dis-
curso de la Corona al abrirse'las cortes; que era terrible ver á los
funcionarios, alcaldes y médicos, eastigados por' su cobardfa, y al




DEL ULTiMO BORBON Di ESPAÑA. • 1038
primer funcionario del estado presentarse á recibir ovaciones oficia-
les en los actos solemnes. Por eso hubo grande agilacion y no po-
cos silbidos al tiempo de hacer su entrada la corte.


Como todo se arregla, hubo de reponerse la corte, y con aquella
pompa y majestad acostumbrada, acudió la sucesora de Isabel la
Católica á abrir las cortes espanolas precisament6 en los últimos dias
del mes de diciembre de 186ft El discurso fué ~omo todos vago, y
la novedad no atrajo la multitud que acostumbra siempre á ·hacer
interesantes tales espectáculos.


El gabinete O' Donnell se veía en aquel momento en gran perple-
gidad, porque veía levantarse amenazadora la ola de la opioion, y
no acertaba á conjurar la tormenta cuyos fulgurosos rayos surcaban
ya el horizonte sombrio y tenebroso.


11.


Una coincidencia estrana vino á hacer resaltar en alto grado la
indiferencia glacial con que el pueblo de Madrid consideraba á aque-
llos que en tiempos anteriores habian sido para muchos objeto de.ca-
rinosas demostraciones.


Caida en la opinion ya en 1854., se habia pensado por muchos en
sustituir la dinastía Borbónica por la dinastfa portuguesa, fundán-
dose en que era prudente y necesario completar la peninsula, y re-
organizarla en sentido de unidad, manifiesta tendencia en" todos 108
pueblos para llegar á establecer en todos sentidos la agrupacion
atractiva por afinidades en esa masa que se llama humanidad.


Por desgracia, los ioteresados en evitar la fraternidad de las ra-
zas, las consecuencias de la solidaridad de los pueblos1 han sembrado ..
odios, han multiplicado obstáculos, y esas barreras que se llaman
preocupaciones, son mas difíciles de vencer que las que consisten en
obstáculos materiales.


Surgió, pues, ]a circunstancia de que al siguiente dia de la aper-
tura de las cortes Hegaron á Madrid los reyes de Portugal que re-
gresában á su "corte. Era natural que, en tales circunstancias,.y para
hacer mas evidente el desprecio á la dinastía, se procurara recibir
con entusiasmo á los que en el pueblo lusitano mostraban deferen-
cia 1 respeto \líeia las instituciones libres. 1 asi fué que en la es-
tacioD fueron vicloreados frenéticamente como en las calles del trán-




103' • HISTORIA DEL REINA.DO
sito, .dando ooasion á que la prensa ministerial designase á las cen-
suras á ciertos hombres del partido republicano que en ese dia
olvidaron su verdadera posiciono


Así se agitaba y se encendia el fuego revolucionario, y el mundo
oficial vivia en absoluto divorcio con ia opinion pública. I.a mina
iba cargándose demasiado, la tierra temblaba, sentianse las senales
de un próximo cataclismo, y todo hacia· augurar graves trastornos
por muy en breve, por mas que el gobierno se rodeara de preven-
ciones, por mas que con el auxilio de la fuerza armada hubiese lo-
grado recientemente en Lérida y otros puntos dominar los motines que
en odio á la contribucion de consumos habían estallado.


111.
. t)U/~Hi,/"t'e


Ya en .. noche del 80 de 7eqero la goarnicion de Madri.d redo-
bló sus precauciones, reuniéndose en el palacio de Buena Vista
el consejo de ministros y los directores de las armas. Tambien fue-
ron desterrados dos generales, haciéndose numerosas destituciones
de ofiQiales. El ministerio de la guerra desplegaba gran actividad;
el general O'Donnell preveia próxima la batalla. Y efectivamente,
en la noche del ! al 3 de enero dispuso Prim una caceria saliendo
de Madrid con seis personas, y trasladándose á Villarejo de Salva-
nes, donde le recibió el comité con gr:an entusiasmo esperando du-
rante toda la noche avisos de los diferentes ojeadores.


En Araojuez, en Ocalla, en Alcalá, entre los regimientos de ca-
balleria especialmente, se notaron en: esa noche' sin tomas alarman-
tes', Los de Ocalia lograron su intento y se encaminaron al sitio con-
venido. En Araojuez salió lambien un regimiento de cabaHeria, pero
la may~r parte de los jefes y oficiales reuniendo algunos soldados
que se hallaban convalecientes, emprendieron la persecucion de los
sublevados que les hicieron algunas descargas y los mantuvieron á
distancia. '


Por una série de peripecias J coincidencias, los regimientos de
Alcalá faltaron al compromiso, J Prim recibió la noticia el mismo
instante en que penetraron en VilJarejo en medio de las aolamacio-
nes, los regimientos insurreccionados,


En un consejo brevfsimo la junta decidió, y Prim sostuvo acaso
por primera vez despues de veintitres allos, que era necesario salir




DON JUAN PRIM.






DIL VLTillO BORBON DIISPiÑí. ·1085
á campafta, porque no podia dejarse en tan grave compromiso' los
que habian sacrificado todo al cumplimiento de su palabra.


Desde las primeras horas de la mañana se sabia en Madrid el
éxito desgraciado de la exp9dícioD; pero á los grupos inferiores no
llegó la noticia con sus detalles, y era de ver la agitacion inmensa,
asi como el desconcierto gubernamental.


Ciertamente que el ministerio no esperaba la terrible realidad, y
grande fué su sorpresa ~mando. al siguiente dia supo que en Castilla
tambien se lublevaban los batallones de infanler(a que viajaban por
el tren y amenazaban á Valladolid.


El héroe por esta parte era el comandante Campos, asi como el
jefe de las fuerzas de Aranjuez se )Jamaba Bastos, nombres que fue-
ron condenados á la execracion por los periódicos del gobierno.


IV.


Al anochecer del día 3 hubo gran agitacion en Madrid. El gobier-
no declaró ciertas provincias en estado de sitio, formó ona columna
para perseguir á los insurrectos, y confió su mando al general Za-
bala, que salió muy luego avistando al enemigo, que despues de
volar el .puente de Fuenliduefias, y hahiendo recogido todas las bar-
cas, pudo retirarse tranquila y sosegadamente mientras tos ingenie·
ros de la expedicion preparaban los medios para vadear el rio.


Al ver la actitud de las diferentes fraccionils, hubo quien creyó
en los primeros instantes que ]a revolucion triunfaba. Pero atendido
el fiasco de los primerBs momentos, despues del largo tiempo de
preparaeion, de los muchos comprometidos que habian quedado en
la imposibilidad de agitarse, de las prevenciones del gobierno, de la
aglomeracion de tropas, todo indicaba que el golpe habia sido en
vago. Bablábase de Zaragoza, de Cádiz, de Badajóz, de regimien-
tos que marchaban á unirse con el conde de Reus, y los boletines
de la guerra que secretamente circulaban, mantenian el entusiasmo
haciendo constar que eran bien recibidos los insurrectos en todas las
poblaciones, y que todos los dias se les presentaban las ruer~as y
destacamentos avanzados que Zabala pODia para impedir la desar-
cion.


ta verdad es que. el antiguo progresista, el resellado Zabala, com-
paliero en Arriea del general Prim, procuraba evitar su aproxima-




1036 mSTORIA DEI, RIUNADO.
cion al campamento de los sublevados; que COD marchas y contra-
marchas procuraba abrir al general rebelde los medios de eva-
dirse.


Al llegar al célebre Manzanares el ejército revolucionario, se halla-
ron alli con el general Concha, senador como Prim y como Zabala,


- que al frente de doscientos peones camineros y guardias civiles,
desafiaba, como don Quijote á los rebanos de carneros, y dirigia
insultos al marqués d,e los Castillejos eo papeluchos poco dignos.
Prim despreció, y estuvo cuerdo, semejantes provocaciones.


Prim titubeaba, no quiso dirigirse á Andalucia donde era llama-
do, y hubiese obtenido grandes recursos; destrozÓ en marchas y
contramarchas los caballos, no habia querido admitir á los paisanos
que se le presentaban en los primeros momentos, y cuando los in-
surgentes de Gerona, donde tambien estalló el movimiento, se diri·
gieron á Francia, cuando Campos se vió precisado á entrar en Por-
tugal, el marqués de los Castillejos con todas sus infulas revolucio·
narias, con su' larga práctica de conspirador, con su proverbial
temeridad, se vió reduddo á penetrar en .el territorio lusitano, segun
decia, para herrar los caballos y descansar de lag fatigas.


Corta fué aquella campana, pero nada gloriosa para los afamados
generales de Arrics que en ella intervinieron. Solo hubo un coman-
dante Camino, especie de alano del general O'Donnell, que persi-
guió con tenaeidad á la columna insurrecta aprovechando todas las
ocasiones de coger algun enfermo ó extraviado para enviar pompo-
sos partes que debian valerle ascensos y los al bagos de su amo,


v.


Si fué ridicuio el resultado de aquella cacareada conspiracion
cuando se aproximaba el plazo fatal de los dos anos y un día fue-
ron mas graves y terribles las consecuenéias porque hubo grandes
recriminaciones y amenazas á los que faltaron á sus compromisos
en aquella ocasiono '


Carlos Rubio, bombre de gran imaginacion, de buenos sentimien-
tos y de . corazon sencillo, que desgraciadamente no veia bien en
aquella tenebrosa intriga, y no comprendía que servia de instru-
mento á fines bastardos se revolvió tambien contra las masas po-
pulares, y en una seri'3 de cartas que de~iera quemar sin duda ha-




DEL ULTIMO 10RBON DI ESPAÑA. 1037
ciando de verdugo para castigar sus extraviados pensamientos, acu-
só indignado á las muchedumbres y declaraba incapaz al puebl<;;de
ser libre porque no lo merecia.


¿Tenian acaso la culpa los pueblos sí resistian, si se mostraban
tibios cuando habian sido tantas veces engallados y no vejaD al fren-
te del movimiento hombres de verdadera significacionpor su conse-
cuencia y por sus virtudes' ¿No asegoraba La Iberia en 186! que
si Prim volvia al progresismo volveria á formar COPlO una indi.i ..
dualidad no en el elevado puesto de jefe del partido? Y porotr. par-
te, ¿en la ignorancia de los pueblos no tienen responsabilídad aque-
llos que los dirigen? ¿Creia Rubio que sus predicaciones y la actitud
de La Iberia en la oposicion durante el bienio nada significaban para
formar la opinion? ¿El partido progresista habia hecho cuanto debía
hacer en las épocas de mando para borrar el fanatismo é instruir á
las clases desheredadas? Seguramente que no!


Habiao cumplido con su deber, segun la opinion de Carlos Rubio,
los que marcharon en aquella famosa expedieion, y todos los otros
faltaron á 8US compromisos. Pero ¿qué se ha hecho para hacer la
luz acerca de aquellos acontecimientos1 ¿Por qué no se denun'cia-
ba á los jeres comprometidos? ,Por qué, triunfante la revo)ucion no
se les ha castigado leyendo sus nombres.y dando publicidad á 8U falta?


Como quiera que sea, y en virtud del estado de sitio, la prensa
revolucionaria acordó cesar en la publicacion de los periódíeos para
dar así mas misterio á la insurreecion y hacer mas ruda guerta al
gobierno ensanchando el circulo del retraimiento.


VI.


La revolucion habia comenzado con su perseverante empello,
los hombres que la dirigian habian llegado á ejecutar actos osten'·
sibtes que los comprometían. Muchos tuvieron que ir á la emigra-
cion, pero el gobierno siempre en jaque, siempre bajo la presion de
las circunstancÍas tenia que luchar al propio tiempo con, la corte
cuyas intrigas y asechanzas le ponian en aprieto.


Pasaron los días, la prensa adquirió el convencimiento de que la
insurreccion se hallaba por entonces aplazada, los intereses deem-
presa se sobrepusieron á los intereses de partidO, La Naatm pri-
mero, órgano contrado al retraimiento, y otros periódicos despues,
vinieron á la areDa de ]a diseusion, y la situacionfucf nnrmalizán-


TUMO 111. 1" .) " ...




1038 HISTORIA DEL REINADO
dose, funcionando el congreso como hasta-entonces.


Hubo entre los periódicos alguno que siendo progresista cambió
de empresa y de redaccion convirtiéndose en demócrata-socialista.
Dirigido por Córdova y Lopez, apareció casi al mismo tiempo que los
demás} y presentó IU pr~grama radical en principios y opuesto en
condueta á los demás periódicos revolucionarios.


Habiaen el seno del partido democrático socialista una falange
numerosa bien nutrida en los principios -republioanos é incansable
propagadora de las doctrinas sociales, que no podia avenirse á aque-
lla fusion de los partidos ni á la inaecion á que se condenaban vo-
luntariamente en el terreno de la propaganda_ Para ser revolucio-
nario no se necesita abandonar el amparo de la ley. A su sombra
se puedeo sostener los principios, propagar las ideas, sin omitir
tampoco los trabajos de .zapa oi los golpes de efecto. Y esto se ba-
bia sostenido en La Di,cusion cOLidenaodo á lospoliticos aventure-
ros y ruidosos que dejaban pasar ocasiones como la dell O de abril
para lanzarse en teqlel'arias empresas como la del 3 de enero, y
esto venia á sustentar La Salud Pública donde se balJaban dos re-
dactores de aquel periódico, Nougues y Beltran, y de esta actitud
que tomaba el nuevo periódico podiao haber surgido grandes mo-
dificaciones en el movimient~ de los partidos si en España Jos hom-
bres poli tic os no hubieran sido tan exclusivistas y tAO obcecados.


La verdad es que la situacion era grave y merecia tómarse en
consideracion la ensellaoza que arrojaban los recientes sucesos en
que el partido republicano habia visto perfectamente clara la ten-
dencia á verificar el m«;)vimiento insurreccional con los elementos
militares, excluyendo sistemáticamente ciertos grupos y el elemento -
civil, el pueblo, á quien se temia. Y como si los hechos no fueran
bastante ~locueotest el general Prim hizo en Portugal UDa proclama
que pudiera considerarse apócrifa sino hubiesen sido bastante co-
nocidos los &otecedelltes del que la firmaba, para juzgar que en ella
espresaba sus sentimientos.


El conde de Reus decia haberse levantado para evitar UDa revo-
lucion social; declaraba que al tomar la iniciativa revolucionaria era
su propósito encausar y dominar los elementos revolucionarios. Y
despues de esto: todav!a _hubo quien siguió paso á paso las órdenes,
los consejos, las advertencias del dictador revolucionario, que debia
llegar á consumar su propósito, prcsen-tándose. como dique á la mar-
cha del progreso.




"


CAP1TULO GXLVtl,


SUMARIO.


Como juzgaba los acontecimientos 01 periodico la Salud pública.";"Fusilamiento,s.-
Protesta de la prensa contra el moderantj¡uno.-Actitud del periódico La Salud
Pública. ' ,


1.


La Democracia fué el úoicó periódico que resistió á lo que Je dic-
taba la buena gestion de sus intereses, permaneciendo fiel al sistema
que habia proefamado de retraimiento, y DO quiso volver í la pa-
lestra mientras duraba el estado de sitio, mostrando en esto la ea-
tereza que otros periódicos no supieron tener en aquellas 'graves
circunstancias. '
• La reaccion podia respirar durante UD corló tiempbporque el,mal


éxito de la, campalia babia entibiado á 108 unos, habia,intruducido
sospechas de bando á bando" de personalidad á per~Dalidad,y
mientras que Prim y O/6zaga DO podian entenderse, la gente bulli~
ciosa recibia, como hemos dicho, de Carlos Rllbio furibundos ata-
ques, yeuando se creía que los jefes militares eraD respGD8ables del
mal éxito de la tentativa veiaose acusados los republieanol por el
redactor de La lberi'a en sus famosas Carllls· al aldcQlJO ..


Refiriéndose á- esto e) perIódico que hemos citado, La SalÚd pú-
blica, resumía ,los hechos que habian:traídb las oosas al punto en
que se encontraban apreciáodolasconfrases que vienen á estar en




1040 RTSTORIÁ DEL REINADO
conformidad eon lo que hemos expuesto y que trasladamos á con-
tinuacion.


«A. consecuencia de haber pedido los derrócratas, en uso de su
derecho, autorizaeion para reunirse, el ministerio Vabamonde dió
una circular que sirvió de pretexto al partido progresista para lan-
zar un grito de guerra, y comenzó el retraimiento. Los demócratas
mal aconsejados, creyendo en la energfa de ese partido, imitaron
tal conducta y por tal mauera fué desacertado ese paso, que desde
los primeros momentos espuso. al partido democrático á una hondf-
simaperturbacion. .


-La democracia iba á la zaga del progresismo; babia proclamado
con posterioridad su resolucion de abstenerse en la lueha electoral
que comenzaba; lo cual identificando á ambos partidos en un co-
mun propósito, confundia sus aspiraciones y era ocasionado á pe-
ligros.


»Asi bubode reconocerlo La DtlCfI~on y comenzó un ataque vio-
lento á los progresistas sant()nes por sus ambigüedades y torpe con-
ducta. Otro periódico democráti~o, El Pueblo, aprovechando la co-
yuntura se pasó con armas y bagajes al santonismo y arrastró des-
graciadamente á no pocos que de tales demócratas blasonaban.


»EI retraimiento, pues, vino por esta manera á introducir la per-
turbacion en el seno del partido democrático.


-Todos los que acordaron aquel, ha·n incurrido á nuestro juicio en
gran responsabilidad. Sobre elJos pesa esa larga serie de errores que
encadenándose en el banquete del 5 de enero, condujeron á los co-
mités á las fusiones y al ridiculo lastimoso, al escepticismo, á la
incredulidad, á las luchas intestinas. -


»A.I trazar estas lineas recordamos lo que en mil ocasiones y
como protesta bemos dicho desde el primer dia contra ese alarde 1'8-
·1imoso, contra esa actitud que pareciendo enérgica amenaza, podía
llegar á sil' vergonzosa confesion de impotencia, abdicacion de la
idea.


'.Pero DO queremos dibujar con sus negros colores todo fo que el
'cuadro presenta; no queremos acusar por su ineptitud á los que
combatieron sin tregua ni descanso á las situaciones antiguas mo-
deradas, llegandO á vergonzosos pactos en el eám ino de la coali-
oion hasta restaurar el vicalvarismo como una necesidad. .
.• ,A.b! sf; hemos rechazado el retraimiento en su origen, hemos
~recbazado la union eon los progresistas; hemos rechazado toda idea




.«1. WtTIUO BORJON DE ESPAÑA. 1011
de complicidad en tales hechos, y la inexorable mano del tiempo
ha venido á marcar en el cuadrante de la historia páginas sangrien-
ta8, páginas vergonzosas, y la responsabilidad de todo alcanza á
todos los que dieron el primer paso, á todos los que alarmaban á la
multitud para dirigirla consejos pacificos.


D ¡ BI retraimiento! ¡La rusion de )0 que se 1Iaman partidos libera-
les! La organizacion trabajosa y estudiada del partido democrático,
eso, eso es para La Salud públita un capftule de culpas para lo-p.·
sado contra los que se constituyeron ea guias y mentores del par';'
tido democrático.


-La Salud pública, SiD embargo, que hoy atribuye solo á error de
entendimiento sin pertinacia de la voluntad la conducta de los lea-
derl del partido democrático, comprende muy bien que ante la elo-
cuencia de los hechos habrá llegado el arrepentimiento, y que de
hoy D)as el partido democrático compaeto y unido en un solo partido,
la reintegraeion del ser en su derecho, marchará constante y enér-
gico con vigoroso empuje á realizar la justicia en las sociedades,
JJevando á todos los humanos, cualquiera que sea )a esfera en que
se agitan, un consuelo á sus dolores, la prosperIdad, la ciencia y la
ventura.


lDEn apoyo de esta evolucion vendrán todos los hombres honrados;
que la cruzada"contra el mal, no lo dudeis, se organizará por si
misma sin escitacionea, sin cábalas, ni intrigas que son las armas
de los partidos viejos, nunca del partido que Heva la idea fecunda
de reden cion á todo lo que. yace esclavizado,»


n.


La conspiracion proseguia; el ministerio O'DonneU no sabia con-
tener á los revolucionarios sino por el terror y las persecuciones, y
colocado á Ja def~Dsiva, hoy deportaba á unos sargentos, maliana
á otros, manifestando su crueldad eon fusilamientos como el del ca-
pitan Espinosa y el de un desgraciado zapatero, honradlsimo hijo del
pueblo, que viniendo con su ramilia de UDa merienda lué atropellado
por los guardias é hirió á uno de ellos.


y la revolucion marchaba, y los episodios que en el seno de los
partidos yde los conciliábulos ocurrian; pudieron servir de ocasion
para entretener 108 ócios de los desocupados si antes- que todo no




1041 .1S1oau DEL _NADO
fueran lecciones tremendas que debieran aprovechar al pueblo y á
sus guias y consejeros.


Transc!lrrieron los meses; Nocedal pronunció sendos discursos en
el congreso¡ los vicalvaristas quisieron hacer gala de su parlamen-
tarismo; púsose á discusion el famoso lema de las incompatibilidades;
sufrió la prensa rudas y terribles pruebas; abogóse el pensamiento
ea las gargantas de los tribunos; Olózaga y Prim llegaron á enten-
derse de DU&VO; la agitacion se hizo inmensa, imposible la paz; y
Posada Herrera y t0008· aqu.ellos sus famosos compatieros, demos-
traron su impericia completa en el arte de gobernar, cuando las cir-
cunstancias sun un tanto anormales. Contemporizaciones absurdas,
transacciones monstruosas, propuestas de Rios Rosas á los progre-
sislas dinásticos y antidinásticos, la famosa frase ya cs/arde, fueron
sucediéodose en el campo polftico sin traer nada vivi(jcante, sin
. expresar mejora alguna aceptable en la crisis que 8e prepara..ba.


¿A. qué seguir paso á paso todas aquellas peripecias, analizar
aqu.ellos discursos, si conocemos al viealvarismo bastante para saber
que en esta segunda época, agotados los recursos, y siendo muy
difíoiles los tiempos, habia de encontrar en su marcha insuperables
tropiezos y terribles anatemas en la opinion?


111.


Hubo empero un sucesoestrafto que ,queremos consignar porque
tiene cierta importancia, y revela cuán fáeilmente caen en el error
los partidos, y se dejan llevar por las impresiones del momento los
hombres que los dirigen. Despuesde los sucesos del 10 de abril,
apareció en 108 periódicos una protesta en que aparecian juntas las
firmas de progresistas, demócratas y unionislas en odio al moderan-
tismo dominante entonces. Esta manifestacion unánime debió con-
tribuir no poco á la eaida de Narvaez que aprovecbó sagazmente el
general O'Donnellvioiendo á servir aquello mismo que habia jurado
destruir.


A. la sazonque, perseguida la imprenta por el ministerio unionista, _
lanzaban furiosos a yes los órganos del partido moderado pidiendo
ante todo la libertad, que conculcaron en el poder, Perez de Molina,
director de El Pabellon Español y diputado, propuso UDa reuníon de
la prensa que aceptaron todos los directores, excepto el de La Salud




DBL ULTIMO BORIH·N DI ISI'AÑA. t OU
Pública, que acudió á ella para manifestar que no podia asociarse á
un acto que en nada habia de servir al principio de verdadera Iiber·
tad I puesto que no se trataba de otra cosa que de paliativos cuando
lo que se necesitaba era establecer como principio inmutable é ile-
gislable el derecho de pensar y propag~r en todas formas el pensa-
miento.


En esa reunion se acordó e(eutivamente una protesta que DO pudo
publicarse en tiempo oportuno, porque el 6scal recogió todos los'
números de los periódicos que la daban cabida.


Decia asi:
-Los que suscriben, directores y redactores respectivamente de


los, diarios politicos de esta corte cuyos títulos aparecen al pié, ban
acordado, despues de comunicarse mútuamente Jos atropellos de que
diariamente son victimas, dirigidos á eoartar la libre emision de sus
pensamientos, protestar ante el pais conlra la presionHegal que so-
bre ellos ejerce, COD notable infraceion del Art. ,: de la CODstitu-
cion del Estado. •


»Los que suscriben se re~ervan el derecbo de pedir en tiempo
oportuno la responsabilidad de quien corresponda, y en la imposi-
bilidad presumible que les sea lícito publicar esta manifestacion,
autorizan al seflor Perez 'de Molina, periodista y diputado á cortes,
para que baga de ella el uso que tenga por conveniente.»


IV.


Al siguiente dia de celebrada esa reunion,y acordad~ la manifes-
taoion, LaSa/ud Pública explioaba su actitud especial y la omision
de su firma, de este modo:


... La Salud Pública ha aparecido en un estado anormal, encon-
trando en el palenque á los órgaDos de las distintas parcialidades que
poco antes habian juzgado oportuno retirarse.


»La Salud Pública ha arrostrado como todos las iras fiscales, y
habrá sufrido mas ó menos los rigores de la suerte; pero sus redao-
tores babian compréndido que, bajo la dominacion de los partidos
doctrinarios, el articulo segundo de la constitucioDsufria torcida, y
muy toroida ioterpretaeion.


-La SalUllPública no ha asociado pues su eafllerzo el de 108 otros
colegas heridos y lastimados como ella, porque entre olras razones




lO!! !lISTORI! DEL RlINADO
de mucho peso que irá exponiendo, creia inútil semejante procedi-
miento, y no podia unirse en estrecho vinculo con aquellos á quienes
se puede decir como á Jos perseguidores de la mujer adúltera:


»Aquel de vosotros que se halle sin pecado, arroje desde luego
la primera piedra. ¿Quién, entre los partidos que han gobernado á
á Espana, ha mantenido ileso el articulo segundo de la ley funda-
mental? ¿Quién no ha echado por mas ó menos tiempo un velo sobre
las leyes mismas que habia confeccionado en menosprecio del ya
citado artículo?


.La Salud Pública, en esta, coma en todas las cuestiones, obe-
dece á un criterio fijo, y lamenta que aquellos mismos que procla-
man el dogma en que ella se inspira, se dejan arrebatar por razones
de circunstancias, cuando nuestra conducta debe ser in tachada , in-
flexible, vigorosa y sin vacilaciones; siempre subordinada al interés·
permanente, dejando á un lado lo accidental y transitorio.»


La Salud Pública no decia mal en estas apreciaciones, porque el
resullaCIo debia ser poco .favorable para los verdaderos agraviados,
levantando á Perez de Molina á representante y vengador de la pren-
sa, á Perez de Molina, el amigo de San Luis que debia hablar en
nombre de los periódicos progresistas y republicanos.


Respecto al modo de desempe~ar su cometido mucho podria de-
cirse, y no era seguramente á propósito un moderado, un partida-
rio del sistema preventivo y represivo para presentar en el congreso
quejas contra funcionarios que cumplian las leyes hechas por los
moderados mismos.


El ministro de la Gobernacion acababa de decir en pleno senado
poeos dias antes: «Desde luego no sostendré que la recogida prévia
sea conforme á la cOllstitucion del estado, pero es un hecho que ni n-
gun partido, inclusos los legisladores del afto !O han dejado de acep-
tarla .•


v.


Las intrigas palaciegas mantenian siempre en jaque, siempre so-
bresaltada á la Union liberal; y hubo muchos momentos en que se
halló suplantada por el moderantismo, ya con el nombre de Lersun-
di, ya con el de Pavía, que no era por el momento fácil entronizar
al silbado' ministerio del 10 de abril.




DBL ULTiMO BORBON DE ESPAÑA. -104;5
Rstas repetidas crisis no eran una novedad; pero 108 que eODce-


diao tanta virtud al retraimiento querian hacer constar que á la ac-
titud de los partidos liberales, al fomento revolucionario se debia
aquella confusion en la gran Babilonia, aquel continuo y azaroso vai-
ven en que parecian balancearse las dudas, las esperanzas y 108 in-
tereses de todos. halagando alternativamente á unos y á otros con
la proximidad de uoa solucion, puesto que, caidos los vic,alvaristas
eo aquella ocasioD eo que los ánimos se hallaban tan exacerbados,
debia sin duda alguDa inOamarse más y'masel entusiasmo revolu-
cionario, á Jo cual podria agregarse el despecho de los desairados y
abatidos.


Asi que, cuando Prim hubo declarado que sus deseos erao evitar
la revolucion tremenda, verdadera expiacion, severo castigo que
merecian la burocracia, la aristoraeia y la monarqufa por las inmo-
ralidades y la Qorrupcion que veDiaa fomentando desde taotos allos,
las clases conservadoras pudieron respirar satisfechas, y los obstá-
colos tradicionales tranquiHzarse, pues loda la fierela delleon' habia
desapareéido y vióse 'apunta de la oreja .


• Dónde estaban Jos revolucioDarios~ ¿Qué pretendiaD~ ¿No lita 1sa-
ha/j 00 era su corte qaiea 10 opaaia á la 8o!J6I'aa{apQPu{al\ auxi-
liada por todos los privilegios, por los explotadores á quienes favo-
recia permitiéndolOS el ágio y )a delentacionsiempre que ellos á su
vez defendieran sus absurdas prerogativas, su persona y la vincu-
lacion en sus herederos de esas mismas prerogativas? ¿Pues' cómo
podia separarse el efecto si la causa persistía? ¿Cómo habia de lle-
garse á ula solucron definitiva si quedaba en pié toda . aCJuella ,.ar-
mazon de iostituciones nocivas, que se sostenian uoasá otras CODlra
el embate revolucionario, para .pedir que el derecho s888lerali~
W8t fuese reoooecido ea cada ser, y se' realizará: 'la jaltida?


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.r : .. '''' ',: t· .~', ." "j~ .. .' ·'<:~t}· .. >., ,.
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CAPtTULO CXLVIU.


--


SUMARIO.


Desconfianla del gobierno para con el ejército.-Vacilaciones de los prohombreil emi-
grados.-Sublevacion de las tropas del cuartel de San Gil.-Son contenidai las
trQpas de la, montaña del Príncipe Pio.~Perdjda irreparable de tiempo por los
aublevado~.-Se encarga del mando el generaIPierrad.-Acti'fidad y energía del


-'.' gobierno.-Traicion de muchos comprometidos en la insurreccion.-Triunfa el
gobierno ..


1.
; " . ~, , .


. Laexaeerbaeion de los ánimos aumenta'M sobremaoera;por todas
·partes&e veiaaparecer>·el disgusto y la miseria, por todas partes se
conspiraba, y: auoque ~vivoslosodios y las ri'Validades.entreIOl.par-
tidos éada cual fijaba~8uateDcion en atacar sin tregua .nidescanso
al comun enemigo, coo ciertas precauciones, eso sf, por parte de los
santones progresistas que se veían arrastrados pur la corriente y
temiao llegar al completo desquiciamiento si no se ponia á raya la
impaciencia del populacho.


Se hablaba mucho de preparati vos. de grandes manifestaciones,
de tratos y de contratos, de viajes, de emigrados; los que se refu-
giaron en Portugal eran objeto de tal vigilancia y de medidas tan
éxtremas que no podia decirse que fueran considerados como anti-
guos compatriotas, sino como salvajes ó caribes.


Prim habia salido de Portugal, se jgn~raba el paradero de Carlos




DEL UL'l'IMOBORBON DÉ aSPAR!. tel7
Rubio, los euarteles eran constantemente vigilados por la GU6rdia
civil: llegaron la adoptarse ridfculas precauciones, est8bleoiendo:een';
tineJas basta en J08 tejados' para vigilar cuanto pasaba dentro del


- eoarte! ó á sos inmediaciones¡ y la prensa denllnciaba.eada día noe·
vas tropelías con oficiales ó sargentos.


Las alarmas eran continuas; el góbiemo babia:!sabido!18 relacio-
nes de los eonjuradoscon las tropas estacionadas en· Alcalá .. AJI( se
procesó á unos 'sargentos, ,los periódicos laozaron eon'su


o
habitual


frescura la acostumbrada especie de que se pretendía 'dar suelta la
los presidarios para ponerlos en armas contra el gobierno, noticia
que, repetida amenudo, ya no produce efecto ni en las clases con-
servadoras ní en los mismos defensores de la situacion que conocen
la exactitud de semejantes acusaeiones.


, .


11.


El gobierno babia tomado posesion en ! 1 de junio de t 865. Ba-
bia cumplido un afio, y la situacion del pais no babia mejorado, los
partidos se mostraban todavía inquietos en Ja misma actitud que
cuando Narvaez desafiaba á las iras populares; sorPatrocioio, el
padre Claret y el episcopado, formaban UDa falange dispuesta á com;"
batir sin tregua por JaDzar al unionismo de los puestos oficiales.


Iba cargándose la mina cada dia mas; algo pasaba en el campo
revolucionario. Mientras los agentes de EspafIa se entendian con los
cuerpos del ejército y se preparaban los grupos de los conspitado-
r,es, y se adoptaba en la prensa el sistema d'e las alarmas, y se pro;..
seguia en cada esrera la conducta acordada por los comitésrevola-
cionario~, en el extranjerosurgian una y otra vez es'as divergencias
de que ~ hemos ocupado ya, y las desconfianzas y los recelos, y
fas rivalidades, y los odios, se fomentaban eotre los jefes que habian
declarado guerra sin tregua á Jos obstáculos tradicionales. Una car-
ta, un telégrama de augustos personajes, un consejo', una cita dé
personas colocadas en altas posiciones, un recuerdo bábilmenteex-
pIotado, una promesa, Una frase bastaban para cambÜlrra actitud
respectiva de los hombres del movimiento y poner en gravfsimo 'apu-
ro y compromiso á la colectividad, que no co'mprendia las bruscas
interrupcionés, lás súbitas IDudanzas deUDOS y de. otros perso ..
najes.




1068
Por lIu«)ha que fU8flfl la vigilaocia (161 gobierno; aunque tuviMft


fija la vista en los cuarteles; aunque los numeNSO' geDeral.,s de la
Uliotl, inspeccionasen con cuidado sumo todas las acciones de sus
subordiDad~,·.t era PQfible evitar qua en los cuarteles penetrase la
cizalla reyolucionaria porque ea la atmósfera estaban Ja evidente.
las. aellal •• rde la caida del BorbooislQo que 58 abogaba, y se OOIlSU-
mia bajo la presiOD de 108 sucesos exterDos, comq se habia 4ebili ..
lado y becho edioli9' por' su oonducta indigna, por sus lamentables
ext,avios, por la perseverancia en los borrendos exeesos que forma-
ban Sll vi~a desde su entronizamiento en Europa.


1Il.


ta vida, pues, del gabinete era precaria y se deslizaba triste y
sombrfa entre los peligros que por todas partes le asediaban, pu-


• diendo apenas escapar de un escollo para caer en otro. La alarma
er. el os.ad() contiouo; todos los días se bablaba de próximos tras-
tornos; se anunciaban aqui y allá por numerosas prisiones, por an-
mento.de vigilancia, y el ridículo que acompaDa siempre á todas
esas disposiciones minaba poco á poco la existencia del vicalvarismo
harto debilitado. ya.


En el dia siguiente al del aniversario de su tercera elevacion al
pod~, el general O' Don Dell, que babia pasado. la noche en espec-
,,,ti va, y l:'~uDicto el consejo basta mas de las Jos de la madrug.ada,
se halló sorpreadido por las noticias que se le comunicaron de que
las tropas del cuartel de Sao (ftl se habian insurreccionado apode-
rándp,ie d~1 parque y disponiéndose á Hevar los·canone$ al centro de
l~ poblacion, dQDde aguardaban la sublevacion de mueho~ ~otros
cuerpos de la guarDi~i(ln que debian incorporárseles. El general Ser-
rano.,.don Kllrique O'Donnell, y otros, sin tomarse el tiempo. nece-
sario para vestirse, aeudit'!ron al ministerio de la guerra y desde am
fueron á, buscar los regimientos en sus respectivos cantones.


,..Dé aq,uÍlo q~e babia sucedido pocos momentos antes. Lo.s regí-
~iento.;del"'r(~C?ipe y de Asturias que se bailabaQ en el cuartel. de
I~ IQont~~a d~t Principe Pio, habian a~quirido el comprQmiso. de su-
blevarse Gont~ndo. para ello. eo.o a:gun jefe y mlJcholl 06ciales de am-
bos cuerpos., con las 1)Q.enM r~QioDe, e$~blf;Cida8 en el cqartel ~e
San Gil, donde se bailaban un regimiento deartilleria de á pié,. el




Dlt ÚLTnfO BORBON DE ESPAÑA. 1 O{~
4. P mOlltado y otras tropas dispuestas tambien á iniciar ó secundar
el movimiento mediante una senal convenida.


Como habia concluido el plazo de los dos anos y un dia que Ptim
selialó en el célebre banquete de los Campos Elfseos, las gentes cem-
prendlao que no babia hora segura, y que forzosamente se iba á
empezar el combate de un momento á otro. De aqoi que efJ varias
noches anteriores' se hubieran multiplicado los 'retenes, la vigilancia,
y las medidas de prteaucion; de aquf tambien que circulase por to-
das partes la noticia f atendidas las frecuentes reuniones de 108 gru-
pos de paisanos que debian secundar ese movimiento, de que el
conde de Reus quería celebrar su aniversario apoderándose por asalto
del poder, y haciendo rodar Jos obstáculos tradicionales.


tv.


Como quiera que sea, la esperada selial se hilO en la nocbe del •
! 1 al ':2! de junio, . y en los cU,arteles de San GIl y de la Montana,
comenzó inusitado movimiento, los sargentos de artillería sorpren-
dieron á sus jefes, dieron entrada á muchos oficiale8 de reemplazo,
dispararon algunos cafion8Z0S contra la puerta del parque cuyo jefe
quiso hacer alguna r€sistencia, mieDtras en e! cuartel de la Montana
donde se hallaba el brigadier de Asturias, y el segundo jefe del Prin-
cipe. se empelió UD combate terco y obstinado, que terminó logrando
el brigadier. arrostrando los tiros que le dispararon algunos suble-
vados, contener á la mayoría de las fuerzas que se disponian á saUr,
fracaso de que dependió en gran parte el éxito de aquella jornada.


Carlos Rubio, que desde á~guDOS días anles se .hallaba en Madrid,
paseó durante una gran parte de la noche por los portales de la Plata
Mayor, recibiendo noticias y comunicando olras á los diversos agen-
tes de aquel vasto plan de insurreccion. Becerra negaba á todos sus
amigos que hubiese propósito de insurreccion, y en las primeras 00-
ras del dia ':21 recorrió varios distritos, acercándose tambien aleuar-
tel de San Gil y la calle de Toledo, donde habiannumerosos grupos
prep8¡rados para la lacha.


La redar,cioD de La lheria que era el centro principal'de fa insur-
reccion estuvo constantemente vigilada pero DO se impidió la reu-
Dioo de muchos que partieron de am para ocupar sos pttestos mMn ..
tras que se despedia á otros con evasivas DO muy dignas por cierto.




10lS0 HISTORIA DEL REINADO.
Gastelar, CarraSCOD y otros muebosse hallaron en las primeras ho-
<ras de la madrugada en la parte norte de Madrid que se llenó de
barrieadas y de numerosos defensores que habian acudido por ar-
mas al parque~ abierto por Jos artilleros.


Un grupo que obraba casi independiente eompuestoexclusiva-
meIÑe de los republicanos· no ¡nielados en el plan de los sospecho-
sos y manchados de socialismo se posesionó de la plaza'de Anton
Martín extendiéndose á la del Progreso y comunicando con la de la
Cebada durante .. muchas horas. AlU se hallaban Rivero y Martos,
Guisasola, Nougues, el desgraciado Capilla que murió al acercarse
al cuartel de Sta. Isabel donde tenia relaciones y esperaba penetrar
con otros muchos que dificilmeDte podrfamos enumerar.


v .


. Los artilleros de San Gil no tenian jefe reconocido; en las prime·
ras horas obraroD segun su capricho, perdieron el tiempo entre-
gándose á venganzas personales y embriagándo!le por el odio, cre-
yendo el triunfo asegurado. Como si se tratare de enviar auxilio á


. la guardia del principal con que contaban, sin la competente dota-
cion, sin fuerzas· que le protegieran, enviaron UD canon á la puerta
del Sol que llegó en el momeo fo critico en que despues de haber
arengado al regimiento de Ingenieros, que se extendia por la calle
de Alcalá, se adelantaba O'Oonnell con algunos caballos dirigién-
dose á palacio.


Por una de esas, fatales circunstancias que se cruzan amenudo en
talos casos, babia logrado escapar uno de los oficiales del cuar-
tel de San Gil, avisando en el Principal, donde dormia Posada
Herrera desde aJgunos instantes babia. Ese fué el principal movil
de la defensa que O'OoDnell pudo combioar, pues hora y media mas
tarde, ó, de otro modo si los sublevados no se hubiesen detenido á C8S·
tigar fuera de tiempo agravio~ personaJes, el jefe de Ja guardia de
correos babriasecuDdado el grito revolucionario, prendiendo al mi.-
nistro d~ la Goberoacioo. Merced á ese aviso mucho mas que por.
las precauciones y vigilancia, logró O'Ooonell impedir que otros
coerpos secundaran el movimiento, y obrando con actividad, con
energia, cortaodo las C(hllUnieaclones desde luego, impidiendo que
la guardia del ministerio de la GobernacioD se declarase en bostili-




DEL ÚLTIMO IORION DI ESPill. 1051
dad, podo tomar resueltamente la actitud defensiva y aprovechar
las horas para que abortasen por completo los combinados planes.~


Los ingenieros que se extendieron con tfldas las precauciones
imaginables desde el Prado á la Puerta del Sol impidiendo el trán-
sito, y 01ro regimiento que sacó D. Enrique O'Donnell del euartel
del soldado, formaron el (oco de la defensa que el ministerio iba á
oponer á. la formidable insurrecciono Las tropas del cuartel de
Sta. Isabel se hallaban acorraladas por los paisanos que erizaban
de barricadas las inmediaciones; las del cuartel de San Mateo ofre":
eieron á los grupos que se presentaron, no salir al combate; y hu-
bo muchos instantes en que á pesar de )a8 órdenes recibidas titu-
beó el regimiento de artillerla establecido en el cuartel del Retiro
qua esperaba aviso de los insurrectoB¡ El regimiento del Príncipe
que cubria el servicio no habia hostilizado á los insurrectós al pre-
sentarse en la Puerta del Sol, y careciendo de noticias pudo creer
por un momento que palacio y 108 cuarteles inmediatos se haJlaban
eD poder de la revoluciono


. Vl.


El general Serrano sin vacilar, en vista de todas estas circuns-
tancias, . y luego que bu bieron podido penetrar en palacio y cortar
aunque imperfectamente las comunicaciones entre el norte y sur de
Madrid situando algunos destacamentos en las calles Mayor, y del
Arenal con la guardia civil que ocupó diversos puntos reconcentrán-
dose en el ministerio de la Gobernaeion para incorporarse mas tar-
de'con los oir08 cuerpos de la guarnicion y servir de núcleo al to-
mar la ofensiva ..
, El fuego empezó <casi simultáneamente en la plaza del Progreso y


calle de Tol&do donde la guardia veterana, que se· hallaba en la calle
del 'duque de Alba, y pasó -de casa en casa hasta Jos dos extremos
de la. calle, hostilizó á los paisanos armados que levantabao·barrí,.
cadas y se organizaban por aquel pUDto; en el cuartel de Sta. isa-
bel, cuyos jefes, despues de haber convenido pocas horas antes con
Capilla unirse á la causa popular ¡ le asesinaron cua~do arenga-
ba á la tropa; en la Puerta del Sol contra los artilleros que se ha-
i)iiln pt'eseD'adnpara situar aHHas<·piezat, fueron ;arroHa40s.y des-
·p~íd08.fa ·'baláosj > el(~IC1Jartel'd~Ha MonlaAa 'de>rÍde ala.rcarfle




16.5! HlSl'ORIA DEL REINADO
101 grupos de paisanos y artilleros fueron rechazados por aquellos
mismos que debian formar en su compaflia segull Jos ~anteriores
compromisos.


La poblacioD entera estaba, pues, en poder d~ la insurreccioD y
á 18s 6 J media de la mallan a los sublevados á cuyo frente se habia
puesto el general Pierrad se batían, aunque COD gran desconcierto
en la plazuela de Sto. Domingo donde el general O' Donnell habia
llevado ya la artilleria rodada .. Cruel desafio, donde á tiro de pisto-
la se .cruzaban las granadas y la metralla llevando el espanto y la
carnicería á los combatientes y á los habitantes de Madrid.


Prolijo seria enumerar los rasgos de valor que en todas partes
8efialaron como memorable esa jornada de desolacion y de Juto.
Inútil alarde de heroismo, sacrificio sin objeto, que el pueblo ha
olvidado por fortuna de aquellos que babían adquirido gravísimo8
compromisos arrastrándole á la pelea, compromisos- que eludieron
en el momento crítico, dejando los ueos de presentarse, retrasán ..
dose otros, mostrando poca energ[a, poca actiVIdad y gran torpeza
, huyendo Gobardes algunos otros.


El general Serrano que solo pudo penetrar en el cuartel de la
MO'!tatla, dirigió por aquella parte el ataque, des pues de restable-
cer por completo la disciplina entre aquellainsubordiDada hueste
y no dejó reposo á los insurrectos de San Gil querecbazados por
todas partes se vieron reducidos á la defensiva, y atacados bien
prODro con vigor por laarUllería que debia haber estado ,al servicio
de la revoludoA,


El general Concha. babia ido á encargarse de las fuerzas de ca-
baBeria y de los. caz!ldoresque se hallaban eu el cuartel de guar-
dlas, contribuyendo de esle modo á vigorizar el ataque y estrechar
mas y mas á los insurrectos. Las tropas que se hallaban en los can-
tones inmediatol ,ioieron á toda prisa, y el batalloD cazadores de
Pigueras¡ DO supo hasta despues de penetrar en la poblacien que
venia obedeciendo órdtmes del gobierno y para atacar á 8llS com-
paleros 101 sublevados.


. , " I


VII.· : ' <;.: .'
, ¡' ~ . . ~ t . -.


l 1& ti" da la tarde, sofoC6fia Ja~ i08urrecciO!l, Plilitar y ·GCujMUIo
el cuartel de. SaD Gil, la8 COIUOlOai, mandadas wdu porgeaeral~s








DBL ULTIMO 1I0RBON DE ESPAÑA. 1053
emprendieron el ataque de las barricadas donde habia quiza osho
mil combatientes armados.


Vigoroso J terible fué el ataque, obstinada y sangrienta Ja defen-
sa. Todos los recursos de la guerra se pusieron en juego; la multi-
tud inofensiva, las Gasas de los ciudadanos fueron entregadas á los
rigores de la soldadesca, y hubo muchas desgracias inútiles, muchas
victimas inocentes. A las tres y media de la tarde quedaba ocupada
militarmente la parte norte de Madrid~ fugitivos en todas direccio-


1> 1 t ,,< -


nes los artilleros, rotas 188 huestes populares. En la parte del sur
se prolongó mas tiempo el combate, y era de noche cuando se hi-
cieron Jos últimos disparos. En algunos puntos todavía algunos po-
seídos de indignacion y de despecho por la sensible derrota, quisie-
ron tentar nu"vos esfuerzos, y en la calle de Jacometrezo se rom-
pió el fuego por la noche desde una casa donde penetró la guardia
civil cogiendo presos algunos sargentos y un antiguo coronel car-
lista. AlIi fué h&lIado tambien el estandarte del i.· montado de ar-
tilleria.


El triunfo fué compJeto para el gobierno; horrible Ja matanza.
Dentro del cuartel de San Gil, donde se batieron al arma blanca,
en 108 diversos pisos, en las escaleras y en todas partes corria a
torrentes la sangre.


TOMO JII. 13t




CAPITULO CIL


,,'


SUMARIO. "


Algunos motivos porque fracasó la revolucion.-Crueldad desplegada por el gobier-
. lIo.-Proyectos flnancieros.-Suspension de garantías (~onstitucionales.-Fusila­
. mientos de sargentos, callos y soldados.-.:..Relacion oficial de las bajas que ttlVO el
ejército.


1.


La revolucion que babia comenzado por las ridículas tentativas
de la Albufera y de Valencia, por el paseo militar desde VilIarejo de
Salvanes basta la frontera portuguesa, babia hecho la gran escena
en Madrid el dia !! de junio.


¿Quién estaba al frente de aquella insurreccion~ "Quién la pre-
paró~ ,Cómo se ejecutaron por los diferentes encargados los respec-
tivos papeles? Difícil es haU!lr ,e.1,l .~Un~~!ncado laberinto de las que-
jas y recriminaciones que trae en pos la derrota, la verdad de los
sucesos; pero resulta indudablemente probado que don Juan Prim
sabia el plan, que á él coadyuvaba como todos los elementos revo-
lucionarios que habian jurado el exterminio del comun enemigo y
gritaban desaforadamente: ó todo ó nada. '


Los que quieren suponer que don Juan Prim no faltó á su puesto
porque se habia adelantado cuarenta y ocho horas el movimiento
insurreccional, tienen escaso conocimiento de lo que son las coos-
piraciones y merecen sin duda algtlUa escarmientos como el que su-




DII. UtTJ'MO lH\BMN DE iSP.\ÑA.. t655
frierbu. ~I j!fe de un movimiento na puede contar con la ~veat .....
Jidad denegar a ,tiempo presentándose en la hora preei8ade que va
á estallar, sino que <re be hallarse en el centro de la a~cion para que
tooos los actores se presenten oportunamente :'1 DO se omita ninguna
de Jas circónstaBcia¡ precisas al buen éxit(). Asi fué horrible.8Qesa8
circuDstaDCias elabandoDo 6ft qtiestHilnoontraron.los instrumeQtOl
dóoilel d.da 'ambimon 'de: los ave o tureres,. r lasti m(81) ,el cuadro que
presMtaha'el pueblo ,tUspues.:de la der.rota; ;,. ' .. l',"! 'j' ", ,',,'


Largas horas de vacilaciones en los preparativos, ansiedad aa ..
gustiOBli. u!lavez 'o.natloel combate, desorganiza0ioD, retardo,
falh¡.;de comunicaciones 'i noticias.entre los centros :r.evolucionari08,
completo desquieiamiento;las red84Ciones deJos periódicos revol&-
eioollnos y todas sus-ofiemas, queformabao parte informe del núcleo
de aquella masa l ,marchando á la 'ventllra;.el ais}amieow'y la ÍIldis~
ciplina en las barricadas como en los cuerpos de tropa sublevados;
el general Pierrad desconocido, $in prestigio ni autoridad Uegando
tarde al foco mas activo de la insurreccion; todo, todo eso revela que
noel.isUan revolucionarios, que no l1a.bia QeodiclOQeS eo"k>s je~s,
loeoat contrasta seguramente con el heroismo ~splegadoenaq.lle,
Ha eomoen otras muchas .ocasione" por los que se batieron y por
Jos ques()!o consiguieron espone~se á la persecucion y á la muerte.


n,
-'. ~


, Despu6sde la hatalla·vinp la di,persion pDr UDa .parte en el fjé, ..
cit~ revohlcionario, eJ~~lyes.e quien·pueda, ~.deseonfia.QZa$·Y las
quejas;.p!)f.,otr8 en,.el gpbj~r~ el temor, la.cólera, el de~eode,ve,~
gan.a"elOf&\lllo y la salisfaceioaAe 1fl victorit~; , '1 " ;


': Jlelerir: I~ diver4OJLftp.~Qdios de.· ,Ja jOJmadl) seriad~~riJ;)if UD8~ez
1\8$.I~,~S,0eDaS deJas 1ut'h"f,:atriw4as qoepor.desg"qiJ) ;cooooe·
mos todos. Pero hay, quepot.ar qU,e en .1866., C9mo ,m el .. ltn ••
co.l}~ra..l!:ls (}O~les¡p()Dstitayentes,la$ld~desca se Q]o$tró er;uel y, en
dif"r.e~tes ponJps!le la ,.pobla.cioq los vecioQs pacífioos fueron inul-
tados~ mB~tr~tados ydes.poj!,do~ por ·las hJl,eSl~S ,jntqriQSasr~J.o'
c;~ia y p~~peia de ;¡guellof mi~m()s q.ue ·lIamaba.n ,,¡i$erAb.l9.s..á
I~ ~i\'jdtlosdeJ!l Guar4ia; v~t~ra~a pGr ~lojnf) del, 1l4e, abriL,


, ,~Q .fQ4 solo- en.. M:ul~id ~de Qsw,ijqro, ,las mS1U'.r~eiMes; por
todas parle,$.~e n~lHt.)l\ ~i\amQIl.J-I. ml,ltiludfué. en ,todas. partes




1056 IIlftOOIA DII. ItIlNDO
tambien perseguida' y diezmada, porque se declararon C!ln estado' de
sUiomuebas de lasproviocias"funcionando los consejos de guerra
para castigar á 108 revoltosos que babian estado eo armas contra el
gobierno 8stab1ecido. Tristes y angustiosas horas como todas aquellas
ea que Jos moderados "hanve.nidoá secundar' los deseos de- su sobe';
raoa vertiendo sangre á raudales sin conmiseracion alguna.
. ~Igobierno quiso en ton ces mostrar su fuerza y persiguió ¡neX8-"-


rabIe con decidido empelio todo cuantopodia creer perturbador '!
eDemigo.


Continuaba todavfa la legislatura, tratóse de'proyectos financie-
ros, y el gobierno se propuso arrancar á todo trance, aprovechando
las circunstaDcias que á ella le brindaban para ej'!rcer una dictadora
ecooómiea y bacer en la Hacienda, en Ja administracion del Es~do
gra-ndes· reformas, -économtas, supresio.nes de empleos, etc. ,etc.


111.


. El prdyecto á que nos heMOS referido encerraba las siguientes
cláusulas y autorizieiooes:"\ Para cobrar é invertir las contri-
buciones, impuestos y rentas públicas con arreglo al dictámen de la
oomisioo de presupuestos y'á lasmodifieaciooes que se introduzcan
en los mismos por los cuerpos colegisladores, si no estuviesen de-
finitivamente votados para el 30 de junio:


,.. Para imponer á la asigoacion y sueldos de las clases que
oobran de) Estado un descuento gradual cuyo máximum no excederá
del' que Sé impúso por la ley de 15 de :julio l de 1855 exceptuando
los haberes del ejército y armada, guardia civil y carabineros
hasta coronel ioclusive; la~ dotaciones del clero y tódes los habe:-
r~s y dotaciones que noelcedan de 'seiscientos eseudos: áDuales-.


8: . Para bacer lodas las economjas posibles eoJos serVioios"pú-
bUcos, aunque Séao de los establecido! por leyes especiates basta
e&nseguír la nivelacion efectiva del presupuesto. -


'4: 'Para llevará cabo un 8rréglo dé I~¡reclamaeiones promo ..
vidas' por óonsedue'ooia del caso tercero del art. !. o de la ley de t ..
de agosttffle .. sIn ,00 excediendo Jo qUé por' este concepto se sa;""
tisfaga del 15 "01' lOientodel importe de la mitad no con~tida, para;
este efecto- die· tipo mfoimo el de 4.0' por menta 'parael a por 'eiento
MnsoJidado interior y el de 15 por ciento pata' el exterior, rdebíen·
do 'renunciar les interesados á toda recJamacioD 'en' ·10 sUMsivo.




DEL ULTIM() !OBBON DI ESPAÑA.. t 051
5.· Para elevar la 30ma que anualmente se destina á la 81JJOr-


tizaeion de las deudas llamadas amortizables ó deuda pasiva, sin qUé
pueda exceder la totalidad de dicha suma de tres millones de eSCll':'
dos. El aumento del fondo de amortizaoion no se llevará á efecto sino
en el caso de que los acreedores renuncien á toda reclamacion ul-
terior.


G.a Para emitir deuda consolidada interior ó exterior en canti-
dad bastante á próducir\~feCtivoscierito,einte mmoJi~~ de- ~seGdos.


,: Para aumentar en caso necesario las' foerzas delejéreifo,
armada.» "". '" ,


Esta autoriz8cion foé votada en el 'senado 'por ciento treeevotos
contra noventa y sefs el 80 de jUilio á pesar de las esfuerzos de lis
oposiciones que, como se ve, lograron presentar una gran masa dé
votos.' . '


IV~


Mientras esto aeontecia el gobierno presentó otro proyecto de au-
torizacion"que decia asf: ' ,


«Articulo 1. 0 Con arreglo á lo que se previene en el articule 8.'
de laConstitucion se autoriza al gobierno para que pueda declarar
en suspenso eh toda la monarquía ó en parte de ella las garantías
que establece el art.7· de la misma Constitueion.


»Árt: t.o El gobierno dará cuenta á las Cortes en la próxima
legislatura del uso que hiciere de la presente autorizacion.»" '


Breve, brevfsima fué Ja discusion que ese 'proyee\o provocó en el
congreso, y des pues de energieos discursos de Candau y Figuerola,
enérgicos ¡Jorqu'e maQifestaron al general O'[)ooDeIYlos peligroscfe
la dictadura;de~i)Ues tle algunas' frases del" ministro de 1800bernl1'-
eion en que declaraba que los diputados representaban mufescasa
parte del partido progresista'; cuya mayoría se habiadécldido' por
aendir á las barricadas en vez de acudir á las urnas, fué 'aprob8:do
en votacion ordinaria, por faltar diputados que pidieran ilanorniaat.
" ¿Qué se proponia el gobierno con ese" proyecto: deépúes :de n08
completa victoria? ,Qué iba á conseguir en su ben~ficio Díanteníéd:.
do siempre sobre las poblaciones la espada 'de Dámocl~st iñiená'-
zabdo:á ra libertad, cODculcáudóla, prolongando él perfddode ¡san-
gre y exterminio, prepárando'por este r;nedhhiupropia 'ruimf~'la
necesaria 'é)evacion de JosmMeradQs~' ;¡ .i'.' '




1.6 58 UISTOIUA D1':L REINA DO.
Gr,VQ era la crisis; pero mas grave, mas impflMnte, mas sIgni-


ficativa era. la aotitud del gobierno frente á,los poderes, frente al
paii ..


,',.,'


v .
. . , .- , ..


Las Gafttar viniero, entoDoos atestadas de ascensos, gra(Úa8, 'ho·
Oor~$1 JelicitaciOQes~ \ofrecimientos en recompensa de los servicios
prestados durante la lucba. El duque de la Torre recibió el toiBon de
oro, Jsab"t visitó el hospital militar, repartió pródigamente )osaseen·
sos 'f diQ~r.Q entre Jos beridos, y la muje~ que aspiraba á captarse el
tUulode madre de IQ~ eSp"noles no tuvo UDa sola ~Iahral.de con-
luelo para las vlctimas que eran tambien espanoles y que yacian ep
otrol hospitales, cuando entre ellús se hallaban muchos inadverti-
dos ó curiosós. Eso se llamaba magnanimidad, benevolenci3, senti-
mientos elevados, corazon generoso. Esa era la reina que cifraba
.u ventura en I~ventura del pueblo y pagaba con persecu,ciones á
101 mismos que la habian levantado al trono, sosteniéndole ·de Jos
embates de sus parientes que se lo disputaba.n.


Veinte .N dos sargentos fueron conducidos eD grupo á las afueras
d~ Madrid 'Ié implacablemente fusilados. Pocos Mas despue~ otra
nueva remesa de cabos y soldados que Heg~ban al númer9 de 19
s1j\~r)~J:onJami~ma pena llenando de horror, de indignaciQD, y de
angustia altP~blQ de ~a<irid. No bastaban estas vi,ctimas, los odios
~e~abiao .avivad() y ~ri desagra"io de la fatldiea ordenanza,de ,esa
i~,~or~b~A diviaid$(} de lQs,tiranos,ep aras de la v~ngavza borbó-
~jcaJQeron ~aQrificados tambien quince dias despu~~ 12, sargeo,tos,
un aíit~,uo coronel carlista y un paisanQ lIama.do lO,aqu;p ,Fer-
Qandez. . . . . "
Est~ terrible muestr~, de munificencia real ,llevaba á todo$los
4ni~os nQ el terror que pued.e dowi~a~ los 'sen*imi,entos.;de un pue·
bll>",sjno la ¡ray la rabia reconcentrada que puede bacer estallar
J(jQ4JgD~ci9n an~e la infáme yiolencia de los que por un aZ$r, .mas .
. qM ,por ~u ·moder~ion,. su prudencia y su C01'~ura habían lOira~o
i~p'e.~~¡' er triunfo 4e Jfl,J;evolucion, ..
'l;Iu~oPlneho • emperio ep .hacer creer ~ )a~ gente$ que se .trataba


,deampistiar ó indultar á Jos sentenciados por los coosejos d~ guer-
ra, pero que el general O'DooIHlIl babia hallado en babal, en sus




DEL ULTUIO BORBON Di ISPAÑA.. 1'0'59
camariJ/as Jos instintos sanguinarios del tigre que destruye por dIes-
truir y se embrillga bebiendo la sangre de sus vietimas. Estlj 00:
necesita para nosotros demostrarse; es evidente que la hija de yijr";'
nando habia de mostrarse ála altura de las aircllJl.Slancias,' dispues-
ta á destruir á sangre y fuego á todos los súbditos Jebelde_, 6PMO
no era O'Doonell un ministro coostitllcional~ ¿No:habia sido el capi-
tan geleral de Madrid, Sr. Hoyos, antiguo progl'8iista? ¿Quién;les
obligaba firmar aquellas se ntenciil s ,que los tribunales, aplicaBdo
los arliculos' de UDa ley. hecha en tiempos de baroorie, dictabin,
y como aquel gabinete podría eludir la responsabilidad de aquellos
infames atentados en que la vida de,IDuItitud de personas venia á
apagarse bajo el plomo homicida? ¿No podian aconsejar el indult<t
auo sancionando las sentencias, en virtud da que era tan~ el nú-
mero de los que se habian hecho acreedores á aquella pena? ¿No
debieron retirarse antes de tolerar las ejecuciones?


En vano se pretenderá decir que ya ejercieron tu piedad con un
gran número de presos; que ya fueron iódultadQs 116 individuos
de tropa conmutándoles la peDa de muerte á que babian sido sen ..
tenciados por Ja de ciiez afios de presidio con retencion en Ultramar.


La historia condenará siempre, y la generacion actual recuerda
con extremecimienlo, lQS nombres de los verdug(}s que trasl4)s S8Il-
grientos episódios y los ardides indignos que usaron t30 lalucba,
mostraron tan refinada maldad y uní tan cruel eoooueta en 108 hoIt-
ribles castigos. Las madres escucharan siempre cem horror la rela ..
CiOD de esos sucesos; los responsables de aquel aborto revolu.cio ..
nario y los que en el poder se hicieron cómplices de Isabel de Bor-
bon todos serÍll c()nfunliidos en el (lomOn anatema.


VI.


Difícil muy diffeil seria detallar el número de las víctimas, que
ocasionó el combate en las huestes populares: per4imos muchos
queridos amigos y los indiferentes fueron tambien maltratados.


Segoo relacw. oficial publicada por la Gaceta resultaba que las
tro pas del gübiorno t«vieroD en aquella jornada las ¡iguisntes bajas:


Muertos: un jefe de artiUería; UD soldado de~regiD1ieDto,del Prfn,..
cipe: trel' oieial~s y nu~ve soldados 4e A~turias; u,noticialy un
soldado de Isabel !.a, cinco soldad08deBurgos, un cadete y cua'ro




1069 1lISTOIU. DEL ItIIN.lOO
sold~os de cazadores de Catalulia;. un oficial y oinco soldados de
Figueras; cinco soldados de Ciudad Rodrigo; uno de Arapiles; dos
de Húsares de la . Princesa; dos jefes y dos oficiales del quinto re-
gimiento á pié de: artillería; un oficial y cuatro artilleros d~l primer
regimiento montado; u:nlofioial del regimiento á ;eabaUo; un ofioial
y ·dos soldad08del. primer regimiento de ingenieros; un Jefe, un
oficial y ocho guardias civiles y un carabinero. Total 5 jefes 10 ofi~
ciales,.1 cadete, y '8 indivi~uos de tropa.


Heridos: tres generales; un brigadier; UD jefe de estado mayor;
un jefe y un oficial á las órdenes del ministro de la guerra; un jefe
de la junta consultiva de guerra; un jefe, tres oficiales y once sol-
dados del regimiento del Príncipe; dos jefes tres oficiales, dos ca-
detes y ti soldados de Asturias; tres oficiales, un cadete y doce
soldados de Isabel l. a; dos oficiales, dos cadetes y un soldado
de Burgos; ~UD jefe, dos ofieiales, un cadete y dos soldados de
cazadores de Catalulia; dos oficiales y cuarenta "j tres solda·
dos de Figneras; dos oficiales veinte y siete soldados de Ciudad
Rodrigo; dos oficiales ocho soldados de Arapiles; un oficial y un
soldado de Barcelona; un oficial del pfll.vincial de Madrid; dos co-
raeeros del !.Q; un oficial y cuatro soldados de húsares de la PriD-
cesa; dos oficiales del 5. o á pié de artilleria; un oficial y seis arti-
lleros del !. o batallon del 6.°; dos oficiales y quince artilleros del
primero montado; dos artilleros del 4.°; tres oficiales del regimien-
to á caballo; dos oficiales y diez y ocho ingenieros del primer re-
gimiento; diez ingeDieros ·del 1:; cuatro oficiales y cuarenta y tres
individuos de la guardia civil y tres carabineros. Total de heridos:
S generales, 1 brigadier, 8 j~fes, 40 oficiale~, 6 cadetes, ai! in-
dividuos de tropa.


Contusos: un general; un brigadier; un soldado del regimiento
del Principe; dos oficiales y diez y s~is soldados de Asturias; dos _
jefes, dos oficiales y siete soldados de Isabel 12:; un oficial y seis
soldados de Burgos; un oficial y cinco cazadores de Calalulia; dos
oficiales y doce soldados de Figueras; un jefe, un oficial, un cade-
te y seis soldados de Ciudad Rodrigo; un coracero del !. 0; cinco
husares de la Prineesa;un artillero del 5.° de á pié; dos oficiales y
tres artilleros del primer regimiento montado; cuatro artilleros del
4.. 0; dos ofioiales y siete ingenieros del l. ° regimiento; cuatro jefes,
cinco oficiales y veinte y cuatro individuos de la guardia civil, un
oficial y UIl .carabinero. Total: 1 general, un brigadier, 7 jefes,




»EL ULTIMO RORlOl'l DB ESPAÑA. 1061
!8 oficiales, 1 cadete, 98 individuos de tropa. To\.1 de individuos
foera de combate 591.


íIJesgraciis lunríbles! ¡Tristes y desventurados los provoca-
dores!


TmfO JlI,


..


-,---


"~o


13~




CAPITULO eL.


SUMARIO.


Episodio ocurrido en la calle de San Bernardo.-CinisIDo de Posada Herrera.-Mise-
rabies acusaciones que la rnion liberal arrojó al partido progresista.-Victoria di!
CalIao.-PoJitica arbitraria del gahinete.-Triunfo de la influencia clerical.


1.


En la horrible lucha del !!. de junio habían ocurrido mil episo-
dios tr'gicos y como ha podido observarse en la enumeracion deta-
llada que hemos transcrito, de los muertos y heridos que tuvo el
ejército, fué preciso que los generales y jefes marcharan á la ca-
beza de las tropas para tomar las posiciones de los sublevados. En
muchos puntos, entre otros en la calle ao~ha de San Bernardo una
columoa de ataque iba precedida de algunos que gritaban desafo-
radamente: vIva la libertad 11 viva Prim, hasta que llegando á las
bocas de los fusiles de los insurrectos creyó asegurado el éxito y
trocó sus vitores por imprecaciones haciendo una descarga que na-
turalmente produjo la sorpresa y el desaliento entre Jos hijos del
pueblo.


Son incalculables, por lo demás, (as víctimas que perecieron en
aquellos dias de resultas de la batalla sangrienta. Fueron muchas
las familias que hubieron de sufrir ¡el rigorosa persecucion que, mas
terrible que en las épocas azarosas de Narvaez, se ejercia entre los
paisa~o8 J en las filas del ejército arrancando silenciosamente de




DEL UUTMO B01l'80N DI B8PAÑA. 1068]~
Jos cuarteles en' medio de Ja noche á 801dadog~ eabos y ga~litos
que, confundidos con los paisanos, ib~n á ~bl8r las provrneias ul-
tramarinas ó el morUfero clima de Fernando Póo,


11.


Eo' el SenadofQ~' discutido' tambien el proyeóto de' nterizaei'6ft!
para suspender la8 g8ratitfa~, y' á 'los! di'Sctugos' de Corradi y de' A'J.
varez contestó el ministro de la Gobernacion con rudos y furibunüos
ataqoe8~


Prim habia hablado de la revolucion sbeial que dabia evitarse
por medio de la insorreccion militar que él proyectaba', y el mhdf";
Iro de la Gobernacion contestando á don Cirilo AlvareZ"; que- tam'w
bien babia hablado de perturbaeion social, decia qUe las claSéS al'-
tas y medias se hallaban tranqnilos, 8nadtendo~ «tos que producen
,la agitacioD, los que salen á, las barricadas, foera de un' corto' DÚo.
mero de hombres politicos ambi'Ciosos que pertenecen á Jas' eJ~.
infimas de la sociedad. Tambien se dice qne Jos gobiernos haten
protestas de liberalismo y luego retroceden, y puedo decir quel' si
hemos presentado ciertas' leyes restrictivas ha sido por la rét~tt ..
cion; que si el sellor Alvarél y sus amigos no hubterau eombatidd
tan enérgicamente esos' proyectos, si nos huhieran ayUdado á'oJ10l.;.
Der pequei'ios obstácuJos á la revolucion en su principio, se hubiera
evitado la sangre derramada en las calles de Madrid, Dicen que
presentamos estos proyectos por miedo. ¿De quién? 680n los revo-
lucionarios ó los bombres honrados los que deben temer al gobier-
no? Baoe poco' los' revolucienarios da~1l UDa proclama ent1qutt' de-
cian que se levantaban en 'nombre de I()sbombre.~ hoonldos: éS'~
oír, que en' nombre de ellos sublevavao el ejárcito, subftrti1l1l el
órdeo en las calles. cometian asesinatos y querían' dar suelta i' lotl
presidiarios. »


UI.


Posada Berrera estuvo por aquellos dias terriblemeute ótoiod,y
aqueMa' jornada bubim'a¡podido hUlídir en':la igu01llioia y'eD 1el des-
precio de las gentes, booradas'al"gabinete que un afio antes se 80ea- '


.




106'
ramalla en el poder para restallar las heridas oeasionadas eo la ma·
dre patria por el partido moderado, aquel gobierno que prometia
resolver todas las cuestiones por el criterio de la libertad y que
llegó hasta el frenesi coadyuvando á los planes maquiavélicos de
Isabel, mostrándose servil y eomplaciente con sus caprichos y que
tras una earnicerfa horrorosa, cuando activaba de llevar á tMC)S les
áoimos la angustia y la perturbacion se presentaba ante los cuer-
pos colegialadores para calumniar al pueblo y verter la hiel de la
difamacion sobre la muchedumbre diezmada por el plomo y la me-
tralla.


Posada Herrera se atrevió á decir en el Congreso, despue5 de ca-
lificar de hordas de asesinos á los hombres del 1I de jonio, que en
todas las ealles el populacho aguardaba la hora del·triunfo para en-
tregarse al saqueo, y que las mujeres se ocultaban detrás de las
barrieadas con los sacos diapuestos para recoger· el botio des pues
de la victoria. Frases horribles, acusacion iofam& que debiera re-
chazar y reohazaron sin duda en el fondo de su conciencia los des-
graciados á quienes se procuraba exterminar.


Hay mas aun: el gobierno de Ja Unioo liberal se permitió fra-
guar un complot y los periódicos dijeron en todos 108 tonos que el
partido progresista, que sus agentes querian abrir el presidio de
lIcali para formar batallones de foragidos y combatir eon ellos las
instituciones representativas, y el trono de Isabel.


VI.


Eslls declaraciones, la condueta de aquel ministerio para con la
re,olucioD debian abrir un abismo insondable entre aquellas gentes
que aspiraban al doble titulo de defensores de la libertad, de revo-
lucionarios y de cODservadores. Parecía imposible que pudiera nunca
establecerse afinidad de ningun género entre aquellos que habian
maDchado la victoria con excesos y crueldades propias de NeroD, J
especialmente con las duras calificaciones yepitetos denigraotes que
hemos expresado, y aquellos otros que, voncidos, fueron insul-
tados hasta tal punto, que debieran sentir mal las palabras que los
hechos de IU8 enemigos.


,Cabia ea lo posible á juicio de nadie, qae SerraRo y sus amigos
'pudies.eo algun día asociarse i la misma obra que el marqués de




DEL tLTIVO IORBON OE ESPAitA. t 085
los Castillejos proseguía? ¿Podia concebirse que desJlues de consig-
nar en aquellas célebres cartas del general Concha fo-s calificativos
de tra¡cron y cobardía se hubiese de ver á estas gentes en amigable
consorcio? 6 Y podia 01 vidar el partido progresista, el partido revo-
lucionario aquellas frases que, como plomo candente, debían abra-
sar los labios d61 que las pronunciaba mas aun que herir á aquellos
contra quienes se dirigian?


v.


El general O'Dotloell por lo demás llevaba la admÍnistracioD tan
. desconcertada que habia necesitado acudir á la eutorizacion ó á la
serie de autl)rizaeiones para el arreglo de la cuestion económica ..
En el intervalo de un ano babia consumido grandes recursos sin al-
terar casi nada nuestras relaciones con el exteriar y habiendo acu-
dido á la guerra definitivamente con Cbile y el Perú, guerra que
por una feliz casualidad terminó con la victoria del Callao, como
bubiera podido concluir con un desastre horroroso para nuestra
mariDa.


Rn el interior los partidos revolucionarios habian persistido, y es
natural que asi sucediese en su conducta, y la prensa acababa de
enmudecer quizás para mucho tiempo porque fueron allanadas lo-
das las redacciones, y los consejos de guerra se incautaron de las
listas de los suscritores y de todos Jos libros de la administraeion,
cerrando arbitrariamente las imprentas con perjuicio de sus propie-
tarios que, como industriales, se bailaban libres de toda respoD8a-
bilidad y debian ver garantizada su propiedad por las leyes del
pais.


En suma, el general O'DonoeJl habia ido cayendo poeo i poco
en todos los derectos, en todos los vieios del moderantismo, y sus
arbitrariedades habían sido mas perfectas que las arbitraried!ldes .
de sus contrarios. El ministro de la, Gobernaeion no poma temer
tampoco la competencia de Gonzal~z Bravo, porque am donde habia
UD principio de justicia que violar, un derecbo que escarnecer, am
se hallaba Posada Herrera con su natural desenvoltura dispuesto a.
poner las manos sobre la libertad, sobre la ley "! á herir á diestro
y siniestro el pueblo SiD contemplacion de ningun género.


..




IHSTORJA DIt RKJNiD~


VI.


Rn paJacm los'Clmarilleros, los'tenebJosos'clubs de la clétigalJa
d&mioraban poP~eompJeto, y la l'eifllCristina bufa- de nuevo ate'mo~
rizada. al extranjero porque, mas previsora'qtre aquellos que goza-
ban del festin del presupuesto iba viendo subir la ola revoluciona-
ria próxima ya á cubrir los elevados torreones de la reacciono
~'f';" Sor Patrocinio) el padre Claret, Jos obispos triunfaban en pala-


cio; la reaceion se enselioreaba del poder; la Union liberal tenia que
plegarse á las exigencias continuas y el último triunfo era achacado
por algunos á la presencia del gen~ral Narvaez qne "ué uno de los
beridos en la cootienda del: '!! de junio, El general Narvaez, por
lo demás apoyaba lealme,.~ at gobierno en, todas las cuestiones' de
órden público, aunque el partido' moderado en lIIasa bubiese negadó
su vote á la-ley de autorizaciones.


Tratábase ya por los periód~cos del viaj~ pró~imo de la corte,
que debía trasladarse á Zaranz COlIJO el afto anterior', y los partes
oficiales de la victoria' del Callao babian venido á disminuir en
cierto modo la impresion dolorosa de los sucesos revolucionarios.
El momento era grave y crítieo; las Cortes no se ooupaban de otra
cosa que de 108 presupuestos, y comenzaba á anunciarse la suspen-
sion, de las sesiones;
, En el palaoio las intrigas y las rivalidades y ciertos planes eco ..


nÓ'micos; produjeroD' la renuncia del duque de Bailen y de Goicoer-
rotea, anunoiándose que volverian á reunirse los cargos de mayordo-
mo mayor y admioistradordel real patrimonio, puesto para el que
le designaba al marqués de Saota Cruz, y todo bacia creer que este
suceso natural no produciria nioguD cambio politico, toda vez que
1010 se trataba de medidas administrativas en los bienes, patrimo-
niales, donde por cierto reinaba el mas completo desórden y el de.-


. pilfarro mal repugnante.
La: miGa estaba, con todo;esto, bastante cargada y debia estallar


mO"prontC'J el gran cataclismo que precedía de cerea á la nina J
destru.ooioD de loexislente á la disgregaeion oompleta de 105 par-
tidos conservadores.




CAPlTJ.lLQ Cl.l


SUMARIO.


Crísis ministerial.-Caida de O'Donnell.-Subida de Narvaez.-SU/l Ilctos.-Cir~.Mr
acerca de la enseñanzauniversitaria.-Rasgo hipócrita de la r~ina.-SU8penfi(lll


. d. las ¡.rantias constilucionales.-EI moderanlismo en su elemento.


1.


El gobierllP asistió el dia 1 O lranquila~Dte á las sesiones enaBl:-
. bOJ ~uerposcolegisJadores porque .pretendía que ~eacaba8e la dis~
cusion de los presupuestos para salvar la situacion. En el ,8Iijle&lo el
duque de Valencia se despedia para Vichy, y Miraftores marchaba
á San I1defooso, Todos los hombrespoliticos iban ya á buscar el
descanso y á huir del calor retirlM¡dose á las pliOvincias. El duque
de Tetuan fué aquella tarde á palacio como acostumbral?a y propuso
el acordado ,Ilombramiento de vario's $eudores para llenar las va-
cantes ocprridl\s. .


Hé .aqu,f como .espl~aba La Ép"tIJ e~te acoll:teciJllien\o orige .. de
UJ;l~ cr1si~ P~yo r~ql1adp debu. ser forJll_l y variu ~l.cto ,~. la
C9i1l pp.b¡ic .. ~
,p'~emQ~q~ .S. M;. l, rejna l'eDov~ndo I~ . ,. seft~adas ~~


tras de oonfianp, ~ presid,D~ del Co.~e~, l~ j'lJdj~ó·qqe.AMiPro~
lQooi,,Q ~.IlaLQr,ial ep IQ,J m()wpotos .~ '~~.l1D~ leais~t'U.no
respoJldia á ,~gu~a Ileoesidad polftica, que podill ePlbaraz ar la




1068 HISTORIA DEL REiNADQ
marcha de los gobiernos y que al aproximarse la apertura de las
Corles estaria en su lugar y no ofreceria dificultad ninguna. El se-
lor presidente del consejo insistió en mantener el acuerdo de sus
8ompafteros, y desde aquel momento quedó planteada la crisis mi-
nisterial. El sefior duque de Tetuan reunió á los demás companeros
en la presidencia, les dió cuenta de lo ocurrido y unánimemente
resolvieron poner sus dimisiones á los piés del trono.»


¿Era eso ni podía ser causa de, una crisis, y se hubiese atrevido
la unioD liberal á jugar un albur cuando acababa de mostrarse tan
complaciente fusilando, deportando y destrozando á bayonetazos no
solo á la vil multitlld sino á aque)]os que por I.a ordenanza se con-
vierten en ciegos instrumentos pero que despues podían haber sidG
útiles á lo que llaman la causa del órden y la causa del trono? El
ministerio que, al decir de sus parciales, habia insistido tanto para
obtener el indulto de los sargentos de artmeria ¿daba mas impor-
talcia al extemporáneo nombramiento de unos cuantos senaqores
cuando estaban para terminar su mision los legisladorfls y tenia
luficiente mayoría, que al deseo de salvar la vida á un grao número
ele personas?


ta verdad es que en materia de crueldades todos se mostraban
entusiastas y llenos de emulacioD, y que el nombramiento de Ja
hornada senatorial pudo ser muy bien la piedra de toque, porque las
ambiciones de los partidos enlrán por mucho mas y las cuestiones
personales son las mas inflllyentes en todos los partidos que carecen
de principios y que solo otorgando gracias_ y mercedes pueden vivir
y sostenerse.


11.


El duque de Valencia rué llamado al anochecer recibiendo el en-
cargo espreso, segun decian los palaciegos, de que no pasara la
noche sin que el nuevo ministerio' hubiese jurado, como asi se
verificó, quedando organizado el nuevo ministerio en esta forma:
Presidencia con ~uerra, dnque de Valencia; Gracia y Josticia é in-
terino . de Estado, Arrazola; Gobernacion, Gonzalez- Bravo; Ba~ien­
da, BarJaDallana; Fomento, Orovio; Ultramar, Castro. ;


Era "rjar completamente la deéoracioD. El ministerio silbado en
abril, el moderantismo furioso con sus instintos teocráticos, oon S08




Bit ¡tTUtO·· BOBBtlN DI HUÑA, l 06 9
veleidades mogiga*,ráticas, ~on sus preocupaciones·liberalescas y
libertioidas,·,.ria'á 'eD6eñorearse do1 pais; y Narvaez el h6Dibre
funeshJy Gwlzal61 Bra·yo el apóstata veman á asistir á' ¡los Borbones
ea MIS ptstrimerías, intentaban sostener]a monarquía agonizante,
la monarqllia 'Iapado. pór su base, rotlsándose, como era n&toral,
de cohortes de sicarios y de esbDros -" priíliguieade: su tarea per-
tUllladera , deser@&Dizad9f.'a. ' ,


Delia hacome QD c.ambio cempleto :en el personal de las autori-
dadesde provwcias. El capillo geoelal de Madrid que habia firmado
las borrib'es fieuteneÍ88 de los consejos de guerra fué sustituido por
el oonde de Cheltle q&e lle",aba á tal pUDlo su amor á la régia pre-
mgativa, tiBe habia ofrecido á Isabel mil veee",seguD se aseguraba,
que fusil aria al mismo Narvaez, á las emine»eias maseneumbtadas
en la política, 8ÍOOlpre q.e re~biese la órdeo para ello. ..'


Era aquello. ,con Linuacion sistemática del terror, debia ser por
los antecedeM -.la- inaugofuion -de Bna -serJe deateatades' contra
las iostituciobesmoderBas, y en la latal pendieate, en 'laruda al-
ternativa, los partidos medios quedaban oondenadesy frente á {reB-
te el tlOOO ,eQO todos sus bastardos atributos, CGO todos &US privi-
legios,cOll todos 8US 6liad~ naturales y'la'revolucioo radical 000
tedas sus legitimaseollsuueooias.


Ba.bia de ,sing",.,·,en \tstoCJot· la moaarq:lda hiriendo; con sus
deldenes -,á .... ¡p8i'1e importAmtedel pamdo conservador en ,ez de
811;pujaria ,y lit.garia para .quemantrl-viera tadavia por algun
tieape 1 .. · ,speraulas de muhos ,a que reoielltemente babia' eD-
trado en el oongreso Juan Bautista Alonso á pesar del retraimiea-
to, desenmascaraba perfectamente sus halerlas y presentaba al des-
onbiut1) ., ,..,


. ~ ,


111.


Grp4es oa~ en el persona), dimisiones,. tra~formacion en
l •• o&jpas, elA$onU de s.o t1iis yen~o á ocupar la embajada de
LQndre¡ á4Ge habla ~do destinado 8aJQS ú"imos .ciias de J~ an.t,e-
rior ~mil.,tracion :tI&l clUQue de Waleneia,la Jloeptafion de la dic-
AW1_ jHW .elSNAWal Ntwfi61 que declaró ea la única-'ftMion de
tDrtW8 ... "~ .. 4eli& Cto .tvef~ia, la oueÑion d6í'órdeo.público,
el nombramiento de Marfori para @ohtrnador.'d.eMadrid:, el de Gil-


TOMO in. 136




t O'7() m!TOBU DElIllI1UDO
lierrez de la Vega para el mismo cargo en la Habana, la elevaoioD
de los neo-católicos como Catalina á las direcciones mas importan-
tes, la modificacion completa de la Universidad, un bando del ca-
pitan general Cheste, previniendo que en el término eje', 48 he ras
se entreg6ran todos los fusiles sacados del Parque; ilécahl . en bos-
quejo los principales actos del ministerio.


Como la iostruccion pública era el objeto preferente de' ,los ata-
ques de la reacciono el ministró de este ramo fué tambien el que
inició la nueva politica que debia poner de acuerdo la reaceion ma-
terial, la destruecion y el asesinato de las masas con -el abatimien-
to, la degradacion, el envilecimiento moral. H6 aquf como en una
circular dirigida á los rectores pretendia justificar el ministro lasé-
rie de desaciertos que entonces proseguia para desorganizar las
Universidades introduciendo en el ánimo de la juventud las super-
cherlas, la supersticion y la ignorancia hipócrita -que en los tiempos
anteriores babia sido la base de la educacion en EspaDa:


-No basta. decia, á los gobiernos, si han de ser' dignos de este
'" nombre, restablecer el órden material, base ciertamente de toda


ulterior mejora y principio de todo progreso verdadero: es preciso
asegurar tambien el órden moral; es preciso determinar y garantir
108 fueros legitimos de la ciencia, nunca mas comprometidos, nUD'-
ea mas expuestos á un pavoroso eclipse que cuando el vértigo :re-
volucionario, á titulo de libertad absoluta del pensamiento y de 80-
beranfa de la razon, encadena la razon y envilece el pensamiento,
sometiéndolos á la tiran fa del error, la mas triste y humillante de
todas las tiranias.


. . .'. . ...
-Es pues, necesario, y el gobierno asf lo esper.del celo de ,V; S.


que la ley vigente se cumpla sin excusa en todo lo que se refiere á
la mas exquisita inspeccion de la enserianza en sus diversos gra-
dos, á cuyo fin V. S. recibirá en breve las convenientes instruccio-
nes. No profesa el gobierno el principio de que los cátedraticos sean
menos libres que 108 demás ciudadanos para opinar como quisie-
sen en'materias polfticas, y en todas las discutibles, siempre que
las opiniones no se traduzcan eobeebos penados pOr' la, ley' ó por
la moral; lo que el gobierno niega, lo 'que Di.n 'la 'justicia J el
buen sentido, es el derech'o de los catedráticos para ensellar directa
ni indirectamente doctrinas qúe repugnaD á los 'principios follda ..
mentales dé la sociedad espallola. ,', ' ,




11.1. lffiTIHO·IOatON DI ES".\Ñ!. 1071
»tareligion católica es la religion exclusiva del Estado; lo ha


sido siempre en Espalla: atacar al catolicismo es berir lo que hay
de mas profundo y mas delicado en nuestra organizacion social; es
conspirar contra el decoro de Ja patria: quien tal haga, sobre caer
desdichadamente en implo, se acredita de mal espaDol. La monar-
qnfa constitucional es otro de los principios fundamentales de nues·
tra sociedad; si A nadie 6S licito alzar el brazo ni la voz contra ob-
jeto tan· sagrado, menos podrá serlo al catedrático que ejerce su
alta· misión en 'virtud dff un juramento solemne de fidelidad y Ile-
vandoal pecho la medalla que ilustra el augusto nombre de la
reioa dolla Isabel 11. En este punto, el gobierno en interés de la
8osellanza, en interés del profesorado está dispuesto á mostrarse
inexorable .•


IY.


Como pnedeobservarseen los párrafos que hemos transcrito, el
golpe era certero, terrible; y en nombre de la ciencia, los estúpidos
y fanáticos seetarios de la ignorancia pretendiaD conde Dar la razon,
ahogar el sentimiento público que se despertaba, subordinar á mez-
quinos c,lculos el progreso humano, y hacer del profesor. un ins-
trumento de opresion euando debia ser el que impulsara en su mo-
vimiento á la cilivizacion á la muchedumbre, llevando á su con-
ciencia las verdades que á fuerza de vigilias y desvelos habia con-
quistado el genio.


Ya iremos siguiendo en sus vastas ramifteaeion~s ese complot
infainefraguado por el jesuitismo e.D Roma, y ciegamente prosegui-
do en todas partes'por el poder negro y sus torpes y degradados
servidores. .. . .


El gabinete babia aconsejadot como para adquirir gracia ante el
país, el indulto de otros 49 condenados á muerte, porque la bár-
.bara ins!itucion del consejo de guerra no podía aplicar otra pena á
los prisioneros hechos el !! de junio. Y asf como O'Donnell di-
ci$Iido la verdad queria eludir las consecuencias de su conducla
sacrtlega,··asf aquellos ministros procuraron h~cer resaltar la mag-
oanimidad y la clemenciá de lsabel; atrihuyéndola la iniciativa de
ese iódulto. Como en buena teorhi cónstitucional sobre ellos recaia
la responsabilidad, nada perdían haciendo ver á las gentes que no




10'1'!l . RISTOIIA OIJ.. BBI)¡!DO, , ;,
se babia,,; visto en, el duro, trance de a~ndoparlas poJiroD88 por
UDa exigencia ¡nieua,. &.an ~prevÍSRfe8~ !"i4~ fera_que ~l
general O' Don.n~~l. ' ,


,,1,


,O.l r " : 'í


v.


Como ]a situacion era tan grav~ en el. ó~den económico, como
iban á recargar sobre el contribuyente pesados tributos, y se ha-
biaba de descuentos para introducir economfas t el gobierlo, halló
medio de bacer q,ue apareciese Isabel desprendid~y generosa pre-
seniando uo nuevo rasgo de su bondadoso carácter. Fr8i~ par.
ello la siguiente carta dirigida por Isabel al administrador general
del patrimonio:


«Pulionrostro: Ya te he hablade de mi deseo de que el patrimo·
nio coaJyube al descuento general ordenado por una ley. Muy en
breve se impondrá ,á los contribuyentes ese sacrificio que. las eÍr-
cunstancias y las necesidades del tesoro hacen indispensable; y yo
no quiero separar en nada mi suerte ,de la de mis fieles, súbditos.
Resuelvo, pues, que el patrimonio contribllya. Comunica al gobier-
nº esta resolucion, y adopta por tu parte cuantas' determinaciones
seao ~ecesarias para su puntual cumplimiento.»


El 'gobierno pretendía por estos' medios parar, en cierta manera
el golpe ,que amenazaba á; la monarquía, completamente divorciada
del puebÍo espallol. ¿Pero que valian estas ridfculas promesas ante
la conducta de la corte que habia permanecido en .la Granja su-
friendo los rigores de la estacion, sin atreverse á pel)etrllt en Ma-
drid, donde la epidemia diezmaba 'á las gentes, autorizando y exi-
giendo mas tarde des pues del combate el exterminio deÍossuble-
vados? 6Qué significaba aquel descuento, cuando sin escrúpulo
percibia millünes y millones dej!lodosumidos en ,la d~snudez y en
la miseria á los desgraciados contribuyentes?
. 'Qujnce dias tardó el ministro en decidir si debia hacer ó no uso


de la' 113'1' en que se le autorizaba para suspender las 'garantías
eonstituc~o?ale~, Jeyque v~~da el 8 de julio ~o (uépu.e~ta~n. vigor
por el IDIDlsterlo O'J)onnelI en los dos dl8s que sobtevlvlÓalacller-
do de las cortes. Y por fin', 'despu~~d'f;l esos quince dias de vaci/a-
eion el 16 de julio se dispu'so qúese'pusiera en vigor en la peofn-




·11 aTIIIO IOBlON DB ISPAj.... te'.
8ula é islas adyacentes. El gobierno de Nanaez volvía de nuevo á
entrar en su elemento, y como en 1848 pretendia. castigar á los
espafto)es por su acendrado amor á la causa de la libertad, porque
reclamaban la consagracion de su derecho y pretendian aniquilar
los privilegios J el despotismo odioso.


;;- ¡. O'.,,, .'


, ,


.. ,
".(


( . , !, .: ~ . . ,-. ~ ..




CAPITULO CLl


SUMARIO.


El pa.ral Pierra4 pDt la trontera.-Circular d. Gronzaloz Brno.-CoisidoracioDotI.
-La caja de Depósito •.


f.


ta prensa habia enmudecido por completo. Solo quedaba como
órgano de los progresistas, aunque bastardo ciertamente, La Re-
forma, los periódicos de la Union Jiberal, los moderados y neo-ca-
tólicos carlistas é isabelinos. La emigracion habia empezado, J
gemian en comun desgracia Becerra y Aguirra, Sagasta 'J Martos,
Gastelar y Carlos Rubio, y contra todos ó casi todos se fulminaban
sentencias de muerte mientras se les dejaba ganar la frontera.


Duranle los dias que siguieron al ti se reconocieron en Madrid
diferentes casas, violando asi el domicilio, para buscar á los jefes.
complices é instrumentos de la sublevacion, las armas, las muni-
ciones, etc., etc. El general Pierrad que habia sido herido en la
batalla, despues de curarse en el hospital militar sin que nadie le
conociera, acempallado por algunos amigos se introdujo en la lla-
mada casa del Duende en el barrio del Conde Duque, donde le pro-
porcionaron UD disfraz y ocuftando bien el vendaje que llevaba en
la cabeza, pasó por entre 101 guardias que iban á proceder al re-
gistro. Atacado de UDa cODgestion cerebral pudo penetrar en la ca-




J)it 1JLfUlO .:aOUON ni BSUÑAl, 11'0'75:
balleÑa de la •• > del.duqued~ tiria que 'Ja autoridad: no spu4e.
allaDar ,porque como. ;$ena~(}r y hermáno de la emperatriz de: los
Iranooses se opuso ~bi,rta~nte,y anuneió que c~Dsiderariaeomo
vioJaojpn .del >~rri&oriq, yex..igjria reslMtDsabHidad' al ,;gobierBO del
pai." . .lUí e~tqvo peHgros~JD~nle enfermo el 8eneral~trasladánd088
Juego á Soria apenas convaleciente," y,~dl~laeioDes:sospecllosas
estovo, á piqll~ ~e ~r pre~ llegando por ¡fib:á gaBar I~ froatera.'


luch •. de ;lo!l;g6Q~nlles~ eDlr.!~UOB: Lator.\l'\~t*as~ aparé¡;"
ciaD iniciadO$-, en aql1ella>subJevacion. ,Primhabia sido det.,nidose-
gUD pal'tes.teJegráfico8 ,en·, Bayona, pero:comoquiera que .fnese,
OOD,i~uió hallarte ~n Vichy desde donde se;trasladó á Suiza.' .'i


Como a~oDtece eQ- e&$'QSanálogOl, doraDt~lo8 ~merosdi8s·y á
Ja fecbaen que nqs. encDntramos, 'los ~oDspiradores 88: fql1ejaban
mú'uamenteuD08d~ otros y atribuiao su derrota á los'd'cisaciertos;
á la impericia, á las tr~iciones de estos,ó wde 'aquellos; ';'ff'reinaba
deseliento 1 de8con&aalaen las, filas de- loaleoaligadoa."Nadie .~
qDerido_p}icar . y ,cOIJ)probar con ;daloltdomo idebi& .harse': 11 ..
cho, quien fuera el responsable de la derrota, quien faltó &!exageró',
quienestulo en su puesto, mientras se preparaban aquellos·aton-
tecimiento" y á quién en .el dia del peligro se' deben 108 trastoraoa,
las variaoiones del plan, la falta de unidad J los retardos "que: '.
experimeOlaroo.)I" ¡¡" .j.


¡~' l' .~;~~'~. -.¡.. ~ ~ ~ :_·<-.:id::~ ~.;(.<:.


, Dejando elto, que proeural'émos~oompfétAr: ma'(adtt1anlt, "ótft~
mOS ti 1'::caMtiOn' minisferial,i;y;teá.r.es',a aF"ui!'cW8abib~'aes~
PUglde muclujg· dias de :v&cilaci8'O', 'despuesitl~h~rlÍe cGm~Ie~~',
elltr.' de 1I6110'~ !ft' Tia de- fa 'dictadura 'eón 'árreglcr:aI;cTetfteiO' 'que
hemos citado, poniendo en vigor la suspensioli le'ptintflsit;a todó
el territorio. :' ',;,', ">",' 1,:,
,; Tras 'de la cireularsobre eDsellanza,vinola ciré'ulafde iGOrl~alit
Bravo'; documento Dotabilfsirn&que apatt!éió eó'~'lós "perl6ilieGI lel
dia"I! aejúiid¡ "acerca del cual nadie'pudoeMitit"í\Fjli4iij':\\;Ófi
fráDlittei'í; pOtqlle 1" fiscales miHt.resi~lerimJ'dsd.iJ1ór*,s di, la
preilsa 8tHe hdbieran permitidf)~'"ej~ te~r!'tftsÍl6bet~
nadoi'et".,msti'ueétele& tédbáfét~iijllama~ IMbidt9 tdij¡: 1iíiniSlri)




1011 . , IDSTOtI! _t "ll",Abo .
-ea de la·a4miDistracion y l1oM~a éDfásp~oYÍllcias, decia:"


;.1.81 áUimu perftiriJaoioMSde que ha sido ·teatro16eapitáf iüe'
la mooarqaía~1Iya 81.&eORO' y trallcendeltéiá:á nadie se ocultan;
deIBUlStrJlGque,loIí4iret4ores y agentY· de taí ~·vdluet01l;'{.ien~rl'
delde·"a~81uco. tiempéy 'lin·d~llcttlW·Di' tregu.a trabájalldo para'
I~· ..... ori~pro"itos .• : : .:, .,.;. .,':" i ,,"o ¡: " ~;" .


. GInIalei Ir~' ~Icordaba· sil! duda fJMrS'. á!los "ntéiJ ba~iá ~Ü:O;'
bliaMlo· ooB, lJuin,all'sus fa~a8 :oonceri'ldas,en que procuraba
desp .... tigtv á' la madre de la reina á qtrien~érm . a1ro'ra~: apelti-
ÜBdola lHl8i.~pNffiitQ.~ El ministro de:ta 6~diónít Stb,om ..
panero Castro ~8IÍlpOoo babiab Ghidado quepoces alos ~éS' habían
0I~pWd8 'loaBiveN para derroCfJ' "a Uniontiberal;iBCi'tlsbida
faa..mfDte eB 'la.eere .. ·.fJue la .disPéosaba su régia confianza.
T_JBlOl·Jerel di! tIotiflil,Gamigtrde GMZllezfBra",·ipód.'Ita-
_;:ol~dadoqúil.inc()bl8Jes ~aDtél habill·.1fieMId& 81l";oaia("p'rá
epe •. rtinniellR'9 ~Ia 10scODIpiradores'df'lai prensa,]'iprOt'es..;
taran .leMa cookaia,.mclalNradel gGbitl1JN).Per8;"~1 ,.toen.ento
prtIAIaia 8th:' ,¡ " ,'!'


'«\fieMO .Blpoder 108,a.uales~81sejeros de lareiba;'ap~as·des.
v ..... ·el48rrible estruendo Ge atl-otAUooate pare :cuya ¡ptepara-
ciDDV ,ollO!be81osdic~o~:AGSe ' .a perdonado: medio at8 .. n.~· I.ia
capital del rei~o ha oido con espanto los gritos que .,Man· .181ft
y de fórmula á la revolucion; nadie pueda darse ya por eoganadoj
se trata de ser ó no ser. La religion de nuestros mayores, la insti-
tucion monárquica, 108 derechos ;.e la elcelsa familia que ooupa el
trono, la propiedad, la vida, la honra d~ los ciudadanos todo ha
sido objeto de las iras revolucionarias. ¿Quién hubiera podido oon-
te.Ml',~ Jq,s~~dAf,;~ t,~,dia .••.. 4e~ ... ,s;. lUJllierMliflddo
vom;~rl.QfliPPJ1'r tIlOa.\$P86,á !~, .el. üupo,ru" deoa-
~cj¡hfJ8 j"WlM~~,m~rfl\Úa~Jl,4«e:bubiera ~ wea\ra
~l~~tni.a~.:~ij\ ~D04~,~ 4lJSJauiiQ «Mj ... el,~xII'lDo
., .• ,.q~,*, IfPB.t~j9fPMJ~t-; . " , i' < ;,'


¡Quién hubiera podido creer que el hombre del 37, el :~ÜQill- .
• ; ~e~ b~~¡~ ,ij~~.á ~ irM9 de ,..,r.viJift~~ J)llestá~~9Je á
seJ:'Ij_~ft"aIMlC~~Jl~~4ft., el,JWD.t9 ~~e .jnsnl"", al ptibl~" l.
~fI:fI.eJm.. .MuW~e ;~'i4ui#tp!Mn".du'acio~Jl~iaf,)fp<Vlado!
'. ~ ~~,J.Ia~~i';ftl ,iJJj_o.w ~laewt"illa~Q~4'1~D
de!"m¡U; ... · .. W'~ ~,~,.nl'"MI~M.IP .. q'~, Pflr. Jli@otir
íill' ,AD4ipd'J .•• "~;~g"if_rM' ~;b,W~ ,4i.tadA)Ja.céI8br~




DIL ULTIM.O BORBON DI ESPAÑA. 1077
frase de el bello ideal de la Ju,ticia es ver alwrcado ti un minia/ro.


lIt.


Proseguia despues el mismo que habia saludado en 1856 á la
virgen democracia:


.Se ha presentado sin rebozo la batalla á los poderes legitimos
de la nacion: fuerza es que el gobierno en quien reside la suma
representacion de estos poderes la acepte y se defienda. En vista
de tan imperiosa necesidad, las medias tintas desapareeen, y las
contemporizaciones de cierto carácter serian una senal de flaqueza:
es por todo extremo necesario poner con varonil resolucion, no el
dedo aino la mano entera en la llaga. Asi lo está reclamando el bien
público; asi lo piden con urgencia los adelantamientos mismos de
la civilizacion y las instituciones representativas, que nUDca se de-
tienen y se anulan como en los días aciagos en que los poderes le-
gales, malamente vencidos arrian el pabellon ante las rebeliones
victoriosas .•


'Gonzalez BravOty Narvaez habian decidido,. como se ve por es-
tos párrafos y los que mas adelante vamos á transcribir, declarar
guerra á muerte ti la libertad del pensamiento, á la filosofia del
siglo XIX, al progreso en una palabra. El poder negro, el espiritu
tenebroso que dominaba en los conCIliábulos palaciegos se imponía
por fin, y el difamador de Cristina no solo tomaba el cirio de San
Pascual, sino que se hallaba dispuesto á seguir á la monja de las
llagas y á los agentes de Roma en todas sus extravagancias yaten-
tados.


«El enemigo con quien luchamos, seguia diciendo el ministro,
es como se ha visto, menos poderoso de lo que su audacia y cierta
vulgar opinion presumen: enfrenemos, pues, con firmeza su osa-
día, y desvanezcamos las preocupaciones, si no legitimas,hasta
cierto punto excusables del temor. ¿De qué se compone la fuerza


,real de esos partidos? Su nervio consiste en todas las aglomeracio-
nes mas ó menos bien combiI;¡adas de las banderías democráticas y
del socialismo, y en las conexion¿s eventuales que las hayan uni-
do, ó en adelante las unan con unos ú otros grupos extranos á
ellas. C'


»La palabra democracia ha llegado á tener en no escasa exten ..
TOMO Ill. H7




1078 Hl~TORlA DEL REINADO
sion de la Europa moderna, y ~n nuestros días sobre todo, un sig-
nificado positivo que no admite tergiversaciones, aunque las ad-
mitiera, despues de los sucesos últimos no se á quien pueda caberla
duda de lo que representa y quiere el partido democrático de Es-
pana, ya se le mire en si mismo, ora con un cortejo de socialistas
por ciencia, de comunistas niveladores y de auxiliares de otros
bandos. .


.. La existencia pública de la democracia es de lodo punto ztlcom·
palible con las instituciones fundamentales de la nacioo, y por lo
mismo, sin género alguno de duda, ilegal. En idéntico caso se en-
cuentran las parcialidades que, para fines parecidos ó análogos á
los dt1 la democracia, se relacionen con ella ó adopten en cierto
8rado, Ó del todo la parte de sus do~trinas que están en absoluto
antagonismo con los principios esenciales de nuestra constitucion
J9cial y politica. El gobierno apoyándose en la ley, Ita resuello
prohibir, no solo ahora, sino cuando el estado presente de transicion
ltaga.pD6ado, todas las manifestaciones públicas de la democracia y
de los partidos que con ella se co'nfundan, y destruir bajo cualquiera
forma que adopten, ya clandestina, ya aparente su orga'nizacion y
sus asociaciones.»


IV.


Mientras que aquel gobierno lanzaba así acusaciones á los revo-
lucionarios, hablaba de saqueo, de ruinas, de trastorno, presen-
tSDdo á las clases conservadoras un cuadro sombrto y desconsola-
dor, mientras llamaba su atencion para que la fijaran en el enemigo
de la prosperidad p6blica, levantando el espectro de la revolucion
para alterarlas, despachaba á 108 comisionados de apremios, y exi-
gia sin consideracion de ningungénero dos trimestres anticipados
de la eontribucion, y el clero enviaba circulares á sus subordinados
fingiendo con gazmoneria hipócrita que se interesaba por la suerte
del pais, por el brillo y la prosperidad de Espana y del trono, por
supuesto. ,


Asf unos y otros bacian alarde de desinterés y abnegacion, y la
esfinge revolucionaria quedaba aterrada ante aquellas manifesta-
ciones que los hombres de órden sabian hacer para colocar' en su
asiento la 'desgraciada máquina social. ,Tristes y desventurados sub-




DEL ÚLTiMO BORBbN DE ESPAÑA. 1079
terfagios de un poder que veia abismarse todo en torno suyo, y que
solo podía oponer los cationes al irresistible infll1jo de la opinion, á
la ola de las ideas que bullian y agitaban los állimos, dando espe-
ranzas á la multitud para realizar en breve- las grandes reformas
que debian ciertamente impedir la muerte de la oivilizacion, la res-
tauracion de las épocas feudales y de períodos como el que habia
por tantos aftos abatido á Espafta, dejando yermos los campos y
despobladas las ciudades.


Desgraciadamente para aquel gobierno, el comercio y la industria
no podian soportar tanta gabela, la crisis monetaria arreciaba, el
trabajador no hallaba donde ocupar sus fuerzas, y poco importaba
que se elogiaran los grandes beneficios que debia reportar nuestro
crédito de las famosas negociaciones del ministro de Hacienda, si el
contribuyente hallaba exhaustos sus bolsillos y no podia satisfacer
las cuotas que se le imponian. Porque tambien las clases conser-
vadoras comprendían perfectamente que la revolucion era potente
y vigorosa, y que el oro no podría oponer obstáculos á su marcha,
ya que los excesos de la reaccion habian hecho necesaria de todo en
todo una evolucion completa.


Bé aquí como demostracion del poco resultado que daban los lla-
mamientos al patriotismo de las gentes ricas, una real órden que
un mes des pues de la primera tenia necesidad de publicar el go-
bierno:


o: Vista la expontaneidad con que ha acudido el país al llama-
miento que se)e hizO por real decreto de !O de julio último. para
la anticipacion de las contribuciones directas, correspondIentes al
afio económico actual: considerando que los abundantes recursos,
allegados por este medio al tesoro, abren el camino- para que des-
aparezcan en gran parte los efectos de la crisis metálica que ago-
biaba á nuestras plazas mercantiles, debido todo al patriotismo de
los contribuyentes que no solo anticipan el primer semestre, sino
que se apresuran á entregar su anualidad completa, reDuo'ciando
muchos de ellos á la bODificacion del 9 por 100 que les habia sido
ofrecida; y considerando, por tanto, que uno de los efectos inmedia-
tos del desahogo del tesoro y de la normalidad de la eirculacion
metálica ha de Ser la baja del interés del dinero, la reina (O. D. G )
~ ha tenido á bien disponer.-


t . o Continuando vigente hasta el dia!8 del actual la escala de
interés establecida por real órden de 7 de mayo ultimo, las imposi.




1080 • HSTORIA DEL RKINADO.
ciones que tengan lugar desde el siguiente día !4 en la Caja gene-
ral de Dep6sitos y sus sucursales devengarán:


Seis por ciento los depósitos con aviso de noventadias y á plazo
fijo desde cuatro hasta nueve meses.


Siete por ciento los depósitos á plazo fijo desde nueve meses en
adelante sin llegar á un afto.


Ocho por ciento los depósitos á plazo fijo de un afto.
!. o IJas cuentas corrientes y depósitos de todas clases no men-


cionados en la regla precedente seguirán devengando el tanto de in-
terés que fijó la real órden de !5 de febrero de 1865.


Este método atractivo, estas utilidades prometidas al contribu~
yente, á nadie podían engaftar, porque cada cual sabia perfecta-
mente que es fácil adquirir compromisos cuando uno se halla aho-
gado 'Y sin recursos, palabras y compromisos que despues se olvidan
con gusto cuando se ha . logrado el propósito 'Y el dinero ha entrado
en las cajas.


Por lo demás, solo los apremios, solo la coaceion podian obligar
á muchos que escasamente atendian á sus necesidades apremiantes.


El gabinete Narvaez, tenia pues, una actividad pasmosa, y tanto
. en lo moral como en lo material, si no restablecía la calma~ infun·
día el terror 'Y la duda por todas las clases, cuando pretendía tran-
quilizar á los unos y hacer concebir á todos esperanzas.




CAPÍTULO eLl!·


SUMARIO.


Ojeada política grne\'~J.-Mllcrte del Noy de las Barrar¡llfl!ns.-Ahsurda disposicion
del general I'ezuela.-Ley tic Ayun(amientos y ley (le provineins.-Espíritu que
en ellas predominaba.


1.


Coincidia con estos acontecimientos que se verificaban en Espana
la guerra del imperio de Austria con el rey de Prusia, que debia
decidir la suerte de la Alemania. Víctor Manuel era aliado de Prusia


. .


y reivindicaba el Véneto y el Tirol.
Por un error de cálculo, por las complicaciones de la politica in-


terior y exterior, Napoleon'tuvo que abandonar un puesto activo en
aquella campalia que venia á frustrar por otra parte muchos de sus
planes.


Preparábase por entonces tambien la gran exposicion universal,
y Napoleon, que veia inminente la guerra, pretendia aplazarla para
mas adelante.


Comprometido el imperio francés en la aventurada expedicion de
Méjico, habia experimentado alli UDa série de decepciones malgas-
tando las fuerzas y el dinero de la Francia para sufrir una ignomi-
niosa derrota. Sus tropas habían abandonado la república mejicana
llegando á Europa en los mismos dias en que se daba la sangrienta




1682 HISTORLt DEL REINADO
batalla de Sadowa donde las armas de precision nuevamente inven-
tadas se ensayaron por primera vez en Europa, quedando en pocas
horas destrozado el ejército austriaco-con mas de 40,000 bajas en-
tre muertos y heridos.


Esta horrible catástrofe, y la batalla casi indecisa de Custozs,
obligaron al Austria á firmar la paz; y Napoleon se declaró me-
diador.


En Méjico tambien vióse Maximiliano frente á frente del pais con
unos cuantos mercenarios, y todQs los partidos se levantaban contra
él hasta que ocurrió la sangrienta catástrofe de Querétaro, en que
fué hecho prision~rp y juzgado por un consejo de guerra como usur-
pador, pereciendo fusilado como un capitan de bandidos.


11.


La corte de Espafta, que tambien en ese verano fué á buscar la
soledad y el reposo á Zarauz, sin duda para meditar sobre los gran-
des crímenes pasados y los que tenia en proyecto para lo porvenir,
confiaba acaso en llegar á una entrevista con el hombre funesto del
! de diciembre, entrevista que no pudo verificarse tampoco este allo
co(la solemnidad que apetecia Isabel deseosa de consolidar su trono
'vacilante.


Vicente Marti, conocido con el sobrenombre de Noy de las Bar-
raquetas, que habia figurado en todas las conspiraciones desde mu-
cho tiempo atrás, que se habia batido con denuedo en mil ocasiones
por la causa revol ucionaria, que segun dejamos apuntado en el curso
de esta narracion, pudo escapar en diferentes ocasiones de manos de
la policía y que en las ocurrencias del 10 de abril en Madrid estuvo
á punto de perecer, era objeto de la sarla de sus antiguos émulos y
compafteros, y especialmente de las rondas volantes y mozos de la
escuadra, que tan cruel renombre alcanzaron desde los tiempos del
famoso Tarrés. Acechaban su casa y 1as de todos sus amigos, y se
habia fulminado contra él sin duda, la sentencia de muerte, por ma- .
nera que, sorprendido en las inmediaciones de Martorell, fué llevado
á la estscion del ferrocarril, donde des pues de simular un ataque,
cuando se despedia de algunos amigos, fué asesinado cobardemente
con algunos de los que habian sido sus fieles companeros. Digno
hecho que puede honrar como otros muohos á la casa de BorboD, y




DEL ULTIM.O 1I011BON DE ESPAÑA. 1083
á los gobiernos que toleraban instituciones semejantes, recomen-
dando y estableciendo. premios para las cuadrillas de asesino.s.


y aquel gobierno que daba ocasion á rasgos co.mo. el que acaba-
mo.s de citar, hablaba de moralidad, decia que era necesario. refor-
mar la educacion y morigerar las costumbres llevando al sentimiento
de las muchedumbres el co.no.cimiento de los principios católicos que
habian inspirado los famosos auto.s de fe donde se quemaban las vÍc-
timas humanas por imaginarias ofensas á la divinidad. Y suprimia
las escuelas normales, y encargaba á los obispos y al clero de la di-
receion de la enselianza, y sujetaba las decisiones del consejo de
instruccion pública á esa corporacion que se somete á la corte ro-
mana, fanática y nécia, irreconciliable enemigo de la civilizacion y
de la ciencia. Cuadro que hubier.a sido lúgubre, que hubiera o.ca-
sionado en Espafta un retroceso terrible si el reinado de Isabel de
Borbon se hubiese prolongado.


III


Entre las medidas escandalosas que oe acuerdo con ese proyecto
insensato de· impedir que se hiciese la luz en las inteligencias, entre
las disposiciones que colocaban la enseDanza bajo la tutela de las
autoridades religiosas destruyendo por completo todo el prestigio de
los hombres de ciencia, de dignidad y de saber, debemos citar UDa
disposicion del académico, general Pezuela, que prohibia terminante-
mente á los cafés, casinos, gabinetes de lectura1 etc., la suscripcion
de todo periódico extranjero que alguna vez hubiese contenido ofen·
sas ó ataques á la Iglesia ó á la monarquía.


y des pues de la instruccion pública aquel gabinete dispuesto á
encerrar en un círculo de hierro á los espafioles, decidido á ahogar
por completo la libertad, se dedicó á legislar sobre organizacion de
provincias y municipios. No era la primera vez que GODzalez Bravo
habia dedicado ~u actividad febril á este género de trabajos; pero
hay que confesar que dejaba muy atrás sus propias obras y que ba-
bia recorrido gran distancia en su marcha retrógrada desde 1854.


Los municipios que habian constituido siempre el baluarte de la
libertad y de la independencia práctica ~n Espana, quedaban some-
tidos á la" autoridad del rey, á la vigilancia, á la inspeccion de los
gobernadores y de los ministros. Fijábase una escala de pueblos




108i DISTORIA DEL REINADO.
empezando desde los que tuvieran de sesenta á mil vecinos, de mil
y uno á cinco mil, de este número á veinte mil 'y de aquf en ade-
lante; y declaraba elegibles en el primer caso á todos Jos electores;
en los de mil y uno á cinco milla tárcera parte de mayores cuotas,
y los de cuota igual al último que no pod~ian bajar de ciento dos; en
los de cinco mil á veinte mil, la cuarta parte en los propios térmi-
nos sin bajar de ciento noventa y dos; y en los que excedieran de
veinte mil quedaban elegibles la quinta parte de los electores contri-
buyentes de mayor á menor, y los que pagaran cuota igual al úl-
timo no pudiendo bajar de cuatrocientos cuarenta y uno el número.
total: donde se observa el escandaloso privilegio que se establecia
en favor de la cuota, base de esa oligarquía de Jos escudos que
tiende á apoderarse de todas las fuuciones sociales prestándose á
servir de instrumento á los odios y á las venganzas de la monar-
quia. '


Otra de las reformas introducidas disponia que solo pudieran te-
ner ayuntamiento los pueblos de doscientos vecinos. salvo el caso
de que por circunstancias especiales fuera imposible la agregacion,
estableciendo la parte reglamentaria para la incorporacion y segre-
gacion respectivamente de lol diversos grupos, y era lo mas impor-
tante la reforma introducida en el titulo 7.0 en que se establecian las
reglas generales para la formacion del presupuestQ municipal, de-
clarando como gastos obligatorios, además de los del personal que
puedeó debe·tener el municipio tanto en la administracion como en
el servicio de la localidad, muchos otros omitidos hasta entonces en
la ley ó expresados en las disposiciones particulares, suplemento de
aquella.


IV.


Para que se comprenda perfectamente el espíritu que presidia á
esta pretendida ley, vamos á trasladar algunas frases del preámbulo
que se hallaba redactado con la franqueza y cinismo característicos
y propios del cruel apóstata.


«Por efecto, decia, de las vicisitudes politicas y de los movimien-
tos y modificaciones de la opinion y de los partidos que desde hace
algunos aftos atrás venian realizándose, el génio de legitima con-
servacion y de ilustrada resistencia que constituye el patrimonio




DEL ULTiMO BORIÍON DE ESPA.ÑA.. 1085
natural de todo gobierno, sean cuales fueren las opiniones de' los
poHticos que lo compongan, se habia considerablemente apocado,
con alteracion grandisima, asf de las relaciones que constituyen la
unidad y la armonia entre los altos poderes de la nacion, como de
las que arreglan las funciones gerárquicas de los varios agentes del
gobierno y establecen la disciplina, en cuya virtud deben estos á la .
autoridad superior ayuda fiel y absoluta obediencia. Babia caido ge-
neralmente la administracion municipal por esta causa, en poder de
personas que en vez de cumplir con escrupulosidad su mandato y
mantener aquellas relaciones en su pureza, segun el espiritu y el'
texto de la ley vigente, se valian de las ventajas que proporciona la
representaeion del pueblo en los municipios para llegar á fines pro-
pios solo de la gesUon polftica, y contrarios por tanto á los propó-
sitos de toda gobernacion ordenada. Anadíase á esto el influjo, que
no debo calificar I de la confusion deplorable á que se habia llegado
en lo concerniente á las controversias de la vida pública, en medio
de las discordias que destrozaba la composicionde 108 antiguos par-
tidos, y por efecto de las nuevas denominaciones á que estas discor-
dias necesariamente habian dado nacimiento.


Á merced de tales choques de ideas y de pasiones, y de estaevi-
~ente descomposicion, las parcialidades revolucionarias, lenta y
cautelosamente primero,-á las claras despues, y con singular arrojo
llegaron á constituir un imponente organismo, y cada vez hacian
mayores y mas peligrosas muestras de sus atrevidas pretensiones.
La revolucion que, alegando imaginarias ofensas, afectaba retraerse
del campo pacifioo de las elecciones parlamentarias, en donde hu-'
biera sido á pesar de todo vencida, por una inconsecuencia que mu·
chos de sus sectarios la echaban con aparente razon en rostro, des-
plegaba su habilidad y su energia para apoderars3 de los ayunta-
mientos y de las corporaciones provinciales.
. . ., .•.... Sucedió lo que debia
suceder; la revolucion se apoderó de muchos municipios importan-
tes y triunfó en las diputaciones de casi todas las provincias. Con
"tales elementos tenia por lo pronto cuanto le era dable desear; la
organizacion de su poder ejecutivo en comités supremos suplía con
ventaja su ausencia de las cortes; el predominio en los ayuntamien-
tos, en las diputaciones y consejos provinciales formahala "red de
sus agentes de la loealidad; la prerogativa de elegir empleados desde
seis mil reales de sueldo abajo, y la de proponer á otros de mayor


TOMO 111. 1~8




1086 IlISTORIA UEL HEINA~O
remuneraeion que la nueva ley babia concedido á las diputaciones
de provil'JCia, le facilitaba el camino para completar el cuadro de sus
subalternos. Habia, pues, un estado movido por el genio de la in-
surreccion dentro del estado legal, que en vano predicaba y quería
sostener lasubordinacion á'los poderes legitimos ••


v'


Como complemento de la organizaeion centralizadora apareció
tambien el decreto de ley de las provincias, constituyendo los con-
sejos provinciales y las diputaciones; reduciendo las facultades de
estas á los limites puramente administrativos; asumiendo el gobierno
la facultad de nombrar consejeros sin propuesta alguna; restable-
ciendo la facultad que tenia el consejero sustituto accidental del go"
bernador de presidir la diputacíon y el c~nsejo' provincial en otras
leyes anteriores. ~ambien se establecia terminantemente que las de-
oisiones sobre materias que no pudiesen ser objeto de la via conten-
cioso-administrativa eran revocables por el ministerio correspon-
diente, lo mismo que las re~lamaciones suscitadas contra las reso-
luciones por su competencia ó exceso de atribucio~es. Se hacia subir
la cuota de renta Ó. contribucion que para ser diputado provincial
exigía la ley de 1863. En cuanto á la cuestion electoral bastaba
cualquier número de electores, y quedaba elegido el que reuniese la
mitad mas uno de los votos emitidos. Se restablecia el cargo de vo-


-001 secretario de las diputaciones á eleccion de los individuos de las
mismas, reservándose el gobierno la facultad de nombrar todos los
empleados de la administracion provincial que cobraran haber de
fondos provinciales, dejando á las diputaciones la eJeccion de los que
debieran auxiliar al secretario de ellas. Se ampliaba el plazo esta-
blecido para el caso ,de disoJucion de las diputaciones, d~sde dos á


. cuatro meses. El párrafo por el cual se autorizaba á las diputacio-
nes para dirigirse al rey ó á las cortes en asuntos de utilidad para
la provincia se adicionaba con Ja preseripcioD de que si el lenguaje
que se emplease fuere irrespetuoso á la autoridad ú ofensivo al ór-
den ó á las leyes, quedaran sin curso las exposiciones dándose cuenta
razonada al gobierno para que resolviera; y el articulo 59 que pro-
hibia á 18& diputaciones deliberar sobre otros asuntos que los com-
prendidos en la Jey, ni publicar sin acuerdo del gobernador las ex-




DEL UL'mIO BORBON DIS ESPAÑA. 1087
posiciones que hiciesen dentro del circulo de sus atribuciones, con
la terminante prevenciOrf de que si faltasen á lo prevenido en dicho
articulo, quedaran desde luego suspensas las sesiones, dándose
cuenta al gobierno por el gobernador de ]a provincia.


As! el gobierno iba madurando su plan creyendo que vencería á
la revolucion mas fácilmente arrojándola de las posiciones oficiales y
condenándola al ostracismo.




CAPITUltO CLIU.


SUMARIO.


El gobierno arroja la máscara de liberalismo.-Viaje de la corte á las orillas del Ta-
jo.-Desgracias en Daimiel.-Cruel insensibilidad de la Reilla.-Desden del go-
bierno para con las cortes.-Escandalosa cOllducta de la reina.


1.


La gran revo)ucion aborlada en junio habia traido en pos incal-
culables desgracias y resultados de importancia porque dejaba á la
corte y á los moderados manifestarse en toda su deformidad, arro-
jando el disfraz hipócrita verdaderamente liberalesco que habian
adoptado cuando mentidamente en tiempos de la Union liberal se
prometian alternar segun lo prescriben las prácticas constitucionales
á medida que las exigencias de la opinion lo reclaman.


Por el ligero bosquejo que hemos presentado de las leyes de ayun-
tamientos y arreglo de provincias establecidas por Gonzalez Bravo
abusando de la dictadura que no autorizaba ni podía autorizar tras-
torno semejante en la codificacion politica del pais, ha podido ver el
lector la tendencia centralizadora llevada hasta el absurdo, que pre-
tendia hacer el pais, patrimonio de una fraccion colocada en la cús·
pide del poder, oprimiendo á los pueblos y sirviendo á Isabel en su
propósito de reinar como seriora absoluta.


Lll prensa conservadora y ministerial, única que babia quedado




DEL ULTIMO B:iRB'JN [lE ESPAÑA. 1089
en el palenque, ni quería ni hubiera podido dar cuenta de Jos acon-
tecimientos y la politica parecia muerta llenando sus colllmnas los
periódicos, de artículos de estadística, de ciencias, artes ó agricultura.
y á no s~r por la insercion de algunos bandos draconianos repeti-
damente publicados por las autoridades de provincias, verdaderos
procónsules que habían sustituido la m9gistratura con los consejos
de guerra que entendían eft toda clase de delitos. nadie hubiese jui-
gado que Espafta se hallaba en profunda agitacioD, sobrexcitada y
expuesta á gravisimos trastornos.


OIózaga, Fernaudez de los Rios, Aguirre, Castelar, el. general
Contreras, los exredactores de );:. Iheria y muchas otras personas,
eran citados por pregones como criminales; y el terror, el terror
blanco ejereia presion sobre todas las clases para arrancar al con-
tribuyente hasta el último óbolo. ¡Pobre y desgraeiado país entre-
gado á gentes mercenarias que se hacillo satélites de una reina pros·
tituida y fanática!


11.


Concluido el viaje de la corte al propio tiempo que se dictaban
los decretos y se convocaba á los electores para renovar los ayun-
tamientos y diputaciones, llegaban á las costas los vencedores del
Callao donde eran recibidos con grandes festejos y se ponia término
al camino de hierro de Portugal, eslabon de enlace civilizador entre'
las dos partes de la peninsula que preparaba la unidad entre her-
manos.


Este fausto suceso que debia llevar Ja confianza 'Y la alegria á to-
das las comarcas vino á dar ocasioD para sucesos tristfsimos, porque
invitada Isabel por la corte portuguesa á visitar las riberas del Tajo
en su confluencia con el mar, se puso en marcha el 9 de diciembre
acorpparíada de los ministros y altos funcionarios de palacio, incluso
el padre Claret, indispensable personaje. en todas las ceremonias. Y
como si la familia .Borbónica llevase por doquiera bajo sus plantas
la desolacion, y semejante al caballo de Atila lo agostase todo bajo
ellas, aquel viaje que debía producir solo venturas, fúé sefialado con
terribles y amargas consecuencias para muchos pueblos de la Man-
cha. Uoa inmensa multitud atraida á la linea por la novedad del
suceso, mas que por el carifio que pudiera profesar á la familia de





. 1090 HISTORIA DEL REiNAD/)
BorboD, esperaha en las diversas estaciones y en la de Daimiel era
tanta que apii'iados los concurrentes, al llegar la máquina explora-
dora que precedía algunos minutos al tren real, y caminaba con gran
velocidad, no tuvieron tiempo de retirarse de la via y fueton arro-
llados y aplastados resultando una poreion de muertos y heridos en
número de mas de setenta sin contar las caidas y atropellos que la
confusion y el pánico produjeron. Daimiel ,recordará sin duda con


. horror ese terrible dia aun cuando reconozca las grandes ventajas
que para la circulacion ofrecen los nuevos caminos; y asociará el
nombre de Isabel á esas desgracias si bien sus obligados aduladores
hablaron mucho de su magnanimidad y de su munificenc.ia.


La verdad es que para apartar de la via los cadáveres y los be-
ridos se empleó una actividad pasmosa, que se hizo uso de la fuerza
armada para despejar, que cuando llegó la augusta viajera, todos
sonreian en torno de ella mientras centenares de familias lloraban
la desgracia de sus deudos y las victimas se retorcian en el lecho del
dolor ó yacian haeinadas en un rilicon de la estaciono


Isabel pasó sin detenerse, las numerosas v(climas quedaron sin
amparo, y si bien en cierto modo se atendió á los beridos, no debe
darse crédito á los documentos oficiales que exageraron como babi -
tualmente lo hacen, las pruebas de carillo y compasion que la reina
babia dado en este acontecimiento. Acaso no la hicieron comprender
y no llegara á su noticia la horrible catástrofe; pero si tuvo de ella
aviso, solo ese acto, el de continuar su viaje tranquila dejandoafli-
gidos á tantos desgraciados, seria irrecusable testimonio de que al-
bergaba un corazon indigno. Y si se la ocultaron las desgracias que
debió mas adelante saber, ¿cómo no castigó severamente á los que
la presentaban como un modelo de estúpida crueldad ante las gentes
honradas?


111.


Aquel gobierno proseguia adelante su óbra sin cuidarse para nada
del pais; y ast marchaba con dessmbarazo en su tarea; habia ga-
nado sin disputa las elecciones de ayuntamientos y diputaciones pro-
vinciales, extendia por todas partes aquella fatal red de la centraJi-
ncion, y se creia siD duda duei'io 'del pais porque habia diezmado
las filas de sus adversarios, porque los babia alejado de la patria
en número de muchos miI:ares, porqueahogaba su voz y mantenia






DEL ULTIMO BIJRBON DE ESPAÑA. 1091
la conciencia pública oprimida por la ley del sable, por medio de la
s!lspicacia de sus esbirros que poblaban las cárceles de desgraciados,
y los presidios y las posesiones de Ultramar con numerosas víc-
timas.


Aquel gobierno se llamaba conservador y habia destruido toda
legislacion vigente; se llamaba constitucional, y no re~petaba uno
solo de los articulos fundamentales de la ley que pocos afios antes
el mismo duque de Valencia habia becho votar en cortes por los ele-
mentos Dloderados. .


Era, pues, aquella situaciQn, una situacion de fuerza eminente-
mente revolucionaria bajo cualquier punto de vista que se la consi-
derase. Isabel de Borbon que representaba todas las tradiciones de
la familia, que proseguia en medio de sus crápulas y de sus orgias
la política de la: corte de Oriate, que tenia á su lado al infante don
Sebastian, antiguo general en jefe de los carlistas y representante
de los mas obcecados, que babia introducido en el ejército á todos
los servidores de su tio, que servia complaciente al clero, llevando
en su séquito las monjas milagreras y los inmundos frailes, sonreía
ya al aspecto de las cosas públicas y gozaba. prematuramente'en su
triunfo que nadie hA disputaba en verdad.


IV.


Pero si el ministerio habia olvidado á las Cortes, la prensa que
representaba ]a oposicion legal y parll)mentaria, que vívia esa. vida
agonizante en que faltando el aire respirable se halla apenas la fuer-
za necesaria para acudir á la garganta á evitar la asfixia, la prensa
vicalvarista y algunos de los periódicos moderados que aventuraban
alguna vez quejas simuladas, 'venia á protestar en ciertos momentos
en las cuestiones secundarias, reclamando que se abriera de nuevo
el palenque de la discusion y cesase el periodo d~ la arbitrariedad.


Iban á cumplir seis mes.es desde que el partido moderado suplan ..
tó en el poder á los vicalvaristas que habian triufado de )a revolu-
cion, y el gobierno aparecía dispuesto á seguir eludiendo las prácti-
cas parlamentarias y las disposiciones del código fundamental, bien


. avenido con aquel sistema en que nada se oponia á su marcha, en
que se babia logrado el silencio de las oposiciones y por consiguiente
la unanimidad de los pareceres.




t09~
Espafia vivia en el régimen de la peor' de las dictaduras; y si


esceptuamos los últimos afios del gobierno de Fernando, jamás he-
mos conocido durant/] medio siglo época alguna en que se haya
ejercitado con mas dureza el sistemaabsolulo. No era uno, es ver-
dad, el déspota, era una multitud de procónsules que en el órden
gerárquico establecido agobiaban al pueblo con sus capricbos y sus
infamias,


v.


No existia entonces para los diputados la inviolabilidad; y el go·
bierno se habia olvidado hasta tal punto de las Cortes, que habian
pasado muchos dias despues del regreso de la corte á Madrid y no
se habia ~jgnado aun siquiera declarar cerrada la ~egislatura que
suspendió al presentarse en las Cortes á formular su lacónico pro-
grama. ,


Gonzalez Bravo en su célebre circular anunciaba á los goberna-
dores qu~ se iba á poner toja la mano en la llaga, habitl conseguido
hallar dignos funcionarios, y en el órden militar todos los generales
moderados rivalizaban por hacerse dignos de la confianza de su so-
berana.


Novaliches, el que aspiraba á la jefatura de) partido moderado
constitucionallse habia resignado á ejercer el ca.rgo de ayo del Puig-
moltejo y sallaba como sus amigos en medio de aquella gran eatás-
trofeo Y el conde de Cheste, el célebre académico apenas se permi-
tia corregir sus estrofas del Dante en los momentos en que el órden
público no le robaba el sueilo.


Los hombres honrados podian vivir ya' tranquilos porque los con-
sejos de guerra perseguían el hurto, el robo, el contrabando, el
asesinato, y era una delicia ver como se simplificaban los códigos
sujetando la vagancia y la embriaguez acciden tal al rallo de los
consejos de guerra.


VI.


Hubiera parecido una novela maravillosa la relacion de aquellos
sucesos si los que vivian en la época no' hubieran sufrido todos los




DEL LL1'1~1O llORllO.ii CE ESPAÑA. 1093
efeclos del régimen del terror mas borrendo. Parecía presagiar ya
tan inaudita ferocidad las convulsiones inconscientes de la agonia,
esos movimientos que se ejecutan cuando la razon per\urbada crea
en torno nuestro fantasmas y apariciones, vestiglos y visiones.


La nilla Isabel se habia hecbo m~er, babia visto levantarse
UDa nueva generacion en su familia y su eorazon corrompido y
gastado se hallaba tan endurecido que ni lágrimas ni súplicas, ni
los peligros de que mocbos le habian hablado servían á detenerla
en el eamino emprendido. Gonzalez Bravo ]a babia ReOID panado en
108 primeros instantes de su reinado presentando numerosas victi-
mas á aquel.espiritu rencoroso y vengativo; GODzalez Bravo un
cuarto de siglo des pues la indicaba tambien el camino de las ven-
ganzas para castigar á un pueblo que en 185.t habia respetado su
desgracia y se habia contenido ante sus degradantes y cobardes hu-
millaciones.


Los amorlos de la nina, que podían pasar en el albor de la vida
como un extravfo del momento, se manifestabaD en todas las formas,
y aquella mujer confesaba sus adulterios exhibiendo sin pudor sus
numerosos amantes ante las gentes escandalizadas. Desde el mi-
nistro bonito, pasando por una série de músicos y danzantes, ha-
bia llegado á fijar su atencion en los Tenorios y Marforis; y habia
gen tes de honrada prosapia que se llamaban caballeros, que se de-
cian nobles y presenciaban tales escándalos, y servian de agentes
en todas aq"uellas intrigas, y se bacian cómplices en todos aquellos
devaneos, y flamaban á aquella mujer magnánima, y suponianla
represent8cion digoa de lo que llamaban UDa institucion sagrada, y
ametrallaban al pueblo eo nombre de la moralidad, en nombre del
órden, profanando ·Ia justicia y el derecho, degollando á la multitud
con cinica feroeidad y horrible sangre fria.


Tovo IU,




·'; l'


, ,
. ~ ,


SUMARIO.


5uspension de las corte~.-Pl'etimbulo del decl'cto.-Exp05icion de los diputados á la
reina.-:-Prohíbela el gobierno.-Indignft conJucta del conde de Cheste.-Allana-
mituto del palacio del congreso.-Prision de personajes importantes. -Su de~­
tierro á Cana ria~.


1.


Undia, el 30 de diciembre, apareció por fin en la Gaceta un do-
cumento notable. En él se declaraban disueltas las cortes, y el go-
t«erno, en la exposicion que preeedia al decreto, daba cuenta de 108
motivos que le impelian á hacer uso legitimo y proveohoso de las
facultades que competian al trono segun el articulo !6 de la Cons-
titucioD. único que se dignaba citar despnes de haber violado é in-
fringido sistemáticamente todas las garantías eñ aquel código oon-
signada8.


« E~ preciso, decia en ese documento, disolver la actual cámara
de diputados, y qu~ el rein{t elija nuevos representantes; pero tamo
bien lo es que al publicarse la nueva convocatoria sepa la Dacion
que el momento en que esta se le dirige no es de los que pueden
ser mirados como comunes, sino que por el contrario de aquellos
otros, bien peligrosos por cierto, que nadie puede menos de consi-
derar como una escepcion y muy critica en el movimiento vital de
las naciones.




V~l, ULT1MOilOi~8!}r, Dg hSl'A~A, 1095
G. Los fundamentos esencialos de la sociedad política á que perte 4


necemos han sido crudamente yeon sin igual audacia atacados ..•.•
La experiencia de repetidos ensayos y pruebas durante el curso nada
corto de treinta y tres anos de crueles vicisitudes y revueltas inefi-
caces, ·nos descubre, en medio de las mas extrJfías é imprevistas ca-
tástrofes un hecho primordial que á nadie es dado desconocer. La
constitueion interna y real de esta anligua naciOD no está del todo
de &cuer~o con la. interprelacion que en· no pocos casos se ha dadO'
a las leyes políticas hechas y promulgadas durante sus mas varias
y mas ó menos permanentes dominaciones por los diferentes par-
tidos que DOS dividen y destrozan.»


Estas escandalosas aseveraciones de lús ministros y (as acusacio-
nes que dirigian á los partiJos debian naturalmente conducirles á
poner en evidencia su propósito.


11.


Proseguia así el ministerio:
«Los consejeros responsables de V. M. juzgan que esta es UDa de


hrs ocasiones mas propicias que darse puedan para establecer la in·
dis~ensable relacion, la necesaria armonla entre los elementos ver-
daderamente constitutivos de la nacioD, y el recto desarrollo da la
ley"fundamental del Estado cuya integridad y permanencia nos pro.,.
ponemos conservar escrupulosameotp.. La iniciativa para realizar
este pensamiento corresponde á la institucion que en V. M. se per-
sonifica, inslitucion cuya fuerza y ouyo arraigo en el s'Intlmiento y
en la voluntad de los pueblos ban sobrevivido á toddS las c:>Dvul-
sionesy dºminado lodas las amenazas. De esperar es, atendIdo el
verdadero espiritu de las poblaciones, que el nuevo cuerpo colegis-
lador responda vigorosamente á aquella iniciati va corrigiendo yen-
meDdan~o en el modo con que en varios casos ha sido contenida y
aplicad:l.la Constitucion todo lo que se oponga al logro de nuestro,
propósito. Bora es yade que los espanoles sean gobernados segun
elespiritu de su historia y la ind()le da los sentimientos que c(}~s­
tUuyen su genial carácter; tiempo es ya de volver su fuerza, su
indepepdiel)~, aQeion ,su alc~nc~. prQpi() y:su respetabilidad á 1as
prerogativas,del go.biofno; preciso eB:d,e tollo, punto que las eootro-:
vHsias parlamentarias se eQoiernm en los Umites dtl la~ fa(~uHades




1096 HI~TORIA DEL RlLlNADO
de que las corles deben estar doladas y que no pueden en caso al·
guno traspasar, como en muchas ocasiones por desgracia ha suce-
dido, las fronteras de la justicia general ni las exigencias de la cor-
tesia y del decoro.


»Que Espalla sea 'lo que es y nadie niega, un pueblo católico y
monárquico pertl1neeiente á la gran familia europea. Que el gobier-
no figure y funcione, eomo la primera fuerza polftiea del pais y go-
bierne y administre eon energia y potente eficacia. Que las cortes
representen eon fidelidad á los pueblos, que legislen. que juzguAn
da los actos del poder y de todo euanto sea de su natural compe-
tencia en una monarquía por la fuerza moral del espiritu que domi-
ne en la mayor parte de sus miembros, DO por el de las opinioDes
que, seguD la estructura de los reglamentos aetuales de UDa y otra
cámara, hoy prevalece. Que la fuerza armada apartándose de las
contieodas'politicas guarde ~l depósito de poder que le cODfia la pa-
tria eon la limpia lealtad y la áuslera virtud que no en pocos lances
y Qonflictos enalteció el nombre de nuestros valientes soldados de
mar y. tierra. Que la autoridad y la ley, en fin, reinen sobre todo y
sean respetadas y obedecidas por todos SiD escepcioD de personas
ni gerarqnfas. Cuaildo por la puntual y bien entendida ejecucion de
la ley fundamental del reino se establezca UD régimen dotado de
estas condiciones ingenuas y vigorosas, llegará el momento en que
pueda ser considerada aquella como verdaderamente constitucional
y representativa.» ..


IU.


No era posible hablar con mas orgulloso desden de las ins~itu­
ciones liberales, del parlamento, de los que llamaban elegidos del
pueblo; no podía proclamarse COD mas arrogancia el absi)lutismo;
y aquel reto arrojado á la frente de la revolucion, euando tao mor ...
talmente se perseguía á los hombres de los partidos populares,
merecia un severo castigo, llamaba evidentemente el rayo de lac6-
lera popular, debia siD duda alguna traer sus naturales conse-
ouencias.


Pero si en ese documento mostraba e! gabinete su audaeia, si en
lo destemplado del lenguaje se podia ver la obra demagógica de los
partidarios del órden 1 debemos decir que los actos que habian pre-




DEL ULTUliJ BORBON DE IS1>AÑA'. t 097
cedido á la pubJicacion del documento, eran mas significativos to-
davía, mas graves y mas terribles las consecuencias para el parla-
mentarismo y para la monarquia.


COD arreglo á la constitucion no podia estar suspensa indefini-
damente la legislatura, y antes de fin de· al10 debía abrirse otra
Dueva Ó disolverse las cortes.' Las indicaciones de la prensa acerca
de este particular, habian sido desatendidas; babiaose puesto eD
agilacion los diputados y seoadores, y el ministerio no se compro-
metía á nada, manifestando por medio de sus periódicos que ya se
ocuparia de eSle asuoto el ministerio. Era tanto mas grave esta
conducta, cuanto que en virtud de las facultades discrecionales por
la suspeosioD de garanUas, se babia arrogado la atribucion de le-
gislador y perseguia sio tregua ni descanso á los ciudadanos, fal-
taodo, como hemos dicho á toda ley y sustftuyendo con la orde-
Danza á la cODstitucion y á todos los códigos. Queria prepararse
tambien á la lucba 'electoral para continuar COD apoyo de los cuer-
pos colegisladores aquella ridicula farsa de gobierno representativo,
y prolongaba por eso aquel estado de cosas basta baber arreglado
, su gusto las circuoscripciones y las listas electorales.


Babia comprendido la oposicion este juego y se reunian 101 hom-
bres importantes de la ·Union liberal, procurando los medios de
congregarse segun opioion de alguoos, por derecho propio si el
gobierno previamente no les citaba luego que bubiese terminado el
afto, y se viese quebraotado en este articulo el código fundamental.


tos dias iban transcurriendo y se decidieron por fin los dipu-
tados á firmar una exposicion á la reina, en que con energia y dig-
Dida-d protestaban cootra el desacato, procurando obligar al gobier-
no á que reuniese las cortes. Depositada esa exposicion en el con-
greso. hablanla firmado senadores y diputados hasta el número de
tU, y eo la noche del !7 de diciembre fueroo recogidos todos los
periódicos, incluso La Epoca, que iosertaban ó comentaban el acuer-
do de los legisladores. Este acto mustraba perfectamente que el
gobierno se hallaba decidido á arrostrarlo toJo; y efectivamente,
con una desenvoltura propia de aquellas geotes quedó aotorizado
el capilan general de Madrid á impedir, aquella ~anifestacion, á
perseguir y encarcelar á los que se atreviesen á firmar ó tratasen
de llevar á palacio aquel documento.




..


1098 'Ubl'ORIA ¡i.PL lUíJNAHU
.'. "


IV.


A Ias.ll decsa mi$ma noche~el condede .. Chestt·~,dislr8zad(tfy
ocultando. el·rpstroó acaso . para qu.e ;DO se. descubritna en el; polb
zonle alcapitan general,' se presentaba por la~~caJle ·del ;IJorio, en
la portería del. congreso ,preg;un taodo á la porte.ra y; .despU6S1áJos
ugif3res quíent6Dia .una expoaieion que se firmaba dlrlgida,á..la r6i~
na.,Nadiedió,razon,en aquel instante del documenlo q,ue;se ·Rtldia~
pero.mientras el· capilan ,general á ,el a~ote de policía. iba á buscar
II soscómpllces ,y compañeros. lIegaroo con la e~posicio.b el ;señor
Salazary MazaJ'fedo y otro diputado; prdsentándose.6fl ,t¡eguida COD
agentes· que rodearoo eledificio Jas autoridades civá!:}! militllr. $,


Despues de Jlu~vaspregulitas á:l~ porteros,. ambas ,auroridades
comenzaron á pasear por los oorredores que .están freote á la $acre-
taria, decididos á consumar el mas inicuo· aleudado que so haya
perpetrado nunca cODtra Ja soberania' de las cortes.


El oficial mayor deJa secretaria acertó á salir de la oficina. en el
momtloto en que el eapitan gtmeral se paseaba por . delante de la
puerta, y al encontrarse frente á freote, el conde de Cbeste que
crda hallarse en sudomioiofeudal delante de a1guQ siervo; pusO'
aleve la mano sobre aquel bomL're, quitáDdoleel sombrero y apos-:
trofándole COD estas palabras: ~N'} Silbe usted que está delante del
capitan general~-Se que estoy delante de la rmerta de micasa.-
Esta casa es de la nacioo, DOS hallaroosen estado de sitio y pued9'
hacerle á uste.d fusiLar, unadió el capitaogeoeral, recogieodo el
som.brero del sU.elo y tirándole con rahia otra vez .. ~l gQber>Dad()r,
llegó en aquel momento y manifestó áleapitao gtlDeralqué babia
cometidouua imprudencia, confesando el lUismo Pt~zu('laque DO ha;
biapodidocOD tenerse., ..


RegistráhaD5ft en tanto los cuartos, salones.y corredor.es lodos de
la casa Molama yr¡r ,escrUOll iQsidad siuoaber; hgt(ldo;,. encontrar á
lósdiputados qy:ese . b~'lahaD ;escoudidOS, oí la: exposicioo· que
áquellostenian; .eo¡¡\l.,ppder, ,llpesar de lilS awenaK8$ ,~i(igida5 á
lospurteros 'y ugier.es ... ~' 'l'" ".: , ..


Despues de este allanamiento del palacio. dedQs"r.eprese.otantes
del pueblo, des pues de esta. incalificable locura, la fuerza armada
ocupó todas las puertas) cerrando muchas habitaciones y retirán-


"




DEL ULTDIO BORBJN D¡;: íiSPA:~A. 1099
dosa el conde de Cheste y Marfori. Entonces comenzó el apuro para
hacer sa1ír á los diputados que se hallaban allí como presos, porque
los centinelas tenian órden de no dejar pasar á nadie, y solo fin-
giéndose comadrones lograron escapar de la ratonera.


-' "


. Al si'guiente dia 'cuando fue avisado Rios RosáS, en vió un pBflgo
de papel sellado eD blanco al atropellado oficial mayor para que
eslampara su fir!l18, y cuando el consejo de ministros seballabá
reunido 'se presentó 81U, denunciando la escanda10sa arbitrariedad,
el abuso de la fuerza, Ja violacion sangrienta del derecho .que los
que se llamaban defensores i!el órden y de la ley habían tometido.
Nada pudo obtener el afamado orador en medio de aquella turba de
llventureros; SiDO qUé en hl misma noeh~ sepres90tara un piquete
que prendió: y transportó á, l. San Francisco'al 'tmiyot ,dEl'; la ~bfa ~
tada. ' . '


Rios Rosas thba en la inmunidad del diputadtl, pero á las dos
de la madrugada, un comandante de la guarJia civil 60n inspecto-
res y diferentes agentes de órden público llamaba á su puerta; el
enérgico tribuno prohibió á sus criados que abriesen la puerta;' la
puerta cedió sin embargo á los repetidos golpes. Rios Rosas per-
manecía en su cama .. Habiéndole comunicado la órden que traian,
les manifestó que no podia levaotarse por hallarse enfermo. El co-
mandante dió parte al eapitan general de lo que, ocurria. La res-
nuesta fué terminante acomoañada de uoa camilla: .Condúzcanle
1 '


vivo ó muerto al cuartel de San Francisco.»
Entonces Rios Rosas se vistió, y habiendo llegado un coche que


habia mandado á buscar se dispuso á )a marcha. Un episodio 00-
rioso de esta escena debemos notar aquí: el que tantas veces habia
sido presidente de las cortes y ministro, mandó sacar algunas bo-
tellas de vino y bizcochos; el primero que se atrevió á Hevar alH la
mano fué un inspector de la ronda; Rios Rosas descargó un 'pulie-
tazo sobre aquel hombre, diciéndole: «El vino que bay el). mi oasa
es para las personas decentes, no para la hez de la sociedati.~




1100 ülSTOlUA (IEL RE1N!1l0


VI.


Al cuartel de San Francisco habían sido trasladados aquella mis·
ma noche Salaverria, Fernandez de la Boz y Berrera, diputados, y
el duque de la Torre, presidente del senado, escapando algunos á
las redes de la policfa que buscaba á la comision encargada de re ..
coger firmas, y que prendió al duque de la Torre por creer que era
encargado de Hevar á palacio la exposicion, atendidas sus antiguas
inftuencias.


Desde las prisiones militares salieron custodiados todos Jos presos
y fueron trasladados á Cádiz, donde accidentalmente se haJlaba el
mar borrascoso y era imposible 8U embarque. Avisose lt. Madrid, y
el gobierno decidió que lt. todo trance se biciesen al mar, uniendo la
barbarie lt. la mas tremenda arbitrariedad. El diputado Fernandez de
la Boz enfermó gravemente y quedó en Jeréz; pero los demás fueroo
llevados lt. Canarias.


ni; . ¡ .'




CAPITULO L Ci·


. SUMARIO.


Disuelve las cortes el gobierno.-Es~an(lnloso emprrstito Foult.-Parangon entre Ei'\-
p3iía y los Estados l'niJos.-Jlbta eXpi¡Lioll de la LlIion libei·al.-Couducta de
LHontpellsier .-Circular íllcalilicalJle del go!Jel'll¡.\l!ol' de Altllcría.


1.


A1uel golpe de estad'l, aquel vioJentn atllque á la legalidad, aque-
lla inícua vi·lencla, aqu~1 atrrvÍtlfl golpe aq1stf'do á la autoridad y
á la dlguluad parlamentaria, segunda ej¡dOll dd atl;ot,ido dt~ O Doo-
ne!l contra las cfHlstituycnteib; pero corregida y aumentada debia
causar por doqUlf'ra la íodlgoac\r,n, pnrqup. tJO se ralta itllpuoemente
á todas hls considera.ciones, no ¡;e vifllaD las le}es de una manera
tan indigna sin que resp¡nda á esa provocacion ;osensata la explo-
~¡jon del s .. ntirni"oto públIco.


Pues bien, el gobit-rno. d~!ipues ºe tantas va~i1acioDes y para
cohonestar y encu lIrir bast:l cíe: to pu:' to sus lksafueros, se decidió
á disolver las cortes, y, C(lma bCf!1')S visto, explicó los icarácteres
alarmantes de la situacíoD, arrojando sobre ks r~volucioparios la
responsabi!idad de lo", sucesos sin que esto has:ase á salvarle.


Este gravísimo acontecimiento pue~to que se babia invadido 'el
palacio d~de se confeccionan las Jales, desafu6rú que [l ¡aguo par-
tido podía lIe'g{\r tl cometer, venia á evhj"Dciar completamente que
el partido mcderado o:vidara por completo todo CURii lo tenia de Ii-


TOMO 1Ir. HO I




1 t O! DISTORIA DEL REINADO.
beral, y se unia servilmente á los planes de resfauracion borbónica
en el pleno de sus derechos absolutos; restauracion. imposible
porque el partido legitimista espaDol babia sucumbido en Vergara y
en todas sus tentativas posterioreshabia sufrido cruelesdesengalios.


11.


Exhausto de recursos el tesoro, á pesar de los anticipos de los
semestres, se vÍó obligado el ministro de Hacienda á entablar UDa


• negociacion con la casa Foult y Compañía, por valor de 97.500,000
reales, garantizándola con la emision de obJigacio::Jes pagaderas en
veiote anualidades y por billetes hipotecarios suscritos á la órden
de) Tesoro por los compradores de bienes nacionales.


Esta operacion, que dejaba al tesoro colocado en los mismos ábo-
gos, venia á ser onero~¡sima y privaba al gobierno para lo rutlno
de grandes recursos, comprometiéndole al pago de 8.150,000 fran-
cos anuales, caotidad qu~ gravaba con mucho el presupuesto y de-
bia embarazar la marcb!l regular de las operaciones rentísticas en
los próximos a6os; por Jo demás anunciada con mucha pompa por
los órga.nos ministeriales debia fracasar por completo.


En la parte rentística. cumo eo la parte polítit\3, iba pues em-
peorando la situacioD, y formaba hordb:e contraste en aquellos mo-
mentos )a conducta de aquel.as gentes, que se bu rlaban de los re-
presentantes del pueblo, cuaudo en lus Estados Unidos el presidente
Jhonson se presentaba ante el senado á responder de las acusacio-
nes, que se le dirigían.


Allí el poder ejecutivo, ob~diente á la soberanía popular, se
postraba resignado, era Ulla república fel!eral. q1le acababa la gra~
guerra hecha para emancipar seis mi.l9nes de esclavos negros, guerra
qUf~ babia ocaSIOnado grandes desastre3 y muchos mllt's de vícti-
mas; pero gu~rra, 8i fruetuosa plr su resultado inmediato, casi tan
fructuosa ~or su importancia co:uo leccion á los pueblos del viejo
mundo, pues les venia 11 ensenar como se forman grandes ejércitos,
como se vuelven á sus talleres. fit~a~ y profeSIOnes aquellos ge-
nerales Ó sQldados á quienes su patriotismo lleva en los días de pe-
ligro al combate. Asf muy en breve se reparan por la inmeosa pro-
duccion los perjuicios ca.usaJos, y la deuda. creada disminuye en
grandes proporcignes.




DEL ULTmO BORBO:-i DE ESPAÑA. 11 03
Aquí era una vif'ja y corNmpida monarquía, donde los háhitos


y las tra,iicione:J triunfJ.han sobre el derectr:) y la jl1stic\a: aqui por
eso el lro'1O preten·1ía impo1~r sucarri~b.;1 al pueblo, y se empe-
fiaba esa lu(~ba estú;)ida en que el pndt1f se dejab;i ir á terribles é
incalificables excesos, como los que en el anterior capítulo hemos
narrado.


. Iil.


La serie de las persecuciones era interminable: las camal'ma~ pa-
laciegas proseguían por lo demás sus intrigas, y el gobierno para
alejar al célebre favorito Tenorio, resolvió enviarle de enviado ex-
traordinario al extranjt>ro; mientras que se llenaban las columnas
del p3riódico oficial con nuevas citas.


y realmente, la actitud del partido realista, sus frecuentes intru-
siones antiparlamentarias, babian dado pretexto á la Uníon liberal
para intentar un lló1ne de efecto, prote:'taodo en favor de la CODS-
tHucion: esto habia dado ocasion á Pezuela para mostrar sus ins-
tintos. Narvaez y sus eol~'gas habían aMotado la responsabilidad
del suceso, y las prisiones de los presidentes de los r.uerprls colegis-
Jadores,-:>,se atentado exdusinmente obra del ml)d·'rantisrno que
renunciaba á sus titulos constitucionales, para ponerse á remolque
de las camarillas y obedecer ciegamente los regios caprichos,-
imponían al unionismo, una conducta revolucionaria, si hábiles
querían salvar el principio constituciooal y rehabilitarse en la opi ...
nion.


IV.


Pero ¿DO eran ellos neaso los que habían pedido las autorizacio-
nes para legislar sobre las bastls de todo nuestro sistema restístico?
¿No eran O'DllnnelJ, Posada Herrera, el mismo Serrano y Rios Ro-
sas'los que lucbaron contra la insurreccíon de junio, los que ver-
tieron á torrentes fa sangre, fusilando á centenares los prisioneros?
¿no eran solidariamente cómplices de Palacio los que ordenando,
aplaudiendo ó interviniendo en los asesinatos, pretendieron erigir el
terror en sistema de gobierno y crearon aquella dictadura que en-




11 04, mSTORIA DflL RrINADO
IODces h\s per8~gu:a imp1acablt? .. Pues su debf'r como hombres de
órdell y cooservadores, era re~ig[jar:,e y suirir las l'oDsecuencias.


No vallan mas él10s que muc!.J(lS milart's de eindadaoos. merced
á su iniciativa dictatorial arrancados de sus bogares y trasportados
á Filipinas Ó Fernando Póo, y era justu el miOlsterio Narvae~ mi-
diéndolos por el mismr! raSf;'ro, courundiéndok~s en el anate~a ya
que se oponían á la voluntad soberana que antes invocaron. Justa,
justi~¡ma expiadün aunqtic bsuficic::te de sus crímenes ht·rrerdlS!


Confundidos. pue~, anvra en la dt'sóracia víctimas y verdugos,
los generales vicalvaristils especialmt:nte, se propusieron jurar de
nuevo la caida de aquella monarquía que pocos meses antes defen-
dían á sangre y fuego; y probab¡emelite comenzaron en esos mo-
mentos los trabajos preliminares y primeros pasos de la insurrec-
CiOD militar que debiacambiar una dinasl!a, sustitu-yendo á Isabel
COD el d~que de Montpensier, Este conspiraba desde muchos arios
como hemu; visto, y en los prim;~ros dial! de diciembre, despues da
visitar á su cuiiaQ~, h,mian paitido para el extranjero los duques
de Montpensier, d~jaLdoen Stvliia los hijos. ¿Era esto por disenti-
mientos formale1<? ¿Se habia hef:ho p:1r su medio iDs;ouaciones á·
Isabel que esta natlla. rechazt\tht .Acaso el duque francés para pro-
bar un ¡ha su desinterés, qUiSO COfuO Crístilla aéoDsejar á su euña-
na; y véasE' como los progresistas se apoyaban en la madre, los
unionistas en Orleans y tGflas las ictrigas se cruzaban y destruiao,


_ matando tambien alt:?rnativamen te las t'l)¡)t:raozas de ciertos grupos
revolu,cioDari.os que tenia n un pié en la revolucion y otro en la le-
grilhdad, demandando el poder con amenazas.


v.


Los revolucionarios em;graffos se cnneentraban ya entretanto en
Francia. y desde los ú timos dli~s d~1 año, coincidiendo tambien con
e~M aroDlecimientns que rt~VI,laban la slfía de la dicl(ldlJra, hi-
rif'{'I!lo ya á los que cOClstituci' Dd!l1lenle eran ver,1aderospoderes
deDtro di I esfad .. , reanud<1bao sus trabajos preraráod'lse, puesto qu~
se vria ¡D1IIlDt'Dt!~ el golpe de estado que el gobierno de Narvaez no
se atrevIÓ á dar, lim:tá,orV,se á vio'ar la Consliludoo yatacando la
jnviolabilid~d é ülOlunlJades de los diputados y senadores, procu-
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DEL ULT1MO B0RBON DE ESPAÑA. 1105
rando atenuarlo en citlrto modo, disolviendo el parlamento al mis-
mo dia.


Claro es con todo que si reuia por entoncfsla gran responsa-
biMad de acabar con las fÓrmulas del sistema conslltuciona), ma.r-
chaba directamente al objeto ralseándole por completo, segun se
despreodia del documento que hemos. analizado, y de los trabajos
electorales que debian dar por tÍ! resultado Gna cámara de gentes
nuevas en su mayor parte, que un moderado. Víctor Cardenal, ca-
lificó gráficamente diciendo que era un tren de tercera, pues que-
daron diseminados lodos los hombres politícos y no pasaron las
eminencias, innecesarias á ]a verdad cuandQ solo se trataba de que


. votasen silenciosos Jo que la dictadura borbónica agonizante pro-
yectaba.


VI.


Si el confenidr¡ de la f\xposicion que precedía al decreto de diso-
lucioD, no hubiese re\'elado claramente los propfsibs ab"oJutistas
de la situacion los documentos oficiales, emaoarl{IS de las autorida-
ds~, y el empeño de mantener €n .. vigor la dictadura durar/te la lu-
cha elec~oral, lo hubieran twideociado. EIg()bernad¡;r dt~ A!mf'ria se
expresaha así al dirigirse á Jos ciudadanos e.n el prrío,.io electoral:


el He llegado á en tender que, algunas personas mal avenidas con
la situacion política actual, s~ agitan entre vosotros con repetidas
tentativas, buscando sufragios en su favor para la próxima eleceioo
á diputados á cortes, fatigando vuestra imaginaeioo, desviándoos
de vuestros deberes, impidiendo vuestra marcha franca y leal eo
apoyo del gobierno COD audaces y falsas promesas, y defraudando
I)or último vuestras legítimas esperanzas, que deben estar induda-
blemente fundadas en la imperiosa necesidad ~de Ja paz y grandes
economías que el actual gobierno de S. M. os ha proporcionado, f
proporcionará mas, por que ha comprendido perfectamente cuanto
interesa á los pueblos ese saludable sistema.
D~secbad el escepticismo ridículo de esos hombres ambiciosos


que intentan bacerüs perder vuestras creencias y vuestra justa con-
fianza en el gobil~rDo de S. M. pretendiendo llevaros engallados p~r
nn camillo tortuoso y difícil, para agruparos'á las banderas bajo




1106 ilJSTORlA DEL BEINiD!)
que militlm, cuyo }¡:m~a es el egoismo y la polftiea exclusiva de las


. peDalidad~s.
Los qu~ como vl}~otros sois arnantes de la reina coñl\ Isabel 11


(Q. D G) Y de sn benéfico g .• bieron, amigo., de la traoq'Jllidad,
de la reJigion de vuestros maynres y de los adelantoi en !'Idas los
ramos de la Administracion púh!ica, de beis eonocer el eogano eon
que encubiertamente quieren fascinaros, y obrar con 'a imparéiali-
d',d Y meditaeíon que m~reee un asunto tao grave, tao importante
como el deqne sa trata, para que po dais elegir acert8dament~ di ...
putados dignos de loda la confianza del gobierno, que uDidos com-
pleta é iotimameote al'mismo, afianeen para siempre la parda que
ya disfrutais y la defensa de los intereses generales y particulares,
á la vez que cootrib'jyan eficazmente á desarrollar en toda su ex-
tension 108 gérmenes de riqueza que el pueblo espan~l encierra.»


Que podriamos decir de ede incalificable escrito.




CAPITULO tLV!.


SUMARIO.


Persigue el gobierno los escritores públiMs.-Inicuo bando del grneral Pezuela.-Es-
candaloso proceso del general Sanz.-Contraste que presenta este con los poli-
~OO~ -


1.


Las eventualidades podiao de un momento á otro 'hacer surgir una
erisís profunda, porque las gentes honradas dentro del partido con-
servador preveían la calástrofe á poco que se prolongase aquella si·
tuacioa y se biciera visible el dañado propósittt del modt'rantislUo.


Eo ese periodo gemian ya enl-{)~ presidIOs los ~scrirorfs pó tHcos, y
eoo ocashn de las p~r¡ódícos cland~~stiQl)s La R.wo!ucion.EI Alerta,
y El Relám;Jogo rUeNO presos IDultltu1dtJ eiudadaiJos, ea tre ellos
Luis Dlanc, Galiego, Dlazquez y Fernandez ~entenciándi)les el eoo-
sr;;) Je guerra á Cadl:iD8 por dil'z y seis y veinte años, y á Miguel
Afedia!dea por oeultacion de armas á tres anos de cadena.


Los cODsej)s de guerra que funcionabln sin descanso imponien-
do rudas penas á 108 paisacos y soldado!!, sin perjuido de las ar-
bitrarias disrnsici90es del gohierno que siD (ormaci{Jo de causa pro-
seguia penetrando en los cuuteles y domicilios para poblar las po-
sesiones de Ultramar, se eocon traron en los últimos días del ano, el
!O ® diciembrein~ beoignos coa un general sometido á su ju-
risdiccion.




1108 ISTOIUA DBL JlIINADO


11.


Vamos & referir notando, auoque no por completo, las diferencias.
I..o~ presos á consecuencia de la. publieaeion de periódicos clandesti~
DOS II que ni)~ bemos ff3feridafueron maltratados plr II)S agdlltes en sus
propias ca-:as y ilevados ante el gobernador agarr.ltados; est~ se-
ftor despues de amenazarbs llegó á. abi)fetearlos faltando á toda
consideracil)Q y obteniendo por el ter ¡or confesiones escapadas á la
debilidad. Pero no basta esto.


El gelleral Pezuda, académico y todo, hizo pasear por lag calles
de Madrid los útiles dd imprenta e.lg¡dos en una casa; y la guardia
eivil ravaba entre ü:as atados como crimioille3 á los presuntosau-
tores del delIto: hizo aun mas; usurpando tambien las funciones le-
gislativas, entraodu en el terraDO de la arbitrariedad mas des:mfre-
nada se quiso m3strar cruel é iafame esbirro en el h'~cho comet:do
en las cortes; y sus humos feudales, como sefhr de h1rca y cnchi-


- lIo se reflejaron en un bando que embadurnó las esquinas de Ma-
drid, en el que imponia 13 peDa capital á Jos que interviniesen en
cualquier sentido escrib:endo, imprimíendo ó haciéDliose distribui-
dores de periódicos clandesUnos. iQué podia esperarse de autorida-
des semejantes y de los gobiernos que las sostenian en sus infa-
mias~ Para que servhn las .leyes en Espai'ía, si solo el capricho de
los m1n'iarin~s babia dí} servir de ntmua en los casos prácticos:
¿!lcas·) no era bastante ya.arrancar los ciudadanos á SU'i ju~ees pa-
ra juzgarlos militarmente que aun se pretenlJia modi{bar la ley,
ampliarla y hacer tan grande la penalidad que fuesen i.rr~parables
las injusticias comeli1as en los momentos en qU3 la pa!;ion tan fá-
cihnente extravia~ .


Otro nuevo padron !fe infamia para el borbonismo, borron igno·
miaioso para aquella' despiadada mujer que tantas víctimas sacri-
ficaba.


tit.


En frente de estos actos podemos colocar un faHo en extremo
curioso contra el general Sauz, que hallándose al frente del gobier-




Id.!. ULTI~\to HDUII¡ln lú; ESPA~Ü, 1109
1.10 Ja Fílipinas, filé separad;) parh ihHnhrar segundo cabo de las
isltlS_ en su reemplazo al general Solar.


El general Sanz desflUes de un procedimiento sumario como es
costumbre fué sentenciado, segun dejamos expu~sto, por delitos de
insubordioacioD, ofensas y calumnia al general Narvaez qlle era
entonces ministro de la guerra y presidente del consejo, á pasar un
. aiio en el castillo de Santa Bárbara. Consultado el Tribunal Supre-
mo la sentencia, hallola injustificada y leve, pero como estaba ya
ej~cutoriada solo pudo imponer penas á lós que compusieron el Con-
sejo encargándoles que en lo sucesivo se atuviesen al espíritu de
las ordp.nanzas para graduar con mas acierto la gravedad de las
faltas militares y corregirlas con justicia.


¿Qué habia dado ol'fgen al desacato del gene,ral éDcargado del
gobierno de Filipinas~ El genera! Solar, pariente de Narvaez, habia
autorizado con su firma, siendo I\lli autoridad, expedientes en que
resultaba eS.tafado el Tesoro espaDol por valor de unos ochenta mil
duros.


El general Sanz, al encargarse del mando, hizo examinar esos
expedientes, y descubierto el fraude, determinó Narvaez evitar el
compromiso de su pariente, que moralmente resultaba responsable
y depuso por esta ú otras causas al gobernador de Filipinas, reem-
plazindole por el mismo general Solar, que tomó posesion en se-
tiembre de 1866.


IV.


Apenas hllbo resignado el mando el general Sanz dirigió una carta
al presidente del consejo de ministros. A. ese documento se refiere el
fiscal del Tribunal de Guerra y Marina examinando el proceso y fallo
del consejo de Guerra, en el siguiente párrafo que trasladamos como -
muestra de los escándalos que manchaban el nombre espaiiol, ya sea
falso, ya verídico lo que la conciencia de los generales no les per-
mitió condenar rigorosamente escogiendo una pena arbitraria: «No
ha creido cílnvenien'te su autor respetar en )a autoridad á quien va
dirigido ninguno de los con'Ceptos con que puede ser considerado el
hombre: como persona privada, le advierte ser pariente del general
SoJar, á quien denuncia como autor del bochornoso crímen, con la
encubierta intencion que tan ofensiva y siniestra frase revela; como


TOllO 111




1110 HISTORIA DEL REINADO
jefe de un antiguo partido, respetable por ser partido legal, no
parece sino que pretende el general Sanz atribuir la responsabilidad
de nn hecho, que tuvo funesta celebridad y que juzgó ya el prime-
ro y mas alto tribunal de la nacíon, al partido entero, simbolizán-
dolo en su jefe para que le sirva de humillacioo; y como ministro
de S. M. con la triple investidura de presidente del consejo de mi-
nistros y capitan general del ejército, des pues del uso del sarcasma
en la comunicacion oficial, de darle gracias porsu relevo que ca-
lifica de premio y recompeOS"a á sus servicios, le dirige en la carta
la severa censura de baber cometido en él UDa doble injusticia,
faltando á grandes consideraciones; le ameDaza con afiliarse á un
partido que sin duda no está de acuerdo con el sistema de gobierno
del ministerio actual, y por último en las lineas con que termina
aquel documento, echa sobre el duque de Valencia ministro de la
Guerra, el borroO: mas negro que manchar pudiera l~ conducta, la
historia y la honra de persona alguna pública, al asegurar que se
ha repuesto de segundo cabo de Filipinas al general SoJar (cuya
firma, segun el general Sanz ha perjudicado al Estado en mas de
80,000 pesos) para que por este medio se pueda osourecer la gran
estafa hecha, 'y todo contra lo terminantemente mandado en las le-
yes de Indias y del Reino. De modo que habiendo repuesto el actual
ministro de la guerra al general Solar, el pensamiento que le ha,
guiado, el móvil de su resolucion, no ha sido otro que proporcio-
nar, facilitar á dicho general el medio de oscurecer la estafa, lo cual
clara y evidentemente significa en la opioion y concepto del maris-
cal de campo don José Laureano Sanz que e' senor ministro se ha
convertido en protector de un estafador. ID


v.


¡Horrible contraste y sobre todo escándalo indigno que contri-
buia á presentar deforme el espectáculo que daba Ja monarquía
borbónica á los pueblos, y que nos rebajaba ante la Europa deshon-
rándonos! ,


y aquella administracion ponia un freno la todas los manifesta-
ciones de la opinion para que permaneciese oculto el cáncer asque-
roso de la inmoralidad que todo lo corroia.


La tribuua, de donde se alejaba á los hom~res de energía para




DEL ULT1M.O BORBON DE ESPAÑA. {(((


\\ellM ~\ el)ll~teS() \\e llU\\\\a\\es, ~Set~\'r\a aC'il.S\) o.~ ban~ta a \íi\1.
multiples arbitrariedades y desafueros de la corte y de sus mi-
nistros~


¿Sabrían Jos futuros diputados vengar taatos ultrajes hi'chos á ía
dignidad del pueblo, castigar á los violadores· de la ley y poner coto
á la insaciable codicia de los déspotas que DOS vejaban?




'CAPiTULO CLVn·


SUMARIO.


La Umon liberal antidinástica en la oposicioll.-Crísis monetaria.-Nota de la Gaceta
en defensa de la reina.-Don Enrique es privado de sns honores. -Ley de órd@l1
púhlico,-Como ueIit:ia la vagancia .


.


Pronto, muy pronto iban á reuuirse los comicios, y, aunque su
fallo era por todos conocido, puesto que, además de hallarse. de-
sierta por parte de 103 partidos populares, el antiguo folletinista se
babia propuesto hacer las elecciones desde el ministerio de la go-
bernaeion, no se creia cm pero que se rebajasen hasta el punto qu~
se hizo las práctioas parlamentarias, ni que se influyese tan direc-
tamente sobre los electores para arrancar un triunfo vergonzoso.


Por lo demás, ya el 20 de febrero se dejó en libertad á Serrano
para que, desde las Baleares, pudiera pasar al extranjero; y en ese-
mismo dia decia El Español, órgano del ministerio de la Goberoa-
cion, refiriéndose al discurso de Napoleon en que se bablaba de Jas
buenas relaciones con Espana: aCreemos por esto descabellado el
plan que traen estos dias los emigrados espanoles entre manos. Se
trata nada menos que de una combinacion para dar el treno de Es-.
pana al rey de Bélgica que se anexionada á Francia. 1. .. 0 que llama
la ateDcioD es que, siempre que los "icalvaristas caen del poder: se




[jEL UL'rnlO BORBONDE BSPANA. B1S
notan comosfntomas de querer dejar vacante el trono de Espana.
Otro tanto sucedió hace algun tiempo cuando se levantó la idea de
la union ibérica, que no ha desaparecido sino con el viaje de la
reina á Portugal..


Era en verdad el vicalvarismo, como todos los partidos, antidinás-
ti~o en la oposicion; pues eonociendo las veleidades de Isabel y el
poder de las camarillas, comprendian que DO era posible, aun cuan-
do se resignase á renunciar al propósito de ser absoluta, que se
practiéase el sistema constitucional bajo su reinado. Cambiando COD •
frecuencia 5US amantes, cada uno servia intereses de las pandillas
y ese era el único criterio para cambiar, hundir ólevantar minis-
tros, cuidando solo de que DO fuesen realmente liberales.


11.


Entre otros muchos agíos, las sociedades de crédito, los ferro-
carriles, el mismo Banco de Esparia habian venido siendo para los
gobiernos y para el pode(una miDa inagotable, de donde extraian
recursos los amigos y parciales de ]a administracion. A tal punto
habia llegado el escándalo, y era tan oportuna la ocasion electoral
para estrechar relaciones y premiar influencias ó servicios" que el
gobierno entró tambien en esta via, procu"rando satisfacer en apa-
riencia á los quejosos, cuando lo que pretendía era dar mas enlace
y consistencia á las relaciones que ya hacian dependientes las em-
presas de la voluntad gubernamental.


En esta gravísima cuestion era tal el desórden, que babiendo co-
menzado las líneas en el in terior, babia sido costos'simo el traspor-·
te del material, cuando habiendo empezado en los puertos se bubie·
se podido introducir por ellos á poca costa todo lo necesario á la
explotacion; y mientras se baltaban concluidas y en explotacioD.
muchas ]fneas secundarias, apenas se habían· inaugurado ·aquellas
que debían poner en comunicacion los centros productores con los
grandes mercados de consumo, y con lo's puertos de exportacion, ni
las que, dirigiéndose á las cuencas carboníferas de mayor riqueza,
ban de facilitar el trasporte de combustible abaratando su precio.


Todos esos gastos exborbitalltes venian á producir entonces UDa
perturbacion inmensa, porque habia llegado la bora de saldar y las
plazas comerciales carecían de numerari? y se veian agovjadas por




HU. .' HISTORIA i>EL REINADO
el aleeso del paPf31. Así que esta horrible crisis ála que tantos de- .
biao sus fortunas, arruinaba entQnces poblaciones enteras y au-
mentaba los odios entre aquellos que. veian levantados á banque-


. fOS á muchos antiguos especuladores, mientras que los hombres, de
buena fe,.quehabiail querido concurrir á fomrmtar la fiqueza del
pais gastando sus economfas t se veian al borde del abismo.


El moderantismo, los partidos medios, que, sucesivamente y á
titulo de constitucionales habian querido desde el poder trasformar
la vieja sociedad, desamortizando sin acierto, y creando, sin con-
sulta, pi estudio, aquella vasta oirculacion, las numerosas sociedades
de crédito, lograban solo enriquecerse individualmente; pero pre-
paraban un desengailo á la multitúd con esa febril agilacion que
debia traer la atonia de los desgraciados tiempos del despotismo.
¡Decepciones que habian de contribuir al descrédito del sistema
constitucional, y que los oscurantistas por su parte aprovechaban
para pon'er en relieve los vicios de Il)s que llamaban Iiberalistas!


111.


Un dia apareció en la Gacela un extrai10 documento en el que se
hallaban Jos siguientes párrafos:


»Recientemente y en algunos periódicos extranjeros se han pu-
blicado las mas odiosas diatribas, tan falsas como siempre, toman-
do como principal objeto la augusta seilora que ocupa el trono, y
su real familia; y ante tal .estado de cosas, el gobierno de Espana
no puede guardar un silencio que, si hasta abora ha sido la mas
significativa senal del profundo menGsprecio con que el país miraba
tan villanos medios, podria 1legar á interpretarse, al menos por las
gentes que son capaces de emplearlos, como una tolerancia inspi-
rada por el miedo ..


»Sabe V. E. qne llegados á esto extremo solo dos recursos po-
drian emplearse: permitir que los periódicos de nuestra patria en-
tablen una polémica defensiva, que seria difícil se mantuviese sin
llegar á la agresion que por nuestra parte condenamos, y cuyos ti-
ros no es posible prever hasta donde lIegarian, hacisndopresenciar
á Europa el mas indigno pugilato de calumnias y denuestos á que
la inteligencia humana se hubiese rebajado en ninguna época del
mundó; ó acudir á los tribunales del país en que los ~insultos mas




DEL ULTiMO BORBON DE ESPAÑA. 1115
soeces son posibles contra ulla dama, solo porque Dios ha colocado
eosu frente una corona que un pueblo ha mantenido con amor y
arrojo contra toda suerte de enemigos, y por ello inspira· tan insig-
ne odio á los que deseando destronar á la reina no se paran ante la
senora, la madre, ni la esposa.


«Para acudir á 108 trib.unales, que sin duda harían justicia,
cualesquiera que ellos fuesen, seria necesario mezclar en la acusa-
eion la personalidad augusta de nuestra soberana, el nombred~ la
nacion espanola, el de sus mas respetables varones y la represell-
facion del gobíerno: poniendo todo esto, segun los casos, enfrente
de un periodista que, por mal enterado, ·por interés de bander(a ó
tal vez por motivos menos dignos aUlj, extremaria en una defensa
sus calumnias y multiplicaría sus insultos, aumentaria sus dicterios
y concluiria por mofarse de una condenacion que, despues de ha-
berle servido para sns fines politicos, ó de otro género, solo le ha-
bria costado UN PUÑADO DE MONEDA, Ó UDa pena persoDal que, des-
de una oscura ó completa 'insignificancia, le colocaba, POR EL HECHO
DE HABER OSADO, en el rango de los hombres conocidos, siquiera fue·
se por el escándalo y aun para la reprobacion de las gentes honra·
das, que solo asi llegarian á tener noticia de su existencia. »


IV.


'Acaso Gonzalez Bravo acnsaba entonces á los mismos parientes
de Isabel, acaso Calonge tenia presente el tipo de Gonzalez Bravo,
su companero en el gabinete, cuando dirigia acusaciones tales á los
periodistas ó inspiradores de los periódicos extranjeros.


La prensa que habia atacado tan ardientemente á Isabel, descu-
briendo los secretos del interior de palacio, y nombrando los aman·
tes de la mujet de don Francisco, pudo seguramente agradecer al
ministerio Narvaez las medidas de represion que para mayor es-
cándalo en Europa venian adoptándose. Y los revolucionarios con-
taron desde entonces con la Gaceta oficial para propagar las noti-
cias que les conviniera.


La situaeion era muy grave, y callando Ó haciendo públicos los
trabajos hechos en el extranjero, la verdad es qne la causa de los
BorboDes perdia cada momento terreno, y el acto que comenzaba la




1116 HISTORIA DEI. REINAD')
lucha electoral no podía servir ni de paliativo á. la ierribltl cruza'
da, á la incesante agitacion.


Asi comenzaron las elecciones el día 10 de marzo, habiéndose
levantado el día anterior formulariamente el estado de sitio, puesto
que quedaba vigente la suspension de garantias con lo cual era in-
neoesario,y solo por lujo habia podido mantenerse.


El mismo dia en que comenzaba la farsa ridícula, insertaba la
Gacela otro documento declarando privado de su calidad de prínci-
pe, al hermano del rey consorte, Enrique de Borbon. No era la pri-
mera vez que esto acontecía como hemos ya visto; pero en aquellos
momentos significaba que el borbonismo habia perdido todo instin-
to de conservacioD, pues don Enrique como contrario, é Isabel
chocaban y escandalizabfin á las gentes, cada cual por su lado.


Por lo demás el conde de Cheste debió s~ntk hasta un punto tal
.que el estado de sitio desaparecil3ra, que hizo renuncia de su car-
go, abrumado por la execracion pública, que DO podia perdonar al
abofeteader de los diputados, al que pretendia fusilar á los escri-
tores.


Como si no bastase á sus propósitos la ya inveterada eostumbre
de legislar faltando á toda ley, y acercándose la apertura °de las
cortes, acontecimiento que dejaba sin efecto la suspeosion de ga-
ranUas, el previsor folletinista del Guirigay confeccionó una ley de
órden público que modificaba, corregia y adicionaba los articulos
del código civil. ¡Ataque horrib)e á las garantías del órden social
perpetrado por los que se llamaban sus defensoresl ¡Terrible rasgo
de audacia que indicaba perfectamente cuan te era desesperada la
situacion para aquellas gentes!


Dé aquf como definia Gonzalez Bravo la vagancia: «Es vago para
los efectos de la ley: 1.0 el que no tiene oficio ó protesíon, rentas,
sueldo, ocupacion ó medios licitos con que vivir. 2. 0 el que tenien-
do oficio, ejercicio, protesion ó industria, no trabaje habitualmente
en ellos y no se le conozcan otros medios licitos para adquirir su
subsistencia. 8. 0 El que con algun recurso, pero insuficiente para
subsistir, DO se dedique á ocupaciones licitas, y concurra ordína-




Bit ÚLTIMO BORRO N DI ISUÑA.. tt'17
riamente á casas de juego. de bebidas, de prostitueion, ó á parajes
sospechosos. i. o los que pudiendo no se dediquen á niDgun ofipio
ni industria y se ocupen habitualmente en mendigar.


v.


,Qué se puede alladi,r~~spues de esa ydefinicion para calificar la
ley de órden público, basada en' tan' arbitrarias disposiciones? Nada
absolutamente.


En cada articulo de esa ley podríamos baIlar oeasion, para pre-
sentar al gabinete Narvaez con todos sus verdaderos' caracteres de
miserable y opresor, y la historia no bailara extrallo el triste fin del
reinado de Isabel. Consultando ese acto las generaciones futuras S8
asombraran acaso de que no fuese mas pronto castigada la audacia
cinica de aquellos déspotas quel~~~endian borrar nuestra civiliza-
ciondegrad"n~9 ~ lo~ e~panoles por el ~ero capricho de satisf,c.,r


• • ~- • ",d ., l' ',.,', ',>< '1 ,


ambieiones; y ya que DO sabian ,er grao,d"s,pap,. imp.Qoer.e se de-
cidian á empequeJiecer á los otros, reduciendo 8.1 ilotismo á las
masas.


Por fortuDa tao criminales intentos debiao desbaratarse aote el
buen juicio del pueblo espallol, y esa ley, que no queremos ana-
Uzar, pero que merece exámeo detenido, no debia contribuir poco
á ::acelerar' la cai4a, de aquel odiade trono 4- .~ i»"''''' Jor.JjAcar
portan absurdos medios.


", " ;


TOllO IIl.


, '
.. )'.


. ~ -! ,. '. ¡ ..


,'L "


tU




SUMARIO.


Miraflorel es nombrado presidente de la alta cámara ,-Polémica entre el Petl.$amie'llto y
.' el Español.-Mtidismo del gobierno sobre el resultado de las elecciones.-Réplica


e del I»iparcial á la España.-Rehusa ~fadoz el cargQ de diputado por Barcelona .


.. ~, l· ; ..
. :"


;'IÁI! cortes; iball á, réullirse y'las ~JeccioDes habiandado solo siete
votos á la fraccioD Moyano, de oposicion moderada,' y quedabaD
nombrados cuatro unionistas, por manera que snponiendo incrus-
tados dentro de la gran ,mayoria de noveles é impoliticos diputados
á la fraccion de San Luis y á]a capitaneada por Nocedal, que ascen-
dia á diez y, siete dipu lados absoJu tistas puros, podia el gobierno al-
canzar la unanimidad en no pocas cuestiones. .


El marqués de Mirafbres fué designado para la presidencia del
alto cuerpo, y respecto á ese nombramiento se expresaba El &pa-
ñol en estos términos:


.Todoel mundo conoce los antecedentes de este personaje politico
y sus servicios en pro del trono, de 'la reiDa y de las instituciones re-
presentativas que han encontrado en él siempre un adalid incansa-
ble y coosecueote .•


Tales pala bras . en Jas columnas del &pañol pudieron parecer sos-
pecbosas al PMlQmilNto, yaun que el compaliero de Bravo Murillo,




Dlt ULTJ,)lO.,l\l.I)N:DJC BSPAÑA. 11~p,
eL autor • de 'as. illsac.ulaeii)OOs· ~o 'Aecesitélb~ la, apotéosis.. d,e l~s,al~;~,
solutislasestQsno.pudier~n.soportar,taJ~ elogio~. ,', " ..


Aquel BlÍsmo día iD&er~baE!,Pens(l!njen:to.estas,Hn~SlS:aespues de
copiarlo qlle lilli.fpañol decia: " '. . .'"


exA estos tUulos del serlor marqués de Miraflores que tan,aoreedQf
IehaceBám ojos. de,m·,Pspl1llo1,pe,ri~op ~gif~r~\" á W~~!di¡'
las, 'se$iQtes ~ sen,,40:, ~. Ja ;,p~ó;~t~a. J,eg4~k!tu~Jl, ;,~qb!~af R~d(<<lq
aliadia:d~l\t ·:pef~'H"i\tNl~ ~~'~lU ~mm~o;po~ ~es~t ~(\J,Ai~,.~
ralisQ\O del DueM 'pr~ID.,84 !~lJ@ fué(~!lJPjAA rPl'~~d~nte,~e~'RliD~r
terio que. mandó devolver las multas impuestas á La I~~,~,:eJJ.)a
parte correspondíen te á don Pedro Calvo AS~Dsiq~ , "


»Creemos .. por consiguiente, que no tales merecimientos libera-
les, SiDO otras razones de indole diversa. que respetamos aun sin
conocerlas, habrán movido al gobieroo de S. M. á conferir al seZior
marqués de Mlraflores la presidencia de la alta cámara.-
. " El ,gabinete era sospecboso .... rpeaa.r~ ~e J~OQ,Ip placeDci~ Para, con
los neos. . " ,. , ~.' ; .';. ~ :' ,~:


. '.~


11.


La in~encion de las 'anterieres lineas, DO: pasó de~aper~ibida pa~
ra El Bapaoo/, , que el siguiente dia 86 expresaba anastos términos
tan esplícitos como significativos: ,


• En efecto, tenemos empeilo por destacar, el liberalismo del seftor
marqués de MiraDores, puesto que viviendo como vivimos bajo UDa
situlcion fundada en los principios liberales" pos parece persona
muy digna de pre~idir.elsepa.do, laque pr~le,sa tales pr~cjpjos •


. »Que devolvió las multas::impu~tasáLa lbelja ~s verd~d, como
tambien lo es que esto fu9.un acto .de' .g6Der~$idad de nuestra au-
gustasobei'ana que recayó en una familia· huérfana. La' gloria de


. este recp.erdo ,sienta tan bien á El Pensamiento Espaiiol, dadas sus
condiciones de carácter, como 81 senor marqués de Miraflores la que
Je alcanza por sus ideas oonstituciollales ..


_Sobre'tas razones que cree El PenramientoqueAaya tenido el
,sobierno para este hecho, elperiódicoabsolul~ta.p~e.de. creer lo 'lue
telgapor.conV6nieote., ¡ _"". . ,':
" »Por lo;demás;.'uoacosa seDO~ olyjdódecir, ayer :en, honor del


marqués Ile Mir"tlore~;1 ,y8sl qJlecuando,d~raJl4elJ¡,glJtrra civil una




ti!b UlsToBlA '.n: 'lCiINAí)"o
parte de Ji¡ gráo'ctM8l'otras g«,ot& qUé'M eran dem grandeza es-


, taban en Ja8 filas cárlistas porque' C'teian que llenaD lasvell(edoras,
el actual presmente delSeh¡'~ $6 oofipabll en:ayudar á Sll soberafta,
contribuyendo , esta~lecer las instituciones qtl'e ,hM'¡an .6 ser base
de sutroDo.


*Uíla ébsanÓB~h*:, éS, ver A;!'t'P.~ilnto;ocuparsedeeita
eue~ti'ón enatido baytaíítas en ESpllDa yfueta: de Espalla qué debi.
absorver 'todas susfacúlt&d"s'6Qu~ria EI'P""'renlo quparapre-:
sidir nn du~rp~ parUlIneDttlrio \!le nombrtta UD _n&llligo ,del flrla-
ntei1 tansm'OY' ", ' ",


»¡Pues, no faltaba mas!,.


UL' ,
':" ..


Para jurgar con perfett~ conOciiniento da causa de Jas eleeciooes
que acababan de verificarse mientras se hallaban perseguidos Jos
Sf'Dores diputados Cánovas del Castillo, Saavedra Meneses, Suarez
Inclan, Navarro, Escario, Alarcon, Pinedo Mantilla, y otros muchos
confinados' diversos puntos, tomamos las siguientes frases de La
Epoca que, para las personas mas prúdentes y mas conservadoras,
revelaba perfectamente donde lJegaban los pérfidos manejosyJas
'arbitrariedades de aquel gobierno, si tal nombre merece una (llrba
de aventureros que, sin conciencia de ]a situacioD, ni de su propia
debilidad. 'préteÍ'ldián imponerse, al pais.


'Decia asf:
=Por consideraciones" de fnd01e diversa. u.ltemosab$tenidO' has ...


ta ahora de.todacoDsideracion sobre la última lucha,ele6toral,si~ndo
)a iDas fundámebfat:aetMas eUas la de sernO's desconocido o6eia\-
mente su resultado, toda vez que la Gacela ha permane~ido silen'"
ciosa aun despues deJos escrutinios generales, sin dar al público los
,nombres de 'JbS'elegidos 'ni fas', cifras de los votantes que pudieran
servir de6atoéxacto para apreciar la parte tomada por el pais 'para
la formacion del nuevo parlamentO'.
'»~l(verd8ltÍ qúeuD\peri6dico'mi'histerial de Cádiz, Bl Comercio, ha


'aseguradO' que mas'de 1'iO,OOOélectoresban'86udido álasllrna~
pero como loda asercioD fundada en los dichos aislados-,'4ie un 'pe-
riódico, podría tenerse por'llveotaradat DOI' .. bahl'íamonnantenido en
nuestro mesurado silencio, si dos de nuestros cotes .. , BJ IMparcial




DBL ULmtO BORÍlI)N IYEISPA.ftA. Ult
y La B6paña, no se bubiéran adetalltado á quebrantarle con tlpi..,
Diones quenogoardan en nrdad grande analogia entre si.


iDHablase entusiasmado La E6paña, que de algun tiempo II esta
parte ve las cosas del mas subido color de rosa, habíase enlusias-
mado~ repetimos, -con el espectáculo de las úHimas elecciones, en
las cuales (son sus :pahlbras)·sin 'e) ~8Umulo-de fa lucba., los eleeto-
re'sJse lmPpresentátloeo'ndmenHmtlsiderabJe -la: prestar n sufragio
t p~r todas'~a~tes:luíb aparecilo bombresde reeonocide valerdis.
pú'e~tos :á~8ostener 18 baoderii'ébtlserVídora.lt' " .


»Coriternphlndo este alegre'cuadro, un periódico recientemen.te-na-
cido á la publicidad, El fmparcial, oeúrresele fijarse en el ~xtr8lio
lenómen,o de que «unparlido Ó fraeoion polftica que en una eleceion
éonsigne la "ma1dtraL de los JSutragios 'el~ct(Jrates, llevando una frae-
cion poderosa á la cimara popular, se vea en otra eleceion priva"
por ~ompleto, ó' poeoJ'áenos, de represéntantes.


" .iJeJáquf resalfa "iJue de 11n allo á otro .algan leyes elaboradas COD
un erite\'iopolitied radieahnente distinto. Y de aqni (oma piéBllm"
pamal para preguntar' DO sin ; fundado" moti \'0:


»¡En q.né -consiste;que baya cambiado en tan breve tiempo la opi-
nion del cuerpo eJectéral lrastael 'punto ,de elegir representlfltes Ide
dos' polftidas opue3tas't


»Si}a opínion " eómervadora domina en el pais, ¡,eómo ba triun~
fado algun8vezporinmensa 'mayoría un partido avanzado?


»¡, y si la opioion avanzada domina, cÓmo ha triunfado otras ve-
ces tambien por inmensa mayoria el partido conservador?


»¡,Puede un pais cualquiera pasar sin resentirse en su bienestar
por Jsas alternativas electorales que" lue_go vienen á traducirjepor
un cambio l'0Utieo en la gobernácioD del Estado?


-Eleorolatm de que tan'frecuentesoseilaciones no pn~deA ser pro-
vechosas para él prestigio de "que todo el mundo, y con especialídad
las instituciones polfticas, debe estar revestido, no puede tener flleil
impugD8cion, y sin embargo, La España no ha'querido consentir
que tales ideas, vulgares por lo que corren en boca de todos, pasen
sin correctivo. La España encuentra una contestacion muy fácil á
"las preguntas de Rllmparcial, conocida la teoría del sistema repre-
sehtat{vo.


'GBl'iiuüs', dice, con el instinto de'Ja'propiaconsenaeion, apoya'"
los partidos ",CODstitucionales,8i~tÍtpre que fespondaB á las necesi-
dades der" mi)ménto.Citctíistaooi3'$\bayen ~Qe cOIt-viene la entrada




HU DISTO.IA .n~llBINA.DO,
en 'el poder de Jos fracciones avanzadas, 'J el ;pais vota~p_;s" fh ~o~
con la parte' del cuerpo- electoral 'que les es JIJaspropicj~~, Si~p'dq
menos frecuentes. las ocasiones en.queftJs paft'idos;~van~~~;q~e~p.l,le"';
dan ser úti,let, 'claro:es queda maYMS. ·del ~s.~.c.op~p~v;a~~~~
Estoscambi08 ,d&:poUtiGa; oo· Mr:judW&r."a'::-$~\~a,}~pr\~~~"Xq~
ontesllien sOI:Ha reaUzacioo, la ,pr_e,i~a.4esij, .. t89dav~;.,: ;';:\ ';'\1;
. '- »He aqui-Iasopuestos ()pioiones.deq'uestrosC9,legas",r~$peCl!>,.de
las ,'cuales Bajamos laeleccioD al b8enjulcio~e Duestrq~lectotes.
Solamen te nos perinitiremDs observar" que, si SGP neces~dl\ae$AeJ
momento las qae trata de satb;fac6~el. pais legat~~b1it.n40 .de,uo
alio para otro el color pol1tico de su&~Jegi~os, esas,naO,es~dade8 ~e:­
bao ser de -una índole singular, si nO$ $nemos,1Ú cOD'ra~ictorAQ. ,re:'!'
sultado de las elecciOtles deo186~~·oo.~86., d~,1865.,.y dtl18.~1;~~~
paradas por, tao breve, eapaeio: de ,tiempo •. 1'''>'';:' };~(.'\;:r< ~'~'';>,


»Otro periódico, miois.tel'~l tall,bien, se rrot.,l~slIlMl.s'~~~S~q
considerando que en eLpróximocongreso·babrá mas de!Q,O~pú­
tados'que por vez -primeta reciben ,ellla honrosa jpvestiduta" ~io.to­
ma que le parece muy favorable para la cohesiO;ll d61.cuerp~,{~~­
lativo. Dejando al tiempo elouidado de cQnteftar á nu~stro ~pti­
mista,oolega, aprovecharemos la. O~iOD para, decir con]a misma
franqueza y con la misma lealtad con que el periódico alud~do; op~­
na lo cootrario, ,que eso que él ensal_oomo un ,intoma.favorable,
oosotros estamos distantes de juzgarlo de la misma manera. Roho-
rabuenaque los representantes del pais se vayan ren.ovando; enho-
rabuena que las; elecciones genwales traigan al Parlamento su COQ-
tingente de fuerzas nuevas, 110 iateligenciu capaces de llevar á la
discusion de loS negocios públicos el senlimiento. y _.Ias ,i~IlS de IaIJ
sucesivas generaciones; pero el núcleo de,los partido&,lo~.~ooibres
eminentes, Jos que se han conquistado un nombre al servicio de su
pafs tienen UD derecho perfecto pararepreseotarle, y un legitimo ti-
tulo para sentarse en los bancos de los legisladores, tanlo que en
Inglaterra no s~ comprenderia.que sus notabilidades politlcas care ....
cieran de UD pueslo en las deliberaciones. del Parlamento.


»Respetamos las dotes de los distinguidos djputados nuevos. y ~
seguro'.queentteeHos se contarán vooes .,~locQen'es yeS&,Adisu..
apreciables; pero no perdamos de vista que los hombresp~'cticos..
avesados al despacho de: losnegQciosi.llos~-improvis~n_f y,qu~ ell08
prestaoun' servicio inmenso en 18sAsaJQb,~$Jegida,tiv8s"sobre 10:-
do en UD pais taD aficionado como Espafia-áreglamea'-rlo .odo.




DEL ULTIMO~OaBON D'I EUAÑA. UtS
)Si como cODsignaEl Imparcial; los electores alteran4e un alG


para otro la sigDlficacion politica de sus elegidos, respetaremos la
observacion de La España de que esto se hace para satisfacer ne-
cesidades del momento; pero no podremos menos de lamentar en
in:terés del pais y en interés de la continuidad que exigen los traba-
jos legislativos, que' baya un 'parla1lJeDtonnevo' ;todos,)osaflo't por-
que siendo cada uno compuesto de elementos contrarios al que le
precediera, tiene por necesidad que emplear un tiempo precioso
en reformar las leyes que apenas han tenido tiempo para empezar
á regir, consumiéndose en perpétuos trabajos constituyentes el tiem-
po que para mejorar la administracion, y para mejorar los servicios
públicos haria tanta falta .•


IV.


Belléjase como hemos visto, en esas lineas consagradas al elá-
men de la situacion del pais, por La Epoca, tomando en cuenta
otras opiniones de periódicos de distintos matices la actitud de los
partidos ó fracciones que aun se hallaban dentro de la legalidad y
que, despues de la larga serie de arbitrariedades en el campo gu-
bernamental, parecian volver á la vida pública, y puede obser-


.. varse tambien cuantos serian los desmanes cometidos en la lucha
electoral, que género de coacciones y de violencias, de cábalas y de
transacciones, de ofertas y de exigencias, serian precisas para al-
canzar semejantes resultados.




No queremos detenernos á enómerar detalladamente lo que el
gabinete Narvaez consiguió hacer dando muestras de las ¡nRuen-
cias gubernamentales sobre el campo electoral y evidenciando co-
mo puede corromperse y falsearse la opioion en estos gobiernos
centralizadores, monopolizadores, que DO se detienen·ante el escán-
dalo y que tomaD por divisa,reacClon ó muerte; pero haremos CODS-
tar nuevamente que durante ocho meses los periódicos solo dedica-
ban sus fondos á cuestiones puramente agricolas, á modas etc., etc.


La mujer que ocupaba el trono era por todos despreciada, por
muchos maldecida: los excesos y las venganzas á que se babia en-
tregado arrancaban cada dia sectarios al monarquismo, y en las
poblaciones mas ignoradas, en las aMeas, como en los grandes cen-
tros' se desenvolvía ya la idea republicana, quedando los tronos con




1 t!i IHITOalA. DIlo lt&UWlO
el anatema merecido ante la coneieDc~ d~los pueblos libres •


. Por una especie de refinamiento capricboso, el ministro que h.-
bia obtenido uDlanimeslo8 votos en todos Jos dtstritos, toleró y a~ ..
so excitó la Jos electores de Barcelona para que nombra~n á ~adoz.,
progresista, su represeotante:en. ~l Congreso. Este antiguo miQis,ro
rechuó el cargo dirigiendo llH 'carta lajas electores.


¡.;. -.


.:..




SUMARIO:


\bren.e las cortes.-Nombramiento de senadores.-Recojida. de periódicoi con la
nueva ley de imprenta.-Debate en el ~enlldo acerca la prision d81 duque de la
Torre.-Su poca importancia,


1. .


Por fin el dia 80 de marzo se reunieron los diputados para oir el
decreto de apertura, y fuese por el menosprecio Mn que las cortes
miraba ya todas las prácticas constitucionales, fuera porque no sa-
bia esplicar su conducta ni su posicion de una manera satisfactoria,
el caso es que no hubo discurso, y que comenzaron sus tareas los
diputados en medio de las vacilaciones y de' la perturbacion, ,que'
imponia,naturalmente una situacion anómala é indescifrable.


Parecia .como si el gobierno hubi~se temido la luz, parecía como
si marchando á la mas ominosa de las reacciones, le Caltara en el
momento critico la audacia de que tanto alarde venia baciendo.


Comenzaron los sin lomas del disgusto al tratarse del nombra-
miento de la presidencia. A una situaeion vergoDzantemente absolu-
tista Y. cínieamente faociosa contra las libertades y el progreso, Icor-
respondia en verdad como presidente de la cámara el mogigatócrata
Nocedal. Nadie como él podía representar las tenebrosas maquina-
ciones del clero y del borbonismo en su estupidez mas radical. Solo


lU




11'!6 HISTOIUA DEL RI(NADO
el antiguo progresista, el ex-miliciano, el ex-puritano, el ex-mo-
derado, aquel que proponía levantar en Manzanares)un monumen-
to para gloria imperecedera de la insurreccion vicalvarista, debia
presidir aquella cuadrilla de improvisados polHicos, mengua y es-
carnio de la España constitucional.


Pero el ministerio hallándose enfermo el duque de Valencia t tuvo
sin duda escrúpulos, halló inconveniencias, vió retll'jarse en frente
de sus miserables propósitos, a1}t{l~iza4a Y.l)&lente )a opinion :pú-
blica que demandaba un desagravio; consideró las cosas friamente,
midió sus fuerzas, hallóse frente á frente á la revolucion y no quiso
provocar el conflicto, porque veia surgir indudablemente su derrota
y su caida.


Por otrll parte la cuestion material lo preocupaba bastante. Ha-
bia conculcado todos los derechos, habia lanzado la calumnia, el
desprecio y las persecuciones contra personas que ocupaban altos
pue3tos en la política y en el ejército; contaba y recontaba sus
huestes y, no podía atraer, á muchos de los que se decian sus ami-
gos, á inaunir con; él en las respoDsaLiiidades qn6 podrían :ex1@ir-
sele, y temeroso del exito, á pesar de Jos anufilCil)S repeUaos' de' la
prensa-asalariada, se decidió por hacer una nueva hornada senato-
rial. "


11.


Bajo ta1eS' auspicios se rellnieto'n' amllos' cu~rpo~ édI~gisbtddretsi 1
la promocion senatorial venia de nuevo á' iDostral' cUan itii'Posible
lIegaJja á: ser para' el partido progresista loglilt' Ucce'go en la'B' te'gio..i
nes oficialeS', alltí dado el caso queaq'Uella reina asUstada de stt pto-
pia obra ret~ocediese en su carrera de p6rdicion~


No era con todo esto fácil; pues teniendo tJ. su lado' Hombres éOmo
Gonzalez Bravo, que, en su rapido movimiento' de retroceso; llega-
ba ya á los limites de la ioquisicioD. era' mas natural y lógico autil..:
lar todo lo existente y llegar á los felices tiempos d~ ,,Fernando con
sus conventos' y sus' borcas para los liberales'.


Hé aqui como se habia expresado el ministro'de li Gotiernaeio'n
en una reunÍon de la mayoría, mientras rech'azaba' y combatia 11'
candidatur'a de sU cuñado, Nocedal, cuya~' glorit\s queriat sin 'duda'
eclipsar: «Despnes de' las inolvidablés 'fecha'S' dar 8 d~! edetid l Y' Iti




DEL CLTIll$ POR_ DI ISP.1.ÑA. til1
de juóio, es preei@ estaWecer UIWl; linea divisoria entre )0 pasado y
lo actual, reuniendo al rede~r del trono, todas 168 elementos con ..
servadores religiosos, monárquicos y sociales para seguir dominan-
do el peligro que á fuerza de perseverancia, se ha logrado ven:"
cer.»


Era pues la situacion bien definida por' mas que con hipócritas
r~'~i~ioD~s wentale~. se' intentase baeer aparentar atra: y lantte-
v, ley da fmpfepJa que habia establecido sin ambages la previa
c~~qra y recogida, permitiendo optar por la deóullcia á los escri-
\ore$, regilA con tal rigor que, eo pocos 'días, habia sido r6tOgida
t~es veces La Politita, lo que daba derecko á susp6nderla, una El
lmp4rciq.,l, otra La Regener"cion y otra Las Provincias, oporaeioll
qu~ siJuió R'p,tiéQ4os$ á ~en1ido.


111.


Mi<!ntras ~~ elegia presidente en el congreso por 181 vttosá don·
Martín Belda, y vicepresidentes Valera, Soto, marqués de)a Mer-
ced, COfonado y Pla y Cé\ncela, se presentaba en el senado la pro-
posicion siguiente: oPedimos alsenado·se si,rva declarar que ha vis.-
~. co~, ~oru,nd,q. pes,ar el pr{)cedimiento de que ba sido objetOlsu dig-


• no anteriwi presidente el señor duque de la Torre.»
6Q~ué siSJ;lificaba ese lenguage y esa actitud de los vieaLvariStas~


¿<;ówQ 01), fU¡lldaQa~ su reclnmecioB¡ en la It!y fundamental dél Es-
ta,d.o!" eAq~rneeida, J ~Iadasrsus disposiciones con hábil 'desenlado
Pm' lOIS·hRmbras ~l mpdera~Qsmo? ¿Porqué; pwreoia'n lamentar 181
tle~raei~ Der~nal., los¡ agr~vips i~friooSt á, uo bOlllb1le euaiOoo el.
erhp.~Q, el ,a~p.qtªdpmmisteri81 iba mas aU~ cuand(): 61· escándalG'1
I~, a(~ ..,ar¡eq~d ba,\>i~n sid{) tales } taDí 61ecrables comO,heDi()s: vis-,
lO ~D las antef~ores pá¡io¡u?


Eso evid~Dtemftnte coqsistia eo que los hombres del unionismo
eran poco escrupulosos en estas materias, y mas bien habían da
sentir lo personal que lo que se referia al derecho, que lo que al
principio de justicia atacaba. El Btpañolaproveehaha esta cireUDS·
taDC~ia para dar un vigoroso golpe á J8 proposicion desautorizándo-
laam\\.l*llI\Ultitud, diaieooo, que ningnnlfl'perS9D& sensata· podía
~,wJ¡r.fqu9clmieA~~SI8~H)91ieaba la ley, á ciudadanu', que pertfne-
o¡an á la clase media ó baja de la sociedad, se' permities8'iofringiP




11!8 HISlORIA DEL REINA.DO.
Ú oponerse á las resoluciones de las autoridades, á personas encum-
bradas por su posicion social y política.


VI.


Por lo demás el debate se entabló en el senado, dijéronse sendas
y duras verdades; el duque de la Torre se presentó á' hacer la his-
toria de 108 atropellos con su persona cometidos, y 'el serior Ce.lde-
ron C.ollantes puso en ~rave aprieto al gobierno preguntándole si el
que en !! de junio habia combatid() tan enérgicamente, con tal
crueltlad y hasta en ciertos puntos con a'gonos ardides poco dignos,
, la revolucion podJa en los últimos· dias de dieiembre aparecer
eomo peligroso para el órdenpúblieo. Tambien el senador vicalva-


. rista hizo comprender que 108 diputados al hacer la exposicion y
Serrano al presentarla en palacio estaba en su perfecto derecho, lo
que no sucedia á la verdad con otras exposiciones de que la Ga-
cela venia cuajada, en que los regimientos, los escuadrones, los
ayuntamientos tambien y otras corporaciones orrecian al general
Narvsez sus servicios para todo, faltando á la ley que prohibe las
representaciones en cuerpo.


Citó el senador vicalvarista un caso análogo en que el duque de
Valencia se quejaba de los procedimientos empleados contra él por- .
que decia: aligado á todos los hombres politic~s, ya como capilao
general, ya como senador del reino haria traieion á su reina y á su
patria, 'J á su conciencia sino hubiese procurado, sino procurase
todavia apartar de V. M. Y de sus poeblos los males que cree ha
de seguirse de uo pensamiento que juzgo desacertado .• Referfase
Narvaez, en esas lineas á su d8itierro por haber aceptado la presi-
dencia de los comités organizados para impedir la realizacioD de los
proyectos de Bravo Morillo; y preguntaba Calderon Collaotes, si ese
lenguaje no hubiera sido calificado de ofensivo ála reina.


V.


El conde de Chesle que era capitau general de Madrid tomó oea-
SiOD de esas palabras del senador vicalvarista para proDuneiar las
liguientes:




DEL ÚLTIMO BORBON DE ISP.l~!. 1129
«El senado acaba de oir un paralelo entre )a condueta observada .


por otro gobierno con otro general de ejército y la seguida última-
mente con el senor duque de la Torre; .y como en ambas ocasiones
fui el instrumento de la reina, puedo decir que fueron las circuns-
tancias muy diferentes. Cuando fué expulsado de Espaiia e" sellor
duque de Valencia lo fué de un 'modo violento: yo me presenté en
su casa y de órden del gobierno le i~timé la de quedar detenido en
su palacio y se le mandó salir en el término de dos boras para el
extraDjero, para )0 cual se le puso una s~lIa de postas á su puer-
~


ta. En cuanto al senor duque de la Torre, esos inmundos oa-
labozos de que nos babIa el seftor Calderon CoUantes, fuerou el
cuarto del gobernador de las prisiones militares, bien alfombrado,
con ricos muebles y una chimenea bien encendida, y la persooa que
le arresló fué el mismo capilao general que le llevó al cuarto indi-
cado, sumamente cómodo y agradable. Confieso que pocas cosas
me han sido mas dolorosas que arrestar al senar general. Setran8,
mi amigo de veras, mi amigo de los campamentos; mas 'he cumpli-
do mis deberes sin ese acompaftamiento de circunstancias amargas
qoe daba á entender el sellor Calderon Collantes. El selior general
Serrano fué acompanado solo de mi en un coche sin que nadie pen-
sara en sujetarlo, para lo coal hubieran bastado dos soldados ar-
mados. El gobernador de las prisiones militares le acompanó hasta
)a estacion; el jefd de) distrito estuvo á sos órdenes, y coando estu-
vo aJl( recibió todas los honores debidos á su $Ita disnidad en la
milicia . .,


VI.


I.a discosion no tuvo la importancia que debia, y haremos cons-
tar antes de pasar adelante que, puesto que se iba á tratar de des-
manes y de arbitrariedades, del atropello cometido con los diputá-
dos y senadores, el senor Vaamonde dirigió al gobierno la pregunta
d~ si hallándose suspensas las garantlas constitucionales podiaa
emitir sus opiniones lo~ individuos de la oposicioD. Gonzalez Br.VQ
se permitió con este motivo entretener )a atencioD de laAsambr~ f
presentar á su \Fista que era preferil!.le vivir bajo el peso del terror,
¡ubernamental antes que encootrarse en la terrible alternativa da .
discutir en medio de las turbas y del tllmulto. Hizo eo~8tar el mi-




u,~o 1P~.rOJl~A. l'fL ~BmA.~9
Di~tFq 4~ ~a~fJ~¡~rnacipp,q]~e jlqp,~1 p1\n.ts~~~iQflp~ap,ia,iH~r;v~,ldo
el) .~, ,~~aR~~~i.qli.e~to ae 1:~ ~N' d~ ~i~~rª~~on~e Ij'.~r"ptí~~, puo,~~Il¡\~ 8'fR~'fH8 dJft~~1;? ~ I~~ qqe en J~ e!p~!~g~r,~ de) lF~~.n!~ H~y~~ap
co~t~'~t" §.jb?f'~~O r,1 p.l ~.Q~f ,d~ f~ v~~~~PZA' ~w>r~ ~ ',il i9ml~ijq~
Y S.~.1~ ,t~ffl~~ ~ys ~d~~.r~~rWf·
~.p, P.,~d9 qu~d~~ I??f'f~~q~ilq el ~eq~d,~F ~,on :1~f~,~IiGfciq~M ~~J ~,pistr.9. q~;~ f1~g~ á ~~~p,tfr l~,s p~J,~b~~p ,~e O' D,~p,!en .r~~p~¡cto


ála .f2i,it~(~¡~ 19s aip,ut~dos, 1 sepa,1?r~~ ~~~ ~H~ ri~¡~cP~o I~~ ~~tado
de ~H~$l, ~up~~,Ú~n~,~sl~ ,eil su~peDs~ la~ Sfr,,¡~tla,~ C?Jl~it\l~l~n,~", po,~~~~ tf,'l~r ,a~ ~.~e~tip91~s ~labris? ~e s~ ~p,glupiat4. '


yIl.
~~ 4~~1 ,a~ e8Pl~9~~19~Ps q,,;~ ,~J ,~D~ral. §~~nO.~. ~jp X~'J1e~t~ .• 10i~ WI~~~O~'?~ ~~ pr~~IOD el ~i~rpo-'4i~ ~~ qfl~ fe l~ d,~~~oj~~ de


8.!1. ~a ~~~4 ~e R~e~i.4~Ht~ 4e1 ~I~~~~,o: ~~~~'n.dó ~e ~ierori ,~s 4~~r~to, ~~ ~ip'utacion~s prQyillciales. Y 4~
ay'~Dt~mi~~~~~, erey'~r~n mis atpigos q~~ deblaP,lOs r~uDjr99s para
ha,~~r ~lg~. P9.~ ~Hto ~~~s D~~~ se aCQrM; p'e,r() ~, 9 ~~ ~!GI~JD~f.~ tp~
e~~8~.(Í'~' ~,~ la ~a~~ ~l~~pó~ 'C~,ld~rp~ Cp!la~,~~ qHi~p' m~ 4~91~rp \~~ ~, p:~ra ~l tg ~ ~J 'o no s~ ~~bl~q q~~VQP,dq 1M qorte~ ~r~


, pr~ci~o p'~~~,ar lo ~~e ~~?i~ ba~ef~~~ á lo ~qal !.~, ~rnque (ia~sado
~e \f. p'~!f~~~~, e~w~ ~r~s~1en!e ~~I S~R~1~ ~Hton,q~s y 1~~S9 a~ la
comlsion' co~serv8'dora no' eref que podia negarme. Tuvimo"s aISH-
nas reuniones de diez y nueve personas para no faltar á la ley, con-
ferencié con el selior Bios Rosas y porfin me presentaron dos pro-
yectos de representacion, 000 de ,a union liberal y otro de la disi-
dencia. '


_Por fin, ocurrido én el Congre~o el !8 4e ~ic\ie~bre \0, q~~ t,o~o
el ~üódd sab~~i yo, refci~[' 'u~~\I ~~~nl~{ c~~.~a ~~r~a~i\,~ g~n~.~~l.,i
aml'8'o'l~l"seftOr conde de Cb~stEl: 'mlnWestándome que debla sus-
peb\let las reuniones que sel ' celebrabli'h ~élf('~fc:asa. '~(~f p~r~l~
niilil~a 'é~p~ 'h) •• ~éoD~e~~d:~ ~~~ ~r' ~e~?t ~i,~l ~~s¡~; r.' w¡e[ ~y~~,ei~­rÓlÍ¡iil~ono~_'a~I~~'~~: I1H!'Jyr~~e~,t~~~.á !~lr~l~a.~, 1~~~R~,I.~r"llp~, J1élig\'o~qae bl\1b!a'ij~'fá ~areb,~ d~l~o,6~~~D.o;, ,~ l/o'que .~~ng~~" I~. 'en la 'cdtnatá r'earcUá~dO ~~i 'M. 'se(J'gna r!~.r'!l.e, D.O,q~~~~ ha~el'lo ~mt~~cessirl p~e~e~ét~ ii~~ l~o~~~~~aci~? ~f ~ai?Tt~~~~,m~,~
Y~~¡', ·~~tltill~I~~all dl~,s~g~~~n~~; rX;~~~~í1 á l~1 r~~ni~¡~~~OP,~q~~O"M.!




DEI. ULTIMO BOI\BON DI íSPAÑA: 1181
sobre la situaeion del pais; y S. M. me oyó con benevolencia y me
despjdjó DOD agrado, sio que fO pudiese' Dolar 080.0 que illdica8e


que la babia molestado mi conversacion.
Al salir de la cámara real hallé al seDor duque de Valencia que


me habló efectivamente, y ya en Il1i casa me anuDciaron la visita
del capilan general. El senor conde de Cheste estaba encargado de
llevarme preso. 111


Beferia despues Serrano t,odos los incidentes notables de su pri-
SiOD y privaciones; pero rió'tuvo· esa protesta enérgica que e) hom-
bre de UD piutido constitucional debia formular contra lo arbitrario
de los conculcadores de la ley ,contra la violacion del derecho. Y
debía ser así porque los vicalvsrístas no tienen tampoco respeto al
derecho, porque ellos habian abierto las puertas ála dictadura de
que eran víctimas y con mayoria en las cámaras y despues de ven-
cer UDa formídable insurreccioD se' italia ron despedidos de palacio
para que otros gozarao de las delicias del poder; por ellos tan am-
bie1fHta\fo', CoW1entild'ó sü1 éts~go'lfrreli\ébllli' é'fpñlcl()W ib8.~ ilftY..:
se comó Sísi(o in'saeia6Ies' en' sü\s- deseos' y' sin lOgrar eol'lnl\~os
nunca.




CAPtTlJLO eLI.


SUMARIO.


Apr .. lta .• l •• nado la conducta del gobierno.-Discútesc en el congr.so.-Gonzalef,
Bravo conteita á lodos los oradores.-Aprobacion del congrew.-Continua la po~
Htica r.accionaria.-Dimi~ion del marqués dll l\tiraflorei.-Reforma de los rei1a-
_1I.toa dll loa cUQrpoa co]eii¡¡ladoril.


1.


El senado babia aprobado la condueta del gobierno por 98 votos
contra 69, sancionando asi que el poder público, el rey, y Jos mi-
nistros eran supetiores á los cuerpos colegisladores, doctrina anár-
quica dentro del· sistema constitucional, pues pone frente á frente al
pueblo y al Trono, y justIfica la fuerza. y la revolucion tanto como
el despotismo y la dictadura. Semejante abdicacion cuando el go-
bierno babia dicho que si se aprobaba la proposicion, además de dar
alienlo á Jos elementos revolucionarios quedaria en mal lugar el prin-
cipio de autoridad, era, á no dudarlo, la verdadera muerte del se-
nado y de las formas constitucionales.


En el congreso por lo demás iba á entablarse la batalla, y á ma-
nera de guerrilla, Perez de MoliDa, moderado de oposicion, pidió
al gobierno una nota ~ los nombres Y' apellidos de todos Jos ciuda-
danos espaftoles desterrados y proscritos. Goozalez Bravo con su or-
dinaria amdbilidad y circunspeccion, comprendiendo que era mas
fácil formar el registro de los espanoles que babian podido perma-




DEL ULTJMO BORRON DE ESPAÑA. l1S8
necer en sus casas, exclamó: «Las palabras que acaba de pronun-
ciar el sellor Perez de Molina en son de oposicion, no se concuerdan
con algunas declaraciones hechas pocos dias antes, cuando no ex-
cusaba pasar por candidato ministerial, ni se avienen con sus soli-
citaciones para ocupar altos puestos. D


La oportunidad de las noticias de GODzalez Bravo distraia á las
gentes; pero no establecia la ley ni la justicia de los actos ministe-
riales.


JI.


El ministerio presentó á las cortes un proyecto pidiendo indem-
nidad y sancion de lo hecho durante el interregno, incluyendo]a le-


. gislacion por decretos que variaba por completo la organizacion del
pais, puesto que, comenzando por su origen en el capricho de un mi-
nisterio, y entrando despues en. el espiritu á que obedecian, era evi-
dente que los gobernantes DO podian ya engalanarse con el dictado
de monárquico-constitucionales.


Perez de Molina se levantó á impugnar esa proposicion, fundán-
dose en lo que acabamos de manifestar, é indicó que para poner en
práctica esa doctrina no eran los hombres del partido moderado los
que podian hacerlo, pues tal partido habia sido constitucional, y la
ley de imprenta establecia la prévia censura contraria á la constitu-
cion, como la ley de órden público era el despotismo erigido' en ley.
Sellaló despues las contradicciones, arbitrariedades y denuncias del
gobierno, los abusos y los crímenes de la época dictatorial durante
los nueve últimos meses, y desperanzado de lograr cosa alguna con
este debate, atendido el espíritu .de aquella amallada mayorIa ter-
minó asi: "


.En resúmen, sellores diputados, el sellor duque de' Valencia
ofreció contar con la cooperacion de las eortes y ser constitucional.
Pues bien, puesto que no ha contado con ella ni sido constitucio-
nal sincero en su politica, yo, moderado constitucional, no puedo en
manera alguDa dar mi voto á este proyecto, y con esto queda expli-
cada mi aotitud independiente de disidencia respecto del gobierno. D


111.


A. Perez de Molina siguió Gisbert, que como hombre de la Union
TOMO lÍ!o tU




1134 Hlt:TORIA DEL REINADO
planteó el problema en otros términos, exponiendo al gobierno y á
la mayoda. el abismo donde parecia iban á caer, si como hombres
de práctica gubernamental no retrocedia en sus propósitos.


Cánovas hizo otro larguisimo discurso, y como individuo del mi-o
nisterio O'Donnell, que pidió la suspensionde garantias, necesitaba
explicar lo. que se proponía hacer una vez vencida la insurreccion de .
junio, que, á su juicio, no por la providencia, sino por loscalio-
nes,.la metralla, y los ardides de los generales, habia sido sofo-
cada.


Ese discurso era la historia de los últimos aftos ese discurso pre·
sentaba las cuestiones con habilidad suma para demostrar que la
politíca debía ser expansiva y que todos los partidos, muchos de la
mayoría y mas de un ministro de los que ahora sostenian la repre-
sion dura é incesante, y presenta~ao leyes tan aterradoras y fatídi-
cas, como las de impuesto y órdeo público, reclamaban y aplaudíau
las leyes en sentido liberal y habia pujo de liberalismo y todos pre-
tendían salvar asi la patria.


Ahora se atribuia por el gobierno á la política espansiva el enva-
lentonamiento de la revolucion, y cada cual procuraba eludir su
responsabilidad y condenar los sucesos de junio y meter ruido y lla-
marse conservador •
. Habian cambiado los vientos, y era. llegada la hora de la revo-


lucion.


IV.


Gonzalez Bravo se habia reservado para contestar á los diversos
oradores, que impugnasen el proyecto; pero Catalina, famoso ya


..


por sus escritos que, desde el Estado, donde insertaba algunos
articulos, habia pasado al Gobierno como director para entrar
en )a vida oficial y pasar á )a Direccion de lnstruccion públi-
ca, aguardando un hueco en el ministerio; Catalina, el acólito de
Nocedal, se decidió á contestar á los argumentos de CáoovasJ pre-
sentando el pavoroso cuadro de la disolucion social, ante los asom-
brados ojos de la multitud, que creia ver un fanático sOllador, á un
malvado que se permitia calumniar vilmente á las gentes honradas y
laboriosas para explotar el terror de los necios, que por tener eua-
tro cuartos, ó un pedazo de tierra forman el obligado séquito de los
monopolizadores tirán icos.




DiL- ULTIMO BORBON DE ESPAÑA, 1135
Bien desempefió su cargo el grandilocuente Catalina, y los hom-


bres nuevos del congreso quedaron aturdidos y espeluznados ante
los peligros que á su vista se presentaban, extrafiando casi que pu-
diese tomar la defensa de los demagogos y turbulentos deportados,
aquel que babia sido mas de UDa vez ministro de la coron8 .


• EI articulo l.°-de la ley de imprenta de Noeedal, exclamaba el
meritorio aspirante á ministro, vive con vida vigorosa en el proy.,cto
de ley que boy rige por decreto. Esto, señores diputados, debe- tran-
quilizaros completamente, merced á este proyecto de ley no enlrar~
por las puertas de vuestras casas la predicacion a"tor;~ada 11 consen ~
tida de la democr acia 11 del socialismo . » f-


Despues de este salvaje ditirambo y de cODsignar que la iDslruccion
pública se hallaba organizada en forma que no mancharia la concien-
cia de lajufentud, con teorias absurdas. Los hombres que comienzan
por e'nsefitr al nilio misterios incomprensibles, que llenan su inte-
ligencia de dudas y terrores que despiertan oon sus falsas imágenes y
sus lúbricas historias, sentimientos indignos; que llevan al confesio-
nario preguntas y cuestiones que dan á la jóven inexperta, resellas
que no necesita á pretexto de hacerla conocer á Dios y de enseñar-
Ja sus deberes, hallaban perjudicial que se hiciesen públicas las
verdades que la ciencia revela. Era aquello la abominacion y la de-
solacion, el-mas ridiculo de los"escándalos.


v.


Entonces se presentó Gonzalez Bravo á defender los actos del go-
bierno .• EI gobierno, decia,. segun el serior Cánovas, no foé autori-
zado para presentar este proyecto sio'o en su primera parte, y aunque
le absolvais de las responsabilidades que confiera, queda, viviendo
en el poder, snjeto á otras responsabilidades de las cuales no pide
absoJucion á nadie ... ¿Creen los senores diputados que yo ignoro
que el ministerio actual tiene una responsabilidad indeleble ante
álguien? Ya se yo, lo que Ja tiene: el ·voto que vais á dar y el de Ja
otra c&mara, ya se que no nos absuelve á nosotros de aquella res-
ponsabilidad sangrienta que, no á nosotros· soJos, sino á muchos
otros, espera en su dia, si es que llegan á desencadenarse el fmpe-
tu, la fuerza, el arranque de las pasiones revolucionarias... 6Cree
el señor Cánovas que la revolucion olvidará aquellas escenas san-




1t36 HISTORIA DEL REINADO .
grientas con que un dia lotro t por espacio de' muchos, se hizo cor-
rer la sangre y se llenó de cadáveres el campo, siendo su selloría
ministro de la gopern{t,cion? .. La revolucion que ha llamado á Dues'"
tras puertas y que se ha alejado traiCioneramente, rabo entre piernas
como mastincastigado, el dtaque vuelva volverá rabiosa, yen vano
será que algunos crean que vendrá un momento de tregua para
ellos, no perdonará. á name ni nada de lo que constituye el ser de
es te pais.»


Asi preparaba el ánimo de sus oyentes el hábil ministro de la go-
beroaclon combatiendo al que lo habia sido al estallar el cata-
clismo.


y su peroracion, que en nada se parecia ya á sus antiguos dis-
cursos, fue atendida por los nuevos diputados, exentos del amGl
propio, del compromiso polftico por la dignidad parlamentaria; y'la
mayoria votó, aprobándola, la horrible dictadura, y quedó saneio""
ne.da la conducta de aquel gabinete que habia arrebatado á los cner-
pos colegisladores sus atribuciones para legislar.


GODzalez Bravo reclamaba un periodo de silencio, el antiguo de-
magogo hablaba de órden al amparo del trono, y decia que mien-
tras durase )a actitad revolucionaria de ciertos partidos, era preciso
mantener en suspenso el sistema representativo y regirlo todo por
la fuerza, violando constantemente la ley. ¿Qué entenderia por ór-
den el desgraciado ministro que venia á abogar con tal empelio por
el sostenimiento de aquella dinastía que segun de sus antiguos es-
critos se'desprendia, era la dinastia de las prostitutas y de los ru-
fianes?


VI.


El -gobierno por lo demás no cejaba un punto en sus desmanes:
ya se babia arrancado todo disfraz y arrojado la máscara hipóorita,
y 2{6 diputados se hicieron cómplices de la infamia absolutista y
renegaron 'de la vida constitucional.


y como castigo á los que habian faltado á su consigna en el se ...
nado, como muestra de. su ~rbitrariedad, que nada respetaba,. el
ministerio arrancó de sus puestos á los magistrados que votaron
contra él en la cuestion de las prisiones y destierros de los diputa-
dos y senadoreS. Así comprendian la independencia de la magistra-




DEL ULTIMO BORBON bE BSPANA. tUi
tura aquellos que tenian en sus labios impuros las palabrasjasüoia f
léy y órden para mancillarlas y escarnecer todo derecho. No podian
sufrir en su soberbia oposicion ninguna, y se atrevian á todo.


Por aquellos días fué lambien expulsado del territorio Lamarti-
niere, bijo, por las intimas relaciones que mantenia con los con8 ..
piradores, y el sistemade1 terror. aloan.W>a á todos.


Las discusiones por lo demás en el senado, llegaron á agriarse
basta Ñ: punto de que el marques de Miratlores,su presidente, to·
mara la de~rminaci~n de suspender un dia el debateeontra la opi-
nion del ministro Gonzalez Bravo, Jo que -ocasionó un articulo tre-
mendo del Español, en que se peDía eo berliDa y se ridiculizaba al
autor de Jas insaculaciones.


Miratlores, viéndose ultrajado, hizo renuncia de su cargo, y el
Español volvió á ataear nuevamente al antiguo ministro,. preten-
dloodo q,e hacia una oposicion mpoorUa,.y qU!l procuraba &.010-
carse en· situaeion de desbancar al gabinete y ODUpar el puesto. '. "~


Otros mucbos embates recibió e~ el senado el proyecto de ley del
gabinete que pretendia la aprobacion de su condueta: Corradi, Pas-
tor" Calderon CoHantes. Vaamonde y o.tros lucharon contra las me-
didasdietatoriales, condenándolas mas Ó menos explícitamente, y
se presentaron tambien las proposiciones de reforma de los regla-
mentos de los cuerpos colegisladores. Hé aqul el que se refería al
congreso en sus mas importantes disposiciones:


«Todas las comisiones se elegirán directamente por el congreso,
escribiendo cada diputado en una papeleta tantos nombres como


. individuos oompongan la cornision, y entregándola al pres_nte,
que depositará en la urna, haciendo despuQS el· escrutinio, y que-
dando elegidos los que reunan may~J iW.merode votos .


• Cad .. ~mi.n nombrará su presidente y seMetario,' CODYOcan-
do antes para este objeto á todos 10sindividuoI que la oompongan,
y dará parb: al gobiernQ de estos nombramientos •


• EI cargo de individuo de UDa comision no es renunciable ..
• Para los proyectos de ley presentados por el gobierno al con ..


greso ó remitidos p'or el senado, no se nombrará comisiono El pro ..
Y4Ctoseimpr:imirá y reparürá desde luego:, quedando seis dias so-
bre la mesa, pasados los cuales puede comen.?i.at la, d~en en la
forma ol'd".aril. Este plazo de seis dias podrá acortarse en casos
urgentes de neeesidad, á peticion del g.Qbiernó .


• Las proposiciones de ley que hicieren los diputados debe ...




1138 HiSTORU DKL l\BINÁDO
rín ser firmadas por sus aotoresy entregadas al presidente. '
: »Hstas proposiciones deberáneslar formuladas como los proyectos
del gobierno."


»NinguDa.pl0posicion dé ley podrá estar firmada por mas de siete
diputados,!:h" ;, -.:(., '); '.~" ,~.'


lOEI presidente:p8saráalgobierno en eomuoicaoion escrita la~ pro-
posieiOD~s de ley ([ne se presenten.


»Luego que la,proposicionbaya sido puesta en conocimiento del
gobierno, y esté participe hallarse enterado, s~rá remitida á las sec-
ciones; y en el caso de que cinco de ellas la autoricen, el presiden-
te mandará dar lectura en sesion pública, y ai siguiente día se dis-
entirá la propol!icion_


»Respecto de lassesion8s se. establece' , que podrá' haberlas ex-
lraordinariucualldo lo; ,ida el gobierno. :'" 'i.


»Para abrir las sesiones -debeftbaHarse presentes 50 diputados por
]0 menos, y este número bastará para toda resolucion que no sea
votacion definitiva de proyectos de ley_


»,En cualquier estado en que se haHe el debate sobre interpelacio-
nes y preguntas, podrá el congreso á peticion., de un dipntado, .re-
solver que se pase á la órdendel dia, dándose aquel por terminado .


.. Si quedase pendiente la diseusion "de algunos de estos asuntos
por haberse suspendido en virtud de las facultades del presidente,
ó por haber trascurrido las horas de sesion, seguirá tratlndose de
eIJos, siempre antes de )a órden de] dia, en la sesion ó sesiones in-
mediatas.


»Habrá en el saloo no asieñtQdestinado esclnsivamente para los
ministros, y otros detris para los comisarios del gobierno.


»Los ministros no tienen obligacioD de asistir 6. las sesione!: con-
currirán á ellas cuando lo estimen conveniente; y ningun diputado
tendrá derecho á exigir su presencia.


»Podrán los ministros nombrar comisarios que los representen J
sean ó no diputados, que tomarán parte en las discusiones y sos-
tendrán los proyectos de} gobierno y cualesquiera otras cuestiones
á,sllnombre.


lOtos comisarios tendrán, mientras desempeften su comisioo, las
mismas· prerogativas que los ministros. . :


»Cuando una eomision se divida y presente varios dictámenes, se
discutirá primero el de la mayorfa; Si este se aprobase se enten-
derán despachados los demás. . '


..




DEL ULTIMO 'IOB.BON DE ESPAÑA. 1139
»Si no hubiese mayoría se diseutirán por su órden, principiando


por el que menos se separe del ,proyecto sobre que recaiga el dictá·
meno Esta calificacion la hará el presidente.


»Si el congreso no aprobase ninguno de'los dictámenes se aplaza-
rá para la legislatura inmediata el tratar del asunto.


»Los presupuestos se·discutirán por separado y por el órden que
acuerde el congreso á propuesta del presidente.


»En cada ministerio se discutirá en la totalidad: terminada esla
discusion se votará por capitulos.


»La comision nombrada por el congreso para redactar la eontes-
tacion al discurso de la corona, se constituirá á la mayor brevedad
posible despues de su nombramiento. y presentará su dictámen al
dia siguiente de cónstituirse. Impreso el dictámen, y despues de ha.;
ber estado sobre la mesa veinte y cl1atro hOfas, se procederá á la
U)SC\lS){)ll. ~s\a velsa-ra so)amen\e sobre)a \o\a)i~aa y se aara por
cerrada después de hablar un diputado en contra y otro en {lró.


» Los diputados podrán presentar enmiendas al dictámen de la co-
misiono Pasarán todas á la mesa, que calificará la que mas se se-
pare de él, y será la única que se discutirá y votará en la forma
prevenida en el artículo.


»Cualquier diputado podrá pedir tambien durante la discusion ó
antes de votar, la lectufa de las Jeyes, órdenes y documentos que
eran conducentes á la i1ustracion del asunto de que se trata. Si la
mesa entendiere que la lectura pedida no es procedente, podrá ne-
garla, -


»En el caso en que se hiciere alguna. alusion á persona ausente,
ó que hubiese fallecido; y un diputado quisiera hablar en su defensa
se acercará. al presidente, le expondrá su deseo, y si este lo creye-
ra conveniente, le .autorizará para pedir la palabra desde su asiento
y se la concederá.


»La forma en que ha de asistir el público á las tribunas, se acor-
dará por- el presidente de la cámara con el gobierno.


»Las proposiciones que no son de ley se presentarán firmadas por
siete diputados y pasarán préviamente al gobierno, eomo queda ex-
presado para las proposiciones de ley.


»Todo diputado tiene el derecho de interpelar á los ministros,
formulando previamente la interpelacion por escrito y poniéndola
en mano del presidente del congreso. Este la pasará en comunica-
cion escrita al gobierno quien contestará si se propone ó no, res-




11'0 HISTORIA DBL RBINADO
ponder á ella. Hn el primer caso se leerá al congreso, y el gobier-
no senatará día para su discusion .


• En el dia sefialado por el gobierno para tratar de la interpela-
cion, el diputado la espladará, cinéndose al concapto expresado por
escrito: el gobierno contestará ú otro diputado por casíon de aquel,
yaeto continuo se preguntará al Congreso si se pasará á otro -
asunto .


• Para la acusacion de los ministros se formulará una proposicion
firmada por siete diputados, que seguirá ros trámites expresados en
el articulo que trata de las proposiciones de ley .


• Si autorizada por cinco secciones la proposicion de acosacion, el
Congreso en votacion por bolas acordare haber lugar á ella, volve-
rá á las seccjones, cada una de las·cuale~, en vofacion por cédulas,
nombrará un diputado para constituir la comision que ha de Íl>r-
mular y sostener la acus&cion ante el Senado.


»La propoaicion de reforma de reglamento seguirá los trámites de
una proposicion de ley.


»De las resoluciones del congreso en casos omisos ó dudosos, for-
mará la secretaria un apéndice, que se repartirá á los diputados al
principio de cada legislatura, y se observarán en casos análogos
como adiciones provisionales al reglamento .•




• CAPÍTULO eLXt.


SUMARIO.


Situacion anómala de los partidos revolucionarios y reaccionarios.-Conversion de
los CUpODcs.-Conatos de sublevacion en Cataluña.-Suspéndense las cortes,-
Conato de sublevacion en Puerto-Rico.-Coalicioll de los partidos liberales.-
Opinion de algunos periódicos acerca la coalicion.


,


1.


El general Narvaez habia trasformado por completo el sistema de
gobierno; anulaba la prensa, derruía la tribuna; mantenia en las'
cárceles, en la emigracion, en las posesiones ultramarinas á los
hombres de autoridad y de conciencia, Jos fuerzas vivas del pais.


¿Que dtibia resultar de todo esto? Los grupos dispersos habian
vuelto á or~¡ni~ru:'6.,e.n nuevas secciones y en Sélgíes ó en Suiza
.se celebraban reUniOlile$ despues de explorar en ¡lodas partes el es-
.piritu de los &pligrados que de procedencias distintas se avecindaban
en .eJim~rioó en Portugal. A. consecuencia de esasrenniones es-
parcianse aquí y allá noticias absurdas é inverosjmiles. Tan pronto
el general Prim baija logrado vencer todas las dificw·tades y aca-
llar lQS rumores todos, que le condenaban por haber sido causa efi-
ciente del fraci$o de la. formidable insurreooion del 11 de junio.
Tan pronto se hacia suponer que el marqués obedecia á int1uencias
contrarias y por este órden que vacilaba entre los consejos napo-


'leónicos, los halagos de Cristina, sus compromisos' de gratitud á
TOMO 111. H5






UhTOlUA DEL lblNADO


Isabel, los lazos que ie uDian con los vicalvaristas que se hallaban
dispuestos entonces á Juchar contra la dinastía, obstáculo tradicio-
nal para los progresistas.


El partido republicano se haJlaba, pues, en una situacion grave
y embarazosa, porque las tendencias de los revolucionarios del todo
ó nada erao á unirse con Jos elementos conservadores del unionis-
mo que solo provocaba un cambio de persona porqu~ Isabel se ha-
bia hecho incúmpatible con todos. Políticos aventu.ros los hombres
de los partidos medios, los gastados y corrompidos constitucionales,
procuraban evitar ÉL todo traoce la marcha de las ideas y se propo-
-nian explotar como siempre Jos sacrificios que la multitud se impo-
nia, creyendo emanciparse del yugo de Jos privilegiados.


11.


Bien pudiéramos citar aquí muchos episodios que conocemos;
pero no vamos á probar que hayan faltado á sus deberes los que en
realidad se proponian solo variar el personal importándoles poco el
triunfo ó la ruina de UDa idea y solo haremos constar que habia efec-
tivamente grandes rivalidades en el campo revolucionario y que se
cruzaban variados planes y diversas redes que acercaban hoy ÉL
estos grupos y mañana los disgregaban.


Babia ya comenzado á presentarse la apostasía de Becerra que re-
nuncíaba por un puesto oficial á sus antecedentes demagógicos y á
los sueños de su vida, contradiciendo cuanto, habia sostenido como
demócrata hacia veinte aftoso Martos, que en 1854., habia faltado
á sus compromisos admitiendo empleo del partido progresista, que
despue;j quiso sostener en las polémicas de La Díscusion y La Ibe-
ria la {usion con los progresistas, no era ya sospechoso de republi-
canismo y como otros muchos podia estar al lado de los generales
progresistas y de los hombres que, como Sagasta, Olózaga y Aguir-
re ó Zorrilla, solo buscaban una monarquía constitucional eoioci-
diendo.el1 esto con O'Donnel1 que ,en junio de 1866 habia ca&onea-
do al pueblo de Madrid y fusilado cruelmente á tantas víctimas. Y
. muchas otras personalidades se preparaban ÉL la evolncioD futura.




DEL ÚLTIMO BOIlBON DE ¡"PAxA. 1143


IJI.


Por lo demás, si en el partido revolucif)nario queria dominar pre-
potente la parte sensata y monárquica eon sus aspiraciones COD~('r­
vadoras engaftando al elemento republicano con cierto barniz de-
magógico, en el partido gubernamental espaftol, en el seno de aque-
llas cortes y de aquel gobierno moderado, neo-católicos, mogigató-
eratas y moderados vergonzantes se haeian cruda gll'erra, que tam-
bien parecía mas bien suscitada por ambicioneR y rencillas perso-
naJes que no por.amor á las ideas y pl}r esenciales divergencias.


Entre otros discursos el famoso marqués de MoHns pronunció
uno brillantfsimo en el cual aparecia constitucional, como Mo-
yano queria hacerse tener por liberal y amigo de economías, com-
batiendo aquellos reglamentos en el seDado y el segundo Jos pre- .
supuestoFl presentados por eJ gabinete y todo el sistema rentfstico,
oneroso ciertamente y complicado cual todo' el sistema del mode-
rantismo. .


El antiguo moderado Polo pronunció con tal motivo, esto es,
refiriéndose á la conversÍon de los cupones, un ex·tenso discurso pro-
bando que se daba á los tenedores ochocientos y pico de millones
mas de lo que se les debia, y se gravaban anualmente Jos presu.;..
puestos con mas de treinta mil!ones de intereses.


Castro, que era entonces ministro de Hacienda" hJlbia dicho algu-
nos meses antes, y esto demuestra que consideraba peligrosa y per-
judicial la tal conversion, que antes se cortaria Jamano que firmar
documento alguno respecto á unacuestion que iba á enriquecer
injustamente á unos agiO'tistas y especuladores ingleses, Era pues
ante todo cuestion de honra y dignidad .
. ¿Qué obligaba, pues, al ministerio para precipitar aquella cues-


tion? 6cómo los que habian Janzado terribles acu:,aciones á los unio-
nistas, cuando defendían á Jos negociantes ingleses, balJaban aho-
ra moral y lógica UDa operacion que debia conducir á )a ruina
aproximando la hora de la bancarrota~




lUi ül8TORIA DEI. REINH1.


IV.


Como esos misterios habia mucho en la época del borbonismo;
y tal hombre que en la oposicion- 8e mostraba enérgico partidario
de la libertad se hacia furibundo mogigatócrata des pues de penetrar
en palacio y firmar algunos decretos: tal otro que tenia fama de
probo, honrado y entendido en cuestiones de Hacienda se hacia
derrochador y daba muestras' de ignorancia y estupidez en sus de-
terminaciones.


El desórden era con esto grande y los nuevos dipu-tados, que se
decian representantes de las clases conservadoras, que intentaban
impedir el triunfo de los pr~varicadores; que tenian por objeto nor ...
malizar la situacion; aquel congreso de propietarios, verdadero tren"
de tercera y en todo desatinado; porque no habia alH gentes de
conciencia polUica, ni capacidades en la cuestion de Hacienda, aquel
congreso sancionó los funestos planes aprobando el gravámen ini-
cuo que se imponia al pueblo espaftol.


Hs verdad que desde mucho tiempo nuestros titulos no se cotiza-
ban en las bolsas extranjeras y que para seducir á los crédulos se
presentó ante sus. asombrados ojos la terrible sitúacion de nuestro
crédito que fácilmente se recobra~ía si se adoptaba esta determiol-
cion. Y ante esa consideracion no pudieron muchos resistirse y vo-
taron para abrir, segun se decia, los mercados extranjeros y enal ..
tecer el crédito de la patria.


v .


. Rn los primeros dias de julio hubo conatos de sublevacion en Ca-
talulla y en otros puntos, pero las tropas estaban vigilantes, per-
siguieron desde luego á las partidas que se levantaban, y el conde
de Cheste que habia sido llevado á la capitanía general de aquel
prinéipado pudo gozar una vez mas en perseguir á los Jiberales.


y mientras en la situacioD material habia estas oscilaciones ter-,
ribles, la prensa anunciaba ya la formidable eoalicion que se pre-




paraba para relevar á un gabinete y á una situacioD qtletompro-
metia, á tftulo de conservárle, el órden material,y que no solo DO
restablecia el órden moral, sino que agregaba cada dia nuevas c"u·
sas de perturbacion, nuevos motivos de desconfianza y hacia insos·
tenible todo gobierno llevando á todas partes la ruina y-la deso-
lacion. - .


En ese momento que era grave sin duda, ge suspendieron las
cortes que realmente no habian servido para otra cosa que eémo


. comparsas del ministerio queJas habia elegido.
El 7 de Junio por Jo demás hubo en la isla de Puerto Rico un


conato de sublavacion á que dieron grande importancia los minis-
teriales suponiendo que tenían algunas relaciones con las conspi-
raciones de los emigrados.


Un cabo de artilleria disparó dos veces su fusil contra el coman-
dante de la guardia, que jugaba al tresillo con otros dos, y al des·
armarle gritó, viva Prim, delatando despues á muchos de sus com-
pafieros.


VI.


El Imparcial publicó elt! de julio los siguientes párrafos:
.Se nos ha asegurado que dentro de breves días empezará á pu-


blicar uno de los periódicos mas importantes de la union liberal una
série de articulos sobre la conveniencia y oportunidad de hacer una
coalicion tan sincera como poderosa entre loselemenlos libe-
rales.


,. Esperamos con impaciencia que nuestro colega publique esos ar-
ticulos.- Sabido es que hemos abogado calorosamente por esa idea
como único medio de resolver favorablemente la situacioD angustio-
sa porque venimos atravesando hace allos, y de resisitir con venta-
ja á la irrnpoion de elementos reaccionarios que se ha derramado
por el pafs, como los vándalos en otro tiempo, aprovechándose de
la dispersion y confusion en que se encuentran los liberales, Jos
unos sin tener norte fijo á que dirigir su conducta, y IQsotros, de-
jándose influir inocentemente por las influencias reaccionarias que .
como los miasmas putridos en tiempos de ciertas epidemias, pare-
cian haber envenenado la atmósfera que se respiraban




IU6 DISTORIA DEL REINADO.
»La Uoion liberal, por lá situaoion que ocupa y por la mucha im-


portancia social J politica de los individuos que la constituyen, es
hoy una especie de geroglHico que el pais desea ver descifrado de
una manera clara y precisa. Dada la autGridad del periódico á que
nos hemos referido, y la que naturalmente tiene el incógnito autor
de los articulos que en breve se publicarán, si .el ilustrado colega
encuentra espacio en sus grandes columnas,' nonos parece mucho
esperar que dentro de los principios liberales se dará la fórmula
apetecida, fórmula que hasta ahora hemos buscado en vano en las
vaguedades, falsedades y rodeos con que han combatido la politica
del ministerio los que se flaman elementos liberales en la opo~
sicion.»


VII.


Refiriéndose á este asunto de suma importancia y gravedad, «La
EspaDa» uno de los periódicos ministeriales mas próximos al gru-


. po neo-católico decia lo siguiente;
»¡,Que coalicion es esa de que se trata~ ¡,Cuál es su estension~


"Cuáles serian sus consecuencias si llegara á realizarse~ De suponer
es, y hacemos esta justicia á la UOlon liberal, que no sea la coali-
cion de todos los elementos que para cualquier fin, que no fuese
bueno ni provechoso para nadie, se pudieran coaligarse: pues si tal
cosa imaginllsemos, desde luego calificarfamos esa coalicion de jnseo-
sata J objeto de la reprobacion general del pais~ hay coaliciones que
no pueden buenamente ni aun intentarse, y una de ellas seria la de
todos los elementos á que 'tal vez se crea que haya aludido nuestro
colega. Suponemos mas bien que eso que se llama coalicion sea mas
bien UDa reconciliacion entre las fracciones de la Un ion libera) y
un llamamiento á otros elementos que antes de ahora han creado
situaciones intermedias, y hoy pudieran servir de gran refuerzo á
la UnÍon liberal, si á ella se adhiriesen para combatir en el terreno
legal al gQbierJlo.


Es lo mejor y mas- noble que podemos suponer al anunciarse una
. coalicion, cuyo centro ó nücleo sea la union liberal.


Damos por cierto que llegue á realizarse y que no sea, como he-
mos indicado· una coalicioD insensata, que desde luego ponga en




DEL ULTIMO BORBON DI. ESPAÑA.. 114, '7
alarma todos los elementos conservadores del pais, y lanzándose á
un terreno ilegal, haga de nuevo necesaria y universalmente pedi-
da UDa sitoanion de fuerza. Demos por cierto que sea lo que favo-
rablemente hemos expuesto, y supongamos mas; supongamos que
esa coalicion legal es fuerte, y perseverante, que no se desaJienta y
disuelve por si sola, sino que consigue triunfar, dentro por ,su-
puesto del terreno de ta legalidad; ¿cuales serian sus conse-
cuencias?


»Es evidente, atendidos todos los antecedentes históricos, el ca-
racter de ciertos personajes yel sentido en que se expresan algunos
periódicos, que la situacion creada á consecuencia, de la coalicion
habria de principiar poco mas Ó menos como principió la union li-
beral en 1865, y tal vez con mayores exageraciones, atentando las
pasiones y esperanzas de los partidos extremos, é inaugurando una
poUtica poco previsora y muy ocasionada á grandes males. Esto.
apenas necesita explicacion, tratándose de un pais en que parece
dominar el espíritu de oposicion y el afan del contraste y donde rara
vez se ha considerado un deber de patriotismo, adoptar el sistema
y completar el plan del antecesor.


»Fácil es prever lo que .sucederá con tales principios, y por los
reeuerdos de ayer se puede venir en conocimiento de lo que acon-
teceria manan a en tal estado de cosas. En JUDio de 1865, se prin-
cipió por una politica que nada define mejor que el hecho de haber
sido vivamente aplaudida por la democracia; la consecuencia de
aquella política imprevisora y ciegamente apasionada fué la actitud
eo que se cólocaron los partidos extremos, actitud que dió por re-
sultado el escándalo del 3 de enero y los desastres del !! de junio
del ano último. A.hora acontecia ulía cosa parecida ó mucho peor
inaugurándose por de pronto el periodo borrascoso que se inaugu-
ra siempre con el triunfo de las coaliciones, hasta que llega á esta-
blecerse únicamente el elemento que eu ellas prepondera; por ahi
se principiaria, por acabar una situacion violenta, por la fuerza ó
por el desórdeo.


Nada diremos de las circunstancias en que se encontrada la union
liberal, mucho mas subiendo al poder por UDa coalicion, para go-
bernar al país: han pasado ti5mpos que ya no pueden volver y las
dificultades que en el último periodo de su mando demostraron que
ese partido no puede gobernar sin grandes elemento~, se converti-
rian hoy en UDa verdadera imposibilidad.»




tUS ",STOIUA DEL RIINADO
.Abriese insondable el abismo, donde debian sumergirse todas


aquellas ampulosas vanidades, y en la apasionada critica de los unos
por los otros, aparecian completamente al desnudo su . ambicion y
IU impotencia. .




CAPITULO CLXII.


SUfÁARIO.


Es suspendida una revillta en honor de los monarcas portugueses.-Documentos ema-
. nados de las autoridades de Cataluña.-Procacidad de El Español.-Aconteci-


mientos de Cataluña, Aragon y Valencia.-Falsedad de los partes dados por la
Gaceta.


1.


La estaeion adelantaba l; aun cuando el gobierno parecia seguro
de vencer los elementos revolucionarios, no dejaba escapar las oca-


• siones de tomar graves medidas, los consejos proseguían su tarea, y
un dia de julio Bl E'pañol se elplicaba desdellosamente en estos tér-
minos: ...


«Anoche llegó á esta oórte de regreso de su expedicioD á la
Granja, elsellor duque de Valencia presidente del consejo de mi-
nistros .


• tos demás sellores ministros' permanecerán algunos dias en el
real Sitio.


·«A pea. de haber estado Madrid sin gobiernó, dig'moslo'asl f ni
en Madrid ni en las provincias se ha alterado Di un solo momento·
la tranquilidad pública. _


«Vean nuestros leotores que oportunamente se ha echado á pro-
TOMO 111.




1150 HISTORIA DEL REINADO
bar fortuna la idea de la conciliacion de todos los elementos contra A
rios á la poHtica de nuestro partido y cuan urgente es dar en esta
tierra con una situacion que ha normalizado la· del pais, hasta el
pun.to de hacer imposibles acontecimientos que no queremos re-
Gordar!»


El· Imparcial' refiriéndose Si esos párrafos y coméntándolos
decia:


«Lo de haber estado Madrid sin.gobíerno, digámoslo asi, porque
el ministerio se hallaba á las puertas de la villa, pudiendo trasla-
darse á ella en caso de necesidad en breves momentos, y teniendo
en Madrid autoridades de toda su confianza, es una especie tan pe-
regrina, que no hay oro con que pagarla.


«Lo de no haberse alterado el órden porque los ministros han ido
á la Granja á despachar con S. M. como pudieron haber ido al pa-
lacio de la plazuela de Oriente, es otra e,specie que ya! ...


«Lo de ser absurda una coalicion de elementos liberales tratándo·
se de un gobierno que se va á la Granja, vuelve á los dos ó tres
días y nada ha ocurrido durante su ausencia, es otra especie que


. da quince y raya á las anteriores.
»Si nosotros fuésemos ministros, mas que mayorla en las cortes,


y confianza en el pais, y crédito en el extranjero y prosperidad en
el interior, pediriamos á Dios fervorosamente que' no nos diera de-
fensores tan sublimes como el ,Español porque de lo sublime á lo
ridiculo no hay mas que un paso, y ese lo da con estremada facili-
dad un amigo imprudent~!»


IL




Pocos dias despues el mismo periódico anunciaba que la ))az re-
nacia por ,todas partes, que el órden se hallaba asegurado, que el
espiritu revolucionario habia; sucumbido. c


IU viaje ñeJos reyes de Portugal que iban á devolver á Isabel
su interesada visita, puesto que la bija d'o Fernando llegó á temer
que se eOJlvirüeSenen:ágentes, instnimentos y cómplices de los re-
vGlueionarios' para~ formar' la Penlnsula Jbérica, y aprovecho la cir~
cunstancia de la CODclusioD de la via férrea para pasar á Lisboa,
ese viaje deeiamos t muchas veces aplazado llegó por' fin á verifi-




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 115 t
carS8, y á la vuelta de Francia D. Luis y su esposase detúvieron
en la Graoja, donde la corte les obsequió dadivosa, y debian pasar
en ·Madrid una gran revista... '


Todo se hallaba dispuesto: las tropas formaban en el Prado, la
multitnd se disponia á presenciar el espectáculo, Jos reyes salen de
su alojamiento y de repente elltra'general desconcierto',' singular,
alarma: la revistase suspende y todo es eonfosion hasta el::pun-·
to de que los reyes portugueses' apresuran su marcha dejando
intacta Ja comida preparada.


¿Qué es lo que habia sucedido2 El telégrafo funcionaba; llegaban
de todas partes noticias gravísimas: el ministerio se hallaba en el
mas terrible de Jos apuros y los batanones que forDl1lron para una
revista, recibian 'órdenesperentorias y debian emprender la marcha
en efecto' para í~s diferentes puntos.


Los capitanes generales y los gobernadores anunciaban por mo-
mentos grandes novedades y la revolucion anonadada y vencida se
p-tesenlaba amenazadora y pujante. "


11 •
.


El 19 dé agosto insertaban los periódicos los sigllien tes docu men-
tos . tomados de los de Barcelona:
Soldado~ del ejército de Cataluña: Vuestra actitud' presente eon-


firma el crédito de lealtad con que' sois conocidos. Tres· partidas in-
significantes.de facciosos, que mandan los bombresmas:d~sa~redi...;
tados por sus delitos comunes, son el pobre resultado que en' este
principado han obtenido .las gestiones de los revolucionarios'dlf'Ofi-: .
cio de dentro}j fuera del reino. Las signen de cercavuestros:deci ...
didos compaleros, <tue no tardarán en destruirlas.
. . Los. pacificos habitant~s de esta hermosa ciudad., se entregan,
como veis, á las diarias ocupaciones de su gloriosa. y célebre labo- .
riosidad y hasta al descanso y recreo COD. que la alivian y fortifica ...


»80nroso es para vosotros qué en el cumpFmiento de vuestrt1sde~
beres descansen la tranquilidad pública y la confianza-deJos ánimos.
l.a reina y la patria os lo agradecen-, y e~ su corazon.'lograv8 ·para
no olvidarlo, vuestro general.-El conde de Cheste.» ,¡ ..


El Gobernador civil por su partebJ\biadado.á luz estamani(es-
tacioo: . .




1l5! HlSTORIA DEL REIN.\DO.
-Gobierno de la Provincia de BarcaIona.-Tres partidas de gente


sublevada han aparecido ~n diferentes puntos de esta provincia. Man-
. dada~ por personas desconocidas, con desigual y escaso armamento,


no se conoce de ellos otro hecho que el de haber exigido dinero y
armas· en 40s pueblos donde consiguierof penetrar, sin poder en
ellos detenerSe sino escasos m&mentos: -


.tas leales tropas del ejército que de cerca las persiguen, darán
cuentJL de ellas en breve tiempo. Mientras tanto sirvame de satis ...
faccion poder anunciar al público que, lejos de hanar aoogida el su
tránsito, son repelidas de todas partes.-Barce]ona 16 de agosto
de 1867.-Cayetano Bona/oJ.»


El Eapañoll'efiriéndose á estos sucesos decia:
«tas partidas de facciosos que recientemente se ban levantado en


Catalulla y,que á estas horas han sido ya destrúidas por las tropas
leales y pemguidas por los mismos ciudadaDos paeifieos, ni tie-
ne bandera ni responde á o\ra ¡ntencion que la de encender la
guerra civil en el pais y trastornar la sociedad, apoderándose de
la hacienda agena y sembrando la desolacion y ~l espanto en los
pneblos. Ante semejante amenaza que pende sobre nuestras cabe-
zas dcsd810s tristes acontecimientos del !4 de junio, y las intento-
nas posteriores abortadas, es preciso que los hombres de órden se
unu eD eomun acuerdo y luchen para desarraigar esa semilla cor-
rompida que trata de emponzoftarJo todo. El gobierno de S. M. esta
resuelta" y enérgicamente d.ecidido á aniquilar para siempre, con
toda·la faerza d~ los medios de que dispone á los revolucionarios
de oficio y á CuaDtos les instigan y empujan donde quiera que se
presenten .


• No es esta ya época de contemplaciones de nioguna clase; se tra-
ta fle 108 mas altos y sagrados intereses; se trata basta de la iBde-
pendencia de la nacion espallola, vendida al oroextranger9 para el
dia del triunfo de la revolocion, con tal de encontrar-recursos con.
que sosteDer la alarma y promover los desórdenes; se trata, en fio,
de flue los que tengan algo que perder, caigan en manos de gentes
deseafreoadas, que luchan pM el deseo del botin, por el ansia de
repartiHe la propiedad de los demás y festejar con sangrientas he-
catombes su ~ctoria. El gobiernG ha detenido con mano fuerte des-
de su entrada en el poder á Jos revoltosos, y cuantos des9rdenes
ban intentado, han abortado inmediatamente por la sensatez de los
pueblos y la lealtad del ejército. Bntre las pequellas partida.s que en




DR!. ÚLTlli10BOllBON DI Isuih. 115:\
varios puntos y diversas ocasiones se han levantado, apenas ha
aparecido alguna persona conocida, y rara vez rugan soldado com-
prometido de los que emigraron de resultas de la saogrientajtl'nada
del ti de junio, y de los sucesos del 3 de enero. Esto demuestra
cual es el espiritu del pais, que se ha dado á conocer igualmente
en su eonstante reprobacion la los motines J en las pruebas deoon-
fianza conque se ha adherido á la poUtica del gohierno" por-loslIle-
dios legales que la ley del Estado le concede.»


V.


Decia La Gacela oficial, que por el estado de sitio en que el pais
se hallaba, era el único periódico. .
~L&S reiterados· esfuerzos 4le los revolucionarios se dieron la co-


nocer ostensiblemente en Castellon la BOOM delt5, donde int6llta-
ron algunos alterar el órden al gri\o de Viva Prim y la lAberlad,
siendo instantáneamente restablecido con la corta fuerza disponible
y presos ]a mayor parte de los princlpales autores. Al mismo tiempo
se levantaban partidas en las inme4iaciones de Barcelona yeampo
de Tarragona, logrando tambíen introducirse por alguDOS puntos de
la tontera, incluso el alto Arag~n. Desde las primeras noticias se


. pusieron activamente en movimiento algunas tropas para perseguir
estas pártidas. Uneseuadron de Alcántara batió UDa partida en Vi-
Jasar, haeiéndole algunos muertos y ochO prisioneros, y cerca de
Beus fueron batidos y dispersados unos 400 hombres que habían
salido de aquella ciudad. El propósito de los enemigos del órden
tenia, sin embargo, un carácter general que exigía adoptar medi-
das enérgicas y decisivas. Solo despuesde tan ostensibles pruebas
se decidió declarar en estado de guerra las provincias amenazadas
y las demás del reino, apoyando el gobierno las acerladas medidas
adoptadas. por Jos capitanes generales de Cataluna y Aragon. Las
poblaciooes seguían tranquilas en todo el rest. de Espalla y aun en
el territorio donde vagaban los revolucionarios, á pesar de que ea
algulos puntos eomo en VilIanueva y Geltrú y olras· de Hecho y
Ansó eran objeto. de sensibles depredaciones. Bubo que· multiplicar
por consilJuieaw, lti medios de represion, á¡ lo que se prestaron la
actitud pacffica y seDsata de los puebles mas impHtaates, y Dume ...




. .


1154
rósastropasse han dirigido á hacer decisiva la perseeucion de los
nuevos partidarioS': '. J
. lOAeosados los de Llobregat, se' presentan á las autoridades de-
poniendo l~s armas, por lo que se ha concedido indulto á los que
lo hagan anel término de' tres dias, . pasados los cuales se~án juz-
gados'sumaria y brevemente con arreglo á ordenanza. lO


El Capilao general de Catalona en telégrama dirigido al gobler"_
no decia: .


-En Reus completa tranquilidad. Las facciones del Priorato dis-
minuyen, esconden las armas y se dispersan. He lanzado cootra
ellos tantas foerzas que quedarán' completamente aniquiladas. Nada
temo. Las fábricas están funcionando. El batallon de las Navas debe
batir á Contreras, que parece se ha presentado en Sort. La partida
Aytonadisuefta~. ;. , . .


El Gobernador de Tartagona confirmaba estas noticias diciendo~
«Los sublevados huyen' de "las columnas que' los persiguen de


cerca: los partes" han exajerado su número: hay ya bastantes foer-
zas en eSta provincia. f.o incomunicacion con Barcelona y Gerona
fué lo que dió lugar á noticias alarmantes; pero la situaejo~ se des-
peja y se vence la sublevacion.lO


EIComandant& general de Lérida tambien confirma la presenta-
cion á las autoridades de A.ytona y otras.


«En Aragon se han encontrado los' rebeldes de los valles de He-
cho y Ansó sin extenderse á ningun otro punto. Fuertes columnas
combinadas. les obligarán bien pronto á abandoDar las armas. El
GobierllO ha dirigido además nJ}merosos refuerzos á los distritos que
se encuentran en operaciones para que cuanto antes quede testable-
da la tranquilidad.. .


VI.


El alzamiento en las provincias de A.ragon, Catalulla y Valencia
habia puesto en alarma al gobierno, que en vista de los terroríficos
partes que· se sncedian, llegó á creerse perdido irremisibl~mente.
Por eso desplegó desde los primeros momentos uoa,actividad febril
declarando toda la nacíon en estado de sitio y valiéndose del mono·
polio del telégrafo para mentir descaradamente como hemos visto




J.).BL ULTIMO liOUBOñ DE BSPAÑA. 1155
en Jos partes que dejamos insertos y se verá en los que traslada-
mos á continuacion:


-Gobierno de la provincia de Tarragoila. Las partidas revolucio-
narias del Priorato, reunidas bajo el mando del titulado general La-
gunero, han sido batidas ayer por las tropas mandadas por el bi-
zarro coronel de Toledo, comandante de las columnas qu~ operan
en· dicho punto en persecucion de los sublevados, . habiend6, conse-
guido ponerlos en dispersion",aban,doDando algunas armas que han
s.ido recogidas é inutiliz~das.


»Otra columna de fuerza del ejército, guardia civil y mozos de
escuadra, han batido en Santas Creus la partida revolucionaria que
recorría aquellos pueblos, obligándoles á abandonar la fuerte posi-
CiOD que ocupaban y á pronunciu-rse en dispersion.


»Es grande el desaliento con que huyen para evadir su captura las
fuerzas sublevadas, como resulta d~ los partes recibidos hoy por
el excelentisimo senor gobernador militar y en este gobierno de -pro-
vincia. ..


»Lo que de acuerdo con la referida antoridad militar me apresuro
á comunicar á fos alcaldes de los pueblos de esta provincia por me-
dio del· Boletín oficial extraordinario previniéndoles que lo hagan
publicar en el suyo respectivo pai'aconocimiento y satisfaccion de
los pacificos habitantes de las ·mismas. D


»Zaragoza i~t-Una pequefla columna ha tenido un encuentro
con la partida facciosa. El general que mandaba nuestras tropas tu-
vo la desgracia de recibir una de las primeras balas. tas tropas es-
casas en número se han batido con decisión y entusiasmo. .


»La Caccion es perseguida por las demás columnas. En los pue-
blos de la provincia, completa tranquilidad .


• Barcelona 21: Las facciones de Targarona y Baldrich han sido
. batidas y dispersadas en el Bruch por una columna, al mando del
brigadier Garcfa. Los revolucionarios han tenido nueve muertos. Se
les han cojido muchas armas y cinco caballerías.»


»Barcelona 2!!: Contit\ua inalterable la tranquilidad. El hermano.
del Noy de las Barraquetas se ha presentado al eapitan general so-
licitando indulto.


DEn las demás provincias completa tranquilid~d y confianza.
»Huesca !3: La poblacion completamente tranquila. Los enemi-


gos han tenido muchas bajas en ]a accion de esta manana, y se han
retirado á UD monte inmediato á Linas donde la aomon se verificó.




"




1156 HISTORIA DBL REINADO
De tres jefes de la partida facciosa ha sido muerto uno, y otro mal
herido. Las tropas se dirigen á Ayerbe .


. • Bareeloaa 11: Muchos sublevados de la partida que vaga do
Granollen se han acogido al indulto, y se .asegura que los demás
piensan presentarse esta 'noc~.


»Paris 18: El Prefecto deles Pirineos orientales dá parte de que
ayer maliana hubo UD ~ncttentro oerca de Sellent entre las tro-
pas de la reina, y una partida insurgente que fué batida ...


..




CAPíTULO CLXtIf·


SUMARIO.


Aspecto formidable de la revolucion. -Muere el general Zúñiga en la accion de Llinás
de MarcuelIo.-Persiguen las autoridades á l?s liberales.-Falta su jefe á la insurrec~
cion y se deshace.-Promesas de la reina y falta de cumplimiento.-Conducta
arbitraria del gohierno.


1.


Hemos insertado los partes del gobierno de Nansez en que se
observaba la intencion de desvirtuar por completo la verdadera ac-
titud' del pueblo y se ocultaban los progresos de la insorreccion que
en pocas bor.as habia dominado la provincia de Tarragona y el-lla-
no de Barcelona, presentándose á la vez Baldrieh, Lagunero, Esco- -
da, el hermano del Nog. TargaroDa y muchos otros jefes y activos
guerrilleros, que contaban con unánimes simpaUas en todos 108
pueblos, mientras que en el AmpurdaD y en las 'provincias de téri-
da y Huesca, penetraban numerosos grupos de emigrados mandados
por Contreras, Pierrad, Moriones y fuil otros, agrupando á los cara· •
bineros y avanzando háci3 el interior con tan buena fortuna que en
la accion de Llioás de Marcuello diezmaron completamente la co-
lumna de Manso de ZútHga dejando á ese general muerto en el
campo de batalla.


Cbeste no podia desguarnecer la capital de Cataluña y vió con
asombro crecer aquellas facciones hasta el punto de que muchos


TOMO 1lI. H'i




1108 HISTORIÁ DEL RIHNAOO
hubieron de retirarse á sus casas despues de alistarse por faltar ar-
mas y recursos para tanta gente, sin que se cometiese en los pue-
blos vejacion alguna' porque mal podian robarse á si propios Jos
que defendían la causa de la libertad.


11.


En Zaragoza y en Madrid fué terrible el pánico despues de la der-
rota de Manso, creyéndose que Makena tenia compromisos con la
revolucion como otros muchos generales.


Por lo demás, las autoridades en todas las provincias hubieron de
proceder arbitrariamente contra los Jiberales; y en muchos puntos
la situacion era critica por extremo. Gobernadores y capitanes ge-
nerales se mostraron á porfia agentes dignos de Isabel de Borbon y
seetarios de Narvaez.


Ellos buscaron en la intriga buen éxito para sus planes; ellos'
aprovecharon las influencias que tenian relaciones en el campo re-
volucionario; é Isabel hipócrita y hábil, pero al propio tiempo falaz,
prometió á su madre cambiar de conducta si se conjuraba la tor-
menta.


La actitud del partido republicano, que se armaba en masa,asus-
tó á los agentes revolucionarios, y viendo que los soldados en vez·
de pasarse se batían; que ]a revolucion lIegaria hasta sus últimas
consecuencias y pasando por cima de los obstáculos tradicionales,
realizária el famoso programa de todo ó nada determinaron cejar
en sus propósitos, retirarse, aislar el movimiento, despedir á los que
fiaron en sus promesas y dejarlos expuestos á la safta gnberna-
mental.


111.


f.o que con la fuerza no se hubiese logrado; lo que las extrata-
gemas de Gonzalez Bravo no podian evitar ,-que era imposible con-
tener y sofocar aquel gran alzamiento que debia hundir el trono de
Isabel,-se consumó por medios inicuos, y la desconfianza empezó
á reinar entre los hijos del pueblo al ver que, despues de muchos
dias, no se presentaha el jefe de la insurreccion, el que á los ojos




DEL ULTIMO BORBON DB ESPA.ÑA, 1159
del mundo pasaba por ser el alma, el inspirador de la gran inten-
tona.


Prim no aparecia por ninguna parte: aseguran que no pudo des-
embarcar en Tarragona con el cargamento de fusiles, y lo positivo
es que Baldrich y sus amigos comenzaron á despedirlas gentes que
se les presentaban; mientras el gobierno, concedia indultos á todo el
mundo, contradiciendo su conducta de siempre, entonces mas que
nunca justificada porque realmente se combatia directamente el
trono. ,


A juzgar á Narvaez y á GODzalez Bravo por su actitud en aque-
llos dias, y al ver como Isabel prodigaba los rasgos de munificen-
cia, perdon y olvido se creeria uno trasportado á las regiones de la
utopia; pero examinando ]as cosas con atencion y recordando á to-
dos lo que sé decia en todos los circulos se comprende perfectamen-
te el juego.


Llamábase armisticio al desarme de los revolucionarios y duran-
te mucho tiempo se creyó que el gabinete sería reemplazado por un
ministerio de progresistas templados que prepararian la transicion
mientras se harian 'nuevas elecciones, y ante las cortes presentaria
Isabel la abdicacion para no ser humillada y sostener aquel trono
desvencijado y vacilante. Yeso parece que debió ser ofrecido por
la hija de Fernando á Cristina, que ejercitó su influencia, consiguien;..
do asi que la revolucioD se sofocase.


IV.


No aprobarfamos, claro está, la conducta de los que en ese plan
pudieron intervenir, porque no se debe jugar con la sangre genero-
sa del pueblo que lucha desinteresadamente por su honra, por fa
libertad y por el derecho de todos; mas pudo ser inspirada por pa-
triotismo, lo que nn eximiría de la responsabilidad á los que se de·
jaron coger en un lazo groseramente urdido; y lo único que podian
hacer era haber marchado sobre Zaragoza? ya que f~n aquel punto
podian organizar su elemento militar para impedir que las cosas
pasaran adelante y que el pueblo dedujese las últimas conseeuen-
cias. Pero renunciar á su propósito rué una torpeza insigne, y que-
dó expuesto el general Pierrad en ese juego, porque Moriones, mien-
tras aceptaba UDa onza de chocolate, llevó la columna á la frontera,




1160 , STORIA DEL Il~INAD:)
y tuvo que marchar por inaccesibles vericuetos antes de llegar á la
frontera.


Isabel, como quiera que sea, á todo accedió, se comprometió so-
lemnemente á variar la politica" general, y una vez conseguido el
objeto con esa desfachatez propia de los Borbones, con ese cinismo
que habia distinguido á su padre, el perjuro, olvidó sus promesas
y se decidió á sostener aquella situacion cuanto pudiera.


v.


Horrible era aquel ,tranee que debió desconcertar para siempre
A los conspiradores de pacotilla, que jugaban albures semejantes,
gravísima y complicada la situacion para aquellos que no sabian
explicar el plan oculto' y los secretos manejos de la corte en el cam-
po revolucionario. Los que habian penetrado en Esplí'ia confiando,
sino en el triunfo, en la lealtad de los jefes y de los comités que se
ballaban al frente de la insurreceion; los que presenciaron la for- .
macion de las columnas en eataluna, porque columnas y no parti-
das se formaron en pocas boras alrededor de los que dieron el gri-
to, DO acertaban á descifrar como y por que causas se frustaban sus
propósitos.


Los que contribuyeron á la victoria de Marcuello, 103 que asis-
tieroo á aquella caro pafia y pudieron hacerse cargo de la ansiedad
y el pánico que causó entre Jos soldados realistas la muerte del ge-
neral Mdnso, se pr.:!guntaban alóDltos el porque de la vergonzosa
retirada, cuando se podia llegar á Zaragoza sin disparar un tiro y
arrojar desde luego la corrupcion y el "despotismo que nos abru-
maba. .


En la emigracíon".hubo entonces una gran indignacion que es-
talló bojo mil formas y se dirigieron á los jefes de la intentona las
acusaciones mas graves. Las víctimas no fueron escasas; pero eso
nada significaba al lado de los tremendos desengaftos, de la decep-
CiOD sufrida, cuando parecía que iba á nacer esplendente el sol de
la libertad, cuando los pueblos todos se lanzaban en masa á la re-
volucion.




OEL ÚLTIMO BOBB9N DE .ESPAÑA 1161


VI.


D. han Prim fué entonces abandonado basta por sus mas inti-
mos amigos 'f como consecuencia de esos. desgraciados sucesos
duró la escision muéhos meses y las recriminaciones entre Jos ge-
nerales produjeron gran escándalo. Como veremos se celebr-á mas
adelante una gran reunion donde se dieron. explicaciones no muy
satisfactorias para mucbos; pero que fueron para algunos bastantes
y aun sobradas.


En tanto como es de suponer, Madrid y todas las grandes po-
blaciones pareciau verdaderos campamentos, las prisiones se llena-
ban, iban y venian los ciudadanos de uno á otro punto á merced
del capricho de los bajaes. El conde rle Ches te prendió en Barcelona
muchos cienJos de personas, embarcándolas para diversos punlos, y
llegó á tal la suspicacia, que aquellos q'Je mas sensatos y pruden-
tes parecian, fueron mezclados con los que llamaban canalla y hez
de la poblacion.


Nuestro querido amigo Anselmo Clavé se vió obligado A salir de
Barcelona, fijándole Zaragoza como punto· de residencia, y el capitan
general de dicha poblacion le envió á disposicion del capitan gene-
ral de Madrid que era entonces Mayalda. Este le dijo quese le pre·
sentase todos Jos dias y no sería molestado, y á las pocas horas se
hallaba en el Saladero por órden del ministro de la Gobernacion A
pesar de sus protestas. Espectáculo trisle y doloroso era ver en aque-
llos momentos la cárcel citada. donde llegaban todos los días cuer-
das de presos y donde eran sepultados multitud de ciudadanos; Jos
antiguos redactores de La DJ8Cusion Beltran, Rios y Portilla, Sal-


. meron y otros, el médico Valle y los ciudadanos Cardetias y SardA,
catalanes, Mariano Garcfa Criado, García y Garcfa etc. etc.


El número de víctimas por'lo demás no estuvo en proporcion con·
Ja magnitud y gravedad de los sucesos, lo que demuestra evidente-
mente que no hubo victoria ni vencidos.


Los ayuntamientos fueron cambiados en todas partes y la reac-
cion se aprestó mas que nunca á la defensa, viendo euan efimero
era el poder que se atribuia.




CAPÍTULO CLX1V.


SUMARIO.


Manifiesto del general Prim.-parangon que hace la Espaiia.-Opinioll de la prensa.
Polémica entre el Español y el Pensam;CJ1/o.-\'()nida de Cristinl\.-Crísis obrera
en España.-Pl'otestas y manifestaciones del ejército.


I.


En los primeros dias de octubre publicaron los periódicos un ma-
nifiesto del general Prim que La España comentaba en estos tér-
minos, despues de insertarle como lo hacemos nosotros (3):


_Asi dice D. Juan Prim desde Ginebra en el arIo 1867: así decia
en el palacio real de Madrid del alio 1861 el entonces marques de
los Castillejos. Sépalo Europa, sépalo Suiza, cuyos hijos célebres
por su lealtad tienen (ama de saber como se guarda un juramento.


»SerIores; al recibir hoy la investidura de la grandeza de Espalia
de primera clase con que V. M. se dignó honrarme por los servicios
que tuve la fortuDa de prestar en la reciente y tan gloriosa campa-
na de Afrjca, es mi primer deber inclinarme agradecido ante mi
reina y señora, por haberme elevado á tal altura, que me permite
marchar al iguat de los mas nobles serIo res de vuestra corte, y que me
hace grande como los mas grandes del reino.


»En todos tiempos los reyes de Espana ennoblecieron á sus hom-
bres de guerra, y este es el origen de los blasones que hoy ostentan
los ilustres descendientes de 108 Osunas, los Abrantes, los Medina-




DEL ULTIMO BORRON DE ESPAÑA. 1 t 63
celi y otros tantos capitanes que con sus esfuerzos valerosos ilus-
traron mas y mas las armas castellanas, ilustrándose á si mismos.


«Si el deber de un general como el de todo militar es servir siem-
pre con lea1tad y v~lentia á su reina y á su patria, cuando este mili-
tar, cuando este general sea grande de Espana, 6qué no deberá inte,n-
tar para hacerse mas y mas digno del aprecio de su augusta reina,
que tanto le ennobleció? Deberá hacer, seriora, lo que, puesta la
mano en el puno de su limpia espada, promete hacer el marques
de los Castillejos, defender vuestros derechos al trono de las Espa-
n(lS contra los que osasen atacarlos, y defender tambien vuestra per-
sona siempre, en todas ocasiones y cualesquiera que fuesen las vi-
cisitudés de los tiempQs, hasta derramar la última gota de mi sangre,
hasta exhalar mi último suspiro!»


n.


Los periódicos que se titulaban monárquico-religiosos se habian
visto obligados, para no ser suprimidos; á firmar ante el general
Hoyos, despues de los suceSO$ de junio, una declaraeion dinástica y
El Pensamiento Elpañol, con ocasion del manifiesto de Prim y de la
pnblicacion del Eco de Aragon que reapareció, titulándose progre-
sista, apenas desapareció el último resto de la insurreccion de 186'1
decia lo siguiente:


«Hoyes el dia de sorpresas. Despues de la admiracion que nos
ha causado ver reproducido en las columnas de algunos periódicos
de la mañana el manifiesto ae Prim, nos ha sorprendido no poco la
reaparicion del Eco de Aragon que sustenta francamente las ideas
del partido progresista segun se espresa en su primer número de es-
ta segunda época.


»El Eco de Aragon reanuda sus trabajos suspendidos durante un
corto tiempo. Que este periódico seguirá sustentando las doctrinas
progresistas; está de mas el repetirlo: progresistas nacimos á la vi-
da pública; progresistas he~os sido, á pesar de las vicisitudes por
que viene atravesando nUffstro partido y progresistas nos propone-
mos morir.»
- -Esto quiere decir que entramos en una nueva era-de combate.
Combatiremos pues con la ayuda de Dios por su santa causa, y 8010
por ella; por la i'eligion católioa y solo por el/a; pero combatiremos




116! HISTORIA DEL REiNA.DO.
con nuestro antiguo denuedo, con nuestra constante fé hasta exha-
lar el último aliento.»


El Español hacia los siguientes comentarios á las anteriores li-
neas:


.Si nuestros leetores se dignan comparar estas palabras con las
mas salientes del manifiesto de D. Juan Prim que ayer publicamos,
encontrarán entre ambos testos nna semejanza completa. Donde El
Pensamiento dice religion, don Juan Prim dice libertad: ambas pa-
labras sirven para disculpar una rebeldia, pero las del Pensamiento
son mas criminales, porque D Juan Prim habla desde el extranjero
baja la presion de una condena de muerte y El Pensamiento, ocul-
to bajo su manto hipócrita, se publica en Espafla y pide diariamen·
te consideracion y respeto del gobierno en nombre de sus princi-
pios.


»Auncuando es muy horrible el papel de delator que desempefia
El Pensamiento en las anteriores lineas nosotros no nos permitire-
mos imitarle. Bástenos hacer constar que sus palabras son las mas
graves que en Espafla se bao publicado desde 1865. y que solo una
confianza mal tenida de la que ha abusado sin duda, ha dado lugar
á su publicacion.


-Por lo demás, sus protestas deben tener SiD cuidado al publico:
eso de luchar hasta la muerte es una hueca baladronada, porque to-
do el mundo sabe que faltando á sus mas solemnes promesas anterio-
res, El Pensamiento Español escribió bara un año una protesta en-
teramente contraria á sus doctrinas por el temor de ser suprimido.


»¿Quién nos asegura que su protesta de ahora no sea motivada
por un sentimiento igualmente desinteresado?»


111.


El ministerio pues titubeaba: se hallaba al borde del abismo ha-
bia medido su inmensidad y retrocedla espantado. Eso significa.ba
acaso las frases delperiódiro de GODzalez Bravo que merecieron á
El Pensamitflto la siguiente réplica .


• Dedamos refiriéndonos á la publicacion del Manifiesto de Prim
y á la aparicioD de un diario francam~Dte progresista, de cuyos
acontecimientos tuvimos sucesiva noticia, declamos repetimos, que
era dia de sorpresas.




DEI. ULTlMO BORBON DE ESPAÑA. 1165
»Hoy continuaD; pero la de hoy francamente, es mayúscula, com-


pletamente inesperada, de aquellas que pocas veces se reciben en
la vida.


»Esta sorpresa nos Ja ha proporcionado El Español con el incali-
ficable articulo siguiente que copiamos sin quitar ni aliadir una tilde.


»Trabajo nos ha costado atinar con la razonde la ira conque El
Español h,a escrito las anteriores lineas, lo cual prueba tres cosas;
1.' que nosotros explicamos sencilla é inocentemente un hecho, sin
caer en la cuenta. de que podia: irritar á El Español; ! .. que de es·
te hecho résulta algo que nosotros quc no somos políticos no habia-
mos previsto que no se nos habia pasado, ni podía pasársenos por
la imaginacion y que el celoso cuidado de El Espmiol, adivinó en
seguida para tomarse la pena de enfurecerse y tronar contra nos-
otros; y 3. a que El Español no sabe siquiera la doctrina cristiana.


»No podemos resistir, sin embargo, al deseo de decir á El Espa-
ñol que hay un papel mucho mas horrible todavía que el de dela-
tor y es el- de abusar de su posicion para caluminar sobre seguro
al adversario.»


He aqui la respuesta no menos agresiva que le dirigía El Español.
»Muy pocas palabras tenemos que decir á El Pensamiento E,·


pañol en contestacion á las que anoche nos dirige.
»EI escándalo que susamenaza8 de ante anoche han causado en


toda' la prensa es la mejor justifieacion de nuestro ataque de ayer.
Todos los periódicos han tenido razon para arrojar un poco de lodo
á la frente de quien hace un ano _se humillaba suplicando que no
se le interrumpiera un negocio mercantil, y aprovecha una distrac-
cion para fomentar ese- mismo negocio á costa de la religion y de la
paz de su patria.


»A.lo:de que hemos abusado de nuestra posicion, no creemos ne-
cesario contestar. Los hombres que un dia y otro maldicen de los
periodistas, sus campafteros y amigos, á quienes tal vez han debi-
do el sustento, y los ,deshonran por todos los medios posibles: los
que porque viyen en una nacion falta de cultura no se desdelian en
rebajar su talento hasta defender las mas absurdas preocupaciones
valiéndose de que hay quien se deleita y paga esas defensas; los que
en fin, escriben párrafos como el qu.e ayer comentábamos, y los es-
criben en nombre de la religion pugnando por fomentar un cisma
no merecen consideracion de ninguna clase, ni tienen derecho á que
se les trate como á los demás.


TOMO 1lI.




1166 HISTORlA DEL REINADO
»Si tuviéramos esa influencia que El Penaamienlo supone en las


decisiones del gobierno, pidiéramos con toda tranquilidad de con-
ciencia la suspension de El Pensamiento Eflpañol, en nombre de la
moralidad púhlica .y de la tranquilidad humana.


»Es cuanto nos ocurre.»
Era pues difícil la situacioD del gobierno que tanto venia halagan-


do á los reaccionarios, hasta el punto de hacerles concebír la espe-
ranza de un próximo y completo triunfo.


Por eso se mostraban tan enorgulf'ecidos, por eso confiaban en la
impunidad, y se lanzaban sobre ]a prensa pretendiendo destruir to-
do elemento liberal, toda idea de progreso.


IV.


Por ]0 demás la situacion del país era gravisima en extremo, yel
ministro de Fomento Orovio que hizo un viaje de exploracion se
halló sorprendido al encontrar en la provincia de Cuenca solo, mas
de SESENTA y CUATRO MIL BRACEROS completamente desocupados, lo
que revelaba el hondo malestar que venia" agoviando á Espana y
debia traer un desquiciamiento en las esferas sociales, si pronto y
con urgencia no se salvaba la tremenda crisis.


Cristina empujada siempre por su deseo de interponerse entre la
revolucion y su bija, volvió á Madrid en aquellos dias.


El gobierno dirigió una circular á los representantes en el ex-
tranjero explicando á su manera los últimos acontecimientos por ver
si conseguia hallar recursos y reaUzar completamente la conversion
proyectada en las plazas de Londres, Amsterdam y Paris, ya que no
podia conseguirlo por si, con sus esfuerzos· inauditos, el flamante
marqués de Barzanallana. Y mientras tanto aflojaba los tornillos á
la prensa, que discutía ya con cierto desahogo todas las cuestiones.


A la vez que esto sucedia, )a Gaceta publicaba otra nueva série
de protestas y manifestaciones de Jos jefes y oficiales de Jos cuerpos
del ejército, con ocasion del manifiesto de Prim, que se discutia du-
rante mucho tiempo, especialmente por la prensa unionista. Podia
divisarse en esta evolucion )a tendencia á fundirse Jos elementos li-
berales, que asi se calificaban los unionistas cuando se trataba de
la situacion, y sus órganos que pedian el concurso de todos los con-
servadores. Inocente juego de palabras que debia traer graves con-




DEL ÚLTIMO BOBllON DE ESPAÑA. 1167
secuencias en adelánte, la iniciada fusion, la coalicion iba ganan-
do terreno y preparándose unos y otros para nuevas mistificaciones.


v.


En la imprenta surgieron grandes modificaciones yEt Espaftol y
El Pensamienlo, los que habían sostenido la polémica á que hemos
aludido 'en párrafos anteriores, se despoblaron pubHcándose dos
nuevos órganos de la publicidad, dirigido el UDO por Valero y Soto
para reemplazar al hasta entonces órgano del ministro de la goher-
nacion, que se declaraba independiente, yel otro tituiado La Cons-
tancia, que debia ser dirigido por Nocedal para mantener en el l1i-
nastismo á la mogigatocracia llevada á extraviados senderos por el
mistico Navarro Villoslada.


Tratos y contratos y pabildeos especiales debieron mediar, y los
neos y los moderados habían reconocido la pujanza de la idea revo-
)uciQnaria cuando se avinieron á torcer por completo su camino,
abdicando su intransigencia y acercándose á la teoria constitucional,
cuando á velas desplegadas caminaban á su abolicion. ¿Qué habia in- '
fluido para dejar bajo la presion del estado de sitio, mayor libertad
á la prensa Jiberalllue en el ano transcurrido~ Sin duda alguna ha-
bia en todo aquello una serie de transacciones y contaban con que
UDa buena parte de la emigracion aceptaria la nueva situacion v
eon la aquiescencia y benévola actitud d~ la union liberal, que y~
por aquellos dias babia mostrado claramente sus sirn patías Mcia la
revolupioD, puesto que nadie se babia ofreoido en el reciente con-
mclo, á pesar de sus terrib(es proporciones, de su caracter demo-
crático 'J de la influencia que debia ejercer para lo futuro.


El hecho es que los periódic(ls discutian ya cuestiones políticas, y
parecia como si el oleaje reaccionario, des pues de llegar ai limite
máximo, se retirara avergonzado de su propia obra.


VI.


No era empero tan lisongera ni tranquilizadora la situacíon y ca-
da dia aparecian muestras del desconcierto, anunciándose con gran




1168 HISTORIA OiL REINADO
insistencia la coalicion de la union liberal con aquellos que prose-
guian la destruccion de los obstáculos tradicionales.


Posada Herrera permane~ia en su pais, Rios Rosas se hallaba en
Portugal, viajaban Serrano y otros, mientras Q'Donnell se fijaba cero
ca de la frontera, y todo eran misterios. Llegó á decirse un día que
el jefe de la Union pretextaria una enfermedad para poder burlar la
vigilancia de las autoridades y presentarse donde fuera preciso para
acabar de una vez con la dinastía opresora.


Llega á Madrid la noticia de esa enfermedad y todo el mundo es-
peraba; pero cuando come'hzaba la agitacion y los comentarios se-
guian á las esperanzas, un telégrama anuncia que el qua llevó la
guerra al Atriea ha fallecido.


Era tocto un acontecimiento bajo aspectos distintos y aquello fué
una verda.dera bomba que cayó entre los partidos, porque se veia
la trascen dencía, del suceso ya que sea forzoso conceder gran valor
á la figura del de Tatuan.


La reina volvió á respirar por algunos momentos, y mandó cele-
brar con solemnes exequias y homenajes de todos géneros el impor-
tante suceso. La prensa debatió largamente respecto á si la Unton
liberal quedaba disuelta ó si se reconstituiría y el general Narvaez
al depositar el cadáver de su antiguo amigo se vió precisado á decir
algo pronunciando las significativas frases que trasladamos.


«Señores: Todos los dias y á cada instante estamos obligados á
contemplar la flaqueza humana y la pequeñez de la existencia del
hombre. Aqui tenemos el cuerpo inanimado de un guerrero valero-
so que afrontó los peligros, que despreció los riesgos, y que tanto
bri1lo dió á la milicia; y á pesar de haber derramado su sangro ge-
ner6sa muchas veces en defensa del Trono y de la Reina, y en el
servicio de su patria y de las instituciones liberales, todavia pudo
creer, y nosotros podíamos esperar, que prolongaría su existencia
por mas tiempo, para continuar prestando nuevos servicios, y cuan·
do llega al apogeo da su gloriosa carrera y cuando podia creerse
feliz, rodeado de su familia y ningun peligro le amenazaba ... j Dios
dispone de su vida! ... ¡Cuántos dolores van unidos á este golpe de
la providencial Su ilustre esposa ha perdido un consorte fiel y ca-
rinoso; su familia un protector solicito de su bien y felicidad; sus
amigos un amigo consecuente y apasionado; la Reina un súbdito
que le ha prestado emínentes servicios; la patria uno de sus mas
esclarecidos servidores, y el ejército un caudillo que supo condu-




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 1169
.


cirle á la victoria y cuyas altas dotes de mando difícilmente podrán
ser reemplazadas.


»Qne el sentimiento de que estamos todos poseidos, y que las sú-
plicas que elevamos fervientes al Cielo por el eterno descanso de su
alma, sirva para que Dios le haya recibido con su infinita miseri-
cordia.


»Permitidme seriores que os manifieste UDa amarguísima refle-
xion. Yo fui siempre un amigo sincero del duque de T~tuan, la po-
Utica nos separó, porque en Espana, desgraciadamente, desde mucho·
tiempo, se hace con tanto calor, yexaltando tanto las pasiones,
que es tan estéril para el bien, como fecunda y potente para el mal.
A pesar de esto yo le conservé siempre el mismo afecto, y me per-
suado de que el duque de Tetuan participaba respecto de mí de los
mismos sentimientos; sus sentimientos y los mios tuvieron, sin em-
bargo, que ceder á la intolerancia de las pasiones. Yo no espero
ver mejores tiempos; tengo mucha edad; me quedan pocos anos de
vida; pero deseo ardientemente que los que. me sobrevivan, vean
lucir épocas mas felices, para que puedan, consagrándose al servicio
de la reina y de la patria, dar tambien latitud y espansion á los
verdaderos sentimientos del coraZOD, porque solo asj, y esta es mi
creencia, podrá esperarse la regeneracion y verdadera grandeza del
pais.»


La importancia del suceao, en aquellos momentos se acrecentaba
por los mismos rumores que deja~os indicados, en virtud de los
cuales podia considerarse como un nuevo desencadenamiento de las
pasiones, libres ya de compromisos, al parecer, los que se habian
coaligado para un objeto definitivo.
Co~o quiera que fuese, todos los hombres importantes del unio-


nismo se conmovieron, decidiéndose á celebrar UDa junta donde se
fijase el punto de partida y la marcha 'que en lo futuro debian se-
guir.


Babia ya compromisos adquiridos y los hombres que en 1854 se
habian lanzado al'campo de Guardias sin madurar el proyecto de-
cididos á correr los sucesos moderándolos y dominándolos, segun
pudiesen, iban anora á plantear en las esferas del poder, lo decidido
y lo acordado por algunos de sus jefes. El cuilado de Isabel tenia ya
desde mucho tiempo tratos intimos y relaciones dentro de la falan-
ge de Vicálvaro, y el gobierno que lo sabia, acaso se preparaba con·
tra toda eventualidad albagando al país con la perspectiva de un




1170 HISTORIA DEL REINADO
cambio formal en su marcha y dando una especie de amnistfa que
abría las puertas de la patria á muchas personas y predisponia á
casi todos para salir de los encierros y de los presidios.


Bé aquí en los términos que estaba concebido el decreto basado
en la promesa hecha ante el cadáver de O'Donnell por el general
Narvaez:


«Ministerio de la Guerra-Exposicion á S. M.-Senora: Los su-
cesos politicos del mes de agosto último, por su tendencia revolu-
ciolHlria y por las circunstancias de que se presentaban revestidos,
prodncian en el pais, una alarma de tal con"idi'racioD, que el go-
bierno de S. M. se creyó en el deber de apelar desde luego á las
mediJas extraordinarias que para estos casos autorizan las leyes; y
con el fin de restablecer pronta y enérgicamente el órden público,
gérmen principal de la prosperidad de Ja nacion, por reales órde-


. mis del 17 del referido mes, dictadas de acuerdo cou el consejo
de ministros, se declararon en estado de guerra todas las provincias
del reíno. TermiD~dos felizmente aquellos acontecimientos, restable- .
cida la tranquilidad de ulla manera decisiva yen plena paz y sosiego
todos los pueblos del territorio esrañol~ considera el gobjerno que es
llegado el caso de levaufar el indicado estado escepciünal, y se con-
gratula al p'roPQlH'r á V. M. la auopcion de Ulla medida que des-
cansa muy prioeipa\ffie:!lte en las lisonjeras condiciones en que el
pais se encllfDtra.


»)Funda1o 1:0 i',..-Ias cOllsi.:kracio¡¡n, d ministro que suscribe, de
acuerdo cen el consejo de mini:str(~i, tirJfjt! ti a~w hcnor .je someter
á la aprobacion de V. M. el siguíente prnyeeto de lkcreto:


»ArtÍculo 1.0 Queda desde esta fecha. levantado el estado de
guerra en todas las provincias de ia monarqula.


:oArt. 2. 0 los tribunales y autoridades civiles entrarán desde
luego en el desempeño de sus atribuciones ordinarias.


»A.rt. 3. 0 Las causas que se hallen pendientes serán remitidas
para su continuacion á los tribunales Hamados á entender en ellas
en estado normal.»


VII.


Nada queremos decir de ese documento arrancado á Isabel por la
fuerza de las circunstancias, y porque pudo muy bien comprender
el inminente peligro en que se hallaba.




DEL ÚLTIMO BORBON DE BSPAÑA. 1171
Por entonces apareció un folleto de García Ruiz en que explicaba


ó pretendia historiar 1a marcha de la revoluciono lIé ll!lU\ algunos
párrafos importantes de es~ document/)o


«El !!lO de abril de 1865 debió tenf:r lugar e! aizdniento de Va-
lencia con su guarnicioll, para dDlJlle salió el g~:nera¡ Prim; el de la
Mancha con tres ó cuatro regimientos de caba-lIería, á donde fué el
general Latorre, y tambien el de Zaragoza donde fueron el señor Ri-
vero y el que esto escribe. El alzamiento no tuvo lugar. El pueblo
siguió retirado en el Aventil1o.


lIlEI dos de junio R¡~ui(mte se acercó el general Prim desde Fran-
cia á las puertas mismas de Pamplona que debió sublevarse eoo la
ciudadela y la mayor parte de la guarniciono Pamplona p6rmanece
tranquila y el pueblo sigue retirado en el Aventioo.


»EI 10 de junio siguiente, esto es, á los ocho dias justos, el ge-
neral Prim atravesando el Mediodia de la Francia; se embarca en
Marsella y llega á las aguas de Valencia; penetra en esta éiudad, en
donde se encuentran sus mejores amigos de Madrid, quienes le ase-
guran de palabra lo que ya le habian dicho por escrito, esto es, que
toda la guarnicion, á la cual secundará el pueblo, está dispuesta á
sublevarse si él se pone á su frente: todo está }a dispuesto, las tro-
pas puede decirse que en órden de batalla; el éxito parece asegurado
de antemano; pero en el instante mismo de empezar es preso'el co-
f{)nel Alemany, titubean los demás jefes comprometidos, el paisa-
.naje no se mueve y el general Prim, abandonado de todos, logra
salir en medio de terribles peligros de la ciudad y ganar en treS dias
en una triste barca peseadora el suelo berberisco. El pueblo sigue
retirado en el Aventino esperando que el hado le vuelva á la ciudad,
y la Union liberal sustituye éaprichosamente en el poder al partido
moderado histórico.»


VIII.


Despuesnarraba el autor los sucesos del 10 de abril, dia en que
pudo explotarse la irritacion de) pueblo de Madrid, si se hubiera in-
tentado una verdadera revolucion, y proseguia en flstOS términos la
descrípcion de los sucesos del 3 de enero y siguientes.


«Seguia el pueblo retirado en el Aventino esperando sin duda des-
cender de él en ocasion mas propicia, cuando el general Prim se la




11 '12 HISTORIA DEL REINADO
proporcionó levantando bandera el 3 de enero de 1866 en VilIarejo,
provincia de Madrid, á donde se le unieron los dos regimientos de
caballería de Bailen y Calatrava, que estaban acantonados en Oca-
na y Araojuez, fuertes ambos de 700 caballos, mandados por los
comandantes Basios y Terrones. Debieron seguir al héroe de los
Castillejos otras fuerzas militares acantonadas en Alcalá y en los al·
rededores de Madrid, segun SQS compromisos; pero faaaron á estos,
fuese voluntariamente ó por"falta de direceion tan necesaria en todo,
como desatendida ó mal impulsada en todos estos movimientos re ..
volucionarios. El general Prim, perseguido por diferentes columnas,
no abandonó en diez ó doce dias los alrededores de la corte, á la
mira de que esta le secundase; recorrió parte de la Mancha, y ame-
nszó penetrar en el corazon de Andalucia: atravesando despues los
escarpados montes de Toledo se presentó cerca de Talavera, volvió
des pues á la izquierda, cruzó el gran valle del Guadiana y este rio
por entre Don Benito y VilIanueva de la Serena; se dirigió á Frege..; ,
nal de la Sierra no lejos de las provincias de Sevilla y Huelva, cada
día mas acosado por las fuerzas del gobierno; y viendo que nadie le
secundaba, se entró en Portugal, sin haber perdido un solo hombre,
á los veinte y dos dias de su alzamiento en VilJarejo.


»¡Y el pueblo seguia retirado en el Aventinol Y la Es pafIa entera
vió impasible la bandera de la revolucion levantada sin pensar si-
quíera en salir á sostenerla en parte alguna! Unicamente lo intentó
Madrid por medio de algunos patriotas y la escasa guarnicion de
Alcalá de Henares por condueto del desgraciado eapitan Espinosa:
los patriotas rle Madrid fueron engallados y ven'didos, tocándole una
gran parte en la desgracia á la redaecion de El Pueblo, en donde se
hicieron diez y ocho ó veinte prisiones la noche del 8 al 9 á causa
de haber faltado á la palabra empeliada no pocos jefes de los dife-
rentes cuerpos de la guarnicion, y el primero un comandante del
regimiento de Isabel 11, que no sabemos como dará cuenta de su
conducta á los hombres serios á quienes repetida y formalmente ga-
rantizó la sublevacion de dicho regimiento de la cual dependia la de
otros v8rios.


-Mientras Prim tuvo enhiesta su bandera, nadie decia una pala-
bra; todo marcliaba regularmente esperando de él y de sus setecien-
tos ginetes la redencion de la patria; pero desde el instante mismo
en que ganó la frontera portuguesa, empezó esa série obligada de
recriminaciones, de lindos planes, de cálculos lisonjeros y de prole-




DEL ULT1l\1O BORBON D.& 1!SP.~~!.. 11 '73
cías á posterior; qUí~ generalmente aeompaña á todos los desastres y
á todas Jas catásrofes.


»Nadie le ha seguido porque nadie sabia á donde iba: su bandera
no tenia lema y por eso el pueblo permaneció con los brazos cru-
zados.»


IV.


«Nombráronse cuatro comandantes generales para las cuatro pro-
vincias, todos militares de alta graduacion, á saber: de Gerona, el
coronel don Fernando Pierrad; de Lérida, el coronel. don Eugenio
Gaminde; de Barcelona, el coronel dOD Gabriel Baldrieh, y de Tar-
ragona el teniente corone) don José Lagunero. El general don Juan
Contreras, que debia entrar por el Valle de Aran y bajar por la pro-
vincia de Lérida hasta encontrarse en el corazon de Cataluña, fué
nombrado capitan general del principado, y el general don Btas
Pierrad que debía entrar en union del coronel don Domingo Morio-
Des por la frontera de Hue!'ca en "frente de Jaca, fué nombrado ca-
pitaD general de Aragon. A Portugal se mandó al brigadier Milans
del Boscb para que viera de recoger la poca emif{racion que alJi ha-
bia y lanzarla' sobre Exlremadura y Andalucía de cuya capitanía
general debería él eQeargarse caso de que la victoria se hubiese in-
clinado del lado de la revoluciono


El general don Carlos Latorre, nombrado eapitan general de Va.-
lencia. se fué para su destino arrostrando intrépidamente inmensos
y terribles peligros mucho antes del 15. Por la parte misma de Hues-
ca debía entrar el teniente coronel en situaeíon de retiro, y ayudado
de varios paisanos emigrados, formar, si los acontecimientos lo
permitían, uno, dos ó mas bataJlones de cuerpos francos en el Alto
Aragon. No hacemos aquí meneion de los emigrados encargados de
entrar por la frontera de Guipúzcoa y Navarra ni tampoco de los
comisionados que fueron á diferentes provincias de Espafta con el
encargo de hacer sublevar la tropa que parecia comprometida yor-
ganizar el paisanaje, porque escribimos esto con el mas exquisito cui-
dado á fin de no comprometer lA nadie con re,,"elaciones imprudentes;
y si arriba dejamos consignados algunos nombres es porque las per-
sonas que los llevan no corren, como emigrados antes ydespues del
movimiento, ningun riesgo. Adoptadas estas disposiciones y acor-


TOMO 111. H!I




11"1 ( HISTORIA DEL R.lINA DO
dado resuelta y definitivamente que el general Prim,entrarja en Ca-
taluiia, para tomar como general eH jefe el mando de todas las fuer-
zas revolucionarias asi de la tropa como del paisanaje, publicó sus
correspondientes proclamas.


v.


Como se desprende del relato que Garcia Ruíz llega á hacer
todavia mas detallado, citando á Cuchet, Monreal yel teniente .Bar-
rios que debían formar un batallon en Puigcerdá, apoderarse dd esta
plaza y proteger al general si fracasaba el golpe en Valencia. Se-
gun las noticias del folletista, estos seiiores, escepto Barrios, faltaron
completamente la sus compromisos, teniendo Monrealla desgracia
de inutilizarse en las repetidas entradas que hizo por la frontera.
Como sabemos á esto atribuye Prim en su manifiesto el aborto del
plan revolucionario puesto que no pudo penetrar en Espana, como
hubiera podido hacerlo por la parte de Aragon donde se hallaba
Pierrad. ¡,Por qué no tué hácia aquel punto donde estaba seguro de
encontrar elementos? No lo sabemos. (4).




CAPITULO CLXV.


SUMARIO.


Aparece .le nuevo la prensa pl·ogl'osi~ln.-Como juzgaba El Diúrio Español la prensa
y los homhres políticoR.-EI marCfue~ de l\fimf1ores es nombrado presidente del
Senado.


1.


Los periódicos empezaron por entonces á tratar la cueslion de
conducta, anunciándose desde luego que muchos progresistas arras-
trados por el temor y el desfallecimiento que en ellos causara la de-
claracion explicita de Garcla Ruiz, de que en Hspana no babia re-
volucionarios, pensaban adoptar las teorias de Madoz, saliendp del
retraimiento y volviendo en gran número á aparecer la prensa pro-
gresista, como efectivamente aconteció despues de largas discusiones
de comunicados y de conferencias que revelaban perfectamente el
desquiciamiento de los partidos. (5).


El Diarw Español que entonces reflejaba en la union liber,!" la
idea conservadora, reconociendo su procedencia desde la fUDcionbe-
cha por los generales Concha, antiguos conjurados de octubre, se
espresaba en estos términos acerca de la. disolucion de los par-
tidos.


«La Reforma nos administra sus soluciones propias y tambien




1176 HISTORIA ~EL REINADO
las agenas, como por ejemplo, la que con un pronunciado sabor
sansimoniano ha trazado la bucólica pluma del se flor Pastor. E! Im-
parcial pretende regenerarnos haciéndonos tomar la libértad en plu-
ral y á grandes dosis. Dios le oiga y le atienda y le complazca. El
Pabellon Nacional, desesperado de los vivos, evoca para salvarnos
el genio de los grandes difuntos del moderantismo (Q. E. E. G.)
Las soluciones de La Epoca dependen, segun ha declarado, de las
impresiones que recibe y por tanto, IÍ, semejanza de lo que acontece
con los papelts químicos, cambian de color Sí'guD los reactivos que
se les aplica. Las soluciones (le !QS ntos, p(Jl' lo que hace al mo-
meuto en que escríbimÍ)s, son vi~rddderas y ¡írofundas soluciones de
continuidad. cau¡;adas mútualllente por Inano fraterna! y fratncida
sobre el tegido de su decoro, de su dignidad y hlisla de su honra, en ,
medio de una orgía de tasquera celebrada por hampones desarma-
dos. El señor Corradi, llegado largo tiempo ha al zenit de la per-
feccion, y que bajo todos los aspectos posibles es una ecuacion ma-
ravillosa de lo bueno, de lo verdadero y de lo bello, su solucion
tenia por necesidad que reducirse á presentar. mostrar y exhibir so-
lemnemente la persona recogiéndose despues con paso grave y dig-
nidad augusta dentro del tabernáculo; as' lo ha hecho y ha cumplido;
no hay que pedirle mas. La alta espeeulacion (hablamos en la es-
fera intelectual) no ha sido nunca el fuerte ó el flaco del senor
Dladoz.


»La idiosincrasia de su espiritu le lleva siempre á tomar cierto lado
práctico de las cosas. Si el seilor Madoz hubiera cultivado la lite-
ratura, se dedicaría con preferencia al género realista, y obligado
á matricularse en UDa escuela filosófica, seria djscipulo, y aun en


_ algunas asignaturas, maestro de Compte y de Lilré; no debemos
astranar, pues, si en ]a solucion que ha dado á luz ~n su comuni-
cado resalta antes que todo el COGstante defensor de los algodones
catalanes, el felil. inventor del diccionario Estadistico y de la Penin-
sular .


. »De todas estas soluciones y otras que por sabidas nos callamos,
en que se olvida lo pasado, se hacecBso omiso de lo presente y se
anticipa sobre lo venidero, nosotros, eclécticos ó cosa parecida por
temperamento y reflexioD, hallamos excelentes las que comprende-
mos por estar á la mano de nuestra circun~erita inteligencia; y en
cuanto á las que á causa de su inconmensurable elevacion, escapan
á la cortedad de nuestra vista, las saludamos respetuosamente como




DEL ULTUW BORBON DE ESPAÑA. 1111
á la m*sica del porvenir, y las escuchamos, aunque sin compren-
derlas, con el mismísimo maquinal embobamiento que oimos las in-
trincadas armonías de Tanhausser.»


11.


Luego proseguia
«Lo mismo en los discursos pronunciados en el seno de lascor"


tes que en todos los documentos oficiales destinados á dar cuenta al
pais del pensamiento político del gobierno UDa idea ha descollado
siempre con marcada y hasta si no estamos engai'lados con intencio-


, nada decision. La idea de lo provisional, de lo transitorio del régi-
men presente, la idea de que la marcha irregular que se seguia, no
era mas que una interpósicion sensible pero forzosa, un paréntesis
venido en mal hora á interrumpir la apacible flexidez y el -ritmo
cadencioso de un brillante periodo.


»Dejando á Un lado el alza _extraordinaria de los fondos, la rebaja.
del interés, en las imposiciones de la caja, la nutrida cuenta cor-
riente del Tesoro en el Banco, las pingües entradas debidas á la di-
chosa operacion sobre los comités y amortizables, el éxito brillan-
te alcanzado por la suscricion llamada nacional de los billetes, la
nivelacion que se anuncia del presupuesto del Estado y otros suce-
sos no menos venturosos, como se consignan en las re aJes órdanes
es pedidas estos dias por el ministerio de Hacienda, dejando, y es'
bastaDle dejar á un lado todas estas cosas, nos fijaremos única-
mente en la exposicion que precede al real decreto de 15 del pasa-
do noviembre levantando el estado de sitio en todas las provincias,
de que se compone la monarquía. En este documento notable por
su severidad y por la breve aunque categórica expresion de sus
afirmaciones, se asientan, delante de la reina y del. pais los hechos
siguientes:


»1. o Que han terminado felizmente los acontecimientos revolucio-
narios.


»2.0 Que la tranquilidad se ha restableci40 de una manera deci-
siva.


»3. o Que todos los pueblos del territorio espai'iol están en plena
paz y sosiego.




1178 UJSTORIA DEL REINADO
».(. o Que son lisongeras las condiciones en que el pais se en-


cuentra.»


111.


La sitnacion del ministerio y de los partidcs variaba completa-
mente y el periódico vicalvarista de que hemos tomado las anteriores
dispoSiciones procuraba hacer caer el ridículo sobretodos los parti-
dos, para lograr que apareciesen encubiertas las profundas divisio-
nes que mataban é imposibilitaban al unionismo.


Se intentaba la reorganizacion de los partidos poniendo por base
el antiguo partido moderado y gran parte de la Un ion formando el
partido conservador constitucional, el partido progresista avaDzan- .
do algun tanto para moderar los impetus de la democracIa y traer-
la al terreno- de la I"egalidad, mientras que quedarían fuera los ele ...
mentos neo-católicos y absolutistas, y la parte mas ardiente del
partido republicano.


IV.


Miraflores sonaba entonces con esta evolucion, y se liberalizaba
para evitar el gran cataclismo que temia, pnes babia estudiado per-
fectamente el caracter de los partidos durante los últimos afios. La


'muerte de O' Donnell habia venido á su juicio, á contribuir á la
posibilidad del movimiento intentad~ en ese sentido, porqul'l descon-
certaba una fraccion perturbadora cuyos elementos eran contradic-
torios.


Apareció por fin El Eco Nacional, órgano de la fraceion esparte-
rista, aun que no autorizado por el solitario de LogroOo ni por sus
intimos amigos; pero que representaban la politica de extra dinas-
tismo colocándose en situacion de recibir el poder de manos de Isa-
bel ó tomar la direccion revolucionaria si los acontecimientos se pre-
cipitaban


Siguiendo el consejQ.de los Madoz, El Eeo Nacional proc1amaba
que venia á defender la Constitucion del 12 con todos los progresos.
y ante todo y sobre todo el principio de la Soberanla nacional tan
maItratad() por entonces.




DEL ULTiM.O BORBON Dg ESPAÑA. 11 'j9


v.


La reuníon que ya se acercaba de las cortes hizo necesaria la elec-
cion del presidente del senado; y el ministerio presidido por el du-
que de Valencia donde figuraba aun Gonz~lez Bravo como ministro
de la gobernacion, seíialó para este puesto al marques de Míratlo-
res á pesar de las divergencias que en la legislatura anterior pro-
dujeron IEl d¡~gusto gravísimo,


La Epoca señalaba el] estos términos las conqiciones de la ave-
nencia:


«Hay quien asegura que Mahoma ha avanzado hácia la montaría,
y hay quien dice que la montaña se ha aproximado á ~Iahoma. Los
que probablemente no darán á ese hecho ninguna de esas dos in-
terpretaciones, son el gobierno y el señor Marques de Miratlores.
Pero al acuerdo entre ambos, que la eleccioD del último revela, han
precedido esplicaciones tan espoíJtálJeas como patrióticas y leales.
Mucho antes de que fuera llegado el caso de Domhrar el gobierno
de S. M. la mesa de la alta cámara, habia consignado en documen-
tos públicos, en el preambulo del decreto levantando el estado de
sitio en toda la penfnsula, y en el de convocatoria de las cortes, que
en las circunstancias funestas por las que habia atravesado la nacion
durante el largo espl\cio de diez y seis meses l habian desaparecido,
que la revolucion estaba definitivamente vencida, la paz pública y
la tranquilidad asegurada.


VI.


Con la misma espontaneidad, ,sin que mediara acuerdo ninguno,
espuso el señor marques de Miraflores, llevado solamente de su pa-
triotismo, de su amor á la Reina y á las instituciones liberales, ex-
puso hace alg1lBas semanas, en el elocuente escrito que vió )a luz
pública en las columnas de La Epoca, sus ideas acerca de la situa-
cion de) país des pues de los sucesos de agosto último, asi como' so-
bre la conducta que en, el nuevo periodo que la impotencia evidente




1180 . HISTORIA DEL REINADO
y confesada de la revolucion y el triunfo del órden y de las institu-
ciones habrian correspondido seguir al gobierno y á los hombres
conservadores amantes de su patria y del trono constitucional de
Isabel 11.




CAPíTULO CLXVl


" SUMARIO.


Discurso régio.-Entra el gobierno en la politica de fuerza y de jesuitismo.-l\luer-
te de Narvaez.-Consideraciones sobre la influencia ejercida por Narvaez y
O'DonneU.


1.


Durante algunos dias hasta la apertura del periodo legislativo,
llamó la atencion de la prensa la aparicion de La Constancia que
exitó vivfsima indigo8cion con su cinismo, provocando en el seno
de la fraccion absolutista una gran escision y un pupilato hor-
rendo, escándalo infame provocado por ,Nocedal para mostrar su
humildad. y satisfacer su soberbia,
. En las cortes se leyó un discurso deJ que tomamos el siguiente
párrafo:


«Uno de los motivos, quizá el mas poderoso, de mi gratitud, es
sin duda el éxito que ha coronado la poHtica tan enérgica como pre-
visora y prudente adoptada por mi gobierno des pues de las rebe-
liones de enero y junio del afio anterior, recordad el voto y le. des-
confianza que, como precursores aotes y como consecu~ncia despues
de aquellos atentados, se habian difundido en todas las clases de la
sociedad; las perspectivas amenazadoras de 'nuestra politica inte-
rior; la paralizacion del trabajo y de las transacciones' industriales
y mercantiles; 108 crueles apuros de la Habienda pública; la mortal


TOMO !l!.




118! HISTORIA .DEL BEIN A DO
decadencia de nuestro crédito, ~quién puede negar la certidum-
bre de la saludable transformacion que desde entonces hasta el día
presente se ha realizadoh


11.


Naturalmente se desprendia de las palabras que dejamos citadas
que una vez asegurado el órden y restablecida la tranquilidad en
todos las esferas sociales, debía entrarse de lleno en el terreno de la
legalidad si es que el partido moderado no habia hecho completa
abdicacion de sus teorías constituciOnales en manos de Nocedal y
sus seides. Pero el gobierno se encargó de desvanecer las ilusiones
que hubieran podido concebir algunos, declarando permanento el
sistema de represion. He aqui.en Gue términos se éxpresaba al fina-
lizar el discurso:


«Tal es sefiores senadore!! y diputados el conjunto de los proyec-
tos que á vuestra actividad se presentan en esta legislatura. Su fin
es afirmar de nuevo y desenvolver gradualmente la politica de re-
sistencia franca á la revolucion, de reorgauizacion prudente y á la
par incesante y económica de la administracion pública, y de at-
monia entre los intereses conservadores proclamados en julio de
t 866 p6r mis consejeros responsables.»


El gobierno mereció el elogio de los periódi~os absolutistas; acaso
le buscaba, ya que babia pretendido inútilmente· pocos djas antes
apoyo de las fracciones liberales. Marchaba firme en su propósito, de-
cidido á quebrantar una por una las garantias constitucionales, res-
taurando el absolutismo, matando la ilustracion, dando al clero, á las
supersticiones, á la horrible teocracia el apoyo, la fuerza moral,
entregando la juventud en manos de la reacciono


Así se entraba paso á paso al año 1868, afio fecundo en acciden-
tes de todOi géoeros, durante el cual los reaccionarios se conside-
raban tocando ya el limite de sus esperanzas. El oinismo de la prensa
neo-católica llegaba á su colmo, é Isabel empujada por la camari-
lla frailesca, se dedicaba á sus amorfos y devaneos con la seráfica
uncion á que le daba derecho la bula pontificia.


Todo parecía pues encaminado á la mayor gloria del Señor y
Narvsez y Gonzalez Bravo podian gloriarse de servir perfectamente
á los intereses del jesuitismo y de la corte romana.




DBL ULTIMe IOIBON DE ISPAÑA. usa


111.


No debia ser duradero, sin embargo, su triunfo. Narvaez, jefe
del partido moderado, en quien muchos confiaban todavía que vol-
veria á llevar las cosas al terreno constitucional, y que ejercia por
esto tanta influencia en la cámara, sirviendo de lazo á algunas frac-
ciones para que no se manifestasen en abierta hostilidad, sucumbió
entonces inopinadamente, despues de algunos días de angustiosa en-
fermedad que vino á desalentar y poner en dispersion muchos ele-
mentos que apoyaban al ministerio.


Extrana coincidencia que preludiaba ya la caida de aquella mo-
narquía decrépita y la des aparicio n del bando conservador que du-
rante tantos arios venia ocasionando honda perturbaoion en Espafta,
engaftando á unos y á otros con promesas y combinaciones que des-
pues se frustraban sin llegar nunca á definirse.


IV.


Narvaez y O'DdonneU habian venido á completarse para alejar
de las esferas del poder al partido progresista; Narvaez y O'Ddon-
neH, agentes de Cristina desde tiempos muy antiguos, habian cho-
cado con la personalidad de Espartero como hemos visto, el primero
en 1837, el segundo en Valencia en 1840, ambos mas tarde en
184.1', en 18i3 y en 1846. Figuras de alta talla, jefes de partido,
habían aniquilado al partido popular, reduciendo á Espartero al pa-
pel pasivo de habitante de Logrono. Ellos sostenian aquella polilica
de vergonzosas transacciones, ellos dominaban las combinaciones
ciegas é inconsideradas y muchas veces J1egaron á entusiasmar á la
multitud que no se fija en las causas, q:le no busca Jos resortes, Jos
móviles, que solo atiende á las apariencia.s.


Lo cierto es· que muertos los jefes del partido moderado y'de la
union liberal, Isabel, no hallaba no debia hallar quien los reemplaza-
se, porqué á pesar del continuo choque y de las decepciones, solo,ellos
habian logrado moderar el impetu de las olas que se revolvían en-
tonces mas que nunca agitadas en el proceloso mar de la polftica.


Negar á O'Ddonnell y á Narvaez importancia l pretender reducir-




, 1181 HISTORIA DEL REINADO'
los al papel de nulidades, seria notoria injusticia. Ellos cediendo unas
veces y resistiendo otras á los caprichos y á las exigeneias de pala-
cio, enganando al pueblo ó persiguiendo despiadadamente á los
amigos de la libertad, ban sido fatalmente instrumentos del pro-
greso.






CAPí"UL6 CLXVU·


SUMARIO,


La desunion entre los hombres del partido revolucionario sirve á la estabilidad del
gobierno.-Gonzalez Bravo jefe del partido moderado.-Desbarajuste en las esfe-
ras gubernamentales.-E~ prohibida la sociedad de escritores.-Destiel'l'o de l\font-
pensier.-Destiel'fO de los generales vicalval'istas.-Situacioll anómala de todos
los partidos.


I


La desorganizacion de los partidos era grande y podia temer-
se que en un próximo dia surgiese un conflicto en que se lle-
gase al caos por efecto de las decepciones provocadas por los unos,
de la tenaz porfia en restaurar lo pasado, en vivir en la holganza,
por parte de los otros. '


Pero la idea revolucionaria, el progreso de la filosofía en el si-
glo XIX venian á contrare8tar las maléficas influencias del doctrina·
rismo, y la hueste satánica y escéptica de los utilitarios no habia lo·
grado llevar la corrupcion á aquellos grupos que formaban la utopia
de lo porvenir como ideal de sus aspiraciones.


El epiteto de liberal con que todos se engalanaban, el constitu-
'cionalismo de que todos sé decian defensores, habia hecho su tiem-
po, y no habia ya como medio de salvacion sino'proclamar enérgica
y lealmente la reforma radical, cambiando por completo toda aque-
lla sociedad egoista por medio de instituciones que protegiesen y






1186 HISTORIA. DEL REiNADO
amparase~ el derecho de todos. Ya habían vuelto á la lid la mayor
parte de los &ntiguos periódicos, yen las divergencias que se obser-
vaban entre todos ellos, podía verse cuanta era la falta de unidad
en el seno de la emigracion t que propósitos tan distintos abrigaban,
no ya los partidos coaligados, sino las fracciones y las eminencias
que formaban grupo en cada una de esas parcialidl\des.


Prim y OJózaga, Madoz, los esparteristas, Rivero, Martos, Ó Fi-
gueras, la junta revolucionaria y la que se titulaba tal, La lheria y
las Novedades, El Eco Nacional,· y La Nacíon, La Ref(lrma, El Im-
parcial, los periodicos vicalvaristas, formaban un abigarrado con-
junto cuyos planes se contradecian y desvirtuaban sirviendo así á
la estabilidad del poder 'aniquilado.


u.


En el seno de lo existente reinaba la misma duda, la misma per-
plejidad, la guerra apasionada de las ambiciones, las coDlradiccio-
nes, el desorden y el caos. Confundidos am el antiguo partido
carlista, algunas notabilidades que se llamaban isabelinos, los neo-
católicos, los moderados de todas procedencias, frailes, monjas,
aristócratas viejos y plebeyos levan tados por los excesos de la de-
magogia.


GoozaJez Bravo 'podía apenas domicar ,-en medio de aquella cor,
riente imperoosa de oja~ter05 qQ6 miraban en.peligf() sus esperan-
zas y querian gozar del cuarto de hora .que les tocaba para exhibir-
se, ostentarsn ambieiGD, llenar su péOh9 tic oondecoraciones, re-
clamar la rosa de oro y hacerse pasar por mártires de una causa qúe
espiraba, á pesar de todos los esfuerzos, empujada por la corrioote
de las ideas,-y tu·vo no poco trabajo para erigirse en jefe, .cuando
la muerte de Narvaez, vino como la de O'Ddonnell á dejar huérfano
á su partido.


Pudo, aprovechando la posicionque ocupaba el antiguo demago-
go, y puesto que se plegaba á las exigencias palaciegas, excluir á
Miraflore81 á Chaste; á Novaliches, que desde su punto .de vista &8- .
piraba eada.cual á encargarse del gobierno, reclamando ciertas mo-
dificacioncscn la forma gubernamental, que garantizase á los
partidos mas libertad y mas órden, que lo que podia obtener.se entre-




DON LUIS GONZALEZ BRAVO.






EL ULTIMO B()RIlON DE ESPA.ÑA. 1187
gados á las veleidades de Isabel, al capricho de la grey magigato-
crática.


Formóse, pues, un ministerio en que tenian gran partici¡Jacion
los neo-absolutistas y Catalina, Rubi y otros tomaron parte en aql1e(
ministerio que debia conducir á su completa ruina á 1& dinastia. Para
eDtrar en aquella combinaeion hubieron de r&mpér con muchos de
sus anti-guos amigos qae queriaD á todo tranee mostrar~ intransi-
gentes, y Hevar desd& luego a la práctica los principios que ve-
nian sustentando desde mucho ti&mpo, aboliendo el sistema cons-
titucional y presentando en toda su ridícula deformidad el sistema
despótico y teocrá tico.


Catalina y Gonzalez Bravo, constituyeron desde entonces el alma
del moderantismo, que de c~ida en caida llegó á olvidar por com-
pleto que debia á las instituciones liberales su poder y las posicio-
nes que sus miembros ocupaban. Siguieron rastreros el plan díabó-
Heo de opresion, yen tanto S6 gozaba la camarilla viendo la docilidadd
de sus instrumentos, que con el manto hipócrita de respeto á la
CODstitucion y teniendo en aquel congreso de nulidades politicas un
apoyo incondicional, presentaban todas las apariencias verdadera-
melde liberales y e1idenciaban lo ridículo de sus propósitos.


111.


La uníon liberal entretanto, con sus hábiles maniobras se prepa-
raba á la coalicion, y en la prensa se discutia acaloradamente res-
pecto á las condiciones con que dabian prestarse mútuo apoyo todos
los que ya eran jurados enemigos de los obstáculos tradicionales.
Poco trabajo habian menester los periódicos para mostrar al pueblo
espaftol el hediondo y repugnante aspecto de la mogigatQcracia eri-
gida en árbitro de todas las instituciones, destrozando las leyes de
instruccion primaria, de imprenta, el sistema electoral, despresti-
giando las cortes donde quedaba ahogada por 108 votos de la ma-
yoría cualquiera protesta débil y vergonzosa que se hiciera.


Con la prjmavera como acontece siempre vinieron los rumores de
proximos trastornos, aumentose la persecueioD, y la suspicacia gu ..
bernamental hizo nuevas víctimas. Habian tratado ~e organizar una
sociedad de escritores que debían velar por los intereses de la litera~
tura y de la ciencia, por la independencia y la libertad del pensa-




1188 IISTORIA DEL RItINADO
miento, Gonzalez Bravo presidió la primera sasion manifestándose
orgulloso porque debia su actual posicion á la prensa. J)iscutiOse en
la segunda el reglamanto y al celebrarse la tercera en el A.teneo de
Madrid quedaron asombrados los concurrentes viendo el anuncio en
que se decia suspensa por órden de la autoridad.


La verdad es que ya por entonces quiso hacerse, al tiempo de
elegirse los protectores J la presidencia de la sociedad, una mani-
festacion de simpatias 'Y antipatfas. El ministerio J Gonzalez Bravo
en su nombre sostenian la candidatura del marido de Isabel, mien-
tras que los elementos liberales, con insigne torpeza, fijaban su vis-
ta en el duque de Montpensier.


IV.


Poco tiempo habia transcurrido cuando se esparcieron rumores
de que en Andalucía iba á dar comienzo Ja revolucion armada. Lle-
gó el mes de junio, el duque de Montpensier recorrió las principa-
les poblaciones de Andalucía donde se celebraban grandes fiestas;
el duque de la Torre y otros generales de la Union corrian y viaja-
ban, iban y venian. En Cadiz se disolvieron los batallones de ma-
rina, en el Ferrol tambien, se hizo un gran cambio de jefes y ofi-
ciales y se enviaron á Ultramar muchos sargentos. Montpensier fué
obligado á salir del territorio espafíol y durante muchos dias reinó
gran efervescencia en todas partes, llegando á suponerse que La Vi-
lla de Madrid, antes de llegar á las aguas de Lisboa, se habia suble-
vado poniéndose al frente del movimiento revolucionario el culiado
de Isabel.


Descubriase en estos rumores la creencia general de que los vi-
calvaristas habian formado causa comun con la gente conspirado-
ra. La prensa seguia discutiendo las condiciones á que debia suje-
tarse el plan revolucionario, y en su lenguaje se marcaban los
grados de aproximacion ó de alejamiento en los distintos períodos y
días. -


Los esparteristas, y los que en tiempo ant~rior se habian declara-
do contra el re\raimiento, manifestaban los peligros que podian cor-
rerse en la revolucion, entrando en ella mezclados elementos tan
heterogéneos, 'Y uno Y otro dia hacian proposiciones al poder para
que conjurase la tormenta.




DIL tJLTtMO .oRION DI ESPAh. tt89


v.


Isabel permanecia sorda á todas las insinuaciones. El famoso Mar-
fori, que habia salido del ministaio para ingresar en Palacio, te-
nia toda la confianza, toda la intimidad necesaria para hacerse el
'verdadero jefe del-.K$tado, eooduoiendo,oomo en tiempos DO muy
~ejanos, á su .perdicion los intereses públicos y ála dinastia á su
ruina. Aturdida por las .pasiones Isabel, embriagada por la espe-
ranza de lograr que UD dia se veria en el apogeo del poder absolo ...
to,&agallada miserablemente por los aduladores, creyendo .á pies
juntiH08 en la posibilidad de Jos milagros, en Jos .amuletos y en ~~
ve&tiglos, se dejaba·orrastrar por su ambicioncreyendo 40e Dada
ni nadie podria oponerse á los caprichos de su fantasia~


'41'68lo lsabQl se hal>ia bndado de las promesas.hechas en la
hora ,del peligro; por 6sto maoteoiaen el poder á aquellos miwstros
á quienes empujaba para que se ensangrentasen con los vencidos, f
RuW Y Coronado y CataliDa que dominaban ya á Gonzalez Bravo,
forma'an oon Marfori el consejo áulico, donde se ~ecidia.de los des-
Unos ·de ispafta.


VI.


los generales, Serrano, Dnfée, y _otros muchos jilfeiy oficiales
fueron ooll'fioados á Canarias, 1j Dulce caTó gravemente etlfermo ~
el 11116 se ,le _bia desigli8do para su resideBcia .
. ' Wlferaoo sa';pr.esentaba tormentoso; )a .agitaciooella ~A todas


t


partes extrema, la miseria mucha; creíase por unos y po.l;tttos 4"6
iba á lI~gar el momento de la crisis, pero el ministerio tenia plena
confianza en su astucia para salvar los peligros de la situacion. La
corte dispuso su viaje, y como si fuera un período normal los di-
putados abandonaron sus tareas legislativas.


Bajo aquelJa aparente cakltt-H.-ef6- dilfcil ver sin embargo la lu·
cha latente de todas las pasiones que se desbordaban en Paracio para
marcar el sello ignominioso de la mogigatocracia, mientras que se
preparaban los gravisiruos sucesos- que debian dar en el abismo con
los obstáculos tradicionales largo tiempo odiados por todas las fuér-


TIMO I!I. lil




190 BT!TOlUA DEL RIlNADG
Z88 vivas del pais que se veia en las angustias del malestar, sugeto
al capricho y á los terroríficos bandos de los procónsules que gober-
naban dictatúrialmente en todas las provincias.


VII.


La coalieionde todos Jos elementos liberales se hab;a formado
definitivamente provocando en el ejército la "insubordiD8cion aquellos
mismos que en nombre de la disciplina habian llevado al patíbulo
tantas v{climas en los dias siguientes al !! de junio de 1866.


Los restos de launion libera) lamentaban siempre su alejamien-
to del poder y pugnaban por alcanzarle á toda costa, transigiendo
ante tal perspectiva, alimentando esta esperanza, ·con aquellos á
quienes habian martirizado, insultado y maldecido algunos meses
antes, con aqllellos á quienes apellidaban facciosos, ingobernables,
vil canalla, con aquellos que tantas veces les habian servido de es-
calon para medrar y elevarse.


Napoleon veja sin 'duda como se desmoronaba todo aquel edificio,
pero no seatrevia á chocar de frente con los revolucionariosáquie-
nes temia, y no podía amparar tampoco á la familia Borbónica, C11·
yos miembros habian ido atrofiándose poco á poco con gran conten-
tamiento suyo. Es verdad que la revolucion podia salir de la esfera
en que queria encerrársela; es verdad que en Espana no puede cal-
cularse nunca con exactitud el alcance de esos impulsos vehemen-
tes á'que se entrega Ja muehedumbre, pero' tenia ciertaoonfianza
el jefe del imperio en que los directores de la'ooDspiracioD, con su
popularidad los unos, oon su astucia y su flexible conducta los otros,
dominarian en breve las pasiones y se harian duelos absolutos del
movimiento.


! ,í,


'.




CAPITULO CLXVlIl·


SUMARIO,


Actitud de los partidos antes de la revolucion.-Llega Prim á Cadiz._Ahorta el plan
de la Unjon liheral.-Impotelicia de la corte ante la l'evolucion.-Inutil y estupi-
da resistencia de los generales Concha, Cheste, Calonge y Novaliches.


I.


La revoJucion no está sujeta á las 'cábalas, á los caprichos~de los
que la provocan; así que cuando se disponían todos á lanzarse al
terreno de Ja violencia para conseguir el triunfo en provecho de la
parcialidad que cada uno representaba, llevando en la mente sus·
planes por mas que prestara apoyo á un lema de antemano conve-
nido, era fácil divisar que habian de sufrir amargo desengalio y que-
dar impotentes y desconcertados en el momento del triunfo.


Guardábanse los jefes del movimiento de que se traslucieran sus
proyectos, y grit~ban con toda la (uerza de sus pulmones contra los
obstáculos tradicionales, tomando por lema el grito de ¡ahajo 108 Bor·
honca!


Los emjgrados de Francia tenian proyectos especiales y aun cuan-
do no habian sabido fijar una candidatura que llegase á despertar.en
el pueblo el sentimiento monárquico, dieron la senal de la pelea. Los
confinados de Canarias, reducidos en numero, con un plan mas con-




119! IIISTORIA DIL UntADO
creto y puestos de acuerdo en todo, que para ellos, todo era el po-
der, sabia n cuan débiles y ficticias son las influencias del progre-
sismo, cuan delesnables sus planes. A.si se forjaron la i1usion de que
al proclamar su candidatura en los primeros momentos revolucio-
narios quedaria impuesta y se sobrepondria á la voluntad popular.


El duque de Montpensier esperaba en Portugal la hora y pagaba
los gastos de la expedicion.


n.


El general Primo rodeado de sU&amigos llegó por fin á Gibraltar
donde esperaba noticias de los generales unionistas para combinar
su accion y penetrar en la bahia de Cádiz donde aguardaba la es-
cuadra una oportunidad.


Todo estaba dispuesto y preparado; y mientras Isabel disipaba el
tiempo, como de costumbre, en fiestas y en orgias, recibiendo ova-
ciones amanadas de- los sencJlIos habitantes de Lequeitio y pueblos
inmediatos, rugia la tormenta amenazando pavorosa, y se agitaba el
bando revólueiona.-rio buscando cada cual su puesto para cuando
llegase la hora.


Los republicanos ~omo hemos dicho, habian quedadoexcluido8
del movimiento revoJucionario, sin que nadie contase con ellos para
darles participacion en el movimiento; asi que cuando observaron
aqllella OOsercioD inusitada en los grandes depósitos de la emigra-
cion, y guandó por confidencias particulares tuvieron que conven-
cerse de' que era Uegado el supremo instante, se lanzaron á ejercitar
8US medios de accion para sacar el partido posible en la situaei~n que
debia inaugurarse.


Aquellos demócratas que habian tomado parte activa en el movi·
miento, que estaban enterados de él, convinieron en que no se die-


. ra grito alguno que prejuzgase la cuestion de organizacion polftica
del pais, fundados sin duda en que de esta manera DO se alarmada
los' iítr&r'ese'S' del partido republicano. y ganarfan asi dias y dias para
imponer lo que ya tenian concertado.




111.


El partid'6 conservador Ó doclri'D1lrio néce'sftaba sm dluda obserwF
aquellá cond11'eta porque todas; la's fUe1zas viva,' del;pais erall repu·
bJieaaas. Y tomo el propósito era en: unos subir' á toda tm~e, en:
01ros vengar agrafios y desaires personales, en otros servir détei-
minados: iltereses para aleanz.' lrenor'es y tiqueztl$'; .y élt· ronchos
contribuir inconscientemente á la farsa ridfcuJa' que'Yélliá· ~se.
tándose, se habian eliminado todos los elementos que pudieran per-
turbar y dar al cuadro un tono y un colorido que de ninguna ma-
nera podian aceptar los que al frente de la insurreecion marchaban.


Puesto que no habia otros elementos de lucha que el partido re-
publicano, ea el caso de que la insotretcitm miHtáf' no'IUlfiese bas-
tante potencia pat~ domÍ1Ulr- la situaeion, hubo de toowl'S'e con I1t ..
gUDas individualidades de aquel partido, supouielido qUe en su caso,
envueltas en la masa general nada P'Odiao' baeer dadh el aeut\r'do if
que nos hemos referido.


Ocurrió empero, que el eapitan del puerto de Cádiz y la eSCua-
dra exigian que se diera el grito por los paisanos, que estos fueran
á los cuarteles y protegieran el desembarco de los maridOS, y ell t
de setiembre salió de Jerez RaOlon cala con nn nUmeroso gnrflo de
amigos que debían completarse en los siguientes dils para realizar
el movimiento, y el 17 llegaba el general Primo de Gibraltat~


IV.


Por los datos que tenemos y por I~que ha referidO' uno de Jos' ie ..
tores de estoB acontecimientos, resulta que hallándose Prim y sus
amigos en Gibraltar, recibieron aviso de 108 hombres de la Uníon
para que se embarcase en un buque de la armada que se pondría
á su dispogieion y le conduciría á UD buqnesurto á la entrada de la
babia de Cadiz. Panl y A.ngulo que era entonces uno de los ID6S
activos é importantes representantes de aquel movimient~', Y'que S'e
hallaba dispuesto á toda clase de saeriticios para evitar qúe fratasaM
procuró hacer indagacion-es, cerciorándose de jJue podia ser el obje-
to de los montpensieristas, alejar II Prim en los primeros instantes,




t 19' IIIJIORIA DEL UIN.DO
para llevar á tármino por su cuenta y riesgo particular, la CODjU-
racion proyectada Propuso, pues, Angulo, que se fletara un buque
adelantando los fondos necesarios, y á esta circunstancia se debió
sin duda la derrota de Montpensier cuya proclamaeion deMa hacer-
se en Cádiz antes que. Prim llegase II pisar la tierra espanola.


Por lo demá.s aunque Cala fué preso al entrar en Cádiz, sus ami,-
gos pudieron realizar los propósitos dando el grito salvador de la
revolucion, protegiendo el desembarco de los marinos y de los emi-
grados y convenciendo á las tropas de la guarnicion de Cádiz qUe
ya comenzaban á vaoilar. ,


v.


El gobierno vigilaba constantemente ~as ciudades marHimas por-
que de ellas temia fundadamente partiese la iniciativa; pero no sa-
bia que estuviese tan adelantada la conspiracion. En el momento
que hubo noticia de que Prim habia desaparecido de Londres, se pu-
so en guardia y dietó enérgicas medidas, que llegaron tarde, porque
coincidieron .con los primeros actos de la revolucion.


El general Izquierdo fué separado de su cargo pocas horas antes
de que se presentasen al frente d9 Sevilla los hombres de la revolu-
cion. que mejor combinada, con mayores elementos y ramificaciones
es tensas en el ejército y la marina, estalló casi simultáneamente en
Santander, en'Alcoy, en Bejar, en el Ferro): en Santona, gananda
en breves horas toda Ándalucfa y poniendo al gobier,no de Isabel
en gravisimo conflicto, porque todas las poblaciones importantes se
hallaban hondamente agitadas.


Apeló, como era consiguiente Gonzalez Bravo á los recursos de
su briJIante imaginaeion y circularon los partes mas absurdos, los
telégramas falsos, mientras se consultaba en las provincias vascon-
gadas á las diputaciones forales, esplorando el espiritu público para
eQcender la guerra civil, único medio de resistencia, último recur-
so que quedaba á·)a desventurada y corrompida corte.


Despues de ese supremo esfuerzo, despues de esa inútil tentati-
va. elbombre que 'h~bia comenzado insultando a la madre para
hacerse des pues su adulador y para perseguirla mas tarde obede-
ciendo á los ódios del~.carli$mo. á las intrigas ~e los absolutistas y
á los, caprichos de Isabel. laVO que renunciar al mando, porque halló




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DEL ULTIMO BORION DE ESPAÑA.. 1195
infructuosas todas sus gestiones, las súplicas de Isabel á sus servi-
dores, y vió desmoronarse el edificio de la reaccion tan laboriosa-
mente levantado.


VI.


Espalla entera habia sido declar"da en estado de sitio; Jos gene-
rales Cheste, Calange y Novaliches 'se dividieron los procoDsulados,
y Calonge tuvo el triste privilegio de dar combates sangrientos y
mostrarse feroz, dignisimo satélite de los Borbones.


Abandonado el poder, quedaron encargados los generales Concha
de la direecion suprema de los negocios, desempeflando uno de ellos
el cargo de ministro universal y reservándose el otro la direccion
de. las operaciones militares en toda Espalla, odiosa mision que re-
cibieron y cumplieron como era de esperar. .


Muchá sangre se vertió en aquellos momentos inútilmente, porque
pudo verse bien que el gobierno de .Isabel era impotente para oon-
trarestar las fuerzas reunidas de todos los partidos constituciona-
les y del elemento republicano.


Puesto que el ejército y la marina se sublevaban, puesto qne los
generales se ponian al frente de la insurreccion cuando los elemen-
tos conservadores se hallaban en disposicion hostil, ¿era prudente
apelar á la resistencia y oponerse á la voluntad de todos? ¿Debia
prolongarse una lucha que solo á ·desgraciasy horrores podia dar
ocasion? Los hombres prúdeD1es y sensatos, la historia 1ambien,
responderán á esta pregunfa y eondenar~n al desprecio que mere-
cen á los agentes que obedecieron entonces, y á la cortoptoraeorte
de los Borbones, que se atrevió, en su agonia, 'á destruir ciuda~es in-
defensas, á cometer cruelJades, á inundar de saogre los campos de
~.. ;


¡ t-. ~: f~ ',- . ~', t'· ' .. ;


, . ,ff' ",




CAPtTULQ CLX~X


SUMARIO.


Desastre de Santander.-EDtl'ada de los republicanos por CaLaluña.-Situacioll rle-
$esperaJa de los COllcuas.-Marcba la corte á San Sebastian.-Desengaño que es-
perimenta.-Marcha Cheste á Cataluiia.-Siluacion de AJ'agoll y Catalulía.


J.


Loa gen6t:4',les Concha, 4 JUulo de conservadores liberales, acepta-
ron ~ r.esPQJlsabítidad inmensa d~ maBten"er á Isabel y su dinastia.
Los generale~ Ches te, CaJonge y Novaliches fueron á sus puestos
decididos sin ~~da á triunfar á teda costa, y en su desesper~ion,
preciso ~ ,confesulo, ,hicieron inauditos esfuerzos para dar dias d~
luto á '1,& desventurada patria. '


¿Qué intereses servian en aquellos instantes 108 que penetraPio á
sangre y fuego en las poblaoiones mas ricas é industriosas, si todos
)os palaciegos de la intimidad de Isabel huian desatentados á bus-
car salvaoion en el extranjero, y el nombramiento de los Conchas
era ya un puente para bUBcar el sistema constitucional por tanto
tiempo escarnecido? ¿Bran Chesfc'.y Calonge Jos representantes ge-
nuinos de una transaccion imposible si, pero que á todo .trance se
buscaba? Misterios son estos,que no queremos desentraftar en este
momento, porque ya, mas bien que al reinado de Isabel, que habia






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DEL UL'l'nlO BOB.l40N J)~ ISPAÑi. 1197 '
caído herida PQr el rayo ff)v<l}ucionario, laDl~&do en Ja babia de Cá ...
diz, pertenecen á la historia d8 la revolucion .. ' ..


No hemos craído prudente sin eJ,ll!?argo, olvidar estos hechos lla-
mando hácia eIros la eon~ideraeion del lector , parque pueden servir
paraoxplicar en lo futuro cieltas .Ci)ntra<Ueoiones,: . ambigüedades,
tant~osy esp6ran~~s., '.;; ..


. .


.. . :JI.


Las primeras horas que siguieron á la reYQ}ueiQJl' dllll8nte d.s
. ó tres dias, los ojala/eros de la monarqufa anunciahan la venida de


Isabel á Madrid, el armamento general de las provincias vaseonga·
_ das yel golpe de Estado deelarindoia absoluta como respuesta á las
am~nazas invasoras. Pero esta ilusion, que duró muy poco, quedó
desvanecida an~e ]a realidad, triste para los reaccionarios, y un sál-
ve$(l quien pueda, lué Msde ~tonees el grilQ ·~~ral J P"o-
roso.


, .


:Los generales Coocha por la tanto representaban el4eseo de p¡:~~
parar una transal;mioa,un irmisticio; y la-horfible catástrofe de SaQt"
lander que solo sirvió para preparar unanueva.evol~iI>D, ~ra~if;
do lQs ins,i~to& sug\linarios del geoeral CaloQge.


HI.


. Ya en la bah la de Cádiz se habia manifestado la divergencia en-
tre los planes de los conspiradores; porque Topete en los primeros
instantes daba el grito de viva la rema, mientras que Prim procla-
maba su caida para llegar á la· babia de Barcelona ostentando ufa-
no laf¡oronaapolida ,a en k)das parles.


: Kientras se reC'Dcentraban pues las fuerzas de ·UllOIf J:le otrós •.
m~'ras:se inlelftaba el último .8f~erze, y CWUl":_ gaceta a __
por AeYliDoad~ el.:Jn~imi8ntoaBuDci.Q4o!DP ... ~aJU.llt6~tAt Ja jB ....
la rev'luOWEmFjQooC6rde;vahuiade .... voF,Wa, "eoet,.lNm rea ~~pa-.
na pGr el; A.mfulI'dlUl IQS eiuda4&nos· Or~D&&, Pi~rr&d" Go_pl~,
RIl·Jaail ~adeU~it\16 .~ejaOOs •. Ias oá~Jat,. poHAjcas·,ye,,~s· de


TOMO 111. 152




t 1'98 ," 'itISTORlA .0'81. REIN1DO
compromisos que lesltgaran; proolamaban en Figueras la Repúbli-
ca el ! 9 de diciembre, recogian fuerzas y se disponian á marchar
sobre Barcelona ctnDo lo hubiesen verificado si el ciudadano Tutau
1 otros que ~stabMl en el secreto y- Jigádos por el pacto se no alzar
bandera delermioadil'oastael' completo ·triunfo, no hubiesen. mani';
festado desde Barcelona que era inútil y peligroso querer adelantar
los sucesos.


El conde Girgenti que habia salido para tomar el mando de un
regimiento que formaba partA del ejército realista, no llegaba nun-
ca á su destino, y hubo dos dias en que las comunicaciones se ha'-
1Jaron interrumpidas entre el cuartel general de Novaliches y el mi·
nisterio datla Guerr.a. '


,", ~I ,:.:~


IV.


tó~ genérales Concha -que, en su calidad'de dictadores, debieron
haber ,obrado con actividad y energfa, n'O preparaban los repuestos,
gi'ái~esp'arques y el' diner~ que neeesitaba urgentemente Novali-
cbes: para¡a08nzar,Jya él enemigo multiplicaba los obstáculos y ~e
diY1Jobia á Juébar con' '-encarnizamiento.


Respecto á los demás asuntos, no respondian tampoco á las exi-
gencias ni á las complicaciones, porque acostumbrados siempre al
misterio y á lás cábalas, todo lo que podian hacer se reducia á dar
satisfacciones á esta ó á la otra entldad política, pero nunca á tran-
quiizar los ánimos harto soliviantados.


i' V. J
.: e • "


¡ ,


.Esta actitud del gobierno. pnrament~ espectante. merced !!in du-
da á:lasfgt'RVM'notfeias';qué détodás par1es recibia, annnciándole
diariame'Bt~o.~lt~tévaei~nesy·~erpotas;la -presencia dé, )a e~euadra
su bievada ~en,' eaYlsgeRa: ;Jlevando) 'á' :bOfdo ál general Pri In, 'laagi-;
taeion deldesóóntéilto que'por' to{]as p&.~8:~inanifestab3 y la im-;
posibilidad :de c611laroon punto' s~g'uro donde albergarse el gobierno;'
esta'aetitild,'déóimos, que bacia entrever perfectamente qtie la in ... '




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 1199
surrdccion ganaba terreno, era la muestra de la impotencia en que
sa encontraba, y encerrado en nn circulo vicioso de contradicciones,
no sabia á donde dirigirse, no hallaba fórmulas en que expresar ]a .
intencion de la corte y sus buenas disposiciones para remediar
Jos males que aquejaban al pais, sin adquirir un compromiso for-
mal, puesto que no parecia dispuesta á persistir en su propósito,
mas que durante el tiempo en que el peligro ]a obligase á hacer'
transacciones.





CAPíTULO CLXX.


SUMARIO.


Situacion gravisima de la dinastía.-EI ejército sublevado loma posicion en el puente
de Alcolea.-Fusilamiento ~de Fernaildez Vallin.-Conducta de Cheste y Calonge.-
La tenacidad de Novaliches proboca la batalla de Alcolea.


1.


Publicada ]a ley marcial en Madrid con todo el aparato y la so-
lemnidad que se acostumbra, hubiese podido creer cualquiera que
era llegado el momento de los horrores y de las arbitrariedades,
pero con general asombro comenzaron desde ese momento con mas
empelio ]a8 manirestaciones de la opioioD, y á ciertas horas era im-
posible pasar por los punto$ céntricos cuajados de gente que á du-
ras penas ponia en marcha el excesivo celo· de los agentes de la
autc.ridad.


Esto indicaba· que el espiritu conciliador habia penetrado en
los generales Concha.


Novaliches eotre tanto no avanzaba, y se hallaba siempre cm las
mismas posiciones, desmintiendo asi con su conducta los pomposos
partes del periódico oficial que se limitaba á hacer estractos de los
&elégramas de las autoridades.




BlL ÚLTIMO BOBBó~ ""SUÑA. 1101


11.


La familia borbónica se habia trasladado á San Sebas-tian produ-
rabdn excitar· las simpátiis de SllS aD1iguos defensores, mientras que
alentaba y favorecía á los tenaces partidarios del carlismo· para
transformarlos en sostenedQres de la monarquia vacilante. HallóalJl
un nuevo desengafto, una amarga deeepcion, porque las clases t()-o"
das se le mostraron hostiles.


Habia llegado el instante supremo, la hora terrible 6n que
todos vuelven la espalda, e.n que todos condenan en que 168
cómplices mismos se traasforman en acusadores para eludir la res-
ponsabilidad.


111.


Cheste al emprender su camino hubo de detenerSétln Zangtlza
porque DO se sabia la situaei.on de Catalufta .. Numerosas partidas
yagaban Ja por los pueblos interrumpiendo las comunicaciones, y
en Aragon no estaba muy asegurada la tranquilidftd. Tambien tuvo
que detenerse en Lérida y cuando llegaba á la capital del principa--
do pudo juzgar que todo estaba perdido. No pttdoreposar muchas
horas porque la escuadra se acercaba y la indignacio·a pública iba
á estallar.


Referir los detalles del alzamiento seria dificiL y no cabe en el
plan que nos himws propuesto, porque ya hemos sellalado anterior-
mente la actitud de cada uno de los actores, bosquejando la situacion
del pafs agobiado por las exaClcones, vilipendiado y perseguido en
sus hijos predileétos, destrozado bajo todas formas, por aqueUa nu-
be de bandidos que creían baeria presa todo lo que podian obtener
estrujando y fyprim~nd¡} á la multitud.




no! 818TOIU.\ DEL B.EINA,DQ


IV


Casi en la misma hora, en el mismo día que estallaba por todas
partes vencedora lainsurreccioD, fué cuando Novalicbes, organizadas
ya sus fuerzas, aúo que noeo el número que él las babia pedido,
se enéaminó al encuentro del ejército insurreccionado, que por las
vacilaciones del general realista, tomó posiciones anticipadamente,
oponiéndose al paso del puente de AJcoJea.


Serrano que dirigia las operaciones y que babia reconcentrado
todas las fuerzas, llegó iL tiempo para fortificarse eo un punto defen-
dible .donde pudiera resistir e.l empuje de 10 batallones que 'man-
daba el general isabelino.


V.


Mientras Nanetti y Calonga se inmortalizaban en sus respectivos ..
distritos, penetralido el primero en Bejar despues de calionear hasta
los hospitales de berfdos, en el ejército realista de Andalucía tuvo
lugar un incidente terrible, pues que habiendo aprisionado uno de
los destacamentos á Fernandez Vallin, el coronel de caballeria que
mandaba la fuerza le mandó fusilar solo porque llevaba UDa carta
misteriosa para los generales subl~vados.


VI'.


Llegó por fin el 19 de setiembre: la ansieda~ era grande en to-
das partes, era dificilisiruo mantener en el centro de Madrid la cir-
culaeion, porque las gentes se aglomeraban y los ministros anun-
ciaban impávidos en la Gacela la pronta estincion del movimiento
revolucionarlo que~iba_ á recibir en breve por mano de NovaJiches el
merecido castigo. '


Cheste, cuyo paradero se ignoraba, y Calonge qué se veia en gran




DEL ULTIMO RORBONDR ESPAÑA. 1 !OlÍ
apri*'to para dominar Japoblacion de Valladolid y atender con buen
éxito á los puntos amenazados, eran presentados como triunfadores
en los momentos en que empE'lzaba á aflojar la disciplina y en que
las fuerzas populares se mostraban ya dispuestas á invadir los
grandes centros donde conservaban todavía la tranquilidad á costa
de gr8nd~18 desvelos.


Elprioiero de estos generales, cuyo temperamento ya conocemos.
dió Una proclama en Barcelona, en que aparecia suplicante, recia..; ,
mando de la generosidad de los habitantes del principado, - apoyo
para aquella que siendo nÍna, taotas veces habia sido victoreada
por los liberales,


VII.


Tan grave era la situacion, que aquel que habia manifestado
entereza y rigor en el ano anterior, y que allevan~ar el estado de
sitio se permitió indignas amenazas y grf.1seros insultos al pueblo
catalan, apelaba ahora á su generosidad y procuraba albagandole,
interesarle en la desgracia de su seilora" mientras que el general
Calonge, siempre procaz y destemplado parecia entonces como ra-
bioso agente y bebedor de sangre.


tos generales Concha anunciaban una y otra vez que el minis-
terio iba á completarse, y se 'preparaban, al decir de muchas gen-
tes, grandes reformas, UDa marcha Iib~ral en que Isabel, bu yendo
de las lamentables equivocaciones, vendria á dar, como su padre
Fernando, el ejemplo de entrar franca y resueltamente por la senda
cODsti tucional.


Pero amenazas y promesas eran ¡nutiles ya.


VIII.


nespues de que el general Serrano iofeotó disuadir á Nova1icbes
de sus propósitos y le bacia reconocer su impotencia envihdo1e
como parlamentario al que despues iba á ser ministro de Ultramar,
comenzaron los movimieatos de las tropas y ~I puente de Alcolea




no! Jll.STORIA DBLRBINADO
'llegó á ser sangriento ~oatro de esas terribles ~scenas que á la
civilización repugnan y que las ambiciones ciegas provocan constan ..
temente.


Tereo y porfiado fué el combate. En el fondo y á pesar de que los
jefes de aQlbos bandos no teoian la eoncÍencia de lo que hacían, la
verdad es que luchaban en aquel momento el mund.o viejo de los
pr.ivilegios, de los errores y de los crímenes con el nuevo mundo
donde los derechos se re~petall, donde J~ ciencia preside, donde l~
abundancia y el bienesfar convierten al ser en UDa entidau libre y
feliz.


Cada cual representaba entonces un sellor, UDa ambicioD, pero
las circunstancias babian hecbo imposible que esa ambicion que-
dase satisfecha, y asi como Novaliehes, á pesar de la superioridad
de sus fuerzas, no pudo arrollar los obstáculos que se le presenta-
ban, Serrano, vencedor, no podia conseguir su propósito, yel pue-
blo, la reultitud, iba á salir de su degradacion para entrar en el go-
ce de sus dereehos y decidir de so propia suerte.




CAPíTULD eLXX!.


SUMARIO.


Batalla de A.lcolea.-Denota de los realislas sublevados r aspecto de Madrid.-l1osti-
lidad pasiva del ejército.-Sublevacion de Barcelona y Zaragoza.-Marcba Isabel al
extranjero.-Ultimos momentos de la dinastía horbódica.-Manilielito de Isabel ú
JO!! esparíoJes.-Consideraciones.


l.


La batalla de Alcolea era pues importantfsima porque podia abor-
rar muchas desgracias; y seguramente, en iDterés de la monarquia
que defendian ambos generales hubiese estado)a transaceion pro-
puesta por SerraDo, porque reunidos ambos ejércitos en un propó-
sito comun, acaso hubieran conseguido asustar á (as gentes débi-
les, y dar aliento á los que ya se veian humillados.


Era dificil por otra parte, atendido el carácter caballeresco y las
pretensiones de Novalicbes, y dados los compromisos del general
Serrano, llegará UDa aveneDcia precipitada, y como. desde que se
hubo disparado el primer tiro, la mODarqn'a estaba herida de muer·
te, era imposible separar el interés monárquico del interés dinásti-
co, por mucbas evoluciones, promesas, tratos y tanteos que bicia-
ran los generales encargados del poder en nombre de Isabel. por
muy elásticas que fuesen las conoiencias de los generales que figu-
raban al lrente del ejéroito revolucionario.


TOMO 1lJ.




nos In~TOIl14 DEL RBINADO


Ir


La batalla fué 6angrienta, horrible, con su obligado aeompalia-
miento de desventuras y desgracias, cabiéadole en sueite al gene-
ral isabelino recibir un casco de metralla que lo inutilizó y desde
aquel instante, desconcertadas las huestes realistas ya nada quedaba


'é .. ~~. .
En aquella batalla peleaban encarnizadamente, los cuerpos de un


mismo ejército unos contra otros, como enemigos irreconciliables,
á pesar de que todos ó casi todos procedan del bando monárquico
conservador. Allise vióal generalIzquierdo, moderado, queen 1866
perseguía á Prim, sublevado con dos reg:mientos de caballería, sien-
do uno de los que contribuyeron á obligarle á busear refugio en
Portugal, sublevado á su turno, CQntra la reina, batirse contra los
soldados que acaudillaba dos añ,os Bntes, Allí se vió á los artille-
ros, sublevados, hacer fuego solamente contra la infantería enemiga,
llamando cortesia y compallerismo, espiritu de cuerpo. el no em-
plear unos contra otros sus callones. Contra la infantería ya era
otra C08a... ,


En Madrid, durante el día 29, la multitud inquietase agolpaba en
las calles y á pasar de la reserva de! gobierno, desde las primeras
horas de la Boche se supo la derrota del general isabelino y se re-
partieroo proclamas é impresos revolucionarios.


Al amaoecer del siguiente día ya era un hecho que el anómalo po-
der dietatorial de los Conchas concluia, yen tanto, qué Isabel de Bor-
bon desaparecía huyendo de Ja cólera popular se constituia en Ma-
drid una jnnta, á cuyo frente estaba don Pascual Madoz, que como
es sabido habia sídosiempre amigo de la legalidad, adversarlOcoDs-
tante del retraimiento y de la revolucion. Y Madoz S6 negaba á
aceptar su cargo si Jovel/ar y. otros uDiollistas DO entr~baD en la
Junta, por mal nombre llamada revolucionaria.


En taoto que iban agregándose hombres y nombres, en tanto que
Pucheta, hermano del famoso y desgraciado Puehecba de 185', re-
corria á caballo los sitios pú blieos arengando y repartienflo procla·
mas, la poblaeioD entera se presentaba en las ca1les creyendo que
aun babia enemigos que eN}" batir. Pero los enemigos eran p(uden-




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EL PUEBLO DE BARCELONA ARROJA POR lOS BALCONES Y QUEMA LOS RETRATOS OH PRIMERO Y ÚLTIMO BORBON DE ESPAÑA.




DEL UI,TIMO BORB{)N DE BSPAÑA. 119'7
tes y hábiles y solo aparecian en aquellas horas amigos de la revo~
lucion y amantes sinceros de la libertad.


Algunos grupos buscaron á ciertos odiados ag~n1es de la tiranta,
apaJearon á algun delator, quitaron de todas partes los signos de la
mooarquia, busearon armas, acudieron á los cuarteles que pres-
taron sus músicas para festejar e~ fausto acontecimiento y en po-
cas bora,', invadido el parque por la multitud, se armaron mas
de cuarenta mil ciudadanos, que fueron formando p~lotooes, eli-
!,ieDdo jefes y cODstiauyen4o eA todos Jos barrios y distritos jl1ntas
y guar.dlas formidables, que daban á Madrid el earacter de {lO cam-
pamento.


Subido en un baleon del ministerio de la gobernaeion el coronel
EscaJ.ante, que se babia adornado con una faja de general, arenga-
ba al pueblo que lo aclamaba COfl entusiasmo, yel fufquien dió la
órden·de abrir erparqud y entregaral'pueblo las'armas. Nunca el
pueblo da Madrid, tuvo tantas en su poder oomoaquel dia.


111,


Bineil es penetrar en los secret{)s de Estado, y serian cálculos
aventurados los que pudieran hacerse; pero como la batalla de Al-
colea estuvo indecisa, yel ejército borbónico se retiró orden8do'á sus
cantones, y como Cbeste y Calonge creian contar con algunos bata-
llones, acaso hubo un instante en que se creyó hacedero imponer al
pueblo las soluciones que respondian á ciertos compromisos de unos
ú otros de los conjurados. y por eso la guarniclOn de Madrid seguia
tl1da. en sus cuarteles sin tomar- parlé en el regocijo público, aun
cURndo hubo muabos soldados y sargentos que eseaparon de' las
filas ofreciendo sus servicios á la~ juntas desde el primer momento
en que se establecieron. Los jefes se mostraban hostiles, y gracias
á la prudencia del pueblo no hubo que lamentar muchas des;.
gracias.


En Barcelona, Zaragoza y otros muchos puntos, estalló tambien
el mismo dia el movimiento, y la multitutl, que arrojaba al. fuego
los retratos de Isabel y todás las insignias reales, victoreaba á Es-
partero y mostraba las tendencias republicanas que mas tarde ba-
bian de germinar y hacerse respetar por todas partes.




\ 1108 mSTOIlIA .DEL RBl~1DO
La lucha se hallaba terminada y por do quiera bullian los pro ...


Jectos y se comenzaban las intrigas para esterilizar el triunfo del
pueblo.


IV.


La caida del trono estaba consumada, Isabel fugitiva llegaba con
su reducida corte á Pau, continuando en el extranjero el escAndalo
que habia creado en la bandera de la revolucion el lema significa-
tivo: Viva Espalla con honra.


Ellesoro quedaba exhausto.
La administraoion se veia desconcertada.
Los jefes de los partidos quedaban en la mayor incertidumbre


ante la magestad del pueblo espallol á quien creian envilecido y de-
gradade.


El militarismo no habia cGoseguido imponerse y unos generales
buscaban la rehabilitacion adhiriéndose al movimiento, mientras que
otros apenas se resignaban á seguir en el os'traoismo á la que les
prodigó durante cuarenta allos sus favores.


Se habia producida una crísis, y debian aprovecharse los ins-
tantes. .


v.


Isabel pasó horas amargas y de verdadera angustia en San Se-
bastiaD en los dias i9 y 30 de setiembre.


El !9 la goleta de vapor que estaba á sus órdenes en el puerto,
se marchó sin órden de nadie: la corte no se creia segura y deseoD·
fiaba de cuanto la rodeaba.


Salamanca apresuraba á Isabel para que abdicase en su hijo y)o
mandase á Eflpartero ó á SerraDO, poniéndole bajo su proteeeion y
tutela y haciendo á uno ú otro regente; esto' hubiese sido lo mas
cuerdo antes de la batalla de Alcolea; pero Isabel telegrafió al Papa
preguntándole si debia abdicar, y el 'Papa le respondió que no ...


j Oh! infabilidad pontificia.






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DIL ULTlllO nORBO" DE ESPAÑA. 1!6g
. El tren para ir á Madrid estovo preparado: la8 órdenes y las con-
traórdenes se sucedieron • medida que los teJégramas anunciaban
nuevos aeontecimielto8: los ministros fueron despedidos y se dieron
prisa á trasponer la -frontera: el vacío crecia en torno de alluella
mujer ciega que habia dicho á 8U hermana y á 8U madre cuando
era tiempo de transigir, que ella no transigiria nunca, que los Bor·
bones de las otras naciones bamaa caido por transigir.


Cuando el telégrama anunció el fin de aquella violenta crisis,
anunciando tras la derrota de Alcolaa, la revolucion de Madrid y
la formacion de UDa junta revolucionaria, 'ya no quedó á la familia
real mas remedio que partir, y en efecto á las diez de la -maftana
del 30 acompanada del cortejo Marrori, del marido Francisco, lle-
vando á su hIjo Alfonso de la mano y seguida de algunos domésti-


, cos, Isabel salia de la casa que ocupaba anlas afueras de San Se-
bastian, yse dirigió al ferro carril que debía conducirla á Francia.


Un batallon de ingenieros deguarnicion en Sao Sebastían formó
para despedirla, y la vió pasar silencioso como si asistiera á UD en-
tierro.


Aquella noche durmió la destronada reina en Pau, en el antiguo
palacio de Eorique IV de Francia, fundador de la dioastia de los
Borbones, y desde él, dirigió á los espanoles el primer documento
fechado en la emigraeioD, en el' que sostenía 'su derecbo y manifes-
taba sus esperanzas de volver á sentarse en el trono'de sus mayores.


Bele aquf.
« Espalloles: "
.Una conjuracion de que no ofrece ejemplo ia bistoria de niogun


otr.o pueblo de Europa acaba de sumir á Espaftaen los horrores de
la anarquia. La marina y una parte del ejército, que la nacion 805-
tenia generosamente y cuyos servicios be recompensado siemp,recon
placer, olvidando sus gloriosas tradiciones, banroto sus sagrados
juramentos y voelto 8US armas contra la patria á la que van á en-
volver en la desolacion y. la ruina. El grito lanzado por los rebeldes
en la babia de Cádiz y repetido en diversas provincias por una par-
te del ejército resuena en el corazon de la mayoria de los espanoles
como el ruido precursor de UDa tempestad en que corren peligro los
intereses de la religion, los rueres de la legitimidad y del derecho,
)a .independencia y el hODor de España.


lDLa triste s~rie de traiciones, los aetos de increible deslealtad que
se han llevado á cabo en pocos dias ofenden mas mi orgullo de es ..




ll18 HISTOIU DEL REINADO
panola qoo mi dtgnidail de reina. Esa dignidad no cODoibe, DO pue-
de concebir lajdea de que ni auo en medio del ~e)jrjo de 108 ma-
Jores eBemigos de la ,autoridad, el poder público, que 180 elevado
origen tiene, pueda ser conferido, modificado y suprimido por me-
dio de )a fuerza material, por Ja ciega influencia ti. ,ba&aUones se-
dacido •.


»Si ciudades importantes, si poblaciones numerosas, cediendo á la
ÍIltimidaeion y á la viGleocia, se ballsometido momentáneamente al
yugo de los insurrectos, muy pronto el sentimiento público, herido
en lo mas Doble y mas sagrado, se rehará y mostrará al mundo que,
gracias al cielo, los eclipses de la raZOD y del hODor soo muy pa&a-
jeros en Espala.


»Míeotras llega ese ~&meDto, despues deuDa madura,retlexion, be
creído eonnoicate como leiDa legitima,de Espala, .buscar en el 'te-
ritorio de UD augusto ahado la seguridad necesaria. para obrar en
circunstancia tan dificil como Jo exige mi calidad Real yel deber en
que me ha.llo de trasmitir intactos á mi bijo los derechos ·coDsigna-
dos en la ley fundamental del Estado reconocidos y jurados por la
nacion y consagrados por los esfuerzos de treinta 'y cinco alios de
sacrificios, de vicisitudes y de mútua a'eceion .


• AI pisar este ter,ritorio extranjero, con el eoraZOD y los ojos vuel-
tos bácia la que es patria mia y. de mis hijos; me apre~mro, pues, á
formular ante Dios, los reyes y los hombres, UDa protestaesplleita
y solemne; la protesta de que la (uerza mayor á que obedezco al de-
jar mi reino no amen gua la integridad de mis derechos, ni los ate- ,
nú~" ni los compromete; la protesta de que los aetos de) gobierno
revolu.eionario, y mucho menos' las resoluciones de lu asambleas
que puedan formarse bajo el impulso de los furores demagógicos,
bajo la pEesion de las concieocias y de las libertades, no podrán tam-
poco perjudicar en )0 mas minimo mis derechos.


-Nuestros padres sostuvieron una larga y afortunada lucha en de-
fensa de la fe religiosa y de )a independencia de EspaDa. La genera-
CiOD presente ha trabi:ljado sin descanso para poner en armonia las
grandes tradiciones de Jos siglos pasados con las aspiraciones ver-
daderamente fecund·as de los tiempos modernos. Enemiga mortal de
esas tradiciones y del progreso legitimo, la revolucion combate to-
dos los principios qUt:l constituyen la vitalidad" el espiritu y la fuer-
za de )a nacion espaDola. La libertad ilimitada que 105 rebeldes pro-
claman no solo ataca la unidad catóJíca, la mon.rquia y el libre




DEL ULTJMO BORBON DI! BstAÑA. ttll
ejercicio de los poderes lege.~es, sino que turba la familia, destruye
la santidad del bogar doméstieo y mata la virtud y el patrio-
tismo.


»Si creeis que el cetro real puesto ell mano de suna reina que ha
tenido la dicha de unir su nombre á la regeneracioo poMtica y social
de Espana es el simbeIe: de estos prillcipiostulelares, permaoeced
fieles, OOillO firmemente lo espero, á vuestros juramentos y á vues-
tras ereencias: dejad pelsar como una enmara calamidad el torbellino
revolucionario en que se agitan hoy la ingratitud, la hipocresía, la
traicion y las ambiciones, y vivid seguros de que yo sabré mante-
ner integro y respetable, en medio de la desgracia, el prestigio
de la monarqufa. fuera de la eual DO hay para Espana Di un reeuer-
do que la Jisoojee ni naa esperanza que la consuele.


»EI insensato orgullo de unos cuantos ambiciosos y de otros la.-
tos extraviados conmueve y trasforma momentáneameote la nscioo
entera, selBbrandó .por todas partes la confusion 8n 108 ánimos y la
anarquia en la sooiedad. Ni auo para estos ambiciosos y extravia-
dos guardo odio alguno eo mi corazon de reina y de madre. El dó-
lor que me inspiran sus mezquinos sentimientos pierde mucba par-
te de Sil inten~idad con el contacto de la vivísima lernúra que me
inspiran los súbditos leales que bao. expuesto su vida y derramado
su sangre en defensa del trollO y cltI orden púlllico y del afecto de
los espalioles todos que hao "resesciado con dolor y espUlto el es-
pectáculo deluna criminal insurreceion, triste y atlictiv8 paré.nwsis
en el curso de auestra civllizacion.


»Eo la Doble tierra desde la cual os dirijo la palaBra, y donde
quiera que me halle, sufriré sin abatirme mi ¡.fortunio, que es el
infortlHlio de Espafta .


• Si entre otros i:ustres ejemplos DO me sostuviese el del soberano
mas respetable y mas magnánimo, rodeado hoy de dificultades y de
amarguras, la eonfianza que tengo en la lealtad de mis súbditos, en
la justicia de mi causa, y, sobre tedo, en Aquel en cuyas manol
se baila la suerte de los imperios, me daria fuerzas para soportar


. la injusta desgraeia que sobre mi pesa.
»La monarqufa, obra de quince siglos de luehas, deviotoria8, de


patriotismo y de grandeza, DO puede sucumbir para siempre en
quince dias de perjurios, de traiciones y de moünes. Tengamos,
pues, fé y confianza en el porvenir: las glorias del pueble espanoI
han si® siempre la gloria de sal reyes: las desgracias de sus




ll18 HISTOIIA »RL REINADO
panola qoo mi digDida4 de reioa. Esa dignidad no cODoibe, no pue-
de concebir la idea de que ni aun en medio del ~eJirjo de los ma-
Jores eoemigos de la autoridad , el poder público, que tan elevado
orfgen tiene, pueda l'er conferido, modificado y suprimido por me-
dio de la fuoIIZ8'material, por la ciega influencia de batallones se ...
du.cido •.


»Si ciudades importantes, si poblaciones numerosas, cediendo á la
iJttiínidaeion y á la viGlencia, se ban sometido momentáneameate al
yugo de los insurrectos, muy pronto el seDlimiento público, herido
en lo mas noble y mas sagrado, se rehará y mostrará al mundo que,
gracias al cielo, los eclipses de la razon y del honor SOD muy pa&a-
jeros en Espala.


»Mientras llega ese Dl&mento, despues deUDa madura,reflexion, he
creído eonvenicntecomo Reina legitima,de Espala, ¡'uscar en el 'te-
rUorio de UD august4J ahado la seguridad necesaria. para obrar en
circunstancia tan dificil como Jo eXige mi ca.lidad Real yel deber en
que me ha.1l0 de trasmitir intactos á mi bijo los dereeholcoDsigna-
dos en la ley fundamental del Estado reconocidos y jurados por la
Bacion y consagrados por los esfuerzos de treinta'y cinco alos de
sacrificios, de vicisitudes y de mútua afecciono


»AI pisar este tellritorio extranjero, OOD el corazon y los ojos vuel-
tos bicis la que es patria mia yde mis hijos; me apre~uro, pues, á
formular ante Dios, los reyes y los hombres, una protestaesplicita
y solemne; la protesta de que la (uerza mayor á que obedezco al de-
jar mi reino no amengua la integridad de mis derechos, ni los ate- .
nú!,' ni los compromete; la protesta de que los aetos del gobierno
revolu.cionario, y mucho menos' las resoluciones de \as asambleas
que puedan formarse bajo el impulso de los furores demagógicos,
bajo la pliesion de las conciencias y de las libertades, no podrán tam-
poco perjudicar en lo mas mfnimo mis derechos.


»Nuestros padres sostuvieron una larga y afortunada lucha en de-
fensa de la fe religiosa y de la independencia de EspaDa. La genera-
cion presente ha trabdjado ain descanso para poner en armonia las
grandes tradiciones de los siglos pasados con las aspiraciones ver-
daderamente fecund'as de los tiempos modernos. Enemiga mortal de
esas tradiciones y del progreso legitimo, la revolucion combate to-
dos Jos principios qUtl constituyen la vitalidad" el espiritu y la ruer-
za de la nacioo espaliola. La libertad ilimitada que los rebeldes pro-
claman no solo ataca la unidad católica, la mODlV'qufa y el libre




DEL ULTIMO BORBON DE BS1'AÑA. t tl1
ejercicio de los poderes le~es, SiDO que turba la familia, destruye
la santidacl 6eJ hogar doméstieo y mata la virtud y eJ patrio-
tismo .


• Si crems que el cetro real puesto MI mano de suna reina que ha
tenido la dicha de unir su nombl'eá la regeneracion politica y social
de Espalia es el sÍmbel •• estos priRcipiostulelares, permaooced
fieles, oomo firmemente lo espero, á vuestros juramentos y á vues-
tras creencias: dejad pelsar como una enmera calamidad ellorbellino
revolucionario en que se agitan lKTy la ingratitud, la hipocresía, la
traicion y las ambiciones, y vivid seguros de que yo sabré mante-
ner íntegro y respetable, en medio de la desgracia, el prestigio
de la monarquía. fuera de la eual DO hay para Espalia ni un reeuer·
do que la lisonjee ni Ula esperuza que la consuele .


• EI insensato orgullo de unos cuantos ambieiosos y de otros ta.-
tos extraviados conmueve y trasforma momentáneameote )a D8Cion
entera, s8Plbraodo..por todas partes la oonrusion en los ánimos y la
aoarquia en la sociedad. Ni aun para estos ambiciosos y extravia-
dos guardo odio alguno eD mi corazon de reiDa y de madre. El do-
lor que me iDspiran sus m~zquiDos sentimientos pierde mucba par-
te de su intensidad con el contacto de Ja vivisima lernúra que me
inspiran los súbditos leales que baD, expu6ito su vida y derramado
su sangre en defensa del troBO y del érden público y del afecto de
los espalioJes todos que hao presellciado con dolor y espMl&o el es ..
pectáculo deluna criminal insurreceioo, triste y aflictiv8 paré.owsis
eo el curaD delluealra ciy¡JizacioD.


»Ea la noble tierra desde la eaal os dirijo la palabra, y donde
quiera que me haBe, sufriré sin abatirme mi ¡.fortunio, que es el
infortuflio de &.palia .


• Si entre otros i:ustres ejemplos DO me 80stuvien el del sobereno
mas respetable y mas magnánimo, rodeado hoy de dificultades y de
amargur&s, la eoofiaDza que lengo eo la lealtad de mis súbditos, en
Ja justicia de mi causa, y, sobre tooo, eo Aquel en cuyas mano&
se halla Ja suerte de los imperios. me daria fuerzas par. soportar


. )8 injusta desgraeia que sobre mi pesa.
»La monarqufa, obra de quince siglos de luchas, de vio10rias, de


patriotismo y de grandeza, no puede sucumbir para siempre en
quince dias de perjurios, de traiciones y de motines. Tengamos,
pues, fé y confianza en el porvenir: las glorias del puebkt espalol
han sido siempre la gloria de su reyes: las desgracias de sus




1!1I BIsrOIU DEL REIN.UO
reyes hao hallado siempre eco en el noble pueblo espallol.


.. Para la justa, equitativa y patriótica 8spiracion que firmemElnte
abrigo, y sin duda abrigais vosotros, de mantener el derecho, la
legitimidad y el hODor, contad siempre con la decisien enérgica y el
maternal amor de vuestra reina, Isabel .


• Palacio de Pau 30 de setiembre de 1868 .•


VIII.


Tal fué el fin del dominio de la familia de Borbon en EspaDa.
Entró con la guerra civil, apoyada en extranjeras bayonetas en


1700 y salió expulsada por el pueblo y parte del ejército y la ma-
rina en 1868.


Fenómeno digno de atencion: La marina de guerra habia mere-
cido la predHeeeion de Isabel, y en la segunda mitad de su reinado
se habia regenerado, y lué la marina la que le dió el solpe mortal.


Difícil seria buscar en la historia antigua ni moderna, ejemplo
mas palpable de la necesidad de los gobernantes de apoyarse en la
opio ion pública; de no servir de estorbos al progreso. No hay na-
die que dude que la ca ida de la di~astía borbónica es obra suya.
Su ingratitud para con los Jiberales á quienes debía el trono, que
su lio don Carlos le disputaba: su manía en representar en el tro-
no no las ideas modernas á que lo debía, sino las absolutistas y ul-
tramontanas que la habian negado su derecho á la corona, fueron la
causa de su perdicion.


Por. no volver la vista mas atrás, - ¿cómo negar que si desde
1859 hubie6e dejado carta blanca á la uDion liberal para gobernar
liberalmente, y apartando de su lado frailes, como el padre Claret y
monjas c~mo sor Patrocinio, no sirviese de obstáculo á las reformas
que la opioioD pública reclamaba, todavía estaria sentada Isabel en
el trono y la revolucion pacífica realizada á medias por el trono: hu-
biera imped.ido la mas completa llevada á cabo violentamente por
el pueblo~ No: esto no es dudoso para ninguna persoDa sensata. No
son los dartidos radicales Dl revolucionarios quienes han derribado á
los Borbones, son ellos mismos quienes, socabaodo lós cimientos de
sus tronos, hao concluido por caer envueltos en sus ruinas Y. pa-
ra mayor castigo, para que el escarmiento sea mas terrible, han,si-




:DEL ILTlMO DOUON DI ESUÑA. ·1118
do Jos mODlrquieos, Jos que todo se lo debían á Isabel: hombres co-
mo Prim y Serrano, sus amigos iotimos, sus compadres, 108 que mas
sangre habian hecbo verter por conservarle el trono luchando con·
tra los revolucionarios, 108 que primero desenvainaron contra ella la
esp-ada, f los que heredaron su poder. '


-


10110111.




CAPITULO CLlCXU1.


SUMARIO.


~oJlsid.racion'5 politico sOlliales sobre la J'evoJucion di 116 •.


1.


Réstaoo8, para concluir la historia del reioado del último BorboD t
considerar la revolucion d~ 1868 bajo su aspecto político y social,
como digno de Jos progresos realizados por la opioion pública en la
EspaDa durante elJeioado de Isab'3J; pues claro es que las ideas qúe
. cOD·vertidas en instituciones ha revelado aquella revolucion, habian
germinado y se habían propagado, á pesar de tantas ~eyes represi·
vas reinando el último BorboD.


11.


Marinos y militares; geoHal~s y capitanes de navio; brigadieres
f generales de la armada;podian con sus fasiles, cariones y fraga-
tas acorazadas derribar un gobi'eroo, y sustituirlo por otro, hacer
un pronunciamiento; pero propagar repentinamente ideas demoerá-




.EL llLTlMO BoRBON DE IBPAÑA. 1 !15
tieas y convertirlas en leyes, eso no estaba á su ateaDce, eso no po-
diaD hacerlo.


Las ideas, que gracias á las revoluciones que derriban á gobier-
nos opresores, brotan en la superficie y se abren camino b.asta con-
vertirse en le~s, necesitan una larga incubacion, una prepara-
cion lenta y trabajosa en las entranas de la sociedad; Ion la obra
de la propaganda al mismo tiempo ,que de las necesidades sociales
á las que deben respoDderpara tener vida.


Tao ignorantes estaban dela existencia de las ideas que han fto-
tado y predominado en la revolucion de setiembre J08 hombres de '
guerra que representaron en ella los primeros papeles, que no les
daban -apenas importancia, y que muchos de e1l08, sorpreDdklos con
su apeTicion, auo des pues de ver la persistencia de SUI maoifes-
taciones. las lIan considerado como UDa floreceDcia effmera y pasa-
jera, como el gas que se evapora saliendo con estrépito al desta-
parse la botella en que fermentaba, cosa en fin, de poca conse-
cuencia.


111.


f.iberales mas ó menos conservadores y republicanos demócratas
han keeho la revolucion de setiembre; aquellos han impuesto sus
hombres; ,estos sus ideas, sus principios] y dootrinas. A.quellos han
dado tambien la forma de gobierno, pero como la forma monllrqui·
ca hereditaria, es incompatible con la8 libertades y derechos poHti-
60S conquistados por la revolucioD, y con la soberanfanacional, y
como ademas la monarqufa tiene algo de persoDa1fsimo que le 18
inherente; como la persona del mODarca, de aquf que 6sa forma sea


_ UD anacronismo y que eo 'ugar de facilitar dificulte el término de la
interinidad en que la revolucion vive al cabo de dos aftol que lle-
va de consumada.


La monarquia DO cabe dentro de la revolucion de letiembre que
expulsó UDa dinastía y derribó las corODas reales que Ion su em-
blema de los sitiOS públicos; es incompatible con ella.


Los monárquicos verdaderos, son reaccioDarios y i'eCbaZaD 101
dogmu, principios é instttucion democráticas proolamados por la
revolucion; los mOllárquico8 revolucionarios DO tienen un candid~to
popular, compatible COD la revolucioD y con-ellos; un principe con




t ! t 5 H8TORJA DIL R'INADO
el que ellos manden; y de aqui que la forma monirquiea no pueda
amalgamarse cOD la revolucion. Verdad es que ban buscado J bus-
ean en el extranjero UD princípe que acepte la corona de Espalla;
pero ¿como ban podido imaginarse que un principe extranjero, que
nada traeria, porque nada puede. traer, que ~endria en contra á to-
dos 108 partidarios de los candidatos ya conocidos, montpeDsieristas,
carlistas, alfonsinos y esparteristas, además de los republicanos, y
que tendria que empezar resistiendo á viva fuerza, ni pudiera acli-
matarse nirepreseolar el progreso y la verdad?


Sus candidaturas extranjeras ban caido por unas ó por otras cau-
sas antes de llegar á cuajar, de penet~ar oficialmenle en las cortes
constituyentes; si alguoa llegara á penetrar en ellas, ¿quién puede
asegurar que saldría no solo triunfaote sino con el prestigio, con la
bonra, con las simpatias necesarias, para que tuviese poca ó mu-
cha alguna vida?


IV.


Téngase fn cuenta que DO se bus~a un rey cualquiera, SiDO uQ
rey extranjero; que las grandes potencias de Europa aceplen, que
se comprometa á gobernar COD los partidos ó con el partido que lo
elije; que el pueblo respete, que sea liberal lo bastante para respe-
tar los derechos indiVIduales_ Basta enumerar eS'as eondiciones pa-
ra comprender que ese reyes UD mito, imposible de encontrar.


¿Y qué resulta de este conjunto de circunstancias? que la monar-
qula no puede restablecerse en Espana SiDO como una reaeeioD bor-
bónica, como negacion de la revolucion de 1868, Y llevando eon-
sigo la d~struccion de'sus conquistas, de los derechos y libertades,
empezaodo por la religiosa, y concluyendo COD .las de imprenta reu-
oioo y asociacion y sobre todo COD el sufragio universal.
¿O:J~ debeD hacer en tal caso lús liberales sinceros, aquellos que


n& est~o dispuestos á sacrificar á UDa forma de gobierno, la Jib~r­
tad, el j.lrogreso y la honra de Eaparlat Adoptar la Uepública como
única (orma compa~íble hoy con .hllibertad, como único medio de
unir á lodos los verdaderos .. bombres de progreso y de resolver los
problemas económicos y sociales que la monarquia cJnslitucioDal
plaoteó y que no supo resolver en cuarenta aftol que imperó eo el
pais.




EL ULTJMÓ BORBON DE ISpARA.. 1 ti 1
Pero para demostrar hasta· que punto, los sucesos, el espiritu


público, el carácter de la revolucion de setiembre y ;el estado de
108 partidos hacen que Ja república sea la única solucion posible
y lójlca, vamos á retroceder á.la ratz misma de la revoluciono


i' .
'~


d' )'




CAPtrULI CLXXIY.


&UMARIO.


La. juntas revolucionarias adoptan el programa democrático.-Confiere la de Madrid
la (ormacion del gobierno provisional al general Serrano.-Falsea la junta revolu-
cionaria de Madrid la revolucion.-Inútil propaganda monárquica.-Grandes mani-
feetaciones repub'icaoas.-Traicion de Rivero.-Su responsabilidad.-Ingralitud
1 crueldad del gobierno revolueionarío para. con el partido republicano de Anda-
lucia.-Triste celebridad de CabaUero de Rodall.


1.


Ko la juota revo)ueionariaria del mismo Cidiz; auo bajO la pre-
si(ln de Topete y de los generales unionistas predominaron los prin·
eipios del programa democrático. Lo mismo sucedió en ta de Sevi-
lla, á la que el general Izquierdo quiso impedir, aun que en
vano, á que diesen el programa democrático, que dió color á la re·
volueion en Sevilla. Lo mismo sucedió en Málaga, en Granada, Ali-
cante, Cartagena, Barcelona, Valeocia, Zaragoza, Valladolid, San-
. tander, La Coruna, Lérida, Huesca, Reus. laen, Huelva y Palencia,
Badajoz, y casi todas las poblaciones donde se formaron juntas r,e':'
volucionarias, sin excluir el mis'!l0 Madrid. '


Antes d~ la (ormacioo del gobierno provisional el movimiento re-
volucionario nada tenia de monárquieo, aotel al contrario su carlle-
ter republicano era tal, que cuando lajunta de Madrid, abrogáodos6


atribuciones que no tenia, confirió el mando de la nacion allobi er-




DiL IL'f4l10 BOIION DI B8PAÑA. ltl t
DO provisional, encargando al general Serrano su formacion, las juntas
de fas provincias mas importantes protestaron y mandaron agentes
á Madrid, á quienes el senor Riwro, que ejerciacomo representan-
tes de la democraoia en aquella situacion gran influencia, hizo com-
prender .ue.18 situ~ioo era demoorática, p$'o'qti 4ebia lransi-girse
con 101 patlid08 medios, que habia. toma4ft parle ea ,. F&yolamoo,
y á Sllt palabra. y telé8ramas se debit q_ las; pobiaciones y pro-
vincias priacipales, reeooeciell8B elgobie .... del SIDeral SenaDO y
que las juntas d9 las provincia. .. disel,ie*ell>.


De esta manera 86 eontiruó en ooa espeoi. d& dicaldDl'a de- 1M
elementos meDárquioos, el, gobierno r«tYOlaeionari •• t.a historia "88-
deaará se,eramenk\ Olas aUD que lo ha hecho et partidO' republi-
caBO la ooDduela de Bifer. en aquella ocuioD.


n.


La auseaei& de' Madrid • cooReue'" de las Pe.MnItlones de lo.
gobernaBle. UOio.rlStas y moderados, d& l. hombres mil illftoyen ....
t. de-Ia democracia, oomoOreBJe, CaRelar, Pi y Margan, y otros,
ioluy. en aquel tt8senlac-e por la pr8pODtleral1ei~ Jl8I'~1 que esta
forzosa ausencia ~'ÍI Ri,ver«t.


y" hubo 81, '- jo Ita de Madrid quieo J'l!0pUIO y obtu1!O qoe se
tetegra6llr. á las juntas de las provincias que mandaseo á Madrid
deJegados para, formar una juata central. qee era lo Mjico. pero el
demócrata que recibió la comuoicaeioll .1'& &rasmitirla,. fue aRtes á
cooauHar 80 eovio 000 _de los jefes de los progresietast q •• cree-
mos rué el seW Saguta" quien se' opuso como puede 8UfM'neF8et J
la órden • aItogó 81 la ofiaioa telegráfica q .. debió tAdlmitirla .


. 11°1& formacion del' gobierae "Misional, compuesto Rclllsiva-
mente de hombres mooárqaioos, siguieron lar declaraciooe. de mo-
DarfJUismo: de PrilDo, el Yiaje1 d& propagada monárquica de OIéza-
ga, Topete. y Hartos á Zaragoza, sus disooNos y brindis en esta
(liMad yea la 8stacioo,de Guadalajara, y mauifestaoiolCs á CJUl1 r ....
pendi6 el,*,' eGO Ha ilHll8D8a '~8I1J8eiea á la RepúbliCa federal.







.1U. ,.8fQ1IÁ JEL JUmU,D!)


1lI.


Nunca .e vieron en Espana en favor de ninguna idea, manifesta-
oiones mas generales, numerosas, entusiastas y ordenadas q~e las
que en favor de la República federal tuvieron lugar en todas Jas
. ciudades y poblaciones de alguna importancia en los meses de octu-
bre noviembre y diciembre de 1868.


En vano Rivero exllortó á Jos pocos hombres importantes del
partido democrático de las provincias, que abandonaran á so par-
tido por seguir á el antiguo director de La Dilcruion; en vano man-
dé alguBos de ellos á provincial para que retuvieran bajo la bande-
ra monárquica al partido democrático; en vano en las primeras reu-
niones publioas de este partido en Madrid, don Nicolás Salmeron y
Alon80,"arlos, Becerra y otros antiguo! demócratas opusieron sus
discursos á los de Orense, CasteJar y otros oradores que proclama-
ban la república; en vano hablaban de monarqufa democrática y
basta electiva, y pregonaban á voz en. grito los· derechos indi'ri-
duales y el surragio universal como bases de su monarquIa: todo
fué ¡Dútil de. Cadiz á Figueras,de:Valencia al Ferrol, la opinion
predominante fué la republicana federa); y cuando en diciembre 101
pueblos pusieron por primera vez en prllctica el sufragio universal
directo para elegir ayuntamientos, el triunlo de Jos republicanos lué
tan general, tan imponente. que fuera de, Madrid y de algunas po-
blaeiones leviticas iDSigoificlQtes del interior, todas las dudade. y
en muchas provincias cui todos . los pueblos eligieron ayuntamien-
tos republicanos, y: pudo con razon decirse que DO babia eo Espala
ya mas gobierno popular posible que la república Federal.


¡Grande es la responsabilidad de los hombres que la revol1lcion
babia elevado ,al poder por no haber entonces reconocido que era
en las ciudades republicanas, en las fuerzas vivas y poderosas de
la revolocion donde debían buscar para esta el sólido sosten, dando
satisfaccioD á su aspiracion republicana, y no en las fuerzas iner·
tes, pasivas y sin opinion ni fuerza moral, confundidas entences
con 108 elementos moderados y teocráticos, vencidos en setiembre
del afto anterior.


Ciegos de orgullo, despechados y desconcertados 108 Prim, los
Sllasla y los livero, preirieron nepr lo q~e veiaB, ultrajar al




DEL IL.TIMO lIOJlBON DI E$Pin. 1111
partido republicano, hacerle la guerra sorda -primero y á mano ar-
mada des pues , desarmándolo para imponer al pais la monarqufa
que rechazaba. '


IV.


Su primer crimen que no esperamos quede impune, fué la in-
gratitud y la crueldad de querer desarmar aquellos bravos republi-
canos de Cadiz, que tanto habian contribuido antes y despues de la
revolucion á su triunfo.


Caballero de Rodas en nombre de Rivero y de Prim puesto que
r() hacia ese por órden del un'o y con consentimiento del otro, des-
armó Ja mayor parte de los puebÍos republicanos de Andalucfa, es-
perando sin duda desarmar mas tarde á los mismos Prim y Rivero,
y sin el heroismo' de los republicanos de Cádiz y de Málaga que
obligó á reaccionarios disfrazados de monárquicos demócratas; á co-
meter violencias y crueldades que indignaron Ja opinion y los hicie-
ron retroceder en su vandálica y arbitraria guerra civil, disolvien-
do 'el ejército' do Andalucfa, es probable que bubieran llevado antes
de las elecciones de diputados la reaccion hasta proc'amar por la
fuerza rey de Bspalla al duque de Montpensier.


v.


Las elecciones para las constituyentes se hicieron en A.ndalucfa
bajo la presian de lareaceion montpensierista que hahia desarmado
las milicias republicanas, y no obstante aquellas provincias man-
daron á las cortes veinte y cuatro diputados dejando de mandar
otros diez por las iJegalidadfls del gobierno, lo que DO impidió que
obtuviesen los candidatos republicanos casi tantos votos como los
monárquicos. Esto mismo sucedió en Extremadora, en Galicia y Va-
lencia, mientras Aragon y Catalufta, mandaron á las eortes todos
sus representantes republicanos.


Bl gobierno tuvo que contentarse, como los gohiernos moderados,
eon que fueran á las cortes los prohombres de sus partidos, como
diputados cuneros elegidos por las poblaciones mas atrasadas en to-
do, por las comarcas rurales del interior, donde no hay convicciones




U!! IIISTOR!,.\ DEL REINADO
y están acostumbrados á someterse en las elecciones como en todo
al capricho del que manda; poblaciones,! comarcas que han vota-
do siempre, geoerafmente sin conocerlos, á los candidatos de todos los
gobiernos.


VI.


Tal fué la triste y poco lisonjera victoria de la coalicion monár-
quica bajo cuyo imperio se bicieron las elecciones para la constitu-
yente. .


La oposicion republicana representaba, Baraflona y Valencia
Cádiz y Zaragoza, Sevilla y Jerez y Lérida, y si su triunfo no foé
completo por la divisioB especial de circunscripciones que hizo el
gobieneo, en Granada y Málaga, en Cafla@eB& y Aliean'e; en Boa-
da y Huelva mandaron parte de sus represen tan tés replblicanos, y
en Lugo, Badajoz, Palencia y las poblaciones donde los republica-
nos obtuvieron IDayorfa como Santander, ValladfJlid, COfula, Fer-
rol, Orense, Jaen,.. Tarragona, Reus y otras que á ser por distritos',
hubieran dado mayoría en las cort~s al partido federal, 8e vieron re-
presentados en ellas por monárquicos porque los votos inOODsiea-
tes de los electores rurales mas ó menos supeditados dominaron á los
de las ciudades.


Las proviocias del interior como Cuenca, donde siempre habia
predominado el espíritu retrógrado y votado á gusto de los gobier.;.
nos cualesquiera que fuesen sus sistemas é ideas, como Soria, Avila,
Burgos, Zamora, Segovia, Cáceres, y aIgual8 otras, votafon candí -
datos monárquico-demócratas COIM hubieran votado fe,ublieanos,
si el gobierno los patrocinara.


y á pesar de este patrocinio ¿como fué y porqúe fueron elegmos
la mayor parte de ellos?


¿Porque ofrecieron á los pueblos Jo que no habian de cumplir?
lleDos están sus maDífiestos de oferlas, de votos contra ]as quintas,
de rebajar las contribuciones y de llevar á cabo otras reformas que
los pueblos apoyaban, enganando asi á los pueblos que les dieroo
sus votos, puesto que lueg~ ban votado lo contrario de lo que ofre-
cieron. Asi en las reelecciODt'S hemos visto mandar á las cortes re-
publicanos, circunscripciones como las de Badajoz, Tarragooa y al-
guna -otra que aotes'habían maodado mflDárquicx;s.




DEI. ULTiMO lURRON D~ K¡)PAÑA, t ~t8
Todo esto DOS autoriza á decir que el triunfo de los republicanos


hubiera sido completo si hubiesen t'3Dido en su mano el ministerio
~e la gobernacion como lo tuvieron los progresistas, pues además
de las ciudades y pueblos que ya tuvieron, DO es dudoso que tam-
bien votaron á los republicanos los que se han acostumbrado á vo-
tar á los que mandan, todas esas poblaciones rurales timidas, que
carecen de la energia y de la dignidad qúe dan la i1ustracioD y las
profundas convicciones politicas.




CAPíTULO CLXXV.


SUMARIO.


f.liz Quayo del partido republicano en las funciones administrativas.-Ilustracion de
las claies obrera¡¡.-ParaI8Io entre la ~onducta de los revolucioDarioii r Ini lIieDt.~
.,1 iobierno.


1.


Considerando ahora bajo otro de sus aspectos mas interesantes la
revolucion de setiembre del 68, diremos que el pueblo en general,
y en particular el partido republicano, han mostrado que son diga os
de la libertad y capaces de ejercer sus derecbos politicos tanto ó
mas que los pueblos mas ilustrados y acostumbrados á las prá.cticas
de la libertad. Pacificas manifestaciones en las que han tomado par-
te muchos miles de ciudadanos no solo de las ciudades sino de los
campos; elecciones de ayuntamientos y de di~utados, en las que
por primera vez se ha hecho la experiencia del sufragio universal
directo, y que por el órden y la moderacion del pueblo podrian pre-
sentarse como modelos, á pe,sar de que en muchas partes de:"
seabao los gobernantes, y los provocaban, conflictos que sirviesen
de pretexto para anularla~; ejercicio de sus cargos y atríbuC'.iones
en las corporaciones populares por hombres nuevos, muchos de
eBos obreros á quienes DO se podia 'creer preparados para dese m-
pelIar funciooes administrativas; y ejercicio tal que han tenido de




nL ULTIMO BORBOL'4 DB BSPA.N'A. t !!5
reconoce lo boeDQ hasta sus mismos detractores. El espectáculo en
fin que I Esparia democrática ha ofrecido durante estos dos aMs
hasido dmirable y no ha teoido otros borrones que los que les


, ha hecha o la maligna torpeza de los gobernantes. .
..


n.


¿Ooié no recuerda que hasta la vfspera de ]a revolucion de se·
tiembre, durante JJlUC~OS afios, los detractores del pueblo, los que
se empe an en calumniar á las masas republicanas, anunciando que
cometeri n los excesos mas espantosos, procuraban apartar de la
libertad as clases conservadoras?


¿Ouié no ha leido el faUdieo coro de la prensa monárquico·con-
servador anunmando hipocritamente que la caida de la dinaslfa, el
triunfo d la revolucion seria el diluvio, la disolucion social, el
caos, el . aqueo y el degüello de las gentes que tuvieran algo que
perder? .


y sin embargo la revolucion llegó, aquella revolucion tan temida
y nunca la propiedad se vió mas respetada, ni mejor garantida la
segurida individual. Cuarenta mil descamisados armados de bue-
nos fusil s, fueron doefios de Madrid durante muchos dias, durante
los cual s no se cometió un solo robo, y aquellas masas que perte-
neciao . los desheredados, á Jos que Dada tienen que perder se
constiLu erOD en guardianes de la propiedad de los ricos, dieren
guardia en el banco, y en la casa de la moneda, en lugar de sa-
quearlos, y las viclimas inmoladas en el primer momento en aras
de la ve gaDza popul~r, no llegaron á tres esbirros, cuando las de
los revo ucionarios sacrificadas solo desde la noche de San Daniels6
contaba por centenares.


111.


En la~ provinciac; sucedió otro tanto. En toda Espalia no llegaron
á media docena las muertes violentas, ni valian cien mil duros las
ptfdidas que en incendios ó de otro modo sufrieron algunos bom-




n~6
bres ~HCiODario8 de IGS que mas odiosos se habiao hecho durante
)85 Bdmjnist,a~nes moderadas. Pero que mucho, si los mismos je-
fes militares que durante la revolueion, mas se habian ensaogren.;..
(ado contra él pueblo aomo Nanaeti, el verdugo de Béjilr, In~1 y
Calonge los ametralladores de Santallder, Cheste: el tirano de Cata-
lulia, el general Zapatero, tan tristemente célebre por sus cruelda-
des en las épocas de la dominacioB reaccionaria, y todos en fin los
que pareci, natural que el pueblo vencedor odiase y- pudiera exas-
perado inmolar, fueron respetados y perdonados de la manera mas
noble y generosa.


El valor desgraeiado de Novaliclles, fué honrado é inspiró genera-
lessimpatfas, tleplorándose que no hubiese inspirado BU valor en
defender mejor causa. Girgsoti, el yerno de IareHía, (ué uompa-
liado basta la (rontera por el republicano Pigueras; ,detaotosti-


. r8nuelos iosoleotes como habían oprimido al pueblo y babiaa es-
carnecido la moral, tlO llegaron 11 dos docenas los que DO cr.y'odo-
1m seguros, emigaron COD los Borbones.


IV.


tAs negros presagios, el fantasma de la anarquia y del caos so-
.¡al no t&gró espantar' nadie -y nadie vió ni siquiera so sombra.


Lo qut ~sO en', rev~lueioD de setiembre, se ha repetido en Jos
l. .


ao,imiebtos republicanos posteriores-. Cádiz estuvo durante muehos
días en poder de las· ma~as republicanas; estúvol0 tambiAn Málaga
y despues Valelcia. Reus, Medina, Liria y muchas otrll6 poWacio;'''
nes de varias provincias SiD que hubiese que deplorar mas que IOB
exees&s de VatJs, coyo earáeter 'oé el de venganzas personales de-
plorables sin duda, pero á Jos que se ha q,uerido dar UDa importan-
cia poUtica que realmente no teDian. Aquellas violencias que los re-
publicanos han condenado los primeros y ~cuya responsabilidad no
ban aceptado, no han logrado manchar á la democracia espallola.
tanto por su carácter puramente local, como por que los actos ge-
nerales del partido republicano en todos sus movimientos han sido
}a negaeian de aquelias desgracias.


La justicia sin embargo fué severa y el oastigo terrible.
Hoy la repóbJica á oReUe espanta y ya se ban acostumbrad#) á olr




DIL ULTmO Bf'lRB'lN DE BSPÁ~A. Jii7
sin terror esa palabra 108 que hace pocos allos aun la consideraban
como sinónimo de disolucioD social, y esta victoria moral es precur-
sora de la victoria material, pues la forma de gobierno republicana
no podrá menos de ser aceptada como un lazo de un ion en terreno
neutral entre lodos 108 que por la iosuperablé difieultad de candi-
dato al trono, á gosto de todos no pueden levantar la caida mo-
narquia.




CAPITULO, CLlCXY1·
..


tUMA"'O,


Protiamaeioll por las juntM fe.oluciollllrias, de la libertad religioea.-Ijoeda relro.-
pectiva acerca de la decadencia religiosa que hace muchos años "iene observán-
dose en la 50ciedad espanola.-Escándalo ocurrido en San Francisco el Grande en
Madrid.-lstableciluiento del protestantismo en España.-Completa libertad da la
prensa. .11 materias reli¡iosas.-EstablecimiQnto del re¡islro y del matrimonio
fivi!. .


l.
/


Otro de los earácteres distintivos de la revolncion de setiembre
y que mas la ~onranJ foé la proc]amacion por.las juntas de la li-
bertad religiosa.


EspaDa era todavfa en 1860 la única nacion de Europa donde la
religion católica prevaleciera exclusivamente. El catolicismo era )a
uoica religion que podian profesar, ó cuyo culto podian ejercer no
solo los fspanoles, sino fos extraojer(\s residentes en EspaDa. Pero
esta intolerancia absurda y aoazróllica en el ultimo tercio del si-
glo XIX, existía mas en la ley que en las costumbres y babia ca-
ducado contribuído á conducir á la mayoria al indiferentismo m8S
completo si quiera este DO )0 m(lstrasen todos.


El f'stado anti- religioso del país podía apreciarse desde ya hacia
mnchos nfto8. Eo 1836 se habia suprimido la ob1igacion impuesta
por el poder eivil de pagar á la iglesia los diezmos y primicias; pero




nL ULTiMO BOJlBON BI ESPAÑA.. 1'19
Ja iglesia no suprimió la obligacion canónica y siguió predicando y
ensenando á todos los espaflotes, en el catecismo de la doctrina oris-
tiana, que el pagar los diezmos y primicias era uno de 10;:; manda-
mientos de la iglesia, y ti pesar de esto nadie ó casi nadie pagó, á
pesar del precepto religioso y de no poder recibir la absolocioo en
muchos casos. No solo cada. revolucion vencedora desde 1808 hasta
1868, habia dado un golpe mas ó menos foertey destruido alg<> del
poder teocrático y mermado sus riquezas, sos privilegíos, derflv8odo
ademas oonventos é iglesias, sino que los mismos gobiernos restau-
radores dei despotismo político teocrático, tuvieron siempre que res-
petar algo de la obra demoledora del catolicismo, que habían lleva-
do á cabo las revoluciones políticas.


Fernando VII en 18U ya no se atrevió á restablecer la inquisi-
cion destruida por la revolucion de 1820. La reaccion de 18i3 tam-
poco o.só restablecer los conventos suprimidos en 18d5, ni anular
las veo.tas de los bienes de iglesias y conventos, como hizo la reac-'
cion de 18!3, que anuló las ventas, despojó de sos hienes á los que
los babian comprado sin devo1verles el dinero pagado por el1os,
contentáronse con suspender la venta, pero ya en 1850 hicie-
ron un concordato por el que se establecía, que de las cuarenta ór-
denes religiosas que bubo antes, ,podrían restablecerse cuatro y
que el número de monjas podia llegar á !1,000 y á 50,000 el de
curas.


¿Que mayor confesíon de impotencia, de decadencia de la fe ca-
tólica y del poder de la iglesia pudiera presentarse que este con-
cordato en que el papa y la reina de Espalia reconocian la obra
de la revolueion, el despojo y la supresion de los conventos y de
]08 bienes de la iglesia vendidos; y que además solo cuatro de las
cuarenta órdenes monásticas reconocidas por la iglesia podrían res-
tablecerse en Espalia? ¿Y qué diremos de la limitacion impuesta á
)a profesion de los votos y órdenes religiosas? ¿qué pensar de aque-
llos poderes católicos que establecían que solo podrían consagrarse
á Jesucristo como sus esposas !1,000 católicas espaftolas?


¿Qué' ma~ harian los incrédulos, con las que tuviesen esa vacacíon,
desde la ~O, 000 en adefant~ que privarles la toma del velo y la vida
del claustro?


¿Y que hubieran dicho los fundadores de las otras treinta y seis
órdenes monásticas, muchos de los cuales eran espaliQles si hubieran
podido saber que por contrato entr~ el papa y la reioa católica se


TOllO JIl. 156




UsO RISTOll! BIL BlINADO
las daba por bien suprimidas, excluyéndolas de 18~ que en adelante
pudieran restablecersi.lf


¿Eo realidad no eran tQdos e9tos vetos y supresiones consigDa1011
en aquel concordato. concesiones hechas á larevolucion anticatólica.
pactar con la incredulidad y hacerse cómplices de los enemigos del
catolicismof .


¿Qlle menos habian de hacer los revolucionarios anti católicos el
dia en que pudieran dictar que leyes, reducir las monjas y el clero, y
supri mir las cuatro órdenes religiosas que el papa y la reina cató-
ica habian dejado.


ll.


La revolucion llegó en 1854, y sin embargo, tres alios despJles de
hecho el concordato aun no habia mas que UDa docena de con ven -
tos de felipenses, y de jesuitas restablecidos.


Tambien en aquel concordato se daban por bien vendidos los bie-
nes de comunidades y de la iglesia, estab!eciendo respecto á Jos de
esta aun no vendidos, que el clero mismo los venderia recibiendo el
gobierno el importe, y pagándole en cambIo por él una renta in-
transferible de 3 por 1 DO cuyo i m porte se red uci ria de la asigna-
cion c.onsagrada en el presupue~to para el c.l~ro .


. .


1Ii.


La revolucion de 18~)4 se apoderó de lo que quedaba aun al cle-
ro por vendl3r, que valia mas de dos mil millones, y lo puso en ven-
ta' á pesar de las excomuniones y de :a rebelion paeífica ó á mano
armada del claN; redujo las monjas y sus c0nventos, y suprimió los
que se habían vuelto á eslableüer de hombres, prüclamando al mis-
mo tibmpo el principio de la tolerancia religiosa establecido en la
Sflgunda base constitucional. •


La reaceion triunfante de nuevo en 1856 pasó por lo hecho con-
tentándose con suspender l(lS ventas de bienes de la iglesia, y en
1860 amplió' el concordato de 1851, reduciendo el personal del alto
clero y el número de dióce~is y autorizando al ~objerno para poner
de nuevo en venta !o que aunquidaba por vander.




·


DEL -ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. llSt
,Como esplicar estas concesiones de las reacciones monárquico-ca


fóJicas vencedoras, á los principios y tendencias anlí -oatólicas mas
que por Ja creciente decadencia del catolicismo en EspaD:l? Y DO
obstante cada reaecion vencedora habia becho alarde de UD es-
pfrHu teocrático exagerado; todos los gobiernos reaccionarios ha-
blaban de la fe, de la religion, como de uno de 108 elementos de ór-
den, y procuraban hacerle concesiones y enaltecerlo, empezando por
ia reiDa, que hacia ostentaeion de su religiosidad por cuantos me-
dios podía, pero el espíritu público marcbaba por otras vias y se
imponía mal que les pesara á los mismos poderes enemigos suyos,


IV.


Ninguna reaccíon se atrevió, á pesar del restablecimiento d~ al-
gonas órdenes religiosas, á derogar un decreto de 1836, que pro-
hibia usar hábitos de fraile. En los pueblos apartados y pequeDns en
donde se habian restablecido conventos, usaban Jos frailes sus hábi-
tos, mas se Jos dejaban en los conventos cuando iban á las ciuda-
des. En 1860 un dia, en que la reina y el gobierno asistian de ce-
remonia á una fiesta religiosa en )a iglesia de San Francisco el gran·
de de Madrid, se presentaron en ella vestidos de franciscanos, al-
gunos de los frailes secularizados en t 836, Y que desde entonces
habiao usado la sotaoa, como capellanes que eran; pero el pueblo
se apercibió, y acudió en tumulto á aqneJla fiesta, gritando mueran
Jos frailes; la reina se retiró mas que de prisa, y la Gaceta oficial
para calmar los ánimos, publicó UDa real órden recordando á los
prelados, que estando vigente el decreto que prohibía usar hábitos
de fraHe, ordenasen á sus subordinados la mas estricta observan-
cia ¡Y esto pasaba justamente cuando la fanática Isabel se hallaba
en el apojeo de su poder, cuando el mismo O'Donnell llevaba ci-
rios en las procesiones deJ conveoto de San Pascual, del ftUe Sor Pa-
trocinio era priora!


V ..


Desde 1860 crecieron cada día en la corte y en el gobierno las
inftnencias católicas; cada nuevo ministerio lué mas teocrático qne




· t 1st HISTORIA DEL IWNADO
SU predecesor, bajando progresivamente de Posada Herrera á Ca-
lalina! de la Union liberal, al neo catolicismo; pero leyes, órdenes", y
hasla las costumbres teocráticas que quisieron restaurar, todo fué
artificial y solo aparente. Procuraron crear intereses concediendo á
I :JS seminarios tales ventajas sobre los establecimientos· de instruc·
cion secundaria y superior que alllegaf la revolucion de 1868 ha-
bia ya en los cincuenta y ocho seminarios 50,000 estudiantes; pu-
sieron en manos de1 c1eró la instruccion primaria, queriendo con-
vertir en maestros de escuela á los curas; hicieron en fin, cuanto
cabe en Jo humano para resta.urar el catolicismo; pero todo fué pól·
vora gastada en salvas; la revolucion de 1868 proclamó desde el
primer dia y puso en práctica la libertad de cultos; cerró los con-
ventos de hombres y muchos de mODjas, y entre unos y otros, é
iglesias de todas categorías, suprimió y derribó gran número. El
pueblo de Madrid quemó el cQncordato an .. la nunciatura apostólica,
y en muchas poblaciones se estableció públicamente el culto pro-
~eslante.


Las cuestiones religiosas se han discutido desde la revolucion de
setiembre con la misma libertad que pudiera hacerse en Jos Estados
Unidos; ha empezado la publicacion de periódicos de diferentes
oreencias y el racionalismo tambien ha dado á loz 8US órganos pe-
riódicos, libros y folletos bien escritos. Las cortes constituyentes han
consignado, siquiera sea raquitica y ridículamente, la libertad de
oultos y reducido el presupuesto eclesiástico, ya que no se han atce -
vido á separar la iglesia del Estado.


VI.


Tales han sido los progresos que en el sentido de la libertad re-
ligiosa se hao realizado en Espala desde 18 U; Y pueden conside-
rarse como la prueba de la decadencia progresiva del catolicismo.
Pero como no hay progreso que grar.de ó pequeflo no provoque una
reaccion, esta se manifiesta bajo formas diferentes y el clero, ven-
cido pero no resignado ni domado siquiera, hace esfuerzos desespe-
rados en favor de Carlos vn, á cuyas banderas se acojen tambien
,gran número de 108 moderados y neocatólicos que basta abora estu-
vieroD al lado de Isabel de BorboD; el carlismo y el olero, el allar




DIL ULTIMO 10YON DI ESPAÑA. 113S
y el trono legítimo, se identifican, se unen y estrecban sus filas para
dar una nueva batalla á la causa del progreso, pero sus armas no
son temibles sino cuando son poder, cuando desde el trono pueden
dictar leyes.


La reaccion religiosa que se verifica en ciertas clases de la so-
ciedad es natural, el catolicismo que ba perdido el poder ganará al-
go en ciertos espiritos poco inteligentes, y producirá una recruden-
cencia de bipocresfa, por la mezcla de la politica con la religion;
pero el establecimiento del registro y d~l matrimonio civil, l el ejer-
cicio de la libertad de oultos, crearán intereses espailoles y extranje-
ros que no podrán despues destruir, si, lo que no esperamos, llega-
sen á triunfar algun dia los católicos realistas.


VIL


Otro de los efectos de la revolucion de setiembre ba sido la di,·
vision de las opinioDes del clero, y por lo tanto la diferencia d.
conducta; ultramontanos como ellos solos, y mas papistas que el
papa, la mayoría de los prelados se manifiestan hostiles al gobier-
no y á las instituciones revolucionarias, negándose á jurar la eons-
titucion de 1869. Mientras otros, que como el obispo de Almeda,
no solo se opone en Roma á la declaracion dogmática por la que el
concilio declara al papa infalible, sino que vuelve á Espana y jura
la constitucion.


Sacerdotes de reconocido talento como el sell.r Tristan Medina
hacer pública declaracion de su disidencia con la iglesia romana y
abrazando la causa del evangelio, recorre poblaciones predicando -
el protestantismo, negando todo lo que la iglesia católica ha agre-
gado á las Sagradas escrituras.


En la Mancha tambien, varios curas párrocos se declaran inde-
pendientes y forman cisma contra las prescripciones de la iglesia
romana.


En Madrid y en mucbas otras poblaciones la propaganda protes-
tante se extien~e rápidamente, funda capillas y escuelas, y estable-
cimientos notabilísimos para la venta de obras protestantes, y alle-
gan prosélitos en gran número, y á la hora en que escribimos pa-
rece que cuentan ya con recursos para construir en Madrid on gran
templo que se dedicará al culto evangélico.




llSi BSTORIA DEL REINADO
BI rio Manzanares por primera vez en 1870 ha visto bautizarse


en sus aguas UDa doceoa de espanoles y espanoles adultos, bauti-
zados al nacer en las ·pilas bautismales de las iglesias católicas, á
la manera coo que San Juan bautizó á Cristu, con los piés descal-
zos en er rio, cog:endo el agua con una concha y echándosela por
la cabeza.


La separacion de .la iglesia del Bstado; la completa supresion de
la gerarqufa eclesiástica eOD facultades penales, daria todavía mas
vuelo á este movimiento aoti-católico que la revolucion de 1868 ha
producido, porque el clero, foerte aun en las poblaciones requerías
porque no vive principalmente de lo que le pagan ellas, acabaria
de perder su prestigio si debiera pedir cada día á los fieles recursos
con que vivir. Dejando de ser UDa carrara pagada por el Estado y
pasando á la categoría de industria libre, el sacerdocio tendria que
reducirse en número, que distribuirse de manera muy diferente á la
que hoy tiene. Los católicos espanoles gastarian cuando mas lO mi-
llones para sostener al clero que hoy recibe del presupuesto 160.




CAPITULO CLXXVEt.


SUMARID.


Establecimiento de las tibert~de~ de reunion y de asociacion.-Fundacion de asocia~
ciones por los trabajadores.- Espiritu liberal de las masas obreras.-Incompati-
bilidad de la monarquía con las aspiraciones de los tr:lbajadores.-Reflexiones
sobre la iurompatibitidad de la monarquía con lo,: derechos individuaJe5.-Plan-
teamiellto (lel prohlema social y su solucion.


1.


Si consideramos la revolucion que destronó á los Borbones bajo
.su aspecto social, veremos con satisfaccioc, que abriendo á las cIa-
ses trabajadoras la antes cerrada puerta de la práctica de la 8S0-
eiaciern, les ha facilitado la entrada en )a vida económica del pais.
y por cierto que no puede menos de alegrar á los amigos del pro-
gr;~so el uso que de ese precioso derecho han empezado á bacer 108
trahajadores españoles desde que pudieron asociarse.


Los gobiernos monárquico3, doctrinarios y conservadares, repre-
sentantes de los bastardos intereses de oligarqu\as explotadoras, se
habian opuesto siempre á que los trabajadores se asociaran, ba-
ciendo cua.nto pudieron para retenerlos en el aislamiento embrute-
cedor, que Jos entregaba inraliblemente á la merced de sus explo-
tadores. Solo por' eso esta noble raza ibérica, naturalme.nte inteligen-
te, babia permanecido retrasada. Y mientras en otros paises libres
los trabajadores, asociándose para resistir, consumir y producir,
h lbiar. comatl7.a,lo hace ,'tfi')s á emaBciparse económicamente del





1!36 HISTORIA DEL REINA.DO


yugo del capital con los mas felices resultados, los espaftoles DO
habian podido imitarlos. Mas apenas la revolucion proclamó los de-
rechos de reunion y asociacion, empezaron á formarse a~oclaciones
de consumo, de produccion, de socorros rnútuos y de resistencia,
habiendo poblaciones, C,om& Jerez de la Frontera, por ejemplo, don-
.de hay un centenar de ellas.




11.


Hoy ha pasado ya á acciomn político la idea de que de la capa-
cidad administrativa de las clases trabajadoras, depende su emao-
eipacion poHtica. Y en efecto, mal podrá gobernar su pais, como le-
jislador y poder ejecutivo, mal podrá administrar su pueblo y su
provincia, formando parte de las corporaciones municipales y pro-
vinciales, el cuarto Estado, compuesto de las masas trabajadoras
si no saben por medio de la asociacion, administrar sus comu-
nes intereses y emanciparse del yugo del capital, recobrando los
instrumentos dellrabajo.


La revolucion polftica ha precedido á la revolucion sociaJ; pero
esta puede prepararse pacíficamente. Asociándose para consumir;
para producir y para instruirse, no solo remediarán su miserh,
sostendrán ó aumentarán sus jornales, y podrán adquirir Mono-
mias individuales y colectivas, si no que adquirirán la práctica de
los negocios, de la gestion de grandes intereses, y se elevarán mo·
ralmente, porque la moralidad y la dignidad aumentan con la ma-
yor responsabilidad de las acciones.


111.


Esta experien!.lia que hoy han empezado los trabajadores espa-
noles, es decisiva; su conducta prueba su capacidad y su bueo sen-
tido práctico, y que estaban, cuando menos, á la altura de Jos tra-
bajadores de las naciones mas adelantadas de Europa y América.


Esta evolucion regeneradora, sin duda penosa, y que requiere
energía, constancia y grandes virtudes, será el crisol de que sal ..
drán purificadas y vencedoras las masas, probando que están á la
aHura de su siglo y que son dignas de la libertad.




)IL ÚLTIM.O BOIB01'4 DI IS,AJA.. 113'1
Desde ahora puede asegurarse tambien que las clases obreras,


que ya van comprendiendo oual es el verdadero camiDO de su
regeneracioD, han vuelto definitivamente la espalda á los partidos
reaccionarios que las explotaban llevándolas, á defender intereses an-
ti sociales, contrarios á los suyos. Los trabajadores están dando
muestras de que comprenden que su causa es la del partido que
garantice mejor por su sistema, los derechos individuales, porque
el ejercicio de esos derechos es el medio de que se han· de valer pa-
ra regenerarse, y mal podrian lograrlo sosteniendo ó viendo con in-
diferencia entronizarse en el poder á los reyes que. no considera~.an
seguros sus tronos sino negando el ejercicio de esos derechos á las
clases trabajadoras.


lV.


Nadie puede dudar que el establecimiento en Espalla de una
nueva dinastía es incompatible con la conservacion del sufragio uni-
versal, de la libertad de imprenta y de los derechos de rtmnion y
de asociacÍon. MoIíarqufa y reaccion son ya sinónimos: no por que
esto sea cosa absoluta, sino porque lo es, dada la situacion respec-
tiva de los partidos políticos en Espafla, .en este solemne momento de
la historia.


Por eso vemos que las clases trabajadoras, en grandes masas, se
han adherido-á la causa republicana, formando su fuerza mas consi-
derable, y por eso tambien la monarqufa, que tendria en frente al
gran partido republicano, no puede ya ser liberal, por que Jas masas
emplearian para demolerla sus votos en lo¡ comicios, nombrando di·
putados republicanos, y sus asociaciones de todos géneros. Esto co-
locaría fatalmente á la monarqufa en actitud de resistencia tanto mas
violenta y retrógrada cuanto mas gran1e fuese el empuje de las ma-
sas republicanas.


v.


La cuestion social, que con la república y sus libertades toma, un
carácter esencialmente pacifico, puesto que la libertad de resolverla,
el derecuo del individuo l' de la colectividad garantizados por la ley,


TOMO 111. 157




ttSS HISTORIA. DIL RIIN.\De
son una vAlbola de seguridad, un crisol eo el que se depuran las
ideas fa.l~as. y los remedios empiricos se desacreditaD; la cueslion
social repetimos toma con el restab..lecimiento deL '.rono, un ca··
racter subversivo. y violento, por la. nagacíon del derecho indivi-
dual y colectivo para resolverla . satisfactoriamente. Donde ooncluyen
las asooiaciones libres 1< legales, donde se prohibe la reunion de
congresos populares de obreros, en los que discuten á la luz del día
las graves cuestiones económicas y sociales, comienzan las socieda-
des secre~as, los tenebrosos clubs, las terribles conspiraciones, los
verdaderos peligros para el órden social.


VI.


Las doctrinas que libremente discutidas no hubieran resistido á
la critica y hubieran caido por si mismas, se convierten en dogmas
sagraJos, en verdades inconcusas para sus partidarios, cuando son
perseguidos.por profesarlas, y las revoluciones sangrientas, los gran-
del cataolismos sociales se engendran y esta~laD como t9rmentas de-
vastadoras, por DO haber reconocido el derecho de toda idea á ma-
nifestarse y á realizarse, en to4as las esferas á donde la actividad
humana alcanza.


Tal es la tríste suerte que á Espana prepararía la monarquia si
al 6n se restableciese. SU,wisioD política seria resistir al movimiento
social de las clases trabajadoras que con tanta energÍify cordura se
está produciendo, desde que la revohrcion, arrojando de Espafta al
último Borbon,coronado que quedaba en Europa, dió á las clases tra-
bajadoras libertad para rtunirse y asoeiarse.


vu.


T,a revolucion de setiembre, libró lL Espafta de los borrores de las
guerras serviles, de las violencias de las masas exasperadas por la
opresion; convirtie en conservadores del órden á los desheredados,
á los trabajadores, impidiendo desbordamientos y calamidades so-
ciales, con abrir al torrente popular un cauee bastante ancho y pro-
fundo donde pudiese correr libre y holgadamente dentro de la le-
galidad.




DEL ULTIMO BORBOR VE BSPA.ÑA.. :lt39
ta liber,lad de reunion y de asociacion ha convertido en elementos


de produacion, de consumo, Ó sea de comercio, fo que equivale á de-
cir, de órden y d~ pública prosperidad, áaquenas masas que nos
presentaban Jos gobiernos roonárquioos, que las oprimian, como
elementos de desórden y de deBtrue~ioD, de ammJ1lfa y de disolu·
cion social. »


¿Como dudar que tambieab8joeste concepto Jarevolllcioo de
setiembre ha 'prestado á la sociedad un gran bien'!


¿ y no será justo, á los que restableciendo la monarquia, den al
podt3r, y á la~ clases que con el poder monárquico blibráa ;de go-
bernar, los medios de arrebatar esta libertad, calificarlos de ene,'-
migos del Órden, de agentes provocadores de tas revoluciones vio-
leotas~


y no digan que la monarqufa dejará á las clases trabajadoras la
libertad que ahora tienen para procurar su regeoeracion económica
por medio de )a asociacion, porque los que tal digan ó desconocen
el estado de los partidos y lo que cada uno significa y representa
en la gran evolucioo social contemporánea, ó lo que es peor, lo
dicen de mala fe.


VI.


El pasado de los partidos monárquicos nos dice lo que será su
porvenir; 10 <que hicieron en el poder es una muestra de Jo que ha-
riaD si á él volvieraD.


El sufragio universal y la libertad de asociacion pudieran los mo-
nárquicos liberales establecerlos sin peligros para su dominacion
antes de que el partido republicano se constituyera: en 1836. ó en
18'0: en 18'10 es demasiado tarele. Ambos derechos se ejercerán
contra el trono si este se restablece, porque no puede inspirar con·
fianza al pueblo, un rey que ya se sabe no podrá darles mas dere-
chos ni libertades que las que ya tienen, y tambien porque las
clases privilegiadas, que son las que rodearan al rey, es decir, los
caciques de los pueblos, destronados por el sufragio universal, los
esplotadores del trabajador, que por la asociacion sostiene el precio
de su trabajo y disminuye las horas de este, exigirán proteccion
para sus inter~ses en cambio de los servieios que presten á la nue-
va dinasHa ó á la' antigua restaurada. No es posible por tanto du-




1 !(O BISTIIU OEL RBINADO
dar que el restablecimiento del trono seria el retroceso politico y
social para el pueblo trabajador, la pérdida de -lo que ya ha adelan-
tajo en las vias de su libertad, la vuelta al estado de cosas derri-
bado por la revolucioD de 1868, y COD ello á las conspiraciones y
á las sangrientas represiones de tiranuelos de la peor especie ima-
ginable.


Hemos dicho que el restablecimiento del trono seria el retroceso
para los trabajadores, pero como no puede serlo para los trabaja-
dores sio serlo para la sociedad, la monnrqufn restaurada seria una
calamidad pública.




CAPITULO CLXXYIll,


SUMARIO.


Como hubiera podido realizarse la union ibüica y porque motivo no se realizó.-
Opinion de algunos autores y hombres políticos de aquella nacÍon acerca la union
ibérica.


1.


La revolucion de setiembre puso sobre el tapete la cuestion ibé-
rica. la union de Portugal y de Espalia, bajo un solo gobierno, pero
la plaoteó mal, ó por mejor decir, no se atrevió á plantearla franca
y resueltamente, á pesar de que la única manera de conservar la
monarquia ó de restaurarla, hubiera sido la formacioo de una gran
nacion ibérica.


¿Pero como habia de plantearse es1a cuestion, como podían y de-
biao plantearla los monárquico liberales espaftoles, cuando subordi-
naban la constitucion definitiva del país á sus miras y ambiciones
personales, á su sed de mando?


Los unionistas tenian un rey; á Montpensier, porque con el es-
peran mandar ellos; ser los reyes verdaderos. No era pues natural
que buscasen, aunque se dicen monárquicos Ja salvacion de la mo·
narquía en la uniOD ibérica, que podia salvarla. La reslauracion de
la monarquía bajo el cetro de la nueva, dinastia de la easa francesa
'de Borboo, Orleans era empresa sino imposible dificíHsima, los he-
chos han demostrado hasta que punto lo era. Sin embargo, los unio-




ll.t! HISTORIA DEL REINADO
nistas prefirieron comprometer la reslauracion monárquica á trueque
de la esperanza de que triunfase su candidato, á las mayores pro-
babilidades de salvarla, decidiéndose por la union ibérica con el rey
de Portuga.1.


Esto mismo ha sucedido á los otros partidos, por mas que cier-
tos individuos, con laudable celo, trabajasen en favor de esta so-
lucion.


11.


Para que triunfase la idea de la union ibérica, para que ya
fuese un hecho, hubiera sido necesario que la proclamasen lodos Jos
partidos y fracciones monárquicos-liberales, que formaron la coali-
CiOD. Entonces esa idea hubiese sido popular, aclamada con entu-
siasmo; y es evidente que hubiera absorvido y arrastrado, ante la
satisfaccion del orgullo nacional, no solo á los partidos monárquicos
vencidos, á carlistas y alfonsinos, sino á Jos mismos republicanos
que, en parte al menos, hubieran hecho treguas con Ii! monarquia fl
trueque de realizar esta aspiracion de la uniJad política de las razas
ibéricas.


La union de todas las fuerzas vivas del pais que derribó á
los Borbones, en catorce dias hubiera realizado la union ibérica


. en otros catorce. Las dificultades que no estu vieron precisamente de
parte de los portugueses, -sino de los espaftoles, porque estos á
quieDes oorrespondia en aquella ocasion tomar la iniciativa, no lo
hicieron.


JII.


Los pórtugoeses no aceptarán de buena gana la unioD con Espa.
na, si esta empieza con el earacter de absorcion; pero cuanto hay
y hubo en Portugal de ilustrado, comprende que el porvenir de Por-
tugal e»tá en su union con Espana, y que su independencia DO lia-
Jle otra razon de ser, que la proteccion de Inglaterra. Como prueba
de que ]0 coro prendieron y comprenden ási personas importantes de
aquella nacion, vamos á reproduoir aqui algunos textos de autores




DEL ULTIMO BORBON DE BSPAÑA.. 11"8
y hombres públicos portugueses que son buena prueba de lo que
decimo~.
:1 «La reunían, de la PefffDsuta ibérica en una sola nacíon es la idea
que todo coraza n peninsular, todo espiritu inteligente saluda con
entusiasmo; idea única que puede levantar nuestras patrias del ver-
gonzoso lodazal' eo' que n~ -arrojaron una serie raras veces inter-
rumpida de gobiernos ineptos ó egoístas.


i)J, M. Casal Ribezro.»
ClContradice )a voluntad divina quien contradice la union de Es-


palla y Portugal.
»D. Gerómmo Ozorio¡ obispo de Algarhe ...


«Espanoles somos, y de espalloles debemos preciarnos ...
:o Vi:zconde de Almeida Garret.:O


«Des pues de la separacion del Brasil no queda á Portugal mas
remedio que unirse á Espana.


»El duque de Palmella.:o
«¡Pobre patria mia! cuando vuelvan di as mas felices, lárzate


resueltamente en la vanguardia del movimiento peninsular, fa la
que tú y los briosos pueblos tus compañeros, t~neis todo que ganar.
y nada que perder!


»J. Ji'. U. Nogueira.»
ClPara ser bien considerados, en el caso que nos incorporemos


pacíficamente á ESllalta, debemos á todo trance empeftar nuestras
fuerzas, aplicar todos nuestros recursos para no aparecer como un
pueblo inculto, rudo y despreciable, para que no entremos en la
nueva pareería poHtica sin llevar á ella ni industria, ni capitales,
ni ciencia, ni capacidad.


oJosé Estiban Coello de Magallanes.»
.Cuando dos naciones tengan ideas é intereses económicos seme-


jantes, ¿existirán entre ellas, las diferencias y antagonismos que se-
paran las diversas nacionalidades? La fosion de Espafta y Portugal
se verificara sin disparar un tiro, sin perjudicar interés alguno, sin
que se Giga una queja.


»Lopez de Mendoza.»
»¡Cuántos productos, cuántos nuevos mercados, y qué vasta es-


fera de desenvolvimiento resuHarian para la prGsperidad de las dos
naciones peninsulares, si recibiesen un impulso comun y enérgico
las bellas posesiones que aun tienen esparcidas por todo el globo y
en ex~eleDtes situaciones! »C. J. Caláerra.»




1 tt, HISTORI! DEL RIINADO
«No dudamos en afirmar que )a uoion peninsular es UD hecho


inevitable en los destmos de la civilizaciou ibérica.
»Revolupao de Setembro.»


«E! iberismo es un hecho inevitable. Ciertas circunstancias pue-
den aplazarlo, pero no impedirlo .


.. O Nacional do Porto .•
Uo vo1úmen podria llenarse de citas semejantes de los hombres


y de las publicaciones mas notables de nuestros vecinos.
»EI equilibrio es instable en Europa, porque las fuerza del siste-


ma DO están racionalmente distribuidas. En el Norte y en el Orien-
te de Ruropa hay un gran imperio que ejerce la presion de la vieja
raza sIava sobre la &ociedad de Occidente, y que puede consi-
derarse como la salvaguardia permanente de las irrupciones del Norte
contra las naciones latino-germánicas del Centro y del Mediodfa.
Fuera del continente hay una poderosa nacion cuyas islas son
como baterías de brechas levantadas constantemente contra la Fran-
cia. En el centro están Austria y Prusia, y en el Mediodía la Fran-
cia; pero está la Peoinsula ibérica cuyas poderosfsimas fuerzas se
aniquilan reciprocamente, sin que en nada contribuyan al equiiibrio
universal. .


«¿Qué queda por hacer en la carta de Europa para que la paz
resulte de un equilibrio natural, y con ella fructifique la civiliza-
cion comuu? Crear con las Espanas una e~érgica fuerza nacional
y en la península itálica una rübusta nacionalidad.


»Desguarnecidas de este liga del Oecidente y del Mediodía, las
fuerzas eu·opeas gravitan forzosamente sobre esta religion, y el equi-
Jibrio está roto por ~ste lado.


)lEI pensamiento de fundir, en UD solo cuerpo de nacion la Pe-
nÍnstila hispánica, es, antes que todo, una idea eminentemente eu-
ropea y uno de los sost~nes mas seguros de la futura paz y de la ci-
vilizacion.


»¿Qué resultaria de la union de estos dos pueblos? Una naci on
poderosa y juvenil ea lugar de dos débiles y envejecidas.


»Ninguna nacion de Europa tendría m!'jores condiciones para
representar un papel tan brillante Di una posicion tan sólida, el ter-
ritorio mas feraz, el mas delicioso de los climas, las costas mas ex-
teosas rodeades de dos mardS, los puertos mas á propó~ito para el
comercio en ambos mundos ...


lIJiP;\cde realizar";e Mi ¡(¡, ,tChllli:ia:i ¡~sta perspectiva rbr:ei'ia y
lisonjera?




DEL ULTIMO RORBON DE ESPAÑA. 1 !40
»,Puede decretarse la union de Jos dos pueblos ibéricos~
»Niégaolo francamente cuantos aspiran á la realízacion justa y


racional de tan grande acontecimiento, sin apasionarse locamente
por una gran teoría impracticable ...


:oLa union posible y racional será obra del tiempo, grande y su-
pramo nivelador.


:oLa union de los dos pueblos peninsulares será como uno de esos
felicisimos enlaces á los que precede estrecha y amorosa corres-
pondencia entre portugueses y españoles, olvidadas las antiguas
rivalidades, perdonados los reciprocos agravios, encerradtJs en los
archivos los odios nacionales, estrechados los lazos comunes por la
inteligencia, por el comercio, por la industria y por la alianza social,
los dos pueblos hermanc,s avergonzándose de conservar todavia mu-
ros divisorios en la comun habitariOD, demolerán de comUD acuerdo
las fronteras politicas como antes arrasaron las comerciales.


:oDesde ese dia la JlMion peninsular volverá á ser única, y 10 que
fué para los Felipes un su~ño de sesenta ai'i.os tinto en sangre y lle-
no de pavorosos sobresaltos, será la existencia de una feliclsima y
poderosa nacion. E~pana que desde la batalla del Guadalete se fué
poco á poco dividiendo y 1Uf-'go paulatinamente rebaciendo su uni-
dad, volverá por la paz y acuerdo de sus dos pueblos actual~s á la
unidad verdadera y sólida que dos veces realizó antes ~fimeramente
por la conquista .


.. Creemos en la Providencia de Jas naciones, y estamos conven-
cidos de que todas las Espanas desde la desembocadura del Tajo
hasta el valle de Vidasoa, desde el cabo de San Vicente hasta Rosas
llegará á formar en Occidente la Rusia de la libertad.


:o¿Cuándo? ...
lO¿Bajo qué forma de gobierno? ...
lOLa union ibérica es una idea y no una politiea. Los pensadores


propagan y evangelizan el dogma que es perpétuo. Los politicos
vendrán despues y fijarán la disciplina que es transitoria; pero con~
viene invitar pacíficamente á las dos naciones peninsulares á amarse
.como hermanos y ayudarse como vecinos.


-Necesario es que por la prensa se desvanezcan todas las preo-
cupaciones y antipalias, y se convoque á portugueses y espanoles
á un trato cada vez mas frecuente y estrecho de ideas, costumbres é
instituciones.


TOMO m.


»José Maria Latino Coello.»
15S




1!t6 HISTORIA. DEL REINADO


IV.


'Prolijo seria continuar esta demostracion de las simpatias de per-
sonajes portugueses por la union ibérica, y no obstante, siempre
que en Espana se promueve esta idea, la opinion pública se alarma
en Portugal y todo el mundo cree aqui que los portugueses 80n
completamente refractarios, opuestos á la union. ¿De dónde nace esta
contradiccion aparente?


De que, lo que en Espana se considerará union, se llama M Por-
tugal absorcion, desaparicion de la nacionalidad portuguesa, domi-
nio de Portugal por Espana; y ante esta idea, se 8u»levan la dig-
nidad y el espfritu patrio de los portugueses .





CAPíTULO eL!!lX.


SUMARIO.


Como cambiaria la situacion de Portugal con la unión iberica.-Conducta errada del
gobierno revolucionario para realizarla.-Jmpotencia del gobierno.


1.


tos portugueses, que DO quieran ser absorvidos por Espafta,
comprenden sin embargo que separados de ella no tienen por-
venir.


Portugal, arruinado y viviendo de empréstitos ingleses, no
puede sostener los gastos de una nacion independiente, gastos tales
que absorven toda su vitalidad, que son un obstáculo al desarrollo
de la ind~stria y del comercio, agravando cada dia lo precario de
8U situacioD.


Esto lo comprenden todos los hombres politicos portugueses, y
de aquf que la idea de )a un ion ibérica se considere por ellos como
su salvacion.


Dada la organizacioD de las monarquias actuales, y sobre todo el
coste fabuloso del material de guerra, los portugueses tienen que
renunciar á los medios de defensa que ]as naciones necesitan para
garantizar su independencia. Su presupuesto de la guerra y de la




1!4S HISTORIA DEL REINA.DO
marina es dinero perdido, porque no tienen con que renovar el
material viejo que ya no sirve mas que de estorbo.


La marina y el ejército portugués son ulla carga inútil para el
pais, y solo con la federacion ibérica podrian librarse de ella y rea·
lizar economfas, que la penuria del pais reclama, pero que la mo-
narqu(a supuesta independiente no puede hacer.


11.


El espiritu portugués es altivo, aquel es un pueblo digno que
sufre moralmente al considerar su postracion, mas grande á sus ojos
cuan lo recuerda su pasada grandeza, y todo esto le hace volver
la vista á Espalia. La proelamacion de la república federal por
los espanoles seria inmediatamente secundada en Portugal, donde
h monarquía y la dioastia de los Bragan:as están tan del\acredit~­
das como la monarqufa y los Borbones en Espana; pudiendo ase-
gurarse qu~ Oporto, Coimbra y la misma Lisboa arbolarian el pen-


. don republicano federal si vieran en Espana proclamada la repú - •
blica fadaral ibérica.


111 •


• Con la república federal, dicen con razon 108 portugueses, es-
tarfamos unidos á España pero no estaríamos gobernados por es-
panoles; nosotros nombrariamos nuestro gobierno portugués; las
provincias portuguesas nombrarían sus gobernadores, las cortes
portuguesas y el gobierno portugué~ gobernarian á Portugal.
Nuestros militares y marinos formarian parte del ejército y de la
marina federal; nuestros diplomáticos serian, en union de los espa-
no les, representantes de la federacion ibérica en el extranjero, y es-
i.luian mejor pagados y serian mas respetados que abora; y ademb
los portugueses formarían parte del gobierno federal y del parla-
mento y del senado de Iberia. Economizarfamos gran parte de lo
IlU9 ahora cuestan una marina y UD ejército, cuyos gastos DO están
en ratacion con los servicios que prestan, y en cambio tendríamos
la proteceion .del ejército y de la marina deJa federacion, si fuese
necesario, que no lo seria, porque seriamos respetados como uoa
nacion de primer órden .•




DEt. ULTIMO BOJtBON DI BSPAÑA. 1'49
Union que les deje su autonomía, que les economice fuerzas y


recursos, y que les de poder y abra ante ellos un vasto porvenir, tal
es la union que los portugueses quieren y que solo la república
federal iLérica puede darles.


IV.


Si no se muestran mas decididos en este sentido es porque du-
dan que los espaiioles lleguemos á la república, 6Y será posible que
Jos hombres que hoy dirigen la politica espan.ola no comprenden
cosa tan evidente, y dejen de realizarla ahvra que la ocasion se
presenta tan favorable?


¿Pero dejan rle realizar la unioD ibérica bajo la forma republi-
cana red~ral porque tratan de realizarla bajo la rorma monárquica?
No: ya hem:>s visto que ni esto son capaces de bacer.


¿Olla rnt'jl)r prueba de que ni tienen patriotismo, ni obedecen
mas qu~ á mezquinas miras personales, la mayor parte de esos go-
bernaoles Harnados monárquicos, cuando no realizan lo único que
podria ten::!r probabilidades de restaurar la mODarquía~


Para Jos portugueses, la union no es realizable bajo la forma
monárqUica, por todas las causas expresadas, y si la república fe-
deral puede realizarla, el patriotismo aconseja el establecimiento de
la TPpúhljl'a, que uniría á EspaDa y Portugal. Pero no solo la re-
pública r .. solvaria este problema. que taatos otros lleva consigo, sino
que Ilevaria como consecuencia la federacion republicana europea;
la formacion de los Estados Unido!!! de Europa, sin los que el pro-
greso poiítico y socíal no· puede ya dar un paso mas.


v.


Los .hombres encumbrados por la revolucion de setiembre, no es-
tan á /a altura que aquel gran movimiento popular merece: monar-
quistas DO hIlO podido restaurar la monarquia. Iberistas DO han
sido capact's de realizar la union ibérica: reformadores no han sa-
bido pOpularizarse suprimiendo las quintas; hacendistas han au-
mentado escandalosamente la deuda pública y presentado con dé-
ficit sus presupuestos. Colocándose en una situacion semidictatorial


.,




UlSO HISTORIA DEL REINAD'
insostenible ven, sin comprenderlo, hacerse en torno suyo el vacio
por los monárquicos conservadores á la derecha, por Jos republicanos
á la izquierda. Colocados en esta (alsa posicion los hombres del
poder, revolucionarios meticulosos, rechazados y condenados por los
verdaderos revolucionarios, y conservadores de tal especie que son
repudiados por los conservadores verdaderos,_ esos homlires están
reducidos á la impotencia y su obra es tan nula y pasajera como
ellos.


Comprendiendo que no pueden inclinarse á derecha ni á izquier-
da, sin ser absorvidos por los partidos que en ambos rados dominan,
vejetan y arrastran una existencia precaria y transitoria, á la que
por no faltarle nada, lleva hasta el titulo de intennidad.


En resúrnen, la revolocion planteó UDa porcion de problemas, y
no han podído ni sabido resolver ninguno, ni aun aquellos cuya 801u-
cion mas interesaba á los partidos monárquicos, el de la union ibé-
rica; y el de la reorganizaeion de la hacienda, llevada á ~bo pOI'
la del sistema renUstico. La solucion de estos y otros problemas po-
liticos, económicos y sociales, está reservada á la república federal,
que vendrá á reparar los crímenes y los errores de todas las frac-
ciones monárquicas. •





CAPITULO eLXX!.


SUMARIO.


Solucion al problema del proletariado.-Ventajas de los gobiernos republicanos sobre
los monárquicos .




L


La cuestion social, Ó de otro modo la estincion del pauperismo, que
en su solucion por la transformacion de las clases proletarias en aso-
ciadas, en cooperadoras para producir, circular y consumir las ri-
quezas, es el gran problema cuyo planteamiento y solucion serán
la gloria de nuestro siglo. Pero esta solucion urge, se impone de
t3i manera qu~ no hay medio honroso de esquivarla.


La violencia no puede realizar la solucion, ni asegurar nada mas
qne accidenta)metlte, en uno ú otro sentido, porque los problemas so-
ciales no encuentran soluciones satisfactorias dignas de este nombre
mas que por la ciencia y el concurso de todas las voluntades unidas
! circunstancias favorables.


El primer paso para la solucion del problema está en la aplica-
cion del principio de asociacion á todas las necesidades de la vida.
Inteligencias privilegiadas, se han consagrado durante el siglo ac-
tual á estudiar y conviDar Jos métodos de asociacion mas realiza-
bles, aplicables á la produccion, á la circuJacion y consumo de la ri-




HISTORIA DEL REINADO


qneza; sistemas notables, que ban llegado á ser famosos, mas ó
menos empiricos ó cientificos, ban sido el resultado de estos estu-
dios. Se ban creado escuelas sociales, se han discutido y se ban
ensayado sistemas y métodos, y se han multiplicado las asociacio-
nes de todas clases por los trabajadores bajo la inspiracioD de esos
sistemas, é impulsadas por bombres inteligentes y humanitarios de
las clases acomodadas.


11.


Naturalmente las naciones mas adelantadas, fueron las iniciado-
ras del movimie'nto social que conduce á la humanidad por nuevos
derroteros, y en los últimos treinta 'anos en Inglaterra, A.lemania,
Francia, y otros paises, se ban fundado miles de asociaciones de
trabajadores, desde las de socorros mútuos á las de crédito y pro-
duccion, que cuentan ya por miles de millones sus capitales y sus
negocios, y por millones sus miembros.


Esta evoLlCion progresiva de las clases trabajadoras, lleva consi-
go, como consecuencia natural, un desenvolvimiento moral y matee
rial, un acrecentamiento de vHaiidad en todos los organismos de !l\
civilizacioo, superiores á cuanto se habia conocido basta abora ('u
las sociedades bumanas.


La vida de la humanidad, bajo su aspecto moral é intelectual, Sl1
eleva á regiones desconocidas por las sociedades civilizadas de otras
épocas; y la esplicacion de este fenómeno, que solo puede eocon-
trarse en la participacion de las clases trabajadoras en todas las fu n·
cioDes sociales y politicas, en una escala hasta ahora desconoeiJa
por doquiera.


La generalizacion de las asociaciones obreras; el desarrollo inte-
1ectual y moral de esas clases, su progresivo bienestar, la disminu-
cion cada día mayor de las desigualdades sociales; )a morahzacion
de la produccioD industrial y del comercio, que el aislamiento indivi-
dual habian corrompido, por las asociaciones de produccion y de con-
sumo formadas por los trabajadores, y en las que concluirán por en-
trar todas las clases dJ la sociedad; la solidarizacioD de las asocia-
oiones para concluir con )a concurrencia anárquica; y la educacion de
las nuevas generaciones bajo el impulso y la io~piracion de esta
nueva organizacion de la produccion y del comercio, darán por re-




DIL ULTIMO IOIBON DI ESPAÑA. tl53
s.ultado el paso pa~í6co, ordenado é irresistible a unórden social supe.
rlOr, vasado en el derecho, con el cual concluirá esta crisis de paz
armada, que arruina á las naciones, y de guerras desoladoras, qoe
perturban como sangriento y terrible anacronismo una sociedad que
vive del trabajo, y que progresa, prospera con la paz mas que 80-


.w.rui.!l9 JlJKJl.PJlf .dt!.!as jI.Jl flJJ'JlS .ti1\.IDpllS J1lJ'.ID..8..dJiS)lar JM b{lmhres~
El triunCo del trabajo es el d~ la paz, y de la riqueza, y por con-


siguiente el del órden 89Cial y ~como podría no ser lambjen el triun·
fo del trabajador sobre todasJas tiranfas poHticas, económicas y so-
ciales que lo abroman?


111.


Cada evolocion en el Órden social ha merecido el nombre de pro-
greso porque ha emancipado una clase, porque ha sido un flaso
dado en la via de la igualdad: La transfarmacioD del paria en es-
clavo; la del esclavo en siervo; ·Ia del siervo en proletario, han si-
do otros tantos progresos sociales, corresponden á encarnaciones
sucesivas del derecho y cada una ha producido tambien ona pro-
funda modlficacion en el órden politico jurídico.


El derecho romano y el imperio eran superiores á las inmóviles
castas de la India, á las teocracias asiátiéas, en ]a misma proporcion
en que la condieion del esclavo romano era superior á la de los su-
dras y de los parias del Asia. El sistema feudal era superior á la ei·
vilizacion antigua en cuanto la condicion del siervo de la g)eva lle-
vaba ventaja á la del esclavo romano; lasmonarqufas absolutas del
renaoimiento sobrepujaban -en órJeny justioia el régimen feudal, en
cUlknto la organizacion del trabajo libre de los:.pueblos y ciudades en
gremios, de artes y oficios llevaba ventajas á la servidumbre de la
Edad media; y el :proletariado moderno ·es superior al sistema de los
gremios como lo son las ·monarquias constitucionales que deBtruye'
ron las travas impuestas al:trabajo por los gremiGs, 80n superiores á
los absolutos de derecho divino; la Cederacion democrática europeA,
la república, reemplazando á las viejas, nuevas y bastardas monar-
quias será el resultado de!la transformacion del proletario en asocill-
dado; del desheredado en propietario, por la asociacion, ó lo que es
lo mismo, en participe de los productos del trabajo como trabajador
y como oapitalista. Porque ioadavansformacion económica pr.odu.ce


TOllO Uf. 159




1 !5' HISTORIA DEL RIINADO
una politica ó viceversa, á no ser que ambas evoluciones selln si-
multáneas.


IV.


La república democrática y la federacíon, es pues, la causa de
las c!ases trabajadoras, como la monarqula constitucional ]0 fué .un
tiempo de las clases medias.


Pero esta institucioD monárqnica es demasiado es~recha y con·
dicional para que quepan en ella holgadamente las clases popula-
res, que forman la inmensa mayoría de la sociedad. La monarquia
constitucional es incapaz cle arreglar mas que por la fuerza bruta
las cuestiones internacionales, porque opone los intereses de UDa do-
cena de dinastias á los de la ci vilizacion: Las monarquías por libe-
rales que sean DO pueden fundar la federacion europea, coodicion
ineludible del desarme general; son carlsimas, justamente cuando
los pueblos necesitan mayores economias; y la bancarota de todas
ellas es tan inminente, que será milagro si escapan de ella en la
guerra de intereses dinásticos que han comenzado en las orillas del
Rhin.


V.


Las clases trabajadoras mas ilustradas cada dia, acostumbrándo-
se en esoalaascendente al ejercicio de los derechos políticos y prac-
ticando 105 derechos de reunion y de asoeiacioD, formando asocia-
ciones de socorros mútuos, de CODsumo, de resistencia y de produc-
cioD, ejercitándose en las prácticas administrativas, y apreDdiendo la
importancia económica y política de la solidarizacion de los intere-
ses individuales y colectivos, estan indudablemente llamadas á ha-
cer dar á la humanidad un paso gigantesco en las vías del progreso
social.


VI.


Para apreciar lo que el porvenir reserva á las clases trabajado-




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 1 ioo
ras. basta pensar en lo que han hecho en Jos últimos aftos en Es-
palla y fuera de ella.


Para calcular lo que será )a sociedad UDa vez e!Ztablecida la re-
pública federal en Europa, basla pensar lo que cuesta al trab3jo pro-
ductos, y á las relaciones comerciales, que de él derivan, el soste-
nimiento de las monarquias é imperios europeos, y las deudas que
solo en )0 que va de siglo, han pagado y han hecho, y los millones
de hombres, de animales y de materia, que amortizan y destruyen
cada diez aftos.


La acumu)acion de estos gastos militares, esencialmente mo-
nárquicos, se elevada por billones y trillones: baste decir que la po-
bre Espafia, nacino secundaria, ha gastado en fuerzas públicas de
mar y tiprra, eo los !7 aftos de) reinado de Isabel de Borbon
!lO. 450,000,000, se puede formar idea de lo que habrá gastado Eu-
ropa entera en igual periodo: )a suma se aproxima á 500 mil mi-
llones de reales. No creemos se nos tache de exagera.dos si deci-
mos que la riqupza dejada de prod~cir en paz y en guerra, á causa
de tal amortlzaClOn de hombres y de capitales, y la destruida en las
guerras que han ensangrentado durante ese periodo, los campos
no solo de Europa, sino los de otras partes del [Cundo en que, ejér-
citos y esouadras europeos hall tomado parte, igualan sino sobre-
pujan á tan enorme suma, en cuyo caso tendremos, que las luchas
sostenidas por lo~ gobiernos de Europa y sus armamentos ordinarios
ban costado á las naciones un millon de millones; j UN MILLON DE
MILLONES en !7 aftl)s!


La federacion republicana europea, desarmando ejércitos y es-
cuadras, enriquecerá á las naciones, y les permitirá pagar sus deu-
das. La repúblIca es pues boy el gobierno mas barato, mas justo,
que mas garantia;; ofrece dé paz general, el mas conservador de to-
dos 108 intereses legítimos como la agricultura, la industria y el co-
mercio; solo ella puede llevar á cabo la educacion de los pueblos y
la regeneracion pacifica, por )a aplicacion de la ciencia social, de las
clases trabajadoras: La república federal europea, es el encauza-
miento de las corrientf's del progreso dentro de la legalidad, la se-
guridad de la 501ucion del problema social sio mas revoluciones
violentas.






CAPITULO GLXXX1.


SUMARIO.


Mala gestion de la Hacienda española por los progresistas.-Medidas que podrian
adoptarse para su salvacion.


1.


No es posible mirar con sangre fria la gestion de la hacienda,
desde la revolucion de setiembre que debió cambiar las instituciones
administrativas y rentísticas, ¿pero como esos revolucionarios res-
tauradores de la derrumbada monarquia, habian de resolver proble-
mas que son irresolubles con su sistema politico~


Encontraron consumada la bancarrota nacional de hecho, aunque
no oficialmente declarada, y la ban consumado para COD los acree-
dores de la caja de depósitos, á trueque de salvar á los acreedores
de las rentas públicas, lo que no hao logrado sino aumentando en
siete mil millones la deuda nacional, y elevando á cerca de mil mi-
llones los intereses de la deuda, carga pesada. insostenible, y pre-
cursora de una ruina espantosa y sin precedente, ni aun en Jos peo-
res tiempos de las dioasUas extranjeras, austriaca y borbónica.


II.


La hacienda depende de la organizacion política. La libertad y la




DEL ULTIMG BODON DB I&rAÑA. UO'
descentraJizacien soo baratas, el despotismo y la centralizacion son
caros.


Gobernar, ó mandar por la fuerza bruta y no por la de la opi-
Dioo pública, es la política mas cara conocida, y DO hay con eHa la
posibilidad de realizar economías qM permitan'6arubiar el sistema
relttistico, reduciendo los impuestos en número y cantidad.


Para realizar ecoDomias dtgnas de este nombre hubiera sido ne~
cesario reducir el ejército de UDea á 40, 006 d~ 80,000 hombres efec-
tivos de que consta, l' los carabineros de trece á ocho mIl, Supri-
miendo al mismo tiempo las direcciones y todos los mandos militares
que DO mandan fuerzas armadas, proporcionadas al grado del jefe
como son la mayor parte de las comandancias generales y locales.
La refundicion de los cuerpos unos eo otros, especialmente los de
los de caballeria é ingenieros, hubieran dado por resultado en el
presupuesto de la guerra una economía de 100 millones. De 170 la
hubiese dado la separacion de la iglesia y del Estado; y la capitali-
zacion de los haberes de las clases pasivas en bienes nacionoles,
hubiera todavía reducido los gastos proximamente en 180 millones.
La rednccion á quince de las cuarenta y nueve provincias hubiese
dado entre todos los ministerios, especialmente en los de goberna-
CiOD, hacienda y fomento ona economfa de !5 millones.


La reduccion proporcional de todos Jos baberes desde 3 mil rel-
lel en adelante, á un máximum de sesenta mil, hasta que EspaiUJ
pague á sus acreedores, tambien hubiese producido UDa economia
de 1! millones, poco mas ó menos; en lo.!! gastos de la marJ'Da po-
dian perfectamente economizarse l! millones, y todas estas reformas,
hubieran producido una economfa de mas de quinientos millones.
que permitiera desestancar el tabaco y suprimir la Inmoral loteria.


Ambas contribuciones, desestanco del tabaco y supresion de 10-
terias, aun que indirectas y voluntarias son inmorales, tienden á la
corrupcion de las costumbres, fomenta una de ellas el contrabando
en 8'T80 escala, pues las aprensiones de tabaco por los guard~ costas
y su ilegal comercio, mantienen constantemente 2 mil ciudadanos
en cárceles y presidios á expeosas de la nacíon. Loterfas y taba-
cos' prgducen mas de 450 millones al erario, pero rebajando los
gastos que este hace para procurarse las primeras materias, fabri:.-
car, vender y combatir la concurrencia que le hace la industria
particular, el beneficio liquido para el tesoro entre ambas cQntri-
bueiones no pasa de !56 millones. Su supresioD hubiese reducido




t!58 HISTORIA DEL REINiDO
los 500 millones de economfas antes citados á 250; pero con-
vertido en iodustria libre el tabaco, como produccion agricola in-
dustrial y de comercio interior y exterior, daria notable aumento
á las contribuciones directas y á la renta de Aduanas, y no es
posible aprecíar en mellos de 75 millones estos aumentos, sin ma-
yores gastos para la recaudacion, siempre resultaria una disminu-
cion de gastos de 675 millones; un aumento de ingresos de 75


. con una disminucion de ingresos de ii5, Ó sea una economía efec-
tiva de 300 mIllones y una reduccion de 675 en los gastos publicos.


111.


Todo esto hubieran podido hacer los hombres encumbrados por
la revolucion si!! llegar al sistema federal, todavía mas económico
que el suyo, si en lugar de buscar nuevas dio8stias absur~as ó ri-
dículas ó ambas cosas á Ja vez, hubieran tenido confianza en el
pueblo y se hubieran resuelto á marchar adelante.


Pero todavía bubi~ran podido bacer mas reformando la contri-
bucion territorial~ viciosamente planteada y sostenida por Jos go-
biernos doctrinarios de la caida dinastia.


La contrihucion territorial dividida en las tres fracciones de ter-
ritorial, urbana y pecuaria, basada sobre la riquez>} representada
por la reota, es arbitraria y da resaltados negativos, nulos para el
gobiernl7 y t"'rribles para. la mayoría de los contrIbuyentes que aun-
que propietaríos son pobres.


Fijar por una parte el tanto por ciento que de la renta ha de
pagar el propietario y por otra el total de lo que la contribucion ha
de prod ucir, es ':l n anacronismo, pues es determinar los resultados
11 priori, cosa que solo puede hacerse como cálculo aproximado y no
como cantidad fija, que es como las cortes la votan.


A.unque bay quien paga mas, el máximum, con Jos recargos,
del tanto por ciento se fija en el veinte. y la suma total en 530 mi-
llones, que suponen una renta de !,650 millones, y un capital cal-
culado al 5 por 100. de !,600 millones, sumas todas ellas. muy
inferiores á la verdad. Pero se distribuy~n tall mal las contribucio-
nes, tienen los propieta.rios ricos tao tos medios de defraudar la ha-
cienda, las ocuitaciones son tafilas y tan escandalosas, que sobre
)a masa de propietarios pobres cae la pesada carga de la contribu-




DEL ULTIMO BORBON DE ISPAÑA. 1 !59
cion, pudiendo decirse que el propietarjo paga menos cuanto mas
tiene: que la contribucion es progresiva en sentido inverso. De ar-
riba abajl) en lugar de ser lo de abajo arriba.


Si se obligara á pagar á los ocultadores de)o que tienen lo que
deben por lo que ocultan, el 1:2 por ciento produciría 800 millones
en lugar de algo mas de 500. Esto está en la concit'Dcia de todo el
mundo; es de notoriedad pública; pero el gobierno de la revoluci.on
que encuentra medio de imponer á todo el mundo una contriLu-
cion nueva, desconocida el) Espafta, como es la capitaeion, y de
obligar á pagar á los pobres trabajadores, no sabe, lIO puede ó
no quiere descubrir los bienes que ocultan cierto número de pro-
pietarios, 'y que s€'gun confesion del ministro de hacienda Figuero-
la, hecba en p)¡mo parlamento, solo en la propiedad territorial son
!S millones de hectáreas y medio millon de edificios en la urbana.


IV.


¿Cómo es posible que deje de ser cómplice de tan enormes ocul-
taciones la administracion pública1 Todos los ramos de la adminis-
tracion son en efecto cómplices de estas defraudaciones, hijas del
doctrinarismo político que engendra la oligarquia burocrática mi-
litar en la cú~pide, y el caciquismo en las provincias y pueblos como
base. ¿Quién babia de escudriñar, de denunciar las ocultaciones de
los eaciques de Jos pueblos, cuando ellos eran los agentes electo-
rales del gobierno, cuando PQr su intlueueia saHan diputadGs los
·candidatos oficiales que luego habían de votar en las cortes á gusto
del poder1 ..


Las contribuciones las pagaban los vencidos no los venc~dores,
y esto ha venido sucediendo en Espafta á pesar de todas las apa-
riencias de la legalidad de los gobiernos constitucionales.


Solo ast puede explicarse que cerca de lá mitad del territorio culti-
vad~ y la sexta parte de los ~dificios no paguen contribuciones di-
rectas.


v.


La ciencia enseña el modo de descubrir las ocultaciones: los




uso IIISTOBIA DEL UlNÁ.DO
-


amillaramientos, la division parcelaria del territorio es medio efi-
caz, pero lento en un pais como el nuestro. La revolucion de se-
tiembre tenia medios mas empiricos, pero eficaces, para ,descubrir
las ocultaciones. "Pero cómo calificar UDa administracion de ha-
cienda, que cobrando sin interrupcion, desde 18i5 á 1870 la 000-


. tribucion territorial, no sabe tods'ria t. propietarios que hay en
Espana, la estension de tierra que e.ada uoo 'posee IJ el número dMm-
ficios de que es dueno~


Cuando la admioistracion de haeienda dice que hay 1. 4.00.000
propietarios ,dice el número de parcelas en que está dividida la
tierra de que se cobra contribucion, pero no á quien pertenecen:
de modo que los propietarios que posean mas de una parcela aun-
que sea en la misma comarca, no figuran individual y Dominativa-
mente en niDgun registro de la administracion. No hay nacion en
que esto pase mas que en Espana y es tanto mas eondeñable esta ne-
gligencia cuanto que tenemos como auxiliar de la administracion
oficinas de estadistlca que cuestan al pais cuantiosas sumas cada
ano desde hace ya muchos.




CAPITULO CLxxxit.


!liMARlO.


Inor de los que creen que en España no habia republiGanos anlesde la revoluciol1
de 1868.-Epocas en que se ha hecho gran propagaT,da republicana.--.Lentitud,
pero seguridad de las ideas repuhlicanas f'n'!fIuestra patria.


,1.


ta revolucionde 1868 produjo una verdadera explosion de la as-
piraeion republicana que, con eléctrica rapidez recorrió é inundó la
BspaDa entera.


Podria decirse que la nacionara 'una botella lIena de fermenta-
.CiOD democrática que salia á borbotones, derramándose por todas
partes en cuanto la rev~lucion hizo saltar el tapon de ]a monarquía
que le comprimía.


Muchos ·fueron los que quedaron sorprendidos, atónitos, al ver
aquella inmensa manifestacion republicana, que AlO habian previsto;
y mUMas veces hemos oido decir al brigadier TopeLe, que antes de
la revolucion, no sabia él que hubiese,en EspaDa mas de media do-
cena de republicanos.


El republicanismo en Espana, era, sin embargo" antiguo. Hijo
de la revolucion francesa del siglo pasado, germinó en auestro sue-
lo desde los primeros afios del presente.


Ya en 180'1 se descubrió en el cuerpo de artiloorfa una conspira-
TOllO 1M. 160




li6! HISTORIA DEL REIN!DO
cion republicana y se formaba causa á varios oficiales de este-cuer-
po, entre los que figuraba el senor Diez Morales :que :despues fué
coronel y presidente de las cortes en 182!.


Tambien la idea repubJicana se manifestó en la Asamblea Cons-
tituyente en 181~.


En 18~!, despues de la derrota de la guárdia real en la célebre
jornada del 7 de julio, hubo manirestaciones republicanas, yen Ma-
drid mism6 se firmó una peticion :dirigida á las .. cortes para el esta·
blecimiento de la república.


11.


Hasta 1836, la Constitucion democrátUla de 181!, habia servido
de bandera al partido revolucionario; los republicanos de aquellos
tiempos creían que bien practieada, era aquella una verdadera Cons·
titucion democrática, en la cual el rey no representaba mas papel
que el de primer magistrado de la nacÍoD; pero la ,reforma llevada
á cabo por las Cortes Constituyentes progresistas, en dicho afio, por
lo cual qU'3dó convertida en una Constitucion doctrinaria, hizo que
los progresistas dignos de este nombre, enarbolasen la bandera re-
publicana, y desde entonces el partido ha existido siempre, -aumen ~
tando ó disminuyendo," segun le han sido mas ó menos favorables •
los aeon tecimien t09.


De las mismas Cortes Constituyentes de 1836 salieron los funda-
dores del partido r_epublicano, entre los que fueron antiguos consti-
tuyentes de 1812, éomo don J~orenio Calvo y Mateo y D. Lorenzo
Calvo de Rosas y patriotas tan distinguidos como el Conde de las
Navas, á los que se agregaban propagandistas tan activos y enérgicos
como <lon Patricio 01avarria, fundador- en Madrid de los periódi-
cos «La Revo]ucion,1O primero, y «El Huracan» despues; don Víc-
tor Pruneda, ilustre diputado de las Cortes Constituyentes de 1869
que 'ya en 1837 fundaba el periódico republicano titulado «Cenlt'-
nela de Aragon,» y á quien en realidad pertenece el honroso titulo
de decano del partido republicano espa1íoI.




DEL·UI..TmO IOl\BON DE ESPAÑA. 1!63


111.


La revolueion de lSU dió ocasion á gran propaganda republica-
na y á la organizacion de un partido numeroso" que durante la re-
gencia de Hspartero, publicó en Madrid y provincias muchos perió-
dicos, ganando eleccione$ de Ayuntamientos y de diputados en
poblaciones importantes, y disponiendo además de gran parte de la
Milicia Nacional. Como hemos visto al referir la historia de aquella
época, el partido; republicano, formó la vanguardia revolucionaria
contra Espartero, primero, y contra la coalicion moderado progre-
sista despues, siendo suya la gloria de sostener la última batalla
contra la reaecion moderada de 18 U, disparando los últimos tiros
en Cartagena y Alicante y en las montallas de ClltalurIa.


La revolucion francesa de 1848, vino á dar nueva vida al par-
tido republicano, y sabido es las luchas ast pacifica como á mano ar-
mada que sostuvo en Madrid· y en muchas provincias de Espalla,
hasta que la reaccion triunfante en Francia y en el resto de Euro-
pa, le arrebató las probabilidades de la victoria. Pero ya desde en-
tonces no pudieron las reacciones políticas ni destruir por completo
su organizacion, -Di acabar con la propaganda republicana que, le-
gal ó clandestina, no cesó ya nunca. Un elemento nuevo, jóven, vi-
goroso y organizador, el socialista, llevó su sávia renovadora á las
filas republicanas, que al estallar la revolucion de 180i represen-
taron .n la vida politica del país un papel mas importante que el
que habia representado como partido de oposicion el progresista
en las épocas de la dominacion moderada. En la prensa, en los fo-
lletos y en los libros, en la milicia y en el Parlamento, el partido
republicano ejerció grandísima influencia, viéndose por primera vez
en un Parlamento espallol veintiun diputados que votaron la caida
de la dinastía y del trono.


IV.


Desde aquella época solemne, el partido republicano creció os-
tensiblemente sin que fueran bastante II detener su acrecentamien-
to y ahogar su vida pública, Di las restricciones legales ni las apos-




1 tU. HISTORIA DEL REINADO
tasias y traiciones, ni las persecuciones mas crueles y terribles.
Desde aquella época; ¿pero qué decimos desde aquella época? desde
1836 no dejó nunca de haber en las cárceles, en los destierros yen
]a emigracion republicanos perseguidos, lo mismo por los gobier-
nos reacoionarios que por los liberales, Jo mismo por Narvaez que
por Espartero, por Nocedal que por Odonnell: y sin embargo, lo
mismo se ha aumentado, estendido y echado raices con la tole-
rancia que con la reaecion, con el progreso, que con el retroceso.
y tanto ha sido así, que, cuando los progresistas quisieron de nue-


• vo meterse á revolucionarios, desde 1864 á 1868, no han, podido
intentar nada serio, ni llevar ciudadanos al combate para derribar
el trono, sin buscar los elementos de accion del partido republi-
cano; debiendo por último proclamar el credo, los dogmas funda-
mentales de este partido, comé la única bandera digna y capaz de
entusiasmar á los pueblos, para oponerla á. la del principio de au-
toridad y de la legitimidad que representaba al gobierno que debian
destruir.


Véase, pues, cuan:injustos y desconocedores de nuestra historia
contemporánea son los hombres que se muestran sorprendidos de la '
importancia adquirida por el partido repubJicano desde el dia en
que los Borbones cayeron.


V.


Los progresos de la idea 'republicana en Esparia han sido lenlos
pero seguros.


La decadencia de las ideas monárquicas, la pérdida de su influen-
cia moral en el país, han aumentado paralelamente al acrecenta-
miento de la popularidad de las ideas republicanas; y esto explica
cpmo, al caer los Borbones arrastrando en su caida la monarquía
constitucional que habian venido representando en el poder, solo
las doctrinas republicanas podían lógicamente ser las herederas de
ese poder que tan ignominiosamente se caia dI) las maDOS de los
Borbones; ha aquí por qué los pueblos al gritar abajo IoslBorbones,
no daban vivas á ninguna otra nueva dinastia, pudiendo decirse,
que solo el grito de viva la república han dejado oir las masas de
nuestras ciudades, de provincias:enteras; he aqui po(qué ni las
intrigas y conspiraciones en el interior, ni la diplomacia en el exte-




DEL UL1UfO IOABON lE ESPAÑA. 1 !65
rior, han podido restaurar el t~ono ni sentar en él una nU8ya di-
nastía; be aquí por qué, des pues de dos afios de estar renegando de
la república y condenándola, los gobiernos monárquicos y la monár-
quica mayoría de !as Cortes, tendrán probablemente que inclinarse
ante ella, buscándola, aun que tardi, como su áncora de salvacion.




CAP! rULO CLXXXUI,


SUMARIO.


El republicanismo en España tiene su asiento en las masas inteligentes de la sociedad
española.-Es impo~ible consolidar una monarquía en España.-Conflicto euro-
peo.-Pequeñez de los progresistas.-La república es la aspiracion de la inmensa
mayoría de los españoles.


1.


El partido repUtblicano en Espana cuenta boy con las masas vi-
vas é inteligentes de la poblaeion, masas que marchan al frente de
las evoluciones de la humanidad, porque las grandes capitales que
son las que dominan la ópinion en las naeiones, dirigen siempre el
progreso ó retroceso de un pueblo .
. Por muchos que sean Jos alardes del partido monárquico, en pre·


sentar como guarismo significativo en contra de nuestras ideas. los
representantes monárquicos que el pueblo espanol ha mandado á
las Cortes Constituyentes, cumple: decir que sin contar las influen-
cias de que siempre disponen moral y materialmente los poderes in-
teriaosó constituidos, las masas agrícolas y rezagadas de nuestra
patria, son las que han votado por la reaccion ó sin saber lo que
votaban.


Pero el núcleo activo é inteligente de los principarles centros de
Espalia, han votado la verdadera revolucion que era la república.


¿Y creen los monárquicos, que siendo la poblacion espai'1ola que




BlL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. nI'
domina y dirige la opinion, la que se opone al restablecimiento de
las instituciones monárquicas, es posible restaurar en Esparia una
monarquía cualquiera? No cabe h~erse ilusiones. El monarca que ""
viniese á Esparía para regir sus destinos, ~endria que luchar cons-
tantemente con un pueblo que lo rechazaría, y tarde ó temprano
caeria manchado de lodo y ·cubierto "de sangre. Inútiles serian los
crImenes que para sostenerse en el trono cometiese; porque la po-
b]acion que iosinua las revoluciones, las grandes masas que pue-
den empunar las armas le harian la guerra sin cesar, y un dia ú
otro saldrian victoriosas de su aSÍduo emperio.


No es eso amenazar, es anunciar lo que lógigamenta Jluede y de-
be esperarse. La aspiracion de un pueblo no retrocede nUDca, pue-
de encontrar obstáculos, pero al fin logra vencerlos. De nada sirve
]a opresion, de nada sirven los calabozos, cadenas y mordazas.
cuando se intenta obstruir el progreso de la humanidad.


n.


J
Los gebernanles que hoy :tenemos, condenados á la vida impo-


tente por no querer secundar el movimiento de la poblacion espa-
1101a que rige la opin¡on, y que á mas de ser la Iras productiva es


la. mas inteligeate, parecen ignorar que á los pueblos modernos no
es posible tratarlos como en la Edad media y antes de la famosa
revolucion francesa; ¡ay de ellos si á pesar de los amargos des-
engallas que tantas veces en menos de dos arios han experimenta-
do, se obstinan en imponernos un rey, para lo cual tendrán que opri-
mir y aberrojar y destruir lo: os ó casi todos los derechos que aho-
ra tiene el pueblo, lo que tendrán que hacer si quieren fundar un
trono algo estable; la maldicion de las g~neraciones actuales y ve-
nideras caerá sobre ellos, cubriéndolos de desprecio la historia que
en vez de haberlos podido llamar grandes y colosos, tendrá que
apellidarlos raquíticos y pigmeos.


Por otra parte, nuestras desgrac,ias no son las únicas que tenemos
que lamentar. Esparia ha sido la causa, inocente si se quiere. de la
lucha hasta hoy ya de ]8.S mas desastrosas que refieren los anales
del mundo. La culpa la tienen nuestros goberpantes que con la
candidatura de un principe aleman han inflamado la chispa que ha-




.. 168 HISTORIA DEL RlINADO
bia de pegar fuego á dos grandes volcanes. Y si esto ha sido un
pretexto á que Napoleon III se ha aCerrado para declarar la guerra
á la Prusia, culpa es de nuestros gobernantes que han proporciona-
do el pretexto al césar francés.


A no ser este pretexto era muy probable que Napoleon, achaco-
so y enfermizo como está. muriese antes que los ánimos entre las
mencionadas potencias se enconasen mas, y que muerto áquel, se
proclamase en el vecino imperio la república como era de esperar.
y estonces habrian cambiado tanto las cosas, que ni los franceses
habrian pensado en declarar la guerra á Prusia, ni Prusia habria
podido declararla, á causa de las simpaUas que entre las dos na-
ciones se habrían cimentado.


Paro' hay gobiernos que no escarmientan, porque hay hombres
que 'siempre son tercos y.pertinaces.


IIl. _.


A. pesar de tantas afrentas y desastres es muy regular que los
hombres de la situacion volverán á emprender su ebra de peregri-
nacion, si asi podeIllDs .llamarla, yendo da puerta en puerta de las
cortes extranjeras mendigando un príncipe óprincipillo para qua
venga á gobernar á los espalioles, que ante aquellas pareceremos
pobres imbéciles que no tienen capacidad alguna que pueda gober-
narles. ~ntiguamente 101 reyes se imponian á los pueblos, hoy nues-
tros gobernantes quieren hacer una cosa distinta y mas graciosa,
quieren que 81gun monarca, no importa cual, se imponga á la na·
cion espanoIa. . .


IV.


¿Qué habeis hecho, progresistas, desde setiembre de 18tt8 del
pueblo que tiene elementos para ser ulla nacion de primer órden1
Nada, dejarlo consumir I sin ni siquiera darle en vuestra impoten..cia
un guia que le lleve á buen fin. No sois merecedores de regir los
destinos di! un pueblo que está destinado á ser grande en un porve-
nir cercano yvosotroi lo haceis mas pequeno.




DEI. ULTIM.O IOaBON DB .SUÑA.. 1!6 9
Sf, al puebJo espaliol le habeis dado derechos que antes no te-


nia, mas libertad de Ja que antes. tenia; pero tales derechos, tal
libertad, no era idea vuesÚ'a y se la habeis dado sin saber lo que le
dabais; se los habeis dado á la fuerza.


y sin embargo, á pesar del vasto campo que con tales derechos
y libertades podia haberse abierto al pueblo espanol, á su vida, á
su actividad, á su inteligencia, vemos que la miseria aumenta, que
la contribucion no disminuye, que los déficits prosiguen y que la
desmoralizacion no cesa de dominar en todos ó casi todos los ramos
de la administracion.


Con tantos decretos, con tantas heroicidades, "no ha beis podido
realzar en un dedo la taHa del pueblo español; al contrario, aun lo
habeis empequellecido, ¡,y sabeis por qué~ p'orque sois pequelios
vosotros. As[ lo dirá la historia. •


Si, sois pequefios, si fueseis grandes en algo se os conoceria. No
pateQe SiDO que esperais un rey para que él por si solo os ]0 arre-
gle todo. Si fueseis grandes le prepararias el terreno, es decir, ha-
riais algo para que él no tuviera que hacerlo todo; mas ¡qué digo!
mucho habtlis hecho: habeis sostenido las quintas que solemne-
mente á la (az de la nacíon y del mundo entero habiais prometido
abolir.


v.


Habia llegado la ocasion para que· Espalla volviera en pocos
afios á levantarse al nivel de las naciones de primer órden, porque
como ninguna posee los medios y elementos mejores para llegar á
ello.


Cuando la nacion en medio de la embriaguez que el derrumba-
miento de la dinastía y el tl'ono le produjeron despertó de su vér-
tigo ó de su letargo, creia encontrarse, digna, grande, republicana;
pero por torpeza de algunos obstinados y por las traiciones de
olros, despertó pequefia, desperto monárquica. Noes:esto decir que
el espiritu poHtico sea en Espana monárquico absolutamente; pues
á nuestro entender hasta los monárquicos mas recalcitrantes cuando
quieren confundir á los republicanos, les dicen: nosotros som~s
mas republicanos que los mismos"republicanos. Mentis; lo que SOIS
vosotros es mas reaccionarios que los tersistas.


161




1!'10 JUSTOIlIA. DEL llEINADO
Las ideas republicanas, pese á quien pese, están encarnadas en
el~Ima de la .gran mayoria, de 13 inmensa mayoria de los espaí'io-
les. Si no lo han mostrado asi las elecciones, débese á las coaccio-
nes morales y á las influencias politicas y' sociales que se han pues-
to en juego para contrarestar el elemento democrático, y mas que
todo se debe á las promesas con que se ha fascinado á las masas
agrfcolas é ignorantes de los puntos mas atrasados de la Peninsula,
promesas que despues no se han cumplido, y que darán los resul-
tados que no podian menos de dar: aumentar las huestes de ,don
Cárlos de Borbon I Ó engrosar las filas de la democracia espal'iola .


.





CAPITULO SLXXXIV.


SUMARIO.


Precaria situacion de las fuentes de la riqueza en España.-Como esta la agl'icultu-
ra.-Tenemos mas libertad, pero no tenemos pan.-Moderacion y sensatez del
pueblo español que le hacen digno de mejor suerte.-l\fal estado de la industria y
del comercio.- Subsifen los vicios políticos de los tiempos anleriores.-Concepto
!lue del pueblo español formarán las naciones.


I.


La revolucion de setiembre en Espaiia no ha producido los efec-
tos que lá mayorfa de los espanoles se prometiera; porque no se ha
proeurado nada para sacar del abatimiento y decadencia en que- es·
taban la industria, el comercio y la agricultura, fuentes de riqueza
que bien explotadas producen la grandeza y preponderancia de las
naciones.


I!.a agricultura no ha encontrado ninguna proteccion ni amparo para
que se levantara del letargo ,en que yace, ni medio para que saliera
de la rutina en que desde tiempos inmemoriales se ve sumida. lo
mismo que en época de los.gobiernos mas opresores en que solo se
tenia presente el sacar el jugo del pobre pueblo, no se ha yisto
ninguna empresa fomentada por el gobierno, que procurase que en
el suelo espanol, uno de los mas feraces por no decir el mas feraz,
rico y variado de Europa, el cultivo 'se pusiera cuando menos al nivel
del de los otros paises en que por Jos nuevos adelantos de la cien-




U1! 1lir0AIA. DEL UINADO
cia hemos visto producir hasta las mismas pellas ópimos frutos ó
productivas vejetacione •.


11.


Los nuevos gobernantes no tienen otro aran que el de sostener el
po~er á toda costa sin avergonzarse del marasmo en que tienen la
la nacion mas susceptible de progresar y marchar al frente de las
grandes civilizaciones. Francamente, contábamos en que des pues
de la caida de los Borbones surgiria un gobierno poderoso, inteli-
gente, activo, en una palabra, revolucionario; pero desgraciada-
mente vemos todo lo contrario, la inactividad, la inepcia, lá impo-
tencia y ¿por qué no hemos de decirlo? la reacciono Si, la reaccion,


, y esa palabra no pueden con justicia echarla en cara de los verda-
deros revolucionarios, de los republicanos, los hombres de la situa-
cion que con ella quieren desacreditarnos y disfrazarnos á los ojos
de las clases conservadores. No, la reaecion no es el estigma que
debe manchar nuestra frente; la historia en dias muy cercanos mar-
cará con un hierro candente esa palabra en la espalda de los hom-
bres que con su obcecacion impiden el desarrollo que podria pro-
ducir la riqueza nacional.


UI.


Tenemos mas libertad que en los gobiernos anteriores, verdad
es; con gusto lo hemos consignado varias veces; pero ,que se hace
con la libertad cuando no se hallan medios para que esa libertad
dé los resultados capaces de proporcionar la felicidad á un gran
pueblo digno de mejor suerte?


Porque el pueblo espanol está demostrando cada dia desde la re-
volucion de 1868 que está tanto ó mas adelantado qué la genera-
lidad de los· pueblos de Europa, que es mas sobrio y morigerado
que el de todas las demás naciones, y que es mas sensato y ,noble
que los de los otros paises, y que por lo tanto es merecedor de go-
zar los dereehos mas latos.


¿Cuándo se ha visto en Espala entregado el pueblo al desenfreno
y fanatismo que con motivo de la guerra que entre dos naciones




DEL ¡LTIIIO BORBON DE ISPAÑA.. . 117ft
de primer órden se está dando, ba mostrado el pueblo que se cree
el mas culto del orbe?


IV.


La industria, triste es decirlo, se encuentra tanto ó mas parali-
zada que en tiempo de la dinastia borbónicá de Espalla. ,Por qué'
porque la clase media no liene confianza en los gobernantes actua-
les y niega sus capitales á la industria y al comercio que se ayu-
dan mutuamente; porque la interinidad actual no es el corona-
miento dígno de una gran revolucion, como tampoco lo será, si
llega á efectuarse, el restablecimiento de la monarquía que nos im-
pongan los gobernantes de setiembre.
. Además, en vez de bacer todo 10 p08ible para que los obreros
espa!ioles puedan competir con los de otros paises mas adelánta-
dos, creando escuelas teóricas para perfeccionar la industria y los
procedimientos prácticos de las artes, se han formado contratos con
otras naciones que paralizan mas y mas Jos trabajos del suelo pa-
trio. Esta es la tris le verdad; si para algunos no dicen nada las in·
finitas protestas y manifestaciones que el pueblo espallol ha dado
con motivo de los tratados celebrados con otras potencias, y las
medidas coercitivas inconcientemente quizás, dadas contra la in-
dustria,para nosotros no solo tienen mucha significacion, sino
que nos demuestran que son los medios enteramente opuestos y
contraproducentes del progreso industrial.


V.


En los dos aftos que tiene de existencia ••. fbamos á decir vida; .
en los dos allos que cuenta, decimos, ]a regencia del general Ser-
rano, se ha conocido bastante que el pueblo no puede esperar nin-
guna influencia vital para la industria; yen efecto, mal puede pro-
porcionar vida lo que no la tiene verdaderamente, Ó si la tiene, es
ineficaz, es una vida enfermiza, es Ulla vida muerta. No puede el
pueblo, pues, esperar nada de nadie, no puede 'contar mas que
consigo mismo.


¿Qilé pasos progresivos ha· dado el eomercio despues de nuestra




1!74, HISTORIA DIL RBINADO
revolucion? Ninguno; ha retrocedido. No solamente tiene que luchar
con los obstáculos que la industria y la agricultura, sus proveedo-
ras, han experimentado,. sino que impide su marcha y desarrollo, la
desmoralizacion administrativa' que si en los gobiernos anteriores
era mala, en el gobierno actual nO' ha mejorado, y está ofreciendo el
mas lastimoso espectáculo en el interior y en el exterior.


VI.


Por otra parte, las cosas subsisten como antes ó aun van peor.
La mi..;eria se cierne sobre todos los pueblos, y las partidas de la-
drones que aparecen con tanta frecuencia acusan sin duda la nece-
sidad del indigertte. .


El odio que las clases superior~s sentían en los gobiernos pasa-
dos contra la clase obrera, lo sienten ahora con tanta ó mas inten-
sidad sin que el gobierno que se titu1a democrático haya pensado
algo para extirpar tal rencor, y boy como antes están en luebá
abierta el capite l y el trabajo.


Al verificar nuestra rel'olllcion derrocando un trono secular, el
pueblo espafiol despertó la admiracion en todos los paises extranje-
ros donde se cresó que á pesar de la inercia en qlle estábamos por
espacio de tan10s afios, habíamos al fia salido del marasmo para lle-
var á efecto de la manera mas admirable uno de los movimientos
mas trascendentales é importantes que tienen lugar en la vida de
las sociedades.


Mas 6qué dirán abora viendo que si fuimos buenos para destruir
no valemos nada para edificar?


Pero no, los que conozcan perfectamente la revolucion de setiem-
bre, verán que si se llevó á cabo con tanta facilidad y brillantez se
debió á contribuir á verificarla gran palanca que remueve todos los
obstáculos, las aspiraciones de la democracia, la voluntad del
pueblo. .


Mas despues de la revolucion, al pueblo se le ha quitado toda
iniciativa, todo medio de influir en Jos destinos de la patria, y ade-
más, las clases superiores se obstinan en (}feer que tenemos un pue·
blo digno de alternar únicamente con las kábilas del Arriea, y que
por lo tanto demasiado tiene con las libertades que se le han dado.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 1 !75
Puesto que el estado del gobierno es tal que no parece sino un


cadáver, las masas productoras deben procurar que la revolucion
se complete no con ]a violencia sino por medio de las ideas, por la
enselianza, por la p redicacion de las verdades sencillas y sublimes
de la democracia. La propaganda de nuestro credo poHtico es la
ametralladora que debemos emplear todos los republicanos pilra
destruir las filas de nuestros adversarios y hasta de los que nos mi-
ran con indiferencia. ' \


La frase de Napoleon 1 .. la Europa corre El ser cosaca ó republi-
cana» está próxima á verificarse en su segunda parte. Bagamos,
pues, qua no nos encuentre desapercibido el movimiento europeo
que en período no muy lejano tienll que verificarse.




CAPíTULO CLXIXV.


SUMARIO.


Impulso que ha tomado en España desde la revolucion de 1868la asociacion.-Ejem-
plos de varios puntos en que han fundado varias asociacionés obrerai.


I.


Uno de los pocos bienes que ha producido nuestra revolucion es
el camino de la emancipacion que ha abierto á la clase obrera.


Con el derecho de asociacion y reunion, la clase obrera puede lle-
gar á su completa regeneracion social y moral. El impulso que ha
tomado en menos de dos años el espiritu de asociacioD, prueba que
en Espalia han comprendi4o los obreros la necesidad que tienen de
reunirse y asociárse para salir de ]a esclavitud y despotismo :del
capital, esclavitud y despotismo que existen como-antes,'pero que si
no se arrebatan Jos derechos.del pueblo, dejará de serlo dentro de
mas ó menos arIos.


Ahora vamos á indicar someramente el paso que han dado en Es-
palia la asociaeion obrera para pasar luego á otras consideraciones
con las que vamos á terminar nuestra pesada tarea.




DEL \lLTUlO BOBBON DI ESPAÑA. li"


n.


En Berga, provincia de Barcelona, se fundó en U, de noviem-
bre último, una sociedad de consumo cuyo principal negocio con-
siste en la venta de carne de cerdo.


Fueron Cundadores !! individuos con un capital de "320 reales.
A 108 tres meses han llegado á 78 con un eapital de 880 reales.


Independientemente de los beneficios del capital, los consumido-
res de la asociacion cooperativa obtienen en el establecimiento de la
misma muchas ventajas en los precios de]o que consumen, com-
parados con los de las demás tiendas:


11\.


Los cajistas de imprenta avecindados en Madrid, fundaron hace
cerca de treinta anos, una soéiedad de socorros. rnútuos, que les
ha prestado y les presla imporlantfsimos servicios.


En 1868 distribuyó esta asociacion entre sus socios enfermos
i1.16t reales.


El ano anterior el valor de los socorros'ascendió á 15.364 reales.
En el segundo semestre de 186. el valor de los socorros á los


socios enfermos ascendió 15.885 reales, quedando un valor en ca-
ja á favor de la sociedad de 13.868 reales.


Inmediatamente despues de la revolucion de setiembre, los pe-
luqueros y barberos de Madrid formaron una 'sociedad de socorros,
de cuyos resultados deben estar=satisfechos.


De los documentos referentes al primer afto de su existencia,
publicados por el presidente de la sociedad, resulta que esta aso-
ciacioD se fundó con 101 miembros, cuyo número á fin del ario pa-
saba de 130.


La recaudacion durante el aiIo de 1869 ascendi6
á reales vn.. . . • . . . . • •


Lo empleado en gastos generales y socorros á los
socios ascendió á • • • . • • • •


Quedando en 31 de diciembre del año último
una existencia de • • . . . . . •
TOMO JII.


10.918


4.087


6.832
16'!




IV.


Tr&Alada,DlP~ cp~ g~tQ ell!s~Q 8~ner.al de 1~ sitoac!QQ finan-
ci~~ da lasPCWAAd C9q.per.tiva,.de QQj~O,I).~ 6Q. 81 de. d,b)\emJ}E~
de 1869.


A,ctivo.-Gépwos en alQll¡l,Cen, reales vn.
11 ." , . " ;. ,


ijQyiljario!. . •
E9 caj~" . . ; . .


ToLal.. . .
" ,/i


Pasivo.-Crédito en contra. •
Saldo á favor de la sociedad.. .


6.13.3,23
2:.8781 41
1.UO,O,()


10.4lH,84_
8 .• 6,~6,QO.
1. 755.6'


La salida de géneros de almecen representa la cantidad de
S l. '59,4.6, venta hecha en cuatro meses y doce días. La sociedad
eg¡pe~ó ,sus operaciones en 18 de agosto: de 18&9; los gest08 de
sociedad. y, almacen aseienden á 3. 'i8" 94 reales, que unidos_ á ]a
utilidad líquida, se ele.vAn á l,603,64 reales: bao tomado p¡a:r~
an.la~ oper&Ciones 4. 7· consuDlidores" COD_ mas ó: m.e».o~ coASt~ncia,
y sin embargo de tan reducido número, las utilidades han C()rleS~
pondido en demasía á este, insigniticanteesfuerzo. Si el. númel'o de
consum.idores se hubiera duplicado, los gastos generales hubieran
sid1) los mismos ,.las ven.tlUas mucho mayores.


La BraJernir/ad, próspera asociacion de Béjar, publica un b8ktin
COI las cuentas mensuales de la sociedad; yá juzgar por el tercer
númer.o que tenemos á la vista, puede considerarse como un mode-
lo en su género, y cuya lectura recomendamos á todos los directo- .
res y miembros de las sociedades obreras de lapeníIlsula.


Contentarémonos, empe~o, con reproducir algunas cifras referentes
al estado de la sociedad al • concluir su segundo trimestr~ de exis-
tencia.




DEL uLtIMó )lOaBON H ¡SPAÑA. 1 '19


El movimiento de caja en dicho írimestre fué de
reales VD. • • • '. • • • • • •


La fenta de géneros en las ti~ndas de la sociedad
loé de . . . . . . . . . . .


El valot de la carne vendida en las tres carnice-
rías de la sociedad fué de • • • • • •


Total valor de J8'8 venias.. • • •


!31.710


77.697


86.6!8
114.325


El término medio por semana rué, pues, de reales VD. 7.!8!, Y
el diario de reales VD. 1.039.


Los beneficios liquidos en dicho periodo fueron 7.007,89 rea-
les VD. que se dividieron de ]a siguiente manera:


Beneficios liquidos, reales vn.. . • . . ;
1,50 por 100 de interés fijo de las acciones. .


RestaD. . . . . . .
!J por 100 para el fondo de inslrnccion., .


Restan. . . . . .
9 O por 100 del fondo de reserva ..
Restan~ . . . . .


Al' concl'ail' el primer éjercició-, el cápi€1l1 dé Já
gocreda\l Mú'étldia á tMtes 111 ..


Al concluir el segundo ascendía á. .
Aumento en reales vn. . .


El 91 de oclubre de 1869 el número' de socios
era. . . . . . . . •


El primero de enero de 1870 •.
Aumento.. . . .


VI.


7.007,89
519,89


6.4-88,00
194,66


6.293,34
1.888,26
!. '05, 08


íM.ois,oo·
47.700,00
10.621


!43
292


49


Ténem'6s n~tieia de la rormacion de una sociedad eooperatív1t' de
consumo en Bilbao, que principia su gran objetO' social coO: 30Ó
socios y mas de 80,000 reales de capital.


No conocemos en EspaDa ni el extranjero asociacioD alguDa de
este género que baya comenzado COD tantos elementos sus opera-
ciones.




li80 HISTOR1A. DEL REINADO.
Si los cooperadores de Bilbao pueden vencer los dos escollos en


que suelen tropezar las asociaciones de consumo; y que son la taI-.
ta de persistencia en los socios para comprar siempre en sus al-
macenes, y la dificultad de encontrar administradores que á las
cualidades de celo y probidad reUDan conocimientos prácticos de los
mercados y de los géneros que ban de comprar, no dudamos que
esta asociacion trasformará rápidamente las condiciones del comer-
cio al por menor en la importante villa de Bilbao, no solo en bene-·
ficio de las clases pobres, sino en el de las medias 'i acomodadas.


VII.


En Zaragoza hubo hace poco tiempo reuniones públicas para
organizar una aspciaeion de consumo: organizóse, en efecto, y se
abrió suscricion para reunir el capital.


Tambiell en Valencia se han ~elebrado ya reuniones para fundar
une. sociedad cooperativa de consumo y para la construccion de un
barrio obrero al mismo tiempo, pero no se ha constituido aun la
sociedad.


En Madrid vemos que los obreros tipógrafos se han propuesto
fundar un barrio ~brero á cuyo efecto han celebrado una conferen-


. cia con el ministro de Hacienda en demanda de terreno del Estado
para dicho objeto.


De earinena los obreros tienen en práctica el proyecto de fundar
una sociedad de consumo, y en Ronda y otras poblaciones se pro-


. ponen tambien trabajadores inteligentes fundar asociaciones así de
consumo como para construir casas.


En Valladolid se han formado dos sociedades cooperativas de
consumo, y además otra asociacion compuesta de maestros y 06.-
ciales de sastreria.


La asociacion cooperativa de consumos de Santander reune con
actividad el capital necesario para emprender sus operaciones.


Por su parte la Internaeional contillua organizando sus secciones
en diferentes poblaciones.


VIII.


El movimiento social de las clases trabajadoras, como vemos, to-




DEL ULTIMO BORBON JlE ESPAÑA • 1!81
. ma cada día mayor incremento, lo que prueba que esas clases van


ya comprendiendo sus intereses.
El impulso se generaliza: las tendencias de esta gran evolucion


social son distintas'y hasta opuestas entre si; pero todas con-
ducen mas ó menos· directamente al mismo resultado y todas reeur-
ren á los mismos medios. El resultado será ]a extincion del paupe-
rismo, la regeneracion de las clases trabajadoras por la emancipa-
cion del yugo del capital: el medio á que todos los grupos, inspira-
dos por di versas doctrinas recurren, es la asociacion.


El movimiento de las clases trabajadoras ha tomado en Jerez un
gran desarrollo; ouéntanse ya tantas asociaciones, que bien se pue-
de asegurar que casi todos sus vecinos pertenecen á alguna de eUas.


El espiritu de asocia_oion en sus aplicaciones económicas se ha
extendido rápidamente, y parece llegallo el momento de la eman-
cipacion de las clases :obreras, que :es entre las que mas se mani-
fiesta este movimiento.


IX.


Continuemos la resena, aunque sucinta, de algunas de las aso-
ciaciones que conocemos de aquella po"lacion.


La Abnegacion, compuesta de trabajadores del campo; lleva cinco
arios de vida: el número desócios es reducido, y aparte de la .pri-
mera imposicion solo contribuyen con su trabajo; conociendo que
es la fuente de toda riqueza. Cuenta hoy con UDa vina de 800
piés en propiedad, dos vinas tomadas á renta que labran sus so-
cios; una bodega con !7 cascos: su caudal efectivo pasa de tres mil
61110S •
. Los fundadores de la sociedad fueron veinte honrados trabajado-


res, cada uno de los que hizo una imposicion, única, de quinientos
reales; pudieron tomar un terreno yermo, que despues han con-
cluido de pagarl Y Jo convirtieron en la vina que boy disfrufan en
propiedad. Solo conociendo los trabajos que han sufrido aquellos
veinte hombres durante los cuatro primeros anos, en que apenas
da fruto una vina, es como se puede apreciar el amor que tienen á
la independencia y la confianza que les inspira el espiritu de 8S0-
ciacion.


Hay otra sociedad que lleva por titulo la Uaion y paz eterna, de




li8! HISTORIA DEL RElNADO.
la cual se esperan felic(simos resullados por el ardor y especialidad
de su digno presidente,bonrado trabajador dedicado asiduamente al
frabajo y al estudio. La sociedad tiene por objeto explotar las viftas
por medio del trabajo asociado.


De la misma clase es la de la:Rsperanza que acaba de formarse.'
La EstreUa t sociedad de obreros, euyo régimen interior es muy


armónioo f se compooo de 81 socios, cada uno de los cuales da 5 rs.
semanalmente; pero el principal elemento con que cuentan es el
trabajo, al que dedican las noches y los dias feriados. En tan oorto
número de socios se hallan representadas todas las artes. Pero tomo
creemos que el mayor encomio de esta sociedad y del principio de
asociacioD, cuando es llevado cCln buen régimeó. es presentar 80
resultado, vamos Oí hacerlo. Lleva tres meses de existencia, l' ésfa
instIlada en el piso bajo de tlDa oasa, donde ti~ne nD tillan patA
las reuniones, sooretar(a y un almaten de ~tm~slibleg y ,iD<) para el
consumo de los socios. En el arqueo del primer trirn-estre ha re-
sultado. .


En efectivo, rs. vn ..
De varios efectos.
Valor de enseres.


Total.


1,960
5~7


2,663
5,170


Esto en tres meses de vida, siendo Bolo 31 el lnímero de los so"-
cios; pero veamos otro cuadro donde resáltan mas los beneficios
obtenidos:


Las cuotas que han dado los socios importan rs. vn.. 1,780
Las utilidades han ascendido á. . 3,390


Total de los fondos. 5,170


Una sociedad que bajo taJes auspicios comienza, bien puede pro·
meterse risueí10 porvenir.


La Primitiva, sooieflad constructora, compuesta de 90 indivi-
duos, en veinte meses que lleva de vida ha logrado reuDir uno.
90,000 rs. y tiene en cODstruecion UDa bodega de regulares pro-
porciones.


La Honradez, es otta sociedad que tiene por objeto el comercio




DEL ULll~ i01\BQN, nSIS!1ÑA.. 1181
en todas sus partes. En tan poco tiempo, sus individuos, totlosobre·
l., ya pueden disponer de UD fondo que pasa de U)Hill rs.


Bay dos socieoodes con el titulo la Igualdad; tanto 1& UDa eomo
1 .. otra nevaD eorl;Í~imo tilelBpO de existencia; es su objeto la emano
clPllCioll d~ la ola&e; tbrera, 'oInaado, por su ouell\a \od()S los tra,..
b~oa t¡llft $e, la c)oDi~:.


La sociedad anónima comanditaria, la Jerttuaa, iQvier~ SWI, foa,..
qO~ en o~l'a"io"" varia$; paJlti4uJarmenle, ea la, de,efeelos: fJue han
de consumir los asociados. Cuenta hoy 0011 UD abn86en deooa¡esü-
bIes y UDQS¡ 25~f)(Ht la. d~ ~,ital.


El Fomento, societW.d ~,albaDilfts.; 0011 el fin de: bJc.er oiras por
Sil cuelJllJ, ba COSHuidiJ. y ree(}iJica,do, ya V8J7j~ ediDcios, 1 cuenta
00fI¡ veinte mil!!'J. delQíij>itaI.


La Union, es ()tfA!sociedad de trabajadores qoo rorm& su eapilal
por medio de CUQtas Y: trt¡baja,.
Ll8Q~iedad el Progreso, se dedioa al co~ercio.
Hay una sociedad titulada Fomento agrícola é industrial. Los iD ...


dividuos que pertenecen á ella dan de cuota semanal 5 rs.; se de-
dican á hacer por empresa los trabajos de láS vifias. La sociedad
socorre en sus enfermedades á I~ socios y á sus hijos, educando á
estos además.
~a ~oQiacion la Fraternidad; Contpuefota de unos cien indivi-


duos, se dedica á la agricultura. Está haciendo los trabajos nooe-
sarios para crear upa escuela donde se ensenen las primeras letras,
)as artes y el· empleo de las hel'ram~ntas é ilHltrumentos de cada
oJiei~.


Sin contar CQD las· sociedades Unidad, lnwstria l comereie y
Fr,6rernidad, pasan de< oioouenta las; qU& no, resenamos.


Incalculable es el resultado que estas sociedades pueden dar· des-
pues de algunos afios de ejercicio, si, como es de creer, se estre-
ChaD, y unen para asuntos generales y pensamientos que exijan
fuerza$ y roour~os considerables, confed~rándos~, al efecto entre :9t
Adelante, pues, jer~alW8!; marehad á 1a. aaJ>~ladelproBr~so!S_.
y DO- olvidet-.\.que' para que. os,'-p~ais asocia.-., ~ sido Dece~io der-
ribar QO trGlo,y:,ex.pulsar unadiwtía ..




1!81 HISTORIA DIL RIUNADO.
En Granada se ha constituido una sociedad de oficiales confiteros.
Veintiocho asociaciones de 'trabajadores han contribuido ya espon·


táneamente con la cantidad de 3,lS!8 rs. para ayudar á sostener á.
los papeleros de Aleoy e.n su pacífica lucha contra las pretensiones
de los fabricantes. La práctioa de l~ fraternidad es un deber y con-
tribuirá. eficazmente á la regeneracion de las clases trabajadoras y
de la sociedad con ellas.


En Lanjaron se acaba de fundar una sociedad cooperativa de
trabajadores con 75 socios.


En la villa de Sort, provincia de Lérida, se ha fundado una caja
de ahorros y una sociedad de socorros motuos.


En Chipiona, provincia de Cádiz, se ha fundado UDa sociedad
cO,operativa de consumos y de instruccion con el número de ciento
veinte socios pertenecientes á. la clase trabajadora.


Acaba de establecerse en Madrid una asociacion de socorros mú-
tuos, que la forman los maquinistas y fogoneros de todos los ferro-
carriles espanoles. .


XI.


En Llummajor," M)'lIorca, la idea socialista toma grandes pro-
porciones.


Además de varias sociedades obreras, se ha c6nstituido otra nueva
asociacion compuesta de nueveeientos pequeftos propietarios.


Estos hombres, que son explotados tanto, como Jos jornaleros
por los capitalistas, han comprendido que sin solidaridad es impo-
sible librarse de las bárbaras estorsiones de los estúpidos seriores
feudales de aquella villa.


Llummajor será una de las poblaoiones mas socialistas de Ma-
llorca. La gran mayoría de sus habitantes están asociados, y los
restantes en via de hacerlo.
. En Valladolid se est' asociando la inmensa mayoría de los indi-
viduos que pertenecen á las diferentes industrias' que dan vida á la
poblacion. Se dice que se confederarán despues con el objeto de auxi-
liarse mutuamente. Felicitamos á los ciudadanos de Valladolid por el
buen uso que hacen de los derechos del credo repúblicano.


Los empleados, maquinistas y fogoneros del ferro-carril de Má-
laga á Cardona han formado una asociacion de socorros y protec-




DEL ULI'IKO BORBON :9-..R BSPAÑA. ti85
teccion mútua. Lo mismo debieran hacer Jos trabajadores y em-
pleados de todas.las compafifas.


XII.


La Igualdad, sociedad cooperativa de trabajadol'es de Málaga, fué creada
en junio de 1869, y á los ocho mesas de su existencia contaba con 245
socios y un capital líquido de rs. vn.. • • •• 10.856'36


Desde la citada fecha hasta la presente han ingre-
sado 51 socios, resultando un total de 296.


Ingresos desde el 1. 0 de marzo hasta el 26 de
abl'il. . . . . . • . 6.055


Producto babido.. .. 9".6'26
Suma tolal del capital. 17.887'12


Las operaciones verificadas en el establecimiento de comestibles
de dicha socieJad, desde el ~7 de febrero próximo pasado, día en
que se abrió el mismo hasta el 3 de abril que se hizo el balance,
son las siguientes:


Valor do los efectos comprados al abl'irse el es-
tablecimifluto, I'S. vn.. • • • • • •


Valor de ¡os géneros comprados desde el 27 de
febrero hasla el 3 de abril. • . •


Total. • • • .' • • •
Valor ingresado por venta diaria desde el 27 de


febrero hasta el 3 de abril inclusive rs. vn. •
Valor de los artkulos que quedaron por vender


de los comprados segun balance. ...'
Total . . • o


RESUl\IEN.


Valor de los efectos comprados rs. vn.
Suma total de efectivo y génm'os existentes,. •
Beneficio obtenido en el esp¡'esado tiempo, rea-


les vellon. , . . • •
Gastos de administracioD ..
Producto liquido á favor de la sociedad ..


TOllo 1II.


10.000


23.-634'24
33.084'24


22.787'12 •


12,t94'U


33.084'24,
34.981 '56


1.987'36
920'92.
876 136


163




1!86 HISTORlA DEL REINADO.
Las compras y ventas se hacen al contado en el establecimiento;


pero la sociedad facilita bonos á los socios que los necesiten para
su conSULao, hasta por valor de sesenta rs. si el capital que tengan
impuesto pasa de noventa, no pudiendo adquirir por mas de los se·
senta aun euando el capital impuesto pase ,de los antedichos no-
venta .


. El socio que toma bonos, abona su valor á los ceho dias no pu-
diendo pedir otros hasta no haber satisfecho los que haya per-
eibido.


XIIJ.


Seríamos iBtermina~Ies si quisíéramos resefiar el movimiento so-
cial que en Espai1a se ha despertado desdella revolucion de setiem-
bre y que dará inmensos frutos al pais á medida que vaya desarro-
llándose mas y mas.


Por este oamino las masas obreras se regenerarán alcanzando
dentro de poco su perfecta emaneipacion. :emaDcipacion~que los con-
vertirá en verdaderos agentes del progreso social en vez de ser como
hasta aquf esclavos del capital, que por lo mismo que tenia que
explotarlas, abusaba de ellas ó cuando menos se oponia eon su an-
tagonismo á que pudieran gozar de los beneficios de las libertades
poHticas.


Las libertades políticas llevan las libertades sociales; pero estas
cuando existen no pueden ahogar. ni dejar perecer la libertad, por-
que son su ejército invencible.




CAPITULO CLXXxvt,


SUMARIO.


Todos debemos interesarnos en la política sin escluir á las clases trabajadoras.-La
indiferencia -en esta materia es muy funesta, para ellas en especial.-Eljesuitismo
las aconseja separarse de ella, porque conviene á sus maquinacionr.s.-Grandes
medios que ella les próporciona, y que con la indiferencia podrian perder; porque
la indiferencia da pabulo á las reacciones.


1.


Las libertades y derechos que desde la revolucion goza la clase
trabajadora ha permitido que se desarrollara en ella el sentimiento
poHtico ó sea el afan de inmiscuirse y enterarse de los asuntos gu-
bernamentales de la nacion.


Nada puede tener tanto interés para ella como dicho afan, porque
de la politica puede provenir su desdicha ó-su felicidad. Y los hom-
bres que le aconsejan apartarse de la poHtica son sus mayores ene-
migos. En vano dicen tajes hombres á la clase productora que solo
debe ocuparse del trabajo, y que para nada deb~ ocuparse de la
politica, que no puede proporcionarles ningun beneficio ni mejora.


Pero no creemos que los obreltis espaftoles dejen de conocer que
este lenguaje es el lenguaje de los jesuitas que 'quisieran que las
masas populares que forman la inmensa mayoría de las naciones
no fuesen mas que animales de reata que se dejasen llevar á donde
ellos quisiesen; es el lenguaje de los enemigos del progreso que no
quisieran que el trabajador comprendiese la marcha de los negocios




U88 H.sTORIA DEL REI!"IADO.
del Estado asi como tampoco las maquinaciones horribles de que
siempre se han valido para medrar y vivir en medio de todas las
comodidades á expensas del productor que no cuida mas· que de
trabajar.


II.


Sf, desviar al pueblo· trabajador de la discusion teórica y de Ja
resolucion práctica de los grandes problemas politicos, hacerle ver
con indiferencia y hasta con repugnancia cuanto se refiere con el
Estado y su gobierno, para que descuiden el ejercicio de sus dere-
chos asi como que comprendan mejor sus deberes, es una de las
principales maquinaciones del jesuitismo defensor del poder papal
y monárquico, que en su impotencia recurre á este medio, viendo
que como en los otros tiempos no puede arrastrar á su antojo las
clases trabajadoras y convertirlas en instrumento de sus bastardas
ambiciones y sus celos y envidias. Viendo que se les escapan aque-
Uos dias en que amotinaban al pueblo ignorante para perpetrar ase-
sinatos tales como Jos que les obligaron á salir de Portugal, Jos je-
suitas se aferran á la barra ardiendo que se les ofrece para inducir
al pueblo menos instruido y mas numeroso que deje para otros el
cuidado de la política y las resoluciones que solo pueden interesar •
á los gobernantes y diplomáticos.


Pero no, las cuestion~s- polfticas no son ni pueden ser ni serán en
adelante indiferentes para el pueblo productor, porque de elJas de-
pende el planteamiento de los problemas económicos y sociales,
porque de ellas depende la pronta emancipacion del siervo de nues-
tros tiempos, el obrero.


111.


"¿Acaso podrian ,las clases obreras propagar sus ideas de regene-
racion si la polftica en que ellas han tomado tanta parle en la re-
volucioD de setiembre, DO les permitiese hoy la libertad de publicar
é imprimir sus ideas y aspiraoiones, sus principios ec&nómieos,
asociarse y congregarse para diseutir lo que mas conveniente pueda




DEL ULTIMO BORBON DI ESPAÑA. 1!t89
serIes y atender á las exigencias que el c9.pitalles presenta como
les ha presentado siempre?


No es necesario responder. Si el pueblo no hubiese intervenido
en la polftica, los Borbones aun subsistirían en Esparia, porque el
alzamiento de setiembre de la marina y del ejéroito no habria sido
una revo)ucion si el pueblo no hubiese tomado parte en ella y
prestado el credo político que despues se ha falseado; hoy no
podria poner en tela de juicio y combatir Jos privilegios, exigencias
y monopolios del capital, ni podria aspirar por medio de los de-
rechos consignados en nuestra Constitucion, á la completa eman-
cipacion de su clase.


IV.


Los que condenan la poHtica y pretenden apartar de ella al pueblo
porque suele dar muchas decepciones, no pueden menos de confesar
que denlro de su maldad hay su mas y su manos, y si hoy no es
buena era mucho peor la precedente.


Si los deseos de esos seliores se viesen colmados, 6qué sucedería?
que el pueblo volveria al marasmo de otras edades, al letargo que
le sumia en la mas espantosa ignQraDcia y por consiguiente en la
esclavitud.


6Qué sucedería á todas las asociaciones que desde setiembre hasta
aquí han empezado á formarse en Espalia, á que quedaria reducido
su congreso nacional que debe verificarse dentro pocos meses si de
aquf á entonces una raaceio'] poHtica 'volviese á entronilar á los
BorboDes ó se estableciese cuaJguier otra dinastfa que creyese in-
compatibles su poder y estabilidad con las asociaciones obreras? Que
ni el congreso nacional se verificaria, ni sus periódicos, ni sus reu-
niones, su organizacion y propaganda y su libre discusion, existi-
rian veinte y cuatro horas, y todas las asociaciones de obreros se-
riaD disueltas y perseguidos sus directores y fUDdadores, y los
hombres influyentes del pueblo; pues esto ha sucedido siempre en
Espana y fuera de Espalia. ,


Las clases trabajadoras, digan lo que quieran sus enemigos, están
interesadas en la politica DO solo nacional sino tambien inter-
nacional. Deben considerar que influyen mucho en la sociedad por




1!90 HISTORIA DEL REINAD9.
ser tan numerosas, y que de esa influencia depende el que pueda
establecerse la república democrática y federal, espedito medio para
llegar á la emancipacion social que el porvenir les promete.


Importa que desaparezcan las fronteras, que se establezca la n-
publica federal universal para resolver los grandes problemas que
el progreso entraña; y tales progresos económicos y sociales serán
siempre imposibles hasta que las masas populares no pongan los
medios para que domine la idea de la democracia, idea que es la
ley del progreso humano, la ley de vida de las naciones venideras.


Deben hacer Jos q~e aun boy son llamados proletarios, que'la mo-
narquía sea imposible ó insostenible en Espafia, porque las monar-
quias que hoy ,se sostienen al amparo de muchos millones de jóve-
nes robustos y sanos arrancados á sus talleres, arrancados á los
campos y al comercio, DO solo son incapaces d~ regenerar al cuarto
estado, sino que con las inmensas cantribuciones, con los miles de
millones de reales que sacan de los pueblos para. sostener sus ejér-
citos, escuadras, arsenales, cortes~nos y clérigos, sumergen en la
miseria á las naciones á mas de que son la causa principal de los
jornales bajos con que se paga al trabajor, de la falta de consumo
de los productos y artefactos y por lo tanto de falta de"trabajo para
el obrero.


De suerte, pues, que las monarquias por las razones que acaba·
mos de indicar, no solo son un obstáculo á la realizacion y solu-
cion del gran problema socíal, SiDO que por)o caras que cuestan,
por la esclavitud armada á que reducen á millones de obreros de los
mas fuertes para el trabajo, y por los cuantiosos impuestos que ne-
cesitan para sostenerse en Jos troDos, mantener sus soldados, ar·
mas y buques de guerra" producen la falta de trabajo, la exigüidad
de los salarios y alimentan y fomentan la division de clases, azote
de la sociedad que la hace tan infeliz.


v.


Tengan en cuenta las masas obreras espai'íolas que el camino de
su felicidad está en conservar los derechos que consigna la Consti-
tucion espariola votada por los agentes de la revolucion de setiembre,
en mejorarlos y perfeccionarlos en lo posible hasta llegar al ideal,




DEL ÚLTnlO BOItBON DI ESPAÑA.
al ideal que se ha de realizar. Procuren para ello no dejarse engañar .
ni sedueiryor halagü8fías promesas ó por maquinaciones jesuíticas.
Sean como siempre un modelo de probidaJ y moderacion; porque
con la violencia y el desenfrepo no se consigue ni!lgun bien sólido
y estable.


Si así lo hubiesen comprendido siempre, hoy en España tendria-
mos ya tal vez la república federal, aspiracion de la gran mayorla
del pueblo y principalmente de la juventud que entra hoy en la vida
politica. Por dicha causa y por su indiferencia polftica no están en
punto mas cercano de la perfeceion que indicamos.


Si las grandes masas de obreros espanoles hubiesen querido com-
prender que tal indiferencia es un auxiliar poderoso de las reaccio-
nes, y que toda reaccion politica )ps es muy perjudicial, porque las
aparta del verdadero progrl3so; que la república fedilral con los de-
rechos individuales y demás principios democráticos los ;aproxima
al idea) de justi~ia, desde 18.\0 regirian en Espatia la~ instituciones
democráticas, y en estos treinta afios, ¡á donde hubieran llegado en
las sendas del progreso, en las sendas de su regeneraclOn, en las
sendas de su libertad social?


Desde 1843 á 18t5fundáronse'en Espana una infinidad de aso-
ciaciones obreras que la reaccion de 18i3 ahogó ó desbarató. Lo
mismo sucedió en 1851 y á consecuencia del alzamiento de
aquella época, pero vino la otra reaccion de 1856 igual ó pare-
cida á la de 18i3 y como esta, deshizo todas las asociaciones que
los obreros hahían formado. ¿De donde provinieron tales descepcio-
nes9 De la indiferencia política en la cJase obrera. Pero en la revo-
lucion de setiembre parece que Jos espatioles se han bautizado y pu-
rificado de los defectos que en épocas anteriores padecian, si escep-
tuamos á los progresistas quienes son tan inteligentes para revolu-
cionarios como ciegos é inhábiles para gübernantes. .


Hoy las masas populares estudian con afan los vaivenes y vicisi-
tudes de la polftica. La revolucion de 1868 consignando en su có-
digo fundamental la libertad de asociacion, ha proporcionado á los
trabajadores uno de los medios mas eficaces para regenerarse. Cui-
dado, pues, con malograrlo, que si en menos de dos afios se han
formado en Espana buen número (00 tan grande quizás como seria
de desear) de asociaciones obreras, el restablecimiento del trono con
todos los atribulos que tenia antes de la revolucion, las destruiria co-
mo las reacciones del 43 y de15G, y el trono será imposible si las




1!9! HISTORIA. DEL REINADO .
masas populares usan de SUI derechos políticos sin violencias ni
excesos de ninguna clase.


Las clases obreras deben mirar como el mejor medio de procurar
su bienestar moral y material, los ¡Dtereses generales ó politicos
que les faciliten major intervencion en tales intereses, porque en
ellos está incluida la suerte que el porvenir les prepara.




CAPITULO CLXXKVJi-


SUMARIO.


Division general de los partidos.-Las aspiraciones de cada uno de ellos.-Como ha
podido la forma mas complicada de la política excluir las otras.-Diferelltes cam-
bios en los opiniones.


1.


1,,_ Antes de dar cima á nuestro trabajo debemos hacer una ligera
resena del progreso que Ja opinion pública ha verificado durante el
reinado del último B()rhon de Espana y de )1 division de Jos parti-
dos pOJitiC03 que han entrado en la liza administrativa y guberna-
men tal de )a nacion. Con este objeto decíamos pocos anos atrás:


-Desde e) absolútismo politico que dominó tres siglos, á la mo-
narqufa constitucional inaugurada en el presente, Espana ha reali-
zado UD progreso tan grande, que los mismos gobernantes de hoy
que son los menos liberales que )a han regido desde 1831, fueron
considerados como demagogos y corrieron peligro de ir á arrastrar
una cadena en los presidios de Africa por revolucionarios, si en 1815,
por ejemplo hubieran propuesto á Fernando vn )a firma de algunos
de los decretos publicados desde el establecimiento del estado de si-
tio y la suspeosioo de las garantias constitucionales eD JUDio 4e
1866. Estos 80n los resultados del progreso de la opioion pública,


TollO 111. 1 el




1294. HISTüR!A DEL REINA.DO.
que en lo que va de siglo ha adelantado mas que tildas las otras
manifestaciones de la vida naeional .


• Entre las consecuencias de este progreso de la opjoion pública,
figura la ereacion, divisioD y subdivision de opinJones y partidos
que de dos que se contaban al principio, lervil y liberal, han pasado
á ser mas de una docena, cuyos títulos aunque correspondan per-
fectamente á su razon de ser, no son tan gráficos como los dos pri-
mitivos. Hoy hay.absolutistas, neocatólieos, moderados históricos,
unionistas, progres:slas dinásticos y progresistas antidinástieos,
progresistas demócratas, individuali~tas, republicanos individualistas
y republicanos socialistas, y aun creemos que se nos debe quedar
en el tintero alguna fraccion por nombrar; pero todas eHas pueden
reunirse en tres partidos: dos radicales, negacion absoluta el uno
del otro, y un partido intermedio que trata de poner de acuerdo los
dos extremos .


• Paeden darse á estos tres partidos diferentes denominaciones:
absolutistas, conservadores y progresistas; ó' bien reaUsias, 8onlii-
titucionales y republicanos. D


iI.


Hoy despues de la revolucion subsisten todavía estos partidos á
pesar de la coalicioo formada para destronar á Isabel 11. Sin em-
bargo, las tres fracc.iones que descuellan de un modo notable son
los unionistas, los progresistas ó demócratas como ellos se titulan y
los republicanos. No bablamos de los carlistas porque han muerto,
á pesar de que á eada ilIsrante chillan, se levantan como en el mo-
mento en que escribimos estas líneas, para poner en el trono de
Rsparla á su legltimo rey; tampoco de los isabelinos ó alfonsistas
porque no pueden influir en la política ~utura.


El partido radical opuesto al partido absolutista es el partido re-
publicano. Este proclama la autonomía ó soberanía individual, y co·
mo resultado de esta, la soberanía nacional, declarando que el hom-
bre tiene derechos propios naturales que la sooiedad y las leyes
deben respetar y garantizar; y que :las instituciones polfticas han
de ser obra suya, expresion de su voluntad, y tener por objeto su
f8Iicidad.




DEL ULTIMO BORBON DI ISPAÑl. 1195


111.


Entre los dos partidos extremos, se levanta el partido monárqui-
co constitucional que trata de amalgamar los contrapuestos princi-
pios de los otros, dejando al rey su corona, aunque poniendo cor-
tapisas á 8U autoridad con la creaeion de ministros responsables y
de parlamentos nombrados por el pueblo sin cuyos votos no puede
el rey dar leyes.


PreCiso es convenir en que el sistema parlamentario, tal como se
practica hoy en la mayor p~rte de las nacione! europeas, es in-
genioso, pero tambien inseguro, porque reduce el poder real á
sombra, rebajando los reyes á UDa especie de maestros de ceremo-
nias, como sucede en Inglaterra, á figura de adorno, mas que rue-
da esencial del mecanismo poUtico del Estado, ó como en Francia y
otros paises cl)nserva en realidad el poder imperial ó real con todo
el absolutismo de olros tiempos, dejando en vigor solo una aparien-
cia de parlamento sin iniciativa ni voluntad propia; parlamentos
que son en realidad iumísos servidores del poder, aunque se enil-
lanan COD el pomposo nombre de representácion nacional.


IV.


¿Cómo la mas complicada de las formas politicás ha podido ex-
.lair á las olras'


No el dificil dé comprender este fenómeno. Para destruir el des-
potismo, han luchado largo tiempo unidos en los campos de batalla
y en los comicios, monárquicos constitucionales y demócratas repu-
blicanos, porque estos sentian igual repulsion que sus compafteros
de armas bacia el absolutismo, del que fueron victimas unos y otros
durante mucho tiempo, y preferiAn aun que no fuera mas que co-
mo transicion la monarqufa constitucional, en la que veian UD pro-
greso relativo. Pero cuando uncido el despotismo la democracia ba .
querido hacer triunfar sus ideas, los absolutistas se han puesto al
lado de los constitucionales moderados para impedirlo.


Así es como. la monar:quia cODstitucional ha triunfado hasta aho·




U96 DlSTORIA DEL BBlNADO
ra de sus enemigos, sostenida por absolutistas contra la democracia
y por demócratas contra el absolutismo.


'l ..


tos principios absolutistas de los dos partidos creemos se formu-
lan en instituciones mucho mas sencillas que las de la monarqufa
constitucional.


El partido monárquico absolutisfa da á una soJa persona la so-
beranfa con todas sus atribuciones, y el democrático reconoce una
parte de Ja soberanla en cada ciudadano, siendo las reyes é insritu-
ciones el resultado del voto del maIor número, salvO el respeto que
en todo caso debe la mayoría á los derechos individuales de cada
individuo.


En ninguno de estos dos sistemas bay el dualismo que en el de
Jos partidos medios.


Para los absolutistas el poder emana directamente del rey, que
solo es re~ponsab!e ante Dios.


En el sistema de los demócratas emaDa directamente del pueblo,
y es ante este responsable; ó por mejor decir, deja de ser poder para
convertirse 8n administrador, en ejecutor de la vol untad nacional.


'l.


Las clases medias han sido y son monárquicas constitucionales y
las masas populares republicanas.


Pero los primeros partidarios de la monarquiaeonstitueional per-
tenecieron á las mas altas clases del ejército, de la magistratura,
de la nobleza y hasta de la iglesia en tanto que la plebe era absolu-
tista.


Eh los primeros treinta aflos del siglo actual las clases medias, en
verdad po~o numerosas de las principalés ciudades, adoptaron los
principios de la monarqufa constitucional y faeron el mas firme sos·
ten de la dinastía reinante en la lucha que en defensa del absolu-
tislto inauguraron en 1833 las masas populares de los campos. La
mayor parte de la aristocracia se unió en esta lucha á las elases .
medias; pero al concluir la guerra civil'de 18iO; se habia ya ope-




DIL ULTIMO BORBOre DE BSPAÑA. 1! 97
lado en la opinion de las masas UDa trasformacion raaica), Im8s
casi sin transicion pasaron de absolutistas á demócratas en mucbas
provincias y sobre todo en las ciudades mas importantes. .


VI.


Con este cambio en las opiniones del pueblo coincidió la creacion
del partido moderado ó retrógrado compuesto de gente perteneciente
á las clases medias y ricas que fueron liberales exaltados cuando el
pueblo era absolutista y fanático. y que retrocedieron y siguen re-
trocediendo á medida que entre las masas han ido echando raices y
generalizándose las ideas de progreso. Así hemos vis to en cuaren la
alios el impulso liberal y reformador de los viejos abusos y destruc-
tor del absolutismo, pasar de arriba á bajo y la resistencia de bajo
arriba, sin .que esto quiera decir que no hay todavía muchos ele-
mentos radicaHsimos entre las clases medias y las altas esferas so-
ciales, ni que haya dejado de prevalecer el antiguo espfritu (anático
y teccrático entre las masas de algunas provincias.


VII.


Como la religion y la polHica han andado mezcladas en todas las
• luehas y cuestiones de partido, por la oposieion que las corpora-


ciones eclesiásticas hicieron á la revolucion politica, hemos .visto
producirse el mismo fenómeno con el fanatismo religioso que con
las tendencias políticas.


Las masas absolutistas con(undian sus creencias politicas y reli-
giosas en una especie de solidaridad que no ca recia de lógica. El al-
tar yel trono simbolizaban para ellos on solo pensamienlo: obe-
diencia á Dios, que explicaban con esta fórmula gráfica: servir á
Dios y al "v. y cuando sus ideas y tendencias cambiaron, se mos-
tró el cambio simultáneamente cn su indiferencia religiosa y mo-
nárquica. .


En el partido conservador constitucional yen sus diferentes frac-
ciones mas ó menos reaccionarias, compuestas de elevados perso-
najes, htt. sucedido todo )0 contrario: de liberales avanzados se han




1!98 HISTORli DEL REINUO.
convertido en semi-absolutistas, yde incrédulos y volterianos en
mogigatócratas, y esta última palabra quiere decir, que la. traD'-
formaciones de las creencias y opiniones de las masas han sido ex-
pontáneas, sinceras, mientras que las de estos Tartufo. de nuevo
cullo son hijas del cálculo y de la conveniencia.




CAPITULO CLXXXVUI,


SUMARIO.


Partido ultramontano.-EI partido monarquico constitucional.-Sus modificaciones.-
Los moderados y su fusion con los progresistas.-Subdivisiones del monarquismo
constitucional.-Demócratas. .


1.


Las divisiones y subdivisiones de las tres grandes escuelas poli-
ticas, nos ofrecen un estudio no menos importante, porque ejercen
una accion directa en la fuerza y tendencias de los partidos, y por
consecuencia en su conducta y en el estado polftico del pais.


Creyéndose perdido á la muerte de Fernando VII, con la regencia
de la viuda de aquel monarca, el partido absolutista, ó al menos la
mayor parte de él, proclamó á don Carlos. y la minorf. que r&,()-
Doció la legitimidad del testamento real, siguió á remolque de Jos
conslitucionales en la defensa del trono de Isabel contra su tio. Pero
de.pues del convenio de Vergara, la mayaria del partido carlista.
conservó sus opiniones y engrosó Jas filas de los absolutistas de
Isabel 11, sirvi~ndo en 18'8 de ayuda al partido moderado en su
lucha contra progresistas y demócratas. Entonces por primera vez,
desde lá muerle de Fernando VII, el absolutismo tuvo defensores ell
la prensa y una organizacion regular con la vuelta de ]a parte del
clero que se habia declarado por don Carlos, á los puestos que aban·




1300 HIST,JRlA DiL RRINiD().
donó, ó de que fué expulsado al empezar la guerra civil. Su orga-
nizacion se ha ido extendiendo y perfeccionando, multiplicindose
sus órganos en la prensa, hasta recobrar una preponderancia que
seria temible para las instituciones democráticas' si fuera el re-
sultado de las tendencias de la opiDion pública y DO de la protec-
cion que de Si1S adeptos reciben.


n.


Para esle partido, que tiene mas de teo.rátiGo que de polftieo,
para quien la política DO es mas que un instrumento, no hay sim-
paUas ni afecciones dinásticas. Hn Espana, como fuera de ella, con-
sidera á los reyes CUQI agentes ó instrumentos de sus doctrinas ul-
tramontanas, ~ si se les someten ó aparenlan sumision, no el mas
que en cuanto puede valerles poder é influencia que faciliten la rea-
tauraeion de sus ideas teocrático~absolutistas.


Este viejo partido ultramontano, saliendo de las masas que lo
ropudiaD. y elevándose á mas altas esferas, ha perdido filn gran
parte la groserla y los alardes de ignorancia que lo :caracterizaron
en otros tIempos, y se han reforzado con falanges de escritores, poe·
tas y oradores almibarados y elegiacos de salon, de cátedra y de
parlamenlo, de que puede decirse careció completamente, hasta que
veneido en Jos campos de batal1a tuvo que recurrir á las luchas pa-
cificas de la prensa y de la tribuna, cuyas puertas le abrieron II pe-
sar suyo sus vencedores.


111.


Las divisiones y modificaciones porque ha pasado el partido mo·
. nárquico constitucional desde 181!, en que por primera vez brilló


como luciente estrella en las esferas de la polftica, son tantas y tan
grandes, que no tienen puntos de eomparacion con las de los otros
parlidos.


Dueno del poder de 1812 á 181', Y sin el contrapeso de la co-
rona, por estar el rey cautivo en Valencey, este partido fué radica-
lisimo, reformador hasta el punto de que las instituciones que fue-
ron obra suya mereciesen el nombre de demócratas.




DEL ULTIMO BORBOK DB ESPAÑA. 13lJ1
La primera division grave que surgió entre sus filas fué la de los


moderados de 18~O, á cuyo frente figuraron Martinez de la Rosa y
Toreno, que habrian querido reformar la Constitucion creando un
¡enado conservador y dando al rey mayor autoridad.


Vueltos al poder en 1835, los constitucionales ahondaron el abis·
mo que los separaba, dando los moderados, dueftos del poder, el
Estatuto Real, y )& otra fraccion que se llamó progresista, resta-
bleciendo á viva fuerza la Constitucion de 181~. Pero deseosos de
UDa avene'ncia y sin duda por satisfacer á las dos grandes potencias
que firmaron el tratado de la cuádruple alianza, los progresistas re-
formaron la constitucion de 18t! en el sentido en que !.os moderA-
dos de 18~~ queríaD hacerlo. Martinez de la Rosa dijo en efecto, que
la Constitucioo de 1837 estaba hecha segun los principios modera-
dos; pero aquel paso atrás de los progresistas, lejos de unir á las
dos fracciones del partido libera), biza dar un paso 8tr6s á los mo-
derados, que quisieron conservar la distancia que los separaba de
los progresistas, y dividió á estos en dos fracciones; progresistas le-
gales y exaltados, que se opusieron á la reforma de la constitueion
de 1811 considerándola como una apostasia de sus autores hácia
los principios del progreso, y que fueron el primer núcleo del par-
tido democrático.


IV.


Cuando el partido progresista recobró el poder revolucionaria-
mente en 18 'O, esta division de sus adeptos llegó á ser tao grande,
que produjo la revolucioD de 18i3, ocasiOD de la ruina de este par-
tido. La antipatía entre ayacuchol y exaltados llegó á ser mas gran-
. <fe que la que dividía á moderados y progresistas, y se fundaba en
que Espartero y la fraccion á que se habia adherido no queria l1e- •
var á cabo reformas políticas radicales que imposibilitaran la vuelo
ta de los moderados al mando cuando concluyera ]a regencia.


Durante esta regencia formuló su dogma por primera vez el par-
tido democrático, proclamando la república como su form_8 de go-
bierno, y uniéndose á los exaltados y á los moderados vencido en
1840, contribuyó á derribar á los progresistas en 18'3.


y hé aqu[ el partido constituoional dividido en tres fracciones que
TOMO IIJ. 165




180! HISTORIA DEL REIN ~ DO.
luohan encarnizadamente, y al partido democrático que nace de su
seno para combatirlas á las tres.


En estas fracciones y en sus luchas tribunicias y de la plaza pú-
bliea Hegaron á estar alistadas la geóeralidad de las clases ricas y
medias, y partes muy considerables de las masas. ~n las princi-
pales ciudades estasperteneeian al partido exaltado y al republi-
cano. La mayor parte de )a juventud de las clases aeomodadas y
media8 llena de ambicion y rechazada por los viejos progresistas,
figuraba en la8 filas de 108 moderados, y lo! patriotas mas liberales
y desinteresados repartidos entre las tres fracciones¡de progresistas,
exaltados y republicanos, se odiaban, aeusándose reeiprocamente del
triunfo de Ja reaeeiOD.


. V.


Once afios de proseripcion fueron necesarios para refundir en una
las dos fracciones progresistas, fusion á que contribuyeron eficaz-
mente los progresos que hicieron en la. opiDion pública los princi-
pios democráticos. Gracias á estos progresos el partido pr{!gresista
vió cada dia reducirse el número de sus adeptos, y la gran mayoria
de la juventud que entraba en la vida poHtica lo hacia por las puer·
tas de la democracia.


Los constitucionales moderados que en 1837 se dieron por con-
teltos con la Constitucion reformada por los progresistas, la destru-
yeron en cuanto fuerOD duefios del poder y crearon la de 1845, re-
formando en el mismo sentido las leyes de Ayuntamientos y Dipu-
taciones provinciales, y desarmando la milicia nacional, institu-
cioneg á que el partido progresista debió el poder.


Pero los moderados, como los progresistas, se dividieron apenas
obtuvieron el mando. Mientras una parte de ellos retrocedia, otra,


. que tomó la denominaeion de puritatla, se inclinó hácia adelante, y
aunque como rápido meléoro, pasó un momento por el poder. Y no
tardó mucho tiempo en formarse otra fraceion que pretendió ir atrás
como los puritanos hácia adelante, y que tambien ocupó el poder,
aunque sin atreverse á llevar á cabo las reformas anlí-Iiberales que
le servian de bandera.


y hé aquf á la fraccion monárquico-constitucional moderada di-
vidida S8 tres grupos que despues se llamaron partidos, bajo las




DEL ULTIHO BORBON »E ESP.l~A.. 130S
denominaciones de moderados históricos, neo-católicos y union li-
beral.


VI.


Der mismo modo que en 1843 la lucha entre las dos lfraccioMs
progresistas dió elftriunfo á los moderados, en 185' la de las frac-
ciones moderadas dió el triunfo á los progresistas. El combate pasó
del parlamento á la plaza pública, y el pueblo tomando:parte en la
querella ~e los partidos doctrinarios, trasformó en batalla deliber-
tad la que era de ambiciono Pero como el ge!leral O' DonneH, Jos·mo·
derados revolucionarios de 18540 sobrenadaron en la tormenta re-
volueionaria, progresistas y moderados se encontraron sin saber
como, unidos en ~I poder, y por af'íadidura eon la democrasia ven-
cedora tambien mezclada con ellos para complemento de confusion.


Los progresistas volvieron entonces á dividirse lo mismo que los
moderados.


La mayoría parlamentaria se compuso en las córtes constituyen-
tes de Jos moderados que seguían á O' Donnell y de los progresis-
tas que rodeaban á Espartero; pero gran número de progresistas
condenaron esta. union, y formaron la. izquierda, así como Jos mo-
derados la. derecha, y una minoría. republicana que votó contra el
trono, ocupó los escalios de la extrema izquierda.


¡Cuán léjos estaban estas cuair!) fracciones llarlamentarias de la
composicion de los partidos que inauguraron el sistema del parla-
mento en EspaDa!


VII.


La fraccion mas reaccionaria, que apenas contaba una docena de
votos, no pedia Y8¡, como los setenta persaa de 1854, el restable-
cimien lo puro y sim pIe del sistema absol uto. Su dogma era la CODS-
tilucion de 1845.


La mayoría. compuesta de los moderados y progresistas del cen-
tro parlamentario, hizo la constítucioD de 1856, que no llegó á Da-
cer, y que, aunque mucho menos radical que la de 181!, era mas
liberal que la de 1837, obra exclusÍva de los progresistas. Y me-




130' HISTORIA DEL REINADO.
nos en la cnestion del trono, la numerosa izquierda progresista va·
tó con la democracia todas las reformas radicales que esta propuso ..
y por primera vez se vió en un parlamento espallol á veinte y un
diputados votar nominalmente por la abolicion del trono.


El abandono del poder que-biza expontáneameote Espartero des-
truyó aquella situacion, que O' Donnell, obligado á batirse contra
los que hasta entonces lo sostuvieron, no pudo ya conservar, sien-
do ocasion de nuevos cambios y trasformaciones.en la organizaeion
de los partidos reaccionarios y liberales.


VIII.


La Union liberal se reformó, y como la desorganizacion de. los
moderados de 1854. era todavia tan reciente,. ni ellos ni los neo-ca-
tólicos pudieron crear un gobierno sólido, teniendo que dejar el
puesto á la Union liberal que lo ocupó durante cinco afios conse-
cutins.


Durante este periodo se operó en el .sano del bando progresista la
JIfas importante de las evoluciones que hasta ahora sufriera este
~rtido. Cansados de no sabir al poder mas que revolucionaria-
meGte, los pro¡resistas han concluido por volver la espalda' la
Qlisma causa que antes defendieron contra los carlislas y los demo-
eratas.


El ideal que paro ce aspirao • realizar los progresistas es la oDion
ibérita que creen posible bajo el cetro de la casa de Braganza, , 1.
cual suponen que )015 ingleses devolverian Gibraltar, con lo que
volveria á ondear una sola bandera é imperar un solo gobiaroo ea
toda la Penfoiula.


VIII.


Figuran como demócratas UDa poreion de progresistas que con-
sideran cosa secundaria la forma de gobierno, y que estáD siempre
dispuestos a transigir can UDa monarquía liberal, Estos son los mo-
derados de la democracia, el género ambiguo entre esta y los pro-
gresistas. en cuyas ftlas deberian en realidad figurar.


Los republicanos propiamente dichos dan gran importancia á la




DEL ULTIMO BOllBON DE ESPAÑA. 1305
forma de gobierno, afirmaudo que si el poder ejecutivo no es elec-
tivo, no hay medio de garantizar la soberanía nacional. Pero aun
estos mismos republicanos están divididos en individualistas y so-
cialistas, aunque esto no sea mas que en lo que se refiere á las atri-
buciones del Estado que los individualistas quieren anular, y á las
que los socialistas dan gran importancia y extension.


Estas divisiones van todavia mas allll, puesto que los mismos
socialistas están di vid idos. Unos no creen en la posibilidad de las


• reformas sociales sino por la accion directa del Estado, otros creen
que la renovacion social ha de partir de la accion individual y que
resultará de la aplicacion libre, expontánea del principio de asocia-
cion á las diferentes ruedas de la economía doméstica y social, ósea
del consumo, de la produccion y del cambio. Y otros, por último,
forman UDa escuela mixta entre estos dos extremos, diciendo que
el Estado 80 solo no debe servir de estorbo, sino cooperar á esta
traosformacion di la organizaeion económica de la sociedad.




CAPITULO CLXXXIX


SUMARIO.


QU¡ quieren y á donde van los, progresistas españoles gabernanles en la actualidad.
-No lo sahen.-Males que causan con sus conlemporizaciones.-La inlerenidad en
que han sumergido la España, es su propia ruina y la de la nacion.-Ya es hora
~,de que despierten de su letargo los progresistas.


l.


Tal era la situacion de los partidos poHticos en Espana antes de
la revolucion de setiembre; tal podríamos decir que es todavfa to-
cante á la mayor parte de los partidos y especialmente del partida
progresista que con su «manana mas que hoy. parece que nos
quieren dar ~ entender que siguen aquel lema en sentido retrógrado;
pues no solo es el partido que nunca escarmien fa, que nunca
conoce lo que conviene á la nacion y hasta lo que le conviene á él
para sostenerse en el poder, sino que ha sido desde que naciera
basta hoy el obstáculo mas fuerte del verdadero progreso político
y social, es el fuerte dique que cuando se echa á correr el torrente
revolucionario, se opone á su paso y paraliza su curso.


Pero sepamos ¿qué quieren boy los progresistas espaftoles? ¿Quie-
ren que la revolucion siga su marcha? ¿quieren que retroceda.?
¿quieren reconstruir el gobierno de la nacion~ 6quieren imponeruos
un rey? ¿tieaen· un proyecto formado y resuelto, un ~plan decididot
¿saben á donde van? No saben lo que quieren, ni á donde van.




DEL ULTIMO MUBON DE ESPAÑA. 1867


11.


Los progresistas, esto es, los hombres de la revolocion no sa-
ben, repetimos, lo que quieren, ni saben á que plan obedecen ni
adonde van. Esto que tal vez parecerá duro é injurioso á los pro-
greliistas es la pura verdad; ,y no somos nosotros quien lo dice,
nosotros no hacemos mas que repetir las palabras que han proferi-
do los hombres que han fijado la atencion en Espana desde el acon-
tecimiento grande del 68. jQué espevláculo les h 'ibeis dado tan poco
favorable á la dignidad espanola!


Sf, los progresistas DO saben lo que quieren, ni á donde van.
Duelios del po1er y teniendo á su frente el hombre mas importante
de la situacion poHtiea, van á remolque de su jefe y del militaris-
mo, quienes á su vez úbran supeditados por la polítiea de los unio-
nistas ó sea de los verdaderos retr"ógrados de la polftica actual.


Como siempre, los progresistas hao hecho la revolllcion de se-
tiembre derrocando un trono y una dinastia secular á costa de infi-
nitos ~acrificios y penalidades, para venir á parar en presentarse
ante el mundo como el juguete de los que tantas veces se han ser-
vido de ellos para sus mIras ambiciosas, para Juego despues arran·
earles de las manos el poder, la gloria y el fruto de tan tos arios de
trabajo y lucha.


¿De qoo nos serviria entrar en algunos periodos de la historia del
partido progresista si todo .el mundo, tanto en Espana como fnera
de el1a, conoce sus torpezas, su candide~ y sabe que si es instruido,
sagaz y experto pira promover las revoluciones, es en cambio muy
ignorante para reconstituir, gobernar y dirigir la marcha de los ne·
gocios~


111.


Despues de la revolucion todo el mundo ha visto, todo el mundo
menos los progresistas, que estos seguian siendo ellndibrio de los
partidos retrógados.


En la misma enestion de las candidaturas para el trono de Es-
palla, prescindiendo de las ridiculeces que han cometido y de las




1308 HISTORIA DIL REOtADO.
posiciones falsas en que se han colocado, ¿quién juzgue las cosas
con sano criterio no ve con evidencia que los unionista. les han be-
cho dar todos los pasos torpes que han dado? ¿Cómo no vieron al
intentar que Fernando de Coburgo se calzase con la corona de Es-
pana, que los unionistas les habian preparado el terreno para ba-
cerlos resbalar y caer ante la neg~tiva que estos mismos tal vez ha-
bian formulado?


¿De dónde provienen tantas vacilaciones como en so poJítica de-
muestran cada dia los progresistas? De su ~falta de plan, de su fal-
ta de firmeza, de su falta de principios sólidos en que poder afian-
zar las instituciones liberales que proclaman y defienden. Y si 88 nos
replica que tales principios no les faltan, les diremos entonces que
no eoncebimos como teniendo elementos para edificar el monumen-
to que seria su gloria no reconstruyen e\ edificio politico y definiti-
vo de la nacion cuya perentoria necesidad es tan patente á los ojos
.1e todos.


Su mal mas deplorable está en ser un partido contemporizador
y timorato, que por temor de disgustar á una camarilla que no re-
presenta ninguna aspiracion popular, niDgun progreso real, se alla-
na y rinde ante todas las oposiciones que ]e presenta, y que si no
es tan docil para sujetarse á su voluntad, no quiere contrariarle
abiertamente, y que desafiando la opinion pública, disgustando á
laa fuerz3S vivas de la nacion, oponiendose á la marcha progresiva
de la humanidad, arrostrando la impopularidad que con sus torpe-
zas se crean, arrastrando una vida impotente, UDa vida inactiva, UDa
vida sin vida, no quieren inclinarse al lado del pueblo que seria su
mayor sosten en los dias de gobierno como lo ha sido en los días de
prueba, en los díáS de lucha.


IV.


Casi ereeriamos que á los progresistas espaftoles se les ha ofus-
cado el entendimiento cuando vemos que no hacen el esfuerzo que
debieran para salir de la interinidad que es la mengua de Espai'ia, el
oprobio de sus gobernantes, la atonta social y política y la miseria
del pueblo, ó que no saben que una revolucion no consiste en un
levantamiento estéril pa:ra el bien y productor de males sin ~cuentOt
que no consiste en el cambio de personas y no de cosas, sino que




DEL lILTIMO BORBON DI ESPAÑA.. 1309
consiste en un cambio radical de cosas, en UDa reforma ámplia y
completa en lo posible de los abusos que l'xistian en la situacion
que se ha querido derrocar.


y dejalldo subsisteBte el mismo estado de cosas, iS decir, para
que DOS entendamos mejor, proclamando la monarquía igual ó
poco diferente pero que andando el tiempo vendria á ser igual
á la que existia antes de la revolucion de setiembre de 1868,
.f een los. progresistas merecer el verdadero nombre de revolu-
cionarios? No, Digan que han hecho un pronunciamiento y estarán
acertaJos; digan que han querido vengarse de una dinastia que los
insultó, los castigó, los abofetee) y escupió al rostro, para venir á
parar á las manos de otro monarca que tal vez los trataria peor y
que como la ex-reina Isabel, los mandaria á pasear á penas se viera
con~olidado en al poder y apoyado en el milita.rismo y la clerigalla,
porque pronto conocerla el nuevo rey que en Espaiia son (por des-
~'t\\C\\\) ~\ ~lf-'tC\\~ 1 ~\ ~\el() U{)S \\u"K.\.\\í.\ns ~~U~l~%~S -p\\l\\ \a \\\1\-
bicion !fe los magnates que gobiernan y el instrumento que mas
marHriza y esclaviza al pueblo.


v.


¿De qué les ha servido á los progresistas apoderarse tantas veces
de las riendas del Estado, sino para demostrar que como hombres
de gobierno· son impotentes para consolidar una forma gubernativa;
porque sus principios no satisracen á los partidos retrogrados, Di
agradan á las masas qne ,1u¡eren el verdadero progreso y la eman ..
cipacion de la tutela en que siempre los han tenido los monárqui-
cos progresistas~


Mientras no cambien de política, mientras no comprendan ó no
quieran comprender que la libertad no puede hermanarse con la
ambicion del que le tiene mejor cuenta la esclavitud de los otros
como la tiene el soberano de una nacion con respeto á sus vasallos;
mientras no pongan en práctica los principios que pueden asegu-
rarles el triunro de la libertad, siempre caerán en los mismos erro-
res, siempre cometerán las mismas torpezas, siempre serán el es-
carnio de los hombres pensadores y poHtieos de todas las nacio-
nes.




uuo IllnORIA' DEt REINADO


VI.


Levantense, pues, del letargo en que yaeen proclamando la r.e-
pública que: es la única (orma de'gobieroo digna en la actualidadick
OótQn&r la revolucion de setiembre del ano 1868, hagan que el le-
vantamiento que les ha dado el poder sea una gran revolucion y no
un miserable é infrucllloso pronunciamiento, consagrando los princi-
pios verdaderamente democráticos sin andarse ahora en cOntempla-
ciones que tal vez manana les perderán. Porque Jos progresistas no
comprenden quizás que en la Constituciol1 que han votado, se en-
cierran las aspiraciones de todos los 'partidos retrógrados, en tanto
que las reformas radicales se encuen tran en eBa expuestas é todos los
obstáculos que la reaccion de hoy óde maríaoa pueda presental'. Al-
gUDOS articulos de la CODstitucion actual esparíala se prestan á varias
interpretaciones favorables á Jos enemigosdel progreso yde la re·
volucioH I y si necesitásemos citar alguno solo diriamos que es pre-
fprible recordar cuantas veces ha sido vif)lada desde su proclamacion,
SiD que portal infraccion se haya impuesto el menor castigo ó cor-
rectivo á los infractores mas ó menos poderosostmas ó menos ami-
gos de los~gobernaDtes.


VII.


Con la monarquia. Espafía será siempre pequefia; con la repúbli·
ca será grande; con la monai'qufa no podrán menos de hacerse im-
populares los progresistas, porque hasta sus mas solemnes y for-
males promesas como la abolicion de quintas por ejemplo, no po-
drán oumplirlas, y ¡ay del partido que cuando está en el poder en-
gana tan miserablemente al pueblo! no podrá contar con el apoyo
de este en los dias que puedan ocurrir de grandes apuros.


y además, los partidos que se sostienen mucho tiempo en el poder
han de ser muy populare~ de lo contrario, á pesar de los ejércitos,
á :pesar de los elementos y recursos de todas clases sucumben por-
que les falta lo principal, se desploma el edificio que han levantado
á costa de i.nprobos trabajos, penas y afanes, al menor soplo del




DEL UurlMOBOllBON DE ·ESPAÑA. 1811
hurac~D, ;pues el edificio carece de sólidos cimieBtos porque ¡De
está fundado en el pueblo.


Con la monarqufa, decimos, los progresistas gobernantes serán
los hombres de siempre, :Ios cándidos tradicionales, los vocingleros
de la ,lib~rlad que .. ola saben·compreoder;masque en las notasqne
l~za el himn9 de Riego; con la república serán los 'verdaderos
hombres del progreso, los hombres á quienes Hspatia deberá su fe-
licidadlevantándola df)l es lado de postraeion ,y 'miseria oonstantey
terrible en que se halla; estado del ,que es preciso salir á toda cos ..
la y cuanto antes sino queremos vernos sumidos en la .bancarrota
que cada dia nos amenazo. mas de oorca como lo sabe .muy bien el
aptual ministro de Hacienda y como lo sabentod08 los lespanoles
algo enterados de la marcha de los negocios nacionales poltticos y
financieros.


VIII.


Todo esto 10 ven los progresistas palmariamente, porque seria me·
nester estar enteramente ciegos para no verlo, y ¿aun querrán pro-
seguir el estado actual de cosas, aun no querrán acudir al remedio
del enfermo que muere de atonfa I de consuDcion, por no querer
hacer un' honroso y noble esruerzo que las sociedades actuales y fu-
turas aplaudirían sinceramente~ ¿Vacilan tal vez por temor de que
el pueblo espafiol sea tan turbulento y por lo tanto indigno de los
derechos que con la forma democrática tendria? Devanézcase en
ellos semejante preocupacion. El pueblo espai10l está á la altura de
los pueblos mas morigerados y cultos de Europa y América en cuan·
to á ser amigo del órden y de la :prosperidad de la nacíon, porque
comprende que á él mas que á las clases acomodadas le conviene la
paz y buen gobierno, porque'con ellos puede vivir y progresar y
prosperar y cultivar su"inteligencia, así como comprende que con el
desórdeo y 81 mal gobierno se ve upuesto á la mas espantosa miseria
y uclavitud,


IX.


Hoy que la Francia ha derrocado su emperador ylla proclamado




13l! HISTORIA DEL RIINADO
la forma republicana conviene que Espana se una fraternalmente
con ella, si no quiere esponerse á contemplarse sola y abandonada
de todas las demás oaciones. Hoy vemos que la raza latiDa debe
marchar por un mismo sendero para ser fuerte y libre y poder con-
trarrestar á las naciones poderosas que tarde ó temprano si nos en-
cuentran divididos nos irán absorviendo Ó DOS sujetarán á su carro
triunfal, para que podamos marchar al freote de los pueblos civili-
zados de Europa. En Francia la monarquia ha sido su ruinll, la
república hubiera sido su pujanza. En Espalia sucederá lo mismo
si nos implantamos la monarquía, porque la division qué hoy exis-
te en los partidos será IDas gragde y deplorable cuando DOS mande
un rey que procurará atraerse la fraccion ó las fracciones que sean
mas favorables á sus miras, creando asi las rivalidades políticas y
la animosidad y el enCODO de los partidos, puesto que no es nece-
sario hacer aquí presente que los monarcas reinan mejor en un pais
dividido que en un pais unido que puede echarle fuera del trono al
menor ultraje que haga á los derechos del ciudadano. En una mo-
narqufa el rey pega un puntapié al primer ministro, este lo da á los
jefes de los ramos de la administraeion, quienes á su vez lo dan á
sus subalternos y as! sucesivamente hasta la última grada social,
produciendo esta reaecion las animosidades y rencores de castas y
clases. As! comprendemos que subsista la monarquia. En un pais
que se UDan y fraternicen todas las clases ó partidos, que casi siem-
pre son sinónimos clase ó par tido, el reyes imposible.


x.


Quisiéramos que los progresistas lo comprendiesen 8sf y procu-
rasen que la memoria del eoronamiento de la revolucion de setiem-
bre de 1868 llenase UDa página gloriosa de nuestra historia y no
fuese UD padron de igaominia para nosotros y nuestros hijos y un
baldon para todos los espanoles ante los extraDos que DOS acosarian
de haber sido la e8usa de los males que nos sobrevendrian, si los
progresistas continuasen su política ... ibamos á decir acomodaticia
si no bubiésemos temido insultar los que de buena fe quieren el
bien de su patria_


La interinidad, ya lo hemos indicado, I~OS matará si prosigue; la
an . ¡ufa seria nuestra desgracia, y solamente la república puede




DEl. ULTIMO BORBON DE ISPAÑA.. 1313
alzar á Espalla de la postracion y miseria en que se encuentra su-
mida.


Tal es la opinion de los hombres sensatos;. y aun entre los mis-
mos progresistas muchos, muchisimos son los que abrigan la pro-
funda conviccion de que á la alturá que han llegado las cosas es
imposible pararse ó retroceder: solamente se puede ir adelante y este
adelante no puede darle mas que la forma de gobierno que tantas
veces hemol repetido, la república democrática federal.





C#\PíTULO 'exc·


SUMARIO.


.


Lo! unionistas ya nos habrian dado un rey si la monarquía fuese hoy posible en Es-
paña.-Ellos arrastran á los progresistas.-Inutilidad de los esfuerzos que hacen
los monárquicos para imponernos un rey.


I.


Si la monarquía fuese posible en EspaDa despues de la revolu-
cion de setiembre, es probable que habría mas de un ano quizás
que ya la tendrfamos proclamada y consolidada. Pues 6' quien no
se le ocurre pensar que el partido casi mas retrógrado, el partido
de la diplomacia mas refinada de EspaDa, que con sus intrigas ha
sostenído todos los gobiernos reaccionarios, habria encontrado un
principe de sangre real, de sangre de reyes para regalarle nada me-
nos que el trono espanol~.EIIos, los que mas aborrecen la revoluclon
de setiembre, habrian logrado con sus cábalas, intrigas y manejos
restablecer la monarquía, asf como han arrastrado al partido pro-
gresista para que no solo la proclamase ~n el código fundamental de
la nacion, sino que aun antes de que se pensara en la eleccion de
los representantes del pueblo la proclamó en su programa de go-
bierno.


Donde no hay rey no hay reinado; donde no hay monarca no hay
monarquia: y que DO lo hay para Espana lo sabrá muy bien el par-




IIL UL'IUlO B9.011 DI BSPAftA. UUO
\ido á quien mas interesa tener la pantalla del rey para á sU, som-
bra resucitar los derechos y privilegios ea perjuicio de los goberna-
dOl', los; odios y reacores de cJales con ros cuales reinan mejor. El
está mas que nadie empeliado é interesado en destruir la Rev()lu-
cion de setiembret y 0,0 habiéndolo podido á nombre de un Borban
terminantemente excluido por todos los espanales, habri3n dirigido
las miradas á otros personajes si hubiesen vilto probabilidades de
buen éxito.


11.


Pero por fortuDa. no han visto modo de reconstruir el pasado, y
aunque lo hubiesen visto, la misma desunjon que entre ellos se ha
verificado impediriales llevar su plan adelante. Sí, este partido se
ha dividido en varios grupes que quieren todos lo mismo, pero por
distintos medios; todos quieren destruir la obra revolucionaria, pero
los unos con el duque de Montpensier, los otros con la ex-reina Isa-
bel, los otros con el principe Alfonso y los otros con no sabemos
quien.


El único, empero, de estos .grupos que elJ algo numeroso es el
montpensierista que ba conseguido atraerse algunos elementos pro-
gresistas, si bien su nueleo y su mayor número lo forman loshom-
bres de la union liberal.


Este partido 88 el que arrastra y Heva á remolque al partido pro-
,resista, lo mismo ahora que en todos tiempos, porque todas las
grandes cosas que ha lmeho el partido progresista han consistido
siempre en remover y derrocar los poderes públicos para ponersl
llego á mer.ed del partido moderado ó d. la union liberal.


1lI.


Y.a onion liberal ha sido y es en Espai'ia la fraccion mas perni-
ciosa para los espanoles" puesto que con las influeneias y elementos
1Jue tiene, ha procurado y procura siempre aferrarle al poder que
mejor utisfaoe sus miras y .mbicion~s sin importársele nada des-
truirlo que:ayerconstruyó y reprobar Jo que poco antes lancinara
Ó proclamara. Lo mismo le h. importado ametrallar las cortes




lS1& aSTORIA DEL REINADO
constituyentes que ella formara ó hiciera formar, que anular las
aetas y leyes que ella habia decretado.


Si se nos permitiera, diríamos que los unionistas constituyen el
partido del egoismo poHtico; pero por (ortuna no cuentan con el
apoyo material ni moral del pueblo, pues de lo contrario serian la
rémora mas poderosa de] progreso poJitico y social.


Sin embargo, es tal la desunion que reina hoy entre la union li-
beral, que no esperamos mas vida para ella que la que tienen los
pobres carlistas. Y téngase en cuenta que calculamos las riquezas y
la influencia de que disponen los prohombres de ]a union liberal,
riquezas -é influencia que en la corrupcíon del reinado anterior les
proporcionaban todos los medíos para ser siempre dueños del poder
tanto cuando era suyo el ministerio como cuando era de los pro-
gresistas .


IV.


Hoy son los unionistas Jos que mas obstinados están en la idea de
imponer un rey á la nacion española pero no lo lograrán porque
las escisiones que se han operado entre ellos desde el ano 1868 no
les prestan la fuerza de que siempre habian dispuesto. '


Muchos de ellos han aconsejado al gobierno del regente Serrano
la duracion de la 'interinidad para que con el trascurso del tiempo
pudieran en medio de la calma que produce el cansancio en el pue-
blo instituir un poder que secundase sus ambiciosas miras. Mas no
debemos culpar á los unionistas únicamente de haber aconsejado
dicha duracion, sino que tambien la han aconsejado muchos pro-
gresistas y principalmente el célebre progresista sellar Olózaga,
quien desde Paris parecia ]a veleta de las voluntades del césar fran-
cés que por la gracia de Dios ha dejado de regir los destinos de uno
de los mas grandes pueblos de la tierra. Sí, Napoleon ex-emperador
de los franceses, el cobarde prisionero de los prusianos en la guer-
ra actual, era el hombre que conseguia de Olózaga hacerle aconse-
jar á los gobernantes de ,Espana la interinidad para ir ganando tiem-
po y preparar el terreno para UDa restauracion ó para elevar al trono
de Espalla al ex-príncipe de Asturias, con lo cual habria logrado
tener una potencia amiga (oficialmente) á sus espaldas en una época




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 1317
en que todas las naciones parecian volverle el rostro para amena ..
zarle ó la espalda para despreciarle.


V.'


A pesar de que la interinidad actual es la ruina, es la muerte de
la nacion, tal estado de cosas ha. subsistido y subsiste todavía á des-
pecho del pueblo que está muriendo de consuncion y de hambre sin
q¡¡e por esto se levante enfurecido á destruir y aplastar á sus se-
liores que en vez de procurarle que salga luego de la miseria en
que le dejaron los gobiernos anteriores, continua sumergiéndole en
ella, mas, mas y mas cada dia hasta el punto de que es inminente
una viva explosion social. Nunca desde muchos alios á esta parte se
ha visto el pueblo trabajador en tan precaria situacion. Pero ,tal vez
las (xcisiones que se han verificado en el seno de la union liberal
nos darán el bien que tanto deseamos y que los unionistas no han
querido dar.


VI.


»Estas distintas fracciones, dice nuestro correligionario Federico
Carlos' BeUran, se haJIan en la asamblea en proporcion inversa á la
que ocupan los candidatos por las simpatfas que excitan en el pais;
porque, ciertamente, ellos quieren una monarquia formal, un rey con
atributos esenciales, sin constituciones farisaicas; los carlistas, ape-
nas notados en la asamblea, hallan en las provincias atrasadas nu-
merosos partidarios, mientras que Montpensier y cualquier otro
candidato extranjero tiene frente á si al pais, carlistas, alfonsinos,
esparleristas y repuhlicanos.


»Ahora bien; queremos suponer que todos los partidarios de la
monarquía absoluta, constitucional, democrática, lleguen á com-
poner en el pais tres quintas partes del numeroso total de ciudada-
nos: como cada cual sostiene su candidato con furi~so empelio, y
odia irreconciliablemente á los otros, ¿quién podrá reunir el núme-
ro suficiente de votos si se acudiera al sistema plebiscitario, que al-
gunos proponen, vista la imposibilidad moral y material en que se
halla la asamblea para elegir un rej?


TOllO 1Il. 16'




1318 II1ST(\RlA DrL RElNADO
»Renuncieo, pues, todos á su propósito; porque ante la enérgica


actitud del partido republicano fed~ral, y cuando el candidato ver-
daderamente constitucional dentro del criterio de las actuales cons-
tituyentes, Espartero, es el único que podria reunir mayor número
de sufragios entre los que quieren la consolidacion del sistema libe-
ral, seria ocioso y hasta ridículo oponerse á la lógica de los suce-
sos y mantener el artículo 33 de la constitucion que contradice y
repugna y violenta el espiritu que domina en el titulo primero del
código fundamental. Seria, sin duda, ridiculo y pueril que no se
desenvolviese ya en toda su magnificencia la bandera levantada pQl'
los constituyentes de Cádiz. con tanto vigor y entusiasmo sostenida
por los insignes patricios que han venido consagrando al pueblo una
vida de sacrificios.


»¿Por qué vosotros, los que os llamais amigos del ilustre pacifi-
cador de Vergara, quereis exponerle á un periodo de amarguras y
de decepciones, de infructuosos combates, á las mil intrigas de la
diplomacia y de los partidos, cuando ya camina al ocaso de la vida
y puede perder en una hora los títulos que conserva al aprecio y á
la estimacion del pueblo~ ¿Porqué poner en lucha sus sentimientos
que cODoceis, su carirío á la familia proscrita, con sus deberes y sus
afecciones hacia el pueblo~ Sabeis la historia de 1854: ¿teneis aca-
so menos enemigos de su honra y de su fama? ¿~on menos cons-
tantes y menos osados los que conspiran contra las libertades pú-
~~~ .


»Y vosotros hombres de Vicálvaro; dr,spues de esta última decep-
sioD; des pues de que la asamblea, como el pais, os ha mostrado qu~
es imposible la elevaeion del personaje á quien rendiais culto, 6per·
sistireis en vuestro propósito de mantener la monarquia, esa mo-
narquía democrática que hipócritamente aceptásteis, y' os atrevereis
á llevar las cuestiones á otro terreno, donde recibiríais un horrible
y sangriento desengano? Si conservais aun el patriotismo que tanto
decantasteis; si quereis hacer un gran servicio á las clases conser-
vadoras, aceptad la fatalidad de los acontecimientos, y renunciad
para siempre á ese propósito que perseguisteis con tanto emperío.


»La monarquía es imposible. Queda el religro de la dictadura,
y tras ella la revolucion sangrienta, la catástrofe de las catástrofes.


»Aceptad, pues, la república federal. Ella da derechos á todos; to-
dos tendremos en ella, por la práctica y el ejercicio de esos derechos,
el medio de defender nuestros intereses, realizando tranquilamente,




DEL l1LTlMO BORBON DB ESPAÑA. 1319
sin vaivenes ni revoluciones, el progreso tranquilo, la trasforma-
cion de las im:tituciones sociales, para que sea una verdad la justicia
'Y lleguemos á la armonía de todos los intereses en el seno de una
sociedad perfecta, donde la libertad 'Y el órden se realizan por la vo·
Juntad de todos. .


»i Adelante, adelantel tengamos la fe y ]a perseverancia; y puesto
que el terreno está desembarazado, dispongámonos á proseguir y
completar la revolucion iniciada en setiembre.» •


El partido de la Union libera] tIene todavía muchos elementos pa-
ra contrarestar por uo momento el carro prodigioso del progreso
político y social: paro los ábusus que ha cometido, las exacciones
que ha practicado y el rencor que han inspirado á las masas con-
tra las clases superiores, rencor que cada día va perdiendo en in-
tensidad, serán los alOtes que les cruzarán la espalda 'Y los arro-
jarán del templo que profanan desde tantos anos.




CAPITULO CXCI·


SUMARIO.


Los carlistas.-Su afan guerrero y religioso.-EI partido teócrata no debiera merecer
mas que el desprecio.-Infinidad de levantamientos que han hecho.-Despues de
la revolucion de setiembre se han sublevado en su empl'ño de hacernos felices en
el otro mundo si desdichados en este.-Su historia primitiva.


L


¿Podriamos pasar en silencio ~ los guerreros y bravucones amigos
del Térso y de todos los reyes Carlos que no han podido reinar en
ninguna in sula barataria siquiera? No sefior; algo tenemos- que de-
cir de tan santa gente.


Decimos santa porque como siempre han luchado para defender
á su Dios (cuán poco vale Dios segun ellos) y su santa gloria, jus-
to es que Dios les dé un cacho de esa gloria que defienden y á la
cual quisieran llevarnos á todos los liberales que segun ellos mar-
chamos derechitos al infierno. •


El partido carlista tan valiente y católico como siempre, estaria
dando el espectáculo mas divertido á los ojos de propios yextrafios,
si uno pudiera ponerse de buen humor al ver á unos hombres ra-
biosos que so pretesto de religion y en nombre del dios de paz se
levantan cada dia arma en mano contra los poderes constituidos de
la nacion, dando con tales luchas p~bulo á que los pueblos extran-




DEL UTTIMO BORlSON DE ESPAÑA. lB!l
jeros nos desprecien t y alegría á la muerte que por causa de ello!
hace con mucha frecuencia numerosas presas.


y la clerigalla y los sacristanes y los soldados que se sacri6can
por la reIi~ion no escarmientan; cada día se muestran mas obstina-
dos en defender unas ideas que no soo de nuestros tiempos, y lo
mismo coje algun sacerdote la hoslia cons~grada que un trabuco de
buen calibre para ir á predicar ..• la guerra y el exterminio .de los
condenados liberales.


«


Ji.


El partido carlista no mereciera mas que el desprecio y el sar-
casmo, si con sus bravatas no contribuyera á aumentar la mala si-
tuacioa ea que está nuestra pobre pa tiia , perjudicando intereses de
gran cuantía, y encendiendo la guerra civil en nuestro pais.


Mas no nos sorprende tanto el comportamiento de los carlistas
como las contemplacior.es con que el gobierno Jos trata. 6Dfl qué le
sirve arrancar del sudor del pueblo una crecida conlribucion para
el culto y clero, sino para mantener á los enemigos de toda luz y
progreso, de toda libertad y emaDcipacion, dándoles medios para
comprar armas y municiones de guerra~ El gobierno es mas cul-
pable que los carlistas en las intentonas y bravatas de estos; ya que
no les quita los muchos millones por medio de los cuales pueden
hacerle la guerra en vez de predicar la paz.


IU.


Los teócratas creen que todavía son temibles y temidos en Espa-
na; y su mayor argumento estriba ell que si el gobierno no les te-
miese no les daria Jos millones que percib~. millones que segun ellos
se les.deben y mucbo ~8S, por habérseles robado, dicen, Jos bienes
que poseian.


Ya no recordamos el numero de los levantamientos que desde
1833 ba verjficado el carJjsmo en EspaDa; y no sabemos como su
Dios de las batallas no se ha dignado ayudarles en tantas veces co-




13!! HISTORIA DEL REINA.nO
mo han empufiado los carlistas las armas para honra y gloria de
aquel Dios. .


Sin contar la guerra llamada de los siete arios en que llegaron á
ser tan poderosos, y en la cual tanto los favorecia el fanatis-
mo é i~norancia de las masas, prínciJialmente de las aldeas y
cortijos, las lucha~ en que se han empenado les han dado funestos
resultados, bien que si la suerte de las armas les ha sido siempre
adversa porque Lasla Dios ayuda á los suyos cuando los contrarios
son menos, no les ha sucedido lo mismo en las luchas de la corte
de la ex-¡eina en donde habían llegado á tener tal influjo, que si no
hubiese venido la reví)lucion del 68, hoy tendríamos illvadidas todas
las ramas de la sociedad por esa polilla que se llama teocracia.


IV.


Los teóóratas tenian casi segura la influencia total en el gobierno
ds Isabel y mas segura todavia la instruccion cuando estalló la re-
volucion en Cádiz el 18 de setiembre de dicbo ai'1o, mas ahora pede-
mos asegurar que aquellos tiempos dejaron de existir para ellos y
en vano se aferran ásus ideas como el amante que se abraza al ca-
dáver de una esposa querida.


La monarquia era para ellos una mina inagotable de poder y ri-
quezas, y el trono de Isabelll era para ellos la vaca de la leche que
los nutria admirablemente. Si en la actualidad DO comprenden que
su sistema está carcomido de arriba abajo, que desde el papa, que
los inspira, con su nuevo dogma de la infalibilidad, basta el último
sacristan, son antipáticos á todos los hombres sensatos y pensadores,
no se debe atribuir á su ignorancia, ni á su intolerante despotismo,
ni al afan y asíduo empeno da salvar á todos los mortales, sino á
su sed de mando, á la comodidad de su vida~ porque ningun ele-
mento social es tan amante del dolce far niente como el partido de
la cierigalla.


V.


Dos son los serios é importantes levantamientos (algun nombre
hemos de dar á la cosa) que han practicado desde la revolucion es-




DEL ULT1MO JORBON DE ESPAÑA, 13!3
panoJa, y con franqueza debernos decir que si la primera vez nos
inspiraron poco temor, esta, la actual, nos j¡¡spira dC'5'dcn. Y 10 sen-
timos vi\'am('nte por el bueno y IiberaIote Carlos va (¿do qué na-
CiOD?) que tifne tanto afan por mandar á un rebatí.o de obl:dientes
borregos que solo esperan su venida para sujetarse humilde y re-
signadamente á su cetia.


Mucho DOS sorprende, empero, que para contribuir á la gloria
de DIOS haya intentado valers~ del demonio ó habla~o en otros tér-
minos que para sentarse en el 'trono de los reyes católicos haya ido
á mendigar el favor en la corte de los czares de Rusia, y des pues en
la d6 los emperadores de Austria, al mismo tiempo que en su nom-
bre se verifica en Espa!'la la ret'olucwn por sus seldes que antes de
comenzar eran sin duda centenares de miles y cuyo número al em-
prender la campana se ha reducido á algunas centenas de parejas,
la mitad curas y la otra mitad sacristanes y mozos llevados á la
fuerza ó engafiados.


61gnoraba el Terso que el gabinete de San Petersburgo, era cis-
mático gri ego y por lo tanto condenado á las llamas eternas del
infierno? No lo creemos de su elevada instruccion, ni de sus estu-
di !)B religiosos.


VI.


Está visto que los carlistas de hoy han arrojado la máscara, y
quieren á toda costa el poder que se les ha caido para siempre de las
manos, y que ya no piensan en seducir con las sacrosafltas palabras
de religion y altar, sino que buscan medios mas elocuentes como
son subsidios pecuniarios y fuerza armada para sentar á su rey dig ....
no de ellos en el trono de los Fernantios y Recaredos.


No quieren persuadirse de que la revolucion espanola derri-
bó á Isabel 11 y hundió el trono de todos los Barbones en un abis-
mo insondable; y que mas que á Isabel arrancó del poder á los
teócratas que so pretexto de darnos la felicidad eterna quieren
hacernos sufrir en esta vida todos los martirios para disfrutar ellos
en cambio todos los placeres y delicias. Desengáftense si pueden; el
coronamiento tan decantado de la revolucion espariola no puede ser
la monarquía representada por don Carlos de Borbon y de Este~




13!.t HISTOau. DE!. REINADO.
podria serlo por la de otro príncipe cualesquiera; pero nunca, nun-
ca, nunca por la de dicho BorboD.


Mas tenga presente tambien que no puede pensar en aferrarse á
otra monarquía que por milagro de Dios ó de los gobernantes ac-
tuales pudiese sobreven irnos; porque tal monarquía no duraria ma.
que lo que dura un metéoro fugaz, que lo que dura una nube de
verano.


...


VII.


Si alguna vez hubo rebelion que pareciera tener probabiJidades
de éxito fué sin duda la carlista de 1833, porque la organizacioD
de este partido DO podia ser mas perfecta: organizado pública y se-
cretamente por medio de cofradías y hermandades que se reunian
so pretexto de religion con mas de 30,000 frailes en mas de 1,300
conventos que eran otros tantos focos de rebelion, con su influencia
de propietarios territoriales, el valor de cuyas bieles se contaba
por miles de millones, COD mas de 100,000 voluntarios realistas,
con inDumerables empleados, con la mayor parltl del clero secular,
cuyos bienes no representaban riqueza menor que la de los frailej,
y con los conocimientos, autoridad é influencia que dan diez alios
de mando, el monopolio de la iostruccion y de la educacion du-
rante tan largo periodo; tales eran Jos inmensos elementos con que
el partido carlista inauguraba, apenas muerto Fernando VII; una
lucha en que parecia que todas las probabilidades de triunfo es-
taban de su parte. Pero no impunemente se erige en deber de con-
Qienria el principio de obediencia pa siva Militares, clérigos, em-
pleados y ciudadanos que hubieran sostellido la causa de Don Car-
los, si el Rey le hubiera legaQo la corona, defendieron á Isabel 11
que representaba la legalidad, siquiera deplorasen que Cristina se
viese obligada á hacer concesiones á los liberales.


El advenimiento del sistema constitucional en 18 S i emanaba de
la corona, circunstancia que para muchos absolutistas bastaba á
legitimarlo, y la proteccion que á su hija le prestaron desde. que
inició las reformas liberales Francia é Inglaterra, contribuyó al po-
co eco que encontraron en los clases oficiales las primeras tentati-
vas carlistas. Verdad es que pasados los primeros momentos de




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 1325
firmado el tralado de la cuadruple alianza, Luis Felipe )0 consideró
como letra. muerla; pero el efeclo moral ya se habia producido, y la
actitud mas decidida de Inglaterra, que no solamente se contentó,
como la Francia, con dejar organizar una legion de voluntarios que
vinieran á defender el sistema constitucional, sÍno que dió al gobier-
no espafiol armas y municiones, mandó á las costas de Cantabria
sus buques de guerra, cuyas balas se cruzaron con las de los fac-
ciosos en San Sebastiao 1 Pasajes, Bilbao, Oriamundi y Artigarraga,
y sus soldados de marina, que desembaroaron para tomar par-
te en )a lucha, contrabalanceando el mal efecto que para la cau-
sa liberal producia el abandono casi manifiesto de el gobierno
francés. .


Luis Felipe no entró en la cuadruple alianza solamente por servir
los intereses de ,Isabel II y del CGIJstitucionalismo sino por oponerla
á la alianza ratificada entre las polencias del Norte, cuyos represen-
tautes se reunieron en Muchen Gratz en 1833, y por temor de que-
darse aislado, al ver que Inglatena, Espaíia y Portugal trataban de
uva alianza que, por ser triple en lugar de cuádruple no hubiera
sido menos eficaz para su objeto.


VI.


La revuelta carlista empezó :además bajo malos auspiCIOS. Don
Santos Ladron, primer general que)e puso al frente de la rebelion,
fué batido por d general Lorenzo en el primer encuentro, hecho
prisionero y fusilado.


Este primer contratiempo no impidió el acreceD :amiento y ge-
neralizacion de la guerra<civil especialmente en las Provincias Vas-
congadas, Navarra, Aragon y eataluíia; pero ]a tibieza de Martinez
de la Rosa que babia reemplazado á Zea Bermudez en el Ministerio,
su deseo de atraer en lugar de exterminar á los carlistas, alenta-
ron á estos que tomaron por debilidad la contemporizacioD del go-
bierno.


El desarme de l{)~ realistas, el armamento de la milicia que Mar.-
tinez de la Rosa llamó urbana pd'rque le ¡lareció demasiado revolu-
cionario el título de nacional, y otras medidas importantes, fueron
arrancadas al gobierno por la opinion pública.


liS




1326 HISTORIA DEL REINADO.
Aunque se jugaban sus intereses y la corona de su bija, bien


puede decirse que no fué Cristina ni su gobierno quienes sostuvie-
ron la guerra con mas intransigencia pam someter á Jos rebeldes;
Cristina y su hija, lo, mismo que don Carlos, no eran mas que sim-
bolos dados por las circunstancias á la gran lucha entre el absolu-
tismo y la libertad, entre la fe ciega y el libre exámen y entre la
barbarie y la civilizacion, cuya hJra habia llegado al fin para Es-
parla: Que la cuestion que se debatia en campos y plazas era mu-
cho mas de principios que dinástica, es COS1 innegable, y el acci-
dente de la cuestiOn de los fueros de las Provincias Vascongadas y
Navarra que se mezcló á la .CU€StiOIl dinástica, fué tambien en el
fondo CU'3stion de principios¡ aunque hábilmente explotada por la
aristú(;racia y el clero vascongado, verdaderos seriores feudales de
aquellos sencillos montañeses, á quienes hiciéron sublevar en nom-
bre de sus privilegios contra las libertades de toda la nacion y las
suyas propias.


El clero y los frailes fueron los reclutadores, los inspiradores, el
alma de la rebelion carlista.


VII.


El papa, nJ re':;úüociendü á Isabel n, retirando su nuncio en
cuanto murió el rey, contribuyó poderosamente á la rebelion de las
gentes de iglesia y de sus secuaces.
iCo~a triste y vergonzosa! Martinez de la Rosa para evitar el


rompimiento con el papa se convino á que en la investidura de los
obispos se suprimieran las cláusulas acostumbradas que indicaban
el reconocimiento de la reiDa Isabel; pero el papa se negó, insis-
tiendo en que la consagraeion de los bbispGS, sus relaciones con el
clero español implicarian el reconocimiento de la reina. El conde
de Toreno, que reemplazó á Martinez de la Rosa, indignado de
tanta humilIacion y bajeza dió al nuncio del papa sus pasaportes
con una enérgica protesta, en la cual declinaba la responsabilidad
de las funestas consecuencias que pudiera traer· para la religion ca-
tólica la conducta del papa. Entrometiéndose en nuestra política y
atacando la independencia de la nanion, el papa no queria recono-
cer á Isabel 1I, y sin embargo se habia apresurado á reoonocer la




UL ULTIMO JOB..BON »1 BSPAÑA. IB!7
independencia de nuestras colonias emancipadas, tratando coa los
,ohiernos republicanos que se habiaa formado en ellas, y no se
diga que las reformas liberales realizadas en Esparia fueron el mó-
vil de la política del pontínce romano; porque estil, como la rebe-
lion carlista, precedió á aquellas.


VIII.


No se crea sin embargo que el entredicho llegaba donde pudiera
perjudicar Jos interesel de la corte pontificia, no: el dinero espailol
no olia en Roma á ilegitimidad y herejía como Isabel 11, aquella
corte no reconocia al gobierno de Espana, pero si sus pesos duros
que eran muy bien recibidos en cambio de dispensas matrimoniales
y otros documen tos de la cancillería romana. El clero espanol debia
secundar á su jefe el papa; pero muchos clérigos prefirieron obe-
decer á la reina, que el papa consideraba ilegítima, quizá por no
correr los riesgos de la lucha contra el gobierno establecido. Otros
sftCerdotes, mas s:umisos á la política romana, trocaron sus comodida-
des por el trab:wo, y sirvieron á Ja causa de don Carlos con sus balas
y SUi bendiciones, como el obispo de Orihuela, companero de las
glorias, fatigas y fechorías de Cabrera, el padre Cirilo, arzobispo de
Cuba y el obis~o de Leon, ministros que fueron de don Carlos. Los
arzobispos de Tarragona y de Zaragoza y los obispos de Barbastro,
de Lérida y de Ul'gel, no sintiéndose coo ánimo, como sus compa-·
fieros, para llevar la ,ida airada de la Caccion, esperaron el triunfo
de esta eo el extranjero, mientras por sentencias del tribunal su-
premo de Justicia y otras, los arzobispos de Sevilla y de Santiago,
y los obispos de Menorca, Plasencia y Calahorra·fueron desterra-
dos á diferentes punto! de Espana y de las islas adyacentes, p.r
haber tomado parte iO conspiraciones earlistas.


IX.


Entretanto habían muerto veinte y cnatro ubispos y arzobispos .
.. que no fueron reemplazados, porque el papa no queria consagrarlos




1328 HISTORIA DEL REINADO.
!ino á condicion de que fueran presenlados y á gusto de don
Carlos.


E! papa sacrificaba á intereses puramente políticos la causa de
la religion católica de que era jefe. El ejemplQ no podia ser mas
pernicioso ni mas perjudicial al ca.tolicismo y á la autoridad· del
mismo papa; porque viendo la persistencia de este en privar
á Jos creyentes de sus pastores durante muchos atlos, so pretex-
tos tan ajenos á la religion y á su autoridad, como el de si debia
mandar en Espatla don Carlos ó Isabel, cuesUon que incumbia
solamente al pueblo espaliol, no podia menos de ocurfÍrsele á este
la siguiente observacion: O segun la iglesia católica los obispos son
necesarios á los fieles, y el papa no puede sin violar sus sagrados
deberes dejar de proveerlos cuando faltan, ó los obispos DO son [;e·
cesaríos, segun el mismo papa, puesto que deja sin ellos á t03 fieles
indefinidamente.


Sin duda Gregorio no pensaba de esta manera, y creia que pü-
niendo su autoridad en el platillo de la balanza en que se habia ar-
rojado don Carlos, la victoria de este seria segura,' pero como la
infalibilidad no se habia :elevado á dogma, ó poco. meDOS, vió su
autoridad desprestigiada, y a! pueblo que pasaba por el mas su-
miso á los romanos pontífices, puesto en la alternativa de perder su
independencia y libertadf\s públicas, ó de someterse á las exigen-
cias del papa, respondió á las exborbitantes pretensiones de este,
suprimiendo los diezmos y primicias, destruyendo los conventos de
frailes, y secularizando sus bienes y los de las monjas. prohibiendQ
la entrada de nuevas novicias en los conventos, y al gobierno Dom-
brand/) obispos para la administracion de las diócesis sin necesidad
de la consagracion del papa, y á los cabildos eclesiásticos, meDOS
el de Oviedo, que resistió durante alguo tiempo, reconociendo y
obedeciendo á los nuevos prelados; y por último tuvo que ver su-
prbida la jurisdiccion eclesiástica, la iglesia despoj6da de sus bie-
nes en beneficio del Estado y á costa de su independencia, y el elero
puesto á sueldo como los demás funcionarios públicos.


Su intransigencia, su empeño en identificar la causa del catoli-
cismo con la de don Carlos, hicieron del papa. un instrumento del
progreso y de la civilizacion moderna, cuya rápida marcha de 1833
á 18(3 aceleró con ·su resistencia, cuando hubiera podido, recono-
ciendo desde el primer dia á Isabel 11, y aconsejando al clero que
predicase la sumision al gobierno legitimo, ejercer bast~nte influgo-




DEL YLTllUO IORBON DE ESPAÑA. 1329
cía en el gobierno constitucional para retardar unas reformas, re-
ducir otras á mínimas proporciones, y sobre todo no acabar de
perder su prestigio entre las clases liberales é ilustradas.


Pero de tal manera se impone la ley del progreso, que esta poli-
tjea, que es la negacion. de la de Gregorio XVI, ha sido la de su su-
cesor, y estos Concordatos celebrados con el gobierno de Isabel Il, Y
que eran por cierto los mas reaccionarios posible, dada la época,
hubieran parecido sumamente revolucionarios á sus an'lecesores.




CAPITULO CXCtI,


SUMUI •.


Ingratitud de los partidos medios para con el partida republicano.-Eco que hr\'o la
sublevacion de Cadiz en Andalucla.-Sublevacion en Málaga.-Proclama del pres-
bítero Moreno.- Iufamias y barbaridades cometidas por las tropas eu Málaga, en
contraposicion de los actos de bonra~ez y heroísmo de los sublevados.


I.


A.ntes de llegar al fin de nuestra carrera creemos conveniente
decir ~cuatro palabras sobre la revolueion de setiembre, prepa-
rada y llevada á cabo por el pueblo, á pesar de la ingratitud de los
hombres de la situacion, que despues de haberse apoderado de las
riendas del gobierno gracias á la centralizadora junta de Madrid,
quisieron excluir á los que prestaron la bandera democrática de la'
justicia y la moralidad.


Si, á no ser por el pueblo y el programa de ,la democracia abra-
sado en Cádiz por los union,istas y progresistas, ni el general Prim
hubiera llegado á tiempo para ponerse al frente del levantamiento,
ni los unionistas representados por Topete habrian podido hacer su-
blevar á las fuerzas de tropa que iniciaron la revolucion.


La luz ie abre paso á través de los tiempos, y la historia con su
voz imparcial proclamará la injusticia de los hombres que habién-
dose apoyadJ en el pueblb para derrocar un trono que era el opro'




DEL ULTIMO ¡OItRON DE ISPA"A. 1881
bio de la nacion espatiola, han intentado imposibilitarla y desacre-
ditarle con arbitrarias coacciones y estudiadas provocflciones.


Sin embargo, los gobernantes de la revolucion se espantaron al
ver el increíble desarrollo que las ideas democráticas habian tenido
en Espana y que manifestaron al darse en Cádiz al grito de liber-
tad. Y como partido medio que eran, no quisieron dar oidos á los
partidos extremos que los supeditaban en número y en bandera
excluyendo al partido republicano que era y es todavía el gran
partido de la naeion.


11.


Pocos días des pues de la gloriosa revolucion intentarón Hevar á
cabo sus planes de reaccioD, y al efecto dieron el primer golpe en la
célebre ciudad de Cádiz que contaba con todas las autoridades po-


. pula res pertenecientes al partido republicano, á excepeion de los
agentes que el gobierno habia mandado aIli. Para corresponder de
la manera mas inicua á la perla de los mares que tantas veces ha
sido la cuna y defensa de la libertad, y que fué donde el pueblo
habia emprendido y llevado á buen término los planes de la re ~
volucion de setiembre, atentaron los gobernantes de Madrid contra
el desenvolvimiento que habían manifestado en aquella poblacion
las ideas republicanas. .


El sol de la verdad brilla :siempre en una atmósfera de fuego
que, como el crisol, todo lo purifica, tanto si es hernioso como si
es horrible, y en dia no muy lejano aparecerán to~os los horrores
del maquiavelismo practicado para sujetar y esclavizar al elemento
que fantfl virilidad y fuerza ostentaba á la raíz misma de la revo-
lucion, el elemento republicano.


111.


Circunstancias especiales y que nos llevarían" observaciones y
ac1aracíones difusas, ajenas de esta obra, nos impiden hablar de los
sucesos que tuvieron lugar en Cádiz en diciembre de 1868, pero




t33! H1STORIA DEL REINADO
no existiendo las mismas razones respecto á otros puntos; pasare-
mos á dar algunos detalles sóbre los efectos que produjo el infame
propósito de imposibilitar á las masas republicanas y á las autori-
dades legal y libremente elegidas.


Una vez desarmadas las fuerzas populares de Cádiz, dejando á
la diputacion provincial, y al ayuntamiento en el vacio y en la im-
potencia, pensóse en atacar á Málaga cuya preponderancia republi-
cana oscurecía el horizonte del gobierno central.


¿Qué les importaba á los gobernantes que cón su desleal proce-
der ocasionaran muertes y desórdenes escandalosos? La cueation
para ellos era aterrar al partido republicano y todas las demás con-


. sideraciooes, las vidas y las propiedades no significaban nada, si
conseguia su objeto.


El telégrafo llevó órdenes apremiantes á la autoridad militar de
Má.laga y al momento de saberlas el pueblo, la ciudad que desde
lo ocurrido en Cádiz estaba soliviantada y en gran agitacion
se ~jntió ofendida, irritándose contra un gobierno que sin razon ni
motivo plausibles apelaba á los abusos que su autoridad le permi-
tia para bumillar al partido que mas sacrificios hiciera para dar
cima á la revolucion de setiembre.


Por olra part'3, el pueblo escífado por las declamaciones de algu-
nos que no comprendieron que el gobiero provocaba á los relpubli·
canos en la &8guridad de veneerlos en el terreno de la fuerza, se de-
cidió á la pelea á despecho de los jefes sensatos que les aconseja-
ban la prudencia, quienes, sin embargo, al ver seriamente com-
prometidos á sus hermanos, fueron los primeros en luchar á su lado
y guiarles en el combate.


IV.


Hé aquÍ BU apoyo de 10 que decimos una proclama rdada por el
maJogrado republicano don Enrique Romero, presbitero.


«Milicianos:
» Vivir sin honra, es la v¡~a de la afrenta. Morir con gloria es la


muerte de los héroes. ¿Habemos pueSlto en armas una ciudad que
siempre ha sido III primera en el peligro de todas las libertades,
para retirarnos en derrota sin demostrar por lo menos que hay va-




~


DEL l1U1MO BOIlBON DI. ESPAÑA. 1333
]or en nuestros pechos~ ,Dónde está la grandeza de vuestras alrnf\s?
Si jefes traidores ó timidos y cobardes abandonan la causa sagrada.
del pueblo, si ellos nunca han tenido conciencia de los derechos que
proclamaban y solo decian ser republicancs por medrar con la pa-
tria, á nosotros toca decir á Espana entera que peleamos por nues-
tro honor, por nuestra libertad y por la justicia.


»lUilici3Dos: decidisteis ayer morir en vuestros puestos primero
que salir deshonrados. ¡A. las armas! Morir hoyes vivir como Jos
mártires de Cádiz. Vengad la afrenta que sufren en sus prisiones y
Sn el destierro los defensores de la Sagun to moderna. i A. vuestros
puntosl ¡A. las armas! ¡Viva la República!


»Mfdílga 31 de diciembre de 1868.-Enrique Romero.»
En cambio el dia siguiente decía el ciudadano tafuente en una


reunioll de tos jefes del batallon de voluntarios:
CJSel'iores: un deber imperioso, hijo de la humanidad, me obliga


á hablarles á ustedes con franqueza; es imposible con las fuerzas
que contamos contrarestar un cuarto de hora solamente al ejérdL\
de Caballero de Rodas. Hablándoles con la voz de la conciencia,
debo aconsejarles que obtemos por abandonar las barricadas; si por
el contrario, quieren ustedes escuchar la voz del honor, debemos
morir defendiéndolas si es necesario: yo por mi parte me inclino á se·
guir la voz de la conciencia para evitar las desgracias que podrán
sobrevenir á esos pobres infelices que no han de ganar mas que
honra y la pérdida de la vida, ó alguno de sus miembros, inutili-
zándoles para ganar el sustento de sus familias. No nos hagamos
ilusiones, senores, no ~ay ningun medio de vencer .•


Málaga no oyó la voz de la prudencia, no vió que lo que se de-
seaba era que aceptase la provocacion para justificar ulteriores me-
didas, y se levantó erizada de barricadas en cada una de las cuales
se ostenta·ban los lemas de


ex Libertad, Igualdad y Jus~icia.
"Pena de muerte alladron
1!I Licencia absoluta al ejército.


V.


No solamente tomaron parte en la lucha los voluntarios de la
TOIl' .. Uf!




1334 H8'1,'ORIA DEL R&INADO
libertad, sino que tambien quisieron vengar la afrenta que el go-
bierno les inferia algunas mujeres, con las armas en la mano, en-
tro las cuales debemos contar como hflroinas á dos mujeres del
pueblo llamadas Ana Navas )a una y Juana Sanchez la otra.


Pero á pesar de que el pueblo, la canalla como lo llama un se-
ftor ministro del actual gabinete, era el que dirigia aquel levanta-
miento habiendo sido por espacio de tres días y tres noches conse-
cutivas, dueno de la ciudad ó de su mayor part~ no puede mencio-
narse el menor desman cometido por él y si actos sublimes y he-
roicos que ponen al pueblo espafiol á UDa altura que no llegan
muchos otros de Jos que se titulan mas civilizados.


Un voluntario, peoo caminero de los que trabajaban en la car-
retera de Teatiao, se dirigió á su capitan y le pidió permiso para
irse á su casa á comer porque babia pasado mas de un diluin pro-
bar bocado. Allí cerca tenia una dispensa con la puerta entornada,
donde habia provisiones en abundancia.


Otro voluntario de una barricada de San Telmo á las once de Ja
noche del dia primero del 69 se acercó á su eapitan que se paseaba
por aUi para pedirle una Jimosna para comprar UD poco de pan ..•


Interminable seria nuestro relato si quisiéramos mencionar todos
los actos parecidos á los dos anteriores que tuvieron lugar en Má-
laga en aqueUos dias aciagos.


VI.


Trabose el desigual combate y Caballero de Rodas venció cau-
sando muchas pérdidas á los republicanos, y como si las vandáli-
cas tropas de dicho general no hubiesen podido desahogar su sana
en los pocos defensores de las barricadas, se cebaron de la manera
mas bárbara y cruel, yeomo si fuesen hordas extranas, de regiones
apartadas de toda civilizacion!- se cebaron, decimos, en el pacifico vl!"-
cindario ae Málaga que guarda un lúgubre recuerdo de aqueJla
execranda jornada.


Las tropas entraron en las casas atropellando y asesinando á mu-
jeres y niños indefensos, destruyendo muebles, robando y saquean-
do cuanto les .venia á mano y matando á cuantos hombres encon-
traban hubiesen ó no hecho fuego oontra los soldados de Caballero
de Rodas.




DEL ULTl~1O BORII!;N DE ESPAÑA. 1835
Como podria tacbársenos de exagftrados regalándonos por aria-


didura el injurioso epiteto de calumniadores, vamos á citar algunos
casos particulares para que puedaellector juzgar con conocimienio de
causa si calumniamos ó empleamos las palabras que la justicia nos
dicta.


VII.


He aqui ahora algunos crímenes relatados por un testigo ocular •
de aquellas desgraciadas ocurrencias.


En la carrera de Capuchinos, número 46, entraron algunos sol-
dados y asesinaron á los indefensos moradores don Juan y don José
Guerrero y á otro hombre. á uno de ellos le cortaron una oreja des-
pues de muerto, y concluida esta operacion, echaron á los tres por
el ba1con á la calle, teniendo la vanagloria de decir al dia siguiente
un cazador de Barbastro en la lecharla de la plaza de la Constitu-
CiOD, número !O, que él se habia comido :asada la oreja mencio·
nada.


En otra casa cercana no encontraron los soldados ~mas que una
mujer y una cabra; mataron á esta~y atropdllaron á la otra dándole
fuertes culatazos de fusil..


En la misma calle y en la casa número 10 hirieron de un bayo-
netazo en la pierna á. Antonia Vallejo Palomo porque queria deren-
der á BU anciana madre Maria Palomo de 60 afios de edad, á la cual
querían arrojar por el balcon á la caBe despues de haber roto todo
cuanto tenia en su modesta habitacion.


Los defensores de una barricada·de la misma calle pudieron es-
caparse por una casa que daba por delras al campo. Enfurecida la
tropa entró en ella, la registró y habiendo encontrado á sus habi-
tan tes que se habían refugiado en una sala, hizo una descarga sobre
e1l0s tendiendo á tres de ellos.


En el D úmero ! O J encontraron los soldados á un paralitico de 81
aftos llamado Manuel Zaragoza, que por espacio de once arios su-
fria la parálisis, y lo ase"inaron en su propia cama. Hirieron tam-
bien mortalmente á José Zaragoza, hijo de Manuel, q']e se disponía
á comer alIado de su padre habiendo llegado del campo despues
de trabajar en sus faenas cotidianas.




1336 HISTORiA DIL REINADO
En otro piso de la misma casa hirieron á un jóven de diez y seis


alíos que no acabaron de matar porque eayó desmayado al recibir
la herida y lo habian dejado por muerto; pero lo arrastraron á la
calle para ponerlo en el monton de cadáveres que la tropa acumu-
laba.


En otro piso de la misma mataron á doiia Josefa Vazquez ma-
dre de un sargento del batalloD asesino. Otros muchos fueron los
heridos de mas ó menos gravedad hechos en aquellas y otras casas;
pero tales actos en vez de amedrentar á los ansurrectos, enardecie-
ron la sangre de sus venas y juraron vengar los asesinatos y tro-
pelias cometido. en tantos hermanas indefensos.


VIlI.


De suerte que el primero de enero d, 1869 fué un dia memora-
ble para Málaga, dia de luto y de sangre que los mártires de la li-
bertad derramaron en aras de la honra ultrajada y del derecho con ...
culeado. El ardor de los republicanos malagueños acreció de una
manera colosal. Eran Ufi punado de altivos leones que se batían con
miles de pérfidos chacales que los acosaban por todas partes.


Desde el toque de diana los sublevados en número de 800 se
veian visitados por un genUo inmclnso dando lugar á escenas con-
movedoras que sentimos no tener espacio para describir~ y mientras
dentro de Málaga ocurrian tales e"cenas de amor y entusiasmo, un
escuadro n de húsares prendia Ó mataba en los alrededores de la
oiudad á los pacificos habitantes que bUlan del lugar del combate
para poner á salvo sus vidas. Los mala~uetios fueron tratados
en tal ocasion por las tropas del gobierno como una manada de
perros rabioJós que intentasen salir de su jaula para sembrar la
muerte en todas partes.


IX.


Toda la prem;a espal'íola ha insertado un telégrama que el co-
mandante general de Málaga, el brigadier don Manuel Pavía, remi-
tió al ministerio de la guerra




IIL ULTlHO IOlBON DI ISPA.ÑA. 11S7
Decia ali el parte:
diálaga 1. 11 do enero de 1169, á las doce y diez miuutos de ]a


mariana. El brigadier Pavía desde la Alameda de Málaga al serior
ministro de la guerra.


»Acaban de eometer un aeto de vandalismo los linsurrectos, í la
bandera de los E.lados Unidos. A una familia en que iban seiloras,
escudadas con la bandera de dichos estados, 'embarcarse en el bo-
te de un barco de guerra de su nacion, surto en el puerto, han sali-
do unos insurrectos, le han hecho fuego, é intentaban robarles; ig-
Bore .i hay al¡UD herido.»


x.


Imposib:e parece que pueda mentirse de una manera tan procáz
y solemne á la faz del mundo entero. He aquí ahora la verdad como
puede investígarse acudiendo á la embajada de dichos Estados:


El cónsul de Jos Estados Unidos, acompañado del capitan de un
buque de dicha nacion, anclado en el puerto, pasó por delante de
una barricada con bandera desplegada y saludando á los héroes
malaguefios; dirigiósI á la fonda de la Victoria, saliendo al
poco rato con el mismo eapitan, una sefiora, su criada y un
nino. Como quiera que no encontrase el cónsul un mandadero
que llevase su equipaje I Si ofrecieron espontáneamente cuatro
voluntarios, que eogieron las maletas y acompanaron á los
viajeros hasta el desembarcadero del muelle nuevo, escudados COD
la bandera consular. Al llegar alli y á tiro de fusil de la torre de
Prácticos, los carabineros que en la noche anterior se habidn pose-
sionado de ella, faltando á los convenios nacionales y no respetando
el pabellon de los Estados Unidos, hicieron una descarga sobre los
cuatro voluntarios. y la familia extranjera. Pero los cuatro republi-
canos no desampararon á la familia extranjera hasta verJa en el bo-
te que Ja condujo á bordo del buque de su nacion.


Al retirarse los cuatro tuvieron que sufrir el tiroteo de una nu-
merosa fuerza de carabineros que á pesar de ser cuatro solamente,
no se atrevió aquella fuerza á batirles de. cerca. El tiroteo duró
unos tres euartos de hora, y 00 terminó hasta .que los republicanos
pudieron alcanzar la barricada.




18S8 HISTORIA DEL REINADO
Si el brigadier Pavia, estuvo enterado de la verdad del hecho co-


metió una bajeza al remitir el citado telégrama al ministro de la
guerra; si no se le enteró conforme hablan pasado las cosas, queda
probado el mal concepto en que el militarismo tiene al paisanaje,
atribuyéndole un acto criminal que estuvo muy lejos de cometer,
sin niDguDa certeza d~l hecho por la tanto, y ereyéndole capaz de
una villanía que no acostumbra á tener lugar á la sombra de una
barricada, contrastando la que el pueblo ha observado siempre en es-
tos casos, con los actos que en iguales circunstancias ejecuta gene-
ralmente la soldadesca. El militarismo tal como en Espana subsis-
te es un poco de ódio y otro de aversion que imposibilita el es!able-
cimiento de la concordia y fraternidad de los mismos espanoles, de
Jos hijos de una misma madre, la paíria, nombre que SiD Cisar se
invoca y casi siempre injustamente.


----




CAPITULO CXCUI,


SUMARIO.


Continuacion de las infamias y harharidades cometidas por las tropas en Málaga, en
contraposicion de los actos de honradez y h~rojsmo de los sublevados.


I.


El ataque comenzó en Málaga el día 1. 0 del año 1869 por la go-
leta Ligera y el vapor Alerta, con tres guardacostas que se habían
colocado frente al rio Guadalmina, que rompieron el fuego contra
le barricada alzada en el puente de Tetuan. Al primer disparo de
uno de estos buques, el regimiento de infanterfa del Rey y dos com-
palitas de ingenieros que la noche antes se habian posesionado de
varias casas de la calle de Cuarteles, rompieron el ~fuego de fusi-
Icrfa.


¿Cuántos hombres defendian aquella barricada para:desplegar tan
poderosas fuerzas?


Un canon de ~6 y veinte y cuatro jóvenes con un oficial de na-
cionales. _


Once de aquellos jóvenes se quedaron á defender la barricada en
compania de otro que hacia las Veces de artillero. Los dos restan-
tes con sus oficiales al frente fúeron con denuedo y á cuerpo des-
cubierto á colocarse en la embocadura de la calle de Cuarteles para




1340 mSTORU DEL Rll'lNADO.
atacar á las tropas posesionadas de ella, las cuales les saludaron
con nutridas descargas, saliendo á batirse á las calles al cabo de
media hora de fuego provocados por los gritos de cobardes que los
,oIunlarios les dirigían á cada descarga.


Decidiéronse, por fin, los soldados á bajar á 18 calle, y los prime-
ros que se presentaron fueron un cabo y un soldado •.. pero aq\lí lA
pluma se nos cae de lAS manos por la barbarie del acto que vamos
á narrar. El cabo y el soldado que eran del regimiento del Rey nu-
mero 1, blljaron á lA calle y se parapetaron detr~s de un paisan(de
unos ochenta anos dcl edad: todas las armas son buenas para der-
rotar á los descamisados, dirán l¡)s militares tal vez sin tener en
cuenta que batirse á espensas de un anciano indefenso arrastrado
á viva fuerza, es una infame cobardía que tiene su lenguaje en todos
los idiomas del mundo. No creemos que complazca á los individuos
de dicho regimiento (a gloria de haber inventado las barricadas
de seres vivientes. .


Luego se presentaron otros soldados escondidos por igual génflrc
do barricadas.


n.


No pudiendo por lo tanto permitir que fuesen aMsinados infn-
memente los ciudadanos indefensos que escudaban á los valerosos
soldados del Rey, el jefe de los sublevados mandó que su geMe se
retirase de alIf.


Animados los soldados con la retirada, protegida por 1a barri-
cada de los doce jóvenes y su oficial, se echaron definitiva mento á
la calle, reuniéndose una masa de tres compañias y avanzando
para tomar las posiciones que los insurrectos habian dejado; pero
apenas habia llegado á la mitad de la calle, cuando desde el
Puente de Tetuan se les disparó un cañonazo de metralla causán-
doles tales destrozos, que segun confesion de algunos de dichos sol·
dados, solo quedó en pié la mitad de la columna.


ta defensa de los republicanos era heroica en todas partes, y
solo consiguió el general ganar las barricadas mandando disparar
, la artillería proyectiles incendiarios para destruir las casas conti-
guas á las mismas, conculcando todo principio de humanidad yata-
cando á la propiedad de la manera mas inicua.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 13 U
Y pase si con esto la solda;lesca se huhiese dado por satisfecha;


pero como si la devorase la sed de sangre y horrores, cometió to-
dos los actos de vandalismo que pueda cometer la horda mas bár-
bara y salvaji.


Al posesionarse el regimiento de Asturias de ]a calle d, la Trini-
dad, en la barricada situada en la calle del Carril, eDcontraron á un
nacional llamado Rafael Plaza, que estaba herido, la tropa pegó
fuego á la barricada y á una barraca hecha de tablas y esteras y
echó en medio de las lIamas:al infeliz Rafael Plaza. Y don Manuel
tUDa vecino de la casa inmediata que fué á salir al baleo n para res-
pirar porque el humo de aquella execran da pira l. sofocaba, fue he-
rido de una baJa cayendo bafíado en sangre al mismo instante.


Miguel Salas, vecino pacifico de la misma calle, que no pertene-
cia á la milicia, estaba curando á Dalores Castilla, su espOS8, una
herida que recibiera en el cuello causada por un casco de granada,
cuando la soldadesca entró en su caS8, lo arrastró á la. calle y
apuntándole un fusil á la cabeza le dispararon dejándolo muer-
to en el acto. Ni las súplicas ni las lágrimas de sus dos pe-
queí'ios hijos pudieron ablandar el corazon de aquellas hienas em-
briagadas por el olor de la sangre. A Catalina Salas, hermana de
Miguel, la obligaron des pues de maltratarla á culatazos de fusil á
servirles .de guia. para registrar la:easa y robar lo que les dió la
gana. Pero á fuer de imparciales nos cumple decir que á los des-
garradores gritos de Catalina Salas, acudió un teniente del mismo
regimiento de Asturias, que, enterado de lo ocurri.lo, se api(',dó de
Dolores Ca~Wla que se estaba desangrando y mandó á buscar dos
practicantes .para que b curasen.


En la misma calle y en la de San Pablo, Francisco Ramún Co-
bas, de ~G afios de edad, casado, que se encontraba sclo en casa,
viendo que la tropa se in troGucia en ella, se ocultó dehajo de ]a
cama, espantado de las atrocidades que babia visto come tia la tro-
pa, pero al registrar ]a casa, dos soldados le vieron, tirárcnle una
de5carga } le dejaron por muerto, si bien todavia vive, curado de
las dos heridas.


Sacaron los soldados en la misma calle á Enrique Moreno; iban á
matarle, pero viendo que llevaba reloj, se lo robaron, y registrán-
d~le minuciosamente le, hallaron dos billetes de quinientos reales
que para mayor seguridad se babia metido en el bolsillo interier
del paletó, y qu~ sufrieron igual suerte. Embriagados cou la rapi-


TOllO 1II. • 170




HISTORIA. DEL RE1NADO.


fia se olvidaron de fusilarle dándole tiempo para que escapara.
En el número 138 de la misma parroquia Ramon Lopez, que no


sabiendo dunde esconderse, se arrojó al pozo de la casa, fué s "guido
por un soldado que, no pudiendo haberle, le disparó un .tiro que le
hidó en la cabeza. Pero en cambio el mismo soldado y otros saca-
ron de la misma casa al anciano Diego Fcrnandez y lo fusUaron á
la puerta de su casa.


En ¡;l número 95 de la misma, domicilio de don Eduardo !fora-
les, alca.lde de barrio, entraron los soldados á saco en ella como en
pa.is conquistado. Queriendo el señor Morales reprenderles su infa-
me proceder interponiendo su vara de autoridad, se la rompieron y
le hirieron de un bayonetazo. Su hijo:Eduardo, de 17 afios de edad,
no pudiendo sufrir tanto insulto saJ:ó á la defensa de su padre; pe-
ro fue freso y fusilado delante de su padre y á las puertas de su
caS!l por órden del capitan de la ... compatlfa de Asturias.


En el número 65, Rarael Guerrero, inválido de 7! afios de edad
fue herido de siete bayonetazos.


En el 55, Pedro Carabajal, de 35 aríos, fué sacado de su casa y
fusilado en la calle.


En el 61, fue sacado de la suya don José Medina Benitez de 60
afios de edad, y enfrente de la puerta de su casa fue atravesado de
un bayonetazo. Y en el mismo Francisca Fernandez, jóven de 20
afios, fué herida de un culatazo de fusil en la cabeza.


José Martinez Gomez, en la casa número 104, fué herido por un
tiro que le asestó un soldado, y viendo otro, que )odavia vivia, lo
cogió por una pierna y lo arrastró hasta dejarlo en la calle.


111.


Todos los hechos an'teriores que prueban de una manera evidente
la horible plaga que el militarismo es todavia para Espafia, y que
los hombres del gobierno patrocinan premiando á los caudillos que
llevan á cabo tales hazarlas, Jos hemos entresacado de unos apun-
tes que un testigo ocular publicó en Má]aga al poco tiempo de los
sucesos.


Solo afiadiremos UDa infima parte de los horrores que Málega
presenció, y que tomam~s de dichos apuntes.


La refutacion de ell05 incumbe al gobierno que debiera ,haber




DEL ULTnl~ BORB:}N rE ESPAÑA. 1St3
ahi,'rto una informacion judicial para el escJarecin..ientode los he-
chos y castigo. de los criminales.


S\ en vez de tratarse de actos punibles cuyas victimas, han sido
los hij·IS del pueblo hubiera sido al reves, probablemente estaIian
en presidio sus autores y hubiera quedado satisfecha la vindicta pú ..
blica; pero siendo el paisano el paciente no hay que molestar á los
tribunales para nada; lo hecho bien hecho está.


Mientras muehisinias escenas parecidas á las ya referidas se veri-
ficaban en la calle de la Trinidad, en la de Mármoles y á la misma
ho'-a, los wldados del misn::o regimien~o de Asturias y d~s compa-
nías de ingeuieros se entreteoÍan ~el mad;) siguiente:


Francisco Sanchez Fernandez, de edad veinte y cuatro añ:Js, que
se había escondido en el pesebre de su misma. casa, rué muerto de
una descarga.
I~n la casa núm. 101 se habían refugiado varios vecinos, ami-


gos y conocidos del iaquilino, para sustraerse á la barbarie de los
soldados, pero como estos no dejaban ninguna casa sin registrar
los encontraron aterrados en UDa habitaciol1; el jefe que manda.ba
aquella fuerza tuvo compa<.:ion de ~quellos infelices, impidió á sus
subalternos que les maltratasen. y solo les hizo hajar á la calle
para hacerles deshacer una harricada. Contentos de haber encon-
trado un corazon magnánimo en medio de tanto bárbaro, se pu-
sieron con ardor al trabljo, pero al poco rato sobrevino una ban-
dada de soldados sin jefe que les hizo una descarga cerrada, ma-
tando á Enrique Moreno, hiriendo á Pedro Garcla; á Nicolás Tor-
reblaoca, de edad de '10 ailos, á Cristóbal y á Francisco Torreblan-
ca, hijos de Nicolás. No satisfechos de tan gloriosa accion se lleva-
ron á Nicolás Torreblanca y á su hijo Francisco, presos; Pedro
García y Cristóbal TorreblaDca no pudiendo andar los dejaron en
mP,\iio de la calle, este último murió á las dos horas, Francisco
Torreblanca murió en el hospital.


En la misma y en el núm. 158 fué herido de un "bayonetazo Sal-
vador Jimenez Garcia, al cual ataron con un cordel que encontra-
ron en su misma casa y se lo llevaron preso, pero aun no Labian
andado 200 pasos, viendo un soldado que no podia andar, le dis-
paró un tiro por detrás pasándole la espalda, otro iba á concluir de
matarlo, pero suplicándole el infeliz que le (k,jase vivo, diciendo que
era padre de '1 hijos que sin su apoyo quedaban abandonados, el




13H. HISTORIA .DEL REINADO.
soldado retiró el fusil que ya le tenia apuntado en la cabeza.


En seguida fué llevado al hospital provisional del mismo ejérci-
to, y al pedir á un practican te que le diese un poco de agua, el in-
feliz se ahogaba de sed, le respondió: Muérete pillo (1). Bebe plomo
derretido.,


Al entrar la tropa en el núm. 1 de la calle de Callejones, encon-
tró á Juan Ruiz y Cristina Mora, su esposa, en compania de su
hijo Juan, niño de 10 afios, el cual amedrentado por la súbita apa-
ricion de los s{lldados en la .habitacion se escondió debajo de la ca-
ma, uno de estos fué tan inhumano que no teniendo en considera-
cion su edad, le hizo un disparo, pero viendo que el nii10 no habla
recibido lesion, le pegó un bayonetazo hiriéndole la parte superior
del pecho del lado derecho cerca del aceila.


En la calle de Cotrina, n: 6, fué arrancado á viva fuerza de los
brazos de su mujer, Antonio Cortés, de edad ~7 arios y fusilado en
medio do la calle.


En la misma encontraron á A.lonso Martín con sus dos híjos A.nto-
nio y Cristóbal de profesion carboneros, almorzando pacificamente
en companía de sus mujeres é hijos; fueron sacados violentamente
de su casa y fusilados al lado de Antonio Cortés, süpretesto que
habian hecho fuego contra la tropa ya que no tenian las ma[HlS
limpias.


Las esposas ó hijos de estas tres víctimas, no pudieron ablandar
el inhumano corazon de aquellos verdugüs sedientos de sangre ma-
Iagueí'ía.


En la misma calle, Diego Vega, no encontrando otro medio de BtiJ-
vacion, cogió entre sus brazos á una nif1a suya de 5 arios, suplicán-
doles tuviesen compasion en nombre de aquel tierno infante, ase-
gurándoles no habia tf)mado parte en la defensa de las barricadas;
pero lejos de ser atendidas sus súplicas, su hija fué arrebatada ig-
nominiosamente d~ sus brazos, tirada al· suelo y él fusilado en d
corredor de su m.isma casa.


En esta fueron heridos á tir(ls y bayonetazos Cristóbal Martin,
Francisco Seron, Antonio Barranco y Cristóbal Naranjo.


En la calle de Mármoles, número 41, al posesionarse los solda.-
dos de la casa y penetrar en el r rimer piso de la misma, mataron á


(4) Muchísimos son los herldos que se quejan del inícuo é infame proceder de
algunos practicantes del hospital militar de campaña, situado en la casa de Asilo
a.liado de la estaeion del ferro-carril.




DE.L ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 1345
Antonia Novillo y Gonzalez, anciana de 60 años, hiriendo á su hija
Hnriqueta NilIo y Novillo.


En el número 8 de la misma calle, hirieron en el pié á José
Cuesto.


En la calle de Priego, casa número 8, penetraron las tropas ha-
ciéndole una descarga á Maria Barrilá en el acto de tener en bra-
zos á UD nirio de tres arios.


En la calle de la Puente, número 31, estando María Nadales ocu-
pada en sus tareas domésticas, fué sorprendida con la entrada de
101 soldados, causándole UDa herida que le atraviesa el muslo de-
recho.


En la calle del Calvo, Vicente MarHn, de 3' afios, enfermo, fué
herido de varios culatazos que recibió en el pecho.


En la calle de la A.urora, núm. U, fué muerto á culatazos Juan
Bautista Bueno, anciano de 56 años.


En la calle de Santa Paula, Ramon Dobla, estando tranquilo y
pacifico en su habitacion, fué herido á bayonetazos.


La de la casa núm. 1.0 , calle del Cai'iaveral, fué saqueada por los
soldados fracturando los mueb!es y estrayendo de ellos un abanico,
un chaleco, una camisa, un par de calzoncillos blancos, un par
de zarcillos de oro, UDa cadena del mismo metal; un pantalon, dos
panuelos blancos y un manton de Manila, presenciándolo Juan
Corso Sanchez, que al penetrar las tropas, pudo esconderse en el
lugar escusado, de donde fué sacado por un soldado, el cm.! le
puso el fusil al prcho, librando milagrosamente la vida por ha-
berse desviado el carion al tiempo de salir el disparo, resultando
herido de la mano, la que tiene atravesada.


IV.


Para demostrar hasia que punto llevaron las tropas expedicio-
narias su mala fe y alevosía, baste consignar un hecho que es el
primero en los fastos de la historia militar de todos los paises civi-
lizados. Viendo Jos jefes que atacaban las barricadas de los bardos
del Perchel y Trinidad, la heroica resistencia que estas oponian,
ordenaron á sus siearios que sacaran de sus casas á los vecinos
paclficos, á los cuales obligaron á marchar delallte, haciendo foego,
parapetados con una barricada de carne humana; produciendo este




18'6 BlSTORIA. DEL REINADO
hecho numerosas víctimas, puesto que los soidados hacian marchar
hombres, niños y mujeres por el terror y á fuerza de bayünetazos y
golpes, a consecuencia de esta medida, sacaron de su casa á Juan
Navarro Nadales do 25 años de edad, habitante calle del Carril, nú-
mero 8, al cual hirieron de un bayonetazo, maltratando á culatazos
á su padre, pobre anciano de 70 años; aquel infeliz jóven, á peslf
de ir herido, pudo arrastrarse hasta llegar á sentarse en el quicio
de una puerta donde un soldado le acabó de matar de un tiro,
despojándole luego de un reloj que llevaba y de los botillos. Como
seria demasiado prolíjo el detallar cada paso rarticular de los ocur-
ridos á cOllsecuell~ia de esta bárbara é inhumaDa determinadon',
nos limitaremos a dar simplemente una relaeion de los heridos y
muertos en la forma indicada.


En la Rivera de Guadalmedina núm. 23, fueron á sacar á sus
moradores y habiéndose negado á salir Felipe Murioz FBrnandez,
m1H'stro de sastre y tres compañeros mas, fueron muertos á cula-
tazos, hyonetazlJs y disparos de fusil. Pedro Pastor, habitante en
la calle de San Pedro, núm. 9, fué herido gravemente en el pecho.
En la misma casa, Rafael Ruiz fué vilmente asesioaJo en compa-
ñía de algunos otros veC!DOS de la misma.


v.


Para que pueda formarse una idea exacta de los graves sucesos
que tuv;e:-on lugar en aquel dia de horrores, sucesos que denigran
completamente al ejército expedicionario, vamos á relatar un san-
griento episodio sucedido en la calle de Mármoles, núm 86, habitada
por Antonio García. Al llegar las tropas á dicha calle se posesionaron
de dicha calla saqueándola, rompiendo muebles y extrayendo un reloj
de oro y su cadena, varias otras alhajas, 36 duros en oro y plata y
15' rea!f'S en calderilla; enseguida empezaron á maltratar al dueño
dándole culatazos y golpes. Aotonio García tenia un perro, el cual
al ver maltratar á su amo trató de defenderle, siendo fusilado y
d:'spues despedazado por la tropa por este grave delito, Jlevándose
á,su duerío, acompañado de seis infelices mas casi todos muy an-
eianos: llegados que fueron á la calle Posillo de Gimbarda, el sar-
gento que mandaba aqu'~lla fuerza, DO creyendo ya necesaria la
barricada de sangre, pues habían sido abandonadas ya las barri-




DEL tlTTmO BORlJON DE ESPAÑA. 1347
cadas de la Aurora, quiso desembarazarse de ellas dtl un modo
espédito mandándoles fusilar. En aquel acto preparábase la sol-
dadesca de Jlevar á efecto esta hazana sin tener en cuenta
las súplicas y lamentos de aquellos padres de familia á quienes
iban ,á privar de la vida, cuando sobrevino, atraido por las la-
mentos de aquellos desgraciados, el oficial primero de la adminis-
tracion militar D. Eduardo Solier, que conmovido por aquel espec-
táculo desgarrador reconvino agriamente al referido sargeLlto ha-
ciéndole comprender su deber: el inhumano slrgento contestó de
mal talante al referido oficia1, y se trabó un acalorado debate, de-
biendo. aquellos infelices su salvacion á este incidente, pues ha-
biéndose enterado de lo que pasaba el jefe que mandaba las üpera-
ciones por aqucl lado, mandó que fuesen conducidos al cuartel de la
Trinidad en donde quedaron en calidad de presos.


Este hecho no necesita comentarios. pues él por si solo es bas-
tante para dar á conocer el espiritu que animaba á la soldadesca
expedicionaria y formará una denigrante página en la historia mi-
litar del cuerpo que la llevó á efecto.


VI.


En tanto que el ejército consumaba su obra de desolacion y es-
terminio iD Málaga, UDa columna compuesta de UD escuadron de
Janceros y dos compafiías de infantería iba por los afueras de los
barrios Perche! y Trinidad llenando su misio n del modo mas inicuo.


Lo na'ural era que las personas timidRs tratasen de buscar Sil
seguridad saliéndose fuera de la poblacion, con objeto de salvar sus
vidas y las de sus hijos, pero alli estaba la columna ya menciona-
da hiriendo y matando á mansalva y sin eompasion alguna.


Entre los heridos y muertos de este modo lo fueron Sebastian
Torreblanca, aprendiz panadero, de edad 15 afios, muerto de un ba-
yonetazo en la nuca; Cristobal de Reina Coruría, edad 31 alíos, fu-
Iilado; Francisco Rodriguez, zapatero, de edad 30 afías, tambien
fusilado; Fernando Gonzalez Santa Cruz licenciado del ejército ba-
cia 11 dias, lJevando en brazos una nifia de dooS afios fue acuchi-
llado por la caballería' en el acto de enseñar su licencia absoluta;
José del Burgo Solis yendo á trabajar con su herramienta de labor,
murió en el arroyo del Cuarto. En el mismo sitio han sido encon-:




11148 HtsTORIA DEL REIN.lDO.
trJdüs ti trabajadores del campo de los que no se pudieron averiguar
los nombres; José Munoz Luque fué herido en los afueras de Ca-
puchinos por la tropa alojada en el cuartel de este mismo nombre.
Estos mismos mataron á Juan del Río. Juan Medina, anciano de '11
años fué tambien muerto de un tiro.


VII.


ViS cazadores de Barbastro que estaban posesionados de la casa
de Oroseo, en el centro de la ciudad, se entretenían en tirar al b]an-


. co á todo el que pastAba, y e'ttre las varias personas que (ueron víc-
timas de su buena punteda fué muerta Cármen Reyes y herida su
hija del brazo derecho, á la que tuvieron que amputárselo.


Mientras la tropa saqueaba el barrio de la Trinidad, los defenso-
les de la barricada de Santo Domingo ]a defendian con un valor ex·
traordinario, á pesar de ser mal construida y muy poco elevada. A.
las di~z y cuarto de la manana fué atacada por dos companias de
infantería, cuyo jefe viendo la imposibilidad de tomarla á la bayo-
neta, sin embargo de no ser sus::defensores más de 31, dividió su
fuerza en dos columnas, apoderándose una de ellas del edificio de
saa to Domingo, entrando por la portería y no hallando resistencia.
alguna, pues era el punto destinado al segundo batallon de volun-
tarL:s y como ya se ha dicho anteriormente, lo babian abandonado el
30 por la noche. Posesionados de las ventanas dominaban comple-
tamente la barricada y obligaron á los voluntarios á retirarse por
el Puente ViejD de madera, despues de haberla defendido por eapa-
cio de una h;nl, replegándose despues en la barricada situada en la
plazuela de Anida. El canon de 12 que tenían no pudo hacer más
que un dispat'o.
Lo~ Daciof.la'es do las dos barricadas situadas al otro lado del


-Puent!; Vitj), recibieron á la tropa que intentó pasarlo COf! tan nU-
trido fuego de fusileria, que duró mas de dos horas, sin poder las
huestes de Caballero de Rodas adelantar un .solo paso, pero babien-
do recibido esta.s un refuerzo considerable, tuvieron que abandonar-
las, dando entrada á la tropa en el centro de ]a ciudad por esa par-
ta á las ! de la tarde.


No fueron más respetados los habitantes de este lado de .la ciu-




DEL ULTnlO BORBON DE KSPAÑ.\.. 13U'
dad que los de los harrios; por todas partes donde pasaba la tropa
dejaba buelJas de vandalismo.


Son dignos de meneion dos hechos que ocurrieron durante aquel
desigual combate. Por disposicion del jefe de los voluntarios estos
suspendieron el fuego y solicitaron lo mismo de 108 contrarios con
el generoso propósito de recoger y salvar algunos heridos de tropa
que yacian en mitad de la calle; pero. al acercarse el jefe y algunos
voluntarios, se ,les hizo fuego, y no quedó aquf, sino que á poco las
lropas á su vez exigieron, al parecer con igual objeto, que los vo-
IUDtarios cesasen en el rueg'o, como se' consiguió; mas cuando al
avanzar solo, se presentó el jefe de voluntarios cazadores de Torri·
jos, con un patiueJo blanco sostenido por ambas manos, sufrió una
traidora descarga de la que solo un -milagro pudo salvarle, puesto
que solo el patiuelo, pequeno por cierto, fué atravesado por cuatro
balas.


Este singularfsimo caso sublevó la indignacion de los republica-
nos que quisieron temerariamente lanzarse á la bayoneta contra sus
innumerables enemigos, pudiendo apenas contenerlos la influencia
de su jere.


En la calle de Camas existe la posada de la Victoria que ocu pa
un callejon sin salida: por un postigo que hay en la espalda del edj-


. flcio, que da al pasillo de la Verdura, entraron un oficial, un cabo
y varios soldados del regimiento del Rey, los cualeB mataron á Tri-
nidad Capirote, mozo de cuadra; y un hombre llamado AguiJar que
estaba durmiendo profundamenfe, fué muerto á bayonetazos, He-
gando la barbaridad del oficial que mandaba la fuerza á disparar
los ~ tirol de su revolver sobre' el cadáver c\el malogrado AguiJar.
En una habitacioD encontraron varios arrieros y fueron muertos del
modo siguiente: Man~l Gal1ardo~ natural de Estepona, y padre de
cinco hijos, de un tiro y varios 'bayonetazos: al llegar la noticia 'á
su esposa, que estaba en cinta, abortó en el acto siendo causantes
aquellos tigres de esa nueva desgracia; Francisco topez Pedro, ar-


,riero de Priego, fué muerto dé igual modo: era tambien padre, de
, cuatro hijos.


En otra habitaeion fuéron asesinados, Juan Sanchez Pedrosa,
soltero, arriero de Benamojol, Antonio Maldonado Lopez, loltero y
enfermo de gravedad, arriero de Cómpeta.


En otra habitacion encontraron aldueno de la posada don José
Pereira, aneiano'de 70 anol, demente; y la tropa le hizo levaltar


To»o IlI. 171




1350 IJISTOR'A DEL REINHO.
de la cama, y mandó arrodi!larse diciéndole que ioa ~ matarlo sino
entregapa todo. el dinero qU,e poseia~ Como el tal dOD José Pereira,
era demente y se reia, iban á verificar el asesinato cuando 5e pre-
sentó su sobrina Matilde Martin, que pudo evitarlo á. fuerza de SÚ-,
pli~as, exigiéndola entregase su baul de donde saearon 1'7 duros" que
dicha jóven poseia y varias alhajas de valor, .aprovechando dieha
seliorita el momento del reparto que se hacían los soldados, para
escaparse refugiándose en UDa casa vecina. /
, En el pasill9 de la Verdura, núm. 4 7, almacen, rle ropas, (ba-


ratillo) foé muerto de una descarga, en su tienda, Manuel Montero,
sacándole despues en' medio de la calle, destrozado y mutilado su
cuerpo por 108 soldados que robaron cuanto habia en el almacen.
En la misma cas~ y en otro piso robaron y mataron á don Antonio
Gallego. . , - . <


En el pasillo de )a Verdura, casa de pupilos, mim. U, penetraron
varios soldados de) regimiento del Rey, entrando en el cuarto de
dofla Luisa -Leza, earactedstica del café Suizo, pupila de la casa, y
rompiendo los armarios y demas muebles á tiros y golpes, le roba-
ron 33 duros y varias alhajas. Siguiendo los soldados, penetraron
en el cuarto de! teniente de Barbastro, don José Guerra, y rompién-:-
dole -la mareta, se apoderaron de 10 que en ella babia, llegando el
instinto del pillaje en estos miserables, al estremo de robar á sus
mismos jefes. Dieho selior era pupilo de la casa, por estar su cuer-
po de guarnicion en Málaga. _


En la calle de san Pedro, núm. 9, Rafael Ruíz, viendo que su
anciano padre no regresaba., salió en su busca, encontrándose á la
bajada del Puente Viejo, con las tropas de Caballero de Rodas que
adelantaban bacía aquel punto; se guareció en una casa próxima.
No tardaron en penetrar en ella, y encontrán~olo con los demas ve-
ChlOS, todos personas pacíficas, fué vilmente asesinado, lo mismo
que Jos desgraciados qu~ le dieron hospitalidad. Su anciana madre
Ana Rojas quedó en la mayor miseria.


En la acera del Guadalmedina, Francisca Fuentes y Fria, fué he- .
ridll de o bayonetazos al. querer interponerse á la tropa implorando
que no ma~asen á su bijo Antonio CarmoDa, el cual lué herido de
bala en la pierna derecha.


En el callejon de la Huerta, lué herido de varios culatatos José
. Chavarria y Barrera,naturaI4~ Sevilla.
~n la calle -de Santa Ana, numo !5, fué her,ido de un tiro á que-




· DEL ULTiMO BviiBON DE ESPAÑA. 1551
maropa un nino de 14 anos, llamado José Rojo Toro.


Francisco Galacho Fernandez, nacional, herido en la barricada
de Puerta nueva, era llevado en una camilla al hospital de sangre
del ejército; y al pasar por la calle de Cuartele~, fueron detenidos
los que llevaban la camilla por un gastador, y al cerciorarse que
era un paisano el que llevaban, levantó su hacha para partirle la ca-
beza; pero mi oficial que á la sazon pasaba por la calle, impidió aquel
asesinato; mas alUegar al hospital militar de campana S6 negaron
á admitirle los empleados de la casa porque era nacional.


En la casa número 47 del Pasillo, fué saqueada la morada de
Antonio Cortés'.


En la calle de la Trinidad, ·núm. 7!, fué maltratada á golpes la
madre de A.ntonio Francisco Fernandez Mereda, que se habia que-
dado sola COI un nino re cien nacido;. y le robaron todó cuanto pu"":
dieron éargar los 1 ú 8 soldados que entraron en dicha casa. \


José Lopez Galan.que temiendo pasar la noche en Málaga, se iba
al campo con su familia, fué herido en el Campillo, por la ca~a­
lleria, sin teQer en cuenta las súplicas que les dirigian s-u mujer é
hijos.


En la calle de la Yedra, núm. 20, obligaron á bayonetazos á sa·
lir de su casa á Fernando del Pino Gonzalezque habia sido herido
por la mariana en su misma babitacion.


En la calle de san Pedro, en el barrio del Perchel, se entrete-
nian algunos soldados en tirar á las mujeres que impulsadas por la
curiosidad asomaban su cabeza á fos balcones.


EfI ]a carrera de Capuchinos, número 13, fué herido á la puerta
de su casa Bias Naranjo Feraandez, aguador, de edad 68 arios, por
los cazadores de Barbastro.


A. oon Vicente Vega, le robaron 5000 dluos, y á su hermano don
Rarael. contador de marina. todas cuaDtas alhajas tenia en su casa -
de algun valor: dichos seDore. fueron á quejarse á Caballero 'de
Rodas; Ilero este no les atendió.


Juan Molina Campo, fué herido en la carrera de Capuchinos en
medio de la calle, al salir de su casa cuando ya habían concluido las
hostilidades.


Antonio Adar~e, natural de Ecija, de oficio zapatero, vieodo que
ya se habia concluido el fuego, y no teniendo pan en su casa para
comer, fué al taller de su amo á pedirle 10 reaies, en el camino fué
cogido p;)r la tropa y fusilado con Juan Bautista Sedefio, Cristo-




1352 HISTORIA DEL REINAl)O.
bal Reyoa, pintor, natural de Almogia y otro forastero del que no
se ha podido saber el nombre.


Don Francisco Gimenez, fabricante de peine. y alcalde de barrio,
habitante en la calle de Huerto de Monjas, núm. 22, que fué ~tr8-
lado ignominiQsamente por la soldadesca. sin tener an consideracion,
que era autoridad.


En la c~.lle de Jaboneros, núm. 6, tres soldados del regimiento
del Rey, llevaron varias prendas robadas para que sus dutltlos las
guardasen, quienes asi efectivamente lo hicieron, recogiéndolas los
tres soldados tres dias despues, en el momento que se marcharon:
Jos duellos de la casa, atemorizados, no se atrevieron á dár parte.


IJdefonso Garcia, habitante en la calle de Paniagua, núm. 35, lo
sacaron de su casa en companía de otros tres, y los condujeron al
llano de Gamara, • un kilómetro de esta" (Málaga) y les hicieron
una descarga de la qúe únicamente se salvólldefonso Gareia á quien
apalearon llevándoselo en clase de prisionero. .


En la Puerta del Mar, núm. ~,don Angel Trabuco, súbdito ita-
liano~ le robaron CJ,l alhajas 'f metálico valo~ de S. 6 00 reales, in-
sultaron y amenazaron á su señora, única persona que habia en la
casa.


En (a plaza de Atarazanas, núm. 11, á don Jos(Baca, ;de ideas
contrarias á la república y que se hallaba ausen~e á la saZOD, los
ingenieros le rompieron las puertas de la casa á hachazos, saqueáD-
dola completamente, y destruyendo el mobiliario, i. oo. duros im·
porta lo robado á dicho senor.


En Callejones, casa núm. 76 1 fué fusilado en ~l patio de su casa
" Manuel Espolio; cuando lo eojieron estaba sentado en el brasero ca-
1entándose.


Igualmente fusilaron en el mismo patio á loa dos hermanos t A.n-
tonio y Santiago Garela.


Antonio Martin fue sacado de su casa, calle de la Trinidad, n° '76,
y llevado preso, pero en el caminó fuéfusilado, porque segun dijeron
unos que volvian á llevar otros'prisioneros, ya no cabian mas en el
'cuartel.


En la calle de Mármoles fué herido de un tiro de revolver por un
oficial, un paisano, y el sargento de la misma compañía le hirió de
un sablazo en la espalda. Iba tambien preso, y lo habían sacado
villanamente de su casa.


El establecimiento de don A.ntonio Martin, situado en la calle de





DIL ULTIlIO ¡ORIOl( :DlISPA,jA.. 1358
Mármoles, núm. 13~, fué saqueado compl~tamente, ·lfé.4o~ todo ~
el dinero que habia en los cajones del mostrador, dos relojes~ . ya-
rias alhajas de valor y toda.la ropa que encontraron de buen uso.
. . . . . . . . . . . .. ",. . .


Creemos que con lo dicho basta y aun sobra para conocer el ea-
raeter'que tuvo la victoria de la autoridad militar en Málaga; por lo
mismo dejamos de continlJar la multitud de casos iguales la 108 re-
feridos. que contiene el folleto lDdicado, y que debemos suponer biea -
informado, tanto por ~star escrito por UDa persona, que al parecer
fuvo oeasion de presenciar mucho de 10 qu e relata, como porque no
ha llegado á nuestra notioia que nadie haya.refutado su aserto.


..




CAPITULOCX€IY.


SUMARIO.


Alboroto en Tarragona;-Asesinato de Reyes.-Partido" que sacó el gobierno de este
aconticimiento.-Sucesos de Barcelona.


1.


El gobierno del general ?rim con sus actos ha venido mostrando
que Ja libertad se ha de practicar de un modo que no se oponga á
los" planes y voluntad del ministerio;" esto no debe extraflarno.
cuando uno de los ministros de' gabinete diJo de la manera mas
enérgica que la «libertad era elástica como la gutta-percha ••


Mucho debiera sorprendernos la lógica del gobierno -si no supie~
semos á que atenernos tocante al particular. Se comete un asesi-
nato en Tarragona en la persona del infortunado secretario del Go-
bierno civil Sr. Reyes y se manda desarmar la milicia republicana;
protestan los comandantes de las fuerzas republicanas de Barcelona
contra tal arbitrariedad, y se manda desarmar á los batallones re-
publicanos de la capital del Principado; se verifica en Tortosa ona
manifestacion pacifica y con este motivo se desarma 6. las fuerzas
populares.


Esas medidas arbitrarias dirigidas expresamente 6. hundir en la




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 1855
impotencia al gran partido espanol, al partido republicano, al par-
tido del porvenir próximo ti iuevitable;· esos crímenes de lesa napiQl1
y lesa bumanid,ad, y el descontento queco'n su doctrinarismo han.
causado y cauu.n ,en todo el pueblo los hombres del poder, SOD 10.
agenles .P9<\erO$q~ que ~«HlyaJl el p~des'-l ,en.. ~U.e s~ »',n abado los
,ober~~~Q~~Clq"l~f f,!{\l' lo ,der.roeorá.n e~l di~.llo ·Qll1Y lejano, •.
Cuando JlJU," ~e.v,q~~ci<1D "'01»$ .1gpflal~J cl$1de ó . le D)PraJ;lO Jle3~
á alQa~,z~rJª viewri!l ,.en ,e} ~aQlPQ. $le,bataUo. D~pues ae la glorio,,,
de setiembre ha asomado su ~~ ,Q.lra revolucíon, que es popu-
lar 1 geq!,ral, ~ infaliblemente Ueprá á d~rrQtar el misérrimo es-
tí.do 'lc&nal de cosas. No queremos' ecbarla de profetas: hablamos
aleccionados por Jos ejemplos de la Historia.


Los alzamientos populares verificados en Espafta desde e168 hao'
sido provocados por el gobierno, y vencidos por el ~ismo. Mas
de seguro que no está orgulloso ningUJlo de los gobernantes ide
hlJ,ber n~vado á cabo tales ha"Zaftas. Si escucha la voz de la razón,
de la jUjtjcia y de la,conciencilJ"deberá estar corrido y avergonzado
por Jos ~ctos 9ue la ambicioD, el amor propio. ó la, pasipn de par-
tido le ban obligado á cQmeter.


Mas dejélll,ODOS de observaciones que mas adelante juzgará la
historia y demos cuenta ,de algunos hecbos que han tenido lugar 1m
nuestra patria.


II.


Ocurrió en Tarragona UD c!fmen inaudito, crimen que toda per-
sona, de oualquier partido que sea, reprobará con indignaeion; y
este crimen se echó en cara á todo un partido. El malogra3o don


- Raimundo de los Reyes y Garcfa, secretario del gobierno civil de
Tarragona y gobernador interino á la sazon porcomision del pro-
pietario, llevado de un celo desmedido y no escaso de 'Valor, se pre-
sentó en medio de la multitud que, con motivo de la llegada· á
aquella ciudad del general Pierrad, victoreaba á' este con entu-
siasmo; exigió que se' borrasen de ~Ios pendones los lemas de
viva lallepública, y mientras andaba en contestaciones sobre el
"ar'iCjlI~t UQa turba de malvados s~ arrojó sobre ~I, le apartaron
d~ lacomijiva y ,,_sesinarOtB impune y miserablemente, pues el des ..




1356 HISTORIA. DEL REINADO
graciado Reyes no tuvo nadie que le defendiese en aquel terrible
momento.


• En todas partes, en todas las clases y en todos Jos partidos, se
albergan siempre ,malvados que aprovechan todas las ocasiones
para saciar sus criminales instintos. ¿'ueden ser todos los republi-
canos de ,Tarragona culpables eje tal crimen? ~o por cierto.-ta. culo


. pa debe darse tan 8010 al que lo cometió, de 'ninguna manera á los
adeptos de un partido, por mas que el delito se cometiese ~on mo- #
tivo de una manifestacion republicana.


Mas como si el partido progresista quisiera vengarse de los ul-
trajes Ínjustos ó merecidos que los p~rlidoB antiguos le han dirigido
siempre antes de ser poder, pretende arrojar 8U saliva al partido
que, pese á quien pese, ha nacido con mas bríos que el suyo y que
se ha desarrollado de una manera mas colosal.


J)el crimen de TarÍ'agona se tomó el futil pretesto para desarmar ~
la milicia de dicha ciudad. Los jefes republicanos Je Barcelona
protestaron de lamalla tropelia, de tal injusticia; y el gobierno que
solo esperaba como el náufrago que se ahoga un objeto de que asir-
se, tomó tambien pretesto ae aM para desarmar á los republicanos
de Barcelona, desarme que sin duda se habia decretado ya en Jos
planes liberticidas de la esfera gubernamental.


1If.


«El capilan general don Juan Prim y Prats, dice el diputado
Serraclara; conde de Reus por gracia de Isabel 11 ~ á quien ha ar-
rojado del trono y presidente del consejo de ministros de. S. 1. el
Begen~e de Espana por gracia de la revo]ucion á la que intenta pa-
rar en s'u camino y convertirla en provecho propio, trajo de su es-
cursion veraDiega al imperio francés un plan liberticida que tenia
por objeto la enlronizacion de un rey fantasma, que alejara la po-
sibilidad del advenimiento al trono espallol de la familia de Orleaos
y á la vez vincular el poder en manos del partido progresislá, ham-
briento de destinos tras tantos aftos de privacion y ayunos.


»La única dificultad que este plan encontraba entonces, prescin-
diendo de olras que han aparecido despues, era la existencia en
Espalla del partido republicano, jóven y allimoso, lleno de ,fe, ávido'
de justicia, representante de los verdaderos intereses del pueblo, y




DEL llLTIMO: BORBON DB ISPAÑA. l:rrs1
.


capaz, eon su sola fuerza moral, de hacer imposible la vuelta de
teda monarquía •.




IV.


Los que conozcan la tenacidad é ingenio con que siempre ha de-
fendido el pueblo catalan sus libertades y hayan oído hablar ahora de
las barricadas del !5 de setiembre, S8 habrán formado de estas una
idea muy equivoéada ¿Qué mucho sitambien se la han formado 108
,.\tentas Fierabrasque las tomaron? Coofiéso que al leer los partes
dados por los heróicos vencedores, no he sabido reconocerlas.


Las barricadas no obedecían á ningun plan.
Se habian levantado po\' ell$almo, sin direccion y en aquelloslu-


gares en que las tropas, apostadas de antemano en punto estraté-
jico, permitieron que se hiciesen.


Las habia en la calle del Cármen á la altura dd Instituto de 2.·
enseflanza, p'orque los soldados ocupaban la iglesia de Belen, y el.
mercado de S. José. Las babia en la calle del Hospital á ,la altura
del pasage de Bernardino, porque los soldado~ estaban fortificados
en las primeras casas de dicha calle hasla la plaza de S. Agustin.
tas habia en algunas calles transversales desde la del Hospital á la
de San Pablo, porque 108 soldados desde el Liceo dominaban esta
última y estaban en perfecta correspondencia con Jos cuartel de San
Pablo, los cuales á su vez se correspondian con los de la Cárcel J
eOD los de los Escolapios en la que rué pueria de S. Antonio. Los
habia finalmente en ta calle de Poniente y otros pocos boquetes
abiertos en aqüellienzo de derruida muraUa, porque la columna del
coronel NouviJas tenia establecido un cordon en el camino de Ronda
hasta la plaza de Catalufia.


El que conozca el plano de Ja ciudad de Barcelona, puede hacer-
se cargo de lo que significan tales barricadas. El que no lo co-
nozca sepa que el área ocupada por las mismas representa una oc-
tava ó décima parte del ter~er distrito; que sus calles son .llanas,
no estrechas y rectas; que no tiene ningunedificío en qfte pueda
fortificarse un cuerpo armado, y por último, que en' el mismo cen-
tro 'de ellas hay la plaza Uarnada del Padró,' cuyas casas todas ha-
bian sido aUatla()as por los Cazadmes de Taíavera que las habian
convertido en otros tantos fnertes.· -


To»o III. 17!




1358 HISTORIA DIL REUIADO.
Las barrieadas estaban construidas con adoqnines arrancados de


las calles á doble ó triple grueso, eran rectas y cubrian á sus defen-
sores lusta el peoho. La~ casas á que estaban adosadas no tenian
preparativo alguno y hasta las habia que carecian de comunicaeion
entre si.


Cuando la comision llegó á ellas se trabajaba todavia en la CODS-
truecion de algunas. Eataban ocupadas por una muchedumbre' de '
hombres, mujeres y niftos, los mas completamente indefensos. En-
tre ellos no pasarian de cuatrocientos á quinientos los armados, per-
teneeiantes en su mayor parta á los batallones de milicia ciudadana
que querian cumplir su proposito de no entregar el fusil sino por el
canon. Estos (ueron acudiendo despues de empezada por los mas
activos la construccioo de barricadas, porque teoian su principal en
~I ex-convento de Capuchinas sito en la calle del Cármen, y hubie-
ron de pasar por en medio de los soldados que aunque podian nO,se
opusieron á su congregacion.


i A. cuántas consideraciones se presta )0 que acabo de relatar!
Los que hemos visto otras veces construir barricadas y que por


rererencia sabemos como se han construido casi lodas .las de los
tiempos modernos, sabemos que el pueblo aprovecha para hacerlas
el descuido ó la impotencia de los que representan laautorid.ad y la
fuerza. Sabemos que tras un dia de inquietud y zozobra, de falsos
rumores, de presentimientos vagos, sigue una noche 6 la que niega
la lUDa sus pálidos resplandores. Sombría y quieta, mas no del to-
do silenciosa, siente turbada su aparente calma por ruidos imper-
ceptibles, que solo se presienten, que bora recuerdan el lejano sil-
bido de los vientos, ora recuerdan el monótono zumbido de las abe-
jas en su laboriosa tarea. Y al siguiente dia, cuando alborea el
oriente y la dormidaiCiudad se despereza, se vé' _al abrir los ojos
cortada por parapetos de piedra, erizada de fusiles que brillall de-
trás de improvisadas trincheras. El redoble del tambor y el grito de
alerla hiere sus oidos; la bandera roja ondea al viento. Y los paca-
tos habitantes tiemblan, y mas tiemblan todavía~ porque tienen el
corazo. menos sano, los representantes:de la tirania que tras tan-
tas derrotas aun quieren aberrojar la innata libertad del indiviuo.


Asf se comprende que ulla reunion de gente no disciplinada á
quienes reune la ocasioll, tome una actitud hostil, de resistencia.


Pero no sucedió asi en Barcelona; sino que las barricadas se
eOlstruyeroD en pleno dia, á la lrlz de un sol brillante. Se eonstrll-




DEL ULTIMO 10aBON DE ESPAÑA. 1~59
yeron como por juego, entre broma y algazara, á la manera que se
preparaD las populares fiestas de barrio; con las tiendas abiertas,
cuchicheando y formando corro las mujeres ayudando inocentemen-
te á transportar piedras los niños. Esto, mientras todo un mariscal
de campo, de la hermosa estampa de Gaminde, recorria. la ciudad
calzando botas y apretando los hijares de un brioso corcel; mientras
Jos oficiales de estado mayor con sus plumas y bandas azules desem-
pedraban las calles ó se devanaban los sesos sobre UD plano de
Barcelona; mientras los jefes y oficiales pensaban, con ·Ia espada
desnuda, en la próxi'!1& promocion . y mientras el· sufrido soldado
espanol, bijo del pueblo arrancado de su casa en nombre de la in-
dependencia de la patria, miraba arma al brazo á los pocos pasos
de distancia á sus hermanos, otros híjos del pueblo, á quienes den-
trode poco debian. ordenarle asesinar para perder la .. libertad de
todos.


Nunca me he preciado de entender el arte militar, porque me re-
pugnaD por temperamento las reglas de la muerte; pero aun así
apelo al sentido comUD de cualquiera para que me diga si no podia
el que era dueno por la fuerza de toda la ciudad, 11 que estaba en
posesion de todos los puntos estratéjicos, impedir que se levantara
una piedra de las calles de aquella. Bien es verdad que de hacer en
los barrios del Padró Jo que se hizo eJ;llos de San Pedro, no hubiera
habido barricadas, :ni combat~, ni... sus naturales consecuencias.
Bien es verdad que en épocas ea que se aplauden y premian hecho¡
como. la hecatombe de Mootalegre, la prision de mi querido compa-
tiero Caymó, y la muerte de ese otro amigo, mas caro desde qtie lo
perdi, el diputado (luilleD, es preciso dar nuevo giro á la conciln-
cia y cambiar por completo el sentido moral. .
. Tao raro ·pareció á todos los barceloneses la~8nera como se per-


. mitió levantar onas barrica~as imposibles, que se dijeron de públi - .
co cosas inverosfmiles. Para .ejemplo sépase que corria válida la
voz de que aotes de las tres de la tarde se habia apostado en el
CODvento' de capuchinas UDa compalHa de soldados, la cual recibió.
despues órden de retirar,· dejando ·el punto espedilo . á los volunta-
rios. Tambien se dijo que muchos dias antes de IQS sucesos se te-
nian fenalados los puntos en que se impediria la formacioo de-
barricadas·¡
~ Nadadee$to he podido creer que fuese cierto, porque de 808pe·
cllarlo siquiera, hubiese quedado avergonzado de ser espallol.




..


18G. BIS1'OB1A DEL IlIlNiDO
a


v.


Es un hecho indudable que .i el fuego se hllbiesereto .á las CiD ...
el de 1& tarde, cuando fas barricadas contaban coomasde cu .....
mantos defensoru, la lucha á pesar.de las' preeauciones del direc ...
tor de aquella triste jornada, no hubiera durado meDOS de tres dias
y Cfue atendida la posicion de los republicanos, .que oacia seguro SQ
V6acimieoto,esta obstinada resistencia hubiera dado por único re ...
sultado el enCOBO de los asesilWs y un aumenio horroroso del nú-
mero da víctimas, si nada positivo en favor de la causa republi-
cana.


Espero que IUtdesgra-cias que evitamos eo· aquel dia pesarán en
el platillo del bien que hayamos hecho ..


Los iadi,iduQS de la comision cODferellCiaron eon los :que pare-
cian jefes de los republicanos. Les pintaron fa situacioD en -que se .
enc611tramn, el d~ber de humanidad que les obligaba á no provo-
car la J8cha, hieieron uso dei prestigio personal de que gozan y de
la autoridad que les daban los cargos que ej~rci.n, apelaron al in-
terés partieWar 'i al d~l partido, todo- en vano. Aquellos hombres
que 8Dlre si 110 Sé entendian al tratar de lo que mas de cerea les ti-
<*Ja, que era su material de defensa, estaban perfectamente de
acuerdo al rechazar toda solucron pacifica, fundándose en que DlI
podia ser tolerada la violacioo de la eonstitucion llevada á cabo por
el GQbierBe. ia estt tenil~ razon aquellos I6f.;Ies cCtrazoneB,' pero
se '8qni.yoeallan 6D ros medios que pensaban emplear. Se Dlyidabaa, .
ninos! de que toda la razon del mundo no es bastante si falta fuer~
aa para hacerla val •. Y en tanto no lo u, que si lo fllera tiempo
haoe habrian.bado wdu las luobas y dejado lo meDOS de S6r el
azote de 101 mas, :y sehabiera realizado el desiderldum de bienestar
sooial á que caminamos, por medio de la república.


Tt38 mueb.os .esluerzos, solamente pudimos conseguir de los jo-
f61 republicanos la promesa de qlle si :el eOlllité daba 6rden de 00 ...
sar la resistencia, -oh.ed.eeerian ..


Vislolllorando IJOf este lado alg~1l esperaDJa., aJgtmOi" laco-
misio n junto conmigo nos dirigimos al local en que se remria meo-
mité, y ft,i-rus la forillO! de' saber por boea de lesq,u'e lo compo-
nian -que c~nformes coo nosotros en todas las CGnsideraeioll4S que




, .
~"


DEL Ul.llM.O ».ORBQN J)J ISP .... ÑA. 13.1
- . .


P9J. ~a.hia ~(). J, "tw~.t .con.siderahan que.no debía hacerse
. otra CGsa que oesar la resistencia a~l4ya, en .uy.o sentido eeJaban
Je4a~p órde.ne. escritas. .
,d~AimO' • cQmuicartaD grata noticia al AyuDlar»ieoto pGpular,
4Uie.n QlO ~qiriÓrJ~co~ elaJ~ pOIlular un Inocente Lopez,
!.-<~'¡e~ilo.G ,lacia&o ~erul JWOl, la o~jon de .poner)a en


.. ~qoti.Qrien.tf) del'Ct,pjAo.ge.u.eral·y depfAC.tllarob1ener .de'élla prór-
roga neo.esaria para que pródojeran su efecto]as órdenes de) Co-
milA. - , . -
~l~ :...... . ;",~ ~ ..


~'I 'l,ot )8'" 4~e.plAA'~~ estraDo, y.o no ,babia visto siquiera hasta
;~t" éJja al maliac,.l.d8 eam,o. Gami,od13. NoD;le gllSta ii. vender


. protaccioJJ, m A .t'f!.c.o¡Qe~d,r lawres 8J1 IGS guine.les de las autori-
. d.a4ei daprp,iQo~ 1 .mucho m:enos á ]o.s militares. Nós recibió de-


masiado. militarmente quizás, de pi~ en .po estrecho. patio., y tras
un~ brev.e conver..acioll en que., á estilo progresista, no. perdió la
ocasiQO de 4ecir.Dos .q\le lodQs somos lilJelalea.de ]0 ooal tengo. mis
'~bA" ~_, ~tt\Ü~ \. "\\~U nwlill, hoxa lU84 antes de to.mar
reBQlooion"'gu.o.a e$.keQ)8.


VI.


'¡s6 con eiceso la media hora concedida sin que se rompiesen
,jaa hoitilidades y sin que ie tuviera DQUcia de !ue las barricadas
hllbiesea ¡¡do abandcma"-s •


..


vu.


J&Sde J68t~lIlOm9ato "lo. htebos le pr~oipitaB eon r¡pidez verti-
giI_ .. plaplGS de "talles 4e etuDa reow~aoieD para mI, poco
iotortJsaates para'el pú'liQO .• en, graea de quieu Buprif!liré todos
aqueUceque lO .ir.n pilla formar idea exacta de lo guepuóe.
aquejl. loch •.


La comision, delptl68 lit reunidos todos&uJ indlv.i4uOJ ea Jaca-
He del Hospital y el diputado A.lsina á quien se envió~á busear, pe-'
netró en las' barricadas, y pasó inmediatamente á contere_Dciar con
el coronel del regimiento. de Bailen don Eduardo NQuvilas, cuya 00-




136!
lumna creo haber dicho que se estendia desde los 'Escolapios basta
la plaza de la nueva Universidad.


El caracter que presentó la conversacioo foéJao amiatbso, tan
patriótico, lan liberal, se demostró por ambas ,partes un espiritu
tao conciliador á la'vez qU& levantad9 y'ooble, ',que es en verdad de
deplorar que 'la historia nopúeda consignarla como 6n y remate de
aquellos sucesos para honra del ejército espaliol y de la ciudad de
Barcelona.


Llevados todos del m~jor deseo, no fué meoester mucho tiempo
para ratificar el proyecto aprobado por el Capitan general, y quedó
convenido que las tropas del coronel NouviJas se retirarían á 18
plaza de la Universidad y que por su parte la comision procuraria
bacer despejar las barricadas en el espacio de una bora que termi-
naria á las nueve menos cuarto.


El jere de los republicanos, Morros; hizo presente que atendida
la dificultad de la empresa tal véz se emplearia algun tiempo mOas,
á lo cual contestó el coronel que entre nosotros no debían regatear"
se los minutM y que él á imitacion del Capitan general, no babia
de ir á cortar con tijeras de sas~re.


Hfzo!e tambien observa,r el ciudadano Morros que podria suceder
que al retirarse Jos derensores de Jas barricadas, algunos disparasen
sus armas, por despecho ó por ganas de hacer ruido; por lo cual le
suplicaba que no hiciese easo. Y el coronel á su vez manifestó co-
nocer perfectamente lo que en tares casos sucede; por cuya razon
podiamos estar seguros de que él no es hombre á qoien asusten
dos, tres, cinco, diez ni más tiros, como lo ,habia demostrado aque-
na tarde misma.


En vista de esto el ciudadano 'Morros ofreció que '1l1 mismo iria á
darle avis!!, en coanto las barricadas quedaran abandonadas.


HJ creido necesario insislir algo en el car,cter de buena fe que
tovo asta conferencia y la confianza en la solucioD pací6ca que ins-
piró á todos, porque uno de los grandes cargos que despnes se nos
bao hecho á los de la comisioD por el que se encargó de represen-
tar el papel de fiscal en mi proceso-colMdia, ha sido el de DO ha-
ber abandonado precipitadamente las barricadas en el mismo ins-
tante que su refoj marcaba la~ nueve menos euarto.


'"" ~ ~ ! ,




DEL ULTIM.O IOIBONDS .ESUÑA.. 1363


VIII.


La comisioD se dedicósip levantar mano, á1a árdua tarea que se
habia impuesto. Es imposible pintarlos homérieos- ésfllerzos que
practioaron sus individuos para conleguir su objeto. ,


Ya juntos, ya separados recorrieron las barricadas, exhortando á
los unos, arengando -á los otros, disputando aqui, convenciendo allá
y prosiguiendo infatigables' su .laborioso trabajo.


Nada hay mas dificil que templar la sangre de quien c'On:razon S8
halla exasperado y que ha tomado la resolucioD de fiar á la fuerza
el sos len de su derecho. Nada mas árduo que reducir al razona-
miento frio á. quien tiene exacerbadas las pasiones y siente con la


-proximidad del combaíe los in.lintos sanguinarios que nunca la edu-
cacion apaga en nosotros completamente.


La comision babia de luchar, con mil obstáculos insuperable~ ca-
si: con la razon indudable que asistia á. los republicanos y los mo-
via á resistir; con la ligereza de los que ~reen que no pueden salir
de su casa con un fusil sin dispararlo; con el falso pundolfor de los
que temen ser tachados de cobardes si se retiran sin luchar; con la
no melos falsa bizarrfa de los que viendo el asunto en vias de ar::'
reglo pretenden con su tenacidad pasar plaza de arrojados; con la
desconfianza de 103 que otras veces han vistO)UB esperanzas defrau-
dadas por los jefes mas queridos; y finalmente, con la traicion y
villanía de los que, paiad03 por los enemigos de la libe'rtad, se
mezclan entre los verdaderos liberales y les inducen á hacer todo
aquello que es mas contrario ál interés de causa.


Me coñsta que de· estos los habia en las barrieadas. Yo les vi, les
conocí y sé su nombre. Solo las circunstallciaS' les libraron de reci.;..
bir el condigno castigo. Por esto cuan~o ha llegado á mis oidos la
noticia de que entre los muertos en aquella noche por balas espa-
nolas le ha encontrado un sujeto que habia pertenecido á la policía
secreta, DO me ha causado ninguna estrafteza.


Ctntra todos esto. obstáclllos luchaban los individuos de la co-
misitn, entre la obscuridad, sin saber quien les rodeaba sin cono-
cer las mas veceJ á a~uel á quien dirigian la palabra. Aunque no
era de eSI)erar, sus esfuerzos iban dando satisfactorio resultadó. La
mayor parte.de 188 replblica!lo.i s Hitiraron, las mas de las barrica-,




1 S 8' . HISTORIA UEI. ~lfifUI»
das qu edaron desguarnecidas. Cundió la voz de que todo se habia
arreglado, y de tal manera se difundió la esperanza de una solucion
pacifica que volvieron aparecer por la calle mujeres, á Jas que no ha~
bia visto'enesta mi segunda visita á las barricadas.


rOlI nobte rpnídler1'te~lMebrÓ"eataIftnt' eutti ~ct) re eeMéeB los
que te CUDS'ideran -dfseoI& y IevntÍ!e~r euls peco s8'hefl que tu'e..
racter e.ntero se do);1'a con faeilfdad ante paPatras- de ra~n y actós
de justicial


Obtenido el triunfo. en esta ptimera paTte de n1l'eSt~ mfsieD, CJUe-
daban todavia por convencer los Dt11S exaltados. Animados por el
exilo conseguido la emprendimos con ~11o&. individua' y eoleefiva-
mente, sin perdonar argumentos, órden'es, halagos nj promesas.


Nos multiplicábamos, nos exce-dfamos á nMOtros mi:smos y no
son para contadas los ptderosos etf1m'zorf de ~r80a8iO'll y tliatéeti-
ca que hubimoS' de emple'8f en aqueMa lucha titániea contra perso-
nas cuya mayor parte tenia la firmlsima conviceieD d& que obraba
bien, la defendia con las IDas estraordinaria'S y hasta estemporán-eas
razones.


Mucho mayor trabajo nos costó convencer-a') centenar de' reza-
gados qué fueron despues vfctimas de su temeridad, del que em-
pleáramos COD todos sus· otros campaneros. /


IX.


Hn tal estado las cosas, se me aeereó e'l ciudadano Morros y me
dijo que le acompanase á conferenciar con el jefe de la fuerza del
ejército que ocupaba:las casas del Padró, porque los que defendian
ciertas barricadas se' negaban á desámpararlas, mientras fa presen-
cia d'e centinelas en las mismas calles del Hospital y del Cármen,
acusase el incumplimiento de lo:estipuladoeon ef eoronel'Nouvilas.


SeguHe inmediatamente y apersonándonos con el temenfe' coro-
nel don Manuel KeHer, primer jefe deljbataHon de cazadores de Ta-
lavera, le manifestó Morros en mipresElllcia el obJeta áe su venitflr,
esplicándolé los tratos que quedaban heehoS' con el coronel Nouvi-
las prévio conocimiento y consen1imiento del' Capilao general, y
terminó suplicándole que si no habia inc3Dveniente, apartase él
tambien sus trt>pas de la visla de las barricadas, cron Ib'cual se-eon-
seguiria mas fAcilmen"fe la pacificamon geneta1.




DBL UI.Tnli) Ilf,RBON DE RSPAÑA. 1365
En muy pocas palabras confirmé lo dicho y manifesfé Ja espe-


raoza de .que todo acabaria en bien .
El jefe á quien dirigfamos la palabra nos manifestó qUA no po-


día acceder á nuestro ruego sin recibir antes órdenes del mismo
Nouvilas, y como yo, que creiaá aquella fuerza dependiente de este
y destacada ó avaozada desde la que ocupaba las escuelas pias,
manifestara estrarJeza de que no se hubiesen recibido tales órdenes,
M acordó mandar al coronel NouviJas un emisario para preguntarlp-
Jo que debía hacerse, con cuyo objeto partió el teniente don Pedro
Cornol,. á quien para su seguridad se hizo acompanar por un guia
republicano armlldo, á traves de las barricadas.


Nos separamos de los cazadores de Talavera y émpr~ndimos de
nuevo nuestra tarea, contituyéndonos en .81 ex-convento de Capu-
chinas donde estaba reunido el mayor número de reacios. Seguian
~ntre ellos fas murmuraciones y rérficas. Las palabras ¡Iraicion!
¡noa han vendido! se oian de vez en cuando, -ya en tono desespe-
rado, ya en ademan amenazador. Sin embargo, durante mi corta
ausencia, mis companeros de comision habían adelantado mucho en
su empelio y los mas obstinados se ¡han ya re'titando. Nuestra llegada
acabó de resolver la cuestioD. Nadie quedó por ctnveDcer,y toma·
da por todos la resolucion de irse á sus C8sas, empezaron á desfilar
uno á uno por el portillo que bay en la puerta del convento, qUé
babia quedado ..abierto.


Entonces por vez primera respiré tranquilo y descansado. Nues-
tra campana quedaba terminada; vencido, anonadado y completa-
mente en descubierto el general y el gobierno, las vi as legales 8J:-
peditas para pedir y obtener completa satisfaecfon de las ofensas
cometidas contra la ley y eontra el gran partido republicano federal
espafto).


Pero, oh! inescrutables miras de la Providenoia, que permite á
veces la pérdida de las mas justas causas! No babia salido mi sus ...
piro de $stisfaeeion· enteramente del pecho, c~ando· lo interrumpió
bruscamente el renujo al corazon de toda mi sangre.


El ruido de una descarga de (a.sileria disparada por tropas rela-
lares llegó á mis oídos. A esta siguió otra y otra. Los repubJicanos
S8 arrojaron veloees á la salle gritando: I traieioD! y contestaron al
azar 6. tan inesperada acomeli(ja.


ta lucba babia empezado, Gaminde podía estar contentó.


TOMO JlI. 1'13




1366 HISTORIA DEL REINADO


Vi.


¿Qué habia sueedido? 6Qué se habian becho las formales prome-
sas del Capitan General? ¿Que las francas palabras de) cnronel Nou-
viJas? .


El teniente don Pedro Cornel en cumplimiento del encargo que
recibiera, se dirigió á recibir órdenes de Nouvilas y cumplido su co-
metido, regresó hácia la plaza de Cataluña entrando en la .Rambla.
En la de los Estudios encontró al Capitan general y. llamado .por
este, tuvo ocasion de esplicurle nuestra entrevista con el tenienle
coronel Keller, los resultados que la comision acababa de obtener
en sus esfuerzos pacificadores y la mision que se 'le habia encar-
gado.


Poco despues, en menos tiempo del que empleó el teniente para
ir desde la iglesia de ·Belen á la plaza del Padró, el general mandó
romper el fuego, de modo que por poco cuesta la vida á Corne) tan
rápida é inesperada órden.


Así pues (nótese bien) el mariscal de campo Gaminde mandó á
las tropas atacar las barricadas de la calle del Cármen, á pesar do
que sabia perfectamente que dentto de ellas se hallaba el diputado
Serraclara en union de varios individuos del ayuntamiento popular
y a\gunos vecinos, que con su consentimiento habían ido aUí á pa-
cificarlas; á pesar de que le constaba que los esfuerzos de esta co-
mision iban dando brillantes reaaltados y anunciando en breve pla-
zo su completo éxito; y teniendo finalmente noticia de que los de-
fensores', ó mejor dicho, los que se hallaban dentro de las barriea-
das, exedian en poco de cien hombres armados .


• Esto ya no es hollar la cODstituciony las leyes; es hollar otra
<cosa mas santa que yo deseo no se borre nunca de mi coraZOD.


En cumplimiento de las órdenes del General, un seilor Bugalto,
cuya graduacion no recuerdo en este momento, tomó la tercera com-
pania de cazadores de Bejar y junto con la escuadra de gastadores
de Navarra empeliÓ el asalto. '


El ruido dé sus disparos foé el que vino á echar abajo en u~ mo-
mento nuestra obra de todo el dia;á dar mirgen á un saogrieato
conflicto que ;hubiera podido evitarse, ql1e en rigor se lIabia evita-
do ya; á causar vretimas y á hacer viudas y huérfanos, cuyas Já·




DEL UTrtMO BORJJON &E ESPAÑA. 1867
grimas hoy no correrian abundantes, á haber- tenido el máriscal
Gaminde un poco menos de ciego cumplimiento á las inicuas y pre-
miosas órdenes del general Prim. .


XIIL


Roto el fuego y pasado el primer momento de estupor, se des-
pertó en los mdividuos de la comision el instinto de cODservacion.
Movidos por este, recorrieron á ta desbandada el interior del con-
~~\)\\) \\~ ~~))'I)t\\\\l~'i>, ~\) \}\\~ 'i>~ \\~\\'tJ.\)'6\\, ~\\ \)\\'i>~~ \\~ \\\\?t. 'i>"\\~\\
tlue les alejara del JugªÍ' del comlfste; mas pronto hubieron de con-
vencerse de que esto era inútil, porque ó la tal salida no existe, ó
no la conocian ni la tenian tomada los defensores de las barri-
radas.


Visto que la salida era imposible, como no fuese á través del
eombate que se libraba á las puertas mismas del edificio, y:que los
pocos que se habian defendido en la calle volvian á entrar derrotados,
despues de haber sido ligeramente herido el jefe Morros que ausiliaba ..
en sus trabajos á la comision, los miembros de esta comprendimos
que n() h.abi\\ ac\\had() tod\\vi\\ nue%tra ID\%iou pacífica 1] que aun
estábamos en tiempo de impedir mayor elusion de sangre.


En efecto, no se me ocultó, ni á mis compatieros, que en el es-
caso cuarto de bora que babia durado la batalla, no podía haberse
vorlido mucha sBngre. JI
. Por esa. relacion verídica del diQu.ta,do reQ\lh licano Serraelara.
sa ve lo que fué la insurreccion de Barcelona un atio despues de Ja
gloriosa revolucion del 68. El general Gaminde recibió en premio de
tal proeza un nuevo ascenso siendo este asi comO' su condncta, cen-
surada por la parte sensata de la poblacion. Toda la insurreccion se
redujo á algunos paisanos muertos y heridos, como tambien algu-
nos soldados ...


Acontecimientos de octubre de 1869 en Valencia.


1.


Hemos hablado de algunos levant .. miemo8 . de Espala desde la'
Jevolucion de setiembre de 1868, iDdicán~olos tao solo con elob-
jtito de dar á comprender el estado de los ánimos de nuestros par-




1368 HiSTORiA DIL RIUNA»O.
tidos políticos, y el descontento que los gobernantes actuales hao
producido á todos los espaftoles en general, eseeptuando ~I escaso
número de hombres verdaderamente libres que defienden el ga-
binete democrático monárquico •. Pero aingun levantamiento tiene
á nuestro modo de ver -tanta importancia comoel del partido re-
publicano de Valencia en octubre de 1869; levantamiento en que
dichl) partido no pudo ser vencido por el gobierno, pues hasta los
mismos monárquicos confiesan que ]a revolucion de Valencia DO-
hubiera sido sofocado frente á frente á no haber acudido el gobierno
al decisivo argumento del bombardeo de la ciudad, lo que puso el
sello á la mas negra indignidad de un ministerio que se Hamaba li-
beral y que faltaba abierta y descaradamente á los compromisos
contraidos á la luz del dia con la milicia valenciana.


11.


No queremos entrar en pormenores sobre los hechos que acon-
..tecieron en la mencio8ada ciudad en los días 6 á 16 de dicho mes de
octubre; basta con los acaecidos en otras ciudades y apuntados com-
pcndiadamente en nuestro libro, para comprender la saña de los pro-
gresistas contra el partido vital y poderoso de la nacion, provocado.
á la lucha con el objeto de destruirlo y anonadarlo por mas ó menos
tiempo. Solo queremos hacer observar la inicua manera de proceder
de las autoridades principales de Valencia y del gabinete de Ma-
drid con respecto á las fuerzas republicanas de Valencia.


¿Qué pretesto, es decir t que motivo tenían los gobernante! para.
proceder al desarme de los republicanos de Valencia? Motivo nin-
guno; prettlsto tal vez si. La famosa suspension de las garanlias in-
dividuales participada por Sagasta ministro de la gobernacion á los
gobernadores de- provincias antes de que las cúrles la volaran por
unanimidad di' la mayoria, como decia dicho señor, fueron la
causa de la sublevacion de Valencia, sino directa indirecta.


Con dicha suspension quedaban á merced de las autoridades lo-
dos los partidos, yel republicano que era el que mas inquietaba
al ministro de la gobernacion, fué. eLque mas vivamente sufrió la!;
consecuencias de aquel acto de despotismo, como que se le quería.
anonadar ó imposibilitar par~ que el gabinete del general Prim tu-
viese hi facilidad de hacer á su antojo la política mas conforme ik
BUS miras.




"-


DEL ULTlMO BOiBON DI ESPAÑA. 1 3G 9
Asi, pues, el partido republicano de ValenCia se p.urtó con toda la


morigeracion y cordura de que es capaz una capital de un pueblo
,adelantado; pero como á los gobernantes les con venia desarmar á
los voluntarios de dicha ciudad se recurrió á UDa infamia que suble-
vó los ánimos de los honrados y generosos campeones de la liber-
tad. Por sorpr,esa se provocó fa la lucba al pueblo valenciano, lucha
que el pueblo aceptó y que solo por su' generosidad no derrotó a) •
primer impulso á las tropas que,.el gobierno tenia en Valencia. Tam-
poco comprendemos como el general Primo de Rivera, á quien al-
gun dia calificará la liistoria como se merece, no di~itió su cargo an-
tes que presentar la batalla á los voluntarios de la ciudad dei Cid,


espues de Jos compromisos que públicamente contrajo con ellos .


..


m.


El número de soldados llegó á ser en los últimos días de los su-
cesos de Valencia sobre veinte mil; y sin embargo, todo este nú-
mero no pudo vencer á los soldado! de la república á pesar de las
iniquidades que las tropas del gobierno cometieran contra los repu-
blicanos. ¡Ni era posible que los v~ncieraDt El hombre que lucha
sin conviooion nu tiene fuerza ni energ[aj asalta la barricada por
temor á su jefe; el que lucha abrigando en su alma la conviccion do
la causa que defiende, lucha COll denuedo é inteligencia, con ardor
y entusiasmo.


Tan solo depusieron las armas los. republicano.; de Valencia
cuando vieron que el general Primo de Rivera bombardeaba la ciu-
dad, ya que no podía vencerlos de otra manera.


Nada queremos decir de 103 aclos de valor que los volun-
tarios do dicha ciudad llevaron á cabo; nada tampoco' de las tro-
pelias que las tropas cometieron. Tampoco queremos mencionar los
actos de despotismo y poca delicadeza que la autoridad miHlar co-
metió con los rebeldes. Otros escritores ha:! hablado ya de aquellos
sucesos.


Mientras una comision de los sublevados de Valencia estaba ha-
blando con el ministro de la- guerra en Madrid, á donde babian ido
aquellos pan tratar una paz honrosa, en nombre del partido repu-
blicano; eLministro tuvo la hwnorada de decirles que en ¡iqual mo-
mento se estaba bombardeando la ciudad de Valencia, porque los




. .


13'10 HISTORIA DBL B&INADO
revolucionarios no habian querido rendirse á discrecion. Sin duda el
general Ptim en aquellos momentos no pensaba que no siempre el
que vence lleva la gloria en un combatef pero á élIe importaba in-
dudablemente vaDeer y no quiso pararse en los medios para llegar
á su fin.


IV.:


Valencia, pues, quedó rendida, mas no vencida; los jefes de la in-
surreccion tuvieron que ocultarse ó expatriarse mientras el gabinete
ministerial cantaba victoria en todos los tonos.


Terminaremos diciendo que las bajas sufridas por una y utr.a "-
parte fueron bastante numerosas, atendi40s 108 pocos intervalos de .
lucha formal.


Varios fueron los edificios que quedaron arruinados ó mu y mal
parados por efecto del btJmbardeo; pero no siendo nuestro ánimo
entrar en mas pormenores sobre el particular, acabaremos mencio-
nando que el gobierno quiso provocar á la lucha á los repu-
blican<1s para sumirlos en la impotencia, demostrando en todas
partes, lo mismo en las capitalfs que atacó, que en los otros puntos
donde el partido de la verdadera democracia se levantó para protes-
tar contra el gobierno, como La-BisbaJ y otros, que su afan era el
de sostenerse en el poder, sin toner sombras que le robasen la tran-
quilidad, y atropellándolo todo si era necesario para llevar á buen
éxito sus pIaDes aberticidas. :




.cAPITULO C~;:V.


SUMARlO.


COllcIl1~iOll.


Dos afios de monarquia sin monarca: de revoJucion sin Sohlcion
ban pa9ado desde la caida de los Borbones, cuando Ja caida de Bo-
naparle 111, J la proclamacion de la República en Francia han ve-
nido á dar nuevo aspecto. á la situacion, á la interinidad revolu-
don aria espafiola; . .


Si la república francesa no puede resistir al rey de Prusia, y i la
vicloria de este sigae una reaocion bonapartista, la revolucioJ es-
paliola concluirá tambien por una ·sangrienta reBccion; si ]a Re-
pública francesa se consolida, la República se proclamará en Espa-
Da, mas ó menos tarde.


11 •


. El interés de Jos revolucionarios espanoles, queremos decir, de los
verdaderos amanles de la Jibert~d y del progreso,10 QliSlDO que su
mas lm.perioso deber, les imponía el no esperar pIAra proéJamar la
república en Espalla, fl ver el resullado de la )ucba en Francia, si




1 ~7! HISTORIA DEL REINADO.
no al contrario proclamarla ellos para contribuir á que en Francia
no sucumba, pues perdida en Francia la libertad, diffcil~ente po-
dríamos conservarla nosotros. -


Pero la miopía política de los pr08resistas espal'ioles, es tan pro-
verbial, que no creemos vean claro en esta solemne ocasion para
ver que tienen en sus manos los des\inos del mundo, que acaso de


, , '\


ellos depende el que la libertad. la paz y el orden ,se funden en Eu-
ropa sobre las sólidas bases de la federaeion de todos los pueblos.


La Prusia, ó su rey por mEjor decir, representan hoy luchando
contr~ la República francesa que les propone una paz honrosa, 10
que los reyes de Ja santa alianza que en 18i8 restauraron el des-
potismo en Espalla con las cien mil bayonetas del duq!1e de An-
guema.


El rey de Prusia y sus .600 mil soldados representan lo que los
reaccionarios llaman la causa del órden, no Ja revoloCion semi-de-
mocrática que los progresistas represen tan hoy en' Esparla, y el
triunfo de aquel no podria menos de producir la caida de estos en
provecho de una reaccion que acaso no se detenga en la union li-
beral.


Pero lo repelimos, no esperamos que Jos progresistas Jo vean ao-
tes que J~ tormen~a los derribe.


111.


El programa de los republicanos europeos es tan racional, tan hu-
mano, tan práctico, tan económico, que su aeeptacion por todos los
liberales, que aun no se han declarado republicanos, la union de
todos los liberales para:realizarlo, haria dar á la civilizacion mo-
derna un poco gigantesco ..


La formacion de la federacion europea aseguraria, convertiria en
una verdad, que hoy no Jo es, la independencia deJas naciones !e-
cundarias, como Holanda, Bélgica, los Estados escandinavos, Sui-
ZIl,- Portugal, y Grecia, porque todas, grandes y pequefias, á tflo.)@
igual tomariao parte en la fede~acion ..


El desarme de ejércitos y escuadras en todas las naciones las li·
braria de ]a banearrota de que toda.~ están amenazada~, -pues los
gastos de ejércitos y escuadras figuraD en sus presupuestos por 1&
cnarta, y en algunas por la tercera parte de sus gastos, yeso sin




DEL ULTIMO BORBON DE ISPANA. ' 1373
contar la riqueza que dejan de producir cuatro Ó cinco. millones
de hombres apartados de la produccion para no ocuparse en nada ó
en la destruccion, y cerca de un milloD de mulas y caballos .
• Es indudable que COD tal economía, 'con tantos brazos robllsto!l


disponibles para el trabajo, y con la seguridad d,e la paz entre los
pueblos e.uropeos, el aumento de la forlu,na pública J privada seria
tan considerable, el desarrollo del comercio y de la industria, 'el
incremento de la instruecion tao estraordinarios, .que la sociedad mo·
derna se elevaría á un grado de bienesta.r, de -cultura y moral, ta-
les como hasta ahora no los conocieron las humanas sociedades.


¡Y pensar que la realizacion de tantos bienes dependen hoy de
que los progresistas espanoles quieran ser progresistas verdaderos
uniéndose á los republicanos para proclamar la república y ayudar
á los franceses á conservar la integridad de su territorio y su re-
publicar


IV.


Sf, por mas que esto parezca paradójico es cierto.
Los progresistas tienen el poder, la legalided en Ja mano; procla-


mando ellos !a república, llegaba sin tr~stornos, sin luchas intestinas
no por el triunfo de unos y la derrota de otros sino por la uniou de
todos los liberales. La república no s~ria la eliminacion, sino la
union, representaria á Jos ojos de Europa una fuerza moral y ma-
terial tan grande que nadie dudaria que echa~a en el platillo de la
balanza en que hoy combate sola y desesperadamente la Republica
francesa, daria á esta el triunfo determinando al mismo tiempo el
establQcimiento de la republica en otru naciones ya profunda-
mente agitadas.


v.


Espana, y sobre todo los progresistas espanoles, tendrian la glo-
- ria de haber tremolado los primeros el pendon de fa federacion eu-


ropea y de haber decidido su establecimiento. La mision no podia ser
mas noble, mas grande ni mas gloriosa para un partido que la his·
foria colocaria sobre todos.


TOllO m. 17t




13 'a BISTOIUA HL RBINADO
De&sramaclamenté te conr.Nmlos, no 8"er'.08 ql.e gentes tan


ptq081iU lOS den un IbMltis 8U1~ .. ne nlos'tránOOsé grandes; tSDlé-
mos dlUet.f) qcre géDtfs bUI ~rpes, se Iilaestren una val Siquiera'
liMas yaviaadás. .


Verdadera calamidad púilit" 91 partidé qUé d lIi" pré8l'esiSta
es la •• 11 rtmon. dM pttJgnsb: el que ha C'élsÉft'vado 1&8 reaeii\lM-
riol1n 1Jl poder. so l.j Mil prerere~cia , log partidos rua& radi-
~, yprefiriffndo "mIRen ctrando han caido dejar el poder á
aquellOl que áe8\os.


VI.


Por «so pí'eéi8átneifté f~ $i~rnpteefhDero el paso de los procre-
sislas por las regiones del poder, por eso trabajaron siempré 000 ru
reformas para preparar recursos y medios de dominacion á los par-
tidos reaccionarios que durante largos períodos los reemplazaron en
el mando.


En lugar de ser la puerta por donde la juventud, las nuevas ideas
de progreso llegaran afinando heredAndo!os, los progresistas, tu-
Vi~bb siempre por be't~de~s , lbs retrógrados.


VII .


• 0} dlbeb et slJ Üfabo 111111&* de fas- ruinas .Jel pasadé '! de
fII~ tHtert~s tlel porvlftlir, }liMe abrir file "q~as ~qQe iDm'e1la
~spob.bi'Hlád' .


Henra y ,rmthñ letftktá'D asoeiándose á la causo. rapublicaut.-
convirtiendo sin sacudimientos el porvenir en presente, de 'Otro mo,
do solo verán roinas, descalabras, bajezas, defecciones, y opresion;
pues al abrir la puerta á la monarquía inauguran una!Duev(era de
rstroceso, porque boy no puede ya la monarquía amalgamarse eon
la libertad.


VIII.


La república; por Qtra parte, se imp()n~ de tal manera porla mar-




DEL ULTIMO BttRBON D~ J$P4.ÑA, 13'15
eha misma de los acontecimientos, que por los republicanos soJos ó
por su aceptacion por los partidos liberales, como en Francia, no
podrá menos de establecerse, pero de esos partidos depende que se
establezca pacifica ó violentamente, que sea una revolueion legal
y no revolucionaria, pero de todos modos se establecerá~
Nuest~o deseo es que se establezca-por el acuerdo unánime ~e


todos los amigos de la libertad, que la acepten como la lega1'idad
comun.


Nadie mas que las Hantadas cla$es conservadoras están intere~a­
das en que. asi sea.


IX~


Despues de escrito lo que antecede llegó el' dia 16 de Noviembre
de 1870. Ya q.ue dimos comienzo á nuestra obra á la luz que des--
pedian las llamas que convertian en cenizas los retratos del último
Borbon de Espana, justo es que Ja concluyamos al salir de una
(;,ascendental sesion de Cortes, que contra lo_que creemos mas cop-
veniente á la libertad é independencia de, Espana, acaba de entre-
gar su corona áun principe extranjero. La revolucion-expulsó del
trono espanol á dona Isabel de Borbon; las cortes COo&tituyentes
fundan una nueva dinastía en la persona del tercer hijo de Victor
Manuel, don Amadeo de Saboya, duque de Aosta.~¡) bal\ePlQ.$IWJ~
guna reflexion ni comentário sobre el particular, MlIQ n~ permiti ~ -
remos cerrar nuestra obra con )a lista de los 191 seilores diputados
que ban dado su voto al duque de Aosta, los 60 que ,han aclamado
á la República federal, los 17 al seilor duque de MontpeWlier; les
19 que han votado en blanco; los 8 al seilor duque de la V¡ot&ria;
los 2 á la República espaftola;los 2 á don Alfonso de Borbon y el
solo que votó á la sen ora duquesa de Montpensier.


Tenemos la intima conviccion, de que, andando el-tiempo, esta
lista servirá de no poca enseflanza á !ps pueblos.
B~la aquf:




13'76 HISTORIA DEL REIUDO.


SEÑORES QUE VOTARON AL SR. DUQUE DE AOSTA.


Alcalá Zamol'a (D. Luis.)
Navarro Rodrigo~
Alcalá Zamora (D. José).
Gil Vírseda.
Valera.
Ory.
Bueno y Gomez.
Senano Bedoya.
Balleslel·o.
Tones Casanova.
Gomis.
Jonloya.
Fuente Alcázar.
Damato.
Oria y Ruiz.
Reig.
Alvarez Solomayor.
Pel'ez Canlalapiedl·a.
Lopez Bolas.
Rodriguez (D. Vicente).
Aparicio.
Rivero, (D. Nicolás.)
Ma/'linez y Ricart.
CbacoD.
GODzalez del Palacio.
Fernandez' de. las Cuevas.
Rubin.
Rodriguez Seoane.
Sagasta (D. Pedro).
Alvarez Borguella.
Montero Rios.
Gonzalez (D. Venancio).
Marques de Sal·doal.
Santa CI·UZ.
Cascaja¡·es.
Muñoz de Sepúlveda.
Ruiz Zorrilla (D. Manuel).
Primo
Salazar y MazalTedo.


Vado.
Sancho.
Ol'tiz de Pinedo.
Bastida.
U'lloa (D. Juan).
Godinez de Paz.
Conde de Encinas.
Balaguer ..
Carratalá.
lIatos.
Rivero (D. Francisco).
Saávedra.
Palou y Coll.
Dieguez Amoeiro.
Mata.
Ruiz Capdepon.
Lopez de Ayala.
Perez Zamol·a.
Navarro y Oeboteco.
Marqués de Perales.
CarrascoD.
AI·guelles.
Galldgo Diaz.
~Iasa.
Macias Acosta.
Abascal. •
Garcfa (D. Manuel Vicente).
Delgado Pastor.
Moreno Benitaz.
Monteverde.
GHSanz.
Al'quiaga.
Ruiz Zorrilla (D. Francisco).
Rubio (D. Leandro) .•
1'08cano.
Ulloa (D. Augusto).
Romero y Robledo.
Morales Diaz.
Leon y Llerena.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA.
Paradcla.


,


SorQa.
Alonso.
Echegaray.
Bañon.
Mesia y Elola.
Paslor y Duerta.
Sagasla (D.Práxedes).
Rius Montaner.
Curiel y Castro.
Rodriguez (D. Gabriel).
Garcia (D. Diego).
Banenechea.
Diez U1zurrum.
Chinchilla.
Grande.
Pel'ez de la Sala.
De BIas.
Morel y Pl'endergast.
Milans del Bosch.
Jimenez de Molina.
Anglada.
Rodl'igllez I.eal.
Prieto y Caules.
Montesino,.
Palau de Mesa.
Gonzalez Olivares.
Calleja.
Peralta.
Padial.
Herraiz.
España.
Torres Mena.
Herrero.
Sanchez Borguella.
Soriano.
Garcfa Briz.
Albal·eda.
Figuerola.
Montejo ..
Madoz.
Sanz.


Gouzalez Encinas.
Nufiez de Arce,
Arbizu.
Moncasi.
Merelo.
Madrazo.
Carrillo.
Vidal y VilIanueva.
Peset.
Jalon.
Jover.
Ml.lñiz.
Orozco.
Capllepon.
García Gomez.
Muñoz Bueno.
Rojo Arias.
Sancbez Guardamino.
Vazquez Oliva.
Ferratges.
Coronel y Ortiz.
Izquierdo.


-Delgado (D. Justo).
Garcia San Miguel.
Mosquera,
Ramos Calderon.
Moya. •
Baeza.
Bueno (D. Ju8ft Andrés).
Moreno Nieto.
Quintana.


, Pel'eira.
Pascual y Genis.
Uzuriaga.
Rosell.
Del'reros de Tejada,
Pellon y Rodriguez. '
Sil vela (D. Manuel),
Macia CasteIo.


, Canci.o Villa mil.
Efaso.


'Gasse! Artime.


81'




1878
Rodriguez Pinilla.
De Pedro.


I115TOI\IA DEL RRINABO


Duque de ,Tetuan.
Sandoval.


Llano y Pérsi.
Ortiz y Casado.
Fernandez Llamazarel.
Merellas.
Soto.
Berrera.
Santonja.
Lopez Dominguez.
Romero Giron.
Haluquer.
Montero de Espinosa.
Nieulant.
Fonlanals.


Becerra (D. Manue]).
Rodriguez (D. G.)
Montero Telinge.
Gonzalez Alegre.
Machicote.
Riber
Dávila.
Martos.
Puig.
Coll y Moncasi.
Rnhió Caparrós.
Beranger.


TOTAL 191.


SEÑORES QUE VOTARON REPÚBLICA FE1lERAL.


Ferrel' y Garces:
Gil Bergés.
Rosa (don Adolfo de la.)
Chao.
Blanc.
Pi y Margall.
Paul y Picardo.
Soler y Plá. •
A.lsina.
Castillo.
Palanca.
Rubio (don Federico).
Cenera.
Villanueva.
Rosa (don Gumersindode la).
Benol.
Gaston.
Bové.


. Garrido {don Fernal)¡{o), .
palau y Generés.
Castejon (don Ramon).
Moreno Rodriguez.
Fanlony.


Castelar.
Figueras.
Sanchez Yago.
ijibalgo.
L101·ens.
Ruíz y Ruiz.
Guzman y Manrique,
Tutau ..
Maissonave. ,
Santa Maria.
Soler (don Jnan Pablo).
Prefumo ..
Noguero.
Pico Dominguez.
Alcantú.
Paul y Angulo.
Pruneda.
Lardías.
Garcia Lopez.
Moxó.
Cabello.
Borr·
J}árcia.





DBt ULTIMO BORDON DB ISPAi... 1879
Rebullida. ' Softer y Capdevila.
Abarzuza. Robert.
Guzman (Santa Marta). Castejon (don Pedro).
Salvany. .Diaz Quintero.
Guerrero. Carrasco.
Sorní, Compte.
Cala. Denavent.


TOTAL IItI.


SEÑOREa ~ VOTA·RO. lit Sfl. DUQUE 01 M8RTPtNSIER.


MaJ'quéa de Glmpo-Sa~rado.
Alvarez de Lorenzana.
Pastor y Landero.
Leon y Medina.
Rios y Rosas.
Marqués de la Vega de Armijo.
Fernandez Vallin.
Toro y Moya.
Cianeros.
Carballo.
Alarcon.
Romero Orliz.
Alvarez (don Cirilo).
Calderon Collantes.


Marquina.
Fernande'l. de Cór:lova.
Rivero (don José Vicente).
Igual y Cano.
Topete.
Calderon y Herce.
Gonzalez Marron.
CaDtero.
Vazquez Curiel.
Mendez de Vigo.
Marqués de Santa Cruz de Aguirre.
Suarez Inclán.
Barca.


TOTAL 27.


SEliORES QUE HAN VOTADO EN BLANCO.


\Jn~e\a "i ti" ...
A.r~nin7.0niz.
Vazqoez de- PoSI.
Alvaraz Dugallal.
Elduayeo.
Cáoovas del Castillo.
Ardanáz.
Quiroga~.
Múzquiz.
BobadilJa.


Aroibar.y Ztlbala.
~tcía 'Fa\ees.
Silwla (don Fraaeiaoo).
Vildósola.
Estrada.
Orliz de Zárate.
LasaJa.
Valderipty.
Vinader.


TOTAL f 9.




DEL ULTIMO BORBON DE ESPAÑA. 1380


SEÑORES QUE VOTARON Al SR. DUQUE DE LA VICTORIA.


Salmeron y Alonso.
Quesada.
Franco del Corral.
Rodriguez Moya.


Ruiz Vila.
Contreras.
Villa viceneio.
S~ntiago.


TOTAL 8.


~. SEÑOR ES QUE VOTARON REPtlBLlCA ESPAÑOLA.


García Ruiz {don :Eugenio). Gal'cía Ruiz (don GI'egorio).


TOTAL 2,


SEÑORES QuÉ VOTARON Á DON ALFONSO DE BORBON.


Otero y Rosillo. Conde de Iranzo.


TOTAL 2.


SEÑORES QUE VOTARON REPÚBLICA.


Sanchez Ruano.


SEÑORES QUE VOTARON Á LA SRA. DUQUESA DE MONTPENSIER.


Riestra.


Despues de cuyo escrutinio dijeron:
El Sr. Secretario (Llano y Pérsi): El número de sellores diputa-


dos admitidos es de SU., y la mitad mas uno 173. Baobtenidopor
10 tanto mas de la mayorfa el seDor duque de Aosta.


R/ Sr. Pr~8;denle. Queda elegido rey de Espalla el sellor duque
de Aosta. .


FIN DEL REINADO DEL ULTIMO BORBON DE ESPAN¡\.




NOTAS.
-


(A) ;.."


«Señora: Desde que tuvimos la honra de merecer la confianza de V. M.
no hemos propuesto á la real aprobacion ni hemos adoptado por nosotros
mismos una sola medida que no baya ido encaminada por la senda de la ley
y de la justicia para garantizar la libel'tad y á procurar el bienestar de to-
dos los españoles. Nadie, señora, por nuestra- cansa ha derramado UDa sola
lágrima, á nadie se ha perseguido ni molestado, á ningun ciudadano se le


, ha privado de los derechos que la Constitucion le conce~e, Enarbolamos uoo
bandera de libertad, de legalidad, de tolerancia y ni en un solo acto nos he-
mos apartado de la línea de conduela, que vol~ntariamente y con una con-
viccion pl'Ofunda de poder hacer el bien, nos trazamos. . '


»Libre, libérrim~, ha sido la tl'ibuna; libre, libérrima ha sido la prensa;
y ni una ni otra han podido foróiular UD solo cargo racional y fundado con- .
tra nosotros. Y sin embargo, señora, no es este el único título que podemos
presentar en prueba de la. religiosidad co!}que hemos cumplido nuestras pro,:,
mesas, ace,pt:rdas y aplaRdidas hasta por todas las oposiciones ~ legítimas del
parlamento; porque V.M. sabe que en favor de individuos de ellas hemos
propuesto .repetidas veces á V. M. gracias y merceJes, que si no todas han
aparecidó al público, no por eso han sido menos beneficiosas para,losin'er~
sados. '


"Con el apoyo casi unánime de las cortes, sin verdadera .y decidida opo-
sieion caminaba el gobierno, cuando inesperadamente lIeg3 á España la DO-
ticia de gravbimos suCesos ocurridos en una nación vecina. Estos aconteci-
mientos fueron la señal de fuertes y repetidos ataques contra la autoridad
-';O'l'A~ lIT. J.




NOTAS DEL TOllO Ul.


constituida y fueron así mi&mo el único pretexto que sus autbr8S pudieron
invocar para cobonestaI'los" ,


»EI gobierno de V: M., Señora, no ha podido llegar á comprender por
qué razon ha de ~ovel;s~ la nacion española al impulso y albedI'Ío de nacio-
nes extrajeras, cuando en la nuestra no existen las necesidades~ ni se agitan
las cuestiones, ni aun pueden buscarse los pretextos que en otras. El gobier-
no por el contrario creyó que, satisfechas en .nuestra patria todas las nece-
sidades sociales, políticas y económicas, era llegado el tiempo en que, á la
sombra de la paz y del órden. se desarrollase y' creciese nuestl'a naciente
prosperidad, y buscasen' entre nosotros un asilo los capitales y los talentos
que no pueden tener aplicacion alli donde la tranquilidad desaparece.


»Grande y halagüeño creyó este momento el gobierno de V. M., Y ya pre-
paraba las reformas económicas- que oportunamente debian plantearse, cuan·
do los infaustos acontecimientos de la noche del 26, han venido, sino á des- .
truir, á entorpecer al menos tan patrióticas mil'as y tan lisonjeras esperan-
zas. Y con todo, S~ñl)ra; tal vez el único bien que ha producido la memo-
rable jornada del 26 de marzo es el de mostrar á'los ojos de Europa, cuan
sólidos fundamentos sostienen en España el trono de V. M. Y las institucio-
nes liberales.


»V.M. fiada en la dignidad de, su persona y en el amor de sus súbditos,
atravesó indefensa ellugal' en que poco despues se presentaba una de las es-
cenas mas sangrientas de nuestl'a historia contemporánea; y la Divina Pro-
videncia, que conserva á V. M. en el1rono, guardó su vida. Un instante
des pues arriesgaban ó perdian allí la suya los mismos que habian escapado
á los estragos de la guerra civil de tantos años; y al exponel'la d~laDte de las
barricadas, daban alto ejemplo de valor y magnani~idad, arrollando á los se-
diciosos, respetando á lo~ vencidos; mas de una vez Jos soldados privados
de 'sus jeCes se contentaron eon entregar ileso al!lgresQr al faUo de la ley, y
siempre, despues de pelear como valientes, perdonaban como espaiíoles.


»Bajo tan generosos auspicios comenzó, SeiiOl'a, la deplor!lb.le cuanto glo-
riosa lucha qu~ no puede terminal' con implacable severidad, habiendo tri un,
Cado la causa de V. !1. Y de la civilizacion.


»El pueblil en tanto rechazaba indignado el escándalo á. que se le provo-
caba; en unas partes cerraba sus puertas á los insurrectos, en otras defen-
dia sus casas de las descal'gas de aquellos;' algun pacifico morador de la he-
roica Madrid sellaba con su sangre,alevosamente derrama~a, la lealtad á
su Reina.


»A'3Í, señora, se ha: aqudado con un vinculo mas la causa de la CODsLitu-
cion y del trono con la cau~a d~ la moral pública y d.el órde.nsocjal. Así,
como que han resplandecido en una sola noche, de eterna ql~oria, los tres
sagrados titulos de la soberanía dl;l nuestros mOQarcas, á saber; el valor mag-


., mínimo de sus defensores,el amor fidelísimo de sus pueblos, los inalterables




ÑúTAS .DEL TO)lO 111.
decretoo de mos que defiende á los reyes y guia á las naciones; y que no
permitirá, en medío .de la conturbada Europa, que vacile siquíe¡'a el trono
que dió á las regiones mas grandes y mas distantes. de la tierra la fe; la
iluslracion y la libertad del crislÍfiüigmo.


»Desde estos últimos sucesos, apenas, Señora, ha habido día que no baya
sefialado V. M. con un nuevo rasgo de'su matern-al corazoD, ya' recompen-
sando generosamente á los mantenedores del trono y de las Jeyes, ya pro-
digando gracias á los que han defendido á cósla de su sangre, y en fin en-
jugando en lo posible las lágl·imas. de aquellos á quienes la revolucion ha
privado de tesoros que los reyes del mundo no pueden· devolver, el apoyo
de un hijo, 'la lernura de un esposo, y el ejemplo' de un padre.


»A la vez el gobierno de V. M. cumplía con deberes, sino tan gratos,
igualmente sagrados, entl'egando por .una parte los acusados al fallo de los
tribunales, arrancando por otra de raíz el germen de la sedicion. La suerte
de las armas habiá puesto en sus manos la vida de unos cuantos iñstrumen-
tos miserables que se durmieron en la embriaguez y despertaron en el -cri-
men. El gobierno los dejó bajo la salvaguardia de la ley, 'y adoptandó ,me-
didas de mayor importancia, intentó curar el mal de la sedicion (In su ori-
gen. Como no desea que sucumban o-lvidadasvictimas oscuras, no teme que
sobrevivan .QfeÍldidos enemigos poderosos. Solo su eonciencia es juez de la
pureza y humanidad de sus intenciones; el pais juzgará de la conveniencia
de sus actos.


»La primera consecuencia de esta política y su mejor fruto es el poder-
nos presentar hOJ á·V. M. exponiendo á su alta cODsideracion, que V. M.
puede sin inconveniente dar librerienda á los maternales impulsos de su
clemenda, usando, como tan vivamente desea, de su real prel'ogativa en fa-
vof de los reos que el consejo de guerra constituido segun la ley de 17 de
abril de 1821 h:l condtlnado ó condenare en adelante á la última pena por
consecuencia de los acontecimientos de la noche del 26. Las razones de bu-
manidad que puedan aconsejar esta conducta no hay, Señora, para qué adu-
cirlas; barlo profundamente se hallan grabadas en el corazon de V. M., al- .
gunasotras del órden político, expondremos á su real ánimo para que V. M.
conozea porque tan fácilmente aceptamos una responsabilidad de tanta tras-
cendencia.


»Los poderes que' se alzan en hombros de un solo partido, bijos ó instru-
mentos de sus odios y, de gU ambicion, sin tl'adiciones que seguir en lo pa-
sado, sin ejemplos que legar á lo venidero, tienen que acallar la voz de ]a
clemencia; mas aun necesitan dar satisfaccion á ]as pasiones que J08 levan-
taron y mantienen; pero V. M., Señora, que no.esjefedeun partido sino
reina.de todos los españ~les; V. M.! que ocupa un trono cuycs cimientos arran·
can desde la cuna misma de )a sooWad espaftola, es barto fuerte para DQ
poder ser clemente.




.i NOTAS DEL TmIO 111,
»No se borraria, Sefiora, con otra la sangre de ilustres 'mál,tires que su-


cumbieron con menor causa; y ~ajo mejor bandera, ni parece justo derramar
la de ébrios instl'umentos lanzados ayer para recibir las descargas del com-
bate, abandonados hoy para, embotar la espada de la ley, pero que cierto no
hubieran servido, si la suerte les hubiera sido favorable, mas que para ar-
rastrar el carro de.8us sednctores. Deban pues, 'Seilora, su vida á lacl~-


, mencia de V. M,: sean en bue~bora, lejos de aquí, testimonio irrecusable
de que los defensores de la Constitucion y del trono saben vencer y no ven-
garse; sean una acusacion viva de aquellos que quisieron ganar con su san-
gre, comprada, á vil precio, grados, honores, poder, riquezas, que no hu-
bieran compal,tido con ellos como no compartieron los peligros; sean en fin
una prueba inequívoca de la fuerza del gobierno, que no teme aconsejar" el
perdon, y de la clemencia augusta d~ V. M" que cuenta como los días mas
felices de su vida aquellos en que usa de esta santa prerogativa reservada á
su persona por la ley fundamental del Estado,
»~n cuanto á nosotros, Seilora, si cumpliendo con el precepto de esta mis,


m3 ley cubrimos con nuestra responsabilidad el magnánimo acto de V, l\I.,
no pretendemos parte alguna de gloria, ni nos creemos menos fuertes para
sacar á saifo el trono y la Constitucion. Decididos estamos á escarmentar á
los reincidentes, si por desgracia los hubiere, haciéndoles sufrir, sin consi-
deracion ni indulgencia, todo el rigor de las leyes. La clemencia no se ejer-


. ceria sin dar muestra de vergonzosa y punible debilidad con'los que se atre-
vieran á reproducir ó imitar el ejemplo de los que han ocasionado sangrien-
tas' escenas en la capiLal de la monarquía. Resueltos estamos á castigar con
mano vigorosa á los sediciosos, á desentl'afiar SUB maquinaciones con nuestra
vigilancia, á desarmar su anojo con nuestro propio brazo, á lItlvar nuestra
defensa al puntn, cualquiera que sea, de dgnd'3 parttln sus asechanzas, á
protejer en fin el reposo y defender los bienes y las propiedades de los cíu-.
dadanos, tan inmediata y directamente amenazadas por esos nuevos pertur-
badores del órden, cuyos planes se encaminimá conmover la sociedad en
sus fundamentos.


»Para el sostenimiento de una eausa tan santa, contamos con la sensatez de
los pueblos y con el valor del ejército en toda Espaiia, y mas inmediatamente
con el auxilio eficaz de la villa heróica de Madrid y de su digna guarniciono
Una y otra, dándonos. ejemplo en la locha, autorizan el uso que hacemos de
la victoria: nuestros conciudadanos no quieren vociferaciones, sino órdeD:
nuestros guÉlrrer'os no están sedientos de venganza, sino de gloria. .


. »Tiemblen, pues~ los maquinadores: si cien veces se presentaran, cien
veees recibirian aun mas severo, mucho mas severo escarmiento. No calum-
nien en tanto los malévolos la indulgencia del gobierno y 108 deseos del ven-
cedor. El soldado espallol vence y perdona;


IEI es, SeftQra, altamente digno de invocar elnombre de V. M; en la ho-




NOTAS nlL .TOMO 111. 5
ra del peligro; nosotros esperamos ser tammen dignos iotérpretes de SUB de- .
seos en el dia del triunfo.


»Madrid 31 de Marzo dd 1848.-Señora.-A. L. R. P. de V. M .....:-El
duque de Valencia, pl'esidente.-EI duque de SolomaYOI·.-Lorenzo Arra-
zola.-Fl'aacisco de Paula Figueras.-Manuel Bertran de Lis.-Mariano
Roca de Togores.---Luis José Sarlorius.-Juan Bravo Murillo~


REAL DECRETO.


llQueriendo atenuar con un rasgo de clemencia los lamentables resultados
de los acontecimientos que tuvier~n lugar en esta corte 6n la noche de]· 26
del corriente, usando de la prerogativa que por la Constitucion me compele,
y conformándome con las razones que me ha expuesto mi Consejo de mi-
nistros, vengo en conceder indulto de la pena de muert.e á todoíl los reos á
q\lipnes se ha impuesto y se impl,nga por el eonsej2 de guer~a á consecuen-
cia de Jos mismos acontecimientos, conmutándola en ]a' inmediata, que los
reos cumplirán en los puestos que mi gobierno senaJe. .


»Dado en Palacio á Sl de marzo de 18'8. -Está rubricado de la real
mano.-Refrendado.-EI pt'esidenle del Consejo de ministros, duque de
Valencia. »


(B)
«Mr. Bllllhez, adjunto del corregidor de París. Esperimento la mayor


satisfaceion al ver 2sociat'se al clero de Paris á. esta obra popular. Sabemos
que el clero ha llevado dignamente siempre la bandera que bace diez y ocho
siglos le ba sido entregada, esa b:ftldera que anunció las ideas de libertad,
igualdad y fraternidad, símbol{\ de la dignidad humana.


Nosotros no somos otra cosa qUA gobierno civil, y lo que todo gobierno
debe proponerse es realizar la tesis que en el órden espiritual ha realizado
la sociedad clerical. ,


Mezclándoos vosotros en nuestras fiestas pública.8, nosotr08 como gobier-
no y como particulares os dispensaremos todo apoyo pina que -podais ~acer
el bien y llenar vuestra misic,D .


. A ~s dos y media 108 miembros del gobierno provisional salieron 'de la
casa de la Villa precedidos del clero de Sao Gervasio COD la éruz y' escoJ-
tado~ por la guardia nacional.


Llegado el cortejo al sitio donde debia plantarse el árbol, el cura de San
Gervasio dijo: _


Ciudadanos: Una doble ceremonia n08 reune en este momento.
¡Loor al gobierno proviajonall ¡loor é toda esta muohedumbre que ha




6 NOTAS DEL TOnO lll.
querido que la religion consagrase esta ceremonia bajo la augustá enseña de
la cruz .


. Jesucristo, ciudadanos; desde lo "alto de esta cruz ha sido el primm\ó que
ha pronunciado, y hecho resonar por todo el mundo esas magníficas palabras '
de libertad" igualdad, fraternidad •.


Lib6rtad para todo~,' ha dicbo Jesucristo., Igualldad para todas las condi-
ciones, para todas las clases de la .sociedad. Fraternidad es el grito de su
evangelio. «Amaos [os unos á los otros, amaos como yo os he amado.»


Ciudadanos: noto á mis piés una tumba s"emiábierta; esa tumba es la de
cuatro valerosos soldados que han sucumbido por conquistar la libertad.


Bendeciré, pues, á la vez el árbol que vais á plantar, y esa tierra, que
sin duda les habrá sido lijera. Acordémonos de ellos, y ya que unos mis-
mos sentimientos nos animan; repitamos: viva la República.


Mr. Buchez: Vl:linticinco años hace que la sangre de cuatro hombre~ ge-
nerosos .se. ha derramado en este sitio.


Ciudadanos: estos ho~brés trabajaban' en la obra que nosolros hemos lle-
vado á cabo; trabajaban por la libertad, igualdad y fraLemidad. Estos hom-
bres fu~ron nuestl"OS primeros mártires., Felices oosoll'os que podemos con-
sagrar su tumba despues de la victoria; felices que podemos decir que la
República, que tantos hijos ha perdido, que tanta sangre ba derramado por
conquistarse un puesto y mostrarse tal cual es en el dia solemne; que la Re-
pública en sus primeros actos ha abolido la (Jena de muerte.


Hemos dado con esto una leccion á todos los pueblos, y hemos demostra-
do que somos dignos de la libertad, igualdad y fraternidad, . que es nuestra'
divisa.


Mr. HoHard leyó en seguida la siguiente proclama:
Casa de Villa de Paris, U de mano de 1848.


, »EI árbol de la libertad no puede encontraren ninguna parle un teneno
mas nutritivo que este suelo regado el dia !2 de setiembre de 1822 con la
sangre de Borcés, Pommier, Raoulx y Gaupin mártires conocidos en nues-
tra historia nacional con el nombre de sargentos de la Rochela.


Sus amigos el corregidor de París, adjuntos y secretado general del éor-
regimiento de Paris.-Armand Marrast..
¡'~I ex-califa Aba-el-kadel" dirigió al gobierno provisional francés la si-


guiente carta
«Loor á Dios solo y único; nada es duradero mas que su reinado."


. »A 1011 sólidos apoyos de la república que gobierna á toda la Francia y
que son respécto de ella lo que los ofos y brazos resp~cLo del cuerpo; por
eItos se pone enmoviiDieeto, por ellos recibe lo que le con1'iene y le pre-
serva de lo que le puede ser dañoso. '


»Salud á los que Dios ha hecho -honrados, y qooha qner~do que sus ac-
cioBes respiren el bien y m dicha para todos, que los ha dotado del poder




NOTAS DEL TOMO II1t '1
de ser útilés al fll6rte y al débil. Impiden á·los fuertes cometer injústicias,
y hacer pesar su grandeza sobre los débiles; este es un bien que l'edut:Jda
!ln pro de los fuertes~ quienes solo el dia de la eternidad y delante de Dios
podrán reconocerlo y apreciarlo. Protegen á. los débiles que, en este mun-
do, no tienen .punto de ,poyo, y los preservan de las injuslidas de los gran-
des.


»EI ciudadano Ollivier, vuestro delegado, ha venido ayer á verme, y me
ha informado que los' franceses se bailan unidos todos para un solo é idénii-
co fin, y han abolido la mOl.larquía para que la Francia sea. gobernada por
la República .


• Me he alegrado al'saber esta noticia, porque he leido en los libros
que semejante estado de cosas conviene á Jos pueblos, puesto que aniquila
la injusticia é impidesl fuerte oprimir al débil, que pOI' consiguiente todos
se hacen hermanos y por lo mismo ningun hermano puede eJevarse.sobre su
hermano. .


»Los antiguos jueces han dicho: El qlJe quiera engrandecerse se debili-
tal'á. ,


»Todos teneis en esle mundo lo que será en la eternidad para ~odos los
mortales en presencia del Omnipotente, todos los hombres son hijos de
Adan, y Adan nació del Larro. . .


»La nacion que está unida, y cuyos intereses se hallan sometidos al elá,;
men y al pareeer de todos, es, á DO dudarlo, la mas fuerte; porque por Iº~
consejos de todos, raramente se engafiará, mientrll:s que el consejo de un"O.
solo conduce frecuentemente al error,


»Los antiguos sabios han dicho: El que solo consulta flU opioion, se res-
baía y cae.' ,


»Dios, en el sublime libro del Coran, ha mÍl'ado.con pred~l6l;(jionilos
hombres dotados de tal,6ssenLilOientos, .. ha dic~o: Sus acpiones deben siero-
pre conformarse á sus opiniones adoptadas en masa. .


»Hoy sois vosotros bombres de gran corazon, amais el bien ynojuzgais
sino con legalidad, Dios os ha colocado dond,e os enconlrais para' proteger ~
los desdichados y afligidos; yo soy UDO de estos, y yo soy desgraciado.
Acudo á vos y á vuestra justicia para que. arranqueis la afliccioD que ,me
oprime. '


»8i nQ be obtenidojusticia en lo pasado, debo obtenerla ahora, puesJoqUJ~
. sois los autor,es del estado de cosas que no quiere ni iDj~Licia ni o.pI6~


sion.
»Na~a he hecho que pueda ser reprobado por hom~re.8 sabios. como vos ...


otros, . ....
»U*,' deí(lndido.mi pais coq\odas IDis fuerzas_ y estoy convencido de que


m*, estÍmais, por. ~ta D!~sma razoó. C~aDdo. he quedado vencido por la.vo-
luntad deDios, he pensado en el reposo de mi alma, renunciando á las co-





8 NOTAS DIL TOMO 1lI.
sas de éste mundo, y aunque pueda volver al país de Jos Berabers (Marrue-
cos,) ó á el Sahara, he preferido por mi alma entregarme á los franceses.
Deseaba ser enviado por J.?s franceses al Raís que lO eligiera; en mi espí-
ritu y entre todas las naciones musulmanas ó cristianas, he dado á 1.a na-
cion francesa la preferencia para la inviolabilidad de una palabra empe-
ñada. .


»Be pedido al general Lamoriciere que hicierá me tI'asportasen á Alejan-
dría para desde allí dirigirme á la Meca y 'Medina, Le habia suplicado que
no me hiciese pasar ni por Oran, ni Argel, ni por Tolon ú otro cualquiel'
puerto de Francia. Le habia pedido que me embarcase en Djemmá-Ggazao-
nat para ir en derechura á Alejandría, y para el cumplimiento de estas pe-
ticiones, exigí una palabra francesa .. Me la dió en efecto, dirigiéndome un
escrito en árabe, firmado por él en francé~, autorizado con su sello escrito
en )a misma lengua.


»Cuando llegó á mis manos este escrito en la condicion de que la palabra
de los franceses es ill7iolable, me entregué á él; si me hubiese dicho: no
puedo promeLel'os lo que me pedís, no me hubiera entregado.


»Tenia la cel'tidumbre de que la palabl'a francesa es una palabra sólida,
siquiera fuese dada por un simple soldado, y que era imposible violarla.


Hoy, lás cosas no son para mí las mismas, y aquella convicdon ~e ha des-
vanecido en mí: os pido y suplico que me hagais justicia, ensanchando lo
que para mí se ha. ~strechado y'.raDsformado mi tristeza eD júbilo y feli-
cidad.~


»Hoy haheis llevado á cabo una grande obra de qU/3 el mundo todo se
regocija. Si l'egocijais á todo el mundo y á mí me 'dejais en la atliccion, 08
pediré cuenta de eslo dehinte del Todopod~roso.


»Sois ulenias {sabios) y ilabeisbioo jo que nos conviene.
JlNosotl'os no podemos ViVIr eo un pais cuyos veslidos, idiomas, alimen-


tos y todo en general distan tanlo de los nuestros.
»Siempre me he dicho, que aun cuando lo~ franceses me hiciesen prisio-


nero pOI' la fuerza, s~lo bien portl'iarecibir de su parle, rorque son bam· ....
bre~ de corazon y de honor, y saben hacer justicia tanto al vencedor corno
al vencido.


»No me han hecho prisionero con las armas en la mano; be venido á los
franceses completamente por mi voluntad; si. hubiese pensado hallar· un· ellos
alguna cosa que pudiel'a' disgusta¡'me, no hubiera venido hácia ellos.


»Temo que a~guno de vosotros pi~nseque al volver á las cosas de este
mundo, y á la A¡'geliafharé renac6¡: allí nuevas turbaciones. Esto es impo-
sible, y jamás sucederá; no dudeis de roí en este plinto, mas de lo que du-
daríais tratándose de un hombre muerlo, porque yo me coloco en el número
de los muerlQs. Mi único deseo es dirigirme á la Meca y MediDa 'para estudiar
y adorar á Dios'hasta mi último dia.-Salud.




NOTAS DEL Tu~lO 111. 9
»De parte de A.bd-el-Kader, ben Mehhiddin, desdichado en el pais de,


los franceBes. . .
»Fecha del 9 rebia seoa 1264 (1B de mar·zo de 1U8). '.¡ ,


. ».A.demás de la carta anterior, Abd,.el-kader habia dirigido .al gobierno
pl'ovisiúnal un juramento concebido en estós términos.


»Vengoá daros una palabra sagrada que 08 juroreuniplir. ,y que B.O debe
dejaros la mas mfnima duda 8obre, mi conducta ulterior, á saber: Ooe jamás
volveré á fomentar ninguna clase ds:oonspiracioncpntra la FraBcia directa


. ó indirectamente, ni por mLmismo en persona, 'J}j. por: mis.palabras.ó\,es-
critos, ilipor ninguno. de. 108 mios, y eato:ise,.enlieIHlede:aquíp!ll'8cll\i.


. , pre. .¡ •...
Os lo juro delante de Dios por Mohamet, AlH!ahaD, Heisesy.leslHlristo,


por el Tural; el Evangelio, el Zabour fel Koranj por: la Meca y MediDa;
por la Tierra Santa (Kodss) .. Lo juro por el Bokharry y el Mosslem, y por
todo cuanto nosotros tenemos de mas sagrado; lo. jupo ton, mi corazoo y con
mi lenguaj1'enuncio completamente á volverme;á ()tÚpai~nlo 8ocesiJode
los negocios de Francia.» ,1;'


·(3)
,.,'


Los documentos que insertamos sirven para· toDiparar. ,
,Al pueblo,. -Como' la maledicencia podría inillr.pretauiniesfr.-enw IOBbe·


chos ~caecidesea~,n.,d.el dia dtt,.f.~;:;Y Sl4atl,~oqseouel\ciat~esfB~orabl~
c'ontra'. hooradet;y oünea ,*m.eD~d,Q,pa'riO:ti~o,deI1lJ'lttilt8mieJlkN~Qnstitl1-
cional de esta ciudad, páraevitai· toda:preveBCion que pueda pooeraiquieraen
problema la reputacion delayuntamienl0.llue'e$la (\e 'lodo el v.eeindanio que en
momentos, críticos, y en circupstanciascüficiJes ,tiene jweditada BU' sensatez ;y
{¡levamon. de sentimieDt()S, forzoso ;es ::é.: ~in4i~abl«t delloQrtet!eL leLulel
.misterio que, ellViuebe laa op~a6ÍO»élt~brosMde la lWi1be última,.:y con.!"
tituir a.1r;públioo¡.y:'á la·tuwrion:entera juez árbitroi~4mparGial de;la1londucta


. de la. mullieipaHdad~:, Una hreve i'eseiadea~ontet.imiebto8 bastallá para con- .
seguirlo, sin: haber de apelar á difusos comentarios:q. pudiér-an tachars. de
parciales.


En la 'AC~ dal'11, .el sefior jefe poHlico llamó j. 'su easa al.oomandaate
general, int~ndenle y 'contadol' de.'esta provincia, aloalde.l.· constitooionaJ,
á¡ don. Jaime Nadal diputado pl'ovincial, al señor juez.de pllÍmeráÍDSllncia
y á los señ.Qr~8· jdes de todos los cuerp<l8 que guarnecen esta:pbm,iaóluso
el~e carahinerQs de. Hacienda pública.·.Manifestó. ¡el.je. :politicoleget i datos
fundaM8 para.as~w·ar que existia~n la .capitalfUll elub ,de,C0R8pi18doMs
oontrl!..-e1Jlct~l· si~lema polítieo~q~ le <con.stabaD:,l¡ytramas.108eÍllÍ~'
rados, así como sus nombres y puntos de reunionj que era preciso á: toda
~~ta'~M~N~;Jl;$Jloib_ pira parar.:elgolpé, -y~haOér·áborta, laconspiril«'ion,


'iOTAS I!I. JI,




10 NOTASDÉL TOMO IlL
Y ,que,eoD ,este motivo á la diseusion de la junta las medidas precautorias
que debieran adoptarse, y que cada uno de sus indi viduos podiaemitir II'an.;.
camente su opinion: que ,oonsideraba representado elayunlamientoen la
persóna dé su 'presidente, . y la. diputacion-provincial, en la del diputado
Nadal. .' '.:!fi' . 'd: ,.
&,;'El a~aldp hizo'observar gue en su: co~ptQ;llebian haber sido llamados
los'~mantlante8' de la ,ínilicia nacional en representacionde esta distinguida
luerza:'ciudadana,ideaquefué.admitidá sin ;discusion, yen el acto fueron
lIamadosdos. de las tres armas;y.· Be: presenlaronJos de infantería y caballe-


. ría~ : Jtero:Qo; el deartiUerfa 'Qcausa de haberse manifestado no::hallarse en
la ciudad.
·:'EhtipntadoNadíl hizC}-o~el'var que con su -asistencia á la junta noereia
repr'esentadahrdiputac~onprovincial,to.da vez que nohabia recibido mi-
sion,caráeter,·:ftinoPlbl!amiento de especie alguna: La observacion era jus-
ta; Y: cooocietdoel 1jef6;;qué ~e'haUaba en' UllMsoubierto,por'la pr:ecipi-,;.
\aeiolHS,irregúlarid8(hkel :Uamamiento', 'trató de dará la cuestionun giro
metafisico suponiendo que aquella junta no el'a de autoridades sino de ami-
gos. Hízose observar á S. S. que el público se apoderaria de la calificacion
del carácter de la junta, y que no la consideraria reunion de amigos, sino
de autoddades, hallándose convocados y congregados los jefes de la guar-
nicion cuya sola presencia dabaal1ctouD carácter serio y alarmante.


No faltó quien'indieára;lqoe era preoiso llamar· al ayunlamiento, mas el
jeré replÍso 'qoo~}IIf·'JcolíporaoioB rnuniclpalge :hallaba :repl'ésenla'da por' Sil
pr-ésidentei:ehalcalM :1~~ ,yen: suvirtuJ 'S8 procedió ,sin dilacion á tratar· de
]aS"mediflu' repreSivas del desórden 'ID caso necesario.
. Lasproposieiones.dtd Jefe 8010 podian causar alarma en génios apocados,
'6 qÚé'-no~oDoolérlÍll\·ai~pueblo.deA:;él'ida",Las personas que pOI' sus antece-
den~s, relaoióne8'~ iritlú.¡¡'oiliánbaoor.'al vecindario de Lérida la jus-
ticia qU6'dederecho' sé :'merece, espusieron que 101 'recelos del jeleeran
infundados; j qúeel, mejfJryúnico acuerdo 'que podía tomarséil!ra:no. a4<lp.
tar'llÍDgl1r1o.Asl se: determinó por unanimidad y' la júnta quedÓ disuelta.


Cuando. elalealde p~so :ennoticiadel ayuntamiento el resultado de dicha
junta, la corporacíon municipal no tardó en apercibirse de que su decoro
babia:isufrido estraordmariamente por no babél'sele hecho participe de la
reunion, en la eualdebia figuraren pi'imera Hnea·. Formul6se pOI' el al cal-
.;segndo UDa'~enlida proposicion que dió 1ugal· á serio d-ebate durante el
cualle hml:tii:r:maa,deuna ve~ la palabra dimision pero últimamente se
acordó t¡0euna ,comisÍ,ob pasara á verse con el señor jefe político para pe-
:dirleeaplieacioiles:'aeerea'el' desaire que babia sufrido el ayunlamienti>, y
-exigirle eatég6rieai'espuesta 'sobra si la municipaljdad mereda ó nó su con-
'fianza.:' ;~;;. . -'" .'


;Alas dos de la tarde del dia de ayer la comision dfJl'ayuntamiento tuvo




NOTAS DEL TOMO IlI. 11
el gusto de oir de boca del jefe ]a mas amplia y completa seguridad, y. pro.~
tesla de confianza, que llegó hasta el grado. da haber manife~tado, ,eUllf~
que si el ayuntamiento pedía mayores garanUas estaba pronto á dar ,una sa,~
tisCaccion personal en el seno. de la municipalidad. ".'~
. A las doce y media de la no.che. última, el je{e,po]ítico.y:comandan~\l
general llamaron á las casas de, ]os dos alca]des"y Jes cerciofa.i'o.nd~.:q~~
en v irLud de un a viso confidencial que habia recibido. e] jefe; 4ebia ~~'altar
aquella misma noche ó en la madruga~a próxima un movimiento sediciosQ.
Los alcaldes espusieron al jefe que no. creian en el peligro de que s6,~es
acababa de cerciorar, pero. que sin embargo ofrecian su coo.peracion,para


• todo lo que Cuese necesario. Reunidos los alcaldes, el jefe político. ,y <;omaJ}'"
dante general que iban escoltados por una patrulla de mozos de la escua-
dra, se dil'igieroD Mcia la guardia del pl'incipal y no pudieron menos de
8sh'añarque sin SQ conocimiento se hubiesen tomado ~edidas esh'aordina-
rias y alarmantes, para 8uya ejecucion era in4ispensable l~g.().,'fas<\.ur~lr 4e
tiempo. ,


El gobernador del castillo pl'incipal babia sido relevado; l~ gnarnici,o.n se
hallaba sobre las armas; el coronel de artillería y sus, subalternos, ast como
el jefe de dia se hallaban ya en la plaza; todo l'espit'aba un 'aparato f~rDÜ.­
dable de que la autoridad local era simple testigo y espectador en vez de
agente principal como dehiera, Pl'eguntaron los alcaldes al jefe político si
se habia c.ontado con la milicia nacional, y con sorpr.esa 8upieron"q~e, no.~
Entonces fué llamado el comandante del hatallon de infanteriaque se unió
desde luego 'á la patrulla qu~ se dirigió al cuartel de la milicia nacional á
cuya guardia fueron dadas las ó¡'dones que se creyeron oportunas. Por, lo
demastanto los alcaldes como el comandante creyeron innecesal'io c.oJlyocar
á la milicia, como lo hubieran hecho si hubiera peligros.,que;)lrrqB~'~H· ~ó
glprias que adquirir. Las inmediaciones y' ave~idas, del castillo -principlll


• presentaban un aspecto amenazador. , , ,_ .
Fuertes retenes, centinelas avanzados en las bocas calles, l~ tropa sobr~


las armas en los cuarteles, y todo el aparato que se desplega cuando una
plaza se ve amenazada del último riesgo; daban á creer que Lérida eslaba
en g¡'ande peligro. La ansiedad de los vecinos que habia despel'tado el es-
trépito del aparato militar, de que se acaba de hacer mécilo, desdeeUondo
de sus casas tenían motivo. de creer en la certeza de un peligro, cUrya grave;
dad aumentaba por la sencilla I'azon de ignorarse en que c.QDsi8,\j~. La ~~­
ter!lacion se veia pintada en los rostros de los, vecinos:)J\Í8: 6sta,maílana se
pl'egunlaban recíprocamente la causa de la alarma que to~os ignºrabanL'~
noche fué tranquila, y ni el mas Iigel'(} motiyo de ·sospeOOíls& Ofl·~., á. ~
suspicacia del jefe político. ." , . " ';'


Esta es enl'esúmen la relacion histórica de laspcurrencias' 46 ¡ :\a,pas!ltla
noche. La señal de alarma ba sido dada en virtud, segun pa!'ece,de UD




1! NOTAS DEL TO~lO 111.
simple aviso confidencial. La autoridad de los alcaldes no ha sido impetrada
basta déspues de quedar dietádas por el jefe polftico todas las medidas re-
presivas del desórden. El ayuntamiento nada ha sabido de la ocurrencia
basta muy entrada la mañanarlel dia. de hoy. Su francá y decidida coope-
raci~n ofi'éeidil y iroepl~da'pocas·horá8 antes 'por el jefe'politico no ha sido
reelatbada:nóse contó para nada con la milicia nacion'al, y losaelos del
jefe político debén calificarse, de una imperdonable ligereza ó de una des-
confianza ó temor fundados en el pueblo y milicia nacional, agt'avio que no
puede quedar sin justa vindicacion. '


Cualquiera que sean los perturbádores del órden público, si por desgra-
cia existen, éste leal y:pacifico vecindario los ha de conocer para evitarlos, ,.
y la ley los ha de descubrir para castigarlos. El ayuntamiento quiere supo-
ner que haya conspiradores; el ayuntan;¡iento quiere dar de barato que haya
conspiracion: esto no basta para que el jeCepolitico imprima un sello de
oprobio ydevergü~üzaeti todá la poblacion, y que confie á la lIola autoridad
militar las providencias precautorias.


Empeñada la m~nicipalidad en llevar á término este negocio con la pru-
dencia y mesura que le distinguen ha dado al juez de primel'a instancia el
parte, copia número 1. o y al seilor jefe politico á consecuencia de una sesion
eltraordinaria 'le ha pasado el oficio del número 2. o


. ¡Ciudadanos! descansad tranquilos en vuestra probidad y en el celo del
ayuntamiento. Si hay quien pretenda manchar vuestra reputacion y entre- '
garos á la desconfianza del gobierno y de la nacion entera, el ayuntamiento
sabrá vindicaros; y en caso necesario sucumbir antes que faltar á los jura-
mentos que tiene empetlados. Lérida 15 de junio de 18U.-Manuel Fus-
ter Arnaldo, alcalde 1.o-José Hostalrié'b, alcalde 2. o-Ramon Mestres.-
Manuel Fabregues.-Domingo Latorre.-Antonio Soteres. -Leopoldo BeIl-
mnnt.-Ramon de Porqued.-Jaíme Sala.-Mannel Ballespi.-Anaslasio
Poch.-Bautista Capdevila, regidores.-Alitonio Abadal, 'Antonio Sol, sln-
dicos.-'-Salvador Fuster, secretario.»


(i)


«La comision nombrada para ilár su dictámen acerca del proyecto de ley
presentado al congreso con el objete de determinar el modo ileberá organi-
za'Né eljurildoen las capitales de provincia' donde falte el número de con-
tribuyenteseIi. cantidad de -200 rs., necesarió con arreglo á la ley de 17 de
ootubrede 1837, ha e'lainmaoo este asuil'to con toda la meditacion que re-
~lamaba 'au importtiücia; t rtl<ltl'D'éCiendo los' d'efectos de que adolece la ac-
tual composicion del jurado, pues una esperiencia 'diaria los demuestra, bien
blbiesequerido remediarlos, seguncompreMe laeofuiéioli puede hacerse,
bUeandó la mayor garantla en los jueces oque' esfu;{le"lápropiedad que la




NOTAS DH THl\H lll. 13
ley exige, garantía á las veces insuficiente no estando acompañada deja ca-
pacidad é inteligencia que son indispensables para ejercer funciones tan de-
licadas y de la naturaleza de fas que está lIamado á desempéñar el jurado
de los juicios de la imprenta; pero la comision se vió obligada á retl'oceder
de sus deseos al reflexionar que su cometido, y á cuyos términos debia cir __
cunscribirse, era solo ampliar la legislacion vigente para que pudiera ser
aplicable en donde actualmente no lo es: así, pues, hubo de conformarse
con el principio adoptado en esta legislacion para el nombramiento de jue-
c"s de hecho, y arreglado á esta base presenta al congreso el siguiente pro-
yecto de ley:


ArUculo único.' En las capilales de provincia donde no se hallen los con-
tribuyentes necesarios para la formacion del jurado, conforme á lo prevenido
en el art. 4: de la ley de 17 de octubre de 1837, entt'arán á ser jueces de
hecho hasta completar el número de 120 los mayores contl'ibuyentes por
contribuciones directas que reunan las demas circunstancias requeridas por
la ley: Palacio del Congreso 23 de abril de 18 U, -Pascual Fernandez
Baeza1 presidente.-Joaquin Iñigo.-Pascual Madoz.-José de Espronceda.
-Gregorio Suarez.-Pedro Mariá Ramirez, secretario.»


(5) ~


«La comision encargada de examinar el proyecto presentado á las cortes
por el gobierno sobre renovacion del plazo ~oncedido por la ley de 31 de
mayo de 1837, para redimir en papel de crédito los foros, enfiteusis y ar':'
rendamientos antiguos que pertenecie:r;on á las suprimidas comunidades re-
ligiosas, ha meditado acerca de su espíriLu y contesto; y si bien está con-
forme con el pensamiento capital de justa reparacion que le ha inspirado,
entiende que el beneficio que por él se trata de coneeder á determinados co-
lonos y enfiteutas no convendl'á se encierre en los estrechos límites á que el
gobierno le circunscribe. Estas redenciones tuvieron el alto fin de crear un
estimulo para que los colonos se conviertan fácilmente en pequeilos propie-
tarios, de interesar por este medio en favor de la causa nacional á la utilí-
sima clase agl'icultor3; y desembarazar la propiedad raíz, de las tra.bas con
que las encadena la division de ambos dominios en las comarcas donde son
demasiado comUDes .los contratos enfiteuticos. Y como quiera que estos gran-
des ohjetos sociales no se consiguieron tan cumplidamente como pudo espe-
rarse en el breve plazo que designó la ley de 1837, y que corrió precisa-
mente en la época mas azarosa de la guerra civil, parece que la convenien-
cia pública aconseja que la renovacion de este plazo sea hoy general, ya
porque genertl es tambienla presuncion de haber hallado obstáculos mas ó
menos dirootes' á la accion :de redimir en las calamidades de guena tan de-
sastrosa, ya porque la dificuhall de averigoof con exactitud quienes de los




14 NOTAS DEL TmIO III.
interegados fueron los verdaderamente impedidos produciría graves embara-
zos en la calificlicion de las pruebas, dando acaso lugar á repugnantes arbi-
lt'ariedadesj y ya en fin por la ventaja que siempre habrá en hacerpartíci-
pes del beneficio aun á aq~elIos á quienes pudiera imputarse alguna especie
de morosidad. Por estas consideraciones la comision' ha creido que debia
proponer que la prór~ga de que se trala sea sin la limitacion que el gobierno
espresa en su proyecto.


y ya que el beneficio ps de tanta imp{)rtancia, ha juzgado oportuno apro-
vechar estaocasion de dade toda la latitud que la equidad y el bien público
prescriben proponiendo que la facultad de redimir se es tienda tambien á los
foros y enfiteusis que se pagaban á las encomiendas de las órdenes militares
y á los que perteneciel'on al clero seculal'. Con respecto á los de encomien-
das, solo una omision tal vez indeliberada pudo hacer que no se compren-
diesen en la medida general adoptada ya desde 1836, porque habiéndose
considerado y pues lo en .venta como nacionales los bienes y derechos que
les correspondieron, no se alcanza la ,'azon de diferencia para los efectos de
la redencion enlre estos y los que fueron de comunidades religiosas .. Y por
lo respectivo á los del clero secular, bastal'á recordar que todas las razones
de conveniencia ya indicadas abogan en favor de su redencion, y que nin-
gun fundamento habria para hacer de peor condicion á los enfiteutas y colo-
nos del clel'o secular que á los del regular.


Por lo demas, la comision entiende que en la duda de si la ley proyectada
sobre el sistema general de enagenacion de bienes nacionales podrá ser dis-
culida en esta legislatura, con'viene mucho sacar á los interesados en estas
redenciones de la incertidumbre en que se hallan y precavel'les del riesgo
de que la nacion enagene entretanto sus del'echos sobre las fincas inCeudadas
ó aforadas, haciendo ya posible su redencion aun cuando luego se acordare
por punto generaL Juzga, pues, que las medidas qqe deja indicadas pueden
y deben ser objeto de una ley especial que preceda á la comun y se adopte
desde luego, y en tal concepto tiene el honor de proponer el siguiente pro-
yecto:


Artícnlo 1.0 Se declaran redimibles por término de un año, á contar
desde la publicacion de esta ley, y con entero arreglo al decreto de 3 de
marzo de 183-6, y á la ley de 31 de mayo de 1837 las cargas ó rentas, que
con título de (oros; enfiteusis, censos ó arrendamiento!! anteriores al año de
1800 se pagaban á las suprimidas comunidadeg religiosas.


AI't. 2. 0 Se comprenden en la misma declaracion los foros, enfiteusis y
toda clase de censos que pertenecen á las ancomiendas de las cuatro ó¡'denes
militares incorporadas á la nacion.


Art. 3. 0 Tambien se hace estensivo el beneficio de la redencion en los
términos espl'esados á los foros, censos, enfiteusis 'y arrendamientos anterio-
res al año de 1800 que pertenecieron al clero secular, fábricas de sus igle-
sias y cofradías.




:-tOTAS DIH. TOMO I1I, 15
Art. 4"0 ,ConcluidO' el plazO' que señala'el articulO' 1.oi,nose admitirán


nuevas solicitudes de redencioD; perO' en adelante solO' se venderá en nO'm""
bre,de la nacion el dominio directo de Jasfincas, cuyas cargas ó rentas ha-
yan sido redimibles, cO'n arreglO' á esta ley.


PalaciO' deLeO'ngre80,13 de maya de 1842 . ....:..Juan Bautista AlonsO'.-
Manuel OterO'.-Fráncisco X.'Ferro Montaos ...... JO'sé'Gareia;Jove.-AntO'nio
de Collantes, secretario.


(6)


Proyecto'de ]eyleidoen el cO'ngresO' enJa sesiO'n~del'dia 26 de febrero
por' el señor ministro de la Gobernacion, "sO'bre ar,reglode' fueros de laspro~
vincias Vascongadas. '


IXA las c6rles.-La ley de 25 de octubre de 1839, confirmó los fueros-
de las provincias Va~O'ngadasyNavarra sin perjuicio de la unidad consti"
tucional, O'rdenándO'se en su articulo' 2'0 que el g<ibierno propong3.'á las
CÓl'tes las modificaciones, indispensables en los fueros, que cO'nciliandO' cO'n el
iBterés' general de.la nacion el particular de ]as provincias referidas, armo-
nicen su legislaciO'n.


'Para obtener el fin prO'PUestO' se nombraron personas ilustradas, que oyen-
dO' el parecer de los éO'misiO'nados de las tres prO'vinciasVascongadas pré-
sentasen las bases para formar el corresPO'ndiente prO'yecto de ley. Tuvo esto
efeéto;erroetubre último, aunque sin babersepodido',fograr~ se conciliasen
las pretebsioll'eS' de lM'comisionados de la prO'vincia de Vizcaya~ ~nieos' que
asistierO'n y pudieron' por cO'nsecuencia ser oidos; pues los-de Alava y Gui-
puzcO'a eludierO'n bajo especiosO's y diversos pretestos su concurrencia, á
pesar de las repetidas invitaciones que para ellO' se les hicieron.


En lal estadO' se espidió el decretO': de 29 del miSmo _mes,: el éual Eirá ya
necesario y urgente,t8'Íitó pO'r lahorfandad'y abandono en que; las tres di-
putaciones (O'rales dejaron al pais,cuantO' por la preeision de adoptar medi-
das, que'si bien provisionalM, pusiesenespéditas las faeultad'es del gobfetno,
evitando al prO'piO' ,tiempo'males de cO'nsideracioná lospueblO's.
, Mas hO'y que las córtes se hallan reunidas, deber es de" gobierno someter


á su deliberaciO'n el arreglO' definitivo de los fueros; y con este óbjeto, CO''ni''
petentemente autO'rizado PO'r S. A. el regente del reino, y de acuerdo con
el CO'nsejO" de ministros, 'tengo el honor de presentar á las mismas el sf.i
guiente prO'yeíltO' de ley.
~rtículo 1. o El gobierno políticO' de cada una de .tas tres provincias


Vaseoogadas estará á cargo de un jefe superior nO'mbrado por el rey, el cual
desempeñará las funciones de Intendente en 10' que sea oompatible ,con esta
ley. ' ' ;"


Art. 2. 0 El ramo de protecCiO'D y llegul"Ídad pública estará en dichas




16 MUS DEL TO)lú lll.
provincias cometido esclusivamente á los jefes políticos y á los alcaldes, bajo
su inspeccioD y vig-ilancia. •


Art. 3'0 Habrá una diputacion provincial en cada una de ·Ias provin-
cias de Alava, Guipuzcoa y Vizcaya. La eleccion de sus individuos, su nú-
mero y el modo de BU renovacion se ajustará á lo dispuesto en la ley gene-
J,'aI. Será presidida por el jefe político, l á falta de este por ~l 'Vocal que la


'0 misma diputacion eligiere para vice-presidente.
Art. 4. o Las atribuciones de la diputacion provincial son:
1. • Ejercer las facultades que por las leyes competen á las diputaciones


de las demas provincias de la monarquia.
2: Administral' los productos y arbitrios provinciales con iguales atri-


hucionesque las estinguidas juntas generales y particulares y diputaciones
foralés.
, 3: Recaudados donativos, bacer efectivas las cantidades qu.e por la
sal y tabaco se adeuden, al Estado, y el eoDt~ que,' en los reemplazos
del ,ejército' corresponda á la provincia.


4.' Pedir al gobiElrno la l'eparaci()n de cualquier agravio qu.e entendie-
re S8 causa á la provincia, pero sin suspender el cumplimiento de, lo matl-
dado.


Art. 5'0 Cada ,diputacion provincial nombr¡lrá dos. de sus vocaleíJ' que
en la época que no se halle reunida despachen por sí los asuntos pertene-
cientes. á la administracion eCQn¡)mica del pais.
Ar~.6. o Se establecer.án ayuntamientos en todos, 1(IB pu~los pal'1;\ el


gobierno interior ó municipal de los mismos: el n~mer() de tos individuos de
que han de constar y su método de eleccion y reoovacion se ajustarán á lo
que dispone la ley general dada para iguales corporacio~es en las deW;ls
provincias dell'ei!}o.


Ar!. 7. o Los alc.alde$; y ~yuDta1Jlient(J8, bajo .la. dependencia de la dipu-
lacio n provincial, y del jefe politico en su callO, tAn~rá~ enlo,ecolJ.ómico y
gubernativo de sus pueblos respectivos las mismas facul~ad6s yoblig~9Q.es
que los actuales,. y las demas que señala la ley general del reino; ma!l: lW
ejercerán, como antes, jUl'isdiccion o~dinaria en los juicios escritos. .


Arlo 8. 0 Queda al arbitrio de las diputaciones provinciales adoptar el
medio que orean mas conveniente para contribuir al servicio milital' de tier-
ra con tal que presenten oportunamente los cupos que les corresponda. Al
fijarlos se tomará en cuenta el servicio que prestan á la marina los puertos
y aledail.os,


Art. 9. o La organizacion, el po del' yórden gradual de los tribu~l.es y
su modo de proceder en IQ8 juicios serán en las provincias Vasoong-adas
iguales.á lo que. se ejecuLaen la¡¡ demas .del reino. . , ~.


Al't. 10. El fuero especial sobre sucesiones y demas puntos de derecho
privado continuará iln vigor en las .provincias. Vascongadas como y donde se




NOTAS J)jL TuMO 111, 1'1
obsel'va actualmente en cuanto no sea contrario á las leyes hechas en córles
des~ 1834, y que en adelante se hicieren, las cuales se observarán 'pun-
tualmente; y en este Cúncepto Jos tribunales arreglarán á aquel y á estas
sus [allos y dete¡'minaciones hasta que tenga eJecto el art. 4. 0 de la cODsti-
lucion de la monarquía, -


Art. 11. Las tres provincias ~scongadas pagarán en calidad de única
contribucion directa la de tres millones de reales anuales que con el nombre
ue donativos les impuso el real decreto de 16 de febrero de 1821. El go-
bierno repartirá dicha cantidad entre las tres previncias proporcionalmente,
considerando su riqueza l poblacion.


Art. 12. Continuarán establecidas las aduanas en las costas de las pro-
vincias de Vizcaya y Guipuzcoa y en frontera de Francia con sujecioD á los
aranceles que rigen 6 rigieren en las otras aduanas del reino,


Art. 13, Los' contraregistt·os se situarán á tres leguas, ó menos si fuere
convenient&, de las respectivas aduanas.


Art. 1l. Los frutos y producciones de estas provincias procedentes de
su agricultura 6 de su propia industria, circularán en toda la monarquía li-
bres de 'derechos como los d'emas del reino.


Art. 15. Igualmente desde 1'0 de enero de 1848, se pondrá espedi(a
en las provincias Vascongadas la eirculacion y venta de los (rutos y produc-
ciones de las demas de ]a monarquía, haciendo que los (l'Utos indígenas pa-


'guen por derechos provinciales lo mismo que los conocidos por (oraneos. Al
hacer ellla novedad las diputaciones bajo la inspeccicn del g{)bierno, ten~rán
en consideracion los intereses creados bajo el antiguo régimen.


Art. 16. Las provincias Vascongadas continuarán como hasta aquí en
la exencion del uso del papel sellado, de que están en posesiono


Ar!. 17. Los habitantes de las provincias Vascongadas continuarán en
Ja escepcion que tienen de los impuestos indirectos de la sal y del tabaoo.
Para evitar que esta concesion dé lugar á contrabando, cada diputacion pre-
sentará al gobierno la regulacion del consumo de la respectiva provincia, y
aprobada que sea, se le suministrará la cantidad que necesite al precio de
cosle y costas. La diputacion hará la distribucion entre los pueblos y el pa-
go en los términos que prevenga el gobierno.


Art. 18, Al mismo precio espresado en el articulo anterior se facilitará
para las salazones la sal que se presuponga necesaria adoptando el gobierno
por medio de oportunos reglamentos ]as medidas ,de precaucion c{)Dvenien-
tes para evitar cualquiera defraudacioD que bajo aquel concepto pudiera h¡¡-
cerse. ;


Art. 19. En la esportacion de sal al estFanjero las provincias Vascon-
gadas disfrutarán de la mi~ma facultad que para este tráfico licito gozan las
demaiJ del reino, con sujecíon á las formalidades establecidas ó que se ~gta­
blezean,


\OTAS 111. 1lI,




18 "OTAS DEL TOMO IlI.
Art. 20. El gobierno se hará cargo de todas las salinas de las provin-


cias Vascongadas, indemnizando á los particnlares á que pertenezcan en los
términos que convenga con los mismos.


Art. 21. La sal y tabaco que necesiten las provincias en mayor canti-
dad que la espresada en la regulacion la récibit'án del gobierno al precio
corriente de estanco. ;


Art. 22. La pólvora yel 2zufre se venderá tan solamente por la Ha-
cienda pública en ]a misma forma que en las demas provincias del reino,


Art. 23. Los nuevos aranceles de comercio, regirán en las provincias
Vascongadas de] mismo modo que en todas las demas.


Art. U. El mando militar de mar y tierra se ejercerá en las provin-
cias Vascongadas como' en las restantes del reino.


Art. 25, Quedan subsistentes los arbitrios provinciales con que e~tá
grabado el tabaco y todos los demas erectos al pago de la deuda de las pro-
vincias, con la misma aplicacion que hasta aquí en cu~nto no. se oponga á
esta ley. Si las diputaciones lo creyet'en conveniente propondrán otros en su
reemplazo al gobierno, que queda autorizado para su exámen y aprobacion.


Art. 26. Los gastos del culto y clero de cada provincia se pagarán por
sus respectivos habitantes en proporcion de sus haberes de todas clases en
)a forma y cantidades que la ley eomun det~rmina. Las diputaciones pro-
vinciales harán los repartimientos y lo demas que sea necesario para que
esta disposicion tenga su entero cumplimiento. Madrid 26 de febrero
de 18U;-Facundo Infante.» '


(7)


(L Proyecto de ley de organizacion y atribuciones de los ayuntamientos
leido en el senado por el seilor ministro de la Gobernacion de la Península
en la sesion de U, de marzo de 18402.


A las córtes.-La necesidad de una ley de organizacion y atribuciones
de ]08 ayuntamientos constituoionales que ponga á estas corporaciones en
armonia con la Constitucion del Estado, ha sido y es reconoeida por todos
los espafioles.


La ley de acle febrero de 1823 que rige en el dia no tiene el enlace y
. consonancia que tan necesaria es entre la ley constitutiva de un pueblo y


las leyes secundarias, que son la vida y complemento de aquella.
La constitucion consigna en su artículo 70 las bases esenciales de las cor


poraciones pqpulares, y quiere que los ayuntamientos ~ean el prodacto de la
mas libre eleccion: quiere que tengan el gobierno interior de sus comiten-
tes, y que administren el patrimonio del comun.


Una ley que respete estos principios, que sancione la libre eleccion y re-
serve :í los ayuntamientos el gobierno interior de 108 pueblos; una ley, en




,.


NOTAS DEL TOMO JII . 19
fin, que se baile en al'monÍa con la Constitucion y establezca aquella bené-
fica influencia que el gobieroo supremo debe ejercer sobre los demas eiler~
pos de la nacion, será bien recibida de cuantos desean ver establecida entre
nosotros una huena administracion,


Tal ha sido el mas ardiente deseo del ministro que suscribe, y ausiliado
con el celo y patriotismo de los hombres eminentes por sus luces, á.quienes
cometió tan importante tarea, cree haberlo conseguido en el siguienoo pro-.
yecto de ley que autorizado competentemente por S. A'. el Regente delJ;eiDo1}
despues de oido el parecer del consejo· de ministros, tiene el honor de. so-
meter á la tleliberacion de las córtes el siguiente: - . 'r


Proyecto· de ley sobre organizacion y atribuciones de losayunlamielitos.;


TITULO l.


De la f'ormaClon de los ayunta.mientos.


ArtículQ 1. 0 Los ayuntamientos para el gobierno interior de los pueblos
se compondrán de alcaldes, regidores y sindicos.


Mt. 2. o El número de estos individuos se graduará por el de los vecí""
nos que tenga cada poblacion, segun se demarca en la siguiente escala:


,\leahle¿. ltegidul'eo. Sindic<lE.


En los pueblos que no pasen de 5 O vecIDos. 1 1 :1
En los de 50 á 100 .. • • 1 2 1
En los de 100 á 200 .. • • 1 3 1
En los de 200 á 500 .. 1 4 1
En Jos de 500 á 1000 .. . ' .


·


1 5 1
En los de 1000 á 2500 .. 2 6 1
En los de 2500 á 4000 .. 2 7 !
En los de 4000 á 7000 .. 3 8 2
En los de 7000 á 10000 ..


·
• . 3 10 2


En los de 10000 á 13000 ..
• •


.'
~ 4 13 3


En los de 13000 á 16000 •• . 4 16 • • ~ ~ 3
En los de 16000 á 19000 .. 5 19 4
En 108 de 19000 á UOOO ..


·
i • • 6 U 1


En los de !!OOO arriba ..
• • • •


.'
7 ti [)


Art. 3. o Habrá ayuntamiento en las poblaciones de la Península é islas
adyacentes que lo tienen en la actualidad, conformando su organizacion á
las disposiciones de osta ley. ... . . .


Art. 4. 0 Si algun pueblo creyere conveniente á sus intereses unirse á
otro de 10s.Iimitrofes para formar un solo ayúntámiento, y se conformaren




20 NOTAS DEL TOMO m.
couello en votacion nominal las dos terceras parLes de los vecinos, dirigirá
su solicitud á la diputacion provincial. .


Arlo 5. 0 Cualquiera vecino 'de un pueblo, dependiente de otro en cuan-
to á su régimen municipal, puede solicitar de la diputllcion provincial la
formacion de ayuntamiento propio en aquel.


Art. 6. 0 En el caso de que el territorio de un ayuntamiento S9 compon-
ga de diferentes parroquias, feligresias ó poblaciones !'Urales, habrá en cada
una de ellas un alcalde pedaneo.


Art. '7. 0 Lo habrá igualmente en cualquiera arrabal, barriada, pago ú
otro establecimiento rústico 6 urbano separado del resto de la poblacion en
que )0 exija )a necesidad 6 utilidad pública, á juicio del ayuntamiento y con
anuencia de )a diputacion provincial.


Art. 8.0 En las grandes poblaciones donde se considere necesal'Ío podrá
el ayuniamiento nO';Ilbrar alcaldes de barrio en concepto de auxiliares.


Art. 9." Los cargos de ayuntamientos son gratuitos, honoríficos yobli-
gatorios.


Art. 10. Habrá tambien un número de suplentes de alcaldes) ¡'egidores
y sfndicos igual á la mitad de los propietarios de la clase respectiva que
cada pueblo tenga derecho á nombrar, y una mas si el número de aquellos
fuese impar. Donde no corresponde mas que un alcalde, un regidor 6 un sín-
dico, se designará un suplente para cada uno. El alcalde primero donde
baya mas de uno tendrá su suplente; todo con arreglo al modelo de la pa-
peleta adjunta á esta ley seflalada con el número 1.


Art. 11, Cada aynntam~ent? tendrá un secretario general de los fondos
del comun.


lITULO n.


De los electores.


Art. 12. Para ser elector le los oficios de ayuntamiento se necesita:
1. o Ser espaflol, ó haber aáquirido' n3.turaleza en e3tos reinos conforme


á lo que disponen las leyes ó dispusieren en adelante.
2.- Ser mayor de ed,ad, ó estar" casado con casa abierta.
3. 0 Estar avencidado enA el pueMo 'O dIstrito municipal con casa abierta


un afio aDlt!s de la eleccion.
i. o Tener una propiedad inmueble, 6 llevar en inquilinato ó arrenda-


miento una casa, cuarto ó cualquier otro edificio destinado para babitacion
de su familia, ó para taller, tienda, almacen ó fábricl\ que devengue al me-
DOS de alquiler aDual las cantidades que se fijan en la escala siguiente:




NOTAS DEL TOMO Ill.


En los pueblos de 101 á 500 vecinos ..
En los de 501 á 1000.
En los de 1001 á 4000. .
En los de 4001 á 10000 ..
En los de 10001 á 1600.0.
En los de 16001 á 22000.
En los de 22001 en adelante ..
En Madrid ..


100 rs.
200
400
600
800


1000
1200
1400


!l




En los pueblos que no pasen de cien vecinos serán lodos electores, á es'"
cepcion de los pobres de solemnidad.


Art. 13. No podrán tomar parte en la votacion aunque se hallen ioscri-
tos en la8 listas electorales: -


., 1. o L08 qué al tiempo de hacerse la eleccion estuvieren procesados cri.
minalmente, si hubiere recaido contra ellos auto de prision.
, 2.° Los que por sentencia judicial ejecutoriada hubiesen sido condena-
dos á pena corporal pOi' delitos infamantes sin habel' obtenido rehabilitaeion.


3. o Los que se hallen bajo la inlerdiccion judicial por incapacidad física
ó moral.


4. o Los declarados en quiebra, y los que hubieren hecho suspension de
pagos, mientras dure la suspensioD.


5. o Los deudores á la Hacienda pública y á los fondos de propios y del
comun de los pueblos como segundos contribuyentes, no considerándose como
tales los que estuvieren pendientes de cuentas mientras no se fallen definili·
vamente por la autori~ad supel'ior correspondiente. ó que para cubrir en lodo
caso la responsabilidad que les pudiese resultar tengan bienes equivalentes
á doble cantidad que el importe de las partidas reparadas ..


6. o Los que por sentencia judicials6 hallen bajo]a vigilancia de ]as au· -
toridades ó suspensos del ejercicio de los derechos poli tic os por el tiempo de-
signado en aquella.


TITULO III.


De los elegibles.


Arl. U. En IGS pueblos que no pasen de mil vecinos todos los que pue-
dan tomar parte en la votacion son elegibles.


A.rt. 15. En fos de mil vecinos arriba so requiere además lA circunstan·
cia de hallarse inscriptos en las últimas list3s electorales para el nombra-
miento de diputados.á cortes y pl'Opuesta de senador'es, ó tener las cua-
idades necesarias para ser comprendidas en aquellas.





~OTAS /)EL TOMO Uf
Arl. 16_. Sin embargo de lo prevenido en los dos al'Uculos precedentes,


no podrán ser ,nombrados por los cargos municipales:
1, o L08 que no lleven tl'es años de vecindad y residencia en el pueblo.


Se entiende por vecino el qua lleva tres afios de domicilio en el pueblo con
sujecion á las cargas- municipales: dos años si está casado con hija del mis-
mo; y uno si ha obtenido del ayuntamiento, el derecho de vecindad. Este
derecho no se pierde por una ausencia temporal si se conserva el domicilio,
ni se puede gozar en dos pueblos á un tiempo.


2.0 Los que habiendo ejercido alguno de dichos cargos no cuentan dos
años de hueco.


3. o Los que sean parientes de los individuos de ayuntamiento que no
se renueven, Ó entre sí cualquier grado por línea recta, ó dentro del cuarto
de consaguinidad, ó segundo de afinidad en ]a trasversal.


En el caso de que una misma eleccion fueren nombrados dos ó mas pa-
rientes para igual empleo, se entenderá nombrado el que hubiese óbtenido
mayor número de votos, siendo preferido el de mayor eiad en caso de em-
pate; y cuando lo hubieran sido para cWerentes, el designado para alcalde
excluirá al síndico y este al regidol'.


4. o Los que no sepan leel' ni escribir en los pueblos que pasen de mil
"acinos, y adquieran el derecho despues de promulgada esta ley.


En los de doscie!ltos á mil se requiere únicamente esta circunstancia para
los empleos de alcaldes síndico; y en 1011 de doscientos vecinos abajo para
Dmguno.


La diputacion provincial por causas especiales podrá dispensar este requi-
sito, y el de los huecos y parentescos en los pueblos que no pasen de mil
vecinos, oyendo al ayuntamiento.


5. o Los arrendatarios y subarrendatarIos de las rentas de derechos y
arbitrios correspondientes á la Hacienda pública.


6. o Los arrendatarios de las rentas' y abastos públic08 de los pueblos.
7. o Los fiadores de los arrendatarios expresados en los dos párrafos ano


,teriores. si entre' el fiador y el principal obligado no reunen bienes propios
cuyo valor exceda el duplo de la obligacion ó fianza.


• 8. o Los ordenados in sacrís.
9, o Los empleados públicos de cualquiera clase de real nombramiento


en activo sel'Vicio.
10. Los que perciban sueldo de los fondos municipales ó provinciales.
-11. Los médicos, cirujanos, albeitares y maestros de primeras letra8


contt'atados por el ayuntamiento.
12. Los boticarios donde sean únicos no teniendo un regente aprobado


para el déspacho de las medicinas.
13. Los administradores de correos nombrados al tanto por ciento por


la direccion general del ramo.




NOT.AS [)EL TO~fO III.
1~. Los senadores y diputados á cortes y de provincia.
A~t. 17. Podl'án excusarse de desempeñar 103 mismos cargos:
1.0 Los mayores de sesenta años.
2.0 Los senadores y diputados á cortes y de provincia hasta dos años


despues de haber cesado en sus respectivos cal·gos.
3. 0 Los maeslrosde primeras letras con escuela abiel'ta y no contrat?-


dos por el ayuntamiento.


TITULO IV.


De las lista.~ electorales.


Art. 18. El ayuntamiento formará la lista de los vecinos que tuvieren
las calidades para se;' electores, espresando las señas de la casa donde ha-
bita cado uno cuandQ el pueblo tuviere mas de mil vecinos.


Árt. 1!). Estas lisIas autorizadas por el ayuntamiento se fijarán en los
sitios acostumbrados en el dia 1.0 de setiembre de cada año, permanecerán
alli diez días para que en ellos se puedan haoer las reclamaciones oporlunas
por omision ó inclu8ion indebidas,


Todo elector inscrito en ellas puede bacer estas .reclama ciones, y el que
omitido se presumiese ele~tor podrá reclamar tambien su personal incIu~ion.


-Arlo 20. Las reclamaciones se dirigirán al ayuntamiento, quien las re-
solverá bajo su responsabilidad en el preciso término de. otros diez dias.


Art. 21. L08 que no se conformaren con la resolucion del a.yuntamiento
podrán acudir en otro igual término á la diputacioD pl'ovincial, quien re-
solverá definitivamente antes del 20 de octubre inmediato sin ulterior re-
curso.


TITULO V.


Del modo de !tacer ras eleceiones, y de la instalacion de los elegidos.


Art. 22. Se procederá á la eleccion general de ayuntamientos en todos
10R pueblos de la Península é islas adyacentes el primer domingo del mes
de noviembre de cada año.


Art. 23. El ayuntamiento señalará el sitio donde haya de celebrarse la
junta electoral, y dispondrá que se anuncie al público con tres dias de anli-
cipacion.


Art. U. Cuando un pueblo fuere de numeroso vecindario podrá / el
ayuntamiento dividirse en distritos electorales, proporcionados para mayOJ'
comodidad de los electores. .


A.rto 25. Ningun individuo~ cualquiera que sea su claseó profeRion,




NOTAS DEL T·:1\IO lll.


podrá presentarse con armas, palo ó baston en las jllntas electorales; y el
que lo hiciere será expelido en el acto, sin perjuicio tle las demas penas á
que puede haber lugar.


Art. 26. ER las juntas electorales solo podrá tratarse de las elecciones.
Todo lo demás que eneIla se haga es ilegal y nulo.


Art. 27; Las operaciones electorales durarán tres días consecutivos
desde las nueve de la marIana hasta las tres de la tarde, sin poder cerrarse
antes sino en el caso de que hayan dado su voto todos los electores.


Art. 28. El primero de estos dias se empleará exclusivamente en la
lormacion definitiva de la mesa, presidiendo el acto el alcalde ó los alcaldes
y regidores por su órden donde hubiere larios distritos.


El presidente provisional designará dos electores de entre los presentes
para que desempeñen las {unciones de secretarios escrutadores.


. Arlo 29. La mesa definiLiva se compon~rá de un presidente y de cuatro
secretario~ escrutadores nombrados por los electores.


Art. a O. La votacion para este acto se verificará por medio de una pa-
peleta, que el elector podrá llevar escrita, ó escribir en el mismo local, es-
presándose en ella los nombres y apellidos de las cinco personas que de-
signe para presidente y secretarios escrutadores.


El presidente provisional recibirá la papeleta de mano del elector, y la
depositará en la urna á presencia del mismo.


Art. al. Concluida la hora quedará cerrada la votacion, procediéndo-
se inmediatamente al escrutinio y quedal'án nombrados presidente y secre-
tarios escrutadores los cinco electores que hayan reunido mayol' número de
votos. Se publicará en seguida el resultado, sin perjuicio de anunciarlo
tambien por cartel, que se fijará en la puerta del local antes de las nueve
de la mañana del dia siguiente.


En caso de empate decidirá la suerte.
Art. a2. ~En los demás dias ocuparán la mesa á la bora designada el


presidente y secretarios, y se dará principio á la votaciorr de coneejales. y
suplentes por el DÍismo método de una papeleta, que el elector podrá llevar
escrita ó escribir por si, ó por otro, dentro ó fuel'a del local.


El presidente la recibirá de mano del elector, y la depositará en la urna
á presencia del mismo, anotándose su nombl'e en una Jisla numerada.


Art. aa. La papeleta contendrá tantos nombres cuantos sean los alcal-
de6, regidores, 8indicos y suplentes de cada clase que se bayan de volar con
arreglo á lo prevenido en los artículos 2.· Y 10, designando con separacion
los candidatos para cada cargo, y los suplentes respectivos.


Arl. a4. En cada uno de los cuatro dias, luego de cerrada la votarion,
el presidente y los secretarios harán el escrutinio de los votos confl'otando
el número de estos con tJl de los votantes anotados en la lista, y eslenderán
del I'esultado el acta cOfl'espondienle.




NOTAS DEL TO~IO 1Il. !!5
En todo escrutinio se leerán en alta voz las papeletas por ·el presidente ó


alguno de 10li secretados, cerciol'ándose de su contenido los demás secreta-
rIOS.


Art. 35. Las ocho parte~ en que se. divide cada papeleta, á saber: la
que contiene los nombres del alcalde primero, la de los demás alcaldes don-
de hubiere mas de uno, la de los regidores y síndicos, y suplentes de cada
clase se considerarán como una, papeleta distinta: si esta contuviere mas
nombres que 103 pl'eciaos para cada cargo, se tendl'án por no escritos los


, úhimos de las ,'especth'as clases que escedan del numero que se haya de
votar.


Las que contengan menos nombres serán validas, sin contarse en ningu-
na los que no pueden leerse.


Art. 36. En la mesa electoral se requiere la presencia constante de to ..
dos sus individuos mientras dure la votacion, y para el acto del escrutinio,
pudiendo faltar alguno por breve tiempo y motivo justo, con lal que queden
á ]0 menos tres.


Este número será asimismo bastante para la validez de la e]eccioD en el
caso en que por enfermedad ú otra causa grave no pudiese alguno de los in-
dividuos de la mesa continuar ejerciendo su cargo.


Art. 37. Tel'minado el escrutinio y anunciado el resultado á los elee-
tores, se quemarán en presencia del público todas las papeletas,


Art. 38. Antes de las nueve de la mañaná del dia siguiente se fijará
en la parte exterior del edificio donde se celebre la eleccion la lista nomi-
nal de todos los electores que hayan eoncurrido á volar en el anterior, y el
resúmen de los votos que cada candidato haya obtenido.


Arlo 39, A las diez de la mañana del siguiente dia de haberse acabado
la vOlacion, el presidente y secl'etarios formarán en pú~lico el resúmen ge-
neral de los votos, y esle~derán y firmarán el acta espresando el número .
total de electores que haya en el distrito, el número de estos que tmbiese to·
mado parte en la eleccion y el de los votos de cada candidato. Donde no


, haya mas que un distrito, quedará con este acto terminada la eleccion.
Art. 'o. Donde hubiere dos ó mas distritos, la mesa de cada úno nomo


brará despues de acabado el escrutinio de que trata el articulo anterior uno de
sus individuos que el domingo siguiente á ]a misma hora de los diez y en
calidad de éomisionados concurra con el acta de su distrito el' escrutinio ge ..


: neral, que se verificará tambien en público y ante el, a YUljtamiento pleno,
presidiendo el alcalde' haciendo de secretarios escrutadores los cuatro co-
misionados de menor edad, y si fuesen menos de este número los que con-
currieren. '


Si por enrermedad ó cualquiera otra cau~a -no pudiese cOQcurrir algun
comisionado, se suplirá esla falta por otro de los indiViduos de la mesa de
aquel dislr'ito,


IV.




26 MUS DEL TOMO 1lI.
Art. U. Se formará una lista segun el modelo adjunto número 2, es-


presando con distincion los nombres de Jos que hayan obtenido votos para
los diferentes cargos, y colocándolos de mayor á menor. •


Los que hubieren reunido mayol' número de votos en cada Jista quedarán
nombrados.


Si l'esultare empate, entre dos ó mas personas para un mismo cargo ó
para suplentes, quedará nombrado el de mayor edad.


Cuando una misma pel'sona hubiere reunido mayoría de votos para dos
ó para las tI'es clases de individuos de que se compone el ayuntamiento, se
guardará la regla establecida en la segunda parte del párrafo 3. o del artícu-
lo 16.


Art. U.EI pl'csidente y escrutadores en cada distrito, y los comisiona-
dos en la juuta de escl'Utioio genel'al, resol verán á pluralidad de votos cuan·
tas dudag, reclamaciones y protestas se presenten, haciendo mencion de ellas
en el acta; con la resolucion que hubiere recaido y razones en que se hubie-
ren apoyado para dictarla.


Si en alguna votacion ocul'riere empate, lo dil'imirá el comisionado de
mas edad.


Art. 43. Estendida y firmada el acta del escrutinio general por el pre-
sidente y comisionados que hubieren asistido á la junta, ó por el presiden-
te y secretarios del distrito donde no hubiere mas de uno, se entregará ori-
ginal al ayuntamiento: este l'emitirá una copia autorizada á la diputacion y
otra al jefe político de la provincia, y dispondrá que dicho' original se con-
serve des pues en su archivo. ~


Art. 4L Igualmente dispondrá el ayuntamiento que ~n conformidad á
la misma acta se estienda por certificacion de su secretario una lista gene- -
l'al clasificada de las personas que hubieren sido nombradas para los cargos
de alcaldes, regidores 'y sindicos con sus respectivos suplentes, y remitirá
tambien copia autorizada á la diputacion y jefe político fijándose inmedia-
mente otra con el visto bueno del alcalde, en la parte esterior de las casas
consistoriales 6 en otro sitio público acostumbrado, donde deberá estar es-
puesta por espacio de diez dias á fin de que dentro de ellos puedan hacerse
por cualquier vecino del pueblo las reclamaciones á que hubiere lugar sobre
nulidad de eleccion, y sobre tachas ó impedimentos de los elegidos para
propietarios y suplentes.


Arlo 43. Los elegidos deberán proponer Jas escusas legales que estimen
convenientes alegar dentro de los veinte dias inmediatos siguientes al de la
publicacion de las listas.


Tanto en este caso como en el-de que S6 trata en el artículo anterior, se
dirigirán los recursos al ayuntamiento para que con su informe los pase á la
diputacion pl'ovincial dentro del término de seis dias, contaderos desde la
presenl~eion.




NOTAS DBL TD~IO III. !7
Art. '6. La eleccion de los alcaldes pedáneos donde deba tener lugar


segun los arLÍculos 6. o y 7. o se verificará el tercer domingo del mllS de no-
viembre, concurriendo únicamente á la votacion los electores de la respec-
tiva parroquia, feligresía, al'fabal, barriada ó pago, y presidiendo el acto
el alcalde u-otro individuo de ayuntamiento nombrado por el mismo, á quien
auxi.liarán en calidad de secretarios escrutad{)res los dos' electores do menor
edad entre los que concllrran al acto que sepanleel' y escribil·. Si ninguno
de los electores presentes reuniese esta circunstancia, se asociará á la mesa
el secretario del ayuntamiento. La valacion quedará cerrada el mismo dia á
las tres de la tarde, ó antes si todos los electores hubieren dado BU voto. Se
procederá inmediatamente al escrutinio, puhíicándQse el resultado, y esten-
diéndose en seguida la correspondiente acta, que firmada por el presidente
y secretarios se remitil'á al ayuntamiento para que se deposite en el al'chivo.


En lo demas S6 observará el orden establecido para la eleccion de con-
cejales.


Art. 47. Al que presidiere las juntas electorales toca mantener el órden
bajo la mas esh'echa responsabilidad, á cuyo fin queda revestido por la pre-
sente ley de toda la auLol'izacion necesaria.


Art. 48. El dia 1. o de enero inmediato siguiente á la eleccion se pon-
drá en posesion á los nuevos capitulares y alcaldes pedáneos, sin que pueda
suspenderse á pretesto de reclamaciones que se hayan intentado ó pueclan
intentarsej y se dará aviso de haberlo cumplido al jefe político y á la dipu-
tacíon provincial.


Ante el ayuntamiento que sale, y en manos del presidente, prestarán los
concejales jUl'amento de fidelidad al rey, de guardar y hacer guardar la
constitucion y las leyes, y de haberse bien y fielmente en el desempeño de
su encargo.


El alcalde enh'ante dará posesion á los pedáneos, quienes prestarán' en
aus manos el mismo juramento.


TITULO VI.


De Ict eleerian del secretario.


At-l. 49. El secretado será nombrado á plUl'alidad de votos poI' el ayun-
tamiento, y'no podrá ser individuo de su seno.


Art. 50., El secretario no podrá ser removido por elayuntamientó que
le hubiese nombrado, ni por los que le sucedan, á no exigide asl el mejor
servicio públicoj debiendo proceder precisamente el consentimient~ de la
diputacion provincial. A este efecto expondrá el' ayuntamiento las razones
que crea sufici~ntes, pero sin bacer novedad hasta que la diputacion decida.
Contra flsta decision no habrá lugar á otro recurso superior,




28 NOTAS DEL TO~IO IH.


TITULO VII.


De la renovacion de {os aytmtamienw8.


Art. 51. Los alcaldes se renovarán todos los años, así como los regido-
resy síndicos donde no hubiese mas de uno; en los demas pueblos los dos
últimos cargos se servirán dos años, renovándose anualmente por mitad.


En la primel'a eleccion que se haga á consecuencia de esta ley se reno-
varán los ayuntamientos en su totalidad; y saldl'án en la renovacion ordina-
ria inmediata la mitad de los regidores y síndicos por el órden de votos que
hubiese obtenido, saliendo los que tuvieron menos votos.


,Si el número de regidores y síndicos fuese impar, saldrá la mayoría.
Lo dispuesto en los dos párrafos antecedentes se observará asimismo siem-


pre que por cualquier motivo hubiere tenido lugar la renovacion lotal de un
ayuntamiento.


AI't. 52. En los casos de ausenda ó enfermedad del alcalde, y en el de
que trata el art. U, se sustituÍl'dn los demas por su órdiln donde hubiere
mas de uno, y en defecto de estos los regidores en la misma rOI'ma.


Si el au~enle ó enfermo fuese síndico, se suplit'á la falta por el regidor ó
regidores mas model'llos,


Al't, 53, Las vacantes de alcaldes, regidores ó síndicos que ocul'ran se-
rán reemplazadas pOI' los suplentes regpectivos, llamándoselessegun el 61'-
den de su nombramiento pal'a la clase' á que conespondan, y ocuparán en
ella el último lugal'.


En defecto de suplentes se Henal'áD las vacantes por nueva eleccioD par-
cial.


Art. 54, No se reemplazarán las vacántes que ocurrieren en eJ último
tel'cio del año, á meDOS que la falta esceda de la tercera parte de los indi ..
viduos de que se componga el ayuntamienttl.


Art. 55. En el caso de suspension de un ayuntamiento entrarán en ejer-
cicio, y servirán mientras dure aquella, los suplentes; y en cuanto no baste
el número de estos, los concejales que hubieren !!alido en la última reno-
vacion en sus )'espectiv3s clases, y prefiriendo á los que obtuvieron mas vo-
tos en la eleccion,


Art. 56. Si se decretase la disolucÍon del ayuntamiento suspenso, s~
convocará inmediatamente á nueva eleccion, en la que solo tomarán parte
los electol'es calificados en ]a última general, no pudiendo ser nombrados
por esta vez ni en la eleccion inmediata ordinaria los individuos del ayun~
tamiento disuelto.




30 ~OTAS DEL TO~IO lll.
anticipacion para la concurrencia de licitaciones y rematarae en pública su-
hasta y á favor del mejor postor.


3. o Sobre las roturaciones, corta, roza, entresaca, descarga, poda, y ra-
moneo de los montes, dehesas, bosques, prados, sotos y demás arbolados
pel'tenecientes á los propios ó al comun.


4. o SoLre eñagenaciones de bienes inmuebles y sus adquisicionea,re-
duccion da censos, pl'éstamos y transacciones que tuviere que hacer el co-
mun por necesidad ó conveniencia.


5. o Sobre creacion, supresion, reforma ó sustitucion de arbitrios mu-
nicipales. '


6.0 Sobre repal,timientos vecinales de toda clase, inclusos los de las
contribuciones generales.


7. o Sobre la'J obras nuevas y c~tinuacion de las antiguas. -
8. o . Sobre la recaudacion ó inversion da los fonu{)s pertenecientes á e~


tablecimientos municipales de caridad, cerreccion, beneficencia é inatrue ...
cion, á otros que convengan cre8r Ó suprimir:


9. o Sobre emprender ó continuar algun litigio que interese al comuo.
10. Sobre la formacion de la~ oJ1denaozas municipales ó reglamentos de


policía urbana y rural.
11. Sobre aceptar ó no las donaciones ó legados que se hicieron al co-


mun ó á algun establecimiento m.unicipal si llevaren anejo alguD gravámen.
En todos los casos y objetos que comprende el artículo anterior no serán


ejecutivos los acuerdos de los ayuntamientos sino despues de obtenida la
autorizacion de la diputacion provincial.


Art. 59. Tambien son atribuciones de los ayuntamientos:
1. o Llevar el registro civil de nacidos, casados y muertos conforme á


las leyes y reglaQlentos.
2. o Formar la esládística y censo de poblacioo de su distrito.
3, o Dictar las pt'ovi<leneias que estimen oporlunas en los ~sos de epi-


demia ó enfermedades reinantes que se manifiesten en el pueblo.
4. o Redactar las ordenanzas municipales en la parte relativa al órden


público y á la seguridad de las personas y propiedades.
5. o Ac.ordar lo que creyel'en útil sobre ferias y mercados.
Para que sean ejecutivos los acuerdos sobre los objetos de que trata este


artículo es necesaria ]a aprobacion del jefe superior político de la provincia.
Art. 60, Desempeñarán además los ayuntamientos cuanto les esté co-


metido por las leyes y reglamentos en general sobre milicia nacional, reem-
plazo del ejáraito y milicia provincial, formacion de listas eléctorales y d~­
más en que por las leyes especiales, reglamentos ó reales órdenes ie requie-
ra su intel'vendon, evacuando tambieu las consultas é informes que les pidan
las diputaciones provinciales, jefes políticos y alcaldes.


Art. 61. Cuando las operaciones del reemplazo del.ejército ó el cwn-




,


NOTAS DEL TO!lO III. !9


TÍTULO VIII,
De las atl'ibuciones de los ayuntamientus.


Arl. 5'1. Corresponde álos ayuntamientos;
1. o Nombrar todos los empleados que se paguen de los fondos delc(l~


mono


2. o Exigir bajo su responsabilidad Jas competentes fianzas de los depo-
sitarios y encal'gados de la recaudacion, ÍDlel'Vencion y manejo de los fon-·
dos del ComuD. .. .


S.· Admitir y contratar los facultativos de medicina, cfcujia, farmacia
y veterinaria, y los maestros ~e todas las enseñanzas asaJal'iadas de los fon-
dos comunes, con iJujecioD á las leyes y reglamentos de sanidad é -instl'uc-
cion pública.


4,.0 Acordar lo conveniente sobre la administracioll de las fincas y fon-
dos de propios y arbitrios y demás pertenencias del comun.


5 .. o Acordar asimismo con sujecion á las leyes y reglamentos: lo relati-
vo al disfrute de pastos, aguas y demás usos y aprovechamientos comunes,
sobre plantíos, conservacion y fomento de los montes, dehesas, bosques,
pastos del comun, constl'uccion y cODsel'vacion de los caminos y veredas,
fuentes y pontones rurales y de travesía de su territorio, y sobre ejecucion
de las obras de utilidad pública que tengan facultad de.coslear de los fondos
del comun, ó mejoras materiales de que sea susceptible el pueblo.


6.0 Cuidar de la recaudacion y repartimiento de Jos fondos, depósitos y
demás establecimientos de socorro que pertenezcan a] comun.


7.0 De 10 relativo á bagajes, alojamientos y raciones que el pueblo tu-
viera obljgacion de dar para las tropas del ejército y milicia nacional.


8. o Disponer]o cOBve'niente sobre la limpieza de las calles, surtido de
agua3, comestibles y demás objetos de salubridad, comodidad y or_nato.


9.0 Sobre la exactitud de pesos·y medidas.
10. Conceder ó negar el del'echo de vecindad.
11. Aceptar ó na legados y donaciones puramenté graciosas.
Cuando se acuerde sobre los diferentes oLjetos de que trata 8ste ar-


ticulo podrá llevarse á efecto, quedando sugeto sin embargo á la revision,
suspension ó reforma de la diputacion {JI'ovincial, ó jefe político si hubiese
reclamacion en contra.


Art. 58. Corresponde igualmente á los ayuntamientos: .
1.° La formacion de presupuestos municipales,
2. o Acórdu lo que estime mas. útil al pueblo sobre arrendamientos de


las fincas de pósitos, abastos, rentas, impuestos, arbitrios y cualquier olro
derecho que per\enecmre al comUD. Todo arriendo deberá anunciarse con




NOTAS DEL TOMO 1TI. 31
plimiento de eoalquiera otro cometido exigieren que el ayuntamiento lo des-
empeñe por medio de secciones de individuos del mismo, y no bastare el
número de estos, se llamarán los suplentes que sean necesarios para com-
pletar las respectivas secciones por el órden·de mayol'Ía de votos, que hu-
biesen obtenido en la eleccion de ayuntamientos.
~Los suplentes en dicho caso DO podrán entender en otros objetos que en
el especial ó especiales que hubiesen motivado su llamamiento.


Art. 62. Si al~un vecino Ú oll'o interesado sa sintiere agl'aviado de los
acuerdos y determinaciones del ayuntamiento, podrá acudir en queja á la
diputacion provincial ó al jefe político, segun que el caso que corresponda á
una ú otra autoridad.


Art. 63. De la propia suerte podrán los ayuntamientos dirigir peticio-
nes á las autoridades expresadas, y á las cortes y al rey, no solo en defensa
de los acuerdos que hubieran dado motivo á la queja si no fuere el negocio
de la naturaleza de los que la diputacion provincial pueda decidir definiti-
vamente, sino tambien sobre cuanto estimen útil al interés de sus represen-
tados.


TITULO IX.


De las sesio~es y responsabilidad de los ayuntamientos.


Arlo 6i. Los ayuntamientos celebrarán las s!lsiones ordinarias y ex-
traordinarias que sean precisas para el desempeño de los negocios propios
de sus atl'ibuciones. Para las primeras se fijarán préviamente por los mis-
mos el día y la hora en que hayan de celebrarstl; y para las segundas colo-
cará el alcalde ó el individuo del ayuntamie,nto á quien corresponda acci-
dentalmente la presideñcia por sí ó , peticion de alguno, de Jos capitulares,
cuando lo exiga la necesidad ó haya de tratarse con urgencia de algun a,sunto
de importancia. '


En uno y oh'o caso en los pueblog en donde se halle el jefe politico se
dará "aviso prévio para su conocimiento.


Art, 65. El alcalde, y si hubiere mad de uno,- el primer nombrado
presidirá el ayuntamiento, salvo los casos en que asistiere el jefe polil!CO,
que es el presidente nato de todos los ayuntamientos de la provincia.


Art. 66. Ningun individuo de ayuntamiento dejará de asistir á las se-
siones sino por enfermedad ú otro impedimento legítimo, de qu~ dará cuenta
al alcalde. '


Tampoco podrá ausentarse del pueblo sin prévio conocimiento del alcal-
de, ni por mas de quince días sin el del ayuntamiento,


Arlo 67. No se considerará legítimamente reunido el ayuntamiento ni
sel'án válidos sus acuerdos á no estar presente la maYOI'ia de los individuos




82 NOTAS DEL TOMO 1II.
que le componen. El alcalde podl'á estrecbar á los que (alten voluntariamen-
te, basta conminarles y exigirles multas, que no exceden en los' pueblos
respectivos de la cantidad para que se les autoriza en la presente ley.


Art. 68. Serán á puerta abierta las sesiones de los ayuntamientos en
que se trate de Jos alistamientos y sorteos pal'a el servicio militar, de los
presupuestorlmunicipales, de las rentas de caudales ael comun y de cual-
quiera otro asunto que no exija reserva.


Art. 69. tos acuerdos se harán á pluralidad absoluta de votos. En caso
de empate se volverá á tratar del mismo asunto en la sesion siguiente, y se
repetirá la votacion con asistencia de todos los no impedidos; y si todavía
resllltal'é empate, decidirá el presidente,


Los que disientan de la mayol'Ía, cuando la. votacion no hubiere sido no-
minal, podrán bacer constar en el acta su voto contrario.


Art. 70. En las actas se expresarán los nombres de los concejales que
hubieren asistido á la sesion, fi,'mándolas el presidente; un regidor, un sÍn-
dico y el secretario.


tos oficios que se pasen á consecuencia de los acuerdos de hlS ayunta-
mientos hastará que lleven las firmas del presidente y del secretario.


Art. 71. Los ayuntamientos son responsables p~r sus acto~ y acuerdos,
y esta responsabilidad se hal'á efectiva contra los individuos que hayan con-
currido á la sesion qué la produzca, exceptuando los que' hayan salvado for-
malmente su voto.


Ál't. 72. Cuando los ayuntamientos faltaren al cumplimiento de al-
guna, ó algunas de sus obligaciones; cuando se propasaren á resolVer sobre
asuntos que la ley Q.o somete á su competencia, ó cuando dejaren de ejecu-
tar las órdenes de las autoridades superiores, podrán asilas diputaciones
provinciales, como los j~fes políticos en sus respecli vos casos, amonestarles,
conminarlos y deCretar contra sus individuos las multas, apremios y comisio-
nes á su costa que estimen suficientes y proporeionadás á la mayor ó menor
gravedad de la falta; con sujecion á la siguiente escala:


En los pueblos que no pasen de cien vecinos, será el máximum de la
multa que se imponga á cada uno de los individuos que eompongan el áyun-
tamiento la cantidad de. . 5 O reales.


"En los de 100 á 500. . 100
En los de 500 á 2,000. 200
En los de 2000 á 5000. .tOO
En los de 5000 á 10000. . 600
En los de 10000 á 16000. 800
En los de 16000 arriba. . 1,000


Art. 73. En el caso de que algun ayuntamiento resista abiertamente el
cllmplimiento de las leyes, y no sean suficientes para corregirle y reducirle
á la obediencia las medidas guhel'Dativas expresadas en el articulo prece-




NOTAS DEL TO~IO lII, 33
dente, podrá el gobierno suspenderle del ejercicio de sus funciones, dandó
inmediatamente cuenta á las cortes con espresion de las causas que lo hu':'
hieran motivado, y proponiendo su disolucion.


AI't. 74. Sancionada la ley de disolucion de un a yunlamienlo, si el he-
cho que hubiese dado lugar á ella constituye verdader'O delito, el Gobiemo
dispondl'ála fOl'macion de causa á los individuos que aparezcan culpables.


TITULO 1..


lJe las atnbuciones de los Alcaldes.


Arl. '75. Corresponde á los Alcaldes:
1. o Presta!' su autoridad y la fuerza coactiva en lo que sea necesario


.pm'a ejecutar lodas las providencias y acuerdos de los ayuntamientos.
2, o Expedir los libramientos acordados pOI' el ayuntamiento contra el


depositario de los fondos municipales, firmándolos tambien el síndico y el se-
cretario,


3, o Comunicar con los alcaldes de otros pueblos, trasmitiéndoles los
acuerdos de los ayuntamientos cuando sea necesaria esta correspondencia
para arreglar intereses de unos y otros,ó pa¡'a el mejor servicio de SU¡ pe-
culiares obligaciones. ' .


4. o Celar el buen desempeño de los administradores ó empleados en la
recaudacion ó intervencion de los fondos comunes.


5. o Llevar la correspondencia con el jefe 'político y con la diputacion
pl'Ovincial en los negocios de su respectiva atl'ibucion.


(LO. Tomar y ejecutar las disposiciones convenientes para la conserva-
cion de la tranquilidad y del óI'deu público,' y para asegurar y pl'Oteger las
pel'sonas y bienes de los habitantes en lodo su tel'ritorio, disponiendo á este
efecto de la Milicia nacional, y solicitando en caso necesario el auxilio de
la fuerza Dl'mada del ejército, debiendo para todo ello ponerse de acuerdo
con el jefe político de los pueblos en que este resida.


Cuando estas disposiciones fueren medidas generales de buen gobierno y
seguridad pública las adopla'rá el alcalde pOI' sí, siendo Único en el pueblo,
ó con acuerdo de su compañero ó compañeros si hubiese mas de uno. En
caso de no conformarse los alcaldes entre sÍ, prevalecerá la opinion que
reuna mas núm61'o de votos, y si hubiese empate será decisivo el voto del
alcalde primero, á quien mas especialmente se encarga la cons,ervacion del
órden público. .


'7, ¡J Los alcaldes podránrequerit', y los ayuntamientos deberán pres-
tarles el auxilio y coope¡'acion que necesiten para la ejecucion y mejor des-
empeño de los negocios que tienen á su cal'ga.


8. o Es tambien atribucion de los alcaldes publicar y ejecutar en la
:\'OTAS 111. y,




:U, NOTAS DEL TOMO 1II.
parte que les corresponda las leyes, reglamentos, reales órdenes, disposicio-
nes del gobierno y circulares de las autoridades superiores.


9. o Presidir las funciones y di versiones públicas donde no resida el jefe
político.


10. Expedir y refrendar los' pasaportes en 108 términos' que prevengan
las Jeyes y reglamentos.


t 1. Aplical' gubernativamente las penas impuestas por los reglamentos
de policía, bandos de buen gobierno y ordenanzas muniópales, é imponer
y exigit' multas á. los que les desobedezcan y falten al respeto, no pudiendo
exceder aquellas de la mitad de lo que proporcional~ente queda señalado
en el artículo 72.


Las multas¿se aplicarán Íntegramente á penas de Cámal·a.
Cuando la infraccion ó falta pudiese merecer con arreglo á las leyes la


calificacion de culpa ó delito, prepararán lo~ alcaldes la correspondiente su·
maria, y la pasal'án dentro de tercero dia al juez ó tribunal competente.


Art. 7ft Los alcaldes desempefIarán tambien todos los demás encargos
que las leyes y reglamentos cometan á su autoridad. .


Art. 77. Todo el que se sintiese agraviado de las providencias de los
alcaldes podl'á acudir en queja al jefe político ó á la diputacioD provincial,
segun que el asunto de que se trat~ sea de las atribuciones de una ú otra
autoridad.


Art. 78. Cuando un alcalde dejase de ejecutar algun acto prescrito pOI'
la ley ó por las autol'idades, supel'iores, podl'án la diputacion provincial Ó el
jefe político en sus respectivos casos, amonestarle, corregirle y multarle en
Jos lérrniIJos espresados en el art. 72 de esta ley.


Al't. 79. . Si algun alcalde resistiere abiertamente el cumplimiento de
las leyes y la obediencia á las autoridades supel'Íores, y fueren ineficaces los
medios de que trata el artículo anterior, podrá el gobierno suspenderle 'por
sí ó á propuesta de la diputacion provincial, segun que la falta fuere cQme-
tida por el alcalde, como agente del mismo gobierno 6 como subordinado á
dicha autoddad popular.


Dentro de los treinta dias inmediatos s~guientes á la suspension, el alcal~
de deberá ser repuesto, ó entregado al juicio de los tribunales si hubiere
méritos con arreglo á las leyes para proceder criminalmenle contra él.


Art. 80. En los pueblos donde hubiese mas de dos alcaldes, el ayun-
tamiento dividirá la poblacion 'en demarcaciones para la mas pronta expe-
dicion de Jos negocios, y el alcalde primero no tendrá distrito ,determinado,
sin pel'juicio de desempeñar á preven'cion y cuando sus ocupaciones lo per-
milan todas las funciones que son comunes y propias de su cargo ..


Art. 81. En los pueblos donde bubiere mas de un alealde son peculia-
res del primel' llombrado los objetos siguientes:


1,° La presidencia del ayuntamiento.


:.




NOTAS DEL l'OMO 111.


2. o Convocar' á las sesi6nes estt·aordinarias.
3. o Presidir l38 Cuneiones y diversiones públicas.
4.° Espedir y refrendar los pasllportes.


35


5. o Firmar los bandos y toda la correspondencia que emane de los acuer-
dos de los ayuntamientos y de los alcaldes~ .


6.'* Firmar los libramientos que acuerde el ayuntamiéntó contra el de-
positario. ..) '¡


7. o Cuidar de que se re~ueven los individuos del ayuntainient<l en el
tiempo, modo y forma prevenido por la ley.


8. o Mandar la milicia· nacional donde no se halle el jefe politico.
9.0 Cuidar del buen régimen y admihistracion delo~ establecimientos


(le instruccion y de beneficencia.
1 O.Veiar sobre la ejecucion y exacto cumplimiento de las medidas de


buen gobierno y de policía ur~ana en todas las demarcaciones en que se
hallare dividido el puehlo, yadv81,tir á los respectivos alcaldes encargados
de cada una de ellas 11ls faltas que observare para 8U enrnienda;dando cueli·
ta en caso necesaria al ayuntamiento si fuere asunto de su competencia, ó al
jefe político ó 1\ la diputacion provincial, segun corresponda á una ú otra
autoridad.


TITULO XI.


De las atribuciones de los reHidores.


Arl. 82. Corresponde á Jos regidores además de la voz y volo en las
sesiones del ayuntamiento. .


1. o . SusÜtuir por orden de numeracion á los alcaldes en caso de ausen-
cia, ó enfermedad. ." .' ':~ ,


2. (J Desempeñar las comisiones ó encargos que les hiciere el aynnta-
mjento, ó edicahle ¡en '~lt círculo de sus atribuciones. ' .


.. 3.0 Ejercer la autoridad 'de los alcaldes en las funciones publicas Ú 'otros
actos que presidan por encargo de los mismos.


TITULO XII.


De las atriúuciones de los sindicos.


A.rt. 83. Los síndícos tienen voz y voto en todos los negocios de las
attibuciones de losayÓlltamientos. -Les corresponden además, éomo propios
de' su cargo.: , . . . '.


1. o La'i que las leyes les sefialall sobre matrículas de comercio, alista-
miento, sorteos, milici;¡¡ nacional, sanidad, instruccioD pública, ena~enacion




36 NOTAS l>BL TOMO 1Il.
de bienes nacionales, censo de poblacion, padrones generales y. especiales,
y cualquiera otros asuntos en que 80 requiere BU intel'Vencion.


2,0 Poner en conocimiénlo de los alcaldes y del ayuntamiento ]asfaltas
que notal'en en la observancia de las Jeyes relativas á pesos y medidas 'y á
]a salubridad de ]os comestibles, ' , ,


3, o Asistir á las subastag.',y remates públic03 det'&Dt8s, y, anr.endammn-
tos de bienes de propios, arbitrios y derechos del comun, cuidand~.de que
no se falte en ellos á las condicij)nes acordadall por el ayuntamiento y pre-


. venciones que en su caso se hubieren hecho pOr la diputa6ion provincial.
t,o Firmal' I}on el alcalde 10B libramientos qlle se manden espedir por


el ayuntamiento conlt'a los depositarios de los fondos de] coroun" cuidoodo
, de que se arreglen al presupuesto aprobado, .


5, o Dar su dictámen sobl'e el presupuesto anual de gas~os municipales
antes de pasarlo á la apl'obacion cOI'l'espondiente; sobre la pr()pU~a dear-
hitrios y repartimientos para cubrir el déficit si le ,bnbiel'6;. sobrecelebracion
da empréstitos ó enagenaciones, y sobre las cuentas de todos los ramos que
estuvieren á cargo del ayuntamiento.


Donde hubiere mas de un síndico, los qu~ no tengan legitimo impedimen.
to deberán emitir su dictámen sobl'e los asuntos espresados en el pál'rafo
anterior,


TITULO XlII,


,Atribuciones de los alcaldes pedáneos.


Art, 8'. Corresponde á los alcaldes pedáneos:
1. o Cuidar de la policía urbana y rural, y de la seguridad pública,


cumplien,do las órdenes é instrucciones que le comunique el alcálde de su
distrit() municipal. .


2, o Los alcaldes pedáneos podl'án tambien imponer mullas 'gubernati-
vamente con tal que no pasen de la tercera parte señalada en el párrafo del
articulo 75.


Mt. 85. Podrán asimismo asistir sin voto ~ las sesiones de los ayunta-
mientos, y tomal' parte en las discusiones:


1,0 Siempre que se trate de alistamientos y demas actos del sorteo pal'a
el servicio militar ó de ]¡l milicia nacional.


2, o Cuando se trate del reparto de impuestos generales ó municipales
en que deben ser comprendidos los vecinos de su territorio.


S, o Cuando se trate de reformar ó alterar las ord~nanza8 municipales.
4,0 Cuando se trate del establecimiento de algun 'arbitrio municipal, ó


de algun asunto que tenga. privativa ó especial relacion con los intereses, de
" su término.


Art. 86.. Si el vecindario de alguna parroquia, aldea ó pago hubiere de
costeal' por si solo algun gasto, el alcalde pedáneo formará el presupuesto, .




NOTAS' DEL TOMO 1lI. 37
el ayuntamiento .lo,examinará"y remitirá con su informe á la. diputacion
pl'ovincial para su aprobacion .
. Ar.t •. 87. El alcalde pedáneo. representará en juicio Y fuera de él el ve-


cindario de su parroquia ó término cuando.se trate' da- acciones ó derechos
que á él solo compelan, previo el asentimiento del ayuntamiento.


TITULO XIV.


Obh,qaciones del secretario.


Art. 8 S'. Son obligaciones del secretario:
1. o COncurrir sin voz ni voto á las sesiones de los ayuntamientos, y es-


tender y certificar las aclas.
2. o ES,tender y firmar los libramientos y órdenes que en virtud de. acuer-


do del ayuntamiento se espidan por el alcalde para que el depositario de los
fondos del comun reciba Ó págue alguna cantidad.


3. o Asistir al alcalde ,para el despacho de' los negocios de sus atribu-
ciones. .


4. • Tener á su cargo y tiajo su' responsabilidad los libros ydocuoientos
pertenecientes al ayuntamiento mientras no se depositen en el archivo.


Art. 8~. El secretario en sus ausencias y enfermedades ú otro impedi-
mento accidental será sustituido por la persona que le designe el ayunta-
miento; "


TITULO XV .
. .


De los prestlpuestqs mUnictpalel.


Art. 9;0., Los ayuntamielltos formarán en el mes de octubre de cada afio
pal'a el siguiente el presupuesto de sus gastos é ingresos ordinarios' como
extraordinario.:r.


Arlo 91. Luego que esté disentido en st'Jsionpública y votado por el
ayuntamiento, pasará á la aprobacioñ de la diputacion provincial con el in-
forme·de los síndicos ..


Art. 92.' Hasta despues de aprobado el pl'esupueslo continuará rigiendo
el del afio anterior:


Art. 93. Cuando los! ingresos no bastaren.á C1lbrido& gastos a-l arun-
. tamienll1, propondrá á la diputaci01l provmciaU05 meWosde hacerlo. por al-
gun arbitrio, impuesto ó repartimiento vecinal. .


Art. 94. 'Si además del presupuestoor'dinarwhubies6 necesidad de al-
fi1D aumento de gastos· para objetos indispenAble9:,. 01 vidadosó imprevistos




38 Í'il'TASDEL TuMO- 1Il.
se formará un presupuesto adicional, observando lasmísmas formalidades
que se requieren para el ordinario.


Art 95. Pal'a contratar cualquier empréstito se observarán las mismas
reglas y solemnidades que se exigen para los presupuestos. '


TITULO XVI,


De las cuentas.


\rt. 96, LOIJ ayuntamientos están obligados bajo su responsabilidad á
rendir anualmente cuenta justificada de todos los caudales de propios arbi-
tri~s, y demás fondos éomunes que nubiesen recaudado é invertido, exi-
giéndolos á este fin los propietarios: , " .; "
A~L. 9:7~. El nuevo~yu9tamiento con esclusion de los individuosquá no.


se hubiesen renovado, recibirá, examinará y censurará estas cuen'las,. remi":'
tiéndolas con el parecel' de 'los síndicos 'y con todos los pliegos de reparos y
satisfacciones dadas sobre ellos á la aprobacion de la diputacion provincial.


Madrid 13 de marzo de 18U.-Facundo Infante.


(8).


«El gobierno habia abierto ios calabozos en que 'y~cian muchos afios los
precursores de la República, convictos de conspiraciones.ó atentados conira
la monarquía. Dos de estos primeros defensores de la causa democrática aca-
baban de salit· de la prision: eran BJanqui y Barbés. Lamartine no conocia
á Blanqui, y ved aquí como con9.ció á Barbes.


Barbés habia sido condenado' á muerto por el tribunal de los pares du-
ranle el último gobierno. A las cuatró de la mat'iana del día en que elcoo-
denado debia ser ejecutado, una mujer jóven se pres-entó á la puerta de la
casa"de Lamartine, solicitando verle. Este se levantó y salió á recibirla. La,
jó\'en se precipitó Horand) á los piés de Lamal·tine, y le conjuró á que sal-
vase á su hermano, Lamartine no tenia ningunas relaciones con la corte;
pero se acordó de que las habia ten,ido con MI'. de Montalivet, ministro y
amigo del rey, y corrió en su busca. MI'. de Montalivet, corazon generoso
en que las inspiraeiones no deliberan mas que el valor, estaba muy enfermo;
pero sin calcular sobre el estado de su salud ni sobre susruerzas, se .levanta
y hace conducir al palaclu de Neuilll', donde se hanaba el rey. .Este, cuyo
pensamiento SIl adelantaba al de su ministro, perdona la vida al sen ten- _
ciado.


Pero durante la entrevista de NeuillYr el motin de abr.i1 estallaba en Pa-
ris; las deseargas'de la fusilería resonaban en las cálles y la cámara de di.




~OTAS DEL Tf'!IO IlI. 39 -
{)utados .estaba cercada de cañones y de tropa, A su vista Lamartine tiem-
bla de que el gobierno quiera hacer ejecutarla sentenci,1por temorae que
el pArdon aparezca como debilidad y concesÍon á los insurrectos; pero bien
pronto le tranquiliza un mensaje de MI', BarMs. El rey persiste en ecOIlO-
miza\' la sangre, y Barbés se ha salvado. La hermana del reo espe~¡a su
sentencia en una de las oficinas de la cámara de diputados.:. Lamarline le
vuelve la vida, llevándole la de -su "hermano, y ella se 4esmaya besando SUB
manos.


Habrian h'3scurrido siete años .desde esta escena, cuando algunos meses-
antes de la revolucion de febrero rl\cibió Lamarline dos cartas de Barbés,
-que este habia hallado medio de dirigirle desde su calabozo de Nimes,bul'-
lando la vigilancia de sus carceleros, Estas ca\'tas decian: «Os debo la exis·
tencia; despues de Dios, sois mi sal vador ... Si alguna vez llego á salir de
estos muros derribados por el triunfo seguro é inevitable de la república,
mi primera visita será para aquel á quien necesito demostrar mi reconoci-
miento, y espero quP. despues de haberme salvado, salvará tambien á mi
patria, »


Barbés habia cumplido su palabra, Al dia siguiente de llegar á Puis,
vino á echarse en los brazos de Vlmartine:-(cMe considero doblemente fe-
liz por vuestra libel'tad, le dijo el ministro. de negocios extranjeros, Sois li-
bre ya, y la república, ese gobierno de vuestra predileccion, es quien os
recibe en la libertad, Podeis serle muy útil en estos momentos. El pueblo,
sin 011'0 freno que nuestras palabras, tiene necesidad de que se le dirija y
se le modere, Sois uno de sus mártires,' y no solo Oa escuchará, sino que


\
vuestras palabras serán oidas como las de un oráculo. Aconsejadle, no con
la ~ólera de un combatiente, sino con la gellel'Osidad de un vencedor y con
la sangre fria de un hombre de eSlado, La república no tiene, otros peli-
gl'Os que correr que los de -sus propios exceSGs. Mostrad tanto bel'oismo
para conservarla como impaciencia y valor habeis demostrado por estable-
cerla. Las ideas no llegan á ser gobierno' sino con la condicion de regulari-
zarse en 6rden y en fuerza, Olvidad las tradiciones de la primera l'epúbli-
ca, y ayudadnos á fundar una á quien no mancillen ni la anarquía ni los
cadalsos, y que reconcilie poco á poco todas las quejas, atendiendo todos
los ~erech(ls,


!fales fueron las palabras de Lamartine, BarMs las escuchó C~)(} señales
de asentimienlo, .


-«Esas ideas son tambien las que yo he madurado en mi cautividad y
en mi religion política, contestó, Yo no quiero emplearlainOuencia que mi
reputacion de víctima me dé sobre el pueblo mas que para dirigirle en esé
sentido, Pero yo soy extraño hace muchos años' á la política. No conozco á
las casas ni lag pel'sonas, ¿Me pel'milireis consultaros de cuando· en cuando
para volve¡' á la'vel'dadera senda si mi igo0\'an('ia de los negocios me hi-
ciese desviar de ella involuntariamente? /)




4.0 NOTA, DEL TOMO 1Il.
Lamartine le prometió abrirle sucorazoo siempre que lo desease, 'y le re.


comendó no ligarse á 108 que confundiesen la democracia y la demagogia, 6
que buscaseíl la' mejora de las condiciones sociales de Jos proletarios en la
subversion de la propiedad, base COl}lun que lo sostenia todo, y SiD la cual
propietarios y proletarios se hundirian juntos en las mismaA ruinas.


Lamartine halló en Barbés ]os ~instintos de su alma exaltada, pero honra-
rla, y las disposiciones á la moderacion y á la conciliacion en las clases que
podia desear. Estas buenas disposiciones duraron algun tiempo, y hubieran
durado siempre si BarMs no hubiese sido atraido muy pronto por olro foco de
opiniones, en el que renov6 sus ideas d~ nivelacion radical de las clases y
de las fortunas: mira eterna de los amantes de la igualdad absoluta de bie-
nes, desde los primeros cristianos y los Gracos hasta Babeur y Marat; vir-
tud en teoría, fraternidad en instituciones, demencia y crímenes en la prác-
tica revolucionaria.


Poco despues fué nombrado Barbée coronel de la legion de guardia na-
cional del duodécimo distrito de Paris, y fundó en él un club, que tomó su
nombre, en el que las doctrinas del socialismo se mezclaron á la energía del
republicanismo. El nombre de HarMs resonaba á los oidos del pueblo como
una voz de alarma contra la monarquía 1'la clase media, BarMs bablaba
poco y sin lucimiento, pero tenia el acento del soldado y la fe del mártir.
Era un espartano salido de los calabozos, y se asemejaba á la eBtátua del
esclavo vengador, hermoso, pero ajado por los hierros y devorado por el
fuego inextinguible de las revoluciones.
B~rhés babl6 á Larnartine muchas veces con amargura de otro hombre,


su rival en conspiracion y su compañero de cautividad, á quien una fatal
coincidencia de casualidades acababá de restituirle la libertad como á él, Y
de hacerlo sospechoso á sus c6mplices. Esle hombre era Blanqui.


Durante la permanencia de Lamartine en el Hotel de ViIle, yo no se que
mano parcial para ciertos hombres comprometidos babia sustraido algunos
documentos secretos depositados en las carteras del ministerio. Entre estos
documentos habia una revelacion sin firma hecha al gobierno del rey sobre
las. tramas de las sociedades secretas. Semejante revelacion, que era eviden-
temente obra de un jefe superior é inteligente de estas sociedades, babia
sido entregada imprudentemente á la curiosidad de un recopilador de docu-
mentos, quien la habia hecho circular. Un clamor genera'! de indignacioD
conteniaa habia acusado al instante á Blanqui de ser su autol'.


Este acababa de abrir un club. Hablaba en él con talento, pero basta en-
tonces dentro de ciertos'Umites, y dirigiéndole con el infatigable genio de
las conspiraciones, eobralia fama y popúlaridad para reclutarse en él un
ejército de opiniones esll'emas~


Estos l'urnores llegaron hasta él, y haciéndole sospechoso, apartaron de
su nombre el prestigio y de su club la multitud que le rodeaba. Sus anti-




NOTAS DBL TOMO III 41
guos complices, y particularmente Barbés, le intimaron que se disculpase;
le juzgaron, y le condenaron en el tribunal de la oposicion republicana.
Blanqui desapareció por algunos días de su club como un hombre contami-
nado de sospechas, durante los cuales preparó su defensa escl'ita y la hizo
cil'Cular en Paris.


Esta defensa, sin disculparle completamente de algunas revelaciones va-
gas sobre las cosas y no sobre las personas, le disculpaba, sin embargo, lo


, baslante para permitirle recobrar su papel y su influencia' ante un club com-
puesto de sus partidarios.


Volvió, pues; á él, Y ~ta vuelta la convirtió en un triunfo. Las sospechas
de ,que algunos momentos habia sido objeto, le imponian como una ley la
obligaci.on de exagerar su republicanismo, y de mostrar mas fuego en su
pasion de tribuno. Su club llegó así á ser el foco de todas las exageraciones
y de todos los furores dema'gógicos. Sin embargo, como estas exageracio-
nes y estos furores no eran mas que juegos de palabras y reminiscencia sin
conexion alguna vel'dadera con la naturaleza del pueblo, de la revolucion y
de la "'poca) se iba á este club como se va á un teatro histórico á ver repre·
sentar sobre la escena por actores en trajes antiguos, los dramas ó las paro-
dias de otra época, Los hombres de la nobleza y de la mesocracia, insulta-
dos y amenazados por los oradores de este club, asistían á él por curiosidad,
como para oil, de lejos sin espantarse los rugidos de BabeuC ó de Marat.


El mismo Blanqui se burlaba del miedo que causaba su 'nombre, y apa-
l'eDt~ba mas furor que ~1 que sen tia ó queria hacer concebir á sus oyentes;
y aun á veces lisonjea ba diestramente con sus ademanes y miradas á los que
amenázaba cen su voz., Era un tl'ibuno, pero un tribuno que tlIJ.ia mas de
P?lítico que de hombre de fé, Hombre superior por su tacto, por su talento',
por su diplomacia popular ante todos los agitadores del momento, J08 des-
concertaba adelantándose á ellos, y los desafiaba continuamente á que le
adelantasen á él.


Al salir de su club desaparecia en ]a oscuridad, n~ se mezclaba en lo mas
mínimo en los movimientos d,el gobierno y de la multitud, vivia oculto en
una bubardilla, no descubria su babitacion sino á corto número de sus ami-
gos y seides, como Lacamb,'e y Flotte; y solo salia de noche, vestido mise.
rablemento, para interesar al pueblo, figurando en su persona los padeci-
mientos y la miseria del proletarismo, Su palabra no era elocuente, pero si
penetrante, habil, meditada, y se adivinaba en sus discursos un plan, lími.
tes, medios y objeto, Su club no era un vano eco de pasiones tumultuosas
como los demás club anti-sociales, sino un instrumento de rpvoluciones, cuyo
leclado manejaba su mano pal'a levantar y dirigil' las pasiones de las ma-
sas, Sin embargo, el poder del. buen espíritu y de la razon general era tan
preponderante entonces: que el club de Blanqui no inspiraba inquietud ni
terror á los miembros reflexivos del gobierno, anles bien los discursos que


NOTAS 111. YI.




'1 NOT!S .. .&L TOMO m
se W.9PAOAÍaban ,en él ,causaban unescátadale mas util que perjudicial Ala
C3,1J$\ • ~ JepQbl~, Los figurantes de esta tribuna eran como el ilota beo-
do q~e se lJlosLrab;J á 108 espartanos, para hacerles aborrecer la embriaguez.


Raspail, meJlOS polWco, pero ..mas sectario que Blanqui, ejercía por so
nombre, por 8U diario y por 8U club un ascendiente m~s' mode~ado, pero
w.,s ÍD,timo en los arrabales, Quince ó veinte mil hombres de estos cuarte-
les, v,erW1~ro monte Aventino de Paris, concurrian á sus sesiones, amaban
su persona y $e lJrreglab.n á su voz, Raspail tendiaal comunismo por sus
peroracionesj pero este comunismo, mas sentimental que subversivo, estaba
1W¡w 4~ UIll filosofi8 inofensiva y de ua caridad práctica que aspiraba á la
igualdad por la l)ivelacion voluntari~ y no por las espropiaciones violentas:
Canatizaba al p~bl~ de esperanzas, sin [anatizarle de odio 'contra 108 [ricos
y los (fÍ,choSPsj Sil filosofía soci~1 no tenia imprecaciones conh'a la sociedad,
y menos aUn contra el gobiernoj predicaba la paciencia, el órden y la paz,
y únicamente pl'.ometia mas de lo que la república podia cumplir, Sus va ...
gas y doradas teol'Ías .eran de la naturaleza de las nubes, que pI'esentan mil
perspecliva$ á Ja i~ílgioacion pero que no pueden alcanzar mas que con la
visl:),
Cab~t, olI'O fundador de sectas, habia abierto en el centro de Paris, calle


de Siln RonOl'ato, un club, donde dirigia siele ú ocho mil almas, Cabe\ era
el poeta del có~unisnw, y habia soñado una sociedad quimel'ica, que lla-
maba Ycaria, en la que todas las desigualdades, todas las indigencias, y
aun tod~s las asperezas del trabajo, debían desaparecer en una organizacion
fantástica, coyos elementos no eran mas que hipótesis incoherentes, forja~
das por una imaginacion ni siquiera fecunda en ideas,


Hijo de "JI artesaJlQ de Dijon, educado para la carrera judicial, diputado
,~e su ciudad natal en 1830, separado de la política pOI' su expulsion de la
cámara en 183i,proscripto en Bélgica, Cabel habia vuelto á Paris despu€s
de su condenacion y echádose en el seno del proletarismo, de donde pro-
cedía, para hallar en él un punto de apoyo á sus ideas y á su accion, La
parle mas ignerante y mas pobre de los obreros de Paris se habia adherido
~ sus doctrinas: los delirios son el producto y el consuelo de los sufrimien-
tos extremos, Cabel era el filósofo y el gran sacerdote de esta religion de
óúmes'(élr, pero ella (JO (J(J{8. un lJi<l~ lti 8él(is-!ueei(}o dd l<l.f iO.f/io/tl.f lBtP/8'
riales combinados mecánicamente en un órden inverso de todo órden social
conocido, era todo su sistema: en pocas palabras, era el cuIto de la vida ali-
mentioia, incruento pero grosero, A este mundo le faltaban ideas, como le
f~Haba una divinidad. Antes de' la revolucioD de febrero, Cabel babia veni-
d() algunas vecel! á hablar á Lamartine de.sll utopia, Este no solo no se la
babia lisonjeado, sino que le predijo algo bruscamente que la tierra france-
Sil S8 levaD~aria contra la esp~ri6ncia de iU8 quimeras, y que el comunismo
quedaria enterrado eu el primer surco de terreno que intentase usurpar,




· (3


~ona~jándole que no ~sperase el dia de 'IIr Uts(Jrr~céi6n ddifira' hi imposible
y cift3se su penstlllilierrto en t1na ctiloni~8"e¡óti tegtlll1r y Je'gal dé tfé~crrajé' t
cultivO' (311 108 bosques del nuevo mundó' .


...... « DI'! esUt smlrte co~énta'JIeis por una a'S1)'éi~eion de ptantadol'é's baj<ttmá
civiliiui<ll1' prepietaria, qtM' ós pt'bldgéri &nWta V1'féstros VlóopioS" de8órd~­
DeS cótnÓ' pt~tege á 10'8; C))Ufu!tQ$; ~symes ta·~ffipiedtrd· !!t!'inttbducil'á' po~\ él
mt8ñlá en' VU9str~ eó1ól1i~ ;:;g~ic()ht, y sÍ' gtj ós fttlsla la qüi~¡iá'; la ti'é}itB lH
meno~ atiD'éBté'l'3.'lÍ' ~tfó9' de'Sgr!ei~'sMtllrios. 'ti '. '
C~ h9bia ddb'ptlldd ~N íd~, ~ iW Ñ t~á'9portal' S'u sistema á !hUéric~


donde solicitaba una concesion de terrenos. La república fe' h'á'h1¡j¡(orpré'ilL
did6i awn 1M PtHilf;' r su secta e'l'eili poS'il;t~i don ella fa' reálitábi()~' déSü' srs-
tem31 e\11 el sUéló' patM'0'. Cáttét soB'tenili s11s' esp-e\llintá's, c6riteni~ndble eW el
órden, yen él I'esp~ á las personáIS y ir Id pr'()~ieditd. Rn fe).' d'é p~edic:it,
la: in8lfrljtCiol\! á sl'ls adeplo~,}gs réC6D'1endaba' la prrcienc'i;i' y el horroi'!i I'á
a1tlrquía, yse lis0J1~3; sé'gIIOi slé decia de conquistar p6r su' a'gee'nd~e~t~
!robre aque'tla poí~i()n del ~~ la pHrte dé d1ct.\dura1 pop'O'lar <lúe 1'tt'iá' r~­
volumolt hree aecesible áI ~()s.
Ot~f1S)chibs; goberD~®g pdr oLrOs' bOm'&t'eS DleÓ'os dón'Ocidós' basté. enlon-


ees, reunilw, oC1lpa~n y ágiffba'ft todá's h¡s I10cbel ft los c'ita'ttéles' populo~bs
de PM'ill. El clnlY de Quínee- Vingts l de' la Sóbornrz pI'e'óeopá'f}an m'as á Jos
holtJbr~!f de' est«dó' déll gobiéJ'M', porque énndtov'j¡w¡ á las másliS m~ oéiosas,
malfD11rtlel'O~6'y' mas dil!ptlestas á los motines dé Jos cuartefes de' tI'abaJa:"
dOfelJl .. Et mÍnisbid de '10 iótetior tenia en e1lo8 ageilltls C¡M J'é db6ati cuenta
todos los dias dell e'S~íriro (fe eSl'a~téuniones póplilirtes. La~;á~tine Idshaéili
vigim por so' parle; y netiWalizaba' suBí malás-lendenci~ CÓ)1 t(jiid'éticias con-
trarias, decididamente favorecidas, y con il1spiráciones éóttionicadasá sus
01'adiOre9 contrA las sugestiones de Jos aliarquis'tas, de 10'9 comt'l'Distas y de Jos "
agitadores extranjeros. '


«No hay para que oeültar hoy que existÍero'l1 dMden'ciaijgraves entre'los
divepsos miembros del gobierno. Pero las disidencias que, tlaj'() el punto de
ligtlr de la unidad' de acción, hubieran corlverfido al gobi'érn'Ó (lo'un mal p6-
del', constituían su originalidad como gobierno transitoti·ó. La'divé'réidad dé
S\1s elementoS' contribuia á salvar la situacion porque tnáiHenia éti equilíbrio
laS'diferentes fuerzas sociales, Por eso decia yo un dia áMr. Lamal·tiné: <cEs-
tam!rs los dos en situacion tan singular, que voS'sois responsable del progreso
y yo del ór-den, » ..


Por estos motivos juzga'bliyo indispellsátile que se respef3Slna: integridAa'
dei gobierno provision'a'l, si sépermitia el consid~áfte como fal. Dé a1'ut
tambien UDa de J8ft r8ZOl\es que, en ID! átiim()', ófilitafjancotitt~l~. máni,résra~
cion anunciada pues temia que se aprovecbasen de ella para 'aerribar'á algu-
nos de mis' éOmpaileros.. • " . .. i·. ',' , , '


Ya'puede concebirse cuanto déb~ suf¡'ir cnaodó vi rechazadas mis conclu-




NOTAS DEL T(¡Mom,
siones, por un sentimiento de desconfianza que merecia tan poco. Herido
profundamente,.me levanté declarando que cesaba de formar parte del go-
bierno provisional. Alhert por Sll parte tambien se levantó impetuosamente, .
y ya salíamos de la sala del consejo, cuando poseidos de una inquietud hon-
rosa, nuestros colegas nos llamaron y d~tuvieron. Tomando al punto la pa-
!abra MI'. Ledru-RoIhn; esPUS(1 con animado tono que no se trataba todavía
de fijar el momento de las elecciones; que al efecto se estaba preparando un
trabajo material, para el cual se necesitaban datos de las provincias que aun
no habian llegado. Esto era proporciarnos á todos una salidá, y la cuestion
quedó suspendida.


Entretanto proseguia la agitacion en el pueblo. El Luxemburgo se habia
convertido, merced á los delegados de las corporaciones, en una especie de
eco sonoro, que atravesanM Pal'is, llamaba á todos los arrabales, y supe
tambien que aquella agitacioD. tenia alguna cosa de grave y de solemne. El
16 de marzo, la supresion de las compaÍiías de preferencia de la guardia
nacional, provocó por parte de estos una demosh'acion tan"infructuosa como
impl'udente, Paris se turbó y mis alarmas se aumentaron, Las cOl'poraciones
y no los clubs tomaron la iniciativa de la manifestacion, por lo cual me
apresuré á llamar al Luxemburgo, en la mañana del 1'1 de marzo, á los
obreros de mas influencia entre sus camaradas. « El movimiento está ya in-
dicado, me dijeron, y es por lo mismo inevitable. J.I' Entonces les exhorté á
qu~ se abstuviesen de todo grito PI'ovocador, á que reprimiesen ellos mis-
mis toda demostracion peligrosa á ~conducir el movimiento de tal modo,
que hiciese honor á la prudencia del pueblo de Paris. Se comprometieron á
ello tan afil'mativamente, que su confianza me alentó y fui casi enteramente
tranquilo á reunirme con mis colegas ~ al Hotel de Ville.
, . La gran p,Qticia del dia habia ya penetrado en él, pero como no se queria
confesar que se habia desconfiado de las advertencias de Albert y de las mjas
decíase que los obreros trataban 1Í.nicamente de protestar oontra las amena-
zas de las compailíag de preferencia; interpretacion frívola que 108 obreros
iban ,! desmentir solemnemente con el órden de su marcha y los términos de
la petícion que llevaban. ,


Estábamos en espectativa. De pronto apareció por uno de los estl'emos dj)
la plaza de Greve una masa sombl'Ía y compacta: eran las corporaciones,
Separadas unas de otras por iguales intervalos y precedidas de sus diferen-
tes banderas, llegaban e'n silencio, con el ñrden y la disciplina, de un ejér ...
qito. ¡Brillante y.valiente ejél:citol Pero ejército, que en vez de llevar la
Dluerte, abrigaba en sus filas el trabajo, manantial de la vida. Mis ojos se
llenaron de lágrimas, al recordar mis temores y pedí perdon al pueblo en ,lo
Íntimo de mi eorazon. .
- Una nube pasajera se presento, no obstante, á obscurece¡' tanta, alegría.


Habiendo subido los delegados al Botel-de.Ville, ley6 uno de ellos, llamado




NOTAS DEL TOMO 111. 45
Gerad, la peticion que, en nombre del pueblo de Pal'is, reclamaba el ale-
jamiento de las tropas, )a proroga de las elecciones de la guardia nacional
al5 de abl'il y las de ]a asamblea al 31 de mayo. Entonces observé entre
los asistentes J'Ost¡'OS desconocidos, cuya espresion tenia algo de siniestro.
Conocí, pue~, que se habian, unido al movimiento personas exlrañas á las
cOI'poraciones, y que no todas las ques8 presentaban como diputad(ls de la
multitud lo eran en realidad, u al menos con el mismo título. El volo de las
corporaciones era el que espresaba la peticion, pero alH habia hombres in-
teresados en derribar á Jos miembros de] gobierno provisional, cuya opinion
era contI'aria á la de Ledru-Rollin, á la de Albert, y á la mia. ¿Qüe iba á
suceder? La siluacion era crítica, COD que un hombre se 'hubiese asomado
entonces á la ventana del Botel-de-ViIle y gritando: ft Se rechazan vuestros .
votos; se desprecia á vuestros delegados» todo" quedaba concluido. ¿Quien es
capaz de calcu]ar las desgracias .que hubieran podido sobrevenir? ¿De que
responsabilidad no me hubieran abl'Umado las mismas sospechas que me cer-
c~ban, la idea que se mesup:.nia de aspirar ála dictadura y ]a presencia
de los delegados del Luxemburgo al frente del movimiento? Conod que mi
posicion particulal' en aquella crísis me imponia el deber,de tomar ]a pala-.
bl'a y me expresé de este modo: .


«Ciudadanos: el gobierno de la república tiene pOI' base la opinion y nun-
ca lo olvidará. Nuestra fuerza está en el pueblo y nuestra voluntad siempre
debe caminar de acuerdo con ]a suya. Os damos, pues, las gracias pOI' las
palabras llenas de adhesion )' de simpatías, que nos babeis dídgido: el go-
bierno provisionarJas merece pOI' su valor, por su fit:,me decision en proCll-
1'a]' el bien del pueblo \lon el auxilio de éste; y apoyándose en él. El senti-


, miento de órden que ha beis manifestado consagra la libertad en Francia,
pero es necesario que ]a {uena del pueblo se muestre en su propia tranqui-
lidad, porque ]a calma es la magestad de la fuerza,. Vuesh'olJ votos daran
motivo á nuesl!'as deliberaciones, porque vosotros mismos sois incapaces de
pl'elender que el gobierno que representa vuestros intereses ceda á las ame-
nazas,» Terminé añadiendo que los votos del pueblo serian. tomados en pre-
(el'enle consideracion, reservándonos la libertad de nuestl'o juicio y nuestra
dignidad de hombres.


Así fué que con desgo de perderme, lomé la defensa de mis colegas, cu-
ya opinion era opuesta á la mia. Mis palabras fueron favorablemente acogi-
das por los representantes de las corporaciones, pero 'los hombres que se ha-
bían unido á los obreros dejaron traslucir un descontento sombrí{), Yo habia
dicho que, si era preciso, sa-briamos morir por el pueblo, y una voz . ame-
zadora me contesló:«Tambien el pueblo sabrá morir por vosotros 'con tal
que sirvais á SUJ derechos.» Entonces repetí mi anterior declaracion, aña-
diendo: «Dejadnos deliberar para que se sepa bien que el gobierno de]a re-
pública no delibera bajo el imperio de UDa amenaza, -« No saldremos de




NOTAS DEL TEMO nI.
aquí sin una respuestaparll el pueblo,») rep!ieó con vióleneia uno de aqu~""
lIos hombres; pero ros ciudadanOS' Sobri~r y Cabet se Slpresuraron á inhWJ./
r\llDfir]01 pt1oDIlnciando pa.labras llenas de moderacron, de pTudenda y de
acendrado patriotismO".


M. M. Lelku-RoHin Y' LabltllÚOO hablaret\' lambien, el prióler.o pata ob-
servar lfIM' la Francia: le .101 se tomponia: de ~. habitantes de'. Pltris, !lilYO'
de¡ la univeIlsalidad de les tiudadaoo8, por' lo que' era i'retis& eonO'te\' el' \to~
de las provincias Mltes de ijar el dia de }as.eloocien-e&: el segunde- para pro-
tesLa, contra la iaquietmi que espr~ba- la pelicioD rel:afha al alejaólretl'tO
de las lró,as. «No hay tI'opas en París, dijo, á e8cepciM de 1,50& á! 2,00&
hombl'les dispersos en 009 tMRlblos@steri~reg plrl ptotegé'r ]09 eamínos de<
hierr"'1 y e9- fa}Si}, que el gobierne haya ~nsaddeD' aprtliimal' fI.lerZá'SJ d·}aI
Gapilat DespuéS de lo pOsadó, desp1reS de baber sfiCllmbidl> 80-,008- lroó1..:
bres ante el pooblo desar.lnado, lotuI1! seria impElDe'l' á est~ una vÓ'htttWd
contraria ~ la: 8Uy~, haeiéBdole temer hl fl'e8MIeil.l·~lIlg'ftMSI W~lis;, .~
hoy S98· republicana!! .. Jáináli in~ñ'lIr&lJmB E!8e ab!lurl}o, pblllfU~ Id l'epifblitra\
ea. el interior dO' Decesit& mas defensa q1Jíe e~ pueblO' al'ma'do, 'h'


LDS que deseahn la, eaida de una pllrt~' del· gobierno ptoyigj~D'ftl gnftda~
han silencio; los demás aplaudieron; y ya sé retiraDIr la diputáeion tuando
ua inmeRso vocerío resonó en la plaza· 00 Greve~ El p~blo q~ia 'te!' á' los
miembros del gobierJ){) de ]a república, y bajanlos para: acceder á este de-
seo, y cuando atravesábamos ta m1ihitud aglj}merada en las esca'leras del
Ho\el .. de-ViHejun _bre de form8iHltMtieas y étiyos hrillantes ojos Htt-'·
minaban su sembl6nte cnbiertode mortal y.l.<)j~z, die aga~i"6' brugiclltl1enti!
por el m'azo diciendo: «¡C@R qoo tó tambi~ nos baces ti'a'icionl. porqu.e
habia nó! pocos que me imputaban como un crímeo el nO'áproyecha't la' oca"
sion de aeseDWaraz31'med. mis colegoSl, al puo' que otros suponialf' etíel
ánimo de·egtos'qoe· ,/6 qD8r~ engrandecer mi poder á expensns del suyo'. Al
pensar en esta injusticia de 'Ias pasiones no pud~ itienó! die éon1"eil'me amar-
gamente, Cuando' Hegamos al estrado que acababa de levantarse én l~' puer-
ta central del Hotel·de-Ville, me dirijí á laS' corporacion~s, iÍlvitándol~' á
qu~ se retirasen en buen órtlen. Contestaron cdn vivas aclamaciones' al go-
bierno provisional, y moviéndose al punto se dirigieron con la mayor et1m-
postura y solsmnidad hacia la columna de la Bastilla-, a'fl'aves'alido la' ciUdad
admirada y silenciosa.· El desfile. duró' machas horas, y S'egUI1 el Momtor.
losúl,umos obreros¡de los ciento cincuenta mil'que asistieron a la manifeS'-
taeroBi, pasaba,,: ,áJalJ cinco por delante de la fachUda- dellfote-l-dé:4'Ville'.


Tal fué ]a jorDaooi del· 17 de marzo, la mll9' grande tal vez de too as' Ids'
bistól'lGas q,ue· han quedado· impresas en la memom cfu' 1M· MDkfJrés'. »




NOTAS DEL TOMO Il[ .


. .


(9)


SEÑORES SENADORES 1Y ,DII'UTADOB.


Nunca me ha sido lllas satisfactorio que hoy el verme en medio de voso-
tl'O~ despuea de los dias de pl'Ueba que hemos atl'8vesado¡ y ~spel'o confia-
damente que nunca habreis venido tampoco mas resueltos á ooDsagl'al' vues-
tros esfuerzos y afilnes al afianzamiento del tI'ono y de la constilucion de la
monal'quía: .


Como era de esperar de su paternal solicitud, la Santa Sede ha restable-
cido completamente sus antiguas relaciones con la catÓlica Espaiía: pero al
anunciaros tan fausto suceso no puedo menos de recordar otro funesto y do-
loroso. El Sumo Pontífice se ha visto obligado á .aband.ollar la capital qel
orbe católico y á buscar un rüfugio en tierra estraña. En tan dolorosas .cir-
cunstancias, no he vacilado un momento en ofrecerle el apoyo de la Espai'ía
y un seguro y cordial asilo en esta nacion siempre católica y piadosa,


Las relaciones coo las demas potencias estranjeras, me complazco en
anunciároslo, se Lan cstendido considerablemente, habiendo los gobiernos
de Prusia, Cerdeña, Austria y Toscana enviado sucesivamente sus represen-
tantes cerca de mi persona.


Con la nueva república francesa se han establecido las amistosas reIacio ..
nes que han mediado siempre entre dos pueblos vecinos, unidos por tantos
y tan antiguos vínculos.
Aconlecimiento~ desagradables, que no estuvo en manos de mi gobierno


evitar, nan ocasionado la interrupcion de las relaciones diplomáticas con la
Iuglaterra; pero confio que $6 restablecerán cual conviene á dos naciones
amigas, tan pronto como sean debidamente apreciados los actos é intencio-
nes del gobierno español.


En medio de los inesperados y profundos tras tomos que han conmovido
á la Europa, la España ha permanecido fiel al trono y á las instituciones: la
sedicion sin embargo ha levantado varias veces la cabeza, ensangrentando
las calles mismas de la capital y las ciudades y los campos de la Península:
pero aunque unidas en alianza abominable las mas opueiltas faccidiíes, han
tenido que sucumbir en rodas partes anle la sensatez y lealLad de los pue-
blos, el valor y disciplina del ejército y la enérgica decision del gobierno y
de las autoridades, Solo en Cataluña quedan aun fuerzas rebeldes, que es-
pero desapal'ecerán muy en breve. -


A este feliz resultado han contribuido muy eficazmente las medidas adop-
tadas por mi gobiel'Do, en uso de las facultades estraordinal'i8.ll que le ha beis
concedido en la pa$ada legislatura; haijiendo patentizado la espedencia la




48 f\OTAS DEL TOllO Ill.
prevision y el acierto con que las CÓI'les procedieron al otorgar aquella auto-
rizacion.


Las provincias de Ultl'amar, lo mismo en América que en Asia, gozan á
la sombra tutelar de la madre palda de ulia pI'osperidad siempre en aumen-
to: su constante y reconocida fidelidad no solo las ha libertado de los desas-
tres qU& han afligido en aq'uellas I'~giones -á las colonias de otros paises, sino
que les ha permitido pl'eslar desintel'esados y eficaces ausilios á los pueblos
que en sus peligros y tribulaciones creyeron con razon 'que DO apelal'ian fbú-
tilmente á la hidalguía castellana,


El ejército ha cQnservado en medio de la cl'Ísis porque está pasando la
EUl'opa, su severa subordinacion y disciplina, y á ellas y á su valor dehe el
alto lugar que ocupa en el aprecio de la nacion y en el mio,


Unido á la armada nacional ha hecho respetar en Africa nuestl'as pose-
siones de las b,andas moriscas insubordinadas; y ha ven.:lido en el Asia á los
piratas ,que infestaban aquellos mares, destruyendo sus establecimientos y
fortificaciones, apoderándose de sus Daves y numerosa al,tillel'Ía, y dando
liberlad á gran número de cautivos cristianos. En la Península ha sostenido
el trono y la Constitucion contra toda clase de sediciones.


Acontecimientos que os son bien conocidos no han permitido hasta el dia
obtener tod os los resultados que se deben esperar del plan de contl'ibuciones
votado hace algunos años por las CÓl'les, ni el justo equilibrio entre los gas-
tos y los ingresos públicos: á esta causa se ha debido principalmente que
mi gobierno se haya visto en la necesidad de hacer uso de lá. autorizacion
que le habiais concedido,. decretando y exigiendo un anticipo reintegrable
de cien millones, de que se os dará cuenta en la forma-debida.


Se os pl'esentarán inmediatamente los presupuestos y las cuentas corres-
pondientes, á fin de que examinados por las CÓl'tes con la sabiduría y cir-
cun speccion que acostumb¡'an, se- alleguren de una vez los servicios públicos
y se introduzcan las mejoras que reclaman el comercio y la agl'ÍculLura.


Con no menor interés se ban tenido en cuenta los del'echos de los acree-
dores del Estado, así nacionales como estranjeros, A pesal' de los costosos
sacrificios que ha hecho y está haciendo la nacion para afianzar la paz en la
monarquía, no dejará por eso mi gobierno de llamar toda vuestra alencion
y cuidado sobre los medios mas conducentes para mejorar el crédito; hacien-
do justicia á sus acreedores.


No obstante la infelicidad de los liemp6s, poco á propósito ciertamente
para el desarrollo de la pública- prosperidad, todavía se han hecho conside-
rables mejoras en las divm:sas partes de la adminisll'acion del Estado, y se
están actualmente completando otras no menos importantes, así en los ramos
que dependen de los, ministerios de Gobernallion y Marina, como en los que
están á cargo del de Instruccion y obras públicas.


Mi gobiel'llo os informal'á de todo mas por menor y os presentará las leyes
necesarias para llevar á cumplido efecto lo que se propone,




NOTAS DEL TQMO 111.
Bn virtud de la autorizaeion otorgarla á mi gobiea'110 en la anterior legis-


lalur", se ha puei40 en vigor el nuevo código penal, en cuyas disposieio8ee
ha sido· necesario hacer algunas alteraciones de que ·se os dará cuenta opor·
lWIamenle.


Tambieu se 09 JNl8sentaráll.. o'ra. leyes que reclama imperiosamente la
cOII.venieneia pública, debiendo ocupar eulre. ellas el principal lugar la re ....
Iati"I á la dOlacioD permanente y ~coroBa del culto y del cl(lro.


Tal es, señores senaJores y diputados, el aspecto general del estado del
pais y el de los 'rab~jos de la presente legislatura. Jamás se ha necesitado
de mayor ánimo y Jtesolucion para llevar adelante la obra comebzada'y para
afirmar y robusleeer el lJlODG y la Conslilucion del Estado conll'a los reite-
rados embates de Ja rebeJion y de Ja anarquía; paro cuento con vuestra de-
eiiion y fil'weza y ~on el patriotismo y lealtad de que habeis dado tantas
pruebas; y cuento, sobre todo, con los ausilios de la divina Providencia, á
quiea nuneasl ba wrigido en vano sala laoioD, grande y;g8Derosa.


(10)


A NUR8TROS CONCIUDADANOS .•


«Los diputados que suscriben' al coqstituiri6 en el CongreS.Q órganos de!
partido progresi~ta deQ\ocrático, deben á SC~ conciudadanos la manifestaoion
de BlllS pr~cipio~ f dQCtripas llO ~no8 que de IOi móviles y razoQesde iU
conducta.


Patente está á los ojos de lodos el mevimiento anómalo de-fraccionamiAnto
J desoompQ8icioD que trabaja hoy, con asombro universal, á los partidos
PQUticos de Espaila, ConmovidoS fuertemen\e por los grandes acontecimieQ-
tos contempQráneos, agitados en SIJ incierta, malleha por mil encontradas
i .. pulsiones; ~in fe en a~_anLiguas creencias: sin principios, sin rumbo fijo
y hasta sin esperanza, buscan á ciegas la luz que pueda gui~rlos en elto ....
belliue. de nuestro sigl.), ó puerto siquiera. do.llde guarecerse mieol,~a$tr~.ena
y palla la tempestad que COrre y asuela lo.s principales pueblos de Europa.·


En eJoreve curso de un ailo, soplo apenas perceptible para la vida de la
Inu~an.idad, hemos viste estremecerae y vacilar hasta en sus cimientQj
la existencia política de casi todas las naciones: bundir$e tronos: despertar
de su largo slleñe) y po~erse en marcha pueblos des~onocidos: pasiones ocul-
\8& romper súbitamente el dique que las ooDtenia, sembrando por todas par·
tes la de~olacion y el eapan~: deBaparecer COlnQ el humo escoolas y 8i8t8-
mu en posesion inconcusa por mueho tiempo del espíritu humano;· y. doc-
"ioaa que 'penas se creian imaginabtes, inJadÍl' el teJ'reDO de la ciencia,en-
~I)diendo en los ~Qra~ne8 el deeeo de una Dueva vida, de un porvellir des-
Qo~~do ..


NOTAS I1I, VII.




50 NOTAS D"EL T{)MO m,
El mundo ha presenciado el inaudito espectáculo de cuatro Asambleas


constituyentes, representando al mismo tiempo en esta pequeña Europa, el
pensamiento, las pasiones y l(ls intereses de cien millones de habitantes.


A impulso de tan gl'ande cataclismo, nosotros tamhien, relegados'aqui en
un extremo del Occidente, nósolros tambienhemos 6sperimenlado con"ul-
siones; y si, por fortuna, pasaron pronto, no por ~llo es Dienos urjente 'con-
jurar las que pudieran sobrevenir en adelante, escuchando las lecciones' de
la ciencia y la terrible enseiianza de la' historia.


Las sociedades necesitan ver claro, lejos y desde punto muy elevado so-
bre las mí"eras pasiones coetáneas, en el camina de su incierta y azarOsa vi-
da. ¿Y qué otro faro, que otra antorcha podl'á dirigirlas á'seguro puerto sí
desechan los principios tutelares de la ciencia? Solo en ellos hay luz, y fue-
ra de ellos no hay mas que el fuego fatuo del error y de las pasiones, 6 jas
caliginosas tinieblas ds la ignorancia. '


Hé aquí, pnes,justíficada la aplicacion quehacemo8 de nuesll'asopiniones
y creencias. Cuando atormentados por, el escepticismo y la incertidumbre
los ánimos todos vacilan, y cuando los' otros partidos consumen y gastan sus
fuerzas en luchas estériles, si ya no funestas, deber era en nosotros, y de-
ber muy alto, proclamar los principios y doctl'inas que pueden salvar á
nuesLl'a patria del naufragio d9 las revoluci9nes, y elevarla al nivel y gran-
deza de los pueblos mas civilizadas de 'Europa.
, Nos dirigimos some todo á la juventud, llamada pOi' la providencia á re-
solver en este siglo proceloso los mas tremendos problemas que hayan jamis
agitado á las sociedades humanas.
- Hemos dividí do nuestro tl'abajo en tres partes.


La primel'a contiene la declaracion de los· derechos que garantizan la
exi$tencia del individuo y el libre ejercicio y des81'rolIo de todas sus facul-


. tades, Emanadas de la l.bertad y de la igualdad, son como ellas, inherentes
al hombre é inseparables de su naturaleza;' y oonstituyeu por tanto lascondi-
t!iones fundamentales de su vida política y social.


La segunda es una esposicion suscinta de nuestros principiospoliticos,
administrativos y económicos. Por mas que seamos fieles al espíritu demo-
crático de nuestros dias, aspiramos á seguir el vuelo de la cienc~a contem-
poránea, nosotros admitimos tan solamente principios de aplicacion ,pnsible
y no remota á nuestro pais.


Intimamente convencidos de que las refol'mas, por justas que sean, ne;..
cesilan de conv~niente pl'epal'ac¡on, conoluimos por un cuadro del órden y
método que nosotros seguirfamos en su iniciacion yaplicacion progresiva de
todos los ramos de la administracion y del gobierno del Estado.


Una palabra mas. Hombres de discusion y de ciencia, ála discusion y á
la ciencia apelamos. No pedimos ni queremos otra cosa que la libre facul-
tad, á todos conocida, de defender su causa ante el inapelable tribunal de la
opinion pública.




NOTAS DEL TO~lO lTI, 51


DECLARACION DE DERECHOS.


El estado debe reconocer y garantir á todos los ciudadanos como condi-
ciones primarias y fundamentales de la vida política y social: .


La seguridad individual.
La inviolabilidad del domicilio.
La propiedad.
La libortad de conciencia.
La de ejal'cel' su profesion, oficio ó industl'ia.
La de manifestar, trasmitir y propagar sú pensamiento, de palabra, por


escrito ó en otra forma.
La de reunion pacífica para cualquier objeto lícito, sea ó no polUico.
La de asociacion para todos 108 fines morales, científicos ó industriales.
El derecho de peticion, individual ó colectivamente practicado.
El derecho á la instruccion primaria gratuita.
El derecho á una igual participacion de todas las ventajas y rlerech~~ '{IO-


líticos. . IlkJ
El derecho á un repartimiento equitativo y proporcional de lá~¡~an\ilibu-


ciones y del servicio militar. '. .,' '!j:'j(\'1 nr':)
El de optar á todo empleo ó c31'gO público sin mas. c~~icldkesu~W":rrlQ\o


que el mérito y la eapacidad, excluida toda prererenc¡UI~ª'}Ba~iifne~ifH-~rpri-
vilegio ó distincion; . ;i'l91G!~9q8,) !!3~')1 ~r;1 (T')


El de ser juzgado y condenado por la coil8iek-bia')pñJhI8al~jil~iía3,~o:l
;'wl'I'tlx'1 Itl .09 IJh~lfj3 !'lh
EXPOSlr.lo'Né.~Eií~kíNbt~m~! /i'll'HI;.j !d w)I;ll


.. 'D'(1i l~ 'wq ;'\J, AalCllm'1)6 110" ~o'riC¡fJlI wJ
.~9IGblli·{o·lq ~9fIOí'H;Juqih ~¡¡I aJon 9Id(;e(lOq~!'1'I


,lO eh JmlJ.'tlrteSflt~L~~mM~b'lq '-lh foi'jllni~¡;lllqih etd
.lJbr;J,.~" eb Oi'lRIfO:l lo; 9lr!!! o9b[lo~


La sOb~rS~DíJGi9Dru~~"tt4Dri.c.\DW n!»~~Pmm}61~~1 t\H_3~¡~i~o
mode~AA,,!y'!~J~qJllHil~.~~d~liW~·14ó~12MIIY,)f¡¡e!m'q}lr ,Jht1;~~\I(f(~I'lP.f)PlO
nacemmedlatamente la úmdad mtrmseca de todos los p'~;e~'o~am9i~IJJ9-
o~~~~ MbOYmmolt\eL9~~bm~d%\JI~s¡s~~~Q;'lMJhl~1~!Mf¡iQ}l H.(IJlfJt4.jpl de


sus representantes; el ejecutivo, CO~,Nm~O¡0!~4r8AAerfl!q!f¡llrq~ij}NlrJ\~-
B~~~ &~ilq6 98 oVl .ooboil~ih nia fíOlil9h ~ I BoLo.' 'lb 9')OffWI f1bl:-ll/l f;>[


El poder legislativo y el podel' ejecutivo reunic!9.§lfM8ljlliloPIt ~Nmffil w;a
-Y\OW_~orul\i ~iPIH\h:~_ \ruj¡J1f llW~Il'P jef~"M!i,JjIJ1P yOíf-¡ ,AA9~ rllllt~ 11,
-Mlw~mft%~,"o.~I¡»q\';~~)~~Oft\~1fl ~~di'~~,hY(1)RgJdg~ij~-


más con ,15IfMlft! dte cAA~i'it ~p~fJ~~n~ ~ftIllBO§Ii~I.al\lfJA"uH;il ,ojí~OQ.
-uh~tQRRlMiOf ~¡lJwqIWIJJ~q§[¡:lfll_~á J~~\tJif~~,ftwm~%~~3~f1h B.!eblo
;AAJlM~~1ll~8~b u~n'l~ 9Up ~()ol)/l8bliío ' .1 90h.)! 9h 4fJoqmh:) '>6 ~'1ff()'~




51 NOT,.\ S DEL TOMO IU,
Son caracteres esenciales de la representacion nacional democráticamente


constituida:
La legitimidad; la' unidad; la independencia.
La legi[im~dad supone la eleecion directa y el sufragio universal.-La


unidad consiste en la e1islencia de una sola Cámara como expresion y re-
presentacion de nuestra unidad nacional y de la unidadpolftica de todas, las
clases del Estado. La independencia exije la limitacioo y regulacion de las
Cacultades atribuidas al poder ejecutivo, de convocar I suspender y disolver
las Cortes y de sancionar las leyes; la inviolabilidad de los representantes·
por las opiniones que emitan en el desempeilo de su cargo; la incompatibi-
lidad de este con todo empleo dependiente del gobierno; y una indemui-
zacion concedida á los diputados durante el ejercicio de sus funciones en
cada legislatura.


El poder eiecutivo en la COI'ma de Mona,rqufa hereditaria tiene por ca-'
racteres inherentes é inseparable¡;;:


La inviolabilidad de la persona del Monarca: la responsabilidad de sus
ministros exigible ante las Corles.


Corresponde especialmente al poder ejecutivo:
Ejecutar y hacer ejecutar las leres;
Convocar, suspender y disolver las Cortes, y sancionar las leyes en la


forma que determine la Conslitucionj
Nombrar y destituir los funcionarios públicos COD sujecion á lo dispuesto


en las leyes especiales;
Conservar el órden en el ililterior, y velar por la seguridad y dignidad


del Estado en el exteriorj
Dacer la guerra y firlD:ar loa tt:atados con apl'obacion de las Cortes.
Los pueblos son administrados por el Ayuntamiento de eleceion popular!


respoDsable ante las diputaciones provinciales.
Las diputaciones de provincia, son allhl'lÍslDO de eleccion popular: res-


ponden ante el Consejo de Elltado.'
El Consejo de Eelado es elegido por la Repl'esentacion Naeional.
La gobernacion de los pueblos y provincias es en su t"drácter y forma ex-


clusivamente civil.
Los jueces y magistrados ejercen sus fanciones en nombre del Rey; pero


eon entera independencia del gobierno.
El jurado conoce de todos los delitos sin distincion. No se aplica la pél'l8


de muerte á los polítil'os.
La publicidad y la discusion, elementos fundmnentales del gobierno te-


present:ltivo democrátieo, tienen por principal 6rgano ta imprenta, lIin dé-
pósito, fiam:38 ni trahas ae ningun géftel'O que limiten eu libertad.


Lll milicia nacional, primé1;¡ garant. del órden 'públió& l' de lasiastitu-
ciooe8 se compone de todos k 1 ciudadanos que gocen de OOrdeb08 políticos.




NOTAS DiL T')MO m. 58
El gobierno reconoce como religion del Estado la Católica: sostiene su


culto y retribuye decorosamente á Sil! mini3tros. Sin embargo, Dingun ciu-
dadano espailol debe ser perseguido ni molestado por sus opiniones reli-
gimlíl8.


PRINCIPIOS ADMINISTRATIVrn;.


ADMIN1STRAClON PUBUtA.


El carácter distintivo de la administracion democrática de un Estado él
la exacta c1asificacion y division de los intereses públicos en locales, pro-
"ineiales y generales.


Lo·s ayuntamientos ejercen propia y exclusivamente la administracion de
los intereses locales bajo la inspeccioQ de las diputllciones de pl·ovincia.


La administracion de los intereses provinciales es asimismo propia y ex-
clusiva de las diputaciones bajo la inspeccion del Consejo de Estado.


El gobierno adminü~tra los inlert'ses generales por Al Ó por medio de gUS
agentes, y, en ciertos casos, por el Consejo de Estado, inslilucion supréma
del órden administrativo que, por la doble naturaleza tIe sus {uneiones, for-
ma el centro y el lazo de la unidad admi"Aistrativa del pais.


Requiere indispensablemente UDa buena administracion:
1. o La organizacion sólida y estable de la jerarquía administrativa por


la metódica c\asilicacion de ramos, de· funciones y de aptitudes.
t. o Una sola divisivn territorial, civil, militar y eclesiástica ..
S. o Una estadistica completa y exacta.
l. o La unidad de pesos, medidas y monedas.
IS. o La publicidad de todos sus aelos.
Son auxiliares de la administración pública.
La fuerza armada,
La policía,
La policía liene por principal objeto la conservacion del órden y la segu-


"¡dad de las personas y propiedadeij no el espiondje político.
INSTRUCCION PÚBLICA.


La instruccioD primaria 8S universal, obligatoria y gratuita. Está i ear~
de los pueblos.


Laiilstrueeion secundaria es igualmente grátuila, pero no ól>ligat6ria.
Está á cargo de las provincias,


La iDstruccion superior es rMri1milla, f éStA á cargo del Estado.
La enseftaDA es libre, la ley, sin embargo, determina las condiciono!!


uecMlÍ88 pira ejeróerla.




¡'OTAS DEL TUMO 1lI.


BENlllCINClA ,


Los establecimientos públicos ,de beneficencia dependen de la administra ....
cion municipal y provincial. .


Son atenciones obligatorias y permanentes de los :pueblos y provincias en
materia de beneficencia:


1, a' El sostenimiento de Jos hospitales para enfermos y beridos,
!,a La crianza y educacion de los huél'fanos desvalidos y de los expó-


¡itos.
3,a El establecimiento de calas de refugio,
4, a El socon'o y gl'adual extincion de la mendicidad.


EJÉRCITO Y HAroNA,


La milicia nacional, el ejército activo y la ma~ina de guelTa forman .el
sistema militar completo del pais. '


La milicia nacional organizada por clases, segun la edad, estado y cir-
. cunstancias de los ciudadanos, constituye la reserva del ejército.


El ejército activo, reducido á fuerza meramente necesaria para la guar-
. nicion de las plazas fuertes y puestos militares, se recluta anualmente por


enganche voluntario.
La oficialidad toda es facultativa. La ley fija las condiciones d~ admision


y la escala rigorosa de ascensos.
La marina de guerra debe aproximarse en su reclutamiento y organiza-


cion al ejército y milicia.
La existencia de una buena marina de guerra está Íntimamente enlazada


con el aumento y prosperidad de la marina mércante,


ALMINISrRACION DE JUSTICIA,


La adminish'acion de justicia es una independiente y I·esponsable.
La .unidad conduce á la abolicion de todos los fueros especialss y pri-


vilegiados, salvo los puramente disciplinarios, militar, eclesiástico, etc,
La independe'ncia exige la inamovilidad de los jueces y magistrados, y su


dotacion fija y decorosa.
La responsabilidad trae consigo la motivacion de los fallos.
La justicia criminal debe ser gratuita: el sistema penal, penitenciario.


PIUNCIPIOS ECONÓMICOS.
.J


El litado, la pl'ovineia y el COmtlD tienen nece.idadesqtle 8~tW~,1@.




NOTAS DRL TOMO nr.


ciudadanos deben concurrir á ellas; hé aquí el orÍgen y la causa delai con·
tribuciones políticas. -


Todos los ciudadanos de un Estado, como igualmenté parlicipes de las
ventajas y derechos políticos, deben contribuir en proporcion l1e sus haberes


. y reCUl'SOS al sostenimiento de las cargas generales; todos los ciudadanos ha·
bitantes de una provincia, al sostenimiento dé: lás cargás provinciales; y
todos los vecinos de un Comun al sostenimiento de las eárgasmunicÍpales.


De esta ('egla primaria y fundamental la imposicion y repartimiento de
1as contribuciones se deduce inmediatamente:


1. o Que varia n eipecialmente- entre sÍ, como de distinta naturaleza, y
aplicacion, las contribuciones generales, provinciales y municipales.


2. o Que las contribuciones públicas deben aproximarse progresivamente
en su formal impuesto proporcional.


3, o Que son legítimas las que exceden el límite de las nec€sidades pú-
blicasj las que no se exigen á todos los ciudadanos; las que no son propor-
cionadas á la fortuna dfll contribuyente; y las-que se fundan en el monopolio
de la venta de ciertos artículos ó en granjerías ejercidas por el Estado (ren-
tas estancadas, loterías),


4. o Que son injustas por la desigualdad y deben reformarse las que
gravan con preferencia: á las clases menos acomodadas (consumos, derechos
de puertas, elc.)


La adininislt'acion de los fondos públicos 6S distinta é inde~lldiente se-
gun su naturaleza yaplicacioD.


Los ayunlamÍ(~ntós administran los bienes y fondos del Comun, con la
obligacion de publicar todos los afios el presupuestos de gastos é ingresos, y
las cuentas de su inversion.


Las diputaciones provinciales administran los bienes y fondos de la pro-
vincia con idéntica obligacion, .


El gobierno administra los bienes y fendos del Estado;
Son reglas inalterables para la administracion de los fondos del Estado:
1. a La estl'icta sujecion al presupuesto de gastos é ingresos votados


cada afio por las Cortes.
2. a La presentacion anual de cuentas á las mismas,
3. a La pI'olija organizac}on de la contabilidad pública.
4. 11 La mayor sencillez posible en la manera de recaudar é invertir los


fondos del Estado,
5. a La publicacion mensual de todos los ingl'esos y pagos del Tesoro.
Los gastos públicos se dividen, cODsiderada 'su aplicacion, en reproducti-


vos é improductivos.
La adininistracion debe proponerse en su marcha progresiva, extender


indefinidamente la esfera de los primeros y reducir mas y ma~ la de IOi ul-
timos,




58 NOTAS DEL TO~IO 1II.
L6$, gast()S reproductiv~s tienen por objeto eJ f'fogreso a~ce.Ddent8 ~ i1imi·


tado de la produccion, y el desenvolvi;niento incesante de la pr~peridad
matel'ial y Qloral de los pueblos,


Los móviles cardioale¡¡ de 'a prosperidad JDaterial y moral de 108 plle-
bws son:


1: La instruooioD públioo .
. 2. • La industria y el comereio,
a, o ~l crédito.
Se fomenta y perff'cebna la instruccion pública:
BacieQdo o~ljgatoria para todos los españoles la primaria ó eiemental, y


realzando la posicion social y condiciones morales y materiales de los maM-
tJ'~.-Esludjaudo progresivamente la inslrucClon secundaria. -Orgauiz8ndo
las universidaJes con arreglo al espíritu. democrático de la e.poea.~ProUJo­
viendo la puLlicaciol,l de obras especiales Ilobre enlleQa.nza.
·S~ fomentan y desarrollan la indush'ia y el comercio:
Con la d68amortizacion completa, civil y eclesiástit}3.-Con un sistema


completo dé caminos, canales, correos y demás medio de cOlEunicaciol),
apropiado á las necesidades especiales de los pueblos y pro\·incias.-Con la
CfreadQn de Bancos agrícolas en todas las provincias.-C()n el establecimiento
d~ escuelas especiales de agricultura, artes y comercio.-Con la ilimitada
libc!'tad del comercio interior, y de la esportacion é imporlacioll con la$ po-
&e$iones de Ultramar.-Con la protecc.on de la industria nacional, y Ja li-
bertad del comercio exterior con ella compatibl~: la proteccio~ como medio;
la libertad como fin. .


Se promueve, robustece y estiende el crédito nacional:
Con el arreglo definitivo y estable de la deuda pública, y su reduccion á


Ulla sola cla$e.-Con la religio$a exactitud en eJ pago de 108 intereses.-
Con el puntual cumplimiento por parte del gobierno de las obligaciones con-
·traídas. ~Con la publicidad de lodos los actos y operacil.'nes del ministerio
de Bacienda.-Con la acertada organizacion de los estableciJDientos ~e cré-
dito, tal que sin destruir lá concurrencia, ni consagrar el monopolio, se ase·
guren los intereses particulares en ellos comprometidos, evitando en lo po-
sible los fraudes y las operaciones ruinosas. '


Estos pl'inr.ipios constikIyen el sistema de gobierno interior, adminish'a-
cion y eCQnomla del Estado.-Oll'os determinan sus reraciones en las pro-


. vincias de Ultramar y COD las potencias indepenrlientes.


POSESIONES DE ULTRAMAR.


El gobierno y administracion de las provincias de Ultr~mar tiene por
prin<!ipios .
.. 1. o Su administracion separada y distinta de la península.




N01'AS ORe. TOMO Itl.


De 8S~ priaeipio se deriva:
El establecimiento de un Ministerio de la Gobernacion de Ultramar:-


Una legislacion especial, acomodada á las necesidades y condiciones de aque-
llas provincias. . .


2. o La asimilacion progresiva de 90 régimen de ~obierno con el de la
metropolí por el desarrollo gradual y prudente de su vida propia J de sus
instituciones. .


Son consecuencia de este principio:
La abolicion del régimen militar.-La COl'macÍon de consejos coloniales.


-El sistema municipal y provincial, fundado sobre ayuntamientos y dipu-
tacioneseltle\iv8s. - La public8cioD anual de 108 presupuestos y cuentas.


a. o La fusion é·,identificacion de sus intereses comerciales eon los de la
ma~re patl'Ía.


Este principio supone: .
El Cambio mutuo de producciones.-La comulidad· é identidad de las


leyes y franquicias comerciales.-La activa y eficaz proteeeioD del COIIIer-
eio colonial por la marina de @uerra. .


RELACIONES EXTERIORES.


El principio democrático de 13s "elaciones internacionales se funda:
1. o En Ja independencia y soberanía de todas las naciones.
De aqui 8& desprende naturalmente la regla invariable 'de no mezclarse


Dingun pueblo en el gobierno ni en las alteraciOnés intestinas de otro.
2. o En la union intima .cOIl las naciones cuyos intereses y tendeneias


sean afines.
De aquf para España la necesidad de estrecbal' SU8 relaciones:
Con Portugal, cuyos. intereilel-, posicion ~eográfica y carácter nacional


censpiran de cORlinuo á la reuoioo de ambos países.-Con los pueblos del
Nuevo Mundo de origen español, sobre los 6uale. eje"cemos una influencia
permanente con nuestra literatura y nuestra lengua,-CoD twos los gobier~
nos basados en priooipios democráticos.


PROGRAMA PRÁCTICO DE GOBIERNO.


Las @randes reformas, las reformas radicales en el gobiernú, adminis-
'raoie y sistema económico do UD pteblo, exigeo, si ban de ser fecundas y
duraderas:


Qoe sean paeíficu, es deeir, bijas de la disousion y de la ciencia, 00 de
la· fuerza brata.


Que sean legalo., es dooir, obra de poderes legitimos.
Que sean prosresivas, es decir, que aceptando como punto de partida la


NorAS JI' "'11.




58 NOTA~ DEL TOMO 1I1.
actualidad, lleguen á su término por una serie gradual de mejoras y ade-
lantos.


Nosotros, fieles á estas máximas de eterna verdad, consideramos como
incúncu~os y no controvertibles:


El. trono heJ'editario de doña Isabel 11, forma legítima y popular del po-
der ejecutivo. '


ta religion católica, como única religion del Estado.
La ullidad nacional.
La pl'opi"dad.
La familia,
Partif:lndo d~ estos principios fundamentales de nuestra "ida p.lítica y


social; nosotros en el poder:·
1. u Rdormal'Íamo8 la Constitucion del Estado en Cortes Constituyentes


con vocadas lIajo las bases de eJeccion dh'ecla, suel'agio universal, y un di-
putado p()r cada treinta mil almas ..


Serian electores:
Todos los españoles mayores de edad que supiesen leer y escribir, tuvie-


sen domicilio 6jo y una Pl'oreaion ~ oficio que no les constituyese depen-
dientes de la voluntad de otras personas (domésticos, soldados),


El cargo de diputado seria retribuido é incompatible con todo empleo
depeudiente del gobierno esceptü los altos puestos del Estado.


2. o Armariamosla milicia nacional, organizada de modo que, sin ser un
emha"37.0 pal'a el gobierno conservase las instituciones y el órden público.
Dhiriida además en clases, serviria con el tiempo de reserva al ejército
acli vo.
• Tod,!s 108 electores serian g.uardias nacionales.


-3. o Declararíamos la imprenta libre, sin depósito, fianza, ni trabas fis-
cales. El sislema de l'espons3bilidadtendria por objeto el castigo de los au-
tores ,'ea les del e¡,crito; y no la injusta ficcion de editores responsables. El
jurarlo conoceria de los delitos de imprellta.


Todos lo~ guardias nacionales serian jurados.
,. o Sin la seguridad personal son vanas é ilusorias todas las garantías


polHicas. Nos adelantaríamos por tanto, á prevenil' los frecuentes abusos
y <srLitrariedadesen este puoto', .invistiendo de amplisímas facultades á
los tribunales ordinario~ para perseguir criminalmente á toda autori-


o dad de cualquier clase y gl'J'arquía, que en el pjercicio de' SUR funcio·
nes traspasase las leyes prol/letoras de las personas y de la inviolabilidad
del domicilio.


o. o Los ciudadanos españ .. les podrian reunirse libremente para cualquier
objeto, fuese 6 no p3lílico, sit: oh'as formalidades ni restricciones que las
indispensables paramanlencl' la tranquilidad pública. Mas no por eso ·con-
sentÍl'iamos la existencia de ~'ciedades polfticas permanentes, ca ya tenden-




\'40TAS DEL TOMO 1II 59
cia es por lo comnn hostil á todo gobierno, y un continuo é inwinentepeli-
gro para elórden y las instituciones,


6; o La abolicion inmediata de todos los fueros y juri~dicciones prÍl'jle-
giadas abriria paso, consagrando la unidad de~la admimslr3cion de justi-
'cia, á la CuLuray pl'ogresiva rerorma judicial, basada' sobre los principios
de trihunal'es i"dependientes, inamovibles y responsables; jurado para loda
clase de delitos: justicia criminal gl'atuita: si&lema penal penitenciario ..


7. o La nueva di vision del territorio seria el primer escalon de la refor-
ma administrativa, y el prelimioa¡' de la orgaoizacion de los Ayuntamientos,
Diputaciones y Consejo de Estado, en el senLido de los principios ya e8-
puestos,


-8. o Las capitanías generales representan ·Im resto informe del antiguo
régimen militar del pais, Las sup"imiríamos, por tanto, estableciendo ulla
comandancia en cada provincia, encargada del mando y disciplina de la
fuerza armada del ajél'cito. Los comandantes militares depende, ian inmedia-
tamente de la autoridad ci vil en todo lo relati vo á la conservacion del or-
den y de la tranquilidad pública.


9.° Para la reforma radical y completa de nuestro sistema tributario,
tendríamos muy presente: 1. 0 que sin una estadística exacta de la riqueza
es de todo punto imposible levantar impuestos equitativos y acomodados á la
fortuna de los contribuyentes; 2, o que sin asegurar antes las cal'gas publi·-
cas no es dado á ningun gobierno abolir tributos pOI' onerosos y desigllales
que sean.


La formacion, poes, de una estadistica, aproximada cuando menos, de la
riqueza de nuestro pais, valiéndonos de cuantos medios ofrece hoy la ciencia
prepararia la acertada y beneficiosa reforma de aquellas contribuciones que,
como las de consumo, pesan desigualmente sobre las clases menesterosas, y
son la primera, si no ya la única causa de su empobrecimiento. Empero no
vacilaríamos un instanle en concluÍl' con el estanco de la sal y del tabaco,
y el inmoral cuanto rujno~o juego de 10lerías, porque una lijera imposieion
sobre aquellos articulos, é importanles rebajas en 10R gastos improductivos
del presupuesto, colmal'Ían acaso con creceli, el vacío de nuebtras rentas.


10, Con la misma reserva y aplomo pl'ocededamos en la cuc .. tion de
aranceles. Toda alteracion hecha en este punto sin el coooeimií'oto exaclo y
prolijo del estado de nuestra industria, su nalllr'aleza y con,li¡·ioneil df' exi8·
tencia, v~nJria á ser aventurada, peligrosa y qllizá fu¡¡esla, Mas \lna vez en
posesion de es los datos (y na(!a ahorrariamos par'a l'eun;,'103 (Hlhrevf' lit'm-
po), nue~lr'o si~lemJ seria acahar par'a siemp"fl con las p"/JbiLicinnf's ab~o­
lutas, y establecer en 'su lug;u' de,'ech03 protectOl'es que cOlH'iliando lodos
los intereses, sdlvasen á la industria nacional de una competencia pl'emalu-'
ra y ruinosa.


11. La completa desamortizacion civii y eclesiástica continuará el fe-




60 NOTA~ OEL TOllO J1J.
liz impubo dado á la prodaccion y la creciente prt8peridad de lID.atra cl~
agrícola al paso que el "epartimiento de una parte de los baldíos del EB13-
do entre beneméritoll militares 8atisfaria la deuda contraida por la patria en
momentos de azar y de peligro.


12. La induitria '\feria rDtas 8US trabas, y la iSricultura y el comercio
recibirian UD continuo y saludable eslÍlu.10 del emplee OOIls6Clltivo de euaD~
tos medios dejamos asentados. .


13. La instruccion' seguiria la marcha administrativa en general. Nues-
tro primer ()bjeto, que proseguir'íamos sin descanso, seria el cslablecimiea-
lo de e&eaela8 gratuitas en todos los pueblos de la Monarquía por,pequeños
y pobres que fuesen: obtenido esto, declararíamos la instruccion primariB
obligatoria, y sever08 regla1llent08 seialariac las mas eficaces medidas para
la forzosa asisistencia de los nidos á las escuelas; no sin concilia/' en oier~
ta8 épooa8 del año esla existencia oon las necesidades f faellas de las fami-
lia~ agricultoras.


1 i. No mas quintas,
El ejército, ,'educido de dia en dia, se ,'eelularia por enganche volunta-


rio, al mismo tiempo q\1e una organizacioo ,.apropiada y en correspondencia
con la de la milicia nacional,. convertiría, naturalmente á esta en UDa nu-
merosa y escalente I'eserva, La ley fijada invariablemente la esoala de as-
censos y grados,


lO, La Espatia e~ un pais e$eneialmanle marítimo. Eslo solo dice que
sÍn fuerzas imponentes de mar, su inrlepelldeucia nacional está comprow.e-
lida de coutínuo, sin pl'oteccion Sil comerci() y en inminente peligro eus co-
Jonias, POI' eso nosotros, reducido el ejército cual debe serlo, dedicaríamos
todos los año!! las sama~ economizadas po,' esto concepto alaumenlo meló-
dico y contfnuo de nuestra escaaa é insignificante mal'ina.


16. No basta que los empleos se eonfieran al mérito y á los sel'vicios;
e:i tambien indispensable que el pais tenga gal'antias del acierto de sus ad-
ministradores en esta parle.


Para ello nosotros tratal'iamos de dividit· y clasificar los diversos brazos
de la Administracion y del Gopíol'DO, de tal suerLe que una carrel'a cienti-
fica, especial á cada ¡'amo, y la escala g,'adual de ascensos, fuesen prelldas
seguras ostensihles de la actitud y méritos de los empleados públicos, Nada
de cesanUas; se amortizal'Ían las existentes.


17. En nuestras rdaciones esteriores y gobiemo de las posesiones de
Ultl'alIlaJ', aplical'iamos con fidelidad los principios antes anunciados.


En suma, corrigiendo los abusos existentes realizando desde luego la!! re-
formas mas fáciles y hacederas; y prepa,'ando el camino á cuantas reclaman
Jos adelantos de la época y el estado de nuestro pais, haríamos inútiles á la
par que imposibles las revoluciones y los trastornos,


Madrid 6 de abril de 1849. - Manuel María de Aguilal'. -- J081~




..


NflT4S DEL TOMG 111, 61
Ordn Avecilla. - Aniceto Puig..- Nicolás Maria Rivero.


Por aquellos mismos dial! $e pu blicó la siguiente comunicacion que im-
porta mucbo tenefen cuellta para j'lZgal' de los hombres y de lQS SI)CIJ$()S.


Seí)ores redactores del Clamor Púólú:o:
Muy señores mios: Habiéndomeillformado varios amigos desde esa, de


los rU010res _que con respecto á mí ban hecho circulal' diferentes personahJ
con diversos fines, pel'g con intenciones que me abMeJ)go de cali&C!lr, me
veo en la necesidad de l'ecurrir á la prensa para desmentir tales asertos.


1,0 Se pretende que yo habia O1anifestado que no regresaria á Espa-
na mientras rigiese en ella el gobierno monárquico, Esto es tan absurdo co-
mo falso. Lo q!lB he dicho es, que no volvería á Espaila en tanto que la se-
guridad individual no fuese una verdad, y mientras que los gobernant68 sin
consultar ma$ ley que su cap,'icbo, puedan mandar á Ultramar á ciudadanos
sin (ormacion de causa,


2'0 Se pretende que yo pertenezco á una junta que se .supone ,estobl~
cida en Madrid para derrocar el actual órden de cosas, que con el fin de dar
á e$la el apoyo de la prensa, impulsaba á la fundadon de un periódico que
sirviese de órgano á las doctrinas y proyectos de la lal junta. Esto
es igualmenLe falso. No estoy dispOésto á prestal' mi nombre para fan-
tasmagorías. Mis amigos en pal'ticutar, y los que me conocen en general,
me harán la justicia de creer que no rehuyo compromisos; y así les ruego
no crean á nadie que les hable en mi lwmbl'e siempre que no presenten au-
10l'il.acion roja por es.crilo. En cuailto á 1a fundacion de UD periódico estoy á
demasiada distancia de Madrid para que pueda asociar mi responsabilidad
á doctl'inas y principios que pudieran no ser los mios,


a. o Se pretende que no solamente apl'Obé el programa. de los señores
AguiJar, AveeilJa, Ri\ero y Puig sino tambien que el pensamiento de esta
mal'lifestacion salió de mi. Olra impostura.


No doy importancia á los prog¡'amas porque todo~ basta ahora han sido
ot1'3S tantas decepcionesj y ('sto es tao exacto que habiéndoseme pedido mi
opinion sobre la conveniencia de publica,' un p,'ograma, contesté, que no
estando al corriente de las actuales exigencias de la opiuionpública en Es-
paña, y segun yo veia aquí las 00$38, DO Cl'eía opol'luoo este paso.


Aseguro que 00 habia visto ni estl'acto ni copia de lal docuQlento hasta
que llegó á mis manos el Siglo del 8 del actual.


Mis amigos conocen mi re:;pelo á la verdad. y asi como han visto por QS-
perieocia confirmada la exactitud de lo que dije repudiando mi supu.esla
union con los montemolinistasj no dudo den entaro cré4iLQ á la negativa que
doy á especies absUl'das.


Aprovecho esta ocasioD pal'a asegurar á ~is conciudadanos que mientras
no pueda vol ver al Congreso á derender mis principios, tantas veces procla-
mados á la faz de la Nacion, principios en euya realizacion veo el término




!((\TAS DEL T/)MO JII
de las desgra,cj!l8 d e nuestra desventurada patl'Ía, se retlucir~ ya mi vida én
el 'extranjero á cultivar relaciones deami~tad, haciendo votos por la felicidad
de mi pais, y por el triunfo de la cau~a liberal.
E~pero de su atencioo se sirvan insertat' esla manifestación en su aprecia-


ble periódico, y me suscribo 'de ustedes su afeéltsimo y seguro sel'\'idor
Q. S.M. B,-José María de Orense, marquéi de Albayda.-Sali Juan de
Luz, !l de abril de 18 i9, • '


(11)


.Continua 'la minorfa progresista en 8U abatimiento, contentándose con
presentar alguna que olra enmienda á los proyectos administrativos que so-
meten los ministros á la deliberacion del Congreso. En esas escaramuzas li-
geras en que solo toma pat'til por su cuenta y riesgo UD corlo número de
diputados celosos, la oposicioo drja desiertos 108 bancos. y se duermt' blan-
damente, cual si estuviese arrullada por el sordo murmullo de una música
lejana. Parece que le falta, para obl'ar resueltamente y salil' de su lamenta-
ble letar~o, fe en su pl'opiafuerza; confianza ilimitada en sus principios,
disciplina rigurosa y la voz de un jefe activo, resuelto, incansable y capaz
de entusiasmarla con su ascenditmte irt'esistible. Cualquiera al ver la mino-
ria inmóvil y C3$i difunta en los bancos de la izquierda, plegado el pabellon
de guel'ra y depuestas las arma8, creeria que habia bebido un narcótico, ó
,que se agotara su escasa vitalidad en los primeros encuentros que con honra
suya y glol'ia de la causa progresista sosluvo en la lid parlamentaria.


Entretanto, la cuesliol1 política duerme y se dejan pasar desapercibidos
estudiadamente hechos muy gl'aves: entretanto se. cometen PO)' los agentes
del gobierno atentados indisculpables, sin que nadie reclame 8U castigo: en-
tretanto la Lombardía sucumbe, sin que eJe esa minoría se ha ya levantado
una voz patriótica para manifestar siquiera las simpalias que merece al pal'"
tido liberal de España, legalmento representado, la causa de la indepen-
dencia italiana. ¿Qué es esto? ¿Qué inesperado contt'atiempo ha venido á
postrar una ()posicion que prometia ser tan resuelta y vigorosa? ¿A {lué debe
atl'ibuirse ese largo aplanamiento que nada justifica ni espfica satisfar,tol'ia-
menle? ¿Carece por ventura la minorfa de jefes? Si los conocidos no qtlieren
acaudillal'ia, le aconsejamos que elija á otros. ¿Perdió aC3SO la fé en sus
creencias? Enlonclls debe retirarse tlel C()n~,.e!lo y I'prIucirse á la vida pri-
vada. ¿CI"le inútiles todos sus, esfuerzos? En tal caso cornete ulla grave falta
autorizando COD su p"e~encia y silencio los aeuel'dos legislativos y la apro-
bacioD de p"oyectos que considera ab~ul'dcs ó desastrosos.


Para nosotros una opo~icil)D que buye Ó reouncia á los honor~s del com-
bate, deja de existÍ!' y se declara vencida. Lt.'jos está de nuesll'o ánimo la
idea de quera/' que una minoría compuesta de hombres notables haga opo-




foiOTAS DEL TOMO lll, 63
iicion facciosa al gobierno y á sus partidarios; pero nas duele verla redu-
cida á un papdl tan lrisle, tan secundario, Así no se defienden los intereses
de una gran causa ni se mantiene vivo el e~píritu de los partidos, Cuanto
mas duros y crueles sean los golpes de la fortuna; cuanto con mayO!' furia
se desencadene la persecucion, mas dobe crecer el ánimo para hace,' frente
á la adversidad, mayore~ dehen ser los bl'Íos y la pertinacia, Luchando sin
tregua un día y otro día se forman los pal,tidus y adquieren títuloslegftimos
para los favores del deslino, En ese ejercici'J continuo de todas las fuerzas
vitales ap,'enden á combatir con buen éxito y llegan á robustecerse, como
el gladiatlor ó el atleta acostumbrado á despreciu las fatigas y los peligros
del pugilato ó de la carrera, El corazon gane¡'oso no desmaya con reveses
pasageros que solo abaten y postt'an á la gente de comicciones dudosas y
de espíritu pusilánime, Los hombr'es públicos deben al partido que los honra
con su confianza, á su patria y a.:fÍ mismos el sacrificio de sus intereses par-
ticulares, de su sosiego y basta de su vida, El que no se sienta con forta-
leza bastante para aceptar la lucha política con todas sus condicione8 y
azares, hará bien en re mm ciar aquellos cargos que como el de diputado
exigen grandes actos de abnegacion, patr'iotismo, valor y constancia.


¿Y sabe la mínoda cual empieza a ser el resultado de su postracion? Nos-
olros se lo diremos, En casi todas las elecciones que acaban de celebrarse,
el partido pl'og¡'esista s~ ha abstenido de loma!' parte, convencido del poco
{ruto que ha de repor"tar á la causa de nuest .. ~s principios el nombramiento
de un diputado mas para reforzar la minoda parll!mentaria, Las sesiones no
se leen, y al poco interés que inspiran se agrega la duda, la desconfianza,
la sospecha y hasta la incredulidad. El gobierno se aprovecha de esta cir-
cunstancia, y fiel á su sistema de introducir la disolucion en todos los par-
tidos, halaga á Jos unos, intimida á los otros y desconcierta á los damas,
consiguiendo bace,' que ingresen en las 61as ministel'iales algunos transfugos
que engancha y recoge de los b,'azos de la miseria ó á favor del desaliento,


Esta es la verdad, dicha con la franqueza de hombres que DO ilaben, que
no quieren, que no t!6neO pa¡'a que adul&r ni á amigos ni á adversarios.
Por nuestra parte, nunr,a hemos abrigado \loa fé mas viva y profunda en el
triunfo de los principios progr'esistas, Si todos nos unimos al rededor da UDa
misma bandera, poniéndonos á igual distancia de las exageraciones dema-
gógicas, que de los escesos reaccionarios, no hay duda de que llegará pron·
to el dia en que se vean coronados nuestros esfuerzos y cumplidos noestl'o.
votos.


Entretanto aconsejamos á la minoría progresista que se reponga y anime
en iflt~rés de tan noble causa, ó que abandone su puesto, dejando dueftoe
absolutos del campo á nuestros adversarios.




, 64 NOTAS 1) In, TOMO III


(U)


ALOCUCION DE 8ANTAN.A Á LOS DOMINICANO!!,


Dominicanos: No bace muchos años quo os recordó mi voz siempre leal .
y siempre consecuente, y al presentaros la rerorma de nuestra Constitucion
polítiea, m,estras glorias naciooaleíl, beredadas de la grande y noble eslirpe
á que debemos nuestro orígen,


Al bacer entonces tan viva manifestacion de mis sen\Ímientoll creía inter-
pretar fielmente los vuestros y no me engañé; estaba marcada para siempre
mi conducta, mas la vuestra ha sobrepujado á mis esperanzas.


Numerosas y espontáneas manifestaciones populares han llegado á mis
maMa; y si ~yer me balleis investido de facultades -extraordinarias, hoy
vosotros miliUlos anhelais que sea una verdad lo que vuestra lealtad siempre
deseó.


Religion, idioma, creencias y costumbres, todo aun conservamos con pa--
reza; 110 sin que haya faltado quien haJa procurado arrancarnos dones tan
preciosos; y la nacioo que tanto nos legara es la mismd que hoy nos abre
sus braaGs cual amorosa madre ql.Ie recobra Sil hijo perdido en el naufragio
en qlle vé perecer á sus hermanos.


Dominicanos: Salo la ambicioD y el resentimiento de un bombre DOS se-
paró de la madre patria: dias despues el haitiano dominó nuestro territorio;
de t'J lo arrojó nuestro valor; 108 añes que desdeenlonces ban pasado muy
elocuentes ban sido para lodos,


¿Dejaremos perder los elementos con que contamos, tan caros pal'a 008-
0&1' OS, pero no tan flertes, oomo para asegurar nuestro porvenir y el de
nuestros bijos?


AnLes que tal suceda; anles que yernos cual hoy se ven esas otras des-
graciadas repúblicas, envueltas incesantemente tn la guerra civil, 9acrifi-
cando en ellas valientes generales, hombres de Estado, familias numtlrosas,
fortunas ·con.iderables y multitud de infelices ciudadanos sinballu modo Ik
cODstituirse i4ilida y fuertemen.te; aates que llegue semejante día, yo que
velé aiempre )XIr vuestra seguridad, yo que ayudado por vuestro valol' he •
defendido palmo á palmo la tierra que pisamos, yo que conozco lo !mperioso
de vuestras necflsidades, ved lo que os muestro en la nacion española, ved
lo q\te ella nos coDCede,


Ella nos dá la libertad civil que gozan 8US pueblos, nos garantiza la li-
bertad natural y aleja pal'asiemprtl la posibilidad de perderla; ella nos ase·
gura la propiedad, reconociendo válidos todos los actos de la República:
Ofrece alender y premiar el mérito, y tendrá presentes los servicios presta-




NOTAS DEL T(lMO IlI, 65
dos al pais; ella, en fin, li'ae la paz á este suelo tan combatido, y con la paz
sus benéficas consecuencias,


Sí, dominicanos: de hoy mas, descansareis de las fatigas de la guerra y
os ocupareis con incesante aran en labrar el porvenir de vuestros hijos,


La España nos protege, su pabellon nos cubre, sus armas impondrán á
los estraños; reconoce nuestras libertades y juntos las defenderemos, for-
mando un solo pueblo, una sola familia, como siempre lo fuimos: juntos nos
prosternaremos ante los altares que esa misma nacion erigiera, ante esos al-
tares que hoy hallará cual los dejó, intactos, encólumes y coronados aun con
el escudo de sus armas, sus castillos y leones, pl'imer estandal'te que alIado
de la cruz clavó Colon en estas desconocidas regiones en nombre de Isa-
bel 1, la grande, la noble, la católica; nombre augusto que al hel'edarle la
actual soheraDa tIe Castilla heredó el amor á los pobladores de la Isla espa-
ñola; enarbolemos el pendon de su monarquía y proclamémosla por nuestra
Reina y soberana.


¡Viva doña Isabel I1!-¡Viva la libertad!':""¡Viva la religion! ... - ¡Viva el
pueblo dominicano!-¡Viva la nacion españolar-Santo Domingo 18 de
marzo de 18.6t.-Santana,


NOTAS IIJ, IX,




66 NOTAS DEL TOMO Ill.
(13).


EsTADOS DE VARIAS DIÓCESIS CON EL PERSONAL Y GASTOS DEL CLERO Y LAS COI>


Diócesi;;.
-


Astorga, provincia de Leon.
Avila. . . . . . .
Burgos.. . . .
Calahorra. (Logroño) ..
Cuenca ..
Leon ..
Osma. (Soria).
Palencia.. . . .
Segovia.. . . . .
Sigüenza. (Guadalajara).
Toledo ..
Yalladolid.
Zamora ..
Salamanca.


Clero colegial
prioral y abacial.


101,700
27,~32


234,3'13
H5,~U
12,101
91,4,58


120,03:';
-i6,500


185,970
15'2,100
502,151
28,lJOO
~3,33~


»


1.751,~78
Cuesta el culto y el clero en estas provincias. . . . . . .
C'}ntribuyen estas provincias por contribucion de inmuebles con.


PROVINCIAS


Beneficiado,.


8'!,700
83,66'!


938,3iO
1.269,73i


119,56]
3U,636
115,310
900,300


60,MO
31,285


297,681
170,703
:J8,668
65,85'!


4..t98,9n


Hay que suplirles para el gasto de culto y clero.


Almeria ..
Córdova ..
Uranada ..
Jaen.. . .. .
Málaga.. . . . .
Sevilla, incluso Huelva.
Cadiz. . . . ., .
(}uadix, provincia de Granada.


»


73,706
250,~a-i
71,451


167,4,16
i80,M1


»


»


] .Ot3,5t8
Contribuyen estas provincias por contribucion de inmuebles con ..
Cuesta el culto y clero en estas provincias. . . . . . . .


PROVINCIAS
nO,300
45,870


133,960
32,iM


179,7i8
158,610


'!6,000
167,19i
86t,1 (Jo


Sobrante de sus contribuciones despues de pagado el culto y clero.
Importa el personal del clero colegial con el culto y otras asignaciones . . .


Id. id. del clero catedral. .
Id. id. del clero beneficia!. .....
Id. id. del clero parroquial, incluso el culto. .


Total reales velloll.
Cuesta el clero en Castilla en proporcion con su poblacion, á razon de 'Í!'2'6!J


Id. id. en Andalucia en la misma proporciono . . . . . 7'33


!.ugo.. . . . . .
¡\loadoñedo, provincia de Lugo ..
Orense. . .
Santiago, (Coruña).
Tlly, (Pontevedra) ..


))


3,000
'H,600


259,936
31,520


317,056
Contribuyen e5tas provincias, por conlribucion de inmueblcs con ..
r.uesta en ellas el culto y clero. . . . . . . . . . . .


PROVINCIAS
11),000


6,182
3,300


90,600
16,050


131,132


Sobrantes de sus contribuciones despues de pagado el culto y clero.
t::llesta el clero cn estas provincias, en proporcion con Sll poblacion á razon de




NOTAS DEL TO~lO 1II. 67
(13).
TRIIlUCIO~ES QUE SATISFACIAN EN LAS PROYJNCIAS CO)!PRENDIDAS EN LAS MISMAS.


DE CASTILLA.


clero catedral. Clero parroquial. Total.


315,90'2. ~.lM,~OO 4.626,702
519,3íH 2.H5,!>97 2.776,OUi
i96,;;27 6.18'2,989 7.852,229
iH,li71 3.180,625 5.060,35~
373,605 2.100,7liO 2.666,017
~li7,~33 L288,2~8 , li.16t,775
35~,879 2.080,3~5 2.670,569
533,710 3.'2H,339 ~. 7'21 ,8~9
H9,2'21 2.036,9~0 2.732,671
492,336 '2.193,091 2.868,81'2


1.'llU,767 1>.932,413 7.95:5,012
326,681 881,87'2 1.~O8,1:56
~99,0-:8 Ui85,'231 2.166,311
liOO,151 1.755,23~ 2.3'21,237


7.006,215 H.731,07~ !ii.987,739


DE AN DALUCIA.
309,65'2 858,857 1.288,809
568,'282 1.59i,tí91 2.281,949
i56,556 1.820,5U '2.661,i9~
i94,610 1.'280,:lM 1.878,839
43i,178 1.361,~60 2.H'2,80'2
995,063 3.497,338 5.131,li52
~71;123 ~32,659 930,382
225,980 55'2,567 9i5,7U


:1.956,OU 11.398,370 17.'261,568


. . . . . . . . ....


por 100 reales velIon por cada habitante.
por 100 id.
DE GALlCIA.


3B,0;;a 2.901,'H0 3.258,265
351,'272 l.ia8,37~ 1.818,828
308,175 2.806,791 3.aO,866
896,i15 4.309,059 5.556,010
330,313 1.381,715 1. 759, lJ98


V2"28,230 n.8a7,a9 15,533,567


1 ()'¡¡~ por 100 reales vellon por habitante al año.


poblacion.


»


137,903
2U,~07
U7,718
'23~,li82
267,~38
115,619
H8,~91
13~,85~
15!l,OU
282,197
184,6~7
159,il!5
210,3U
2.~26,639


M.987,i39
l:i1.U2,000


3.8ia,739


234,789
315,4li9
370,971.
'266,919
338,U2
500,773
324,703


)


2.:Hi2,059
58,HO,000
17.261,568
U.378,43ó,Z


:157,'21'2
»


319,038
i35,670
360,002-
1.~71,982


Conlribueion dí-
recta tenitorial.


»)
ó,Z.lilO,OOO
4.100,000
3.87~,000
4.200,000
t.9U,000
1.970,000
3.880,000
3.0~O,000
3.U6,000
7.508,000
~.i80,00O
¡U50,000
~.O~O,OOO


!i1.U'2,OOO


3.718,ih"1
8.300,0(;tj
7.980,OIJII
lS.900,001l
8.400,000


15.058,000
9.284,0011


»


!>8.640,00O


i. 900, 942
21.879,4129
10.9'21,903


111.775,376
152.~77,651~.


i.180,OCjtl
»


3.8!í0,000
6.7!0,000
4.772,000


19.522,000
19.5'2'2,000
15.633,567


íf.988,133




68 NOTAS DEL TOMO 11[


(14 )


Ministerio de Estado,
Washington 1 de diciembre de 1852,


Muy señor mio: Usted no ignora las tristes circunstancias que han im-
pedido hasta ahora responder á la nota que dirigi6 usted á mi predecesor
con fecha 8 de julio, Aquella nota, y la instruccion de MI', de Turgot que
la acompañaba, juntamente con una comunicacion semejante del ministel'io
de Inglaterra, y el proyecto de convencion entre las tres potencias con re-
lacion á Cuba, han sido uno de los primeros asuntos á que ha llamado mi
atencion el presidente, La parte sustancial de la propuesta convencion se
baila expl'esada en un solo articulo en los términos siguientes: «Las altas
« partes contratantes, declaran, colectiva y separadamente, que no obtendrán
«ni "mantendrán ninguna intervencion exclusiva en la citada isla, ni adqui-
«rirán, ni ejet'cerán ningun dominio sobl'e la misma,»


El presidente ha prestado la maspl'ofunda atencion á esta proposicion á
las notas de los ministros de Francia é Inglaterra que la acompañan, y á las
instrucciones de MI', Turgot y lord Malmesbury, trasmitirlas con el proyec-
to de convencion, y me ordena poner en c6nocimiento de usted su opinion
sobre este grave y delicad(') asunto,


El presidente está de acuerdo :con sus antecesores, que mas de una vez
han autorizado la declaracion á que aluden MI', Tm'gol y lord Malmesbury,
de que los Estados-Unidos no verian con indiferencia que la isla de Cuba
pasara á manos de otro gobierno europeo que no fuera España, lo cual no
significa que mirasemos con disgusto cualquier acrecentamiento natural de
poder y de territorio por parle de Francia é Inglaterra, DUl'ante los últimos
~einte aftos ha adquirido la Francia vastas posesiones en el norte Ge Africa,
con gran probabilidad de estenderlas indefinidamente, y la Inglaterra ha
"aumentado considerablemente sus dominios en el tt'anscurso de medio siglo.
Estas adquisiciones no han creado ningun géner'o de inquietud en Jos Esta-
dos-Unidos,


I"os Estados-Unidos han aumentado su territorio durante el mismo perio-
do, La mayor agregacion fué la de Luisiana, comprada á la Francia,


Estas agregaciones de territorio no pueden, probablemente, haber aJar-
mado á las potencias europeas, toda vez que se han realizado bajo el influjo
de causas natUl'ales y sin aIteracion de las relaciones internacionales de los
Estados principales, Las consecuencias que de ello se han seguido son un
grande anmento de relaciones comerciales mutuamente ventajosas entre los
Estadas-Unidos y la Europa,




NOTAS DEL T.1!ttO m 69
Pero muy distinto seria el caso si se trata~e de la posesion de Cuba por


cualquier polencia em'opea, excepto España, Semejante acontecimiento no
podría realizal'se sin trastornar el sistema internacional existente; y seria
además UDa indicacion de designio~ con reJacion á esle hemisferio, que no
podria meDOS de despertar la alal'ma en 108 Estados de la Union, Lo miraria
mos bajo el mismo punto de vista con que la Franda 6 la Inglaterra verian
la adquisicion de al guna isla importante del Mediterráneo por los Estados-
Unidos, con UDa diferencia ciertamente, y es que el intento de los Estados-
Unidos de establecerse en Eurepa seria una cosa nueva, mientras es un he-
cho familiar la aparicion del poder europeo en esta pal'le del mundo, La di-
ferencia entre ~stos dos casos es, sin embargo, puramente hist6rica, y no
disminuiria la ansiedad á que daría lugar por causas políticas á cualquie-
ra tentali va del poder europeo en una nueva direccion en América,


Mr, Turgot augura que la Francia jamás veda con indiferencia la pose·
SlOn de Cuba por otra potencia escapto la España, y esplícitamente declara
que no tiene deseo ni inlencion de ~propiarse la isla; el ministro de Ingla-
terra hace tambien la misma declal'acion por parte tle su gobiel'llo, Tanto
MI', Tm'got como lord PalmesbUl'y no hacen sino justicia á los Estados-Uni-
dos al observar que mucbas veces se han explicado sustancialmente en el
mismo sentido, El pl'esidente no codicia la administracion de CuLa para los
Estados·Unidos; PERO AL ~IISMO TIE}IPO CONSIDERA LA CONDlClON DE CUBA CO~IO
UNA CUESTlOX PRI\CTPAUIE~TE A~IF.RlCANA, y hasta cierto punto limitada, y
.ada mas, á una cuestion europea, La proyectada convencíon parte de un
principio, pues que da por sentado que los Estados-Unidos no tienen mayor
INTERÉS en la cuestion que el que pueden tener la Francia 6 la Inglaterra.
cuando basta solo echar una ojeada al mapa para ver cuan remotas son las
relaciones de Europa, cuan íntimas las de los Es:ados- Unidos con aquella
isla, Al hacer plena justicia al espíritu amistoso con que la Francia y la In-
glate'Ta reclamaban su cooperacion, y sin desconocer las ventajas de una
buena inteligencia ent/'e las tres potencias con l'erel'encia á Cuba, no puede
sin embargo, el pl'esidente consentir en ser parte del tratado en cuestion por
las siguientes razones.


» En primer Jugar, aparece claro á su juicio (tanto como permite el res-
peto debido á otro brazo del gobierno anticipar sus decisiones), que seme-
jante convencion no sel'ia mirada con ojos favorables por el senado, y la ne-
gativa de aquel cuerpo dejaria la cuestion de Cuba en un estado de incerti-
dumbre é inseguridad mayor que el que ahora tiene, Este obstáculo no se-
ria suficiente para que el presidente negase su aquiescencia al tratado, si no
existiese ninguna otra objecion, y si la conviccion de la utilidad de esta me-
dida le obligase, en cumplimiento de su deber, á dar su consentimiento al
arreglo hasta el punto á donde llega la accion del poder ejecutivo. Pero no
sucede así ~in embargo, La convencion no tendria valor alguso, á menos




70 NOTAS DEL TOMO 1Il.
que no fuese duradera; y por consiguiente, los tél'minos en que está redac-
tada espresan perpetuidad de intento y de obligacioD. AbOl'a bien, puede
(lon razon dudarse si la constitucion de los Estados-Unidos permitiria al po-
der que bace los tI'atados el imponer al gobierno américano una imposiHli-
dad permanente para todos los tiempos fuluros, é impedirles, cualesquiera
que sean las circunstancias ulteriores, de hacer lo que tantas veMS ha he-
cho en ép(ICaS anteriores. Los Estados-Unidos compl'aron eo 18 O 3 la Lui-
siana á la Francia, en 1819 compraron á la España la Florida¡ y no cabe
en las atribuciones del poJer ejecutivo obligar al gobiel'Do en todos sus ra-
mos y para todo tiempo futuro, á no efectuar la compra de Cuba del mismo
modo.


»Hay tambien oh'o fuerle al'gumento contra la propuesta conveccion, En-
tI'e las mas antiguas tradiciones del gobierno federal, se encooutl'a la re-
pugnancia á eotl'ar en alianzas políticas con las potencias óuropeas. En su
memorable discurso de despedida dice el pl'esidente Washington: «La gran
regla de conducLa para nosotros con respecto á las naciones extranjeras, es
estender nuestras relaciones mercantiles, y no tener con ellas sino los menos
lazos políticos posibles. Cumplamos con entera buena (e los empeños que ha-
yamos ya formado; pero paremonos aquí.»


El presidente Jefferson, en su discurso de inauguracion en " 801, preca-
vi6al pais contra el peligl'O de las alianzas, expresion que se ha hecilo pro-
verl.Jial y que empleó M. Jefferson al hablal' tle la alianza con Francia en
1778, alianza que en aquel tiempo produjo incalculables beneficios á los
Estados-Unidos, pero que, apenas habian pasado veinte años, estuvo pró-
xima á envolvernos en las guel'l'as de la revolucion fl'ancesa, y dió pretexto
á onerosas relamaeiones contl';). el Congreso que aun no están extinguidas
en el dia de hoy, Es una coincidencia significativa que las cláusulas de la
alianza que <lió ocasion á estos males, eran aquellas en que se fundaba la
Francia para reclamar nuestro auxilio contra los ingleses en deft!nsa d9 sus
poseciones en las islas occidentales.


Fué necesario nada menos que el influjo sin límites de Washington para
libertar á la UnÍon de los peligl'os dé aquolla crísi:) y conservar nuestra neu-
tralidad.


Pero el presidente tiene una razon aun mas fuerte para no entrar en la
propuesta convencion, y no desea tampoco ocultar su opinion de que el tra-
tado aun cuando igual en la forma, seria desigual en el fondo, Al entrar en
él la Francia y la Inglaterr~, se inhabilitarian para posesionarse de una isla
remolí' de los centros de sus respectivos gobiernos que pertenece á otra po-
tencia europea, cuyo derecho natural á su posesion tiene que sel' siempre
tan bueno como el suyo; una isla distante en otro hemisferio que jamás pue-
de Ilegal' á pel'tenecerles por el curso natural y pacífico de los acontecimien-
tos. Si se rempiese el equilibrio europeo; si la España llegase á no poder






NOTAS DEL TOMO 111. '71
mantener la isla en su podel', y si la Francia é Inglaterra se encontrasen
luchando á muerte entre sí, Cuba podria ser la presa del vencedor. Mientras
tales sucesos DO tengan lugar, no vé el presidente como puede pasar Cuba
del dominio de España al de ninguna otra potencia europea. EnlI'e tanto los
Estados-Unidos al aceptar la convencion, se inutilizarian para hacer una ad-
quisicion que podria raalizarse sin perturbacion de las relaciones extranje-
ras existentes, y en el órden natural de las cosas.


La isla de Cuba está á nuestras puertas; domina la aproximacion al golfo
de Méjico, que baña las orillas de muchos de nuestros Estados; cierra la
entrada de aquel gran rio que corre por la mitad del continente américano
del Norte, y con sus tributarios forma el mayor sistema de comunicacion
interna en el munrto; es un centinela en la puerta de nuestro comercio con
CalifomÍa pOI' el Istmo, Si una isla semejante á Cuba perteneciente á la co-
rona de España, guardase la enh'ada del Támesis ó del Sena, y los Estado:!·
Unidos propusiesen un tI'atado como este á Francia· y á la Inglaterra, estas
potenc.ias reconocel'ian ciertamente que las obligaciones que nosotros nos im·
poníamos et'an de mucha menos importancia que las que exigíamos de ellas,
La opioien de los hombres de estado americanos, en diferentes tiempos y
baJO distintas circunstancias, ha defin.ido acerca de la conveniencia de la
adquisicion de Cuba por los Estados-Unidos.


Bajo el punto de vista territorial y comercial, seria en nuestras manos
una poses ion de mucho valor; bajo ciertas contingencias, podria ser casi
esencial para nuestra seguridad; sin embargo, por razones domésticas de las
cuales no seria conveniente hacer mencion en una comunicacion de este gé-
nero, cl'ee el pr'esidente que la incorporacion de ]a isla á los Estados-Unidos
en los presentes tiempos, aun cuando no se efectuase con el consentimiento
de España, seda una medida aventurada y consideraria su adquisicion pOI'
vi va fuerza, excepto en una guerra justa con España, si tan triste aconte-
cimiento tuviese lugar, como un oprobio para la civilizacion del siglo, Har-
tas pruebas tiene dadas el presidente de la sinceridad de sus opiniones. Ha.
echado todo el peso de Sil poder constitucional pal'a impedir todos los ata-
ques ilegales contra la isla, cuando le hubiera sido facil, sin ninguna apa-
riencia de faltar á su deber, dejar que proyectos de un caráctar formidable
ganasen fuerza pOI' la connivencia, Ni las injUl'ias en el interior, ni los em-
barazos causados por las indiscreciones del gobierno colonial de Cuba, le
han hecho separarse de su debel' en este punto. El capitan general de la
isla de nn caráclet' recto y conciliador en la apariencia pero pt'obablemente
mas acostumbr'ado al mando militar que á la direccion de los negocios civi-
les, ha negado el permiso de desembarcar á los pasajeros y las balijas del
cOl'l'eo de los Estados-Unidos sin otl'3 causa que un pique con respecto al
dispensero del burlue que los conducia. Ciertamente es este un modo ex-
traordinario de CGn~ll.l'ar un supuesto abuso de la libertad de imprenta por




7! NOTAS DEL 10MO lfI
parte de un súbdito de un gobierno extranjero en su pais natal.


El gobierno español 00 pel'mite al capitan general de Cuba á tres mil
millas de distaneia mantene¡' ningunas relaciones diplomá ticas con los Esta-
dos-Unidos, No se halla tampoco sujelo al ministro español en Washington;
(le donde sa sigue que el presidente tiene que escoger enlre un recurso á la
fuerza para obligade á abandonar esta gratuita interrupcion de comunicacion
mercantil, lo cual dal'ia pOI' resultado la guarra, ó las dilacioues de sema-
nas y meses para una negociacion con Madrid con lodos los peligros de
acontecimientos deplorables entretanto, y lodo pOI' una nimiedad que hu-
biera podido arreg!a,'se fácilmente por un cambio de notas entre Washing~
ton y la Habana, Sin embargo, el presidente se ha sometido á estos males
y ha continuado fielmente concediendo á Cuba las ventajas de acuellos prin-
ci~ios de derecho público bajo cuya proteccion se ha separado en este cas()
de la comunidad de las naciones,


Pero los incidentes á que aludo se hallan pendientes todavia, fo,'man pal'·
te de ot,'os. muchos que decididamente indican la necesidad de algun cam-
bio en las relaciones de Cuba y hacen cree,' al presidente que tanto la Fran-
cia como la Inglatel'ra harian un buen uso de tlU influencia con España, in-
duciéndola á modifical' la administracion del gobierno de Cuba, de modo
que hubiese medios de remediar males de la especie de llquellos á que he
aludido, males que han contribuitlo poderosamente á aumentar el espÍl'itu
de invasiones ilegales contra la isla,


Que una convencion tal como se propone seria un arreglo transitorio y
desaparecerla por la fuerza irresistible de la corriente de los negocios en un
pais nuevo, es en concepto del presidente, demasiado obvio para necesitar de
muchos argumentos. El proyecto descansa sobre principios aplicables si
acaso á Europa, en donde las re1aciones intemacionales de grande antigüe-
dad en su base se modigcan lentamente por los progresos del tiempo y de
los sucesos; pero no son aplicables á América, hace pooo un desierto, hoy
poblándo3e con intensa ropidez y que va . ajustando A PRINCIPiOS NATURALES
las r.elacione,'j territoriales que eran en sumo grado fortuitas al descubrirse
por primera vez el continente americano, La historia comparativa de Amé-
rica y Europa, aun en un solo siglo, viene á confirma,' este hecho. En 17'52
la Francia, la Inglatel'ta y la España no se diferenciaban sensiblemente en
su posicion política en Europa de lo '1ue son ahora, Eran estados antiguos,
maduros consolidados, establecidos en sus relaciones entre sí y con el res-
to delmutldo; eran las principales potencias del occidente y del sud de Eu-
ropa, (4)mpletamente distinto era el estado de cosas en América.


L?8 Estados-Unidos no tenian existencia como pueblo; una línea de colo-
nias inglesas, cuya poblacion apenas excedía de un millon de habitantes, se
eslendia por la costa, Francia dominaba desde la bahía de San Lor.enzo al
golfo de Méjico y desde IGS Alleganis al Mississipij mas allá, hácia el occi-





l\:OTAS DEL TOMO IIl. 73
dente; el p¡)is el'a un desierto, ocupado por tribus errantes y sujeto á las
pretensiones nominales y opuestas de Francia y España,


Todo el'a en Europa comparativamente estable; todo en América proviso-
rio y temporal, menos la ley del progreso, que es tan organica y vital en
la juventud de los Estadas, como en la de los individuos. Una luc,ha entre
las autoridades locales de Francia é Inglaterra, por una pequeña empali-
zada en la confluencia del Monongahela y los Alleganis, hizo estallar ]a
guerra de Jos siete años, y á BU' conclusion las potencias europeas, cuyas
relaciones interiores apenas se habian resentido, habian expel'imentado pro-
digiosas alteraciones en este continente. Francia babia tlesaparecido del
mapa de América en cuyos mas n;motos rincones habia penetrado sus celo-
sos misioneros y sus hizan'os a ventUl'el'OS. Inglaterra habia agregado los dos
Canadás á sus dominios trasatlánticos y España se habia heeho dueña de
la Luisiana. No habian palla do aun doce afios desde el tratado de Paris,
cuando tu~o lugar otra gran mudanza, fecunda en mayores acontecimientos
futuros.


Estalló la revollldon americana que envolvió en una tremenda lucha á la
Francia, Inglaterra y España, y al empezar la guerra, los Estados-Unidos
de América habian tomado asiento en la familia de las naciones. Los anti-
guos Estados de Europa volvieron sustancialmente á su antJrior equilibrio;
pero desde entonces empieza á reconocerse en América lID nuevo elemento
de incalculable importancia. Justamente á 103 veinte años de la conclusion
de la guerra se posesiolló la Francia de la Luisiana, en virtud de un tl'ata-
do con España cuyas condiciones nunca se ban descubierto; pero fué solo
con el fin de cederla á los Estados-Unidos, y en el mismo año saliel'On las
espediciones de Lewis y Clarke pal·a plantar el pabellon de los Eslados-
Unidos en las orillas d~l Pacífico. En 1819 vendió España la Florida á los
Estados·Unidos, Cll yas posesiones territoriales se han tri plicado do este modo
en medio siglo, Era tan natural esta última adq~isici on !!ue habia sido pre-
vista expresamente desde 1783 por el conde de Aranda primer ministro de
España á la sazon; pCl'O aun aquellos memorables acontecimientos no son
sino los pl'eCUl'SOl'eS de nuevas y mas estupendas revoluciones territo-
riales.


Una lucha diná)ltica entre el emperador Napoleon y Espafia, principiada
en 1808, conmovió á la península, Las vastas p08iciones de la corona es-
pafiola de este continente, los vireinatos, las capitanías generales que llena-
ban el espacio entre las Californias y el Cabo de Hornos, unos t~as olros de·
clararon su independencia. Ninguna potencia amiga de Europa pudo, ó si
pudo no quiso, ~ocorrer á la España, en ayudarla á sostener las vacilantes
torres de su impel'Ío colonial. Tan lejos de esto, cuando Francia arrojó á •
España en 1823 un ejército de cien mil hombres para dominar su política
interior, Inglaterra creyó necesario autorizar aquel movimiento, reconocien-


NOTAS IlI, x




7' NOTAS DEL TOMO 111.
do la independencia de lad pI'oviucias españolas en América. Segun ellen-
guaje del distinguido ministro de aquella época, á fin de restablecer el equí-
librio del podel' en Europa, llamó á la vida un nuevo mundo en OccideDte,
exagerando un lanto quizás la estension del trastorno en el antiguo mundo,
y po hacienuo completa justicia á la. posicion de los Estados-Unidos de Amé-
rica 6 á su influencia en la sJlerle de las repúblicas hermanas en este cónti-
tinente. Así en el espacio de sesenta años, desde la conclusion de la guerra
de Jos siete años, perdió Espafia los restos de sus antiguas ~ imperiales po-
siciones de este hemisferio. Entretanto, merced á los actos de paz y al sa-
ludable pregreso de las cosas~ iban los Estados- Unidos estendiendo sus do-
minios y ,consolidando su poder.


La gran marcha de los acontecimientos continuaba aun. Algunas de las
nuevas repúLlicas, ya fuera por los efectos de las mezclas de las razas, 6
por la falla de educacion y costumbre para las instituciones liberales, se
mostraron incapaces de gobel'Darse éÍ iÍ mismas. La pl'Ovincias de Tejas se
sublevó contra Méjico, con el mismo derecho con que Méjico se habia suble-
bado cúnlra España. En la memorable batalla de San Jacinto eft 183G pasó
por la gran prueba de los estaMs nacientes, y su independencia fué recono-
cida por este gobiemo, por el de Fra cia, Inglaterra y demás potencias eu-
ropeas. Poblada principalmente por los Estados-Unidos, tra 16 naluralmente
de incorporarse á la Union. Deseosos de evitar una colision con Méjico, re-
chazaron varias veces su oferta los presidentes Jackson y Van-Buren hasta
que al fin tuvo lugar la agregacioD. Como cooslion dOQléstica, no es este un
asunto pl'Opio de dilicusion en una comunicacion á un ministro extranjero.
Como cueslion de derecho público jamás hubo uua aneccion de territorio mas
natural ni mas justificada. Produjo una alteradon en las relaciones con Mé-
jico á la cual siguió la guel"raj y IlU sus resultados, y mediando grandt\s
compeW!acioneB p.ecuniarias, otros val'ios lenito.rios llegaron á hacer parle
de la Union. Sin hac.er meneion de varias opiniones que bubo respecto á la
guerra, como sucede siempre en países libres cuando se trata de grandes
medidas, nadie que mire aquellos acontecimientos con los ojos de un hom-
bre de Estado previsor, puede dejar de atribuir sus resultados principalas al
indudable influjo de la ley de nuestra existencia polilica.


Las consecuencias estan á la vista del mundo entero. Dilatadas provincias
que habian lanquidecido bajo el pesado yugo de un sislema estacionario, re-
viven hoy bajo la influencia de una activa civilizacion. La libertad de la
palabra y de la imprenta, el juicio por jurado, la igualdad religiosa y el
gobierno representativo, han sido llevados por la COllslitucion de los Esta-
dos-Unidos á estensas regioQes en que antes eran desconocidos. Por la co-
lonizacion de la California se ha completado la gran marcha de la inteligen-
cia al rededor del globo. El descubrimiento del oro en aquella region, dando
Jugar al mismo descubrimiento en Australia, ha conmovido los nervios de la




NüT AS DEL TOMO IlJ. '75
misma indush'ia en todo el mundo. Cada anexion al tel'ritorio de la Union
ha dado abrigo á la miseria de Europa y jardines á sus necesidades, De
todos los puntós del reino unido de Francia, de Suiza, de Alemania y
de las estl'emedidades del nOl'te de Europa, ha empezado una marcha de
emigracion cual jamás se ha "isto ante!! en el mundo,


De este modo han llegado los Estados-Unidos á su actual grandeza, Poco
menos de medio millon de la pobladon del antiguo mundo llega aquí cada
año pal'a seJ' incorporada inmedhltamente en una comunidad próspera é in-
dustriosa en cuyo seno encuentl'a la libertad política y religios~, una posi-
cion social, ocupacion y sustento. Es un hecho que apenas podria ser creido,
si no fuera el resultado de los datos oficiales, que solamente los irlandeses
emigrados á los Estados-Unidos, además de habel' vivido, han podido en-
viar á sus parientes durante Jos tres últimos áños cerca de cinco millones de
duros en cada uno, duplicando de este modo en tres años el dinel'o que costó
la compra de la Luisiana.


Tal es el desarrollo t~rritorial de los E~tados-Unidos en el siglo pasado.
¿Es posible que la Europa pueda contemplarla con ojos de enemistad ó de en-
vidia? ¿Cuál habl'ia sido su condicion en estos años de prueba, si no hubié-
ramos suministrado una salida para los millones de seres que perecian de
hambre?


Entretanto España no ha conservado de sus extensos dominios en este he-
misferio, sino las dos islas de Cllba y Puerto-Rico, Una simpa lía respetuosa
para la suerte de un antiguo aiiado y un pueblo valiente, con quien los Es'"
lados-Unidos han conservado siempre las mas amistosas relaciones, bastaria
por sí sola, aun á falta de otras razones, para que considel'ásPIDos de nues-
tro deber dejarla en pacífica posesion de este pequeño res lo de su poderoso
imperio tl'a~atlántico.


Así lo desea el presidente. Ninguna palabra, ningun hllCho suyo llondrá
en duda su derecho ó perturbará su posecion: ¿pero puede esperarse que esto
dure mucho tiempo? ¿Puede resistir á esta poderosa corriente en la suerte
del mundo? ¿Es de desear que suceda de este modo? ¿Puede interesar á Es'"
paña el insi~tir en una posesion que solo puede mantenerse por una guarni-
cion de veinticinco á treinta mil soldados, una fuerza naval poderosa y un
gasto anual de doce millones de duros por lo menos? Cuba cuesta á Espai\a
en este momento mas que lo que todo el servicio naval y militar de los Es-
tados-Unidos cuesta al gobierno federal.


Lejos de recibir ningun daño por \a pérdida de la isla, no hay duda de
que si la cediese llacUicamente á los Estados-lJnidos, un comercio próspero
y activo entre Cuba y España, nacido de antiguos víncnlo!!, de gustos seme-
jantes y de un mismo idioma, seria más productivo que el mejor sistema de
impuestos coloniales. Este ha I!ido notoriamente para la Gran Bretaña el re-
sultado de la independencia de los Estados Unidos, La decadencia de Espa-




76 NOTAS DEL 10'tlO 111,
ña de la posicion que ocupaba en tiempos de Carlos V" es coetanea con la
fundacion de su sistema colonial, mientras que dUl'ante los últimos veinti-
cinco años, y desde la pérdida de casi todas sus colonias, ha entrado en una
can'era de rápidas mejol'as, desconocidas desde la abdicacion de aquel em-
perador.


No haré sino aludit, á un mal de primera magnitud, á saber: el comercio
de esclavos africanos, cuya supresion interesa tan vivamente á la Francia é
Inglaterra; un mal que rOl'ma hoy todavía el mayor baldon contl'a la civili-
zacion cristiana, y perpetúa la bal'baria del Africa, y para el cu,\l es de te-
mel' que no pueda haber esperanza de completo remedio mient!'as Cuba con·
tinue siendo colonia española.


Pel'll cualquiera que sea el pensamiento de estas últimas indicaciones, se-
ria imposible pal'a cualquiera que ¡'ellexione sobl'e los acontecimientos de
que he hecho mencien en esta nota, desconocer la ley del desarrollo y pro-
greso marítimo ó creel' que puede detenerle en su carrera pOI' un convenio
como el de que se trata.


En el concepto del presidente seria tan fácil construir una presa desde el
cabo de la Florida á Cuba con la esperanza de contenel' el ímpetu de la COI'-
riente del golfo, como tratal' por una convencion semejanl~ á esta de fij3l' la·
suerte de Cuba, ahora y para adelante, pam el presente y para el pOl'Venil';
POUR LE PI\E8ENT ET L' AVENIR corno se dice en el texto francés del tratado,
es decit', para todos lo~ tiempos venideros. La historia de lo pasado, de lo
pasado mil y reciente, da ninguna garantia de que, de aqul á veinte aii03,
tanto FI'ltlleia corno Inglaterra no deseen tal vez que Cuba no permanezca
en podel' de E~paiia. Aun en la hora presente no puede JUllar el presidente
que la Francia y la InglatelTa pI'eferirian cualquier cambio en la condicion
de Cuba, á aquella que es mas de ternel' á saber, una cOrlvulsioll interior
que renueve los horrores y la suerte de Santo Domingo. InJicdse final-
mente oh'a objecion contl'a el tratado en cuestiono
~k Turgot y lord ~Ialmesbury alegan como razon para entral' en este con-


venio los ataques que se han hecho contra la isla por a Igunas cuadrillas de
aventure'ros de los Estados-Unidos, con el mallitie~to designio de apoderarse
de ella. El presidente cree firmemente que la conclusion de un tratado se-
mejante, en vez de impedir estos procedimientos ilegales no haria sino dar-
les un nuevo y mas poderoso impulso. Ninguna adminislr'acion de este go-
bierno, pOI' Cual'te ql1e fuera en la confianza pública, bajo todos los demás
conceptos, podda manlenel' un solo dia bajo el peso del otlio que cr'earia el
habel' estipulado con las g¡'andes potencias de Europa que en ningun época
futura, cualqniera que fuera el cambio de circnnstandas, pOI' nillgun acto
amigable con España, por ningun aclo de una guerra legal, ni aun por el
consentimiento de los habitantes de la isla, si Í1egase á ser independiente
como las colonias de Espaila en el continente americano; en fin, ni· aun si~




NOTAS DEL TeMO lII, 77
quiera po¡' la suprema ley de la consel'vacion, podrian jamás los Estados-
Unidos adquiri.' la posesion de Cuba,


Por lodas estas I'azones, que el presIdente juzgándolo oportuno me ba man·
dado explicar detalladamente, se cree obligado á rebusar con todo respeto
la invitacion de Francia é Inglaterra á hacer parte del proyectado con venio.
Está persuadido que ambas potencias amigas no atribuirán su negativa á que
desconozca por su parte cuanto importa que exista la mejol' armonía con re€!·
pecto á tan grave asunto entre las grandes potencias marítimas, Tampoco es
de esperar que saque España desfavorables consecuencias de su negativa,
tanto mas, cuanto que al asegurar explícitamente en la presente nota que no
abriga este gobiemo ningun designio contra:Cuba, da el presidente todas las
garantias que constitucionalmente le están permítid3!!, de su cooperacion
práctica con la Francia y la Inglateua y de su deseo de no moles lar á Es-
pafiJ en la po~sion de aquella isla. .


TengO' la homa etc.
EnwART EVERETT,


(15),


EL PROGRA.MA DE MA.NZANARES,


Españoles:
La entusiasta acogida que va encontrando en los pueblos el I'jél'cito libe-


ral; el esfuerzo de los soldados que le componen, tan heróicamenle mostrado
en los campos de ViCélhÍlro: el aplauso conque en todas partes ha sido reci-
bida la noticia di3 nuestro patriótico alzamiento, a~egul'an desde a hora el triun·
fo de la liberta,l y de las leyes, que hemos jurado defender, Dentro de pocos
dias, la ma yor pal·te de las provincias habrán sacudido el yugo de los tira-
DOS; el ejército entel'o habrá venido á ponerse bajo nuestras banderas, que
son leales; la Nacian disfl'Utará los beneficios del régimen representativo,
por el cual ha derramado hasta ahora tanta sangre inútil y ha soportado tan
coslosos sacrifi:ios. Dia, es pues, de dech' lo que estamos resueltos á hacer
en el de la victoria, Nosotros queremos la conservacion del trono, pero sin
camarilla que lo deshome: queremos la práctica rigurosa de las leyes fun-
damentales, mejorándolas, sobre todo la electolal y la de imprenta; quere-
mos la rebaja de los impuestos, fundada en una extricta economía; quere-
mos que se I'espetan en los empleos milital'es y civiles la antigüedad y los me·
recimientos; queremoll arrancar los pueblos á la centralizacion que los de-
vora, dándoles la independencia local necesaria pal'a que consenen y au-
menten sus intel'eses propios, y como garantía de todo esto esto queremos y
plantearemos bajo sólidas bases la MILICIA NACIONAL. Tales son nuestros




18 NOTAS DEL TO~lO III.
intentos, que expresamos francamente, sin imponerlos por ello á la Nacion.
Las Juntas de gobierno q~e deben irse constituyendo las p"úvincias libres;
las Cortes generales que luego se reunan; la misma Nacioo, en fin, fijará las
bases definiti vas de la regeneracion liberal á que aspiramos, Nosotros tene-
mos consagl'adas á la voluntad nacional nuestras espadas, y no las e~vaina­
remos hasta que ella esté cumplida,


Cuartel general de Manzanal'es á 6 de julio de 1854. El general en jefe
del ejército constitucional, Leopoldo O'Donnell, conde de Lucena,


El pl'Ograma publicado en ~[anzanal'es el 6 de julio de 1854, resonó con
eco fascinador en todos los corazones de los españoles; acogiéronlo con fre-
nético entusiasmo, porque le creyeron precursor de un poneniJ' de felicidad,
y con la fe mas pura esperaban vedo instantaneamente realizado: empero
han transcurrido desde la aparicion de tan brillante meteoro, cerca de cinco
meses, y hoy se preguntan con avidez unos á otros: ¿Existe el programa del
6 de julio? ¿Los hombres que lo proclamal'on, y que se comprometieron ante
la faz de la Nacion entera convertirlo en una verdad etema, cumpliel'on tan
solemne eompromíso? ¿Las cortes constituyentes en representacion legítima
del pueblo español, restablecerán y consolidarán por medio de una ley sa-
hia, aquel mismo programa pensamiento sublime que arrastró en pos de sí
el asentimiento uniforme de toda la Nacion? ¿finalmente cuál es nuestra si-
tuaciou presente? ¿qué porvenir nos espera?


Para que esta Nacion magnánima pueda obtener una sollleion te¡'minante,
y prescindir de ese estado angustioso en que la mantienen )3 incertidumbre
y desconfianza que sustitu yeron su febril entusiasmo, se propone el autor de
esta hoja volante, y oh'as que segun la apreciacion que merezca de 8US con-
ciudadanos, seguirá dando á luz; demost¡'ar, no solo que hasta hoy el pro-
grama de Manzanares fué una quimérica ilusion: sino tambien lo que en su
humilde opinion debiera haberse hecho para que fuera una vel'dad, y la grao
ve responsabilidad que cont.rajeron los hombres que esponlaneamente loma-
ron á su cargo la honrosa cuanto espinosa tarea de coní!olidar nuestra rege-
neracion política, sobre las bases que habian ofrecido y la Nacion toda una-
nimemente habia adoptado, puesto que se estacionaron ve¡'gonzosamente des-
de el momento en que se les confió el gobierno de la Nacion, Dentro del cír-
culo que acabamos de trazar y cuyo espacio es inmenso, describiremos con
impaI'Cialidad la serie de acontecimientos :Jue tuvieron lugar hasta la fecha,
contradictorios de las esperanzas lisongeras que el manifiesto de Manzanares
habia hecho revivir; y á su vez indicaremos, los medios que las constitu-
yentes pudieran aun adoptal', para volvernos á encaminal' por la spnda tra-
zada en el manifiesto que la Nacion toda adoptó, como credo político de la
doctrina que quiere profesar, Entiéndanlo bien los seftores diputados, si de"
sean corresponder á la confianza que en ellos acaban de depositar los pue-
blos, á pesar de tan contínuos desengafios como basta aquí l'ecibieron, en el




NOTAS DEL TOMO HI "79
bien entendido que el autol' de la hoja volante, se propone no perdel' ni un
solo momento de vista los actos sucesivos de cada uno en particular, para que
los electores puedan apl'eciarlos en su justo valor,


Conforme con lo que ofreció el manifiesto de Manzanares, los españoles
tenia n derecho á esperar, y esperaban llenos dé fe, que los caudillos r¡ue lo
habian proclamado, tan luego como se con3tituyeroo en gobierno aconseja-
rian á la cOl'ona como medida precursora de los beneficios ofreciJos á la Na-
cion, la sancion de los siguientes ó pareeidos decretos.


1.. Se declal'a acto patriótico el alzamiento nacional de j\llio~ en su con-
secuencia nadia tendl'á derecho á pretender ningun género de recompensa
por servicios que hubiese pl'estado: sin perjuicio de poder acreditarlos en
justificacion de un hecho honoJ'Ífico.


2.· Considerando el estado de decadencia en que se halla la Nacion, el
máximum del sueldo que deban dlsfmlal' los funcionarios .públicos del Esta-
do sea cual fuere su categoría no podrá nunca exceder de tr'e§ mil duros, ni
bajal' de seis mil reales al'reglándose á esta disposicion todos los que por
cualquie¡' concepto se hallen disfrutando haberes del Tesol'o.


S. o Los cesantes de todos lo~ ramo~ de la Administl'acion entrarán por
su órden de antigüedad desde el afio de 183t á servir los destinos públicos,
teniendo en consideracion en igualdad de circunstancias, sus méritos y ser-
vicios; no pudiendo dal' cabida á ningun pl'etendiente, en tanto no se extin-
ga el número de aquellos. .


4.° La Asamblea nacional comtituyente que acaba de convocarse para
la organizacion definitiva de la ley fundamental del Estado, se constituirá
bajo el principio de moralidad en que están basados los al'lÍculos 129 (1) Y
130 (~) de la Constitueion do 1812 que por este decreto quedan restable-
cidos en toda su fuerza y vigol'; en tanto que las cutes no acuerden lo con-
veniente.


5. o Et cargo de dipliltado es incompatible COB otro alguno público; en su
consecuencia el empleado que resultase electo diputado, optará en el preciso
término de ocho días, por el que quiera desempeñar, pasado el término sin
hacerlo, se entenderá de hecbo haber renunciado á la Diputacion, y se pro-
cederá á segunda eleccion.


Otro dia nos ocuparemos de los actos del gobierno sin dejal' de continuar
dirigiendo nuestras observaciones al cÓDgrew de quien el pueblo, el! decir,


(1) Art. 129. Durante el tiempo de su diputaeion cootado para este efecto des-
de que el nombramiento conste en la permanente de Cortes, no podrán los dipu-
tados admitir para sf, ni solicitar para otro empleo alguno de provision de1 Rey,
ni aun aseenso como nO sea de escala en su respectiva carrera,


(2) Art. 430. Del mismo nwdo no podrán durante el tiempo de su diputacion y
un año despues del último act(l de sus funciones, obtener para sí ni solicitar para
otro, pension ni condecoracion alguna que sea tambien de provision del Rey,




80 NOTAS DEL TO~[O III.
no ese pueblo que bulle y se agita porque le den, sino el verdadero pueblo
español que paga y nada pide, lo espera todo.


(16).


MANIFiESTO POLITICO


de la junta nacional del partido democrático espmiol.


En 108 momentos en que el pueblo español se encuentra próximo á un su-
premo combate que rompa pa¡'a siempI'e las cadenas que le impiden formar
un gobierno basado sobre las libertades públicas y el ejercicio práctico y real
Qe su soberanía, la JUNTA NAcIO~AL del partido democrático debe someter á
sus hermanos y amigos de provincia el progl'ama de los principios y ¡'elor-
mas fundamentales cuyo conjunto y seve¡'a aplicacion servirán de sólido ci-
miento á la nueva era que va inaugural' en España el régimen popula¡'.


y no tiene necesidad la JUNIA de encarecer, no ya la indisputable conve,
niencia, sino el imperioso deber de definir claramente los unos y concretar
bien las otras, si en el dia de la victoria han de Ber imposibles las vacila-
ciones, las inconsecuencias, la honda perturbacion que la duda ó el error en
esta pal'te t¡'aerian al seno mismo de la democracia española,


¡Cuántas veces en el espacio de medio siglo el pueblo español, tras he-
róic(ls esfuerzos, derrocados los viejos poderes, victorioso y potente en la
plenÚud de Sil soberanía, ha visto defraudadas sus esperanZaij burlado su he
roismo, escarnecida su buena fe y sin consecuencia sus lduníos! ¡Cuántas
veces en el ardiente lago de su sangre pUl'ísima, en vez de su querida libet'·
tad, solo ha visto reflejarse la perfidia y la ingratitudl ¡Cuántas \'eces, en
fin, en el mismo dia de la batalla, generoso y confiado en sus hombres, vol·
via á ceñir sus cadenas ocultas bajo el lallJ'el de la victoria ! ¿Y por qué?
Porque los mismos llamados pOI' el voto público á sentar sobre sólidas baSis
el gobierno salido de la revo)ucion, por debilidad, por desconfianza en el
pueblo, pOI' inconsecuencia ó por traicion, no han sabido ser otra cosa mas
que miserables instrumEclltos de que se ha servido la I'eaccion pam abl'ir el
abismo vergonzoso de la esclavitud y de nuevo sepultar en él la libertad com-
p¡'ada á tanto precio,


¿Qué extraño, pnes, si este movimiento alternativo de triunfos y de reve-
ses; si esa serie de revoluciones gloriosfsimas, pero infecuodas; si tanta san-
gre y tantas lágrimas vertidas sin ventaja para el pueblo han hecho que cier-
tos hombres y ciertas clases, desviando su vista del terreno tristísimo de una
política hasta ahora estéril, fijen su mente con preferencia en los pl'incipios
y en les refo¡'tnas socialss? Pe¡'o á pesar de todo, no olvidcJ1lO5 que jamás Sé




NOTAS DIL TOMO JII. 81
ha verificado en el mundo ninguna revolucion social sin venir precedida de
la emancipacion poHtica de las clases desheredadas de los goces dé la vida.
Hagamos, pues, imposible la tiranía de los poderes públicos: asegUl'emos
para siempre de un modo estable la plena libertad del individuo, y entonces
nos será facilísimo propagar con rapidez toda idea fecunda y ponerla en prác-
lica por la asociaéioD de las fuerzas y de las inteligencias,


¿Qué extraño, tampoco, que no habiendo el individuo conseguido. en Es-
paña el goce de todas sus libertades) haya llegado á desconfiar de sí propio
y á pedÍ!' á los gobiernos y al Estado lo que han sido iempre impotentes
pat'a darle? Hoy mismo, aun despues de tener adquÍI'idas mil pruebas de su
incapacidad é impolencia, no ralta quien pretenda armar al Estado de un po-
del' omnímodo para que mejore la suerte de clases cuya miseria hemos visto
agravarse cuantas veces ha intentado extinguirla. No olvidemos que el Esta-
do es como el caballo de Alila el cU9.l hacia estéril la tierra que pisaba su
planta. Creemos, por tanto, que todos nuestros esfuerzos deben dirigirse á
disminuir sus funciones, no á multiplicarlas, lo cual equivaldria á cambia l'
ese absolutismo pasajel'o por otro absolutisma mas duro y de peor especie.
En el seno de la libel'tad, no en el de la autoridad, han fmctificar las ver-
daderas rerormas. La vida que el poder presta á los sistemas es siempre fic-
ticia é insegura; solo la que les comunica el ,interés creador del individuo
puede sel' real y recomll' todos los períodos de su desenvolvimiento.


Todo esto se hubiera evitado, á no dudado, si el pueblo español, fijando
su atencion, antes que en el fantasma de nombres propios en la verdad de
los principios y de las cosas, no se hubiera lanzado á esos cmentos comba-
tes que llenan los glol'iosísimos anales de nuestra libertad sin previo cono-
cimiento del fin á que se dirigía y sin lenel' bien premeditados los medios
de asegurar los derechos que iba á conquistar con su sangre.


Hoy, empero, esa Europa, tantas veces engai'lada en lo mucho que espe-
raba de nosotros, vuelve á contemplarnos en silencio. Un grupo de naciona-
lidados oprimidas nos envia el grito suplicante de su inmenso dolor. De nues-
tra sensatez y de nuestra bl'avura penden en gl'an parte sus altos destinos.
¡Ay del pueblo espaí101 sino sabe mostrarse digno del que la Providencia le
ha señalado! No hallaria, no, perdon en la histol'Ía; merecería, antes bien,
el desprecio y baldon de las generaciones, si des pues de tan repetidas lec-
ciones y tan dura experiencia, no supiera precaverse para lo porvenir y evi-
tar a.eÍ el vergonzoso espectáculo que el partido que ha monopolizado en Es_
paña el titulo de liberal ha ofl'ecido basta ahora al mundo entero.


No es, pues, tan solo conveniente, ei además capital, necesario, impres-
cindible, que antes de llevar al pueblo al combate, cosa siempre fácil, por-
que en sus entraDas palpita sin cesar el nobilísimo sentimiento de su inde-
pendencia y de. su libertad, estemos todos los afiliados á la gl'ande obra de
acuerdo y conformes, no ya acerca de los principios, que debe proclamar el


NOTAS 111, Xl




8t NI TAS DEL TOMO 1II.
gobierno revolucionado, sino tamhien acerca de las medidas supremas que
debe adoptar desde el primer instante de su existencia para hacer imposi-
ble todo retl'oceso fandando con únimo ¡'esuello los sólidos é indestructibles
cimientos del régimen popular,


Así, los hombres llamados por la confianza pública á inaugurar entre nos-
otros el gran sistema democrático sabrán con exactitud la fórmula precisa de
los principios que deben escI'ibit" de lai reformas c1ue deben realizar en el
mismo dia del triun fo, y tendrá l'eglas segmas de conduela á las cuales no
podl'án ya faltar Impunemente; porque, aCOI'dadae y sancionadas de ante-
mano por la democracia, serian justiciables ante el pueblo si por debilidad
ó inc('nsecuencia declinasen un punto de su noble y gl'andioso mandato,


y así [ambien se harán imposibles esatl maquinaciones inicuas de la reae-
(lino para desoaturalizar y pel'verlÍl' la obra de las revoluciones, llevando la
di vision á los ánimus, sembrando rencillas entre los mas puros repúblicos y
cubriéndose con la máscara de un t~xagerado é hipócrita patriotismo, á fin
de tl'abajar mas seguros en la ruina de las libertades públicas,


Movida por tan patrióticus impulsos, animada del deseo de prevenir nue-
vos reveses, para evitar gl'aves inconvenientes, y á fin de conseguir que el
triunfo de la causa popular sea esta vez definitivo y estable, la JUNTA NACiO'
NAL se pl'opone principalmente en su programa fijar laf'l medidas que el go-
hiel'flo de la revo!ucion debe publicar como decretos el mismo dia de su ins-
talacion, Tarca fácil, si de antemano están acordes todos los demócratas y
no dejan á merced de nadie ni expuesta á los riesgos del errOl' y de la in-
consecuencia la santa causa de la 1 ibartad,


Cree por tauto la JUNTA que donde quiera que se verifique el movimiento
insurreccional y donde quiera que se establezcan Juntas ó podel'es revolu-
cionarios se debe desde luego proclamar como forma política dal Estado la
REPUBLICA DEMOCRATlCA,


Que así mismo debe decretal'se desde luego en todas partes el amplísimo
ejercicio de las libertades ¡ndi ,'iduales consagl'adas y eficazmente garantidas
per el Estado:


Sefjundad individual, é inviolabilidad del domicilio y de la correspon-
dencia;


Libertad de imprenta, sin depósito, ni editor, ni penalidad de ninguna
espel~le;


Libertad de reunían y de asociacion, para todos los fines morales, inte-
lectuales, políticos, industriales y religiosos, sin previo permiso de las au"1.
toridadesj


Lil)ertad de tl'abaJo éinduslria y de todo género de ade ó profesion li-
beral ó mecánica;


Libertad religiosa,
y no solo debe el gobierno ó Junta revolucional'Ía consignar todas estas




NOTAS DEL TOllO 1II 83
libertades, sino dictar al misto tiempo las reglas convenientes para que no
puedan ser violadas por nadie comenzando por la autoridad suprema,


Es tambien principio fundamental del régimen democrático Ja SOBERA-
NIA NACIONAL; no ilusoria; limitada y meramente nominal; sino real,' abo
soluta y por todos ejercida,


Como consagracion práctica de este principio, el gobierno revolucionario
debe declarar:


Que la soberanía del pueblo es:el origen legitimo de todos los poderes pú-
blic09;


Que todos los poderes son electivos;
Que el sufragio universal es la fot'ma necesaria de toda eleccion y la san-


cion de la ley fundamental del Estado,
y no es solo en estas fórmulas genel'ales donde encuentra su verdadero


fundamento y garantía el gobierno popular, sino tambien, y muy especial-'
mente, en la clasificacion y deslinde de los intereses públicos y en la com-
pleta descentralizacion administrativa,


Dentro de una nacion no caben mas que tres grandes órdenes de intereses
colectivos: los intereses locales; los intereses próvinciales; 10il in\ereses ge-
nerales. La democracia, pues, que ha profesado siempre el principio de la
descentralizacion, debe declarar desde el primel' momento en que llegue ;11
poder: que los intereses locales corren exclusivamente á cargo de los munI-
cipios; los provinciales exclusivamente á cargo de las diputaciones de pro-
vincia; los generales á cargo de una sola cámara que sea la expresion de to-
das las provincias y de todas las localidades, centro y unidad de todos los
podel'es del Estado, ál'bitro y juez en toda pugna de intereses que pueda sus-
citarse entre las provincias, como lo es cada provincia en los que puedan
nacer entre sus municipios.


Debll tambien proclamar el gobierno provisional la igualdad de todos Jos
ciudadanos, y como aplicacion práctica decretar desde luego:


La abolicion de todo privilegio;
Un solo fuero para todos los espai'ioles;
La unidad de las leyes civiles y penales para todos los ciudadanos;
La institucion del Jurado pat'a toda clase de delitos;
La justicia criminal gt'atuita;
El derecho de derenderse á sí mismo en lo civil y en lo criminal;
El sistema penal penitenciario,
Debe, por último, el gobierno provisional adoptar desde luego todas las


medidas que, sin sacar al Estado de sus límites y competencia, puedan di-
recta ó indirectamente romper las trabas que embarazan la produccion, pro-
mover la riqueza pública, extinguir la miseria, derramar la instruccion por
todas parles, suministrar condiciones de trabajo, emancipar en una palabra,
á las clases proletarias, Y para ello ha de prescribir desde luego:




84: NOTAS DEL TOMO m
La abolicion de la contribucion de consumos y de todas las indirectas;
El desestaoco de la sal, del tabaco y de los demás artículos que forman


el mQPopolio del Estado;
La reforma liberal de los aranceles con relacion sobre todo á las clases


pobres;
La destruccion de todas las limitaciones y trabas que puedan estorbar el


libre tráfico en el interior;
La reduccion en el presupuflsto de los gastos improductivos y el aumento


gradual de los reproducti vos, especialmente en lo que concierne á las obras
públicas que sean de cuenta del Estado;


La completa desamortizacion civil y eclesiástica;
La enagenacion á censo enlI'e los proletarios de todos los terrenos Laldíos,


comunes y patrimonio de la corona;
La inmediata ¡'eferma del sistema hipotecario que haga pasible desde lue·


go la creaci,m de bancos de crédito territorial y agricola,
La abolicion de todo privilegio en los 68lablecimientos de crédito y circu·


lacioll;
La contersion de la deuda á un tipo uniforme, ateniéndose á reglas es-


trictas de justicia segun su diferente orígen;
El establecimiento de escuelas profesionales;
La instruccion primaria universal, obligatoria y gratuita.
A todoe El.!!tos principios y reglas que constituyen el gobierno democrático


ha de servir d~ garantía un sistema de fuerza pública sobre las siguientes
base~: '
A~(llicion de las quintas, último resto de la servidumbre;
Su.presi()n de las m~trículas de mar, que no son sino las quintas bajo una


forma aun mas dura y repugnante; .
Reduccion del ejército activo á lo esh'ictamente necesario para la defensa


de las fronteras y plazas fuertes y para entretener los cuadros indispensa-
bIes;


La Milicia Nacional constituyendo lit reserva;
Por 4ltimo, en todo lugar ~onde estalle. la revolucion, el Gobierno pro-


visional, la Junta, el CODJité ó cualquier~ corporacion en que el pueblo de-
legue sus poderes, ha de proclamar muy alto IIU estrecha f¡'aternidad cOn to-
dos los gobiernos revolucionarios y el deber en que desde luego se constituye
de auxiliar abiertamente con cuantos medios estén á su alcance á las nacio-
nalidades oprimida!!,


De esta suerte sin invadir en lo mas mínimo el derecho que el pueblo tie-
ue de darse la Constitncion y el gobierno que mejor le. convenga, ]a de~o­
cré\cia destruirá en un solo dia todo~ los obstáeul~s que hacen imposibles las
refor~as, al mismo tiempo que fijará los principios fundamentales del go-
bierno popular. De esta suerte la Asamblea constituyente, representante de la




NOTAS DEL TOMO 1TI. 85
Soberanía nacional, encontrando dispuesto el terreno para completar la obra
de la revolucion, constituirá sin el menor obstáculo los poderes públicos, or-
ganizará el crédico nacional, establecerá un sistema equitativo de impues-
tos, desarrollará en b¡'eve tiempo, los immensos medios de prosperidad y de
riqueza que esta gran nacion encierra latentes en su seno.


De esta suerte, en fin, ofreceremos de seguro el espectáculo nunca vislo
de \a regeneracion completa de un pueblo consumada sin vaivanes y sin tro-
piezos; y la demoéracia española, iluminando con su~ resplandores al ~un­
do, será el principio de la grande era de la fraternidad y solidaridad de
todos los pueblos.


Madrid 1.. de febrero de 1858.


(17)


! pesar de las negativas dadas por los periódicos que con el mayor ser-
vilismo defendian en Francia los actos del ministerio Guizot y de sus patro-
nos, vemos confirmado en el National del 25 del corriente, cuanto se ha
dicho sobre la participacion que el duque de Montpensier habia tomado en
la reaccion contra los derechos del pueblo francés.


La última de esas dos comunicaciones que transcribimos del periódico pa-
risiense, tiene la fecha del 10 de febrero, lo cual pl'Ueba con que anticipa-
cion coadyuvaba el duque á la realizacion de una políLica opresora y anti-
liberal, cuando algunos pretendian que sus ideas eran rémora para Luis Fe-
lipe, cuyas tendencias desaprobaba el marido de nuestra augusta infanta.


Docume",to encontrado en el bufete del duque de Montpensier.
«Mi quel'ido amigo: Mañana martes deben ponerse en movimiento las tro-


pas y baterias que liene usted á sus órdenes, de suerte que antes de las nue-
ve se hallen en los puntos estratégicos segun se ha designado, á saber:


Dos cañones de á 12, dos obuses de á 15 con sus cajas en la plaza de la
Concordia;


Dos cañones de á n, dos obuses de á 15 éon sus cajas, én la plaza de
Carrousel;


Dos caftones de á 8, en la Mupicipalidad.
Las cajas de infantería, tanto de piston como de piedras de chispa, así


como los carros cargados de petardos, quedarán en la .. Escuela militaF bajo
la direccion de un oficial que designará usted al efecto.


Tod(ls los carros de las baterías de Bsted irán tirados por cuatro caballos;
Todos los caballos restantes estarán pronto para cualquier evento.
Si se rompen las hostilidades, el comandante del parque, mandará dis.,


poner inmediatamente, aunque sin ponerlos en movimiento, para poder mar-
char á la primera 6rden:




86 "OTAS DEL TOMO IlI.
Seis cajas de pi~tones,
Cuatro idem de piedras de ehispaj
Dos carros de petardos.
El ti,'o dé las antorchas no s(pondrá hasta las cuatt·o de la tarde, si con-


tinuan las hostilidades.
Los canos oe los petal'dos, así como el tiro de las antorchas, podrán po-


nerse en movimiento por órden. del comandante de artilleria ó del coronel
de ingeniel'os Moreaux, dil'ector de las fortificaciones de Parie.


Las tropas estarán como si fuesen de marcha: tomarán dos dias de víve-
res, y un paquete de cartuchos en el cuartel.


Tomará usteJ todas las disposiciones necesarias para que los hombres,
puestos en mo.vimiento, hayan comido muy temp,'ano. Recomiendo á usted
que se ponga de acuerdo con los¡'jefes de la Escuela militar para el recargo
de dos días de víveres. Muchos de estos han solicitado mandar cocer de an-
temano el tocino que ha de di¡tribuirseles.


Acompañará uste,l mismo las bocas de fuego que debf'n colocarse en la
plaza de la Concordia, donde podrá usted encontral' gran número de tI'opas.


Colocará usted sus piezas en batería, de suerte que embaracen lo menos
posible su órden de batalla y sus movimientos, con la prevision que las co":
lumnas que ataquen deberán desembocar pOI' la calle Real, dirigiéndose á
los Campos Elíseos. Combinará usted sus disposiciones con el oficial gene-
ral que mande las tropas reunidas en la plaza de la Concordia. Vendrá usted
á dar cuenta de estas disposiciones al cuarto del duque en las Tullerías, lo
mas pronto posible, y se le (Iarán' nuevas instrucciones.»


Documento encontrado en el despacho del duque de Montpensier.


(Confidencial. )
Paris 10 de febrero de 1848.


Monseñor: He recibido la cal'ta r¡ue V. A. ha tenido la bondad de escri-
birme ayer, 9 riel actual, con motivo de la distribucion de las bocas de fue·
go de Vincennes y de la Escu'.lla militar, en caso de revuelta.


Como observa Y. A. R., el número de estas piezas es de 28, mientra~
que las cuatro baterías no tienen mas que U.


Sin embargo, deseo que la suma de 28 se mantenga porque la considero
indispensable. ~


En su consecuencia, tengo el bonor de rogar á V. A. R., que dé laH órde-
nes necesarias para que de las piezas que deben enviarse de Vincennes á la
plaza de la Bastilla (quinta. zona,) y al boulevard de San Dionisio (sexta
zona) se tomen las necesarias.




NOTAS DlL TeMO lH, 81
El teniente genel'al, par de Fl'ancia, comandante de la primera Jivision


militar.
T. Sebastiani.


Las indicaciones. de algunus periódicos ingleses sobre las causas que han
obligado á salit, repentinamente de Lóndres á la setiora infanta doña Maria
Luisa Fernanda y su esposo, unidas á las noticias que estraclamos ayer de
una carta dirigida á persona muy respetable de esta corle, son hechos que
afectarán profundamente los ánimos, y que deben examinarse por los que en
su calidad de escritores públicos, tienen una obligacion estrecha é imperiosa
de discurrir sobre todos los asuIltos de gravedad y trascendencia. Solo este
deber iudeclinable de nuestl'a profesion nos podría obligar á escribir sobre
cosas, cuyos peligros conocemos, mas que no dudamos en arrostrar á true-
que de cOl'responder á la coufianza con que nos honran los pueblos. Cuando
en 1844 fundarnos J.t,'l Clamor Público venciendo dificultades, sin número,
nos propusimos decir la verdad en cuantas ocasiones lo exigiese el interés
de nuestra amada patl'ia, y los que hablaron y protest:JI'on en el tiempo que
Gonzalez B,'avo ponia fuera de la ley á la nacion entera, los que hablaron y
protestaron en el tiempo que sus compañeros, eran arrebatados v3ndálica-
menle del seno de sus familias, para deportarlos á climas lejanos donde de-
bian encontrar una prisiou rigurosa y tal vez la muerte, y los que desde los
asilos y las prisiones siguieron combatiendo la odiosa tiranía que pesaba 60-
bre la E~paña, no sabrían callarse ahora sin desmentir IjUS antecedentes, y
l'enuncial' á sus doctrinas.


No se crea, empero, que acogiendo ligeramente ciertas nOlicias, nos cons-
litu yamos en acusadores de Ilinguna persona ni de ningun partido, Por aho-
ra queremos solo que se aclaren los sucesos, que se fijen los hechos. que se
desmienla ó confirme io que deba uesmentirse ó confirmarse, y si desgra-
ciadamente apareGiese cierto el criminal designio conceuido contra la reina
doña Isabel 11, seremos los primeros en pediJ· el castigo ejemplar do los cul-
pables,


Sabido es que lauzados delll'olio y de ia Francia Luis Felipe y lU fami-
¡ia, buscJfon en la hospitalaria Inglaterra el a3ilo seguro que allí encuen·o
tl'an lodós los desgraciados y prosGriptos, En el número de estos cOlltábulise
los duques de JIÜillpen3ier, y cuando pal'ecia verosimil que permaneciesen
en el retiro de Clül'elllonl al la Jo de su pauI'e, y euanJo así se anunció :le
público, porque hubieron de l'esigni.lrse al parecer que e.5lraoficialmel1te diera
el lord Pai!lJurslün requerido al erecio, de improviso .se habla de deS3trC8
hechos á la infama pUl' la reina Vietol'ia, de indinuaciones secretas del gabi-
nele británico para que saliesen los duques de Inglatel'l'a, y de su marcha
precipitada á Oslende, Al mismo tiempo se lr.ia ~n algunos periódicos fran-
ceses, que en el saqueo de las Tllllel'Ías se habian aprehendido papeles inte-
resantes, y el Sur con mas embozo yel .Dailly News con mayol c1al'iJ:.Id,




88 NOTAS DEL T' MO m.
periódicos ambos que se publican en Lóndres, indicaban que la salida habia
sido motivada por el descubrimiento de una correspondencia hallada en Pa-
ris y comunicada al gabinete británico, que hizo su estancia en Inglaterra
tan desagradable al gobierno inglés como á nuestra infanta y su esposo. Por
último, en la carta estractada por nosotros se añade, que la correspondencia
vel'saba sobre el destronamiento de la reina Isabel, que reunido el gábine\e
inglés citó á consejo privado al duque de Montpensier, saliendo este poco
des pues pal'a Holanda, y que la respuesta dada por aquel á la consllta de
nuestro gobierno sobre el regreso de la infanta, se resiente de la lectura de
la misma correspondencia, pues basta se amenaza con su publicacion.


Hemos querido reunÍl' en un pequeño cuadro todos los hechos, para que
se perciba su ilacion, y su carácter, No siendo autores nosotros de los que
se refieren á la correspondencia y su objeto, no salimos garantes de su exacc
titud, ni podl'Íamos comprometernos á una pl'ueba que en su caso se funda
en documentos que no han visto la luz pública, ni obran en nuestro poder.
Pero si sostenemos que las circunstancias esh'aorrlinarias de la salida de
Lóndres de la señora infanta y su esposo, que las especies vel,tidas en los
periódicos ingleses, y las demas gra vísimas que contienen las cartas parti-
cuares' reclaman una esplicacion clara y genuina de todo lo ocurrido, y
mientras esto no se haga, y mientt'as no se desmientan de un modo auténti-
co y solemne, la acusacion queda en pié, y tomará crédito y fuerza.


y ahora recordamos la denuncia que hicimos de los proyectos concebidos
para destronar á dol'ia Isabel 1I, allá en los tiempos en que esta señora prin-
cipiaba á emancipar3e de la tutela del partido moderado. Entonces se nega-
ron con indignacion estos pl'oyectos, acerca de los cuales nos dará tal vez
mucha luz esa correspondencia úcupada en el palacio de las Tullerías, Nada
estraño debe parecer que ciertos hombres, que en medio de su ira y de su
despecho se mostraban capaces de todo, dirigieran proposiciones secretas aJ
ex-duque cuyo advenimiento al trono debia colmar sus esperanzas y pel'pe-
tuar su monopolio. Rara coincidencia seria que en esas cartas misteriosas se
revelaran aquellos planes de incapacidad ó de abdicacion de que se ocupa-
ron por tantos dias los periódicos progresistas, recibiendo en premio de su
celo y patriotismo los insultos mas procaces.


(18)


TITULO I.


De los actos que son objeto de es/a ley,


Art. 1.· El delit? ó falta contra el orden públiao, además de lo que




NOTAS DEL TOMO IU. 89
pueda envolver en otro concepto toda manifestacion pública que ofenda á la
reJigion, á la moral, á la monarquía, á la Constitucion, á la dinastía reinan-
te, á los cuerpos colegisladores ó al respeto debido á las l~yes. á que CODsi-
derados el lugar y las circunstancias en que se realice, produzca escándalo,
agitacion, bullicio, tumulto, asonada, ó conato de motin ó que imeda.oca-
SIOnar relajacion de la discipllna del ejército.


Son propósitos frustrados ó tentativas las preparaciones de cualquiera de
los delitos 6 faltas espresados en el párrafo anterior, que teniendo algnn
grado de publicidad, DD lleguen el resultado que se propongan.-


Art. 2.. De los delitos y faltas entenderán los tribunales de justicia pa·
ra calificarlos, determinar las personas culpables y aplicar la correspondien-
te pena. Los propósitos frustrados y tentativas serán perseguidos y castiga-
dos por la uuloddad civil con arreglo á esta y á las demás leyes vigentes.


Art. 3. 0 Los delitos, faltas, propósitos frustrados y tentativas contra el
órden público pueden comelerse en cualquiera de los tres estados, normal,
de agitacion y de guerra, que está ley define, y cuidará de su prevencion,
perseeucion y castigo la autol'idad á quien en cada uno de aquellos casos
corresponda.


TÍTULO 11.


Del ntado rIOl'1/Ir¿[.


Art. 4'0 Es obligacion especial y esclusiva de. la autoridad civil en este
estado conservar el 6rden público, restablecerlo cuando se altere y castigar
las infracciones, que contra (~l se cometan dentro del alcance de sus atribu-
ciones.


A este fin está facultada para prevenir los delitos y faltas, reprimir los
propósitos y tentativas y aprehender en su caso á quienes de esto sean cul-
pablefl, someterlos al tribunal competente ó penados por si, segUl~ procede.


Tambien es de su obligaci(ln evitar los actos que sin intencion de pertur-
bal' el órdeo, pueden ocasional' Ó preparar pOI' cualquier concepto Ja altera-
cion de)a paz en los vecindarios.


Art. 5. o Auxiliarán á la autoridad civil en el desempetio de su ellcargo
Jos tribunales ordinarios y las demás autoridades administrativas que á la
superior civil estqn subordinadas.


Art. 6. o Los funcionarios especiales encargados de velar sobre el órden
público, dependerán del ministerio de la Gobernacion.


Art '7. 0 En este ministerio se establecerá un departamento central de la
manera que el gobiemo considere conveniente y adecuada á sus fines espe-
ciales, por medio del cual se entenderá el ministro de la Gobel'llacion con


NOTAS III. XII.




no lIfOTAS DEL TOMO 1II.
los gobernadores y demás subordinados suyos y con cualesquiel'a otl'as au-
toridades.


Art. 8.0 Los gobernadores como eneal'gados de ejercer en las provin-
cias la autoridad ci vil son los que deben velar sobl'e el órden público y en-
tenderse para este efecto con las demás autoridades judiciales y administra-
tivas. Para que tengan los medios necesarios para cumplir con el encargo
que esta ley les con6a se organizará en cada gobierno de pI'ovincia una sec-
cion de órden públi co.


Art. 9.· Segun I.a importancia de las poblaciones se establecerá en ca-
da uno el número de los funcionarios de policía que convenga, los cuales
tendrán á sus órdenes los agentes necesarios para desempetiar bien el ser-
vicio. Los gobernadores cuidarán de organizar 6 bacer que se organice en
armonía con los fines de esta ley en el ten'itorÍo de su mando, la policía
monicipal y rural.


Art. 10. La autoridad cuidará para ejercer la vigilancia que esta ley la
encomienda, de que consten escrupulosamente empadronados por un regis-
tro general en las oficinas respectivas todos los habitantes de 108 pueblos en
Jos términos que los reglamentos señalen ó que en lo sucesivo se determi-
naren, ;¡


Art. 11. Se formarán registros especiales de los individuos que perte-
nezcan á las clases siguientes: criados de servicio doméstico, mozos de café
y fondas, port~I'os de casas, cocheros y conducto~'es de toda especie de cal'-
ruajes; mozos de cuerda, vendedores ambulantes, y cualesquiera otros in-
dustl'Íales que no ejel'cen su industria con I'esidencia fija.


Art. 12. Se formarán así mismo padronos especiales con el caráctel' de
reservados, de los licenciados á presidio sujetos á la vigilancia de la autori·
dad, jugadores de profesion, vagos y demás personas de modo de vivir 90S-
pecboso.


Art. 13. Es vago para los efectos de la ley:
1. o El que no liene 06cio ni profesion, rentas, sueldo, ocupacion 6 me-


dios Iicitos clm que vivir.
2. o El que teniendo oficio, ejercicio, profesion ó induíltria, no trabaje


habitualmente en ellos y no se le conozcan otros medios Iicitos para adqui-
rÍ!' su subsistencia.


3.0 El que con algnn recurso pero insuficiente para subsistir no se de-
dique á ocupaciones licitas y concurra ordinariamente á casas de juego, de
bebida, de prostitucion ó á parajes sospechosos,


4.0 Los que pudiendo no S8 dediquen á ningun oficio ni industria y se
ocupen habitualmente en mendigar.


Art. U. Sobre todos los eomp"endidos en los artícul08 anteriores se
ejercerá una especialísima vigilancia, Cuando los gobernadores civiles ten-
gan noticia de que alguna 6 algunas personas de mala conducta, de antece~




MUS DEL TO»O lll, 91
dentes sospechosos ó de hábitos análogos á los de la vagancia, puedan pro-
ducir pel'tUl'bacion en el órden publico ó inseguridad en los pueblos en que
residan procederá desde luego prevenlivamente á su detencion. y formarán
un expediente en que hagan constal' dichos antecedentes pudiendo disponer
que la detencion continúe por un mes ó destinarlos á que I'esidan en los pue-
blos de su naturaleza Ó en' Otl'OS, bajo la vigilancia de la autoridad; de cuya
disposicion darán cuenta al gobierno, el cual queda facultado para fijar de-
finitivamente la residencia de los d"tenidos por este concepto,


Art. 15, Las fondas, bosterÍas y casas de huéspedes, los cafés, billa-
res, casinos y circulos) las tertulias públicas, casas de bebida y demás de
esta especie, como bodegones, mesones, posadas y ventorrillos deberán ser
empadronados en I'egistro especial. Sus dueños ó encargados DO podl'án
abrirlos sin permiso del gobernador .de la provincia y tendrán además la
obligacion de cerrarlos por la noche á la hora que la autoridad designe. En
las fondas, hústel'Ías, mesones, posadas y casas de huéspedes, únicos alber-
gues públicos en que se podrá pemoctar, será circunstancia indispensable
llevar un libro-I'egistro de entrada y salida con las fOl'malidades que la au-
toridad establezca, el cual podrá ser inspeccionado pOI' la misma siempl'e
que lo tflOga por conveniente.


Art. 16. En las reuniones que haya en los establecimientos de que tra-
ta el artículo anterior no se permitirán bullicios, reyertas, disputas ó esce-
nas que pel'turben Ó puedan dar ocasion á que se perturbe el órden, bajo
la inmediata responsabilidad de los dueños ó encargados, en jugal' á otros
juegos que los pel·mitldos.


Si amenazase en ellos cualquier desól'den los dueños ó encal'gados tendrán
la obligacioll de evitarlo ó acudir á la aUlol'idad para que lo remedie.


Al't. 17. Se prohiben las llamadas casas de dormir.
Ál't, 18. Todo ciudadano mayor de 15 años está obligado á saca l' y


consenar en su poder á disposicion de la autoridad la correspondiente cé-
dula de vecindad comprensiva de los datos que se juzguen necesarios en es-
tos documentos.


Art. 19. No se podrá pernoctal' en las fondas, hosterías y casas en que
segun esta ley sea permitido hacerlo sin la pl'esentacion de la cédula de ve-
cindad, pasaporte ó pase correspondiente. Los dueños ó encal'gados de di-
chas casas respondel'án .del cumplimiento de esta prescripcion.


AI't, 20. Será así mismo indispensable para variar de domicilio dentro
de la misma poblacion presentar la cédula de vecindad á 108 duefios ó ad-
ministradores de las casas, que no podrán alquilarlas sin este requisito y
estarán además obligados á poner en conocimiento de la autoridad el nOIl-
bre de los inquilinos á quienes las alquilen.


Ar\. 21. En los contratos de an'endamiento se espresará la cil'Cunstan-
da de haberse presenLado la cédula y de ser conocido el inquilino del due-


del local.




9~ NOTAS DEL TOMO \Il
A falta del conocimiento pel'sonal se estampará en el contrato la firma de


dos vecinos honrados que conozcan al inquilino. A los extranjeros y fora¡;¡-
téros les bastal'á para el caso sus respectivos pasaportes 6 cédula de vecin-
dad, á no ser que medie alguna circunstancia que les haga fundadamente
sospechosos.


Art. 22 Los cabezas de casa participarán á la policía dentro de l8 ho-
ras la entrada de los sirvientes que reciban en ella y de los que salgan de
la misma. .


Art. 23. Los espai10les que viajen por el interior del reino deberán lle-
var consigo su cédula de vecindad que les será exigida pOI' la autoridad
competente siempre que lo creyese oportuno. El que viajare sin este requi-
sito será detenido en el punto en que se descubra la falta hasta que' á juicio
de la autoridad la esplique satisfactoriamente.


El espaflol qlle regrese del estrarjero deberá traer 8\<1 cédula de vecindad
visada por el agente diplo~ático ó consular respectivo, ú otro documento
legitimo que acredite su personalidad.


Art. 24. El estranjero que peneh'e en terl'itorio español, deberá bacel"
Jo .provisto del documento que acredite su personalidad; si no lo hiciere po,
drá ser detenido por la autoridad cuando 10 estime con veniente.


Art. 25. En los casos de detencion del viajero la autol'idad que dispon-
ga bajo ·su responsabilidad la continuacion del vi.aje, habilitará al detenido
con un pase provisional que no será valido sino por el lél'mino de quince
dias. Llegado el viajel'o al punto donde se dirija presentará el pase á la
autoridad, la que le dará el documento correspondiente ó algun otro que
abone su persona.


Art. 26. No se podrá usar de m'mas sino mediante la licencia de la au-
toridad, que la concederá solo despues de tomar inrol'mes de la honradez,
buena conducta y hábitos regulares y pacíficos del que solicite el permiso.
Los armel'os y dueños 6 encal'gados de establecimientos en que se espendan
armas de cualquier clase, no pod¡'án espenderlas sin estar aulol'Ízados por un
permiso especial de la autoridad.


Art. 27, De las imprentas, litografías, fotografías y demás estableci-
rniento~ de este género, se llevará en el gobiemo civil UIJ registro especial
con las formalidades que estime convenientes.


Para que puedan ejercerse es las industrias debe¡'áu cumplirse las siguien-
tes formalidades:


1: Obtener Hcencia del gobernador civil de la provincia.
2.' Poner una muestra en el establecimiento con caracteres inteligibles


espresando su clase y el nombl'e del que lo teng:J á su cargo.
S.' Da~ conocimiento á la autoridad civil del nombre de sus verdaderos


duefios, del local en que se establece y de las máquinas que tiene para su
servicio.




NOTAS DEL TOr.lG lII,


40,' Formar un padron exacto de todos sus operarios segun el modelo
tlue se les fije, dando cuen1a en el término de 408 horas del movimiento de
entrada y salida de los mismos sin admitir á ninguno que debiendo tener
cédula de vecindad carezca de ella.


5: Participar á la autoridad inmediatamente los nombres y circunstan-
cias de la persona ó personas que lleven á su establecimiento manuscrÍlos ú
otros originales pal'a imprimirlos clandestinamente y en fraude de la ley,


Art. 28, La contravencioll á cualquiera de las prescripciones anteriores
será castigada segun su importancia judicial ó gubernativamente con las pe..;
nas fijadas en esta ó en otras· Jeyes.


TITULO 111.


Del estado de alarma.


CAPITULO 1.


De Ips medios que debe emplew' la autol'idad civil en el estado de sitio.


Art. 29. En el momento en que la autoridad civil lenga sospechas, no-
ticias ó datos de que sin embargo de Jas precauciones establecidas en ~l lítu~
lo anterior, es probable que se perturbe el órden público, ·los comunicará á
)a autoridad militar ue la poblacion para que aperciba sus medios de accion
y á la judicial para que se disponga al inmediato ejercicio de sus funciones.


Art. 30. Simultáneamente con estos avisos dispondrá la coJocMion de
la fuerza que á sus órdenes tenga en los sitios que estime necesario.


Art. 31. En el acto mandará suspender todas las juntas ó reuniones de
gente que puedan producir alarma, aunque por su índole sean de carácter
inofensivo,


Art. 32. Así miAmo podrá espulsal' de la poblacíon ó distrito á las per-
sonas que por motivos fundados considere peligrosas en aquellos momentos,
señalando el pueblo á que deban dirigirse, Los efectos de la espulsion que
en estos casos se ordene durarán solo 40 días, transcurridos los cuales se
fijará definitivamente el punto de residencia de) individuo ó individuos sos-
pechosos. Cuando la autoridad civil adopte estas medidas dará cuenta al
gobierno.


Art. 33. Tambien acordará la suspension de lag pllblicaciones que con-
~idere pllrjudiciales al órden público, dando cuenta al gobierno de esla re-
soluciono


Art. 34. Dispondrá así mismo que se cierren inmediatamente los cafés,
casinos, tertuli as, tabernas, y demas establecimientos públicos donde acuda





94 NOTAS DEL TOMO IlI.
habitualmente numerosa concurrencia, intimando á sus dueños ó encargados
la l'esponsabilidad que pueda alcanzarles por la desobediencia como auxilia-
dorel! del desórden,


Art. 35. Mandará celTal' inmediatamente los almacenes y tiendas de los
armeros y de cualesquiera otros comercios donde se espendan armas.


Arl. 36. Pod/'á mandar recogel' si lo creyese oportuno, bajo inventario,
las armas de todos los citados establecimientos, depositándolas en lugar se-
guro,
. Art. 37. Al propio tiempo que adopte estas precauciones la autoridad


ci vil, ó antes si lo juzgase necesario, publicará un bando en el cual dictará
las reglas que desde aquel momento deban observarse y que lendrán fuerza
legal.


Art. 38. En la adopcion de las demas resoluciones que juzque la auto-
ridad necesarias ó provechosas para que produzca resultado la intimacion
que se haglt á los autores ó auxiliadores de la agitacion, á fin de que se
disuelvan los g/'upos que se hubiesen formado y para usar de la fuerza de
que disponga, obl'ará discrecional mee te y segun J¡jS circunstancils.


Art. 39. Los deberes y atribuciones de la autoridad en este período se
ajustarán á lo que prescribe el titulo 3. o del libro 2. o del código penal en
materia de órden público, y á lo dispuesto en esta ley.


CÁPfTUlO 11.


l)e la cooperacion que la autoridad jud'icial debe prestar á le, eÍl,jl 1'11 pi estado de ({I(mnl!.


Art. 40. En cuanto la autoridad civil dé á la judicial aviso de tener
noticias ó sospechas fundadas de alarma, se constituirán los jueces en sus
juzgados acompañados de los promotol'es y escribanos para funcionar as! que
sea necesario.


Art. 41. Ya constituidos y procediendo á formar causa sobre delitos
eonll'a el órden público, darán á este servicio esclusiva preferencia, pudien-
do si fuere preciso pasar el de distinta clase al juez de paz respectivo.


Art. U, La Audiencia del territo/'io cuando ocurra desórden en el pun-
to de su residencia se constituirá en sesion permanente y adoptará en el acto
Jos acuerdos que juzgue cenvenientes para la ,mas pronta y recta sustancia-
cion de las causas.


Si el deso/'den ocurriese en poblaciones donde no resida la Audiencia, se
constituirá en sesion permanente la sala de gobiemo.


Art. 43. En los procedimientos que deberán seguir los tribunales de
justicia y en la penalidad que hayan de aplicar á los reos, observarán es-
trictamente las disposiciones de esta ley.


Arl. U. Si despues de empleados todos los medios de que la autoridad




NOTAS DEL TeMO J1I. 95
civil por sí, y ayudada de la judicial dispone, la agiíacioD no fuese domina-
da, resignará aquella el mando en la militar entrándose por consecuencia en
el estado de guerra. •


TITULO IV.


lJel estado de guerra,


CAPfTUlO ÚNICO.


"el l/l/iliriO de 111 (Hlloridad militar en este último e6tado.


Art. 45, Resignado el mando por la autoridad civil en la militar, que-
dará declarado el distrito en estado de guerra.


Art. 46. La autoridad militar resumiendo en sí los poderes civil y po-
lítico, judicial y administrativo, publicará inmediatamente un bando en que
se anunciará á los rebeldes, sus cómplices, auxiliares y encubridores que
quedan sugetos al consejo de guerra,


Art. 47, Dflspues de dado el bando y terminado el plazo para que 8e
retiren á sus casas las gen les pacjfi~as, se considerará como presuncion de
criminalidad el eneontrarse e'n la calle durante el combate, ó ~entro de las
casas cuando se alojen en ellas los rebeldes perseguidos por las fuerzas del
gobierno, mientras no se pruebe plenamen!e la inocencia del que en tal si-
tU:lCion fuese hallado,


Art. 48. En dicho bando se invitará á los rebeldes á deponer la hosti-
lidad y á prestar Sil obeJiencia á la autoridad legítima. Los que Jo hicieren
en el término que el mismo bando señale, y si no Jo señalare en el de dos
horas quedarán exentos de toda pena, no siendo Jos autores de la sedicion
ó rebelion ni reincidentes en este delito; pero serán sometidos á una espe-
cial vigilancia de la autoridad. Los principales autores que merecieren pena
capital, serán caso de rendirse en Jos términos arriba citados, indultados de
ella aplicándoles solo la inmediata,


Art, 49. Los delitos romunes que se cometan en una rebetion 6 sedi-
ción, serán castigados respectivamente segun las disposiciones del Código
penal. Cuando no pUl:ldan descubrirse los autores de aquellos delitos serán
penados cilmo tales los jefes principales de la rebetion ó sedicioD.


Art. 5 O. Todas 1M autoridades y empleados públicos sin distincion
prestarán inmediatamente á la militar el auxilio que este les pida para so-,
focal' la sedicion ó rebelion y restablecer el órden. Si las autoridades no lo
prestasen sufrirán la pena de pl'ision mayor é inhabilitacion pel'petua yab-
soluta, si hubieJ'an 8ido nombradas directamente por el gobierno; si no es-




96 NOTAS DEL TOllO 1II.
tuviesen en flste caso !mfrirán la de confinamiento mayor é inhabilitacion
perpetua y absúluta.


Cuando 1061 empleados no prestasen el auxilio que se les pidiere se les
impondrá la pella de suspension de empleo ó cargo, ó la de separacion,
siendo intel'inamente reemplazados, y dando de esto cuenta al gobiel'Do á la
mayor brevedad para su definitiva re~olucion; sin perjuicio de las penas en
que incurriesen si hubiese motivo para procesarles criminalmente.


Art. 51. Las autoridades civiles y judiciales continuarán funcionando
en los demás aS!lntos propios de sus atribuciones que no se refieran al órden
público, limitándose respecto á este á las facultades que la militar les dele-
gue ó deje expeditas dentro del plan que Be haya propuesto, y debiendo en
tal caso dar á la misma directamente los partes y noticias que les preven-
ga y reclam(l,


AI't. 52. La 1m toridad militar á la vez que adopte las medidas expre-
sadas en log anteriores artículos de este capítulo, dispondrá lo conveniente
para que se formen é instruyan sin dilacion todas las causas á que haya lu-
gar y se insl:l!po los consejos de guerra que deban fallarlas, procediendo en
todo con alTet~lo á las ordenanzas militares, á las disposiciones de esta ley
y de cualesquiera otras vigéntes.


Art. 53. Además de los delitos de sedicion y rebelion y sus anejos, Si"
dn juzgados pOI' !os consejos de guerra ;os de robo, incendio, hurto, con-
trabando. defraudacion y falsificacion contra el Estado y los drj desobedien-
cia y desacato á la autoridad.


Art. 54.. Cuando la sedicion ó rebelioa se manifiesten desde los prime-
ros momento~ 6 la urgencia del caso lo exija, podl'án la autoridad civil, ju-
dicial y milita!', puestas de acuerdo, disponer inmediatamente la declara-
cion de estado de gueITa sin pasar por el segundo periodo de esta ley.


Art. 55. En la capital de la monarquía ó en puntos donde resida el rey
no podrá declararse el estado de guefl'a sin la autorizacion del gobierno.


Art. 56. Púa decl3l'ar el levantamiento del estado de guerra se ceiil-
brará un con~ejo de las autoridades civil, judicial y milit3l' y se propondrá
al gobiet'l)o~íD cuya autorizacion no se podrá poner término á dicho es-
tado.


Art. 57. Las garantías que establece el art. 7. o de la Constitucion, !1fl
entenderán ,.uspendi(las rlestlJ el momento en que se declare el estado de .
guerra en la poblacion 6 distrito donde hubiere estallado la sedicion ó re-
belioD.


Art.58. En los tres períodos que abraza esta ley continuará vigente
Jo dispuesto por la ordenanza re~pecto á las obligaciones de los centinelas,
guardias y patrllllas y al uso que segun las circunstancias deben bace!' de
sus 3I'm~s ..




NOTAS DEL TOMO 1II. 97


TÍTULO V.


{)e los procedimientos especi,drs y. de las penas ti que da IU,qm' la aplicacion. de la ley de
órden público.


CAPíTULO 1,


De In penalidad.


Arl. 59. La penalidad correspondiente á los varios delitos que pueden
cometerse conll'a el órden público y su aplicacion se ajustará en todas sus
partes á lo establecido en el Codigo penalvigenle y á lo que esta ley pre-
VIene.


Art. 6 O. Se escepluan de esta regla los militares que serán juzgados y
penados segun las leyes especiales de su instituto.


Art. 61. Las faltas que se cometan contra el órden público en estado
normal serán castigadas judicial ó gubernativamente segun corresponda con-
forme al libro 3: del Codigo penal á las prescripciones de esta ley y demás
disposiciones vigentes.


Art. 62. Las faltas que se cometan en estado de alarma stlrán castigadas
gubernati vamente por la autoridad cí vil á su prudente arbitrio ó con multa
arresto, ó con estas dos penas á la vez 'segun la gl'avedad del caso y las cir-
cunstancias. Cuando sea el alcalde quien imponga dichas penas, la multa no
POdl'á esceder de 100 escudos y el 31Testo de 15 dias. Si las impusiese el
gobernador de la provincia podrá eslander la multa hasta :200 escudos y el
arresto hasta un mes.


Art. 63. Las faltas contra el órden público que se comelan en estado de
guerra serán castigadas por la autoridad superior militar ó por sus delega-
dos segun su prudente arbitrio.


Art. 64. Los penados con multa que fueren insolventes, sufrirán el ar-
resto por via de sustitucion con arreglo á lo que prescribe el art. 5 O 4 del
Código penal.


CAPíTULO 11.


Del¡Ji'ocedimienlo ante la autoridad judicial en los delitos conlt'a el óI'den público.


SECCION PRIMERA.


Drl jue~ competent/'.


Mt. 65. En los delitos coníra el órden público de que con arreglo á
esta ley debe conocer la jurisdiccion ordinaria, será juez competente el de


NOTAS IIJ. XIII




98 NOTAS DEL TOMO JIl.
primera instancia del partido 6 distrito en que hubiese pr'incipiado la pe\'-
petracion del delito,


AI't. 66, Lo dispuesto en el ar'lículo antedol' se entiende sin pel'juicio
de la facultad que el art. 38 del reglamento provisional p3f'a la adminislJ'a-
cion de justicia, confiere al gobierno de S. M, y á las sala!! de gobierno de
las Audiencias,- para cometel' el conocimiento de la causa al juez de primera
instancia que les parezca mas á propósito,


AI't. (;7, En las cau~as de esta clase no podrá pl'omoverse contienda ni
competencia,


Art. 68, En todo caso, los jueces de primera instancia en cuyo distrito
lenga I'amificacion el delito Ú OCUlTan hec~os justiciables por cOLsecuencia
del mismo, in~truiJ'án las opol'tunas diligencias que pasarán al que sea com-
petente para conocel' del delito principal.


AI't. 69, Todo juez que principie á instruir diligencias, dará cuenta sin
dilacion á la Audiencia del territorio por conducto del regente y al ministe-
rio de Gracia y Justicia, Lo propio "erificará cuando so inhiba y acuer'de
remitir sus actuaciones al juez competente, y lo llevará á efecto sin consul-
tar' préviamenle con la Audiencia el acto de inhibicion, Las causas de sedi-
cion y rebelion pendientes anle los tr'ibunales Ol'dinal'ios al hacerse la decla-
racilJO del estado de guerra en que no se hubiese contestado {¡ la acusacion
fiscal, se pasarán inmediatamente, sin prévia cOllsulta con la Audiencia, al
capilan genoral del distrito, á no sel' que este hubiere pl'ovenido otra cosa;
las demas de que babIa el al't. 53 se continuarán por 108 tdbunales ordi-
narios,


Art. 7(t En todo caso las causas en que se hubiere contestado á la
acusacion del promotor fiscal se fallarán y terminar'án por el juez que de
ellas conozca.


Art. 71. Al levantarse el estado de guerra se pasarán á los tribunales
ordinarios, correspondientes para su terminacÍon y fallo, todas las causas
que se hallen pendientes ante los milital'es contra l'eos que no estén sujetos
al fuero militar si no se hubiera hecho toda\'ía la defensa de los acu~ados.
Las que se hallen en este caso se fallarán por el consejo de guel'l'a,


SECCION SEGUNDA,


De la primera instancia,


Art. 72, En el momento en que por cualquier medio 6 conduclo tenga
noticia el juez de primera instancia de la per'petr'acion de un, delito contI'a
el órden público de los comprendidos en esta ley 6 de cualquier h~cho pre-
paratorio pal'a la misma, procederá sin levantar mano á la intimacion del




MUS DEL TOMO m. 99
COI'l'esp~ndiente sumario dándole preferencia esclusiva, y valiéndose del es-
cribano que sea mas de su confianza.


ArL 73. Para la compl'ohacion del delito y de la delincuencia del pre-
suntó ¡'ea, empleará el juez los medios comunes y ordinal'ios que establece
el derecho.


Art, 74. Para mayol' actividad los jueces evitarán la evacuacion de citas
y cal'gos que no sean de cODocida importancia, y todas aquellas diligencias
tuyo resultado aun en el caso mas favorable para el reo DO hubiese de alte-
1'81' ni la naluraleza del delito ni la responsabilidad de su autor.


Art. 75. Toda pel'sona, cualquiera que sea ílU fuero, clase y eondicioD,
esceplo las de la rllal familia, cuando tenga que declaral' como testigo en las
causas de que se Irala, está obligada á comparecer ante el juez que de ella
conozca, luego que sea citada de 6rden del mismo, sin necesidad de la ve-
Ilia 6 pel'miso de su jefe supel'ior respectivo.


Art. 76. La que resistiese sin allistil'le impedimento justo, podrá ser
compelida por cualquier medio legítimo de apremio inclus:> el de hacerla
conduciI' por la (uel'za pública.


Art. 77. Cuando sean varios los procesados, el juez podrá acordar la
formacion de las piezas separadas que estime convenientes, pal'a simplificar
y activar los procedimientos y que no se dilate el castigo de los que resul-
ten con(e30s 6 con victos.


Ar!. 78, En los delitos conh'a el 6rden público, cualquiera que sea su
pena, se procederá siempl'e á la prision preventiva de los que aparezcan
culpables, y no podrá ac,:¡rdal'se su libel'tad durante la sustanciacion de la
causa bajo fianza ni caucion alguna mientras dure el estado de alarma ó no
se levante el de guerra.


Al't. 7f1. En cualquier estado de la causa en que aparezca acreditada
la inor,encia de un procesado se 80breerá respecto de él, dedarando que el
procedimiento DO le para perjuicio, y poniéndole inmediatamente en libertad
sin costas alguna.


ArL, 80. Luego qQe se principie el sumario se dal'á conor.imiento al
pl'Omotor fiscal, el cual tiene derecho á enterarse de todo lo que en él se
active y adelante para promover y auxiliar la accion de la justicia¡ será oido
pOI' escrito siempre que el juez lo estime, y lo será necesariamente para
acordar lo que se ol'dena en el artículo anterior.


Art. 81. Concluido el sumado se pasará la causa al promotor fiscal
para que formalice su acusacion en un término breve que no podrá eseeder
de cuatl'o días. Si la causa pasase de 500 16lios podrá pl'orogarse dicho tér-
mino basta seis dias.


Art. 82, Si en la acusacion se pidiese la imposicion de alguna de las
penas correccionales, se hará ]0 que Pl'evienen las reglas 38, 39 Y 40 de
la ley provisional para la aplicacion del Código penal.




100 NOTÁS DEL TO"MO IIl.
Art. 83. Fuera del caso espresado en el artículo anterior, se dará Iras-


lado de la acusacion al procesado para que haga su defensa, por igual tér-
mino que el concedido al promotol' fiscal, haciéndole sabel' al mismo tiempo
que en el acto de la notificacion nombre procurador y abogado; y si no lo
hicim'e se le nombrarán de oficio los que hubiere de turno.


Art. 84. Cuando fuesen varios los procesados si pudiesen hacer unidos
su defensa se lel! obligará á que lo verifiquen bajo uua misma direccion, No
pudiendo verificarlo de este modo por incompatibilidad u oposicion enh'e
ellos, si hubieren de hacerse mas de dos defensas, dispondl'á el juez que en
vez de entregarse el proceso al defensol' de cada parle, se ponga de mani-
fiesto á los respectivos defensOl'es en el oficio del escribano por el término
que aquel sefiale, sin que pueda pasar de diez dias, dentro del cual deberán
formalizarse las defensas.


Arl. 85, Los escritos de acusacion y defensa serán breves, precisos y
CODcretos sin digresiones ni genill'alidades; Jimitándose á la esposicion de los
puntos de hecho y de derecho que se desprendan del proceso.


Art. 86. Por medio de otro $i es en los escritos de acusacion y defensa
deberá necesariamente cada parte articular toda la prueba que le conviniere
Ó renuncial' á ella.


Ar!. 87. Si las partes de consuno renunciaren la prueba y se conror-
maren con lodas las declaraciones del sumario, hará el juez por concluir
la causa desde luego, y sin otro trámite mandará traer los autos á la vista
con citacion de las partlls para sentenciar.


Art. 88, Dentro de las 24 horas siguientes á la notificacion del auto,
recibienrlo la causa á prueba, 1>resentará cada parte por duplicado la lista
de los testigos de cargo ó descargo de que intente valerse para su prueba
respecti va.


Art. 89. El exámen de los testigos de cargo y descargo y la ratificacion
de los del sumario con cuyas declaraciones no se hubieren conrormado las
partes, tendrá lugar en audiflncia pública con asistencia del promotor fiscal.


Art. 90. Los testigos que no se bailasen ~ mas distancia que la de un
dia de viaje de la residencia del juzgado, segun los medios de comunicacion
establecidos, serán compelidos á comparecer personalmente no mediando ra-
zones justas que lo impidan y tambien cuando á reclamacion de alguna de
las partes estimase el juez indispensable pal'a el cargo ó descargo la compa-
recencia persopal.


Art. 91. Los demas testigos se examinarán por medio de exorlos diri-
giéndose estos cun la mayor brevedad por los jueces exortados' bajo su mas
estrecha responsabilidad.


Ál't. 92.. En el dia y hora senalados al eCecto se Pl'ocederá á la ratifi-
cacion y exámen 1e Jos testigos, verificándolo de cada uno de ellos con se-
paracioD.




NOTAS DEL TOMO lII, 101
Art. 93. La prueba de tachas se hará en su caso alM continuo de la


principal, formulando por escrito la parte interesada las preguntas á cuyo
tenor deban ser examinados los testigos que presentare para dicba prueba.


Art. 94. Concluido el término de prueba, ó practicada loda la que hu-
bieren propuesto las partes, aunque aquel DO haya espirado lo acreditará- el
escribano por diligencia; y si otro tramite pasará los autos al estudio del
juez para sentencia haciéndolo saber á la!! parles.


Art. 95 Dentro de los dos dias siguientes si el juez hallare en la causa
defectos substanciales que subsanar, ó faltaren algunas diligencias precisas
para el cabal conocimiento de la verdad, &cordará que para mejor proveer
se practiquen inmediatamente todas las que fuesen indispensables


Arl. 06. El juez dictará su sentencia que deberá ser fundada dentro de
los seis dias siguientes al en que el escribano le hubiere pasado la causa
para este fin.


Ál't. 97. El emplazamiento se hará á los procuradores de los procesa-
dos y al verificarlo el escribano les prevendrá que nombren pl'ocUI'ador y
abogado que defiendan á sus representantes en el IriJ.lUDal sUl-'el'iorj bajo
apercibimiento de nombrárseles de oficio admitiéndoles dicho nombramiento
si lo hiciesen en el acto de la notificacion.


Art 98. Las causas contra reos ausentes se sustanciarán pOl'los mismos
trámites de 10il an feriores artículos; pero no se ra liliearán otros testigos del
sum(ll'io que aquellos con cuyas declaraciones DO se hubiesen conformado el
promotor ó los proc·esados presentes.


Art. 99. Los jueces tendrán el término de U horas para dictar las
providencias interloculol·ias.


SECCION TERCERA.


[)e In S6,IJunda installc!rl.


Art. 1 OO. Recibido~ los autos á la audiencia se pasarán sin dilacion al
relatúr para que forme el apuntamiento en el término que la sala le señale,
atendido el voJúmen de los autos, per{) sin que pueda esceder de ocho dias.


Art. 101. Devueltos 108 autos pOI' el relator se comunicarán al fiscal y
y á cada una de las parles para instruccion por un breve término que no po-
drá esceder de sei~ días pa)'a cada uno.


Art. 102. Al devolver los autos ó darse por instruida de ellos cada
parte; manifestará bajo la firma de su letrado y procurador en conformidad
con el apuntamiento las omisiones ó inexactitudes que á su juicio puedan
haberse cometido en él, pidiendo en este caso se rectifiquen.


Art. 103. Tambi('n podrán las partes al devolver los autos ó darEe por
instruidas pedil' que se reciba la causa á prueba.




lO! MUS DEL TO"&lO IlI.
Art. 104. La sala designará un ministro ponente, el cual informará se-


bre la reforma 6 adiciones d~1 apuntamiento y sobre la procedencia de I;¡
prueba que se hubiere solicitado.


Art. 105. Si la sala estimare procedente la prueba propuesta mandará
practicada recibiendo pal'a ello la causa á prueba por un bl'eve término, que
aunque se pl'oJ'ogue no podl'á esceder de 20 dias.


Art. 106, Conformes las partes con el apuntamiento 6 hechas en él las
reformas acol'dadas, Ó aficionado en su caso con las pruebas practicadas en
la sC\gunda instancia se señalará para la vista el día mas próximo posible
con citarion de las partes.


Art. 107. Estas causas se verán precisamente por magistrados debien-
do sel' uno de ellas el regente 6 el que haga sus veces.


Ar!. t 08. Concluida la vista, la sala dictará sentencia flludada denh'o
del término de seis día.


Esta sentencia causará ejecutoria.
Art. 109. Dictada la sentencia se remitirá sin dilacion, ce¡,tificacion de


ella al juez inreriol' para su ejecucion y cumplimiento, sin pel'juicio de la
tasacion de costas y gastos del juicio.


Art. 110. Contra las providencias interlocutorias de las audiencias en
las causas de que se trata no se admitirá otro 1\~CUI'SO que el de sÍlplica para
ante la misma sala si 8e interpusiese dentro de segundo día.


Art. 111. Los jueces y tribunales no tendrán para estas causas horas
determinadas de despacho; utilizarán el dia y la noche por lOllo el tiempo
que sea necesario segun la urgencia del caso á juicio de los mismos.


Art. t 12. En lodos los actos públicos de estas causas se hará guardar
el 61'den mas riguroso, sin permitir á los concurrentes demostraciones de
ninguna clase, empleándose para conservarlo, además de IlIs eOl'l'ecciones
disciplinarias que procedan, la fuerza civil y militar !:iue el juez 6 lI'ibunal
crean conveniente.


Art. 113. Sobre los demás puntos respectivos al procedimiento de eslas
causas ante la autoridad judicial que no se hallen expresamente marcados
en la presente ley se observarán las reglas establecidas en 1&11 procedimien-
tos comunes y en la ley provisional para la aplicacion del có,1i;,o penal sin
que se acuda á ninguna otra sustanciacion e,pecial ó pri vilegiada.


CAPITULOS 111.


Del procedanieuto de la aulol'idad milital' en estado de .Qu~l'ra.


Art. 11 {. Una vez declarado el estado de guelTa, la jul'isdiccion mili-
tar será la única competente para entender de todas las causas por delitos
da sedicion, rebelion y sus anejos y los demás comprendidos en el título 3.0




NOTAS DEL TOMO 1Il. 103
libro 2,0 del código penal. Tambien conocerá de las expI'esadas en el al'tí-
culo 53 de esta ley, si el capilan general no previniese otra cosa,


Art. 115, Tudas las causas de que en estos casos conozca la autoridad
milital', cllalquif'l':¡ que sea el fuero de los pl'ocesados, serán juzgadas en los
consejos de guerra ordinarios, formados con jefes y oficiales de todas las
armas y con asistencia de asesol' leb'ado segun las ordenanzas del ejército.


Art. 116. Para conseguida mayor actividad en las causas que se rOI'-
men con arreglo á ordenanza podrán delegar los cap1lanes generales en el
jefe militar que crean conveniente, la Cacu-ltad de declarar terminado el su-
mario mandando se eleve á proceso y cuando e8té terminado mandar sea
visto en consejo tIe guerra, todo con diclámen al ase!lOI" reservándose el
capitan gcneralla aprobacion de las sentencias y la facultad de sobreseer en
los sumal'iog lihremente sin perjuicio ó con imposicion de penas leves, de
acuerdo con el auditol' de guerra.


AI't. 117. Causarán ejecutoria con an'eglo á ol'denanza las sentencias
que merezcan la aprobacion del capitan general de acuerdo con el auditor.


Art. 118. Las causas conll'a ,ausentes se su~lilncial'án citándolos y em-
plazándoos por tres edictos con término de tres dias cada uno y pasados los
nueve se les declarará rebeldes.


AI't.: 19, En los procesos militares pOI' delitos contra el 6rden púLlico
se suprimen IOR careos que la ordenanza exige en los odinarios, pr3cticán-
dosa aquellos solamente cuando se considere preciso para el esclarecimiento
de la verdad.


Art. 120. Las ratificaciones se limitarán á aquellos testigos cuyas li-
mitaciones sean de cargo 6 descal'go á los acusados y se prescindirá de los
restantes,


AI'L 121. Se fOl'mal'án piezas separadas cuantas veces sea conveniente
pal'a la actividad del procedimiento contra algunos de los acusados.


Arl. 122. El caprtan general podrá remitiI' á h jurisdiccion competen-
te aque}las causas que haya empezado á formal' y crea no afectan el órden
público, las cuales ontonces, no solo en la sustanciacion, sino en la[oC senten-
cias y apelaciones seguirán el curso Ol'dinario separándose de todo procedi.
miento. militar.


Art. 123, A los reos no mHital'es se les aplicarán por los consejos de
guena las pfnas que marca el código penal; á los militares las señaladas en
la ordenallza del ejército.


AI't. 124. En las sentencias de los consejos de guerra no se hará con-
denacion de costas.




lOi NOTAS DEL TOMO HI.


CAPITULO IV.


])eí l)¡,ocedimicnto gubernativo en matena de lallas.


Art. 125. A la autol'idad civil gubernativa ó municipal corresponde
exclusivamente el castigo de las fallas cometidas contra el 6rden público.


Arlo 126. Las penas imponibles por dicha autoridad serán las marca-
das por esta ley I'elati~amente á las faltas.


Arlo 12 7, En la imposicion de estas penas procederá la 3ulol'Ídad civil
á su prudente arbitrio breve y sumariamente prestando audir-Dcia á los inte-
resados de palabra ó pOI' escrito; pero sin qUA puedan emplearse mas de tres
días en estas diligencias,


Art. 128. Contra los acuerdos de la autoridad civil en la imposicion
de las penas gubernativas que puede aplicar á las raltas confnrme á esta
ley, no se da otro recurso que el de queja ante el superiol> gerárquico, ó el
de responsabilidaí{ en su caso segun lo prescrito en el al'Uculo 19,


AI·t. 129. La jnterposicion de tlstos reCUl'SOS no impedirá la ejecucion
de las penas que se harán desde luego efectivas.


DISPOSICiONES ADICIONALES.


1.' Para la mas exacta aplicacion de esta ley en los punto@ y objetos
que requieran instrucciones especiales, podrá dictar el gobierno les corres-
pondientes reglamentos.


2: No comp¡'enden la ley de 6rden público los casos de guerra civil
formalmente declarada ni los de guerra ext¡'anjera. 3" Quedan del'Ogadas todas las leyes y disposiciones gubernativas 6 re-
glamentarias dictadas hasta la fecha sobre 61'den público en general, pena-
lidad de los delitos ó faltas que contra el mismo se cometan y procedimien-
tos para su castigo.


Madrid 20 Marzo de 1867, LUIS GONZALEZ DRAVO,


(18)


Manifiesto de Prim desde Ginebra.


Cuando los partidos politicos se encuentl'an en una situacion parecida á
la que los libeI'ale8 españoles atraviesan en estos momentos, debe¡' es del
que ha merecido la confianza durante tl'es años, decirles lo que piensa y lo
que siente sobre los sucesos que acaban de ocurrir. Si hubiera podido tornal'
parte en el comuate y huLiéramos sido vencidos, os hubiera dicho al pi5,II'




NOTAS DEL TOMO 111, 105
el ¡¡uelo extranjero lo qúe dije á los valientes regimientos de Bailen y Cala-
trava cuando entré con ellos en Portugal. Si hubierais sabido de antemano
que no habia de conducil'Os á la batalla como lo sabia n en junio los ,'alien-
tes artilleros y el bizarl'o pueblo de Madrid, me hubiel'a concretado á es-
cribiros particularmente como lo hice entonces, manifestando mi admirad{\(}
por taGlo heroismo de¡¡plegado, mi sentimiento por tanta generosa sangre
vertida. ~Ii situacion de hoyes tan diferente como distinta era la vuestra de
la de aquellos, teniendo que combatir sin armas, sin recursos contra todas
las fuerzas del gobierno que debieron habel'se dividido para il' á otros pun-
tos, donde la coba rdía y el egois'mo han heche estériles nuestros esfueJ'Zos.


No esperen los enemigos de la libertad que yo haya de seguir en estos
momentos, una conducta distinta de la que he seguido antol'iol'mente, cuando
acabo de verme defrau<!ado en mis esperanzas, engañado en mis cálculos,
yencido una vez mas. Ni las calumnias de que mis compañeros habian
abiel'to las puertas de los presidios, ni la imperdonable injuria de que ha-
bia pactado con el extranjero pal'a venderles la isla de Cuba, ni la falsa
aseveracion de que los regimientos sublevados se habian vendido á un 01'0
que nunca habíamos tenido, pudieron alterar, mi tranquilidad ni debilitar
mi ánimo: ni hoy lo conseguirán tampoco los diversos juicios que, con dis-
tintos móviles, se hacen en la prensa espaflola y se reproducen ó comentan
en la que, en el extl'anjero, está siempre á las órdenes de la reaccion de
nueetro pai~.


No diré una palabra mas qUd las que crea que convienen á las circuns-
tancias. No citaré mas hechos que los que convengan al porvenir del pal·tido
liberal. No pronunciaré ni un solo nombre de los que han tenido la culpa
de que hoy como en otras ocasiones no se hayan cambiado los des linos de
nuestra desgt'aciada patria. Algun día se escribit'á la historia de estos tres
últimos añlJs. Algun tIla la publicarán la prensa y la tl'Íbuna española; y
entonces verá la nacion, y entonces conocerá el mundo lo~ generosos móvi ~
led que impulsaron mi conducta, los inmensos sacrificios que, en union de
un corto númel'o de amigos, he tenido que hacel', la seguridad con que de-
bia contar dentro de los ·cálculos humanos, en todos los movimientos que he
querido llevar á cabo. Entonces conocerá la Europa los indignos medios á
que se ha acudido pua vencemos. Entonces sabrá la Espafia los nombres
de los egoistas que han neutralizado nuestros esfuerzos, los nombres de los
lIesertores que han abandonado á sus compaileros, los nombres de los co-
bardes que han Caltado en los momentos supremos á sus compromisos, Me
basta hoy consignar mi admil'acion á los valientes que han hecho esfuerzos
heroicos por conquistar la libertad de su patria. Me basta manifestar mi
sentimiento, mi profunda pena por no habel' podido tomar parte en el úllimo
combate. •


No me impol·ta que crean mis enemigos que me ha abandonado el valor
NOTAS 1M, :XlV




106 NOTAS DEL TOMO 1II.
que he desplegado f'n toda mi vida militar, la paciencia de que dado prue-
bas en mi larga carrera política, ni la resolucion revolucionaria que procuré
lener en Valencia y Pamplona primel'o, en Aranjuez y VilIarejo despues.
Lo que bice en Castillejos por la patria lo hubiera hecho en Cataluila por la
libertad. Lo que hice en Méjico por salvar la honra de Espala, lo hubiera
repetido en Madrid por levantarla del estado de postracion y abatimiento
en que se encuentra.


No telJgo yo la culpa de que, habiendo salido el dia 7 de Bruselas estando
fijado el del movimiento para el 15, y habiendo atravesado la Francia para
embarcarme en uno de sus puertos y tocado en las costas de Africa y estado
á las puel'tas de una de nuestras mas impOl'tante¡¡ ciudades durante cuarenta
y ocho horas, falta¡'on á su palabra los hombres del ejército comprcmelidos,
suficientes en número y colocados en posicion para haber decidido del mo-
vimiento en el reslo de Espaila,


No tengo yo la culpa de que, habiendo tenido que retl'oceder.á Marsella
el dia 20 y habiendo llegado á la fro:líera catalana el 22, me encontrara
con las fuel'zas del gobierno en vez de hallar lasque allí me tenia n que es-
pera,'. No tengo yo la culpa de que á los amigos del campo de Tal'l'agona,
llarcelona y Lérida les fllera imposible venir á buscarme, como teníamos
convenido en la hip6tf1sis de que pudiera suceder lo que sucedió.


No tengo yo la culpa de que á pesar de mis esfuerzos y. los de los dignos
amigos que me acompañaron durante doce dias, (hasta el 4 de setiembre)
no nos fuera posible bacernos c~n un pequeño número de hombres que pu-
dieran acompañamos pa;a intentar nuestra reunion con los valientes de Bar·
celona y TalTagona, Quede consignado esto para honra de Jos que entrando (ln España se encont/'aron con que lo prometido en Gerona y Lérida no se
cumpliera, Quede consignado esto para gloria de los valientes á quienes hu-
biel'a agl'adado mas salir á buscar á su genllral, que resislÍl' á las numero-
slsimas fuerzas que les acosaban. Quede consignado tambien para vergüenza
rle los militares que faltaron á su palabra, para oprobio de los hombres que
prometieron en la frootera lo que luego no cumplieron,


No tengo necesidad de decir que mi salida de Bi'uselas fué acordada eon
mis amigos mas Íntimos, y con ellos se acord6 tambien el punto á donde de~
bia dÍl'igi¡'me. No tengo que decir que estaba bien combinado el modo de '~!1tl'a[' en Cataluña, No tengo que añadi!' que durante el tiempo que estuve
esperando en la f.'ontera no omitieron mis amigos medio alguno ni escasea-
ron sacrificio para buscar la manera de pisar el tel'ritol'Ío español. No nos
l'elÍl'amos de la vista de nuestra patl'ia hasta que vimos que habia disminuido
el número de tal modo que era imposible la doble combinacion de entrete-
ner las fuerzas que perseguian y facilitar la entrada de los que esperá-bamos.


Falta todavía algo que añadir á esta lige¡'a reseña. Los sacrificios que he




NOTAS nu TOMO m, 107
tenido que hacel', los disfraces á que he tenido que acudir, los medios que
he tenido que emplear para burlar la vigilancia de la p/)licía espai'!ola pri-
mero y de la {l'ancesa despues, debénseles á 108 dignos amigos que han
compartido conmigo las esperanzas y las penas, El partido Iiboral los co-
noce, y yo me complazco en manifestarles una vez mas mi gratitud y mi
carii'!o. .


Nunca hubiera descendido·á dar estas sencillas explicaciones, si no lo
hubieran exigido los que han estado á mi lado desde que empezó el último
período revolucionario en nuestro pais, A la injul'ia hubiera contestado
como siempre con el desden; á la mentira con el tiempo y á la calumnia con
el desprecio, querian los catalates que hablara porque no pueden tolerfH'
que se ofenda al paisano, Querian que hablara los aragoneses que no sufl'en
con paciencia que se insulte al liberal. Quedan que contara lo sucedido los
emigl'ados todos, los buenos liberales que no quieren que se injurie sin mo-
tivos y se discula sin dalos al amigo, al general al hombre político,


¡ Ah! si supieran amigos y enemigos las penas y los sinsabol'es que he SG-
frido, las humillaciones por que he pasado durante' los di as en que mis puf-
sanos y mis amigos han estado combatiendo! .. , Nunca se bOrl'ará de r i
alma el recuerdo de este cortÍsiruo período que tantas amarguras me ha L-
cho devorar, y que tanto ha hecho sufrir á los amigos que me acoro] ..
ñaban,


Nada tengo que decir sobre mi situacion para el porvenir, Mientras si6il
mereciendo la confianza del gran partido liberal español, y de ello he reci-
i}ido y estoy recibiendo hoy repetidas pruebas, seguiré consagl'ando mis es-
fuerzos, dedicando mis desvelos, haciendo todo género de sacrificios para
alcanzar la liberlad que es el sueño de toda mi vida.


No sé lo que el porvenir tiene reservado á nuestra patria, No sé el rumbo
que tomal'án des pues de los últimos sucesos !ás cosas y las personas que allí
se disputan los hono~es de la vida politiea, Suceda lo que quiera, Tome cada
uno la actitud que crea conveniente, yo me encontraré donde se encuentre
la mayoría de los pa,'iidos libel'ales, Yo estaré al lado de aquellos á quienes
DO ha afligido la perz¡ecucion, ni ha entibiado la derrota, ni abatido la des-
gracia, pal'a combatir en el terreno que nuestros enemigos pl'esenten la ba·
talla, para luchal' donde quiera que la idea liberal lo exi8a, para pelear
hasta que nuestra patria tenga el gobierno que se merece,


Si hay liberales que crean que Espaila puede vivir sin gobiel'no constitu-
cionallos compadezco. Si los hay á quienes les guia el odio y las malas pa-
siones en la conlinuacion de la obra comenzada, los olvido. Si los hubiel'a
que quisieran sobreponer su voluntad á la del gran partido liberal, les com-
batiré con todas mis fuerzas,


"Nada sin el partido liberal. Todo con él. Y cualquiera que sea el sacrifi-
cio que yo tenga que hacer, cuenten con él de antemano los que saben. que




108 • NOTAS DEL TOMO m.
no me anima otro deseo ni me mueve otra ambicioD que la dl3 ver á nuestra
patria respetada en el extranjero, libre y floreciente en el intel'ior.


Si esto lo consiguen hombres que no estén afiliados á nuestro partido,
admiraré y aplaudiré su obra. Si Jo consigue alguno de los liberales sin ne-
I:esidad de mis débiles esfuerlos, le ayudaré á consolidarla. Si lo consiguen
I.os partidos li'J~rales unidos, me retiraré á la vida privada el dia qUll ve:l
la obra concluida y asegurada.


No m9 hubiera c~locado en situacion revolucionaria si los clamores de la
apinion pública hubieran sido oscuchados en España; y ni un solo dia aban-
donaré esta actitud mientras los gobiernos espai'loles sigan siendo los verdu-
gos de su patda y el escándalo de la civilizada Europa.


Ginebra 25 setiembre 1867.
Juan Primo


(1'9).


El que en 1814 todavía muy jóven formuló opinion contraria á la dolo-
-rosa marcha política inaugurada á la vuelta del rey. Fernando de su cauti-
verio, el que en 1820 aconsejó con decision una reforma radical en la cons.
titucion de 1812, el que en 1823 hizo esfuerzos, aunque inútiles para evi-
tar la inlervencion armada de la Francia, el que en 1833 y 3t alzó su voz
sosteniendo el mejol' derecho de la reina sobre el de su tio don Carlos de
Borbon, y el que en fin, en todas las grandes cuestiones del casamiento de
la reina, de las diversas re(ol'mas intentadas ó consumadas de las constitu-
ciones de-18t2, del 37 ó 45, el que en todas las epopeyas de 108 partidos
tiberales 6 aoli-libel'ales, en escritos modestos y sin preten¡iones de erudi-
cion ni autoridad publicó su parecer, creo puede tener el derecho de fOI'mu-
larle al ir á concluir el año 1867, época tambien no poco grave.


¿Mas cómo vel'ificarlo sin apelar á la Historia? ¿~Ias cómo puedo yo ha-
cerlo hoy ante una túmba que acaba de cerrarse, ante el féretro de un
hombre ilostl'e, celebridad en la época en que ha vividó, y que muerlo, nio-
gun homble de senlimientos elevados puede hacer otra cosa que elogiar sus
merecimientos y calcar sus errores; y á quien necesariamente tenia necesi-
(tad de mencionar, ~i de política retrospectiva hubiera de ocuparme?


Mail no juzgo tarea iJllposible, sin embargo, la que respetando las perso-
nas sin culparlas de acontecimientos mas fuertes que ellos, sosteniendo el
principio que mas de una vez he sustentado en la tribuna y en la prensa, á
saber: que torios despues de ocupado el poder, sean Jos que se quieran los
medioll empleados para adquil'Írlo, todos han p~ocurado hacer el bien, y
que sino lo lograron culpa fué de las pasiunes inherentes á la humana debi-
lidad, pueda examinar con algun fl'ulo la situ:l.Cion presente.


No pocos publicistas sostienen ser de necesidad absoluta la existencia de




NOTAS DEL TOMO 111. 109
los partidos pollticos, en Jos paises regidos por instiluciones representativas:
sea de esto lo que (ueI'e, lo cierto es qu~ desd" qUd triunfó el libre exámen
en Jas nuevas sociedades sobre la obediencia pasiva, se pl'odujo un radical
cambio social, que forzosamente debia influil' en la política.


Todos los gobiernos, lo milimo los allsolutos que los constitucionales ~u­
frieron su poderoso influjoj en la historia de todos se encuentran pdrlidos, y
no pueden 01 vidarse entre nosotros los liberales y serviles de 1812 y 182 O,
los realistas moderados y los apostólicos desde 1814 hasta la muer le del rey
en 1833.


y mas adelante no ea posible tampoco dt>jar de recordar carlistas é isa-
belinos' pl'Ogresistas y monárquicos ó moderados. Pero valga la verd::.d; hoy
poeo queda de lo que estos fueron en su origen desde 1808 hasta su actual
estado.


Lo que sí es evidente es, que apenas establecida -desgraciadamente en
nuestro pais la supremacía de las personas y de los intere,es personales so-
bre las cosas y losgrandes intereses generales, la disolucion de los partidos
que debian 8U existencia á la concentracion de opiniones y principios detel'-
minados y correctos, por mas que fuesen encontrados y discordes, era ine-
vitable, Debían desnaturalizarse y aun disolvtll'se y así sucedió, Los anales
de 1852, 53 Y 54 así lo consignan; yo no me pl'opongo hoy evocar nume-
rosos l'ecuel'dos; pero algunos de los mas recientes, es inevitable traerlos á
la mt>moría del pais,


¿Cómo no recordar el fatídico 22 de Junio de 1866, la magnífica defensa
de la ley y del órden público en aquel dia célebre, conducida por el enten-
dido genel'al en jefe cabeza del gobierno que dirigió las opel'aciones milita-
res y en las que fué secundado por todos los ilustres generaies que le "com~
paiiaron, dando todos al olvido SUB diversas opiniones políticas y sus disi-
dencias? ¿C6mo no estar (\n el corazon yen la memoria de los buenos la ilustre
sangre de los inolvidables oficiales de artillería, que á manos de sus solda-
dos, subordinados hasta entonces, revolucionarios en aquel inCausto dia, su-
frieron muerte gloriosa sustentando el honor de su Laoderaj y como no ha-
bel' fijado al mismo tiempo el pensamiento en los efectos morales de repro-
hacion unánime que esp.'esaron nuesll'os nobles militares contra toda I'epeti-
cion de actos stlmpjantes al contemplar los efectos de lo que pa~ó aquel in-
fausto día? ¿Yen fin, cómo perder esta ocasion de recordar la sublime idea
del duque de Valencia en aquellos momentos de reunir al rededel' del tronó
todos los elementos conservadores, idea fecunda, cuya realizacion splo la Ca-
talÍllad que sobre España pesa podo entonces estorbar.


Desde 1863 el partido progresista dejó de existir, se suici~ó con su abs-
tencion: un partido cuya a~piI'acion permanente habia sido establecer su su-
premacía en el parlamento sobre el poder ejecutivo, hasta querer absorver
la gobernacion del Estado, abandonando el pal'lamento con la absLencion




llO NOTAS DEL rnlo 111,
cometi6 para consigo mismo el mayor de los absUI'dos, y pOI' otro lado, ¿qué
cabeza reconocia este partido ni antes ni des pues de la época en qQe fijó su
abstencion? ¿Era el duque de la Victoria? ¿Era el general Prim? ¿O era 016-
zaga, el que no puede haber olvidado lo que pas6 entre él y mi humilde
persona en 1863, época en que yo no creia imposible lo que hoy graduo
de tal? ;


Del partido demócrata no tengo pa¡'a qué ocuparme; el señor Garcla Ruiz
lo hace cumplidamente en su folleto, en el que por cierto confunde lastimo-
samente el principio liberal y aun el progresista con el ¡'evolucionario, este
nunca ha sido acogido por la España monarquica¡ por eso aun contra su vo-
luntad pronuncia su sentencia de muerte el señor García Ruiz,


Engañanle, sin embal'go, los que pretenden sostene¡' las ventajas de un
retroceso político: el pais no puede borrar de su memoria la cruenla guerra
de los siete años, que no lué solo guerra de sucesion, que fué tambien guel"
ra entre dos ideas, la idea de la inmutabilidad y la de la asimilacion de los
principios del siglo; y las tOl'mas de gobierno que entonces tenian ya adqui-
rida carta de natu!'aleza en Inglaterra, Francia y Bélgica y que ensanchán-
dose mágicamente desde 1848 hasta hoy la han tomado en Austria, en p¡'U-
sia y en Italia, mejorando en Rusia la suerte de los siervos y llegando su
henéfica accion hasta Egipto.


En tan confuso dédalo lo que es preciso es ensayal' lo no muy seriament~
practicado hasta aquÍ; gobernar con regularidad y 8e\'el'a justicia y desechar
toda especie de exag6l'aciones, deponer toda especie de pasiones personales,
Aceptado el gobierno constitucional creado por la fuerza de las cosas, ejm'-
cerio honrada y sinceramente y dejar funcionar con regularidad á los pode-
res públicos cada cual en su 6¡'bita constitucional y pues el siglo con su fuer·
za irresistible, impone á la generalidad de las naciones de Eur'opa, gobernal'
constitur,jonalmente, aceptar todas las consecuencias con honrosa buena {e,
Otro camino no puede conducir mas que al caos.


Mas condensando la interesante publicacion del demócrata señol' García
Ruiz, ¿qué .'esulta de ella? Resulta que 8i el partido progl'esista murió á manos
de la ab~tencion,.e! pal'tido democrático murió tambien por suicidio á manos de
la revolucion que él mismo engendró, En el supremo momento de la accion,
no ha baIlado ni dinel'o, ni opinion pública, ni soldados, ni armas ni aun
caudillos; nada ha tenido; no ha hallado en ninguna parle ma'l que el vacío.
¿Falt6 al genel'al P¡'im valor? No, segun dice el señor García Ruiz: ¿qué le
faltó al caudillo en jefe de la revolucion del 3 de enero y de agosto? Ealt61e
sin duda la necesaria historia anterior, que solo la crean los acoDlecimientos
que dan á los homb¡'es condiciones de supremacía personal, que acata la ge-
neralidad: el valor personal por grande que sea, es poco para verificar una
transformacion política y hasta social en un pai$ como España; si el general
Prim no se hubiese dejado arrollar pOI' el torrente revolucionario, j-óven to-




NOTAS DEL TeMO 1lI. 111
davía y CGn condiciones á propósito, habria acaso podido adquirir lo que no
tenia en enero de 1866, ni en agosto de 1867, perdiendo su magnífica po-
sicion, se halla sepultada enlra los escombros de una revolucion llegada á
límites, á que acaso él mismo no se propuso Ilegal' al iniciarla.


Otra cosa importante demuestra victoriosa mea te el escrito del Sr. Gal'cía
Ruiz y es que en la época en que nos bailamos, la bien entendida amal-
gama de alguna fuerza vigorosa é inquebrantable de Jos gobiernos ante la
revolucion armada, y de la conciliacion pmdente, discreta y bien dirigida
(',omo so empleó por el ¡;obierno existente en el último agosto, despues del
tl'iuofo, es mejor y mas eficaz ¡'emedio contra-los revolucionarios políticos,
que lo~ alardes desdeñosos del sistemático rigor y de la violencia despues
de vencida la I'esistencia material, ni distinguir ni apreciar la diversa índole
y los medios materiales y mOl'ales de su acoion, subversiva aplicando en
cada caso, diverso correctivo á los revolucionarios políticos, que á los que
bajo el pI'ofanado nombre de libertad aspiran á quebrantar nuestras creen-
cias I'eligiosas y nueiltra fe monárquica,


Concluyo, pues, diciendo: hagamos alto á las míseras pasiones políticas,
que tan mal parado tienen el pais: entendamos todos los hombr'es conS8rr3-
dores que sienten en su pecho la voz de la patria y honor y rodeemos el
trono augusto de la reina Isabel de todos cuantos elementos conse¡'vadol'es
existen en Espafia,


y vosotros demócratas, cuya VOl se refleja en el (I'anco é independiente
escrito del SI', García Ruiz, conveneeos de vuestra impotencia y dejar d1'l
agitar al pais y este os acojerá benévolo; inclinad vuestra frente ante el
trono constitucional de la segunda Isabel, emblema de la regenel'acion y
del sensato progreso df;\ España; oid la voz de un anciano español, que. ve
entt'eabierta á sus piés otra lumba, que sino tan glol'iosa como la que acaba
de. ceáal'se, puede al menos, reclamar para su epitafio el recuerdo de un
inmenso interés, por su pais, por sus monarcas y por las leyes que aseguran
la paz y la ventura incompatibles con los revoluciones,


(20).


Si el comunicado que copiamos á continuacion tuviera otra garantía que
la firma de algunos progresistas constitucionales nosotros habríamos· vací-
lado en publicarle, porque habiéndonos parecido mal que ocultaran sus
nombl'es los que al Diario Español se dirigian para proteslar contra las
tendencias públicamente manifestadas por el Sr, l\Iadoz, no podia parecer-
nos bien que, auñ siendo muy patrióticos el espíritu de los nuevos comuni-
cantes, ocullaran sus nl)mbres en momentos en que cada cual, si de~ea al-
guna autoridad para sus ideas, ha de vaciarla en el número, en el prestigio
y en la significacion de las personas que.creen convenientemente dirigirse al




tn NOTA'S DEL TO~1O 1lI.
pais, para hacer públicas sus opiniones, así como en la raZOD que abone á
eslos,


Pero en el comunicado que firman varios progresistas constituc.ionales bay
algo mas: se trata de ratificar un error que se supone cometido por La
Epoca y se cita una larga lista de personas algunas muy conocidas, que en
su dia con una pl'ecision de que deben esta¡' satisfechas, se opusieron al re-
traimiento y á la política revolucionaria que el mismo engendraba,


En cuanto al error atribuiJo á La Epoca, esta se complace en reconocer'
que en efecto el periódico El Progreso Constitucional, y los hombres que le
patrocinaban y los e"crilore" que le recibian, eran una protesta viva contl'a
la revolucion adoptada por la mayoría oficial del partido pl'ogresisla, pre-
cisamente en los instantes y bajo el ministerio en que con mas sinceridad se
deseaba franquear las urnas electorales á la lucha legal de todas las opi-
IJiones,


Si entonces prevalecieron la pasion y el despecho, arl'asli'ando á un par-
tido impor'tante y respetabl:~ por una senda funesta, los hechos han venido
á justificar la actitud de los que en aquella ocasioD' solemne siguier'on la.,
huellas de hombres iluslJ'e" que no consintieron nUDca en di vOJ'ciar la causa
de la libertad Je la causa del órden, y oll'a enseiianza ha podido despr'en-
derse del exámen atento de los sucesos; cuando los comités l'e\"olucioD3ria-
mente ol'ganizac!oE y las discusiones de la prensa y de los meetings arran-
caron el acuerdo de abandonar el estado legal, los mas ardientes se vana-
gloriab:tn, de haber logl'ado que la inmensa mayoría la casi unanimidad del
partido progresista participara de sus opiniones extl'emas; pero traída la
cllestion fatalmente al terreno de la (uerza, hemos visto que el pais no l'es-
pondia á las excitaciones revolucionarias, sin que fue¡'a suficiente á arrlln-
carIe de su quietud pasiva el movimiento mas formidable que ha podido
organizarse eD los clubs, Ahora bien, ¿los progresistas constitucionales no
tendrán el derecho de decir que si eran los meDOS entre los que llevaban la
bandera del partido, han resullado ser los mas, ó los que mejl)l' interpreta-
ban las aspit'aciones y los sentimientos de sus cOrJ'eligionarios diseminados
por todo el pais?


De cualquier modo nosotros nos cORlplacemoa en publicar el comunicado
como una pl'Ueba de que en el seno del partido progresista hay muchas per-
sonas; muchas mas acaso de lzs que se cree, á juzga¡' por las lecciones del
verano último, que se afirman en los antiguos y tradicionales principios de
su comunion política, y que hoy con mas decision que nunca los proclaman
para restablecer esa normalidad sin la cual el régimen constitucional no
puede funcional' desahogadamente,


Dé aquí la cart<:. que nos dil'igen los p¡'ogl'esislas constitucionales:
Sei'ior dicector de La Epoca.


Muy señor nuestro: Esperamos de la amabilidad de V, se servirá dar ca-




NOTAS DEL TOMO JIT. liS
bidaea su. periódico á la adjunta comunicacion, para deS'bacer con
elta una equivooabión qlte ustedes han padecido, quitás inVMuBtariamente,
pero que es de importancia· para llo801ros, hoy que justamente está sobre.


, el tapete la cuestion que hll de dejar á '09da cual' en el lugar' que le
corresponde, y que es justo tambien ]0 bagan asi constar nuevomente los
qlleban ~bioo Ifu(rir de BUS am¡~!I y 'compaftel'os los Imatemas . que tan
jn&.tamente les ban dirigido y que su~ierbn esperar arma al brazo que el
tiempo y 16/1 acontecimientos vinieran á probar de parte de quien estaba la
rai.(Jf).


Madritl tt de noviembre de 1867.
Firmado.
Vari~s progresistas constítucionales.


fiemos leido los c&mentarios q~ bacen ustedes al folleto del Sr. Garcla
Ruiz al cual no tentamos nada que dee1i' parque es tIna justifieacion com-
plela tle todo lo que pt'onosticamos en su dia.


Pero como ust.edes manifestasen que> todo ~I partido progresista estaba
subordinloo t la voz de sus jefes que los conducian al retraimiento y á la
revolucion, nos vemos obligad\lS á refutar esta equivoeacion (quizá involun-
taria) esperando que u~tedes la reetifiquen.


Los pr0gresislD8 bistól'Íco13 que ~nal'bolilron su bandtlra en El Pro~res(J
Constitucional, tal como se la habi.an legado sus antecesores, y cuyos 1lom-
mA, pot'Q que' no S6 alvklen,. irán al pié de este ellc~it~, sin otros mifehos
de alta importanem que adberid~8 á la idea la apoyaban, tuvieron entonces
el se'flilimienlo de sepal'arse de sus correligionarios combatiendo la idea d~1
retraimiento en abs()Juto, y como arma de combate, por considerarla perju-
d;eial é infecunda, y'la de la rev01iroion pat' juzgarla impotente por t3'S mis-
mas razones que boy reconoce el Sr. García Ruiz, y de funeslas consecuen-
eiaa por &\1'88 que nos reservamQS pal'3SU dia. Los bMh08 Iwln {lemostrado
ae parte de quien estaba la ~revi8ioD política, y no diremos hoy IDftS por ...
que no debemos dewpues de haber demostrado los hechos quien tenia la ]\8-
ZIJD. Crp,emos basle tambien esto á La Epoca,


Convénzanse todos los buenos patricios de que es preciso variar el siste-
ma. Tengamos todos abnegacion, prudencia, y sin volver la visla á lo pa-
sado y aleccionado; con la experiencia y desengaños, rennamos nuestras
hUé8tas¡ dispeMJas por las vicisitudes, para luchar en el terreno de fa lega-
lidad, como lnico ca'mino de llalvaeioD, y de Effifendet en la tribuna
las ideas de El Progreso únicas q.ue pueden labrar la l~1mtUrade la pa ....
tria.


Rl gobierno actual que, como dice muy bien el Sr'. Garda Ruiz, ha sido
clemente despues de la victoria, sabrá comprender, así ]0 esperamos, no
8010 la conveniencia, sino la necesidad impel'Íosa, si ha de baber sistema


:>iOTAS 1lJ. XY.




11' NOTAS DÉr. TOMO 1II.
representativo, de que se organicen los dos partidos bist6ricos progresistas
y moderarlo, conservador-liberal, y que contribuirá de buena fe á este re-
sultado abriendo las puertas de la patria á los que Jejos de eIJa hoy, no po-
drian contribuir de la misma ma nera á la l'ealizacion de este SI'ande y no-
ble pe.nsamiento. ' .
Concluiremo~ deseando '1ue se agrupen y se entiendan lodos ]()s elemen-


tos verdaderamente liberales para combatir las tendencias reaccionarias que
presenta ya un partido extremo, por mas que algunos crean de buena fe
que esto no puede suceder, y que nosotros, que hemos prestado servicios y
derramado nuestra sangl'e por la libertad y el trono constitucional de dolla
Isabel 11, ya que hemos llegado á la edad madura sin ,recoger el f!'Uto de
nuelltros grandes sacrificios, hagamos alguno mas para legar al menos á
nuestros hijos UD porvenil' mas risueño, aumenland¡, la prosperidad, el pro-
greso y la libertad de España, que consolidal'emos, á no dudar, si hay
buena fe y abnegacion en todos los buenos, liberales, obedeciendo 01 senti-
miento de pat¡'iotismo que heredamos d3 los fundadores de la monarquía
constitucional, eo los inmortales legisladores de Cádiz. Así haremos un
gran bien á nuestra. pall'Ía sacándola del estado de postracion y desdicha en
que se encuentra y levanláLdola á la altura que le merece y no está, debido
solo á nuestros hechos y pequeñeces ·que por espacio de 27 años venimos re·
pitiendo sin que la experiencia, Di los d!sgustos nos bayan servido para
nada. .


Dé aquí la lista de los s6cios fundadores de.lil Progreso Constitucional,
sin insertar la de los tres mil suscritores adherido!! á la idea, pOI' no hacer
mas larga esta comunicacion debiendo advertir que el digno general Pierrad
es el único que por desgracia de todos se sepal'6 de Ja línea de conducta que
teníamos trazado ya, á cuyo triunfo coo~raba entonce~ con grande entu-
siasmo.


Señores D. Fernando Corradi.-D. Cirilo Alvarez.-D. Pedro Lopez
Grado.-D. Miguel García Gamba.-D. José :María de ~a Llana.-D. Pe-
dro Ollar y Cánovas.-General D. Bias Pierrad.-D. Ramon Keiser. Bri-
gadier.-D. Padro Papillon.-D. José Ramil'ez de Arellano.-D. Martin
Usdeti de Ponte.-D. Manuel Bojar.-General marqués de Val/esantoro.
-D. Juan José Fuentes.-D. Miguel Ortiz.-D. Antonio Santana.-Don
Emilio Sancho.-D. Lui3 Eslrambasaguas.-D. Anselmo Romeral.-Don
Manuel Lopez Vego.'-:"D. Felipe Juez Sarmiento:-D. Manuel BUI'gos
Bueno.-D. Joaquin Miralles.-D. Francisco Tearreiro MontenAgro.-Don
Francisco Eciaguirre.-D. Angel. Benceta.-D. Urbano Feijo6 de SoLoma-
yor.-D. Trinidad Gulierrez.-D. Fernando Pierrad.-D. José García.-
D. Fl'ancisGo Socaroz.-D .. Francisoo Soria. -D. Bloy Sancbez.-D. Luis




NOTAS DEL TOMO IH. 115
Gomez de Teran.-D. Mariano de la Torre Rotolan, -D. José Bojart.-
D. Antonio de Aguila y lUendoza.-D. AniceLo de Palma.-D. Gaspar
Roeller.-D. Baldomero Cuesta.-D .. Salvador García Roca.-D. Ambrosio
de Lola. -D. nical'do R()driguez. -D. Simon Eria Benitez.




; .¡.,..




ÍNDICE
D~ LOS CAPITULOS CONTENIDOS Ellf ESTE TOMO.
_._-~--


LIBRO TERCE RO,


CAPrTno l.-Ojeada sobre el reinado de Luis Felipe.-Ref1e:xiones sobre la revolucion francesa del 19 y s,!s consecuencias con respecto á la raza horbónica.-Revolucion del i8.-Pánaros quepmnun-
. eió Narva.ez al saberse en Madrid la caida de Luis Felipe.-Im-
. hecili"-ad. de los progresistas. .


1) JI.-Relacion detallada de la revolucion de Paris en fehrero de 18~8, que derrocó ]a monacquÍa de Julio. . 11 IU.-Acaba de.l'elalarse ]a revoJucion francesa de febl'ero del i8.-Qué "ícicron Qntonces los partidos moderado y pl'Ogresista, espa-ñoles.-Debilidad de los progresistas.-Enel·gía despótica del g.{)bienio.
'28


. lV.-Carta de ~lontemolin ti Montpensier.-Exposicion proyectada de los progresistas.-Una peticioll de la prensa liberal al sobier-1I0.-Felicitacion del infante don Enllique al gobierno provisio-ual francés.-Ultima voluntad de Carlota.
-:!9 V.-Síntomas revolucionarios en E~{laña.-lnsurreccion en Madrid vencida.-Consejos de guerl1a.-Prisiones y destierros. ~5 VI.-Hipocresía de Narvaezen medio de su crueldad.-Violencia de aquella, situacion.-Car!a de la magnanima Toabel á un jefe de policÍa.-Triunfo de la revoluelon en Viena, Berlin, Baviera y el reino Lombardo-Veneto.-Bases de la Constitucion romana.-Agjtacion en Barcelona y Valencia .-Prisiones y arbitrariedades. H, VIl.-Triunfos populares.-Entusiasmo en Paris.-Tramas reaccio-J)aJÚls contra la RepúbÍica francesa.-Simpatías que esta inspi-raba en todos los pueblos.-Insurreccion en Veñecia yprocla..: maoion de la. república. • í 9 VIU.-Inútiles ~fuerzo.s del pueblo español para sacudir el yugo. que




118 INDIGK.
lo oprimia.-.lposlasía del geller~l lnfanle.-lucremento de 18:;
facciones de Cataluña.-Consejos del gobierno inglés al español.
-Malogro de una gran sublevacion en Madrid.-Sus tristes con-
secuencias. . ;¡ ~


lX.-Sublevaciones y partidas revolucionarias en varias provincia~.
-Aborto de un movimiento militar m} Sevilhl.-Prisiones y de-
portaciones.-Despedida ignominiosa del embajadol' inglés.-De-
rerencia del gabine1e Narvaez para con la República francesa.-
Política poco revolucionaria de esta.-Adulaciol1 y bajeug de
Salamanca y de don Enrique. . fiO


X.-Ojeada sobre el estado deplorable de nuestras Antillas.-Cuba
bajo el mando y administraciol1 de O'Donnell.:--Trájico fin del
poeta Plácido y de varios filibusteros.-Vuelve O'Dollnell rico á
España.-Su importancia politica. . 1i3


XL-Gobierno de Filipinas.-Expedicioll del capítall general Cla-
vería contra los piratas de aquel archipiélago.-Sus triunfos.-
Cuál es el mejor medio que deberian adoptar la naciones l)ara
conservar tranquilamente sus colonias. ~ '7~.


Xll.-Vuélvese á hablar de la candidatura de Narvaez, despues de ha-
ber dado una ojeada á los asuntos generales de Europa.-Desfal-
co del Banco de San Fernando.-Aumento de las facciones.-Ar-
bi trariedades y aberracione~. . í\ 1


XIll.-Contlictos que rodeahan al gobierno.-Esperanzas que ~e COI1-
cibieron de un cambio de politica.-Nuevos desengaños. R"i


XIV.-Convocacion de cortes para el15 de diciembre de 18t8.-ln-
dulto raquítico. . 9í


XV.-IneptitlId de ,arios generales para acabar con las facciones
de Cataluña.-Por qué medios se puso fin á aquella lucha'bajo el
mando de Concha. ~l~


XVI.-Crísis ministerial á fines de 18t8.-Tendencias cada dia mal'
reaccionarias del gobierno españoL-Progresos del espíritu de
refÓrma,JlD las principales naciones de Europa.-CoDcesioJle~
que á los pueblos hacían varios soberanos. .11) I


XVll.-Dicladura de Cavaignac.-Presion reaccionaria del jesuitismo.
el! el ánimo de Pio IX.-Sangre fria y cinismo del gobierno es-
pañol.-Propagandistas republicanos.-Division de los progre-
sistas.-Una nueva sublevacion. I jl"j


XVIIl.-Descaro de Sartorius.-Credulidad de los pl'ogl'csistas.-Prú-
yectos de ley que presentó el gobierno en enero de 18t9.-1n-
terpelacion de Galvez Cañero sobre varios atentados oficiales.-
Reflexiones. . j I ¡


X.IX.-Cortes de 18U.-Sesiones borr3scosas.-Responsabiliuad de
los progresistas.-Inmoralidad de aquella dominacioD moderada
y sus trisles consecuencias. 1 ~!


XX.--Como ::;e iban extendiendo las doctrinas democráticas.-Rui-
nos o sistema de conlratas.-Prodigalidad de Isabel.-Orgías y
conspiraciones absolutistas en Palacio.-Ojeada sobre el Medio-
día de Europa que tendia á emanciparse. 1 ~¡.¡


XXI.-Progresos·de la democracia,' y problema que debe resolver.-




...


IND1CE. 119r~
Vrogresistas demócratas y"progresi>llas reaccionarios.-Como des-
apareció el carlismo de Cataluña .. -Sociedad política Lu. Jóvtn
.&paña.-Comité progresista. . un


XXH.-Los progresistas divididos en republicanos y en monárquicos.
-Como favorecian al gobierno moderado las divisiones de los
progresistas.-Triunfo de la reaccion en toda,Europa.-Expedi-
cion española á Roma y oposicion que encontró en las corles.-
Consecuencias de una dictadura ministerial.. • • . . 1 'O


XXlII.-Honrosa ca ida de la república iomana.-Triunfo de la reac-
cion en lodas partes.-Fugaz ministerio Cleonard-Balboa.-As-
piraciones de Bravo Murillo.-Disidencias entre Na~vaez l\fon y
Pida!'. ' 141


XXIV.-Apertora de las cortes.-Proposicion que presentaron los pro·
. gresistas.-Discurso frívolo de Olózaga.-Contestacion de Nar-
"<lez.-Prevenciones del rey contra aquel ministerio.-Sesiones
horrascosas.-Cuestion política.~Elecciones de Ayuntamientos.
-Ilegalidades.-Carta de Eusebio Asquerillo. llil;


XXV.-Inutilidad de luchar legalmente con el bando moderado.-PN-
s;ion de los directores de la sociedad «Los bijos del Puebloll.-
Asuntos palaciegos.-Como cumplió su objeto nuestra expedicion
á Roma.-Sucesos de Cuba.-Disolucion de las cortt's, eleccio-
nes y apertura de las nuevas.-Disimsiones y rivalidades entre
Jos gobernantes. . 161


XXYJ.-Narvaez sustitnido por Bravo Murillo en la presidencia del ga-
hinete.-Su programa y plan de Hacienda.-Disolucion del Con-
greso.-Apertura de nuevas cortes.-Apl'Obacion del proyecto
arrt'glando la deuda.-A que vino á reducirse aquel sistema eco-
nómico.-Propaganda republicana, y persecucionque sofria.-
Santones del progreso.-Triunfos de hs. anTIas españolas en Cuba
y Filipinas.-Tendencías reaccionarias del ministerio Bravo Mn-
rillo. 168


XXVII.-Temores y aspiraciones de Bravo Murillo.-Golpe de Estado
en Paris.-Atentado del cura Merino.-Su interrogatorio y eje-
cucion.-Proyectos de reforma constitucional.-Cuán crítica era
aquella situacion.-Disolucion de las cortes.. 17!i


XXVITI.-Publicacion de los proyectos reformistas.-Fomento de la ma-
rina.-Miras de los Estados-Unidos .;obre Cuba.-Inmoralidad
del programa economias.-Caida de Bravo Murillo.-l\Iinisterio
de Iran.~icion.-Ojeada sobre la legislatura de 1853.-Ministerio
I.ersundi. 182


XXIX.-Incremento del partido republicano.-Sus propagandistas.-
Sus principales tareas y sus persecuciones.-Asesinato de Cue-
lIo.-Como se iba ilustrando la c1afle obrera.-Ojeada sobre la
Francia.-Sufragio universal.-Como se complicaba nuestra si,,:
luacion.. . . 18!l


XXX.-Crísis económica.-Carácter conciliador del gabincte.-Nue-
vas divisiones.-Dimision del rninistério Lersundi.- Falleci-
miento de Mendiz¡¡bal y de la reina (le Portugal.-Ministerio
Sartorius.-StÍs primeros actos.-Notable documento del rni-






110 I~ DICE.
nieterio de Gracia y 4w¡ticia. .


XXXI.-Extraña Ilituaciun del mrmsterio Sartorius.-El republicano
Miralpeix.-Actos importantes tl'ttemacionales.-Oposieioll en las
oortes.-.:Derr0tll d~1 gobierno.-Suspension de las sesiones.-
Estado ~ kieue!ftron·de <:uba •.
XX~n.-Arbitraried.-ades·det gabinete de San tuls.-Persecllci~ne5 no·
tables.-Con~piraeione~._Et malogtado Hore .... Desprestigio del
gobierno.-SitRooion r~n'tístiea.- Insurreccion del Campo de
Guardns.--Cambate deVieálvaro. .


XXXUI.--ú'l)o1lln91l en retirada . ....,Planes revolucionarios de Jos repu-
blicanes.-PrBgrama de Manzanares.-Suhtevaciones de Barcelo-
na, Zaragoza y Valladolid.-Revolucion en Madrid.-Trillnfodel
pueblo ..


XXX1V.-<:omo Esp8l'tero fué el sosten del trono, y el gran obstáculo
en qne encalló la revolucion.-,Cuánto debió ¡í San Miguel 'Ia
reaccion.-Reflexiolles sobre aquella revolucion ..


XXl.V.-Polít.ica anlirevolucronaria del gobierno.-Ptt>paganda repu-
blicana.-Grados "! aMensos.-Dualismo en el gabinete.-Con-
voeacion de oortes CéJ:lstituyentes.-Extrnfiamiento de Cristina.
-Exallacion del pueblo.-¡Triunfo del gobierno rohre la dema-
gogia!-Movimiento electoral. .


XXXVI.-Apertura de las Cortes constituyentes de 18M ...... ExtraFió dis-"
curso de la Reina.-Espiritu 'raquítico de aqueHa Asamblea.-
Los puros y la l!nion libettal.-Astucia de O'Donool1 é ineptitud
de Esparlero.-~Jodificacion ministerial.-Progresistas funestos .
-La -e&IlWiblleiOOl de c-onsutnQs.-....critica situacion de la Ha-
cieflda.-Madoz ..


XXXVH.-Iestaoracion de la monarquía borbónica y doctrinarismo de
las Constituyentes del ol.-Ba~e 2" de la Constitucion.-tey de
desamortilacion.-Debilidatl y falfa de fe de los progre~ij!tas.­
Contradicciones y torpeza de Espartero.-Conflicto en Roma. .


XXXVrn.-Desenvolvimi-ent-o democrático en las Constituyentes del 1íi.
Propaganda republicana entre los prolel'arios . ....:1tclle'ti01les 80-
ciales.-Momentánea libertad de imprénta.-Temor h~rita de
los conservadores.-Alianza funesta.-Escepticismo de 103 lI'Tlio-
nistas.-La Reina y O'()onell ..


XXXIX.-Ojcada sobre la guerra de Crimea, dada cuenta anteriormente
de una intentona carlista.-Diferencia entre España y Méjico.-
Reconoce España la independencia de Santo Doming<4)'.-Aborto
del plan de Hacienda de Madoz.-Modificacion ministerial.-Si-
tuacion critica.-Suspension de las sesiones.-Trabajos vicalva-
rislas. :


XL.-La Asamblea constituyente reanuda sus trabajos.-Plan de Ha-
cienda de Bruil.-Triunfo parlamentario de O'Donnell.-Pro-
yecto revolucionario frustradO.-Crísis ministerial.-Centro par-
Jamentario.-fnminencia de un cataclismo.-Como él doctrinaris-
mo de los progresistas iba á ser su anulacion y muerte. .


XLI.-Movimieuto de la idea democrática.-Los progre!'oistas :mte el
dualismo gubernamenr.al.-Indefinihle conducta de Espartero.-


I!Hi


208


llSl


269




,


..


lNDlCK.


Desól'den administl'ativo.-Sucesos de Valencia.-Medidas arbi-
tl'arias.-Pl'ogresos de la reaccion.-Un desafío.


XLII.-Repugnantes apostasías.-Importancia política de La Iberia y
Lit Discusion.-Republicanos sincel'os.-Conflictos entre libera-
les.-Desórdenes en varias capitales.-Sucesos de Valladolid.-
Misterios.


XLIIl.-Rompimiento del dualismo.-Como faltaron á su pal~hra va-
rios jefes del ejército.-:-Encarga Isabel á O'Donnell la formacion
de un nuevo ministerio.-:-Prepárase la milicia de Madrid para la
lucha.-Audacia de O'DonnelJ.-Crítica situacion d"e la Asam-
hlea.-Principia el.combate ..


XLIV.-Confusion entre los elementos populal'es.-Inaccion de Espar-
tero y de la Asamblea.-Peripecias de la Iucha.-Hel'oismo del
pueblo.-Movimienlo de resislencia en diferentes ciudades.-
Triunfo del gohierno.-O'Donnell despues de la victoria.-Res-
tablecimiento de la ConsLitucion de 184t1.-Acla adicional. .


XLV.-Situacion embarazosa de O'Donnell, vencida la revolucion de
18!)6.-Como la Union liberal era la desunion de los partidos.-
Mal estado de la Hacienda.-Otras dificultades con que tropeza-
ha alluel incomprensihle gabinete. .


XL VI.-Importancia de la minoría republicana en las Constituyenffls
del bienio.-Persecucion de republicanos.-Apostasías de pro-
gresistas. - Conspiraciones palaciegas durante el ministerio
O'Donnell-Rios Rosas.-Proleccion moral de Napoleon.-La mo-
gigalocraciaen Palacio.-Ministerio Narvaez.-Mal estado de la
Hacienda.-Empréstito Mirés.-ReUexiones ..


XLVll.-Diversas aspiraciones entre los palaciegos.-Desórdenes en al-
nas ciudades.-Nuev8!l elecciones.-Discurso de la corona á la
apertura de las Cortes.-Lucha empeñada en el senado.-Triunfo
parlamentario del gobierno.-Sus arbitrariedades é injusticias.-
Sixto Cámara.-Política restauradora~-Penuria de la Hacien-
da.-Rigor contra la imprenta.-Disgusto general.


XL VIII.-Aislamiento de Narvaez.-Mal éxito de una sublevacion repu-
blicana en AndaluCÍa.-Crueldad del gobierno.-Sibaritismo y
perversidad de la Reina.-Precaria situacion rentística.-Por qué
se rompillron las relaciones diplomáticas eon Méjico.-Qué vienen
á ser las crisis ministeriales.


XUX.-Ministerio Armero.-Su tolerantia.-Apertura de las cámaras.
-Liga blanca.-Retroceso.-Derrotas del ministerio.-Ministerio
Isturiz y su programa.-Dehátes parlamentarios ..


L.-Organizacion de sociedades secretas en Madrid. -Propaganda
revolucionaria.-EI vicalvarismo conspirando.


LI.-ExcursioD real.-Como volvió á ocupar el poder la Un ion li-
beral.-Política de tira y afloja.-Viaje de la corte á Asturias y
Galicia:-E!!::epticismo de aquel gobierno~-Su sistema corrup-
tor.-Oposicion moderada.


LlI.-E1 vicalvarismo en su apogeo.-Los moderados y los puros
suplantados.-Negacion de la democracia como partido legal.-
Nueva legislatura.-El Gran Elector.-Presupuestos de 1859.


:'IeTAS 1Il.


111


~93


301


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317


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36/í




t!! INDlCÉ.
-Causa de Santaella.-Debilidad de las oposiciones. 373


LllI.-Cuestion de los 130,009 cargos de piedra.-Un crímen y una
ejecucion.-Opinion de Prim en la cuestion mejicana.-Guerra
de Italia, y cómo la consideraban los moderados y los progresis-
tas.-Cuatro palabras sobre O'Donnell.-Aborto de una revolu-
cion.-Trágica muerle de Cámara y'de Moreno. . 381


LlV.-C9nsideraciones sobre la Union libl3ral.- Lo que dehe la pro-
piedad á la revolucion.-Injusticias de la Union liberal con la
pequeña propiedad.-Concesiones de la corte de Roma. :390


LV.-Ojeada sobre la situacion exterior.-Egoismo de la Union li-
beral.-Orígen y preliminares de la gue~a de Marruecos.-Ne-
gociaciones.-Declaracion de guerra. 397


LVI.-Pequeñez de los progresistas aplamliendo la guerra con Mar-
ruecos.-Entusiasmo y generosidad de los españoles.-Reflexio-
Í1es sobre O'Dollnell.-Cábalas de Inglaterra para impedir aqUI-
lla guerra. . to~


t Vtl.""":lnnoble conducta de Inglaterra para con Espan:! cuando la
guerra de Marruecos.- Preparativos.-Cómo se abrió aquella
campaña.-Crítica situacion del primer Guerpo.-La ferocidad
de los marroquíes vencida por la disciplina del éjército español.
-Batalla de Castillejos. . ~ 11


LVlII.-Terribles pruebas por que pasaron hUI tropas. espalíolas.-Los
Marroquíes son rechazados en todos los ataques.-Batalla de
Tetuan.-Esta ciudad allre sus puertas á los españoles.-M~go­
ciaciones de paz.-La cesion dé Tetuan imposibilita el arreglo.
-Los españoles se dirigen á Tangei. H9


UX.-Batalla de Gualdrás.-Como debia y podia evitarse est@ sán-
griento c6mbate.-Fírmase el tratado de paz.-Sublevacion de
Ortega en la PellÍnsula.-Reflexiones. ~'llli


LX.-Situacion de la Union liberal despues de la guerra de MalTue-
cos.-Trágico y ridículo desenlace que tuvo á la vez la intento-
na de San Carlos de la Rápita.-Aislamiento y falsa posicion en
que quedó el gabinete.. ~llll


LXL-Ojeada sobre los sucesos de ltalia.-Vano empeño de la Uhion
liberal en salvar á los Borbones italianos.-Mal estado de la Ha-
cienda.-Inercia de los unionistas.-Agitacion de la democracia
europea.-Víctor Manuel defrauda la~ esperanzas de los libera-
Ies.-Temores por nuestra independencia.-D@fectos de nuestra
marina de guerra. . Hl


LXII.-La Unioll liberal agrava los males de la marina de guerra.-
Reseña de su sistema rentístico.-ojeada retrospcctiva.-Clladto
comparativo de la deuda púhlica desde 17U á 1866. . . U9


LIlH.-RespOnsabilidad de la UnioÍl liberal en muchos atent&dos y
desaciertos de Islabel.---Viaje de la reina á las Baleares y Cata-
luña.-Partic1l1aridades de su entrada y estaneia en Barcelon&..-
Reflexiones.-Regreso de la corte á Madrid.-Varias eausas que
desauto~:.Iar'on aquella situucion.. l?i9


LXIV.-Espíritu de la prer.sa periodística.-Interpelacion en lOs cuer-
pos colegislativos.-Cuatro palabras sobre la desamortización y .




INDICR.


desbarajuste del vicalvarismo.-Evoluciones de O'Donnell.-
Deformas. .


LXV.-Impopularidad de la Union liberal.-EI neocatolicismo en Pa-
lacio.-Alarmante suceso de San Francisco el Grande.-Derrota
de la reaccion religiosa.


LXVL-Despregtigio completo de los unionistas.-Escandalosos frau-
des durante su auministracion.-Una declarcion de Napoleon III.
--:-Deh;ltes del s.enado.-Como iban desapareciendo los Borbones.
-Doblez é hipocreiOÍa de la Union liheral respecto de la revolll-
cion italiana.


LXV1I.-Oposiciones amhiciosas.-Peripecias é incideutes.-EI Pito.-
Oligarquía.-UesultadQs que tuvo la campiña de Africa y el tra-
tado de pa. con Marruecos para la Union liberal.-Un incidente
desagrada_le. . .


LXVUI.-Miras reaccionarias de la Union liheral sobre América.-Abuso
de Jasinflqencias morales.-Independencia de Permanyer.-Es-
cánda,los y arbitrariedaues.-Comú se iba eclipsando la estrella
de Vicálvaro.


LXIX.-Inflencia jesuítica en la corte.-Retractacion y muerte de Gil
de Zárate.-Escándalos parlamentarios.-Algarabía política.-Sor
Patrocinio y el cirio de San Pascual.-Recrudecencia de la cues-
tion mejicana.


LXX.-Maquiavelismo y contradicciones de la Union liheral.-Oposi-
cion de Rios Rosas.-Lastimoso cuadro de aquella situacion.-
P~eparativos para la anexion de Santo Domingo. .


LXXI.-Sigue la reseña compendiada de la malhadada anexion de
Santo Domingo. . •


LXXII.-Discusion de la ley de imprenta.-Progresos del carbonarismo
en Andalucía.-Descrédito de las instituciones dominantes.-De-
fensores de la pren5a.-Ventajas ilusorias de la anexion de Santo
Domingo.-Tropas españolas en Conchinchina.-Garantías cons-
titucion ales falseadas.


LXXrn.-Opresion d~ los liberales.-Conspiraciones.-Movimiento re-
publicano en Andalucía.-Reflexiones.-Sucesos de Loja y su
trágico desenlace.'


LXXlV.-Traicion de Rivero á la democracia.-Continuacion de los la-
mentables sucesos de Loja y sus tristes resultados.-Fusilamien-
tos y deportaciones.-Ojeada sobre la situacion de Santo Domin-
go.-Reclamaciones del gohierno italiano.


LXXV.-Dificultades de la situacion.-Trámites de la cuestion mejica-
na.-Ruptura de las reiaciones.-ojeada retrospectiva sobre
planes reaccionarios de la vieja Europa contra aquella república.
-Tratado entre O'DonneU y Miramon ..


LXXVI.-Rápida ojeada sobre la guerra de los Estados-Unidos, y cómo
seguian las negociaciones y preparativos para la expedicion de
Méjico ..
LXXVII.~Viaj.e dI! la corte á Santander.-Discurso trivial de la corona


en la apertura de las cortes.-Contestacion del congreso.-Oposi-
ciou de Pacheco ..


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339


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tu.
''''DICE,


LXXVIII ,-Reflexiones sohre el Jlombramiento de Prim para mandar la
expedicion de Méjico,-:-Escisiones y contratiempos que experi-
mentaba la rnion liberal. . !HH LXXIX.~Apuros del tesoro.-Sigue la reseña de la expedicion de l\fé-jico.-Crítica situacion de O'Donnell.-Discllrsos parlamentarios
sobre maléficas inflencias de Palacio. 57ft LXXI.-Ocupacion de Veracruz por los españoles.-Miras diferentes de
las tres potencias aliadas. . 579 LXXXr.-Como menospreciaba á la representacion nacional.-Prepara-
tivos del gobierno mejicano para rechazar la ¡nvasion extranje-
ra. -Manifiesto de J uarez. -Contestacion de los Estados-Unidos
á la invitacion detas potencias aliadas. . 581i LXXXU.-Entusiasmo de los mejicanos por su independe~ia.-Contra­
riedades que nperimentaban los aliados en sus planes respecti-
vOil.-Nobleza de Prim.-Esperanza de un arreglo.-Preparati-
vos por ambas partes.. 592 LXXXUI.-Sigue la reseña de la invasion de Méjico por las tres potencias
aliadas. . tj99 LXXXIV.-Ojeada sobre la política interior.-Preponderancia del milita-
rismo.-Vanidad de Olózaga.-Muerte de Martinez de la Rosa.
-l'olítica reaccionaria.-Abolicion de la lotería primitiva. . 607 LXXXV.-Torpeza del Unionismo.-Causa de Ruiz Pons.-Comó iba em-
brollándose la ¿uestion de Méjico. . 614 LXXXVI.-Peripecias del embrollo, y disensiones entre las potencias in-
vasoras de lUéjico. 6'll1 LXXXVn.-Cómo se opinaba en el cuartel general de Prim sobre aquella
invasion.-Importancia diplomátiGa de Mon.-Mejicanos trai-
dores á su patria.-Ambiciou y orgullo de Napoleon.-Dignidad
y firmeza de Primo 6'29 LXXXVlIl.-Ruptura entre los aliados.-Retirada de los españoles y de los
ingleses.-Documento de Juarez.-Como llevó Prim á cabo su
propósito, venciendo todos los obstáculos.-Cómo explicó su
conducta. 63r; LXXXIX.-Fin de la cuestion de lUéjico por lo que respecta á España.-
Combates en las cOites.!..Ataques al gobierno. Ma XC.-La bandera española en Conchinchina.-Expedicion al Pacífico .


. -Nuevas dificultades y desgobierno de la Union liberal.-Dua-
lismo en el gabinete. . Hall


XCL-Lorencez en Méjico.-Defensa Prim en las Cortes su retirada
de Méjico.-Consideraciones. . fla6 XCH.-Apreciaciones de La DISCUS¡On sobre la conducta de Prim en
Méjico.-Crítica situacion del unionismo.-Frialdad de las rela-
ciones entre Francia y España.-Poca dignida~ y amarguras del
Marqués de la Habana. 663 XCUl.-Serenidad de Primo -Apuros de la Union liberal y comienzo de
su disolucion.-Dimiiion del gobinete O'Donnell. . 671 XCIV.-Formacion del nuevo ministerio.-Muerte de ArgüelIes.-Per-jurio.-Nuevas complicaciones políticas y económica~. 678 XCV.-Jmpopularidad y despresticio siempre en aumento de la Union




INDtes. 1!5
liberal.-Sullpen!!ion de las cortes.-Articulo ·de la Diact/,slOn. 6.85


XCVl.-Caida del unionismo con su jefe O'Donnell. 6\13
XCVIJ~-Reflexiones sobre la caida de la Union liberal.-Don Manuel


de la Concha y Narvaez.-Crírica y enmarañada situacion.-Ga-
binete Miraflores.-Ojeada retrospectiva sobre la política servil
de la mal llamada Union liberal. 699


XCVIU.:.-crisis del ministerio Miraflores-Concha.-Aspiraciones é in-
trigas de Narvaez y O'Donnell.-Trabajos progresistas.-FoHeto
de Miraflores.-Contentamiento público.-Conspiraciones pala-
ciegas. . 706


XCIX.-La Ibena y el correspon!!al del Diarw de Barcelona sobre la
crisis del ministerio Mil'aflores.-Reunion progresista en casa de
Olózaga. 713


(;.-Desconfianzas y dificultades que trabajaban aquella anómala
siluacion.-Dificultades en Santo Domingo.-Algunos párrafos
del programa ministerial. . 7U


eL-Debates parlamentarios.-Rivero y Figllei'a.!!.-Diseurso de
Olózaga.-Réplica de Vaamonde.-Rioi Rosas~ 727


CII.-Actitud de los partidos.-Defensa del partido democrático por
Figueras.-El gobierno prollibe conmemorar el dos de mayo en',
Madrid.-Discurso del general Narvaez.-Su juicio acerca la mi-
licia Nacional. 7llt


CIU.-Polémica 'de Prim y Narvaez. 739
CIV.-El general Prim pretende la jefatura del partido progresista,-


Falsa política y fluctuaciones de ese partido.-Efectos del gene-
ral Prim y de las interpelaciones de Olózllga.-Temor del parti-
do progresista al pueblo.-Precaria situacion del ministerio
MiraOores.-Cobardía de este gabinete en la cuestion polaca. 7 Hi


CV.-Crisis del ministerio Miraflol'es.-Creacion del nuevo ministe-
rio.-Debilidad del gobierno y fuerza de las orosicione~,-Am­
bigüedad de los partidos constitucionales.-Contradicciones de
la Union liberal.-Irresolucion del gabinete.-Falsas promesas
de legalidad.-El partido democrático es declarado ilegal. . 7t)3


CVl.-Calvo Asen8io.-Retraimiento del partido progresista.-Acti-
tud de la Ibel'ia,-~Iuerte de Calvo Asansio.-Manifestacion so-
lemne del pueblo madrileño en su entierro. . 7!l!l


CVn.-Exámen filosófico le la circular ministerial.-opinion de la
prensa.-Manifiesto del partido den;ocrálico.. 7IHi


CVIII.-Retraimiento de los partidos revolucionarios.-Entrevista de
Primcon la reina.-Su inutilidad.-Falsedad politica de Isabel
y de los partidos doctrinarios.-Evoluciones del pl!.rlillo progre-
si~ta.-Vacilaciones del gabinete Miraflore5. 771


CIX.-Escision en el partido democrático.-Desconcierto de Jos par-
tidos.-Manifiesto de la democracia madrileña á sus correligio-
narios.-.Tuicio de un periódico neo-católico.-Falsa posiciQll
del partido progresista.-Falta de firmeza del partido progre-
sista. 780


CX.-Tacto politico de Castelar .-Carta de este á sus electores.-
Proposiciones de Or.nse para formar un censo.-Desfachatez del




SQbieq¡p . ..,.. T~ndel\ci~5del ínímifies~o ~elP.qcrático de Sevilla.-
Sublevacion de .\:1. isla de Santo Domingo.~P(}rmenores. .
q.I.-Eleccione~.-Crisjs.-DiscuFso de la corona.-ExlÍ,men filo$ó-


licó d~ él.-Incollsecuencia del partido progresista.-Maoifiesto
del partid!) ~emo<rrá.tiC!l.~Su cplJ,secueIWi¡. .


CX.II.-Evolociones de Olózaga.~ond\1cta de Garcí¡¡. l\uiZ.-Nueva
e.í'cision en el partido Mmocrático.-Cílrta de Pi y MargaU.


CXllJ.-.fa1t14 de lógica 4el pa~tido progJ(es,i~t~.-Espera~za,$ 4e los
r~accio!lari()s.-Conduet .. que dellP seguir el partido dem(}~rá­
tico.-Escepticismo de algunas personalidades políticas.--Abu-
sp~ elect9f0\Ies.-G:raveda4 de li)¡ sllblevlj.cion d«;ll\lini~ll,a.-S~r
lidíl qe Permanyer del ministerio.-COIlducta de .&i~¡; Ros;¡.& en
el congreso.-Dignidad de los periodistas.-Desprestigio d~ go-
b.iefl:lQ l·eP.fe~er¡.t~ivo.---,PrQgres(1$ de la if.lea .democrática .. '


CX!V.-Np.eVQ ~ef\ódic.Q repIJ9Hca,¡;¡'Q.-Serviaios q~ pres.tó á los par-
tidos revolucionarios.-Desarreglo de los. ~~r"~.-f<lW~ ~osi­
c;Qn. ~~. ~(~.!.l~~~.:-:-N~)(QPra,~i~~tp de s!l",jI,@xes.-Fas~$ ~ l;1 di¡;-
cusion de la refQrID;J C;l;)nstit1)eio~wl N1 el SflllaM.-P.errotf\ del
q)~ni~~eriQ .M:ir~or\l&·"""Su qiroiGon.-l\lipi~.terip IJlQd\lr:¡.~p.-~u
~rO~ranla ..
CXY.-~~píritu ªe ~!1 N'ens¡¡. ngo.,c~.tólica.-r-Circular Q¡ll n,iuistro de


la gobernacion.-Situacion anómala del gobie~no.-hpposirili­
dad de llevar á cabo su plan.-Disidencias entra RíQS fu)sas y la
Union liberal.-GoI\zale:¡¡ Bravo tlefiende á Rios l\osas.-Colítica
agr,sora ~e los vicalvaristas. .
CXVJ.-Lp,s,cor~~s sospe1l46n SU$ ¡¡e:;¡io"e¡¡.-Circular ~el parti~o pro-
~resista.-EvoJucion de ~lgunos periódicos.-Division del par-
tido progresist~ . .....,La fraccion Alonso Martinez apoya al minis-
ter:io.-Vuelven á reunirse las corles.-Caida del ministerio mp-
derado.-~inisterio unionista.-Sus personalidades.-Su pro-
srama.- .


CXVV.-Manifest.acionrepublicaJ)a e\l Z¡\ragoza.-Propaganda demo-
crática.-,-Discútese en el sen[!,do el proyecto de derogaciOll. de la
r~form¡¡. constitucional.-A.ctitud de la· Iberia.-Falta de inici¡¡-
tiva en el ministerio.-Gravedad de los sucesos de Silnto Do-
mingo.-Cruzada contra ~a civilizacion moder~a. . . . .


CXVHI.-TeplOr de l¡¡. corte ante las IllUnifestaci(mes del\fadrid.-Dis-
curso del general Prim.-IdeIll de OIÓzaga.-:,l\.ímifes~acion fú-
n.e~re ~ Muñoz Torrero en l\l~drid.-Superioridad del partido
repu~lica~o sob¡e el progr6sis~.-Con8ecuen~ia de las I)lanife~­
tacion~~.


CIIX.-Defensa de la enseña,nza univer.sitaria por la juventud madri-
. leña.-LQ que es la. democracia en este siglo.-Division y lucha


entre los republicanos.-Espíritu soci¡I.lista de los demócratas de
Europa.-..,.Carta de Rivero.


CXX.-Derrota de Rivero.-Complica,ciones con l~s repúblicas aQleri-
canas.-Suspension de las sesiones.-Esclavitud de la prensa.-
Agit~cion revolu.cion~ria.-D\lscollfiaDzí\ del partido Vl'ogresista.
~De~tier~o del ~en6ral Prim.-Nié¡;¡se este ~ salir de Madrid.


787


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823


8:10


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INDICE. t 11
..... Slt salida.-Opinidn de la Di&cusil1n ~cerC3 dé esté. . &88


CXXI.-Continua la conspirácion progresista ...... PoHticll de Meja.tnifmto
de ispartero.-Intel'viene Cristina en PalaCio.-'S~bidl!. d'e Nar-
vaez al poder.-Nuevas elecci(mes de dipO'tad'Os ......... Situllcitln di-
fícil del mintsterió ........ OOllduct3 anómala y vllcilattte del partido
pro¡resistb. 8115


CXXn.--Actitud del dero.---Circular del rtlinisterio de instrúeciob 'pú-
blica ....... Lll lJemoof'álJill, defiende el prefesorado ......... Prole~t3de Cas-
teI3r.-Proyect~ de ley relutivó á San!o Dotnihgb'-'",,,'Oi'sbtltro ije
Gonz:llez Brav& ........ txplicacion de la e'tis\s. . n!


CXXIII.-Crítica sitnaciG!k de la ftaciemla ......... Desait'ltdO jJil'pel de ta Unioll.
liberal ......... Descompoosicion del partido modetado . ........niséutgo lÍb
Valera.-Juicio de El Colttmnpo'l'drleo del disblli'!lO de Gl1tIt~lez
llrllvo.-Es arrastrado éste pUl' la reacci"n. . 881
CXXIV.~l'róyecto de anticipo.-Como entendiá la legalidad OOt1Z1l1ez


Bravo.-Retíra!le el proyecto.-Cecte lS~bellos hienes de }a co-
rons ...... Ale;al'ldro Castro ministro te liacietlda.~lítié8 de rtlI-
sisteHcill ..... ~njfiesttl progl'émstll. . 889


CXXV.-Division entre detnÓérat~~ y sócialisl'as ...... Nombtatbillittb de un
comité en Madrid.-Lo atnóa La Dz$ctt.tion ........ Política equivcrclllPa
de Castelar .--Bal'lquetede progre~i5tM y demóm'lIt1ls.-"'Brindis
de Rivero y Olózaga.-CinisDlo de é!lte ...... Atilitnd del petiódico
ta lJlemlk:'I'ucilf,. . Mg


CXXVI.-Actitud de los partidos y del gobíetno.-'-Plart de blléieitdi.-
Discurso de Noced~l.-Réplfea d.e Cardenal. ....... Pa! con ~ Perl!o
-Prohibici"n de la encíclica.. --Debilidad del gtdrié'l'll'O. -P~tse-
cuciones á la prensa.-Manifiesto democrático. . !loa


CXXVIt.-Esc.álJdalo etl 1M cótte!!l.-MalliFilStaciÓil d:et periodismo .......
proceso de Castelar.-Su destitúeion.-ius Tiempils lIrgllbo de
GGnzalez Bravo.-Abandono de Santo DOmi1lgo.-Des~S'!¡gio
del gobierno.-Aeaccion neo-católica. . 91 t


CXXVnt.-De¡htllcion del recl6l' de lI/I. Univers.dad t46 Mlldtid ...... A8'ita-
don de 108 ~túdian.es ..... Tt)DlII pU!lesion él tn1ll'ituéS dl3 ZUCrir del
r~torad:o de la Universidad clllllral.-Su di!!currro.-lnt'tlrpela ...
cionés eD el sellado.~Estúpida idea del ót~ffi1 qM teriJa O'D<m-
n el!. 918


CXXIX. -Infame y bártmra condueta del gobierM lla noche de SIh't D~ ..
niel.-iUanifie~to de la pt'ensn progtesistll y demoeráticli ....... Atti ...
tud de la Unión liberal.-Difícil situlteion de lit prtibSa ttIinrste-
rial.-Muerte de Alcalá Galiano.-AgitacioB en· '&I:I1:~liJna. . .....If:n ...
(amia de los perrod:isras neoe.-Dignlsima conducta del áyuntá'"
ruiento de Madrfd. 925


CXXX.-InterpeJacion de Colderon Collanles.-Inutil habmdll.d ~~le ...
gada póT 6ontllle~ BNvo ........ ~lica de Prittl.-...ciúi!lñ\1) i11! el dia ..
río El ~·et1eo.-Sillé el gobierno q-aebtatltlldo de la distusion
del Senado:-Digna conducta del AyuntamiétltQ ...... Et'f¡oi\lltllbion
de Oastelar ......... Su prO~tlL 9íJ~


CXXJL ...... ~Ié'gan~ ¡~ !$stitllfA)s y cltlredi'lrtiilos á oeupar la c'átetlrlJ de
Gastelat .--lrte'soiUcj1lÍl dei goJ>iernl) y entereza del cla\lstro (mi,




us lNDICE,
versitario, ayuntamiento y diputacion de Madrid.-Discusion en
el congreso.-Discurso del general Santiago.-Ataca Rios Rosas
al ministerio.-Guerra de los Estados Unidos.-Muerle de Lin-
coln.-Aholicion de la esclavitud en Norle-América. 9íO


CXXXII.-':'Crísis ministerial.-Chispazos l'evolucionarios.-Descúhrese
una conspiración en Valencia.-Desaparicion del g¡}neraIPrim.-
Disolucion de sociedades en toda Espafía.-Situacion anómala.-
Caida del ministerio . ..:..Suhe al poder O'DonneIl.-Su ministerio.


CXXXlll.-Cinismo de la Union liheral.-Opinion de la prensa.-Peque-
ñez de miras de O'Donnell.-Carta de Llano y Persi.-Mani-
festacion contra Gonzalez Bravo.-El puehlo lo insulta.


CXXXIV.-Conjuracion episcopal.-PersecuClion contra la prensa.-opi-
nion de la Epoca.-Documentos democráticos.


CXXXV.-Dualismo en el partido democrático.-l\lanifestacion de Fi-
gueras.-Las coalici,ones son siempre' funeslas.-Manifiesto de
Rivero.-La gran traicion del conde Mirabeau.


CXXXVI.-Vuelve Prim á España.-Farsa,de los partido~ medios.-Reco-
nocimiento del reino de Italia . ...;..Cuestiollcon el Perú y Chile.
-Circular del comité central democrático. .


CXXXVII.-Contestalr los dimitentes á la circular.-Excision en Zoragoza.
-Luchan entre sí los periódicos progresistas.-I"amoso artículo
de la Iberia .-Sus. declaraciones.


CXXXVIII.-Política de balancin del partido progresisla.->-Espíritu hostil de
la prensa contra él.-Rotura de la c()alicion ..


CXXXIX.-Ealsa política de los partidos medios.-Inutilidad de la coali-
cion.-Falta de política en el mini¡;;terio.-Polémica entre los
periódicos progresistas.


eXL.-Sigue la polémica.-Terciaen eUa el comité.-Situacion de la
corte en Zarauz.-Actitud de Cristina.-Frústrase la entrevista
de Napoleon é Isabel. . "


eXLI.-Simpatía de Napoleon con los Borbones de España.-Muerte
. de Ruiz Pons.-FoUetosde Aguayo.-Crísis permanente.-Epi-


demia en las capitales del mediodía de España.-Conducta del
clero y de los empleados.-Indigna conducta de IsabeL-Infame
conducta de Zapatero en Zaragoza.-Alocucion del partido de-


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mocrático. . !l9;1
eXLII.--Disolucion de las cortes.-Manifiesto democrático.-Reúnese


el comité central progresista.-Ambigüedad de sUs jefes.-In-
consecuencia de Ol6zaga.-Reunion internacional en Licja de
los estudiantes. • 11100


CXLIII.-Reuniones preparatorias.-Admirahle eleccioll de comité.-
Discursos de los oradores demócratas.-Retraimiento del partido
moderado. . 1008


eXUV ...... El partido progresIsta resuelve á coutinuar en el retraimiento.
-Manifiestos de Figuerola y de Fermin Gonza1ez iloron.-Acti-
tud de los partidos. . • 101 ()


CXL V.-Perpetuidad de la crísis.-Manifiesto del comité.-Adhesion
de Espartero.-Precauciones gubernativo militares.-Creaclon
4el", sociedad abolicionista de la esclavitud.-Carta 'de Federico




I:'iDICE. lID
Carlós Beltran. 1023 CXLVI.-Apertura de las cortes.-Frialdad del pueblo para con ISabel.
-Buena: acogidaqoo hace el pueblo á los monarcas pot·!llgueses .
...... Sublevacio'l'l militar 00 Prim.-SIl ftacas'O.-Ácusa Carl'Os
Rubi'O á la:8. mMas pGpulares.-Ga.llsas p'Orque no babian l'Omado
parte en al)uel movimi~nto.-Movimient'O de la pre1Jsal~:NaIl!e-
d1td rev'Olll~i'Onaria de Primo 10!J2 CXLVII.-C'Omo juzgaba l'Os ae1}fttecimientos el periódre'O La Sm. pú- i
blica.-F,usilamienl'Os.-Protesta de la prensa c'Ontra el moderan-
tismo.-Actitud del periódico La Salud Pública. • 1038 CXLVnl.-Desconfianza delg'Obierno para c'On elejército.-Vacilaci'Ones
de los JH'ohombres em;gradós.-Sublevaci'On de las tropas del
cuartel de San Gil.-Son contenidas las ttopasde la montaña del
PrÍn<.lipe pjo..-Perdida irreparable de tiempo por lo:s sublevados.
-Se encarga del mando el general Pierrad.-Actividad yener-
gía del g'Obierno.-Traici'On de much'Os c'Omprometidos en~ la in-
sU1l'reccion.-Triunfa el gobierno. • 1046 CIL ,.-Algunos motiv'Os porque fracllsó la revolucion ......... Crueldad
desplegada por el g'Obierno.-Proyectos fin:mcieros.-Sllspensi'On
de garantias constituci'Onales.-Fusilamientos de sargentos, ca-
bos y soldados.-Rel.a-cion 'Oficial de las bajas que tuvo el ejér-
cito~ 105{ CL.,. ... -EpisQdi'O 'Ocurrido en la.calle de San Bernardo.-Cinismo de
P'Osada Herrera.-Miserables acusaciones que la Union liberal
arrojó al partid'O progresista.-Victoria del Calla9.-Política ar-
bitraria delgahinete.-Tri'unfo de la inflíroncia clerical. 1062 C Ll.-Crísis' minister ial. ~aida de O' DonlleII. -Subida de' Narvaez.
-Susactos.-Gircular acerca de la enseñanza universítaria.-'
-Rasgo hipócrita de la reína.-Suspension de las garantías
constitucionales.-EI moderantismo en su element'O. . 1067 CLU:-EI general Pierrad gana la fr'Ontera..-Circular de Gonzalez
Bravo.-Consideraci'Ones.-Lacaja de Depósit()s. • 1074, CLIU.-Ojeadapolíticá general.-Muerte del Noy de las Barraqtffitas.
-Absurda disposicion del general' Pezuela.-Ley de Ayunta-
mient'Os y ley'<le pr'Ovincias.-Espíritu que en eUas predominaba. 1081


'CLIH.-:-EIg'Obierno,arroja la máscara de liberalismo . ...:..Viaje de la
00rOO' á las'orillas del Tajo.-Desgraeias en Dairuiet.:-crneI ¡n.-. ,
seMilJitidad de la Reina,-Desden del g-obi~rn'O para con las'cor-
les . ....,.Escandal'Osa conducta de lil reina. . 1088


-CLIV.-SUSpcllsi'On de las c'Ortes.-Pre:ítnbülo del decret\).~E:xpóSt-·
CIOU dolos diputado~ ála :re"ina.-Prohiliela el' gobiern'O .---In-
digna c'Onducta deh~oode de Coosté,-AtJanlliniel1tb der plrlaci'O
delcongreso.-Prisf.oD depers()})l\jes imp'Ortant'es;-SU déstíetto
á Canarias . 109i eL v; -Disnelve laS' correS' el gotiitltn.¡ ...... Eseandaws6001twéstit'O
tw.k'.-Paflall'8óJIICBúe'EspatlIJy loS!'&tndo:s;UrtM()s¡.....Jbsfh ex-pinoion:de~la UnwDiiberal.-'Conducta¡4e·M(mlpt:nl~ier;......circu-
lar incaliticable del.gobernador deAlmeria.. 1101 eL VI.-Persigue el g'ObiernQ lós' escritores públicos.--!"fCtW liandd '


NGTAS 111.
XVII




ISO I~DrCK.
del general Pezuela.-Escandaloso proceso del grneral Sanz.-
Contraste que presenta este con los políticos. 110;


CLVII.-La Union liberal antidinástica en la oposicion.-Crísis mone-
taria.-Nola de la Gac6ta en defensa de la rein:l.-Don Enrique
es privado de sus bonores.-Ley de 9rden público.-Como defi-
nia la vagancia. . 111 ~


CL.Vm.-Miraflores es nombrado presidente de la alta cámara.-Polé-
mina entre el Pensamiento y el Español.-Mudismo del gobierno
sobre el resultado de las elecciones.-Réplica del Imparcial á la
España.~Relllisa Madoz el cargo de diputado por Barcelona. 1118


CLIX.-Abrense las cnrles.-Nombramiento de senadnres.-Recojidas
de periódicos con la ley de imprenta.-Debate en el senado
acerca la prision del duque de la Torre.-Su poca importancia. 11'2!)


CLX.-Aprueha el senado la conducta del gobierno.-Discútese en
el congreso.-Gonzalez Bravo contesta á todos los oradores.-
Aprobacion del congreso.-Continua la politica reaccionaria.-
Dimision .del marqués de Miraflores.-Reform:l de los reglamen-
tos de los cuerpos colegisladores. . 113~


CLXI.-Situacion anómala de los partidos revolucionarios y reaccio-
narios.-Conversion de los cupones.-Conntos de sublevacion
en Cataluña.-Suspéndense las cortes.-Conato de sublevacion en
l'uerto-Rico.-Coalicion dolos partidos liberales.-Opinion· de
algunos ppriódicos acerca la coalicion. .11 ~ 1


CLXIL-Es suspendida una revista en honor de los monarcas por tu-
gueses.'-:Documentos emanados de las autoridades de Cataluña.
frocacidad de El Español.-Acontecimientos de Cataluña, Ara-
gon y Va\p,ncia.-Falsedad de los partes dados por la Gaceta. 11 ~!l


CLXIlI.-Aspeeto formidable de la revolucion ._Muerte del general Zú-
ñiga en "la :recio]] de Llinás de Marcuello.-Persiguen las autori-
dades á los Jiberales.-Falta su jefe á la iDsurreccion y se des-
hace.-Promesas de la reina y falta di) eumplimiento.-Con-


. ductq arbitraria del gobierno. . 11 :ig
CLXIV.-Manifiesto del general Prim.-Parangon que hace la España.


-Opinion de la prensa.-Polémica entre el Español y el Pensu.-
miento.-Venida de Cristina.-Crísis obrera en España.-Pro-
testas y manifestaciones del ejército. 1 J 62


CLXV.-Aparecede nuevo la prensa probresista.-Como juzgaba El
Diario Español la prensa y los hombres políticos.-El marqués


_ de Miraflores e,s nombrado presidente del Senado.. 1173
CLXVI.-Discurso régio.-Entra el gobierno en la política de fuerza y


de jesuitismo.-Muerte de Narvaez.-Consideraciones sobre la
influencia ejercida por Narvaez y O'Donnel1. • 1181


CLXvrr.-La desuuion entre los hombro~ del partido revolucionario sir-
ve á la es.tabil¡dad del Gobierno ....... Gonzalez Bravo jefe del par-
tido moderado.-Desbarajuste en las esferas gubernamentales.-
Es prohibida la sociedad de escritores.-Destierro de Montpen-
sier.-Destierro de los generales vicalvaristas.-Situacion anó-
mala de todos los partidos. t 18!)


CLXVIlI.-Actitud de los partidos antes de la revolucion.-Llega Prim á




INDICR. 131
Cádiz.-Aborta f'l plan de la Un ion liberal.-Impotencia de la
corle ante la revolucion.-Inútil y estúpida resistencia de los
generales Concha, Cheste, Calonge y Novaliches. . 1191


CLXIX.-Dcsastre df1 Santander.-Entrada dejos republicanos por Ca-
taluña.-Situ~cion úesesperada de los Conchas.-Marcha la corte
áSanSebastian.-Desengaño que esperimenta.-Marcha Cheste
á Cataluña.-Situacion de Aragony Cataluña. 1196


nXX.-Situacion gravisima de la dinastía. - El ejército sublevado toma
posicion en d puente de Alcolea.-Fusilamiento de Fernandez
Vallin.-'Conducta de Cheste y Calonge.-La tenacidad de Nova-
liches provoca la llalalla de Alcolea. 1 ~O.
(~LXXI.-Batalla de Alcolca.-Derrota de los realistas sublevados y as-


pecto de ~Iarlrid.-Hostilidad pasiva del ejército.-Sublevacion
de Barcel0na y Zilragoza.-Marcha Isabel al extranjero.-UIti-
mos momento de la dinastia bOlbónica.-~Ianifiesto de Isabel á
los españoles.-Consideraciones. 120;;


t:LXXm.-Collsideracillnes político sociales sobre la revolucion de 1868. na
tCXXI\'.-Las juntas revolucionarias adoptan el programa democrático.


-Confiere la de Madrid la formacion del gohierno provisional
al general Serrano.-Falsea la junta revolucionaria de Madrid la
revulucion.-1nútil propa¡;anda monárquica.-Grandes manifes-
taciones rClmblical)3s.-Traicion de Rivero.-Su responsabili-
dad.-Ingratitud y crueldad del goLierno revoluciouario para
con el partirlo republicano de Andalucía.-Trislé celebridad de
Caballero de Rodas. . HUI


CtX X V.-feliz ensayo del partido republicano en las funciones admi-
nislrativas.-Ilu"tracion de las clases obreras.-Paralelo entre la
condncta de los revolucionarios y los agentes del gobierno. 12H


CLXXVI.-Procla,nl3Cion por las juntas revolucionarias, de la libertad re-
ligiosa.-OjeuJa retrospectiva acerca de la decadencia religiosa
que hace lllllcllOS años viene observándllse en la sociedad espa-
ñola.-Tl,cündalo ocurrido en San Francisco el Grande en Ma-
drid.-Eslablecimiento del protestantismo en España.-Com-
pleta libertad de la prensa en materias religiosa~.-Estableci-
miento del registro y del matrimonio civil. . 1:228


CLXXVlI.-Establecimiento de las libertades de reunion y de asociacion.
Fundacion (le a,ociaciones por los lrabajadores.-Espíritu libe-
ral de las m,,~as obreras.-Incompatibilidad de la monarquía con
las aspiraciones de los trabajadores.-Reflexiones sobre la in-
compatibilidad (le b monarquía con los derechos individuales.-
Planteamiento del problema social y su solucion. . 1 :l35


CLXX \'1lI.-Como hubiera podido realizarse la unlon ibérica y porque
motivo no se realizó.-Opinion de algunos autores y hombres
políticos de uf/uella nacion acerca la union ibérica. 1 M1
CLXXIX.~Como camhiaria la situacion de Portugal con la un ion ibéri-


ca.-Condllcta errada del gobierno revolucionario para reali-
zarh.-Impotencia del gobierno. 1 H7


t:LXXX.-Solucion al prohlema del proletariado . ....:.Yentajas de los gobier-
nos republicanos sobre los monárquicos. ] ?llH




13! U'INCE.
CLXXXI.-Mala gestion de la Hacienda española por los progresistas._


Medidas quepodrian adoptarse para su salvacion. 1256
CLXXXII.-Error de los que' oreen que en :España no habia republicanos


antes de la rcvolucion de 1868.-Epocas en que se ba !techo
gran propagaada, ,repuhlicana.-Lentilud, pero seguridad de las
iBeas repúbltc.anas en r.uestl'a patria. 121\1


CLXXXHI.--;-El republicanismo en España tiene su asiento en las masas in-
teligentes de la sociedad española.-Es imposible consolidar una
monarquía en España.-Conflicto europeo.-Pequeiícz de los
progresisla:s.-La república es la aspirncion de la inmensa ma-
yoría de los españoles. 126ti


CLXl:XIV.-Precaria situacion de las fuentes de la riqueza en Espaiía.-
Como está la agricultura.-Tenemos mas libertad, pero no tene-
mos pan.-Moderacion y sensatez del pueblo español que le ha-
cen digno de mejor suerle.-Mal estado de la industria y del co-
mircio.-Sllbsisten los vicios políticos de los tiempos anterio-
res.-Conceplo que del pueblo español formarán I~aciones.. 127 J


CLXXIV.-Impulso que ha tomado en España desde la revolllcion de
1868 la asociaclon.-Ejemplos de varios puntos en que han
fundado varias asociaciones obreras. , 1'27 ti


CLXXXVI.-Todos debemo~ interesarnos en la políticasill e~cluir á las
clases trabajadoras.-La indiferencia en esta materia es muy fu-
nesta, para ellas en especial.-EI jesuitismo las aconseja sepa-
rarse de" ella, porque convieue á sus maquinacioncs.-Grandes
medios que ella les proporciona, y que con la indiferencia po-
drian perdet,; porque la indiferencia da pábulo á las reacciones. 1 ~87


CLXXXVII.-Division general de los partidos.-Las aspiraciones de cada
uno de ellos.-Como ha podido la forma mas complicada de la
politica excluir las otras.-Diferentes camhios en las opiniones. 1<293


CLXXXVU.-Partido ultramontano.-El partido monárquico constitucional.
-Sus Ulodificaciones.-Los moderados y su fusion con los pro-
gresisIas.-Subdivisiones del monarquismo cOllslitucional.-
Demócratas.. 129~


CLXXXIX.-Que quieren y á donde V3n los progresistas españoles gober-
nantes en la actualidad.-No lo saben.-Males que causan con
sus contempol'izaciones.-La interinidad en que han sumergido
la España1 es su propia ruina y la de la nacion.-Ya es hora de
que despierten de su letargo los progresistas. 1ilOt)


CXC.-Los unionistas ya nos habrian dado un rey si la monarquía
fuese posible en España.-Ellos arrastran los pro~[esistas.-Inu­
tilidad de los esfuerzos que hacen los monárquicos para impo-
nernes un Tey. . t:J H


CXCI.-Los carlistas.-Su afan guerrero y religioso.-El partido
teócrata no deb~.era merecer mas que el desprecio.-Infinidad de
levantamientos que han hecho. -Despues de la revolucion de se-
tiembre se han sublevado en su empeño de hacernos felices en el
otro mundo si desdichados en este.-$u historia primitiva. 1319


CXCII.--Ingratitud de los partidos medios para con el partido republi-
cano.-Eco que tuvo la sublevacion de Cádiz en Andalucía.-




INDICI.
Sublevacion en l\láhlga.-Proclama de! presbítero Moreno.-In-
famias y barbaridades cometidas por las tropas en Má1a~a, en
contraposicion de los actos de honradez y heroismo de los su-
blevados.


CXCIIl.-Continuacion de las infamias y barbaridades cometidas por
las tropas en Málaga, en contraposicion de l(ls actos de hon-
radez y heroismo de los sublevados.


CXCIV.-Alboroto en Tarragona.-Asesinato de Reyes.-Partido que
sacó el "obierno di este acontllcimiento.-Sucesos de Barcelona.


CAPITULO ULTIMO,-Conclusion ..


188


1310


lSU


UU
H68




I


".'




PAUTA
PARA LA. COLOCACION DE LAS LAMINAS DE ESTE TOMO.


-


Págs.
Barricadas de Madrid en la carrera de San Jerónimo en tSiS.. :IS
Don Leopoldo O'DonnelI.. 68
El cura Merino.. 11.
Don Luis Sartorius. . !2(l!1
Batalla de Vicálvaro. ! I a
Don Evaristo San Miguel. . 222
Abrazo de Espartero y O'DonneU. M9
Don Pascuall\fadoz. . !HW
Ceuta. • tIa
Echagüe. &J a
Muley-.lbbas. . 4:23
Don Nicolás Maria de Rivero. U 9
La noche de San Daniel en Madrid. 9!!)
Don Juan Primo 10H
Serrano.. lOa!
Señores duques de Hontpensier.. 110¡
Th)n Luis Gonzalez Bravo. • 1116
La ciudad de Cádiz el U de setiembre en 1SU. • 119i
Derrota de los isabelinos en Santander (28 setiembre de 1861). 1191
:Batalla de Alcolea. • nos
El pueblo de Barcelona quemando el retrato del primero l' último Borbon


de España. • 1201
Isabel de Borbon al llegar al extranjero se arroja en brazos de Marfori.. 1209